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S3. a.. /O
_¿y^£^-e o-i^e-^
LA
SANTA BIBLIA,
QnK COHTIBKB
LOS SAGEADOS LIBROS
DEL
ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO.
ANTtaiTA TXBfflOH DE CIFBtAKO DB VALEBA,
COTEJADA CON SIVEBSAB TB ADUCCIÓN E8,
T pEyraADA
CON AKRBOLO i LOS ORIGINALES EEBBÉO T GBIEOa
OXFORD:
IMPEBNTA DE LA UNTVIRSmAD.
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TABLA
DE LOS
LIBBOS DEL ANTIGUO Y DEL NUEVO TESTAMENTO,
CON EL NÚMERO DE LOS CAPÍTULOS DE CADA UNO.
LIBBOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
Cap.
OENESIS 60
Éxodo 40
Levitk» 27
Ñámenos 36
Deoteronomio 9A
JosDé 2á
Jueces 21
Eut 4
lo de Samuel 31
2» de Samuel 24
lo de los Beyes 22
a» de loe Beyes 26
lo de las Crónicas 29
2o de las Crónicas 36
Esdraa 10
Ndwmias 13
Ealher 10
Job 42
Salmee 160
Proverbios 31
Cap.
Ecciedastéa 12
El Cantar de los Cantaros de Salo-
món 8
Isaias 66
Jeremías 52
Lamentaciones 5
Ezequiel 48
Daniel 12
Oseas 14
Joél 3
Am6s 9
Abdias 1
Jonás 4
Michdas 7
Nahum 3
Habacuc 3
Sophonios 3
Haggéo 2
Zacaiias 14
Malaquias 4
LIBBOS DEL NUEVO TESTAMENTO.
Cap.
aXATEO 28
amaróos 16
aLncas 24
8. Juan 21
Hechos de los Apóstoles 28
Epístola k los Bomanos 16
1» & loe Corintios 16
2i& loe Corintios 13
AksGUatas 6
AlosEfedos 6
A los FOlpenses 4
A los Colosenses 4
1* & los Tesalonioenses 5
di & los Tesalonicenses 3
Cap.
lab Timoteo 6
2a & Timoteo 4
A Tito 3
AFilémon 1
A los Hebreos 13
Epístola de Santiago 5
la de S. Pedro 5
2adeS. Pedro 3
la de S. Juan 5
2a de S. Juan 1
3a de S. Juan 1
Epístola de S. Judas 1
ElApocalipsi 22
LIBRO PRIMERO BE MOISÉS,
OOMUKMENTi; UAMADO
EL GÉNESIS.
A.C. 4MM.
>1>io.8.SS.
Heb. 1.1)01.
tU.8.
iS«L8.a.
la. 40. 98.
Jer. SL U.
Zac.IS.1.
H«cluUl&
Boía.1.90.
CoLLUL
< Jer. 4. SS.
' Job -26. U.
8*L104.aO.
«8«1. 88.S.
/ S Oor. 4. «.
rls.4&7.
»JobS7.18.
Jer. 10. 19L
> ProT. 8. S8.
8*LUB.8.
» Job 38. 8.
itel. 1M.9.
J«. 5. 22.
SF«d.8.&
'8al.l9(L7.
"8*LIOU9l
•BftLU6.&
Jer.SLSai
CAPITULO I.
Cr*aeitm del mtmia. Forma Dio» «I tUUt, l«
tierra^ lo* astro*, latyHamtaa y airfuiaiM, f
orptHmmml» oí Ammmv^ al «mI t^/Ma todo
loeWodo.
EN «d principio crió &IMot Ig* oiekM,
jr la tiáink.
9 1 Y la tienra estaba edewrdenada 7
vacia, Y la» tinieblas tttaban sobre la haz
del abismo, ij ei Esiiírltn de Dios se
moTia sobie la has de las aguas.
S^Yd^Dios: •Sealabutt/yftiéla
lux.
4 Y tío Dios que la Iva no buena : 7
aportó Dios la luz de laa tinieblas.
5 Y llanut Dios á la hiz DU, 97 á las
tinieblas llamó Noche: 7 ftié la tavde y
la maflana un dia.
S ^ Y dijo Dios: Haya ezpttnsion en
medio fie laa aguas, 7 separe las aguas
de las aguas.
7 E lüzo Dios vna espandon *, 7 apavtd
las aguas que ettan debajo de la expan.
sion, de las aguas que iutan sobre la
expóoiion : 7 ñié asi.
8 Y llamó Dios á U expansión, Cielos:
7 fn^ la tarde 7 la maflana el dia se.
gando.
9 ^ Y d^ Dios, It Jtintanse las aguas
que citei» debajo de los oídos en un lu*
gar, y deaedbnue la seoa: 7 fué así.
10 Y Uamó DkM & la seca. Tierra, y ¿
la reunión de las aguas llanió Mares : 7
«ió Dios que eifo «ra bueno.
11 Y d(Jo Dios s Pmduica la tierra 7er-
ba verde, 7erba que dó simiente; árbol
de firuto que dé ñuto tsgun su género,
que su ainiiente e«<éen él, sobre la tierra :
7 fué así.
19 Y predv^ la tierra yerba verde, yer-
ba que dá simiente según su naturaleía,
y árbol que d4 firuto, cuya simiente tttü
en él, según su género : y vio Dios que
estoem bueno.
18 Y fué la tarde y la maflana d dia
tercero.
14 ^ Y dijo Dios, Sean 'lumbreras en
la ezpoiBion de los cielos para apartar
d dia y la noche: y sean por seflaleB, y
para las estaeion»", y para dias y afkos.
15 Y sean por himbraras en la czpan.
aion de los eieloi para alnmbiar soIrv la
tierra: y ftiéasL
10 E hizo Dios dos grandes lumbreras :
la lumbrera mayor para que seflorease
el dia, y la lumbrera menor para que
in la noche: *Aúo tamuen
laaestrdias.
17 Y pdsolas Dios en la espansion de
les délos, para alumbrar sobre la tiem,
18 Y para sefiorear en d dia y en la
noche, y pan apartar la luz y las tinie-
blas : y vio Dios que ato era bueno.
19 Y finé la tarde y la maflana d dia
90 Y d^o Dios, Produzcan laa aguas
réptü de anima viviente, y aves que vu-
elca sobre la tíarra, en la abierta expaa-
sion de loa delos^
. 91 Y erió Dios las grandes ballenas» y
leda oosa viva que anda anrastsando, que
laa aguas pmdujeroa segua su género,
y toda ave alada según su espedet y vio
Olea qpn aafe ara bueno.
99 Y Dios les bendUo dloiendo, Fruc.
tiüead y midtipliead, y henchid las a*
guas en las mares, y laa aTcs se multi^-
quen en la tienra.
98 Y fbé la tarde y la maflana d dia
quinto.
94 ^ Y d^o IMos, Produzoa la tierra
seres vivientes s^un su género, bestias,
y serpientes, y animdes de la tíerra se-
gún su eapeoie : y fué así.
96 E hizo Dios anlrodes de la tíenni
segua su aénero, y ganado según su gé-
ñera, y todo animal que anda arrastran*
do sobre la tierra según su espeoie: y
vio Dios que «do tra bueno.
aSJl Y dJ|]o Dios, • Hasamos d hombre
á nuestra imagen, conrorme á nuestra
semtganza : y seftúee en los peces de la
mar, y en las aves de loa deloe, y en laa
bestias, y en toda la tierra, y en todo
Atimd que anda arrastrando aobte la
tiennu
97 Y crió Dios d hombre ft su imagen,
á imagen de Dios lo crió : maoho y tim-
bra los ciló.
98 Y los bendijo Dios, y díMes Dios,
Fructificad y multiplicad, y neneUd la
tierra, y sqjuzgadla, y sefioread en los
peces de la mar, y en las aves de los
oidos, y en todas las bestias que se mu-
even sobre la tierra.
99 Y dijo Dios, He aquí que os he
dado toda yertia que dá atañiente, que
edA sobre la haz de teda la tierra, y todo
ártwl en que Aey fruto de árbol que dá
simiente; ^ ser os ha para comer.
80 Y á toda bestia de la tierra, y á
todas las aves de los cielos, y á todo lo
que sp mueve sobre la tierra, en que hay
vida, toda yerba verde iet terá para co-
mer: yftiéagí.
81 Y vio Dios todo lo que habla hecho,
y he aquí que «ni bueno en gran mane-
ra. Y fué la tarde y la maflana d dia
sexto.
CAPITULO II.
Atabado* ta$ obra* d* la ereaeion «n tot tti*
Ha», á—eamta IHo» «n d itptimo, y «<m<^
ea *tU dia. Oclooa ai komfrr» on *Í Famiaoi
fvrma á Sva, t intUittlt» «I natriwíonio.
Y FUERON acabados los cidos y U
tierra, y todo m ornamento.
8 Y acabó Dios en d dia séptimo «n
obra que hizo, y «reposó d día séptimo
de toda su obñ que lúibia hecho.
8 Y bend^ Dios d dia séptimo, y san-
tificólo, porque en él repoaó de tolda su
obra qneJiabia Dios eriaoo y heebo.
4 ^ Estos wn los orígenes de tos cielos
y de la tiem cuando nieron criados^ d
dia que Jéhová Dioa hiao la tiem y lea
«ddos,
ft Y toda planta del campo antes que
ftiescen la Üena, y teda yerba dd campo
aalas que naeiese : porque aun no habla
Jdiovi Dios liecho llover sobre la tienra,
ni habia hombre para que labrase la ti-
erra.
6 Mas subia de la tierra un vaper, que
regaba toda la fhz de la tierra.
7 \ Formó pues Jdtová Dioa d hom-
bre dd bpolvo de la tiem, y alentó «en
su nariz «soplo de vida; y rae d hombre
en alma viviente*.
Á.C. 400i
o Id. 7. 99.
ir. 4.M.
Od. 8. 10.
lOBr.U.7.
i'Ov-9.8.
• Iz.SO.1.
]Sb(t6.18.
Vat.lS.&
Od.S.16.
IT.
Beb.4.4.9.
* Osp. Ü. O.
I«.64.8.
■ Job 88. 4.
'IS.8.SS.
'10or.U.4S.
A. G. 4001
GÉNESIS, III, IV.
A. C. 4001
/Bi.SL8,9.
Pro. 8.18.
Apoe.S.7.
AC»p.ZS.18.
tHeb.OHA.
»I>ui.l0.4.
tt«M«3.
(lOar.11.9.
lTIm.S.U.
"8ia.8.6.
"Cap. U. 12.
• Bf. 8. 80.
'Mu. 10. 7.
<10ar.«.16.
•Apoe.lXl.
» tOot.il. S.
"Cftp.8.17.
'J1UB8.44.
8 Y habla Jehovft Dios plantado un
huerto en Edén al oriente, y puso allí
al hombre que habla formado.
9/Y habla JehoV& Dios hecho nacer
de la tierra todo árbol delicioso 6 la tís*
ta, 7 bueno para comer ; también tí 4a'
bol de xiday en medio del huertOj y éi
árbol de ciencia del bien y del mal.
10 Y salla de Edén «n fio para legarel
huerto, y de ^ se repartía en cuatro
ramales.
11 n noinbn del uno era Pisan i este
« el que oaroa toda la ticna de Havi-
Uh A, donde hay oro :
18 Y el oro de aqudla tierra «i bueno :
i% aUl tomNcii bdelio y piedra oomerina.
18 El nombre del seáundo rio e* 01-
hon: este m «1 qoe rodea toda la Kenra
de Etiopia f.
14 Y 61 nombre del tercer rio es Hidde.
kel i : este e« el que ir& delante de Asi-
rla. Y «1 onarto rio ce el Eufrates.
16 Tomó pues Jehová Dios al hombre.
Lie puso en el huerto de Edén, para que
labrara y lo oaardase.
16 ^ Y mao^ JehoTá Dios al hombre
dictendo» De todo árbol del huart|^«o-
17 Mas del árbol de eienoia del bien y
del nal no comerás de él*; porque Á
día que de él comieces, morirás.
18 <T Y düo Jehov& Dios, No m buen»
?ne el hombre esté solo ; haréle ayuda
idónea para él.
18 Formé mies J^ov& Dios de la tieita
toda bestia áá campo, v toda ave de les
cieloB, 7 triólas & Adam** para que
viese omno les habla de llamar : y todo
lo que Adam llamó & los animales tM*
entes, ese «• su nombre.
80 Y puso Adam nomines i toda bes*
tia, y ave de los cielos, .y k todo animal
del campo : mas para Adam no halló
ayuda que MfvviMe delante de él.
81 Y JAov& Dios hizo caer sueBo*
sobre Adam, y se quedó dormido: en-
tonces tomó una de sus oostiUas, y cerró
la oarne en su lufar.
83 Y de la costilla que Jehová Dios
tomó del hombw, hizo tma oM^er, 7
tricot* "1 hombre.
83 Y dijo Adam, Esto e» ahora hueso
«de mis huesos, y oame de mi iínne :
Esta será llamada Varona, porque del
Varón filé tomada.
84 Por tanto d^ará j> el hombre á su
padre y á su madre, y allegarse ha á su
mujer, y serán una sola camef.
85 Y estaban ambos desnudos, Adam y
su m«U«r, y no se avergonzaban.
CAPITULO III.
MtoA la terpttnté i Svat jpwnM nttetiirt»
prímw/t» pád»M, y a«arrMMi »obn tf ynu
áuetiuUmtM ía maUUeion. divi$M. rro-
niéta éd Metioá.
EMPERO «la Krpiento era astuta
hxsM que todos los animales del
«ampo que Jdievá Dios habla hecho ; la
cual dUo á la mi;^er, ¿ Con que Dios os
ha dicho. No comáis de tado árbol del
huerto?
8 V la mxáet respondió i la serpiente.
Del firuto de los Arboles del huerto eo-
memos»
8 Maa éá. fruto del árbcd que etlA en
medio del huerto dlJo Dios«, No come-
réis de él, ni le tocaréis, porque no mu-
ráis.
4 Entonces la serpiente ¿ d^o 4 la mu-
jer'. No moxiríis.
6 Mas sabe Dios q«e el dia que comi-
ereis de él, s«rAa abiertos vuestros «jos,
y seréis «orno lUoses sabiendo el bien y
•Imal.
0 Y vio la mt^er que el árbol «ra bucao
para «omer, y que era agradable ft los
ojos, y árbol cowciable para alcanzar la
UUdtfíA :, y tdmó de ttf Mitoi y comió,
7 dio 'también á su ttarno, el cual co-
mió a^ como ella.
i VftacMn líblertos los ojos de entram-
bos, y conocieron que utaban desnudos/:
erftonc4s cositrcte^hqjas de higuera, y se
hicieron delaAtaM.
8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que
se pascaba en el huerto al aire del día :
y escondióse el holtfbre 7 su mi^er de la
iiinwinia de Jahavi Dkw «noe les ár>
bolea del huerto.
9 Y llamó Jehová Dios al homibre, 7 le
d^o, ¿ Dónde estás td ?
10 Y él reapondlé, OC th -Muí «n el hu-
erto, y tuve miedo ir, porqae estaba de-
nudo) resoondíma.
11 Y d(|ole, Quién te ensefió que esta-
bas denudo ? ¿ Haa comido del árbol de
que yo te mandé ao «omiesea?
18 y el hombre Mspoadló, A La mu)er
2ue me diste por compañera me dio- bd
rboUyyoooñki.'
18 Entonóos Jehová Dios dijo 4 la mu-
Jar, i Qué «I lo que has hacho ? Y dijo la
BHÓer, La asvulente me engalló, 7 eolmf.
14 Y Jehová Dios d^ á la serpiento.
Por cuanto esto hiciste, maldita setas
entre todas las bestiaa, 7 eiitte todos loa
animales del campo ; sobre ta peoho an-
darás, 7 'polvo oomecás todos los dlbs
de tu vida.
1& Y enemistad pondré entre tí 7 la
mi\jer, 7 entre tu i^aimiente 7 la simi-
ente BUva^ ; eata te herirá en fat cábela «,
7 tü le herirás en el calcañal.
16 A la mujer d^o, Multiplicaré en
gran manera tus dowrea 7 tus preñeces ;
con dolor parirÚJi losh^ossj&tuaaaiido
eerá tu deseo, 7 él se ehseñoreará de ti. -
17 Y al hombre dijo, Por onanto obe-
deciste á la voz de tu mujer, 7 comiste
del árbol de que te mandé (Uoiendo> Ne
comerá* de él, maldita eerá la tiena por
amor de tí ; con dolor • comerás de eUa
todos los días de tu vida ;
18 Espinos^ j caídos te ptoduetrá» 7
comerás 7erba del campo ;
19 En el andior de tu nxua eomerás el
pan haste que vudvas á la tiana, poti}ae
de ella fuiste tomado : pues poiito es«Sk
7 al polvo serte tonudo.
80 ^ Y llamó el hombre ti nombre de
su mujer Bvaf, por «tanto ella era ala-
dre de todos los vivientes.
81 Y Jehová Dios Uzb al hambre -7 á
su mqjer túnicas de píelas, 7 vbtióloaY.
88 ^ Y dije Jehová Dios, He aqnf r el
hombre es como uno de nos sabiendo d
bien y el mal: ahora pues, porque no
alanoe su mano, 7 tome también dd
árbol de la vida*, 7 coma, 7 Viva para
siempre;
88 Y sacólo Jehová del huerto de Edén»
pata que lábrate la tierra de que fue
tomado.
84 Echó pues fuera al hombr^ 7 paao
al oriente del huerto de Bden Quem-
bines (, 7 una » «nada cnoendida que M
tevolvia á todos lados, para «aardar él
caMfno del árbol de la vida.
CAPITULO IV.
NoM Cain y AbtL Coi» tUno de
mata 4 «u á«m^ea*
go, $ dtaieadntna.
Y CONOCIÓ Adam á tu mujer Eva,
la cual concibió, 7 parló a Calnf ,
7 ^lo, AdquMdo-lie váron por Jehová.
8 Ydaspate parió áau hermana Abelf t
Lflié Abel MUer de ov^)as> .7 Cal» ftié
tirador da la tiemu
8 ^ Y aconteció andando «1 tlempo>
<a «MiMMion, eoiM-
/ Cap. 2. 85.
'UnaaSJO.
kiro.a8.13.
<Is.6S.9S.
Ule 7. 17.
kMat.U.a8.
Jnaa8.44.
1 Juan 8. 8.
lia.?. 14.
Mío. 6. 3.
Uat.l.a8.
Loe. 1. 88.
* BoiB. 16.
80.
"ITim.*:.!!
*>Bmi.8.20.
' Ib. 86. 13.
tHeb.
viviente.
9 Is. 61. 10.
Fa.S.9.
r^«r.s.
•Apoca. 7.
< Xz. 88. 18,
ao.
Bd.80.1.
788.1.
•1CI0.81.
16.
tHeb.
adquirido.
tHeb.
vanidad.
Á.C'nm.
01BK1S8ÍE8, y.
.C.4NH.
< HekU. i.
qu Oain txido del ftnio de )*tkra» no»
obcnda A J«|iováu
4 Y Abel tin^o también «le k» primo-
'Dlto« de uu oit^at, y de tu oxesun.
■airó JdioT4 oon adiado & Aoel« jr ¿
aaoAeada:
£ Mas iu> miró propicio k Cain y A la
o&enda saya. Y cnM&óae Caia en gran
manaca, y decayó su semblante.
6 Entonces Jdiová d^o á Cain, Parqué
Ce bas — twfiade ? y porqué m m ionv-
tadstaswlro?
3 Si bien liieiei«s,¿no ae«áe ensaltad» ?
y si no bicieres bien, el pecado está A la
puerta. Coa toda «ato, 6 ti sai su deseo»
y tii te cnaeñoreaxAs de éL
8 ^ Y habló Cain A su harvuuoo Abel :
y aooateoió que estando ellos en el cam-
po, Cain se levantó coniz» su hennaao
Abel, y le b mató.
9 T JsboTA dUo A Cain, Dónde «stA
Abel tu hermano ? Y él reapondió* Ko
sé : ¿ Soy ye gualda de mi hermano ?
10 Y á le dijo. Qué has hecho ? La
TOK de la sangre de tu heiinano clama A
nUl desda la. ticna.
11 Ahora p«es maUüto tea» tú de la
tícnra qoe ando m boca para noibir la
sangre de tu hermano de m mano.
18 Cuando labrares la tienra, no te val'
▼eE&A dar su faetnt: enante y extXBn-
jen> sesAs en la tierra»
15 Y dijo Csin A JehovA, Grande ««
mi iniquidad para ser perdonada.
14 Me aquí me echas hoy de la iba de
Ja 4sna, y de tu presencia me eacon-
y sñé eiraata y extni\jero en la
y sncedeíA que cualquiera que
me hallare, me matarA.
IC y respondióle JdiovA, Cierto que
eoalqniara que matare A Cain, siete
▼cees serA castigado. Entoaoes JebcrrA
poso sefisl en Oain. para que no le hiri-
eseenalanjeca ente le hallaes*
16 4 V salió Cain de delante de Jeho-
▼A,y habitó en tiarra de Nod al oriente
de fideo.
)7 Y ccnoeió Cain A su naxitr, la cual
lilvió y parió A Henoch: y edificó
dudad, y llamó el nom^ de la
ciudad del nombre de m hiio, Henoch.
18 Y A Henoch naoió Irsd, é Jred en-
gendró A MehHJael, y MehHJael engea-
dtó A JMiethuaael, y Uetfausacl engen-
dró A Lamech.
18 Y Y temó pa» ai Lameqh dos mu-
Jcrei ; el nombre de la una /bá Ada, y
el nombre de la otra Zilla.
88 Y Ada parló A Jabal, el oual fué
padre de tos que habitan en tiendas, y
n YoBombre de su hermano lué Ju-
bal, el cfiMl filé padne de todos los que
manrian htnrpa y cnpao.
SS V zula tamUen parió A Tubal-
CaiD, aekaladmr de toda obra de metal
7 de Meno; y su hcnsana de Tubal-
Cato Aé 'JN«aaa.
88 Y d^o Lamech A sus mvjeres Ada
9 Zilta:; cid ni tos, raHJeres de La-
mech, ewuehad mi dicho : que TBien
malaié por mi herida, y mancebo por
nalfoliie.
M Bt líete Teoes seíA Terrado Cato,
Lamech «i verdad setento veces siete Jo
serie.
86 if Y ooBooló de nueee Adam A tu
■nitar, le onal 9*^ «* 14K>, 1 Uamó
M nombreSeth : Porque Otos («jja tila)
me ha sustitiifde otra simiente en logar
4e Abel, 4«iiai mató Cato.
86 Y A Sett tamUen to nació un h^o,
« ItomA «» wnntaM ]$aes. üntonees ioa
hm^tm «SBMMAceD A llamuie del oom-
«MdeaelMffA.
CAPITULO V.
thatalogia d« .^¿bi, y df mu dmctmMtmt—
hasta Kotporltt K«m d» Sdk, utirm át 1m
l'airiartaf f vrggmtívru M Méitas, puf
m H tiíjtto ém loáoM loi JfscrtitarM.
ESTE M el libro de las generadones
de Adara. El dto en que crió IHos
al liomtore, A la aemgansa^i de Dioe lo
hiae.
8 Maohok y hembra los ovlói y tos
bend^o, y llamó el nombre de aOos A-
dam el dia en que fueron criados.
8 ^ Y vivió Adam ciento y treinta
afios, y engendnó u» hijo A su leme-
janzac, conforme A su imagen, y llamó
stt nombre Seth.
4 Y fueron los dias de Adam, dmues
que engendró A Seth^ ochocientos afios :
y enoendró h^os é h^as.
5 Y fiíexon todos los dias que vivió
Adam novecientas y tretota aflos, «^y
murió.
6 Y vivió Seth dento y cinco afios, y
engendró A Enos.
7 Y vivió Seth, después que engendró
A Enos, ochocientos y siete altos, y en-
gendró li^os é hüas.
8 Y fueron todos los días de Seth no-
védenlos y doce años, y murió.
8 ^ Y vivió Enos noventa aikis, y en-
gendró A Calnan.
10 Y vivió Enos, después que engendró
A Chinan, ochooientoa y quince aBos, y
engendró l^jes é h^as.
11 Y fueren todos los dto* de Enos no-
vecientos y cinco años, y murió.
18 f Y vivió Cainan tetenta afios, y
engoidró A Mahalaleel.
18 V vivió Cainan, desfioes que en-
gendró A Mahalaleel. ochodentes y eu-
arenta afios, y ensendió hijos é hijas.
14 Y fuen» todos los dias de Cainan
novedentos y diez afios, y murió.
\b^Y vivió Mahalaleel sesenta y ctooo
, y engendró A Jarad.
16 Y vivió Mahalaleel, después que
engendró A Jazad. ochocientos y treinta
>Aos> 7 engendré n^ é hijas.
17 Y fueron todos tos días de Maha-
laled ochodentos y noventa y dnoo
aflos, V murió.
18 if Y vivió Jared ciento y sesenta
y dos afios, y engendró A HeB0<m>
19 Y vivió Jaxed, después eme engen-
dró ft Henoch, ochodentos aftoa, y en-
gexidió h(jos é hijas.
90 Y fueron todos los dias de Jared no-
vecientos y sesenta y des afios, y murió.
81 1[ Y vivió Henoch sesenta y dnco
afios, V engendró A Mathusalaro.
99 Y camino • Henoch con Dios, des-
pués que engendró A MatbusaUm, tses-
oientos afios, y engendró hijos 6 hUas.
98 Y filaron todos los dias de Henoch
tresdentos y sesenta/ cinco afios.
94 Caminó pues Henoch con Dios, y
desaparedó, porque/ to llevó Dios.
85 í Y vivió Bíatbusalam dentó y
oohenta y sleto afios, y «ngendró A La-
mech.
96 Y vivió Mathvsalam, deqpnes que
engendró A Lamech, aetedcntea y ochen-
ta y dos afios, y engendró hj^os é htJM.
97 Fueron pues todos los dias de Ma-
thusalam novecientos y sesenta y nveve
tifjfftfj murió.
98 ^Y vivió Lamech dento y ochepta
y dos afios, y engendró un hijo :
99 Y llamo su nombre Noé, f diciendo.
Este nos aJiviaxA de nuestras obras, y
del trs^i^o de nuestras manos, A causa
de la ticnea# que JebovA maldijo.
80 Y vivió Lamech, después que en-
gendró A Noé, quinientos y noventa y
«iaoo Aftot, y engendró Mioséhtfes.
A8
• Cap. 1. 27.
lOor.U.7.
Ool. 8. 10.
» Mal. 3. U.
*J<»l>9k4.
Jnaa8.6.
IOor.U.48.
tfBHb.a'Sr.
n.
ylf.l.
DeiiitlS.4.
S Bey. 90. 8.
8al.l«.8.
Am. 8.8.
Mal. 2. 6.
/ Hsb. 11. b.
fHcb.
rtfoto.
9 Cap. 8. 17.
y 4. 11.
OENESIS, VI, VII.
SV dliá'jSwSlíomUfoSert n
A Y jfl, h* ftqui qo* JO Ira!.
J¿. »!._.. ,.^«
»tmtf Ch&m. j Jiplwl, 1il)o« de NÓ/,
á.C3M0.
GIENESI3, YUI, IX.
A.C.SM8.
/Job 23. 15,
U.
«Cap.8.S.
,*Cki».19.».
I Ei.zai.
' JoBM4.IL
'lt.lt 2L
'Ch{h6.ia.
/(h(bl.2L
anda arrastrando aobre la tíiftn, y todo
hombre/.
22 Todo lo que tenia aliento de espíritu
de vida en sus narices, de todo lo que
habia en la tierra, murió.
23 Asi fué destruida toda sustancia que
vivia sobce la ftt de la tierra, desde el
hombre hasta la bestia, y los reptiles, y
las aves del cielo : y fueron raidos de la
tierra, y quedó solamente Noé, y lo que
con él tstaba en el arca.
S4 Y preralecleron las aguas sobre la
tienra ciento y cincuenta días 0;
CAPITULO VIII.
Ditmimuida» la$ agnaa dd dijuvio, dttputn da
habar Nof «nvtado el euérvo y la polama,
Btde del arca, y qfreM á IHo$ taerifleio
tigradMe.
Y ACORDÓSE* Dios de Noé, yh
de todos los animales, y de toiías
las bestias que ettaban con él en el arca :
é hizo pasar Dios un Tiento* sobre la
tierra, y disminuyeron las aguas.
9 Y se cerraron las fuentes ^del abismo,
7 las cataratas de los cielos, y la lluvia
de los cielos fué detenida.
8 Y tomáronse las aguas de sobre la
tierra, yendo y volviendo: y descreci-
eron las aguas al cabo de ciento y cin-
cuenta dias.
4 Y V reposó el arca en el mes sép-
timo, & diez y siete dias del mes, sobre
los montes de Armenia.
6 Y las a^as fueron descreciendo hasta
d mes décimo : en el décimo, al primero
del mes se descubrieron las cimas de los
montes.
6 ^ Y sucedió que al cabo de cuarenta
dias abrió Noé la ventar « del arca' que
habi& hecho :
7 Y envió al cuervo, el cual salió, y
uhtvo yendo y tomando basta que las
aguas se secaron de sobre la tierra.
8 Envió también de si 4 la paloma, para
ver si las aguas se hablan retirado de
sobre la fiíz de la tierra.
9 Y no halló la paloma donde sentar la
planta de su pie, y volvióse & él al arca,
porque las aguas ettaban aun sobre la faz
de toda la tierra : entonces él extendió
su mano, y cogiéndola hizola entrar con-
sigo en el arca.
10 Y esperó aun otros siete dias, y vol-
vió á enviar la paloma fuera del arca.
11 Y la paloma volvió & él á la hora de
la tarde, y he aqui que traía una hcna de
oliva tomada en su pico ; y entendió Noé
que las aguas se hablan retirado de sobre
la tierra.
13 Y esperó aun otros siete dias, y en-
vió la paloma, la cual no volvió \a mas
&él.
13 Y Y sucedió que en él aflo seisci-
entos y mío de Noé, en el me» primero,
al primero del mes, las aguas se en-
jugaron de sobre la tierra ; y quitó Noé
la cubierta del arca, y miró, y^ he aqui
qoe la fez de la tierra estaba ex^uta.
14 Y en el mes segundo, á los veinte y
siete dias del mes se secó la tierra.
15 5 Y hablo Dios á Noé diciendo,
16 Sal del arca tii, y tu mi^er, y tus
hijos, y Ifu miyeres de tus higos contigo.
17 Todos los animales que ettan con-
tigo de toda carne f de aves, y de bestias,
7 de todo réptU que anda arrastrando
sobro la tierra, sacarts contigo : y vayan
por la tierra, y ihicüíiquen/, j mulü-
plíqnense sobre la tierra.
18 Entonces salió Noé, y sus hijos, y
ftt mi^er, y las mujeres de sus h^os
eanéU
19 Todos Ips animales, y todo reptil,
7 toda ave, todo lo .^e ^e mueve sobre
la tierra scgon sus espedes, salieron del
arca.
ao Y Y ediñcó Noé un altar i JehovA,
y tomó de todo animal limpio^, y de
toda ave limpia, y ofisoió holocausto en
el altar.
81 Y percibió JehovA oler de suavi-
dad A i y dijo Jel^ov& en su corazón. No
tornaré mas á maldecir •' la tiena por
causa del hombre ; porque el intento del
ooraxon^ del hombre es malo desde su
juventud: nL volveré mas & destruir'
todo viviente, como he hecho.
83 Todavía eerám todos los tiempos de
la tierra ¡ la sementera y la siega, y el
firio y calor, verano é invierno,' y dú y
noche, no cesarán ■».
CAPITULO IX.
BmmUm JMoa d Koé fdiua hffottfU» renu-
eva la dtmdeion me le» habia keemo de toda»
toa eaeaa ; pero iei prohibe «1 eomer la tan'
are. Ptuto dtl Btíior eon Noi. Smbriague»
de tete.
Y BENDIJO Dios A Noé y á sus
hijos, y dijoles. Fructificada, y
multiplicad, y henchid la tierra,
8 Y vuestro temerá y vuestro pavor
será sobre todo animal de la tierra, y
sobre toda ave de los cielos, en todo lo
que se moverá en la tierra, y en todos
los peces del mar : en vuestra mano son
entrespdos.
8 Todo lo c que se muera y Kíve os será
para mantenimiento: asi como las le-
gumbres y yerbas os lo he dado todo d.
4 Empero carne « con su vida, qu* te
su sangre, no eomerfls.
5 Poroue ciertamente demandaré la
sangre oe vuestras vidas ¡ de mano de
todo animal la demandaré, y de mano
del hombre/; de mano del varón su her-
mano demándala la vida del hombre.
6 El que derramare sangre de hombre.
Sor el hombre su sangre será derrania-
ay : porque á imagen de Dios A es liecho
el hombre.
7 Mas vosotros fiructifícad, y multi-
plicaos ; procread abundam^nte en la
tierra, y multiplicaos en ella.
8 ^Y habló Dios & Noé, y á sus h^os
con el, diciendo :
9 Yo, he aquí que yo establezco mi
paoto* con vosotros, y con vuestra si-
miente después de vosotros,
10 Y con toda alma viviente ^ que está
con vosotros, de aves, de animales, y de
toda bestia de la tierra que está con vos-
otros ; desde todos los que salieron del
arca hasta todo animal die la tierra.
11 Estableceré mi pacto con vosotros,
y no fenecerá ya mas toda carne con
aguas de diluvio ; ni habrá mas diluvio'
para destruir la tierra.
18 Y dijo Dios, Esta será la seiial m del
pacto que yo establezco entre mi y vo-
sotros, y toda alma viviente que está con
vosotros, por siglos perpetuos :
13 Mi arco «pondré ei^ las nubes, el
cual será por señal de convenio enjtre mi
y la tierra.
14 Y será que cuando haré venir nubes
sobre la tierra, se d^ará ver entonces mi
arco en las nubes,
15 Y acordarme hé9 del pacto mió, que
hay entre mí y vosotros, y toda alma vi-
viente de toda carne; y no serán ma^
las aguas por diluvio para destruir toda
carne.
16 Y estará el arco en las nubes, y verle
hé para acordarme del pacto perpetuo
entre Dios y toda alma viviente, con
toda carne que hay sobre la tierra.
17 Dijo pues Dios á Noé, EsU será la
señal del pacto que he establecido entre
mi y ^a cajrne que está sobre la tierra.
' Lev. 1-11.
ALsv. 1.9.
i Osp. S. 17.
y 6. 17.
* Gap. 6. 5.
Job IS. li.
Jsr. 17. 9.
Rom. 1. SI
' Cap. 9. 11.
U.
• Ib. 51 9.
Jer.SS.20.
• vw. 7, 19.
Cbkp 10. 88.
»8aL8.&
es»t\ 8. 7.
«Dea. 18. 15.
&14. 4.
ccb-ia
12,14.
lTiiii.4.
8,4.
d Osp. 1. 20.
•Lev. 17. 10,
14.
y 19. 2».
I>ea. 18.2S.
18MD.14.
34.
/Es. 21. 12.
28.
f Lev. 21. 17.
Bom. 13. 4.
AjOftpl.37.
>VCT,U,17.
Cap. 6. 18.
i Gap. 8. L
fiál. 146. 9.
I2Ped.8.7.
"C»p.l7.11.
" Es. 1. 28.
An.4.3.
y mi.
« Pen. 7. 9.
Neh.9. 82.
A. c. vm.
OESTBSIS, X, XL
A.C.elr. SStL&
PO»p.l0.1A
9Gbp.l0.n.
1 Or. 1. 4.
•■ Pío. 20. t,
LU&S21.81.
10l9r.10.12.
,' OftI. «. 1.
lPed.4.8.
(Dea. ir.ia.
2 Or. 8.7,8.
»lCr.l.5.
6Sopti.?.ll.
«ICr.l. 8.
<<M.7S.10.
« Uic. 6. 6.
/Amaa6.2.
«lCr.l.n.
* C«p. 15.
18.21.
Toa. 13.7,8.
19 Y Y Im hijos d0 N<oó> «pi« «lltei<on
del arca, ftieron Sem, Ch&m, y Ja-
pbet '.p y Cltfltn ta el padre de Cnánaaa.
19 Estos tres q ten k» hijos de Noé ; y
de ellos ftaé llena teda la tierra.
80 Y comenzó Noé á labrar la tierra,
y plantó una vifia.
Si Y bebió del vino «*, y ae embriagó,
y estaba descubierto en medio de su
tienda.
88 Y Chám, padre de Chánaan, tío la
desnudez de su pacb%, y dQolo & sus dot
hermanos á la parte de efViiera.
88 Entonces eem y Japhet tomaron la
ropa; y la pusieron sobre suS proteos
hombros,* y andando hada atrás, cu-
brieron la desnudez de su padre, tieni>
endo vueltos «as rostros, y asi no vieron
la desnudez de su padre.
84 Y despertó Noé de su vino, y supo
lo que haUa hecho con él su h^o d mas
joven,
86 Y dHo, Maldito tea Chánaan ' ; si-
ervo de ñervos ser& i sus hetmanos.
86 IMjo mas. Bendito Jehová el Dios
de Sem, y séale ChAnasn siervo.
97 Engrandezca Dios á Japhet, y ha-
bite en las tiendas de 8em, y séale Chi-
nean siervo.
88 Y vivió Noé después del diluvio
trescientos y cincuenta allos.
29 Y fueron todos los dias de Nbó no-
vecientos y>cincuenta afios, y nnixió.
CAPITULO X.
Oentidoi6u dt ia$ tns Mfoa de JVof , g jro»
pagaeion dd Unofe Aninano.
ESTAS so» las generaciones de los
higos de Noé, Sem, Chám, y Japhet,
á los cuales nacieron h^os después del
diluvio.
8 Los hQoe de Japhet « ,/kerim Oomer,
y Magog, y Madai, y Javan, y Tubal,
y M eshech, y Tiras.
8 Y les ^os de Gomer, Ashkenaz, y
Riphat, y Togorma.
4 Y los hijos de Javan, Elisa, y Torsis,
KltÜm, y Dodanim.
5 Por estos fueron repartidas las Islas &
de las Gentes en sus tierras, cada cual
según su lengua, conforme & sus fiímUias
en sus naciones.
9 ^ Los h^os de Cbftm fuenm e Cuih,
y Mizrain), y Phut, y Chánaan.
7 Y los h^os de Cush, Seba<<, H&vila,
y Sabta, y Raama, y Sabtechá. Y los
hijos de Raama, Sheba, y Dedan.
%^Y Cush engendró á Nimrod «: este
comenzó & ser poderoso en la tierra.
9 Este fué vigoroso cazador delante de
Jéhovi: por lo cual se dice, Asi como
Nimrod, vigoroso cazador delante de
Jehová.
10 Y fué la cabecera de su reino Babel,
y Eveeh, y Acoad, y / Calneh, en la
tleml de Shinar.
11 De aqueste tierra salió á Assor,
Í edificó á Nüiive, y á Rehoboth, y
Calah.
18 Y á Resen entre Nínive y Calah, la
cual e» ciudad grande.
18 Y Y M Iznüm engendró á Ludim, y
Anamim, y & Lehabim, y á Naphtuhim,
14 Y á Pathruslm^, y á Caslulm, de
donde salieron los Filisteos, y á Caph-
tofim.
15 Y Y Chánaan engendró á Sidon su
primoKénito, y á Heth,
1« Y al JebttSéo, y al Amorrhéo, y al
Oergeséo,
17 Y al Hevéo, v al Araoéo, y al Sinéo,
18 Y al Aradio, al Samaréo, y al
Amathéo; y después se derramaron las
ftimlUas de los ChánanóosA.
19 Y filé el término de los Cananéos
desde Sidon, viniendo á Getrar, hasta
Gaza, hasta entrar en Sodonut y G«*
mena, Adma, y Zebaim hasta Lasa.
80 Estos 4en los fa^os de Chám por sus
familias, por sus lenguas, en bus tierras,
en sus naciones.
91 Y También le nacieron Atfo* & Sem,
padre de todos los li^o» de Heber, y her-
mano mayor de Japhet.
88 Y los h^os de SemV fwemn Blam, y
Assur, y Arphaxad, y L«d, y Aiam.
88 Y los h(|os de Aram, Úz, y Huí, y
Gether, y Mas.
84 Y Arphaxad engendxó & Sala, y Sala
engendró á Heber.
95 Y á Heber nacieron dos h^os: el
nomhre del vxiofué Pel^f, poarque en
sus dias fué repartida la' tiersa ; y d
nombre de su hermano. Joctan.
88 Y Joctan engendró & Almodad, j Í
Sheleph, y á HazdMnweth, y & Jera,
97 Y i Hadorara, y á Uzal, y á Dlcla,
98 Y & Obal, y & Abimaél, y & Seba,
89 Y á OpUr, y á Havila, y á Jobad :
todos estos ./Vienm h^os de Joctan.
80 Y filé su habitación desde Mesa,
viniendo de Sephar, monte á la parte de
oriente.
31 Eetos fuértm los h^os de Sem por
sus femittas, pw sus leiqpias, en sus ti-
erras, en sus naciones.
88 Estas $tm las fittniUiss de Noé por sus
desocndenoias, en sus naciones { y de
estos fíieron divididas las gentes en la
tierra después del diluvio.
CAPITULO XL
Torre de Babel; desee» dientet de Sem por ta
Urna d* Atfhútml hatta jAram.
ERA entonceJNoda la tierra de una
lengua, y unas mismas palabras.
8 Y aconteció que, como se partieron
de oriente, hallaron una vetea en la ti-
erra de Shinaií, y asentaron auí.
8 Y dieron los unos á los otros. Vaya,
hagamos ladrillo, y cozámoslo con fuego.
Y fnéles el ladrillo en lugar de piedra,
y el betún en lugar de mezcla.
4 Y dijeron. Vamos, edifiquémonos
una ciudad y una torre, cuya ctlspidea
ZZdgtM al cielo; y hagámonos un nom-
bre b, por si fiíeremos esparcidos é sobre
la &z de toda la tierra.
5 Y descendió Jehová para rerd la
ciudad y la torre que edificaban los hijos
de los hombres.
6 Y dijo Johová, Hé aquí el pueblo er
uno, y todos estos tienen un lenguage ;
y han comenzado á obrar, y nada les
retraerá ahora de lo que han pensado
hacer.
7 Ahora pues, descendamos, y 'con-
fundamos allí sus lenguas, para que
ninguno entienda él hab» de su compa-
ñero.
8 Asi los esparció Jehová desde allí
sobre la fiíz de toda la tierra, y dejaron-
de edificar la ciudad.
9 Por esto ftaé llamado d nomhre de
ella Babel f, porque allí eonfíindió Je-
hová el lenguage de toda la tierra, y
desde allí los esparció sobre la faz de
todíi la tierlra.
10 ^ Estas tan las generaciones de
Sem/: Sem de edad de cien años en-
gencbó á Arphaxad, dos años después
del diluvio.
11 Y vivió Sem, después que engendró
á Arphasad, quinientos años, y engen-
dró hUos é hijas.
18 Y Arphaxad vivió treinta j cinco
afins, y engendró á áala.
18 Y vivió Arphaxad, después que en-
gendró á Sala, cuatrocientos y tres años,
y engendró hijos é hijas.
i 1 0. 1.17.
f Heb.
partición.
" Dbu. 1. 28.
6 SaL 49. 11.
Pro. 10. 7.
Dan. 4. 80.
' ver. 9.
Luc. 1. 51.
<< Cap. 18. 21.
« Sal. 65. 9.
Hech.a.6.
tHeb.
eoitfnrion.
/Cap. 10. 14.
lCr.1.17.
xc
QNffm»^ XII. xxp.
A.ai9tt
ICt.h».
I
• Cap. -i?. 20.
7.4. IS.
54.9.7.
HHlT.4.
flc(L7.«.
Ub.lL».
'Cn.lS.1&
7S.4.
'Dm.I1.I0l
14 Y «ivM Siüa trdnt» a&m» ; «ii«fii-
15 Y títíó Sala, detpae» qiM eagmiátó
i HflbaiL o«atr<ic<«iitM y trw «Am, y «v-
18 Y vi«w Heber tninU y «oatr» aikoa.
17 Y Tivki Il«berj dMpue* que «mw-
dro 4Pd«a, cuatMoientot y txfonta «noa»
y «aaendro hl|Q« é hQas.
18 Y TÍTfa} FíQteg trvinu aflos, y engsn-
dróilUu.
19 Y vivió Pdeg» dwpiiw qn» eogc».
Aró k Rew, dMotsntos y Mwve a&ot, x
SO Y R«a viril} tnista y don tJk»» y
•ngOMlnS á S«rag.
81 Y vivió Bctti, d«apucB que engendró
i 9vt9g, de«si«iit«>t j «itte aflm, y en-
gendró n^os e hUat.
W Y vivi^ antvg tniata afiot. y en-
gendró á NaehA^
S3 Y vivió Satug, después que engen«
dró 4 NM»bdx» doecientoa afloe« y engeo-
dRShUoaóhüa*.
M Y vivió Nacfate veinte y nueve afloi,
y «n«ndió 4 Tbare»
85 Y vivió Nachór, después que aoMn-
dnS 4 Tbaie» eieato dle» y nueve ainos,
y «naeodió hitos ó 14}as.
88 Y vivió Thaie setenta aflos» v en-
gwidió 4 Abram, y a Haehñitg, y 4 Ha-
87 Y Y estas ton las genanoiones de
Thflse t Tkare engendió 4 Abram, y 4
NaoMr* y 4 Havaa» y Harán angeíadxó
áliOt.
88 Y maxló Haraa antes de sa pa¿bre
Tbafe en la tiaara de sa natutaleía, ea
Ur de los Caldeos.
80 Y tomaron Abram v NaohAt para
Ú asugeves ; el nombra de la mugex de
Atntaa» ytaá Sarai,* 7 «I nombra de la
moger de NachAr, Milca', IxUa de H»<
na« padre da M iloa, y de Isoa.
80 Mas Saiai fuá estéril*» y ao ütéa
hfio.
81 Y tomó Thare 4 Abeam au htfo, y
4 Let b^jo da Haraa^ hOo de su bi}o, y
4 Saial su ouem, mujer de Abxaaa sd
bUot y «alió «oa «lloa de Ür de los Gal-
déos^ para ir 4 la tienta de Ch^sami: y
vinieron hasta Harán, v asentaron allí.
as Y fueron los dias de Thare doscien>
toa y efaMo aAosi y mulló Thaie en Ha-
'JSSS'l
CAPITULO XII.
JDü üs «Maefoa d» Abrwm, 4» mu
dpmu, f da (» (H# Mont
JSMpto.
EMPERO Jehová haUa dkho* 4
Abram, Vete de tu tierra, y da tu
|iv«n«ila»y da la «aia da tu pedífe, 4 la
tienn. que te mostraré i
8 Y haié de tí una nadan srande^, y
bendecirte he, y «ngrandaoare tu nom^
ba«, / < sat4s hqadiclon.
8 Y baadeoiré 4 lea < qaa ta bendUenn,
y 4 los que te maldUecen maldeofré: y
aeiéa benditas en tí todas las fbmili«s de
4 Ynwva Abram* como Jdt9T4 le dUa«
y flió con él Lot : y era Abram de edad
da «teola y elnea afioa onando salió de
i
• Y tomé Alvam 4 Saial su mujar, y
4 Lot h^o de su hermano, y toda to
kasindaquA hablan gnado, y las afanas
que hablan adquirido en Harán, y aatl-
tam para ir 4 tienta da Cbánaan j y 4
lena da ChAnaan Uegnon.
8 Y Y jpasó Abram pot aquella ticsra
asta al loiar da Sicbém, hasta el valle «
da Meiah t y al Cananéa estaba entooaas
anla
7 Y epavaoió Jéhttwé/ 4 AbiM». y h
dUo. A «« simi«niw davó eala« iNnra*
Y edineó allí un altar A 4 /ehova, qua la
habla apoecidok
8 Y Y pasóse da afli 4 un monte al
orienta de Bethd, v tendió su tienda,
ienim4« 4 Bethal' al oocUcnte. y Hal al
oitentei y edificó alU altar 4 •rabav4, é
invocó el nombre de Jehov4.
9 Y movió Abram de aUi caminando y
yendo -h4oia el mediodía.
10 Y Y hubo baaobre en la tieraa* y
descendió Abram 4 Egipto para pera-
grloar al14 i porque em grande el nanin
bie «:^ la tisCTa.
11 Y aconteció que. cuando estaba pata
eat^ws en S^p^ dyo 4 Sara! su wxajfit :
Hé aquí ahwa» coooiqo qua eaea maje*
hermosa de vista ;
18 Y ter4 qua ovando te habrán visto
loa Edpolos, dii^, Su mv^em es : v ma
matar&n 4 mí, y 4 ti ta rusunaiau la
vida.
18 Ahora- pues d( oua ares mi har'«
manaA, pain «ua yo oava bien par ca-
usa tuya, y viva mi alma por amoa
de ti.
14 Y aoonteoió qua, ecsao entró Abram
en Egipto, kM Egipcloe vieron la mt^
que era hermosa en gran manara.
15 VióiNMtla tanabien los príaolpes de
Faraón, y s^ la alabaran i y fbó llevada
la mujer 4 casa de Faraón.
16 JS hiao Mea 4 Abiam per cansa da
ella, y tuvo ovejas, y vacas, y asnos» y
siervos, y oriadas, y asnas, y oamaUas.
17 Mas JehoT4 hirió' 4 Faraón y 4
su casa con grandes plagas, por causa
de Sarai n>^i|)cgr da Alnamt
la Eatonees Faraón llamó 4 Abram^
y le dyb, ¿ ^ué es esto que has itaoho
conmigo ?» ¿ Por qué no ma declaraste
que ara tu mujer ?
19 ¿Por que d^Ute, Es mi beimana,
poniendoma en oMsion da tomarla paaa
mi por mujer ? Aboxa pues, ba aquí ía
mtuer, toma^ y vete.
SO Entonces Faraón dio orden • 4 «m«
gentes acerca de Abram; y le acom-
paSaxon, y 4 su mujer, con todo lo qua
teaia.
CAPITULO XIII.
Sep^Mue Abram 9 Lot a eauaa da m grande
«ipuleneia.por M frica de ta pea. Lot eteoge
•H territorio etrea del Jordán, y Abram
kqbUa M la tierra de Caaaamt doada Libe
le remueva iapromeea.
SUBIÓ pues Abram del Egipto b4oi4
el mediodía, él» i su mujer» con todo
lo que tenia, y con el Lot.
8 Y Abram era riquísimo en ganado»
en plata y oro.
9 Y volvió por sus jomadas ie la parle
del mediodía hacia Bethel, hasta el lu-
gar donde habla estado antes su tienda
entre Bethel v Hai,
4 Al lugar ael altara que habla hacho
allí antes : é invocó aUi Abram el nom-
bre de Jéhováu •
5 5 Y asimismo Lot, que andaba coh
Abram, tenia ovqas, y ▼«Vcas* y tiendas.
6 Y la tierra no podik darlesb para
que babitasan juntos :. parque su haci-
enda era niucha, y no podían morar ea
un mismo lugar.
7 Y hubo contienda entre los pastores
del ganado de Abram y los pastores dal
ganado da Lot: y d Cananeo y el Pbe-
rezóo habltatwn entonces en la tieira.
8 Entonces Abram dijo 4 Lot: Ifo
haya abora altcroado« entre mi y tí»
entre mis pastorw y loa tuyos» porque
somos hermanos.
9 (! No eetá toda la tierra debmta da
ti ? Ya ta rasgo qua ta «saetas de nií.
/Cap. 17. L
yllL
'Cap.l&Ub
7ILI8.
y 17. 8.
OA«.'l&
* Osp. IS. 4.
18.
yM.SB.
y 88. SO.
<0»p.l8.U.
»cap.so.t.
y Sil 7.
IIOMS.
91.
Sal. 106. 14.
■•Ch).;o.io.
yS&lO.
*PniT.si.i.
• Gap. IS. 7,
8.
» Gap. ae. 7.
•ni. 114.
H0lbU.14
A. a dr. 1918.
OENEStS, XIV, XV.
A.C.«tap.in8.
•Oap.19.3t.
fii.19.49.
/lÉ.a.8.
' Oftp. li. I
'1(^.18.20.
a ñi. i. 7.
8.
• C»p. 19. 7.
k C»p. I£. 9.
7 2^. 17.
7 «.14.
Svu S3. 10.
Den. 1. 10.
lBay.4.90.
Jer. 88.32.
<Cm.l8.1.
y 87. 14.
81 fiítm á la taaao iuiBlerdft, yo Iré
k la derecha ; v •! td á 1» derecha, yo
Iré & la iaquierda.
10 Y alxó Lot sus ojee, y vló toda la
Ilaaim del Joidan, qne toda ella era de
rieco» antes ave de¿üruyese« Jehová á
Sodoma y á domom, como un huerto/
de Jehoi^, como la tiara de Egipto en-
trando en Zoar ff.
11 Entonces Lot escogió para sí toda
la llanura del Jordán : j partióse Lot de
Oliente, y apartáronse el ano del otro.
19 Abram asentó en la tierra de Ca-
naan, y I<ot asentó en las ciudades de la
llanura, y ftié poniendo sus tiendas hasta
Sodoma.
18 Mas los hombres de Sodoma eran
malos y pecadores^ para con Jehová en
gran manera.
14 Y Y JehoT& dtio á Abram, después
que Lot se apartó oe él, Alza úiora tus
cgofl, y mira desde á lugar donde estén
hacia el aquilón, y al mediodía, y al
oriente, y al ocoidente :
16 Porque toda la tierra que ves, la
daré & tí y á tu simiente • para siempre.
16 Y haré tu simiente como á polvo &
de la tierra ; qne si alguno podrá contar
el polvo de la tierra, también tu simiente
sera contada.
17 Levántate, vé por la tierra á lo
largo de ella, y & su ancho, parque & t(
la tengo de dar.
18 Abram, pues, removiendo su ti-
enda, vino y moró en el alcornocal de
Maniré', que et en Hebron, y edificó
allí altar á Jehová.
CAPITULO XIV.
Abram, habiendo derrotado í Chadarlaomar y
demoM reyee iSiadoe, libra del emttíverio á
Loíi f recibe ¡a bendición del rey y eaeerdoU
Mdehttedeeh, al e*ud o/reee d diemno de todo
el botín.
Y ACONTECIÓ en los dias de Am-
raphel rey de Shinar, Arloch rey
de Elasar, Chedorlaomer rey de Elá, y
Tidal rey de naciones,
9 Que ettot hicieron guerra contra Bera
rey de Sodoma, y contra Birsha rey de
Oomcna, y contra Shinab rey de Adma,
y contra Shemeber rey de Zeboim, y
contra él rey de Bela, la cual es Zoar.
3 Todos estos se jimtaron en el valle
de Siddim, que es el mar salado.
4 Doce aikís hablan servido á Chedor-
laomer, y al decimotercio año se rebe-
laron.
5 Y en el afio decimocuarto vino Che-
dorlaomer, y los reyes que estaban de su
parte, y derrotaron á los Kaphaitas en
Ashteroth - camaim, & los Zuzitas en
Ham, y i los Emitas en Shave-Kiri-
athaim,
8 Y á los Horéos en el monte de Sdr.
hasta la llanura de Phatan, que eetá
Junto al desierto.
7 Y volvieron, y vinieron á Enmisphat,
que e« Cades, y devastaron todas las
haciendas de los Amalecitas, y también
ai Amorrhéo, que habitaba en Hazezon>
tomar.
8 Y salió d rey de Sddoma, y el rey de
Gomorra, y el rey de Adma, y el rey de
Zeboim, y el rey de Bela, que e» Zoar, y
ordenaron contra dios batalla en el valle
de Siddim ;
9 Se á eabtr contra Chedorlaomer rey
de Elam, y Tidal rey de naciones, y
Amraphel rey de Shinar, y Ariooh rey
de Elasar, cuatro reyes contra cinco.
10 Y el valle de Siddim eitaba lleno de
pozos de betún: y huyeron el rey de
Bodoma y el de Gomorra, y cayeron
allí ; y los demás htiyeron al monte.
11 Y tomaron teda la rlqtteca de Sodo-
ma y de Gomorra: y todas ras vitua-
llas, y se fuéfon.
19 Tomaron también á Lot, h^o del
hermano de Abram, que moratw* en
Sodoma, y su hacienib, y se fueron.
18 ^ Y vino uno de los que encapó, y
denundólo á Abram el Hebreo, que
habitaba en* el valle de Mamre Amor-
rhéo, hermano de EschOl y hermano de
Aner, los cuales estaban confederados
con Abram.
14 Y oyó Abnm que m hermano es-
taba prisionero, y armó sus criados, loe
criados de su casa, treedentoe diez y
ocho, y slgviiHoa hasta Dan.
15 Y derramóse sobre ellos de noche A
y sus siervos, é hiriólos, y nieles siguien-
do hasta Hobah, que «ttá & la iaquierda
de Damasco.
10 Y recobró todos los bienes, y tam-
bién á Lot su hermano, y su hacienda»
y también las mujeres y gente.
17 Y Y saUÓ d rey de Sodoma 4 red-
birlo, cuando volvía de la derrota de
Chedorlaomer y de los reyes que con él
estaban, al valle de Shave, que es d valle
del Bffe.
18 Entoneet Melchlsedech ', rey de
Salem, sacó pan y vino, d cual era sa-
cerdote* dd Dios alto.
10 Y bendQolo, y dijo. Bendito sea A-
bram del Dios alto, poseedor/ de loa
oídos y de la tierra:
90 Y bendito sea d Dios alto, qne en-
tragó tus enemigos en tu maso. Y dióle
Abram los dieunos^ de todo.
91 ^ Entonces d rey de Sodoma dfjo
á Alñam ; Dame las personas, y toma
para ti la hacienda.
99 Y respondió Abram al rey de So-
doma: He alaadoA mi mano a JehovA
IHos alto, poseedor < de los délos y de
latienra,
88 Que desde un hilo hasta la eonea
de im cdzado nada tomaré de todo lo
que es tuyo, porque no digas. Yo enri-
quecí ik Abfam :
94 Sacando solamente lo que ownleron
los mancebos, y la pordon oe los varones
Se ñieron conmigo, Aner, Eecol, y
amve ; los ouales tomarán ra parte.
CAPITULO XV.
JR Señor promete d Abram mi htío heredero
de ene Avinat promeeae. Me JusHfleodo por
su/ét y Dios hoMeo» Htm solemne paelo.
DESPUÉS de esta* cosas Aló la Pala-
bra de Jehová á Abram en visión,
didendo* : No temas Abram, yo sojf tu
escudo ft, j/ tu galardón sobremanera
grande.
9 Y respondió Abram, Seflor Jdievá,
¿ qué me ñas de dar, siendo mti que ando
sin 14}oe, y el mavordomo de mi casa es
ese Damasoeno, Eiiecer ?
3 D^ mas Abram : Mtra qoe no me
has dado prole; v he aquí que es mi
heredero uno nacido en mi casa.
4 Y hKgo U Pahd>ra de Jdiová JM A
él, diciendo. No te heredará este, sino
el que saldrá de tns entraflaa stfá d que
te herede.
5 Y sacólo Alera, y dijo: Mira ahora
á los cielos, y cuenta las estrellas', si
las puedes contar. Y le diJo«, Así será
tu simiente.
6 Y creyó á Jehová, y oontóselo/ pov
justicia.
7 5 Y dijole. Yo soy Jdiová, que te
saqué 9 de Ur de los Cddéos, pan darle
á heredar esta tierra.
8 Y él respondió, Sefior JdiOvá, i «n
qué* oonocéré qne la tengo de heredar ?
9 Y le dijo. Apártame una becerra de
•Om.18.1?.
1 lim. 6. 9.
tCap.18.18.
« a Bam. 18.
18.
d Heb. 7. 1.
• 8d. 110. 4.
Bsb.ft.e.
y7.8,U.
/ver. 22.
F Heb. 7. 1,
10.
Ik Bz. 6. 8.
«ver. 19.
• Gap. 46. 2.
Kan. 19. 6.
I>ui.l0.1.
ftDen.88.aB.
Bd.84.U.
7 91.4.
y U». 114.
Pro. 80. &
• Bech. 7. 5.
d Dsn. 1. 10.
BeKU.ia.
•Bom.4.18.
/Bom.4.3,6.
Gal. 8.ft.
Bant<>.2.23.
V Cap. 12.1.
fcJaec.6.17.
8Be7.a>.8.
Lao; 1. 18.
AG«lB.l»U.
GHüfissDS,' XVI, xyn.
,c.in]
•'JeE.M.18,
1».
: 13.
íBz. 1X401.
Hedí. 7. C.
<Sx.tt.S0L
t
I
, I,».
'1M.118.
una tortols
aflo*, y ana oolira de
m ciaiiw.iu ds tío a&oSf
también, y un palomiiio.
10 Y tomó & todas estas cosas, y ' par-
tidlas por la mitad, y puso oada minad
una en frente de otm : mas no pattió las
aves.
11 T dcseendian a«ea sobie loa cueipos
muertos, y oie&t>alas Abrsm.
19 Mas i la calda del sol sobracogliS)/
el snefio á Abram, y hé aquí que el
Kor de ana grande oscnridad c«yó so-
él.
IB Entonces d^o á Abnun, Ten por
cierto que tu simiente será ptñregrina en
tierra no cuya, y serTir& á loaA d» afi4,
y s«án f>^ €Um afligidos oaatrooientos
afios.
14 Mas también k la gente á quien ser-
Tiién, Jnxgaré f o ; y después de esto sal*
dr&n con grande' riqueza.
15 Y td vendíes i tu» padres en paz»y
serás sepultado en buena T^e*«.
16 Y en la cuarta generación volverán
acá: porque aun no ettá eumpUda la
maldad del Amoirhéo haaU aquí •.
17 Y sucedió que puesto el sol, y ya
eaenrecido, d^óse ver un homo bome-
ando, y una antorcha de fiíeco que pasó
por entre loa animales dividióos.
18 En aquel dia hizo Jebová un pacto
con Abcam diciendo, A tu simiente
daré esta tierra desde el rio de Egipto
hasta A rio grande, él rio Eufrates i
19 iios Ctnéos, y los Céneseos, y los
CednMmóos,
90 Y los Hethéos, y los Fhereaéos, y
los Raphaltas,
91 Y los Amorrháos, v los Cananáos,
y loa Geigesáos, y los Jebuséos.
CAPITULO XVI.
Jkttoaa Paral del emmpUmlenio it tai mró'
metas de Dice, rve^a á Abrem fw tome
por mufer tí em eedaoa Agar. Coneüieeela,
m porta mol ooa a« ama, íffin<amente pare
éfemaeL
YSARAI mi^ de Abnun no le
parias y eBa tenia una sierva £•
gipcia, que se llamaba Agar*.
9 Dijo pues Saral á Abram, Ya ves que
Jehová me ha heoho estáill! ruégate
que entres ^ & mi sierva ; quizá tendré
b^os de tíia. Y atendió Abram al dicho
deSaiBi.
8 Y Saral, miOer de Abram, tomó á
Agar su sierva Egipcia, al cabo de diez
a&a que habla habitado Abram en la
tiena de Canean, y dióla á Abram su
marido por mt^er.
4 Y A cohabitó con Agar, la cual con-
cibió : j cnauído vló que habla ooncebido,
miraba con desprecio á su sefiora.
0 Entonces Saral di|}o á Abram : Mi
afrenta eea sobre tí : yo puse mi siorva
en tn seno, y viéndose embarazada, me
mira oon desprecio : juzgue Jehová en<
tie mi y ti.
« Y respondió Ahram á Saral, H¿ ahí
tu sierva en tu mano ; haz con ella lo
qpe bfen te pareciere. Y oomo Saral la
«eígiese, huyóse de su presencia.
7Y baUóla d ángel de Jehová Junto á
una fuente de agua en el deaieito. Jun-
to á la fuente que está en el camino del
Sur.
8 Y /« dJi}o : Agar, sierva de Saral, ¿ de
donde viene» tu, 7 á donde vas ? Y ella
respondió. Huyo de delante de Sarai mi
aelk>nu
9 Y dfiola el ángel de Jehová, Vuélvete
4 tu saflova, y ponte sumisa* b^|o de su
mano.
10 llQola también el ángtí de Jehová,
MuMpliearé tanto tu limQe, que no será
contado á causa de la muchedumbre.
II DUola «un el ánael d» Jdiová^ H<
aquí que has eoncebádo, y parirás un
h\jo, y llamarás su nombre Ismael fi
porque oido ha Jehová ta afliedon.
18 Y él será hombre fiero' ; su mano
oontra todos, y las manoS' de todos con-
tra él, y delaáte» d» todo» sus hermanoa
habitará.
' 13 Entonces llamó di nombre de Jdio»
vá que con ella hablaba, Tü rrte el Dloa
de la vista; poique dl}o, ¿no he visto
también aquí/ al que me ve ?
14 Por lo cual llamó al poso. Poro del
Viviente, y que me vé. Hé aquí «ed
entre Cades y Bered.
It Y parió Aoar á Abram un hUo, y
llamó Abiam el nombre de su Ujo, que
le parió Agar, Ismael.
18 Y era Abram de edad de ochenta y
seis afios, cuando parió Agar á Ismari.
CAPITULO XVII.
Renmeva <l SeUor mae partíevlarmeate ras
promeeat al pairiena Abram, dándote la
tejfde le etrtvneieúm, V miidatidob «I «0»-
bre d a 9 d BaraL
Y SIENDO Abram de edad de no-
venta V nueve afios, «parecióle Je-
hová, y le dijo. Yo «oy el ÍMos* Todo-
pederoto ; andai delante de mi, y sé
perfieoto.
9 Y pondré mi pacto entrc mí y tí, y
mulüpllearte be mucho en gran manera.
8 Entonoes Abrank cayó sobre sn n»>
tro, y Dios habló con él diciendo,
4 Yo, he aquí mi pacto contigo. Serás
padre de muchedumbre* de gentes.
5 Y no se llamará mas tu nombre A-
bnunf , sino que será tu nombre<< Abnu
ham t> porque te he puesto por padre «
de mucnedumbre de gentes.
6 Y multiplicarte be mucho en gran
manera, y te pondré en gentes/, y reyes
saldrán de tí.
7 Y estableceré mi pacto entre mí y tí,
y tu simiente después de tí en sus gene-
raciones, por alianza y perpetua, para
serte á tí por Dios, y á tn simiente des-
pués de tí.
8 Y te daré á tí, y á tu simiente de«-
pues de tí, la tierra de tus peregrina-
dones, toda la tierra de Canean en he.
redad perpetua* : y seré el IMos de dios.
9 Dijo de nuevo Dios á Abraham, Tü
empero guardarás mi pacto, td y tu si-
mleme después de tí por sus genera»
clones.
10 Este eerá nú pacto, que guardaréis
entre mi y vosotros, y tu simiiente des-
Sues de tí ; Será circuncidado todo varón
e entre vosotros.
11 jCixennddaréis pues la oame de vu-
estro prepucio, y será por< seüal dd pac-
to entre mí y vosotros.
19 Y de edad de ocho diaa será oircun-
ddado todo varón entre vosotros por
vuestras gencradones, d nacido en casa,
y el comprado á dinero de cualquier ex-
traqjeio, que no (bere de tu dmlente.
13 Debe ser drcuneidado d naddo en
tu casa y d comprado por tu dinero : y
estará mi pacto en vuestra cante para
alianza perpetua.
14 Y el vaxon incircunoiso que no ha-
biere circuncidado la oazne de su pi».
pudo, aqudla persona aera borrada de
su piieblq ; ha violado mi pacto.
15 ^ Dijo también Dios á Abraham, A
Sarai tu mujer no la llamarás Saxai, mas
Sam t será su nombre.
18 Y bendecirla he, y también te daré
da ella hijo ; sí, la bendedré, y vendrá
á ser madre de naciones I reyes de pueblos
soándeella.
17 Entonoes Abraham oayó sobre sn
rostro, y rióse, y dUo en au eocanm.
f Heb.oMi
de Dior.
dCap.SL.n
*Osp. 25.18
/GBP.S2.80.
Jaec. 6. 2S,
as.
y 13. as.
«Bz. 6.S.
Dan. 4. 35.
6Csp.4S.15.
8Be7.a0.3.
•Cap. 13. 16.
y ai 17.
fHeb.
ptidre ttUo.
d Séh. 9. 7.
fHeb.
padre de
midiitud.
«Bom.4.17.
/ver. 16. 90.
Gsp. 35. 11.
9 Lev. 26. 12.
Heb.11.16.
A Cap. 48. 4.
> Hecb. 7. 8.
Rom. 4. 11.
Col. 2. 11.
18.
fHeb.
Prinoeea.
.
JL.CÍUM.
CffiSTBSIS, XVHL
A.CL ISM
t Otp. 21. 3.
o Cap. 13. 18.
y 14. 18.
¿Clip.19.1.
« H«b. 18. 2.
<'Gkp.i8.a4.
<Jaae.ft.9S.
/ver. 14.
Gbd. 17. U.
yái.a.
aB0]r.4.1«.
B4iin. 9. 9.
OflL4.a8.
¿■A homln» dto oten aftoc ha de tiae«r
h^t i Y San ;• de aoventa «ftoa ba
de parir?
18 Y dijo Abnham á Dk», Ojalá Is-
nael Tiva delante de ti.
I» Y retpondló Dios : Ciertamente Son,
ta mujer te peefaA «n Ihjo, y Uamaráa
•u nomine Isaac ; y confiTmaré mi pac-
to con 41 por alianza perpetua para su
simiente después de A.
50 Y en cuanto á Ismael lambítn te he
oido: Hó aquí que le bendeoiré, y le
haié fructificar y muitiplioar mudio en
gran manera : doce prucipes engendra-
rá, y ponerlo he por gran gente.
51 Mas yo estableceré mi paoto con
Isaac, al cual te parirá Sera por este
tiempo el afio siguiente*.'
SS Y acabó de hablar con él> y subió
Dios de coa Abraham.
S8 Y Entonces tfnaó Abnham á Is-
mael su hUo, y á todos loe Hervat naofc*
dos ea sn casa, y á todos los comprados
por bu dinero, á todo raron entre los
domésticos de la ca-a de Abraham, y
eircuncldd' la carne del prepucio ds ell^s
ea aquel mismo dia, como Dios le haUa
dicte.
t4 En- Abraham de edad de noventa
y nueve aflos, cuando circuncidó la ear<
ae de su prepaelo^
as E Ismael ta hijo era de treoe a&oe,
etiando fbé oireuncüdada la carae de su
prepucio.
9o En el mismo cUa ftiá cfarcunoidado
Abraham á Ismael su hijo :
87 Y todo» los varones de ta easa, el
Hemo nacido en oasa y el comprado por
dinero del estm^Jers ftieron ciwunci*
dados con él.
CAPITULO XVIIL
Tres (fli^rk* «n trage de pereipritUM, hotpedih-
dM t ofouifaéoe de Ai^akam^ U prometen
tmk\fod«B»a. Q|M«A>lft mIo, m rfe, y m
reprendida por loe dn^Ou. Predicen <r ^
braham ¡a ruina de Bodonta, por la cual
iniereede repetida» V«m<.
Y APARECIÓLE Jehová en el vaHe
de Mamrea, estando sentado á la
paerta de se tienda en el oalor del dia :
• Y alzó sus ojos, y miró, y he aquíA
tres varones ^ue estaban junto á él : y
cuando los vió, salió corriendo de lá
puerta de su tienda á recibirles, é incli-
nóse hacia la tierra.
8 Y d^o. Señor, si aihem he hallado
oraoia en tas qjos, ruégote que no pascs«
de tu- siervo.
4 Que se traiga ahon un poco de a-
Kua^ y lavad vuestros pies, y recostaos
aeiia|o de un ártwl,
5 Y traeré un bocado de pan, y susten-
tad vuestro oorason ; después pasaréis :
poique por eso habéis pasado cerca de
vuestro siervo. Y ellos acerca. Has así
come hü diclw.
6 Bntoaoes Abraham foé de priesa á
te tienda á Sara, y le dijo : Toma presto
tres medidas de flor de harina, amasa' y
has panes cocidos debajo del rescoldo.
7 Y corrió Abraham á las vacas, y tomó
an bacenro tierno y bueno, y diólo al
moio, y diese este priesa á aoóczarlo.
8 T^ó tamt>len manteca* y leahe, y
el becerro que, habia aderezado, y pdsolo
delante de ellos { y él estaba Juxíto a ellos
debido ^ árbol, y comieron,
9 Y le dijeron. Donde está Sara tu mu-
jer? Y él respondió: aquí en la tienda.
10 Entonces d^o. De cierto volveré/
á tí a«gnn «1 tiempo de la vida, y hé
equl tendrá un hlio San tu mitjñ. Y
Sanaiauehabaálapaeru de la tienda,
qaessteia detras d« el.
11 Y Abnham r fian «roa vli^Jcef , e».
tmdos en dias : á San habia cesado ya
la costumbre de las mt^jeres*.
15 Hióse pues San eiitve si' dieiendo,
i Deraues que Iw envejecido tendrá d»^
ueitee, siendo también misefior «m vi*.
^oí?
18 Entonces Jehová d|jo á Abtaham,
¿ Porqué se ha teido San didendo.
Será cierto que he de parir siendo ya
vi^aP
14 ¿Hay pan Dios alnna cosa difl-
cil «• p Al tiempo sellalado volveré á tí
según el tiempo de la vida, y San tendrá
anhifó.
16 Entonces San necó dioiendo. No
me reí : porque tuvo miedo. Y éi di^o.
No ea a«i, sino que te has reído *•.
10 Y Y los varones sé levantaron de
allí, y mtiánm hada Sedan» : y Abn-
ham Iba con ellos aoompaftandolos.
17 Y Jehová dijo, a Encubriré* yo á
Abrabam lo que voy á hacer,
18 Habiendo de ser Ainahara en aaa
nación nande y fherte, y hsWendo de
ser benditas ^ «n él tedas las gentes de la
tierra?
19 Porque yo lo he conocido, «á que
mandará á sus hijosf, y á sn casa án-
pues de il, que guarden el camino d«
Jehotiráy hectendo justicia v Jqleio, para
que haga venir Jehová sebie Abtanam
lo que ha hablado acema de él.
80 Entonces Jehová le d^. Por cuan-
to el alamor de Sodoraa y Goraerr* se
aumenta mas y mas, y el pecado de ellos
se ha agnvado en estranao,
81 Descenderé'' ahora, y veré si han
consumado sn obra aegun el clamor que
ha venido hasta mí ; y si no, saberlo he..
98 Y apartáronse de aUí los varones, y
fueron oácia Sodoma : mas Abraham
estaba aun delante de Jehová.
88 Y Y aoeroó-e Abraham y d^o,
¿Deatruiíás también al Justo con el
impío?
84 Quizá hay dneaenta Justos dentro
de la oindad i ¿ destruirás también, y %o
perdonarás al higar por cincuenta justoa
que estén dentro de el ?
. 8S Lejos de tí el hacer tal, qne hagas
morir al justo con el impío, y que sea el
justo tvttImJo como el impío ; aunca tal
hagas. El juez de toda la tiem«, ¿ m»
ha de hacer lo que es justo ?
'96 Entonces respondió Jehová, St faa<
liare en Sodoma cincuenta justoa * den-
tro de la. ciudad, perdonare á todo este
lugar por amor de ellos.
87 Y Abraham replicó y dUo: Hé aquí
ahora qne he comenzado á hablar á tai
Seftor, aunque sov polvo y ceniza « :
88 Quizá nltarán de ctnoueata Justos
cinco : ¿ destruirás por aqudloa cinoe
toda la ciudad ? Y dijo. No la destru-
iré, si hallare allí cuarenta y dnoo.
89 Y voMó á hablarie, y d^. Quizá
ae hallasen allí coaicnta. Y icqionditf,
Nol0 haré por amor de los cuarenta.
80 Y di)o. No se enoje ahora mi Seiloiij
si hablare: Quizá se hallarán allí tre-
inu. Y respondió. No lo haré si ha-
llan alU tretaMa.
81 Y d^, Hé aquí ahon one he em-
prendido el halilar á mi Señor : Quizá
se hallarán allí veinte. No la destruiré,
respondió, por amor de los vdnte.
88 Y volvió á decir. No se enoje ahon
mi Señor, si hablare solamente una
vez« t Quizá se hallarán allí dlsa. No la
destruiré, respondió» por amor de loa
diez.
88 Y fílese Jehová hi0go qne acabó de
hablar á Abraham t y Abraham sé vol.
vió á tu lugar.
' Boas. 4. 18.
Heb.lLU,
18.
«^Oap.S1.8i.
• Cap. SI. é.
ic Lne. 1. 18.
(IPed. 8.8.
*J«.82.17.
liuc 1. 87.
"Sal. 44. 81.
«8al. 25.14.
Amos a. 7.
Juan IS. ló.
'Cayuca.
í Deu. 4. 9.
10.
Bsl.78.fi.8.
se 6. 4.
••Cap.ll.fi.
Bz.8. 8.
< Job 8. S.
LS4.17.
ti. 68. 11.
Bom. 8. 6.
< Jer. 6. 1.
•Job 4. 19.
*Jnec.8.89.
i.a
QEnasn ziz.
A.<L
•Ckp-u-as.
>J«eJ».i
'lm.U.n.
IVii.aB.1T.
BM.1.M.
I Cor. «.9.
I U.
Jm1m7.
/C^. 18.30.
•«H
CAPITULO XIZ.
N'ffamda éltobuiom dt lo$ SodomMaB, Im em
ala atm iadm$ atfwriM ftl^fnefu M eMo :
dtaUUrUHkéLaUméotéugtíuimkmí*-
pean. Gatttg» A b na^ 4» JUotí t im-
auto da ata con jui do» Av<u.
LLEGARON pues Im do» Aogriw
á8odMMátec«ld«delat«rde: y
Lok Miaba smtado 4 U imnrta de So-
donuu Y Tianloft* Lot, leTant<ÍM 4
recibirlos, é inolinóce hada el twio,
9 Y d^o, Akera pmn, mia i«AQr«f> «•
niego que ▼angaU & «aia de mcstro si-
ervo, j os hospedéis* j lamuéis vuatroe.
pias: y poc La maflana os levantaréis, y
aqguiítéia vnesHrQ eamiiio. Y ellos Tes>
pondléron, No, Que tu la pUaa nm
qpiedaefmea eala neche.
8 Mm éi porfió «on ellas mueho» y ta
«InláraB oea A, y «ntnron en mí oaea,
é hízoles banquete, y cooió panas iha
lavadura, y eoñléroo.
4 *f Y aaiBi <iue se aeostasan, «ana»
ron la can loe hombres de la ciudad»
loa TaroaBs da Sodoma^ todo el pueblo
Junte, desde ti mas j<W«n hasta el anas
vi^o:
5 Y llamaron á Lot, y le d^enm,
/ Donde uioi» loa varanes, qpie Tinieroo
i tí esta* aeche? sácanoslos, para que
loa «anoacamoa<
8 Entonces Lot salió á ellos á la puerta,
y eeoró laa poertaa tns a(,
7 Y diioi Os mam. hermanos mios»
qne no iiagaia tal maldad •.
8 Hé tqai aham yo lenao dos hijas que
no haa eonoeldi»» varonil es las saoaxó
afuera, y haeed da días como Uen oa
paieeMBe: solamente 4 celos varones 90
hagáis nada, pues qae vinieron 4 la
aosnfaia de mi t^ado.
9 T ellos respondieran. Quita aU4: y
afladlenm. Vino, esle aquí paia habátat
camo «n cztnfto» y habt4de origine en
Jnea ? Ahora te haremos mas nal qae
4 eUes. Y hadatt gran vidanaia al va-
nm, 4 Lot, y se aoerGanm pora lemper
lenpoeitaa.
10 Entoacea los varones alargaron la
mano, y metienm 4 Lot en casa oon
cUoa, 7 cfknaen las puertea.
11 Y 4 loa boeabces que «ttaUm 4 la
puerta de la casa, desde d menor hasta
d meyor, htaderon* con oegueni} mas
eüoe sníhMgwban por hallar la pneita.
19 Y dUenm los varones 4 Lot, ¿ TI-
enes aquí alguno maa ? Yemoe, j loa
hüos, y «08 UJaa, y tod» lo qae tienes
en la ciudad, sacado de este lugar :
18 Porque vamos 4 destruir este higer,
per cnanto d demnrdles ha subido de
mata/ delante de Jehov4; por tanto
Jehov4 nos ha enviado para dMtruirlo.
M BatcMes sitio Lot, y habló 4 sus
yernos, los que hablan «he tomar ene
h^aa, y lee dJj<y, Levantaos, salid de
este lugar t poiqa» Jehov4 v4 4 destruir
ciudad: mas pareció 4 sus yamoe
o que se borlaba.
1* ^ V al rayar «1 alb«, los 4ngeles da»
an priaa 4 Let diciendo. Levántate,
toma tn mcóc» 3 *tie dos hUas que se
hallan o^kí, porque no perecees en d
caaUflo da la oiudalL
18 Y dnfridawhwn él« loa varonee asi-
anm da su mano, y de la mano de su
o^Jier, y de las manea da eos dos l^Jaa,
»egun la misericordia de Jehov4 para
oda á i y fe saoaron, y le pusieron nwra
dabidimad.
17 T fa¿ que cuando les hubo sacado
Ibera, d^o: Escapa; por tu vida no
§ tns tí, ni pases en tbda esta Ua-
d mottte, no sea que pe.
M Y Let les d^o, Mo^ yo os lueg»
eaftorce netos i
19 HÓ tqiií ahora ha hallado tu siervo
graoia en tns ^0%» y has engrandecido
ta misevioordia que has hecho conmi^
dándome la vida : mas yo no podrá es*
capar d monte, no sea eaeo que me d-
eanee d md, v muera.
JO Bé aqni ahora esta dudad míA cerca
para huir dl4, taeud ■• pequeflas esca*
paré ahora aU4, (¿no'Sf día pequefia?)
y vinr4 mi alma.
21 Y le respondió, H¿ aquí he redbido
también tu sií|>ttiia sobre este, y no des-
truiró la dudad de qoe haa hablado.
99 Date priesa, escápate all4; porque
nada podré haoer hasta que dli luuraa
llsgedo. I^r ceto ftié llamado d nom-
bre de la ciudad Zoarf.
93 El sol salía sobM la tierra, coando
Lot llegó 4 Zoar.
84 Entonces UotíóA Jehov4 sobra So»
doma y sobre Oomona azufra j fticgo
de parte de JehoT4 desde los délos ;
Sft Y destruyó las dodades, y toda a.
Suella llanura, con todos los moradores
e aquellas ciudades, y d finito de la
tierra.
96 Entonces la mij^ de Lot miró a-
txas á ttpaUat de él, y se vdvió estatua'
de sal.
97 Y subió Abraham por la — \n**T"
d lagar donde habla estado A ddaafee de
Jebov4,
98 Y misó h4da Sodcana y Oomorra,
y háoia toda la tierra de equella Uanura
miró ; y há aqui que el humo subia da la
tierm como el humo de un homo.
98 Asi ftié que, cuando destvwó Dios
las ciudades de la llanura, acordóse Dios
de Abraham, y envió fuera 4 Lot de en
medio ' de la destrucción, d asolar las
dudadas donde Lot estaba.
80 ^ Empero Lot subió de Zoer, y
asentó en el monte f, y sus dos h^tas
con él I porque tuvo miedo de quedar en
Zoar, y se alojó en una oueva él y sus
dosÚJas.
81 Entonoes la mayor d^o 4 la menor.
Nuestro padre e» vieijo, y no queda va-
rón en la tierra que entre 4 nosotras
confonne 4 la costumbre de toda la ti-
erra.
89 Ven, demos 4 beber vino 4 nuestra
padre, y durmamos con él, y oonserva-
r^mos de nuestro padre geneñdon*
88 Y dieron 4 beber vino 4 su padre*
aquella noche : y entró la mayor, y
durmió con su psioie; mas él no sintió
citando se acostó día, ni cuando se ht-
vantó. , ,
84 £1 día siguiente d^o la mayor 4 la
menor, Hé aquí yo dormí la noche pa-
sada oon mi pedre; démosle 4 bmer
vino también esta noche, y entra .y du-
erme con él, para que conservemos de
nuestro padre generación.
86 Y dieron 4 beber vino 4 su padre
también aquelU noche: y levantase la
menor, y durmió con él ; pero no eobó
de ver cuando se acostó ella, ni cuando
solevantó.
86 Y oondblaron la» dos h^M d» Lot
da sa padre*.
87 Y psorió la mayor un h^, y Hamo
su nombre Moab i, d cual et padre de
los Mosbitas* hasta hoy.
88 La menor también parió un byo, y
llamó su nombre Ben-ammíf, el cnd
e« padre de los Ammonitas hasta hoy^.
CAPITULO XX.
Abrákam pata € Ornar: etuUg» y ^HMMsa
dtl BeHor at reyAMmthth por lo «iM 4e-
fHeb.
A Dea. 99.38.
la. 13. 19.
Jar. 40. 18.
ieiii.4.4
JMIS46.9.
XatU.lB.
Lao. 17. »,
».
aped.9.e.
jvdttir.
Apoo.90.9.
<lim.l7.38.
»Osp.l8.a2.
'ver. 17, 19.
* Pro. 98.81,
88.
"Lev.18.8.7.
tHflb.
Umageie
• Den. 8. 9,
1».
f Beb.
dkiíodt
l>B0Fb.&9.
A. case. 1896.
OEKESIS, XX, XXL
▲. C. dir. 1886.
«Okp.13.18.
* Job ss. u.
M.105.14.
• Ski. 51. 4.
<(ia»m.7.S.
Job 43. 8.
Suto.&lS.
• Pr. 8. í.
/Gap. 13. 16.
+ Hebw por
dadiva d»
pos.
'ISsm.}.
21.
1AK.L68.
«Heb. 11.11.
«Oap.17.19.
tHeb.r<Mi.
DE allí partid Atarahflin á la tienra
del McÑilcNlia, j asentó entre Cades
j Sur, V haUtó como fbiasteiro en Oerar.
9 Y dijo Abxaham de Sara su mi^er.
Mi « hermana es. Y Abimeleoh, rey de
Gemr, envió, j tomó & Sara.
8 Empero Dios vino á Abimelech en
sueños de noche b, y le dijo, fik$ aquí
muerto eres á causa de la m^Jer que has
tomado, la cual es casada con marido.
4 Mas Abimelech no habla llegado ¿
ella, y dijo. Señor, ¿ matarás también
la gente Justa ?
6 ¿ No me dijo él. Mi hermana es, y
ella también dijo, Es mi hermano ? Con
sencillex de mi corazón, y con limpieza
de mis manos he hecho esto.
6 Y díjoie IMos en sueños. Yo también
s¿ que con integridad de tu corazón has
hecho esto : y yo también te detuve de
pecar contra mi<!, y así no te permití
que la tocases.
7 Ahora pues Tuelve la mujer & su
marido ; porque es profeta, y orari por
tí^, y vivirás. Y si td no la vol vieres,
sabe que de cierto morirás, con todo lo
que fuere tuyo.
8 Entonces Abimelech se levantó de
mañana, y llamó á todos sus siervos, y
dijo todas estas palabras en los oídos de
ellos; y temieron los hombre^ en gran
tpanera.
9 Después Uamó Abimelech & Abra-
ham, y le dijo: Quó nos has hecho?
y en qué pequé yo contra tí, que has
ativido sobre mí, y sobre mi reino tan
gran pecado ? Lo que no debiste hacer
Has hecho conmigo.
10 Y dijo mas Abimeleoh á Abraham :
Qué viste, para que hicieses esto ?
11 Y Abraham respondió, Porque dije
para mí * : Cierto no hay temor de Dios
en este lugar, y me matarán por causa
de mi mi^er.
18 Y á la verdad también es mi her-
mana, hija de mi padre, mas no h^a de
mi madre, y tómela por mi:^er.
18 Y fué que, cuando Dios me hizo
salir errante de la casa de mi padre, yo
la dije: Esta es la merced que td me
harás, que en todos los lugares donde
llegáremos, digas de mí. Mi hermano es.
14 Entonces Abimelech tomó ov^as/
y vacas, y siervos y dervas, y let dio á
Abraham, y devolvióle á Sara su mujer.
15 Y d^o Abimelech, Hé anuí mi ti-
erra ettá delante de tí, habita donde
bien te pareciere.
16 Y ^ Sara d^o, Hé aquí he dado mil
monedas de plata á tu hermano : mira
que él te es por velo f de qjos para todos
los que Ulan contigo, y ¡Mura con todos :
así fué reprendida.
17 Entonces Abraham oró á Dios; y
Dios sanó á Abimelech y á su mv^er, y
á sus síervas, y parieron.
18 Porque lúUa del todo cerrado Je-
hová toda matriz de la casa de Abi-
melech, á causa de Sara mtger de
Abraham.
CAPITULO XXI.
NaHmiento de liaae, y <« etreuntitio». A-
hirakam €eAa dé cata 4 Atar i Jamad.
jMmelteh kaee aUoma «m AUrahaní.
Y VISITO « Jehová á Sara, como
habia dicho, é hizo Jehová con
Sara como habla hablado.
8 Y concibió b y parió Sara á Abraham
un hijo en su ve,iez, en d. tiempo que
Dios le habia dicho.
3 Y llamó Abraham el nombre de su
lUJo que le nadó, que le parió Sara,
Isaae't-
4 Y circuncidó Abraham á su h^o
Isaac de ooho dias, como Dios le habia
mandado rf.
5 Y era Abraham de cien afios cuando
le nació Isaac su hijo.
6 Entonces dijo Sara, Dios me ha
hecho reír, y cualquiera que lo oyere^
se reirá conmigo.
7 Y añadió, ,> Quien dHera & Abra-
ham, que Sara habia de dar de mamar
á h^os ? pues que le he parido xm hiijo
á su vejez.
8 Y creció el niflo, y Alé destetado;
é lüzo Abraham eran banquete el dia
que fué destetado Isaac.
9 Y Y vio Sara al h^ de Agar la E-
Íipoia, ti cual habia uta parido á Abia-
am, que se burlaba*.
10 Por tanto dijo á Abraham : Echa á
esta slerva/ y á su hijo, que el h^o de
esta sierva no ha de heredar oon mi
h^o, oon Isaac.
11 Este dicho pareció grave en gran
manera á Abraham á causa de su
hHo.
18 Entonces d^o Dios á Abraham, No
te parezca grave á causa del muchacho
y de tu sierva ; en todo lo que te d^o
Sara, oye su voz, porque en t Isaac Ce
será llamada descendencia.
18 Y también al hijo* de la sierva
pondré en gente, porque m tu simi-
ente.
14 Entonces Abraham se levantó muy
de maflaitt, y tomó pan, y un odre de
agua, y diólo & Agar poniéndolo sobre
s» hombro, y entregóte él muchacho, y
despidióla : y ella partió, y andaba er-
rantepor el desierto de Beerseba.
15 Y V íkltóle el agua del odre» y echó
01 muchacho -debajo de un árbol,
16 Y ftiése y sentóse enfrente, aleján-
dose (jomo un tiro de arco ; porque
deeia. No veré cuando el muchadio
morirá: v sentése eniirente, y alzó su
voz y lloro.
17 Y oyó Dios la voz del muchodio; y
«A ángel de Dios Uamó á Agar desde el
cielo, y le dijo. Qué tienes Agar ? no
temas, porque Dios ha oído la voz del
muchacho en donde está.
18 Levántate, alza el muohaidto, y
ásele de tu mano, porque en gran • gente
lo tengo de poner.
10 Élntonoes* abrió Dios sus ojos, y
vio una ftiente de agua ; v flié, y llenó
el odre de agua, y «fió de beber al ma-
ehocho.
90 Y ftié Dios oon el muchacho; y
creció, V habitó en el desierto, y ñié
tirador oe arco.
91 Y habitó en el desierto de Paran I,
y su madre le tomó mi^^er de la tierra
de Egipto.
98 'T Y acontenció en aquel mismo
tiempo, que habló Abimelech y Phicol
príncipe de su ejército á Abraham di-
ciendo : Dios es contigo •• en todo cnanto
hoocs.
93 Ahora pues jiirame aquí por Dios,
que no fidtuás A mí, ni á mi nno, ni á
mi nieto ; sino que oonfbvme á la bondad
que yo hice contigo, harás til conmigo,
y con la tierra dotule has peregrinado.
94 Y respondió Abraham, Yo Jurará.
85 Y Abnham reconvino á Ammelaeh
á causa de un pozo de agua, que loa
siervos de Abimelech le babian qui-
tado».
96 Y respondió Abimeleoh, No sé qui-
en haya hecho esto, ni tampoco td me
lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta
hoy.
87 Y tomó Abraham ovejas y vacas,
y dio á Abimelech, é hioieran ambos
alianza.
d Lev. 12. 8.
H«:h. 7. 8.
* Gal. 4. 29.
/Gal. 4. 80.
«Bom. 9.7.8.
Heb.11.18.
A ver. 18.
Cap. 16. 10.
<ver. IS.
ÍN1IOL98.81.
SB9.6.I7,
90.
Ia&3«.16,
8L
<Nam. 10.12.
"Cap. 28.38.
790:2.
«Osp.S6.15,
28.
OEHBie, XZn, XZIIL
m AiiiúdtnB ÉUtnn « B«n4«lH
tonollK 1 !•* af^^n v» n« '.
""m^ <» n^»^^
ndfel, j 10 dí7 iWtdoi U mera qw
pidilo J» Im Um. Kñnj. Anu •!
M piloto dn!%¿!í^*UiiiU>'¿'iD(, T
■r.fci»i»IBitM,aMliatoa
Baliiicl.liBii oh aídsi, m^B •
\9t,ilJ'!ííPí!lltH^l riMt.
■íSicr'^
T«n «I liQo 4« mlRlÍK,
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B Y Jflhúi nRnlTÓ A [Ivhar, j á
DHan ' ^ 6 hQot da DvdAU ftition Aa-
Aur Égtpi^, íkT*t de K
11 HBdsrr*''Jaiii, i 'jilui. r AipUi,
10 EjUi n la MJoa de loniel, j
A.G.18».
Q£NfiSI8,XXVL
A. C. (de 1801
I Birio.
"18am.llL
Loe. 1. 18.
«100.5.90.
ÜGro.SSJS.
Sed. a 90.
Pro. 10. ai.
/■Mal. 1.2, 4.
Bom. 9. 10,
12.
iPeioto.
9 0a. 12. 8.
H Suplantar
dor.
»" Hob. 11. 9.
B btrm^
•Cap. 37. 36.
Heb.12.18.
«Gap. 13. 10.
t Gap. 90. 2.
«OapL 18.15.
y IS. 18.
y 32. 10.
4Cap.22.18.
6aL7a.l7.
S
«Cap. 13. 18.
7 90w3.18.
/Pro. 29.25.
SO Y era Isaac de cuarenta afioa cuando
tomó por mvier k Rebeca, l^Ja de
Bethuel AraméoJI de Padan-Aram, her-
mana de Laban Araméo.
81 Y oró Isaac á Jehov& por su mi:^er,
que" era estéril; y aceptólo Jdiová», j
concibió Rebeca su mujer.
28 Y los h^os se combatían dentro de
ella ; j d^o, Si así habia de ser, ¿ para
^ué vtvo yo? Y fúó á consultar a Je-
0T&.
28 Y respondióle Jehovát Dos sentes
hay en tu seno, y dos puebloa seran di-
Tlmdos desde tus entrañas: y el «n
pueblo tera mas fuerte que el otro po*
eblo, 7 el mayor servirá tu menorp.
24 Y como se cumplieron sus dias paza
parir, hé aauí mellizos en su vientre.
86 Y salió el primero rubio, y todo ól
velludo como una pelliza; y llamaron
su nombre Bsaü ||. ,
80 Y dMpues salió su hermano, tra-
bada su mano al calcafiar? de Esaii:
y fué llamado su nombre Jacob |. Y
era Isaac de edad de sesenta a&os cu-
ando Rebeca los parió.
87 Y crecieron los niños ; v EsatL ftié
diestro en la caza, hombre del campo:
Jacob empero era varón quieto que ha-
bitaba en tiendas **.
88 Y amó Isaac á Esad, porque comia
de su caza ; mas Rebeca amaba & Jacob.
89 ^ Y guisó Jacob ua potage : y vol-
viendo Esaii del campo cansado,
80 Dijo 4 Jacob, Ruógote que me des
6 comer de eso bermejo, pues estoy
muy cansado. Por tanto fué llamado su
nombre Edom ||.
81 Y Jacob respondió. Véndeme en
este dia tu primcwenitura.
32 Entonces dijo Esad, Hé equl yo me
voy á morir, ¿ para qué pues me servirá
la primoeenitura ?
88 Y dyo Jacob, Jiírameío en este dia.
Y él le juró, y vendió* & Jacob su pri-
mogenitura.
84 Entonces Jacob dio á Esaü pan y
del guisado de las lent^as : y él comió,
y bebió, v levantóse, y fuese. Así me-
nospreció^ Esaü la primogenitura.
CAPITULO XXVI.
Se treulada Itaae d Otrar eon motivo de ea-
rteUa Bendieionea dd StSlor á Iiaae, y en-
vidiaedeloeFiKtUoi, CatamielUo de Mtau.
Y HUBO hambre en la tierra, ademas
de la* primera hambre que fué en
los dias de Abraham: y ftiéae Isaac i
Abimeiechb rey de los Filisteos en
Gerar.
8 Y apareciósele Jehová, y d^ole. No
desciendas á Egipto : habita en la tierra
que yo te diré ;
8 Habita en esta tierra, y seré contigo,
7 te bendeciré ; porque & tí y á tu simi-
ente daré todas estas tierras «, y conñr-
maré el Juramento que juré á Abraham
tu padre.
4 Y QiultipUcaré tu simiente como las
estrellas del cielo, y daré & tu simiente
todas estas tierras ; y todas las gentes de
la tierra serán benditas en tu simiente'' :
5 Poc cuanto oyó Abraham mi voz, y
guudó mi precepto, mis mandamientos^
mis estatutos, y mis leyes.
0 Habitó pues Isaac en Qerar.
7 Y los hombres de aquel lugar le pre-
guntaron acerca de su mv^er ; y él res-
pondió. Es nü hermana*: porque tuvo
miedo/ de decir, Es mi mujer ; que tai
vez, d\foy los hombres del lugar me
matarían por causa de Rebeca, porque
era de hermoso aspecto.
8 Y sucedió que, despiues aue él estuvo
allí muchos dias, Abimdecnf rey de los
Filisteos, mirando por una ventana,
vio á Isaac que Jugaba oon Rebeca sil
muienc.
9 Y llamó Abimelech á Isaac, y dijo,
Hé aquí ella es de cierto tu mv^er : ¿ có-
mo pues d^iste. Es mi hermana? E
Isaac le respondió, porque dije, Quiaá
moriré por causa de cula.
10 Y Abimelech dijo. Por qnég nos has
hecho esto ? Por poco hubiera dormido
alguno del pueblo oon tu mqjer, y hubi-
eras traído sobre nosotros el pecado.
11 Entonces Abimelech mandó á todo
el pueblo diciendo, El que tocare á este
hombre, ó á su mt^jer, de cierto morirá.
13 Y sembró Isaac en aquella tierra, y
halló aquel afio ciento por «no : y bendi-
Jólo Jehové.
13 Y el varón se ensrandeció, 7 fhó
adelantando' y engrandeciéndose, hasta
hacerse muy poderoso.
14 Y tuvo nato de ovejas, y hato de
vacas, y grande apero ; y los Füistéoa le
tuvieron envidia A.
16 Y todos los pozos que hablan abier-
to los criados de Abrutam su padre en
sus dias, los Filisteos los hablan cegado,
y llenado de tierra.
16 Y dUo Abimelech á Isaac, Apártate
de noso^os, porque mucho mas podero»
so que nosotros te has hecho.
17 Y E Isaac se fué de allí, y asentó stu
tiendas en el valle de Gerar, y habitó allí.
18 Y volvió á abrir Isaac los pozos de
agua, que hablan abierto en los dStu de
Abraham su padre, y que los Filisteos
habían o^ado muerto Abraham: y lla-
mólos por los nombres que su padre los
bahía llamado.
19 Y los siervos de Isaac cavaron en el
valle, y hallaron allí un pozo de aguas
vivas.
80 Y los pastores de Gerar ri&eron con
los pastores de Isaac, diciendo. El agua
es nuestra : por eso llamó el nombre del
pozo Esek|, porque habian altercacdo
con él.
81 Y abrieron otro pozo, 7 también ri-
ñeron sobre él: y llamó su nombre Sit-
nah||.
88 Y apartóse de allí, 7 abrió otro pon>,
7 no riñeron sobre él : 7 llamó su nombn
Rehoboth ||, y di)o. Porque abora nos ha
hecho en&anchar Jehová, 7 fructificaxé-
mos en la tierra.
83 Y de allí subió á Becrsheba.
84 Y apareciósele Jehová aqudla noche,
7 dijo : Yo el Dios de Abraham tu padre ;
no temas •', que yo tojf contigo, y yo te
bendeciré, y multiplicaré tu simiente por
amor de Abraham mi siervo.
86 Y edilicó allí un altar, é invocó el
oombre de Jehová, y tendió allí su tien>
da: y abrieron allí los siervos de Isaac
un pozo.
86 ^ Y Abimelech vino á él desde Ge-
rar, y Ahuzzath amigo suyo, y Phiool,
capitán de su ejército.
87 Y díJoles Isaac, ¿ Porqué venís á mí,
pues que me habéis aborrecido, y m*
echastelB A de entre vosotros ?
88 Y dios respondieron. Hemos visto
que Jehová es contigo ; y dQimos, Haya
ahora juramento i entre nosotros, entre
nosotros y ti, y haremos aUanza contigo :
89 Que no nos hagas mal, como 'noso-
tros no te hemos tocado, y «orno sola-
mente te hemos hecho bien, y te envia-
mos en paz ; tü ahora bendito de Jdtová.
80 Entonces él les hizo banqueteas J
comieron, v bebieron.
81 Y se levantaron de madrugada, 7
Juraron el uno al otro; é Jsaac les des-
pidió, 7 ellos se partieron de él en paz.
38 Y en aquel dia sucedió que unieron
'Gap. 20. 9.
ABcdee.4.4.
teonUenda.
Icdfo.
iMMneha-
miento.
t'BsL 27.1,8.
la.8L12.
Anr.lA.
«Gap. 31.28.
'OV^SLM.
i i.CL«ir.lMi.
GSNfiBis, zxvn.
A.afllr.llW.
Jmramtnto,
CBp.tl.SL
"Oitias.1.
•0V.V.4Í.
'm.%.
lOi^S.»
MBM.S.
'tu. 7.
1m criadM de Inae, y dléronle nueva*
aoen» dri pozo qne haUan aUevto, y le
dieron. Agua heñaot hallado.
88 Y llanadlo Shefaa | : por cuya causa
d nombre de aquella enidad e$ Beér-
dictMjl baita este día.
84 5^y ouando Enü ñté de cuarenta
afk», tomó por mi^er á Juditfi, h^a de
Becrl Hethéo, j á« BaMmat, hija de
Elon HeChóo.
85 Y fberon amargura» de espíritu á
Isaaeyá Rebeca.
CAPITULO XXVII.
Haae ate «mUmdtrio, btHátea 4 Jatab por JT.
taé. Irritado Mtn, tmutuma d» mttmtattm
ksTMODo, ti cual m ivWra d Harán,
Y ACONTECIÓ que cuando hubo
Isaac env^eddo, j sus i^os se oftis-
carón quedando sin vista, Uamó & Eaaii
su hQo ^ niMor, j dí|ole. Mi 14}o : y 4i
lespondld, Heboe aquí.
t Y él dgo, Hé aquí ya soy vkdo, no s4
d dia de mi muerte :
ft Toma pues ahora tus armas, tu al*
jaba y tu arco, y sal al campo, y cógeme
aigmnacBZí;
4 V hazme un guisado, como yo gusto,
y txAemelo, y comeré, para que te ben*
digaa mi alma antes que muera.
5 Y B«beca esteta oyendo, cuando
hablid» Isaac á Bsad su hyo: y ftiése
Eiad al campo para coger 'la cata que
habla de traer.
d Entonces Rebeca habló & Jacob su
hQo diciendo, Hé equl 3ro he oido A tu
padre qne hablaba con EÍatf tu hermano.
7 Traeme casa, y hacme un guisado,
pan que coma, y te bendiga dtíiuite de
JehorA antes que yo muera.
8 Ahora pues, 14}o mío, obedece á mi
▼OK en lo que te nuñdo.
9 Vé ahora al ganado, y trasme de allí
dos buenos cabritas de las cabras, y haré
de dios viandas paca tu padre, como &
10 Y td les llevarás & tu podra, y come*
ri, para que te bendiga ante* de so mu<
erte.
11 Y Jaoob dijo A Rebeca su madre,
Hé aquí, Esad mi hermano es hombre
velloeo *, V yo lamplik».
U QnizA me tentaiA mi padre, y me
tcndtA por burlador, j traeré sobre mi
maldición, y no ben^clon.
18 Y sn madre respondió, H^o mloe,
sobre mí ««a tu maldición t solamente
obedece A mi tos, y vé, y tráemele*.
14 Entonces él tUé, y temó, y tr&fole* A
su madre: y m madre hizo guisado* oo>
mo Am que su padi« gustaba.
16 Y tomó Rebeca los vestidos de Ikad
n 14)0 mayor, los preciosos, que ellk
tenia en casa, y vistió A Jaoob su hijo
18 E hízole Testir sobre sus manos, y
•obre la earvfac donde no tenia vdlo, las
píeles de los cabrito* de las cabras ;
17 Y entregó lo* guisado* y el nan, que
habla adereudo ella, en mano oe Jacob
su hilo.
18 Y él Alé A sn padre, y d^o. Padre
nrie : 7 él respondió. Heme aquí, ¿ quién
«res, biío mió ?
19 Y Jacob d^o Asu padre. Yo soy Esad
tn primogénito ; he hecho como me di-
jiste : levAntate ahora, y siéntate, y oome
de mi eaxa, para que me bendiga tn
alma.
80 Entonces Isaac dijo A sn h^o, ¿ Có-
mo ev que le hallaste tan psesto. hUo
mió ? Y él respondió. Porque Jehova^
tu Dio* hlae que se encontrase delante
de mí.
SI E Isaao d^ A Jaoob. Acércate a*
hen, y te pelpaié, hUo mió, pom tater
si eres mi 14)o Esail, ó no.
98 Y llegóse Jaoob A su padre Isaac ; y
él le palpó, y d^. La vea a la vos die
Jacob, mas las manos, las mano* de
EÉad.
88 Y no le oonodó, porque sus manoe
eran* vdloeas como las manos de Esad,
y lebendQo.
84 Y d^o, ¿ Bies td mi h^ Esad ? Y
A remondió, yo «jy/.
96 Y dijo, Acéroamela, y comeré de
la caza de mi hijo, pan que te bendiga
mi alma ; y él se w acercó, y comió :
trájole también vino, y bebió.
96 Y dfiole Isaao su padre. Acércate
ahora, y bésame, hijo mío.
97 Y él se lUgó, y te besó: y oUó Isaao
el olor de sus v«sádo*, y le bendijo, jf
d^o, Mba, el olor de nd hijo «• como el
olor del campo que JehovA ha bende*
oido :
98 Dio* pnc* te dé del rodoA del cido,
y de las greenras de la tlenra, y abundan*
ola de ti^ y de mosto :
90 Sfrvante pueblos, y naelona* ae in*
eUnen A ti: sé sefior de tus hermanos,
é* inclínense A tí los hijo* de tu madret
maldko* lo* que te maldijeren, y bendi-
tos lo* que te bendijeren.
80 Y aconteció, luego que hubo Isaao
acabado de bendecir A Jacob, y apenas
habla salidA Jaoob de ddante de Isaao
su padre, que Esail su hermano vino de
ni can.
81 E hizo él también guisados, y tn^
A sn padre, y dejóle : Le^nteae mi padre,
y coma de la caza de su 14jo, pan que
me bendiga tu alma.
88 Entonces Isaac sn padre le dUo,
Quién erst td? y él dijo. Yo «cqr tu hijo,
tn primogénito Esad.
88 Y estremecióse Isaac con grande es*
treme<!Ímlento, y dUo, ¿ Quién e« el qne
vHto aquí, que cogió caza, y me tn^o, y
comí de todo antes que vinieses ? yo le
bendije, y serA bendito.
84 Como Esad oyó las palabras de su
padre, clamó con «na muy grande y muy
amarga exclamación, y le dijo: Bendí-
ceme* también A mí, padre mió.
85 Y él dijo, Vino tu hermano con en-
gallo, y tomó tu bendición.
86 \ él reniondió: Bien llamaron su
nombre Jaoon I, que ya me ha engallado
dos veces ; alzóse con mi primogenltura,
y hé aquí ahon ha tomado mi boidiclon.
V d^o, ¿No has guardado bendición
pan roí ?
87 Isaac respondió, y dijo A Esad, Hé
aquí yo le he puesto por sefior tnyo«, y
le he dado por siervos A todos sus her*
manos : de trigo y de vino le he previsto,
¿ qué pues te haré A tí ahora h^o mío ?
88 Y Esad respon^Uó A su padre, ¿ No
tienes mas que una sola bendición, pa-
dre mió ? Bendíceme también A mí,
padre mió. Y aleó Bsaü su voz, y lloró.
89 Entonces Isaac su padre habló, y
d^ole, Hé aquí' será tu haUtacion en
grosuras de la tlem, y dd rocío de los
eielos de arriba ;
40 Y por tu espada virirás, y A tu her-
mano servirAs : y sucederA cuando te en*
sefiorees, que descargarAs su yugo de tu
cerviz*.
41 '^ Y aborreció Esad A Jaoob por la
bendición con que le habla bendecido, y
d^o en su corazón: llegarán los días dd
luto de mi padre, y yo mataré A Jacob
mi hermano.
49 Y fticron dichas A Rebeca las pala-
bras de Esad su hijo mayor; y ella eb-
rio, y Uamó A Jaoob su hijo menor, y
•ver.U.
/■r.4.9B.
'Heli.U.90.
iDsa.a8.tl,
<Osp.9l.aB.
tBeKU.17.
/Gap. as. 96.
84.
88aas.8J4.
»3B*vA90.
3a.n.8.
A^Q,úthtt«K
GENB8I9, XXVni, XZIX
JL G oís. iy«a
•01V.U.S1.
l>CH».9e.86.
• Cftp. 34. 8.
& Os. 13. 12.
*Oi».3|.3D.
•Oh>^1S.3.
/Cap. 17. 8.
tairio.
'OKp.V.88.
JkJvtDl.Sl.
HÉIkl.14.
«oap^aisi.
IOftp.aB.18.
•8É1.18L
6,8.
»QVba8.&
dOolAi H¿ aquí, Ec«d tu beimuaio te
oonwid» acsre» de tí eon Ja idea de ma-
tarte.
49 Ahflva pnea, hi)o miOb obedece á mi
Toc, lerAntate, y hqjete á Labaa mi her-
manoáüann*:
44 Y mora con él algunos dias, hasts
una el cmáo de tu bermano te mitigue;
naata que ae ^plaque 1* ira de tu berma-
no contra ti, y le olvide de lo goe le bas
hecbo t yo enviase entonces, y te traeré
de allá: ¿ por qué wré privada de voso-
tros «mboB en un dia ?
45 Y d^o Rebeca 4 Isaac: Fastidio
tengoj» de mi vida á oauaa de la» h^as
de Reth. Si Jacob toma mujer de las
14faa de Hetb, oomo estas de las h^aa de
esta tierra, ¿ para qué quiero la vida ?
CAPITULO XXVIII.
Oomjtrma Jtaae m btmiteUm 4 Jaaab al «imI-
am t MetopaUmmia. Fl mU m MHflM iHia
«Male »i((ÍMi, f Dioa la remiMa los ftamb-
$ai htAa» a nu padtu. J)»$perteaido$e,lMeé
un voto oí StSor.
ENTONCES Isaac llamó á Jacob» y
bendíMolo. y 'mandóle diciendo. No
tomes mujer de las bijas de Canean «.
8 Levántate» vé 6 Padan-aramb & oaia
de e Bethuel, padre de tu madre, y toma
alU m«\jer de las hijas de Labanrf, her>
mano de tu madre.
8 Y el Dios Omnipotente te bendiga,
y te baga flniotificar, y te multiplique»
hasta venir á ser congregación de pae-
blos:
4 Y te dé la bendición • de Abraham, y
i tu simiente contigo, para que heredes
la tierra de tus perepinadones/, que
Dios dio á Abraham.
6 Así envió Isaac 6, Jacob» éL cual ftié á
Padan-aram, & Laban hUo de Bethud
Araméoll, bermano de Hebeoa» madre
de Jacob y de Esad.
6 W Y vió Eaad como Isaac haUa ben-
deciao0 á Jacob, y le habla enviado A
Padan<«zam» para tomar pare si mwer de
allí ; y que cuando le bmd^o» le habia
mandado diciendo. No tomarás miUer
de las hijas de Canaan ;
7 Y que Jacob habla obedecido & su
padre y & su madre, y se habia ido A
Padan-aram.
8 Vio asimismo Esaü que las hUas de
Canaan parecían mal i Isaac su padre j
9 Y fiíóM Esad á Ismael» y tomó piura
si por mi^er á Mahaleth bíja de Ismael»
hyb de Abraham» hermana de Nabaioth»
aoienias de sus ctrat mHJeres.
10 5 Y salió Jaoob de Beeneba» y fué
á Harán:
11 Y encontró con un lugar, y durmió
allí, porque ja él sol se hiuiia puesto : y
tomó de las piedras de aqud. pan^e, y
puso á su cabecera, y aooiStóse en aquu
lugar.
12 Y sofió, y hé aquí una escala que
estaba ofoüada en tierra, y su oabesa
tocaba en el cielo : y hé aquí ángelesA de
Dios que subían v dssoendian por ella.
18 Y» hé aquí, JehovA estaba en lo
alto de ella» el cual dUo» Yo toy Jehová,
•1 Dios de Abraham tu pam«<» y á
Dios de Isaac: la tierra en que estás
acostado te la daré á ti y á tn simiente.
14 Y será tn simiente como el polvoA
de la tierra, y te extenderás al occi-
dente» y al oriente» v al aquilón» y al
mediodía: y todas las fiunilias
tierra aeran benditas en tí» y en
miente'.
16 Y hé aquí. Yo sot contigo^ y te
guardaré"» por donde quiera que íueres»
j te volveré* á esta aerra; porque no
te dejaré hasta tanto que haya hecho lo
que te he dicho.
de la
tu si
18 Y despertó Jaoob de su eucfio, y
dijo. Ciertamente Jéhová está «n este
lugar, y yo no lo sabia.
17 Y tuvo miedo, v dijo» Cuan estu-
pendo es efte logar ! No es otra cosa que
casa de Dios, y puerta áÁ oiek».
10 Y levantóse Jacob de maflaaa» y
tomó la piedra 00» que habia puesto sv
cabecera, y dióla por titulo, y demmó
aceite encima de ella.
19 Y llamó d nombve de aquel tugar
Bethel |, bien que Luz era el nombre de
la ciudad primero.
80 E biso Jaoob voto diciendo. Si fh-
ere Dios conmigo*, y me guardare en
este viage que voy, y me dioe pan para
comer, y vertido para vestir,
81 Y ¿ tomare en pac á casa de mi
padre, Jehová sorá mi Dios.
88 Y esta piedra que he puesto por
titulo, será oasaj» de Dios: y de todo lo
que me dieres, el ^esmo lo he de apar»
tarpán ti.
CAPITULO XXIX.
Jteok tteBbtáo d» Labtm imUo,U $lrvé iMe
oüsf por lUuIMfptro Lábrnn k ongáia dam-
doU primero d Lea. Sirve otro» Helé aáo»
JNW RaelUl, la cual « eeUril, al gato fM
Xm pare enatro Jtifoe.
Y8IOUIO Jacob su oamlno» y fué
á la tierra de los orientales,
a Y miró, y vio un pozo en el campo :
y hé aquí tras rebaños de ovcijas que
yacían cerca de él ; porque de aquel
pozo abrevaban los ganados: y AeMa
nna gran piedra sobre la boca del pozo.
3 Y jumábanse allí todos los rebalios,
y revolvían la piedra de sobre la boca
del pozo, y abrevaban las ovejas, y v(4-
vian la piedra sobre la boca del pozo
á su lugar.
4 Y d^oles Jacob, Hermanos mies ¿ de
donde sois ? y ellos respondieron» de Ha>
lan somos*
6 Y él les dijo, ¿ Conocéis á Labaa,
b^o de Nachór ? y dios dijeran. Sí, I*
conocemos.
« Y él les düjo, i Tiene paz ? y ellos
dijeron. Pac: y hé aquí Bachál sn h^a
viene con el ganado.
7 Y el dtfo» Hé aquí el dia es aun
grande : no es tiempo todavía de recoger
el gansido ; abrevad las ovejas, é id á
apacentarlos.
8 Y ellos respondieron» No podemos,
hasta que se Junten todos los ganados»
y remuevan la piedra de sobre la boca
dd pozo» para que abrevemos las ove.
Jas.
9 Estando aun él hablando con dios»
Rachél vino con d ganado de su padre,
porque ella «ni la pastora.
10 Y suoedió que, oomo Jaoob vio á
Rachél hUa de Laban, hennano de sv
madre, y a las ov^as de Laban d her-
mano de su madre» llegóse Jaoob, y
removió la piedra de sobre la boca dd
zo«, y abrevó el ganado de Laban
ermano de su madre.
11 Y Jacob besó 4 Rachél, y dió su
vos, y lloró.
18 Y Jaoob dijo á Rachél como él era
hermano'» de su padre, y oomo era hijo «
de Rebeca : y día coñió» y dió las nn-
evas á su padre.
18 Y así que oyó Labaa las nuevas de
Jacob, hijo de su hermana, corrió á re-
dbirlo ; y abrasólo, v besólo, y tnOóle á
su casa : y él contó a I^ban todas ostaa
cosas.
14 Y Laban le d^o. Ciertamente hu-
eso<' mió» y carne mia eres. Y estuvo
con él d tiempo de un mes.
15 5 Bntonces dijo Labaa á Jaeob,
¿ Por ser td mi hennano, me has da
£02
ei
I cosa «fe
Dioo.
• 3 Bam. Ifi.
8.
rCmp. 86.7.
« Kz. 2. 17.
h cap. 13. 8.
y 1414.16.
« Gbp. 86. 6.
il Jase. 9.x
3fieB.6.1.
y 19. 13.
ÍLT^*l^^}-J.1»''Y.'
Jay^Stbiit RwtiH n u
nHdi, IH )ii J»ao linUí
1 YSK
1 tel^lS?(£
m oji! ni m, fSinM un hijg.
issaiiT ,-«,
tr¿t,ul¡í Lea í a.jlKUJi>.¿liiI
,' JttaovA U lu budadda nqi
A. Cebe. ir4&
GÉNESIS, ZXXI.
A.GLmSL
• Cftp. XL 8.
k C«p. 81. 9,
12.
«Be. 4.4.
6 Cap. 38. 15.
cNnmJ.4.2a.
Neh. 4. 12.
Job 19. 8.
Zm. 8. S8.
<< Job 1.10.
W. 87. 38.
y 105. 14.
de oolor Monro entre 1m ovejas, y las
manchadas j de ceiat raxio entte las
cabras ; y esto será mi salario '.
88 Asi responderá por mi mi jnsti<da
mañana, cuando me Tiniere mi salario
delante de ti : toda la que no ftiere pin-
tada ni manchada en las cabras, y de
oolor oscuro eil las ov«>)as «nos, se me
ha de tener por de hurto.
84 Y dijo Laban, Mira, q)al& fuese
como td dices.
86 Y apartó aquel dia los machos de
cabrio rayados y manchados, y todas las
cabras manchadas y de oolor vario, y
toda res que tenia en sí algo de blanco,
y todas las de color oscuro entre las
OTfgas, y púsoles en mano de sus h^os.
86 Y puso tres dias de camino entre sí
y Jacob { y Jacob apacentaba las otras
OT^as de Laban.
87 Y Y tomóse Jacob varas de &Iamo
verdes, y de avellano, y de castaño, y
descortezó en ellas unas mondaduras
blancas, descubriendo asi lo blanco de
las varas:
88 Y puso las varas que habla mon-
dado en las pÜas, delante del ganado, en
los abrevaderos del agua donde venían
á beber las ovejas, las cuales se recalen-
taban viniendo á beber.
89 Y concebían Iqs ovejas delante de
las varas, y parlan borregos listados,
pintados, y salpicados de diversos co-
lores A.
40 Y apartaba Jacob los corderos, y
poníalos con su rebaño, los listados, y
todo lo que era oscuro en el hato de
Laban. Y ponía su hato aparte, y no lo
ponía con las ov^as de Laban.
41 Y sucedía que cuantas veces se re-
calentaban las tempranas, Jacob ponía
las varas delante oe las ovejas ea las
pilas, para que concibiesen & vista de
las varas.
4S Y cuando venían las ov^as tardías,
no leu ponía: así eran las tardías para
Laban, y las tempranas para Jacob.
48 Y acreció el varón muy mucho,
y tuvo muchas ovejas, y siervas, y si-
ervos, y camellos, y asnos.
CAPITULO XXXI.
fiwM Jaeob da cata dé Laban, y eMe U per-
n(pte V aloanaa/ moa dapuei de haber al-
tereaao entre tf, hecha áuanea, vate eada
unoáeu eaea.
Y oía él las palabras de los hijos de
Laban, que decían, Jacob ha to-
mado todo lo que era de nuestro padre ;
y de lo que era de nuestro padre ha
adquirido toda esta grandeza*.
2 Miraba también Jacob el semblante
de Laban, y vela que no era para con él
como ayer y antes de ayer.
8 También J^ov& cUjo á Jacob, Vu-
élvete á la tierra de tus padres, y á tu
parentela, que yo seré contigo b.
4 Y envió Jacob, y Uamó a Rachél y á
Lea al campo & sus ov^as,
5 Y d^oles. Veo que el semblante de
vuestro padre no es para conmigo como
ayer y antes de ayer : mas el Dios de mi
padre ha sido conmigo.
6 Y vosotras sabéis que con todas mis
fuerzas he servido á vuestro padre :
7 Y vuestro padre me ha engañado, y
me ha mudado el salario diez veces e :
Ero Dios no le ha permitido que me
cíese mal d.
8 Sí él decía asi. Los pintados serán
tu salario, entonces todas las ov<$|as pa-
lian pintados : y si decía así. Los lis-
tados serán tu salario, entonces todas
las ovejas parían listados.
9 Astqiutó Dios éi ganado de vuestro
mdTe„y diómelo á mí.
10 Y sucedió que al tiempo que las
ov^as se recalentaban, alzé yo mis otos,
y vi en sueiVos, y hé aquí los machos
que cubrían á las hembras eran listados,
pintados, y abigarrados •.
11 Y d^ome el ángel de Dios/ en
sueños, Jaeob ? y yo d^e. Heme aquí.
12 Y él dijo. Alza e^ora tus cyos, y
verás todos los machos que cubren á las
ovejas listados, pintados, y abigarrados,
porque yo hey visto todo lo que Laban
te ha hecho.
18 Yo 90!f el Dios de Bethd A, donde
tú ungiste el título, y donde me hiciste
un votoj levántate ahora, y sal de esta
tierra, y vueivete* á la tierra de tu
naturaleza.
14 Y respondió Rachél, y Lea, y di-
Jéronie, ¿ Tenemos ya parte ni heredad
en la casa de nuestro padre ?
15 ¿ No nos tiene ya como por estta-
ñas, pues que nos vendió *, y aun se ha
comido del todo nuestro precio ?
16 Porque toda la riqueza que Dios ha
auitado á nuestro padre, nuestra es, y
e nuestros hijos : ahora pues haz todo
lo que Dios te ha dicho.
17 Entonces se levantó Jacob, y subió
sus h^os y sus mojetes sobre los ca-
mellos;
18 Y puso en camino todo su ganado,
y toda su hacienda que había adquirido,
á ganado de su ganancia que babla ob-
tenido en Padan-Aram, para volverse á
I Isaac su padre en la tierra de Canean.
19 Y Laban había ido á trasquilar sus
ovejas: y Rachél hurtó los ídolos f de
su padre.
20 Y recató Jacob tu corazón de La-
ban Araméo H en no hacerle saber que
se huía.
81 Huyó pues con todo lo que tenia ;
y levantóse y pasó él rio m, y puso su
rostro al monte de Galaad.
S2 ^ Y fué dicho á Laban al teroero
dia como Jacob se había huido.
28 Entonces tomó á sus hermanos con-
sigo, y fué tras él camino de siete dias,
y alcanzóle en el monte de Galaad.
. 24 Y vino Dios á Laban Araméo en
sueños aquella noche», y le dijo. Guár-
date que no hables á Jacob descomedi-
damente.
25 Alcanzó pues Laban á Jacob, y
este habia f^ado su tienda os el monte :
y Laban ulantófo con sus hermanos en
el monte oe Galaad.
26 Y dijo Laban á Jacob, Qué has
hecho, que aaí me hurtaste el c<xazon,
y has traído á mis Ujas como jnisio-
neras de guerra ?
27 i Porqué te escondiste para huir, y
me hurtaste, y no me diste noticia, para
que yo te enviara con alegría, y con
cantares, con tamborín y vihuela ?
28 Que aun no me d^aste besar mis
h^os y mis hijas. Ahora locamente has
hecho.
88 Poder hay en mi mano para haceros
mal ; mas el Dios de vuestro padre me
habló anoche diciendo. Guárdate que no
hables á Jacob descomedidamente.
80 Y ya que te ibas, porque tenias
deseo de la casa de tu padre, ¿ por qué
me hurtaste mis dioses • ?
31 Y Jacob respondió, y dijo á Laban ;
Beeatéme porque tuve nuedo ; pues d^Je
Sra mi, que quizá me quitarlas por
erza tus hijas.
82 En quien hallares tus dioses, no
viva : delante de nuestros hermanos re-
conoce lo que yo tuviere tuyo, y lléva-
telo. Jacob no sabia que Rachél los
había hurtado.
88 Y entró Laban en la tienda dfe-
«OHk.80.3».
/Cap. 48. 16.
'BcdeB.5.8.
JLOap.a&ia
i Oh». 82. 9.
ifcCap.a8.U.
27.
IGap.28.21.i
tHeb. Tera^
ah*m.
Jnec 17. 5.
1 aAm.19.
18.
Ob.8.4.
I Sirio.
"Cap. 15.18.
"0sp.90. 8.
Job 38. 15.
• Juec. 18.
34.
A-ainn
OBNS6IB, ZZXn.
A.o.in».
•w.U.
'tth«.9tL
¡,j.au^
atk
•wr.7.
I
iSMÉok
tH«h.
MÍMMfo.
>Jn.ttSr.
'QlUlU.
Jacobj 7 en la ttanda de Lea, j en la
tienda de las do* sierras, j no to halM :
7 saUÓ de la tienda de Lea, y vino á la
tienda de Raehél.
M T tomó • Raehél los ídolos, y pilao.
ka en una albaida de un camnlo, y
•cnuite sobre dios : y tentó Laban toda
la tienda, y no /m hafió.
85 Y ella d^ á su padre. No se enq)e
mi sefior «nqoe no me puedo levantar
delante* de ti, pues estoy eon la oos-
tomtne de las mujeres. Y él buscó,
pero no halló los ídolos.
88 Entonces Jacob se enojó;», y re*
cafló con Lában : y respondió Jacob, y
dUo á Labaa, ¿ Qné pnnrailoacian es la
nua ? ¿ cual «• mi pecado, que con tanto
ardor has venido en seguimiento mió ?
87 Pues que has tentado todos mis
muebles, ¿ que has hallado de todas las
alhi^ de tu casa ? Ponió aqni ddante
de mis hermanos y tuyos, y juxguen
entre nosotros ambos.
88 Bstos veinte aHos he estado con-
tigo; tus ovejas y tus cabras nunca
abonaron, ni yo comi camero de tus
ovejas.
89 Nunca te tnde lo arrebatado por
lat fiera» ; yo pegabaf el dafio : lo hur-
tado así de dia como de noche, de mi
mano lo requerías.
40 De d¿ me consumía él calor, y
de noche la helada, y el snefio se huía
de mis ojos.
41 Así he estado veinte aBos en tu
case: 'catorce afios te serví por tus dos
l^Jas, y seis alios por tu ganado, y has
nndado mi salario' diex veces.
48 Si el Dios de mi padre, el DkM
de Abraham, y el temor de Isaac' no
lucra conmigo, de cierto me enviarles
ahora vacío : mas vló Dios mi aflicción
y d trabiOo de mis manos, y reprefaen-
didf* anoche.
48 Y respondió Laban y dijo & Jacob,
Latí h^jaa ton hi}as mlú, y los h^os,
hijos mioB ton, y las ovejas ton mis
oví^asf y todo lo que tá ves es mió:
¿ y qué puedo vo hacer hoy 4 estas mis
h()as, ó a sos hlíjos que días han pairtdo ?
44 Ven pues aban, y hagamos allansa»
7» y til, y sea en testimonio entre mí y
entre tL
45 Entonces Jacob tomó una piedra*,
y levantóla por titulo.
46 Y dijo Jacob & sos hermanos. Co-
ged piedras* Y tomaron piedras, é hi-
cieran un mi^jano, y comieran allí sobre
aqnelm^ano.
47 Y llamólo Laban Jegar-Sahadutha fl :
y Jacob lo llamó Oalaadf.
48 Parque Labaa d^o. Este m^ano
«erd tertúrajr hoy entre mí y entre tí:
eso naé flañíado sn nombre 6a-
por I
laad:
49 Y Mizpa I, por cuanto d^o. Atalaye
Jdiovfc entre mi y entre tí, dundo nos
apartáremos d uno del otro.
60 81 afligeres mis hUas, ó st tomares
otras mvjcres ademas de mis h^as, na-
die uta con nosotros ; pero mira. Dios»
es testiao entre mi y entre tí.
61 Dgo mas Laban á Jacob. Hé aoní
esto majano, y hé aquí este título que he
erigido entre mi y tí.
as Testigo sea este majano, y testigo
san este tftulo, que ni yo pasaré contra ti
este majano, ni td pasarás contra mí
este m^fano ni este título para mal.
BB El Dios de Abraham, y el Dios de
Nacbte Juzgue entre nosotros, el Dios
de aas padrea. Y Jaoob juró por él te-
mor de Isaae su padre*.
M Entonces Jaoob inmoló víctimas en
él mente, y Damó á sus hennanos á
comer pan t y comieron pan» y dorai-
eran aquella noehe en d mente.
6S Y levantóse Laban de mafiaaai y
besó sus hUos y sus h^as, y les bendijo ;
y retrocedió y volvióse 4 su lugar.
CAPITULO XXXII.
Jaecib oWm m Otgaáa á Smú, » U afUita.
iMtIta miwteriota ooa m« tf'ef«t d eual U
muda «I momtn 4« Jmeob
Kaae.»
a átMl,
MMW
t$ra§L
Y JACOB se ftaé m camino, y salié-
ronle al encuentro ángdes de Dios «.
8 Y dijo Jacob cuando los vio. El
campo de Dios u este : y Uamó d nom-
bre de aquel logar Mahúiaím |.
8 ^ Y envió Jacob mensagcros ddante
de si á Esaii su hermaiM á la tiesra de
Seir, campo de Edom.
4 Y mandóles diciendo. Así diréU á
mi sefior Esaüb ; Asi dice tu siervo Ja-
cob : Con Laban he morado, y detení-
dorae hasta ahora.
6 Y tengo vacas, y asnos, v ov^as, v
siervos, y sierras; y envió a decirlo a
mi sefior, por hallar grada en tus oíos.
6 Y los mensageros volvieran 4 Jacob,
diciendo I Vinimos 4 tu hermano Esaü,
y él también viene 4 recibirte, y cuatro-
cientos hombres con él.
7 Entonces Jacob tuvo gran temor, y
angustióse : y partió d paeblo que tenia
ccnslao, y las ovejas, y las vacas, y los
camellos, en dos cuadrillas ;
8 Y d^. Si vhüere Esaii 4 la una oua-
diilla, y la hiriere, la otra cuadrilla ea-
capar4.
9 Y d^oe Jacob, Dios de mi padre
Abraham, y Dios de mi padre Isaac.
Jebov4, que me d^lste', Vndvete 4
tu tierra, y 4 tu parentela, y yo te haré
bien:
10 Menor soy que todas las miserecor-
días, y que toda la verdad que has usado
para con tu siervo ; que «w con mi bor-
dón pasé este Jordán, y ahora estoy so-
bre dos cuadrillas •.
11 Líbrame ahora de la mano de mi
hermano, de la mano de Esad, porque
le temo ; no venga aniz4, y me hiera la
madre con los Yüjotf.
12 Y td has dicho, Yo te haré Men;.
y pondré tú simiente como la arena del
mar, que no se puede contar por la mul-
titud.
18 Y dormló allí aquella noche, y tomó
de lo que le vino 4 la mano un presente A
para su hermano Esad :
14 Doscientas cabras, y vdnte machos
de cabrío, doscientas ov^as, y veinte car-
neros,
15 Trdnta camellas paridas con sus
hijos, cuarenta vacas, y diei novillos,
vdnte asnas, v diez borricos.
16 Y entrególo en mano de sus siervos,
cada manada de por si ; y d^o 4 sus sier-
vos. Pasad delante de mí, y poned espa-
cio entre manada y manada.
17 Y mandó al primero didendo, 81
Esad mi hermano te encontrare, y te
prrauntare diciendo, ¿ De quien eres ? ó
adonde vas ? Y para quiw es esto que
lUva» ddante de tí ?
18 Entonces dirás. Presente es de tu
siervo Jacob, que envía 4 mi sefior Esad :
y hé aquí también él viene tras nosotros.
19 Y mandó también al segundo, y al
tercero, y 4 todos los que iban tras a-
qudlas manadas, diciendo, Confbrme 4
esto hablarais 4 Esaii, cuando le hall4-
reU.
80 Y diréis también, Hé aoní tu siervo
Jacob viene tras nosotros. Porque d^fo,
Apaciguaré' su ira con el presente que
v4 ddante de mi, y después veré su ros-
tro: quiz4 le ier4 acepto.
• 8aLU.U.
Heb. 1. 14.
|Jo«dM
» Vm. 15. 1.
« Sal. 60. 15.
rfC»p.Sl.S,
18.
«8*1. 18.S5.
/Os. 10. 14.
fOs^a8.ls,
15.
kPn>.18.K.
» Pro. 81.14.
A.(Lti>.UM. OENBBiet XZXVI, ZXZrn. ^ca.iwl
níns'ír'::;^*;:?^^
YWc^S'-'S.S!?"*™'*
"«"vwíjwi.' tai'hijí.'^SfSi. =
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B. ¡^
^^^JSSÍ'bbH k Eltobu'; ,
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Z!srüs:.%'M^'!i;
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a y^nmid B^ 1 moi o n bii»
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S^ i^^fj^nig- «^
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P«tí«. ^'^
Zn, » duqu, gunmh i 1 duque
YíU^.S^.liríd^.'ilrsiírí:
Mi™, mo. ». I« doqua d. talñ™
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WJg. Db.^ 'i,"Si¿l¿^¿'i:J,í^
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cob ^ Jiaeph, ^sida dr idjid di d!a I
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ÍSj'dl di Sibi; í ^ ™tÚÍÍdi°Si¿ÍI
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! J«r.9B.SL
'M1SL14,
'Gm.11.
4 Y «1 craiUn de lo* de lA mardiA dio
cargo de dtoe á Joacph, j éllm aervit;
j estuTienm diaa en la onalon.
5 Y T amboa á daa. « ooparo j él pa.
nadexo del ngr de BgLpto que ettaban
aRwtadfw en la prlalonj Tieran un tu-
«fio» oada ono« «tt suefto en una misma
noene, cada uno conforme 4 la decUra-
doB de Hi loejk).
0 Y Tino á ^o* Joecph per la mafiana,
y miróloa, y hé aguí que «¡ttaban Utistea^
7 Y él pvmnnto á aquello* eunueo* de
Pharaai, qve tttalmm con él «n la pri-
sión de la casa de su se&or, diciendo,
c Por qaé pmitmm. h<9 mal Tuestro* scm-
8 Y dio* le dieron, Hemos tenido un
snefio» y no ha/t quien lo declare •. EUi'
toooes lea dijo JoaepIi, ¿ No «om de Dios/
las declaraciones ? Contádmelo ahora.
0 Entonces d ¡«rlndpal de los coperas
enató su sueflo á Joamh, y dí^de» Ye
sofiaba que veia una vid delante de mi,
10 Y «B la vid tM* sarmientos ; y día
como que luotaba, y arrojaba su flor,
vinicnd» á madurar su* racimos de u-
vas:
11 Y fw la copa de Fharaon estaba en
mi mano, j tomaba yo las uva*, y la*
esprimia en la copa de Pbaraon, y daba
yo la ocna en mano de Pbaraon»
19 Y d()ole Joseph, Esta u su declara-
don : Los tres ««rmientos son tres dias :
18 Al cabo de tres dias Pharaon te
hará levantar^ cabesa, y te restituirá á
tn puesto : y darás la oifpt á Pharaon en
sa mano, como aoliaa cuando ara* su
oopeío.
14 Acuérdate pue* de mí para oontifo
cuando tuviere* ae bien, y ru^te que
uses conmigo de misericordia, y ha^
mendon de mi á Pharaon, y me saques
de esta casa:
lA Porque hurtado he sido de la tierra
de lo* Uiebróo* ; y tampoco ' he hecho
aquí porque me hubiesen de poner en
16 Y viendo el prlndpd de los panadero*
one haUa declarado para blói, dijo á
Joseph, También yo soQaba que veía tres
canastillo* blancos fl sobra mi cabeza ;
17 Y en d canastillo mas alto habia de
todas las viandas de Pbaraon, obra de
panailero ; y que la* aves las comiandel
canastillo de sobre mi cabeza.
18 Entonces respondió Joseph, y d^o.
Esta et su declaración. Lo* tres canas-
tillo* tre* dias son :
19 Al cabo de tres dias* quitará Pha-
raon tu cabeza de sobre tí, y te hará col-
gar en la horca, y las aves < comerán tu
carne de sobre tí.
ao Y lüé al tercero día el dJa del nad-
miento de Pharaon, é hizo banquete á
todos su* *irvjlente* : y alzó la cabeza del
prindpal de lo* copera*, y la cabeza del
prindpal de lo* panaderos entre sus ser-
vidoras.
81 E hizo vdvsr á su oficio d prindpal
de los copera* ; y dl6 él la copa en mano
dePharaosi.
89 Mea hizo ahorcar d prlndpd de
Iw panadero*, como le habla declarado
Joacnh.
88 V d piincbwd de lo* coperos no so
acordó de Joa*ph> *ino que le dvidé ».
CAPITULO XLI.
Jom¡k ttáirfr^a «nm« tutSÍM d» Pharaon t W
emai h haet gobtrnador tuprtmo dt iodo a
M^la, y I» coKi con Aieimth, d» la eaal
Uomtut doa k</M Mama$$U y ÉgkraíM.
Y ACONTECIÓ que pasado* dos
afio* tuvo Fharaon « un sueflo. Pa-
recíale qna «ataba Junto d rio ;
8 Y qua dd rio rabian siete vaca* her-
mosas á la vista, y muy gordas, y padaa
eo d prado :
8 Y que otra* siete vacas subían tiaa
días dd rio, de fea vista, j enjuta» de
carne, y te pararon carca de la* vaca*
htnmooat 4 la orilla dd rio :
4 Y que las vacas de fin vista y eií\}tttaa
de carne devoraban á las siete vacas her-
mosa* y muy gordas. Y desperté Pha-
raon.
5 Durmióse de nuevo, y soIkS la sqpin*
da vez, Que «iete espigas llenas y hermo-
sas subían de una sola oafia :
6 Y que otras siete espigas menudas, y
abatida» del Sdano, sallan despue* die
ellas:
7 Y la* déte espigas menudas devora-
ban á las dtte espigaa grue*as y Uena*.
Y despertófle Pharaon, y hé aquí gu« era
sueño.
8 Y aeaedé que á la mañana estaba
agitado * su espíritu ; y envió é hizo Ua>
mar á todos lo* magos e de Egipto, y á
todos sus sabios ; y contóles Pharaon sus
sueño*, mas no habia quien á Pharaon
lo* declarase.
9 <f Entonces d prindnd de loa cope»
roa habló á Phara<m diciendo. Acuer-
dóme hoy de mis fdtaa :
10 Pharaon se encajó ' contra «u* der«
vos, y á mí me echó á la prisión de la
casa del capitán de los de la guardia, á
raí y d principd de lo* panadños :
11 Y yo y él vimo* un sueflo una misma
noche; cada uno soñó conforme* á la
declaración de su sueflo.
12 Y ataba dlí con nosotros un mozo
Hebreo, sirviente del capitán de lo* de
4* guardia; y se lo contamos, y él no*
declaró nuestros sueños, y declaró á cada
uno conforme á su sueflo.
13 Y aconteció que oomo él nos da»
claró, así fué : á mí me hizo volver á mi
puerto, é hizo oolnr d otro.
14 í Entonces Pharaon envió, y llamé
á Joseph ; é hiciéronle salir corriendo de
la/ cárcel, y le cortaron el pdo, y mu-
daran sus vestido*, y vino á Pharaon.
Ifi Y dijo Pharaon á Jowphfl : Yo he
tenido un sueik>, y no hav quien lo de-
clare ; mas he oido dedr ae tí, que oye*
sueños para declararloc.
16 Y respondió Jo6«ih á Pharaon, di-
dendo. No tUá en mí ; IMo* atrá el qm
responda paz á Pharaon.
17 Entonces Pharaon d^io á Joseph,
En mi sueflo paredame que eataba á la
orilla del rio A,
18 Y que del rio subían siete vaoaa dé
gruesas carnes y hermosa aparienoia*
que pacían en el prado >
19 Y que otra^ siete vacas subían dea*
pues de ellas, flacas y de muy fea traza i
tan extenuadas, om no he visto otras
sem^antes en toaa la tierra de Egipto
en fealdad:
90 Y las vaeas flacas y feas devoraban
á las siete primeras vacas gruesa* ¡
81 Y entñjMn en su* entraflas, mas no
se conocía que hubiesen entrado en ella*,
poique su parecer era aun mdo, ooaio
de primero. Y yo desp^té.
si Vi también soflando, que siete espi-
Es subían en una misma caite llena* y
rmusa*;
88 Y que otras déte espiga* mennda*,
marchitas, abatida* dd adano, subían
despue* de ella*:
84 Y las en>igaa menuda* devoraban á
las siete espiga* herma*** : y halo dicho
á los magos •, mas no kt^/ quien me lo
declare.
S& Entonces respondió Joseph á Pha-
raon, El sueflo de Pharaon es uno mi*-
(San. 4. 1,
19. y 7. 98.
7 8.97.
«XX.T.U,
IS.9B. 14.
0*0.9.8.
*0af.1P.%
•Cap. 40. S.
/1Sm».%8.
, Bd-lOtCaO.
' V 8d. 98. 14.
Daa.8.10.
i^ver. L
' i ver. 8.
4.7.
A. €.1715.
GÉNESIS, XUL
A. C «ir. 1715.
k Du. 2. a».
45.
( 3 Uoy. 8. 1.
" ver. 47.
"ver. 64.
•Otp.47.18.
J» Ckp. 87. 7,
9.
«Nina. as.
19.
It. 46. 10.
•"Pro. 6. 6, 8.
722.S.
•Hecii.7.10.
(8ia.105.21.
«Dm.5.7,
a».
I hoeed pro-
funda re-
verencia/ 6
benigno
padre,
' Gap. 46. 8.
96u
H«di.7.10.
f revelador
dd/uturo,
y Bs. a. 16.
mo: Dios ha mostrado & Fbanon lo
qxieTáá hacer*.
S6 Las siete Tacas hermosas siete años
son; y las espigas hermosas son siete
afioB : el sueik> es uno mismo.
87 También las siete Tacas flacas 7
feas, que nublan tras éUas, son siete afios ;
y las siete espigas menudas, y marchitas
del solano, siete aik» ser&n de hambre'.
S8 Esto e» lo ane respondo á Phaxaon :
Lo que Dios vá á hacer» hato mostrado
á Pharaon.
29 Hé aquí Tienen siete aik» de grande »
hartura en toda la tierra de Egipto :
80 Y lerantane han tras ellos siete
8ÍI108 de hambre»; 7 toda la hartura
ser& olTidada en la tierra de Egipto ; 7
el hambre consumir& la tierra «.
31 Y aquella abundancia no se echará
de Ter á causa del hambre sigiiiente, la
cual seta graTisima.
82 Y el suceder el sueño & Pharaon;>
dos veces, 9ign\fl4xi que la cosa es firme
de parte de I^os, 9 y que Dios se apresura
á hacerla.
38 Por tanto proveaM ahora Pharaon
de un varón prudente 7 sabio, 7 póngalo
sobre la Uerra de Egipto.
84 Haga esto Pharaon, 7 ponga gober-
nadores sobre el país, 7 quinte la tierra
de Egipto en los siete años de la hartura r.
85 Y junten toda la provisión de estos
buenos afios que vienen, 7 alleguen él trigo
b^jo la mano de Pharaon para manteni-
miento de las ciudades ; 7 guárdenlo.
86 Y esté aquella provisión en deposito
para el pais, para los siete afios del ham-
bre que serán en la tierra de Egipto j 7
el pids no perecerá de hambre.
87 ^ Y el negocio pareció bien á Pha-
raon*^ 7 á sus siervos.
88 Y alio Pharaon á sus siervos, ¿ He-
mos de hallar otro hombre como e6te>
en quien hava Espíritu de IMos ?
89 Y dijo Pharaon á^oseph. Pues que
Dios te ha hecho saber todo esto, no hay
entendido ni sabio como tii :
40 Tü serás sobre mi casa', 7 por tu
dicho se gobernará todo mi pueblo : so-
lamente en la silla seré 70 ma7or que ttl.
41 Dijo mas Pharaon á Joseph; Hé
aquí 70 te he puesto sobre toda la tierra
de Egipto.
48 Entonces Pharaon quitó su anillo
de su mano, 7 pdsolo en la mano de
Joseph, é hízole vestir de ropas de Uno
finísimo, 7 puso un collar de oro en su
cuello «.
. 48 E hízolo subir en su segundo carro,
7 pregonaron delante de él, Abrech || ; 7
púsolo sobre toda la tierra de Egipto '.
44 Y d^o Pharaon á Joseph. Yo Pha-
raon ; 7 sin tí ninguno alzará su mano
ni suple en toda la tierra de Egipto '.
46 Y llamó Pharaon el nombre de Jo-
seph | Zaphnath-paaneah; 7 dióle por
mujer á Asenath, h^a de Potipherahjr,
sacerdote de On : 7 salió Joseph por la
tierra de Egipto.
46 ^ Y era Joseph de edad de treinta
afios cuando fué presentado delante de
Pharaon, xev de £gipto : 7 salió Joseph
de delante de Pharaon, 7 transitó por
toda la tierra de Egipto.
47 E hizo la tierra en aquellos siete
afios de hartura á montones.
48 Y él juntó todo el mantenimiento
de los siete afios, que fueron en la tierra
de Egipto, 7 guardó mantenimioito en
las ciudades, poniendo en cada ciudad
el mantenimiento del campo de sus al
rededores.
49 Y acopió Joseph trigo como arena
de la mar, mucho en extremo, hasta no
poderse oontar, porque no Unüt niimero.
60 ^ Y nacieron á Joseph dos hijos
antes aue viniese el primer afio del ham-
bre*. Tos cuales le parló Asenath, h^a
de Potipherah, saceidote de On.
61 Y llamó Joseph el nombre del pri-
mogénito tt Manassé ; porque Dios (a(^)
me hizo olvidar todo ná trabi^o, 7 toda
la casa de mi padre.
62 Y el nombre de) s^^ndo llamófo
Ephraim I ; porque Dtos {d\jo) me hizo*
fértil en la tierra de mi aflicción.
68 ^ Y cumpliéronse los siete aSkm de
la hartura, que hubo en la tierra de
Egipto,
64 Y comenzaron á venir los siete afios
del hambre, como Joseph habia dicho ;
7 hubo hambre en todos los países, mas
en toda la tierra de Egipto habla pan.
66 Y cuando se sintió el hambre en
toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó
á Pharaon por pan. Y dijo Pharaon á
todos los Egipcios, Id á Joseph, 7 haced
lo que él os d\{ere<
60 Y el hambre estaba ya por toda la
extensión del pais. Entonces abrió Jo-
seph todo granero donde habla', 7 ven-
día b á los Egipcios ; porque habia cre-
cido el hambre en la tierra de Egipto. '
KY de toda tierra «e venia á Egipto
para comprar de Joseph, porque por
toda la tierra habia crecido el hambre.
CAPITULO xm.
Loe Turmanoa de Jotefh acuden é Sgipto á
comprar trigo. C6wm loe trató JoM^ft, a
euyoe piea m arrodiUaron. Queda Btmeon
en la ofred, y loaran loe demae volver á e»
paiet eon la conaleion de traer t Bemjamin.
Y VIENDO Jacob que en Egipto*
habia alimentos, d^o á sus hijos,
i Por qué os estáis mirando ?
8 Y d^o, Hé aquí 70 he oido que ha7
víveres en Egl|rtó; descended allá, 7
comprad de allí para nosotros, para que
podamos vivir, 7 no nos muramos.
8 Y descendieron los diez hermanos de
Joseph á comprar trigo á Egipto.
4 Mas Jacob no envió á Bei^amin,
hermano de Joseph, con sus hermanos ;
porque d^o. No sea caso que le acon-
tezca algyin desastre b.
6 Y vinieron los hijos de Israel á com-
prar entre los que venían : porque habia
hambre en la tierra de Canaan.
6 *ir Y Josqph era ele sefior de la ticara,
que vendía d trigo á todo el pueblo de
la tierra: 7 llegaron los hermanos de
Joseph, é inclináronse á él rostro por
tierra.
7 Y Joseph como vio á sus hermanos,
conociólos, mas hizo que no los conocía,
7 hablóles ásperamente, 7 les dijo, ¿ De
donde habéis venido ? Ellos respondi-
eron. De la tierra de Canaan á comprar
alimentos.
8 Joseph pues conoció á sus hermanos ;
pero ellos no le conocieron.
9 Entonces se acordó Joseph de lo8<i
sueños que habia tenido de ellos, 7 dl-
joles, En>ias sois ; por ver lo descubierto
del pais habéis venido.
10 Y ellos le respondieron. No, señor
mió ; mas tus siertos han vráido á
comprar alimentos.
11 Todos nosotros somos hijos de un
varón; somos hombres de verdad: tus
siervos nunca fueron espías.
18 Y él les dijo, No: á ver lo des-
cubierto del país habtís venido.
13 Y ellos respondieron. Tus dervos
somos doce hermanos, h^os de un varón
en la tierra de Canaan : 7 .hé aquí el
menor «<At ho7 con nuestro padre, 7
otro no parece*.
14 Y Joseph les dijo. Eso es lo que os
he dicho alirmaado que sois espías.
'Cap. 46.20.
748.5.
I olvido.
I fertilidad.
«Cap. 49. 23.
i Gap. 42. 6.
"Hedí. 7.12.
6 ver.
«Cap. 41. 41.
•iCap. 87. 5,
9.
•Osp.S7.80.
A. a 1707.
GBinBIS^ XTiTTT.
A.arm.
9S.
V.».
&.
6.1S.
; fL0T.SS.4S.
!(«k.5.1&
iw.u.a.
I iOtp.48.&
Okl.U.
IBcjr.&aaL
9Cr.M.a2.
"XM.5.44.
WLL%
•wr.T.U.
15 Sn Mto Mrdla piwbadoa : Vire Pha-
laen/ que no saUváif de aquí, dnó
cnaodo Ynertro hormano moior aquí
TlnlaK.
16 fisTiad uno da Tosotnw, j traiga á
▼ncatro iMnnaoo; y Toeotxoa quedad
pnaoa, y vueatns píüabna terán pro-
badas, Á hay verdad oon ToaotroB: y
sino, Tlve Pharaon que sois espías.
17 T Juntólos en la cáioel por ties
dias.
18 T al tercero día d(}olcs Joseph,
Haeed esto, y Tlvid : Yo temo^ á Dios :
19 Si sois hombres de Terdad, quede
preso en la oasa de Tuestn -circel uno
de Tucanos hennanos ¡ y Toaotns id,
llevad el alimento para el hambre de
vuestra casal
90 Pero habéis* de txaenne á vuestro
hermano menor, y serán verificadas vu-
estras palabras, y no moiixéis. Y ellos
lo hicieron así.
SI Y decian el uno al otro. Verdade-
ramente hemos pecado * oontn nuestro
hermano ; que vimos el agustia de su
•hna cuando noe rogaba, y no Ir olmos :
por eso ha venido sobre nosotros esu
angustia.
Si Entonces Rubén les respondió di-
ciendo, ¿ No os hablé yoil y dije. No
pequéis contra A mozo ; y no escuchas-
teis ? Hó aquí también su sangre' es
requerida.
S8 Y eiloa no sabían que ht entendía
Joaeph, porque kmbia intérprete entre
ellos.
84 Y apartóse él de ellos, y lloró : des-
Sea volvió 4 elloe, y les habló, y tomó
entre etica & Simeón, y aprisionóle &
vista de rilos.
26 Y mandó Joseph que llenaran sus
saeos de trigo, y devolviesen el dinero
de cada uno de ellos poníeiuivlo en su
saoo, y les diesen coñuda para d ca-
minon: é hizose así con ellos.
96 ^ Y ellos pusieron su trigo sobro
sus asnos, v fbéronse de allí.
87 Y abriendo uno de ellos au saco*
para dar de comer á su asno en el me-
són, vio BU dinero que estaba en la boca
de su costal.
88 Y dii}o 4 sus hennanos. Mi dinero
se Mc ha derodto, y aun hék> aquí en
ml saco. Sobittsaltóseles entonces «i eo-
Tsxon, y espantados dieron el uno al
otxo» c Que et esto que nos ha hecho
Dios?
80 Y venidos & Jacob su padro en ti-
erra de Canean, contáronle todo lo que
les hidña acaecido, diciendo,
ao Aquel varón, señor de la tierra, nos
habló ásperamente o, y nos trató como á
sepias de la tierra :
81 Y nosotros le dJlJlmoB, Somos hom-
bves de verdad, nunoa fíümos espías.
39 Somos doce hermanos, hijos de
nnestro padre ; uno no parece, y el me-
nor ettA hoy con nuestro padre en la
tleira de Canean.
88 Y aquel varon, señor de la tierra,
nos di¡o. En esto conoceré que sois
hombres de verdad; d^ad conmigo
ano de vuestros hermanas, y tomad
para d hambre de vuestras casas, y
'Oi».«.n.
84 Y traadme á vuestro hermano el
moBor, para que yo sepa que no sois
espías. Sino hombres de ventad : a*i os
dará 4 vuestro hermano, y negociaréis
en la tierra.
85 Y aconteció que vaciando ellos sus
aneos, hé aquí que en el saco de cada
uno «itote el atuo de su dinero tj» y vi-
endo ellos y su padre los atados de su
dlnaro^ tuvieron temor.
86 Entónese su padi* Jacob les dUo tt
Htfiélsnie privado de mis hUos ; Joieph
no parece, ni Simeón tampoco, y 4
Benjamín le llevaréis: contra xni son
todas estas cosas.
87 Y Rubén habló 4 su padre diciendo.
Harás morir á mil dos huos, si no te lo
volviero : entrégalo en mi mano, que yo
lo volveré 4 tí.
88 Y él d^o. No dcwwnderá ml h^o
oon vosotros ; que su hermano es mu-
erto, y él solo ha quedado : y si le acon-
tedóre obnn desastre en el camino fot
donde vus, haréis descender mis oanaa
oon dolor 4 la sepulturar.
CAPITULO XLIII.
Fuefvm los ktnmmM <b Jot^ dSfipéo eoM
BtM/osHU. JieorMM Joáa/k «m «Hwhe
afamUdadf %Uaádmn Uunfi^a*.
Y EL hambre era grande en la ti-
erra*.
8 Y aconteció que como acabaron de
comer el trigo que trsgeron de Egipto,
dudes BU padre. Volved, y comprad
para nosotros un poco de alimento.
8 Y respondióle Jud4 diciendo. Aquel
varon nos protestó con 4nlmo resuelto,
diciendo. No veréis mi rostro sin vu-
estro hermano oon voaotros.
4 Si enviares á nuestro hermano con
nosotros, descenderemos, y te compra-
remos alimento:
6 Pero si no lo enviares, no descen-
deremos ; porque aquel varon nos dijo,
No veréíi mi rostro sin vuestro her-
mano oon vosotros.
0 Y d^o Israel, ¿ Por qué me hicisteis
ionto mial, declarando al varon que te-
níais mas hermano ?
7 Y ellos respondieron. Aquel varon
nos preguntó espreaamente por nos-
otros, y por nuestra parentela, diciendo,
i Vive aun vuestro padre 7 f Tenéis
mas hermano ? y deolarámosle con-
forme 4 estas palabras : ¿ podíamos
nosotros saber que habia de decir, Ha-
ced venir 4 vuestro hermano ?
8 Entonces Jud4 d4)o 4 Israd su pa-
dre: Itevla al moco conmigo, y nos
levantaremos é iremos, 4 fin que vi-
vamos y no muramos nosotros, y tü, y
nuestros nifios.
9 Yo lo fio ; b 4 mí me pedirás cuenta
de él : ti yo no te lo volviere, y lo pu-
siere delante de ti, seré para ti el cul-
pante todos los dias :
10 Que si no nos hubiéramos detenido,
cierto ahora hubiéramos ya vuelto dos
veces.
11 Entonces Israel su padre les res-
pondió. Pues que asi es, hacedlo: to-
mad de lo mejor de la tierra en vuestros
vasos, y Uevad 4 aquel varon un pre-
sente e, un poco de talsarao ', y un poco
de miel, aromas, y mirra, nueces, y
almendras.
18 Y tomad en vuestras manos doblado
dinero, y llevad en vuestra mano el
dinero vuelto en las bocas de vuestras
costales*; quiz4ftié yerro.
18 Tomad también 4 vuestro hermano,
y levantaos, y volved 4 aquel varón.
14 Y el Dios Omnipotente os dé ml-
lericordlaa/ delante de aquel varon, y
os suelte al otro vuestro hermano, y 4
este Bei\}amin. Y si he de ser privado
de mis hi[jos, aéalo.
Ift % Eaitonoes tomaron aquellos va-
rones el presente, y tomaron en su
mane doblado dinero, y 4 Bei^amin ; y
se levantaron, y descendieron 4 Egipto,
y presentáronse delante de Joseph.
16 Y vló Joseph 4 Beiúamin con ellos,
y dUo al mayordomof de su oaaa. Mete
<C^M.U.
'O^M.a».
•OapL41.M.
»Oqpk44.38.
•Pro.18.ia.
<< Cap. 87. 35.
'Gap. 48.85.
/ Kéh. 1. U.
8SLS7.S.
f Cap. 44.1.
aE>nsK,xijv.
..«i^^ii^
Jl« di 11, hijo mfo. ^*'
«. 3^¡Oi VonÁ pan.
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iuda «1 d muí de Bmjamlm.
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OENBUE^ ZLT, XLTL
dijD, VihUv* ipbtii ai» d« 101
Ja^tt vmb¿i tt^^ataá^^ Ftr- ^]
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Ad dio tg 1^ JanSrWcia ma bi
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'íYiSuo, Vo'ÍS'd», d Día d> u
pidn; üDUmm^dlMIIiliriEfll-U, ^
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TvAoob'íÜíi&^ñmi^, L«
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ETu™ TÍ 'íí'f ™ ¿TIS*" JE°Sí
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U^^H^^^r.
13 r no'teíb pu. o. M. I> Itoi^g.
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lííiiis; íS?i dií;ij.¡;síM"u.
le bilU m U aa,A i. K(lF», j ~ 1>
^BMSaiB, XLTnL
V dlj,> í Jd»Ii, El DW Om
WS55r^
Síiá ■"
A. Clin*:.
COBNESIS, ZLIX, L.
A. C. l«88t
• Den. 88.1.
»NiiiB.M.
14.
II.3.S.
«Oto. SI. 17.
I (5. 4. 1.
'Cap.a9.8S.
84.
/Gap. 84. 25.
«Jos. a.
8.7.
A 1 Cr. 6. 3.
iNmü. S8.
31.
Apoe.S.6.
iíNim. 34.
17.
'Sal. 00. 7.
LKW.S.
.88.22.
«nvtodo.
" Ib. 9. 8. 6.
Liie.l.ÚI,
88.
"Dea. 88.18.
Jos. 19. 10.
fD0ii.8t.17. grandef que él» j m siiiilcntc aeiá pie-
nitud de gentes.
90 T bendUolos aqnél dia diciendo,
•'Boté. 11, En ti bendeoLrá Imel' diciendo, Pdn-
13. sate Dios como á Ephnim y como &
Manasse. Y puso á Ephralm delante
de Manasse.
81 Y d^o Inrael á Josepb : Hé aquí, yo
*0^p. 80.34. nraero, mas Dios seíA oon Tosotros*, y
Job33.14. os haii Tolver á la tierra de vuestros
padres.
SS Y yo te he dado & ti una parte sobre
t Jos. a. 83. tus ' hermanos, la cual tomé yo de mano
Juan 4. A. del Amonréo con mi espada y oon mi
aroc
CAPITULO XLIX.
Sttatido Jacob para morir, Undiee ti mu Ufo»
<HM por «Mo, aunque mpaeio de tdiguno» la
bemdtelon «• «fM repreniUn teverat y mt-
tMna lo m* habia da tucedir a tu» detetn-
dientM. Dadora el lugar doud» quire mr
ipfdtaáoí jf aeaba la earrwra de mt vida.
Y LLAMO* Jaoob & sus hUos, y djjo.
Juntaos y os declarará lo que os na
de acontecer en los postreros diásA.
S Juntaos y oid, h\ios de Jaoob ; y es-
cuchad á vuestro padre Israel.
8 ^ Ruhen, tü erea mi primogénito, mi
fiortalesa, y el principio de mi vigore;
principal en dignidad, principal en po-
der:
4 Corriente como las aguas ; no seas el
principal, por cuanto subiste al lecho de
tu padre 4: entonces le envileciste subi-
endo á mi estrado.
5 ^ Simeón y Leví hermanos ; « armas
de iniquidad sus armas/.
6 En su secreto no entre mi alma, ni
mi honra ee Junte en su compafila ; que
en su ftiror mataron varon« y en su vo-
luntad arrancaron muro.
7 Maldito su furor, que fiíé fiero ; y
su ira, que fila dura: yo los apartará en
Jacob, y los esparciré en Israel;.
8 ^ Judá, alabarte han tus hermanos :
tu mano en la cerviz de tus enemigos :
los hyos de tu padre se indinarán á ni.
9 Cachorro de león Judá : de la presa
subiste, 14)0 mió : encórvese, eehése co-
mo león ip asi como león vi^o ; ¿ quien
lo despertará 7
10 No será quitado el cetro i^ de Judá,
y el legislador < de entre sus pies, hasta
que venga Shiloh O ; y á él se congrega-
rán los pueblas ■*,
11 Atando á la vid su pollino, y & la
cepa el hQo de su asna, lavó en el vino
BU vestido, y en la sangre de uvas su
manto:
12 Sus ojos bermejos del vino, y los
dientes blancos de la leche.
18 ^ Zabulón* en puertos de mar ha-
bitara, y terá para puerto de navios ; y
su térñolno hasta Sioon.
14 5 Inachár, asno huesudo echado
entre dos tercios :
15 Y vié que él descanso era bueno, y
que la tierra era delritosa; y bigó su
nombro para llevar, y sirvió en tributo.
16 ^ Dan Juzgará á su pueblo, como
una 4ie las tribus de Israel.
17 Será Dan serpiente junto al camino,
cecasta Junto á la wnda, que muerde los
talones de los caballos, y hace caer por
detras al cabalgador de ellos.
18 Tu salud esperó, ó JAová*.
19 ^ Oad, ^férdto lo acometerá : mas
él acometeriLf al fin.
90 ^ El pan de Aser será grueso, y él
dará deleites de rey.
81 ^ Nephihali, cierva dedada, que
dará dichos hermosos.
89 ^ Ramo fiructlfero Joseph, ramo
fruetinro Junto á fuente, cuyos vastagos
se estlenden sobre ti muro:
•IB.SS.».
l>tGr.6.18.
88 Y oausánmle amarramf, y
ronlo, y aborreciéronle los aroheros :
84 Mas su arco quedó en fortaleza» y
loa' brazos de sus manos se corrobon-
ron por* las manos dd Fuerte de Ja-
cob; (de allí el pastor< y la piedra» de
Israel:)
8A Del Dios de tu padre, el cual te
ayudará, y del Omnipotente, el cual te
bendecirá con bendiciones de los cielos
de arriba, oon bendiciones del abismo
que est& ab^Jo, con bendicionies del seno
y de la matriz.
88 Las bendiciones de tu padre fueron
mayores que las bendiciones de mis pro-
genitores : y hasta el término de los col-
lados eternos serán sobre la cabeza de
Jeaeph, y sobre la mollera del Nazareo
de sus hermanos.
97 ^ Ber\Jamin, lobo arrebatador: á
la« mañana comerá la presa, y á la tarde
repartirá los despegos.
88 ^ Os todos estos fiíenm las doce tri-
bus de Israel : y esto fui lo que su padre
les dijo ; y bend(jolos : á cada uno por
su bendición los bend^fo.
89 Mandóles luego, y dejóles. Yo voy á
ser reunido con mi pueblo : sepultadnoe
con mis padres en la cueva que está en
el campo de Ephron el Hethéo' ;
80 En la cueva que eelá en el campo de
Macpela, que eatá delante de Mamre en
la tierra de Canean, la cual compró A-
Inraham con el mismo campo de Ephron
el Hethéo para heredad de sepultura 9.
31 Allí sepultaron & Abraham y á Sara
so mi^er ; allí sepultaron 4 Isaac, y A
Rebecca su mujer; allí también sepulté
yoá Lea.
88 La compn del campo y de la cueva
que eetá en él, fité de los hijos de Heth.
83 Y como acabó Jaoob die dar órdenes
A sus hijos, encogió sus pies en la cama,
y espiró : y fué reunido con sus pacbces.
CAPITULO L.
S»tpti4t$ de Jatob, derpue* de bu euatea Jo-
aeph abraia y eoumiaa d eu» kemume». Ul-
Umamente muere/ habiendo diepueeto nue
team Unadoa tmt kue$o$ í la tierra de C»-
uaan.
ENTONCES se echó Joseph sobre el
rostro de su padre, y lloró sobre él,
y besólo.
8 Y mandó Joseph á sus médicos fioni-
liares oue embalumasen á su padre : y
los médicos embalsamaron 4 Israel.
3 Y cumpliéronle cuarenta dias, porque
así cumplían los dias de los embalsama-
dos, y lloráronlo los Egipcios setenta
dias.
4 Y pasados los dias de su luto, habló
Joseph á los de la casa de Pharaon dici-
endo. Si he hallado ahora gracia en vu-
estros ojos, os ruego que habléis en oídos
de Pharaon diciendo,
6 Mi padre me coi\}uró • diciendo, Hé
aquí yo muero ; en mi sepulcro que yo
cavé para mí en la tierra de Canean, allí
me sepultarás : ruego pues que vaya yo
ahora, y sepultaré 4 mi padre, y volveré.
0 Y Pharaon d]jo. Ve, y sepulta 4 tu
padre, como él te conjuró.
7 ^ Entonces Joseiüh subió 4 sepultar
4 su padre ; y subieron oon él todos los
siervos de Pharaon, los ancianos de su
casa, y todos los ancianos de la tierra de
Egipto,
8 Y toda la casa de Joseph, y sus her-
manos, y la casa de su padre : solamente
dejaron en la tierra de Gossen sus niftos,
y sus ovejas, y sus vacas.
9 Y subieron también c<m él carros y
senté de 4 caballo, é hízose un escua-
drón muy grande,
10 Y llegaron hasta la era de Atad, que
f Gap. 37.
4, etc.
y 89. 30.
'JobssLao.
• M. 18. 83,
84.
(Cap. 46. 10.
11. y 80. 31.
•la. 38. 10.
• Jnec ».
21,35.
'Oap.47.30.
'Cap. 38.
8, ele
•Gap. 47. 28.
I
Ltim
BXODO, L
Á. C. l«8f.
IBtutoii
tCkfbtt.».
1Í7U-3Í.
loe. 17.
A-CinM.
*0ci.lB.8.
!ln.lOitt.
'Ga.4fct.
ÍiLUt.a4.
I»h.7.17.
IK*A.7.]».
?M.7.
está & J& otxa porte del Jordán, y ende-
charon allí con grande y muT grave la-
mentación: y Joseph hizo a su padre
dnelo'por siete días.
11 T Tiendo los moradores de la tierra,
h» Caxiaoéos, el llanto en la era de Atad,
dieron, Llanto grande et este de los
Egipcios : por eso fué llamado su nom-
bre Abd-mízralmfl, que está á la otra
parte del Jordán.
12 Hicieron pues sns hijos con él segnn
les habla mandado h ;
13 Pnes lleváronlo sus hijos á la tierra
de Canaan, y le sepultaron en la cueva
del campo de Macpela, la que habla
comprado Abraham con d mismo cam-
po, para heredad de sepultura, de Eph-
ron ed Hethéo, delante de Mamrec
14 V tomdse Joseph á Egipto, él y sus
hermanos, y todos los que subieron con
él á sepultar & su padre, deH>ueB que le
hubo sepultado.
15 ^ Y Tiendo los hermanos de Joseph
que su padre era muerto, dijeron, Quizá
nos aborreoer& Joseph, y nos da» el
pago de todo el mal que le hicimos.
10 T enviaron ¿ deeir & Joseph, Tu
padre mandó antes de su muerte, dici-
endo,
17 Así divAs & Joseph, Ruégote que
perdones'' ahora la maldad de tus her-
manos, y su pecado, porque mal te tra-
taron : por tanto ahora te rogamos que
perdones la maldad de los uervos del
Dios de tu padre. Y Joseph lloró mien-
tras hablaban.
18 Y vinieron también sus hermanos,
y postráxonse delante de él, y dijeron.
Henos aquí por tus siervos.
19 Y respondióles Joseph, No temáis :
¿ utcn yo en lugar de Dios* ?
80 vosotros pensasteis mal sobre mí,
moa Dios lo enoaminó á bien, para hacer
lo que vemos hoy, para mantener en vida
á mucho pueblo/.
21 Ahora pues no tengáis miedo ; yo os
sustentaré i Tosotros y a vuestros hJ|jos g.
Así los consoló, y les habló al coraxon.
S3 ^ Y estuvo Joseph en Egipto, él y
la casa de su padre : y vivió Joseph dnnto
y diez aflos.
S3 Y vio Joseph los h^os de Ephraim
hasta la tercera generación : A tamUen
los hijos de Machlrs hijo de Manasse,
fueron criados sobre las rodillas de Jo-
seph.
34 Y Joseph dijo & sus hermanos. Yo
me muero ; mas Dios ciertamente os
vlsitaréi*, y os har& subir de aquesta ti-
erra 4 la tierra que juró & Abnham, á
Isaac, y á Jacob <.
95 "• Y conjuró Joseph á los hijos de
Israel diciendo, Dios ciertamente os vi-
sitará, y haréis Uevar de aquí mis hu-
esos.
S6 Y murió Joseph de edad de ciento
y diez años; y embalsamáronlo, y iué
puesto en un ataúd en Egipto.
EL SEGUNDO LIBRO DE MOISÉS,
LLAMADO
ÉXODO.
CAPITULO I.
BeplUae H número de 1o$ k^fos de ItraH qtte
cafraro» en Eyiplo. Tiranta» de un rey
■iMvo, á fim de aeabar eon tUoi. Piedad
de toe partenu eo» Im reeü» naeidoe.
ESTOS «on los nombres de los h^os
de Israel, que entraron en Egipto <>
con Jacob ; cada uno entró con su &-
nüUa.
S Rubén, Simeón, Leví, y Judá,
8 Isaaehár, Zabulón, y Benjamín,
4 Dan, y Nephthali, Oad, y Aser.
5 Y todas las idmas de loe que salieron
áA mmlo de Jacob fiteroa setenta b. Y
Joseph estaba en Egipto.
6 Y murió Joseph e, y todos sus her-
manos, y toda aquella generación.
7 Y los hijos de Israel crecieron, y
multiplicaron, y Aieron aumentados y
f»rroborados en extremo; y llenóse la
tierra de ellos <{.
8 ^ Levantóse entretanto un nuevo rey
sobre Egipto, que no conocía á Joseph,
el enal ^jo á su pueblo,
9 Hé aquí, el pueblo de los hijos de
Israel es mayor y mas ftierte que nos-
cArus !
10 Ahora pues, seamos sabios* para
eon él, porque no se multiplique ; y a-
Gontezc» que, viniendo guerra, él tam-
bién se Junte eon nuestros enemigos, y
pdee contra nosotros, y se Taya de la
tierra.
11 Entonoes pusieron sobre él oomisa-
xtos de tributos que los molestasen/ con
sos caigas: y eaiflcaron á Phsraon las
dudadas de los bastimentos, Phlthom y
Rameses^.
18 Empero enanto mas los oprimían.
tanto mas se multiplicaban y crecían:
así que estaban ellos fastidiados de los
hijos de Israel.
13 Y los E{^pcios hicieron servir á los
hijos de Israel con dureza :
14 Y amargaron su vida con dura ser-
vidumbre*, en hacer barro y ladrillo, y
en toda labor del campo, y en todo su
servicio, al cual les obligaban con rigor-
ismo.
15 Y Y habló el rey de Egipto á las
parteras de las Hebreas, una de las cu-
ales se llamaba Sipbra, y otra Phua, y
díjoles :
16 Cuando parteareis á las Hebreas, y
mirareis los asientos, si fuere hijo ma-
tadlo ; y si fuere hija, entonces vtA'a.
17 Mas las parteras temieron á Dios^
y no hicieron como les mandó el rtey de
Egipto, sino que reservaban la vida á
los nifios.
18 Y el rey de Egipto hizo llamar á
las parteras, y díjoles : ¿ por qué habéis
heoho esto, que habéis reservado la vida
á los niSos ?
19 Y- las parteras respondieron á Pha*
raoii: Porque las muyeres Hebreas no
son como las Egipcias ; porque son ro-
bustas, y paren antes que la partera
venga á ellas.
90 Y Dios hizo bienk á las parteras:
y el pueblo se multiplicó, y sq corro-
boraron en gran manera.
91 Y por haber las parteras temido á
Dios, él les hizo casase
98 % Entonces Pharaon mandó á todo
su pueblo diciendo: Echad en el rio
todo hijo que naciere, y á toda hija re-
servad la rala.
_ ¿7--^
Job 34. 29.
/Heeli.2.38.
7 8.18.
VMst. S.44.
* Job 42. 16.
i Mam. 83.
'Gap. 15. 18.
yas.s.
yS&lS.
■Bx.18.19.
Jos. 24. 82.
Heb.11.22.
A. C. 1635.
AGap.X28.
y 6. 9.
•' Dan. S. W.
y 6. 18.
Becb. 5.29.
i Pro. 11. 18.
Bo.8. 14L
Ii.S.ia
Heb. fi. V).
1 1 Sam. 3.
35.
2 Saín. 7.
U.
lBey.9i9i.
Bal. 137.1.
JLCim.
ÉXODO, II, ni.
A.&inL
•Cap. 6.».
EeI>.U.a8.
«M.]0&tf.
d6ti.VI.iO.
y aaeadoáé
la$ aguoi.
•Heeb.7.as.
34.
H6b.ll.94,
/Hech.r.a8.
l'HMk.T.a».
ACap,18.S.
CAPITULO II.
No£imU»ie dt Moün, «I ctmI m cdMeaiio m
<l palatio da Pkaraon. B» kmUa/ f$UM-
tamttpto eo» Blphora.
UN vanm de la fiunilia de« Lerí ftió,
y tomó por «nifcr una hija de Leví,
9 La cual concibió, y parió un hijo ;
y viéndolo que era hcnnaeoi, tuvolé
eacondido tres mesei.
3 Pero no pudiendo oeultaile mas
tiempo, tomó una arquilla de juncos,
y calafateóla con pez y betún, y colocó
en ella al niño, y plisólo en un cañizal
á la orilla del rio.
4 Y paróse una hermana tuya á lo
Ic^Jofl. para ver lo que le acontecería.
5 Y la hija de Fbaraon descendió á
lavarse al rio, y paseándose sus donce-
llas por la ribem del rio, vio ella el
arquilla en el carrizal, y envió una ori<
ada suya á que la tomase.
0 Y como la abrió, vio el niño ; y hé
aquí que el niño lloraba: y teniendo
comnasion de ól«, dijo : De los niños de
los Hebreos e* este.
7 Entonces su hermana d^o & la hija
de Pharaon: ¿ Iré 4 llamarte un ama
de las Hebreas, para que te crie este
niño?
8 Y la hija de Pharaon respondió:
Vé. Entonces ftié la doncella, y llamó
á la madre del niño ;
9 A la cual dUo la h^a de Pharaon :
Lleva este niño, y críamelo)', y yo te
lo pagaré. Y la mi^er tomó el niño, y
criólo.
10 Y como credo el niño, ella lo tn^o
á la hija de Pharaon, la cual lo ptohUÓ,
y plisóle por nombre Moisés |, diciendo.
Porque de las aguas lo saqué.
11 ^ Y en aquellos dias acaeció que,
creciao ya Moisés, salió á sus hermanos,
y vio sus cargas*: y observó á tm S-
gipcio que hería & uno de los Hebreos,
sus hermanos.
19 Y miró á todas partes, y viendo que
no parecía nadie, mató al Egipcio, y es-
condiólo en la arena.
18 Y salió ai siguiente dia, y viendo á
dos Hebreos que reftian/, dUo al que
hacia la iiyuria : i Por qué taiezes & tu
pn^imo ?
14 Y él respondió : ¿ quien te ha pu-
esto á tí por principe y juez sobre nos-
otros ? ¿piensas matarme, como ma-
taste al Egipcio ? Entonces Moisés tuvo
miedo, y dijo : Ciertamente esta cosa es
descubierta.
15 Y oyendo Pharaon este negocio,
proearó matar á Moisés: mas Moisés
huyó de delante de Pharaon, v habitó
en la tierra de Median ; y senUMe junto
á un Tpmof,
10 1 Tenia; el sacerdote de Madian
siete h^as, tas cuales vinieron á sacar
agua, para llenar las pOas, y dar de
beber á las orejas de su padre.
17 Mas los pastores vinieron, y echá-
ronlas : entonces Moisés se levantó, y
defendiólas, y abrevó sus ov^as.
18 Y volviendo ellas á Ragttel su pa-
dre, d^oles él : ¿ Por qué habéis hoy
venido tan preeto I*
■ 19 T éUss respondieron i un varón
Egfpeio nos delendió de mano de los
pastores^ y también nos saeó el agua, y
abrevó las ev^JM.
90 Y d^o á sus hijas : ¿ Y donde está ?
por qué habds diñado ese hombre ? lla-
madle para que coma pan.
91 Y Moisés acordó en morar con
amtel varón; y él dio á Moisés á sn
hQa SéphoraA.
99 La cual le parió un hUo, y él I»
puso por nombre Genom n ; porqued^,
Permino soy en tierra aniña.
93 1 Y aconteció que después de mu-
chos dias murió el rey de Egipto, y los
hijos de Israel suspiraron á causa de la
servidumbre', y clamaron: y subió á
Dios* el clamor de ellos oon motivo de
tu servidumbre.
94 Y oyó Dios el gemido de ellos, y
acordóse de su pacto' oon Abzaham,
Isaac, y Jacob.
95 Y miró Dios á los fa^os de Israel, y
reconociólos Dios.
CAPITULO III.
Agarfeut Dio$ i Moiaea tn una tana fU»
ardía «'w guamarteí y U envía 4 Ubtrim d
<« fuéAo del poder a» Pharaon,
Y APACENTANDO Moisés las ove-
jas de Jethro bu suegro, sacerdote
de Madian, llevó las ov^as detras del
desierto, y vino á Horeb, monte de
Diosa,
9 Y aMUredóaele el Ángel de Jdiová
en una llama de faego en medio de una
zarza: y él miró, v vio que la zarzal
ardía en ftiego, y la zana no se con-
sumía.
8 Entonces Moisés dijo : Iré yo ahora,
?' veré esta grande visión, porque causa
a zarza no se queme.
4 Y viendo Jehová que Iba á ver, lla-
mólo Dios de en medio de la aarza, y
diio, Moisés, M<dses: y él sespondió:
Heme aquí.
5 Y dijo ; No te llegues acá ; quita tus
zapatos « de tus pies, porque el lugar en
que tii estás tierra santa es.
0 Y d^: Yo «ii!y él Dloft de tu padre'.
Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios
de Jacob. Entonces Moisés cubrió su
rostro, porque tuvo miedo de mlnur á
Dios.
7 Y d^o Jdiová : Bien he visto la aflic-
ción de mi pueblo «, que eatá en Egipto,
y he oido su clamor 6 causa de sus ex-
actores; pues tengo conocidas sus an-
gustias/:
8 Y he descendido para librarlos de
mano de los Egipcios, y sacarlos de a-
quella tierra á una tierra tnienaf y an-
cha, á tierra que íluve leche y mid, á
los lugares del Cananéo. del Hethéo. dri
Amorrhéo, del Phereseo, del Hevéo, y
del Jebuséo.
9 El clamor, pues, de los Mjos de Is-
rael ha venido delante de mí, y tamUen
he visto la opresión con que los Egipdos
los oprimen.
10 ven por tanto ahora, y enviarte he
á Pharaon *, para que ssques mi pueblo,
los h^os de Israel, de Egipto.
11 Entonces Moisés respondió á Dios:
i Quien Mjy yo>, para que vaya á Pha-
raon, y saifue de Egipto á los h^os de
Israd?
19 Y él le respondió: Ké, porque yo
seré contigo ; y esto te terA por señal de
que yo te he enviado : Lu«ro que hubie-
res sacado este pueblo de Egipto, servi-
réis á Dios solne este monte.
18 Y dUo Moisés á Dios t Hé aquí que
llego yo á los hijos de Israel, y les digo :
£1 Dios de vuestros padres me ha envi-
ado á vosotros: ii ellos me pcegnntaren.
Cual «• BU nombre, ¿ qué les respon-
deré?
14 Y respondió Dios á Moisés t Yo sor
SL Qua SOY * t y d^o : Así dirás á los hi-
jos de Israel: Yo sor me ha enviado á
vosotros.
10 Y dijo mas Dios á Moiies : Así di-
rás á los h^os de Israel: Jehová, lA.
Dios de vuestros padres, el Dios de A-
braham» Dioa de Isaae» y Dios de Jacob,
I Peregrino.
<Naia.90.lS.
Den. 96. 7.
Bal. 13. 6.
h Gap. 8. ».
<Osn.lK.14.
7 28.8.
146.4.
ud. n,
76.
•Cap. 18. S.
1 Bey. 19 J.
» Den. 88. 16.
Is.68.8.
Hflcfa. 7.801
« Jos. 6. 15.
'Gen. 38.18.
Mat.33.3S.
«NA. 9. 9.
/8aL14a.8.
'I>Ba.L9S.
AlUo.6.4.
• Jer. L 8.
ti Osp. «. 8;
Jaaa8.C8.
j^-j'^^í^^lrisrí
rtbSjlInO pew IBUID Aba», Bppw, inn ^V >l -un tjvbi, j -íc
£j iUJd : U mi í» ^no m» iñt-
«d"^ ■' '"i"' *"■ ~
!• tUwSo t<* WhÍii 1^ '•
I ÉmSíSd ny íTSpío lo dijo i
MoU» I Anón, / poiquTbLioU oew •]
5 D^ UmbfBi Fhimon^ üé oqof ol
litj« de ImM h Yloraa en iflli
■-.biendoKlu dlctio : No le dUn
II D(J4nnIs I Úbt Jet»T4 lot;
Sr-
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YJKHOVA dUillMMHai KM,)
JBffl-j^----
Víahnn pon Hglia j Ainn t
■IpiHifi&dicbaJahOTi: Ba«H
Í¿^.
I «Jslai Ondl & Jriwrl
A,o.im.
J30D0, IX.
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'Dan. U. 10,
■0.8.11.
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»1
A Cap. 9. 4.
«te.
710.28.
yii.«,r.
7I3.IS.
7«0.8i.
*CHk8.X8.
•blo ; y 90 da{aré Ir d pueblo, pan qoe
nerffiouc 4 jaioyL
9 T aS¡o Moiaet á Phanum : Gloiiatc
aobK mi : ¿ cuando oraré por ti, 7 por
Cus tisTTM, 7 por tu pueblo, púa que
las ranas sean quitadas de ti, 7 de tus
easas, 7 que sobünente se queden en d
rio?
10 T él dUo : Mallana. Y MaUei r«ñ-
pondió : 8t nará oonforme á tu palabra,
para que conozcas que no kajf atn como
JehoT& nuestro Dios * :
11 Y las ranas se irán de ti, 7 de tos
casas, 7 de tus sierros, 7 de tu pueblo, y
solamente se quedarán en ei lio.
19 Entonces salieron Moisés 7 Aaron
de con Pbaraon ; 7 clamó Moisés á Je-
hoy& sobre el negocio de las ranas que
haUapuesto 4 Pharaon.
18 ir hizo Jehová conforme 4 la pa.
labra de Moisés, 7' murieron las ranas
de las casaa, de los cortJ|}ae, 7 de los
campos.
14 Y laa Juntaron en montones, 7
apestaba la tierra.
15 Y viendo Pharaon que le haUan
dado reposo, agravó su corazón*, 7 no
loa escuchó, como Jehová lo habla
dicho/*.
16 f Entonces Jehová diUo á Moisés :
Di 4 Aaron : Extiende tu van, 7 hiere
el polvo de la tierra, para que se vndva
piejos por todo el piús de I%ipto.
17 Y ellos lo hicieron au; 7 Aaxon
extendió su mano con su vara, é hirió
d polvo de la tierra, el cual se volvió
eojos así en los hombres como en las
stias : todo el polvo de la tierra se vol-
vió piojos en todo el país de Esipto.
18 Y los encantaoores hicieran así
también para sacar piojos con sus en-
cantamentos, mas no pudieron. Y habla
piejos así en los hombres como en las
bestias.
19 Entonces los magos dijenm A Pba-
raon: Dedo de Dios •$ etHeg. Mas el
corazón de Pharaon se endureció, 7 no
los escuchó, como Jehov& lo habla dicho.
90 ^ Y Jehová dQo á Moisés : Levan-
tate de maiVana, v ponte delante de
Pharaon, hé aquí éí sale á las asuas, 7
düe. Jehová ha dicho asi : D^a ir á mi
pueblo para que me sirva :
81 Porque si no dejares ir mi pueblo,
hé aquí yo enviaré sobre ti, 7 sobre tus
dervos, v sobre tu pueblo, 7 sobre tus
casas toda suerte de moscas ; 7 las casas
de los Egipcios se henchirán de toda
suerte de moscas, 7 asimismo la tiem
donde ellos estuvieren.
89 Y aquel día 70 apartará la tierra de
Gossen*, en la cual mi pueblo habita,
para que ninguna suerte de moscas haya
en ella ; á fin de que sepas que 70 aojf
Jiehová en medio de la tierra.
98 Y 70 pondré redención entre mi pu-
eblo 7 el tu70. Mañana será esta sehal.
94 Y Jdiová lo hizo así : que vino to-
da suerte de moscas molestísimas sobre
la oasa de Pharaon, 7 sobre las casas de
sus siervos, 7 sobre todo el pais de
Egipto i 7 la tierra fué corrompida á
oansa de ellas.
86 Entonces Pharaon llamó á Moisés 7
á Aaron, 7 dQoIes : Andad, sacrificad
á vuestra Dios en la tierra.
96 Y Moisés respondió: No conTiene
2ne hagamos asi, porque sacrificariamcs
Jehová nuestro Dios la abominación '
de los Egipcios. Hé aquí, d sacrificára-
mos la abominación de los Egipcios de-
lante de ellos, ¿ no nos apedrearían ?
97 Camino de tres días iremos* por
el desierto, 7 sacrificaremos á Jehová
nuestro Dios, como él nos dirá.
98 Y dijo Plianu» : Yo os de)«r¿ !r
Kra que sacrifiquéis á Jdiová vuestro
os en d desierto, con td qoe no
va7ai8 mas l^os : orad por mí '.
89 Y reflp<mdió Moisés: Hé aquí en
saliendo 70 de contigo rogaré á Jdiová
que laa diveraas suertes de moscas k
va7an de Pharaon, 7 de sus siervo^, 7
de su pueblo mañana, con tal que Pha-
raon no falte mas"* no d«gando ir al
pueblo á sacrificar á Jehová.
80 Entonces Moisés salió de con Fha-
raon, 7 oró á Jehová.
81 Y Jehová hizo conforme á la palB>
bra de Moisés; 7 quitó todas squellas
moscas de Pharaon, 7 de sus dervos, 7
de su pueblo, dn que quedara una.
89 Mas Pharaon a^vó aun esta ves
su corazón «•, 7 no dejó ir el pueUo.
CAPITULO IX.
Flagat 4é fmte, d« íletnu,y áé grmniao: min-
guna d$ tttat toca d lo* Btkréo». Pharaom
ftomtk d^jar aatír él jnMÑo/ jmtd /stta
XamUen ámipatabm.
ENTONCES Jehová dijo á Moisés:
Entra á Pharaon, 7 dilc : Jehová d
Dios de los Hebreos dice asi: D«ga ir mi
pueblo, para que me drvan.
8 Poique si no lo quieres d^ar ir, 7 loa
detuvieres aun,
8 Hé aquí la mano de Jdiová será so-
bre tus ganados que ufan en el campo,
cabdlos, asnos, camellos, vacas, 7 ove-
jas, con pestilencia gravidma.
4 Y Jehová hará separación entre los
ganados de Israd 7 los de Egipto, de
modo que nada muera de todo lo de los
hijos de Israel.
5 Y Jdiová sefidó tiempo diciendo:
Maitana hará Jehová esta cosa en la
tierra.
6 Y d dia siguiente Jehová hizo a-
quello, 7 murió* todo el ganado de E-
fipto ; mas dd ganado de los h^os de
srael no murió uno.
7 Entonces Pharaon envió A vfr, 7 lié
aquí que del ganado de los hijos de Is-
rael no habla muerto uno. Mas d co-
razón de Pharaon se agravó, y no d^ó
ir d pudilo.
8 ^ Y Jehová dUo á Moisés y á Aaron :
Tomad puñados de ceniza de un homo,
y espárzda Moisés hacia d ddo delante
de Pharaon:
9 Y vendrá á ser polvo sobre toda la
tierra de Egipto, d cud originará sar-
pullido ^ que cause tumores apostemados
en los hombres, y en las bestias, por
todo d país de Egipto.
10 Y tomaron la ceniza del homo, y
pudéronse delante de Pharaon, y espar-
cióla Moisés hacia el délo ; y vino un
sarpullido que causaba tumores apos-
temados mí en los hombres como en las
bestias.
11 Y los magos no podían estar delante
de Moisés á causa de los tumores ; por-
que hubo sarpullido en los magos, y en
todos los Egipcios.
19 Y Jehová endureció el corazón de
Pharaon, y no los oyó, como Jehová lo
habia dicho á Moisés «.
13 5 Entonces Jehová dijo á Moisés :
Levántate de mañana, y ponte ddante
de Pharaon, y dfle : Jehová el Dios de
los Hebreos dice así : Deja ir mi pueblo,
para aue me sirva.
14 Porque dt otra manera yo enviaré
esta vez todas mis plagas*' á tu corazón,
y sobre tus siervos, y sobre tu pueblo,
para que entiendas que no hay otro como
yo en toda la tierra.
15 Porque ahora yo extenderé mi mano
para herirte á tí v á tu pueblo de pesti.
lencia, 7 serás quitado de la tierra.
"Bal. 78. Si I
J«r. 48.90»
8L
» ver. 15.
Oap.4.3L
B<n.X5.
•Sal. 78. 50.
«Seo. 38.37.
Job 2. 7.
A|>.16.3.
«Oap. 4.XI.
418am.4.8.
ÍL61ML
ÉXODO, X
tm.9.U.
yniA
kaaoL
II.S&3S.
Afot8.r.
i'cVfl'a
.tSCt.llfl.
'SiLILL
I
10 Y & la 'vodad yo te he pa«sto« pan
dedanr en tí nd potencia, y que mi
Nombre sea contado en toda la tierra.
17 ¿ Todavía te ennlzas td contra mi
pueblo, paia no d^Jarloa ftr ?
18 Fútt bé aquí que mallana á eitai
boTM JO haré llover nanizo muy grave,
«nal nunca fué en agtpto deide el dia
que le fundó hasta ahora.
19 Envia pues 4 recoger tu ganado, y
todo lo que tienes en el campo ; porque
todo hombre 6 animal que se hallare en
ti campo, 7 no fiwre recogido 4 casa, «1
granizo descenderá sobre fi, j morirá.
50 De los siervos de Pharana ti que
temió la palabra de Jehová, hizo huir
sus criados j su ganado á casa :
51 Mas el que ne puso en su corazón
la palabra de Jehová, d^ó sus criados y
sus amados en d campo.
99^ Jehová d^o á Moisés: Extiende
tn mano hacia el cielo, para que venga
granizo en toda la tierra de E^^pto sotee
los btmibies, j sobre las bestias, y sobre
toda la yerbs del campo en el pais de
•J^T-M.
S8 Y Moisés extendió su vara hacia el
cielo, 7 Jehová hizo tronar y granizar/,
y el niego discurría por la tienra: y Uo-
vio JelMvá granizo sobre la tierra de
Kgirtft
84 Hubo pues granizo, y taen mes-
dado oon el gnmizo, tan granoe, cual
nunca hubo en toda la tierra de Egipto
desde que ^té habitada.
85 Y aquel granizo hirió en toda la
tierra de £gipto todo lo que «timba en el
campo, asi hombres como bestias: asi-
mismo hirió d panizo toda la yerba del
canqpo, y dcsgsjó todos los árboles del
pais»
as Solamente en la tierra de Oosseo jr,
donde los faUos de Israel estaban, no
hubo granizo.
97 mtónoes Pharaon envió á llamar á
Moisés y á Aaron, y les dijo : He pecado
esta vec. Jehová es justo, y yo y mi
pveblo impíos*.
98 Orad á Jehová, y cesen los truenos
de Dios y el granizo ; y yo os diñaré ir,
y no os detencuróis mas.
g9 Y respondióle Moisés : en saliendo
Jo de la mudad, estenderé mis manos á
'eitová, ^ los tmenos cesarán, y no ha-
brá mas granizo ; para que sepas que de
Jdtová c* la tierra*.
80 Mas yo sé que ni td ni tus siervos
temeréis todavía la presencia del Dios
Jehová A.
31 £1 lino pues y la cebada fueron he-
ildoa, porque la cebada ettúba ya enli-
gada, y el Tino en cafla.
89 Mas el trigo y «1 centeno no fhenni
heridos, porque eran tardíos.
88 Y saUdo Moisés de con Pharaon de
la ciudad, extendió sus manos ¿ Jehová,
V cesaron los truenos y el graniso ; y la
Uavla no cavó mas sobre la tierra.
84 Y viendo Pharaon que la lluvia ha-
bla cesado, y d granizo, y los truenos,
perseveró en pecar', y agravó su cora-
zón él y «US siervos.
86 Y el corazón de Pharaon se endu-
veoió, y no á^ ir los hijos de Israel,
eosno Jehová lo habla dicho por medio
de Moisés.
CAPITULO X.
PloMw éé lamgodat, * át ünitUas tipantotOB.
Ém viata da uta úUimajdaaa «muto Pka-
raom la talída M nuS* de itraeL Pero
no aetpta MtÍM$ la t/erta por no utar
tampnmdidou lo» gatuulót.
Y JEHOVÁ dijo á Motees: Entra á
Pharaon, porque yo he agravado •
BU corazón, y d corazón de
vos, para dar entre elles estas mis ■»•
fieles:
9 Y para que cuentes á tus hijesb y á
tus nietos las cosas que vo hioe en Egip-
to, y mis sefiales que oí entre ellos, y
púa que sepáis que yo «qy Jeiwvá.
8 Entónoes vinlenm Moisés y Aaron á
Pharaon, j le dijeran s Jehová el Dios
de los Hebreos na dicho así: ¿Hasta
cuando no querrás humillarte • delante
de mí ? Di()a ir mi pueblo, para que me
sirvan.
4 Y si aun rehusas diario ir, hé aquí
que vo traeré mafiana langosta' en tus
términos,
6 La cual cubrirá la fia de la tierra, de
modo que no pueda verse la tierra; y
ella comerá lo que quedó salvo, lo que
os ha quedado del granizo : • comerá mí-
mismo todo árbol que os produce/Hito
en el campo.
6 Y llenarse han tas casas, y las casas
de todos tus siervos, y las casas de todos
los Egipcios, cual nunca vieron t^ pa-
dres, ni tus abuelos desde que ellos fue-
ron sobre la tierra hasta hoy. Y volviese,
y salió de oon Pharaon.
7 Entonces los siervos de Pharaon le
dijeron : ¿ Hasta cuando nos ha de ser
este por lazo/? d«ga ir estos hombres,
para que sirvan á Jehová su Dios : ¿ ann
no sabes que Egipto está destruido ?
8 Y Moisés y Aaron volvieron á ser
llamados á Pharaon, el cual les dijo :
Andad, servid á Jehová vuestro IMÍos.
Quien y quien son loe que han de ir ?
9 Y Moisés respondió: Hemos de ir
oon nuestros niflos, y oon nuestros vie-
Íos, con nuestros h(jos y con nuestras
lijas : oon nuestras ov^as y con nuestras
vacas hemos de ir ; porque tenemos so-
lemnidad de Jehová.
10 Y él les dijo : Así sea Jehová con
vosotros como yo os d^aré ir á vosotros
y á vuestros niños: mJiad como el mal
está delante de vuestro rostro.
11 No aerA así: id ahora vosotros los
varones, y servid á Jehová ; pues esto es
lo que vosotros demandasteis. Y echá-
ronlos de delante de Pharaon.
18 Entonces Jehová dijo á Moisés:
Extiende tu mano sobre la tienra de E-
gipto para langosta, á fin de que suba
sobre el paU de E^pto, y consuma todo
lo que el granizo d^ó.
13 Y extendió Moisés su vara sobre la
tierra de Egipto, 7 Jehová tr^Jo un vien-
to oriental sobre el país todo aquel dia,
7 toda aquella noche: y á la maltona él
viento oriental tr^ la langosta.
14 Y subió la.9 langosta sobre toda la
tierra de Egipto, y asentóse en todos los
términos de Egipto, túado en gran ma-
nera grave : antes de ella no hubo lan-
Sta semcjjante, ni después de ella ven-
otra tal.
15 Y cubrió la &z de tode el país, y
oscurecióse la tierra; y consumió toda
la yerba de la tierra, 7 todo el finito de
los árboles oue habla d^ado el nanizo,
que no queoó cosa verde en árooles ni
en la yeroa del campo por toda la tierra
de Egipto.
18 Entonces Pharaon hizo llamar á-
priesa á Motees 7 á Aaron, y dijo : He
pecado contra Jehová vuestro Dios, y
coittra vosotros*.
17 Mas ru^o ahora qne perdones mi
pecado solamente esta vez, y que órete á
Jehová vuestro. Dios que quite de mí
solamente esta muerte*.
18 Y salió de con Pharaon, y oró á Je-
hová.
19 Y Jehová volvió un viento occiden-
tal fbrtísimo, y quitó la langosta, y azn»-
»Ds«.4.9.
0SL44.1.
'lBsy.91.
29.
3 Cr. 7. 14.
y 88.19,19.
Job «La.
8eat*.4a0.
'Pro.90LST.
•Osp.9.aS.
/Jos. 38.18.
,'BsL 78.46.
ylu&34.
A Osp. 9. 17.
a Bey. 13. «.
ÉXODO, ZI, ZIl.
y JEHOVA dUo &HoU«:lini
fía qot huí» ditCnoHa jéfaoij (imi
L lo» Eftpctm j Iv ItTvUutr^
■Ani ^ m, 3 lodo oí pHbla mt ffffc
InJoditL VanpuBdiuojo^dM
I nSET^IÜ^ itlK W^ •! hi«o ;'
BdtM 9 ■■ Fuña de Jp&o*i.
lAiHo i^ 1i%^il> E>lílo,ui«i loi
Jado «I prlmrr & Iwb ol lépUinDr j
S^^id^^a Um iTIiaÍ»!
A. a 1401.
ÉXODO, xm.
A.C.1«L
U.
781 U.
■1015.10.
SBey.tt.
a.
lUt.a8.18.
*fietai.a8.
1 lt.9L4,&
1 ApotT.8.
hL78.fi.
'(^4 31.
'!rn.3.tt.
7S.4.
EsL7S.fiL
rus. 8.
tU«.10.
H«b.ii.as.
i'O^lLflL
'Cat.U.%
•XVB.L
JILSL
>Xn.lLi.
19 Por ■lele dlaa no te halIoA levadu-
ra« en ▼oestras casas, porque cualqui-
era que comiere leudado, así estrangero
como natural del país, aquella alma será
cortada de la congregación de Israel.
90 Ninguna cosa leudada comeréis ; en
todas ▼uestiBS habitaciones comeréis
panes sfai levadnra.
91 5 Y Molses convocó á todos los aa^
danos de Israel, y dQoies : Sacad, y to-
maos corderos por vuestras familias, y
sacrificad la Pascua*.
99 Y tomad un manejo de hisopo, y
mamadle en la sangre que ettará en una
jofaina, y untad el dintel y los dos pos-
tes con la sangre que eiterá en la jofii-
ina ; • y ninguno de ▼esotros salga de las
pneítns de su casa hasta la mafiana.
98 Porque JdioTA pasar& hiriendo 4
los Egipcios ; y como verA la sangre en
d dintel y en los dos postes, pasará Je-
hoT¿ aquella puerta, y no d^ará entrar
al beridor;» en vuestras casas para herir.
94 Y guardareis esto por estatuto para
vosotros y para vuestros hijos para ^-
entpre.
95 Y seiá, cuando habrás entrado en
la tieira que Jehová os dar&, como Cieñe
hablado, que guardaréis este rito.
96 Y cuando os dieren vuestros h^os :
¿ Que rito e» este vuestro f ?
97 Vosotros responderéis: Esta «« la
victima de la Pascua de JehovA, el cual
PMm5 las casas de los h^os de Israel en
Egipto, cuando hirió 4 los Egipcios, y
libro nuestras casas. Entonces el pu>
eblo se inclinó y adoró'.
98 Y los hijos de Israel se fberon, é
hiclenm puntualmente así como Jc^ová
haUa mandado 4 Moisés y 4 Aaron.
99 5 Y aconteció que 4 la media noche
Jehová hirió á todo primogénito en la
tierra de Egipto*, desde el inrlmogáaito
de Pharaon, que se sentaba sobre su
trono, hasta el primogénito del cautivo
que alaba en la cárod, y todo primogé-
nito de los animales.
80 5 Y levantóse aquella noohe Pha-
raon, éí y todos sus uarros, y todos los
Egipcios; y habla un oran clamor en
Egipto, I porque no habla oasa donde no
hmiUae muerto :
31 E hiso llamar á Moisés y á Aaron
de noche, y díjoles : Salid de en medio
de mi pueblo vosotros y los hijos de Is-
rad ; ó id, servid á Jehová, como habéis
dicho.
89 Tomad también vuestras ovfjas y
vuestras vacas, como habéis dicho, é
idos ; y bendecidme también á mi.
88 Y los Egipcios apremÍAban « al pu-
eblo dándose priesa á echarlos de la
tierra ; porque decían. Todos somos mu-
ertos.
84 Y llevó el pueblo su masa antes que
se leudase, sus masas envueltas en sus
sabanas sobre sus hombros.
86 B hicieron los l^jos de Israel con-
forme al mandamiento de Moisés, de-
mandando 4 los Egipcios vasos de plata,
y vasos de oro, y vestidos'.
85 Y Jdiová dio graoia al pueblo de-
lante de los Egipcios^ prestáronles ; y
elks despegaron á los iTgipaiosy.
87 5 ^ partieron los h^os de Israel de
Rameaes * á Succoth, como seiscientos
mil hombres* de á pie, sin contar los
niBos.
88 Y también subió oon ellos grande
multitod de h diversa suerte de gentes, y
ov^t», y ganados muy muchos.
30 Y cocieron tortas sin levadura de
la masa que hablan sacado de Egipto,
porque no habda leudado, ñor cuanto
echándolos los Egipcios no nablan po-
dido detenene, ni aun prepararse oo-
mida.
40 5 Bi tienapo que los hijos de Israel
habitaron en Egipto, ftié onatroelenlos
y treinta aflos«.
41 Y pasados cuatrocientos y treinta
aflos, en el mismo dia salieron todos los
c;}érritos de Jehová de la tierra de X-
glpto.
4S Esta es noche de guardar 4 Jdiová,
por haberlos sacado em tüa de la tierra
de Egipto. Esta noche deben guardar á
Jehová todos los h^os de Israel en sus
generaciones "*,
43 5 Y Jdiová d^o á Moisés y á
Aaron: Esta wrd la ordenanxa de la
Pascua. Ningún astraflo comerá de
ella • :
44 Mas todo siervo humano, comprado
\tat dinero, comerá de ella diespues que
lo hubieres circuncidado/.
45 El estrangero y el asalariado no
comerán de ella 9.
46 En una oasa se comerá, y no lleva-
rás de aquella carne ftiera de casa, ni
quebraréis hueso suyo A.
47 Toda la congregación de Israel le
sacrificará.
48 Mas d algún estrangero peregrinare
contigo, y quisiere hacer la Pascua 4
JehnT4, seale oireunddado todo varón.
y entonces se llenr4 4 hacerla, y sem
como el natural de la tierra ; pero nin-
gún incircunciso eomer4 de ella.
40 La misma ley será para el natural
y para el estrangero que peregrinare
entre vosotros •'.
50 Así lo hicieron todos los hUos de
Israel ; como mandó Jehov4 4 Moisés
y 4 Aaron, así lo hicieron.
51 Y Y en aquel mismo* dia sacó Je-
hoT4 á los hijos de Israel de la tierra de
Egipto por sus esciuulrones <.
CAPITULO XIII.
Ordena A Btl^ la oblaeüm é» lo» nrimofl-
nitot «n memoria dt lo ntttáido «n la temda
de Egipto. Columna de nvAe y JvegOt fo»
Im mrve de gwa por d camino.
Y JEHOVA habló á Molses, dici-
endo:
9 Suitiflcamc todo primogénito*, cu-
alquiera que abre matriz entre los h^os
de Israel, asi de los hombres como de
los animales : porou* mió es.
8 Y Moisés d^o al pueblo: Tened
memoria de aqueste día i, en el cual
habéis salido de Egipto, de la casa de
servidumbre ; pues Jehová os ha sacado
de aquí con mano f\ierte:.por tanto no
comeréis leudado.
4 Vosotros salís hoy en el mes de
Abib«.
5 Y cuando Jehová te hubiere metido
en la tierra del Cananéo, y del Hethéo,
y del Amorrhéo, y del Hevéo, y del
Jebutéo, la cual juró á tus padres que
te darla, tierra a que destila leche y
miel, harás este servicio en aqueste
mes:
6 Siete dias* comerás por leudar, y el
séptimo dia será fiesta á Jehová.
7 Por los fciete días se comerán los
panes sin levadura; y no se verá con-
tigo leudado, ni levadura en todo tu
t&mino.
8 Y contarás en aquel día 4 tu hijo
diciendo/ 1 Háeese uto con motivo de
lo que Jehov4 hiao conmigo cuando me
saco de Egipto.
9 Y serte ha como una sefiat^ sobre
tu mano, y como una memoria delante
de tus ojos, para que la ley de Jehov4
esté en tu boca ; por cuanto con mano
ftierte te sac($ Jehová de Egipto.
'0CB.1&IS.
CM. S. 17.
«'Dsn.U.
'Xf.2.U.
f ¥0.9.9.
V Lev. 23. 10.
VLi.13.
A5V1B.9.
la.
Jasa 19. 86.
«Kan. 9. 14
OaLS.».
OqL3.11.
«ver. 41.
10ap.fi.!».
•CSftp.SXI9.
LS4.19.
Kan. 8. 13.
Den. 15. 19.
£ae. 3. SÍ.
» cap. 19.48.
•Cap. 33. 16.
'Gea.17.8.
yaa.u.
•0kp.l3.U.
/Cap. 13. 36.
vor. 4.
'ver. 16.
Den. 6. 8.
y U. 18.
Pro. A. 31.
0Bat.8.fi.
A.C.14M.
ÉXODO, XIT.
aiiflL
* Dm. 8. 90.
<Deii.aS.8.
ftOKII.l<.U.
K«m. 14.1.
4.
"•GflB.fio.as.
J(M.2i8a.
BmIi.7.16.
•Niim.B.U,
710.84.
714.14.
I)ra.l.tt.
KdLS.U,
19.
8^78.11
y». 7.
ylOft.».
Ii.4.ft.
lUor.lO.S.
•N«
1.7.
» 0»I>. 4. 21.
10 Por tanto tii gataátxi» ote xito en
lu dempo de aAo en aflo.
11 T enauáo JchoTá te faabiere me-
tido en la tierca dd Cananéo, como te
ba Jurado ¿ tí y & tiu padrea, y cuando
te la buUece dado,
19 Hará* pasar & Jeherá todo lo que
abriere la matriz; asimlimo todo pri.
merizo que abriere la matriz de tux
animales s lo» machos terán de Jtbová.
13 Mas todo primoaánito de asno re-
dimiiés con un eoxdero; y si no lo
redimieres, le degollarás : asimismo re-
dimirás toido humano primogénito de
tushUos.
14 T cuando mafiana te prqpintare tu
h^o diolendoA : Qaé es esto ? deeixle
has : JehoTá nos sacó con mano fuerte
de Eclpto, de casa de serridumbie :
16 Y endureeiendoee Pharaon en no
d^amos ir, Jehová mató en la tierra de
Egipto 4 tcdo primogénito, desde el pri-
mogénito humano hasta d primogénito
déla bestia: y por esta cansa yo sacrifico
4 JchoT4 todo primogénito nucho, y re-
dimo todo prim<^áiilto de mis hijos.
16 Serte na pues como iwa sefial sobre
tu mano, y por una memoria delante
de tos q}oa, ya que JehoT4 nos sacó de
Egipto con mano itaerte'.
17 ^ Y luqjo que Phaxaon dcdó ir
al pueblo. Dice no los llevó por el ca-
miiio de la tierra de los Phiiiuiéos, que
estaba cerca; porque dijo Dios: Qoe
qttiz4 no se arrepiento el pueblo cuando
vieren la guerxa, y se vndvan 4 E-
glpto*.
18 Mas hizo Dios al pueblo que' ro-
dease por el eanUno del desierto dd mar
Berm^o : y subieron loe l^jos de Israd
de B|dpto armado*.
18 Tomó también consigo Moisés los
huesos de Joseph, el cual habla jura-
mentado 4 los h^os de Israel diciendo :
Dios ciertamente os ▼isitar4, y haréis
subir mis huesos de aquí con vosotros <•.
80 f Y partidos de Suceoth, asentaxx>n
eampo en Ethan 4 la entrada del de-
sierto*.
91 Y Jehová Iba delante de ellos «, de
dia en una columna de nube para gui-
arles por el camino, y de noche en una
columna de ftiego para alvmibrarles ; 4
fin que anduviesen de dia y de noclie.
89 Nunca se partió de delante del
pueblo la columna de nube de dia, ni
de noche la columna de fuego.
CAPITULO XIV.
Ptnt^me Phsraon é loi ItraéUtat. JHoiáe
Moiatt eon la tara la» agua» del tmar
Rniot lo» ttradUai U pcuan d pU enjuto,
y qfttedan en tt anefodoe Uu Egipcio».
Y HABLO JehoT4;4 Moisés dici-
endo:
9 Habla 4 los h^ de Israel que den
la vuelta, y asienten su campo delante
de Pihalúroth', entre Migdol y la mar
h4cia Baalzephon : delante de él asen-
taréis el campo Junto 4 la mar.
S Porque Pnaraon dirá de los hijos de
Israel t Encerrados e»tan en la tierra, el
desierto los ha encerrado.
4 Y yo endureceré b el corazón de Pha-
raon para que los siga; y seré gloriñ-
cado en Pharaon y en iodo su ejército,
y sabrán los Egipcios que yo aoy Jdiová.
X ellae lo hicieron así.
fi 5 Y Alé dado aviso al rey de Egipto '
como el pueblo se huia : y el corazón de
Pharaon y de sus siervos se volvió con-
tra ti pueblo, y dijeron : ¿ Como hemos
hecho esto de haber d^)ado ir 4 Israel,
para que no nos sirva ?
0 Y unció au oano, y tomó ooniigo in
pueblo t
7 Y tomó eeisoientos canos ese<^ldos«,
y todos los carros de Egipto, y los «api-
tañes sobre ellos.
6 Y endureció Jehová el ooracon de
Pharaon, rey de Egipto, y siguió 4 los
h^os de Israel ; pero los hUos de Israd
hidiian salido con mano poderosa*'.
9 Siguiéndolos pues ios Egipcios, oon
toda la caballería y carros oe Pharaon,
su gente de 4 caballo, y todo su ^érdto,
alcanzáronlos asentando el campo junto
á la mar, al lado de Pihahiroth, delante
de Baalzephon.
10 5 Y cuando Pharaon se hubo acer-
cado, los hijos de Ivari alzaron sus
qjos, y hé aquí los Egipcios que venían
tras ellos ; por lo que temieron en gran
manera, y clamaron los hi)os de Israel 4
Jehová*.
11 Y dieron á Moisés : ¿ No káUa
sepulcros en Egipto, que nos has sa-
cado para que muramos en el desierto ?
¿ Porqué lo has hecho así oon nosotros,
que nos has sacado de Egipto ?
19 ¿ No es esto lo que te hablábamos
en Egipto/, diciendo : Díanos servir 4
los Egipcios ? Que m^jcr nos JWra -ser-
vir 4 los Egipcios, que morir nosotros en
el desierto.
18 Y Moisés d^ al pueblo : No te-
máis ;9 estaos quedos, y ved la salud de
Jehov4, que él has4 hoy oon vosotros :
poique los Egipcios que hoy habéis victo,
nunca mas para siempre los veréis.
14 Jehová pelear4* por vosotros, y
vosotros estaréis quedos.
16 Entonces Jehová d^o 4 Moisés:
¿ Por qué clamas 4 mí ? di 4 los h^os
de Israel que mardien.
10 Y tú alza tu vara, v extiende tu
mano sobre el mar, y divídele, y entren
los hijos de Israel por medio de la mar
en seco.
17 Y yo, hé aauí yo endureceré él
corazón de los Egipcios para que los
sigan : y yo me glorificaré en Pharaon,
y en todo su ejército, y en sus carros, y
en su oaballerüu
18 Y sabrán los Egipcios que yo toy
Jehová, cuando me glorifican en Pha-
raon, en sus carros, y en so gente de á
caballo.
10 Y el ángel' de Dios, que iba de-
lante del campo de Israel, se apartó, é
iba en pos de ellos ; y asimismo la co-
lumna de nube, que iba delante de ellos,
se apartó, y púsose á sus espaldas:
90 E iba entre el campo de los E-
gipoios y el campo de Israd; y era
nube y tinieblas pora ocimUm, y alum-
braba á ¡erad de nocne: y en toda
aquella noche nunca llegaron los unos
álos otros.
91 5 Y extendió Moisés su mano sobre
la mar, é hizo Jehová que la mar se
retirase por un recio viento oriental to-
da aquella noche, y tomó la mar en
seco, y las aguas quedaron divididas ik.
98 Entonces los hijos de Israd en-
traron por medio de la mar en seco ',
teniendo las aguas como un muro 4 su
diestra y 4 su siniestra.
93 Y siguiéndolos los Egipdos entra-
ron tras ellos hasta ri medio de la mar,
toda la caballería de Pharaon, sus car-
ros, y su gente de 4 caballo.
94 Y aconteció 4 la vela de la maftana,
que Jdiov4 miró al campo de los Egip-
cios desde la columna de fliego y nube,
y perturbó el campe de los Einpcios,
95 Y quitóles las ruedas de sus carros,
I trastornólos gravemente. Entonces loe
gipcios dijeron : Huyamos de delante
< Oap. 16. 4
rfNnm.8S.8.
Dea. 36. 8.
« Jos. 24. 7.
N«b. 9. 9.
/Osp. 6. a.
y6wO.
9 Dm. 90. 8.
3 Bey. e.16.
2 Cr. 90.15,
17.
8sL27.1,3.
t4B.l,8.
^41.10,
14.
i Dni. 1. 80.
T20.4.
Job. 28. 8.
10.
18.80.16.
tKunuaOAfi.
Is.63.9.
t Jos. 4. 28.
8al.0e.«.
a Cor. 10. 1.
Heb 11.99.
I
jLCiua.
ÉXODO, XY, XTL
A.ai«L
'•8d. 11814.
U1S.S.
|tU.M.8.
I rtf.S.
' A]i.U.lL
tBMt.4
tdtjumeoa.
'M.IL1L
'StLlU.
U,ll
r«i4
/SflMLflL
11
Mil.
14
'bau
de Inad» Ppniwc Jehorá petaa por eDos
86 T Jehov¿ (UJo & Moiaes : Xztiendc
tn mano Mine U mar, mn que la«
»gaaM te melTan tobi* Im Egipcio*,
•obre vu caorroe, 7 •obre tu cabaUciria.
97 Y Moiie* extendiiS au mano •obre
la mar, 7 la mar ae volvió en tu fliena
cuando amanecía, v los Egipcio* iban
hada ella : y Jehova derribo a loe Egip-
cios en medio de la mar.
88 Y volvieron las aguas, 7 cubrieron
los carros 7 la caballería, 7 todo el
^rcito de Pharaon que había entrado
tna ellos en la.mar ; no quedó de ellos
ni uno.
88 Y loe l^}oe de Israel Ataron por
medio de la mar en seco, teniendo las
a^uas pov muro 4 su diestra 7 4 su si-
80 Así salvó Jehová aquel dia ¿ larari
de mano de los Egipcios: é Israel vio
á loa Egipcios mnectoa á la orilla de la
81 Y vio Israel aquel grande hecho
que Jehov4 ejecutó contra los Egipcias :
Íel pueblo temió á JehoWt, 7 cre7enniM
Jcnov4, 7 á Moisés tn tferro.
CAPITULO XV.
4e gracúu al BtHar, demme$ d» potado d
miar. LUgam Im ImratUuu d Mora, donde
eomMtrU Moima Im agmaa amar^t» t»
dtiem.
-riNTONCBg oantó Moisés. 7 los h^os
-Ci de Israel, este cántico a Jehovi^ 7
dieron: Cantará 70 á Jehov4, porque
se ha magnificado grandemente, ectian-
do en la mar al caballo 7 al que en él
tuMa.
8 Jehová ea mi fortaleza, 7 mi can-
ción*, 7 hame sido por salud: este e#
mi Dios, 7 á ette engrandeceré : Dios de
mi padre, 7 á ette ensaliaró.
S Jehová, Varón de guerra ; h Jehová
tt su Nombre.
4 Los carros de Pharaon 7 á su ^fér-
eito echó en la mar, 7 sus escogidos
príncipes fueron hundidos en el mar
Bermsjof.
5 Los abismos los onbrlcron; como
mma piedra descendieron á los pro-
ftindosi.
O Tn diestra', ó Jdwvá, ha sido ma-
eifieada en fortalesa ; tu diestra, ó Je-
vá, ha quebrantado al enemigo.
7 Y con la crandeta de tu poder has
trastornado á los que se levantaron con-
tn tí : enviaste tn furor, el oisi los tragó
oaao á hojantca «.
8 Con el soplo de tus narioes/ se amon-
tonaron las aguas, paráronse las corri-
entes como en un montón ¡ los abismos
se cuajaron en medio de la mar.
9 El enemioD diio : Pencguiró, pien>
deré, repartiré diespojos, mi alma se
henehirá de ellos; sacaré mi espada,
destruirlos ha mi mano.
10 Soplaste con tu viento, eubrióloe
la mar s hundiéronse como plomo en las
impetuosas aguas.
11 ¿ Quien como tii, Jehová, entre los
dioses í ? qidén como til magnífico en
santidad, tenible en loores, twcedor de
maraviUas?
19 Extendiste tu diestra, la tierra los
tragó.
18 Condujiste en tu misericordia; á
este paeblo ai cual salvaste ; Uevástelo
eon tu fortaleaa á la habitación de tu
smluBiio.
14 Oiránlo * los pueblos, 7 temblarán ;
noderane ha dolor de loe morailorss de
PalsaHna.
15 Entonces loe pvfneipcs de Edom se
turbarán ; á los rohuatos de Moab loa
ocupará temblor; abatlne han todos loa
moradores de Canean '.
16 Caiga sobre eUos* temblor 7 espan-
to; á la grandeaa de tn braso enmu-
deican como una piedra, hasta que tuqr*
pasado tu pueblo, ó Jehová, lusta que
na7a pasado este pueblo fw tii
17 Til los Introducirás v los plantarás m
en d monte de tu heredad, en el lugar
de tu morada, que td has aparejado, ó
Jehová" ; en el Santuario del Seuor, que
han afirmado tus manos.
18 Jehová reinará* por los ai^os de los
siglos.
19 % Parque Pharaon entró cabalgando
con sus carros 7 su gente de á cabulo en
la mar, 7 Jehová volvió á traer las aguas
de ia mar sobre eDoa ; mas los hHos de
Israel fueron en seco por medio áA mar.
90 5 Y María la pro^htisa, hermana
de Aaoon, tomó un pandero en su mano,
7 todas las mtgeres salieron en pos de
ella con panderos 7 danzas.
81 Y María les respondía : Cantad á
Jehová, porque en extremo se ha en-
grandecido, echando en la mar al ca-
ballo, 7 al que en él subía.
ss 1 E hizo Moisés que partiese Israel
del mar Bermno, 7 salieron al desierto
del 8ur;^ 7 anduvieron tres días por d
desierto dn hallar agua.
528 Y llegaron á Mará, f 7 no pudieron
beber las aguas de Mam porque eran
amargas : por eso la pusieron él nombra
de Marán.
84 Entonces el pueblo murmuró contra
Moiies, 7 dQo : Qué hemos de beber ?
86 Y Moiaet clamó á Jehová ; v Jdiová
le mostró un árbol, el cual metidolo que
hubo dentro de las aguas, las aguas le
endulzaron •*. Allí les dio estatutos 7 or-
denanzas, 7 allí les probó,
88 Y átío: Si <>7eres atentamente ia
voz de Jehová tu IMos, é hicieres lo recto
delante de sus ogos, 7 dieres oído á sus
mandamientos, 7 guardares todos sus
estatutos, ninguna enfermedad de las
que envié á los Egipcios te enviaré á tí :
• poroue 70 S07 Jehová tu tíanador '.
87 5 Y llegaron á KUm«, donde habla
doce fuentes de aguas, 7 setenta palmas:
7 asentaron allí junto á las aguas.
CAPITULO XVL
Smia ti Beuor codorniem y pan éd eUto t
m pmMo ingrato. Le reeomUitda la ob-
atrvaneia dm Sábado, y ya« eomtrvo tn d
tabenndetUo una poreiom dd mtmd, para
nuwtoria do la ponoridad.
Y PARTIENDO de Elim« toda la
congregación de los h^os de Israel,
vino al dedcrto de 8in, que ettá entre
Elim 7 8inai, á los quince dias del se-
gundo mes después que salieron de ia
tierra de Eg^to.
9 Y toda la congregación de los h^os
de Israel b murmuró contra Moisés 7
Aaron en el desierto.
3 Y decíanles los h^os de Israel :
Ojalá hubiéramos muerto por mano de
Jehová en la tierra de B^pto, cuando
nos sentábamos á las ollas de las carnes,
cuando comíamos pan en hartura « ; pues
nos habéis sacado á este desierto, para
matar de hambre toda eata multitud.
4 Y Jehová d^o á Moins : Hé aquí
70 os haré llover pan del délo j ' 7 el
pueblo saldrá, 7 cogerá para cada un dia,
para que 70 le pruebe* si anda en mi
Le7, ó no.
5 Mas al sexto dia aparriaxán lo que
han de eneeszar, que aeiá el dobla de lo
que solían .coger cada dia/.
<J«s.<.L
*I)M.8.8S.
711. as.
'BaL7i.9.
*" 8^.41 8,8.
"88178.64.
•8d.l4U0.
Dan. 4.8.
7 7.87.
' Osa. la^ 7.
fH«m.8S.8.
loauayara.
74.41
•Oapb9S.aB.
(BaL108.8.
■ITanLlb.
la
»Osp. 18.84.
•Knm. U.
4,6.
4SSL78.94.
Josa 6. 81.
83.
lOv.10.8.
/vtr.98.
A.c.im..
ÉXODO, xvn.
A.GI49I.;
'18UI.8.7.
k Knm. 14
10.
< wr. 7. .
l! Nnm. 11.
U.
B«1.10S.40.
fHeb.
ISCor.8.15.
••Mat.flL84.
"OeB.S.8.
Cu. 20. 8.
ra.M.
le?, 38.8.
•^.SO.
6 Entonce» d^ Moisés y A*ron á todos
los hijos de Israel : Á la tarde sabréis
que JdMvá os ha sacado de la tierra de
Egipto,
7 V á la mafiana Teréis la gloria de
JehoT¿; porque él ha oído vuestras
mnrmuraotones contra Jehovi : que nos-
otros ¿ qué mmtot, para crae vosotros mur-
muréis contra nosotros ?
8 Y dijo Moisés : Jehová os dará á la
tarde carne pera comer, y 4 la maltona
pan en hartura; por cuanto Jehová ha
oido vuestras murmuraciones con que
habéis murmurado contra ál : que nos-
otros qué tamot t vuestras murmura-
ciones no ton contra nosotros, sino con-
tra Jehová^.
9 Y d^o Moisés á Aaron : Di á toda
la congregación de los hiios de Israel:
Acercaos en la presencia m Jehová, que
él ha oído vuestras murmuraciones.
10 Y hablando Aaron á toda la con-
oregacion de los hijos de Israel, miraron
háoia el desierto, y hé aquí la gloria de
Jehová que apareció en la nube «.
11 Y Jehová hablé á Moisés diciendo :
13 Yo he oido las murmuraciones • de
los h^os de Israel : habíales diciendo :
Bntre las do» tardes comeréis carne, y
por la mahana os hartaréis de pan, y
sabréis que yo m>y Jehová vuestro Dios.
13 Y venida la tarde, subieron ik codor-
nices que cubrieron el real; y á la ma-
fiana detoendió roció en derredor del
real.
14 Y como el rocío cesé de descender,
hé aquí sobre la haa del desierto una
cosa menuda, redonda, menuda como
una helada sobre la tierra.
16 Y viéndolo los hJ|jos de Israel, se
dieron unos á otros : ¿ Qué es esto f ?
porque no sabían que era. Enténoüs
Moisés les di^o : Este ei el pan que Je-
hová os dá para comer.
16 Esto e» lo que Jehová ha mandado :
Ciñereis de él cada uno según pudiere
comer, un somer por cabnca em^firrme
al numero de vuestras personas: toma-
réis cada imo para ios que están en su
tienda.
17 Y los hijos de Israd lo hicieron así ;
y recogieron unos mas, otros menos.
18 Y despue» medíanlo por comer, y no
sobraba al que habla recogido mucho,
ni 'faltaba al que habla recogido poco :
cada uno recogió conforme á lo que
habia de comer.
19 Y d^oles Moisés: Ninguno d^e
nada de ello para mañana m.
90 M a ellos no obedecieron á Moisés,
sino que algunos dejaron de ello para
otro dia, y crió gusanos, y pudrióse : y
enqfóse contra ellos Moisés.
91 Y recogíanlo cada mafiana, cada
uno según lo que habia de comer : y lue-
go que el sol calentaba, derretíase.
92 £n el sexto dia recogieron doblada
comida, dos gomeres para cada uno: y
todos los príncipes de la congregación
vinieron á Moisés, y se lo hicieron saber.
98 Y él les dtío : Esto e» lo que ha dicho
Jehová : « mafiana es el santo sábado del
repaso de Jehová : lo que hubiereis de
cocer, cocedlo Atw, y lo que hubiereis de
cocinar, cocinadlo; y todo lo que os so-
brare, guardadlo para mafiana.
94 Y ellos lo guardaron hasta la ma-
fiana, según que Moisés habia mandado,
y no se pudrió, ni hubo en él gusano «.
96 Y o^o Moisés : Comedio hoy, por-
que hoy t$ sábado de Jehová : hoy no lo
hallaréis en el campo.
96 En los seis dias lo recogeréis ; mas
el séptime dia es sábado, en el cual no
se bailará.
97 Y aconteeió que algunot del pueblo
salieron en el séptimo dia á recoger, y
no hallanm.
98 Y Jehová d^o á Moiaes: ¿Hasta
cuando no querréis guardar mis manda-
mientos y mis l^esj» ?
99 Mirad que Jehová oa dio el sábado,
y por eso os dá en el sexto dia pan para
dos dias. Estése pues cada uno en su
estancia, y nadie salga de su lugar en el
séptimo día.
80 Así el pueblo reposó éL séptimo dia.
81 Y la casa de Israel le llamó Maná v ;
y era como simiente de culantro'*, blan-
co, y su sabor como de hcjudas con
miel.
88 Y d^o Moisés : Esto e« lo que Je-
hová ha mandado : Henchirás un omer
de él para que se guarde para vuestros
deseendieotes. á fin de que vean el pan
que yo os di á comer en el desierto, cu-
ando yo os saaué de la tierra de Egipto.
83 Y d^o Aloises á Aaron : Toma un
vaso*, y pon en él un omer lleno de
maná, y ponió delante de Jehová, para
que sea guardado para vuestros descen-
oientes.
84 Y Aaron lo puso delante del Testi-
monio < para guardarlo, como Jehová lo
mandó á Moisés.
36 Así comieron los hfjos de Israel ma-
ná cuarenta afios*, hasta que entraron
«n la tierra habitada: maná comieron
hasta que llegaron al término de la tierra
de Canaan«.
86 Y un omer' «» la decima forte dd
epha.
CAPITULO XVII.
Mwrmwrattdo lo» Itra/tUta» porfaUa i» agua,
ti Señor la hae» brotar müagrotamení» d»
la peíla de Hortb. f^ietoria eontra lo» A-
maieeHa», eombatUndo JotiU y orando
Maita.
Y TODA U congregacioo de los h^os
de Israel partió del desierto de Sin «
por sus jomadas al mandamiento de Je-
nová, y asentaron el campo en Rephl-
dim : y no Aa6ta agua para que el pueblo
bebiese.
9 Y altercó el pueblo con Moisés &, y
dUeron: Danos agua que bebamos. Y
Síoises les dijo : ¿ por qué altercáis con-
migo ? i por qué tentáis á Jehová « ?
8 Así que el pueblo tuvo allí sed de
agua, y murmuró contra Moisés, y dijo :
¿Por qué nos luciste subir de Egipto,
pora matamos de sed á nosotros y á nu-
estros hijos, y á nuestros ganados ?
4 Entonces clamó Moisés á Jehová di-
ciendo : Qué haré con este pueblo ? De
aquí á un poco me apedrearán'.
6 Y Jehová dijo á Moisés: Pasa delante
del pueblo, y toma contigo de los ancia-
nos de Israel, y toma también en tu
mano tu vaxá, con que heriste d rio«,
y vé:
6 Hé aquí que yo estoy delante de ti
allí sobre la pefia en Horeb ; y herirás la
pefia, y saldrán de ella afuas/, y beberá
el pueblo. Y Moisés lo hizo así en pre-
sencia de los ancianos de Israel.
7 Y llamó el nombre de aqnd lugar
Massahll, y Meribah||, por la renollla
de los hilos de Israel, y porque tentaron
á Jehová diciendo, i Está pues Jehová
entre nosotros, ó no P
8 5 Y vtoo Amalee^, y peleó con Is>
rael en Rephidim.
9 Y dijo Moisés á Josué : Escógenos
varonei, y sal. pelea con Amalee : ma-
fiana yo estare sobre la cumbre del oo-
liado, y la vara de Dios A «i mi mano.
10 E hizo Josué como le dijo Moisés
peleando con Amalee ; y Moisés, y Aa-
J> Kus. 14.
11.
«ver.U.
'Kiiia.ll.
7,8.
'Heb.9.4
Apo& 2.17.
(Gap.S5.I&
N'um.l7.iai
1 Rey. & 9.
«I>íu.8.2^
Keb.9.2L
Juau 0. 81i
«JOSL&ll.
y ver. 16,32,
• Oap. 16. 1.
Kam. 38.
12,14.
»KniB
3,4.
ao.
<I>sn.6.16.
8aL7S.lS,
41.796.
8,9.
18.7.12.
Mat. 4.7.
lOor. las.
418ain.aa6.
Juan 8. 60.
•Cap. 7.20.
Nmn. 20. 8,
11.
/BaL78.1S.
T106.4L
1 Cor. 10. 4.
lUmtaeiom.
\renciUa.
$ nmn.
90i
24.
kQip.4.20.
ÉXODO, zvni, ZIZ.
j pMlfamUdáH^o dclfjw tn
iblÍAlBian dJd^jD dU uUÍo™
W íhMhftbIt hKh? »□ Mnilkffl,
¡r^_"
jrr>f*l&tni«i^ trt»r eltHjutfi '
¡™ln.«ni
dií^^° ' ' ' ^Io'h ÍS^imlJ!^^
DHtfk. B1 DU<^ <<* ™' J^drt nr &JU4
3 me Ubt4 del «utitllú de Fhirua :
im »ii II lu^n d< M«lw il>.
^nabb, dUa : ¿Qaí
1 5 ¿MdiiDn iltuBdU! i'
JSi.'SS'uiiídeISKi.'*"! Is-!»»
■^*^^>«^
A.cim.
ÉXODO, XX, XXt
A. a 1401.
«Gen. 86.2.
i ver. 10, 18.
l!Heb.l3J0.
<18«a.ai.
4,6.
«•H»b.ia.
18, U.
» Don. 4. 10.
o Den. 38. 3.
Jaec. 6.6.
Sftl.68.8.
Hsb.3.8.
PHeb. 12.86.
< Keh. 9. 18.
•Dro.5.4,
ate.
iSftLSLlO.
o 3 Bey. 17.
36.
Jar. 36. 6.
4 Lev. 38. L
Dra.4.18.
•Gqp.S4.14.
/Sm. 6.16.
Jcik9i.l9.
que el pueblo oiga mientras 70 liablo
contigo, y también para que te crean
para siempre. Y Moisés denunció las
palabras del pueblo & JehoT&.
10 5 Y Jehová dijo á Moisés: Vé al
pueblo, y santificalos ho^ y mañana, 7
laben sus vestidos A •
11 Y etten apercibidos para el tercero
dia, porque al tercero día Jehovi descen-
derá á ojos de todo • el pueblo sobre el
monte de Slnai.
18 Y señalar&s término al pueblo en
derredor, diciendo. Guardaos no subáis
al monte, ni toquéis á su término : cual-
quiera que tocare el monte, de seguro
morirá.
18 No le tocará mano, mas será ape>
dreado, ó asaeteado ; A sea animal ó sea
bombre, no vivirá. En htdiiendo so-
nado targamenie él cuerno, subirán al
monte.
14 Y descendió Moisés del monte al
pueblo, 7 santificó al pueblo, 7 lavaron
sus vestidos.
Ifi Y dijo al pueblo: Estad apercibidos
para el tercero dia ; no lleguéis á m^jer'.
16 ^ Y aconteció al tercero dia cuando
vino la mañana, que vinieron truenos 7
relámpagos, 7 espesa nube sobre el mon-
te, 7 un sonido de bocina mu7 fuerte ;
ym estremecióse todo el pueblo que et-
taba en el real.
17 Y Moisés sacó del real al pueblo á
recibir á Dios, 7 pusiéronse á lo haio del
monte ".
18 Y todo el monte de Slnai humeaba,
porque Jehová habia descendido sobre
él en taego'.o y el humo de él subía
como el humo de un homo, 7 todo el
monte se estremeció en gran manera;».
19 Y el sonido de la bocina iba esfor-
icandose en extremo : Moisés hablaba, 7
Dios le respondía en voz.
SO Y descendió Jehpvá sobre el monte
de Slnai 9, sobre la cumbre del monte :
7 llamó Jehová á Moisés á la cumbre
del monte, 7 Moisés subió.
21 Y Jehová d^o á Moisés : Desciende,
requiere al pueblo que no traspasen á
témtino por ver á J^ová, porque caerá
multitud de ellos.
8S Y también los sacerdotes, que se
llegan á Jehová, se santifiquen, porque
Jehová no haga en ellos estnigo.
23 Y Moisés d^o á Jehová : El pueblo
no podrá subir al monte de Sinai, por-
que tií nos has requerido diciendo. Se-
ñala términos al monte, 7 santifícalo.
24 Y Jehová le d^o : Vé, desciende, 7
subirás tú y Aaron contigo : mas los sa-
cerdotes 7 el pueblo no traspasen el tór-
mino por subir á Jehová, porque no
haga en ellos estrago.
85 Entonces Moisés descendió al pue-
blo, 7 habló con ellos.
CAPITULO XX.
Promuaaleio» de la ley a Deeálono. AUmo-
ruado» lot ItraeUta», piden ote te let inti-
nun la» Ordene» por medio a» Moiee». Or-
dena Dio» 4 e»te qne le hana eonetruir tm
áttar.
Y HABLO Dios todas estas palabras^
diciendo:
9 Yo «ov Jehová tu Dios, que te saqué
de la tierra de Egipto 6, de casa de sier-
vos.
8 No tendrás diotes ágenos delante de
mí«.
4 No te harás baégend, ni ninguna se-
mejanza de eoea que eiU anrlba en el
<rielo, ni ab^to en la tierra, ni en lai a-
guas debido ^^ ^ tierra :
5 No te inclinarás á ellas, ni las hon-
rarás ; « porque 70 «ory Jehová tu Dios,
fuerte, zeloso/, que visito la maldad de
los padset aobre los h^, sobR lot ter-
ceros 7 sobre lot cuartos, á los que me
aborrecen y,
8 Y que hago misericordia en mllIaresA
á los que me aman, 7 guardan mis man-
damientos.
7 No tomará* el nombre de Jehová tu
Dios en vano ; porque* no dará por in-
ocente Jehová al que tomare su nombre
en vano.
8 Acordarte has del dia del sábado, pa-
ra santificarlo.
9 Seis dlat tralMOaiás, 7 harás toda tu
obra;
10 Mas el séptimo dia* aera sábado pa-
ra Jehová tu Dios ; no hagas en él obra
alguna, tü, ni tu h^o, ni tu hija, ni tu
siervo, ni tu orlada, ni tu bestia, ni tu
eztrangero que ettá dentro de tus puer-
tas':
11 Porque en seis dias hizo Jehová lot
cielos 7 la tierra, la mar 7 todas las cosas
que en dios hay, y reposó en el sépti-
mo dia:» por tanto Jehová hendió el
dia del sábado, 7 lo santificó*.
18 Honra á tu podre 7 á tu madre,*
porque tus dias se alarguen en la tierra
que Jehová tu Dios te &.
13 No matarás;).
14 No cometerás adulterio f .
16 No hurtarás ^
16 No hablarás contra tu prójimo iklso
testimonio.
17 No codiciarás* la casa de tu pró-
jimo, no codiciarás la mc^er de tu pró-
jimo, ni su siervo, iii su criada, ni su
buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu
prójimo*.
18 ^ Todo el pueblo consideraba las
voces, 7 las llamas, 7 el sonido de la
bocina, 7 el monte que humeaba : v vi-
éndolo el pueblo, temblaron, 7 pusiéron-
se de lejos,
19 Y dijeron á Moisés : Habla tü con
nosotros, que nosotros oiremos ; mas no
hable Dios con nosotros, porque no mu-
ramos*.
20 Y Moisés respondió al pueblo : No
temáis, que por probaros vino Dios, 7
porque su temor esté en vuestra presen-
cia, para que no pequéis.
81 ^ Entonces el pueblo se puso de
léJos, 7 Moisés se llegó á la obscuridad,
en la cual utaba Dios.
88 5 Y Jehová dno á Moisés : Así di-
tas á los hijos de Israel : Vosotros ha-
béis visto que he hablado desde el cielo
cpn vosotros.
83 No hagáis conmigo dioses de plata,
ni dioses de oro os haréis.
84 Altar de tierra harás para mí, 7 sa-
crificarás sobre él tus holocaustos, 7 tus
pacíficos, tus ov^as, 7 tus vacas : en
cualquier lugar donde 70 hiciere que esté
la memoria de mi nombre, vendré á tí,
7 te bendeciré.
86 Y si me hicieres altar de {ledras, no
las labres de cantería : » porque si alza-
res tii pico sobre él, ttt lo profanarás.
86 Y no subirás por grada-i á mi altar,
Jorque tu desnudez no sea Junto á él
escubierta.
CAPITULO XXI.
Dd d Eeñor d m pníblo alguna» leye»juáiei-
ale» »obre lo» e»elavo», hurlo, homicidio, y
otra» materia».
Y ESTOS am los derechos que let
propondrás.
8 ^ Si comprares siervo Hebreo, seis
años servirá;' mas al séptimo saldrá
horro de balde.
8 Bi entró solo, solo saldrá: si tenia
mujer, saldrá él 7 su mvjer con él.
4 Bi su amo le hubiere dado mujer, 7
ella le hubiere parido hUos ó lUjas, la
8 Knin. 14.
18.
Job 2L 19.
Jar. 38. 18.
k Den. 7. 9.
{Lev. 19. 13.
iCi«>.81.I3.
14.
Is.58. 13.
i Lev. 28. 3.
Bi. 70. 13.
"•Gen.a.2,3.
"Noh, 18.15,
19.
Mai.18.1,
la.
•Jer.35.18,
19.
lfat.U.4,
6.
Sf.6.a.
' Mat. 5. 21.
íM»t. 6.27,
88.
•■Ef.4.28.
• Bom. 7. 7.
lOer. 6.10.
G0LS.5.
(Deu.18.l6.
"Dbu. 37.5.
Jos. 8. 31.
•Deu. 15.12.
Jer. 84. 8,
ÉXODO, TTIT
Sffi.TiíS
HS*i tMh wr Tilla,
« (Uo p<* ¡¿al, ¿ehU tu*
bW IClA'apcdnBÚfr, J LBIDlllm mDTM
7 ^ CuABda tinao lUflH í n pn^^oia
ihpnJwiarüItaiHtidaL. ...,.
It Úrm de S^o.
¡U? iíJÍtaf-KS.'IííSÍ
'"dT^é^Íj; m ^»&
h-om.
ÉXODO, xxrr, xxv.
A. C 14»1.
SOkIU.
/JM.1S.
as No baiác aUana con dios, ni con
msdiaaci«.
n Rn tti tícm no haUtaián, no tea
!ae te hagan pecar contra mi ilrrloMlo
•os dioaet : porque te aoáde tropleio/.
CAPITULO XXIV.
JMm* AiUma at puMo hu hym ftw IHo$ le
Jtabio dado ¡ él evat m oUíoa ifnt obtervoH-
eia. SMoUfMM una tmcmta mttr» Dio»
fafimeWo. 5h(« Jfo<«t tf 2a <<iao del wm-
If fora neíbir ia$ loMoa d« la ky/ y jmt*
«MMMM oBf cvorrata lUot.
Y DIJO á MoiMK : Sobe & Jehová,
tú, 7 Aaxon, Nadab. y AUa, y te-
•5aJii«. • tema de loa anoianoa* de Israel ; y oa
indinaiéU deade l^oe.
S Mas Moina aoio m U«gaxi á Jehová,
y dloa no ae lleguen cerea> ai raba oon
élc|pueblo.
8 y Moisés vino y contó al pueblo to-
das las palabras de Jehorá, y todos loa
, doBcfaos : y todo el pueblo respondió á
>ftt.l. 27. ana voz, y dijeron, Eljecutarámosi todas
las palabras que Jehová ha dicho.
I 4 Y Moisea eaoribló todas las palabras
¡de Jehov^ y levantándose de maftana
¡ edificó on altar al pié dd monte, y doee
eolumnaa, a«gun las doce tribus de li-
tad.
i 5 Y envió & los mancebos de loa hijos
de Israel, loa cuales ofredezon holocaus-
tos, 7 sacriñoaron pacíficos 4 Jehová,
ibecenros.
I C Y Mfdtes tomó la mitad de la sangre,
y pibola en taaones, y esparció la otra
mitad de la sangre sobre M altar.
'Htk.tLl9.
'Kl.
'Dn.S.a
íCfX.Vi.
7 Y tomó d libro de la aliansa, y leyó
á oidos del pueblo, el cual d^o : Haro-
BM» todas las cosas que Jehová ha di-
cho^ obedeoerómos.
8 Entonces Moiaea tomó la sangre, y
rodó sobre el pueblo, y dijo : Hé aquí
la sangre de la dianxa, que Jehov6 na
hecho con vosotros sobre todas estas
oosaii«.
9 Y subieron Moisés y Aaron, Nadad,
y Abta, y setenta de los ancianos de
, Israel.
i 10 Y vicn» al Dios de Israd : y kaUa
débalo de sus pies como un embaldosado
de zafiro', teBujaate al délo cuando
esta sereno.
' 11 Mas no extendió su mano sobre los
wlneipes de los hijos de Isiad : y vieron
a Dios, y comieron y bebieron.
U Y Entonces Jdiová dijo 4 Moisés :
Sube á mi al monte, y espera allá, y te
daré imat tablas de piedra*, y la 1^, y
mandamientos que he escrito para en-
sefiarlos.
13 Y levantóse Moisés, y Josué su mi-
nóstro, y Moisés subió d monte de Dios.
14 T ay} & Jos ancianos : Esperadnos
aquí hasta que volvamos & vosotros : y
bé aqni Aaron y Hur/ eiteit oon vos-
ocroa : d que tuviere ncgodos, llegúese
áeUos.
15 5 Entonces Mdses subió d monte,
7 WM nube cubrió d monte.
16 Y la gloria de Jehov& reposó sobre
d monte Snd, 7 la nube lo cubrió ñor
seis dias : 7 al séutímo dia llamó 4 Moi-
sés de en medio oe la nube.
17 Y d parecer de la gloria de Jehov&
era como un ftiego abrasador; en la
cumbre dd monte, á ojos de los hijos de
Israd.
18 Y entró Moisés en medio de la
nube, 7 snUÓ al monte : v estuvo Mdses
en d monte cuarenta olas y cuarenta
noches A.
CAPITULO XXV.
Dmtripiioa dd iabtnáémUt i Mmtmari» <M
Mor 0 para eiiya eomttrwteion manda Diot
( de tajones, v madeía de Slttlm;
Ite para la nunlnaiia, especias
acate de la undon, y para d
YJXHOVA haUó ft Mdses didendo :
9 Di 4 los h^jos da lerad que tomen
para mi oftcnda : de todo varm que la
diere de su vdvntad, de ootaion, toma-
réis mi oftcnda*.
8 Y esta terá Ja oAenda que tomaréis
de ellos : Oro, y phrta, 7 cobre,
4 Y Jacinto, y plfarpura, 7 carmed, 7
lino fino, y fáo de oal»as„
6 Y cueros de cameros teUdoa de roijo,
y eneros de tajones, 7 madera de Slttlm;
6 Acdte
para el
sahumerio axomátloo ;
7 Piedras de onis, y piedras de
para d Bphod, y para d Raeiond.
8 f' Y hacerme han un saotnaatlo, 7 70
habitaré entre diosft.
9 Confinrme 4 todo lo que 70 te mos-
traré, «* á saber, el diselio dd tabem4-
culo, 7 el diiefio de todos sus vusos, ad
/ohúéise.
10 5 Harán también un arcad de mu-
den de atUm, cuTU longitud ttrú de
dos codos 7 medio, y su anchara de codo
7 medio, 7 su altura de codo 7 medio.
11 Y la cubrliis de oro puro; por
dentro 7 por fliera la cnbrMs ; 7 hans
sobre ella una comisa de on> d rededor.
15 Y para día haiás de Audición cu-
atro anillos de oro, que pondrás á sus
cuatro esquinas ; dos anillos d un lado
de ella, 7 los otro» dos anillos d otro
lado.
18 Y harás hihm varas de madera de
Sittim, las ondas cubrirás de oro :
14 Y meterás laa varas por los anillos
4 los lados dd arca, para llevar el aros
con ellas.
16 Las varas se esteran en los anillos
del arca ; no m quitarán de dla«.
10 Y pondrás en el arca d Testimonio/
que 70 te daré. I
17 5 ^ harás una cubierta; de oro '
fino, cu7a longitud «erd de dos codos 7 ,
medio, 7 su anchura de codo 7 medio.
18 Hairás también dos querubines A de
oro, labrados 4 martillo les harás, en los
dos cabos de la cuMerta.
18 Harás pues d un quenUn d ex-
tremo de un lado, 7 d otio querubín d
otro extremo del lado opuesto: éi lo
calidad de la cubierte harás los queru-
bines en sus dos extremidades.
80 Y ios querubines extenderán «' por
encima las das, cubriendo con sus alas
la cubierta : sus oaras la una en ftente
de la otra, jwro mirando á la enUette las
caras de los querubines.
81 Y pondns la eufaderte encima del
arca, 7 en d arca pondrás el Testimonio
que yo te daré.
89 Y de dli me declararé á ti, 7 ha.
blará contigo de sobre la cubierta, A de
entre los dos querabines que «atordw
sobre el arca del Testimonio, todo lo
lUe yo te mandaré para los l^jos de
•Ospb8B.fi.
SOor. 8.13.
79.7.
»Om>.9».«6.
IH^.flbU.
30W.6.18.
Ap.Sl.8.
•HefeL8.8.
dBelk9.4.
88 5 Haiáa asimismo una mesa' de
madcn de Ittttlm : su longitud será de
dos codos, 7 de un codo su anchura, 7
su dtura de codo 7 medio.
84 Y la cubrirás de oro puro, 7 le has
de hacer una comisa de oro d rededor.
85 Hacerle has también tma moldura
d rededor, dd ancho de una mano, á
la eud mddiua harás una cornija de
oro en circunfierenda.
flS Y le harás cuatro anillos de oro,
los cudea pondrás á las cnotn» esquinas
que eorre»foadtn á sus cuatro pta.
97 Los anillos estarán antes de la mol-
dura por lugares de las varas pera llevar
la mcña.
88 Y harás bu varas de madera de
* 8 cr. s. 9.
/Osi).Sl.I8.
Peo. 10. U.
1 Soy. 8.1.
' Ospb V. ^
Iban. 8. as.
Heb.9L&
K Gen. S. 84.
f2Cr.8.10.
ib Lev. 16. 2.
Knm. 7. 88.
18am.4.4.
a]layJ8.16.
ad.8aL
790.L
/lHey.7.48.
Heb. 9. 2.
ÉXODO, XXVL
íiotÁüít ln mm «mlu tU
nT I« buia {(ti UBdfa'ivni pe
-Süí
KsoDO, zzvn, zxTin.
todM l« TlAYoa lUl urfa «réB ^ I
■nbuiA m ellu !« DudbTK ár Íh
A.C.14M.
ÉXODO, XXTX.
C.141I
t Ap. n. IX
19 Km rt teceer ADdeaon rabí, un ágata,
7 vn amcticto.
90 T en el cuarto ótAeo. un berilo, un
onis, 7 un Jaspe : citazán engastadas en
oro en sus encajes.
91 T serán aquellas piedras según los
nombres de los hUos de Israel, doce
s^un sus nombres ; y como grabaduras
de selloy cada una con su nombre. Ten»
dián á ser según las doce tribus.
98 Harás también en el racional oa-
denitas de hechura de tremas de oro
fino.
98 Y harás en el nwional dos anillos
de oro, los cuales dos anillos pondrás á
las dos puntas del mUmo racional.
94 Y pondrás las dos trenzas de mo en
los dos anillos á las puntas del raoional.
25 Y los dos cabos de las dos trenzas
sobre los dos engastes, 7 las pondrás á
les lados del ephód en la parte delan-
tera.
96 Harás también ofrw dos anillos de
oro, los cuales pondrás á las dos puntas
del racional en su orilla, que tala al lado
del ephód de la parta de dentro.
97 Harás asimismo otro» dos anillos de
oro, los cuales pondrás á loa dos lados
del ephód ab^io en la parte delantera,
delante de su juntura sobre el cinto del
eph<5d.
in Y juntarán el racional con sus ani-
. Has á los anillos del epluSd oon un cor-
i don de jacinto, para que esté sobre el
I cinto del eph<5d, 7 no se aparte el ra>
cional del ephiSd.
99 Y llera» Aaron los nombres de los
hijos de Israel en el incional del juicio
sobre su oorazm, cuando entrare en el
santuario, para memoria* delante de
Jehorá continiiamente.
80 Y pondrás en el racional del juicio
Urim 7 Thummim >', para que estén so-
bre el corazón de Aaron, cuando entrare
delante de JehoWl: 7 lleraiá siempre
Aaron el juicio de los hUos de Israel
sobre su corazón & delante de Jehová.
81 ^ Harás el manto del ephód todo
dejacmto^
89 Y en medio de él por arriba habrá
una abertura, la cual tendrá un borde
al rededor de obra de t^edor, como el
curilo de un coselete, fora que no se
rompa.
88 X a6q;o en sus orillas harás grana-
das de jacinto, 7 purpura, 7 cannesí;
por sus bordes al rededor; 7 entre ellas
campanillas de oro al rededor.
84 Una campanilla de oro 7 una gra-
nada, otra campanilla de oro 7 otra gra-
nada^or las orillas del mcmto al rededor.
35 Y estará sobre Aaron si manto cu-
ando ministrare ; 7 oiráse su sonido
cuando ál entrare en el santuario de-
lante de Jdiová, 7 cuando saliere, por-
que no muera.
1 Gap. 30. 90. 86 ^ Harás ademas una plancha' de
£*^ i^^ ovo ^'oo, 7 grabarás en ella, como graba-
HeKT.» dura de aeiro, SANTIDAD A JB-
HOVA.
37 Y la pondrás con un cordón de Ja-
cinto, 7 estará .«obre la mitra ¡ por el
frente anterior de la mitra estará.
88 Y estará sobre la fitente de Aaron :
"Lar. 10.17. 7 llevará Aaron m el pecado de las cosas
Neni. 18. 1. santas que los l^jos de Israel hubieren
HeK 7. 35, ' consagrado en todas sus santas ofrendas ;
^ i 7 sobre su ftente estará continuamente
"lPed.9.S. cto ptaneha, para que ha7an gracia»
delante de Jdiová.
89 ^ Y bordarás una ttlnica de lino,
ÍhMrás una mitra de lino ; harás tam-
len un cinto de obra de recamador.
40 5 Y para los hijos de Aaron harás
tdnicas ; también les harás cintos, 7 les
* wr. 12.
> Ler. 8. 8.
Kimi. 37.21.
DbilSS. 8.
18«B.38.6.
IU.X68.
Nsfa.7.65.
AHeb.9.81.
fimnarás chapeos, para honra 7 hermo-
sura*.
41 Y oon esos onnnunlot vestirás á
Aanm tu hcamano, 7 á sus h^os oon
él : 7 los ungixási», 7 los eonsagraiáar,
7 santificarás, pasa que sean mis sacer-
dotes.
48 ^ Y les harás pa&etes de Unor por»
cubrir la carne Tergonzosa ; serán desde
los lomos hasta los muslos :
48 Y estarán sobre Aaron 7 sobre «us
hi^os cuando entraren en el tabernáculo
del testimonio, ó cuando se llegaren al
altar para servir en d santuario, porque
no lleven pecado', 7 mueran. Estatuto
perpetuo para él, 7 para su^simiente des-
pués de él.
CAPITULO XXIX.
Oermumiai «1 la eoH$agranoa tU mmo m-
etrdoié Aaron, y de nu htío». De to* do»
corderos «rinuiea fue deman $aariflearae
todoi loe oía*.
Y ESTO es lo que les harás para oon-
sagrarios, para que sean mis sacer-
dotes*. Toma un becerro de la vacada,
7 dos camero* sin tacha,
9 Y panes sin levadura^, 7 tortas un
levadura amasadas con aceite, 7 hojal-
dres sin levadura untadas con aceite;
las coales cosas harás de flor de harina
de trigo:
8 Y las pon<lrás en un canastillo, y
en el canastillo les ofrecerás, con el
becerro 7 los dos cameros.
4 Y harás llegar á Aaron 7 á sus hgos
á la puerta del tabernáculo del testimo-
nio, 7 les lavarás oon agtta«.
6 Y tomarás las vestiduras, 7 vesUiás
á Aaron la tdnica 7 el manto del ephód,
7 el ephód, 7 el racional, 7 lo oeOirás
oon el cinto del ephód.
6 Y pondrás la mitra sobre su cabeza,
7 sobre la mitra pondrás la diadema
santa.
7 Y tomarás el aceite de la uiusion, 7
derramarás sobre su cabeza, 7 le un-
girás <<.
8 Y hará* llegar sus h^os, 7 les vesti-
rás las tünicas.
9 y les ceñirás el cinto, á Aaron 7 á
sus hijos, 7 les atarás los chapeos, 7
tendrán el sacerdocio por ftiero perpe-
tuo • : 7 henchirás las manos f de Aaron
7 de sus h^os.
10 ^ Y harás llegar el becerro ddante
del tabernáculo del testimonio, 7 Aaron
7 sus hiios pondrán sus mano* sobre la
oabezadel becerro/.
11 Y matarás él becerro delante de Je-
hová á la puerta del tabernáculo del
testimonio.
19 Y tomarás de la sangre del becerro/,
7 pondrás sobre ios cuernos del altar
oon tu dedo, 7 derramarás toda la otra
sangre al pié del altar.
18 Tomarás también todo el sebo que
cubre los intestinos, 7 el redaik» de sc^re
el hígado, 7 los dos fiOones, 7 el sebo
oue está sobre ellos, y les quemarás sobre
A altar.
14 Empero & consumirás á fUego fuera
del campo la carne del becerro, 7 su
pell^o, 7 su estiércol : Ss expiación.
15 Asimismo tomarás él un camero,
7 Aaroa 7 sus hijos pondrán sus mano*
sobre la cabeza del cantero •'.
18 Y matarás el camero, 7 tomarás su
sangre, 7 rociarás sobre el altar al ie<
dedor.
17 Y cortarás el camero en pedaxo*, y
lavarás sus intestinos, 7 sus piernas, 7
las pondrás sobre siu trozos 7 sobre su
cabeza.
18 Y quemarás todo él camero sobre
wr. 3L
P Cép. 3». i
786. SOL
SLer. 8.
Heb. &. 4
•• Ley. 16. i
Sx. 44.18
•IieT.S.lJ
1 722. 0.
Mnm.lgJ
•Lev,
eio.
ftLer.
S.-i
6.91
'C»n.t0.t
H«b.lO.Í
lPed.S.Z
<<Ler.lO.T
8*1.133.3
• Num-lS.:
f ver. 34.
/Lar. 8.14
' Is.68.6.
. aODr.5.21
VLsT.S.lS
k hn. 4. 11
13.
Heb. 13. 13
• wr. 10.
A.c.vtafi.
ÉXODO, XXX.
A. C. 14»L
iQta.8. SL
EtCX
T3.4.1&
(C»p.3aa5.
I«r.7.90L
I&
i «^ Ler. 8. IBl
: '501.18.
D«.l&3.
<Ur>.8.]
I^ 22.1a
•wia
el altar : Bt liolooanato á Jdwvá, olor
grato*, es ofienda qacmada & JdioWu
19 TomaiAa luego el otro eamexo, y
Aaron j cas b^oe pondráa mis manos
sobre la cabeza del carnero :
90 -Y matarás el camero, y tomarás de
■a sangre, 7 pondrts sobre la ternilla
de la <ñ^a derecha de Auon, y lotore
la tentílla de las or^as de sus hijos, j
aobre el dedo pulgar de las manos de-
rechas de ellos, 7 sobre el dedo pulgar
de los i4es doeohos de ellos, y espar-
cirás la cangre sobre tí altar al rededor.
SI Y tomarás de la ssngte qae A/ifrrd
sobre el altar, y del aceite de la unción l»
y esparcirás sobre Aaron, y sobre sus
Testiduras, y sobre sus Mjos, y sobre
sos -veitimentas con Im d»él¡ y él será
santificado, y sus vestiduras, y sus h^os,
y las restímentas de sus hijos con tat
deél.
S8 I/Uego tomarás del eamero el sebe,
y la cola, y el sebo que cubre los intes-
cfaioa, y el redafio del hígado, y los dos
rifkmes, y el sebo que eald sobre ellos,
y la espaldilla derecha ; porque es car-
nero de consagraciones :
23 También una torta de pan, y un
hqjaldie amasado con aceite, y una la-
saña del canastillo de los ázimos presen-
tado á Jéhorá.
M Y lo has de poner todo en las manoi
de Aaron, y en las manos de sus hijos,
7 lo mecerás agitando/o ■• delmte de Je-
SS Después lo tomarás de sus manos»
7 lo haiás arder sobre ti altar en holo-
eausAo, por <^or agradable** delante de
JéhoTá. Es ofrenda encendida á Je-
bová.
86 Y tomarás el pecho* del eamero
de las eonsagraciones, que ftaé inmobtéo
para la de Aaron, y lo mecerás por <¡/V«a-
éa agitada delante de Jehova; y sexá
porcioo tuya*
97 Y apartarás^» el pecho de la qfivrida
mecida, 7 la esiMúdilla de la santifica-
ción, lo que fué mecido 7 lo que fué
santificado del camero de fas consagra-
dones de Aaron 7 de sus hijos :
>8 Y será para Aaron 7 para sus h^Jos
Íor estatuto perpetuo de los hijos de
Biael, porque es porción elevada; 7
icr& tomada de los hijos de Israel de
sus sacrificios pacíficos, «orno porción de
dios aue ha de ter elevada en ofrenda á
Jehová.
£9 Y las vestimentas santas, que mm
de Aaron, serán de 8us< Ujos después
de él, para ser ungidos con ellas, 7 para
ser con ellas consagrados.
ao Por Mete diasf las vestirá el gaoer-
dote de sus hijos, que en su lugar vi-
niere al tabernáculo del testimonio á
servir en el santuario.
81 Y tomarás el camero de las consa-
graciones, 7 eocerás su carne en el lugar
dd santuario.
as Y Aaron 7 sus h^os comerán la
eame del camero, 7 el pan que eiiá en
d canastillo r, 4 la puerta del taberná-
culo dd testimonio.
88 Y comerán* aquellas cosas con las
cuales se hizo expiación, para henchir
sus roanos para ser santificados : mas el
eittangero no comerá, 'porque es cosa
santa.
84 Y si sobrar» algo de la carne de las
oontagncioncs, 7 dd pan, hasta la ma-
Sana, quemarás « al ftiego lo que hubiere
sobrado : ao se comerá, porque es cosa
santa.
85 Asi pues harás á Aaron 7 á sus hijos
cenfonue á «odas las cosas que yo te he
mandado: por siete dias los ooosagrarás.
■BLiLar.
Het>.10.U.
i'Gap.ao.ae,
29.
■ XoiB. as.
8,4.
ICr. 18.40.
a Cr. 3. 4.
7 81,8.
EwL8.8.
Jasa 1. 29.
^0.9.
"Csp.3s.as.
yancas.
tcsp.as.8.
SSL68.18.
zse.aia
SOiir.e.l«.
ApbSl.3.
88 5 Y sacrifleaiás d becerro ' de la
expiación en cada dia para las expia-
ciones ; 7 purificarás d altar en na-
hiendo hecho expiación por él, 7 lo UQ-
g^rás^ para santineatlo.
87 Por siete dias expiarás el altar. 7 lo
santificarás, 7 será un altar santísimo :
cualquiera oosa que tocare al altar, será
santificada.
88 ^ Y esto es lo que ofrecerás sobte
el altar : *dos corderos de un alio cada
día, sin intermisión.
89 Ofrecerás d un cordero á la ma-
fiana, 7 el otro cordero ofrecerás á la
caida de la tarde.
40 Ademas una decima parte de «n
epM de flor de harina amasada con la
coarta parte de un hhi de acdte molido :
7 la libación aera la cuarta parte de un
hin de vino con cada cordero.
41 Y ofrecerás el otro cordero á la
calda de la tarde, haciendo conforme
á la ofrenda de la ma&ana, 7 conforme
á su libación, en olor de suavidad : será
ofrenda encendida á Jehová.
42 Beto terá holocausto continuo por
vuestras generaciones á la puerta del
tabernáculo del testimonio delante de
Jehová, en el cual me concertaré con
vosotros, para hablaros alH'.
48 Y ani testiñcaré de mí á los hijos d*
Israd, 7 será santificado con mi gloria.
44 ^ Y santificaré el tabernáculo del
testimonio 7 el altar: santificaré asi-
mismo á Aaron 7 á sus hijos para que
sean mis sacerdotes.
4fl Y habitaré b entre los hijos de Is-
rael, 7 seré BU Dios.
46 Y conocerán que 70 «oy Jehová su
Dios, que los saqué de la tierra de B-
ffipto, para habitar en medio de dios :
Yo Jehová su Dios.
CAPITULO XXX.
Del altar de loe perfume» i dd medio eielo t
pOa de broneetbOtamo eof/rad» i iMiemeo,
y otro* eoeae perteneeUntee al taberndevlo.
HARÁS asimismo tm altar* de sa-
hiunerio de perfume: de madera
de Sittim lo harás.
0 Su longitud eerá de un codo, 7 su
anchura de un codo ; será cuadrado : 7
su altura de dos codos ; 7 sus cuernos
serán de lo mismo.
8 Y cubrirlo has de oro puro^, su te-
chado, 7 sus paredes en derredor, 7 sus
cuernos : 7 le harás en dettedor una co-
rona de oro.
4 Le harás también dos ajrillQS de oro
debajo de su corona á sus dos esquinas
en ambos lados SU70S, pata meter los
varales con que será llevado.
6 Y harás los varales» de madem de
Sittim, 7 los cubrirás de oro.
6 Y le pondrás delante del Tdo<( que
ettá Junto al arca del testimonio, de-
lante de la cubierta* que está sobre
el testimonio, donde 70 te testificaré
de mi.
7 Y quonará sobre H Aaron sahume-
rio/ de aromas cada noafiana : cuando
aderezare las lámparas lo quemará.
8 Y cuando Aaron eneenderA las lám-
paras al anochecer, quemará también el
sahumerio ; riio pópetuo delante de Je-
hov& por vuestras eoades.
9 No ofreceréis sobre él sahumerio
extrafio, ni holocausto, ni presente, ni
tampoco derramaréis sobre él libación.
10 Y sottre sos cuernos hará Aaron
expiación una vez en d aflo con la san-
gre de la expiadon para las reconcilia-
ciones : 9 una vez en el aik> hará expía- 'Lev. 1&18.
clon sobre & en vuestras edades, será Hsk 9.asi
«vto mtt7 santo 4 Jdiová.
•Csp.37.25.
*Gsp.36.1L
o Cap. 35. 18.
<f Cap. as. 81.
746.S.
nat 27.51.
HeK9.8.
•Cap. 25.31.
/vBr.84.
lSun.2.28.
Ln. 1. 9.
A. CUBIL
EX(H)0, XXZL
A.C.ltfL
i Nnm. L &
736.2.
*'afl«in.M.
T».e,a8.
XiBB. 17. 4.
itC»iK88.2S.
fOM.88.8.
lBqr.7.88.
Caot.i.11
"8il.89.ao.
•Oftp.40.».
Lev. 8. 10.
'wr.aa.
icr.a.a
30.
11 5 Y haUÓ JAová & Moiiet dici-
endo:
19 Cuando tomares el ntfmero* de los
hi|o« de Israel conforme á la cuenta de
dios» cada uno darA A Jebová el rescate
de su persona, cuando los contares, j no
babiá en ellos mortandad' por haberlos
contado.
13 Esto dará cualquiera que pasare por
la cuenta, medio sido conxbxme al siclo
del santuario. El sido e« de veinte
óbolos : la mitad de un sido terá la
ofrenda ¿ Jebová.
14 Cualquiera que pasare por la cuenta,
de veinte aikw «urriba, dará la ofrenda &
Jehová.
15 Ni el rico aumentari, ni el pobre
disminuirá de medio siclo, cuando die-
ren la ofrenda á JdioTá para hacer ex-
piación por vuestras personas.
16 Y tomarás de los h^os de Israel
el dinero de las expiaciones, j lo darás &
para la obra del tabernáculo del testi>
monio : y será por memoria á los I4|os
de Israel, delante de Jdiová» para ex-
piar vuestras personas.
17 5 Habló mas Jehová á Moisés di-
ciendo :
18 Harás también una fuente ' de me-
tal, con su basa de metal, para lavar ;
y la has de poner entre el tabemáoulo
del testimonio j el altar, y pondrás en
ella asua.
19 Y de ella se lavarán Aaron j sus
14)os sus manos y sus pies.
50 Cuando entrarán en el tabernáculo
del testimonio, se lum de l^var con
agua, y no morirán : y cuando se lle-
garen al altar para ministrar, para en-
cender á Jehová la ofrenda que se ha
de consumir al friego,
51 También se lavaran las manos y los
pies, y no morirán. Y tendrán uto por
estatuto perpetuo ól y su simiente por
sus generaciones.
as 5 Habló mas Jehová á Moisés di-
dendo:
53 Y td has de tomar de las prindpales
drogas ; de mirra excelente • quinientos
tidot, y de canela aromática la mitad de
esto, es á taber, doscientos y cincuenta,
y de cálamo aromátioo doscientos y cin>
cuenta,
54 Y de casia quinientos al peso del
santuario, y de aceite de olivas un hin :
S6 Y harás de ello d aceite de la santa
unción, superior ungüento, obra de per-
frimador, el cual será el aceite de la
undon o sagrada.
88 Con él ungirás el tabemáciüo del
testimonio, y el arca del testimonio*,
87 Y la mesa, y todos sus vasos, y el
candelero, y todos sus vasos, y el altar
del perfrime,
88 Y el altar del hdocansto y todos sus
vasos, y la fuente y su basa,
89 Así los consagrarás, y serán cosas
santísimas : todo lo que tocare en ellos,
será santificado.
90 Ungirás también á Aaron y á sus
hqos, y les consagrarás para que sean
mis sacerdotes.
81 Y hablarás á los hijos de Israel di-
ciendo : Este sorá mi aceite de la santo
unción por vuestras edades.
88 Sobre carne de bomlwe no será -un-
tado, ni haréis otro sem^ante, conforme
á su composición : santo es ; por santo
habéis de tenerlo vosotros.
83 Cualquiera que compusiere ungU.
ento serenante, y que pusiere de él
sobre algún extralio, será cortado de sus
pueblas.
34 5 I>Uo «un Jehová á Moisés : To-
mate aromas;», es á tabttt estacte, y
u&a olorosa, y gtlbann onnnitioo, é in-
cienso limpio ; oe todo en igaal pe¿> :
85 Y haias de ello una confección aro-
mática de obra de perfumador, Mm
mezclada, pura, y santa.
86 Y molerás aigma de ella pubrerl-
sandofe, y la pcmdrás delante oel testl»
monio en d tabernáculo del testimonio,
donde yo te testificaré de míf. Os se»
cosa santísima.
87 Como la confieocion que harás, no
os haréis ctra según su composición : te
seiá cosa sagrada para Jehová.
88 Cualquiera que hiciere ctra como
ella para olería, será cortado de sus
pueblos*-.
CAPITULO XXXI.
i>* Im arUfiMt BtwtOM y jOnMah^ Moopidos
por Dio» para Ul eaiukrueciim dil tóbeme-
culo. Dt la fimta dd Bííbaioi it ^ la» ta.
Ua$ dé la leff.
Y HABLO Jehová á Moisés dioindo :
8 Mira, yo he llamado por *u nom-
bre á Beuüeél', hijo de Úxi, hijo de
Hux, de la tribu de Judá,
8 Y lo he henchido b de espíritu de
Dios, en sabiduría, y en inteligencia, y
en dencia, y en todo artificio,
4 Para inventar diseños, para trab^}ar
en oro, y en plata, y en metal ;
5 Y en artincio de piedras para engas-
tar/», y en artificio de madera; pan
obrar en toda suerte de labor.
6 Y hé aquí que yo he puesto con él
á Aholiabe, htjo de Ahuamec, de la
tribu de Dan : y be puesto saUduría d
en d ánimo de todo sabio de oorason,
para que hagan todo lo q,ue te he man*
dado;
7 El tabernáculo del testimonio, y d
arca del testimonio, y la cubierta qne
estará sobre ella, y todos los vasos dd
tabernáculo :
8 Y la mesa, y sus vasos, y el candelero
limpio, y todos sus vasos, y el altar del
perfiune,
9 Y el altar del holocausto, y todos sus
vasos, y la fuente, y su basa j
10 Y los vestidos del servido*, y las
santas vestiduras para Aaron d sacer.
dote, y las vestiduras de sus hi^os, para
que ferian el sacerdodo ;
11 Y el aceite de la undpn, y el per-
fume aromático para el santuario: lo
cual harán conforme á todo lo que te he
mandado.
18 ^ Habló ademas Jehová á Moisés
diciendo :
18 Y til hablar&s á los hijos de Israd
diciendo : Con todo eso vosotras guar-
daréis mis sábados: /porque es sefial
entre mi y vosotros por vuestras edades,
para que sepáis que yo soy Jehová qne
os santifioo.
14 Así que guardaréis el sábado, 5 por-
oue santo e« á vosotros : el que lo pro-
ranare, de cierto morirá; porque cud-
quiera que hiciere obra algima en él,
aquella alma será cortada de en medio
de sus pueblos A.
15 Seis dias se hará obra, mas el dia sép-
timo aera sábado de reposo conswrado
á Jehová : cudqniera que hidere obra d
dia del sábado, morirá ciertamente.
16 Guardarán pues d sábado los hijos
de Israel, cdebrandolo por sus edades
como pacto perpetuo :
17 Betld • tt para siempre entre mi y
los hijos de Israel : porque en sds dias
hizo Jdiová los ddos y la tierra, y en
el séptimo dia cesó, y reposó *.
18 ^ Y dio á Moisés, como acabó de
hablar coa él en d monto de Sind, dos
tablas del testimonio^ tablas de piedra
escritas 000 d dedo de moa.
fOapu 20.41
I«v. l&X
38.
• 1 Cr. 2. ».
»Osp.S&81.
lB^.7.1t.
«Cap.S&.3i
rfPro. 2.«.
•Cap. 35. U.
ya». 1.41.
/Lev. W. 3.
ao.
y 26.1
i2s.ao.u
ao.
'Osp. ao. R.
I>30. 5.U.
U.68.1S.
£s. 44. Si.
ACap. 85.2.
96,
»■ ver. 13.
iGoB. 2.2.
Heb.4.3,4.
10.
< Cap. 34. 12.
y& 15,14.
184.28,28.
1)60.4.13.
y5.23.
y 9. 9. u.
a Cor. 8. 3.
EZODO, nxD, xmtL
íta£2"t^
cetras;
ido. ' ' lertor ; tiEcoiuKH d pib
ÍÍS&i.,.
bis qn< idul», dljD ( H
I* Egipto, Do I^ID
bS f!lio*c ÍSvlltt I
32SS;2i?-'"'"
' Que petifiaa ÁLora fa pecudat ;
X It ^.1, Id , .1 pueblo D»
de la Ucna da Bdlpcp, i, la üan
rbAo, J al UvthA^J aj pt«f«<éBj J aJ
«.«,«.
SSODO, IXXIV, i. t IM.
s^™írt"¿'¿ss,'::,sjSi:
~...JD«W..
lUj™ df Imri ■ v™«™ «fc ¿«IJo de
YÍJÍ.mIÍÍ'wÍm^ ii'rtt
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quut-IDdehiar.
Tíll^SSíS;.^™^,»*.
■ EDijnm» hdot de Isul H d.I«.
pe, 1. ™,í™ rt OBO- dt Hm¡; , ei.
T TT Md« u»i ti ubmíMlo ,
wt~Udk> hi^ d.1 «mp., I^i» iil
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10 T Indo ud> ti p»Uo 1. CDT.miu.
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11 I hui.b. Jiho.i 1 Mrf» «n «
o™, o™, habla CDiüquIe» 1 n. »m-
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¡^ !0 , « FQcblK »«no. .pM^„"j,
17 t J^rt di» t KMm: Ta..>blB.
¡^¿¡¿"•^^utan '"u^mítiü' n.
¡«...T.
Iu.4 eno que ba^dle)». (« cuuu bu
3t_,_
lull»lo gncla en nU mS, r U )« ce.
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IS El eiUihin dljg : Raigov que mi
s££"ár.-.--"-"-
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Iro-^ penju. n» n^ .ert tveíom, ,
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«ís^rríií^'^
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&ti
i. a 1491.
ÉXODO, XXXV.
A.ai«M.
«5VB.18.
lá.
•-Gip.aO.9.
ras. 2.
•Ch>-S.16.
14, 17.
< « Job L la
I .
Caf-AlS.
'DtmALH,
14
Dea.4.U.
y 10. 2, 4,
20ar.S.7.
20or.3.7,
'SOir.tU,
16.
'Ln.XS.S.
•XBB.U.
T de ta ganado todo primeii») de vaa* ó
de oveja que fiíere macho.
90 Empero redimizis con oerdero el
pximeviao dd amo ; 7 si no lo xedlmi-
eres, le has de cortar la cabeza. Redi*
miras todo primogénito de tos 14)ofl q, y
no aerfta vistoa Tacfoa delante de mí.
SI Seta días trabajará*, maa en el aAp<
timo día cesarás*", cesarás aun en la
arada 7 en la siega.
as Y te tuuiá* la fiesta de las semanas
á los principios de la siega del trigo $ y
la fiesta de la cosecha á la vuelta del
afio*.
83 Tres veces en el aSo será visto todo
varón tuyo delante del Señoreador Je-
hováy JMos de Israel *.
84 Porque yo airoijaré las gentes de tu
presencia» y ensancharé tu término: y
ninynno coaiciar& tu tierra, cuando id
subieres para ser visto delante de Jdio-
vá tu Dios tres veces en el afio ••.
85 No oftecerás con leudo la sangre de
mi sacrificio; ni quedará de la noche
Sara la mañana el sacrificio de la fiesta
ela Pascua «.
96 La primicia de los primeros frutos
de tu tierra meterás en la casa de Jeho-
vA tu Dios. No cocerás el cabrito en
la leche de sn madre'.
87 Y JehovA d^o á Moisés r Escribe td
estas palabras ; norque oonfinrme á estas
palabras he hecho la aUanza contigo, y
con Israel.
88 Y él estuvo allí con Jehová cuarenta
dias y cuarenta noches : no «omid pan,
ni bebió aguají : y escribió * en tablas las
palabras de la alianza, las diex palabras.
89 Y Y aconteció, oue descendiendo
Moisés d^ monte de Binai con las do*
tablas del testimonio en su mano, mien-
tras descendía del monte, no sabia él
3 ue la tes de su rostro resplandecía a,
eqtues que hubo con él hablado.
90 Y miró Aaron, y todos los hijos de
Israel, á Moisés, y hé aquí que la tes
de su rostro era resplandeciente ; y tuvi.
eron miedo de llegarse á él.
SI Y llamólos Moisés ; y Aaron y todos
los príncipes de la congregación volvi-
eron á él : y Moisés les habló.
32 Y después se llegaron todos los hijos
de Israel, á los cnues mandó todas las
ooaaa que Jefaov& le habla dicho en el
monte de Sinai.
33 Y cuando hubo acabado Meases de
hablar con ellos, puso un vrio sobre su
rastro b.
84 Y cuando venia Moisés delante de
Jehová para hablar con él, quitábase el
velo hasta que salla ; y saliendo, habla-
ba con los mjos de Israd lo que le era
mandado.
85 Y velan los hijos de Israel el rostro
de Moisés, que la tez de su rostro era
resplandeciente ; y volvía Moisés á poner
el velo sobre su rostro, hasta que entra-
ba á hablar con él.
CAPITULO XXXV.
ObmnoHcia dd Sübado, Cfnndat generoaOB
á* loa larcuHtaa para ia eomtnueion del
ta^tmOetito.
Y MOISÉS hizo Juntar toda la con-
gregación de los hijos de Israel, y
dijoles : Estas ton las cosas que Jehová
ha mandado que hagáis.
8 8ei» dias se ham obra», mas el dia
I séptimo os será santo, sábado de reposo
á Jehová: cualquiera que en. él hioiere
I obra, morirá.
a No encenderéis fuqro en todas vues-
, tras moradas en el dia del sábado b.
4 5 Y habló Moisés á toda la oongre-
gadon de los h^os de Israel, dlciemlo :
Esto M lo que Jdiová ha mandado di-
ciendo:
0 Tomad de entre voaotros ofrenda pa-
ra Jehová : todo liberal de corasoo « la
traeiá á J«^ová 1 oro, plata, metal,
6 Y cárdeno, y pdróura, y «armesí, y
lino fino, y peL de cabras,
7 Y cuems rojos de oamens, y «meios
de tejones, y madera de Sittim ;
8 Y aceite para la luaolnaria, y espe-
cias aromátioas para el aceite de la un»
cion, y para el perfume aromático ;
9 Y piedras de ónix, y demás pedrería
para el Ephod, y para el Aacional.
10 Y todo sabio de ooraaon^, que A«-
brá entre vosotros, vendrá y hará todas
las cosas que Jehová ha mandado :
11 El tabernáculo, su tienda, y su cu-
bierta, y sus anillos, y sus tablas, sus
barras, sus columnas, y sus basas ;
18 El arcar, y sus varas, la oubiecta, y
el velo de la tienda ;
13 La mesa, y sus varas, y todos sus
vasos, y el pan de la proposición/;
14 El candelero de la luminaria, y sus
vasos, y sus candilejas, y el aceite paim
la luminaria;
15 Y el altar del perfume;, y sus varas,
y el aceite de la undon, y el perfume
aromático, y el pabellón de la puerta,
para la entrada del tabonáoulo ;
16 £1 altar del holocausto, y su enre-
jado de metal, y sus varas, y todos sus
vasos, y la fuente con su basa ;
17 haa cortinas* del atiio, sus colum-
nas, y sus basas, y el pabelloa de la pu-
erta del atrio ;
18 Las estacas del tabernáculo, y las
estacas del atrio, y sus o\ierdas ;
19 Las vestiduras del servido •' para
ministrar en el santuario, w á taber, las
sagradas vestiduras de Aaron d sacer-
dote, y las vestiduras de sus h^os para
servir en el sacerdocio.
20 <f Y salió toda la congregación de
los hños de Israel de ddante de Moisés.
81 x vino todo varón á quien sn ooia-
zon estimuló *, y todo squel á quien su
espíritu le dio vduntad, y tngeron o-
frenda á Jehová para la obra diel tabeor-
náculo del testimonio, y para toda sa
fábrica, y para las sagradas vestiduras.
82 Y vmieron así hombtes como mu-
jeres, todo voluntario de corazón, y tra-
jeron cidenas, y zarcillos, sorteas, y
brazdetes, y toda joya de oro ; y eud-
quiera ofrecía ofrenda de oro á Jdiová.
28 Todo hombre que se hallaba con
jacinto, ó pdrpura, ó carmesí, ó lino
fino, ó peto de cabras, ó cueros rqjos da
cameros, ó cueros de tejones, lo tnda.
24 Cualquiera que oáreda ofiwnda de
plata ó de metal, trda á Jehová la
ofrenda: y todo el que se hallaba 000
madera de Sittim, traída para toda la
obra del servido.
85 Ademas todas las nmjeres sabias de
corazón/ hilaban de sus manos, y traían
lo que habían hilado, cárdeno, ó purpu-
ra, ó carmesí, ó lino fino.
86 Y todas las mujeres, cuyo corazón
las levantó en sabiduría, hilaron p«U>t
de cabras.
87 Y los príncipes m trajeron piedras
de oniz«, y las piedras de los engastes
para el Ephód y el Racional ;
28 Y la especia arowHUJce*, y acdte
para la lumiiuuria, y para d acdte de la
unción, y para el peinune aromático.
29 De los I4J0S- de Israel, así hombres
como mujeres, todos los que tuvieron
corazón voluntario para traer para toda
la obra que Jehová había mandado por
medio de Moisés que hidesen, tn^con
drenda voluntaria á Jehová/».
•Cap. 85. a.
Mar. 12. 41.
44.
a Cor. S. 11.
12.
y».r.
d Osp. SI. 6.
'Gap. 35.
lu.eto.
/Lmr. Si.
6.8.
rosp.ao.
1. etc.
A Capt 87. 9.
3 Sara. 7. 2.
tGap.Sl.10.
y 39. 1, 41.
k Cap. 86. 3.
lOr. a». 9.
ta Bey. as. 7.
Pro. 8L 19.
»]tBd.3.«8.
• 1 Cr. 39.
6,8.
• cap. 80. 38.
P ver. 31.
A.aiá0L
ÉXODO, ZZXVL
1
A.C1«L
«GqkSLa,
tT.Íí.
2Cr.2.1i.
y SL 6.
r3& 10.86.
1 Cr. 29. 8.
'aOn:.&
2.8.
<<2Cr.Z1.10.
* 0»p. 28. 1,
«te.
/Oftp.9S.A.
f T d^ M«ÉMi¿ iM hijw de I».
Mimly JcDOTa hs iMmilwJili> &
Bcsalcdr, Mío de Uii, h^o de Hw, de
tettOadeJiidá:
81 Y lo ha hcndrido de Bip&xtD de
Vüokt CD «ihiduriij en hirrHgmcáa, y en
rienri», y en todo aitifieio,
as púa jfKujtiJüa faiTCnlos pera tacaba-
jar en oso, y en plata, j en metal,
as T en oina de pedicria poia engas-
tar, j en otn de noaden, pan trabajar
en toda ioToick» ingeniosa.
a« T ha poefto en wa coman el qne
pueda cnaeAar, míí él como Aholiab,
I^jo de Ahhinach, de la tribo de Dan.
as Y loe ha henchido de sabtdnriarde
corazón, para qne hagan toda obta de
artificio, j de invención, y de recamado
en jacinto, y en prfrpnxa, y en caxueti,
y en lino fino, y en telar; para qne ha-
gan toda labor, é inventen todo diseik».
CAPITULO XXXVJ.
PAicM m ^ft€»eio» laUbriea dd UtbertUaOo
t Umjlo dd Dio» verdadero.
HIZO pnea Bexaleel, y Aholiab, y
todo hombre aabio de oocazon, á
quien Jchová did «abidniía ¿ intriigen-
eia paia qne tupicKn hacer toda la obra
del icrricio del «antnario, todas las cosas
qoe habla mandado JehoWL
a Y Moisés llamó & Beialed y 4 Aho-
liab, y á todo varan sabio de ooiaxon •,
en cn^o corazón liabia dado JAorá sa-
bidnna, y á todo hamtbrt k quien su co-
razón le movió* á Ucgaxw á la obra,
para trab^ar en día :
8 Y tomaron de delante de Moisés
toda la ofrenda que los h^jos de Israd
haUan traído para la obra del servido
del santuario, á fin de hacerla. Y ellos
le traían aun oficen<la voluntaria cada
mafiana:
a la
y eiraa eiacnenta lazadas en U
orilla de la olía oontoa en la Juntura.
18 Hiao tamhiim g-jfrfw^a oofclielas
de metal para juntar la tienda, de modo
que fuese una.
IS B Uao una eufaicMa para la tienda
de eneros rqjoa de camoo, yA térm en-
bierta encima de cncios de tóctM*.
90 Ademas hiao las tablas pan el ta-
bernáculo de madera de 8ittim, pan
SI
La lonptnd de cada tabla de dicn
, y de codo y medio la andiora.
4 Vinieron por tanto todos los maes-
tros qne hadan toda la obra del santua-
rio, ráda uno de la obra qne hada,
A Y hablaron & Moisés diciendo : El
pueblo trae mucho mas de lo qne es
menestere pan la atendon de hacer la
obn, que JdiovA ha mandado que se
haga.
6 Entonces Moisés mandó pregonar
por el campo didendo : Ningún hombre
ni mujer naga mas obra para ofírecer
pan el santuario. Y así fué el pueblo
impedido de ofrecer ¡
7 Foes tenían material abundante pan
hacer toda la obn, y sobnba^.
8 ^ Y todos los sabios de corazón entre
loa que hadan la obn, hideron el ta-
bernáculo de diez cortinas de lino tor-
cido, y de jadnto, v de piirpura, y car-
mesí, las cuales hicieron de obn prima >
eon querubines.
9 La longitud de la una cortina era de
veinte y ocho codos, y la anchun de
cuatro codos : todas las cortinas tenían
una misma medida.
10 Y Juntó las dneo cortfaias la una
con la otra: asimismo unió las otras
dnco cortinas la una con la oin.
11 E hizo las lazadas de color de ja-
dnto en la orilla de la una corüna, en
el bonle, ¿ la Jnntun ; y asi hizo en la
orilla al borde de la segunda cortina, en
la juntura.
18 Cincuenta lazadas/ hizo en la una
cortina, y otras cincuenta en la segunda
cortina, en el borde, en la Juntun ; las
uxuM laxadas en frente de las otras.
18 Hizo también cincuenta corchetes
da «ro, con los cuales Juntó las cortinas
la una con la otn, é hízose un taber-
náculo.
14 Hizo atímlsmo cortinas de pefe de
S Cada tabla tenia dos quicios
v^ados d uno ddatte del otra : asllüzo
todas las tablas dd tabernáculo.
as Hizo pues las tabUs pan ct taber-
náculo : veinte tabte* al lado dd Austro,
almediodia.
24 Hizo también las cuarenta basas de
plata para deb^ de las veinte tablas ;
dos basas detago de la nna tabla pan
sus dos qnidos, y afros dos basas dcfa^io
de la otra tabla para sus dos quides.
86 Y pan el otro lado dd labemáenlo,
& la parte dd Aquilón, hiao atrm» veinte
tablas,
90 Con sus cuarenta basas de plata;
dos basas debajo de la nna tabla, y otroM
doa basas debiüo de la otra tabla.
87 Y pan el lado ooddental dd ta-
bernáculo hizo seis tablas.
88 Pan las eiiquinas dd tabernáculo
en los dos lados hizo dos tablas,
89 Las cuales se juntaban por alMjo, y
asimismo por arriba á un gozne : y tal
hizo á la una y á la otn en los dos lados.
80 Eran pues ocho tablas, y sus basas
de plata diez y seis ; dos basas debajo de
cada tabla.
31 Hizo también las bams de madem
de Sittim ; cinco para las tablas del un
ladodd tabernáculo,
32 Y otra» cinco bñxas • para las tablas
del otro lado dd tabernáculo, y «tro»
cinco barras para las tablas dd lado dd
tabemáoulo á la parte occidental.
33 E hizo que la barra del medio pasase
por n\alio de las tablas dd un cabo al
otro.
84 Y cubrió las tablas de oro, é hizo
de oro los anillos de ellas por donde
pasasen las barras: cubrió también de
oro las bañas.
85 Hizo asimismo d velo A de color
cárdeno, y púrpura, y carmesí, y lino
torcido, el cual hizo con querubines de
delicada obn.
86 Y para él hizo cuatro columnas de
maden de Sittim, y cubriólas de oro,
los capiteles de las cuales eran de oro ;
é hizo pan ellas cuatro basas de plata
de fundición.
37 Hizo también el velo' pan lapnerts
del tabernáculo de jacinto, y pdrpun,
y carmesí, y Uno torcido, obn de reca-
mador,
88 Y sns dnco columnas ooo sus capi-
tdes : y cubrió las cabezas de días y sus
molduras de oro ; pero sos cinco basas
üu Amo de metal.
CAPITULO XXXVIL
Dtocribmuo A arta, el frofitiaUírio, la mesa,
d eantddmn, y d altar dd intimuo.
to^ac;
I
AO^LacH.
Cap.SS.26.
iOap. 28.81.
yS&.6.
Hat. 27.51.
Btib.10.tJ.
<OBp.26.88.
A. C 1491.
ÉXODO, XXXVH, XXXVIII.
A. G. Ittl.
•Cten.aS.10.
Sínn.IOL
S,35.
tCap. 35^17.
<1 Bey. 6138.
Sal. 80. 1.
• »«.4,aa.
HIZO también Bcialed el aroa* de
madera de Stttan : su longitod era
de dos codos y medio, 5 de codo y medio
SQ anchura, y so aitoxa de otro codo y
medio.
9 Y cubrióla de oro ¡raro por de dentro
y por de ftiera, é hízole una comisa de
oiro en dcnedor.
S Hizole ademas de fundición cuatro
anillos de oro á sus cuatro esquinas ; en
el un lado dos anillos, y en el otro lado
d^rw dos anllk».
4 Hizo también las Taras de madera de
Sittim, y cubrliflas de oro.
5 Y metió las Taras por los anilles á
los lados del arca, para Uerar el arca.
6 'í Hizo asimismo la cubierta & de oro
pnro : su longitud de dos codos y medio,
y su anchura de codo y medio.
7 Hizo también los dos querubines c de
oro, hizolos labrados á martillo, á los
dos cabos de la cubierta :
8 El un querubin de esta parte al un
cabo, y el otro querubín de la otra parte
al otro cabo de la cubierta : hizo los que-
rubines & sus dos cabos.
9 Y los querubines extendían sus alas
por encima cubriendo con tus alas la
cubierta : y sus rostros el uno ea ftente
del otro, pero hacia la cubierta los ros-
troa de los querubines.
10 ^ Hizo también la mesa ^ de madera
de Sittim : su longitud de dos codos, y
su anchura de un codo, y de codo y me-
dio su altura :
11 Y cubrióla de oro puro, é hizole una
comisa de oro en derredor.
18 Hízole también una moldura al re-
dedor del ancho de una mano, & la cual
moldura hixo la cornea de oro en cir-
cunferencia.
13 Hízole asimismo de fundición cuatro
anillos de oro, y plisóles á las cuatro es-
quinas que eorretpondian á los cuatro
pies de ella.
14 Delante de la moldura estaban los
anillos, por los cuales se metiesen las
Tazas para llevar la mesa.
15 E nizo las Taras de madera de Sittim
para llevar la mesa, y cubriólas de oro.
16 También hizo los vasos que habían
de tetar sobre la mesa, sus platos, y sus
cucharas, y sus cubiertas, y sus tazones
con que se habia de libar, de oro fíno.
17 1 Hizo asimismo el candelero de
oro puro, é hizolo labrado & martillo : '
su pie, y su ca&a, sus copas, sus manza-
nas, y sus flores eran de lo mismo.
18 De sus lados sallan seis brazos ; tres
brazos del un lado del candelero, y los
otros tres brazos éf\ otro lado del can-
delero.
19 En el un brazo hahia tres copas fi-
sura de almendras, una manzana, y una
flor; y en el otro brazo atrae tres copes
flgoza de almendras, otra manzana y
otra flor : y así en los seis brazos que
sallan del cstndelero.
90 Y en el tronco dd candelero hiúña
cuatro copas figura de almendras, sus
manaanas, y sus flores :
n Y una manzana debajo de los dos
bnaos de lo mismo, y otra manzana
delnjo de los atroe dos brazos de lo mis-
mo, y otra manzana debajo de los otroe
dos bracos de lo mismo, conforme á los
seis brazos que sallan de él.
88 Sus manxanas y sus brazo* eran de
lo mismo ! todo era una pieza labrada &
martillo, de oro puro.
83 Hizo asimismo sus siete candil^as,
y sus despabiladeras, y sus platillos, de
on puiOa
84 De un talento de oro puro lo hizo,
con todoe tos vaso*.
86 5 Hizo también el altar del per-
ñune de madera de Sittim : un cedo su
longitud, y otro codo su anchura; era
cuubrado ; y su altura de dos codos, y
sus cuernos de la misma pieza.
86 Y cubriólo de oro puro, su mesa y
sus paredes al rededor, y sus cuernos i
é hízole una corona de oro al rededor.
27 Hízole también dos anillos de oro
debE^o de la corona en las dos esquinas
á los dos lados, para pasar por ellos las
varas con que habla de ser conducido.
88 E hizo las Taras de madera de Sit-
tlm, y cubriólas de oro.
89 Hizo asimismo el aceite santo de la
unción*, y el fino/ perfume aromático
de obra de perfumador.
CAPITULO XXXVIII.
DA áUar de toe MaerifMo*, dtl batió de hroaee,
¡f dtl atrio. Suma dd valor de lae tffitrtae
qae ee Meterá».
IGUALMENTE hizo el altar del ho-
locausto • de madera de 8ittim : su
longitud de cinco codos, y su anchura
de otros cinco codos, cuadrado, y de tres
codos su altura.
8 B hízole sus cuernos á sus cuatro
esquinas, los cuales eran de la misma
pieza, y cubriólo de metal.
3 Hizo asimismo todos los tssos del
altar, calderas, y tenazas, y tazones, y
garfios, y palas : todos sus vasos hizo de
metal.
4 E hizo para el altar el enriado de
metal de hechura de red, oue pt*eo en
su cerco por debajo hasta el medio del
altar mietno.
5 Hizo también cuatro anillos de ftin-
dicion k los cuatro cabos del enrejado de
metal, para meter las Taras.
6 E hizo las varas de madera de Sit-
tim, y cubriólas de metal.
7 Y metió las varas por los anillos á
los lados del altar, para llevarlo con
ellas ; hueco lo hizo, de tablas.
8 TamMen hizo la fuente 2* de metal,
con su basa de metal, de los espejos de
las que Telaban & la puerta del taberná-
culo del testimonio.
9 ^ Hizo asimismo el atrio : á la partee
austral del Mediodía las cortinas del
atrio eran de cien codos, de Uno torcido :
10 Sus columnas Teinte, con sus Telnte
basas de metal : los capiteles de las co-
lumnas, y sus molduras, de plata.
U Y & la parte del Aquilón cortinae de
cien codos : sus columnas Teinte, con
sus Teinte basas de metal. Los capi-
teles de las columnas, y sus molduras,
de plata.
19 A la parte del occidente cortinas de
cincuenta codos: sus columnas diez, y
sus diez basas ; los capiteles de las co-
lumnas, y sus molduras, de plata.
18 Y & la parte oriental, al Levante,
cortinas de cincuenta codos.
14 Al un lado cortinas de quince codos,
sus tres columnas, y sus tres basas.
15 Ai otro lado, de la una parte y de
la otra de la puerta del atrio, cortinas de
á quince codos, sus tres columnas, y sus
tres basas.
16 Todas las cortinas del atrio al re-
dedor, eran de lino torcido.
17 Y las basas de las colxunnas eran
de metal ; los capiteles de las columnas,
y sus molduras, de plata ; asimismo las
cubiertas de las cabezas de ellas, de pla-
ta : y todas las columnas del atrio tenían
molduras de plata.
18 Y el pabellón de la puerta del atrio
fieé de obra de recamado, de Jacinto, y
purpura, y carmesí, v lino torcido : la
longitud de vefaite codos, y la altura en
«Osp. 90.91
/Cap. 80.94.
• Cap. 27. 1.
h Cap. 80. 18.
Tlt.3.6.
' Cap. 27. 9.
y 40. 8. 38.
lBev.6.eA.
8aL»i.2ao.
9 y Qmlceli, hpe de 1;tI, mo da
> Vnn « -ulu AhglUh>.
3?" dt laH, aan Jibort li> bibla i
O En cvaditdo [ doblada htdÉTon i
V «tn da I4idnjtoi0 di jHliB,
f^rSj!^r¡rjj^,
A. a 1490.
ÉXODO, XL.
A. C. 14»1.
Im. 14.30.
IteD.12.8L
ia.aii9.
?CiV.SL10.
•HT.P.
tI««.M.8.
diadema santa de oro poro, t ewrniie-
Ton en ella eomo grabadura de «ello el
riHiilo, Sajctidílo a Jbbova •.
81 Y pusieron en rila un o<nd«n de
JacintOi para colocarla en alto aobre la
mitra, como Jehová lo habia mandado
& Itfotiw.
as 5 T fué acabada toda la obra del
tabernáculo, del tabemáonlo del leatt-
monio: é hicieron los h^oe de btael
como JchoYá lo haUa mandado á Mol-
•es ; ad lo hicieron;».
85 Y tiidexon d tabernáculo & Moiies,
el tabernáculo y todo* lui vaiot; wu
eondietes, sus tablas, sus barras, y sus
columnas, y sus basas ;
M Y la cubierta de pieles rojas de car.
ñeros, y la cuhlerta de pieles de tienes,
y el Tdo del pabdlon ;
86 £1 arca del testimonio, y sus «aras,
y la cubierta;
88 La mesa, todos sus vasos, y el pui
de lamoposicioo ;
87 £1 eandelero limpie, sus candilejas.
'»r.«.
<Ctii.aQ.36.
'U».ll,
las lámparas que deUan
<bden, y todos sus vasos ; y él aceite para
la Inmlnaxia :
88 Y el altar de oro, y el aceite de la
unción, y el perftime aromático, y el
pab^km pan U puerta del tabernáculo;
88 £1 altar de metal, con su env^fado
de metal, sus vanuí, y todos sus vasos;
y la fuente, y su basa :
40 Laa eortliias del atrio, y sus colnm>
naa y sna basas, y el pabellón pan la
puerta del atrio, y sus cuerdas, v sus
eacaeas, y todoa los vaso* del servicio áA
tabernáculo, del tabernáculo dri testi«
monio:
41 Las vestimentas del servicio f pan
ministrar en el santuario, las sagradas
vestiduras mura Aaion el sacerdote, y las
vestiduras de sus hUos pan ministrar en
el saceidoeio.
48 £n ounfunuidad á todas las cosas que
Jehová habia mandado á Moisés, asi
hicieron los h^os de Israel toda la obra.
43 Y Tió Motees toda la obra, y hé aqui
que la habian hecho como Jehová habia
mandado ; y bend()olos r.
CAPITULO XL.
Mneetem f eonmgraeto» dd tábemttetilo t
wumtftUtaat en tí ¡a ^oria tU SeiUtr, y
fwda embierlo eon mma «ute.
YJ£HOVA hablo á Moisés diciendo :
a En el primer dia • del mes pri-
men» harás levantar el tabernáculo, el
tabernáculo del testimonio.
8 Y pondrás en él el arca del testimo*
nio, y la cubrirás con él velo.
4 Y meterás la mesa, y la pondrás en
dtden: meteíAii también el eandelero,
y encenderás sus lámparas.
0 Y pondrás el altar de oro pan el per*
fmne delante del arca dd tótímonio, y
pomlrás d pabrilon de la puerta del ta-
bcamáculo.
6 Después pondrás el altar del holo-
emsto diente de la puerta úA taberná-
culo, del tabernáculo del testimonio»
7 Lue^o pondrás la fuente* entre el
tabernáculo del testimonio y «i altar ; y
pondrás agua en ella.
8 Finalmente pondrás él atrio en der-
redor, y el pabellón de la puerta del atrio.
0 Y tomaras él aoeke de la unción, y
imgiráa d*' tabernáculo» y todo lo que
tttarú en ¿1 ; y le saatificaTás c(» todos
■BS vaaoa, y será santo.
10 Ungfans tamUen el altar dd holo-
causto, y todos sus vasos : y santificarás
el altar, j será un altar tantírimo^.
11 Asimismo ungirás la ftaente y su
basa, y la santificaras»
U Y harás llegar á Aaron/ y á sus 14Jos
á la puerta dd tabernáculo del testimo-
nio, V les lavarás eon agua.
18 Y harás vestir á Aaron las vestidu-
ras «agradas, y lo ungirás y, v lo consa-
grarás, pan oue sea mi saMsoote.
14 Después narás ll^ar sus h^os, y les
vestirás las tdnioas :
15 Y los ungirás como ungiste á su pa-
dre, y serán mis sacerdotes : y será que
so undon ks servirá por saoenlocio per.
petno por sus generaciones.
16 5 « Moisés hjao conJbrme á todo lo
que Jdiová le mandó ¡ así lo hizo.
17 Y así en d dia primero del primer
mes A, en el segundo alio, el tabernáculo
fué erigido.
18 Y Moisés biso levantar el taberná-
culo, y asentd sus basas, y odocó sus
tablas, y puso sus barras, é biso alsar
sus columnas.
18 Y extendió lá tienda sobre d taber-
náculo, y puio la sobrecubierta endma
dd mismo, como Jehová haUa manda-
do á Moisñ.
80 Y tomó y puso el Testimonio • den-
tro del aroa, y colocó las varas en d
arca, y encima la cubierta sobre d arca
mi^llUI 'e
91 Y metió el arca en el tabernáculo,
y puso' d velo de la tienda, y cubrió el
arca dd testimonio, oomo J Aova habia
mandado á Moisés.
88 Y puso la mesa en el tabernáculo
del testimonio, al lado septentriond •
dd pabellón, fuera del velo :
83 T sobre ella puso por orden los panes
delante de Jébová, como Jéhorá oaUa
mandado á Moisés.
94 Y puso el oanddoo en el taberná-
culo del testimonio en frente de la mesa,
d lado meridional del pabellón.
86 Y encendió las lámparas» delante
de Jehová, como Jdiová haMa manda-
do á Moisés.
96 Puso también el dtar de oro en elta-
bemáculo dd testimonio, ddante del vdo :
87 Y encendió sobra ól el perfume aro-
mático», oomo Jehová habia mandado
á Moisés.
98 Puso asimismo la cortina de la pu-
erta del tabernáculo.
99 Y colocó el altar del holocausto^ á
la puerta del tabernáculo, del taberná-
culo dd testimonio; y oneció sobre él
holocausto y presente, como Jehová ha-
bla mandado a Moisés.
80 Y puso la fuentes entre el taberná-
culo del testimonio y d dtar; y puso en
día agua pan lavar.
31 Y Moisés, y Aaron, y sus h^jos la-
vaban en ella sus manos y sus pies.
89 Cuando entraban en el tabernáculo
dd testimonio, y cuando se llegaban d
dtar, se levaban r, como Jdiová liabia
mandado á Moisés.
88 Findmente erigió el atrio* en der-
redor del tabernáculo y del dtar, y Ptiso
la cortina de la puerta dd atrio. Y así
acabó Moisés la obra.
84 ^ Entonces una nube cubrió el ta-
bernáculo dd testimonio, y la gloda de
Jehová hinchió el tabernáculo.
85 Y no podia Moisés entrar en el ta-
bernáculo dd testimonio, porque la nube
estaba sobre él, y la glonía de Jehová lo
tenia lleno.
36 Y cuando la nube se dxaba del ta-
bernáculo, los h^os de Israd se movian
en todas sus jornadas ' :
87 Pero si la nube no se daaba, no se
partían hasta el dia que ella se dzaba.
88 Poique la nube de Jehová eetoto de
dia sobre el tabernáculo, y el fiíego es-
taba de noche en él, á vista de toda la
casa de Israd, en todas sus Jomadas*.
»1Jub2.
•JO.
A««r. I
JSvn. 7. 1.
• C«p. 36.16.
k Cap. S7.
«.9.
I Cap. 20. 3S.
<" C^a6.S6.
•Csp.a6.S7.
•Cap. 30. 7.
P Csp. 3".
1.2.
«Cap. 90. 16.
'-8d.7S.18.
•C•^27. 9,
16.
« Neh. 9. U.
«8sJ.78.14.
T1U6.S9.
Ij. 4.6.
A-aUMl
usvinoo, m, iy.
A.0.1ÍMI
•(>p.T. 11,
».
11UX&14.
IFM.1.19.
*0n. I. 4.
TliS.lL.
IlSlIO.
Ex.». IS,
'C*p.&lS.
I
lz.44.7.
18W.1JS.
Í&.7.7.
•Ga.9.4.
a, a.
si.u.n.
> 0^11.6.
YBI m oA«nda ftun» Moiifieio de
«kccc, «1 hubiera d* oAraecrli d*
ganiino Taeuno, tea macho ó hembiB,
da dcCBOtot lo ofinoaA deianto de Je-
hofA.
2 T pondxá m mano* lobre la oabeca
de so ofrenda, y la degoUaiá & la puerta
dd tahenáculo del tatUmonio ; ▼ loa
■acevdotei, h^os de Aanm, xociazun an
sangre lolae él altar en denedor.
8 Xuego uftecerá del ncvifido de las
paces, por ofrenda enoendida á Jehori,
el sebo que enbxe los Intestinos', y todo
el sebo que e»tá Sobre laa entraflas,
4 Y loa dos sUones, y el sebo que «ttá
soine ellos, y sobre los Qares, y oon los
Tifiones qoitaxA d redafio que tttá sobre
él legado.
5 T los hijoa de Aaron halan arder
esto en el altar, sobre el holooausto * que
fliAefid sobic la leüa oue Aa¿rd encima
dd ftaego s jcrd oficenda de olor snaTe á
9 ^ Has si de or^as/bere su ofrenda
para sacrificio de paces & Jehová, «w
macho ó hembra, ooreoeaálo sin tacha/.
7 SI ofreciere cordero por su ofrenda,
ha de ofrecerlo delante de JdioWL
8 Y pmubá su manof sobre la cabera
de su oftcnda, y después la degollará
'^flwp*'^ del tabeni&eulo del testimonio ;
y los h^os de Aaron rodarán su sangre
sotare el altar en derredor.
O Y del sacrificio de las paces ofrecerá
Kr ofrñida encendida á Jeborá su se-
A, y la cola entera, la cual quitará á
tais del esplüaxo, y el sebo que cubre
los intestinos, y tMo el sebo que uta
sobre las entraflas :
10 Astanismo los dos riflones, y el sebo
que está sobre ellos, y el que eatá sobre
loe iiazes, y con los rifiones quitará el
redaao de sobre d higado.
11 Y d sacerdote hará arder esto sobre
d altar ; ¡f terá* Tienda de ofrenda ea-
oendida á Jehová.
U Y Y ñ futre cabra su ofrenda, ofre-
oerála ddanle de Jehorá.
13 Y pondrá su mano sobre la cabera
de ella, y la degollará delante del taber-
náonlo dd testimonio; y los 14jos de
Aaron rociarán su sangre sobre el dtar
en derredor.
14 Después ofrecerá de ella su ofrenda
cncendloa á Jehová; el sebo que cubre
los intestinos, jr todo el sebo que eetA
sobre las entrains,
16 Y los dos rl&ñies, y d sebo que e«Ai
sobre elloa, y d que eítá sobre los liares,
y ctm los rl&ones quitará el redaño de
sobre el higado.
10 Y d sacerdote hará arder esto sobre
d altar, y eerá Tienda de ofrenda que se
oucma en olor de suavidad á JdioWL
£1 sebo todo e$ de Jebová *.
17 Carnto estatuto perpetuo por roestras
y en todas Tueitras moradas,
sebo ni ninguna saogrei co-
CAPITULO IV.
BUe pata loe eaaifixioe por Im peeadae del
eaetrdoU, por ice dd pueblo, por loe de mm
parUetdar, eomettdoe por ignoraneta ent*
pcMt.
Y HABLÓ Jduná á Moisés, dici-
endo :
S Habla á loa hijoa de Israd diciendo :
Cuando alguna persona pecare por yerro •
en algnao de los mandamientos de Je-
hoTá «ofrrv eoeas que no se han de hacer,
y obnoe «Ollera alguno de dios ;
8 8i sacerdote ungido pecare según d
pecado dd pueblo, ofrecerá á Jehová.
por so pecado que habrá cometido, un»
Dcoecxo sin tacha para expiación.
4 Y tnerá d baoeno á la puerta dd
tabernáculo dd testimonio* adante de
JehoTá, y pondrá so mano sobre la oa.
beca dd becerro, y lo degollará delante
de JehoTá.
6 Y d saeerdote ungido tomará de la
sangre dd beoenm, y la traerá d taber.
nácnlo del testimonio.
6 Y moteará d sacerdote su dedo en la
sangre, y rociará de aquella sangre siete
Teces ddante de Jehová, hacia d relo
dd Santuario.
7 Y pondrá d sacerdote de la tnisma
sanare sobre loe cuernos' del dtar del
perAuíe aromátioo, que teta en el ta-
Dcraáculo dd testimoaio, ddante de Je.
hora : y echará* toda la otra sangre dd
becerro d pié dd dtar del holocausto,
que eetá á la puerta dd tabemáculo del
testimonio.
8 Y tomará del becerro para la ex-
piación todo su sebo, d sebo que cubra
los intestinos, y todo el sebo que «dd
sobre las entra&as ;
O Y los dos riflones, y el sebo que eetá
sobra dios, y d que e¿á sotase los Uares,
y con los nikMMS quitará d redaiko de
sobre el hígado,
10 De la manera que m quita dd buey
dd sacrificio de las paces : y el sacar-
dote lo hará arder/ todo sobre d dtar
del holooausto.
11 Y el cuero del becerro, y toda su
carne, con su cabexa y sus piernas, y
sos intestinos, y so estióool,
15 En fin todo el becerro sacará fiíeía
del campos á un lugar limpio, donde
se echan las cenicas, y lo quemará d
friego sobra la lefia : en donde se eehanA
las eenlias será quemado.
18 ^ Y d toda la« congregación de
Israel hubiere errado, y el n^godo es-
tUTiere oculto á los ojos dd pueblo, y
hubieren hecho algo eoatra alguno die
los mandamientos de JdioTá en eotae
que no se han de hacer, y frieren cul-
pables,
14 Lui^o que friere entendido d pecado
sobre que delinquieron, la congregación
ofrecen un becerro por expiación, y lo
traerán delante dd tabemáculo dd tes-
timonio.
16 Y los ancianos de la congregación
pondrán A sus manos sobre la cabexa
dd iMceiro delante de Jehová; y en
presencia de Jehová degollarán aqud
becerro.
16 Y d sacerdote ungido' meterá de
hi sangra dd becerro en el tabemáculo
del testimcmio.
17 Y mojará d sacerdote su dedo en
la misma sangra, y rociará siete Teces
delante de Jdiorá hacia el Telo.
18 Y de aquella sangra pondrá sobre •
los cuernos del dtar que «iid delante
de JefaoTá en el tabemáculo del testi-
monio, y derramará toda la otra sangre
d pié del dtar del holocausto, que está
á la puerta dd tabemáculo dd testi-
monio.
10 Y le quitará todo el sebo, y har&¿o
arder sobra d altar.
80 Y hará de aqud becerro como hizo
oon do becerro de la expiación; lo mis-
mo hará de él : así hará el sacerdote ex-
piadon* por ellos, y obtendrán perdón.
91 Y sacará d becerro friera dd campo,
V lo quemará como quemó el primer/»
Deceno : y edo eerá expiación de la con-
gre^don.
88 ^ Y cuando pecare el príncipe, é
hidere por yerro algo contra alguno de
todos kis mandamientos de Jehová su
Dios, eobre cosos que no se han de haoer,
ypecara;
* Bz. a». U»,
U.
<fOw.8.1&.
y 18. 18.
Bx. SO. 1.
10.
«Osp^S.».
/Osp. S.8.
9 Ex. ». 14.
NoB. 19.5.
Beb.lS.U.
& Oap. 8. U.
•'17nioa5.a4.
Jos. 7. 11.
ITlai.l.U.
k Osp. 1. 4.
fvar.S,*.
"fsr. 7.
"vw. 8.
«I}aa.9L94.
B00L6.U.
Heb. i. 17.
y 10. 10, 12.
i Josa 1.7.
ySLS.
ApocLC,
Pvcr.U,lS.
E
A.C.14M.
LEvrnoo, V, vl
A.CUX.
9Gftp.5.4.
•-11.53.6.
' Nnin. 15.
38.
' Gap. 8. 8,
14.
• Oftp. L 9.
*tOT. 28.
' Oap. 3. 6.
* wr. 26.81.
• 1 Bey. 8,
SL
Pro. 29. 24.
Hat2&«8.
i Cap. 11. 24,
28, etc.
' Cap. XII,
XIII, XT.
'8*1. 106.38.
«Jnec. 11.81.
18am.26.
22.
Mar. 6.28.
fi8 Ln«go qne le fiíere oanoeidor tu
pecado en que ha delinqnido, praen-
tará por su ofirenda un macho cabrio lin
defecto:
84 T pondr6 au manor «obre la cabeza
del macho cabrío, y lo degollará en el
lugar donde ae d^^ella él holocausto
delante de JehoT¿ ; y uto terá expiación.
25 T tomará el aaoeniote con au dedo
de la aangre de la «tcfíma para ezpl-
adon, y pondrá iobre los cuernos del
altar del holocausto, y derramará la
d«ma$ sangre al pié del altar del ho-
locausto.
96 Y quemará todo tu sebo sobre el
altar, como el sebo ¿lA sacrificio de las
paces : asi hará el sacerdote por él la«
expiación de su pecado, y tendrá perdón.
27 ir Y si alguna persona del común
del pueblo pecare por yerro, haciendo
atgo contra alguno de loa mandamientos
de Jehová en cotat qne no se han de
hacer, y delinquiere ;
28 Luego que le ftiere conocido su pe-
cado que cometió, traerá por su ofrenda
una hembra de las cabras, una cabra
sin defecto, por su pecado que habrá
cometido :
29 Y pondrá su mano sobre la cabeza
de la vieUma para expiación, y la de-
gollará en el lugar del holocausto.
30 Lu^o tomará el sacerdote en su
dedo de su sangre, y pondrá sobre los
cuernos del altar del holocausto, y der-
ramará toda la otra sangre al pié del
altar.
81 Y le quitará todo su sebo, de la
manera que fué quitado el sebo áél sa-
crificio de las paces; y el sacerdote lo
haráf arder sobre el altar* en olor de
suavidad á Jéhová : así hará el sacer-
dote expiación por él, y será perdonado.
82 Y si trajere cordero para su ofren-
da por el pecado, hembra « sin drfecto
traerá.
83 Y pondrá su mano sobre la cabeza
de la víctima para exidacion, y la de-
gollará por expiación en el lugar donde
se degüella el nolocausto.
34 Después tomará el sacerdote con
su dedo de la sangre de la víctima para
expiación, y pondrá sobre los cuernos
del altar del holocausto ; ▼ derramará
toda la dema* sangre al pié del altar.
85 Y le quitará todo su sebo, como fué
quitado el sebo del sacrificio de las pa-
ces, y harálo el sacerdote arder en el
altar sobre lay ofrenda encendida á Je-
hoTá: y «i le hará el sacerdote ex-
piación* de su pecado que habrá co-
metido, y será perdonado.
CAPITULO V.
De alguno» otro» »aerifieio» por varias adpa».
Y CUANDO alguna persona pecare,
que hubiere oido la voz del que
juró o, y él fuere testigo que vló, ó supo,
si no lo denunciare, él llevará su pecado.
9 Asimismo la persona que hubiere
tocado en cualquiera cosa inmunda b,
sea cuerpo muerto de bestia inmunda,
ó cuerpo muerto de animal inmundo, o
cuorpo muerto de reptil inmundo, bien
Sue no lo supiere, se» inmunda y habrá
elinquido.
8 O si tocare á hombre e inmundo en
cuidquiera inmundicia suya de que es
inmundo, y no lo echare de ver, mas
deapue» 11^ á saberlo, será culpable.
4 También la persona que jurare pro-
nunciando d con «tu labios hacer mal, ó
bien, en cualesquiera cosas que el hom-
bre profiere con juramento, y él no lo
conociere*, bien que detpuet lo entienda,
será culpado en una de estas cota».
5 Y será qne, cuando alguno pecare en
alguna de estas cosas, confesará/ aquello
en qne pecó :
6 Y para su expiación traerá á Jehová
por su pecado que ha cometido, una
hembra de los rebaños, una oordera ó
una cabra como ofrenda de expiación ; y
el sacerdote hará expiación por él de nt
pecado.
7 Y si no le alcanzare para un cordero,
traerá en expiación por su pecado qne
cometió, dos tórtolas, ó dos jr palominos
á Jehová; el uno para expiación, y el
otro para holocausto.
8 Y ha de traerlos al sacerdote, el cual
ofrecerá xnimero el que es para expia-
ción, y desunirá su cabeza de su cuello,
mas no la apartará del todo *.
9 Y rociará de la sangre de la vícUtna
para expiación sobre la pared del altar ;
y lo que sobrare de la sangre lo ex-
primirá al pié del altar: y etío aera
expiación.
10 Y dd otro hará holocausto conforme
al rito ; y atí hará por él el sacerdote
expiación de su pecado que cometió, y
le será perdonado.
11 Mas si su posibilidad no alcanzare
para dos tórtolas, ó dos palominos, ti
que pecó traerá por su ofrenda la dé-
cima parte de un epha de flor de harina
por expiación. No pondrá solne ella
aceite, ni sobre ella pondrá incienso*,
porque es expiación.
12 Traerála pues al sacerdote, y el sa-
cerdote tomará de ella su pufio lleno,
en memoria suya, y le hsxék arder en el
altar sobre las otrae ofrendas encendidas
á Jdiová : .y eeto será expiación.
13 Y (Mi hará el sacerdote expiación
por él de su pecado que cometió en
alguna de estas cosas, y le será perdo-
nado : y el eobranie será del sacerdote,
como el presente de vianda.
14 ^ Habló mas Jehová á Moisés, di-
ciendo :
16 Cuando alguna persona cometiere
£eüta, y pecare por verro en las cosas
santificadas á Jehová, txaexá por su ex-
SiadonA á Jehová' un camero sin tacha
e los rebaños, tMitor, conforme á tu
estimadon, de do» sidos de plata deí
siclo dd santuario"), en tffrenda por el
pecado:
16 Y pagará aquello de las cosas santas
en que hubiere pecado, y añadirá á ello
el quinto », y lo dará al sacerdote : y el
sacerdote h»á eniiacion por él con el
camero dd sacrindo por el pecado, y
será perdonado.
17 Finalmente, si una persona pecare,
é hiciere alguna de todas aquellas cosas
que por mandamiento de Jehoi^ no se
han de hacer, aun sin hacerlo á sabien-
das es culpable,* y llevará su pecado.
18 Traerá pues al sacerdote por expia-
ción, según td lo estimes, un camero
sin tacha de los rebaños : y d sacerdote
hará expiación por él de su yerro que co-
metió por inorancia, y será perdonado.
19 Es infiacdon, y dertamente delin-
quió contra Jdiová.
CAPITULO VI.
De lo» tacrifteio» por pecado» dé nuiicia. Ce-
ref/umia» en el holoeatulo diario del cordero.
SI fiugo perpetuo ¡ ofrenda» en la eontaara-
ciondelo» tumo» »aeerdote»,y en general por
lo» pecado».
Y HABLÓ Jehová á Moisés, di-
dendo :
9 Cuando una persona pecare, é hi-
ciere prevaricación contra Jehová, y«
negare á su prójimo lo encomendado b,
ó dejado en su mano, ó bien robare, ó
calumniare á su prójimo ;
KnBL 5* 7-
Ibd.IO.n.
Bal. 315.
I)hl9.4.
»Oap.llt
yli2L
* Op. 1 Uj
• Kam. 5- 1
i Cap. 23. 1«
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«Sal. 19- U
Lnc-12-il
«Cap. 19.1!
Col. 3. 8.
10.
Ltim.
LEvmoo, vn.
A.C.14M.
'i!M.a.
J.Í.
litS.4.
ln.$.7.
llM.lS.6.
IiK.U.8.
b&n.
«,
fc.4il7,
i'ftflH.
•W.11.
•'«.«Ja
tita.
'tiS.1,2.
8 O tea qne luúlaiido lo perdMoc, dc«-
pnes lo negare, y jurare en ñdio,^ Jbi'
tanda «i en al¿ima de todas aquellas
oua en qoe raele pecar el hombre :
4 EatóaitB Kiá que* puesto habiA pe-
cado 7 ofeiidido, restltuiíi aquello aue
tobó, 6 por el dsÁo de la caltunnia, o él
deposito que se le encomendó, ó lo per-
dido qoe bailó,
6 O todo aquello sobre que hubiere ju-
ndo fiüsamente. Lo restituirá pues por
entero*, y a&aiürá á ello la quinta parte,
que ba de pagar á a<inel á quien perte-
nece en el ola de su expiación.
6 T por su expiación traerá á Jehorá
an camero sin tacha de los rebafk»,
eonfrnne & tu estimación, e/ fue dará al
sacerdote para la expiación :
7 T d sacerdote hiná expiación por él
ddante de Jehová, y obtendrá perdón
de enalquiera de todas las cosas en que
sude ofender el lumbre.
8 Y Habló aun Jehorá 4 Moisés di-
denoo:
9 Manda á Aaron y á sus h^jos dici-
endo : Esta e> la ley del holocausto. Es
holocausto, porque se quema sobre el
ahsr toda la noche basta la ma&ana, y
el JueoD del altar arderá en él.
10 £1 sacerdote se pondrá su vetti-
mcau de Uno/, y se restira pafletcs de
Uno aobie su cañie ; y cuanoo el fuego
buUere consumido d holocausto, apár-
tala él las cenizas de sobre el altar, y
pondiilaa Junto al altar ndamo.
11 Deqpues se desnudará de sus Tes-
tímentas, y se pondrá otras Testiduras,
7 tacará las cenizas ftwra dd real al lu-
gar Itanpiof.
li Y el ftiego encendido sobre el altar
no ba de apagarse, sino que el sacerdote
pondrá en él lefia cada maflana, y aco-
modará sobre él el holocaiuto, y qne-
nmá Mtne & los sebos de las paces.
18 El ñicgo ha de arder conunnamente
en d altar; no se apagará.
14 ^ Y esta e« la ley del presente* :
Hsn ce ofrecerle los hijos de Aaron de-
lame de JdioTá, delante del altar.
15 Y tomará de él un puiUido, de la
fiar de harina del presente, y de su
acdte, y todo el incienso que etlará so-
iae d presente, y bará/o arder sotnre el
dtar por memoria, en olor snavislmo á
•ehoiá.
18 Y d sobrante de ella le comerán
Aaron y sus hijos*: sin levadura se
comeiá en el lugar santo; en el atrio
del tabernáculo del testimonio le co-
merto.
17 Mo se cocerá con levadura: helo
,dado d eüaa par su porción de mis ofrm-
I das eneendiua ; et cosa santísima, como
i b exirfsdon por d pecado, y como la
expiación por la culpa.
18 Todos los varones de los hijos de
Aaion comerán de ella. Estatuto per-
pgtno será para vuestras generaciones
tocarte á las ofrendas enceMidas de Je-
"oWk: toda cosa que tocare en ellas será
ttntifioadaJ^.
U ^ Y habló Jehová á MoUes di-
ciendo:
80 Esta será la ofrenda' de Aaron y
« tus hijos, que ofkecerán á Jehová el
^ qne serán ungidos ; la décima parte
y an epha de flor de harina, (presente
I|"[Pdao), la mitad á la mafiana, y la
■««dala tarde.
'I £n sartén se aderezará con aceite ;
«n» k teleras, y los pedazos cocidos del
Vmoe ofrecerás á Jehová en olor de
naiidad.
^^^tactadc^ qpe en lugar de Aa-
n» niere ungido de entre sus bi^oa, hará
la oArenda, por ser estatuto perpetuo de
Jehová m : toda eUa será quemada.
83 Y todo presente de sacerdote será
enteramente quemado ; no se comerá.
84 5 Y habló Jehová á Moisés dici-
endo:
86 Habla á Aaron, y á sos hQos, di-
ciando : Esta será la ley* de la expia-
ción dd petado : En el lugar donde será
degollado d holocausto, será degollada
la victima cii expiación por el pecado de-
lante de Jdiová, porque es cosa santi-
aima.
96 El sacenlote que la ofreciere por
expiación, la comen : en d lugar santo
seiá comida», en d atrio dd taberná-
culo dd testimonio.
87 Todo lo que en su carne tocare, será
santificado j» ; y d cayere de an sangre
sobre d vestido, lavarás aquello sobre
que cayere en d lugar santo.
88 Y la vasija de barro en que fuere
cocida, será quebrada : y si ftoere cocida
en vasya de metal, será fregada y lavada
con agua.
89 Todo varón de entre los sacerdotes
la comerá : es cosa santislma.
80 Mas no se comerá victima de ex-
piación alguna, de cuva sangre se me-
tiere en d tabemáoulo del testimonio
para reconciliar en el santuario : al frie-
go será quemada v.
CAPITULO VII.
2>rMi0M« los dtvtno» ritos me m kam dt
obatrvar a» loe aaerijleioe.
ASIMISMO esU será la ley de la
erpiacion de la culpa* : es cosa muy
santa.
8 En el lugar donde degollaren d ho-
locausto, degollarán la victima por la
culpa ¡ jb rociará su sangre en derredor
sobre d altar.
8 Y de día ofrecerá todo su sebo*, la
cola, y el sebo que cubre los intestinos,
4 Y loa dos ríñones, y d sebo que eátá
sobre dios, y el que está sobre los hi-
jares; y con loa riflones quitará d re-
daflo de sobre el h^ado.
6 Y el sacerdote u> hará arder sobre el
altar m ofrenda encendida á Jdiová : y
está será expiación de la culpa.
6 Todo varón de entre los sacerdotes
la comerá*': será comida en el lugar
santo, mtrque es oosa muy santa.
7 % Como la expiación por el pecado
así será la expiación de la culpa « : una
misma \ej tendrán : será del sacerdote
que habrá hecho la reconciliación con
8 Y el sacerdote que ofiíccleve holo-
oausto de alguno, el cuero dd holo-
causto que ofreciere, será para él.
8 Asimismo todo presente que se oo-
dere en homo, y todo el que fuere ade-
rezado en sartén, ó en cazuela, será del
sacerdote que lo ofreciere.
10 Y todo presente amasado con acdte,
y seco, será de todos los hijos de Aaron ;
tanto d uno como d otro.
11 ^ Y esU «ent la 1^ del sacrificio de
las paces/ que se ofrecerá á Jehová.
18 Si se ofreciere en hadmiento de
gradas, ofrecerá por sacrificio de haci-
miento de gracias tortas sin levadura
amasadas con acdte 9, y hojaldres dn
levadura untados con acdte, y flor de ha-
rina frita en tortas amasadas con acdte.
18 Con tortas de pan leudo ofrecerá
su ofrenda en d sacrificio de hadmiento
de gracias de sus paces.
14 Y de toda la ofrenda presentará una
parte por A ofrenda elevada á Jehová, n
será del sacerdote que rociare la sangre
de loa pacíficos.
E8
"Bz.9B.98.
96.
" Cap. 4. 8,
«te.
• Ca& 10.
17.18.
KaiB.U.10.
Sb.44.9».
r VST. 18.
9 Cap. la 18.
ylé.27.
Heb. 9. 18.
•C5U.V.
'y^.
» Cap. 6. 9&.
«Cap. 4.8.9.
Ez.20. 18.
•i Gap. «. 16.
18.
Niun.18.9,
10.
•Cap. 8. 35.
96.
/Cap. 8.1.
EX.45.1&.
t Cap. 9. 4.
* Nma. 18.
8, 11. 19.
L C. 1490.
LEvmoo, vm.
A. 0.14911
Cap. 23.90.
Cap.l»JJ.
Ge&.17.1i.
• Ckd. XII,
yXfil.T
XV.
*C«p. 11.34.
S8
EK.4.U.
HMb.10.
14.
C»p. 3. 17.
PC*p.l7.1«.
Den.14.2L
Es. 4«.S1.
7 Gen. 9. 4.
y 17. 10. 14.
1 Búa. 14.
34.
Joan&'fiS.
Hadi.l&
ao,9B.
' Ct9' III.
•Ex.». 37.
(C^kiai4.
Nnin. 18.18.
Dmi. 18. 8.
15 Y la carne del saetiiieio de tot pa-
cíficos, en hadmiento de gracias, w co-
iner& en el día que ftwre oftvcida : ' no
dl^)arán de ella nada para otro dia.
16 Y Mas si el sactifido de sa ofrenda
fliere voto, ó voluntario, el dia que ofie-
eiere su saolñcio sexA comido, j lo que
de él quedare, oomene bá d dia sigui-
ente* :
17 Y lo que quedare para el tercer dia
de la carne del saciifieio, será quemado
en d fuego.
18 Y si se comiere algo de la carne del
taciificio de sus paces el teivero dia, el
que lo ofreciere no seíA acepto, ni le
será imputado : abominación serA, j la
persona que de él comiere, llevan su
pecado.
19 Y la carne que tocase 6 alguna cosa
inmunda, no se comerá ; al raego será
quemada: mas cualquiera Hmpo co-
merá de aquesta carne.
90 Y la persona que comiere la carne
del sacrificio de paces, el cual et de
Jehová, estando inmundo, aquella per-
sona será cortada de sus pueblos'.
SI Ademas, la persona que tocare al-
guna cosa inmunda*, en inmundicia
de hombre, ó en» anünal inmundo, ó
en cualquiera abominación inmunda, j
comiere la carne del sacrificio de las
paces, el cual u de Jdiová, aqudla per-
sona será cortada de sus pueblos.
2S Y Habló aun Jehová á Moisés, di-
ciendo :
28 Habla á los hitos de Israel diciendo :
Ningún* sebo de buey, ni de ocwdero, ni
de cabra, comeréis.
S4 El sebo de animal mortecino, j el
sebo del que fué arrebatado defieras, se
apandará para cualquier otro uso, mas
no lo comeréis/».
85 Porque cualquiera que comiere sebo
de animal, del cual se ofrece á Jehová
ofrenda encendida, la persona que lo
comiere, será cortada de sus pueblos.
98 Ademas, ninguna sangre comeréis
en todas vuestras habitaciones, así de
aves como de bestias ?.
97 Cualquiera persona que comiere al-
guna sangre, la tal persona será cortada
de sus pueblos.
98 Y Habló mas Jdiová á Mdsea, di-
ciendo :
99 Habla á los h^os de Israel, did-
endo : El que ofreciere sacrifido de sus
paces r á Jehová, traerá su ofrenda del
sacrifido de sus paces á Jdiová.
80 Sus manos traerán las ofrendas que
se han de quemar á Jehová : traerá d
sebo con el pecho ; d pecho para que
este sea agitado, como sacrifioo agita-
do*, delante de Jehová :
81 Y d sebo lo hará arder d sacerdote
en el altar ; mas el pecho será de Aaron
j de sus hijos.
89 Y daiéis d sacerdote, para ser de-
vada en ofrenda, la espddóla derecha de
los sacrifido* de vuestras paces.
88 El que de los hijos oe Aaron ofl«-
dere la sangre de las paces, j d sebo,
de él será en porción la espaldilla de-
recha.
84 Parque he tomado de los íájM de
Israel, de los sacrifidos de sus paces, el
pecho que se agita, y la cspaloilla ele-
vada en ofrenda, y lo he dado á Aaron
d sacerdote, y á sus h^os, por estatuto
perpetuo de los l^jos de Israel '.
85 Esta ee, atendida la undon de Aa-
ron, y la unción de sus hi^s, la parle
de eUoe en las ofrendas enccndiaas á
Jehová, desde el dia qué él loa allegó
para ser sacerdotes de Jdtová ;
86 Lo cud mandó Jdiová que Ici die-
sen, desde d dia que él lo* ungió» de
entre los h^os de Israel, por estatuto
perpetuo en sus generaciones.
37 Esta M la ley del holocausto, del
presente, de la expiadon por d pecado,
j de la eccpiaeion de la culpa, y de laa
consagradones, y dd sacrifido de laa
paces:
88 La cud intimó Jehová á Moisés,
en el monte de Sind, el dia que mandó
á los hijos de Israel que ofredesen sua
ofrendas á Jehová en el desierto de Sinal.
CAPITULO VIIL
MaUet eomtagra ponMt$ á Aaron, y «oesr-
dofas á mu kííoe. AI Ubmtáevío y i$ mu
wtwiifflui.
Y HABLÓ Jehová á Moisés, diciendo :
9 Toma á Aaron y á sus h^os con
él, y« las vestimentas, yi el aedte de
la undon, y« d becerro de la expiadon,
y los dos cameros, y el canastillo de kw
ázimos;
0 Y reúne toda la oongngacion á la
puerta dd tabernáculo del testimonio.
4 Híko pues Moisés como Jehová le
mandó, y juntóse la oongregadon á la
puerta del tabernáculo del testimonio.
6 Y dijo Moisés á la congiegacion :
Esto u lo que Jehová ha mandado
hacer.
6 Entonces Mdses hizo llegar á Aanm,
y á sus hijos, y lavólos con agua'.
7 Y puso sobre él la tifnioa, y dfliólo
con el cinto ; vistióle después el manto,
y puso sobre él d ephod, y ciliiólo con
d dnto dd ephod, y ajustólo con él.
8 Pdtole luego encima el radond, y en
él puso el Urim y Thumim*.
9 Después puso la mitra sobre m ca-
heza, y/ sobre la mitra en su frente
delantero puso la plancha de oro, la
diadema santa, como Jdiová habla man-
dado á Moisés^.
10 Y tomó Moisés el acdte de la un-
don A, y ungió el tabernáculo, y todas
las cosas que ettaban en él, y santificólas.
11 T roció de él sobre el dtar siete
veces, y ungió el dtar y todos sus vasos,
y la fuente y su basa, para santificarles.
19 Y derramó dd acdte de la unción
sobre la cábexa de Aanm, y> ungiólo
para santificarlo.
13 Después Mdses hizo llegar los h^
de Aaron, y vistióles las túnicas*, y d-
iUólos con cintos, y dustifles los cha-
peos, como Jehová lo habla mandado á
MoiBes.
14 Hizo luego llegar el beoerro de la
expiación, y Aaron y tus lúJM pnderon
sus manos sobre la cabeza del becerro
de la expriadon :
15 Y dqroUólo ; y Moisés tomó la
sangre, y puso con su dedo cobre los
cuernos del dtar al rededor, y purificó
el dtar, y< echó la otra sangre d pié
del dtar, y santificólo para reoonduar
sobre él ">.
16 Después tomó todo el sebo que et-
taba sobre los intestinos, y el redafto dd
hígado, y los dos ríñones, y el sebo de
ellos, é hizoto Moisés arder sobre d
dtar.
17 Mas d becerro, y su cuero, y su
carne, y su estierod, quemólo d fuego
fuera dd real, oomo Jdiová lo faabta
mandado á Moisés •.
18 Después Uzo llegar d camero del
holooansto*, y Aaron y sus h^os pu-
sieron sus manos sobre la cabeza dd
camero.
19 Y degoUófo ; y rodó Moisés la san-
gre sobre d dtar en derredor.
90 Y cortó d camero en trozos; y
Moisés hizo aidcr la cabeza» y los troaos,
y d sebo.
•OBp.8.a
80.
Sz.4ais.
u.
«Bx.a9.U
tSx. 28.3,4
•Ex. 80l34
2Sl
<<Bx.29.4.
«£x. 28.15,
80.
/Bx.39.6.
Zac.3.5.
'Kz.28.SI
etc.
ABz.S0.3fl
>0ap.2Ll<
12.
Bz.2». 7.
vsaso.
B*l. US.S,
ikBz.29.8.S
'Ex. 29. 89
Es. 43. 30;
Heb. ». 18
88.
">Gsp.l«.9l
2Cr.29.9l
Dsiu». M
30or.S.ll
3L
Col. L 21.
28..
Heb. 2. 17
•C^i.4.1
13.
Ex. 3». 14
Heb.13.1:
13.
•Bz.3».U
LEnnoo, iz.
ss
L« !■ UDfn Hfa» U I*
íiA lakiir da n iM dmiAiir.
»HluliM(ona«:
^pB» ÜAliHdalati
^S^l,£!¡^tmibtm¿'ii
hcta, T ofrBOflb dctanu da JM
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T dI}o Udia^uin t LU(n il
^,C.
r^j^
a' M ■• pm dd ubnloDlEí d
^^'?S^'*^'^^|
A. C. 1400.
LBVITICO, X, XL
A.C.1«X
í wr. 6.
Nmn. 14.10.
y U. 19, 43.
tU. 19.20.
acr.7.1,8.
• Sz. 6. 23.
»Okp.l6.13.
'Knm.l&S5.
3 Bey. 1.10,
12.
' Nom. S.
S. 4.
« Cap. 8. SS.
lCr.l£.12.
13.
Hab. 12.88,
29.
/Sal. 88. 9.
» Ex. 6. 18.
i Hooh. 5. 6,
10.
• Cap. a. 4S.
y 21. 10.
feí. 24. 17.
k Jm. 7. 1.
y 22. 18,20.
2Sam. 24.
1,15.
( Cap. 21. 12.
"Ez.28.4L
740. U.
Ijiua2.27.
» I». 28. 7.
Ex. 44. 21.
• Cap. 11.47.
y 20.26,28.
El. 44.23.
I>!feb.8.2,8.
Mal. 2.7.
«Nnm.lSlO.
'Cap. 7. 31,
84.
J
y bend^eron al pneblo : y la gloria de
Jéboyk M apareció á todo d pumlot.
S4 Y ■alió'- fu^ de delante de Je-
hoTá, y consumió el holocausto y los
sebos jtu sobre el altar htdiia : y vien*
dolo todo él pueblo alabaron, y cayeron
sobre sus rostros.
CAPITULO X.
yaidbjf Abté, por haber qfrteido tí ineimua
eo» fuego eo«««, mm abraeadoe «o* fitego
M eielo. El SeUór prohñe él vino i ue ea-
eerdotei euando ha» de entraren el templo:
y ordena que eoman eUoe loe eamet de loe
oflrendat.
Y LOS hijos de Aaron* Nadab y
Abid tomaron cada uno su incen-
sado, y pusieron fuef(o en eUos, sobre
el cual pusieron perfume, y ofrecieron
ddante de Jehova fuego estrafiob, que
él nunca les mandó.
S T salió fíx^fío e de delante de Jáioy&,
Jue los quemó, y murieron delante de
ehová''.
8 Entonces dijo Moisés 6 Aaron : Esto
e» lo que habló JehoTá, diciendo: En
mis allegados me santificaré*, y en pre-
sencia de todo el pueblo seré gloriíioado.
Y Aaron calló/.
4 Y llamó Moisés A Misad, y & El-
laphan, h^os de Uzziel^, tio de Aaron,
T dOoles : Llegaos y sacad á vuestros
hermanos de delante del santuario fuera
del campo.
5 Y ellos llegaron, y sacáronlos* con
sus túnicas fuera áÁ campo, como d^o
Moisés.
6 5 Entonces Moisés dijo 6 Aaron, y
á Eleasar, y & Ithamar, sus h^os: No
deseutirais vuestras cablas, ni rasguéis
▼uestros vestidos •', porque no muráis,
ni se levante la ira sobre toda la congre-
gación : empero vuestros hermanos, toda
la casa de Israel A, lamentarán el incen-
dio que Jehov& ha hecho.
7 Ni< saldréis de la puerta del taber-
náculo del testimonio, porque moriréis :
por cuanto d acete de la unción de Je-
nová eetá sobre vosotros"». Y ellos hi-
deron conforme al dicho de Moisés.
8 5. Y JefaovA habló & Aaron, didendo :
9 Td, y tus hijos contigo, no beberes
vino n ni sidra, cuando hubiereis de en-
trar en d taiiemAculo dd testimonio,
porque no muráis; estatuto perpetuo
eerá por vuestras generaciones.
10 Y eeto para poder discernir entre
lo santo y lo profano », y entre lo inmun-
do y io limpio,
11 Y para ensefiar/» á los hUos de Is-
rad toaos los estatutos que Jehová les
ha dicho por medio de Moisés.
IS Y Y Moisés dijo 6 Aaron, y á Ele-
azar y á Ithamar, sus hijos que hablan
Jufidado : Tomad d presente que queda
e las ofrendas encendidas a Jebová,
y comedio sin levadura junto al altar,
porque es cosa muy santa.
13 Habds pues de comerle en d lugar
santo ff ; porque esto será filero para tí,
y fuero para tus hijos, de las ofrendas
encendidas á Jehovi, pues que asi me
lia sido mandado.
14 Comeréis asimismo en lagar limpio
tü y tus hUos, y tus hijas contigo, el
pecDor de ¡a qfrenda. mecida, y la es-
paldilla en qfrenda elevada ; porque por
meto para tí, y fuero para tus hijos, son
dados de los sacrificios délas paces de los
hijosMe Israd.
15 Con las of)rendas de los sebos que
se han de encender, traerán la espaldilla
que se ha de elevar, y d pecho que será
mecido, para que lo mezas por oftenda
agitada delante de JdiovA : y será por
*Gap.9.S,
t Cap. 6. S
30.
« H» 9. 4
«DeiLlü
etc.
Ex. 4. 14.
Dui.1.8.
Hat 15. 11
Hedi. 10.
12,15.
Bo. 14. It
Heb. 9. 19
y 18. 9.
fuero perpetuo tino, y de tus hlios con-
tigo, como Jehová lo na mamlaao.
16 ^ Y Moisés demandó el macho ca-
brio oe la ezpiadoo ', y hallóse que era
fuemado : y enojóse contra Eleazar é
thamar, los hijos de Aaron que hablan
quedado, diciendo :
17 i Fot qué no comisteis la expiación
en el lugar santo ? porque es eo$o moy
santa, y dlóla d Sraor á vosotros para
llevar la iniquidad de la consvegadon,
Sara que sean reconciliados delaiate de
ehova.
18 Veis que sn sangre no fué metida
dentro del santuario : habláis de comer
la víctima en el lugar santo, como yo
mandé'.
10 Y respondió Aaron á Moisés : Hé
aquí hoy han oftecldo su exdadon y su
holocausto delante de Jehová ; pero me
han acontecido estas cosas : pues ti co-
miera yo hoy del taerifieio de la expiación,
hubiera sido acento á Jehová •• ?
90 Y cuando Moisés oyó ecto, dióse por
satisfecho.
CAPITULO XI.
Qiu animaleí eon puroe y te pueden eomer, f
eutdee «o. £a> hifot de Itrael deben eer
eaeUot^ á imiiaeion dd SeUor.
Y HABLÓ Jehová á Moisés, y Aa-
ron, dfdendoles :
a Hablad á los hijos de Israel diciendo :
Estos ton los ardiñales* que comeréis de
todos los animales que utan sobre la
tierra.
3 De entre los animales, todo d de
pesu fia y que tiene las pesufias hendidas,
y que rumia, este comeréis.
4 Estos empero no comeréiB de los que
rumian, y de los que tienen pesufla : El
camello, porque rumia, mas no tiene
pesufia hendida, habéis de tenerlo por
inmundo.
5 También d coim^, poique rumia,
mas no tiene pesufia, tendréíslo por in-
mundo.
6 Asimismo la liebre, porque rumia,
mas no tiene pesufia, tendréisla por ia-
munda.
7 También el puerco b, poique tíene
pesufia, y es de pesufias hendidas, mas
no rumia, tendréíslo por inmundo.
8 De la carne de ellos no comeréis, ni
tocaréis e su cuerpo muerto : tendréislos
por inmundos.
9 ^ Esto comeréis de todas las cosas
que tetan en las aguas d : Todas las co-
sas que tienen aletas y escamas en las
aguas de la mar, y en los ilos, aqudlas
comeréis.
10 Mas todas las cosas que no tienen
aletas, ni escamas, en la mar y en kw
rios, asi de todo reptil de agua como de
toda cosa viviente que ettá en las aguas,
las tendréis en alMminacion.
11 Os serán pues en abominación: de
su carne no comeréis» y abominaaéis sus
cuerpos muertos.
18 Todo lo que no tuviere aletas y es.
camas en las aguas, tendréislo en abo-
minadon.
18 Y Y de las aves, estas tendréis en
abominación e ; no se comerán, serán
atjominacion : El águila, d quebranta-
huesos, el esmerc;jon,
14 El milano, y el buitre según sn es-
pede/;
15 Todo cuervo según su especie ;
16 El avestruz 9, y la lechuza, y d laro,
y el nvilan según su espede,
17 Y el buho *, y el somormtOo, y el
ibis,
18 Y el calamón, y d cisne, y d ono-
crótalo, *S»LlfAl
19 Y el herodion, y el oaradrion según I "•j
» Ib. 65. 4.
y6&8,17
8Car.fcl|
Col.aLlL.
«IDeu-li!
'Ovo. 14.1
!
/Job98.l|
« Job 90LJ
Is.13.
yS4.1&,
y4S.90.J
Jer. fl0.f
HicLf
A.citfa
LEVinOO, XQ, TTTT.
A.ei4M.
er. 8.
ia«Ln.s,7.
be. 13.1.
BedbS.
U.
Heb.9Lia
lFel.S.aL
Ai)l7.14.
'ler.S.
Hac-2.iaL
'Cifi&S.
•C*fcü
17.11.
m capéele, j la abubina, y «1 murcié-
lago.
90 Y Todo lAntil de are que andoviece
•oble cnatio fu» tendxéia en abomina-
doa.
21 Empero eito oomeváis de todo reptil
de ares oue anda lobre cuatro pi*», que
toTiere puma* ademai de tos {de», para
saltar oon ellas sobre la tienra ;
8S Ettoi comeréia de dios : La langorta
Mgim >n especie, y el langostín según su
eepeeie, y u haregol aegnn su especie, y
ri nahgah s^nn su especie.
S8 Todo otro reptil de aves, que tenga
enatro pies, tendrais en aboininacioD.
84 T por estas cosas seráls inmundos :
Cualquiera que tocare & sus cuerpos
nmertos*, sen inmundo basta la tarde.
26 Y cualquiera que Iterare algo de
sos cuerpos muertos*, lavaiA sns TCsti.
dos, y sem inmundo basta la tarde.
96 Todo animal de pesufla, pero que
no tiene pesafla bendioa, ni rumia, ten-
dréis por inmundo : cualquiera que los
tocare, ser& inmundo.
97 T de todos los animales que andan
á cuatro pie», tendréis por Inmundo cual-
qniem que asida sobre sns garras : cual-
quícea que tocare sus cuerpea muotos,
setit hmHBTwli? hasta la tarde.
98 T d que llevare sus cuerpos muer-
toe, lavaiA sus Testidos, y sera inmundo
la tarde : habéis de tenerlos por
99 ^ T estos tendréis por inmundos
de los reptiles que van arrastrando sobre
la tierra : La comadreja, y él ratón, y la
rana según su especie,
ao T el erizo, y el lagarto, y el caracol,
y la babosa, y él topo. *
81 Estos tendréis por inmundos de to-
doa los reptiles : cualquiera que los to-
care, cuando estuvieren muertos i, ser&
Inmundo hasta la tarde.
99 Y todo aquéllo sobre que cayere al-
guna cosa de dios después de muertos,
ser& inmundo, asi vaso de madera, como
vestido, ó piel, ó saoo : cualquier instru-
mento oon que se hace obota, serft me-
tido en agua, v será inmundo hasta la
tarde, y aíí seis Umiiio.
aa T todo Ta^a de barro dentro de la
cual ciñere al^ de ellos, todo lo que
eatnvlere en ella será imnundo, y que-
baazifis m la vaaiia.
94 Toda vianda que se come, sobre la
cual viniere el agua de talee vaé^fatf será
inmunda : y toda bebida que se bebiere,
será en todas eeae vasijas inmunda.
85 T todo aquello, sobre que cayere
algo dd cnenio muerto de dios, será
immmdo : d homo ii hornillos se derri-
barán ; son inmundos, y por ixunundos
les tendréis.
88 Con todo, la fuente y la cisterna
donde se recogen aguas, serán limpias :
mas lo que hubiere tocado en sus cuer-
pos muertos será inmundo.
87 T si cayere oigo de sus cuerpos mu-
ertos sobre alguna simiente que se haya
de semblar, soáUmpla.
98 Mas si se hubiere puesto agua en la
simiente, y cayere (ügo de sus cuerpos
muertos aofara éUa, tendréisla por in-
b-4.14.
1*LZL
icv.iaa.
99 5 Y si algún animal que tuviereis
para oomcr, se muriere, el que tocare
su cuerpo muerto será inmundo hasta la
taide.
40 T d que comiere» de su cuerpo
muerto, lavaiá sus vestidos, y será In-
mondo hasta la tarde : asimismo el que
sacare sn cuerpo muerto, lavará sus ves-
tíáoijj será inmundo hasta la tarde.
41 ^ Y todo reptil que vá arrastrando
sobre la tierra, as abomlnaolon ; no se
comerá.
48 Todo lo que anda sotare el peche, y
todo lo que anda sobre cuatro, ó mas
pies, de todo reptil que anda aivaatrando
sobre la tierra, no lo comeréis, porque es
abominación.
48 No ensuciéis* vuestras personas en
ningún reptil que anda arrastrando, ni
os contaminds en ellos, ni seáis iimiun-
dos por ellos.
44 Y Pues que yo soy Jdiová vuestro
Dios, vosotros por tanto os santiflosréis.
y seréis santos^, poique yo eoy santo : asi
que no ensuciéis vuestras personas en
ningún reptil que anduviere arrastrando
sobre la tiena.
46 Porque yo «qy Jdiová, que os hago
subir de la tierra de Egipto? para seros
por Dios : seréis pues santos, porque yo
«oy santo.
40 Esta es la ley de los animales, y de
las aves, y de todo ser viviente que se
mueve en las aguas, y de todo animd
que anda arrastrando sobre la tierra :
47 Para hacer diferencia entre inmun-
do y limpio, y r entre los animdes que se
pueden comer, y los animales que no se
pueden comer.
CAPITULO XII.
Certmomia» eo» gttt ha d» mirifieane la
wmier ncítm fortaa,
Y HABLÓ Jéhová á Moisés, dieiendo :
9 Habla á los hUos de Israel, dici-
endo : La mujer cuando concibiere, y
pariere vanm •, serfc inmunda siete días ;
confinrme á los dias que está separada
por su menstruo^ será inmunda :
8 Y al octavo dia« circuncidará la
carne de sn prepucio.
4 Mas ella permanecerá treinta y tres
días en la sangre de su purgación : nin-
guna cosa santa tocará, ni vendr& al san-
tuario, hasta que sean cumplidos los días
de sn purgación.
5 Y si pariere hembra, sssá inmunda
dos semanas, conforme a su separación,
y sesenta y sds dias estaiá purificándose
de sn sangre.
e Y cuando los dias de su purgación
fueren cumplidos, por hijo, ó por hija,
traerá un cordero ae un afk> para holo-
causto, V un palomino, 6 una tórtola
para expiación, á la puerta del taberná-
culo del testimonio, d sacerdote.
7 Y é/ lo oflrecerá delante de Jehová,
y hará expiación por ella, y será limpia
del ñv^ ae sn sangre. Esta m la ley de
la que pariere varón ó hembra.
8 X si no alcanzare su mano lo sufi-
ciente pera un cordero, tomará entonces
dos tórtolas, 6 dos palominos, uno para
holocausto, y otro para expiación : y el
sacerdote húá expiación por ella, y será
limpia.
CAPITULO XIII.
Leyee de poUeta tobr» ti diteemimUetUo de la
lepra/ deualpiiieHeeedloetaeerdotee.
Y HABLÓ Jehová á Moisés, y Aaron,
diciendo:
8 Cuando el hombre tuviere en la piel
de su carne hindiazon, 6 postilla, 6
mancha blanca, y hubiote en la pld de
su carne como llaga de lepra, será traído
á Aaron d saoer^bte, 6 á uno de loe sa-
oordotes sus hijos • :
8 Y el sacerdote mirará la llaga en la
pld de la carne : si el pdo en la llaga
se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga
mas hundida que la tez de la carne, llaga
de lepra es; y d sacerdote le raoonocoá,
y le dará por inmwido.
4 Y si en la {riel de sn carne hubiere
m^'K'h* blanca, pero no paradere mas
•Os^aoL».
rctaki».!
lPBd.l.U,
16.
«IX.90.S.
Has.U.L
*-cs^lo.lo.
BB.M.9S.
lld.8.18.
" Job 14. 4.
8sL51.fi.
La.a.sa.
kClap.U.19.
<0«a.l7. 13.
Ln.2.aL
Josa?. S3,
28.
Bom. 8. 19.
OsL&S.
FU. 8. 8.
•Dea. 17.
8.9.
y94.8.
Hd.a.7.
Laal7.14.
AiaXMft
LEvmoo, zm.
LG.14MI
iNiuD.ia.io.
aBer.&ar.
2Gr. 26.30.
•IS.M.&
]IUt9.U.
< ler. i fi.
fanndidaqac la ta, ni an pelo se hubiere
Torito blanoo, entónoet el sacerdote en-
eennueá al Uagtdo por siete días ;
5 T al s^mtimo dia el saoecdote lo mi-
XBxA : 7 si w Haga 6 sn parecer se faubi.
en estancado» no habiéndose extendido
en la piel, entonces el sacerdote le toI»
yetk & enoenrar por otros déte dias.
6 Y al séptimo dia el sacerdote le re-
conooetá de nuero : j ú parece haberse
oecorecido la lUnsa, y que no ha cundido
en la piel, entdnocs el sacerdote lo dar&
por limpio : era postilla ; y Israrft sus
vestidos, y seiá limpio.
7 Mas sí hubiere rao creciendo la pos-
tilla en la piel, después que fiíé mostrado
al sacerdote para ser limpio, ser& visto
otra vez del sacerdote.
8 Y si reconociéndolo «d sacerdote, vé
que la postilla ha crecido en la piel, él
sacerdote lo dax& por inmundo, pue» es
lepra.
9 Y Cuando hubiere llaga de lepra^ en
el hombre, ser& traído al sacerdote ;
10 Y el Sacerdote mirará, y si pareciere
tumor blanco en la piel, él cual haya
mudado el odor del pelo, y se descutñre
asimismo la carne viva,
11 Lepra es envejecida en la piel de su
carne : y le dará por iimiundo el sacer-
dote, y no lo encerrará, porque es in-
munáio.
IS ^ Mas si brotare la lepra cundiendo
por c» cutis, y día cubriere toda la piel
del llagado desde su cabeza basta, sus
pies, á toda vista de ojos del sacerdote,
18 EntiSnces el sacerdote le reconocerá ;
y si la lepra hubiere cubierto toda su
carne, dará por limpio al llagado e : hase
vuelto toda ella blanca, y él es limpio.
14 Mas el día que apareciere en él la
carne viva, será inmundo»
15 Y el sacerdote mirará la carne viva,
y lo dará por inmundo. Es inmunda la
carne viva, es lepra.
16 Mas cuando la carne viva se mu-
daie y volviere blanca, entonces vendrá
al sacerdote;
17 Y él sacerdote mirará, y si la Uaga
se hubiere vuelto blanca, d sacerdote
dará por limpio o/ que tenia la llaga, y
será limpio.
18 *f Y cuando en la carne de aJgtmOf
en su piel, hubiere apostema, y se sanare,
19 Y sucediere en el lugar de la apos-
tema tumor blanco, ó mancha blanca
emberm^ecida, será mostrado al sacer-
dote:
90 Yel sacerdote mirará; y si poredere
estar aquella mas baja que su piel inme-
diata, y su pelo se hubiere vuelto blanco,
darálo el sacerdote por inmundo: es
llaga de lepra que se originó en la a-
postema.
91 Y si el sacerdote la considerare, y
no pareciere en día pelo blanco, ni es-
tuviere mas bi^a que la otra piel, sino
que eetá oscura, entonces el sacerdote le
encerrará por siete dias '.
99 Y si se fuere extendiendo por la
piel, entonces el sacerdote lo dará por
inmundo : es llaga.
93 Empero si la mancha blanca se
estuviere en su lugar, que no haya cun-
dido, es la costra de la apostema ; y d
sacerdote lo dará por limpio.
94 Y Asimismo cuando la carne tu-
viere en su piel quemadura de fuego,
y hubiere en lo ya sanado dd fií^o
mancha blanquecina, berm^iza, 6 eolo
blanca,
95 £1 sacerdote la mirará, y si el pelo
se hubiere vuelto blanoo en la mancha,
y pareciere estar mas hundida que la
etra piel, es lepra que sallé en ia quema-
dma ; j A saoe«dete deotanrá d aajeto
inmnado, por ser llaga de lepra.
96 Mas d d saeetonte la mirare, y no
paredere en la mandia pdo blanoo, ni
estuviere mas baja que la eirá tea, sino
que está oscura, le etioencaiá d saecxdote
por siete diaa«;
97 Y d séptimo dia d sacerdote la «e-
conoocrá : si se hubiese ido extendiendo
por la pid, d sacerdote lo dará por in-
mundo; es llaga de lepra.
98 Empero d la mancha se estuviere
en su lugar, y no se hubiere extendido
en la pid, sino que está oscura, hincha-
zón es de la quñnaduxa : daxálo pues el
sacerdote por limpio, que seBd de la
quemadura es.
90 5 Y ^ hombre ó m^jer que le sa-
liere uaga en la cabeza, ó en la barba,
80 El sacerdote mirúá la llaga ; y al
pareciere estar mas profunda que la tes,
y d pdo en ella fuere rubio y addga-
zado, enténoes d sacerdote lo dará por
inmundo : ea tilla, es lepra de la cabeza
ó de la barba.
81 Mas cuando d sacerdote hubiere
mirado la llaga de la tifia, y no pared-
ere estar mas profunda que la tez, ni
fuere en ella el pelo negro, el sacerdote
encerrará d llagado de la tifia por siete
dias/:
88 Y d séptimo dia d saoerdote mirará
la llaga ; y d la tifia no paredere ha-
berse extendido, ni hubiere en ella pelo
rubio, ni pareciere la tifia mas profunda
que la tez,
88 Entonces lo trasquilarán, mas no
traaqqUarán d lugar de la tilla: y en-
cerrará d sacerdote al que tiene la tifia
por otros déte dias g.
84 Y d séptimo dia mirará d sacerdote
la tifia : y SI la tifia no hubiere cundido
en la pid, ni paredere estar mas pro-
ftmda que la tez, el sacerdote lo dará
K limpio ; y lavará sus vestidos, y será
pió.
85 Empero d la tifia se hubiere ido
extendiendo en la pid & después de su
purlficadon,
86 Entonces d sacerdote la mirará ; y
d la ti&i hubiere cundido en la pid, no
busque el sacerdote d pelo rabio, es
inmundo.
87 Mas d le paredere que la tifia está
detenida, y que ha salido en día el pelo
tuegto, la tími está sanada ; él eetá Um-
pio, ypor limpio lo daiá d sacerdote.
88 ^Asimismo el hombre ó mujer,
cuando en la pid de su carne tuviere
manchas, manchas blancas,
80 El sacerdote mirará ; y d en la pid
de su carne parecieren manchas blancaa
algo oscureddas, es empeine que brotó
en la piel, está limpia la tal persona.
40 ^ Y d hombre, cuando se le pelare
la cabeza, es cdvo, mae limpio.
41 Y d á la parte de su rostro te le
pelare la cabeza, es cdvo por delante,
pero limpio.
48 Mas cuando en la edva ó en la
antecdva hubiere llaga blanca rojiza,
lepra es que brote en sn cdva ó en su
antecalva.
48 Entonces el sacerdote lo mirará, y
d pareciere la hinchazón de la llaga
blaxica rojiza, en sn cdva ó ea su ante-
cdva, como el parecer de la lepra de ia
tez de la carne,
44 Leproso es, es inmundo ; el sacer-
dote lo dará luego por inmundo : en tu
cabeza tiene su llaga.
45 Y Y d leproso en quien hubiere ttU
llaga, siu vestidos seián deshechos, y su
cabeza descubierta*, y embozado pre-
gonará, Inmundo, inmundo *.
.«.5.36.
96.
» wr. SL
h ytx. 7. Sr. I
9Tlm.9.17.!
yS. 18.
i Ev ai. 17,
S3.
Mie.&7.
> 8sL 51. 3.
Is.8.5.
y 64.6.
Baiii.8. aaL
10or.fi. 11.
A.CMML
LEviTico, znr.
A. O. UM.
l5nB.C3.
;]«.&.
lGr.at.lL
hacn.H.
Apor-g.g.
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r.ai»aa.
■Obp.1141
• Dbo. 7. S,
Hidt.U.
U.3II
tU.U.VL
iiu.iao.
' M«.L44.
ri7. 14.
¡'Id. o. 7.
.M.
48 Tod» «1 tfMoape que la Haga
'Viere eu il, mtk inmundo, eettiá im-
pofo : hebtaiA tolo» flieni dei imát uuk
47 5 Y onando en el Testido hnUere
plaga de lepra» en vertido de lana, ó en
veetklodelbo,
48 O en eatambse, 6 en tnuna de Uno ó
de lana, ó eu {lid, ó en cualquiera otara
de piel;
40 Y que la plaga aea verde, 6 benneja,
en vcctido 6 en piel, ó en esUmabre, 6 en
tiama, 6 en oualqulcni otara de piel,
plaga ea de lepia, y se ha de moatnr al
SO Y el sacerdote mlmA la plaga, y cn-
eenaiá la oosa plaada por siete días •».
61 Y al séptimo ola minaá la plaga :
y si Imbieve cundido la plaga en el ves-
tido, 6 estambre, ó en la trama, 6 en
niel, ó en onalqulera obra que se hace
de pides, lepra roedora es lata/ plaga»;
inmunda sen.
OS Bert quemado* el vestido, 6 es-
tambae, ó trama de lana ó de Uno, ó
enalqulen obra de pieles en ane hubiere
tal plega^ porque lepra roeoora es : al
fti^RO seis quemada.
S8 T si él saoerdote ndrare, y no pare-
eiere que la plaga se luna ezlendlao eu
él Testido, ó estambre, ó en la trama, 6
en oualqníera obra de púes,
64 Entonces el sacerdote mandará que
laíven donde está la plaga, y lo encerrará
otra Tez j> por siete días.
66 Y d saceidoCe minaá deafiues que
la plaga fliere lavada ; y si pareciere que
la plaga no ha mudado su aspecto «, bien
que no haya cundido la plaga, inmunda
es; la quemarás al fuego: corrosión es
penetrante, «ftf lo fxiido en la haz ó en
él revés de aquella cosa.
66 Mas si tf sacerdote la viere, y pare-
ciere que la plaga se ha oscurecido des-
pués que fbé lavada, la cortará del ves-
tido, o de la piel, ó del eatambra, ó de
la trama.
67 Y si apareciere maa en él vestido, ó
eetamlme, ó trama, ó en cualquiera coea
de pMcs, reverdeciendo en ella, que-
mañie r al ftwgo aqnéUo donde estuviere
la placa.
68 Empero el vestido, 6 estambra, ó
trama, 6 cualquiía eoia de piel que la-
vares, y que se le quitare la plaga, la-
varse ha segunda vez, y entonces será
limpia.
SB Esta e« la ley de la plaga de la lepra
áák vestido de lana 6 de Ihio, ó del cs-
tamlire, ó de la trama, 6 de cualquiera
cosa de piel, pan que sea dada pnr lim-
pia 6 por inmunda.
CAPITULO XIV.
Dt la$ tmmoni€tt y tatrifieioB para la jmri-
flead<m de la lepra.
\r HABL6 Jcfaová á Moisea did-
S Esta será la ley del leproeo cuando se
limpiare: Será traído al sacerdote «:
8 Y el saoardote saldrá ftura del real :
y miíaiá el sacerdote, y viendo que está
sana la plaga de la lepm dd leproso,
4 El saoardote mandará luego que se
1 para d que se purifica dos ave-
cillas vivas, limitas, y palo de cedrob, y
,,é hisopo*:
6 Y mandará d sacerdote matar la una
avedlla en un vaso de barro sobre aguas
vivase
6 Después tomarft el avecilla viva, y d
pdo de cedro, y la grana, y el hisopo, y
lo mqjará, oon d avecilla viva, en la
da la avedlla muerta sobre las
7 T lodaiá* sitie veces sobre d que se
purifica de la lepra, y le dará por lim-
pie : y soltará al avedlla viva sobre la
aaadeleampo.
8 Y el que se purifica, lavará sus ves-
tidos, y/ raerá todos sus pelos, y se ha
de lavar oon agua, y; sóá limpie: y
después entrará en el red, y morará Ib-
era de su tienda A siete dias.
9 Y será, que al séptimo dlai raerá to-
dos sus pelos, su cabeza, y su barba, y
las e^as de sus oíos; flndmente, racM
todo su pdo, y lavaiá sus vestidos, y
lavará su carne en aguas, y será limpio.
10 Y d día octavo tomará dos coroeroe
shi defiteto, y «na coedem de un afto sin
tacha, y tres dédmas de flor de harina
para Presente, amasada con aodte, y
un* log de aeelCe.
11 Y el sacerdote que h purifica, pre-
sentará con aquellas cosas d que se ha
de limpiar delante de Jdwvá, á la pu-
erta dd tabemáeulo dd testimonio.
18 Y tomará d sacerdote el un cordero,
y oAeeerálo por ceptacioM de la culpa',
con d log de aoelbe, y lo mecerá todo
como oftenda agitada delante de Je-
hová.
18 Y degollará d eordcn> en d lugar
donde dagttdlan to victima por d pecado
y d holocausto, en d lugar dd santu-
ario: porque oomo la víctima por el
pecado, ad tamMen la víctima por la
culpa es dd saoardote: es cosa muy
sagrada.
14 Y tomará d sacerdote de la sangre
de la vicÜNM por la culpa, y pondrá el
sacerdote sobre la temflla de la ore>
deredia dd que se purifica, y sobre el
pulgar de su mano derecha, y sobre d
pulgar de su pié derecho ■>.
16 Asimismo temará d sacerdote del
log de acdte, y echará sobre la palma de
■u mano IzqnieRla ;
16 Y mqjará su dedo derecho en el
acdte que tiene en su mano izquierda,
y espaiübá dd acdte con su dedo siete
veces delante de Jehová.
17 Y de lo que quedare dd acdte que
tiene en su mano, pondrá d sacerdote
sobre la ternilla de la oreja derecha dd
que se purifica, y sobre el pulgar de su
mano deredia, y sobre d pulgar de su
pió derecho», sobre la sangre de la ex-
piación por la culpa.
18 Y lo que quedare dd acdte que
tiene en su mano, pondrá sotare la ca-
beza dd que se pnnfica; t aeí hará d
sacerdote ezpiacum* por él ddante de
Jehová.
18 Ofirecerá luego d saoerdote d aaeri-
ficio por H pecado, y hará expiación por
el que se ha de purificar de su inmun-
dicia, y después o^ioUará el holocausto :
90 Y hará subir el sacerdote el holo-
oausto y d Preeente sobre d dtar. Así
hará d saoerdote expiadon por él, y será
limpio.
81 Y Ma» ú ftiere pobre, que no alcan-
zare su mano 4 tanto, entimces tomará
un cordero para wr ofrecido oomo ofren-
da agitada por la culpa, para reconcili-
arse, y una décima de flor de harina
amasada con acdte para Presente, y un
log de acdte:.
88 Y dos tórtolas, 6 dos palominos, lo
que dcanzare su mano : y el uno será
para expiadon por el pecado, y el otro
para hdocausto.
88 Las oudes cosas traerá al octave dia
de su purificación d sacerdote, á la pu-
erta dd tabernáculo dd testimonio de-
lante de Jehová.
84 Y el sacerdote tomará el cordero de
la expUdon por la culpa, y el log de
«lfm.1».
18.18.
is.aab 3&,
HSKU.8Í.
/OBP.U.&
f K£6.a6.
Heb.10.2L
lF«d.&tL
ANun.12.
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i Non. & 7.
tCsp.S.L
<Csp.6.6.
• ■z>9».ao.
Cftp. 8.».
"vnr. 11
•0^1.426.
A. a 1400.
LEvrnoo, XV.
A.C.14ML
P ver. 12.
9 fer. 14, ir.
•-Oeiul2.7.
y 18. 17.
y 17. 8.
'Cap. 18. 60.
tCaii.18.61.
aceite, j meoerálo d aacerdote c<Hno o-
frenda agitada delante de Jeharrhp.
25 Luego degollará el cordero de la ex-
piación por la culpa, j tomará el sacer-
dote de la sangre de la expiación por la
culpa, 7 pondrá sobre la ternilla de la
OT^a derecha del que le purifica, y so-
bre el pulgar de su mano derecha, y so-
bre el puliar de su pié derecho 9.
S6 Y el sacerdote echuá del aceite
sobre la palma de su mano izquierda ;
87 Y con su dedo derecho rociará el
sacerdote del aceite que tiene en su mano
izquierda siete veces delante de JehoTá.
28 También pondrá el sacerdote del
aceite que tiene en su mano sobre la
ternilla de la or^a derecha del que se
Surifica, y sobre el pulgar de su mano
erecha, y sobre el pulgar de «m pié de-
recho, en el lugar de la sangre de la
expiación por la culpa.
29 Y lo que sobrare del aceite que el
sacerdote tiene en su mano, pondiálo
sobre la cabeza del que se purifica, para
reconciliarlo delante de Jehová.
ao Asimismo ofrecerá la una de las
tórtolas, ó de los palominos, lo que al-
canzare su mano :
31 Bl uno de lo que alcanzare su mano
en expiación por el pecado, y el otro en
holocausto, ademas del Presente : y hará
el sacerdote expiación por el que se ha
de purificar delante de Jehová.
32 Esta e» la ley del que hubiere tenido
plaga de lepra, cuya mano no alcanzare
á todo lomreacriptojaaxa, purificarse.
83 Y Y habló Jehová á Moisés y á
Aaron, diciendo :
34 Cuando hubiereis entrado en la ti-
erra de Canaan, la cual yo os doy en
posesión, y pusiere*- yo plaga de lepra
en alpma casa de la tierra de vuestra
posesión,
35 Vendrá aquel cuja fuere la casa, y
dará aviso al sacerdote diciendo : Como
plaga ha aparecido en mi casa.
86 Entonces mandará el sacerdote, y
despejarán la casa antes que el sacerdote
entre á mirar la plaga, porque no sea
contaminado todo lo que estuviere en
la casa : y después el sacerdote entrará á
reconocer la casa.
37 Y mirará la plaga : y si se vieren
manchas en las paredes de la casa, ca-
vemillas verdosas ó rqjas, las cuales pa-
recieren mas hundidas que la superficie
de to pared,
38 El sacerdote saldrá de la casa á la
puerta de ella, y oenaxá la casa por siete
dias*.
38 Y al séptimo dia volverá el sacer-
dote, y mirará : y si la plaga hubiere cre-
cido en las paredes de la casa,
40 Entónres mandará el sacerdote, y
arrancarán las piedras en que estuviere
la plaga, y las echarán fuera de la ciudad
en lugar mmundo :
41 Y hará descostrar la casa por de
dentro al rededor, y derramarázw polvo
que descostraren fuera de la ciudad, en
lugar inmundo.
42 Y tomarán otras piedras, y las pon-
drán en el lugar de las piedras quitadas ;
y tomarán otro barro, y encostrarán la
casa.
48 Y si la plaga volviere á reverdecer
en aquella casa, después que hizo arran-
car las piedras, y descostrar la casa, y
después que fiíé encostrada,
44 Entonces el sacerdote entrará, y mi-
rará; 7 si pareciere haberse extendido
la plaga en la casa, lepra roedora* está
en la tal casa, inmunda es.
45 Derribante por tanto la tal casa,
sus piedras, y sus maderos, y toda la
mezcla de la casa; y aaoaráse todo fiíesa
de la ciudad á lugar inmundo.
46 Y cualquiera que entrare en aquella
casa en todos los dias que la mando cer-
rar, será inmundo hasta la tarde.
47 Y el que durmiere en aquella casa,
lavará sus vestidos : también el que co-
miere ea\a tal casa lavará sus vestidos.
48 Mas si entrare el sacerdote, y mi-
rare, y viere que la plaga no se bia ex-
tendido en la casa después que fué en-
costrada, el sacerdote dará la casa por
limpia, porque la plaga ha sanado.
49 Entonces tomará pera limpiar la
casa dos avecillas, y palo de cedro, é
hisopo K.
50 Y dallará la una avecilla en una
vaaya de barro sobre aguas vivas :
61 Y tomará el palo de cedro, y el
hisopo, y la grana, y el avecilla vira, y
mpjaralo todo en la sangre de la avecilla
muerta, y en las aguas vivas, y rociará la
casa siete veces.
52 Y purificará la casa con la sangre de
la avecilla, y con las aguas vivas, y con
el avecilla viva, y el palo de cedro, j el
hisopo, y la grüía.
53 Luego soltará la avecilla viva fuera
de la ciudad sobre la haz del campo :
así hará expiación por la casa, y será
limpia.
54 5 Bsta es la ley acerca de toda
plaga de lepra, y de tina,
55 Y de la lepra del vestidof, y de la
casas,
56 Y acerca de la hinchazón*, y de la
postilla, y de la mancha blanca :
57 Para enseñar cuando algo es inmun-
do, y cuando limpio &. Aquesta m la 1^
tocante á la lepra.
CAPITULO XV.
Como debe hacerte la expiación y purifteaeion
de varioB impuretM légale» invobmiairiaa.
Y HABLÓ Jehová á Moisés y á
Aaron, diciendo :
2 Hablad á los li^os de Israel, y de-
cidles: Cualquier varón, cuando su si-
miente manare de su carne •, será in-
mundo.
8 Y esta será su inmundicia en su
fli^o : sea que su carne destiló por causa
de su flujo, ó que su carne se obstruyó á
causa de su fli:go, él será inmimdo.
4 Toda cama en que se acostare el qiie
tuviere flujo, será inmunda ; y toda cosa
sobre que se sentare, inmunda swá.
5 Y cualquiera que tocare á su cama,
lavará sus vestidos » ; lavaráse también á
sí mismo con agua, y será inmundo hasta
la tarde.
6 Y el que se sentare sobre aquello en
que se hubiere sentado el que tiene fii\jo,
lavará sus vestidos, se lavará c también á
sí mismo con agua, y será inmundo hasta
la tarde.
7 Asimismo el que tocare la carne áA
que tiene fluV>, lavará sus vestidos, y á
SI mismo se lavará con agua, y será in-
mundo hasta la tarde.
8 Y si el que tiene flujo escupiere so-
bre el limpio, este lavará sus vestidos, y
después de haberse lavado con agua, será
inmundo hasta la tarde.
9 Y todo apartijo sobre que cabalgare
el que tuviere fl^jo, será inmundo.
10 Y cualquiera que tocare cualquiera
cosa que haya estado debajo de él, será
inmundo hasta la tarde; y el que la
llevare, lavará sus vestidos, y despies de
lavarse oon agua, será inmundo hasta la
tarde.
11 Y todo aquel á quien tocare el que
tiene fli;yo, y no lavare con agua sus
manos, lavaiA sus vestidos, y á u mismo
ver. t
' Den. ». 8.
rCsp.l8.4T.
■ ver. 84.
o Gap. IS. 2. 1
6Bx. 44.23.
<> Cap. 23. 4.
Nun. 5.2.
2Sain.S.33.
Mat. 9. ao.
Mar. 7. 20,
28.
»Cap.ll.SS.
y 17. 14.
• Is. 1. 16.
Saat». 4. 8.
A. C 1490.
LEVITICO, XVI.
A. C 1490.
'Cap.U.3S.
'icr. 38.
Cap. li. 8.
Kiiai.l»Jl,
12.
/Cap. 14. 2a,
SI.
,»Den.23.19.
IfiHklU.
tCiV-X>-18.
Kx-U.fc
'm.U,l&
'BL4L3S.
se lavaxá con agas, y sezá üunmido has-
ta la taxde.
IS Y la -ras^a de iMurro en que tocare el
qne tiene flino, aeiá quebrada «fj j toda
Tas^a de madera será lavada con agua.
13 ^ Y cuando se hubiere limpiado de
su üujo el que tiene flajo, se ha de con-
tar siete dias * desde su puiiñoacion, y
lavará sus vestidos, y lavará su carne en
aguas vivas, y será limpio.
14 Y el octavo dia tomará dos t&riolu,
6 dos palominos/, y vendrá delante de
Jébová á la puerta del tabernáculo del
testimonio, y los dará al sacerdote.
15 Y harálos el sacerdote, el uno oflren-
da por el pecado, y el otro holocausto :
y a«i le purificará el sacerdote de su
fli^o delante de Jehová.
16 Y el hombre, cuando de A saliere
derramamiento de sémeny, lavará en
aguas toda su carne, y será inmundo
hasta la tarde.
17 Y toda vestimenta, ó toda piel sobre
la cual hubiere del derranuuxiento del
semen, lavaráse oon agua, y s^á inmun-
da haÁa la taxde.
18 Y la miyer con quien el raxon tu-
viere ayuntamiento de semen, amlnt se
lavarán con agua, y seriui inmundos has-
ta la tarde &.
19 Y Y cuando la mvi¿et tuviere fli;^o •
de sangre, y su fli^o fuere en su carne,
siete días estará apartada; y cualquiera
que tocare en ella, será inmundo hasta
la tarde.
SO Y todo aquéUo sobre que ella se
acostare mientras su separación, será
inmundo: también todo aquello sobre
que se sentare, será inmundo.
21 Y cualqiiiera que tocare á su cama,
lavará sus vestidos, y después de lavarse
con agua, será inmundo hasta la tarde.
32 También cualquiera que tocare cu-
alquier mueble sobre que eUa se hubiere
sentado, lavará sus vestidos; lavaráse
luego á si mismo con agua, y será in-
mundo hasta la tarde.
83 Y si aiguna cota estuviere sobre la
cama, ó sobre la silla en que ella se hu-
biere sentado, el que tocare en ella, será
inmundo hasta la tarde.
24 Y si alguno durmiere con ella, y su
menstruo fuere sobre él *, será inmundo
por siete dias; y toda cama sobre que
durmiere será inmunda.
25 Y la mujer, cuando siguiere él fligo
de su sangre por muchos ^as, fuera del
tiempo de su costumbre', ó cuando tu-
viere üa¡o de sangre mas de su costum-
bre, todo el tiempo del fli^o de su in-
mundicia será inmunda, como en los
dias de su oostumbre.
86 Toda cama en que durmiere todo
él tiempo de su íl^jo, le será como la
cama «n lo$ dia* de su costumbre : y todo
mueble sobre que se sentare seiá in-
mundo, como cuando en la inmundicia
de su costumbre.
97 Cualquiera que tocare en esas cosas
será inmundo ; y lavará sus vestidos, y
á sí mismo se lavará con agua, y será in-
mundo basta la tarde.
88 Y cuando fuere libre de su flujo •»,
se ha de contar siete dias, y después será
limpia.
89 Y él octavo dia tomará consigo dos
tórtolas, ó dos palominos, y les traerá al
sacerdote á la puerta del tabernáculo del
testimonio:
30 Y el sacerdote hará el uno ofrenda
por él pecado, y ^ otro holocausto: y
aei la purificará el sacerdote delante de
Jehová del ñv^o de su inmundicia.
31 5 Así apartaréis los hijos de Israel
de sos inmundicias», á fin que no mu-
eran por sus imnundicias, ensuciando mi
tabernáculo qne está entre ellos*.
88 Esta es la ley del que tiene fliúo de
tément 7 del que sale derramamiento de
semen, viniendo á ser inmundo á causa
de ella ;
3S Y de la que padece su costumbre, y
acerca del oue tuviere flujo, sea varón o
hembra, y del hombre que durmiere oon
mujer inmunda.
CAPITULO XVI.
Saeri/Mot «we debe qfreeer el wmo eaeerdoU
en d dia tolemnitimo de la ccptacMM f per-
dón general de toe peeadoe.
Y HABLÓ Jehová á Moise» después •
que murieran los dos hijos de Aaron,
cuando se llegaron delante de Jehová,
y murieron. *
8 Y Jehová d^o á Moisés : Di á Aaron
tu hermano, que no en todo tiempo entre
ei»ei santuario b del velo adentro delante
de la cubierta, que ettá sobre el arca,
para que no muera ; porque yo apare-
ceré en la nube sobre la cubierta c.
3 Con esto entrará Aaron en el santu-
ario: con un becerro por expiación rf, y
un camero en holocausto.
4 La ttínica santa de lino se vestirá*,
y sobre su carne tendrá pafletes de lino,
y cefUráse el cinto de lino, y con la mitra
de lino se cubrirá, qve son las santas ves-
tiduras : con ellas, después de lavar tu
carne con agua/, se ha de vestír.
5 Y de la coiur^acion de los hijos de
Israel tomata dos machos de cabrio para
expiación, y un cámaro para holocausto.
6 Y hará allegar Aaron el becerro de
la expiación, que era suyo, y hará la re-
conciliación por sí^ y por su casa.
7 Y Después tomará los dos machos de
cabrío, y los presentará delante de Je-
hová á la puerta del tabernáculo del tes-
timonio.
8 Y echará suertes Aaron sobre los dos
machos de cabrío ; la una suerte por
Jehová, y la otra suorte por Azazel ||.
9 Y hará allegar Aaron el macho ca-
brío sobre el cual cayere la suerte por
Jehová, y ofreceralé por expiación.
10 Mas el macho cabrio, sobre el cual
cayere la suerte por Azazel, lo presen-
tará vivo delante de Jehová, para hacer
la reconciliación sobre él A, y enviarlo á
Azazel al desierto.
11 ^ Y hará llagar Aaron el becerro
que era suyo para expiación, y hará la
reconciliación por sí y por su casa, y de-
gollará por expiación ed becerro que era
suyo.
18 Después tomará el incensario lleno
de brasas de fuego del altar de delante
de Jehová, y sus pufk» llenos del per-
fume aromático molido, y • meterálo del
velo adentro :
18 Y pondrá el perfume sobre el fuego
delante de Jehová, y la nube del por-
flime cubrirá la cubierta que está sobre
el testimonio, y no morirá.
14 Tomará luego de la sangre del be-
cerro, y rociará con su dedo hada la
cubierta al lado oriental * : hacia la cu-
bierta esparcirá siete veces de aquella
sangre oon su dedo.
15 Después degollará paní expiación el
macho cabrio, que era del pueblo, y me-
terá la sangre de él del velo adentro/: y
hará de su sangre como hizo déla sangre
del becerro, y esparcirá sobre la cubierta,
y delante de la cubierta.
16 Y limpiará el santuario »> de las in-
mundicias de los h^os de Israel, y de
sus rebeliones, y de todos stis pecados :
de la misma manera hará también al
tabernáculo del testimonio, el cual reside
entre ellos en medio de sus inmundicias.
«Cap. SI. 33.
Xs. 6. 11.
y 98. 88.
1*4.5,7.
iOor.S.17.
« Gsp. 10. 1,
a.
6 Ex SO. 10.
Halke.7,6.
yiai9.
' Bz. 95. 23.
11107.8.10.
d Cap. 4. 8.
• xz. aa. 39.
48.
Bs.44.17.
/Cap.8.<^
Ex. sa ao.
í cap. 9. 7.
Heb.6.a,S.
y 7. 37, 881
y 9. 7.
inaehoea-
brfo envi-
ado.
A Ib. 58. 5^6.
3 Cor. 5. 21.
Heb. 7. 87.
y». 30.
i Ex. 80. 84,
88.
Ap.8.8.^
i Heb. 9. 13,
25.
/ ver. 2.
Heb. 9. 8, 7,
la.
«El. 45. 18.
Heb. 9. 23,
JLai4»0.
LEVITICO, XVn, XVIIL
A.CM90.
« Heb. 9. 7.
« Sx. 80l 10.
)>SbLS3.6.
Pro.a8.1&
7la.fi3.6.
•-la. 88.11,
Jiun 1. 89.
B»K 9. as.
lPed.3.34.
'8ftl.108.12.
( Ckp. 4. 8,
10.
** yvT. 28.
Csp.lfi.S.
'Cap. 4. 12.
21.
y 6.801
Bebil&Il.
■Cap. 28. 27.
Sai 80. 10.
Nnm. 29. 7.
«Ib. 68. 8, 5.
Du. 10. 8,
12.
«Cap. 28. 82.
««p.4 8,íi
16.
•< Xx. 80. 10.
HeK 9. 7,
2S.
17 Y« ningnn hombre estaiá en el ta-
beniAculo del tettimonió cuando él en>
tare 4 hacer la recondUadon en el san-
tuario, haata que él salga, y haya hecho
la reoonciliaeion por si j por su casa, j
por toda la congregación de Israel.
18 Y saldrfr al altar, que ettá delante de
J^ová, y lo expiara* ; y tomará de la
sangre del becerro, y de la sangre del
macho cabrío, y pondrá sobre Tos cu-
ernos del altar al rededor.
19 Y esparcir& sobre él de la sangre con
su dedo siete veces, y lo Ifaniria», y lo
santiñcará de las inmundicias de los
h^jos de Israel.
flO Y Y cuando hubiere acabado de ex-
piar el santuario, y el tabernáculo del
testimonio, y el altar, haiá llegar el ma-
cho cabrío títo :
SI Y pondrá Aaron ambas manos suyas
sobre la cabesa del macho cabrío títo,
jp oonfiesará sobre él todas las iniquida-
des de los h^os de Israel, y todas sus
rebeliones, y todos sus pecados, poni-
éndolos así sobre? la cabeza del ma-
cho cainio, y lo enviaxá al desierto por
mano de un hombre destinado para
esto.
2S Y aquel macho cabrío llevará sobre
sí r todas las iniquidades de ellos á tierra
inhabitada: y atti dejará ir al macho
cabrío por el desierto*.
28 ^ Después vendrá Aaron al taber-
náculo del testimonio, y se desnudará
las vestimentas de lino, que habla ves-
tido para entrar en el santuario, y pon-
drálasalll.
S4 Lavurá luego su carne con agua en
el lugar del santuario, y después de po-
nerse sus vestidos, saldrá y hará su ho-
locausto, y el holocausto del pueblo, y
hará la reconciliación por si y por el
pueblo.
86 Y quemará el sebo' de la expiación
sobre el altar.
96 Y Y el que hubiere llevado el ma-
cho cabrío á Azazel, lavará sus vestidos,
lavará también con agua su carne, y
después entrará en el xealN.
S7 ^ Y sacará fuera del real* el be-
ceno de la eaepiaeion por el pecado, y el
macho cabrío de la expioHonvor la cul-
pa, la sangre de los cuales fué metida
para hacer la expiación en el santuario ;
y quemarán en el fuego sus pellegos, y
sus carnes, y su estiércol.
88 Y el que los quemare, lavará sus
vestidos, lavará también su carne con
aguajF, y después entrará en el real.
89 ^ Btto tendréis por estatuto per-
petuo : En d mes séptimos, á los diez
del mes, afliidxéis vuestras almas, y
ninguna obra haréis*, ni el natural, ni
el estranjero que peregrina entre vos-
otros:
80 Porque en este dia $e os reconciliará
pera limpiaros ; y seréis limpios de todos
vuestros pecados delante de Jehová.
31 Sábado de reposo aera para vos-
otros, jh afligiréis vuestras almas, por
estatuto perpetuo.
88 Y hará la reconciliación « el sacer-
dote que fuere ungido, y cqya mano hu-
biere sido llena para ser sacerdote en
lugar de su padre ; y se vestirá las ves-
timentas de lino, las vestiduras sagradas.
88 Y expiará el santuario santo, y el
tabernáculo del testimonio : expiará tam-
bién el altar, y los sacerdotes, y á todo el
pueblo de la congreeacion.
34 Y *to tendréis por estatuto per-
petuo, para expiar á los hijos de Israel
de todos sus pecados una vez en el
aBo d. Y Moisés lo hizo como Jehová le
mandó.
CAPITULO XVII.
Manda «I Señor á lo» Hebrioi qtie no efrttean
aaarifitU» tino íttmHo/ y f»» no w ofrm-
eanȤtotfiumddttAeriidemlo. LttproMba
ti «mor Jama» Mmgroáoamináh».
Y HABLÓ Jehová á Moisés, dici-
endo:
8 Habla á Aaron, y á sus h^os, y á
todos los hijos de Israel, y dfles. Esto e*
lo que ha mandado Jehoro diciendo :
8 Cudquier varón de la casa de Israel
que degollare buey, ó oofdero, ó cabra,
en el r«d ■, 6 fuera del real,
4 Y no le trajere á la puerta del ta-
bernáculo del testímonio, para oñrecet
ofbrenda á Jehová delante del taberná-
culo de Jehová, sangre será imputada
al tal varón : sangre derramó ; cortado
será el tal varón de entre su pueblo :
6 A fin de que traigan los hijos de
Israel sus sacñScios, los que sacrifican
sobre la haz del campo b, para que los
tzaigan á Jehová á la puerta del taber-
náculo dd testimonio al sacerdote, y
sacrifiquen ellos sacrifidos de paces a
Jehová.
6 Y el sacerdote esparcirá* la sangre
sobre el altar de Jehová á la puerta del
tabernáculo del testimonio, y quemará
el sebo en olor de suavidad a Jehová d.
7 Y nunca mas sacrificarán sus sacrifi-
cios á los demonios «, tras los cuales han
fbnücado/: tendrán esto por estatuto
perpetuo por sus edades.
8 Les dirás también : Cualquier varón
de la casa de Israd, ó de los estrai^eros
que peregrinan entre vosotros, que of^-
ciere holocausto, ó sacrifido,
9 Y no lo tri^ere á la puerta del taber-
náculo del testimonio, para hacerlo á
Jehová, d tal varón será igualmente
cortado de sus pueblos.
10 ^ Y cualquier varón de la casa de
Israel, ó de los estrai^eros que peregri-
nan entre ellos, que comiere alguna San-
grey, yo pondré mi rostro contra la per-
sona que comiere sangre, y le cortaré de
entre su pueblo.
11 Porque la vida de la carne en la
sangre ettá : y yo os la he dado para ex-
piar* vuestras personas sobre el altar:
por lo end la misma sangre expiará la
persona*.
18 Por tanto he dicho á tos hijos de
Israel : Ningima persona de vosotros co-
merá sangre, ni el estrellero que pere-
grina entre vosotros comerá sangre.
13 Y cudquier varón de los nijos de
Israel, ó de los estrai^en» que peregri-
nan entre dios, que cogiere caza de
animal ó ave que sea de comer, derrama-
rá su sangre *, y cubrirála con tierra :
14 Porque d alma de toda carne, su
vida I, está en su sangre : por tanto he
dicho á los h^oa de Israel, No comeres
la sangre de ninguna carne ; porque la
vida oe toda carne e» su sangre : cual-
quiera que la comiere, será cortado.
15 ^ X cualquiera persona que comi-
ere cota mortecina, ó despedazada* por
Jiera, así de los naturales como de los
estraiiúeros, lavará sus vestidos, y á sí
mismo se lavará con agua, y será in-
mundo hasta la tarde ; y ati se limpiará.
16 Y d no for lavare, ni lavare su car-
ne, llevará su iniquidad.
CAPITULO XVIII.
Orado» de «ormfewo dentro de lo» ««ala •■
pnMboM matrimonio. Sobre kmir él advUe-
rio, y otro» vido» eommut entre lo»Oe»tilet.
Y HABLO Jehová á Mofaes, did-
endo :
8 HaMa á los h^os de Israd, y díles :
Yo to¡f Jehová vuestro Dios ■.
•Den. 12. S.
6, 2L
*aCr. 8B.4.
Bb. 39.28.
' Cap. S. 3.
•«Oapi S. &
•9Cr.ll.15.
ICor.lO^.
Apoe.9.3a
/Oap^aO-S.
« Cap. 7. 26,
27.
Gen. 9. 4.
Dbu.12.16.
2S.
Bt. 44.7.
Hedí. 15.
20,29.
41Iat.96.28.
Bom. & 9.
Bí.1.7.
Heb. 13. 12.
Apoe. 1. &.
• Heb. 9. 22.
kDm. U.23.
I ver. 11.
"•Cap. 22. 8.
Bx.20. 14.
Pro. 6. 29.
Mal 6. 27.
■1:6.7.
A^CtáM.
LisviTioo, xa.
A-auM.
ISd.l<MU5.
u
«C*PlUl11,
etc.
lOw.&l.
>CM.Sk.l7.
sáoLU.
i ii.3a.li.
*OiMlL»i
KM. 14. i.
*3iaÉ.
iCkp.».14.
"CainlUfl.
Ii.U.6.
7 a 10.
Iz. 10. 14.
IatS.r.
D^U.10.
te.7.aL
IM.L17.
1 te. & 9.
?CipL9a.U.
'VCLlllX
8 No haváU como háoen en la tiem de
Egipto^, en U oual moneteis ; ni haféb
oomo haoen en la tf«m de Canaan, 4 la
cual yo o« condnxooj ni andiéis en «u
4 Mis derechos pondváli por obm> j
Rds estatvUos guardarais axklando en
dloe«: Yo totf Jéhork yveHro Dice.
5 Por tanto mis estatutos y mis dote-
cbos guaidaiéis» loe cuales haciendo el
hombre, títíiA en dloe' : Yo Jehová.
6 ^ Ningún varan se allegue & nin-
guna cercana de su carne, para desou-
bijr tu desnudez : Yo Jebora.
7 lia desnudei de tu padre*, ó la des-
nmdez de tu noadre, no descubrirás : tu
madre es, no descubrirás su desnudes.
8 La denndez de la miüer de tn padre
no descubiiráa/; es la «iesnude» de tu
paMlre.
9 La desnudez de tu hennana 9, hUa
de tu padre, ó hija de tu madre, nacida
en casa 6 nacida fíiera, su desnudez no
descubrirás.
10 La desnudez de la 14ja de tn l^jo, 6
de la hija de tu h^a, su desnudez no
descubrirás, porque es la desnudez tuya.
11 lia desnudez de la h^a de la mvijer
de tu padre, engendrada de tu padre,
tn hermana es, su desnudez no descu-
brirás.
18 La desnudez de la hermana de tu
padre no descubrirás : es parlenta de tu
padre.
18 La desnudez de la hermana de tu
madre no descubrirás, porque pailenta
de tn madre es.
14 La desnudez dfl hermano de tu
podre no descubrirás* : no llegarAs 4 su
mi^er: es mujer del hermano de 'tu
padre.
16 La desnudez de tu nuera no deseu-
fairirás • : mt^er es de tu I4J0, no descu-
brirás su desnudez.
16 La desnudez de la mt^er de tu her-
mano no descubrirás * ; es la desnudez
de tu hermano.
17 La desnudez de la mi^er y de su
Idj» no descubrirás <: no tomarás la h^a
de su hjjo, ni la h^a de su ma, para
descubrir su desnudez: son parientas,
es maldad.
18 No tomarás majet juntamente con
su hermana, para nacerla su ríTat des-
cubriendo su desnudez delante de ella
ensn vida.
19 ^ T no llesarásat á la mi^er en el
apartamiento de sn inmundicia, para
descubrir su desnudez.
90 Ademas, no tendrás acto camal con
la mvijet de tu prójimo ■, contaminan -
dote <úi en ella.
SI T 00 des de tu simiente para ha-
eeria pasar por ai fuego 4 Moloch • ; ni
contamines el nombre de tu Dios. To
Jéturrk.
SS No te echarás con macho oomo con
mt^jer^ : es abominación.
88 Ni con ningún animal tendrás ayun-
tamiento amancillándote con élv: ni
muicr alguna se pondr4 delante de ani-
mal pan ayuntarse con él : es coníu-
94 ^ En ninguna de estas cosas os a-
mancillardis : porque en todas estas co-
sas se han ensuciado las gentes que yo
echo de delante de Tosotros.
S5 Y la tierra fiíó contaminada ; y yo
Tistté sn maldad sobre ella r, y la tierra
▼omito sas moradores.
iS Guardad pues vosotros mis estatu-
tos, y mis derechas, 1 no hagáis «iiwwna
de todas estas abominaoiones, nj el na-
tural ni el estraqjero que peregrina entre
87 (Perqué todas estas abominaciones
hicieron los hombres de la tierra, que
fuenm antes de Tosocros, y la tiem fuá
contaminada:)
88 Y la tierra no os vomitará*, por ha-
berla oontaminado, oomo vomitó 4 la
gente que ftié antes de vosotros.
88 Porque cualquiera que hiciere al-
guna de todas estas abominaciones, las
personas que tal hicieren, ser4n cortadas
de entre su pueblo.
80 Guardad pues mi ordenanza, no ha-
ciendo oigo 4e las prácticas abominables
que tuvieron lugar antes de vosotros*,
y no os ensuciéis en ellas : Yo Jehová
▼uestioDias.
CAPITULO XIX.
Se tarabea «oriot feí» y anemioif Morolw y
eermoNJoto, y m aHaA» otro» muvot.
Y HABLÓ Jehov4 4 Moisés, di-
ciendo:
8 Habla 4 toda la oongregadon de los
hijos de Israel, y diles : &ntos aeráis,
porque Santo toy yo Jehov4 vuestro
Dios*.
3 h Cada uno temerá 4 su madre, y 4
su padre, y mis ttoados guardaréU* : Yo
Jehov4 vuestro Dios.
4 No os volveréis 4 los Ídolos', ni ha-
réis para vosotros dioeei de fundición :
Yo Jehová vuestro Dios.
5 Y Y cuando sacrificara sacrificio
de paces 4 Jehov4, de vuestra voluntad
lo sacrificaréis*.
6 Será comido el dia que lo saciifloa-
reis, y el siguiente dia : y lo que quedare
nara el tercer dia, seK4 quemado en el
fuego.
7 Y si se comiere d dia tercero, ser4
abominación ; no ser4 acepto.
8 Y el que lo comiere, llevar4 su de-
lito, por cuanto profanó lo santo de Je.
hov4 ; y la tal persona ser4 cortada de
sus pueblas.
9 7 Coando segareis la mies de vuestra
tierra/, no jusabarás de segar el rincón
de tu haza, ni espigarás tu titrra segada.
10 Y no rebuscaürás tu villa, ni reco-
gerás los granos caidoi de tu viña ; para
el pobre 3 van él estrai^ero los d<(ju4s :
Yo Jehová vuestro Dios.
11 Y No hurtaréisy, y no engafiaréls*,
ni mentiréis ninguno 4 su prójimo.
18 Y no Juraréis en mi nombre con
mentira •', ni profiuiar4B el nombre de tu
Dios: YoJehov4.
13 No oprimirás 4 tu prójimo, ni le
robarás. No se detendrá el trabajo del
Jornalero en tu casa hasta la maflana *.
14 No maldigas al sordo, y delante del
ciego no pongas tropiezo <, mas tendrás
temor de tu Dios : Yo Jehová.
15 No hu4s agravio en el Juicio»: no
tendr4s respecto al pobre, ni honrarás
la cara del grande : con Justicia juzgarás
4 tu prójimo.
16 No andarás chismeando en tus pue-
blos». No te pondrás contra la sangre
detu Ti«!|jimo«: YoJehov4.
17 No aborrecerásj» 4 tu hermano en
tu corazón: ingenuamente refnenderáa
4 tu nrógimor, J no consentirás sotase él
pecador.
18 No te vencerás*, ni guardarás rm-
eor 4 los h^os cte tu pueblo ; mas amarás
4 tu prójimo como 4 tí mismof : Yo
Jehoiná.
19 Y Mis estatutos guardaréis. A tu
animal no harás ayuntar nara mistu-
xas«; tu haza no sembraras con mis-
tura de tmáUtu, y no te pondrás vestido
con mezcla de diversas cosas.
80 Y cuando un hombre tuviere eopula
oon mn(Jer, y eUa fuere sienra desposada
'Gap. 90. SI.
m.9B.
t Des. IB. 9.
•Oap.ll. 44.
y «5. 7.
ÍP«L1.16.
»Bz.80l18.
• Ix. 90. 8.
LU.U.
.68.18.
ib. 90. 4.
' Gap. 7. 18,
17.
/Cap. as. 92.
Daa. 81 19,
81.
Bnt a. U,
17.
'lb.90.U.
Col. 8. 9.
t Kz. ao. 7.
DBa.fi.11.
iDen.94Jfi.
1UL8.S.
8«i«*.&4.
'Dan. 87.18.
•D«.1.17.
18. 19.
8188.
Pro.
"SSL15.8.
7 00.80.
P10.ILI8.
y 80. 19.
•Iz.9a.7.
P 1 Josa. 8.
0,11.
7 8.18.
«Mat.18.18.
Lv&n.S.
■tS.!!.
•-lOor. 8.8.
*Bom.l8Ll7,
19.
(Mal 38. 89,
40.
•DBa.aa.9,
U.
A. a 1490.
LEvrnco, XX
A. C 14M.
'Cftp.&«.
'Dan. 12.33.
•lfcu.18.
10,14.
'Oh>.31.S.
& Csp. as. a.
•I». 8. 19.
•'Job 32. 4. 6.
' Bx. 22. 21.
«Caii.l&21.
»o»iiiir.ia
Bit 14. &
coQ Blgnao, y no estuTiere rescatada, ni
le hnUere sido dada libertad, ambot te-
tin azotados : no morir&n, por cuanto
ella no es libre.
ai Y él tratará á JdioT&, i la pnerta
del tabernáculo del testimonio, un car-
nero en eziriaeion' por su culpa.
S9 Y con el camero de la expiación
lo Reonciliar& el sacerdote delante de
Jéhori, por su pecado que cometió : j
se le pesdonará su pecado que ha co-
metido.
S8 Y Y cuando hubiereis ¿itrado en la
tierra, y plantareis todo Árbol de comer,
quitareis su prepucio, ¡o primero de su
ñuto : tres afios os será incircunciso : su
fruto no se comerá.
84 Y al cuarto aflo todo su fruto ser&
santidad de loores á Jehová.
25 Mas al quinto año comeréis el fruto
de él, para que os haga crecer su mimo
fruto : Yo Jehová vuestro Dios.
9ft Y No comeréis eo$a algttna con
sanare y. No seréis agoreros, ni adivi-
naréis *.
97 No cortaréis en redondo las extre-
midades del pdo de vuestras cabezas a,
ni daitatás la punta de tu barba.
88 Y no haréis rasgufios en vuestra
carne por un muerto, ni impriminSis
en vosotros sefial alguna. Yo JehoTá.
89 No contaminaras tu h^a haciéndola
fbmicar; porque no se prostituya la
tierra, y se hincha de maldad.
80 Mis sábados guardaréis, y mi san-
tuario h tendréis en reverencia : Yo Je-
hová.
81 No os volváis á los encantadores y
á los adivinos ; no los consultéis « ensu-
ciándoos en ellos : Yo Jehová vuestro
Dios.
88 Y Delante de las canas te levanta-
rás, y honrarás el rostro del anciano, y
de tu Dios tendrás temor ¿: Yo Jehová.
83 Y cuando el estranjero morare con-
tigo en vuestra tierra, no lo oprimiréis*.
84 Como á un natural de vosotros ten-
dréis al estraujero que peregrinare entre
vosotros, y ámalo como á ti mismo ; por-
que peregrinos fuisteis en la tierra de E-
gipto : Yo Jehová vuestro Dios.
85 5 No hagáis agravio en Juicio, en
medida de tierra, ni en peso, ni en dtra
medida.
80 Balanzas Justas, pesns Justas, epha
Justo, é hin Justo tendréis : Yo Jehová
vuestro Dios, que os saqué de la tienra
de Ef^pto.
87 Guardad pues todos mis estatutos,
y todos mis oerechos, y ponedlos por
obra : Yo Jehová.
CAPITULO XX.
Pena» de mverU contra loe ^ue afreten a«>
hifoB al ídolo MfUfeh. Contra loe dm^km,
eentra loe qme maltratan i eu» padre», y
eontra lo» reo» de otra» nuMaáee eomune»
entr» lo» Cananioe.
YHABL(3 Jehová á Moisés, dici-
endo:
8 Dirás asimismo á los hHos de Israel :
Cualquier varón de los hijos de Israel,
6 de los estranjeros que peregrinan en
Israel, que diere de su simiente á Mo-
lóch, de seguro morirá : el pueblo de la
tierra lo apedreará con piedras a :
8 Y yo pondré mi rostro contra el tal
varón, y lo cortaré de entre su pueblo & ;
por cuanto dio de su simiente á Molóch
contaminando mi santuario, y amanci-
llando mi santo nombre.
4 Que si escondiere el pueblo de la
tierra sus cjo» de aquel varón, que hu-
biere dado de su simiente á Molóch,
para no matarle,
5 Entonces yo pondré mi rostro contra
aquel varón, y contra su fiuniUac, y le
cortaré de entre su pueblo, con todos
los que fornicaren en pos de él ^prosti-
tuyéndose con Molóch.
6 Y la persona que atendiere á encan-
tadores*, ó adivinos, pan prostituirte
tras ellos, yo pondrá mi rostro contra
la tal persona, y cortaréla de entre su
pueblo.
7 Santificaos pues, y sed santos, porque
Yo Jehová eoy vuestro Dios/.
8 Y guardad mis estatutos, y ponadlos
por obra : Yo Jehová que os santifico^.
9 5 Porque cualquier varón que mal-
dyere á su padre* ó á su madre, de
cierto morirá : ¿ á su padre ó á su madre
maldUo ? su sangre eerA sobre él.
10 Y él hombre que adulterare con la
mujer de otro, d que cometiere adul-
terio con la mujer de su prójimo. In-
defectiblemente se hará morir al adiil-
tero y ala adultera <.
11 Y cualquiera que se echare con la
mt^er de su padre*, la desnudez de
tu padre descubrió : ambos han de ser
muertos ; eea su sangre «obre ellos.
18 Y cualquiera que durmiere con su
nuera/, ambos han de morir: hicieron
confusión ; su sangre ««a sobre dios.
18 Y cualquiera que tuviere ayunta-
miento con varón como con mii^er"»,
abominación hicieron : entrambos han
de ser muertos, sobre ellos eea su sangre.
14 Y el que tomare alguna por mnjer
y á la madre de ella, comete vileza» :
quemarán en fuego á él y á ellas, porque
no ha^a vileza entre vosotros.
15 X cualquiera que tuviere cópula con
bestia*, ha de ser muerto, y mataráia
ala bestia.
18 Y la mujer que se allegare á algún
animal, para tener ayuntamiento con
él, á la mi^er y al animal matarás : mo-
rirán in&liblemente, urá su sangre so-
bre ellos.
17 Y cualquiera que tomare á su her-
mana/», hya de su padre, ó hija de su
madre, y viere su desnudez, y ella viere
la suya, cosa es execrable; por tanto
serán muertos á ojos de los hgos de su
pueblo; ¿descubrió ia desnudez de su
hermana ? su pecado llevará.
, 18 Y cualquiera que durmiere con mu-
jer menstruosa9, y descubriere su des-
nudez, su fuente descubrió, y ella descu-
brió la fílente de su sangre : ambos serán
cortadas de entre su pueblo.
19 La desnudez de la hermana de tu
madre, ó de la hermana de tu padre, no
descubrirás r: por cuanto descubrió su
parienta, su iniquidad llevarán.
80 Y cualquiera que durmiere con la
mi^er del hermano de su padre, la des-
nudez del hermano de su padre deaen-
brió : su pecado llevarán * ; morirán sin
h^os.
81 Y el que tomare la mxtjet de su
hermano, eeo es suciedad * ¡ la desnudez
de su hermano descubrió, sin hiios serán.
88 Y Guardad pues todos mu estatu-
tos, y todos mis dereohoa, v poRRsdlos
por obra ; y* no os vomitíirá la tierra,
en la cual yo os introduzco para que ha-
bitéis en ella'.
83 Y no andéis en las práctioas de la
gente que yo echará de delante de vos-
otros : porque ellos hicieron todas estas
oosas, y los tuve en abominación jr.
84 Empero á vosotros os he dichos:
Vosotros poseeréis la tierra de ellos, y
Í o os la daré para que la poseáis por
icredad, tierra que fluye leche y miel :
Yo Jehová vuestro Dios, que os he apar-
tado de los pueblos «.
85 Por tanto vosotros haréis dlferenoia
<Kz.20. &
* Cap. 17. 7.
•Cap. 19. n.
/Oa{iLl9.aL
'OapL2l.8.
EZ.3L1S.
Bs. 87. 28.
Pr. ao. ao.
Mat. 15.4.
• 1)80.22. 22.
luán 8. i.
«Den. 27.20.
/Cap. 18. 15.
•Cap. 18.22.
•Cap. 18.17.
•GkpLl&St
Den. 27. 21.
i>Dev.27.22.
9Cap.IS. 1».
Bs. 18. 16.
'Cap. 18.12.
13.
•Jer. 22.30.
' Cap. 18. !«.
«Osp. 19.37.
■ Cap. 18.
85.28.
» Den. 9. 5.
■ Kk. S. 17.
y 6. 8.
•«1.19.5.
7 38.16.
IBey.e.SS.
jlcum.
LEYínOO, XXI, XXIL
A.C1««
tOifL 11.47.
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'l«.a:ii.
/CmJO.7.8.
b-aL«.7.
<b.419L
I M Ifll
'Brtirai
entre animal Umpio é inmundo k, y an-
tre ave inmunda y limpia ; y no enmi-
eieis Tootras pononaa an loa animalea,
ni en las aTcs, ni en nlngima eoaa que
rá axrastnmdo por la tienta, laa caaws
os he apartado por inmundas.
96 Habéis pnea de aenne santos, porqine
yo JAovk tay Santo «, y os he apartado
de ios puebloa, para aue seáis míos.
97 Y Y d hombre o la mi^er, en guie-
nea hubiere espíritu pith<)nioo, ó* de
adivinación, han de ssr muertos: les
apedrearan con piedras ; su sangre ««rd
sobre dios.
CAPITULO XXI.
Variat lena tábn lo* ancenlotea.
YJEHOVA dUo 6 Moisés : HabU 6
los sacerdotes 14}os de Aaxon, y
diles fue no se contaminen por un mu-
oto en sus pueblos*.
9 Mas por su pariente cercano á tí
wtúntOf COMO por su madre, ó por su
padre, ó por su hUo, ó por su nija, ó
por su hermano,
8 O por su hermana virgen, A ái cer-
cana, la cual no haya tenido marido,
por ella se contamlnarfc.
4 No se contaminará por el | principe
en sos pueblas, haciéndose inmundo.
5 No naián óilTa en su cabeía, ni rae-
rán la punta de su barba, ni en su carne
harán rasguíkMb.
6 Santos aesán á su Dios, y no proft-
narán A nombre de su Dios*; porque
los itaegos de Jehováy el pan die su IMos
ofrecen : por tanto smn santos'.
7 Mt^CT nonera ó infame no tomarán ;
ni tomarán miger repudiada de su ma-
rido* : porque m santo á su Dios.
8 Lo santificarás por tanto, pues el pan
de tu Dios ofrece: santo sñá para tí,
pocque santo «oy yo Jehová vuestro san-
tiflcador/.
9 Y la hUa del varón sacerdote, si co-
menzare á fornicar, á su padre aman-
cilla : quemada será al fuegos.
10 ^ Y d sumo sacerdote entre sus
bennanos, sobre cuya cabeza fuá derra-
mado d aceite de la unción, y yue hin-
chió su mano para vestir Lu vestimen-
tas, no descubrirá su cabeza, ni rom-
peiá sua vestidos* ;
11 Ni entrará donde haya alguna per-
sona muerta, ni por su padre 6 por su
madre se contaminará:
19 Ni saldrá del santuario, ni conta-
minará el santuario de su Dios ; porque
la corona del aceite de la unción de su
Dios está sobre él •'. Yo Jehová.
18 Y tomará ¿1 mujer con su virgini-
dad*.
14 Viuda, ó repudiada, ó infiune, 6
ramera, estas no tomará: mas tomará
virgen de sus pueblos por mtOer.
15 Y no amancillará su nmiente en
sos pueblos i : porque yo Jtüuyitk toy el
que lo santifico.
10 Y Y Jehová habló á Moisés dici-
endo:
17 Habla á Aaron, y dfle : El varón
de tu simiente en &us generaciones, en
d cnal hubiere <a">, no se allegará
para oficeoer el pan de su Dios.
18 Poiiaue ningún varón, en el cual
hubiere nlta, se allegará : varan ci^go,
6 cc^o, ó Caito, ó sobraído ;
19 O varón en el cual hubiere quebra-
dora de pie, 6 rotura de mano,
90 O corcovado, ó lagaítoso, ó que tn-
viere nube en el q)o, o que tenga sama,
ó empeine, ó compañón religado.
91 Ningún varón de la simiente de
Aaion sacerdote, en el cual hubiere
fislta, se aligará para ofrecer las ofren-
¿MayiUtUí
él pan
das encendidas de Jehová.
en él ? no se allegará á
de su Dios.
99 El pan de su Dios", de lo muy santo,
y <l( las cosas santificadas comerá.
98 Empero no cntrazá del velo adentro,
ni se allegará al altar, por cuanto luqr
falta en él : y no proAmará mi santuario,
porque yo Jehová *o¡f el que los santifico.
94 Y Moisés habló uto á Aaron, y á
sus hijos, y á todos los h^os de Israel.
CAPITULO XXI I.
Difnmtet Imm aotiv loe tfnmdut y mmtM-
«Im, y iefeeto» d$ que dttUm eetreotr la»
Y HABLÓ Jehová á Moisés, di-
ciendo :
9 Di á Aaron, y á sus hijos, que se
abstengan de las santiflcadones de los
h^os oe Israel, y que no profenen mi
santo nombra en lo que* ellos me san-
tifican : Yo Jehová.
8 DQes, Todo varón de toda vuestra
simiente en vuestras generaciones, que
llegare á las cosas sagradas, que los hQoe
de Israd consagran á Jehová, teniendo
inmundicia solwe sí*, de delante de mí
será cortada su alma : Yo Jehová.
4 Cualquier varón de la simiente de
Aaron que ftiere leproso, ó padeciere
gonorrea, no comerá de las cosas sagra-
aas hasta que está limpio*: v el que to-
care cualquiera cosa Inmunda de mor-
tecino', ó el varón del oual hubiere
salido derramamiento de semen* ;
6 O el varón que hubiere tooado cual-
anier reptil, por d cual será inmundo/,
i hombre, por el cual venga á ser in-
mundo, oooifbnne á cualquiera inmun-
dicia suya ;
6 La persona que lo tocare, lerá in-
munda nasta la tude, y no comerá de
las cosas sagradas antes que hi^a lavado
su carne con agua;.
7 Y cuando el sol se pusiere, será
limpio, y después comerá de las cosas
sagradas, porque su pan es*.
8 Mortecino, ni despedazado par fiera,
no comerá, para contaminarse» en ello :
Yo Jehová.
9 Guarden pues mi ordenanza, y no
lleven pecado por ello, no sea que así
mueran cnwodo la profimaren : Vo Je-
hová, que los santifico.
10 ^ Ningún estrafio comerá cosa sa-
grada: el huésped del sacerdote, ni d
jornalero, no comerá cosa sagrada.
11 Mas el sacerdote, cuando comprare
persona de su dinero, esta comerá de
ella, y d naddo en su casa: estos co-
merán de su pan.
19 Empero la hUa del sacerdote, cu-
ando se casare con varón estrafio, ella
no comerá de la oflrenda de las cosas sa-
gradas.
13 Pero si la hija del sacerdote ftiere
viuda, ó repudiada, y no tuviere prole,
y se hnbi«re vuelto á la casa de su pa-
dre, como en su mocedad, comerá del
pan de su padre; mas ningún estaraño
coma de él.
14 *[ Y el que por yerro comiere cosa
sagrada*, afiadixá á ella su quinto, y
darálo al sacerdote con la cosa sagrada.
15 No profanarán' pues las cosas santas
de los h(}os de Israd, las cuales apartan
para Jehová.
16 Y no les harán llevar la iniquidad
del •" pecado comiendo las cosas santas
de ellos : porque yo Jehová mfy d que
los santifico.
17 5 Y habló Jdiová á Moisés, di-
dendo:
IB Habla á Aaron, y á sus hijos, y á
todos los h^os de Israel, y diles. Cual-
" Gsp. a 8,
la
y & 17. ».
• Kx. 38. 88.
Knm. 1&
i Os|k 7. 90.
«Cap U. 18.
i Kvm. 19.
11.12.
•Caín 15.16.
/Osp. 11. 2(.
48.
f Cap. 15. 6.
Heb.ia2S.
kCsp.21.22.
Knm. 18.
11.13.
< Cap. 17. 15
Kz.a2.31.
Ss. 44. 31.
h Cwp, 5 15.
16.
(Kom. 18.32.
«•ler. 9.
LEVITICO. XZlll.
iS£
l> OftiLiTlL» iteDH m míe
w undriU^Klii, úu isiinnun
A.CL14MI
LEvnroo, xznr» xxv.
1.CL11M1
•fe a. 16.
■id.S.4.
>'th. a. 14.
lM.U.16,
19L
liaa.7.&
tVllIK M ff
ÍCr.7.9.
Sek.ft.U.
jMB-.ir.
Af.7.9,UL
•ftM.U.li,
13.
•Sa&Siia.
«SaLTS-CA
ZL
WllOl.
A».Laa.
80 T coalqulen panona mw lil«ieN
obn alguna en este mismo dia, jo dea»
tnteé la tal penona de entre va pueblo.
81 Ninguna obra harél» ; otatnto per<
petuo atr& por Tucstras edades en todas
Tocstras haUtaeiones.
85 Sábado de reposo será á vosotros, 7
aflJgérAs vuestras almas, emntHMando á
loa nueve det mes en la tarde : de tarde
á tarde hoUpunéis vuestro sábado.
88 5 Y habló JéfaovA á Moisés, dlol-
84 Habla á los hijos de Israel, y dfles :
A los qninoe de este mes séptimo será la
solemnidad de las Cabaflas* á Jehová
por siete dias.
86 Bl primer día habrá santa convoca-
ción : wingwt»» obra servil haréis.
88 Siete dias ofireceréls oftenda encen-
dida á Jehová ' : el octavo dia tendréis
santa convocación, j ofteceréis ofrenda
encendida á Jehová: es fiesta ; ninguna
obra servil haréis.
87 Estas son las solemnidades de Je-
hová, á las que convocarais santas re-
uniones, para ofrecer ofrenda encendida
á Jeiiová, hoiooausto y presente, sacri-
ñiño 7 libaciones, caán cosa en su ti-
empo:
88 Ademas de los sábados de Jehová,
y ademas de vuestros dones, y á mas de
todos vuestros votos, y ademas de todas
Tuestras ofrendas voluntarlas, que daréis
á Jehová*.
88 Empero á los quince del mes sép-
timo, cuando hubiereis allwado tf fruto
de la tlenra«, haréis fiesta á Jehová por
riete dias: Á primer dia será sábado;
sábado wrA también el octavo día.
40 T tomaréis el primer dia gi^os con
fruto de algún árbol hermoso, ramos de
joLÍTntn, y ramas de árboles espesos, y
sauces de los arroyos, y y os regoc^aréls
delante de Jehová vuestro Dios por siete
diass.
41 T le haréis etta fiesta á Jehová por
déte dias* cada un año ; 7 strá estatuto
perpetuo pw Tuestias edades : en el mes
nümliiMi la haréis.
48 En caballas habitarélB siete dias:
todo natural de Israel habitará en ca-
43 Para que sepan vuestros desoendi-
entesk que en caliaAas hice yo habitar á
loa hijos de Israel, cuando los saqué de
la tierra de Egipto : Yo Jehová vuestro
Dios.
44 Así habló Moisés á loa htios de
Israd sobre las solemnidades de Je-
hová.
CAPITULO XXIV.
2M aetiU para loa l^mpara$, $d»lm etdUai
de le* vamet éé la prtMorieto»t ^ I* pama
édUn^mo^jfdtlaMtaUom,
Y HABLO Jehová á Moisés, dici-
endo:
5 Manda á los hijos de Israd« que
te traigan aceite de olivas claro, da mo-
lido, para la luminaria, para hacer arder
laa lámparas de continuo.
8 Fuen del velo del Testimonio, en tA
tabernáculo del testimonio, las aderezará
Aaron dode la tarde hasta la mafiana
delante de Jehová, de oontinno : estatu-
to perpetuo t€rá por vuestras edades.
4 Sobre el candelero limpio pondrá
steinpre en orden laa lámpamsb oslante
de Jehová.
6 ^ Y tomarás flor de harina, y co-
cerás de ella doce tortas « : cada torta
scsá de dos décimas.
6 Y has de ponerlas en dos órdenes,
seis en coda ónwn, sobra la mesa limpia <<
delante de Jrtiová.
7 Pondrás también sobre ooda orden
incienso limpio, y sar4 para el p«n por
petfbme, ofrenda encendida á Jdiovi.
8 Cada dia de sábado* lo pondrá de
continuo en orden driante de Jehová,
AMNado de los hijos de Israel por paoto
sempitemo.
9 Y será de Aaron y de sus hijos, loa
cuales/ lo eomcréa en el lugar santo i
porque es cosa muy santa para él de las
ofrendas encendidas á Jehová por friero
perpetuo.
10 ^ En aqudla san» el hijo de una
vaaia Israelita, «1 cual en hUo de un
Egipcio, salió entre los hijos de Israel ;
y el hijo de la Israelita y un hombre de
Israel rifteron en A real:
11 Y el hUo de U mi^er Israelita pro-
nunció él nombre de Jehová, y maldijo.
Entonces le llevaron á Moisés 5: (y su
madre se llamaba Relomith, hija de Di-
bri, de la tribu de Dan :)
15 Y pusiéronlo en la cámal^ haata
que les Aiese declarado si Jirfcio por pala-
bra de Jehová *.
13 Y Jehová habló á Moisés, diciendo :
14 Saca al blasfemo friera del real, y
todos los que le oyeron pongan sus ma-
nos sobre* la eabesa de él, y apedréelo
toda la congregación.
lA Y á los hi^ de Israel hablarás, di-
ciendo : Cualquiora que maldijere á su
Dios, llevará su iniquidad.
16 Y el que blasfemare él nombre de
Jehová, ha de ser muerto' ; toda la con-
grcf^on lo apedreará: asi el extran-
UKo como el natural, si blasfimiare él
Nombre, que muera.
17 Asimismo el hombre que hiriere de
muerU á cualquiera persona, que sufht
la muerte*.
18 Y d que hiriere á algún animal, ha
de lestitttirlo i animal por animal.
19 Y el que causare lesión en su pró-
jimo, según hizo, así le sea hecho ;
90 Rotura por rotura, qjo por ojo, di-
ente por diente»: según la lesión que
habrá heclio á otro, tal se hará á él.
91 El que hiriere o^gwt animal, ha de
restituirlo : mas el que hiriere de mn>
erte á un hombre, que muera.
89 Un mismo derecho tendréis : oomo
el extrai^ero, asi será el natural : porque
Yo Jehová vuestro Dios.
98 Y habló Moisés á los hijos de Israd,
y ellos sacaron al blasfiemo raerá del real,
y apedreáronlo oon piedras. Y los h^os
de Israel hicieron según que Jdiová ha-
bla mandado á Moisés.
CAPITULO XXV.
Uite Bctre «I año uiMiee t OpUmo: V dd
oAo qtUmeuagMmo, SddfiMfo.
Y JEHOVÁ habló á Moisés en el
monte de Sinai, diciendo :
9 Habla á los hijos de Israel, y dlles :
Cuando hubiereis entrado en la tierra
}ue yo os doy, la tierra hará sábado á
ébová.
8 Seiso afios sembrarás tu tierra, y
Mis afios podarás tu viña, y cogerás sus
frutos;
4 Y el séptimo aAo la tiem tendrá sá-
bado de holganza, sábado áJdiová: no
sembrarás tu tierra, ni podarás tu villa.
6 Lo que de suyo se naciere en tu
tierra segada, no lo segarás &. y las uvaa
de tu iwoedo no vendnmiarás: alio de
holganza será á la tierra.
6 Mas el sábado de la tierra os será
para comer, á ti, y á tu sierro, y á tu
sierra, y á tu criado, y á tu estanjeto
que morare contigo :
•7 Y á tu animal^ 7 á la bestia que hu-
biere en tu Üenta, será todo el fruto de
ella
«i(k.».a.
/ISaaLSlA
llaiU.4.
Uram.lU«.
«Non. V.5.
tDra.U.9.
y 17.7.
10. 1¿
lfat.lS.SL
•Iz.fI.U.
Kain.8Ml.
D«a. 19.11.
12.
••■z.ai.94.
]Cat.«.8e.
• 8». as. 10.
2ür.W.ia.
iSasy.M.
99.
A^aUííL
XiBTlTIOO, XXV.
A. a 149L
•Oh». 98. SI,
768.4
Jer. Si. U.
17.
Lae.4.18,
21.
' MuD. 8&4.
9i.
«0»frU.18.
1CW.A.&
ADra.28.8.
< 3 Bey. 19.
99.
kSiu.S8.12.
{Ra.2.a0.
Jer. 89.7, 8.
"iw.Mrfil.
•fflr.]A
a 5 Y te bas da contar aiate wuauaa»
deanM»ilat*Taoa»aieteaaM; demodp
que Im dkM da laa ticCe acmanas «le afioa
Tcndieáa 4 lefta onarenta 7 nueve afioa.
9 Bntóncea hará* pasar I4 trompeta de
Jubilación en el roes aéptimo, 6 lo* diez
del mea, el dia de la expiación « haráit
pasarla trompeta por toda vuestra táeira.
10 Y lantifícar^ el año cincuenta, y i
pregonaréia libertad en la tierra 6 todoa
sus moradoret : este os 8er& jubUóo ; 7
TolTor^ cada uno 6 su pocasion> 7 cada
enal volvoá 6 su familia «.
11 El año de loa cincuenta a&M os será
JttbUáo! no sembraréis, ni segaréis lo
que naciere de suyo en la tierra, ni ven-
cumiara sus vilkedot.
U Porque es Jubileo ; santo será á vos-
otros : el producto de la tierra comeréis.
18 En este ailo de Jubileo volveréis
cada uno á su posesión/.
14 Y cuando vendiereia algo á vuestro
prújimo, ó comprareis de mano de vu-
estro prójimo, no engafie ninguno á su
hannanoy.
15 Conforme al numero de los ajlos
deapnes del Jubileo oomnrar&s de tu
préjimo; coxubrme al numero de los
aflos de los frutos te venderá él 6 ti.
16 Coaftnrme 6 la multitud de los ajkw
aumentarás el precio, 7 conforme á la
diminución de los aflos disminuirás el
pre<do ; porque mgun el ndmero de los
roadlmientos te ha de vender él.
17 Y no engafie nánsono á so prójimo ;
mas tendrás temor de tu Dios» poique
70 «ou Jehová vuestro Dios.
18 *f j^eeutad pues mis estatutos, 7
guardiad mis derechas, 7 ponedlos por
obra, 7 habitaréis en la tierra seguros ;
19 Y la tierra dará su firuto, y comeréis
hasta hartura, 7 habitaréis en ella con
seguridad.
80 Y si dUerels, Qué comeremos el
séptimo afio f hé tuiulno hemos de sem-
bnur, ni hemos de coger nuestros frutos :
91 Entonces jro os enviase mi ben-
dición i el aiko sexto, 7 hará firuto por
tses altos.
88 Y sembraréis el afio octavo, 7 co-
meréis del fruto afielo hasta él afio no-
veno i i hasta que venga su fruto come-
réis del afi^o.
SB 5 Y la tierra no se venderá rema-
tadamente, porque la tierra mia es ; que
vosotros paneonnaa 7 eztrai\)ero« tai*
para conmigo*.
84 Por tanto en toda la tiena de vu-
estra posesión, otorgaréis redención á la
tierra.
96 Cuando tu hermano empobiecte»,
7 vendiere algo de su posesión, vendrá el
rescatador', su parienie meu cercano, 7
rescatará lo que su hermano hubiere
vendido.
98 Y cuando el hombre no tuviere res-
eatador, si alcanzare detpuei su mano, 7
hallare lo que basta para su rescate,
87 Entonces contará los afios»* de su
venta, 7 pagará lo que quedare al yaxaa
á quiñi vendió, 7 volverá á su posesión.
88 Mas si no alcanaare su mano lo que
basta para que vuelva á él, lo que vendió
estará en poder dd que lo compró hasta
el afio dd Jubileo ; 7 al Jubileo saldrá, 7
él volverá á su pcéesion «.
80 ^ Y el varón que vendiere casa de
morada en ciudad oereada, tendrá fit-
cuitad de redimirla hasu acabarse el
afio de su venta: un afio será el térndHo
lie poderse redimir.
80 Y si no fuere redimida dentro de
un afio entero, la casa aue estuviere en
dadad murada quedará para siempre
por de aquri que la comparo» ¡f pan ana
descendientes : no saldrá de «h jwdfr en
eljuUléo.
81 Mas las casas de las aldeas, que no
tienen muro al rededor, serán estimadas
como una haza de tierra: tendrán re-
dención, 7 saldrán en el Jubileo.
88 Pero .en cuanto á las ciudades de
los Levitas*, siempre podrán redimir
loa Levitas las casas de las ciudades que
poseveren.
88 V el que comprare de los Levitas,
saldrá de la casa vendida, ó de la ciudad
de su posesión, en el Jubileo ; por cuanto
la casa de las ciudades de los Levitas ea
la posesión de ellos entre los hi^os de
Israel.
84 Mas la tierra del ^do de su» ciu-
dades no se vendeíA, porque es perpetua
posesión de ellos.
88 1[ Y cuando tu hermano empobre-
ciere, 7 se acogiere á tí, tü lo ampara-
rás^p: como peregrino 7 extrai^ero vi-
virá contigo.
86 No tomarás usura f de él, ni au-
mento : mas tendrás temor de tu Dtoa,
7 tu hermano vivirá contigo r.
87 No le darás tu dinero á usura, ni tu
vitualla á ganancia :
88 Yo Jehová vuestro Dios, que oa
saqué de la tiena de Egipto para daros
la tiena de Canean, para ser vuestro
Dios*.
80 5 Y cuando tu hermano empobre-
ciere, utando contigo, 7 se vendiere á tí«
no le harás servir como siervo.
40 Como criado, como extrai\}ero ca-
tará conügo : hasta el afio del Jubileo te
servirá*.
41 Entonces saldrá de contigo, él 7 sua
hiios consigo, 7 volverá á su famitta, 7
á u posesión de sus padres se restituirá ;
42 Porque son mis siervos n, los cuales
saqué 70 de la tierra de Egipto : no se-
rán vendidos á manera de siervos.
48 No te ensefioreaiás de él con du-
reza ', mas tendrás temor de tu Dios y.
44 Así tu siervo oomo tu sierva, que
tuvieres, aeráa de las gentes que están
en vuestro al rededor : de ellos compra-
réis siervos 7 siervas.
46 Taratatoa compraréis de ios hijos de
los forasteros que viven entre vosotros,
7 de los que del Unage de ellos son na-
cidos en vuestra tieñra, que etton cao
vosotros; los cuales tondiéis por pose-
sión.
46 Y los poseeréis por juro de heredad
para vuestros hUos después de voeotnis,
como posesión* hereditaria; para siem-
pre os serviréis de ellos : empero en vu-
estros heraianoa, los hi|)os de Israel, no
os enseftereaxéis cada uno sobre an her-
mano coa dureza •.
47 1[ Y si el peregrino ó extranjero,
que está contigo, adquiriese medios, 7
tu hermano que está con él empobre-
eieiie, 7 se vóidiere al peregrino ó ez-
tm^ero que está contigo, ó á la raza de
la £uniUa del extranjero,
48 Después que se hubiere vendido,
podrá ser rescatado : uno de sus her-
nunos lo rescatará;
40 O su tio, 6 el hUo de su tio lo res-
catará, ó el ceroano de su carne, de su
linage, lo rescatará; ó si sus medios al«
cansaren, él mismo se redimirá.
60 Y omitará con el que le compró
desde el afk> que se vendió á ñ hasta d
año del Jubilao : 7 ha de ^preciarse tí
dinero de su venta conforme al ndmera
de los afios, 7 se hará con él eonfonne
al tiempo de un -criado bcaiariodo.
51 8i ann fuercst mu^oa afios, oost-
forme á ellos volverá para su resoate dd
diñe» por ti cual se «cndló.
Jo&XLl,
8.
IJuanS.17.
«Bx.23.29.
Den. 23. 1».
SaL 1&&
*■ Keb. 5. 9,
1&.
•Cap. 32.33,
38.
(Ex. 21. 2, S.
Dten. 1& la.
'>ver. 65.
vor. 46-
VMaLS.S.
'la. 14. Z
ver. 48.
» Job 7.1.
la 16. 14.
A.GLMSL
]JCyiTKX>, XXVI
Jk» V» MS&«
•ix.aoi4.
*SM.U.tt,
TaB.i.ii.
iB-ai3i
/Ámimt.JX
U3S.».
S2.&17.
«SeLaLSO.
•d.W7.t8.
Ap.9.1
|»í«.ijol
'**aL
M Y •! ooedan poco tltmpo baita él
afio del jubileo, eatÓDce» contarA con él.
y devolTOá for m geacato donfbcma a
MU nÜxMMrviáoi.
fia Como OM tomado & adaiio anuid-
mente haiá oon él : no le enieflenurá
en él con upevna delante de tai ^a«.
M Mas ti no le Mdimiere en e«» aflof ,
en el aik> del jahOéo nOdiá él, j nu hi-
jos «00 él mtraw.
66 Porque mis siervos ion los h^oa de
lanel ; ton derrof mioi«, 4 los cuales
saqué de la tien» de Elgipto : Yo Jehová
▼nestro Dios.
CAPITULO XXVI.
Pfcmmat htehoM alo» ftw otetrvoren lo» num-
damiemUm : amenami d ío$ traMurtaore».
NO haréis para Tosotros ídolos**, ni
eseoltura, ni os levantaréis estafaa,
nL pondréis en vuestra tierra piedra pin-
tada paxa inclinaros i éUa: porque jo
Jehová soy vuestro Dios.
5 Guaroad mis a&badosk, j tened en
reverencia mi santuario : Yo Jtímyh,
8 5 SI anduviereis en mis decretos, 7
gnaidaueis mis mandamientos, j los pu-
sicareis por obm «,
4 Yo daié vuestra lluvia en su tiempo,
y ^ la tierra rendirá sus producciones, y «
el Árbol del campo dart su fhito.
6 Y la trilla os alcansará á la vendi-
mia, y la vendimia/ alcansaié á la se-
mmrtera, y comeréis vuestro pan en
hartara, y habitaréis seguros en vuestra
tkna.
0 Y yo daré pazf en la tienra ; y dor-
mizéis, y no habrá quien os espafite : y
haré quitar A las malas bestias de vues-
tra tierra, y no pasará por vuestro pais
la espada.
7 X perseguiréis á vuestros enemigos,
y caerán á cuchillo delante de vosotros.
a Y cinco de vosotros perseguirán á
dentó, y • ciento de vosotros perseguirán
á diez mil, y vuestros enemigos osarán
á cuchillo delante de vosotros.
0 Porque yo me volveré á vosotros, y
os haré crecer, y os multiplicaré*, y
afirmaré mi patato con vosotros.
10 Y comeréis lo añ^o de mucho
tiempo, y sacaréis fuera lo afl^o á cansa
de lo nuevo.
11 Y pondré' mi morada en medio de
vosotros, y mi alma no os abominará «.
18 Y ands^ entre vosotros», y yo
aeoé vuestro Dios, y vosotros sertis mi
pueblo.
13 Yd Jehová vuestro Dios», que os
saqué de la tierra de Egipto, pan que
no fueseis sus ñervos ; y rompí las
coyundan de vuestro yugo^» y os he
hecho andar el rostro alto.
14 ^ Empelo si no me oyereis?, ni
hiciereis todos estos mis mandamientos,
15 Y si abominarsls mis decretos, y
vuestra alma menMiffeciare mis deee-
ehos, no Secutando todos mis manda-
mientos, é invalidando mi pacto,
19 Yo tamMen haré con vosotras esto :
Enviaré sobre vosotros tecror, extenua-
ción y calentura, que consuman los qjoi,
y atormenten el alna : y sembraréis en
balde vuestra simiente r, porque vuestros
enemigos la comerán.
17 Y pondré mi ira sobre vosotros, y
seníis heridos delante de vuestros ene-
nrfoDs; V los que os aborrecen se en-
senóreaBáa de vosotros, y huiréis sin que
baya quien os persiga*.
18 Y si aun con estas cosas no me
oyereis, yo tomaré á castisaros siete ve-
ces mas por vuestros pecados.
19 Y quebrantaré la soberbia de vu-
estra ftnrtaieza, y tomaré vuestro cielo
oomo hiefVDy y
metal:
90 Y vuestra ftiorxa se consumirá en
vanot; que vuestra tierra no dará su
esquilmo, y los árboles de la tiflna no
dwánauíiuto.
Si Y si anduviereis conmigo en opotA-
oion, y no me quisioeis oir, yo aftadixé
sobre vosotros siete veoes mas plagM se-
gún vuestros pecados.
99 Enviaré también eontra veaotres
bestias fleias« que os anafaaten los hi-
jos, y destruyan vuestros animales, y os
apoquen, y vuestros oaaoinos sean de-
siettoa*.
95 Y si con eetas cosaa no me Ikereis
corregidos, sino que anduviereis oon>
migo en oposición,
94 Yo también procedsrc con vosotros
en oposición, y jr os heriré aun siete veoes
por vuestros pecados.
96 Y traeré sobre vosotros espada ven-
gadora, en vindiceoioot^ del pacto mió.* y
os recocéis á vuestras ciudades 1 mas
yo enviaré pestUenoía* cntve vosotros, y
seréis enfriados en mano dri enemigo.
96 Cuando yo os quebrantaré el arrimo
del pan», oocarán diea mitotes vuesixo
pan en un homo, y ot devolverán vu-
estro pan por peso ; y comeréis, y no os
hartaréis 1».
97 Y si oon esto no me oyereis, mas to-
iaoia proeadieveiaooiuBigoan oposición,
98 Yo procederé con vosotros en contra
y con ira, y os oaatigaré aun siete veces
por vuestros peoados.
99 Y comeréis las carnes de vuestros
hijos, y comeréis las carnes de vuestras
hijas «.
80 Y destruiré vuestras altoa', y talaré
vuestras imagines, y pondré 'vuestras cu-
erpos muertos sobre los cuerpos muer-
tos de vuestme ídolos, y asi alma os
abominará.
81 Y pondré vueatna oindades en desi-
erto, y asolaré vuestros santuarios*, y
no oióé la ftaganda de vuestra suwre
perAime.
88 Yo asolaré también la tiena, y se
pasmarán de ella vuestros enemigos que
en ella moran.
88 Y á vosotros os esparciré por las
gentes/, y desenvainaré espada en pos
de vosotros : y vuestra tienra estará aso-
lada, y yennas vucstna oiudades.
84 SxttCmsm la tiena holgará sui sá-
bados todos los días que ettuviere aso-
lada, y vosotros en la tierra de vuestros
eneinjgos; la tienta descansará entdnoes,
y gozará sus sábados j.
8fi Todo d tiempo que estará asolada,
holgará lo que no holgé en vuestras sá-
bados mientras haUtabais en ella.
86 Y á los que quedaren de vosotros
infundiré en sus ooraxcnes tal cobardía,
en la tiena de sus enemigos, que el so.
nido de una hqfa movida los perseguirá,
y huirán como de cnchülo*, y caerán
sin que nadie los persiga.
87 Y tronezarán los unos en los otros,
como ai huyeran delante de cuchillo,
aunque nadie les persiga ; y no podréis
resistir delante de vuestros enendgos i.
38 Y pereceaiéis entre las gentes» y la
tienra de vuestros enemigos oa consu-
mirá.
89 ^ Y los que quedaren de vosotros*
decañán en las tierras de vuestros ene*
misos por su iniquidad; y por l&lniqui>
dad de sus padres deeaenun con ellos :
40 Y coiubsaxán' su iniquidad, y la
iniquidad de sus padres, por su prevari-
cación con que prevaricaron contra mi :
y también porque anduvieron oonmlgo
en oposición,
F9
• Eal.W.1.
«Dea. 9191.
Bs. 6. 17.
' Jmc. ft. «.
L4.
' Sal. la 9S.
U6S.M.
•J«r.9t.l0.
"8al.10K.ie.
Ib.S.1.
Xb.4.18.
y 14. 18.
»Hag.L8.
•S1lay.«.».
Jer. 19. 9.
Lam.2.20.
y4.10.
Bs. S. 10.
rfBs.6.9,13.
«90r.a6.19.
Sal. 74. 7.
/ Dea. 4. 97.
y 38. «4
SaL4i.ll.
'2Cr.36.31.
i Job 1& SI.
• Jase. 3. IV
k Lam. 4. 9.
Bs.4.17.
1 5sb. 9. S.
etc.
Pro. 98. 18.
J«r. S. 95.
Loe. 16.18.
1 Joaa 1. 9.
A.C.14M.
LEVITKX), XXVII.
A.ai4a
Hecfa.7.5L
Bom. 3.39.
•BftLV.fl.
y 61. 8, 4.
Dan. 9. 7.
o 8aL 106.45.
Bs. !«. 60.
i> W.84.U.
«SGr. 86.16.
<■ 8*1.94. 14.
hae. 8. 3L
Jtom. 11. 2.
I ' Loe. L 72,
! 73.
I «ISmb. 1.
11.28.
I Xoclaa.6.4,
i 6.
frKvn.U.16.
Bx.80.)S.
d C»p. &. 7.
' r«r. U,19.
41 Yo tunUan hsbrj andado con ellos
ea oontn, y Io« habrá metido en la ti-
erxB de mi enemigo* t y cntdnoet le
humillatA sa oonucon indnwnelao", y
veoonooeíAn ra peoado«.
42 Y yo me acoidax<é» de mi pacto eon
Jaoob, y aidmitmo de mi pacto «n Isaac,
y también de mi pacto am Abnham me
aooidaré ; y han memotla de la tierra.
43 5 Que ^ tteira estaiá desamparada
de dios, y ¡Migará sos sábades;> estando
yerma á causa de ellos. Mas entietanto
se someterán al castigo de sus iniqui-
dades, por cnanto menospredaxon mis
derechos, y tnvo éL alma die dios fiutidio
de mis estatuto* t.
44 Y aun con todo esto, estando ellos
en tierra de sus enemigos, yo no los
deseché, ni losr abominé para consu-
mirlos, invalidando mi pacto con ellos :
porque yo Jehová «oy ni Dios :
46 Antes me aooroaté de ellos por el
pacto antiguo*, guando los saqué de la
tlem de ^pto 4 ojos de las gentes,
para ser su Dios : Yo JehoTá.
40 Estos son los decretos, derechos, y
leyes que estableció JehorA entre si y
los h|}os de Israel en el monte de Sinai
por mano de Moisés.
CAPITULO XXVII.
X«y» $oir« lo» V0to$ y dittmoi.
Y HABLÓ JchovA A Moisés, dld-
endo:
2 Habla á los h^os de Israel, y dfles • :
Cuando alguno hieiere especial voto á
JehovA, según la estimación de las per-
sonas mu te hayan de exñiur,
8 Asi ser& tu estimación b : en cuanto
al Taron de ^dute afios hasta sesenta, tu
estimación será cincuenta sidos de plata,
según el sido dd santuario «.
4 T si fueK hembra, la estimación será
trdnta sidos.
6 Y si fuere de dnoo alio* hasta Tdnte,
tu estimadon será, respecto al Taron re-
inte sidos, y la hembra diez sidos.
0 Y si fuere de un mes Ixasta cinco
años, tu estimadon será, en orden al
▼aron, dnco sidos de plata; y por la
hembra será tu estimación tres sidos de
plata.
7 Mas si fbere de sesenta afios arriba,
por el varón tu estimadon será quince
sidos, y por la hembra diez sidos.
8 Pero si fliere mas pobre que tu esti-
mación, enténce* oompanoerá ante el
sacerdote, v d sacerdote le pondrá tasa :
conforme a la Aicnltad ^ dd votante le
impondrá tasa el sacerdote.
9 Y Y tlfiíere animal de que se ofrece
ofrenda á Jelwvá, todo lo que se diere
de él á Jehová sem santo.
10 No será mudado ni trocado bueno
por malo, ni malo por bueno: y si se
permutare un animal por otro, él y el
dado por él en cambio serán sagrados.
11 Y si finere algún animal inmundo,
de que no se o&eoe oñrmda á Jehová,
entonces d animal seíA puesto ddante
del sacerdote:
12 Y el sacerdote lo apndará, sea
bueno ó sea malo ; conforme á la esti-
mación dd sacerdote asi sehi.
18 Y silo hubieren de redimir*, afia-
dir&n su quinto sobre tu valuación.
14 5 Y cuando alnno santificare su
casa consagrándola a Jehová. la apreci-
ará d sacerdote, sea buena O sea mala :
segon la apiceiaie el saeenlole, así qae-
dui.
16 Mas d d santificante redimiere sa
casa, afladirá á tu valuación d quinto
dd dinero de ella, y será suya.
10 ^ Y d alguno santUcare de la ti-
erra de sn posesión á Jdiová, tu esCi-'
madon será conforme á lo preíñeo nata
su sembradura: un homer de sembra-
dura de cebada se qpredará en cincu-
enta sidos de plata.
17 Y d santificare sn tierra desde d
año dd Jubileo^ conforme á tu estima-
ción quedará.
18 Mas sí deqmes dd Jubileo/ santlfi.
care su tierra, entonces el sacerdote hará
la cuenta dd dinero conforme á los afios
que quedaren hasta el afio dd Jubileo, y
se reuvjará de tu estimación.
19 Y si el que santificó la tíerra qui-
siere redimirla?, afiadirá á tu estima-
don el quinto del dinero de día, y
quedaráse para él.
20 Mas si él no tedimiere la tierra, y
la tierra se vendiere á otro, no la re-
dimirá mas:
81 Sino qne cuando saliere d Jubileo,
la tierra A será santa á Jehová^ como
tierra consagrada : .y la posedoa* de ella
será dd sacerdote*.
22 5 V si santificare oJ^umo á Jehová
la tierra que él compró, que no era de la
tierra de sn herencia,
88 Entonces d sacódote cdculará oca
él la suma de tu estimadon hasta d afio
del Jubileo t, y aquel dia dará tu señalado
precio, como cosa consagrada á Jehová.
24 En el año dd Jubileo vdverá U
tierra á aquel de quien él la compró,
cuya era la herenda de la tierra >".
26 Y todo lo que apreciares será con-
forme al sido del santuario: el siclo
tiene vdnte óbolos «.
26 Empero el primogénito de loe ani-
males, que por la primogaütura es de
Jehová, nadie lo santifica]» o : sea bn^,
ú oveja, de Jehová es.
87 Mas d fitere de lo* animales in-
mundos, lo redimirán conforme á tn
estimación, v añadirán sobre ella su
Suinto;» : y sí no lo redimieren, se ven-
era conforme á tu estimadon.
28 5 Veto ninguna cosa consagrada.
Sue alruno hubiere santificado á Jehová
e todo lo que tuviere, de hombres, y
animdes, y ae las tierras de sn posesión,
no se venderá, ni se redimirá. Todo lo
consagrado será cosa santísima á Je-
hová.
29 Cualquier anatema de hombres que
ae consagrare, no será redimido : inde-
fectiblemente ha de ser muerto r.
80 ^ Y todas las décimas r de la tierra,
ofi de la simiente de la tierra amo dd
fhito de los árboles, de Jehová son : m
cosa consagrada á Jehová.
81 Y si alguno quidere redimir algo de
sus dédmas, añadirá sn quinto á dfo'.
82 Y toda décima de vacas, ó de ove-
Ss, de todo lo que pasa ei» cuenta bajo
van*, la décima será oonsagrada á
Jdiová.
83 No mirará si es bueno ó mdo, ni
lo trocará: y si lo trocare*, ello y su
trueque serán cosa sagrada; no se re-
dimtíá.
84 Estos eoH los mandamientos oue
ordenó Jehová á Moisés ', para los ni-
Jos de Israel;, en d monte oe Stnai.
/OBP.SS.U
f ver. U.
AOÉpiS&li
S8.
• -nt. 3S.
A3(iim.1U^
BX.4Í.»
,18.
"C»p.2SJ|
»Kx.ao.i'
Niim.3.4
SS.Ü.U
•Bx.U.2,
12.
T32.Sa
«91.19.
Kim.8.11
y 8. 17.
I)en.l5-V
P wr. U, U
i Kam. 3l<
3,8.
ISam-lft
18.33.
•■Gen.2?.2
Knin.lS.2
34.
3Cr.SLJ
6, IX
KelLlS-li
H«L3.8.»
'ver. 13.
( Jer. 33. n
]ti.»).lffi
Mia 7. 14
• ver. 10.
«Hd.4.4
yBx.i9.s;
EL CÜAKTO LIBEO DE MOISÉS,
COVDSMESrrE LLAMADO
LOS NÚMEROS.
ACLltta
fOMLiau.
lCr.2La.
'GqL&lO,
He.
T7.an>,ete.
/BiL4.aa.
MM.l.4.
Loe. 2.31
lCr.27.1C
•le.
:íBl 18.31,
CAPITULO I.
J\r«Mr0df |aMirt«deanii(u lomar fw k«Wa
oi lu frOiM de ivaaL
Y HABLÓ Jehová á Moisés en el
desierto de Sinai «, en el taberná-
culo del testimonio, en el primero del
mes sesundo, en el segundo aik) de su
salida de la tierra de Egipto, diciendo :
8 Tomad b el encabezamiento de toda
la congregación de los hijos de Israel
por sus mnilias, por las casas de sus
padres, con la cuenta de los nombres,
todos los varones por sus cabezas :
3 De veinte afios y arriba c todos los
me pueden salir k la guerra en Israel :
UM contara td y Aaron por sus cua-
drülas.
4 Y estaiá con vosotros un varón de
cada tribu, cada uno que tea cabeza de
la casa de sus padres*'.
5 5 Y estos ton los nombres de los
varones que estarán con vosotros. De
ta tribu de Rubén, Elisurc, h^o de Se-
duer.
6 De Simeón, Selumiel> hUo de ZutÍ-
saddai.
7 De JudA, Nahsón/, lujo de Ami.
nadab.
8 De Isach&r, Nathanael, h^o de Suar.
9 De Zabulón, Eliab, h^o ^^ Helon.
10 De ios h^oe dé Joseph ; de Eph-
raím, Elisama, hijo de Ammiud: de
Manasse, Gamaliel> hi^o de Fhadassur.
11 De Benjamín, Abidan, h^jo de
Gedeon.
IS De Dan, Ahiezer, h^jo de Ammi-
saddai.
13 De Aser, Fhei^el, hijo de Ocran.
14 De 6ad, Eliasaph, h\}o de Dehuel.
15 De Nephthali, Ahira, h^o de Enan.
10 Estos eran los nombrados de la^r
congregación, principes de las tribus de
sos paores, capitanes de los millares de
Israel A.
17 f Tomó pues Moisés y Aaron á
estos varones que fueron declarados por
nw nombres:
18 Y juntaron toda la consregacion en
él psimero del mes segundo, y fueron
xeiuddos por sus linages, por las casas
de sus padres según la cuenta de los
nombres, de veinte aitos y arriba, por
sos cabezas,
19 Como Jehová lo habla mandado á
M oiaes : y contólos en el desierto de
Sinai.
90 Y Y los h^os de Rubén, primo-
génito de Israel, por sus generaciones,
por sus familias, por las casas de sus
padres, conforme á la cuenta de los
nombres por sus cabezas, todos los va-
rones de veinte años y arriba, todos los
que podían salir á la guerra,
SI Los contados de ellos de la tribu de
Bnben, fueron cuaventa y seis mil y
qidnientoB.
SS Y De los h^os de Simeón, por sus
generaciones, por sus fiunllias, por las
casas de sus padres, los contados de ellos
confomae á la cuenta de los nombres por
sn« cabezas, todos los varones de veinte
afios arriba, todos los que podian salir
Alasnenra,
0 Los contados de ellos, de la tribu
nueve
de Simeón, fiíeron cincuenta y
mil y trescientos.
24 ^ De los h^os de Gad, por sus ge-
neraciones, por sus familias, por las
casas de sus padres, conforme á la cu-
enta de los nombres, de veinte afios
arriba todos los que podian salir á la
guerra,
SS Los contados de ellos, de la tribu
de Gad, ^Vieron cuarenta y cinco mil y
seiscientos y cincuenta.
se ^ De los h^os de Judá, por sus
generaciones, por sus familias, por las
casas de sus padres, conforme á la cu'
enta de los nombres, de veinte años
arriba todos los que podian salir á la
guerra,
97 Los contados de ellos, de la tribu
de Judá, Jiuron setenta y cuatro mil y
seiscientos •'.
98 ^ De los h^Joa de Isaeh&r, por sus
generaciones, por sus familias, por las
casas de sus padres, conforme á la cu-
enta de los nombres, de veinte años
arriba todos los que podian salir á la
guerra,
29 Los contados de ellos, de la tribu
de Isachár, fueron cincuenta y cuatro
mil y cuatrocientos.
80 5 !}« los hijos de Zabulón, por sus
generaciones, por sus familias, por las
casas de sus iñdres, conforme á la cu-
enta 4c sus nombres, de veinte años
arriba todos los que podian salir á la
guerra,
81 Los contados de ellos, de la tribu
de Zabulón, fVieron cincuenta y siete mil
y cuatrocientos.
38 ^ De los hijos de Joseph >, de los
hijos de tu hyo Ephraim, por sus ge-
neraciones, por sus famUias, por las ca-
sas de sus padres, conforme á la cuenta
de los nombres, de veinte años arriba
todos los que podian salir á la guerra,
33 Los contados de ellos, de la tribu
de Ephraim, fueron cuarenta mil y qui-
nientos.
34 ^ De los hyos de Manasse, por sus
generaciones, por sus ñimilias, por las
casas de sus padres, conforme á la cu-
enta de los nombres, de veinte años
arriba todos los que podian salir á la
guerra,
85 Los contados de ellos, de la tribu
de ManaSse, fiteron treinta y dos mil y
doscientos.
36 Y De los hijos de Benjamín, por
sus generaciones, por sus familias, por
las casas de sus padres, conforme á la
cuenta de los nombres, de vdnte años
arriba todos los que podian salir á la
guerra,
37 Los contados de ellos, de la tribu
de Benjamín, Jiteron treinta y cinco mil
y cuatrocientos.
88 ^ De los hijos de Dan, por sus ge-
neraciones, por sus familias, por las ca-
sas de sus padres, conforme a la cuenta
de los nombres, de veinte años arriba
todos los que podian salir á la guerra,
89 Los contados de ellos, de la tribu de
Dan, fueron sesenta y dos mil y seteci-
oitos.
40 Y De los hi^os de Aser, por sus gene-
raciones, por sus femlllaa, por las casas
A. a 1490.
• 9Cr. 17.14.
tItoa.8S.17.
A. C. 1490.
IHTMEBOS, IL
{G»p.a6.0i.
CapiS
7 X. SL
£>. 12. 37.
L3á. 2A.
sa. 10. 22:
* Cap. S. K,
y ni. T IV,
1 Cr. VL
yil. «.
• C»p. 8. «,
etc.
Bx.38.2L
l'Cap.lO.lT,
SL
9Cap.18.32.
'-Caía 3.3.
yM.2.
'Cap. 8. 19.
y 18. 46.
ylS. &
18am.&19.
tCap.S.7.8.
ySL8t»,47.
lOr. 28.83.
SCr.lS.lO.
« Cap. 1. 53.
» Cap. 1. 7,
etc.
7 10. 14
i Ur. Z la
Hat 1.4.
Iiiic.8.33,
38.
de sus padres, oonforme k la cuenta
de los noaboes, de vdnte a&n arriba
todos los que podian salir i la guerra,
41 Los contados de ellos, de la tribu
de Aser, fiuran cuarenta y un ndl j
quinientos.
48 5 De los h^os de NephChali, por
sus generaciones, por nis familias, por
las casas de tus padres, confinrme a la
cuenta de los nombres, de veinte años
arriba todos los que podían salir & la
guerra,
48 Los contados de ellosi de la tribu
de Nephthali, fiterxm cincuenta j tres
mil j cuatrocientos.
44 ^ Estos fueron los contados', los
cuales contaron Moisés j Aaron, con
los príncipes de Israel, jue eran doce,
uno por cada casa de sus padres.
45 V fueron todos los contados de los
hyos de Israel por las casas de sus pa-
dres, de veinte anos arriba, todos los que
podían salir á la guerra en Israel,
48 Fueron todos los contados sdsclen-
tos y tres mil quinientos y chicuenta ».
47 5 Pero los Levitas no fueron con-
tados entre ellos s^gun la tribu de sus
padres».
48 Porque habló Jehová & Moisés, di-
ciendo,
49 Solamente no contarás la tribu de
Leví, ni tomarás la cuenta de ellos entre
los h^oB de Israel :
50 Mas td pondrás k los Levitas en el
tabernáculo del testimonio, y sobre to-
dos sus vasos, y sobre todas las cosas
que le pertenecen o : ellos llevarán el
tabernáculo y todos sus vasos, y ellos
servóla en él, v asentarán sus tiendas
al rededor del tabemácnio.
51 T cuando el tabernáculo partiere,
los Levitas/» lo desarmarán; y cuando
el tabernáculo parare, los Levitas lo
armarán: y el estraño que se llegare,
morirá 7.
53 *f Y los h^os de Israel asentarán
sus riendas cada uno en su escuadran,
y cada uno junto á su bandera por sus
cuadrillas'-.
68 Mas los Levitas asentarán las suyas
al rededor del tabernáculo del testimo-
nio, y no habrá* ira sobre la congrega-
ción de los hijos de Israel : y los Levitas
tendrán la guarda dd tabernáculo del
testimonio *.
54 E hicieron los hijos de Israel con-
forme á todas las cosas que mandó Je-
hová k Moisés : así lo hicieron.
CAPITULO II.
Dttpofíeton di l<w atatro eampanuntot vara
Uu tHbaa, al rtdtdor del tabenu^úio, hOeia
los etMtro puntos cardinales (M mioido.
Y HABLÓ Jehová á Moisés y á Aa-
ron, diciendo :
3 Los hijos de Israel acamparán cada
uno junto « á su bandera, según las en-
señas de las casas de sus padres : des-
viados al rededor del tabernáculo del
testimonio acamparán.
8 ^ Estos acamparán al Levante, al
oriente : La bandera del ^éreito de
Judá, disMbuido por sus escuadrones.
T el jefe de los hi^os de Judá será Nah-
son b, t^jo de Aminadab.
4 Su hueste, con los contados de ellos,
son setenta y cuatro mil y seiscientos.
5 Junto A ¿I acamparán los de la tribu
de Isach&r : y el Jefe de los hijos de Isa-
ch&r nrá Nathanael, h^o de Suar.
9 Y su hueste, con sus contados, jon
cincuenta y cuatro mil y cuatrocientos.
7 £m^ la tribu de Zabulón : y el jefe
de los hijos de Zabulón »erá Ehab^ hijo
I de Helon.
8 Y su hueste, con sus contados, ton
ciiiciients y deta mil y cn^trodeotM.
9 Todos los contados en el ejéitílto de
Judá ton eionto ochenta y seis mil y
cuatrocientos, rtpartidot por sus escua-
drones : estos irán dalante*.
10 La baadera del ejército de Raben
ettará al Mediodía por sus escuadrones :
y el jefe de los hUos de Bnben terá £U-
sur, hijo de Sedeur.
11 Y su htMste, sus oontailos, ton cua-
renta V seis nll y quinientos.
13 Y acamparán junto á ÓI los de la
tribu de Simeón : y el Jefe de los h^Jos
de Simeón terá Selumlei, hi^o de Zuri-
saddai.
18 Y su hueste, con los contados de
ellos, ton cincuenta y nueve y mil y
trescientos.
14 Después la tribu de Oad. Y él Jefe
de los hijos de Qaá terá EUaaaph, h^o
de Rehuel.
15 Y su hueste, con los contados de
ellos, ton cuarenta y cinco mü seiscien-
tos y dncuenta.
10 Todos los contados en ^ ^ércHo de
Rubén son ciento cincuenta y un mil
cuatrocientos y cincuenta, repartídoi por
sus escuadrones : etiot irán los segundos il. .
17 T Luego irá el tabernáculo dd tes-
timonio*, el campo de los Levitas en
medio de los ejércitos : de la manera
que asientan el campo, asi caminarais,
cada uno en su lugar, junto á sus ban-
deras.
18 La bandera del ej^cito de Bphraim
por sus escuadrones, ettará al Occidente :
y el jefb de los h^os de Ephraim terá
Elisama, h^o de Ammlud.
19 Y su hueste, con los contados de
ellos, ton cuarenta mil y quinientos.
30 Junto á ¿1 estará la tribu de Ma-
nasse : y el Jefe de los h^os de Manasse
terá Qamalieúi, hijo de Pedasur.
31 Y su hueste, 6on los contados de
ellos, ton treinta y dos mil y doscientos.
ÉS Luego la tribu de Beí^amin. Y el
jefe de los hijos de Beqjamin terá Abi-
dan, h^o de Oedeon.
33 Y su hueste, con los contados de
ello<i, ton treinta y cinco mil y cuatro-
cientos.
34 Todos los contados en el ejército
de Ephraim ton dentó ocho mil y ciento,
reparftdos por sus escuadrones: estos irán
los terceros/.
36 5 I'A bandera del cjérdto de Dan
estará al Aquilón por sus escuadrones :
y el Jelfe de los hijos de Dan terá Ahi-
ezer, h^ de Ammisaddai.
38 Y su hueste, con los contados de
ellos, ton sesenta y dos mil y setecientos.
37 Junto á él acamparán los déla tribu
de Aser : y el jefe oe los hijos de Aser
terá Phcglel, hijo de Ocran.
38 Y su hueste, con los contados de
ellos, son cuarenta y un mil y quinientos.
39 Luego la tribu de NephthaU. Y el
jefe de los hijos de NephthaU terá Ahi-
ra, htjo de Enan.
80 x su hueste, con los contados de
ellos, ton cincuenta y tres mil y cuatro-
cientos.
31 Todos los contados en el ejército de
Dan «on dentó cincuenta y siete mil y
seisdentos : ettotf Irán los postreros tras
sus banderas.
83 "f Estos son los contados de los h^os
de Israel por las casas de sus padres :
todos los contados por ^érdtos, por sus
escuadrones, ton seisdentos y tres mil
quinientos y cincuenta*.
88 Mas lo Leritas no ftaferon contados
entre los hijos de Israel, como JtfioTá
lo mandó A Moisés. I
JL Cliso;
I^MEBOS, tít.
A.'e.iuk
>Sx.&!
etc.
lGr.lLa.
I 3ULZ4.
• 'ICr.K.»,
jli«,7.
, Heh.ia.19.
I .
I • «r. 41.
■ Gi^8.lft.
<C»pLKflt
1z.6.Ul
lO.CI.
84 S Uderan Im I^Jm de Israel con.
ibrme á todas la> coaas qne Jehovi
mandó á M oiies : así asentaron el cam>
po por ana banderas, f asi marcharon
cada ano por sos fkndliasj scgnn las ca>
aas de sus padres '.
CAPITULO III.
JMtUma Diet para m tervMo á ¡a» Léniaa
«I tttfor ib (M príwtogénilo*. Mtmda fiw
•« mórfcN; y <¡*m m meuteN ton «na •Mina
ib dfiMTo Im primoatnitot ftu aobrtpitfeH
ai turnen de toe Levitae.
Y ESTAS mm las generaciones de
Aaron y de Moisesi desde que Je-
hoTá habló á Moisés en el monte de
Slnal.
ir Y estos ton los nombres de los hfjo»
de Aaron : Nadab • el primogénito ¡ ;
Abiil, Ele«tzar, é Itharoar.
8 Sstos «pn los nombres de los h^os
de Aaron sacerdotes unsldos, cuyas
manos él hinchió para administrar el
sacerdocio h.
4 Mas Nadab y Abill murieron « de>
laxite de Jehová, cuando ofirecleron
fneso entraño delante de Jehová, en el
desierto de Sinai : y no tuTieron h^os :
y Eleazar é Ithamar ^ercieron el sacer-
docio d^ante de Aaron su padre.
5 TV JAoTá habló á Bfolses, diciendo :
6 Haz llegar & la tribu de Leví', y
hazla estar delante del sacerdote Aaron,
para qne le administren.
7 T desempeiten in cargo « y él cargo
de toda la congregación delante del ta-
bernáculo del testimonio, para servir en
d ministerio del tabernáculo/:
8 Y guarden todas las albinas del ta-
bernáculo del testimonio, y lo encargado
á éOoa de los hUos de Israel, y adminis-
tren en el serrleio del tabenu'iculo.
9 Y darás los Levitas á Aaron, y á sus
: - id<
entre los 14]os de Israel
UlJos n : le son enteramente dados de
10 Y constituirás á Aaron y & sus h^os^
para que f>)erzan su sacerdocio : y el es-
traflo que se llegaré, morirá A.
11 5 Y habló JdioTá á Moisés, di-
ciendo :
12 Y bé aquí yo he tomado los Levitas i
de entre los h(jos de Israel en lugar de
todos los primogénitos que abren la ma-
triz entre los hijos de Israel : serán pues
mios los Levitas,
13 Porqde mió es todo primogénito k;
desde el día que yo maté todoí los pri-
mogéidtos en la tierra de Egipto, yo
santifiqué á mí todos los primogénitos
en Israd, así de hombres como de ani-
males ; míos serán : Yo Jehová.
14 5 Y Jehová habló á Moiies en el
desierto de Sinai, diciendo :
15 Cuenta los hijos de Leví por las
casas de sus padres, por sus familias :
contarás todos los varones de un mes
aniba^
10 Y Moisés los contó conibrme á la
palabna de Jehová, como le fué man-
dado.
17 Y los hUos de Leví >" foeron estos
Kr sos nombres : Gerson, y Coath, y
enuri.
18 Y los nombres de les h^os de Oer-
son, por sus fkmüias, «m estos : Libni,
y Simel.
19 Y los hijos de Coath por sus &-
millas, Amram, é Izhar, y Hebron, y
Uzzid.
80 Y los hUos de Merari por sus fa-
milias, Mahali, v Musi. Estas eon las
fsmillas de Levi por las casas de sus
tndres*
91 T De Genon ^ la bmilia de
Libnl, y la de Sime!. Estas eon las
CunOlBS deOerson.
89 Los contados de ellos eonfcrme i
la cuenta de todos los varones de un
mes arriba, los contados de ellos fatnm
siete mil y quinientos.
88 Las fkmüias de Gerson asentarán
RUS tiendas á espaldas del tabernáculo,
al Occidente.
94 Y el Jefe de la casa del mdie de los
Oersonltas etrá Sliasaph, hUo de Lael.
85 A cargo de los h^os de Oersen*.
en el tabernáculo del testimonio, tetara
el tabernáculo •, v la^ tienda, y su cu-
bierta, y el pabellón de la pneita del
tabernáculo ael testimonio,
86 Y las cortinas del atrio r, y él pa-
bellon de la puerta del atrio que ettá
junto al tabernáculo, y junto al altar
al rededor ; asimismo sus cuerdas para
todo su lerrieio.
87 5 Y de Coath «-yuá la Annllia Am.
ramifica, y la fkmilia Iteharltica, y la
familia Hebronitlca, y la fkmilia Ozfel-
itica. Estas eon las ftmiHas Coathttas.
88 Por la cuenta de todos los varones
de un mes arriba, tran ocho mil y seis-
cientos, que tenían la guarda del san-
tuario.
89 Las IkmiUas de los h^es de Coath
acampurán al lado del tabemáealo», al
Mediodía.
30 Y el Jefe de la casa del padre de las
fiímilias de Coath, Mrd Eiisaphan, hijo
de Uzziei.
81 Y á cargo de ellos e$tafá él aroa*, y
la mesa *, y el candclero, y los altaras *,
y los vasos del santuario con que mlnls-
tican, y el velo y, con todo su servicio.
38 Y el principal de los Jefes de los
Levitas eerá Eneazar, t^jo de Aaron al
sacerdote, prepósito de los que tienen la
guarda del santuario.
83 ^ De Merari * fui la fiunllia Maha-
litica, y la familia Musitloa. Estas /di-
eron las familias de Merari.
84 Y los contados de ellos, conforme á
la cuenta de todos los varones de un
mes wriba,iberaii seis mil y doscientos.
85 Y el iefe de la casa del padre de las
femilias de Merari eerá Sunél, hQo de
Abihail: ettoe acamparán al lado dd
tabernáculo •, al Aquilón.
36 Y á cargo de los h^os de^ Merari
tetará la custodia de las tablas del ta-
bernáculo, y sus barras, y sus columnas,
y sus basas, y todos sus talu enseres, con
todo su servicio :
37 Y las columnas en derredor del
atrio, y sus basas, y sus estacas, y sus
cuerdas.
38 5 V los que acamparán delante del
tabernáculo al Oriente, delante del ta-
bernáculo del testimonio al lavante,
eerán Moisés, y Aaron, y sus hijos, te-
niendo la guarda del santuario < en lu-
gar de los nljús de Israel : y el éstraSo
que se acercare, morirá*'.
39 Todos los contados de los Levitas,
que Moisés y Aaroq, conforme á la pa-
labra de Jehová, contaron por sus &-
millas, todos los varones de un mes
arriba /i<rron veinte y dos mil *.
40 ^ Y Jehová dijo á Moisés : Cuenta
todos los primogénitos varones de los
hijos de Israel de un raes arriba, y toma
la cuenta de Tos nombres de éllos/.
41 Y tomarás los Levitas para mí. Yo
Jehová, en lusar de todos los primogé-
nitos de los hijos de Israel : y^ los ani-
males de los Levitas en lugar de todos
los primt^enitos de los animales de los
hyos de Israel.
48 Y contó Moisés, como Jehová le
mandó, todos los primogénitos de los
h^os de Israel.
43 Y todos los primogénitos -varones.
•Cap. i. 81,
98.
•1Z.9S.8.
P la. 96. 1.
•ta
tBx.8r.9.
Stc
•■IGr. 90.98.
'C«p.Lfi8.
t Kz. 96. 10.
•Ix.a8w98,
8L
• Bz. 97. 1.
y80.1.
rBz.9eL8X
«lCr.e.18.
'CapLS.
» Cap. 4. SU
« ver. 7, 8.
'ver. 10.
«Gap 98. «a.
/ver. 1&
A.<ai4M.
NVM£BOS,rV^
A.C1^0.
^■WK.tL
• Capu 18.11!.
BZ.18.1&
Lev. 27. &
<Bx.80.18.
JjOT. 27. 25.
X>. iS. 12.
o Oaiv 8. 24.
1 Gr. 23. 8(
34.87.
» Bx. 26. 81.
Heb.9.&
7 10.20.
«BX.2&1J0.
16.
7,8.'
«Bx.25.28,
80.
liOT.31.S,8.
/Bz.36.81.
S8.
«Bx.30.1.5.
eonfonne á la cueita de lo* nombres,
de un me* arriba, los contados de ellos
foeron veinte y dos mil doscientos y
setenta y tres.
44 Y habló JehoT& á Moisés, diciendo :
45 Toma los Levitas en lugar de todos
los primogénitos de los hijos de Israel *,
y ios animales de los Levitas en lugar
de sus animales; y los Levitas serán
mios: YoJehov&.
46 Y por los rescates» de los dosci-
entos y setenta y tres, que sobreptúan á
los Levitas los pzimogtmitos de los h^os
de Israel,
47 Tomarás cinco slclos por cabeza A;
conforme al siclo del santuario tomarás :
el siclo Htne veinte óbolos 1.
48 Y dar&s á Aaron y á sus hijos el
dinero por los rescates de los que de
ellos sobran.
49 Tomó pues Moisés el dinero del
rescate de los que resultaron de mas de
los redimidos por los Levitas.
60 Y recibió de los primogénitos de
los hijos de Israel en dinero, mil tres-
cientos 7 sesenta y cinco ticUu, conforme
al siclo del santuario.
fil Y Moisés dio el dinero de los res-
cates á Aoron y á sus hijos, conforme al
dicho de Jehová, según que Jehova ha-
bia mandado á Moisés.
CAPITULO IV.
DütríbuHon de lo$ eargos ú ofieio» dA táber-
fldrenlo «níra la» iré» familia» de io» Levita».
Y HABLÓ Jehová á Moisés y á Aa-
ron, diciendo :
2 Toma la cuenta de los hijos de Coath
de entre los h^os de Le vi, por sus fami-
lias, por las casas de sus padres :
3 De edad de treinta añosa y arriba
hasta cincuenta años, todos los que en-
tran en compañía para hacer servicio en
el tabernáculo del testimonio.
4 ^ Este »erá él oficio de ios hijos de
Coath en el tabemáctilo del testimonio,
en el lugar santísimo :
5 Cuando se hubiere de mudar el
campo, vendrá Aaron, y sus hijos, y
desarmarán el velob de la tienda, y
cubrirán con él el arca del testimonio «:
6 Y pondrán sobre ella la cubierta de
pdos de tejones, y extenderán encima
el paño todo de cárdeno, y la pondrán
sus varas d.
7 Y sobre la mesa« de la proposición
extenderán el paño cárdeno, y pondrán
sobre ella las escudillas, y las cucharas,
y las copas, y los tazones para libar : y
d pan continuo estará sobre ella.
8 Y extenderán sobre ello el paño de
carmesí colorado, y lo cubrirán con la
' cubierta de pieles de tejones ; y la pon-
drán sus varas.
O Y tomarán un paño cárdeno, y cu-
brirán el caudelero/ de la luminaria, y
sus candilejas, y sus despabiladerds, y
sus platillos, y todos sus vasos del aceite
con que se sirve :
10 Y lo pondrán con todos sus vasos en
una cubierta de pieles de tejones, y lo
colocarán sobre unas parihuelas.
11 Y sobre el altar de oro extenderán
el paño cárdeno;, y le cubrirán con la
cubierta de pieles de tejones, y le pon-
drán sus varales.
IS Y tomarán todos los vasos del ser-
vicio A, de que hacen uso en el santuario,
y los pondrán en un paño cárdeno, y los
cubrirán con una cubierta de pieles de
t^ones, y los colocarán sobre unas pari-
huelas.
18 Y quitarán la ceniza del altar, y ex-
tenderán sobre él un paño de pdipura:
14 Y pondrán sobré él todos sus in-
strumentos! de que se sirve; las paletas,
los garfios, los braseros, y los tazones,
todos los vasos del altar : y extenderán
sobre él la cubierta de pieles de t^ones,
y le pondrán ademas las varas.
15 Y en acabando Aaron y sus h^os de
cubrir el santuario, y todos los vasos del
santuario, cuando el campo se hubiere
de mudar, vendrán después de ello los
h^os de Coath * para conducir : mas no'
tocarán alguna cosa santa, que morirán,
m Estas aeran las carnts de los h^jos de
Coath en el tabernáculo del testimonio.
16 Empero al cargo de Eleazar, hijo
de Aaron el sacerdote, ufará el aceite «
de la luminaria, y el perfume aromá-
tico«, y el Presente continuo j>, y .el
aceite de la unción ; el cargo de todo f
el tabernáculo, y de todo lo que está en
él, en el santuario, y en sus vasos.
17 Y habló Jehová á Moisés y á A-
aron, diciendo :
18 No cortaréis la tribu de las familias
de Coath de entre los Levitas :
19 Mas esto haréis con ellos, para que
vivan, y no mueran cuando llegaren al
lugar santísimo : Aaron y sus hijos ven-
dnn, y les pondrán á cada uno en su
oficio, y en su cargo.
90 No entrarán para ver, cuando cu-
brieren las cosas santas, que morirán r.
21 «[ Y habló Jehová á Moisés, dici-
endo:
22 Toma también la cuenta de los
h^os dé Gerson por las casas de sus
padres, por sus familias.
23 De edad de treinta aflos arriba hasta
cincuenta años los contarás ; todos los
que entran en compañía para hacer ser-
vicio en el tabernáculo del testimonio.
24 Este será el oficio de las fiuxülias de
Qerson, para ministrar, y para llevar*.
S5 Lievariiin las cortinas del taberná-
culo <, y el tabernáculo del testimonio,
su cubierta, y la cubierta de pieles de
t^ones, que ettá sobre él encuna, y el
Sahellon de la puerta del tabernáculo
el testimonio «,
26 Y las cortinas del atrio*, y el pa-
bellón de la puerta del atrio y, que ettá
cerca del tabernáculo y cerca del altar
al rededor, y sus cuerdas, y todos los in-
strumentos de su servicio, y todo lo que
será hecho para ellos : así servirán.
27 S^gun la orden de Aaron y de sus
hijos será todo el ministerio de los hijos
de Gerson en todas sus cargas, y en
todo su servicio: y les encomendaréis
en guarda todas sus cargas.
88 Este es el servicio de las fiunilias de
los hijos de Gerson en el tabernáculo
del testimonio: y el cargo de ellos e«-
tara haio la mano de Ithamar >, h^o de
Aaron ei sacerdote.
89 f Contarás adema* los h^os de Me-
rari por sus familias, por las casas de
sus padres.
80 Desde el de edad de treinta años y
arriba, hasta el de cincuenta años, los
contarás «; todos los que entran en com-
pañía para hacer servicio en el taberná-
culo del testimonio.
31 Y este «era el deber de su cargob
Sara todo su servicio en el tabernáculo
el testimonio : llevarán las tabltts del
tabernáculo «, y sus barras, y sus colum-
nas, y sus basas,
82 Y las columnas del atrio al rededor,
y BUS basas, y sus estacas, y sus cuerdas,
con todos sus instrumentos, y todo su
servicio: y contaréis por sus nombres
todos los vasos de la guarda de su cargo.
33 Este aera el servicio de las fiuniUas
de los hijos de Merari pan todo su mi-
nisterio en el tabernáculo del testimo-
f Ex. 88. 3.
fcCap.7. 9.
yia21.
itir.l&S.
1&
/3Sam.6.
6,7.
■*Capb3.81.
«Sx.35.6.
Iiev.ai.2.
«Bz.80.84.
fSx.89. 4a
SBx.9a23.
'16wDa.6.19.'
' Cap. S. 25. 1
26.
(Bx.aB.1,7.:
«Bz.36.36.
"Bx.37.9.
VBz.37. 16.
ver. 88.
ver. 8.
» Cap. 3. 86.Í
87.
«Bx.aG.]&.|
NUtfEBOB, y.
A.C1«&
nio, 1nv}o Is mano de Ithsmsr, h^ de
Aaron el sacerdote.
84 5 Molset pues, y Aaron, y los Jefies
de la congregación, contaron los h^os
de Coatfa por sus familia*, ; por las ca-
sas de sus padres,
35 Desde el de edad de trdnta años
arriba hasta el de edad de cincuenta
aflos'; todos los que entran en com*
naflía para ministrar en el tabernáculo
del testimonio.
38 Y ftieron los contados de ellos por
sos fiunilias dos mil setecientos y cin-
cuenta.
37 EttotfiíeroH los contados de las &•
múias de Coath, todos los que ministran
en d tabonáculo del testimonio, los
«ules contaron Moisés y Aaron, como
lo mandó Jehová por mano de Moisés.
38 Y los contados de los hijos de Oer-
son por sus üsmilias, y por las casas de
sus padres,
89 Desde el de edad de treinta aflos
axiiba hasta el de edad de cincuenta
«ños, todos los que entran en compañía
para ministrar en el tabemácolo del
testinumio;
40 Los contados de ellos por sus fií-
milias, por las casas de sus padres, fa-
ena dos mil y seiscientos y treinta.
41 Estos jon los contados de las fií-
milias de los h^os de Gerson, todos los
que ministran en el tabem&culo del
testimonio, los cuales contaron Moisés
y Aaron por mandado de JehoT&.
48 Y los contados de las fiunilias de
los hijos de Merari, por sus fiunilias,
por las casas de sus padres,
48 Desde el de eoad de treinta aflos
arriba hasta el de edad de cincuenta
aflos, todos los que entran en compa&ía
¡Nua ministrar en el tabem&culo del tes-
timonio j
44 Los contados de ellos por sus ftmi»
lias fueron tres mil y doscientos.
46 Estos fitenn los contados de las
familias de los h\)os de Merari, los cu-
ales contaron Moisés y Aaron según lo
mandó Jéhová por mano de Moisés.
40 Todos los contados de loa LeTitas,
que Moisés y Aaron, y los jefes de Is-
rael contaron por sns familias, y por las
casas de sus padres,
47 Desde á de edad de treinta afios
arriba hasta el de edad de cincuenta
aflos*, todos los que entraban para mi-
nistrar en el sexTicio, y tener cargo de
obia en el tabemAculo del testimonio,
48 Loa contados de ellos fueron ocho
mil quinientos y ochenta.
40 Como U» muido JehoTá por mano
de Moisés fueron contados; cada uno
según su oficio, y s^gun su cargo, los
cuales contó él como le ftié mandado.
CAPITULO V.
Im imnmn* ha» de talar fvura áA campa-
mntío: leyes «obra la re$tUueüm y tolire
loe etUte»
YJEHOVA habló & Moisés, dici-
endo:
8 Manda & los hijos de Israel que
echen del campo & todo leproso*, y &
todos los que padecen flt^o de sémenb,
y & todo contaminado sobre muerto «.
8 Así hombres como mujeres echa.
léts: ñiera del campo los echaréis',
poique no contaminen el campo de
agnellot entre los cuales yo habito «.
4 E hieiéronlo así los hijos de Israel,
qne loa echuon fuera del campo : como
Jehorá dijo Moisés, así lo hicieron los
liQes de Israel.
5 5 Ademas háUÓ Jehofá & Moisés,
6 Habla & los hijos de Israel, y diUe:
El hombre ó la mi^er qne cometieren
alguno de todos los pecaoos de los hom •
bMs. haciendo prerturicaclon contra Je-
hova, y delinquieie aquella persona/,
7 Confissar&n g su pecado que cometi-
eron, y A compesarán su ofensa entera-
mente, T aflaairán su quinto sobre ello,
y lo daian á aquel contra quien pecaron.
8 Y si aquel hombre no turiere pari-
ente, al cual sea resarcida la ofensa,
daráae la indemnización del agravio a
JehoTá, al sacerdote, á mas deTcamero
de las expiaciones, con el cual hará ex-
piación por el delineueaie.
9 f Y toda ofrenda de todas las cosas
santas que los hijos de Israel presenta-
ren al sacerdote', suya será.
10 Y lo santificado de cualquiera será
suyo : asimismo lo que cualquiera diere
al sacerdote, suyo aorá.
1 1 ) Y JehoTá habló á Molses^didendo :
19 Habla á los hHos de Israel, y díles:
Cuando la nu^er de alguno se desman-
dare, é hiciere traición contra él,
18 Qne alguno se hubiere echado * oon
ella en carnal avuntamicnto, y su ma-
rido no lo hubiere visto, por haberse
ella contaminado ocultamente, ni hu-
biere testigo contra ella, ni ella hubiere
sido cogida e» d aebn
14 Si viniere sobre él espíritu de celo',
y tuviere celos de su mujer, habiéndose
ella contaminado ; ó viniere sobre él es-
Ítíritu de celo, y tuviere celos de su mu-
er, no habiéndose ella contaminado ;
15 Entonces d marido traerá su mt^er
al sacerdote, y traeré su oftwada oon
ella, la décima parte de un epha de
harbaa de cebada : no <» echará sobre
ella aceite, ni pondrá sobre ella inci-
enso ; porque es presente de celos, pre-
sente de recordación, que trae en me-
moria pecado*.
16 Y el sacerdote la hará acercarse, y
la hará poner delante de Jehová.
17 Luego tomará el sacerdote del agua
santa en un vaso de barro ; tomará tam-
bién el sacerdote del polvo que hubiere
en el suelo del tabernáculo, y echarálo
en el agua.
18 Y hará el sacerdote estar en pié á la
mvjet delante de Jehová, y» descubrirá
la cabeca de la m^jer, y pondrá sobre
sus manos el presente de la rdcordacion,
2ue u el presente de celos ; y el sacer-
ote tendrá en la mano las aguas amar-
gas que acarrean maldición.
li^ y el sacerdote la conjurará, y le
dirá : Si ninguno hubiere dormido con-
tigo, V si no te has apartado de tu ma-
rido a inmundicia, libre seas de estas
aguas amargas que traen maldición :
90 Mas si te has descarriado de tu
marido, y te has amancillado, y alguno
hubiere tenido coito contigo mera oe tu
marido,
SI (El sacerdote coQJurará á la mi^er
con^ juramento de maldición, y dita á
la mujer mUmaf) Jdbová te dé en mal-
dición, y en conjuración en medio de tu
pueblo, haciendo Jehová á tu muslo que
c^<ii y á tu vientre que se te hinche ;
88 Y estas aguas que dan maldición
entren; en tus entrólas, y hagan hin-
char tu vientre, y caer tu mudo. Y la
miger dirá. Amen, Amenr.
88 Y el sacerdote escribirá estas mal-
diciones en un libro, y las borrará con
las aguas amargas :
84 Y dará á beber á la tau^er las aguas
amargas que traen maldición, y las aguas
qu9 obran maldición entrarán en ella por
85 Después tomará á sacerdote de la
mano de la mv^er el presente de los
/Iisv.6.a.
'Lev. S.5.
7 88.40.
Jos. 7. 19.
Jot & 87.
Bd.89.S.
Pro. 88.18.
lJvaBl.9.
AI«v.8.S,7.
y 7. 7.
•'Gm.IS.8.
I.9B.9B.
Lev. 7. e,
14.
Xi.44.aR,
80.
lOor.a.18.
il Lev. 18.80.
lpM.e.84.
Sft.
CaDi8.«.
•Lev. S. 11.
•1 Bey. 17.
18.
Bi.a».l«.
Beb.10.3.
«Beb.13.4.
y Jos. 8. 86.
Neh.l&a»i
1 Baos. 11.
34,
<8b1.1O0J8.
r Dea. 3746.
A.C1400.
KUlíEBOS, VI, vn.
A.CL14ML-
* Lev. 8. 87.
(L9T.2.S,9.
«Dea. 88.87.
Ja. Vi. IB.
Jar. 34. 9.
y 39. 18, 23.
7 42.18.
Zac. 8. 18.
« Sd. 118.9.
<>Jaec.l8.5.
Hech.21.
28,24.
i Aia.9.ia.
Lac. L Ifi.
«Jnoc. 16.17,
19.
ISmíi.1.
11.
d Ctm. 9. 9.
Ltí. 11, 16.
)T. 21. 1,
2.U.
«2 Cor. 6. 17,
18.
/Hech.18.
18.
' LeT. 6. 7.
y 14. 22.
y 15. 14, 39.
A Lev. 5. 6.
f Hech.SL
26.
l! Lev. 4. 8,
38,82.
BilBl.1.18,
14.
lPed.1.19.
celos, 7 » mecer&lo delante de JehoT&, y
lo ofrecerá delante del altar.
38 Y tomari el sacerdote un poftado
del presente en memoria de ellat, y lo
quemará sobre el altar, y después dará á
beber las aguas á la mujer.
íTDarále pues á beberías guas; Tserá,
que si fuere inmunda, t hubiere hecho
traición contra su marido, las aguas que
obran maldición entrarán en ella en a-
margura, y su vientre se hinchará» y
caerá su muslo : y la tal mujer será por
maldición en medio de su pueblo «.
28 Mas si la majer no ftiere inmunda,
sino que estuTlere limpia, ella será Ubre,
y será fecunda'.
29 Esta es la ley de los celos, cuando la
mujer hiciere traición á su marido, y se
amancillare;
30 O del marido, sobre el cual pasare
espíritu de celo, y tuviere celos de su
mujer : presentarla entonces delante de
Jehová, y el sacerdote Secutará en ella
toda esta ley.
81 T aquel varón será libre de iniqui-
dad, y ]». mujer llevará su pecado.
CAPITULO VI.
/inM(tte<oii y ooMograeiom de Jos Nauario».
Fármula que debia vtar A $aeerdote al bm-
dutr tUfvMo.
Y HABLÓ Jehová á Moisés, dici-
endo:
S Habla á los hijos de Israel, y díles :
£1 hombre, ó la mtger, cuando se apar-
tare haciendo voto de Nazareo a, para
dedicarse á Jehová,
3 Se abstendrá de vino, yb de sidra:
vinagre de vino, ni vinagre de sidra no
beberá ; ni beberá algún licor de uvas ;
ni tampoco comerá uvas frescas ni secas.
4 Todo el tiempo de su Nazareato, de
todo lo que se hace de vid de vino, desde
los mnülos hasta el hollejo, no comerá.
5 Todo el tiempo del voto de su Na-
zareato no pasará navaja sobre su ca-
beza, hasta que sean cumplidos los dias
de su apartamiento á Jehová e: santo
será, y dejüá crecer las gued^as del
cabello de su cabeza.
6 Todo el tiempo que se apartare á Je-
hová, no entrará á persona muerta <(.
7 Por su padre, ni por su madre, por
su hermano, ni por su hermana, no se
contaminará con ellos cuando murie-
ren : porque consagración de su Dios
tiene sobre su cabeza.
8 Todo« el tiempo de su Nazareato será
santo á Jehová.
9 Y si alguno muriere muy de repente
junto á él, contaminará la cabeza de su
Nazareato : por tanto el dia de su puri-
ficación/ raerá su cabeza; al séptimo
dia la raerá.
10 Y el dia octavo traerá dos tértolas,
ó dos palominos; al sacerdote, á la pu-
erta del tabernáculo del testimonio :
11 Y el sacerdote hará el uno en ex-
piación, y el otro en holocausto: y ex-
piarálo de lo que pecó sobre el muerto,
y santificará su cabeza en aauel dia.
12 Y consagrará á Jehová los dias de
su Nazareato, y traerá un cordero de un
aflo en expiación por la culpa ; y los dias
primeros* serán anulados, por cuanto
filé contaminado su Nazareato.
13 Esta es pues la ley del Nazareo : El
dia que se cumpliere el tiempo de su
Nazareato •', venará á la puerta del ta-
bernáculo del testimonio,
14 Y ofrecerá por su ofrenda á Jehová
un cordero de un afiok án tacha en ho-
locausto, y una cordera de un aflo sin
defecto en expiación, y un camero sin
16 Ademas un canastillo de eenoeflBi«,
tortas de flor de harina amasadas con
aceite, y hojaldres cencefias untadas eon
acdte», y su presente, y sus libaciones".
18 Y el sacerdote lo ofrecerá delante de
Jehová, y hará su expiación y su holo-
causto.
17 Y ofipeeerá el camero en sacrificio
de paces á J^ová, con el canastillo de
las cenceñas: ofrecerá asimismo el sa-
cerdote su presente, y sus libaciones.
18 Entonces el Nazareo/* raerá á la
puerta del tabernáculo del testimonio la
cabeza de su Nazareato, y tomará los
cabellos de la cabeza de su N&zareato,
y los pondrá sobre el taego que etiá de-
bajo del sacrificio de las paces.
19 Después tomará él sacerdote la es*
paldilla cocida del camero 9, y una torta
sin levadura del canastillo, y una hojal-
dre sin levadura r, y pendíalo todo sobre
las manos del Nazareo, después que fu-
ere raido su Nazareato.
80 Y el sacerdote mecerá aquello por
ofírenda agitada delante de Jehová; lo
cual será cosa santa perteneciente al sa-
cerdote, á mas del pecho mecido, y de
la espaldilla separada : y después podrá
beber vino el Nazareo.
21 Esta et la ley del Nazareo que hi-
ciere voto de su ofrenda á Jehová por
su Nazareato, á mas de lo que su mano
alcanzare : según el voto que hiciere, aaí
huá conforme á la ley de su Nazareato.
22 ^ Y Jehová hablé á Moisés, dici-
endo:
23 Habla á Aaron, y á sus hijos, y
díles : Así* bendeciréis á los h^os de
Israel, diclendoles,
24 JehO'^á te bendiga', y te gaarde« :
25 Haga resplandecer Jehová su ros-
tro * sobre tí, y haya de tí misericordia jr :
26 Jehová alze á tí su rostro, y ponga
en tí paz.
27 Y pondrán mi Nombre sobre los
hi^os de Israel, y yo los bendeciré «.
CAPITULO VII.
Ofrendoi d» lo» prúndpea de leu doce trüma
de lerael en la dedicación dtl tabemtíeulo y
del altar. Dio» haUa a Moitet deade d pro-
piciatorio. ^
Y ACONTECIÓ, que cuando Moisés
hubo acabado de levantar el taber-
náculo, yo ungídolo, >y santificádolo,
con todos sus vasos; y asimismo un>
gldo y santificado el altar, con todos sus
vasos,
2 Entonces los príncipes de Israel e,
las cabezas de las casas de sus padres,
los cuales eran los príncipes de las tri-
bus, que estaban sobre los contados,
ofrecieron,
8 Y trajeron sus ofrendas delante de
Jehová; seis carros cubiertos, y doce
bueyes ; por cada dos príncipes un carro,
y cada uno un buey, lo cual ofrecieron
delante del tabernáculo.
4 Y Jehová habló á Moisés, diciendo :
5 Tómab de ellos, y será para el ser-
vicio del tabernáculo del testimonio ; y
lo darás á los Levitas, á cada uno con-
forme á su ministerio.
0 Entonces Moisés recibió los canos y
los bueyes, y diólo á los Levitas.
7 Dos carros y cuatro bueyes dio á los
h(jos de Gerson conforme á su minis-
terio'':
8 Y á los hijos de Mérari dio los cuatro
carros y ocho bueyes conforme á su mi-
nisterio ', bajo la mano de Ithamar, h^o
de Aaron el sacerdote.
9 Y á los hyos de Coath no dio nada/,
porque llevaban sobre sí en los hombros
el servicio del santuario.
>Lev.a.4w
Ex. 39. 2.
7 7.10.
P Hedí. 21.
24.
«ISwn.
1&
«'Xx.as,
28.
2%
* Lev. 9. 22.1
Dea. 10. 8.1
T2L6.
Jos. 8. 83.
ICt.28.13^
(8*1.184.8-1
••Bal. 121.7
JUMI 17.11
«Itel. 8L16,
y 67. 1.
780.8, 7. 19J
▼ 119. LiS.]
Du. 9. 17.1
V 8áL 29. U.
la. 36. 8, 12
Juan 14.27.
FU. 4.7.
27^.8.16
■Cap. 33. 20)
8aL 67. 7.
T115.124S
Hecli.8.26
ET. 1.8.
i
' Bx. 40. 17i
ftLev.8.10|j
n.
•Cap. 1. 4,
etc.
•<Caik4.21«
38.
/Oap.4.4»
16.
-^có «amera, tíoa> mta¿« di
n Un tecno, ID «nKK, un corten
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K«i >J Im oOudí da EUiui. hUo dá ib
JB i* n miüito db qAwíA Sihunkl r, h
U>> da ZoTfnddilj prúuliH di Loi hQ» 4
A. a 1490.
NUtfEB08,ynL
A. c. 149a
•Chi.1.13.
/m.U.eto.
8 0»p. L 18.
7 a. 37.
^ for.l8f 080.
»' 0*1». 1.15.
7l9».
*Tar.U.ale.
64 Un macho de cabrío paxa expiación :
85 V para lacriñcio de paces» dos
Meyea, cinco cameros, dnoo machos
de cabrio, cinco corderos de un aik>.
Esta/ué la ofrenda de AUdaa, ^jo de
Gedeon.
06 5 El décimo dia qf\nei6 d príncipe
de los hUos de Dan, Aliiezer«, hijo de
Ammisaddai:
67 Y fué su ofrenda/ nn plato de plata
de ciento y treinta Hdoi de peso, un
Jarro de plata de setenta sidos, al sido
del santuario ; ambos llenos de flor de
harina amasada con aceite para pre-
sente:
68 Una cachara de oro de diez 9Íclo»t
llena de perfume :
69 Un becerro, un camero, nn cordero
de un a&o para holocausto :
70 Un macho de cabrio paxa expi>
ación:
71 Y para sacrifído de paces, dos
bueyes, cinco cameros, cinco machos
de cabrío, cinco corderos de un aBo.
Esta fué la ofrenda de Ahiezer, h^jo de
Ammisaddai.
78 5 El undédmo dia <tfrtei6 el prín-
cipe de los hijos de Aser, Pagiel^, hijo
de Ochran :
73 Y fué su ofrenda* un plato de plata
de dentó y treinta Helo» de peso, un
Jarro de plata de setenta sidos, al sido
del santuario ; amtxM llenas de flor de
harina amasada con aceite para pre-
sente:
74 Una cuchara de oro de dies «tcAw,
llena deperftmie:
75 Un becerro, un camero, un cordero
de un aSo para holocausto :
76 Un macho de cabrío para expiación :
77 Y pan sacrificio de paces, dos
bueyes, cinco cameros, cinco machos
de cabrío, dneo corderos de un año.
Bsta/i(4 la ofrenda de Fagiel, hijo de
Ochran.
78 ^ El duodécimo dia qfireeió el prfn-
dpe de ios hijos de Nephthali, Ahirsi,
hijo de Enan :
79 Y fué su ofrenda* un plato de plata
de ciento y treinta Helos de peso, un
Jarro de plata de setenta sidos, al sido
del santuario ; ambos llenos de flor de
harina amasada con aceite para pre-
sente:
80 Una cuchara de oro de diez Hcío»,
llena de perfume ;
81 Un becerro, un camero, un cordero
de un aik» para holocausto :
82 Un macho de cabrío para expiación :
88 Y para sacrifído de paces, dos
bueyes, cinco cameros, cinco machos
de cabrío, dnco corderos de un afio.
Esta fué la ofrenda de Ahin, hijo de
Enan.
84 5 Esta f)té la dedicación del altar,
el dia que fué un^do, por los príncipes
de Israel: doce platos de plata, doce
Jarros de plata, doce cucharas de oro.
85 Cada plato de ciento y treinta nc/of ,
cada jarro de setenta ; toda la plata de
los vasos fué dos mil y cuatrocientos
sidos, al sido del santuario.
86 Las doce cucharas de oro llenas de
perfrune, de diez Helot cada cuchara, al
sido del santuario: todo el oro de las
cucharas /ii4 dentó y Tdnte «tdor.
87 Todos los bueyes para holocausto
fueron doce becerros, doce los cameros,
doce los corderos de un afio, con su pre-
sente; y doce noachos de cabrío para
expiación.
88 Y todos los bueyes del saerifido de
las paoes./li«rm vdnte y cuatro novillos,
sesenta los cameros, sesenta los machos
de cabrío, sesenta los corderos de un
a&o. Esta toé la dedieaeion del altur
después gue toé ungido.
89 ^ Y cuando entraba Moisés en él
tabernáculo del testimonio para' hablar
con él, ola la toz del que le hablaba de
encima de la cuUerta que estaba sobre «
el arca del testimonio, de entre loa dos
querubioes ; y hablaba con él.
CAPITULO vm.
DelaeoloeaeionáHem»ádero,%demmaUria
Sf hechura. Oertnoniai m la couMuraeiom
de iM LtviUu.
Y HABLÓ JehoTá 4 Moisés, dici-
endo:
8 Habla á Aaron, y dfle : Cuando en-
cendieres las lámparas, las siete lám-
paras alimibrarán> fíente 4 firente del
candelero.
8 Y Aaron lo hizo así ; que encendió
enfrente del candelero sus lámparas, co-
mo JehoTá lo mandó á Mdses.
4 Y esta era la hechura del oandelemb :
de oro labrado á martillo ; desde su pié
hasta sus flores era labrado á martillo :
conforme al modelo que Jeho?á mostró e
á Moisés, así hizo el candelero.
5 5 Y JefaoTá habló 4 Mdses, dici-
endo:
6 Toma 4 los Levitas de entre loa hyos
de Israd, y expíalos.
7 Y así les harás para expiarlos : Rocía
sobre ellos el agua de la expiación 4, y
haz pasar navaja sobre toda su carne «,
y lavarán sus vestidos, y serán ezpiadoa.
8 iMtgf» tomarán un novillo, con an
presente/ de flor de harina amasada con
acdte ; y tomarás otro novillo para ex-
piadon.
9 Y harás llegar los Levitas delante del
tabernáculo del testimonio;, y Juntarás
toda la congregación de los hijos de
Israel.
10 Y cuando habrás ^echo llegar los
Levitas delante de Jehová, pondrán los
hijos de Israd sus manos sobro los Le>
vitas;
11 Y ofineoerá Aaron los Levitas de-
lante de Jehová en ofrenda de los hijos
de Israel A, y servirán en el minJMerio
de Jdiová.
18 Y los Levitas pondrán sus manos
sobro las cabezas de los novillos : y
ofirecerás el uno por expiación, y el otro
en holocausto á Jehová, para expiar
los Levitas.
18 Y harás presentar los Levitas de-
lante de Aaron, y delante de sus hijos,
y los ofrecerás en ofrenda á Jehová.
14 Así apartarás • los Levitas de entre
los hijos de Israel, y serán mios los
Levitas h.
15 Y después de eso vendr4n los Le-
vitas 4 ministrar en el tabernáculo dd
testimonio. Los expiarás pues, y los
ofrecerás en ofrenda < :
16 Porque enteramente me son 4 mí
dados los Levitas de entro los hijos de
Israel, en lugar de todo aquel que abro
matriz ; helos tomado para mí en lusar
de los primogénitos!* de todos los hQos
de Israel.
17 Porque mió es todo primogénito"
en los hvfos de Israd, asi de Iwmbres
como de animales : desde el dia que yo
herí todo primogénito en la tieñra de
Egipto, los santifiqué para mí :
18 Y he tomado los Levitas en lugar
de todos los primogénitos en los lidjos de
Israel.
19 Y yo he dado en don* los Levitas 4
Aaron y 4 sus hijos de entro los hijos
de Israel, para que sirvan el ministerio
de los hijos de israd en el tabem4oulo
del testimonio, y reoondllen 4 los hijos
fOBa.lS.&
Sx.SS.9Jl.
•■I.SS.S2.
■Sx.35.37.
y40.8S.
*Bx.36.ai.
« Bx. 25. 40.
' Oapk 19. 9, 1
17. ele. '
•Lev.14.8,^
/ Lev. Z 1.
VBx.29.4,
etc.
7 40.12.
* ver. 15.
i Cap. 16. 9.
*Cap.3.4S.
i ver. U. U.
■•csap.a.ia,
"Oap.S.13.
Xx. 13. 2,
12.15.
LncS-SS.
• Oap. 8. 9.
i.
A.G149«.
NÚMEROS, IX, X.
A.ai4M.
'C>p.L5t.
;18.5.
fter.lLlS,
' w». 5, etei
'0W.LS8.
lCr.a.>l.
bM-HL
•2Cr.aoLa,
'¿«•.L10.
• J 13.11,1».
a.
/ici.aa.
da Imd ; fotqju no h^y» plas*^ *n
los hijos do IstmI, lleguido los hgos de
Israel al «antiiarto.
90 Y Moisés, j Aann, y toda la oon-
crMaoian de los hHos de Israel, hioienm
de u» Levitas conloniie 4 todas las oosas
qne mandó Jehová á Moisés acerca de
los Ltevitas; asi hicieron de ellos los
h^os de Isrád.
Si Y los Leritas se parifieanm, y Ia-
Tanm sus vestidos : y Aarcm los oraéelfjf
en ofirenda delante de Jehová, é hizo
Aanm eipéaoioik por tilos para purifi-
carlos.
SS Y asi vinieron después los Levitas
para servir en tn ministerio, en ti ta-
oemAculo del taatímonio, delante de
Aaron y delante de sas hijos: de la
que mandó Jtiiová á Mtises
de los Levitas, asi hicieron con
ellos r.
83 5 Y haUó Jehová á Moisés, dici-
endo:
94 Esto cuanto á los Levitas : de ve-
inte y cinco años aniba* entrarán á
haoer su oficio en ti servitio dti tatier-
nácnlo del testímonio.
85 Mas desde los dnonenta aJios vol-
verán del oficio de su ministerio, y
nunca mas servirán :
96 Pero servirán con sus hermanos en
ti tabemáoulo dti testimonio, para ha-
r la guarda, bien que< no servirán en
ministerio. Así harás de los Levitas
enanto á sos ofitios.
CAPITULO IX.
Sebn la cdebraeion i» la ptutna el pii de
Biuai! deterípeíom d» la eSktwnmade ««te y
d* fuego que ¿uif á Itm IvaMlM por aipaeio
di euamUa año4.
Y HABLÓ Jtiiová á Mtiaes en ti
desierto de Bnai, en el seeundo
año de su salida de la tierra de f^pto,
en ti mes primero, diciendo :
S Los hijos de Israel harán la Paseua
á BU tiempo ».
3 £1 decimocuarto dia de este mes,
entre b las dos tardes, la haréis á su
tiempo t confi>rme á todos sus ritos, y
coulbrme á todas sus leyes la haréis.
4 Y habló Moisés á los hijos de Israel,
para qne hiciesen la Pascua.
5 E hicieron la Pascua* en el mes
primero, á los catorce dias del mes en-
tre las dos tardes, en ti desierto de
8inai: conforme á todas las oosas que
mandó Jehová á Moisés, asi hideron los
hijos de Israel.
6 ^ Y hubo algOBoa que estaban In-
mundos á causa de -muerto'', y no pu-
dieron hacer la Pascua aqoti dia : y
Uqpaon delante de Moisés «, y delante
de Aaron aquel dia,
7 Y dJjeroole aquellos hombres : Nos-
otros estamo» inmundos por causa de
muerto ; ¿ porqué seremos impedidos de
oficeocr onrenda á Jehová á su tiempo
entre los hijos de Israti ?
8 Y Moisés les respondió : Esperad, y
oiré qué mandará Jtiiová acerca de vos-
otros.
9 Y Jehová habló á Moisés, diciendo:
10 Habla á los h^os de Israel, dici-
endo : Cualquiera de vosotros, ó de vu-
estras generaciones, que fuere inmundo
por causa de muerto, ó estuviere mos
de vi^e, hará Pascua á Jehová.
11 En ti mes segundo, á los catorce
dias dti mes/ entre las dos tardes la
harán : con oenocfias y gtrbtu amargas^
loeomecán.
19 No dejarán de él oigo para la ma-
ñana, ni quebrarán hueso en él* : con-
fivme á todos los ritos de la Pascua la
baráo.
18 Mas ti que eataviane limpio, y no
estuviere de vl^e, si d^re de hacer la
Pascua, la tti persona será oortada de
sus pueblos : por onanto no ofketió á su
tiempo la ol&enda de Jtiiová', ti tal
hombre llevará su pecado.
14 Y si morare con vosotros tiigun
pernpino, é hiciere la paseua á Jehová,
ooninrme al rito de la pasoua y oonferme
á sus leyes asi la hará: un mismo rito
tendréis, así ti peregrino como ti na-
tural de la tiara*.
la f Y ti dia que ti tabemáoulo fué
levantado, la nube cubrió el tabemáoulo
sobre la tienda dti testimonio: y' á la
tarde habla sobre ti tabernáculo como
una apariencia de niego, hasta la ma-
16 Asi era cantinQamento« : la nube
lo oubria, y de noche la apariencia de
ftiego.
17 Y según oue se tinba la nube dti
tabernáculo ». los h^os de Israel se par.
tian ; y en el lugar donde la nube pa-
mba, tili timaban los hgos de Israel.
18 Al mandato de Jehová los hilos de
Israel se partían, y al mandato oie Je-
hová asentaban el campo : todos los dias
que la nube estaba* sobre el taberna»
culo, ellos estaban quedos.
19 Y cuando la nube se detenJa sobM
ti tabernáculo muchos dias, entonces
los 14}os de Israel guardaban la orde-
nanza de Jehová, y no partían.
90 Y cuando sucedía oue la nube es-
taba sobre el tabemábculo pocos dias, al
dioho de Jtiiová tiqjaban, y ti dicho de
Jehová partían.
81 Y cuando era que la nube se dtienia
desde la tarde hasta la mañana, cuando
á la mañana la nube te levantaba, tilos
partían : ó si habia utaáo el dia, y á la
noche la nube se levantaba, entonces
partían.
99 O si dos dias, ó un mes, ó un aflo,
mientras la nube se detenía sobre ti
tabernáculo Quedándose sobre él, los
hijos de Israti se estaban acampados, y
no movían : mas cuando tila se tizaba,
ellos movían.
98 Al dicho de Jehová asentaban/, y
al dicho de Jtiiová partían, guardando
la ordenanza de Jehová, oomo lo htiila
Jehová dicho por medio de Moisés.
CAPITULO X.
MtMda el flMIor que ee hagan doe trompeta»
de ¡data, y que al oirte tu eonido y lévate
taúdoee la ñlumna de nube, kvauU rl eam-
pameuio y uuirdte el pmUo de ttrael.
Y JEHOVÁ habló á Moisés, did-
endo:
9 Haxte dos trompetas de plata; de
obra de martillo las narás, las cuties te
servirán para convocar la congregación,
y para hacer mover el campo.
8 Y cuando las tocaren*, toda la con-
gr^ation se juntará á tí á la puerta del
tabernáculo del testimonio.
4 Mas cuando tocaren m6> la una, en-
tonces se congregarán á ti los príncipes,
las cabezas de los millares de Israti b.
8 Y cuando tocartis alarma, entonces*
moverá el campo de los que están tio-
jados ti d oriente.
6 Y cuando tocartis alarma la segunda
yez, entonces moverán el campo de los
que están alojados ti • Mediodía : alarma
tocarán á sus partidas.
7 Empero cuando hublertis de juntar
la congregación, tocaréis, mas no con
sonido de alarma.
8 Y los h^os de Aaron, los sacerdotes,
tocarán/ las trompetas ; y las tendréis
per estatuto perpetuo por vuestras ge-
nerationes.
<lz.U.U.
A1Z.1S.*.
I1I.40LM.
"•DwkLSS.
•Osp.lftl],
•lOor.10.1.
rSaLTT.»).
•Joti&U.
» Oap. L 16.
WotiS.L
rfOi^S.8.
'Cap. 1.10.
/Cap. 81.6.
Jos. 6. 4.
lOr.U.94.
SUr.lS.18.
Lai4M.
NÜHJQSOS» n.
A.C14M.
2Gr. 18.14.
Oip. 39.1.
Lev. 33. 94.
lCr.l&.94.
acr.&ia.
y 7. 6.
y39.9&
tu. 8. 10.
Keh.l2.U.
8AL81.8.
:0kp.e.l7,
SO.
Ex. 40. 86.
87.
i Ex. 19. L
lCaikia.16.
"Cftp.2.fi,
84.
•Cap. a. 8, 9.
<>Cap.L6L
i> Cap. 4. 94.
y 7. 6, 8.
9 Cap. a. 10.
16b
I* Gap. 4. 4.
15.
'G»p.&18,
94.
«Oap.&aB,
81. ■
«Bx.a.l&
"Bi.e.7,8.
9 Y enando viniArek á la gamtnt en
Tumtn tiem oontxa d enemigo que os
molestare, tocaréia alarma oon la» Uom>
petas ; y serdií en memoria delante de
Jehov& TUMtro Dios, y seréis salvos de
vuestros enemigos.
10 Y en el dia de vneetra alegría, y en
vuestras solemnidades, y en los prin-
cipios de vuestros meses, tocaréis las
trompetas sobre vuestros A holocaustos,
y sobre los sacrificios de vuestras paces,
y os ser&n por memoria delante ae vu-
estro Dios : Yo Jehov& vuestro Dios.
11 5 Y fué en el a&o seaundo, en ék
mes segundo, 4 los veinte oel mes, que
la nube se alzó del tabernáculo del tes-
timonio'.
12 Y movieron los hijos de Israel por
BUS partidas del desierto de Sinai*; y
paro la nube en el desierto de Fharan 1.
13 Y movieron la primera vez al dicho
de Jehová por mano de Moisés «*.
14 ^ Y la bandera del campo de los
14JOS de Judá comenzó á marchar pri-
mero» por sus escuadrones: Naasson,
14Ío de Aminadab, era sobre su ^ército.
16 Y sobre el ejército de la tribu de los
hijos de Issachár era Nathanael, h^o
de Suar.
16 Y sobre el ejército de la tribu de
los hijos de Zabulón, era Eliab, hijo de
Helon.
17 Y después que estaba ya desarmado
el tabernáculo, movieron* los hijos de
Gerson y los hi|joB de Merail, que lo
llevaban ji.
18 Luego comenzó & marchar la ban-
dera del campo de Rubén « por sus es-
cuadrones: y Elisur, h^o de Sedeur,
era sobre su qórcito.
19 Y sobre á ^éroito de la tribu de
los h^os de Simeón era Belumlel, 14}o
de Zurisaddai.
80 Y sobre el qérdto de la tribu de los
hiljoe de Gad era EUasaph, hlJo de De-
huel.
91 Luego oomenzaxen & marohar los
Coathitas llevando el santuario r : y en-
tretanto que ellos llegaban, loe otrve acon-
dicionaron el tabernáculo.
99 Después comenzó á marchar la ban-
dera del campo de los hUosde Ephralm*
por sus escuadrones : y £llsama, h^o de
Ammind, era sobre su ejército.
93 Y sobre el ^ército de la tribu de los
hüos de Manasse era Qamaliel, h^jo de
Fnadassur.
94 Y sobre el ejército de la tribu de
los h^os de Bei^amin era Abidam, li^o
de Gedeon.
95 Luego comenzó á marchar la Imn-
dera del campo de los hijos de Dan' por
sus escuadrones, recogiendo todos los
campos : y Ahiezer, hQo de Ammisad-
dai, eru sobre su ejército.
96 Y sobre el ejército de la tribu de
los h^os de Aier era Fagití, l^jo de
Ochran.
97 Y sobre el ^ército de la tribu de
los I^joB de Nephtali era Ahira, h^o de
Enan.
98 Estas «on las partidas de los li^os
de Israel por su ^ércitos, cuando se
movían.
99 5 Entonces düo Moisés á Hobab,
h^o de RagUcd «, Madianita, su suegro:
Nosotros nos partimos para el lugar del
cual Jehová ha dicho, Yo os lo daré :
ven con nosotros, y te haremos Uen :
rrque Jehová ha hablado bien respecto
Israel*.
SO Y él le respondió : yo no iré, sino
que me marcharé & mi tiena, y & mi
parentela.
81 T él le dyo : mégote que no nos
dates, porque td sabes nuestros ak|)B-
miento» en el desierto, y nos serás «n
lugar de oJos.
89 Y seca, que si vinieres oon nosotros,
cuando tuviéremos el bien que Jehov»
nos ha de haoer, nosotros te haremos
bien.
88 Y Así partieran del monte de Je-
hová ' camino de tres dias ; v él arca de
la alianza de Jehotik toé delante' de
ellos oamino de tres dias buscándoles lu-
gar de descanso.
84 Y la nube de Jehová iba sobre ellos •
de dia desde que partieron del campo.
86 5 Y fbé, que en meiviendo el atoa,
Moisés decia: Levántate, Jehová, y
sean disipados tos enemigos, y huyan de
tu presencia b los que te abonccen.
86 Y cuando ella asentaba, decia : Vn-
dve, Jrtutvá, á los mulares de millares
de Israd.
CAPITULO XL
Mumutraeton dt loe leroeUíai f eu eaettgo:
etíáblecimtenío de toi aeUnta aueianoe. Sit-
via Dio» eodornieu al eampanunto.
Y ACONTECIÓ que el pueblo se
qu^ó á oídos de Jehová; y oyAo
Jeboirá, y enardecióse su furor, y en-
cendióse en ellos' friego de Jebovkhf j
oonsumió el un cabo áa campo.
9 Entonces el pueblo dio voces á Moi-
sés, y Moisés oró á Jehová, y sotorósc
elÁi^o.
3 Y llamó á aauel lugar Taberahf;
porque el fnq^o ge Jehová se encendió
en ellos.
4 Y el nuMeiaáo vulgo « que haMa en
medio del puebh, tuvo un vivo deseo, y
volvieron, v aun lloraron los hUos de
Israel, y dgeron i i Qiüen nos diera á
comer carne '1
6 Nos accHrdamos del pesoado que co-
miamos en Egipto de balde, de los oo-
hombros, y oe los melones, y de los
puerros, y de las cebollas, y de los ajo» :
6 Y ahora nuestra alma se seoa*; que
nada sino maná «m nuestros otos.
7 Y era el maná como semilla de cu-
lantro, y su color como color de bdello.
8 Dóiamábase el pueblo, y recogían,
y molían en molinos, ó miú*ban en
morteros, y le eodan en ealden, ó ha-
cían de él tortas : y su sabor era «orno
sabor de aceite nuevo/.
9 Y cuando descendía el tocio sobre
el i«al de noche, el maná descendía d«
sobre él;.
10 Y Y oyó Moisés al pueblo que lloraba
por BUS ftimilias, oada uno á la puerta de
su tienda : y el iHiror de Jehová se en-
cendió en gran manera ; también pareció
mal & Moisés.
11 Y dijo Moisés á J^ová : ¿Por qué
has hecho mal á tu siervo ? ¿Y por qué
no he hallado gracia en tus ojos, que
has puesto la oavga de todo este pueblo
sobre mí?
19 ¿ Concebí yo á todo este pueblo ?
¿ Engendrólo yo, para que me diigsa, llé-
valo en tu seno A, como lleva la que cria
al que mama, á la tierra de la cual Ju-
raste 6 sus padres* ?
18 ¿ De donde tengo yo carne para dar 4
todo este pueblo A f Poique lloran 4 mí,
diciendo : Danos carne que comamos.
14 No puedo yo solo soportar 4 todo
este pueblo^, que me es pesado en de-
masía.
15 Y si así lo haces td oonmigo, yo te
ruego que me des muerte ">, ti. he hallado
gracia en tus ojos, y que yo no vea mi
mal.
16 5 Entonces Jeliov4 d^o 4 Moisés :
Júntame setenta varones de los «ncianoe
yEz.3.1.
■Jos.S.3,6.
■Bx. 18.31.
1MU9.12,
10.
*8aL«e.l,L
« Bal. 78. 21.
» Ler. la 2.
SBey. L 12.
fineendio,
Seo. 9.92.
«El 12. 38.1
«I Bal. 78. 18.
y y». 14.
1 Cor. 10.6.
*Oapi.ai.&.
/Sz. 16.S1.
' Bx. 10. li
* la. 40. II
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7^6.8.
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danos áá. pueblo, j au» pnnoipalw i y
tndoft á la puecta (M taberniciüo mi
testimonio, y ttpaea allí oontlgo.
17 Y JO deaoenderé • y hablar» allí con-
tijBO ; 7 tomaré del espíritu que tata en
tí, j pondré en ellos; y ^llevarán oon-
tiÁo la carga del pueblo^ y no la llerarás
wsolo.
1« Empero dirás al poebloi Santifi-
oaosff para maflana, y ooncréis carne:
ones qne habéis llorado en oídos da Je-
novi, diciendo : i Quien nos diera á co-
nácar carne! r Cierto m^jor nos iba en
Vgipto. Jehovi pues os dará carne, ;
ooBierél*.
19 No comeréis un dia, ni dos dias, ni
chaco dias, ni die¿ dias, ni veinte dias,
00 Simo basta un mes de tiempo, hasta
qne os salsa por las narioes, y o» sea en
aborrecimiento : • por cuanto menospre-
ciasteis i JeboT&, que ata en medio de
vosotros, 7 llorasteis delante de él dicien-
do, ¿ Para qué salimos ac& de Egipto ?
81 5 Entonces dj|jo Moisés : Seucien-
tos mil de 4 pié et el pueblo en medio
dd cual 70 utout; 7 tü dices, Yo les daré
carne, 7 comerán «u tiempo de un mes.
as ¿ Se han de degollar para ellos ove-
jas 7 bae7es que les basten» ? ó le jun-
tarfo para ellos todos los ^aoes de la
mar, para que tengan abasto ?
S8 Entonces Jehová respondió á Moisés :
¿Hase acoatado la mano de Jehov&<?
Ahora verás si te sucede mi dicho ó no.
M 5 Y sallé Moisés, y d^o al pueblo
las palabras de Jehová : 7 juntó los se-
tcmte varone» da los ancianos del pueblo,
é hizoloa estar al rededor del tabernáoulo.
SS EnKSnces Jehová deswndióy en la
nube, 7 hablóle ; 7 tomo del espíritu
que ceúilia en él, 7 puso en loa setenta
varones ancianos: 7 fué que, cuando
poeó en ellos el eqpltitn, profetijsaron, 7
nos cesaron.
46 Y habían quedado en el campo dos
varones, llamado el uno EIdad, v el
otro Mcdad, sobre los cuales también
repasó el espíritu : estaban estos entre
los escritos, mas no- hablan salido al ta-
bernáculo ; 7 profetizaron en el campo.
97 Y corrió un mozo, 7 dio aviso á
Moisés, 7 dijo : Eldad 7 Medad pro-
ífetizan en el campo.
88 Entonces respondió Josué, h^o de
Ifim, aiinistro de Moisés, taw de sus
mancebo*, 7 d^o: Seitor mío Moisés,
impídelos «.
80 T Moisés le respondió: ¿Tienes
td celos por mí ? Mas ojalá que todo
el pueblo de Jehová fuesen profetas £,
qne Jehová pusiem su Espíritu sobre
dloa.
80 T xcoogbSse Moisés al campo, él 7
loe ancianos de Israel.
81 Y Y wlió un viento de J^ová, 7
tjt^pc eodomices de la mar, 7 dfjjólas
sobre tü nsal un dia de camino de la una
parte, 7 otro dia de camino de la otra,
OÍ derrcdor del campo, y casi dos codos
setane la haz de la tietra.
88 Kgtónoes el pueblo estuvo levantado
todo aquel dia, 7 toda la noche, 7 todo
«i dia siguiente, 7 recogiéronse codor-
niees : d que menos, recogió diez mon-
tones ; 7 las tendieron para sí á lo largo
en derredor del campo.
33 Aun estaba la carne entre los dientes
de dio*', antes que fuese mascada, cu-
ando d nror de Jdiová se encendió en
d paeÜo, é hirió Jehová d pueblo con
una mnv grande plaga.
34 Y luvóaó d nombre de aqnd lugar
Kibroth-hattaavah |, por cuanto allí se-
pwltaniin d pueblo codicioso.
8S 1Í De Kibroth-hattaavah movió el
pueblo á Haseroth, 7 pararon aa Ua^
seroth*.
CAPITULO XII.
jffiiraMi9va. Mtúitit^ 8
MOHO Mata»». Maria m \$ríá* i» Iv^nt
id adud por Ja oroefo» «
i^
Y HABLARON Maria 7 Aaron con-
tra Moisés á causa da la mt\jer £•
tlaiopisa que habla tomado: porque él
hd>ia tojmado muier Ethiopisa* :
8 Y dieron, ¿ Sdamento por Moisés
ha hablado Jdová ? ¿ no ha hablado
también por nosotvoss? Y qjóA» Je-
hová*.
8 Y aqud varón Moisés era mu7 man-
to, mas que todos los hombres que hábia
sobre la Uena.
4 t Y luego dijo Jehová á Moisés, 7
á AaJron, v á Maria : Salid vosotros tres
d tabernáinilo dd testimonio. Y sali-
eron dios tres.
5 Entonces Jehová descendió*' en la
columna de la nube, y pdsose á la puerta
del tabernáculo, 7 Uaínó á Aaron 7 á
Maria : y salieron ellos ambos.
6 Y él les d^o : Oid ahora mis pala-
bras : Si tuviereis profieta de Jehová. yo
le apareceré en vjdon ', en sueños/ ha-
blaré con él.
7 No así á mi siervo Moisés, qye es
fiel en toda mi casa^.
8 Boca á boca hablaré con élA^.y á
las claras, y no por figuras ; y verá la
apariencia de Jehová t ¿ porqué pues
no tuvistds temor de hablar contra mi
siervo Moisés ?
9 Entonces d fUror de Jehová se en-
cendió en ellos, 7 fueie.
10 Y la nube se apartó del tebemáculo :
?' hé aquí que Muía tm leprosa ■ como
a nieve : y miró Aaron á María, 7 he
aquí que citaba leprosa.
11 5 Y dijo Aaron á Moisés: Ah!
señor mió, no pongas ahora sobre nos-
otros pecado, porque locamente lo he-
mos hecho A, y nemos pecado<
18 No sea día ahora como d que sde
muerto del vientre de su madre, consu-
mida ua la mitad de su carne.
18 £ntónces Moisés clamó á Jehová,
diciendo: Ruégote, oh Dios, que la
saiwa ahora'.
14 Respondió Jdiová á Moiaes : Pues
d su padre hubiera escupido en su cara,
4 no se avergonzarla por siete dias ? Sea
echada fuera dd red por siete días, 7
después •• se reunirá.
lA Así Maria ÍHié echada del red siete
dias ; 7 el pueblo no pasó adelante basta
que se it reunió Marui.
CAPITULO XIII.
De lo» exftorador»» mviado$ p»r Moita á la
U&rra ae Canaan. Todo» e&M, <f «xMpcMn
dé Joauf y CaUb, amtdreiUaH al putbto.
Y DESPUÉS movió d pueblo de Ha-
seroth, 7
desierto de Paran,
seroth, V atentaron eí campo en d
8 f Y Jehová habló á Moisés, did-
endo:
3 Envia td hombres* que reconozcan
la tteoa de Canaan, la «ud yo doy á
los hijos de Israel : de cada tribu de
sus padres enriaréis un varón, cada uno
principe entre ellos*
4 Y Moisés los envió desde el desierto
de Paran confonne á la pdabra de Je-
hová: 7 todos aqudlos varones eran
príncipes de los hijos de luad,
fi Los nombres de los cudes «on estos.
De la tribu de Rubén, Sammua, hijo de
Zaccur.
6 De la tribu de Simeón, Saphat, hijo
deHuri.
•0^3S.V
•Ex. 3. a.
ISx.16.90l
Mié. 8. 4.
« Cap. U. 1.
8sL 94.7.9
UST. 4.
Es. 80.13,
18.
rfOa^u.aK
•0«a.lS.I.
T4S.2.
Ss. 1. 1.
Heeh. 10.
11,17.
/Gen. 38.12.
ySLlL
i Bey. & fi.
Job 83.18.
'Heb.8.2.5.
A Ex. 33. 11.
Dea. 34. 10.
•' Den. 84. 9.
8807.6.27.
SCr. 36. 19,
21.
4Pi«^8aa2.
I Santo. 5. 15.
"Lev.lS.46.
•Cap. 32. 8.
Den. 1.32.
A. C. 14S0.
NÚMEROS, XIV.
i me. 17.
«TW. 9.
Bz.17.».
<< Dea. 1.94.
• Koh. ». as,
SS.
/I>aa.aLe,
7,28.
' Jo. 1& 1.
A Job. 19. 28.
< Joa. IL SL
715.18,14.
JoM 1. la
tja8.ai.ll.
' Sftl. 78. la.
Is. 19. 11.
"Dea.La4
Ji*l arroyo ó
voUeáel
racimo.
• Cap. 90. 1,
* Bx. 88. 8.
r Den. Las,
etc.
«Den. 1.28.
'Jae.147,8.
7 De la txlba d« JvdA, Cal«b, hUo de
«Jephone.
8 De la tribu de iMch&r, Igd, hijo
de JoBcph.
9 De la ttlba de Ephralm, Oeeas, b^o
de Nunb.
10 De la tribn de Be^amln, Palti, hUo
de Raphn.
11 De la triba de Zabulón, Oaddld,
h^odeSodi.
19 De la tribu de Joseph, etio n, de la
tribu de Mañane, Gadoi, hijo de Susi.
18 De la tribu de Dan, Ammiel, h^o
de Gemalli.
14 De la tribu de Aser, Sethur, h^o de
Miohael.
16 De la tribu de Nephthall, NahaU,
h^o de Vapd.
16 De la tribu de Gad, Geud, hlio de
Machi.
17 Esto* ton loe nombres de los Tanmes
que Moisés enrió & reconocer la tierra :
y á Oseas*, hi^jo de Nun, le puso Moisés
d nombre de Josué.
18 Enviólos pues Moisés á reconocer
la tierra de Canaan, dloiendoles : Subid
por aquí, por el Mediodia, ; subid al
montea.
19 Y observad la tierra que tal es; j
el pueblo que la habita, si es fuerte, ó
débil, si poco ó numeroso :
90 4ite tal et la tierra habitada, si es«
buena ó mala : j que tales son ús ciU'
dades habitadas ; si ton de tiendas, ó de
fortalezas.
81 Y cual sea el terreno, si es pingQe ó
flaco, si en él hav ó no éorboles/. Y es-
forzaos, y coged del fhito del pais. Y el
tiempo era el tiempo de las primeras
uvas.
99 Y ellos subieron, j reconocieron la
tierra desde el derierto de Sin^r hasta
RehobA, entrando en Emath.
93 Y subieron por el Mediodia, j vi-
nieron hasta Hetmm: j allí estaban
Ahiman, j Sesai, y Talmai, hijos de
Anae'. Hébron* flió edificada siete
aflos antes de Zoan < la de Egipto.
94 Y llegaron hasta el arroyo de Es-
col ■», y de allí cortaron un sarmiento
con un racimo de uvas, el cual trsgeron
dos en un palo, y también de las grana-
das y de ios higos.
95 Y llamóse aquel lugar Nahal-Es-
col R, por el racimo que cortaron de allí
los olios de Israel.
90 Y Tolrieron de reconocer la tierra
al cabo de cuarenta dias.
97 ^ Y andurieron, y rinieron á Moisés
y k Aaron, y á toda la congregación de
los hijo* de Israel, en el desierto de Pa-
ran, en Cades « ; y dieronles la respu-
esta, y á toda la congregación, y les mos-
traran el finito de la tierra.
98 Y le contaron, y dieron : Nosotros
libamos & la tierra, á la cual nos en-
yiute, la que ciertamente fluye leche y
mielo, y este es el fruto de ella;».
99 Mas el pueblo aue habita aquella
tiena es ñierte, y fas ciudades muy
grandes f fuertes?; y también vimos
aOÍ los hijos de Anac.
80 Amalee haUta la tíerra del Me-
diodia ; V el Hethéo, y el Jebuséo, y el
Amorrheo, habitan en el monte ; y el
Cananéo habita junto á la mar, y ¿ la
ribera dd Jordán.
81 Entonces Caleb hizo callar el pue-
blo delante de Moisés, y dijo : Subamos
luego, y poseámosla ; que mas podremos
que ella«-.
89 Mas los varones que subieron con
él, dijeron : No podremos subir contra
aquel pneUo ; porque es mas fuerte que
nosotros.
as Y ritiiperaww entre los fa^os de
Israel la tierra que hablan reeonoeido,
diciendo : La tierra por donde pasamos,
para reconocerla, et tierra que traga a
BUS moradores*; y todo el pueblo que
vimos en medio de ella, son hombres de
grande estatura *.
84 También vimos tSM gigantes, fa^
de Anac «, de ettirpe de los gigantes : y
eramos nosotros, á nuestro parecer, como
langostas '; y así les parecíamos CmnMm
áeUoa.
CAPITULO XIV.
Joniy Caleb froeura» «n vano ofad^mar at
BMMO. Apaea ¡faite* la indignaeton ád
iMiori H cual no obttantt lot eondtna d
todot a morir en d dttiertOt t tteepoton dt
Jotut V da CaUb.
ENTONCES toda la congregación al-
zaron grita, y dieron voces: y el
pueblo lloró aquella noche.
9 Y qucy^onse* contra Moisés y eon<
tra Aaron todos los hijos de Israel, j
d^oles toda la muUitud: Ujalá muri-
éramos en la tierra de Egipto, ó en eate
desierto ; ojalá morieramoB.
8 ¿ Y porqué nos trae Jébaták ft esta
tierra para caer á cuchillo, y que nu-
estras mi^eres y nuestros cUquitos sean
por presa ? ¿ No nos seria m^or toI-
vemos á Egipto ?
4 Y decian el uno al otro : Hagamos
un capitán, y volv&monos & Egipto i.
5 Entonces Moisés y Aaron cayeron
sobre sus rastróse delante de tocia la
multitud de la oongn^cion de los hijos
de Israel.
6 Y Josué, h^o de Nun, y Caleb, h^o
de Jephone ', qtu eran de los que ha-
blan reconooldo la tierra, rompieron bub
vestidos :
7 Y hablaron & toda la congrwacion
de los h^oft de Israel, diciendo : La ti-
erra por donde pasamos, para recono-
cerla, et tierra en gran manera buena.
8 Si Jehov& se agradare de nosotros, él
nos meterá en esta tierra, y nos la entre-
gará: tierra qtie fluye leche y miel «.
9 Por tanto no seáis rebeldes contra
Jehová, ni temáis al pueblo de aquesta
tierra/, porque nuestro pan son^: sn
amparo se ha apartado ae ellos, y con
nosotros et Jehová* ; no los temáis.
10 Entonces toda la multitud habló de
apedrearlos con jdedras • ; mas la gloria
de Jehová se mostró en el tabernáculo
del testimonio* á todos los hijos de
Israel.
11 ^ Y Jehová dUo á Moisés : ¿ Hasta
cuando me ha de nritar este pueblo/ ?
¿ Hasta cuando no me ha de creer oon
todas las se&ales que he hecho en medio
de ellos "• ?
19 Yo lo heriré de moattandad, y lo
destrubré ; y á tí te pondrá sobra gente
grande y mas fuerte que ellos «.
18 Y Moisés respondió á Jehová; Oí-
ránlo luego los Egipcios», porque de en
medio de ellos sacaste á este pueblo con
tu fortaleza ;
14 Y lo dirán á los habitadores de esta
tierra; lot cualet han oído que td, oh
JehoTÍá, etttüHU en medio de este pue-
blo^, que ojo á q}o aparecías td, oh
Jehová, y que tu nube estaba sobre
ellos, y que de día ibas delante de éUos
en columna de nube, y de noche en co-
lumna de fuego f :
15 Y que has hecho morir á este pue-
blo como á un hombre : y las gentes que
hubieren oido tu fiama, hablarán dici-
endo,
16 Porque no pudo Jehová meter r
este pueblo en la tierra de la oual les
habla jurado, los mató en el desioto.
«Bx. 13.21
SSL
8*1.78.14
A.CUM,
FUUIBOSkZy.
A.aiML
•XI 7. U.
Iva.».
8m*.&.1S.
h.8S.l8J»
*Sti.LSS.
BcktlJ,
co>
T&IL
'BiL1M.IL
'lC«r.lfli&
>ttn.
17 Abon pvM, JO t» mago mm
magnificada la fiutalcu dal SsIEnt,
mo i» bablaatc* dkdcndo :
18 JdM>T&, tardo de ixm» j giaad* en
nilaelioordia, que perdona • la tniquldad
j la rebelión, y auolviendo no abaolvciA
at jmjmmHemH ; qne risita la maldad de
loe padrea Bobre loa hijo* hasta loe ter-
oefoa y harta loe cuartoe *.
19 Perdona ahora la iniquidad de eate
pueblo tegon la grandeza de tu miieii-
ooidia, j como ñas perdonado á esta
pueblo desde E^pto hasta aquí «.
50 Rntáncea Jebovfc dijo : yo lo he per-
donado ooofiHrme & tu dicho «.
51 Mas Am ciertamente como títo yo»
y mi gloria hinche toda la tierrajr»
SS Qae todos loa que -rieran mi gloria,
y nda aeflales, que im hecho en Skipto
y en d desiórto, y me han tenta<fo ya
diez Tece*, y no han oído mi tos,
83 No reían la tienax de la cuai Juré
á sus padres: no, ninguno de los que me
han iñtitado la roi.
54 Empero mi sierro Caléb, por cu-
anto hubo en él otro espíritu, y cumplió
el ir en pea de mi, yo lo meteré en la
tierra donde entró, y su simiente la re-
eibirÁ en heredado.
55 Ahora bien, el Amalecita y el Ca-
naneo habitan en el ralle. Volreos ma-
fiaaa, y partios al desierto c*"T>n" del
mar Bermdo.
S8 5 Y Jefaor& habló á MoJaca y 4
Aann, diciendo:
>7 ¿ Hasta cuando oiré esta deprarada
multitud que murmura contra mí, las
querellas de loa h^os de Israel, que de
mí seauejan ?
S8 iMles : Viro yo, dice Jehorá, que
según habéis hablado & mia oidos, así
hñé yo con roiotros.
SO £n este desierto caerán ruestros
cuerpos : y todos ruestros oontadosb te-
gun toda vuestra cuenta, de relnte afkis
arriba, los cuales habéis murmurado
contra mi,
ao Vosotioe á la rerdad no entraréis
en la tierra, por la cual alsé mi mano
de haceros habitar en ella ; exceptuando
& Caleb, hijo de Jephone, y á Josué,
hijo de Nun.
31 Mas ruestros chiquitos, de los cuales
dUisteJs que serian por presa, yo los in-
troduciré^ y ellos conooes&n la üetra que
roaotros despreciasteis «.
8S Y e» orden & rosotros, ruestros ouer-
pos caerán << en este desierto.
38 Y ruestros hijos andarán pasturando
en el desierto' cuarenta anos, y dios
üerarán niestras fornicaciones, /hasta
que ruestros cuerpos sean consumidos
en d desierto.
34 Coníbnne al numero de los dias,
ie lot cuarenta dias; en que reconocis-
teis la tierra, Uerazéis ruestras iniqui-
dades cuarenta años, un aik> por cada
dia; y conoceréis mi castigo A.
35 Yo Jehorá he hablado : si esto no
hiciere á toda esta multitud perversa,
que se ha juntado contra mí: en este
desierto soán consumidos, y ahí mo-
rirán.
36 Y los Talones' que Moisés enrió
á reoonocer la tierra, y vueltos hablan
hecho murmurar contra él á toda la
congregación, desacreditando aquel pais,
S7 Aquellos raxones que hablan habla-
do mal de la tierra, murieron de plaga
delante de Jehorá.
38 Mas Josué, hijo de Nun, y Caleb,
hyo de Jephone, quedaron con rida de
, entre aquellos hombres que hablan ido
, á reconocer la tierra^.
los h^ de I«Ml, y el p«éUo
mucho ^.
40 ^ Y kvaatároaae por la .»»».,
y sumaron á la cumbra del monte, di«
ciendo : Henos aquí apar^lados para sa-
Ur al lusar dd cnal ha hablado Jehorá,
porque hemos pecado <".
41 Y dUo Meiaes : Paraná quebrantáis
«1 • dicho de JehovA 9 bko tampooo ea
sucederá bien.
4S No sábela, porque Jehorá no «lAl
en medio de rosotros, no seala heildea
delante de ruestros enemigos.
48 Forme el Amalecita y el Cananéo
Mtoi» allí delante de roaotros, y caeréia
á cuchillo : pues pev cuanto os habéis
retraído de seguir á Jdiová, por eao no
será Jehorá con rosotroe ••
44 Sin embargo se obstinan» ca sabir
á la oima del monte : mas el aroa de la
aliania de Jdaorá, y Moisés, ao se apar»
taron de en medio dd campo.
49 Y descendieron el Amalaotta y el
Cananéo, que habitaban en aquel monte,
é hiriéronlos y dorrotáronlaa, siguimtdo-
U* hasta Horma/.
CAPITULO XV.
d«<M
frtmUíta f Iflesf
mmAm sus fwnete
la para mu los /•-
Míe «M aábaio. Ordmt para ftw
raeUtat traioam «a «I ñutido aa rvoHrdD
ds la fay df JWac.
Y JEHOVA habló á Moisés, di.
ciendo :
5 Habla á los hijos de Israel, y dOcs >
Cuando hubierds entrado en la tierra
de ruestras habitaciones, que yo os dov,
3 E hiciereis ofrenda mcendida á Je-
horá, holocausto*, ó sacrificio, por es-
pecial rotob, ó de ruestra voluntad, ó
para hacer en ruestras solemnidades «
olor suare á Jehorá de Tacas, ó de
ordas,
4 Entonces d que ofreciere su oiVenda
á Jehorá, traerá por<( presenta una
dédma d$ un fhi de flor de harina,
amasada con la cuarta parte de un hin
deacdte;
A Y de riño para la libadon ofrecerás*
la cuarta parte de un hin, ademas dd
holocausto ó dd sacrificio, por cada un
cordero.
6 Y por cada camero harás presente
de dos decimas de flor de harina, ama-
sada con el tercio de un hin de aodte.
7 Y de riño para la libación ofrecerás
d terdo de un hin, en olor suare á Je-
horá.
8 Y cuando ofrecieres norillo en holo-
causto, ó sacrificio, peor especial roto, ó
eacriñeio de paces a Jehorá,
9 Ofirecerás con el novillo un presente
de tres décimas de flor de harina, ama-
sada con la mitad de un hin de acdte/ :
10 Y de riño para la libación ofrecerás
la mitad de un hin, en oflrenda encen-
dida de olor suare á Jehorá.
11 Así se hará con cada un buey, ó
camero, ó cordero, lo mismo coa aat-
mal^ de ovejas que de cabras ir.
12 Conforme d numero así haréis coa
cada uno, según d numero de ellos.
18 ^ Todo natural hará estas cosas asi,
para ofrecer ofrenda encendida de olor
suare á Jehorá.
14 Y cuando habitare con rosotros
extranjero, ó cualquiera que estnriere
entre rosotros por ruestras edades, si
hiciere ofrenda encendida de olor suare
á Jdiorá, como rosotros hidereis, así
hará él.
16 Oh congregadon, un mismo esta-
tuto tendréis vosotros, y el extraiúero
que em vntotroe mora ; estatuto que será
'■l8S.4.
laanu.
■>DMl1.«L
•Sa.16.1
Jase. 1.17.
"Iisr.I.S.8.
» Lev. 7. 16.
jaLU.aL
• Lev. aa. 8.
13. M.
d Mm. ». 40.
Ur. 38.13.
•Cbp.ag.8,
ate.
Ler. U. 10.
/Cap. 28. 18,
'Cap.xxrlii.
A.C.140a
ITUlQBBOfl; XVL
A. a 1490.
G»Fb 9. 14.
BK.ia.4».
I Den. a& 1,
ale.
«Pro^S.9,
10.
'L«T.a8.10,
10.
"LeT.i.2,
•te.
•LeT.4.U.
« ver. 8, 10.
fHedi.S.
17.19.
iTlm.l.lS.
Bab.0.a.
VLn.4.S7,
S8.
BaJ. 19.18.
'rra.lS.13.
*Si.8S.2,S.
•LflT.Sili.
'Kb 81.14.
U.
y Lev. 34. 14.
•Jet. 7. as.
otVM*, aii Mrt el pengrtno detauíta d«
JehovA.
10 Una misnuí lejr y un minno dcxeoho
tendvéis Tmotrot j el pcrqptino que eon
▼cMotnM monu
17 <r Y habló JehoH á MoiMt, di-
ciendo:
18 Habla á loe t^Jo* de Inad, j dllcc :
eoando hnbierelt entrado en la tierra á
la cual yo os llevo •',
19 Ser& que cuando comenzareis á
oomer del pan de la tierra, ofreceréis
ofrenda á Jehová.
90 De lo primero* que amasareis, ofte>
ecváis una torta en ofrenda: como la
ofrenda de la era', así la ofreoeráis.
91 De las primicias de vuestras masas
daráis á Jebarh ofrenda por vuestra*
genciaelones»
93 5 Y cuando errareis*, y no hicie-
reis todos estos mandamientos, que Je-
bovA lia dicho á Moisés,
28 Todas las cosas que Jehová os ha
mandado por la mano de Moisés, desde
el dia que Jehová le mandó, y en ade-
lante por vuestras edades,
84 Será que, si et pecado fué hecho por
yerro eon if^oranda de la ooni^iega-
eion«, toda la congregación ofteceiá un
novillo por holocausto, en olor suave á
Jdiová, con su presente y su libación»
cooforme á ia ley ; j un macho cabrío
en expiación.
85 Y el sacerdote hará expiación per
toda la congregndon de los hijos de
Israel, y les será perdonado, porque;
yerro es : y ellos traerán sus ofrendas,
ofrenda encendida á Jehová, y sus ex-
piaciones delante de Jehová por sus
yerros.
80 Y será perdonado á toda la congre-
gación de lós lujos de Israel, v al ex-
trai^ero que peregrina entre ellos, por
cuanto e« yerro de todo el pueblo.
87 5 Y si una persona pecare por
yerro f, ofrecerá una cabra de un afio
por expiación.
88 Y el sacerdote hará expiación por
la persona que habrá pecado por yerro,
cuando pecare por yerro delante de Je-
hová : y la reconciliará, y le scsá per-
donado.
89 El natural, entre los hijos de Israel,
y el peregrino que habitare entre ellos,
una misma ley tendréis para el que hi-
ciere afeo por yerro.
80 ^ Mas la persona que hiciere algo
con altiva mano, asi el natural como el
extrai\jero, á Jehová it\)urió'; y la tal
persona será cortada de en medio de su
pueblo.
81 Por cuanto tuvo en poco la palabra
de Jehová', y dio por nulo su manda-
miento, enteramente será cortada la tal
persona : su iniquidad terá sobfe ella.
88 5 Y cfttando los hi.H» de Israel en
el desierto, hallaron un hombre que re-
cogía lefla en dia de «abado '.
88 Y los que le hallaron recogiendo
lefla, tnjiénmlo á Moisés y á Aaron, y á
toda la congregación.
84 Y Dusiéronlo en la cárcel», porque
no estaña declarado que le hablan de
hacer.
85 Y Jehová dijo á Moisés: Irre-
misiblemente muera aquél hombre';
apedréelo eon piedras toda la congrega-
ción friera del campo jr.
88 Entonces lo sacó la congregación'
friera del campo, y apedreáronlo oon pi-
edras, y murió, como Jehová mando á
Moisés.
87 5 Y Jebová habló á Moisés, did-
endo:
* • _ - •- .« M-
..1 .. A*%^
que se bagm pesados en les remates de
•os vMtidos*, por sus generadoncs ; y
pongan en eoJa pesuelo de loa remates
un cordón de cánleno.
88 Y serviros ha de peaneio, pan «pe
cuando lo viereis, os aoordds de toaos
los mandamientos de Jebová, para po-
nerlos por obra, v no mireb en pos de
vuestro corazón S y de vuestros qjoe,
¡ftudo en pos de los cuales fiímieais :
40 Para que os acordéis, y hagáis todos
mis mandamientos, y seáis santos á vu-
estro Dios*.
41 Yo Jehová vuestro Dios, que os
saqué de la tierra de Egipto, para ser
vuestro Dios : Yo Jdiová vuestro Dios.
CAPITULO XVI.
StUeüm dt Con, Dalkan y >MrmB, f dv mu
tMMWM, r«pKmi(fa y e
jUaea ta etUra d» Dio».
YCORE«, h^o de Ishar, h^o de
Coath, h^o de Leví; v Dathan y
Abiram, hijos de Eliab ; y Hon, hijo de
Peleth, de los hijos de Rubén, tomaron
gente,
8 Y levantáronse contra Moisés con
desdentó* y cincuenta varones de los
hyos de Israel, principes de la congre-
gación, de loa del conaijo, varones de
nombre.
8 Y se juntaron contra Moisés y Aa-
ron &, y les dieron: Básteos, porque
toda la congr^nadon, todos ellos «m
santos», y en medio de ellos eetá Je-
hová': porqué pues os levantáis vos-
otros sobre la congregadon de Jehová ?
4 Y como lo oyó Moisés, echóse sobre
su rostro « ¡
5 Y habló á Core y á todo so séquito,
diciendo : Maflana mostrará Jehová qui-
en et suvo/, y al santo harálo llegar á
sí ; y al que él escogiere f, él lo allegará
así*.
6 Haced esto, tomaos incensarlos. Core
y todo su séquito }
7 Y poned fuego en ellos, v poned en
ellos zahumerio ddante de Jehová ma-
flana ; y será que el varón á quien JehovA
escogiere, aquel eerá d santo ' : basteo*
eHo, hijos de Leví.
8 D^o mas Mdses á Core: Oíd ahora,
h^os de liCví,
9 ¿ Os es poco que d Dio* de Israel o*
haya apartado de la congregación de Is-
rael, haciéndoos allegar á sí para que
ministraseis en el servicio del taberná-
culo de Jehová, y estuvieads ddante de
la congregadon xMira ministrarles * ?
10 ¿Y qué, te hizo acercar á tí, y fc
todos tus hermanos los hijos de Leví
contigo, para que ahora procuréis tam-
bién el sacerdocio ?
11 Por tanto fá y todo tu séquito sois
los que os Juntáis contra Jehová : pues
Aaron, qué es, para que contra él mur-
murds'?
18 Y envió Mdses á llamar á Dathan
y á Abiram, hilos de Eliab ; mas elloa
íespondleron, No Iremos allá :
lé ¿Et poco que nos hayas hecho veiür
de una tierra que destila leche y miel,
para hacemos morir en el desierto, sino
que también te ensolkirees de nosotro*
imperiosamente m ?
14 Ni tampoco nos has metido tü en
tierra que fluTa leche y miel «, ni no*
has dado heredades de tierras y vlflas :
¿ has de arrancar los ojos de esto* hom-
bres ? No subiremos.
15 Entonces Moisés se enojó en gran
manera, y dijo á Jehová: No mires fc
su presente : ni aun un asno he tomado
de ellos», ni áningtmo de dios be hecho
•Dea.SLia.
]fat.23.i.
»])ea.S9.19.
Job 81. 7.
Jer. 9. li.
b.6L9.
•lev. U. 44,
4&
• cap. V,. 9.
Jad.U.
»8aLl€6.1fi
• Ex. 19. 6.
4Sa.3». tf.
• cap. 14. &
yau.&
fiTlm 2.19
'Cap. 17. t.
fcOip. 3.19
Ex. 44.U^
«'Heb.&^
» Cap. 8. i
46.
y 8. 14.
UBa.lO.(
'Kx. 16,
Ifi
Hcdi.8.
lCor.a.i
I
i
•Ifiaakl
Ret&d
». 1
^Ccir.1471.
NUMEBOfi. XVIL
A. G dr. 14».
>C^1410.
Apocl&i.
'C»p.l4,5.
'Om..J:.1«.
íclll.
I1.57.U.
bcUL
BdiU».
•Gía.ISJ2,
II.
t0ar.&17.
A^U.4.
'JcLlLlS.
'U&a
fC.l
Dn-ILC
U.1M.V,
•Cif-n-i.
1« Despoes dUo Moímb á Ceie : Til 7
lodo ta aéquito ponaM nfWiu delaate
d* JdioTA; ni 7 ellM, j Awon :
17 Y tomad cada uno sn inceonrio. j
Bdoad zahnraciio «a dios, j llegad ae-
laote de Jefaová cada uno coa ni inoen>
•ario; doMientoB 7 oittcttcnta inocnaa»
riot : tú también, 7 Aaron, cada uno
eonn incensailo.
18 *f Y tomaron cada uno *a inoen»
mió, 7 pnaleron en elloa ftiefo, 7 coha>
MD en «aoa zahumerio, 7 putiérooM A
la pncKta del tabenáculo del teitimonio
oon Moieea 7 Aanm.
IM Y« Core había hecho juntar oontn
elloa toda la congi«gacion á la puerta
dd tabemAcuIo del teétimonio: entónoef
la gloria de Jáunh apareció 4 (oda la
eangreicacion/>.
80 5 Y Jdiová habló 4 MoIms 7 4
Aaion, diciendo :
n Apartaos de entre 9 esta oongrqga*
don, 7 consumirlos he en un momento.
88 Y ellos se echaron sobre sus ros.
tro**', 7 dijeron : Dios, Dios de los espl*
ritns de toda carne*, ¿ no m un hombre
á que pecó ? ¿ 7 airarte has til contra
toda la oongregacion * ?
83 Entonces JehoT4 haUó 4 Moisés,
diciendo:
84 Habla 4 la congregación, diciendo :
Apartaos de en derndor de la tienda de
Coie, Dathan, 7 AUram.
86 Y Moisés se levantó, 7 fué 4 Da.
fltan, 7 4 Abiram; 7 los ancianos de
Israd ftiemm en pos de ¿1.
88 Y ¿1 habló 4 la congregación, dici*
codo : Apartaos ahora de las tiendas de
estos impíos hombres, 7 no toquéis nin.
guna cosa stt7a, porque no pereceáis en
todos sus pecados «.
87 Y arart4ronse de las tiendas de
Con, de I>atiuin, 7 de Abiram, en der.
icílor, 7 pnsiénmse 4 las puertas de sus
tiendas oon sus mi^cres, 7 sus l^jos, 7
sus dilmiitos.
88 Y dUo M<Ñses : En esto conoceréis
qne Jc9iot4 me ha en'viado para que hi-
ckae todas estas cosas; que no de mi
eoiaam ¡a» hiet».
89 Si como mueren todos los hombres
murieren estos, ó si fueron ellos ri.ii-
tadoa 4 la manera de todos los hombres,
JdioTá no me envió.
80 Mas si JehoT4 hiolers una nueva
cosa, 7 la tierra abriere su boca, 7 los
tragare oon todas sus cosas, 7 desoendie.
ren vinuy al abismo, entonces cono*
ecréia que estos hombres irritaron 4
JdiorA.
81 Y aconteció, que eo acabando él de
hablar todas estas palabras, ron^)ióse la
tierra que estaba debido de ellos,
88 Y abrió la tierra su boca', 7 tragó-
los 4 dios, 7 4 sus casas, 7 4 todos los
bombee» de CSore, 7 4 toda su hacienda.
88 Y dios, con todo lo que tenian,
descendieron vivos al abismo, y cubrió-
loa la tierra, 7 perecieron de en medio
de la eoogr^^acion.
84 Y todo Israel, los qae estaban en
dcRcdor de ellos, hujeron al grito de
elloa: porque decían. No nos trague
también la tiena.
86 Y salló fuego de Jehov4*, 7 oon.
sondó los doscientos 7 cincuenta hom-
bres que ofiredan d lahuaserio k.
86 5 Entonces Jdiov4 habló 4 Moisés,
gicieiido
37 IM 4 Eleazar, hQo de Aaron sacer-
dote, que tome los incensarios de en
naedlo cM laceadlo, 7 derrame mas all4
d fttcgo ) poique s<» santificados.
88 IxNi incensarios de estos pecadores
contra sus almas : 7 har4n de ellos plan-
chas «fitMidldas para cubrir d altar:
r cnanto ofrecieron oon elloa delante
JdM»v4. son santificados, 7 serán
por • se3d 4 los hijos de Israd.
88 Y d sacerdote Blcasav tomó los in.
censarlos de metal, con que los quema,
dos hablan ofiwddo: 7 eztcndiéroiales
para cubrir d dtar .
40 En reoueido 4 los h^os de Israel
que ningún estrafio, que no ta de la
nmiente de Aaron, llenie 4 ofirecer sa-
humerio ddante de Jehov4, porque * no
sea como Core,^ como /oí i» su séquito,
SMun se lo d^o Jehová por mano de
41 5 El día slguiante toda la congre-
gadon de los hQos de lorad murmuró
contra Moisés 7 Aaron, diciendo : Vos-
otros habéis muerto al pueblo de Je.
boT4.
48 Y acontado que, eomo se juntó la
oongiegadon contra Moisés 7 Aaxon,
miraron h4oia d tabem4attlo dd testi-
monio, 7 hé aquí la nube lo habla cubi-
erto, V apareció* la gloria de .Tehov4.
43 Y vinieron Moues 7 Aaron delante
del tabern4culo del testimonio.
44 Y Jehov4 habló 4 Mdses diciendo :
45 Apartaos de en medio/ de esta
congrcgadon, 7 consnmlrélos en un mo-
mento. Y dios se eoharon sobre sus
rostros y.
46 Y dyo Moisés 4 Aaron: Toma d
incensario, 7 pon en él fuego dd altar,
7 sobre ¿1 pon perfuqe, 7 vé presto 4 la
congregación, 7 has expiadon por elloa ;
poique d furor ha salido de delante la
fax de Jehov4A : la moriandad ha 00.
menzado.
47 Entonces tomó Aaron ü inettumrío,
como Mdses dijo, 7 oerrió en medio de
la congregación ; 7 hé aqui que la mor-
tandad habla comensado en d pueblo :
7 él puso perfume, é hiso expiadon por
dpñeblo.
48 Y ptbosei entre los muertas 7 los
vivos, 7 cesó la mortandad *.
49 Y los que murieran en aqudla mor-
tandad fueron catorce mU 7 setecientos,
sin los muevtos por el negocio de Core.
fio Después se vdvió Aanm 4 Mdses 4
la puerta dd taben4culo del testimonio,
cuando la mortandad halúa cesado.
CAPITULO XVII.
El taeetdoño umfirmado en Aaron con «i
prodigio dé ia vara ^luftortet yfinttüfiea.
Y HABLÓ Jehová 4 Moisés, did-
endo:
8 Habla 4 los hijos de Israel, 7 toma
de elloa una vara por cada casa de los
padres de todos los príndpes de dios,
doce varas conflirme 4 las casas de sus
padres ; 7 escribtr4i el nombre de cada
■no sobre su vara.
8 Y escriUrás el nombre de Aaron
sobre la vara de Leví, porque eaáa ca-
beza de fiímilia de sus padres tendrá
una vara.
4 Y las pondr4s en el tabem4enlo del
testimonio, delante del testimonio, donde
70 me dedararé 4 vosotros «.
6 Y ser4, qu« el varón qu» 70 esoogi.
ereft, su vara florecer4 i 7 haré cesar de
sobre mí las quejas de ns h^ de Is-
rael, oon que murmuran oontn vos-
6 Y Mdses habló 4 los hiios de Israel,
7 todos los príndpes de eUos le dieron
varas; cada prtadpe por las oasas de
sus padres una vara, en toda» doce va-
ras: 7 la vara de Aaron ettmbm entre las
varas de dios.
7 Y Mdses puso las varas ddante de Je<
h0T4 en el tal»em4oule del «cstlmanio *.
— Q^
•Osp. 17.10.
d Cap. S. 10.
2 0r.36.1S.
« «sr. 19.
/ver. 21,34. i
vwr.Sa.
«cap. 11.38.
L1&6.
fy. 10. 6.
lCr.27.ai.
.' Heb. 7. S4,
tlCr. 21.36,
8d.io«. ao.
o Sz. 2S. 3S.
7 ao. 36.
i C•^ 16. 5.
•Cap. 16. 11.
i Ey. 39. 31.
BMb.7.44.
L a dx. UTt.
KVHEBOS, XVnL
JL a dr. un.
Heb. 9. 4.
8*1. 90. 7.
la. 67. 16.
' Cap. 1. fil.
6S.
y IS. 4, 7.
Heb. 10.19,
22..
' Ex. S8. 88.
»Oen.a9.84.
e C«p. 8. 10,
etc.
•' C«p. i. 10,
30.
' Kx. 80. 7,
etc.
I.ev. 34. 8.
/Cap. 16. 46.
7 Heb. 9. 3.6.
* C«p. 5. 9.
Lev. 7. 82.
• Ex. 40. 18.
15.
*LeT.2.2j8.
y 10. 13, 13.
' Lev. 6. 95,
2'..
" lev. 7. 7.
y 14. 13.
"Lev. 6. 16,
etc.
» Daa. 18. 8.
PLov.as.
8 T aoontMld que «1 dia luiente vino
Moiacft al tabernáculo del testimonio ; y
hé aquí que la van de Aaroo de la caaa
de Leví habla brotado, j echado floraa,
y arrojado renueroa, y pmdnoido al-
mendras.
9 Entonce* meó Moiaet toda* las -vana
de delante de Jehová á todos los h^Joa de
Israel, y ellos lo vieron, y tomaron cada
uno su vara.
10 Y Jehová d(Jo á Moisés : Vurive la
▼ara de Aaron delante del Testimonio*,
para que se guarde por seilal á los hUos
rebeldes ; y harás Mi cesar sus quilas de
sobre mi, porque no mueran.
11 E Úéolo Moisés: como le mand<5
Jehová, ui hizo.
U 5 EntiSnoes los MJot de Israel ha-
blaron á Mdses, dieloiMio: Hé aquí nos-
otros somos muertos, perdidos somos,
todos nosotros somos penlldos/:
18 Cualquiera que se llegare^, d que
se aoercare al tabernáculo de Jehová,
morirá: ¿ acabaremos de perecer todos ?
CAPITULO XVI 11.
Em w dé jpo$míomm lurediiariat MÜele IXss á
Im mimttroi primicia», «tfremda» y Mmmti.
OUigaeionea de $aeerdoU$ y Uvitot.
YJEHOVA dUo á Aaron : Td y tus
hijos, y la casa de tu padre contigo,
llevaréis el pecado del santuario* : y td,
y tus hj^os oontígo llevarais el pecado de
vuestro sacerdocio.
9 Y á tus hermanos tamUen, la tribu
de Lev!, la tribu de tu padre, hazlos
llegar á tí, y jdnfeense contlcofc, y ser-
virte han « : mas trf, y tus hijos contigo,
aerviréíM delante del tabernáculo del tes-
timonio.
8 Y guardarán lo que tli ordenarea, y
el cargo de todo el tabemáoulo : mas no
llegarán á loa vasos santos^ ni al altar,
porque no mueran ellos y vosotros.
4 8e Juntarán pues contigo, y tendrán
d cargo del tabernáculo <&1 testimonio
en todo el servido dd tabernáculo: y
nincun cstraflo se ha de llegar á vosotras.
6 V tendréis la guarda dd santuario, y
la guarda dd altar*, para que no sea
mas la ira/ sobre los hOos de Israd.
6 Porque hé aquí yo he tomado á vu-
estros hermanos los Levitas de entn los
i^jos de Israd, dados á vosotros en don
de Jehová, pan que sirvan en el minis-
terio del tabernáculo del testimonio.
7 Mas td, y tus h^os contigo, guarda-
réis vuestro saoerdooio en todo negocio
dd altara, y dd relo adentro, y minia-
traréis. Yo ot he dado en don el ser-
vicio de vuestro saoerdooio t y d estraflo
que se llegare, morirá.
8 5 Dijo mas Jehová á Aaron : Hé
aquí yo te he dado también la guarda de
mis ofrendas A : todas las oosas consa-
gradas de los htíos de Israel te he dado
por razón de la unción •', y á tus h^os,
por estatuto perpetuo.
9 Esto será tuyo de la ofrenda de laa
cosas santas pretervadoM dd fbego : toda
oflrenda de dios de todo presente J^ ■njo,
y la de toda expiación por d pecado de
ellos', y la expiación par la culpa de
ellos m, que me han de presentar, y ftie
es cosa muy santa, será para tí y pan
tus hijos.
10 Ln el santuario le comerás»; todo
varón oomerá de día : cosa sanu sesá
pan tí.
11 Esto también será tuyo • : la ofrenda
elevada de sus dones, y todas las ofiren-
das asiladas de los bi¡oi de Israel be
dado a tí y á tus h^ os, y á tus hijas con-
tigo, por estatuto perpetuo: todo lim-
pio^ en tu caaa comerá de ellas.
19 De aodte, y de mosto, y de trigo,
todo lo mas asoogido. laa pnmieiaa de
ello que praeotaráa á Jdiovár, á tí laa
he dado.
18 Laa pclmidas de todaa laa cosas de
la tierm oe ellos, las euales traerán á Je-
hová, serán tuyas: todo limpio en tu
casa comerá' de ellas.
14 Todo lo consagrado por voto* en
Israel, será tuyo.
15 Todo lo que abriere matriz en teda
carne que onecerán á Jehová, así de
hombres como de animales, será tuyo :
mas has de hacer redimir d primogé-
nito del hombre' ; también haráa redi-
mir el primogénito de animd iiunnndo.
10 Y de un mes harás efisotuar d res-
cate de dios, conforme á tu estimación,
por precio de cinco sidos» al sido dd
santuario, mu es de vdnte ébolos«.
17 Mas el primogénito de vaca, y d
primogénito de ov^a, v d ptlmogérdto
de oabm no redimirás ; santifloadoa
sony : la sangre de dios roefarás aolire
el dtar, y quemarás la grasara de dios
por oftenda encendida, en olor suave á
Jdiová.
18 Y la carne de dios será tuya, como
el pecho de la meoedun y como la es-
pddilla derecha * son tuyos tambieii.
10 Todas las ofiendas elevadas de las
ocsaa santas, que loa h^ de Israd ofre-
deren á Jehová, líelas dado pan tí y
pan tus h^oa, y pan tos h^aa contigo,
por estatuto perpetuo*: paoto de sal
perpetuo es delante de Jebov^ pan tí
y pera tu simiente contigo.
90 Y Jdiová dijo á Aaron: De la ti-
em de dios no tendrás heredad, ni
entren elloa tendrás paite: yo «y tu
parte y tu heredad en medio de los hi-
jos de Israel.
91 «r Y hé aauí vo he dado á loa h^)oa
de Leví todos los oiezmose en Israel por
heredad, por su ministerio, por manto
ellos sirven el ministerio del tabemácolo
del testimonio.
98 Y no Uegaiin mas los hQos de
Israd al tabornáculo dd testimoido,
porque no lleven pecado, por d oual
mueran tf.
88 Mas los Levitas' harán el servicio
dd tabernáculo del testimonio, y elloa
llevarán su iniquidad: et estatuto per-
petuo por vuestras edades ; y no pose-
erán heredad entre los híjoa de Israd.
94 Poique á los Levitas he dado por
heredad los diezmos/ de los hijos de
Israd, que cAeoerán á Jehová en o-
firenda ; por lo cud les he dicho. Entre
los hijos de Israel no poseerán heredad.
96 1 Y habló Jehová á Moisés, dici-
endo:
98 Así hablaráa á los Levitas, y les
dirás: Cuando tomards de los hgoe de
Israd los diezmos que os he dado de
ellos por vuestra heiedad, vosotros pie-
aentaráis de ellos en tinmda ofitenoa &
Jdiováy el diezmo de los diezmos.
87 Y se os oontaiA vuestra ofrenda
como grano de la era, y como acopio
dd lagar.
98 Así ofreceréis también vosotros o-
fr«nda á Jehová de todos vuestros diez-
mos, que hubiereis recibido de los hijos
de Israd ; y daréis de ellos la ofrenda de
Jehová^ Aaron el sacerdote.
80 De todos viiestros dones ofreceréis
toda ofrenda á Jehová ; de todo lo me«
jor de dios qfreeeríU la porción que ha
de ser consañada.
80 Y les dkást Cuando ofreoierds lo
m^or de dios, será contado á los Le-
vitaa por froto de la en, y como fruto
ddla^.
«DeiLlS.4.
Keh.I0.35,
88^
*-Kz.S£.».
•lev. 97.28.
(Sz.tS.U.
784.90.
Lev.87.9j6.
■Bx.aOLU.
y Dea. 15. 19.
'Xz.S9.as.
as.
Lev. 7. 84.
Deu.18.8.
«9Cr.lS.&
»Cap.S&01
Deauía».
ylS.lS.
yU.a.
Jos. 18. 14,
Sa. 44. S8.
•Lev. 27. SO,
sa.
'Cap. 1.51.
• Cap. 8. 7.
/Kdh.10.37.
y ia.44.
Mal. 3.5,10.
Heb.7.&,9.
'Neh.iaS8.
i.aeta;i4n.
NÜMXBOfi^ XIZ» XZ.
A.Calr.l«n.
IJfltldLlO.
Lae. 10. 7.
lCir.8^13.
• Lev. 19. 8.
r2L16.
IiLL7.
•kLM.
ib.ia.5.
1U.LU,
IPed-LlSL
'I>Bi.2Lt
'I«T.4.12,
SL
yinr.
'I««.14.i,
*Beb.».]X.
ni
w.a.1.
kGCLlIJSL
¿■■4.10.
en enalaotar h»gu,
fkmiUai; poM M
n Yio
■naottoB j TUMtn
voMtn i«niaiMneltm por yumüto mi-
niitnio en d tebenAcnfo dd teMlBieato.
as Y euaado ▼«•otxot faubiereit oft«>
ddo de ello lo m^jor anjo, no Ueiwráli
por cDo pecado ' i y no hafaieia de oonu.
minar ir las oont «antea de loe hlIJe* de
larari, y no moitlréU.
CAPITULO XIX.
tmertfitlo ét la'vat^rtlat rtto porahooerW
agma liulnri t purifiiatoria/ y iwo d« Mto
YJEHOVA habló 6, Moisea 7 4 Aa-
ron, diciendo t
3 Bata ct la eidenanaa de la lev que
JehoTá ha pieacrUo, diciendo : Di á loa
h^oa de iñd qne te tiaigaa una vaoa«
benncja, pexftotafc, en la onal no haya
fidta, airim la cnal no ae haja pneato
yugo*.
a Y U daiéia á Eleauur el aaoenlote, 7
él la aacaiA ftMca del campo^* 7 harála
dqprflar en en weaenoia.
4 Y tonuoft JSlcezar d aaoerdote de
ao aangre con an dedo, 7 roelaiá hacia
la delantera* del tabenáonlo del tetti-
nunio oon la aangre de ellaelete veoca.
5 Y haza quemar la vaca ante ana
ajoa ; en cuero/, 7 an canae^ 7 au aan-
gre, oon an eatierool, harfc quemar.
8 liUeno tomar& el aacerdote palo de
oediD, é hiaopo, 7 eaearlata, jg eeluutA
cato en medio áA tuega en que aide la
7 El aacerdote lamA luego ana veati-
doa, laTHr& también au carne con asua,
7 dénmea entrari en el real ; 7 aera in-
mundo él aaoerdote haata la taíde.
8 Aaimiamo el qne la quemó, laTari
aaa veetidoa en agua, también lavaiá en
agua an carne, 7 aer& inmundo haata la
9 Y m hombre limpio reoogerik laaA
eenizaa de la ▼acá, 7 laa pondrá flien
del campo en lugar limpio, 7 laa guar-
dará la oongregaekB de loa hijoa die la-
nel para á agna| de aepaniciont ea
■na expiaolon.
10 Y él qne reeogió laa oenisaa de la
Taca, lATanik ana Teatidoa. 7 aera inmun-
do haata la tarde : 7 aera acto á loa hHoi
de larari, 7 al eatraq^ero que peregrua
cntie elloa, por catátate perpetuo.
11 5 El que tocare mneito* de cual-
humana, aiete dJaa aeiá
U Eete ae purificará al tercer día con
aqueatn d!fiin» 7 al aáptimo dia aera lim-
pio: 7 al al tercer día no ae parificare,
no aera limpio al léptlmo dia.
18 Cualquiera que tocare en muerto,
en peraona de hombre que eatuvicte
muerto, 7 no le purificare, el taberná-
culo de Jehofá contamino t 7 aquella
rf^yynff aeiá cortada de laniel : por cu
d agua de la aeparacion no ñié
rociada arare él, inmundo acefc, 7 an
innramUda aera aobre ól.
14 Beta «t tal Ie7 para ouaado alguno
muríate en la tienda t oualqutera que
entrare en la tienda, 7 todo lo que ea-
tnvlcre en ella, aera inmundo atete dias.
15 Y todo raao abiarto, aobie el onal
no hubiere tapadera bian i^Juatada, aecá
inmundo.
le Y cualquiera que tocare en muerto
4 endiillo aobie la has dd eampo, ó en
anertio de mw», ó en bueao humano, ó
en amolelo, alete diaa aecá inmundo.
17 Y para el Inmundo tomarte de la
eeñisn de la quemada vaca de la exid-
aeiOB, 7 eohnáa aobre ella agua viva *
cnnnTaao:
18 Y un hombn Umiilof tomaeá hl-
X, 7 núzatelo en d agua, t rodaiá
e la tienda, 7 aobre tedoa loa mué-
blea, 7 aobre laa pewonm que allí eatu-
viercn, 7 aobrt aquel que hubiere tocad»
el hueao, ó el maiado, ó el muerto, ó el
aepulcro.
10 Y ri limpio roolaiá aobie d in-
mundo al tercero 7 al aéptlmo dia: 7
cuando lo había pnrifloado al dia aep-
timo, el (mmnido UTará luego •• ana vea-
tldoa, y á ai mlamo ae lavará con agua,
7 aera limpio á la tarde.
ao Y el que fiíere inmundo, 7 no aa
Surtficare, la tal peraana aera cortada
e entre la congregaoien, por cuanto
contaminó el tabernáoulo «te Jehová:
d no fué rociada aobre él él agua de ae-
paracion? ei inmundo.
81 Y lea aera *Ho por estatuto per-
petuo : también el que rociare el agua
de la aapcuncion lavará aua TeatUoa 1 7
el que tocare al agua de la aeparacion,
•era inmundo haata la tarde.
as Y todo lo que el inmundo • tocare,
será inmundo ; 7 la permna que lo to-
care, aeaá inmunda haata la tarde.
CAPITULO XX.
MvtrU d» Mario. .Agua» i» eoutradUeiom.
NUga» lat /damlo* d jMiap á lo» ItraditoM.
Muerte át Aaron.
Y LLEGARON lea hijea de Iirad,
toda la congregación, al deaierto de
Zin en el mea primeio, 7 aaentó el pu-
eblo en Cadea; 7* alU musió Maiia», 7
ftié allí aepnltada.
S 5 Y como no hubleae agua para la
congregación c. Juntáronte oontxa Moi-
sés 7 Aaron.
8 Y r^afió fA ptMblo con Moiaea, 7
hablaron diciendo : ¡ Ojalá que noaotroa
hubiéramos muerto cuando perecieron
nucatxoa hennanoa delante de Jehorá*' !
4 ¿ Y por qué hiélate venir la congre-
gación da JehoTá á esta deaierto, para
[ue« muramos aqui noaotroa 7 nueatraa
6 ¿ Y por qué noa haa hecho anbir de
Egifito, para traeraoa á eate mal lugar ?
No «t lugar de aementera. de higuana,
de Tiflaa, ni granados ; ni/aunaguaih^y
pan beber.
O Y fuéronae Moiaea 7 Aamn de de-
lante de la oongtcgaeion á la puerta del
tabernáculo del teatlnonio, 7 echáronse
sobre sus rostros 0; 7 la gloria de Je-
hová ^pareció soiñe elloa A.
7 Y habló JdioTá á Molsm, diciendo :
8 Toma la vara* 7 reúne la oongren-
don • tii 7 Aaron tu hermano, 7 híablad
á la peña en q)oa de ellos ; 7 ella dará
su agua, 7 ka aaeaxáa aguaa de la pefia.
7 dan» de beber á la congregación, 7 á
aus bestias*.
9 Entonces Moisés tomó la van de de-
lante de J^ová, oemo él le mandó.
10 Y Juntaron Moisés 7 Aaron la oon-
Sregacion delante de la pe&a, 7 dtiolca t
id abon, rebeldes <! ¿oa hemos de ha-
cer salir aguaa de esta pella ?
11 Entónees alzó Moisés au mano, é
hirió la pefia con an van doa veoea; 7
aaüéion muchaa aguaa, 7 bebió* la eon-
gregacion, 7 «ua bestias.
18 Y Jehová d^ á Moiaea 7 á Aarottt
Por cuanto no cieistels en aai«, pan
aantifioarme en q}aa de loa hijos de Is-
rael, por tanto no meteiéla eata oongre-
gadiao en la tierra qne lea he dado.
18 Estaa jo» laa aguaa de la rencilla,
por laa onalea contendieron loa hUos de
larael con Jdiová, 7 él se aantifioó en
dloa.
14 «r Y wió Moiaea embaJadoma al
I gal. a. r.
"LaT.li.O.
■•Hh.2-13.
•Cap.8S.86.
> Bx. u. ao.
• Bx. 17. 1,
etc.
4Cap.l6.a2.
78&46.
« Kx. 17. 8.
/Csp.lS.14.
9 Cap. 14. 5.
7lé.4.
*Ca^l4.10.
( Bz. 17. £.
*Neh.9.16.
BaL 78. 15,
18.
7 105. 41.
7 114. 8.
la. 41. 17,
18.
7 48.31.
< Sal. 106.38.
•Den. 8. 15.
1 Cor. 10. 4.
•0^87^4.
Den. 1. 87.
78.86.
7 82.61.
' qoba MiH Edom d^ir puu t ti
whilCnnlnai ]<t(]UtdHlirft«L ir
« ^ r p«T1ld«« d« CtdH ]
¡¿¿."¡.íí."^ '
iruiattoa, xzu
5'^
H V Btium THp«vU4 J dU» 4 I
■^TíOl^EBON bi Mía d> Ind,
át U tí«m : DDF JD ij que el qu.
pand ■! pM d« BiluiB i j d TDlnd
hJbU «DUoa («n aiMnaiM al á dMHn
BVd lD(i<ik JdnTilidUd jFti
qii« luí hiAdD ID >PiD mm m Tt-
•„"£!?,;
tri tf pcalM dobiBi* dv Dil <
A. cu»
NÚMEROS, xxm, xnv.
.A.C.14St
> w. 89l
t f«r. 14, 80.
• wr. 18.
Cap. 81. 8.
yU.28.
•IDea.88.28.
•Geii.18.18.
/8aL87.87.
Pro.14.8S.
Asi BalMín fué «oo 1m príncipe» de
Bidac.
96 % Y ojendo Balac qne Balaam
venia, Mli^ 4 vedUrlo & la ciudad de
Moab> que ettaba junto al ténniíio de
Amoiit que e* al caibo de lot oonfinea.
87 Y Balae dijo 4 Balaam : (> No en-
vié jo 4 tí 4 llamarte? por qué no
haa Tenido 4 mi ? ¿no puedo 70 lion-
rarte?
88 Y Balaam respondió 4 Balac : Hé
3 ai 70 he venido 4 ti; ¿mas podré
on hablar alguna cosa ? La palabra
qne Dios pusiese en mi boca, esa ha-
lilaré.
8i> Y Alé Balaam con Balae, 7 vinienm
4 la ciudad de Husotb.
40 Y Balac hizo matar bueyes 7 orejas,
7 envías 4 Balaam, 7 4 los principes qne
tíabonotMéL
41 Y Y el dia siguiente Balac tomó 4
Balaam, é hizoio subir 4 los altos de
Baal. 7 desde aUi vié la extmnidad del
pueblo.
CAPITULO XXIII.
Bataam,4etmut da hábm' trífido tUU litara,
düpomitimompaira muMeetr élctJmnttUtat,
npU» tcbredust Wn fucnaio, mutkat bmU^
eümm, y anmteia «m tdeloríaa.
Y BALAAM d^o 4 Balac: Edifl-
eame aquí siete altares, 7 prep4-
nune aquí siete beoenos 7 sl^« car-
neros.
9 Y Balac hizo como le dijo Balaam ;
7 ofrecieron Balac 7 Balaam un becerro
7 on carnero en «oiía altar h.
8 Y Balaam d^o 4 Balac : Ponte junto
4 tu holocausto, 7 70 iré : quix4 JehoT4
me vendr4 al encuentxo, 7 cualquiera
cosa que me mostrare, te la noticiaré.
Y asi se flié solo.
4 Y Tino Dios al encuentro de Balaam,
7 eate le d^ : Siete altares he ordenado,
7 en e«da altar be ofteoido un Iteoem 7
un camero.
5 Y JehoT4 puso palabra en la boca de
Balaam, 7 dfiole : VudTe 4 Balac, 7 has
de hablar asi.
0 Y TolTió 4 él, 7 bé aqui él estaba
junto 4 su holocausto, él 7 todos los
príncipes de Moab.
7 ^ V él tomo su parábola e. 7 di}o ;
De Aram me trajo Balac, rey de Moab,
de los m<mtes del oriente: Ven, d\}o.
maldíceme 4 Jacob ; j. Ten, execra 4
IsraeL
8 ¿ Por qué maldeciré 70 al que Dios
no maldijo? Y por qué he de esecncr al
que JéhoT4 no ha execrado ?
9 Paqne de la cumbre de tas peSas lo
Tcré, 7 desde los collados lo minré : hé
aquí un pueblo que habitar4 confiado',
7 no ser4 contado entre las gentes.
10 ¿ Quien ooitfar4 el polTo de Jacob*,
ó el mimen de la cuarta parte de Is-
rael ? Muera mi persona oe la muerte
de los rectos, 7 mi postrimería sea como
lasuja/.
11 T Enténces Balac d^o 4 Balaam :
¿ Qué me has hecho ? Hete tomado pa.
ra Que maldigas 4 mis enemigos, 7 hé
aquí has profiorido bendiciones.
Ifl Y el respondió, 7 d^o : ¿ No obser-
Taré 70 lo que JdiOTá pusiere en mi
boca para decirlo ?
18 ^ Y d^ole Balac: Ruégete que
Tengas conmigo 4 otro lugar desde el
cual lo Teas: su estianidad solamente
Terás, que no lo Ter4s todo, 7 desde alU
me lo maldecirás.
14 Y llcTÓlo al campo de Sophlm, 4 la
cumbie de Pisga, 7 edificó siete altares,
7 ofreció un beoccro 7 un camero en
cada altar.
1» Entonces él d^o 4 Balao; Ponte
aquí junto 4 tu hotoeausco, 7 70 iré 4
encontrar d Dio* allí.
16 Y JehoTá saUó al eneuentio de Ba-
laam, 7 puso palabra en su boca, 7 df-
jole: VnelTe4Ba]ae,7así hasdedeeir.
17 Y Tino 4 él, 7 hé aquí que él esteta
junto 4 su holoeansto, 7 con él los prin-
cipes de Meabf : 7 d^ole Balac, ¿ Qué
ha dicho JehoT4 ?
18 Entonces éi lomó su parábola, 7
d^o ; Balac, lerántate, 7 07e ; escucha
mis palabras, hiio de Sephor.
19 Dios no es hombre, pax* que mien-
ta A ¡ ni hijo de hombre, para que «e
arrepienta : él d^o, ¿ 7 no haiá? Hablé,
¿ 7 no lo ^eeutar4 ?
•O Hé aquí, 70 lie tañado bendición ;
7 él bend^, 7 no podré rerocarla.
81 No ha notado Iniquidad en Jaeob.
ni ha Tisto pcrrondon en Israel : JehoTft
su Dios e» con él •', 7 jubilo de rey en él.
S9 Dios los ha sacado de Egipto ; Itratí
tiene ftacrzas como de unicornio.
88 Porque en .Tacob no hay agOero, ni
adiTinacion en Israel : como ahora, seiá
dicho de Jaeob 7 de Israel lo que ha
hecho Dios.
84 Hé aquí el pueblo, qne como león
se IcTantúá. 7 como león se eiguir4:
no se echará hasta que coma la presa,
7 beba la sangre de los muertos.
Sd Y Entonces Balao d^o 4 Balaam :
Ya que no lo maldlees, ni tampoco lo
bendisas.
86 Y Balaam lespondló, 7 d^o á Ba-
lac : ¿ No te he dicho que todo lo que
JehoTá me di^eie, aquwo tengo de ha-
cer*?
87 5 Y dijo Balac 4 Balaam : Ruégete
que Tengas, te Uevaré 4 oúro logar ; por
Tentura pareccr4 Uen 4 Dios que desde
allí me lo maldigas.
98 Y Balac Ueró 4 Balaam 4 la euntbre
de Peor, que mira h4eia Jesimon.
89 Entonces Balaam dijo 4 Balae:
Ediflcame aquí siete altares, 7 prepA-
rante aguí siete becerros 7 siete cameroe.
80 Y Balac hizo eomo Balaam le d^o ;
7 ofreció un becerro 7 un caxnen» en
cada altar.
CAPITUÍO XXIV.
Baham 9uetv4 á henáteir d Iiraelí y «oM-
eina al reino veaidero de JImn Crmo, f otrm
eueeto».
Y COMO Tió Balaam oue pareeia
Uen 4 Jdiorá que él bendijese A
Israel, no ftié, como la prlmcfa 7 se-
gunda vea, 4 oicnentro de agOeros, sino
qne puso su rostro h4cia el desierto ;
9 Y alzando sus ojos, tío 4 Israd alo-
^o por sus tribus: j el espiritn de
Dios Tino sobre Si «.
8 Eotónoes tomó su par4bola, 7 dijo :
Dijo Balaam, hijo de Beor, 7 dQo éí
Taron de oi)os abiertos :
4 Dijo tí que 07o los diohos de DIob,
el Que Tió la Tlsion del Omnipotente |
cálao, mas abiertos man los o)) os :
5 ¡ Cuan hermosas son tus tiendas, oh
Jaeob, .y tus habitaciones, oh Israel i
6 Como arroyos están extendidas, como
huertos junto al rio, como Un4loes plan»
tados por JdioT4, como h oedros junto 4
las aguas.
7 De sus ramos destiUnr4n egnssc, 7 su
simiente será en muchas aguas : 7 en>
salzarse ha su re7 mas que* Agag, 7 su
reino eeiá ensalzado.
8 Dios lo sacó de Egipto ; tiene fber-
aas como de unioomu»*: comer4 4 las
centes sus enemigas, 7 desroenusará sus
huesos, 7 asaeteará oon sus saetas.
9 fie encorvará para echarse eomo león,
7 como groa león: quién le despertará/' r
'ver. 5.
1. IS.
All
lláLS.6.
Ron. 11.39.
Sant". 1.17.
'Sal. 46.11.
13.
•Gen. 13.16.
tSal.104.lC
• Sal. 68. ».
la. 48.1.
'lBsakl&8.
«Gap. 94. 8.
Den. 88. 17.
8aL93.10.|
/Cap.8S.9fc
Gen. 49.9.
Kinmoa^ XXV, zKTL
B ^l^lli J Hit- D
j kiaráía Dum» di Modh I dmi
M Hdn W hita di Boli .
Si=r!2ií,ssaa
iwili diCHM^tM lil rili¿r' di
fActon d« M t»l>ot d« Jwtd, d*«i£n«
eíiuhAbHo da !■»•].
H>»^d.l
8 V ha bliiit da Fluñd, EUU.
> y Li^kiliii da BlUb, NBniHi. >
DmIiu, ir AUbb. EHa Suluii >
A.ai4ft.
KtJMEHOB, XXVL
A.CLU
<'lGar.l0.6.
• Sz. 6. Si.
/G«a.38. %
ID.
1 Cr. 2. 8,
ele.
«Cap.S7. 1.
7d8.lL
10 <^ la tf«Rm abttó m boe», j tn§6
A ellot y á Cok, eoando aquella oom-
pafiia moxió, eaúdo ooiuuiñió el taego
ootcientoi y cincuenta Taronet, loi cu-
alea fueron por wftal *.
11 Mas lot nUoi de Core • no murieron.
19 5 ^^o* y^ot de Simeón por mt tu-
mUia* /nerón ; de Nemuel, la fionilia de
loe Nemuelitat : de Jamin, la fiuaiUa de
loe Jaminitat : de Jachln, la fiuniUa de
los Jaehlnitas :
18 De Zera, la fkmilia de los Zerritas :
de Saúl, la ftmiUa de los SauUtas.
14 Estas fueron las Amulas de los
Simecoitas; veinte y doe mil y dosci-
entos.
15 5 Lm 1>Qo* ^ ^*A por sufl fiuni-
lias: de Zephon, la fiuniUa de ¡os Ze-
phonitas: de Aggi, la fiunilia de los
A{(gltas: de Sunl, la familia de los
Snnitas :
16 De Ozni, la familia de los Omitas :
de Eri, la fiamilia de los Eritas :
17 De Arod. la familia de los Aroditas :
de Areli, la ramliia de los Arelitas.
18 Estas fuenn las familias de Oad ;
por sus contados, cuarenta nül y qui-
nientos.
19 Y Los l^jos de Judá, Er y Oaan/:
y Er y Onan murieron en la tierra de
Canean.
ao Y fueron los Itijos de Judá por sus
fiunilias : de Sela, la finnilia de los Se-
laitas: de Piíaics, la fiunilia de los
Pharesitas: de Zcra, la fiunilia de los
Zeraitas.
SI Y fueron los h^os de Filares ; de
Hesron, la fiuniUa de los Hesronitas : de
Hamul, la familia de los Hamulitas.
fla Estas fueron las familias de Judá ;
por sus contados, setenta y seis mil y
quinientos.
88 5 Lo* hUps de Issaehár por sus
fiunilias: de Thola, la fkmilla de los
Tholaitas: de Fuá, la familia de los
Puanítas :
94 De Jasub, la fiunilia de los Jasnbi-
tas : de Simxon, la fiunilia de los Sim-
ronitas.
95 Estas fueron^ las familias de Issa-
ehár; por sus contados, sesenta y cu-
atro mil y trescientos.
99 5 Los hUps de Zabulón por sus
familias: de sered, la fiímilia de los
Sereditas: de Elon, la fiuniUa de los
Elonitas: de Jalel, la fkmliia de los
Jalelitas.
97 Estas fueron las fismiUas de los Za-
iMilonitas ; por sus contados, sesenta mil
y quinientos.
98 5 Los hijos de Joseph por sus fii-
milias, Manasse y Ephraitn.
99 Los hUoa de Manasse : de HacMr,
la familia de los Machlritas : y Machlr
engendró á Oalaad : de Qalaad, la fiuni-
Ua de los Oilaaditas.
80 Estos frieron los liijos de Galaad :
de Jeser, la flimiUa de los Jezeritas : de
Hélee, la ftunilla de los Heleeitas :
81 De Asriei. la fkmilia de los Asriel-
itas : de fiechém, la fismilia de los Se-
chémitas :
88 De Semida, la familia de los Semi-
daitas: de Hepher, la fiamilia de los
Hepheritas.
88 Y Salphaad/, h^o de Hepher, no
tuvo hijos sino liúas : y los noinbres de
las hijas de Salpbaad JSieron Maala, y
Noa, y Hogla, y Miloa, y Tirsa.
84 Estas f\ieron las fiámiUas de Ma-
nasse ; y sus contados, cincuenta y dos
mil y setecientos.
86 5 Estos .fW«n>n los hijos de Ephraim
por BUS (hmÜias : de Suthala, la ftmflia
de los Suthalaitas : de Bechér, la fismi-
lia de los Beeh«rltas: de Tahan, la fli
milia de los Tahanitas.
80 Y estos JWnm los hifos de SntltaUi ;
de Heran, la fiuniUa de Tos Heranitas.
87 Estas /b«nm las ftoiilias de los hijos
de Ephndm ; por ras contados, treinta
y dos mU y qutaüentos. Estos /benm los
hUos de Joseph por sus fiunilias.
88 5 I'O* ™JP* de Bei:0<">^^ * POf *bs
fiunilias : de Bela, la fiuniUa de los Be-
laltas : de Asbel, la &mlUa de los Aa-
beUtas : de Achlram, la fimiiUa de loa
Aeiilramitas :
80 De Supham, la familia de los Sn-
K' amitas : de Hupham, la fSuniUa de
Huphamitas.
40 Y los I^Jos de Bela fberon Axd y
Naaman : de Ard, la fiunilia de los Ar-
ditas: de Naaman, la ftmUia de loa
Naamanitas.
41 Estos fUeron los h^os de Benjamín
por sus familias ; y sus contados, cu-
arenta y cinco mfl y seiscientos.
tí ^ Estos ./Wroii los h^os de Dan por
sus fismiUas : de Suham, la familia de
los Suhamitas : estas fitenm las fiímiUaa
de Dan por BUS fámiUas.
43 Toákt las fiunilias délos Suluunitaa,
por sus contados, sesesenta y cuatro mil
y cuatrocientos.
44 5 Lo* hijos de Aser por sus fiuni-
lias : de Imna, la fkmilia de los Imna-
itas : de Issui, la fiuniUa de los Issnitas :
de Beria, la fltmiUa de los Beriaitaa.
45 Los luios de Beria: de Heber, la
familia de los Heberitas : de MalcÚel,
la fiunilia de los Malchlelltas.
48 Y el nombre de la h^a de Aser ftté
Sera.
47 Estas /i<«nm las fiunilias de los hijos
de Aser ; por sus contados, cincuenta y
tres mil y cuatrocientos.
48 5 ¿o* ^So* de Nepthali por sus
familias : de Jahzeél, la fiuniUa de loa
Jahzeelltas : de Guni, la fiamilia de loa
Ounitas:
40 De Jeaer, la fiímilta de los Jeserltas
de RUlem, la famiUa de los SUIemitaa.
50 Estas^«tw« las fiunilias de Neptha
U por BUS familias : y sus contados* eU'
arenta y cinco mil y cuatrocientas.
51 5 Estos fueron los contados de los
h^os de Israel, seiscientos y un mil se-
tecientos y treinta '.
68 «r Y habló JehoTá á Moisés, dici-
endo:
58 A estos se repartirá la tierra en he-
redad por la cuenta de los nombres*.
64 A los mas darás mayor heredad, y
á los menos menor'; á cada uno se le
dará su heredad conforme á sus con-
tados.
55 Empero la tierra será repartida por
suerte ¡ y por los nombres de las tribus
de sus padres heredarán.
58 Confimne á la suerte será repartida
BU heredad entre el grande y el p«iuefio.
57 5 V los contados de los Levitas por
BUS familias fueron estos : de Oerson, la
fiunilia de los Oersonitas : de Coath, la
familia de los Coathitas : de Mecari, ia
fismiUa de los Menuritas ■•.
58 Estas fSieron las fismiUas de los Le-
vitas : la fiuniUa de los Libnitas, la fk-
milia de los Hebronitas, la fhnüUa de
los Mahalitas, la famiUa de los Musitas,
la fiunilia de los Coritas. Y Coath en-
gendró á Amram.
60 Y la mujer de Amram se llamó
Joohábed», hija de Zievf, la cual nació
á Leví en Egipto : esta púrió de Amram
á Aaron y á Moisés, y á María su her-
mana.
60 Y á Aaron naoieroa Nadab, y AUif,
Blazar, é Ithamar*.
Lom.
NüMSBOS, zxvn, zxym.
61 Xm Nadab y AUú moricnm, ov-
ando ofredenm ftacgo «ttiaflo dduite de
Jehorá;».
6f Y los oontadM de lo* LevitMf fb-
enn veinte r tres mllf todot Taronet de
na mea arrini : porque no ftierea con-
tado» entre loa I^joa de lanelc, por ou-
snto no lea habla de aer dada heredad
entra loa hQoa de lareel*.
88 1[ Eatoa fuero» loe eontadoa por
MoUea j Eleaxar d «aoecdote, loa cualea
eoutaroB lo* lii(jo* de larael en loa eam«
{«* de Moeb junto al Jordán de Jericó*.
M Y entre estoa ningono hubo de loa
contado* por Moisca y Aaron el aaoer-
dote, los cuale* contaron & lo* l^jo* de
Israel en el deaierto de Sinal *.
85 Porque Jehová le* dQo : Han de
morir en el deaterto' : y no qnedó varón
de ellos, sino Caleb, hijo de Jephonet y
Josué, hijo de Nun.
CAPITULO XXVII.
Lif vibre la» \trtneiiu tn dtfetto d» mtctiiom
«oroml. Dio» haet ver d Moieet la tierra
prometida, y elige por tueMor lí Jomuí.
Y LAS hijas de Salphaad ; h^o de
Hepber, hifo de Galaad, hijo de
Machlr, bgo de Itfanaaae, de laa famiUaa
de Hanaase, hijo de Joceph, lo* nom-
bre* de las cuales eran Maala, y Noa, y
Hoela, y Milca, y Tiraa» llegaran,
% Y presentáronse delanto de MolaeSi y
delante del aacerdote Eleazar* y delante
de los principes, y de toda la ooncr^ja-
don, a la puerta dd tabemáemo del
testimonio, y dijeron :
3 NnesHo padre murió en el desierto,
d cual no estuvo en la tunta que se re-
nnió contra Jehov4 en la compañía de
Corei ; sino que en au pecado murió*, y
no toTO I^jos.
4 i fot qué aer& quitado el nombre de
nuestro padre de entre au familia, por
no haber tenido hijo ? Dánoa heredad
CBtie lo* heonano* de nuestro padre.
9 Y Aloiaea lleró su causa delaatc de
JehoT&4.
8 Y JchoTá reapondió á Moisés, dici-
endo:
7 Bien dicen la* h^as de Salidiaad :
has de darles poaeaion de heredad entre
los hennano* de su padre, y traspasarás
la heredad de su pacbre* á ella*.
8 Y 4 los h^o* de Israel hablarás, di-
cicndo : Cuando alguno muriere *in hi-
jo, traspasaréis *u berenoia 4 su h^a.
9 Y si no tuviere h^a, daréis su heren-
cia 4 sus hermano*.
10 Y si no tuviere hermano*, daréis au
lierencia 4 lo* hermanos de su padre.
11 Y ai su padre no tuviere hermano*,
daréla su herencia 4 su pariente mas
cenano de su linage, el cual la poseer4 :
y será eelo 4 los h^oa de Israel por esta-
tuto/de derecho, como Jehov4 mandó
ilfdaes..
U Y Y Jebov4 d^o 4 Moisés : Sube 4
arte monte Abarim g, y verá* U tierra
qae he dado 4 los 14)o* de Israel.
U Y despue* que la habrás visto, til
también serás reunido 4 A tus pueblo*,
como toé reunido tu hermano' Aaron.
U Pue* fuisteU lebddesA á mi dicho
en d desierto de Zin, en la renoilla de
la oongrupcion, para santifloarme en
las agua* á qjo* de ello*. Estas «on la*
a«nas de la rednlla de Cade* en el de-
liertodeZin.
15 Entonce* xeapondió Moise* 4 Je-
hov4,dÍdendo:
18 Ponga Jehov4, Dios de los espíritus
da toda oame, vaxon' sobre la congre-
|tt!Íon,
17 <tue salga ddante de eUosM, y que
entre delante de ellos, aue lo* saque y
lo* inIroduBoa ; porque la oongregadMi
de Jehová no sea como ov^a* ain pas-
tor».
18 Y Jehov4 dijo 4 Moisés : Toma con-
Hgo 4 Josué, tüjo de Nun, varan en el
cual hay espíritu, y pondrá* tu mano
sobre él*.
19 Y ponerlo has delante de Eleazar
el sacerdote, y delante de toda la con-
gregación, y la dará* órdenes en presen-
cia de ellos.
SO Y pondrá* de tu dignidad *obre él,
para que toda la congregación de lo*
hVJo* ae Israel le obedezcaj».
81 Y él estará delante de Eleazar d
sacerdote, v 4 él preguntar4f por el
juicio del Urim delante de Jehová : por
el dicho de A saldr4n, y por el dicho de
él entrarán, él, v todo* los hijos de Is-
rael con él, y toda la congregación.
28 Y Moisés hizo como Jehová le ha-
bla mandado ; que tomó á Josué, y te
2 so delante de Bleuar el sacerdote, y
toda la congregación t ,
88 Y puso sobre él sus mano*, y diólt
órdenes, como Jehová habla mandado
por mano de Moisés.
CAPITULO XXVIII.
Saerifieioa ie coda día, de toda táhedo, de
eada mu$, y de eada aüo.
Y HABLÓ Jehová á Moise*, dici-
endo:
8 Manda 4 los hljoi de Israel, y díles :
Mi ofrenda, mi pan con mis onendas
encendida*, en olor 4 mí agradd>le, gu-
ardaréi*, oneciéndomelo 4 su tiempo.
8 Y les dirás : Esta ee la ofrenda en-
cendida que ofreceréis 4 Jdiov4: dos
corderos* sin tacha de un afio, cada un
dia, «era el holocausto continuo.
4 £1 un cordero ofirecer4B 4 la maflana,
y el otro cordero ofrecer4s entre las dos
tardea:
6 Y la décima parte de un epha de flor
de harina, amasada con una cuarta parte
de un hin de aceite de molido, en pre-
sente k.
0 Be holocausto continuo, que ftié he-
cho en d monte de Sinai en olor de an-
avldad, cftenda encendida 4 Jdiov4.
7 Y su libación eerá la cuarta peW« de
un hin con cada cordero : derramarás
libación de superior vino 4 Jehová en d
aantuario.
8 Y obeoeris el segundo cordero entre
las dos twdes : conforme 4 la ofrenda
de la mañana, y conforme 4 su libación
ofrecer4s, por ofrenda encendida en olor
de suavidad 4 Jehov4.
9 5 Mas el dia del sábado dos corderos
de un año sin defecto, y dos décimas de
flor de harina amasada con aceite por
presente, con su libación.
10 Eete eerá d holocausto dd s4bado
en cada sábado «, adenaa» del holocausto
continuo, y su libación.
11 5 V en lo* principios de vuectro*
meses ^ ofreconéis en holocausto 4 Je-
hov4 do* becerro* de la vacada, y un
camero, y siete corderos de un año sin
deÜBoto;
18 Y tres décimas de flor de harina,
amasada oon acdte, por presente con
eada becerro, y dos dedmas de flor de
harina, amaaada con aceite, por preaente
con cada camero ;
13 Y una dt^dma de flor de harina,
amasada con aceite, en oftenda por pre-
sente con cada coidero : holocausto de
olor suave, ofrenda encendida 4 Jehov4.
14 Y aus libaoionea de vino eerdn me-
dio hin con cada beccntro, y la teroen
parte de un hin con cada camero, y la
^ Bey. 82.
17.
Zae. 10. a.
Hat.». S&
•I>en.S4.9.
Haoh.6.&
r Joc 1. 18,
17.
«Jvee.90.lB.
etc.
18*0.89.
10.
y 88. 9.
y 80^7.
«lbc.89.».
»Oap.l8.14.
Lev.8.L
,48.4.
•< Oso. 10.10.
la. 1.18,14.
Bz. 4& 17.
Üd.8.t6.
A.C.14SL
KX7MER08, ZXIX:
«Ctp. 15.84.
/Cftp.9. 8.
Bz.ia.6,
18.
Lev. as. 5,6.
Den. 16.1.
Bs. 46. 21.
9 ver. 81.
Cftp. 99. 8.
Ley. 2a 90.
]>e«.lS.2L
BULLU,
14.
lPed.1.19.
A wr. 15.
t- Bx. 23. 16.
7 34.22.
Ler. 28. 10,
ete.
Dea. 16. 10.
Eedi. 2.1.
k TU. 19.
•Ley. 28. 34.
8ftL81.8,4.
»Cqk38.U.
•Gap. 88. 8.
<iLeT.lS.9D.
7 38.27.
•8ia.8&18.
11.58.5.
euaita parte de im hin oon cada ooidero.
Eato «era el holocansto de cada mes por
todoe los meeet del afio.
15 Y un macho de cabrio en expiación
M ofpeceiá á J^oTá«, ademas del faolo-
cauato eontinno, con ra libación.
10 5 Mas en el mes primero, & K»
catorce del mes serék la Pascua de Je-
17 Y A los quince dias de amieste mes
e« ia solemnidad : por siete dias se co-
merán panes ázimos.
18 £1 primer dia habrá santa convoca-
ción ; ningana obra servil haréis.
19 Y ofreceiéis por ofrenda encendida
en holocausto á Jehová dos beoervos de
la vacada, y un camero, v siete corderos
de un ajk>; : sin defecto los tomaréis :
80 Y BU presente de harina amasada
con aceite: tres décimas con cada iie-
oerro, y dos décimas oon cada camero
ofiíeceréis.
SI Con cada uno de los siete corderos
ofiraoeréis una décima.
22 Y un macho cabrio por expiación A
para reconciliaros.
83 Esto oflneeeréis ademas del holo-
causto de la mañana, que et el holo-
causto continuo.
84 Conforme á esto ofreceréis cada uno
de los siete dias por vianda, y por oflren-
da encendida en olor de suavidad á Je-
hová; oflrecerse ha, ademas del holo-
causto continuo, con su libación.
85 Y el séptimo dia tendréis santa con-
vocación : ninguna obra servil liaréis.
90 ^ Ademas, el dia de las primicias •',
cuando ofreciereis Presente nuevo á Je-
hová en vuestras semanas, tendréis santa
convocación: ninguna obra servil haréis.
87 Y ofreceréis en holocausto, en olor
de suavidad á Jehová, dos becerros de
la Tacada, un camero, siete corderos de
un afio:
88 Y d Presente de ellos, de flor de
harina amasada con aceite, tres décimas
oon cada becerro, dos dédmas coa cada
camero.
89 Con cada uno de los siete corderos
una décima.
80 Finalmmle, un macho de cabrio
para hacer expiación por Tosotros.
81 Let ofreceréis, ademas del holoca-
usto continuo, c<» sus Presentes, j sus
libaciones A : sin defecto los tomaréis.
CAPITULO XXIX.
FiettoM y $aerifieio$ dd «ne( eíptimo. Fieita
de la$ trompetai, de ¡a expiación, y de los
táberntíeuiot,
Y EL séptimo mes, al primero del
mes tendréis santa convocación;
ninguna obra servil haréis : os s^ dia
de sonar las trompetas >.
9 Y ofreceréis en holocausto, por olor
de suavidad á J^ová, un becerro de la
vacada, un camero, déte corderos de nn
año sin defecto.
8 Y el Presente de ellos, de flor de
harina amasada con aceite, eerá tres
décimas con cada beoeno, dos décimas
con cada camero :
4 Y con cada uno de los siete corderos
usa décima.
fi Y un macho de cabrio por expiación
para reconciliaros ;
0 Ademas del holocausto b del mes, y
su Presente, y el holocausto continuo, y
■n Presente «, y sus libaciones, conforme
& su 1^, por ofiwnda encendida á Je-
hová en olor de suavidad.
7 *f Y en el dlex de este mes séptimo
tñidréis santa convocación^, y afligiréis
vuestras almas: ninguna obra haréis*
8 Y ofkeoeréls en bolocanst» á Jdiová,
por olor de suavidad, un becerro de la
vacada, un camero, siete corderos de un
aflo : sin defecto/ los tomaréis.
9 Y sus Presentes, de flor de harina
amasada con aceite, «eráit tres décimas
con cada becerro, dos déoinuM con cada
camero,
10 Y con cada ano de loa siete cor-
deros una décima :
11 Un macho de cabrío por exiiiadon,
ademas de la ofrenda de las expiaciones
por d peosdo, yi; del holocausto oonti-
nuo, y de sus Presentes, y de sus liba-
ciones.
18 *f También á los quince dias del
mes séptimo tendréis santa oonvocaci-
on A : ninguna obra servil hntéis, y ce-
lebraréis solemnidad á Jdiová por siete
dias.
18 Y ofireceréis en holocansto*, en o-
f^«nda encendida á Jehová en olor de
suavidad, trece becerros de la vacada,
dos cameros, catorce corderos de un
afio : han de ser sin defiecto.
14 Y los Presentes de ellos, de flor de
harina amasada con aceite, serán tres
décimas con cada uno de los trece be-
cerros, dos décimas oon cada uno de los
dos cameros,
16 Y coa cada' uno de los catorce cor-
deros una décima :
16 Y un macho de cabrio por expia-
ción, ademas del holocausto continuo,
su Presente, y su libación.
17 Y el segundo dia iffireceréis doce be-
cerros de la vacada, dos cameros, ca-
torce corderos de un aflo sin defecto ;
18 Y sus Presentes y sus libaciones con
los becerros, con los cameros, y «wn los
corderos, seí^un el ndmero de eUos, con-
forme á la ley.
19 Y un macho de eábrio por exfria-
oion, ademas del hcAocausto continuo, y
su Presente y su libación.
9U Y el dia tercero once becerros, dos
cameros, catocee corderos de un afio sin
defecto;
81 Y sus Presentes y sus libaciones oon
los becerros, oon los cameros, y con los
corderos, según el niimero de eUos, con-
forme á la ley.
98 Y un macho de cabrio por exi4a-
cion, ademas del holocausto continuo, y
su Presente, y su libación A.
93 Y el cuarto dia diez becerros, dos
cameros, catorce corderos de un año sin
defecto;
94 Sus Presentes y sus libaciones con
los beoem», con los cameros, y con los
corderos, según el numero de ellos, con-
ferme á la I^.
80 Y nn macho de cabrio por expia-
ción, ademas del holocausto continuo,
su Presente y su libación.
M Y el quinto dia nueve beoerros, dos
oameros, catorce corderos de un año
sin defecto ; -
97 Y sus Presentes, y sus libaciones
con los becerros, con los cameros, y con
ios corderos, s^gun él ndmero de ellos,
oonlbnne á la ley.
98 Y un macho cabrio por expiación,
ademas del holocausto continuo, su Pre-
sento y su libación.
99 Y el sexto dia ooho beoerros, dos
oameros, catorce corderos de un a&o
sin defecto ;
80 Y sus Presentes y sus IttMCiones
oon los beoerros, con lo* cameros, y con
los corderos, según el nlimero de dios,
conforme á la ley.
31 Y un macho cabrio por expiación,
ademas del holocausto continuo, ana
Presentes y ras Hbaoioaes.
/Oap.28.IS.
LCHK
NXTMEBOS^ XZX, XXXL
«.a ai
W7.S7.
J^M.
■tu*.
il&i
•fas.!.
■U.S.Q.
u.
'ltf.S(l.lt
S 7 d •óptimo dia lUt» hteeaoh do«
cnoeros, catoree oaidnrM d* un año afai
deftcto;
33 T sw PnMtttM 7 mu UbaeiMiM oon
iw beeaornt, eon Im eamoniM» 7 000 Uw
cpiderw, legun el niimcvD de mt», oon»
fimneálaler.
M T im macho eabiÍD por expiación»
adama del liolocansto contlaao* oon su
{•mente y tu Ubecion.
36 £1 octavo dia< tendréis lolemnidad :
ningRaa oioa Mrril huríA*.
33 Y ofieceráU en bolocautto. «ñ o-
frenda encendida de olor tuaTe a Jebo*
vá, vn noTíllo, un camero» alete oor-
deroB de un aflo sin dc&oto ;
87 Siu presentes j sus libaciones oon
el noTÜlo, con él camero, ▼ oon los oor-
dw», según el niimeiD de ellos, oon-
ftnneálal«!7.
38 Y un míwho cabrio por expiación»
adonas del holocausto continuo, con sn
FRwnte y su libación.
30 5 Estas cosas oftcceráU 4 Jétnowé,
m Tuertias solemnidades», ademas de
vuestros Totos*, 7 de Tuestcas ofrendas
Ittnts, para vuestros holocaustos» 7 pan
▼MBtns peescotes» 7 para vuestras uba-
cioaes» 7 para vuestras paoes.
CAPITULO XXX.
Mra la tUlgaeitm <b emmfUr Im «otes f
^nnwatef. Por awímm y eon fw coadf-
«wMi jxKUaa mudarm.
Y MOISÉS dijo & los hUoa de Israel
oonfonne á todo lo que Jehová le
hsUa mandado»
2 Y habló Moisés á los príncipes de
lata tribus de los h^os de Israel, dici-
endo: Esto es lo que Jehov& ha man-
dado.
3 Coando alguno hiciere voto á Je-
bo?ái, ó hiciere juramento • Usando su
alma oon oMigacion, no violan su pa-
Idxa: hará' confióme á todo lo que
*>Ü6 de tu boca.
i \ Mas la mujer, cuando hiciere voto
* Jehová, 7 se ligaíe con obligación en
Ctta de (u padre en su mocedad»
5 Si tu psdze oyere su voto, y la obli-
e*cion con que ligó sn alma, y sn padre
oblare k ello, todos los votos de eUa se>
na finnes, 7 toda obligación con que
Itabiere ligado sn alma, firme será.
ff Mas si tu padre le vedare el dia que
ojeie todos sos votos, v sus obligaciones,
coo que ella hubiere ligado sn alma, no
teria firmes; 7 Jehová la perdonará,
por cDsnto su padre le vedó.
7 \ Empero si fuere casada, é Moleré
n>UN, ó pronunciare de sus labios cosa
con qae obligue tu alma,
8 Si sn mwido lo o7ere, 7 cuando lo
oyeie, callare á ello, loa votos de ella
wráa finnes, 7 la obU^^ion con que
^6 tu alma, firme será.
9 Pero si cuando au marido lo ovó ', le
vedó, entiinoes el voto que ella hixo, 7
loqae pronunció de sus labios con que
ligo m alma, será nulo ; 7 Jdiová la
podonaiá.
10 5 Mas todo voto de viuda» ó re-
P>diada, eon que ligare su alma, será
11 Y ti hubiere hecho voto en casa de
a marido, v hubiere ligado su alma eco
«nígacicn de juramento,
12 Si tu marido oyó, 7 calló á dio, 7
^J* vedó, entonces todos sus votos
*cm firmes, 7 toda obligación oon que
bubicre ligado su alma, firme será.
13 Mas ti su marido los anuló el dia
P* lot 036, todo lo que salió de sus la-
bios cuanto á sus votos, 7 cuanto á la
obligadon de su alma» será nulo ; su
naaiido/ loa anuló» 7 Jehová la per-
donaii;.
14 Todo voto, ó todo Juramento obU.
gandose á afligir el alma, su marido lo
confirmará, ó su marido ib anulará.
15 Empeoro si su noarido callare á ello
de dia en dia» entonces oonfirmó todos
sus votos, 7 todas las oblifracionea que
están sobre ella : confirmólas, por cu-
anto calló á ello el dia que lo 070.
10 Mas si las anulare después de ha-
ber/<M oido» entonces él llevan el pecado
de ella.
17 Estas son las ordenanzas que Je-
hová mandó á Moisés pora entre el
varón 7 su mHjer, 7 entre el padre 7
su h^a durante su mocedad en casa die
su padre.
CAPITULO XXXI.
Bom «uUhminaáoi lo* MaáianUa». £cy mbn
übotin.
Y JEHOVÁ habló á Molaea» did-
endo:
8 Has la vénganla de los hUoa de
Israel sobre los Ma<lianitas«i oeipues
serás recogido á tus pueblos i.
8 Entices Moisés habló al pueblo
diciando: Armaos algunos de vosotros
pan U guem, 7 serán contn Median,
7 harán la venganxa de Jehová en Me-
dian.
4 Mil de cada tribu de todas las tribus
de los 14JOS de Israel enviarais á la
guem.
fl Asi ftieton dados de los millares de
Israel mil por cada tribu» doce mil á
punto de guerra.
6 T Moisés los envió á la guem ; mil
de cada tribu envió : 7 Phinees, h^o de
Eleazar sacerdote, fué á la guerra con
los santos instrumentos, oon las trom-
petas en su mano « para tocar.
7 Y pelearon contn Median, como
Jdbová lo mandó á Moisés, 7 mataron
á todo varón d,
8 Mataron también entre los muertos
de ellos á los reyes de Madian Kvi, y
Recen» y Znr, y Hur, v Keba» cinco
reyes de Madian « : á Balaam también,
h^o de Beor/, mataron á cuchillo.
9 Y llevaron cautivas los hüos de Is-
rael las rntüei^^ de los Mamanitas, 7
sus chiquitos, 7 todas sus bestias, y todos
sus gallados, 7 arrebataron toda su ha-
cienda.
10 Y abrasaron con fliego todaa tas
ciudades g, aldeas v castillos.
11 Y tomaron todo el despojo A, 7 toda
la presa, así de hombres como de bestias.
12 Y tn^eron á Moisés, y á Eleazar el
sacerdote, 7 á la congregación de los
h^os de Israel, los cautivos, y la presa,
y los despojos, al campo en los llanos de
Moab, que ettan junto al Jordán de
Jericó •'.
13 5 Y salieron Moisés y Eleazar el
sacerdote, y todos los príncipes de la
congregación, á recibirlos raen del
campo.
14 Y enojóse Moisés contn los ca|ri-
tañes del ^ército, contra los tribunos y
centuriones que volvían de la guerra;
15 Y díjoles Moisés : ¿ Todas las mu-
jeres habías reservado ?
10 Hé aquí ellas fueron <: á los hijos
de Israel, por consto de Balaam, para
causar prevaricación contn Jehová en
el negocio de Peor; por lo que hubo
mortandad en la congregación de Je-
hová i.
17 Matad pues ahon todos loa va-
rones entre los niños : matad"* también
toda mi;ú^ 4^^ htiyn conocido varón .
camalmente. I
/10W.11S.
'ver.*,».
• Gq>.9S.17.
>Oap.37.U.
• Cap. 10. 9.
•I Den. 90.18.
JuecSLll.
1 Bey. 11.
U,l<>.
« Jos. 18. n.
/Jos. 18.23.
'J0S.6.M.
ADbo.90.14.
J(is.S.2.
< Cap 23. 1.
t3Fed.S.U.
Ap.S.14.
/ osp. as. 0.
■•JaecSl.
U.
A.ai46s:
KÜMKROS, XZXIL
•Okp.6.S.
7l9.U,ete.
•Capí 19. 13,
19.
r C»p. 19. 9,
17.
<L0T.1L 25.
«-Jas. 93. 8.
I8«ii.8a
3^
8^68.13.
•Gen. 14. 30.
Jos. 6. 19.
3 8UI.&
11.13.
Pro.3.9,10.
(Otp.18.26.
«lCor.9.
U,li.
■ Cftp. a. 7,
ote.
V Gap. 18. 8.
19.
18 Y todas lai niBas entre IM mujeres,
que no hajan conocido ayuntamiento de
▼aron. os reierraréis vlvaa.
19 ^ Y Toaptroi quedaos ftiera del
campo « déte dias : y todoa loi que fau-
Meren matado penona, y cualquiera que
hubiere tocado muerto, ce purificaréis
al tercero y al séptimo día «, vosotros y
vuestros oautiros.
au Asimismo purificaréis todo vestido,
y toda prenda ae pieles, y toda obra de
pelos de cabras, y todo Taso de madera.
31 Y Eleazar el sacerdote d^o & los
hombres de guerra, que veniúi de la
guerra : Esta et la ordenanza de la ley
que Jehová ha mandado á Moisés :
88 Ciertamente el oro, y la plsta^ metal,
hierro, estaño, y plomo ;
88 Todo lo que resiste el fuego, por
fuego \o haréis pasar, y será limpió, bien
3ue en las aguas de purificación habrá
e puiificarsejí ¡ mas haréis pasar por
agua todo lo que no aguanta d fuego.
84 Ademas lavaréis vuestros vestidos f
el séptimo dia. y así aeréis limpios ; y
después entrarás en el campo.
85 Y Y Jehov& habló á Moisés, dici-
endo :
se Toma la enenta de la presa que se
ha hecho, así de las personas como de
ias bestias, tü y el sacerdote Eleazar, y
las cabezas de los padres de la congre-
gación :
87 Y partirás por mitad r la presa entre
los que pelearon, tntrt los que salieron
á la guerra, y toda la congregación.
88 Y apartarás para .^ovi* el tri-
buto de los hombres de guerra, que sa-
lieron á la guerra : de quinientos uno ',
así de las personas como de los bueyes,
de los asnos, y de las ov^as.
89 De la mitad de ellos lo tomaréis, y
daréis á Eleazar el sacerdote la oficenda
de Jehovi.
80 Y de la mitad perteneciente A los
h^os de Israel tomaras uno de cincuen-
ta, de las personas, de los bueyes, de los
asnos, y de las ov(;}as, de toao animal,
y« le darás á los liCvitas, aue tienen la
guarda dd tabernáculo de Jehová'.
81 K hicieron Moisés y Eleazar el sa-
cerdote como Jehová mandó á Moisés.
83 ^ Y fué la presa, el resto de la presa
que tomaron los hombres de guerra, seis-
cientas y setenta y cinco mil ovigas,
88 Y setenta y dos mil bueyes,
M Y sesenta y un mil asnos :
86 Y en cnanto á las personas, de mu-
jeres que no hablan conocido ayunta-
miento de varón Jiieron en todas treinta
y dos mil.
86 5 V la mitad, la parte de los que
hablan salido á la guerra, fué el nu-
mero de trescientas treinta y siete mil
y quinientas ovc^jas.
37 Y el tributo para J^ová de las
ovijas filé seiscientas v setenta y cinco.
88 Y e/ número de los bueyes, treinta
y seis mil : y de ellos el tributo para
Jehová, setenta y dos.
89 Y W de los asnos, treinta mil y
Suinientos: y de ellos el tributo para
ehová, setenta y uno.
40 Y e/ de las personas, diez y seis mil :
y de ellas el tributo para Jehová, treinta
y dos personas.
41 Y dio Moisés el tributo, por elevada
oflf«nda á Jehová, á Eleazar el sacer-
dote, como Jehová lo mandó á Moisés 51.
4fi ^ Y de la mitad para los h^os de
Israel, que apartó Moisés de los hombres
que hablan ido á la guerra,
48 (La mitad para la congrnacion ftié,
de las ov^as, trescientas treinta y siete
mil y quinientas :
44 Y de los bueyes, treinta y selt mÜ :
45 Y de los aaiiof, treinta mil y qul<
nientos:
40 Y de las nenonas, diez y seis mil :)
47 De la mitad pues para los hHos de
Isñel' tomó Moisés uno de «04» dn-
cuenta, asi de las personas como de los
animales, y diólos á los Levitas, ove
tenían la guarda del tabemáeulo de Je-
hová, oomo Jehová lo habla mandado 4
Moisés.
48.^ Y llesaron á Moisés los Jefies de
los millares de aquel ^{énrfto, los tribu-
nos y oenturiones,
49 Y dieron á Moisés: Tus siervos
han tomado razón de los hombres de
guerra que ettan en anestro poder, j
ninguno ha faltado de nosotros.
50 Por lo cual hemos oftvcido á Je-
hová ofrenda, cada uno de lo que ha
hallado, vasos de oro, brazaletes, mani-
llas, anillos, zarcillos, y cadenas, para
hacer estación por nuestras almas de*
lante de Jehová •.
51 Y Moisés y él sacerdote Eleazar
recibieron el oro de ellos, alh^as todas
elaboradas.
58 Y todo el oro de la ofk«nda que
ofirecieron á Jehová de los tribunos y
centuriones, fué diez y seis mil sete-
cientos y cincuenta sidos.
58 Los hombres del ejército hablan
pillado cada uno para sí.
54 Hecibieron pues Moisés y el sacer-
dote Eleazar el oro de los tribunos y
centuriones, y trtgéronlo al tabernáculo
del testimonio, por memorial de loa hi-
jos de Israel delante de Jehová.
CAPITULO XXXIL
Coneeston hecha d \a» (ríbiii ds BMht% f de
Ood, % tía mtdia M\m <<• Uamiuitt, «pn
moMoo de tu» miMkos yomoilof.
Y LOS hijos de Rubén y los h^Jos de
Gad tenían una muy gran muche-
dumbre de ganado ; los cuales viendo
la tierra de Jazer* v de Galaadb, pare-
cióles el país lugar de ganado.
8 Y vinieron los hi]os de Gad y los
MJos de Rubén, y hablaron á Moisés,
y á Eleazar el sacerdote, y á los prbi-
clpes de la connegaclon, diciendo ;
8 Ataroth, y Dibone, y Jazer, y Nim-
rarf, y Hesbon*, y Eleale, y Saban, y
Nebo/, y Beony,
4 La tierra que Jehová hirió didante
de la A congr^acion de Israel, es tierra
de ganado, y tus siervos tienen ganado :
5 Por tanto, dijeron, si hallamos gracia
en tus qjos, dése esta tierra á tus siervos
en heredad, y no nos hagas pasar el
Jordán.
0 5 Y respondió Moisés á los h^os de
Gad y á los hijos de Rubén : ¿ Vendrán
vuestros hermanos á la guerra, y vos-
otros os quedaréis aquí ?
7 ¿ Y por qué prevenís el ánimo de los
hijos de Israel, para que no pasen á la
tierra que les ha dado Jehová ?
8 Asi hicieron vuestros padres, cuando
los envié desde Gades-Bamea para que
viesen eWa tierra* :
9 Que subieron hasta la arroyada de
Escol, y después que vieron la tierra,
preocuparon el ánimo de los hijos de
Israel, para que no viniesen á la tierra
que Jehová les habla dado.
10 Y el furor de Jehová se encendiú
entonces *, y Juró diciendo :
11 Que no verán los varones que sn-
bieron de Egipto, de veinte afios arriba,
la tierra por la cual Juré á Abraham,
Isaac, y Jacob ; por cuanto no fueron
perfectos en pos de mí < :
18 Escepto Caleb, h^o de Jephone
HOHEHOS, ZXXUL
iiilih^(i4iu|>ilii «time di namn
■MM nxa di iI^Ht, li^ iIi'jÓhC
la V puadn <UI dsOnu di sin, Im '
LS V piíücbirdé I>D]ibH, tÉ«EU« «
II V partUo* d* AlD», «niaroii tiiJ
A.e.l4Mt
NUMEBOS, lOXnr.
A.C1I
r Sen. 10. 6.
t Den. 10. 7.
I ¿a 9«(iMi.
da vet,
Cftp. 18. 38.
Den. a. 14.
'-Oftp.ao.as,
38.
Dsn. 10. 6.
' Cap. n. 1,
ate.
' Den. 10. 7.
Cnp. 31. 4.
Den. a. 8.
tone$ds
j4barim,
Cttp. 21. U.
"Cap. 21.80.
Den. 83. 49.
t84. L
'BZ.2S.M.
88.
Den. 7. 2, 6.
y 13. 8.
Jnee.2.8.
19 Y p«rtfdm áB Ritma, aaentaron en
RiiDnioii-pci'M.
flO T pBitidot de Rimmon-pcres, alen-
taron en Libna.
81 T partidos de Liblia» aaentaron en
Rissa.
89 T partidM de Rloa, asentaron en
Ceelatha.
88 Y partido* de Ceelátlia, aaentaron
en el monte de Sepher.
84 Y partidoa del monte de Sepher,
aaeatanm en Harada.
85 Y portldoa de Harada, aaentaron en
Maceloth.
9S Y partido* de Maceloth, aaentaron
en Tahath.
87 Y partidos de Tahath, asentaron en
Tara.
88 Y partidos de Tara, aaentaron en
Mithca.
88 Y partfdoa de Mithca, asentaron en
Haamona.
80 Y partidos de Haamona, asentaron
en Moseroth^.
81 Y partidos de Moaexoth, asentaron
en Bene-jaacan.
88 Y partidos de Bene.Jaacan, asen-
taron en d monte de Oldgad?.
88 Y partidos del monte de Oidgad,
asentaron en Jotbatha.
84 Y partidos de Jotbatha, aaentaron
en Abrona.
85 Y partidas de Abrona, asentaron en
Esion-gaber.
88 Y partidos de Esion-gaber, asenta-
ron en el desierto de Sin, qne es Cades |.
87 Y partidos de Gades, asentaron en
el monte de Hor, en la extremidad del
pais de Edom.
88 Y subió Aaron el sacerdote al monte
de Horr, conforme al dicho del Jebová,
7 allí murió & los cuarenta aik» de la
salida de los h^os de Israel de la tierra
de Egipto, en ei mes quinto, en el pri-
mero del mes.
80 Y en Aaron de edad de ciento y
'veinte y tres afios cuando murió en el
monte de Hor.
40 Y el Cananóo rey de Arad«, qne
habitaba al Mediodía en la tierra de Ca-
naan, oyó como haUan Tenido los h^os
de Israel.
41 Y paxtidosdel monte de Hor', asen-
taron en Salmona.
43 Y partidos de Salmona, asentaron
en Phunon.
48 Y partidos de Fhimon, asentaron en
Oboth.
44 Y partidos de Oboth, aaentaron en
IJe-abarim |, en el término de Moab.
46 Y partidos de Ije-abarím, asentaron
en Dibon-gad.
40 Y partidos de Dibon-gad, asentaron
en Almon-diblatbaim.
47 Y partidos de Almon-diblathaira,
asentaron en los montes de Abaiim, de-
lante de Nebo«.
48 Y partidos de los montes de Aba-
rim, asentaron en los campos de Moab
Junto al Jordán de Jericó.*
49 Finalmente aaentaron jvnto al Jor-
dán, desde Beth-jesimoth hasta AbeU
slttkn en los campos de Moab.
50 1f Y habló Jehorá á Moisés en los
campos de Moab Junto al Jordán de Je-
ricó, diciendo :
61 Habla á los h^os de Israd, t dfles :
Cuando hubiereis pasado el Jonun á la
tierra de Canaan,
08 Echaréis á todos los moradores del
pais de delante de vosotros, y destmiráis
todas sus pinturas, y todas sus imágenes
de fundición, y arruinaréis todos sus
altos '.
68 Y echaréis ¡ot moradoreí de la tierra.
y habitaréis en éOa. : potito* yo oa Ib be
dado para que la poseáis.
54 Y heredaréis la tierra por anertes g
por Tueatras (familias : á los muchos da-
réis mucho por su heredad, y á loa pocos
daréis menos por heredad saya : a<mde
le saliere la suerte, allí la tendift eada
ttno: por las tribus de vuestros padres
nereoazeis.
66 Y ri no echareis los momdoras del
{lais de delante de Tosotros, sucederá qne
os que d^aicis de dios aerám por agni-
Jones en vuestros ojos, jr por espinas en
vuestros costadas, y aflumis han sotaní
la tierra en que vosotros naMtaiéis ■.
66 Ser& ademas, que haré á vosotros
como yo pensé hacenes á ellos.
CAPITULO XXXIY.
/WlMsfoM y eoM^OM <b la Honra da CatMMm.
gobrv M( npciUeion, y los Mtfútaa fmt debe»
YJEHOVA habló á Moiaes dbd-
endo:
8 Manda 4 los h^os de Israel, y
dfles ! Cuando hubiereis «ntrado en la
tierra de Canaan, es á saber, la tierra
3ue os ha de caer en heredad, la tierra
e Canaan según sus términos,
8 Tendréis el lado del Mediodía • desde
el desierto de Bin hasta los términos de
Edom ; y os ser&^ el término dri Medio-
día el extremo dd mar salado hAcia el
Oriente.
4 Y este término os irft rodeando desde
el Mediodía hasta la subida de Aerab-
Um, y pasará hasta Sin : y sus salidas
serán del Mediodía* á Cades bamea ; j
saldrá á Hasar-addar, y pasará balsta
Asmon.
6 Y rodeara este término desde Asmon
hasta el torrente de Egipto', j aas re-
mates serán al Ocddenta.
0 ^ Y el término ocddental os será la
gran mar: este término os será d tér-
mino occidental.
7 5 Y el término del Norte os aera
este ; desde la gran mar os seBalaréis el
monte de Hor«.
8 Dd monte de Hor sefialaréis á la
oitrada de Hamath, y/ serán las salidas
de aauel término á Sedad.
9 Y saldrá este término á Zlphion, y
serán sus remates en Hasar-enan: este
os será el término del Norte.
10 ^ Y por término al Oriente os ae-
flalartts oesde Hasar-enan hasta 8e-
pham.
11 T bajará este término desde Bepham
á Bíblaír, al Oriente de Ain : y descen-
derá el mümo término, y llegará á la
costa de la mar de Cinnereui A ta Oriente.
18 Después descenderá esto término
al Jordán, y serán sus salidas al mar
salado : esta será vuestra tierra, ¿hnar-
cada por sus términos al rededor.
18 # Y mandó Moisés á los hijos de
Israel, diciendo: Esta es la tierra que
heredaréis por suerte <, la cual mandó
J^ová que diese á las nueve tribus, j
á la media tribu :
14 Porque la tribu de los hijos de Rn-
benfc, según las casas de sus padres, y la
tribu de los h^os de Gad, conibrnae á
las casas de sus padres, y la media tribu
de Manasse, han tomado su herencia.
16 Dos tribus y media tomaron su he-
redad de esta parte del Jordán de Jeiicó
al Oriente, al nacimiento dtí ni.
18 5 Y habló Jdiová á Moisés dld-
endo :
17 Estos ton los nombres de los varones
que os aposesÍDnarán la tierra: Eleasar
d sacerdote, v Josué t^jo de Nnn t.
18 Tomaréis tamUen de cada tribu
<Joe.lll
IlBn.S.»l
ss.
Jer.a9.5,
k Den. S.1
Joa.U.
Loe. tLI
Josa:
•'Joe.U.
KmsBoe, jzxv.
'fSKKiíííiS»
SSt'
Y HABLJ Jdxnl t Hslw a
¡^ tribu dr hn UJ« di k>iih.
■1 la U bljM jr*IirM : I
"Sffy d^ hmidDlia Hilo* Aun de
ml3^ nuIíia, i» ■> I> 1>ciUfbí pa
a Fi» m n dndid da nAgID da.
pin iHodota: r lUapMi qo* nmln
ri BVMdma.A buBOolla nhot I
A.aitfi.
DEUTEBONOmO, L
«* Bx. ». 46.
•Oftp9S.K.
y)a.64.
J<M. 17. 8.
»G»p.a7.17.
LeT.2S.10.
A. C. 1451.
"Man. 21.
14.
éMvm. 2L
24,86.
•SE.S.L
' K«m. la
11.
habitáis, en medio de la cual yo habito ;
poraue JO JéhoT& hábito en medio de
loa n^o« de Itraei «.
CAPITULO XXXVI.
Lif adbn ti maMmaiUo dclof liíjtu keniarat.
Y LLEGA RON loa príncipes de los
padres de la fimülia de Galaad,
h^o de Machlr, hUo de Manassé, de
las Csmilias de los hUos de Joseph, y
hablaron delante de Moisés, y de los
príncipes cabezas de padres de los l^jos
de Israel,
8 T dieron : JehoT& mandó & mi se-
fior qne por roerte diese la tierra & los
hijos de Israel en posesión « : también
ha mandado Jehova á mi seikir, qne dé
la poeesion de Salphaad noestro herma-
no á subías A t
3 Las cnales si se casaren con algunos
de los hUos de las oírat tribus oe los
hUos de Israel, la herencia de ellas será
asi desfalcada de la herencia de nuestros
padres, y ser4 afiadida á la herencia de
la tribu & que serán unUtu : será pues
quitada de la suerte de nuestra here-
dad.
4 T cuando viniere d Jubileo de los
hijos de Israel «, la heredad de ellas se-
rá añadida á la heredad de la tribu de
sus maridos ; y asi la heredad de ellas
será quitada de la heredad de la tribu de
nuestros padres.
5 5 Entonces Moisés mandó á los
l^Jos de Israel por dicho de Jehová, di-
ciendo : La tribu de los hlIJoe de Joseph
habla rectamente.
6 Esto es lo que ha mandado Jéhová
acerca de las nij» de Ralphaad, dici-
endo : Cásense como á ^as les plugui-
ere; empero en la fimülia de la tribu de
su padre se casarán,
7 rara que la herádad de los h^os de
Israel no sea traspasada de tribu en
tribu : porque cada uno de los hijos de
Israel se allegará á la heredad de U
tribu de sus padres^.
8 Y cualquiera hija* que poseyere he-
redad de las tribus de los hijos de Israel,
con alguno de la fiunilia de la tribu de
su padre se casará, para que los h^jos de
Israel posean cada uno la heredad d«
sus podres,
9 Y no ande la heredad rodeando de
una tribu á otra : mas oada una de laa
tribus de los hijos de Israel se llegue &
su heredad.
10 Como Jehorá mandó á Moisés, aai
hicieron las hfjas de Sal^diaad.
11 Y Mi MaaU, y Tirsa, y Hoela, y
MUchá, y Noa, hijas de ^phaad/, se
casaron con hijos de sus tios :
18 De la familia de los hijos de Ma-
nassé, hjjo de Joseph, ftaeron mujeres,
y la heredad de ellas quedó en la tribu
de la fiunilia de su padre.
18 ^ Estos son los mandamientos y loa
estatutos que mandó JéhoTá por mano
de Moisés en los campos de Moab, junto
al Jordán de Jetiaóg.
EL QUINTO LIBRO DE MOISÉS,
COMUNMENTE LLAMADO
DEUTERONOMIO.
CAPITULO I.
lUeapUmtaeiom dt lo» prineifalM seeaiM fiM
amtieeitro» 4 Itraei mt d ittiarto por m-
paeio át «tortaia oitos.
ESTAS «m las palabras que habló
Moisés á todo Israel de esta parte
del Jordán en A desierto, en el llano,
delante del mar Berm^o*. entre Pa-
ran, y Topliei, y Laban, y Baseroth, y
8 Once Jomadas hay desde Horeb,
camino del monte 8dr, hasta Cades-
bamea.
8 T fiítá, 9«« á loa cuarenta afioa, en
el mea undécimo, al jpvimero del mes,
Moisés habló á los hijos de Israel con-
ftnme á todas laa ooaas qne Jefaová le
habla mandado acerca de ellos ;
4 Después que hirió á Sehoni, rejr de
loa Amorrhéoa, que habitaba en Hea-
hon, y á Os, rey de Basan, que habitaba
en Astarom • en Bdrai.
5 ir De asta parte del Jordán, en tierra
de Moab, resoMÓ Moisés declarar esta
ley, diciendo :
8 JehoTá nuestro Dios nos habló en
Horeb diciendo : Harto habéis estado en
este monte;
7 VoWeoa, partios, é' id al monte dd
Ainorrbéo, y á todas sus oomaroas en el
Uano, en Á monte, y en los Talles, y al
Mediodía, y á la costa de la mar ; á la
tierra del Cananáo, y d Líbano, hasta el
gran rio, el rio Eufintes.
8 Mlníd, yo he dado 'la «Ierra en tu-
estra presencia; entrad, y poseed la tl-
aira;qtte JáhoTá Joro 4 Tsaatras padrea.
Abraham. Isaac, y Jacob, que I«« daria
á ellos, y á su simiente después de ellos «.
9 Y Y yo oa hablé entonces diciendo:
Yo no puedo lleraros sdo/.
10 JenoTá Tuestro Dios os ha mnlti-
plioado, y^ aquí itÁ» hoy Tosotros como
las estrellas dd cielo en multidnd^.
11 Jehová Dios de Tuestros padres alia-
da sobre Tosotros como sois mil Teces, y
os bendiga, como os ha prometido.
18 i Como UeTará yo solo Tuestraa
molestias, Tuestras caigas, y Tuestros
pleitos A?
18 Dadme de entre Tosotros, de tu-
estras tribus, Tarones sabios y enten-
didos, y expertos, para que yo los ponga
por vuestros Jefes.
14 Y me respondisteis, y d^isteis: Ba>
eno e* hacer lo que has dicho.
16 Y tomé los principales de Tuestraa
tribus i, Tarones sabios y expertos, y pd-
selos por Jefes sobre Tosotros, Jefes de
millares, y Jefes de dentoa, y Jefes de
cincuenta, y cabos de dies, y gobema»
dores á vuestras tribus.
16 Y entonces mandé á Tuestros jueces
diciendo : Oid laa emuat entre vuestros
hermanos A, y juzgad Justamente entre
el hombre y su hermano, ó el que le ea
extra^jetoi.
17 No tengáis respecto de personas en
el juicio : así al peauefio como al grande
oiréis m : no tendréis temor de ninguno,
porque el juicie es de Dios : t la causa
qne os Aiere diflcU», la traerais á mí, y
yo la oiré.
18 Os mandé poes csi aqnd tiempo todo
lo que habláis de hi
DSCTEBONOmO, D
0 Eoíto™ " "jjti I-lígul" h«l"
« pi tbidí himoi te nU
íS.^
l'S.
< CnspnriU it «loi poi «uno íu
r~:^í
•Sí- joimpii.ciiiiui JdmiMUUaJand>>.
A.CUS1.
DEXTTEROKOKIO, DI.
1
A.C14ÍLI
J>gtí.78.S8.
fllOa9r.l0.5.
•* Na. 3L as.
t Qm. 14. 8.
«w. 10.
•ow.8&ao.
•te.
AmnV. 7.
'Vv.ai.18,
14.
JneclUS,
21.
•Kx.15.14,
1«.
Jos. 2. 9.10.
i Nn. ai. 81.
Jiieo.lU9.
• Hu. ao. 18.
<Bx.4.SL
7U.ia
joi.ii.9a.
Ban.9.18.
32.
'0k^aB.7.
/Gip. 20.18.
fCq;i3.13.
74.48.
JoB.U.9.
iS«L44.S.
15 Y tanUen la mane de Jchofá fb<
•obre eñoBj» p«x» dcrtmirlM de en medio
del campo, nasta acabarlo* f.
16 ^ Y aconteció, qne cnando w ha>
Ueron acabado d* morir todos loe liom>
bre* de guerra de entre d pueblo,
17 Jdwvá me habló diciendo :
18 Tü pasarás hoy el tórmlno de Mod),
4 Aré-
is Y te acercarás delante de los hijos
de Ammon : no los molestes, ni te me*
tas con ellos ; porque no te tcáogo de dar
posesión de la tierra de los h^os de Am-
mon ; que á los h^os de Lot la he dado
por heredad*.
50 (Por tierra de gigantes fué tamUen
ella tenida: habitaron en ella gigantes
en «tro tiempo, 4 los cuales los Am*
mónitas llamaban Zomcommóos' ;
51 Pueblo grande, y numeroeo, y alto
como los Anacóos ; y 4 los cuales» Je-
hoT4 destruyó de delante de los Am-
monitas, qulmes les sucedieron, y habi-
taron en su lugar :
SS Como hizo «m los ^jos de Esalf,
que habitaban en Seir, de delante de los
cuales' destruyó 4 los Horéos; y ellos
les sucedlenm, y liaUtaron en su tugar
hasta boy.
88 Y 4 los Henfos, que habitaban en
Haserlm hast|i Oaxa, los Caftoréosf que
salieron de Caftor los destruyeron, y ha-
bitaron en su lugar.)
54 ^ Levantaos, partid, y «asad el ar-
rtyo de Amon * : hé aqm oe dado en
tu mano á Sehon, rey de Hesbon, Amor-
rhéo, y 4 su tierra. Comienza 4 tomar
posesión, y empéllate oon él en guerra.
55 Hoy comenzaré 4 poner tu miedo
y tu espanto sobre los pueblos qtu «Han
debajo de todo el cielo ; los cuales oirán
tu ^na, y temblarán» y angustiarse han
delante detí«.
86 Y envié mensajeros desde el desierto
de Cademoth 4 Sáion, rey de HeAon,
con palabras^ de paz, diciendo:
97 Pasaré por tu tienra ¡ por el camino,
por el camino iré, sin apartarme 4 dies-
tra ni 4 siniestra.
88 La comida me venderás por dinero,
y comeré; el agua también me darás por
dinero, y beboré: solamente rasaré 4 {né;
80 (Gomo lo hicieron oonmigo los hUos
de Ésad, que habitaban en seir* ; y los
Moabitas, que habitaban en Ar:) hasta
que pase el Jordán, 4 la tierra que nos
d4 JehoT4 nuestro EMos.
ao Mas Sehon, rey de Hesbon, no
quiso que pasásemos por el territorio
•os/o* porque Jehov4 tu Dios habla en-
durecido su espíritu <<, y obstinado su
corazón, paca entrojarlo en tu mano,
como parece hoy.
81 Y dijome Jehov4 : Hé affui yo he
comenzado 4 dar delante de tí 4 Séhon
y 4 su tierra ; comienza 4 tomar poee-
sion, para que heredes su tierra.
88 Y saliónos Sdion al encuentro, él y
todo su pueblo, para pelear en Jaas.
88 Mas Jehova nuestro Dios lo entr^
delante de nosotros, y herimos 4 él y 4
sus hiios, y 4 todo su pueblo • :
84 Y tomamos entmcei todas sus ci-
udades, y destruimos todas las ciudades,
hombres, y miyeres, y niilos; no de-
jamos ninguno/.
86 Solamente tomamos para nosotros
las bestias, y los despojos de las ciudades
que hablamos tomado.
as Desde' Aroer, que tttá junto 4 la
ribera del arroyo de Amon, y la dudad
Íne etHt en el arroyo, hasta Galaad, no
ubo ciudad que escapase de nosotros :
todas las entivgó Jéhov4 nuestro Dios
en nuestro poder A.
87 Solamente 4 la tienra de los hljoa
de Ammoa no llMaste, ni 4 todo lo qa«
está 4 la orilla del arroyo de Jabee ', ni
4 las dudados del monte, ni 4 /úvr
alguno que JdiOT4 nuestro Dios hdila
prohibido*.
CAPITULO III.
9(gm» la rdocfon aaltrier: dmrcta M rtm
Ogt raparUeiom dt ftora ^ lat iribm m
RtibéH y €hd, y nuáia dt Mamamtt y é»
eomomigtASmoráMoUm el «airsr sa la
M«rra df jronMsa.
Y VOLVIMOS, y subimos oamino
de Basan, y saUdnes d encuentro
Og, rey de Baún, para pdear«, €í y
todo su pueblo, en jEdrd*.
8 Y dijome Jdiov4 : No tengas temor
de él, potque en tu mano he entregado
4 él y 4 todo su pueblo, y su tierra ; y
'harás oon él come Uoiste oon Sdion,
rey Amonhéo, que hdiltaba en Hea-
bon«.
a Y JdioT4 nuestro Dios entregó tam-
bién en nuestra mano 4 Og, rey de Ba-
san, y 4 todo su pueblo, d eud herlmo*
hasta no quedar de él ninguno.
4 Y tomamos entonces toda* ms d-
vdades; no quedó dudad que no les
tomásemos, sesenta dudados, toda la
tierra de Argob del retaio de Og en
Basan rf.
5 Todas estas eran dudados finrtale-
ddas con dto muro, con puertas, y
barras ; sin otras muy muohas dndadca
sin mulo.
O Y destruírnoslas*, como hidmoa 4
Sehon, rey de Hesbon, destruyendo en
toda ciudad hombres, mi^eres, y nifios.
7 Y tomamos para nosotros/ todas laa
bñtias, y los deqpojos de las dudados.
8 También tomamos en aqud tiempo
de mano de dos reyes Amorrliéos, que
estaban de esta parte dd Jordán, la ti-
erra desde el arroyo de Amon hasta el
monte de Hermon :
9 (Los Sidoidos llaman 4 Hormony
Slrion ; y A los Amorrhéoa Senir *:)
10 Todas las dudados de la llaznura,
y todo Galaad, y 4 todo Basan haata
Salchá y Bdxd*, dudades dd reino de
Ogen Basan.
11 Porque solo Og, rey de Basan, ha-
bia quedado de los gigantes que que-
daron. Hé aquí su cama, que «ra «na
cama de hierro, ¿ no eBt4 en RabbnCh
de los hijos de Ammon' ? La longitud
de día ee de nueve eodos, y su ansian
de cuatro codos, d codo de un hombre.
18 ^ Y esta tierra ftw heredamóa en-
tonces desde Aroer, que está d arroyo
de Amon, y la mitad dd monte de
Cküaad con sus •• dudadas, di 4 los Rq.
benitas y 4 los Oaditas :
13 Y d resto de Galaad, y todo Baaaa,
dd reino de Og», díio 4 la media trllm
de Manease ; toda la tiena de Argob,
todo Basan, que se llamaba la tienra de
los gigantes.
14 Jair*, hUo de Manease, tomó toda
la tierra de Arvob hasta el térmixio de
Gessuri y Mach&tí, y;» llamóla de au
nombre Basan-Havoth-Jair, oomoae Ka-
nta hasta hoy.
15 Y 4 Machlr di 4 Galaadr.
16 Y 4 los Rubenltas y Gaditas di de
Galaad hasta el arroyo de Amon, ^
medio dd arroyo por término hasta ^
arroyo de Jaboc, término de los bMoa
de Ammonr:
17 Asimismo la eampafia, y d Jordán-
y d término, desde Cfainereth haata la
mar del llano, el mar sdado, las -rcrti.
entes abajo dd Pisga d Oriente.
18 Y os mandé entonces dldendo • j«^
hov4 vueáfaro Dios os ha dado
*vee^5,9.
1».
Na. 21. B
«5. ^
»Cbpul.4.
'Ha.tl.aE
'lBe7.4J3
Bal.U5.li
12.
yia&i»;!
/"Joe.11.1!
141.
•^p. 4. 4
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•1 Cr. S. a
Ks.a7. 5.
* Jo*. 13: {
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36.
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■• Joa.M.
y la. 9.
* J0B.13.J
• Nn.
41.
iCt.
8a.
a.
Joa.ia.
«Ha. S3t
Joa.ia.S
A.ai4SL
DEUTEBONOHIO, Y.
A.c.im.
<t Jar. 16. 13.
•SaL 115.4,
T.
yl8A.lS¿7.
It.44.9.
y 48. 7.
r Cap. 80.1,
eto.
Ii6T.26.80,
40. .
«6ftl.ll6.6.
JonM41.
IJob 8. 8.
•' Sz. 19. 18.
10.
k Cap. 7. 19.
tCftp.8i.13.
<"Bx.90.22.
"Cap. 10. 15.
» Cap. 7. 1.
y 9. 1,2.
r Jot. 2. 11.
s Na. 86. 6,
14.
f Cap. 19. 4.
Mn. 85. U.
'J(M.30.8.
t Oap.16.15.
716.12.
7&t.l8,9a.
entxe lu gentes 4 las cuales -os Uerará
Jehová.
28 T terTirOs alU & diotes hechos de
numos de hombres, 4 madera y 4 pie-
dra', que no ven ni oyen, ni comen, ni
huelen*.
89 ^ Mas si desde allí buscares 4 Je-
hoT4 tu Dios, lo hallai4s, si le buscares
de todo tu corazón, y de toda tu alma/.
ao Cuando estuvieres en angustia, y te
alcanzaren todas estas cosas, «t en los
postreros dias te Tolvleres 4 Jebov4 tu
Dios, y oyeres su voz,
81 Porque Dios míserioordioso e> Je-
hoT4 tu Dios jv, no te d<;jar4, ni te des-
truir4, ni se olTidar4 del pacto de tus
padres que les juró.
82 Poique pregunta ahora de los ti-
empos pasados A, que han sido antes de
tí, desde el dia que crió Dios al hombre
sobre la tierra, y desde el wa. cabo del
cielo al otro, si se ha hecho cosa seme-
jante 4 esta gran cosa, 6 se haya tádo
otra como ella.
83 ¿ Ha oido pueblo la toz de Dios, que
hablase de en medio del fuego •', como
td la has oido, y vivido ?
84 ¿ O ha Dios probado 4 venir 4 tomar
para sí gente de en medio de otra gente,
con pruebas, con se&ales, con * milagros,
y con guerra, y mano fuerte, y urazo
extendido, y grandes/ espantos, según
todas las cosas que hizo con vosotros
Jehov4 vuestro Dios en Egipto ante tus
ojos ?
85 A tí te fué mostrado^joara que su-
pieses que Jehov4 él es Dios; no ha¡f
mas fuera de él.
88 De los cielos te liizo oir su voz,
paran ensefiarte; y sobre la tierra te
mostró su gran fuego, y has oido sus
palabras de en medio del fuego.
87 Y por cuanto él amó 4 tus padres»,
escogió su simiente después de ellos : y
sacóte delante de sí de Egipto con su
gran poder,
88 Para echar de delante de tí gentes
gandes, y mas ftiertea que td • ; y para
troducirte, y darte su tiara por here-
dad, como aparece hoy.
88 Aprende pues hoy, y reduoe 4 tu
corazón que Jehov4 él es el Dios acriba
en el cielo, y abaio sobre la tierraj*; no
hay otro.
40 Y guarda sus estatutos y tus man-
damientos, que yo te mando hoy, para
que te vaya bien 4 tí y 4 tus h^os des-
pués de ti, y prolongues üu dias sobre
la tierra que Jehov4 tu Dios te d4 para
siempre.
41 ^ Entonces apartó Moisés r tres ci-
udades de esta parte del Jtnrdan al na-
cimiento del sol,
4S Para que huyese allí el homicida,
que matase 4 su pró)imo por yerro, sin
haber tenido enemistad con él dasde
ayer ni de antes de avecr, y que huyendo
4 una de estas ciudaaes, salvara la vida :
43 A saber f 4 Beser en el desierto «, en
tierra de la llanura, de los Rubenitas ;
y 4 Ramoth en Galaad, de los Gaditas ;
y 4 Oolan en Basa, de los de Manassé.
44 ^ Esta pues es la ley que Moisés
proputo delante de los hijos de Israel.
45 Estos son los testimonios, y los
M<
estatutos, y los derechos que
notiflcó 4 los h^os de Israel, cuando
hubieron salido de Egipto,
46 De esta parte del Jordán, en él
valle delante oe Beth-peor, en la tiara
de Sehon, r^ de los Amorrfaéos, que
habitaba en Hesbon, al cual liirió Moi-
sés con los hijos de Israel cuando hubi<
eroh salido de Egipto *,
47 Y poseyeron su tierra, y hi tierra
de Og, rey de.Basan i dos reyes de los
Amorrhéos que estaban de esta pacte
del Jordán, al nacimiento del sol ;
48 Desde Aroer», que estA junto 4 la
ribera del arrojo Amon, hasta el monte
de Sion, que es Hermon « :
49 Y toda la llanura de esta parte dd
Jordán, al Oriente, hasta la mar d^
llano, las verUentea de las aguas ab^}o
del Piagay.
CAPITULO V.
BepiU Moiseí los preeepUs del áu^logo, ko-
eiendo memoria de lo ssuedido «n «i moal*
Binat.
Y LLAMÓ Moisés 4 todo Israel, y
d:Uoles : Oye, Israel, loa estatutos y
derechos que yo pronuncio hoy en vu-
estros oidos ; y aprendedioa, y guardad-
los, para ponerlos por obra.
8 Jehov4 nuestro Dios hizo pacto con
nosotros en Horeb«.
8 No oon nuestros padres hizo Jdu>v4
este pacto, sino oon nosotros todos los
que estamos aquí hov vivos i.
4 Cara 4 cara habló Jehov4 con vos-
otros en el monte de en medio del fu-
ego»,
6 (V yo estaba entonces entre J^ov4
y vosotros <<, para denunciaros la pHsbra
de Jehov4; porque vosotros tuvisteis te-
mor del ñi«|go, y no stttxisteis al montea)
dider^o,
9 Yo soy Jehov4 tu Dios, que te saqué
de tienra de Egipto, de casa de siervos • :
7 No tendr4s dimes ettiaSos delante
de mí/.
8 Noharés para tí escultura, m* im4gen
alguna de cosa que está aniba en loa cie-
los, ó aba¡o en la tierra, ó en las aguaa
deb^o de la tierra a :
9 No te inclinaili 4 ellas, ni les ter-
vir4B: porque yo soy Jehov4 tu Dios,
Fuerte, Zeíoso, que a visito la iniquidad
de los padres sotñre los h\jos, y sobre los
terceros, y sobre loa cuartos, 4 los que
me abomoen •',
10 Y que hago misericordia 4 millares
4 los que me aman, y guardan mis man-
damientos.
11 No tomai4a en vano el nombre de
tu Dios Jdu>v4A; porque Jehov4 no
dar4 por inocente al que tomare en va-
no su nombre.
18 Ouardar4s el dia del s4bado para
santificarlo/, como Jehov4 tu Dios te
ha mandado.
13 Seis dias trab^}ar4s, y harás toda tu
obra:
14 Mas el séptimo es s4bado 4 Jdiová
tu Dios">: ninguna obra harés tü, ni tu
h|jo, ni tu h^a, ni tu siervo, ni tu ai-
erva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún
animal tuyo, ni tu peregrino que está
dentro de tus puertas ¡ porque **«'«^*»»tp
tu siervo y tu sierva como tu •.
15 Y acuérdate que fuiste siervo en
tierra de Egipto •, y que JdboT4 tu Dios
te sacó de aU4 oon mano fuerte, y braco
extendido : por lo cual Jehov4 tu Dioa
te ha mandado que guardes éL dia áA
s4bado.
16 Honra 4 tu padre y 4 tu madrej»,
como Jehov4 tu Dios te ha mandado,
para que s^an prolongados tus dias, j
para que te vaya bien sobre la tierra que
Jehov4 tu Dios te d4.
17 No matarás 9.
18 No adulterar4s«'.
19 Nu hurtarás*.
90 No dinls fidso testimonio contra tu
prójimo'.
81 No codiciarás la mujer de tu pro-
jimo, ni desearás la casa de tu prójimo^
ni su tierra, ni su siervo, ni su Mervu,
•C»p.S.a6.
•0^3.S.
rOap.8.17.
•Rs.l9.S,8.
Heh.8.9.
»CapL99.10^
«Bx.19.9,
18.19.
y ao.i8,a
4Kx.a4.S,&
Oal. S.19L
•BZ.90J47.
/Mat.4.1«L
&BZ.S4.U
<Bz.S4.
Jar. SX
Mat.23.
86.
&Let.l9.U
<U.68.UL
1^80.13.
"»Gea.Lft
Heb.4.4
•SX.83.U
•Oan.15.lj
y Ift. 18. I
784.18,21
Hat. 15.44
Sf.6.1.Si
t Mal 5. 21
aa.
«•Pn».6.3a
sa.
Mat.fi. 37
28.
•Rom.l.t.<
Bf.4.28.
I Mal. S. &
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XI1Í0.1.7S,
78.
ÍBZ.13.S,
14.
790.2.
Dn.9.4.
«Sx.90.e.
•»C»p-89Jf.
b.M.18.
B0III.LU9.
«Cip.98.1,
«to.
Lev. 96. 8,
«lo.
l'Bz.lK.9«.
798. 9ft.
«Gaikl9;80.
Xx.98.8S.
Jwto.i.ííT.
M. 108. 88.
•"Cap. SU 8.
*Cftp.4.S4.
79». 8.
iBx.9S.98.
J«9il9.
«09.10117.
todolBsdMtraÍxát«: no taaiéf oea dloi
alianai', ni lu tomoié* á meroed.
8 T no «nparcntaiit eon ello*: no
darás tu hija a su bíjo, ni tomarái & tu
hQajNuratnhQo*.
4 Poique daiTiaiA 4 tn hijo de en poa
de mí, y aerriián & dioies ageno* ; y él
ftiror de JehovA w enecndetá •obie vot-
otiot, y te dettmiii pretto.
5 Mas así habéis de hacer con eDos :
Sos altares destniiváis, y quebrarais sus
estatuas, y cortarais sus bosques, y que-
marais/ sus eteultnTas en el fti^go.
6 4 Forgtte tú eres pueblo santo & Je-
hoWC tu Dios: JÁovA tu Dios te ha
escogido pan serle un pueblo 7 especial,
mas que todos loa pueblos que están so-
bre la haz de la tierra.
7 No por ser Tosotros mas que todos
los pueblos os ha querido Jeho^i, y os
ha escogido; porque ▼osoCros enait los
mas pocos dé todos los pueblos k :
8 Sino poique JehoT* os amó, y quiso
guardar él Juramento que Juró 4 tu-
estros padres ', os ha sacado JdiovA oon
mano flierte, y os ha rescatado de casa
defc sierros, de la mano de Ffaaraon,
rqrde Egipto.
9 Conooe pues que Jehorá tu Dios es
Dios, Dios fiel, que guarda él pacto y/
la misericordia a los que le aman, y
guardan sus mandamientos, hasta las
mil ceneíaoionesM,
10 Y que dá el psigo en su cara al que
le aborrece, destruyéndolo*: ni lo di>
lataiá al que le odia, en su cara le dai4
el pago.
llGnarda por tanto los mandamien-
tos, y estatutos, y derecho* que yo te
mando hay que cumplas.
19 T sen, que por haber oido estos
derechos, y guaraado y puéstoloa por
obn, Jmork tu Dios guaidarA contigo
el pacto y la misericordia que ¡vacó 4 tus
padres •;
18 T te amar4, y te bendedxft, y te
muUlplicafá, y baraecirá d fruto de tu
vientre, t á fruto de tu tiem, v tu
grano, y tu mosto, j tu aceite, la cru de
tus vacas, y los rebatios de tas ovejas,
en la tienra que juró 4 tus padres que te
daifa.
14 Bendito serás mas que todo* los
Sueblos : no habrá en ti vaxon ni hem-
n estéril, ni en tus bestias.
16 Y quitará Jehorá de ti toda oifrr-
medad; y todas las malas plagas de
Egipto, que td sabes, no las pondrá
scnire tí^, antes las pondi4 sobre todos
los que te aborrecieren.
10 Y Y oonsumlráa á todos los pueblos
que te dá Jéhov4 tu Dios : no los per-
aonar4 tu 0|)o ¡ ni serrlrás 4 sus dioses,
que te será tropiezof.
17 Cuando dijeres en tu coracon : Es-
tas gentes son muidlas mas que yo, ¿ có-
mo las podré desarraigar ?
18 No tengas temor de ellos r •. acuér-
date bien de lo que hizo Jéhová tu Dios
con Fharaon, y con todo Egipto ;
19 De las grandes pruebas* que vieroa
tus ojos, y de las séfiales y inilagros, y
de la mano fuerte y bnzo extendido con
3ue JéhoT4 tu Dios te sacó: así hará
Aova tu Dios con todos los pueblos de
onyapresencia tü temieres.
90 Y también enviará Jéhová tu Dios
sobre ellos t abispas, hasta que perecean
los que quedaren, y los que se nubieren
eaeondido de ddante de tí.
91 No desmayes delante de ellos, que
JdioTá tu Dios ei<A en medio» de tí,
Dtosjnaade y tenrible.
98 Y Jéhov4 tu Dios ediará á estas
gentes de delante de ti poco á poco : no
las podrás acabar luego, poiqne las bes-
tias ÓA campo no se aumenten contn
tí'.
98 Mas Jehová tu Dios las entregará
delante de tí, y él las quebrantará oon
grande destioxo, hasta que sean des-
truidos.
84 T él entregará sus reyes en tu ma-
no jr, y til destruirás el nomtae de dio*
de detM^o del délo : nadie te hará ícen-
te ' hasta que los destruyas.
9S Las esculturas de sos dioses que-
marás en el fuego*: no oodldarásb
plata ni oto de sobre ellas para tomarlo
para tí, porque no tropiezes en ello,
pues es abominación 4 Jehov4 tu Dio*.
98 T no meterás abomtaiacion en tu
casa, porque no seas anatema como ello :
dd todo lo aborrecerá* y lo abominarás,
porque es anatema «.
CAPITULO VIII.
B Aorta MctMit oleiMUo 4 «im m atmaráa 4»
Im hmufifeioB réemdoé m tíámtmio, f da Im
eoií^M eoNlra tot nuáot.
CUIDAREIS de poner por obra todo
mandamiento que yo os ordeno hoy,
porque viváis, y seáis multlplioados, y
entms y poaeau la tiem, de la oual
juró Jehová á vuestros padres*.
9 Y acordarte has de todo el camino
por donde te ha traído Jdiová tu Dio*
estos ft cuarenta años en el desierto, pa-
ra afligirte, por probarte, para saber lo
que eitota én tu corazón e, ú haUas de
guardar ó no sos mandamientos.
8 Y te ailMÓ, é hizote tener hambre,
y te sustentó con man4, cemiiía ' que no
oonodas trf, ni tus padres la hablan co-
nocido, pera hacerte saber que el hom-
bre no vivirá de solo« pan, mas de toda
palabra que sde de la boca de Jdiov4
vivirá d hombre/.
4 Tu vestido nunca se enveredó sobre
tí, ni el pié se te ha hinchado por estos
cuarenta afios g.
6 Reconoce arimisme en tn ooraaon,
que como castin el hombre 4 su l^joA,
ati Jehová tu Kos te castiga.
6 Guardarás pues los mandamientos d«
Jehov4 tu Dios andando en sus cami-
nos, y temiéndolo.
7 Poique Jdiov4 tu Dios te introduce
en la buena tienra, tierra de arroyos, de
aguas, de flientes, de abismo* que brotan
por vegas y montes :
8 Tierra de trigo, v cebada, y de vides,
é higueras, y gxanailos ; tierra de olivas,
de aodte, y de miel :
9 Tierra en la cual no comoá* el pan
con escasez ; no te faltará nada en ella:
tiara que sus piedras «m hierro, y de
sus montes cortarás metal.
10 Y comerás, y te hartarás, y «ben-
decirás á Jehová tu Dios por la buena
tierra que te habrá dado.
11 Guárdate, que no te olvides de Je-
hová tu Dios, para no observar sus man-
damientos, y sus derechos, y sus estatu-
tos, que yo te ordeno Yiaj :
19 Que quizá no comas y te hartes, y*
edificado que hayas buenas casas en que
mores,
18 Y tus vacas y tus ovinas se aumen-
ten, y la plata y el oro se te multiplique,
y todo lo que tuvieres se te aumente,
14 Se deve luego tu corazón, y < te ol-
vides de Jehov4 tu Dios, aue te sacó de
tierra de ÍMpto, de casa de dervos ;
15 Que te hizo caminar por un dedcrto
grande y espantoso, de serpientes ardi-
entes*, y de escorpiones, y« de sed,
donde ningún agua haMot y fi te saco
agua de la roca <m1 pedernal • ;
\6 Que te sustentó con man4 en dde-
'Xz.98.a.
80.
V Jos. 10.91
49.
713.1.
'G*p.lL9&
•lGr.l4Jl
» /os. 7. 1.
21.
«90S.8.U.
18.
«Cap.S.A
88.
» Cap. 9. 7.
7 9er&.
An.Xia
•9Gr.8S.Sl.
<<Bz.l6.1&
•Mstii
Lne. 4. i
/B*L10iS7.
3».
9OBp.90k8.
Kéh.8.Sl.
&Pn.&ll
▲p.8.19.
<8aL 108.1
ACs^S3.1&
Tn.90.9.
Os.18.6L
(Jer.8.8.
•Na. 21. 6.
• Ob.U.í^
• Bx. 17. •.
Kn. 90. 11.
8d.78.U.
18.
V 114. 8. ,
DEDTEBOMOHIO, IZ, X.
S"*"*.^™™!."'
inUMili^ iiLMi «• Ib ujiaU ^
«4rid . dad* al ddft
s^zSiTSí'b-t.TS.ns:
un JtkAí rttta* Dn*: « t¿Ü¿
Ás pecqu Jdw<>4 dQÍ i¡am
t, Jlhñif, dlcUodo: Oh
£j UbrU doUlii di fUdn codu
A. C. 1461.
DEUTEBONOHIO, XL
A.C.1«L
«Bz.U.a8.
¿Bx 90.1,7.
« 1 Bey. 8. 8.
/Kn. S8.81,
9 Kn. 8.6,9.
h Ka. 4. 15.
< Cap. 18. fi.
aC!r.29.U.
h Kn. 18. ao,
34.
Bi.44.28.
' Ex. 84. 28.
■•Bz.83.17.
« Mic 6. 8.
o 8a1. 84. 9.
rC»p.6. 6.
M«t22.87.
7 Cap. 6. ai.
•'BaLlU.
16.
t8aL148.4.
iO«0.14.I9.
eaLa4.1.
760.12.
«Otp.80.6.
Jor. 4. 4.
Bom.a.28,
39.
« Daa. 3. 47.
Apoo. 17.
r a Cr. 19. 7.
Job 84. 19.
Bom. 3.11.
£f. 6. 9.
lFed.1.17.
■ Bal. 68. 5.
«LeT.19.3S.
84.
» Cap. «.18.
la. 46. 23.
• Jer. 17. 14.
•/Gen. 46. 37.
Eech.7.14.
7 labré dos táblu de piedra como las
primeras, y lubi al oíante con laa dos
tablas en mi mano.
4 T es4a:ibió en las tablas, conforme &
la primera escritura*, las diez palabras
que Jáiorik os habia hablado en el monte
de en medio del faM0,el día de la asam-
blea </, y diómelas Jehorá.
5 Y volví, y descendí del monte, y puse
las tablas en el arca que habla hecho ; y
allí eitan«, como Jdtová me mandó.
6 ^ Después partieron los hijos de Is>
rael de Beeroth-bene-jacaan á Moserá/:
allí murió Aaron, y allí fué sepultado ; y
en lugar suyo tuvo el sac«rdocio su 14|o
Eleazar.
7 De allí partieron & Gudgod; y de
Gudgod á Jotbath, tierra de arroyos de
aguas.
8 ^ En aquel tiempo apartó JdioT& la
tribu de Leví, para que^ llevase el arca
del pacto de Jehová, para que estuviese A
delante de Jehová para servirle, y • pava
bendecir en sn nombre hasta hoy.
9 Por lo cual Leví no tuvo parte ni
heredad con sus hermanos A: Jehová es
su heredad, como Jehová tu Dios le d^o.
10 Y yo estuve en el monte, como los
primeros dias, cuarenta días y cuarenta
noches/; y Jcdiová me oyó también esta
vez, V no quiso Jehová destruirte"*.
11 'í' d^ome Jehová : Levántate, anda
para que partas delante del pueblo, para
que entren y posean la tierra, que jiuré á
sus padres les había de dar.
13 ^ Ahora pues, Israel, ¿qué pide
Jehová tu Dios de tí», sino que temas
á Jehová tu Dioso, que andes en todos
sus caminos, y que lo ames/», y sirvas
á Jehová tu Dios con todo tu corazón,
y con toda tu alma ;
18 Que guardes los mandamientos de
Jehová, y sus estatutos, que yo te pres-
cribo hoy, para que hayas bien« ?
14 Hé aquí de Jehová tu Dios mnr
los cielos y los cielos de los ddos *, la
tierra (, y todas las cosas que Aay en ella.
16 Solamente de tus padres se agradó
Jehová para amarlos ; y escogió su si-
miente después de ellos, á vosotros de
entre todos los pueblos, como parece en
estedia.
16 Circuncidad* pues el prepucio de
vuestro corazón, y no endurezcáis mas
vuestra cerviz.
17 Porque Jehová vuestro Dios es Di-
os de dioses, y Señor de señores. Dios
grande', poderoso y terrible, que no
acepta personas, ni toma cohecho^ :
18 Que hace Justicia al huér&no y á la
viuda ; que* ama también al extrai^Jero
dándole pan y vestido.
19 Amaréis pues al extrazgeroa : por-
que eztrai\ieros fuisteis vosotros en
tierra de Egipto.
SO A Jehová tu Dios temerás, á él
servirás, á él te allegarás, y por su nom-
bre jurarás b.
21 El eerá tu alabanzac, y él será tu
Dios, que ha hecho contigo estas grandes
y terribles cosas, que tus ojos han visto.
SS Con setenta aJmas descendieron tus
E adres á Egipto ; y «I ahora Jehová te ha
echo como las estrellas del cielo en
multitud.
CAPITULO XI.
Bíent» promtUdo» í loe que guarden loe man-
damienlo», y ealatnidadiee que eobreveiidr4[n
á loe tranegreeoree.
AMARAS pues á Jehová tu Dios, y
guardarás su ordenanza, y sus esta-
tutos, y S1U derechos, y sus mandamien-
tos todos los dias.
9 Y Y comprended hoy: porque no
habló con vuestros h^jos, que no han
sabido ni visto d castigo de Jdbová
vuestro Dios, su grandeza, su mano I
fuerte, y su brazo extendido,
8 Y sus señales, y sus obras que hizo
en medio de Egipto á Fhaxaon, r^ de
Egipto, y á toda su tierra ;
4 Y lo que hizo al cgéroito de Egipto, á
sus caballos, y á sus carros ; como hizo
ondear las aguas del mar Berm^o sobre
ellos*, cuando venían tras de vosotros, y
Jehová los destruyó hasta hoy :
6 Y lo que ha hecho con vosotros en el
desierto, nasta qyue habéis llegado á este
lugar:
6 Y lo que hizo con Dathan y Abiram,
h^os de £!liab, hijo de Rubén; como»
abrió la tierra su boca, y txagóse á ellos
Lá sus casas, y sus tiendas, y toda la
idenda que tcáiian en pié en medio de
todo Israel.
7 Mas vuestros ojos han visto todos los
grandes hechos que Jehová ha Secutado.
8 Guardad pues todos los mandunien^
tos que yo os prescribo hoy, para que
seáis esforzados, y entréis y poseáis la
tierra, á la cual pasáis para poseerla :
9 Y para que os sean prolongados loa
dias sobre la tierra, que juró Jehová &
vuestros padres habia de dar á ellos y &
su simiente, tierra que fluye leche j
miel.
10 Y Que la tierra á la cual entras para
poseerla, no es como la tierra de Egipto,
de donde habéis salido ; donde aembrabaa
tu simiente, y regabas con tu pie, como
huerto de hortaliza «.
11 La tierra á la cual pasáis para po-
seerla, es tierra de montes y die vegas :
de la lluvia del cielo has de beber aUi
las aguas.
13 Tierra de la cual Jehová tu Dios
cuida : siempre están sobre ella los ojos
de Jehová tu Dios</, desde el principio
del aik> hasta el fin de él.
18 Y será que si obedeciereis cuidadosa-
mente mis mandamientos, que« yo os
prescribo hoy, amando á Jehová vuestro
Dios, y sirriendolo/ con todo vuestro
corazón, y con toda vuestra alma,
14 Yo dar¿ la lluvia de vuestra tierra
en ai9 tiempo, la temprana y la tardía,
y A cogerás tu grano, y tu vino, y tu
aceite.
16 Daré también yerba en tu campo i
para tus bestias; y comerás, y te har-
tarás.
16 Guardaos pues, que A ruestro cora-
zón no se infatué, y os apartéis, y sirváis
á dioses ágenos, y os incUneis á ellos ;
17 Y así se encienda el furor de Jehová
sobre vosotros, y I cierre los cielos, y no
h^ya lluvia, lü la tierra dé su fruto, y
perezcáis presto de la buena tierra que
os dá Jehová.
18 ^ Por tanto pondréis estas mis pala-
bras en vuestro corazón y en vuestra
alma "•, y las ataréis por señal en vuestra
mano, y serán por frontales entre vuestros
q}os>.
19 Y las enseñaréis á vuestros h^oso,
hablando de ellas ora sentado en tu casa,
ó andando por él camino, cuando te
acuestes, y cuando te levantes.
80 Y las esoribixás en los postes de tu
casa, y en tus portadas :
21 Para que sean aumentados vuestros
dias, y los dias de vuestros hijos j>, sobre
la tierra que Juró Jehová á vuestros
padres que les habia de dar como los
dias de los cielos sobre la tierra?.
28 5 Porque si guardards cuidadosa-
mente todos estos mandamientos que yo
os prescribo, para que los cumpláis, oomo
améis á Jehová vuestro Dios andando en
todos sus caminos, y á él os allegareis.
• Bx. 14. 29.
8L
4Kq.16.3L
*Zac.Ii.l3.
•ver. 32.
/osp-iaii
«Lev. 36. 4.
A joeia.as.
Bant». S. 7.
tBaLlM.lLÍ
iljas. 23. U,
16.
{Cap.&U.
»0»p.6.6.9i
Fro.8.L
"Pw.8.1
• CapL 4. 9.
r Pro. 4. 1(X
y 9. U.
9 Sal. ». SSi
ílcmo.
DEUTEBONOMK), XIL
A. C. liSL
'JQB.1.IL
•GeiLUwIS.
lx.S3.8L
51I.3Í.S.
i'Xz. 23.37.
:*OqiL2B.3,
18.
68.
»cip.2r.A
I '«.8138.
I
I
cGa.U.«.
'Ctp.u.a
■C^CL
'ti.ta.9L
IU.U
SCr.JLL
IX IL
''J»e.l7.«.
28 Jehofá twnUen •oIuuc& todaa eitu
gentes «te delante de Toeotros ; y mí po-
■eeráis el pait dt gentes grandes y mas
fuertes que Tosotros.
S4 Tooo lugar que pisare la planta de
▼uestvo f&éy terk vuestro'': de¿de el de-
aiert» y el Líbano, desde el rio, el rio
Eufrates» hasta la mar postrera* seiá
Tuestn» término.
85 Nadie se sostendrá delante de tos*
otros * i miedo y temor de ▼osotros pon-
drá JehoTá Tuestro Dios» sobre la has
de toda la tieixa que hollareis, como él
os ha dioho'.
fl6 5 Hé aquí yo pongo hoy delante de
▼oaotros la benmoiwi, y la maldición ir :
87 I<as bendición, si oyereis los man-
dañoientos de JehoTá vuestro Dios, que
yo os prescribo hoy :
88 > la maldición a, si no oyereis los
mandamientos de Jehová Tuestro Dios,
y os apartareis del camino oue yo os or-
deno hoy, para ir en pos de aloses ágenos
que no habéis conocido.
88 Y será, que cuando Jehová tu Dios
te introdujere en la tierra, á la cual vas
pan poseerla, pondrás la bendición sobre
ri nwnte Gerizim, y la maldición sobre
d noonte JBbalb :
30 Los cuales mtan de la otra parte del
Jordán, tras él camino del Occidente, en
la tierra d^ Cananéo que habita en la
campafia ddante de GÜgal, junto & los
Uanoa de Moreh*.
81 Porque vosotros pasáis el Jordán,
Era ir á poseer la tierra que os dá Je-
vá vuestro Dios ; y la poseeréis, y ha-
bituáis en ella.
88 Cuidaréis pues de poner por obra
todos kM estatutos, y derechos, que jo
presento hoy^' delante de vosotros.
CAPITULO XII.
FroMbe JHm á Iom Itraditaa «I qfnetr aasri-
jleios fuera de omuí luifar ote« fl teielaret
y mtamda que te abetengan de eomer toitgret
y etTM nuutftaree ituaundoe.
ESTOS MM los estatutos* y derechos
que cuidaréis de poner por obra, en
la tierra que Jehováel Dios de tus paidres
te ha dado para que la poseas, todos los
dias que vosotros viviereis sobre la tierra^.
8 f Destruiréis e enteramente todos los
bagares donde las gentes, que vosotros
heredaréis, sirvieron á sus dioses sobre
los montes altos, y sobre los collados, y
debajo de todo árbol espeso d :
8 Y derribaréis sus altares, y quebraréis
sus imágenes, y sus bosques* consumiréis
con fuego : y datruiréis las escultiuras de
sus dioses, y/ extirparéis el nomture de
rilas de aquel lugar.
4 ^ No haréis así á Jehová vuestro
Dios.
5 Mas el Itigar que Jehová vuestro Dios
escogiere de todas vuestras tribus, para g
poner allí su nombre, para su habitación,
cs« bascaréis, y allá iréis :
6 Y allí llevaréis vuestros holocaustos,
y vuestros sacrificios, y A vuestros diex-
moa>, y la oftenda elevada de vuestras
manos, y vuestros votos, y vuestras o-
fipmdas voluntarias, y los primerizos de
vuestras vacas y de vuestras ove^Jas.
7 Y comeréis alU delante de Jehová
vuestro Dios, y os alegraréis A, vosotros y
vuestras fiuniiias, en toda otea de vues-
tras manos en que Jehová tu Dios te
hubiere bendecido.
8 No haréis como todo lo que nosotros
hacemos aquí ahora, cada uno lo que le
parece'.
8 Porque aun hasta ahora no habéis
entrado al reposo y á la heredad, que os
dá Jehová vuestro Dios.
10 Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis
en la tienta que Jdiová vuestra Dios os
hace heredar, y él os dará reposo de to-
dos vuestros enemigos al rededor, y habi-
taréis seguros.
11 Y «a^óncss, al lugar que Jdiová vues-
tro Dios escof^ere para nacer habitar en
él su nombre, allí llevaréis "• todas las
cosas que yo os mando ; vuestros bolo-
eaustos, y vuestros sacrificios, vuestros
dieamos, y las oftendas elevadas de vues-
tras manos, y todo lo escogido de vues-
tros votos que huUereis prometido á
Jehová.
18 * Y os alegraréis delante de Jehová
vuestro Dios, vosotros y vuestros hijos, y
vuestras hijas, y vuestros siervos, y vues-
tras siervas, y el Levita que eetuviere
en vuestras poUadones ; por cuanto no
tieneparte ni heredad con vosotros*.
18 Guárdate, que no oflrescas tus holo-
caustos en cualquier lugar que vieres :
14 Mas en el lugar que Jehová esoogiere
en una de tus tribus, allí oñ«oeiás tus
holocaustos;», y allí hsúrás todo lo que yo
temando.
lA Con todo podrás matar y comer carne
en todas tus poblaciones conforme al
deseo de tu alma, Mgun la bendición de
Jehová tu Dios que S te habrá dado : el
inmundo y el limpio la comerá, como f bt
de corzo o de ciervo :
16 Salvo que sangre no comeréis; sobre
la tierra la** derramaréis oomo agua.
17 Ni podrás comer en tus poblaciones
el diezmo de tu grano, ó de tu vino, 6 de
tu aceite, ni los primerizos de tus vacas,
ni de tus ov^as, ni tus votos que prome-
tieres, ni tus oftendas voluntarias, ni las
elevadas ofrendas de tus manos :
18 Mas delante de Jehová tu Dios* las
comerás, en el lugar que Jehová tu Dios
hubiere escogido, td, y tu hijo, y tu h^a,
y tu siervo, y tu sierva, y el Levita que
eetít en tus poblaciones : y alegrarte has
delante de Jehová tu Dios en toda obra
de tul manos'.
19 Ten cuidado de no desamparar al
Levita en « todos tus dias sobre tu tierra.
20 Cuando Jehová tu Dios ensanchare
tu término, como él te ha dicho', y td
dijeres. Comeré carne, parque deseo tu
alma comerla, conforme á todo el deseo
de tu alma comerás carne.
81 Cuando estuviere léios de tí el lugar
que Jehová tu Dios habrá escogido, para
poner allí su nombre, matarM de tus
vacas y de tus ovejas, que Jehová te
hubiere dado, como te he muidado yo,
y comerás en tus puertas según todo lo
que deseare tu alma.
82 Lo mismo que se come el corzo y el
ciervo, así las comerás : el inmundo y el
limpio jf comerán también de ellas.
88 Solamente que te etifuerzes á no
comer sangre: parque la sangre es el
alma> ; y no has de comer el alma jun-
tamente con su carne.
24 No la comerás ; en tierra la derra-
marás como agua.
85 No comerás de ella, para que te vaya
bien á tí, y á tus hijos después de ti«,
cuando hicieres lo recto en qjos de Je-
hová.
86 Empero las cosas que tuvieres td
consagradas, y tus votos, /«fb tomarás, y
vendías al lugar que Jehová hubiere
escotfido :
87 Y ofrecerás tus holocaustos, la carne
y la sangre, sobre el altar de Jehová tu
Dios : y la sangre de tus sacrificios será
derramada sobre el altar de Jehová tu
Dios, y comerás la carne.
88 Guarda y escucha todas estas pala-
bras que yo te mando, porque te vaya
bien á tí, y á tus hi^jos después de tí para
■ Jos. 18. 1.
lEey.8.21.
13.
• Csp. 10. 9.
y 18.1.
Pver. 11.
9 ver. 22.
Cap. 16. 22.
<* Osa. 9. 4.
Ley. 7. 26.
y 17. 10.
' ver. 11, 13.
Cap. li. 22,
2S.
tlCtor.iaSL
•Csp. 14. 27.
'Gen. 28.14.
Bz.34.24.
y ver. 19, 16.
"TW.lft.
Lev. 17. 11.
14.
" Csp. 4. 40.
> Lev. 22. 18,
etc.
lSaiii.1.21,
81
H <IUo^ lUdcKlD l-itin Vtmm
DBÜTEROHOinO. nn,'HT.
vi iJ, ni ta> paAiw t««ol«lila.
It *IOnndocTM*d»i]gajMi— -—
fnbnt. l4oi «I liDplídi
STSl:
^,~~u^|^^ln»i^ii<>h
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DECTEBONOiaO, XV, XYL
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I f- Ke. 9. 7.
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17.
«Oi^SS.!,
8, etc.
'^'"^
'lJaMS.17.
. ti.
G^S.10.
I '(b A^ MB
l£«Ll,SL
• }S2.«.
. Bck.U.lS.
• OatMLll.
y de tm noadM*. pan que anraadaí 4
temer 4 JehoT4 tu Dlot todo* lo* diat.
S4 Y al «I oamlno fti«e taa lai^o que
td no puedas Oemlo por él, por estar
l^oa de ti d Ingu que JehoTft tu Dlot
hubiere escogido pan poner en él sa
aomlnej^ cnando JélioT4 tu Dloa te
bendlien,
25 Entónoea venderlo haa, j atax4a el
dinero en ta mano, j vendiia al lagar
que Jéhov4 ta Dioa eaooglere ;
28 Y danb el dinero por todo lo que
deaeoie t» alma, por Taeas, ó por oyc-
jaa, ó por tino, o por sidra, ó por cual-
qniier oooa qne tu alma te demandare :
y comeráa allí delante de JAot4 tu Di*
oar, y te alenaiéa td y tu íkmilla '.
27 Y no aewmparaxéa al Levita que
kabUan en tos poblacionet ; porque no
tiene parte ni heredad contigo*.
aa ^ Al eabo de cada ttca afloa' aa-
caráa todo el diezmo de tua productoa
de aouel aik>, y lo guardarte en toa
etodadea:
20 Y Tendx4 A Levita, que no tiene
parte ni heredad contigo, y el estran-
j/erof y« el huárihno, y la viuda, que
hutien en tua poblacionaa, v oomerim y
aerfia aaciadoa, pan qne JeDov4 tu Dioa
te bendiga en toda otan de tus mano*
que liici«ea«.
CAPITULO XV.
Repita la ley <le rtmMon para el oRo tlptíno,
y olta» it miwrfeordto pora «m el pm^Vmo.
AL cabo de cada siete «Boa har4a re-
. misiono.
2 Y esta ei la manen de la ranision :
Perdonar4 4 su deudor todo aquel que
hixo empréstito de su mano, oon que
obligó 4 su prójimo ; no lo demandar4
mas á su pr^oimo, ó 4 su hermano; por*
qne la remisión de Jdiov4 es premiada.
3 Del extraxqero demandaras el rein-
f^pro.- mas lo que tu hermano tuviexc
tnyo, lo perdonar4 tu mano i,
4 Pan que a»i no haja en u mendigo :
porqne Jéhov4e te beiulecii4 oon abun<
ftancia en la tienta que Jehov4 tu Dioa
te dá por heredad, pan que la poseas ;
6 Si empero esouchaxas fielmente la
vos de Jehov4 tu Dios, pan guardar y
cumplir todos estos mandamientos que
yo te intimo hay.
6 Ya qne JdioT4 tu Dios te habi4 ben-
decido, oomo te ha dicho, prestarás en-
tónoea 4 muchas gentes, mas td no
tomaxis pcestado; jd enseflotearte has
de muchas gentes, pero de tí no se en-
aeHorcarán.
7 ^ Cnando hubiere en tí menesteroso
de alguno de tus hermanos en alguna de
tus eindades, en tu tiem que JaDoy4 tu
Dioa ted4, no endureoer4s tu corazón, ni
cenarás tn mano 4 tu hermano pobre «:
8 Mas abrÍr4B 4 él tu mano liberal»
mente, y en efiecto le prestai4s lo que
baste» lo que huUeie menester/.
O 6n4rdate que no haya en tn ooraion
peí veno pensamiento, didendoi Cefva
eBt4 el afio séptimo, el de la remisión ;
y tu q|o sea maligno sobre tu hermano
monesterosn pan no darle: que él podt4
clamar oontn tí 4 Jéhov4, y se te im*
putasá 4 pecado^.
10 Sin nlta le darás, y no tea tu oom-
son maligno enando le dieres A; que
ptar ello te bendeeir4 Jéhov4 tu Dios en
todoa tua hechos, 7 en todo lo que pu-
i.
11 Porqne no <aráa menesterosos de
en medio de la tienta*, por eso 70 te
mando diciendo: Abrirás tn mano 4
tu hermano, 4 tu pobre, y 4 tu menas*
tntieRa.
12 ^ Cuando ae vendiere 4 tí tu herma-
no Hebreo 6 Hebrea, 7 te hubiere aenido
seis afkw, al séptimo afio lo denpediréa
Ubre de til.
18 Y cuando le deqddiens libn de tí,
no lo enviarás vacio.
14 Le abastecerte Itberalmente dan^ob
de tus eveias, de tu en, y de tu lagar ;
le darte oe aquello en que Jehoil te
hubiere bcndeddo.
Ifi Y te acoidar4s que fuiste siervo en
tiem de Egipto, y que Jefaov4 tu Dios
te rescaté : por tanto yo te mando esto
hoy».
16 Y ser4, que si él tedien; No saldré
de contigo ; porque te ama 4 tí y 4 tu
casa, que le v4 bien contigD,
17 Enténoes tomar4B una lesna», y
horadaras su oreja Junto 4 la puerta, y
ser4 tu siervo pan uempre : aai tamUen
harte 4 tu orlada.
18 No te nareica duro cuando le envi.
ares libre oe tí ; que doblado del salarlo
de moao jornalero te sirrié seis aflos : y
Jehov4 tu Dios te bendcdr4 en todo
cuanto hioierea.
19 t Santificarte 4 Jdiov4tu Dioa todo
primeriso macho que naoer4 de tus vacas
y de tus ov^as : no te sirvas del prlme-
liao de tus vacas, ni trasquiles el prime*
rixo de tus ov^as.
90 Delante de Jehov4 tu Dios los co-
merás cada un alio, til y ta fionilia, en el
lugar que Jehov4 escogiere*.
21 Y si hubiera en él tacha, oomo cl^go,
6 cejo, ó oualquien otra mala ftlta; no
lo sacrificarás 4 Jeliov4 tu Diosj».
flS En tus poblaciones lo comerás : el
Inmiudo lo mismo que el limpio eomerám
de U como de un cono, é de un ciervo*.
23 Solamente que no comas su san-
grer : sobre la tierra la denamaráa oomo
agua.
CAPITULO XVI.
D» la$ tm/lttUu toUmmítinuu é» paaeua, dt
prnleeoelfe, y de loe tabmdaiíoi. Sottrt
pontr Jwett neUu, y huir ku ociutont§ dt
GUARDARAS el • mes de Abib, y
hax4s pascua 4 Jdiov4 tu Dios;
poraue en u mes de Abib te sacó Jo-
nova tu Dios de Egipto de noche i.
2 Y sacrificarte la pascua 4 Jéhová ta
Dios de las ov^as y de« las vacas, en d
lugar que Jehov4 escogiere pan haoer
habitar allí<l su nombre.
8 No comerte con ella leudo «¡ siete
dias comerás con ella ponce por leudar,
pan de aflicción, porque apriesa saliste
de tiem de Egipto: para que te acuerdes
del dia en que saliste de la tietn de E*
gipto todos los dias de tu vida.
4 Y no se d4ar4 ver levadun contigo
en todo tu térinino por siete dias s. y de
la carne que matares 4 la tude del pri-
mer dia, no auedar4 hatu la mafiana/.
6 No podrás saorifioar la pascua en
ninguna de tua ciudades, que Jéhov4 tu
Dios te d4;
6 Sino en el lugar que Jdiov4 tu Dios
escociere, pan hacer habitar alU su
nomure, sacrificarte la pascua por la
tarde 4 puesta del sol, al tiempo que
saliste de EgiDto.
7 Y 2a asñas^ y comerás en el lugar
qne Jehov4 tu Dios hubiere esoagl£>;
y* por la maflana te volverás y rasti-
tnixis 4 tu morada.
8 Seis diaa comerás patiee 4Blmas, y ti
séptimo dia ««rd solemnidad 4 Jehov4
tu Dios • : no harás obn en él.
O ^ Siete semanas te contarte : desde
que comenxare la hoz en las mieses oo-
menzaráa 4 contarte las siete semanas A.
10 Y haráa la solemnidad de las aema-
1 11.31.3.
Lev. 21^39.
41.
J«r. M. 14.
"Caá 6. 16.
yl&lS.
»sz.ai.s,e.
P Cap. 17. 1.
lev. 2&S0.
HaLL7,8.
« Capáis.».
etc.
*-ch>>i.u.
16/
Í1118.
Z.18.S5.
96.
lGr.914.
3Cra9.a;a.
«Xz.SA.18.
»Sz.l3.81,
49.
• Ka. 98. le,
1».
<iCap.l&30i
•Bz.18.6,7.
/Bz. 13. lOi
7 84.36.
92Gr.S6.13.
i a Bey. 28.
28.
JudS. 18,
33.
yll.66.
t Lev. 28. &
* Bx. 38. 1&
784.38.
Lev. 38. 16.
Hedí. 2. 1.
A. C. 14SI.
DEUTEEONOMIO, XVH, XVIIL
A. C. 1451.
/ wr, 17.
lCor.ie.2.
•c».ia.7,
12, 18.
«Cap.U.16.
.o Ex. 3S. 16.
Ler. 38.84.
Na. 9». 12.
P Neh. 8. 9,
UL
9 IieT.23.89.
40.
•- Bx. as. 17.
j84.as.
' Ex. 2S. 15.
j84.ao.
(Mu. 12. 41,
44.
S Cor. 8. 12.
"ter. la
«C»p.l.l5,
16.
ylZ18.
Bx.18.2S,
26.
lOr.as.4.
3 Gr. 19. 6,
U.
íOip. L17.
Lev. 19. 15.
« Bx. 38. 8.
Pro. 17. 33.
'BUq.6.8.
Fi.4.8.
*Bz.l8.5,9.
" 1 Vaj. 14.
Ifi.
•iLer. a&L
«C!ftp.l6.2L
Mal. 1.8,
18.14.
»Cftp.l&6,
etc.
•Ja«c2.aa.
3 Bey. 18.
12.
0B.&1.
d C«p. 4 19.
•Cap. 18. 14.
ñas & JehoTá ta Dios : de la suñciencia
▼oluntaria de tu mano »erá lo qne dieres,
s^^on Jdbcfá tu Dios te liubiere ben-
decido'.
11 Y te al^rar&sm delante de Jehorá
tu Dios, td, 7 tu t4jo,jr tu h^a, y tu
sierro, j tu sierra, y el Levita que ettu-
vtere en tus ciudades, y el extranjero, y
el huéifimo, y la viuda, que estuvieren
en medio de tí, en el lujrar que Jehová
tu Dios hubiere escogido para hacer
habitar allí su nombre.
IS Y acuérdate que fuiste siervo en
Egipto : por tanto gnardar&s y cumpUrís
estos estatutos*.
13 Y La solemnidad de laso eabafias
harás por siete días, cuando hubieres
hecho a cosecha de tu era y de tu lagar.
14 Y te alegrarás^ en tus solemnidades,
til, y tu hijo, y tu l^ja, y tu siervo, y tu
sierra, y el Levita, y el extranjero, y el
huérfano, y ta viuda, que están en tus
poblaciones.
15 Siete d^as celebraris solemnidad á
Jehov& tu Dios? en el lugar que Jehov&
escogiere: porque te habrá bendecido
Jehová tu Dios en todos tus frutos, y
en toda obra de tus manos, y estaíras
ciertamente alegre.
16 Tres veces cada un afic parecerá
todo varón tuyo delante de Jenová tu
Dios en el lugar que él escogiere ; en la
solemnidad de los panes ázimos, y en la
solemnidad de las semanas, y en la
solemnidad de las cabanas. Y no pare-
cerá vacío' delante de Jehová:
17 Cada uno con él don de su mano ',
conforme á la bendición de J Aova tu
Dios que te hubiere dado».
18 ^ Jueces' y alcaldes te pondrás en
todas tus ciudades que Jehová tu Dios
te dará, en todas tus tribus, los cuales
Juzgarán al pueblo con justo juicio.
19 No tuerzas el doécho; no hagas
acepción de personas y, ni tomes so-
borno*; porque el soborno ciega los
ojos de los sabios, y pervierte las pa-
labras de los justos.
90 La justicia, la justicia seguirás»,
poique vivase y heredes la tierra que
Jehová tu Dios te dá.
31 ^ No te plantarás bosque c de nin-
gn árbol cerca del altar de Jehová tu
os, que tú te habrás hecho.
89 Ni te levantarás estatua <(; lo cuál
aborrece Jehová tu Dios.
CAPITULO XVII.
Bolbn el eastigo dt ta iddatrüit eonsuUar d
los saeerdoUs: y steeeion jr comUcmum de
un rey.
NO sacrificarás á Jehová tu Dios buey,
6 cordero, en él cual haya fidta «, ó
alguna cosa mala ; porque es abomina-
ción á Jehová tu IMos.
8 Y Cuando se hallare^ entre tí, en
alpina de tus ciudades que Jehová tu
Dios te dá, hombre, ó muder, que haya
hecho mal en ojos de Jehová tu Dios
traspasando su paleto*,
8 Que hubiere ido y servido á dioses
ágenos, y se hubiere inclinado á ellos,
ora al sol, ó á la luna, ó á todo el ^ér-
oito del (délo, lo cual yo rf no he man-
dado!
4 Y te fliere dado aviso, y después que
oyeres y hubieres indagado bien, la cosa
parece* de verdad cierta, que tal atxmü-
nacion ha sido hecha en Israel ;
6 Entonces sacarás al hombre 6 mi^Jer,
que hubiere hecho esta mala cosa, á tus
puertas, hombre 6 mcjer, y les apedre-
arás con piedras, y así morirán.
6 Por lUoho de dos testigos, ó de tres
testigos, morirá d que hubiere de mo-
rir/: no morirá por el dicho de un solo
testigo.
7 La mano de los testigos será primero
sobre él; para matarlo, y después la
mano de todo el pueblo : aisí quitarás el
mal de en medio de tí.
8 ^ Guando alguna cosa te fíiere oculta
en juicio entre sangre y sangre, entre
causa y causa, y entre llaga y llaga, «n
negocios de litigio en tus ciudades, en.
tónces te levantarás y recurrirás al lu^ar
que Jehová tu Dios escogiere :
9 Y vendrás á los sacerdotes Levitas*,
y al juez • qne fuere en aquellos dias, y
preguntarás ; y te ensefiarwi la senten-
cia del juicio.
10 Y harás según la sentencia que te
indicaren los del lugar que Jehová es-
cogiere, y cuidarás díe hacer según todo
lo que te manifiestaren.
11 Según la ley que ellos te enseflajen,
y según el juicio que te dijeren, haiác :
no te apartarás ni á diestra ni á sinies-
tra de la sentencia que te mostraren.
18 Y el hombre que nrocediere con
soberbia*, no obedeciendo al sacerdote
Jue está para ministrar allí delante de
ehová tu Dios, 6 al Juez, el tal varón
morirá : y í quitarás el mal de Israel.
13 Y todo tí pueblo oirá, y tem«rá, y
no se ensoberbecerán mas"».
14 ^ Cuando hubieres entrado en la
tierra que Jehová tu Dios te dá, y la
poseyeres, y habitares en ella, y dieres :
Pondré rey sobre mí, como todas las
gentes que están en mis alrededores»,
15 Sin duda pondrás por rey sobre tí
al que Jehová tu Dios escogiere: de
entre tus hermanos pondrás rey « sobre
tí;»': no podrás poner sobre tí hombre
extre^jero, que no sea tu hermano.
16 ^ Empero que no se aumente ca-
ballos?, ni haga volver el pueblo á E-
gipto para acrecentar caballos r : porque
Jehonk os ha dicho. No procnraieis vol-
ver mas por este camino «.
17 Ni aumentaxA para sí mi^eres, por-
que su corazón < no se desvie : lü plata
ni oro acrecentará para sí en gran copia.
18 5 Y será, cuando se asentare sobre
el souo de su reino, qne ha de escribir
pan sí en un libro un traslado de esta
ley, del original de delante de los sacer-
dotes Levitas :
19 Y lo tendrá* consigo, y leerá en
él todos los dias de su ^da, para que
aprenda á temer á Jehová su Dios, para
guardar todas las palabras de aquesta
ley, y estos estatutos, para ponerlos por
obra:
80 Pan que no se eleve su conzon
sobre sus nermanos, ni se aparte del
mandamiento á diestra ni á siniestra •*;
á fin que prolongue su» diasy en su
reino, él, y sus li^os, en medio de Is-
rael.
CAPITULO XVII I.
Derechos «b los saeerdoUs y Levitas. Prokfbi-
ekm de toda suerte de sufersUeUmes. Pro-
mesa del Mesías ¡ y «orno sslusde diteerntv
M frqfeta «erdotiaro dA falso.
LOS sacerdotes Levitas, toda la tribu
de Leví, no tendrán parte ni here-
dad con Israel : de las ofrendas encen-
didas á Jehová*, y de la heredad de él
comerán h,
8 No tendrán pues heredad entre sus
hermanos : JAová ct su heredad, como
él les ha dicho.
8 Y Y este será d derecho de los sa-
cerdotes ffue rsttbirán del pueblo, de los
ane ofrederen m sacrifieio buey, ó cor-
dero ; daiáa al sacerdote la espalda, y
las qñ^adas, y él cuajar*.
4 Las primicias de tu grano, de tn
/Oap^mii
Na. 85. tt
Mat.18.14
Jnjuí 8. 17.
3Gor.l.<t.L
lTliB.a.li
HaKiaa
«Hedi.7JS,
60.
4 Mal. 3. 7.
i Ku. 15. %
08.4.4.
{Hekia2&
Cap. U.&
"•Cl»p.U.U
»18an.8Ji,
19.».
•lBBaL9.15,
17.
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PJer. a&2L
1 1 Bey. la
36,^
•-Is-SLl.
Bl17. U.
'Csp.2&6g.
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3,4.
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» Pro. 10. 27.
•OBp.1019:
Nii.18.9aL
S1C0F.9.U.
14.
•lev. 7. 80,
84.
DECTEBOMOinO, UX, XZ.
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^Jr^.^lr^^^
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DEUTEBQNOMIO,
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•Nah.13.Sr.
34.
•Cap. 34.1.
/Okp. 38.80.
F Ja««, 7. 1.
ANn.8S.0.
• 3 Bara. 30i
19.3S.
tL0T.9B.4i.
48.
IKn.8L7,».
"JMa3.8.
•C»p.7.1,4.
Kn. 21.3,8,
88.
J(M.U.14.
• Gap. 12. 80,
8L
Bx. 38.88.
8aL10«.84,
4a
1ÜWJ&88.
r J«r. & &
eonlMÚr, UecnáM el Mecrdute, y ha.
blaxfc al pueblo,
8 T lea dliA : ^e, Inad, Toaotvoa oa
Júntala boj en batalle eontn Tocetna
enemigoa: no se ablande vueatiD eora-
xon.no temaia.nooaazoreU,nitairitiooo
oa acealenteia odante de ellcia ;
4 Que JdioTá Tucatro Dloa anda con
▼oaotroa para pdear por Toaotroa oontia
Tueaferoa enemigoa, para aalvaraa.
A Y T loa ofidalca hablarán al pncUo,
diciendo: ¿Quién ha edificado caaa nn.
eva, 7 no la ha estrenado*? VaTa» j
yuclTase á au oaaa, poique quln no
muora en la batalla» y otro alguno la
estrene.
0 ¿ T «lolen ha plantado vifia, t no ha
hecho común uso de día'? Vaya, y
vudvaae & au eaaa, porque qniaá no mu-
era en la batalla, y otro alguno la goce.
7 ¿ Tqnicn se ha desposado con mujer,
y no la na tomado? V aya, y Tuelvase 4
su eaaa «, poique quizá no muera en la
batalla, y algún otro la tome/.
8 Y tomarán loa ofidalea á hablar al
pueblo, y dirán: ¿ Quien ea hambre me-
droso, y tierno de oorason? Vaya y
▼urivate á su casa#, y no apoque el co-
rason de sus hermanos como su oorazonA.
O T será, que cuando loa oficiales aca-
baren de hablar al pueblo, cntdnees los
capitanes de los ^érdtos mandatán de-
lante del pueblo.
10 ^ Cuando te aoereaxes á una ciudad
para combatiila, le intimarás la pax •'.
11 T será fua si te respondiere, Fas, y
te abriere, todo el pueblo que en día
fliere hallado te serán tributarios, y te
servirán*.
18 Mas si no hiciere pea oontigo, y em-
prendiere contigo guerra, y la cercares,
18 Luego que JdtioYá tu Dios la en-
tregare en tu mano, herirás á todo TBran
suyo á filo de espada/.
14 Solamente las mujeres j los nifioa, y
loa animalea, y todo lo ^ ue hubiere en la
ciudad, todoa sus deapojoa, tomarás paza
ti : y oomeráa del despejo de tus enemi-
gos, los cuales Jdiorá tu Dios te en-
tregó"».
16 Asi harás á todas las ciudades que
estuvieren muy MJos de tí, que no ñieren
de las ciudades de eitas gentes.
18 Empero de las ciudades de estos pue-
blos que JdioTá tu Dios te dá por here-
dad, niuguna persona dejarás á vida» ;
17 Antea áA todo loa destruirás: al
Hetthéo, y al Amorrhéo, y al Cananéo,
y al Phereiéo, y al Hevéo, y al Jebuséo;
como Jéhová tu Dios te ha mandado:
18 Poraue no os enseften* á hacer
según todas sus abominacioaas, que ellos
hacen á sus dioses, y pequéis contra Je-
bová vuestro Dios.
19 ^ Cuando pusieres oetoo á alguna
ciudad, pdeando contra ella muchoa dias
para tonuuria, no deitruyaa su arlwleda
metiendo en ella hacha, porque de ella
comerás; y no la talarás, que no es hom-
bre el árbol del campo para venir contra
ti en el cerco.
90 Mas el árlwl que supieres que no es
árbol para comer, lo dñtruirás y lo ta-
larás; y construye baluarte contra la^
ciudad que pelea contigo, hasta aq}uz-
garla.
CAPITULO XXI.
Ltym tdbn dhomMéUo oetito; tobnlafiMier
eatMva: tobr» d prím^gíntt», y «I Mfo in-
tornMUí y nHm lo» «mdáom» át U» ain^
CUANDO fuere hallado en la tierra,
que JehoTá tu Dios te dá para que
la poseas, aigun muerto echado en tü
campo, y no se supiere quien lo hirió.
f Entonces tas aneianos t tos Jueeca
aaldzán, y medirán haata las otudadea
que eaUtn al rededor áA muerto :
8 T será rae los ancianos da aqodla
ciudad, de la dudad mas ceroana al
muerto, tomarán de la vacada una be-
cerra que no haya servido, que no haya
traidoyugo;
4 T los ándanos de aquella ciudad
traerán la becerra á un vdie áspero, que
nunca haya sido arado ni sembrado, y
cortarán d peaeuexo á la becerra allí en
el Talle.
6 Entonces vendíanlos sacerdotal h|joa
de Leví; porque á ellos escogió Jdievá
tu Dios poca que* le sirvan, v para ben-
dedr en nombre de Jehovft, yb por d
dicho de dios se determinará todo pldtD,
y toda llaga*.
6 Y todoa los leianoa de aquella el-
ndad maa cercana d muerto lavarán'
aua manos sobre la becerra degdlada en
d valle:
7 Y protestarán, y dirán: Nnestna
manos no han derramado esta sangre,
ni nuestros qjos lo vieron.
8 Expía á tu nueblo Israd, d ooal
redimiste, dt Jenová, y no imputes la
sangre inocente* dsmmada en medio
de tu pueblo Israd. Y la sangre les
9 Y tu quitarás la eufae i» uangn ino-
cente/ de en medio de tí, cundo hi-
cieres lo que <* reoto en los c^ de
Jehová.
10 ^ Cuando saUeves á la guerra con-
tra tus enemigos, y Jehová tu Dios loe
entregare en tu mano, y tomares de
dloa cautivos,
11 Y vieres entre los caatÍTOs dgwiM
mv^er harmoaa, y la oodidarea, y la to-
marea para tí por mi^er,
18 La meterás en tu caaa ; y día raerá
su oabeía, y cortaiá sus ufias,
18 Y se quitará d vestido de su eauti-
veilo, y quedaráse en tu casa: y llorará
á su padre v á su madre d tiempo de
nn mes ¡ y después entrarás á día, y tá
serás su marido, y día tu mujer.
14 Y será, d no te agradare, que la
has de dqaz en su libertad; ynola ven-
derás por dinero^, ni mercadearás ooo
día, por cuanto la afligiste.
16 ^ Cuando un hambre tuviere doe
na^ae», la una amada*, y la otara abor-
recida, y la amada> v la aboeredda le
parieren hijos, y d hgo primogénito fb-
ere de la aborrcdda,
16 Será gw d dia que Ugíck heredar
á sus hijea lo que tuviere, no podrá dar
d derecho de primogenitnra a los idjpB
de la amada en preteenda d hijo de la
aborrecida, fu« e« el primogénito:
17 Maa d hijo de la s&orredda re-
conocerá* por primogénito, para darle
dos tantea oe todo lo que w hallare que
tiene : porque aqud es el prindpio de
su fuerza, el derecho de la primogeni-
tnra ea suyo iL
18 ^ Cuando alguno tuviere h^o con-
tumaz y rebelde, que no obedeciere á
la voz de su pa^ ni á la vos de su
madre», v habiéndolo castigado*, no
les obedeciere,
19 Entónoes tomarlo han su padre y
su madre, y lo sacarán á los anctanoe die
su ciudad, y á la puerta del lugar suyo,
90 Y dirán á los ándanos* de la d-
udad ! Este nuestro hijo es oontumas y
rd>elde, no obedece á nuestra voa j es
glotoni» y bonacho.
SI Entonces todos loa hombrea de su
ciudad lo apedrearán con piedras, y mo-
rirá; ad quitarás d md de en medio de
tí, y f todo Israel oirá, y
• Oan. la I
loTas.»
• Ku. 6. f»,
37.
• Cap. 17. 8
10.
<BaLS6.&
Mat. 27.91
'aBey.lU
jon^rn
/O^klSLll
31.8.
*Gen. 30.11
90L
• Oes. 38.31
*lCr.6.1J
48.8
■*sz.aok.ii
ProwSOLU
•Pm.u.94
yl9Ll&
•09. 35.]
y3B.X9.3l
C Cap. 13. i
11.
I
33. 3L
Oor.&U
Laso.
imuTjsKoyoiiio, xxn, xxm.
iLaitfL
6aLS.13.
1MB.1S.&
IIjev.SXB.
'Ch|x.4.40L
ni
lUfcia.37.
ILR.19L19.
kl«*.lSLlSl
flS Cuando ob ilgono habió* pecado
de Motondarde mvetto, ^or al que hay»
de morir, y le habiA* colgado en un
M Ho eatari m ooexpo par la noche an
él madero, mas sin filta lo entamráar
ei mHiPo dia, porque maldición de Diot
w d colgado: y no' cootamlnaráa tu
tierrat que Jebo^ tu Dioa te dá po*
bendad.
CAPITULO XXII.
Forüu Inm tobr» la caridad «om d frítale,
y MMM gáUmrno en ku/amiltaf.
NO vcKÉe d buey de tu hermano, 6
so. cordero, pódldoa,; te retirarla
de eiloa : predcamente lea Tolveráa a tu
hermano*.
t Y al tu hermano no ftiere tu Teoino,
é no 1* GoooeleNt, loa reoogerás en tu
caaa, yeataxin oonttgo haata que tu her-
mano loa bnaqua, / te loa devolverat.
8 Y aaf haria de au asno, asi haiia
también de iu veatido, y lo miamo haráa
eon tada cosa perdida de tu hermano
que ae le perdiere, j t4 la haUarea i no
podiAa retraerte da eBo.
4 No TerAa el asno de tu hermano, o
aa buey, oaidoa en el camino, y te ea-
ooadcdia de dloak : con él haa de pn>.
eorar levantarlM.
A Y No veatirá la mtqerháUtodehem-
bm, ni el hombre Testli& ropa de mujer i
poraue abominackm e* k JehovA tu Dioa
enaJquiera que eeto hace.
9 ^Cuando toparea en el camino aigum
nido de ave en cualquier ftrbol, ó sobre
la tionac, «ai» poUoa ó huerca, y eatuvi-
ere la- madre echada sobre los pollos, d
aobre loa huevea, no tomes la madxe con
h» hijos':
7 D^aráa ir & la madre, y tomaráa loa
poUoa para ti ; p«a oue te vaya Uen*,
y prolonguea tus dlaa/.
8 Y Cuando editicarea caaa nuera, ba-
ria pretil á tu terrado, porque no pon-
g«y aaogie en tu caaa, ai de él cayere
alguno.
9 ^ No aembraiAa tu ^fla de varias
aemillaa*, porque no se deprave la pie-
■itDd de la semSla que semblaste, y el
ftttto de la viña.
10 No azaráa cen buqr y con amo Jun-
tamente'.
11 No te veatbrAa de mistura de lana y
Uno Juntamente *.
19 Y Hacerte haa fleooa enl loa cuatro
caboa de tu manto con que te cubrieres.
13 Y Cuando alguno tomare mt\)er, y
-- de haber entrado & ella la abor-
14 Y le pusiere algunas fitltaa, y eapar.
elere aobre ella mala fama, y dijere :
Bata tomó por mujer, y llegué & ella, y
no la hallé yítgm :
15 Sntónoea éí padre de la roosa y su
madm tomaxin, y sacarán la* «eilalet d«
la virginidad de la doñeóla A loa ancl«
anoa déla ciudad, en la puerta.
Id Y dirfr éí padre de la moza & loa
mfl^t^wu» : Yo <fi mi h^a á este hombre
por moler, y él la aborrece;
17 Y né aqui él la pone uehaa de al-
gunas cosas diciendo : No he hallado tu
14Ja virgen. Bmpero hé aquí Uu teñalt»
da la Tiñinidad de mi l^ja : y extende-
lÉa la aálnina ddante de los ancianos de
lacindad.
18 Botteoes loa atidanoe de la dudad
linnr«-*«t al hombre, y lo eastlgaiAn ;
18 Y le han de práar en den ft»o$ de
piata^ loa euales darán al padre de la
mexn, por evento espardó mala fiuna
'aohrv vBgen de Israel : y la ha de tener
Km«4er, y no podxA despedirla en to-
an* dlaa «.
10 Maa ai eate Mgodo fué verdad, que
■o ae httbloe hallado virginidad en la
mosa,
ti BMiJnoaa la aaoaain & la puerta de
teeaaa de su padre, y la apedrearán con
piedraa loa hombrea de au dudad, y mo*
lirá ; por cuanto hlao vileaa en Israel»
fomicwodo* en caaa de au nadre: aat
qnltaráa el mal de en medio ae tí^.
88 ^ Cuando ae sorprendiere & alguno
echada oon mv^Jer caaada con marido,
cntramboa morirán t, <1 hombre que ae
aooató oon la mv^, y la mujer mfoma ;
aai qnitaráa d mal de Israd.
88 Cuando ftaere mota virgen'* dcapo-
aada con alguno, y alguno atn la hallare
en la dudad, y se echare con ella,
24 Entonces los sacaréis A ambos & la
puerta de aquella dudad, v les apedre-
aréis con piedras, y moxlrán ; la moia
E Dique no dio voces en la dudad, y el
ombre parque humilló A la mi\jer de
su nnJgimo: aai quitarás él mal de en
memo de tí *.
85 ^ Mas si el hombre halló una moca
desposada en el campo, y él la agarrare,
y se echare con ella, morirá sdo d hom-
bre que oon eUa se habrá echado:
86 Y A la moza no harás nada } no ti-
ene la mosa culpa de muerte: porque
como cuando nlp>"" se levanta contra
su pnJiJimo, y le quita la vida, asi c«
87 Porque él la halló en d campo, dio
Tooes la mora desposada, y ao hubo
quien la valiese.
88 5 Cuando alguno hallare mora vir-
gen, que no fuere desposada, y la tomare
y se echare oon ella, y ftieren hallados *,
80 Bntóncea el hombre que se echó
con ella dará al padre de la mosa cin-
cuenta panw (|e plata, y ella seíA su mu-
jer, por cuanto la humilló : no la podrA
de^>edir en todos aus dias.
ao 5 No tonuoA alguno la migcr de su
padreo, ni descubrirá el regazo* de su
padre.
CAPITULO XXIII.
Varia» Imu d* foUHa $o¡>n exelruion da la
tongregaeton : pnhStUitm d» la Hawa^ f
tabre eumpUmiefUo de voto».
NO entraxA en la congregadon de
JdiovA el que fuere quebrado, ni
el castrado a.
8 No entraiA baataidob en la oonsre-
gacion de JehovA ; ni aun en la décima
nmaraclon entxazA en.lu congregadon de
JdWTá.
8 No entrarA Ammoiüta ni Moabita
en la coügregacion de JdtovAc; ni aun
en la décima generación entrará en la
congregación <w JehovA para siempre :
4 Por cuanto no os salieron A recibir
con pan j agua<( al camino, cuando tá«
liatais de E^pto, y porque dqniló con-
tra ti A Balaam, hUo de Beor de Pethor
de MeaepotamU de Sirta, para que te
mald^ese*.
5 Mas no quiso JehovA tu Dios dr A
Bdaam ; y JehovA tu Dioa to volvió la
maldición en bendición/, porque Jeho-
vA tu Dios te amaba.
6 No procurarás la paz de dios ni su
bien g en todos los dlaa para siempre.
7 No abominarás al Idiunéo, que tu
hermano es A. No abominarAs al Egip-
cio, que extranjero flilsta en su tiena >.
8 Loa h^os que naderan de eUos, A la
tercera generación entrarán en la con-
gregadon de JdMvA*.
9 Y Cuando salieres A campaaa con-
tra tos enemigos, guárdate de toda cosa
mala'.
10 Cuando hubiere en ti dgune guano
•Gea.8i.7.
Jae&a0.6,
IOl
98a. 18. 18,
18.
• Lev. SL 9.
'Cap. 18. 8.
«I«T.80klOb
37.
Bs.2S.48,
4B.
J«aB8.8.
Habla. 4.
•-KatLlS,
19.
■vaaSUSL
ICorT&a.
18.
<Bt.82.16,
17.
•Cap. 37 J».
Lev. 18.8.
TáO.11.
1 Cor. 8. 1,
18.
"Bat.8.9.
BS.1&8.
•Lev. 11.17,
n.
> Zae. 9. e.
•Nek.l8J,3.
Loo. 1. 10.
ilCBpk8 3li
•Sit.tt8.
/Mia6.6.
fBai.9.1».
*0«a. 36.84,
as.
Ab.10. 18.
Ual. 1. a.
<Cap.l0.19.
x^aa.aL
vas. 9.
Ler. 19.84.
k Bam.8.a9,
80.
BC81S.
t Joa. 8. 18.
A.C14SL
DEUTEBONOHIO, XXiV, XXY.
A.C14SL
?1B*.W1&
«3hcSS.Sl.
fLeT.19.».
«Gflii.19.4A
asar. 28.7.
Bom.l.a7,
as.
(Bl.a2.ss.
Lar. as. 86,
87.
Veh. 6.2,7.
8aL15.6.
Si. 18. 847.
T92.ia.
I<iic.0.8t,
8S.
« Cap. 16. 8.
«C»p.lS.10.
«50.80.2.
Be. 6. 4, 6.
•SikLfl6.18,
14.
yU6.U.
"liat.ia.1.
flwre limpio por aocideata de neclw,
nldfáM éei campo, 7 no «ntzará en
él».
11 T Miá fM al dedinar de la taidc te
lavaiá ooD agua, y» coaado ftiere piiaato
•I lol, entran en el campo.
18 Y tendrás nn lugar fuen del rcal> y
saldrás allá fuera.
18 Tendrás también una estaca entre
tus armas ; j será, que cuando estuvi-
eres ain fuera, caTarás con ella, j ltt«go
al Tolverte cubrirás tu excremento :
14 Porque Jehová tu Dkw anda por
medio de tu campo* para librarte, y en-
tregar tus enemíns delante de tí : por
tanto será tu real santo ; porque él no
▼ea en ti cosa inmunda, y se vuelva de
en pos de tí.
16 ^ No entregarás á su sefior el sierro
(|ue se huyere á tí de su amo^.
16 More contigo, en medio de tí, en ei
lugar que escogiere en alguna de tus ei-
Qdades, donde bien le estuviere : no le
harás fuerza 9.
17 ^ No habrá ramem de las h^as de
Israel r, ni habrá sodomítioo de k» h^os
de Israel'.
18 No traerás precio de ramera, ni
precio de perro á la casa de Jehová tu
Dios por nbgun voto ; poruue abomina-
ción es á Jdiová tu Dios así lo uno como
lo otro.
19 ^ No tomarás de tu hermano t lo-
gro de dinetD, ni logro de comida, ni
uigro de cosa alguna de que se suele
tomar.
90 Del eatrafio tomarás logro» ; mas
de tu hermano no lo tomarás, porque te
bendiga Jehová tu Dios en toda obra de
tus manos* sobre la tierra á la cual en-
tras para poseerla.
81 5 Cuando prometiera voto á Je-
hová tu Dios, no tardarás en pagarlo y ;
porque ciertamente lo demandará Je-
ho^ tu Dios de tí, y habría en tí pe-
cado.
88 Mas cuando te abstuvieres de pro-
meter, no habrá en tí pecado.
88 Guardarás lo que tus labios pro-
nunciaren, y harás, como prometiste á
Jehová tu Dios, lo que de tu voluntad
hablaste por tu boca •.
84 5 Guando entrares en la Tifia de tu
Srójimo, comerás uvas hanta saciar tu
eseo ; mas no pondrás en tu vaso.
86 Cuando entrares en la mies de tu
prójimo, podrás cortar espigas con tu
mano • ; mas no aplicarás iiox á la mies
de tu prdjimo.
•Mi«.6.&,
82.
y 10. 7.
IJv.S.1.
CAPITULO XXIV.
ttyti aatrea dd repudio, y otras á» TMnumi.
dad eon io» deudorea pobrtg, lo» oxtran^trot,
lo» hutr/ano», y la» vivida».
CUANDO alguno tomare mi^er y se
casare con ella, si detpue» no le agra-
dare por haber hallado en ella alguna
oosa torpe, le escribirá carta de repudio,
y se la entregará en su mano*, y des-
pHi^^"* de su casa.
8 T salida de su casa, podrá ir y ca-
sarse con otro hombre.
8 Y «i la aborreciere aqueste último, y
le escribiere carta de repudio, y se la
entn^are en su mano, y la despidiere
de su casa; 6 si muriere el postrer hom-
bre eme la tomó para sí por m^er,
4 No podrá su primer marido, que la
despidió, volverla á tomar para que sea
su miqer, después que ñié amancilla-
da h ; porque e» abominación delante de
Jdiová, y no has de pervertir la tierra
que J^ová tu Dios te dá por heredad.
6 5 Cuando tomare algiuio mi^er nu-
eva, no saldrá á la guerra, ni en nmgima
otra ooease le ocupará* t Ubre
su casa por un an>, para almiar «fi á
SQ miiier que tomA.
6 ^ No tomarás en prenda la muela de
molino, ni la de ab^jo ni la de «niba;
poroue weria prendar la vida.
7 1 Cuando fuere hallado alonno que
hi^a hurtado persona de sus beimanoa
los hijos de Israel, yd hubiere merca-
deado con ella, ó la nubiere vendido, ti
tal ladrón morirá, y quitarás el mal de
en medio de tí «.
8 % Guárdate de llaga de lepra, obser-
vando dUigentemcnte, y haciendo scgm
todo lo que os enaefiaren loa sacerdotes
Levitas t cuidaréis de hacer/ como les
he mandado.
9 Acuérdate de lo que hlio Jehová tu
Dios á Mariay en el camino, después
que salisteis de Egipto.
10 ^ Cuando dieres á tu prójimo al-
guna oosa emprestada, no entrarás en
su casa para tomarle prienda:
11 Fuera estarás, y el hombre á quien
prestaste te sacará uuera la prenda.
18 Y si fuere hombre pobre, no ducc-
mas con su pienda :
13 Precisamente le devolvoás la pren-
da cuando el sol se ponga*, para que
duerma en su ropa, y te bendiga: y*
te será jusüoia* delante de Jehová tu
Dios.
14 5 No hagas agravio al jornalero po-
bre y menesteroso, asi de tus hermanea
como de tns extraiúeros que eitan en ta
tierra en tus dndades^
16 En BU dia le darás su Jornal, y no ae
pondrá el sol sin dárselo ; pues es po-
bre, y con él sustenta su vida : porque
no clame contra tí á Jehová, y sea en ti
pecado.
18 5 Lm padres no morirán por toa
hijos, ni los nljos por los padres ; cadaw
imo morirá por su pecado.
17 5 ^° torcerás el derecho áA pa«-
grtaio y dd hnerftno; ni tomarás por
prenda la ropa de la viuda» :
18 Mas acuérdate que fbiste siervo en
Egipto •, y de allí te rescató Jehová tu
Dios : por tanto yo te mando que hagaa
esto.
19 5 Cuando segares tu mies en ta
campo, y olvidares alguna gavilla en «1
campo, no volverás á tomarla : para el
extrai^ero, para el huérAuto, y para la
viuda será^i porque te bendiga JdioTá
tu Dios en toda obra de tas manos.
80 Cuando sacudieres tus olivas, no
recorrerás las ramas qm« Mat tras tí:
para el extranjero, para d huérfimo, y
para la viuda será.
81 Cuando vendimiares tu viña, no
rebuscarás tras tí: para el extraiuero,
para el huérfano, y para el la viuda será.
89 T acuérdate que fuiste siervo en tier-
ra de Egiptof: por tanto yo te mando
que bagas esto.
CAPITULO XXV.
Le^i» para bi rteta admimUlraeiom dt JutU-
áat para fot H kcnaaao m eam eo« la
viuda dt nt Mrmaao; para («e Im wmfrftlee
»tan/mtta»j y pora {»« aeon «wt»t «ifamlm
io» ^maléeUa».
CUANDO hubiere pleito entre algn-
nos, y vinieren ajuicio, y los Juzga-
ren, y absolvieran al justo, y condenaroi
el inicuo*,
8 Será fue si él ddincuente mereciere
ser azotado, entonces el Juez lo bazA
echar en tierra, y haiále azotar delante
de sí, según su delito, por cuenta^.
8 Uarále dar cuarenta azotes, y ao
mase: no sea que, si lo hiriere con
muchos azotes á mas de estos, se envi-
lezca tu hermano delante de tv» qjos.
•Oap. 19.11
/I«v.XIII
yXIT.
'Ha. 12.11
«a Bey.»
S.6.
2 Gr. 36.'
Jv.Sl.S(
BB.lB.9a
••Bz.a2.a
9(7.
Jar. Sa. É
Km. 7.1a
1ULS.&
•Gap. 16.1
JuCLKSl.
DEUTEROKOMIO. ZXVI, ZXVIL
A.C.14ÍL
' 1 Cbr. A. O.
13.1».
Iine.90.a8.
/GeB.8S.&
hlén.-a.U,
Ib.4S.10l
IÍk.«.U.
17.i^
llz.17.14.
lEa.]i^a.
i«.uiia.
4 Y No pondxái bocal «1 Inicgr onando
trillaxe^.
A ^ Cuando úlguaot henaaiK» catuvl-
oen juntot, j muxicfe alguno de aUo»,
7 no toTlere hl¡Ot la migar del muerto
so aa caaaiA ftiafa con hombre cattrafio :
su cofiado entraiA á día* t la tomaiá
por su mi^er, y baiA oon aUa tal paren-
teeco«.
8 Taert, fve el nimogéntte «loe pariere
eltaf te lerantara en nombre de tu her-
mano el mverto/. porque el nombre de
cate no sea raido de laraely.
7 T «i el hombre no qnisiere tomar á
sa cuñada, irá enttfaioes la euflada su]»
A la puerta á loa anótanos, j dirá: Mi
eafiaoo no «lisre saseltar nombre en
Isnel á su normano ¡ no quiere em-
patentar oomnigo.
8 Entonces los ancianoa de aqudla du-
dad lo harán Tentar, y haUaian oon él :
y «< él te leramare, y dijere. No quien»
tomarla,
9 Ue^uráse cntéooes su callada á él
delante de los ancianos, y le desealxazá
el zapato de so pie, y escupiíAle en el
roatro, y hablará, y din : Ail será hecho
al Taran que no edificare la casa de su
hermano*
10 T su nombre será Ihuooado en Imel,
I>a easa del descalcado»
11 ^ Cuando algunos rlfioren juntos el
uno con el otro, y llegare la mujer del
ano pan librar á ca marido de mano
del que le hiere, y metiera tu mano y
le trabare de sus Tergüenaas,
U I<a oortaráa entonces la mano : no
ia perdonará tu «Jo.
18 Y No tencbrás en tu boUa pesa
grande y pesa chioaA.
14 No tendrás en tu cata epha grande
y epha peqneiVo.
lA Fesaa cumplidas y justas tendrás;
epha eabal y justo tendrás': pan que
tna días sean prolongadoa sobre la ticna
que Jdiová tu Dios te dá.
16 Porque abomlnaoi«m es á JdioTá tu
moa cnalquien que hace esto, cualqtdera
que hace agnvlo.
17 ^ Acuérdate de loqoete hlso Ama-
lee en el camino, cuiuado salisteis de
JBgipCe*:
18 Que ta salid al eamino, y te dasha-
lató la retaguardia de todos loa flacos
que lAan detoas de ti, cuando td utahat
canaado y tnba^ado; y na temió á Dios.
19 Será pnes, caaádD JdutYá tu Dios
te hnUere dado reposo de todos tus ene-
mlaoa al rededor, en la tiem que Jéhorá
tn IHoa te dá por heredad pan que la
|Ma raerás la memoria de Amalee
o del cielo' i no te olvides.
CAPITULO XXVI.
^ qmUnm f eámo iébt haetrtt la ifnnda. 4k
los ait»mo9 y pritnieia» át ¡ot/mtoéi y ftM
MhaMd$reiervar para lo$ poltra.
Y SERA qme cuando hubieres entrado
en la tiem que Jdiová tu Dios te
dá por heredad, y la poseyeres, y habi-
tarcaeiella,
8 Entdnces tomarás de las primicias*
de todos los frutos de la tlem, que saca-
rea de tu tlem que Jefaová tu Dios te
dáy y lo pondrás en un canastillo, é irás
al higur que Jehorá tu Dios escogiere
para nacer habitar allf su nombre.
8 Y UepKás al sacerdote que ftiere en
aqndlce dlaa, y le dirás : Beoonosoo hoy
A Jdková tn Dios que he entrado en la
tienra que jur6 Jehová á nuestros padres
qne ik* habla de dar.
4 Y* el saoerdole tomará d canastillo de
ta mano, y pondxálo delante del altar de
JdioTá tu iMoa.
i Eaténeai haUatás ydllás: Un Stxoh
á punto de vareoer flié al padre, d end
descendió a Egipto», y peregrinó dlá
oon poooi homtina¥, y aUi credo en
gente «ande, ftierte y numeroaa :
6 T UM Egipdos nea mdtrataroa, y
nos afligieron, y pusieron sobre noaotros
dan servidumbre «.
7 T damaaioa á Jdkorá Dios de nuea-
tros padres ; y oyó Jdiová nuestn to^,
y Tió nueytn aflicción, y nuestro tnUOo,
y nuestn opresión :
8 T sacónos Jehová de Egipto^ con
mano ftierte, y oon braso eatóidldo, y
con grande eapanto, y con sefldet, y con
mllasroB*;
9 Tts^Jeáos áeste lugar. y diónos cata
tierra, tierra que fluye Tache y mid •'.
10 X ahon né aquí he traUo las pri-
miciaa dd fruto de la Üem que me
diste, ah Jehorá. T lo daiaráa ddante
de Jehová tu Dio*, é indinarte has de-
lante de Jdiorá tu Dloa*.
11 Y te dcgrarási oon todo d bien que
Jehová tu IMos te hablen dado d M y á
tu casa ; tii. y el Invita"», y d extran-
jero que uta en medio de ti.
19 1 Cuando hublerea acabado de-dlei-
mar todo d« dleamo de tna frutos en d
afio ternero, d afio del dlecmo*, darás
también al Levita, d eatnu\jero, al
fanérfioM», y á la viuda, y coBMiáa en
tos villas, y se saeiarán.
18 T dirás ddante de Jehová tu Dios :
To he saoado lo consagrado de mi casa,
y también lo he dado d Levita, y d
eattaqjefo. y d hoérftno, y á la viuda,
conforme á todos tus mandamientos que
me ordenaste» no hetrasoasado tos man-
damientos, ni me he dvldado d« tUoa:
14 No he comido de eBo en mi luto^,
ni he saoado de dio en Inmnndioia, ni
de ello he dado pan mortuorio : he obe-
decido á la Toa de Jehová mi Dios, he
heeho eoafcime á todo lo que me has
mandado.
15 Mira deade la monda de tu santi-
dad, desde d ddo, y bendice á tn pue-
blo Israel, y á la tlem que nos has dado,
como juraste? á nuestros padres, tierra
que fluye leche y mid.
16 ^ Jdiová tu Dios te manda hoy que
cumplas estos estatutos y dereohos: cui-
da púas de ponerlos por obra oon todo
tu oaraion, y con toda tu alma.
17 A Jdiová has ensaliado hoy pon
que te sea por Dios, y para andar en sus
caminos, y pan guaroar sus estatntoa y
sus mandamientos, y sus doradlos, y
pon oír su tos i
18 Y Jehová te ha ensdsado hoy pan
que le seas tu peculiar pueblo**, como d
te lo ha dicho, y pan que guardes todos
sus mandamientos :
19 Y pan ponerte alto sobre todas las
gentes que hiso, pan loor, y fiona, y
gloria; y pan que seas pueblo santo* á
40MiTá tu Dios, como él na dicho.
CAPITULO XXVII.
Ordaaq Mci^m tdfuMoqtte potado W JofiaU
trifo mm akar ae pudras y ou» en loa ptor
áriu M meriban lot mamianumk» da laUf.
Hito para btndeetr á lo» jtw lo$ oburoen, y
pora wHirir 4í«t tra»»greaere$.
Y MANDO Mdses, con los ándanos
de Israel, al pucMo, diciendo : Guar-
darfis todos loa mandamientos que yo os
prescribo hoy.
9 Y será que el día que pasarela el Jor-
dán* á la tlem que Jdiová tu Dios te
dá, te has de levantar piedras grandes,
laa cudes revocarás con cd s
8 Y escribirás en días todas las pala-
bras de esU ley i, cuando hubieres pe-
sado pan entrar en la tlem qne Jehová
19
»aea.S&S.
Ob.1S.IS.
*Gea.4ft.lA
«11:1.1144.
/Ss.II,IU.
IV.
faz.is.sr.
718.8, 14.
'kCsfká.Si.
fcPn.&9.
iOip.lS.r.
yl&ll.
"•10te.SlIJ.
•I4w.sr.80i
Na. la. 91
•G»p.l48E^
80.
^Lsv.r.SOl
Oa9.4
U.
yS8.9.
Tlt.a.U.
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7 HiUlcii •! T» nih^n «
Y Ki díSáS.i' "dS ™^
^ Kbn r¡ UdBI MtU DUl^claDH, J
KHSHlrH han bHtaqcfl poncu,
HIuílÍJdinlfiirlhiMi'i n Uim
CHil.
DKUTKHONOMIO, XXVHL
XG.1IU.
«ch|iLsa.sa
>- Jcr. U. 4.
7M.9L
«18.4.
rSz.9.9.XL
' Jer. 4^ a.
* Ja. 8. JO.
• Am. S. 11.
1IÍC6.1&
(SO.
«r.
Jer. & 17.
iSBej. 17.
7M.I3.
f»7-
%Cr.S3.]l.
7SLC.I7.
&1C.
ai«.i.ib
AS Bar- M.
Ua.1.».
xn.
U.
lf«^12.1S.
«■.S^Ut.
de tas encmi^Mf : por oa ouniao «ti.
drá« á eU(M, 7 por «ete oamiiiM boiiát
delante de elloi : j tetéñ lacadido 4 lo*
dos los reinos de la tíamr.
26 Y seri tu cneipo tnaeito por co-
mida á toda ave del oido, j bestia de la
tiexn, 7 no halnú quien Ut* espante.
97 JehoT& te herüri de la plaga de K-
gipto<, 7 con almonanas «, 7 oon sama,
7 con comezón de que no puedas ser
corado.
S8 Jdiovi te heriE& con locura, 7 oon
ceguedad, 7 $on pasmo* de corazón.
SO Y palparás al medio diajr, como
palpa el c£ego en la obscuridad, 7 no
seria proqiarado en tus caminos: 7
nunca aeras sino opiimido 7 robado to.
dos los dias, 7 no habrá quien te salve.
ao Te desposarás con moiac, 7 otro
▼axon dormirá oon ella : edificázás ca-
sa*, 7 no habitarás en eUa: plantarás
Tifia,7 no ]^ Tendimiarás*.
81 Tu bu« seiá matado delante de
tos ojos, 7 tu no cómelas de él: tu asoo
•era antebatado de delante de ti, 7 no
se te devolverá: tas ovejas serán dadas
á tus enemigos, 7 no tmdrá9 quien te
las rescate.
88 Tus t4)os 7 tos hi}as serán entre.
gados á otro pueUoi, 7 tus qjoa lo ve-
rán, 7 desEtlleoerán por ellos todo el
dia : 7 no habrá fuena en tu roano.
83 la fruto de to tiena 7 todo tu tra-
bi^o comerá pueblo que no oonociste;
7« nunca serás sino oprimido 7 quebran-
tado todos los días.
84 Y enloquecerás á causa de lo que
verás oon tus qjos.
85 Hetirte lut Jéhová oon maligna
pdstula en las rodillas 7 en las piernas,
sin qne puedas ser curado : aun desde la
planta de tu pié hasta tu monera.
86 JebovA llevará 4 tí 7 á tu rev, que ^
bobéeres puesto sobre ti, á gente que no
ooDooiste td ni tus padres, 7 allá ser-
virás á dioses ágenos, al palo 7 4 la
piedsa<^
37 Y s«rás por pasmo, por templo, 7
por &bttla, á todos los pueblos á loe
coales te llevará Jehová.
86 Saoanás mnoba simiente al campo,
7 cogerás poco/; poique la langosta L»
conaiuniFáf.
86 Plantarás vlflas, 7 labrarás ,* mas ao
beberás vino ni cogerás udm, porque él
gnsano les cometa.
40 Tendrán olivas en todo ta término ;
mas no te nngliás con el aceite, porque
to aceitona se caerá.
41 i^jos 6 hilas engendrarás, 7 no se-
rán para ti, porque ina en cautiverio K
48 TTeda tu arboleda 7 el fruto de tu
tierca caasomiiá la langosta.
48 El eztraqjero que ettará en medio
de ti sttbir4 sobre tí mu7 alto, 7 tii serás
puesto mu7 baioi.
44 £1 te peesüvá á ti, 7 td no prestarás
4 él*: él será por cabeza, 7 td seráspmr
45 Y vendrán sobre tí todas estasl mal>
dldones, 7 te perseguirán, 7 te alcanza-
rán basta que penecas •> ; poe cuanto
no bafarás afennido 4 la ves de JdaeTá
ta Dk», para gnardar sus maadamien-
toa 7 sos estatutos, que él te mandé:
4S Y tetan en ti por selkal v por SL.
villa. 7 en Cu jrttniaate para si¿iine.
47 Por enanto no serviste á Jehová tu
IXoe oon al^gria, 7 oon gozo de cora-
par la abnadaaaia de todas las
48 Servirás mnr tanto 4 tus enemigos»,
que attviare Jebov4 conora ti, con bam-
bcej» y oon sed, 7 oon desnudez, 7 con
da todaa las cosas: 7 él pondr4
7Ugo de hiann sobra to endloff,
destruirte.
48 Y Jehov4 traerá sotee ti gente de
lejos •-, dd cabo de la tierra, que vuele
oomo águila, gente* cu7a lengua ao en-
tiendas;
fio Gente fiera de rostro, que no ten.
drá respeto al anciano, ni perdonará al
niliof:
Al Y comerá el firuto de ta bestia 7 él
Iknto de tu tlerm, basta que perezcas : 7
no te d^laiá grano, ni mosto, ni aceite,
ni la cria de tus vacas, ni los rebaflos da
tus ovciJas, hasta destruirte.
fiS Y te pondrá cerco en todas tus dn-
dades u, hasta oue caigan tus mnrok al-
tos 7 encastÜladoB, en que td confias, en
toda tu tierra : te cercará pues en todas
tus «iudades 7 en toda tu tierra, qtie Je-
hová to Dice te habi4 dado.
68 Y comerás el fruto de tu vientse, la
eame« de tus hijos 7 de tus hyas que
Jehová tu Dios te dio, en el oeeco 7 en
el apuro con que te aagustlar4 tu ene-
migo.
64' Kl hombre tteme en tí, 7 el ma7
delicado, m q)o seíA maligno para oon
su hermano, y pan con la mujer de su
seno, 7 para oon el resto de sus i4|os que
leqoediven.;
65 Para no dar á alguno de ellos de la
oarae de sus hijos, que él comerá, por-
que nada le habrá quedado en él cerco,
7 en el apuro con que tu enemigo te
oprimirá en todas tus ciudades.
68 La tierna 7 la ddioada entra vca-
otroa, qne nunca la llanta de su pié
probó á sentar sobre la tierra, de ter-
nuiB 7 déUoadeza, su ojo sesá laaUgno
para con el marido de su seno, 7 para
con su h^o, 7 para con su 14)a,
57 Y para een su chiquita que sale de
entre sus pies, 7 para con sus l^Jos que
parieref ; pues les cernerá eaecodida-
mente«, á JEalta de todo, en el cerco 7 en
«1 «poro e«n que tu enemigo te oprimirá
en tos ciudades.
68 81 no cuidares de poner por obra
todas las palataras de aquesta 1C7, que
están escruas en este libro, temiendo
este nombre glorioso 7 terrible*, Ja-
HOVAh TV Diese,
60 JdioTá aumentará maravUloaamente
tos plagas, 7 las plagas de tu simiente;
plegas grandes v estables, 7 enSermeda-
des muiffaas 7 anraderas^
60 Y hará volver sobre ti todos los
males de Egipto, delante* de loa cuales
temiste, 7 se te pegarán.
61 Aalmismo toda enüermedad, v toda
Slaga, que no está escrita en el libro
e esta le7, Jehová la enviará sobre tí,
hasta qne tu seas destruido.
68 Y quedaréis en poca gente/, en lo-
gar de haber sido como las estrella» del
délo en multitud 7, por cuanto no obe.
deciste 4 la voz de Jehová tu Dios.
63 Y será, que oomo Jehová se gocé
sobre vosotros pera haceros bien, 7* pa-
ra multtpUearos, asi se gozaná Jehová
sobre vosotros para arruinaros, 7*' para
destruiros; 7 sñéis ananoados de sobre
la ticaa, 4 la cual entráis para po-
seerla.
O* Y Jehová te espardrá por todos los
puebloaA^ desde d un cabo de la tierra
hasta el otan cabo de ella; 7 allí servirás
á dioses agenoa que no ctmociste td ni
tus podres, al lefio 7 4 la piedra.
66 Y ni ann entre las mismas gentes
descansarás, ni la planta de tu pié ten-
drá reposo ; que auí te dará Jmwá oo-
laaen temeroso, 7 caimiento de ot)ea» y
tristeza de alma ;
06 Y tendrás tu vida ooaio colgada de>
<Jer.».U.
*- Jer. & 16.
7t>9i.a>
'Lan.4.1».
0S.&1.
(SCr.aiLlT.
ls.47. «.
«aBay.ae.
1.4.
la. 1.7.
"Lav.a&a».
Jar. 1». ».
Lsm.Xao.
74.10.
ris. 40.16.
o Bal. m. 9.
tBz.«.a,s.
Bal. 8S. 18.
•Bz.90.a.
BsLfiar.
<DBa.».ia:
• a«i 7. 16.
/ NelL. 7. 4.
Ib. 1.0.
* Cap. 80. 0.
lar.^41.
< Fro. 1. 36.
la. 1.34.
iliev.96.88.
Heh.1.8.
Jer. 1& 18.
Ieai7.
1.11.16,
17.
A.ai«i.
DEUTEBONOMIO, XS3X, XSX
A. C. 1461
I Job 7. 4.
•Ot.8.U.
j9.t.
«0BP.17.I&
•o»p.s.a,8.
y7.M.
*Is.«8.17.
Jiuyi8.48.
4 0ftp>8.4.
'Bx.16.85.
64L78.34,
26.
/0»l».XS3.
78.1.
lfn.2LaS,
8S.
rG«p.8.ia.
Ka. 32. 88.
A20r.8S.lS.
▼ 84.29,82.
Keli.8w2.
» J(M. 9. 21,
27.
iMah.l0.2».
< Gap. 28. 9.
■*az.9.7.
■G6B.17. 7.
7M-S.4.
72a.l8.1&
lama de tí, y ettarte taneroM d« noehe
7 de dia, y no confieiás de tu vida.
97 Por la maftana dliái : f^piea dieía
fliew la tarde! Y 4 la tarde diréa : <^-
endierafueMlamaflana'l por d miedo
de tu corazón con que ettaiM amedran-
tado, y por lo que TeíAn tus ojea.
68 Y JeboTá te hará tomar á Egipto «•
en navíoa, por el camino del cuu te ha
dicho». Nunca mai TOlveréis: y allí le-
réis Tendido» 4 Tootroa enemíffM por
«■clavot y por ewlaras, y no habm quien
M compre.
CAPITULO XXIX.
RHmnam loa ItnuUtat «I JurammUo óé M
aUoNM am Díom, TerrObi onummat etm-
trato» ftuta g^ubrtrntan.
ESTÁN jon la* palabra* del pacto,
que Jehová mandó 4 Moiae* con-
certara con lo* hUo* de Inrari en la
tierra de Moab, adema* dd pacto que
concertó con ello* en Horeb •.
9 f Molaes pue* llamó 4 todo Iciael,
y dyole* : Vnotro* babel* visto todo lo
que JdioT4 ha hecho delante de vuestros
cío» en la tierra de Egipto 4 Pharaon, y
4 todo* sus ilarn», ya toda su tierra ;
8 La* pruebas gnmdfls que vieron tus
ojos, las seflales, y las grandes mara-
villas b.
4 Y Jdiorá no os dio corazón pan
entender, ni ojos para ver, ni oidoa para
oir, hasta el dia de hoye.
5 Y yo os he traído cuarenta afios por
el desierto : vuestros vestidos no se han
envc^ido sobre vosotros, ni tu zapato
se ha env^ecido sobre tu piéif.
0 No habéis comido pan *, ni bebisteis
vino ni sidra, para que supieseis que yo
aoy Jehová vuestro Dios.
7 Y llegasteis 4 este luinr, y salió Se-
bón, rey de Hesbon, y Og, rey de Ba-
san, delante de nosotros para pelear, y
herimoslos/:
8 Y tomamos su tierra, y dímosla por
heredad 4 Rubén y 4 Oad, y 4 la media
tribu de Manasséy.
9 Guardarais pues las palabras de este
pacto, y las pondréis por obra, para que
prosperéis en todo lo que hideras.
10 5 Vosotros todos estáis hoy delante
de Jehov4 vuestro Dios ; vuestros prín-
cipes de vuestras tribus, vuestros ao-
ciaaca, y vuestros oficiales, todos los va-
rones de IsraelA;
11 Vuestros niflos, vuestras mi^eres, y
tus eztrai^Jeros que habitan en medio de
tu campo, desde el que corta tu lefia
hasta el que saca tus aguasa:
18 Para que entres en ei pacto de Je-
hov4 tu Dios, y en su Juramento*, que
Jehov4 tu Dios acuerda hoy contigo :
18 Para confirmarte hoy por su pue-
blo i, y que él te sea 4 ti por Dios, de la
manera que él te ha dicho, y ■• como él
Juró 4 tus padres Absaham, Isaac, y
Jacob».
14 Y no con vosotros solos acuerdo yo
este pacto, y este Juramento,
U Sino con los que están aquí presen-
tes hoy con nosotros delante de Jehov4
nuestro Dios, y con los que no están
aquí hoy con nosotros.
18 Porque vosotros sabéis cómo habi-
tamos en la tierra de Egipto, y cómo
hemos pasado por medio de las gentes
que habéis pasaao ;
. 17 Y habéis visto sus abominaoicHies, y
sos Ídolos, madera y piedra, plata y oro
que tUnen consigo.
18 Quiz4 habr4 entre vosotros varón
ó mujer, ó fiuniUa ó tribu, cuyo corazón
se vuelva hoy de con Jehov4 nuestro
Dios, por andar 4 servir 4 los dioses de
aquellas gentes: qniz4 habrá en Toa-
otros raix que eche veneno y a)ef^« :
19 Y sea, que cuando el tal oyere laa
palabras de esta maldición, él se ben-
diga en su corazón diciendo: Tendré
paz, aunque ande s^^un el pensamiento
de mi corazón, para afladír la emlni-
aguez 4 la sed^.
90 Jehov4 no qnerr4 perdonarle ; an-
tes t hnm«[r4 luego el ftaror de Jehová
y su zelc sobre el tal hombre, y asen-
taráse sobre él toda maldición óórlta en
este libro, y Jdbová raená su nosnbre de
delNdodridelo'.
91 T apartarálo Jdiová de todas laa
tribus de Israel para mal, conforme á
todas las maldiciones del pacto escrito
en este libro de la ley.
99 Y dirá la generación venidera, vu-
estros h^os que vendrán después de vos-
otros, y <d eztnu^ero que vendrá de le-
janas tierras, cuando vierea las plagas
de aonesta tierra, y sus enfermedades de
que Jehová la hizo cnftsmar,
98 (Aamibe y sal< será, abrasada terá
toda su tierra; no será sembrada, ni
prodacir4, ni crecerá en ella verba nin-
guna*, como en la suversion de Sodoma
y de Oomorra, de Adma, y de Seboim ',
que Jdiová subvirtió en su fturor y en
su ira:)
24 Dirán oues todas laS gentes : Por
qué hizo Jenová esto á esta tienta ?* <^ué
ira es esta de tan gran furory ?
95 V responderán : Por cuanta dejaron
él pacto de Jehová el Dios de sus pa-
dres, que él concertó con ellos cuando
los sacó de tierra de Egipto,
98 Y fueron y sirvieron 4 cÚoscs ágenos,
é inclin4ron8e 4 ellos ; dlose^ que no co-
nocían, y que ningima cosa les habían
dado.
97 Encendióse por tanto el f^imr de
Jehov4 contra esta tierra, para traer
sobre día toda* las maldiciones escritas
en este libio*:
98 Y Jehová los desarraigó de su ti-
erra con enojo, y con salla, y oon furor
grande*, y los echó á otra tierra, como
aparece hoy.
99 Las cosas secretas perteiueen á Je-
hová nuestro Dios b : mas las reveladas
$on para nosotros y para nuestros h4oa
por siempre e, para que cumplamos to-
das las palabras de esta ley.
CAPITULO XXX.
XI Miar te reeoneOiará aími» día eoe tm
puMo. ProUatafimddóMoiiee.
Y 8 ERA que, cuando te sobrevini-
eren todas estas cosas, la bendición
y la madicion que he puesto delante de
tí, y volvieres á tu corazón en medio de
todas las gentes 4 las cuales JAová tu
Dios te hubiere echado «,
9 Y te convirtieres á Jehová tu Dios&,
y obededeies á su voz eonfbrme 4 todo
lo que yo te mando hoy, til y tus hi-
jos, con todo tu corazón y con toda ta
alma,
8 Jehov4 también volver4 tus cauti-
ves, y tendrá misericordia de tí, y tór-
nala á recogerte de todos los pueblos,
á los cuales te hubiere esparcido Jehová
tu Dios e.
4 81 hubiere* sido arrojado hasta el
cabo de los cielos, de allí te recogerá
Jehová tu Dios, y de allá te tomará «.
A Y volverte ha Jehová tu Dios á la
tierra que heredaron tu* padres, y la
poseerás ; y te haza bien, y te mult^-
cara mas que 4 tus padres.
6 Y circuncidará Jehová tu Dios ta
corazón*, y él ooracon de tu simiente,
para que ames á Jehová tu Dios con
• Hethiaij
''IB.S8.19
Bam.a.&
«SaL79.I
•-BaL74.1
• OapL 9. U
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1 Cor. 1.1
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•Lev.98L4
lBe7.8;4
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Jer. 98L1
18.
XB.6.9L
ya6.Sl.
siB.4&r.
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• J«r.S9.l
etc.
Bs. 86.91
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IBUn lobliii poi ddbhScM^Í
J» PrDUaLOM t^' qo* d« cMd ptfB-
á Ol^ni tBblH
c tau ¿añado «b» vülv, pumo* no
A.C.14&1.
DEUTEBONOMIO, JXXtt,
A. C. 14A
•Jaa.1.6.
•2Be7.23.8.
eÉB.
i220r.84.24.
«Cap. 80. 19.
i B»L 73. 6.
Is.S6.1041.
Hie.fi. 7.
eBaia8.2,4a.
li £c 8. 14.
•4al. 99. Ifi.
/Bx.4.2a.
o Hedí. 17.
29.
*Oen.ll. &
•' Bi. 19. 6.
S«L1S5.4.
tM. 78.71.
/ 0»p. 8. 15.
Jer. 2. 6.
Oi.18.fi.
•CM.I7.8.
Zm.2. 8.
•Bx.19.4.
•Gen. L2.
P la. 68. 14.
«8aL8Ll«.
83 Y dM óidte 4 Joaoé, hijo de Nim,
j dijo: Egfliénate, y anÍ0iate'> quettf
meliraáa los h^oa de Israel en la tieira
que les juré, y yo seré contigo.
84 ^ T como acabó Moisés de escribir
las palabras de esta l^cn un Ubro, hasta
concluirle,
85 Mando et mismo Moisés á los Leritas
gite llevaban el axoa del pacto de Jeiiovi,
diciendo:
98 Tornad este libro de la ley, y ponedlo
al lado del arca del pacto de JehovA
Titestro Dios, y esté allí por testigo con*
tsatí*.
27 Porque yo conozco tu rebelión, y tu
eerriz dura : hé aquí que aun TiTiendo
Ío hoy con Tosotn», sois rebeldes á Je>
>oT&, ¿y cuanto mas después que yo
fiíere muerto ?
fi8 Congregad á mi todos los ancianos
de vuestras tribus, y á vuestros oficiales,
y hablaré en sus oidos estas palabras, y
llamaré por testigos contra ellos los cielos
ylatieRa&.
Sft Porque yo sé que después de mi
muerte ciertamente os eerromperéis, y«
os apartaréis del camino que os ne man-
dado ; y que os ha de venir mal en los
postreros aiaa<', por haber hecho mal en
ojos de Jehová, enqjandole con la obra
de vuestras manos.
80 5 Entonces habló Moisés en oídos
de toda la congregación de Israel las
palabras de este cántico, hasta acabarle.
CAPITULO XXXII.
COntieo profitieo de ííoite$ anUt» d» morir,
oué M eomo «» compendio de ia Uy, y de
toi moHvoM de su oheñvaneia.
ESCUCHAD, cielos, y hablaré; y oiga
la tierra los dichos de mi bocaa.
5 Goteará como la lluvia mi doctrina,
destilará como el rocío mi raaonamlento,
como la llovizna sobre la grama, y como
las gotas sobre la yerba b.
a Porque el nombre de Jehová invo-
caré, engrandeced á nuestro Dios.
4 El é» la Róeac, cuya obra es per-
fecta'; porque todos sus caminos eon
rectitud : Dios de verdad, y ninguna faii-
quidad en él ; es justo y recto».
6 La oorxupcion no ei suya : á sus h^os
la. mancha de ellos, generadon torcida y
perversa.
6 ¿ Así pagáis A Jehová, pu^lo loco é
ignorante ? ¿ No es 01/ tu padre que te
pos^ó ? El te hizo, y te ha organizado.
7 Acuérdate de los tiempos antiguos,
considerad los aüos de generación y
generación: pregunta á tu padre, que
el te declaraxá ; á tus vi^os, y dios te
dirán.
8 Cuando el Altísimo hizo heredar á
las y gentes, cuando hizo dividir los li^os
de los hombres A, estableció los ténninos
de los pueblos según el niimero de los
h^os de Israel.
9 Porque la parte de Jehová et su pue-
blo ; Jacob • la cuerda de su heredaa ¿.
10 Hallólo en tierra de desierto, y en
desierto lioníble y yermo: trájolo al
rededor^, instruyólo, guardólo como la
ñifla de su ojo «>.
11 Como el águila » despierta su nidada,
revolotea o sobre sus pollos, extiende sus
alas, los toma, los lleva sobre sus plu-
mas:
19 Jehová solo le guió, que no hubo
oon él dios ageno.
13 Hízole subir sobre las altivas de la
tierxaj», y comió los finitas del oampo, é
h^ que chupase miel de la peñay, y
aceite del duro pedernal :
14 Manteca de vacas, y leche de ovq}as,
con grosura de coxdños, y omeiot de
Basan ; también naohei de eabif o, coa
grosura de riflones de trigo : y aaogre de
uva beiriste, vino puro.
16 T eagxósd Jeshumn |, y tiró coces ;
eiuordártete, engrasástete', cubristeCe :
y dejó al Dios que le hizo, y menospreció
la Rooa de su salud.
16 Despettánmle á zelos* con los diosu
ágenos, ensafláronle con abominacionea.
17 Saeiifiean» á los diablos', no A
Dios ; á dioses que no hablan conocido,
á nuevos dioeet venidos de cerca, que no
habian temido vuestros piídtes.
18 De la Rooa que te crió te olvidaste ;
te has olvidado del Dios tu criador*.
19 T viófo Jehová, y encendióse en ira
porel menosprecio de sus hiy» y de ana
80 T dUo : Esconderé de ellos mi roa-
tro, veré cual eerú su postrimería : t^ne
son generación de perversidades, h^os
staifii.
81 Ellos me movienm á zelos oon lo qn»
no e« Dios ; hiciénmme ensafiar oon sos
vanidades : yo también los moveré á zeloa
con «npMUofue no e* pueblo, con gente
insensata los lúué ensaflar*.
82 Porque fueso se encenderá en mi
furor, y jr arderá hasta él profundo; y
devorará la tierra y sus fimtos, y abra»
saiá los fundamentos de los montes.
88 Yo allegaré males sobre ellos ; em-
plearé* en ellos mis saetas.
84 Consomidos ««rdn de hambre, y
comidos de fiebre ardiente, y de amarga
pestilencia: diente de^ bestias enviaM
también soinre ellos, oon veneno de ser-
pientes de la tierna.
25 De fuera desolará la espada, y den-
tro de las cámaras el espanto, aaib al
mancebo como á la doncella, al que
mama como al hombre cano.
86 Dije : eeharialos yo del mundo, haria
cesar de entre los hombres la memoria
de ellos,
87 Si no temiese la iza del enemigo :
no sea qae se envanezcan sus adversa-
rios, no sea que digan : Nuestra mano
alta ha hecho todo esto, no Jehová.
88 Porque aom gente de perdidos conse-
jos, y no kau ca ellos entendimiento.
89 Qjálá nierau sabios, ju« ■compran-
dieran esto«, y entendieran su postri-
mería't
80 i Como podria perseguir uno á mil,
Ídos haxisn huir á diez mil«, si su
oca no los hubiese/ vendido, y Jdtová
no los hubiera entregado ?
81 Que la roca de ellos no «v como
nuestray 'Roca, y nuestros enemigos «esa
¿««00 Jueces.
89 Porque de la vM de Sodoma «« la
vid de ellosA, y de los sarmientos de
Oomorra: las uvas de ellos «oa uvas
ponzofiosas, racimos muy amargos tie-
nen.
88 Veneno de dragones ei su vino, y
ponzoña cruel de áspides • .
34 ¿ No tengo yo esto guardado*, sella-
do en mis tesoros P
35 Mia es la venganza i y el pago al
tiempo que su pié vacilará»: porque el
^Ua de su aflicdon mM cercano^ y lo qne
les está preparado se apresura».
36 Porque Jehová juq^acá 4 su pueblo,
y por amor de sus siervos se arrepentirá",
cuando viere que la flwrza pereció, y qna
no han guardado, mas desamparado.
87 Y dbát i Donde •tía» sus dioses j»,
la roca en que se guarecían,
88 Qne oomiaa el sebo demisMBtificios,
bebían el vine de. sus lükacloaes ? leván-
tense, que os ayuden, y os defiendan.
88 Ved ahora que yo, yo soy, y no ikoy
diosss oonnigoir : yo hago aoorfir, y yo
I SI rede.
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JOSUÉ, I, IL
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NlV.IS.
Jaee.l.ie.
aCr.38.1&
G«B.ia.7.
rcftpLS.aB,
V.
' Mtt 17. S.
A.aii5L
•Dra. 8Í.5.
»Ez.ai.is.
«Den. 11.34.
•iG4D.16.18.
Ex. as. 81.
Na. Sé. 2,
' Sen. 7. 3A.
/Cftp.8.7.
7 8.27.
«Dea.81.M>
He1>. 13. &
& Den. SL 7,
33.
Si: 6. 10.
aiiiD.s.1.
f8ia.i.x
ifcCM>.S.S.
bra d« Piíga» qiw cifd enfirante de Je-
lioó* : j mostróle JAowk toda la tiexn
de Oalaad harta Dan,
2 T á todo Nephtali, y lit tierra de
Ephraim, j de Manaaté, toda la tienra
de Judá huta la mar pobrera ;
8 T la parte meridional, j la oampafia,
la Tegade Jericó, dudad die las palmas^,
haaUSoar.
4 Y diy>lt JehoT& : Eeta e* la tierra de
quee Juré & Abraham, & Isaac, y Jaoob,
oiciendo : A tu simiente la daré. Hétela
hecho ver con tos ojos, mas no panrÉs
allá^.
5 Y Y murió alli Moisés, stervo de
Jehorá, en la tierra de Moab, oonftnme
al dicho de Jdu>v4.
6 Y enterrólo en el ndle, en tieira de
Moab, enfirente de Beth -peor ; y ninguno
supo su sepulcro hasta hoj '.
7 Y era Moisés de edad de ciento j
Teinte a&os cuando murió: sus ojos
w oeeurecienm, ni penJló «a
▼igor/.
8 Y Uoraroa los hijos de Israel 4 Molaea
en los campos de Moab treinta dlas^: y
así se cumplieron los dias dd Horo del
Into de Moisés.
9 Y Y Josué, h»o de Nun, Ji$i lleno
de espíritu de sabtanría, poique Moiaca
habla puesto sus manos sobre él : y
los hHos de Israel le obedecieron *.
é hicieron como JehorA mandó á
Moisés.
10 5 ^ nunca mas se levantó profeta
en Israel como Moisés, & ^nien liaya
conocido JehorA cara h can *,
11 En todas las sefiales y prodigioat
que le cutíó Jébork k hacer en tierra de
Eeipto h Pharaon, y á todos siu sierros,
y a toda su tienra,
18 Y en toda aquella mano esforzada.
y en todo el espanto grande que canso
Moisés á ojos de todo IttmAK
/Jim.U.1
AH1I.S7.1
EL LIBRO DE JOSUÉ.
CAPITULO I.
jútmUa d Smor a Jomtt d la eonfiMa át la
tttrra d» promUinm: y Jomif av%iaui pnMo
qm» le prevenga para potar el Jwéaa. pr^
AtHdo d» Uu friXme de BiOen y de Oad, y la
medía trílm de JlíanaitL
Y ACONTECIÓ después de la muerte
dea Moisés, sierro de Jtíutrkm que
JehoTá habló a Josué, tújo de Nun,
ministro i de Moisés, diciendo:
8 Mi lierro Moisés es muerto ; lerin-
tate pues ahora, y pasa este Jordán td,
y todo este pneMo, a la tienra que yo les
doy á los hijos de Israel.
8 Yo os he entresado, como lo habla*
dicho á Moisés, todo lugar que pisare la
planta de vuestro pié :
4 Desde el desierto, y este libano hasta
el gran rio de EuArates, toda la tierra de
los Hethéos hasta la gran mar del poni-
ente del sol, serA vuestro término'.
6 Nadie te podrá haoer frente en todos
los dias de tu vida«: como yo fui con
Moisés, seré contigo/: no te d^aré, ni
te desampararé^.
6 Esfuérzate ptie* y sé valiente : porque
tü repartirAs a este pueblo por heredad
la tierra, de la cual Juré á sus padres que
la daria á ellos.
7 Solamente jiie te esftierzes, y seas
muy valiente*, para cuidar de hacer
conibrme á toda la ley, que mi siervo
Moisés te mandó : no te apartes de ella
ni k diestra ni á siniestra, para que seas
prosperado en todas las cosas que em-
prendieres.
8 El libro de aquesta lej nunca se
apartará de tu boca; antes de día y de
noche meditarás en él s para que guardes
y hagas conforme á todo lo que «n él está
escrito: porque entóncerharás prosperar
tu camino, y todo te saldrá bien.
9 Mira que te mando que te esfüerzes,
y seas valiente: no temas ni desmayes,
aue J^ová tu Dios eerá contigo en
le quiera que ftieres.
10 ^ Y Josué mandó á los oficiales del
pueblo, diciendo :
11 Paisad por medio del campo, y man-
dad al pueblo diciendo : Prevenios de
comida, porque dentro de tres dias pa>
saréis el Jordán*, pan que entréis á
poseer la tierra que Jehová vuestro Dios
os dá, para que la poseáis.
18 También habló Josué á los Rubeni-
tas, y Oaditas, v á la media tribu de
Manassé, diciendo :
18 Acordaos de la palabra qne Moiaet,
siervo de Jehová, os mando* diciendo :
Jehová vuestro IHos os ha dado reposo,
y os ha dado esta tierra.
14 Vuestras mujeres, y vuestros nifios,
y vuestras bestias, quedarán en la tierra
3tte Moisés os ha dado de esta parte del
ordan ; mas vosotros todos los valientes
y fuertes pasaréis armados delante de
vuestros hermanos, y les ayudaréis,
15 Hasta tanto que Jehová haya dado
reposo á vuestros nermanos como á to-
BOtros, y que ellos también posean la
tierra que Jehová vuestro Dios les dA :
y deepuee volveréis vosotros á la tierra de
vuestra herenda, la cual Moisés, siervo
de Jehová. os ha dado de esta parte del
Jordán hacia donde nace d sol, y la
poseeréis.
10 Entonces respondieron á Josué di-
deudo: Nosotros haremos todas las cosas
que nos has mandado, ó iremos á donde
quiera que nos mandares.
17 'De la manara que obedednus 4
Moisés en todas las cosas, así te obede-
ceremos á tí : solamente Jdwvá ta Dioe
sea contigo, como fué con Moisés "*.
18 Caa^[tdera que ftiere rebelde á ta
mandamiento, y no obededere á tes
palabras en todas las cosas que le man-
dares, que muera : solamente te esltacr-
scs, y seas valiente».
CAPITULO II.
j;«Wa Joeuí doe eaplaradoreí A Jeried y su
tetrüorioi loe eñatee meondUoe par Jlo-
koft, «imímm aoIvM ai aawjMMsaia.
Y JOSUÉ, h^o de Nun, envió desde
Sittim dos espías secretamente •,
didendoles: Andad, reconoced la tierra,
y á Jericó. Los cuales fHieron, y entrá-
ronse en casa de una mujer ramera, que
se llamaba Rahab b, y posaron allí.
8 Y filé dado aviso al rey de Jericó,
diciendo: Hé aquí que hombres de loa
hijos de Israd han venido aquí esta
noche á espiar la tierra.
8 Entonces el rey de Jericó envió 4
decir á Rahab : Saca ftiera los hombree
que han venido á tí, y han entrado en tu
casa ; porque han venido á espiar toda
la tierra.
4 Mas la mujer habla tomado los doa
hombres, y los habla* escondido ; y di-
jo : Verdad fjue hombres vinieron á mi,
mas no supe de donde eran :
8 Y al cerrarse la puerta, riendo ym
Heb.8.8,
* Cap. 4.1
«Gap. 7. 1
A.CU5
< Gap. 331
Kii.83.9
IBey-l-l
•ver. 8,7
10Br.l«;
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»1Iaft.l.
Heb.ll.
«28ikI7.
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I-
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JOSUÉ, ni.
A.C.ltfL
1.15,
▼ 28. «7.
Dra. xas.
711.35.
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»C^S.l.
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4.».
1&
'I«v.]9l11.
13.
Ste.S.1.
y* 7.
'0^.6^1
>¥niILlB.
escun»» eacM hombres ie ■alieron, y no
sé adonde se ban ido : seguidlos apriesa,
qu« los alcanzarais.
6 Mas éUa los haUa hecho subir al
terrado, j habialos escondido entre tas.
00a de lino qae en aquel terrado tenia
poestos'.
7 Y los hombres fueron tías ellos por
tí. camino del Jordán hasta los vados : 7
la puerta ñté cerrada después que siúi.
eron los que tras ellos iban.
8 Mas antes qoe ellos durmiesen, ella
cabio á ellos al terrado, y díioles :
9 8é que Jdiorá os ha dado esta ti-
erra ; porque el temor de vosotras ha
caído sobre nosotros, 7 todos los mo-
radores del país están desmajados por
cansa de vosotros «.
10 Porque hemos oido que Jehová hizo
secar las aguas del mar Berm^o de.
lante de vosotros, cuando salisteis de
Bgipto/, y lo que habéis hecho á los
do* Ttjei de los Amorrhéos, que esta-
ban de la parte aM del Jordán, Sáxan
y Ogj, 4 los cuales habéis destruido y.
11 Oyaido esto, ha desmayado nuestro
corazón A ; ni ha quedado mas espíritu
en alguno por causa de vosotros : porgue
Jdiová vuestro Dios es Dios aznba en
loa cielos, y abi^o en la tierra '.
Í9 Ruegoos pues ahora me juréis por
JéhoTá, que como he hecho mlserloordia
con -vosotros, así la haréis vosotros con
la casa de mi padre, de lo cual me da-
léis una señal cierta A :
18 Y que salvaréis la vida á mi padre y
A mi madre, y á mis hermanos y her*
manaa, y & todo lo que es suyo ; y que
libraréte nuestras vidas de la muerte.
14 Y ellos le respondieron : Nuestra
sdma será ptnr vosotros hasta la muerte,
si no denunciareis este nuestro negocio :
y cuando JdiovA nos hubiere dado la
tíenra, nosotros haremos contigo miseri*
oordia y venlad.
15 Entonces ella los hizo descender con
ana cuerda por la ventana: poique su
casa estaba a la pared del muro, y ella
Tívia en el muro :
16 Y dejóles : Marchaos al monte, por.
que los que ftieron tras vosotros no os
cneuentien, y estad escondidos aOÍ tres
diasa hasta que los que os siguen hayan
voelto ; y después os iz^ vuestro ca-
mino.
17 Y ellos le dijeron : Nosotros seré.
nioa desobligados de este juramento',
con que nos has conjurado, ai ttta ma-
18 Hé aquí, cuando nosotros entrare.
OKM la tierra, td atar&s este cordón de
grana á la ventana por la cual nos das-
cdgaate : y tií Juntarás en tu casa á tu
pacbre y tu madre, tus hermanos, y toda
la üunilia de tu padre».
19 Cualquiera que saliere fuera de las
puestas de tu casa, su sangre será sobre
ni cabeza, 7 nosotros terámo» sin culpa.
Maa cualquiera que se estuviere en casa
oont^, su sangre terA sobre nuestra
cabesa, si mano le tocare.
50 Y si td denunciares» este nuestro
negocio, nosotros seremos desobligados
de esto tu juramento con que nos has
jnramentado,
51 Y ella respondió : Sea así como ha.
beia dicho. Luego los despidió, y se fu.
enm : y ella ató tA cordón de grana á la
ventana.
OS ^ Y caminando ellos llegaron al
monte, y estuvieron allí tres dias, hasta
qu« los que les seguían se hubiesen vu-
cito : y los que k» siguieron, buscaron
por todo el camino, mas no loi hallaron.
S3 Y tomándose los dos varones des.
oendleron del monte, y pasaron, y vinl.
eron & Josué, hijo de Nun, 7 contáronle
todas las cosas que les hablan aconte,
ddo;
94 Y dijeron á Josué : Jehová ha en.
tragado toda la tierra* en nuestras ma.
• ; y también todos los moradores del
pais están desmayados delante de nos-
otros.
CAPITULO III.
JCI puMo de Imratl, pnetdido dd orea, pata
dJordam.
Y LEVANTÓSE Josué de maflanft,
7 partieron de« ffittim, 7 vfaiieron
hasta el Jordán, él 7 todos los hijos de
Israel, y reposaron allí antes que pa-
sasen.
9 Y pasados tres dias, los oficiales atra^
vesaron por medio del campo >,
8 Y mandaron al puetuo diciendo:
Guando viereis el arca del pacto de Je-
hora vuestro DÍos«, 7 los sacerdotes j
Levitas que la llevan d, Tosotros parti-
réis de vuestro lugar, 7 marcharéis en
pos de ella.
4 Empero entre vosotros 7 ella ha7a
distancia como de la medida de dos mil
codos: 7 no os acercaréis á ella, á fin
Sue sepáis el camino por donde habéis
e ir : por cuanto vosotros no habéis pa-
sado antes de ahora por este camino.
5 Y Josué dUo al pueblo* : Santifícaos,
porque Jehová ha» mañana entre vos-
otros maravillas.
6 ^ Y habló Josué á los sacerdotes
dioioido : Tomad el arca dd pacto/, 7
pasad delante dd pueblo. Y ellos toma-
ron el arca del pacto, 7 ftieron delante
del pueblo.
7£nt(faioes Jdiovádi)oáJosué: Desde
aqtieste día comenzaré á hacerte grande
delante de los ojos de todo Israel 9, para
que entiendan que como fUÍ con M<nses,
así seré contigo*.
8 Tii pues mandarás á los sacerdotes
Íue llevan el arca del pacto, diciendo :
mando hubiereis entrado hasta el borde
del agua del Jordán, pararéis en el
Jordán ■'.
9 Y Josué dijo á los hijos de Israel :
Libaos acá, 7 escuchad las palabras de
Jehová vuestro Dios.
10 Y anadió Josué: En esto oonooerAs
que el Dios viviente* está en medio de
vosotros, 7 que él echará de delante de
vosotros al Oananéo, 7 al Hethéo, 7 al
Hevéo, 7 al Pherezéo, 7 al Gergeaéo, 7
al Amorrhéo, 7 al Jebuséo i :
11 Hé aquí el arca del pacto del Se-
ñoreador de toda la tierra» pasa el Jor-
dán delante de vosotros.
12 Tomad pues ahora doce hombres de
las tribus de Israel, de cada tribu xmo«,
18 Y cuando las plantas de los pies
de los sacerdotes que llevan el arca de
Jehová, Señoreador de toda la tierra,
fueren asentadas sobre las aguas del
Jordán, las aguas del Jordán se parti-
rán : porque las aguas que vienen de
arriba se detendrán en un montón ».
14 ^ Y aconteció que partiendo el pue-
Uo de sus tiendas, para pasar el Jordán,
7 los sacerdotes delante del pueblo lle-
vando el arca del pactoj»,
15 Cuando los que llevaban el arca en-
txaron en el Joroan, así como los pies de
los sacerdotes que llevaban el arca fue-
ron mojados á la orilla del agua, (porque
el Jordán suele reverter sobre toaos sus
bordes todo el tiempo de la siega*,)
16 Las aguas que venían de arriba se
pararon como en un monten bien lejos
de la ciudad de Adam, que ettA al lado
de Sarthanr, 7 las que desoendian á la
mar de los llanos, al mar salado*, se
•Csp.n.41
• Oap.&L
» Oap. L 10,
•110.11X88.
•<Dea.&.9,
8&.
'Osfkr.is.
Bz. 10.10.
14.
Kn. 11 18.
18a.l«.&
Job 1. 6,
Joeia.l«.
Jaaair.l*.
/K11.4.I&
' Cap. 4. 14.
iCr.W.».
aCr.1.1.
* Cap. 1. 0.
i ver. 17.
il>Ba.8.S8.
]iUt.l«.U.
1 Tea. 1.9.
fBz.8ft.aL
Den. 7.1.
8aL44.S.
•Ib. 64. 6.
Hie.4.18.
Zse. 4w 14.
y&&
o Sal. 114. 8.
l>Jsr.&16.
Beb.0k4.
91Cr. 11.15.
Jer. la. «.
y 4D. 1».
«-lBeT.4.1S.
y7.46L
«Dea.&17.
A.GL1461.
JOSUÉ, IV, V.
A.c.Ma
( Ex. 14. a».
*vMr. 21.
Ex. 18. 14
DBa.e.aoL
eBLM.1.
778. 3, «.
16.
• Bx. 34. i.
IBey.l&SL
d Cap. 3. 18.
* ¿Ta. «a. 90,
/Gkp.8.7.
f Xx 14. 8L
18a. 12. 18.
1 Bey. 8. 28.
n.
acabaron j faenm partidas ; j el pueblo
pa*ó en derecho de Jeiicó.
17 Mas ios sacerdotes que Ueraban el
arca del pacto de Jebovi, estuvieron
en ' seco, firmes en medio del Jofdan,
hasta que todo el pueblo hubo acabado
de pasar el Jordán; j todo Israel pasó
en seco.
CAPITULO IV.
Y CUANDO toda la gente hubo aca-
bado de pasar el Jordán, JehOTÍ
habló á Josué diciendo :
2 Tomad dü pueblo doce hombres, de
cada tribu uno,
8 T mandadles diciendo : Tomaos de
aqoi del medio del Jordán, del lugar
donde están firmes los pies de los sa>
cexdotes, doce piedras, las cuales pasa-
rais con Tosotros, y las asentarais en el
alejamiento donde habéis de tenor la
noche.
4 EntÓBKies Josué llamó los doce faom-
bses, los cuales habla él ordenado de
entve los hyos de Israel, de cada tribu
uno,
5 Y d^lea. Josué: Pasad delante del
arca de Jebo^ vuestro Dios al medio
del Jtndaa, j oadi>>qno de vosotros tome
una jpiedra sobre su hombro, oonfbime
al muñere de las tribus de los h^s de
Israel;
6 Para que esto sea señal ea;tre vos-
otros. Y cuando vuestros h\}os pnigun-
taren & sus padres mañana« diciendo :
Qué os tignifitan estas piednis ?
7 Les respionderéis : Que las aguas del
Jordán foeron partidas delante del arca
del pacto de Jenová ; cuando ella pasó
el Jordán, las aguáis del Jordán se par-
tieron b: 7 estas piedras serin por me-
moria á los h^os de Israel para siempre.
8 T los hijos de Israel lo hicieron así
como Josué Ut mandó ; que levantaron
doce piedras del medio del Jordán, como
Jebová lo habia dicho á Josué, coi^rme
al numero de las tribus de los hijos de
Israel, j pasáronlas consigo al alqjami-
ento^ 7 laa asentar<m alU.
9 Josué también levantó doce piedras «
en medio del Jordán, en el lugar donde
estuvienm los pies de los sacerdotes que
llevaban el arca del pacto, y han estado
alU hasta hoy.
10 If Y lea sacerdotes que llevaban ti
arca se pararon en medio del Jordán^,
hasta tanto que se acabó todo lo que
Jehov& habia mandado á Josué que ha-
blase al pueblo, oonfiírme á todas las
cosas que Moisés habia & J<Mué man-
dado : y el pueblo se dio priesa y pasó.
11 Y cuando todo el pueblo aoabó de
pasar, pasó también el arca de Jehová, y
los sacerdotes, en presencia del pueblo.
18 También los Dijoá de Rubén, y los
hijos de Oad, y la media tribu de Ma-
nassé, pasaron armados delante de los
hijos de Israel, según Moisés les habia
dicho ••
18 Oomo cuarenta mU hombres arma-
dos á punto pasaron hacia la campaña
de Jencó deluite de Jehová, á la guerra.
14 En aquel dia Jehová engrandeció á
Josué en ojos de todo Isrady ¡ y temi-
éronle, como hablan temido a Moisesy,
todos los diaa de su vida.
Ifi Y Jehová habló á Josué diciendo:
10 Manda á los sacerdotes que llevan
el arca del * testimonio, que suban del
Jordán.
17 Y Josué mandó á los sacerdotes di-
elendo : Subid áeá Jordán.
18 Y acoiUedó que oomo los sacerdotes
que Uevabui d arca del pacto de JdM>-
vá, suUenm del medio del Jordán, y las
plantas de los pies de los sacerdotes es-
tuvieron en seco, las aguas del Jordán
se volvieron á su lugar, corriendo como
antes sobre todos sus bordes • .
19 ^ Y el pueblo subió del Jordán el
dia diez del mes primero, y asentaron él
campo en Oügalit, al lado oriental de
Jerieó.
SO Y Josué erigió en Oilgal las doee pi-
edras que hablan traído d¡k Jordán ',
01 Y habló á los hijos de Israel di-
ciendo : Cuando mafiisna preguntaren
vuestras hijos á sus padres, y dieren,
¿ Qué os tignMean estas piedras n> ?
89 Declarareis á vuestros hijos, dici-
endo: Israel pasó* en seco por este
Jordán.
88 Porque Jehová vuestro Dios secó
las aguas del Jordán delante de Tos-
otros, hasta que habláis pasado, á la
manera que Jehová vuestro Dios lo ha-
bla hecho en el mar Berm^o, al cual
secó delante de nosotros hasta que pa-
samos*:
84 Para que todos los pueblos de la
tierra conozcan la mano de Jehová, que
es fiíecte ; para que temáis á Jdiová -vu-
estro Dios todos los días.
CAPITULO V.
Ciren»eiiiim dd prnéUo. Cetíbnuio» dt la
jNueiM. Cna umatA Apaneaat á Joni
d AngA dd BtSior.
Y CUANDO todos kw reyes de los
AmcnAiéos, que criafton de la otra
parte del Jordán al occidente, y todos
tos r^es de los Cananéos, que estaban*
cerca de la mar, oyeron i como Jehová
habia secado las aguas del Jordán de-
lante de los higos de Israel, hasta que
hubieron pasado, desfalleció su corazón,
y no hubo« mas enaMtu en ellos de-
lante de los hijos da Israel. -
8 En aquel tiempo Jehová dijo á Josué :
Hazte cuchillos afilados, y vuelve á cir-
ouncidar la segunda vez á los l^jos de
Israel.
8 Y Josué se hizo cuchillos afilados <(,
y circuncidó loa hijos.de Isra^ en el
monte de los prepucios.
4 Btta es la causa por la cual Josué
Ut cíxouncidó : Todo el pueblo que ha-
bla sdido de Egipto, esto w, los varones,
todos los hombres de guerra, >"^Han
muerto en el desierto por el camino,
d«pues aue salieron de Egipto*.
fi X todos los del pueblo que hablan
salido, estaban circuncidados ; mas todo
el paebk) que habia nacido en tfl desierto
por el camino, después que salieron de
jj^pto, no estaban circuncidados.
6 Porque los lujos de Israel anduvi-
eron por el desierto cuarenta altos, hasta
que toda la gente de los hombres de
guerra, que hablan salido de Egipto, flié
consumida, por cuanto no obedecieron
á la voz de Jehová : por lo cual Jebová
les juró que no les/ dcqaria ver la ti-
erra, de la cual Jdiová habla Jurado á
sus padres que nos la darla, tierra que
fluye leche y miel.
7 Mas los hijosy de ellos, que él haUa
hecho sucoeder en au lugar, Josaá los
circuncidó ; pues eran incircuncisos,
porque no habían sido circuncidados por
el camino.
8 Y cuando hubieron acabado de cir-
cuncidar toda la gente, quedáronse en
el mismo lugar en d campo, hasta que
sanaron.
9 Y Jehová dUo á Josué : hoy he qui-
tado de vosoOras* el oprobio de Egipto* :
por lo cual el nombre de aquel lugar fiíé
llamado Gilgal hasta he^.
J06D1; VI, vn.
A.c.im.
íc*n.
.lU.
'hlOiL
10 ^ Y IM htífls de Imd aMntaron el
ri ea.k QOgú, 7 oalebnron la paa-
loB catotee diu l del me«, por la
taBde, «D ka Uanoa de Jeiioó.
11 Y al otro día de la paacna comieran
dd fiiito de la tienn los panes sin leva-
dora, 7 ea el mismo dia espigas nueras
tostadas.
18 Y al maná* oció el dtat sinlente,
desde que oomenxanm á comer del fruto
de Ifi tierra : y los hijos de Israel nanea
mas tOTleron maná", sino qne oemi-
de loa frntos de la tieira de Ca-
acioeiaflo.
18 <|[ Y estando Jotné cerca de Jerleó,
alxó sus ojos, y irló un varón* que es-
taba ddante de él, el onal tenia una
espada desnuda en su mano. Y Josué
jendose liácia él, le d^o: ¿ Sms de los
nuestros, ó de nuestros enemigos ? Y él
reipondid:
14 No, mas yo soy el Principe del
^¿rdto de Jdiová, gve ahora be venido.
Aiténces Josué postrandese sotwe su
rastro en tlena lo adoró, y d^le i Qué
dice mi Be&ir ék su sierro ?
lA Y él Prlndpedel déreito de Jétkorh
respondió k Josué : Quita tus zapatos de
tos pies^; porque el logar donde estis
es santo. Y Joraé lo hiao así.
CAPITULO VI.
A Ib fnmmoia del orea m*m por $( «<*«Mf
<M sierM d$ JmrUót y la eímad m lommta
á mtmgre y f*u9oi aofvawioM Mfa««nte
Babíi) y lo» tmfOK Inpreeaeiom£$ contra
hu gw vuelvan d tüjUax la HedcuL
EMPERO Jerleó estaba cerrada, bien
cenada, & eausa de los l^jos de Is-
rael : nadie entraba, ni salta.
t Mas JehorA d\)o A Josué ; Mira, yo
be entregado en tu mano á Jericó», y á
m rey con sus varones de guerra K
3 Cercaréis pues la ciudad todos los
hombres de guerra, yendo al rededor de
U ciudad una vea al dia : y esto haréis
Kisdias.
4 Y siete sacerdotes llevaráa siete bo-
cinas de cuernos de carneros delante del
atea : y al séptimo dia daréis siete tu-
citas á la dooad, y los saootdotes toca-
lén las bocinas c,
6 Y cuando tocaren prolongadamente
d eaem»de camero, así que oyerds él
sonido dp la beeina« todo el pueblo gri-
tari & eran voz, y el muro de la ciudad
cana debajo de sí : entonces el pueblo
subirá cada uno en derecho de cí.
8 Y Y llamando Josué, hjjo de Nun, á
los sacerdote», les dijo : Llevad el arca
dd pacto, y siete sacerdotes lleven bo-
dnas de coemos de cameros delante del
arca de Jdxová.
7 Y dijo al pueblo : Pasad, y rodead la
dudad : y los que están armados pasarán
delante del arca de Jdiová.
• 8 Y así que Josué hubo hablado al pue-
blo, los ^ete sacerdotes llevando las siete
bocinas de cuernos de cameros, pasaron
ddaote dd arca de JehovA, y tocaran
«abednas: v d área del paoto de Je-
■••á los lígula.
8 Y los aliñados iban delante de los
■■cerdotes qne tocaban las bocinas, y la
'(MM Baste reunida iba detras del arca
*adaado y tocando bocinas.
UTJasiié mandó al pueblo diciendo :
*^«**w»MhBÜ»jgrJta, ni se oirá vues-
tra Toz, ni sáldrA palabra de imaÉiii
boea, harta d dia qoe yo os diga. Gritad :
WMQoeidaiéb grita.
11 El «pea pues de Jehov4 dio una
^«ciU tí. rededor de la ciudad, y vini-
íKotm d red, en «1 «nal tuxhmín la
18 5 ^ Josué se levantó de mafiaaa,
y loa sacenlotee tomaron d arca de
Jehovéu
18 Y déte aaocrdotes, llevando las déte
bocinas de cuernos de eameros, fueron
delante del área de Jehová, andando
siempra y tocando las bocinas: v ios
armados iban ddunte de dios, y la «Mías
gente reunida iba detras del arca de Je*
hovA, andando y tocando las bocinas.
14 Así dieron otra vuelta A la ciudad
el segundo dia, v volvieranse al real : de
esta manera hicieran por seis dias.
15 f Y al s^imo dia^i tevantánnae
euando subia el alba, y dieron vudta A
la ciudad de la misma manera siete
veces : solamente este dia dieran vudta
d rededor de día siete veces.
16 Y como los sacerdotes hubieron to-
cado las bocinas la séptima vea, Josué
dijo al pueblo: Dad grita*, porque Je-
hovA os ha entregado lia dudad.
17 Mas la dudad serA anatema/ A Je-
hovA, ella con todas las cosas que están
en ella : solamente Rahab la ramera vl-
virA, oon todos los que estuvieren en
casa con ella, por cuanto escondió loa
mensageros que enviamos y.
18 Bmpera guardaos vosotros dd ana-
tema A, que ni toquéis, ni tomds dguna
eosa dd anatema, porque no hagds ana-
tema el campo de Israel, y lo turbds •'.
19 Mas toda la plata, y el oro, y vasos
de metal y de hierro, sea consagrado A
JehovA, « venga al tesoro de JdiovA*.
80 Entonces el pueblo dio grita, y Am
tacerdotet tocaron las bocinas: y acon-
teció que como el pueMo hubo oido el
sonido de la bocina, dio el pueblo grita
con gran vocería, y el muro cayó A plo-
mo^. El pueblo subió luego A la ciudad,
cada uno en derecho de sí, y tomáronla.
81 Y destruyeron todo lo qne en la
ciudad habla ; homtoes y miqeres, mo-
zos y viejos, hasta los bueyes, y ov^as, y
asnos, A filo de esnada*.
88 Mas Josué dijo A los dos hombres
que haUan reoonoddo la tierra : Entrad
en oasa de la mi^r ramera, y haced
salir de allá A la mujer, y todo lo que
ftiere suyo, como le jurasteis *.
88 Y los mancebos espías entraron, y
sacaron A Rahab, y A su padre, y A su
madre, y A sos hermanos, y todo lo que
era suyo ; y también sacaron A toda su
parentela, y pusiéronlos fuera del campo
de Israel.
84 Y consumieron con fuego la ciudad •,
y todo lo que en ella habla : solamente
pusieron en d tesoro de laj> casa de
JehovA la nlata, y d oro, y los vasos de
metal y de nienro.
85 Mas Josué salvó la vida A Rahab la
ramerar, y A la casa de su padre, y todo
lo que ella tenia : y habitó ella entra los
Israelitas hasta hoy; per cuanto es-
GOiulió los mensageros, que Josué envió
A reconocer A Jerioó'.
Í6 ^ Y en aquel tiempo Josué /et Ju-
ramentó diolendo: Maldito delante de
JdiovA el hombro que se levantare y
leedifleara esta ciudad de Jericó. En su
primogénito eohe sus dmientos', y en su
menor k{fo adente sos puertas.
87 Fué pues JehovA con Josué », y su
nombra se divulgó por toda la tierra.
CAPITULO VII.
CmtUga Dioo á loé IvratUIat pmr d kmrio
taerOeno de AchAn / d enai mner» oftdro-
ado for írdán del Britwr.
EMPERO los h\)os de Israd oometie-
xon pravasfoadon en d anatema:
porque AchAn, hgo de Charmi, WId de
OaMM» im»<Aa Beiii, ds la tribu de JudA,
iiTCr.4.
• wr. 5.
/Lev. 87. 88.
M10.4.1S.
« Cap. 1 i.
k Cap. 7. 1.
Sea?.».
y IS. 17.
i Cor. «.17.
*'OqpL7.85.
*l!(u.SL64.
( ver. 6.
Hsb.lL 80.
•Dea. 7. 2,
16.
y80iU,17.
Í8a.U.S,
18.
1 Bey. 80.
43.
Bd.l87.8>
9.
Jer. 48. 10.
> ü«p. 2. 11
•Den. 18. 16.
'ver. U.
«EsklLSl.
•-MslL».
*8aar.s;as.
1 1 Bey. 16.
S4.
••Dea.SL6.
A.ai«L
JOSUÉ, YUL
A.C.14a.
• Cfto. 6. 18.
T22.20L
i Qr. a. 7.
«18*. 4. 13.
2 6a. 1.3.
tU.10.
It'ek. 9. 1.
Job Z 13.
•Bs.ias.
38^.8.10.
<Bz.8a,l&
So. 14. 18.
• Bs. 80. 33,
38.
/CtV.&17.
1&
9vet.3L
k Kn. 14. 4fi.
Jiiee.3.14.
i Cap. 8. 18.
Den. 7. 38.
tGkp.8.fi.
<1S«.10.19.
714.88,43.
•Pro. 16.88.
J<«.L7.
•• Gen. 84. 7.
Jaec.30.fi.
il
tomó del anatagaa*; y U ira de Je-
bová se enoendió oonlzm loe b^oe de
Israel.
8 5 T Jomé envió hombzee desde Je-
rico & Hai, que ettaba junto á Beth-
aTen hacia el oriente de Beth-el, y ha-
blóles diciendo : Subid, y reconoced la
tierra. Y ellos subieron, y reconocieron
4Hai.
8 Y Tolviendo k Josué dUénmle : No
suba todo el pueblo, mas suban como
dos mil ó como tres mil hombres, y to-
marán & Hai : no fiítignes á todo él pue-
blo alli, parque son pocos.
4 Y subieron allá oel pueblo como tres
mil hombres, los cuales huyen» delante
de los de Hai.
5 Y los de Hai hirieron de ellos como
treinta y seis hombres, y sicuieronlos
desde la puerta hasta Sebaiim, y los
rompieron en la bajada : por lo que se
diiolTió el corazón del pueblo, y riño á
ser como agua.
O Entonces Josué rompió sus vestidos,
y postróse en tierra sobre su rostro de-
lante del arca hasta la tarde, él y los
ancianos de Israel; y echaron polvo
sobre sus cabezas &.
7 Y Josué dUo : ¡ Ah, Sefbr Jehová !
Por qué hiciste pasar á este pueblo el
ordan, para entr^jarxMw en las manos
de los Amorrhéos, que nos destruyan' ?
Ojalá nos hubiéramos quedado de la otra
paite del Jordán .'
8 Ay Sefior ! ¿ qué diré, ya que Israel
ha vuelto las espaldas delante de sus
enemi|{os?
9 Porque los Cananéos, y todos los
moradores de la tíem, oirán ettoif y
nos cercarán, y raerán nuestro nombré
de sobre la tierra : entonces ¿ qué harás
tii á tu «rande Nombre « ?
10 ^ Y Jdiová dUo á Josué : Leván-
tate ; ¿ por qué te postras así sobre tu
rostro?
11 Israel ha pecado, y aun han que-
brantado mi pacto que yo les habla
mandado/; pues aun han tomado del
anatemas, y nasta han hurtado, y tam-
bién han mentido, y aun lo han guarda-
do entre sus enseres.
18 Por esto los h^os de Israel no podrán
estar delante de sus enemigos A, sino que
delante de sus enemigos volvenn las es-
paldas, por cuanto han venido á ser ana-
tema': ni seré mas con vosotros, si no
destruyereis el anatema de en medio de
vosotros.
18 Levántate, santifica al pueblo >, y
di : Santificaos para mañana, porque Je-
hová el Dios de Israel dice así: Anatema
hay en medio de ti, Israel ; no podrás
estar delante de tus enemigos, hasta tan-
to que hayáis quitado d anatema de en
medio de vosotros.
14 Os aUesaréis pues mañana por vues-
tras tribus*; y la tribu que Jehová to-
mareí», se allemá por tus familias; y
la familia que Jehová tomare, se alle-
gará por sus casas ; y la casa que Jehová
tomare, allegaráse hombre á hombre.
15 Y el que fuere cogido en el ana-
tema, será quemado á fuego, él y todo
lo que tiene, por cuanto ha quebrantado
el pacto de Jehová, y ha cometido mal-
dad en Israel ■.
18 5 Josué pues levantándose de ma-
ñana, hizo allegar á Israel por sus tribus ;
y fué tomada la tribu de Judá.
- 17 Y haciendo allegar la tribu de Judá,
fué tomada la fiuniUa de los de Zarhi :
haciendo luego allegar la familia de los
de Zarhi por los varones, fiíé tomado
Zabdi:
18 E hizo allegar su casapor kavanmes.
y filé tomado Acháa, h|)o de Chaiml,
hijo de Zabdi, h^ de Zeea, de la tiibu
de Judá.
19 Entonces Josué d^o á Adián : H^o
mió, dá ahoaa gloria á Jdiová el Dios de
Isiaíd, y* dale alabanM, yj> declárame
ahora lo que has heoho; no me lo
cubras.
90 Y Achán respondió 4 Jone dicl
endo : Verdaderamente yo he pecado I
contra Jdiová el Dios de laraei, y he (
heoho así y asi:
81 Que vi entre los despojos un manto
Babilónioo muy bueno, y doacieutos si-
dos de plata, y un changote de oro de
peso de cincuenta sidos: lo cual co-
didéf, y tomé: y hé aquí que está es-
condiao debí^ de tierra en el medio de
mi tienda, y el dinero uta debajo de
ello.
82 Josué entonces enrió menaagcraa,
los cuales ftaeton corriendo á la tienda ;
y hé aquí ettaba todo escondido en sn ti-
enda, y el dinero debajo de ello.
88 Y tomándolo de en medio de la ti-
enda, traiéronlo á Josué, y á todos loa
hijos de Israd, y pusiéronlo delante de
Jehová.
84 Entonces Josué, y todo Israel coa
él, tomó á Achán, h^Jo de Zem, y el
dinero, y el manto, y él changote de
oro, y sus l^jos, y sus h^as, y sus bue-
yes, y sus asnos, y sus ov^aa, y aa ti-
enda, y todo cuanto tenia, y lleviuroiilo
todo al valle de Achfir.
35 Y d^o Josué : ¿ Por qué nos I&as
turbador ? Tdrbete Jehová en este día.
Y todos ios Israelitas lo apedrearon, y
los quemaron al fuego*, después de a-
pednarlos con piedras.
96 Y levantaron sobre él un gran mon-
tón de piedras hasta hoy '. Y Jeho'vA ae
tornó de la ira de su furor. Y por esto
fué llamado aquel lugar d Valle del
Achdr, Iiasta hoy.
CAPITULO VIII.
Coimtdda df la ciudad <b BmL Bmidiet^m»»
y maUMoMM fronumMa» «a loa —i ir ato
Sbal y OaHam.
Y JEHOVÁ dijo á Josué : No temas,
ni desmayes : toma oontlgo toda la
sente de guerra, y levántate y sube á
Hd. Mira, yo he entregado en tu tnaiko
d rey de Hay, y á su pueblo, á su ciu-
dad, y á su tierra.
9 Y harás á Hd. y á su rey, oomo lii-
ciste á Jericó « y a sn rey : tolo que aua
despcdos y sus bestias tomaréis pdra "«tsa-
otros». Pondrás pues emboscadaa Á \^
dudad detras de ella.
8 Y levantóse Josué, y toda la «ente
de guerra, para sutdr contra Hai : y ea-
cog^ó JosuéTtrdnta mil hombres fV&ertes
los oudes envió de noche, '
4 Y mandóles diciendo : Mirad, pon-
dréis emboscada á la dudad détma de
ella: no os d^aréis mucho de la ciu-
dad, y estaréis apercibidos. \
6 Y yo, y todo el pueblo que e«M con.
migo, nos acercaremos á la eludad ; «
cuando saldrán ellos contra nosotñ>gs
como hicieron antes «, bullemos delante
de eUos :
6 Y dios saldrán tras nosotros, liaata
que los arranquemos de la ciudad. Por-
que ellos dirán : Huyen de nosotroa co-
mo la primera vex. Huiremos pues de-
lante oe ellos.
7 Entonces vosotros os levantaréia d*
la emboscada, v os echaréis sobre lu «i.
ndad ; pues Jdiová vuestro Dioa la e&I
tremrá en vuestvas manos.
8 Y cuando la huMereis tomado. \^
prenderéis ftacgo. Haréis confcnne % i^
lBa.6.i.
Juan 9. Si
IFiriLS.<,r.
SO. 88.111
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Bad. 10.14
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«Cap.7.<
ICIO.
JOSÜB, IX.
,C.14»L
•11*7.1
paltbra d« Jdwvá. Mind que ot lo he
maodado.
9 Entdncea Jomé loe envió ; j ellos, se
ftienm 4 la emboscada, j pasiéronse en-
tre Beth-el y Hai, al oooldente de Hal:
5 Josué se quedó aquella noche en tne>
dio del pueblo.
10 Y levantándose Josué de mafiana
leviitó el pueblo, j subió él, oon los an*
daaos de Israel, delante del pueblo oon-
tiaHaL
11 Y toda la gente de suena que con
él estaba, subió, j acercóse, y llegaron
delante de la ciudad; y asentaron el
oampo h la parte del Norte de Hal : j el
Talle eiiaba entre él y HaL
12 Y tomó como einco mil hombres, j
püsok» en onboscada entre Beth-el y
Hal, 4 la parte occidental de la dudad.
13' Y el pueblo, m á taber, todo el
campo que edaba 4 la parte del Norte
de la ciudad, colocado ya cerca, y su
emboscada al occidente de la ciudad,
TÍnoie Josué aquella noche al medio ád.
Talle.
14 Lo cual como viese el rey de Hai,
ierantése prestamente de maluína, y sa-
lió con la gente de la ciudad contra Is-
rael, él y todo su pueblo, para combatir
E« el llano al tiempo señalado, no sa-
odo que le estaba puesta emboscada
á las espaldas de la ciudad '.
15 Entonces Josué y todo Israel, ha-
ciéndole vencidos,, huyeron delante de
ellos por el camino del desierto.
18 V todo el pueblo que uiaba en Hai
ae jante para seguirlos : y siguieron 4
Joróé, simdo asi arrancados de la du-
dad.
17 Y no quedó hombre en Hai, y Beth-
d, que no saliera tras Israel : y por se-
guir 4 Israel, d^aron la dudad abierta.
18 Entonces JehoT4 dijo á Josué: Le-
Tanta la lanza que tienes en tu mano
hada Hai, porque yo la entregaré en tu
piano. Y Josué levantó hacia la dudad
la Unza que en su mano tenia.
10 Y levantándose prestamente de su
lugar los que estaban en la emboscada,
eonieron luego que él alzó su mano, y
Tinieron 4 la dudad, y la tomaron, y
a{«eiar4(onse 4 prenderle fu^o.
20 Y como los de la dudad miraron
atos, observaron, y hé aquí d humo de
la óndad que subía al délo, y no tuvi-
eron arbitrio para huir 4 una parte ni 4
otra : y d pueblo que iba huyendo h4da
d desierto, ae volvió contra los que le
Hguian.
n Josué pues y todo Israd, viendo
qne los de la onboscada hablan tomado
la dudad, y que d humo de la ciudad
Milria, tomaron, é hirieron 4 los de Hai.
S Y los otros salieron de la dudad 4
ni encuentro ; y así fueron encerrados
m medio de Israd, teiriendo los unos de
la una parte, y los otros de la otra. Y
sii los hirieron hasta que no quedó nin-
guno de eUoe que escapase «.
83 Y tomaron vivo al rey de Hai, y
tnyjéronlo 4 Josué.
M Y cuando los laraditaa acabaron de
Butar todos los moradoxes de Hai en el
ampo, en d doierto donde ellos los
'^i»a perMKuido, y que todos hablan
c*ido 4 filo «te espada hasta ser consu-
ntos, todos los israditas se tomaron 4
lui, y también la pusieron 4 cuchillo.
^ Y d número de los que cayeron
*4nel dia, hombres y muAeres, fué doce
n>n, todos los de Hai.
W Y Josué no retn^o su mano/, que
owia extendido oon la lanza, liaata que
bibo destruido todos los moradores de
87 Empen los Israditas tomaron pan
sí las bestias y los dcsnoijos de la du-
dad^, conforme 4 la palabra de Jehov4
que el habla mandado 4 Josué*.
SS T Josué quemó 4 Hai ', y reddjola
4 un montea perpetuo, asolada hasta
hoy.
8» Mas al rey de Hai colgó de un ma>
deroA hasta la tarde : y como el sol ae
puso, mandó Josué que quitasen del ma-
dero su cnenpo, y 1 lo echasen 4 la puerta
de la ciudad: y levantaron sobré él un
gran montón de piedras hasta hoy ».
80 5 Entonces Josué edificó un altar
4 Jdiov4 IMos de Israd en el monte de
Hebal«,
81 Como Moisés, siervo de Jehov4, lo
habla mandado 4 los h^os de Israd,
como eBt4 csorito en d Ubco de la ley
de Moisés»; un ahar de piedras en-
teras, sobre laa cuales nadie alxó hi-
erro: y oftecieron sobre él holocaustos
4 Jehov4, y sacrificaron victimas pa-
cíficas.
82 También escribió allí en piedras la
repetidon de la ley de Moisesj», la cual
él habla escrito ddante de los h^os de
Israd.
88 Y todo Israel, y sus ancianos, ofici-
ales, y Jueces, estaban de la una y de la
otra parte Junto al arca, delante de los
saceraotes Levitas que llevan el área del
pacto de Jehov4 9 ; todot asi extranjeros
como naturales: la mitad de ellos es-
taba h4oia d monte de Oerlzim, y la
otn mitad hécia el monte de Hebal, de
la manera que Moisés, siervo de Je-
hov4, lo haUa mandado antear, para
3ne hendiesen {nlmeramente al pueblo
e Israd.
84 Después de esto leyó todas las pala-
bras de la ley*, las bendiciones y las
maldiciones', oonforme 4 todo lo que
est4 escrito en el libro de la ley.
35 No hubo palabra alguna de todas
las cosas que mandó Moisés, que Josué
no hiciese leer delante de toda la con-
gregadon de Israel, mvgeres y idfios, y
extranjeros que andaban entre ellos.
CAPITULO IX.
Lo» Oábaonitat engañan i lo$ HOtrloa, y tai-
van «M vidat I mat ouedan dt$piu» obU-
gadM dperfetua Mrviaumbn,
Y ACONTECIÓ fue como oyeron ««•
ttu coéa* todos los reyes que ettaban
de esta parte del Jordán, así en las mon-
taflas como en los llanos, y en toda la*
costa de la gran mar delante del Líba-
no, los Hethéos, Amorrhéos, Cananéoe,
Fherezéos, Hevéos, y Jebuséosb,
8 Junt4ron8e 4 una de un acuerdo, pa-
ra pelear contra Josué é Israel.
8 ^ Mas los moradores de Oabaone,
como oyeron lo que Josué había hecho
4Jericóy4Hairf,
4 Ellos usaron también de astucia;
pues fueron y fingiéronse embi^adores,
y tomaron sacos viejos sobre sus asnos,
y cueros vi^os de viiu>, rotos y remen-
dados,
5 T zapatos viqos y reoteldos en sus
pies, con vestidos viejos sobre sí : y todo
d pan que traían para d camino, seco y
mohoso.
8 Asi vinieron 4 Josué « al campo en
Oilgal, y dUéronle á 61 y k las óe Is-
rael: Nosotros venimos de tierra nray
l^ana ; haced pues ahora con nosotros
alianza.
98.
kvw. a.
ACap. 10.88,
87.
i Dea. SL 88,
28.
» Gsp. 7. 88.
«DsaJ7-4.fi.
• Xx. 80. 85.
f Den. 37. 9;
8.8.
9 Dsu. SL 9.
36.
'Den. 11.98.
7 87.19,18.
'Deii.8LU.
Neh.8.2,8.
7I8. 1.
iLeT.98.3,
eto.
Dea. 39. 18.
26^
7 XXYUI.
7ZXIX.
780.18,80.
«210.84.6.
» Bx. 3. 17.
788.88.
'Cap. 10. a.
iDBiL30.ll.
a cr. a. 17,
18.
7 Y los de Israel respondieron 4 los
Hevéos/: Quizas vosotros habitáis en
medio de nosotros: ¿cómo pues po-
dremos nosotros hacer alianza con vos-
otros;?
' Gsp. 6. 10.
/Cap. 11. 19.
PXz.98.8a.
Dea. 7. 9.
Jiwc8.a.
A. C. 1461.
JOSÜB,
jtaiifl
k]>ra.aOiU>.
• o»p> a. 10.
BX.1&14.
i Na. 21. 24,
88.
miu.Vff.2L
Jnec. 1. 1.
yao. 18.28.
18a. 23. 10,
11.
530.8.
B«.a.i.
y 6. 19.
»C»p.lL19.
"a8ft.2LZ
«Cftp«18.26,
28.
P Ski. 16. 4.
928». 21.1,6.
Kz. 17. 12,
21.
Zac 6. S. 4.
Mal. 3.6.
•■Den, 29.11.
2Cr. 2.17,
18.
'Bz.23.82.
Dea. 7. 1,2.
8 Y cUot nspondleron & Joraé : Nos-
otros «oiNM tna sterrot. Y Jocné let
d^ : Q/aiéa tai» Tosotros, y de donde
Tenis?
9 Y ellos respondieron : Tns sierros
han Tenido A de mny lianas tierras por
la &ma de Jehová tn Dios : porque he-
mos oido su &ma, y todas las cosos que
hizo en Esipto <*,
10 Y todo lo que hizo & loe dos reyes
de los Amorrhéos, que ttbútan de la
otra parte del Jordán ; & Sefaon, xey de
Hesbon, y á Oe, rey de Basan, que a-
iaba en Astaroui K
11 Por lo cual nuestro» ancianos y to-
dos los moradores de nuestra tierra nos
dieron : Tomad en Tuestras manos pro-
Tision para el camino, é id al encuentro
de dios, y decidles : Nosotros «omos tu-
estros sierros, y haced ahora con nos-
otros alianza.
18 Este nuestro pan tomamos oaliente
de nuestras casas para él camino el dia
que salimos para venir á Tosotros ; y helo
aquí ahora que est¿ seco y mohoso.
18 Estos cueros de Tino también los
henchimos nuevos ; helos aqui ya rotos:
también estos nuestros vestidos y nues-
tros zapatos están ya Viejos á causa de
lo muy largo del camino.
14 Y los hombres de Itraél tomaron de
su proTision del camino, y no pregan*
taren la boca de JehoTá /.
15 Y Josué hizo paz con ellos ">, y con-
certó con ellos que les dejarla la vida :
también los principes déla congregación
les juraron «.
16 Pasados tres dias después que hici-
eron con ellos el concierto, oyeron como
eran sus vecinos, y que habitaban en
medio de ellos.
17 Y partiéronse los hijos de Israel, y
al tercer dia llegaron & sus ciudades:
y sus ciudades eran Oabaon, Oaphlra,
Beeroth, y Giriathiearim o.
18 Y no los hirieron los hijos de Israel,
por cuanto los principes de la congrega-
ción les habian jurado por JehoT& el
Dios de Israelj» : y toda la congregación
murmuraba contra los jpríncipes.
19 Mas todos los príncipes respondi-
eron á toda la congregación : Nosotros
les hemos jurado por Jehová Dios de
Israel ; por tanto ahora no les podemos
tocar.
20 Esto haremos con ellos ; les dejare-
mos vivir, porque no venga ira sobre
nosotros á causa dd juramento que les
hemos hecho?.
SI Y los príncipes les dijeron : VlTan ;
mas sean leñadores y aguadores para
toda la congregación, como los prínci-
pes les han oicno.
SS Y llamándolos Josué, les habló di-
ciendo : i Par qué nos habds engaflado
diciendo. Habitamos muy I^os de vos-
otros, una Tez que moráis en medio de
nosotros?
83 Vosotros pues ahora teréi» malditos,
y no faltará de Tosotros sierro, y quien
corte la le&a, y saque el agua para la
casa de mi Dk>s. *
84 Y ellos respondieron á Josué, y di-
jeron i Como fué dado á entender á tus
siervos que Jehová tu Dios habla man-
dado & Moisés, su siervo, que os habia
de dar toda la tierra, y que habia de
destruir todos los moradores de la tierra
delante de vosotros «, por esto temimos
en gran manera de vosotros por nuestras
Tidas, é liidiaos esto.
85 Ahora pues henos aqui en tn mano :
lo que te pareciere bueno y recto haoeír
de nosotros, hazlo.
86 Y él lo hizo así ; que los libró de la
mano de los h^os de Israd» pan qoe no
los matasen.
97 Y constituyóles Jostté aquel dia per
letíadotes y agnadoves para la congrega-
ción, y para el altar de Jehová, en d
lugar que él escogics»; b> que ton hasta
hoy.
CAPrTüLO X.
Vietoriat prodittotaa i» JotuS, «I tuál haat
parar élBol: namda fnUar la vida á eimeo
i y toma varia» dudad»».
Y COMO Adonisedeo, rey de Jenisa-
lem, oyó que Josué habia tomado á
Hal, y que la habia asolado ; {porque co-
mo habla hecho á Jericó y a su teja,
así hizo á Hai y á su rey,) y que los mo-
radores de Gabaon habian hecho paz con
los Israelitas, y que estaban entre ellos,
8 Tuvieron muy gran tetaor: porque
Gabaon era una gran dudad, como una
de las dudades reales, y mayor tpxe Hai,
y todos sus hombres fuertes.
8 Envió pues á decir Adonisedeo, rey
de Jerusalem, i Oham rey de Hebron, y
á Piream, rey de Jerimoth, y á Japhia,
rey de Lachls, y i Debir, rey de Bglon,
4 Subid á mi, y ayudadme, y combata-
mos á Oabaon: porque ha hecho paz
con Josué y con los hijos de Israel.
6 Y cinco reyes de los Amorrhéos, d
rey de Jerusalem, el rey de Hebron, el
rey de Jerimoth, d rey de Lacfals, el
rey de Eglon, se juntaron y subieron,
ellos con todos sus ejércitos, y asentaron
campo sobre Gabaon, y pelearon contra
ella. ^
6 ^ Y los moradores de Gabaon en-
viaron 4 decir & Josué al campo en
Gilgal b • No encojas tus manos de tus
sierros; sube prestamente á nosotros,
para guardamos y ayudamos: porque
todos los reyes de los Amorrhéos, que
habitan en las montañas, se han jtxntado
contra nosotros.
7 Y subió Josué de OUcnl, él y todo
el pueblo de guerra con d, y todos 1m
valientes hombres.
8 Y Jehová dijo á Josué : No tengas
temor de ellos e • porque yo los he en-
tregado en tu mano, y ninguno de ellos
parará delante de ti.
9 Y Josué Tino á ellos de repente, por-
que toda la noche subió desde Gilgal.
10 Y Jehová los turbé ddante de Is-
rad, é hiriólos con gran mortandad en
Gabaon ^ ¡ y siguiólos por el camino que
sube á Beth-oron, é hiriólos hasta Aze-
oa, y Maceda.
11 Y como iban huyendo de los Israe-
litas, á la tNó^da de Beth-oron Jebová
echo sobre dios del délo grandes pie-
dras* hasta Azeca, y murieron:: mU<^os
mas murieron de las piedras del granizo,
que los que los hijos de Israel habian
muerto á cuchillo.
12 Entonces Josué hablé á Jehová el
dia que JehovA entregó al Amorrhéo
delante de los hijos de Israd, y d^o en
presencia de los Israelitasj Sol/, detente
en Gabaon ; y iA, lAina, en el Talle de
AJalon.
13 Y el sol se detuvo, y la hina se paró,
hasta tanto que la gente se hubo vengado
de sus enemigos. ¿ No está aquesto es-
crito en el libro de Jasher||f Y d sol se
paró en medio del délo, y no se apresuró
a ponerse casi un dia entero ir*
14 Y nunca fué tal dia antes ni después
de aquel, habiendo atendido Jehová á la
voz de un hombre t porque Jehvrk pe-
leabapor Israel A.
iE> Y Josué, y todo Israel con él, vol-
Tiase al campo en Gilgal.
16 Pero los cinco rey<es huyenm, y se
escondieron en una cueva en Maceda.
•Csn.6.1
28. ^
ICSp-ti-
•Osfkll.l'
iU.».fi-\
«Ex. 9.0.
28.
8SL18.W
14.
Ap.l«.*[
/Habí 8. ai
llartOUvi
I
kDea.1-»
Í.C.145L
JOSÜE, XL
'tu. 7.
^«^■«.a.
R'
a.ii
Su
'*r.í.
17 Y fbá dicbo & Jori4 (pie Io« dueo
nje» haUan lido hallados en una cuera
enHaeeda.
18 Bstdaoet Jomé dito: Rodad gran*
wi piedra* á la boca de la cuera, y poned
nombres junto á ella que los guarden :
19 Y vosotros no os paréis, sino seguid
6 vuestros enemigos, y heridles la reta-
Soardia, sin dejólos entrar en sus cin-
wes; poique Jehorá vuestro Dios los
na entr^ado en mestra mano.
90 Y aconteció que como Josué y los
nijos de Israel hubieron acabado de
berirlos con mortandad muy grande,
basta destruirles, los que quedaron de
ellos se metieron en las ciudades fuertes.
91 Y todo d pueblo se toMÓ salvo al
caapo & Josué en Maceda ; que no hut>o
Jnien moriese su lengua ' contra los h^os
e Israel.
29 Entonces d^jo Josué : Abrid la boca
w la cuera, y sacadme de ella & estos
cinco reyes.
93 E hidéronlo así, y sacáxxmle de la
cuera aquellos cinco reyes, al rey de
Jemsalem, al rey de Hebron, al rey de
Jerimotfa, al r^ de Lachls, al rey de
94 Y cuando hubieron sacado estos
!«}« & Josué, llamó Josoé á todos los
piones de Israel, y d^o A los principales
<u la gente de guerra que hatnan renido
con &: Llegaa, y poned vuestros pies
wbre los pescuezo^ de aquestos reyes.
I ellos se llegaron, y pusieron sus pies
■nbte los pescuezos de ellos.
95 Y Josué les dijo: No temáis ft, ni
M atenunizels ; sed ftaertes r valientes :
porque así hari Jehorá & todos vuestros
caeñiigos contra los cuales peleáis l.
26 Y después de esto Josué los hirió, y
loa mató, é hizolos colgar"» en cinco
niaderos: y quedaron colgados en los
BUideros hasta la tarde •.
97 Ycnandoel sol se iba Aponer, man-
dó Josué que los quitasen de los raade>
iw, y los echasen en la cuera donde se
baUan escondido; y pusieron grandes
pieilras A la boca de la cuera, jtu ettan
basta faoT.
98 5 En aqnel mismo dia tomó Josué
a Maceda, y la puso A cuchillo, y mató
i m rey ; A ellos y A todo lo que en ella
tenia ridía, sin quedar nada : mas al rey
de Maceda hizo como habla hecho al
wyde Jericó».
99 ^ Y de Maceda pasó Josné. y todo
Itrael ocm él, A Libna^ ¡ y peleo contra
Libna:
S) Y JehovA la entregó también A ella,
7 & iu rey, en mano de Israel ; y metióla
a filo de espada con todo lo que en ella
baUa vivo, sin quedar nada : mas A su
Ky hizo de la manera que habla hecho
■JwydeJericó».
Si 5 Y Josué, y todo Israel con él,
pande libna A Lachls, y r puso campo
Mutn eDa, y combatióla.
99 Y JéhoiA entregó A Lachls en mano
de Israel, y tomóla el dia siguiente, y
'netióia A cuchillo con todo lo que en
^la babia viro, como habla hecho en
Libna.
33 ^ Entonces Horam, rey de Gezer,
nUó en ayuda de Lachls ; mas A él y A
n pueblo hirió Josué, hasU no quedar
ninguno de ellos.
84 ^ De Lachls pasó Josué, y todo
urael con él, A Églon*; y pusieron
««B^ contra ella, y combatiéronla :
^ Y la tomaron el mismo dia, y me-
ueronia A cuchillo; y aquel dia mató
todo lo que en ella habia rivo, como
baWa hecho en Lachls «.
30 ^ Subió luego Josné, y todo Israel
con él, de E^km A Hebron», y comba-
tiéronla:
87 Y tomándola la metieron A cuchillo,
A su rey, y A todas sus ciudades, con
todo lo que en ella habia vivo, sin que-
dar nada : como hablan hecho A Egion,
asi la destruyeron con todo lo que en
ella habia viro.
88 ^ Y volviéndose Josné, y todo Is-
rael con él, sobre Debfar, combatióla',
88 Y tomóla, y A su rey, y A todas sus
villas ; y meCiéronlDS A cuchillo, y des-
truyeron todo lo que allí dentro habia
vivo, sin quedar nada : como habia he-
cho A Hebron. así hizo A Debir y A su
rey ; y como habla hecho A Libna y A
su rey.
40 *f Hirió núes Josué toda la región
de las montaflas, y del Mediodía, y de
los llanos, y de las cuestas, y A todos sus
revcs sin quedar nada : todo lo que tenia
vida mato, al modo que JehovA Dios de
Israel lo habia mawladoj.
41 E hiriólos Josué desde* Cades-har-
nea hasta Oaza>, y toda la tierra dei
Gosen hasta Gabaonc
49 Todos estos reyes y sus tierras tomó
Josué de una vez; porque JehorA d
Dios de Israel peleaba por Israel '.
43 Y tomóse Josné, y todo Israel con
él, al campo en Gilgal.
CAPITULO XI.
Aíeamaa Joiui ntuveu vittorloi, y ntfda ea$t
toda la titira dt Oanaan.
/^YENDO esto Jabin. rey de Kaaor«,
^ enrió nuntiríe A Jobab, rey de Ma-
don, y al rey de Simron, y al rey de
Achsaph,
8 Y A los reyes que estaban A la parte
del Norte en las montaflas, y en el llano
al Mediodía de ChinneroÚib, y en los
llanos, y en las regiones dec Dor al Oc-
cidente;
8 Y al Cananéo ove estaba al Oriente y
al Occidente, y al Amorrhéo, r al He-
théo, y al Pherezéo, y al Jebtueo en las
montaflas, y al Heréo «^ qite estaba debajo
de Hermon* en tierra de Mispa.
4 Estos salieron, y con ellos todos sus
^ércitos, pueblo mucho en gran manera,
como la arena que está A la orilla del
mar/, con gran muchedumbre de caba-
llos y carros.
5 Todos estos reyes se Juntaron, y vi-
niendo reunieron los campos Junto A las
aguas de Merom, para pelear contra
Israel.
6 5 Mas JehovA dijo A Josué: No
tengas temor de elios^, que mafiana A
esta hora yo entregare A todos estos
muertos delante de Israel: A sus ca-
ballos A desJarretarAs, y sus carros que-
marás al fuego'.
7 Y vino Josué, y con él todo el pueblo
de guerra, contra ellos, y dio de repente
sobre ellos Juntos A las aguas de Merom.
8 Y entrególos JehovA en mano de
Israel, los cuales les hirieron, y siguieron
hasta Bidón la grande, y hasta las Aguas
calientes, y hasta el llano de Mispa al
Oriente, Úriendolos hasta que no les
dejaron ninguno.
9 Y Josué hizo con ellos como JehovA
le habla mandado*: de^arretó sus ca-
ballos, y sus carros quemo al fiíego/.
10 Y tomándose Josué tomó en el
mismo tiempo A Asor, é lürió A cuchillo
A su rey : la cual Asor habla sido antes
cabeza de todos estos reinos.
11 E hirieron A cuchillo todo cnanto
en ella habla vivo, destruyendo y no
dejando cosa A rida : y A Asor pusieron
Aniego.
12 Asimismo tomó Josué todas las ciu-
A.ail5L
•■Osn.14.18.
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Jmc 1. 10.
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y 16. 9, 10.
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JOSUÉ) xa, XTTT.
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"Cap. 10. a.
• Q»p. 13. 7.
l>Ckii.]a.8,
9Ca|i.9.S,7.
'DnL&aO.
1 Bey. 13.
16.
Ja. 8. 10.
Bam.9. 18.
'Dea. 90. 18.
17.
< 18a. 17. 4.
36*. 21. 22.
1 Cr. 18. L
• Xa. M. 3,
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'Caii.21.44,
46.
• Ka. 31. 34.
Dev.a.8,9.
» Sao.!. 17.
• Dea. 4. 49.
' Nn. IL 88,
86.
«Oea.14.8.
DiBa.S.U.
/DmuL4.
«Dm.8.8,
14.
dades de aqiteftm «eyea. y & todoa loa
rejret de ellaa, j los metió & cudidUo, y
loa áetíxuyó, cacao Moiiea, akarvo die
Jéborá, lo habla mandado •.
IB Empero todas las ciadadet qne cata-
ban en sus cabezos, no las quemo Isradf
sacando A sola Asor, la cual quemo
Josué.
14 T los hHoa de Isnel tomanm pan
sí todos loa deapojos y bestias de aques-
tas ciudades : empero 4 todoa los nom-
bres metieron á cuchillo hasta destruir-
los, «in d^ar alguno h rida.
15 De la manera que JehoTá lo habia
mandado A Moisés su sierro, así Moisés
lo mandó á Josué; y asi Joaué lo hizo,
sin quitar palabra de todo lo qne JehoTa
habla mandado á Meises.
16 ^ Tomó pues JoWé toda aquella
tierra, las montafias, t toda la rtgim dd
Mediodía, y toda la tierra de Uoaen •, y
loa b^jos y los Hanos, y la montaüa die
Israel, y sus valles:
17 Desde el monte de Halak •, que sube
hasta Seir, hasta Baal-gad en la llanura
del libano á las raices del monte Her-
mon: tomó asimismo todoaj» sus reyes,
los cuales hirió, y mató.
18 Por muchos dias tuvo guerra Josué
om estos reyes.
19 No hubo ciudad que hiciese nu con
los hijos de Israel, sacados los Heréos,
que moraban en Oabaonf : todo lo to-
maron por guerra.
90 Porque esto vino de JdiOTá, qne
endurecía el corazón de ellos r, para que
resistiesen con guerra A Israel, para des-
truirlos y que no les fuese hecha miseri-
cordte, antes fliesen desarraiindos, como
JehorA lo habia mandado A Moisés*.
91 También en tí. mismo tiempo Tino
Josué, y destruyó los Anacéos de los
montes, de Hebron, de Debir, y de A-
nab, y de todos los montes de JudA, y
de todos los montes de Israel : Josué los
destruyó A ellos y A sos ciudades.
99 Ninguno de los Anacéoa quedó en
la tierra de los h^ de Israel : sola-
mente Quedaron en Gaza, en 6ath<, y
en Ashood.
98 Tomó pues Josué toda la tierra, con-
fbrme A todo lo que JehovA habia dicho
A Moisés • ; y entrególa Josué A los
Israelitas por herencia conforme A sus
repartimientos de sus tribus'. Y la
tiñra reposó de guena.
CAPITULO XII.
Rteofitutaelon de la$ eonouúUu jue hito <l
puiUo d9 Itratl. Ctunfante treinta y tw
rryti duiniidotpor Motee» y Jottii,
ESTOS ton los reyes de la tierra que
los 14)os de Israel hirieron, y cuya
tierra poseyeron de la otra parte del
Jordán al nacimiento del sol, dode el
arroyo de Amon« hasta él monte Her-
mon, y toda la llanura oriental :
9 Sehon, rey de los Amorrhéos, qne
habitaba en Hesbon, y señoreaba desde
Aroer, que a(á A la ribera del arroyo de
Amon, y desde el medio del arroyo, y la
mitad de Oalaad, hasta el arroyo Jaboc,
fue ee el término de los h^os de Ammon :
8 Y desde la campafla hasta la mar de
Ohinnerothb, al oriente; y hasta la mar
de la llanura, que e$ el mar salado, tam-
bién al oriente, por el camino de fieth-
Jesimoth; y desde el Mediodía debajo
de las vertientes del PIsga«.
4 Y los términos de Og, rey de Básame,
que habia quedado de los Raphéos«, el
cual habitaba en Astaroth y en Edvei/,
5 Y sefioreaba^ en el monte de Her-
mon, y en Saloa, y en todo Basan, hasta,
loa táñninos de Gessiai y de MaacfaAti,
7 la mitad da Oalaad» fw era téradao
de Sehon, lev de Bcabon.
6 A estos hirieron Moisés, aierre de
JehovA, y loa hUoa de Itmei i y Moisés,
siervo de JehovA, dio aquella tierra en
posesión A los Rubenitas, Oaditaa, j A
la media tribu de ManasséA.
7 *f Y estos son los reyes de la tierra
que hirió Josué con los hijos de Israel
de esta parte del Jordán, al Occidente;
desde Baalgad, me está en el llano del
Líbano, hasta el monte de Halac, que
sube A Sebr ; bi cual tierra dio Joané en
posesión A las tribus de Israel, confiume
A sus repartimientos,
8 En montes, y en valles, en llanos, y
en vertientes, al desierto, y al Mediodía :
el Hethéo, y el Amorxhéo, y el Oananéo.
y el Pherezéo, y el Hevéo, y el Jebuséo i,
9 El rey de Jericó, unoAr; el rey de
Hal<, que eetá al lado de Beth-el, otro :
10 £1 rey de Jerusalem», otro ; el rey
de Hebron, otro :
11 El rey de Jaramth, otro; d rey de
Lacbls, otro :
19 El rey de Eglon, otro; el rey de
GezCT,otro:
18 El rey de Debir, otro; el r«y de
Oeder, otro :
14 El rey de Horma, otro; el ley de
Arad, otro:
15 El rey de Libna, otro; d rey de
Adullam, otro :
16 El rey de Mace^, otro ; d rey de
Beth-el, otro :
17 El rey de Tappna, otro ; d rey de
Hepher, otro :
18 £1 rey de Aphec, otro; d rey de
Lasaron, otro :
10 El rey de Madon, otro ; d rey de
Baaor, otro:
90 £1 rey de Simron-meron, otro; d
rey de Aacaph, otro :
91 El rey de Taanach, otro ; el r^y de
Megdddo, otro :
89 El rey de Ohédes, otro; d rey de
Jocneam de Carmel, otro :
98 El rey de Dor, de la provincia de
Dor, otro ; d rey de las gentes en GJI-
gd, otro:
94 El rey de Tixsa, otro: treinta y un
rey en todos.
CAPITULO XIII.
MamdadBeaoréJoeuífiurvartatatienra
de Ctmatm tnire loe olrae avcm frAw y
mediat y deeeríbeie la que aniet eofio 4 la»
4e Rube» y de Oad, y meaiade Mamatet.
Y SIENDO Josué ya vi^o. entrado
en dias, JehovA le dijo : Td erea ya
viejo, de edad avanzada, y qneda aun
muy mucha tierra por poseer.
9 Esta es la tierra que queda*: todos
los términos de los JPhilistéos, y toda
Gessnri&,
8 Desde Bihor«, que ettá delante de
:^pto, hasta el término de Acearon al
Norte, reputase tierra de los Oananéoa :
dnco provincias «m de loa Philistéoa':
la de los Gazéos, Asdodios, Asoalonitaa,
Gethéoa, y Accaronitas ; y los Bevéos.
4 Al Mediodía, toda la tierra de loa
Cananéos, y Mehaxa, que m de loa 8i-
donioB, hasta Aphecca «, hasta d término
dd Amorrhéo :
5 Y la tlcna de loa Gibléoa/, y todo d
Líbano, hAcia donde sde el sol, desde
Baalgad; A las raices dd monte Hemum
hasta entrar en Hamath.
6 Todoa los que habitan en laa mon-
tafias desde el Líbano hasta las aguaa
cdientes, y todos los Sidonlos, yo los
desarraigaré deUmte de los h^ de Is-
rael : solamente repartirAs tü por suerte l^
el MTM A los Israelitas por heredad, oomo
teñe mandado.
|^14ft
josus; xiy.
▲ GIM&
Il&SS.
KI.2LU,
hpi23.U,
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HJ.
Ha»,
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¡
i
I
ra.4.
SI».
7 Pirte mm ^ ahem aU tlenra en
heradad á IM naefie tribus» y & Ift media
tiibn de Manaaaé ;
JBPofque la ootm media necttkió m here-
dad con los iUbenttaa J GadHas» la «nal
les dio Moisés de la otra parte del Jordán
al Oriente, aegim ^oe te la dio lloiaes,
tiarvo de Jébová * :
8 Desde Axoer» que uiá & la orilla del
tsnojo de Axnon, j la ciudad qja» «tía
en medio del anoyo, j todo la campafla
de Medeba** basta Dibon ¡
10 T todas lu civdades de Setaon, rey
de los Amonhéos, el cual reiiui en Hes*
boa, insta loa términna d» loe 14jot de
Ammoo:
11 Y Gaload^ j los témdnes de Oea-
suii ; de Maacb&ti, y todo el monte de
Hennon, y toda la tiexra de Basan hasta
Stlchl:
li Todo el reino de Oc en Basan, el
cnal idnó en Astaroth y Sdrel, y ti. cnal
habia quedado del residuo de les Ra-
phéos; pues Mdaes los hirió, y echó
dtiatierram.
13 Has 4 los de O^ssuri « y de Maachá-
ti no echaron los Irnos de Israel ; antes
Gessnr j Maach6t hahitaron entre los
Israelitas hasta hoy.
14 Empero á la tribu de Leví no dio
lundad»: lo sacrificios de Jéboyk Dios
de Israel ion su heredad, como él les
había dicho^.
15 ^ Dio pues Moisés 4 la tribu de loe
h^ de JLaben conforme & sus fiunl-
lias:
10 T fué el término de ellos desde
Aioerf, q;ne est4 á la orilla del arroyo
de Amon, j la ciudad, que está en medio
del anojo, y toda la campaña, haata M e-
deba:
17 Hesbon*", ooo todas sos villas que
tdm en la llanura ; Dibon, y Bamoth*
baal, 7 Bethbaal-meon :
18 Y Jasa*, y KedeBOOth, y Mephaath,
19 T Chiriataim, y Slbma, y Zaxeth-
sbahar en el monte del valle,
20 Y Beth-peor, y Asdotb'pisge, y
Beth-]esimoth;
81 Y todas las ciudades de la campa-
iUt, y todo el reino de Sehon, rey de
los Amorrbéos, que rdnó en Hesbon,
al cnal hirió Moisés, y á los principes
de Madian, Hevi, Bieem, y Sur, y
Hnr, y Bebe, príncipes de Siehon que
l>abat^Mn en aquella tierra.
28 También mataron á cuehillo los hi-
jos de Israel ¿ Balaam adivinow, hijo
de Beor, cm los deniaa que mataron.
A Y filaron los términos de los hijos
de Rubén eí Jordán con su término.
Esta fué la herencia de los h^os de
Saben coofimne & sus familias, ciuda-
des con sos villas.
M Dié asimismo Moisés á la tribu de
P>d* i los hüos de Oad, conforme & sus
femUias.
25 Y d téimbw de ellos toé Jazer», y
^pdas las ciudades de Galaad, y la mitad
w la tienra de loe h^os de Ammon hasta
Anex, que ettá delante de Rabbay ;
» Y desde Hesbon hasta B«moth-
^^,j Bethonim ; y desde Mahanaim
DtÉU el témüno de Debhr:
V Y la campa&a de Beth-aram<, y
«■thainuTB, y Sucooth, y Saphon, resto
del reino de Séhon, rey en llesbon ; el
Jotriao y su término huta el cabo de la
mar de Chinnereth, de la otra parte del
Jsnlaa, al oriente.
88 Esta e< la herencia de los h^os de
uad, pot sos fismilias, ciudades con sus
ñiflas,
» Tamblm dio Moisés herencia 4 la
BMdia tribu, de Manaaeó: y fué de Ja
media tribu de las h^os áe Bf anasaé,
conforme 4 sus familias.
80 £1 término de ellos* f^é desde Ma-
hanaim, todo Basan, todo el reino de
Og, vey de Basan : y todas las aldeas
de Jair5, que eiton en Basan, sesenta
peblaoioaos.
81 Dióee ademas la mitad de Galaad,
y Astaroth, y Edrel, dudadas del reino
de Og en Basan «, 4 los h]Jos de Machir,
hijo de Manassé, 4 la mitad de los hijos
de Machir conforme 4 sus familias.
82 Beto e« lo que Moisés repartió en
heredad en los llanos de Moab, de la
otra pacte del Jordán de Jcrioó, al Ori-
ente".
88 Mas 4 la tribu de Levi no dló Moi-
sés heredad «: J«diov4 Dios de LuuA es
la heredad de ellos, como él lea haUa
dicho/.
CAPITULO XIV.
Jtphraimj Mamctuf, hijtm áa Jo9iph.formmH
do» trwu tmaradM. Jiula ftéleiom de
CaUb otorgada por Jomf.
ESTO pues ee lo que los h^os de Is-
rael tomaron por heredad en la ti-
erra de Oanaan, lo cual les repartieron »
Sleazar sacerdote, y Josué, hijo de Nun,
Ílos principales de los padns de las tri-
us de los hijos de Israel,
a Por suerte^ éiénU» su heredad, como
Jehov4 lo luibia mandado por Mdaes,
que diese 4 las nueve tribus, y 4 la me-
dia tribu.
3 Porque 4 las dos tribus, y 4 la media
tribu, les habia Moisés dado heredad de
la otra parte del Jordán : mas 4 los Le-
vitas no dio heredad entre ellos.
4 Porque los fa^jos de Joseph fueron
dos tribus», Manassé y Ephralm : y no
dieron parte 4 los Levitas en la tierra i,
sino ciudades en que morasen, con sus
^dos para sus ganados* y reboilos.
6 De la manera que Jehov4 lo habia
mandado 4 Moiseij, asi lo hicieron los
higos de Israel en el repartimiento de la
tierra.
6 ^ Y los hijos de Jud4 vinieron 4
Josué en Gilsal ; y OÁébg, hijo de Je-
Shone Oenes^, le d^Jo : Tu sabes lo que
ehov4A dyo 4 Moiaes, varan de Dios,
en Oades-bamea, tocante 4 mi y 4 ti.
7 Yo era de edad de cuarenta aQos,
cuando Moisés, siervo de Jéhov4, me
envió de Oades-bamea 4 reconocer la
tienta*'; y yo le refieri el negocio como
lo tenia en mi corazón*.
8 Mas mis hermanos, los que hablan
subido conmigo ', menguaron el corazón
dd pueblo; raapéxo yo cumplí siguiendo
4 jáaov4 mi Dios •".
9 Entonces Moisés juró diciendo : Si
la tierra que holló tu pié no fliere pora
ti, y para tos hijos en herencia per-
ritua : por cuanto cumpliste siguiendo
Jehov4 mi Dios.
iO Ahora bien Jehov4 me ha hecho
vivir», como él dijo, estos cuarenta y
cinco años, desde el tiempo que Jehov4
haUó estas palabras 4 Moisés, cuando
Israel andaba por el desierto : y ahora
hé aquí soy hoy dia de ochenta y cinco
años.
11 Pero aun hoy estoy tan f^Msrte como
el dia que Moisés me envió : cnal era
entonces mi fuerza o, tal es ^ora, para
la guerra, y para salir, y para entrar.
18 Dame pues ahora este monte, del
cual habló Jébov4 aquel dia ; porque td
oíste en aquel dia que los Anaoéos están
allí, y grandes y fuertes ciudades. Q^-
z4 Jefaov4 terá conmigo, y loe echaxéi»,
como Jebov4hadi<áu>.
13 Josué entonces lo alabó, y dio *
~ Ka
•Na. a. 89,
41.
» 1 Cr. 2. 23.
«Okp.UL«.
•< Nn. 22. 1.
« ver. 14.
/I>en.l8Ll.
•Na. «4- ir,
18.
* A'n. 28. e&
78S.&4.
y 81 18.
«Geii.48.fi.
lCr.fi.].S.
aiCr.«.M.
81.
« Un. 35. 8.
/Su. 33. a.
¡> K«. 83. 12.
A Nn. 14. 21.
Don. L 36.
8&
i Ka. 18. «,
26.
*NB.iaso.
y 14 «,8.
/ Kn. 18. 31,
82.
Den. 1. 28.
»lín.l4.24.
■irn.14.80.
o Den. 84. 7.
Bal. IOS. 5.
>> 18a. 14. 6.
SCr. 14.11.
SaL18.8a,
84.
y 27. 1,8.
y44.8.
¿«O. IX
Bom.8.81.
FÍ1.4.1&
BehU.88.
V *TE U •atnt ie la trUní
I lli>» da lali, inr luí b
OfuMBUíTlEiV PD9 « Hr4 ti lémiiiD
■■J UDu de ^'leDKij j ■>]« A la
Dom, hL^ €l OccUmle, fli ciul
SíSEísJS.'írí;
Mr, j pw (1 lado d« iKiDBdr J^m
MoU •! NoW. OH H ObMim, ; d»-
iiSUi biin HU ihiri» jl luto di
ffil» d^ lBdi'!S'(ímdar, por"
S V &IM. j TAmm^T Ad«dl,
4ZJpfar. jTcIrn. j BrttoC^,
U Llbnu, y ElfaBr, j AatB,
A.C.14M.
JOSUÉ, XVI, xvn, xvra.
A.C.MM.
•Cap. 18. 14.
118a. 38.28.
*3nK. 1. 9,
SL
afia.5.6;.
tCbp.l8.U.
«ka. 28. 1».
iwe.i.ae.
i9€r. 8.S.
>lCr.7.2B.
tCkp. 17.14.
^Oap. 17. 9.
«aB.<UL
«MU «a 28.
]ltauS.l&
'¿■•ai. 28,
'bit.14.1.
1». 27. 6,7.
«riña*, y Rabfaa ; do* dodadci coa nu
«1 Bn él dedocto, Batfa-«ialw, Mlddtn,
7 SechAchá,
08 Y NlbMn, y la ciudad de la tal, y
Ei^edl : wls/ diidadaa oon nu aldeas.
83 Maa loa Jebnaéoa que habitaban en
Jeruaajem, loa h^oa de Judá no loa
pudieron deiaxTaigar; antea quedó el
Jebutéo en Jenisalem con los n^oa de
JudAbaatahojtt.
CAPITULO XVI.
Territorio {fw «aiitf por mtuU 4 la trOm i»
BphrcUm,
Y LA tuerte de los hUot de Joaeph
■alió desde el Jordán de Jezicó hasta
laa aguas de Jericó hacia el Oriente, al
deaieito que sube de Jerioó «1 monte de
Betb.el:
5 T de Beth.el sale & Luz*, j pasa «1
término de Arehi en Ataxoth.
8 Y toma i descender hAoia la max al
término de Japhlet, haats el término de
Betfa-oron la de abi^o^* 7 hasta Geaer« :
y aale 4 la mar.
4 Y Recibienm pues heredad los 14K»
de Jofcph, Manease y Ephfiüm'.
6 T fué el término de los hyoe de B-
Shzaim por sus familias, fué el término
e su herencia á la parte oriental desde
Ataroch-addar hasta Betfa.oron la de
arriba.
6 Y sale este término 4 la mar, y á
Michmetbah al Norte, y di vuelu este
término biela el Oriente & Taanath-siio,
y de aquí pasa dd Oriente 4 Janoa :
7 Y de Janoa desciende 4 Ataroth y 4
Naazalha, y toca en Jeciod, y sale al
Jordán.
8 Y de Tappua toma este término
b4cia la mar al arroyo de Oana«, y sale
A la mar. Esta ee la heredad de la tribu
de loe hijos de Ephraim por sus fSuniUas.
9 Hubo también ciudades que se apar-
taron páralos hitos de Bphraim en medio
de la aerencla de los hUos de Manassé,
todas ciudades con sus aldeas.
10 Y no echaron al Oanuiéo que habi-
taba en Geser: antes quedó el Oananéo
cu medio de ^hraim hasta hoy, y fué
tributario.
CAPITULO XVII.
Territorio fUé toeó 4 la otra mtáia tribm de
Maneuet, Confírmate la herencia dada é
toe htíae de Baifitaad. 8e aumenta la por-
ción ae lo» yjoi de Joifh,
TUVO también suerte la tribu de
Manassé, wwque fué pimogénito*
de Jofeoh. Ittaohlrt, prunogénito de
Manease, y padre de Oalaad, el cual
Alé hombre de guerra, tuvo 4 Oalaad «
7 ABaaan.
5 Tuvieron tamtiicn euerfe los otros
h^Jos de Manassé conforme 4 sus faml-
Uaa, e« á eaberd, los hijos de Abieser, y
los h^os de Heleo, y los hijos de Esiiel,
7 los hijos de Siohém, y los l^Jos de
Bepher, y los hltfos de Sémida: estos
fiteron los h^os varones de Manassé,
UJo de Joseph, por sus fiuniUas.
8 Pero Salphaad, hijo de Hepher, hijo
de Oalaad, hUo de Maohlr, hijo de Ma.
naasé» no tuvo hUos sino hijas, loe nom-
bras de laa onsJcs son estos: Maala,
Noa, Ho^, MUdift, y Tirsa.
4 BiltM» vinieron delante de Eleazar«
aoccrdotc, y de Josué hijo de Nun, y de
loa principea, y dijeron : Jehov4 nuñdó
A Moisés que nos diese herencia entre/
noestroe hermanos. Y él les dio heren-
cia entre loe hermanes de ellas, conforme
al dicho de Jthvwh.
5 T eaycson 4 Manassé diez suertes 4
mas de la tlenra de Oalaad y de Basan,
que eefd de la ota parte dd Jordán ;
6 Porque las hijas de Manassé poseye-
ron herencia entre sus hUos : y la tierra
de Oalaad fué de los otros ^joe de Ma-
nassé.
7 Y fVié el término de Manasaé desde
Aser« Michmeut, la cual «ata ddante
de Sichém : y v4 este término 4 la mano
derecha 4 los que habitan Bn-tappua.
8 Y la tierra de Tappua fué de Ma-
nassé ; pero Tappua, que ee^d Junto al
término de Manassé, es de los hijos de
Ephraim.
0 Y desciende ese término al arroyo
de Gana, hiela el Mediodía del arroyo.
Estas ciudades de Ephraim «etea entie
las ciudades de Manassé : y A «1 término
de Manassé ee desde el Norte del mismo
arroyo, v sus salidas son 4 la mar.
10 Ephraim al Mediodía, y Manassé
al Norte ; y la mar es su término : y en-
cuéntrense con Aser 4 la parte del
Norte, y con Issaoar al Oriente.
11 Tuvo también Manassé en Issaehir
Íen Aser 4' Beth-san y sus aldeas, é
bleam y sus aldeas, y loe moradores de
DoT y sus aldeas, y los moradores de En-
dor*, y sus aldeas, y los moradores de
Taanach, y sus aldeas, y los moradores
de Megiddo y sus aldeas) tres provin-
cias.
12 Mas los hijos de Manasaé no pudie-
ron echar á ioa de aquellas ciudades;
antes el Oananéo' quito habitar en la
tierra.
13 Empero cuando los hijos de Israel
tomaron fuerzas, hideron tributarlo al
Oananéo, mas no lo echaron.
14 ^ Y los hUos de Joseph hablaron 4
Josué diciendo : ¿ Por qué me has dado
por heredad una sola suerte y una sola
parte, siendo yo un pueblo tan grande,
y que Jehov4 me ha así bendecido hasta
ahoraw?
15 Y Josué les respofkdió : 81 eres tan
grande pueblo, sube td al monte, y corta
para tí dlí en la tierm del Phernéo y de
los gígkntes, pues que d monte de Eph-
raim es angosto pan tf.
IS Y los hijos de Joseph dieren : No
nos bastar4 4 nosotros eefe monte: y
todoe los Oananéos que habitan la ti-
erra de la campaSa, tienen • carros her-
rados ; los que están en Beth-san y en
sos aldeas, y los que eetoi» en d valle
de JezreeL
17 Entonces Josué respondió 4 la casa
de Josedi, 4 Ephraim y Manassé, dici-
endo : Tu eres gran pueblo, y tienes
gran fuerza; no tendxis una sola su-
erte:
18 Mas aqud monte seri tuyo; que
bosque es, y td lo cortaris, y serán tuyos
sus términos : porque td eohar4s al Oa-
nanéo, aunque tenga carros herrados, y
aunque sea fuerte.
CAPITULO XVIII.
Be fia el UiJbemáeeio <n SOo, territorio de
Bei^aim'«i, y denMfroaee el territorio qne te
ha de dar á lat otrat tiele tribnt.
Y TODA la congregación de los h^Jos
de Israel se Juntó en a Silo, y asen-
taron allí el tabem4culo dd h testimonio,
después que la tierra les flié sujeta.
a y Mas hablan quedado en los hyos
de Israel siete tribus, 4 las cuales aun
no hablan repartido su posesión.
8 Y Josué dijo 4 loe hijos de Israel :
¿ Hasta cuando «rráfe negligentes para
venir 4 poseer la tierra que os ha dado
Jdu)v4 el Dios de vuestros padres ?
4 Sefkalad tras varones de cada tribu«,
para que yo los envíe, y jne ellos se le-
«0^>. 149.8.
* Oap. 18. 9.
< 1 Cr. 7. 29.
* 1 Ba. 28. 7.
8aL8S.l&
i Cap. 16. 10.
"Gen. 49.22,
20.
Ka. 26. S4.
S7.
Den. 88. 13,
17.
"Jaec.1.19.
y 4. 3.
a Cap. 19. 81.
Jer. 7. 12.
iJne&lSJa.
IBa. 1.3^34.
74.8.4.
• ver. 8.
.a 1444.
JOSITE. XIX.
e.uá
J Ctp. 15. 1,
ete.
/rer. 10.
Cap. 14. 2.
rO»p.1S.8.
& Xi. 47. S2.
¿4. 8,9.
eeh.lS.19.
>a«n.28.19.
Joae. 1.23.
I Cap. U. r.
fuitcuy y reoonm bt ttetra* y Ia des-
criban oonfonne & sus heicaaoM, y te
tontm & ni.
5 Y la dlTldiiáii en atete partes; j
Jndá eataiA en su término al Medio-
dia¿, j bu deltL caaa de Joaeph estaxin
en el myo al Norte •.
6 Vocotros pues delinearéis la tierra en
siete partes, y me traeréis la detcripcion
aquí ; 7 yo oa echaré laa/ raertea aquí
delante de Jehová nuestro Dios.
7 Empero loa Levitas ninguna parte
tienen entre Tosotros; poraue el sacer-
docio de JehoTá e» la heredad de tilos :
Oad tamUen, y Rubén, y la media tribu
de Manasaé, ya han recibido su heredad
de la otn parte del Jordán al Oriente, la
cual les dio Moisés, sierro de Jeiiová^.
8 Levantándose pues aquellos vavones,
fiíeron ; y mandó Josué á los que iban
pan ddinear la tlenra, dioiendoles : Id,
y recorred la tierra, y dettneadla, y tor-
nad & mí, para que yo os eche las su-
ertes aquí delante de JehovA en Silo.
9 Fueron pues aqndlos varones, y pa-
sean» la tierra, delineándola p<ñ- ciu-
dades en siete partes en on libio, y
tomaron 4 Josué al Campo en GHlo.
10 Y Josué les echó las suertes* de-
lante de JtiioTá en Silo : y alli repartió
Josué la tierra á los hi|ios de Israel por
sus porciones.
11 ^ Y sacóse la suerte de la tribu de
los hijos de Benjamín por sus familias :
y salió el término de su suerte entre loa
lUJos de Judá y los I4}o8 de Joaeph.
19 Y fué el término de éUm al lado
del Norte desde tí. Jordán ; v sube aquel
término al lado de Jarico al Norte ; sube
después al monte hacia el Occidente, y
▼lene á salir al desierto de Beth-aven.
18 Y de allí pasa aquel término A Luz,
por el lado de Luz, (esta es Beth-el')
hAcia el Mediodía. Y desciende ese tér-
mino de Ataroth-addar al monte que
ettá al mediodt» de Beth-oron la de
alM^.
14 Y toma este término, y dA vuelta
al lado de la mar, al mediodía, haste él
monte que ettá delante de Beth-oron al
mediedia; y viene A salir A Chlriath-
baal, que es Ohiriath-Jearim, ciudad de
los h^os de JndA. Este e$ el lado del
Occidente.
15 Y el lado del Mediodía et desde el
cabo de Chlriath-Jcarim : v sale el tér-
mino al Occidente, y sale A la fuente de
laa acuas de Nephtoa :
16 Y desciende aqueste término al cabo
del monte que está delante del valle del
14J0 de Hinnom, que ettá en la campodDa
de los gigantes hAcia el Norte: desci-
ende luego al valle de Hinnom, al lado
del Jebuséo al Mediodía, y de allí des-
ciende A la fuente de Rogel A.
17 Y dd Norte toma y sale A En-
semes, y de allí sale A Geluoth, que eetá
delante de la subida de Adummim, y
descendía A la piedra de Bohan, hj^jo de
Rubén:
18 Y pasa al lado que eetá delante de
la eampaSa al Norte, y desciende A los
llanos.
18 Y toma A pasar este término por el
lado de Beth-nogia hAda el Norte, y
Tiene A salir el término A la lengua del
nur salado al Norte, al cabo del J ardan
al Mediodía : este «t él término de hAda
el Mediodía.
90 Y el Jordán acaba aqueste término
al lado del Oriente. Este ee la heredad
de los hijos de Bei\iamin por sus térmi>
nos al rededor, coníbrme • sus fiímilias.
91 ^ Las ciudades de la tribu de los
hijos de Be^Jarain* por sos fiamiUaa, fti-
Jetieó, Beth-bogla, y d valle de
Oasis,
99 BetlMffaba, Semoralm *, y Betii-tf ;
93 Y Avim, y Para, y Ophra,
94 Y Oephar-haammonai, Oplmi, j
Oaba ; doce ciudades con sus aldeas :
95 Gabaon, Rama, Beerotb,
96 Y Mispa, Ohephira, y Moca,
97 Reoem, Irpeél, y Tárala,
98 Y 8ela, Bleph, Jébns, que es Je»
rusalem, Oibeath, y Chlriath; oatorae
dudadas con lus aldeas. Este et la he-
redad de los hijos de Benjamín coa-
forme A sus ñaaUlu.
CAPITULO XIX.
TerritoHo di Un oira» teU IrOac, |r parefetk
áadaéJomti.
LA segunda suerte salió por Simeón,
por la tribu de los hijos de Simeón
conforme A sus dmiftas: y su heredad
Alé entre la heredad de los hijos de
JudA«.
9 Y tuvieron en su hetedad A Beer-
sebaA, Sdia, y Molada,
8 Hasar-sual e. Bala, y Esem,
4 Eltolad, Betul, y Horma,
5 Oclag, Beth-mandiiboth, y Haacr-
sosa,
6 Betfa-lebooth, v Saruhem ; trece efn-
dades con sus aldeas :
7 Ain, Rlmmon, Éter, y Asan ; ev-
atro dndades con sus aldeas :
8 Y todas las aldeas que «staAen al
rededor de estas dudades hasta Baalat3i>
beer, que et Ramat dd Mediodía. Esta
et la heredad de la tribu de los hijos de
Simetm según sus fiunllias.
9 De la suerte de los hilos de JndA
fué tacada la heredad de los hijos de
Simeón : por cuanto la parte de los hi-
jos de JudA era excesiva para ellos i así
que los hi{os de Simeón tuvieron su he-
redad en medio de la de ellos'.
10 ^ La tercera suerte saDÓ por los
h^oa de Zabulón conforme A sus fluni-
Haa: y el término de su heredad toé
hasta Sarid.
11 Y su término sube hasta la mar* y
hasta Merala, y llega hasta DabbeseCh,
y de oUi llega ai am^o que ss/d delante
de Jocneam/.
19 Y tomando de Sarid hAda Oriente,
donde nace el sol, al término de Chis
loth-tabor, sale A Dabrath^, y sube A
Japhla :
18 Y pasando de allí hada d lado ori-
ental A Oith-hepher y A Itta-kazin, sale
A Rimnion rodeando A Nea.
14 Y d* «7114 temía este término al
Norte A Hanaton, viniendo A salir al
▼alie de Iphtael ;
15 Y ábma Oattath, y Nadal*, y
Simron', y Idéala, y Beth-lehem *} do-
ce dudados oon sus aldeas.
16 Esta «» la heredad de los hijos de
Zabulón por sus familias ; estas duda-
des con sus aUéas.
17 ^ La euarta suerte sdió por Issa-
chir, por loa hijos de Issadutr, oon-
fbrme A sus fiunillas.
18 Y ftié su término lased', y Oh»
sullotfa, y Sunema»,
19 T Haphazaim, y Sion, y Anaarath,
90 Y Rabbith, y Ghlsion, y Ebes,
91 T Rameth, y En-gannim, y Bn-
hadda, y Beth-passes:
99 Y dega este término hasta Tabor, y
Sahasim, y BeÜMemes ; y sale sb tái^
mino al Jordán: diez y sds dndades
oon sus aldeas.
98 Esta «f la heredad de la tribu de ka
hijos de Issachár conlbrme A sua ftani-
lias ; estas ciudades oon sus aldeas.
94 Y Y aa&ó la quinta snorte par la
lOon-lOLl
M3«^ZLa
1 Cr. 4.21
«Oap.13.2
*wr.l.
•Gea.48.u
/Oi^i9.as
'ICr.CLTI
AJwe.I.aS
i Cap. U. 1.
iBut]iI.X«
98A.as.ia
9ar.U.«
llIt«y.X14
••IPa.98.4
3 Bey. 4. f
12.
I.CLt4M.
JOSCB, XX, XXI.
A.0.H4Í.
5.a.
CbpLll.8.
Jaecl-Sl.
Be 27. a,
IJwe.1.».
Miel. 14.
^18^4.1.
IBay-auO.
'GeK.49.90.
Seu.8&a4.
«JiHe.IB.1.
7 37.».
•€ap.MJOL
Mba de iM t^joi de Amt por na te*
millas.
8S Y MttSxnliio ftié Hclehftt, j EhU, j
Beten, y Axaph,
90 Y Alammdec, j Amead, y MímoI ;
llega faasu Oaimei al Oedaeiite, y á
'libnath :
97 Y tornando de donda BAoe d mI
á Beth-danms lien á Zabulón, y al
valle de IpDtael al Narte. 4 Brth-emee,
y Ndiiel, y tale á Cabul & la nurao le
quierda;
98 Y ofrrvta á Bbron, y Rebob, y Ham -
mon, y Gana, baila la gran Sidoa*.
99 Y toma <le otti cite ténnino á Hor.
ma, y hasta la ftierte dudad de Tlrop t
y toma este término & Hota : y sale á la
mar desde el territorio de Achidb f .
80 Abroga tamháea Umma, y A{4iec*',
j Rdwb: veinte y doe ciudades om sus
i ir"*
: iea.L&
. >>1.7B.«aL
11
81 Esta M la heredad de la tribu de los
h^jos de* Aser por sus fluailias; estas
ctadades con sus aldeas. ^
89 5 La sexta suerte salló W loa h^os
de Nephtali, por los h^os de NephtaU
ooaibnne i sus familias.
88 Y fué su término desda Hdeph, y
Alian, á Saananim, y Adaml, Neoeb, y
Jabneel, hasta Laenm ; y sale al Jordñi.
84 Y «ornando de ttlH este tánniao h&-
cia el Ooeidente á Aznoth-tabor, pasa
de allí á Hncucat y liega hasta Z^ukm
al Mediodía, y al Oocioente confina con
Aser, V coa Judá al Jordán hada donde
nace el sol.
85 Y las dudadea Aieftea «o« Siddhi,
Ser, y Hamath, Raocath, y Cfalnneteth,
8S Y Adama, y Rama, y Hasor,
87 Y Cedes, y Edrei, y En.hasor,
88 E Iron, y Migdalel, y Horenij y
Beth-snath, y Beth-semes : diez y nueve
dndades con tus aldeas.
88 Esta ef la heredad de la tribu de los
l^Joa de NephtaU por sus fam^iua • es-
caá dndades con sus aldeas.
40 ^ La séptima suerte salló por la
tribu de los I^jos de Dan, por sus ft-
millas.
41 Y Alé el término de su heredad
flora, y Estaol, é Ir^emes,
48 Y SaaiaUn, v Aialon, y leth-la,
48 Y Elon, y Tlmnatha, y Eeron,
44 Y Blteché, Oibbethon, y Bsahith,
45 Y Jéhud, y Bene-berae, y Oath.
naamon,
40 Y Me-jarcon, y Raocon, con el téi^
mino que Htá delante de Joppa.
47 Y fitltóles térmfaio 4 los h«os de
Dan: y' subieron los hJ|ios de l>an y
eombatieron á Lesem, y tomándola, me-
tiéronla 4 filo de espada, j la poseyeron,
y habitaron en ella ; y llamaron 4 Le-
sem, Dan, del nombre de Dan su padre.
48 Esta « la heredad de la tribu de
loa 14}o8 de Dan conforme á sus fiuni*
lias ; estas ciudades con sus aldeas.
40 ^ T después que acabaron de re^
partir la derra en heredad por sus tér»
minos, dieron los l^jos de Isrsd here>
dad 4 Josué, l^jo de Nun, en medio de
dios.
50 Según la palabra de Jehov4 le di-
eron la dudad que él pidió, om fyé
Timnathsera* en el mente deEphra-
Im: y éi reedificó la cisdad, y habitó
en ella.
51 Estas «on pues las heredades que
Kleazar sacerdote, y Josué, h^o de Nun,
y los principales de los padres, entre-
caron por suerte en posesión 4 las tribus
de los n^oa de Israel en Silo ', delante
de JdioVa, 4 la entrada del tabem4culo
dd testimonio: y asi acabaron de re-
partir la tierra.
CAPITULO XX.
Ia< «imiain it osOo, « m
lo$ frimltgioé d» lo* r^tlffMdo*.
Y HABLÓ Jehov4 4 Josué did-
eado:
9 HaMa 4 lea h^ea de Israel, didende :
Sefialaos las ciudades de nfoglo» de las
cuates yo es hablé por Moisés • :
8 Para que se acoja allí d hemldda
que matare 4 alguno por yene, y no 4
sabiendas; que os sean por acogindente
del cercano éd muerto.
4 Y d que se acogiere 4 alanna de
aquellas ciudades, presentartoe 4 la pu-
erta de la ciudad, y dlr4 sus causas
oyéndolo los ándanos de «aquella du-
dad : y dios le t«dbtr4n oonálgo dentro
de la dudad, y le darán lugar que ha-
bite O0B dloa.
5 Y cuando el cercano dd muerto le
siguiere, no entregarim en su mano d
homicida, por cuanto hirió 4 su pró-
jimo por yerro, ni tuvo con él antes
enemistad.
6 Y quedar4 en aqudta dudad hasta
que perecea en jdoio delante dd ayun-
tamiento, hasta la muerte dd gran sa«
eerdete que ftiere en aqud tiempo^:
entonces el homicida tomar4 y Tendi4
4 su dudad, y 4 su oasa, 4 la eiudad da
donde huyó.
7 ^ Entonces sefialaron 4 Cedes • en
Galilea en d monte de Nepfatdi, y 4
Sichém en d monte de Ephraim, y 4
Ohlriath-arba. que es Hebron, en d
monte de Judá.
8 Y de la otn parte dd Jordán de
Jericó, d Oriente, tefldanm 4 Beser en
d desierto, en la llanura de la tribu de
Rubén, y 4 Ramdh en Gdaad de la
tribu de Oad, y 4 Qaulon en Basan de
la tribu da Manassé.
9 Estas ftieron las dudadas tefidadas
para todos loa hijos de Israd, y para d
extranjero que morase entre ellos, para
2ue se acogiese 4 ellas cualquiera que
iziese hombre por yerro, y no muriese
por mano dd cercano dd muerto, hasta
que compareoiese delante dd ayuntami-
ento.
CAPITULO XXL
{Mudadas «•paroMias |Mira Im Ltnitía*. tot
ItroMoé nvnt t» npom.
Y LOS ptlndpdes de los padres de
los Lerltas Tinleron 4 Bleazar sa-
cerdote«, y 4 Josué, hQo de Nun, y 4
los prindpales de los padrea de las tri-
bus de los 14J0S de Israel,
5 Y habláronles en Siloh en la tierra
de Oanaan, diciendo: JehoT4 mandó
por Moisés que nos ftaesen dadas Tillas
para habitar, con sus ^idos para nues-
tras bestias «.
8 Entonces los I4J0S de Israd dlenm
4 los Levitas de sus posesiones, con-
forme 4 la pdabra de Jehov4, estas
villas con sus ejidos.
4 Y Y salió la suerte por las fiunillas
de los Ooathitas; y fueron dadas por
suerte 4 los h^Jos de Aaron' sacerdote,
otte eran de los Levitas, por la Mbu de
Jud4, por la de Simeón, y por la de
Beidamin, trece villas.
6 V 4 los otros h^os de Ooath* «e
dieron por suerte diez villas de las fa-
milias de la tribu de Ephraim, y de la
tribu de Dan, y de la media tribu de
Manassé.
6 Y 4 los h^os de Oerson/, por las
fiunlUas de la tribu de Issadúlr, y de
la txlbu de Aser, y de la tribu de Neph-
taU, y de la media tribu de Manassé
en Basan,/b<iiim dada» por suerte trece
vUlas.
•8Z.91.U.
Kn.8&8,
11,14.
DBB.U49.
• R«.8fcI2.
94
•Os>SLaB.
■Ob.14.1.
ylTT*.
6 Oap. 18. 1.
« Na. 88. 9.
li ver. 8, 19.
Gait.a«.88.
•ier.90,elB.
/ver.S7.sts.
^ClMá.
josuz;,xxii.
C14éL
9 TW. 8é,ete.
k wr, 8.
* 1 Cr. (L 56.
tCftp.li.14.
iCUbULa.
' 1 <&. C. S8.
"Oftp. 16.42.
ICr. 6.60.
"Cap. 18. ai.
«icr.e.ao.
P ver. 8.
lUr.«.e6.
9 ver. 8.
lGr.8.71.
•■Oftp.aO.8.
«Cftp.ao.7.
7 A los hijos de Menuriff por nu &•
mOiu M díenm doce Tillas por la tribu,
de Rubén, 7 por la trtbo de Oad, y por
la tribn de Zabulón.
8 Y otí dieron por raerte loi h^os de
Israel á los Levitas estas villas con sus
ejidos h, como Jehová lo habia mandado
por Moisés.
9 ^ Y de la tribu de los hijos de Jndá,
y de la tribu de los hiios de Simeón
dieron estas villas que fueron nombra»
das:
10 Y la primera suerte faé de los h^os
de Aanin, de la fiunilia de Coath> de
los hUos de Leví ;
11 i'A los cuales dieron á Ohlriath-
arba, del padze de Anac, la cual e»
Hebxon, en el monte de JudA, con sus
^idos en sus contomos.
18 Mas el campo de aquesta ciudad y
sus aldeas dierop á Oaleb, hijo de Je-
phone, por su posesión K
18 Y á los hijos de Aanm sacerdote
dieron la ciudad de refusio para los ho-
micidas, e« á saber, á Hebron con sus
^idos ; y & Litma con sus cgldos,
14 Y 6 Jattir con sus ^idos, y i £ste<
moa con sus ejidos,
16 A Helon* con sus.qidos,y á Debír
con sus cgidos,
16 Am Ain con sus ^idos, 4 Jutta con
sus ejidos, y & Beth-semes con sus ^1-
dos: nueve villas de estas dos tribus.
17 Y de la tribu de Benjamín, á Gibeon
con sus ^idos, & Geba « con sus ^idos,
18 A Anathoth con sus ^idos, á Al-
mon » con sus ^idos : cuatro villas.
19 Todas les villas de los sacerdotes,
hUos de Aaron, ton trece con sus «¡iidos.
50 5 Mas las familias de los mos de
Ooathj» Levitas, los que quedaban de los
hijos de Coath, recibieron por suertes
villas de la tribu de Ephralm.
51 Y diéronles A Sichém, villa de re-
fugio para los homicidas, con sus qidos,
en el monte de Ephiaim : y á Oeser con
sus ei^os,
55 Y & Klbsaim, con sqs ^idos ; y 4
Beth-oron con sus ejidos : cuatro vúlas.
23 Y de la tribu de Dan, 4 Eltheco
con sus gidos, 4 Gibethon con sus
gidos,
24 A Ayalon con sus qidos, 4 Gath-
rimmon con sus qidos : cuatro villas.
25 Y de la media tribu de Manassé, 4
Taanach con sus ^idos, y 4 Gath-rim-
mon con sus ejidos : dos villas.
56 Todas las villas para el resto de las
familias de los hijos de Coath fiteron
diex con sus ejidos.
27 If A los hijos de Gerson?, de las
funilias de los Levitas, dieron la villa
de refugio para los homicidas de la me-
dia tribu de Manassé, me era Gaulon
en Basan **, con sus ^iaos; y 4 Bosra
con sus ^idos : dos villas.
28 Y de la tribu de Issachár, 4 Cesión
con sus ^idos; 4 Dabereth con sus
ejidos,
29 A Jarmuth con sus ^idos, y 4 En-
gannim con sus ejidos : cuatro villas.
30 Y de la tribu de Aser, 4 Miseal con
sus ^idos, 4 Abdon con sus ejidos,
' 81 A Helcháth con sus ejidos, y 4 Re-
hob con sus ejidos : cuatro villas.
82 Y de la tribu de Nephtali, U vUla
de refligio para los homicidas, 4 Cedes
en Gallfóa* con sus ejidos ; 4 Hammoth-
dor con sus ^idos, y 4 Cartan con sus
ejidos : tres villas.
38 Todas las villas de los Gersonitas
por sus familias fueron trece villas con
sus ejidos.
84 Y 4 las familias de los hijos de
Merarl, Levitas que quedaban, ai^de»
de la tribu de Zabslon 4 Jocneam cMm
sus ejidos, Cartba con sus ^idos,
85 Dimna con sus ejidos, Naalal con
sus etiidos : cuatro villas.
86 Y de la tribu de Rubén, 4 Bcser'
con sus ejidos, 4 Jasa y sus ^ídos,
87 A Cedemoth con sus ^idos, y Me-
phaat con sus ^idos : cuatro villas.
88 De la tribu de Gad, la villa de re-
fVigio para los homicidas Ramoth en
Galaad, con sus ejidos ; y Maanaim con
sus <}idos,
89 Hesbón con sus ^idos, y Jaxer con
sus ejidos : cuatro villas.
40 Todas las villas de los h^os de Me-
rari por sus fismillas, que restaban de
las familias de los Levitas, fueron por
sus suertes doce villas.
41 5 Y todas las villas de los Levita*
en medio de la posesión de los hijos de
Israel, fiteron cuarenta y ocho villas oon
sus etidcts «.
42 Y estas ciudades estaban apartadaa
la una de la otra cada cual oon ana
ejidos al rebedor de ^la* : lo cual flaé
en todas estas ciudades.
48 Y Así did Jehov4 4 Israel toda la
tierra que había Jurado dar' 4 sus pa-
dns; y pos^éronla, y habitaron en
ella.
44 Y Jehov4 les dio reposo al rede-
dor y, conforme 4 todo lo que habla
jurado 4 sus padres : y ninguno de to-
dos sus enemigos lea paró delante *, sino
que Jehov4 entregó en mu manos todos
sus enemigos.
45 No faltó palabra de todas las bue-
nas que habló Jehov4 4 la casa de Is-
rael : todo se cumplió ••
CAPITULO XXII.
Betírafue d eui ea$a$ y poteeUnu» lat tribu»
csuxíttare» de Rubén y de Oad, y la media
de ManoMsf ; y levamcm Mit áÜar eerea dei
Jordán,
ENTONCES Josué llamó 4 lo* Ru.
benitas, y 4 los Gaditas, y 4 la
media tribu de Manassé,
8 Y dQoIes : Vosotros habéis guardado
todo lo que Moisés, siervo de JehovA,
os mando •, y habéis obedecido 4 mi vos
en todo lo que os he mandado b.
8 No habéis dejado 4 vuestros her-
manos en estos muchos dias hasta hov,
antes habéis guardado la observancia de
los mandamientos de Jehov4 vuestro
Dios.
4 Ahora pues que Jehov4 vuestro Dios
ha dado reposo 4 vuestros hermanas,
como se lo luAia prometido, volved, y
tomad 4 vuestras tiendas, 4 la tierra de
vuestras posesiones, que Moisés siervo
de Jehov4 os dio de la otra parte del
Jordán e,
5 Solamente que con diligencia cui-
déis d de poner por obra el mandami-
ento y la ley, que Moisés, siervo de
Jehov4, os intimó: Que améis 4 Je-
hov4« vuestro Dios, y andéis en todos
sus caminos ; que guardéis sus manda-
mientos, y os alleguéis 4 él y le sirváis
de todo vuestro oorazon, y de toda vu-
estra alma/.
6 Y bendiciendolos Josué los envió : y
f uéronse 4 sus tiendas.
7 También 4 la media tribu de Ma-
nassé habla dado Moisés oMecion en Ba-
san ; mas 4 la otra media habia Josué
dado heredad entre sus hermanos 0 de
estotra parte del Jordán al Occidente:
y también 4 estos envió Josué 4 sus ti-
endas después de haberlos bendecido,
8 Y hablóles diciendo : Volveos 4 vu-
estras tiendas con grandes riquezas*, y
con grande copia de ganado ; con plata.
«f3ap.ao.S.
•NU.S5.
• Oca. 12. 7.
y 18.15.
y 1&13,ZL
y 26. 5. 4.
'C»p.lLSS.
r 2S.C
■ rteu. 7. 33.
24.
•CapL2S.14.
lBey.6.5(L
■ N u. 3SL 20,
sa.
Don. 3.16,
20.
»Oap.l-li
18.
•Wtt.IB.S3.
Bea. aa.8.
¿Den. «.«,
17.
ylLJQ.
«Bao. 10.12.
/Cap. 24.14.
lSa.ia.».
'Csp.17. 5.
* Den. 8. 10,
It.
9Y loa li^ da Bubf^r Im bjjoi di
I^ínii I pmOfniua da im bfln'd^
luMI da Sito, vu ntá en la tkrra da
Oadaaii.panlrálaDaTaibQila^»,
JebüTlpórnuoí dHiSliai.^^'^
10 ^ r llegando i loa IfaDlm «
n>^ £ia*!Ú« ^ Botan. T loa I»
11 1 T ka bUoa lilñwinai» di
dr' «u loa ÜJo> da Ruten, itea hU<
Toidaí, al paan da toa Ulna da Inul:
dibUi 1^ da líánui«, an fa Uatn
dn GaUHl>:'liatiUKiBlaidiaaDdo:
■t Toda la fonff^aelaa do Jaknl
Adnaa t« hljcd de Rnbm, r
3SiíS«KfaS;'°>ÍSd'd
bi «m -rnl, Mnb» ii alod OH»
A. a dr. 1497.
90BÜE, XXIT.
A.O.€Sr.im.\
A
yU.10k
ffKii.33.A3.
A Den. 6. 83.
<Dtn.7.3.8.
(Ler.a&S.
Jnee. 7. 19.
22.
7U.I8.
"Xx. 23.27,
etc.
«II.L4.
Boiih.1. e.
•30or.Cl4.
l>Jiuie.2.a^
ilB47.ll. 4.
«• 2 Bíj. 17.
23,23.
'0Bp.21.tf.
tLm.36.14,
etc.
Don. Sí. U,
8&
• Gsp. 3S. 2.
«liikiaUL
«G«a.ll.96,
etc.
<tG«D.12.1.
«Gai.a.9»
4 Hé aquí oe be vepartldo por suerte,
en berenda ' pw vuestfu tnbuS} estas
gentes, así las destruidas como las qne
quedan, desde el Jordán hasta la gran
mar hacia donde d aol se pone.
5 Y Jehová Tuestro Dios las ediará de
delante de Tosotros, y las lanzart de
vuestra presencia/; y vosotros poseeréis
sus Üerns, como Jáiorá vuestro dos
os ha dicho ^.
6 Esforzaos pues ninefao & guardar y
hacer todo lo que está escrito en el libro
de la ley de Moisés, dn apartaros de ello
ni í la diestra ni á la riniestraA.
7 Que cuando entrareis á estas gentes
que nan quedado con vosotros', no ha-
gáis mención ni juréis por el nombre de
BUS dioses >, ni los sirvds, ni os inclinéis
á ellos.
8 Mas á Jéhovi vuestro Dios os alle-
garéis, como habéis hecho hasta hoy ;
0 Pues ha echado J^ová delante de
vosotros grandes y fiíertes naciones: y
hasta hoy nadie ha podido parar delante
de vuestro rostro.
10 Un varan de vosotros perseguirá á
xoñt: porque Jéhová vuestro Dios pdea
por vosotros, como él os d^o *.
11 Por tanto cuidad mui»io, por vues-
tras almas, que amds á Jehova vuestro
Dlost
U Porque si os aportareis*, y os alle-
gareis á 10 que testa de aquestas gentes
que han quedado con vosotros, y si con-
oertazeis con ellos matrimonios, y en-
trareis á ellas, y elbu k vosotros • :
18 Sabed que Jehovft vuestro Dios no
echará mas estas gentes deUnte de voso-
tros/*; antes os ser&n por Ijuo, yf por
tropicño, y por azote para vuestros cos-
tados, y por espinas para vuestros ojos,
hssta tanto que perezcáis de aquesta
buena tieira, que Jéhová vuestro Dios
os ha dador.
14 T hó aquí que vo estoy para entrar
hoy por el camino de toda la tierra : re-
conoced pues con todo vuestro corazón,
y con tooa vuestra alma, que no se ha
perdido una palabra de todas las buenas
Salabras que Jéhová vuestro Dios habla
icho de vosotros ¡ tedas os han venido,
no se ha perdido de ellas ni una*.
16 Mas serA, que como ha venido sobre
vosotros toda palabra buena que Jéhová
vuestro Dios os habla dicho, así tamUen
traerá Jéhová sobre vosotros toda pala-
bra mala*, hasta destruiros de sobre la
buena tierra que Jéhová vuestro Dios os
hadado,
19 Otuindo traspasareis ti pacto de Jé-
hová vuestro Dios, que ¿1 os ha man-
dado, yendo y honnúido dioses ágenos,
é inclinándoos á ellos. T el furor de
Jéhová se inflamará contra vosotros, y
luego persoeréis de aquesta buena tierra
que él os ha dado.
CAPITULO XXIV.
VUtnia ariurtaetoH, y vroUtta A Jatmtg m
muerto y to ds Ehaaar.
Y JUNTANDO Josué todas las tribus
de Israel en Sichfim, llamó á los
ancianos de Israel, y á sus pifiícipes, á
sus jueces, y á sus oficiales*, y presen-
táronse delante de Diost.
8 Y dijo Josué á todo el pueblo : Así
dice Jéhová, Dios de Israel. Vuestros
padres habitaran antiguamente de esotra
parte del rio, ea á Mber, Thará, padre
de Abraham y de Nachdrc, y servían á
dioses estrafiM.
8 Y yo tomé á vuestro padre Abraham
de ia otra parte del rio', y tr^do por
toda la tierra de Canaan, y aumento so
generación, y díle á Isaac «.
4 Y á Isaae di á Jueob v á Emíft 7
á Esalf di d monte de Seir^, que lo
poseyese; mas Jacob y sus hQos desoen-
dieroná Egipto*.
5 Y yo envM á Moisés y á Aaron, j
herí á IMpto, al modo que lo hice en
medio de ^ y deqiues os saqué'.
6 Y saqué á vuestros padres de Egipto :
y como UMaron á la mar*, los Eppclos
siguieron á vuestros padres hasta el nur
Bermqo con carros y caballería.
7 Y como ellos clamasen á Jéhová, él
puso obscuridad entre vosotros y los
Egipcios, é hizo venhr sobre elto» la
mar, la cual los cubrió : y vuestros ojos
vieron lo que hice en E^pto. Después
estuvisteis muchos días en el desierto'.
8 Y os Introduje en la tierra de los
Amorrbéos, que habitaban de la otra
-parte del Jordán, los cuales pelearon
contra vosotros : mas yo los ents^fué en
vuestrsa manos, y poseísteis su tierra,
y los destruí de delante de vosotros.
9 Levantóse después Balac, hl^o de
Sepbor, rey de los Moabltas, y peleó
contra Israd : y envió á llamar á Ba-
laam, I^Jo de Beor, para que os mddl.
Jese"^
10 Mas yo no qube escuchar á Ba»
laam ¡ antes os bendijo repetidamentej
y os Itbré de sus manos».
11 Y msado el Jordán», vlnistds á Je-
ricó: y KM moradores de Jericó pelearon
contra vosotros ; y los Amorrbéos, Pbe-
rezéos, Oananéos, Hetbéos, Gergeséos,
Hevéos, y JebuséiM : y yo los entn^gae
en vuestras manos?.
12 Y envié tábanos? delante de voso-
tros, los cuales los echaron de delsnte
de vosotros, á taber, á los dos reyes de
los Amorrhéos; nuu no con tu espada,
ni con tu arco r. I
18 Y os di la Üerra pot la oual nadA
tn^^jaateis, y las ciuoades que no edi>
ficastds, en las cuales moráis ; y de tas
villas y olivares que no plantasteis *,
coméis.
14 Ahora pues temed á Jéhová', y
servidle con IntHcrldad, y en verdad : y
quitad de en meoio los dioses á los cuales
sirvieron vuestros padres de esotra parte
del rio, y en Egipto ••; y servid á Jéhová.
16 Y si mal os parece servir á Jehovl,
escogeos hoy á quien sirváis' ; si á toa
dioses á quienes sirvieron vuestros pa-
dres, cuando ettuvieron de esotra parte
del rio, ó á los dioses de los Amorrhéos,
en cuya tierra habitáis; que yo y mi
casa serviremos á Jéhová.
16 5 Entonces el pueblo respondió, j
d^ : Nunca tal acontezca, one d^emos
á Jéhová por servir á otros aloses.
17 Porque Jéhová nuestro Dios es el
que nos sacó á nosotros y á nuestros pa-
dres de la tierra de E^pto, de la casa de
servidumbre ; el cual delante de nuestros
ojos ha hecho estas grandes séllales, 7
nos ha giurdado por todo camino por
donde hemos andado, y en todos los
pueblos por entre los cuales pasamos.
18 Y Jéhová echó de delante de noso-
tros á todos los pueblos, y al Amonbéo
que habitaba en la tierra. Por tatito no-
sotros también serviremos á JAotk^
porque él es nuestro Dios.
19 Entonces Josué dUo al pueblo : No
podréis servir á Jehovajr : porque él es
Dios santo', y Dios« zeloso: no sufrirá
vuestras rebellones, y vuestras pecadosb.
90 Si dc^Jarcia á Jenová, y sirviereis &
dioses ágenos, se volvere y os maltra-
tará, y os consumirá* después que os
ha hecho bien.
SI El pueblo entonces d^o á Josué:
I No, antes á Jéhová serviremos.
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EL LraBO DE LOS JUECEa
I •[ Ta ¿bba eanbatillD toi I^faa «a
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^at htíUtbt lia Halma, la cuU Éa lu-
iuC.«ir.l«K.
JUECES» II, IIL
.CLdr.l4U.
'Job. 19. 91,
'ver. fi.
h G«B. 17. 7.
81L89.8Í.
•I)ra.7.X
¿Dea. 19.8.
•ver. 90.
Bal. 106.84,
S6.
/J(M.9S.18.
» Bx. 28. 88.
Den. 7. 16.
de
A Jos. 91. 38,
eto.
*' Jot. U. fiO.
79180.
fl6 T ftiése el hombre 4 la tierra de los
Hethéos, j edificó una ciudad, & la cual
llamó Luz : y eete es su nombre hasta
hoy.
97 ^ Tampoco Manassé echó klo» de
Beth-sean, ni á fo* <2e sus aldeas, váklot
de Taanach y sus aldeas, ni & los de Dor
y sus aldeas, ni i los habitantes de Ib*
leem j sus aldeas, ni & los que habitaban
en Megiddo y en sus aldeas : mas el Ca>
naneo quiso habitar en esta tierra.
98 Empero cuando Israel tomó fixer-
zas, hizo al Oananéo tributario ; mas no
lo echó.
99 Tampoco Ephraim echó al Cananéo
Íue habiuba en Oezer; antes habitó el
lananéo en medio de ellos en Oezer.
80 Tampoco Zabulón echó los que ha»
hitaban en Ghltron, y & los que habita-
ban en Naalol ; mas el Cananéo habitó
en medio de él, y le fueron tributarios.
81 Tampoco Aser echó los que ha-
Utaban en Achó, y á los que habitaban
en Bidón, y en Ahlab, y en Achzib, y en
Heiba, y en Aphec, y en Rehob * :
39 Antes moró Aser entre los Oana-
néos que habitaban en la tierra ; pues
no los echó.
38 Tampoco Nephtali echó los que
habitaban Beth-semes, y & los que ha-
bitaban en Beth-anath, sino que moró
entre los Oananéos que habitaban en la
tierra; mas fuéronle tributarios los mo-
radores de Beth-sones, y los moradcnres
de Beth<anath.
84 Los Amorrhóos apretaron á los hi-
jos de Dan hasta el monte ; que no los
dejaron descender á la campana.
86 Y quiso el Amorrhéo habitar en
el monte de Heres, en Ajalon, y en
Saalbim ; mas como la mano de la casa
de Joseph tomó fuerzas, luciéronlos Vñ-
butarios.
86 Y el término del Amorrhéo fué
desde la subida d^ Acrabim, desde la
Piedra, y arriba.
CAPITULO II.
üh énai reprende d loe laraditae su infide-
Udaa f inffratüud: te curepienten; pero
hufo caen otra vétenla idoiatrfa.
Y EL Ángel de JehoT& subió de Gil-
gal á Bochlm*, y dijo : Yo os saqué
de iigipto, y os intródige en la tierra de
la cual habia jurado & vuestros padres,
y dije : No invalidaré jamase mi pacto
con vosotros;
9 Con tal que vosotros no hagáis ali-
anza* con los moradores de aquesta
tierra, cuyos altares habláis de deixi-
hard'. mas vosotros no habéis atendido
á mi voz*. ¿ Por qué habéis hecho esto ?
8 Por tanto yo también d^e: No los
echaré de delante de vosotros, sino que
os senki por/ eíeoie para vuestros cos-
tados, y sus dUoses por tropiezo^.
4 Y como el Ángel de Jehovft habló
estas palabras á todos los h|}os de Israel,
el pueblo lloró en vos alta.
6 Y llamaron por nombre á aquel
lugar! Bochlm: y sacrificaron alU á
Jeíiovifu
6 5 Porque ya Josué habla denpedido
al pueblo A, y los hijos de Israel se hablan
ido cada uno 6 su heredad para poseerla.
7 Y el pueblo habia servido a Jehová
todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo
de los ancianos que vivieron largos diiu
después de Josué; los cuales habían
visto todas las grandes obras de Jehová,
que él habia hecho por Israel.
- 8 Y murió Josué, hijo de Nun, siervo
de Jehov&, siendo de ciento y diez años :
0 Y enterr&ronlo en el téimin^ de su
heredad en Timnath-sera^, en el monte
de Ephraim, al Norte del monte de
Gaas.
10 Y toda aquella generación fVié tam-
bién recibida con sus padres : y levan-
tóse después de ellos otra generación,
que no conocían á JehovA, ni la obra
que él habia hecho por Israel.
11 Y los h^os de Israel hicieron lo
malo en ojos de Jehová, y sirvieron á
los Baales:
19 Y dejaron á Jehová el Dios de sus
padres A, que los habia sacado de la
tierra de Egipto, y fuéronse tras otros
dioses, trae los dioses de los pueblos que
estaban en sus alrededores, a los cuales
adoraron I, y provocaron & ira & Jdiov&.
18 Y d^iuron á Jehovi, y adoraron á
Baal y & Astaroth.
14 Y el furor de Jehová se encendió
contra Israel"», el cual los entregó en
manos de robadores que los despojaron,
y los vendió •> en manos de sus enemigo*
de alrededor; y no pudieron parar mas
delante de sus enemigos.
15 Por donde quiera que sallan, la
mano de Jehová era contra ellos para
mal, como Jehová habia dicho « ; y como
Jébová se lo habla jurado, así los afilió
en gran manera.
16 Mas Jehová suscitó Jueces^, que
los librasen de mano de los que los
despojaban f.
17 Y tampoco oyeron á sus Jueces,
sino quer fornicaron tras dioses ágenos,
á los cuales adoraron : apartáronse bien
presto del camino en que anduvioron
sus padres obedeciendo a los mandami-
enuk de Jehová; mat ellos no hlcieroin
así.
18 Y cuando Jehová les suscitaba Jue-
ces, Jehová era con el Juez, y libréenlos
de mano de los enemigos todo el ttonpo
de aquel juez : porque Jehová* ae ar-
repentía por sus gemidos á causa de los
que los oprimían y afligían.
19 Mas en muriendo el juez, ellos se
tomaban y se corrompían < mas que sus
padres, siguiendo dioses ágenos para ser-
virles, é inclinándose delante de ellos : y
nada disminuan de sus obras, ni de su
duro camino.
' 90 Y la ira de Jehová se encendió con-
tra Israel; y d^o: Pues que esta gente
traspasa mi pacto que ordené a sus
padres, y no obedecen mi voz v,
91 Tampoco yo echaré mas de Joiwntf
de ellos a ninóuna de aquestas gentes,
que d^ó Josué cuando murió,
99 Para que por ellas probara yo á
Israel, si guardarían ellos el camino de
Jehová andando por él, como sus padrea
lo guardaron, ó no.
93 Por esto dejó Jehová aquéllaa gentes,
y no las desarraigó luego, ni las entr^
en mano de Josué.
CAPITULO III.
De loa tru hteeet OlhonM, Aod, y Aini^ar,
loe eualeaUbran d loe ItraeUtaa de la <gm.
eion.
ESTAS pues eon las gentes que d^
Jehová para probar con el&s 4 jg.
rael, á todos aquellos que no hablan co-
nocido todas las guerras de Canaan ;
9 Para que al menos el lim^e de los
14}os de Israel conociese, paia enseQar-
los en la guerra, siquiera fiie$e á los que
antes no la hablan conocido :
8 A eaber, cinco príncipes de loa Phi-
listéos, y todos los Oananéos, y los Sido-
nios, y los Hevéos que habiuban en el
monte Líbano, desde el monte de Baal-
hermon hasta llegar á Hamath.
4 Estos pues fueron diñado» para pr«d»r
por ellos á Israel, para saber si obedece-
iDra.3LU.
'Dea.S.1.
"Osp.8.7A
y 10. 7.
&»LlC«.tt,
42.
"CSip-it
8*1.44.11
I8.fi0.1.
«Le\.Se.lT.
Deu.2s.U
y Hech.U.
90.
9Bal.l(16.A
4&
•-BX.31.U,
16.
» G«n. 6. i-
Oi-lIS.
tCsp.4.1.
y8.SS.
• Jos.23.K-
'i.Ceir.l«ML
JUBOBS^IV.
A.adr.nM.
'lSt.119.
*C»Hlfi.
/DW.Í8.18.
»j»ia
lian á iM maDdamientM de Jehevá, qva
A haUa prewilpto á tns padiw por mano
de Molsea.
fi Y Ad kM b»M de Imd habiuten
cntxe 1m Cananéos, Hethéot, j Amor-
iliéM, Pheméos, Hevéoe, y Jebaidos :
6 Y tomaron de sus h^aa por nrajeres,
y deron sos h^as & los l^Joa de ellos, j
drrkfon & ras dioses.
7 Hicieron pues los hijos de Israel lo
malo en q|o8 de Jehorá ; J olvidados de
JdMTá sn Dios, sirrienm 4 los Baales,
; & los Ídolo» de Iom bosoues.
8T la saña de JehoT» se encendió con-
tra Israel , j vendiólos en manos de Ohu-
san-rasaOiaim, rey de Mesopotemia ; j
lirvieron los h\)os de Israel A Chnsan-
tasathaim ocho aik».
9 ^ T clamaron los hijos de Israel á
JebOT&«; 7 Jdiová suscitó salvador á
los h^os de Israel, y librólos, «« á Mber,
k Othoniel, hijo de Genes, hermano
menor de Galeb ».
10 Y el espíritu de Jéhovft ftaó sobro
¿|c, y fiítgó á Ifrael: y salió & batalla,
y Jehová entregó en su mano á Ohusan-
laaathaim, rey de Siria, y prevaleció su
mano contra Ohnsan-rasathaim.
11 Y reposó la tiena cuarenta afios ; y
mnrió Othoniel, hijo de Genes.
U ^ Y tomaron los hijos de Israel á
hacer lo malo ante los ojos de Jehová : v
JebovA esfoRÓ & Eglon, rey de Moab',
contra Israel, por cuanto hablan hecho
lo malo ante los ojos de Jehovft.
18 Y juntó consigo á los hijos de Am-
moD y de Amalee, y toé, é hirió & Is-
rael, y tomó la dudad de las palmas*.
14 Y starvieron/ los h^os de Israel 6
Eglon, rey de los Moabitas, diez y ocho
a&s.
15 5 Y clamaron los h^jos de Israel 6
JehovA; y JehovA les suscitó salvador,
á Aod, hijo de Oera, Beqjamita, el
cual tenia cerrada la mano derecha.
Y los hijos de Israel enviaron con él
na presente A Eglon, rev de Moab.
18 Y Aod se habla hecho un pufial
de dos filos, de un codo de largo; y
cifitelo debido de sus vestidos A su
lado derecho.
17 Y presentó el presente A Eglon, rey
de Moab: y tra Eglon hombre muy
gmeso.
18 Y luego fue hubo presentado el
don, despidió A la gente que lo habla
tnddo.
19 Mas él se volvió desde los ídolos
qnc edan en Gilgal j', y dijo : Rey, una
palabra secreta tengo que decirte. El
entonces d^o: Calla. Y saliéronse de
con él todos loe que delante de él es-
taban.
SO Y llegóse Aod A él, el cual estaba
Motado solo en una sala de verano. T
Aod dijo : Tengo palabra de Dios para
ti. El entonces se levantó de la sUla.
II Mas Aod metió sn mano izquierda,
y temó el puflal de su lado derecho, y
metliSado por el vientre :
S De tal manen que la empnfladura
«tió también tras la hoja ; y la grocura
noenó la hoja, que él no sacó el puflal
de «n vientre : y salló el estiércol.
<3 Y saliendo Aod al patio, oerró tras
tí las puertas de la sala.
M Y salido él, vinieron so* siervos,
los cuales viendo las puertas de la saU
'"'radaí, dijeron : sin duda él cubre sus
fies en la sala de verano.
UY habiendo espenulo hasta estar
'^'■i'kuos, pues que él no habría las
puertas de la sala, tomaron la llave, y
"tiiicran : y hé aqui su sefior caldo en
<tena muerto.
96 Mas cntiv tanto que éUos se data-
vieron. Aod se esoapo, y pasando los
ídolos A, salvóse en Mnth.
S7 Y como hubo entrado, tocó éi eu-
emo en el monte de Bpiúalm', y loa
h^os de Israel desoendlenm oon él del
monte, y él iba delante de ellos.
88 Entonces él les d|jot Seguldnw,
poique JehovA ha entregado vuestros
enemigas los * Moabitas en vuestras ma-
nos. Y desocndieron en pos de él, y
tomaron los vados del Jordán A Moab,
y no d^ron pasar A ninguno.
S9 Y en aquel tiempo nirieron de los
MoaMtas como dles mil hombres, todos
valientes, y todos hombres de guerra ¡
no escapo hombre.
ao Asi quedó Moab sojusgado aquel
día b4Jo la mano de Israel : y reposo la
tierra ochenta aitos.
81 Después de este Aod fué Samgar',
h^o de Anath, el cual hirió seiscientos
hombres de los Phillstéos con una agui-
jada de bueyes*" ; y & también salvó A
Israel.
CAPITULO IV.
Borne, ákmtado fwr iWftara, la fn^eHea,
derrota 4 SOeara, fetmnd del ^firetto deirep
Jabití. Binara e$ amerto vor Jael, meefer ée
UAmt.
MAS los hQot de Israel tomaron A
hacer lo malo en ojos de JehovA «,
después de la muerte de Aod.
9 Y JehovA los vendió en mano de
JaUn, rey de Oanaan, el cual reinó en
Asorb; y d capitán de su ^ército te
Itemiaba Bisara, y él habitaba en Haro-
seth de las Gentes c.
8 Y los h^os de Israel clamaron A Je-
hovA, porque aquel tenia nueveeientos
canos heñados''; y habla afligido en
gran manera A los l^jos de Israel por
veinte aSos.
4 5 Y gobernaba en aquel tiempo A
Israel uno mujer, Débora profetisa, mu-
jer de Lapidoth :
6 La cual Débora habitaba debajo de
una palma entre Rama y Beth-el, en el
monte de Ephraim : y los h^os de Is-
rael subían A ella A juicio.
6 Y ella envió A Uanuur A Barac, l^fo
de Abinoam de Cedes de Nephtali, y
dQole : £ No te ha mandado JenovA Di-
os de Israel diciendo. Vé, y haz gente
en el monte de Tabor, y toma contigo
diez mil hombres de los hijos de Neph-
tali, y de los h^os de Zabulón :
7 Y yo atraexó A tí al arroyo de Oboa
A Sisara, capitán del ejército de Jabín,
con sus carros y su qército, y entre-
garélo en tus manos ?
8 Y Barac le respondió : Si tú fueres
conmigo, yo iié ; pero si no fueres con-
migo, no iré.
9 Y ella dijo: Iré contigo; mas no
serA tu honra en el cammo que vas,
Eorque en mano de mt^er • vendeíA Je-
0V& A Sisara. Y levantándose Débora
ftié con Barac A Cedes,
10 Y juntó Barac A Zabulón y A Neph-
tali en Cedes, y subió con diez mil hom-
bres A su mando : y Débora subió con él.
11 ^ Y Beber Obiéo/, de los hHos de
Hobab, suegro de Moisés, se habla a-
partado de los Cinéos, y puesto su tienda
hasta el valle de Saanaim, que eetá junto
A Cedes.
12 Vinieron vues las nuevas A Sisan
como Barac, nijo de Abinoam, habla
subido al monte de Tabor.
13 Y reunió Sisan todos sus carros,
nueveeientos carros herrados, con todo
el pueblo que con él estaba, desde Ha-
roseth de las Gentes hasta el arroyo de
Oison»
Aver.M.
t-Jas.l7.U.
AOspLy.t,
U.
t Oap. 0. e.
"Cap. 5. 8.
7I&.U.
ÍBa.l7.47.
•Cap, a. 10.
IJos. 11. 1.
10.
•ter.U.lfi.
4 Cap. 1. 19.
18. ao.
/Cap. l.l«u
^CcIr^aMb
JUECES, V.
ihCtciclM
PSM.1I.&
iSBaf.eJS.
iOftp.&a5,
28.
• Ix. 1& 1.
8ia.l8,tlt.
»2Ba.a2.8.
Ib. 61. 8.
Hab.S.8,
10.
•8AL97.6.
rf Xx. 19. 18.
•Cap. 8. 81.
/Gap. 4. 17.
«Dm. 83117.
Al Biu 18.19,
93.
M 5 IfailAMM I>aortt dtio á Baño:
Leráatais ; porqne cate m el dJa en que
Jehová ba entÑgado 4 ^aan ca tu«
mano*. ¿No ha nlido Jehová delante
áetif? Y Barac defendió dri monto
de Tabar, j diei mil hombaet en ¡km
de él.
lA Y Jehov* deibaxató i 8íaani&, j á
tadoa tos canee, j i todo su eiércáto á
filo de eapada delante de< Barao: y
Siaaa doiowidfaS del eano» j hayo á
pM.
16 Mas Bañe siguió loa cazn» y el
ejército hasta Haraaeth de las Gentes,
j todo el eiército de Bisan eayó i filo
de espada, hasta no quedar ni uno.
17 Y Sisan se acraió á pié á la tirada
de Jael, mtúer de Heber Oineo, porqne
haUa pax entie Jabin, ley de Asor, y la
casa de Heber Cinéo.
18 Y saUendo Jael á ncibbr & Bisan,
digole : Ven, sefior mió, ven á mi ; no
tengas temor*. Y él vino i ella á la
tienda, y ella le cubrió oon nns manta.
19 Y él la d^o: Ruégote me des á
beber una poca de agaa, q«e tengo sed.
Y eUa abrió un odre de leche, y díale de
beber', y tornólo á cubrir.
SO Y él la d^o; Bstáte á la puerta de
la tienda, y si alguien viniere, y te pre-
guntan düeiendo, ¿ Hay aquí alguno ?
tü responderás que no.
91 Y Jael, mujer de Haber, tomó «na
estaca de la tienda, v ponienao un maso
en su mano, vino a él calladamente, y
metióle la estaca por las sienes, y en>
clavólo en la tíexn, pues él estaba oar>
gado de suefio y cansado ; y atí murió.
Si Y siguiendo Barac a Bisara, Jael
salió á recibirlo, y d^ole: Ven, y te
mostraré al varón que tü buscas. Y él
entró donde ella estaba, y hé aquí Si-
sara yacía muerto con la estaca per la
sien.
93 5 Así abatió Dios aquel dU á Ja-
bin, rey de Canaan, delante de los hijos
de Israel.
24 Y la mano de los h^os de Israel
comenzó á crecer y á fortifioan« contra
Jabin, rey de Oanaan, hasta que lo des-
trayenm.
CAPITULO V.
OéHtíeo en aeeiom dt graetat dt Dtbera y Ba-
rae, por la viebtria mar a Jabin.
Y AQUEL día cantó Débora, oon
Barac, 14Jo de Abinoam», dici-
endo:
9 Porqne ha rengado las ii^urias de
Israel, porque el pueblo se ha ofrecido
de su voluntad, load á Jehová.
5 Oid, reyes ; estad, oh principes, a-
tentos: yo cantaré á Jehovi; caiúaié
salmos á Jehová Dios de Israel.
4 Guando saliste de Seir, oh Jehová,
coando te apartaste del campo de Edom,
la tierra tembló, y los cieloe flestilaron, y
las nubes gotearon aguasa.
6 Los montes se derritieron* ddante
de Jehová, aqueste Sinai» delante de Je-
hová Dios de Israel^.
6 £n los dias de flamgar*, U|jo de
Anath, en los dias de Jael cesaron los
caminos/, y los que andaban por las
sendas, apartábanse por torcidos sen-
deros.
7 Las aldeas hablan cesado en Israel,
haUaa decaído ; hasta qne yo Débcnra
me levanté, me levantó eomo madra en
Israel.
8 En escogiendo nuevos dioses p, la
guerra utaba á las puertas: ¿se veia
escudo ó lanza entre cuarenta mil en
Israel*?
8 Mi ooiaxon «íá por los principes de
Israel, fet los que eon buena voluntad
se ofredezon antn d paablo. Load á
Jehová,
10 Veaetraa los qoe eahalgafai en aanas
blaneas, h» que presidís en juicio: y
vosotros les que vi^Oais ya ttguro», ha>
blad.
11 Lm Kberiaáoa del ruido de los aielie-
ros en los abrevaderos, allí repetirán las
justicias de Jehová, las justicias para
eon /ot moradare$ die sus villas en Is-
rael : entonces bajasá el pncUo de Je-
hová á las puertas.
19 Despierta, despierU<,Débon; dea-
picKta, dMúerta, profiere un oáñtico.
Levántate, Bañe, y lleva tos oautivos,
hi|}o de Abinoam '.
18 Entonces ha hecho Jehová que el
que quedó del pueblo sefloree á los mag-
níficos : Jehová me biso enaeikirear so-
bro los fíiertes.
14 De Ephnira talié su rala contra
Amalee ; tras tí viuo Benjamín contra
tus pueblos. De Machlr descendieroo
prlncijpes, y de Zabulón los que solían
mangar punxon de escribiente.
16 Principes también de Issaohár fue-
ron con Débora; y iambieu Issaobár,
como Barac, se puso á pié en el valle.
De las divisiones de Rubén tete grandes
impresiones del comzon'.
lo ¿ Por qué te quedaste entre las ma«
jadas, para oír los balidos de los reba-
ños ? De las divisiones de Rubén grandes
Son las dUquisÍGlones del o(»Bzon.
17 Oalaad se quedó de la otra parte
del Jordán : y Iwn, ¿por qué se estuvo
junto á los navÍDS ? Mantúvose Aser á
la riben de la mar, y quedóse en sus
puertos.
18 £1 pueblo de Zabulón expuso su
vida á la muerte, y Nephtali en laa al-
tiuras del campo ■».
19 Vinieron reyes y pelearon : entonces
pelearon los reyes de Oaaaaa en Taanae
jtmto á las aguas de Mesiddo, mas no
llevaron ganancia alguna de dinero.
90 De los cielcs pelearon»: las es-
trellas desde sos órbitas pelearon con-
tra Sisara.
91 Barriólos el torrente de Clsono, el
antiguo torrente, el torrente d« Oison.
Hollaste, oh alma mia, oon fortaleza/».
89 Despalmáronse entonces las uíias de
los oabaOIoa por las ariemetidas, por les
brhicos de bus valientes.
93 Maldecid á Meroz, dijo el iagá
de Jehová ; maldecid severamente á sus
moradores, porque no vinieron en so-
carro á Jehová, en aocorro & Jehová
oontn los fuertes.
94 Bendite sea sobre laa mujeres Jad,
muyer de Heber Cinéo? ; sobre las mu-
jeres bendiu sea en la tienda.
85 El pidió agua, y diofe ella lechen
en tazón de nobles le presentó manteca.
96 Su mano tendió á la estaca, y s«
diestra al mazo de trabajadores, y majó
á Sisan : hirió su oabem, llagó, y atra-
vesó sus sienes.
97 Cayó encorvado entn sns plés, que-
dó tendido : entre sus plés cayó enoor-
vado : donde se encorvó, allí cayó mu-
erto.
98 La madre de Sisare se asoma á la
ventaiw, j mirando por entre las celosías,
á voces dice : ¿ Por qué se detiene su
carro, que no viene ? ¿ por qué las rue-
das de sus cama se tardan ?
99 Las mas avisadas de sns damas le
respondían ; y ann ella se respondía á sí
misma:
80 ¿ No han hallado despejos, y lo»
están repartiendo ? á cada uno una mo-
za, ó dos : los despojos de colore» pan
iflsLsr.i.
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fe«.Ü3.
I
»*ttU
»>u.
*■ 57.7 0
Sisara, ]o( decpojoi bordado» de colorea :
¡a npa de color bordada de ambo* lados,
para los cuelloi de bu fue han tomado loe
dcqMgos.
31 Ad perezcan todos tu» enemigos,
oh Jeho?8: mas loa que le aman, atan
como el loi cuando nace en au ftiena '.
Y la tierra leposi^ cuarenta afioa.
CAPITULO VI.
^{w Itrarf éC idoiatrar, « <• raiM^o eae
I mMdírdelo$ Madkmiiai. Dio* tUfft é
' edumpanmarlt.
MAS los hyoa de larael hicieron lo
malo en loa ojo« de JehoTá»; y
^ehoTá kM entregó en laa manoa de Mm-
«ant por siete anos.
2 Y la mano de Madian vreraleció
contra Israel. Y los hJ(jos de Israel,
por cauta de los Madtaoitaa, se hicieron
«tteras en los montes «, j cavernaa, y
«liann ñiertes.
'Pues como los de Israel haUan sem-
nado, miAan los Madianitaa v Amale-
citaa, j los demos orientalea aubian con-
tra ellos;
4 Y asentando campo contra ellos,
dcstmian loa frutos de la tierra, haata
Hegar & Gaza, y no dejaban que comer
ta Israel, ni ov^aa, id bueyes, niasnos<'.
5 Porque suMan ellos y sua ganados, y
▼nlan con sus tiendas en grande mul-
titud como langosta*, que no AaMa nd-
nwro en ellos ni en sua camelloe: así
renian k la tierra para devastarla.
8 Era pues Israel en eran manera em-
pobrecido por los Madianitas; y los hi-
jo* de Israel clamaron á JehoTát/.
7 ^ Y cuando los h^os de Israel hu-
Meron clamado i Jehová, á causa de loa
Madianitas,
8 Jebov& enTl<J un varón profeta á los
hijos de Israel^ el cual lea dijo : Así ha
dicho JehoTá Dloa de Israel : Yo oa
hice taUr de Egipto, y oa aaqué de la
CMa de servidumbre :
9 Yo oa libré de mano de los Egipcios,
7 de mano de todos loa que os afligieron,
&los cuales eché de delante de vosotros,
7 08 di su tierra^:
10 Y dijeos : Yo tmf Jehová vuestro
^s ; no temáis loe dioses de loe Amor-
P^, en cuya tierra habitaisA : mas no
nabels obedecido 6, mi voz.
11 5 Y vino el Ángel de Jehová, y
*ffitó¿e debido del alcornoque que ea/d
«1 Opbra, el cual era de Joaa, Abieze-
nta; y tu hijo Gedeon •' estaba sacudí-
endo el trigo en el lagar, para hacerlo
'^oonder de los Madianitas.
13 Y el Ángel de Jehová se le apare-
cid i, y d^ole : Jehová e« contigo, varón
«■«rzado.
13 Y Gedeon le respondió : Ah, Sefior
°^t si Jehová es con nosotros, ¿ por
qoé nos ha sobrevenido todo esto ? ¿Y
Bonde eiten todas sus maravillas, que
nnestroa padres nos han contado ^ dioi-
co. No nos sacó Jehová de Egipto ?
Y ahora Jehová nos ha desamparado, y
^08 ha entregado en mano de los Ma-
dianitaa.
H Y mirándole Jehová, d(jole: Vé
oon esta tu fortaleza, y salvarás á Is-
nel de la numo de ios Madianitaa. ¿ No
*e envió yo ?
\^ Kntonoes le respondió : Ah, Sefior
^u>, ¿ con qué tengo de salvar á Israel ?
^ >qni que mi familia e« pobre en Ma-
*!*•••■•» J yo el menor en la oasa de mi
padre.
18 Y Jehová le dijo; Porque yo aeré
^^;^"> y herizús á loa Madianitaa
•^o á nn „to hombre.
*' Y él respondió : Yo te mego que, ai
he hallado gracia delante de ti s ne des
aefial de que tU haa hablado conmigo.
18 Ruégete que no te vayas de aquí j»,
basta que á tí vuelva, y aaque mi Pre-
sente, y lo ponga delante de tí. Y él res-
pondió : Yo esperaré hasta que vuelvas.
19 Y entrándose Gedeon aderezó un
cabrito, y panea ain levadura de un
epha de harina ; y puso la carne en un
canastillo, y el caldo en una olla, y sa-
cándolo pzeaeutóaelo debajo de aquel
alcornoque.
SO Y el Anoel de DioB le d^o : Toma
la carne, y Toa paaea ais levadura, y
ponió sobre esta pe&a, y vierte el caldo.
Yéllohiaoasí.
81 Y extendiendo el Ángel de Jehová
el bordón que teuia en su mano, tocó
con Ja punta en la carne y en los panea
ain levadura ; y subió fuego « de la pcAa,
el cual consumió la carne y los nanea
sin levadura. Y el Ángel de Jehová des-
apareció de delante de él.
SS Y viendo Gedeon que en d Ángel
de Jehová, d^o : Ah, Señor Jehová, que
he visto el Ángel de Jehová cara á cara r.
sa Y Jehoi^ le dijo: Paa 4 tí; no
tengaa temor, nomoriráa*.
54 5 Y edificó allí Gedeon altar á
Jehov^ al que llamó Jehová4aloro|,
el cual dura hasta boy en Ophza de lo*
Abiezeritaa.
55 5 Y aconteció que la misma noche
le d^o Jehová ; Toma un toro del hato
de tu padre, y otro toro de aiete afioa, y
derriba el altar de Baal que tu padre
tiene, y coru también el bosque < que
eeíá junto á él :
se Y edifica altar á Jehová tu Dios en
la cumbre de este peñasco en lugar con-
veniente; y tomando el segundo toro,
sacrlflcalo en holocausto sobre la leña
del bosque que habrás cortado.
27 Entonces Gedeon tomó diez hom-
bres de sus siervos, é hizo como Jehová
le dUo. Mas temiendo hacerlo de dia,
Eor la fiunilia de su padre, y por loa
ombrea de la ciudad, hlzolo de noche.
88 Y á la malsana, cuando loa de la
ciudad ae levantaron, hé aquí que el
altar de Baal eaUba derribado, y cor-
tado el boaque que Junto á él citaba, y
aacrificado aquel aegundo toro en holo-
causto sobre el altar reedificado.
89 Y decíanse unos á otros : Quién ha
hecho esto ? Y buscando ó inquiriendo,
d^éronlea ; Gedeon, h^o de Joas, lo ha
hecho. Entóncea los hombres de la ci-
udad dijeron á Joas :
30 Saca fuera tu h^o para que mn«
era, por cuanto ha derribado el altar de
Baal, y ha cortado el bosque que junto
á él eetaba.
31 Y Joaa respondió á todos loa que
estaban junto á ól : ¿ Tomaré!» vosotroa
la dem¿ada por Baal ? ¿ le aalvaréia
vosotros ? Cualquiera que tomare la de-
manda por él, que muera mañana. Si
es dios, oonüenda por sí mismo con el
que denribó su altar.
32 Y aquel dia llamó ü á Gedeon
Jeiobaain, porque dijo: Pleitee Baal
contra el que derribó su altar.
38 5 Y todos los Madianitas «, y Ama-
lecitaa, y orientales, se juntaron á una,
y pasando asentaron campo en el valle
de Jezrael.
34 Y el Espíritu de Jehová se envistió
en' Gedeon, y como eate hubo tocado el
cuerno, Abiezer se juntó con él.
35 Y envió mensiúeroB {wr todo Ma-
naaaé, el cual también ae juntó con él :
asimismo envió menasO^'*» á Ascr, y á
Zabulón, y á Nephtali, los cuales sali-
eron á encontrarlea.
• ver. 86, 40.
8 Bey. 80. 8.
Ib. 7. 11.
P Gen. 18. 3.
« Lev. ?. 34.
1 Bey.18.b8.
8 Cr. 7. 1.
•'0■p.L^28.
la. 6. 5, 8.
• Gen. 82. 90.
I Jehová t»
pae.
< Es. 81. 13.
Sen. 7. 6.
IPkOee
BaaL
•v«r. 3.
• Cap. 3. 10.
JUECES, vn; wn.
*S%fD Otlmmi dUD 1 ¡Km:
non» Ím UalHd. V Toliljio
- '-■--*& dijo t OadHD] Cuaiqíii«
B, U^HdDlaam tiBiaiiDt I
"^jt^^^i^i^S^Í^Z:
BV, j o«D <4k* iD^dtdto de c^ido
r iR«mM>. e ic lili I» •Hflu
ifiy^J^Tf^^aí
a L-^ 5s.?^í,°
iCm, UmUcn IF pí^ an UjD. I fí-
•y ÍUESB Atilii»l.di, httj; '*■
lodm Ift ftiDlÜk de It euK ^1 ]4dT« da
ir™iK7fii-.:
ius «e Jm>m] t ¿1 mt a ZMbI ■■
MÜuutl Bcim i l«m« da Hi.
lav'lA vSdlareapDuUÚ: ¿TAflDtU
le' eicbém i Ablmd^h, bi|i> i
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Li Y OiJ, hUu dt Eb^ToUil ]
' Mu Gul Hpmd i luhlu, j dl^ :
I r QidnLM dduH cb loa '- '—
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JÜBCBS. I, XI.
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10 1 &«» 0)V« «A Hditf iHaiM *i
1^. T pitáfaMtá Jnm i 1» fañiM,
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TUjt I iltBiiiíA B«f loi aioaMi, v Uu
■dUoDS d]Jo : Vd. r 4«dU p<
bcn, diDiraidDl* : JU^fote que a¡e ¿^
HlÍAlSÉknDDH &dd*^alpn
^SiSf^J
Y n^ndia, puna U>h?^|.
lii>,yil]«á^^: j Por mil»
ICAÜIt,
JUECES» zm, ZIY.
A. C. dr. lUL
SUbelcth. Y él decía, BlboleUi, porque
no podía pronunolar de aquella ■oerte.
EaUhiees le echatmn mano, y lo de-
ndlabRD junto á los Tadoa del Jordán.
I mulleron entonces de los de Bphraim
cuarenta y dos mil.
7 5 T Jepbté Juzgó & Israel sets aflos :
laego muñó JcDhtó Galaadita* y Aló se-
pultado en las ciudades de Oalaad.
1 5 Decpues de A juagó á Israel Ibtaa
de Beth-lehem ;
9 £1 cual tuvo treinta hijos j treinta
hijas, las cuales casó ftieía, -y tomó de
fiMTa treinta h^as para tus hijos: y
JQtgó i Israel siete anos.
10 Y murió Ibxan, y Alé sepultado en
Beth-ldiem.
11 5 Después de él Junó & Israel
EloB, Zabnionita, el cual Juigó & Is-
rael diexaftos.
15 Y murió Blon, Zabokmita, y fué
sepultado en AJalon<(, en la tierra de
Zabulón.
18 ^ Después de él Juxgó á Israel Ab-
don, büo de HiUel, Pixatonite.
14 Este tuve cuarenta hijos, y treinta
nietas, que catMlpaban sobre setenta
asnos « : y juzgó á Israel ocho afios.
16 Y murió Abdon, h^o de HlUel,
Flratonita, y fué sepultado en Piraton,
en la tierra de Ephraim, en d monte de
Amaleob/.
CAPITULO xiir.
I4M IratlUa» retam t» la idoloMliu y ton
dMUsniM por Im PhOitUo*. JVonWeMfo
di Ammoh, ammneiado por w» éi^tl: tir~
OHMtonWa* muy notábUt.
Y LOS hi}os de Israel tomaron i
hacer lo malo en los oíos de Je-
bová* ; y Jehorá los entregó en mano
de los Fhilistéos b por cuarenta años.
5 5 ^' había un hombre de Son, de
la tilba de Dan, el cual se llamaba Ma-
nca; y su majer era estéril que nunca
baUa parido.
3 A uta mi^er' apareció el Ángel de
Jefaorá, y d(}oie i Hé aquí que tu eres
estéril, y no has parido; mas concebí-
rea, y puirás un l^o.
4 Alioia pues, mira que por ahora no
bebas Tino, ni sidra, m comas oosa in-
munda:
6 Poique td te harás embarazada, y
parirás un hijo ; y no subirá navi^a d
sobre su cabeza, porque aquel niilo se-
li* Nazareo á ínos desde el vientre, y
¿1 oomenzaxá á salvar á Israel de mano
delosPhilistéos.
6 Y la m^Jer vino, j contólo á su
marido diciendo: Un varón de Dios
*ino á mi, cuyo aspecto era como el
upeeto de un áng« de Dios, terrible
en giaa manera/; y no le praguntá de
donde ni quien era, ni tampoco él me
dijo su nombre :
7 T diJome : Hé aquí que td conee-
Uiis, y parirás un hijo : por tanto ahora
ao bebas vino ni sidra, ni comas oosa
bununda ; porque este nifio desde el vi-
entre será Naaaxéo á Dios hasta el dia
d« su muerte.
8 5 Entonces oró Manoa á Jehová, y
^< Ah, Scffior mío, yo te ruego que
2ael vanm de Dios que enviaste, tome
lora á venir á nosotros, y nos ensefie
lo que hayamos da haeer con él niño
que ba de nacer.
0 Y Dios oyó te vox de Manoa : y el
wgel de Dios volvió otra vez á la mu-
jy estando ella en el campo ; mas su
"■•■Ido Manca no eelaba con ella.
w Y la mujer oonrió prontamente, y
i»t»iólo á su marido dleiendole : Mira
Rae se me ha aparaddo aquel varón que
*taoá mielan dia.
II Y levantóse Manea, y siguió á su
mt^er ; y asi que llegó al varón, d^ole :
i Eres tü aquel varón que hablaste á
teta mv^er ? Y él dijo : To «oy.
19 Entonces Manoa dijo : Cúmplase
puee tu paUhra. <■ Que orden se tendrá
eon el niño, y qué ha de haeer ?
18 Y el Ángel de Jehová respondió á
Manoa : La mujer se guardará de todas
las oosas que yo le dije.
14 Ella no oomerá oosa que prooeda de
vid que dá vino ; no beberá vino ni si-
dra, y no comerá cosa inmunda : ha de
guanrdar todo lo que le manden»
lA Entonces Manoa dijo al Ángel de
Jehová: Ruégete permUat que te de-
tengamos*, y aderezaremos un cabrito
que poner delante de ti.
16 Y d Ángel de Jdiová respondió á
Manoa: Aunque me detengas, no co-
meré de tu pan ; mas si quisieres hacer
holocausto, sacrifícalo á Jehová. Y no
sabia Manca que aqud fuete Ángel de
Jehová.
17 Entonóos dijo Manoa al Ángel de
Jehová: í üómo es tu nombre <, para
que cuando sa cumpliere tu palabra te
honremos?
18 Y el Ángel de Jehová respondió :
i Por qué preguntas por mi nombre,
que es oculto ?
19 Y Manoa tomó un cabrito de entre
las cabras, y un presente, v sacrilicóto
sobré una pefla* á Jehová: y á ángel
hizo milagro á vista de Manoa y de su
mi^er;
90 Porque aconteció que como te llama
subte d¿ altar hácte «A délo, el Ángel
de Jehová subió en llama del altar á
vista de Manoa y de su mujer, los cu-
ales se postraron en tierra sobre sus
rostros^.
81 Y el Ancel de Jehová no tomó á
aparecer á Manoa ni á su mujer. En-
tonces conoció Manoa que era el Ángel
de Jehová.
sa Y dijo Manoa á su mujer : CierU-
mente moriremos, porque á Dios hemos
visto M.
88 Y su mv^er le respondió : Si Jehová
nos quisiera matar, no tomara de nues-
tras manos el holocausto y el presente,
ni nos hubtera mostrado todas estas
oosas, ni en tal tiempo nos habría anun-
ciado esto.
84 5 1^ la mujer parió un hijo, y lla-
móle por nombre Samson«. Y el niilo
creció, y Jdiová lo bendijo*.
BA Y el Espíritu de Jehová oomenzó á
manifestarse en élj> en los campamentos
de Dan, entre Sera y EsthaoL
CAPITULO XIV.
Crftaw &MM01» con una FhilUtía/ enigma
fue proputo áaut eofafMÜtros* á quietiet to
dtteifró tu tnotOi.
Y DESCENDIENDO Samsoná Tim-
nat«, vio en Tlmnat una mi\jer de
las hijas de los Fhilistéos.
8 Y subió, V deehurólo á su padre y á
BU madre, diciendo: Yo he visto en
Timnat una mt^er de las hUas de los
PhiUstéos : ruegoos qua me la torods
por mujer.
8 Y su padre y su madre le dijeron :
¿ No h^y mujer entre tea hijas de tus
hermanos^, ni en todo mi pueblo, para
que vayas tu á tomar mnier de los Fhi-
listéos incircundBos« ? Y Samson res-
pondió á su padre : Tómamela por mu-
jer, porque esto agradó á mis qios.
4 Mas BU padre y su madre no sabían
que esto vente de Jehová ', y que él
buscaba ocasión contra los Fhilistéos:
pevqne en aquel tiemjpo los Fhilistéos
doGunaban Bowe Israel •.
'var.4.
A0a^«.18.
etc.
{0«n.S8.S9.
*0ap.6blS,
as.
/ Lev. 9. 24.
lCr.31.16,
2CSr. 7.8.
Ek. 1. 38.
lUt.l7.&
••Bz.9S.an,
Pen.&ao.
•HebU.S3.
" 1 8a. 8. 19.
r Cap. 3. 10.
•Oea.SS.18.
J0S.I&IU.
•Osa. 348,4.
4 Jos. U. 30.
lBay.12.15.
10r.lO.UL
y 33. 7.
y 30. 30.
« Cap. IS. 1.
A. C. cir. U^.
Jueces^ zy.
A.C.elr.ll«
/CA]xl8.3ft.
1 Sa. 11. 8.
'18«.17.H
84^
* El. 17. i.
• OMk.ifi.22.
t c»p. u. e.
< Loo. 11. 8.
718.4,6.
••f«r.&
*JiHw3.98.
5 Y Sainaon deioeiidliS eon in padre y
con SQ madre á Timnat; j como !!«•
garon á las ▼!&» de Timnat, M aqaí
un cachonro de león que Tenia bramando
biela él.
6 Y el Espíritu de Jehová cayó sobre
él/, j despedasólo como quien despeda,
xa un cabrito, sin tener nada en su
maaoy : j no <ü<S 4 entender & su padre
ni á su níadre lo que haUa hecho.
7 Vino pues, j nabld 4 la muyer que
habla agradado á Samson.
8 5^ Y Tolfiendo después de algunos
dias para tomarla, apartóse dd eamitto
para ver el cuerpo muerto del león : y
fié aquí que kabia en el cuerpo del león
un fiambre de ab^as, y un panal de
miel.
9 Y tomándolo en sus manos, ñiese
comiéndolo por el camino: y llegado
Sne hubo 4 su padre y 4 su madre,
idles tamUen 4 ellos que comiesen;
mas no les descubrió que habla tomado
aquella miel del cuerpo del león.
10 Vino pues su padre 4 la mv^, y
Samson hizo allí banquete ; porque así
solían hacer los mancebos.
11 Y como ellos lo vieron, tomaron
treinta oompaikxos que estuviesen eon
él;
13 A los cuales Samson d^o : Yo os
propondré ahora un enigma, el cual si
en los siete dias del banquete vosotros
me* declarareis y descubriereis, yo os
daré treinta s4b«»s, y treinta mudas
de vestidos i.
13 Mas si no me le supiereis declarar,
vosotros me daréis las treinta 84banas y
las treinta mudas de vestidos. Y ellos
respondieron: Proponnos tu enigma, y
le oiremos.
14 Entonces les dijo: Del comedor
salió comida, y del fuerte salió dulzura.
Y ellos no pucueron declararle el enigma
en tres dias.
15 Y al séptimo dia dijeron 4 la mt\Jer
de Samson : Induce 4 tu marido 4 que
nos declare este enigma*, porque no te
quememos 4 tí y 4 la casa de tu padre.
¿Habelsnos llamado aquí para poseer-
nos?
18 Y lloró la m^jer de Samson delante
de él, y dijo : Solamente me aborreces,
y no me amas, pues que no me declaras
el enigma que propusiste 4 los h^os de
mi pueblo. Y él le respondió : Hé aquí
3 ue ni 4 mi padre ni 4 mi madre lo lie
eclarado ; a y habíalo de declarar 4 ti ?
17 Y ella lloró delante de él los siete
dias que ellos tuvieron banquete: mas
al séptimo dia él ee lo declaró, porque
le constriñó á eOo'; y ella lo declaro 4
los hüos de su pueblo.
18 Y al séptimo dia, antes que el sol
se pusiese, los de la ciudad le dieron :
i Qué cosa Hay mas dulce que la miel ?
¿ y qué cosa mas fuerU que el león ?
19 Y él les respondió : Si no araseis eon
mi novilla, nunca hubierais descubierto
mi enigma.
80 Y el Espíritu de JehoT4 c^ó sobre
él"*, y descendió 4 Ascaion, é hirió
treinta hombres de ellos ; y tomando
sus despqjos, dló las mudas de vestidos
4 ios que hablan explicado el enigma :
y encendido en enojo faése 4 casa de su
padre.
91 Y Y la m^jer de Samson fiíé dad*
4 su compa&ero, con d cual antes se
acompafiaoa».
CAPITULO XV.
Quéma Samion tot Mgo$ d» bu FhOtiUott
mata mil d» «Om eon la ^nifada d$ un
Jumento.
Y ACONTECIÓ después de atgnnoi
dias, que en el tiempo de la siega
del trigo Samson visitó 4 su mu)er con
un cabrito, diciendo : Entrare 4 mi
mujer 4 la cámara. Mas el padre de
ella no lo dejó entrar.
8 Y d^o el padre de día: Persuadíme
aue la aborrecías, y díla 4 tu compa-
ñero*. Mas su hermana menor, ¿no
es mas hermoaa que ella ? Tómala pues
en su lugar.
8 5 ^ Samson les respondió : yo será
ún culpa esta vez para con los Fhilis-
téos, si mal les hiciere.
4 Y ftié Samson y cogió trescientas cor»
ras, y tomando teas, y trabando aque-
llas por las colas, puso entre cada dos
colas una tea.
fi Después encendiendo las teas 6, echó
las xorra* en los sembrados de loa Phi-
listóos, y quemó hacinas y mieaes, y
viJias y olivares.
6 Y dijeron los Philistéos: Quién hizo
esto ? Y faéles dicho : Samson el yerno
del Tlmnatéo, porque le quitó su mi^er,
Ír la dio 4 su compafiero. Y viniñon
os Philistéos, y quemaron al fn«go 4
ella y 4 su padree.
7 5 Entonces Samson les d^o: ¿ Así
lo habláis de hacer ? mas yo me Tcnigaré
de vosotros, y después cesaré.
8 E hiriólos pierna y muslo coa gran
mortandad : y descendió, y fijóse en la
cueva de la pefia de Etam.
9 5 Y loa Thiliitéos subieron y pusie-
ron campo en Jud4, y tendiéronse por
Lehitf.
10 Y los varones de Jud4 les dieron :
Por qué habéis subido contra nosotros ?
Y ellos respondieron: A prender 4 Sam-
son hemos subido, para hacerle como él
nos ha hecho.
11 Y vinieron tres mil hombres de
Jud4 4 la cueva de la pefia de Etam,
y dijoon 4 Samson : ¿ No sabes tú que
loa Philistéos dominan sobre nosotros ?
Por qué nos has hedió esto* ? Y él les
respondió : Yo les he hecho como ellos
me hicieron.
12 Ellos entónoes le dijeron : Nosotros
hemos venido para prenderte, y entre-
garte en mano ae los Philistéos. Y Sam-
son les respondió: juradme que voaotros
no me mataréis.
18 Y ellos le respondieron diciendo:
No, solamente te prenderémoa, y te
entr^arémos en sus manos ; maa no te
mataremos. Entonces le ataron con dos
cuerdas nuevas, é hidéronlo Teñir de
la peña.
14 5^ Y así que vino hasta Léhi, los
Philistéos le salieron 4 recibir con alga-
zara : y el espíritu de Jehov4 cayó sobre
él, y/ las cuerdas que tsiabaH en sus
brazos se tomaron como lino quemado
con niego, y las ataduras se cayeron de
sus manos.
15 Y hallando á manó una quijada de
asno flresca aun, extendió la mano y
tomóla, é hirió con ella mil hombrea.
16 Entonces Samson dijo : Con b qui-
jada de un asno, un montón, dea mon-
tones ; con la quijada de un asno herí
mil hombres.
17 Y acabando de hablar, echó de su
roano la quijada, y llamó 4 aquel lugar
Ramath-lehil.
18 5 Y teniendo gran sed, clamó luq^o
4 Jehov4, y dijo : Td has dado esta gran
salud por mano de tu siervo^ : i J modié
yo ahora de sed, y oaeré en mano da los
incircuncisos ?
19 Entonces quebró Dios una muda
que estaba en la qn^ada, y salieron de
allí aguas, y bebió, y seoobro su espíritu.
•Csp.lia
»38s.li.«
'O^liU
'm.U.
•(>H^lil
SsL 106.a
/Csp.U»
nttétU
»8sLS.7.
A.acÍr.U46.
JtJlBCES, XYI.
A. C. dr. lUO.
7 icanimów*. Por tanto llamó >q nom-
bie d» agud bigar En-haccor» 1> el cual
e* en Lehi basta hoj.
90 Y juzgó á lanel en diai de los
Fbfflatéo* veinte aflos.
CAPITULO XVI.
fiblt Bamaom de Oata, arrtmeamO» « OfVtM.
iom lo* pmarta» de ia ciudad. J)netü>re
Dtdüa él mtrtto da bufturteu d» Bamttm :
Ua FMúUm U taetm toa ojoa, daatíttüdo ya
di mu faena», pero hu raaobra, y maara
autanaa rntüaraa da am«mi{ioa,
Y FUE Samson á Gaza, y tío allí una
niHJer ramera, y entro & ella.
S T filé dicho á los de Gasa : Samson
es Tenido acá. Y cercáronlo, y pusié-
ronle espias toda aquella noche á la pu-
erta de w ciudad ; y estuTieton callados
toda aquella noche, diciendo : Hasta la
luz de la mañana ; entonces lo mata-
TiAnos.
8 Mas Samson durmió hasta la media
noche ; y & la media noche se leTantó, y
tomando las puertas de la ciudad con
tus dos pilares, v su cerrólo, echóselas
al hombro, y fué», y subióse con ellas
á la cumbre del monte que eaíá delante
deHebxon.
4 5 Después de esto aconteció oue se
enamoró de una mujer « en el valle de
Soreo, la cual se llamaba Delila.
5 Y vinieron & ella los príncipes de los
Phülstéos, y d^jeronle: Eng&ñalob, y
sabe en que coiwisfo su grande fuerza,
y como lo podríamos Tencer, para que
b> atemos y k> atormentemos : y cada
tuto de nosotros te dará mU y den sielos
de plata.
6 Y Delila d^o á Samson : Yo te ruMo
que me declares en que cofM{<fe tu grande
toerza, y cómo podrás ser atado para ser
steriuentado.
7 Y respondióle Samson : Si me ataren
con siete mimbres verdes, que aun no
estén ei\jutos, entonces me debilitaré,
Lieré como cualquiera de los otroa
mbres*
8 Y los príncipes de los Philistéos la
trajeron siete mimbres Terdes, que aun
no se hablan enjugado, y atole con
dkM.
9 Y estaban espias eaeondidot en casa
de día en una cámara. Entonces ella
le dijo: Samson, los Philistéos sobre tí.
Y el rompió los mimbres, como se rompe
una cuerna de estopa cuando siente el
fbego : y no se supo en qué canaiatia su
fiíerza.
10 Entonces Delila dijo á Samson : Hé
aquí, td me has enga&ado, y me has
dteho mentiras : descúbreme pues ahora,
yo te rtt^;o, cómo podrás ser atado.
11 Y él la dijo : 81 me ataren fuerte-
mente con cuordas nuevas, con las cua-
les ninguna cosa se haya hecho, yo me
ddiUitaié, y seré como cualquiera de los
otm hombres.
IS Y Delila tomó cuerdas nuevas, y
atólo con ellas, y dijole: Samson, los
Pbilistéos sobre u. Y loa esidas estaban
n «na cámara. Mas él las rompió de
•os brazos como un hilo.
18 Y Delila d^o á Samson: Hasta
ahora me engañas, y tratas conmigo con
mentiras. Deicilbreme pues ahora cómo
podrás ser atado. El entonces le dijo :
w tejieras siete guedejas de mi cabeza
con la tela.
14 Y éüa, hincó la estaca, y dijole :
Samson, los Philistéos sobre tí. Mas
despertando él de su suefto, arrancó la
Mtaea del telar con la tela.
15 Y ella le dijo : ¿ Cómo dices, yo te
•aso «.pues que tu oorazon no eaiá con-
migo ? Ya me has engañado tres veces.
y no me has aun descubierto en qué esiá
tu gran fViena.
16 Y aoonteció, que apretándole ella
cada dia con sus ñalabras, é importu-
nándolo, su alma nié reducida á mortal
angustia.
17 Descubrióla pues todo su corazón',
y d^ole : Nunca á mi cabexa llegó na-
T^a ; porque aoy Nazareo de Dios desde
el vientre de mi madre «. Si fuere ra-
pado, mi fuerza se apartará de mí, y
seré debilitado, y como todos los otroa
hombres.
18 Y viendo Ddíla que & le habla
descubierto todo su corazón, envió á
llamar los príncipes de los Philistéos
diciendo : Venid esta vez, porque él me
ha descubierto todo su corazón. Y los
príncipes de los Philistéos vinieron á
ella, trayendo en su mano el dinero.
19 Y ella hizo que él se durmiese sobre
sus rodillas ; y llamado un hombre, ra-
póle siete gued^as de su cabeza : y co-
menzó á afligirlo, pues su fuerza se
apartó de él/.
90 Y d^ole: Samson, los Philistéos
sobre tí. Y luego que despertó él de
su sueño, dUe entre ai: Esta Tez saldré
como las otras, y me escaparé 9 ; no sa-
biendo que JdiOTá ya A se habla de él
apartado.
ai Mas los Philistéos echaron mano de
él, y sacáronle los qjos, y lo llevaron á
Gaza: y le ataron con cadenas •', para
que móflese en la cárcel.
8S ^ Y el cabello de su cabeza comenzó
á crecer después que fué rapado.
83 Entonces los príncipes de los Phi-
listéos se iuntaron para (ffrecer sacrificio
á Dagonx su dios, y para alegrarse^, y
dijeron: Nuestro dios entrego en nues-
tras manos á Samson nuestro enemigo.
S4 Y viéndolo el pueblo, loaron á su
diosiM diciendo: Nuestro dios entregó
en nuestras manos á nuestro enemigo,
y al destruidor de nuestra tierra, el cual
habla muerto muchos de nosotros.
JI5 Y aconteció, que yéndose alegrando
el corazón de ellos, dijeron : Llamad á
Samson, para que divierta delante de
nosotros. Y llamaron á Samson de la
cárcel, y hacia de juguete delante de
ellos : y pusiéronlo entre las columnas.
96 Y Samson d^o al mozo que le
guiaba de la mano : Acércame, y haz-
me tentar las columnas sobre que se
sustenta la casa, para que me apoye
sobre ellas.
97 Y la casa cataba llena de hombres
y mt^eres ; y todos los príncipes de ios
Philistéos eataban allí : y en el alto piso
habia como tres mil hombres y mi\je-
res, que estaban mirando el escarnio de
Samson.
98 Entonces clamó Samson á Jehová»,
y d^o : Señor Jehová, acuérdate ahora
de mí, y esfuérzame, te ru^o, sola-
mente esta vez, oh Dios, i>ara que de
una vez tome Tenganza de los Philistóos,
aunque pritxUto de mis dos qjos.
89 Asió luego Samson las dos columnas
del medio sobre las cuales se sustentaba
la casa, y estribó en ellas, la una con la
mano derecha, y la otra con la izqui-
erda;
80 Y en agguida dijo Samson : Muera
yo con los Philistéos. Y estribando con
esfVierzo cayó la casa sobre los prín-
cipes, y sobre todo el pueblo que cataba
en ella». Y fueron muchos mas los que
de ellos mató muriendo, que los que
haMa muerto en su vida.
81 Y descendieron sus hermanos, y
toda la casa de su padre, y tomáronlo,
y lleváronlo, y le sepultaron entre Sora
<iPro.U.9S.
•Ca^l8.8.
/Pro. 7. se.
SD.r.M.
y Os. 7. 9.
*Kll.lir43.
is.
18a.3S.U.
< Jar. 8.191.
« 1 8a. 5. S.
etc.
<Job8a9,
10.
Sal. 85. U,
16.
Pro. 84. 17.
18.
■•DaD.S.4.
•Lam.8.81(
83.
Joña 2.1,
8.7.
' Job 90. 5.
8aL8!l.8.
JBC9.19.
iütcm,ia. íattfUiLi
nns;
"íy S" itaBdta ImDUBd».*.
^.T-ausíSisíi^r?
Db, •«•
■r»l>lll-
fmwtaitMHn^Si^'^'''
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Ib 1. 17.
h«M J»»..-l»m.d»; idUolol^
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14 y nñma «itdiMci le* d* Bn-
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Bní^i, i^ído urinal dXcHniK
I btlii ic gUo. r « tñS^/om d>
I k> hljH d> Bmlmta la hlitiM
EL LIBRO DE RÜTa
1 1 7 U iirU tú Bu «laa da BU»-
LClcfv.UJt.
RUTH, m.
A. a dr. IS1&
, 7 d<jo 4 los iMidof i Jehori
«MoaaTQM«nM«. TeUMmpoodtaron:
JeborA te bmdin»
6 Y Boos dQo A «tt criado d tobn»
ttvatm de iM ifgidoreí : ¿ Onya «•
BSi.í.1.
8 Y el erlado, sobrcttaat* de loe Mga.
dona, respondió, y djjo: Be la mon de
Mosb, qm toIvm coo Noemi de los
oaaoMM oe Hoid> ¡
7 7 ha diobo, Ra^te que me dc^Jcs
eoger y juntar ecplgaa tna loa ■egadorea
entre Im gaTillaat entró puee, y mquí
eatk dcade por la maflana nasta ahora,
meno$ un pooooae ae detuvo en casa.
8 Entáoocs Boos dUo & Ruth : Oye,
14fa nda, no vayas & capigar A otro oam>
po, ni pues de aqnl ; y aqoi estarás oon
mis mozas.
9 Mira Men al campo que sesaren, y
djgaelas : porque yo he mandado á los
mozos que no te toquen. Y d tuvieres
sed, vé a los vasos, y bebe del agva que
sacaren los motos.
10 Ella entonces botando su rostro in-
dinóse á tierra ', y mjolt : i Por qué he
hallado gracia en tus igos, para que tü
me rcoonoxoas, siendo yo eatrai\iera ?
11 T reqponcucndo £k>ox d^ole: Por
cierto se me ha deelarado todo lo que
has hecho con tu suegra después de la
muerte de tu marido*, y que dqando á
tu padre y & tu madre, y la tierra donde
naciste, has venido A pueblo que no oo-
oodtte antes.
19 JébovA galardone tu obra/, y tu
icmnneraoion sea llena por JehovA l)ios
de Israri, que has venido para cubrirte
ddiajo de sus alasy.
18Y ella d^o: Sefior mió, halle yo
emeia delante de tus q}osA ; porque me
has consolado, y porque has hablado al
ooaxon de tu sicrva, no dendo yo m'
OMH como una de tus criadas.
14 Y Boos le dijo: A la hora de co-
mer, alicate aquí, y oonoe del pan, y
moja tu bocado en el vinagre. Y sen-
tóse ella Junto A los swadores, y él le
dio del potaje, y comió hasta que se
havtó, j le sooro '.
Ift Levantóse luego para espl|gar. Y
Booz mandó A sus criados diciendo:
Ceja tamUen espigas entre las gavillas,
y no la aveigonoeis :
16 Antes echaréis A sabiendas de los
manq)oe, y la dq)aréis que coja, y no
la reprendáis.
17 Y eepiíó en el campo hasta la tarde,
y desgrano lo que había cogido ; y ftw
eomo un epha de cebada.
18 5 Y tomólo, y vínose A la ciudad :
y su sueRra vló lo que habia cogido.
Sacó también luego lo que le habla so-
hmdo deapnes de harta, y dióselo.
19 Y dih>Ie su suegra : Dónde has es-
pigado hoy? y dónde has traiMdado?
Bendito acá éí que te ha reoonocido. Y
ella declaró A su suegra lo que le habia
aoonseeido con aquelAomArf , y dllo : El
nombre del varón eon quien hoy he tra-
bajado, ea BooK.
a> Y AÜo Noemi A su nuera : Sea él
bendito de JchovA*, pues que no ha
lefanaado á los vivos la benevotcnda que
mvo para con los finados'. DQola des-
poes Noemi : Nuestro pariente es aquel
varón, t de nuestros redentoras es.
81 Y Ruth MoaUta dijo: A mas de
esto me ha dicho, Jdntate oon mis
ertadoa, hasta que hayan acabado toda
nd siega-
88 Y Noemi respondió A Ruth su nn-
am ! M^ior «s, hya nda, que salgas con
ms criadas, que no que te encuentren
fBotro^oampo.
88 EstuTo pues Junta con las mocas
de Boos espigando, hasta que la sim
de las cebadas y ia de los trigos fué
acabada; mas con su suegra habitó.
CAPITULO III.
itett iiulntida d« Notmi $u «twyro, trata d»
edMMÍMlo eon Beca, ftth aimtU.
YDIJOLE su suegra Noemi: H^a
mia, ¿ no te tengo de buscar des-
canso, que te sea bueno ?
8 ¿ No es Boox nuestro pariente, oon
coyas mosas td has estado • ? Hé aquí
que él avienta esta noche la parva de
las cebadas.
8 Te lavaiAs pues, y te ungirAs, y
vistiéndote tos vestidos, pasans A la
era : mas no te darAs A conocer al varón
hasta que él haya acabado de comer y
de beber.
4 Y cuando él se acostare, repara td
el lugar donde él se aoostarA, e IrAs, y
descubrirás los pies, y te aoostarAs aúi :
y él te dirA lo que hayas de hacer.
5 Y éíla le respondió: Haré todo lo
que td me mandares.
6 5 Dascendió pues A la era, é hizo
todo lo que su suegra le habla mandado.
7 Y como Booz hubo comido y bebido,
y su corazón estuvo contento, retiróse
A dormir A un lado del montón. En-
tonces ella vino calladamente, y descu-
brió los pies, y acostóse.
8 Y aconteció, que A la media noche
se estremeció aouel hombre, y palpó ;
y hé aquí la mujer que estaba acostada
A sus pies.
9 Entonces él dijo: Quién eres? Y
ella respondió : Yo toff Ruth tu derva :
extiende el borde de tu cana sotase tu sier-
va>, por cuanto eres pariente cercano.
10 Y él d^o: Bendita seas tii de Je-
hovA, h^a mia; que has heeho m^or
tu postren gracia que la primera*, no
yendo tras los mancebos, se«n pobres
ó ricos.
11 Ahora pues no temas, h^a mia:
yo haré contigo lo que td dijeres, pues
que toda la puerta de mi pueblo sabe
que eres mv^^ virtuosa «f.
18 Y ahora, aunque es cierto que yo
soy pariente cercano, con todo eso hay
otro pariente mas cercano que yo «.
13 Reposa esta noche, y cuando sea
de dia, si aquel te redimiere/, bien,
redímate ; mas si él no te quisiere re-
dimir, yo te redimiré, vive JehovAy.
Descansa pues hasta la maflana.
14 5 7 después que reposó A sus pies
hasta la malsana, levantóse antes que
nadie pudiese conocer A otro. Y él dUo :
No se sepa que haya venido mujer A la
era A.
15 Después dUo d «üa : Lltta el lienzo
que traes sobre tí, y ten de él. Y teni-
éndolo ella, él inidió seis tnedidae de
cebada, y pdsosela A cuestas: y vüiose
ella A la ciudad.
18 Así aue vino A su suegra, éeia le
So : Que pues, hija mia ? Y declaróle
a todo lo que oon aquel -varón le
habia aoonteoido:
17Ydyo: Estas seis fmdfdiu de cebada
me dio, diciendome. Porque no vayas
vacía A tu suegra.
18 Entonces Noemi dijo : Reposa, h^a
mia, hasta que sepas como cae la cosa :
porque aquel hombre no paraxA hasta
que noy concluya el negocio.
CAPITULO IV.
Boos, «artMandoM d parietüe nuu eereano,
toma por mujer lí RuÜt eom/omu al dtreeko
de la iey, y de día le naee Obed, ábudo de
David, eon d etud m eoiUinua lagetue ''
dd Metüu deede Phoret, hijo de Judá.
•OspiZS.
83.
» Xa. 16. 8.
•Cap.L8.
<i Pro. 18. 4.
y 31. 10.
« Cap. 4. 1.
/Gap. 4. 6.
IVn. 25. S.
Hat. 82. 84,
f Jer. 4 8.
ABoin.14.18.
tu lu^ dk mf^ di Bli»ti, ••■£!
t T JO iitiMl Iwfnilo liba, j atara
¡o mUiii& nir iDt tait*,wintM *v<^^
miiJirde Hihika,
■.'£3fi
Vd^ávahd» ka d^ poMleq
HgUB-ui. Jdunllia^áliaB
4 La/. Ib ohIm doi «dlflwoa u
"la 5 Bota •patÉ tmú6 t Ruth, t flUa
— *■!■>* Ulat, M ba pulifr.
■ Ytaaimít Hatua •! I4f
LIBRO PRIMEEO DE SAMUEL.
■ubu d« hyñr¿a EU, Optml^ I Phl- «
i!Lih'i¿iU)i>E1í: iE£la mandil
LaUIUEmL
^ "S*** f" "íí'T^SSJ
tk!
.^p<di-^^"_l^^^^^
yi'p^^.^^i'!»^
£íritlXi.S^^
todo lo qu «u ^ot bAdM í loáfl
_4
A.C.clr.llM;
I. SAlfüEL, m, lY.
A.C.dr.U«
/LeT.7.7,8,
84.
Nb.5.9,1jO.
7 18. 8. 19.
"SX.S9.».
« Jar. 18. 9.
10.
PMaLa.8.9.
«IBar.a.
37.85.
•- 0*p. 1. 8.
* Cftp. 4. 11.
•Bx.a7.»,
21.
y di á la can de ta padre todas las
ofirendas de ios hijos de Israel'.
S9 ¿ Por qué habéis hollado mis sacrl-
fieiosM, y mis presentes, que yo mandé
qfreetr en el tabernáculo; y has hon-
rado á tus hijos mas que k mí, engor-
dándoos de lo principal de todas las
ofimdas de mi pueblo Israel ?
80 Por tanto JehoT& el Dios de Israel
diee: Yo habla dicho» que tu casa,
y la casa de tu padre andarían delante
de mí perpetuamente, mas ahora ha
dicho Jehová: Nunca yo tal haga*;
porque yo honraré k los que me hon-
ran, y los que me tuvieren en poco,
scrin TÜes/i.
31 Hé aquí vienen días, en que cortaré
tu brazo, y el brazo de la casa de tu
padrea» que no haya viejo en tu casa.
85 Y ver&s competidor r en d taber-
náculo en todas las cosas en que hiciere
liien & Israel, y en niiigun tiempo habrá
viejo en tu casa.
83 Y no te cortaré del toio varón de mi
altar, para hacerte marchitar tus ojos, y
henchir tu ánimo de dolor ; mas toda la
cria de tu casa morirá en la edad varonil .
84 Y te terá por señaU esto que acon-
tecerá á tus dos hijos Ophni y Phinees ;
ambos morirán en un día.
35 Y yo me suscitaré un sacerdote fiel,
que haga confiarme á mí corazón y k
aá alma: y yo le edificaré casa firme,
y andará delante de mi ungido todos los
días.
86 Y será que el que hubiere quedado
en tu casa^ vendrá a postrársele por o6-
Uner un dineto de plata, y un bocado de
I>an, diciendole: Ruégete que me cons-
tituyas en algún ministerio, para que
coma un bocado de pan.
CAPITULO III.
Uamando Dioa d Satuv/A cuatro veeet, U dó-
tiara el ttutigo d» JBli ; y fl $elo notíflea,
Samntl t$ tonoeido da pitillo por prt^da.
Y EL Joven Samuel ministraba á Je-
hová delante de Eli : y la palatoa
de Jehová era de estima en aquellos
dias ; no había visión manifiesta.
8 Y aconteció un día, que estando Eli
acostado en su aposento^ cuando sus
ojos comenzaban ya á oscurecerse que
no podía ver,
8 Samuel estaba durmiendo en el tem-
plo de Jehová, donde el arca de IMos
estaba ; y antes que la lámpara de Dios «
fuese apagada,
4 Jehová llamó á Samuel, y él respon-
dió: Háneaquí.
5 Y corriendo luego á Eli, d^o : Heme
aquí ; ¿ para qué me llamaste ? Y Eli
le dyo : yo no he llamado ; vuélvete á
acostar. Y él se volvió, y acostóse.
6 Y Jehová volvió á llamar otra vez á
Samuel. Y levantándose Samuel vino á
Eli, y dijo : Heme aquí ; ¿ para qué me
has llamado ? Y él d^o : Hijo mió, yo
no he llamado ; vuelve, y acuéstate.
7 Y e« otte Samuel no habla oonocido
aun á Jehová, ni la palabra de Jehová
le habla sido revelada.
8 Jehová pues llamó la tercera vez á
Samuel. Y él levantándose vino á Eli,
y dj,To : Heme aquí ; ¿ para qué rae has
llamado ? Entonces entendió Eli que
Jehová llamaba al Joven.
9 Y dijo Eli á Samuel : Vé, y acués.
tate : y si te llamare, dirás : Habla, Je-
hová, que tu siervo oye. Así se fué
Samuel, y acostóse en su lugar.
10 Y vino Jehová, y paróse, y llamó
como las otras veces, Samuel, Samuel.
Entonces Samuel d^o : Habla, que tu
sforvo oye.
11 Y Jehová d^o á Samuel: Hé aqoí
haré yo una oosa en Israel, que á qtüen
la oyere, le retiñirán ambos <ridosK
18 Aqnrt dia yo despertaré contra EU
todas las cosas que he dicho lobre tn
casa*. En comenzando, acabatéfe tam-
bién:
13 Y mostxaréle que yo Juzgaré su oasa
para siempre, por la imqnidad que él
sabe* porque sus h^os se han envile-
cido a, y él no los ha estorbado.
14 Y por tanto yo he Jurado á la casa
de Eli, que la iniquidad de la casa de
Eli no sóá expiada jamas ni con sacri-
ficios, ni con presentes*.
16 5 Y Samuel estuvo acostado hasta
la mañana, y abrió las puertas de la
casa de Jehová. Y Samud temía des-
cubrir la Vision á Eli.
16 Llamando pues Eli á Samuel, di-
Jóle: Hijo mió Samuel. Y él respon-
dió; Heme aquí.
17Y tíU dijo : ¿ Qué es la palabra que
te habló JEHOVÁ? Rulote que no me
la encubras : así te haga Dios, y así te
añada/, si me encubrieres paJabra de
todo lo que habló contigo.
18 Y Samuel se lo manilbstó todo, sin
encubrirle nada. Entonces él dijo: Je-
hová es, haga lo que bien le pareciere ;.
19 Y Samuel creció, y Jehová fué con
él, j no d^ó caer á tierra ninguna de
todas sus palabras A.
80 Y • conoció todo Israel, desde Dan
hasta Beer-eebah, que Samud era fiel
profeta de Jehová.
81 Así tomó Jehová á aparecer en
Silo • porque Jehová se manifiesto á Sa-
muel en Silo con palabra de Jehová.
CAPITULO IV.
FmcMM lot ItraeUtat de lo» PMlUUoi, aeu-
erdan traer al campo «I Área dd Podo, la
eualfuí tomada por lo» PhilMfo», y a^
Bm dafhtfcAo*, y mntrto» lo* do» hifo» d*
Eli. Llegada la nueva A BOo, BU eatS di
wu tíOa, y mmrig. La mi^er de Phtueei
malpare d lehábod, y muen en el parto,
Y SAMUEL habló á todo Israel. Por
aquel tiempo salió Israel á encon-
trar en bataUa á los Philistéoa, y asenté
campo junto á Eiben-ezer, y los Philis-
téos asentaron el suyo en Aphcc.
8 Y los PhlUstéos presentaron la ba-
talla á Israel : y trabándose el combate,
Israel fiíó vencido ddanie de los Phl-
Ustéos ; los cuales hirieron en la batalls
por el campo como cuatro mil hombres.
8 Y vuelto que hubo ei pueblo al cam-
pamento, los ancianos de Israel dijeron :
¿ Por qué nos ha herido hoy Jehová de-
lante de los Philistéos ? Traigamos á
nosotros de Silo el arca del pacto de
Jehová, para que viniendo entre nos-
otros, nos salve de la mano de nuestros
enenügos.
4 Y envió el pueblo á «le, y trqjeron
de allá el arca del pacto de Jehová de
los ejércitos, que estaba asentado entre
los querubines : y los dos hijos de BU,
Ophni y Phinees ettaban « allí con el ares
del pacto de Dios.
5 Y aconteció, que como el arca del
paoto de Jehová vino al campo, todo
Israel dio grita con tan gran jubilo, que
la tierra tembló.
6 5 Y cuando los Philistéos oyeron te
voz del Jdbllo, dijeron : ¿ Qué voz de
gran jtlbilo e» esta en el campo de los
Hebreos ? Y supieron que el arca de
Jehová habla venido al campo.
7 Y los Philistéos tuvieron miedo, po<r-
que decían : Ha venido ri Dios al campo-
Y dijeron : j Ay de nosotros ! pues antes
de ahora no flié así.
8 i Ay de nosotros ! ¿ Quien no* ■*
t a Bey. 9.
12.
Jcr.l».t.
•Cip.3.a!
etc.
dCsp.i1]
23, etc.
Ii.22.li
/ltetfci.I
Í:a«feU4t
CffAHinS;. 1^ VL
MCi<tÉití4t
bmi d* Is aaavD- d» «itdr- dloMi Al-
erta ? &tos «pw los dloMt q^e Mtieroo
k tUípUf con- tóOs ptegR en d áeát-
étift.
9 lUfóna«« oh FhÍIiBt¿oi, y w^ boñ-
bim, porque no Bbnrais á lo« Hebreos,
«•■lo ellM os han serrldo á yoatMma^:
Md luMnbns> j pelead.
10 Pétenron tmes los PtdUtttfoe» 4 !••
rael fode venefide. ▼ lrajren>n cada-onat'
&«M-tltoMbM>t j ni heoh» umy Rvaada
mortandad, pues cajero» de Zarael era»
iott mil iMmilisttB d« & pléj
11 Y el a»M dé- Dios toA tomada, 7
muMtas los: dM imes de Bli, (^taal y
Pluater*.
18 Y Y ooniendo de la betall» na-
boDilm dé BenJatnlB» -vbio aquel día ¿
SHo, retos tos vestidae j «ehaJa tloRa
Mbreía caben*.
18 Y oaando lUgó» M aqui EU que
estaba sentado en una silla atalajittdo
jvatoaloaibiao; poique so eocaaon es-
taba temblando jir causa' del área dé-
nos/. Lkfgado paet'aqQd hombre á
la «ladad, ▼. dota» laar mumw, tdda la
ciudad grito.
U Y oemo £tt oyó el esttvendo de la
crüetla, d^: ¿ Óué estniende de al"
boroto u este? Y aquel hombre rh»
apriesa, 7 dU) las iracvas k BU.
15 Bra ja Eli de edad de noreata
J odio afloa, y soa ojos se hablan enf
ttnstecelde, de mado que no pédi»
10 DHo imes aqad hombre á £11 : Yo
«engo de la batalla, jo he esoapado hoj
del combate. Y &. le dijoi ¿ Qué ha
aeonteeido, lujo nú» ?
17 Y el menn\}eio respoodld, y d^ :
Isnel hujó ddante de kw Fhlllstéos, j
tsmbien nxé hecha oran mortandad en'
djiaeblo; y también tus dos h^os,
OpoBi y Flünees> son muertos, y el
anad» Dios Aiá tocnada.
18 Y aconteeii) qae oom« él hiio nien>
elota del arca de Dios, SU oayó hada
attasde la silla al lado de la puerta, y
qnebvdtele la «ervia, y moitót potnoe-
era hombre tí^o y pesado. Y habia
jtLtgado á Israel cnaventa a&os.
19 Y Y tu nnera la mi\Jer de Phinees,
f«e Mttfe preAada, ceKana at' parto,
oyendo- el rumor (¿a» el área de Dloe
era tomada, y jsuertft su suegro, y aa
naiido, enouifluL y pavlé ; poiatte sus'
dolores se habian ya denamado potf'
W Y al tíenipe q«e se mMla, dad-
*ale las que estaban Junto & éük : Nb
tengM temer?, poscpie haS' patMo un
h^e. Mas: «Ua no reepoedifl, ni ptleó
SI Y Uamó al nlfio I<diábod H, dicl<
«tdD; Traspasada es la gloria de la-
nrt: (por el área de Dios que íué to>
"■ada, y pormie ara muerto su suegro,
ysuniaaldo.f
82 Dgo pues : Traspasada es la gloria
d* Israel ; poique el ana d* Dios ftió
CAPITULO V.
Ptu^d orea por totPhOiiUMm a templo
it m <Mm íktffon, en Jtdod, Dagonfui
düAsdb M m pnMMio. Lo» de Atdoa/Vf
Mv* ttutado» de Dio», y a»ifni»mo lo» de
Oafl^ odmcfc la MMOrAn. Traida á Serón,
lo» Stronita» y lo» prfneip»» de lo» FhUia^
tte» aeordtron rettítitMa ántlugar.
Y LOS Philistéos, tomada el arca de
Dios, trsiéronla desde Eben-egiers
áAtdod.
8 Y tomaron lea Fhilistéos el az«a de
Hos, y metíéroBla en la cata de Da*
pn i, y pusiéronla Jimto á Dagon.
- S V el slMMule'di* 10» dto Aettd aa
lerantaron de mafiana, y hé aquí Dagon
ptatnáo' e» tl*na;> d«mt» del aMa de
Jehovil y temaoNM ár-Dagony y TelvM*^
NOle-éia lagar.
4 Y-temanaose á-Ievaaitar de mafima
el dia liguiente, hé aqaf que Dagen hft«
tala ealde postrado en tiem delante del
área de JdwvA ; y la oabaia de Dadoa
y las dos pahnas de su* manos etmmt
sovtadas- sobre el umbval de la vterlat
habiéndole quedado á Daga» el tnmm
solamente.
5 fot «tu eanaa les saeerdetesde Da-
, y todos los que en' el templo de
a entran, no pisan d umbiral de
Dagon en Aadod hasta hoy.
8 Empero agrayése la mane de Je-
hov4# sobré los de Aadod, y destruye-
los, é hirióles eos hemotroldas en Asdod
y en todos sus témáaatd,
7 5' Y Tiendo esto los de Aadod, di-
JeroB: No quede con nosotras él ana
dd Dkie de Israel ; porqee su mano es
dtoa sobre noeotna^ j sobre nucstao dlea
Daym.
8 Enviaron pues k Juntar 4 sí todas
los principas de los PhUlatéos, j di-
Jeno : ¿ Qué haremos del arca del Dios
de Israel ? Y ellos lespéndieton : Pá-
sese el arca del Dios de Israel á GMh«
Y pasaoroB 004 el ana del' IMaa de
larael.
9 Y acoAteoió que oome la hubieron
paaado, la noano de JchorA Alé eontra
la eisMlad eon grande quetnantamlento t
é hirió lo» hombres de aquella oiudad
desde el chico hasta el grande, que se
□enaidn de hcoaoRoldas.
10 J¡ Entonóos cnvüuron el arce d*
Dios á Boron. Y oamo él arca de Dios
▼Ino á Ecron, los Eoronitas dieron voees
cBolendo : BLan pasado /fc mí el arca del
Dios de lanri por matarme 4 mi y á
Boi pueblo, *
11 T envlaam á Juntar todos los ptiA'
cipes de los Fhilistéos, diciendo : Des-
pachad el anea del Dios de Israel, y
tdmase A su lugar, y ne mate á mí y
á mi pueblo: porque haUa quebranta»
miento de muecte en toda la oiudad-, y
la mane de Dioe* ae halda allí agra-
raáo.
19 Y los que no morían, eran herido*
de fMmorroidas ; j el olamov de la ciu-
dad subía al cielo/.
CAPITULO VI.
St rteUtmldm el orea dd MIor.
Y ESTUVO el arca de Jehoy* en
la tiatie de los PhlUstéos aleta;
meses.
9 Entónees los PhlUstéos llamando los
sacerdotes j adivinos, prwtmtaroñ»:
¿ Qué haremos áá. aroa de Jehová ?
Dmlaradnos cómo la honos de tomar
á enviar & «u lugar.
8 Y ellos d^erotts Si enviáis iA arca
del Dios de Israel, no la enviéis yacía ;
mas le pagaréis la ezpiaeion; jb en-
tonces seréis sanos, j conoceréis poique
no le apartó de vosotros su mano «.
4 Y elloe dieron ; ¿ Y qué ser& la ez-
plaoion que le pagaremos ? T eUos res-
pondieron: Coiífiírme al ndmero de loe
príncipes de loa PhUistéos, cipco ho"
morroidas de oro, j oinoo ratones de
oro ; porque la mtama plaga que todo»
tienen, tienen también vuestros prin-
cipes.
5 Haréia pees laa formas de vuestras
hemorroidas, y las formas de vuestros
ratones, que destruyen la tierra, y daréis
gloria al Dios de Israel d : qnixa aliviaiA
su mano de sobre vosotros, y de sobre
•wr. 7.U.
Sz.9.8.
asi. 38. 4.
Hech.U.11.
rfBBn.38,S7.
8sl.78.a8.
* vnr. 6, 9.
/Oapi9.1«.
ívt. 14. a.
• G«B. 41. 8,
Bx.7.11.
la. 47. 18.
Dsa.8.8.
7 6.7.
Mst,3.4k
»I«T.S.U,
«JFob84.31,
4 Jos. 7. 19.
BfBl.2.'9L
A. C. dr. U4S.
L SAMUEL» VIL
I
•BZ.7.U.
T8.15.
ji«.i7.n
/Joi.U.10.
' vor. 4.
vuMlfM dioMt, 7 de lotoe viiMtim ti<
i Xx. 19. n.
Nn. 4. U.
20.
lGr.lS.9,
10.
¿a8*.6w7.9.
8IÜ.78.7.
HUÍ. 8. 3.
I Lno. S. 8.
y8.87.
■>J<M. 18.14.
^«00.1803.
ICr.l&M.
0 Mm ¿por qué cndmceeU TUMtro
oonion* «orno los EsipciM j Pharaon
•ndnreclenm m oonuon* ? Dcipocaque
lot hubo att tratado, ¿no Um dejaran
que le fueten, y le fti«9oo ?
7 Haced púa* ahora «n cano nuero.
j tomad l««go dos racas que citen, á
las cuales no haya sido puesto yugo,
y uncid las vacas al carro, y haoed tor-
nar de detrás de ellas sus beowroa 4
8 Tomaréis Inego d avoa de JdioT&, y
la pendráis sobre d carro ; y poned en
una eajñ al lado de ella las alh^as de
oro que le pagáis «n espiaeion, y la de-
Jaréis que se Taya.
9 Y mirad, si sube por el oamino de
su tármino k Beth-semcs/, él nos ha
hecho este mal tan grande ; y si no, se-
remos oiertos que su mano no nos hirió.
Mino mu nos ha sido accidente.
10 ^ Y aqudios hombres lo hiderai
así; pues tomando dos Tacas que cri-
aban, unciéronlas al carro, y encerraron
en casa sus beeenros.
11 Luego puñeron el área de Jdiorá
sobre d oairo, y la o^a oon los retoñes
de oro, y oon las fimñas de sus hemor-
roidas.
18 Y las vacas se encaminaron por el
camino de Beth-semes, é iban por un
mismo camino andando y bramando,
sin apartarse ni 4 diestra ni 4 siniestra :
y los principes de los Philistéos fueran
hasta él término de Beth-
18 Y los de Beth-semes segaban él
trigo en d valle; y airando sus ojos
vieron éí arca, y holgáronse cuando la
vieron.
14 Y d carro vino al «ampo de Josué,
Bethsemita, y paro allí ; poique allí ha
reoteron las vacas
¿ja una gnú piedra : y ellos cortaron la
madera del carro, y otr
en holocausto 4 Jenov4.
19 Y los Levitas InOaron el ara de
Jéhov4, y la eaia que ettaba Junto 4
ella, en la cual ettahan las alhajas de
oro, y pusiéronla sobre aquella gran
piedra: y kis hombres de Beth-semes
sacrificaron holocaustos, y mataron vío-
timss 4 JehoT4 en aquel ola ;
16 Lo eual viendo los cinco príncipes
de los PhUiatéosy, volviéronse i Bcron*
el mismo dia.
17 Estas pues son las hemorroidas de
oro que pagaron los PhiUatéos 4 Je-
hov4 en expiación. Por Asdod una, por
Oaza una. por Asoalon una, por Úadi
una, por Ectod una :
18 Y ratones de oro oan'bnm al nu-
mero de todas las ciudades de los Phi-
listéos perteneeientet 4 los clnoo prüid-
pea, desde las ciudades ftMrtes haau las
aldeas sin muro, y hasta la gran piedra
sobre la cual pusieron d arca ae Je-
hov4| piedra que etiá en el campo de
Josué Beth-a^mita hasta hoy.
U> 5 Entdnoea hirió 2Mm atewM de los
de Beth-aeroea, ponjue habun mirado
d arca de Jehov4'; hirió en ei pueblo
oincuenu mil y setenta hombres. Y el
pueblo puso luto, porque Jehov4 le ha-
bla herido de tan ñan plaga.
M Y dljeroa los de Beth-semes ; ¿ Qui-
en podr4 estar ddante de J«hoT4 d
Dios Santo*? ¿ Y 4 quian saUr4 desde
nosotros/?
81 T enTÍanm mensderoa 4 los de*
Chtrlath.Jearim diciendo: Los PhiUs-
téos han devuelto d área de Jdio-
v4: descflodad pues, y llevadla 4 to*-
otras.
CAPITULO VII.
Lo» d« Ohirtalhitarím m Omom ú ana ét
BM ww. linMl w eoMWari* ala frwV-
eaetoa i* fisimi, ti tmti erapartU$$. 0^
Mmm Hw/idar vieUHa dt toÍFIMMot.
Y VINIERON los de Chlxiatfa-Jea.
rim, y llevaron d aroa de Jdiov4«,
y metiéranla en casa de AMnadabt, ti-
toada en el collado; y aantifiearon 4«
Eleaaar su hUo, para que guardase d
área de Jdiov4.
9 ^ Y aconteció que desde d dia que
11^ d arca 4 Chlriath-Jearim pasaran
mudios dias, vdnie afioa; y toda la
casa de Israd lamentaba en pos de Je-
hoT4.
8 Y habló 8amud 4 toda la easa de
Israd diciendo : Si de todo vuestro co-
ra«m os volvéis 4 Jdiov4', quitad los
dioses ágenos y* 4 Astaroth de entre
vosotros, y preparad vuestro oorazon 4
Jdiov4, y 4 solo él servid, y os Iibiar4
de mano de los Philistéos.
4 Entonces los 14)oa de Israd quitaron
4 los Baales y 4 Astarodi/, y sirvieron 4
solo Jdiov4.
8 Y Samad d^o: Juntad 4 todo Is-
rad en M ispa, y yo oraré por vosotros 4
Jehov4.
6 Y Juntándose en Mlspa, sacaron a-
gna, y derram4ronte ddante de Jeho-
v40; y ivvnBnn aquel dia, y dUeron
allí: Contra Jdiov4nemos pendo a. Y
Jusgó Samud 4 los h^Jos de Israd en
7 1 Y oyendo los Philistéos que loa
hijos de Israd estaban reunidas en His-
pa, subieron los prindpes de loa Philis-
téos contra Israel: lo cud como hubi-
eron ddo los hUoB de Israel, tuvieron
temor de los Philistéos.
8 Y iMuon los h^os de Israd 4 Sa-
mud : Ño ceses de clamar por nosotros
4 Jdiov4 nuestro Dios, que nos guarde
de mano de los Philimos •'.
9 Y Samud tomó un cordero de ledte,
y sacrificólo entero 4 Jd>ov4 en holo-
causto : y clamó Samud 4 Jdu»v4> por
Israd, y Jdiov4 le oyó*.
10 Y aoontedó que estando Samnd
sacrificando d hdooausto, los PhIUMéos
llegaron para pelear oon los h^ «le
Israd. Mas Jehov4 tronó aqud dia
con grande estruendo a^re los Phllia-
téoa, y dasbarattSce/, y lw«m vencidoa
ddante de Israd.
11 Y saliendo los hijos de Israel de
M iqpa, siguieron 4 los Philistéos hirién-
dolos hasta ab^ de Beth-car.
18 Tomó bi«go Samud una piedra ■»,
y plisóla entre M Iqw y Sen, y púsole
por nombre Eben-ezer Jj, diciendo tUaata
aquí nos ayudó Jdiov4.
18 Fueron pues kis Philistéos huml.
liados, que no vinieron mas d término
de laxad: y la mano de JehoT4 ftié
contra los rhilistéos todo d tiempo de
Samud.
14 T fueron restituidas 4 los hUos de
Israd las ciudades que los PhlUstéoa
hablan tomado 4 kis Israditas, desde
Ecnm hasta Oath, con sus tt'nninoa;
é Israel las libró de mano de los Phi-
listéos. Y hubo paz entre Israd y d
Amonhéo.
lA 5 Y Juagó Samud 4 Israd todo el
tiempo que vivió.
16 Y todos los alkis iba v dd» vudta
4 Beth-d, y 4 Oilsd, y Miq», y Jus.
gaba 4 Isnd en todos estos lugares.
17 Volvíase después 4 Rama, potque
dlí éstate su oasa* : y dlí lomMm Jus-
aba 4 Israel, y edificó aUÍ dtai 4 Je.
iov4.
•Csp.4»
Bal. mi
»aBs.8.3,é
•la. «8.11.
a
rfDn.».
la
IBer.U
JoelS.ll.
«0«B.».i
JOiL».]i
n.
«X6S.1ÍII
Job 16. SU
Jer.».L
ftJnaeJiUft
SaLlOll,
JCC3.IÍ
14.
ib.Zl.i-
ABaL9aÍ
Ssiir.S.li
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14.
»G«aA«
U.
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I BAMUIL, Vni, IX.
Yis:
dij£ ^HDiHli In lUDMi' d> IirM :
líSri'í-ji:
jSm iw»Ho ffaa iliiiiii, iJ í5mj
fCSLÍ-J'
la j1«1 ú I^Bto iw H biU^SS
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didJi 7 niB^ ■■ madki «• )• «>■
MhIkE^: »■ JTJllá á Mi
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—Utt, DH hH dl^ OMMOllplBa >
HBlg diliu la ^ sana I P«,
lAdiMAft M aAfd pflH d «tunda dUi i
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inoMUDil UtodiOaF jSauu-
~» T UgB» d> lili fLroBlK, , Uti
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pueblo ? Eldñci «I wmMo «laaMS ant
iil«pta,«elendft: Vl«««li«y«.
•5 taaMl wbM IMf» tf poeMo «1
deradbo del nbMk j leeiNélo en m
HbiD, el eaal gomíS delante de Jehorá.
»T eavló SamMl á todo el paetalo
cada «no á en eeía: j feal «amMan w
Ibé & m cata en Oabaa«» y lliaa een
4k algwmi éA eJrfwiiHe, «1 aonMu de loe
cades Dloe haola toeado»
S7 Peto fc» taináoet dijeran: ^Cdrao
Boe ha de aalrar aete ? T tavMnMÜe
«n poso, y no la ttajonn
éidiaimvió.
CAPITULO XI.
*0i>.l7.1l.
!sí&.i
fe'^'^
AfbiUM Im i» Jebw d« OahaJ por «I r<*
df ím jMflweiiat, jiMai mmn 4 Bmd, u
mol witae y Ut Mra, y «m» mí» «Moria
«HM «Htoridod «a « jmmUo. ftwwrf y
itáo el tmMú «oajfnaaM M <ii«e*on «on
«V'MilO.
Y SUBIÓ Naaa AaanHnitta«, y atentó
«anum eonira Jabea de Oalaadb.
T ttdoa les de -Mbm d^SMn 4 Naas :
Hai allansa oen noeotne, y le eerTi-
» T Naas Ammoaita la» Mqioadld:
Oon aüa oottdiekm basé alianaa oen
«HotiM, qae á oada uno da todos voa-
atmiaqiie al <4o doraalio» y ponga eata
afrenta tobre todo Israel*.
4 Enlteeea loa aMlaaaa de JalMS le
d^aron: EMboa aleta dlaa* para qve en-
«ianes aaaniajena A todas ka t&mloas
de Israel; y si nadie imbieia qne ñas
defiMda. saMpámos á tí.
4 Y Ucgando loa aaenealens á Oabaa
de8aaI<4f>enn«Btaa palabias en oídos
dsl padilo: y toda d ipneMo Uo«6 á vas
SBfltitO.
A Vbé aqai RMd one venia del «ampo
toas lea bosyesi. y dijo Saúl: ¿Qué tiene
tf pueUo. 4ae Heaan? Y aontfionle las
palabras de loe homtnaa da Jabas.
e Y el espirita da Dios annbató &
tel* en ayaado esMa palabras, y en-
ecaditeen ira en gran maaraa.
7 Y tom sanio «n par da bnefea, cor<
Bisen piaaaa, yan^Mlas por todos los
^fmiaea do Iñaei -por mano de oacn-
mkumf, diciendo : Onalquieen qne no
wian ea pea deflanly en pos de 8a.
BHal, aaí aaafr hacho á ana boayesjf.
Yenéesmer daJehoaá sobre al peieblo,
7 ■allawn todas oonao «n aalo iMnabce.
t Y oeaildios an Beaeo^y flieroa los
*Upa de laraei treeeientoa rail, y twiata
dlesinnriwasdeJadá.
* YiesasiaUaiuii 4 loa raena^larss qne
ItaUui wnbio : Así dbidis á los de Ja-
iMs-de flalaad: Maflan» en ealentaado
«iaal,iendBil8BalTasiMnto. iY «fallieran
lasBBH^tsros, y Asobuéronlo 4 los de
JiAss. loa ou aira aa Italgaran.
10 Y los de Jabes ^eron: MaBana
*í«e.T.ll
Ih.il.jl
4 Toaotma, para a«e hagáis
•en Bosotroa todo lo qne baan-oa pa>
U Y al dia aigniasrta disnuo flaol al
ftoUom tim aaonadroMS-*, y entraran
«a aeriio del real 4 bi «ala de la ma-
araa, é hlileven é Ira Ammoitltw hasta
ad dia ealentaba : y loa queqnedawn
. n dlspeiBos, tol que no quadaiwti
das da sitos Jnatra.
1« 1 £1 paabla anldnara dijo 4 8a.
I (|MSB«.<e« Iraqna daeian, B«-
' aisabraBoaotrraVPPadussraes
), y los matáramos*.
1* Y leal dUo i 'No araelA boy al.
^Mii praine hay ha atando JelMiv4
imoal.pB«Ui>:y«-
4rid,«ramB 4
mos alU al reino.
Ift T ftté teda al pu«ble 4 «ilgal, < hi.
«istieran-alU 4 Sanl por ttj delante de
Jebor4 en Oilgal. Y saeitdearan allí
tkMxmm pacígara drtanto de JahoH ¡ y
«lentoanra moolio allí 9»ml y todos las
delsaael.
CAPITULO XI r.
aMMS^^osMaa vn MI ofeíAia ceMcflana av 9wNnhi
tMtifieaia for A fmMit, al ««• twnmtM éu
ínmréio pin «m ÍNm JIííUHéíis d wr
dMM al Mer/ y 1m
ara ' -"
1*1
Y DIJO Samuel 4 todo Israel : Hé
aquí, yo he oido vuestra rot en
todm Ira eesM que me habeia dlolio«,
yosbapaastotey*.
5 Ahora para, hé aguí vueatra rey t4
-detento de ▼oaotios. Yo soy ya vlcifo y
cano ; mas mis hilos están con Tosetroe,
y yo ha andaiio dratarted» vesairas daade
mi tnoeadnd hasta este dia.
8 Aqoí ceteyi atoa^piad eontn mí
delattM da JahorA, y delante de ra un-
cido«, ai he tomado el buey da alguno,
« alba -tomado el asno de alguno, ó si
he calumniado 4 alguien, ó ai ne agravi-
ado 4 alguno, ó ai de alguien he tomado
eoheeho, par et eual h^ cubierto oais
<l|oa'; yoa aatialbré.
4 Kntilneto dieren : Nanea noa hra
calumniado, ni agraviado, ni has toando
algo da mano da ntaagun hombra.
6 Y él lea di)o: J^ov4 M taatlgo con-
tra vaaotraa, y «u ungido también «vtoa-
tigo en cate dia, que no hab^ hallado
en mi mano «ora nlagaaa. Y cUoa ras»
poodiaraai Aaí«.
6 ^ Enténoes Bannial dijo al pueble :
Jéhov4, aua hiao 4 'Motara y 4 Aeran,
y que aaao 4 tumItm padxw de la tiena
de Bolpto.
7 Añora para aguardad* y yo os haré
caqpo deluito de Jéhová de todra las
justteiM« de Jahov4, que ha heoho con
8 DeapuM que Jaeob hubo entrado en
&ipto/, y vuestras padfw clamaron 4
Jaiov4#, Jehov4 envió 4 Molsra y 4
AaronA, ios eualra sacaron 4 vuestras
padrra de Egipto, y los hicieron habitar
9 y ol^Sjumi 4 Jahov4 su IMm, y «1
los vendió en la mano de Sisara', ea-
pitan del düraito de Aera, y en la mano
de iM PhffialéM*,y an la mas» del rey
de Moeb^ Ira onatos Ira hioieron guerra.
10 Y «líos obmuDun 4 Jahav4. y dl-
jenm: Peaasnra, que hemm ^'O*'" ^
Jehov4, y hemoe cérvido é los Saalto
y 4 Aitsíotl* : Ubvanos pura ahon de
la nuao de -nuestraa anemigra, y te sar-
virémoa.
11 BntóneraJaiiov4 envió 4 J«o>baalw,
Í4 Bedan, y 4 Japhte, y 4 Samuel, y «
btó deaomo devuratm anemigM al-
«ededor, y habitastai» aaguroa.
18 Y habiendo «visto que Nara, rey de
1m hijoa da Aitunan, raída contra tos-
otras«, me d^isteis: Na, sino rey re-
ina»4 cobra notototo ; siendo vuestra aey
JdMv4vuealao IM«.
•18 Ahora 'para. vad aquí vuestra Tsy
que habeia wagirta,^ eual<padliteisi yu
vaia-qne JahavA ha puaato sotan «ra-
otrrany*.
14 Si temiereia 4 Jdiov4, y te eirvi-
aeals, y «vraala an vos, y no itaarels te*
beUrai» 4 la :palabra da JAov4, aaí vos'
otraseomftéiiiy qoeiiciaa'eabra-voeearas
aeréis en pos.de Jahav4 vuestra IMas.
13 Mas si no oyevsis- la voa de Je-
lioié, j si-feeasla rabeMra 4 tan «ala-
hiw Js Jeh««4i 4a oano da jAo«4
•OsaS-S.
I». 90.
«can. 10. M.
ylL14.U.
• Na. 18. 18.
10Ur.Ua4
«SeurlCí».
•Jaae.8.11.
/Ora. 48. 8.
&XX.8.10.
•'Jaac4S.
<Juee.S.lS.
"Jwe.8.14,
82.
•C^ILZ
•OalS.Il.
rjoa.M.li,
90.
Sal. 81. 13,
U.
A.C.10W.
L SAMUEL, Xm» ZIV.
Lcm.
i 9 xer. 9.
'Bul*. 8.10,
•El. 14. 81.
tltx.9.».
lJaui&l&
•Jer.3.1.
«Jer.16.19.
Jon*2.8.
VSl. 20444
■I«.8.S1.
82.
• aCor.U.
u.
CoLl. 9.
»BodM.ia.
13.
«I)M.a8.S6.
•Cftp.io.a8.
» Cap. 10. 6.
«Joa.7.X
'C«pwl4.11.
taá oontra Yototrot oomo oontm tvm-
trMpadTMf.
16 JBqienid aun abofa, y mirad cita
gran coca que Jahová hará ddante de
▼ue>trMq)(M.
17 ¿ No e« ahora la doga de lo* trigos P
Yo damaré á Jebera, y ¿1 dará tmenos r
y aguas, para que contncait y veáis que
M grande vuestra maldad, que habéis
hecbo en los ojos de Jéhora pidiéndoos
rey.
18 T Samuel clamó á Jehorá ; y Je*
hová dio truenos y asnas en aquel dia :
Ítodo á pueblo temió en gran manera
Jéhová y ér Samuel •.
19 5 Bntónoe* dUo todo el pueblo &
Samuel : Ruega por tus sierros á Jé-
hová tu Dios f, que no muramos : por-
que & todos nuestros pecados hemos
aiTadido «tt« mal de pedir rey para nos-
otras.
90 Y Samuel respondió al pueblo : No
temáis : vosotros nabeis cometido todo
este mal ; mas con todo eso no os apar-
téis de en pos de Jehová «, sino servid &
Jehová con todo vuestro corazón.
Si No os apartéis en pos de las vani-
dades, que no aprovechan, ni libran *,
porque son vanidades.
89 Pues Jehová no desamparará á su
pueblo' por su grande nombre*: por-
que Jehová ha querido haceros pueblo
suyo.
88 Así que lejos sea de mi que peque
yo contra Jehová cesando de rogar por
vosotros*: antes yo os ens^are por el
camino bueno y derecho:
84 Solamente temed á Jehová &, y ser-
vidle de verdad con todo vuestro cora-
zón: porque eonsidatad cuan grandes
cosas ha hecho con vosotros.
86 Mas si persevorareis en hacer mal,
vosotros y vuestro rey pereceréis*.
CAPITULO XIII.
Jonaüum, htío dé SatU, duiktu» ta mumMon
de lo» FhiUMM 9W habia «» Oobaw. Jim-
tamdom V» PhiUkioB eonira Awl, ypanei-
mtdok á tt qv» Satnutl m tardaba, ofrt»
<l Motauéoi par lo cuál Bamuel U denum-
eia t¡iu Dio» Ib ha dnueito del reino, y dt-
gUo Otro mtior fue tí.
Había ya Saul reinado un alio; y
reinado que hubo dos ailo* sobre
Israel,
9 Escogióse luego tres mil de Israel :
los dos mil estuvieron con Saúl en Mioh-
mas y en el monte de Beth-el, y los mil
cstwderon con Jonathan en Gabaa de
Benjamín* : v envió á todo el otro pue-
blo eada uno a sus tiaidas.
8 *f Y Jonathan hirió la guamioion de
los Philistéos que habia en el collado^, y
oyéronlo los Philistéos. B hizo Saul to-
car trompeta por toda la tierra, dicien-
do: Oigan los Hebreos.
4 Y todo Israd oyó que se decia : Saul
ha herido la guarnición de los Philis-
téos. y también que Israel olla mal á los
Philistéos. Y juntóse el pueblo en pos
de Saul en OilgaL
5 Entonces los Philistéos se juntaron
para pelear con Israd, eim treinta mil
carros, y seis mil caballos, y pueblo co-
mo la arena que tdA á la orilla de la
mar en multitud: y subieron, y asen,
taron campo en Michmas, al oriente de
Beth -avene.
0 Mas los hombres de Israel viéndose
puestos en estrecho, (porque d pueblo
estaba en aprieto,) esoondiÓBe d pueblo
en cuevas, en fosos, en peBascos, en ro-
, y en cisternas d.
7 Y átgwno» de los Hebreos pasaron d
Jordanála tierra de Oad y de Galaad :
7 Savl se estahft MB en CHlgal, y todo d
pueblo Iba tras de él temblando.
8 Y él eneró siete dias, eoaibrme d
plazo que Samad AdMe d<eáe; pero Sa-
muel no venia á Oilgd, y d pusblo se
le desertaba.
9 Entonces dijo Sanl : Traadme fado-
oausto, y saoriflolos paeifioos. Yofkedé
d holoeansto.
10 Y oomo él acababa de hacer d ho.
locausto, hé aquí Sanmd que venia ; 7
Saul lo salió á icdbfar para sdudarle.
11 Entónocs Samud dijo : ¿ Qué has
heeho? Y Sanl respondió: Porque vi
que d pueblo se me iba, y que tii no
venias d plazo de los dias, y que los
Philistéos estaban juntos en Michmas,
18 DUe «■ «d: Los Philistéos deseen-
deián ahora oontra mí á €Hlgd, y yo no
he implorado el Ihvor de Jehová. £•-
foroéme pues, y ofte^ holocausto.
18 Entonces Samuel d^o á Saul: Lo-
camente has hecho, mu no guardaste
d mandamiento de Jwová tu Dios, que
él te haUa intimado*. Porque diora
Jehová hnUem ocnficmado tu reino
eobre Israd para dempve.
14 Mas ahora tu rdno no será durable.
Jdiová se ha buseado van» según tu
oorazon/, d oud Jdiová ha mandado
que sea capitán sobre su pueblo, por
cuanto td no has guardado lo que Je-
hová te mandó.
IB Y levantándose Samuel, suMó de
Oilgd á Gabaa de Benjamto. Y Saul
contó la gente que ae nallabe con él,
que enm como sdsdentos hombres f.
10 Saul pues y Jonathan su hijo, y
d pueblo que cm dios se hallaba, que-
dáronse en Oabaa de Benjamín 1 mas
los Philistéos hablan puesto su campo
en Michmas.
17 Y Y saliera! del campo de los
Philistéos en coneríb tres eaoaadnsies.
El un escuadrón tiró por d camino de
Ophra hAda la tiam de Sud ;
18 El otro escuadrón marchó hada
Beth-oron*, y d temer escuadran mar-
chó hada la región que mira d vdle
de Sebdm i hacia el dederto.
19 Y Y en toda la tierra de Israd no
ae hallaba herrero*; porque los Phi-
listéos haUan dicho : para que loa He-
breos no hagan espada o lanza.
90 Y od todos loa de Israd desoendian
á los Philistéos cada cud á amelar su
r^a, su aaadon, su haoha, ó su sacho,
ti Y cuando se hadan booas en las
n^as, ó en los azadones, ó en las orqui-
lias, ó en las hachas; harta paia una
ábsida que se hubiera de componer.
88 Asi aoonteeió que d dia de la
batalla no se hallé espada ni lanza en
la mano de alguno de todo d pneblo,
que eaktba con Saxd y oon Jonathan,
esoepto Saul y Jonathan' su hijo que
las traían.
88 Y la guarnición de loe FhiUstéos
sdló d paso de Michmas m.
CAPITULO XIV.
JoNoAoN, Orno de «wj/lemo «n Dio»* d«*-
teemdere.d^ftr'
'oNoAaie, Oeno de soMIama t
barata, €uompaHaio dé mi eseí
etto de loe PhOiMees V per
/MroawHto de eu padre «itaee á ptí^ de
perderla vida.
Y UN dia acontado que Jonathan,
h^o de Saul, dUo á su criado que
le traía las armas : v en, y pssegwia á
la guamidon de los Philistéos, qae «dá
á aqud lado. Y no io hizo saber á sn
padre.
8 Y Sanl estaba en d término de Ga-
baa, debajo de un gmado que hetim en
Migron, y el pueblo que csMba oon él
«ra como aalsdentos bombiese»
cdt.ísn.
L'SAlCCSIs ziy.
A. C ck. IMT.
%'■'•
lf.%*.
^u.a.
hea.7.4J7.
ICbliU.
I Dito Does Jonathan á m orlado qae
tnu utf anaaa i Ven, paMino* k la
lte.lL 11
8 T Aehlat», hUo de Adúlob, Imt.
mano d« lehAbod, hijo do Vhbammt hijp
de EU, necfdoce de Jehorá en 811o,
llevaba el Ephodct y no Mbla el pne-
Uo «ne Jonallian ae hnUete Ido.
4 T entre loe poaoa por donde Jona-
than Tmevraba paiar á la guamiolon
de hM Fhiliitéot, AeiMa^ «n i»ailaaoo
agodo de Im una parte, y otro de la
olla paite: al nao ae llamaba Boaat,
y d otro Sene»
5 El un pafiaMo iltnado al Norte
hada Mlohmat, y d otro al Mediodía
h4olaQabaa.
«
le
gnandeion de «toe ineirciiiieleot : qul-
tá hará JdioT& por nowtroe { que no
ei dÜfeO & JdMvá talvar can mnititiid,
ó ooB pooo nifancro ••
7 Y m p^o de annas le xetpondid:
Has todo lo que tiene* en tu eoiazon;
Té qpe aquí ettoy contiio & tu voluntad.
8 T Jonadum d^o : ué aqni, noootroi
pataréme* 4 ettot homlaree, y nos moa-
tearánuN & «líos.
• 81 noe dieren ad: Itperad hasta
que Ik^gnemos 4 Tototnt ; entdnoes nos
caturimos en nueatn» lugar, y no su-
btaéBaos & ellos.
10 Mas al no* dijeren así: Subid 4
noaotro*; entdnees sublnémo*, porque
JdwWk lo* ha entrMado en nuestras
manos, y esto no* «fra por seflal f.
11 Mosúrinmse pue* ambos 4 la guar-
nldoo d* los PUBitáos, y los Philísláos
dijenm: Hd lo* Hebrte* que salen de
.. I las eavanas en que ae hablan esoon-
P%ll.&;dÍll09.
U T los hombres de la guarnición
ropondicnm 4 Jonathan y 4 su paje
de annas, y dijeron : Subid 4 nosotros,
y os haréÓMM saber nna sosa. Entonces
Jcnathan dijo 4 su paje de armaa: Sube
ina mí, que Jéhow lo* ha entregado en
lauanodelsmd*.
U T subió Jonathan trtpamio oon sus
manas y sus pies, y tras ál su pi^e de
araiaa ; y lo* que calan delante de Jo-
naftan, su paje de armas en* iba tras
Alos mataba';
U Esta ftié la primera rota, en la
(Mal Jonathan con su p^e de armas
mataron como unos ▼dnte hombres en
d «^pedo de una media yngadai
U 5 Y hubo temblor en el real, y
r' «A. eampo, y entre toda la «ente* de
guarnición: y los que haUan ido 4
iHoer eonrerías, tamnen dio* tembla-
nia, y alborotdae la tlerru: hubo pues
pan oonstemaeion.
M Y las eentinelas de Saúl Tieron
daide Qabaa de Benjamín oomo la mul-
ftnd «ataba turbada, é Iba ds una parte
á otn.j era desheoha.
17 1 Bntónoe* 8aul dQo al pueblo
4** taaia oonslco: Reconoced luego,
y adrad quien hagra Ido de los núes-
tma. Y reoonocldo que hubieron, ha*
Daron que fldtaba Jonathan y su p^
de armaa.
M Y Saúl dijo 4 Aehlaa : Trae d az«a
de Dio*'. Porque ei arca de Dio* estaba
cntfeecs oon los hljes de Israel.
Ifl Y aoontfpió que estando aun ha-
Mando Saúl oon el sacerdote», el al-
bnoto que héUa en el oampo de los
ndUitéos ae aumentaba, é iba oredendo
a gian manera. Entúnoea dijo Saúl d
MMrdote t Deten tu mano.
10 Y Jontando Saúl todo d pueblo que
I oon él cataba, vinieron haata et lugar i»
T.11, la batalla: y hd aqui que la espiSUi de
**¡li:Mda ano era UMaMe contra su oompa-
* I '"M, y la mortandad «rw grande*.
Mh.isi
»Wli8.
fj?'^-
n T lo* Hebreo* que haUaa estado
oon los Phlllstdo* de tiempo ante*, y
liablan venido eon dio* de lo* aliede-
dores al oampo, también e*to* •• «deis-
eiu ser oon lo* laraalita* que «ateten
ul y oon Jonathan.
n Arimlame todo* lo* laraeüta* que
ae hablan escondido en d monte de
Bphraim*, oyendo que loe PhUistdo*
huían, dio* tamMen lo* persiguieron
en aqudla batalla.
18 Así salvó Jehov4 4 Israd^ aquel
día: y Uegó d aloaaoe hasta Beth-
avenf.
M 5 Peo lo* hombres de Israel fbe-
ron puestos en apura aqud día; porone
Saúl habla oonturado d pueblo did-
endo': Gualquieía que comiere pen
hasta la tarde, hasta que haya tomado
vénganla de mis enemlaos, sea md-
dito. Y todo d pueblo nonabla gustado
pan.
88 Y todo d puaU» étt pala Uegó 4
un boaone, donde habla , mld en la
supertlole dd oampo *.
SV Kitró pues d pueblo en d bosque,
y hó aquí que la miel eorria, ma* nin-
guno hubo que libase la mano 4 su
boca: j^orqne d pueblo temía d jurt'
mentó.
87 Empero Jonathan no habla oído
cuando su padre coi^nró d pueblo, y
alargó la punta de una vara que tnda
en su mano, y mqjóla en un pand de
miel, y llegó su mano 4 su boca ; y aus
ojos ftieron aclarado* *.
88 Entonce* habló uno del pueblo
diciendo: Tu padre ha ooi\)uraao es-
presamente d pueblo dldendo: Md-
dito «se d hooibic que comiere hc^
manjar alguno: y d pueblo deafkllecia
iékambn.
88 Y respondió Jonathan : Mi podre
ha turbado d país. Ved alunra como
han sido aclarados mis qlos por haber
gustado un pooo de esta nud :
80 i Ouaato mas d d pueblo huMera
hoy comido del despqjo de sus enem^os
que hdió ? ¿ No se habría hecho ahora
mayor estrado en lo* Fhillstéos ?
81 E hirieron aquel día 4 lo* Fhills-
téos deade Midimas hasta AJdon : mas
d pueblo se cansó mucho.
88 Tomóse por tanto d pueblo d des-
pajo, y tomaron ovejas y voces, y becer-
ro*, y mat4ronlo* en tienra ; y el pueblo
comió con sangre.
38 Y dandoFe de ello avlao 4 Saúl,
d^áronle: El pueblo peea oontm Je-
liov4oomiendooon aangrew. Yáld^e:
Voaotro* habd* prevaricado. Redadme
alMira ac4 una grande piedra.
84 Y Saúl tomó 4 decir : Esparofo* por
el pueblo, y decidles que me traiga cada
uno su vaca, y oada cud su ov«;)a, y
éegoWaálei úuí, y comed, y no peca-
réis contra Jdiov4 comienoo con san-
gre. Y tn^o t'K'o ^ pueblo oada cud
por su mano su yaca aquella noche, y
degdlaron allí.
85 Y edlfloó Saúl altar 4 Jdiov4«, el
cud dtar fkió d primera que edificó 4
JehoT4.
88 5 Y d^o Saúl : Descendamos de
noche contra los Phüistéos, y los saque-
arémo* hasta la mafiana, y no depara-
mos de ellos ninguno. Y dios dieron :
Haz lo que bien te pareciere. IH}o luego
d aaoeraote : Llcfguemonos aquí 4 Dios.
87 Y Saúl consultó 4 IMos : ¿ Descen-
deré tras los FhiUstéos ? ¿Los entre-
gar4s en mano de Israel ? Mas Jehovd
no le dló respueata aqud dlay.
88 Entonce* dijo Saúl: Llegao* ae4
todo* loa prlndpale* dd {weblo ; y aa-
•(kp.l8.&
PBl.14.30.
8aL44.8,7.
Os. i. 7.
tCapblS.0.
'Jaae.96.
>Bi.S.8.
Ka. 18.87.
Maft.S.4.
«Oa^80.IS.
Pn.8kie.
« Ler. 8. 17.
y 17. la
bea.l8.9B,
ss.flLas.
"JoaailO.
Jii«e.flb9l.
Ix. 80184.
»0^8B.«.
i;BAjnncb'XVi
nqndidJ 14 "• ¿(>
UjBtdnc ¡ UMU UHb, <nm k
' mmM u aldnllo, j UiU
da Im |H<|«, MnCTj ti ¿ U u
K7á»B
dUoiBMUiiauUli Jitiiiir: Vd
JlUH llMlM»wff » Jlillrt M ¿« <t
tlu tribu dt bnil, ; rriii i* ».lw
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— ÍSSaíiíS:'!.—
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kC.«ir.«0l4
L sj^n^EL» zvi, xvn.
AiUth. Né.
>Xr.2S.9L
IB.51.1S.
QaLLlOL
klBsT.U.
90, zL
'CapwSB.17.
'9ra.3S.I9.
Bx. M.14.
ilaecl.7.
fo-U.17.
'K.7.1&
7U.14.
711 IL
•W.78.70.
■.17.U.
'■1 inMUo, j* camaitl Ala tob de- ellos.
Teadmiainiei aboa» mi peeado,
95 Y -nielTe eonaalgo para que atfon 4
JchwHL
•6 Y Samocl mpondJÓ á Sanl: No
■^roi^efé eontiflo; poarqne detcehaite }a
labra de Jehová, 7 Jelvavá te ha
.pan que no seas 1*7 tobre
S7 Y TolTiendoM-Saimiel pera ixae, ^
«ello inaao -áe te oria de an eqia, y de*
flS Bncdncce Samad le dijo : JdiofA
ha deagmado hor de tí el raino de Is-
rael «, y lo ha dado á «u pr^)ÍB}o vít^
qaeciL
S9 Y también el Veneedor-de larad no
•ictttitfá', ni ae •nrepentix& : porque no
«a hnnkliae paca ene se anreplenta.
80 Y él dijo : Yo he pecrido : raaenté-
9ete ^pie aae- honres aelanie de lea an-
■fflianea de ni pueble, y delante de Is-
rad ; j welve eoBmlgo,^p«ta que adore
áJtfunAMDIos.
MY-velTid Saoaueltna'SaBlvyttdeHS
«aal á JchovA.
•W -^ Deapuaa tfjo Sennel : .Tiaedme
á Agáfr, rñ de rfjnalec. Y Agag vino
4 41 4eycaéamcMle. YdiJoAgag: Gi-
le paaó la amaagara de la
-•S-T-Saamel dijo:*Cerao tu eepada
ót^ laa mi^eres am hljoa, así tu ipacbe
oaift ate MJo entre las nmjcrea/. En-
túmem» Saairael eertó en pedaaoe á Agac
dclanle de JAo«á en OUgal.
84 Y Fiiéae luego Samuel á Rama, y
flaai «niild 4 su cas» en Oabaa de Saúl.
•as Y- aunoa despaea yi6 Samuel 4 SaUl
en toda aa vida: y Bamoel lloraba 4
Saolft; mas Jch0v4 se haUa arrepen-
tido «te haber puesto 4 ■Saúl por «ey
8rt|w Xncart.
CAPITULO XVI.
Uoramdo Am»imI í BmU, Dio§ b aMtvIa:««w
«o lo Borv-mof, puet fl toha tltttehado, y
Mw «opa 4 tmgír á David por r«y ; lo euat
H taOT. B<ml,d^tU> áA «pCriiuieDiM,
■áA étmtmAo ¡ jr por xotuiío de
mu mmrvm b es trmiá» batid.
mmm mmww wwm •« w «raweav ^rwawvj jpmmrm JIM
y DIJO JdM«4 4' Samuel: ¿Hasta
evando has-td de Uoiar á 8aa)«,
habfciadnln yo daaeebado para que no
aaia»«Dlnei Israel? Hinche tu euenio
ém aocite, y Ten, «e enviaré 4 laai de
-llcüi>lehero : poique de «as h^os me
he moTtatn de vty*m
:t Y dQo Samuel : i Cerno iré'? «1
étanl 1» entendiere, aae matea*. Jeiu>v4
respondió: Toma contigo una beeem
de la-vaooda, y-dí: A saetiñoar.4 'Je-
]io«á:lM«eBld«M(.
8 Y llama 4 Xaal al aaotlficto, y yo «e
aparflaWl lo q^ie has de haeer} y «in-
fivaMihae al que yo4frdljece«.
éliico unas Samnel «orno le d^o iTe
: yhiegoqae^ UeeóABcth-ltiwm,
de la oiudad le aalUroná
/klflLlOL
f«.U.U.
ICkIUBL
'CH.17.lfc
4M. 14740.
Í&.8.».
C
neiUr con miedo, y d^lergn : ¿'fia paef-
4qv tn.' venldaí?
« Y tfl napoñdiéi M; vcngoé aaerl*
Aoar 4 Jébe/fk; aantifieaes/, y venid
«enaBÍ0ii «1 saorlficto. -T santifleando
él 4 laaí y é aw hijos, llamólea al 'sa-
■C Y >«caiMei4ó, eemo ellea 'Vialeran,
que él Tió 4 EUaby, y dyo: Sedeito
wla«teda JaiurT4*«aM su ungido.
7 Y JeiwTá respondió 4 tennel: {«o
«ilrea 4 aapaseccr,<ni 4 lo grande de
an estatura*, porque yo lo deseoho:
i penyie ao« loquea nombre' misa ', pues
qpw «l-hambín aalM-fo f»i»-^tlá driioite
í
de sneft ojos, moa Jebo^ mira el eoza-
aon'.
8'Enténecs llamé Isef 4 Abinadab«i,
é hízole posar delante de Samuel, el
eual d^ : Ni 4 eate ha elegido JéheT4.
9 Hizo luego pasar Isai a Samma. T
él dijo : -tampoco 4 eate ha elegido Je*
hoTá.
10 E Ideo pasar laftí ans «iete hMos
ddante de Samuel; mas Samuel mjo
4 Isai : Jehov4 no ha deoldo 4 estes.
11 Enténeesd^oSamueTi Isai: ¿ Han»
seaoebado los mocos ? Y él reapondlé:
Aun queda el menor que apacienta laa
ov^faa". Y dijo Samuel 4 laai: Bnvla
por él, porque no noa sentarémoa 4 la
mesa hasta que él ▼enea aquí.
18 Envió pues per tí, e introd^JeHo ;
el eual eiw rabio, de hermoso paieeer*.
de bello aspecto. Entonces Jéhe«a
ijo : Le*4ntaae y dnaelo, que este -es.
18 Y^amuel tomé el cuerno del aodte,
y ungiólo de entre sus hermanoe: y
desde aquel día en adelante el eapfíitn
de JehoT4 tomó 4 p>aTid'j>. Lvnmtóae
luego Samuel, y ToMóse 4 Rama.
14 ^ Y el eaptrltu de Jeho«4 se aiiartó
de Saulf, y atonnent4balo d espmtai'
ffido de porte de JehoT4.
15 Y loa edados de Saúl fas dQeren:
Hé aqui ahora que el espirita milo de
peffedt Dios te atormenta.
16 Diga pues ntwstro seilor 4 tus sier-
vos fuc tHtm delante de tí, ^ue basquen
dguno que sepa tocar d arpa ; para que
cuando fuere sobre .ti el espíritu malo
por pemúsion de Dios, él tafta con su
mano, y tengas alivio*.
17 Y Saúl respondió á ans criados:
Bnsoadme pues ahora alguno que tafla
bien,jr traédmelo.
18 'Enfónces uno de los ' criados res<
rindió diciendo : Hó aguí yo he visto
enhilo de Isai, de Beth-ldiem, que
sabe tocar ; y e» valiente y Tigoniso* y
hombre de cuerva <, prudiente en sus
palabras» y nennoso, y Jehot4 <« oon
10 Y Saúl envió mensajeros 4 tsal
dielende : Envíame 4 Dam tu Idjo, d
que tttú con las ovejas.
90 Y tomó laaí un asno eargaHoúe
pan, y una vasija de vino, y nn cabrito,
y anidólo 4 Saúl por mano de David
su hito.
SI Y viniendo David. 4 Saúl, .estovo
ddente de él': aaoMo él mneKo, y'fUé
heeho su escudero.
fli Y'Saul enrió 4 deeir'4 laftí: Yo te
ruego que esté Darid conmigo, porque
ha hallado gracia en* mis ojos.
-88 Y euando el espirita wnt/p, mmdetio
de Dios, era sobre Sattljr, David tomAba
el aipa, y tafiia con su mano; y. Saúl
tenia refrigerio, y estaba m^or, -y d
espíritu mato «e apartaba de él.
CAPITULO XYII.
a^TM.d».|Bt fltfKiiiw ftiiiwnliiraii. iflab
David a ptUar eoñtra «I g<go»««>OaWwO,
I» ilirf ita, jf>l»^aartg fe^olmB.
T-S.08 'Fhilisfiáos Juntaren sus ejér-
citos para la ^enra, y-o6ngreg4-
ranse en^ Sochó, que e$ de Jad4, y
asentaron campo entre Soche y Ateca
en 'Efihes^danunfan.
9 -Y también -Saul y ios -hctrtbies de
.Israel se Juntaron, y iM^entanm d campo
en d valle dd Akomoquei,-? ordena-
ron la batalla contra los Phllistées.
8- Y los -ntilistéos estaban sobre d nn
monte de 'la una, parte, é -Israel .estaba
sobre el otro monte de la otra .parte, y
el váHe entre ellos.
4 Salió entonces un «aron del eampo
ftaCor.10.7.
<1 Bey. 8. 89.
lCr.98.9.
Jar. 17. 10.
Apoca. 91
••ChI'17.U.
«2fla.7.S.
8d.78.70.
79.
•Oiv. 17.48.
'OapLiae.
7 9.10.
Jase. 11. 99.
y 14.1
'-Gap.18.ia
yl9L9.
*var. as.
aBey.8.1&
< 9 Ba. 17. 8,
10.
•Oap. 18.19.
li.
••PrD.9S.9».
y ver. 14. 16.
•J4M.1&8$.
aOr. 98.18.
JitOiSUk.
A.adr.lMa.
L BAMUEIi, XVIL
A.Ccir.1
»aeft.sL9.
•1M.4.!
£5/
«aaB.S7.li.
/i«r.«.
de 1m Fhillitáof, «w te puto eatn lo*
dM eamfot, el eoal w llamaba Goliath,
de Gath, y taoia de altoim aeii oodoa y
nn raimo.
5 Y traía on almete de acero en tu
cabeza, y vttüáo oon conoa de plan-
chas : y era ri peao de la oonza dooo
mil dclw de metal.
6 Y aobie nu picmaa tnia arefaas de
j y aacudo de acaro á aua nombotos.
7 El haita de tu lansa era como nn
hierro, y aacudo (
enjillió áeh telar; y tenia el hiorro de
•u lansa aelacientoa •Icloa de hlenro: ó
Iba ni ewmdero delante de él.
8 T paróte, y dio vocea & loa etcna-
dronei de Itrad didendolet : ¿ Pan qoé
Mlís 6 dar baUUa ? ¿ No «>y yo el Phi-
listéo, V vowtzt» loa sierros de Saúl ?
Escoged de entre Tosotros un hombre
que vciwa oontra mL
9 Si élpodiece pelear conmigo, y me
venderé, nosotros seremos vnestios sier-
vos: y si yo pudiere mas que A, y lo
venciere, vosotros seréis nuestros siervos,
y nos senrlráls.
10 T afiadió el FbUlstáo : To he hqy
desafiadir él campo de Itrad; dadme
un hombre que tmee oonmigo.
11 T oyendo Saúl y todo Israel estas
palabras del Philistóo, conturbáronse,
y tuvieron gran miedo.
la 5 Y David era bl^ de ajud hom-
bre j^pfaratéo de Beth-ldiem de Judá,
onvo nombre em Isaí«, d cual tenia
ocho hijos : y era este hombre en el
tiempo de Saúl vli^, y de grande edad
entre los hombres.
18 Y los tres hijos mayores de Isai
hablan ido á seguir á Saúl en la guerra.
T los nombres de sus tres hilos, que
hablan ido á la guerra, «rae £liab d
primogénito, el segundo Abinadab, y
el tercero Samma.
14 Y David era d menor. Siguieron
pues Um tres mayores & Saúl.
15 Empero David haUa ido y vuelto
de con daul, para apacentar las ov^as
de su padre en Beth-Iehem d.
18 4 Venia pues aquel Phüistéo por
la mañana y á la tarde, y preséntese «si
por cuarenta dias.
17 Y dijo Isaí & David su hijo : Toma
ahon para tus hermanos un epha de
este grano tostado,, y estos dies panes,
y llévalo presto al campo A tus herma-
18 Llevatts asimismo estoa dlec q
de ledw al capitán, y cuida de ver si
tus hermanos están buenos«, y toma
prendas de dlca.
19 Y Saúl, y ellos, y todos los de Israel
estaban en d valle dd Alcornoque pele-
ando con los PhiUatéoa.
90 Levant4Sse pues David de maflana,
y d^}ando las ov^as al cuidado de un
guarda, fuese con su carga, como Isai
w habla mandado, y llegó al atrinchera-
miento dd ejérdto, d cual habla salido
en ordenanaa, y ya tocaba alarma para
Updéa.
81 Porque aaf los Isnditas oomo los
Philistéos estaban en ordcnania, escua-
drón oontra escuadrón.
88 Y David d^ de sobre sí la cana
en mano del que guardaba d bagaje,
V corrid al escuadran; y llegado que
hubo, preguntaba por sna hcnoaanos d
estaban buenos.
88 Y estando él hablando con dloa, hé
aquí aqnd varón que se ponía en medio
de los dos campo*, que se llamaba Go-
liath d Phillstéo, de Gath, salió de los
escuadrones de los Philistéoa, y habló
las mismas palabras/; las cuales oyó
David.
tCsp.lil
Dea-iü
U Y todos los varones de Israel que
vdan aqud hombre, hnian de su pn-
senda, y tenían gran temor.
85 Y cada uno de los de Israd dada:
¿ No habds visto aqud hombre qoe ha
salido ? él se adelanta para provocar &
Israd. Al que le venciere, el rey lo
eniiqueoerA oon grandes liqnexas, y k
dar& su hijaf, y harA franca la caía fteUl
de su padre en Israd.
96 Entonces habló David á los que
Junto & él estaban, diciendo : ¿ Qué na-
r&n al hombre que venderé á este FU*
listéo, y quitare d oprobio de Ivad?
Porque ¿qui¿n ee este Philiatéo indr-
cunelaoA, pora que provoque á los es-
cuadrones dd Dios Viviente'?
97 Y d pueblo le respondió las mis-
mas palabras diciendo : Asi se hari d
hombre que lo venciere.
88 Y oyéndolo hablar Eliab su her-
mano mayor con aquellos hombres, Eli-
ab se encendió en in oontra David, y
dijo: ¿Para qué has descendido wakf
¿ V á quien has d^ado aquellas pocas
ovejas en d dederto ? Yo oonoioo tu
soberbia v la mallda de tu oorason, que
para ver la batalla has voddo.
89 Y David respondió: Qué he heoho
yo ahora ? ¿ Estas no son palabras t f
ao Y apartándose de él hiela otros,
habló lo miamos y respondiéronle los
dd pueblo como prunero.
31 Y filen» ddas las pdabras que
David habla dicho, las cuales oomo
reñeresen delante de Saúl, él lo hico
venir.
89 Y dUo David á Satú: No desmaye
ninguno * causa de éU : tu siervo In,
y pdearA con este Fhilistéo.
33 Y dijo Saúl & David : No podrás
tii ir oontra aquel Phillstéo, para pdcer
con él; porque td eree moto, y ^ ee
hombre de guerra desde su Juvenbid.
84 Y David respondió á Saúl: Tu
siervo era pastor en las ov^as de sa
padre, y venia un león, ó un oso, y
tomaba algún cordero de la manada :
85 Y suia yo tras él, y herido» y
librábale de su boca: y d se levantaba
oontra mi, yo le echaba mano de la
quejada, y lo hería y mataba.
88 Fuese león, fiíese oso, tu siervo lo
mataba: pues este Phillstéo indrcun-
ciao será cono uno de ellos, porque ha
provocado d ^érdto dd Dios Videnta.
87 Y afiadió David : JdiovA que me
ha librado de las asnas dd leen, y de
las garras dd oso, el también me libiará
de la mano de este Fhilistdo'. Y dito
tiíí»»^,
iikB.iiaJ
Vé, y
d^o
Jdievá sea eau'
Saúl & David:
tigo.
88 5 Y Stal vistió A David de sus
ropas, y puso sobre su cabesa nn almete
de acero, y armóle de coraxa..
88 Y cifió David su espada sobre sus
vestidos, V probó á andar mí» porque
nunca habla probado. Y d^o David á
Saúl: Yo no puedo andar oon esto,
porque nunca lo praotiqud. Y eohando
de si David aqndlÍM cosas,
40 Tomó su cayado en su mano, y
esoooióse dnoo piedras liías dd arroyo.
y posólas en d saco pastoril, y en d
serrón que traía, y oon sa honda en su
mano váse háoia d PhiUstéo.
41 Y el Fhilistéo venia andando y
aoeroandose A David, y su escuden
delante de A.
49 Y oomo el Phillstéo miró y vio
A David, tdvole en pooo«s porque en
numoebo, y rublo, y de hermoso pa-
Tía. 17.
7l4iL
18.
43 Y dUo el Phillstéo A David: ¿ Soy
yo perro* pan que A mi
•10«.l
•csM»
I. BAMDBIs XVIU.
<>á»t il. toi ^lülMf. <l DM te
a Ad nSt DaHd •! nillliHii «
*«fi*« i5t pitofcii «a ■■• 4^|o«, i
U ApnAlsiM Bal di ll. 1 lii
Jjlt, dlm pila, r iIimlBoa t k*
7 5 I Jlkl Snl i Dim^ lU tqml,
Itinit Htnli mí hUnBdiB per
II f Sol «)a n ■< ^ To H la dail,
u Y Baúl' dljD : Dadd Md i
"frvmiimtm'mn
A.o.«^.vm.
B«0.idr.1ril
•3 8a. 3. 14.
«Csit.18.1.
4 8fel. 8& 12.
tío». 6.
Pro. 17. 18.
o Gap. 16. 2L
rfOap. 16.14.
718.10,11.
* Bkl. se.tit
/2 0o«'.ll.
82.88.
•elWF'á'SltTU/ca
Vete*
96 Y oooo «tu-eriadM dedi
David Mtes palmbni, pingo la
los <üp« de I>avid, pan «cr 'Temo del
rey. Y como d plazo ao
pUdo,
t7 Levazitáw David, y
avnte, é Miió dMH>ientot~hombreB-d« los
fbiiUtées: y tm^ David 1« pMpa«lOT
de eUoa, 7 «nts^áranioa «odoa al .ny,
ra que et fncBe haaho yerno JM mjr.
Saúl le dié á «u h^ Mldial por
miijer*.
28 Pero Sanl, tiendo y conatdaando
goe Jefaová em'ooa David, 7 •qneso
ya Miehal k» anaaba,
89 Temidw «dm de David; yfué San!
enemigo de David todos lo» dia»i>.
ao.Y «alian lot .fnrimdpes de los 'Flki-
liatéos; 7 como ellos sallan, poxtibaee
¡David tnas jagudentenaante que todo» los
.siervo» 4e oaid : y esa au-aonhíe «siqr
iilMl».
CAPITULO XIX.
Satlt rttuelvé guitwla vid» a.Dtaidt fái-
ftM <n 9tM vAt M vi6i y cono le tUrande
Mm Jondtham y Midúi.
YHABLU Baal 4 Joaathan m iiijo,
y k «odas sus «fiados, para que ma-
taaen 4 David : mas Jonathan, fa^ de
Saúl, amaba & David en atan manen»»,
8 Y dio aviso á David diciendo: Saúl
mi padve procura matarte: por tanto
mira ahora por ti hasta la malkana, 7
esi&te en paraje oculto, 7 cscdadete.
5 Y 70 saidM 7 .estaró Jonto á mi pa>
dre en él campo donde estuvieres; 7
hablarédeti á mi padre, 7 te haré saber
lo que notase.
4 Y Jonathan habló bien de David á
Saúl BU padre, v d^iole: No peque el
rey contra su siervo David, paes que
nioyma cesaba cometido contra ti ; an-
tes sttsobraateAaM«sdomu7b«ena»ft:
£ Foiqneel pnao sn aloM en au .palma,
é hirió al Pfauistóo, -7 JdMvá hixo una
.gran salad & todo Israel. Tú lo viste,
.7 te holgaste : ¿ por qué pues pecarás
contra la sangre. inseente mateado á
David sin cansa ?
6 Y oyendo Saúl i la voz de Jonathan,
■Juró asi: Vive JebovájiQue no morirá.
7 Llamando entonces Jonathan A Da-
vid, declaróle tedas estas palabras : y. ÓI
mismo prasentó David-A Saúl, y-estttvo
delante deóLcomo entese.
8 Y Y tomó á hacerte guerra : j salió
JDavid, 7 poleó'centta los Phflistéos, é
hiriólos oon grande estngo, y huyeran
delante de él.
9 Y el .esvüftu malo mor ftmtMon de
JelMvá filó sobra 8anl« t y estando aen-
tedo.ctt au oaaa tcttia una lanza A mano,
miento» David estaba tafiendo con sn
mano.
.10 Y Sanl piM«aró enclavar A David
oan la lanza en la .paied : mas él se
«parto de delante- de Sanl, el osmI hlxió
con la:lanEa.en tetpated, y Jlavld'hii^
y escapóse aquella noche.
11 Saúl enviló ]ingo>n<n»i^ems A «na
de David, para qae lo.guaidBs«n,;y io
matasen A la maliana*. Mas Michal
«tt nui^ler.lo daacubiió.A Daivid dieien»
do : 8i no aalvarea tu Tida
mnerto.
JS Y descolgó Michal rA David ¡per
una ventana/, y él m fué, y huyo, .y
caoapdse.
18 Domó luego Mislial una ^estatua, 7
püfaelaaofaoM la oama, y «eomodóle per
'«•cea una almaliada.de palas.de:aa«
>, yienbrlótakaonauukTqpa.
14 Y amado flanl «avió
£e tomasen A David, ella reqMadió:
tAenftrmo.
16 T tomó Saúl A «aviar
Sara qoe> viesen á David, diciendo
rimelo en la oama paca qae lo om
16 Y como los mensajeres entiaioB,
héaqai ¡la estatua 91» tttaba en la «ama,
y una «hnehada de palos -deeabia psr
•abeocra.
17 Entonces Satd dijo A Mioiíai : i Por
qné me has así engañado, y has 'd^Jado'
escapar A mi enemigo ? Y Mtchal-««ft-
pondió A Saal : Penque él me dijo : Dé-
jame ir ; -si no, yo te matate.
18 % Hayo pues David, y ««eapów, 7
vino A Samuel en Rama, y «lyole todo
lo que Sanl habto hecho oon él. T
ftiéron«e él y Saamel, -y moraron «n^
Najoth.
Id Y Y IW dado aviso A Sanl '(■*!-
endo: 'Hé'aqiii que David «sM-en Na-.
Jothen Rama.
80 Y «avió Sml meosajeras qoe tra-
jesen A David, los oaaie» vlenm una
eomnaAfa de proÉsta» qae otefietizábeny,
y A Samuel que calaba eOi, jf les prs-
■ridla. Y fué -el espúrltu de Dios sebie
los BMnsaJeros de aadl, y tfka temUen
■ praibtisaion' A.
81 Y heoho que fué saber A 'Saúl, él
envió otros taisan^eKmt -le« eaalea' tam-
bién paefietiaarcn. Y Baal «elvió A en-^
viar por tercera vez mensi^enw, -y^eHos
también profetizaren.
82 Bntónoes él ndsia» -vino A Rama;
y llegando «1 pozo grande «roe «rlA en
Sochó, preguntó diciendo 1 Dónde uta»
Samud y David? Yftiéle'req>ondido:
Hé aquí «ttan en Naioth en Rama.
83 Y ftaé allA A I^Jotfa en Rama; 7
también vino sabie él el espíritu de
Dios, ó iba profeliaando hasta que Hegó
á NajotKen Rama.
•84 Ir él también w de«andó sus ve*-
tidos, 7 proflítiAS igualmente delante de
Samuel, y cayó desnudo todo aqud dia
y toda áquella-noehe. -De aquí -«e di}o :
i También Saúl entre los pra^Cas ?
CAPITULO XX.
J)aoid Saagraeiado.
Y DAVID fauvó de N^fodi, mmum
Rama, 7 vuiow delante .de Jena-
than, 7 d&>: i Q/aé he hecho yo ? ¿ Oaal
es mi maldad, ó cual aii pecado «entlw
tu pedie, que él .procura fritarme mi
■vidaP
8 Y él le dUo:.-Jln.nlaguna
ao-moxitAs, n& aquí que. mi padxe
guna cosa haiA, grande ai peqaefta, qae
no me.la.dascithra. ¿ Por qué puesine
encubrirá mi pa&n asteíacgoefo? No
'sertkesí.
S Y;Davidvelvió AJnmr dicieadot T«
padaeeabei rlawm rota <jue yo Iw hallado
oracia delante de tus ojos, y dirá *■ <i •'
No tepa-esto Jonathan, porqae no ten-
ca pesar : y eiertamente, vive JdMná,7
vive-tn alma, qae apenas ád¡yim pño
entre mí y la muerte «•
4 Y Janafhandi}oADavid: ¿J^nTai»-
ounetu/alnia,.y naiéloportí?
5 Y David respondió A Jenathaa: .Bé
aquí que mañana «Oíá nueva inna^, y
70 jaoostiunbm santnrme .oon el tey á
comer : ma« td me dqfarás que me-es-
canda «a d oampo « -hasta la -taoide éá
taroenhittii»
O Si tu padre hiciere mención de aai,
diiáat -Rogóme nweho que lo diñase >.ir
piesto á Betta-lehem su dadad, ponine
todos las de iiM Umife
fiólo aaiveraariotf.
i&dnlOCL».
]L.aJCB|BlX,.2XII
JLCídKJSm
r.ll
IhLLV.
«CiB.10.7.
7 Si d d^ere.Bim«itéf pa» leaAtá t«:
liflrpo; ma» si m «D«daK»>OTb« que la
malicia « cniál cwMuminhi«
8 Wwéa pMM> BajtedOMld^ eon tv ti-
crv», n «1» haa ttaida tU' «itarro ár •!{•■
ansa de jVdiová oontí(»> jr* li maldiMl
haj «n nú, máutam tii> qm no hay aa-
C8¿dad de Uevanaeihaála ta padre.
9 Y Jonathan le d^o : Nuiica tal ta
meada; antes bien-si To-eaAMvUaresar
ooaaunada la maliefta d* mi padre» para-
veiúi lebia.ci». ¿ no baMa ;o dedctou*
biitUio?
10 Dijo eotüSnoas Sarid á. Jonathaa:
¿ Quien me dar& aviso ? 6 ¿ qué, ú tu-
padre ta lespaodiei» asnenunenie f
11 Y Joaathan dijo á. David: Van,
«algumí» al- c«q>o. V saUécoaae amboa
alcaiapo.^
li. Entihaces di>> Jonathan á- David ->
Oh Jebtnék Dio* de-Isncl, euando lia-
bré yo preguntado á «ni padre maüaaa'
á esta hora, ó después de naftana, y tí
apareeire bien pláa con- David, si en-
toaoea na enviaw ár ti, jr «a lo daani-
laicre,
13 Jehová. haga asá á Jdnatbaa, j esto
aliada/. Mas si á mi padre pareciera
Uen hacerte nukl, tatnhien te lo daseu-
bdxé,. j te enviaré, y te.-ixdsen paa:
y sea JehovA oonúgo, oooio faé eon-
nipadaaf.
14 Y si yo viviere, haris ooataigo nii>
aerieoidia da Jdiová; mas si ftaare
rauerta,.
15 No quitar&s perpetuamente tu mi-
ietioordia> de mi caso. Guando desaf -
_ 3 Jehová uno por ono loa ene>
migos de David de la tierra, aun A'
Jeuafthaa «ite de su casa, ii,téfaUttre¿
10 AmL hiao Jonathan álianaa eon la
casa de David,; «Uclend» : requieran Ja-
hovA da la mano de loa encmigoaA de
David.
17 Y tomó Jonathaa A jurar A David,
paiqae lo obmU^ porque le amaba como
isQdnai,
18 Dfiola lu^o Jonathan.» Mañana es
nueva lana*, y tú serás eriíado menos,
poique tu asiento eetaiA vaeío.
18 EstaiAi pttes tNs dias, y luego
iJnweadiirái y vendrás al. lagar donde
atabas etoondidoi rt dia da trablOo*
7 «pecBíAi Junto A la piedla da Bael.
ao V yo tiraré tves' saetas háaia aquel
lado como ejeiattandome al blanco.
SI Y iaeg» enviaré ti. criado dieienáoU:
Vé, basca las saetea^ Y si d^ere ai mo-
to: Hé aUÍ las saetas mas acá de ti, tó>
OMlas; tá.vemáiéM, poique paa tienes, y
Bada hay demai» viva JehoWk"*.'
98 Mas ai yo d^Jecái ai moio así: Hé
•lUla» saeta» mai tUk é»*i; vete, por.
qaa Jehová te ha enviado.
88 Y cuanto A laa palabns que» yo y
tá limos hablado, sea JehovA entre nu
y Apamiianipre.
M David pues se escondió en el campo,
y venida qiw fué la nueva luaa, aentoae
d-rmá comer pon.
Sft X el rqr se sentó en su silla, como
wUa, en el asiento Junto A la parad : y
Joaathan se levanto, y sentón Abner
al lado de Saúl, y el lugar de David
tetaba vacio.
SS Mas aquel dia Saúl no dijo nada,
l«i V*^p'» deda entre «i: Habrále aoon.
I ff!- 7< IL tcdao algo, y no estA limpio • ; no estará
'"•«.«•a puifleacto.
87 Bl dia siguiente, él segunde dia de
la nueva luna, aconteció úimUs» que
A asiento de David esuba vado; Y
Snü düo A Jonathan su h^jo : ¿ Por
Wé no ha venido á comee el 14}o de
uaihoyíáujtx?
lOq>.SLl.
íSfc4.7.
íSLU
lw.5.
*(^1Í.X
'J«.4l
'*•«.«.
ss$r
aa Y Jceíaahatt'fMyíBdid A- Saed^ DA>
vid ma pidié eauafeeidamante la-d^fan
ir bwta «ath4elieav,
88 Y d^o: Raégote que. me d^es ir,
;ua' tenemos aaorificie ioa da nmaetr»
en la ciudad, y mi bemsane mis-
mo me lo ha. mandado» per tanto si
he hal&do. gracia en Mía otos, haré una
escapada alÑra, y visitaré a mis herma-
nes.- Por esto pues no^ lia venido- A-la.
meea del rey.
88 Sntóacee Saúl se cnaxdeolé oentra
Jdnathan, y f d^la t Hi^ de-la pawena
y rebelde, ¿ No sé yo que td haa elogld»
al hijo de IMé peía- oonAiaion tuya, y
para oonfiíaion oa la vergttensa. da tu
mad»?
8t Pocqua todo el tiempo qna el hijo
de Isaí vkriera sobre la tierra, ni td
serás, firma ni tu reino. £nvla pues-
ahoiak y tráemelo> povqaa ha de moiir.
88. Y Jonatfian raapondid á sa padrv
Saúl, y diMe: ¿ Por qué nMüdrá? Qué
haheiehot>
33 Entonces Saúl le arrqjó una lana»
porr herirlo: da deuda entewUé Jona-
than que su padre- estaba detcnninado
á matar á. David V.
34 Y levantóea Jonathan da la- mesa
con exaltada iza, y no oonió paa el
segnndo dia -da la nueva luna : poique
tenia dolor á oausa de David, y pocqua
sa pad» lo halda afrentado.
36 Al otro dia de mafiaiui salió Joaa-
than al campo, al tiempo aplatado o^n
David, y un moxo peqpieno oon él.
86 Y dijo A su mon> : Corra y husoa
las. saetas ana yo-tirareL- Y como el
mudiasho Iba conriende, él tiraba la
saeta goe pasara mas allá de él.
37 X llegando el mnchaedio adonde
estrila la saeta que Jonathan habla ti«
rado, Jonathan did veee* Ins. el mucha*
oho diaienda-i ¿No eatA. la saeta maa
allá de ti'?
38 Y temó A grUer Jonaúian tx» el
natchacho-: Dato niesa, rilgera, no to
pares. Y el muchacho de Jonathan
cogió las- saetas, y vinosa A su aeñor.
88 EmpsDPO nuguna cosa entendió el
nrachaobo: siriamente Jonathan y Da-
vid entendían el negocio.
48 Lvego dio Jonathan sus anuas A su
muchacho, y d^ola: Veto, y llévalas A
la ciudad.
41 T Inego qne el nra<diache se hubo
ido, se levuÉÓ David de la- parto del
mediodía, Mnellnósa tías veces pos-
trándose hasta la tierra : y besándose él
uno al otro, lloraron el imo con el otro,
aunque David lloró mas.
4S T Jonathan dijo á David: Vete en
paa i que ambos hemos jurado per el
nombra de JdiovA- diciendo: Jehová
sea entra mi y ti, entra mi slmlento y
la simiente tuya para slemiira«.
43 Y él to levantó y fuese t y Joña*
thaa se entró en la ciudad.
CAPITULO XXI.
David -«taM 4 Nob d JMiMlMh «acardoto, e7
evol U dá toe «mm* «orím, «o teniínáo
ctrae, y la —paía. de Oelialk. De eXU te
viene á ÁéMe, reí/ de Ocák, y «nfondMid»
que era «womdo, fingiéee loco, y osT eeeaf4
ÜpeUgro.
Y VINO David á Nob á Ahimelecb*
sacerdote ; y sorprendióse Ahfana-
leeh de su encuentro, y d^oteA : ¿ Como
vtmss td solo, V nadie oontigo ?
8 Y respondió David al sacerdote Ahi-
melech : El rey me encomendó un ne-
gocio« y me dijo : Nadie sepa cosa al-
guna de este negocio -á que yo te envió,
Lque yo te he mandado : y yo señalé A
■ criados un cierto lugar.
r.6.
>Pro.l9.1S.
'Osp. 18.11.
•ver. 7.
t ver. 81, 82.
•ver. S8.
«asa. a 17.
lC^.18.Mk
t Csp. 16. i.
LSAiroXI^ TTfl'
fl^íHíHffi?*'^
"'eSS'S
Md V4HVD4, han 4H llp* Id qu T>1«
2í''.'sa--s5:.T"i-l
liüa pnrUcn, > UmiM l> dld l^m-
•d> lU GlilUlli •! FhUUUt '.
kbüaaMvh» hijo dfl AbbBb» j pv
laVBuilladUli^ Oltllliiim. Mknic
llütDb. V II d!Í>: Btm aiisl. hAh
's'^yD im dF lJbÍ)« d« Al
LCdcUai
L SAMUXL, XZm, ZXIY.
A.aaiv.ioei.
Hiufi.
s-tt.
alU aqwl dia Dueg d Ida.
>. « lo faabte da haoer utMr á 8«Bl •.
To líe dado veatkn oontn todw 1m par>
onai de la can de tu padre.
n Qaédete eoBjateo» no temaa i quien
Niaene mi vida, muoaiá tambirá la
ti^; Uen qpm ta ertaiée oonmlgo gn-
. CikPITULO XXIII.
iM&ai.
tHtA%.
.n.iA
.n.u,
Y DIERON afiso á David diciendo:
B.é eqoi que loe PhlUitéoe comba,
ten i KeUa, y roban las era*.
t T David ooualtó á Jéhorá* diet-
aido: ¿ Iré á heriT á eetoa Phillstéot ?
Y Jdwrá rnpondió á David: Vé, hiere
ka FhlliatA», y libra 4 Kella.
S Mai loe que estaban ooo David la
d^enm: Hé aqní que neeotne aqni en
Jada fetamoe oon miedo ; ¿ cnanto mea
tiftaanmoaá Keila contra el aidreltodc
kaPhUialéoa?
4 Eatáncea David volvld á concillar
4 JdMTáft. Y Jdiová le xemñidM» y
<^Ío : Levántate» deadende á Keila, ove
^t Hiliigaié en toa manoa loa Fhillsteot.
h PaMme poea David con nu hombres
4 KeUa, j peleó ctmtra lot FhUistéos, y
tn^o aoteoogldoa nu ganado», é hlrióloa
ooo gnnde ertiaeo: y libró David á loa
deKdla.
tf Y aeonteeió, qne huyendo Abiathar «,
hQo de Ahimelech, á David á KeUa,
mo también con él A ephod.
7 1 Y ftié dichoá Saal que David ha.
liiavaa]lo4KeUa. Entónoca d^o 8aal :
IMoa lo ha traído á mis rf manoa; porque
A aiti encerrado hablendoae nútldo en
dudad con puertas y cerraduna.
5 Y convocó 8anl todo ei pueblo á la
batalla, para deiccnder á Kola, y poner
ew»i David y á loa suyoa.
8 Mas entendiendo David que 8anl
ideaba el mal « contra ól, di|jo & Abl.
athariaceniote! Trae e> ephod/.
10 Y d^o David: Jdiová Dios de Is-
iMl, tn iicrvo tiene entendido que Sao!
tala de venir contra Keila, & destruir
h dudad por canea mia y.
11 i Me entregarán los vecinos de Kei-
la en tus manoa ? ¿ Descenderá Saúl,
Miao tu aiervo tiene ddo ? Jehová
piia de Inad, ruécote qna lo declarea
4 tn Iicrvo. T Jraová d^o : Si, des.
Mndciá.
UDUo luego David: ¿Me
« vadnos de KeUa á mi y á mis ^
los
bm en manos de Saúl? V Jehová res.
pondió: 0< entregarán.
U David entonces se levantó con sus
Minbies, fiM «nía como A seiscientos, y
■■iUMoie de Keila, y ftiéronse de una
fvteáotra. Y vino la nueva á Saúl de
MBo David te habla eaeapado de Ke-
H>i vd^ódeaaUro/rA.
1a7 ^**<* ** o^te *n «1 desierto
"apenas, y habitaba en un monte en ei
«dotodeZlpbi: y bascábalo Ranl to.
k, _ ^ *• Indias, mea iNoa no lo entregó en
•Lsr.ttL aaaunosi.
fu, A >> Viendo pues David que Saúl habla
!»•.«. laiuo en bnaca de su alma, utábau él
" *> Ixaque en el deaierto de Ziph.
M Inutaoes ae levantó Jonathaa, l^Jo
- ^ . zJ"**/ y '•°*> * David en el bosque, y
P" *• •■'www mano en Dios <:
bM v«.Li;. T ^<>'* ! No temas, que no te
&Í M ííf* 1« mano de Saúl mi padre-,
j«a *-u.¡jttf reinarás aobre Israel, y yo aeró
laindo deapues de ti: y aun Saúl
Nn aillo labe*.
U» Y 7 saUenm loa de Zhih ádedrá
Saúl en Qahaa: ¿ No está David eacon.
dido en- nnastia tiana en laa pe&as úA
bosque, en al collado de Haonlla, qua
«iM á la mano derecha del desierto ?
10 Por tanto, lay, descienda ahora
prasto según todo el deseo de ta alma,
y noaotros lo entregarémoa en la mano
dalrey^
ai Y Saúl d^: Benditos seáis vos.
eCroa de Jdiová f, que habéis tenido
compaalan de mi.
n Id pues ahora, apercibid aun, oon.
slderad y ved su lugar donde tiene el
pió, y ouien lo haya visto alli ; porque
ae me ha dicho que ól es en gran ma-
nera astuto.
S8 ConeiderBd pues, y ved tedoe los
esoondr^os donde se oculta, y volved á
mí oca la certidumbre, y yo iró oon
voeotros: qne si él estaviere en la ti.
erra, yo le busoaré oon todos los mi.
llares de Jada**.
54 Y eUos ae levantaron, y aa fticran á
Ziph delante da Saúl : mea David y su
gente ufaban en el desierto de Maon.
en la Uanura que está á la diestra del
desierto.
55 Y partióee Saal con au gente á
■hnacario : pero ftaó dado aviso á David,
y deseendió i(e alH á U pe&a, y quedóee
en el desierto de Maon. Lo cual como
Saúl oyó, siguió á David al desierto de
teL&t
r&u.
kU'M-
mi
18 Y entrambao Uclevon alianaa da.
lante da Jdiová: y* David se quedó en
el boequa, y Jonathan aa volvió á aa
fl6 Y Saúl iba iior d un lado dd monte,
y David oon los suyos por d cero lado
dd monte : y dábase priesa David para
Ir delante de Saúl ) mas Sanl v ios suyos
hablan encerrado á David y á su gente
para tomarlos'.
S7 Entonces vino un inensiO*>v á Saúl
diciendo: Ven luego, porque los Phi>
Ustéos han hecho una irmpdon en d
pais.
88 Volvióse por tanto Sanl de per-
seguir á David, y partió contra loe Phl-
liatóoa. Por esta oausa pusieron á aqnd
lugar por nombre Sela-hammahlecoth |.
CAPITULO XXIV.
AwftijMMfam oea«4oa d> matar á Bamtno
lo kaee, y proMta á loi «ityM ti kaeerlot por
«Myo tiioMvo rMoaoes Anrf la »ao«Mi<M d«
David.
ENTONCES David subió de allí, y
habitó etf^s parales Alertes da En.
gaddl*.
8 Y como Saúl volvió de los PhUis.
tóosli.dióronle aviso diciendo: Hó aquí
que David e^á en el desierto de JE»,
gaddi.
a Y tomando Saúl trea mil hombrea
escocidos de todo Israd, fbó en buaoa
de iMvid y de los sayos por las cumbres
de loa pefiascos de laa cabraa monteses.
4 Y como llegó á una nubada de ove.
jas en d camino, donde AoMa una cueva,
entró Saúl en ella á cubrir sus pies : y
David y los suyos estaban á los ladoa de
la cueva e.
5 Kntónoes los de David la dUcnm:
Hó aquí d día de que te ha dicho Je.
hová, Bé aqní que entr^ á tu ene-
migo en tua manoa, y harás oon ól como
te pareciere'. Y levantóae David, y
caUadamente cortó la orUIa del noanto
de Sanl.
6 Deapues de lo cual d coraxon de
David « le golpeaba, poique habla cor.
tado la orilla ad manto de Saúl,
7 Y dijo á loe suyos : Jehová me guarde
•Cap. 90. 18
48.
9Ba.8Lr.
rBaLM.8.
f Jase. 17. a.
Mis. 111.
•- 1 Bey. 18.
10.
Mle.S.1
f8d.l7.».
IL
yUD.1.9.
SSm
iéU»
•aGr.ao.a.
» Cap. 38. 88.
•Bd.87,tii
y 143, tit.
<ICap.98.B,
11.
•38a.Sl.ia
Unan 8.
90.21.
; 1
1
•I
AiCLafeL'UILfv
LSAicim^.xxy.
A.(Leir.l
/38k;kl4
'8>L7.4.
Matt.i4.
E0111.ULI7,
ai.
Pro. 18.8.
y a6.ao. 22.
T29.ia
XedM.7.
21.
•-8I8.8S.7.
AC»p.26.2(l.
ICip.26.90.
7 48.1.
T119.151
Mié. 7. 9.
"C»p.a&aá.
•Hat. «.44.
P 8aL 18.20k
Pío. 26. 21,
22.
<C*p.28.17.
•-28^2LC3.
•CBp.28.2B.
o Cap. 28. 8.
Ka. 20. 29.
Den. 84. &
iGM.21.2L
Ka. la 12L
y 18. 8, 20.
«C«p^2S.24.
d« haMT tal eam oMHn wú mtltr, el
ungida, de JdurH^ q«e yo «fttleiid» mi'
nune eontw A', peaqa» e* el nngida
de JAoik/.
a Ad 4|uÁr«ntiA David 4 loe loyo* eon
patebne, 7 ne les pcmütió que te IcTen-
taeen oootn SmAg. Y Baal ■■Uaade
de-la cuevtt, ftiáie m ombíoo.
9 Y También David te levantóideBpuea,
y Miiendo de la. cueva dio voocí & las
paldaft de Saúl, dicidtado: Bfi tdkir
el rey. T aem» Saal vaktá etrat, David
inclinó m rostro á tiena, é hiio leve»
10 T d^ David k Sanl: ¿ Por cnié
oyes bu imlabras de los qne dioen» Mka
qne DsvU pfoeuia tu mal* ?
11 Bé aqui han visto hey tus ojea
oomo Jehová te ha hoy puesto en mié
manos en stto coeva : y «Ucnuí que to
matase ; mas te perdoné, povqne d^«
No exMadevémi maa»contca mi sellar,
pofqne ungido «t de Jdiová.
Ifl Y mira, padre mJo, mira aun 1»
oillla, de tu manto en mi manot pasque
yo coarté la orilla de tu manto, y no
te maté. Conoce pues, y vé que no hay
mal ni traición en mi mano, ni he pe-
cado oontra tíi: eon todo tú andas á
caaa de mi vida para quitármela*.
15 Jugue Jehová entre mi y ti, y
vengúeme de tí Jehová: empew> mi
mano no seráoontra t£
14 Como dice el ptoverUo de loa aati-'
guos. De los impíos saldrá la imniedai t
así que mi mano no será oontia ti<
L& ¿ Tras quien ha salido el «ey de
Israel ? ¿A quién persigues ? ¿ A un
penn» muerto ? á una pui¿s< ?
16 Jeliová pues será juez, y él Jnigazá
entne-mí y tí. El vea«, y sustente mi
qosNaksl
H-M., y me defienda de tu mano«.
17 Y aconteeió, que oomo David aeabd
de decir estas palabras á Saúl, Saúl dÍ)o<:
i No es esta la voc tuya, hijo mió David ?
Y alzando Saúl su vos llord.
18 Y dUo á David : Mas luato ere» tú
que yo, que me has pagaoo con bien,
hafaiiéadote yo pagado eon mal*.
10 Tú has mostrado hoy que has hedió
oonnigo bien j pues no me has muerto,
haUeadome Jwová.puesto en tus niai>
nos.
80 Poique ¿quien hallaiá á su ene-
raigD, y lo d^Jaiá ir sano y salvo ? Je-
hová te pague con bien por lo que en
este dia has hecho conmigo^.
91 Y ahora, como yo entiendo que til
ha» de reinar, y que el tatao de Israel
ha de ser en tu mano firimy eatoblc 9,
8S Jdrame luego ahora por Jehová»
qiw no coitaiAs mi .simiente después de
mí, ni raerás mi nerntae de la casa da
mipadrer.
23 Entonces David Juró á Saúl. Y
fuese Saúl á su easa, y Da'
fuese Saúl á su easa. y David y los suyos
se sintieren al sitio fuerte «.
CAPITULO XXV.
JTiMra flasMMi. Nab€adelOamdemttapro-
vieUm S David, el cmoI vimtmtdo emtra U
e$ preveaido eom la pndeaeiade jtbigaH^
nutferdeNaloL TientNáboltiuUanuierUi
y IkuMUmapormttfetéAbiifaU.
Y MURIÓ Samuel, y jilntése todo Is-
rael, y lo llonwon*, y lo sepultaron
en su casa en Rama. Y levántese Da<.
vid^ se fbé al desierto de Fanm*.
S Y Y en Maan« habla un hombre que
tenia su hacienda en el Carmelo, el cual
era muy rico, que tenia tres mil ovqfas,
y mil cabras. Y aconteció hallane es-
quilando sus oveias en el Carmelo.
8 El nombre de aquel varón era Na-
bal, y el nombra de su mujer, AUgail.
Y era amada rot^ i
dlmiaato«, y de buen»
hembee eim d«m, y de
y del Un^ de Calcb.
4 Y oye Itevid en el
eaquilww «os enrías «.
A Bmdaoas envld David diea ortadss,
y díjoics : Subid al Carmelo, é id 4.Na-
bal, y saludadle en mi nembtfe,
6 Y daeidle asíi Que vivas, y sea pax
á tí, y ñas á tu IkunUla, y paa á todo
enanto nenes.
7 Ha poeo snpvque tienea cM|iiÍlBdoi«>.
Ahora, á los pastores tuyos que han
estado oon nesetros* mmoa loa mdnuí
faena, ni les flsKd algo estado el tiempo
que hú estado en el Carmdo.
8 PrfMtunto á tus oilados, que ellof
te lo (Uxán. Hallen por tanto attos
criados grada en tus qjos^ pues oae
venimos en buen diat ménnto que dss
la que tuvieras á mano á tua siarras, y
á tu hijo/ David.
9 Y coa» llMaron loa eaiadoa de Da-
vid» dyeton á Ni*ai tddaa estas palabras
!|probre de David, v callaran,
■r Nabal respondió á los criados de
P, y düo'. dOulen m David? ¿Y
en ee «I h\)o di» Isaif ? Mnahos sier-
vos hayhoy que se huyen de sos asAoves.
II ¿ Hl6 de tomar ye ahom mi paa,
ade
hom-
90.
'0<i.ll|
mi agaa, y mi vlotlma qne he pcepara
Kmls esquiladores, y la daré « hoi
que no sé de donde son ?
'?"
/bdo.
2.
«Jueci
19 Y tomándose ios criados de David,
volviéronse jKHT su camino; y vinieron
y dyñon á David todas estas püalatans.
18 Entóneea David dijo á sus hom*
iMMs: Cí&ase cada uno su espada. Y
cillése oada uno su espada: ^ambioi
David cifió su espeda { y subieron teas
David oomo cuati uuleu toe hombraa, y
dqaron dosoientaa oon el bagaje*.
14 Y uno de los criados até avilo á
AUgaU, nmjar de Nabal, dteicndo: Hé
aquí David envió mensl^eraa del da*
sioto qne saludasen á nuestro amo, y
él los ha caherldo.
15 Mas aquollos hembras nos han Mo
muy buenos, y nanea nos han heoho
fbena, ni ninguna cesa nos ha faltado
en todo el tleniiio qnahemoa eonrvciaado
oon ellos, mientras harnea ortado en d
oampo'.-
10 Haimoa sido por mura*de dU» y de
noche todos los aias oue hemos
oon ellos apacentando las ovejas.
17 Ahora pues, entienda y mbra lo que
has de hacer, porque el mal está dd
todo resuelto contra nuestra amo, y f»n-
tn toda su cas»: pues él es un hembra
tan mato I, que no h^r qnien pueda
hablarle.
18 Entóneos AUgaU toaaó luego dos-
olentas panes, y «loe eneros de vino, y
oinso ovqjas guisadas, y cinoo medidas
de grano tostado, y alen hilos de uvaa
pasas, V doseieotos panas de lilgoe saoos,
y cargólo en asnos i.
19 Y d^o á sus eiiades: Id delante de
mí», qne yo oa ssgnlrí luego. Y nada
deeUÚo á su marido Nabal.
90 Y sentándose sobra un asno desean-
dio por una parte secreta del monte, y
hé aquí David y los suyos que venían
Atente á ella ; y ella les fué al enenontro.
91 Y David haUa dioho: Ciertamonia
en vano he guardado todo lo qne este
tlona en el desierto, sin que nada la
haya faltado de todo cnasito er «ayo ; 7
él me ha vuelto mal por bien*.
99 Asi haga Dios, y así añada á loe
enemigos de David, que de aquí á ma-
fiana no tengo de d^ar de todo lo qne
ftaera suyo tu aun meante á la pared •.
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« Sal. 7. 8.
7 18.30.
•8ia.l8,tlt.
78117.18.
i Cor. 1.9.
10.
'Gm.n.38.
ü M. 17.
Bam.8.88,
87.
•U.1D.9I,
7a.u.
mu
IS Limóte pon David U Imta, 7 la
botya de agua de la eabeoera de Sánl, 7
ftiéiiiiiae ; qae no hubo nadie qoe Ticáe»
ni entendiew, ni TclaMt puat todos dor-
mian : porque un ndoAmdo mefto emb-
odo de Játawk^ haoia eaido aobie etloa.
18 Y pauado David de la o«ra parte,
pdMM decTlado en la camtM» del monte»
Jtabíemdo grande distancia entie ello» :
14 Y dio Tooet David al pueblo, 7 4
Abner, li^o de Ner, dioiendo: a rio
respondes. Afanar ? Entdnoas Abner
respondió, 7 d^o : ¿ Qnien eres td jm
das Toocs al re7 ?
15 Y dúo David 4 Abner: ¿ No eres
vamn tn ? ¿ Y oaien kojf eomo td en
Israel ? ¿ Poique pues no has guardado
ai re7 tu sefior ? Que 4ia entiáido ano
del pueUo á matar í tn icfior d rqr.
16 Esto que. has hecho no eetá bien.
Vive JehoT& que sods dignos de muerte,
que no halieis gtvudado JL vuestro seiVor,
al ungido de Jehová. Mira pues ahora
donde t$tá la Uuua del rey, 7 la botUa
del agua que tttaba & su oabec«ra.
17 X eonoeiendo Saúl la voz de David,
dijo : ¿ No «« esta tu vos, h^o mió Da-
vidA ? Y David re^Mmdió: Mi toc et,
r^ seflor mió.
18 Y d^o : ¿ Por qué persigue así mi
sefior á su siervo ? Qué he hecho ? ¿ Que
mal hay en mi mano ?
19 Ruego pues que el i«7 mi se&or
oin ahora las palaibras de su siervo! 8i
Jdu»vA te incita contra mi', acepte un
sacrificio : mas si Auren hijos de hom.
brea, malditos dice en la piasencia de
J^ová, que me han echado I107. para
[ue no me junte en la heredad ac Je-
vá, diciendo*; Vé 7 sirve & dioses
ágenos.
90 No caiga pues ahora mi sangre en
tierra ddante de JéboHk'. poique ha
salido d re7 de Isxad it buscar una
pulga, así como quien persigue una per-
dis por los montes.
81 Entonces d^ Saúl: He peeado«:
vuélvete, UJo mió David, que ningún
mal te haré mst, pues que mi vida ha
sido estimada lu>7 en tus ojos. Hé aquí
70 he hecho neciamente, 7 he enredo
en gran manera.
88 Y David respondió, 7 dijo : Hé aquí
la lanza del re7{ pase acá uno de los
cxiadoi, 7 tómela.
88 V Jehová pague á cada uno su
justicia, 7 su lealtad»: que Jdiová te
habla entregado ho7 en nú mano, mas
70 no quise extender mi mano sobre el
ungido de Jdiová.
84 Y hé aquí, como tu vida ha sido
estimada ho7 en mis ojos, así sea mi
vida estimada en los ojos de Jehová, 7
me libre de toda aflicción •.
86 Y SbuI dUo á David: Bendito ertí
tü, hijo mió David t sin duda ejecutarás
ttf grandes emnresas, 7 prevaleeeráBj».
Entonces David se fué su camino, 7
Saúl se volvió á su lugar.
CAPITULO XXVII.
Davtíí, vor huir de tai mamo$ dé 8(nd, ««m
á AehU, rm dt IM J^OiMfca m Oath, d
ewU lo rtait kumanammtt, y le dad Bie-
lag dona» AoMte. JDetde aUC Meia ineuT'
atinee m la Utrra de lo» mnmAgoa.
Y DI JO David en su corazón: Al
fin seré muerto algua dia por la
mano de 8aul«j nada por tanto me
será mrior que nigaxme á la tíena de
los Phiastéos, para que Sanl se d^ de
mí, 7 no me ande muoando mas por
todos los términos de Israel, 7 a«i me
eioaparé de sus manos. .
8 Levantóse pues David, 7 con los
seiselcDtos hombres que fcnla eoásigo,
wóeeá Achlsb, ^)o de Maoeh, i«7 de
8 Y moró David con Achia en Gath,
él 7 los SU70S, cada uno con sn fcmllia :
David een sos dos mujeres', Aliinoam
Jenedita, 7 Aliigaii, la f w /Wé nwjer
de Nabal el del Carmelo.
4 Y vino la nueva á Saúl que David
se halda huido á Oath, 7 no lo buscó
6 Y David d^ á AohU : 8i be hallado
ahora gracia en tus ojos, seame dado
lugar en alguna de las dndadea de la
tieba, dondie halilte ; porque « ha de
morar tu siervo contigo en la cindad
xsal?
6 Y AohU le did aquel dU á Sldag<
Da aquí fué Siclag de los reyes da Jada
basta I107.
7 Y filé d nitmero de los dias que
David habitó en la tierra de los PhUis-
téos, cuatto meses 7 algunos dias.
8 Ysnbia David oon bw siqrea, 7 hadan
entradas en los Gcsuréos, 7 en loa 0«r-
aéos, 7 en los Amaledtas : porque estos
habitaban de larao tiempo la tiem,
desde como se vá 4 Sur • iMste la tietxa
de Egipto.
9 Y heria David el pais, 7 no delaba
á vida hombre ni mujer; 7 llevábase
las ov^as, 7 las vacas, 7 loa asnos, 7
los camellos, 7 las ropas, y volvía, 7
veníase á Achís.
10 Y deda Achls: f Donde hahds cor-
rido hov ? Y David deda: Al Mediodía
de Jndá, 7 d Mediodía de Jcranted/,
ó contra d MediodU de Ceni#.
11 Ni hombre ni mujer dejaba 4 vida
David, que viniese á Gath, diciendo
para iii Poique no den aviso de noso-
tros diciendo, Esto hizo David. Y esta
era su costumbre todo el tiempo que
moró en tierra de los PhlUstéos.
18 Y Achls crda á David, dioiendo:
El se haoe abominable en su pueblo de
Israd, 7 así será siempre mi siervo.
CAPITULO XXVIII.
Qmrra i* toe PhOieUoe etmtra lo» ttr^Mutt
eoiuiMa Sami árnnaPuIhoidta: y b mm-
rtee Áteme!, «i cual k ommeto «a prgKÍma
ruina.
Y ACONTECIÓ que en aquelloadias
los Fhilistéos Juntaron sus campos
para pelear contra IsraeL Y dijo A«mts
á David : Sabe de derto que has de salir
conmigo á campafia, td 7 los tu7oa. .
8 Y David respondió 4 Achls: Sabias
pues lo que hará tu siervo. Y Achls
dUo á David : Por tanto te haré guarda
de mi cabeza todos los dias.
8 Ya Samuel era muerto*, 7 todo Is-
rael lo haUa lamentado, 7 habíanle
sepultado en Rama, en su ciudad. Y
Saúl habla echado de la tierra fr los
encantadores 7 adivinos.
4 Pues como los PhiUstéos se Juntaron,
vinieron 7 asentaron campo en Snnam :
7 Saúl Juntó 4 todo Israd, 7 asentaron
campo en Gilboa «.
5 Y cuando vio Saúl d campo de los
PhiUstéos, temió, 7 turbóse sa ooraxon
en eran manera^.
0 Y consultó Saúl 4 Jdiov4 ; pero Je-
hov4 no le respondió*, ni por sueikis»
ni por/ Urim, ni oatg profetaa.
7 Entonces Saúl dijo 4 sus criados:
Buscedme una m^fer que tenga etaMiu
dé FTthon, para que 70 va7a 4 ella, 7
por medio oe ella* pregunte. Y aus
orlados le reqiancUeron: Hé aquí áoy
una mujer en Endor que tiene espíritu
dePython.
8 Y disflraaóse Saúl, 7 pdsose otros
LBAinim, xzu,xxz.
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rndif Vsnlt He lUgí <lli— q»
■ qiit nu drfltan* qn* lv^ di
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I op to Ih!£<o ocih cu «, Unte •! 41>
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ITMib i-fjuilK i tena. ; «Is!
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«I lo! luUBiiK : T>n FU
X Bmn á BIdI— il Ltm^, _ I
loa di AuJii liüfan hiniUdí — -'
UidUdla, ] lOdui 1 lublu <
A. C. cir. lose.
LSAttUEL, XXXT.
A.Q.iit.m
tCap. 2S. 42.
« Ex. 17. 4.
d C»p. 1. 10.
Jaao.l8.'i5.
X 8*. 17. 8.
a Bey. 4. 27.
« Bikl. 18. 6.
y M. 1, 8.
y «0.1, a.
y 42. ft. 11.
Lee. 1.4.
L2S.4.
Bo. 8. 81.
a Cor. 1. 6,
10.
Heb. 13. S.
/Up.a3.a.9.
'ier.21.
«Chi.14.27.
Joee. 1&19.
< a Sa. 8. 18.
I Bey. 1.38,
Bi. 35. le.
Soph. a. 64
ft^w. 8.
Gen. 14.14.
16.
5 Lai doc mujeres b de Darid, Ahi-
noam Jezreelita* i Ablgall la jim fué
mujer de Nabal ael Oarmelo, también
eran cautivas.
6 Y David fué muy angustiado, por-
que el pueblo hablaba de apedxearlo«;
porque todo el pueblo estaba oaa ánimo
aimarsorf, oada uno por sus h^os y por
sus hijas : mas David se esforzó en Je-
hová su Dios «.
7 Y dijo David al sacerdote Ablathar,
hijo de Ahimelech: Yo te ruego que
me acerques el Ephod/. Y Abiatnar
aocreó el Ephod á David.
8 Y David consultó á Jéhová dicien-
do : ¿ Seguiró esta tropa ? ¿ Podréla al-
canzar ? Y él le d^o : Sigúela, que de
cierto la alcanzarás, y sin &Ita Ubracia
lapreia.
9 Partióse pues David, él y loa sel»-
cientos hombres que con él estaban, y
vinieron hasta el torrente de Bcrár,
donde se quedaron algunos.
10 Y David siguió W ateanee oon oua-
trocientos hombres, porque se quedaron
atrás doscientos, que cansados no pudie-
ron pasar el torrente de Besor;.
IL V hallaron en el campo un hombre
Egipcio, el cual tr^Jeion á David, y
dléronle pan que comiese, y á bebec
agua :
IS Dléronle también un pedazo de
masa de higos secos, y dos hilos de pa-
sas. 7 lueso que comió, volvió en él
su e^irituA: porque no habla oomido
pan, ni bebido agua, en tres dias y tres
noches.
18 Y díjole David : ¿ De quien «re* td ?
¿Y de donde eres ? Y respondió el mozo
Egipcio : Yo soy siervo die un Amaleci-
ta, y dejóme mi amo hoy ha tres dia»,
pcútiue estaba enfermo.
14 Pues hicimos una incursión á la
parié del Mediodía de Cerethi', y á
Judá. y al Mediodía de Caleb, y pusi-
mos ruego á Siclag.
15 Y dUole David: ¿ Me llevarás td
á esa tropa ? Y él d\io : Hazme Jura-
mento por Dios, que no me matarás,
ni me entregarás en las manos de mi
amo, y yo te Uevaré á esa gente.
16 Llevólo pues: y hé aquí que es-
taban derramados sobre la haz de toda
aquella tierra comiendo y bebiendo, y
haciendo fiesta, por toda aquella gran
Sresa que hablan tomado de la tierra
e los Phllistéos, y de la tierra de Judá.
17 E hiriólos David desde aquella ma-
ñana hasta la tarde del dia siguiente :
y no escapó de ellos ninguno, sino oua-
trecientos mancebos que hablan suUdo
en camellos, y huyeron.
18 Y libró David todo lo que los Ama-
leeitas hablan tomado: y asimismo li-
bertó David á sus dea mujeres.
19 Y no les <ó cosa chica ni grande,
asi de hijos como de hijas, del robo, y
de todas las cosas que les hablan toma-
do : todo lo recobró David *.
20 Tomó también David todas las ove-
jas, y ganados mayoro, y trayendolo
todo delante, decían: Sísta es la presa
de David.
81 Y vino David & los doscientos hom-
bres que hablan quedado cansados, y
no hablan podido seguir á David, á loa
cuales hablan hecho quedar en el tor-
rente de Besor: y ellos salieron á reci-
bir á David, y al pueblo que con él
Sitaba. Y como David 11^ a la gente,
saludólos con paz.
as Entonces todos los malos y perver-
sos de entre los que hablan ido con Da-
vid, respondieron y dieron : Pues que
no ftieron oon nosotros, no les daremos
de la presa que hemos quitado, sin» á
oada uno su mi\}er y sus hyas, lot oaalcí
tomen y se v«yan.
S3 Y David dijo: No hágala eso, her-
manos míos, de lo que xu» ha dada
Jehová, el cual nos ha guardado, j
entregado en nuestras manos la caterva
que vwo sobre nosotros.
24 ¿ Yquienosescuohaiáenestecaso?
Porque igual parte ha de ser Is de
los que vienen á la batsdla, y la de
los que quedan al bagaje: que partan
Juntamente'.
85 Y desde aquel dia en adelante foé
esto puesto por ley y ordenanza en Israel
hasta hoy.
96 Y como David llagó á Siclag, envió
de la presa á los anoiaaos de Judá, sus
amigos, diciendo: Hé aquí «na bendi-
ción para vosotros de la presa de los
enemigos de Jehová.
87 Asimimü envió á los que estaban
en Beth-el, y en Ramoth al Medio-
día "•, y & los que estaban en Jattir :
88 Y á los que eittiban en Aroer, y en
Siphmoth, y á los que estaban en Es-
themoa :
S9 Y á los que estelan en Radiil, y á
los que en las oindades de Jenmeel, y
& los que en las ciudades del Oinéo :
00 Y á los que tUabam en Horma, y á
los que en Chorasen, y & los que en
Athach:
81 Y 4 los que estaban en Hebron, y
en todos los lugares donde David habla
estado con los suyos.
CAPITULO XXXL
Daie la batalla snlre ¡os UrcuiOas y los F%i-
lislíos, en ¡a que el campo de Itrad ful
desbaratado, flMMtt» Baut, y sus k^, y im»-
dtosislos ítroslita», y sus cuerpos v armas
Oevados e» tn^fo por los Fküisttos é eu
tierra. Los de Jales de Qalaad \utiast d
cuerpo de Batd, y los de sus hijos, is ks
PhitisUos, y los «gHittan en su lierra.
LOS Phlllatéos pues pelearon oon Is-
rael* : y los de Israel huyexoa de-
lante de los Phllistéos, y cayeron muero
tos en d monte de Gilboab.
8 Y siguiendo los PhiUstéos á Saol v
á sus hííos, mataron & Jonathan, y a
Abinadab, y á Melchlsua, bijas de
Saul«.
8 Y agravóte la batalla sobre Sanl<<«
y le alcanzaron los flecheros t y tuvo
gran temor de los flecheras.
4 Entonces dijo Saúl & su eseudcro:
Saca tu espada, y pásame oon tila», por-
que no vengan/ estos indrenndsos, y
me pasen, y me escarnezcan. Mas sa
escudero no quería, porque tenia gran
temor. Entonces tomó Saúl la espada,
y echóse sobre ella.
5 Y viendo su escudero á Saúl muer»
tó, él también se echó sobre su eqpada,
y murió con él.
6 Así murió Satú en aquel dia, jun-
tamente oon sus ties hijof ^, y su escu-
dero, y todos sus varones.
7 Y los de Israel que eran de la otn
Jarte del valle, y de la otra parte del
ordan, viendo que Israel había huido,
y que Saúl y sus hijos eran muertos,
dejaron las ciudades, y huyeron ; y lo*
Phllistéos vinieron, y habitanm en días.
8 Y aconteció el sigiasvie dia, qne
viniendo los PhiUstéos á despojar los
muertos, haUaroin á Saúl y át sus tres
hijos tendidos en el monte de Oilboa.
0 Y cortáronle la cabeza, y desnudá-
ronle las armas : y enviaron á tíecn de
los Phllistéos al contorno, para «le I»
noticiaran en el templo de sus nulas»
y por el pueblo.
10 Y pusieron sus armas* eo «1 tanquo
ijiiee.9.1
yl7.l6>
fCd&KM.
Ui BAjnjXL^ I, n.
A.aflir.lOM.
MlU.
IL2LU.
■■17.U.
IM.1.27.
li'> V BBlfW, m eocvpo en
•I mn» de BMlk*Ma*.
11 Mm ojrendoi Icm de Jabea de 6a*
had aMo que loa PhUlMéoa hleiemn á
8«nl,
18 Todoa loa hombcaa valieotes m le-
▼antaron, j anduvienm toda aquella
Laioü
el enano de Baol*
amoa, M
> 7 ^sitann
y los eaerpoa de ma mea, dai mera de
BcCh.ian: y viniendo á Jabea, qumá*
mulos altt».
18 Y tomando sea hvasot*, seiniltá-
ronlos debajo de un árbol en JaGcs, y
ayonaxott siete días ••
SEIGUNDO LffiRO DE SAMUEL
^«».«U7,
t'
.*>ill.
1t
13L
n.
CAPITULO 1.
Ftmt la ««Ma d David dt le «nurf* éh SatU
£i»mt$híío»,fdtlaémTataidpiiM»,p9r
flMtfer al wwmtfiro f«« d^ koMe «««rfo
tf flaal, y l« «roto n» tarma. MndMha á
&■{ y 4 JomaOum eamtamdo mu aiabanmiM.
Y ACONTECIÓ después de la muer,
te de Saúl, que vuelto David de la
denota de los Amaleoitas*» estuvo doi
diasen Slolag:
5 Y al tener día acaedd, que vino uno
dd campo de 8anl, rotos sus vestidos,
V aparada tiem soblc tu eabexai; y
ilyndo á David, poatr^Sse en ttenra, é
biso nvetencia»
3 Y DBHnmtdle David: De donde vie-
nes ? V A •respondió : Heme eeoapado
del eampo de Israel.
4 T David le dijo : Qué ha aeontecldo ?
Raégote que me lo digas. Y él respon-
dió: El pueblo bvyó de la batalla, y
también mueboa d¿ pueblo cayeron y
sen muertos : también fiaul y Jonathaa
sa 1^ muricnin.
A Y dije David á aquel mancebo que
le daba las nuevas : ¿ Como sabes que
Saal es muerto, y Jonathan su lUJo ?
6 Y d manoebo que le daba las nue-
vss respondió: Casualmente vine al
aaonte de OUboa, y hallé á Saúl que
citaba recostado sobre su lanza, y ve*
nisa tías él carros y gente de 4 caballee.
7 T come él miró atrás, vidme y lla-
móme. Y yo dye : Heme aquí.
8 Y él me dQo : Quien «res ttf ? Y yo
le respondí: Boy Amaleoite.
9 T él me volvió é decir : Yo te rue^
que le pongas sobre mí, y me mates,
poique me toman angustias, y toda mi
sima nlA ana en mí.
10 To entonces pdscne sobre él, y má-
telo, porque sabia que no oodia vivir
deipves de su calda : y tomé la corona
qM taija en su oabeea,'y la akarca que
traía en su braco, y helas traído acá &
mlieAor.
11 Entonces David tiubando de sus
vesüdesrf rom|dóloa, y lo mismo hide-
nn los homlaes que eetabaa con él.
U Y Uoraiion, y lamentaran, y ayn*
Dsnm hasta la tarde, por Saúl y por
Jonathan su hijo, y por el pueblo de
JdK>v&, y por la casa de Israel, porque
haUan eáido á euohiUo.
IS Y David d^o á aquel manoebo que
le haUa traído laa nuevas : ¿ De donde
«Ns té? Y a lespendiót Yo soy hijo
de un extranjero, Amaleeita.
U Y d^le David : ¿ Como no tuviste
temor de estender tu nano penmater
alM^deJefaová*?
18 Entonces llamé David uno de los
«Moeebos, y dijole : Llega, y mátalo.
Téllohiri«í;vi£nrlé.
18 Y Dmrid le dijo: Tu sangra ata
*ilue tu cabeía/, pnee que tu boca
MMigaó eoetra tí díoicnda : Yo maté
daoridodeJdiová.
» J Y endeché David & flanl y á
'«■tban iu hyooon esta endeeha.
18 (DUo también que eneeBasen al
arcoy & loe hijos de Judá. Hé aquí que
Aii está escrito en el libro del detecho |.)
10 Pereeid» ha lo ^ria de Israel
sobre tus oaontafias : ¿ como han caldo
los valientes ?
80 No lo denundcis en OathA, no
deis las nuevas en las plazas de As-
oalon; jporque no se alegren laa hijas
de los Fhilistéos, poique no salten de
gozo las hijas de los inoircaoeisoe.
81 Montas de Oilboa, ni rodo ni lluvia
taiga sobre voeotios, ni Mat« tlenraa de
ofrendas: poique allí fué rteenuhsdu el
escudo de loa valientes, el escudo de
Baúl, como si no hubiera sido ungido
eon aceite '.
88 Sin sangre de muertoa, sin grosura
de valientes, el aroo de Jonathan nunca
volvió atrás, ni la espada de Saúl se
tomó vada.
88 8anl y Jonathan, amados y queri-
dos en su vida, en su muerta tampoco
fueron apartados*: mas ligeros que á-
güilas, mas fuertes que leones.
84 Hijas de Israel, Uorad sobre Saúl,
que os wstia de escarlata en regodjca,
que adornaba vuestras ropas con orna-
mentos de oro.
86 ¿ Cómo han caldo los valientes en
medio de la batalla ? Jonathan, muerto
en tus alturas!
80 Angustia tengo por tí, hermano
mió Jonathan, que me fuiste muy dul-
ce: mas maravilloeo me fué tu amor
que el amor de las miseree'.
87 i Cómo han caldo ios valientes, y
perecieron las armas de guerra^ ?
CAPITULO II.
David viene á Hébnm, donde et nmgtdo por
rey por loe prtneipalee de JudA DJ la»
gñuiaa é lo» d» fábe* por luim- enterrado
áBamí Mmer, general dd^féretto de Baui,
katieitdo heého prodamar reg á Itboeetk,
hifo de Banl, tiene ima eeearomnea eon la
gente de IkuM, en fOt/ué vemeldo.
DESPUÉS de esto acontado que
David consulté á Jdiová*, dicien-
do: ¿Subiré á alguna de las dudades
de Judá ? Y Jehová le reqxmdió : 8ube.
Y David tomé á decir: Adonde su-
biié? YélledQo: A Hebnnb.
8 Y David subió allá, y con él sus dos
mujeres, Ahlnoam Jezieelita, y Ahí-
Ídl, la fiM >é miOer de Nabal del
iarmdo«.
9 Y llevé también David consigo los
hombres que con él hablan estado',
oado uno con su familia; los cuales
moraron en las ciudades de Hetnmi.
4 Y vinieron los varanes de Judá, y
ungieron allí á David por rey sobre la
casa de Judá. Y dieron aviso á David
diciendo: Loe de Jebes de Oalaad «m
los que sepultaron á Saúl «.
6 Y envió David mensajeroe á loe de
Jabes de Oalaad diciendoles: Benditos
eeai» voeotros de Jehová, que habéis
hecho esu misericordia con vueetro
aeflor Saúl en haberte dado sepultun.
I 0 Ahora pues Jehová haga con vos.
■■Am.6.10.
■S8a.a.4,S.
721.12,14.
•6sn.eO.10.
A. c. ion.
f wr.S.
iLOirodr
JaAer.
k Ule. 1. 10.
«- 1 Be. 10. 1.
i 18a. 81. 1,
4.
ilSa. 18.1,8.
720.17,41.
7 98.18.
•K}»p.l9.26.
• Jase. 1. 1.
lSa.2S.2.
4.10.
»0ap.5.1.&
«18a. 30. &
rfl8a.37.2S.
1 Cr. 18. 1.
etc.
«lea. 81.11,
13.
A.C.olr.lMSb
n. SAMUEL, nL
A.adr.:
/aTla.1.16.
18.
'18*. 14.50.
A 1 Cr. 8. S8.
» • Cwp. 5. 6.
Ifiay.aill.
tJot. 1(V2,4»
la.
( Jar. 41. IS.
f El campo
deloB/iur-
tM.
"C*p.3.L
" ICr. % 16.
• 1 Cr. IX 8.
7 Cap. 4.0.
y». 101
otvM miaofloenUa y vodad : y/ yo tain-
bien ot haxé btan por cMo tfim hab^
heoho.
7 Esfltéreeiue imn ahora Tuotna ma-
nm, y aed TaMwitw; pac» qae mnatto
S«ul mMtro seBor» lo» de la eaaa de
Jndá me han angido por rey sobre dloa.
8 ^ Mas Atañer, hijo de Nerf , general
del ^éreito de Saúl, tomó & Is.boseth*,
14)0 de Saúl, é hizolo pasar al real :
9 Y alzólo por rey sobte Galaad, y
sobre Oeasuri, ▼ sobre Jezred, y sobre
Ephraira, y sobre Benjamín, y sobre
todo Israel.
10 De cuarenta aflos era Is.4MMicth,
hilo de Sattl, ciumdo comenzó á reinar
sobre Israel, y reinó dos aflos. Sola le
casa de Jada seguía á David.
11 Y fué el ndmero de los dias que
David reinó en Hebron •', sobre la casa
de JudA, d de siete afloa y seis meses.
IS Y Y Abner, hUo de Ner, salló de
Mahanaim & Oabaon* con loa siervos
de Is-bosech, hijo de Saúl.
18 Y Joab, hijo de Sarvia, y los sier-
vos de David, salieron y encontráronlos
Junto al estanque de Oíibaon': y como
se Juntaron, paráronse los anos de la
una parte del estanque, y los otros de
la otro.
14 Y dijo Atañer á Joab : Levántense
ahora los manoebos, y maniobien de-
lante de nosotros. Y Joab respondió:
I^evántense.
, 15 Entonces se levantaron, y en nd-
mero de doce pasaron de Benjamín,
por la perto de Is-hoaeth, hijo de Saúl ;
y otroi doce de los siervos de David.
10 Y cada uno edió mano de la ca-
ben de su compafiero, y ñutióte su
espada por el costado, cayendo asi á
una ; por lo que fué llamado aquel lu-
Sir, Helcath-assurim t, el cual eetíi en
abaon.
17 Y hubo aquel día una batalla muy
recia ; y Abner y los hombres de Israel
ftieron Tencidos de loe siervos de Da-
vid •>.
18 Y esteban allí los tres hijea de
Servia, Joab, y Abisal, y Asaeli. Este
Asael era suelto de pies como un* corzo
del campo.
19 El cual Asad siguió á Abner, yendo
tras de él sin aparterse á diestra ni A
siniestra.
90 Y Abner miró atrás, y dijo: ¿ No
eres td Asael ? Y él respondió : Sí.
91 Entonces Abner le dijo: Apártate
A la derecha ó á la izquierda, y agárrate
alguno de los manoebos, y toma para
ti sus despojos. Pero Asael no quiso
iqMutane de en pos de él.
89 Y Abner tomó á decir á Asael :
Apártate de en pos de mi, poniue te
horiré derribándote en tierra; y átefuea
Ícomó levantaré mi rostió 4 tu hermano
oab?
98 Y no Queriendo él irse, hiriólo Ab-
ner con el regaten de la lanza' por la
quinta eotÜUa, v sallóle la lanza por las
espaldas, v cayo allí, y murió en aquel
mismo sitio. Y todos los que venían por
aquel lugar donde Asael habla caldo,
y estaba muerto, se paraban.
94 Mas Joab y Abbai siguieron A Ab-
ner ¡ y pdsoseles el sol cuando llegaron
al collado de Amma, que eaiá delante
de Gia, Junto al oamlno dd desierto de
Oabaon.
85 Y Juntáronse los h^os de Benja-
mín en un escuadrón con Abner, y pa-
rámnse en la cumbre dd collado.
96 Y Abner dio vooes A Joab diciendo :
¿ ConMimirA la espada perpetuamente ?
4 No sabes tii que d cabo se sigue amar-
gumf ? ¿ Hasta enaade no has de dedr
al pueblo que se vadvon de seguirá sas
heñnaaca?
97 Y Joab resnondiót Vive Días qes
si no hubieras nablado, ya desde eitt
maflana d pueblo haUen diñado de
seguir A sos hermanos.
98 Entónoes Joab tocó d cuemo, y
todo el pud>lo se detuvo, y no siga»
mas A ios de Israel, ni peleó mas.
99 Y Abnet y los suyos caminaron por
la oampafia toda aquella noche, y
sando el Jordán cruzaron por todo
tron, y llegaron A Mahanaim.
80 Joab también volvió de segdr á
Abner, y Juntando todo el pueblo, &>•
taron de los siervos de David diez y
nueve hombres, y Asad.
81 Mas los sierros de David hirieron
de los de Benjamín, y de los de Abner,
tresdentos y sesenta hombres, que nra-
rleron. Tomaron luego A Asael, y sepul-
táronlo en el sepolcra de su padre, en
Beth-ldiem.
82 Y caminaron toda aquella noche
Joab y loe suyos, y amanecióles en He>
bvon.
CAPITULO III.
Atmer m pora 4 AsWfl vtrwmaümnie 4 Im
prfnHpe» de Itratl que « reeiham fcr ref.
Joab, generet del eaéi|M de JDaríd, meta 4
Ákmer for Moaiio, ét lo fme Dawid tmee
grem P—^^t V *• mtierrt eon gramd»
fPnll.1
forH.
y OUMoando, y
Y HUBO larga guerra entre la casa
de Saúl v la casa de David : mas
David se iba wrtificando*, y la casa de
Saúl iba en diminución.
9 Y naoleron hiyos á David en He-
bron *. Su primogénito fué Amnon, de
Ahlnoam Jezreeltta :
8 Su segundo fué Ohüeab, de AMgail,
la mujer de Nabd el del Oarmelo : el
tercero, Absalom, hijo de Maachá, hija
de Talmal, rey de Oessur « :
4 El cuarto, Adonias, h^e de Hag-
gith^: d quinto, Saphatias, hijo de
Abital :
5 El sexto, Jetream, de Bgla mt^er
de David. Estos nacieron A David en
Hebion.
6 ^ V oomo habla guerra entre la cass
de Saúl y la de David, aoontedó qoe
Abner se esfinrzaba por la casa de Sanl.
7 Y hdila Sanl teáiido una concabina
que se llamaba Rispa», hya de Aja. Y
dijo le-boaetk A Abner: ¿ Por qué has
entrado A la concaUna de mi padre ?
8 Y enojóse Abner en gran manera
por las pdabras de Is-boseth, y d^o:
ÍSoy yo cabeza de peiros reqieoto de
udA/ P Yo he heoho hoy miseiioonUa
con la casa de Saúl tu podre, con sos
hermanos, y con sus amigos, y no te he
entregado en las manos de David : i y
td me haces hoy caigo dd pecado de
MW mujer?
9 Asi haga Dios A Abner, y así le
afladay, si como ha jurado JehovA á
David, no hiciere yo aa con él A,
10 Trasladando d rdno de la easa de
Saúl ', y eonfirmando d treno de David
sobre Israd y sobre Judá, desde Dan
hasta Beersebah*.
11 Y él no pudo responder palabra á
Abner, porque le tcmia.
19 5 Y envió Abner mens^Jens A Da-
vid de su parte, dioieiido : Cuya es la
tierra ? Y oim le dijesen: Hoz Éllania
conmigo, y né aquí que mi mano seíA
oontlcD para vdver A tí A todo Israd.
18 Y Dúvid dUo : Bien ; yo haré eoo-
tigo diania : mas una oosa te pide, y
es, que no me vangaa A ver, dn qne pri-
ILSAÍÍOtL, IV.
A.Cdr.im.
lCr.IS.&
H.
'«Via
Jfy.io.
mero migM & Mlebal, 1« h^a d» 8«a^
luaido TuiiciH & Timie.
14 Demuet de esto «nvló David mea-
«doNM & lB<lHMetft, hMo de 8ul», di.
dado; RcMltifyene ■ mi mojer Mi>
cha), la eoal ^ demoeé eoomigo por
den prepudoa de PUtialte «.
15 Ent^hioca Is>boaeth envld, y quitóla
ifninaridoFaltlel*, hOode tais.
16 Y aa maxido toé toa eOa, tiguten-
dola T llorando haata Bafaartm;*. Y di-
joie Abner : Anda, wnSLftíe. Entónoea
él te toItíó.
17 Y habló Abner con loa anotanoa de
Inaal diciendo : Ajer y anMa proonra-
baii qoe David ñieae rey aobre Toaotroa.
18 Ahm» puea, baoadlo ; poraue Je>
bovA ha hablado á David diciendo: Por
la mano de mi sierTo David libraré A
mi iwebto lanel de mano de loa Ptii-
Umot, 3 de mano de todos loa ene-
migot.
19 Y habló tamUen Abner A loa de
Bei^aminy: y ñié también Abner A
Hriñon A decir A David todo éi parecer
da lot de Iirad, j de toda la caaa de
Ba^amin.
SO Vino puea Abner A David en He<
bnm, j con él veinte hombres : y Da-
vid Uso banquete A Abner, y A loa que
con ál haUan venido.
81 Y dijo Abner A David: Yo me le-
vantaré, é iré y juntaré A mi leflor ei
nyr todo Israel, para que hagan contigo
slfamm, y tü reines como d«eaa«. Da-
vid despidió luego A Abner, y él se ftié
«par.
38 5 Y hé aquí loa siervos de David y
Joab que venían del campo, y traian
consigo gran presa. Mas Abner no es-
taba con David en Hebron, que va lo
haUa él despedido, y él se hatada ido en
paz.
83 Y iuego que llegó Joab, y todo el
Íiidto que con él ettaha, ftié dado aviso
Joab diciendo : Abner, hijo de Ncr,
lia venido al rey, y él le ha despedido, y
leftiéenpaz.
84 Eatóiices Joab vino al rey, y d^ole :
Qué has hecho? He aquí haÚaaÍB venido
AboerAtí; ¿por qué pues lo dejaste que
te fuese?
85 i Sabes td qu« Abner, h^o de Ner,
ba Tenido para engañarte, y A saber tu
aUda y tu entrada, y por entender todo
V) que tü haces?
80 Y saliéndose Joab de con David,
«Bilé nenM^eroe tras Abner, loa cuales
ie TolTienm desde ei poso de Sira, sin
«berlo David.
87 Y como Abner volvió A Hebron,
apartólo Joab al medio de la puerta ha-
Mando con él blandamente, v allí le hi-
rió por la quinta cotülla *, a causa de
la maerte die Asad su hermano, y mu-
rió*.
88 5 Cuando David supo después esto,
0^0 : Limpio estoy yo y mi reino, por
JdiovA, para dempre, de la sangre de
Abner h^ de Ner :
M Caiga sobre la cabexa de Joab, y
•dne toda la caaa de su padre*; que
Banca ftlte de la caaa de Joab quien
*«*.14.l padeica fluio', ni leproso', ni auien
ijn.tt.^ I Wde con faAoulo, ni quien muera a eu-
ddllo, ni quien tenga fiUU de pan.
90 Joab, pues, y Abisal su hermano
"Utaron a Abner, ponqué él haUa mu-
«to 4 Aiael, hermano de ellos, en U
totalladeGabaon.
5 Intónoea dijo David A Joab, y A
^ d iHKblo que con él utahat Rom-
Pw vnectns vestidos*, y ceflíoa de aa-
^\, 1 haced duelo delante de Abner.
X d iqr iba detrás del fiántro.
' as T sepnltaron A Abner en Hebron :
y aliando el rey an voz floró hinto al
sepulcro de Abner ; y lloró tamoien to-
do d pueblo.
38 Y endechando el rev al mismo
Abner, decía : ¿ Murió Abner come
muere un villano ?
84 Tus manos no «taftan atadas, ni tus
pica ligados con grillos : caíste como los
que caen delante de malos hombres. Y
todo el pueblo volvió A llorar sobre él.
85 Y como todo el pueblo viniese A dar
de comer pan A David «, siendo aun de
día, David Juró diciendo: Así me haga
Dios, y así me aliada, si antes que se
pon^i ei mA niatare yo pan, ü otra cu-
álqniMr com».
M fiMpoio asi todo el pueblo, y plugo
en sus ojo* ; po^ue todo lo que el rey
hacia parecía bien en ct|aa de todo el
pueblo.
87 Y todo el pueblo y todo Israel en-
tendieron aqnd dia qile no habla vanbto
del rey que Abner, h^o de Ner, mu-
riese.
88 Y el rey dijo A toa siervos : / No
sabéis que ha cudo hoy en Israel un
principe, y grande ?
80 Que yo ahora aun soy tierno rey un-
gido ; y estos hombres, los hHoa de Ser-
via, muy duroa me son: JehevA dé el
pago al que mal hace conform* A su
maliola'.
CAPITULO IV.
Saaim y ¡UAáb, eapüamtt íb /»-&0Na, to
mcgotk «t» «M «uao, y (roen w mAsm <f Ito-
vid mmmmIo ganar fraeia con tí: fita$ U
Ui hita fnitar la vtda por tu traMon, t
hfo> Mlirrar la eabeaa de It-iotelh.
LUBOO que oyó el hijo de Saúl que
Abner habla sido muerto en He-
bron, las manea se le desooyuntaron, y
filé atemorizado todo Israel.
8 Y tenia el hijo de Saúl dos varones,
los cuales eran capitanes de oompallías :
Vrnombre del uno era Baana, y el del
otro Reohib, hUos de Rimmon Beer-
othita, de los l^jos de Benjamín : por-
que Beeroth era contada con Bñú*-
min*.
8 Estos Beerothitas se hablan huido A
Oittaim, V hablan sido peregrinos allí
hasta entonces.
4 Y Jonathan, h^o de Sanl, tenia un
hijo lisiado de loa piés5 de edad de dnco
años : que cuando la noticia de la muerU
de Saúl y de Jonathan « vino de Jezreel,
tomóle su ama y huyó t y como iba hu-
yendo con celeridad, cavo el niño v quedó
eotjo. SunombreeraMiphiboaetha.
6 Los hilos pues de Bimmon Beerothi-
ta, Rech&b y Baana, ftaeron y entraron
en el mayor calw del dia en oasa de la-
boseth, el cual estaba durnüendo en su
cAmara la desta.
6 Entonces entraron ellos en medio de
la casa en habito ée mereaderes de grano,
y le hirieron en la quinta mttíüa *. Es-
oqpAronse luego ReofaAb, y Baana su
hermano;
7 Pues oomo entraron en la oasa, es-
tando él en su oama en su cámara de
dormir, lo hirieron y mataron, y cor-
tAronle la eabeaa : y habiéndola tomado,
caminaron toda la noche por el camino
de la campafla.
8 Y tn^i^ron la cabeza de Is-boaeth A
David en Hebron, y dijera al rcgr : Hé
aquí la cabexa de Is-boaeth, hi^o d«
Saúl tu enemigo, que procuraba ma-
tarte/ ; y JehovA ha vengado hoy A mi
seftor el rey de Saúl y de su simiente.
» Y David respondió A BecUb, y A
su hermano Baana, |4ios de Rimmoa
•0BP.UX7.
<Jne&9D.aSL
•IXey.&S,
«.88.
Bal. 7. 18.
y 38. 4.
TAS. 13.
3Tiak4ai.
o Jos. 18. as.
* Cap. 9. 8.
• 1 8a. 29. 1.
11.
<llGr.8.S«.
y 9. 40.
•Oap.9La8.
/I 8a. 18. S.
10. IL
yas-lfi.
735.1».
8aL 68.9,10.
Ju<Xodv,l»4a.
IL8AMUlSi,V,TX
A.C.dr.ie«.
PGeB.48.10.
i8ft.a6.a4.
1 Bey. 1.39.
8aL 81. 7.
y M. 6. 7,
17.
* Cév. L S,
16.
*Gai.9.S,6.
«Cap. 3.83.
•lCr.U.1.
i Jvee. 9> 1.
«18*.18.18.
«i8id.78.70,
7Í.
• 2 B«y. U.
17.
/lCr.39.27.
«1 Rey. 8.1.
Al Bey. 9.15,
34
yil.37.
20r.U.ft.
• 1 Bey.5.1.
lCr.14.1.
tI)iBa.ir.l7.
10.li.4t.
BeerotUta, y dUolet: Viva Jehov^, gae
ha redimido mi alma d« toda angiutía^,
10 Que cuando uno me dio nuevas di.
ciendo, Hé aquí Saúl es muerto, inu-
ginandose que traia buenas nueras, yo lo
nrendi, y le A maté en Sicla^ en pego de
la lupuáta buena nuera :
11 ¿ Cuanto roas á los malos hombres,
que mataron á un hombre justo en su
oasa, y sobre su cama? Ahora pues,
¿ nó tengo yo de demandar su sangre i
da vuestras manos, y quitaros de la ti*
ena?
13 Entonces David mandó á los man*
cebos, y ellos los mataron, v oortáronleB
las manos y losjpiés, y oolgánmlos sobre
ei estanque en Hebron. Luego tomaron
la cabexa de Is4>oseth, y entonáronla en
el sepulcro de Abaer, en Hebron^.
CAPITULO Y.
David es wngiáo en fiebron por ray $ehn todo
JmratLmpttia dJtnuatm eon grande éh-
rio. ZMHi^or/teeraa la/ortetaa d* flM»
de ¡oa Jebmtie», p k&cda mt morada. XI rey
dit Turo U envia madera de cedro y artífieee
■ fue te labren eu eaia. Loe PkiUelíoe vieme»
emtra tí dot *eu», y ambo* loe vence y
de^pufa.
Y VINIERON (odas las tribus de
Israel á David en Hebron •, y ha>
hlaron diciendo : Hé aquí, nosotros «o»
mo« tus huesos y tu carne b.
5 Y atm ayer y antes, cuando Saúl re>
inaba sobre nosotros, tü sacabas y vol-
vías á Israel c. Ademas JehovA te ha
dicho : Tü apacentarás << á mi pueblo Is-
rael, y tü sens sobre Israel principe.
3 Vinieron pues todos los ancianos de
Israel al r^ en Hebron, y el rey David
hizo con euos alianza en Hebron de-
lante de Jéhová« ; y ungieron A David
por rey sobre Israel.
4 Era David de treinta afios cuando
comenzó á reinar, y raisuS cuarenta
años/.
6 En Hebron reinó sobre Judá 8Íe||
a&os y seis meses ; y en Jerusalem id»
treinta y tres afios sobre todo Israel y
Judá.
6 5 Entonces el r^ y los suyo* flieron
á Jerusalem al Jebuséo que habitaba en
la tierra, el cual habló á David dici-
endo : TÜ no entrarás acA, si no echares
los ci^os y los cqjos, que dicen : No en*
traiA Má David.
7 Empero David tomó la fortaleza de
Skm, la cual es la ciudad de David ff.
8 T dijo David aquél dia: ¿ Quien lle-
gará hasta las canales, y herirá al Je-
buséo, y ¿ los cojos y ciegos, á los cuales
el alma de David aboireoe ? Por esto se
dijo : Ciego ni cojo no entrarA en casa.
O Y David moro en la fortaleza, y pü-
sole por ncnabre, la Ciudad de David t
y edificó idrcdedoif desde Millo para
adentro A.
10 Y David iba creciendo y aumen-
tándose, y JehovA Dios de los ejércitos
en con él.
11 Hiram, r^y de Tyiof, envió tam-
bién emb^adores A David, y madera de
cedro, y cwpinteros, y canteros para los
muros, los cuales edificaron la casa de
David.
18 Y entendió David que JéhovA le ha-
bla confirmado por rey sobre Israel, y
3ue habla ensalzado su reino por amor
e su pueblo Isnel.
13 ^ Y tomó David mas concubinas
y mujeres de Jerusalem*, después que
vino de Hebron, y naciéronle mas hijos
éhijei.
14 Xrtas wn loe nombres de los que le
naeieron en Jerusalem : Sammna, y So-
hab, y Nathan, y Salomón,
IfrB HtlMur, y Elteu» y Nepbcg,
10 Y JaphU, y Elisama, TEUada, y
EUphdet.
17 5 Y oyendo los PhOistéoa que ba.
bian ungido A David pon rey sowe Is-
rael, todos los FhUlatéoe subieron A bus-
car A David : lo cual como David oyó,
vino A la fortaleza <>
18 Y vinienm ka PlAistéoB, y extendi-
éronse por «1 valle de Rnibalm*.
19 Entónoe» eensiütó David A Jdwvi,
diciendo* : ¿ Iré oontra los niilistéos?
¿ Los entregas en mis manos ? Y Je-
hovA respondió A David: Vé, poique
ciertamente entrqgaré los Philktéos en
toa manes.
SO T vine David A Baal-perasim, v allí
loe venció David, y dijo : Rompió Je-
hovA mis enendgos deluite de nu, como
quien rompe aguas. Y por esto llamó «1
nombre de aquel higaz Baal-perasim L
81 Y dejaron allí sus ídcdos, los onues
quemó David y los suyos.
88 Y los FhiUsléos tornaroa A venir, y
extendiéronse en ri vaUe de Rapbalm.
88 Y consultando David A JehovA, él
le respondió : No subas ; mas rodéalos,
y venarás A ellos por delante de los mo-
rales:
84 Y cuando oyeres mt estruendo que
irá por las copas de loe morales, en>
tónoes te moverás ; porque JdiovA sal-
drá delante de ti A herir el campo de
los Philistéos.
85 Y David lo hizo así, como. JéhovA
se lo habla mandado; é hirió A los Phi-
listéos desde Gabaa hasta llegar A Gaza.
CAPITULO VI.
David traabda el arta djeruiakmjdtfanáeia
primero en la eme de Obededom por d ter-
rttieemeeeo de Vma. OmMya Dioe 4 Miéhát
pot Aeterse muñido de ta eanta ethgría de
David.
Y DAVID tomé A Juntar todos los
escogidos de Israel, hcuia treinta
mil«.
8 Y levantóse David, y fué con todo
el pueblo que tenia consigo de Baal de
Judá, para hacer pasar de «lU él arca de
Dios sobro la cual era invocado el nom-
bro de JehovA de los i^ércitosy que mora
en ella entre los querubines.
8 Y pusieron el aroa de Dioe aobro un
carro nuevo, y Uevánnla de la casa de
Abinadab que atiaba en Qabaa : y Una
y Ahio, hijos de Abinadab, guiaban el
oarro nuevo.
4 Y cuando lo llevaben de la easa de
Abinadab, que estaba en Oabaa con el
aroa de Diosb, Ahio iba deiaate áA
6 Y David y toda la casa de Israel dan-
zaban ddante de JehovA con toda suerte
de inalrtmuHtoa de madera de haya, con
harpas, salterios, adufres, flautas, y dm-
baloe.
O Y cuando llegaren A la era de Na-
chón c, Uzaa extendió ta mano al área
de Dios, y tüvola', porque loa bueyes
daban sacudidas.
7 Y el furor de Jehová se encendió oon-
tra Uzza, é hiriólo allí Dios poraqueUa
temeridad, y cayó allí muerto Junto al
ana de Dios.
8 Y entrtstedóae David por haber he-
rido JéhovA A Uzza : y ftaé llamado aqwl
lugar Perez-Uzsa I hasta hoy.
9 Y temiendo David A JdiovA aqoa
dia, dije: ¿ Como ha de venir A mí ^
aroa de JehovA?
10 No quiso pues David traer A si el
aroa de JehovA A la ciudad de David;
mas llevóla David A casa de Obed'cdom
Gethéo.
11 ^ Y cetuvo d área de JcbovA ta
a.€LlML
H. SAKUIBE.» Tlt
A. o. IMt.
i
I
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^
ÍPr. 14,18.
|h.l9.M.
•iLtt,tii
vMLU,
eaaa dé OMd<«dam GcA^o tici m— e*;
7 bendtio JehoT& á Obed-adom y 4 toda
n cus.
U Yfbé dado avtoo al tot David dld-
endo : Jehová ha bendeeMo la oan ét
Obcd-«doni» y todo lo que tiene, A cauaa
dd tiea de Dios. Entonces David iiié,
y tn^o el aroa de Dios de oasa de Obed-
edom i la dudad de David oon alegría.
IS Y. como hM que llevaban • el arca die
BkM liaMan andado seis pasos, sacrlfica-
bsn un buey y va camero grueso.
14 T David saltaba con toda su ftierxa
delante de JehovA ; y tenia vestido Da-
vid un ephod de Uno/.
15 Así David y toda la casa de Isrtel
llevaban el arca de Jetaovi con JdUlo y
sonido de trompeta g.
16 Y como el arca de ^íAutvh Yieai á
la dudad de David, aconledó que Mi*
cba), hija de Saúl, miró desde una ven-
tana, j vló al rey David que saltaba eon
toda su fuerza delante de Jehová: y
menospreciólo en su corazón.
17 Metferon pues el arca de Jéhov&, y
pusiéronla en su lui^ar en medio de una
tienda oue David le habla tendido A ; y
■aerificó David holocaustos y paclfieos
delante de Jehová •'.
18 Y como David liubo aeabado de
ofrecer los holocaustos y pooMoos, ben-
dijo al pueblo en el nombre de Jehová
delosejáreitosK
19 Yrepartió á todo el pueblo, y á toda
la multitiid de laiuel, oaf á hombres co-
mo 4 mujeies, á cada uno una torta de
pan, y un pedaso de carne, y un flrasco
d* síño. Y tóete todo el pueblo cada uno
ásneaaa.
>0 5 Volvió luego David para bendeeir
«a casa; v saliendo Michal á recibir á
David, dijo : Ouan honrado ha sido hoy
ai icy de Israel I desnudándose h(9 de-
bate de las Orladas de sus siervas, como
le demudara un Juglar !
21 Entonces Dsni reimondió á Mi-
ehal: Delante de Jehová, que me eli-
giÓM mas bien que á tu padre, y á toda
(tt casa, maxi^ndome que fílese prín-
cipe sobre el pueblo de Jehová, sobre
ItneL Danzué pues delante de Je-
hovA,
SS Y aun me haré mas vil que esta
*»> y leré bi^o & mis propios ojm : y
delante de las criadas que d^iste, de-
lante de ellas seiiS honrado.
n Y Michali hija de Saúl, nunca tuvo
Mjoa hasta el dia de su muerte.
CAPITULO VII.
OuU Mnfa tdifiear un templo át Bator:
«pnOak ífalhan aU pm$anmUo: ptro
H itélara por arden de ¿Xof yue «iaba rt-
lenaiaílktitmHoná un hijo «uuo. David
^ traeta» á Dtoo por toe hmujMia not-
Y ACONTECIÓ, que estando y« el
rey asentado en su casa*, después
KJdiov& le babia dado reposo de to-
*tu enemigos en derredor o,
> IH}o el rey al profeta Nathan ; Mira
■llora, yo moro en edffidos de cedro «, y
•1 vasa, de Dios está entre cortinas^.
8 T Nathan dyo al rey: Anda, y hia
todo lo que está en tu ooraaon, que Je-
<»*á«t contigo.
4 T scontedó aquella noche, que toé
palabra de Jehová á Nathan diciendo :
8 Té, y di á mi niervo David : Así ha
wcho Jehová : ¿ Td me has de ediflc»r
«••a en que yo more « ?
<Olertamente no he habitado en casas
i"Ma el dia que saqué á los hijos de Is'.
2^ de Egipto hasta hoy, sino que ait-
"¡J^en tienda y en tabernáculo.
' Y en todo cuanto he andado/ eon
todos los MJes de ísf«et, ¿he hablado
palabra en alguna de. las tribus de Is-
iMl, 4 quien haya mandado que apaci-
ente mi pueblo de Israel, para dedr.
Por qué no me habela edificado casa de
cedros?
8 Ahon pues, dliféa así á mi siervo
David : Asi ha dicho Jehová de los ejér-
eHesT To M tomé de la majada, de de-
tras de las ovf^asy, para que fbeses prín-
dpe Rob«e mi pueblo, sobre Israel :
9 T he sido contigo en todo cuanto has
«idado A ; y delante de tí he talado to-
dos tus enemigos', y te he hecho nom-
bre grande^ como el' nombre de los gran-
des que «on en la tierrii.
10 Ademas- yo fijaré lugar & mi nueblo
Israel, y lo idantaré *, para que nabite
en su lu^ar y nunca nuw sea removido,
ni los iniquos le aflijan mas, como antes,
11 Desde el dia que puse Jueces sobre
mi pueblo Israel. Y yo te daré des-
canse de todos tus enemigos. Asimismo
Jehová te hace saber, que él te quiere
hacer oasn'.
19 Y cuando tus dlaa foeren cumplidos,
y durmieres con tus padres, yo estable-
ces^ tu simiente después de ti m, la cual
procederá de tus entraliaa, y aseguraré
su'rdno.
18 El edifieatá casa á mi nombre, y
yo afirmaré para dempi« el trono^ sú
reino*.
14 To Lt RKK A IL FADItB, V él me
será á mí hijo*. Y si él hidere mal, yo
lo caaftlgaré oon vara de hombres, y oon
aiotes de h^os de hombres ;
15 Empero mi misericordia no se apar-
tará de él;>, como la aparté de Saúl, al
eual quité de delante de tí.
10 y será afirmada tu casa y tu rdno
para siempre delante de tu rostro ; y tu
trono será estable etemalmentey.
17 Oonfbrme á todas estas palabras, y
oonfbrme á toda esta visión, así hablo
Nathan á David.
18 ^ Y entré el rey David, y ptlsose
delante de Jehová, y dijo: Sefior Je-
hová, ¿quien tony yo, y qué es ral casa,
pera que td me tnigHs*ha8te aquí r ?
19 Y aun te ha parecido poco esto,
Seflor Jehová, pues que también has
hablado de la casa de tu siervo en lo
Eor venir. ¿ Es ese el modo de obrar del
ombre, Séfior Jehová ?
SO ¿Y qué mas puede afladir David
hablando contigo ? Ttf pues conoces tu
siervo, Sefior Jehová.
91 Todas estas grandezas has obrado
por tu palabra », y confiírme á tu cora-
zón, haciéndolas saber á tu siervo.
99 Por tonto td te has engrandecido,
J^ová Dios, por cuanto no hay otro co-
mQ ttf, ni hay Dios fuera de tí«, con-
fiarme á todo lo que hemos oido con
nuestros oídos.
98 ¿ Y quien como tu pueblo, como Is-
rad, en la tierra « ? una gente por amor
de la cual Dios fuese á redimírsela por
pddilo, y le pusiese nombre, é hiciese
por vosotros, oh leraél, grandes y espan-
tosas obras en tu tierra, por amor de tu
pueblo, oh IHo», que tü redimiste de E-
glpto, de lás gentes, y de sus dioses ?
94 Porque ra te has confirmado á tu
pueblo Israel ' por pueblo tuyo para d-
empre : y ttf, oh Jehová, fuiste á ellos
por Dios. ,
25 Ahora pues, Jehová Dios, la pala-
bra que has hablado sobre tu siervo, y
sobre su casa, despiértela para siempre,
y haz confi>bne á lo que has dicho.
90 Que sea enmndeddo tu nombre
para dempre, y dígase : Jehová de los
ejérdtos es Dioa sobre Israel: y que la
VI Sa. 16. 11,
12.
8«L 78. 70,
79.
k Cap. fi. 10.
1 Bs. 1& 14.
i Sal 18. 87,
42.
I Sal. 44. 2.
Jar. 24. 6.
i I Bey. 11.
88.
■llley.8.2P.
Bal. 132. 11,
12.
" 1 Bey. 6. ¡í.
lCr.n.10.
• Sal. 8». SO,
»7.
Heb.L&
P I Bey. 11.
13.34.
9 Ssl. 46. 6.
Juan 12. 84.
Heb. 1. 8.
•-GeB.82.10.
« Sal. 13S. 2.
Es. 86. 22,
3X
t Den. 3. 24.
ISa.2.2.
Ib. 45. 6. 18,
22.
« Dro< 4. 7,
82.
y 88. 29.
•I)ea.l6.I8.
n. auTOBu Tm, o.
A.&c>r.lM
CAPITULO VIII.
^m.14.
lOr.M.11.
POm. 37.99.
Ka. 34.18.
AgsLiaLtf.
DESPUÉS ^ Oto
IDmd UM & lo»
délo»]
g^Hiriáti iliriii á
y
kN
. de
Urtóá
Souiy
iut> cilio
«YtonéOtníd .
deAeakaIlo,7T<
de ¿ Bié : j dc^|KÍcl¿ Dbvü te
4i¿ todo* Im caBiMy cMc^to '
de cUm qae dq^.
5 Y Tintavon la» Sinm de i^f^iir A
dar ajToda á Hadad-enr, ny de Soba, y
David Udó de lOT Sin» vetarte j dosina
bombns.
0 PoM hM9» Dnrfd gaanidoa oi Si.
lia la de Dnoaico, v ínenm ka Sóm
rierroa da^vid mjetaa fc txibnto. T
JdaavA naid^ & Inrid donde onicia
qoefbé^ ^
7 Y tomó David loa etendot de oro qae
traian loa aicrvoa de Hadad-caer, y Ue.
TÓloa á JenmlcoB.
8 Aaímismo de Beta, y de Bctoth,
cindadea de Hadad-«aer, tomiS el n^
David jpaa copia de oietaL
9 5 JBnUSoces oyendo Toi, rey de Ha-
math, que David habla herido todo el
ejército de Hadad-ezer,
10 Envió Tol A Jorun sa hjjo al rey
David, A Müadarlo pacificamente y A
bandecMo, potiiae haUa pelaailo con
Hadad-eser, y lo haUa vencido ; porgue
Toi era eoee^go de Hadad-ezer. Y Jo-
rom UevatM en au mano vaioa de plata»
y vaeoe de ero, y de metal :
11 Loe coalea el rey David dedicó A
JriiovA', con la plata y el oro que tanta
dedicado de todas la* nacionet que habla
■onicUdo:
19 De loe Staoe, de loe Moobitas, de
loe Amnionitas, de los Phllistéo*. de los
Amaleeitae, y del dcspoio de Hadad-
ezet, hilo de Rehob, rey de Soba.
18 Y Y ganó David Cima cnanda vol-
viendo de la niu de loe Sirca, kiri6
din y oobo mil hombrtt en el valle de
Usal/.
U Y poso guarnición en Zdom, por
toda Edom miso giuurnlcion; y toaos
loe Idum^oe fueron eiervoe de Davidy.
Y JehovA guardó A David por donde
quiera que ftió*.
IS ^ Y reinó David sobre todo Israel ;
y hacia David derecho y Justicia A todo
su pueblo.
10 Y Joab, hijo da 8arv|a, era gtntrat
CAPITCIjO IX.
4BaidMeBcliC7leéHo: ¿Ta
i? TSamopoBdióalieT: Hiaqai
'deAnñel,
5 T envió d v^ Dsvid, y tamóio de
de Madlr. hQe de Ancl,de Lo-
Idíade Jo-
. A David, pMtrdie
Tdi-
«Y
, hija de
■ netnó
David
Hóaqoita
7 Y díjole David: N<
ponqneyo A la vodad haré
seffcmdia pee amor de Jonadwn tn pa-
dse, y le haré volver todas laa tierras de
Sanl ta padre; y td ouiuetás siempre
panAmimcaa.
8 Y él incUnandoae dijo: ¿Quien a
tn siervo, pata qne mires A ma peno
muerto' csomo yo soy f
9 EntÓDces él r^ llamó A SIba. der-
vDdeSanl, ydíjole: Todo lo qae fué de
Saúl, y de toda su caea, yo lo he dado al
hijo de tu se&or/.
10 Td pues le lafavaiés las tienw, tú
eon tos hüos, y tus siervos, y cncerraris
Imjrmk», pan que el hQo de tu señor
tenga con que mantenerse» Y Mepfai-
boaeUi, el hijo de tn eeftor, oomerá si-
empre pan A mi mesa. Y tenia Slba
quince h^jos, y veinte sierros^.
11 Y respondió Siba al rey : Confbrme
A todo lo que ha mandado mi seAor el
Br A en uenro, as£ lo harA tn siervo,
ephi-boseth, dijo d rey, oonusA A mi
mesa como uno de loe h^oe del rev.
19 Y tenia Mephi-boeeth un húo pe-
qpiefio,queselbunaba MiehAA. Y toda
la Cunilia de U casa de Siba eran siervos
de Mephi-boeeth.
18 Y moraba Mephi.boseth en Jcaro-
aalem, poique comía siempre A la mesa
del rey <: y era cojo de ambos piée.
CAPITULO X.
JRmWomIs IkítM emb^adorm á Btanm, reg
de lof AtumomÜM, para wwtorb dt U
«MMTte d» w padre, U pinua ftm tom •>-
Via», y dmpdduilM vmrgotuMametUe. Jkttid
Im kaee áurra, y lof vne« « deibarato á
«Bm y ir lo* A'nw, {ttioMe MiVm vM&lo M
wayiMla.
DESPUÉS de esto acontado, que
murió ri rey de los h^os de Am-
mon, y reinó en lugar sayo Himun so
hUo.
9 Y dijo David : Yo haré miserieordU
con Hráun, h\}o de Naas, como so pa-
iQv}.V.
«Ciíill
fC^kV
ilOí.i
iSBíj.
».
&cir.lOB7.
ILSAXÜKL, XL
A.<Ldtt.tm.
n <«iiimlgu« Y €uvló Dbtm im
cwMohno par •« padn. M«a
o» üCTTiM d* DBTid á la tiena
k».i
tLsiaoL
i. 21.
Iha.!!.
<ici.mi
dielahlio
■iertmá
OegidHlaa..
dfeWliQosda
8 Los piínelpai da loa l^Joa da Am-
mon di^enn A Hanim su wfior : i T«
IHnoe que por homar David A tu padre
te ha enTiado eonaoladoret ? ¿ No ha
coTiado David tus ■iw^ue A ti por re-
oonocer é iaqiaccloiiai la dndad para
deMraiila?
4 Bnttkwes Hannn tomó loa dervtia da
David, y npdlea la mitad da la barba, j
cort^ kM vaatldoa por la mitad haata
la« nalgas, j • deapachóloa.
A Lo enal como toó hacho aabar A Da-
vid, en^ A encontnudaa, poraue dios
ataban en extremo avatgÍBiuaaoa ; y al
Kj hizo declF{e« : Eataoa an Jarico hasta
que os vnaira A nacer la barba, y en-
tdaces regiresaiéta.
8 T viendo los hiioa de Ammon que
K habían hecho ooioaosb A David, en-
viaron los hyoa de Ammon, y tomaron
4 sDddo A los Siroa de la oasa de Rehob,
7 4 los Siros da Soba, Aosta veinte mil
bonabres de A pié ; y del rey de Maaoa
mil hombres, y da Is-tob dooe mil hom-
bues.
7 Lo cnal eomo oyó David, envió A
Joab con todo al <)éíaito de loa valien-
tes.
8 Y ndiendo loa h^ da Ammon,
ordenaron sus escuadrones A la entrada
de la puerta; mas los Slros de Soba, y
de Rd»b, y de Is-tob, y da Maaoa,
orátMTM de por sí en el campo.
9 \^endo pues Joab que habla aacua-
dxones delante y detras de él, entresacó
de todos los eseooldos de Israel, y pdsose
en orden contra los Slros.
10 Entregó luego lo que quedó del
pueblo en mano & Abisal su iiermano,
y plisólo en orden para anoonttw A los
Ainmonltas.
11 Y d^jo: Si los Slros me ftieren
raperiores, tii me avudaria: y si los
MJoa de Ammon ptimeren mas que td,
yo te dase ayuda.
18 JBsfnénate, y eaforoémonoa por
nuestro pueblo, y por las ciudades de
ancatro iNost y haga JéhovA lo que
bien le pareciere «.
13 Y acercóaa Joab, y el pueblo que
con él Mfoóa, para pelear con los Siros ;
aas dios huyeron delante de él.
14 Entóneos los hijos de Ammon,
liando que los Slros hablan huido, hu-
jen» también éüi» delante de Abiáai, y
(adironse en la ciudad. Y volvió Joab
de los h^oa de Ammon, y vínoaa A Ja-
nualem.
15 5 Mas viendo los Siros que hablan
caldo delante de Israel, tomúronaa A
juntar:
16 Y envió Hadad-eur, y saeó los
Siros qoc uiabam de la otra parte del
rio, los cuales vinieron A Helam llevan-
do pwjeft A Sobaoh, general del «Jército
, 17 Y como filé dado aviso A David,
jantó A todo Isnd, y pasando d Jor-
<i*n Tino A Helam : y los Slros se puai-
cnai en óndan contra David, y pelearon
con él.
18 Mas los Siroa hiñeron ddante de
laael: é hirió David de loa Siros U
ffiate di seteoientoa carros, y cuarenta
mil hombres de A caballo : hirió tam-
Ite 4 Sobaoh, gemaral del aMreito, y
BMUtió allírf.
18 Viendo pue» todoa los reyes que
•iittian A Hadad-eser oomo haUan eflos
ddo derrotados delante de Israel, hiol-
pas con Israel, y sirvléroolís i y de
aBf adalanie tanlaran loa
rar A lea h^oa da Ammoei«.
CAPITULO XI.
ááMtrlo de Awtf mm Jaft ritita
marido Vrüt k«« Dmwiá wmir
•■Mf*. PoMdM Im dios éd
jnaWdwM
Y ACONTECIÓ A te vualta da u
aflo, en tA tiempo que salen lea va-
yoa d Ja narra, que David envió A Joab
y A sus ñervos oon él, y A todo Israel*,
y destruyeron A los Ammonltas, y pusi-
eron cerco A Rabba : mas David sequedó
en Jeruaalcm.
8 5 Y acaeció oue levantándose David
de su cama A la ñora da la tarde» paaa>.
Abase por el terrado de la casa raal,
cuando vio desde ri terrado una mt^ar
que se estaba lavandok, la oual en muy
hermosa.
8 Y envió David A preguntar por aqua»
lia mujer ; y dljéronle : Aquella ea Bath-
sbeba, hija de BBam, mujw de Uria
Heth¿c.
4 Yenvió David mensajarca, v tomóla:
y asi oue hubo entrado A él, el durmió
oon ella 4. Purificóae luego ella de su
inmundicia, y se volvió A su oaaa.
6 Y conoihió la mujer, v enviólo A
hacer saber A David dudendo: Yo taio¡f
embarazada.
8 Entónoea David envió A decir A
Joab: Enviame A Uifa Hethéo. Y en-
viólo Joab A David.
7 Y oomo Uria vino A él, preguntóle
David por la salud de Joab, y por la
salud del pueblo, y aalmismo de la
guerra.
8 Después dijo David A Uria: Des-
ciende A tu casa, y lava tus pies*. Y
saliendo Uria de casa del rey, vino tras
de él comida real.
O Mas Uria durmió A la puerta de
la casa del rey con todos los siervos de
su sefior, y no descendió A su casa.
10 E hicieron saber esto A David di-
ciendo: Uria no ha descendido A su
casa. Y d^o David A Uiia: ¿ No haa
venido de camino ? ¿ Por qué púas no
descendiste A tu casa ?
11 Y Uria rttipondió A David > El
arca/, é Israel y JndA están debajo da
tiendas ; y mi seOor Joab, y loa siervoa
de mi señor sobre la haiz del campo:
i y habla yo de entrar en mi casa para
comer y beber, y A dormir oon mi mu-
jer? Por vida tuya, y por vida de tu
alma, que yo no húe tal cosa.
18 Y David dijo A Uria : EstAte aquí
aun hoy, y mañana te despacharé. Y
quedóse Una en Jerusalem aquel dia,
y el silente.
13 Y^David lo convidó, é hliole comer
y beber delante de si,, hasta «mbriagarlo.
Y él salió A la tarde A dormir en su
cama con los siervos de su se&ort mas
no descendió A su casa.
14 Venida la mañana, aaeribió David
A Joab una carta, la cual envió por
mano de Uria.
16 Y eacilbló en la carta didcndo:
Poned A Uria delante de la ibena de la
batalla, y desamparadle para que aaa
herido, y mueca g.
18 Así filé que cuando Joab oeroó la
dudad, puso A Uria en d lugar donde
sabia que estaban loa mas valientaa
hombres.
17 Y saliendo luego los de la dudad,
pelearon con Joab, y cayeron aigunot
del pueblo de loa siervos de David t y
muñó también Uria Hethéo.
18 Entonces envió Joab, é hizo saber
A David todoa loa negodos de la guwia.
•BaLlS.»,
«ICr.aOil.
Jasa. 8. W.
» Job 81.1.
Pro.6.SS.
«Oap.&a.<u
ilBaLLL
Baap.LM.
tí.
•aaa.l&4.
/Oapi7.9.ft.
ffCsf^ia».
didal primlor^ND ubUU
u JuiKpS tHtolaSrndilik
»ld «B jna BU» ODntn wdiÍ
■ il q» ut hlB •■ dl0B d> memr
I T qm a drta laan !• «idi
r.!"í£s,':
l« H«hto tviMi roHi « rniiiv.
Jl IH dÜíO jJwTt: H< •qWTD
Inri. « kijg gu u t» dkÍío mv
1> •[Y NHtim (t TslTlí 1 n ci
■' " il£S¡m tu Uimi : i Qsí u
ÍSS'ijsl»™C"™" ''
U.aA]fUBL»XIIL
A. a dr. ion.
tCt.3).l.
.S.9.
cKbca, la cual p«ába un talento de
oro, y tmi» piedru pneioeai, 5 flié
punta «obre la cabeza de David : y trej»
may gnnde deqiqie da laoiitded.
ai üeoó ademes el paablo qae e$lab»
en día. y pdtolo deb^o de tlecras, de
txíllw oe Ubro, y de hachas de hicRo ;
é Mieloe pasar por homoe de ladrillos :
T lo mismo hizo á todas las ciudades de
Iss l^joa de Animen'. VolriiSse luego
DsTid con todo el pueblo á Jerasalem.
CAPITULO XIII.
i1— oe, primtogémito é» jDtovtf, tomé» imeuto
ttmmkm ■ano Tkammr, y da§pmm la tdut
fiuf tk m eank. ^Uwionh «• mmomb «b
m Wauíea, wuUa 4 «w Wnono Ámmom, y
m hmf§ dd retno,
Y ACONTECIÓ después de estanque
teniendo Absalom, h^Jo de David,
ana hennana hermosa que se llamaba
Thamara, enamoróse de ella Amnon,
hijo de David.
8 Y estaba Amnon angustiado, hasta
enfermar por Thamar su nermona : por»
qae por ser día virgen, peieeia á Am-
non qoe seria cosa diliottltosa haoerle
algo.
a T Amnon tenia un amigo, que se
llamaba Jonadab, h^o de Sunea, her*
mano de David : y exa Jonadab homlne
muy astuto.
4 Y eite le dijo : Hijo del rejr, i pe*
qnj de dia en dia vas así ennagueet-
endo? ¿ No me lo descubriros á nU ? Y
Amnon le xcspondió: Yo amo & Thamar
la hennana de Abaalom mi hermano.
& Y Jonadab le d^o : Acuéstale en tu
cama, y finge que estas enfÍBrmo$ y cu-
ando tu paiue viniese á visitarte, dlle :
Ruégate que venga mi hermana Tha-
mar, para que me conforte con aigvna
oomua, y aderece delante de mi alguna
vianda, para que viendo yo la coma de
tamaño.
6 Acostase pues Amnon, y finsió que
eitsba enfermo, v vino el rey & visitarlo.
Y dijo Amatm al rey : Yo te ruego que
vanga mi hennana Thamar, y haga de-
lante de mi dos hojuelas que coma yo de
>Q<i-».ii
a.
J«.17.
7 Y David envió á Thamar á su
didendo: Vé ahora á casa de
ta hemiano, y hazle de comer.
8 Y fné Thamar 4 casa de su bemiaao
Aninon,d cual estaba acostado ; v tomó
haina, y amasó é hizo hoifuelaa delante
de él, y aderezólas.
9 Taino luego la sartén, y sacólas de-
lante de él ; mas él no quúo comer. Y
dijo Amnon: Echad Aien de aqui&to-
dot. 7 todos se salieron de alli.
10 Entonces Amnon d^o á Thamar :
Trae la comida á la alcoba, para que
JO eoma de tu mano. Y tomando Toa-
Bar las hijuelas que habla aderezado,
Oerélas i su hermano Amnon á la al-
coba.
U Y oomo ella se las puso delante paim
one comiese, él trabó de ella didendole :
VaaJhennana mia, acuéstate oonmiso b.
li EUa entonces le respondió : No, ner-
nsnomto,!» mehagaaftierzai porque
H> fe ha de hacer ni en Isiaef*: No
kapn tal deaacierto.
IB Pocmie ¿donde Iria yo oon mi des-
honra ? Y aun tü serias ettimaio oomo
^uo de los perversos en Israel. Ruégete
pnea ahora que habiea al rn, que no me
naiaiiáti.
U Mu A no la quiso oir; antes pu-
dlsnde maa que día la forxó, y echóse
OQueUa.
U Abotrsddla luego Amnon de tan
Snnde aboreeimlento, que él odió oon
V» la abonado Alé mayor qa» d amor
oen qoe la hahte amado. Yd^olo Am*
non : Levántate, y vete.
10 Y día le leapondld: No es xazon.
Mayor mal ea esta de echarme que d
que me has hecho. Mas él no la quiso
oir:
17 Antes llamando su criado mu la
servia, d^ote: Échame eata allá Men,
y tras ella cierra la puerta.
18 Y tenia día aobre sí una ropa da
colores^, traga que las hijas vinines
de loa reyes vestían*. Echóla pues mera
su criado, y cerró la pueica tras día.
19 Entonces Thamar tomó ceniza, y
Mpardóia sobra su cabeza/, y rasgó la
ropa de colores de que estaba veailda,
y puestas sus manos sobre su cabezas
fume critando.
SO Y d^ole su hermano Absdom :
¿ Ha estado oontigo tu hermano Am-
non ? Pues calla ahora, hermana mlat
tu hermano es, no pongas tu ooraaon
en este negocio. Y quedóse Thamar
desconsolada en eaaa de Absalom su
hermano.
gl Y luego que ti ttj Davti ajó todo
esto, fué muy eactlado.
22 Mas Absalom no habló 00a Amnoa
ni malo ni buenoA, faicn qae Absalom
aboraeda k* Amnon, pasque habla Av-
iado & Thamar su hañaana.
88 5 Y aoonteeló paaados dos aikos,
que Absalom tenia esq|uUadorca* en Ba-
al-haaor, que «i<d Junto á Ephraim: y
convidó Abealom i todos loa b^yn del
rey.
S4 Y vino Abaalom al rey, y dQoIe:
Hé aqui, tu aiervo ttene ahora eaqaila-
dores: yo ruego que venga «1 rey y sus
siervos con tu siervo.
85 Y respondió el rey á Absalom : No,
14)o mío, no vamos todos, porque no te
hornos costa. Y aunque porfió oon él,
no quiso ir, mas bendijolo.
86 Entonces dijo Absalom : 81 no,
ruégete que venga con nosotros Am-
non mi hermano. Y d icy le respondió:
¿ Para qué ha de ir oontigo ?
87 Y oomo Absalom lo importunase,
ddó ir con él A Amnon y á todos los
14>osddrey.
88 Y haMa Absalom dado óiden á sus
criados didendo : Ahora bien, mirad cn>
ando d corazón de Amnon estará deare
dd viBM>< ; y en didendooa yo, Herid á
Anuion, entonces metadle, y no temáis,
que yo os lo he mandado. Eaibrsaoe
puea, y sed valientes.
88 Y los criados de Absalom hideron
con Amnon como Absdom lo haUa
mandado. Levantáronse luwo todos los
h^oe dd rey, y subiexon , todos en sus
mulos, y huyoton.
80 Y estando aun dios en d camino,
llegó á David el rumor que deda : Ab-
salom ha muerto á todos los hUae dd
rey, que ninguno de ellos ha quedado.
81 Entonces levantándose David, rasgó
sus vestidos <*, y echóse en tierra s j to«
dos sus criados, rasgados aua vestidos»
estaban delante.
88 Y Jonadab», hijo de ffimea, her-
mano de David, haUÓ y d^o : No diga
mi aefior que han muerto á todos los
Jóvenes h^oe dd sqr, que solo Amnon
es mnegtto ; porque en boca de Abealom
estaba puesto desde d dia que Amnon
forzó á Thamar su hermana.
83 Por tanto ahccano ponga mi seAoc
el r^ en su cansón cas vos que diee.
Todos los UJos del rey son muertos:
porque solo Amnnn es muerto:
84 Absdom huyó • luego. Entre tanto
alzando sus ai|os d mozo qoe estaba en
atalaya, miró, y hé aqui nwoho pueblo
4 Osa. 87-3.
MsSb&iO.
•Bd.tf.U.
li.
/üsp. 1. 8.
Jos. 7.6.
Job 8. 18.
9 Jer. 8. 87.
AOsa-SUD.
yaL8C
< Lev. 18. 17,
18.
*Oea.88.IS.
U.
a 8a. 81.88.
lalLlO.
•Oap.!.!!.
•vsr.S.
•ver. 88.
A.aiOBO.
ILSAICUBL, HY.
»ChtiS.S.
«Cap.is.1,
ete.
4G«B.97.1S.
18a. 25.34.
• Cap. S. 28.
lBa7.2.8S.
/Kn.8ft.l9.
«18». 14. 45.
Jar. 4. 8.
AQMklS.87,
<JobS4.U.
8BLW.8,
10.
Beb. ». 97.
ff)'f«Bia A wmtpaMM por d eamliie
bácia el monte.
«5 Y di|o Jonadnb al rey: H« aUÍ loe
h^ot deTxay que Tienen; es puM ad
ooino tu aterro ha dioho.
88 T como él acabó de hablar, há aquí
k» h^ del rey ({oe vinieron, y altando
tu vos lloranm. Y también el miimo
rey y todos nu alcm» Uomon con muy
gwñdet lamento».
9t 5 Mas Abtalom huyó, y fuéw á
Talmai, hi)o de Amind, icy de Ovmnup.
T Da»U lloraba por tu hlio todo» los
dias.
88 T detpnc» que Absaknn huyó, y te
ftié & Gessor, estovo allá tves a&o».
80 Y d rey David deseó ver á Absa-
lom : porque ya estaba consolado acensa
de Atñnon, qn« era muerto.
CAPITULO XIV.
Joalb em bi agltuia ifa «nm mviftr át Tteoa
ptt$made al r<y ftw Ahmlom §ta perdonado.
iPor la Mmreuüm dd mdmito Joab Mira ai
rey, détpnat de kabmr miado do» oíias m /•-
nuaitmHn verle.
Y CONOCIENDO Joab, hijo de Ser-
via, que el ootaztm del rey estaba
por Abialom*,
9 Envió Joab 4 Teeoak, y tomó de
allá «na mq|er astuta, y dfjole : Yo te
nie|p> que te enlutes, y te vistas de
repes de luto, y no te ui^as con óleo,
antes sé como una mujer que ha mucho
tiempo que trae luto por iuf(u» muerto ;
8 Y entrando al r^, habla con él de
esta manera. Y puso Joab las palabras
en su boca.
4 Entró pues aquella mniet de Teooa
al rey, y postrándose en tierra sobre su
rostro Üzo reverenda, y di^o : Oh rey,
salva.
6 Y al rey le d^o: Qué tienes ? Y ella
respondió : Yo á la verdad «¡y una mu-
jer viuda, y mi marido e» muerto e.
9 Y tu sierra tenia dos hijos, y los
dos rifieron en el campo ¡ y no habiendo
quien los despartiese, hirió d uno al
otro, y matólo.
7 Y bé aquí toda la parentela se ha
levantado contra tu sicrva, diciendo:
Entrega al que mató á su hermano,
para que le hagamos morir por la vida
de su nermano á quien A mató; y qui-
temos también el hereden. Así apaga-
rán el ascua que me ha quedado, no
deiando á mi marido nombre ni rdl-
quia sobre la tierra.
8 Entonces el rey dijo á la m^Jer:
Vete á tu casa, que yo mandaré acerca
de tí.
9 Y la mv^cr de Teeoa dijo al rey :
Rey sefW>r mío, la maldad sea sobre
mí', y sobre la casa de mi padre; mas
el rñr y su trono sin culpa'.
10 Y él rey d^o : Al que hablare con-
tra tí, traélo A mí, que no te tocará
mas.
11 DUo ella entonces: Ruégote, oh
rey, que te acuerde» de Jehová tu Dios,
que no di^ á lo» cercano» de la san-
gre/ aumentar el dallo con destruir á
mi hijo. Y él respondió : Vive Jehová,
£e no caerá ni un cabello de la cabeía
tu hijo en tierra^.
19 Y la mvia dlJo; Ruégote que
hable tu criada una palabra á mi aAm
ti rey. Y él d^o : Habla.
18 Entonces la mqjer dijo : ¿ Por qué
pues piensas td otro tanto contra el
pueblo de Dio» ? que hablando el rey
esta palabra t$ como culpado; por cuan-
to el rey no hace volver á su nigitlvoA.
14 Porque de cierto morimos*, y »imio$
como aguas derramadas por tima, que
no pneaen volver á rccogecie : ni iHos
quiu lutgo la Tida, sino que aiUtia
medio para que su desviado no sea de
él CBcluido.
15 Y que yo he venido áhoim pan
decir esto al rey mi sefior, «f porque
el pueblo me ha puesto miedo. Mas tu
sierra dUo pora «i; Baldaré ahora al
rey; qnua él hará lo que su stcrva
diga.
18 Pnce el rey otaá para librar á so
sierra de mano del hombre que me fw-
ere raer á mí, y á mi l4jo Juntamente,
de la heredad de Dio».
17 Tu sierva pue» diee : Que sea ahora
la respuesta de mi seftar d rey pera
descanso; pues que mi seftor el vqr es
como un ángd de Dics^ para escuchar
lo baeno y lo malo. AJií Jdiová ta
Dios sea contigo.
18 Entonces el rey respondió, y ^Jo
á la mi^er: Yo te ru^go que no me
encubras nada de lo que yo te pregun-
tare. Y la mi^er dijo : Hable mi seAor
el rey.
1» Y d rqr dijo: ¿ No ha ddo la
mano de Joab eontigo en todas otas
cosas? Y la mujer respondió y d^i
Vive tu afana, rey seBor mi», que no
hav que apartarse á derecha id á iiqai-
enia de todo lo que nd seftor el rev
ha hablado: parque tu siervo Joab, Á
me mandó, y él puso en boca de ta
sierva todas estas palabras.
90 Y que yo trocara la fiwma de las
palabras, Joab tu siervo lo ha hecho.
Mas mi seftor es sabio conforme á la
sabiduría de un ángel de Dio», para
conocer lo que se haet en la tierra.
91 Ent<kices el tm dijo á Joab: Hé
aquí yo hago esto. Vé, y has volver al
moco AbsaTom.
99 Y Joab se postró en tierra sobre su
rostro, é hico reverencia, y después que
bendijo al rey, dijo : Hoy ha entendido
tu siervo que he hallado gracia en tus
oíos, rey snkw mió ; pues que ha hecho
« rey lo que su dervo ha dicfao.
98 Levantóse luego Joab, y ftié á 6cs
sur, y volvió á Absalom á Jemaalem.
94 Mas el rey d^o : Vayase á su casa,
V no vea mi rostro. Y volvióse Absa-
lom á su casa, y no vio el rostro del
rey.
95 5 T no haUa en todo Israel bom-
bre tan hermoso como Absalom, de
alabar en gran manera : desde la pta
de su pié hasta la mollera no habla
él defecto'.
96 Y cuando se cortaba d cabdlo, (lo
cual hacia al ftn de cada afto, pues le
causaba molestia, y por eso se lo coar-
taba,) pesaba d cabello de su cabeza
doscientos dolos de peso reaL
97 Ynadénmle á Absalom ties hyos«,
y una hlJa que se llamó Thamar, la cual
era hermosa de ver.
98 5 Y estuvo Absalom por espado
de dos afta» en Jenisalem, y no vio la
cara del rey •.
99 Y mandó Absalom por Joab pan
enviarlo al rey ; mas no quiso vewr á
él: ni aunque envió por segunda ves,
quiso él venir.
80 Entonces d^o á sus siervo»: Bien
sabéis las tierra» de Joab junto á mi
lugar, donde tiene sus oebiulas. Id, y
p<iadles ftiego •. Y los siervos de Absa-
lom pegaron ftiego á las tienaa.
81 Levantóse por tanto Joab, y vino á
Absalom á eu casa, y d^det ¿Por qoé
han puesto ftiego tus siervo» á ni<
tierras?
89 Y Absdom respondió á Joab: Hé
aquí, yo be enviado por tí didendegue
vinieses aeá> á fin de enviarte yo d ruy
^100.
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á qw le dUcHB : ¿ Para qné vIim de
Gemur? Mtior me (ben estar aun
all&. Vea jo ahora la eara á^ny; f
ú hagr en nn pecado, máteme.
asVioo paae Joab al rey, é hizotcio
laber. Entdncee llamó á Abtalom, él
cual Tino al rey» é inollnó in rocero A
tiexra delante d¿ rejr : y el rey beatf á
Abcalom.
CAPITULO XV.
Ábiáhim, ganadoa prtnuro Ifw átiimoa M
mmU» 0m ñmftdar ottueiA, m Inamta eem-
1ra w paán eom el reino. OyendUo Danii,
hmm de Jtnuaitm afowpeilado éá ^flretto
fáinuan»igo$.
ACONTECIÓ después de esto, oue
. Absalom se hlso de camM y cwa-
Ik», y dncaenta hombres que conissen
delante de & «.
i T levantábase Absalom de maBana,
j poníase á un lado del camino de la
pmarta, y á cualquiera que tenia pleito
7 Toaia al rey á Juiolo, Absalom lo
llamaba á sí, y decíale : i De qué eiu-
dad eres? T él respondía: Tu slenro
M de una de las tribus de Israel.
8 Entonces Absalom le decía : Mira,
tu palabras «m buenas y Justas; mas
no tienes quien te oiga por el rey.
4 T deda Absalom : { Qnioi me pusi-
em por juez en la tierra^, para que
Tinieseí a mi todos loa que tienen pleito
ó neoocio, que yo les haría justida I
5 T aoontecia que, cuando alguno se
llegaba para inclinarse á él, él eirtendia
la mano, y lo tomaba, y lo besaba.
6 Y de esta manera hada con todo
Israel que venia al rey á Juicio : y tui
robaba Absalom el corazón de los de
7 T al cabo de cuarenta alloe acon-
tedé que Absalom dijo al rey : To te
m^o me fermUat que vaya á Hebron.
á papff mi ToCo que he prometido a
8 Porque tu sierro hizo voto cuando
ertaba en Gessur e, en Siria, diciendo :
Si Jdiová me volviere á Jerusalem, yo
lerrtré á Jehová.
9 T d rey le dijo: Vé en paz. Y él
•e levantó, y se fué á Hebron.
10 Empóo envió Absalom espías por
todas las tribus de Israel, didendo:
Cnsndo oyereis el sonido da la trom-
peta, dli«s : Absalom reina en He-
bioa'.
11 Y fueron con Absalom doscientos
hombres de Jerusalem por él convida-
dos, los cuales iban en su aendUez, sin
tsberaada.
15 También envió Absalom por Achlt-
ophel GUonlta, del conM^o de David «,
á Gilo su ciudad, mientras hacia sus
ttciifidos. Y la conjnradon vino á ser
pande, pues se iba aumentando d pue-
blo con Absalom/.
13 Y Y vino el aviso á David didendo :
El corazón de todo Israel m vá tras
Absalom y.
14 Entonces David dl}o A todos sus
tierros que ettaban con él en Jerusalem :
Levantaos, y huyamos A, porque no po-
díamos esoapar delante de Absalom.
Daos priesa k partir, no sea que apie-
ioiandose él nos alcance, y arroje el
mal lobre nosotros, y hicára la ciudad
4 filo de espada.
16 Y los siervos del rey dieron al rey :
Bé aqoi, tus sierroa utan presto» á todo
lo qoe nuestro seftor el rey eligiere.
18 El rey entonces salió con toda su
familia en pos de él : y dejó el r^ diez
mi^)eies concubinas para que guardasen
b casal.
17 Salió pues el rey, con todo el pueblo
que le ssguia, y paiáronse en un lugar
«Btante.
18 Y toaos tus ilervee pasabaí á au
lado, con todos los Oeretnéos y Pheie-
théos ; y todos les Oethéos, sdadentos
hombres que hablan venido á pié desde
Geth, llMm delante del rey.
19 Y dijo d rey á Ittai Qethéo : ¿ Para
qué vienes tii también con nosotros ?
Vuélvete y quédate con d rn : poraue
td trea 9xíx¿a¡txo, y desterrado también
de tu lugar.
90 Ayer viniste, ¿y téngate de hacer
hoy que mudes lugar para ir con noso-
tros? Yo rov como voyj td vuélvete,
y haz volver a tus hermanos : en ti A«fy
miserioordla y verdad.
91 Y respondió Ittai al rey didendo :
Vive Dios, y vive mi scAor el rey, que,
ó para muerte á para vida, donde mi
señor el rey estuviere, allí estará tam-
bién tu siervo*.
99 Entónocs David dijo á Ittd: Ven
piMv, y pasa. Y pasó Ittai Gethéo, y
todos sus hombres, y toda su fiímilia.
98 Y todo d piMUo del pais lloró en
alta voz: pasó luego toda If gente d
torrente de CedronT; admismo pasó d
rey, y todo d pueblo pasó d oammo que
váaldedecto*.
94 Y hé aqui, también ite Sadoe, y
oon él, todos los Levitas que llevaban
d arca del pacte de Dios* ; y asentaron
el aroa dd pacto de Dios. Y suMó Abia-
thar después que hubo acabado de salir
de la dudad todo el pueblo.
96 Pero dUo el rey á Sadoe: Vndve
el ama de Dios á la dudad ; que d yo
haUare grada en los ojos de JdMvá,
A me volverá, y me hará ver á ella y
á su tabernáculo».
96 Y d dijere. No me Mradas : aqui
estoy, haga de mi lo qiw Uen le pare-
dere;>.
97 Dijo aun d rcv á Sadoe sacerdote :
¿ No eres td el Videntef ? Vuélvete en
paz á la dudad; y eslm oon vosotros
vuestros dos hijos, tu hijo Ahimaas, y
Jonathan, hijo de Abiathar.
98 Mirad, yo me detendré en los cam-
pos dd desierto*-, hasta que venga res-
puesta de vosotros que me dé aviso.
9» Entonces Sadoe y Abiathar volvie-
ron el arca de Dios á Jerusalem, y
estuviéronse dlá.
80 5 Y David subió la cuesta de las
olivas; y subióla llorando, llevando la
cabeza cubierta, y los pies descalzos.
TamUen todo el pueblo que tenia con-
dgo cubrió cada uno su cabeza*, y
subieron llorando ' asi como subisn.
31 Y dieron aviso á David didendo:
Achitophelw estA entre los que con-
spiraron con Absalom. Entonces d^o
David: Entontece' ahora, oh Jehová,
el conatjjo de Aohltophd jr.
89 Y como David llegó á la cumbre
de/ monte, para adorar alli á Dios, bé
aqui Hu«u Arachlta que le salió al
encuentro trayendo rota su ropa, y tier*
ra sobre su cabeza <.
88 Y d^ote David: Si pasares con-
migo, serme has de carga ;
84 Mas d volvieres á la dudad, y
dieres á Absalom: lUn, yo seré tu
siervo o ; como hasta aquí-he ddo dervo
de tu padre, asi seré ahora siervo tuyo:
entonces td me didparás d oona«;)o de
Aohitophdb.
85 ¿No ettarán álIi contigo Sadoe y
AUathar sacttdotes? Por tanto todo
lo que oyeres en casa dd rey, darás
aviM> de dio á Sadoe y á Abiathar
sacerdotes'.
86 Y hé aqui que eetan con ellos sus
tBatl.ie,
17.
Pro. 17. 17.
718.91.
iJuealS.!.
•0ap.l&9.
•Ka. 4. 18.
•BaL48.S,4.
T«8.1,2.
Is.8&9S>
'18a. 8.18.
<18a.9.9.
'■Cap.17.lS.
' Gap. 19. 4.
X6tS.lS.
Jer.14.8,4.
<8d.ia6.e.
•ver. 12.
'Job 6. 18.
7lf7l4,28.
■Cqkl.2.
•Gap. M. 19.
» Gapb ir. 6,
14.
«Ohp.l7.U.
16.
A.O.10tt.
U. SAMUJEX, XYI. ZYIL
A.&
^
•IC»Ii.l6.U,
o C«p. 9. 2.
il8a.as.18.
«Cftp.17.».
i( Cao. 19. 37.
Pío. 18. 17.
*Ckp.l9.16,
«te.
lBej.a.44,
6te.
/Sal. 109.17,
28.
Pn>.a8.3.
EcdeB. 10.
39.
■atCU,
12.
* Sz. as. as.
18a.l.U.
8aLSS.18.
ir«L4.19L
*aaiii.8.aB.
dM hQotm AhtmM» d d* 8a4o^ jr Jona-
than el a» Abiathar : por mano da Mm
me enviaiéis amm d« todo lo que oje*
87 Atí te Tino Hntai, amigo de Da<
vid<<» 4 la ciudad; y AbMlum «nCr6 en
Jerusalem.
CAPITULO XVI.
Siba, t<arM dt JTcpM-teaitk, <ij^aiiMiMto tf
tu amo mkmniotammte, gama d* DanUL
todo» (M NmM* d* Mt OtlM. filMMt MOUtof
tf DaviéL, «i eiMi¿ (obra mu «MiUMotMi om
jMK<M«<a miUmUmuIo Mr wemo át Dioa.
FMtido ^toalom <f /iniMilmi, .«aira <r Im
«OMaWiMU da «w jN»lr«. delante d§ todo «I
|NMUo,por «NM^ (k AtkOofkd.
Y GOMO DaTid pato un poco de la
cumbre del monte, hé aquí Siba*.
criado de Mephi-boMth que lo talla a
recibir oon nn par de asnee enalbar*
dados, T aobie ellos dosoientos panes,
y cien hilos de pasas, y den pones d«
A^^ seooa, y un cuero de vinob.
S Y dgo el r^ & Siba : Qué «« esto?
Y Siba respondió: Los asnos «m» para
la &nülia del icy, en que suban; los
panes y \fi pasa para los criados que
coman; y d vino vara que bdMn los
que se cansaren en d dederto*.
3 Y dijo el rey : ¿ Donde ettA d h^o
de «u seflor ? Y Siba respondió al rey :
Hé aquí él se ha quedado en Jerusalem*
porque ha dicho: Hoy me devolverá
la casa de Israd d rdna de mi padrea
4 Entonces d rey dijo i Siba: Hé
aqui, sea tuyo todo lo que tiene Mephi*
boeeth. Y respondió Siba inclinándose :
Rey scAor mió, halle yo gncia ddante
de tí.
5 5 Y vtao d rey David hasu Bahn-
rim : y hé aqui saUa uno de la familia
lie la casa a» Saúl, el oud se lUunaba
Scmei«, h^o de Gera; y salia mddi-
dendo/,
0 Y eehando piedras eent» David, y
contra todos los siervos dd rey David:
y todo el pnelito, y todos los valientes
nombres estaban á su diestra y & su
siniestra.
7 Y deda Semd maldioiendole : Sal,
sd, varón de sangres, y hombre de fielial.
8 JdiovA te ha dado el pago de toda
la sangre de la casa de Saúl, en lugar
dd cud tú has reinado: mas Jehová
ha entregado el reino en mano de tu
h^o AbMüom ¡ y hete aqui sorprendido
en tu mtldad, porque eras varón de
sangres.
9 Bntónoes Abisal, hijo de Sarvia,
dijo d rey : r Fo' qué maldice este
perro muerto 6 mi seAor d rey; ? Yo
te ruego que me ds;Jes pasar, y quita-
léle la cdMsa.
10 Y d rey respondió : ¿ Qué tengo yo
eon vosotros, hijos de Sarvia ? £1 mal-
dice así, porque JéhovA le ha dicho
que maldiga a David : ¿ milen pues le
dirá : Por qué lo haoea así?
11 Y dijo David A Abisd, v á todos
sus dervos: Hé aquí, mi hijo que ha
sdido de mis entrafias, asedia A mi
vida; ¿cnanto mas ahora un hijo de
Benjamín ? D^adle que maldiga, que
JduivA se lo ha dicho.
12 QuizA miraiA JehovA A mi aflle-
donA, y me darA JehovA bten< por sus
mddidones de lu>j.
13 Y oomo David y los suyos iban
Sr d camino, Semd iba por d lado
I monte delante de él, andando y md-
didendo, y arrojando piedras delante de
él, y esparciendo polvo.
14 Y d icy y todo el pueblo que con
él ettabOf llegaron fiuigádos, y deiotn-
^ allí.
15 5 Y Abaakim y todo el puAlo,
los varones de Israd, entraron en Je-
rusdem, y oon él AcUtopfad.
16 Acaedó luego, que como Hniai
Araohlta, amigo de David, hubo lle-
gado A Absdom, dijola Husd: Viva
el rey, viva d rey.
17 Y Absdom d^o A Husd: ¿ Eüe et
tu agradecimiento para con tu amigo?
¿ Fot qué no fuiste con tu amigo ?
18 Y Husai respondió A AbsaloB
No : Antes d que eligiere Jehov^ y
este pueblo, y todos los varones de IS'
lael. de aqnd seré yo, y eon aqnd que
daré.
19 ¿Y A quien haUa yo de servir?
¿No es A su hijo ? Oomo he inniáo
ddante de tu padre, ad seré delante
de tí.
90 n Enténoes d^o Abadon A Aetaifio-
phel « : Consoitad qué haremos.
21 Y Aohitophd dJJo A Absdom : En-
tra A las concubinas de tu padre, que
él d^ó pera guardar la casa; y todo
d pueblo de Israd oirA que le has
hecho abonedble A tu pactase, y así le
esfbctar&n las manos de todos los qne
catan contigo/.
22 Entonces pusieran una tienda i
Absalom sobre el terrado, y entró Ab-
sdom A las concubinas de su padre en
qjoe de todo Israd a».
23 Y d consejo que daba AcUtophd
en aqodlos dias, en como d coud-;
tárnn la palabra de Dios. Td en d
consto de Aehitophd asi oon David
oomo con Absdom.
CAPITULO XVIL
Por provUmuia de XMo«, Abeatom é» 4 ueg»-
do déla ffuerra eon «w podrv vn^itn d
«meefo de ¡tneai ai de AMlophU. Míe
avieo á David, por to qme paea et Jordm
eo» tiempo t vAelMophel ee oaolta. Jte*-
lo« paea tanmm ei Joréom, Tram pneir
don dDavid eue amigoe.
ENTONCES Aehitophd dijo A Absa-
lom : Yo escogeré ahon doce mil
hombres, y me levaalaré, y seguiré &
David esta noche.
2 Y daré sobie él cuando él ertart
cansado y flaco de manos*: lo atemo-
rizaré, y todo el pueblo qne «sM con
él huirA, y heriré al rey solo.
8 Ad tomaxó A todo d pueblo A tí:
y cuando ellos hubieran vudto, (pM(
aqnd hombre es el que tU qulcns,)
todo d pueblo estarA en paa.
4 Esta nxon pandó bien A Absalom
y A todos los ándanos de IsraeL
5 Y dijo Absdom : Llama también
ahora A Husd Araohlta, pan que asi-
mismo oigamos k) que él diíA.
6 Y emno Husd vino A Absdom, ba>
Uóle Absdom didendo: Así ha diobo
Achitepbd : i segal remos su cons^Oi ó
no? DíttL
7 Entonces Husd dUo A Absalomi XI
consto que ha dado esta ves Aohitopbel
no es bueno.
8 Y afiadió Husal : Ttf sabes que tn
padre y los tuyoc son hombses vallan-
tes, y oue esten oAora con amaigun de
Anlmoo, como la osa en d campo cuan-
do le han quitado los h^os. Ademas,
tu padre u hombn de guerra, y no
tendrA la noche con d pueblo.
9 Hé aquí él estarA esoondido en d-
guna cueva, ó en otra lugar: y al d
prindpio cayeren dgunos áe loe AQpf,
oirAlo quien lo oyere, y dIrA: El poe-
Vo que sigue A Abadom ha sido derro-
tado.
10 Ad aun d hoabra vaHcnte, eayo
corazón eea como corazón de león, ito
dada deanayaiA: porque fóde load
kC»f.)ii
(iSkir-
ri&ü
•CI9-*,
tjosal
tf.
ilSakoMl, Xniii
ir-*"-"'
íM'!S''jiiiltt JluJm! ili «h
ni» 1 Ati^iU-, w|ii da Hw, jbs-
i."?^i
A.4I10M.'
iLaAjcüim xiz,
jLCim
/««r.6.
fCI»p.l4.U.
&Je0.7.96L
iC»p.U.V.
t2B».9A7.
ia.aLu,
W- • -
Bt.AI,7.
(IBey.l.ia.
eontjra el h^o del rcj ; poiv^ domIim
k> oÍ«aot cuando el icj te mandó á ti,
y á Afalud, 7 & Ittai, dieiendo/: Mind
<m0 nJpgppA toptf en d Joven Absalom.
18 Por otn paste, habsia yo hecho
tralokm oontzm mi vida: pues que al
nj nada te le eioonde^; y aun tú m-
taxias en cootnu
14 Y respondió Joab: No «* ranm
Íne yo te niegue. T tomando tres dar.
os en su mano, hlncóloa en ti corason
áe Absalom, que aun estaba títo en
medio del alcornoque.
Ifi Cercándolo luego diex mancebo*,
escuderos de Joab, bmeron á Absalom,
y acah6mnle.
16 Entonces Joab tocó la cometa, y
d pueblo se volvió de seguir 4 Israel,
porque Joab detuvo al vueblo.
17 Tomando después i Absalom, ech^
ronle en un gran hoyo en el bosque, y
levantaron sobre ól un muy grande mon>
ton de piedras*: y todo Israel huyó
cada uno á sus estancias.
18 T haUa Absalom en su vida to-
mado y levantádose una columna, la
eual ettá en el valle del rey; poráue
habia dicho entre «i.- Yo no te^ hijo*
Íue conserve la memoria de mi nom-
re. Y llamó & aquella columna de su
nombre: y así se llamó hasta hoy, Lu-
gar de Absalom.
19 5 Entonces Ahimaas, h^o de 8a>
doc, dyo: Correrá ahora, y daré las
nuevas al rey de como JoiovA ha de-
fendido sn causa de la mano de sus
enemigos.
90 x xetpondlóle Joab: Hoy no lle-
rarfts las nuevas ; las llevarás otro dia:
no dai^ hoy la nueva, porque el l^Jo
del rey es muerto.
81 Y Joab diüo íl Cusí: Vé td, y dí al
rey lo que has visto. Y Cusi IiíÍbo xeve-
reneia a Joab, y corrió.
SS Entonces Ahimaas, hUo de 8adoo,
tomó á decir á Joab : Sea lo que fuete,
yo correré ahor& tras Ousi. Y Joab
dijo : Hijo mió, ¿ para quó has til de
corker, pues que no hallaxás premio por
las nueras?
SS Has a negoadió : Sea lo que ftiere,
yo correré. Entonces le d^o: Oorre.
Corrió pues Ahimaas por el camino de
la llanura, y jwaó delante de Ousi.
B4 Estaba David á la sazón sentado en-
tre las dos puertas, y el atalaya & habia
ido al terrado de sobre la puerta en el
muro ; y alzando sus cjos, miró y vio 4
uno que corria solo.
S5 B atalaya dio luego voces, é hizolo
»aber al rey. Y d re; d^o : & es solo,
buenas nuevas trae. £n tanto que él ve-
nia acetcandoae.
96 Vio el atalaya otro que corria: y
dio voces d atalaya al portero diciendo :
Hé, otro hambre que corre solo. Y el
rey dito : Este también m menwO^ro.
97 Y d atalaya volvió A decir : Puré-
cerne él coner del primer» oomo el cor-
rer de Ahimaas, hyo de Badoc Y res-
pondió d ney : Ese es hombre de bien, y
viene con buena nueva I,
88 Entonces Ahimaas d^o en alta vos
al rey : Paz ; ¿ inclinóse 6 tierra delante
del rey, y dijo : Bendito sea Jehoró Di-
os tuyo, que ha entregado los hombres
que hablan' levantado sus manos contra
mi aei)or el nj.
99 Y el rev cUJo : El moco Absalom ti-
ene pax? Y Ahinuws respondió: Vi yo
un grande alboroto cuando envió Joab
ni siervo del rey, j A mi tu siervo, mas
po ló que era.
80 Y el rey dijo : Pasa, y ponte allí.
y él p»«ó y paróse.
81 Y luego vino Ousi» y dUoi
nueva mi aeihir d rey, que noy JdMvi
ha dcfendldó<* tu causa de la mane de
todos los que ae haUaa levantado eoa»
tntl.
89 El rey entonces d^o A Oaai: El
mozo Abaalom tiene imix ? Y Gnai Rs>
pondió : Como a^tul moco sean los ene-
migos de rai seBor el ny, y todos los que
se levantan contra tí para mal •.
88 Entonces el rey se turbó, y subióse
A la sala de la puerta* y lloro; y yendo
deeiaasí: : H^ mió Absalom, hgo mió,
hQo mió Absalom* ! ¡ Quien me dioa
que mnien yo en li^pur de Cf , Absateía
I4J0 mió, hqo mió 1
CAPITULO XIX.
JoábrenreKáe é David eom meUvb d» «m Umio
por Jbtalom. lerael $» eoatürtt al rcv, d
emat btni^mameiiU forima 4 iMcb JmA,*
«MMoIm a waír é $C Poiu m iü^nr «
Joab é Asumí, onMral dU MrcOo de Jh-
Mlom. Sentei pide perdom é David, y II fa
perdona. JCgasAoam m eeeuaa tom verdad
de la eabimaia dé tu eiervo SÁo, nuu d rtf
«o recibe w cmmo. BartíOai aeompaita
olrcy. Loa diei tribme edierean eamlmiriba
de JvddeobreiareetHueio» drf rcjh
Y DIERON aviso A Joab: Ró aquí
el r^ llora, y hace duelo por Ab-
salom.
9 Y volvióse aquel dia la victoria en
luto para todo el pueblo; porque oyó
decir el pueblo aquel día que el rey tenia
dolor por su h^o.
8 Entróse por tanto d pueblo aqnd dia
en la ciudad esoondidamente, como soe-
íe entrar A escondidas el pueúo avci^n-
zado que ha huido de la iiatalla.
4 Mas el rey, cubierto d rostro*, cU'
maba en alta voz: H^o mió Absalom,
Absalom hijo mió, hijo mió h \
5 Y entrando Joab en casa al rey, di
Jóle : Hoy has avergonzado d rostro de.
todos ítu siervos, que han hoy librado tu
vida, y la vida de tus h^os y de tas hi-
jas, y la vida de tus miúcxes, y la vida
de tus concubinas,
6 Amando A los que te aborrecen, y
aborreciendo A los que te aman : poique
hoy has declarado que nada te imporiam
tu» príncipes y siervos ; pues hoy echo
de ver que si Absdom viviera, bien que
nosotros todos estuviéramos hoy muer-
tos, entonces te contentAras.
7 Levántate pues ahora y sal fuera, y
halaga A tus siervos : porque juro por
JehovA, qne si no sdes, ni aun uno
quede contigo esta noche ; y de esto te
pcaiatA mas que de todos lo* nuües que
te han sobrevenido desde tu mocedad
hasta ahora.
8 Entonces se levantó el rey, v sentóse
A la puerta ; y fué declarado A todo el
pueblo diciendo: HÓ aauí el rey está
sentado A la puerta. Y vino todo d pue-
blo delante dd rey ; mas Israd había
huido cada ano A sus estancias.
9 Y todo d pueblo porfiaba en todas
las tribus de Israd diciendo : El rqr nos
ha librado de mano de nuestros enemi-
gos, y él nos ha salvado de mano de lo*
FhUistéos, y ahora haUa huido de la ti-
erra por miedo de AbaaIom«:
10 V Absdom, A quien hablamos un-
Slo sobre nosotros, es muerto en la
talla. ¿ Por qué pues os estáis ahora
quedos so óiden A híwer volver d rey ?
11 ^ Y el rey David envió á Sadoe y A
AUathar sacerdotes, diciendo : Hablad
A los anéjanos de JuoA, y decidles: ¿Peor
qué ser& vosotros los postreros A volver
el ny A su casa, ya que la palabra de
todo Israel ha vaiudo al rey w voloerie A
su casa?
•JnM.i.]L
DmlíIÍ
• OV.M.Í
(dlkl&l
n. BAlCÜELi XJL
A.c.i«a.
mfc hemunoé; mlt'
Mi» : i por qné fnm
iM poctKTot en TotTcr
Ll^
a;
I
17.
It VCMCTM Mil
HHH J tai
méb ToMtnc
ék Mf ?
18 Admimo dinéit* á Aman: ¿ No
CRi tú también hueM mió y carne mía ?
Aaí ne haga Dios» y a«i me altada, ri
mflMKt 9«ncral del ^)<riUo delante de
mí pan ricrape, en lagar de Joab.
14 Así inelmó el ooraaon de todos loe
Tnonw de JudA, oomo <f de nn mIo
hombre/, pan que enriasen A decir al
ley : Vuelve tá, j todo» tu» «ierro».
15 VoMd jnie» el nt, y riño hacu el
Joidan: 7 JndA riño áOQgal^ i recibir
al icr 7 paearlo el Jeidan.
16 Y 3«mci, h^o de OenA, hUo de
Bei^amln, qne tra de Bahnrim, dldae
Íriem i, renlx oon lo» hombre» de JndA
TedUr al rer Darld ;
17 Y con a vemioM mil hombre» de
Bo^amin: adminno Sba', orlado de
la c»«a de Saol, con sn» qulDce h^o»,
7 tu reinte sierro», loe ciule» pasaron
d Jordán delante del rej.
18 Atraresó den>ues la barca para pa-
sar la funilia del rej, y para hacer lo
ríe plognien. Entdnccs Seniel, hi9«
Oen, w postró delante del rey cu-
ando ál habla pasado el Jordán,
10 Td^ al rqy; No me impute mi
seBor «ri iniquidad *, ni tengas memo-
iia< de lo» males que tu sierro hizo el
día que mi sefior el rey saUd"* de Je-
raialem, para gnardarloe el rey en au
coraim.
50 Porgue yo tu sierro oonofoo haber
pecado, y he renido hoy el peimcr» de
toda la casa de JoeepK para dwoender á
xeoiUr á mi •«flor el rey.
51 Y Abisal, hJljo de Sarria, respondió
y d^o : ¿ No ha de morir por esto 8e-
nMi,qae nuddUo al ungido oe Jeiiorá** ?
tt Darid entonces d^ : ¿ Qué tenéis
motros copmigo, hijos de Sarria, oue
ne habéis de ser hoy adrenario» ? ¿Ha
de modr hoy alguno en Israd* ? ¿ No
oonotw yo que boy soy rey Mine I»-
na?
S3 Yd^o el rey & Semel : No morlxla^.
Y d rey M lo Juró.
M ^También Mephiboseth v, hijo de
Saúl, descendió 4 recibir al rey. Doha-
Ua lavado tus pie», ni habla oortado su
barba, ni tampoco habla larado sus ros-
tidos, dasde el dia que el rey salló hasta
d dte que riño en pac.
tt Y luego que riño ól á Jemaalem á
leciUr al nj, el rey le dUo: MenUbo-
Mth, ¿ por qaé no fuiste conmigo ?
SSxAdiJot Rey señor mió, mi sierro
me ha fngafladf> ; pues habla tu sierro
dicho: Snalbardard «n asno, y subiré
en fl, é iré al rey : porque tu sierro es
toja,
K Bmpero él rerolrló*' k tu sierro de*
laote de mi seAor el rey. Mas mi sefior
d ny es oomo un ¿ngel de Dioa* : haz
pees lo que Men te pareoiere.
IB Poique toda la easa de mi padre en
digna de muerte delante de nu sefior di
ley» y td pudste á tu sierro entre los
eonrUadoedetn mesa'. ¿Qué derecho
pees tengo con pava qn^arme mas oon-
ttadnj?
a» Y el rey le dijo: ¿ Pan qué hablas
masMlabeas? Yo he determinado que
tü y alba partáis las tienes.
»YMepbtt>o»ethd^alrey: Y aun
itutim él «odas, pues que mi sefior el
ley ha mdte en paz A sn oasa.
U 5 También BarziUai Qalaadxta«
^weendié de HogcUm, y paaó d Joedan
eon d rey, pan aoompuarlo de la otn
luteddjoidan.
a8T«f« Binlllal muy rl^o, de ochen-
ta aftos, el cual habla dado prorlrion al
rey cuaíido estaba en Mahanaim ', por-
que era hombre muy rico y.
88 Y el r^ tffio A bsrdUai : Pasa con-
migo, y yo te daré de comer conmigo en
Jeniaaiem.
84 Mas Banillai dito al rey : ¿ Cuan-
tos son lo» día» dri tiempo de mi rldi,
pan que yo «aba con el rey A Jeru-
salem>
85 Yo soy hoy dia de edad de ochenta
aflots, que ya no haré diílnencia entre
lo bueno y lo malo. ¿TomarA gustp
ahora tu sierre en lo que comiere ó
bebiere ? ¿ Oiré m^ la roa de los can-
tores y de las cantoras*? ¿Pan qué
poea seria aun tu sierro molesto A mi
sefior el rer ?
86 Paaara tu derro un ppieo el Jordán
con d rey; ¿por qué me ha de dar el
rey tan gnnde recompensa b ?
87 Yo te ruego que d^es rolrer A tu
sierro, y que mnen en mi ciudad Junto
Id sepulcro de mi podre y de mi niadie.
Hé aqui tu sierro Chimliam « ; que pase
A con mi señor el rey, y haále lo que
bien te paicelere.
88 Y el rey dijo: Pues pase conmigo
Ohimhani, y yo haré con él como Uen
te parezca : y todo lo que td pidieres de
mí, yo lo haré.
80 Y todo el pueblo pasó el Jordán : y
luego que «1 rey hubo tamMen pasado,
el rey besó A Bardllal, y bendijolo, y él
w rolrió A su easa.
40 El rey entonces pasó A Oilgal, y
oon él pasó Ghlmham : y todo el pue-
blo de judA, con la mjtad del pueblo
de Israel, pasaron al rey.
41 5 Y hé aquí que todos lo» rarones
de Itrad rlnieron al ler, y le d^enm^ :
¿ Por qué los hotpbr^ ae J vdA nncstxo»
hermanos te han llorado, r han hecho
pasar el Jordán al rey^ i tu fomilia,
y A todos los rarones de uarid con él ?
4B Y todo» lo» T*rone» d^ JudA tes*
pondieron ^ todos los de Ismel: Porque
el rey e» nuestro pariente*, Maa ¿ñor
qué os enqjais rosotros de CM ? ¿ He-
mos nosotros coii;iido algo del rey ? ¿ He-
mos recibido de él algún don ?
48 Entonces respondieron lo» rarone»
de Israel, y ^erpn A los de JudA: Nos-
otros tenemos en el rey diez partes, y
en el mismo Darid mas que rosotros:
¿por qué pues nos habéis tenido en
poc9 ? ¿ No hablamos noMtros primero
en rolrer A nuestn> rey ? Y el razona-
miento de los rarones de JudA toé mas
fuerte que el de los razones de Israel/.
CAPITULO XX.
BtiUüm i» aOM eimtn d ng Daaid, apaet-
miada eo» I4 «MMrto dd rébeUtt "^ mV*
uUtrmedio Joab a$t$im(i tdMoitimmlt d
Y ACAECIÓ estar alH nn hombre
perretM que se Itaunaba Soba, hijo
de Biebri, hombre de Beqjamin, el
cual tooó la oometa 7 dijoi No tene-
mos nosotros parte en Darid, ni here-
dad en el hijo de Is8Í«: Israd, vuélvaat
cada uno A sus estandas.
9 Así se fliewn de en pee de Darid
todos los hombres de Ismd, y seguían
A Seba, hijo de filohxl; mae lo» de JiidA
ñieron adheridos A su rey desde d Jor-
dán liasta Jemaalem.
8 5 Y hiego que Hhó Darid A su
C8M en Jerusalem, tomo el rqr las die*
mn^oes oonoubinask que habla diñado
para guardar la casa, y pdMlas en una
casa en guarda, rdlóles de comer; pero
nunca mas entro A días, sino que qoe-
^^ oS
•cap. 17. 37.
riTim.4.
17,18.
■6aL90.10.
Pso.16.8L
«Be. 12.8,5.
t Luc&as.
•lltc7.X7.
J«r. il. 17.
4r»r.ll,15.
«rer. la.
/ Jee& & 1.
Baa**. 8.S,
la
«Gap. 18.48.
1 Bey.lS.16.
»Can.l&16.
• 1^
A.aeir.una.
VknAMXJfSLtJJÍ
A.acfeiift
«IRay.lJS.
<iLw.7H7.
• 1 Bay. & 6.
/ Gap. 3. 28.
a*.
3C1-.1&4.
13 8^.19.
33.
danm eooenrad** hwU qiM muclfroB
en Tludex de por vida.
4 Detpact oyó d raj 4 AnuM : Jiln«
tune loa Taronet de Judá pan dentio
de txe» dias, 5 hállate tü aqui f/nunte»
5 Fué pues AmaM & Juntar á Judá;
Eero detilvose mai del tiempo que le
aUa sido lefialado.
6 Y dijo David 4 AbiMi: Seba, hUo
de Bichxi, noi hará ahora mas mal que
Absalomc: toma pues td lossierroa de
tu weSktttj Té tras él. no sea que halle
las ciudades fwrtifleadas, y se nos vaya
de delante.
7 Enténees salleion en pos de él los
hombres de Joab, 7 los Oerethéos, jr
Pheletbéos ; 7 todos los Talientes salle*
ron de Jenisalem para ir tras 8eba« htf o
de Bichrl.
8 Y estando éUos eeíoa de la snnde
peSa que «ttá en Oabaon, saliobs A-
masa al encuentro. Ahora bien la Tes»
tiduraoue Joab tenia sobrepuesta, está»-
bale ooUda, 7 sobte ella el cinto de una
daga pegada á sus lomos en su Taina,
de la que, así oomo éi aTanié» oaydee
aquella.
9 Entdnees Joab dlJo á Amasa : ¿ Ti>
enes pas, bennano mió? En seguida
tomó Joab con la diestra la barba 4e
Amasa para besarlo' :
10 Y oomo Amasa no se cuidó de la
daga que Joab en la mano tenia, hi>
riOie* este oon ella en la quinta oos-
tilla/, 7 derramó sus entrafias por tienia»
7 cajú muerto sin darle s^jundo golpe.
Después Joab 7 su hermano Abisal fue-
ron en Bfgulmlffnro de Seba, h^o de
Bichii.
11 Y vmo de los orlados de Joab s^
paró junto á él, diciendo: Oualquien
que amare á Joab 7 á David, vq¡fa en
pos de Joab.
19 Y Amasa se habla revoloado en
la sangre en mitad del camino : 7 viendo
a^uel hombre que todo el pueblo se
parabí^ apartó 4 Amasa del camino al
campo, 7 echó sobre él una vestidura,
porque veia que todos los que venian,
se paraban Junto á éL
13 Luego pues que fué apartado dd
camino, pasaron todos los que seguían
á Joab, para ir tras Seba, hijo de Bi-
chri.
14 5 Y él pasó por todas las tribus
de Israel hasta Abel^ v BeÚi-maaahA,
7 todo Barlm: 7 Juntáronse, 7 siguí-
érojolo también.
15 Y vinieron 7 oeroánmlo en Abel
7 Beth-maachi, 7 pusieron baluarte con-
tra la dudad*; 7 puesto que taé al
muro, todo el pueblo que estaba con
Joab trabiúaba por derribar la muralla.
16 Entonces una mvjer saMa dio voces
de la ciudad, dtekndo: Oid, oíd; roé-
goos que disais á Joab se llegue acá,
para que 70 hable oon él.
17 Y como él se aoereé á ella, dUo
la mv^er : ¿ Eres td Joab P Y él respon-
dio: Yo My. Y ella le dUo: Oje las
palabras de tu sierra. Y él respondió:
18 Entdneei tomó día 4 hablar did<
endo: Antiguamente soUaa hablar di-
ciendo, Quien preguntare, pragnnte en
Abel : 7 así conelnTan.
19 Yo soy de las paolficaa 7 fidfls de
Israd, 7 ta procuras destruir una du-
dad que es madre en Israd. ¿ For qué
destrúf^sla heredad de Jdiov4 ?
90 Y Joab respondió diciendo : Nun-
ca tal, nqnea tal me aoontezioa, que 70
destrn7a ni deshaga.
91 La oosa no es asi: maa na hom-
bre 4*1 monta de JBphialm» que se lla-
ma 8d», hUo de BklMi. ha levMtfado
su mane contra d rey David: eao^
gaiM ese solamente, y me iré de la
dudad. Y la mi^ d^o 4 Joab: Hé
aquí su eabeaa te será echada desde d
muro.
89 La muitT ftié luago 4 todo d pue-
blo con su sabiduría < ; 7 eUos oortaron
la cabeía 4 Seba, húo de Biduri, 7
eeháronla á Joab. Y él tocó la cor-
nata* 7 etpareiéronse iodos de la etn-
dad, cada uno á su estancia. Y Joab
se volvió al rB7 á Jamaalefla.
88 Y Ad 9U9dó Joab sotoa todo d
ejérdto de Isradt y Baa^a, faUo de
Joiada sobre loa CeMtbéos 7 Fhdethé-
OSi
94 Y Adonm sobre los tributos J^ t 7
Josaphat^ h^o de Ahilad, d candller :
95 Y Seva, escriba; 7 Sadoe 7 Abia.
thar, saocrdotcs: é Ira Jaiiéo flié un
Jete prindpal carea da David.
14,16.
CAPITULO XXI.
Oamea y rmudío tb urna aramd» h«mlhrm mm
tift^ UraM em lümto di Dawid. Qmtrrm
Y EN los días de David hub» ham-
bre por • tres aflea conseontivos.
Y David oonsultó á Jéhová*, 7 Jehová
le dijo : Be por Saúl, 7 por aqudla ftaaa
de sangre ; poique mató á los Ciabaoni.
9 Entónoes d rey llamó á los Oa.
baonitas, 7 hablóles. Los Oabaonitas
no «roa de los hijos de Israel h, sino dd
residuo de loa Amowfaéos, á les cuales
loa liólos de Israd hablan hecho Jvi».
mentó : mas Saúl haUa procurado ma-
tarlos con motivo de sdo por los h^oa
de Israd y da Judá.
a Dijo pues David á loa Oabaonitas :
i Qué os Daré, v oon qué expiaré, para
que besidigais 4 la heredad de Jehovi ?
4 Y los Oabaonitas le respondieron 1
No tenemos nosotros fttfrdla sobie plata,
ni sobre oro, con Banl 7 oon su oaaa :
ni quenanos que muera fanmbie de la-
raef. Y él les d^o: Lo que vosotma
dierais oa haré.
5 Y dios respondieron al rey : Aqnd
hombre que nos destruyó, y que ma-
quinó contra nosotros, l« extlrpajriamoe
un d^ar nada d« él en todo el término
de Israel.
8 Dénsenos deta varonas de sus faUoa,
para que los ahorquemos á J^ová en
Oabaa de Banl «, d eaoogido de Jéhová.
YdreydUo: Yefordaré.
7 Y psBMooó el ray á MepUboeeCh,
~ o de Saúl,
hyo de Jonathan, l^Jo
por
el juramanto de Jdiová que hubo en.
tre dios, entra David y Jonathan, b^o
de Sania :
8 Mas tomó el rey dos ^jos de Rispa*,
h^a da Aja, loa cuales ella habia pando
á Saúl, et á aaber, á Annoni y 4 Me-
boaeth; y dnoo hyos de Michal»
a de Saúl, los ouales ella había pa-
4 Adrld, hijo de BaxxiUai Mola,
thita:
9 Y entrególes en mano de loa U«*
baonitasy y dios loa ahoroaron en ^
monte delante de Jdiová/: y murleroo
Juntos aquellos siete, los cuales fíieron
muertas en d tiempo de la siega» «a
loa primeros diaa, en d prlnripio de la
dega de las cebadas.
10 Tomande lusa» Rispa, hija de Aja»
un saco, tcsidióselo sobre im peSaaoo,
desde d piineinio de U «lega hasta 4pi«
llovió sobra elka agua dd ddo; y 00
d^ó 4 ninguna ave dd ddo ssanlaran
sobre dios da día, ni bestias dd oamp»
de noche.
■ Sa.sr.ii>
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•Cap.a.l'
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uu alacSlal dtUJoia nu pisi.
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>Ilo<. fl Qniiaii dil Dlia di J»>b. d
IBlHa da Inad k> lUcbti bitUm
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il,iMí, nij di toa H n-
pHpplp^, dihHiidicnrn T Tía
lón j'BÜánmU i Di^dfliUi «I i
Bl Bflpdo la Ihiiu di iTmuc»,
lu iMnu' eitiuu, hUD di iwiD.
H Hila, di tlia : Kin, IdjD d>
Bltl«rti.' hUo d» BUM, *''J^
iDi hLJu di ^(«ÜKinfll 1
flO Buuía FJjUJlinltlI Vd
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ILSiáMinEL, XA1\.
« igUil, M)i im NHtan, d> Muí
irdli'l'Óta' 'íuÚ'nl íl kiw «HTÍlM
ti MidlDdlft (1« Jud^ i Brtí-HtMh-
M 1. nmn 1. J^ni*. poniH oidT
IT 5 V DnU dUn > Jibmi, ciud
fKVlt, JO bIM U nildid I i qiit hlB
■UJote: S«l>r, j ba n utu * Jdun
«I Oad, qu JiluTá li biiMi nuBdato.
n V dlí!" ítor ni ilBa Hl Bli
•I nr ll n iknc ? y Dini mpmdU
•ínj. Lmg» da» AuM^i.) ; J».
PEIMEE IIBEO DI IOS E1TE8.
< EÜgnl/, cHÉTldl} á UdM ni
f« UJoa M Ttj, V á Ig* «pm.
atnáut, j lintata 4 Akübi hb-
«da il n) iBJ>T%a ni iiBoId
MEigiM» Bulla. U)s <!• loiía^
IS Tbi iqiil •biiii AdinU nUai j Huhu inMa. i BbuIi, UJg i1> iiZ
;:írírAV«s;T«£s^u
■ HUÍ lúa idufliB ilw£,^
dfd ana Una dv «Buotb*. BU*
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í^¿£rjSK.a.i.-í:5:
¡«hWUi da BB4a,''Cri|u Ub i
^kñ^ bDbodD lA mifTv da flwn
lil>9 di 0<i>, Uli' AiSnjHiIii, di
iMMldoa fama <d día 4«a 7a Iba i
J^haruüro*, Kaa 41 «Umc Jtwwdd «'
I ru ■FOIIKia ac la sñ^iSi Sm''
V al jaj fiatoaun nwanOd j dHo
• anaMlal^ j 4 Joik UJa da •!
U BnMnaai al ni Salonun anTM por
mana da Básala. MH de Jalada, al cual
A. C. 1014.
LBETSS, IIL
ilSB.2.30,
86.
<C^1.7.
"•wr. 5.
Na. as. as.
Dea.lA.l&
7 21. 8. 9.
«r.
Sal. 7. 18.
»a8ft.8.a7.
I'Ste. 90.10.
iasa.s.a9.
•'Pra.ss.6.
'Bal. 8». su.
87.
b. 9. 8, 8.
( Job S«. 94.
* wr. 27.
1SA.S.8S.
"TBf. 8k
'SSh.K.as.
'Jot.2.19.
«181^37.3.
»Ee.&9.
«2 8k 16.
6,8.
* El. 17. 1».
S7 Aii «ehó Saloniao á Abiáthar del
Mocrdoelo d* Jetaorá, para qiie m enm>
S'i«M la palalm de Jébork, ame haUa
oho aobie la eaaa de Heli en sUoA.
88 Y Y Tino le notáeia haata Joab:
poraiie tamUcn Joab le hábia adherido
a Adonia'» il bioi no m haUa adberido
AAbialoni. Y huvó Joab ai tabemáenlo
de JdioTá, j ñtkOnB & loa oocnijalea dd
altar*.
89 T Alé liccho aaber á Salomón qlw
Joab habla hvido ai tabenácolo de Je*
hoT&, j que estaba janCo al altar/. En.
tdncet envió Salomón & Banaia, hilo de
Joiada, diciendo: Vé, y dá lobre él.
80 T entró Banaia al Ubemácuio de
Jtbo^h, y dQole : El rey ha dicho que
•alni. Y él dijo : No, sino aqni moriré.
Y Sánala toItIó con esta respuesta al
rey dioiendo : Asi liablé Joab, y asi me
respondió.
81 Y el rey le d^o : Hax como él ha
dicho ; mátale, y entiérralo, y quita de
I mí y de la eaaa de mi padre la sangre
que Joab ha derramado iiqiutamenteM.
89 Y Jehovi hará tomar su sangre»
sobre su cabeía ; que él ha muerto dos
varones mas Justos y m^ores que él, á
los cuales mató á cuchillo sin que mi
padre David supiese nada», es á «ofrer,
a Abocr, 14)o de Ner, geneial del ejér-
cito de Israel, v á Amasa, hUo de Je*
ther j>, general del t^éteito de Judá.
88 La sangre pues de ellos recaerá so*
bre la caheu de Joab, y sobre la cabesa
de su cimiente para slñnpref : mas so-
bre David y solwe su simiente, y sobie
su casa, y sobre su trono % habrá per*
petuamente' pax de parte de Jehová.
84 Entonces Banaia, hijo de Joiada,
subió y dio sobre él, y matólo ; y flié se*
pultaao en su casa «n el desierto.
86 V Y el rey puso en su lugar á Ba*
naía, hijo de Joiada, sobre el ^érdto ; y
á Sadoo puso el rey< por sacerdote en
lugar de Abiathar ».
88 Y Después envió el rey, é hizo venir
á Semei«, y díjolet EiUffeate una casa
en Jerusalcm, y mora ahi, y no salgas
de allá á una púte ni á otra.
87 Porque sabe de cierto que él dia
2ue salieres, y pasares él torrente de
ledron', sin duda morirás; y tu san-
gre será sobre tu cabeza*.
88 Y Semei dijo al rn : La palabra e$
buena ; como el rey mí sefior na dicho,
así lo hará tu si«rvo. Y habitó Semei en
Jeruialem mvchos dias.
88 Per» pasados tres afioe, aconteció
2ue se le huyeron á Scanei dos siervos
Achls, hijo de Maach&, rey de Gath*.
Y dieron aviso á Semei diciendo : Hé
aquí que tus siervos utan en Gath.
40 Levantóse entonces Semei, y enal*
bardó su asno, y ftaé á Oath, á Aebls, á
procurar sus siervos. Fué pues tleaiei, y
volrió sus siervos de Oath..
41 Díiose luego á Salomón como Semei
habia ido de Jerusalem basta Gath, y
que habia vuelto.
48 Entonces el r^ envió, é hizo venir
á Semei, y díjole: ¿ No te conjuré yo
Sr JehoTá, y ta protesté diciendo, £1
k que salieres, y fueres acá ó «nillái
sabe de cierto que has de morir ? Y tu
me dijiste: La palabra «• buena, yo la
obedezco.
48 i Por qué pues no guardaste el ju-
ramento de Jeoová, y d mandamiento
que yo te impuse ^ f
44 Dijo adamas el rey á Semei: Td
sabes todo el mal, él cual tu corazón
bien sabe, que cometiste contra mi pa-
dre David «. Jéhová pues ha tomado el
mal sobre tu cabeza d ;
46 Y «1 ny Sildinoa tere baadfto*, y
el trono de David tmk firase perpetua*
menta/ delante de Jehová.
48 Entonces el rey mandó á Baaak
hiUo de Joiada, d cual saUó, é Urióls.
L murió. Y el reino ftié oonfizmad» es
mano de Salomón^.
CAPITULO III.
SalofluM toma por sMtfir d la kifa dt Pkonoa
rtjidoSgtffo. IHoiUttpareot,pUpnauU
MMdmKa y rifotmu $obn todo» tos marta-
pwrmtseco con
¡neto.
umadeelaatrmtk(f6,tmU
dartítdeJ}io$pumíUro$iata.
Y SALOMÓN hizo
Phanon levde
mó por «nf/er* la hija de rbarson, y
trájola á la ciudad de Davldi, entie
tanto que aeababa de edificar su caae,
y la casa de Jehová', y los muros de
Jerusalcm al rededor «.
8 Hasta entonces el pueblo sacrificaba
en los altos/| porque ow» no haUa easa
edificada al nombre de Jehová harta
aquellos tiempos.
8 Has Salomón amó á JtboTkf, an>
dando en los estatutos de su pa^ Da-
vid : solamente sacrificaba y quemaba
perfumes en los altos.
4 E iba el rey á Oabacn*, poique aqnd
era el alto principal ', y sacrificaba aUí:
mil holocaustos sacrificaba Sabman so-
bre aquel altar.
6 Y aparecióse Jéhová á Salomón* en
Oabaon una noche en snelhis', y áRoU
Diost Pide lo que amkieret me vo te dé.
9 Y Salomón dUo : Tú nlcute gran
misericordia á tu siervo David mi padre,
según que él anduvo driante de tí en
verdad, en justicia», y con rectitud de
corazón «para contigo: y tü le has guar-
dado esta tu grande misericordia, que le
diste h^ que se sentase en su trono, co-
mo fNiree* en este día*.
7 Ahora pues, Jehová Dios mió, tii
has puesto á níí tu siervo por rey en
lugar de Darid mi padre: y yo soy mozo
pequefio^, que no sé como entrar ni salir.
8 X tu siervo está en medio de tu pue-
blo, al cual td escogiste f; un pueUo
grande, que no se puede contar ni nu-
merar por su multitud r.
0 Dá pues á tu siervo oonKon déell*
para Juzgar á tu pueblo', para discernir
entre lo bueno y lo malo: porque é V^-
en podrá gobernar este tu pueUo tan
grande?
10 Y agradó delante de Adonai qae
Salomón pidiese esto.
11 Y déjele Dios : Poique has demso*
dado esto, y no pediste para ti muchos
dias, ni piediste para tí riquezas, ni pe-
diste la vida de tus enemigos, roas de-
mandasta para tí in4e»genci* para oir
Juicio ;
18 Hé aq;uí lo he hecho confimne á tus
palabras*: hé aquí que te he dado eo-
razón sabio y entendido, antis qae ne
haya habido antes de tí stfrs como tá, ni
después de tí se levántala otro como «'.
18 Y aun tamhifu te he dado' las cosas
que no pediste ; riquezas y ^lia*: tai
que entre los rúes ninguno naya ooom
til en todos tus «fias*.
14 Y si andttrieras en mis caminos
guardando mis estatutos y mis manda-
mientoa, como anduvo David tu padre,
yo alaigaié tus dlas^.
16 Y como Salomón despertó, rió que
era sue&o : y vino á Jerusalem, y pe*-
sentóle delante del arca del pacto de
Jehová, y sacrificó holoeaustosy é luso
pacíficos ; hizo también banquete á to-
dos sus siervos e.
iRKyjBH» IV.
A. a 1014.
]« Y Bn aqiMna moa viiitoron dot
mujeñi nmcntt il zaj, y ¡«■MmáiwiK
dalant»deél.
17 Y ü¡i> la una Bn\)ert Ah I mBot
mió, JO j «ta mtajia moMbaniM m
una mlama esM ; y yo paii Mtandb oon
ella «n la «aia.
18 Y aeouteeió al tarcer día despnm
qoe JO parí, que otta parió tambicn : y
moiabainot noMtras Jmitai ¡ ninguno de
ftiera «ttaba en caaa* lino noeotras doe
19V una noche el h^ de eeta mujer
DiniM, porque ella m aooetd Mine A.
SO Y levantóte á media noche, y tomó
á mi hijo de Junto & mí, eetaado yo tu
áerra duimiaiido, y ndsolo á «n lado, y
pdsonw & mi lado tu n^o muerto.
n Y oomo yo me levantó por la ma«
fiana para dar el pecho á mi hijo, hó
aquí que eaCaba mneno. Mae obaerTÓle
por la maSana, y fi qae no era mi hijo
qae yo habla pando.
SS Bntóneea la otra m^jcr d^ : No ;
mi hijo <t el que vive, y tu bI¡o ea el
mncilo. Y la otra toItíó & decir : No )
ta 14jo M el mnerto, y mi hilo u el que
yin. Así hablaban delante dd rey.
S8 El rey entóneea d^: Bata dice, MI
M)o ea el que vive, y tu ¡4)0 m el mu-
erto. Y la otra dice. No, maa el tuyo u
d muerto, y mi l4)o e« el que viTe.
M Yd^o el rey : Traedme un euch&lo.
Y trajanm al rqr un cuchillo.
SS En a^pilda d rey dito: Partid per
medio el niüo vivo, y daa la mitad » la
ana, y la otia mitad á la otra.
S8 Entóneea la mujer cuyo era el hijo
vivo, haUÓ al ley, (porque sus entrafiaa
•a le conmovieron por su hl)o,) y dijo :
Ah ! lefior mió, dad á esta él nifiio tIvo,
j no lo matéis. Maa la otra d^o: Ni á
mi ni á tí, Wn» partidlo.
27 Entonces m rey retpondló, y d^o :
Dad á aqudla el hUo títo, y no lo ma-
téis : ella t$ su madre.
88 Y todo Israel oyó aquel Juicio que
Pabia dado el r^y; y temieron al rey,
parqne vieron que haUa en él aaUdaxia
de Dice pera Juzfpv'.
^ CAPITULO IV.
Buertbtm la diapotieíein de Uu pnvtmetvu de
Uomom, y tue gobemadoree, y cf eargo ^me
cada tmo lemia de haeer fnoieto» para «I
HUknlo y gaiUm de la eaea cU ren. Bitima
ie la» tgfeuat del ny, m wiMiwrA, y m
{loria.
FUE puea el rey Salomón rey aofan
todolaotal.
> Y estos Alaron loe pifneipea que tuvo :
Aatiu, h^o da 8adoc sacerdote.
8 EUboKph y Ahla, ÜJos de Sisa, Es.
eiilMU. Josaphad, hijo de AhUud, Can-
eillCT.
4 Báñala, hijo de Joiada, era aobre el
^^Rito: y Sadoo y Abiathar «ro» los
«toerdotes.
C Anría.hUo de Nathan, era sobre los
gabenudoBBs. Zabnd, hUo de Nathan,
piiaeipal qfleiat, amigo áA rey.
4 Y Ahisar «ni mayordomo > y Adoni-
xnu bUo de Abda, era sobre el tributo.
7 1 Y tania Salomón doce aobomado>
(Bi sobra todo Israel, los cuaiea manta-
alan al rey y á su caaa. Gada uno de
«Has estaba obligado k abaaleoer por un
■oes en dallo.
8 Y estos son los nombras de ellos : El
i^Jo de Hnr, en el monte de Ephraim.
9 El hyo de Beoar, en Maceas, y en
Malbim, y en Beth.eames, y en Elon, y
«iBath-hanan.
10 El fa^o de Heeed, en Aruboth.
iwia también á Sootai
deBpbet.
8oob6, y toda la tiflBra
U Bl hUo de AUnadab Isate todos loa
tóiiQluoa de Dor. iMe tenia pcv nn^Jor
á TeíAiat, hija de Salomón.
IS Baana, hUo de Ahilud, lenta &
Thaanach y & Mefdddo, y á toda Beth-
aan, que •• cérea de Zartsan, por b^Je
de Jened ; desde Beth-san hasta Abel,
metióla, y haeta de la otra parte de
Jocmean.
18 El hito de Oeber, en Ramoth de
Oalaad. Este tenia también las eluda,
des de Jaira, 14)0 de Manasae, las cua-
les eeUban en Oalaad. Tenia también la
provincia de Argob. que era Basan &,
aeaenta giandea dudadas oon muro, y
certaduxas de bronce.
U Ahlnadab, h^o de Iddo, «ataba en
Mahanalm:
15 Ahimaas en Nephthali. Este tomó
tamUen por mujer á Basmath, h^a de
Salomón.
le Baana, h|jo de Huaai, en Aser y en
Alotfa.
17 Josqthat, l^jo de Phama, en la.
sadiir.
18 Send, hVo de Ela, en Bcnjamfai.
I» Oeber, hij<r de Uri, en la tierra de
Oalaad, en la tierra fue JSté de Sdum,
rey de ios Amorrhóos, y de Og rey de
Basan : un gobernador en la tierra.
m^lM d» JudA é larad eran mu-
ohos, como la arena que edá Junto k la
mar en multltad, comiendo y bebiendo,
y alesrandoae*.
n Y Salomón aetloreaba sobre todos
los rdnos, desde el rio de la tierra de
loa Philistéos hasta el tórmlno de B-
gipto«(: y traían presentes», y sirvieron
A salomón todos loa dias que vivió.
88 Y la despensa de Salomón era cada
día trdnta coros de flor de harina, y
sesenta coros de harina,
88 Diec bueyes engordados, y vdnte
bueyea de mato, y den ovc|)as ; sin les
ciervos, cabraa, bdüaloa, y aves engor-
dadas.
84 Porque ÓI sefioreaba en toda la re*
glon que estaba de la otra parte dd rio,
desde Tiphaa hasta Oaza, aobre todoa
los reyes de la otra parte del rio : y tuvo
pax por todos lados en derredor sujro/.
86 Y-JudA é Israd vivían seguros, cada
uno debajo de su parra ó deb^o de su
higuera^, desde Dan haata Beeraeba*,
todos IcM dias de Salomón.
88 Tenia ademas de esto Salommi cu-
axento mil caballoa en sus oaballerinu
para sue carros ', y doce mil para ginetes.
87 Y estos gobernadores mantenían al
rey Saloman, y k todos los que A la mesa
del rey Salomón venían, cada uno su
mea, y hadan qoe nada Cáltaae.
88 Hadan también traer oebada v p^fa
para loa caballos, y para laa bestias de
cai^, d lugar donde él estaba, cada
uno oonfbnne al caigo que tenia.
89 Y Y dio Dtoa A Salomón sabiduría,
y prudencia muy grande, y anchura de
comion, oomo la arena que e«M A la
orilla del mar :
80 Que filé mayor la «tbiduría de Salo-
men que la de todoa lea Orientalea*, y
qn» toda la aaUduxJa de loa Bgipoloa/.
81 T aun fué mas sabio que todos loa
hombrea; maa que Ethan« Earahlta, y
Sue Hernán*, jf Oalohól, y Darda, hUos
e Mahol : y fué nombrado entro todaa
laa naeionea de diededor.
88 Y propuao trae mil parAbolaa : y ana
vereca nuron mil y oinoo.
88 También diaertó de loa Arbolea, dea-
de d cedro dd Líbano haata el hiaopn
que aaoe en la pared. Aaimiamo disertó
de loa animales, de loa aves, de loo eép-
ttles.ydelaa
»l)ea.li,8.
•■0.9.81.
'9Gr.9.98.
•te.
8d.79.8.
U.
•BaLW.8».
/lOr.99.9.
9 Jvr. 98. 0.
»Jnse.90.L
«Can. 10. 96.
9(&.l.
y». 90.
li.
AJoIilLS.
Ibi 9.1,6.
'Hedí. 7. 32.
■»10r.l«.19,
8áL80.tlt
" 1 Or. X 6.
76.88.
BaL66,tit.
A^CiOlá.
I.9EZE8I, Y, VL
A.C1
a.
la. a. as.
•20r.a.S.
»2S«.fi.ll.
ICr.li.1.
Ain.1.9.
•lCr.n.8.
728.8.
d3Gr.2.4.
etc.
•Ead.S.7.
Bz. 27. ir.
/Cap.&12.
M Y venian de todM lot paddM 4 «ir
la ubiduzi» de Salomoii, j de todos lot
reyes de la tierra donde babiñ Iksado la
fiñoa de m aabidaiia*.
CAPITULO V.
flibiiwi líiiiii ■imwiilii «diJUar d Ineplo, «n^
eltrta eam Biram^ ny áe Aro, mué U di
«MMiira y arttj^ou gara la cora, b «nal fí
kae» áUgrememU.
HIRAM, icjr de Tno«, envió tam-
bién cas aierroi á Salomón, luego
que oyó que lo hablan ungido por rey en
lugar de su padre : porque Htcam faabia
•iexnjue anudo á David b.
8 Entónoea Salomón envió & decir &
Hiram:
3 TÚ sabe* oomo mi padre David no
pudo edificar caaa il nombre de JdiovA
•u Diot« por las guerra» que le cercaron,
hasta que Jebovi puso mw «memigoi baje
las plantas de sus pies.
4 Ahora JehovA mi Dios me ha dado
reposo por todas partes ; que ni hagr ad-
versario^ ni ntal encuentro.
5 Yo por tanto he ahora determinado
edificar casa al nombre de Jehová mi
Dios, oomo Jehovfc lo habló á David mi
padre diciendo d : Td hUo, que yo pon-
dré en lugar tujo en tu trono, el ediá-
cará casaA mi nombre.
6 Manda pues ahora que me oorten
oedroe del libano: j mis siervos es-
tarán con los tuyos, y yo te dará por tus
siervos el salario que tii dijeres : poique
td sabes bien que ninguno hay entre
nosotros que sepa labnurla madera oomo
los Sidonics.
7 Y como Hiram oyó las palabras de
Salomón, holgóse en axaa manera, y
dijo : Bóulito ita hoy Jehová, que dio
hgo sabio á David sobre este pueblo taa
grande.
8 Y envió Hiram á decir á Salomen :
He oido lo que me mandaste A dedrs yo
haré todo lo que te pluguiere acerca de
la madera de cedro, y la madera de
haya.
9 Mis siervos la llevaren desde el Lí-
bano á la mar, y yo la pondré en balsea
por la mar lúúta el lugar que tü me
sefialares, y alU se desaiturá, y tü la to-
marás : y tü harás mi volimtad en dar
de comer á mi familia*.
10 Dio pues Hiram 4 Salomón madera
de cedro, y madera de baya todo lo que
quiflOk
11 Y Salomón daba á Hiram vdnte mil
coros de trigo para A sustento de su fa-
milia, y veSite coros de aceite limpio.
Esto daba Halomon 4 Hiram cada im
alie.
12 Y Dio también Jebová 4 Salomón
sabiduría, como le haUa dicho/: y
hubo pos entre Hiram y Salomón, é
hicieron alianza entre arabos.
13 Y el tey Salomen Impuso tributo
4 todo Israel ; y el tríbulo Alé treinta
milhombres:
U Los cuales enviaba al Líbano de
diez mil en diez mil cada mes por su
turne, viniendo asi 4 estar un mes en
el Líbano, y dos mesas en sus eaaas.
Y AdnsilTMnJ Miste sobie aquel tri-
buto.
15 Tenia tamUen Salonum aetenta mil
que llevaban las cargas*, y ochosta mil
oectadons en el monte,
16 Sin los principales ofldales de Sa-
lomón que ntabeen paeíAw sobre la obra,
fu» eram tres mil y trescientoe, los cuales
tenían eaigo del pueblo que hada la
obra.
18 T lea alballUas 4e flaleum y k»
de Hiram, y los qparqadores', eoetarea
y aparejaron la madera y la
labrarla
< El. 9.1
CAPITULO VI.
ia Anas» « fúrma id tkmjlo, M
Orátmio tOratoriOfd» loa f «mtfaw. yái]
iaa mcUmra» « «rnameatM dt todo d «U-
Y FUE en el aflo caatrodcnlas y
ochenta, después que los hi)os de
Israel salieron de Egipto, en d coaxto
aik» del principio ddT reino de Salomón
sobre Israel, en el mes de Zlph, ane
es el mes segundo, que él oomeáao á
edificar la casa de Jdiová«.
2 lia oasa que el rey Salomón edificó
4 Jdaová, tuvo smenta codos de largo,
y viente de anoho, y treinta codos en
alto.
3 Y 61 pórtico ddante dd templo de
la casa, ae veinte codos de la^o según
la anchura de la casa; y su anidio «m
de diez codos delante de la cesa.
4 £ hizo 4 la casa ventanas aitchas
por de dtairOf y estrechas for dejittra.
t Edificó también Junto al muro de
la casa aposotfos al rededor, eotUra las
paredes de la casa en derredor del tan-
plo y del Or4cttlo : é hizo cámaras al
rededor.
O El aposento de abdo era de dnco
codos de ancho, y el oe en medio de
seis codos de ancho, y el tercero de
sieto codos de andio: poonne por de
fíiera háUa hecho diminuciooes 4 la
casa en derredor, para no trabar ia»
vigas de las paredes de la casa.
7 Y la oasa, cuando ae edificó, &bii-
c4ronla de piedras que traiau ya aoaba-
dasfc; de tal manera que cuando la
edificaban, ni martillos ni hachas se
oyeron en la casa, ni ningún otro Ins-
trumento de hieiro.
8 La puerta del aposento de en medio
esUba al lado derecho de la eaaa: y
subíase por un earaool al de en medio,
y del OfKwsnto de en medio ai tercero.
9 Labró pues la casa y acabóla: y
cubrió la casa con artesonados de cedro.
10 Y edificó asimismo el aposento en
derredor de toda la oasa de altura de
cinco codos, el cual se apoyaba en la
casa con maderas de cedro.
11 ^ Y fkié palabra de Jehov4 4 Sa-
lomón diciendo :
18 Esta oasa que tü edificas, si andn-
viaies en mis estatutos, é hicieres mis
derechos, y guardares todos mis man-
damientos andando en eUos«, yo tendré
firme contigo mi palabm que hahlé 4
David tu padrea:
18 Y habitaré en medio de los faltos
de Israel', y no d^garé á mi pueblo
Israel.
14 Así que Salomón labró la
y acabóla.
15 Y Y «par^ las pandes de te
por da dentro ecn tablas de cedro, vis-
tiéndola de madera por 'dentro dcade
el solado de la casa nasta las paredes
de la techumbre: cubrió tamnien d
pavimento con madera de hi^a.
IS Asimismo hizo al cabo de la casa
un edificio de veiato codos de tablas
de cedro, desde el solado hasta lo mas
alto, y fabricóse en la oasa un Oráevlo,
91H « el lugar aantístane/.
17 Y la oasa, 4 saber, el templo de
dentro, tenia euaiento codos.
18 Y la oasa ssiete nMerCa dt «edm
par de dentro, y tenia entalladuras de
calabazas silvestras, y de betoBea de
flores. Todo era oeuxo 1 nIagUBA |m*
dra se vda.
•20. s.
IS.
i.'Biirtiss» Tn<
a:ü.io<s.
l»TaiatB< dOrtkwlo» per J» dentro
en medio de la cau, pan poner allí
el ana dd pacto de* JalKrvA.
90 T al orAeulo «Mala «a la paite
de adentro, el ««al tenia veinte codoe
de largo, 7 otroe veinte de anoho, 7
otvM veinte de altara : 7 Tiatiólo de oro
paibüno; watfmtamo e^itó el altar de
oed»».
ti De tuerte que Tbtló Salomón de
paro OTO la caaa por de dentro: 7 «erró
la entrada del Or&cnlo con cadenas de
WD, 7 Ttotidlo de oro.
92 Cabrio paes toda la caaa de oro
tuata d cabo{ 7 aaiminne vistió de oro
todo el altar que ettaba delante del
OiicoloA.
98 Hiao taaaUen en el OrAcnlo dos
qneniUnes de madera de (diva, cada
mude titán de dlea codos.
94 La una ala del im qtwraUn tenia
daoo codos, 7 la otra ala del mUmo
queraMn otros elneo codos; así que
faaUs diea codos desde la punta de la
DOS da hasta la punta de-la otra.
2S Atimiamo el otro qneraldn tenia
diez codos; porqne ambos queruUnes
enn de on tamaflo 7 de una héchum.
S6 La altara del ano era de diez codos,
y Mimiamo el otxo.
97 T puso estos querubines dentro de
la caaa de adentro : los cnalea qneru-
blaes eatendlan sns alas, de modo que
d ala dd ano toeéba la paared, 7 el
ala dd otro querabin tocaba la otra
iwred; 7 las otras dos alas se tocaban
a una & la otra en la mitad de la
9B T vlttM de oro los qaerablnea.
99 5 Y escalplo todas las paredes de
la casa al rededor de diversas figuras,
de qoerabines, de pahnas, 7 de botones
de flores, por de dentro 7 por de
laeía.
W Y cubrid^ de oro d piso de la casa,
de dentro 7 de Aiera.
81 Y & la entrada dd Oráculo hizo
pneitas de madera de oliva ; 7 d um-
ml 7 los postes eran de cinco esquinas.
88 Las dos puertas énm de madera
de oliva : 7 entalló en días figuras de
oaeraMnes, 7 de palmas, 7 de botones
de floiea, 7 cubriólas de oro ; cubrió
taaMen los querubines 7 las palmas de
no.
98 Igualmente Un> & la puerta del
teoulo poetes de madera de oliva ena>
8i Pero las dos puertas' eran de ma-
dna de ha7a; 7 los dos lados de la
ana puerta eran redondos, '7 los otros
dos lados de la otra poerta iambin re*
dendos. ^
35 Y entalló en ellas quernbfaws 7 psd"
B>as,^ botones de flores^ 7 cubriólea de
oro mistado á las entalladuras.
as Y edificó el atrio interior de tres
2°eaea de piedras labradas, 7 de un
<>n)en de vigas de cedro.
>7 5 En d cuarto alio, en d mea de
«ph le echaron los cimientos de la caaa
deJdMvi:
JIB Y en d undedmo alio, en el mes
¡1^ Bol, qae es el mes octavo, ñié acá-
Mda la casa con todas sus_uertenendas,
7 coa todo lo necesario. Eidifioóla pues
«lieieafies.
CAPITUtO VII,
3^d( la MMu rM(, del ¿Mfitf, diC P*Mm
^"■■M.>iMata,.|r A la mm» cicla nima*
¿Anea y /tTma ái U» da» eobnvma» d*
yywefai, « mu cuieniot. DA mar, dt lu
^g*"**», ir M MM laaak; y dt atrot vatot f
"" fortrntctmita» ai aanrieio dá
DB8PUBB edificó* gdonon so pro-
pia casa en trece aflos, 7 acabóla
toda.
9 Asimismo edMcó la cosa dd bosque
dd Líbano, la cual tenia cien codos de
longitud, 7 dneuenta codos de anchura,
7 treinta codos de altura, sobre cuatro
órdjmes de columnas de cedro, con vigas
de cedro sobre las cdumnas«
8 Y estaba cnMeita de tablas de cedro
arriba sobro las vigas que se apoTaban
en cuarenta 7 dnco cdnmnas: cada
hflera tenia quince eolutmuu.
4 Y habia tres órdenes de ventanas,
una ventana contra la otra en tres
órdenes.
5 T todas las puertas 7 postes eran
cuadrados : 7 las unas ventanas estaban
firente á las otras en tres órdenes.
O También hin> un pórtico de colum-
nas, que tenia de laigo cincuenta codos,
7 trnnta codos de ancho; 7 aqueste
pórtico e$taba delante de aquellas o<ra«,
con sus odumnas 7 maderos correspon-
dientes.
7 Hizo asimismo d pórtico del trono
en que habla de Juzgúr, el pórtico dd
Juldo,' 7 vistiólo de cedro de sudo á
suelo.
8 Y en la casa en que d moraba,
habla otro atrio debtro del pórtico, de
obra semejante á esta. Bdiflcó tam-
bién Salomón una casa para la hija de
Pharaon, que habia tomado por mi^erk,
de la misma obra de aquel pórtico.
9 Todas aquellas óbrtu fueron de pie-
dnis de precio, cortadas 7 aserradas con
sierras según las medidas, asi por de
dentro como por de fbera, desde d d-
miento hasta los remates, 7 <wfmirmo
por de ftiera hasta el gran atrio.
10 El dmiento eta de piedras de precio,
de piedras grandes, de piedras de diez
codos, 7 de piedras de ceno codos.
11 De allí arriba eran también piedras
de predo, labradas conforme á sus me-
didas, 7 (¿ira de cedro.
Iff Y en el gran atrio al rededor hd>i8
tres órdenes de piedras labradas, 7 un
orden de vigas de cedro : 7 a*i el atrio
interior de te casa de Jehová, 7 el otro
atrio de la casa «.
18 5 7 envió el re7 Salomón, é hizo
venir de Tvro & Hiram *,
14 HUo de una viuda de la txfbtt de
Nephthall, 7» su padre habla sido de
Tvro : trabi^ba él en bronce/, lleno de
sabiduría, 7 de inteligencia 7 saber; en
toda obra de metal. Este pues vino d
rev Sdomon, é hizo toda su obra.
18 Y vado dos columnas A de bronce,
la dtura de cada cual era de diez 7 ocho
codos ; 7 rodeaba á una 7 otra colamna
un hilo de doce codos.
18 Hizo también dos chiqpiteles de fun-
dición de bronce, para que ííiesen pues-
tos sobro las cabezas de Us columnas :
la dtura del un chapitel era de dnco
codos, 7 la del otro chapitd de oíros
dnco codos :
17 Ademat trenzas á manera de red, 7
ums cintas- á manera de cadenas púrs
los chapiteles que u fuMa» de poner so-
bro las cabezas de las odumnas : siete
para cada chapitel.
18 Y cuandolmbo hecho las cdumnas,
hiro también dos órdenes de granadal al
rededor en el un enredado, para cubrir
los chapiteles que estaban en las cabezas
de leu edumneu con las granadas : 7 de la
misma forma hizo en d otro chapitd.
19 Los chapiteles que eetaban sobro las
dos ooliunnas en el pórtico, tentón labor
de flores por cuatro codos.
i» Tdnan también los chapiteles de
* Cap. 9. 10.
aCr. 8.L
I Cap. 3L 1.
ací.8.11.
• Jvania
as.
Ueéh.8.U.
•<Ter.4a
2GT.4.11.
• S Cr. & 14.
/aCr. 4.16.
' Bz. 81. 8.
7S6.I.
17.
20r.8.U.
«t&
74. 4% etc.
Jer.fiS.2l.
ete.
A,aiOM..
I.«ETBS^yiIL
4.C1MI
• wr. 13.
> 11 aifaUe-
ti/rt.
/l2Qr.i.8,S.
/G«l8.9«.
Bz.ilft.U.
• y W. 7.
Heb.9.S.
"B1.LU,
ele.
■obn 1m do» col
nadas en do* didcnca al ndador en cada
chapitel, cnoima del ▼icnln áá. chapi-
tel, el eval vientre «alaba delante úA
enxedado«
SI Efitaacolomnaaerigióenélii&ctieoi
del templo: jr «nando hubo auado la
columna de u mano derecha, pdaole
Kr nombre Jachini : y alzando la eo>
nna de la mano uquieida, Uamó mi
nombre Boas H.
88 Y j>uM en lat cabexai de las c(^
lomnas labor en fonna de azucenas: y
MÍ le aoiübó la obra de las columnas.
83 Y Hizo aslmUmo un mar de fiin>
dicion, de diez codos del un labio al
otro, perfectamente icdondo : su altura
era de cinco codos, y celUalo todo al re-
dedor un oosdon de treinta oodoa.
84 Y cercaban aquel mar por deb^o de
su labio en derredor unas bolas como
calabazas, diez en cada codo, que oeiUan
el mar todo al rededor* en dos drdenes,
las cuales hablan sido fundidas cuando
él fué fundido.
86 Y estaba asentado sobre doce bu-
eyes, tres de lo» euaUt miraban al Norte,
9 tres miraban al Poniente, y tres mira.
ban al Mediodía, y tres miraban al Orí-
ente. Sobre estos se apoyaba el mar, y
las traaazas de ellos estaban bicia la
parte de adentro.
88 El grueso del mar era de un palmo,
y su hduo era labrado como el lauüo de
un cáliz, ó de flor de lis : y cabían en él
dos mil batos.
87 ^ Hizo también diez basas de bronce,
siendo la longitud de cada basa cuatro
codos, y la sinchura de cuatro codos, y
de tres codos la altura.
88 lia obra de las basas en esta : te-
nían uxuu cintas, las cuales estaban entre
molduras ;
80 Y sobre aquellas cintas que ettaba»
entre las molduras, JL^unM de leones, y
de bueyes, y de querubines f : j sobre las
molduras de la basa, asi encmia como
debajo de los leones y de los bueyes, ha-
bía unas ailadiduras de bajo relieve.
80 Oada basa tenia cuatro ruedas >■ de
bronce con mesas de bronce: y en sus
cuatro esquinas habia unos hombrillos,
los cuales nadan de ftindicion á cada un
lado de aquellas aflaáliduras, para estar
áebtito de la fuente.
81 T la boca dd pié de la fuente en-
traba un codo en el remate que eaUa
para arriba de la basa: y era su boca
redonda, de la hechura del miemo re-
mate, y este de codo y medio. HaUa
también sobre la boca entalladuras con
sus cintas, loe cuate» eran cuadradas, no
redondas.
88 Las cuatro ruedas ettabau déba^ de
las otra» cintas, y los ^jes de las ruedas
mtcian en la misma basa. La altura de
cada rueda era de un codo y medio.
88 Y la hechura de las ruaias era como
la hechura de las ruedas de un carro :
sus ^es, sus rayos, j sus cubos, y sus
cinclús, todo era de nindicion ;
84 Asimismo los cuatro hombrillos 4
las cuatro esquinas de cada basa : y los
hombrillos eran de la misma búa.
86 Y en lo alto de la basa habia medio
eodo de altura redondo por todas partes :
y encima de la basa sus molduras y cin-
tas, ia» euaie» eran de ella misma.
ae £ hizo en las tablas de las moldu-
ras, y en las cintas, entalladuras de que-
rubines, y de leones, y de palmas, con
proporción en el eqiacio de cada una, y
al rededor otros adornos.
37 De esta forma hizo dies basas fun-
didas de una misma manera» de una
mlinia medida* y de una ***"'i"» cota*
lladura.
88 Hizo también diez focntes* de
bronoe : cada fbente contenía ouarenla
batos, y oada una cm de cuatro codos:
L atento una fliente aobre cada una de
• diez basas.
88 Y puso las cinco basas á la mano
derecha de la casa, y las otras ciqeo i
la mano Isquioda t y asentó «1 Mar al
lado derecho de la casa, al Oriente, ha-
cia el Mediodía.
40 Y Asimismo hizo Hixam* fuentes,
y tenazas, y cuenoos ; y acabd toda Is
obra que hizo á Salomón pan la casa de
Jehovft:
41 Be á eaber, dos columnas, y los vasos
redondos de los capiteles que eetaban en
lo alto de las dos columnas ; y dos re-
des^ que cubrían los dos vasos redondos
de los capiteles, que eetaban sobre las ca-
bezas de lai columnas ;
48 Y cuatrocientas granadas pan tas
dos redes, ee á eaber dos érdienes de
granadas en cada red, pan cubrir loi
dos vasos redondos que ettabau sobre las
cabezas de las columnas:
48 Y las dies basas, y las diez flientei
sobre las basas :
44 Y un Mar, y doce bueyes debajo del
Mar:
46 Y calderos, y paletas, y cocnooaf , y
todos los etree vasos que Hiram hizo ai
rey Salomón, para la casa de Jefaov¿, de
metal acloalaao.
46 Todo lo hizo fundir el rey en la
llanum del Jordán, en tiem aroülosa
entre Sucothr y Sarthan*.
47 Y d^ Salomón sin inquirir d peso
del metal de todos loe vasos por la grande
multitud < de dloe,
48 Y Bnténoes hizo Salomón todos los
vasos que eran pertenecientee á la casa de
Jehova : un altar de oro «, y una mesa
sobre la cual eetaban loe panes de la pro-
posición «, también de oro :
40 Y dneo canddocos de oro pnrirfmo
& la mano derecha, y otros cinco á la
izquierda, deijate del Oriculo, con las
flores, y las Ifunparaa, y despabiladeras
de oro:
60 Asimismo los cántaros, vasos, ta-
zas, cucharillas é incensarios de oro pu>
rísiino. También de oro los quiciales de
las puertas de la casa de adentro, u á
eaber, del lugar santísimo, y los de las
puertas del templo.
61 Así se acabó toda la obn que dis-
Suso hacer el Teg Salommi pan la oasa
e JéhovA. Y metió tialomon lo que
David su padre haUa dedicado, s* A
eaber 9, plata y oro, y vasos, y pdsolo
todo en cuarda en las tesorñías de Ja
casa de JebovA.
CAPITULO VIII.
Bálomen haeejtmlar * lodo wopoMo, f con
gremie edlimieidaá feée 4 oreaiApaáo m
A teeiMlo, d eual Dio» JMm*« i» ema eeto
«M teeUimemio de en preteneta. HéUtndoBa-
loman rmáUo d Diot i/raeáa» par kakrif
euneeMio U podar td^loerli temjptOf m ena
tarifa oración te pida mneitre ta/aeer M-
hrtlot 9»ten a^uel luyor b imooearto m
en» neotMadett i deepaet bendice at peMo.
Jkdíeoeé él templo con fpr^mde/ieáa y ffrea-
de fRKttttwi de eaertfieiot.
ENTONCES Juntó Salomón los an-
cianos de Israel, v A todas las ca-
bezas de las tribus, y A los príncipes de
las flunillas de loábaos de Israel, al rsgp
Salomón en Jerusalem*, pan traa el
aroafc del pacto de Jehová de la ciudad
de David, que es Skin«.
8 Y se juntaron al rey Salomón todo*
los varones dé Israel en el mes de Etha-
•aor.t
ele. I
188». 11
<8Ss.S>f
L.BsnB,iniL
A. CilOO«.
tolcmne.
Z Y ^rinJcfOB todos lot aaeianM de Ii*
nd, j loa necsdotc» tomanm el ane«:
4 Y Ueveron d «roa de Jdiová, y el
tsbeniácalo dd teMimonio/, ; todee lot
yno» ncFadot que utabtm en el taber>
véealOf toeoalai UeralMUí loe Moeidotet
jlieritu.
6 T el wf Selomon, y toda la eoii'
f^regaeioB de Inrael qne á él ee habla
juntado, estaban oon A delante del aroa,
Morificúido ov^aa j bne^ea f, que por
naltítud ao ae podUaa contar ni na
•■Tki,
it-X
< Y loa aaecrdotea nietkvon el
dd pacto de JchovA en au higarA, en
d Oléenlo de la eaaa> en el liuax aaa-
tídmo, deb^ de laa alas de km q«e-
nbims'.
7 Ptnqoe loa quenibinea tenían caten»
didas laa alaa aobre el lugar del arca,
7 así cubrían loe querubinea el ana j
na nraa por enolnuu
8 S hicuTon salir las vans ; qoe las
eabesss de laa varas ae ddabaa ver desde
ti taataario delante del draenlo, mas
no ae veían desde afiaeía: y así ae que»
dsnn haau boy.
8 En el arca plncnna cosa habla maa
de laa dos tablas «w piedraA, que habla
dU pneato Molaea en Hoieb, maám Je-
hoTft hizo la alianial con loa 14)oa ds
Isnd, cuando salieron de la tiena de
Egipto.
10 Y como los saeodotes salieron del
Hatoario, urna nube hinchió la caea de
Jdwvá-.
11 Y los aacerdoMs no pwttenm estar
pan ministnur por oanaa de la nnbe:
porane Is ^oria de Jehová haUa hen»
cUdo la caaa de Jebová.
LS Entáices d^o Salomón*: Jéhová
ha dicho que él habitaria en la oicurl*
dad». ♦
U Yo he edificado caaa por morada
paa tí^, asiento en que ttf habites para
denme f.
M Y TolTlendo el rey au rostro, ben-
dUo & toda la congregación de Israel r,
{y toda Is ooQgregaolon de Israel estaba
16 Y dijo: Bendito tea JehovA Dioa
de locad, que habló de su boca á J^avld
mi padre*, y oon au mano lo ha oum-
pUdo,dieienlo:
18 I>nde el dia que saqué mi pueblo
latad de Egipto, no he escogido dudad
de todas laa tribna de larad para edi-
ficar casa en la cual eatnvleac mi nom-
Ue, aunque eacogí & David < para que
ptoidiese en mi pueblo larad.
17 Y David mi padre tuvo en el cora-
zon edificar caaa al nombre de Jdiovft
Dioadelsrad*.
18 Mas Jebovi d^o & David mi padre:
Csaalo ihaber td tenido en el coraxon
dificar caaa á mi nomine, Uen has
ONbo en tener tal voluntad.
1* Empero tii no adiflcaxás la caaa,
doo tu hUo que aaldr& de tus lomos;
fledificai& casa á mi nombre.
10 Y Jehov¿ ha verificado au palabra
que hsbia dicho ; que me he levantado
7» «n lugar de David mi podre, y heme
Matado en d tsono de larad, como
¿dMvft haUa dieho«, y he edificado
• caaa d nombra de JdMyvA Dk>a de
Inad.
1 Y he pneato en ella lugar para d
¡^^ en la cud eatA el paoto de Je»
"0*«lf que él hizo con nuestros padres
<=tuado los sacó de la tierra de I^pto.
a Y Pdsoae luego Sdomon delante
od dtar de JehovA, en prcaencia de
toda la oongrsgaolon de Isnd, y
diendo sus manos d ddo*,
88 JXiai JahovA, Dios de Israel, no
Aay Dios como Id, ni arriba en loe d-
doB, ni alMiJo en la tierra; qne guar-
das d pacto y la mlsedoontla A tas
dervos», los que endssi delante de ti
detodestt oonuton^:
S4 Qne has guardado A tu dervo David
mi padre lo qne le dUiate : d^ístdo con
tu boca, y con ta mano lo has cumplido,
como opaiwce este dia.
S6 Ahora pues, JehovA Dios de Isra-
el, cumple A tu siervo David mi padre
lo ane le penmctiste didendo. No fld-
tara varan de tí delante da mí, qne se
dente en el trono de Israel, con td
qne tua hijos guarden sa camino, que
¿aden dehuate de mi eomo td has d»
lante de mí andado «.
88 Ahora pues, oh Dios de Inrad,
verifiqúese tu pdabra que dijiste A tu
siervo Da^Hd mi padre.
87 ¿ Empano ea verdad que Dkw hi^
de morar aobre la tierra ? Hé aquí qne
loa délos, loa deloe de loa ddas<< no te
pueden contener*, ¿cuanto menos esta
caaa que yo he edifioado ?
88 Con todo td atenderás A la onclon
de tu dervo, y A su plegarla, oh JehovA
Dios mior oyendo propttio el clamor y
oradon que tu siervo hace hoy ddanto
de tí:
88 Que estén tus cjos abiertos de noche
y de dia aobre esta oasa, sobre esto lugar,
del cud has dicho : MI nombre estará
dlí : y/ que oigas la oradon que tu siervo
harA en este lugar y.
80 Oye pues la oración de tu siervo,
y de tu pueblo laxad A: cuando oraren
en este lugar, también tü lo oirAa en
el lugar de tu habitación, desde los
cielos t qne oteas y perdones.
81 Cuúuio ^^no hubiere pecado eon>
tra su prdijimo, j le tomaren Juramento
hadeooolo Jurar •', y viniere d Juramento
ddante de tu altar en eata caaa,
88 Td oirAa deede d délo, y obrarAa,
?' JnzgaxAs A tus siervos condenando al
mpío, tomando su proceder sobre su
cabexa, y justltíoando d Justo para darle
conforme A au Justicia.
88 Guando tu pueblo Israel hubiere
caldo ddanto de sus enemigos A, por
haber pecado contra tí, y A tí se vol-
vieran/, y coniiisaren tu nombre, y ora-
ren, y te rogaren y suplioaren en esta
84 Oydos td en los ddos, y perdona
d pecado de tu pueblo Israel, y vuélve-
los A la tierra que diste A sus padres.
85 Ctiando d cielo ae cerrare, y no
lloviere <", por haber ellos pecado con-
tra tí, y te rogaren en este lugar, y
confiíaaren tu nombre, y ae volvleren
dd pecado, cuando los hubicrea afligido,
86 Td oiris en los ddos, y per£>na-
rAs d pecado de tus derroa, y de tu
pueblo Israel, enaeftandolea el buen ca-
mino en que anden; y darAs» lluvias
aobre tu tierra, la cual diste A tu pueblo
por horadad.
87 Cuando en la tierra hubiere ham-
bre ó pestilencia, ó tizondlio, ó niebla,
ó langosta, ó pulgón; d aua enemlgoa
los tuvieren cercados en la tierra de su
domicilio; cualquiera plaga ó enfcrme-
dadquetta*;
88 Toda oradon y toda súplica que
hidere eudquier nombre, ó todo tu
pueblo Israel: cuando oudqnieza sin-
tiere la plaga de Stt coraum, y extendiera
sus manos A esta casa,
SO Tú oiíAs en los ddos, en la habi-
tación de tu morada, y peidonaxAs, y
•la. 1.15.
• Ksh. 1. 6.
Osa. 8. 4.
ktisp.&C
«Cap. 9. 4.
8d.Ul.18.
4Dn.10.14.
aOor.ULS.
«aCr.&6.
Is.flS.1.
Jar. as. 84.
BM!h.7.4a.
y 17. 34.
/Dea. 12. II.
«Daa.CLlO.
ASCr. ao.8.
i la. 22. 11.
ALer.a&ir.
Deu.aa.a5.
{Lev. 28. 40,
48.
K^l.8,9.
"Lev.ie.I9.
Des. 28. 28.
"1 8a. 18.21.
8d.a6.8.
y94.1a.
•Lev.9>.l«,
ete.
Dra.aa.2I,
etc.
acr.ao.9.
''^¡TSJSÍt
« la hiSId d« lod« iM r^AkmM
pM, bM^- » udi
pgr UOtrn m iMnruUtd^.
Sd ^uHt d* J«liD*t, bm™ «ann d*
^VÍÍÍ3
rail d<4h. Ail daSnifl «I i* f Cv
^^slíííSir;!^^;
> C ota* )
LBKTEti, Z.
.aoir.9»
XL
gnaidaxcit aá» wwilMnknitc». y nút
atatntot que yo ha puesto dcUnto de
voeotre*, uno jque ftiereU t lirTkrtlt á
dioM» affeno*» y los adoiams,
7 Yo oortsfé & Isncl de sobra Ia bai
de 1« ticm « que les he entiegado ; y
eete easa» que oe santifioado & mi nom-
bre, yo la ecbartf de delante de mi, é
Itnel será por proverbio y ftbnla i to-
dos los pucbloa*.
8 Y esta easa que estaba aa estima,
oaalqnieía que pasan por ella se uas-
man, y sUvari, y dliá : ¿ Por qué ba
hecho asi Jehová á esta ticonra, y A esU
easa^?
9 Y dir&n : Por cuanto diñaron A Je-
hová su Diosf, que habla sacado & sus
padres de tietra de Egipto, y echaron
maxko á dioses agcnoa, y los adoraron, y
lea sirrieron : por eso ha traído JehovA
sobre tilos iodo aqueste malr.
10 5 Y aconteció al cabo de veinte
allos • que Salomón haUa edificado las
doa casas, la casa de JehovA y la oasa
xealf.
U Para las cuales Hiram rey de Tnro
habia traído A iialomon madera de cedro
y de haya, y cuanto oro él quiso, que el
Ttj Salomón dio A Hiram veinte ciuda-
des en tierra de Galilea.
IS Y salló Hiram de Tyro para ver las
ciodades que Salomón le haUa dado, y
no le contentaron.
13 Y dijo : i Quó ciudades son estas
qne me has dado, hermano ? Y pdsoles
Er nombre. La tierra de | Cabul, hasta
y.
14 T habla Hiram enviado al rey d-
ento j veinte talentos de oro.
15 f Y esU M la raxon dd tributo qne
d rey Salomón impuso para edificar la
oaaa de JehovA, y su casa, y A Millo «, y
d mnxo de Jeriasalem, y A Hasor*, y
lf«^ddoy, y Oczer « :
16 iHiaraon d rey de Egipto habla su-
bido, y tomado A Gexer, t quemádola, y
haUa muorto los Cananeos qne habita-
ban la dudad, y dAdoU en don A su h^a
la mujer de Salomón.
17 Restauró pues Sdomon A Qeier, y
i la b^a Beth-oron «,
18 T A Baalathb, y Thadmor«, en ti-
cxra del desierto:
19 Aaimismo todas las ciudades donde
Salomón tenia municiones, y las ciu-
dades de los carros ', y las dudades de
la vente de A caballo, y todo lo que Sa-
lomón deseó edificar en Jerusalem, en
d LíboBO, y en toda la tierra de su se-
ikirío.
90 A todca kM pueblos qne quedaron
de loa Amonfaá», Hethóos, Pherexóos,
Hevéoa, Jd>usáDS, que no fueron de los
li^oa de Israd,
91 A aus UJos, que quedaron' en la
tierra después düe ello*, que los h^jos de
Israel no pudieron acabar/, hizo Sa-
que sirviesen con tributo hasta
n ICaa A ninguno de los hilos de ís-
inqmso Salomón servicio;; sino
•ran hombres de guerra, ó sus ori-
,, 6 sus príndpes, ó sus capitanes, ó
comandantes de sus carros, ó su gente
de4eabdlo.
98 Y los que Salomón habla hecho
jiifiTS j piepdaitos sobre las obras, eran
quinientos y cincuenta, los cuales esta-
ban sobre el pueblo que trabajaba en
aaneila obra.
94 Y aabió la hila de PharaenA de la
ffliHit*' da David a su casa que Salumon
Je habla edificado ': entonces edificó U
4 Mino*.
95 y ofirada Salonon tres vaoea oada
un «lio botecauatoa y paoifiooa sobre el
altsr que Ól edlfleó A JefaovA, y quemaba
perfumes sobre d que ettaba delante de
JehovA, deH>aM Qoe la oasa toé acabada.
96 ^ Hiso también d ny Salomón na-
vios < en fidon-gabnr «, que m junto A
Elath en la ribera del mar Bermc^, en
la tierra de Bdom.
97 Y envió Hiram en ellos A sas d-
ervoa, mariaeroa y diestros en la mar,
con los siervos de Sdomon :
98 Loa cuales fticron A Ophlr », y to-
maron de allí oro, cuatrooientoa y vdnte
talentos, y tr^érúUo d rey Salomón.
CAPITULO X.
La rvAui dt Ma, oM« ia/ama df BaJmmam, It
•imt 4 vtr, tUdé prtmtf. BnmaétiM
rmria» i» BaUmom / tu trmto, riftumn^ y
Y OYENDO U rdna de Beba • ta fil-
ma de Salomón en d nombre de
JehovA, vino A probado con preguntas b.
9 T vino A Jerusalem con muy gwod^
comitiva, con camdlos cargados de aa-
pedas, y oro en grande diundancia, y
piedras preoiosaat y como vino A Sa-
lomón, proptlsole todo lo que en su oo-
razón tenia.
8 Y Salomón le declaró todas sus na-
Udiras : ninguna oosa se le escondió d
rey que no le declarase.
4 Y cuando la reina de Beba vio toda
la sabiduría de Salomón, y la oaaa que
habla edificado,
5 Asimismo ia oomida de an mesa, d
adento de sus dervos, d astado y ves-
tidos de loa qiie le servían, sos maes*
tresdas, y sus holocaustos que sacrifi-
caba en la casa de JehovA, quedóse ena-
jenada t
6 Y dUo d rey : Verdad es lo que oí
en mi tierra de tus cosas y de tu sa-
biduría;
7 Mas yo no lo arda, hasta que he
venido, y mis qjos han visto qne ni aun
la mitad/H4 lo que se me dUp : es mayor
tu sabiduría y bien que la nma que yo
habla ddo.
8 Bienaventurados tus varones, dioho-
sos estos tus siervos que están continua-
mente ddante da tí, y oyen tu sabiduría.
9 JehovA tu Dios lea bendito, que se
agradó de ti para ponerte en el trono de
Inrael « : porque JdiovA ha amado d-
empre A Israel ¡ y te ha puesto por r«y,
para que hagas derecho y justicia ^.
10 Y dló eUa d rqr dentó y vefaite ta-
lentos de oro, y muy mucha espedería,
y piedras preciosas*: nunca vmo det-
Cu tan cnnde copla de especias, como
rdna oe Seba dio al rey Salomón.
11 La flota de Hiram/ que habla traído
el oro de Ophlr, traía también de Ophlr
muy mucha madera de bradl tt y pie-
dras preciosas.
19 V de la madera de bradl biso el
rey bdaustres para la casa de JehovA,
y para las casas reales, harpas también
y salterios para los cantores : nunca vi-
no tanta madera de brasil, d se ha visto
hasta hoy.
18 Y el rev Sdomon dio A la «dna de
Seba todo lo que quiso, y todo .lo que
pidió, demás de lo que Salomofi ly aló
como de mano del rey Salomofi. Y día
se volvió, y se ftió A su tierra con sus
criados.
14 5 Bl pcM de oro que Salomón te-
nia de renta oada un afio, era seiscientos
sesenta y sds tdentos da oro ;
15 Sin |0 d* los rocroadercs y de la
contratación de especias, y de todos loa
r^yes de Arabia, y de los princ^palea da
la tierm.
10 Hizo también d ttf Salomón dosd
f90r.t.l9.
•ts.
«Clft^l0.11.
Job». I*.
•aCr. 9. 1,
MatlXtt.
iPro.Lft.9.
"Cap. 5. 7.
4 Bal. 72. 9.
•9Boy.7.«.
/Gapb 9. S7.
fHeb. Jl-
mutggtm.
aCr. 2.8.
y 9. 10,11.
A.OLclr.»<k
L REVÉS, XI.
A.O.di.11!
uC wro extendido : mucI-
entM cbuador de oro gwtó en cada psTM :
«Btet w
ciiuador de oro gasto en cada ps^
17 Atimlfmo tretcientoa eaendiM de
«Sen. 10. 4.
SOr.90.86.
*C»p.S.13,
18.
/Fro.S.6.
Buit*. L 8.
•aCr.l.M,
«te.
•9B«r.T.«.
•Bi.si.ie.
])ea.7.8,ii
» Sen. 17. 17.
irfh.18.a6.
oro estendido g, en cada uno de los eua-
le« gartd tm libras de oto ; j ptisolos el
rey en la casa del bosque dd Hbano *.
18 Hito tamUín él rey un gran trono
de marfil, el cual cubrió de oto pu*
rliimo.
10 Seis gradas tenia él trono, ▼ lo alto
de él era redondo por el reipaldo : y de
la una parte y de la otra tenia apoyos
cerca del añento, junto & los cuales es-
taban eoloeadoa dos leones.
'SO. Estaban también doce leones pu-
estos alli sobre las s^ gradas, de la una
paite y de la otra : en lüngun otro reino
se había hecho trono semefante.
81 Y todos los vasos de beber del rey
Salomón eran de oro, y admismo toda
la n^llla de la casa del bosque del Lí-
bano era de fino de oro ; no habla plata :
en tiempo de Salomón no era oe es-
tima.
8> Porque tí. rey tenia la flota qve tatia
á la mor, á Tlúotii*, con la flota de
Hiram : una ves en cada tres aik>s ve-
nia la 4ota de Tfaanis, y traia oro, plata,
martil, slttiios, y pavos.
S3 Así excedía él rey Salomón & todos
los reyes de la tiena en riquexas, y en
sabiduría*.
84 Toda la tierra procuraba ver la cara
de Salomón, para oir su sabiduría, la
cual Dios h<d>ia puesto en su coraxon I.
86 Y todos le llevaban cada afto sus
presentes ; vaaoi de oro, vasos de plata,
vestidos, anuas, aromas, cabidlos, y aoé-
milas.
86 Y juntó Salomón carros m y gente
de á caballo ; y tenia mil y cuatrociiiitos
carees, y doce mil ginetes, los cuales
puso en las ciudades de los carros, y con
el rey en Jcrusaiem.
87 x puso el rey en Jerusalem plata
como piedras, y cedros como los ca-
brahigos que están por los campos en
abunoanoia.
88 Y sacaban caballos y Uenaos á Sa-
lomón de Egipto : porque la compaflía
de los mercaderes del rey compraban
caballos y llenaos.
88 Y venia y salla de Egipto el oarro
Cr seiscientas piesiu de plata, y el ca-
llo por ciento y cincuenta : y así los
sacaban por mano de ellos todos les
reyes de los Hethéos «*, y de Siria.
CAPITULO XI.
AlomoM iodo «I amordtUu WMrfysf «rfran-
/cr«, tdifiea templo §» JaruiaUm <r Im d<-
ott» d$ tu» flu^M ; for lo aial Dio» te
dmtu»Ha la dtoÍMÍon ae «« retmo, y b mm-
eUé tres eHemigot potentüttnoe. Proaute
JHot d reino déUu Ole» tribm» 4Jerohoam,
aiervo dt Balonunt por lo «uA yroaoromio
8alomonnialarle,ttluiy» 4JSg^io. ¡/mere
Balomom, y mmm h» «< reino Roboam «w
hHOk
EMPERO el reySalomon amó, & mas
de la hila de Pharaon, muóhas mu-
jeres extranjeras ; & las de Moab, á las
de Ammon, á las de Iduméa, & las de
Sidon, y & las Hetháas :
8 Gentes de las cuales JehovA habla
dicho* á los hitos de Israel : No entra-
ra á ellas, ni eiias entrar&a á vosotros ;
porque ciertamente harAn inclinar vues-
tros corazones tras sus dioses. A estas
pues se juntó Salomón con amor.
3 Y tuvo setecientas mt^eres rrinas,
y trescientas concubinas ; y sus mujeres
torcieron su oorazitaik.
4 Y ya que Salomón era vi^o, sus
mujeres inclinaron su coraxon tras di-
y BU oorason no era per-
como él
fisete con JehovA so Dlos«,
oorawm de su padre David.
6 Porque Salomón siguió A Asfl>arotb,i
dios de los Sidonios, yd g MUehAm,
Aominadon de los Ammonitas.
O E hixo Salomón lo malo en los ojoi
de JehovA, y no ftié cumpUdaménte tus
JehovA « como David su padre.
7 Entonces edificó Salomón un alto A
Chemos/, abpminacion de Moab, en el
monte que eild enftente de Jerusalem ;
y A Moloch, abominación de loe l^os de
Ammon.
8 Y así Un» para todas sns mojetes
extrai^jeras, las cuales quemaban per-
fumes, y saerificaban A sos dieses.
9 Y enojóse f JehovA contra Salomón,
Kr cnanto estaba su coraxon desviado
JehovA Dios de Israel, que le baUa
aparecido dos veces k,
10 Y le haUa mandado acerea de esto,
que no siguiese dioses uenos : mas él no
guardó lo que le mandó JéhovA.
11 Y d^o JehovA A Salomón : Por ea-
anto ha habido esto en tí, y no haa
guardado mi pacto y mis estatutos que
yo te mandé, romperé • el refaio de tí, y
lo entregaré A tu siervo *.
18 Empero no lo hará en tus dias por
amor de David tu padre / : romperélo de
la mano de tu hijo.
18 Sfai embargo no romperé todo él
rdnoM, sino que daré una tribu A tu
hijo por amor de David mi siervo, y
por amor de Jerusalem que yo he Re-
gido».
14 5 Y JdutvA suscitó un advenaifo A
Salomón»; A Adad Iduméo. de la san-
gre real, tí. cual eetaba en Edom.
16 Práque cuando David estaba en I
Edom^, y subió Joab . el general del
^éreito A enterrar los muertos, y mató
A todos los varones de Edom r .
16 (Porque seis meses habitó allí Joab.
y todo Isñd, hasta que hubo acabado A
todo el sexo masculino en Edom,)
17 Entonces huyó Adad, y con él al-
gunos varones Iduméos de los siervos de
su padre, y fuese A Egipto : era enton-
ces Adad muchacho peqnefio.
18 Y levantAronse de Median •*, y tí-
nieron A Paran»; y tomando consigo
hombres de Paran, Riéronse A Ecipto,
A Pharaon rey de Egipto, el cual Te dio
casa, y le sefiató alimentos, y aun le dio
tierra.
19 Y halló Adad grande gracia delante
de Pharaon, el cual le dio por mii^^' ^
la hermana de su esposa, A ia hennana
de ia reina Th^phnes.
80 Y la hennana de Thaphnes le pa-
rió A su h^ Oennbatfa, al cual destetó
Tlumbues dentro de la casa de Pharaon;
y ati estaba Oenubath en casa de Pha-
raon entre los hjjos de Phorson.
81 Y oyendo Adad en Egipto que Da-
vid habla dormido con sus padres, y cp»
era muerto* Joab, general del eieieito,
Adad dijo A Pharaon: Déüame ir A mi
tierra.
88 Y respondióle Pharaon: Porqué?
¿ Qué te ralta oonmigo, que procuras
irte A tu tierra ? Yélre^Kindió: Nada:
con todo ruégete que me d«es ir.
83 Despertóle también Dios por ad-
versario A Rexon, UJo de Küada, tí
comI haUa huido de su amo AdadeicT,
reydeSoba*,
84 Y habia juntado nnte contra ¿1, y
hablase hecho capitán de una oonqpaflía,
cuando David desUioV A los de Boba.
Después tí y loe etf^foe se fueron i Da-
masco, y habitanm allí, é hidéronio rey
en Damasco.
86 Y fbé adversario i laraél todos las
■C»if.U
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ka. 11
10.
^ituo.
fliidegaionno; jrfbéetio mal aM ei
ct Aátif poraiw MMinrarlo A ISFMly y
KbóMhrela&ria.
K Aitaidmio Jeroboun >, 14)0 de Na-
bit, I^linthéo de Senda, ■ierro de
BfelanMB, (la aadi* te llamaba 0er«a,
a^jer viada,) alad tu mano oontra el
wy.
17 T b canea parfiM cete altó mana
€l ray Jki ceu : Balomon edlfi-
á Millo* oerrtf el portUlo de la
dndadde David au nadre.
tt Y el varón Jeroboam ara Tállente y
oAmdo: y vtenile Salomón aJ man-
eebo qae em hombre aoÜTO, encomen>
áHe todo ri caigo de la oasa de Joieph.
0 Aconteció pues en aquél tiempo,
que Müendo Jeroboam de Jerusalem,
topdlo en el camino el noftta Ahiai,
SUonltak; 7 & miaba cubierto con una
caya nnevaí 7 celaban alloe doa aoloa en
d campo.
80 Y nabaiide Ahlae de la oa|Mi nueva
qae (míe aotne al», fompldla en doce
padazfla,
a Y 4^ & Jeroboam : Toma pan tí
lM(fiei pcdaaoc; porque aif dloe Je-
bovi JNofl de laraeU : Hé aquí que 70
nmpo d reino de la mano de Salomón,
Tittdavtdleatribaf:
> Y él tendrá una tribu por amor de
David mi aicrvo, 7 por amor de Jera*
alem, dudad que 70 be elegido de todaí
las trllHU de larael t
S8 Per cuanto me han diñado*, 7 han
adorado á Aathaioth, dioa de loa Sido-
aiwi 7 i Ohemoe, dloa de Moab, 7 á
Moioefa, dloe de loe hUoe de Ammon ;
T no han andado en mía camlnos> para
hacer lo fue e« recto delante de mié ófoe,
J mis catattttoe, 7 mía derechoa, como
tía Devid bu padre.
M Impero no miitaré nada de au reino
de na manoe/, ano que le retendré por
caodiUo todoe loe diaa de au vida por
*nMr de David mi aicrvo, al cual 70
d^, 7 ií guardó mis mandamientoa 7
piu
'I».
35 Mas 70 quitaré el reino de la mano
<ie « hQof, 7 darélo 4 tí, laa diea
tribus:
W Y & tu I4J0 daré una tribu*, para
ne mi aiervo David' tenga liinpan
todoa los días delante de mi en Jeru-
■elem, ciudad que 70 me degí para po-
xe en ella mi nombre.
*7To pnee te tomaré á tí, v td reinarla
oí todas las ooeas que deseare tu alma,
7 Mata rey eobre Israel.
98 Y aem que ai pceatarea oído & todas
las cosas que te mandAre*, 7 anduvieres
m mis caminos, é hlclerea lo mte et rec-
te delante de mia ojoa, guaraando mía
aatatutos, 7 mis mandamientos, como
Uzo David mi siervo, 70 aera contigo, 7
te edilleaw caaa firme, oomo la edifiqué
á David', 7 70 te entKgaré A Israel.
» Y 70 afligiré la simiente de David &
eauea de esto, mas no para siempre ».
^ Proearé por tanto Salomón de ma-
^ & Jeroboam*: pero levantandoae
•oobcam huTÓ & E|ppto, á Slaae, rey
de Egipto, 7 estuvo en Egipto hasta la
*i"iene de Salomoo.
41 Lo demás de loa hcehoe de Salo-
■ea^y tedas las cosas oue hiae, v su
■nÉfaiIa, ¿ no catan caerltas en tí Ubro
^ tes heehoa de Salomón»?
■tt Y loa días que Salomón reiné en
'«lualam sobre todo Iamd,/«eniii cua-
*Maalloa.
4BT dnrmié Salomón con eos padree,
. mé aepultado en la ciudad de au
Pedre David: 7 rdné «n au lugar Re-
Mtti^auhqo.
CAPITULO XII.
La$ dita Mtau at l>i>ee^OT «afra l>»totla,
aiioa «• laa ftiiao iiaemrgm alga áa lea
IriMot. Praforamáim Eaiommpara aamir
eoMft-a larad, aa amomaMaia 4a Diaa par «m
fn^H»^ y li^fa la «mipnaa. Jtnbaamjar
•portar mI jumU» 4e mernür d Januaína,
tr t§ rMiM| MWM asa oaatrtaa
y MM aef to^ aa jnmóIs Mo*
Y FUE noboam & Siohém*, nmrae
todo Israel haUa venido á OchCm
para hacerlo rev.
8 Y aconteció, que como lo 070 Jero«
boam, hUo de Nabato, que estaba en
Egipto, (porque habla huido de delante
del rey Salomón, 7 habitaba en Egipto,)
8 Enviaron 7 llamáronlo. Vino pues
Jeroboam, 7 toda la congregación de
Israd, 7 lúblaron á Roboam mciendo :
4 Tu padre agravó nuestro Tugo«;
mas ahon tri dlsminu7e algo de u dura
servidumbre de tu padre, 7 dd 7Ugo
pesado que puso sobre nosotroe, 7 te
•crvirémoa.
6 T él les dUo: Idos, 7 de aqui k tzea
diaa volved A mi. T el pueblo ae Alé.
9 Entóncea el ie7 Roboam tomó oon.
■«do etm é los ancianos que hablan catado
delante de Salomón su padre cuando
Tivia, 7 dijo : ^ Oomo aeons^tals voeotroa
que responda á este pueblo ?
7 Y ellos le hablaron diciendo : 81 ti
ftieres bo7 siervo de este pueblo, 7 lo
slrvierM, 7 respondiéndole oocnas pala-
bras « les hablares, dios te servlrAn para
siempre.
8 Mas él, d^ado el cons^ de los
vt^oa, que ellos le hablan dado, tomó
conaejo con loe maneeboa que ae hablan
criado con él, 7 estaban delante de él,
9 Y d^oles : ¿ Gomo acensuáis voso-
tros que reapondamos á cate pueblo,
que me han hablado diciendo: Dia-
mlnn7e d^ del 7ugo que tu padre puso
sobre noaoUtos ?
10 Entonces los maneeboa que se ha-
blan criado con él, le respondieron di-
ciendo : Así hablares á este pueblo que
te ha dicho catas palabras: Tu padre
agravó nuestro 7ugo ; mas td disminif-
7enos algo : así les hablarás : El menor
dedo de los míos es mas grueso que los
lomos de mi padre.
11 Ahora pues, mi padre os cargó de
pesado Tugo, mas 70 añadiré & vuestro
7ugD. MÍ pailre os hirió oon aaotes,
mas 70 os heriré con escorpiones.
18 y al tercero día vino Jeroboam oon
todo el pueblo á Roboam, según el rey
lo habla mandado diciendo: Volved A
mí al tercero dia.
18 Y el rev respondió «I pueblo dura-
mente/, dejado el consejo de loa an-
cianos, que ellos le hablan dado ;
14 Y hablóles oonfonne al consejo de
los mancebos diciendo : Mi padre agravó
vuestro 7Ugo, pero 70 afiadué A vuestro
7ugo: mi padre os hirió oon aaotes,
mas yo os heriré con eseor|iiones.
lA Y no oyó el rn al pueblo, porque
era ordenación de J^ipvA para confir-
mar su palabra, qa« laíiprA habla ha-
blado por medio de Ahlas, SUoaiu, A
Jeroboam hijo de Nabaty.
16 Y cuando todo el pueblo vló que
el rey no les. habla oído, respondióle
estas palabras diciendo: ¿Que parte
tenemos nosotros con David r No Adw
heredad en el hijo de Isai*. Israd, A
tus estaadas. Provee ahora en tu caaa,
David. Entonces Israel ae ftié A aus
cMandaa.
*SGr.lO.],
' 1 8a. 8. 11.
8e
4jbbu.is.
« Pr». 15. 1.
/pn.iaxi,
81
Xe. 10. 13.
•.8.17.
PO&f.U.U,
a.
A9Ca.!».l.
A.C.9n.
L BETEB, TITT.
A.a
Á
•'o•^ 11.18,
yCli.
'BB«y.l7.
••Oi.lS.1.
•»C3r.ll.l,
etc.
rjnee.9.4ft.
«JiHe.8.17.
•- Dea. 12.5,
'SRer.ia
7 17. 1«.
ISK.8S.4.8.
«aen.9S.l».
•JnaalS.
39.
Am.8.11
yc»i>.is.8i.
Dem.a4.1£.
•Kv.8.10.
9 Bey. 17.
Ki.44«,&
••IIBT.38.W,
84.
7.18.
•fis.U.8B.
17 Mas reinó Roboam sobre Im hUo*
de Imel qvt» monban en bu dudadei
d^Jndá'.
18 T el ny Roboam envió & Adomn*,
que utaba ubre loe tribetot; pero a-
pedreóte todo Ifrael, j mnrió. jBbtón-
cet el re; Roboam ae esforzó 4 ittbiT en
un carro, y huir á Jenualem.
19 Así se apartó Israel de la easa de
David hasUlún/.
10 T aoonteoio qne oyendo todo Israel
que Jeroboam haUa Tuelto, enviaron
y Ilam&ronlo & la consTCgaclon, é hi>
déronlo rn sobre todo Imd, sin qae>
dar tribu alguna que siguiese la casa de
David, sino solo la tribu de Judá •.
Si ^ Y oomo Roboam vino á Jeni-
salem». Juntó toda la casa de Judá,
y la tribu de Bei^amin, ciento y ochen-
ta mil hombres escogidos de guerra,
para hacer guerra á la casa de Israel,
y reducir el reino 4 Roboam hijo de
Salomen.
89 Mas fué palabra de Jehov4 4 6»-
meíaa^ varón de Dios, diciendo :
88 Habla 4 Roboam, hyo de Salomón,
rey de Jud4, y 4 toda la casa de Jud4
Íde Benjamín, y 4 los demás dd pue-
lo, dlcimdo :
84 Así ha dicho Jdiov4: No vayáis,
ni pdeeis contra vuestros hermanos los
l^Jos de Israel : volveos cada uno 4 su
casa; porque este negocio yo lo he
hecho*. Y ellos oyeron la palabra de
Dios, V volviéronse, y fuéronse, con-
forme 4 la palabra de Jehová.
85 5 Y reedificó Jeroboam 4 Sicbém^
en el monte de Ephraim, y habitó en
ella ¡ y saliendo de allí, reedificó 4 Pe-
nuelf.
96 Y dijo Jeroboam en su coraxon :
Ahora se volverá el reino 4 la casa de
David,
87 Si este pueblo subiere 4 sacrificar
4 la casa de Jehov4 en Jerusalemr:
jiorque el corazón de este pueblo se
convertirá 4 su señor Roboam, rey de
Jud4, y me matarán 4 mí, y se toma-
rán 4 Roboam rey de Jud4.
98 Y habido coiis^o, hizo' el rey dos
becerros de oro, v áQo al pueblo : Harto
habéis subido 4 Jerusalem ; hé aquí tus
dioses, oh Israel, que te faícieion subir
de la tierra de Egipto t.
99 Y puso el uno en Beth-el*» y el
otro puso en Dan '.
80 Y esto toé oeation de peeadojr : por-
que d pueblo iba á adorar ddante del
uno hasta Dan.
81 Hizo también casa de altos, é hizo
sacerdotes de la dase dd pueblo, que
no eran de los hijos de Levl t.
89 Entonces instituyó Jeroboam so-
lemnidad en el mes octavo, 4 los quince
dd mes» conforme 4 la solemnidad que
te ceUtraba en Jud4«, y sacrificó sobre
altar. Así hizo en Beth-el, sacrificando
4 los becerros que había hecho. Ordenó
también en Beth-élb sacerdotes de loa
altos que él habla frbricado.
88 Sacrificó pues sobre el dtar que él
habla hecho en Beth-d 4 loa quince
del mes octavo, el mes que él naUa
Inventado de su c«va«m«, é hiao fiesta
4 kw hijot de Israd, y subió al altar
para quemar perfbmes.
CAPITULO XIII.
Ido Jeroboam »aeri*eo»io á mm teeerrM,
fr^eta U demmmeta la doelraeeiom de em
1áelátrta,^lad»loepnfHaMde
rer lo 4«M ttleaétmaa Jerobem
yvr wo fva inrimiiino ^erooeamt la mamo
paem fie b premáieeem, ee U Moa, y mor Is
oreuiom M grieta h ee reiMmíia. MeU
frq/Wa, MféMao for étro de Beútd, vteme
4em oaea. * cenu oom U eorntrad maaia
áem eaeatwt
•liado de ÍHott per h eaat, yendo eu «o-
db ropMM, INo» ompto «■ Im !■■ I»
A prqfela «w lo MriU, Irado d
Bék-dt y lo ««Mtmi, y «oami i «m hüee
MM emarndo U rneurieoe, le dieram JmUo 4
H eepaUmrtL.
Y HE aquí que ua vann de Dios per
palabra de Jdiov4 vino de Jada á
Bdh-d: y estando Jeroboam d altar
para qnemai perfumes,
8 El elamó oontra d dtar por palabra
de Jdiová, y dito : Altar, dtar, así ha
dicho Jehová : Hé aquí que 4 la oaaa de
David nacerá im hijo, llamado Josias,
el oud saciifioar4 sobre tí 4 ka aaeer-
dotes de los dtos que qwman sobre tí
pcrflmies ; y sobie ti quemarán huesos
de hombres*.
8 Y aquel mismo dia dio una «efidt
diciendo : Esta te la seitel que Jehová
ha hablado : hé aquí que el altar se que-
brará, y la ceniza que sobre A eiM se
derramará.
4 Y como el rm Jcrobaam oyó la pala-
bra del varoD de Dios,. que baUa cla-
mado oontra d dtar en Beth-d, cdaa-
dicndo su man» desde d dtar, dijo:
Prendedle«: mas la mano que haUa
cstendido contra él, se le secó, que no
la pudo tomar á sí.
5 Y d dtar se rompió, y derramóse
la oeniía dd altar, confi>nne á la seiksl
que el vanm de Dios haUa dado por
palabra de Jehová <
6 Entonces respondiendo d ley dijo
d varón de Dios : Te pido qne megucs
4 la ftz de Jehov4 tu Dios, y« ora por
mí, que mi mano me sea restituida.
Y el varón de Dios oró 4 la fhz de Jc-
hov4, V la mano dd rey se le reeuporó,
y tomóse oomo áates.
7 Y el rey d^o d varón de Dios : Ven
conmigo 4 casa, y comerás, y yo te dar¿
un presente/.
8 Mas el varón de Dios d^o d rey:
Si me dieses la mitad de tu casay, no
iría contigo, ni comerla pan ni bdMerñ
agua en este lugar :
9 Poique así me está mandado por
palabra de Jdiová diciendo : No oomas
pan, ni bebas agua, ni vudvas por d
camino que fueres.
10 Fuese pues por otro camino, y no
volvió por el cañiino por donde hafaia
venido 4 Beth-d.
11 Y Moraba 4 la sazón en Beth-d
un viejo profeta, d cud vino su h^o,
L contóle todo lo que el van» de Utus
ibia hecho aqud dia en Beth-el : c«m-
tárenle también 4 su padre las palabras
que habla hablado d rey.
19 Y su padre les düo: ¿Por que
camino fué? Y sus l^jos le mostraron
el camino por donde ,se habia tomado
el varón de Dios, que habia venido de
Jud4.
13 Y él d^fli 4 BUS hUos: Endbardadme
el asno. Y dios le endbaxdaron d asno,
y subió en él.
14 Y yendo tras el varón de Dios,
hallólo que estaba sentado detuiK* ^
un dcoipoque, y dejóle : f Eres tii d
varón de Dios que viniale de Jud4? Y
él dúo : Yo toj¡.
15 D(}ole entonces: Ven eonmigo 4
casa, y oome del pan.
19 Mas él Kspondió: No podré vol-
ver oootigo, ni iré oontigo ; ni tampoco
comeré pan ni beberé agua contigo en
este lugar A;
17 Porque por palabra de Dios' ne
ha sido dloho ; No oomas pan ni bebas
agua allí, ni vudvas por eióamiiM» que
lueres.
18 Y d otro le d(}o: Yo también aogr
profleta oome id, y un áqgd ma bñ
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húOaáo por paUbim de JeborA dlci.
cadaí VvSrékt conttco á tu OM, pan
QM eoma pan y beta una. Aitparo
mlaUóle.
19 Entúnees yoItIó oon A, y eomfaS
del pan en •« casa, y bebió del agua*.
50 Y aeontedó. qae estando ellioa &
la meea fiíé palabra de Jehová al pro-
nta «• le habla hecho votTcr :
ti V clamó al varón de IMot, qne
baUa Tenido de Jndá, diciendo: Aai
S» JAovi: Por cuanto has sido re-
de al dicho de JehoT&, y no guar-
darte el mandamiento que JehovA tu
Dioe le haUa preacrito I,
ti Sino que volviate» y comíate del
a, y bewrte del agtuí en el lugar
de Jduvá te habla dicho no comí-
pan, ni bebleie* agua, no entrará
tu cuerpo en el sepulcro de tus padres «.
n Y como hubo comido del pan, y
Mtido, el fTqfibt qne lo haUa hecho
wirer le enalbardó un asno :
ti Y yéndose, topólo un Icón en el
cambio, y matólo": y su cuerpo estaba
echado en tí. camino, y el asno estaba
junto 4 ól, y el león también estaba
Jaato al cuerpo.
U Y hé aquí unos fue paaabant y
viene d cuerpo que esuba echado en
«i eamino) y el león qne estaba Junto
al eaerpo: y vinieron, y dijénmio en
la ciudad donde el virio profiita habi.
tiha.
W Y oyéndolo el profeta oue lo habla
^elto del camino, d^o: El varan de
IHos es, qne fiaé rebcMe al dicho de
Jebové: por tanto Jehovi le ha entre-
fado al león, qne lo ha quebrantado y
ametto, conforme á la palabra dé Je-
bo*4,queél1edi}o*.
r rbabló á sus hUos, y dejóles:
Bbalbardanne un asno. Y ellos se lo
eaalbardaron.
tB Y él fbó, y halló su cuerpo tendido
a el camino, y el asno y el león esta-
ban Junto al cuerpo : el león no habla
coiBMo d cuerpo, ni dallado al asno.
S9 Y tomando el profeta el cuerpo del
vaitm de Dios, pdsolo sobre el asno, y
Bevtfido. Y él profeta vicjio vino á la
ciudad, pcm endechatlo y enterrarlo.
80 Y ñuo su cuerpo en su «epuloro ;
y oideáiáionlo didaido: Ay, hermano
miof!
51 Y después qne le hubieron enter-
rado, habló 4 sus h^os diciendo: Cu-
*ndo yo muriere, enterradme en el
*9aIcio en que eat4 sepultado tí varón
de Dios; poned mis huesos Junto 4 loa
■yosf:
>> Porque sin duda vcndr4 lo que él
^0^ 4 voces, por palabra de Jenov4,
Mntra el altar que esíd en Beth-el, y
contra todas las casas de los altos que
«toa en las ciudades de Samaiiar.
13 5 Después de esto no se tomó
'eroboam oe su mal camino; 4ntes
vcMd 4 hacer sacerdotes de los altos
de la clase del pueblo, v* quien quería
* oonsagiaba, y era de loa sacerdotes
de ios altos.
M Y esto fhó cansa de pecado 4 la
csia de Jeroboam ; por lo cual flié cor-
tada y ndda de sotare la haz de la tt-
«a<.
CAPITULO XIV.
U m/mr dt Jeroboam eoñtmUa át preféa
^Mm; fttUn U imlifka la muterte dtt hifo,
te tatirmMo do toda la/amOia. Jrrup^
«M d* fltNw m JonuaUmt y miamt» ds
EN aquel tiempo AMaa» hQo de Jero.
boam, cayó enfermo,
t Y dUo Jeroboam 4 su mi^cr: he-
vántate ahora, y dlsfráiate, poique no
te eonoican que eres la mujer de Jero-
boam, y vó 4 Silo, que ill4 ssM Ahiaa
profeta, el que me dijo que yo habla de
ser rey sobre este pueblo «.
8 Y toma en tu mano dics P*>*M, y
turrones, y ui>a bot^a de miel *» y ve 4
ól : que te declare lo que ha de ser de
este molo.
4 Y la mi^er de Jeroboam híaolo así ;
y levantóse, y taé 4 811o«, y Tino 4 casa
de Ahías : v no podía ya ver Ahias, que
sus ojos se nabUua osetuecldo 4 cansa de
su vÁxrf.
5 MÍks Jdiov4 habla dicho 4 Ah&s«:
Hó aquí que la mH}er de Jeroboam ven-
dr4 4 oonsultarte por su hijo que est4
enfermo : así y así le has de responder :
O Pues ser4 oue cuando ella viniere.
vcndr4 simulada. Y como Ahías ovó
el sonido de sus pies, cuandb entraña
Sor la puerta, dgo: Entra, mi^cr de
eroboam ; ¿ por qué te finges otra ?
empero yo soy enviado 4 ti om reveía-
efradura.
7 Vé. y df 4 Jeroboam : Así dijo Je-
ho%4 Dfos de Israel : Por cuanto yo te
levanté de en medio del pueblo, y te
hicejpríncipe sobre mi pueblo Israd/,
8 Y rompí el reiiko de la caaa de Da-
vid, y te lo entregué 4 tíf , y td no haa
sido como David mi dervo, que guardó
mía mandamientos, y anduvo en pos de
mí con todo su corazón, haciendo sola-
mente lo fas ora dcNcho delante de mis
ojos*,
9 Antes hiciste lo malo sobie^ todos
los que han sido 4ntes de tí ; oue'fúiste
y te hiciste dioses ajenos y de nindlckm
para enqjarme**, y 4 mí me echaste tras
tus espaldas*:
10 Por tanto hé aquí que yo traigo
mal sobre la casa de Jeroboam ; y yo
talaré de Jeroboam todo meante 4 la
pared <, así el guardado como el dcaam-
parado en Israel»: y barreré la pos-
teridad de la casa de Jeroboun, como
es barrido tí estierool» hasta que sea
acabada. ^
11 El que muriere d'e too de Jeroboam
en la ciudad, le comerÁn los perros ;
Leí qne muriere en el oampo, oomerlo
tn las aves del cielo», porque Jdaov4
^ ha dicho.
18 Y tti lev4ntate, y vete 4 tu casa,
que en entrando tu pié en la dudad,
morirá el mozo.
18 Y todo Israel lo endechará, y le
enterrar4n : porque solo él de los de
Jeroboam entra» en sepultura, por
cuanto se ha hallado en él aigiuia cosa
buena • de Jehov4 Dios de. Israel en la
casa de Jeroboam.
14 Y Jdiov4 se levántala un rey sobre
Israel, el cual talar4 la casa de Jero-
boam^ en este día : ¿ y qué» si ahora ?
16 Y Jdiov4 saondlr4 4 Israel, al
modo que la calla se agita en las aguas ;
y él anaiicai4 4 Israel de esta buena
tierra que habla dado 4 sus padres r,
y esparcir4los de la otra paiw oel rio r,
por cuanto han hecho sus bosques, eno-
jando 4 JehoT4'.
19 Y él éntrenla 4 Israel per los
pecados de Jeroboam, él cual pecó, y
ha hecho pecar 4 Israri *.
17 Entonces la mujM de Jeroboam
se levantó, y se fué, y vino 4 Thirsa « :
y entrando ella por el umbral de la
casa, el mozo muñó.
18 Y enterráronlo, y endechó!» todo
Israel, confermc 4 la palabra de Je-
hov4, que él habla hablado per mano
de su siervo Ahias profeta '.
18 5 Loe otros hechos de Jeroboam,
• Cap.U.Sl
tll!a.0L7,8
4«ca.ST.l
Be. 12. 4,6
•SaI.U8.1
i.
/Cap.lC2.
'Cap. U. 81,
88.
*0^U.&
íGn.l&28.
aCT.ll.lS.
Sal. 106. 30^
*Nek.B.98.
BftL 60. 17.
Ka. 38. 36.
fOap.U.3».
18*. 36b 33.
3KoT. 14.
98.
» cap. 1& 4.
"Cap.l(
ySLSl
•3Cr.lS.3.
XS.18.U,
ete.
'ObpLU.27.
VDmi.38.63.
Jo«. 3S. 15,
lA
•- 3 Bey. 1&
90.
y 17.0.
' Den. la S.
4.
Is. 1.98, 30.
t cap. 16.80,
84.
ylfliS.
>vw. 13, 18.
i.itsns,xvL
BD ^lot pcoidH de Jmbvn 4B*
".Isau, J ¡/^tKMtd
'Ü n^Hdoa'ú^ialoa ¿ BUK, ;
dlvldldp B du jwlHP : lí mitad de]
A.c.nt.
L BinrBB, XVII, xvni.
■C»p.SLSS,
18. (ie.
7I7.IC
717.10.
T2L8.
J«r.l7.1,S.
Ivtr.SO.
0Hi.21.aS.
• Ja. 6. 21
• Lnc 1. 17.
y4.aft.
.U7.
•ftLBT.l».
li.8S.26.
Hab. S. 17,
18.
]iAte.ai.
ss.
H»b.l8J(A
'AkaO.
Lao.4.M.
•Pro.», sao*
■«h-baal, wy d« 1m ndonios, y Aié 7
■Ir*i4 4 BMd •» y lo «dortf.
•■ ■ Uao altar 4 Baal, en él templo d«
Baal que él edllieó en Banuoia.
88 Hiio también Achib vn boiqae*:
Ír afiadSó Aeh&b, haciendo nroreear 4
ra 4 Jéfaov4 Diot de Inraéf, nuu que
todof los rejres de Israel que antes de ¿1
hablan sido b.
84 ^ En su tiempo Hiél, de Beth'd,
reedificó 4 Jerichd. En Abiram su pri-
mogénito echó ri oimiento* ; en Hegub,
su hijo postrero, puso sus puertas, oon-
fbfme 4 la palabra de JéhoT4 que haUa
hablado jior Josué, hUo de Nun «.
CAPITULO XVII.
A la pdUbra d$ BUm pro/Ma m ddiau la
llavia en el eUlo, por ía intfUdad da AMA.
Vim M foit, y e* provUlo d» nutento for
Im tuerw» en «I éañerto. VieM 4 BanMa,
domle «f \otp0iado ife tma mafer, cwyo \iJo
IMo» remuUa par «« oraeton.
ENTONCES Ellas Tfaisbita, ^ut era
de los moradores de Galaad, dUo 4
Aeh&b: Vive* JehoT4 Dios de Israel,
delante del cual estoy, que no habri
lluvia m rodo en estos anos, riño por
mi palabra i>.
8 T fVié 4 él palabra de JéhoT4, di-
ciendo:
8 Apártate de aquí, y TuélTete al Oii.
ente, y escóndete en el arroyo de Cherith,
que niá antes del Jordán.
4 T beberts del arroyo ; y yo he man-
dado 4 los cucrros que te den alU de
6 Y él filié, é hin> conforme 4 la pala-
bra de JelioT4; pues se fué y asenté
junto al arroyo de Ohexith, que uiá
antes del Jordán.
6 Y los cuervos le traían pan y carne
por la mafiana, y pan y carne 4 la tarde ;
y bebia del arroyo e.
7 Pasados algunos dias, secóse el ar-
royo, porque no habla llovido sobre la
tiara.
8 ^ Y Até 4 él pÉlaaira de Jc3iov4, di-
ciendo:
9 Levántate, vete 4 Sareota' de H-
don, y allí morarás : hé aquí yo he man-
dado allí 4 una mujer viuda que te sus-
tente.
10 Entonces él se levantó, y se ftié 4
Savepta. Y como llegó 4 la puerta.de la
ciudad, hé equl una mt^er viuda que
estaba allí cogiendo serqjas ; y él la Ha-
mo, y dOole : Ruégete que me traigas
una poca de agua en un vaso, para que
beba.
11 Y yendo ella naxm traérsela, él la
volvió 4 llamar, y oljole: Rnégote que
me traigas tamUen un bocado de pan
en tu mano.
18 T ella respon<ttó : Vive Jehov4 Dios
tuyo, que no tengo pan cocido ; que so-
lamente un putlado de harina tengo en
la tinaja, y un poco de aceite en una
bot^a : y ahora cogia dos senjas, para
entrarme y aderezarlo para mi y para
mi h^, y que lo comamos, y nos mu-
ramos/*««>.
18 Y EUas le dijo: No hayas temor;
vé, hax como has dicho : empero haxme
4 mi primero • de rilo una p«)ue&a torta
cotída debajo de la ceniza, y tráemela ¡
y dennies harás para ti v para tu hijo.
14 Porque Jehová Dios de Israel ha
dicho asi: La tini^l* ^* '* hartna no
escaaeará, ni se disminnir4 la botUa del
aodte, huta aquel dia que Jdiov4 dar4
lluvia sobre la haz de la tierra.
15 Entonces ella ftié, é hizo como le
dijo Elias ; y comió él, y día, y su casa
algvMU dias.
16 Y la tiniO* de la harina no escateó.
*^'^*'i
ni menguó la betUa éA aodte,
4 U pa£4«a de Jdi0v4, qo» haUa didw
por Elias.
17 Y DespncB de mIm cosas aeootedé
que (ñyó enferme «I UQo del ama de la
casa, y la enfermedad f«é toa grave, que
no quedó en él resuello.
18 Y ella dQo 4 Ellas: ¿ Qué tengo yo
oontta)/, varón de Dios ? ¿ Has vtoido
4 mi para traer en memoria mis ini-
quidades f, y para haocsne morir ni
hilo?
19 Y él le d^o: DáOK ae4 tu hijo.
Entonces él lo tomó da av regué, y
llevólo 4 la eámam dhmdé & esbiba, y
pdsole sobre su cama ;
90 Y demando 4 JdMv4, d^o: Jdwvá
Dios mío, i aun 4 la viuda, en cuya can
yo estoy hospedado, has afligido, ma-
tándole BU I4J0 ?
91 Y midióse «obre el niflo * tres veces,
y clamó 4 Jehov4, y d^o: Jehová Dios
mío, ruégete que vuelva d alma de este
niflo 4 sus entnSas.
99 Y Jéhov4 oyó la voz de Elias, y
el alma dd nifio volvió 4 sus enttailat,
y revivió.
98 Tomando In^o Elias al alfio, trá-
jolo de la cámara 4 la casa, y dióio á
su madre', y diJola Elias: Mira, tu
hijo vive.
94 Entonces la mi^er dUo 4 Eliss:
Ahora conozco que tü em van» de
Dios, y que la palabra de Jdiov4 es de
vendad en tu boca*.
CAPITULO XVIII.
SUatm NNMSlreirAdUlh, d emcijmmimñ^ 4
tu pdieio», 4 UMd mmUi» y 4 Uim lo»
jm^Maa y mütiéro» át loo tdUoo om H
moal* d> Gormólo. pnAa BUao eoa «vi-
dnU UMmonio itl otólo tor JAoo4 d v<r-
PMl&l
Btb-ILI
dameitu
PASADOS muéhoa dias, fbé palabra
de Jehov4 4 Ellas en el tercer afio,
diciendo : Vé, muéstrate 4 Acháb, y yo
daré lluvia sobre la haz de la tierra*.
9 Fué pues Elias 4 mostrarse 4 Acháb.
Habla 4 la sazón grande hambre en Sa-
marla.
8 Y Aoh&b llamó 4 Abdlas su mayor-
domo, el cual Abdlas era en grande
manera temeroso de Jéhov4fc :
4 Porque cuando Jezabél destruía los
profetas de Jehov4, Abdlas tomó cien
profetas, los cuales escondió de dneu-
enta en cincuenta por cuevas, y susten-
tólos 4 pan y uua «.
6 T dUo Acfiáb 4 Abdlas : Vé per d
pds 4 todas las fuentes de aguas, 7 4
todos los arroyos ; que acaso halIat«raos
grama, con que conservemos la vida 4
los caballos y 4 las acémilas, para que
no nos qoedemos sin bestias.
6 T psúrtieron entre si el pais pan re-
correrlo : Aoháh Alé de por si por un
camino, y Abdlas ftié separadamente
por otro.
7 Y yendo Abdlas por d eamino, to-
póse con Ellas t y éomo le oenodó, pos-
tróse sobre su rostro, y d^o: ¿ No eret
tü mi seBor Ellas ?
8 Y él respondió : To 009» Vé, di 4 tu
amo : Hé aqui Ellas.
9 Pero él d\Jo : i En qué he pecado,
para que tü entregues tu siervo en mano
de Aebáb, para que me mate ?
10 Vive Jdiov* tu Dios, qse no ha
habido nadon ni rdno donde nü seAor
no haya enviado 4 buscarte ; v respon-
diendo todott No uta aquif A h» eon-
Jurado 4 reinos y nadones si no te han
hdlado.
7li!L
»X<k.V
• 8il.li
la
iCér-m.
X.B]BYXS| ZnfL
jLCLdr.tM.
llTahontiIdloM: V4,df át« amo:
Aqafeilá BHm.
13 T ■eonteuerA (¡a» IvcR» <nw 70 m*
htyi p«ttido de tí, d E^ittii d« Je>
boH te Ilevart' donde jo no lepa i y
finiendo 70, 7 dando las nnoTas á A-
ehlb, 7 no hallándole A, ne matari:
7 tn ORTO teme A J(3wt4 deade tu
moeedid.
U ¿ No ha aSdo dieho A mi mBot lo
qve hiee eaando Jciabel mataba loa
fwofetas de Jehová. que aeoondi cien
raronet de loe pTofctai de Jebová, de
dncnenta en cincuenta en euerai, 7 loi
mantuve i pan 7 aiiu** f
14 ¿Y ahora dices tii: Vé, di i tu
amo, Aquí eatá Bliaa ; pan que él me
mate?
15 T dQole Bliaa : Thre Jehovi de loa
^¿nltaa, delante del cual eito7, que hoy
ase moatoaré A él.
W Entdneea AMiaa fué A enoontrarae
coa Acbib, 7 dlóle d avlao : 7 AchAb
vino A encontrarle oon Eliaa.
17 Y como AchAb vid A Eliaa, d^le
Acbib : i Erna ttl él que alboirotaa A
ItnAf?
18 YA raapondió : To no he alboro-
tado A lanel, sino tüf, 7 la eaaa de tu
padre, d^ando loa mandamientoa de
Jdxni t, 7 siguiendo A loa Baalea.
li> Knvia poea ahora, 7 jtfaitame A todo
Israel en el monte de Carmelo ', 7 los
enatncientos 7 cincuenta profetas de
Baal, 7 los cuatrocientos profetas de
los boaqneai^, que comen de la meaa de
Joabei:
» Entdncea AchAb envió A todoa loa
bUos de Israel, 7 juntó los profetas < en
el OMmte de Carmelo.
SI T acercándose Bliaa A todo el pue-
Uo, d^ : ¿ Hasta cuando claudleaoréia
vosotros entre doa pensamientos m ? gt
JdMvA «« Dios, seguidlo; 7 si Baal, id
a pos de él *. Y el pueblo no respondió
palabra.
tt T BUaa tomó A decir a! pueblo :
Solo vo he quedado profeta* de JehovA;
usas de los profetas de Baal ha7 cuatro-
dmtas y dncuenta hombrea.
>S Dénaenos puea doa bucTw, 7 ca-
orante dios el uno, 7 córtenlo en ^'
^>»a, 7 pónganlo sobre lefia, mas no
pongan fuego debido ; 7 70 apréstale d
ofo faw7, 7 pondrélo sobre lefia, 7 nin-
gm fiíego pondvé debido.
M Invocad Inoro vomna en el nom-
^ de Tueatroa mosca. 7 70 invocaré en
d nombre de JehovA : 7 el IMoa que
v^ondiere por taegoPt ese sea Dios. Y
todo d pueblo reapMidio diciendo : Bien
dicho.
SS EntdnccB Elias dijo A loa pnHístas
wBaaJ; Escógeos el un buey, 7 haced
primero, pues oue vosotros sois los mas ;
a faivocid en el nombre de vuestros di*
*as, mas no pongáis ftiego debajo.
W Y ellos tomaron el bne7 que les
filé dado, j omatAronlo, é invocaron
•a d nombre de Baal, deade la mafiana
Bada d mediodía, didendo: Baal res.
Pondcnos. Mas no haMa vt», ni quien
"■poniese f: entre tanto elloa andaban
■dtaado cerca dd altar que hablan
S7 T aoentedó al mediodía, que Eliaa
wkulaba de dloa diciendo t drltad en
día vos, que dftoa ear: quiíA eatA con>
'"■aando, ó tiene algún empefio, ó vA
de camino; acaao duerme, 7 deaper-
taiA.
M Y dloa clamaban A grandM voces,
^^ibonae oon eoohllloa 7 con lancetas
amorme A su costumbre, hasta chor-
ear la sangre sobra dloa.
M Y eomo pasó el mediodía, 7 ell#a
profetliAiaa «mi hasu d tiempo 4M
aaorifldo del Preacnle, 7 no Aeáia voi,
ni quien respondiese, ni escuchase,
80 BUas ujo entonces A todo el pue-
blo : Aeereaoa A mí. Y todo d pueblo
se Ilc^ A él: 7 él reparó d altar de
Jehová que estaba arruinado.
SI T tomando Eliaa doce piedraa, con-
forme al ndmcro de laa tribua de loa
hijea de Jacob, al cual habla aldo pala-
bra de JehovA diciendo, Israel aciA tu
nombre*.
89 Bdiflcó con las piedrw un altar en
d nombre de JdiovA: después hiM
una reguera d rededor dd altar, cuanto
cupieran dos satos de dnriente.
88 Compuso lu^o la lefia, 7 cortó el
buej en pedazos, 7 püsolo sobre la lefia',
84 Y ¿^)o: Hencold cuantro cAntaraa
de agua, 7 dcnamadla sobre d holo.
cansto, j sobre la lefia. T d|jo : Haced-
lo otra ves. Y otra vea lo hicieron.
DQo aun: Haoedlo la tereera vei. E
hidéronn la temen ves.
85 De manen que laa anas conian
al rededor dd altar; 7 haUa también
henchido de agua la reguera.
88 Y como Uecó la hora de ufteeerse
d holoeauato, Ifamóse el piofcta Ellas,
?d|Je: JehovA DÍoa de Abraham, de
aaao, 7 de Isnd, sea hoy manifiesto
que td eres Dios en Isnd, 7 que 70 S07
tu dervo, 7 que por mandato tujro he
hecho todas estas cosas*.
87 Respóndeme, JehoH, respóndeme,
pan que conoiea eftte pueblo que td,
oh JdiovA, eres el Dios, v que td vd*
Tiste atrás d eoraxon de ellos.
88 Entonces cavó ftiego de JehovA,
d cual consumió el holocausto, 7 I«
lefia, 7 las piedras, 7 el polvo, v aun
lamió las aguas que utdian en la n-
guen.
80 Y vienddo todo d pueblo, eajeron
sobra ana roatroa, 7 ^eron : J ehovA ea
d DkM, JdiovA ea d IHoa.
40 T dQoles EUaa: Prended A lea
profetaa die Bad, que no escape nin-
Cno. Y dios los prendieron : 7 llevó-
I Elias d arroyo de Oison, 7 dlí los
dcudló'.
41 5 Entonces Elias dijo A AchAb t
Sube, come, 7 bebe, porque una grande
lluvia suena.
48 Y AchAb aabió A comer 7 A beber ;
7 Ellas anUÓ A la cumbra dd Canudo,
7 poatrandoae en tierra puao an roatio
entra laa rodillas jr,
48 Y dijo A «u criado: Sube ahon,
7 mira bAcia la mar. Y él subió, 7
mfaxS, 7 dijo: No ha7 nada. Y él le
volvió A decir : Vuelve siete veces.
44 Y A la séptima vea ái^pi Yo veo
una pequefia nube, como la palma de
ta mamo de un hembra, que sube de
la mar. Y él dijo : Vé, 7 di A AchAb ;
Unce •/ earrot 7 desdende, porque la
Uttvia no te wtMje,
46 Y aconteció catando en eato, que
loa délos se oscuraderon oon nubes 7
viento, 7 hubo una gran DuvLa. Y su-
biendo AchAb vino A Jencd.
40 Y la numo de JehovA fué sobra
Elias, el cud clftó sos lomos *, y vino
corriendo delante de AehAb hasta llegar
AJezred.
CAPITULO XIX.
Büu mmmmwkto d» /imM, mufer á» AAib^
m 9d á$ la tíétta, fmtit tumi»» m «on-
/ortado it Dio* por mtdtó d» «m Aigd.
gtu U dd dt «&mfr y b&btr. Lhfaio al
motde d0 Hanb, Dio» m U mmmtea 9 le
eommtHa! U manda Iomm ha dt ha«f.
Partido da «¡U, ttama 4 JRMo d» m arada,
éteaallotifMd^fadaatodathueotaé.
•aaa.ai.as.
cLevL !.«.«.
•X«.10l«.
■Sea. ni 9.
7 18. 90.
98.
vSaar.A,
17,18.
■9Ba7.4.9>.
J9. i.
ob38.a.
Jer. 1. 17.
Mt. «. 14.
11W.U8.
A, C. dr. 906.
L BSYBS, XIX, XZ.
^C.eiI.W
•C»p.l8.4D.
» Na. U. U.
Jo. 4. 3. a.
' Heb. 1. 14.
<> Bi. S4. 28.
18.
H»t4.Z
• Bi. S. L
BUL 4. 4, 6.
/Bom.ll.a,
' Ka. 86. 11,
18.
8d.fl0.9.
ACKp.18.4.
ao.
•' B«. 1. 4.
«ZM.4.&
IBz.8.<.
Ia.6.i.
■ TOF. 9, 10.
"Jer.aSLO.
*9Be7.6J3.
18.
'9 Bey. 9.1.
8»
«9807.9.14.
•4o.
7l0.6,«to.
718.8.
*'0a.&6.
«Bom.U.4.
«Oo.ULt.
YACHAB dio la nuera á Jcubel
de todo lo que Eliu había hecho,
Ír como habia muerto k cucblUo todo*
otprofetaa*.
í entonces envió Jexabel 4 Eliat un
menuO^o diciendo : Aií me haffm loo
dioses, 7 así me afiadan, si mañana i
estas lloras yo no haya puesto tv persona
como la de uno de ellos.
a Viendo pues el peligro, lerant^ y
fuese por salvar su vida, y vino 4 Beer-
sebah, que e» en Jud4, j de¡)ó allí su
criado.
4^V¿Isefii4pord. desierto un
dia ae camino, y vino y sentase deb^o
de un enebro; y deseando morirse,
d^o: Baste ya, oh Jehov4; quiU mí
alma i, que no soy yo m^or que mis
padres.
5 Y echándose deb^{o del enebro, mie-
dijse dormido : y hé aquí lucso un án-
gel c que le tooo, y le d^o : Levántate,
come.
0 Entonces él miró, y hé aquí 4 su
cabecera una torta cocida sobre las as-
cuas, y un vaso de agua: y comió y
bebió, y yoírUae á dormir.
7 Y volviendo el &ngel de Jehov4 la
segunda ves, tocóle diciendo: Levántate,
come ; poique gran camino te testa.
.8 Levantóse pues^ y comió y bebió,
y caminó con la fortaleza de aquella
comida cuarenta días y cuarenta no-
ches^, hasta el monte de Dios, Horrt*.
9 ^ Y allí se metió en «na cueva,
donde tuvow la noche. Y filé 4 él pala-
bra d? Jehov4, el cual le ¿üo: ¿Qué
haces aquí, Elias ?
10 Y él respondió/: Sentido he un
vivo xeloy por Jehov4 Dios de los ^ér-
citos; porque los h^os de Israel han
di;Íado tu alianza, han derribado tus
altares, y han muerto 4 cuchillo tus
profetas, y^ yo solo he quedado; y me
buscan púa quitarme la vida.
11 T él le dijo : Sal fuera, y ponte
en el monte delante de Jehová. Y hé
aquí Jehov4 que pasaba, y un grande
y poderoso viento • que rompía los mon-
tes, y quebraba las peñas delante de
Jehová: mas Jehov4 no etiaba en el
viento fc. Y tras el viento un terremoto:
mas Jehov4 no eeiaba en el terremoto.
18 Y tras el terremoto un ftiego : mas
Jehov4 no eetaba en el fuego. Y trae
el fiíego un silbo apacible.y delicado.
18 El cual como oyó Eilas, cubrió
sn rostro con su manto ^ y salió, y pa-
róse 4 la puerta de la cueva. Y hé aquí
Uegó una voz 4 él diciendo : ¿ Qn6 haces
aquí, Elias ?
14 Y él respondió»: Sentido he un
vivo zelo por Jcbov4 Dios de los eiér-
oitos; porque los hijos de Israel nan
dejado tu alianza*, han derribado tus
altares, y han muerto 4 cuchillo tus
Erofetas, y yo solo he quedado; y me
uscan para quitarme la vida.
15 T cUtole Jehov4: Vé, vuélvete por
tu camino, por el desierto de Damasco :
y Uwarás, y ungirás 4 Hazael • por rey
deS&ia:
18 Y 4 Jebilj», hiio de Nimsi, un-
Eiras por rejr sobfe Israel : y 4 Éliséo,
nijo de Saphat, de Abeth-mehula, un^
giras para que sea profeta en lugar de
tí.
17 Y será, que d que escapare del
cuobiUo de Hazael f, Jehtt lo matará;
Íel que escapare del ouohille de Jehd,
liséo lo maáa4«-.
18 Y yo haré que qoeden en Ismd
siete mil ; todas rodillas que ao se en-
corvaron 4 Baal«, y bocas todas que no
lo besaron '.
i¿
19 5 Y partieBdate él de allí, halló
4 Eliséo, hijo de Saphat, que araba
con doce yuntas delante de sí; y él
era uno de los dooe gaUanet. Y pawn-
do Elias por delante de él, echo sobre
él su manto.
90 Entonces d^ando él los bm
vino corriendo en pos de Elias, y
Ruégote que me o^es besar mi
V mi madre, y luego te saguirén.'Y él
le d^o: Vé, vuelve: ¿quéte he hecho
yo?
SI Y volvióse de en pos de él, y tomó
un par de bueyes, y matólos, y con él
arado de los bueyes coció la carne de
ellos», y dióla al pueblo que comiesen.
Después se levantó, y toé tras Elias, y
sernale.
CAPITULO XX.
AtMh em el /««or «U JHee vemet át nf ék
Siria; d cual voMemio eomUra AcMk 4w
año» eíetpue», et tamiUe» deekeeka, w freío.
Per MSer Aékéh feriomado y aottado el reg
de Siria, ee fravemetde ametuuaio ie Dio»
por un prívela.
ENTONCES Ben-adad, rey de Siria,
juntó todo su ejército, y con él tre-
inta y dos reyes een caballos, y carros ;
y subió, y puso cerco 4 Samaria, y com-
batíala.
8 Y envió mensajeros 4 la ciudad 4
Acháb, rey de Israel, diciendo,
8 Asi ha dicho Ben-adad: Tu plata
tu oro es mió, y tus midieres y tus
08 hermosos son míos.
4 Y el rey de Israel respondió^ y dijo :
Como ttf dices, rey sefior rolo, yo «o^
tuyo, y todo lo que tengo.
i Y volviendo los mensajeros otra vez,
dijeron : Así dijo Ben-adad : Yo te en-
vié 4 decir: Tu plata y tu oro, y tus
mi^eres y tus h^k» me darás.
6 Ademas mañana 4 estas horas en-
viaré yo 4 tí mis siervos, los cuales es-
cudriñarán tu casa, y las casas de tus
siervos, y tomarán con sus manos y
llevar4n todo lo precioso que tuvieses.
7 Entonces d rey de israd llamó 4
todos los ancianos de la tierra, y dí-
Joles: Entended, y ved ahora, como
este no busca sino mal; pues que lia
enviado 4 mí por mis mujeres y mis
bUCf y PO' ^ plata y por mi oro, y
yo no se lo he negado.
8 Y todos los ancianos y todo el pue-
blo le respondieron: No le obedesoas,
ni hagas lo que pi^
9 Entonces él respondió 4 los emba-
jadores de Ben-adad : Decid al rey mi
seOor: Haré todo lo que mandaste 4
tu siervo al mindpio ; mas esto no lo
puedo hacer. Y los emn^jadores fueron,
y diértmle la xenuesta.
10 Y Ben-adad tomó 4 enviarle 4
decir : Asi me hagan los dioses*, y asi
me afiadan, que el polvo de Samaria
no bastar4 4 los pufios de todo el pue-
blo que me sigue.
11 Y «1 rey de Israel respondió, y
dUo : Deeldle que no ae alabe el que se
cine como el que ya se desciflei.
18 Y como & oyó esta palabra estando
bebiendo con los revés en las tiendas,
dijo 4 sua siervos : Poned. Y ellot pu-
sieron contra la ciudad.
18 Y hé aquí un nrafieta a* I^gó 4
Acháb. re; de Israel, y le dUo : Asi
ha dioAo Jehov4: ¿Has vistQ est* tan
grande multitud ? né aquí yo te la
entregaré hqy en tu mano, pira que
conoxoas que yo eojf Jehov4.
14 Y respondió Aoháb: ¿ Por wet»e
de quien? Y él d^o: Así ha diobo
Jehov4: Por mamo de los criados de
los príncipes d« laa provincias. Y dtfo
I.BXTES,XZL
A.O.M*.
'wr.ll
In.S.91.
'»Q.U1
'i»».»
AcUbt ¿^¡dnoomaittrá la batalla?
YélrMpoadttf: Tú.
n anóncM a noonoeM h» criados
d« h» prliidy di tu fvovindas» lo»
owmitm morón ooooicnno mnca j aos*
Luego nconoeió todo «1 pneblo» todos
los hltoa do Imwl, nmj^itrou slote mil.
le Y MiUnwi á modiodla. Y Htaba
bcbtende, bomdie «n las
. A y los soyos, los tMlnla y dos
icyn oñe hablan Tenido on su ayuda*
17 Y los criados da h» pflnólpos de
Iss porinela» salieron les pcfanens. Y
haUa Bcn-adad enviado quien le dió
sTlflo diciendo» Han salido hombres de
Ssmaria.
18 El entdoces d^o: M han salido por
paa, tomadlos tItos; y si han salido
psrsjslear, tomadlos titos.
19 ssUeRm pues de la dudad los cria-
dos de los principes de las proTinoias,
y en pos de ellos el ejétoito,
90 É hiri4} cada uno al que Tenia oon*
trs á': y huyeron loe Slns dguiendolet
los de Xenel. Y el Mv de CDria Ben-adad
le cMapó en un oabalio con alguna yente
deeabslleria.
SI Y salió él rey de Israel» é hirió
la arate de 4 caballo, y los canos t y
dsmiso los Silos con grúde cetnmo.
II 5 UcRandose luego el proCsCa al
rey de IstmI, le d^o*: Vé, ftctaMeete,
y considera y mira lo que has de hacer ;
porque posado él alio el rey de Siria ha
oe venir contra ti.
as 5 Y ks sierroe del rey de firia
le dieron : Sus diosas son dioses de los
noBtes; jpor eso nos han Tenddo/:
oas ■ peieaiénos con ritos en la lia-
nura, m otrd si no los Toncemos.
SI Has pnes así: Saea los reyes á oada
•Bo de su puesto, y pon capitanes en
logar de ellos.
56 Y td fúimale oír» cjdreito eoono
d deleito que perdiste: caballos por
csbalios,' y carros por carros: luego
pdeaiénaee con dios en campo raso,
y wwfciios si no los Tenoemos. Y di les
di4oido,éhísoloasi.
SS rssado d afio, Ben-adad reoonoeld
los Siros, y Tino á Apheof á pdeer con-
tmlsrad.
57 T ios htíos de Israel ftwron también
'onados, y tomando peoTldoaes
rsulas al enouentro : y asentaron oam-
Ise hQos de Itrad delsnte de dios
so dos lebañuelos de cabras, y los
8bos hendiian la tlerm.
58 Llegándose entonces d Tsaon de
Dios al rqr de Israd, hablóle dldendo;
Ad di)o Jehorá : Por cnanto los Siros
hMi dieho, JdioTá es Dios de los
tes, no IMos de los Talles*, yo
gsN toda esta grande multitud en tu
■MBó f , pera que conoBcais que ye «sy
JdlOTá.
59 Siete días tuTieron aeentado campo
k» unos delante de los otros, y d sép-
timo día se dió la batdla: y mataron
los hijos de Israd de los Siros en un
día den mtt hombres de 4 pi6.
IS Los demás huyeron 4 Apheo, 4 la
dudad; y d muro eayd sobre Teinle
y dele mil hocnbNS que hablan que-
dado. También Ben*adad'TÍno huyendo
4 la dudad, jr «•esmnasc de o4aiara en
o4nan*.
SI Entonces sus derTos le dijeron : Hd
aqni hemos oído de los r^es de la casa
do Innel que son reyes elementes : pon-
■naos pues diora saooa< en nuestros
MOMs, y sogM en nuestras eabeías, y
■dgsmos al rey de Israd : por Tontnn
liadTn41nTida.
M Omeion pues su» lomos d
y sogas 4 soa eabatis, y Ttelensí ál rey
de Ismd, y dOonnle: T« sÉerro Ben-
adad dice : RudgoSMMe dTa nd alma.
Y di respondió : Sl'^vlTe ana, mi her-
ffi
as Beto tomaron aqneUoe hombres por
buen agtlero, y pieeto tomaron esta pa-
labra de su boca, y dieron: Tu her-
mano Ben-adad. Y él d^: Id, y tra-
adle. Ben-adad entdnces se prssentó
4 AehAb, y ól lo hiao sabir en un
carro*».
M T d^le Bm-^nlai: Las ciudades
que mi padre tomó al tuyo*, yo las
restituiré t y has plaaas en Daimaaeo
pasa tí, como mi padre las hlco. T yo,
dtío Adiáb, te d^aré peortir con esta
allanea. Hico puM eon di alianaa, y
dolólo ir.
86 5 Entonces un Turon de loe l^}as
de loo profiMas* dtfo 4 su oomnafiero
V palabra de INos^: Hiáwme ahoraf.
d ttro TaroQ no quiso herirle.
88 Y él le d^t Por cuanto no has
obededdo 4 la palabra de JehoTd. hé
aquí en apartanoote de mí te herirá ttn
león. Y como se apartó de dl« topólo
un leoa, é hirióle''.
87 Enoentróse luego con trtso nombra,
y díiole: Hlérsnse ahora- Y el bombee
le dió un golpe, d híade una herida.
88 Y d proMa se fué» y pdsose de-
lante del rey en d camino, y dlafrasóse*
con un Tdo sobra los oi)os.
a» T eomo d rn posaba, di dió tocos
al rey, y d^o': Tu derro salió entra
la tropa, y hé aquí apartándose uno,
tti^omm un hombre diciendo: Ouarda
4 eete hembra, y d llegara 4 fldtar, tu
Tlda ser4 sor U i
tdento de plata.
40 Y como tu siervo estaba ocupado
4 una paite y 4 otra, d desaparsoió.
Entonces d rey de Israd le dyo*: Esa
Mrd tu sentencia; Cd la has peonun-
oiado*.
41 Pero di se quitó de presto d Trio
de sobra sus q)os, y d rey de Israel
conoció que en de ios profctas.
48 Y dle diUo : Así ha dicho Jehov4:
Por cnanto soltaste de la mano d hom-
bra de mi anatema, tu Tida ser4 por la
suyajr, y tu pueblo por d svfo.
48 Y el rey de Israel se fbé 4 su casa
triste y enqiado, y llegó 4 Samarla.
CAPITULO XXI.
NaboOt por habtr «Sfodo m «üa d Aekáb,
«■ aemtado/alHmmtt; y ouMmMds aor <ii-
diubria d* JtmM, qtu por «ata vía acmf
la villa d* Nabalkpara m marido. EUa»
por mandado di DioM dmnmeía d Aeháh
gramdt vtngamaa mtbrt §1 y f otvw m mMtftr,
f toda M e*ua, por la «acrlf dd intrnaU
WahaOn ptro kmmaimdtm AAdh d tta
mum^ttlatiam, JMet le rtktfa la
suya, ó pagarás un
PASADOS estos negodoe, acontaeió
que Naboth de Jexreel tenia en Jes-
red una Tifia Junto al pelado de Aoh4b,
rey de Samaria.
8 Y Aofaáb habló 4 Naboth dldendo:
Dame tu Tifia para un huerto de legum-
bras, porque <ñt4 coreana, junto 4 nd
casa, y yo te daré per idla otra Tifia
mi^ que esto ; ó si mq)or to pareciera,
to pagaré su valor en dinero.
8 YNaboth resp<mdló 4 Aoháb : Ou4r-
deme JshoT4 de que yo te dé 4 tí la
heredad de mis paAres«.
4 Y vínose Achib 4 su casa triste y
en<tiadok por la palabra que Nabodi de
Jeaaed le habla rsaBondido, dldendo :
No te daré la heredad de mis podras.
Y aoostóm en su oama, y vdvió su
rostro, y no eemió pan.
* 3 Bey. 10.
U.
•cap.u.ao.
•SBoy.lS,
B,«to.
r Cap. 18. 17,
U.
</«r.97.S.
Xs.4.8.
«-CapLlS.Si
'S 8a. 14. 3.
<lBa.U.l,
•3Ba.ia.S.
7.
"JsbUC.
MatSL41.
48.
19.88.
rosp^am,
87.
•IiOT.SS.9S.
Ka. M. 7.
Xt.4S.18.
» Job S. X
Hab.a.9,
18.
LKBYBB, XXII
Imlh !• Jnnil, j dl^ «m ■_
• «Hili. le ÍMi lA* lÁka n tili ¡
'jVta nujcr JnoW !• dUo. ílm
tri Bboim ni PDbi* Ixnal ? twváauttt
- —l» im, ! aUErU* : ^ la úaH ■■
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» rffia IUiüliit«ni" ih 'aiibl
nilniiii HMIaiiijIj^i liMiiiJjiíJ
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pilabn, qH mgé aw nvllíbfl >,
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r y^¡o_ JiMiflMi : j ai] UB agM
inhtt: Aun Mvon «UDiif por «I CHl
«driun añinlin l>)<taoi£ MIAIn,
inumaU VJL^temiK: Nobi-
llM■^^^DX[llll■^
llTlojw lot prafhM MüÉliriiH da rblsM
A.aMT.
L BEYES, XXIL
A.C8Vr.
us.3o.ia
•SI.1L38.
tM.13.
I U1.LIOL
»ue.i.i
I>tt.7.»,
te.
<MI.(.
■M.S.31.
*í.ilL
■í»e.9.SS.
M12.IS.
JT»2.M.
•%1B.30l
«CrJLa
Ramoth de Oataad, y wrás pwnpwdo,
qne Jrtiová U dni en mano del icy.
18 T •! mcDM^cn qu* kahi* Id* á
Uamar 4 Mteheas, hablóle dloioido : H«
aquí las palateaa de le* piofiMat A ana
boca mmuKian al rey bien : lea ahora ta
palabra eopfiwaaeála palabra da algwio
de dloa, y anunda bienA.
14 Y Mloh«aa TcnÑndió: Vive Jeho.
tA, qae lo que Jéhová me hablan, ew
dirfir
U Vino puM al rtj, 7 el rey le dijo :
Miobtea, ¿ Irémoa á pelear contra Ka-
mokh de Oalaad, ó la dejarémoa ? Y él
xmondió : Sabe, que MiAa proaperado,
y Jebera la entngarA en mano dtü rey.
16 Y el ny le d^: ¿ Hasta cuantas
Teces he de oot^urarte que no me dloas
liiio la Todad en el nombee de JehoiA ?
17 Sntteoes él dijo : Yo vi á todo U-
CMl esparcido pt» los montes, como ove-
>s qae no tienen pestor: y Jehová d^ :
Batos no tienen sefli»; TUétrase cada
uno á su casa en pax.
18 Y el rey de Israel di^o i Josaphat i
¿ No te lo habla yo dicho ? Ninguna
cosa buena profetizará él acerca de mi,
dno solamente mal.
19 Entdnces él dijo : Oye pues palera
de Jehorái Yo vi A Jehova sentado en
su trono*, y todo «1 «ército de los cíe-
los' estaba Junto A éi, A su diestra y A su
siniestra.
80 Y JehovA dijo : ¿ Quien Inducirá A
Achib, para que sube, y caiga en Ra-
moth de Galaad ? Y uno decía de una
manera, y otro deeia de otra.
81 Y salió un espíritu, y plísese de-
lante de JehovA, y dlio: To lo induciré.
T JefaovA le d^o : ¿ De qué manera ?
88 Y él d^o : Yo saldré, y será espfíitu
de mentira en boca de todos sus profe-
tas. Y él dijo: Inducirlo has, y avn
saldrás eon ello. Bal pues, y haslo asi.
88 Y ahora hé aquí JehovA ha puesto
espíritu de mentira » en la boca de to*
dM estos tus profetas, y Jeho^ ha de-
cretado el mal acerca de tí.
84 Llefsndose entonces Sedechlas, hi-
jo de Ghánaana, hirió A Michéaa en la
mejilla diciendo : ¿ Por dfmde se fué de
mí el espíritu de JéhovA para hablarte
Atí ?
85 T Hichéas xespondió : Hé aquí tii
lo verás en aquel día, cuando te irás
metiendo de cAmara en cAmara» por
esconderte.
96 Entonces el r^ de Israel dijo : To-
ma A Michéas, y vuélvelo A Amon, go«
bemador de la ciudad, y A Joas, Ujo
del rey,
87 Y dirfts : Así ha dicho el rey : Echad
á este en la cárcel, y manfenedle con
pan de sngnstia* y con agua de afliooi*
en, hasta que yo vuelva en paz.
88 Y dUo Biiehéas: Si llevares á vol-
ver en paz, JehoH no ha hablado por
>ní/. En seguida dijo : Oíd, pueblos
todos.
88 SaUÓ pues el ley de Israel, con
Jonphat rey de JudA, A Ramoth de
Gslaad.
80 Y él rey de Israel dijo A Josaphat :
Ko me disnrazaré, y ati entraré en la
"talla; y tii vístete tus vestidos. Y el
ley de Imsuí se disArazó, y entxó en la
Intallav.
81 Mas d rey de Siria habla mandado
á nu treinta y dos capitanes de los car-
>M diciendo: No peleéis vosotros con
■naide ni oon chico, sino solo contra el
nydelsrad.
8i Y oomo los capitanes de los carros
^<cm A Josaphat, frieron: Ciertamente
Míe es el rey de Israel : viniéronie A él
aira pelear con él ; mas el rey Jossphat
ó voces.
S) Viendo entónoes loo eapitanes de los
carros que no era el rey de Israel, apar-
tAronsodeél.
54 Y un hombre disparando su arco A
la ventara, hirió al rey de Israel por
entre las Junturas de la armadura; por
lo que dgo él A su carretero : Toma la
vuelta, y sAcame del campo, que estoy
herido.
86 Mas la batalla habla armdado aquel
dia, y el rey estuvo en su oaxro delante
de lo* Slros, t A la tarde murió : y la
sangre de la herida oorria por el seno
del carro.
86 Y A puestas del sol pasó un prcigon
p<Hr el campo diciendo: Cada uno m
«suya A su ciudad, y cada cual A sn
tierra r.
87 Murió pues el rey, y flié traído A
Samarla; y sepultaron al rey en Sa-
marla.
8B Y lavaron el carro en el estanque de
Samarla ; lavaron también sus armas, y
los perros lamieron sn sangre, conforme
A la palabra de JdmvA que haUa ha-
blado'.
89 Le demás de los hechos de Acháb,
y todas las cosas que ^Jecuto, y la casa
de marfil que hizo ', y todas las ciudades
3ne ediftco, ¿ no estA escrito en el libre
c las crónicas de 1(m reyes de Israel ?
40 y durmió Aoháb con sus padres, y
reinó en su lugar Ochdzias su hilo.
41 5 T Josaphat*, hijo de Asa, co-
menzó A rAnar sobre JudA en el cuarto
afio de Acháb, rey de Israel.
tf T era Josapha* de treinta y einee
aflos cuando comenaó A reinar, y reinó
veinte y dnoo aflos en Jerusalem. El
nombre de su madre fué Azuba, hija
deSilal.
48 Y anduvo en todo el camino de Asa
su padre, sin declinar de él, haciendo lo
qut era recto en los ojos de JehovA'.
44 Oon todo eso los altos no Aieron
quitado* ; que el pueblo sacrificaba aun,
y qtiemaba perftunes en los altos.
45 T Josaphat hizo paz oon el rey de
Israel jr.
46 Lo demás de los hechos de Josa-
eiat, y sus hazaflas, y Us guerras que
zo, ¿ no estA escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de JudA ?
47 Bardó también de la tierra el resto
de los sodomítioos « que hablan quedado
en el tiempo de su padre -Asa.
48 No hutía entónoes rey en Edom« ;
presidente áoMa «n fag'ar de rey.
49 Habla Josaphat hecho xMVÍes en
Tharsifib, ios cuales «hablan de ir A
Ophir por oro : mas no fueron, porque
se rompieron en Esion-geber.
GO Entónoes OehAzias, fa^o de Acháb,
dijo A Josaphat : Vayan mis siervos con
los tuyos en los nanos. Mas Josaphat
no quiso.
51 Y durmió Josaphat con sus padres,
y ñié sepultado con sus padres en la
ciudad oe David su padre«{ y en su
lugar rdniS Joram su hijo.
68 Y Ooh6ziaa«(, hilo de Aoháb, 00-
menxó á reinar sobre Israel, en Samarla,
ri aflo die» v siete de Josaphat rey de
JudA, y rdnó dos aflos sobre Israel.
58 E hizo lo malo en tos ojos de Je-
hovA, y anduvo en el oammo de su
padre, y en el camino de su madre,
y en el camino de Jeroboam, 14)o de
Nabat, que hizo peoar A Israel :
54 Porque sirvió A Baal, y lo adoró,
y provocó A ira A JehovA Dios de Is-
rael, oonfbrme A todas las eo«w que
su padre haUa heeho.
•■ver. 17. 88.
•Oap^ 11.10.
8.18.
•sor.aoja.
oto.
"SCr.17.8.
V9Cr.l9.3.
9Cor.«.14.
'Cap. 14.21.
y 15. 18.
•G«i.as.aaL
a 8a. 8. 14.
a Bey. 8. ».
y 8. 80.
i Cap. la aa.
a Cr. 80.85,
etc.
•aCr.31.1.
rfver.4a>
LIBRO SEGUNDO DE LOS BEYES.
i tittí ha JümoJUíi tama tu
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VEi!
■■ I tuA ntrit 7* oinr J datpuq
p nvLí de dlA DnA frrdBáa de <nli
«gi^íuK^M°pmm'Sio.
NAAUAN. nnml dd i«
íSS'3"'S-i^
íis
Á,C.dT,tH.
ILIU&TBB, VI.
A.&dr.i
7Pm. 13.19.
'O». 10. 13.
•Capil&ft.
Xa. 12. 10.
•0HI.4.W.
(QipilSL
S.7.
<M.U0.1.
4.
J«r. 38. 34.
• M. «. 83,
Jer. 86. 38.
/Om.87.17.
oiadM que lo De-
cncttaa á d<w de
VHcn dcUote de A.
S4 Y liando fue Imbo á m logar
MCKto^, &■ lo tonoó de mano de rilos,
7 guard^o en caaa: tueg» mandó 4 loa
hmnttrea qoe te flicMB.
85 T él entró, y p<boae ddaate de ao
•e&or. Y Eliaéo fe dijo: ¿De donde
viene*, Oiexi ? T A d^o: Ta ilerTO no
ha Ido 4 ningima parte.
96 £1 entóncea le d^o : ¿"So fué tam-
Mcn mi ooraimi* cuando el homhre
▼oKió de su earrof 4 redbiite? ¿ Ea
tl«mpo de tomar plata, j de tomar Tea-
tidoa, oüraret^ rtaaa, ov^aa j tmejct,
derroB 7 sSenras ?
37 La de Naaman ae te pcg8t4 4 tí.
7 4 tn simiente para tieranre*-. Y tallo
de delante de él leproso. Manco como la
nleve«^
CAPITULO VI.
Wmms proüjiM dd vrtfda KlUtoi Bm-
adad, ny d» BMa, Mía d Bamaria, y la
ritan í mma koMir* horrütU. J»ttm, rwy
d» Imrad, mumda malar éJSUtío ¡ ptto «o
LOS hijos de los profetas* dieron 4
Elisóo : Hé aquí el lugar en que mo-
tamos contigo, nos es estrecho :
M Vamos ahora al Jordán, y tome-
moa de allí cada uno una viga, y hag4-
monos allí Innr en que habitemos. Y
él dUo : Andad.
8 Y dQo uno : Rog4moBte que quieras
:renir con tus sterros. Y él respondió :
VoirA
4 Fuese pues con dios ; y como llega-
ron al Jonlan, cortaron la madera.
5 Y aconteció que derribando uno un
¿rbol, cayósele el hacha en el agua ;
y dio Tooes diciendo: Ah seflor mío,
que era emprestada!
0 Y el Taron de Dios dQo: Donde
cayó ? Y ál le mostró el lugar. Enton-
ces cortó ¿1 un palo, y echólo allí&, ó
hizo nadar el hierro.
7 Y dijo: Tómalo. Y él tendió la
ro«no,jr tomólo.
8 ^ Tenia el rey de Siria guerra con-
tra Israel, y consultando con sus sierros
dijo : Bhi tal y tal lugar estará mi cam-
pamento.
9 Y el varón de Dios envió 4 decir
al rey de Israel: Mira que no pases
por tal lugar; parque los Siros van
allL
10 Entonces él rey de Israel envió 4
S[uel lugar que el van» de Dios habla
cho, y amonest4d(de, y guardóse de
alU, no una vez ni dos.
11 Y el corazón del rey de Siria faé
turbado de esto ; y llamando 4 sus sier-
vos dQoIes ; ¿ No me declararéis voso-
tros quien de los nuestros ea del icv de
Israel?
IS Entonces uno de sus siervos dijo :
Ko, rey señor mió; sino que el pro-
feta Eíiséoe est4 en Israel, el cnal
deelara al rey de Israel las palabras
que til hablas en tu mas secreta c4-
mara'.
13 Y él dijo: Id, V mirad donde está,
Sara que vo envié a tonuurIo«. Y fUele
Icho : Hé aquí él uta en Dotiíalm/.
14 Entonces envió el rey allá gente
de 4 caballo y carros, y un grande ejér-
cito, los cuales vinieron de noche, y
cercaron la ciudad.
15 Y levantándose de tmafiana d que
servia al varón de Dios, para salir, hé
aquí d «ijército que toiía cercada la
dudad con gente ae 4 caballo y cairos.
Entonces su criado le dUo : Al> seiktr
ndo ! qué haremos }
16 Y él le d^o : No hayas miedo ; por-
que mas son los que están ooo nosotros
que los que están con dios/.
17 Y oró Eliséo, y dijo: Bib^siXc* ^
Jehov4. que abras sus <jaa nata qoe
vea. Entonces Jdiov4 abrió ios «|os
dd mozo, y miró : y hé aquí que d
monte esío&s lleno de gente de 4 oa-
ballo, y de carros de taegpk al sededor
de Eliséo.
18 Y hiMR) que los Kro» dewendiemí
4 él, oró maéo 4 Jchov4,j d^o: Baé
gote 4me hieras 4 esta gam con oegue-
oad. E hiriólos con ceguedad t confnme
al dicho de Eliaéo.
19 Dtespues les dúo Eliséo: No es
el camino, ni es esta la ciudad*;
guidme, que yo os guiaré al hombre que
buscáis. Y guiólos 4 Samaiia.
30 Y así que Iteraron 4 Samarla, ^o
Eliaéo : Jenov4^£bie los q|os de
para que vean. Y Jdtová abrió sus cijos,
y miraran, y halláronse en medio de Sa
maria.
81 Y cuando d rey de Israd les bebo
visto, d^o 4 Eliséo : ¿ Heriréto* padW
mió?
83 Y elle respondió: No los hieras.
i Herirías td 4 los que tomaste cautivos
con tu eqpada y con tu arco ? Pon de-
lante de dios pan y agua, para qoe
coman y beban /, y se vucavan 4 so*
seflores.
88 Entonces les fué aparejada girande
comida: y como hubieron ooaildo y be-
bidOf enriólos, y dios se volricaran 4 sa
se&or. Y nunca mas rinieron cuadrillas
de Siria 4 la tierra de Israd ».
84 5 Deqmes de esto aconteció, qae
Ben-adad, r^ de Siria, jimtó to«lo sa
ejército, y subió y puso cerco 4 Sa-
marla.
85 Y hubo grande hambre en Samarla*
teniendo ellos cerco sobre día; tanto
que la cabeza de un asno era veadUñ
por ochenta stetM de plata, y la cuarta
de un cabo cíe estiércol de palomas por
cinco viexat de plata.
96 Y pasando d rey de Israd por d
muro, una mujer le dio voces, y d^o :
Salvasiw, niv se&or mío.
97 Y d dOo : Si no te salva Jdwvi,
¿ de donde te tengo de salvar 30 ? del
alfolí, ó dd lagar?
88 Y dijole d rey : Qoétienes? Ydla
respondió : Esta mqjer me dijo : D4 ac&
tu nÍ)o, y comámoslo hoy, y maflana co-
meremos el mió «.
39 Cocimos pues mi hijo, v le comi-
mos. El día siguiente yo la dqe : 114 acá
tu hUo, y comámoslo. Mas ella ha es-
condido su h^oj».
80 Y como el rey oyó las pdabras de
aquella mujer, rasgó sus vesndos, y puó
asi por el muro : y Uegó 4 ver el oueblo
el saco que traía mtenonnente mmuc su
carne.
81 Y él dyo: Así me haga Dios, y así
me afiadar, ri la cabeza de Elíseo, hijo
de Saphat, quedare sobre él hoy.
89 Estaba á la tazón Eliséo sentado en
su casa, y con •■ él estaban sentados kM
ándanos : y el rey envió á él un hom-
bre. Mas uites^ue el mensi){ero viniese
á él, dijo él á los ancianos : ¿ No habéis
visto como este hijo del homicida me
envía á quitar la cabeza? Mirad pues,;
cuando riniere el mensuro, cenad la
puerta, é impedidle la entrada: ¿no
viene tras & ruido de ios pies de so
an)ot?
88 Atm estaüMi él hablando eon dios, y
faé aquí d mens^ero que descendía 4 él ;
y d^o.: Ciertamente este mal de Jdiová
viene. ¿ Para qué tengo de esperar ma*
á Jehová ?
Cdr-an.
n. BBYBB, TU, TUL
jLa«lr.M.
CAPITUJLO Vil.
MUilo dtumeUi •» ta» §nméi heaiAn vma
nautím» íartmru t la emmí vímm mitffrfo
DiM át fvpml* tanto mMo «n Iu Ai<iih«
ie Im Aro*, «m djfalM f <mím mu Umtdúi
eim (mí» i» ftU ttmmn, m kNfn». DttUoii-
iTMicfÁ» MMrir* kproaof: « «m eapUan
funo enj^lm tUnmmeiaeia» m Ja kortura,
«i UM» y «itMinlo 4e ia oml» 4 la jw«rto
átbcMorf, «tfii {fMor dt in k<irfitra, como
DIJO «atánoei EBaéo : Oid iwlabn
de JeboTá: Aii dijo JdMvA: Ma>
&aiw 4 «tat borM valdrá el leah de flor
de harina mi ddo, y doe wnh de cebada
u éelo, 4 la pocrta de Samaiia •.
5 Y na (Mtfneipe, tobre euya nano •!
rey k ipeyíba *, reapondid al Taxon de
IMoa, y dQo : Si Jenová bioiete ahora
rentanaa* en el cielo, ¿ aexia e*to ati ?
Y él dUo : Hé aquí tií lo vería con tui
<Ó«, mas no comeiáa de ello é.
a Y haUa coaCro hombvet leproaot &
la entrada de la pnena «» lot cvalet di-
jeron d nno al otro : ¿ Para qué noe es-
tUBoi aqol baila q«e mmamot ?
4 8i tiatireinoa de entrar en la clndad,
inr d hambre que ha; en la ciudad mo-
lirénu» en ella ; y A noe quedamos aquí,
también movirémoa. Vamoe puea ahora,
7 MtéoMnos al ctJéreito de los Sirca : si
eÜMnoa dieren U TÍda,TÍVirámoat y ai
nos dieren la mnwte, moriréinoa.
6 Lerantáronse puea en el principio de
la noebe, para Ine al campo de loe Bi-
na ; y llqpindo á laa primeraa eetanciai
de loa Sima, ne había allí hombre.
0 Porque A Sefior habla bcoho que en
el campo de loa Stroa ae oyeae eatñiendo
de cama, nrido de caballos» y eatr^lto
de grande ^érdto : y dyéronae loa unoa
&ioB otroa : Há aquí el rey de Israel ha
mado contra noeotrca á lea KyM de lea
Hetbéos, y á loa r^yea de loa Egipcios,
púa ^e vengan contra nosotroa.
7 Y aaf te hablan levantado y huido al
pincipio de la noche, dejando aus tí-
cndaa, aua caballoa, ana asnoa, y el cam-
po como ae cataba, y habían huido por
M/mr laa vidas.
8 Y como loa leproeoa llegaron á laa
piimcraa eatanciaa, entrAronae en una
tienda, y comieron y beUeion, y toma-
ron da aUl plata y oro, y'veatldoa, y fbé-
nn y weonimtfranlo : y vuritoa, entraron
en otra tienda, y de allí también toma-
ron, t ftiéron, y eacondieron.
9 Y d^onae el uno al otro: No ha-
conos Uen: hoy ei dia de iar buena
■UMva, y nosotroa callamoa: y ai eape-
nmca baata la lux de la mañana, nos
•loaaaii la maldad. Vamoe puea ahora,
*nt>aBoa, y demoa la nueva en eaaa del
wy.
10 Y vinieron, y dieron vocea 4 los
pmdaa de la puertas de la dudad, y
dedaiironiea diciendo > Noaotroa ftii-
mos al campo de los Slroe, y hé aquí
rno había allí hombre iU¿me, ni voz
hombre, sino eabaUoa atados, asnos
teiMen atados, y tA campo como se
il Y loa porteroe dieron voces, y de-
clutemlo ¿teatro en el pafaurfo del rev.
IS Y levantóse el rey de noche, y d|jo
a sos aicrvaa i Yo os declararé lo que
DOS han heebo los Siroa. BIloa saben
qae tencmoa hambre, y hanae aalido de
bs tIendM, y esaondidose en el campo
didende { Cuando hnhlersn salido de la
ciudad, los tomardmoa vlToa, y entra-
*<"«« en la dudad.
U Eai^oMs Teapondi<S uno de sus si-
<r*w, y dijo : Tomen ahora cinco de loa
<d>dloa que han quedado en la ciudad,
(poique dloa tamblMi han Mo como to-
da la multitad de land «m ha «oedado
en ella; tamUen Mo» kan Háó eomo
toda la mulütiid de larael que ha pere-
oido,l y enviemoe y veamoa qué hay.
14 Tomaron puea dos caballoa de un
cano, y envid el rev traa f\ campo de
loe Sirca diciendo t Id, y ved.
15 T ellos fueron, v dauidrenloe haala
el Jordán : ▼ hd aquí touo A camino es-
taba lleno de veetidoa y enaeres que loa
Sima hablan arrqjado con la premura.
Y volvieron loa menaajeroa, é hidéronle
saber ftl rey.
18 Entonces el pueblo salló, y saque-
aron el campo de loa Siros t y toé ven*
üdo un sean de flor de harina por un
siclo, y dos seah de cebada por un ddo,
conforme A la palabra de JmovA r.
17 Y el rey puso i la puerto á amiel
principe sobre cuya mano él se apoyaba ;
y atrcpclldlo d pueblo á la entrada, y
mnrld, conforme á lo que haUa dicho «
varan de Dice, lo que nablóf cuando d
r^ deseendid a él.
18 Aconteció pues de la manera que d
varón de Dlea naUa hablado al rey, di-
ciendo : Doa seah de cetiada por un si-
clo, y el seah de flor de harina seíA «ní-
tida por un dclo maflana i estas horas A
la puerta de Samsria.
19 A lo cual aquel príndpe habta rea*
pondldo al varón de IMoa diciendo : Aun-
que Jehová hiciese ventanas en d eieto,
(■Dudlera ser eso? Y él d^o: He aquí
tu lo veráa con tus qjoa, mas no oomcráa
deeUoA.
SO V i^ínole así : potqne d pueblo lo
atropdld * la éntrate, y murió.
CAPITULO VIII.
Por a9Í$o d» MiMo m kuitpmU» m vdátta
Mirra, kHymdo del hambnaut habia á$ m-
nir Kbr* *¡ía. Dedara ÉtMo é HoMod^
triado ád r«y de Biria, q%u JUgaria d «cr
r«tF, y lo fiM <fi Mt r«Ímo harta : « vmtito
BatoA, ahoga «I rey, y marpa W reino. Jo-
rom, hi/o de Jotmkat, rey de Judá, mgu»
loi tmpMdiadM de lee reyes de laradf « fOt
mverle eitya eecede «« tt rtima Oekmau m
hijot tawSUm iw^pta,
Y HABLÓ Bliséo & aouella mt^er, h
cuyo h^o habla heotio vivir, dici-
endo': Levántate, vete td y toda tu
casa á vivir donde pudieres ; porque Je-
hová ha llamado el hambre e, la cual
vendrá también sobre la tierra siete
aflea*.
S Entóncea la mi^er se levantd, é hizo
come d varón de Dios le dUo : y par-
tióse ella con lu familia, y vivió en ti-
erra de los PhUiatéoa aiete afloa.
8 5 Y como fueron pasados los siete
afios, la miOer volvió de la tierra de los
Phillstéos : después salló para dlamar al
rey por su casa, y por sus tierras.
4 Y habla el rey hablado con Glezid,
criado dd varón de Dios, diciendole:
Raégote que me cuentea todas las ma-
ravillas que ha hecho Elíseo e.
5 Y contando él d rey como habJa
hecho vivir á un muerto/, hé aquí la
mujer, á cuyo hijo baUa hecho virir,
que clamaba al r«y por su casa y por sus
tierra*. Entonces d(jo Oiezi : Rey sefior
míe, esta et la mujer, y este *• su h^o,
d cual EUséo hizo vivir.
6 Y preguntando d rey á la mujer,
ella se lo contó. Entonces el rey le dio
un eunuco, diciendole : Razie volver to-
das las cosas que eran suyas, y todos los
íVutos de las tierras, desde el dia que
di>jó eljMtis hasta ahora.
7 5 Elíseo se faé luego á Damasco, y
Ben-adad, rey de Siria, estaba enfiermo ;
al cual dieron aviso diciendo : Ei varón
de Dios ha venido aquí.
/ver. 1.
'ver. 2.
A Ka. SO. 1&
J«r.l7.S.<.
Habi8.1».
•Cap. 4. 18.
•te.
»SaLlQ6J6.
Hac.1. U.
•Gea.41.S7.
asa.ai.u.
dOap.8.aO,
S7.
* Lno. n. 8.
/Cap. 4. se
""FíSli
Ifl BnrúWM díM» Huul: / P« qdA
Il4rá úü HftH P V Al rvuBdld: Pdt^h
•« •! BUI UIU bu dt ll*c« 1 1» Uln df
r nulldlB *■ UD*» J Hüdkdlo Htncf
IB 1 Ed d quiñi» ano de JüThi, bi)9
' 8ÍW. r £amdl4 (MiHlu, W
ÍB#' ]-HiMdi iM fruía ""^iL^i
Y* dljO! Pri»rli». ■« |«l»lm I"1K
. dUtroi: Jdidár«T.
M.
n.BE7xa^x.
A.C.884.
klUL
L1&4.
la
r.ii3L
*i.a.
h
15 M^btaae eaiyro vncho el ray Jo-
Tam 1[ Jexnel, iMura cunune d* U*
beiidu que los 8Ín>« !• hablan hecho
peinado contra Haaael, rey de Siria:)
Y Jdiü düo : Si e» -vuestra voluntad,
lüagono eicape de la ciudad» para ir i
dar laa nueras en Jezreel.
16 Ent&Mes Jehd caba]g<$, j flieie á
JtzRd, porque Joram estaÍM allí en>
ftnno. TamUenOcfadzlas,re3rde Judá,
habla descendido allá á visitar i Joram.
17 Y el atalaya que estaba en la torre
de Jexreel*, tí6 la cuadrilla de Jehü
que Tenia, j dijo : Yo veo una cuadri-
lla. Y Joram dUo: Toma uno de á
caliallo, j envía 4 reconoocrlos, j que
leidln, ¿Haypax*?
18 Fué puea el de á caballo & reco-
nooerloe» jr dijo: El rey dice así: ¿ Hay
pax ? Y Jébü le dUo : «! Qué tienes tii
¡oe ver eon la pax ? Vuélvete tras mi.
il atalaya dio luego aviso diciendo : El
meiisa}ero llegó huta ellos, y no vuelve.
18 fiítdaces envid otro de á caballo,
d cual llegando á ellos dijo: ¿Hay
paz? T Jehil respondió: ¿ Qué tienes
td qa« ver con la pax ? Tuélvet» tras
mL
80 El atalaya volvió á decir: Tam-
bién este uñó i ellos, y no vuelve:
mas el marchar dd que viene es como
d marchar de Jehu, hJ^jo de Namsi,
porque viene impetuosamente.
SI Entonces Joram d^o: Unce. Y
nocido que fué su carro, salió Joram
rey de Israel, y OchOzlas rey de Judá,
cada uno en su carro, y salieron 6 en-
contrar á Jehd, al cual hallaron en la
heredad de Naboth de Jened.
M Y en Tiendo Joram á Jehd, dijo :
¿Hay pax, Jehli? Y él respondo:
i Qne pax, eon las finmicaclones de Je-
zaM tu madre, y sus muchas hediioe-
lías?
n Eatónocs Joram volviendo la mano
hnjó, y dj^o á Ochóxías: Traición,
OchAsías.
M Mas Jehü Beehó sa ano, é hirió
* Joiam entre las espaldas, y la saeta
alió por su corazón, y cayó en su oarro.
SS DUo luego Jehú i Bldkar su capi-
tán: Tómalo, y échalo á un cabo de
la beredad de Naboth da Jesred. A-
raénlate que cuando tii y yo Íbamos
Jnatos con la gente de Acháb su padre,
Jehovi pronunció esta sentencia sobre
él, diciendo:
tt Que yo he visto ayer las saiupres
de Naboth, y las sangres de sus hQos,
dUo Jebová, y tenso de darte la paga
A esta heredad, dijo Jehovái». Tómiuo
pues ahora, y échalo en la heredad, con-
unne á la palabra de JehovA.
97^ Y viendo etto Ochózias, rey de
f oda, boyó por el camino de la casa
«I huerto. Y siguiólo Jehü, diciendo :
Herid también i este en el carro. Y te
mritnm 4 la subida de 6ur, junto 4
lUeam. Y & huyó 4 Me^ddo, y murió
^ Y sus siervos lo llevaron en un
cano 4 Jenisalem, y allá lo sepultaron
ooQ sat padres en su sepulcro en la
eiodad de David.
» En el undécimo aJk> de Joram, h^o
de áehlb, comensó 4 reinar Ochfizías
iotireJud4f.
30 t Vino despnes Jdiü 4 Jezreel ;
7 como Jezabd lo oyó, adornó sus ojos r
«m alcohol, y atavió su oabexa, y aso-
mote á una ventana.
31 Y como entraba Jdiü por la puerta,
*^ >i4o : ¿ Sucedió Uen 4 Zimri, que
«"Mó 4 su señor?
as Alzando él entonces sa rostro h4oia
iulcn es eonmlgo ?
' « dos ó tres
la ventana, dito: i
Quien? Y
eunucos.
W Y él !■« dí)o: EchadU abi^o. Y
ellos la echaron : y parte de su sangre
fué salpicada en la parad, y en los ca-
ballos s y él la atropello.
84 Entró luego, y después que eomió
y bebió, dijo: Id jhora 4 ver aqurihi
maldita, y sepoltAa, que «• h^a de
rey».
96 Empero cuando flieion pan sepul-
tarla, no hallaron de ella mas que la
calavera y loa pies, y laa p^mas de las
manca «.
88 Y volvieron, y diiéronsele. Y él
dijo: La palabra de Dios e« esta, la
cual él habló por mano de su siervo
Ellas ThisMu diciendo : En la here-
dad de Jexrael comcxAn los penoa las
carnes de Jexabel.
87 Y el cuerpo de Jexabel ftié cual
estiércol sobre la £sz de la tierra» en
la heredad de Jeziccl: de manera que
nadie pueda d«cir, EsU es JezabcL
CAPITULO X.
/«fttf reeOido per rqf df Im priketvee de Is-
rael, kaei matar atteata hi/oe de AtkM, ran
f «fot Im demae que ptriemeeiam á la tasa de
AA«h, « einienao i Bamaria, eneuhttrate
een Ia< Whiomm de OeMsfiM, r<y di Jud4,
y también loe kaet malar 4 tedoi. Mm B^
maeia \aee ^ntar icdoe toe Muenletet de
Boa!, eon preteeto de querer haeerie urna
^ran Jtetta, y wUUalo» á todo* en el Ueeplo,
Jer^
Retiene eon lodo ««o la idokdriá de
boam ¡ y muerto tí, eueédele JoatMe eu hifo.
Y TENIA Aehib en Samarla seten-
ta hijos: y escribió letras Jehü, y
enviólas 4 Sainarla 4 los principales de
Jezreel, 4 los ancianos, y 4 los «y os de
Acháb, diciendo :
8 Luego en llegando estas letras 4 vos-
otros los qne tenéis los h^jos de vuestro
señor, v los que tenéis carros y gente de
4 eabaUo, la ciudad pertrechada, y las
armas,
8 Mirad cual u el m^or, y el mas
recto de los h^os de vuestro seflor, y
Enedlo en el trono de su padre : y pe-
td por la casa de vuestro sefior.
4 Mías ellos tuvieron gran temor, y di-
jeron : Bé aquí dos reyes' no pudieron
resistirle; ¿como le leristirámos nos-
otros?
6 Y el mayordomo, y el presidente de
la dudad, y loa ándanos, y los ayos,
enviaron 4 decir, 4 Jehü : Siervos tuyos
somos, y haremos todo lo que nos man-
dares : no elegiremos por rey 4 ninguno ;
tü harás lo que bien te pareciere.
6 El entonces les escribió la segunda
ves, didendo : Si sois mios, y queréis
obedecerme, tomad las cabezas de los
varones, hijos de vuestro seUor, y venid
mañana 4 estas horas 4 mí 4 Jezreel.
Y los h^os del rey, setenta varones, u-
taban con los príndpes de la dudad que
los criaban.
7 Y como las letras llegaron 4 ellos,
tomaron 4 los hUos del rciy, y degollaron
setenta varones», y pusieron sus cabe-
zas en canastillos *, y envi4ronselas 4
Jezreel.
8 Y vino un mens^ero que le diÓ las
nuevas diciendo: Traído han las ca-
bezas de loa b^jos del r^. Y él dijo:
Ponedlas en dos montones 4 la entrada
de la puerta hasta la mañana.
9 Venida la mañana, salió él, y es-
tando en pié d^jo 4 todo el pueblo t Vos-
otros sois justos, y hé aquí yo he oons«
pirado contra mi señor, y lo he mu-
erto': i mas quien ha muerto 4 todos
estos?
' I Bey. 18.
81-
Ib. 14. 18,
90.
Jor. 31 19.
y8&80.
•Sal. 83. 10.
Jer. 8. a.
y 18. 4.
tlBey.fL
31.
• Mat. li. 8.
U.
rf Cap. 8.14,
94.
A. C. 884b
ILBBYES» XL
i.C.1
V3Cr.22.8.
A J«r. 85. 6,
ete.
aCr.2.55.
k Cap. 9. 8.
1 1 Bey. 21.
ai.
" 1 Bey. 16.
81,32.
"1 807.22.6.
•fW. 15.
PlBey.aO.
80.
ff Dou. 18. 6,
11.
Es. 9. 5, 7.
•-88*. 81 21.
IBey.UUS.
10 Sabed ahora aue de Ut palabra de
JdioTá, que hablo aobve la casa de
Achftbe, nada caerá en tierra/; y que
JehoTA ha hecho lo que dijo por su si-
erro Eüaa.
11 Mató entonces Jdiü ¿ todos tos que
hablan quedado de la casa de Ach&b en
Jezzeel, y 4 todos sus nríncipes, y & to-
dos sus familiares, ¡L í sus sacerdotes,
que no le quedó ninnno.
18 5 Y levantóse de allí, y Tino & Sa-
marla : 7 llegando ól en el camino á una
oaaa de esquileo de pastores,
18 Halló alli á los hermanos de Odid-
zias, rey de Judá, y dijoles : ^ Quien sois
Tosotros ? Y ellos dijeron : lloraos her-
manos; de OchOzías, y hemos venido &
saludar á los hijos del x^, y á los hijos
de la reina.
14 Ent4kices ól dijo : Prendedlos vivos.
Y después que los tomaron vivos, de-
golláronlos Junto al pozo de la casa de
esquileo, cuarenta y dos varones, sin
d^ar ninguno de clloi.
15 ^ Partiéndose luego de allí, encon-
tróse con JonadabA, ^o de Recháb ■ ;
y después que lo hubo saludado, díiole :
¿ Es recto tu corazón, como él mío es
recto con el tuyo ? Y Jonadab dijo : Lo
es. Pues que lo es, dame la mano. Y ól
le dio su mano. Hízolo luego subir con-
sigo en el carro,
16 Y díjole : Ven conmigo, y verás mi
zelo por Jehová. Pusiéronlo pues en su
carro.
17 Y luego que hubo Jehú llegado á
Samarla, mató á todos los que hablan
quedado de Acháb en Samarla, hasta
extirparlo A, conforme á la palabra de
Jehová, que habla hablado por Elias /.
18 Y juntó Jehií todo el pueblo, y dí-
joles : Acháb sirvió poco á Baal <" : mas
Jéhií lo servirá mucho.
19 Llamadme puett luego á todos los
profetas de Baal «>, á todos sus siervos,
y á todos sus sacerdotes, que no falte
uno ; porque tengo un grande sacrifi
do para Baal: cualquiera que fiütare,
no vivirá. Esto hacia Jehií con astu-
cia, para destruir los que honraban á
Baal.
80 Y d^ Jehil : Santificad un dia so-
lemne á Baal. Y ellos convocaron.
81 Y envió Jéhd por todo Israel, y vi-
nieron todos los siervos de Baal , que no
&Itó ninguno que no viniese. Y entra-
ron en el templo de Baal ; y el templo
de Baal se llenó de cabo á cabo.
89 Entonces d^o al que tenia el cargo
de las vestiduras : Saca vestiduras para
todos los siervos de Baal. Y él les sacó
vestimentas.
SS Y entró Jéhd con Jonadab», h^o
de Rechib, en el templo de Baal, y
d^o á los siervos de Baal : Mirad y ved
que por dicha no haya aquí entre vos-
otros alguno de los siervos de Jehová,
sino soloa los siervos de Baal.
Sá Y como ellos entraron para hacer
sacrificios y holocaustos, Jehu puso fue-
ra ochenta hombres, y d(joIes : Cualqui-
era aue dejare vivo alguno de aquellos
hombres, que yo he puesto en vuestras
manos, su vida será por la del otro/».
SS Y después que acabaron ellos de
hacer el holocausto, Jehd dijo á los de
su guardia, y á los capitanes : Entrad,
y matadlos;; que no eseape ninguno.
Y los hirieron á cuchillo ; y dejáronlos
tendidos los de la guardia y los capita-
nes, y fueron hasta la ciudad del templo
de Baal,
96 Y sacaron las estatuas de la casa de
Baal, y quemáronlas *-.
87 Y quebraron la estatua de Baal, y
derribaron la casa de Baal» é hiei4|btils
necesarias hasta hoy.
88 Así extinguió Jehd á Baal de IsraeL
£9 Oon todo eso Jéhú no se apartó de
los pecados de Jooboam, h^o de Nsbat,
que hizo pecar á Israel ; á taber, de en
pos de los becerros de oro que estaba» en
Belh-el, y en Dan «.
80 Y Jehová diio á Jehif : Por cnanto
has hecho bien Secutando lo que et recto
delante de mis ojos, é hiciste á la casa
de Ach&b conforme á todo lo que ataba
en mi corazón, tus h^os se sentarán so-
bre el trono de Israel hasta la enalta
generación t.
81 Mas Jehtl no cuidó de andar en la
ley de Jdhová Dios de Israel oon todo
su corazón, ni se apartó de los pecados
de Jeroboam> el que habla hecho pecar
á Israel «.
82 En aquellos dias comenzó Jebová á
talar en Israel : é hiriólos Hazael en to-
dos los términos de Israel',
83 Desde el Jordán, al nacimiento áá
sol, toda la tierra de Galaad de Gad, de
Rubén, y de Manassó ; desde Aroer,aae
ettá junto al arroyo de Amon, á ua-
laady y á Basan.
84 Lo demás de los hechos de Jehd, y
todas las cosas que hizo, y toda su va-
lentía, ¿ no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel ?
83 Y durmió Jehd con sus padres, y
sepultáronlo en Samarla : y reinó en ea
lugar Joacház su hijo.
86 El tiempo que reinó Jehd sobre Is-
rael en Samaría, ^é veinte y ocho afios.
CAPITULO XI.
AOtaUOt madre de 0«Mifiu, ray i» JmU, jmt
rélmar «ola, mofa toda la mmísmi» real, •*-
emto el twAo Joat^ hijo ái OeMsToa, ftM/sJ
Uurado por medio de t» Hat y habimda te-
tado gnardado en d templo eete «ilo*, et tu-
mo laeerdote Joiada lo mueelra alpveUo, y
lo hace yrodamar rey, matando í Malta.
Joiada \aee i¡ae A ntwvo r«y y él pKcfilo ko-
oon püAiea y «olemn* prctetlatiim de wywiV
M I«y de Dioe, y detlmifm toda la Hetaírta.
YATHALIA, madre de Ochftzíaso,
viendo que su h^o era muerto, le-
vantóse, y destruyó toda la simiente
realb.
8 Pero tomando Josaba, I4ja del rey
Joram, hermana de Ochózías, á Joas
hijo de Ochdzias, sacólo furtivamente
de entre los hijos del rey, que se ma-
taban, y ocultólo de delante de AthaUa,
á él y á su ama, en la cámara de las ca-
mas, y ori no lo mataron.
8 Y estuvo con ella escondido en la
casa de Jehová seis afios : y AthaUa ñié
reina sobre el p^i.
4 1 Mas al séptimo alio envió Jcdada,
y tomó centuriones, capitanes, y gente
de la guardia, y metiólos consigo en la
casa de Jehová, é lüzo con ellos liga ju-
ramentándolos en la misma casa de Je-
hová, y mostróles al hijo del rej'.
5 Y mandóles diciendo : Esto es lo que
habéis de hacer : la tercera parte de vos-
otros los que entrarán el sábado, tendrán
la guarda de la casa del rey ;
6 Y la otra tercera parte estará á la
tmerta del Sur ; y la otra tercera parte á
a puerta del postigo de los de la guar-
dia : así guardaréis la casa para que no
sea allaiuuia.
7 Y las dos partea de vosotros, es d M-
ber. todos los que salen el sábado, ten-
dréis la guarda de la casa de Jehová
junto al rey.
8 Y estaréis al rededor del rey de todas
partes, teniendo cada uno sus armas en
las manos : y cualquiera que entrare
dentro de estos órdenes, sea muerto. Y
«iibr.ii
tver.S.
m
rlift
X 15.1,1
•IBef.!
HBXTBS, zn.
A.cm.
babeb de estar con d ny eoando aa«
Here, j cnánde entnkre.
9 Los eeftturfoBes pues hicieron todo
como el MMwrdote Joiada leí mandd ; y
tomando ceda uno los sayos, et á taber,
los (pie l»bian de entrar d sábado, y los
Jie hablan salido el sábado, Ttniéronse á
oiada el saoenlote.
10 T el sacefdote dio á los eentorlones
las picas T los escudos «( que habian Mo
del tef David, que estó&o» en la easa de
Jehovl.
11 Y los de la guardia se pusieron en
orden, teniendo cada uno sus armas en
ras manos, desde el lado derecho de la
casa hasta el lado izqtderdo. Junto al
altar y el templo, en derredor del rey.
19 Sacando luego Joiada al h^o del
rey, plisóle la corona j et Testimonio, é
hlciámale rey ungiéndolo • ; y batiendo
ia> manos dijeron : Viva el rey/.
18 Y oyendo Athalia el estruendo del
pneUo que corría, entró al pueblo en el
templo de Jehová ;
14 Y como miró, hé aquí el rey que
ntaba junto á la columna 9, conforme
á la costumbre, y' los principes, t las
trompetas junto á! rey, y que todo el
pnebl» del pais liaoia '
tocaban las trompetas, jsntónces A^a
¡r, y oue todo el
alegrías A, y que
Entonces Ama-
lia, rasgando tus vestidos, clamó á voz
en grito : Traición, traición.
15 Mas d sacerdote Joiada mandó á
los centuriones, que gobernaban el eiér-
cito, y díjoles : Sacadla fbera del recinto
del templo, y al que la siguiere, matadlo
& enchino : (porque el sacerdote d|jo que
no la matasen en el templo de Jehovfi.)
16 Diáronle pues lugar ; y como iba
él camino por donde entran los de á
caballo á la casa del rey, allí la mata-
ron,
17 ^ Entonces Joiada hizo alianza'
entre Jehová y el rey y el pueble, que
wrian pueblo de Jehová ; y asimismo
entre «rey y el pueblo.
18 Y todo el pueblo de la tierra entró
en el templo de Baal *, y derribáronle :
•rimismo despedazaron enteramente sus
akaxes y sus imágenes/, y mataron á
Mathan, sacerdote de Baal, delante de
los altares. T el sacerdote puso guami-
don sobre la casa de Jehová •».
19 Después tomó los centuriones, y
capitanes, y los de la guardia, y á todo
el pueblo de la tierra, y llevaron al rey
desde la> casa de Jehová, y vinieron
por el camino de la puerta de los de
Is guardia á la casa del rey : y sentóse
d ny sobre el trono de los reyes.
50 Y todo el pueblo de la tierra hizo
alegrías «, y la dudad estuvo en reposo,
habiendo sido AtháUa muerta á cuchi»
Uo JHMfo á la casa del rey.
51 Era Joas de siete afios cuando co-
menióárdnar.
CAPITULO XII.
Joo» %ae» netaurar ti Templo. VUtUndo
BauA, rey de Bíria, eowb-a JenuíUem,
efUevb Joa$ e<m grande teeoro, y té retira.
Oemeptram centra Joa» mu eiereot, y le
"UrfoR. BHeideUAmatiaeeukiío.
Ii^N él séptimo atio de Jehd comenzó
■* á reinar Joas^ y reinó ctiarenta afios
f> Jerusalem. El nombre de su madre
fué Sibia, de Beerseba.
S Y Joas hizo lo qne era recto' en
yo» de Jdxová todo el tiempo que le
diiisió d sacerdote Joiada.
3 Con todo eso los altos no se quita-
""> ; que aun lacriflcaba y qnemana d
PMbio perforaes en los altos.
4 Y Joas dijo á los sacerdotes : Todo
el dinero de las santificaciones que se
sude tner á la casa de Jehová «, el
dinero de los que pasan «n eutnia, d
dinero ñor las persoAas, oada oual etgmn
BU tasas, y todo el dinero que cada uno
de su pronia voluntad* meto en la casa
de Jehová,
S Recíbanlo los sacerdotes, cada uno
de sus flunillaxm, y reparen los portillos
dd templo donde quiera que se hallare
abertura.
8 Pero el alio veinte y taes del rey
Joas no hablan aun reparado los saoer-
dotes las aberturas del templo.
7 Llamando entonces el rey Joas d
pontífice Joiada. y á loe sacerdotes, di-
Joles : j Por qué no reparáis las ab«r-
turas del templo d ? Ahora pues no
tomds mas el dinero de vuestros fami-
liares, sino dadlo para reparar las zo-
turas del templo.
8 Y los sacerdotes consintieron en no
tomar mum dinero del pueblo, ni tener
cargo de reparar las aberturas del tem-
plo.
9 Mas d pontífice Joiada tomó un
arca, ó hízofe en la tapa un agnjero,
y pTfsola junto d altar, á la mano dere-
cha como se entra en el templo de
Jehová: y los sacerdotes que guarda-
ban la puerta, ponian dlí todo el dinero
que se metia en te casa de Jehová.
10 Y cuando vdan que habla mucho
dinero en el arca, venia el notario del
rey, y el gran sacerdote, y contaban d
dhiero que hallaban en d templo ds
Jehorá, v guardábanlo.
11 Y daban el dinero suficiente en
mano de los que hacían la obra, y de
los que tenían el cai^ de la casa de
Jehová, y ellos lo espendian en pagar
los carpinteros y maestros que repara-
ban la casa de Jehová,
IS Y los albafiiles, y canteros, y en
comprar la madera y piedra de cantería
Sra reparar las abarturas de la casa de
hová ; y en todo lo que se gastaba en
la easa para repararla.
13 Mas de aquel dinero que se traía
á la casa de Jehová, no se hadan tazas '
de plata, ni salterios, ni Jofdnas, ni
trompetas ; ni ningún otro vaso de oro
ni de plata se hacia para d templo de
Jehová t
14 Porque lo daban á los que hadan
la obra, y con él reparaban la casa de
Jehová.
15 Y no se tomaba cuenta á los hom-
bres en cuyas manos el dinero era en-
tr^ado, para que ellos lo diesen á los
que hacían la obra: porque lo hacían
ellos fielmente*.
íe El dinero por el delito/, y el dinero
por los pecados, no se metia en la casa
de Jehová; porque era de los sacer-
dotes ff.
17 í Entonces subió Hazad, rey de
Siria, y peleó contra Oath, y tomóla* :
y puso Hazael su rostro para subir con-,
tra Jerusalem.
18 Por lo que tomó Joas» rey de Judá,'
todas las dnendas que habla ' dedicado
Josaphat, y Joram, y OchOqeias, sus na-
dies reyes de Judá, y las que él habla
dedicado, y todo el oro que se halló en
los tesoros de la casa de Jehová, y en
la casa del rey, y enviólo á' Hazael,
rey de Siria : y él se partió de Jerusa-
lem.'
19 Lo demás de los hechos de Joas, y
todas las cosas que hizo, ¿ no está es-
crito en el libro de las cróíalcas de los
reyes de Judá ?
SH) 5 Y levantáronse sus siervos, y
conspiraron en conjuración, y mataron
á JoasJfc en la casa de Millo descendien-
do «á Silla:
*L«v. sr.8.
«Bi.S«.ft.
•'sor.M.c,
•te.
Oftp.tl7;
/LeT.fi.15,
18.
O Uv. 7. 7.
Na. 18. 9.
A Cap. 8. 19L
»C4p.iaU,
16.
lBsy.10.
1&
A Cap 14. S.
A.a«s«.
n. REYES, XIII, JOY,
A.C.CIL
1
•Jaee.&14.
» Gkp. 8. 12.
7lil7.
«w.SK.
rflB«f.l6.
• Am. 1. 8.
/Oq^Ul.
*Ok^l4.9,
sur. a&iT,
SI Pac* JoMchár, 14}o de Simaath,
7 Jozabod, hi)o dé Somer, nu tier-
Toa, hixiáxonle y murió. Y sepultáronlo
con sus padres en U ciudad de Da-
vid, y rcuuS en su lugar Amasias su
hijo.
CAPITULO XIII.
iMéiidM da /cmuMs, rtv de Iiraá, y d> m
k</o Joa». Muere ÉUeto, cityo «odtfMr
ninMÜa tf «M laMiite.
EN el afio veinte y tres de Joas, h^o
de OchAzias, rey de Judá, comenzó
á reinar Joach&z hijo de Jehii sobre
Israel en Samaria« y reinó diez y siete
afios.
8 E hizo lo malo en oilos de Jehov&,
y sifuió los pecados de Jeroboam, hijo
de Nabat, el que hizo pecar á Israd,
y no se apartó oe ellos.
8 Y encendióse el furor de Jéhová
contra Israel*, y entrególos en mano
de Hazaelft, réjr de Rna, y en mano
de Ben.adad» h^ de Haiael, por largo
tiemim.
4 Mas JoachAs oró á la fiuc de Je-
hoTá, y Jehová lo oyó; porque miró
la aflicción de Iarael> pues d zey de
Siria los aflMa.
5 Y dio Jehová salvador á Israel, y
salieron de b^o la mano de los Sirosc;
y habitaron los hjljos de Israd en sus
estancias, como antes.
6 Con todo eso no se apartanm de
los pecados de la rasa de Jeroboam, él
que liizo peoar á Israel : en ellos andu-
vieron, y también el bosque permaneció
en Samarla'.
7 Y no le habla quedado gente á Joa.
oh&z, sino cincuenta homlúnes de á ca-
ballo, V diez carros, y diez mil hombres
de á pié; pues el rey de Siria los babia
destruido, y los babia puesto como polvo
para hollar «,
8 Lo demás de los hechos de JoachAzy
y todo lo que hizo, y sus valentías, ¿ no
está escrito en eL libro de las cronloas
de los regres de Israel ?
9 Y durmió Joacház con sus padres,
y sepultáronlo en Samania ; y reinó en
su lugar Joas su hUo.
10 <!' El afk) trdnta y siete de Joas,
regr de Judá, oomenxó á leinax Joas,
hgo de Joacbáz, sobre Israd en Sama-
rla/^ reinó diez y seis años.
11 a hizo lo malo en oíos de Jcihová:
no se apartó de todos los pecadas de
Jeroboam, hijo de Nabat, el que hizo
pecar á Israel ; en dloa anduvo.
IS Lo demás de los hechos de Joasj,
y todas las eosaa que hizo, y su esfñ-
erzo con que gueneó contra Amasias,
rey de JudAA, ^no está escrito en el
libro de las crónicas de los reyes de
Israd?
18 T durmió Joas con sus padres, y
sentóse Jeroboam sobre su trono : y Joas
filé sepultado en Samarla con loe reyes
de Israd.
14 Estaba Eliséo enfermo de aquella
su enfiermedad de que murió. Y des-
ofendió á él Joas, rey de Israel, y lloran-
do delante de él, dijo : Padre mió, padre
mió, carro de Israd, y su gente de á
caballo.
15 Y d^ole Eliséo: Toma van arco y
unas saetas. Tomóse él entonces un
arco y unas saetas.
10 Y dUo aieéo d x^ de Israd : Pon
tu mano sobre el aroo. Y puso él su
mano sobre el arco. Entonces puso
Sliséo sus manos sobre lat manos del
««y»
17 Y d^ : Abre la ventana de hada
el Oriente. Y como él la abrió, dijo
Kliaép : Tira. Y tirando él, dijo BH$b:
Saeta de sdud de Jdiová', y saeta de
sdud contra Siria : porque boiras á las
Siros en Apbec* basta oonsumirlos.
18 Y tomóle á decir : Toma las sastai.
Y luno que el rgr de Israd las hubo
tomado, díjole: Hiere la tienra. Y él
birló tres veces, y cesó.
19 Entonces d varan de Dios enq^ado
con él. le dyo: A herir cinco ó seis
veces, herirlas á Siria hasta no quedar
ninguno ; empero ahora tres' veces he-
rirás á Siria.
90 V murió Eliséo, y sepultánolo.
Entrado el afio vinieron partiBas de
Moabitas á la tierra.
91 Y aconteció que d sepultar unos
un hombre, sdbitamente vieron una
partida, y arrojaron d hombre en d
sepulcro de Eliséo: y cuando lleKÓ á
tocar el muerto los huesos de Eliséo,
revivió, y levantóse sobre sus pies.
99 Hazael pues, rey de Siria, aflijo
á Israel todo el tiempo de Joacház.
93 Mas Jehová tuvo miserioonlia de
ellos, y oomnadeoióae de ellos, y mirólos
por amor de sa pacto con Abrahan,
Isaac, y Jacob ■• ; y no quiso destmir-
los, ni échanos de delante de ti hasta
ahora.
94 Y murió Haiad, reor de Siria, y
reinó en su lunr Ben-adad su hijo.
95 Y volvió Joas, b^o de Joachix, y
tomó de mano de Ben-adad, h^o de
Hazad , las ciudades que él había tomado
de mano de Joacbáz su padre en guerra.
Joas, y
I
96.
{ier.&
Tres veces" lo batió
las ciudades á Israel.
restituyó
CAPITULO XIV.
Reinado de Amcuiae, ny de Judí: e$ ábaHio
oor Joeu, reu de lerad, euyo h^o Jaro-
ooam //. acaba de Uhertar tf leraA,
EN el afio segundo de Joas ■, h^o de
Joacbáz, rey de Israel, eomenzó á
reinar Amadas, b^o de Joas, rey de
Judá 6.
9 Cuando comenzó á reinar era de ve-
inte V cinco alkM, y veinte y nueve afios
rdnó en Jerusdem: d nombre de su
madre flié Joaddan, de Jemsalem.
8 Y él lüzo lo fM «ra repto en q}«s de
Jehová, aunque no como David su pa-
dre: hizo conforme á todas las eosas
que habla hecho Joas su padre.
4 Con todo eso los dtos no ftieron qui-
tados*; que d pueblo aun sacrificaba y
quemaba perfiímes en los dtos.
5 Y luego que el rdno flié confirmado
en su mano, hirió á sus aiervos los que
hablan muerte d rey su padre i.
6 Mas no mató á los hUos de los que
lo mataron, conforme á lo que está es-
crito en d libro de la 1^ de Moisés,
donde Jehová mandó didendo: No ma-
tarán á los padre* por los h^, ni á los
hijos por los padres ; nías cada uno mo-
rirá por su pecador
7 1 Este hirió admismo diez mil Idu-
méo* en el valle de las salinas, y tomó
á Sela por guerra, y llamóle Jooted/
hasta hoy.
8 ^ Entónocü Amasias envió embaja.
dore* á Joaa, li^o de Joaohiz, hUo de
Jebd, rey de Uk^A, didendo: Vea, y
véamenos de rostro JU
9 Y Joas, ny ¿e Israd, envió á Ama-
sias r^y de Judá esta respuesta : £l car-
dillo 11 que etra en el Líbano, envió á
decir al cedro que uta en d Lfbeno:
Dá tu b^a por mujcsr á mi h^o. Y pa-
saron las bestias fieras, que tetan en d
Líbano, y hollaron d cardiUp.
10 Ciertamente has herido á Edom, y
tu corazón te ha envanecido • ; glorfate
•«r.l&l
xQs^Ví\
(te
«C»p.Il
tC(b.Ot,
|LltBYI8>Xy.
A. a «ir. no*
Jo*. 19. 38.
tic.
'XA. 8.18.
'*r.31.ML
«•«.Itia
'IHir.TJl.
rit. ^
^■■10.31.
[^15.13.
I&a6.1.
CVlfi.6.
Htte.
S«.St8.
%
Ih. 32.38.
IIM.9.U.
>ikU.3.
lti.8.C
Ctl.SL
F, mu «tala en tu obm. ¿ Y por qvé
te cntrometeris en un mal» pan que
o^C** ^* 7 •'udi contioo * ?
11 Ma» Amasias no dio oidoa ; por lo
Ee aoUiS Joaa, ray de luael, y vienmae
roalio <1 y Amalias, kt de JudA« en
Betli-semeas que e« de Juoá.
U Y JudA cajó delante de Israd, y
huyeron ea<la uno 4 sus estancias.
13 Ademas Joaa, rey de Israel, tomó h
Amasias rey de JudA, hi^o de Joa», hijo
de OehAiias, en Beth-scmesj y Tino i
Jerusalem, y rom|ii¿ el muro de J«ru-
saiam daade la puerta de Ephraim»
liasta la puerta die la esquina », cuatro»
dantos oodoa.
14 V tomó todo el oro, y la plata» y
todos los vasos que ftieron haliaoos en la
casa de JehovA*, y en los tesoros de la
cas» dd rt^t y los hijos en rehenes, y
Tolvidse A sumaria.
15 Lo demás de los iMchos de Joas que
ejecutó, y sus baaañas, y como peleó
contm Amasias, rey de JudA, ¿ no eslA
escrito en el libro de las crónicas de los
rqres de Israel ?
18 Y durmió Joas oon sus padres, y
fué sepultado en Samarla oon los reyes
de Israel ; y reinó en su lugar Jerobo-
amsa hilo.
17 Y Amasia*, hi^o de Joas rey de
JudA, Tivió dennies de la muerte de
Joas, hito de JoaohAz rey de Israel,
quince anosi».
18 Lo demás de los hechos de Amasias,
¿ no estA esoxito en el libro de las cró-
nicas de los reyes de JudA ?
19 E hicieron oonspixaoion contra él
en Jerusalem, y él nuj^ó A LachUv ;
mas enviaron tras ól A Lachls, y allA lo
mataron.
90 Tri0éronlo Iumo sobre caballos,
y sepultáronlo en Jerusalem con su*
padres en la ciudad de David.
SI % Entonces todo el pueblo de JudA
tomó A Azarias r, que era de diea y seis
años, é hidóronlo rey en lugar de AnU'
sías su padre.
99 Edificó ól A Elath «, y la restituyó A
JudA después que el rey durmió con sus
padres.
93 5 El alio quince de Amasias,, h^o
de Joea rtj de Judá^ eomeiuó A reinar
Jecoboam, bi)o de Joas, sobre Israel
én Samaria, y raaó cuarenta y un
alio.
84 E hizo lo malo en «dos de JebovA,
Íno se apartó de todos u» pecados de
eroboam, hijo de Nabat, a que hiao
pecar 4 Iszadf.
85 El restituyó loa términos de Israel
desde la entrada de Hamath m hasta la
mar de la llanura', conforme A la pa-
labra de JebovA Dios de Israd, la cual
habla él hablado por su siervo Joña,
htío de Amittaijt, profeta que toé de
Gath-Bepher.
96 Por cuanto JehovA miró la muy
amarga aflicción de Israel j que no ha-
bí» guardado, ni desamparado >, ni quien
diese ayuda A Israel.
97 Y JebovA no haUa aun determt.
nado raer d nombre de Israel de debajo
del délo •: por tanto los salvó por mano
de Jeroboam, hUo de Joas.
88 Y lo demaa de los hechos de Jero-
boam, y todas las cosa* que hizo, y su
▼alentía, y todas las ouerras que Úco, y
como restituyó A JudA en Israel A Da-
masco y A Hamath 6, ¿ no estA escrito en
«t libro de las crónicas de los reyes de
loael?
29 Y durmió Jeroboam oon sus padres
los reres de Israel, y rdnó en su lugar
Zaelkáflasinbyo<^
CAPITULO XV.
jÍjiwarüurtffdtJwidnaidtmkOvJttlunm.
E» d nimo i» ¡arad 4 ZatMtHtm mut^
BtdUm: é ««!• Mamakam i 4 Mfa PtMtia /
I dmwM P«ta, «n ai§o Ummj» sos IfevoáM
i Attria m«<ft«s lanmOat.
EN el a&o veinte y siete de Jeroboam,
rey de Israd •, oomenaó A reinar
Aaariatb. 14}o de Amasias rey de JudA.
9 Cuando comentó A rdnar era de diea
y sds afloa, y cincuenta y dos afios reinó
en Jerusalem : d nombre de su madre
fué JecoUa, de Jerusalem.
3 E hilo lo que era recto en cjos de
JebovA, oonfinine A todas las oosas que
su padre Amasias habla hecho.
4 Con todo eso los altos no se qui-
taron« ; que d pueblo sacrifioaba aun y
quemaba perfumes en los dtos.
5 Mas JehovA hirió d rejF ^ «on lepra,
y fué lenroso hasta el dia de su muerte,
V habito en oasa separada •: y Jotham,
hijo dd rey, tenia el cargo del palasie,
gobernando d pueblo de la tierra.
8 Lo demás die loa hechos de Asaziaa,
y todaa las oosaa que hiio, ¿ no estA es-
crito en d libco de las «roñicas de loa
reyes de JudA f
7 Y durmió Aiarlas oon sus
scpultAronlo oon sus padres en la di
de David : y reinó en su lugar Jotham
suhUo.
8 ^En d aBo treinta y ocho de Ala-
rlas, rey de JudA, reinó ZaohAiias h^o
de Jeroboam sobre Israd seis meses.
9 E hizo lo malo en ojos de JdioTA,
como hablan hecho sus padres : no se
apartó de los pecados de Jeroboam h^o
de Nabat, el que hizo pecar A Israd.
10 Contra él se ooi^uró Salium, hUo
de Jabes, y lo hirió en presencia de
su pueblo, y matólo/, y nénó en su
lugar.
II Lo demás de los hechos de Zaohft-
rlas, hé aquí estA esorlto en d libro de
las crónicas de los revés de Israd.
19 Y esta/iié la palabra de JehovA que
haMa hablado A Jehd, dldendo: Tus
hijos basta la cuarta generación se sen-
tairAn en el trooo de Israel^. Y flié asL
18 Sdlum, hijo de Jabes, oomenzó A
rdnar en el aik> treinta y nueve de Uz-
zia ny de JudA, y raiaió d tiempo de un
mes en Samaria :
14 Pues subió Manahem, h^o de Gadi,
de Thina, y vino A Samaria, é hirió A
Sdlum húo de Jabes en Samaria, y
matólo, V reinó en su lugar.
15 Lo demás de los hechos de Sdlum.
y su ooi^uracíon oon que conspiró, he
aquí estA escrito en d libro de la* cró-
nicas de los reyes de Israd.
16 Entonces hirió Manahem A Thipsa A,
y A todos los que estaban en ella, y tam-
bién sus términos desde Thirsa: é hiri-
óla, porque no le hablan abierto ¡ y abrió
A tonas sus preñadas.
17 En el año trdnta y nueve de Asa-
rlas, rey de JudA, reinó Manahem hijo
de Gaoi sobre Isnel dies altea, en Siá-
maria.
18 S hizo lo malo en q)aa de JdiovA :
no se apartó en todo su tiempo de los
pecados de Jeroboam, l^Jo de XVabat, el
que hizo pecar A Israd.
19 Y vino Flml rey de Asiria A la ti-
erra ' ; y dio Manahem A Phul mil ta.
lentos de plata porque le ayudAra A con-
fínnane « en d reino.
90 E impuso Manahem este dinero so-
bre Israel, sobre todos los poderoso* y
opulentos ; de cada uno cincuenta sidos
de plata, para dar d rey de Asiría. Y
el rey de Asirla se vdvió, y no le de-
tuvo alU en la tierra.
•Os^l4.91.
S Cr. 98. 1.
» «er. U. 90,
• ver. 88.
¿aCr. 26.19.
•Lev. 13. 46.
/Aoioer. 9.
f Cap. 10. SO.
ftllay.4.94.
f 1 Cr. 5. 96.
«Os. 8. 9.
'í.'í:ü?-¥4-='a"-?
ai tyúth-plItMr r«3 de k» AilritM^
I dHÚndrnw d> mum ¿I nj de BOU,
h^ d> Eli, hln «ajim
údnJM Icnin, ¿Ui de Bidoc.
lLBSTBS,ZTn.
kVa
jrqofl wow Lo* hljH ót IbhI n-
U lil>H da Inwl/, T f- Ah d»
íabkJ^T* n^ISlD dilant^?^)]^
■J««í!lV^[>l«., i hiaitaar
hlfnt d« Inrarl ¡ j pctqom iSi
A.Cclr.67«.
ILBISTES^XVIIL
A.cnih
kMx.30.6.
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-000.4.9.
•Jer.13.3S.
r«ar.S3.SS.
«XCr.S8.Sr.
tW. 1.
IUtl.9.
» 3Cr.au 1.
I eonde
«C*p. 23.35.
•<acr.is.z
* Qax. 89. 8.
/Cftp. 18. 7.
' C«p. 17. 9.
* Cftp. 17. 8,
•' 1 Cr. 6. 96.
h Keh. ft 96,
27.
Du.9.6.
10.
f aCr.SS.!,
et«
Xa. 86.1.
ote.
p««tO( 7 iM mandó diciendo : No teme-
xúc & otroe diofoi, ni lo> adorar^^* ni
let fcrviréis, ni Ict Mcrificavái*.
86 Ma« & JdMTá, que o« sacó de ti*
erra de Egipto con grande poder y brazo
extendido, & este temeréis', t á este
adoraréis *, j á este haréis saeríficio.
87 Loa estatutos, y derechos, y l«y, y
mandamientos que os dio por escrito,
cuidaréis siempe de ponerlos por obra,
y no temeréis dioses ágenos.
88 Y no olTidaréis el pacto que hice
conTosotzos; ni temeréis dioses ágenos».
89 Mas temed á JehoT& vuestro IMos,
y él os librará de mano de todoa vuestros
enemigos.
40 Empero ellos no escucharon ; antes
hicieron según su costumbre antigua*.
41 Asi temieron á JehoT& aquelUb
E'Dtes, y juntamente sirvieron á sus
olos^ : y también sus h^os y sus ni-
etos, según que hicieron sus padres» asi
hacen butaboy.
CAPITULO XVIII.
BmAtoB rtiUbUee d «Mito fmro M Sríior.
ViM M«f 4ttndtadofor BtnmaAtrib rey tk
Adria, eM|io gmtrél Rébtaem frofitr» mil
ammamu eontra SmMa», y Uay<mi<af con-
tra Dios.
EN el tercer alio de Oseas, hito de
Ela, rey de Israel, comenzó ¿ rei-
nar Ezcchlas*, hijo de AchAx rey de
Judá.
8 Cuando comenzó k reinar era de ve-
inte y cinco años, y reinó en Jerusalem
vdnie y nueve años. El nombre de su
madre /vé Abi, hija de Zaeh&rias.
3 Hizo él lo qtu era recto en qjos de
Jebov¿, conforme ¿ todas las cosas que
habia hecho David su padre.
4 £1 quitó los altos, y quebró las Imá-
genes, y taló los bosques fc, é hizo pe-
dazos la serpiente de bronce que habia
hecho Moisés, porque hasta entonces le
quemaban penumes los h^os de Israel ;
y llamóle por nombre Nehustan ||.
5 En Jenová Dios de Israel puso su
esperanza: después ni antes de él no
hubo otro como él « en todos los reyes
de Judá.
6 'Porque se Usgo á Jéhová, y no te
i^iartó de él, sino que guardó los man-
damientos que Jehová prescribió á Moi-
sés.
7 Y Jehová fué con él'; v en todas
las cosas á que salla prosperaba*. £1 se
rebeló eontra el rey de Asirla, y no le
sirvió/.
8 Hirió tamUen á los Fhilistéos hasta
Gaza y sus términos, desde las torres de
las atalavas hasta la ciudad fortalecida 9.
9 5 En el cuarto año del rey Ese-
chías, que en el afio séptimo de Oseas
h^o de Ela, rey de Israel, subió Sal-
manasar rey de los Aairios contra Sa-
marla, y cercóla A.
10 T tomáronla al cabo de tres albos ;
tMto es, en el sexto afio de Ezeohlas, el
cual era el nono afio de Oseas rey de Is-
rael, fue Samarla tomada.
11 Y el rey de Asirla traspuso á Israel
á Asirla, y púsolos en Hala, y en Habor,
Junto al rio de Gozan, jyen las ciudades
de los Medos • :
18 Por cnanto no hablan atendido la
voz de Jehová su Dios, antes hablan
quebrantado su paoto ; y todas las cosas
que Moisés siervo de Jehová habia man-
dado, ni las hablan escuchado, ni pu-
efeto por obra*.
18 Y á los catorce afios del rey Eze-
chías subió Sennacbérib, rey de Asirla,
contra todas las ciudades ftiettes de Ju-
dá, y tomólas t.
14 Entonces Ezechlaa, rey de Judá,
envió á dedr al rey de Asirla en Ls-
cfals : Yo he pecado ; vuélvete de ni, y
llevaré todo lo que me ImnusieiTS. T d
rey de Asiría impuso á £zeehlas, rey
de Judá, trescientos talentos de plata, 7
treinta talentos de oro.
15 Dio por tanto Ezechlaa toda la {data
que fué hallada en la cas* de Jdiová, j
en los tesoros de la casa real •.
16 Entonces descompuso Ezeohlas las
puertas del templo de Jebová, y los qui
cíales que d wuemo rey Ezedalas hsUa
cubierto de oro, y diólo tf ttj de Asiría.
17 Después el rey de Aairia envió al
rey Eaecblas, desde Laohls oonoa Je
rusalem, á Tbartan, y á Rabsaris, y á
Rabsaces, con un grande ejército: y sn-
bieroR, y vinieron á Jemsaicm ; j ha-
biendo subido, vinieron y pararon jauto
ai conducto del estanque de arriba, me
M en el camino de la heredad dd ba-
tanero.
18 Llamaron luego al rey, y aalíó á
ellos Eliacim, hijo de Helcias, que era
mayordomo, y Sebna escriba, y Joah,
I hijo de Asapb, canciller.
19 Y d^oles Rabsaoes: Decid ahora
á Ezechlaa: Así dice el gran rey de
Asirte:
90 ¿ Qué confianza e$ esta en que tif
estás? Dioes, (por cierto palabras de la-
bios,) eaiuejo tengo y erifiíerzo paa la
guerra. Mas ¿ en qué confias, que te
has rebelado contra mi ?
SI Hé aqui tü confias ahora en
bordón de cafia cascada, en Egipto «, en
el que si alguno se apoyare, entrarále
por lamano,yselapaaará. TalesPha.
raen rey de Egipto paca todoa los qne
en él confian.
88 Y si me deeis: Noeotros confiamos
en Jehová nuestro Dios: ¿ no c* aquel
cuyos altos y ahares ha quitado lüw-
chías», y ha dloho á Judá y á Jemsa-
lem : Delante de este altar adoraréis oi
Jerusalem?
83 Por tanto ahora yo te ruego que des
rehenes á mi teftor el ley de Asirte, y
yo te daré dos mil caballos, si til pudi-
eres dar ginetes para rilos.
84 ¿ Gomo pues harás volver el rostro
de un capitán el menor de los siervos
de mi seikir, «mique estas eoofisdo en
Egipto por sos euros y su gente ik á
ciriíailo ?
85 Ademas, ¿ he venido yo ahora sbi
Jehová á este lugar pata destruirlo?
Jehová me ha dicho : Sube á esta tf-
erra^ destruyete.
86 Entonces djjo EUaclm, hHo de Bel-
das, y Sebna, y Joah, á Babsaoes:
Ruégate que hables á tus siervos Si-
riaco, porque nosotros lo entendemos, y
no hables con nosotros Judaico á oides
del pueblo que eatá sobre el muro.
87 Y Rabsaoea les dijo •. i Hame en-
viado mi sefior á ti y á tu sefior paia
decir estas palabras, y no antes á los
hombres que están sobre el muro, para
comer su estiércol, y beber el agua de
sus pies con vosotrosi» ?
88 Paróte luego Rabaaoes, y clamó á
gnuí voz en Juddco, y habló diciendo :
Uid te palabra del gran rey, el r«y de
Asirla.
89 Así ha didio el rey : No es cogafle
Ezeohlas, porque no os podrá Ubsar de
mi mano.
30 Y no os haga Eacehias confiar en
Jehová, dioieado : De oie^cto noa Ubiaiá
Jehová, y esta dudad no será entregada
en mano del rey de Asirla.
81 No óigala á Exechtas, porque asi
dice d rey da Asirla: Haced eooi
paz, y salid á mí* y cada uno
■dp^U^l
•U.VÁI
•wr.i .
SCr.31'1-
rSfcit^
á. c. cfr. no.
11. BEYES, XDL
A.c.no.
sa vM| 7 de tv higucn, y cada uno be-
haé IM agoM de m poso,
89 Huta qo* jo venga, j oe IJere &
«na liem como la Tvcatra ; tierra de
naao j de Tino, tierra de pan j de vi-
mu; tuna de oH^as, de aoeite, j de
Büelf ; y Tiviréis, y m» nierlríis. No
oigáis á fifechlas, porque m engalla en-
■ado di«e : Jeho^ noy Ilbnr&.
83 ¿ Aeaao alguno de loe dioses de las
centci ha llbnulo «u tiem de la mano
dd ver de Asirla?
M i Donde ««M d dioe de Hamath •-, y
deArphad? ¿ Dtmde el dios de Sephar-
Taln, ef 'de Ana, y de Hlva*? ¿ Pa-
dienn estos Ubnur A Samarla de mi
mono?
85 i Que dios de todos los dioses de
las provincias ha librado á sa provlnela
de mi mano, para que libre JehoT& de
mi mano á Jerusalem* ?
38 Y el pueblo calló, que no le res-
pondieion palabra ; porque habla man-
damiento del rey, el ouid habla dicho :
No le rapondals.
87 Y Entdnces Sliaeim, hijo de Hét-
elas, que era mayordomo, y Sebna el
«scfiba, y Joah, hijo de Asaph, ean-
ciUer, vmioon & JSxcchlas rotos sus
Tcctldos, y reeHironle las palabras de
Rabsacesa.
CAPITULO XIX.
KmAUu tuvia t üamar at prt/Ma ItafM,
faemdm atube» al Señor, Meuai «ntia tu»
ámtd f«e muía a ciento otkmía ntü Art-
rÑM. Pro/teta dt I$ata§t y miwrte de
ammuUrih.
TCOMO el rey Eieehlas lo oyd,
nsgó sas vestidos, y cubrióse de
aoo, y entróse en la casa de Jehováa.
8 Y envió A JSliaclm el mayordomo,
T & Sebna esoriba, y A los ancianos de
los saoardotes vestidos de sacos A Isaías
profieta, hyo de Amos,
8 Que le diesen : Así ha dicho Eze-
ehlas; Sste día es día de angustia, y
de nepTensiain, y de blasfemia ; porque
Iss hijos han venido hasta la rotura, y
la que pare no tiene fuerzas.
4 qftitk otfA JebovA tu Dios todas
las palabras de Rabsaces, al cual «1
rey de los Asirlos sa seAor 1m enviado b
para Injuriar ai Dios Vivo, y A vita-
perar» con palabras, las cuales JdiovA
ta tMoa ha otdo : per tanto eleva oíaoion
por las reliqaias que aun se hallan.
5 Vinieron pues los siervos del rey
Eieehlas A Isaías.
9 B Isaías les respondió: Así diráU
4 vuestro se&or : Asi ha dioho J^ovA :
No temas por las palabras que has oido,
con las cuales me han blasfemado los
dervos del rey de Asirla.
7 Hé aqui pondré yo en él un espíritu,
y alt& rumor, y volveráse A su tierra :
y yo haré qae en su tierra caiga A
cnchlllo.
8 ^Y regresando Rabsaces, halló al
ley de Asirla combatiendo A Libna:
porque va habla oido que te liabia pu^
ddodel.adilsi'.
9 Y oyó decir* de TMraea, ny de
EUiiopia: Hé aquí es salido para ha-
eotemenra. Entdnoes volvió él, y envió
eraUgadores A Ezechlas diciendo :
10 Af í Artfs A Ezeehlas rey de JndA :
No te engalle tu Dios, en quien tii
eoBfias, para decir: Jemsalem no serA
wtwiMda en mano del rey de Asirla.
11 Hé aquí tá lias oido lo qae han
hacho los icycs de Astaia A tedas las
ticCTas, destruyéndolas; ¿y has td de
«capar?
U i LitoAfMilas los dioses de las gen-
tes, qae mis padies destruyeron, — A
tttber, Ootan, y Ratan, y Reseph, y los
hilos de Bden que eHaban en Tnalasar ?
18 i Dónde estA el rey de Hamath.
el rey de Arphad, el ley de la dudad
de Hepharraim, de Hana, y de Ava ?
14 Y Y tomó Exechlas las letras de
mano de los embajadores: y después
3tte las hubo leído, subió A la cata de
«hovA, y estendiólas Ezeehlas delante
de Jeho^
15 Y oró/ BtecMas delante de Je-
hovA diciendo : JebovA Dioi de Israel,
que habitas nbr» los querubines, tu
solo eres INos de todos los reinos de la
tierras ; tú hiciste d cielo y la tierra A.
10 Inclina, oh JehovA, tu oído, y
oye'* abre, oh JehovA, tus q^os, y
mira«: y ttyt las palabras de Senna-
chérlb, qne ha envudo A blasfemar al
Dios viviente.
17 Es verdad, oh JehovA, que los reyes
de Ariria han destruido uu gentes y
sus tierras ;
18 Y que pusieron en el ftiego A sus
dioses, por cuanto ellos no eran dioses,
sino obra de manos de hombres, maden
ó piedra': y así los destruyeron.
19 Ahora pueé, oh JehovA Dios nues-
tro, sAlvanos, te sufrilco, de su mano,
pan que sepan todos los reinos de la
tierra que til solo, JdkovA, eres Dios »•.
SU 5 Entonces Isaías, hijo de Amos,
envío A decir A Ezeehlas : Así ha dicho
JdiovA Dios de Israel : Lo que me
rogaste acerca de Seonaoh^rlb, rey da
Asirla, he oido ".
SI EsU et la palabra que JehovA ha
hablado contra él : ¿ Hate menosprecia-
do ? ¿ Hate escarnecido, oh virgen hija
de Slone? ¿Ha movido su cabeza düe-
tras de tí, hija de Jerusalem ?
88 ¿ A quien has buurlado, y A quien
has blasfemado P ¿ Y contra quien has
hablado alto, y lun alzado en alto tus
ojos ? contra el Santo de Israel/».
88 Por mano de tus mensajeros has
S Diferido ii^urias contra d Señor, y has
cho: Con la multitud de mis carros
he subido A las cumbres de los montes,
A las cuestas dei. Líbano, y cortaru sus
altos cedros, sus hayas escogidas : y en-
traré A la morada de su término, al
monte de su Carmel.
M Yo he cavado y bebido las aguas
agenas, y he secado con las plantas de
mis ^es todos los ríos de lugares blo-
queados.
85 ¿ Nunca has oido que mucho tiem-
ha yo lo hice, y de días antiguos lo
e formado f ? Y ahora lo he hecho
venir, y í^é pera desolación de ciudades
fuertes en montones de ruinas.
86 Y sus moradores cortos de manos,
quebrantados, y confusos, fiíeron caul
yerba del campo, como legumbre verde,
yr heno de los tejados que antea que
venga A madurez es seco.
Í7 Yo he sabido tu asentarte, tu salir
y tu entrar, y tu furor contra mí.
88 Por cuanto te has airado contra
mí, y tu estruendo ha subido A mis
oídos, yo por tanto pondré mi anzuelo
en tus narices*, y mi bocado en tus
labios, y te haré volver por «1 camino
por donde viniste.
89 Y esto te terá por seBal, Szeckias :
Este afko comerás lo que nacerA de suyo,
y íatHbien el s^undo aflo lo aue nacerA
de suyo ; y el tercer año haréis semen-
tera, y SMuéls; y plantaréis vi&as, y
comeréis el finito de ellas.
80 Y lo que hubiere escapado, lo que
habrA quedado de la casa de JudA tor-
narA A echar rale abajo, y harA finito
arriba.
/acr.sxao.
« Is. 41. «.
*8sl. 103.25.
i FaL SI. 8.
t3Cr.«.«0.
K
{ Sal. 118. 4,
•te
Is. 44. 10,
ste.
« 1 Aey. aa
"8aL6».S.
•lABkZlS.
' Is. 6. 21.
Ji;r. 61. 5.
« Is. 22. IL
Jer.88.8.
'Bal. 189. 6.
' Es. 39. 4.
788.4.
¡1
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A. C. 7101
n. RETESt Z2, XXL
A.GL71S.
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y2Cr.S2.2l.
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'GCB.10.U.
joBk 1. a.
tS. 2.01o.
A*. 1.1, etc.
»wr. 7.
» Oon. 8. 4.
<B«d.4.9.
•2Cr.8S.24,
etc.
It.S8.1,
etc.
» G«B. 17. 1.
1 Bey. 3. 6.
Ski. ce. 19,
au.
y lite. ¿.
•Don. 82. 89.
/CBp.l9iS4.
P Jaece. 17.
87.
Ia.7.11.14.
kJot.lO.iSL
81 Porque uldrAn de Jemi«I«m rell-
Suiu', j 1m que escaparán del monte
e Sion : el zelo de JehovA de loa cgár-
cltothar&etto*.
as Por tanto JehovA dice atí del rnr
de Aiiria: No entrará en esta dudad,
ni echará saeta en ella; ni vendrá de-
lante de ella escudo, ni aeiá echado con-
tra ella baluarte.
83 Por el camino que vino M TolToá,
Íno entiará en esta ciudad, dice Je-
ová.
84 Porque yo amparará á esta ciudad
para salvarla, por amor de mí, y por
amor de David mi siervo*.
85 5 ^ aconteció que la misma noche
•alió el ángel de Jenová, ¿ hirió en el
campo de losjr Asirioa ciento ochenta
7 cinco mil hombrtt: y como se levan-
taron por la mañana, hé aquí los cuer-
pos de los muertos.
80 Entonces Sennacbérib, rev de Asi-
ría, ae partió, y se fbé y tornó á Ninive,
donde se estuvo».
37 Y aconteció que estando él ado-
rando en el templo de Nisroch sa dios,
Adramelech y Sueux sus h^os lo hiri-
eron á cuchillo •: y huyéronse á tierra
de Ararat^: y reinó en su lugar Esar-
hadon c su hijo.
CAPITULO XX.
A Steditcu, <if/«rmo d« nuurte, U prélomga
d Señor la vida. La lombra det id rebro-
tad» müaf/rotanienU. JUprendt ItaOu la
vanidad MÍ rvy; ol moI mteedé mt él trono
mt hifo JfamiMi.
EN aquellos dias cayó Exechlaa en-
fermo de muerte «, y vino á él
Isaías profeta, hito de Amos, y díjole :
Jdiová dice a«[ : JJispon de tu casa, por-
que has de morir, y no vivirás.
8 Entonces volvió él su rostro á la
pared, y oró á Jebová, y dijo :
8 Ruégete, oh Jehová, ruéffote hagas
memoria de que he andado delante de
ti en verdad, é integro corajcon^, y que
he hecho hú cosas que te agradan. Y
lloró Ezechlas con gran lloro.
4 T antes que Isaías saliese hasta la
mitad del paño, fué palabra de Jehová
á Isaías diciendo :
5 Vuelve, y di á Eiechlas, principe
de mi pueblo : Así dice Jehová el Dios
de David tu padre : Yo he oido tu ora-
ción «, y he visto tus lagrimas' : hé aquí
yo te sano*; al tercer dia subirás á la
casa de Jehová.
6 Y añadiré á tus dias quince afios,
y te libraré á tí y á esta ciudad de mano
del rc^ de Asirla; y ampararé esta ciu-
dad por amor de mi, y por amor de
David mi siervo/.
7 Y d^jo Isaías : Tomad masa de higos.
Y tomándola, pusieron sobre la 11^,
y sanó.
8 Y Ezechlas habla dioho á Isaías:
¿ Que señala tendré de que Jehová me
sanará, y que subiré á la casa de Jehová
al tercer día?
9 Y respondió Isaías: Esta sdial ten«
drás de Jehová, de que hará Jehová
esto que ha dicho : ^ Avanzará U som-
bra diez grados, ó retrocederá diez gra-
dos?
10 Y Ezechlas respondió : Fácil cosa
es que la sombra decline diez grados:
pero que la sombra vuelva atrás diez
grados.
11 Entonces el profeta Isaías clamó
á Jehová i é hizo volver, la sombra por
los prados que habla descendido en el
reloj de AchAz, diez grados atrás *.
12 5 En aquel tiempo Berodach -Bala-
dan, 'hyo de Baladan, rey de Babilonia,
envió letTM y pneantet á Eacohlw, por-
que habla oido que Euahlaa habla oaido
enfeimo.
13 Y Eiechlas loa oyó, T mostrólas
toda la oaaa de las «osas preciosa», plata,
oro, y espaoieiia, y pradoaos uagllento»;
Lía casa de sus armas, y todo lo que
ibia en sus tesoros •: ninguaa oosa
quedó que Kaaehla» no Isa moatrasa, así
en su «asa como én todo su aeAorio.
U Entonces el profeta Isalaa vine al
rey Ezechlas, y d^le: ¿Qué d^Jcnm
aquellos varones, y de donde vinieran á
tr? Y Kxechlas le reqwndió : De lianas
tierras han venido, de Babilonia.
15 Y el le volvió á daeir : ¿ Qué vie-
ron en tu casa ? t Ezechlas respondió :
Vieron todo lo que habla en mi casa ;
nada quedó en mis tesoros que no les
mostrase*
16 Entonces Isaías d^o á Eiachlaa:
Oye palabra de Jehová ;
17 Hé aquí vienen días, «n que todo
lo que está en tu casa, v todo lo que
tus padres han atesorado ooata hoy, sea
llevado á Babilonia*, sin quadar nada,
dijo Jehová.
18 Y de tus hijos, que saldrán de ti,
que habrás engendrado', tomarán, y
serán eunucos en el palacio del s«y de
Babilonia.
19 Entonce* Bcacfalas dijo á Isaías:
La palabra de Jehová, que has habU'*
do, es buena «^ Después d^: ¿ Uaa
no habrá paz y verdad en mis dias (I
90 5 Lo demaa de loa hedioe de Eie-
chlas, y todo su vigor, y como hiso el
estanque», y el eoiwluoto, y metió laa
aguas en la ciudad, ¿no está escrito
en el libro de los crónioaa de los rnes
deJudá?
SI Y durmió Esechlaa con sus padrea,
y rdnó en su lugar Manaasé su hgo.
CAPITULO XXL
IMaoilo ábominahU do. Manaitít á ^nion sh.
0«fe á imüa $u hiJo Amen, Mnorto otte
por tu» eriado», mna en Judá ti piadooo
JoHat M \ijo.
DE doce años en Manassé cuando
comenzó á reinar*, y reinó «b Je-
rusalem cincuenta y cinoo aftos : el nom«
bro de su madre .^ Hepsiba*
5 E hizo lo malo en ojos de Jehová,
según las abominaefanet de las nentea
que Jehová habla echado delante oe loa
hijos de Israel^.
8 Porque él volvió á edificar los altos
que Ezwblaa su podro habla derribado e,
y levantó altares á Baal, é hizo boaqae,
como habla hecho Acháb rey de la-
raeW: y adoró todo el ^érdtodel eido«,
y sirvió á aquellas cosas.
4 Asimismo edificó altarea en la casa
de Jdiová/, de la cual Jehová habla
dicho: Yo pondré mi nombre en Je>
rusalemy.
6 Y edificó altares pora todo el ^ét~
cito del délo en los do* atrios de la
oasa de Jehová:
6 Y pasó á su hijo por fucfoA, y miró
en tiempos, v <ue agorero, é Instituyó
pvthone* y adivino*), multiplicando úí
el hacer lo malo en q)oa de jiahová, pan
provocarlo á in.
7 Y puso una entalladura' del bosque
que él habla hedió, «n U casa de la
cual haUa Jdiová dicho á David, y á
Saltmton su hyo t Yo pondré mi nont.
bro para siempre en esta casa, y en
Jerosalem, á kt cual escogí de todaa
las tribus de Israel*:
8 Y no volveré á hacer que él pié de
Israel sea movido de la tierra que di
á sus padres', oon tal que guarden y
í2Cr.32.2r.
lflo.2S.i.
It Gap. 34.11
yS&U.
J«r. 27. n.
yflii7.
IDan. LS.
•Jobl.2L
*X«h.3.U.
•aCr.SS.!.
etc.
*Oap.i£.«.
< 1 Bey. 14
•t'ap.n.lt
I>pa. 4. 13.
Job 31. 2C
/Jor. 82. M,
'IBay.SJft
*Cap.l6.t
Ll». 17.
■v.I&SIi
*Dra.l&d
*28a.T.
1
8aLÍ
14.
'a8a.7.
iCclr.tl|.
JhBKTVBtJXSL
l.C«él.
'Ift.S.13.
fkí,4.
IklilL
}ht.]í1.
'¡¡n.^
*¿Hil'
ICr.itl,
Mí.
conliiigine 4 toda* Ui eom que
Clet he mandado, j oonfomM A toda
1^ qne mi derro Hoiaet let maiid<}.
9 Mas ellM no acocharon: ; Ma-
ñane los indujo • A qoe hiciaaen mas
mal que las gentes oue JdioTá destruyó
delante de los hik» de Israel.
10 Y habló JénovA por mano de sos
cierros los profetas, diciendo :
11 Por cuanto Manassé, re; de Judá,
ha hecho estas ahomhiaciones m. t ha
hecho mas mal que todo lo que hioi*
eron los Amonrheos*, que /ueron antes
de ál, y tamUen ha hecho pecar á JudA
en sus Ídolos ;
18 Por tanto así ha dicho Jébori d
Dios de Israel : Hé aquí jo traiso tal
mal lobre Jerusalem ; sobr» Juda, que
el que lo oyere* le rctilUrin amóos
oidos/.
18 Y estenderé sobre Jerusalem. el
ooidd de Samarla, j el plomo d« la
de Ach&bf : j yo limpiaré & Je-
rusalon como se limpia una escudilla,
que después que la nan limpiado, la
ToelTep sobre su haz.
14 Y desampárale las reliquias de mi
heredad r, y entregarlas hé en manos de
SDS enemigos, y serAn para saco y para
robo A todos sus adversarlos :
15 Por cuanto han hecho lo malo en
mis ojos, y me han provocado A ira,
desde el dia oue sus padres salieron de
Egipto hasta noy.
16 Fuera de esto derramó Manassé
mucha sanere inocente en gran manera,
basta hendiir A Jtfusalem de cabo •
cabo; ademas de su pecado con que
biso pecar A JodA', para que hiciese
k) malo en ojos de JdipTA.
17 Lo deñws de los hechos de Ma-
naisé, y todas los cosas que hixo, y su
pecado que cometió, ¿ no estA todo es-
crito en el libro de las orónicas de ios
reyes de JudA f?
18 Y durmió Manassé con sus padres,
y tai sepultado en el huerto de su casa,
en el huerto de Uxxa, y reinó en su
logar Amop sn hijo.
19 ^ De Tdnte y dos altos era Amon
QHBdo comenzó A reinar, y reinó dos
«Sos en Jerusalem. £1 nombre de su
madre fui Mesalemeth, hija de Barus
oeJotba.
ÍO E hizo lo malo en q)os de JehotA,
como baUa hecho Manassé su padre.
SI Y anduTo en todos los caminos en
JW lu padre anduvo; y sirvió A las
aUBundicias A las cuales habla servido
ta padre, y A ellas adoró.
fi Y dejó A JehovA el Dios de sus
Vadres. y no anduvo en el oamino de
S Y los siervos de Amon conspiraron
contra él, y mataron al rey en su casa.
M Entonces el pueblo de la tierra
miió A todos los qne hablan conspirado
Mntra tí rey Amon, y puso el pueblo
de la tierra por rey en su lugar A Josias
tS Lo demás de los hechos de Amon
qne efectuAra, ¿ no estA todo escrito en
« libro de las crónicas de los reyes de
M Y filé sepultado en su sepulcro en
n bnerto de Uzza, y reinó en su lugar
'o«ia»8ubljo.
CAPITULO XXII.
(''•(iMa Jotiai á rttlaurar d templo y tmUo
****»/ y «¡iota eo» <« fMaíla eóUra
rjUANDO Josias* comenzó A reinar
^ en de ocho a&os, y reinó en Jeru-
|Wem treinta y un afio. El nombre de
sa madn /M Xdida, h^a de Adaía de
Bot^nh.
a X hizo lo qut era recto en c^os de
JdiovA, y anduvo en todo el camino de
David su padre, sin apartarse A diestn
ni A siniestra ft.
3 T A los dies y ocho afios del rey
Josias filé que envió el re; A Saphaa,
hUo de Azalia, hik> de MÍesullaro, es-
criba, A la casa de JehovA, diciendo :
4 Vé A Helcias sumo sacerdote; áUe
que recoja el dinero que se ha metido
eo la casa de JdtovAe, que han juntado
de! pueblo los guardianes de la puerta,
5 Y que lo pongan en manos de loa
qine hacen la obra, que tienen cargo de
la casa de Jehová ; y que lo entr^pien
A los que hacen la obra en la casa de
JehovA, para reparar las aberturas (|e
la casa:
6 A los carpinteros, A los maestros y
albaSiles, para comprar madera y piedra
de cantería para reparar la casa.
7 Y que no se les cuente el dinero
cuyo manejo se les confiare, porque ellos
proceden con fidelidad.
8 5 Entonces dUo el sumo sacerdote
Helcias A Baphan escriba: £1 libro de
la leyrf he hallado en la casa de Je-
hovA. Y Helcias dio el libro A fiaphan,
y Inólo.
9 Viniendo lu^o Saphan escriba al
rey, dio al rey la respuesta, y dijo : Tus
siervos han juntado el dinero que se
halló en el templo, y lo han entregado
en poder de los que nacen la obra, que
tienen cargo de la casa de JehovA.
10 Asinusmo declaró al rey Saphan
escriba diciendo: Helcias el sacerdote
me ha dado un libro. Y leyólo Saphan
delante del rev «.
11 Y cuando el rey hubo oido latf
palabras del libro de ia ley, rasgó sus
vestidos/.
19 Luego mandó él rey A Helcias el
sacerdote, y A Ahicam, hijo de Saphan,
y A Achbor, h^o de Mlch&ia, y A Sa-
Shan escriba, y A Asaia, dervo del rey,
iciendo:
13 Id, y preguntad A JehovA por mí,
por tí pueblo, por todo JudA, acerca
ie las palabras de este libro que se ha
hallador porque grande ira de JehovA (f
es la que ha sido encendida contra noso-
tros, por cuanto nuestros padres no es-
cucharon las palabras de este libro A,
para hacer coníbrme A todo lo que nos
rué escrito.
14 Entonces fué Helcias el sacerdote,
y Ahicam, y Achbor, y Saphan, y A-
saia, A Huida profetisa, mujer de Sal-
lum, hijo de Ticva, h^o de Araas,
guama de las vestiduras, la cual mora-
ba en Jerusalem en la segunda parte
de ta ciudad, y hablaron con ella.
16 Y ella les dUo: Así ha dicho Je-
hovA el Dios de Israel : Decid al varón
que os envió A mí :
16 Así d^o JehovA : Hé aqui yo traigo
mal sobre este lugar, y sobre los que
en él moran, e» á Mttber. todas las pa-
labras del libro que ha leído el rey de
JudA:
17 Por cuanto me dqjaron A mí, y
quemaron perfumes A dioses ágenos,
provocándome A ira en toda obra de
sus manos i, y mi faror se ha encendido
contra este lugar, y no se apagaiA.
18 Mas al rey de JudA que os ha en-
viado para que preguntaseis A JehovA,
diréis asi : Así ha dicho JehovA el Dios
de Israel : Por cuanto oiste las palabras
del libro,
19 Y tu corazón se enterneció*, y te
humillaste' delante de JehovA, cuapdo
ie
»DBe.|.32.
<CÉp.]S.4,
ele.
<IOsB.n.94.
sor. M. 14.
• Kéh. 8. 3,
18.
Jer. aC 6,
15.
/ver. 19.
F8aL7«.7.
Kah. 1. 6.
»De«. 39.27.
fDea.».S6,
•to.
NeA. 9. 90,
97.
Dui.9iU,
*8aL5fl7.
Is. C7. 1&
'lB«y-2L
99.
A.a dr. esi.
n. ttisTSB, xxm.
A-CLdr-ia
•Ler.aiSl,
S2.
» ítx. 38. e.
744.0.
•2Cr.9i29t
etc.
i Cftp. 29. 8.
<Cap.U.14,
17.
<íO»p.SU,7.
« Oi. 10. S.
8o|ili.l.4.
/80r.M.4.
rlBer.U.
22.
* El. 44. 10,
14.
• iB^&as.
k Jar. 7. SL
' Mr. 7. 8L
•ftr.lSA.
Dmi. 18.10.
Xi.28.sr,
88.
triste lo que jo he prontuieiado contra
eite Iiigir j contra iiu moradores, qne
Tonchrian k ser asolados» y malditos»,
y rasgaste tus vestidos, j Uoraste en mi
presencia, tamUen 70 n he oido, dice
JehoT&.
90 Por tanto hé aqní jo te recogeré
con tus padres, y tú serás recogido i tn
sepulcro en paz; y no verán tus oios
todo el mal míe yo traigo sobre este Tu-
gar. Y ellos dieron al r^ la respuesta.
C-APITULO XXIII.
Lee JoHae ti IMulerottomio dtlan'e ddpméUot
reinMna la aiicmta eon ti Mimr, y eivttraae
en todo lo mtanie de m vida em la obeer-
voneia di la Lew, y áutmeeUm de la tí»-
latría.
ENTONCES el rey envió, y JvnUnm
á él todos iDs ancianos de Judá y
de Jerusalem«.
2 Y subió el rey á la casa de Jehová
oon todos los varones de Jada, y con
todos loa moradores de Jervialrái, con
los sacerdotes, y profetas, y con todo el
pueblo desde el mas chico hasta el mas
grande, y leyó oyéndolo ellos, todas las
palabras del libro del pacto que habla
sido hallado en la casa de Jehová K
3 Y poniéndose el rey en pié e junto á
la columna, hizo alianza delante de Je-
hová de que irían en pos de Jehorá, y
guanlarian sus mandamientos, y sus tei-
timonioi, y sus estatutos, con todo el co-
razón y con toda el alma, y que cumpli-
rían las palabras de la alianza que esta-
ban escritas en aquel libro. Y todo el
pueblo confirmó el poeto.
4 Entonces mando el rey al sumo sa-
cerdote Hddas, y & los sacerdotes de
segundo orden, y á los suardlanes de
la puerta, que sacasen diel templo de
Jehová todos los vasos que hablan sido
hechos para Baal, y para el bosque, y
para tocia la milicia del cielo ^, y que-
mólos fuera de Jerusalem en el campo
de Oidron, é hizo llevar las cenizas de
ellos á Beth-el.
5 Y oultó los Camoréos « que hablan
puesto los r^es de Judá, para que que-
masen perftimes en los altos en las ciu-
dades oe Judá, y en k>B alrededores de
Jerusalem : y asimismo á los que que-
maban perfumes á Baal, al sol, y á la
luna, y a los signos, y á todo el ejército
del cielo. <
6 Hizo también sacar el bosque fuera
de la caca de Jehová, fuera de Jerusa-
lem, al torrente de Oidron, y quemólo
en el torrente de Oidron, y tomólo en
polvo, y echó el polvo de él sobre los se-
pulcros de los hijos del pueblo/.
7 Ademas derribó las casas áe los so-
domiticos que estaban en la casa de Je-
hová, en las cuales tejían laa mqJcK*
pabellones para el bosque.
8 E hizo venir todos los sacerdotes de
tak ciudades de Judá, y profanó loa al-
tos donde los sacerdotes quemaban per-
fumes, desde Oabaa^ hasta Beer.<ebah;
y derribó los altares de las puertas, y toe
Sne tetaban á la entrada de la puerta de
osué, gobernador de la chidad, y toe
que eetaban á la mano izquierda á la
puerta de la ciudad.
9 Empero los sacerdotes de los altos A
no subían al altar de Jehová en Jeru-
salem, mas comían panes sin levadura
entre sus hermanos •'.
10 Asimismo profanó á Thopheth*,
que está en el valle del hijo de Hinnom',
porque ninguno pasase su hijo ó su h\ja
por niego á Molech «>.
U Quit) también los caballos que los
reyes de Judá hablan dedicado al sol, á
la entrada del templo de Jelwvá, junto
á la cámara de AsHian-meleui conoeo.
el cuál tenia caigo délos ejidos, 7 queno
al ftiego los carros del lol.
19 Díerribó ademas ri rey los altares
que eetaban sobre la techumbre de la
sala de Acház*, que los reyes de Jndá
hablan hecho, y los altares que habla
hecho Manasse en los dos atnos de la
casa de Jehová*; y de alU corrió, y
enrojó el polvo en el torrente de Oidron.
18 Asimismo profanó el rey los altea
que eetaban delante de Jerusalem, á la
mano derecha del monte de la destmc-
cion, los cuales Salomón, rey de Imd»
habla edificado^ á Asthoreth, abomina-
ción de los Sidonios, y á Ghémoe, abo-
minación de Moeb, y á Milehóm, abo-
minación de los hijos de Ammon.
14 T quebró las estatuas, t taló los
bosques f, é hinchió el lugar de ellos de
huesos de hombres.
15 Igualmente el altar que eeüAa en
Bcth-el,.v el alto que habla hecho Jeto-
boam, hijo de Nabaf, el que hizo pecar
á Israel, aquel altar y el alto destruyó;
y quemó el alto, y tomó el attar ea pol-
vo, y puso fuego al bosque.
18 Y volvióse Jotías. y viendo loa se-
pulcros que eetaban allí en el monte, en-
vió y sacó los huesos de los sepulcros, y
quemólos sobre el altar para contami-
narlo, confinrme á la palacra de Jétiork
que habla profMzado el varón de Dioa,
el cual habla anunciado estos negocios*.
17 Después dQo : ¿ Que titulo es este
Sue veo ? Y los de la ciudad le reapon-
ieron : Este es el sepulcro dd varón de
IMos que vino de Judá (, y proftetizó es-
tas cosas que tú has hecho sobre d altar
de Beth-eU
18 Y él d^o : Dudadlo ; ninguno mueva
sus huesos : y así fueron preservados sns
huesos, y los huesos del profeta que ha-
bla venido de Samarla.
19 Y todas las casas de los alto* que
eetaban en las ciudades de Samaoria»,
las cuales hablan hecho los reyes de Is-
rael para provocar á ira, quitólas tam-
bién Josias, é hizo de ellas como habla
hecho en Beth-el.
90 Mató ademas sobre los altares á to-
dos los sacerdotes de los altos que allí
estaban', y quemó sobre ellos' huesos
de hombres, y volvióse á Jerusalem.
81 ^ Entonces mandó el rey á todo el
Eueblo diciendo : Haced la Pascua ¿ Je-
ová vuestro Dios, confbrrae á lo que
está' escrito en el libro de esta alianza «.
99 No fué hecha tal Pascua desde los
tiempos de los jueces que gobernaron á
Israel, ni en todos los tiempos de los
l«yes de Israel, y de los reyes de Jndá«.
83 A los diez y ocho a&os del ley Jo-
sias fUé hecha aquella Pascua á Jehová
en Jerusalem.
24 Aslmisftio barrió Josias los Pytbo-
nes, adivinos, y Theraphéos, y todas las
abominaciones que se veían en la tiena
de Judá y en Jerusalem, para cumplir
las palabras de la ley i, que estaban ca-
critas en el libro que el sacerdote Heleiaa
habla hallado en la casa de Jehová.
90 No hubo tal rey antes de él, q;ne
a«i * se convirtiese á Jehová de todo su
corazón, y de toda su alma ', y de todas
sus fuerzas, oonfbrme á toda la Ley «fe
Moisés, ni después de él nadó otro tsl.
98 Con todo eso n» se volvió Jdio^
del ardor de su grande ira, oon que ■•
habla enoendido su cncrjo contra Judá,
por todas las provocaciones oonqua Mm-
nassé le habia irritado «.
97 Y diio Jehová : También he de qui-
tar de mi presencia á Judá/, como quité
á Israel 9, y abonUnaró á esU dudad que
•Jer.l9.U
Bork.l.S.
• Osp-lL&i
PlBey.m.
fXz.a.tL
Ks.SS.tt
Dea.7.S,
Mi*. 1.7.
2B|3S.
•IBej.lS.!
tlBc*.tt
n,
»■
■2Cr.»
8,7.
'Ckp.U.li
£s.2im
IBC7.I&
4a
*2Cr.Sii
■BX.U.S,
ete.
.Vii.9.1 I
Dn.l&l|
fftt.
•íCr.SiH
i».
j20lS.
41BeT.I|
Jer.k!
•Ca^S
13.
t24.J»<
J«r.lS.<
/G*p.S
rcs^]
ji8.1L
Udr.
n. SKTES^ ZZIV, XXV.
▲.CIM.
B^-9.S.
Cr.3!.ao,
b
iCT.a6.i.
V.22.1L
iCr.ai3.
•H.7.
W.ttU.
^.96.5.
«■li.ia
■11». 4.
r-a.u.
habla «Mooido» á Janmkm. y la om»
de la cual naUa jo dicho : Mi nombve
McáaUlA.
18 Lo damas de lo» hedMw da Joilas>
j todas las cosas que hixo, ¿ no está todo
eacrito en el libro da las crdoicas de los
teje* de Jud4 ?
80 En aqndlos dias PhaFSon Neehio,
ley da K^pto. snbló oontia el rej de
Asirla al rio £iiflrates, y calió oontn él
el rej Josias'} pero aqael« así que le
vid, matólo en Megiddo.
ao Y sus sierros lo pusieron en un
cano, 7 triáronlo mucKto de Megiddo
& Jenisalem, y sepultánnlo en su se-
pulcro. Entonces ri pueblo de la tierra
tomó á Joacház, hito de Jo>ias> y un»
giéronle, y pusiáronlo por rey en lugar
de su padre*.
81 1 De veinte y tres años era Jo-
acbAz t cuando oomenzó á reinar, y rei-
nó tres mases en Jenuaiem : el nombre
de su mtáxtfui Amutal, h^a de Jere-
mías da Ubna.
as Y él hixo lo malo en ojos de Je-
hová, conforme 4 todas las cosas que
■US padres **i^bían hacho.
33 Y echólo preso Pbaraoo NeehAo A
Rihla», en la wovincia de Hamath,
reinando él en Jenuaiem ; é imputo
ubre la tierra una multa de cien ta-
lentos de plata^y uno de oro ■.
34 Entonces Fharaon Nech&o puso por
rqr A EUacim, hijo de Josias, en lugar
de Josias su padre, y mudóle el nombre
en el de JotAm • : y tomó A JoaohAx, y
Uerólo A Egipto;», y murió allí.
36 Y Joaclm pagó A Fbaraon la plata
y el oro ¡ mas hizo apreciar la tierra
para dar este dinero confiMcme al i
oamiento de Phsraon, Meando la plata
y oro del nueUo de la tierra, de cada
uno según la estimación de eu kacie$ida,
para du A Pharaoa Neohfto.
38 De veinte y cinco afios era Joaclm
cuando oomenzó A reinar, y once a&os
reinó en Jerosalem. Kl nombre da su
madre fué Zebuda, hija da Pedaia, de
Ruma.
37 £ hizo lo malo en ojos de JehovA,
conforme A todas las oosas que sus pa-
dres hablan hecho.
CAPITULO XXIV.
AcMIOM Joaelm eantnt «I rwy «t» BabttoHta j
y !• emeeie m h^o Joadttn. JNtUmektdeno-
«or te apodera de Jemealem, y Utvtuevrt-
eoe 4 BabOaeiia 4 JaeuHUn, y 4 mu vrfmei-
poímmimBm; f gane por rey ú Matkaniat,
fIa«udo tawibien Bedeeleu.
EN su tiempo subió Nabuchódonosor,
rey de Babilonia* al cual sirvió tres
afios* : volvióse luego, y sa rebdó con-
tra él.
9 JehovA empero envió contra él tropas
de Caldeos, y tropas de giros, y tropas
de Moabttat, y' tropas de Ammonilas ;
tos cuales envió contra Judá para que
le dettruyesen, conforme A la palabra de
JehovA que talabia hablado por sus si-
ervos los proietas.
3 Gicrtamente vino esto contra JudA
por dicho de JehovA, para quitarla da
su presencia, por los pecados de Ma-
nassék, ooofinme A todo lo que hizo :
4 Ailiniimo po* la sangre mócente que
derramó •, pues hinchió A Jerusalen de
■angie inocente ' : Jéhov^ por tanto no
quiso perdonar,
5 Lci demás de los hechos de Joacim»
y todas las cosas que hizo, ¿ no está es-
crita en el libro de las crónicas de los
reyes de Judá?
6 Y durmió Joacim con sus padrea*, y
rrinó en tu lugar Joftchln su hUo.
7 Y nonoa mas d rey de EgQito salió
de su tlerra/i porque él rey da Babilo-
nia le tomó todo lo que era suvo dasde
d rio de Egipto hasta el rio Enfrates».
8 ^ De cUes y ocho afios era Joachln
cuando oomenaó 4 reinar, y reinó en
Jerusaiem tres meses. £1 nombre da tu
madre fité Nehusta, hija da Rlnathan,
da Jerusaiem.
9 E hizo lo malo en «ijos de JehovA,
oonforme 4 todas las cosas que habla
hecho su padre.
10 En aquel tiempo subieron los sier-
vos de NabuehOdonoaor rey de Babilo-
nia contra Jerusaiem, y la ciudad fué
cercada*.
11 Vino también NabudiAdonosor rey
de Babilonia contra la ciudad, cuando
sus siervos la tenían cercada.
U Entónoes salió Joachln, rey de Ju-
dA, al rey de Babilonia, él y su madre,
y sus siervos, y sus principes, y sus eu-
nucos f. Y praidiólo el rey de Babilonia
en el octavo afio de su reinado.
13 Y sacó de allí todos los tesoros de
la casa de JehovA, y los tesoros de la
casa real, y quebró en piezas todos los
vasos de oro que habla necho Salomón
rey de Israel en la casa de JehovA, como
JraovA habia dicho *.
14 Y llevó en cautiverio 4 toda Jeru-
saiem, A todos los principes, y A todos
los hombres valientes, Aíwte diefc mil
cautivos ; y A todos los oficiales y her-
reros', que no quedó nadie, asoepto los
pobres diel pueblo de la tierra »•.
16 Asimumo trasportó A Joachln A
Babilonia, y A la madre del rey, y 4 las
mujeres del rey, y A sus eunucos, y A
los poderosos de la tierra ¡ cautivos ka
- . llevo de Jerusaiem A Babilonia.
18 A todos los hombres de guerra, que
ftieron siete mil, y A los oficiales y herre-
ros, que JWroM mil, y A todos los vali-
entes para hacer la guerra llevó cau-
tivos el rey de Babilonia.
17 Y el rey de Babilimla puso por rey
en lug<ur de JoacUn A Mathanias su
tio, y mudóle el nombre va el dt 8a-
decías ■.
18 De veinte v un afto sm Sedéelas
cuando oomenzó A reinar, y reinó en
Jerusaiem once afios*. El nombre de
su madnfiíé Amutal, hija da Jeremías,
de Libna^.
19 E hizo lo malo en ojoa de JdiovA,
conforme A todo lo que habia hecho
Joaelm.
90 Fué pues la ira de JehovA contra
Jerusaiem y JudA, hasta que los echó
de tu presencia. Y Sedéelas se rebeló
contra tí. rey de Babilonia f .
CAPITULO XXV.
ItirfiM de Jemetdem y de m templo : Iraepor-
taelon w»{ver$al de loe JwUo» d BoMIoMa,
eewfko uiMs jMCM A {«««iief dq/oro» jMwa
eumtMT la turra,
Y ACONTECIÓ A los nueve afios de
su reinado, en el mes décimo, A los
diez del mes, que Nabuchddonosor rey
de Babilonia vino con todo so ejército
contra JerusaleíA, y ceic<Ha ¡ y levan-
taron contra ella ingenios alredciddr «.
S Y estuvo la ciudad cercada hasta el
undécimo afio del rey Sedéelas. I
8 A loe nueve del mes prevaleció el
hambre en la dudad, que no hubo pan
para el pueblo de la tierra.
4 Abierta ya la ciudad, Atiyeron de
noche todos los hombres de guerra por
el camino de la puerta míe ettaba entre
los dos muros Junto A los huertos dd;
rey, estando los Caldeos d rededor 4»
la dudacl i y «I niy se filó oanUno de la,
campafia h.
'Jer.4B.S.
AI)Ba.Ll,a.
<Jer.».l,2.
A Cap. 90. 17.
( Jer. M. 1.
•Gap.36JS.
* Jer. 37. 1.
• Jer. 89. 1.
•le.
PCap.93.aL
fSCIr<38.13.
Is.17.14w
•9Cr.86.l7.
•te.
Jer. Si. 9.
•te.
y»».l.ete.
7 SS. 4, ete.
Ss.94.8.
•Ift
»]U.19.U.
JLCi
ILHXTES; XXV.
um
.1S.1S.
«lBef.».8.
11.04. 10,
U.
' Heh. 1. S.
Jer. ta. 14,
•te.
ACkp.34.14.
Jcr. 40. 7.
<J«r.27.U.
•te.
lB^]r.7.15,
27.
* Bx. 37. &
lBejr.7.47,
<1B^.7.U.
■lCr.6.14.
7.1.
de Je-
« Tonado ■«• d »9t taiétmdo al
sqr de BaMlonía á BBiia«, y
eootnélaeBlcBda.
7 Y degBUatim 4 los faijM de
•B pKmda wya, 7 á "
iMoJostf, yi
áBaWonia.
8 ^ En d OM qidnto, á los drte dd
na, riendo d afio dio y noeve de Na-
liBcfaMonotor rey de Babíloaía, Tin» á
Jenuaiem Nabuzanlan, capitán de loa
de la gnaidiay derro dd v^ de Balii-
9 T qncmd ia casa de Jdwrá*, y la
cata dd rey, j todas las casas de Jan-
•akm/; y todas las casas de los pdnd-
palea qocñsó á fnego.
10 Y todo d ^írcfto de los Caldeas
que etiaba eom d capitán de la goaidia,
denibó los nmnis de Jonaalcm alre-
dedor^.
11 Y á los dd pneblo qne haUan que-
dado en la dndaíd, y 4 loa qne se baUan
Jnntado d rey de BaMlonia, y á los que
naMan quedado dd migo, trasportólos
Nabnzardan, capitán de los de la gu-
ardia.
IS Mas de los pobres de la tierra d^ó
Nabnzardu, capitán de los de la gu-
ardia, nara qne tabraaen las Tifias y las
tierras*.
13 Y qndnaion los Caldeos las colum-
nas de bronce •' que eataban en la cosa de
Jdiorá, y las boas, y d noar de bronce
que ertaba en la casa de Jehová, y lle-
varon el metd de dio á Babilonia.
14 LlevAronse también los calderos, y
las paletas, y las tenaus, y los cucba*-
rona, y todos los vasos de metal con que
ministraban Jfc.
15 Incensarios, cuencos, los qne de
oro, e» ovo, y los que de plata, en plata,
todo lo llevo d capitán de los de la gu-
ardia;
16 Les dos columnas, un mar, y las
basas, que Sdomon baÚa hecho para la
casa de JdMvá : no haUa peso de todos
17 La altura de la una columna era de
diez y ocho codos, y tenia encima un
cm>itd de bronce; y la altura dd ca-
pitel era de tres codos': y sobre el ca-
pitel habla un enredado y granadas d
rededor, todo de bronce; y semejante
obra haUa en la otra columna oon el
enredado.
18 5 Tomó entónoa el capitán de los
de la guardia A Saraias" primer sacer-
'Jír.n.1
tomó lu cvuiacu,
7 eiiiGO
de los eontinMis dd ñy • que se
en la dudad, y d priñdpd es-
criba dd ejército qne hada la reseAs de
la gente cM paia, y wuwla varanes del
pnáfe de la tisca qne se haHana en
laciadad.
90 Batas tomó Nabnxardan, canitaB de
los de la gnaidia, y llevólos A Ribla si
rey de BUtHonia.
n Y d RV de BaMlonia los hWÓ j
mató en Blbla, en tiem de Hanuth.
Ad fiió trasportado Judá de sobre n
ttem^.
S 5 Y d pueblo qne NabnchMow»-
sor rey de Alñlonia dqó en ticna de
JndA, puso por eobemador A Gedalfas,
hi)o de Afaieom, nijo de Rsphan f .
d Y oyendo todos los principa del
d^dto, dios y an gente, que d rejr de
Babilania había puerto por gobemador
A Gedalias, vinlaonse A d en Misna;
e» á «afer, Ismael, hijo de Natiíamas,
y Johanan, hijo de Carea, y Sanias,
hijo de Tanhumet NetofatiU, y Jaaia-
nias, h^ de MaachAti, dios con los
su vos.
M Entónca Gedalias tos hizo jura-
mento, A dios y A los suyos, y dljotes:
No temáis de ter siervos de los Oahl¿ac :
habitad en la tiara, y servid d r^ de
Babilonia, y os irá Uen.
85 Mas en el ma séptimo vino Ismael,
hijo de Nathanias, hgo de Blisama, de
la estirpe real, y con él diez varona, é
hirieron A Oeddias, y murió : y tam-
bién A los Judíos y Caldeos que «siotaa
oon él en Mispa.
36 Y levantándose todo d pueblo, da-
de d menor hasta d mayor, oon los ca-
pitana del qérelto, fuáronse A Egipto r
por temor de los Cddéos.
97 1[ Y acontado A los trdnta y riete
afios de la trasportadon de Joachln, re;
de JudA, en d ma duodécimo, A los
veinte y siete dd ma, que Evil-mero-
dach rey de Babilonia en el primer año
de su reinado levantó la cabeza de Jo-
achln, rey de JudA, eaeamAtio de la
déla cárcd;
58 Y hablóle bien, y puso su
sobre d asiento de los reyes que oon él
eataban en BaUlonia :
59 Y mudóle los vestidos de su prisión,
y comió siempre delante de él* todos los
^as de su vida.
ao Y ftiéle diaramente dada su comida
de parte del rey ( de continuo, todos los
días de su vida.
KtLl
LeT.ft
Dh-S
«• -
1X.11J
S.
f Jer. «11
etc.
LIBEO PRIMERO DE LAS
CRÓNICAS.
CAPITUIX) I.
Oetmiogta dttde Adam haeUiMrtüum: hifim
de «te, y de$ee»ieiteia de iemael y de Ktaé.
ADAM, 8eth, Enos« :
9 Cainan, Mahalaleel, Jared,
8 Henoeh, Matbusdeni, Lamech,
4 Noé, Sem, Chim, y Japhet.
5 5 Los hUos de Japhet « fueron Qo-
mer, Magw, Madd, Jaran, Tubd,
Meseo, y TBiras.
6 Los hijos de Gomer fturan Askenez,
Riphath, y Tbogorma.
7 Los hgos de Javan: EUia, Thazsls,
ChSthim, y Dodanlm.
8 Y Los hijos de Chame: OMs, Mis-
rdm, Phut, y Ganaan.
S Los hijos de Ohfts : Seba, HavUa,
6d>tha, Raema, y üabteehA. Y los hi-
jos de Raema ; 8eba, y Dedan.
10 ChAs engendró A Nlmrod : ate co-
menzó A ser poderoso en la tierra»
11 Misrdm engendró A Ludlm, Ana-
mim, Laabim, Nephtulm,
19 Phctruslm, y Oadulm: de cata
salieron los Philistéos, y los CaphtO'
reos'.
18 Ganaan engendró A Sidon, su pri-
mogénito.
•■Jcft
'2S1.I
IDS.S.
ilIM.
le «104, etc.
L cRoincAS, n.
A.O.dr.Wt.
^.10.22,
Ib
LSS.U,
I.S.2S,
klUL
14 T al Beüséo, j al Jefaoaéo, y al
Amorrháo, j al Oergcaéo,
16 T al Herée, 7 al Amoéo, y d Slate,
19 AI Andéo, 7 al Samavfo, y al Ha-
nuAéo.
17 5 Los hijM de 8em*/WeroN Elam,
Atmr, Arphaxad, Lud, Axam, Hus,
Hal, Otther, 7 Mcmc.
18 Ar|ihaxad engendró & Sela» 7 Sela
engeodfó i Heb«*.
19 T á Heber nadenm dw hijoa : el
nambie del ano fué Pelee |, por cnanto
en tos dlai ftié dlTldida la tierra ; 7 el
Bombre de ni hermano /ii^ Joctan.
50 T Joctan engendñS & Elmodad/,
fldeph, Asarmaveth, j Jera,
51 A Adoram tamUen, á Usalj Dicla,
22 Hebal, Abimael, Seba,
2B Ophir, HavUa, 7 Jobab ; todos h^s
de Joctan.
24 ^ Sem, Arphatad, Sela,
35 Heber, Peló;, Rea,
9S Serujti NaehAr, Thare,
t! Y Abram, el cnal es Abraham.
28 ^ Los h^os de Abraham Jíteron
Iiaae, é Ismael.
28 T estas mm sos descendencias: él
primogénito de Ismael /ii^ íi»b$jat/;
dcspaes Cedar, Adbeel, Mlbsam,
30 Misma, Dama, Maaaa, Hadad, The.
ma, Jetnr, Naphis, 7 üedma. Estos son
los UioB dé Ismael.
ai T Ccthura, concuMna de Abraham,
palió á Zimram, Jocsan, Madan, Ma>
diao, Isbac, 7 á Soa.
a> Los hijos de Jocsan /Wron Séba, 7
Dedan.
33 Los h4os de Madlan : Epha. Epher,
Henoch, Ahida, 7 EIdaa; todos estos
fiuroH hijos de Oethura.
84 T Abraham enaendnS á Isaac : 7
kM hyos de Isaac J^teron Esaü, é Is-
35 <l Los hijos de Esad fueron Eli-
pbaSiRehoel, Jehus, Jalam, 7 Cora.
as Los hUos de Eliphaa: Theman,
Ornar, Sephi, Gatbam, Ohénas, Timna,
7 Amaleen.
37 Los Ujos de lUhael Aenm Nahatta,
Zeía, Samma, 7 Mixza.
38 Los hijos de Scir fSumm Lotan,
fWibal, Sibeon, Ana, Dison, Eser, 7
Disan.
33 Los hpos de Lotan : Hori, 7 Ho-
Buoa : 7 TUmna foé hermana de Lo-
tan.
40 Loi 14)os de Sobal fuenm Alian,
Uandaalh, Kbal, Dephi, 7 Onam. Los
Itijos de Sibeon : AU, 7 Ana.
41 Dison fti4 hijo de Ana; 7 los hyos
de Dlion fueron Hamran, Esban, Ith-
na, 7 Ghéran.
43 Los Ujos de Eser: BUham, Zaa-
^•a, 7 Jaacan. Lita h|jos de Disan
J^tñn Has, 7 Aran.
43 T estos «01» los rnes que reinaron
en la tierra de Edom, antes que reinase
RJ Mbre los hHos de Israel*: Belah.
bijo de Beor. T el nombre de sn ciudad
MDinaba.
44 Y muerto Bélah, reinó en sn lugar
Jobab, h^o de Zera, de Bosra.
45 Y muerto Jobab, reinó en su ingar
Hnsam, de la tierra de los Themanos.
46 Muerto Huaam, reinó en sn lugar
Adad, hijo de Bedad, el cual hirió A
Madlan en la campafia de M oab: 7 el
nombre de sa chidad/ué Avith.
47 Mocito Adad, reinó en su lugar
BUila, de Masreoa.
43 Mnerto tamUen Samla, reinó en
tn lugar Saúl, de B«hoboth, aue csftfc
Jwtoalilo.
43 Y muerto Saol, seinó en su lugar
Baal4iaaan, h<jo de Aohbor.
W T muerto Baal-hanan, rdnó en sn
lugar Adad, el nombre de Ctt7a ciudad
fkd Pai; 7 el nombre de sa mujer
Meetabd, h^a de Matred, 7 csu da
Mexaab.
61 Muerto Adad, sucedieren los dn>
Sues en Edom: el duque de Thimna,
I duque de Alia, el dnque de Jetheth.
flS El duque Oholibama, d dnque oa
Ela, d duque Phinon,
S8 El duque Chénaz, el duque The*
man, d duque Mlbzar,
M El duque Magdiel, el duque Iram.
Estos /iicnm los duques de Edom.
CAPITULO II.
Gtnealcffa y deMerntOénHa» <b Jaeób, k^ á$
Itaae, y ds JuM, hifo dt Jaeoh.
ESTOS ton los hijos de Israel: Ru-
bén, Simeón, Leri, JudA, IssachAr,
Zabulón,
a Dan, Joaeph, Ben>jamin, Nephtdl,
Oadjj Aser*.
3 1 Los h^os de JudA fueron Er,
Onan, 7 8elab. Estos tres le lucieron
de la h(}a de Sua, Ganaitéa. Y Er, pri>
mogónito de JudA, fíié malo ddante de
JehovA, y matólo.
4 T TÍiamar su nucn le parió A Fila-
res, 7 A Zara*: 7 ae% todos los h^os de
JudA fueron dnco.
5 L<M hilos de Phares fiteron Hciren,
7 Hamul «.
8 Y los hijos de Zara JWron Zimri,
Kthan, Hernán, 7 Caled, 7 Daida«; en
todos cináM).
7 H^o de ChArmi fui AehAr, d que
dborotó A Israel, porque prerarioó en d
anathema/.
8 Azaria.Ai¿ h^ de Ethan.
9 Los hi(jos que nacieron A Hesron
fueron Jerameel, Rtmn. 7 Chélubd.
10 Y Ram engendro A Aminadab?;
7 Aminadab engendró A Nahason, ptái-
dpe de los hijos de JudA* :
11 T Nahason engendró A Salma; y
Sdma engendró A Boas :
la Y Boax engendró A Obcd ; 7 Obed
engendró A Isai :
18 E Isai engendró A EUab, sn primo-
génito, y el segundo AMnadab, 7 Sima
el tercero;
14 £1 cuarto Nathanael, d quinto
Radai,
10 El soto Osem, d séptimo DaTid :
I« De los cuales Sarria 7 Ab^all
fueron hermanas. Los hijos da Sarria
fueron tres • ; Abisal, Joab, y Asad.
17 Abigail engendró A Amasa, cuyo
padre >i«Jether Ismadita*.
18 "i Caleb, hijo de Hesron, engendró
A Jerioth de su mujer Azuba. Y loa
hjjos de, ella fueron Jeser, Sobab, y
Ardon.
19 Y muerta Azuba, tomó Oaleb por
mujer A Ephrata, la cud le parió A
Hur.
SO Y Hur engendró A Uri; y Uri en-
gendró A Besaléel K
81 Después entró Hesion A la h^ de
Machlr, padre de Galaad», la cual
tomó siendo ól da sesenta aAoa, y dia
le parió A Segub.
SS Y Segub engendró A Jalr, d cud
tuvo relnte y tics dudados en la tlanca
de Galaad «.
83 Y Gesnr y Aram tomaron las du-
dados de Jdr, de ellos, y A Cenath con
sus aldóaa, qm fiteron sesenta lugares.
Todos estos fueron de los hlJoa de Ma-
chlr ^padre de Galaad.
S4 Y muerto Hesron en Oaleb de B-
Íhrata, Abla mujer de Hesron l> parió
Aahur, padre de Theooa.
85 Y los hijos de Jeramed, primo-
ote.
7 30. S, ele.
733.18,et«.
743. 8,01c.
» Gen. 38. 3,
ote.
I4«^1X
lía. 36: 19.
•Gea.S8.aB,
30.
MatLS.
'G«B.46.19L
Eot 4. 18.
*lBa7.4.Sl.
/Jos. 3. 18.
y 7. 1, at.
' But 4. 19,
ao.
Mai. 1. 4.
* 5a. 1. 7.
•'3Sa.2.18.
*a8a.l7.2L
< Si. 81. a.
■ Kn. 87. 1.
• Hu.aa.41.
■W. ana ju d —dn 4e Zlsfa ¡ j 1«
Uu. I jiún dt Ohlbii. Y Acbtt f
Hobal, Hdn dt Olifiluh-iauliD ;
Bl SMmi, pad» dt Brüt-bhoD ; El
fiK?ÍSí5fíü::
Tiün, de Birít-tak. Huí dt Ama
'ÍSíriSíi™..
Bt - ---.-, ujD <<• nñlialii, bHo
TwSíS'áíSS
fLUOO,elc.
L GBONICAS^ V.
JLaxiM,«le.
t»*
HcpliCT, ft ThAüMiil, j Ahattari. BitM
/iKTM los hiJM de Naan.
7 T iM hljM da Halca fMrom Btnth,
Jetohar, y Itthnan.
8 Y Gm engendró á Anob y k Sobeba,
7 U ftiiiiUa de Ahartiel, hi^o de Amm.
9 T Jaba» ftié mas ifantre que «lu
hannino», al coal su madre Damtf Ja-
ba! diciendo: Por cnanto 1« pazi en
doloir.
10 S inToeó Jabea al Diot de larael
didendo: ¡ Oh li me dienu bendición,
7 enuDcharas ral término, t li tu mano
niera conmieo, j me ilbruas de mal,
que no roe da&e ! E hixo Oioa que le
▼InieM lo one pidió.
11 T Oafeb, hermano de Sua, engen»
dró á Ifachlr, el cual fiíé padre de
Bithon.
IS T Esthon enoendrd 4 BeCh-rapha,
á Phaaea, j k Tehinna, padre de la
cindad de Naaai eatoa ton loa Tarones
deRechi.
13 Los 14)o« de Canea ftunn Othniel,
7 Bandas. Loa h^os de Othniel^, Ha-
thath,
14 Y Maonathi, el cual engendró á
Ophra: y Seraia engendró á Joab, padre
de hu habUamte» en el valle llamado de
Caiithn, porque fueron artlflccs.
15 Los b\ioa de Caleb, hilo de Je-
pbnie, fiíeñm Iru, Ela, y Naham : ¿
UJodeEU/MGencc.
16 Los hijos de Jaleleel fiíerom Ziph,
Zipbas, Thirias, j Aaareel.
17 T loe h^oa de Bxra fiíeron Jether,
Mered, Epher, y Jalón: también en-
Koidró á Marlam, y k Sammai, y á
Iiba^dre de Esthemoa.
18 T su mtüer Odia le parló á Jered,
padre de Gedor, y k Heoer, padre de
Bocbd, y á loutliíel, padre de Zanoa.
Betos Jieron los t^Jos de Bethia, h^a
de Pharaon, con la oual casó Mered }
19 Y los hijos de tu mi^er Odia, her-
numa de Naham, padre de Kella, de
Gami, y de Estemoa (rus JUé de Maa-
cbáü.
SO Y los hijos de Simón JUeron Am-
non, y lUnna hijo de Hanan, y Thllon.
Y Icshyos de Id futro» ZoheCh, y Ben-
nheth.
n ^ Los h^os de 8ela«, hQo de Judá,
fiíertn Er, padre de LechA, y Laada,
padre de Maresa, y de la flmilUa de la
casa del oficio del lino en la oasa de
Asbea.
88 Y Joadm, y los Tanmes de Ohó-
i^ba, y Joas, y Sarauh, los cuales mo-
lanm en Moab, y Jasubi-lehem, que
X» palabras antiguas.
83 Estos ftieron alfareros, y le halla-
ban en medio de plantíos y cercados;
loi coates moraron allA con el rey en
(nobra.
84 ^ Los hJijos de Simeona JUeron
Nemnel, Jamln, Jarib, Zera, 8aul;
SS También Sallum fita su h^o, Mib-
(am tu hijo, y Misma cu hijo.
88 Los hijos de Misma fueron Hamuel
u bUo, Zachür su hyo, y Simi su h^o.
87 Loe hyoa de Simi fiíeron diez y
wi*> y seis hijas : mas sus hermanos no
tBTiemn mochos h^os, ni multipliea-
nn toda su flunilia como los hilos de
JndA. ^
88 Y habitaron en Beer-aebah, y en
Molida, y en Hasar-sual «,
89 Y en Bala, y en Eeem, y en Tholad,
30 Y en Bethuel, y en Horma, y en
Sielae
31 Y en Beth-marchiboth, y en Hasa-
">*im, y en Beth-biral, y en Saaraim.
«taa/iunm sus ciudades hasta el reino
deD«Tjd.
atT sus alddaa/herws Etam, Ain, Rla-
mon, y Tbochén, y Aam ; cfnoo poabloa i
83 Y todos sus TillaJes que ettaban en
contomo de estas ciudades hasta Baal/.
Esta fui su habitación, y esta tu dñ-
oendñiela.
M Y Mesobab, y Janloch. y Joaiaa,
h^o de Amasias,
85 Joel, y Jdid, ht)o de JoatUaa, h^o
de Seraia, h^ de Adel,
80 T Elioenai, Jaaooba, Jesohaia,
Ásalas, Adlel, Jóimtel, Benaias,
87 T Zixa, húo de Slphi, h^o de Allon,
hUo de Jedaük, h^o de Simri, hijo de
Semaias;
88 Estos por sus nombras «on los prln»
cipales que vinieron en aus fkmlllas, y
que fiíeron multiplicados muy mucho
en las casas de sus padres.
89 T llesaron hasta la entrada de Oador,
hasta el Oriente del valle, buscando pas*
tos para sus ganados.
40 Y hallaron gruesos y buenos pastos,
y tierra ancha y espaciosa, y ouieU y re>
posada, porque lot k{fot óe Onim la ha-
mtaban de uites.
41 Y estos que han sido eaoiftos por «««
nombres, vinieron en dias da Eaechlas,
rey de JudA, y desbarataron sus tiendas
y estancias que allí hallaron, y destru-
yéronles hasta hoy, y habitaron allí en
lugar de ellos; ptnr cuanto habla alli
pastos pora sus ganulos.
48 Y asimismo quinientos hombres da
ellos, de los hUos de Simeón, se fiíeron
al monte de Sor, llevando por capitanes
A Pelatia, y A Nearias, y A Rephalas, y k
Uziiel, hijos de Isi :
43 E hirieron A las reliquias que ha-
blan quedado de Amaleen, y habitaron
allí hasta hoy.
CAPITULO V.
HsMswdwigfa, atJtHto, y Jim i» Awim %é» QaiL,
Ifdtta media irtou de Álanaitl.
Y LOS hijos de Rubén, primogénito
de Israel, (porque él era el primo-
génito, mas como violó d lecho de su
padre», sus derechos de primooenitura
fueron dados A los hijos de Jaac|difc,
hijo de Israel ; y no hié contado por
primogénito.
a Porque JudA filé el mayorazgo sobre
sus hermanóse, y el taincipe de ellos j
mas el derecho de prunogenitura/M de
Joseph.)
8 Fueron puet los Uios de Rubén,
mogénito de Israel, Enoch, Phallu,
ron, y Oharmi.
4 Los 14J0S de Jod Jiieron Semaias su
^50f Gog su h()o, Simi su h^o,
6 MiohA su hijo, Reaia su hijo, Baal
su h^o,
6 Beera su hijo, el cual fué trasportado
Sor Thiglath-pilneser, rey de los Asirlos.
!ste era prlndipal de los Rubenitas.
7 Y BUS hermanos por sus familias, cu-
ando eran contados en sus descenden-
cias, tenían por principes A Jdel, y A
ZaehArias.
8 Y Bela, hijo de Asaz, hyo de Sema,
hifo de Joel, habitó en Aroer^ hasta
Webo y Beel-meon.
9 Habitó también desde el Oriente has-
ta la entrada del desierto desde el rio
Ettfirates : porque tenían muchos gana-
dos en la tierra de Galaad.
10 Y en los días de Saúl tn^fenn guerra
contra los Agarenos*, los cuales cayeron
en BU mano, y ellos habitaron en sus ti-
endas sobre toda la haz oriental de Ga-
laad.
11 5 Y los hijos de Gad haMUnm
enfiwnte de ellos en la tierra de Basan
I hasta tíalca/.
/JaskU.1.
f Sx. 17. 16.
ItoB.26.17,
10.
18a. U. 8.
y 80. 17.
a8a.8.18.
»GeB.48.ft,
•000.4818.
1&
Sal. 6a 7.
Beb. 7. 14.
IÍJSS.18.1&
'Gen. as. IX
BaL08.«.
/Jos. 19. 11.
L CRÓNICAS, VI.
hilo <• HiM. taUi d> Jim, Uto «■
Inl. hHi di HMilt], hiu di It
Uto «Daddo, U» «( Bu.
HlTuiUM AS, M» <• AkdW,
"'"'*" CAPITULO VI "°
■ L» hliH da OaUk : Aidihh, Ithb,
•a. > HariuD. Lo Wa d> Amñ
rfVUííl «wndrd fc ZtTtIb, T Z«vlv
U T AoUtob eoniidrd fc S«
11 TMhn n^dij 4 Hld
So ana H bu». Einli n mo. Aab
o aiy, ir Hiihuí, hiji, ,1,
fi.át.ma,tíie.
L CRÓNICAS, Tu.
A.ai4Élk«IC
5fa.«,
manos ettatea & Im mano slnlMtn j u
á «übr, lEthan», mo d« Chlsi, mjo de
Ahd],hiJodeMalttch,
46 Hijo de HaasbiM, 14Jo ám Am»úm,
büo de HileUs,
46 my> de Anual, hijo de Baai, I4}c>
deSemer,
47 Hijo de M ahaU, hijo de Hoal, hijo
de llenri, hgo de Levu
48 Y lUB hcnnanos lot Leritaa flunm
puMto* ■obre todo el minlstolo del ta-
Mináeulo de la caaa de IMos «.
40 ^ Mas Aanm y mu hijoa ofreoian
perfume ubre el altar del holDeauMo, y
ubre el altar del perfume en toda la
obra del lugar •anluimo, y para hacer
las eq>iaci«Ma sobre Israel, oonfbrme
á todo lo aue Moisés sierro de Dios ha-
bía nandaoo»
fio T loa Újos de Aanm ««m estos:
Ileaxar* m li^o, Phinees «n h^o, Abi-
■ua su hijo,
U Baooi su hijo, Uaxi su h^o, Zeraiaa
ral^jo,
M Menioth sn hijo. Amarlas su h^o,
Acbltob su hljot
58 Sadoo su hijo, Achlmaas su h^jo.
54 ^ T estas son sus habitaciones, con-
forme á «os domicilios y sus términos,
ls< de los hgos de Aaron por las fiunl-
lias de los Coathitas, porque de ellos fbié
lasMite:
55 Les dieron pues i Hebron en ti-
cm de JimU, y bus igidos alrededor de
día.
60 Mas el tetftterlo de la ciudad y sus
aldeas se dieron á Caleb, h^o de Je-
57 T i los hijos de Aaron dieron las
ciudades de JudA de acogimiento, et
á taber, & Hebron, y & Libna con sus
qidQi,
SS A Jathir, y Esthemoa con sus ^idos,
j á Hilent con sus ^dos, y á Dcbir oon
Ms ejidos,
50 A Asanr oon sus ejidos, y i Beth-.
lemes oon sus ejidos.
00 T de la tribu de Bcn-jamln, i Oeba
wo sos ^idos, y & Alemetb oon sus
^idoc, y & Anathoth con sus ^idoa.
Todas sus ciudades fiteroa trece ciu-
dades, reportidat por sus linajes.
01 A los hijos de Coath, que queda-
ron* de sn parentela, dieron diei ciu-
dadeide la media txibu de Manease por
nerts.
68 Y & los hijos de Gerson, por sus
Ua^jss, dUrtn de la tribu de Isach&r,
7 de la tribu de Aaer, y de la tribu de
Nephtali, y de U tribu de Manaaaé en
Basan, trece oludades.
63 Y i los hijos de Merari', por nu
linajes, de la tribu de Rubén, jr de la
tdba de Oad, y de la tribu de Zabulón
1 ditnn por suerte dooe oludades.
64 Y dieron los 14)os de Israel & loe
LeritM ciudades con sos eildos,
65 T dieron por suerte de la tribu de
le* hQos de JudA, y de la tribu de los
bijos de Simeón, y de la tribu de los
kÚos de Bcn-jaiíiin, las ciudades que
nombraron por sus nombres.
06 T i los linces de los hijos de Co-
*tb • dierm ciudades oon sus términos
de la tribu de Ephraim.
■7 T diénmles las ciudades de aoogl-
aiieate, i fiiohém oon sus lúldos en el
monte de Ephraim, y & Gezer oon sus
vuos,
6B Y i Joomeam « oon sus ^Idos, y A
Bctb-oKon con sus cjjidos,
« Y4 Ajalon oon sus ^idos, y 4 Gath-
linmon oon sus eUdos.
n De U media tribu de Mañané, á
Aun con sos ejidos, y & BUam oon sus
ejidos, para les del Unaje de los hyoa de
Ooath que hablan quenado.
71 Válosh^osde Gerson dicroii de U
flñnlUa de la media tribu de Manaasi, &
Qolan en Basan oon sus ejidos, y á As-
tharoth pon sus «Oidos :
» T de la tribu de laaehár, 4 Cedes
oon sus ^idos, 4 Dobrath oon sus «(jidos.
78 Y 4 Rainoút oon sus ejidos, y 4
Anem oon sus ejidos :
74 T de la tribu de Aser, 4 Maaal oon
BUS ejidos, y 4 Abden con sos «jidoa,
75 T 4 Huccoe con sus «ijidos, y 4 Be-
hob con BUS ^idos :
76 T de la tribu de NephtaU, 4 Cedes
en Galilea oon sus ^idos, 4 Hammon
con sus iáldoB, 4 Chlriath-Jearim oon
sus ejidos.
77 Y 41os hijos de Mcrari que haUan
2uedado, dienm de la tribu die Zabulón
Rimmono con sus ^idos, y 4 Tliabor
oon sos «gidos.
78 T de la otra parte del Jordán de
Jerioó, al Oriente del Jordán r, dieron
de la tribu de Rubén 4 Beeer en el des-
ierto con BUS ^idos, y 4 Jasa oon sus
ejidos.
79 Y 4 Chédemoth con sus ^idos, y 4
Mephaath oon sus ^idos :
80 Y de la tribu de Gad, 4 Ramoth en
Galaad ' con sus ^dos, y 4 Mahanaim •
oon sus ^dos,
81 Y 4 Hesbon con sus ejidos, y 4 Ja-
zer oon sus ejidos.
CAPITULO VII.
Dueendetia dé lecehér, d« BM^amtu, Nefk.
taii, Ef^raim, y Ater.
LOS hijos de Isach&r •/nenm cuatro :
Thou, Phua, Jasub, y Simron.
9 Loa hOos do Thola fitermt Uzzi,
Rephaias, Jeriel, Jaeoai, Jibsam, y Sa-
muel, cabeaas en las familias de sus
padres. De Thola ftieron contados por
sus linajes en el tiempo de David, ve-
inte y dos mil seiscientos hombres muy
▼alerosos.
8 Hijo de Uui fiíé Isráhias: y los
hijosde IzrahiaaitMTvn Mich&el, Oba-
dias, Jeel, é Islas i todos cinco prín-
cipes.
4 Y *a6ia con dios en sus Uni^es, por
las familias de sus padres, treinta y seis
mil hombree de guerra : poique tuvieron
muchas mujeres é hijos.
5 T sus hermanos por todas las femi-
lias de Isach&r i, contados todos por sus
genealogías, eran ochenta y siete mil
Aonafrrrt valientes en extremo.
6 Loe k^foe de Ben-lamin« JheroM tres :
Beta, Beohér, y J ediael.
7 Los hijos de Bela Jverm Esbon,
Uzzi, Usaiel, Jerimoih, é Iri; cinco
cabexas de casaa de linajea, homfaiq^ de
gran valor, y de cuya deaoendenoia fue-
ron contados, veinte y dos mil treinta
y cuatro.
8 Los hijos de BechAr^Vienm Zemira,
Joas, Eliezer, EUoenai, Omri, Jerlmoth,
Abias, Anathoth, y A lemeth : todos estos
fueron hijos de Bechér.
0 T contados por sus descendencias,
por tus liniges, los que eran oabexas de
sus íiunilias, rettdiaron veinte mil y
doscientos hombres de grande esfiíerao.
10 Biao de Jedlael fué Buhan: y los
hijos de Bilhan fueron Jehua, Ben-ja-
min, Aod, Chénaana, Zethan, Tharsis,
y Ahi-sahar.
11 Todos estoa/limM hyos de Jediael,
cabezas de famiUas, ciqfot muy valerosos
hombres ere» dies y siete mil y dosden-
toe que sallan 4 combatir en la guerra.
10 Y Suppim y Huppim fkun» hijos
de Hir ; y Husim h|}o de Aher»
V Dea. 4.41.
40.
•1 Bey. SU.
•Gen. 81. 9.
2SS.17.M.
27.
•Gen. 46. 18.
Nu. 26.30.
iCap.U.«L
• Cap. 8. 1.
Gen. 40.21.
A.a}4IM^6te.-
LCBONICAS, VIIL
A.Gl«lt»(tfr
4^0.96.80.
•Nii.a6.85.
/Gen. 87. 84.
«Job a. 11.
I en luto.
«Gfla.Sfi.18.
18a. i. 21.
• 5«. IS. 8,
16.
»Jot.l7.1L
'Gen. 46. 17.
Kii.S6.4i.
18 Lo* hUM de Nephtali ^mm Jaoel,
Guni, Jezer, ▼ Sallnm, h^M de Bilha.
14 ^ Los hiJM de Maxuaaé fueron
Aniel, el cual le {Murió su ooiicubina
la Sira: (la cual también le parió á
Machlr, padre de Oalaad:
15 Y Macfalr tomó por mi^ Ui her-
mana de Huppim 5 ooppim, cuya her>
mana tuyo poñr nombre Maachái) y el
nombre del segundo ftié Salphaad. Y
Salphaad tuvo n^.
16 Y Maaeh¿, mi^ de Machlr, le
parió un h^o, y llamóle Pettis; y el
nombre de su hermano fué Seres, cuyos
h^os/i/eron Ulam y Reoem.
17 HUo de Ulam fui Bedan. Estos
fueron los hj^os de Galaad, hijo de Ma-
chlr, hyo de Manassó.
18 Y su hermana Molechét parió á
Ischód, y 4 Abiezer', y & Mahau.
19 Y los h^os de Sembla fueron Ahian,
Sechém, Liccí, y Aniam.
80 5 Los hijos de Ephraim « fiíeron
Suthela, Bered su hUo, su h^o Tha-
hath, Elada su h^o, Thahath su hijo,
21 Zabad su hijo, y Suthela su hijo,
Ezer, V Elad. Mas los hijos de Gath,
naturales de aquella tierra, los mata-
ron, porque Tinieton á tomarles sus
ganados.
88 Y Ephtaim su padre hizo duelo
por muchos dias/, y Tínieron sus her-
manos & considano^.
23 Entrando él después á su mtger,
ella concibió, y parió un h^o, al cual
Euso por nombre Berta I ; por cuanto
abiá estado en aflicción en su casa A.
84 Y su hija ftié Seera, la cual edifícó
& Beth-oron la b^ja y la alta, y á Uzien.
seera.
86 H^o de este Beria fué Repha, y Re-
seph, y Thela su h^o, y Thaan su hyo,
86 Laadan su hijo, Ammiud su lujo,
Elisama bu 14jo,
87 Nun su hijo •', Josué su hyo.
: 88 Y la herraad y habitaoion de ellos
filé Beth-el con sus aldeas; y hacia el
oriente Naaran, y & la parte del occi-
dente Gezer y sus aldeas: asimismo
Sirhém con sus aldeas, hasta Asa y sus
aldeas.
88 Y & la parte de los hijos de Ma-
natsé'^, Beth-sean con sus udées, Tha-
nach con sus aldeas, Mfslddo con sus
aldeas, Dor con sus aldeas. En estos
luffaree habitaron los h^jos de Joseph,
hijo de Israel.
80 ^ Los hijos/ de Aser/tifron Imna,
Isua, Isui, Beria, y su hermana Sera.
31 Los hyos de Beria ^Wron Heber, y
Malcblel, el cual flié padre de Binca-
vith.
88 Y Heber engendró á Japhiet, Se-
mer, ^otham, y Sua hermana de ellos.
88 Los h^cs de Japhiet: Paaac, Bim-
hal, y AsTath. Aquestos Jos híios de
Japhiet. w -^
84 Y los hUos de Semer fueron Ahí,
Roega, Jehubba, y Axam.
35 Los hyos de Helem su hermano,
Sopha, Imna, Selles, y Amal.
86 Los hijo* de Sopha ¡ Sua, Hama-
pher, Sual, Bcri, Imra,
37 Beser, Hod, Samma, Silsa, Ithran,
y Beera.
88 Los hyos de Jether/luron Jephone,
Pispa, y Ara.
88 Y los h^os de Ulla, Ara, y Haniel,
y Resia.
40 Todos esto* fueron h^os de Aser,
cabezas de familbi* paternas, escogidos,
esforzados, caberas de principes : y con-
tados que ftaeron por stu linajes entre
los de anuas tomar, el niimcro de ellos
fué veinte y selí nül hombres*
CAPITULO VIH.
Jh etroe deeomdimta» d» Bmíami» ksita
Baúl, yieUu Mjoe i» UU.
T»ENJAMIN« engendró i Bda su 'Gc^*^^
-f primogénito, Asbel el segundo, Aia
eltereero,
8 Noha el cuarto, y Rapha el quinto.
8 Y lo* hJ^o* de Bda fueron Addar,
Gera, Abiud,
4 Abisua, Naaman, Ahoa,
5 Y Gerab, Sephuphim, y Hnnon.
6 Y estos ton los hyos de Ehud, estos
las cabezas de padres que haUtaron en
Gabaa, y flieron trasportados & Mana-
hathe;
I BeA taber, Naaman, Achias, y Oeta:
éste los traspintó, y enjiendró a Uzza, y
á Ahihud.
8 Y Saharaim engendró h\}oe en la
roTincia de Moab«, después que dqó
Husim y á Baara que eran sus mu-
jeres.
9 Engendró pues de Ohódes su mqjer
á Jobah, Sibias, Mesa, Malchftm,
10 Jdius, Sochlas, y Mlrma. Estos
son sus hyos cabezas de familias.
II Mas de Hnaim engendró & Abitob,
y A Elphaal.
18 Y los hyos de Elphaal fmenm He-
ber, Misam, y Semed, (el cual edificó á
Ono «, y & Loth con sus aldeas,)
13 Barias también, y Sema, que fbenm
las cabezas de las fwnilias de tos mora-
dores de Ajalon, los cuales echaoron á
los moradores de Gath :
14 Y Ahio, Sasao, Jeremotfa,
15 Zebadias, Arad, Heder,
16 Micbftel, Ispha, y Joa, hijos de
Berias:
17 Y Zebadias, Mesullam, Hizohl,
Heber,
18 Ismari, Izlia, y Jobab, hyos de
Elphaal :
19 Y Jaoim, Ziohri, Zabdi,
80 KUoenai, SUithai, Kliel,
81 Adaiaa, Bandas, y SimraÚi, hyos
deSimi:
88 E Isphan. Heber, Eliel,
88 Abdon, Zichri, Hanan,
84 Hanania, Helam, Anathothias,
85 Iphdalas, y Peniel, hijos de Saaac :
86 Y Samseri, Seharlas, Atalia,
87 Jaareaias, Elias, y Zichri, hyo* de
Jeroham.
88 Estos fiteron jefes principales de
familias por sus lini^es, y habitaron en
Jerusaiem/.
89 Y en Gabaon habitaran Abi-ga-
baony, la mujer del cual se llamó
MaachA.
30 Y su hUo primogénito fué Abdon,
luego Sur, ChlSf Baal, Nadab,
31 Gedor, Ahio, y Zeehér.
89 Y Micloth engendró á Simea. Es-
tos también habitaron con sus hermanos
en Jerusaiem, enfrente de ellos.
33 Y Ner engendró 4 OhlsA, y Chis
engendró 4 Saúl, y Saúl engendró 4
Jonathan, 4 Matohl-sua, Abinadab, y
Esbaal '.
34 Hyo de Jonathan fué Merib-baal¡
y Merib-baal engendró 4 Micliá.
85 Los hUo* de MÍch&/tt«nM Phitfion,
Melech, Thaaiea, y Ahac.
86 Y Abaz engendró 4 Joadda, y
Joadda enmadró 4 Aiemeth, y 4 Az-
maveth, ya Zimrij y Zimri engendró
4Mosa,
37 Y Mosa engendró 4 Bina, hilo del
oual fVié Rapha, hyo del cual fué Blasa,
cuyo hyo fiié Asel.
88 Y los hyo* de Aaet fberon seis, cuyos
nombres son Azricam, Boohru, Ismael,
Searlas, Obadias, y Hanan : todos estos
fueron hyos de AseL
KolKA
i;gtr.3.a
<BbLLL
•1Iid.lt
N«íl(1
yu.»
L CRONICAB, IX, X
■ninlo. BllplHMli « nntn.
it V fama la M|oi it Uliai
UiH dd In bUoi d> Baa-juiiD.
:nnl,MJSHlvHULl,tU Mbljn
UenUIug, hy» dt cSl>!l, tiljlí
HaiilUia.''^o''d> Bídsc, bits i
^ e«ü imi Jdla dihmlUu «> t
V MftkhllUft, AbiudAb. < BibuL
«I E bUs da jDnUhlD A« MfTibbul >
Molbbiial mHndtt iMkhl.
41 I M hU« di HlgM Ama ru.
a Áhu oi^dit i'Jini. I Jan «-
lua. OUJo'Wfl/.
"«■Ja.^'^"
A.C.106C
I. CLÓNICAS, XL
»1S».14.4B.
< 18a.S1.10.
<<lSa.S8.7,
etc.
• 1 Sft. 16. 1.
18.
3r28.17.
28ft.3.9J0.
y&S.
' 2 8a. S. 1.
ato.
»S«L78.7L
• i S«. 16. 1,
12.
itJuee.l.2L
V 1». 10.
aSa.S.6.
5 Y Um PhittctéM dguienm á Said j á
stu 14Jos; 7 malsnm Uw PhiUstto á
Jonatluin, y á Abinadab i> y á Malohl-
sua, hijos we Saut.
8 Y agnvóse ia batalla sobra Saúl, j le
alcanzaron los flecheros, y fuA de k» fie»
cheroa herido.
4 EnKSnoes d^o Saúl á su escudero:
Saca tu espada, y pásame con ella, por-
que no vengan estos inc'arcuncisos, y
hagan escarnio de mi ; mas su escudero
no quiso, porque tenia gran miedo. En-
tónoes Saúl tomó la espada, y echóse
sobre «lia.
6 Y como su escudera vio á Saúl mu-
erto, é\ también se echó sobn su espada,
y matóse.
6 Asi murió Saúl, y sus tres hijos, y
toda su casa murió juntamente con él. *
7 Y vtendo todos los de Israel que ha-
bitaban en el Talle, que hablan huido, y
que Saúl y sus hijíss eran muertos, de-
jaron sus ciudades y huyeron: y vini-
eron los Philistéos, y habitaron en ellas.
8 Y filó que Tinióido el dia siguiente
los Philis^s á despojar los muertos,
hallaron á Saúl y á sus h^os tendidos en
el monte de Qilboa.
9 Y lu«go que le hubieron desnudado,
tomaron su cabeza y sus armas, y en-
viaron/» todo k la tierra de los Philtstóos
por todas partes, para que fuese denun-
ciado & sus ídolos, y al pueblo.
10 Y unsieron sus armas en el templo
de su dios «, y colgaron la cabeza en el
templo de Dagon.
11 Y oyendo todos los de Jabes de 6a-
laad lo que los Philistéos hablan hecho
de Seúl,
IS Levantáronse todos los valientes
hombres, y tomaron el cuerpo de Saúl,
y los cuerpos de sus hijos, y tr^jéronlos
á Jabes, y enterraron sus huesos debajo
dd alcornoque en Jabes, y ayunaron u-
etedias.
18 Así murió Baúl por su rebelión oon
que prevaricó contra Jehová, contra la
palabra de Jehov&, la cual no guardó ;
y porque consultó al Python preguntan-
do¿e',
14 Y no consultó á Jehová : por esta
causa lo mató, v traspasó el reino á Da-
vid, h^o de Isai «.
CAPITULO xr.
Danta fmfUo m Eebro»,/»! eon iodo ItraH
é Jerutaiem, dond» toma por/ttma la/or^
taUta át Sion. Oaiálofo do loo varonat
üuitru al toroieio de Dwríd.
ENTONCES todo Israel se Juntó á
David en Hebron, diciendo : Hé aquí
nosotros mnuu tu hueso y tu carne*.
5 Y ademas antes de ahora, aun mi-
entras Saúl reinaba, td sacabas y metías
á Israel. También Jehová tu Dios te
ha dicho: Td apacentarás mi pueblo
Israel, y td serás príncipe sobre Israel
mi pueblo i.
8 Y vinieron todos los ancianos de Is-
rael al rey en Hebron, y David hiso con
ellos alianza delante de Jehová ; y un-
gieron á David por rey sobra Israel,
conforme á la palabra de Jehová por
mano de Samuel «.
4 5 Entonces se filó David eon todo
Israel á Jerusalem, la cual es Jebns^;
y allí era el Jebuséo habitador de aque-
lla tierra.
6 Y los moradoras de Jebus dijeron á
David : No entrarás acá. Mas David to-
mó la fbrtaleza de Sion, que es la du-
dad de David.
6 Y David habla dicho : El que pri-
mero hiriere al Jebuaéo, será cabeza y
Ib. Entonce* Joab, hito de Sarria, su-
ó él primero, y fué A«cAo jefe.
7 Y David habitó en la fbvtalan, y por
esto la llamaron la dudad de David.
8 Y edificó la dudad al redador, desde
Millo hasta la cerca: y Joab reparó d
resto de la ciudad.
e Y David iba adelantando y cndcndo,
y Jehová de los ^éreitos era con éL
10 ^ Estos son los principales de los
valientes que David « tuvo, y los que le
ayudaron en su reino, con todo Israd,
para hacerto rey sobre Isnd, oonfimne
á la palabra de Jehová/. .
11 Y este «t el ndmero de los valIcB-
tes que David tuvo : Jaaobam, ^jo de
Hachmoni, caudillo de los treintt, el
cual blandió su lanza una vez contra
trescientos, á los cuales mató.
13 Tras este/uá Eleazar, hijo de Dodo
Ahohita, el oual en de loa tras vali-
entes.
I 13 Este estuvo con David en Pas.dam-
'mimf, estando allí juntos en batalla
los Philistéos: v habla alüí una suerte
de tierra llena ae cebada, y huyendo el
pueblo delante de los PhiÚstéos,
I 14 Pusiéronse dios en medio de la ha-
za, y la defendieron, y vencieron á los
¡ Philistéos ; y favoreció/e< Jebová coa
grande salvamento.
16 Y tres de los treinta principales des-
cendieron á la pefla á David, á la cueva
de Adullam, estando el campo de los
i Philistéos en el valle de Raphaim*.
I 16 Y David estaba entonces en la for-
taleza, T habia á la sazón guamidon de
PhilistéÍM en BeA-lehera.
17 David deseó entonces, y dijo : j Qui-
en me diera álieber de las aguBS del pozo
de Beth-Iehem, que está á la puerta!
18 Y aquellos tres rompieron por d
campo de los Philiatéos, y sacaron agua
del pozo de Beth-lehem, ciue está á la
puerta, y tomaron y trajéroola á David :
mas él no la quiso beber, sino que la
derramó á Jehová, 7 dijo • :
19 Guárdeme mi Dios de hacer esto ;
¿ habla yo de beber la sangre* de estos
varones eon sus ridas, que con fttígn
de sus vidas la han traído? Y no 'la
quiso beber. Esto hideron aqudlos tres
valientes.
flO Y AUsd', hermano de Joid>, en
cabeza de los tres, d cual blandió sa
lanza sobre trescientos, á los cuales hi-
rió, y fué entre los tras nombrado.
SI De los tres fué maa ilustre que los
otros dos, y fué d prindpal de dlosi
mas no lleao á los tres primerot,
92 Banaias, hijo de Joiada, hijo de
varón de esfuerzo, de grandes hechos,
era de Cabseel : él vendo los dos leones
de Moab. También descendió, é hirió
un león en mitad de un fbso en tiempo
de nieve.
S8 £1 mismo venció á un Egipcio,
hombre d« cinco codos de catatan: y
el Eglpdo tnia una lanza como vn en-
Jullo de teieáar ¡ mas él descendió á él
oon un bastón, y arrebató al Eg^ido la
lanza de la mano, y matólo con su lanza
misma.
94 Esto hizo Banaias, hijo de Joiada,
y filé nombrado entre lo* tres valientes.
t5 Y filé d mas honrado de los treinta,
mas no llegó á los tres wrfmeftM. A este
puso David en su consejo «.
98 Y los valientes de los fóéraltos A«*
ron Asad, hermano de Joab, y Elohá-
nan, fa^o de Dodo, de Beth-ldtcm,
97 Samoth de Arari, Hdles Peloalta,
9R Ira, hijo de Acoes Thecdu, Abi-
ezer AnathoChlta,
99 Sibbecai Husathita, Ilai AhoMta,
80 Maherai NetlMohathlta, Hdad, U*
Jo de Baana Nethopbathita,
etc.
/28t.l&l.
ií
i.aiM7.
L GBONIGAS, XDL
n lúud, hito d» Rlbii, de Oabaath,
de los hlJoB da Ben-Jamln, BaiMias Pl-
n Horai dri do de OaM, AbM Ar-
MUUUy
S8 Annafcth Bahammlta, BUalMi Sa-
albonita;
M Los Utoa de Atan Olsonlta, Joña,
than, h<jo de Sagé, Ararlta,
35 Ahiam, h^o de Sachar AnutlU,
Sliphal, hüo de Ur,
88 Hepher Meeh«TathiU, Ahia Phc-
knito,
97 Heno CarmeUta. Nahararl, h^o de
Sxbai,
n Joel, hermano de Nathan, Mlbhar,
hijo de Hagrai,
39 Selec Aramonita, Naarai BerethiU,
eicadero de Joab, hijo de Sarria»
40 Ira Ithréo, Gareb Ithréo,
41 Viütt HeChéo, Zabad, hijo de Ahll,
45 Adina, h^ de Sin RnbeniU, prln.
dpe de loe RobenilM, y con él treinta ;
43 Hanan, hijo de Maaehá, j JoMphat
Mithnita,
44 Ucslae Aeúiaimthlta, Samma, j Je-
Ud, hUo de Hotfaam ArortU,
46 Jediaet, h^o de Simri, j Joha ra
hennanOf Thiauta,
40 EIM de Mahavl, JcrttMd, j JoMTia,
h^ de Elnaam, é Ithma Moablta,
47 Biei, 5 Obcd, y Jaasiel de McMbia.
CAPITULO XII.
OaUtefo dalotjm m fmmlanm mm Dnid á»
fau triUMdt lirerf, cttoad» tmáthm üimmwmIo
ESTOS mm \m que vinieron á David
& Biclaa*, estando ¿1 aun enoerrado
per oaun de Saúl, hilo de Cli : j eran
de los Talientes ayudaaorM de la guerra.
8 Bttahan armadoe de arcos, y usaban
de ambas manos en tirar piedras era
tonda, y saetas con arco. De los herma-
nos de daul, de Benjamín,
8 n principal Ahieser, después Joan,
hijo de Uemaa OabaathHa; y Jeziel, y
PcOeth, liyo de Axmaveth, y Beracah,
y J«hd AnathotfalU,
4 E límalas Gabaonlca, ▼aliente entre
Vm treinta, y roas que los treinta; y
Jeremías, Jahacid, Jeanan, Joiabad
ueoeraiDitat
ft £lusal, y Jereraoth, Beallas, Bema-
ilasjy Seiiiíatias HamphlU,
4 Elcana, é Islas, y Asareel, Joeter, y
JasDham de Coré ;
7 T Joda, y ZebwUas, fa^os de Je-
(oham, de Gedor.
8 También de los de Oad se huyeron
■(gtmot á David, «atendo en la fortalexa
en e{ desierto, muy valientes hombres de
gncrra pan pelear, dispuestos A hactrlo
con escudo y pavés: sus rostros oomo
rostros de leones, y ligeros como las ea-
bnu monteses fr.
8 Escr era el primero, Obadlas el se*
gando, Eliab el tercero,
10 Kismana el cuarto. Jeremías el
qaiate,
11 Attai el sexto, Ellel el séptimo,
U Johanan el octavo, Slaabad el nono,
13 Jeremías el déelmo, Maehbanni el
andédmo.
14 Setos Jktmn capitanes del dérdto
de ^a^ hijos de Gad. Kl menor de eUot
teda eargo de oien hombres, y d mayor
de mil.
15 Istos pasaron d Jordán en el mes
Sneto, cuando haMa salido sobre to-
sas riberas e, é hicieron huir á todos
kw de los valles d Miente y al poniente.
14 Aifroitmo oteHMOf de los hilos de
Ban*Jamin y de Judá vinleíoa A l>avid
Alaibrtaleza.
& dkM, j haUtflea
i venido A mi
P«
17 T Dmid adió
dteieodo: H habeii
fv y para ayndanne, mi
unido ec« vosotros ; mas d para enga-
ñarme en pro de nüs enemlgoa, siendo
mis manos sin iniquidad, véalo d Dios
de nueatroe padree, y demándelo.
18 Bntdnecs se envlatld d espiritaren
Amasd«, pvindpe de treinta, w d^:
Por ti, oh David, y ooatigo, d» hijo de
Isai. Pas, pax contigo, y paa con tos
ayudadores, pues que tamblñ tu Dios te
ayuda. Y David los redMÓ, y pdsdos
entre loa eapltanas de la enaitarilla.
19 También se pasaron á David ai-
rttmu de Manaisé, cuando vino con los
PhilUtéos i la batalla contra Saúl/,
aunque no lea avudaron : poraue loa
sátrapas de los Philistéos, habido oon-
a«do, lo despidieron diciendo : Oon nues-
tras cabezas se pasará á su seflor Saúl.
80 Así que viniendo él á Sielag, se
pasaron á él de los de Manassé, Adnaa,
Joxabad, Jedlaid, Mlohád, Jozabad,
Elid, y Sillethd, príndpes de nlllares
de los de Manassé.
81 Bstoa ayudaron á David eontra a-
qudla eompaflüaf, porque todoa dloa
eran vdientea hombrea, y ftienm capi-
tanes en el ^érdlo.
88 Ptmnie entíooea todoa toa diaa venia
ayuda á David, hasta kaetrae un graada
^dtó, oomo ^féidto de Dlea.
83 5 Y este es d ndmero de lea pdn-
cipdes que estaban á punto de guerra,
y vinieron á David en Hebron, pora
traspasada d idno de Saúl, conlbmie
á la palabra de Jdiová.
94 De los hijos de JudA que traían
escudo y lanía, sais noli y oohocientoa
á punto de guerra.
85 De los hijos de Simeón, valientes
y eaibrzados hombres para la guerra,
siete mil y dentó.
88 De loa l^fos de Levi cuatro mil
y adsdentos.
87 Asimismo Joiada, prinolpe de Jos
del linaje de Aaron, y con él tras mil y
seteHentos.
88 T Sadoc, numoebo valiente y eafiír-
zado, oon veinte y dea de loa prlñdpdes
de la casa de su padre.
88 De los h^os de Ben-Jamin, herma-
nos de Saúl, tres mil : porque aun en
aquel tiempo muchos de ellos tenían la
parte de la casa de SsnL
80 Y de los hijos de Ephrafan vdnte
mil y ochocientos muy valientes, varo-
nes ilustres en las casas de sus padrea.
81 De la media tribu de Manassé diez
y ocho mil, los cuales fueron tomados
por lista para venir á poner A David por
rey.
88 Y de los h^os de IssachAr dosden-
toB principales, entendidos en loa tiem-
GB, y que saman lo que Israd debía
cer, cuyo dicho scguian todos sus her-
manos.
88 Y de Zabulón dneuenta mil que
sallan A eampajla, A punto de guerra,
con todas anuas de guerra, y dispuestos
á pelear sin doblez de corazón.
84 Y de Nephtdi mil capitanes, y oon
ellos treinta y siete mil con escudo y
lanza.
85 De los de Dan, dispuestos A pdeor,
veinte y odio mil v seiscientos.
88 Y de Aser, A punto de guerra, y
apon^jados A pelear, cuarenta iml.
87 Y de la otra parte del Jordán, de
los Rubeidtas y de loa de Gad, y de la
media tribu de Manaaaé, dentó y vdnte
mil oon toda suerte de armas de gnena.
88 Todoa eatoa hombres de guena,
dispuestos para
rfJuBe.t.84.
•a8a.17.lL
/18a. «.8,8.
«180.80.1.
10.
A. a 1048.
I. CRÓNICAS^ Xm, XIV, XV.
A.actr.1M.
•I8ft. 7.1,3.
» 2 s». e. 1,
ete.
<Joi.l3.8.
Jer. 2. 18.
tf J08.U.9,
flO.
'18*. i. i.
/1 8». 7. 1.
'2S«.6.6.
ete.
'lCRp.15.13,
Ifi.
Ka. 4. IS.
j Ler. 10. 2.
IJofc 81.34
'Cft]>.ae.5.
7m.ia22.
«8 8ik&ll.
0te.
oonzon perfecto ák Hcbran» psn poner
4 David por rey aobm todo Imel ; j
asimiamo todos los demás de Israel ifr
íote» de un mismo Animo pan poner &
David por rey.
89 Y estoTíeron allí con David tres
diaa comiendo j bebiendo, porque sus
hermanos tiabian prevenido para ellos.
40 Y también los que les eran vecinoe
hasta IssachAr, j Zabulón, j Nephtali,
trajeron pon en asnos, j camellos, ;
mulos, y bueyes; provisión de harina,
masas de hi^, y pasas, vino, y aceite,
bucees y ov^as en abundancia, porque
en Ismid habia alegría.
CAPITULO XIII.
David, ton atuerdo ds lodo$ <m prineíjwUt
dt í»ratL haee traer d mrea de la abanta
á Jenuaíem con grande tokmnidad, donde
Vua et muerto por eattigo di Diot.
ENTONCES David tomó consto con
los capitanes de millares y de cien-
tos, y con todos los jefes.
8 Y diljo David á todo el congreso de
Israel : Si ot parece bien, y de JehovA
nuestro Dios, enviaremos & todas partes
& llamar nuestros hermanos que han
quedado en todas las tierras de Israel,
y A ios sacerdotes y Levitas j¡ru« eiian
con ellos en sus ciudades y cgidoB, que
se junten con nosotros:
8 Y traigamos el arca de nuestro Dios
4 nosotros, porque desde el tiempo de
Saúl no hemos hecho caso de ella*.
4 Y d^ todo el congreso que se hiciese
así, porque la cosa parecía bien 4 todo
el pueblo.
6 Entonces Juntó David 4 todo Israel b,
desde Sihorc de Egipto hasta entrar en
Hamath, para que trajesen el arca de
Dios de Chlriath-jearim.
6 Y subió David con todo Israel 4
Baala de Ohlriath.je&xim', que es en
JucIA, para pasar de allí el arca de
Jehov4 Dios que habita entre los que-
rubines*, tabre la cual su nombre es
invocado.
7 Y llev4ronse d arca de Dios de la
casa de Abinadab/ en un carro nuevo ;
y Uzza y su hermano guiaban el carro.
8 Y David y todo Israel hacían ale-
grías delante de Dios^ con todas sus
tuerzas, con canciones, harpas, salterios,
tamboriles, címbalos, y trompetas.
9 Y como Ileaaron 4 la era de Chldon,
Usxa extendió su mano al arca para
tenerla, porque los bueyes se desmán-
dalMm.
10 Y el ñuor de Jehov4 se encendió
contra Uzxa, i hiñólo, porque habia
extendido su mano al arca A: y murió
allí delante de Dios <.
11 Y David tuvo pesar, porque Jehov4
habia hecho rotura en iTzza ; por lo
que llamó 4 aquel lugar Peres -üxza
hasta hoy.
18 Y David temió 4 Dios aquel di«,
y d^o: ¿ Cómo he de traer 4 mi cata
el arca de Dios ?
13 Y no trs^o David el arca 4 su casa
en la ciudad de David, sino llevóla 4
casa de Obed-edom Gethéok.
14 Y el arca de Dloi estuvo en casa
de Obed-edom, en su casa, tres meses:
y hendió ^ Jehov4 la casa de Obed-
edom, y todas las cosas que tenia.
CAPITULO XIV.
A David le nacen hijo» en Jenuaíem. Vence
por doe veeu dlot PhiUtUot.
EHIRAM, rey de Tyro, envió em-
bajadores 4 David) y madera de
cedro, y alba&iles y carpinteros, que le
edificasen una caía*.
8 Y entendió David que Jehov4 k>
habla oonAimado por rey sobre Israel,
y que habia ensalzado sa vetao soim
su pueblo Israel.
8 5 Entonces David tomó también
mitjens en Jenuaíem, y aim engendró
David hijos é hijas.
4 Y estos ton los nombres de los que
le nacieron en Jerusalemi : Samna, tío-
b^, Nathan, Salomón,
A Ibhar, Elisna, Eliphelet,
6 Noga, Ne^Mc, Japhias,
7 EUaama, Beef-iada, y Bliphélet.
8 5 Y oyendo los Phitistéos que David
habia sido ungido por rey sobre todo
Israel, subioron todos los Philistéos en
busca de David. Y como David lo oyó,
salió contra ellos.
9 Y vinieron los Philistdos, y eaten-
diéronse por el valle de Raphúm «.
10 Entonces David consultó á Dios
diciendo : ¿ Subirá contra los Philis-
tóos ? i Los entregai4s en mi mano ?
Y Jehov4 le dijo: Sube, que yo los
entresaré en tus manos.
11 Subieron pues 4 Baal-perasim, y
allí los hirió David. D^o luego David :
Dios rompió mis enemigos por mi mano
como se rompen las asnas. Por esto
llamaron el nombre & aquel lugar
Baal-perasim |.
18 Y dgaxon allí sus dioses, y David
dijo que los quemasen al fuevo.
13 Y volviendo los PhUlstlos 4 exten-
derse por el valle,
14 David volvió 4 consultar 4 Dios,
y le dijo : No subas tras ellos, sino ro-
déalos, para venir 4 eUoa por delante
de los mor^es.
15 Y así que oyeres venir un estruendo
rv las copas de los morales, sal luego
la batalla ; porque Dios saldr4 delante
de tí, y herirá el campo de los Philis-
tóos.
16 Hizo pues David como IMos le man-
dó, é hirieron el campo de los Philistóos
desde (rabaon hasta Gezer.
17 Y la fama de David Alé divulgada
Kr todas aquellas tierras ¿; y puso Je-
v4 temor de David sotire todas las
gentes «.
CAPITULO XV.
Daeid haee paaar «I orea eam granie Mlnn-
nidad t Uk caaa mm U kabM prepmaé» t
y porv** ^"<' bouonrfo delante de ctto, e»
menotpreeiado de Miehál «u mt^.
HIZO también casas para sí en la
ciudad de David, y labró un lugar
para el arca de Dios, y tendióle una
tienda*.
8 Entonces d^o David: El arca de
Dios no debe ser traida sino por los
Levitas b, porque 4 ellos ha elegido Je-
hov4 pan que lleven el arca de Jehov4,
y le sirvan perpetuamente.
8 Y juntó David 4 todo Israd en Je-
rusalem, pan que pasasen el arca de
Jehov4 4 su lugar «, el cual le habia
él preparado :
4 Juntó también David 4 los hJ[)os de
Aaron y 4 os Levitas.
6 De los hijos de Coath, Uriel el prin-
cipal, y sus hermanos, ciento y veinte.
6 De los hitos de Merari, Asaiaa el
principal, y sus hermanos, dosotentos
y veinte.
7 De los hijos de Gerson, Joel él prin-
cipal, y sus hermanos, ciento y treinta.
8 De los hijos de Ellsaphan^, tiemeiaa
el principal, y sus hermanos, doecientos.
9 De los hitos de Hefaoron, Eliel el i«la-
cipal, y sus nermanos, ochenta.
10 De los h^os de Uzziel, Aminadab
el principal, y sus hermanos, dsnto y
doce.
•te.
L CBONICAS, XVL
L CBONICAS, XVn.
» Arinmima b« rtlyíMr lur I M
LmitiiiD. 1 1« uro («ofldiii InlindH )»■ nlndD «no i ua Iw^aci-
' pt m lunbni, ftn, fia^caílr. Irmt, oh Jriiort moa.
« Con i!, pu» ¿t^ i Bmvi ( i •J* íj " I»i»^toHíar i u
9 Krqut IK I» haUUdn m rau al- düi<U°£a. " "
iCdMOM.
L CRÓNICAS» XVni, XIX.
A.c.<*.un.
CAPITULO XVIII.
JVémm 9itivria$ it David: trihdo» fwtpne»-
ti 4 la» tmeiont». Minüiro» y gemiraU»
tSt.I&l, TiESPUSS de ettu cosas a aoonteció
ife -L/ qn* DavU hirió & loa PUlistáos, y
los humilló ¡ j tomó á Oath j sus villas
: de mano de los Philiatóos.
I S También hirió á Moab ; v los Moab-
itas fbcn» sierros de David tnycndole
*Sh.tL{l
•"«Í.I.15.
iialli
man.
Id. IX
Íai4.
AL
S Asimismo hirió David á Adarem.
wj de Soba, en Hamatta, yendo él a
asegorar sd dominio al rio de Eufntcs.
4 Y tomóles David mil oatroa, y siete
mil de & caballo, y vehnte mil hombres
de á pié: y deagúretó David io» eabatlaa
de todos los curros, escepto Jm de cien
cairos que d^ó.
5 Y viniendo los Siros de Damasco
en ayuda de Adarezer, rey de Boba,
David hirió de los Siros veinte y dos
milhombres.
0 T paso David guarttieioH en Siria la
de Damasco, y loe Siros fliettm hechos
dervos de David, trayendole presentes :
porqae Jehová salvaba & David donde
qoíña que itn.
7 Tomó también David los escudos de
on> qne llevaban los sierros de Adare-
ser, y triyíoloa á Jcrusalem.
8 Asimismo de Thihathk, y de Chün,
dudadas de Adareier, tomó David mny
mucho metal, de que Salomón hizo el
mar de bronce, laa colnninas y vasos
de bronce*.
6 5 V oyendo Ton, rey de Haraath,
que David habla deshecho todo el ejér-
cito de Adareser rey de Soba,
19 Envió á Adoram su h^ al rey
David, á saludarlo y á bendecirlo, por
haber peieado con Adarexer, y haberlo
vencido ; porque Ton tenia guerra con
Adaieser. SuvUie también toda suerte
de vasos de oro, de plata, y de metal,
II Los cuales el rey ttaivid dedicó á
Jehová, con la plata y oro^ que habla
tonadode todas us naciones ; de Bdom,
de Bfoab, de los hiios de Ammon, de
los PhiliBtóos, y de Amalee.
U Y A mas de esto. Abisal, hiio de
Sarria, Urió en el valle de la sal diex
J ocho mil Idumáoa*.
18 Y puso guarnición en Edora, y
todos ios Iduméoa fueron siervos de Da-
rid: porque Jehová guardaba á David
donde quiera que iba.
14 T reinó David sobre todo Israel, y
luda juicio y justicia á todo su pueblo/.
i IS Y Joab, hijo de Sarria, era general
del ejército, y Josaphat, l^jo de Ahüud,
Gandiler:
M T Sadoc, hijo de Achltub, y Abi.
indce, h^o de AUathar, ero» sacer-
dotes ; y üaam, secretario.
17 Y Benaias, hijo de Joiada, era sobre
ksOoethéos y Phelethóoa: y los h^
de David eran los principes cerca del
CAPITULO XIX.
*í«i.lflLl.
«I ny d» l«f AmmemUae 4 Iw
M^Morw f,me U envié David á «dimo-
Mrit it la mmrie de emvaáre, kéede Da-
•Mfiwrra, y io venee áitg ému oUadoe.
nBSPUBS de estas oo«u* aconteció
■^ que murió Naas, rey de los hijos de
Ainñon, y reinó en su lugar Barntrn su
l^Jo.
SYdijo David: Hará miaericofdla con
«*Hn. l^jo de Naas, porque también
"* PMK hiso eonmigo misericordia,
■ási David aivió embaladores que lo
¡"Holaien de la muerte de su padre.
«« veiddos loa slerma da David en la
tierra de loa hyoa de Ammon 4 Hanan,
para oonsoiairto,
8 Los priacipeB de loa hijos de Am-
mon dijeron a Hanan: ¿A tu parecer
honm David á tn padre oáora qne te
ha enviado consolaaorea ? ¿ No vienen
antes sus siervos á ti para eseodrifiar, é
inquirir, y reconocer la tiem& 7
4 üntóiioes Hanan tomó los sicrvoa
de David, y rapólos, y cortóles los ves-
tidos por medio baata las nalgas, y des-
pachólos.
5 Fuóronse unes; y dada qne ftió la
nueva A David de aqueiloa varones, él
envió á recihirloe, porque estaban muy
aftentados, ó hlxoles decir el rey: Es-
taos en Jerioó hasta que es crezca la
barba, y entonces volvetéls.
6 ¥ viendo los hUos de Ammon oue
se hablan hecho odiosos á David, Ha-
nan y los hijos de Ammon enriaron
mil talentos de plata para tomar á suel-
do carros y gente de a caballo* de Siria
de los rios, y de la Siria de MaachA, y
de Soba.
7 Y tomaron A sueldo treinta y dos
mil carros, y al rey de MaachA, y á su
pueblo, los cuales Tinleron y asentaron
su campo delante de Medaba. T Jun-
táronse también loa h^os de Ammon
de sus ciudades, y vinieñn A la guerra.
8 Oyéndolo Darid, envió A Joab, oon
todo el ^yéreito de los valientes hom-
bres.
9 Y los 14)as de Ammon salieren, y
ordenaron su tropa A la entrada do la
ciudad i y los reyes que hablan venido,
eebdMH por sí en el campo.
10 Y viendo Joab que la haz de la
batalla estaba contra él delante y A las
espaldas, escogió de todos los mas aven-
tajados que habla en Iirad, y ordenó su
escuadrón contra los Biros.
11 Puso luego el resto de la gente en
mano de Abisal su hermano, ordenán-
dolos en batalla contra los Ammonitas.
la Y d^: 81 los Sbros fueren mas
Alertes que yo, td me salvarAs ; y ri los
Ammonitas fberen mas fuertes que td,
yo te salvaré.
13 Esibérzate', y esfiíroémonos per
nuestro pueblo, y por la* ciudades de
nuestro Dios, y haga JeliovA lo qoe
bien le pareciere.
14 Acenóse luego Joab, y A pueblo
que tenia conaigo, para pelear contra
los Siros; mas ellos huyeron delante
deéi.
15 Y los h^os de AnunoB viendo que
los rüros hatiian huido, huyeron tam-
bién dios delante de Abisal su hermano,
y entráronse en la ciudad. Entonces
Joab se volvió A Jerusalem.
16 Y viendo los Siros que hablan caldo
delante de Israel, enviaron embira-
dores, y tngeron A los Siros que tetaban
de la otra parte del rio, cuyo capitán
era Sophaeh*, general del «íjército de
Adarezer.
17 Ltt^o qne ñié dado aviso A David,
juntó A todo Israel; y pasando el Jor-
dán vino A dios, y ordnió contra elloa
su ^érdto. Y como David hubo or-
dcnanlo su tropa contra ellos, pelearon
con éi los Slxoe.
18 Mas d Siró hnyó ddaale de Israd ;
y mató Darid de los Siros siete mil
Aomlrrss de he cama, y onarcnta mil
hombres de A pié: asimismo mató A
Sophaeh, general dd ^éreito.
10 Y viendo le* Siros de Adareaer que
haUan caído ddante de Israel, con-
certaron paz oon Darid, y fueron sos
dervos/: y nunca mas quiso d Siró
gradar A los hijo* de Ammon.
iGsa.4SL».
•Cap.18.fi,
8.
díUk.L 14.
•S8a.iai«-
/Bal. 18. 98.
44.
A, O. dr. 108».
I. CBONIGAS, XX, XXI.
«SB». U.l.
»aSa.l2.28,
e«c
(SS«.31.18.
<< Gap. 11. 2».
•as*. 24.1.
etc.
Jobl.6,eto.
7 2. 1. ete.
»C»I». 27.88.
«S&8.Í.
<<c^>.ar.9t.
•a8ik.12.lB.
Deu.16.l7.
/lSik3«.2L
» 1 8». ». 9.
28*. ai. 11.
CAPITULO XX.
David, vencido» dd todo lo» Animtmita», lo»
eatUfa r>'0wroMmeNf« por •■ iitjMria. Ob-
M«iM (rea vieUria» d« lo» PkHiitto».
Y ACONTECIÓ á U vuelta áti afSo,
en el tiempo que suelen lo» rejet
•alir á la guerra, que Joab sacó las ftier-
xas del e,^írcito, y destruyó la tierra de
los h^jos de Ammon« y vino y cercó á
Rabba. Mas David estaba en Jerusa-
lem«: y Joab batió á Rabba, y des-
truyólab.
8 Y tomó David la corona de su rey
de encima de su cabeza, y hallóla de
peso de un talento de oro, y kabia en
ella piedras preciosas ; y fué pueita sobre
la cabeza de David ; y ademas de esto
sacó de la ciudad un muy gran despojo.
8 Sacó también al pueblo que estaba
en ella, y cortólos con sierras, y con
trillos de hierro, y segures. Lo mismo
hizo David & todas las ciudades de ios
hijos de Ammon. T volvióse David con
todo el pueblo & Jerusalem.
4 5 Después de estoe aconteció que
se levantó guerra en Gezer con los Fhi-
listéos, é hirió Sibbecai<< Husatbita &
Sippai del linage de los gigantes, y fue-
ron humillados.
6 Y volvióse & levantar guerra con los
Philistóos; é hirió Elhanan, hijo de
Jair, á Lahmi hermano de Goliath He-
théo, cuya asta de lanza era como un
enjullo de t^edores.
o Y volvió á haber guerra en 6ath,
donde hubo un hombre de grande es-
tatura, él cual tenia seis áe&» en pié»
y mano», en todo» veinte y cuatro: y
también era h^o de Rapha.
7 Denostó él á Israel, mas hiriólo Jo-
nathan, hijo de ffima, hermano de David.
8 Estos fueron hijos de Rapha en Gath,
los cuales cayeron por mano de David y
de sus siorvos.
CAPITULO XXI.
OatHga Dio» la vanidad de David en hacer
el eetuo de «u ¡ptetio, enviando lavettei y
ceta eHa ofreetendo David eaerifieio por
dirección del éengeL
MAS Satanás se levantó contra Is-
rael«, é incitó á David á que con-
tase 4 Israel.
8 Y dijo David & Joab y i los prin-
cipes áei. pueblo : Id, contad & Israel
desde Beer-sebah hasta Dan, y traedme
el niimero& de ellos, para que yo lo
sepa.
5 Y dijo Joab: Aliada Jehová á su
pueblo cien veces otros tantos. Rey se-
ñor mió, ¿ no son todos estos siervos
de mi sefkor ? ¿ Para qué procura mi
seSor esto, que será pernicioso & Is-
rael?
4 Mas el mandamiento áét rey pudo
mas que Joabe. Salió por tanto Joab,
y toé por todo Israel ; y volvió & Jeru-
salem, y dio la cuenta del número del
pueblo a David.
5 Y hallóse en todo Iixael que sacaban
espada once veces cien mil ; y de Judá
cuatrocientos y setenta mil hombres que
sacaban espada.
6 Entre estos no fbeton contados los
Levitas, ni los h^os de Bei^amin d, por-
que Joab abominaba el mandamiento
del rey.
7 Asimismo desagradó este negocio á
los ^os de Dios, é hirió á Israel.
8 Y dijo David á IMos: He pecado
gravemente en hacer esto : ruégote que
hagas pasar la iniquidad de tu siervo «,
porque yo he hecho muy locamente/.
9 Y habló JehovA 4 Qad, veyente de
David g, diciendo :
10 Vé, y habla á David, y díte : Así ha
dicho Jehov& : Tres cosas te propongo :
escoge de ellas una que yo haga conbgo.
11 Y viniendo Gad á David d^ole: Así
ha dicho JehovA :
18 Escógete ó tres afios de hambre, 6
ser por tres meses deshecho ddante de
tus enemigos, y que la espada de tus ad-
versarios te alcance, ó por tres días la
espada de Jehová y pestilencia en la ti-
erra, V que el ángel de Jehová destruya
en todo el término de Israel : mira pues
qué hé de responder al que me ha en-
viado.
18 Entonces David dUo á Gad : Estoy
en grande angustia : ruego que yo caiga
en la mano de Jehová, poique- sus mi-
sericordias A «on muchas en extremo, y
que no caiga yo en mano de hombres •'.
14 Así Jehová dLió pestilencia* en Is-
rael, y cayeron de israd setenta mil
hombres.
16 5 Y envió Jehová el ángel á Jeru-
salem para destruirla : pero estando él
destruyendo, miró JehonL, y arrepintió-
se de aquel mal I,
16 Y dijo al ángel que destruía : Bas-
ta*" ya} deten tu mano. Y el ánirel de
Jehová estaba junto á la era de Ornan
Jebuséo I*.
17 Y alzando David sus ojos vio al
ángel de Jehová, que estaba entre el
cielo y la tierra, teniendo una espada
desnuda en su mano* extendida contra
Jerusaiem. Entonces David y los an-
cianos se postraron sobre sus rostros,
cubiertos de sacos,
18 Y dijo David á Dios : ¿ No «¡y yo
el que hice contar el pu^lo? Yo mis-
mo soy el que pequé, y ciertamente he
hecho mal. Éstas ovejas, ¿qué han
hecho ? Jébov& Dios mió, sea ahora tu
mano contra mi^, y contra la casa de
mi padre, y no haya plaga en tu pueblo.
19 Y el áúigel de Jdiová ordenó á Gad
que dijese á David, que subiese y oons
truyese un altar á Jehová en la era de
Ornan Jebuséo.
80 Entonces David subió conforme á
la palabra de Gad que le habla dicho en
nombre de Jehová.
81 Y volviéndose Ornan vio al ángel ;
por lo que se escondieron cuatro mjos
suyos que con él estaban. Y Ornan tri-
llaba ú trigo.
82 Y viniendo David á Ornan, miré
éste, y vio á David ; y saliendo de la era
postróse en tierra á David.
88 Entonces dijo David á Ornan : Dame
ette lugar de la era, en que edifique un
altar a Jdiová, y dámelo por ni cabal
precio, para que cese la plaga áá pue-
blo.
84 Y Ornan respondió á David: Tó-
malo para ti, y haga mi señor el rey lo
que bien le pareciere ; y aun los bnéyef
daré jnra el holocausto, y los trillos pa-
ra lena, y trigo para el Presente: yo le
doy todo.
85 Entonces el rey David dijo á Or-
nan : No, sino que efectivamente lo
compraré por <v justo precio «; posqne
no tomaré para Jehová lo que es tuyo,
ni sacrificaré holocausto que nada me
cueste.
86 Y dio David 4 Ornan por á lugar
aeiscientos sidos de oro por peso.
87 Y edificó allí David un altar á Je-
hová, en el que ofreció holocaustos y
sacrificios pacíficos, é invocó á Jehová;
el cual le respondió por fbego de loi
cielos en el altar del holocausto r.
88 5 Y como Jehová habló al ángd,
él volvió su espada á la vaina.
89 Entonces viendo David que Jehová
L oBDinoÁfi, xzn, xxni.
A.tiLlélf
.TIL
•2. «.7.
Kr.JBJO,
|i-m.«.
L6,».
I» biMaaidd aM I» «n d» Obom Jéb«.
ido, ncrifioó allí.
10 Y «1 MbiMáunla da Jahevá, que
Moisés habla hecho an el dcfllesto '« y rt
alttr dil hotoMuiUs titafcan «nténcas
en d alto de Oabaon ' :
SI Maa DavM no pida ir allá & con-
saltar & Dios, porque eataba eapantadw
6 ewsa de la «apada del toga! da i ahora.
CAPITULO XXII.
Preparaáo por David fod» I» NeectaHo f»a
mtífiear Htemplo,dMlam 4 Biiaman m k^
4 oMH^ d« J^ m Mta verte, y b «nMrya
ei edificio, mandtmdo 4 lado» loa ji'rtmjpn
Y DIJO David: £«ta wrd la oaaa da
Jebová Sioa, j aite wrd el altar del
holocausto para Iirael •.
5 Daipncs mandó David que se jan-
tasen los extianJens que edaimt en Ja
tierra da Inñei*» j acaaló de eUoa can-
teros que labraaen piedra para edlfloar
laeaaadeDioa..
8 Aaimiatno •apasajd David moaho hi-
erroe para la davaaon de las paeitaa»
7 paia las ¿naturas» j mucho metal sin
pño, y asadcsa de cedro sin oaenta^ :
4 Porque los Bidonios y TliiaB hablan
toido á David Baadsota da ecdxo Inau-
meiabla*.
6 Y dijo David: Salomen mi hijo «■
ana ninchacho y tierno/, y la oaaa que
se ha de edificar á Jehová ka de tar
magaífiea por excelencia, para nombre
y u>nray en todaa las tierras: ahoa
pasa yo le «parejaré h tuteutría. Y
pieparó Davia ¿ntea de su- mnarte ea
grande sibandancia.
0 ^ Llamé cnuSnces David & Salomón
su hijo, y mandóle que edificase casa á
Jdiová Dios dft laxart.
7 Y d^ David á Salomón : Hijo mió,
en ni eomaottA tuve el edificar tamplo
al nombre de Jehovátmi Dios ' ;
8 Mas «ino & mi palabra de Jehová
didendo: Td has derramado muc^
•angre*, y has traído «randas guenaa :
no edificarás casa á mi nombre, porque
ha» derramado mnoha sangre en la ti-
ara ddaate de mi.
9 Ui aqoí, un h^o te -nacerá, el cual
acii varón da aepoao, porque yo le daré
quietud de todos sus enemigos en der«
ndtr: por tanto su nombre será Sa-
loman I ; y yo duré ftet y repoao sobra
Inael en ana dias.
10 El adifieará casa & mi nombra'; y
él ase seta á mi por hijo, y yo le será
por* padre: y afirmaré el treno de so
Riao sobre Israel pcuoa siempee.
11 Ahora pues, h^o mió, sea oontigD"
Jéborá, y seas nrosperadt^ y edifioues casa
& Jebová tu Dios, como él ha olonQ de tí.
it Y Jdiová te úé entendlidiento y
pnidencia*, y él te dé mandamientos
ffil■rael » y que td guaMics' la ley de
nátnDios.
13 Enldnees acaás ncosperado, si cni'
dnw de poner por obra loe estatatos y
«iweohos que Jehová mandó á Moisés
Ma laraMj». Esfiíérxata pues, y cobra
iatniof;
. . no temas, ni desnudes.
U Hé aquí yo en mi estrechea he pre-
valido para la easa de Jeiuivá cien mil
Wsntes de oro» y un millar de mUlaaas
ét talentos de plata : no tiene peso et
■Mtal ai d hieim» porqae es miwhe.
Asimismo he aprestado madera y pte"
^ á lo eoal niaAadirás*
U Tii danés contigo muchos efifeialCB»
MitaiDs, albaiUles, y oarpintaros, y todo
^aasbto esperta an todA obra*
.MíBel ero,d«la pfata, del metal, y del
hiorro, no hay ndmero. - Levántate f«M»,
r á la obra» q«MUI«li»*á-8Má «nitl|^ r,
n AdiniBBiü manM DavM atados les
prtnalpalaa de Israel me diasen ayuda
a Salomen sa b^le, diewndo :
18-<i Ko ea e«k vosotros Jehotá vuestro
Dios, el cual as ha dado quietud de to*
das partes* ? porqae él ha entngado en
mi xsMno los moradores de la tierra, y la
tianra ha sido sujetada delante de ieho-
vá, y detente de su pueblo.
19 Poned ptMs ahoita vuestros coraao-
nes y vuestros ánimos* en buscar á
Jehová TnesUo Dios ; y levantaos y edl-
fioad al santuario del Dios Jehová, para
traer al área del paeto de Jehová, y los
santos vasos de Dios, á la casa edificada
al ncsnbra de- Jehová «.
CAPITULO XXIII.
HeMeiulo David eotulilnido r«y «obr* Itrad
4 Mtítmtmau hifo, «onvomi y HM*fa todo$
ioa Lnitmatpiaadtatriimya formuf«milimt
loa ofieiaa (W «Mito divino.
SIENDO pues David ya viejo, y harto
de diai, mea á Sakmton su hijo rey
sobra Israel*.
5 ^ Y juntando á todos los prinolpales
de Israel» y á ios aacerdotes y Levitas,
3 Fueron contados los' Levitas de tre*
inta años suttlba*; y Até al ndmero de
aUos, par sus oabeaas contadas uno á
uno, treinta y ocho mil.
4. De estos los veinte y ouatro mil para
dar priesa á la obra de la oaaa de Jeho-^
vá ; y gobernadores y jueces wü» rail «.
A Ademas cual»» mil porteros : y cua-
tro mil nara alabsff á Jdtiová, d{fo David,
con los uistrunentos que he hecho para
rendir alabansM'.
6 Y repartiólos DavM en órdenes con-
forme a loa hilos de Levi Geraon, y
Coatíi, y Meffaai«w
7 5 Los hijos de OersonyWrm Ladan,
y Simi.
8 Los hiios de Ijadan, tías : Jdiiel el
primero, después Zetham, y Joel.
0 Los h^os de Stani, tres : Selomith,
Haziel, y Aran. Satos futran los prín-
cipes de las ftunilias de Ledas»
iO Y los h^oa de Simi /««ron Jahath,
Zlnah, Jeos, y Beiias. Estos cuatro
fueran los hijas de Simi.
11 Jahath en d primero, Zinah el se-
gundo : mas Jeus y Berias no multipli-
caran «a b^os, por lo cual Aieron coa-
tadospor una familia.
la i Loa hijos de Coath fueron Am-
rara, Ishar, Hebron, y Uzdet ; elloa
enatao.
Idí Los hijos de Amxum fueron A aran
y Moisés. Y Aaron filé a^rtado/ para
ser dedicado á las mas santas cosas, él y
SOB hijos para slempra, pava que que-
masen -ptrtatana delante de Jehová, y
le ministrasen, y bendijesen en su nom-
bre para slem^.
14 Y los laiioá' de Molaea, Tarron de
Dios, fueron contadas en la tribu de
Levi.
Ifi Loa hijos de Moisés ,/Wnm Gerson»
y Blieaer.
Id Hijo de Gerson >< Scbaet el pri-
mero:
17 £ hijo de Ellexer M lUhabia el
arim«ri9. Y Elietev no tu va etrea hi-
jea-; mas los hi|j«B da Rehabia i\ieron
muchos.
ni Hijo de lAaxfléé Seloaoith el pri-
nteiw.
19 Lcpa hiioB de Hefnon fueitoñ J««ia e)
primero. Amarlas el «egunda,-Jahazlet
el tercero, y J#»aman el cuarto.
W Los hijos de Uxztel Skeron Miohi
el primero, é isla el segundo.
91 Los hijos de Merari /V««wi Mahali,
y Mttti. Lo» MJos Sé MabaU» Eleaxar,
yCIs.
*CaikS9.35.
Den. 13. 10. >
Jos. 22. 4. !
28a. 7. L
i 2 Cr. 901. 3. >
«11167.8.6.
21.
• Cap. aa. 5.
IRey.l.SSS.
i Ka. 4. S,
47.
<Dea.lft.18.
•<2Cr.29.«S.
Amos 6.5.
•Oeii.46.11.
Sx. 6. 16.
Ka. S6. 87.
/Xx.a8. 1.
etc.
Hsb.S»4i
9Ku.ldk4Ík
A.G.iMa«
I. CKOmOáS, XZIV, XZT.
lu&Wi
T8.S4.
Eed.S.8.
iC»p.i2!l.l8.
' iBt.SSkSO.
/3Cr.39.S5.
EÑ1.3.II),
U.
tel. 81. 3.
" Ler. 23. 4,
eto.
«Nu. 1.63.
•>>'«. 3.6, 9.
■Lev.iai^
Kv.a6w«)L
* Ha. 8. 4.
«isikn.i.
f 33. 9.ite.
4JM18.10.
Pro. M. 38.
Job» 1. 7.
HMii.i.a6.
29 T murió Btanar én i^m, ma» ta-
TO liUn ; y k« hUo* d« Oift mm Imtiiui-
no» iñ tofn«|wi for mmjerea,
38 JUm hUa» d« Mud Actm Mahali,
Edor. jr Jarfiaoúl ¡ eUMUet.
S4 n Kalot«MlMliUM<leLevicnlu
ftmUlM de aui padre», cabeoenu de &-
mlUas en su deUneacionef, eontadoe por
nu nombres , por tu* oabecM, loe cuates
haoian obra en el ministerio de la casa
de Jehová de rdnte aflos arriba A.
86 Poique David d^o : JdMTá, IMoi
de Israel, ha dado repoao A su pueblo
Israel •', y el habitar en Jenisalem para
siempre.
86 Y también los Levitas no Uevatán
nuu el tabcarnáculo, y todos sus vasos
para su ministerio.
87 Asi Que, conforme á las postreras
palabras de David, fu^ la oucnta de los
b^os de Lerí de veinte aflos arriba :
88 Y estaban bi^o la mano de los h^Joe
de Aaron para ministrar en la casa de
Jehová, en los atrios, y en las cámaras,
y en la purificaoian de toda cosa santifi-
cada, y en la Amos obra del ministerio
de la casa de Dios :
80 Asimismo para los panesi de la
piraposicion, y para la flor de la harina
Kra el sacrittcio, para la* hq}uelas sin
adura, y para la /Vu/a de sartén, y
para lo tostado, y para toda medida y
cuenta ;
90 Y para que aaistieeen cada maliana
todos los dias A oonfesar y alabv á Je-
hovi, y asimismo á la tarden ;
81 Y para ofrecer todos los holocaustos
& JehovA lo* sábado* a, nuevas lunas, y
solemnidades, por la «uento* y forma
3tte tenian, continuamente delante de
ehovA:
88 Y para que tuviesen la guarda dei
tabamáoulo del testimonio «-, j la fpiarda
del santuario, y las órdenes de los hijos
de Aaron' su* hermanos, en el miiüs-
terio de la easa de Jdlová.
CAPITULO XXIV.
HovM dUtrtímge «m teintty cuatro data Xa»
/amilíM d* mtaaar f Itüanuarpara ti m£>
nítUrio del fttior. Am» ímmMt» «¡MrOn-
Mas par nmrnU la» familia» dt lo» atnu
TAMBIÉN los hijo* de Aaron tnvl-
enm sus repartimiento**. Lo* hijos
de AaroD./li«nM Naáab, Abid, Eleaxar,
ó Ithamar.
8 Mas Nadab y Abiü murieron Antes
que su padreb, y no tuvieron hUe* : Ele-
asar é Ithamar turieron el sacerdocio.
S T David los repartid, «ieitdo Sadoo
de los hijo* de Eleaaar, y Ahimeieoh« de
lo* hUos de Ithamar, por sus tumo* en
su roinlat«io«
4 Y lo* h^o* de Eleaxar fucmn halla-
do*, cuanto A sus principóle* vawnes,
muchos mas que los hijos de Ithamar ;
y repartiéronla* a»i. Ve lo* hijo* de
Elaasar kabia diei y «eia cabenu de fa-
milias paternas ; y de ios hijos da Itha.
mar por la* fluniUa* de sus padres, ocho.
5 Repartiéronlos pues por suerte 4 lo*
anos oon los otra* : porque de los hi>>s
de Eleíaar y de lo* hijo* de Ithamar
hubo principes del santuarip, y princi-
pes de la cata de IMc*.
« Y Scnieia* Escriba, hHo de Natha-
nael de los Levitas, escribiólos delante
del xay y de io* principe*, y delante de
Sadoe el saoaniote» y de Ahhwrieek,
hyo de Ablathar, y de te* principe* de
te* teiiUas de los sacerdotes y Levita* :
Íad*cribian una fiuniUa A Eleaaar, y A
Chamar otra.
7 Y te primera *ae*te saUÓ por Joiaib,
la s^gund* por Jedate,
S La leKeam por Havlm, te enalta por
oeorim,
9 La quinta por Malohlas, te seria por
Miamin,
10 La séptima por Cos, te ecteva por
Abias«,
11 La nona por Jcsua, te dédm* por
SeohJinia,
19 La undécima por Eliasib, te dao-
dédma por Jacim,
18 La dédmatercte por Huppa, te dé-
oimacoarta por Isebeab,
14 La déoimaquinta por Bilga, te dé-
cimasesta por Immer,
15 La décimaséptima por Herir, tadé-
dmaoetava por Aphses,
18 La dédmanona por Pethaia, te vi.
gérima por Hezedel,
17 La vigésimaprima por Jachln, 1*
rigérimasegunda por tíamul,
18 La vigérimaterota por Delate, te ri-
gésimaenaru por Measte.
10 Estos ftieron contados en su minis-
terio, para que entrasen en te casa de
JehovA, coofonne A su ordenania, ImJo
el mando de Aaron su padre, do te ma-
nera que te habte mandado Jehová el
DioadelsnMl.
80 t Y de lo* hijea de Leví que que-
daron, Bubael era de los hijos de Am-
ramt ydeio*hijo*de8nbael, Jeheddas.
81 Y de lo* hyo* de Behabia*, IsteB/*é
el principal.
89 De los Isharéos, 8elemoth/i éb^o
de Sdemoth JWé Jahat.
83 Y de te* h4}os de Htbrom fué Jetia
ei primero, el segundo Anuurias, el ter-
cero Jahariel, el cuarto JeohAmaam.
84 Hijo de Uariel fké Micha ; 4 h^o de
Miohi, Samir.
85 Hermano de Mich&jW late ; é hijo
de Isla, ZaohArtes.
86 Los hijos de Merari flier^t MahaU,
y Muri : hUo de Joaria/M Benno.
87 Los hijo* de Merari por Jaaria/W-
ero» Bemw, y Soam, SSacbfir, é Ihri;
88 Y de MahaU Eleasar, el cual
tuvo hijos 9.
89 Hijo de CiBfki Jenuneel.
80 Los hUo* de Muri fkeram MahaU,
Eder, y Jerimoth. Setos yWv«« los hi-
>M de lo* Lerita* confnrm» á ia* casas
de sus familia*.
81 Esto* tamUen echaron suertes i,
eomo sus Itermano* lo* hUos de Aanm,
delante dd r^y David, y ele Sadoc, y de
Ahinwleeh, y de lo* principes de las Ci-
milia* de los sacerdotes y Invitas, eifim-
do Ala autrte el prineipsd de los padres
igualmente que el menor de so* her-
17.
LK.L
no
/Ctf.tÍ
CAPITULO XXV.
Raparle dio» catdt>rt§ por taarU laa «•(«• d>
MI mlnultrio.
ASIMISMO David y le* pefadpes
del ejército apartaron pan el mi-
nisterio A ios hijos de Asaph*, y de
Hernán, y de Jeduthnn, tes cuates pro*
fttiicaeen oen harpas, salterio* y cimba»
ios: y ri ndoaero «te eítee ftié de iMMnteMB
idóneos para te obra de «u ministerio
8 De lo* hijo* de Asaph Juanm Za-
ehür, Josaph, Nethanias, y A*afaete,
hUe* de Aaaph, y te^» 1* «Uneden de
Asaph, d cual prafiMsalia A te écden
ddrey.
8 De Jeduthun : le* hijo* de JediUhnn,
Oedalia*, lieri, Jeeaia*, Haaahiw, y Ma-
thithtefc y Ami : sete *■ ladea b^ te
mano oe sv padre Jedathna, d cod
imwlN liaba oon nana, paca odahcar y
alabar A JeliovA.
4 Da Bmmmi tea li|^ da
tCtf-^t
»c»^*'
Idr.lOtt
I. OIONICAi, XXVL
A.C.clr.11011
limoth, HanaaiM, Hanani, Bllaüui, Oi.
dilthl, Roouintbi-aer, Joitw-oau, Ma>
Uothi, Otbir, y HatuuioOi.
i Todos Mloo /mkm 14|o« de Hcnun»
Tqfeote áányva paUbra* d» Dím, mu»
ensaUax et pod«r «^yw ; 5 dló DfaM A 1I«-
man catorce hijo* y tres niji
« Y lodo* ettqe «ttebaí* bi^k» le direc-
ción de BU pedn en la mttiioa, en U
caM de JdiofA, con cimbaloa. iaUeiioe,
7 haipaa pera e4 minUmlo «tel templo
de D£m, pac dinosieion del ny aceña
de Asaph, de Jedathnn, y de Heman.
7 Y el niimero de elloa, con sut her-
manos inatnihloe en mdsL-a de JehovA,
ti ie todos los aptos, toé doscientos
ochenta y oelio.
S Y edíaron suertes para los tumos dtl
urviei», mtranJo el chico con el grande,
lo miaño el maestro que el discípulo.
9 T la prlnMoa suerte salió por Asaph>
á Joseph : U segimda á Oedalias, quien
con MU hermanos i b^ hacia dooe.
10 I* tercera 4 Zachftr, con sus b^os
y hconanos, dooe.
11 La coarta á Isri, con sus hi^os y sus
bsmianas, doce.
19 La quinia A Nethaalaa» oon sus hi-
Jos y ins hermanos, iloce.
18 La.seita A Buocia, con tus hijee y
nu hazmanoe, doce.
14 La séptima A Jesareia» oon tus ^jos
y BUS hermano^ doce.
15 La octeva a Jesaiaa, con sus hijoe y
tus hermanos, dooe.
16 La nona A Mathanias, oon sus hijos
y mi bennanos* doce.
17 la. dddma A Simi, con sus h^oa y
■US hermanos, doce.
18 La undécima A Azaree), oon sus lii-
jot 3 sus hermanos, doce.
19 I^ duodécima A Hasablas, con sus
h^oi y sus hermanos, doce.
50 La décimatercia A Subacl, con sus
lúiiot y sus hermano*, dooe.
81 La décimacuaru A Alathithias, oon
sus hijos y sus hermanos, doce.
S8 La dócimaquinta A Jecimoth, con
nu hilos 1 sus hCTmanos, dooe.
S3 La décimaiexta A Ilananles,eoo sos
bÜM y sos hermanos, doiM.
M La décimaeéptima A J osbe-oasa, oon
Hu hijos * sus hiórmanos, dooe.
S5 La déclmaootava A Hanani, con sus
hijoi y sus hermanee, dooe.
W lía déclmanona-A Mallothi, con sus
hüos y sus hermanos, doce.
87 La vigésima A Kliatba, oon sus hijos
y tiu hermanos, doce.
98 La vlgésimaprlma A Othir, oon sus
bijos j sos hermanoe, doce.
KB La Tígésimaaegunda A Giddalthi,
con ms hijos y sus hermanos, dooe.
90 La Tigésimatercia A Mahasjoth, oon
ns hUos y sus hermanea, doce.
51 La Tigésimacuarta A Romamthi-
ncr, con sus hijos y sus hermanos,
doce.
CAPITULO XXVI.
^tpiMtmmpormurUUmhimoid»1a»parÍerot
mittwukt. gf MJIolMt los laaoraTM «K* «M
«"•
CUANTO A los xepartimientoe de los
porteles, de los Coritas fimnm Me>
uiemia, hijo de Oore, fie los hijos de
Asaphs.
9 Los hijos de Meeelemia /a*nm Zt-
^Idas el primogénito, Jediael el se.
Zebedias el tercero, Jathnad el
8 Xiám el quinto, Johanan el sexto,
Elloenal el séptimo.
4 Lss ttQee de Obed<edom» Amn
«emoUs el primnaéwHn» Joaabad el se-
gundo, Joan el taroeni» «1 cuarto 8e*
obAr, el quinto Nathanael,
A 13 sesto Ammiel, el séptinoo Isa.
ofaAr, el oetUTo Peulúhi: porque Dios
habla bendeoido A Obed-cdom «.
a También de Hémelas si» hijo na.
cieron hijos, que fueron seiVsies sobre
la casa de sus padres { porque eran va-
rones muy valeroeos <<*
7 Los t^jos de Semeias /kwnm Otbai,
Baphael, Obed, Elaabad, y sus Imt-
maooe* bombees esfiorsadoa: aalmismo
Eliü, y Semachtas.
8 Todos estos de lo* hijos de Obed-
edom : cUos oon sas hijos y sus her*
manos, hombres robustos y niertes pan
el ministerio, ^srws sesenta y dos, de
Obed^dom.
9 T los hyos de Meselemla y sus her-
nunos jWnm diez y ocho valientes hom-
bres.
10 De Hosa«, de los hijos de Menuci,
8imri el principal, (aunque no ero el
primogénito, mas su padre lo poso para
que ftaese cabeza :)
11 El segundo Hllcias, el tercero Te-
belias, el cuarto ZachArias: todos los
hijo* de Hosa y sus hermana* faena
trece.
19 Entre estos se hizo la distribución
de los porteros, otenumcio los principe-
Ici de los varones en la guardia oon sus
hermanos» para servir en la casa de Je-
hovi.
18 T echaron suertes, el pequeflo con
el grande por laa caaes dtf sus padres,
pan cada puerta.
14 Y cayo* la suerte de Je i>nst<a ét
OrisMto A Belemia. Y A ZeehAries sa
hijo, oons^ero entendida, metieron en
las suertes, y salió la suerte suya al
Norte:
15 Y por Obed-edom, al Mediodía i y
por ana V)o* ** c*** ^ '* consulta/.
10 Por (inpplm y Hoaa al Oocidente,
oon la puerta de SallCcbAtli al oanüno de
la subidas : guardia contra guardia.
17 Ai Oriente seis Levitas; al Norte
euatro de dia; al Mediodia cuatro de
dia : y A la casa de la consulta, de dos
en dos.
18 Kn la cAmara de los vasos al Oc-
cidente, cuatro al camino, y dos en la
cAmara.
19 Estos ton lo* repartimientos de los
porteros, mes de loe Corithas, y de les
olios de Merari.
90 5 Y de los Levitas, Achias tenia
oBiao de lo* tesaros de la casa de Dios,
y (to loa tesoro* de las oosas santifi-
cadas A.
91 Cmaalo á los hijos de Ladan, h^os
de Genon : de Ladian, los principes de
fkmilias de Ladan faerom Gerson, y
JehieU.
99 Los hgoa de JehieU, Zetham y Joel
su hennano, tuvieron cargo de los teso-
ros de la casa de JehovA.
98 Aoeroa de los Amxamitas, de los
laharitas, de lo* Hebronitas, y de los
Uzzielitas,
94 Sebnel*, hQo de Genon, h^o de
Moisés, era principal sobre lo* teaoros.
9A En orden A su hennano Eliezer,
l^jo de este era Rebebía, hlio de este
Isaías, hijo de este Joram, hijo de este
Ziohri, del qneAié hijo Selomlth.
98 Kste Seumüth k y sus hermanos te-
nían oaq^o de todkw los tesoro* de todas
laa cosa* tantitioadas, que habia oon-
•agrado el rey Diavid, y fias principes «le
las ftmüiaa, y los capitanes de mulares,
delqjérolto;
*Ade IM
*rap.i8.H.
8al.U8.U.
4N'eli.ll.l4.
•Cap. U^ 38.
/2Bsy.32.4.
flIUsy.10.5.
2 Cr. 0. 4.
ACsp. 28.1:2.
¿Cap. 9116.
tCsp.8S.18.
y de cientos» y los gens
I 97 De io f<w babÜMi e
81
L cBOKiOAB, xxnt, xivm.
bS OU, ji ibomhBo rfc Nrr. j Joiib
y LOS hHm d. ID>M Kam n m
mam, í^ jilntírrm át hmllU
íüía-
i!i:
I El dCdrao n* ■«« 4 ili1i*aa
'jtnn, bUg d> Zlchri ■- '-
es Y dt Din, AxaiHI, hl>i dv
V7 y dF 1H TlfVu Gfmt IUl«
B* Denuo d€ AHJdlH^bd era J.
[ACclMon
L QROKICAB, SXEX.
A.C.elhUlI^
>.3.1.
j caatMlonw» con 1m
d«Kc* de toda la hacienda
j paMnon
^ ny^t-y M* hUoa, con Io« wmw»,
In pod«ro«ai» y todos 1m mlltnlw* han-
bret.
5 Y ley— laniaoa lA ngr David» puMto
ai pié dí}o: OUm», ¡mmanoo mió», y
paMilomio: Yo«cala«n propoidto'odá.
fiear ana «asa, pon quean oUa fopooara
d área dal pacto de Jobová» y pan ^
estndo de los pies* de nvcctro Dios; y
haUaya uwatado AmIo pan cdifloar.
8 Ilao D£m me Mjm: Tú no odiOearáo
cata A ni Nombi»t poitioa tnro* hom-
bre de giMsn, y haa dorramad» modia
mam/.
4 Kmpeco J«hoT& el Dio» de I«va«l me
«ligio de toda la oaaa ile mi padief , para
que perpetuamente fiíeae rey aolÑre Is-
rael: poiaqne á Judá eao<wló por caudi>
Uo ; j de la oaaa de Juda la familia da
ini padre ; v de entre lo» h^o» de mi
pedre sgndMe de mi para ponerme por
rey MtHPe todo lomel i
6 y de todo» mis hUos, (porque Je-
hová me ha dado muchos hijos A») eligid
4 mi l^}o Salomón •» pan ana ■• aléate
ai d trono fiel reino da Jehová sobre
Israel.
« Y me ha dicho : Salooion tu hUo, él
edificará mi oaaa y mis atrios k ¡ poique
& este me he escogido pot hijo, y yo la
será & él por padrea
7 Akimismo yo confirmaré su icteo
para siempre, si él se esfonaro á penar
por obra «üs msnrtawi«^n<os y mis Jui-
cios, como aqueste dia i.
8 Alian pues delante de los n)os da
todo Israel, congregación de Jehotd, y
en cides dé nuestro IHds<m, guardad é
inquirid todos los preoqKos de JehovA
vuestro Dios, pan que poseáis la buena
tienra», y la diréis por heredad A vu-
estros hOos* después de vocoiros per-
petuamente.
9 Y td, flaleroon hi)o mió. ooneoa al
Dios de tu padre, y aurvele con eoiason
perfiMto, y con Anuno vcdantario : por-
que JehovA cseudrifla los consones de
todos, y entiende toda imaginación de
lo» pensamientos;^. Si tii le buacarss* lo
hallarás; mas si lo dejares, él te des-
echará pan riempre.
10 Mira pties ahora que JehovA te ha
Regido ( pan Que edSl^ues casa para
santuario : esfuérzate y Hazla.
11 5 Y David dio A Salomón su b^o
la traza del pórtico, y de mis easas» y
de sus oficinas, y de sus salas, y de
sus recámaras, y de la casa del pro-
piciatocio:
12 Asimismo la traza r de todas las oo«
sas que tenia en su voluntad, pan los
atrios de la casa de JehovA*, y pan
toda* las cAmaras «n derredor; pan los
tesoros de la casa de Dios» y para los
tesoros de las cosas .santificiidas t :
la También pan los órdenes de los
sacerdotes y de los Levitasi y )>an toda
la obra dd ministexio de la casa de Je-
hová; y pan todos los vasos del minis-
terio w de la casa de JefaovA.
14 T dio oro por peso pan lo Jm oro,
pan todo» lo» vasos de cada servicio; y
piau por peso pan todos los vasos, jpan
todos los vasos de cada servicio s
15 Oro por peso para Jos candeleros de
oro', y jura sus candil^M ; {xy peso el
oro para cada candelero y sus candile-
jas : y para los eandrieros d« plata, pUUa
fox |two para al candelero y sus oandile»
jas, conforme al servicio de cada can-
delero.
19 Asinoismo di6 oro por peso pan las
de la proposición, pan oada mesa ;
del mismo qiodb plata pan las m(
plata:
17 También oro puro para los garftos*,
pan las palanganas, y pan los Incensa-
rlos, y nan los tasones do oro, daadb
pan oada lazon por paso} y pian loa
I de plata, por peso pan oada
18 Ademas, oro puro por peso pan d
altar dd parrame, y pan el A manan de
oam de loa qoeiubinesa de oío, que oon
laa alas extendidas oultiian d arca del
pacto de JehovA.
1» 5 Todas estas cosas, ¿{h D»vid, se
me han teprasentado por la mano de
JehovA, que me hizo entender todas las
ohraadd diseAe^
80 DUo mas David A Salomón su hi-
jo: Anímate y eañtt'rKata», y pon/o por
obn: no tenas, ni desmayes; porque
el Dios JehovA mi Dios «erd eontigo :
él no te étitrk^, ni te desamparaiA,
basta que acabes toda la obra pan al
servicio de la casa de JehovA.
81 Hé aqiui los órdenes* de los sacer-
dotes y de los levitas, pan todo el mi-
nisterio de la can de Dios, ttrém otaitig»
en toda la obn ; asiasismo todos loa vo-
luntarios é inteligentes i pancBalquien
especie de industria; y los príneipes, y
todo el pueblo» pan ^}taUar tedas tus
órdenes.
CAPITULO XXIX.
8uima$ »$pnididiu por David «m lafáMta «M
IhmIoi 4 yM m olUkkéro» mméhat qfivniUu
dtiotmagiabtlfétljpmMo. J^mumim 4a dar
4 Diof ffeiaa pmr todo, y dé haber aido So-
lomon confirmado on.H rnwo^ muer* Onvid
«NfMfc
DB8PUBS dijo el rey David A toda
la asamUéa: A solo Salomón mi
hijo ha elegido Dios i él e» Joven y ti-
erno •, y la obn grande ; porque la casa
no u para hombre, sino pan JehovA
Dios.
8 Yo empero con todas mis faenas he
prepando pan la can de mi Dios oro
pan las cosas de oro, y plata para las
cosas de pl«ta, y metal para las de
metal, y fierro para las de hierro, y
maden pan laa de maden, y plems
oniquinas, y piedras preciosas, y piedras
negras, y pisaras de diversos colores, y
toda suerte de piedras preciosas, y pie-
dras de mármol en ^andancia.
8 A mas de esto, por cuanto tengo mi
gusto en la casa de mi Dios, yo guardo
; en mi tesoro barticular oro y piaU, que
, ademas de tooas las cosas que he aprés-
' tado pan la casa del santuario, he dado
para la casa de mi Dios ;
4 A sobar, tres mil talentos da oro, de
oro de Opíürb, y siete mil talentos de
Itlata afinada pan cubrir las paredes de
as casas.
6 On> pues para las cosas de oro, f
filata para las cesas de plata, y para toda
a obra de manos de los ofíoiales. ¿Y
quien quiere hacer hoy oftenda A Je-
hovA?
6 ^ Bntónces los principes de las fa-
millas, y los principes de las tribus e de
Israel, tribunos, y centuiiones, con los
suparintendantas de la hacienda del rey,
ofrecieron de su voluntad <<,
7 T dieron pan el servicio de la casa
d« Dios cinco mil talentos de oro, y
diez mil sueldos : y diez mil talentos dé
plata, y diez y cebo mil talentos de me-
tal, y oinoo mil talentos de hieiro.
8 Y todo el que se halló con piedns
preciosas, dld/os para el tesoro de la
oasa de JehovA, en mano de Jefaiel
tiemonita •.
9 Y holgóse d pueblo de haber eon-
vida. 2. 13.
14.
■ Sz. 2S. 18,
a.
liia.4.4.
1 Rey. 6. 23.
Beb. 0. i.
I
o Cap. 22. 18.
Dso. S1.7Í.
Jo* 1. «, ».
» Beb. 13. e.
•CSP.XXIV.
yXXTl.
«( Bs. 86. 8.1,
2&
y8«.i,a.
<• Ca^ 22. 5.
1 Rey. 3. 7.
Pro. 4. 3.
»1 Bey. 0.28.
Job 28. 16.
' C»p. 27. 1, ;
etc. I
I
dSOaa.9.7. [
«Csp-ac.ai.
J Va íét DU* nÜH>, que rá ncudrlfli
H (D p«bla, HM Bqnt K ta bdCdo
I de ',^;^,;¡^^°;J^^J2
..._.'; EK^.
EL SEGUNDO LIBBO DE LAS
CRÓNICAS.
e T llHmni dljó t DM : Til bu IH-
I Hm DiiTld lubU mHlii di
lü ¿ta, Hliila ini iWla^ <W uúnt
''ltr^^S'u^iíl«mb»"'d«ta°
LClWS,
n. OBoincAB, n, nt
,0.1011b
le. 2. 9.
lut*.L{.
■tan» de kN que t* «olOTen malj al «•-
üm mméum diat» uno qve hut ptdkto
pan tí asbidtiría y dencla pan Jiicar
mi iwéblo, «ofan A cual «• he pueito
U SiMdwrU T «tanda te M dida*, j
también te daré riquesas, hadoida, y
ghirU', «aal mmoa hubo cu les reyes
JDc taaa sido Antes da tí, ni desniea do
ihabiAtal-i.
18 Y volvió Salomoo á Jemsalem dd
alto que tdaba en Gabaon, do ante el
tidieraioalo dd tasthnouio; y tdn^ so-
bre lancl.
14 Y Y juntó Balomon oacras y gante
de á eabalk>« ; y tnvo mil y ouatrocl*
aitoi carros, y d^pe mil gincCcs, los on-
alcs poio en las dadades do los oarros,
7 con ei rey en Jenualem.
Is T poso d ny píate y evo en Je-
roaalem oomo piedras*» y oadns eomo
«abnliigios qne nacen an loa onapos an
abmdsneia.
M T sacaban caballos y Honaos fltioo
de Egipto para Salomón i pues por con-
trato tomaban «IK los meiaMtona dd
^r eabalios y lienios.
7 T sabian» j sacaban da Egipto un
eam por tdácientes piaña da píate, y
SB caballo per danto v dncuenta: y aa
leaacdtan per medio oa eHos pan todos
loa reyw dalos Hethéos, y para los raym
de Siria.
CAPITULO II.
Odtrmütando SabmtOH tomMtar «I tdifieio
dd hmplo y i» tu cmo, m concierta e<m
Biram, rwy dt Tjfro, «I eaol U d4 madgra
Sart^fúit.
T^BTERMINO pues Salomón edifl.
■1^ ear casa al nombre do JehovA, y
para su reino.
i Y caüA SaloBoon setenta mil hom-
Inaa que Ueraaen cargas» y oohente mil
homhns quo cortasen en d moBto«f y
tras mil y aeiaolentos que los gobexauan.
3 T envió 4 decir Salomón A HIram
Ky de Tyro h : Haz emnnigo oomo hiciste
con David mi padre *, envlaadole cedros
para que edlficAra para sí casa en quo
morase.
4 Hé aqní yo tengo de edificar casa
al nombre de JehovA mt Dios, para con-
ngianela, para quemar perfumes aro-
matloos' delante de él, y para la co-
loeacion continua* de h» panes de la
pvparicion, y para holocaustos A oaa-
nana y tarde/, y los sAbados, ▼ nueras
lanas, y festividades de JdiovA nnestro
IMoa, lo caal ha de ser perpetuo en
lorael.
6 Y la casa que tengo de edificar, ha
de Mr arande: porque el Dios nuestro
*s grande sobra todos los diosas j>.
0 Mas ¿quién será tan poderoso, que
lecdiflque casa A ? Los eidoa, y los ele-
1<* de tos «idos no lo pueden compren»
dcr>: ¿quién pues soy yo, que le edi-
fiqoe casa mas de para quemar pcrfíunes
ddantedeét?
7 Bariaaae pues ahora un hombre hA-
i>il»que sepa trabi^ar en oro, y en plata»
7 en metal, y en hierro, en piiipura, y
«I grana, y en cArdeno i y que aepa oa-
miptr con los maestros que s«<an con-
*>lgo en JudA V en Jerusalem, los cuales
pteviaomi padre.
6 Envtame también madera de cedro,
de baya, y de pina||. del Líbano : por-
Vwyo tí que tus siervos entienden de
*iKtar madñta en el Líbano : y hé aquí*
mis 4trvos bráa con los tuyos,
^Para que me apresten mucha ma-
dsra, pnqne la easa qoe tengo de edift-
<te oa de amr gnade y portentosa.
10 T lié aquí para las eparariea tns
siervos, cortadores de la nMdera, be
dado veinM mil coras de trigo en grano,
y veinte mil ooros de eebada, v veinte
mil batos de vino, y veinte mil batos de
aeeMe.
11 BntÓBoas Hlram, rey de Tyro, rao-
pendió por letras, ea las que envió á
daetr A salemoai : Porque JdiovA amó
A su pueblo, to ha puesto per taj Mbae
ellos.
19 Y ademas deda Hlram : Bendito ssa
JehevA d Dios de Israd, que hlao loa
cielos y la tierra, y A que dló al rey Da-
vid h^o sabto, entemUdo, oueido» y pru-
dente, que edifique oate A JehovA, y
eaaa para su reino.
18 Yo pues te he enviado un hombre
hAbil y entendido, fuc /W de Hlram ral
padre,
14 Hijo de una mt\)er de las h^as de
Dan, mas su padre ftié de Ty*o', d cual
sabe trabajar en oro, y plata, y metal,
en hterro, en piedra, y en madoa, en
pdrpnza, y en cArdeno, en Uno y en
carmesí ; asimismo para esculpir todas
figuras, y saear teda suerte de dJselo
Se K le propusiere, u estar oon tus
mbras póritos, y oon loa de mi seflor
David tu pa^ce.
15 Ahora pues, envtaiá mi sdlor A sus
siervos el trioo, y cebada, y acdte, y
Tino que ha dicho,
18 Y nosotros cortaremos en d Líbano
la madera qne hubieres menester, y te
la traeremos en balsas por la mar haste
Joppa, y ttl la harAs llevar á Jem-
salem.
17 Y contó Salomón todos los hembras
extranjeros que cataten en la tierra de
Israel •», después de haberlos ya contado
David su paaie*, y fiíeron hallados d-
ento cincuenta y tres mil y seiscientos :
18 Y señaló de ellos setenta mil para
llevar oargas, y ochenta mil que corta-
sen uhdra en d mdnte» y tres mil y
adsclentos por sobrestantes para hacer
trabajar al pueblo. .
CAPITULO III.
JUU/íeam *l Um^/Ut con lodo la ^ft»U per*
teneee.
Y COMENZÓ Sdomon A edificar la
casa* en Jemsalem en el monte
Mortafc, que habla sido mostrado A Da-
vid su padre, en d lugar que David
habla preparado en la era de Ornan
Jebuaéo*.
8 Y oomencó A edlfiear en el mes se-
Bundo, A dos del mee, en d ouarto afie
de su reinado.
8 Estas «on loe medidae de yiM Salo-
man d ftmdó el' edificio de ta casa de
Dios. La primera medida fué la longi-
tud de sesenta codos, y la anchura de
veinte codos.
4 £1 pórtico « que eeiaba en la delan-
tera de la longitud, era de veinte codos
el fkente dd ancho de la casa, y su d-
tnra de dento y veinte : y cubrióle por
dentro de oro puro.
5 Y techó la casa mayor con madera
de haya, la cual cubrió de buen oro,
é falso resaltar sobre ella palmas y ca-
denas.
6 Cubrió temUen la casa de piedras
preciosas por excelencia/ : y el oro era
oro de Pamdm.
7 Así enbrió la casa, vigas, umbrales,
sus nuades, y sus puertas, oon oro ; y
esculpió querubines por las paredes.
8 Hixo asimismo la casa del lugar san-
tísimo f, cuya longitud era de veinte
codos según el anoho dd fimate de la
, y su anchura de veinte codos : y
*8d.8S.6.
Jer. lOi 10,
11. ¡
H«dh.l4.U.
Ap. 10. 8. '
/lBey.7.1S.
14.
"Cap. 8. 7 A
iB^.8.ao.
ai.
"icr.aia.
'IBaj.A.!,
eto.
» G«B. SS. 3,
14.
•asa-aiis.
•'icr.ae.u.
<Jasal0.as.
Hech.8.11.
y8.ia.
/lCr.a».S3.
la^ M. U,
is.
Ap. ai. 18,
81.
'Bftb.S.S,t.
jiiasuL
II. CBQHIQA0, !¥) Yi
AlBeT.7.U,
21.
Jer. £2. 20.
21.
tUettaUe-
cera.
\ «I eiie fil-
ena.
»Bx.27.1,2.
2 Sey. 16.
14.
Ek. 43. 18,
17.
»1 Bey. 7.33.
c Heb. 9. 10.
i<Bx.25.31.
40.
lCr.2&U.
•lB«r.^^
«nhrlékm ám hamu an, fut rnteenüa km-
ijcieatot talentos.
O Y el pcM de los clmTos tmvo einen.*
«nta aielos de oro. Cubrió también de
«trola» salas.
10 Y dentro del lugar santísimo hlio
dos qiierabtoes de ümni da Miflos, los
cnalea oubiieron de oro.
11 Bl laii^ de las alas de los quera-
Unes era de veinte codos: porque la
una ala era de cinco codos, la cual lle-
gaba baatft la paml de la casa; y la
otxa ala da cineo codos, la cual Ile^ba
al ala del otro quetubin.
15 De la misma maneta la una ala del
otro querubín era de cinco codos, la
cual llegaba hasta la pared de la casa ;
y la eCra ala era de cinco codos, que to-
caba al ala del otro quembin.
13 ^ ti las alas de estos querubines
estaban extendidas por veinte codos : y
dios estaban en pié con los rostns háoia
Uceas.
14 HiM> también un velo de cárdeno,
purpura, carmesí, y lino, é hizo resaltar
en el qoénibinea.
16 Delante de la casa hizo dos colum-
nas A de treinta y obaco codos de longi-
tud, con suB capiteles encima de cinco
codos.
16 Hiao asimismo wuu cadenas como
en el oratorio, y pdsoias sobre los capi-
teles de las columnas.; é házo cieQ gra«
nadaa, las enales puso en las cadenas.
17 Y asentó las columnas delante del
templo { la m» & la mane derecha, y la
otra á La isqnicD-da: y & la de la mano
derecha llamó Jachln ||, y 4 la de la iz-
quierda Boaz-^.
CAPITULO IV.
ProaCgueie la narration de la /ábriea tU !•<
«4UM é «' wflnunenfot ptrteneeietUeM al ter-
vieio del tempbf.
HIZO ademas isn altar de bronce de
veinte codos de longitud, y veinte
codos de anchura, y diez codüos de al-
tura.
2 También hizd un mar de ñindiciona,
el cual tenia diez codos del un borde al
otiro, enteramente redondo r su altura
era de cinco codos, y una linea de tre-
inta codos lo cefiia al rededov.
3 Y debajo de él habia figuras de bu-
eyes oue lo eixeundaban, diec en cada
codo todo al rededor : eran dos órdenes
de bueyes fnndides juntamente con el
mar,
4 Que estaba asentlsdo sobre doce bu-
eyes, tres de los cuales miraban al Sep-
tentrión, y tres al Occidente, y tres al
Mediodia* y tres al Oriente: y el mar
atentaba sobre ellos, y todas sus traseras
eetaban k la parte de adentro.
5 T tenia de gnieeo un palmo, y el
borde era de la hechura del borde de
un cáliz, ó flor de lis« Y hada tres mil
batos.
O ^ Hizo también diez ftientesb, y poso
(dnco á la mono derecha, y cineo 4 la
izquierda, para lavar c- y limpiar en ellas
la obra del holocausto ; mas el mar era
para lavarse los saeexdotes en él.
7 Hizo asimismo diez candeleros de
oro d según su forma, los cuales puso en
el templo, cinco á la derecha, y cinco &
la izquierda.
8 Ademas hizo diez mesas, y plisólas
en el templo, cinco 4 la mano derecha,
y cinco 4 la izquierda : igualmente hizo
cien tazones de oro.
9 ^ A mas de esto hizo el atrio de los
sacerdotes «, y el gran atrio, y las por-
tadas del atrio, y cnlirió tais puertas de
ellas de bronoe.-
Oliente, enfrente dd
Msdi^
!• Y
hád* el
odia/.
U Hizo tambiao Ifiram ealdaMs, y pai-
las, y tazones ; y acabó Hiram la obra
£e hacia al rey Stiomon pan la ciia
Dios.
18 Des columnas, y los cordones, los
capiteles sobre las cabezas de las dos
columnas, y dos redes para enbiir iss
dea bolas de los capitelea que utabOñ en-
cima de las columnas (
18 Ottatrocientas granadas en las dos
redecillas, dos órdenes de granadal es
eada redacíUa, paia qpe evtariesea las
dos bolas de los capiteles que eettben
eDoima de laa columnas.
14 Hizo también las' baaas, sobre las
cuales asentó las fuentes j> ;
15 Un mar,ydooebue3Mdeb^}odeél:
16 Y oaUeros, y paias, y gsrfios ; y to'
dos sus enseres hizo Hí^mm «u padre ai
rey Salomón, para la casa de Jebová, de
metal purísimo.
17 Y fundiólos el rey en los llanos del
Jordán cft tierra areillote, entre fiuchftth
y Seredat.
18 Y Salomón hizo todos estos vasos
en «ande abundancia, porque no pudo
ser Dallado tí peso dei metal.
10 ^ Asi hizo Salomón tadps los vasos
para la casa de Dios, y el idtar de oro,
y las mesas, sobre las cuales «e fmtkt*
los panes de la proposición^:
90 Asimismo los 'candeleros y sus can-
dilejas de oro puro, pan que las encen-
diesen delante áá. oratorio conforme á
la costumbre.
31 Y las flores A, y las lamparillas, y las
despabiladeras) «cMcJeraa de oro, de<are
perfecto:
22 También los platillos, y las jofUnas,
y las cndiaras, y loe incensarlos, do oro
pun>. Ouanto 4 la entrada de la casa,
sus puertas interiores para d lugar san-
tísimo, y las puertas de la casa del tem-
plo, de oro.
CAPITULO V,
BtUonum eeloea el orea eon gram eolemmidtd,
y Z>í<M dd tentimonio de m preeencia U»Ai-
endo ti temjflo det una tMbe,
YAC ABAD A • que filé toda la obra
que hizo Salomón para la casa de
Jeho*4, metió Salomón en elta las cosas
qtte David su padre b habla dedicado, y
puso la plata y el oro, y todos los vasos,
en loa tesoros de la casa de JMoa.
2 ^ Bntónoe» Salomón junté en Je-
msalem los ancianos de Israel, y todos
los príncipes de las tribus, las oabens
de las familias de los hijos de Israel «,
pora que trajesen el arca del pacto da
Jehov4 ^ de- la ciudad de David, que es
aion«.
8 Y juntáronse al rey todos los varones
de Israel 4 la solemnidad del mes sép>
timo.
4 Y luego que vinieron los ancianos
de Israel, tomaron los Levitas ei arca.
5 Y Ucvaron el arca, y ei tabemáenlo
del testimonio, y todos los vasos del san-
tuario q«« eeéaban en el tahemácale:
los sacerdotes y los Levitas los Ueran».
6 Y et rey Salomón, y toda la eongie*
gaeion de Israel que se habla 4 él re-
unido delante del arca, saorlfiearon oTe«
,ias y bueyes» que por la anultitud no se
pudieron oonfar ai numerar.
7 Y los sacerdotes metienm d axoa del
pacto de Jdiová en su tugar/, en e( oía*
torio de la oasa, en él lugar saatísioio
haío las alas de los quembines :
8 Pues los qucmbtnes ezAendian las
alas sobre el asicplo del aroa^ yoobrlaa
/BáLlS.
n^cauufieftfl^yL
JkaiMM.
E'
)H qttaratlaw pm «nrim» ad «i «roa
como BUS barras.
0 E MeiBron caUr fco» kM bam», de
modo que ae vietea Im oabasu de laa
buns dtl «Tw delante del otatoarJo, ma«
no w Tdaa detde fnevai y aUi estart-
10 Bn d arca iie halda iIbo lai dos
tablas que Uoiaes habia nMsto en Ho'
leb, con las eoalea JehoTi habla h«cho
alinza coa loa hilos da Israel, deepuee
q«e salieraa de Egi|iu>.
U V ooaw loa sajserdolaa salieron del
Hmtoaiio, (poiqtte'todm los aaoerdotet
2ue se hallaron hablan sido santiflca-
os), ao jptüam giundar sos 'veoea.
19 Y In Levitas eantofvs, todos los de
Aiaph, los de Heman, y los de Je»
datnanjantanientc «son sus h^os y ana
benofenoi, vestidos de Uno fino, etMam
ooo cfmbales, y salterios, y harpas al Oil-
«ntedrt ^tar ; y con- ellos eiento y veinte
neerdoeea que toeaban trompetas A.
13 Sonaban pues las trompetaa, y can-
taban con la voB todos 4 «na, para ala-
bar y eonfesar k JehovAt y onande al-
iaban la vos con trompetas y címbalos,
y virot instrumentos de mdaiea, ovando
alababan á Jehová didenio : Porque «f
bueno, porque au miaeticonlla es para
tiemple i; la easa ae llend enUSnces de
nna nube, la casa de Jehová.
14 T Bo piodia& los aacerdotaa estar
pva ministrar por cansa de la nubet
poroue la gloria de Jétunék haUa hen-
chido la casa de Dloa*.
CAPITULO VL
(kw<M d( Salomón en la dtáieaeüm dd
iomploi
NT0NCE8 úijo Saloman*: Jehová
ha dicho que él habitarla en la oba-
eoridad.
9 To paes he edificado una casa de
■torada para ti, y una haUtacimí en que
iBorM para siempre K
3 Y volviendo el rey su rostro bendHo
& toda la eongragaelon de Israel : y toda
ia concraadon de Israel estaba en )dé«,
4 Y él-düo: Bendito mo Jehová IMos
de l8nel<<, d cual oon su mano ha
cumplido lo que habló por su boca á
David mi padve, dielendo :
fiOcide d día que saqué mi pueblo de
la tletm da Egipto, ninguna ciudad he
el^ido de todas las tribus de Israel para
edUiear oasa dende estuviese mi nom-
bn«, ni he escogido varón que ftiese
principe «obre ni pueblo Israel.
6 Mas á Jerusaiem/ he elegido para
ue en ella atté mi nombre, y 4 David
be eiqgldof para que fuese sebre mi
paeblo Ivaet.
7 Y David mi padre tavo en al corazón
edificar casa lü nombre de Jehová Dios
de Israel i.
5 Mas Jehová dUo 4 David mi padre :
«aipcoto á haber tenido en t» corazón
edificar casa á mi nombre, bien hac he>
cho en haber tenido esto en tu corazón.
9 Empem tü no edificarás la oaaa, sino
to htíe que saldrá de tus lomos ; él edi-
ficar» easa 4 mi nombra.
10 Y Jehová ha cumplido su palabra
VK habia dicho ; puea levánteme yo en
Hiitar de David mi padre, y heme sen-
tado en el trono de Israel i, oomo Je-
bovi habia dicho ifc, y he edificado oaaa
al nombre de Jeh(r*4 Dios de Israel.
11 ? en ella he puesto el arca', en la
<aal está el pacto de Jehová que con-
notó oon loa niíoa de laracl.
U f Püsose hiogo Muiomam delante del
altar de JehoT4, en presencia de toda
U congr«gaeioo da laracl» y axtendid
"ttiaaaoai*:
is Pi
pdlplto im mataly de dneo eodoa da
lurgo, y da oCroa «inoo «adoa de aaehe,
y (W altura da tres oodaa, y la habia
puesto en medio dd atxl»« j y p
sabré él, é hinoósa da Rtdülas de
da toda la eaagragaeioil da laiael, y «a-
tundiendo sus manoa ai oíala d^o :
14 Jehov4 Dios da iaraal, no hay dloa
sami^ta 4 ti en el cielo al en fai ti-
ena» ; que gnardaa el- paela y la mlaa-
lioerdia 4 tua siarraa', <|ua ctamtnan d^
lante de tí de todo su coiaaon t
1« Que has guardado 4 tu slarva David
mi padre loque la deísta t? tü lo dijiste
da tu booa» mas eon tu mano lo has
eumpUdo, cosno pease« esta diav.
16 Ahora poea, Jahavá Dios de Israel,
guarda 4 tu sierro David mi padre lo
qaa la haa peomeládo' didenda^ NolU-
tavá de Ü varón delante da mí que se
sienta en al trono de Israel, 4 oondiolon
que toa hijo» guarden su candao an-
dando en mi ley ', oomo td delante de
máhaa andada.
17 Ahora pues, oh Jehová Dloa de Is-
rael, v«lrlfl4ñiesa ta palabra que dijiste á
tu siervo David.
18 lias ¿ ea veidad que Dios ha de
habitar con el hombre en la tlem « ?
Hé aquí los deloev y los dalos de les
cleioB no puedan contenerte' ; ¿ euanto
menos e&ta casa que he edificado ?
19 M aa tii miraráa á la oraoien de tu
siervo, y á su mego, oh Jehová Dios
mió, para ofr prapícfs al alaanor y la
oMolon eon que tu siervo eva deUnte
dátil
90 Que tus ojos están' ahiartoa aebiv
aeta oasa ' de dia y da nacha, sobre el
lugar del cual dijiste: Mi nombre estará
am I que oigas la oraelen oon que tu si-
ervo ora en este lugar.
SI Asimismo que oigas el mego de tu
siervo, y de tu pueblo Israel, cuando en
este h^put hideren oraolan, que tü oiráa
desde los cielos *, desde el lugar de tu
morada-: que oigaa, y perdones.
as Si alaono pecare contra su pnl^imo,
y él le pidiere juramente haciéndolo Ju-
rar, y el juramento 'Viniere delante 'de tu
altar en esta oasa,
38 Td oirás desda loa cielos, y obrarás,
y Juzgarás á tus siervos, dando la paga
al impló, tomándole su prooeder sobre
su cabeza*, y instiflcando al Justo en
darle confcnne á su justiola.
84 Si tu pueblo Inrael cayere delante
de los enemigos, por haber prevaricado
oontra ti, y se convirtieren, y confesasen
tu nombre, y rogaren delante do tí en
estacase,
SA Tú oirás desda los cidos, y perdo-
narás al pecado de tu pueblo Israel, yb
bis volverás á la tierra que diste á ellos
y á sus padres.
S9 Si los cielos se oentaren, que no
haya ilnviaa« por haber pecado oontra
ti, si oraren á tf en este lugar, y con-
fesaren tu nombre, y se convirtieren de
sus pecados, cuando los afligieres,
97 Tú lot oirás en los cielos, y per-
donarás el pecado de tus siervos, y de
tu pueblo Israel, y les ense&arás el buen
camino para que anden en él, y darás
lluvia'' sobre tu tierra, la cual dista por
heredad á tu pueblo.
' 88 Y si hubiere hambre en la tierra,
ó si hubiere pestilencia ; si hubiere ti-
aaneülo> ó ailuhlo, langosta*, ó pulgón ;
ó ai los cercaren sus enemigos en la ti-
erra de su domidlio/ ; cualquiera plaga
ó enfietmedad fM iaa ;
89 Toda oración -y todo ruego que hi-
eiare oaalquier hombre, ó todo tu pue>
I
• Bx. 13. 11.
Den. 4. S».
y 7. 9.
)>E(ek.l.«.
Dan. 9. 4.
í 1 Cr. 23L ».
••vwr. 4.
* a 8a. 7. 12,
18.
1 Eav. 3. 4.
y 8. 12.
t Bal. 132. 12.
wKz.»45,
4A.
8U.«a.ia.
"Cap. 2.0.
Is. M.1.
H«^7.4a.
y Bal. 121. 4.
'Cap. 80. 27.
•2Rey.9.S6.
SaL lo. 14.
JabSa-lB.
17.
y SI. K.
»8aL106.40.
47,
xti:
ÍTIII.
5.6.
d Jet. 5. 34.
Bi. 84. 28.
Os. i. 2t,
28.
«^11.4,
11.
y 2. as.
/ Oap. a& 6,
18.
iciim,
iL CRONicAfl^ Tin, re
Á.C.
h» 1m dado, j «rta ean qam he HmUI-
endo á ni jaamhm, yo la «diaié do do-
Unte de mi, y pondrela por ptovorblo y
ftinús «B tedot loe pncbloe.
n T eNa eaea quo habrá Mo tan llus-
tre, Mii cepaato A todo el quo pwaro, v
diiá: i Por qné ha hocho aii Jdwra a
oita tiem, y á cita
88 Y M <e rcnondoié
jaron á JeboT* DkM i
• ?
Por cuanto do*
de BUS Mdm, el
cual Im Moó de la tierra de KglptOj
htn abnxado «Noeet aganoe, y loe
Tanm y sirrien»! : por om ¿I ha traído
todo ote mal eobre «lioe.
CAPITULO VIH.
>to. y
ado-
r, yltoMlri»
i#lo« ^mt ktMmm ^fmétá* *» It» Co«
Onfma lo* mimM0tiM i»
tet r Ltiüt, 9tnf«rm» á le
Dawid. Tri¿aAnr« ái Oghir.
Y ACONTECIÓ «• al oabo de ve-
inte aik» qne Salomón habla edifi-
cado la oaea de Jehová, y fu oaeae,
• Raedifieó Salomón las oludadee gue
Hiram le habla dado, y ettableoM en
dlaa A loe hljoe de Israel.
8 Dcapoee vino Salomen i lianath de
Sobak, y la tomó.
4 Y edificó * Thadmor en el dedeite,
▼ todae las dadadet de mmücione» que
edificó en Hamath.
5 Ailmlamo reedificó A Beth-oitm la
de arriba, y á Belh-oron la de abi^o,
dudado* fortlficadae de muros, puerta*
' « Y á BaalaCh, t A todas las villas de
munición qne Salomón tenia : también
todas lae oludadee de los earros, y las de
la gante de A caballo ; y todo lo que Sa-
lomón quiso edificar* en Jervsaiem, y
en el Libano 4, y en toda la tierra de su
«eSorio.
7 Y T A todo el pueblo que haMa que-
dado de lo* HeCbóce, Amorrhéos, y rhe-
veiéos, HevóOB, y Jclmséos, que no eran
de Isiad,
8 Los h^os fie los que hablan quedado
en la tierra después de ellos, A los cua-
les los h^os de Israel no destruyeron
dd todo«, hizo Salomón tributarios has-
ta hoy.
• Y de los h^os de Israel no puso Sa-
lomón siervos en su obra ; porque eran
hombres de guerra, y sus prindpcs, y
sus capitanes, y comandantes de sus car-
ree, y su gente de A caballo.
10 Y tenia Salomón doaclentoe y cin-
cuenta prindpaies de loe gohemadoccs,
los cttdee mandaban en aqndla gente/.
11 5 T pasó Salomón A la liUa de
Phanonf de la dudad de David A la
casa qne él le haMa edificado ; porque
dlio; Mi mi^er no morarA en la casa
de David, rey de Israel, poique aquellas
AoMAmíorc* donde ha entrado d arca de
Jehová, son sagradas.
IS ^ Entonces ofreció Salomón holo-
raustos A JdiovA sobre el dtar de Je-
novA,que habla él edlfioade delante dd
pórtico A,
18 Para que oAvdesett cada cosa en
su diaí conforme al mandamiento de
Moisés, en los sAbados, en bu nuevas
lunas, y en le* solemnidades tres veces
«n d aflo * ) d MAer, en la fieata de los
P*aes Admos, en In fiesta de las sema-
nal y en la fiesu de las caballas.
14 r conatltuyó los repartimientos de
|(w sacerdotes en sus oficios conforme A
1* ordenadon de David su padre', y los
j^Has por tos órdenes, piu-a que ala-
^**«n y mlnistnaen ddante de los sa-
^""Aotes cada cosa en su día : asimismo
'"* porteros n por su orden A cada pn-
pesque ad lo halda mandado Da-
vid, furuu de Dios.
15 Y no salieron dd mandamiento del
rey euanto A los sacerdotee, y Levitas, y
loe tesoros, y todo negodo :
18 Porque toda la obra de Salomón es-
taba preparada desde el «Ua que la oasa
de JehovA flié fondada haiu que se
acabó, háuta ytw la casa de JdtovA foé
■oabada del todo.
17 1í Entonces Salomón fué A Eslon-
gebere, y A Eloth •, A la costa de la mar
en la tierra de Edom :
18 Porque Hiram le habla enviado na-
vios por mano de sus siervos, y mari-
neros diestros en la mar; los^ cuales
foeron con los siervos de Salomón A
OpMr, y tomaron de allá cuatrocientos
Ídneuenta talentos de orof, y los tra-
Broa al rey Saloman.
CAPITULO IX.
L» ri<«a i» Btha, cUa la/avM Ht SaUtmim,
«faM # Htttarlo, « fcj/MM fre$emU», jf ti á
tUa. Olerte y rífmtKU dt Balomam, por
mmrt» M tmai JMoam m kif» »mtti9 m
élñiito.
YOTRNDO la idna de Seba« la
fbma de Salomón, vino A Jemsa-
lem con un muy grande séquito, con
camdlos cargados de aromas, y oro en
abundancia, y piedras preciosas, para
tentar A Salomón con preguntas dtfl-
dles. T luego que vino A Salomón, ha-
bló oon ól todo lo que en su coraion
tenia.
9 Pero Salomón le declaró todas sus
palabras fc : ninguna cosa quedó que Sa-
lomón no le declarase.
8 Y viendo la reina de Seba la sabi-
duría de Salomón, y la casa que haUa
edificado,
4 Y las viandas de su mesa, y d asiento
de sus siervos, v el estado de sus criados,
y los vestidos de ellos, sus maestresalas
y sus vestidos, y su subida por donde
suUa A la casa de JchovA, no quedó mas
espíritu en ella ;
ft Y dQo d rey : Verdad es lo que ha-
bla oído en mi tierra de tus cosas y de
tu sabiduría ;
8 Mas yo no crda las palabras de dios,
hasta que he voiido, y mis ojos han vis-
to: y hé aquí que ni aun la mitad de la
grandeza de tu sabiduría me habla sido
dicha, porque td sobrepujas la fiuna que
yo habla ddo.
7 Bienaventurados tus hombres, y di-
chosos estoe tus siervos, que están d-
empre delante de tí, y oyen tu sabiduría.
8 JdiovA tu Dios sea bendito, el cual
se ha agradado en tí, para ponerte so-
bre su trono por rey de Jehová tu Dios :
por cuanto tu Dios amó A Israel, para
afirmarlo perpetuamente, por eso te ha
puesto por rey sobre ellos, para que ha-
gas Juicio y Justicia c.
9 T dio al rey ciento y vdnte talentos
de oro, y gran copla de aromas y pie-
dras preciosas'': nunca hubo tales aro-
roas como los que dio la reina de Seba
al rcnr Salomón.
10 También los dervos de Hiram y los
siervos de Salomón, qne hablan traído
el oro de Ophir*, trajeron madera de
Alsummim, y piedras preciosas.
11 E hixo d rey de la madera de AI-
guromlm gradas en la casa de JehovA,
y en las casas reales, y harpas y salterios
Sara los cantores: nunca en tierra de
uriA se habla visto madera aemqante.
18 T el rey Salomón dló A la reina de
Seba todo lo que ella oulso y le pidió,
mas de lo qne habla traido al rey. Des-
pués se volvió y fnifae A su tierra con
sus siervos.
" 1 B«y.9.98.
87.
•Den. 8.8.
SBey.L4.a.
' Cap. 9. 10,
18.
fK&S.8.
-lBey.10,1.
eto.
Metía. 48.
Loe. 11. 81.
«Saat*. 1.5. !
«lBer.8L9B.
Pra.81.8.
«I Bal 78. 10.
16.
Eo.8.8.
• Cap. 8. 18.
A»Ctítn9n.
JL GBOBnOAfit, X, XL
A.Cffi.
/Stl.68.a».
9 CftB. 18. 9,
10.
fclBe7.7.2.
• iBey.saa,
7 4. 80, «te.
k Ter. 14.
/l Bey. 4.38.
y 10. 26.
" 0«B.15.1R.
1 Bey. 4. 21.
bal. 72. 8.
" Cap. L 15,
' 17.
1B«T.10.
; 27. ele.
o 1 Bey. IL
20.
■1 Bey. 12.1.
etc.
' «Gen. 87. 12.
; 18.
> Jnee. 9. 1.
' < 1 Bey. II.
I a8.4á
18 ^ Y d pao d« oro fue weaimé Sa-
lomón cada un mlVo, en eeiaeiaitot w-
Mota j Mis talaatos de ovo,
14 ^ lo «|tte mian lo* oiercadMce y
negociantes : y también todos loa rajres
de Arabia y los inincipes de la tierra
traian oro y plata k flalomon/.
16 Hizo también el rey S¿amon dos-
ciento» paTeeee de oro de martillo;, oa>
da uno de los cuales tenia aeiscienloe
«tefot de oro labndo :
16 Asimismo trescientoa escudos de oro
batido, teniendo cada escudo trescientos
sieiti de oro. Y pUsolos el >ey en la casa
del bosque del Líbano A.
17 Hizo ademas el regr un gran trono
de marftl, y cabriolo de oro puro.
18 Y hoMm seis gradas al trono, con
un estrado de oro al mismo, y brazos
de la una parte y de la otra al lugar del
asiento, y dos leones que estaban junto
álos hnzos.
19 Habla también allí doce leones so-
bre las seis gradas de la una parte y de
la otra. J amas fué hecho otro- semejante
en reino alguno.
ao Toda la n^lla del re? Salomón era
de on>, y toda la vajilla de la casa del
bosque del Líbano, de oro puro. En los
dias de Salomón la plata no era de es-
tima.
21 Porque la flota del rey iba á Tharsis
con los sierro» de Hiram, ; cada tres
ailos solían venir las nares de Tharsis,
y traian oro, plata, marfil, simios, y
pavos.
82 Y excedió d rey Salomón 4 todos
los reyes de la tierra en riquesa y en
salñduria t.
83 Y todos los reyes de la tierra pro-
curaban ver el rostro de Salomón, por
oír su sabiduria, que Dios babia puesto
en su corazón.
84 Y de estos cada un» Uraia su pre-
sente, vasos de plata, vasos de oro, ves-
tidos, armas, aromas, caballos y acémi-
las todos los aiV>sA.
25 Tuvo tarobieii' Salomón cuatro mil
caballerizas para los caballos y carros',
y doce mil glnetes, los cuales puso en
las ciudades de los carros, y con el rey
en Jerusalem.
26 Y tuvo señorío sobre todos lo* reyes
desde el rio hasta la tierra de los Phi-
listéos, y hasta el término de Egipto «.
27 Y puso el rey plata en Jerusalem
como piedras, y cedros oomo los cabra-
higos que nacen por las campañas en
abundancia «*.
28 Sacaban también caballos para Sa-
lomón de Egipto, y de todas las pro-
vincias.
29 5 Lo demás de lo* hechos de Sa-
lomón, primeros y postreros, ^no está
todo escrito en los libros de Natban pro-
feta, y en la profecía de Ahiasi> Silonita,
y en las pzotadas del vidente Iddo con-
tra Jeraboam, h^o de Nabat ?
30 Y reinó Salomón en Jerusalem ao-
Ine todo Israel cuarenta aOos.
31 Y durmió Salomón con sus padres,
y sepultáronlo en la ciud»! de mvid su
nadre : y reinó en su lugar Roboam su
CAPITULO X.
Lm» dúf iríbua íU IiraU m rebelan «entra
Roboam por halerae é$U aeonujoAo vud / y
étig»» por rey d Jeroboam.
Y ROBOAM a fué á Sichémb, porque
en bichém se había Juntado todo Is-
rael para hacerlo rey.
2 V oomo lo oyó Jeroboam, hUo de
Nabat e, d cual estaba en Egipto, donde
halüa huido á causa del r^ Salomón,
volvió de Egipto.
8 Y envive* y Uamiimil*. Vine pncs
Jatoboam, y feod* Israel» y habiana 4
Roboam diciendo :
4 Tu padre agravó nuestro yngo : aHojs
tii paes ahora mig» de la dura sanidum-
bre, y del grave yugo con. que tu padre
nos apremié, y te serviremos.
6 Y él les dijo : Volved á raí de aquí á
tras dias. Y d puebk» ae fué.
6 Bntónoe* d rey Rohoam tomé oen-
ttiod con los vi^e*< que hahian estado
delante de Saloman su padre/, cuando
vivia, y dejóles : ¿ Como aeonsejais vos-
otros que responda A e«te pueblo ?
7 Y ellos le hablaron diciendo: Si te
condi^eres hiunanamenta eon este pue-
blo, y los agradare*, y les hablarse bu-
enas palabras g, dio* te servirán pctpe-
tuamentOb
8 Mas él dejando el conste que le di-
eron los vi^bs, tomó cons^ oen Iw
mnnecbos que s« iialiiao efiado con A,
y que delante de él asistian.
9 Y dijoles ; ¿ Qué aeonsejais vosotros
que respondamos 4 este paeblo, que me
ha hablado didendo: Alivia oigo del
yugo que tu padre puso sobre nosotros ?
10 Enténne* lo* maneebos, que se ha-
blan criado con él, le hablaroiiL dici-
endo: Así dirfa al pueblo que te ha ha-
blado diciendo: Tu padre agravó na-
estro yugo, mas tü dcscáigaaos : Así
les diiéa t Lo mas menado mió es mas
grueso que ios lomos de mi padre.
11 Asi que mipedre os eaigó de grave
yugo, y yo a&amré A vuestro yugo: ni
padre o* castigó eoD azotes» y yo coo
esooipionea.
12 Vino pues Jeroboam con todo el
pueblo 4 Roboam al tercero dia, segua
el rev les hab}a mandado diciendo : Vol-
ved 4 mí de aquí á tres dias.
18 Y respondióles el rey 4eperaaMnte,
Kes didó d rey Roboam d oonscúo de
I vi^osA,
14 Y hablóle* oosifocme al consto de
los mancebos diciendo: Mi padre agravó
'vnestxo yugo, y yo afladiré 4 vuertro
yugo : mi padre os castigó eon aaetei, y
yo con escorpionesi.
15 Y no escuchó d rey al pueblo*;
porque la causa era de Dios, para cam-
Elir Jehová* s« palabra que lubia ha-
lado por Ahiaa Silenita' 4 Jesoboem,
hijo de Nabat.
16 Y viendo todo Israel que el rey no
les habia oído, respondió d pueMo al
rey diciendo: ¿ Qué parte tenemos nos-
otros con David, ni herencia en d 1)^0
de Isaí ? Israel, eada uno 4 sus estan-
cias «. David, mira abona por tu casa.
Así se ft»é todo Israel 4 sus estancias
17 Mas reinó Roboam sobre ios hijes
de Israel que hatdtaban en las dudades
de Jud4.
18 Envió luego d rey Roboam 4 Ado-
rara *, que tenia cargo de los tribales;
pero le apodrvAran loa h^jo* de Israel, y
murió. Jtetónccs se esforzó el rey Ro-
boam, y subiendo en un eanro ikuyó 4
Jerusalem.
19 Así se mpatá land de la «esa de
David* hasta hfliy.
CAPITULO XI.
Jfoiwia XNosiTiMaamfiMMotafst*
iPrnltlS
ja».
• Job lid
/Pro.?:.ll
<r liroel. gdijf^ nuduu/orláUmut: y *-
eudM dU HUtflhM tacerdoUB $ L*9UoM,d»'
Urrado* par Jeroboam, y otro$ dd fmm9
Y COMO vino Roboam 4 Jenualm*.
juntó de la casa de Jud4 y de Bea-
jamm danto y ochenta ndl hcñnbres e*-
cogidos de guerra, para pdav eentia
Israd, y volver d reino 4 Roboam.
2 Mas fué palabra de Jdiov4 á* Sa-
meias<i, varón de Dios, divi«ndo:
tCétaiSTS.
iLciumcu^ yf^t ^t^i
M.c.vn.
a:.ii>.
3 Habl« á RebMBB, liUo dt SAtomoo,
nj <!• Jndá, j itadM lot laneUtM yw
ci*M an Jndá y en ]lei^)unin» «cien,
dolet:
4 Ad ha dicho Jehor& : No Mihais, ni
nrieato oootn Tnotros hvnuuM»^ : vn-
ame cada uno & mi caaa* PoiMtt* 1^ he
hecho eite nqneio*. Y elioe oyeeoki la
uatabn. de JdMvá, j toraárone, jr «o
fueran contra Jenboam.
ft 5 Y habitó BAboMB en Jcniíalem» y
edtfoó efaMhHtaM» ft«tifiea> á Judá.
0 V edlfieó á Bcth4chem, 7 á Etham,
yáTheeoa,
T Yá Beth«ear, 7 6 Soch6, y 4 Adv-
Uam,
8 Yá Gath, 7 k Mama» 7 k Ziph,
9 Y á Adcralm, 7 4 Laohta, 7 á AaechA,
10 Y 4 ^bra, 7 4 Aialoo, 7 4 Uebcon»
(pie «nn en Jiid4 7 en Úñjamin cétt*
dadet ftiertes.
11 Fettifieó tmUen lae fiMrtatoMa» 7
paao en eUae oafdlanea/, 7 vitualUw, y
vno, 7 aceite ¡
18 Y en todas las cándades eKvdoe 7
laaxas. FortifiodlM pwa en gfan ma>
Den, 7 Jndá 7 Benjainin le ettaben
i^)etÍM.
13 5 Y los sacerdotes y Levitas que
ttiútam en todo Israel, se jmotarott 4 él
detadoe tos términos.
14 Porqiue los jL«vita» dqabaa sus i»{i-
dosf 7 sus .posesiones, 7 se venían á
Jnd4 7 4 Jerasalem : pues Jeroboam
7 sas h\iae loe echaban del mlnielaeio
deiehonu
19 Y él se hizo sacerdotes i>an los
altos A, y pora los demonios •', y pata los
beoenosA que él haUa heoho.
16 Tnu aquellos acudiceon también de
(odM las trHNM de Israel los que hablan
Setto sa oeraaon en buscar 4 Je}u)v4
os de Isiael^ ; y viniéronse 4 Jerusa-
lem pan sacxiñear 4 Jehot4 el Dios de
sospadics.
17 Así fortificaron el reino de Jud4» y
conñrmaron 4 Roboem, bijo de Ualo>
man, per tres aikes ; porque tns aJkw
snduvieron en el camino de David, 7
deSaiooMm.
U 5 Y tómese Boboam per nu ler 4
Mahaláth, hija de JuinoCh, hilo de
Osvid, y 4 AbihaU, MJa de ElUb, h^o
deliai,
19 La cual le parió l^jos ; 4 Jeus, 7 4
Scmaiia, y Zaham.
SO Dnpnesde ella tono 4 Maachi, hi.
ja de Absalom, la cnal le parid 4 Abias,
4 Athai, Ziza, y Selomlth.
ai Mas BoboMn amó 4 Maadi4, b^a
de Absalom, apbve todas sus mujeres 7
oaocubinas: iNnque tomó dies y ocho
nnjens 7 aawaita eoneabiDas, y cngen»
dró^einte 7 ocho hijos, 7 scsento hijaa.
a Y puso Boboam 4 Abias, h^u de
Msseh4, por oabesa 7 prínoipe de sus
benaanos», porque lo gveria nacer te7.
88 B hizolo instruir, y esparció todos
su otm hijos por todas las tierras de
Jad4 7 de Beqjamfan, y per toda! las
oindsdes fuertes, 7 dióles vituallas en
sbandanda, 7 fddió muchas mujeres.
CAPITULO XII.
^tparfaMloM Eokoam y ti reinp dt Jvíid tJe la
•taUMMlc 4t Diot, $0» Mtrefodo» m mamo
•CiMl.lj.
i* Büae rey.i» Mfiplo, H mol «a«iMa d Jt-
•«Him, y te Swa ior <■»»«• <M ,<«*plo.
Jlaee Jlito#emr i« cMMb «^ 4<^ itMM,
YOOMO Boboam hubo confirmado
•i aeiao», d^ la Ie7 de Jehov4¿, 7
m él hide Israel.
S Y en el quinto afio del re7 Roboam
MUé Bisae ley fie Egipto contra Jefu-
■Ulan, pn cuanto se hablan rebdade
Jshov4,
a dm mil 7 doscienm eams, 7
sesenta mil hombres de 4 enhalio :
ri pueMo que venia oen él de Bgipiii, «o
tenia nlfanno, ú «akar, de Ubloe, Sn>
klenos, 7 Btiopes.
4 Y tomó lae ciudades fuertes de Jad4,
y IImó haMa Jenualem.
ft ^ Italdnoes vino Semcéas c peofcta 4
Boboam, 7 4 los principes de Jud4 que j
estaban reunidos en Jerasalem por ea- ,
un de iUsae, 7 dueles: Asi ha dloho i
Jriiov4 : Vosotros mn habelB di))ado, 7
70 también os be deWo en mane de
Siseo rf.
« Y los pstkdpes de Isnel 7 el IC7 se
humillaron*, 7 dyeron: Justo es Je>
hov4.
7 Y oomo vio Jehov4 que se hablan
humillado, fué palabn de Jehov4 4 8e-
melas dielendo : Hanae humillado/; no
los destniiiéy, 4tttcs los salvaré en bnve,
7 no se demnuuA mi Im contra Jeru-
salem por oAano de tUsae.
8 Empero ser&n sus siervos ; para que A
sepen qué es servirme 4 mi, ó servir 4
los reiiMs de las naciones •'.
9 dublé pnee 8isac re7 da Egipto 4 Je-
rasalem A, 7 tomó los tesoros de la casa
de J ehov4, 7 los tesoros de la oasa del
1*7 } todo lo llevó : 7 tomó los paveses
da oro que aalomen habla heoho.
10 Y en lugar da ellos hiao el rey Ro-
boam paveses de metal, y entrególos en
manos de loe gales de la guanUa, los
enales cnstediaban la entrau de la ean
del rey.
11 V cuando él rey iba 4 la oasa de
Jrtwv4, venían les de la guardia, « tní-
anlos, y áttmut los volvían 4 la oamasa
de la guardia.
IS Y como él se humilló^ la ir4 de
Jehov4 se apartó de él, pan no destni-
irlo del tedo: y también en Jud4 las
cosas fueron bien «.
18 ^ Foatiflcado pncs Roboam, rebtó
en Jerasalem: 7 era Roboam de en-
arenta y un ame cuando comensó 4
reinar, y diei y siete afios reinó en Je-
rasalem, chadad que escogió Jehov4 de
todas ti^ tribus de Israel, pan poner
en ella su nombre. Y el nombre de su
madre fué Naama, Ammonita".
14 E faiao lo malo, porque no apercibió
stt eoraaon pava bnsoar 4 Jehofá •.
Ift Y ku coses de Roboam, primeras y
postreras, i no están escritas en los li-
bros de Bemeias^ profeta, 7 da Iddof
veyente en la ouanta de los llnages ? Y
entre Roboam 7 Jeroboam hubo per-
petua guerra.
10 Y durmió Roboam con sus padres,
7 fhé sepultado en la ciudad de David :
7 reinó en su lugar Ahlasr su h^o.
CAPITULO XIII.
AlAai, puata «w Dio» *h eomfianta, vmo» 4
Jeroboam, ú aud muere herido áe IH^e.
A LOS dice 7 ocho afkn del 197 Jero-
boam reinó Abias sobre Jud4«,
3 Y reinó tras afios en Jerasalem. El
nombre de su madre /eé Micfa&iaA, h^Ja
de Urlel, de Gabaa. Y hubo guerra en-
tre Abias 7 Jetoboam.
8 Entonces ordenó Abias batalla eon
ua ^}áraito de euatrooientos mil hom-
bres de gnetea valerosos y esoogldos : 7
Jeroboam oidenó betalln oontn él oen
oehoeientos mil hombres esoogidos. Al-
ertes y valerasos.
4 Y levantóse Abias sobra el numto
de Semaralm *• que es en les montes de
^hnim, y dúo: Oídme, Jeroboam» y
lodo Israel.
5 ¿ No sabéis vosotros que Jehov4 Dios
de Israel dio el reino 4 David sobra Is-
< Cap. 11. 3.
d Cap. U. 3.
* 8sal^. 4. f.
10.
Xa. ». 87.
/ 1 Bey. 81.
38, Su.
'LeT.36.41.
«a.
k líeb. 9. 86,
SI.
ls.2e.lS.
i Dea. 3». 47,
46.
t r«p. 9. 14,
16.
'Cap. «1.12.
18.
Is. 67. U.
lPed.».&
■Oea.lSJ4.
"1 Bey. 14. i
31. !
o D«D. 8. 89.
Lb. 3S. SI.
'ver. S.
« Cap. 9. 39.
•• 1 Bey. 14.
81.
■ Sen. 82. 15,
10.
1 Bey. 14.
8X
*Cap.U.&
• Joa. 18. 33.
IL CBOmOAS, XIV, IT.
(HHI, l^a dr áalsicmi, porqir Hg- I
íift
iSMttíi,
í5»í^5ri"rMd' '™'ílm¡í°'''
f- <nna Ih niD])M hiaiB H ^*^4r
' Yvísí
4»aaP9»
•p. w. i.
" Oaa. 14. 7.
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Hat,U.m.
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/ Is. 41. 8.
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>• noaotrot.
'llenóla, 0
1)4 delante
fCap.t.as.
(porque tu
SO.
Y de núes»
*OapLt.aO.
>-> 4 ti, y tii
los 14}aa de
Id monte de
s no wiii'lft^
venUn déla
• J)«Ll4,
:>« apañasen
9,19.
-eu.
«Na. 90. SI.
tn el paso vi-
heredadT, que
iflal.aSilS.
no loa Juagarás
^ no bajr fnerxa
titud que viene
x'inoa lo que he-
lí tw/nemoa nues-
«SaLlS.
-a en iilé drtaate
I.Í.
.oi, 1 MU mojient.
.haxiel, hUo de Za.
• la. «&,•«.
lias, hijo de Jeiel,
r.evita de loa byo»
Oaa. 9,90.
a.
a al vino d e»p<rita
• lelarannion.
.dá todo, 7 Toaotroa
\\«m, j (d. rey Jo-
dice au: Ko témala
delante de cata tan
•O^M.JA.
,>orq«w aa t» vucatra
BI.14.U.
Oioa.
• ndetéi* contra riloa :
tubiran por la coeata
Sra. t. IB,
10.
de Jema'
iraqaé
A.C.91A.
IL/ütJüKWAB, TVUL.
Ltm.
' Pro. 16. 7.
rSB*. 8.1,2.
¡Tan. 26. 10,
I 15.
j ICr. 27.25,
' SI.
A Jnec. S.2.9.
2 Cor. 8. 5.
>■ Ter. 2.
« Cap. 17. 5.
I & 2 «17. 8.18.
I 2 Cor. 6. 14.
, «1 Bey. 22.2,
ote.
dlSm. 23.2,
4,9.
2 Ba. 2. 1.
¡ 'Jar. 23. 14.
! r 28. 1, etc.
/ Pro. 12. 1.
Amoa&lO.
moCb^ Jmatfun, j Adoiúm, y Th6M-
M, y ThobadMiiai, Xerltaa ; y con cilof
á EHnina 5 á Joram noerdotM.
9 T enaeflanm en Judá teniendo con-
sigo el libro de la ley de Jeborá, y rode-
aron por toda* las tmdades de JiidÁ en-
señando al pueblo.
10 ^ T cayó el pavor de JéhoT6 sobfe
todos los reinos de las tfemt qae estaban
alrededor de Judá ; qn« no osaron baoer
guerra contra Josaphat«.
11 Y traían de los PhiUstéos presen-
tes/ á Josapbat, y tribute de plata. Los
Arzdtes también le trajeron ganados, si-
ete mil y setecientos earneroK, y siete
mil y setecientos machos de cabno.
IS Iba pues Josaphat creciendo al-
tamente; y edificó en Jtidá fortalezas
y ciudades de depósitos.
18 Tuto ademas muchas obras en las
ciudades de Judá;, y hombres de guetra
muy valientes en Jerusalem.
14 Y este tt el niimero de ellos según
las casas de sus padres : en Judá gefes
de los millares eran el general Adna, y
con él haiia trescientos mil hombres
mtiy esforzados.
15 Después de él el gefe Johanan, y
con él doscientos y ochenta mil.
16 Tras ^ste. Amasias, hijo de Zi
chri, el cual se haMa ofrecido volun-
tariamente á JehováA, y con él dosci-
entos mil hombres valientes.
17 De Benjamín, Bliada, hombre muy
valeroso, y con él doscientos mil arma-
dos de arco y escudo. '
18 Tras este, Joxabad, y con él ci-
ento y ochenta mil apercibides para la
guerra.
19 Estos eran sierros del rey, sin los
que habla el rey puerto en las ciudades <
de guarnición por teda Judéa.
CAPITULO XVIII.
jMSphat tal» eoHtva Banolh d« G«lAad en
unión de s» eon$uegro Adidb, i quttn/iilim
pro/tiaM srotkeMmk la vieteria. Por Tiater
tmvmeiaaa ¡tiehAat mal tueeao /%tí ptudo
en la edretl¡ ptro h vtrifieA «h «rhmcío, y
AiMh murió m la halaüa.
TENIA pues Josaphat riquexas y glo-
ria a en abundancia, y trabó paren-
tesco con Achibé.
8 Y después de afffwnoa años e deMen-
dio á Achftb á Hemaria; por lo que
mató Acháb muchas ovejas y bueyes
para él, y para la gente aue con él ve-
nia : y persuadióle que niese con él á
Ramoth de Galaad.
8 Y dijo Acháb. rey de Israel, á Jb-
saphat rey de Judá : ¿ Quieres venir con-
migo á Ramoth de Oalaad P Y él res-
pondió: Como yo, asi también td; y
como tu pueblo, atí también mi pue-
blo : Irtmé» conten á la guerra.
4 Ademas dijo Josaphat al rey de Is-
rael : Rué{tote que consultes boy la pa-
labra de Jehová d.
5 Entonces el rey de Israel juntó cu-
atrocientos profetas, y d(joles : ¿ Iremos
á la guerra contra Ramoth de €talaad,
ó estañóme yo quieto ? Y ellos- dijeron :
Sube, que Dios los entregará «n mano
del rey*.
6 Maa Josaphat di,ie t ¿ Hay aun aquí
algún profeta de Jehová, pera que por
él preguntemos ?
7 Y el rey de Israel respondió á Josa-
phat : Aun hay aquí un nombre por «1
cual pedemo* preguntar á Jehová : mas
vo lo aborrexco/, porqué nunca me p«o-
fttlza cosa buena, sino siempre mal.
Este M AI ichéas, hUo de Imla. Y res^
pendió Josaphat : No hable as< el rey.
8 JfartdDeea «1- lejr de Icraet IIan^«B {
enraeo, y d(fele i Haas vmir luego á
MiebéM, hijtfde Imla.
P Y el rey da lanei ▼ Joaaidiat, lef
de Jitdá, estaban sentaaoa eaám imo ta
su trono, vestidos de sus ropas ; y csts-
ban sentados en la era á la entrada de la
puerta de Bamaria, y todos los pnCéta*
profetizaban detente de «Uee.
10 Y Bcdechlas, hijo de Chénaana, le
habla hecho tmo* cuernos de hierro, y
decía: Así ha dicho Jahová : Can estos
acornearás á los Slros haata destmiilos
del todo.
11 De esta manera profetíraban tam-
bién todos Jos profetas, diciendo: áabe
á Ramoth de Galaad, y sé mosperado;
porque Jehová ta entregar» en bosdo
del rey.
18 V el mensi^ero que había Ido á
llamar á Mlchéas, le habló diciendo:
Hé aquí las palabras de los pre&tas 6
una boca «ntincwM al rey bienes; yo
pues te ruego que tu palabra sea como
la de uno de ellos, que hables bienf .
13 Y dijo Micbéas : Vive Jehová, qae
lo que mi Dios me dijeie, «so baldaré*.
Y vino al rey.
14 Y el rey le d^e : Michtaa. ¿ irémoR
á pelear eoaMra Ramoth de Galaad, 6
estaréme yo quieto? Y él reapondló:
8uMd, que seréis prosperados, que serán
entreKados en vuestras manos.
15 Y el rey le dijo : ¿ Hasta cuantas
veces te conjuraré por el nombre de Je-
hová que no me hables sino la verdad ?
M Entonces él dijo: Hb visto atado
Israel derramado por kw montes como
ov^as sin pastor : y di)0 Jehová : Estos
no tienen señor ; vuéirase cada uno en
paz á su casa.
17 Y el rey de Israel dijo á Josaphat :
¿ Ño te habla yo dicho que no me pro-
fetizarla, bien, sino mal ?
18 Entonces él d^o : Oid pues palabra
de Jehová : Yo he visto á J^ová sen-
tado en su trono*, y todo «1 ^éreito de
los cielos k' estaba á su mano derecha y
á su izquierda.
19 Y Jehová d^jo : ¿ Quien itkKíeitá á
Achftb rey de Israel, para que suba, y
caiga en Ramoth de Galaad .' Y uno
deeia así, y otro decía de otra maneía.
80 Mas salió un espíritu, que se puso
delante de Jehová, y dijo: Yo lo in-
duciré '. Y Jehová le dijo : ¿ De que
modo?
81 Y él dlljo: Saldré, y seré espirita
de mentira en la boca de todos sus pro-
fetas. Y Jehová dijo : Incita, y también
prevalece : sal, y hazlo ifsí.
22 Y hé aquí ahora ha puesto Jehová
espíritu de mentira en ia boca de estoi
tus profetas m; mas Jehová ha decre-
tado el mal acerca de ti.
88 Entonces Sedechias, h^ de GM-
naana, se Ucgó á él, é hirió á Miohéa*
en la mejilla*, y dijo: ¿ Por que camino
se aparto de mi el espíritu de Jdiov&i
pson hablarte á tí ?
84 Y Michéas respondió : Bé aquí tu
lo verás aquel dia, cuando te entrarás de
cámara en cámara para esconderte.
85 Entonces el rey de Israel dijo: To-
mad á Mlchéas, y volvedlo á A moa,
Sobemador de la ciudad, y á Joas bij»
el rey,
88 T diréis: El rey ha dicho así: Po-
ned á este en la cárcel', y sustentadle
con pan de aflicción, y agua de aqga*-
títtp, hasta que yo vuelva en paz.
87 Y Michéaa d^o : 8i tü volvieres en
pac, Jehová no ha hablado por míf*
D^o ademas : Oid ettó, nneblos todos.
88 8aMd pues el rey ae Israel, y Jo«-
phat rey de Judá, 4 kamoth de Galaad.
i Si. 2!. II
• Is.16.1,
etc.
Su.;.!.
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Bedi.1.1
£6.
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líl. ^
IJohílt
i1it.il
»Jer.«il
Mv.Ul
Beck-ft
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rb.9a.S
iKa.lLl
iL oaomcMir jmx, xx.
4»0*lf9t
fl» Y dUo «1 «y d* IMMI á Ji
Yo m» dbfruaié pata «ntnr i
talla; laaa Cd vinate tas »wUdci. Y
dirfnuióM'- «1 ny da Imal» y «alié «i
iatefealla.
ao Había el rey de Siria mandado 4 laa
capItiDaa de loa canea, que tenia ce«<
dso» iMnieado : No oeleeia eon cliieo al
', alae aoio con el eqr de la-
Bi Y oomo ioi capllanea de loe
Tiann á Jeaanhat» d^efon : Eata ea el
«eydeUrael. V cereáradopaxapdeeri
maa Joeaphat clamó» y ayodiUe' Jeho-
v4, y aparhUoa IHoe de él :
as Pues Yieodo loa rajátanea de loa car-
ros que no era el tey de InuA, detiiti»
eron de acoaarle.
88 Mas dianarando uno el arco á la
ventura, hirió al rey de Israel entre las
joatuiaa y el eosriete. El entaSnoee d^
al oMieten» : Vuelve tu mano, y sieame
del campo, porque estoy mal herid».
M Y arredó la batalla aqu«l día : por
lo que estuvo él wr de Israel en pié «i
el cano aoftente de les Mroa hasta la
tarde; mas murió á puMtas del soL
CAPITULO XIX.
JatQfhtá M rapramUdo de lHo$ ptr Xttbtr dado
anda ti imv6> Aekth. Bmláhlte» am gram
díUfmHo H divino emito fUjiutíeia «a tu
Horra.
YJOSAPHAT, icy de Judi, se toI-
vio en paa á su eaaa en Jerusalera..
9 Y aaUóle al encuentro Jehd el vi-
dente«, hijo de Hananl, y ^)o al rey
Josafhat : ¿ Ai implo das ayuda, y amas
4 lea que aboneoen 4 Jehov4b ? núes la
ira de la preaencia de Jehov4 aert sobie
tí por elle.
8 Empero se han hallado en tí buenas
cosaa«, porque cortaste de la tierra los
bosques, y has apegeibido tu «oraaon 4
buscar 4 LMos''.
4 ^ Habitó voea Jesaphat m Jerusa-
daoa VI '
lem; nua daba vuelta y salla al pue-
blo desde Becr-sebah hasta el monte de
Bphraim, y ndudalas 4 Jehov4 el Dios
de sus padres.
5 Y puso en la tfatn jueces' en todas
lea otudades fuertes de Jnd4, por todas
loa Ineara.
O Y d^o 4 los Jueces : Mirad lo que
hacéis ; porque no juzgáis en lugar de
boottoe, sino en lugar de Jebova/, el
cual e>t4 eon vceotroa en el negocio del
Juksk>#.
7 8aa pues con vosotros el temor de
Jehov4: guardad y haoed IoJhUo; por-
que en JdK>v4 nuestro Dios no hay ini-
quidad A, ni aceptación de personas •', ni
lecUiir colMoho.
S T puso también Joaaphat en Jem-
satom efauMet de los Levitas*, y saoer-
dotea, y de los padiws de fiunlUas de Is*
retí, paia el Jumo de JehoT4 y para toa
causas : y recurrían 4 Jerusalem.
9 T mandóles diciendo: Procederéis
asimismo con temor de Jehov4a con ver-
dad, y con corazón íntegro.
10 £n cualquier causa que viniere 4
vosotros de vuestros hermanea que ha-
bitan en las eiudade«, entre sangre y
aangie, entm l«y v precepto, estatutos o
dereohos, habaia da amonestarlos que no
pequen contra Jdüov4, porque no venga
ira aobre vosotros y sobre vuestros her-
manos'. Obrando así, no pecaréia.
11 Yhé aquí Amarías sacerdote tora
el qo» os presida en todo negocio de
Jehov4« ; y Zebadiaa, hyo de Ismael,
principe de la casa de Jud4, en todos
loa n^goi,ius del rey i también los Levi-
tas «cria oficiales en presenoia d« Toar
y obrad i qpwJe-
ecrea.
CAPITULO XX.
Jooapkíi, tomMdo do mumigoo
fw 41, imflarm dfaoor io iNo«, y
oauAts /•• oooo» y áMp^ts, y vm^^mw é •/«-
niMlMB 9iMoro»o y tnimfomU. Mo 4m>
rotL
esa i< topA OeaMos, ro§ 4o It-
PASAfiüUI e«U« «o^M aoontedó que
lee híM« dt U<t9h y d« Ammon, y
con ellos otrat (Wan d« los Ammonttas,
vinieran eontia iqaaphat 4 la guerra.
I Y aeudieva*, ydiesmi av&o 4 Jo-
aaphat diciend»: Contra tí viane una
gñode multitud de la otra parte de la
naar, y de la Siria ; y hé aquí ellos este»
en Hasaaonthamara, qneen Bngaddii.
• Bntónces él tuvo temor: v puso Jo-
saphat su rostro para consultar 4 Je-
ho*4, é biso pregonar «yunoc 4 todo
Jad4.
4 Y Junt4ionae lo$ de Jud4 para pedir
ooeorro 4 Jehov4: v también de todas
las eiadadea de Juo4 vinieron 4 pedir
4Jeiiov4.
& Pdsose entonces Jesaphat en pié en
la reunión da Jud4 y de Jerusalem en
la casa de J«hoT4, delante del atrio
nuevo,
9 Y dU« i Jehov4 Dios de nneatios pa-
dres, ¿ no eres tü Dios en los ciel«a«, y
te ensefioreas en todos los reinos de las
Qcntes ? ¿ No est4 en tu mano tal Ai-
eraa y potenoia, que no hay quien te
7 Dice nuestro, ¿ no echaste té los mo-
radores de aquesta Uecra dtiante de tu
pueblo Israel •, y U diste 4 la simiente
de Abraham tu amigo para siempce/ P
a Y ellos han habitado en día, y te
han edificado en ella santuario 4 tu
nombre, diciendo :
I» Si mal algtmo viniere sobre noaotros.
ó espada de castigo, ó pestilencia, o
hambre#, presentamos hemos delante
de esta casa, y delante de tí, (porque tu
nombre oH& en eata casa*,) y de núes,
tras tribulaciones clamaremos 4 tí, y tii
nos oirfci y ■alva«4s.
10 Ahora pues, hé aquí les faJUos de
Ammon y de Moab, y loo dd monte de
tMr, 4 la tinrra do )os ouales no quisiste
que pasase Israel i, cuando venían de la
tierra de Bgipto, sino que te apartasen
de ellos A, y no los destruyesen,
11 Bé aquí dios nos dan el pego vi-
niendo 4 echamos de tu heredad', que
tü nos diste 4 poseer.
It \ Oh Dios nuestro ! ¿ no los JusgarAs
tlí ? Porque en nosotros no hay fuerxa
contra tan grande multitud que viene
centra noaotroat no sahemoa lo que he-
moe de hacer, mas 4 tí vAvmo» nues-
tros oios'te.
13 Y todo Jud4 estaba en pié delante
de Jehov4, oon sus nifios, y ws mn^feres,
ysushUos,
14 Y esuba aUÍ • Jahadel, hijo de Za-
ohiiias, l|l> de Bcnaias. hijo de Jeiel,
hijo de Mathanias, Levita de los h^os
de Asaph. sobre el cual vino el espíritu
de Jehovi en niedio de la reunión,
15 Y diifo : Qid, Jud4 todo, y Tosotroa
moradores de Jerusalem, x tu, rey Jo-
saphat; Jehov4 ce dice asi: Ko temáis
ni os amedrentéis* delante de esU tan
grande multitud, porque no c« vuestra
la guerra, dno de Dios.
16 Mafiapa descenderéis contra dios :
hé aquí que ellos subir4n por la cuesta
da Sis, y los hallaréis junto al arroyo
antea del desierto de Jerud.
17 No habnfc para qué vosotros pdeeb
Ukt.
o Gen. 14. 7.
*i«a.U.4i.
«gBis.n.
Jer.88.a.
Su. 9.8.
4 Osa. 4. 88.
Joa.l.U.
8aLUf.8.
•fiel. 44 a.
/ Is. 41. 8.
Saat^.S.»-
» Cap. 8. 18.
30.
«Cap. 8. 80.
'Dm.S.4,
9.19.
« Ka. 90. &.
'8al,88.1S.
•Sal. UB.
1,0.
•Is.«ft,84.
ai-
•Cap.8&7,8.
Bz.14.lS.
14..
Osa. t: 89,
80.
7S1.8,&
jL^m.
IL GftOMOAS; Xtl.
Ltm
'>
ÍW
t Ka. 14. 9.
,8.«1.
' la. 7. 9.
Bakll.«.
•lCr.16.».
t Jaee. 7. 28.
lBhl4flO.
«Bi.14.80.
1 C^. ft. 23.
la. 97. 98.
|taH«(i<m.
•ekp.is.M.
Job 84. ».
vlBay.SS.
41. etc.
* G^ 17. C
«OuiLia.14.
bRk3fl.4.
ved 1* nlud de Jébová oon vaMlNw.
Oh JtidA 9 Je hmJ^iii» no tentáis ni de>-
mapü* ; wUd ma^^a contra ellos» que
Jdbof¿ «etá con Tototrpc r.
18 EaMBoes JoMphat inettadM ntiro
per tíam, j uánúwaao tedo JndA 5 k>t
moradoieedeJenitalain ■epoturaiuude*
lante de Jt^íovA, y «doraron A JehvWL
19 Y levantáronle los Levitas de los
hU«« de Ooath, y de loe Ujoa de Core.
IMura alabar & Jdiová el Dio* de Israel 4
grande y alta vos.
90 Y como se levantaron por la ma-
ftana, saUeion por el dMcrto de The-
coa : V mienfras elloi sattan, JoMphat
ettando en pié d|)o: Okhne, Judia, y
moradores de Jenuaiem: cráed A Je-
hovA vuestro Dios, y serAs seguros r:
creed A sos profetas, y leráis prospe-
rados.
91 Y haUdo 4msejo eon el poeMo, mi-
so A algunos que cantasen A JehovA» y
alabasen en la bermosura de la santi-
dad*, mientras que salla la gente ar-
mada, y dUesen: Olariflead A MmivA«
ponioe su misericordia es para siempre.
99 Y como oomeniaron con damor y
con alábanse, puso JehovA oontia los
hUes de Ammon, de Moab, y del monte
de Seir, las emboscadas de dio* mUntt»
que veniaa contra JndA, y matArense
los unos A los otro* :
98 Pues les h^os de Ammon y Moab
se levantaron contra los del monte de
8eir, pora malarios y derruirlos ; y oo-
mo hubieron acabado A los del monte
Sdr, cada cual eyndó A la destrucción
de •« compaflero'.
94 Y luego que vino JudA A la atlataya
del desierto, miraron hAoia la multitud t
mas hé aqui y adán dloB en tierra* mu-
ertos, que ninguno habla eseqpado.
95 Viniendo entonces Joss^riíat y su
pueble A despqjarles, hallaron en ellos
muchas riquezas entre los cadAveres,
«si vestidos como preeiosoe enseres, los
cuales tomaron para si ;' lautos, que no
los podían llevar : tres dias duró el des-
pojo, porque era mucho.
26 Y al cuarto dia se juntaren en el
valle de Ber«eah|! porque alU bendi-
jeron A JehovA, y por esto llamaron el
nombee de aquel pan^e el valle de Be*
racah hasta hoy.
97 Y todo JudA y los de Jerusaiem, y
Josaphat A la cabexa de dios, vohrieroa
para tomarse A Jerusaiem con goao,
parque JehovA les habla dado goce de
■US enemigos.
98 Y vinieron A Jerusaiem eon salte-
rios, harpas, y bocinas, A la casa de
JehovA.
99 Y ftié d pavor de IMos boIhv todos
los rdnas de aquella tierra, cuando oye-
ron que JehovA habla peleado contra IM
enemigas de Israd.
80 Y d idno de Josaahal tuvo repeso {
porque su Dios le dio reposo de todas
partes*.
81 ^ Así rdnó Josaphat sobre JudA':
de treinta y dnco ains era cuando eo>
menxd A reinar, y vdnd vdnte y dnee
afios en Jemsalem. El nombre d* su
madre fué Araba, h^ de Silhi.
89 Y anduvo en el camino de Asa tu
padre, sin apartarse de di, haciendo lo
ftw «ra recto en los q|os de JdiovA.
88 Oon todo eso los altos no eran qui-
tados*; que el pueblo aun no habla
endereíado su oorason* al Dios de sus
padres.
84 Lo demás de las hechos de Josa-
phat, primeras y postreros, hé aqui es-
■ - - ■ dejeint.
liM* de KÉnaalf del ««al a
cien en «I libro de los reyes d* Israsl.
85 Pasadas estas cosas, Josapkst, nf
de JudA» trabé amistad oon OebMsi
rey de Israel, el cual toé dad» A la ün-
»1I*I.B
Mi
t(s
Ehtaooonél
Jar navios que fuesen A
! construyen» los navios ca
! 87 Entonces Ellexer, hUo de Übdsfa
I de Marsosah, piuMlao contra Jessphst
dldende: Por cnanto has hecho oon.
I palia eon OehAdas, JehovA destiaiíA
I tus obras*. Y los navios se rompieraa, '«/«T-*
I y no pudieron ir A Thards'. «LiLl
CAPITULO XXI. i¿oi^ii
AJoéofluit mutáé Jartan m liff9,d tmAmift ■.
t mu kttmamo», w tignié Uu imptotkéii i> 1
Ack46. tdmm*»y IMmm m hnbOm. Ss- ,
;tt<«wlr lo* Fkmtlíot y (m Jroto, jf «i 1 I
eéb» wuun d> una «tfmrmtdmi harrtnm, \
as(/irw« á la ammtaaa d* JXm por léru
dil fr^0la SUa$.
Y DURMIÓ Jasaphat con sus pa-
dres a, y sepultsñnlo con sus pa-
dres en la ciudad de David : y rtinó en
su lugar Joram su hijo.
9 E<itc tuvo por hermanos, hijos de
Josaphat, A Anurlaa, Jehiel, Zachiiiat,
Azarias, Mich&el, v Sepfaatlas. Todos
estos fueron h^os díe Josaphat, rey de
Israel.
8 Y su padre les habla dado muchos
dones de oro y de plata, y cosas preci-
osas, y ciodades fuertes en JudA: mas 1
habia dado el rdno A Jonmi, porqae ¿1 >Sb? U
<rtf d prioiogénito.
4 PVié pues devade Joram al rdno ds
su padre; v luego que se Mto ftaeite,
maté A onchiild A todos sus hermanos,
y asimismo á algunoi de los prfodpss
de Israd.
ft Cuando eomenEÓ A reinar era de tre-
inta y dos aftas, y idnd echo aflos en
JeruHüem.
6 Y anduvo en al camino de los icyes
de Israel, como him la casa de AebAb ;
porque tenia per m^Jer la hija de A-
chAb«, óhiae fe mdo en ojos de JehovA.
7 Mas JehovA no quiso destruir la casa
de David, A causa de la alianza que con
David habia hecho, y porque le hsUs
dicho que le darla lAmpara A d y A sus
hUoB perpetuamente^
8 En los días de este se rébdé la Ida-
méa, para no estar iMifo d poder de Jndft,
y pusieraai rey sobro sí«.
9 Entonces pasé Joram con sos pifa-
dpes, y ffeeéeondgo todos sus canos; y
levantase de noche, é hirió A los Ids'.
méos que le hablan cercado, y A todos
los comandantes de sus eams.
10 Con todo eso Edom quedé rebelado,
sin estar bi^o la mano de JudA hssta
hoy. Tambüen se rebdé en el ndsao
tiempo Libna para no estar b^o de ta
mano ; por cuanto él hebia dejado A J«-
hovA el Dios de sus padrea.
11 DanAs de esto hlae attosenlos «aon-
tcs de JudA, é hizo que los moradoNsdt
Jerusaiem f<Hnieaa«^, y d eü» tni|isiiO
A JudA.
19 Y viniéronle letras dd prolMa EUU,
que dedan dir osta autrieí JehevA, ''
'OT'fl
•Gm-S
Dios de David tu padn, ha dkhe «ti:
Por enante no has aadade en les osnl*
nos de Josaphat tu padro, ni en los «•
ndnos de Asa, rey de JudA,
18 Antes has andndo en d canda» ds
ios reyes de Israel, y has hecho que for-
nicase JndAf . y los moradores de Jeni*
salem, como sumied la casa de Acblb*,
Í ademas has muerte' A tus hayaaos,
te ikmilla de tu padre, los
ni;
VS
I
DM.a
'•I
t84ül
ii«r.A
iL CDoma/m, xzn, nxm.
[I CBOtnoAg, znr.
añilartnt* j cntmiHft dal 4ArcliD, dt'
Jal» r KJkOUtLIfl ttvr^ dri ivolm ] jr «1
^-- n li Ola d> JibinL
pnra di ka iJCuii ito li ohM ni,
áii2i JaluTi bajo I> ■•IB da ta
U dlKHÍaUlD -alicBadtJalioH,
fieñTaiñida la luá da Jahnti j it
lihMi udsa laa dUa da Jcdidi
«cndid cSia 4 bUM,
f dlHln" ^>d T" la- idúlü^
^*?as,',í
IM badu la «bia dii MTlnjaV
mal alinda »1>ra d ]>wC4a 1h ^: '
hibv d^^i d Jrirtn*. ¿ UmUaa H j
IL OBoncu, ixv, xm.
líWi
íü?:rsí.
ltí^^^-^1^
hM <la Jw, MI» da JihcSi. j im
,jn> «■ U •«• dri Ki, 1 la uin
'E1HTONCBS mil 1 puUi •!• Jidl
4UC4W.
n.<aBoi!acáS, unv,
A.C.AIÍI
«G4B.41.U.
1.17.
7 10. 1.
¿ICr.SaJS.
• Ii. 14. S».
/ICr.ft.».
'OftB.aCtt.
14. la
!^Ck|>.35.1».
Pm>l«.l«.i
I
i • 1 Cr. 6. 10.
1 '
k So. 16. 40.
y 18. 7.
'Xx.ao.7.8.
Hsb. 6.4.
"18ft.2.M.
" G»pwaft.l6.
•N«.U10l
8B07.<.9r.
•onflnrnw 4 teda» lat o«iM q|M liaU» kc-
6 Y pnticlió «n baicar 4 IMm tn 1m
cIím de ZachAriM*, «ntandido «n vlii-
«nct de DiM«: f en «rtw diM qve ¿1
biuoó á Jehová, Oiot le proepcró<'.
« Y salió, 7 p^ contra lot 1>hiUs>
téot«, y XDOiplo «I nmiD de G«th, v el
aanio de JubnU, y el miuto de Amm»
y edificó dodadee en Aedod, y en la ít-
em de kM PhiUitéoe.
7 Y didle IMoe ajvda/ contra kw Pbl-
Ualéaa, y eovtrs loa Araboa q^w habita-
ban en Giir4iaal» y oontca loa Anmen-
ita«.
8 Vdian» lot Aminonilaa pinaantei á
Úsalas» 7 divnlgtiae lu nombra hasta la
entrada de Egipto ; porque se habla he-
oho altamente poderoso.
9 Edificó tanuan Unías tones en Jt-
nualem, Janto 4 la puerta del 4ng«lof .
7 Junto á la puerta del Tdle« 7 jnnto á
lasesqninas; 7 fortificólas.
10 Ajjmiamo edificó tones en el des.
ierto, 7 abrió miiohas oistemaa : porqae
tnvo miiebca ganadoa, así en loa Talles
como en las vegas, 7 villaa, 7 labranaas,
así en los montas como en los llanas fite-
til^i porque era amigo de agiicnltan.
11 Tuto también Üzzias escuádranos
de guemtros, los cuales sallan 4 la guer-
Bk en ejército según que estaban por
Usta, AecAa por mano de Jeiel estriba, 7
de Maaslas gobernador, 7 por mano de
Hananias, que eran de los principes del
wj.
I» Todo el ndmero de lot gefits de fb-
millas, valientes 7 eafbnadoa, «re dos
mil Tsetacientos.
18 T batp la mano de estos estaba el
q)¿rcito de guerra de trescientos siete
mil 7 (pinientca guerreros, podentos 7
fuertes paxa ayndar al ny contra los
enemigos.
14 Y apnstdlet Unias ftura todo el
$ióielto escudos, lanatfs, almetes, eoae-
letca, araos, 7 hondas de Hrmr piedras.
15 £ hizo atk Janisalem m4quinaa per
industria de ingenieros, para que estu-
viesen en las torves 7 an los baluartes,
para aorojlar saetas 7 .grandas piedras.
Y su Cuna se extandió léUos, porque se
a7udó maraTillosamente, hasta
ftiarte.
18 Jfas cuando filó fortificado* su ooia-
con se enaltMiió hasta corwiupprie * {
porque se rebeló contra JehorA su IMos,
entrando en el templo de Jeiiová para
Quemar sahumerloa en el altar del por-
rame.
17 Y entró tras él el sacerdote Axaiias ',
7 oon él ochenta aaeonbites de Jehova
de loa «aUentes :
18 Y pnaióronaa eonira el M7 Unías,
7 d^eronle : No 4 tí, oh Usslas, d que-
mar perfume 4 JehovA*, sino f los sa-
cerdotes/ faUkw de Aaroa, que son con-
sagrados para quemarlo : sal dd santu-
ario, pomue has preraricado, 7 no te
reivntfara en glcna delante del Dios
Jehov4"i.
19 Y airóse* Unías, que tenia el per-
Aune «n la mano para quemarlo : 7 en
esta su In contra los saoordotes la lepra*
le salió en la Arante driante de loa sacar-
dotes en la casa de Jebov4, Junto al
alttfr del perftune.
89 Y miiób> Anriat d auno sacerdata,
7 todot los sacerdoten, v hé aquí la lepan
«aitéa en su finante: é Uetératilo salir
apriesa de aquel higari 7 ól tamUen
•o dio pelesa 4 saltar, porqae Jcím>v4 lo
hdda herido.
91 Así el rey Uzzias fijé leproso hasta
el di* da «u wmmUp, 7 haUtó «ana
bia sido separado de la casa de JaharA:
7 Joatham su hUo tnv» oarg» de Is
casa raal cobamando al puebla de la
tima.
99 Lo demás de loa hechos de Uniat,
pcimaraa 7 postseaaa, ascribióio iiaia»
prqfcta, h^o de Amoa*-.
88 T damió Unias eon sus podras*,
7 sepnu4ranlo con ns padres ca «1
oampa de loa «epukras ráeles
dijeron : Iieproao es. Y reinó
su 14|o en lagar suyo.
CAPITULO XXVII.
/«oAaiB vmee á Im AmmMtiUu con dMur
^P*9* ! V naerto, «Msa* *« «a ktgarlié^
D'
B Tainte 7 cinco aflos era Joatbam
cuando oomenaó 4 retaar, 7 diet ;
afloa sainó an Jeruaalem*. Bl nom-
de su madre fiíi Jmum, híj/k de
Sadoe.
8 ■ hiao lo neto an ojea de JehotA,
oonmrme 4todas las cosas que habla be-
cbo Uzalas aa padva, salvo ana n» endxi
en el tamplo de Jaiiev4. T el paeble
1:
8 Bdifieó él la pueru aBayor de la
casa de Jehov4, 7 en el mure de late-
talaia «difioó mucho i.
4 Ademas edificó ciudades en las moa-
tafias de Jnd4, 7 labró paléelos 7 torvts
en loa bosques.
8 También tuvo él gaaaia «on el rqr
de los h^oa de Ammim, 4 loa enalat
venelój y diénnle loa míos de Ammoo
en aquel ^k> den talentos de plata, j
dies hbU coros de trigo, 7 diec mil de
cebada. Esto le dieran ios h^os de Am-
mán. 7 lo mismo an el sagrado aüio, y
endtaneM.
6 Aaíqitw Joatbam filó fiarfifieado, par-
jnepaió sns oaminoa dalaaie de
^aho«4eu Diotc
7 Lo demás de los hechos de /ea-
tham, V tedas ans guerras, 7 sus eami-
noa» hé aaui eat4 asoilta an d libio de
loa raaws die Israel 7 de Jndá.
8 Guando oomenaó 4 Minar en de
veinte 7 daca aflos, 7 dlea 7 seis aitos
rainó an Jerasalem.
8 Y dnniió Joatham oon eos vadrss,
y aeoulttronl» en la dudad de llafid;
y reinó en su lugar AchAz su h^.
CAPITULO XXYIII.
Jf aliad» é» AAé», p émihm fm antwwi
á JmU. OMAmv» m m im^tim\ m ftr
«a mmmíi nmáe «a d tdao Muúít* m
DS vdate afioa era AdiAs cuando
ceaaanzó & rdimra, 7 diez 7 ads
aftas «dnó en JeruMiiam : mas no hizo
lo raoto en qjos de Jebová, como David
supadrai
9 Antes anduvo en los caminos de lot
t^yot de larad, y adaaaaa hiao imágenes j
da fiíndldank 4 loa Baales i
8 Quemó también perfiMna en d valle
da lea h^oa de Hlnaom, y aaeaaó sus
hUca pagfhego», eanfiarme 4 las abonti-
nadonea de lea gentm que Jeho*4 haUa
echado driaate de loa huos de Israd.
4 Aaimitmo aaetificó y quemé par-
luMS en loa altos, y an lea caHades,
7 ddMOo de todo 4riwl eapaao.
A Por lo cual Jaheed aa Dios lo en-
tragó en manm dd aay da toa Btans,
loa codea le danataran* y «lagianaa de
Pamaseo. Fué tamMea entregada aa
manca dd rev de larad, d ead lo batió
graa
Pom
Jorque V<
|iyo de
2^
KÍIÜÍÍWSS
btp^ Abhu hUo J« JnKii
_. -■iUMJcMn»MJ^btea«|iy.
tbi «• (tms. Jgili, Hi* da ilamm,
< JahW^ Ida Ib lIDaa da *>aF<>. la-
A^CLfMl
n^eíamoAfl; zxx.
A-cm
MGr.3i.3R.
«lSef.6.S.
PUt.iJBM-
«Im. 8.14,
ete.
Helk9.31.
•-Lev. i. 15,
«Cmi.8.1*.
1 <>. IC 4.
73S.&
yS6.1»et&
itSa. 34.11.
Bal. 87. 7*
7 1«>. 8. S.
I*. 88. 20.
yCftp.28.18.
•M. 100.x
•8aL09.&
T Slml: 7 de iM hU«M de Jmímihwm,
15 EitoB juntaron 4 mu hcrmaiiM, j
santific&RniM, j «ntraraa, conform» u
nundamimto éel mrjt 7 üm MlahSM de
Jehová, pea* limpiar 1* casa die Jdwrá**
16 Y entrando los aaocfdolcs dentio
de In cata de Jeheyá para limptada,
saeann toda la Imnvndiela qoe haUa>
ron en ti templo de Jebová al atcio de
la casa de Jehová, la cual tooaavoik los
Levitas, para saoaarla Samm tí tanteóte
deOdnm.
17 Y oomenafliron 4 santificar el di*
primoo del mes inimero, y 4 los ocho
del mismo mes Tuienm al pórtice» de
Jclu>«4 : y santifioanm la casade JchoT4
en ocho días» j «n ék dics y seis del mes
primero acabanm.
IB Lii«go pasaron al rey Ezechlas, y
d^jeronle: Ya hemos limpiado tod* la
casa de Jebov4, el aliar del holoeaiisto,
y todos sas instrumentos* y la mesa da
la proposición con todos sus utaaliUos.
19 Asimismo hemos preparado y san-
tificado todos los rasos que en su prera-
ricacion habia maltratado el rey Aehás»
cuando reinaba: y hé aquí astan fodlM
delante del altar de JehoT4.
90 5 Tlevant4ndose de mafiana él nj
Encblas, rennkJ los principales de la
ciudad, y suUé 4 la oasa de Jeho«4.
Si T pMsentaran siete novillost siete
cameros, siete corderos, y siete machos
de cabrio, pan expiación j> por el reino,
por el saptnaiio, y por Juci4. Y d^jo 4
los sacerdotes, h^os de Aaaon, que las
ofi-edcsen sobre «í altar.
99 Mataron pues los bueyes, y los
sacerdotes tañaran la sangre, y espar-
ciéronla sobre el aUary: matano luego
los cameros, y esparcieron 1* sarare
sobre el altar: asimismo matáronlos
corderos, y espanlaton la sangre sobre
el altar.
93 Hicieron denues Uwar los maebos
cabrios de la eimiacion delante del t«y,
y de la multitud, y pusieron sobre ellos
sus mancar:
94 T los saoerdaÉBs los mataron, y ex»
piando eipareieron la .sangre de ellos
sobre el altar, para reconciliar 4 todo
Israel : porque por todo Israel mandd
el vsy kaeer el holocausto y I* expia-
den.
95 Puso también Levitas en la casa de
JehovA con oíwbalos, y salterios, y har-
pas, conlbrme al mandamiento de Da-
vid*, y de Oad, vidente del x«y<, y da
Nathan mofista: porque aquel manda-
miento fné por mano de Jehov4, por
mano de sus pmfetas.
96 T los Levitas esUban con los in-
strumentes de David*, y los sacerdotes
con trompetas'.
97 Etitónoes numdó EzeohSas sacrificar
el holocausto en él altar; y al tiempo
que comenzó el holocausto, comensó
también el c4nticoy de Jehová con las
trompetas y los instrumentos de David,
rey de Israel.
98 Y toda la multitud adoraba, y los
cantores cantaban, y los trompetas sana-
ban las trompetas ; todo hasta acabwit
él holooauito.
99 Y como acabaron de ofrecer, in-
dinase el rey, y todos los ^e con ¿1
estaban, y adoraron.
ao Entonóos el rey Eaechlas y los
principes dieron 4 los Levitas que ala-
basen 4 Jehov4 por las palabras de
David, y de Asaph Vidente: v ellos
alabaran oon gmnide alegria*, « incli-
nándose adoraron «.
81 Y respondiendo Eaechlas dtfo; Vos-
ies«a»4Je.
} iiagüni pnaa, y presentad aaertfi-
y alafiinBa» an lA casa da JdMné.
la multitud presentó sacrificios y ala-
t y todo liberal de ooraaon, holo-
eanstos.
89 Y ftié el ndoaeio de los holocaustos^
qué tni9 la oengvegaeion, setenta bue^
yes, cien eameeos, doscientos oordens;
todojpaia el hokieaaato de J«hov4.
88 T las«*nat«(BtCBdaa,/ii«vett seiscien-
tos boeves, y tras ndl ov^aa.
M Mas loe aaoeidotes cnm poooe, y
no podían bastar 4 desollar los holo-
oanstoa ; y asi sils hennanoe los Levitas
las «yodaron hasta que aoabaaon la otan,
y hsista que los saoeidotee se eantifica-
ran : porwe kw Levttas« tuvieien au^at
pcontitnd de oocaaon para santiftearae
86 Asi pues hubo gran multitud de
holoeauatoe, con sebos de paeifioos, y
libadenes die c*de boloeausto : y qped^
ordenado el servicio de la caea de Je-
hofi.
89 Y alegróee<< Eaeehlea, y todo el
pueblo, de que Dios hubiese preparado
el pueblo: pangaa la caaa fué
mente Aedka.
CAPITULO XXX.
iteAUu urna patata tctmmOiua m
OtUtra
Jerutaiem, hahi^náo convocado pora «Bo á
todo Itnmy Jniá.
TpNVIO también Eaeohlas por todo
escribió letras 4
que viniesen 4
■I-i Israel y Jud4, y
Bphfaiot y Manassd,
Jerusalem 4 la casa dé Jehov4, para
oetdunr la Pascua 4 Jehov4 Dios de
Israel.
9 T habla d tej tomado consqjo oon
sus principes, y oon toda la oongng^
eion en Jerusalem, para celebrar la Pas-
cua en el mes segiundoa:
8 Porque entonces no la podían cele-
hrarb, por cuanto no habia suficientes
saoerdotes santificados*, pi el pueUo es-
taba Junto en Jerusalem.
4 fisto agEadó al rey y 4 toda la muí-
Utttd.
£ T determinaron haoer pasar pregón
por todo Israel, desde Beer-sebah hasta
Dan, para que viniesen 4 oelebiar la
Pascua 4 Jehov4 Dios de Israel en Je-
rusalem : porque en mueho tiempo ne
la hablan oelebrado al modo que eet4
escrito.
6 Fueron pues cornos con letns de
mano dai rey y de #us nriaeipes per
todo Israel y Jud4, como A rev lo hania
mandado, y decían: HUoa de Israel,
volvóos'' 4 Jehov4 el Dios de Abraham.
de Isaac, y de Israel, y ól se volvaB4 4
las veUquias que ce han quedaiio de U
mano de loe aeyes de Aairia.
7 No seáis como vuestros padres, y
oomo vuestros hermanos, que se rebás-
ron contra Jehov4 el Dloe de sus pa-
dres, y él los entregó 4 desolación, ocase
vosotros veis«.
8 No endures«ais pues ahora vuestra
oervfa^ oonso vuestras padres: dad la
mano 4 Jehov4, y venid 4 sus sea-
tuaijo, d oua) el ha santificado psrs
siempre; y servid 4 Jehov4 vneativ
Dios, y la ira de au Auor se apariarf
de vceotroajr.
8 Poique si oe viviereis 4 Jehev4,
Tueetros hennanoe y vuestros hUos ha-
llar4n misetioordia delante de ks que
los tienen cautivos i, y volveiin 4 eita
tierra : porque Jehovi vuestro Dios ss
demente y misericordioso t, y no vdvsi4
de. fce^itros su rostro, si vosotros os voi<
viereis 4 él A.
»leT.M!
«Gftp.3(i.t.
ij^t%
do.
»Ex.lliJi
• Cb|kfl.ll
JoelS-tS.
14.
/lteii.W.ll
Keh.».U
M.UL4
Í0SS4.Í
ftPrD.3fi.U
Is.U.r
iLooincM; zxxL
■^•'Srztrt
scsSsJí"'^'"'
itt lefÍH <IC° lia LtHOi
H Fuiqíw BHdhlH» TtJ da JvX^hi-
I JlH «H bdilH '>«I4i> da U Um d^
f***» ll UAh, Ijiillmiii •! Hablo» i l>
o laiSxhTSdi. ; iD^dn |V«1
KiS
4J0 la naot da uttu^H, j da Onl
pdH..M> !•■-»:
•■" "l!?*?*?^^ '■*?ii?^
iliigiuíjiorjiw^mMltoiMiiíaii
ircsí't-— —
I Vlnli ni Ei^Mu la Tnldi da tüÜDihw.
icm
iL cwiifiQá& xnsiL zsziy .
A-ctn;
'Mi. I,».
IJn.i.S,
tfc.
Bxm
íñxiz.
5iir.
fe'-
íHu.
Lis.»,
[nú.
'Aiir.i
^11. M.
pM» k» ganado»,
Ótete
«n gvan capiax
dado BMiaha ha-
/ y rf Mte, aiMrla far
•liaatat
n Bita Baanlite fwv^S kw
de lu apaa» da Olbon la de arüba*, y
•aeaiolailM ab^}o al OocMaoca de la
ciidride Oavtd. Y fué.
chlat «n tedo lo que hiio.
31 BmpcB» «n £ dt 1m ambuladarii de
loi priawpat de BablloBia. «na enviatoa
4 ¿1 paia MbOT del nrodljclo qpM habte
anccldo « avióla tianraft, IHm 1» d^,
am piDharte« pava haaer «oaeoer todo
w que cttaba «n «a ooraaon «.
»^Lb daeaaa de Im iMehoe de Bie-
eklM, y de tua aiiaevlcaadte, há afai
teda «HA awtlto «a la inmfteia de lis-
ias' profeta, hUo de Araos, y en el Utao
da lo» i^aa da Jodá jr de laaal •.
«YdannldBaaeUi
riapakinalo an loa
aciaa da loa hl^aa da David,
e «n MI maerta/ todo Jndá y lea de
Jaraialflm: j latnó en sa loa» Mañané
Mh^k ^^
CAPITULO XXXIII.
Mamattt. dupttu da mu tmpÍMlade$, m eoa-
Htrt» i IMot M •■ etmHvtrio dt B4$llimia,
im rttHUMoém niño, iamdt ditlnum ta
•lOMlPHI y f^MMHWtff OT 4RwfM# «HWv* cRM^*
DB deee aloi m» Maaand enando
oemenaó A *einar«, y eineaenla f
ateo «loa lelnd en Jenualen.
8 Mas hlao lo malo en ojoa de Jého-
f&, «oDftmne á las abemlnaeloneB de las
isnles» fue habla eohado JelMTá de-
lante de los hlJos de Israel :
8 Pwque él readMeó loa alta» qua Sae-
etalas w padre habla denrlbade*, y le-
notd altans A les Baales, é hiae bo«-
qnss', y adeciJ A tod» el n^dnlto de lea
eielaB,yAdlstrrtó«.
4 Edificó también dtaraa en la casa
de JchoTA, de U oual habla JehovA dt-
ehet Bn Jerasaleía serA mi nemhre per-
petuamente.
8 Bdifioó aatanlame attaica A todo el
^dRlto de les eMos en los dea atrkw de
laeaiadeJehofiA.
4 T pasó s«M hliea por Ai«p>/ en el
^ndle de los h^oa de Hlnnon ; y miraba
M los tieropos, miraba en afrOeras, era
dado A admaaolenes, y oonsaltaba py-
thona y oicantadorasf i suMó de mmte
*■ baeer le malo en ii{)os de Jehora, pa-
ís toritarie.
7 A Blas de calo paso ana tanAgen de
madldon, que Meo, en la oasa de Dios,
ds la cual habla dicho Dios A David y A
nalomon su h^o : Bn esta oasa y e» .Te-
wssism, la eaal yo ete< sobre todas las
Mbns de Israel, pondré mi nombre pora
dsiniNs :
8 Y nmea maa qaltaré el pió de Israel
déla tlarra que ye entregad A raestras
l"dns, A ooncHoioa que geiaden y ha-
pn todas las oosas qne ye les he man-
dado, toda la ley, estatutos y ordenantes
por maao de Molaes.
• Hito pues Manassó dcsriarse A JudA
7 A loe moradores de Jerasalem, para
baecT mas mal qne lea gentes qne Je-
boié dsünyó delante de los h^os de
10 Ybawó JehorA A Maaassé, y A su
{Viblp; mas dios no aflovoharoo: per
le anal JahovA telo oontra eUoa loa ae-
•jinte del jétete del rey de te Asi-
*^ los eiMlaa aprlslonaroa eoa «ifllos
A ■teiwi. y a<a
ranloAB^Uoala.
11 Mw la«o qne toé
pwtte, aró aale JehovA su
mdllado graiidiMants en la
04ea de aas padiasi
U Y hnbtedo A tfl ondo, ftié
Dte, ha*
dido, paes qne oyó frrspJclo au
y volvidte A Jerasalem 4 aa reino. Ba-
tónces oonooló Manassó que JahorA «la
IMoa4.
la Oespuea de oslo edifloó el awre de
afuera de la ciudad de Davü, «1 Oeel-
denta de Olhaa. en el TaUe, A ta en-
trada de 1» paoita dal paaondo» y eeieó
4 Ophel •', y aladlo mi^ ate i y pnao ea-
tanca de it)órolto en todas las «iniiadea
por Aldo JadA.
M Aalmlsaan qaiid tediases ajsnns, y
el Uole de la eaaa de J^ovA, y todos
te atena qae haMa adlfleado en el
monte de la oasa de JehovA» y en Je>
, y edbólo «sde Ataa de la du-
t
lA BaparA laagD el altar de JehovA,
y seorlfloó eatea ól saorUcte paeUlees
y de alabéala* ¡ y mandó 4 JadA qae
ilr^tewi 4 JrfmvA Dte de teaaU
16 Bmpero el pueblo aaa saoriOeaba
en te atea', Uaa qne 4 Jehor4 su
Dte.
IT Lo damaa de les heehea de Maaaasó,
y su araalon 4 Ote, y te pnlabiaa de
te videntes* qae le hablaroa en nom-
fase de Jatevd el Dioa de Xsrael,hó aquí
en te haohea de te
i, y oeine Aió
- r ^Jf y ■» PfMWri-
eaeien, te lugares donde edificó altoa,
y hahia puesto bsaquas ó Idote Antes
qae sp humillase», oé aquí aata» cesas
están escritas en las palabraa de te vi*
todo estA
reyes de Xsiaal.
UBn
10 V durmió Maaasaó eon sus
y eapahArsotoaa su ansa : y
lagar AmosksahUo.
90 5 Da vétate y dea alea e» Amonp
ennndo coaaensó A leiBar, y dos afios
reinó en Jeruaalem.
•1 B hlao lo malo en q}oa de JehovA,
eoaM teMa heoho Manassó su padre :
porque 4 todos te idotef qiue su padre
Manesaó habla heeho, saoilficó y atarvió
Amen.
83 Mas nunca se humilló delante de
JeterA, como se humilló Manaasó su
padee ; Antes aumentó el peoedo r.
as Y oonspiraron oontra ól aua siervos,
y aaatAnmlo un sa oaaa.
84 Mas el pueble de la tierra hirió A
todos te qne habian oonapliade eontra
d rey Arnon^ i y el pueblo «rfemo de la
tlarcB paso por r«y en su lugar A Joate
sul^i*.
CAPITULO XXXIV.
Xterupi Jotitu ta idolatrfa ; a ord*nadapor
A la nttawraeion M templo, héOaaé tiV-
hro á» la lev, aeorea átl mal mtvia 4 con-
•Mftar a HwíéapnfeH$a. AmwoHa •«(« «I
fWHfUnttmUo M la» amtnata» eonlmMM
«N «i Mr», «ers «m «o «iría ta fes Aw dt
Jo*{a» ipil Tonueva d podo ontrt Dio» y
DB oche alte era Joste cuando oo.
menso A reiner», y treinta y an
año reinó en Jerasalem.
S Bate idao lo recto en ojos de JehovA,
y anduvo en loa caminos de David an
padae, úa apartarse A la diestra ni A la
siniestra k.
8 A los ocho aflea de su reinado, si-
endo aun muchacho*, eoiaanaó A búa-
car al IMoa de David su P^l.' 4 te
Allaipte4Jnd4y4
* Daa. 4. 84.
<0Kp.a7.s.
«Lav.T.U.
l8Bay.l&4.
"98a. 8. 8.
•IJaaaljL
•Sal. 119.87.
y 71. 75.
P9Bey.Sl.
19. oto.
« I«. 44. 13.
' Jor. 7. !
•G«B.ft«.
Na. 95. 81.
18.
•9 Bey. 99.1,
ote.
»l>ni. 8.S9.
y 17. 11.39.
y 9a. 14.
Jee. 1. T.
• Tte. 8. 17.
Be. 19. 8.
A.€.«aa^
n. CBOQflGASt XSXPTi
A.CIIÍ.
•<Ckp.S8.17.
22.
•Sltoj.38.
4.6.
/lIle7.1S.2.
2B«y.28.aO.
vanqr.au.
*G»>si.ia.
Kéh. 7. a.
1 Cor. 4. 9.
• Dea. 17. 18,
19.
Joa.1.8.
fc Jer.88.90,
a.
'2ItoT.99L
12.
Jcnuatam i« los altotf botqaat* «muI»
tnrM, é ImágenM de fimdkifawni.
4 Y dmliMumi daiante d« él 1m al.
cn«t de loe Bule*, é hlso pedaioe lai
luifmwiiiw éel aot qae aataban puestas ca.
cima : despedazó tamWan loe bosques, y
las oseultuna j cstataas de ftindlclon, y
desmcBozólM, y esparció M fUv»* uAm
loe sepalcios de los que les hablan sa-
ofifieado.
5 Quemó ademas los hnesos de los sa«
oerdolas sobre sos altares/, y limpió &
Judá y 4 Jenualem.
6 Lo NiMNie *i«0 en las dudados de
Maaassé» Bphiaim, y Simeón, basta en
NephtaU, con sus lugares asolados al
7 Y como hubo denibado los altares y
los bosques, y quebrado y desmenuzado
lea esculturas, y destruido todos loe ído-
los por toda la tienm de Israel, volvióse
á Jenualem.
8 5 A los diea y ocho altos de su rei>
nado, después de haber limpiado la ti-
erra, 5 la Casa, envió á Saphan, 14Jo de
Asalias, y k Maasias, gobernador de la
eludad, y 4 Joka, hUo de JoaohAs can-
ciller, para que reparasen la casa de Jo-
bo^ su Dioef >
9 Los cuales vinieron 4 Hildas, gran
■aeeniote, y dieron d dinero que haUa
sido metido en la casa de Jehová, y que
los Levitas que guardaban la puerta ha-
blan recogido de mano de Mansssé y de
Ephraim, y de todas las reliquias de I»-
rael, y de todo Jttd4 y Beq^amin, baM-
endose después vuelto 4 Jeniaalem.
10 Y entreg4ronlo en mano de los que
hadan la otm, que eran sobrestantes en
la casa de Jdiov4 ; los ouales lo daban
4 los que hacían la obra y trafagaban en
la casa de Jehov4, para reparar y res-
taniar el templo.
11 Daban asimismo 4 loe oficiales y
albalUles para que comprasen piedra de
cantería, y madera para las trabazones,
y para entabladura de laa easas, ias eua-
lea hablan destruido los reyes die Judá.
It Y estos hombNS procedían con fide-
lidad en la obra * : y eran sus goberna-
dores Jahath y Abalas, Levitas, de los
hijos de Merari ; y ZaohArias y Mesn-
llam, de los h4}ós de Coath, para que
activasen la obra. Y de los Levitas eran
todos los entendidos en instrumentos de
müsica.
18 También velaban sobre los gana-
panes, y eran sobrestantes de los que se
ocupaban en cualquier elaie de obra : y
de fes Levitas AoMa escribas, goberna-
dores, y porteros.
14 5 Y al sacar d dinero que habla
sido metido en la oaaa de JelM>v4, Hil-
eiaa d sacerdote hdló el libro de la 1^
de Jd)ov4 dada por mano de Moisés •'.
16 Y dando cuenta Hiloias, d^o 4 8a-
Ehan escriba : Yo he hdlado d libro de
I ley en la casa de Jehov4. Y dio HU-
das el libro 4 Saphan,
18 Y Saphan lo llevó d rey *, y con-
tóle d neaocio diciendo: Tus siervos
han cumplido todo lo que les ftió dado
4 cano.
17 Han reunido d dinero que se hdló
en la oasa de Jehov4, y le han entregado
en mano de los comialonados, yen mano
de los que hacen la obra.
18 A mas de esto declaró Saphan es-
eriba d rey dldendo: El sacerdote Hil-
das me did un libio. Y leyó Saphan en
él delante del rey.
19 Y luego que d rey oyó las palabras
de la ley, rauó sus vastidos ;
80 Y man& 4 Hildas, y 4 Ahicam,
h^ de aaplum, y 4 Abdon<, mo da
Midi4, y 4 Saphan aaeilba, y 4 Aaris,
dervo del rey, diciendo :
n Andad, y oenenltad 4 Jdurrá de
mf, 7 de las rdiqoias de Isnd y de
Judá, acerca de las palabras dd lilr»
que se ha hdlado : porque grande es si
furor de Jehov4 que ha caido sotare ass-
otros «, por cuanto tmestros padres ao
gnardamn la palabra de Jenová, psn
hacer oonfiírme 4 todo lo que está es-
crito en esto libro.
88 Entonóos Hiloias y los dd r«y fberao
4 Huida profetisa, mujer de Sdum. hUo
de Tikvath, h^o de Hasra*, onarda de
las vestimentas, la cual moraba «n Je-
rusalem en la casa de la doctrina, y di-
Jéronle las palabras dichas.
88 Y día respondió: Jdiov4d Dlosde
Israd ha dicho ad : Decid d varón qoe
oa ha enviado 4 mi, qne ad ha diehe
Jehov4:
84 Ué aqni yo traigo md sobre este
lugar, y sobre loe meradoccs de él ; to-
das las mddidones que están asetitas
en d libro que leyeron ddante dd rey
deJud4:
as Por cnanto me han dejado, y han
sacrificado 4 dioses ágenos, provocsn-
dome 4 ira en todas las obras de sus ma-
nos : por tanto mi Airor destilar4 sobre
este liyar*, y no se apaoará.
86 Sna d rey de Juda, que os ha «-
viado 4 consultar 4 JdMv4, ad le di-
réis : Jehov4 d Dios de Israd ha dicho
ad : Pmr cnatdo oisto las palabras dd
l^bro.
87 Y tu ooraaon aa entenado?, y te
hnmiliaste delante de Dios d oír sus pa-
labras sobre esta lugar, y sobre sus mo-
radores; porque te humillaste ddante
de mí, y rasgaste tus vestidos, y lloraste
en mi nresenda, yo también te he oido,
dice Jenová.
88 Hó aquí yo te recogeré con tus pa-
dres, y serás recogido en tus sepulóm
en píut, y tus qjoa no veién todo d bmI
que yo traigo sobre este lugar, y sobre
los moradores de él f . Y dios refirieron
d rey la respuesta.
80 5 ^Vl'Wf d rey envió y Juntó
todos los ancianos de Jttd4 y die Jeru-
sdem*-.
80 Y subió d rey 4 la oasa de Jdiov4,
y con él todos los varones da Jud4, y los
moradores de Jerusalam, y los sacer-
dotes, y ios Levitas, y todo el pueblo
desde el mayor hasta el mas pequefio ;
y leyó 4 oidos de dios todas las palabras
del lifaoro del pacto que liabia ddo ha-
llado en la casa de Jehov4.
31 Y estando el rey en pié en su sitlo«,
hizo alianza delante de Jehov4de oaoü- 1
nar en pos de Jehov4, y de guardar sus
mandamientos, sus testimonios*, y sos
estatutos, de todo su ooraaon, y de toda
su dma, poniendo por obra • las pala-
bras dd pacto que edaban asexitas «n
aquel libro.
88 E hizo se oblig4ran 4 ello todos los
que estaban en Jerusalem y en Benja-
mín : y los moradores de Jenualem hi-
cieron confimne d pacto de Dios, dd
Dios de sus padres.
33 Y quito Josias todas laa abomins-
clones de todas las tierras de ios hijos
de Israd, é biso 4 iodos loa qne se ha-
llaron en Israd que sirviesen 4 Jehov4
su Dios : no se aiJwTtaron de en pos de
Jdiov4 d Dios da sus padres todo d ti-
empo < qoe él vivió.
CAPITULO XXXV.
Jodoi «eMra fa J^sw«mi «on gramát wánini
étá, fleWwdo ndra ATmíMo, rt|rd« JMp**»
w ft«rM« y ««MrlSk Immífá^Utté» « jaw
Me, y dafdoreMds A fr^fáa Jtrtmi*»'
(te.
sis.K.1;
etc.
•aiej.ft
14.
Jer.:.8i
UiU.
TI6.1
ki.it.
u.
de.
111. Utj
I» !
.C.cir.6SS.
IL CBOmCAB, XJXr, XXXYI.
YJ0SIA8 Ua» TuaaM * Jahová m
Jwuulain «» f McilflMion !• pat-
eos 4 lo« catore* det mm primero k.
S Y pino 4 Im laocidotet tn ku mn.
pléMe, T oanfiímiOM en éi mlnlstirio d«
tt cua de JdtovA.
8 V diio 4 Im Leritw que ensefiaiiea'
á todo Israel, j que estaban dedicados 4
JchoTi : Poned el ana del saatiaatio en
la caía que edificó Salomón, I^jo de Da-
vid, rey de Israel, para qae no la car-
sacia mas aoiire loa hombros*. Ahora
wrriiéis i JehoT4 Tuestro Dios, y 4 su
poeblo litael.
4 Apercibios según las fhmiliaa da tu-
ertros padres por Tuestros didcoea, con-
fimae 4 la pieserlpcion de David rej de
Israel, j de Salomón an hUo/.
5 Estad en el santuario a según la dis-
tiibadon de las familias de mestros her-
manos, hijos del pueblo, ; Mifim la di-
visión de la ftmiUa de loa Lcritaa.
6 Saerlficad luc^o la pascua; y des-
paes de santificaroaA, «pereibid 4 tu-
«itros hcnnanos, para que bagan con-
fiMrme 4 la palabra de JehoWk duda por
mano de Moisés.
7 Y ofreció el rey Joaias 4 loa del pue-
itlo« oT^as, corderos, y cabritos de loa
nbafios, en número de treinta mil, y trea
mil bueyes, todo pan lá Paaoua, para
todos los que se hallaron presentes. Esto
(ie la hacienda del rey.
8 También sus príncipes oArecienm oon
Uberalidad al pueblo, y 4 loa sacerdotes
y Levitas : Hilcias, Zachirias, y Jehiel.
principes de la casa de Dioa, dieron 4 loa
uoeidotcs para hacer la pascua dos mil
y seiscientas eveju, y trescientos bueyes.
9 Asimismo Ghónanias, Semeias, y
Nathanael, sus hermanos, y Haaabias,
Jébití, y Josabad, príncipes de los Le-
vitas, dieron 4 los Levitas para los sa-
crificios de la pascua cinco mil ov^as,
1 quinientos bu^es.
10 Aprestado asi el «enrielo, loa sacer-
dotes se colocaron en^ sus puestos, y aai-
mismo los Levitas en sus órdenes*, con-
fonne ai mandamiento del rey,
U Y sacrificaron la paaoua^t y espur-
dan los sacerdotea la tattfrt tamada de
mano de los Levita*, y los Levitas deso-
liaban.
U Tomaron luego del holocausto, para
dar conforme 4 Tos repartimientos por
las fiuiiilias de los del pueblo, 4 fin que
oneciesen 4 Jebov4"i, según ettá es-
crito en el libro de Moisés : y asimismo
Amara» de los btt«yes.
13 Y asaron la pascua al fuego aegun
Is matnmbre* : mas lo que había sido
aniificado lo cocieron en ollas, en oal-
dütos, y calderas, y repartl¿ron/o presta-
mente 4 todo el pueblo.
14 Y después adnexaron para sí y para
los lacerdotes ; porque los sacerdotes, hi-
jos de Aaron, estuvieron ocupados hasta
la noche en el sacrificio de los holocaus-
tos y de lo* sebos : por tanto k» Levitas
ademuroo para sí, y para los sacerdotes
uijos de Aaron.
16 Asimismo los cantores, hijos de
Auqph, uMan en su puesto confisnne
*I mandamiento de David o, de Asafdi,
7 de Heman, y de Jeduthun, vidente del
Njr; también los porteros^ estaban 4
«■da puerta, y no era menester que se
•panüen de su ministerio, porque sus
■Mrmanos loa Levitas ^MurqatMUí paia
dios.
10 Así filé aprestado todo el servicio de
Jehov4 en aquel dia, pan haoer la pas-
cu> y sacrificar los holocaustos sobre el
war de JehoT4> conforme al mandami-
ento da) rey Jo>l«*.
17 Y los hUa* da I vul que «M se ha-
llaron, hieiinn la pascua an aquel ti-
empo, y la solemniOBd de los panes sin
tevaduia, por siete dias.
18 Nunca tal oaaoua fué hecha en Is-
rael desde los ¿las de Samuel el «ro-
fttaf t ni ningún rey de Isiaal hiao
pascua tal oomo la que Uso el ny Jo-
sias, y los sacerdotes, y Levita*, y todo
Jnd4 é Israel, loe «|tte 4t ttto* aüi se
haUanm, Juntamente con loa inonHioras
da Jemsalem.
19 Esta pascua taé odebrada en el aflo
dies y ocho del i«v Joslas.
8') 5 Después oe todss estaa oosasr,
luego de haber Joslas piaparado la casa,
Neieháo#, rey de Sgi|Áo, suUÓ 4 hacer
guerra en CnárGh4mis junto 4 Eulka-
tes; y salió Joslas contra él.
n T él le envió embajadores dioiende :
¿Qué tenemos yo y td, rey de Jud4?
Yo no Tengo contra tí hoy, sino contra
la oaaa que me hace guerra ; y Dios dijo
que me apresurase. IM¡jate de lonuute
con Dios, que es conmigo, no ta des-
truya.
SS Mas Joslas no volvió su rostro de
él, 4ntcs disfiaaóae para darla batalla,
y no atendió 4 la* palabras de Neoh4o,
ene emn de boca de Dios ; v vino 4 darle
la batalla en el campo de Megiddo.
88 Y los aroheros tiraron al r«y Jo-
slas JUchat, y dijo el rey 4 sus sierros]
Quitadme de aqiii, porque estoy herido
gravemente.
M Entonces sus siervos lo quitaron de
aquel carro, y pusiéronlo en otm se-
S lindo carro que tenia: y Uev&ronlo 4
eruaalem y murió, y sepultáronle en
los sepulorcs de sus padres. V todo Jud4
y Jerusalem hixo duelo por Joslas.
85 Y endechó Jeremías por Joslas : y
todos los cantores y cantoras recitan sus
lamentaciones ( sobre Joslas hasta hoy, y
las dieron por norma para endechar en
Israel, la* cuales están escritas en las
Lamentaciones.
96 Lo demás de los hechos de Joslas, y
sus piadosas obras, conforme 4 lo que
est& escrito en la ley de Jehov4,
97 T sus hechos primeros y postreros,
hé aquí est4 escrito en el libro de los
re^es de Israel y de Jud4.
CAPITULO XXXVI.
JoaeMa, JbaVíN, JoaeMn, f Sedetiae^ dUtm«t
reft» de Jndd, ¡f «u eafil«*«rto. iV0&M«odo-
voear dutnty» d Jertuatet». Otro permite
qne lo» Judíoe vuetvan dtüa.
ENTONCES el pueblo de la tierra
tomó 4 Joachiz, hijo de Joslas «, é
hidéronle rey en lugar de su padre en
Jerusalem.
9 De veinte y tres años era Joacháx
cuando comenzó 4 reinar, y tres meses
reinó en Jerusalem.
8 Y ri rey de Egipto lo quitó de Jeru-
salem, y condeiw la tierra en den ta-
lentos de plata, y uno de oro.
4 Y constituyó d rey de Egipto 4 su
hermano Eliacim por rey soto» Jud4 y
Jarusalem, y mudóle el nombre en Jo-
akim ; y 4 Joach&x su hermano tomó
Necháo, y Uerólo 4 Egipto.
6 ^ Cuando comenzó 4 reinar Joakim
era m veinte y cinco aüos, y rdnó once
aflos en Jerusalem : é hico lo malo en
qjo* de Jehov4 su Dios.
6 Y subió contra él Nabucodonosor,
rey de Babilonia, f atado con cadenas lo
llevó 4 Babilonia.
7 También llevó Nabucodonosor 4 Ba-
bilonia parte de los vasos de la casa de
JehoT4, 7 pUaolos en su templo eu Ba-
bUonia.
«9Bev.
91. '
ña
•Jer.16.9,
de.
( Zae. 13. IL
Mal. 9. 28.
*2ney.
SO, etc.
léñm.
mMUfl» A
Rdivn«,
de IM
mU
3 Lm UJot d*
eisDlv tctenta y diM.
4 Uw hl)o* de 9«|iiiatlM*
MtCBlKjr doc.
5 £m WJoc dt An/,
tata y dnco.
« Lm h})M de Palurth-Moab, de Im
b^M de Jomég de Joeb, do» mil oeho-
ctaMe* y doce.
7 Lm hijM de Blemf, nU doedentet
dncuenta y oiutro.
8 Lm htte» de Zattu, noveefeatai coa-
icata y cinoo.
9 Lm UíJm de Zaehtl, MteeienttM y
10 Lm MJot de Baid A, MiieieneM coa»
lenta y dos.
11 Lm hijM de Bebel, sdwlentot ve»
lote y tici.
IS Lm b^M de Aigad, mil doMiintot
Tctoteydoi.
13 Lm UJm de Adoidcam, wbeictotof
tewnta y Mit.
14 Lm bHes de Bigirai, dM mil dn-
coenta y teis.
15 Lw 14)m de Adhi, eaatndentoe
cinevciita y cuatro.
19 Lm uUm de Ater, de Eiecfalas,
Borenta y ocbo.
17 Lm bijM de Benl, tieechDtn veinte
y tres.
18 Ln bHM de Jora ', dentó t doce.
19 Lm bQM de Haram, dofldentM ve-
inte y tres.
80 Lu hijm de Olbbar, noventa y
cinco.
81 Lm b^ot de Beth-lehem, dentó
veinte y tre«.
88 Lm TanmM de Nethopha, clncuen-
tayads.
88 Lot Tanaca de Anathoth, olento
vdiite y ocho.
M Lm tíjtn de Azmaretli, cuarenta
ydM.
85 Lm bUM de CMrlath.Jearim, Ce.
phin, y Beeroth, aetecientoa cuarenta
ytm.
88 Lm UJm de Rama y Gabaa, aali.
dentM vdnte y uno.
87 Lm Taranea de Michmaa, dentó
TrinteydM.
38 Lm valonea de Beth-d y Hai, do»>
cientM vdate y trea.
89 Lm h^M de Nebo, dncuenta y
dM.
30 Lm bHM de MágMs, dentó dn.
raentay seis.
31 Lm bijM dd otro Elam *, mil dM-
cieitos cineoenta y cuatro.
38 Lm b^oa de Harlm, trcsdentos y
veinte.
33 Ixw b|}M de Lod, Hadld, y Ono,
wteeientM vdnte y cinco.
84 Lm b^os de JeriehA, trescientos
enoieuta y eiboo.
33 Lm 14J0S de 8etiaa« tres mil seis-
dentM y treinta.
X 5 Los sacerdotes : los h^Jos de Je*
^^ de la casa de Jesua, novecientos
"tinta y ttcs.
37 Lm UJm de Immer, mil dncuenta
yíoe.
n Lm faQos de Phaafanr, mil doscien-
tos eearcnta y siete.
» Lm b^M de Harim» mil dies y
dcte.
J9 Lm Levitaa : loa hMM de Jesua y
de OUndd, de los b^jM de Odovlas*
••tarta y cuatro.
41 Lm cantores : Iqs h^os de Asapii,
•••ato vdnte y ocho.
48 Lm b^M de lea povtettM: lóa hUos
de flsBitm} les h^ de Aicrj lee tíSot
hUw de
bQoa de
hUoi d»
bQoe de
hiUoa de
de Taimen» loe bUea da Aoeab. loe
hUn de-Hatíta, loabUea de Sebatt •■
loaoa. oíanlo tNlnu y nueve.
4» Loa Netfabi4M: Im bÜoa de GBha,
loa bU«« de Haauplia* lea I4}m de Tba.
baotb,
44 Lm hijM de Ceros, loa
Siaa. los hijos de Fhadon,
45 Lm hQM de Lcbana, lea
Haaaba, Im h\)os de Aecnh,
48 Los hlkM de Hagab, los
Sumid, Im UJm de Hanaa,
47 Lm bUM de Oiddel, loa
Oaber, Im hljM de Reala,
4B Lm b^M de Keafai, loe hyoa de
Neeoda, los biios de Gaaam,
40 Lm hQosde Uxxa, loa ^)os de Pha.
sea, los hijos de Besd,
M Lm hUos de Asna, toa h^oe de
Hennim, tos hi.tos de Nephualm,
SI Lm bljM de Baebue, Im MJm de
Haottsa, Im bljM de Herhur,
A8 Lm hljM de Basluth, loe
HeMda, Im b^M de Hatia,
66 Los h^M de BarcM, toa h^M de
Slaera, ios hiJM de Thona,
54 Lm hijM de Nesla, loe byea de
Hailphsu
86 Lm hijM de Im sIervM de Rato»
mon m : Im hijm de Sotd, tos h^oo de
Sophererech, tos h^M de Pereda,
6« Lm hiJM de Jaala, tos l^Jos de
Dereon, lm hljM de Giddd,
57 Los h^M de iJefthatias, toa Mtoa de
Hatii, toa h^M de Phodiéicth-Hasae*
baim, loa b^os de Ami.
68 Todos tos NetUnéM», é b^es de
lm siervos de Baleiaen, ticsdentos no>
ventaydM.
A9 ^ T estM fiurom loa que saUeroo
de Thdmda: lliel-harsa, Cbérub« Ad«
dan, 4 Immer, toa cuales no pudieron
mMtrar la casa de sus padres, ni su
Unaje, al eran de Israd:
00 Lm lújet de Delda, Im hitos de
Thobias, tos bi)M de Neeeda, scisden-
tM dncuenta y dos.
«1 T de iM h^M de toa aaecrdota,
tos hUM de Abda, Im h^M de Cm,
Im b^oa de Bardllai, d cual tomó mu-
jer de las hijas de Bardllai GalaadlU,
y Alé llamado dd nombre de eilaa :
09 Bstoa bnaearon su registro de ge*
nealogfas, y no flid hallado, y ftaeran
cchadoa del sacentedo.
68 T d Thinatba les d^o que no
eomiesen de las eoaaa mas santas, hasta
que hnUcse saeefdote con Urim y Thu-
mim*.
64 ^ Toda la congregación, unida
como un tub hambre, era He cuarenta
y dM rali ticsdentM y sesentajp,
66 Sin sus dervM y siervas, toe enales
«ron siete mil treadentM trdnta y siete :
y tenían dMcientes cantores y cantoras.
66 8u8 cabaMos erem seteeientM trdnta
y seis i sus mulM, dosdentos cuarenta
y dnco:
67 Sus camellM, cuatrodantM ti«lnta
y dnco; aiuM, seis mil setedentM y
veinte.
68 5 T amputo» de laa cabecea de Im
padres, cuando vtaiieron 4 la oasa de
Jehová, U cual estaba en Jeruaalem,
oftecierun voluntariamente pan la casa
de Dtos, para levantarla en su asiento f :
W Swun sus Atenas dieron d tesorero
de la obra sesenta y un mil dracmu de
ero, y dnco mil Hbraa de plata, y den
tdnicas saceidotales.
70 Y habiuron tos sacerdotes, y Im
Levitas, y 4m dd pneMo, y Im canto*
res, y Im porterM. y Im Nethin^s en
sus dttdade», y todo Israel en sus du-
dad».
•iasy.fLSi.
•Jcsu».»,
aff.
lCr.«.S.
lleh.S.M.
•■1.98.80.
Lar. 8. 8.
Ka. 37. 31.
008.88.8.
P Nsb. 7. 68,
ff Xeb. 7. 70,
^
ESDRAS, V. VL
A. 0.510.
tta tn fiamaita, y A Im dema» de la
paite altt del rio, fu, ate.
18 La carta que tu» cnviasleb, elara-
mente fué leída delante de mí ;
19 T por mí fué dado mandamiento,
j buMMOon, 3 hallaron que aquella cía.
dad de tiempo antiguo ae levanta contra
los nytt», y rebela, j ti» forma en ella
Hdldoa:
n Y que leyaa ftwftea hubo en Jeru-
ulem, qnlenet aefionaron en todo lo
fw tHá k la parte allA del rio«, y que
tributo, 7 pecho, j renta* te les daba.
91 Ahora puu dad orden que eeten
3aelkM hombrea, j no acá esa ciudad
ilicada, hasta que por mí aea dado
numdaoüento.
SS J mirad bien que no hagáis error
en esto: ¿por qné habrá de crecer el
daBo para perjuicio de los reyes ?
88 Bntónees, cuando el traslado de la
eaxta del rey Aft^tertes fVié Mdo delante
de Rehum, y de ^msal secretario, t
sos compaflcTos, ftieron prestamente a
Jeraaalem á loa Judíos, é hidéronles
cesar con poder y fbena.
84 Celé entonces la obra de la casa de
Oíos, la cual eitaba en Jeniaalem: y
ocsé hasta el afio segundo del reinado
de Darlo, ray de Vtstík.
CAPITULO V.
Par twhortactt» de Hai^t» y Zmean'iu, Zo-
nbabd p Jmma wmloem A «oaft'iivar la/á-
hriea ^l tempio, 4» io (a* ütr&H «unta
é Darío ¡0$ qme prtUwHmron utorbarhi.
Y PROFETIZARON Hageéo* pro.
feta, y Zaoariasl' hijo de Iddo,uro-
fetas, & los Judíos que eiiateii en Judá
; en Jerusalem, ¡fmd» en nombre del
Dios de Israel A ellos.
8 Entonces se levantaron Zorobabel,
hijo de Sealthiel, y Jesua, hijo de Josa-
dec, y comensaron A edificar la casa de
Dios, que «sfata en Jerusalem ; y con
ellos kw pnrfbtas de Dios que les ayuda-
ban.
3 En aqnehtiempo vino A dios Tatnai,
caplua de la parte allá del rio, ▼ Sethar-
bñnai, y sus oompailenM, y cejáronles
así: ¿Quien os ái6 mandamiento para
ediflcar esta «asa, y resUblecer estos
mniot?
4 Enténocs les dijimos en érden & esto
coalas eran los nombres de los varones
que edificaban este cdiflclo.
9 Mas los «jos de su Dios« fueron
sobre los ancianos de lo* Judíos, y no
les hjeioon cesar hasta que el negocio
viniese á Duío ; y entonces respondí-
enopor carta sobre «atoé.
O T Traslado de la carta que Tatnai,
caidtan de la parte allá del rio, y Me-
tbiv-boznai, y nu compafteros los Ar-
pluMchéoB, que «staAe» á la parte allá
del rio, enviaron al rey Darío :
7 Enviáronle carta, y de esta manera
eOaba escrito en ella : Al rey Darío toda
m-
8 Sea notorio al rey que fuimos á la
provineia de Judéa, á la casa del gnm
Dios, la cual se edifica de piedra de
■nannol, y los maderos son puestos en
la* paredes, y la obra se hace á priesa,
y pnMpera en sus mano*.
y Entonces preguntamos A los ancia-
nos didendoles así : ¿ Quien os dié man-
(iamienso para edificar eata casa, y para
KstaUeoer esto* mura* ?
10 Y también les preguntamos sus
iHubm pan hacértelo saber, para es-
crifaMt los nombre* de los varones que
oMm por oabeaas de ellos.
11 T icspondiéionnos dioiendo así :
Nosotros somos siervo* del Dio* del
dele y de la tierra*, y rcedifloamo* la
casa que ya mucho* afto* ánic* habla
sido edificada, la cual edifieé y ftindé/
el gran rey de Israel.
18 Mas después que nuestro* padrea
ensafiaron al Dios de lo* ciHosf , él los
entregó en mano de Nabuoodonosor, rey
de Babilonia, Caldeo*, el cual destruyo
esta oasa, é hlio trasportar él pueblo A
Babilonia.
la Empero el primer afle de Ciro, rey
de Babilonia, al mUmo rey Ciro dio
mandamiento para que esta casa de Dios
(Viese edificada •'.
14 Y también los vasos de oro y de
plata de la casa de Dios que Nabuoodo-
nosor habla sacado del templo que rttabt
en Jerusalem, y los habla meado en el
templo de Babilonia*, el rey Ciro los
saco del templo de Babilonia, y fueron
entregados A Sesbasaarf, al cual habla
puesto por gobernador,
15 Y le dijo: Toma estos vasos, vé, y
pénios en el templo que esMl en Jeru-
salem, y la oasa de Dios sea edificada en
su lugar.
16 Knténees este Sesbassar vino, y puso
los fundamentos >" de la casa de IHos que
ettabo en Jerusalem, y desde entonce*
hasta ahora se edifica, y aun no estA
acabada «.
17 T ahora, si al rev parece bien, bds-
quese en la casa de ios tesoros del rey •
que eatá allí en Babilonia, si es a«i que
por el rey Ciro habia sido dado manda-
miento pan edificar esta casa de Dios
en Jerusalem, y envíenos á decir la vo-
luntad del rey sobre esto.
CAPITULO VI.
Ikurú» MMida fw eonUntu la rtséUfieaeicm del
temsfo; d «tal/ut acotado y dMtmio, y
MwrMt to Patata.
IjlNTONCES el ré^ Darío dlé man-
J demiento, y buscaron en la casa de
los libros*, donde guardaban los tesoros
allí en BabilonU;
9 Y fué hallado en Acfametta, en et
palacio que «sM en la provincia de Me-
dia, un libro, dentro del cual estaba es-
crito así: Memoria;
8 En el aflo primero del rey Ciro, el
miimo rey Ciro dio mandamiento h acer-
ca de la casa de Dios que etfalia en Je-
rusalem, que fuese la casa edificada pant
lugar en que sacrifiquen sacrificios, y
que sus paredes Aiesen cubiertas : su al-
tura de sesenta codo* ; s de sesenta co-
dos su anchura.
4 Los érdenes, tres de piedra de már-
mol «, y un érden de madera nueva : y
que el gasto sea dado de la casa del rey.
5 Y también los vaso* de oro y de pla-
ta if de la casa de Dios, que Nabuco-
donosor sacé del templo que ettaba en
Jerusalem, y los pasé á Babilonia, sean
devueltos, y vayan al templo que ttiá en
Jeruaalem, á au lugar, y sean puestos en
la casa de IHo*.
6 Ahora pues, Tatnai, geié del lado
allá del rio, Hethar-boznai, y sus com-
pañeros lo* Aphaxsachéos que estáis á la
otra parte del rio, apartaos de ahí.
7 D^ad la obra de la casa de este Dios
al principal de los Judíos y á sus anci-
anos, para que edifiquen la casa de este
Dios en su lugar.
8 Y por mí es dado mandamiento de lo
que habéis de hacer con los ancianos de
estos Judíos para edificar la casa de este
Dios : que de la hacienda del rey, qne
tiene del trtbuto de la paite allá del rio,
los gastos sean dados luego á aquello*
varones, para que no cesen.
9 Y lo que fuere necesario, beoerres, y
•Da. 8. 88.
/I 8*7.6.1.
'ÍCt.9LU,
17.
* 8Sey.su.
y 18. 8. ti.
Osp.LI,8.
*Jsr.9a.l«.
I Oa^ L 8.
Hi«. 1. 14.
y 8. 8, 3L
"Cap. 8. 8.
10.
••Cap.«.U.
•Cap. 8. 1.2.
I
• Cap. «. 17.
»9€r.86.a.
38.
•lfi^.S.38.
Wüap.1.73-
y 6. 14.
Daa.$.8.
A. C. NO.
ESBRAS» VIL
« C^>. 7. 28.
/J«r.a».7.
9 Daa. S. 6.
y 8. 29.
ilBef.9.3.
• Cap. 5. 1.2.
* wr. t.
I Cftik 4. 24.
" Cft^b 7. 1.
" 1 ReT.8.68.
2 Cr. 7. 6.
•Sid. 122.1.
ílCr.24.1.
« 1 Cir. 28. &
*- Na. 8. «.
y 8. 9.
* Mx. 1& C
i2Gr.88.1L
•BX.1&U.
tU. 6.
20.80. 81.
y8&17.
10iir.6.7jB.
• XdL ^ 1.
earoerot, j covdcsos |ian holocaustoc al
Dio* del cielo ; trl^. sal, vino, j aceite,
conforme á lo qae dieren los sacerdote*
aue están en Jerusalem, déseles cada un
ola sin obstáculo alguno :
10 Para que ofrezcan alortt de holganza
al Dio* del cielo ', y oren por la tí& del
rey /y por sus h^jos.
1 1 También es dado por mi mandami*
ento, que cualquiera que mudare este
decreto, sea dorribado un madero de su
casa, y enhiesto, sea colgado en ¿I ; y su
casa sea hecha muladar por esto^.
12 Y el Dios que hizo habitar alU su
nombre A, destruya todo rey y pueblo
que pusiere su mano para mudar ó des>
truir esta casa de Dios, la cual está en
Jerusalem. Yo Darío puse el decreto :
sea hecho prestamente.
13 Entonces Tatnai, gobernador al otro
lado del rio, y Sethax-boznal, y sus com-
panero*, hicieron prestamente s^gun el
rey Darío habia enviado.
14 T los ancianos de lo* Judfa» edifi-
caban y prosperaban, conforme á la pro-
fecía de Hag^éo profeta, y de Zacarías,
h^ de Iddo '. £diücaron pues, y aca-
baron, por el mandamiento del Dios de
Israel, y por el mandamiento de Ciro A,
y de Dano^, y de .Artajerjes"*, rey de
Fersia.
16 Y esta casa fué acaltada al tercer dia
del mes de Adar, que era el sexto ailo
del reinado del rey Itarío.
18 5 T los hijos de Israel, los sacer-
dotes, y los Levitas, y los dema» aue
habían venido de la trasportación, hi-
cieron la dedicación* de esta casa de
Dios con gozo" :
17 Y ofrecieron en la dedicación de esta
casa de Dios cien becerros, desdentó*
cameros, cuatroeiento* corderos, y ma-
chos de cabrio, en expiación por todo
Israel, doce, conforme al numero de las
tribus de Israel.
18 Y pusieron & lo* saoeidotes/ en sus
clases, y & los Levitas en sus divisiones r,
sobre la obra de Dio* que era en Jeru-
salem, conforme 4 lo escrito en el libro
de Moise*''.
18 Y los de la transnügracion hici-
eron la Pascua & los catorce del mes
primero «.
20 Porque los sacerdotes y los Levitas
se hablan inxrificado & una, todos fueron
limpios: y sacrificaron la pascua' por
todo* los de la traiumioracion, y por
sus hermanos los sacerdote*, y por si
mismos.
21 Y comieron los h^os de Israel que
hablan vuelto de la transmigración, y
todos los que se hablan apartado á ello*
de la inmundicia de las gentes de la
tierra, para buscar i Jehová Dios de
Israel.
22 Y celebraron la solemnidad de lo*
panes ázimos « siete dias con regocijo,
por cuanto Jeliová los habia alegrado, y
convertido el corazón del r^ de Asirla
& ellos, para esforzar sus manos en la
obra de la casa de Dio*, del Dios de
Israel.
CAPITULO VIL
E$<fra$, acompañado «I* otros muehoB Jarae-
litai, viene tf JertuaUm por eomiiion de
Anajerja.
PASADAS estas cosas, en el reinado
de Art^jeijcs* ley de Persia, £•-
dras, hijo de Sendas, hijo de Azarias,
hijo de Hilcias,
9 UQo de Saium, hijo de Sadoo, hijo
de Aehltob,
a Hijo de Amarlas, hijo de Azaiias,
hiUo de Jleraioth,
4 HUo de Zerahias,hUo de Uui,h^
de Bucci,
5 Hijo de Abiaue, h^o de Phineesi,
hijo de Eleaxar, b^o de Aaion, primer
saccidotc:
6 Este Eadraa subió de BahUoma, d
cual era escriba c dilieente en la ley de
Moisés, que Jehová Dio* de Israel ha-
bla dado ; y concedióle el rey, según la
mano de Jehová su Dios sobre él, todo
lo qjie pidió <
7 V subieron con él á Jerusalem de los
h^o* de Israel e, y de los sacocdotes, y
Levitas, y cantores, y porteros, y Ne-
thlnéo*/, en el séptimo aik> del rey Ar-
tajerjes :
8 Y llegó á Jerusalem en el mes quin-
to, el aflo séptimo del rey.
9 Porque el dia primero dd primer
mes fué el principio de la partida de
Babilonia, y al primero del mes quinto
llegó á Jerusalem, scxun aue era oneua
la mano de su Dios s<rt>re el ;.
10 Porque Esdras habia preparado su
corazón A para inquirir la ley ele Jdiová,
y para hacer y enseikar á Israel manda-
miento* y juicios •'.
11 Y este u el traslado de la carta que
dio el rey Art^jeijes á Esdras, sacerdote
escriba, escriba de las palabras manda-
das de Jehová, y de sus estatutos ¿
Israel.
IS Arti^Jes, rey de los reyes, á Es-
dras sacerdote, escriba perfocto de la Ic}-
del Dios del cielo, salud &c.
13 Por mi es dado mandamiento, que
cualquiera que quisiere en mi reino del
Sueblo de Israel, y de sus sacerdotes y
.evitas, ir contigo á Jerusalem, vaya.
14 Porque de paite del rey y de sus si-
ete consultores eres enviado á visitar á
Judéa y á Jerusalem, eonfjzme á la ley
de tu Dios que eetá en tu noano ;
15 Y á llevar la plata y el oro que el
rey y sus consultores voluntariamente
ofrecen al Dios de Israel, cuya morada
eetá en Jerusalem,
16 Y toda la plata y el on» 4|ue hallares
en toda la provincia de Babilonia, con
las ofrendas voluntarias del pueblo, y de
los sacerdotes, que de su voluntad ofre-
cieren para la casa de su Dios que eetá
en Jeru&alem.
17 Comprarás pues prestamente con
esta plata becerros, carneros, corderos,
con sus presentes y sus libaciones, y les
ofrecerás sobre el altar de ia casa de vu-
estro Dios que eató. en Jerusalem.
18 Y lo que á ti y á tus hermanos plu-
guiere hacer de la otra plata y oro, ha-
cedió conforme á la voluntad de vuestro
Dios.
19 Y los vasos que te son entregados
para el servicio de la casa de tu Dios,
los restituirás delante de Dios en Jeru-
salem.
90 Y lo demás que fuere ncoesario pasa
la ca<.a de tu Dios, que te fuere menester
dar, daráslo de la casa de los tesoros del
rey.
91 T por mí el rey Artajerjes es dado
mandamiento á todos les tesoreros que
eetan al otro lado del rio, que todo lo
que os demandare Esdras sacerdote, es-
criba de la ley del Dios del cielo, con-
cédasete luego,
88 Hasta cien talentos de plata, y hasta
cien coro* de trigo, y hasta cien batos
de vino, y hasta dea batos de aedle; y
sal, sin tasa.
98 Todo lo que es mandado por d JDios
dd cielo, sea hecho prestamente paca la
casa del Dios dd cielo : pues ¿ por qué
habiia de ser su ira contra d rnno del
r^y y de BUS Idjos ?
U.
Ladr.457.
ESDBA8,yiII.
A. C eir. ttr.
M Y 4 TOMtw M haoonot Mbtr, qvie
4 todM Im necrdoCci y LeTltu, eaato-
íes, portcRM, NethliMros, j miuiítiM de
la cua de Dios, nliigiino pueda impo*.
nerles tributo, ó pecho, ó renta.
25 y tú, EHlras, conforme ¿ la labl-
doria de ta Dio* qne tienes, pon por
jaece* ; gobernadores qae RoblenMn to>
do el pueblo qoe eMá del otro lado dd
rio, & todos loa que tienen noticia de laa
lejreí de ta Dios ¡ 5 al que no la tuviere,
le eace&aréis.
96 T cualquiera que no hlciefe la lej
de tu Dios y la ley del rer, prestamente
sea juzgado, ó & muerte, ó á desarraigo,
ú & pena de la hacienda, ó i prisión.
S7 Bendito tea Jehová Dio* de nuestras
pedrés, que puso tal cosa en el oorawm
del ley, pan honrar la casa de Jehová
que em en Jerusalem :
fl8 E inclinó hacia mi «m misericordia
delante del rey y de sus consultores, y
de todos ios principes poderoso* del rey.
V yo, confortado según que la mano de
mi Dios mi sobre mi, junté los prinri>
pales de Israel para que subiesen con-
migo.
CAPITULO VIII.
CéUlofn dt Im fu* vtUnienn dt IMhünmia
coM JÍ«Ira«, fiiem tamjim H «ro^ alo/a, y
««•M Magrodo», 4 la ciMfotlia d» dow m-
eerdalett 9 Uegaáo% i JtmmttM, u etUrt-
gaA) lodo for eutHla.
Y ESTAS aon las cabezas de sus fa>
»ülias, y genealogías de aquellos
^e subieron conmigo de Babilonia rei-
nando el rey Art^er>R.
8 De los b^o* ae Phinecs, Geraom*:
de los hijos de Ithamar, Daniel : de los
hijos de David, Hattus.
3 De los hijo* de gech&nias y de los
h^os de Phaxos, Zacarías, y con él, en
la linea de varones, ciento y cincuenta.
4 De los l^jos de Pahath-moab, Klio-
enai, hijo de Zarahia, y con él do*eien<
tos varones.
5 De loa hijo* de Seoh&nias, el hijo de
Jahaziel, y con él tTe*cientos varones.
« De los h^os de Adln, Ebed, hijo de
Jonatfaan, y oon él cincuenta varones.
7 De los hijo* de Elam, IsaU, h^o de
Athalias, y con él setenta varones.
8 T de los hijo* de Sephatlaa, Zebadi-
as, hx}o de Mlchael, y oon él ochenu
varones.
9 De los h^os de Joab, Obadias, hijo
de Jefajel, y oon él dosdento* diez y
oeho varones.
10 T de los hijos de Selomith, el hijo
de Josipbias, y con él ciento y sesenta
vanmcs.
11 T de los hijo* de Bebai, Zacarías,
hyo de Bebal, y con él veinte y ocho
varones.
18 Y de los hijo* de Azgad, Johanan,
l^jo de Gatan, y oon él ciento y diez
▼snmes.
13 Y de los h^o* de Adonicam, lo*
pMtnros, cuyos nombres son estos : Eli-
phdct, Jeiel, y Semaias, y con ello* sc-
Mnta varones.
14 Y de los hijo* de Biguai, Uta! y
Zabnd, y con ello* aetenta varones.
15 5 Y júntelos Junto al rio que viene
4 Ahava, y reposamos allí tres días : y
l>abiendo buscado entre el pueblo y en-
}n los sacerdotes, no halle allí de lo*
MjosdeLevib.
16 Entonce* despaché i BUezer, y á
Aiiel, y 4 Semalaa, y á Elnathan, y á
¿arib, y á Elnathan y á Nathan, y *
^•caxlas, V á Mesullam, prlncipale* ;
<siinismo a Joiarib y á Elnathan, bom-
liMdocio*:
17 Y envlAo* 4 Iddo, g*A en d Ivgar
de Oaalpla, y puse en boca de elloe las
palabra* que hablan de hablar 4 Iddo,
Ír 4 sus hermano* loa Netjiinéo* en el
ugar de Caslpla, para que nos tr^Jeaan
mmisHo* para la eaaa de nuestro Dio*.
IB Y trajéixmno*, (según qut era bu-
ena sobre « nosotros la mano de nuestro
Dios,) un varón entendido de los h^os
de Mahall, hijo de Lavl, h^o de Israel ;
y 4 Serebias, oon sus hfjos y sus herma-
nos, diez y ocho :
19 Y 4 ifasabias, 7 oon él 4 Isala, de
los hijos de Merarl, 4 sus hermanos y á
sus hijos, veinte:
SO Y de los Nethinéos, 4 quiena* David
con los príncipes de los levitas puso
Sara el ministerio, doscientos y veinte
íethinéos ; todos los cuales fberon de-
clarados por sus nombres.
91 Y publiqué ayuno allí Junto al rio
de Ahava, para atllglmo* delante de
nuestro Dios, para solicitar de él ca-
mino derecho* para nosotros 7 para
nuestros nlikoa, y para toda nuestra ha-
oienda.
99 Porque* tuve vergüenza de pedir al
rey tropa y gente de 4 caballo que nos
deftndleaen del enemigo en el camino ;
porque hablamos hablado al rey didcn-
do: La mano de nuestro Dios m para
bien sobre todos los que le buscan { mas
su fortaleza v su Aiñ» sobra todos los
que le dejan/.
93 Ayunamos pues, y pedimos 4 nu-
estro Dios Mokm esto, y el nos ftié pro-
picio 9.
94 ^ Aparté luego doce de los prin-
cipales de los sacerdotes, 4 Serebias y 4
Ha sabias, y con ellos diez de sua her-
manos;
96 Y péseles la plata, y el oro A, y los
vasos, la ofienda que para la casa de
nuestro Dios hablan («kecldo el rey y
sus consultores, y sus principes, y todos
los que se hallaron de Israel.
96 Pesé pues en manos de dios seisci-
entos y cincuenta talentos de plata, y
vasos de piau por cien talento*, y cien
talentos de oro :
97 Ademas veinte tazones de oro» peso
de mil dracmas, y do* vasos de metal
limpio muy bueno, preciados como el
oro.
98 T dueles : Tosotros sois consagra-
dos 4 Jehová •', v santos los vasos ; y la
Elata y el oro onenda voluntaria 4 Jc-
ov4 Dios de nuestros padres.
99 Velad, y guardadims, hasta que Jm
peséis delante de los principes de los sa-
cerdotes y Levitas, y de los gafos de los
padres de Israel en Jerusalem, en las
c4mar8S de la casa de Jehov4.
80 Los sacerdotes pues y Levitas reci-
bieron el peso de la plata y del oro, y
de los vasos, para traerlo 4 Jerusalem 4
la casa de nuestro Dios.
81 V partimos del rio de Ahava el doce
del mes primero, para ir 4 Jerusalem :
y la mano de nuestro Dios fué sobre nos-
otros, el cual nos libró de mano de ene-
migo y de asechador en el camino k.
89 Y llegamos 4 Jerusalem, y reposa-
mos allí tres días.
33 ^ Al cuarto dia Cué luego pesada^
la plata y el oro, y los vasos, en la casa
de nuestro Dios, por mano de Mere-
moth, hijo de Urlas sacerdote, y oon él
Eleazar, h^o de Phlnees; y con ellos
tetaban Jozabad, hijo de Jesua, 7 Noa-
días, hijo de Binnui, Levitas.
84 Por cuenta 7 por peso «e eitfnyó
todo: y se apuntó todo aquel peso en
aquel tiempo.
80 Lo* que hablan venido de la oa>
va
• Cap. 7. M.
rf 8aL fi. 8.
y 143. 8,10.
Pro. 3. 8.
Is.30.Sl.
749. Ifi.
Jer. la S3L
*lCor.9.Jfi.
/a Cr. 15. %
8oph. 1.4.6.
Heb. 10.38.
»10r. fc.90.
Sal. 08. 18.
9(1.
Jer. 3». 18,
13.
A Gap. 7. 1&,
16.
fLev.21.C,8.
y22.S,S.
k ver. 2S.
t wr. 9S, 30.
A. C. tÓT. tíJ.
ESPBAfl, IX, X.
A.C.U;-
" C«p. «. 17.
« Cap. 7. 21.
"Dbu.IS.SO.
.11.
Bom. 8. 17.
2S.
h Ex. St. 16.
N«h. 13.38.
< Dea. 14. S.
rf2Cot.e.l4.
■ «SEey.W.l.
i f In. 15. 2.
1
f Op. 10. 3.
Bal. 11».
1 136.
t b.66.2.
; Bs. a. 4.
A £s. 29. S9.
¡ «1 Rey. 8.22.
t S*l. 106. 6.
I í Dea. 28.36.
I «4.
" S«l. 18. S.
I »Neh.9.36.
I
i «Ski.iaaas.
; S>. 11. 16.
urirldad, lo* ta^ de te tmistnlmelon,
oflrw^eron pmra ttolooaiMtot al J>im de
Isnel doce bccenñot por todo Israel, no*
Tenu 7 sel» camero», wkcnta j siete
eotdenM, doce machos cabríos por end»
ación m : todo en hiAocausto á Jdiova.
86 Y dieron los despachos » del rey á
sos gobernadores j capitanes del otxo
lado del rio, loa caales fiíTorecieron al
putólo ; á la casa de Dios.
CAPITULO IX.
fimftffiMMto ñt Etdra* por el nuevo líuAnIm
y peeadof dejos Judío».
YAC ABADAS estas cosas, los prín-
cipes se llegaron ¿ mí diciendo : El
pueblo de Israel, y los saceidotes, y Le*
▼itas, no se han apartado de lospueblos
de las tierras, de los Cananéos, Eiethéos,
Pherezéos, Jebuséos, Ammonitas, y Mo-
abitas. Egipcios, y Amorrhéos, haciendo
conforme á sus abominaciones « :
S Porque han tomado de sus hijas pan
sí y pora sus h^os^, y la simiente santa c
es mezclada con los imeblos de las ti-
erras << ; y la mano de los príncipes y de
los gobernadores ha sido la primera en
esta prcTaricacion.
8 Lo cual oyendo yo, rasgué mi Tes-
tido « y mi manto, y arranqué de los ca-
bellos de mi ealteza, y de mi barba/, y
sentóme atónito.
4 Y juntáronse á mí todos los teme-
rosos g de las palabras del Dios de Israel,
á causa de la prevaricación dt lot de la
transmigración ; mas yo esture sentado
atónito hasta el sacrifício de la tarde A.
5 Y al sacriñoio de la tarde levanttíme
de mi aflicción ; y habiendo rasgado mi
vestido y mi manto, postróme de ro-
dillas, y extendí mis palmas á Jehová
mí Dios*,
6 Y dije: Dios mió, oonñiso y aver-
gonxedo estoy pera lerantar, oh Dios
mió, rol rostro & tí: porque nuestras
iniquidades se han multiplicado sobre
nuestra cabeza, y nuestros delitos han
crecido hasta el cielo.
7 Desde tos dias de nuestros padres
hasta este dia eaiamo» en grande culpa ;
y por nuestras iniquidades* nosotros,
nuestros reyes, y nuestros sacerdotes,
hemos sido entregados en mano de los
reyes de las tierras, á cuchillo, 4 cauti-
veírio, y á rolw, y á eonftision de rostro,
como aftareee hoy dia'.
S Y ahora como por un brere momento
fué la misericordia de Jehová nuestro
Dios, para hacer que nos quedase un
resto libre, y pora damos estaca en el
lugar de su santuario, á fin de alumbrar
nueetros oJosm nuestro Dios, y damos
una poca de Tida en nuestra servidum-
bre:
9 Porque siervos eramos» ; mas en
nuestra servidumbre no nos desamparó
nuestro Dioso, ¿ntes inclinó sobre nos-
otros tu misericordia delante de los reyes
de Persia para que te nos diese vida, pa-
ra alzar la casa de nuestro Dios, y para
hacer restaurar sm asolamientos, y para
damos vallado en Judá y en Jerusalem.
10 Mas ahora, ¿ qué diremos, oh Dios
nuestro, después de esto ? Porque nos-
otros hemos dejado tus mandamientos,
11 Los ouales prescribiste por mano de
tus siervos los profetas, diciendo : La ti-
erra 4 la cual entráis para poseerla, ti-
erra inmunda es á causa de la inmun-
dicia de los pueblos de aquellas regiones,
Eor las abominaciones de que la han
enchido de uno 4 otro extremo con su
inmundicia.
12 Ahora pues, no daréis vuestras h^as
á loe hijos de ellas, ni sus h^as toma-
fléis pan vuestros h^foe. ni proeuraréti
su paz ni su bien para siempre;> : para
£e seáis corroborados, y coméis d Uoi
U tierra, y la dejéis por heredad á
vuestros hijos para siempre.
13 Mas después de todo lo que nos ba
S4riirevenido a causa de nuestras malas
obras, y 4 causa de nuestro grande de-
lito, ya que tü. Dios nuestro, estorliaste
que niesemos oprimidos b^o de nues-
tras iniquidades*, y nos diste este tal
efugio,
14 ¿ Hemoe de volver 4 infiñngir tui
mandamientos *-, y 4 emparentar con les
pueblas de estas abominaciones ? < No
te ensafiarías contra nosotros hasta con-
mnúmott sin que qaed4ra resto ni es-
capatoria ?
15 Jéliov4 Dios de Israel, td ert» jus-
to*: pues que hemos quedado algunos
salvos, como te vé este día, henos aquí
delante de ti en nuestros delitos ; por-
que no es posible subsistir en tu pre-
sencia 4 causa de esto t.
CAPITULO X.
Por eAortaeion de Eidrae «e arrepiente d
puéUo, y promete la enmienda, Xmm (Men
para que km que taiiam nt^/irtf extranjerae
Jatd^foten.
Y ORANDO Esdras, y conAsando,
llorando y irastrandose delante de
la casa de Dios, juntóse 4 él una muy
grande multitud de Israel, hombres, y
mujeres y niños, y lloraba el pueUo con
gran llanto.
8 Enhkices respondió Sechánias, bijo
de Jehiel, de los h^os de Elam, y dijo
4 Esdras : Nosotms hemos prevaricado
contra nuestro Dios', pues tomamos
mujeres extranjeras de los pueblos de
la tierra : mas hay aun esperauza para
Israel sobre esto<i.
3 Ahora pues, hagamos pacto con nu-
estro Dio5«, que echaremos todas las
mvjereí, y los nacidos de días, según
el consejo *del SeiVor y de lo» que temen'
el mancamiento de nuestro Dips : y há-
gase conforme 4 la ley «.
4 Levántate, porque 4 tí toca el ne-
gocio, y nosotros terémot contigo: es-
fuérzate, y ponió por obra.
5 Entonces se levantó Eadras, y jura-
mentó/ 4 los príncipes de los sacer-
dotes y de los Levitas, v 4 todo Israel,
que harían conforme a esto; y ellas
juraron.
6 Levantóse luego Esdras de delante
la casa de Dios, y fuese 4 la cámara de
Johanan, hijo de Bliasib ; é ido al]4, no
comió pan, ni bebió agnaj, porque se
entristeció sobre la prevaricación de lo*
de la transmigración.
7 E hicieron pasar pregón por Jud4
y por Jerusalem 4 todos Tos hijos de la
transmigración, que se juntasen en Je-
rusalem;
8 Y que el que no viniera dentr» de
tres dios, conforme al acuerdo de ios
príncipes y de los ancianos, perdiese
toda su hacienda, y él fuete apartado
de la compaiñía de to« de la transmi-
gración.
9 Asi todos los hombres de Judá j de
Benjamín se reunieron en Jemmlem
dentro de tres días, 4 veinte del naes,
el cual era el raes noveno; y sentóse
todo el pueblo en la plaza de la caía de
Dios, temblando con motivo de «qod
negocio, y 4 causa de las lluvias*.
10 Y levantóse Esdras el sacerdote, y
dueles : Vosotros habéis prevazicado, ñor
cuanto tomasteis mujeres estraflas, aña-
diendo a#i sobre d pecado de Israel.
11 Ahora pues, dad ^oria> 4 JéhovA
PDn.Ut.
(Ed. 103.10'
'JniaÁli
2PBÍ.3.»
SI.
Día. 9. 14.
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9 T da I» Un di lUnl,
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LIBRO DE NEHEMIAS.
'd« JftuAn átrwiaóo, / vií
I* 1h ctaóa. Fuma, 4r*Bd«. iit
A.C. cir.445.
NEHEHIAS, n, lU.
A.C.M.
• X«l. 7. 1.
. C«p. 1. U.
«Pro. 15.13.
<< 1 Rey-LSl.
DW1.2.Í.
« Pro. 3. 6.
Fi. 4. 6.
/ Cai>. 5. 14.
y 13. «.
' ver. 18.
liliid. 5. i.
!• SaI. 113.10.
El. 25. 6, 8.
• Sal. 51. 18.
y 122. (J.
» C»p. 1. 8.
i Cap. 3. 15.
"2 Ka. 15.23.
Jar. 31. 38.
" Cap. 1. a.
Sal. 44. 18.
y n. 4, ISL
.Ter. 34. 9.
Bs. & 14,
l.S.
y 22. 4.
• ver. 8.
OAPITUIiO II.
MkMtio* MH a favor <M r«y Artaitrim va A
Jtrtuaiem, y comtoiaa la r««miraeÍMi «<«
<M mwrM, tf jMior 4* la opoiieio» da lo»
Y FUE en d moi de Niam, en el ailo
■wétíate del rey Artajerjet*, fue et-
toiuio ya el vino delante de él« tomé el
vino, y dito al rey*. V oomo yo no Ija-
bia e<itaulo ántet triste en bu presencia,
9 DÍJome el rey : ¿ Por qué está tríate
tu rostro, pues no estás enfermo ? No
<« esto sino quebranto de corazón «. En-
tonces temí en gran manera,
8 Y dge al rey : El rey vira para si-
empre << : ¿como no están triste mi ros-
tro, cuando la ciudad, casa de los se-
pulcros de mis padres, está desierta, v
sus puertas consumidas del fiíego ?
4 Y d()ome el rey : é Qué cosa pides ?
Entonces oré al Dios de los cielos «,
5 Y dÜe al rey : Si al rey place, y si
agrada tu sierro delante de tí, que me
envíes á Jndá, á la ciudad de los sepul-
cros de mis padres, y la reedificaré.
6 Entonces el rey me dijo, (y la reina
estaba sentada Junto á él,) ¿ Hasta cu-
ando serft tu viaje, y cuando volverAs ?
Y piuco al rey enviarme después que yo
le seflalé tiempo/.
7 Ademas d^e al rey: Si al rey place,
dénseme cartas para los gobernadores
de la otra parte del rio, que me fran-
queen el paso hasta que llegue á JudA ;
8 T carta para Aaaph, guarda del bos-
que del rey, á fin que me dé madera
para enmaderar los portales del palacio
de la Casa, y para el muro de la ciudad,
y la casa donde entraré. Y otorgémelo
el rey, aeran que era benéfica la mano
de Jehovft sobre mí jr.
9 ^ Yine luego á los gobernadores de
la otra parte oel rio, y díles las cartas
dd rey. Y el rey envió conmigo capita-
nes del ^ército y gente de á caballo.
10 Y oyéndola oanballat Horonita, y
Tobías el siervo Ammonita, disgustóles
en extremo* que viniese alguno para
procurar el bien de los hijos de Israel.
11 ^ Llegué pues á Jerusalem, y es-
tado que hube allí tres días,
IS Levánteme de noche yo, j unos
pocos varones conmigo, y no declaré á
nombre alguno lo que IMos habla puesto
en mi corazón que hiciese en Jerusa-
lem < : ni habia bestia conmigo, escepto
la cabalgadura en que cabalgaba.
13 Y salí de noche por la puerta del
Valle hiela la ftiente del Dragón, y A
la puerta del muladar, y conside^ los
muros de Jerusalem que estaban derri-
bados, y sus puertas que estaban consu-
midas del fuego k.
14 Pasé luego á la puerta de la fliente^
{' al estannue del rey; mas no habla
ngar por oonde pasase la cabalgadura
en que iba.
15 Y subí por el torrente de noche"*, y
con&ideré el muro ; y regresando entré
por la puerta del Valle, y volvíme.
19 Y no sabían los mi^(istrados donde
yo habia ido, ni qué habia hecho ; ni
hasta entonce* lo habla yo declarado &
los Judíos y sacerdotes, ni á los nobles y
magistradoe, ni k los demás que hacian
la obra.
17 Díjeles pues : Vosotros veis el mal
en que estamos, que Jerusalem eilá des-
ierta, y sus puertas consumidas del fue-
Í[>: venid, y edifiquemos el muro de
emaalem, y no seamos mas en opro-
bio".
18 Entónoet les declaré como la mano
de mi Dios era buena sobre raí*, y
asimismo las palabnu dd rey que me
habla dicho. Y dijeron : LevantéatoDOS,
y edifiquemos. Así esforzaron sos na-
nos para bien.
19 Mas habiéndolo oído Sanballat Eo.
ronlta, y Tobías el siervo Ammonita, y
Oesem el Árabe, escameeieron de nos.
otros, y nos despreeian»n diciendo^:
¿ Qué M esto que nacéis vosotros ? ¿ 0(
rebeláis contra el rey f ?
flO V volvfles resiraesta, y díjeles: el
Dios de los cielos, él nos prospertri, y
nosotros sus siervos nos levantaiémoi
y edificaremos: que vosotros no tenéis
parte, ni derecho, ni memoria en Jeta-
salem*-.
CAPITULO III.
OaUUoto délo» qnu reedifíearw A muro dt
fferusaHam.
Y LEVANTÓSE Eliasib el gran sa-
cerdote, con sus hermanos lo* sa-
cerdotes, y edificaron la puerta de las
ovqasa. Ellos aparcaron y levantaron
sus puertas hasta la torre de Meah,
aparcáronla hasta la torre de Hana-
neetb.
9 Y junto A ella edificaron los varones
de Jertcó « : y luego edificó Zaehftr,hiUo
de Imrl.
8 Y los hijos de Senaa edificaron la
puerta del pescado: ellos << la enmade-
raron, y levantaron sus puertas, con tus
cerraduras y sus cerrojos.
4 Y Junto á ellos restauró Meremoth,
bijo de Uiias, hHo de Oos : y al lado de
ellos restauró MesuUam, hijo de Bere-
chlas, hijo de Mesezabeel. Junto á cUoi
restauró Sadoc, hUo de Baana.
9 B immediaCo A ellos restauraron los
Tecoitas* : mas sus grandes no prestaron
su cervic A la obra de su Sefior/.
6 Y la puerta vi^a instauraron Jolada,
h^o de Pasea, y Mesullam, h^o de Be-
sodlas : ellos la enmaderaron, y levanta-
ron sus puertas, con sus cerraduras y
sus cerrojos.
7 Junto A ellos restauró Mdatias Ga
baonita, y Jadon Meronothita, varones
de Gabaon y de Mispa, por la silla del
gobernador ir de la otra parte del rio.
8 Y Junto A dios restaunS Uxziel, h^o
de Harhaia, cR los plateros ; junto al
cual instauró también Hananias, lujo de
un perftimero. Así dejaron reparada á
Jerusalem hasta el muro ancho.
9 Junto á ellos restauró también Re-
phaias, hijo de Hur, príncipe de la mi-
tad de la reglón de Jerusalem.
10 Asimismo restauró junto A dios,
y frente A su casa, Jedalas, hUo de Ha-
rumaph ; y junto A él instauró Hattus,
hUo de Hasbanlaa.
11 Malchlas, hijo de Harlm, y Haaub.
hijo de Fahat-moab restauraron la otra
medida, y la torre de los hornos.
13 Junto A ellos restauró Sallumt hijo
de Lohes, príncipe de la mitad de la
r^on de Jerusalem, él con sus hUat.
13 La puerta del Valle la resUuié Ha
nun con los moradores de Zanoa A : dios
la reedificaron, y levantaron sus puertas,
con sus cerraduras v sus cerrojos, y mil
codos en d muro hasta la puertt dd
muladar!.
14 V reedificó la puerta del muladar
Malchlas, hijo de Recháb, príndpe de
la proTincla de Beth-hacoerem : él la
reedificó, y levantó sus puertas, sus cer-
raduras y sus cerrojos.
15 Y Sallum, hijo de Ohól-hoza, prin-
cipe de la región de Mispa, restauró la
puerta de la fuente* : él la reedUioé, y
la enmaderó, y levantó sus puertas, mu
cerraduras, y sus eerrcOos, y d muro del
estanque de sidah' hacia la huerta dd
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"^t."!^^™ í'iSí íií,t.lin .
liíir—SSssírí!
U>lu, hl)o d. U>, !• «n m^m, ifndt
1. cnlr^d^ 11 «u d. EIMb lH>a d
Id^.^lJ^ 'dH'.ü^?^''^ B
.c.i.e.d.4. . b^ «.n^^rld., , It
•Komlm. e. mucho, , no pod«.« .di.
de H^lid, L> «i> m^Ld. d^ 1.
H«.eln.i:n..
11 V noWol MollF* d[)«0l.: No
u F^', bU^ de Uul. B. fr«.» d.
lí ™'J5 í^',;?™/'™ S".U?' di
l.ilrol. D.pu«d>flF<dlU.lllJgdt
le. JUIe. ,ue lublub.» »in eU«, iw.
dle.01. ..1. dle< w» de «de. 1» Iv-
^ r lo. N«l>i<>i«- ««rimn ~ O-
phM, ■>.«••» fmw dg 1. p»n. de lu
^u. U OrlMM, , 1. lo.» 4» »b~
2£T."»;-.S5.ri,-sr.'s
™'íSiíd¿'<ir!2'i£íUí7m
K'jÍóSS! "" "'™*"' ''™"""°'
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H.K, driíl^loi No »n»U detow <to
rto.1 : ItordiM del BeO" irnule , Ut.
Tibie, , ' pelead |™ ™n>« "■""'S^.
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da anhlnUí, fuudí de It ininu orí-
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17 U. n. «IMdibn « •\ moro. 1 loi
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A. a 446.
NEHBMIAS, V, YI.
JLC.M.
•Ln.25.35.
30»
]>ea. 16. 7.
» Xa. 68. 7.
* Bx. 31. 7.
•I Ex. 92. 36.
Bal. 15.1, &.
El. 32. IX
'LeT.a5.48.
/wr. 18.
Lev. 26.86.
938a. 13. 14.
Bon. 3. 34.
IPed. 2.12.
»3B«7.2S.
2.8.
Sad. 10. 6.
Jer. 84. 8,9.
>'Mat.lOLl4.
Hedi.18.6L
yl8.&
i Den. 37.15,
«te.
'2Be7.23.8.
91 Nowtne pn« tnbajabunoe en la
obn, j la mitad de eUoa tenia lanzai
deade la laUda del alba haata aalir la»
eatrdlas.
as También dije entóncea al pueblo :
Cada uno con au criado ae quede dentro
de Jeruf aiem, y háganno* de noche cen-
tinela, y de día á la obra.
23 Y ni yo, ni mis hennanos, ni mi*
mozos, ni la senté de guardia que me
seguía, deanndamoa nuestro vestido : ca>
da uno se desnudaba talamntU para la-
varse.
CAPITULO V.
Qu^fau d puMo, agravado eou la* unurat de
lot ma» foderofoi, y por ordenación de Ne-
kemia» queda Ubre de tu» deudas, y amn
socorrido en m neeeeidad.
ENTONCJBS fué grande el clamor
del pueblo y de aus mt^eica contra
los Jndios sus hermanos.
8 Y había quien decía: Nosotros, nu-
estros hi^os, y nueatras h^as, tomos mu-
chos: hemos por tanto tomado grano
para comer y Tivir.
3 Y habia oíros que decían: Hemos
empefiado* nuestras tierras, y nuestras
Tinas, y nuestras casas, para comprar
grano en el hambre.
4 Y habia otro* que decían: Hemos
tomado prestado dhaero para el tributo
del rey sobre nuestras tierras y Tifias.
6 Ahora Uen, nuestra carne es como
la carne de nuestros hermanos, nuestros
hijos i como sus hijos : y hó aquí que
nosotros sujetamos nuestros h^os y nu-
estras hijas á serridumlHie, y hay ai-
gunas de nuestras hijas Bi]^eta6c¡bmas
no hay facultad en nuestras manos para
rescatarlas, porque nuestras tierras y nu-
estras Tifias son de otros.
9 Y enctiéme en gran manera cuando
oí su clamor y estas palabras.
7 Medítelo entdnces para conmigo, y
reprendí á los principales y á los nugis-
trados, y dueles : ¿ Tomáis cada uno
usura de Tuestros hermanos << ? Y con-
Toqué contra ellos una grande junta,
8 Y dueles: Nosotros rescatamos &
nuestros hermanos Judíos «, que hablan
sido Tendidos á las gentes, confiarme á
la facultad que habSi en nosotros; ¿y
vosotros aun vendéis á Tuestros herma-
nos, ó aeián vendidos á nosotros ? Y
callaron, que no tuvieron que responder.
9 Y dije: No es bien lo que hacéis,
c No andaréis en temor de nuestro Di-
os/, ]^ no «er el oprobio de las gentes
enemigas nuestras 9 ?
10 También yo, y mis hermanos, y
mis criados, les hemos prestado dinero
y grano : releTémosles ahora de este gra-
vMnen.
11 Ruégoos que les devolTais hoy aua
tierna, sus Tifias, sus olivares, y sus
casas, y la centesima parte del dinero, y
del grano, del vino y del aceite que de-
mandáis de ellos.
18 Y dijeron : DevolTerémos, t nada
les demandaremos ; haremos asi como
tü dices. £nt4Snces oonToquó los sacer-
dotes, y juraméntelos A que harían con-
forme a esto.
13 Ademas sacudí > mí vestido, y dije :
Así saouda Dios de su casa y de su tra-
bajo & todo hombre que no cumpliere
esto, y así sea sacudido y -Tado. Y res-
pondió toda la congregación. Amen 1^, y
aialMuron á JehoTá. £ hixo el pueblo
conforme á esto'.
14 5 También deade el día que me
mando el re¡f que fuese gobenador de
ellos en la tiem de Judá, deade el afio
veinte del rey Art^erjcs basta el afio
treinta y dos">, dooe afios, ni yo ni mi*
hermanos comimos el pan del gober-
nador».
15 Mas los primeros gobernadores, «e
fueron &aám de mí, cargaron al pueble,
y toraarovVe ellos por el pan y por el
vino sobre cuarenta siclos de ¿lata: á
mas de esto, sus criados se enseiwreabsn
sobre el pud>lo ; pero yo no hice así* á
causa del temor de Diosp.
16 También en la obra de este man
instauré mi parte^ y no compramos he-
redad : y todos nái criados juiatos es-
taban alLf á la obra.
17 Ademas ciento y cincuenta hombres
de enire los Judíos y magistrados, y ios
que venían á nos de las gentes que «*-
tan en nuestro* contomos, estaban 4 mi
mesa.
18 Y lo que se aderezaba para cada dia
era un buey, seis ovejas escogidas, y aves
también se aparejaban para mí ; y cada
diez días Tíno en toda abundaJocia : y
con todo esto nunca requerí el pan del
gobernador 9» porque la servidumbre de
este pueblo era grave'.
19 Acuérdate de mí para bien*, Dios
mió, y de todo lo que nice á este pue-
blo <.
CAPITULO VI.
PorJIanño SanboOat y tus eompailéro* M i»-
pedir la/dbriea dw muro, emplean diver-
sos ttrlijieios ootára NdumioM ¡ mas ü per-
severa resutUo hetsta acabar la obra.
Y FUE, que habiendo oido Sanba-
Uat», y Tobías, y Gesem el Árabe,
y loa demás nuestros enemigos, que ha-
bia yo edificado el muro, y que no que-
daba en él portillo, (aunque hasta aquel
tiempo no había puesto en las puotas
las hojas,)
8 Súiballat y Gesem enviaron 4 de-
cirmeb : Ven, y compongámonos juntos
en alguna de las aldeas en ri campo de
Onoc Mas ellos habían pensado ba-
oenne mal d.
3 Y envíeles mensajeros diciendo : Yo
hago una grande obra, y_ no puedo ir ;
porque cesaría la obra dejándola yo para
ir 4 TosotroB.
4 Y enviaron 4 mí con él mismo asunto
por cuatro Teces, y yo les xespopdí de la
misma manera •.
5 EnTié entonces Sanballat 4 mi su
criado, 4 decir lo mismo por quinta Tes,
con una carta abierta en su mano,
6 En la cual estaba escrito : Base oído
entre las gentes, y Gasmu lo dice, que
td y los Judíos pensáis rebelaros ; y que
por eso edificas td él muro, oon la mi-
ra, según estas palabras, de ser tü au
rey:
7 Y que has puesto profetas que pre-
diquen de tí en Jerusalem diciendo:
Rev en Jud4. Y ahora ser4n oídas del
rejr las tales palabras : ven por tanto, y
consultemos juntos.
8 Entonces enTié yo 4 decirte : No hay
tal cosa como dices, sino que de tu co-
razón tii le ínTentas.
9 Porque todos ellos nos ponían miedo
diciendo : Dcbilítaránse las manos de
ellos en la obra, y no ser4 hecha. £s-
fuena pues mis manos/, oh Dios.
10 Vme luego en secreto 4 casa de
Semaias, 14]o de Delaias, hijo de Mdte-
tabeel, porque él estalta encerrado, el
cual wie d^o : Juntémonos en la oasa de
Dios, dentro del templo, y oemsno* las
puertas del tonplo : porque vienen pasa
matarte; sí, esta noche vendrán 4 ma-
tarte.
11 Entonces dHe : Un hombre como
yo ha de huir^ ? ¿ Y quién que ooau>
■Ctp.U.6.
■1 Cor. 9.4,
yllU.
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■ Osp.111^
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A.adr.B3C.
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A.C.dr.
/2S».17.27.
i Bey. 2. 7.
SdLXCS.
'T«r. 6&
I oj
,8.L
! •Csp.S.S*.
* Kad. 7. C
L
61 Lm h^ de Gazutn, 1m Ujos Una,
iMhÜMdePhaws,
58 Lm hilos de Berai, los h^os de Me.
unim, U» nljos de Nephbesim,
fi3 Los h^os de Baebne, los hijos de
Haoupha, los hUos de Harhnr,
64 Los hijos de Baalith, los fayos de
Mehlda, los h^os de Hsrsa,
66 Los hijos de Barc<Js, los hijos de
Sisera, los hJUos de Tema,
60 Los hijos de Nesia, los hiios de
67 ix>s hgos de los sierros de Salomón :
los hUos de Sotai, los hijos de Sophe-
reth, los hijos de Perida,
68 lios hi^os de Jaala, los hijos de Dar-
con, los hijos de Giddel,
60 Los h^os de Seiihatias, los hijos de
Hattil, los hijos de Pocbérethohasse-
baim, los b^os de Amon.
Gü Todos los Nethinéos ó 14Jos de los
siervos de Salomón, trescientos norenta
y dos.
61 5^ T estos ton los que subieron de
Thelmelah, Thel-harsa, Ghérub, Ad>
don, ó Immer ; los caalca no pudieron
mostrar la casa de sus padres, ni sn
linaje, si eran de Israel •.
e» Los hijos de Delaia, los hiios de
Thobias, ios hijos de Nocoda, seisolen-
tos cuarenta y dos.
03 T de los sacerdotes, los hyos de
Habaias, los h^os de 0«a, los h^os de
Barzillai^ el cual tomó mujer de las
hUas de Barxillai Galaadita, y a« llamó
del nombre de ellas.
64 Estos buscaron su rMistro de ge-
ncalogias, y no se halló; y fueron echa,
dos del sacerdocio •".
65 V díjoles el Thirsatha que no co-
miesen de las cosas mas santas, hasta que
hubiese sacerdote con Urira y Thum-
mim.
60 La oonavegacion toda junta era de
cuarenta y dos mil trescientos y sesenta,
67 Sin sus sierros y siervas, que eran
siete rail trescientos treinta y xiete: y
entre ellos había doscientos cuarenta y
cinco cantores y cantoras.
08 Sus caballos, setecientos treinta y
seis: sus mulos, doscientos cuarenta y
cinco.
69 Gamelloa, cuatrocientos treinta y
cinco: asnos, seis mil setecientos y
Telnte.
70 Y átennos de los principes de las
familias cUeron para la obra. £1 Thir>
satha» dio para el tesoro mil dragmas
de oro, cincuenta tazones, y quinientas
treinta vestiduras sacerdotales.
71 Y de los príncipes de las familias
dieron para el tesoro de la obra veinte
mil dragmas de oro, y dos mil y dos-
cientas libras de plata.
73 Y lo que dio el resto del pueblo
JM veinte mil dragmas de oro, y dos
mil libras de plata, y sesenta y siete
vestiduras sacerdotales.
78 5 Y habitaron los sacerdotes y los
LevlUM, y los porteros y los cantores,
y loe del pueblo, y los Nethinéos, y todo
Israel en sus ciudades ¡ y venido el mes
séptimo, los hiijos de Israel eetabam «n
sus ciudades*.
CAPITULO VIII.
£MinM« latió «I Mwf<lo «n JenuaUm, l« «■
teüh y detka-ado ti libro de la le^ de Uto».
NdtemioM, Kidrtu, y ¡a» Lenta*, eoHetu^
lan al pteUo ^ue Uaraba. Ctlebran la Jimia
áe Uu Oabaña*.
Y JUNTÓSE todo el pueblo como
un solo hombre en la plaza que
eetá ddante de la puerta de las aguas«,
y dijeron ¿ Esdtaa éi eserÜMi^que tra^M*
el Ubra de la lev de Holsca, ia enal
mandó Jehov& & Israel.
a Y Eadras el saceidote trajo la ley
delante de la eongr^adoo* asi de boai-
bres eomo de mqjeres, y de todo entca-
dido uara escuchar, el primer dU dd
mes séptimo.
8 Y l^ó en el Ubro delante de la plaza
oue eaia delante ia puerta de las sgnss,
oesde el alba hasta el medio dia, en
presencia de hombres y mujeres, y m-
tendidos ; y los oidoe de todo el ptwMo
estaban atentae al libro de la ley.
4 Y Eadras el escriba estaba sobre un
pulpito de madera que hablan hecho
pata dio : y junto á él estaban Malbi-
thias y Sema, y Anias, y Urlas, é Hfl-
das, y Maasias, á ru mano derecha; y
& sn mano izquierda Fedaia, M isael, y
Halohlas, y Hasum, y Hashedana, Za-
cháriás, V MesuUam.
5 Ahiió pues Esdras el Ubro á qjos de
toflo el pueblo, oorque estaba mas alto
que todo el pueblo ; y como le abrió,
todo el pueblo estuvo atento'.
6 Bendijo entonces Eadras á Jehová
Dios gmíde*; y todo el pueblo respon-
dió. Amen, Amen/, alzando sus ma-
nos/: y humilláronse*, y adoraron á
JebovA inclinados A tierra.
7 V Jesua, y Bani, y Serebias, Jamtn,
Accttb, Safaethai, Odias, Maasias, Ue-
lita, Azarias, Jozabed, Uanan, Pelaia,
Levitas, hacian entender al pueblo la
lev < : y el pueblo eetaba en su lugar.
8 Y Man en el libro de la ley de Dios
claramente, y ponían el sentido, de modo
que entendiesen la lectura.
9 Y Nehemlas, el Thlrsatha*, y el
sacerdote Esdras, escriba, y los Levitu
Jue hacian entender al pueblo, dijeron
todo el pueblo : Día santo es a Jehová
nuestro Dios i; no os entristezcáis ni
lloréis"* ; ponjue todo el pueblo lloraba
oyendo las palabras de la ley".
10 Dtíoles luego: Id, comed grosuras,
y bebed vino dulce, y enviad porciones»
4 los que no tienen prevenido, porque
dia santo es á nuestro SeiVir : y no os
entristezcáis ; porque el gozo de Jebovi
es vuestra fortaleza.
11 Los Levitas pues hadan oallar &
todo el pueblo diciendo: Callad, que es
dia santo, y no os entristezcáis.
la Y todo el pueblo se fué á comer y
4 beber, y 4 enviar porciones, y 4 gozar
de srande alegría j», {lorque hablan en-
temUdo las palabras que les hablan en-
señado.
18 5 Y el dia siguiente se juntaron
los ininelpes de las familias de todo el
pueblo, saeerdotós y Levitas, 4 Esdrss
escriba, para entender las palabras de
Uley.
14 Y hallaron escrito en la ley que
Jehoiv4 habla mandado por mane de
Moisés, que habitasen los hijos de Is-
rael en cabafiasf en la solemnidad del
mes séptimo ;
16 Y que hiciesen saber y pasar pN^o»
por todas sus ciudades, y por Jemaalem,
diciendo i Salid al monte, y traed ramos
de oliva, y ramos de pino, y ramos de
arrayan, y ramoa de palmas, y ramos de
todo 4rbol espeso para haoer cabaflss,
como eilá eaerito.
16 Salió pues él pueblo, y tr^croa, é
hiciéranie cabaflas, cada uno sobe* sn
terrado*-, y en sus patios, v en los patios
de la casa de Dios, y en la plaza de la
puerta de las aguas, y en la plaza de la
puerta de Ephiuim •.
17 Y toda la congregación que volvió
de la oautivldad hicieron cabaAas, y «n
cabafias habitaron: porque desde los
¿IRar.l
•JCr.l
/ICbr.l
ISiLI
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ITSm.]
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le. li-
li. 61. S-
•JCr.SilX
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I» 7.»
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i.
ISX.B-»»
DM.1&I1
«le-
■íCf
U.
NEHEMfAfi, IX.
A.C.4tf.
•bu. a.
din i» Jitmát MJo de N«n, harta aqael
dii no haUan hecho aii ios MJoa de !••
ncL T hobo alcnla muj Rfanda'.
18 Y Icjd Etdrtu en el Uteo de la
ley de Dloa eada día, deMle el primer
db haata ti postrero*: é hicieron la
(olonnidad por siete días, y al octavo
dii congregación, según el rito «.
CAPITULO IX.
¡bmíttaft tt fméUo rMomoeimtóo nu ptfodoi
LUu fotfuuladw tU mu paárt$. Oot^Jiuan
I ¿•wUiu los h«i4nlc*«f (b ÍKm, y io*
pitado» rfti fNMUo. Ora» por tí, ¡f r««iU-
taff la alUtnta «m el flritor.
YBL día veinte y cuatro del mismo
mes se Juntaron los hijos de Israel
en ayuno, y con saeos, y tierra sobre sí •.
t Y habiate ya apartado la simiente
de Iiiael de todos los extranjeros * ; y
estando en pié eonfiesanm ras pecados y
\u iniquidades de sos padres.
8 Y puestos de pies en su lugar, leye-
ron en el Ubro de la ley de Jefaová ui
Dios» la cuarta parte del dia, y la otra
cuarta parte confesaron y adoraron á
Jehorá su Dios.
4 Levantárans* luego sobre la grada
de los Levitas Jesna y Banl, Oadmlel,
Sebanlas, Bunni, Sercbias, Bani, y
Chénani, y clamaron en vos alta á Je.
hori su Dios.
5 Y dijeron los Levitas Jesua, v Cad-
mid, Bani, Hoaabnias, Herebiaa, Odaias,
SelMnias, y Petahia : Levantaos, ben*
decid á Jehov4 vuestro Dios desde el
ligio hasta ei ^lo : y iiendigan el nom-
m tiqro giortoso * y alto sobre toda ben.
didon y alabanza.
6 Td, oh Jehová, ene solo«: td hiciste
ios oie\os/, y los cielos de los cielos;,
y toda su milicia; la tierra, y todo lo
que mM en ella; los mares, y todo io
<ine hay en ellos: y tii viviñcas todas
estas cosas ; y ios ejércitos de los datos
te adoran A.
7 Tii em, oh Jehová, el Dios que
eKogiste á Abram •', y lo sacaste de ur
de los Caldeos, y puiustde el nombre
AbeahamA;
8 Y hallúte fiel su ooraion/ delante
de ti, é hiciste con él alianza*» para
darle la tierra del Ganando, dri Hcthte,
y dd Amorrhéo, y del YWBruéo, y del
Jelniséo, y del Uergeséo, para darla 4
>u simiente: y cumpliste tu palabra»,
porque eres Justo.
0 )f miraste la aflicción de nuestros
indtcs en Egipto*, y oiste el clamor de
eliosen ei mar Beiínejo^,
10 Y diste señales y nuuravillas en Pha-
non, y en todos sus siervos, y en lodo
el pueblo de su tierra f ; porque sabias
que haUan hecho soberbiamente contra
•Uos': é hicteete nombre grande, c^o
fnta este dia«.
11 Y dividiste la mar delante de ellos',
y pasaron per medio de ella en seco ; y
^>iu pcfaeRuidores echaste en los pro-
nindoi, como una piedra en grandes
apisa.
IS V con columna de nube los guiaste
de dia, y con columna de fumo* de
Mehe, para alumbrarles el camino por
donde hablan de ir.
U Y sobre el monte de Sinai< des*
eendiste, y hablaste con eiloa desde el
cieU), y (listeles Juicios rectos, y leyes
Tcnladeras, y estatutos y mandamientos
buenas.
U Y notlflcisteles el sábado tuyo santo,
1 les preicriblite por mano de Moisés
ta siervo mandamientos, y estatutos, y
ley.
l¿ T dteeles pan" del cielo en su ham-
bre, y en su aed les sacaste aguas de la
piedra a : y dijésteles que entrasen á
poseer la tierra, por la cual alzaste tu
mano • que se la lúUas de dar.
16 Mas ellos y nuestros padres hicieron
soberbiamente, y endurecieran su cer-
viz *, y no escucharon tus inandamien-
tos.
17 Y no quisieron oir, ni se acordaron
de tus maravillas que hablas hecho con
ellos «; antes endurecieron su cerviz,
y en su rebelión pensaron poner cau-
dillo para volverse k su servidumbre.
Td empen, erea Dios de perdones, cle-
mente y piadoso', tardo para la ira,
y de mucna misericordia, que no los
dejaste.
18 Ademas, ouando hicieron para sí
becerro de fiíndiclon •, y dijeron : Kate
e* tu Dios que te hizo suUr de Egipto,
y cometieron grandes abominaciones ;
10 Tii, ooft todo, por tus muchas mi-
sericordias no los at>andonaste en el de-
sierto : la columna de nube no se apartó
de ellos de dia, para guiarlos por el
camino, ni la columna de fuego de
noche, para alumbrarles el camino por
el cual hablan de ir.
50 Y diste tu espíritu bueno/ para en-
teflarlos, y no retiraste tu mam de su
boca, y agua les diste en su sed.
51 Y suatentásteloB cuarenu aílos en
el desierto jr; de ninguna oosa turieron
necesidad : sus vestidos no se envejecie-
ron, ni se hincharon A sus pies.
83 T dístelcs reinos y pueblos, y los
distribuíste por cantones: y poseyeron
la tierra de Sehon, y la tierra del rey de
Hesbon, y la tierra os Og, rey de Basan.
S8 Y multiplioaste sus hUos como las
estrellas del cielo, y metutelos en la
tierra, de la cual hablas dicho 4 sus
padres que hablan de entrar & poseei/a.
ÍM T los hyos vinieron, y poseyeron
la tierra • : y humillaste * delante de
ellos 4 los mofadores del pais, á los
Cananéos, los cuales entregaste en su
mano, y 4 sus reyes, y 4 los pueblos
de la tierra, para que hiciesen de ellos
4 BU voluntad.
25 Y tomaron ciudades fortalecidas, y
tierra pingtte : y heredaron casas llenas
de todo bien, cisternas hechas, villas
y olivares, y muchos 4rboies de comer :
y comieron, y hartáronse, y engrosá-
ronse', y deleitáronse en tu grande bon-
dad.
26 Empero tt irritaron, y rebeláronse
contra tlm, y echaron tu ley tras sus
espaldas N : y mataron tus profietas* que
protesteban contra ellos para convertir-
los á li, é hicieron grandes abomina-
alones.
57 Y entregástelos en mano de sus
enemigos, los ouales los afligieron^: y
en el tiempo de su trilniladon oiamaron
á tí, y tií desde los cielos los oiste ; y
según tus muchas roiaeraciones les da-
bas salvadores que los salvasen de mano
de sus enemigos.
58 Mas en teniendo reposo, se volvían
á hacer lo malo delante de ti ; por lo
cual los (liaste en mano de sus ene-
migos, que M enseñorearon de ellos:
pero convertidos clamaban otra vez á
tí, y td desde los cielos los olas, y según
tiu miseraciones muchas veces los li-
braste.
89 Y protestásteles que se volviesen
á tu ley : mas ellos hicieron soberbia-
mente, y no oyeron tus mandamientos,
sino que {-ecaron contra tus Juicios, los
cuales si el hombro hiciere, en ellos
vivirá f; v dieron hombro r renitente, y
endurecieron su cerviz, y no escucharon.
> Xz. 17. C.
Su. 30^7,
11.
"Kn. 14.30.
i Den. 81. 37.
Sol. 78. <i.
ele.
•Esl. 88.0,
la.
i(Bz.S4.6.7.
'XZ.S3.4.
/ Nn. 11. 17.
IB.63,U.
9 Dea. X 7.
ikDeii.8.i.
•- 9b. 14. SI.
Jos. U. 48,
4&.
<> Sal. 44.2;).
I|>n.33.U.
"Juee.XU.
12.
Bs. W. 81.
"Sal. 80. 17.
•lltor.18.4.
Hech.7.fiX
l> Sal. 106.
41.
V Lev. 18. 5.
•■ Zae. 7. IL
CL44é»
NZHSUIAB, X, XL
•8Gr.S6.15.
1 2 Bey. 17. S.
• 8iJ. 119.
U7.
y 146. 17.
ma. 9. 6,
14.
"Bal. 106. 6.
yjer.29.19.
•Den. 81. 21.
a Bef. 17.
18.
«Den. 28. 47.
& B«L 9. 9.
•Oev.38.S8.
4C*p.l0.99.
2Bey.2S.S.
2Cr.29.10.
• Cap. 1. L
i Cap. 12.1,
•le.
30 Y alsrgnte sobre eUot mucho» «•
fios, y proiMtáateles con to espíritu por
mano de tus profetas* : mas no eacuona»
ron ; por lo cual los entregaste en mano
de los pueUos de las tierras.
81 Empero por tus muchas misericor-
dias no ios consumiste, ni los dejaste:
Sorque eres Dios clemente y misericor»
toso.
as ^hora pues. Dios nuestro. Dios
grande, fuerte, terrible, que guardas el
pacto y la misericordia, no sea tenido
en poco delante de ti todo el trabajo que
nos ha alcanzado, á nuestros reyes, á
nuestros príncipes, á nuestros sacer-
dotes, y & nuestros profetas, y 4 nues-
tros padres, y & todo tu pueblo, desde
los días de los reyes de Asiria< hasta
estedia.
83 Td empero ere« Justo en todo lo
que ha venlao sobre nosotros»; porque
rectamente has hecho, mas nosotros he-
mos hecho lo malo* :
84 Y nuestros reyes, nuestros principes,
nuestros sacerdotes, y nuestros padres,
no pusieron por obra tu ley, ni atendie-
ron ¿ tus mandamientos y, y 4 tus tes-
timonios con que les prDtestabas*.
85 Y ellos en su reino y en tu mucho
bien que les diste*, y en la tierra espti-
ciosa y pingtte que entregaste delante de
ellos, no te sirvieron, ni se cooTirtieron
de sus malas obras.
86 Hé aqui que hoy somos siervos b:
henos aquí siervos en la tierra que diste
á nuestros padres para que comiesen su
fruto y su bien.
87 Y se multiplica su fruto para los
reyes que has puesto sobre noaotxos « por
nuestros peeaaos; quienes se enseñorean
sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestras
bestias, conforme ¿ su voluntad, y esta-
mos en grande angustia.
88 A causa pues de todo eso nosotros
hacemos fiel alian»i<', y la escribimos,
signada de nuestros príncipes, de nues-
tros Levitas, y de nuestros sacodotes.
CAPITULO X.
CaUlogo de lo» que eignaro» la alianta, y
punto» prineipaUi que «w eBa prometían,
Y EN los que firmaron estaban Ne-
hemias el Thirsatha, hijo de Ha-
ch&Ua«, y Sedéelas,
5 Seraiasii, Azarias, Jeremías,
3 Pashur, Amarlas, Malchlas,
4 Hattus, Sebanias, Malluch,
6 Harim, Meremoüi, Obadlas,
e Daniel, Gin«>thon, Baruch,
7 Mesullam, Abias, Miamin,
8 Maazlas, Bilgal, Semeías. Estos sa-
cerdotes.
9 Y Levitas, .Tesua, hijo de Azanlas,
Blnnui, de los h^ de Henadad, y Cad-
mio :
10 Y sus hermanos 8abani8s, Odaia,
Celita, Peíalas, Hanan,
11 Micha, Rdiob, Hasabiaa,
12 Zachúr, Seretñas, Sebanias,
13 Odaia, Bani, Beninu.
14 Cabezas del pueblo: Pharos, Pa-
hath-moab, Elam, Zattu, Bani,
13 Bunni, Aufad, Bebal,
16 Adonias, Bigvai, Adin,
17 Ater, E^eklah, Azur,
18 Odaia, Hasum, Besai,
19 Hariph, Anathoth, Nebai,
80 Magpias, Mesullam, Hezir,
SI Mesezabeel, Sadoc, Jadua,
S8 Pelatias, Hamn, Anales,
83 Hoseas, Hananias, Hasub,
24 Lohes, Pilha, dobec,
as Rehum, Hasabna, Maaseias,
M Y Ah^as, Hanan, Anan,
87 Malluch, Harim, Baana.
S8 Y el testo del paebto «> les saeerdo*
tes. Levitas, poitcms» y cantases, Ne-
thinéos, y todos los que se habían ansr>
tado de los pueblos de laa tierras rf a la
ley de IMos, sus mv^lcres, sns hijos, y sos
hijas, y todo el que tenia compransloB j
disoeamimiento «,
SU Adhiiiáronse á sus hermanos, sas
principales, y vinieron en la protestación
y en el juramento/ de que andarian en
la ley dé Diosf , que fbé dada por mano
de Moisés, siervo de Dios, y que aoar-
darian y cumplirían todos los mandami-
entos de Jebová nuestro Sefior, y sos
juicios, y sus estatutos : «
80 Y que no dariamos nuestras hi)as á
los pueblos de la tienra, ni tomaiiamos
sus hJiJas para nuestros h^os *.
31 Asimismo que ctutmáo los pueblos de
la tierra tngcssn 4 vender mercadurías
y oomestibles en día de s4bado, nada to.
mariamos de dios en s4bado, ni en día
santificado : y que dejaríamos holgar la
tierra el ailo séptimo, con remisión en M
de toda deuda.
SS ^ Impusíraonos ademas por ky el
cargo de contribuir cada año con la ter-
cera parte de un sielo, para la obra de ia
casa de nuestro Dios • ;
33 Para el pan de la proposición k, y
fiara la ofrenda continua, y para el ho-
ocausto continuo, y para e< de los lába»
dos, y de las nuevas lunas, y de las fts-
tividades, y para las santificaciones, y
sacrificios por el pecado para expiar a
Israel, y para toda la obra de la casa de
nuestro Dios.
84 Echamos también las suertes, los
sacerdotes, los Levitas, y el pueblo,
acerca de la ofrenda de la leüa^ para
traerla á la casa de nuestro Dios, s^gn»
las casas de nuestros padres, en los ti-
empos determinados cada un alio, pan
Íuemar sobre el altar de Jehov4 nuestro
Hos, oomo está esorito en la ley "».
35 Y prometimoa que cada afto traería-
mos laia primidas de nuestra tierra, y
las primicias de todo fruto « de todo ir-
bol, 4 la casa de Jebová :
36 Asimismo los primogénitos de n«.
estros hijos, y de nuestras bestias, como
está escrito en la Iqr • ; y qu» traerianwi
los primogénitos de nuestras vacas y d»
nuestras ov«jas ala casa de nuestro IXos,
á los sacerdotes que ministran en la casa
de nuestro Dios.
37 Que traeríamos también las primi.
cias de nuestras masase, y nuestras
ofrendas, y del fruto de todo ártxri, del
vino y del aceite, á los sacerdotes, á las
cámaras de la casa de nuestra Dios, y el
diexmo de nuestra tierra á los Levitasf ;
y que los Levitas rectbirian las décimas de
nuestras labores en todas las ciudades.
S^Y que estarla mt sacerdote h^o de
Aaron con los Levitas, cuando los Le-
vitas reoibirian el dieamo: y que los
Levitas Uevarian el dienno del diesmo
4 la casa de nuestro Dios, á las cimans
en la casa del tasoio.
39 Porque á las cámaras han de llevar
los hyos de Israel y los hijo* de Levi
la ofrendar del grano, del vino, y áA
aceite ; y allí estarán los vasos del mu-
tuario, y los sacerdotes que ministran,
y los porteros, y kw cantores : y no aban-
donaremos ia caaa de nuestro Dios«.
CAPITULO XI.
Catálogo de lo» que tomaron atiento <■ la
ciudad de Jeru»akm renovada.
Y HABITARON los príncipes del
pueblo en Jerusatom ; mas el testo
del pueblo echó suertes* para traer uno
de olea que morase en Jemsalem, eta-
«bilS.
iCxf.i.í
vlÍ3.
MIO.U
13.
•Cip.M
/C»p.S.U
U
S«1.119.
106.
íKr.tL*
ibUH
Eid.«.tt
14.
iíCr»!
(Cig.U.1
'LeT.tlí
Su. I», i.
• Ex.13.1.
l*Nn.U.I!
DIH1.1&Í
í Kn. 1Í.Í
Hal.S.L
1&
ritos. Itl
IL
•Ml&*
mOIBIflAB, XIL
A.C.44Í.
dad sntaft» j lu mitv* partes «n Im
a(ni# chidadcs.
> Y ImimUjo el pueblo 4 todo* leí ▼•-
roncB qne volvntaiianMote* m oftael-
owi 4 manur en Jcruwdcin.
8 Y crtM «m loe princijMle* de la pM-
trfaida «me moraron en Jeminlcm : mai
en las dodadca de Jnd4 hahllanm, oeda
nao en ni powaion en mu oiudadee, de
load, de loa neerdotea, j Levitas, j
NatUnéoB, y de loa h^oa de loa alervos
ds Salomón.
4 Y en Jerusaiem' habitaron de los
hijos de Judá, y de loa hUoa de Ben-
Í'amin. De los hUos de Jua4, Athaias,
lijo de Vaáaa, h^o de ZaAsaiias, hijo de
Amalias, hijo de Sepliatlas, hijo de Ala-
halaleeL de loa h^joa de Phares « ;
5 Y MaaaUs, hijo de Baruch, hUo de
Coi^oee, hijo de Mázalas, h^ de Adai.
as, l4}o de Jelarib, h^o de Zacarías,
hijo de SUoni.
0 Todos los hi,ios de Phares, que mo-
nren en JemsaJem, fiuron euatroclen'
tos seienUí J ocho horobies fvertca.
7 Y estos MM los h^jos de Bc^jamin :
SaM, biio de Meanllam, hijo de Jocd,
bUo de Pedales, h^o de Oolalas, hijo de
Aíaawias, h^o de Ithiel, hilo de Jesaiaa.
8 Y tras ^1 Gabbal, 8allal, novecientos
relate y ocho en todoa.
9 Y Jeel, hijo de Zichrl, era picfteto
de ellos ; j Jehudas, hi[jo de Senna, el
segundo en la ciudad.
10 5 De los sacerdotes, Jedaias/, hl^o
de Joiarib, Jaohln :
11 Seralaa, hgo de Hilcias, hQo de Me.
sallam,lüíó de Sadoe, hijo de Meraioth,
hijo de Áhitub, principe de la caaa de
Dios,
15 Y sns bcrmanoB los que hacían la
oina de la casa, ochocientca veinte y
dos : y Adaias, hijo de Jeroham, hUo
de Pelalias, hijo de Amsi, hijo de Zaoa-
ñas, hyo de Pashur, i^jo de Malchias.
18 Y sus hennanoa principes de la-
millas, doscientos cnasenta y doa : y
Amasal, hijo de Azaxcel, hijo de Azai,
hijo de MeaiUemoth, l^jo de Immer,
14 T sns hermanos, hombres de grande
rigor, ciento veinte y ocho ; jefe de loa
coales en Zabdiel, h^o de GedoUm.
15^ Y de los Levitas, Semaias, hUo
de maaub, hUo de Aúioam, hijo de
IlasaUas, hiio de B«nl :
16 T Sabethai, y Joubad, de los priU'
cipales de los Levitas, sobrestantes de la
obn exterior 0 de la casa de Dios.
17 Y Mathanias k, hUo de Michi, hijo
de Zabdi, hijo de Asaph, el principal
de loe cantone^ el que empezaba las ala<
banxas y acción de gnwlaa al tiempo de
la oración ; y Bacbuchlas el segundo de
ntre sos hermanos, y Abda, hijo de
Samna, hijo de Oalal, hijo de Jeduthun.
18 Todos los Levitas en la santa ciu-
dad •./Iwrra dosdentoa ochenta y cuatro.
10 Y loa porteros Acoub, Talmon, y
sus hermanoa, guardaa en las puertas ^í,
ciento setenta y dos.
ao Y el resto de Israel, de los sacerdotes,
ir de loa Levitaa, en todas las ciudades de
Jnd4, cada uno en su heredad.
ti T loa Nethinéoa' habitaban en O-
phel»: y Siha y Gispa «roa sobre loa
Nothinéos.
88 Y el prepósito de loa Levitas en Je-
nisalem era Uxzi, hijo de Bani, hijo de
Haaabias, hijo de Matthaniaa, hilo de
Michas. Y los cantores, de los hiJÍM de
Asaph, eetata» sobre la obra de la casa
de Dios:
n Penfua hmbiM mandamiento del rey <*
acaBea de ^os, y determinación aoerca
de los cantores para cada día.
•4 V Petfaabias, hijo de Meaetabd, de
los hijos de Zerah •, hijo de Judá, c«-
Mba 4 la mano del rey en todo n^ocio
del pueblo.
85 5 Y tocante 4 las aUWas v sos ti-
erras, ttigunoe de los hijos de Jud4 ha-
bitaron en Chlrialh-arba y sus aldeas, y
en DIbon y sus aldda», y en Jeoabsccl y
sus aldeas.
88 Y en Jeaua, y Moladah, y en Beth-
pelet,
87 Y en Haaar-sual, y en Beersebah, y
en sus aldeas,
88 Y en Siclag, y en Mech&na, y en
sus aldeas,
89 Y en £n-ilmmon, y en floreah, y en
Januuth,
80 Zanoah, Adullam, y en sus aldeas ;
en Lachls y sus tierras, Axeca y sus
ald^a. Y habitaron desde Beer-sebai^
hasta iA valle de Hlnnom.
81 Y los hi)oH de Beióamin desde Geba
AoMeraii e» M ichmas, y Ala, y en Beth-
el y sus aldiSaa,
88 Bn Anathoth, Nob, Ananiah,
83 Hasor, Rama, Gitthaim,
84 Hadid, Setaoim, Neballatb,
Sft Lod, y Ono, valle de loa artífices.
86 Y eútcuítoe de los Levitas, en loa re-
partimientos de Jud4 y de Bei^jaroin.
CAPITULO XII.
OetéUtgo it la$ eaurdate* p Levita* fwe ha-
bían venido «01» Zortibahel * Jerufolem,
K* dMeado «u muro e<m grande solemtti-
dad. Dase H cargo d» eiBeroe dtl templo a
váreme» eeeofidot.
Y ESTOS «m loa sacerdotes y Levitas
que subieron con Zorobabel, hijo de
Sealthiel, y con Jesua: 8eraias«, Jere-
mías, Esdñs,
8 Amarlas, Malluch, Harlus,
SKechánias, Rehnm, Mereinoth,
4 Iddo, Ginetho, Abías,
5 Miamin, Maadias, Bllca,
6 Semaias, y .Toiarib, Jedaias,
7 Sallum, Amor, Hilcias, Jedaias. Es-
tos eran los principas de loa sacerdotes y
sus hermanos en los dias de Jesua i».
8 Y los Levita* fuermí Jesua, Binnui,
Oadmlél, Berebias, Jud4, ;/ Mathanias,
me con sus hermanos qficiaba en los
himnoa.
9 Y Baebudas, y Unni con sus her-
mane», cada cual en su ministerio.
10 ^ Y Jesua engendn) 4 .Toiarim, y
Joiacira csigendró 4 Kliasib, y Uilasib
engendró 4 .Joiada,
11 Y Joiada engendró 4 Jonathan, y
Jonathan engendró 4 Jaddua.
13 Y en los dias de Jolacim los sacer-
dotes cabezas de familias fueron eehe :
De la de Seraias, Meraias ; de la de Je-
remias. Huíanlas ;
18 De la de Eadraa, Mesullam ; de la
de Amarlas, Johanan ;
14 De ta de Melichú, Jonathan ; de la
de Sebanias, Joseph ;
15 De la de Harim, Adna; de la de
Meraioth, Heloai ;
16 De ia de Iddo, Zacarías ; de la de
Ginnethon, Mesullam ;
17 De la de AUUs, Zichrí ; de U de
MlBiamin, y de Moadias, Piltai :
18 De ta de Bilga, Sammua ; de la de
Semaias, Jonathan ;
19 De la de Joiarib, Mathenai ; de la
de Jedaias, Uzxi ;
80 De la de Saliai, Gallai ; de la de
Amoc, Ebet ;
81 De la de Hilcias, Hasabias ; de la de
Jedaias, Nathanaei.
88 Los Levitas en dias de Eliasib, de
Joiada, y de Johanan, y de Jaddua, fu-
eron escritos por cidwxas de &millas:
•Q«k88.80.
i'(3«B.264S.
Am. 8. 14.
«Cap. 10.3,8.
Hsg. 1. 1.
Zao. S.1.
SEHElálAS, Xta.
41 V loa lUnXiHt EllidlB, MuHlu.
*I Pot^ """de •! Ütpiyti i
'- iMilu RUnr Juiw
A'tmSLÍ" •* '^ " " '"'
l'SÍÍ
I AlujBrt»» »T ^ HAbllDOM, «hf 1
Cdr.m.
E8THER, I.
Ak G. eir. 46V
18 Y piue por ■obraHaBtM da dkw
& 8elemiaa taoerdote, 7 á Sadoo Ec-
ciiba, 7 de 1m I.<evlUia ¿ PadaiM; 5
á mano de ellos Hanan, h^o de SSaoour,
14)0 de Mathantas : piiei que eian teni-
dos por fieles A, y asi de ellos era el
repartir á sos hénuanoB.
14 Acuérdate de mí, oh Dios, en diden
& esto', y no nü^as mis mlaerlcordias
que hice en la casa de mi Dios, j en
sus oiMerTancias.
15 ^ En aquellos dias vi en JadA atgu-
RM que pisaban en lagares el sábado*,
í que acaneaban haces, y cargaban as-
nos con Tino, y tamlden de uvas, de
hiiTDs, y toda nierta de carga, y tratan
á Jerusaiem en dia de s&bado • : y pro-
tectáfe« acerca del dia que vendían el
mantenimiento.
16 También estaban en ella Tirios que
txaian pescado, y^oda mercadería, y
vendían en s&bado & los hijos de Judá
en Jerusalem.
17 Y reprendí* A los seUores de JndA,
y déjeles : ¿ Qué mala cosa e« esta que
Tocotros hacéis, profanando asi el dia
d4d sábado?
IH ¿ No hicieron así vuestros padres,
y trajo nuestro Dios sobre nosotros todo
este mal, y sobre esta ciudad ? ¿Y voso-
tros afliutii ira sobre Israel profanando
el sábado?
19 Sucedió pues que cuando iba oe-
euieclendoj» A las puerta* de Jerusalem
untes dri sábado, dije que se cerrasen
las paeitas, y ordené que no las abrie-
sen hasta detpnes del sábado: y puse
á las puertas alguno» de mis criaidos,
pan que en dia de sábado uo entrasen
carga-
so Y quedáronse fuera de Jerusalem
ana y dos veces los negociantes, y los
que vendían toda especie de mercan-
cía:
21 Y protésteles y dtieles: i Por qué
os quedáis vosotros delante del muro ?
81 lo haoeia otra vea, os echaré mano.
Desde entdnoes no vinieron en sábado,
n Y dUe á los Levitas que se parifi-
casen, y f viniesen á guardar las puertas,
para santifiear el dia del sábado. Tam-
bién por esto acuérdate de mí. Dios
mior, y perdóname según ia multitud
de tu misericordia.
88 5 Vi asimismo en aquellos dias
alguno* Judíos que hablan tomado mu-
jeres de Asdod, Ammonltas, 7 Moabi-
tas«:
94 Y sus hyos la mitad hablaban As-
dod, y conforme á la lengua de oada
pueblo, que no sabían hablar Judaico.
95 Y relU con ello«f, y maldíjelos, y
herí algunos de ellos, y arranquéles los
cabellos, y juraméntelos* diciendo: No
daréis vuestras hiia* á sus h^os, y no
tomaréis de sus h^as para vuestros hijos
ó para vosotras.
iÍ6 ¿ No pecó por esto Salomón, rey
de Israel • * Bien que en muchas gentes
no hubo rey como él ', qne era amado >
de su Dios, y IMos lo habla puesto por
rey sobre todo Israel, aun á él hieieroo
pecar las mujeres extranjeras.
37 ¿ Y obedeceremos á vosotros para
cometer todo este mal tan grande de
prevaricar contra nuestro Dios, toman-
do mi\)eres eztraiijeras ?
98 Y uno de los hijos de Joiada*, hijo
de Ellasib el gran sacerdote, era yerno
de Hanballat, uoronitali : ahuyéntelo por
tanto de mí.
89 Acuérdate de ellos. Dios mioc, con-
tra los que contaminan el sacerdocio.
Leí pacto del sacerdocio <<, y de loe
ivitu.
80 LimpléloB pues de todo extranjero,
y puse á los sacerdotes y Levitas por
aut clases á oada uno en su obra ;
31 Y para la ofrenda de la lefia* en
los tiempos señalados, y para las pri-
micias. Acuérdate die nu, Dioe mió,
para bien/.
LIBRO DE ESTHER.
CAPITULO I.
El rey Atnuro ia un etpUndUío hanqneft.
Mnwkt á Uamar á la rettia Vaifhi para
mtmlrar M hermoturai y como tUa ren-
tera venir, la rtpudia, y hace promulgar
ncmdamiento de que lodo hombra tea Httor
M«ii ^aM.
Y ACONTECIÓ en los dias de As-
mero, el Assuero que reinó desde
la India hasta la Etiopia sobre ciento
veinte y siete provincias o,
8 Que en aquellos días, asentado que
fué el rey Asanero en la silla de su
itíno, la cual estaba en Susan, capital
ddreinot,
8 En el tercer a&o de su reinado hizo
b*nquete« á todos sus príncipes y sier-
vos, teniendo delante de él la ftterza de
Periia y de Media, gobernadores y prín-
cipes de provincias,
4 Para mostrar él las riquezas de la
gloria de su reino, y el lustre de la mag-
nificeDcia de su poder, por muchos
dias, por ciento y ochenta dias.
& Y cumplidos estos días, hizo el r^
<>anqaete por siete dias, en el patio dd
hoctto del palacio real, á todo el pue-
blo, desde d mayor hasta el menor, que
*e lalló en Susan, canical del reino.
6 Bl poftetfon era de blanco, verde, y
<w)eno, tendido sobre cuerdas de Imo
y initpura en sortijas de plata, y oolum-
Bttde mármol : los reclinatorios de oro
y de plata, sobre losado de pórfido y de
mármol, y de alabastro, y de jacinto.
7 Y debían á beber en vasos de oro, 7
vasos diferentes unos de otroe, y mucho
vino real, conforme á la fiícultad del
rey.
8 Y la bebida fué según esta ley : Que
nadie constrifMese • porque así lo habla
mandado el rey á toaos los mayordomos
de su casa ; qne se hiciese según la vo-
luntad de cada uno.
9 ^ Asimismo la reina Vasthi hizo
banquete de miserea en la casa real del
rey Assiiero.
10 El séptimo dia, estando el cora-
zón del rey alegre del vino, mandó á
Mehuman, y á Biztha, 7 Uarbona, á
ragtha, 7 Abagtíia, 7 á Zethar, 7 á
mrcas, siete eunucos que servirá de-
lante del rey Assuero,
11 Que trajesen á la reina Yasthi de-
lante del re7 con la corona regia, para
mostrar á los pueblos 7 á los príncipes
su hermosura, porque era linda de
aspecto.
18 Mas la reina Yasthi no quiso com-
parecer á \fi orden del re7, enviada por
mano de los eunucos : 7 enqjóse el re7
mu7 mucho, y encendióse en él su Ira.
13 Preguntó entonces el rey á los sa-
bios que sabían los tiempos <f, (porque
así era la eostumbie del rey para con to-
dos los que sabían la ley 7 ri derecho.
«Cap. 18. 80.
'ver. 14.31.
'ISBd.9. 2.
t ver. U. 17.
«Cap. 10.39.
10. ft.
■fif
"1 Rey. 11.1.
vlBoy.S.lS.
8 Cr. 9. 22.
■8B».12.24.
•Okp.19.10.
» Cap. 2. la
• Cap. «. 14.
i{]fal.3.4.
10.
•Cap. 10. 34.
/Sal. 26. 8,9.
A.C.
dr. 519.
il Cap. 6. 18.
A. c. eit. na.
BSTHEBy IL
A.Q>fkM
• *A 7. 14.
/a Rey. as.
1».
' Cap. 8. 8.
Oi«.e. 8,
1¿.
A Mi. &. 9S.
• C»p. 8. 9.
¿ £f. & 23,
24.
ITis.ZU.
II ^qae a*f
M (lUbli-
raaepor to>
doaloapve-
Moiwgun
la lengua
lia «lio».
•Cap.
2U.
l.lí.
& a Bey. M.
14. U.
Jer. M. L
'2807.34.6.
U Y MtatMn Junto á él CanoM* y
Sethar» y Admatha, y Tlunls, y Maw»
y If wsena, y Memucan, ■i«te principe»
de Fonia* y de Media que velan la
cara del rey/» y le eentaban loa primen»
del reino»)
15 Qué se habla de hacer ■egun la ley
con la reina Vaathi, por cnanto no ha«
bia cumplido la áráea. del rey AsMiero,
envioíla uor mano de loe eunnooe.
16 Y c^Jo Memucan delanto del rey
y de los eunucos: No solamente contra
el rey ha pecado la reina Vaathi, sino
oontra todos los príncipes» y contra to-
dos loe puebloe que «aj^ en todas las
proTincias áA rey Assuero.
17 Porque ecfe hecho de la tdna pa-
será á noticia de todas las mujeres, para
hacer&« tener en poca estima á sus
maridos diciendo : El rey Assuero man-
dó traer delante de sí á la reina Vasthi,
y ella no Tino.
18 Y entonces dir&n eftfo las sefloras
de Persia y de Media» que oyeren el
hecho de la rdna, k todos los príncipes
del rey : y habrá nwcho menosprecio
y enojo.
19 Bl parece bien al rey, salga manda-
miento real de delante de ^» y escríbase
entre las leyes de Persia y de Media, y
no sea traspasado ir, Que no venga mum
Vasthi delante del rey Assuero : y dó
el rey su reino k su oompa&era que sea
m^or que ella.
50 V el mandamiento que hará el rey
será oido en todo su reino, aunone es
^ande, y todas las mujeres darán honra
a sus maridos A» desde el mayor hasta
el menor.
51 Y plugo ceta palabra en ojos del
rey y de ioB pxáncipes; é hizo el rey
conforme al dicho de Memucan :
SS Pues envió letras' á todas las pro-
vincias del rey, á cada provincia con-
forme á su escribir, y á cada pueblo
conforme á su lenguage, dicúnao que
todo hombre fuese señor en su casa *, y
hablase según la lengua de su pueblo ||.
CAPITULO II.
Eáher, hermota dotmOa Htbfta, t Mía adcp-
Uva de Murdoehio, e» elegida por reina en
lugar d* Vatüd. Mardaehto dMceir* al
rey una traieitm.
PASADAS estas cosas, soaquada ya
la ira del rey Assuero, acordóse de
Vasthi, y de lo que hizo» y de lo que
fué sentenciado contra ella*.
8 Y dijeron los criados dri rey, sus
'Oficiales : Busquen al rey mozas vírgenes
de buen parecer ;
a Y ponga el rey personas en todas
las provincias de su reino, que junten
todas las mozas vírgenea de buen pare-
cer en Susan» residencia regia, en la
casa de las mujeres al cuidado de Hegeo,
eunueo del rey, guarda de las mi^eres,
dándoles sus atavioa.
4 Y la moza que agradare á los ojos
del rey, reine en lugar de Vasthi. Y
la cosa plugo en qjos del rqr, é hízol9
así.
5 Habla un Taren Judío en Susan,
residenela regia, cuyo nombre en Mar-
dochéo» hijo de Jair, hijo de Simi» hijo
de Gis» del linage de Benjamin,
0 El cual habla sido trasportado de Je-
rusalem con los cautivos que fiíeron lle-
Tadosfr con Jech6nlas«, rey de Judá, á
auicn hizo trasportar Nabucodonosor rey
e Babilonia.
7 Y habla criado á Hadassa, que es
Batfaer, hi|}a de su tio, porque no tenia
padre ni madre, y era moaa de hermosa
forma y de buen parecer { y como su pa-
dre y sa madre mnziccon, Mandechio ta
haUa tomado por bija suya.
8 Sucedió pues» que como le dlvnlgó
el mandamieÍBto del rey y sn acuerdo, y
siendo reunidas muchas moias en Susan,
residencia rMia» á caigo de Heysi, flié
tomada también Esther pora casa dsl
rqr, al cuidado de Hegai «rimio» guarda
de las mujeres.
8 Y la moza agradó en sus ojos, y halló
Stoia delanto de él ; por lo que biio
ríe prestamente sus atavíos, y sus ra-
ciones, dándole también siete conveni-
entes doncellas de la casa del rey: y
pasóla con sus doncellas á lo m^er die
la casa de las mujeres.
10 Esther no declaró su pueblo, ni m
nacimiento, porque Mardochéo le habla
mandado que no lo declarase^.
11 Y cada dia Mardochéo se psicabí
delanto del patio de4a casa de ua mu-
jeres» por saber como iba á Esther, y
qué se hacia de ella.
18 Y como llegaba el tiempo de cada
una de las mozas para venir al rqr As-
suero» al cabo de haber eMado ya doce
meses conforme á la ley acerca de las
miueres, (porque así se cumplía el ti-
empo de sus atavíos, ctA» es, seis meses
con óleo de mirra, y seis meses con cosas
aromáticas y afeites de miseree»)
13 Entonces la moza venia asi al rey
todo lo que ella deda se le daba, pan
venbr con ello de la casa de las mi\)eres
hasta la casa del rey.
14 Ella venia á la tarde, y á la mallana
se volvía á la casa segunda de las mu-
jeres, al cargo de Saasgaz, eunuco del
rey» guarda de las concubinas : no venia
mas al rev, salvo si el rey la quería» y
era llamada por «u nombre.
16 Y liesado que fué el tiempo de
Esther, hija de Abihail, tío de Mardo-
chéo, (lue él se había tomado por hija,
para venir al rey» ninguna cosa procvúnS
sino lo que dijo Hegai» eunuco del rey,
guarda de las mujeres : y ganaba Esther
la gracia de todos los que U veían.
10 F\ié pues Esther llevada al rey As-
suero ú sn casa real en «1 mes dvcimo,
que &s el mes de TebeAi, en el aik> sép-
timo de su reinado.
17 Y el rey amó á Esther sobre todas
las mnjeres, y halló gracia y 'benevo-
lencia delante de él mas que todas las
vírgenes; y puso la corona real en su
cabeza, é hizola reina en lugar de
Vasthi.
18 Hizo luego el rey banquete* á todos
sus principes y siervos, el banquete de
Esther : y alivió á las provincias» é hin
y dio mercedes oonforme á la fiwultad
real.
19 5 Y cuando se juntaban las viryenes
la segunda vez, Mardochéo estaba puesto
á la uuerta del xvjf.
80 V Estlier, segxm le tenia mandado
Mardochéo, no habia deolarado su na-
ción ni su pueblo : porque Esther hacia
lo que decía Mardochéo como cuando
con él se educaba^.
81 En aquellos días, estaiulo Mardo-
chéo sentado á la puerta del rey, eno-
járonse Bigthan y Theres» dos eunucos
del rey de la guardia de la puerta, y pro-
curaban poner mano en el rey Assuero.
Ai Mas entendido que fué esto por
Mardochéo, él lo denunció á la leina
Esther A, y Esther lo d^o ai rey en nom-
bre de Mardochéo.
83 Hízose entonces indagación de la
cosa, y fué hallada cierta ; por tant» en-
trambos fiíeron colgados en una horca.
Y escribióse a can en el libro de las co-
sas de los tiempos delante del rey.
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«¿Ent^iniAlo tfit*T Quita ■!■<«
a putlñrrAna ^a nnlds d (i-
lodite A libara qw a 1* tn'
Mili p« ta plui d< adnW. TT
Id finrOrvca el n; dl>D£ Anu : M
üffiá'.SSB,TIB
cni^ft? ¿cúljun rt
A. C. dr. 800.
ESTHER, X.
i.a(ir.S»
«CBp.5.11.
Jo1>18.19.
L27.U,1S.
a.si.ia
* C«p. 8. 11.
>Deu.21.!13.
0*1. S. 13.
I
i VM, 10.
I Keb. 8. 10,
IV.
» S«I.90.11.
A.C.
Gir. 1800.
• 1 Cr. L 17,
40.
J«r. as. W.
1A.4.8L
» b. 14. 14.
tandad, y de perdicUm ; é hicieron en
sos enemlsos a su voluntad.
6 Y en susan, capital del rdno, mata-
ron y destruyeron tos Judíos quinientos
hombres.
7 Mataron entonces 6 Pharsandatha^ y
& Dalphon, y'á Asphata,
8 Y a Phoratha, y & Adalia, y á Ari-
datha,
9 Y á Fhannastba, y á Artsai, y & Ari-
dai, y á Vaizatha,
10 Diez hijos' de Aman, hijo de Ama-
datha, enemi|ro de los Judíos : mas en
la presa no metieron mano A.
11 ir El mismo dia vino la cuenta de
los muertos á Susan, residencia r^ia,
delante del rey.
18 V dijo el rey & la reina Esther : En
Sosan, capital del reino, han muerto los
Judíos T destruido quinientos hombres,
j diez nijos de, Aman : ¿ qué habr&n
hecho en las otras provincias del rey ?
e Cuál pues es tu petición, y te será
coocediaa ? ó qué, mas es tu demanda,
y será hecho ? ,
13 Y respondió Esther : Si place al rey,
concédase tamUfen mañana a los Judíos
eo Susan, que hagan conforme á la ley
de hoy ; y que cuelguen en la horca 4
los die-¿ lujos de Amlua '.
14 Y mandé el rey que se hiciese así :
y diese la érden en Susan, y colgaron &
los diez hilos de Aman.
15 Y los Judíos que estaban en Susan,
sejuhtaron también el catorce del mes
de Adar, y mataron en Susan trescientos
hombres: mas en la presa no metieron
su mano*.
16 ^ En cuanto á los otros Judíos que
estaban en las provincias del rey, tam-
bién se puntaron, y pusiéronse en dienta
de su vida, y tuvieron rqwso de sus ene-
migos, y mataron de sus Contrarios se-
tenta y cinco mi!, mas en ,Ia presa no
metieron su mano.
17 En el dia trece del mes de Adar/ké
eto, y retrasaron en el dia catorce del
mismo, e hiciéfonlo dia de banquete y
de alenia.
18 Alas los Judíos que calaban en Susan
se Juntaron en el trece y en el catorce
del mismo ntes, y al quince del mismo
reposaron, é hicieron aquel día dia de
banquete y de regocüq.
19 Por tanto los Judíos aldeanos que
habitan «n las villas sin muro, hacen á
los catorce del mes de Adar el dia de
alegría y de banquete, y buen dia, y de
enviar porciones de vianda* cada uiu> á
su vecino/.
30 Y escribió Mardochéo estas cosas,
y envié letras á todos los Judíos que es-
taban en todas las provincias del rey
Assnero, cercanos y distantes,
21 Ordenándoles que celebrasen el dia
décimo cuarto del mes de Adar, y el
décimo quinto del mismo, cada un año,
22 Como dias en que los Judíos tuvi-
eron reposo de sus enemigos, y el mes
que se les tomó de tristeza en alegría, y
de luto en dia bueno m : que los hiciesen
días de banquete y de gozo, y'de enviar
porciones cada uno á su vecino, y di-
divas á los pobres.
23 Y los Judíos aceptaron hacer, segoo
hablan comenzado, lo que les eicríblé
Mardochéo.
84 Porque Aman, h^o de Atnadatha
Agagéo, enemigo de todos los Judiot, ,
habla ideado contra los Judíos para des-
truirlos «, y echó Pur, que ^were decir
suerte, para consumirlos y acabar con
ellos.
85 Mas como Esther vino á la pre-
seneia de} rey, él intimó por carta: El
perverso deslio aue aquel trazó con-
tra los Judíos, recaiga sobre su cabeza*,
y cuélguenlo á él y & sus h\)os en la
horca.
98 Por esto llamaron á estos dias Pu-
ilm, del nombre Pur. Por todas, pues,
las palabras de esta cartap, y por lo aue
ellos vieron sobre esto, y lo que llego &
su noticia,
87 Establecieron y tomaron los Judíos
sobre si y sobre su simiente, y sobre to-
dos los allegados á ellos?, y no será tras-
pasado, el <!elebrar estos dos dias según
está escrito en orden á ellos, y conforme
á su tiempo cada un alio :
88 Y que estos dos dias serian en me-
moria, y celebrados en todas las nací
ones, y fíimilias.
? provincias, y duda-
urím no pasarán de
des. Estos dias ,
entre los Judíos, y la memoria de ellos
no cesará de' su simiente.
89 Y la reina Esther, hija de Abihail,
y M ardochío Jjadío, eseiibieron con to-
da eficacia, jiara confirmar esta segunda
caMa de Purim.
ao Y eavió Mardixhéo tetras & todos los
Judíos, á las ciento veinte y siete pro-
vincias del rey Assuéro, con palaUas de
paz y de verdad,
81 Para confirmar estos dias del Pu-
rim en sus tiempos aeñaladot, según tes
habla constituido Mardochéo Judío, y
la Teipa Esther, y'como hablan ellos to-
mado sobre sí y sobre su simiente, jtara
ammenwrar el fin de loa ayunos y de su
clamor.
88 Y el mandamiento de Esther con-
firmó estas palabras dadat acerca del
Purim, y escribióse en el libro.
CAPITULO X.
ÍUeapitiílate la áígiMadv glarta ée XaráO'
Ato en la cata «icTfwy Atnma.
Y EL rey Assuero Impuso tributo so*
bre la tierra* y las islas de la mar^.
9 Y toda la obra de su fortaleza, y de
su valor, y la decUracioñ de la grandeza
de Mardochéo con que el rey le engran-
deció «, ¿ no está escrito en el libro de
los anales de los reyes de Media y de
Persia?
3 Porque Mardochéo Judío filé se-
gundo después del rey Assuero^, y
grande entre los Judíos, y acepto a la
multitud de sus hermanos, nrocutando
el bien de su pueblo», y hablando paz
para toda sii simiente.
EL LIBRO DE JOB.
CAPITULO I.
Job, varón pió ( UuMrt, por permition d»
iHoi y vara prueba de lu virtud, w entre-
gado dBotanai, él cual le qutía loe Uenee,
yUmaUtlothifoi. Job adora j/dá graeiae
d Dio» por todo,
TTUBO un varón en tierra de Hus«,
I I l1««v««a^M TaK h • w Aaa« am^a t^nmKrA
perfecto y recto, y temeroso de Dios, y
apartado de mal «.
2 Y naciéronle siete hHos, y tres hUat.
8 Y su hacienda era siete mil ovi>}a8, y
tres mil camellos, y quinientas yuntas de
bueyes, y quinientas asnas, y muchísi-
mos criados : y era aquél varón grande
rrtaa /«i«a ^nA^
n»SAM*alA«
A.0.clr.l8(Nk
JOB, II, m.
A.C.eir. 1800.
i Ut. 1. 1,
•te.
|«Ctp.ll,
ctc*
tlB«7.3S.
Id.
|«f OtlMT-
ICr.SLL
Zac3.1.
Api VL 9,
»llatUL«S.
irM.t.8.
i8«L3L7,9k
tCapLld.2L
<li.8.2L
'Seta. 13.
6eB.S7.29.
thU. 2.
tnn.&7.
Im.8.38.
BÜ.8B.88,
n.4.u,
B.
«cada u
4Eib«n
en su» caws» ca«U óño «n m ^Uj y «n-
Tiabaa á llamar «tu tns hennanasj para
qna oomlatan 7 baMasao aon aOot.
6 Y a«o««aela qn* haWando paaado.an
tumo loa diaa diel ooATite, Job aaviaba
} HurtifleAbalot, 7 lavantábaw de ma-
aana* 7 afraola noIooatt»to«rf cwt/bmw al
nilmero de cUot. Porqne dada Job:
Quisi iMlnAa pecado mii b^yot, 7 ha-
Máa blaabmado k DIm en raa ooraso-
nea. Da cita manera bacía Job todos
losdias.
6 5^ Y un dia« vinieron los b^os de
Dlo«/á proentane delante de JeboHf»
entre loa caales vino también Batan |.
7 Y d^io Jehorá 4 Satán: ¿ Da donde
Tienes ? Y respondleitdo Satán á Jebo-
vi* dUo : De rodear la tierra, 7 de an-
te por ella*.
8 T JehoTá d^o á Satán : ¿ No has
considerado á mi aiarvo Job, que no
ba7 otro como él en la tlanra, varón
perfecto 7 recto, temaroso de xNos, 7
miaitado da mal ?
9 Y respondiendo Satán 4 Jabo«4, ol-
Jo: ¿Teme Job 4 Dios d^ balde? . .
10 i No lo has td cercado 4 ¿1 7 4 su
casa, 7 4 todo lo que tiene en rededor i ?
Al trabi^ de sus manos has dado ben-
dición: por tanto su hacienda ha ere»
cido apnre la tierra.
11 Mas esliendo ahora tu mano, 7 toca
4 todo lo que tiene «, .y verát ti no te
blaafena en tu rostro '.
13 Y dii}o JeboTi 4 Salan : Hé aquí,
todo lo que tiene está en tu mano : sola-
mente no pondas tu mano sobre ¿1. Y
aali($ae Satán de delante de JehoT4.
13 ^ Y Un dia "• aconteció que sus hi-
Joa d Zk\iaa comían, 7 bebían Tino en casa
de su hermano el primogénito,
14 Y vino un mensajero 4 Job, que le
dijo : Estando arando los bueyes, 7 las
asnas paciendo cerca de ellos,
lA Acometieron los Sabemos, T toin4-
Tonlos, é hirieron 4 los mozos 4 filo de
eqiada: solamente escapé yo para tra-
erte las nuevas.
16 Aun estaba este hablando, 7. vino
otro que d^o : Fu^p» de Dios cayó del
<delo, que quemó las ov^s y los moaos,
y les consumió : solamente eschpé yo solo
para traerte las nuevas.
17 Todavía estaba este hablando, 7 vino
otro que dijo : Los Caldeos hicieron tres
escuadrones, 7 dieron sobre Ips camellos
y tomáronlos, é hirieron 4 loe mozos 4
filo de> espada, 7 solamente escapó 70
solo para traértelas nuevas.
18 Entre tanto que este hablaba, vino
otro que dijo : Tus hijof y tus h\}as es-
taban comiendo, 7 bebiezido vino en casa
de su hermano el primogénito :
10 Y he aquí un gran viento que vino
del lado del desierto, é hirió las cuatro
«equinas de la casa, y ca7ó sobre los mo-
»os, 7 mulleron; 7 solamente escapé yo
solo wtra traerte las nuevas.
:10 £ntónces Job se levantó, y rasgó*
cu manto, y trasquiló su cabeza <>, y ca-
yendo en tierra aaoróJ>,
81 Y d^o : Desnudo sali del vientre de
mi madre f, y desnudo tomaré aII4. Je-
hov4 di<L 7 Jehov4 lo quitó'': sea el
nombre oe Jehov4 bendito «.
ast £n todo esto no pfoó< Job, ni atri-
buyó 4 Dioi despropósito alguno. .
OAPITULO II.
Beguinda pnuba de Job, <t (ptUn porp«mi^Í<m
dm IHo$ Uen Satofm» tf« Ujpta. Af conviene
«ts tol titado 4 «a vwjtr, qu« vitupera mt
tmtégriáad to* i«np(o «areatsM. yienen tre$
tágot 4 «Miarle.
YOT&O dia aooBtedó que vinieron
los hüoa de Dios para presentarse
delante de Jehov4 «, y Sátan vino tam'
bien entra ellos pareciendo delante de
Jehov4.
3 Y dUo Jehov4 4 Satán : ¿ De donde
vienes ? Respondió Satán 4 Jehev4, y
dtto ; De rodáar la tierra, y de andar por
8 Y Jéhov4 dUo 4 Satán: ¿ No has
oondderado 4 mi siervo Job, que no hay
otro como H en la tierra, varón perfecto
y recto, temeroso de Dios, 7 apartado de
mal. y que aun retiene su perfección.
habiéndome td incitado contra él para
que lo arruinara sin causa ?
4 Y respondiendo Satán dijo 4 Jeho-
v4: Piel por piel, todo lo que el hom-
bre tiene uaE4 por su vida b.
5 Mas extiende ahora tu mano, y toca
4 su hueso y á su catne, y verás si no te
blasfema en tu rostro.
6 Y Jebov4 d^o 4 Satán : Hé aquí, él
esAl en tu mano ; mas guarda su vida.
7 ^ Y salió Satán de delante de Je-
hov4, é hirió 4 J ob de unajlaligna sama
desde la planta de su pie hasta la mo-
llera de su cabeza.
8 Y tomaba una t^ para rascarse con
ella, y estaba aentado en medio de ce-
nisa«.
9 5 D({oIt entonces su mujer: ¿ Aun
retienes til tu simplicidad ? Bendice 4
Dios^ V muérete.
10 Y él le d^: Como suele hablar
cualquiera de las mujeres btuas hai ha-
blado. También recibimos el bien de
Dios, ¿7 el mal no recibiremos''? En
todo esto no pecó Job con sus labiok <.
11 ^ Y tres amifos de Job, Ellphaz
Themanita/, y Kldad Suhita', y So-
phar Nahamathita, luego que oyeron
todo este mal que le habla Sobrevenido,
vinieron cada imo de su luMr ¡ porque
hablan concertado de venir ^ntos 4 con-
dolecerse de él, y 4 consolarle :
13 Los cuales alzando los ojos desde
léjos, no lo conocieron, y lloraron á vos
en grito ; y cada uno de ellos ra^ó su
maoto, y esparcieron A polvo sobre sus
cabezas h4ela el cielo.
13 Así se sentaron con él en tierra ■ por
siete dias y siete noches* y ninguno le
hablaba palabra, porque velan que el
dolor era muy grande.
CAPITULO IH.
J«A) maUUte el dia de lu nacimiento 1 y aten-
dida» la» ealunMadet de la vida, deiea no
hubieee aqiul llegado, y haUtirie con loi que
m la vuierte te ven tt w>«* de éUa»,
DESPUÉS de esto abrid Job su boca,
V maldiVo su dia.
9 Y exclamó Job, 7 dt)o :
3 Perezca el dia en que 70 nací >, y la
noche que se d^o : Varón es concebido.
4 Sea aquel dia sombrío, 7 Dios no
cuide de él desde arriba, ni ^ilatldad so-
bre él resplandezca.
5 .aféenlo tinieblas 7 sombra de mu-
erte ; relióse sobre él nublado, que lo
haga horrible como caliginoso día.
6 Ocupe la obscuridad aquella noche ;
no tea contada entre los dias del a&o, ni
venga en el ndiúeto de los meses.
7 ¡ Oh si fuera aquella noche solitaria,
que no viniera canción alguna en ella I ,
8 Maldíganla los que maldicen al dia,
los que se aprestan para levantar su
llanto.
9 Obscuréscanse las estrellas de su
alba ; espere la lúa, y no vínga» ni vea
los párpados de la roaifiana :
10 Por cuanto no cerró las puertas del
vientre dond^ yo estaba, ni escondió de
mis ojos la miseria.
• Cafk. 1. 6.
etc.
t Mat «. a&.
«Uat. 11.31.
•f8sBto.S.10,
11.
« Sal. 38. 1.
/GeB.M.11.
Jer. 49. 7.
8 Gea. 26. 2.
* K«b. 9. L
La. 2. 10.
<EU.9.8,«.
«Cap.iai8,
•te.
Jer. 30. 14.
4.(^
jQfí.nvH'
4.qL«ij|;^p«^
•M.
ttk
Fi». 0. U.
M.S8.3.
U. 88.15»
M4.S.8.
.11.
•.25.1&
i!*M^*jjriw
itelM
4*1
uw aua ooa lai picdcu d«l e«mpo
ka til «ofuteito, y la» bcttiai del
DO te Mnn pacificw.
34 V Mbrá* que Jkoy pas cy» ta tkoda;
j Tialtartft tn iiukwU, v no peoazát.
85 Ajáfoluao edhuM d« var que tu
<iiMi«nte «• mocha, j |u ¡voIa odibo la
yerba de la tiem.
80 Y veadrfo en la v^te^A la lepnl-
«oxa» como «1 montoi» da ttj(go que ae
coge á nx tiempo.
87 Hé aqoí lo que hamoa inquirido, lo
ooal «■ mki 4y*l9«l JtUBS ^^ pvn «on*
tigo.
CAPITULO VI.
«WowMBiejÉiHMdmwjpuffaxoaleyaa-
dna(icMii#fM<Mmr<ÍHMi M4rf r virf» f«w
«Ba «SMÍf «üf /wraof. fimoM 4« au a«^
M, y (b «ni v(ii<(f oa i HprmimU «a mi
Y RESPONDIÓ Job y dUo :
8 ¡ Oh li pewaen al jiuto mi 9b<
y mi tonnento, y se alzaMn '
a Porque peMzia aquel maa que la
«sena de la mar : y por tanto mis pala»
bras Mmoortadu.
«Foiquelai aaetaia del Todo-poderoeo
«fllo» en mí, cuyo veneno bebe mi eapl-
xitu, j (etrarn de Oioab me oombaten<
i ¿ AcaM gime el asno montas junto
i^ la yorba ? ¿ Muye el buey Junto 4 su
pasto?
e ¿Cométase }o «lesahride sbi sal? ó
¿ luibci gusto en la dará del huevo ?
7 Xju oosas qu* *oi *lnM no quería to-
car umita, ahora fas los dolares «» mi
8 ¡ Quién me diera que TiiUeie mi pe>
Cioion. y que Dios im. otorgase lo que
espero!
6 Y que pluifuieía A PIm quabrantar-
me; que scAtára su mano, y me de»-
lileiera«l
10 Y seria aun mi consuela, si me asal-
con dolor sin dar mas tregua, que yo
no he escondido las palabras del Santo.
11 ¿ Oual •• mi finrtalexa para espenur
aaw? iJ cual mi fin para dilatar mi
«ida?
18 ¿ Es mi ftirtalexa la de las ptodrw ?
¿ ó mi eame es de aoere ?
18 áSo me ayudo cuanto puado, y t»
«1 podar me fiOta del todo !>
14 El atribulado es consolado de su
cosivalleie: mas hese abattoionado el te-
mor del Omnlpi^tente.
15 Mis hermanos me han mentido'
ctaal arroyo ¡ paaáMlise «ame corrientes
impaCaesas,
ItfQoc están eswwidldas por la helada,
y encubiertas oonnle^í
17 Que al tiempo del calor son des.
b«abaa, y en calentándose, desaparecen
de su lugar.
18 Apwtanse de las sendas de su rum-
bo, van menguando, y piérdeose.
18 MIzaron ios caminantes de The-
man «, los caminantes de Saba espera*
vosk en ellas.
80 JCm ftieron aTersonzados por su
t eneran Ts ; pasque- Tinieran hasta ellas,
y halláronse eonfiísos.
81 Abara etetaroente como ellas sois
voeocros ; que }iab«ls visto d tprmcato
«rio, y temds.
88 ¿ Os be dieho yo : Tnedme, y pa-
gad por mí de vuestra hacienda ;
88 V libradme de mano dd opresor, y
redimidme del poder de los viorentos ?
84 Eoaeftadme, y yo oallaxé : y haced>
le esittnder en qu4 be «nrado.
85 i Cuan Alertes son las palabras de
laettaid! Mas fqiié leiiwwaili el quf
xepiende de vosctroe?
88 ¿ Pausáis censurfx palabras, y los
discursos de un dasespeaülo, ««« ««* ce*
mo d viento ?
87 Tembien os wdMt aobre d buáF-
ftao, y baceia hciyo aewila da vuestro
amigo.
tt Ahora puea, ai au«nii, mix«d ea
ad, jvii al misato odante de vosctnw. '
88 Tomad ahora, y no heja iniquidad;
volved aun d cpasMtrer mi Justicia 4fi
esto.
80 ¿Hav iniquidad en mi lengua? ¿N»
pneds mi_palinar 'ffitfím\T las otiss* de*
CAPITULO VII.
Jieiirt J«b WMtpar sefiate fa araailsse di m
^/Um^, y jiA< tf ÍXm ««« l« Ktrs «I d|a
■f agreñas.
CIERTAMENTE tiempo ÜmUado «.
mt$ el bombxe sobra la tierra* y aus
días «oa como los dias dd Jomálerp.
8 Como d siervo anhela la sombra, y
como d Jornálelo espera d nyoso át su
8 Así poseo yo mesas de vaaidad, y
noches de trab^fo me dieran po« eu>
cata*.
4 Guando estoy acostado, digo ; i Cu*
ando me levaotéid* ? T mide etl vta-
xó» la noche, y estoy harto d« devana
A MlctriM está vesiilda de gusanos, y
de costras de polvo ; mi pld pendida y
abemiaable.
8 Mi* dlw ÍMcroa mas Ugeios que la
lanzadera dd te}edor«, y fcbecfalton fia
. Acuérdate que mi vida «• «a viento',
y que mis q}os no volverán á ver el bi4n.
8 Los q|ps de les que me ven, no m»
verán i«a« : tus cjos sobra mi, y étfui
da ser.
8 La nube ae consume, y ae va: asi d
que desciende d sepulcro no subirá;
10 No temará mas á su casa, ni su
lugar le conocerá roas «.
U Por tanto yo no reprimiré mi boca ;
hablaré en la angustia de mi espífltu, y
quiüaréme con la aroanura de mi dma.
18 ¿ Soy yo la mar. óaigtum balt^t
que me pongas guarda ?
IS Ouúido digo : Mi cama me conso*
lasa, mi cama atentfaiá mis queias ;
14 Eaténees me quebraatana eo» sae>
líos, y me tuxtaoás con visiones.
15 V a<4 mi dma tuvo por mijar d
ahogamiento, y f«<se la muerte mas que
á mis huesos.
16 Abuxrime ; ao he de vivir yo para
siempra/: d^yáme, pues que mis diaa
ton vanidad.
17 ¿Qué «• el hombre, pan que lo
engrandeaoas, y que pongM sobra ü tu
coraion,
18 Y lo visites todas las maflanas, y to*
dos los momentos lo pruebes ?
19 4 ilsata cuando no me dejará^ ni
me soltarás hasta que trague mlsaliva ?
80 Pequé, ¿ qué te haré, oh Guarda de
los hombres ? ¿ Por qué me has puesto
contrario á Üg, y que á mí mismo pea
pesado?
81 ¿ Y por qué no quitas mi rabelicp, y
(donas mi iniqíildaa ? porque anón
•imiré en el polvo, y d me buscares de
msflana, ya no seré.
CAPITULO VIII.
BÜéMprtmtapérmMUr áJ^y» m ttmtt'
lefti iflWui I it üiwrfSMlnw aie-ireifir M wii
«pe, y fii( oar i* WaittíN^ tmrá Mraio
df fo eürtm dt^mefioa <m aféenla d les
doi
•8d.«.«.
*l)aa.».f>.
IS.M.U.
'8d.78.W.
8sar.«.14.
'sdl^Slt.
/Oajp.10.90.
8a¿r4».l«.
«C^». 18.19.
La^U.
A.C.olr.l800.
JOB, Ym, IX, X.
A.C.cir.m
•Cftp.a4.13,
17.
G«ii.l8.9S.
Dea. 82. 4.
3 Cr. 19. 7.
Ski. 8». 14.
BoD.8.6,6.
iC*p.ll.lS.
y 22. S3, etc.
«C*p.l5.18.
rf M. 8». 5.
«lCr.!9.16.
/8»I.I99. 6.
Mat. 13.30.
o C»p. 97. 8.
Pro. 10. 98.
hC*p.37.18.
•'8al.87.se.
i Bal. 87. 2S,
98.
<8al. 182.18.
• 8*1.143.3.
BíOBi.8.30.
iHe1».12.3e.
•SaLlOi.
^•^ -»
11.49.83.
il Cap. 88.81,
32.
AauM & 8.
Y RESPONDIÓ BUdaá Sahits, 7
9 f Baata cnándo hablar&s tafea cosas,
y las paUdMas de tn boca terán eomo nn
Tiento fuerte ?
8 ¿ Acaso perrettbá Dios el derecho •, ó
el TodO-poderoao perrextir& la justicia ?
4 Si tus hijos pecaron contra él* él los
edkó en el lugar de su pecado.
9 Si til de mafiana buscaxes á IM0S&, j
rogares al Todo-poderoso ;
o SI ftieres limpio j derecho^ cierto lu-
ego se despertara sobgre tí, 7 hará prós-
pera la morada de tu justicia :
7 T tn principio habm sido pequefio, 7
tu portrimeria acrecerá en gran manera.
8 Forque pregunta ahora a la edad pa-
sada«, 7 diaponte para inquirir de sus
padres de eQos;
9 Pues nosotros tomo» de a7er', 7 no
sahemosj siendo nu^tro* dias sobre la
tierra como sombra «.
10 i No te enaefiaxáa ellos, te dirán, 7
de su corazón sacarán etiat palabras ?
11 ¿ Crece el junco sin lodo ? ¿ crece
el prado sin agua ?
IS Aun él en su verdor no será cortado,
7 antea de toda 7erta se secará/.
13 Tales' mm los caminos de todos los
que olvidan á Dios ; 7 la esperanza del
implo perecerán :
14 Porque su esperanza será cortada, 7
su confiñiza es casa de arafla.
15 Apoyaráse él sobre su casa, mas no
permanecerá en pM * : atendxáae á ella,
mas no 80 afirmará.
18 A matura de un árbot está reide de-
lante del sol, 7 sus renuevos salen sobre
su' huerto ;
17 Vanse entret^iendo sus raices junto
¿ ufut'ftiente, 7 enlazándote hasta un lu-
gar pedregoso.
18 Si lo arrancaren de su lugar, este
negarJUe entonces diciendo : Kuncate vi '.
19 Ciertamente este será el gozo de su
camino, 7 de la tierra de donde se tnu-
futiere nacerán otros.
90 Hé aquí. Dios ho aborrece ti per-
fiecto A, ni toma la mano de los malignos.
91 Aun henchirá tu boca de risa, 7 tus
labios de jtlbilo.
92 Los que te aborrecen, serán vestidos
de confusión': 7 la h&bitacion de los
impíos perecerá.
CAPITULO IX.
KmwtíaaíJob oim wia» que mm amigoe «i poder,
la icMdmrfa y juilieia de JMoi ; y umetbra
4«e tw M- opone 4 eMot eárütáo» d etfiigir
en «éa «mudo 4 lo» imotenita.
Y RESPONDIÓ Job, 7 dyo :
9 Ciertamente 70 conozco que ei
así : ¿ 7 c<$mo se justiñcará el hombre
con Dioso?
8 Si quisiere contender con él, no le
podrá responder á una eoea de mil.
4 £1 es sabio de corazón, 7 poderoso en
fortiúeza: ¿quién se endureció contra
él, 7 quedó en paz ?
9 Que arranca los montes con su furor,
7 no' Conocen quien los trastornó.
8 Que remueve la tierra b de su lugar,
7 hace temblar sus columnas.
7 Que manda al sol, 7 no «de ; 7 sella
las estrellas.
8 El que extiende solo los cielos c, 7
anda sobre las alturas de la mar. .
9 El que hizo el Arcturo, 7 el Orion «f,
7 las Pleiadas, 7 los lugtcres secretos del
Mediodía.
10 El que hace cosas .grande» é incom-
prenriblea, 7 maravillosas, ain ntUnero.
11 Hé aquí que él pasará delante de
mi, 7 70 no lo veré ) 7 paaaiá, 7 no lo
entenderé.
19 Hé aquí, anabatará, ¿ quMa te hná
restituir ? ¿ quien le dirá: Qué haces*?
18 Dios no tomará atrás sn ira, 7 de-
bajo de él se enooztMm lutgo los qne
a7udan á los soberbios.
14 i Cuanto menos le responderé 70, ;
hablaré con él palabras esCu^Badas ?
15 Que aunque fuese 70 justo, no res-
ponderé; Antee habré de rogar & mi
Juez.
18 Que si 70 le invocase, 7 ^ me res-
pondiese, aun no creeré que ha7a eseU'
chado mí voz.
17 Porque me ha quebrado con tem-
pestad, 7 ha aumentado mis heridas sin
•lULi»
18 No me ha concedido que tome mi
ttUento, mas hame hartado de amar-
guras.
19 Si hobláremoe de «« potencia, ftierte
por cierto es : si de fu juicio, ¿ quién me
emplazará ?
SO Si 70 me justificare, me condenará
mi boca : «i me ¿{/ere perfecto, esto me
hará hücuo.
21 fi£en ^ue yo fueee íntegro, no ecnosco
mi alma ; reprocharé mi vida.
92 Una cosa resta que 70 diga/: Al
perfecto 7 al impío él los consume ;.
28 81 ee azote me mata dé presto, riese
de la prueba de los inocentes.
24 La tierra es entr^ada en manos de
los impíos, 7 él cubte el rostro de sus
jueces. Si M no fo Siipone aei, ¿quien
ee f dónde está ?
35 Mis dias han sido mas ligeros ouc un
correo* ; huTeron, 7 no vieton ei bien.
88 Pasaron cual navios veloces; eemo
d águila que se arroja á la comida.
37 Si digo : Olvidaré mi queja, dejaré
mí aburrimiento, 7 esforzaréme:
98 Contiirbanme todos mis trabajos, lé
que no me darás por libre.
29 & 70 807 implo, i para qué trabajaré
en vano ?
30 Aunque me lave con aguas de ni-
eve, V llm{áe mis manos con la mitma
limpieza,
81 Aun me hundirás en e) h<9o, 7 mis
propios vestidos me abominarán.
89 Porque no ee hombre eomo 70, para
que 70 le responda, 7 vengamos junta-
mente á Jukio i.
33 No ha7 entre nosotros áiUtro que
ponga su mano sobre néfsotros amóos.
84 Quite de sobre mí su vara*, 7 su
tetxor no me espante.
86 J?«i^6ner* hablaré, y no le temeré:
porque asi no esto7 en ini mismo.
CAPITULO X.
DAiatímdo Job de nuevo en eetuea deleMte it
Dioe, qu(ia»e de eu tmn e^gida vida, f in-
plora algún reepiro 4Mae da m auMitf.
ESTÁ mi alma aburridadenü vida* :
daré 70 suelta á mi qu^a sobre mi ¡
hablaré con amargura de mi alma.
2 Diré á Dios : No me condenes ; haz-
me entender por qué pleiteas conmigo.
3 ¿Parécete bien que o|nrimas, que
desebhes la obra de tus manos, y que
resplandezcas sobre el cons^ de los
impíos ?
4 ¿ llenes ttl ciJoe de carne ? ¿ ves Cd
como vé el hombre ^ ?
5 i Son tus dias como los diaa del hom-
bre? ¿eon tus a&oa-eomo los tiempos
humanos,
8 Para que inquieras mi iniquidad, 7
busQues mi pecado ?
7 sobre saber tú que no soy impío, 7
que no hay quien de tu mano Hlnre,
8 Tus manos me formaron 7 me com-
Susieron todo en contorno : ,* 7 mí me
eshaees ?
/Se. 3.1,
4
1
^Ol^i■^
Eti»
^c»^:
»l8t.li
-1
¿•CLdMaod
JQB»XI,XU.
^CLflár.lKM.
te. 18.1
lom.9.Sl.
'Oes.S.U.
C»p.S.U.
U.39.18.
i»L88.12.
hL23.4.
í'o.10.19.
«t*
fc-in.
wn- 11.33.
Be. 3. 18.
V22.2L
9 AeuÍKdMU BhoiE qog ootno k lodo
me dlrt* faena «s ¿ y tn polTO ' me has
de tonunr?
10 ¿ No me fkndlate eomo leehe, ; co-
mo un queso me cuajaste ?
U VaetitMiie de piei 7 cunef 7 eulixiB»
teme de hueíoe j nerrioe.
19 Vida 7 jniaefioaniia me ooDcedbtet
j tu Tliltartnii guanUí mi eepírita.
18 T efta« eoaas tiene* guardada* en
ta ca«aon t 7a aé 4«e e*to e«ftt ooroa
de tí.
14 Si peqa¿,til me ha* oUerrado, 7 no
me limpia* de mi iniquidad.
15 8i ibera Malo, «7 de mil 7 *i ftiere
josto, no levantan mi cabeaa, ettaida
oaxto de deahonxa* 7 de Torine afligido.
16 T subir& de punto, »«<« me caza*
como k tooAt 7 toma* k hacer en mi
maaEarilbw.
17 Renueva* contra mí tus plagas» 7.
aumenta* conmigo tu Aun», lemndao-
da*e Mrt>ae nki ijjératta*.
18 ¿ Por qu^ me aseaste de la matils ?
Habría 70 eapirado» 7 no me Tienin
qjoa«.
19 liien, oomo yi nunca hubiera sido,
llevado desde el Tie»tn á la sepultura.
90 ¿ No son mis dia* poca cota ? Ce«a
poe*/, 7 d^tamct para que me conforte
un poco»
91 Antea que vaya, para no volver, á
la tierra de tinlebla*' 7 de sombra de
mueiteA; >
99 Tiena de oba^iidad, lóbsega como
sevnltta de mueirte, dondt no Aa» orden,
y que aparece como la obscuridaa misma,
CAPITULO XI.
AfAer, r»iai»f<ailo. la epaeleaicm 4t Jiib, «m
€¡f»éüo «o tr impíot U nmrtttd* y dice «tM
¡HmU «arfiye «wnof d> 10 f«« tin» mett>-
eido. XAmtdo con pnmuai y e«n «mana-
«u á ftM te arrepienta.
YRfiSFONnijd Sopl^ Naamathíta,
y dyo:
9 ¿ Las mucha* palabras no han de
tener respuestas ? Y el hombre parlero
seri iustiiicado ?
i ¿Harán tus fiüacias callar 4 los hom-
bres? ¿y hará*, escarnio, y no habí^
quien te avergilence ?
4 TU ¿ices : Mi conversar es puro, y
70 soy limpio delante de tus ojos o^
5 Mas, joh quien diera que Dio* ha^
biára, y abjtera sus labios cont^,
6 Ir. que te declaráxa los arcanos de la
sabidunaf que toa de doble valor que la
hacienda 1 Oonocerias ent<ince$ que Dios
te ha castigado menos que tu iniquidad
merece.
7 é Alcanzarás til el rastiro de IMoS « ?
¿ llegarás tU k la perfección del Todo-
poderofio?
8 Es mas alto que lo* cielo* : i> qai
hará* ? £s ma* profundo que ¿ ipfíet-
no : ¿ como lo coimeras ?
9 Su dimensión es mas larga que la ti-
erra, y mas ancha que la mar.
10 Si cortare, ó encerrare, ó juntare,
c quien podrá oontxalestarle ?
11 Porque él conoce á los hombres va-
nos : vé asimismo la' iniqxddad ; ¿ y no
haiácitto?
18 % £1 hombre vano se hará enteit-
dido, aunque naaca como el pollino del
asno montea tf.
13 Si tü apercibieves tu ooraaon*, y
exteodieres & ^1 tus mano» ;
li 8i alguna iniquidad kabiere en tu
mano, y la ech^jres de tí, y no. consín-
ticces que more maldad en ttts habi-
ueiooes» ....
16 Entonces levantarás tu rostro limpio
de mancha, 7 aeíA* fuerte, y no teme-
rás:
10 T olvklai** tu trahejo» é te aeorda-
rá* de él oomo de uua* que pasaron :
17 Yen mitad de U «ieata se levaataiA
hgnanaa ¡ rasplandeoará*, ¡f serás oomo
la mañana/.
18 Y confiará*, que habrá e*peianza : y
cavariU, 7 donaires aeguro.
19 Y te aeoAará*, 7 no habrá quien te
enante': y mucho* te rogarán.
tO Mas lo* qjos de lo* malos se consu-
mirán, y no tendrán reftiglo: y su es-
peranza 4»rá «gonia del alma*,
CAPITULO XII.
Joft radarfum 4 (tu amig^t, y eoi^iutd» $»
Jaetaneía,Tuutendolet ver ^ue no mUcm al
cato.
Y RESPONDIÓ Job, y d^o :
9 Ciertamente que vosotros tois el
Soeblo, y con vosotros morirá la sabi>
uria.
5 También tengo yo seso como vos-
otros ; no soy 70 menos que vosotros :
¿ y quien habrá que no pueda decir otno
tanto?
4 Yo soy eomo uno de qut^ su amigo •
se mofa, que invoca á Dio*, y él le re*-
ponde. Con todo el justo y perfecto et
escarnecido.
6 Aquel cuyos pies van k resbalar, e$
eomo una lámpara despreciada de aquel
que está k sus anchuras.
6 Prosperan las tiendias de los ladrones,
y los que provocan á Dios viven seguros,
en cuyas manos él ha puesto euatUo ti-
enta.
7 Y en efecto, pregunta ahora á las
bestia*, que ellas te enseñarán ; y á las
ave* de lo* cielo*, que elle* te lo mostra-
rán:
8 O habla k la tierra, que ella te ense-
Qarái lo* pece* de la mar te la declara-
rán tamMen.
9 i Qué cosa de todas estas no entiende
que la mano de Jehová la hizo ?
10 En su mano está el alma de todo
viviente, y el espíritu de toda carne hu-
mana.
U Ciertamente el oido distingue las
palabras, y el paladar gusta las vian-
das l>.
19 En los viejos tttá, la ciencia, y en la
larga edad ta inteligencia,
13 Con Dios étta la sabiduría e y la
fortaleza : suyo e$ el cons«yo y la inteli-
gencia d.
14 Hé aquí, ¿1 derribará, y no será, edi-
ficado : encerrará al hombre, y no habrá
quien le abra *.
16 Hé aquí, él detendrá la* aguas, y
se secarán : él las enviará, y destruirán
la tierra.
. 16 Con él e»i& la fortaleza y la existen-
cia : suyo es el que yerra, y el que' hace
errar.
17 El hace andar á los consejeros des-
nudo* d* cona^p 7 hace enloquecer ¿ los
jueces/.
18 £1 suelta la atadura de los tiranos,.y
ata el cinto á 'sus lomos. ^
16 El lleva despojados á los príncipes,
y, trastorna á I9S poderosos.
fio El impide el labio á los que dicen
venlad, 7 quita á lo&.anci^^os el con-
sejof.
21 £1 derrama menosprecio sobre los
príncipes A^ y enflaquece la fueria de los
esforzados '.
22 El descubre las profundidades de la»
tinieblas Jk, y saca a luz V^ sombra de
muerte'.
23 "Él multiplica las gentes <», y ¿lias
destruye : él esparce las gentes, y las
tornt^ a recoger.
24 £1 quita el seso de las cabezas dd
/Bal. 11Z4.
1*. 58.8,10.
74.8.
k Pn. n. 7.
• Cap. 17. S.
791.3.
» Cap. 6. 30.
784.3.
• Cap. 89. 7.
d Pro. «. 1(.
« Cap. 0. 13.
y 11. 10.
Ap.8.7.
/i4Sa.l5i;a.
Is. 19. 14.
1 Cor. 1.19,
90.
vis. 8. 9. 8.
ASal.107.40.
DU1.S.2L
•' Ib. 46. 1.
t Da. 3. 29.
1 Cdr. 4. 8.
/Cftp.34.22.
"Sal.107.38.
JOB, Xin, XIV, ZT.
I 0>li'cXi^ M uan, punpw n
¿ bi borLR^lft de él p GOfu guIn H IM
^aassi--
n maco Au» mwto m fl pdni
* Ai pBolhlr M •(» iiiÉiÍM.nt,
iMt «opa MMIO Bii— >—<*.
4 dMpMto, Id H Inv4v<bi ^ ■
fií'^^^ií^tí^
9.ét.vm.
JOBi XYI,l,ViL
7 ¿ KmM* td frlBMn» q«» Adán. 6
tait»e formado ántc» d» k» ootladoa* ?
8 ¿ Obi» td «1 «oonto da Dkw», qoa
detkncs c& ti M>lo la labldturfa ?
9 ¿Qd¿ tabct td, <|ue no weptgamf
(toé entleiulM* qfié no M luItA «n no*'
otnt?
10 Entra noaotrat taatdan hajr caM,
tnnlMi hMf «icjo«f mnalw náyor «n
(Um que tn padKb
11 ¿ Ete tan peeo
onMda DiM? ¿'
eoM oculta oaroa de tí ?
a ¿ Pw mé te e— lata tv «oraaoti. j
por oué gattan tua «goa»
18 FBcs haoea tnem á Dios ecn tu
«pMa, y Noaa talaa palataM de tv
boca?
14 ¿ Qné eoMi «t el bemlMe paom qae
tea An^', y <ia« m )«atlflqae rt na-
cido de mnjcr?
16 Hé aml que en sms eaaMa iM»«on.
fia», ▼ ni loa eMUie m» Uuolei
denidüos/.
19 ¿Ouant» maa d houtae
nable j ▼!!> qoe bebe la inl«|nidad
igiiaf?
17 Esedehame, 5» te mostrard» y M
contaré lo que he vino,
18 Lo que los iaUos nos eontanm 4e
ns podres, y no k> cnenbrieion :
» A los eveles solos flié dada U ti-
cna, y ne pasó artwdhi po* oiedlo de
M Todéa lee dte d«l Mide di es aler.
meacato de dolor, 7 al nd
mcn» de alies
Si escondido al violente.
81 Bstmeodos eepaanoaoi
1 Mnw en lus
sMoei; en la pas le va
idi4qaiett le
ande.
88 Bl ne oieeiA que ka de volfer de
Um tinieblas, j Htmprt eel
eaddllo*
Ú miranda al
88 Desasosefrado «Jcneá e<
«ner siempre.
panw sabe que le eeiá ^pse^fedo dU de
SI Tiibolaeica y angnstla le asombra-
lin, y caftiRarinse eontra di eomo mn
nj ancrdbldo pan la batsUa.
85 Por cnanto él extendió sa mane
contra IHos, y te eslbnd oontn el To*
do>podetoso,
88 £1 lo acometerá en la eervia, en
lo cineio de las hombreras de sns es-
87 Porque cabrio su rostro oon sa gor-
dan', d hiao nUegnes soine loo iteres t
88 Y habitó te ehidades asoladas, las
inhabitada», que estaban pnostas
, ni sstá drme tu
pee la tteem sm
Ne
icia, ni
osara.
80 No se eseoparA de lea tinieblas : la
llama secarla sus tamoe, y con el aUento
de su beca penceíA.
81 No oonfle el iluso en U vanidad}
día scri su rsoem
y nu lenuefos no reverdecerán.
88 Bl perderá su Aillo m
le vU, y dcrramaiá su üoc
oUva.
84 Amae to seoiedad de loe
MiA esobdn, y IVtege oonaomM las ti-
eadm de b» ^« admUm sdbome.
88 Oendbieron dolor, v parieroB Ini-
iinidsd<: ylasentra&asdBelloeniedMBn
CAPITULO XVI.
Uk féñttnimf émm m»tto§ d$ mtlmt» em-
Mlsdom. «m/oánhIm» d« «oMdeiUa I0
jsrasa dt AtfuriM. flbUa d* m «fed»
teiftyso.^ «Íd¡r4 Vto$ m itfmita d$
YRBarONBIÓ lebk 9 dV» 1
8 Mudtas veeea ke eUe «aai
8 ¿ Tendrán fin las pdabras
ó ¿ oudte anlmacá á TCspander ?
4 También p» hablada como
OJalA vuestra dma estuviera en hiflsr de
to nria, que yo ee
las patooms, y sol
mi caben i.
8 He* ye ee alenlaito
ytoeonsetodoadeaal
rto d ddor vnsdiv.
6 61 iMblo, mi doto* no osea) y d d^o
dt hatiar, no se aparta de toL
7 Bnimu eiion ne hs iMgado t has
td asolado tede ad oenpofla.
fl Td sne has anufHM I tastigD es mi
flaoura, que se levanta fonera mi para
testifloar en mi rostro.
• tu ftaue «r deatriad» v oee ha sido
eontaolp': enOM. aus duntes eanou
mi ; contra mi sguió sus «gos mi en»
Id AbdeMB eontra mi en hqoa, hldn*
ron mis minias con aftenta«i oenl>|
mí eejuptafun tode^«
11 Itame cntrcñda Dios d mentimesu
y en toa manos de loe impÍM me )klw
18 Proepem estaba^ y
y anubetimo per to
tome, y pdsome pe
18 Oenieenme ■«« nHaHaim*
mis dflcnes, y no perdonó : nd ~
nund por ttarra.
U Quehiutóine de yetoy
quebranto} ooidó euam sea eorao un
(ifante.
18 Vo eod saeo eobra mi piel, y oergud
mi eaben de pdvof.
18 Mi rastro está enlodado oon Uen,
y mis pérpedos entenebreddos {
17 Apesur de n» haber iniquidad en
punA.
18 I Oh tienul d ud ne «s, M
mi sangra, y no hayu lugar á mi
I» Bfas hé aquí que en loa ddos está
mi testigo, y mi testimonio en toa d-
turas.
80 Mis disputadores', mis amigos, 4
Dios destilan iafWuHM mto ojoai
81 <Meld* peiAese disputar d hembra
oon iHoa, «eme puede oca su pr^dmo!
88 Mas les aAra ooniadae vendrán, y
ye iré d oamino por donde no «olveré.
CAPITULO XVII.
9M(laHeado/o»tarMr«Kdado«d(«u '
dtdkuM, aaranmía* far mi» vmt^ot, é <
MS tMMima «orno «M<M «MOnMMd
df« awtoijirosdfrpodrrfeiefadller.pirw
jtmMM étjidwra proftriéoi, «o «u sfto
' " tia ""
MI aliento está eommpido, aodr-
tsnse mis dias, y me está
Jado d sepidere*.
8 Ve no tay oemnlgo sinó
dores, en cuya eetináonto ee
misemos.
8 Pon ahen, dame danna -para M<-
gor cont%o: ^ quién toeaid ahora mi
mano*?
4 Porque d Mise has td «seendUe su
coraxon de hitdi|Bnato fude; por tanto
ne io# ensdxarAs.
8 El que denuncta Usoejee & sus pid-
Jimos, los ojos de sus hijos desfhUeuen.
« El me ha pueeto ñor pernoto de
pueUce*, y ddante de sOss he sido eooae
tamboril. ^ . .
7TiDls<4os se ebecureeieron de des-
•Oip.18.4.
.7.
«0^10.18.
irr
40ep. 18.81.
/8d.ÍkU.
eeWbWb)».
&8SL8B.18.
18.
<OBtwir.s.
«■B.8.10L
BBak9.ao.
• M.88'84'
» Pío. 8.1.
'Oip.80.8.
A.aelr.UOO.
JOB, zvm, XIX.
A.adLmi
d CS»p. 7. A.
y 9. as.
• o*í>.&ir,
19.
«C•^18.14.
6 Pro. 24. 90.
« Pro. 1. 80,
83.
•tPra. 8.98.
7 39.«.
'0»p.l8.91.
Jer.90.8.4.
/ Cap. 16. 88.
91^14.80.
Jl Cap. 8. 18.
l?ro.iS;98.
<Ia.6.9i.
i Bal. 84. 16.
ylOO.U.
ho.10.7.
lia. 14. 93.
Jer. 92í80l
abrimiento, j mi*. piwBinfentot todos
Aai>«úlo«onio aombra.
8 Los Mctoa ie nutnTiUaxán de aato,
y el inocente ae levantará contra el ld>
piJoiita.
9 No obstante protegoiiá el jatto cu
camino, y «1 limpio 'de manos aumén-
tala-la fuerza.
10 Y Sí as Tolved todos voiotxos, y Te*
nid ahora; que no hallaxé entre tos-
otxoB sabio.
11 Pasáronse^ mis dias, fberon altan*
cados mis pensamientos, los designios de
mi corazón.
19 Pusiéronme la noohe por dia, y la
luz se acorta delante de las tinieblas.
13 81 yo espera, el sepulcro u mi casa :
haré mi cama en las tuiiefalas.
14 A la huesa tengo dicho. Mi padre
«r«f tü : á los gusanos. Mi madre y mi
hermana.
16 ¿ DiSnde pues eatará ahora mi es-
peranza? y mi esperanza ¿quién la
16 A los rincones de la huesa deseen»
darán, y juntamente descanaatán en el
polToe.
CAPITULO XVIII.
Sildad,Uttiendo9e por injuriado de Job, pro-
timu en áeterOtr <l eatamOoeo fin dd fm-
jxo proeperado en d mundo, eomo dando á
entender ame nopereem aat (<ntf Im imptaa /
áe «nya tndaremm laoMra panoe takerir 4
Jobtaiemo,
Y RESPONDIÓ Bildad Snhita, y
dUo:
9 ¿ Cuando pondréis fin á las palabras ?
Entended, y despote hablemos. .
8 i Por qué somos tenidos por bestias,
¡f en vuestros ojos somos viles ?
'4 Oh ttl que despedazas tn alma con
tu furor«, ¿ será dc;)ada la tienra por tn
causa, y soán traspasadas las pelbs de
su luésr ?
6 Oiertamente la luc de los impíos será
apagada, y no resplandecerá la centella
de su fuego.
6 La luz se obscureóeráen su tienda, y
apasaiáac sobre él <» sü lámpara*
7 Los pasos de su pujanza serán aeoc*
tibios, y preoipitaráio « su mismo con-
sto.
8 Porque red será echada en sus pies,
y sobre red andará^.
9 Lazo prenderá s» calcaflar : afirm»>
rase la trampa contra él fMtra «jej^mírto.
10 8u oueraa está esoondida en la ti-
erra, y su torzuelo sobre la senda.
11 Se todas partes lo asombrarán te-
mores*, y haranle huir desconcertada
19 Su fuerza será hambrienta/, v á
su lado estará aparcado quebrantami-
ento.
18 El primogénito de la muerte co-
merá los ramos de su piel', y devorará
sus miembros.
14 8u confianza derá arrancada de su
tienda*, y harále esto llevar al rey de los
espantos.
15 En su ndtma tienda morará como
si no fbese suya: piedra az«fre será es-
paaroida sobre su morada.
16 Abajo se secarán sus raices ', y arri.
ba serén cortadas sus ramas.
17 8tt memoria pezeceiá de la tierra*,
y no tendrá nombre por las calles. .
18 De la luí será lansado á las tiide-
Uas, y echado fuera del mundo.
19 No tendrá h^o ni nieto en su pue-
blo^, ni quien te suceda en sus mora-
das.
90 Sobre su dia se espantarán los por
.venir, comp ocupó el pavor á los que
fueron antes.
91 Ciertamente tales ton las moradas
mi
del Impáo, y este aera ti logar ÚA qae
no conooid á> IMos m.
CAPITULO XIX.
Job oaiM de ertceldad á ene anUgoet "V**
lo aeerho de nu doloreí, y «e eonéaéla em
la etperanaa de la remrreatldn.
Y RESPONDIÓ Job, y d^oi
9 ¿Hasta onando angustiaiéis
alma, y me moleréis con palabras ?
8 Ya me habais vituperado diez ve-
oes* t ¿ no os avergonzáis de descome*
diros contra mi ?
4 Sea ari que realmente haya yo eira*
do^ conmigo se quedará mi yecio.
5 Mas n vosotros os engrandcceiti
contra mí, y adineréis contra mi mi
oprobio :
9 Sabed ahora que Dios me ha tras-
tornado, y traido en derredor su red
sobre mL
7 Hé aquí yo elamaxé agravio, y no
aeioéoldo: daré vooea, y no MArá juicio.
8 Cercó de vallado mi cambio, y no
paaanée; y sobre mis veredas poso tl-
niebUs.
9 Harae despojado de mi gloria, y qui-
tado la corona de mi cabeza.
10 Arruinóme por todos lados, y pe-
xoaeo ; y ha heeno pasar mi esperanza
como la de UB-ácÍ>ol orraneado.
11 E hizo inflamar contra mí su fli*
ror, y contóme para si ei^re sus ane*
migóse.
19 Vinieron sos qiéroitoa á una, y tri-
llaron sobes mi su cannino, y aaentaroa
campo en derredor de mi tienda.
18 Hiao ale^ de mi mis hermanos, y
positivamente se extrañaron de mi* mii
conocidos.
14 Mi* parientes se detuvieron, y mis
conocidos se olvidaron de mí.
16 Los moradores de mi casa/ y mis
oijada* me tuvieron por extraflo: rotas-
tero ifui yo en sus ojos.
16 Llamé á mi siervo, v no respondió ¡
de ni propia boca le supiicalM.,
i7 Mi aliente vino á ser extraño á mi
mujer, aunque por los hijos de mi vi-
entre I» rogaba'*
18 Aun ios muchachos* me menos-
preciaron: en levantiuidome, bi^o ha-
blaban eontM mí.
19 Todos* mis confidentes me aborre-
cieron ; y los que yo amaba, ae tomaron
ooQtranu.
90 Mi cuero y mi carne se peganm á
mis huesos* ; y he esci^iado con la *o¡a
piel de «obtw mis dientes.
91 Oh vosotros mis amigos, tened com-
pasión de mi, tened compasión de mí ;
porque la mano de Dio« mu ha tocado.
99 i Por qué me perseguís como Dios',
y no os hartáis de mis carnes ?
9» i Quién diese ^ra que mis pala-
bras fuesen escritas,? ¿ Quién diese que
se eseribieían en un libro,
94 Que ,«on «bioel de hinro -y coa
j»lomo iueaen en piedra esculpidas pan
siempre ?
, S5 Yo sé que mi Redentor vive, y.jwe
al fin se ievanurá mi cuerpo sobre d
polvo:
96 Y después de. deshecha ya esta mi
piel, aun he de ver en mi eame"ȇDloSi
97 Al oual yo tengo de ver por mí, y
mis ojos lo verán, y no otro, owifiic mis
riflones se consuman dentro de mi ■■
98 Mas debierais decir : ¿ Por qué lo
perseguimos, ja que la raiz del negocio
en mise halla?
99 Temed Tosottea delante de la es-
pada: porque tobrwten» el ftarer de la
espada á eauM de las U^Ustidas, pMt
que sepáis que 1u^ un Juiolo.
•8«.LI.
'^í^^íHÉTi'
\ IWDbrt tm^. ' !■ luTvdid que Hh
A.O.i|&]S0tk
JOB, wn, jquii, xny.
4.&«tlIM
94.
• oá|t.ie.a.
•C»p.8&8.
Loe. 17. la
»Cw.l&8»
•8d.10.ll.
y 73. 11.
as Porque B«Tqclo tná 41 á loi Mpul-
apo9^ ; en «1 montón pamanecerá.
n Lm lenoae* dd Talle le wiftn
diüoM: « «SM de él aetk Ucvado todo
kemfare*; yéatet de él kan üo bauí-
Unc^RUei.
84 ¿ Cdino imca me eonolab en tsim»',
▼iniado A parar meitza»
CAPITULO XXII.
MÜ^m úttmimmnU rtdari/uyt A Job d« <«•
§to Umu m m viáOf y wpor mu oOpoB
paieet fuitamemU. &MftáU át orripciiM.
mfMtOtpmHuUtfUkfbproipBHdiA
YRESPONDid EUpbax Temaidta,
yd^o:
9 i Traerft d hombie pnrvecho k Di'
oes iwraiie ti mUo eee proveoboto á
•mo?
M.
'HmIlU
1A.17.
/Cap. 21. 18.
'b.S7.S.
*8al.ll9JL
.18.
.(^a^c.
*aftp.ii.i&
<8aL»bl4,
1&
7flB.17,a0b
ft ¿ Tiene m amtantamlento él Omni-
potente en <i»e til mm justificado ? ó
4 «Miube^nit peo^edio de que tü hagas
pwftotoe tna «enilnei ?
4 ¿ Gastigaráte acaso, 6 yenáxk contigo
A Juiolo, poeqpe te teme ?
5 Por cierto tu maUcla ct grande, y
tus maldades no tienen fio.
6 Porque aacasle prende 4 tas henna»
nos sin cansa, é nlcirte desnudar las
Tig de loe dtenrados :
No diete de lieber agua al cansado,
7 detuviste d pan al bambiiefito.
8 Empero d hombre pudiente tuvo la
tienta; j habitó en ella el distinguido.
O lias viudas enviaste vacías, y los bn^'
■os de loe httér&nos Chooa quebrados,
U) Por tanto bey lazos al rededor b de
tí, y te tuli» espanto rapentieó;
11 O tinieblas, porque no veas: y a-
bnndancia de agua te oubte.
IS ¿ No esti Dios en la dtura de k»
•eielos ? SCixa lo encumbrado de las es-
tmllas, cuan elevadas están.
18 ¿T dirás td. Qué sabe Dios c? jC6>-
mo JÑiegaiA por medio de la obsasrioad ?
14 Las nubes sen su escondedero, y
no vé; y por el circuito dd délo se
pasea.
15 ¿QuieRa td guardar la senda an-
tigua, qne pisaron los hombres perver.
sos?
16 Loa oudes ftieron cortados antes de
tiempo, y cavo ñutdamenio fué como un
rio derramado:
17 Que dedan á Dios: Apártate de
nosotros^. ¿ T qu^ les habla hecho el
Omnipoteitfe?
18 Habiales él henchido sus casas de
bienes «. Sea empero el consto de ellos
lejos de mi/.
19 Verán los justos, y se goxarán : y el
inocente los esoamecoá.
80 ¿Fué cortada nuestra sustancia,
habiendo oonsnmido d fiíego d resto
deeUos?
SI Amístate ahora cop él, yf tendrás
pax; y por ello te venm bien.
88 Toma ahora la ley de su boca, y pon
sus palabras en tu coraaon A.
88 Si te tomares d Omnipotente!, se-
rás edificado; alejarás de tu tienda la
afliedon.
84 Y tendrás mas oro que tienra, y co-
mo piedras de erroyos oko de OpUr.
As Y d Todo-poderoso será tn defensa,
y tendrás plata á montones.
86 Porque enténces te dddtarás en
el Omnipotente, y alzarás á Dios tu
rostro i.
97 Orarás á ¿1, y él te oirá; jt td pa-
garás tus votos.
88 Determinarás asimismo dguna cosa,
y serte ha firme; y sotare tus oamlnos
reeplandccerá luz.
99 Cuando otros ftaeras ahatidot, dixás
td ; Ensdzamiento ktibrá : y Dhi ssl-
vara d humUAe de olae*^
80 El Ubertaná la ida dd inocente: y
la linmieza de tns nanos sesá B-
por u
« -- «
■■■Hw
CAPITULO XXIII.
Jl nAotat Job tú» etimmidaa it gl^lm,
per$igU «n /« dienta d* «m tnoecnde, ijé^
MMmlp fM,'«ott ajávvr d» INot, eadna
y RESPONDIÓ Job, y dijo:
8 Boy también hablaré 6on amar-
gura ; que es mas grave mi Haga que mi
gemido a.
i ¿^oién me diera d saber donde ba-
ilar á Dios? To iria hasta su silla.
4 Ordenarla juido delante de A, y
henchirla mi boca de argumentos.
5 Yo sabria lo que él me respoodoia,
y entenderia lo que me dijese.
6 ¿ Pteiteaxia conmigo con graailaa
da (oefni ? No ; antes él la poodda
enini.
7 Allí el Justo razoqaria con él ; y ss*^
capada para siempre de mi Juez U^iuta.
6 Hé aquí, yo iré d Oriente, v no le
hallará: y d Occidente, y no u> per-
dbiré.
9 S^ d Norte él obrare, yo no lo vecé:
al Mediodía se esconderá, y no lo verá.
10 Mas él eonodé mi casdao : proba-
lame, y sddxé como oro.
11 díis pies tomaron su rastro ; guante
su eamino» y no me aparté.
19 Dd mandamiento de sus labios
nunca me separé ; guardé las palabras
de su boca mas que mi comida^
18 Empero d él m deformiM en tuu
cosa, ¿ouien lo apartará'? Su alma
deseo, é nizo.
14 El pues acábavá lo que ha deCernil-
xudo de mi: y mudus cosas como estas
ht^ en él.
15 Por lo cnd yo me espanto en so
ptesenda: conddeiraré, y temeréIo<;
16 Dios ha enervado mi corazón, y
hame turbado el Omnipotente
17 ¿ Por qué no fui yo cortado ddante
de lastinlebl4||, y cubñó con obscuridad
mi rostro/?
CAPITULO XXIV.
PnubQ Job por ta antrimeía amo Di«é 4f^
foto d coiWgb * «taciko* pteúdarot Jkoita
de^meo do m ftlat emwti.
PUESTO no son ocultos los tiempos
. d Todo-poderoso, ¿ por qué los que
le conocen no ven sus dias ?
8 Lo§ impiot traspasan los téminas*,
roban los ganados, y apaciéntaalM.
8 Llévanse el asno de .los huéxfiuios,
prendan el buey de la viuda & :
4 Hacen apartar del camino á los me-
neaterosoe, y lodos los pobres de la tiena
se esconden.
5 Hé aquí, como asnos monteses en d
dederto, sden á su obra madrugando
para robar : el desierto et su maateni-
miento j^ A «u 14}os.
6 En el campo degan su pasto, y loa
Impíos vendimian la vlfla agena.
7 Al desnudo hacen doDrmu sin vopt, y
que eñ el Ario no tengan cobertura.
8 Cúñ las avenidas de los mootct se
mq)an, y abrazan las peOas sin tener
«brigo.
9 Quitan d pecho á los huátfhnos, y de
sobre el pobre toman la prenda.
10 Al desnudo hacen andar dn vce-
tldo, y á los hambrientos quitan los
hacecillos <.
11 De dentro de sus paredes ezprtnen
el aedte, pisan los lagares, y maenn de
•tmf.i
IMt
•w.nJ
»b.S.I
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17.
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iÚM, ZXV, XXTI, Z^TU.
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>í Mno TDH Hjbidaoui «1 b«nt«
■ REABUHití Job is Aun
• Qv* bi4Q ■! tUina OH mi almt n-
uiln a vi, r >iJ¿ri UUB <• Oka
Y KBSFOWPlci JJti, T Uta i
l°ym WwBtrMj» d»ll iS'
« a patito iMl» ■■Uk I kU K-
iff'»
j li^«2lo tmb«u*'dtL )UBU
A. C dr. 1800.
JOB, XXYUt, xxiz, laúL
■ '■ 1
i.CLck;lM
• Pro. 8. 13,
16.
» Pro. 8. 11,
19.
y 18. 16.
• ^-et. la.
Bul». 1.5.
17.
<<Pi«.9.6.
*B«LUft.7.
PZV.&22.
/M.m.ia
Pnt.1.7.
CAPITütO XXVIII.
Vel9Í«náo Job í ta aJIrmaHon ie la Utina
ProvUenña fOr la menn¿a eontiátmeio»
d» algntuu d» ttu óbrcu m te aataralna,
déeltra ^qm^M mIo Vio» tnid» la v^rdaiUra
MMdMrra, y fn* <*i «I temor éM BtHor y
«parUmJMtinttlo «mío «mu<«(« ofwlto tf'
9M con jr^<raac<a dábt aipirar éHumbn.
CIERTAMENTE la plata time tu»
▼eneros, y el oro lugar dnuU w
forma.
2 El Merro se nea étí potvo, y de la
piedra es fundido el metal.
8 A las tiideblas poso término, y eaa-
mlna todo & la petfeedon ; las piedns
que hay en la obscuridad y en la tombía
de muerte.
4 Brota el torrente de Junto «1 mora»
dor agvat que el pié habla olvidado :
séeonie luego, vanse p»r indiuMa del
hombre.
5 De la tiem nace el pan, y debajo de
ella estai4 como convertida en fuego.
0 Lugar hay cuyaa piedras «on xanro, y
sus polvos de oro.
7 senda que nunca la conoció ave, ni
ci}o de buitre la vio.
8 Nunca la pisaron animales fieros, ni
león paed por día.
9 Kn el pedernal puso su mano el ton.
bre, y trastornó los montes de raíz.
10 De los peftascos cortó iIob, y sus
ojos vieron todo lo preciado.
11 Detuvo los ríos en mi naalmielo, é
hizo salir 4 lux lo esoondkl*»
18 Empero ¿dónde se halloxA la. sabi-
duría? y ¿donde estA el lugar de la
pmdeneía?
13 No conoce su valor • el hombw, ni
se halla en la tloita de los vivientes.
14 El abismo dice : No eetá en mi : y
la mar dijo : Ni conmigo.
16 No se dará por orol>, ni su precio
será á peto de plata.
16 No puede ser apraeiada con oro
de Ophlr, ni con Onique precioso, ni
oon zafiro.
17 El oro no se le igualiirá, ni el dia-
mante; ni se trocará por vaso de oro
tino.
18 De coral ni de perlas no se hará
mención t la sabiduiJa es m^or que pie-
dras preeiosaa.
19 No se igualará oon rila eameralda
de Ethiopia : no se podrá apwelar oon
oro fino.
80 ¿ De dónde pues vendrá la sabidu-
ría «<* y ¿dónde está d lugar de la in-
teligencia?
81 Porque encubierta está á los ojM
de todo viviente, y á toda ave del délo
es oculta.
88 El infierno y la muerte diJevMi t 8u
íkma hemos oído con nuestroa oídos.
88 Dice entiende él camino de día, y
él solo conoce su lugar'.
84 Porque él mira haau los fines de la
tierra, y ve debido de todo el eielo.
SS Al dar peso al viento, y poner las
aguas por medida* ;
80 Onando él Mso ley á la Uwia, y ea-
mino al lelámvago de loa tmenos;
87 Entóncet la vela él, y la maiilfeMa*
ba ; prenaidla, y desoubrlóla tamUen.
88 T dUo al hombre : Hé aqní que el
temor dd Sefior es la sabiduría/, y d
apartarse dd mal la Intdlgeada.
CAPITULO XXIX.
Job dmeríbe tu antiifua /tUeídad, duramti la
eucileeíuw«muuagM»odtlwtal obrar qu$U
impulalbam eu» Wt aai<^.
Y VOLVIÓ Job á tomar su propó-
dto. y d^o :
8 ¡ Quioi me tomate oomo en loa
;, oomo «n loa diaa ípt» Olas me
guardaba!
8 Cuando haeia mplandeeer su esa»
déla sobre -mi caben ; á la los de la
cual yo eaminabs en la obseuildad:
4 Oomo fué ea loa días de minoesdsd,
cuando d secteto de Dios adata en mi
6 Cuando aun el Omnipott- .^
conmigo, y mis h^oa U rededor de mí
6 Cuando lavaba yo mis caminos coa
manteca, y la piedra me dcnmnabaiios
de aodte:
7 Cuando salla á la poerU á jddo, y
en la plaza hacia preparar.ml asiento.
8 Losmoxosmeviana, y seescondiaD;
y loe vicios se levantaban, y estaban ce
pié.
9 Los príndpes deteidan tus palabras,
y ponían la maoo sotare su booa.
10 La TOS de loe priadpdei le «eui-
taba, y su lengua ae pegaba á su pa-
ladar.
11 Ciicnáo loa oidoa que me otan, nw
llamaban Uanaventnrado*: y los qios
que me vehm, me daban testimonio.
18 Ponqué utardM al pobre que gri-
taban, y al hnérfaiiu que oaieda de
ayudador.
'l3 La bendiden dd que se iba á pei-
der, venia sobre mí ; y al ooraaon da 1*
vinda daba alvgfia.
14 Vestíame de Justida«, v ella me
vestía oono vn manto, y nu toca esa
jaldo.
16 Yo era ojos al dego, y pies al eq}o.
10 A los mcnasteroto* era padre; y de
laoausaqueno entendía, me infonad»
con diligoncia.
17 T qneteaba los eolanUIot dd buceo,
y de sus disntcs hacia soltar la presa.
18 Y deda yo: En .mi nido morixé^,
y como arena multiplicaré dias.
10 MI raíz éikiba abierU Junto á las
aguas, y en mis ramas iiormaaecia d
rocío.
80 Mi honra te renovaba en mí, y mi
aroo se Q«»rgiborabB en mi maoo *.
81 Oíanane, y esperaban ; y cáliabao á
mioensq^.
88 Trae mi pdabra no reidioaban, 5
mi razón destilaba sobre ellos.
83 Y esperábanme como á la Ilnvia,
y abdan su booa como á la Iluda tardía.
84 St me reía con ellos, no lo adán ; y
no abatían la luje de mi rastro.
85 edificaba yo d camino de dios, y
sentábame en cabecera, y moraba como
rey en el cjérdto, como el que consuela
Uoiraeoa.
CAPITULO XXX.
ProHguUndo Job «n m propMlá¡t r^hn rf
memuaneio «o» fue te triHan, trotada m
/éUeiacd en la grande mieeria que lo ^gia-
MAS ahora los mas mozos de dias
que yo se ríen de mi : cuyos pa-
dres yo deadeflára ponerlos con los per-
ros de mt ganado.
8 Porque ¿ para qué babtia yo menes-
ter la fuerza de sus manos, en los cuales
haMa perecido om d tiempo ?
8 Por causa de la pobreza y del ham-
bre andaban solos ; huían á la soledad, A
lugar tenebroso, asolado y dederto.
4 Que cogían mdra» entre los arirn*
tas, y raioe* de anabco pana ealantane.
A Eran echadas de entre loe gpém, J
todos les daban gdta oomo á ladren.
0 UaUtaban en las baxranoaa.de los
arroyos, en laa oavemas de la ticna, y
en las rocas.
7 Braanaban entre laa mataa, y te re-
^HP^aw debí^ de las osplnas
8 fiyes d« Yika, y faáiiabras ala nom-
bre; mas bi^o* 4ue la misma tiena>
iCdbiM
JOB^^ZXXL
A.acir.uoOk
esBclaii*, y b*
OTihoa JO Mgr ni
■ido hecho sa Mfhni.
10 AbeminaBnie, d^uiM de mí, 7
«m d» nd iMti» n» dotuviONm m w-
11 FoRiBe UtedcMtó mi onod», y me
■ffigi^, por CM te itaenftemroa delante
deiniRMtn>.
U A la mano derecha m levantanm
Iw Jdreiiw, emTO)axon mis pies, 7 mb-
tanm contra mí lac ria» de m rniaa.
18 MI lenda deabaiataron, sprovechá-
ronae de mi quetirantamlcnlo, contm
l« cuales no hnbo ajriidador.
14 Vinieron como por portillo anehe,
molriéianae á mi eaUmUad.
U Haue remato tmbadonas eobie
mí, combatieron» como «« viento, mi
•Ima^T mi ealnd pMÓ como mibe.
1< Y ahora mi alma eatá derramada
a mí « ¡ dite de aflicción me han apre-
17 De nodie taladra eobre mi mis hne-
■os, 7 mis pulsos no reposan.
IS Con la grande oopia d« molerte mi
▼eilidaxa esta dennidada ; cífieme como
el cndlo de mi vdnica.
19 Benlbáme en el lodo, 7 S07 seme-
jante al polvo 7 4 la cenlaa.
» Glamo á ti, V no nw ojm; pméa-
tome, 7 no me atiiendes.
91 Haste tonuulo cruel para mí : con
la fortaleu de tn maao me amenaaas.
tt Levamásteme, é hioisteme eabelgar
wbieei viento, 7 disolviste mi sustancia.
23 Porque 70 oonoaco que me rednoes
* la muerte, 7 4 U oasa determinada 4
wdo viviente.
M Mas ék no extenderá la mano con-
tes el sipalero: ¿ olamarán tot tepitUa-
«ot cuando él los quebrantare ?
Wifio lloré 70 al afligido, 7 mi alma-
no ac entristeció sobM tA menesteroso ?
W Guando esperaba 70 el bien, en*
uoees vino el mal'; 7 cumáo especaba
b% la obscuridad vino.
27 Mis entrañas hierven, 7 no lepoean ;
«as deafliocioo me han soIhnmoi^.
tt Denegrido ando, 7 no por d sol :
leTsatádome he en la congregación, 7
JWIIHJff,
o He venido 4 ser hermano de los
«"«Miei, 7 oompafiero de los buhos.
w Mi piel está denegrida sobre mí «, 7
Km huesos se secaron con ardentía.
81 Yhase tomado mi harpa en luto, 7
mi órgano en voz de lamentadores.
CAPITULO XXXI.
^ffigiUmi» Job ta fuuraeUm d» m Hda
fMflm €tílnM ta üdegridai 4t w e<m.
•Mis «ora «m iNo* y Zm kMiirw, eon <«r-
7IW mprwaeioMt eontra ifmiamo, li no
/wn «tnlad Monto o^itr dMlora.
HIO£ pacto con mis ojos* : ¿ edmo
pues habla 70 de pensar en vír>
SPbtqne ¿qué galardón me doria de
«liba iMos, 7 ^heredad el Omaipo-
taitedelasaUnm?
SjNo ha7 quebrantamiento pan el
^fo, 7 rstraflamiento pan los que
onñn inigMi^tH^ ?
4¿No ve él mis caminos*, 7 cuenta
loiiM mis pasoc ?
5 a audnve cea mentin, 7 rf mi pié ae
>P«ué4cncaÍb, ^
o naeme Dios en balanaas de iuticUl.
y Mocera mi integridad.
781 mis pasca se apartaron dri ce.
«010^7 si mi oonion se ftié tna mis
fl ¿I¿5^ ae apopó á mis manee,
«Wemhse 70, 7 otro coma, j mis ver-
*aftié mi ooCBxon engallado
acechando á la
r, 7 sobre
de mv^er, 7 si ertaTO
puerta de mi préjioio • ;
10 Muela pan otro mi im^
eiia otros se encorvan :
11 Porque e» maldad é iniquidad fw
Ae» dt eadig» loa Jueces/.
19 Porque es i^ugo que devorada^
hasta el sepoloio, 7 deaanuigaria toda
mi haolanda.
18 Si hubiera tenido en poco el derecho
de mi siervo 7 de mi aierva, enando ellos
pleitearan conmigo,
14 i Qué harta vo eoando Dios se le<
vantase ? 7 cuando él visitan, ¿qué le
responderla 70 ?
15 ¿ El que en el vientre me hbw á mí,
nolehiaoáélA? ¿ 7 no wm dispuso uno
mismo en la mattia ?
18 SI estorbé el contento de los po-
bras, é hice desfiüleoM los ojoa do U
viuda:
17 y si comí mi bocado solo, 7 no co-
mió de él el huérftno ;
18 (Porque desde mi mocedad eraeió
conmigo como con podra; 7 desde el
vientre de mi madre ñii guia de la
viuda:)
19 Si he visto que perocien alguno sin
vestido, 7 al menesteroso sin coberton ;
80 Si no me bendyenm sus lomos, 7 del
vellón de mis ov^)as se calentaron ;
81 Si alié contn el huér&no mi mano,
aunque viese que me OTudarian en la
puerta;
88 Mi «apelda se caiga de mi hom-
bro, 7 mi bnao sea quebrado de mi
canilla.
88 Porque temí el castigo de Dios',
contra ou7a altea 70 no tendria poder.
84 81 puse en oro mi esperanza*, 7 dye
al oro, xl|l oonfiansa «nt tú;
85 Si me alegré de que nd hacienda se
multiplicase, 7 de que mi mano haUaae
mucho';
86 Si he mirado al sol cuando reeplan*
deda, 7 4 la luna cuando iba hermosa ••,
97 y mi corazón se engalló en secreto,
7 mi boca besó mi mano :
88 Esto también fVien maldad Juz-
gada; porque habría negado al IHos
soberano.
88 Si me alegré en el quebrantamiento
del que me aborrecía, 7 me regocijé ow-
ando le halló el mal . . .
80 Que ni aun entregué al pecado mi
paladar, pidiendo maldición pan sa
alma,
81 Guando mis domésticos decían;
i Quien nos diese su carne ? nanea nos
hartaríamos.
88 El extranjero no tenia fnenla noche ;
mis raertas abría al caminante*.
88 Si encubrí, oomo los hombres, mis
prevaricaciones, escandiendo en mi seno
mi iniquidad,
84 Porque quebrantaba á la gran muí.
titud, 7 el menosprecio de las famlliaa
me atenMülzó, 7 oaUé, 7 no salí de mi
puerta:
85 ¡Quién me diera quien mo ofcae!
Hé aquí, mi impresión e» que el Omni-
potente testifleaifla por mí, aunque mi
adversurio roe hielen el proceso.
88 Ciertamente 70 lo nevaría sobre mi
hombro, 7 me lo atarla en lugar de co-
87 To I» ocntarla d admero de mis
poaos, 7 como príncipe me llegaria á él.
88 Si mi tlem clama contn mí, 7
lloran todos sus sureos ;
88 Si comí su sustaaoia én dtnere, ó
afligí el aloui de sos dooAes :
40 En lugar de trigo me nazcan abrojos,
7 esplaaa en lugar do oebada.
las ptfobraa de Job.
•Osp. 84.18.
Prs.7.1L
/I«v.90.10.
»M«L8.B.
BékU.i.
&Oa^84.19.
rrs.aa.8.
fSsLUB.
180.
* Mar. 10.84.
liba. «.17.
/■sl.iB.10h
"Dsu.i.U.
••U88.7.
B»h.tS.9.
A.C«lr.U0O.
JOB, yxxTT, xzxm, zxxnr.
A.CLelr.m
•Cap. 19.19.
7U.IO1
»Ca]
8&U.
7tt.S6k
Pra. 9. 6.
;90.97.
I>M.X91.
8utí*.l.*.
CAPITULO XXXII.
JCVtf, 9ÜU Me Im mmi^M ét Job eanmhm,
nJmfWtun ito poto «oUm, < <rrfMo Iom*
coMlra ofucl la 4ú|Mta.
YOSSARON «tM tm Tanmes d«
responder 4 Job, por cuanto él em
JuMo en sus oi)o«.
9 Entónoes Bllü, hHo de Baraehél Ba»
cita, de la flunilia de Ram, se enojó oon
ftaror contra Job : enojóse oon ftuor, poi
cuanto Justificaba su Tida mas que A
Dios.
8 l¡n<i|}ose aainisino con furor contra
sus tres amigos, ponjue no hallaban (|ue
responder, aunque hablan condenado 4
Job.
4 T Elid haUa esperado 4 Job en la
disputa, porque todo» eran mas tí^}cs de
dias que él •.
ft Empero viendo Elilf que no habla
respuesta en la boca de aquellos tres Ta-
rones, su ftiror se encendió.
« T respondió Elid, h^o de Baraehél
Buslla, y dUo : Yo soy menor de dias, j
vosotros Tinos { be tcáiido por tanto mi-
edO|jr temido declararos mi opinión.
7 Yo decía: Los días habUrin, y la
muchedumbre de aflos declaxaz4 sabi«
durfa.
8 Oiertamente espíritu hay en el hom-
bre, é inspiración del Omnipotente los
hace que entiendan &.
9 No los grandes son los sabios ; ni los
Ti^os entienden el derecho.
10 Por tanto vo d^e : Escuchadme, de-
clararé yo tamMen mi sabiduría.
11 Hé aquí, yo he esperado 4 vuestras
razones, he escuchado vuestros aigu.
mantos en tanto que buscabais pwa-
bras.
19 Os he pues prestado atención, y hé
aquí que no Ymy de vosotras quien re-
daiguya 4 Job, y responda 4 sus ra-
sones.
18 Poique no digáis: Nosotros hemos
hallado saUduzia: lañadlo Dios, no el
hombre.
14 Ahora bien, Job no enderezó 4 mí
sus palabras; ni yo le respóndele oon
vuestras razones.
16 EspAnt4ronse, no respondioon mas,
ftiéronseles los nutonamientos.
16 Yo pues he esperado ; y porque no
hablaban, Antes pantron, y no respondí-
17 Por eso y» también responderé mi
parte, también yo declararé mi juicio :
18 Porque lleno estoy de palabras, y el
espirltn de mi vientre me oonstrlfie.
19 Be cierto mi vientre eiM como el
vino que no tiene respiíadero, y se rompe
como nucTos odres.
90 Hablaré pues, y respiraré: abriré
mis labios, y responderé.
91 No haré ahora acepción de perso-
nas, ni usaré con hombre de liaonjcroa
títulos.
99 Porque no sé hablar lIsoiHas: de
otra manera en breve mi tiy^fj^ir m^
CAPITULO XXXIII.
SUvt SUú «M Jok M* iuifa ; lUo mh Mo»
kaUa élotlumim 4* élfmrmUt
quenprcpMo al qm it coaWtrto á A.
POR tanto, Job, oye ahora mis ra-
zones, y escucha todas mis pala-
bras.
9 Hé aquí yo abriré ahora mi boca, y
pal lengua hablará en mi garganta.
8 Mis razones derferard» la rectitud de
mi corazón, y mis labios prateiaén pura
saUdnría.
4E1 Espíritu de Biot me hizo, v la in-
spiración del Omnipotente me dio vida.
5 81 pudiarea, respéndeme: dispon Aw
folabrat, esté delante de mí.
8 Heme aquí 4 mi en lugar de Dios,
conforme 4 tu dlchD : de lodo soy yo
también formado.
7 Hé aquí que mi terror no te opsa.
taz4«, ni mi mano se agravará sobre tL
8 De cierto td dyiste 4 oidos mloi, y
yo oí la voz de tus palabras quedteUm:
9 Yo soy limpio y sin defecto^; yo 119
inocente, y no hají maldad en xaL
10 Hé aquí que él buscó aohaaaes ooa>
tra mí, y me tiene por su enenugo*:
11 Puso mis pies en fü cepo', y gvardé
todas mis sendas.
19 Hé aquí en esto no has hablado Jos-
tamente : yo te responderé que mayor «
Dios que él hombre.
18 ¿Por qué tomaste pleito contra él ?
porque él no da cuenta de todas sus ra-
zones.
14 Hin embargo en una ó en dos ma-
nera» habla Dice; mtaa d Aomfrrv no en-
tiende.
15 Por snefio de visión nocturna, en-
ando el suefto cae sobre los hombres,
cuando se adormecen sobre el lecho,
18 Entonces revda al oído de los hom-
bres, y les séllala su consto,
17 rara quitar al hombre de la aials
obra, y apartar del varón la soberbia.
18 AH detendr4 su alma de conupcion,
y su vida de que pase 4 cuchillo.
19 También sobre su oama es cas-
tigado con dolor flierte en todos sos
huesos»,
90 Que le hace que su vida aboireiea
el pan, y su ahna la comida suave.
91 8u carne des&lleoe sin verse, y sos
huesos, que antes no se velan, aparecen
demudM:
99 Y BU alma se acerca al sepulcro,
y su vida 4 los dofww que causan la
muerte.
98 8t tuviere cerca de él alema elo-
cuente anunciador muy escogido, que
anuneie al hombre su deber ;
94 Que le diga que Dio» tuvo de él
miseneordia, que lo libró de descender
al sepulcro, que halló redención/:
95 sntemeceráse su carne mas que
de niflo ¡ volverá 4 los dias de su mo-
cedad.
96 Orará 4 IHos, y le amará : y verá su
fax con JdMlo» : y él restituirá al hom-
bre su Justicia.
97 El mil» sobre los hombres^, 7 «f
fue dijere: Pequé, y pervertí lo redo, y
no me ha aprovechado :
98 Dio» redimirá su alma, que no pase
al sepulcro, y su vida se verá en luz.
99 fié aquí, todas estas cosas haoe Dios
dos y tres veces oon el hombre,
80 Para apartar su alma dd tepnlero ',
y pava iluminarlo oon la luz de los vi-
vientes ifc.
81 Escudia, Job, y áywae : calla, y yo
hablaré.
89 Que ri tuvieres razones, respéa-
déme : habla, porque yo te qukfo Jos-
tlflcar.
88 Y si no, óyeme td á mí: oaOa, 7
ensefiarte he sabiduría.
CAPITULO XXXIV.
dfroeidaritJtik
• la» palabra» ]f d
W odpak d» Na^i
mu
ADEMAS respondió BUd, yd^:
9 Oid, sablea, mis pulahms; y vos*
otros, doctos, catadme atentos.
8 Porque A oido prueba las palabras*
oomo el peladar gurta para oosncr.
4 Esoctlamos para noaotroe el julde;
conozcamos entre nesotroa cual «ss lo
bnenoa
JOB, XXXV, XXXVL
r ^Qh bombe* 1^^ como JA, ^h
n Nd i«y UnM/ugDi malva de nm
Y PROCEDIENDO BUll a
LlD^UDO (EÍg<m ^ Donde «E& DIh
Y ANADIO EUd.jdlía.
•ina pfulidí» ñ'gilll
A.C.títr.lWk
JOB» zxzyn, xxxvnx
A.C.dr.m
'M.56.9S.
• 8«LSL8.
/8«1. 98.fi.
Pn.11.4.
4 U 40. IS.
Bo. II. 84.
lCor.S.lft.
•'Sia.in.S4
14.
71M.X
•8*1.9». S.
yt8.88.
»Qip.&«.
pan 0Ír la coTreceion, y áiodet que le
oonTievtan de la iniquidad.
11 Si oyeren* y k sirrlexen, aeabai£a
•os dial en bien, y tas afios en deleites.
18 Mal ti no oyeren, aet&n pasadoi á
cuchillo, y perecerán sin sabiduría.
18 Empero los hipócritas de corazón
lo iiritirtn mas, y no clamaián cuando
él los atare.
14 Falleeeiá él afana de ellos en su
mocedad', y su vida entre los sodomí-
ticos.
15 Al jNibre librará de su pobreza, y en
la aflicción despertará su oído.
Í0 Asimismo te apartarla de la boca de
la angustia á lugar enpacioso*, libre de
todo apuro, y te asentara mesa llena de
grosura/.
17 Mas til has llenado el Juicio del im-
pío, en vex de sustentar el juicio y la
Justicia.
18 Por lo cual ieme que en «u ira no te
quite con golpe, el cual no puedas apar-
tar de tí con gran rescate;.
19 ¿Hará él estima de tus riquezas,
ni del oro, ni de todas las fuerzas del
poder?
SH> No anheles la noche, en que des-
aparecen los pueblos de su lugar.
91 Guárdate, no tomes á la tadqul-
dad ; pues esta escogiste mas bien que
la aflicción.
88 Ré aquí que Dios u excelso con su
potenda : ¿ qué enseliador sem^ante á
88 ¿ Quién le ha prescrito su camino ?
Y ¿ quién le dirá : Iniquidad has hecho ?
84 Acuérdate de engrandecer su obra,
la cual contemplan los hombres.
85 Los hombres todos la Ten ; mírala
el hombre de lejos.
86 Hé aquí, EÁos m grande, y nosotros
no le conocemos : ni se puese rastrear el
nilmero de sus afios '.
87 El reduce las gotas de las aguas, al
derramarse la lluvia según el vapor qtte
bu contiene,
88 Las cuales destilan las nubes, go-
teando en abundancia sobre los hom-
bres.
89 i Quién podrá tampoco comprender
la extensión de las nubes, y el sonido
estrepitoso de su pabellón ?
80 Hé aquí que sobre él extiende su
luz*, y cobija con ella las raices de la
mar.
81 Bien que por esos medios castiga á
los pueblos, á la multitud da comida.
88 Con las nubes encubre la luz, y
mándale no briUar Interponiendo oque-
Uae. r- -«
¿3 Tocante á ella apunciaiá él truem,
su compañero, que hajf acumulación de
ira sobiíe el que se eleva.
CAPITULO XXXVII.
Proflgu» Sli4 en la eoneUertuion de at^nmae
de la» obroB de JHoe, ememreeiemdo ae( eu
maravütoea Provideneía, eabUmriá y Junm
Uefat y «askorto dJe^tf»* gímete en éUo
detemtímmeHtt.
A ESTO también se espanta mi cora-
zón, y salta de su lugar.
9 Oid atentamente su voz terrible, y el
sonido que sale de su boca.
8 Debí^ de todos los cielo* lo dir|ce, y
su luz ee extiende hasta ks fines de la
tierra.
4 Después de ella bramart el sonido,
tronará él con la tos de su magniflcen»
da* ; y aunque sea oida su toe, no ios
detiene.
5 Tronará Dios maraTlUosamente con
su Toz: él hace pandes oeías, que nos-
otros noentendemna'.
6 Porque á la niCTe dloe<: Descisode
á la Üeira: también hoce caer la Do-
Tlzna, y los aguaceros de su Ibrtaleza.
7 Ast hace retirarse á todo hombre,
para que lo* hombres todo* reconoieía
su obra.
8 La bestia se entrará en su escondrijo,
y estaráse en sus moradas.
9 Del MediodU viene el toibdiino; y
el filo de los Tientos del Norte.
10 Por el soplo de Dios se da d hldo',
y las anchas aguas son eonstieñidas.
11 Regando también llega á disipar
la densa nube, y con su luz espaiee la
niebla.
13 Asimismo por sus designios se re-
TudTen las nubes en denredor, pea
hacer sobre la haz dd mundo*, en Is
tierra, lo que él les mandara.
18 Unas veces por azote, otras por
causa de su tierra, otras por miseticcr-
dia las hará parecer/.
14 Escucha esto, Job ; repésate, y con-
sidera las maraTÜlas de Dios.
16 ¿ Supiste tú cuando Dios las ponls
en concierto, y hacia loTantar la luz de
su nube ?
16 ¿ Has m conoddo las diferendas de
las nubes, y las maraTÜlas dd perfecto
en sabldum ? '
17 ¿ Fot qué están callentes tas Teitl-
dos cuando se fija el viento dd mediodía
sobre la tierra ?
18 ¿ Extendiste tif con él los ddosf,
firmes como un espejo sólido ?
19 Muéstranos qué le hemos de decir;
porrae nosotros no podemos componer
loe tdeae á causa de las tinieblas.
80 ¿ Será preciso contarle cuando yo
hablare ? rae mas que el hombre ra-
zone, quedará como abismado.
81 He aquí aun : no se puede mirar la
luz esplendente en lo* eidos, luego que
pasa el Tiento y los limpia,
88 Viniendo de la parte del Norte la
dorada claridad. Puee en DtosAaymu
majestad terrible.
88 El e* Todopoderoso, al cual no si
canzamos ; grande en potencia, y tai
Juicio, y en multitud de Justicia: no
afligirá demaeiado,
84 Temerlo han por tanto los hom
bres : él no mira á los sabios de corazón
CAPITULO XXXVIIL
X>Jo» toma la dtepula eemtra Jah, tnoriranle
'mi ettnMadt nu^eetaá, potmeia y «AÑh-
rCa, por la eoneideraeüm de loe coiai m-
tureiee, ^
Y RESPONDIÓ JehoTá á Jd> desde
un torbellino, y d^o :
9 ¿ Quién es ese que oscurece dconaejo
con palabras sin sabiduría • ?
8 Ahora cifie como Taron tus lomos :
yo te preguntaré, y hazme ubex tú.
4 ¿ Donde estabas cuando yo fundaba
la Ib tierra ? házmelo saber, si tienes in-
teligencia.
6 ¿Quién ordenó sus medidas, si to
sabes ? ó quién extendió sobre ella cor-
dd?
6 ¿ Sobre qué están fbndadas sus ba-
sas ? ó quién puso su piedra angular?
7 ¿ Cuando las estrdlas todas dd dlM
alababan, y se regocijaban todos los hi-
jos de Dios?
8 ¿ Quién encerró con puertas la mar,
cuando se denramaba por Atoa come tt-
Uendo de madre ?
9 ¿ Guando puse yo nubes por TeatUaia
■"y'fj PO' ni fi^a obscuridad,
10 T establecí sobre ella mi dasreio*,
y le puse puertas y cerrojo,
11 Y d^: Hasta aquí Tendrás, y ao
pasarás addante, y am parará la nia-
ehazon de tos endas ?
<8ii.io;ji
8d.lf.8
bC
JOBk
A.a«lr.ÍMi
¡tlM.
HILIL
J1147.8.
■LIV.».
LlOitL
latí,
día iM
M ¿Hu td mandado á la
CB tm días ? ¿ ha» moitxado al
U Pan 4«e ocupe lo* finct d«
«na, j qoo mob Mcadldao da d
14 TtwHñúitat oomo Iodo Hfo da idlo,
j viene á cetar oomo «m veatMiua.
16 Mai la lax de Uw impío» ct quitada
de «íloe, j d biaso cnalteoldo es qM-
18 ¿ Has entndo tá hasta Im ixoAm-
dn de la mar, v has andado cscadrl-
flsndo el aUsmo r
17 i Hante sido deseaUartas las pner-
tudela muerte, j has visto lai poertas
de la somhra de maerte f
18 ¿ Has td eooslderado haela las aa>
dunas de la tierra? Dedaca si sabes
tsdeesto.
19 i Por donde va d eamino á la haM»
tedon de la las, y donde está d lugar
delastialaMaB?
n ¿Sí Ucvaráa td amte* mm« k sos
1, 7 amenderfts las sendas de su
91 ¿flafeiasis td ponfue hubieses ya
nacido, ó parqtu u grande d numero oe
tDSdlM?
tt i Has td entrado en les taaoros de
la dere, ó haa visto los tasone dd gia-
Biw;
n Lo end tengo jo tuertado pan d
tkupo de anguida, pata d dia de la
(aanraj de la batalla « ?
S4 i Tm qué camino se repaita la lúa,
y 10 cipaioe d viento Solano sobra la
SS i QnMn repartió oondnoto d turbi-
«n, y camino a los relámpagos y fanie-
aos;
98 Haciendo llover sobre la tierra • des-
habitada, tobn d dadarto, donde no hajf
hombre,
97 Pna hartar la tierra desierta é tan-
enltaA y para haoer brotar la uaná
yerbar
98 ¿ Tiene la lluvia padre ? ó quién
engendró las gotas del rodo ?
99 ¿ De qué vlenire sdló d hldof ?
Y la esearoha dd délo, ¿ quién la en-
90 Las aguas se endurecen á manera de
pMm, y ooaflélase la has dd abismo.
81 ¿ Podris td impedir las deUolas de
iM Pléyades, ó desatarás las ligaduras
ddOrionA? ^^
81 ¿Saeaids td á su tiempo los signos
de los ddos, ó guiarás d Arotnro con
soshDos?
tt i 8u|4s(e td las oidcnancas de ios
«Mo« ? i Dispondrás td de s« potestad
en la tierra?
84 ¿ Alsaris td á bu nubes tu voz, para
qne te cubra muehedumbie de aguas ?
« i SoTiaiás td los relámpagos, para
qne dIo> vayan ? ¿ Y diránte ellos : ué-
■«eqni?
W i Quién puso la sabiduría en el In-
{"■tnr? ó quién dio d entendimiento la
iataUgendá?
^ ¿Qnlén puso por cuenta los cielos
•na^idarfa? Y loe odres de los ddos
¿ |détt los hace parar,
88 Caando d polvo se ha convertido
en dnreza, y los terrones se han pegado
«■•eoBoteis? ^^
- ^ CAPITULO XXXIX.
"'^ff JMm moHrtmdo lo aU««a par la
*^mdiraetm i$ tdgMto» amlwuiUt. Job r*-
í*""**! atídtl/ü», rttomoM m inHpUm-
<*■ M tobtr MMi'Mo d<f]Nitar «M A.
i flAZARAS td la presa para d le-
, ^ on«? ¿y sadaias d fiambre de
l^leoncUlos.
9 Guando están echados en Im «i»*»,
ó se están en sus guaridas para acechar f
8 ¿Quién pre^iró d cuervo su ali-
mento b, cuñado sus pollos olaman á
Dios, bullendo de un lado á otro por
carecer de comida ?
4 ¿ Sabes td d tiempo en que paren
las cabras monteses ? o ¿ miraate td las
darvas cuando están pariendo ?
5 ¿Cantaste td los meses de su pie-
fies, y sabes d tiempo cuando han de
par»?
ó Knoórvansa, haocn salir soa h^,
pasan sus ddores.
7 Sus 14JOS están sanos, ereeen con
d pastel salen, y no vndven «m* á
días.
a ¿ Quién echó Ubre d asno montes»,
y quito soltó sus ataduras ?
9 Al cnd yo pose oasa en la soledad ',
y sus moradas en logares estériles.
10 Bdrlase de la multitud de la dn-
dad i no of Iw voces dd arriero.
11 Lo oculto de los montes es su pasto,
y anda buscando todo lo que está verde.
19 ¿ Querrá d nnioomlo I servirte á tí,
ni quedar á tu pesebre ?
18 ¿Atarás td d unloondo con su
oovunda para d suroo? ¿labiará les
valles en pos de tí ?
14 i Colarás td en A, por ss grande
su finrtalesa, y le flaiás tu labor ?
15 Piarás de él que te tomará tu simi-
ente, y que ta allegará en tu era ?
16 1 Düt» M hermosas alas d pavo rad,
ó alas V plumas d avestrux ?
17 Bl cud desampara en la tierra sus
huevos, V sobra d polvo los cdienU :
IB Y olvidase de que los pistfá aJjgva
pié, y que los quebrará dguna bestia dd
ipo.
19 Endurécese para con sus h^, co-
mo d no /líese» suyos, no temiendo que
su trabajo haya sido en vano :
flO Porque le privó Dios de saUdmia,
y no le dio inteligencia.
91 Luego que se levanta en dto, bdr-
lase dd oabdlo, y de su ginete.
99 ¿ Diste td d cobalto U fortaleía?
¿ vestiste td su cervis de rdlnoho ?
98 ¿ Le intimidarás td como á alguna
langosta ? El resoplido de su nana $$
finrmidable:
Si Bsoarba la tierra, alégrase en su fki-
erxa^le d encuentro de las armas • ;
9A Hace burla dd espanto, y no teme,
ni vuelve d rostro delante de la espada.
96 Contra él suena la aQate, d hierro
de la lanxa, y de la pica.
97 Y ¿1 con ímpeúi y fíoor escarba la
tierra, sin imputarle d sonido de la
98 Aníu como jue dice entre loe cla-
rines: Ea! y desde lé)os hude la ba-
tdla, d grno de los capitanes, y la
vocería.
99 i Vuda d gavilán por tu industria,
y extiende hacia el Mediodía sus alas ?
80 ¿ Se remonta tí. águila por tu man-
damiento, y pone en dto su nido/ ?
81 Ella habita y está en la piedra, en la
cumbre del pefiasco y de la roca.
89 Desde dli acecha la oontüda; sus
q)os observan de muy 16¡om,
88 Sus pollo* chupan la sangre ; y donde
hubiere cadáveres, dli está^ <iiáfo.
84 A mas de eso respondió Jehová á
Job, y dijo ;
85 ¿ Es sabiduría contender con el Om-
nipotente? Bl que dlspuU con Dioa,
remonda á esto.
86 Y respondió Job á Jehová, y ÜJo :
87 Hé aquí que yo soy vil * ; ¿ qué te
responder» ? Mi mano pongo soloe mi
booa'.
• 8aLl«r.9L
MaLCac
•Jsr.9.M.
OS.8.9L
'üsp.M.fi.
tdrji
•Jsr.8.6.
/Jsr.«.U.
Áb.é.
'MS194.3S.
Las. 17; 87.
*On.4a.6.
SdTiLi.
<0sp.a9.».
Mis. 7. 18b
A.C.olr.l«M.
JOB, XL, XU, ZUI.
A.&clr.m
«Oip.38.1.
•le.
«8al«S.l.
7IOI.I.
tamo.
drOo.
•Jta.9».4.
I Ohp. & t.
98 Una vn hablé, 7 no
■im dos veoet» num no tornará
hablar.
CAPITULO XL.
JfuMlra INm á Job «(m ka ik«ek« mai em re>
jgrohir mi JtUHo fmatljleemiom Um¡o 4 ai
mitrno, DieldraJe tu gramJUta por la obra
it futJmMot, eoa qmé abeíe é lo» ncberbio»,
y rcmÁrfr á la eomtUeraeioa dtl Hifopéta-
«M> y <U CowdHl».
ENTONCES respondió JehoWt á Job
detde la ob«euririad«, 7 dijo :
9 Cifieto ahora, oomo vaion, tns lo-
mo* ; 70 te pr«|Kttntaré, 7 explícame,
a ¿ InTalidarM td también mi juicio ?
Íme condenarás á mí, para justiflcarte
tí?
4 i Tianet td biaxo oomo Dios ? ¿ 7
tronarás td con tos oomo él b ?
5 AtaTÍate ahora de majestad 7 de
altezac; 7 rístete de honra 7 de ner-
mosura.
6 Esparce Airores de tn ira ; 7 mira á
todo soberbio, 7 abátelo.
7 Mira á todo soberliio, 7 humíllalo';
7 quetnanta á los impíos en sa asiento.
8 Encúbrelos á todos en tA polvo, ven-
da sns rostros en la obsenridad ;
9 Y 70 también te confesaré qne podrá
salvarte tu cDestra.
10 Hé aquí ahora BAerooth |, al cual
70 hice contigo ; 7erba come como bae7.
U Hé aquí ahora que su fnena está en
sus lomos, 7 su fbrtalexa en á ombligo
de sn Tientic.
IS 8u cola muere como un cedro, 7
los nervios de sus genitales son oitre-
tridos.
18 Sus huesos «on f\iertes como bronce,
7 sus miembros como barras de hierro.
14 El e« la cabeza de los caminos de
Dios : el que lo hiro puede hacer que su
ouchlllo á él se acerque.
15 Ciertamente los montes producen
7erba para «3 ; 7 toda bestia del campo
retoza alUL
18 Ecluuráse debido de las sombras, en
lo oculto de las caAat, 7 de los lugares
hiiroedos.
17 Los árboles sombrío* lo cubren con
su sombra} los sauces del arro7o lo
cercan..
18 Hé aquí que él tomará el rio sin in-
mutarse ; 7 confiase que el Jordm pa-
sará por su boea.
19 ¿ Tomarálo alguno por sns q)os en
armada, 7 horadará tu nariz ?
CAPITULO XLI.
Prortfno la eoaoidtraeio» ád eoeodrito, ét
ta» miomhrottfortákga i inftmio.
i Q ACARAS td al Lerlathanl con
O el anzuelo, ó con la cuerda que le
echares en su lengua ?
8 i Pondrás td garfio en sus « narices,
7 horadarás con espina su quijada ?
8 ¿Multiplicará él ruegos para con-
tigo? (! hahlaráte él lisonjas ?
4 ¿Hará concierto contigo, paia que
lo tomes por sierro perpetuo ?
5 i JvLguia td con él oomo con pájaro,
6 lo atarás para tus nlBas ?
6 ¿Harán de él banquete lo* oom-
pafieros ? ¿ partiránlo entre los merca-
deres ?
7 ¿ OoKtari* td con cuchillo sn enero,
6 con asta de pescadores sn cabeza ?
8 Pon tu mano sobre él: te acorda-
rás de la batalla, 7 nunca mas tomarte.
9 Hé aquí que la esperanza acerca de
él será burlada : porque aun á sn sola
Tista se desma7arán.
10 Nadie hay tan osado que lo des-
plertek: ¿qui&i pues podrá estar de-
lante de mí>
11 ¿ Quién me ha dadle anticipado, pan
aue f o «t /o restitn7a ? Todo k» qne %
debuo del cielo es mio«.
18 Yo no callaré sus miembros, ni k>
de «US ñicrsas, 7 grada de su di^-
sidon.
18 ¿ Quién desonbrirá la delantera de
BUTMiJdnra? ¿quién se llegará á él ooa
fteno doble?
14 ¿ Quién abrirá las puertas de tn
rostro ? Los drdenes de sn* dientes
DM.10.U
hLKL
TSOlll
iotrjas
15 La gloria de w vuHio ton eiendas
Alertes cerrados entre sí estrechamente.
16 El uno se Junta eon el otro, qne Ti-
ento no entra entre ello*.
17 Pegado está el uno con el otro, es-
tán trabado* entre sí, que no te pueden
apartar.
18 Con sus estornudo* enciende lum-
bre; 7 sos qjos «on como los párpado*
del alba.
19 De su boca salen hadia* de tufft',
oentdlas de fuafco proceden.
90 De sns narices sale hume oomo de
una olla d caldero que hierre.
91 Sn aliento endende lo* carbones, y
de su boca sale llama.
83 En su cerviz mora la fcrtaleu, y
espávoese el desaliento delante de él.
88 Las partes momias de su carne eitaa
apretadas ; están en él firmes, 7 no k
mueren.
84 Su corazón es firme como una jk
edra, 7 fuerte como la muela de abióo
ca vnmoliao.
85 De sn grandeza tienen temor los
i^iertes, 7 á causa de su daCsUedmiento
hacen por purificarse.
96 Cuando alguno lo alcanzare, ni es-
pada, ni lanza, ni dardo, ni coselete
durará contra él,
97 El hierro estima por p«j«a, 7 *^
acero por lefio podrido.
98 Saeu no le hace huir: las piedras
de honda ee le toman arista*.
89 Tiene toda arma por hojarascas, 7
del blandir de la pica se burla.
80 Por debajo tien* agudas ooncbas;
imprime «m agudez en el suelo.
81 Haoe hervir como una olla la pro-
ftinda mar, 7 tdmala oomo una oUa de
ungfiento.
88 En pee de sí haoe resplandecer la
senda, que parece que la mar es cana.
88 No ha7 sobra la tierra sn senmiante»
hecho para nada temer.
84 Menosprecia toda cosa alta; es rej
sobre todo* lo* anfnialn eoberiiios.
CAPITULO XLII.
/db «MiBorfo va d» Dio», toi^ltia m imtírt-
tneia «a Moer eutrido dttpnlar <«■ 4 *•
eanta. Envía I>io$ 4 loo amtgoi 4» JA,
para on* vayan o) nitmo.f tt or* por «Ba*.
OonvlerU JHoé la mitria do Job 00 mafor
proiptridad giM la fiw tnvo élám.
Y RESPONDIÓ Job á Jehová. 7
dUo:
9 To conozco que lodo lo pnedee*, 7
£e no ha7 pensamiento que se esconds
tí.
8 ¿ Quién es él qne oscurece él eens^
sin ciencia b ? por tanto 70 denuidab*
lo aue no entendía ; eosas que
ocultas, 7 que no las sabia*.
4 070, te ru^o, 7 hablaré: te
taré, 7 td me ensenarás *.
5 De ddas te habla oído;
mis qjos te Tcn.
6 Por tanto aborrezco to ftie dUs«, 7
me arrepiento en «1 polvo 7 en la ee-
niza/.
7 4 V aoonteeid que después que ba-
ble JdioTá estas palabras a Job, Jíebová
b.lt.i
aAiiifo&
dOe á mphu Tanaoatluí: MI in m
cDModld flanm ti y tas 4« eompaft*-
iw; ponpw B» habds hablado po* mi
lo neto, como mi riervD Job.
8 Ahora pom tomáoi oíalo iKctum y
•iete comen»', j andad á mi tiorro Job,
y oAreced holocausto por vototroo : j mi
iíctto Job orará por Tosotroo A ; porqua
de doto á él atenderé para no tratamo
ohcatoiomento, por cuanto no habéis
hablado por mí con rectitud, oomo nal
darro Job.
9 Faevon pues EUphaa Tamanitha, y
Bildad Buhiu^ y Sopbar Naamatitha. é
hicieran oomo Jehová les dUo : j Jo-
hovi atendió á Job.
10 5 Y mudó Jdiorá la aHioelon de
Job orando él por sus amigos : j anmen-
té al doble todas las oooas que haUan
ridodeJob.
11 T Tinieron á él todoo sus hermanos,
L todas sos hermanas, y todos los que
ites le hablan conocido', y comieron
con él pan en sa casa, 7 condoliéronse
de él» y eoaeoláitmia de todo aquél mal
que sobre ¿1 habla Jahevá traido; 7
cada uno de ellos le dM una plma de
moneda, 7 un saMlllo de om.
IS T bendUo Jehová á la pootrimeria
do Job mas que á su principio*; por-
que tuvo oatoroe mil ovejas, 7 seis mil
camellos, 7 mil Tuntas de biie7M, y mil
18 Y tuvo siete ^Jos y tres hi}as :
14 Y llamé d nombre de la una, Je-
mimah | ] 7 el nombre de la segunda,
Cesiahf; 7 el nombre da la teroen,
Keren-Hapuchl.
15 Y no se hallaron mujeres tan her-
mosas como las h^as de Job en toda la
tictn : 7 diélea sa padn herencia entre
sus hermanos.
16 Y después de esto tItíó Job ciento
V cuarenta afleo, 7 vio á sus hijoo, 7 á
loo hijos de sus h^oo, hasta la cuarta
generación.
17 Murió pues Job viqjo, 7 lleno de
dlasa».
LIBRO DE LOS SALMOS.
IlltIL
SALMO I.
ftUeUid M kotOn jtiodowi i^f4Mda4 4»
iMMipAM.
BIENAVENTURADO el Taron que
Qo anduvo en consto de malos «, ni
estuvo en camino de pecadores, ni en
lilla de escarnecedores S se ha sentado :
S Antes en la Ie7 de Jehová eiM su
deUcia, 7 en su le7 medlu de dia 7 de
noche*.
8T ier& como el Árbol plantado Junto
A sxrojoo de aguas tlf que da su fruto en
IB tieínpo: 7 su oja no cae, 7 todo lo
qne hace, prooperaiA.
4 No asi los malos ; shaó oomo el tamo
que ancbata el viento «.
5 Por tanto no se levantaiAn los malea
tt el juicio/, ni los pecadores en la con-
pcRadon de loo Justos.
4 Porque JehovA conoce el eamino de
los Justos' : mas la senda de loo maloo
peraeerA.
SALMO IL
IViM(r«rAMlMifa)rf«niM d* Im eodmMMdc
ia tUna tonara Oruto f m gtonMO riino,
¿T)OR qué* se amotinan > las gentes,
X 7 los pueblos piensan vanidad ?
5 Estazfcn los reyes de la tierra, 7 prin-
cipa eonsuttarfcn unidos contra JehovA,
j oontra su ungido «,
8 Dictaido : ftompiamoo sus oo7Uiidas,
7 cohemos de nosotros sus cuerdas.
4 El que mora en los cielos se relrA;
d Be&ar le burlarA de ellos d.
6 Entonces hablará A dios en su fbror,
7 tnbazAlos con su Ira.
8 Yo empero he puesto mi rey sobre
8Um«, monte de mi santidad.
7 To publicaré «1 decreto 1 Jehová me
ha dicho ; Mi h^o ere» túf; yo te en.
ivooto hoVe
8 PUome, 7 te daré por heredad laa
gentes, 7 por pooeslop taya loa términos
do la tierna.
8 Onotarantarhíe has con vara de hi-
cno4; como vaso de alfkrero los des>
mcnvtarás.
10 Y ahora, reyes, entended: admitid
•«noeion, hieees de la tierra.
11 Servid á Jehová oon tenior<, 7 ale-
graos eon temblor.
18 Boiad al Htio*, poniot no se enq)e,
7 pcKicals •» a camino, cuando se en-
cendiere un poco su furor. Blenaventn-
ndos todos los que en él confian (.
SALMO III.
David aeoeado de mtmdto» y/merie» emmtfoe,
•n iXo* a* |rMM<« la «ic<orto.
Salmo de David, cuando huía de de-
lante de Absalom su hijo.
¡ ^^H Jehová, oaanto se han multipU-
KJ oado mia enemigos! muchos se
levantan contra mi.
8 Muchos dicen de mi vida : No hay •
para él salud en Dios. Selah.
8 Mea td, Jehová, «rsf escudo al ra-
dedor de mí; mi gloria, 7 el que en-
salia mi oabeáa.
4 Oon mi voz clamé á Jehová, 7 él me
respondió desde el monte de su santidad.
Selah.
5 Yo me acosté, 7 donník, 7 desperté ;
poroue Jehová me sostuvo.
6 No temeré de dies nüllares de pue-
blo, que pusieren cerco oontra míe.
7 levántate, Jehová: sálvame. Dios
mío : porque tii heriste k todos mis ene-
migos «M U quUada ; los dientes de los
malos quebrantaste.
8 De Jehová es la salud': sobra tu
pueblo aera tu bendición. Selah.
SALMO IV.
Iktfríd dama é Dioa ea m» aflteeüm. Re-
prende y eskarta 4 eme pereemtdaree. lU-
tiara «w la verdaciera/iMc^Md ee etUar m
graeiade Dioe.
Al Mdsioo prlndnal sobra Neginoth.
Salmo de David.
RESPÓNDEME cuando damo, oh
Dios de mi Justioia : estoiMlo en an-
gustia, td me hlolste ensanchar: ten
misericordia de mí, 7 076 mi oradon.
8 Hijos de los hombres, Ji hasta coando
tolveréU mi honra en innmla, amaréis
la vanidad» y buscaréis la mentira ? Se-
lah.
8 Sabed pues que Jehová hico apartar
al pió pan si: Jehová oirá cuando 70 á
él clamare.
4 Temblad, 7 no pequéis: conversad
en vuestro ooraxon, sobra vuestra cama,
7 desistid. Selah.
5 Ofreced saorifidos de Justlciao, 7
oonfl <d en Jehová.
e Muchos dicen : ¿ Quién nos mostrará
» Oap. 8. 7.
pink8.I4l
8«BI*.8.11.
IOap.LI.
^Oapb&ML
fBd.S4.8.
84. U.
16.98.
11.80. 18.
Jor. 17. 7.
no. '
•SsLTtU.
»8aL4.«.
Pñ.8.94.
•8aLS7. 1,
4Is.48.lL
Jar. 8. 98.
00.18.4.
Jaaa9.9L
•008.88.1».
ñáJMOB.
»X«.&9B.
•«U.<.ti
• BAhm
7M.90.
«Bia.H.38.
'M.S7.1L
• Bai. as. i.
yS&U.
yU». 94.
7U8.8.
k98.7.
/Ban.S.U.
' Ii. 6& U,
le.
•8d.88.L
Jar. 10. Si.
IM.a.8.
•BftL80.10.
788.10,11.
tll6. 17.
1.88.18.
•Job 17. 7.
8ia.SL9.
788.1a
788.9.
iML&ir.
/Bd.11».
7U9.19.
fVLUAM.
dbltn? Alia MibraiioioaM, oh Jebo-
yk, la Itu d« ta totíxo i.
7 Tú cUite alegría en ni eoraaon» ma»
qae tienen Uro$ en d tiempo que w nuü-
tipUoó tu gnmo 7 tu mosto.
8 Bn pas me aooMaré, 7 asimismo dor-
tidté«i porque solo tiij JeboTá» me ha-
xts estar oonfiado.
SALMO V.
OnMon 4t DmHd. <n fiw inmiuia la nifiM
« jilttKeioM dr Im molM. jr la protteetm jr
d^«Ma «M INm eoiMMb if lo« fw I« ornan,
y poMN <n II ni wf^loiua.
Al Milsioo principal sobre NdtUoth.
Salmo de David.
ESCUCHA, oh JehovA, mis nalabxas ;
considera la meditación mía.
S Está atento á la voz de mi clamor.
Rey ndo, 7 Dios mió, porque á ti oraré.
8 Oh Jehová, de midtana oiíAs mi voz ;
de mattama me presentaré 4 ti, 7 espe-
raiv.
4 Porque til no eres un Dios qne ame
la maldad a : el malo no baUtará Junto
áti.
5 No estarán lof insensatos delante de
tus ojosb: aborreces á todos los que
obran iniquidad.
6 Destruirás á los que hablan mentira :
al hombre de sangres 7 de engaflo abo-
minará Jehová'.
7 Y 70 en la multitud de tu miseiicor-
día entraré en tu casa; adoraré hacia el
templo de tu santidad en tu temor.
8 Qniame, Jehová, en tu justicia á
causa de mis enemigos rf¡ endereza de-
lante de mi tu camino «.
9 Porque no IU17 en su boca rectitud :
sus .enfrailas «m pravedades ; sepulcro
abierto/ su garganta ¡ con su lengua li-
soAJeaián.
10 Desbarátalos, oh Dios; caigan de
sus consejos: por la multitud de sus
nbdiones échalos, poique se rebelaron
contra tí.
11 Y alegrarse lian todos los tpae en tí
eonfianf ; para siempre darán voces de
JllUlo, porque til los defiendes ; 7 en tí
■e regoc^aiáo los que aman tu nombre.
^ Porque td, oh Jdiová, bendecirás
al Justo; lo cenarás de benevolenda
oomo con un esoudo.
SALMO VI.
Damid, etifermo dt aravtdad, eonoe$ ter ajb-
gidopor $us pretuot, < <«plom la vUmrí-
eordüdtJMoa.
Al Mdslco principal en NMinoÚi sobre
Seminith. Salmo de David.
JEHOVÁ, no me reprendas en tu fti-
ror«, ni me castignes con tu ira.
8 Ten misericordia de mí, oh Jehová,
porque 70 «rfoy debilitado : sáname, oh
Jdiová, porque mis huesos & están con-
movidos.
8 Mi alma asimismo está mu7 contur-
bada : 7 td, Jehová, ¿ hasta cuando ?
4 Vuelve, oh Jehová, libia mi alma;
sálvame prá tu misericordia.
5 Porque en la muerte no A«^ me-
moria de tí: ¿quién to loaiá« en el
sepuhsro?
o Heme consumido á ftierza de gemir:
todas las noohes inundo mi lecho, riego
mi estrado con mis lágrimas*'.
7 Mis ojos están oaroomidoa de des-
contento « ; hanse envejecido á cansa de
todos mis angustiadores.
8 Apartaos de mi todos los obradores
de iniquidad/; porque Jdiová ha oido
la vos de mi lloro a.
9 Jehová ha oido mi ru^o j ha reci-
bido Jehová mi oración.
10 Se avergonzarán, 7 turbaránte mu-
8ALM0 VIL
Imvoe» DuvU ti /ovar dt Dio» «salta lo»
«aÍKMM<a« d» $u$ mumiffo§, y jM'oMa w
inoeeneia, Denumeia la ira dit IÑm, y <I
eaaUfo jm tapera dtaa pertegmidarei.
Sigaioa • de David, que canté á JAová
sobre las palabras de Ova, b^o de
Beqjamin.
JEHOVÁ Dios mió, en tí he «onfi-
ado : sálvame de todoa lee qae me
peniauen, 7 líbrame.
8 No sea qne arrebate <f etumigo ni
alma, cual león que despedaaaj sm qae
Ai^o quien libre.
8 Jaurrk Dio* mÍo, si 70 he hecho es-
to, si ha7 en mis numoe iniquidad;
4 Si di mal paoo al paeífioo conmigo,
(hasta he libertado al que aia eausa sia
mi enemigo;)
5 Persiga á enemigo mi alma, 7 al-
oáneels : 7 pise en nerra mi vida, 7 á
mi honra ponga en ti polvo. Selalu
6 Levántate, oh Jehová, con tu fa-
rori, álzate á causa de las iras de mis
angustiadores; j« despierta en ikvor
mió él Juicio fu» mandaste.
7 T te rodeará concurso de pnéblo ;
por CU70 amor vuélvete luego á levmdar
enalto.
8 Jehová juzgará los pueblos: Jdz
game, oh Jehora, conforme á mi jos
tida 7 conforme á' mi integridad.
9 Consúmase ahora la muida de los
inicuos, 7 establece al justo ; pues
d Dios Justo que prueba loa corazones 7
los rifioiaes«.
10 Mi escudo ettá en Dios/, «¡oe salva
á los rectos de corazón.
11 Dios M el que juzga al justo ; v Dios
está airado todos los días omifra el tmpfo.
19 Si no se convirtiere, él afilará so
espada': armado tiene 7a su arco, 7 lo
ha preparado.
18 Asimismo ha apandado para él ar
mas de muerte; ha labrado cus saetai
para loe que persiguen.
14 Hé aóuí mj enemigo ha tenido paito
de iniquioad: oondbió trabajo, 7 parió
mentira*.
15 Pozo ha cavado, 7 ahondádolo ; 7 •»
la fiísa fue hizo oaecá K
16 Su trabajo se tornará sobre su ca-
beza, 7 su agravio dcaoendeiá
mollera.
17 Alabaré 70 á Jdiová oenfttrme á s«
jostida, 7 cantaré al nombra de Jdiová
d Altídmo.
SALMO VIII.
Dite M muflra áifoo d» Mina atéfmua m
todo lo Me Ka criado, tipffularmente por
la grattae dignidad en que ka patato ti
tambre.
Al Milsico nrindpal sobre Gittitb.
Salmo de David.
] i^U AN grande m tu nombre en toda
\J la tierra, oh Jehová SeAor nues-
tro, que has puesto tu gloda sobra ios
cielos*!
8 De la boca de los chiquitoa 7 de los
que maman ftmdasto b fbitaleíat, á
causa de tus enemigos, paca hacer oeaar
al enemigo, 7 al que se venga*.
8 Cuando veo tus délos, obm de tus
dedos, la lona, 7 las estrellas que td
Ibrmaste,
4 Digo : ¿ Qué M d hombre, para «le
tengas de el memoria'', 7 d aiia ád
liombra, que lo vlsücs ?
5 Pues le has hecho poco menor que
los ángeles, y ooKonáataw da gloda 7 de
lustra.
•BtUS-t
•1
3?.
IBd.flB.lS.
«VtailOur.
•8aL10S.9B.
y4& 1.
fpnt.18.10u
9 Mrfüdo iiiMihiiwi d» i— ohw de
tu BMiMi; todo lo purirte ditaOo de
•iupim«<
7 iHndaB, j bocfMi todo cDo; y aii-
alHuo Me boda* del campo :
8 Loe ««ee de km cMm, j loe
la mar ; átde cMMiio poM perloe
deteBiar.
9 Oh JehovA Seflor nuaeüo, i
gnnde M Itt nombue «e toda la «kRa 1
SALMO IX.
Xtovtf datfMMfrw<«f|MrvMoria «oa-
AI Mibloo principal eobre Mntli-laUícn.
SaknodeDMia.
*G«.t.f.
<ftd.7.U.
y&7.6.
eton.
fMB tiabmé, di JdaevA, cen todo nU
JL oonxoa: contaré todae tas mais-
Tfllae*.
a AlagméaM y n^ocijarénie en tí:
cantaré A ta nombre» oh Altiaimok,
8 Per habar eiiio laie cncmifoe m-
«IteaatisBe: oaeria j paieueritn ddantc
de ti.
4 Pcaqne haa hedió mi Jalólo y mi
canea : MUiHiitete en ailla Juigaado Joe-
tida.
5 Repsmidiale ventee, deetwiletr al ma-
lo, tálete el nombre de dlee pam elem*
psejamm^
8 Oh enemigo, acabadoe wn para d-
emipee loe aeolamientoe; y laa dndadee
fmt denttaete, m memoria'' pereció con
dlaa.
7 Mae JduTá pcnhaneeerá pan ei-
empre*: diepneelo ha en trono pan
Juicio.
8 T el taegarft d mondo con Jnetida ;
JosanA loe padiine coa roetltad.
D X teri JcbovA rdtagio d pobre, re-
fbglopan d tiempo de aneveaa/.
10 Y en ti ir eonflartn loe míe cono-
cen tn nombre ; por cuanto ts, oh Je-
faovd, no deeampenete 4 loe que te
«M.7.1&
.LA
Ü-
11 Oanted A JdiovA, «w haUta en
Sien : ncdeiad en loe puebloe ms cbnM.
18 Pciqne demandando las tangrm le
aeocdó oe dk»*: no ae dddó dd ola-
mor de loe pofacca.
18 Ten mieerlcoidla de mí, JehovA:
mJn mi aflicdon fue pedexco de los que
me aborrecen, td que me levantas de
laa puertas de la muerte.
14 Porque cuente yo todas tus alaban-
zas en las puertas de la hija de Sion, y
m* goce en tu sdnd.
16 Hundiéronse ka gentm en la Ihsa
qne hieiflian; en la red que esoondi-
ofon ' filé tomado su pié.
16 JehoTA filé conocido m d Juicio
qae hiso : en la obra de sus manee fbé
«nlaaado d mdo. Uiimalonl. 8dah.
17 Xoe roaloe serAn trasladadoe d in-
fierno ; todae lee gentes que se dvidan^k
de Dios.
18 Poique no para dempre scrA olvi-
dado el pobre: ai la eeperann de los
yohiae peteoeiá perpetuamente.
19 I/cvAntate, oh JehovA ; no ee finta-
ieoo» d hombre t sean juagadas las gen-
te* delante de tí.
80 Pon, oh JehorA, temor en ellos:
oooosean las gantrn que son ao mee fut
SALMO X.
Jkuid i9flar» d muiUo iá SéHor.
POR qué estAs lejos, oh JehovA, » le
escondes en d tiempo de la tribu-
8 Can arrogancia el malo peieigae al
pobre: serán cogidos en los artificios
qna han Ideado*.
8 por cuanto se alaba d malo dd deeeo
de «a alnMU y
fiiim JehovA abonece.
4 El malo.
por la altires de su .v-w«.
Mas.' no kagf Dk» m todoe
MAchase, y caen en sus
I aesdiohedos.
ios caminos aon Tidoece en todo ti-
lae ittioiae ím tímm muy léfoe de
echa booanadae en énlsa A to-
doe eos enamigee.
8 Dice en en coraaen; No sciié movido
en aingim tiempo, ni
aard d Infcrtunki^
7 Llena estA su boca de maldiolon«,
y de wgeBce y flnaude : detaOo de su
lenna vQadon y maldad.
8 EstA en Im gneddas de las ddéae:
en los esoendsttos mata d inocente: cus
ojee eetan acenhando d pobre.
8 Acacha en oculto cooeo d león desde
ea cama: acecha pan arrebatar d po-
bre : arrebata d pobre tiayendolo A su
red.
10 Eneégsee,
í^iersas muchos
11 Dioe en su coraxon : Dios estA ol-
vidado rf, ha eneuMerfeo su rostro ; nunca
loverA.
18 LevAntate, oh JdiorA Dlee ; alia tn
mano, no le dvldee de loe pobres.
18 ¿ Por qué irrita d malo A Dice?
En su coraMia ha diobo f«e no Jd in-
qulriíAs.
14 Tü Je «enm visto; porque tlf miras
el trabi^o, y la v^)ack», para vengara*
por tn mano : A tí ae aooge d pobre; td
eree d amparador dd huénkno.
16 Quebranta el bnso dd mdo«: dd
mallgÍM bascares su maldad, Aasta que
ninguna «MU hallee.
16 JehoTA, Rey eterno y perpetuo/; de
sa tiem Alerón deetnildae lae gentes.
17 El deseo de los huadldes oiato, oh
JehovA: td dispones su coraxon, y haoes
aientotaddo: *
18 Pera Jusgar d huérfano y d pobre ;
A fin que no vudva maf A baoer viden-
cia d hombre de la tierra.
SALMO XI.
David, eoiOtmpImmdo d flnlor >M« d(^taiMr
4» M imonmoia, mmto Juta i* loa fM« la
pmrMfutn, mmm toda tu eouJUmaa «t IH«t,
áptBor d» Moa lo» tmentigot.
Al Mdsioo prlndpd : gaAno de David.
N JehovA he confiado : ¿ Gamo decís
A mi alma : Escapa al monte emU
ave?
8 Porque hé aquí los malos fleeharoa
d arco, apercibieron sus saetas sobra la
cuerda, para meetear en oculto A los
reotos de coraxon.
8 Si fueren destruidos los ftandamentos,
¿ qué ha de haoer el Justo ?
4 JdiovA en d templo de su santidad :
la silla de JehovA e«¡td en d cielo : ana
ojos ven, sos pArpados eiaminan A los
hgoe de loe hombres a.
6 JehovA prueba d Justo ; empero d
mdo y d que ama la violencia eu alma
abomoe.
6 Sobre los malos UoverA laxos, f^Mge
y asnfbe, con viente do torbdliniae : tai
será la pordon dd calis de ellos.
7 Porque d Justo JehovA ama la Justi-
cia ; d hombre recto mirarA su netro.
SALMO XII.
Oorrttpafpa feoard 4* eodHMhv*, 4» la oed
ptdo 4 Diot om prettrvaao,
Al Miiiloopriiwind sobra Seminith :
Salmo oe David.
E'
ALVA, oh JeborA, porque a
barón los mieeriooridiosos; porque se
huí acabado loe ftelee de entm los h^cs
de loe hombres*.
S'
IBsLKL
y«.l¿
•Be. 8.11.
rfJobülS.
Bd. M. 7.
Be.8.11.
y 87. 17.
/8d.».10.
y 140. 10.
ÍTL1.17.
yfi.U,18.
*Bd. n.u.
rC8>7.
•la.67.L
BAIiMOS.
»il«.&i.
Pm.80.U.
«M. 88.14
* Jer. SL89.
•M.ia4
jrt&L
• a» 1.10.
•8ftL«.&
'B0. 11.91
'■d.M.1.
S Mentln lubU eada ano con ni fnró-
jfano ; con laUos Uionjarm, con eoiaaon
dobi* hidilati.
8 DatmbA JdwvA todos los laUot
Ibonjerat, ¡f la lengua qoe haUa gran-
dosaik:
4 Qm dijeron: Por nueatxa laagoa
ptevaleoerémot ; nnettnM labios ettam
coa nosotros : ¿ quién nos «t seflor ?
8 Por la opresión de los potocs, por el
gemido de los menestecosos, ahora me
hrrantará, dice JdMvá: pondrálos en
salTo del pu eontra ellos se engrio.
« Las palabras de Jdiovi, palabras
limpiase; plata refinada en horao de
tietn, parificada siete Teces.
7 Td, Jehovtt, los guardarás ; goAida-
los para siempre de aquesta genmcion.
8 Cenando andan los malos, mientras
son exaltados los mas Tiles de los hijos
de los hombres.
SALMO XIIL
Oraeiom dt «» Ai^wo combatido d» la Un-
iaei<mt ampero em Dtoa eamfiaio.
Al sobrestante de los Músicos: Sabno
de David.
i TTA8TA cuando, JdMnA ? ¿ me oí-
XX Tidarás para siempre? ¿Hasta
enando esconderás tu rostro' de mi ?
5 i Hasta cuando pondré constes en
mi alma, con ansiedad en mi corazón
cada dia ? ¿ HasU cuando será enalte-
cido mi enenolgo sobre mi ?
8 Mira, óyeme, Jéhová Dios mío : a-
lumbra mis ojos, porque no duenna tn
muerte^;
4 Porque no diga mi enemigo: Ven-
cílo : mis enemigos se al^gramn, si yo
resbalare.
5 Mas yo en tu misericordia he oon-
flado: alqraxése mi ooraxon en tu
salud.
8 Cantaré A JehoTi; porque me ha
heoho bien*
S4^t<M0 XIV.
sMotnoB David m fontin doinipcvon atí sumí*
do, f iMHffra Uu yWwlM d> dond» iBa
MMMO. IMco Utrmrd dio» omgoo.
AI MtEslco principal, Batmo de DaTtd.
DIJO el necio en su corazón: No
hmf Dios*. Gorrompiéronae, hici-
eron obras abominables ; no hay quien
hapibien.
8 JehoTi miró desde los cielos sobre
los h^os de los hombres, por Ter si
habla alguno entendido, que bascara A
Dios.
8 Todos deelinanm. Juntamente se han
corrompido b: no hay quien haga Men,
no hav ni siquiera una
4 ¿ No tendr&n conocimiento todos los
que obran ini<^uidad, que devoran i mi
pueblo, como si pan oonaieten, y A Jeho-
▼A no inTocaron ?
8 AIU temblaron de espanto ; porqne
Dios tita con la nación de los Justos*.
8 El eona^ del pobre habéis esoar»
nocido, por cuanto JehoTA e« su cs«
pwranza.
7 i Quién diese de Sionrf la sahid de
Israel ! £n tomando JehovA la cautivi-
dad de su pueblo, se gozarA Jaoob, y
alegraiAse Israel.
SALMO XV.
Oonrdir 4» lof 4«M koMorto su to As»
Salmo de DaTid.
TEHOVA; ¿quién habiUrA en tu ta
bemácnlo? ¿quién
itldad*?
residliA en d
monte de ta saní
9 El que anda en Integridad, y obra
Justicia, y lubla verdad en su ooraxon t
Le?. II. II
17.
rail
ele.
Job Ai,
(te.
ja:
»BiLn.t
y 11». Sí.
Tllii
«te.
áBiLaH
fULL
8 Xt fHc no datn* oon saU«8iis,ni
haoe nial A su prAlnio, ni oootia la
prójimo i acoge oprobio alguno» IfeLftL
4 Apid A cuyos a)os es menesprecisdo
el vil ¡ mas hoína A los que tamcná Je-
hovA: 9 habiendo Junoo «m en dafio
tuyo temporalt no por aso muda.
8 Quie» su dinero no dio A usara*, ni
oontra el inocente^' tomó coheclub El
que haoe estas ooaas, no wshaUíA pait
siempre.
SALMO XVI.
AeudiDa9ÍdáDioopidt€mdoUmoam>Bdm
fnfUioo fu* eomioao A Jont^ínriiltí
Miditham: de David.
GUÁRDAME, oh Dios, porque en ti
he confiado.
8 D^iste, oh atma mis, A Jdwvá : Ttf
eras el Señor: mi bien A tí no «pro-
vetAa»;
8 Sino A los santos que eiMbí en la ti-
erra, y A los Íntegros s toda mi afidon
en ellos.
4 Multipllcatinse los dolases d» aque-
llos qnc slrren diligentes A otro djat: ao
ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni
en mis lalúos tomaré sus nombics.
6 JehovA, fiw en» ia pordonk de mi
parte, y de mi copa, tii susténtalas ni
suerte.
8 Las onerdas me eayeron en Imgaru
deleitosos, v es hermosa la heredaa que
me ha tocáuo.
7 Bendeciré A JehovA, que me aeon-
sda ; aun en las noches me enseñan mis
tiflones.
8 A JdiovA he puesto siempre* ddante
de mí ; porque ubmdo él A mi dlesm',
no aeré conmovido.
9 Alegróse por tanto mi oorason, y se
gozó xni gloona: también mi carne re-
posarA segura.
10 Porque no d^arás mi alma en el
sepulcro; ni permitiris que tu Santo
11 Me mostraiAs la senda de la vida:
hartura de alegrías hay oon tu rostn»*;
deleites en tu mestra pan siempre.
SALMO XVII.
Oraeiom dt David, e» qmo afimta m AMsni-
eia eon él toMmomio dt Dím contra la»
eal«mnia» da mm ptrtegnidor»», ^gtUtfa-
vor contra la victínela d» tOo».
Oración de DaTld.
YE, oh JehovA, Justida mis, ertá
atento A mi clamor; esondia mi
oración hoeka sin labios de engaAo.
9 De delante de tu rostro salga mi jál-
elo; vean tus ojos la rcotltud.
8 Td has probado mi oorason*, hasit
visitado de noche, me has aparado, y
nada inicuo hallaste: heme propuesto
qm mi boca no ha de propasane.
4 Para Us obras humanas, por la pala-
bn de tus labios yo me he guaidaao de
las vías dri destructor.
5 Sostente mis paaoe en tus eaminos,
pergoe mis pies no resbalen.
8 Yo te he invocado, por coanto td me
obras, oh Dios: inclín» A mí ta eido,
escucha mi palabra.
7 Muestra tus estunendu misetleor-
días h, td que salvas A los que en tí eon«
fian de los que se levantan contra ta
diestra.
8 OuArdame como lo negro de la nl-
fieta del ojo, escóndeme* oon la seadoa
dótaselas
9 De delante de los malos qoe me opri-
men; d» mis enemigos fw me eerean
porlaTlda.
10 Cerrados oon su groeuxad, oon «a
boca hablan sobertilamente»
O^
lAIiBfOa
ICll'
tf8aLM.S0L
«2Cr.ao.a7.
/8U,14^^
»au.ioft.
AMLtr.a;
eal.S.1. »-
«fláLllS.**
ri8A.9S.:
11 KvMliM p«4M DM haa OOMdo
ahon: pnertM tícacn fiu ^|os pum
eebaraw por ti«rra>
U Pareean al león que datM haov
pccaa, j al IsonciUo míe está etcoikUdo.
13 Levántate» oh Jehová» preran ni
encucntio ; pMtrale : libra mí alma dd
mnlo emt ta capada:
14 litrúta de loa hombraa em ta mano,
oh Jdiotá : de loa hombrea de mundo,
caja parte m en uta vida, y onyo vientre
hinotim de tu teMaro : haitan aut h^oa,
7 dejan el retto á roa chiquitea.
15 Yo en juidcia vcr¿ tu nMlm t wré
anclado cuúdo dcapeitaré 4 tu a«ma>
Jansa*.
8ALM0 XVIII.
DmHdiammMm» é IHot forUénU Vhrméo
d0 ftamk$ peUfna, f iwntfltMifc ny é H
jf éí mt dt$t$maUnlm.
Al Bfíiileo principal: Almo de David,
•lervo de Jébork, d cual profirió á
Jehovft laa palabras de ette cántico el
dia que la libró JAová de mano de
todoc ras cneminM, j de mano de
SanU Entónceadljo*:
AMARTE ha, oh Jdu»v*, ibrtaleaa
mía.
a JehovA, rooa mia, 7 eaatillo mto, 7
mi Illiertador : Dioa mió, ftierte mío ;
en éi confiaré : escodo mió, 7 el ouemo
de mi talud. « mi reftigio.
8 Invocara a Jéhová, digno de ter ala<
hado, 7 wré salvo de mis enemigos k.
4 Cercáronme dolores de muerte», 7
torrentea de perversidad me atemori-
I
5 Dolores del sepnlem<( me rodearan;
piVTinMronme laaoa de muerte.
6 £n mi angustia invoqué á Jehová, 7
clanné á mi Dioa : él <qró mi vos desde
su templo, y mi damw llagó delante de
él, ásusoidoa*.
7 T la tierra ftié conmovida 7 tembló ;
7 moviérooM los fundamentos de los
montes, v se estxeroeoien», porque se
indifnóéL
8 Aumo subió de su naris, 7 de su
boca consumidor flicgoi cariwnes ftie-
ron por él encendidos.
9 X hai6 los cielos/, j descendió; 7
obacuridad debiO<> ^ **>* P'éa.
10 Y cabalgó sobra un querubín, 7 vo-
ló : voló sobre las alas del viento'.
11 Poso tinicblaa por escondedero suyo :
tra an pabellón en dcnrador de sí obaeu>
yjdad M aguas, nubes de los cielos A.
18 Per «resplandor 9M AoMa delante
de 41, sus nubes pasaron nkanJo graniso
7 oarhones ardlcñtca.
18 T tronó en los cielos JehovA, 7 él
Altialmo dio su vos ; graniso 7 carbonat
deAiego.
14 Y enrió sos saetas, 7 desbaratóloa ; 7
echó relámpagos, 3 loa destruyó.
18 Y aperediaRm las honduras de las
agua»» 7 descubriéronse loa cimientos
del mundo á tu reprensión, oh Jehová,
por el soplo del viento de tu naris.
18 Envió desde lo alto, tomóoM, la-
c<hne de las muchas aguas.
17 UlMróme de mi poderoso enemigo, y
de loa que me aborregan, aunque eran
elloa mas fucrtaa que 70.
18 Asaltáronme en el dia de mi que»
bianto : mas Jehová ftié mi apoTo •'.
19 Y sacóme á anchura*: libróme,
poiqiie se agradó de mi.
80 Hanae pagado Jdwvá conforme á
mi justicia': conforme á la limpiesa de
mis manM me ha vuelto.
SI Porque 70 he guardado los caminos
de Jehová, 7 no me aparté impíamente
de mi Dios,
SS Púas todoa ana Juicios tatuvUnm
delante de mí, 7 no eché de mí sus es>
tatntos.
fl8 Y flií Integro para con él, 7 cauto-
lame de mi maldad.
94 Pagóme pues Jthoik couíbrme A
mi Justtda ¡ conforme á la limpieía de
mis manos delante de sus ojoa.
85 Oon el misericordioso te mostrarla
misericordioso, 7 recto para oon d hom-
bre íntegro.
86 Limpio te mostraráa para oon el
limpio, 7 severo» serás para oon el per-
veno.
87 Y ttf salvarás al pueblo humilde, 7
humiUaráa ■ k» «t^oa altivos.
S8 Tü pues alumbrarás mi lámpara* :
Jéhová mi Dioa alumbrará mis tinieblas.
98 Porque contigo desharé ejércitos; 7
oon mi iHos asaltaré muros.
80 Dios, periécto su camino^ : «t acen-
drada < la palabra de Jehová: escudo
esr á todos los que en él esperan.
81 Porque ¿ qué Dios Ao:y fuera de Je-
hovA* ? ¿ 7 qué fuerte ftaera de nuestro
Dios?
89 Dios es d que me oiika de fbersa, é
hiso perfocto mi camino :
83 Quien pone mis pies como fUt de
ciervas, é níaome estar sobre mis al-
turas<:
84 Quien ensefla mis manos para la
batalla*, 7 será quebrado oon mis bra-
sos el aroo de acero.
85 Dísteme asimismo el escudo de tu
salud; 7 'tu diestra me sustentó, 7 tu
benignidad me ha acrecentado.
88 Ensanchaste mis pasos debiOo de
mí, V no titubearon mis rodillas'.
87 Peneguido he mis enemigos, 7 al-
cáncelos, 7 no volví hasta acabarlos.
88 Helos herido, j no podrán levan-
tarse : cayeron debijo de mii jAét ;
88 Pues me cefiiste de fortalesa para
la pelea: has agobiado mis enemigos
dcMio de mí.
40 Y dísteme la cervis de mía enemigoa,
7 destruí á los que me aborrecían.
41 Clamaron, y no Auto quien salvase :
daHunvn á Jehová, mas no los oyó*.
49 Y molílos como polvo delante del
riento; esparcílos* como lodo de iaa
calles.
43 Librásteme de contiendas de pue-
blo : pusístcme por cabecera de gcntea :
puebb que 70 no conocía me sirvió •.
44 Así que hubo oido, me obedeció :
los hyos de estralkM me mintieron ;
45 Los cstralkM flaquearon, 7 tuvieron
miedo desde sus enoemunientos.
46 Viva Jehová, y «ra bendita mi roca ¡
y ensalsado sea el Dios de mi salud :
47 El Dios que me da las vengansas, 7
tigetó pueblos á mí :
48 Mi libertador de mis enemigoa : hl-
císteme también superior de mis adver-
sarios ; librásteme de varen riolento.
48 Por tanto 70 te confesaré entre las
Ktes, oh Jehová, 7 cantaré á tu nom-
*:
80 El cual eqgrandece las saludes de
su re7, 7 hace misericordia á su ungido
David, 7 á su simiente para siempre.
SALMO XIX.
¿ot ébr»t d» la enaetom doa toMaiaRis d$ la
gloria th Dio» t W'» mAada aolaAra üm-
mfma 4 olma, g Uámata i» fiaao$o n§oeff».
AI Mdsioo principal: Salmo de David.
LOS Cielos cuentan U gloria de Dios,
7 la expansión denuncta la obra de
sus manos •.
8 El un dia emite palabra al oire dia,
y la «iM noche A la otra noche declara
safaiduria.
•Lev.M^M.
Pnk8.89,
84.
•Pfeo^ClC.
17.
•Job 98^8.
rDecS9.4.
fBal.lS.6.
y 119. 140.
no. 80. ib
•^ 8aL 84. U.
7IU.9.IL
'Dea.818L
18a.XX
8aL88.8.
( Hab. 8. 1».
•SaL 141.1.
*Pra.4.U.
r Job 97.8.
78». 19.
Jar. U. U.
Ss.8.18.
•Sacias.
•IS.SB.A.
IBb.U.8.
•Be. 119.
90.
L> IH llv Mu<* 4 THftoHu n*
Dli Jtínrwiy moa mU, 7 Bcdnlor
!U^
Ido ^ <MlD dadi In ol£>
n, JeboTt! f.^ M lUj ■« Dlfi
de rol idHd. y da lu paUlHM da mi
tai aodiB Hn^HbiT^w «i
BAUCOa
IBékllL
I1.U
•BAi7.
Í&IL
ra».
M.M.1L
|L]«.lft.
Íto.UL
IXV.
19 Mu tú, Jétuirk, no te al^: ftr-
tBl«n mia, apmstfiate pan mi «pid*.
. flO Cnm de la apada mi alma ¡ de po-
dar dri peno ni <bilca.
SI 8álTam« d» la boca del laon, j
óyeme Hbrunámuá de loe cvatnoe de loe
nniooniioe»
sr Ammdaré ta nombra á mié htr-
manoe: en medio déla oengregacton te
0 Loe que temeii & JAová, alabad*
lo»; glonficadle, dmlente toda de Ja-
eob; j temed de él, ooeotfnM limiente
toda de Inad.
M Porque no meooepseeió ni abomind
la af&ceion del pobve, ni de él cecondió
•n roetro ; tino que cuando olamó á éi,
ojrdle".
S5 De ti ttrá mi alábanla en la crande
congregación : mi« Totoi pafué ociante
de loe qne le temen.
80 CouMián loe pobree, y aeián ea*
eiadoe: alabaiáo á Jehová loe qoe le
bnecan : viviiá Tueitro oorann para §!•
empve.
87 Aeoidane han, y -nArména» á Je-
hofá todoe loe tcnninoa de la tlem • {
T ee hnmillarAa delante de ti todaa lee
naolliae de lae gentee»
58 Porque de JdtoTi «t el reino ; j H
ee cneciknreaxA de lae gente».
59 Comieron j adoraron todoe lot po-
deroeoe de la tierra : poetraiánee ddnite
de éi todoe loe que deecienden al polvo,
li Uen "»wgn«« puede oonaerrar la vida
i eu propia alma.
ao la pofltevidad ntla le eerriri; iefA
ella oonteda por una genetMdoa de Je-
hoTft.
81 Vendrfai, j anundazia al pueblo
que naciere en Justicia que él hiio.
SALMO XXII L
Ifavidt tomo etftrimnítmA», for !• wenfaaia
dal qfUio M vuáor pan «on mu otf^/ú»,
finta aut laalm frooUameta do Dioo fota
otmíoo oo/foo.
Salmo de David.
JEHOVA •• mi paetor; nada me tal-
taiá*.
5 En Ingatce de delieadoe paetoa me
hai4 yaeer : Junto á aguas de reposo me
partovcarfL
8 Confbrtar& mi alma; gulaiáme por
senda» de juetieia por amor de su nom.
bre.
4 Aunque ande en valle de sombra de
muerte, no temeré mal aJIguno, porque
td Mlorde conmi^ : tu vara y tu oleado
me inftmdiíAn aliento.
6 AdcKxaiáe mesa delante de mí en
pieBenda de mis angustiadores : ungiste
mi cabesa ooa aceite; mi copa e«M re-
bosando.
O Ciertamente et bien v la miserloordla
me seguirán todos los dias de mi vida :
y en la casa de Jehevft moraré por lar-
goadiaa.
SALMO XXIV.
SataHb io Dio» m d minmIo; eaiMKcfoa do
Im fmnMrém á ootarom m tmlo momio t
<n tí toiMi^aaio éd lUf do ta
Salmo de David.
DE Jehová es la tianm y in pleni-
tnd; el« mundo, y ke que en éi
< Ptettoe él la fiíndó sobiu loe mares!,
7 afirméla aobre loe rltoe.
3 ¿Quién subirá al mente de Jeho-
'v4«?VT auién eetaii en él lugar de
4 El limpio de maneo, v pno de eora-
wtt^^el qae no ha <rievaao su alma 4 la
\ rAjfondo oon engafto.
8 El reeiUiA bendieioa de Jehová^, y
Justicia dd Dios de su salud.
9 Tal •• la generación de los que le
buscan, de loe míe buscan tu rastro, oh
IMm de Jacob. Selah.
7 Aliad, oh puerta», vueetreí cabecas,
y aliece vosotras, pnótas eternas, y en-
trará el Rey de gloria.
8 j Quién ct eete Bcv de fícela ? Je-
hov* el ftierte y valiente, Jehovi el
poderoso en bataus.
8 Alead, oh poetta», vuestras eabens,
y alzaos vosotras, puertas eternas, y en-
trará el Rey de ^orla.
10 ¿ Quién «o eete Rev de gloria ? Je-
hová de los ejército», él oo A Rey de la
gloria. Selah.
SALMO XXV.
Dofoid, ooitfado do la boMlod do JHoo, do ta
«Mol Mnw latfa omporiomeiOt pido ter por-
doaado d» mm poeadoo, » «• " •
ky.
" de David.
ATI, oh Jehová, levantaré mi alma.
9 Dice mió, en tí confio ; no sea
yo aveigimaadoa, no se alegran de mi
miaenmigos.
8 Giortamente ninguno de cuantos en
tí esperan será oonfnndlde : serán avar-
gonadoe lo» que se rebelan sfai canea.
4 Muéstrame, oh Jehovi, tus eami-
ttos; ensénamela tus sendas.
6 Encamíname en tu verdad, v en-
séAame: poique ttf crs* el Dios oe nd
salud ; en tí he espendo todo el dia.
6 Acuérdate, oh Jehová, de tus een-
miseracioncs, y de tus misericordias,
que «M perpetuas.
7 De los peoadoe de mí mocedad •• y de
mis rebeliones no te acuerdes : conforme
á tu misericordia acuérdate de mí ; por
tu bondad, oh Jehová.
8 Bueno y recto e« Jdtová: por tanto
él enseBará á loe pecadores el camino.
8 Encamínala á los humildes por el
Juieio, y cuefiará á loe manioe su car-
io Todas las sendas de Jehová «w mi-
sericoidia, y verdad, para loe que guar-
dan su paóto y sus testimonios.
11 Por amor de tu nombre, oh Je-
hová, perdonarás también mi pecado ;
porque es grande.
19 ¿ Quién ot el hombre que teme á
Jehová ? El le enseñará d camino que
hadeceeoger*'. ,
18 Su alma reposará en el bien, y su
simiente heredará la tierra «.
14 El secreto de Jehová ce para los
que le temen ; y á eUoa hará conocer su
aUania.
16 Mis cgos etlon siempre hada Je-
hová; porque d sacará mis piée de la
red/.
16 Mírame, y ten misericordia de mí ;
porque ooiog solo j afligido.
17 Las angustias de mi cozaxon se han
aumentado : sácame de mis congojas.
18 Mira mi aflicdon v mi tiabí^ ¡ y
perdona todos mis pecadoe.
19 Mira mia enemifoe, que se han
multiplicado, y con odio violento me
aborrecen.
90 Guarda mi alma, y líbrame : no sea
yo aveigaoiado, porque en tí confié.
91 Integridad y rectitud me guarden ;
porque en tí he enerado.
99 Redima, oh Dioa,á Inad de todas
su» angustias^.
SALMO XXVL
X$ ta mioma matorta dd MSw otpHmot f
jSUmm) de David.
4IS.88.U.
17.
•BSLS14A.
y 11.1.
ifleLr.U.
yS&ll.
<JobU.9l.
rf Bal. ata
ysr.si.
• Bd. 87. U.
31
/Bd.l9i.7,
8.
SALHO&
7 17. a.
h Job», Vi.
vl».tS.
aui.a.a,&
•ImU.9.
4 8id.l.l.
Jer. U. 17.
«■I.90L1».
W.7>.U.
/M.S7.4.
7S4.1.a.
V8IJ.40.S.
•Ilk.7.7.8.
»8ia.X18.C
•M.9S.8.
rw.4.
4M.«L90.
jSLl.
•Ik.9B.9L
/b.l».l«.
'U.fi.8.
tSS.4.
7M.II.
71». 94.
J14B.9.
•m/Km
todelMriaeiM.
JÚZGAME, oh JchovA' ; nomine 70
en mi integridad he andado : confi-
ado he arimitmo cd Idiová; no va-
cilaré.
9 Prnébamek, ch Jchová, 7 Modeame:
examina e mis rlfkmea 7 mi corazón.
8 Porque tu mlMricordia ettá delante
de mis oy», 7 en tu verdad ando.
4 No me he sentado con hombres de
felsedad', ni entré con los ^iie andan
encubiertamente.
6 Aboned la reunión de los maglinos,
7 con los impfoB nunca me senté.
6 Lavaré en inocencia* mis manos.
Laudaré al rededor de tu altar» oh Je-
>vá,
7 Pan esclamar con vox de acción
de irracias, 7 para contar todas tus ma-
ravillas.
8 Jehová, la habitación de tu casa he
amado/, 7 el lugar del tabem&culo de
tu gloria.
9 No Juntes con los pecadores mi al-
ma» ni con los hombc]^ de sangres mi
vida:
10 En en7as manos etlá el mal» 7 su
diestra cjM llena de sobornos.
11 Yo empero andaré en mi integri-
dad : redímeme, 7 ten misericordia de
mí.
19 Hi pié ha estado en rectitud» : en
las congregaciones bendeciré á Jdiová.
SALMO XXVII.
JMetara Davidlaltrmé tonfiamt» qtt»
Imm« para toponar Coda m ' ' '
Balm» de David.
JEHOVA M mi luz 7 mi salvación*:
¿de quién temeré? Jdiová tt la
(brtaleza de mi vida : ¿ de quien he de
atemorizanne i ?
9 Cuando se aligaron contra mí los
malignos, mis angustiadores 7 mis ene»
migos, para comer mis carnes, ellos tro-
pezaron 7 ca7erDn.
8 Aunque se asiente campo contra mí,
no temerá mi corazón: aunque contra
mí M levante guerra, 70 en esto confío.
4 Una cosa ne demandado á Jehová;
esta buscué : Que esté 70 en la casa de
Jehovi todos los dias de mi vida e, para
eontemplu la hermosura de Jehova, 7
para inquirir en su templo.
5 Porque él me esconderá en su taber-
náculo en d dia del mal ; ocultaráme en
lo reservado de su pabeHon d ; pondráme
en alto sobre una roca.
0 Y luego ensalzará mi cabeza sobre
mis enemigos en derredor de mí: 7 70
sacrificaré en su tabernáculo sacrificios
de Jilbilo; cantaré 7 salmearé á Je
hová.
7 07e, oh Jehová, mi voz con que á
H clamo: 7 ten misericordia de mí, 7
respdndeme.
8 Mi corazón m* ha dicho de tí : Bas-
cad mi rostro*. Tu rostro bascaré, oh
Jehová.
9 No escondas tu rostro de mí, no
apartes con ira á tu siervo: mi a7uda
iñs sido ; no me dejes, 7 no me desam-
pares. Dios de mi salud.
10 Aunque mi padre 7 mi madre me
dettran, Jehová con todo me recogerá/.
n Ensé&ame, oh Jehová, tu camino ff,
7 guíame por senda de rectitud á causa
de mis enemigos.
19 No me entregues á la voluntad de
mis enemigos ; poique se han levantado
contra mí testigos alaos, 7 los que res-
piran crueldad.
18 Hubiera yo duauModo, si no creTese
que tengo de ver la bondad de Jehová
en la tiara de los vivientes.
I 14 Aguarda á Jdiová> ; csfttétnte, y
aliéntese tu eoraaon : sí, espera á Je-
hová.
SALMO XXVIII.
PUt David á Dio» qtu h fm«a di w mam,
para qa» «o eaoUtu toa lo* imipíM Uptai-
?a«, Rt Mtt «oatf fodo toa «Bm. Rv^ fa
dfmtlo.
Salmo de David.
ATI clamaré, oh Jehová, fbrtaleis
mia: no te desentiendas de ni;
porque no sea 70, dándome té, te-
míante á los que descienden al s^-
cro«.
9 07e la voz de mis megos cuando
clamo á tí, cuando alzo mis manos ha-
cia el templo de tu santidad K
8 No me arrebates á una con los nu-
los*, 7 con los que hacen iniouidad; lot
cuales hablan paz con sus prqjlmos, 7 la
maldad uta en su corazón d.
4 Dales conforme á su obra, 7 coa-
forme á la malicia de sus hechos ; dales
conforme á la obra de sus manos, dale*
su paga.
5 Porque no atendieron las obns de
Jehová, ni d hecho de sus manos*,
derribwálos, 7 no los edificará.
6 Bendito Jehová, que 076 la vos de
misruqtos.
7 Jdwvá ta mi fbrtaleca v mi escudo :
en él espesé mi corazón, 7 fui aTOdado ;
por lo que se gozó mi corazón, 7 coa mi
canción le alabaré.
8 Jdiová M su fuerza, 7 la fbrtaleza de
las saludes de su ungido.
9 Salva á tu pueblo, 7 bendice á ta
heredad/: 7 pastoréalosf, 7 ensálzalos
para siempre.
SALMO XXIX.
EsÁorta David é todo$ lo» príaeipu átlaH-
erra é dar la gloria á Dwi, «w por medio
do tonta* vuaraoiBa» (ímw doOaradú mpo-
dort p^me aekad» mmMoo'mr Udavta m
•I eoaújUlo triarlo do m Ditiaa paldhra, y
«n boiuUeianu do/arUdeaa y dofoi para m
paMo.
Salmo de David.
DAD á Jdiová*, oh h^os de fber-
tes|, dad á Jehová U giorla» 7 U
fbrtaleza.
9 Dad á Jehová la gloria dMda á cu
nombre : humillaos á Jdiová en el glo-
rioso santuario.
8 Voz de Jehová sobre las aguas : hizo
tronar* el Dios de gloria : Jehová sobre
las muchas aguas d.
4 Vox de Joiová oon potenda ; voz de
Jehová oon gloria.
8 Voz de Jehová qtie quebranta los
cedros ; 7 quebrantó Jt^vá los cedros
del Líbano.
6 E hízolos saltar como becerros ; al
Líbano 7 al Sillón* como hijos de uni-
cornios.
7 Voz de Jdu>vá que dccrama Bamsi
defií^go.
8 Voz de Jehová qae hará temblar al
desierto; hará temblar Jdwyvá d des-
ierto de Cades:
8 Voz de Jdiová me hará estar de
parto á las ciervas, 7 desnudará las bie-
llas ! 7 en su templo todos los sayos fe
dic^ gloria.
iO Jnová preside en d diluvio, 7 asv-
tdse Jehová por re7 para siempre.
11 Jehová dará fbrtaleza á su pae-
blo/¡ Jehová bendecirá á la poaUo en
pax#.
SALMO XXX.
Datid da á Diot graelao por hobmUtOfti»
Salmo cantado m la dedieadon* de
la casa de David*.
thLlliL
•B1LIB.I
SALMOa
GLORIFICARTE he, oh Jahová;
ponnie me hu eualsado, j no hl-
d4e* nm enemigas alcgnne de mf.
S JdioTá Dioe mSoj 4 ti elamé, j me
8 Oh Jdiová» hieiaM nibir mi wStam
áá Kpnlero*; disteme vida, pan qne
nodeioendlen i la Mfoltar*.
4 Cantad á Jébowk, voeotn» »as na-
tM, j edebnd la memoria de ni san-
tidad.
A Porque nn momento etktrá en en fti>
tac; ma$ en ta voluntad ettá la Tida :
por la tarde durará el lloro, y A la ma>
nana vendrá la alegría.
9 Y di|je JO en mi proepcaridad : No
Mféjanias conmovido' ;
7 Parque t&, Jdiová, por tu benevo-
lencia has asentado mi monte con for-
talesa. Bwtfero eacondiale tu rostro, y
fhí conturbado •.
8 A tí, (di Jdiovi/, olamaré ; j al Se-
fior suplicaré.
9 ¿ Qoé provecho hag en mi muerte,
casado ;o deseendiere al luno ? ¿ Te
alabará d polvo ? anunclaxn tu ver-
dad/?
10 Oye, eh Jehovi, y ten miseiicocdla
de mi: Jefaová, sé tu mi ayudador.
11 Has tomado mi endecha en baile :
desataste mi saco, y oeUsterae de ale-
gría*.
IS Por tanto A tí cantaré, gloria «na, y
no estaré callado. Jehorá Dios mío, te
alabaré para siempre.
AIm
SALMO XXXI.
péUgna Muta
rictríSUidaDiot.
E
¡IM.8.
Al Mdsioo principal : Salmo de David.
N ti, oh Jéhová, he esperado; no
sea yo confiuidido para siempre*:
Ubrame en tu justicia h,
9 IncHna & mí tu oido, Ubrame presto,
léme por roca de fortaleía, por casa fíi-
eite para salvarme.
8 Porque tii eres mi roca, y mi ces-
tillo; ; por tu Nombre« me guiarás, y
pie encaminarás.
4 Me sacarás de la red que han es-
condido para mí; porque td eres mi
fintalen.
6 En tu mano encomiendo mi espi-
rita <<: td me has redimido, di Jdiová
Dios de verdad.
6 Aborrecí los que esperan en vani-
dsdes ilusorias*: mas yo en Jehová he
eipendo.
7 Me gozaré y alegraré en tu miseri-
cordia ; porque has visto mi aflicción ;
bas coooeido mi alma en las angus-
tia^
8 Y no me encerraste en mano áA
enemigo : (Mu hiciste estar mis plés en
sndmray.
9 Ten misericordia de mí, cA Jehová,
r estoy en angustia : hanse oonsumido
pesar mis ^os, mi alma, y mis en<
10 Porque mi vida se va gastando de
dolor, j mis afios de suspnar*: hase
«aflaqnecido mi ñierza á causa de mi
raQuUad, j mis huesos se han oonsu-
U De todos mis enemigos he sido opro-
bio, y de nds vecinos en gran manera i,
J hñnr á mis conocidos t los que me
Hisn ftacra, huian de mí.
U He sido olvidado de tu corazón co-
no un muerto : he venido á ser como
tu^asopenUdo.
i8 Poiqne he oido aftenta de muchos :
''"Mtome miedo por todas partes, cu-
pido consultaban Juntos contra mí, é
Ueabsn qoitarme la vida.
14 Mas yo en tí eonílé, oh Jdiová: yo
dije: Dios mío erss td.
15 En tu mano e«isit mis tiempos: lí-
brame de la mano de mis enemigos, y
de mis perseguidores.
16 Has resj^andeccr tu rostro sobre tn
siervo* : sálvame por tu miaerioordia.
17 No sea yo conftindido, oh Jehová,
ya que te he invocado : sean corridos los
Imtnos, .y estén mudos en el proAuído K
18 Enmudesean los Ütlos mentirosos»,
que hablan contra tí. Justo oosas duras
con sirtierfala y menospreoio.
19 ¡Cuan grande es tu bien, que has
guardado pan los que te temen; que
has obrado para los que esperan en tí
delante de los hijos de loa hombres !
90 Los esconderás en el secreto de tu
rostro de las arrogancias átí hombre ■ :
los pondrás en un tabernáculo á cubierto
de contención de lenguas*.
91 Bendito Jehová, porque ha hecho
maravillosa su miserleoiala para con-
migo en ciudad ftierte.
98 Y deeia yo en mi premura: Cor-
tado soy de ddante de tus o(]os^: td
empero oiste la voa de mis ruegos cu-
ando á tí olanudMU
98 Amad á Jehová todos vosotros sus
santos: á loa fieles guarda Jehová, y
paga abundantemente al que obra con
soberbia.
94 Esfbrzaos todos vosotros los que es-
penda en Jehová, y tome vuestro cora-
zón aliento.
SALMO XXXII.
Aclara Jkuti eonto Htma9tmíurado$ é lo»
fiM por la miterieerMa tU Dio» aietmtam
ferdon d» mh oModo», y »»ptírita d» ra^M^
raeian para Mea oiror.
Salmo de Davi^, Masquil.
BIENAVENTURADO aouel cuyu
iniquidades son perdonadas, y bor-
rados sus pecados •.
9 Bienaventurado el hombre á quien
no Imputará Jehová la iniquidad *, y en
ouyo espíritu no hMert superchería*.
8 Mientras callé, envejeciávnse mis
huesos en mi gemir todo el dia.
4 Porque de día y de noche se agravé
sobre mi tu mano, volviese mi verdor
en sequedades de estío. Selah.
5 Mi pecado te «kclaré, y no encubrí
mi iniquidad. Confesaré rf, dije, contra
raí mis rebeliones á Jehová; y td per-
donaste la maldad de mi pecado. Selah.
6 Por esto « orará á tí todo santo en el
tiempo de poder hallarte/: ciertamente
en la inundación de muchas aguas no
llegarán éstas á él.
7 Td ere» mi refugio; me guardarás
de angustia^ ; con cánticos ae libera-
ción me rodeúás. Selah.
8 Te haré entender, y te enaefiaré el
camino en que debes andar: sobre tí
^arémisqjos.
9 Ño seáis como el caballo, 6 como el
mulo, sin entendimiento : con cabestro
y con freno* su boca ha de ser repri-
mida, para que no lleguen á tí.
10 Muchos dolores para el impío';
mas el que espera en Jdiová, lo cer-
cará* misexicordia.
11 Alegraos en Jehová, y gózaos, Jus-
tos : y cantad todos vototrv» los rectos de
coraaon.
SALMO XXXIIL
£atftorf a 4 Im /itftos <r olaftar á Dia» var la
grandeía d» *« poder, por su tonoad, w
«psdal jroefiliaeia para coa Im qm w
InMii, y etperaa oa *■ misifioardfa.
ALEGRAOS, Justos, en Jehová*:
á loa rectos es hermosa la ala-
banza.
«Nu.8.».
91b
Bal. 4.8.
M8a.X«.
»8al.U.&
•BsLar.á.
•J«ib5.S.
i»is.n.u,
La.S.M.
•Bo.4.6,8.
ISOor.&l».
• J«aaLi7.
'Pm.»L18.
lJaaal.8.
/ISLM.&
f8aL9.9.
y 148. 9.
* Pro. 91 8.
•'SaLie.^
«Jsr.17.7i8.
•Sd. 97.19.
1U4.4.
SÉIMOñ,
»Bd.lW.
S.4.
•M.1M.8.
Ap.ft.9L
•H«1>.11.S.
fG«a.L9.
Job as. 10.
kam.1.9,
Ha.
Ajobas. 18.
II.4BL10.
l8áLl«lU.
"•P».15.S.
•»Pm.S9.3.
•8d.M.8>7.
'Pn.SL8L
01.14.8.
«Job8&7.
8id.84.lS.
lBBd.S.12.
•-jobs-ao.
8ftLS7.19L
•8ia.llft.9.
11.
liauSLU.
■lOv.La.
»B»L 119.74.
•X«e.lL«.
•BBb.ÍI4.
S Odébná A JdMvrá o«n b viNt : e>n-
tadlck con sattexio j dceaconllo.
B Ontadle ctatñou naeta'; haewdlo
Uen UlVtndo oon JitMlo.
4 Porque recta m U palabn d« Je*
hofj^ y toda •■ otara con vendad Aeelka.
5 m ama Jvatieia j Juicio : de la miae-
riooidia de JdiovA ana liena la tiena '.
0 Por la pdabn de Jébmk* taaou
hecbot loe cleloe, j todo el cjéndto/ de
cllof por el espíritu de su boca.
7 ÉA junta como en un monto» las
aguas de la mar' : ál pone oomw en de-
piíaitoa loa abismes.
8 Temaá JdMívá toda la ttem ; teman
de él todos loa habitadores del mundo.
9 Porque <1 dito, 7 fn«A tab keeko; él
mandó . y existid toék.
10 JehorA hace nulo el consto de laa
santea, y frustra las maquinaciones de
los puebloi '.
11 El oons^ de JahovA pcrmaneeeiA
pava BlempreA, loa penaandentoa de au
corazón por todas laa generaeionea.
19 Btettarentaiada la gente de que Je»
hoTA ca au Moa/; el pueblo A quien
eaeo^ por hetcdad paca sí.
18 Desde los cielos miró JebovA; tIÓ
todos los hijos de los bombees «*.
14 Desde U morada de su asiento miró^
sobre todos los mondaras de la tierra.
16 El formó el corazón de todos ellos ;
él « considera todas sus obras.
16 El rey no es salTo oon la multitud
del ejército*; no escapa tí. valiente por
la mucha fuerza.
17 Vanidad es el caballo pan salvar-
ae'; por la grandexa fie so íbena no
libnrA.
18 Hé aquí, e) ojo de JehovA sobre los
que le temen 9, sobre los que esperan en
su misericordia ;
19 Para librar sus almas de la muerte,
j pan darles vida en el bambrer.
90 Nuestn alma esperó A Jdu>vA : nn>
estn ajTvda y nuestro escudo eg él».
81 Por tanto en él se nlrgriirA nncstio
corazón <, porque en su santo Nombre
hemos confiado.
S8 Sea tu misericordia, oh JehovA, so-
bre nosotros, como esperamos en ti.
SALMO XXXIV.
David da graeUu A Dto», am defiende á ftw
npM dt todo mal, y caiUga mtnmemt» 4
ló$imp(o$.
Salmo de David, cuando mudó su sem-
blante delante de AUmelceh, 7 <l le
echó, 7fViése|.
"DENDECIRé A JchovA en todo ti-
■M-f empo ; su alabanza atrA siempre en
mi boca.
9 En JdiovA se gloriarA mi alma«i
otaAnlo los mansos, 7 se alegrarAnk.
8 Engrandeced A JdiovA comiaigD, 7
ensalcemos su Nombre A una.
4 Busqué A JehovA, 7 él me ctó», 7>
libróme de todos mis tamaña.
5 A él miraron, y ftierm alambrados t
7 ana rostros no se avergonzaran.
6 Este pobn damó, 7 070/e JehovA, y
librólo' de todaa sus ««git^f^i
7 El Ángel de JehovA aoampa en der*
redor de los que le temen, 7 loa deft-
cnde«.
a Ouatad, 7 ^red que es bneno JehovAt
dichoso el hombre que condaiA en A.
9 Temed A JdiovA, voaotitia sus san-
toa; porque no Aay fidta pan loa QM le
temen/.
10 Loa leoseillea neeasitaran, 7 tuvl.
cron hambre; pan» loa que bascan A Je-
hovA, no tendrán falta de ningún bien.
11 Venid, hUos, oidme; «Tta
JehovA os cnacAaré.
18 ¿ Quién ct él hombre qna desea vida,
que codicia diaa pan ver bien ?
18 Guarda tu lengua de mal, 7 tna la-
bloa de hablar engafio ;
14 ApArtate dd mal, y has d Uen#,
basen la pas, 7 s%nda.
15 Los q}oa de JehovA edáa aébre loe
Justos, 7 «tattes sos oidoa al elamer de
ellos A.
16 La ira de JdiovA contn loa <me mal
hacen i. para cortar de la tiem la me-
moria de elloa.
17 Olamaron Im judott y JehovA isa
07Ó, y* libróloa de todas sus angustias.
18 Cercano eHá JdwvA A loa quebmn-
tados de corazón ¡ 7 aalvaiA' A loa oon-
tritos de espíritu.
18 Muchos mm loa males ótA justo:
mas de todos ellos lo libraiA JehorA.
90 II guarda todos sus huesos ; ni uno
de ellos serA quebrantado.
SI MatarA al malo la maldad; 7 loa
que aborrecen al justo serAn asolado*.
U JdiovA redime el alma de sus si-
ervos; 7 no seíAn aaoladoa eaantoa en
él oonlian.
SALMO XXXV.
levfara ItevM m mugtntmtimm d ao-
aurrcdalM»».
Salmo áB David.
DISPUTA á favor mió, oh Jéhová,
con loa que contra mí contienden*;
pdea oon los que me combatan.
5 Echa mano al escudo 7 al pavés, 3
levAntate en mi a7uda.
8 T saca la lanza, 7 dem oontn mis
peneguidaNa: di A mi ataña: To tdg ta
salud.
4 AvurgttcDeeaae 7 ooolMbdasia» loa
que buscan mi alma A : vuelvan atrae,
7 sean aveignozadoa loa que mi mal in-
tentan.
8 Sean eomo el tamo delante dd tí-
ento« ; 7 d Angd de JehovA h» acose.
6 Sea su camino obscuridad 7 resba-
laderos'; 7 d ángd de JdwvA ks per»
«8BLtr.S.
i8aLSS.U.
<lB. 14.7.8.
*is.«6.at
HaiSr.U.
70.L I
r.
Porque sin causa eseondieron pasa
mi su red e» un ho70{ dn eausa hici-
eron ho70 pan mi alñoa.
8 Véngale el quebrantamiento qine no
sepa, 7 su red que escondió lo prandn;
con quebrantamiento en ella caiga •.
9 Y gócese mi alma en JehovA; 7 alé«
gicie en su salud.
10 Todos mil huesos dlrAa : JehovA,
¿quien como td, que libras al »<HgViff
dd mas fuerte que él, 7 d pobn 7 m».
nestcroao dd que le deapoja/ ?
11 Levantéionie tasUfos' fUaoa; do-
mandáronme lo que no sabia.
19 Volviéronme md por bicnk, pana
abatir A mi alma.
18 Mas yo, cuando elloa enf^rmaien,
me vestí de saco', afligí oon ajano mi
dma. 7 mi araobm se revdvia en aal
seno*.
14 Gomo por mi compaliero, como par
mi hermano andaba ; como d qne tmn
luto por madi», enlutatado me hanA.
15 Pero elloa se alevrarai en mi ad
versidad, 7 se iuntaron : juntákiñise ooO'
tra mi gentes despieolablea, 7 70 ae la c»
tendia: despedazábanoH, 7 no casaban,
16 Con los lisoQteros cseameoedom
truhanes, orugicndo sobra mi ana di
17 Sefior, ¿hasta onaude verás
Recobn mi alma de sus qoabnatami-
antoa, mi ifaáca« da lea '
18 Te cíonlhaaré (
don»: to- alabaré
eblo.
'BBL48.L
Laa. 8. ai
• BáL40.U.{
y70LX
771.81.
«JebSLU.
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Oay]S.a.
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A8d.38.ia
7b08uS.
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«Job 9a a
AlBay.U.
llAe.lIA
H
•8aLSl«
SALMOa
19 No te ■kgwn de mi mh «MinlgM
liOiMlm ; mi 1m ^[ue me áborreoen iln
cnna hagan áéi «¡o:
to Porane no hablan pax ; j eontn loi
mano* oe U tienta ptonaan palatafas en-
galloMM.
81 Y ensancharon lobre mi in boca, y
d^enm: £a, ea^, nnestrot ojoe b han
8S Til lo ha* Tisto, oh Jehori; no
callet : Befior, de mi no te al^e».
S8 Muévete y despierta pera mi jaldo,
para mi causa. Dios ttilo j Sefior mío.
M Jiizgame eonfonne i mi Jnsdeíart
JehoTá Dios mío, 7 no se alegren de mí.
96 No digan en su corazón : Ba, alma
nuestra : no digan, Hémoslo derorado.
9S ATergtténccnse, j sean confundidos
á vna los que de mi mal le alesran : vís-
tanse de TergUenzái* j de connision los
qne se engrandecen contra mí»
37 Canten, j alégrense los que ertAn á
fisvor de mi Justa causa, 7 digan siem-
Ere; Sea ensalzado Jehová*, que ama
I pac de su siervo.
W Y mi lengua hablará de tu Justicia
jf d» tu loor todo el día.
8ALBI0 XXXVI.
£m $mwM MolíeM <M imfta, y Ja tamtmo
bondad da IHm.
Al MiSaico pitacipal : Salmo de David,
siervo del SeBor.
LA iniquidad del impío me dice al
corazón : No hmff temor de Dios de-
laale d» sos etio**>
9 Llaoi^éase por tanto en sus propios
eijos, hasta que su iniquidad sea nallada
aborrecible.
8 Lea palabras de su boca «m iniqui-
dad j ftaade ; no quiso «ntendiir paca
Ucn hacera
4 Iniquidad piensa sobre su eama«¡
está en camino no bueno, el mal- no
5 Jehová, hasta los cielos m tu mi-
serioordia ; tu verdad hasta las nubes d •
9 Tu Justicia como los montes de Dios ;
tns Jalólos abismo grande : oh Jehová,
al hombre 7 al animal conservas.
7 Cván Ilustre, oh Dios, es tu miseri-
cordia 1 Por eso los hyos de los hom-
bica se amparan b«óo la sombra de tus
8 Embrfanrsehan' de la groeara de tu
casa : 7 tü ios abrevarás del torrente de
toa díelicias.
9 Pevqne contigo titá el manantial de
la vida/ ; en tu luz verfeíios la luz'.
10 Extiende tu misericordia á los que
te conocen ; 7 tu justicia á los reotos de
11 No venga contra mi pié de soberbia;
7 mano de impíos no me mueva.
18 AHÍ cayeron los obradores de ini-
qnidad ; fueron rempujados, 7 no pndi-
enm levantarse.
SALMO XXXVII.
AawHMsfa Davtd á toatutlot qv* no m ofiifa%
mi ueehardm al ver ía/aUddad da loa ma-
lo» f puaa te» hae» var fma aa ofotanta y da
foaai ama, y al aamtrmto lo d« !«• tasa—,
aáUda y pirwaiMato.
Alma de David.
NO te impacientes á causa de los
malignos*, ni tengas envidia de
loa qoe baoím iniquidad.
9 reffqae como 7erba serán presto cor-
, 7 deoaarán como rerdor de ic-
en Jehová, 7 haz Uen : vi-
la tierra, 7 en verdad serás
alimentado.
4 Pon asimismo tn drilds en Jehová;
7 41 te dacá las peUoiones de tu oorason.
8 Eneomienda á Jehová tu eamteo, 7
espera en A ; 7 A hará.
6 Y exhibirá tu Justicia b como la luz,
7 tos derechos como el medio dia.
7 Calla á J^ová, 7 entera en él«: no
te alteres con motivo del que prusiieTa
en su camino, per el hombre que nace
maldades.
8 Déjate de la lim, 7 depon el enoje :
no te excites en manen alguna á hacer
lo malo.
9 Porque los malignos serán talados :
mas los que espetan en Jrtiová, ellos
heredarán la tierra.
10 -Pues de aquí á poco no atrA el
malo; 7 oontempUntás sobre su lugar <<,
7 no parecerá.
11 Pero 1m mansos heredarán la ti-
erra, 7 se recrearán con abundancia de
paz.
19 Maquina el impío eontra el justo, 7
en^ sobre él sus dientes.
18 El Seflor se reirá de él • ; perqoe ve
que viene su dia.
14 Los impíos desenvainaron e^ada, 7
entesaron su arco, para derribar al po-
bre 7 al menestetoso, para malar á les
de recto proceder.
lA La espada de ellos entrará en sn
mismo ooiaton, 7 su acoo será que-
brado.
10 M^or es lo peco del Justo q;ne las
riquezas de muchos pecadores/.
17 Porque los brsxos de los impios se-
rán qnenradosf : mas el que sostiene á
los Justos et Jehová.
18 Oonooe Jehová los días de los per-
íketos : V la heredad de dios scxá para
slemore*.
19 No serán avergonzados en el mal
tiempo ; 7 en los días de hambre anán
hartos».
90 Mas los impíos perecerfai, 7 los ene-
migos de Jehová como la grasa de los
cameros serán consumidos; se disipa-
rán como humo.
91 £1 impío toma prestado, 7 no paga:
mas el Justo tiene miseticorma, 7 da*.
18 Porque los benditos de él heredarán
la tierra ; 7 les malditos de él serán ta-
lados.
88 Por Jehová sen ordenados los pa-
sos del hombre de Mea, 7 aprueba sn
camino.
9i Cuando ca7ere| no quedará postra-
do ' ; porque Jdiova sostiene au mano.
95 Mozo fui, 7 he env^ecldo, 7 no he
visto Justo desamparado, ni su amiente
que mendigue pan "•.
98 En todo tiempo tiene misericordia,
7 presta ; 7 su simiente ea para bendi-
ción.
97 Apártate del md, 7 haz el bien ; 7 «
vivirás para siempre.
88 Porque Jehová ama la rectitud, 7
no desampara sus santos; para siempre
serán guardados*: mas la simiente de
los impios será extirpada^.
89 IxM Justos heredarán la tierra f, 7
vivirán para siempre sobre ella.
80 La boca déf Justo hablará sabidu-
ría r,v su lengua proferirá Juicio.
81 La le7 de su Dios atiA en su° cora-
zón*; por tanto sus pasos no vaellsrán.
88 Acecha el imiiío al Justo, 7 procura
matarlo.
S8 JehoTáne 1» dejará en sus manos',
ni lo condenará coando le juzgaren.
84 Espeta en Jehová», 7 guarda su
caminó, 7 ¿I te- ensalzará para heredar
la tiena: cuando ser&n talados los pe-
cadores, lo verás '.
85 Vi 70 al impío sumamente ensal-
zadoy; 7 qoe se extendía como un laurel
verde.
Z
IHie. 7.8.8.
•Pie. 10.11.
rfJebM.8.
•SfeLll.
/Pro. 18.18.
f 8aL10.18.
Xk.8Q.aL
&lPed.l.
i'8aL8Si]9.
i|sLlI&9.
'Phi.94.18L
Mi& 7. 8.
aGor.4.8.
• Is. 88. 18.
Hshb 18.84.
"Sal. 84.14.
•Is.80.18.
I* li. 14. 98.
<Fn>.S.91.
•'Mál.lSJL
«Dan. 8. 8.
8aL40.8.
Is.81.7.
(8PBd.l9.
•TBr.7.
•8kL91.8L
yjobe.8L
Hi^T,lffrM5L
•8d.70.tlt.
»8d.e.L
•Job&4,
dULSLt.
/Job S. 34.
I«.M.U.
« M. &. 10.
A Job 19. U,
14.
M.n.ll
y 88. 18.
Loe. 28.40.
<3B«.1&10.
ituLtLU.
IULK.VL
7100.0.
as Empero maAm, j bé aaoi no ps-
leee; y DasquOo, v no ftié haludo.
87 Comldcn al ioMbr» fotmo, y mba
•1 Justo; qn* la poftximeiia de oda nao
tffdlMetpas.
38 ]f a» loa transgnKKM loaran <mIm á
ana dcitniidoc: la poftziiBarfa de loa
impioa taé talada.
89 Pero la MlTadon de loe Jostoe *t
JAoY&f y m tetalesa en ti tiempo de
angustia.
40 Y Jeborá loe ayudaiá, y loe Ul»aTA;
y libertaxilee de loe impíos, y los ealva-
ti, por cuanto en él esperan».
SALMO XXXVIII.
David ttfitgido por mu petado», roewrro é la
nUitritordia do Dio».
Salmo de Darid, pera xeoordar«.
JEHOVA, no me reprendas en tu fu-
ror, ni me easrtgnes en tu Isat.
8 Porque tus sectas descendieron á
mic, y sobro mí ba oaido tu mano.
8 No hay sanidad en mi carne á causa
de tu ira ; ni üay pat en mis Iwcioe'l á
causa de mi pecado.
4 Porque mis int^nidedffs han pasado
mi cabóa* : como carga pesada se han
«gravado sobra mL
6 Pudriéronse, eorromiriáronse mis lla-
gas 4 causa de mi locura.
6 Estoy enoorrado, estoy humillado en
gran manen; ando enlutado todo el
día.
7 Porque mis lomos están llenos de ir-
ritación, y no A^ sanidad en mi carne.
8 Estoy debilitado y molido en gran
manen: bramo/ á causa de la conmo-
ción de mi corazón.
9 SeOor, delante de ti ttán todos mis
deseos ; y mi suspiro no te es oculto.
10 Mi corazón ettá acongojado, hame
d^ado mi Tigor ; y aun la misma luz de
mis oVos no uta conmigo'.
U His amigos y xah compafiens se
quitaron de delante de mi plaga, y mis
oetcanos se pusieron l^josi.
18 T los que buscaban mi alma ar-
maron lasos ; T los que procunbaa mi
mal bablaben iniquioadcs, y meditaban
fraudes todo el dia.
13 Mas yo. como ti fiura sordo, no
ola'; y t¿aba como un mudo ftw no
abre su boca.
14 Fui pues como un hombro que no
e, y que en su boca no tune repren-
lones.
15 Parque i tí, oh JdiOTft, esperé yo :
td respondeíAs, Jebov& Dios mió.
16 Porque dUe: Que no se alegren de
mi : cuando mi pié resbalaba, sobro mí
se engrandecían.
17 £mpero yo esftw á pique de claudi-
car*, y mi dolor uiá delante de mí oon-
tjnii «mente.
18 Por tanto denunciaré mi maldad;
oon^aréme por mi pecado.
19 Porque mi* enemigos totáu tívos y
ftiertes; y hanse aiamentado los que me
aborrecen sin causa :
90 T uagancU) mal por bien me son'
contranot, por seguir yo lo bueno.
91 No me desampares, oh JehoY4j
Dio# mió, no te alejes de mi.
89 Apresdnte á ayudarme, oh Scllor,
ftw «rt0 mi salud.
SALMO XXXIX.
AJUgUo David cm wm stom Mbtdaeio»^
' ,fPÍiUéDloofueUií.
i» lo» mttrofoi foe ro-
2,
■f W0V CwSMV
tndotUa. Qiitfam
oiho do too mmi§otp
oitfro toapaiimiia.
/a MtUeo piinoiiMl, á Jedntbnn :
Salmo de SisTid.
YO d^: Atendei«4
pan no pecar oon nal lei^na : gnr-
daré mi boca oon fteno «, en tanto qpw
d iinnio./b«rí oontn mL
8 Enmudecí oon silencio, calMme «m
respecto de lo bueno; y oeités* ni
dtdor.
8 Enaxdeddae mi conson dentro de
mí • encendiese fuego en mi meditsdsB»
If Mi proferí con mi lengua :
4 Hazme saber, Jeho^ ni fin, y cu-
anta sea la medida de mis dias ; sepa yo
cuanto tengo de eer del mundo.
6 Ué aquí diste á mis dias tármino cer-
to, y mi edad ee como nada ddante dt
ti&: ciertamente «* completa Tanidad
todo hombro que Tivec. Selah.
6 Ciertamente en tiniebla anda el hom-
bre ; ciertamente en vano se inquietan:
junta, T no sabe quien lo allegara A
7 Y ahon. Señor, ¿qué espetará? MI
esperanza en tí está.
8 Líbrame de todas mis rebeliones ¡ no
me pongas por escarnio del insensato.
9 Enmudecí, no abrí mi boca : poique
td ta hiciste.
10 Qulu de sobre mí ta plaga ; de la
guerra de ta roano soy consumUo.
11 Oon castigos sobre el pecado ccrI'
ses al bombee, y haces ocnsamirse eono
de polilla su enndeca*: ciertamenle
vanidades todo hombro. Selah.
18 Oye mi oraelon, oh JAoirk, j eS'
endia mi clamor : no calles 4 mis Ü'
grimas ; porque peregrino soy pan oaa-
^^f» y advenedizo, oomo todos
padres.
la D^ame, y tomaré ftierxasf, antes
que vaya y perecea.
Daoid
SALMO XL.
aoid da anota» € JMof por ftotoif o/U».
Pido eomUmm m proloetioa. Prodto» rl «a-
orifiHo doJomt4Jrttto oa Imgardoht aaU-
gaaevOMma».
Al Mdsico principal : Salmo de David.
RESI6NADAMENTE esperé 4 Je-
hov&, é inclinóse 4 mí, y oye mi
clamor.
8 E hilóme sacar de un lago de mi
seria, de un lodo cenagoso*, y poso mis
pies sobre pefia, g enderead mis pasos.
8 Puso luego en mi boca canción nuC'
va, alabanza 4 Dios. Ver4n e«fo mochos,
y temei4n, y esperarán en J^ov4.
4 Bienaventurado el hombre que imio
4 Jehovi por su confianza, y no mba 4
loe soberbloe, ni 4 los que declinan 4 le
mentira.
6 Aumentado has td, oh Jehov4 Dies
mió, tus maravillas b ; y tus_pansami<n-
tos para con nosotros no te Im podtéam
contar: ei yo aaundaro y hablare dt
dloOf no pueden ser enarracíoe.
6 Sacrificio v presente no te agrada*
has abierto mis oldoe. Holocausto y ex
piaclon no has demandado.
7 Entonces dije: Hé aquí vengo: a
el envoltorio del libro eetá escrito de
mld
8 El hacer tu voluntad. Dios mío,
hame agradado, y ta ley oetA ea medio
de mis entrafias'.
9 Anunciado hejusüeia en grande oon-
grogaoion: hé aquí no detuve mis la-
bios; Jdiov4, td lo sabes.
10 No encubrí tu Juatieia dentro de mi
corazón/; tu verdÍMl y tu salvaoioa he
dicho : no oculté tu mJsertoerdia y ta
verdad en srande concurso.
11 Tü, J(diov4, no apartes de ni tas
misericordias : tu mlsertoeidia y ta ym-
dad me guarden siempre.
18 Porque me han oeroade malea hasta
iu> Aater cuento 0
ho.ti.%
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i SU. 90.^
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CU.CL
y 144. i
Loe; 119
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SALIIO&
mis tnddadat*, j a» pmsdo levantar la
Tiita; hanM aunMiitado maa qua loa
e4dlaa de mi oabeaa, y mi eoraxoa me
Uta.
18 Qnjgaai oh JdievA, Ulnarmc ; Je-
hovftt apKiviate 4 Meomfiue*
14 Sean afttgeaaadea y eonftuoa á una
k» que baacan mi vida jpara eortaila ' :
nriTan atiéa, y avagttAwaua lot que
mi oul detean.
lA Sean aioladoa en pego de in afrenta
ka que me dlocn : | Ea> ea !
16 Ckkente y alé¿renae en tí tedot lot
que te buscan ; y digan ■fempfv los qae
aman tn salnd : JehoTá sea cnsaitado.
17 Aunque afligido yo y necesitado,
Jcbovi pensarA de mi : mi ayuda y mi
libertador «re* td. Dios mió ; no te tardes.
SALMO XU.
Aiviii declara WflMHMataredM 4 Isa fmt ^ftf
tUmnm la earAlad par» coa d pr^fimu
tribt la ¡upocntCa «m ««• ara vUÜado de
*«• «M«<^, y i>^ d JhM loevrro.
Al Mdsico pvindpal : Salmo de I>aTÍd.
BIENAVENTURADO el que pien.
sa en d pobi«« : en él dia malo lo
UbraiA JdioTá.
S Jdwvi lo guarde, y le dé vida : asa
bienarentuiado en la ttena, y no lo en-
tanas á la Talnnlad de sus «Mmi.
gos».
8 JebovA lo sustentaiA sobre el lecho
de dolor: mnlliíAs toda su cama en su
cnftnacdad*»
4 Yo dije: Jehová, ten misericordia
de mi; sana mi alma* porque oontra ti
he pecado.
5 MU enemigos dicen mal de mi pre-
fwrfaado: ¿Guando morirá» y perece-
lá sa nombre ?
6 Y si Tenia A Temw, hablaba menti-
ra': su corazón se amontonaba iniqui-
dad; y salido fiíera, hablátMUa.
7 Reunidos murmuraban contra mí
todos loa que me aborrecían ; oontra mi
pi*!!»!»» mal diciendo en orden & mí,
8 Cota pestilencial de él se ha apoda-
ndo; 7 tí. que cajd en cama» no volverÁ
ilerantane.
9 Aun el hombre de mi pac, en quien
yo confiaba*, el que de nu pan oomia,
alió contra mí el calcaflax.
10 Mas td, JehoTft, ten misericordia
de mí, j baxmc levantar, y daréles el
'•d.».]|L
11 En este habré conocido que te he
agradado ¡ que mi enemigo no se bol-
gaiidemí.
12 Y JO diré pt» en mi integridad me
has sustentado, y me has hecho estar
delante de tí para siempre.
13 Bendito tea JehovA el Dios de Israel
por siglos de siglos. Amen, y Amen.
SALMO XLII.
M«atl« David M Munwlo ée rmatni eon
«ifafUo«n la «om del Bétar, declara euan
arMmUmtKU lo desea, y tu eeperanta de
fieDtMUUbnrddee—afiteeiMm.
AlMdsloomincipal: Masqnil A loa
nUoa oe Oore.
COMO «1 eierTo brama por las eoixi-
sntcs de Ism agnaa, aif clama por tí,
abDies,clalmsmia.
S Mi ábna tiene sed de Dioa, del Dioa
vifo«: ¡cuando vendré, y panceré de-
lutedeDioa!
8 Fncnm mis lagrimas mi pan de día
7 de noche i, mientras me dicen todos
los días: ¿ Dtede ettá tu Dlosc ?
4 AooRlaráme de estas cosas, y deonra-
vné sobre mí mi alma<f : cuando naaaré
d nifanon>, iré eon eUos hasta u casa
deal^grfavdi
" ";uo«.
de Dioa eosi
haciendo fiesta la muititi
6 i Por má te abatas, oh alma mía, y
te oeatOfbM en mí/? Emcn A DIeat
porque aun le tengo de alabar por las
sahidea de »n preseoda.
9 Dios ndo, mi alasa ealA ea mi abati-
da: acoidaréme por tanto de tí desde
ttara del J urdan, t de lea Hcnoaonitas,
desde el monle de M iahar.
7 Vn aMano Rama A otio A la tos de
tas eaaolea: todas toa esidaa y toa olas
hanpasado sobre míf.
8 De dia maadaí* JehovA sa miseri-
cordia, y de noehe su eaaoioB «erd con.
migo A, y oración al Dios de mi vida.
9 Diré A Dios: Roca mía; ¿por qué
te has olvidado de mí ? ¿Poiqué andaré
yo enlutado! por la opresión del ene-
mlgoP
lu Mientras se están quebrantando mis
huesos, mis enemigos me aArantaa, di-
ñándome cada dia: ¿ Ddnde está tu
Dios?
II ¿ Por que te abatca, oh aloM mía,
T por qué te oonCurbaa en mí ? Bsuera
A Dlea ; porque aun le tengo de alabtf ,
por eer a salvamento delante de mí, y
el Dice mío.
SALMO XLIII.
Parces aer «fe Boíwm Madidara del pr»>
eadente. E» el m»*«M> prtjpdMto.
JÚZGAME, oh Dios, y aben mi
causa: líbrame de gente impla, del
hombre de engallo é iniquidad.
S Pues que ra ere» el iMoe de mi fi».
taleía, Jpor qué me has desechado ?
¿ por que andúé enlutado por la opea-
slon del enemigo* ?
5 Envía tu luz y tu vefdad : éstas me
guiarán, me conducirán al monte de tu
santidad, y á tns tabernáculos.
4 Y éntrale al altar de Dioe, al Dioa,
alegría de mi fOKo; y alabaréte con
harpa, di Dios, Uioa mió.
6 i ¥ta qué te abMes, oh alma mía, v
por qué le conturbas en mít ? Espera á
Dios; poeqne aun lo tengo de aJabar,
por eer ét salvamesito delante de mí, y
el Dios mío.
SALMO XLIV.
Detpm» de recordar loi faecret f«« Dtot kiao
4 loe padree, yatjaae A Ü ea foMa de ^ue
parmea heAerüe deidado ea ommos de $nt
eaemtifet.
Al Mdsico principal de los h^os d#
Core, Masqull.
H Dios, con nuestros oídos hemos
oído, nuestms padres nos han con-
tado la obra que hidste en sus días, en
los tiempos antiguos.
5 Tü con tu mano eehaste las gentes,
y los plantaste á ellos* ; afligiste Tos pu-
eblos, y les arrojaste.
8 Porque no se apoderaron de la tierra
por su emadab, ni su braao los libró;
sino tu diestra, y tu braco, y la lúa
de tu rostro, porque te complaciste en
dlosc
4 Td, oh Dloe, eres mi Rey t manda
saludes rfá Jacob.
5 Por medio de tí saendMmea ^ nues-
tros enemigos: en tu Nomine alrope-
llaiémos A nuestros advcrsarloa.
8 Poniue no confiaré en ad oreo, ai
mi espádame salvará*.
7 Fnes td nos has guardado de nuestros
enemigos, y haa avc^gonaado A loa qw
nos abonreeian.
8 Bn Dloe noa glorlaiémoa todo ttem-
K/, y para siempre loarémoa tu Nom-
í. Selab.
9 Empero nos has deaediado, y nea has
O'
'BaUUftl.
/ver. 11.
flaL4l.&
rlaL88L7.
k Job 85. 10.
<Bal.»i6.
BaLAtk
t Sal. tt. 8.
U.
• Bz. 15. 17.
8aL80.8.
kJaa.M.13.
•Dea. 4.87.
'8aL74.tt.
•Oa.1.7.
/faLAT.
SALÜOS.
10..
y 74.1.
*Ler.2«.17.
J)eú.28.a».
i nr. 32.
¿Dsa.32.30.
Is. S3.S.
Jer.lS.18.
( Dea. 28.87.
8«I. 79; 4.
Jer. 24. 9.
"• Sftl. 8. 2.
» I». 85. 7.
I
•Job 81. 36,
26.
F Bou. 8. 86.
í Ver. 9.
'-M.11S.25.
I
i¡ Uriot.
»Ap.&2.
•8IÜ.65.5.
«(8ia.M.2.
hecho KnxgaaxMtg; y no ntet en nues-
tros ejército».
10 Nos hiciste retroceder del enemigo *,
y saqiie&roano* para si los que nos abor-
recian»,
11 Puslstenos como á ovejas para co-
mida*', y etparcístenos entre las gen-
tes.
10 Has vendido tu pueblo de baldea,
y no pifiaste en sos precios.
13 Fusútenos por veigUensa á nuestros
vecinos, por escarnio y por burla á los
que nos rodean '.
14 Pusistenos por proverbio entre las
gentes, por movimiento de cabeza en los
pueblos.
16 Cada día mi vergüenza está delante
de mi, y cübreme la confusión de mi
rostro,
16 Por la voz del que me vitupera y
deshonra, per raxon del enemigo y del
que se venga"».
17 Todo esto nos ha venido» y no nos
hemos olvidado de ti ; y no hemos <a-
dQ á tu pacto.
18 No se ha vuelto atrás náestro cora-
zon, ni tampoco se han apartado núes-
tros pasos de tus caminos.
19 Guando nos quebrantaste en el lugar
de los dragones», y nos cubriste con
sombra de muerte,
20 81 noshubiesettios olvidado del Nbin-
bre de nuestro Dios, ó alzado nuestras
manos á dios ageno*,
SI V No demandaría Dios esto ? pot-
que el conoce los secretos del corazón.
82 Empero por tu causa nos tnatan
cada dia; somos tenidos como ovcjjas
paca^ei matadero}».
28 Despierta ; ¿ por qué duermes, 8e-
Üat ? Despierta, no te al^es para síém-
pré*.
24 ¿ Por quó escondes tu rostro, y te
olvidas de nuestra aflicción, y de la
opresión nuestra ?
25 Porque nuestra alma está agobiada
hasta el polvo •*: nuestro vientre está
pegado con la tierra.
26 Levántate para ayudamos, y redi-
menos por tu muericordia.
SALMO XLV.
EpitcUamio, ffeneralmenie eonfükreuh como
pn^tUeo; en el que bc^fo la figura M niño
de Balomon, p tu su dtepoeorio con la hija
(fW rey áe^giflo, m deaeriben loM gracioa y
gloria del reino rf« Orieto, y m dMpoeorio
con «K Iffietiai y loe deberes de ítta para
ton eu Eepoto.
Al Miísico principal sobre Sosannimj],
para los bQos de Oore. MasquU : Can-
^ clon de amores.
REBOSA mi corazón palabra buena:
refíero yo al Rey mis obras: qni
lengua aera como pluma de escribiente
muy ligero.
2 Haste hermoseado mas que los hijos
de los hombres': la gracia se derramó
en tus labios : por tanto Dios te ha ben-
decido para siempre.
8 Ciñete tu espada sobre el muslo, oh
Valiente, cqn tu gloria y con tu ma-
jestad.
4,T en tu icaria sé prosperado: cabal-
ga b sobre püüabra de verdad, y de hu-
mildad, y de Justicia; y tu diestra te
ense&uéá terribles cósase
5 Tus saetas agudas, cok fue eaeráa
pueblos debí^ de ti, penetrarúm en el
ooraun de los enemigo* del rey.
6 Tu trono, oh Dios, eterno y para si-
emptetf i vara de justicia la vara de tu
zeUia.
7 Amaste la justicia, y abomaiste la
tanto te ungió Dios, el Dios
tuyo, con óleo de gozo sobie tos cooi-
paifierose.
8 Mirra, áloe y casia exhalan todas tu
vestidos en medto de estancias de mazfili
donde te han recreado.
9 Hijas de reyes entre tus ilustres: eiti
la reina á tu diestra con adontot de oro
de Ophir.
10 Oye, hija, y mira, é inclina tu ddo;
y olvida tu pueblo, y la casa de tu |>s-
dre.
11 Y deseará el rey tu hermosura: é
inclínate á él ; porque él e« tu Señor.
12 T las hijas de Tiro/ vendré» con
Sresente ; implorarán g tu fkvor lo* licoi
el pueblo.
13 Toda ilustre ea de dentro la hija dd
rey : de brocado de oro ea su vestido.
14 Con veatídoa bordados seA llevada
al rey ; vírgenes en pos de ella : sus com-
panana smm traídas á ti.
15 Serán traídas con alegría y go»:
entrarán en el palacio del rey.
16 En lugar de tus padres* serín tus
hgos, á quienes harás prüicipes en toda
Is tierra.
17 Haré pervehta la memoria de tu
nombre en todas las generaciones: por
lo cual te alabarán los pueblos etemal-
mente y para siempre.
SALMO XLVL
La Iffieaia de loa verdaderoa fletea no tieaa fw
temer en W mundo, porque Lioa reaUa en
medio de ella por au Ivtor y dnf anear M *«•
mudiaa iribvdaelonea.
Al M tísico principal de los hijos deOoie
Salmo sobre Alamoth.
DIOS e» nuestro amparo y fortaleza,
nuestro pronto auxilio en las tribu
laciones.
2 Por tanto no temeremos, aunque la
tierra sea removida, y aunque se trat'
pasen los montes al corazón de la mar.
8 Bramarán, turbaránse sus aguas
temblarán los montes á causa de su bn
veza. Selah.
4 Del rio sus conductos alegrarán la
ciudad de Dios, el santuario de las tien
das del Altísimo.
5 Dids eatá en medio de ella ; no será
conmovida : Dios la ayudará al clarear
la maflana.
6 Bramaron las gentes, titubearon los
reinos; dio él bu voz, derritióse la tierra.
7 Jehová de los ejércitos ea con noso-
tros ; nuestro refugio ea el Dios de Ja-
cob. Selah.
8 Venid, ved las obras de Jehová*;
que ha puesto asolamientos en latiena:
9 Que hace cesar las guerras hasta los
fines de la tierra ; que quiebra el arco,
corta la lanza, y quema los carros en el
fuego.
10 Estad quietos, y conoced que jo «oy
Dios : ensalzado he de ser entre las gen-
tes, ensalzado aeré en la tiara''.
11 Jehová de los ejéroitos ea con noso-
tros ; nuestro refugio «a el Dios de Ja-
cob. Selah.
SALMO XLVII.
KíMrtame d todo el nrnnda A ta» áUbaima
daDioa.
Al Mibioo principal de los hijos de
Oore: Salmo.
PUEBLOS todos, batid ha manos;
adamad á Dios con voz de jtfbilo*.
9 Porque Jehová, el Altísimo ea terri-
ble; B«y grande sobre toda la tierra.
8 él sujetará á los podrios debajo de
nosotros, y á las gentes debíO<> ^ °"^'
tros, pies.
4 El nos elegirá nuestras heredades; la
hermosura de Jacob, al onal amó. Sdah.
'iCff.U.
SALMO&
5 SaM4 Dtosb con jiibilo, JchovA c«n
«mido de tsooMMMa.
6 0«ittad 4 S&M. «WBlad: canUd á
nnestro Keg, oaatacL
7 Porque Dios m el Rey « de toda la
tiem : cantad eon intallgenola.
SReinóDIfM lobra las gentes: aaentdae
DkM ubre tu tanto trono.
9 Los ptínelpas de loa pnebloa se Jvn-
Unm al pneolo del Dioa de Abraham :
iwrqva de IMoa aom los eacodoa de la
tiara; él ea mu; enialwdo.
SALMO XLVIII.
Bofo (a Jígtvo é» Jmrnmhm y M monto á»
Bíok M npre$tiUa ta Igltala «» mm gloritu
t KH^iamta «a i>K>f , m di/auor jf nt re-
fugio.
Canción j Salmo de loa hijos de Coie •.
GRANDE e« Jchová», j digno de
wr en grande manera alanado en
la dudad de nuestro Dios, en el monte
de ni santuario.
1 Hermosa proTincia» el gozo de toda
la tiem e« el monte de 8ion, á ios
lados del Aquilón «, la ciudad del gran
S Dios en sus palacios ca oonoeido por
Rftaalo.
4 I^raue hé aquí los veres de la tierra
se reunieron «, pasaron todos.
5 V viéndola ellos así, maravilláronse
sobraraanera, se turbaron, diéronse pri-
en á huir.
6 Tomólos álU temblor ; dolor, eomo á
mujer que pare.
7 Con Tiento Solano quiebras ttf las
naves de Tanis.
8 Como lo oimoa, asi hemos visto en la
ciudad de Jehová de los ejércitos, en la
ciudad de nuestro Dios : afirmarála Dios
paratíempre. Selah.
9 Esperamos tu misoriconUa, oh Dios,
ea medio de tu templo.
10 Conforme á tu Nombre, oh Dioa,
así ei tn loor basta loa fines de la tierra :
de justicia está llena tu diestra.
11 Alegraráse el monte de Sion; se
gozarán las hijas de JudA por tiu jui-
eioi.
18 Aadad al rededor de Sion, y rode-
adla: contad sus torres.
U Poned vuestro corazón & su ante-
muro, mirad sus palacios, uara que lo
contéis k la generación Teoioera.
14 Porque este Dios et Dios nuestro
etemalmente j para si«npre: él nos
capitaneará hasta la muerte.
SALMO XLIX.
iV«Mfai4 y mteroUt por vHtir ile lot fiu
f* caUoii áe m protperldad m«ml«Mie.
Ml«tai4 Um MM Ume» m J)io$ m
rana.
Al Ifíiaico principal. Salmo para los
h^os de Core.
AID esto, pueblos todos; escuchad,
^ habitadores todos del mundo:
2 Así los plebeyos como los nobles, el
ih» y el pobre Juntamente.
8 Mi boca habiari sabiduría ; y el pen>
■■miento de mi coraaon inteligrácia.
4 Acomodaré á tijemplos mi oido : de-
cl*nré eon el harpa ru enigma.
( i Por qué he de temerá en los días
de adrenidad, maíllo la iniquidad de
mi» insidiadores me cercare ?
6 Los que confian en sus haeiendas, y
«B la mudiedumbre de sus riquezas se
>ctaa, ^
7 Ninguno de ellot podrá en manera
«ioaa redimir al hermano, ni dar á
l'Maaa rescate b.
8 Pon|ue la redención de su vida es de
pna precio; y no se hará jamas
tolo
9 Qn« viva adelante para siempre, y
nunoa vea la sepultura.
10 Pues se ve que mueren loa sabio*,
asi eomo el insensato y él nado peseocn,
y dqjan á otros «US rlqueaas •.
11 En su interior Hemm qne sus easas
atrén eternas, y sus hrtiittciones pa^
generación y gencradoa: llamaton fcus
tierras de sus nombres <
IS Mas el hombre no permanaocrá en
honra* : es semejante á lis bestias que
perecen.
18 Este su camino m tu looura: oon
todo corren sus descendientes por el di-
cho de elios. Sdah.
14 Como rebafkts sarán pácelos «n la
seimltua, la muerte se cebará en ellos ¡
V (os rectos se ense&orearán de ellos por
la maflana/: y se eonsumirá su talen
parecer en el sepulcro de su morada.
15 Empero Dios redimirá mi vida del
poder de la sepultura, cuandb me to-
mará. Selah.
10 Vio iem'ás cuando se enriquece al-
guno, cuando aumenta la gloria de su
casa:
17 Porque en muriendo no llevará na-
daf , ni oescenderá tras él su gloria.
18 Si bien mientras vivieM, diíA di.
ehosa á su almaA : y til tetái de A loado
cuando bien te tintares,
19 Entrará á do ettá la generación de
sus padres : no veuán lúa para siempre.
80 El hombre en honra mte no enti-
ende, semejante es á laa bestias* que
perecen.
SALMO L.
X^atad (fa DioB tn m If/tUta. JSt aífvt A
JMot aeepUtíememUt mo fot Im etrmumiai
Mltriere§rinó por M «utto iuUrior y la jw-
Salmo de Asaph.
EL Dios de dioses, Jehová ha ha-
blado, y convocado la tierra desde
el nacimiento áá sol hasta donde se
pone.
8 De Sion, pcrÜMcion de hcnnoaura,
ha Dios resplandecido «.
S Vendrá nuestro Dios, y no callará:
fu^o consumirá delante de A^, y en
derredor suyo habrá tempestad graiide.
4 Convocará á los cielos de arriba, y
á la tierra, para juzgar á su pueblo.
A Juntadme mis santos ; los que hici-
eron conmigo pacto con sacrificio.
e T dentmdarán e los cielos su justicia ;
porque Dios e« el juez. Selah.
7 Oye, pueblo mió, y hablaré ¿: et-
euehot Israel, y testificaré «wntra tí : Yo
soy Dios, el Dkw tuyo.
8 No te reprenderé sobve tus sacrifi-
cios, ni por tus holocaustos, que delante
de mí están siempre.
9 No tomaré de tu casa beoenros, ni
macho» cabríos de tus apriscos «.
10 Porque mía es toda bestia del bos-
que, ,y los millares de animales que hay
en los collados.
11 Conozco todas las aves de los mon-
tes, y en mi poder están las fieras del
cam^.
18 Si yo tuviese hambre, no te lo diria
á ti ; porque mío es el mundo, y su ple-
nitud/.
13 i Tengo de comer yo carne de grue-
sos ütros, o de beber sangre de machos
cabríos?
14 Sacrifica á Dios alabanzas, y paga
tus votos al Altísimo. ,
15 £ invócame en el dia de la angus-
tia A : te libraré, y tú me hom?irás.
16 Pero al malo d^o Dios : ¿ Qu¿ tienes
ni que enarrar mis leyes, y que tomar
mi pacto en tu boca • ?
* Be. 2. 16,
21.
rfa8a.18.18.
•8aL8B.&
/DaB.7.32.
Val. 4.8.
«La6l».90.
*])eB.8B.19.
• Se. S. 18,
1».
a Sal. 48. 2.
» SaL 97. 3.
« Bal. 97. e.
•<]Iie:&l,8.
• Mié. t, 6.
Heeh. 17.
35.
Heb. 10. 4,
8.
/Bal. 34.1.
P Os. 14. 2.
H«b.l8.U.
ABal.l07.C,
etc.
Í1S.1.U.
15.
SAIiHOS.
APXO.S.U.
13.
(■0.8.U»
la.
Bom. 3.4.
2 P«d. S. 9.
"• BU. 9. 17.
•IFmLS.9.
«as^uj,4.
tb.48.as.
7 44. as.
HeolL8.19.
o ti. 48. as.
T44.a3.
Heeh.S. 19.
i(Piro.aB.lS.
«28it.lZlS.
/Job 14. 4.
aíi.1. 18.
fftoei,
Mteateem-
tiveriodel
A Is. 57. 15.
7«&a.
i Bd. 118.
87.
■f.48.18.
•te.
lI«LS.S,i.
17 PuM goA tii aborreoM d castigo*, j
echa* á tu espalda mis palabras.
18 ai velas al ladrón, tú conias con él ;
y con los aárfiteros era tu pacte.
19 Tu boca metías en mal, j tu lengua
oomponia engafio.
90 Tomabas asiento, v hablabas contra
tu hemumo : contra el hijo de tu ma*
dre ponías infamia.
91 Estas cosas hiciste, y jo he calla-
do' : ¿ pensabas por es* que de cierto
seria yo como ttl ? Yo te argiUré, j pon-
áxélat ddante de tus ojos.
99 Entended ahora esto, les que os ol-
Tidais de Dios*"; na sea que arrebate,
sin que nadie ot lilite.
88 El que sacrifica wlabanaa me hon-
rará M : y al que ordenare «s camino, le
mostrase la salud de IMos.
SALMO LI.
Davíi^ neeodor vérdaiUramanU arrqMñUáo,
pide hnmitdeiMnfe á Dios qtu le perdone
eemtifique. Ruega tanMen por toda la
J^ffS!
Al Miisico principal : Salmo de David,
cuando, después que entró á Bath-
sebaha, vino á & Nathan el profeta.
TEN piedad de mi, oh Dios, conforme
á tu misericordia] conforme á la
multitud de tus piedades borra mis re-
beliones fc.
8 Lávame mas y mas de mi maldad, y
limpiame de mi pecado^ :
8 Poique yo reconozco mis «ebelio»
nes i' ; y mi pecado está siempre delante
de mí.
4 A tí, á ti solo he pecado «, y he he-
cho lo malo delante de tus qios : cot^fié.
tolo, porque seas reconocido justo en tu
palabra, y tenido por puro en tu juicio.
5 Hé aquí, en maldad he sido for-
mado/, y én pecado me concibió mi
madre.
6 Hé aqui, tti amas la verdad en lo
bitimo : y en lo seci«t» me has hecho
comprender sabiduría.
7 Poriflcame con hisope, y seré lim-
pio : lávame, y seré emblanquecido mas
qae la nieve '.
8 Hacme oir gozo y álegria ; v se re-
crearán los huesos que has abatido.
9 Esconde tu rostro de mis pecados, y
borra todas mis maldades.
10 Otea en mí, <di Dios, un corazón
limpio ; y renueva un espirita recto den-
tro de mí.
11 No me eches de delante de tí t 7 no
quites de mí tu santo Espirito.
19 Vuélveme el ftoto de tu salud; y
haz que el espíritu libre | me sustente.
18 Bnsefiaré á los prevazioadores tus
caminos ; y los pecadores se convertirán
á tí.
14 Líbrame de homicidios, oh Dios,
Dios de mi salud : cantará mi lengua tu
Justicia.
15 SefioTí abre mis hMos ; y publieaii
mi boca tu alabanza.
16 Porque no auieres tú sacrificio, que
yo daría > no qoierBS holocausto.
17 Los sacrificios de Dios «m el espí-
ritu quebrantado: al corazón contrito y
humillado* no despreciarás til, oh Dios.
18 Haz bien con tu benevolencia á
Sien ; edifica los muros de Jemsalem.
18 Bnténfccs te aeradarán los sacrifi-
cios de Justicia f, el holocausto ll oftenda
para ter del todo quemada: entonces
ofrecerán sobre tu altar becerros*.
SALMO Llt.
Reprueba Ztavtíí la eoadaeta de Doeg, p pn-
féUta m eaeHfo. Deetara adenae «m teni-
endo SI paella mt eeperanta en la meerieor-
dta de ÍNm, leriaproiperado.
AI Milsieo principal : Masqiril de David,
cuando vino Uoeg I<lBmée«, y dio
cuenta á Ssai diciendole: D*ni ha
venido á casa de AUmdeeh.
¿ 1)0R qué te glorias de maldad, oh
Je poderoso ? La miseriooidia de Di-
os ee continua.
9 Agravios maquina tu lenguak ; oomo
naví^ amolada hace engafio.
8 Amaste el mal mas que el bisa; la
mentira «, mas que habhur justicia, fie-
lab.
4 Has amado toda suerte de palabru
perniciosas, engañosa lengua.
5 Por tanto Dios te denibará para A-
empre d : te asolará, y te airancará de t»
morada, y te desarraigará de la tierra de
los vivientes. Selah.
8 Y verán los Justas, y temerán'; y
reiráase de ¿I, dieiendo :
7 Hé aquí el hombre mu no puso á
Dios por su fortaleza, sino que confié en
la multitud de sus ziqueBas/, y se man-
tuvo en su maldad.
8 Mas yo eeiaré como oliva verde' en
la casa de Dios : en la misericordia de
Dios confio perpetua y etemaUnente.
9 Te alabaré para siempre por h qne
has becho : y esperaré en tu Nombre*,
porque ee bueno, ddante de tus santos.
SALMO Llir.
Se el tnMto argimentó iei Bálmo XÍT.
Al MiUioe prineiMl: sobre Mahalath,
Masquíl de David.
DIJO el nedo en su eorazona: No
hay Dios. Corrompiéronse, é hici-
eron abominable maldad* : no *a¡r qui-
en haga bien.
9 Dios desde los cidlos miró sobre los
hijos de los hombres, por ver si hay al-
gún entendido que basque á Dios.
8 Cada uno se habda vuelto atrás ; to-
dos se hablan oorrompido : no hag quien
haga bien, no hay ni aun uno «.
4 No tienen cbnóolmlento todos esos
que obnm iniquidad, que comen á oil
pudl>lo «orno H comiesen pan : á Dio* no
han invocado.
5 Allí se sobresaltaron de pavor donde
no habla motivo de miedo d : porque Dios
ha esparcido los huesos del que asentó
campo contra tí : loe avergonzaste, par-
que Dios lo» desechó.
9 \ Oh quien diese de Slon aidndes á
Israel! En volviendo Dios la cautividad
de su pueblo, gozarse ha Jacob, y ale-
graráse Israel «.
SALMO LIV.
Pide DtMrii favor teedra nu «memitet, «f-
preea m eonjkuua en JNos, y «■ pntímd
por haberlo Ubrado.
Al Bflbioo princteaL: en NedODth,
Masquíl de Davidt cuando vmleroa
los Ziphéos y dieron á 8aul«: ¿ No
está David escondido en nuestra ti-
erra?
OH Dios, sálvame por tu Nembn, y
con tu poder defiéndeme.
3 Oh DiM, oye mi oración ; eseocha
las ra«MMS de mi Iwoa.
8 Porque estnSoa se han levantado
contra mí, y fiíertea buaeaa mi alma:
no han puesto á Dio** delante de si.
Selah.
4 Hé aquí Dios es el qne me ayuda; el
Seikir w con los que soaticnen mi vida*.
5 El volverá el mal á mis enemigaa:
oórtalos por tu verdad.
6 Voluntariamente saeriflearé á *it
alabaré tu Nombre, oh Jtíhová,
evbneno.
7 Porque me ha librado de toda
•U.3Z,tit
tfltLs;.i
y 99. 7.
y«.3.
•Jar.9.4.S|
/JobUH
2S.
iTLca
fSd.LS.
y»tt
SAUÍO&
ti», y «I mte ■iwwlgni yktnm mkojM'
SALMO LV.
«r to acmtteu d» aéi flihn» fa
Mi njiMirffifarf d« lá féUíimó* ÁaM^
fktL,j jHMfte «« DfM m («NjiMita, fué
mr Kvrado tía nu tmtmUfM, ittga atx^fútm
Al JClUfio pfttraipAlf CB nc^BOtll ?
ÜBMiail de David.
|I18CUCHA« oh Slot, mi orackm» j no
JCi te ctcondas de mi nlpllea.
2 Eftime atento, 5 reipóndema : eia-
mo enjoi onwion, j levanto el grito,
8 A cauta de la vo» del enemigo, por
la opresión del impio ; porque echaron
(obore mi iniquidad, y con furor me han
4 Xi eenaoB mA doloroto dentro de mí,
y tecroret de muerte « lohre mi han eaido.
5 Temor y temblor tintaron tobre mí,
y tenor me ha euMcrto.
6 Y dije : | Quien me dfew alai eomo
de paloma ! volaría yo, 7 deaoamarla.
7 Ciertamente huJxia l^oe ; meraria «n
d dfalaito. Selah»
8 Apnanraríame 4 eieapar del viento
tempcetnoeo, de la tempeitad»
9 Deshace, oh BeAor, divide la taigna
de ellot; penve he viato violencia y
TendHa en la dudad fr.
10 Dia y noche la rodean aotm im
muroa^ é iniquidad y trabí^ ikay en
medio de ella.
11 Aaravioa Am en medio de efle, y
el fianoe y engafio no w apartan de tus
plaza*.
18 Porque no me afrentó un enemice.
eoM que habría aeportado: ni le auó
contn mí el que rae aborrecía j porque
me hubiera ocultado de él.
13 Maa td, hombre, al parecer intimo
ndo, mi gida, y mi CúnlUar «.
14 Porque Juntoe eomunieabano* nt-
oaMwelilotMeretot': & la caía de Dios
andalNumM en eompalUa.
15 Condenados sean á muerte, des-
ciendan vivos*' al Infierno : porqne mal-
dadcB ikae en su eompaftia, entre ellce.
16 To a Dio* clamaré ; y Jehovft me
•alvarfc.
17 Tarde y maAana, v á medio dia
oraré/ v olanuuré i y él oirá mi vos.
18 £1 ha redimido .y «acodo en paa mi
atanade la guerra contra mi j pues fue-
ron contra mí muchos.
19 Dios oirá, y los quebrantará luego
ét que desde la antigüedad pennanece.
Selah. Por cuanto no se mudan, ni te-
raen i Dios.
90 Extendió sus manos contra sus pa-
cilieos : violó su pacto.
91 AMalidan mas que manteca bu pa-
Ubn» ie su boca, pero guerra Aay en
«tt Concón ! snaviían sus palabras mas
que el aceite, mas eilNi «m cuchillos.
9S Echa sobre JdMvá tu eaiga, y él
te BoslentsT&f t no dejará para siempre
caidealjnstoA.
>3 Mas tü, oh Dios, harás descender
aquellos al poxo de la sepultura: los
hoBibrcs sanguinarios y engaftadores no
denediaiáB suo días': empero yo con-
fiaréentf.
SALMO LVI.
bmim OmM «I /aeor d» INss «a «ni ewy
«nuw Mi^re, dd ew toHfia U Vtartará, y
prorntUforUmio alabarh.
Al Xdsioo principal: sobre la paloma
■Uendesa en parage mnv dvtante.
Mlolitam de David, cuando les Phi-
aOath.
TBN mlicsfeorlla de mí, oh DIoi,
porque me devorarla el hombre : nw
oprime combatiéndome cada día.
S Apdianme mis enemigos cada día ;
porque muchos «en loe que pelean cen-
tra mi, oh Altísimo.
8 Bn ri dia nw temo, yo en tí confio*.
4 ■& Dka alabaré su palabra ; en Dloa
he confiado, no temeré lo que la carne
me Moleré o.
5 Todos los días me oontrfslaB mis ne-
gocios : contra mi «on todos sas pensa-
mientos pan mal.
• Rninense, eseóndense, mlnm elloa
atentamente mis pasos, esperando m
aee^o de mi vida.
7 ¿Escaparán ellos por la Iniquidad ?
Oh Dios, derriba con tu furor los pue-
blos.
8 Mis huidas has til contado : pon mis
lágrimas en tu redoma: ^ no «smn Wlae
en tu libro ?
9 Herán lu^pi vueltos atrás mis ene-
migos el dia que yo clamare; en esto
conoico que Dios Mjpor mi<L
10 Bn Dice alabaré m palabra ; en Je-
hová alabaré «« palabra.
11 En Dios he confiado : no temeré I9
que me hará el hombre.
18 Sobre mi, oh Dloa, «eida tus veles :
te tributaré alabansaa.
18 t*onjue has librado mi vida de la
muerte', y mis pies de ealda, para que
ande delante de Dios en la lux de los
que viven.
SALMO LVII.
eom oeatio» d» ie fm m mgrum «a los jMla-
tro», f»» d^Mn.
Al Mdsioo vritktápál: No destruías:
Michtam de David, cuando huyo de
delante de Saúl á la cueva «.
TBN mlserioonlla de mi, oh Dles, ten
misericordia de mi ; porque en tí ha
confiado mi alma, v en la sombra de tus
alasb me ampararé, hasta que paaen los
quebrsRiloe.
9 Olamaré al Dice Altísfano, al IMos
que me flivofuee.
8 Bl enviará desde loe deles, y me sal-
vará de la infamia del que meapnim.
Sriah. Dloa enviará su misericordia y
su verdad*.
4 Mi vida ettá entre leones ; estoy echa-
do entre kQos de hombrea encendidos
de odio : sus dientes «oa lanaás y saetas,
y su lengua ouohiUo agudo.
6 Bnaáiaato sebee los cielos, oh Dios ;
sobre toda la tierra «* «ájalos tu glorla<f.
6 Red han armado á mis pases : haae
abatido mi alma : hoyo han cavado de-
lante de mi, p«iw en noedio de él han
caldo*. Seliüi.
7 Pronto ««M mi ooraaob, oh Dios ; mi
ooraxon e$tá dispueste/: eanCaré, 7 tro-
varé salmos.
8 Despierte, oh gkiria mía ; denlefta,
salterio, y harpa: levantaréme de ma-
9 AtadMucte he «n loe pueblos, oh 8e-
∨ cantaré de ti en las nadones.
10 Parque nande «« hasto los cielos
tu miscneocua, y hasta las nubes tu
verdad.
11 Ensálzate sobre los cielos, oh Dios :
aobte toda la tierra «• «moIm tu gloria.
SALMO LVIII.
J)t$eHbt la ptrwnldad é» las «lelo*
•tiMMbi* «l«a«Mi» d» JWw f«« fai
jr tltgrta Í9U»Jmdo$ emamdñ etnáa
Al Mdslco principal. No destruyas.
. MIohtam de David.
•iaa.SB.gb
*54.*í
«Be. 1.11.
rf|aLU&8.
•18a. 911.
BaLl4a,tÍt.
»8aL68.7.
'8aL«L7.
•BaL7.U.
/8al.lO&l.
CALMOS.
Bom.S.U.
* Jar. 8. 17.
•Job 8. 10.
Be. «.i.
•aü.9.16.
«1S«.U.U,
«SaL 18.48.
«IB», ai. 11,
ir.
<IJ«r.U,8S.
•BaLM.ll.
/GM.Í.U,
U.
*B«I.I&10,
lU
OH ooiigranei«n> ^ pcanmiclais en vor-
dai rntuÍBla? ¿juxgaU reetamciiCe,
h^oa de los hombiM ?
S Antea oon «1 concón óbrala iniqaU
dadet : haceU peaar la violencia de tu«
eatraa manoa en la tierra.
8 Enijenáronae loa impioe deade la
mauix : dcaearxláronae dáde el vientre
dt sus madras, hablando mentira.
4 Veneno tienen lemc^ante al veneno
de la aeryiente* : som como impiát aotdo
fiM cieña au oidob ;
5 Qoe no oye la voz de loa que encan-
tan* por niaa háliil que el encantador
6 Oh Dioa, quiebra aua dientea en sua
boca* : quiebñ, oh Jehov4« laa mudaa
de eaoa leoncilloa.
7 Odrranse oomo agnaa que ae van de
aujo: en enteaando m arco para iis-
parar aua lactas, lu^go aean hechaa pe-
dazoa.
8 Paaen elloa oomo el caracol que ae
.dealie: como el abmrtivo de mi^, no
vean el aol «.
9 Antea que vueatraa ollaa sientan d
Juego de lat espinaa» aai vivca, así airado
los arrebatará él con tempestad.
10 AlegrarAae el Justo cuando viere la
vennnxa : aua piéa lavará en la aangre
driimpiorf.
11 Entáaoea dirá el hombre : Oicrta-
mente hay ikuto para el justo : cierta-
mente hay Dioa que Juxga en la ttenca*.
SALMO LIX.
Otrtiamo David td peUffro,f4ds A Dios favor,
dsilaraaido las srtss ^vMeueiadsmu sms-
Al Müaico principal. - No destruyas.
Miehtam de David, cuando envió
Saula, y guardaron la casa para ma-
tarlo.
LIBRAM E de mis enemigo*, oh Dioa
mió: ponme en aaivo de loa que
contra mi se levantan i.
8 Líbrame de los que obran iniquidad,
y sálvame de sanguinarios hombres.
8 Poiiqtte hé aquí están acechando mi
vida : hanse Juntado contm mi fnertea,
no por Calta mia, ni pecado mío, oh Je-
hová«.
4 Sin ddito mió cenen y ae aperciben :
deapierta para venir á mi encuentro, y
mira.
6 Y td, Jehová, Dioa de ka cjéroitoa,
Dioa de lanel, deapierta para visitar
todas laa gentea : no hayaa miaericonlia
de todos loa que ae rebelan can iniqui-
dad < Selah.
6 Volvefánse á la tarde, ladrarán como
perros, y rodearán la ciudad.
7 Bé aquí pcdérizán asiumaKas con an
boca ; como cuchillos en sua labios { por-
que diem i i Qnién la oye ?
8 Ma« tü, Jtfwvá, te reirás de eUoo, te
burlarás de todas las gentes.
8 A causa de su ftiena esperaré yo en
ti : porane Dioa ss mi deftmaa.
10 El Dios de mi misericordia me pre-
vcndiá : Dioa me haiá ver en mi* ene-
migoa etj i^esao*.
11 No los matarás/, poique mi pueblo
no ae <dvide : haxloa vagar con tu for-
taleza; y abáteloa, oh Jehová, eacudo
naeatio,
Ig For el peeado de au boca, por la
palabra de aua labioa : y aean presos por
su soberbia, y por la maldición y men-
tfaca que Mofieren.
18 Acáoala» oon fbror, acábalo*, y no
sean ; y tcpan que Dioa demina en Jaoob
haata ios nnes de la tierra. Selah 9.
14 Vuelvan puea á La tarde, y ladren
como perro*, y rodeen la ctndad.
16 Anden «Uo* enrantea para Aafisr fse
comer : y si no ae saeiaien, murmann.
16 Yo empero cantaré tu fortaleza, y
loaré de maliana tu niisericonlia: por-
ane has sido mi amparo y refugio en A
ola de mi anguatla.
17 Fortaleca mia, á tí cantaré ; porqo*
erts Dios de mi amparo. Dios de mi
misericordia.
SALMO LX.
Pids Daaid/avsr é Dios oouiraisssasmtm.
I» prospars dssfuss ds hálmii
O'
y «M (» prosfsrs dsspuss ds mmtw «■«»
gado, pmss U ia ksdko promsia duB».
Al Mttsloo principal: sobre SusaB'
Beduth: Miehtam de David, para
enaefiar, cuando tuvo guerra contrs
Aram-Naharaim y contra Aram de
Soba, y volvió Joab, é hirió de Edom
en el valle de laa saHnas doce mu*.
H Dios, td no* haa desechadok, nos
disipaste, te ha* airado; vuélvete i
noaotroa«.
a Hiciste tembUtr la tierra, abrísteb' :
8<ma sus quiebras, porque titubea.
8 Has hecho ver á tu pueblo daiu
coaaa : hieistenoa beber el vino de agi-
tación'.
4 Has dado á los que te temen baads-
ra/que aloen por la verdad. Selah.
5 Ara que se libren tus amadoa: salva
con tu diestra, y ^yemct.
6 DU» pronunció por au Santuario:
Yo me alegraré ; partiré á Siohém, y
mediré el valle de Siocoth.
7 Mío M Oalaad, y mió u Manassé; y
Ephraim es la fortaleza de mi cabeza ;
Judá, aoi legislador:
8 Moab» la vaalia de mi lavatorio : so-
bre Edom echare mi zapato ; haz jdbUo
sobre mí, oh Palestina.
9 e' Quién me llevará á la ciudad Jbr-
talacida? ¿ quién me llevará hasta Ida-
méa?
10 Oieitamente td, oh Dioa, me nos
hablas desechado ; y no sallas, 00 Dios,
con nuestro* ^ércitos A.
11 Dáno* socorro contra d enemigo,
que vana es la salud de lo* hombres.
18 En Dios haremos proeaaa; y él
hollará • nueatros encmigoa.
SALMO LXI.
In^fh"^ Itovid el auxitio ds Dios ¡pésala
eigferíensia d» sus míacrt «ordúu, mOMi «sa-
jladameñU ds la ssUdMtítai <b m rsho,
prummeiaudo así la stenUdad dd rslao éi
VHsto.
Al Miisieo principal, sobre Neginah:
aalmo
Ipal, sobn
de David.
0^
YE, oh Dios, mi clamor ; á mi ora-
ción atiende.
S Desde el cabo de la tienra elamaré á
tí : cuando mi oonucon desmayare, á la
pefia maa alta que yo me ccoduzoaa.
8 Porque td haa aido mi tefagio, 9
torre de üortaleía* delante del enemigo.
4 Yo habitaré en tu tabernáculo van
siempre ; estaré seguro Uyjo la cubüsta
de tus alaab.
5 Porque tü, oh Dios, has oido nU
votos, has dado heredad á los que temen
tu Nombra.
0 Dias sobre días afiadir&a al rqr : tos
alioa seián oomo generación y genendott.
7 Esuiá pan ^mpte delante de Dios:
misericonua y veníad • prepara, fus lo
conserven.
8 Así cantaré tn Nombre pata tfemp*,
pagando mb votos cada dia.
SALMO LXII.
Detiara David ssr m 2Nos w tspsrsim sa^
ira los mmsmIuaeiouM ds sus laae^aHi f
sahorta é iodos A lo mismo, ás/aoés psr
iuMesp/alsos todos tas
aALMoa
•W.J7.M.
Al Mtfaloo prindpal» á Jedathim.
Sumo de Bwid.
F?K BhM folaaMiit» mtk «eallads mi
j; thoM t de 41 tdtiM mi talud.
9 SI tolameiite m mi ftierte, ; mi ■••
hut; M mi icAigÍ0i no RtbaUjrd mnoho«.
a ¿ HaMa cnaade maquinaréis oontra
vn hombK ? pataonéi» todos TOMtrM,
eaeréU como parad aoottada^ «mw
4 Sdamente oonanltan de amjarb de
m grandesa : aman la mentifai oon «u
boca bendicen» pero maldioenfr en siu
«ntn&a«. Selah.
A Alma mia, en Dio* lolamente ve»
poaa; porque de él e« nd e^ierann.
gBl lelamente e» mi faeita y mi mlud;
cf mi roAigie» no icebaleré.
7 En iMos cttá mi nlvaeion t mi
gloria: «B Dhw mtá la roca de mi Cnr-
tilaa, y mi refbglo.
8 Eipemd en él en todo tiempo, oh
pneblfls; denamad delante de él vaca-
tn» ooraaon*: Dios m nucetro amparo.
9 Por cierto vanidad «on loe h^oe de
los hombre*, mentira loe h^o* de varón :
peaandolae á todo* igualmente en ba-
luaa. «rds menee que la vanidad.
10 No oenfleii en la violenola, ni en la
rapifia : no ot envanexcaie : li m aumen-
tara la hacienda, no póngala ti eoranm
melle'.
11 Una vea haUd Dioe; dos veces* he
flido esto : Que Dios Cf la fbctaleí*/.
U T tqya, oh Seflor, m la miieilcor>
día : porque td peps á cada uno con-
fenne á tu obra.
SALMO LXIII.
JDawU ttrtmUjor loa iuieria$, itdva tu
Wm aswr 4 Vio'tf «ráitmU dtato de wHmtr
4 tdtrarU •» w ftnrfiMiHo, Vhr* m ifc nu
Salmo de David, estando en el desierto
de Jud&«.'
DIOS, Dios mió «re» td : levantaráme
á tí de mafiana : mi alma tiene led
de tífc; mi oame te desea en tierra de
sequedad, y transida sin aguas e,
8 Para ver tu fortaleza y tu gloria',
así coNio te he mlradoen el santuario.
3 Porque mc^jor et tu misericordia que
la vida: mis labios te alabar&n.
4 Asi te bendeciré en mi vida: en tu
Nombre alaré mia manos.
A Como de meollo y de grosura será
saciada mi alma : y con labios de JdbUo
te alabari mi boca,
0 Guando me acordaré de tí en mi
lecho, cuando nteditaxé de tí cn-las velas
de la noche.
7 Porque has sido mi spcorro: y e«f en
la sombra de tus alas r^o regocuaré.
8 Está mi alma apegada á ti : tu dies-
tra me ha sostenido.
9 Mas los que para destrueoion bus-
caron mi alma, caerán en los sitios Itaios
delatlcna.
10 DestnUránlos á filo de espada; se-
rán pordoa de las zorras.
U Smpero el rey se alegrará en Dios ;
será alabado cualquiera que por él Jura « :
porque la boca de los que hablan men-
tira seta oexrada.
SALMO LXIV.
Dai^iifU, A Dio, i^etua eemlra mu «mtmU
^■"i Mil* teyseip^ ar*r% y ratea dMcribf .
Al Milrieo principal : Sadmo de David.
ESCUCHA, oh Dios, mi voz en mi
oradon : guarda mi vida del miedo
dm e&cmiyo.
a Eaedndeme del saemo eoNSf^ de lee
malignos, de la ean^iBaoieB de lea que
ohsaa iniquidad ;
8 Que amolaron su lengua como ev-
chillo, y • armanm per su saeta palabra
amelga*;
4 Para asaeteer á escondidas al AonAre
íntegro «: de improviso lo asaetean, y
netenaen.
6 Obstinados en su lalouo designio,
tratan de esoonder los Uuoe, y dioea:
i Quién loe ha de ver ?
6 Inquieren iniquidades, haeen una
investigación e>acta ; y el mtimo pcnsa
miento de cada uno de elloe, así oomo ti
oeraaoo, «e proAindo.
7 Mas Dios los herir* con saeU' ¡ de
Tmte serán sus plagas.
T harán caer sdUw sí sos mismas
lenguas : se espantarán todos los que los
los hombí
de Dios, y
9 Y temerán
anuneiarán la obra
daán sa heclio.
10 Alegraráse el Justo en Jehová, y
oonflaiáse e» él; y se gloriarán todos
los reotos de oeíaaon.
SALMO LXT.
JMm «• ügw dt mt aUbod«. JeadWoaet
fue dtrreflM «otre be Mfoe.
Al Mdsioo prinefpal: Salmo y Oáutlee
de David.
A TÍ es plácida la alabanza en Sion,
oh Dios : y á tí se pagarán los votos,
a Td oye* la oración : á tí vendrá toda
8 Palabras de Iniquidades me sobrepu-
Jaron : mas nuestras rebeliones td las
perdonarás*.
4 Didtoto sf fite td escogieres, é hici-
eres llagar para que habite en tus atrios:
seremos saciados del bien de tu
de tu santo temple.
5 Oen tremendas cosas, áedtos en Jus-
ticia, nos responderte td, oh IHos de
nuestra salud, esperanza de todos los
términos de la tierra, y de lo* mas re-
motos «ofi/laee de la mar.
6 Ttt el que afirma los montes con t«i
potencia, oeilido de valentía :
7 El que amansa el estruendo de tos
mares «, el estruendo de sus ondas; y el
alboroto de las gente*.
8 Por tanto lo* habitadores de los fin^s
d* /a tierra temen de tus maravillas. Tú
haces alegrar las salidas de lamafianay
de la tanie:
9 Visitas la tierra, y la rims: en gran
manen la enriqueces con el rio de Dios,
Se e«^ lleno de aguas : ureparas éí grano
ellos, cuando así la oispones.
10 Haces se empapen sus surcos, haces
descender «/ o^fua en sus canales : ahián-
dasla con lluvias, Iiendlces tus renue-
vos.
11 Td coronas el alio de tus bienes ; y
tus nubes destilan grosura.
IS Destilan sobre las estañólas del de-
sierto ; y los collados se ciAen de alegría.
18 Vístanse los llanos de manadas, y
los valles se cubren «le grano : dan vooes
de Jubilo, y aun cantan'.
SALMO LXVL
Bwktrta á Uñ» la Merra 4 elotar 4 JMm por
la» nutratíUtta» miÍMHtardtat f Aieací fue
Aa keoke 4'*M iweUo.
Al Mdsico principal : Oántloo de Salmo.
ACLAMAD á Diot con alegría, voeo-
. tro» Ifu de toda la tierra:
a Cantad la gloria de su Nombre : po-
ned gloria en tu alabanza.
8 I^cid á Dios : ¡ Cuan terrible erta en
••aLIfcn.
y 47. 4.
» Jsr. ». 8.
•BsLU.a.
<f Bal. 7. IS.
•BS1.A4.
•8sl.a.7.
»8al.8C8.
• Sal. 8». 9.
Hat 8. 36.
' Is. 14. 12L
ÜÍÁTAfngL
' H. 14 ti.
» 8«L 11. 4.
788.18.
* la. 48. 10.
1 FbiL 1. 7.
'Oa.7.1X
*8kl.3«.2.
11.
/Pro. 28. 9.
Is. 1. 16.
Juan 9. 31.
8u«*. 4. 8.
«8«1. 4.8.
b8ál.8S.U.
JSi.8117.
0«.3.S1^
« Stl. 23. 87.
•Na.lOL3&
tnaobnw! Porlo grande de tn ÜMialcni
te mentlráii-tiu «nemlfto*.
4 Toda la tierra te adonui, v caatuAa
& tí: oftiilaráa á 4u Nombre. Belah.
5 VcBid, 7 ved iM ofeanM de Dios : ter>
Tibie en hechoe lobre loe hijos de loe
hombres.
fl'VolTió la mar en seeo«: por el xio
panion ¿ pié : allí en él nos aleñamos.
7 El se enseftarea con su Cottateca pan
siempre : eus «¡Jos atalayan sobre las mi».
tesA : los rebeldes no serán ellos enedta-
dos. Selah.
S Bendecid, pueblos, 4 nuestro Dioe,
y haeed oír la toz de su alabanza.
9 El e« el que puso nuestra alma en
vida, j no permitid que nuestros pies
resbalasen.
10 Porque td nos probaste, oh Dios ;
ensavástenos como se afina la plata «.
11 Nos metiste en la red'; pusiste a-
pretura en nuestros lomos.
IS Hombres hiciste subir sobre nuestra
cabeza; entramos en fuego y en aguas,
y sacástenos & hartara.
18 Entraré pus* en tu casa con bolo-
caustos : te pagaré mis retos,
14 Que pronunciaron mis labios, y ha-
bló mi boca, cuando ancnitiado estaba.
15 Holocaustos de anmale* cebados te
ofrecerá, eon perfume de cameros: sa«
«vifioaie bueyes y machos oabxíos. Selah.
16 Venid, oid todos los que teméis &
Dios, y contaré lo que ha hecho á nü
alma*.
lY A él clamé con mi boca, y ensalzado
Alé oon mi lengua.
18 Si/ en mi corazón hubiese yo mirado
á la iniquidad, el Sefior no me oyera.
19 Moa ciertamente me oyó Dios; aten-
dio á la TOZ de mi suplica.
SO Bendito Dios, que no echó de ti nú
oxadon, ni de mi su misericordia.
SALMO liXVlI.
Onelm dt le lalmla por la mnptigaií»» 6a
reJmo 4t JMm t» teje el mmmdé.
Al M^sioo prlnolpid, en Neginoth.
Salmo de Oántico.
DIOS tensa misericordia de nosotros,
y nos bendiga; haga resplandecer
su rostro sobre nosotros «. Selah.
fi Para que sea conocido en la derra tu
camino ; en todas las gentes tu salud.
8 Alábente to« pueblos, oh Dios ; alft>
beate los puebbis todos.
4 Alégrente, y gócense las gentes, en-
ando Juzsftres los pud>los con equidad,
irdures las naciones en la tierra.
5 Alábente los pueblos, oh Dios ; todos
los pueblos te alabea. •
6 t<a tierra dará su flrntot : nos benda-
cirá blos, el Dios nuestro.
7 Bendíganos Dios, y témanlo todos los
flnes de la tierra».
SALMO LXVIII.
Edtorta A atabtr A JMos por l« vietúHm «m
ha dmáa eitm/n A m mmU» d» tcdp» eue
mmigee. Ká eimtiom Mm^al de U wUla-
rUáeOrido.
Al Mrisleo pttadpai e Salmo deeaneloa
de David.
T EViÍNTBSE Dioe,
_ , esparcidos
MJ sus en«migos«, y huyan de su pre-
sencia los que M aborrecen.
fi Como es lanzado el humo Um lanta-
rés : oomo se derrita la cera delante del
fuego, asi perecerá!» los impíos delante
de Dios.
8 Mas ios Justos se alegrarán; gozarse
han delante de Dios, y saltarán de ale-
gría.
4 Oantad á Dloa, oantad nlmot á lu
Nombre : ensalzad ál que sube wbre hs
cielos en JAH su nombre, y akgrfei
delante de él.
6 Padre de fanécteiea, y dofthsar de
Tiudas, «fb Dios en la morada de sd
Santuario:
6 Bl Dios que haoe habUar en &biOÍs
los ffiie eetabmm solos ; que saca á loi s-
pridonados oon grillos: mas los rsbddei
habitan en sequedad*.
7 Oh Dios, cuando til saliste datante ie
tu pueblo, cuando anduviste per d de-
sleeto, Selah,
8 la tieira tembló'; también desta»-
ron los cielos á la presenola de Dios:
aquel 81nai« tembló delante de Dk»,
del Dios de Israel.
9 Abundante Uuvla esparciste, oh Dios,
á tu heredad/; y cuando se cansó, td Is
reereaate.
10 Les que son de tu grey han moiado
en ella: por cu bondad, oh Dice, tatn
provisto al pobre.
U El Seftor daba palabra: de las
gellzantes liaMa gruide ijéroito.
18 Huyeron, huyeron reyes de ^'rcl-
tos ; y las que se quedaban en casa par
tian los desiwjos.
18 Bien que fbisteis eohados entre k»
tiestos^, Mráts como las alas de la palo-
ma cubierta de plata, y sus plumas oon
amarillez de oto.
14 Cuando esparoló «1 Omnipotente
los reyes en ella A, emblanquecióle éáe
oomo la nieve en Salmón '.
15 El monte de Dios *ee€«iiio el moati
de Basan ; monte aUocomo el de Basan.
10 ¿Per qué os levantáis, oh moata
altos ? Este monte amó Dios pan m
asiento': ciertamente Jehová habitaii
en U para siempre.
17 Los carros de Dios son veinte luQ y
mas millares de ángelM. El SeBor entre
ellos», tomo «n Saai oei en d Ssn
tuario.
18 Subiste á lo alto», oautiTaste U
oautívidad», tomaste dones para los
hombres, y también para los rebeldes,
para que habite enfre eltoe ' /AH Dies.
19 Bendito el Beikir ; cada día nos cd-
ma de benefteioe el Dios de nuestra salud
Selah.
80 Dios, nuestro Dios «lene de sdrar-
nos : y de Dios Jehová es el Ubntt de la
muerte.
81 Ciertamente Dios herirá la
de sAs enemiigos, la eabdiuda mdlers
del que camina en sus peeados.
n El Sellor dijo : De Basan haré vd
ver, le haré volver de los proAiodos de
lamarr:
te Porque tu pié se eutujeceiá de san
gre de tus edemigosr, y de ella miinm
U lengua de tus perros.
84 Tleron tus caminos, idi Dios; los
caminos de mi Dios, de mi R?, en el
Santuario.
85 Los cantores • Iban ddante, los tsBe-
dores detras ; en medio las doncdli» con
adufiws.
86 Benfleeid k Dioa en congVMadoMi:
al Sefior, voettnm de la ctttrpe de Israd-
87 Alli eetiüta d Joven Benjarnta, le-
Aoreador fue Jké de dios, los prfndpci
de Judá en su congregación, los prindpes
de Zabulón, los pnnclpes de NepMaB.
88 Tu Dios ha ordenado tu filena:
oonflrma, oh Dios, lo «{ue has obnMlo sn
nMotros.
89 Por razón de tu templo en Jenss.
lara los leves te oAraoerán dónese
80 Reprime la reunión de gentai ar-
madas, la multflmd de toros eon los 1^
cerras d« los pueblos, áoda fue teim *
somatan oon «M piezas de
"iK^;
SoXtliiOS*
'S8II.17.1.
«te.
•8aLS4.4.
as.
/Sal. 40. S.
7 U9. 17.
rb.ifi.24,
25.
Ais. 48. 4.
i Oi. 6. 1, 2.
»8ia.lS0.8.
{ Sal. 92. 3.
•8áL137,ti«.
«Ia.U.2,6.
78S.I.I7.
«8«1.8fi.ll.
•C Ii. SI. 12,
13.
«7.
/2 8*.2S.4.
06.6.8.
91 Bey. 4.20,
24.
Bd.89.26,
86.
Sae. 9. 10.
k Uic. 7. 17.
< 2 Gr. 9. 28,
24.
8¿. 46.1a.
y 68. 20.
h.49.7.
lUt2.lL
8 8aa llena mi boca de tu alabanza, de
tu eloxbi todo el dia.
9 No me deaeche« en el tiempo de la
T^ex; cuando mi filena se acabare, no
me desamparea.
10 Porque mis enemigo* han tratado
de mi, y los que acechan mi alma con-
sultaron Juntamente ',
11 Dioiexuio : Dio» lo ha d^ado : per-
seguid y tomadle, porque no hay quien
le libre.
19 Oh Dios, no te alejes de mi: Dios
mió, acude presto á mi socorro.
18 Sean aTergonzados, fallezcan los
adversarios de mi alma ; sean cubiertos
de vercfLenza y de confusión* los que
mi mal buscan.
14 Mas yo siempre esperaré, y aüadiré
sobre toda tu alabanza.
15 Mi boca publicara tu Justicia jf tu
salud todo el dia, aunque no sé el nii-
mero dé etliu/.
16 Tendré á las valentías del Sefior
Jehová : haré memoria de sola tu jus-
ticia«.
17 Oh Dios, ense9¿steme desde mi mo-
cedad; y hasta ahora he manifestado
tus maravillas.
18 Y atm Hguiré hasU la yejez y las
canas: oh uTos, no me desampares*,
hasta que denuncie tu brazo á la pos-
teridad, tus valentías á todos los que
han de venir :
19 Y tu justicia, oh Dios, hasta lo ex-
celso ; porque has hecho grandes cosas :
oh Dios, ¿ quién como tü ?
80 Tú, que me has hecho ver machas
Xstias y males, volverás á darme
■', y de nuevo me levantar&s de los
abismos de la tierra.
81 Aumentarás mi grandeza, 7 volve-
rás á consolarme.
92 Asünismo yo te alabaxé con instru-
mento de salterio*, oh Dios mió: tu
verdad cantaré yo á tí en el harpa^, oh
Santo de Israel.
93 Mis labios cantarán, cuando 4 tí
salmeare, y mi alma, á la cual redi-
miste.
94 Mi lengua hablará también de tu
justicia todo el dia ; por cuanto f\ieron
avergonzados, porque fueron confusos
los que mi mal procuraban.
SALMO LXXII.
Bttío la figura de Salomo» pro/tiita DctUA d»
Orillo, de «u oficio, de la gloria, felieidad y
pn^fagaeton as «u rñno.
Para Salomón «.
OH Dios, da tus juicios al rqr, y tu
justicia al h^o del rey.
9 Él juzgará tu pueblo con justicia, y
tus afligidos con juicio h,
8 Los montes llevarán pax al pueblo e,
y los collados Justicia.
4 Juzgará los afligidos del pueblo, sal-
vará los hijos del menesteroso, y que-
brantará al violento d.
5 Temerte han mientras duren el sol
y la luna, por generación de genera-
ciones*.
6 Descenderá como la lluvia sobre la
yerba cortada/; como el rocío que des-
tila tabre la tierra.
7 Florecerá en sus dias justicia, y mu-
chedumbre de paz, hasta que no haya
hma.
8 Y dominaiA de mar á mar, y desde
el rio hasta los cabos de la tierra^.
9 Delante de él se postrarán los Etio-
pes; y sus enemigos lamer&a la ti-
erra*.
10 Los r^es de Tharsis y de las islas
traerán presentes > : los reyes de Xeba y
de Seba ofrecerán done*.
11 Y arrodillarse han á él todos k*
reyes ; le servirán todas las gentes.
19 Porque él librará al menestamo
que clamare, y al afligido que no tavi-
ere quien le socorra.
18 Tendrá misericordia del pobre y
del menesteroso, y salvará las alnus de
los pobres.
14 De engallo 7 de violencia redimirá
sus almas ; y la sangre de ellos será pre-
ciosa en sus ojos*.
15 Y vivirá, y dariide del oro de Xeba,
y oraráM por él continuamente ; todo d
dia te le bendedrá'.
16 Será echado un puBo de grano en
tierra, en las cumbres de los montes;
su fruto hará ruido como el Líbano, y
fo# de la ciudad floreoeráa oomo la yacb*
de la tiena.
17 tSerá su nombre para siempre, per-
petuaráae su nombre mientras el lol
dure : y benditas serán en él todas las
gentes : liamailo han bienaventurado.
18 Bendito Jehová Dios, el Dios de
Israel, que solo hace maravillas.
19 T bendito su Nombré glorioso pan
siempre : y toda la tierra sea llena de lu
gloria m. Amen, y Amen.
90 Acábanse las oraciones de David,
l^jo de Isaí.
SALMO LXXII I.
Declara d Salmiila la terrible tmkutom W
padeeiff tu alma al ver la protptridaade
(M malot t» etlt mtindo/ ptro ategura que
tt tranquiUté tu etmñritut y m arraii« «mu
m ttperatua «n iMM, cd oomatdnar eém
«nguMOJia «• OAtulIa froaperUaA, mh <«-
aiado dura miueko, te aeeíba c»m la vtda.
Salmo de Asaph.
CIERTAMENTE bueno et Dios á
Israel, á los limpios de corazón.
9 Mas 70, casi se deslizaron mis pies,
por poco resbalaran mis pasos.
8 Porque tuve envidia de los insen-
satos, viendo la prosperidad de los im-
píos».
4 Porque no hay ataduras para su mu-
erte : antes su fortaleza etlA entera.
5 No están ellos en el trabafo hunumo,
ni son azotados con los atrot nombres.
0 Por tanto soberbia los corona: cü-
brense de vestido de violencia.
7 Sus ojos están salidos de gruesos i:
logran con creces los antojos del co-
razón.
8 Soltáronse, y hablan oon maldad de
htutr violencia ; hablan con altanería.
9 Ponen en el cielo su boca, y su lengua
pasea la tierra.
10 Por eso su pueblo vuelve la aUndoii
aquí, que nocivat aguas de lleno les son
exprimidas,
li Y dicen : ¿ Cómo pttu sabe Dios ?
¿ Y qué, hay conocimiento en lo alto ?
19 Hé aquí estos impíos, sin ser tur-
bados del mundo, alcanzaron riquezas.
13 Verdaderamente en vano he lim-
piado mi corazón*, y lavado mis manos
en inocencia <<:
14 Pues he sido azotado todo el dia, y
empezaba mi castigo por las mafianas.
15 Si di^erf yo, discurriré de esa su-
erte ; hé aqui habria negado la nación
de tus Yiijos.
16 Pensaré pues para saber esto: « á
mis ^QS duro trab^o,
17 Hasta que venido al santuario de
Dios, entendiere la postrimería de eUos.
18 Ciertamente los has puesto en desli-
zaderos ¡ en asolamientos los harás caer.
19 ¡Oómo han sido asolados! ¡Cuan
en un punto! Acabáronse, fenecieron
oon turbaciones.
90 Como suefio dd que des|de>ta,afit
SALMOS.
Señor, eaando despeitam, mctUMprael"
vft» nu spariendM «.
81 Deaazoiuhe 4 U verdad mi coraxon,
j en mil rlflonea sentía puntadas.
> Sfi Mas JO era Ignonxil*, j no enten-
día/; «n como una bertia acerca de tí.
98 Con todo JO dempre t$tuve contigo :
trabaste de mi mano derecha ;
M Haime guiado según tu consejo, y
después me reciUrás en gtoria.
S5 ¿ A quién tengo jo en loa eieloa ?
Y ñiora de tí nada deseo en la tierra.
96 Mi carne j mi corazón des&Qecen :
MU la roca de mi corazón, j mi porción
a Dios para siempre.
97 Poique lió aoul» loa oue se alejan de
ti pereoñin : ttf cortar» i todo aqud
que fomicaiMÜo de tí te aforta.
98 Y en cuanto 4 mí, el acercarme á
Dios me M el bien: he puesto en ei
8eih>r Jehová mi esperanza, para con-
tar todas tus obras.
SALMO LXXIV.
fia^n* dpnftta é Dio» del dtíomparo «i» m
fMNo, y dlN «ifrooo h»eko par mu wmtmigo»
M A ttmUa w ewto divino ¡ y ptUU qvu,
tmrémitúoi» de tm aWansa « ptcm—a», oe»-
iaélmd^emtaáentlgUtía.
MaaquU de Asaph.
c "pOR qué, oh Dios, no» has dése-
X chado para siempre ? i por qué
ha humeado tu fUror contra las ov^as
de tu dehesa « ?
9 Acuérdate de tu congregación, que
adquiriste de tiempo antiguo ; cuando re-
dimiste la vara de tu herSlad, este monte
de 8ion, donde has habitado.
3 Levanta tus pies á los aaolamlentoa
eternos ; á todo enemigo que ha hecho
mal en el santuario.
4 Tus enemigos han bramado en me-
dio h de tus sinagogas : han puesto sus
divisas por sefias.
5 Cualquiera se hacia fiímoso según que
habla levantado d hacha sobre loa gme-
MS maderos para et tantuarto,
9 Y ahora con hachas j martillos han
quebrado todas sus entalladuras.
7 Han puesto á fuego tus santuarios,
han protanado ei tabemiculo de tu
nombre eckandoh á tierra.
8 Dijeron en su corazón : Dcstrujámos-
los de una vez : han quemado todas las
dnaeogas de Dios en la tierra.
9 Ño vemos ja nuestras séllales: no
hay mas profete ; ni con nosotros A^^
quien sepa hasta cuando.
10 i Hasta cuando, oh Dios, el angus-
tiador nof afrentará ? ¿ Ha de blasfimuir
d enemigo peroetuamente tu Nombre ?
11 i Por que retraes tu mano, j tu
diestra ? ¡por jui la escondes dentro de
tu seno?
19 Kmnero Dios et mi rej e ja de an-
tiguo ; el que obra saludes en medio de
la tierra.
13 Td hendiste la mar con tu fbrta-
loa': quebrantaste cabezas de ballenas
en bs aguas.
14 Ta magullaste las eiibezas del Le-
vtathan « ; mstelo por comida/ al pueblo
de los desiertos,
15 Ttf abriste fliente j riof ; tü secait*
ilof impetuosos A.
18 Tuje es él dia, tuja también es la
noche; td aparejaste la luna j d sol.
17 Td estableciste todos los términos
de la tierra : el verano j el invierno tii
■lanrmasta.
18 Acuérdate de esto, que cl enemigo
hi dldio afrentas á JtfiovA, j oue el
piicblo bisenaatff ha blaaftmado tu Nom-
19 No entregne* 4 lae bertlas ét idma
de tu t^ola : j no olvides pan siempre
la eongregadon de tus aíllgidoa.
90 Mira •' al pacto : porque las tenebro-
sidades de ta nerra llenas están de habi-
tadones de violencia.
SI No vndva avergonzado d abatido :
d afligido j d menestetoao alabaiéa tu
Nombre»
99 Levántate, oh Dios, aboga tu cansa :
aonéidate de oomo d Insensato te in-
juria cada dia.
88 No olvides las voces ^e tus ene-
migos : el alboroto de los que se levan-
tan oontta tí sube continuamente.
SALMO LXXV.
XNof «a áifuú dé ttr «fatal»; «I emat por m
AuMeto abofa é imms, y MMofae é otro»,
WMMte 4 los f«M b ttmtm, y oMk A loa
inkpfo».
Al Mddoo pifaielpaU No dealmjaa :
Salmo de Asaph. Oáatloo.
ALABARÉMOSTE, oh Dios, te ala-
baremos ; que cercano está tu Nom-
bre : cuenten toda» tus maravillas.
9 Guando yo tuviere tiempo, jo juz-
garé rectamente".
8 Arruinábase la tierra, j sus morado-
res : JO sostengo sus columnas b. Selah.
4 D^e á los insensatos: No es infií-
tuds: j á lo* Impíos: No levantéis el
cuernos
5 No levantds en alto vuestro cuerno ¡
no hablds con cerviz erguida.
6 Porque ni de Oriente, ni de Ocd-
dente, ni del desierto viene el ensalza-
miento.
7 Mas Dios, que es el Juez, á este abate,
j á aquel enúuza *.
8 Porque el calis eHá en la mano de
Jehová, V el vino es tinto, lleno de mis-
tura ; j el derrama del mismo : cierta-
mente sus heces chuparán y beberto
todos los impíos de la tierra.
9 Mas JO anunciaré siempre, cantaré
alabanzas al Dios de Jacob.
10 Y quebraré todos los cuernos de los
pecadores: los cuernos del justo serán
ensalzados.
SALMO LXXVI.
Dto* ff« «Ufrno fit MV aMboAo por la» laani-
•»Uaf eoe que w ha manifeeUuh m a« jm«-
Uo, ecn«MMÍo, dManHOMio, y doAaeimáo d
toía* nw <n«mt|^, aunque nuu/uerlu.
Al Mütíeo prinoipal, sobre Neginoth.
Salmo ó canción de Asaph.
DIOS e» conocido en Judá : en Israel
e» grande su nombre «.
9 T en Salem está su tabernáculo, j su
habitación en Siont.
8 Allí quebré laa saetas del arco, el
escudo, j la Mpada, j tren do guerra.
Selah.
4 Ilustre ere» td, j Itaerte, mas que los
montes de caca*.
5 Los fuertes de oorason fueron des-
dados; durmieron su sueño', j nada
laron en sus manoa todos ios varonea
fuertes.
6 A tu reprensión, oh Dios de Jacob,
d cairo j el caballo* fueron entorpe-
cidos.
7 Td, terrible «rs« td : ¿ j quién pa-
rará delante de tí en oomensando tu
ira/?
8 Desde los éldoe hldtte oír Jnido ; la
tierra tuvo temor, j quedó suspensa,
B Guando te levantaste, oh Dios, d
Juldo, pera salvar á todos loe mansos de
la tierra. Selah.
10 Ciertamente la ira del hombre te
acarreará alabanza: td reprlmlráa d
resto de laa Iras. ^ .
U Prometed, j pagad 4 Jehová tu-
• Osa. ir. 7,
8.
I<m.9&4&
8d.106.4A.
Jar. 88. 90,
21.
'S8a.S8.S.
» Job 9. &
'lacl.SL
dlSa.2.7Jt.
•8d.48.1.
ets. '
*8d. 182.11.
«Oan.4.8.
iiJar.SLa».
*Zae.l3.4.
/Ha.l.&
1 Contante I~ '¿H •If't •! pHD-
i^r - "-*■ --"-* <"
¡E".KSM3
Dtmmt/vmr él m^M^jñ fw con-
■niijiinTi^tmi, íTiTiSSIUL.'
Mé^dII da Ahí*.
-riaCUCBA, laiUs mt>, Bl Iq: Ib.
J!j slhad ihAii dUo 1 IH pilaliiu di
|ivq can Dk» ni a^Hhl.
HjptyiS UTDblen iar pao/ mmn¿uí
sVílill*
SáJMOB,
•XQ.lt 18,
ID.
'bu.}.
'I1I.IOUÍ
'IW.U4
mu.
J17.».
ih 10.12.
V Pna mu eanames no «m» x«etM
con ih 4 ntwTteoB árnica en au pacto.
n JBmptro él> miaeiieoidioio perdo-
naba la maldad, y no Aw dnattofa : 7 «
abundó tu miterieordia pan apartar an
ira, y aa deapertó todo au enoiJo*.
avTacoBddae que araa oamaj ; loplo
que n 7 no vuelve'.
40 i CaaattM veoea lo enaaflaron
h.llj^
txiv.
rr.
"Hl
lia a.
te. 112,
kilo,
f-s.
ttJO.
r.2.
deiierto«, lo enojaron en la aolcdad !
41 Y vaiTian, 7 tenuben 4 Otea, 7 po-
nian ttoiite al Sanio de Israel.
49 No te acordaron de su mano, del
dia oae loi redimió de anguatia :
43 Cuando pato en Bglpío ana aeSalea,
y tm maraTiílaa en el campo de Soanb :
44 T Tolvld soa rioa en aaagre*, y ana
conimtaa, porque no beblcaen.
46 luvld entre elloe «na miatura de
nuMcat que kw comia, 7 ranaa que los
deitnijenm'.
48 Dio también al pulgón aua fhitoa, y
MU trabajos A la langosta «.
47 Sus Tifias destruyó con graniao/, 7
MU hhiuerales con piedra.
48 Y entregó al pedrisco sus bestias, y
al foMo ras ganaoos.
40 Aivió sobre elloa d fiíror de su
nfla; ira, 7 enq)o, y angustia, con mi-
lioa de malee iagelea.
60 Dispuso el eamlno á au ftiror ; no
eximió la vida de ellos de la muerte,
liaó que entregó tu vida A la mortandad.
61 S hirió á todo primogénito en £.
t^og, laa prlmiciaa de laa fticraaa en
las tiendaa de Oam.
65 Empero hbo salfar & an pueblo oomo
M(i> d« ovejas, y llevólos por el desierto*
oaateunrebafle.
68 T gulóioa con seguridad, que no
teviemn miedo; y la nuur< oubrid á
(US aaemigoa.
64 MetiÓMta deapnaa en loa tóraninos de
tu santuario, en este aoonte que ganó au
iBanodereoha*.
66 T echó laa gentea de delante de
eUos, 7 repartióles una herencia con cn-
erdaa éUtribuida t, 4 hizo habitar en sus
moradas á las tribus de íirael.
68 Mas tentaron y enojaron al Dios
Altitfano, y no guarnaron sus testimo-
nios;
57 iSno que se volvieron, y rebelaron
oomo sus padrea : volviéronse como arco
engañoso.
ttT enojáronlo con sus altos, y pvovo-
<w»ilo & lelo oon sua eaouHuras »,
66 Qyóto Dios, y enqióse, y en gran
oumera aborreció á Israel.
00 Dejó por tanto éí tabemieulo de
Silo, la tienda en qm habitó entre los
hombres:
41 Y dio en cautividad au fortaleza, 7
su gloria en mano del enemigo «.
^ Sntregó también au pueblo A cu-
chillo, 7 airóae contra au heredad.
tt £1 ftiego devoró sus mancebos, y
*o» viígtees no fueron loadas m coiiáM
nepciato.
^ 8ua aaeerdotea cayeron A cuehiUo, y
MU ^udaa no lamentaron.
65 Entdnoes despertó el Sefior A la
"asnera del que ha dormido, oomo un
valiente que grita excitado dd vhio ;
W £ hirió A sus enemigos en las partes
posteriores* : diiSles perpetua afrenta.
97 Y deaeohó ei tabénaáoulo de Josqih,
J Qo escogió la tribu de Ephraim :
QB Shio que esot^tó la tnbu de Jlidá^,
« monte de Siou, al cual amó «.
^ Y edificó su santuario A manera de
«Htfuofa eminencia 3 como la tierra que
, W Y eKgid ABavld su tiervo', y tomó'
^ de laa autiadM d* iM ovniaa I
71 De tras las paridas lo «nüo» p«n
Íue apacentase á Jacob au pueblo •, 7^^ *3Ba.&8.
arael au heredad.
79 T apaoentóloe con entereza de tu
corason*; 7 pastoreólos con la pericia' tlBA7.9.4.
da sos manos.
SALMO LXXIX.
B$ <f mitmo arfummdo étí Bálmo IiZXIT.
Salmo de Atoph.
OH Dioa, vinieron laa gentes A tu be-
redad*; el templo de tu santidad
han contaminado t; pusieron A Jeruaa-
lem en montonea c.
8 Dieron los cuerpos de tus siervos por
comida A las aves de los délos ; la carne
de tus santos A las bestias de la tierra.
a Derramaron tu sangre oomo agua en
los alredcdtnes de Jerusalem ; y no hubo
quien loe enterrase '.
4 Hemos afrentada de nueatros veci-
nos «, escarnecidos v burlados de los que
eetán en nuestros alrededores.
a ¿ Hasta cuando, oh JehovA ? ¿ Has
de estar airado para siempre ? ¿ ArderA
como fuego tu zelo/ ?
6 Derrama tu ira sobre las gentes que
no te conocen, y sobre los reinos que no
invocan tu Nombre^.
7 Porque han consumido A Jacob, y su
morada han asolado.
8 No recuerdes contra noeotros las ini-
quidades antiguas A : anticípennos presto
tus miseiicordias, porque estamos muy
abatidos i.
& Ayddanos, oh Dios, Salud nuestra,
por la gloria de tu Nombre : y líbranos,
y aplAoate sobre nuestros pecadas por
amor de tu Nombre.
U) Porque dirAn las gentea : / Dónde
eetá su Dios * ? Sea notoria en laa g«-
tea, deiente de nuertros ojos, la ven-
ganza de la aangre de tua siervos que fué
derramada.
11 Entre ante tu acatamiento el gemido
de los presos': conConne A 1* grandeza, ISAXO.M.
de tu toazo pveaerva A los aentenciadea A
muerte.
18 Y toma A nuestros vecinos en su
seno siete tantos de su infamia con que
te han deshonrado, oh JehovA.*. • Sal. 74.18.
18 Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas
de tu dehesa », te alabaremos para si- " 8aL M, 7.
empre : por generación y generación can-
taremoa tua alatumzaa «. ' Is. 48. ¡U.
SALMO LXXX.
Meeimitmo atgmmmtío p oeauton dtlpre*
> La. 1. 10.
(Sal. 74. 3. 7.
9.10.
Mío. 8. 18.
'Jar. 14.18.
7I&4.
'Den. 28. 87.
Sal. M. 14.
/Sai. 8B. 46.
Soph.1.18.
«Jar. mas.
A8aL130.8.
Is. 6i. 9.
• Dea. 88. 48.
6 8aLlU.8.
iwA 2. 17.
O"
Al Mdalco principal, aobre SosamUm-
eduth : Sauno de Asaph.
H Pastor de Israel, eseudia : ni que
pastoreas como A ov^aa A Josepha,
que estás entre querubines^, reaplan-
aece«.
8 Deapierta tu valentía delante de E-
phralm, y de Beqjamln, y de Manaste^,
y ven A ralvamoa.
8 Oh Dios, haznoa tomar*; y has res-
plandeoer tu roatro/, y aerémoa aalvoa.
4 JehovA, Dioa de loa cjércitoa, ¿ haaU
cuando humearáar td oontra la ocadon
de tu pueblo ?
5 Dlstdes A comer pan de lágrimasJk;
y díateles A beber lágrimas en gran abun-
6 Puaístenos por contienda A nuestros
vecinos i y nuestros enemigoa ae burlan
entre sí da nasa^TM.
7 Oh Dios de los «déicitos, haznos tor>
nar; y haz resplandecer tu roatro, y
seremos salvos.
S Hidste venir una vid de Egipto<i
echaste las gentes, y phmtástela*.
9 Limpiaste ú Uigar ddsate de día :
«aa].n.«,
»2Ba.&2.
« 8d. 94. 1.
4Nn.2.18,
• ver. 7, 19.
/lf«i.&S5.
8d.4.«.
744.8.
'Sal. 74.1.
&8aLtt.S.
• la. 6.1, y.
Jar. a. 21.
6 8aL44.2.
SALMOS.
/ S«l. 89. 40,
41.
"• wr. 8, 7.
o Sal. 8. tft.
6 Na. 10. 10.
eI«.SS.fM,
26.
d Sal. 114. 1.
* Ex. 1. 14.
/Sz.2.23.
714.10L
» Ex. 17. 2, 7.
NtLao.ia.
ADaa.82.a9.
• Ek. 90l a.
tHedi.7.4a.
(DNL82.29.
Ia.48.1&
C
"•DeiLSSJS.
é hleiate amigar sus ratoes, j llenó la
tiemi.
10 Los montes flieron cubiertos de su
sombra ; j sus sarmientos ooma cedros
de Dios.
11 Extendió sus vastagos hasta la mar,
y hasta el rio sus mugrones.
IS ¿ Por quó aportillaste sus vallados,
y la vendimian todos los que pasan por
el camino ' ?
18 Estropeóla el puerco montes, y pa-
cióla la bestia del campo.
14 Oh IMos de los ejércitos, vuelve
ahora : mira desde el cielo, y considera,
y visita esta viña ;
15 Y la planta que tdantó tu diestra, y
el renuevo que para ti corroboraste.
16 Quemada & fuego está, asolada : pe-
rezcan aquello» por la reprensión de tu
rostro.
17 Sea tu mano smre el varón de tu
diestra, sobre el hijo del hombre que
para tí corroboraste.
18 Así no nos volveremos de tí ; vida
nos darás, é invocaremos tu Nombre.
19 Oh Jehová, Dios de los ejércitos,
haznos tomar ; haz resplandecer tu ros-
tro, y seremos salvos <*.
SALMO LXXXI.
EiAorta á alabar áI>io$^ío$ ¡muffleúta ra-
eibidot, y á la obeiUtiuta dt tu tanta le^ ¡
ta me m m jNMblo hubiera guardado, Ihoe
lee Mlria iibrado át mu eutrnigot, y colnwt-
doUudehienet.
Al Müsico principal, sobre Gitfaith * :
Satmo de Asaph.
ANTAD á Dios, fortaleza nuestra :
al Dios de Jacob celebrad con jdbll».
S Tomad la canción, y tafted «t aduft«,
el harpa deUoiosa con el salterio.
8 Tocad la trompeta en la nueva luna,
en el día señalado, en el día de nuestra
solemnidad b.
4 Porque estatuto et de Israel, orde-
nanza del Dios de Jacob c
5 Por testimonio en Joseph lo ha con-
stituido, cuando salió por la tierra de
Egipto; donde oí lenguage que no en-
tendían
6 Aparté entonces su hombro de de-
bajo de la carga ; sus manos se quitaron
de hacer vasijas de barr6 «.
7 En la calamidad clamaste/, y yo te
libré : te respondí en el secreto del true-
no ; te probé sobre las aguas de Me-
riba'. fíelah.
8 Oye, pueblo mió, y te protestaré:
Israel, si me oyeres*,
9 No habrá en tí dios ageno ; ni te en-
corvarás á dios estraño.
10 Yo »a¡f Jehová tu Dios, que te hice
subir de la tierra de Egipto * : ensancha
tu boca, y henchirla he.
11 Mas mi pueblo no oyó mi voz, 4
Israel no me quiso á mí.
IS Déjelos por tanto á la dureza de su
corazón k : caminaron en sus consegos.
18 ¡ Oh, si me hubiera oido mi pueblo,
si en mis caminos I hubiera Israel an-
dado!
14 En una nada habría yo derribado
sus enemigos, y vuelto mi mano sobre
sus advenarios.
15 Los aborxecedores de Jehová se le
hubieran sometido ; y el tiempo de dios
ftacra para siempre.
10 Y Dioe lo hubiera mantenido de
grosura de trigo: y de mid de la pfe>
ora te hubiera saciado m.
SALMO LXXXII.
Bepnmie á loi iniemo» maifittradot. DteUra-
Ut tuqíMúfy tu eoMgo ti noto Meítrai.
Salmo de Aisph.
DIOS está en la reunión de los diosa;
en medio de loa dioses Juzga.
3 i Hasta cuando Juzgaréis lujnsta-
mente, y aceptaréis las personas de bu
impíos? Selah.
3 Defended al pobre y al huérfiuio:
haced justicia al afligido y al nuDec-
terosoo.
4 Librad al afligido y al necesitado; U-
bradlo de mano oe los impíos.
6 No saben, no entienoen, andan en
tinieblas ; vacilan todos los cimientos de
la tierra h.
6 Yo dije : Vosotros mI«« dioses, é hi-
jos todos vosotros del Altísimo.
7 Empero como hombres mcciriis, y
caeréis como cualquiera de los tirsnos.
8 Levánute, oh Dios, juzga la tierra:
porque tü heredaráa en todas las gentes.
SALMO LXXXIII.
Pide A IHot aeuda m aoeorro da tu fuMt,
contra A eual ka» eomtpirado to» reyu de
la tierra, lo* de eerea y lot de Ifjot, wiM
intentot dejara ; y ruega d Diot ¿w ut
dtteoneierU y dMÍruyo.
Canción. Salmo de Asaph.
OH Dios, no tengas silencio : no csUa,
oh Dios, ni te estés quieto.
5 Porque hé aquí que l>raman tus ene-
migos ; y tus aborreoedores han aliado
cateza.
3 Sobre tu pueblo han consultado as-
tuta ^ secretamente, y han entrado en
consqo contra tus escondidos*.
4 Han dicho : Venid, y cortémoslos de
«er pueblo ; y no haya mas memoria del
nombre de Israel.
5 Por esto han conspirado de corazón á
una : contra tí han hecho liga
6 Los pabellones de los Iduméos, y de
los Ismaelitas, Moabb, y los Agarenos,
7 Gebal, y Ammon, y Amalee: los
Philistéos, con los habitadores de Tiro.
8 También el Assur se ha juntado oon
ellos : son por brazo & los hijos de Loth.
Selah.
9 Hazles como á Madlan«, como á
Sisara <<, como á Jabín en el atojo de
Ciaon:
10 Hue perecieron en Endor; fueron
hechos muladar de la tierra.
11 Pon á ellos y A sus capitanes como
á Oreb, y como á Zeeb«, y como á
Zeba/, y como á Salmunna: á todos
los prlndpes
12 Que han dicho: Heredemos pan
nosotros las moradas de IMos.
13 Dios mió, pontos como á torbellinos;
como á hojarascas f delante del viento.
14 Como Alego que quema el moote,
como llama que abrasa las breñas,
15 Persigúelos así con tu tempestad, y
asómbralos oon tu torbellino.
16 Llena sus rostros de vergOenza ; y
busquen tu Nombre, oh Jehová.
17 Hean afirentados y turbados para si-
empre ; y sean deshoniados, y perezcan.
18 Y conozcan que tu nombre «* Ja-
hová: <ó solo Altísimo sobre toda la
tierra.
SALMO LXXXrV.
David, huyendo por lajertetMeiom de SesA, t
dueando verte en Jerueetlem, para mmm-
n<ear am loe «toe «n i¡ divine ndto, eoata
lat alabamatu de ta I^eita, f él bita fve
goea «I que eomumiea eu elfo eoujt.
Al Müsico principal, sobre GltUtb.
Salmo para los tiQos de Core.
¡ r^UAN amables son tus mondas, oh
v/ Jehová d» loa 4\)éroltoa !
9 Codicia y aun anUantemente d«sa
mi alma los attioa de J«havá*: mi e«-
raxon y noi cama oanlaa al Dios «iv«> |
íSüSiííejn
Al MiiücD mIiuIpbJ^ 8ilmD pan ^
A VontsM Id, 6(Ddt, «rt bmai
°f9U
Hhui^Sráp driint
■mü FaUtUí», 7 Tin, ean SUopb*
anudan d* Salmc nn t« hU» de
SALMO&
»8ia.4a.7.
«Job 19. 18.
etc.
8ia.Sl.ll.
7143.4.
i Job 19L 14.
'U88.18.
/8d.e.8.
7M.0. .
711M7.
rM.S.3.
Ajobe. 4.
•28». 7.11.
»BftL 108.90.
«8d.6S.7.
Mar. 4. 98.
41.
I Egipto.
XX.I4.9&
8>1. 87. 4.
la.&L».
' Jvee. 4. 6,
13.
'Jofcia.!.
6 Hanne puesto en el hojo profundo,
en tinieblas, en hondunu.
7 Sobte mi se ha acostado tu ira, y
tne has afli|^dob con todas tus ondas.
Selah.
8 Has aleado de mi mis conocidos;
hasme puesto por abominación c & ellos :
encerrado estoy ¿, y no puedo salir.
9 Mis ojos enfermaron á causa de mi
aflicción : hete llamado, oh JebovA, cada
dia he extendido & tí mis manos.
10 ¿ Harás tü milagro á los muertos* ?
¿ Levantaránse los muertos para ala-
barte? Selah.
11 ¿ Serk contada en el sepulcro tu
misericordia/, .y tu verdad en la per-
dicion ?
IS i Ser& conocida en las tinieblas tu
maravilla, ni tu Justicia en la tierra del
olvido ?
18 Mas yo A tí he clamado, oh Je-
hov& ; y dé maftana mi oración te pre-
vino'.
14 ¿ Por qué, oh Jehová, desechas mi
alma ? 4 por qué esconda de mi tu
rostro?
15 Yo M9 afligido y menesteroso -. desde
la mocedad he llevado tus terrores A, he
estado medroso.
18 Sobre mí han pasado tus iras; tus
espantos me han cortado.
17 Hanme rodeado como aguas de con-
tinuo : hanme cercado & una.
18 Has aleado de mí el amigo y el
compafiero ; y mis conocidos «e uctmien
en la tiniebla.
SALMO LXXXIX.
BgeofiUda a teimittakupnmuaB de toprw-
perldad « «fentidori <M trono de David,
Jlgmra del reino de Orieto; « dupae» de re-
tardar la grtmdtea, homáaA, y jeMitia de
Dioe^pCdele remedio y dtfemea eomtra d pre-
texte menoeeaho de luptieblo y reino.
Masquil de Ethan Ezrahita.
LAS misericordias de Jehová cantaré
perpetuamente : en generación y ge-
neración haré notoria tu verdad con mi
boca.
2 Porque dije : Para siempre será edi-
ficada tu misericordia; en los mismos
cielos apovaris tu verdad.
8 Hice alianza con mi escogido ; Juré á
David mi siervo «, diciendo :
4 Para siempre confirmaré tu simiente,
y edificaré tu trono por todas las gene-
raciones. Belah.
5 Y celebrarán los cielos tu maravilla,
oh Jehová; tu verdad también en la
conmgacion de los santos.
8 Porque ¿ quién en los cidos se igua-
lará con Jehová ? t Quién será seme-
jante á Jehová entre los hijos de los
potentados i ?
7 Dios terrible en la nande congrega-
ción de los santos, y formidable sobre
todos euantoe eetán alrededor suyo.
8 Oh Jehová, Dio* de los «gércitos,
¿quién como tú? Poderoso ere$, Je-
ová, y tu verdad eetá en tomo de tí.
9 Tu tienes dominio sobre la bravura
de la mar«: cuando se levantan sus
ondas, tü las sosiegas.
10 Tü quebrantaste á RahabO derri-
bandole como muerto: con el brazo de
tu fortaleza esparciste tus enemigos.
11 Tuyos los cielos, tuya también la
tierra : el mundo, y su plenitud, tü lo
ftindaste.
19 Al Aquilón y al Austro tü los eri-
aste : Tabor d y Hermon • cantarán en
tu Nombre.
18 Tuyo el brazo con valentía ; Alerte
es tu mano, ensalzada tu diestra.
, 14 Justicia y Juicio «on el asiento de tu
trono/ : misericordia y verdad van de-
lante de tu rostro/.
15 Bienaventurado el pueblo que ssbe
aclamarte: andarán, oh Jéborá, 4 Is
luz de tu rostro.
16 En tu Nombre se alegrarán todo el
día : y en tu Justicia serán ensalzado*.
17 Porque tü eree la gloria de sn for-
taleza ; y por tu buena voluntad enial
zaras nuestro cuerno.
18 Pon|ue Jehová ea nuestro escodo;
y nuestro rey ei del Santo de Israel*.
19 Entonces hablaste en visión i ta
santo, y dUiste : Yo he puesto el socono
sobre valiente ' ; he ensalzado iw esco-
gido de mi pueblo.
90 Hallé á David mi siervo; nngíloeoo
el aceite de mi santidad *.
SI Que mi mano será firme con él';
mi brazo también lo fortificará"*.
82 No lo avasallará enemigo, ni hijo
de iniauidad lo quebrantará.
83 Mas yo quebrantaré delante de &
sus enemigos, y heriré á sus aborrece-
dores.
24 Y mi verdad y nü nüserlcordia u-
rán con él ; y en mi nomlnre seiá en-
salzado su cuerno.
25 Asimismo pondré su mano en la
mar «•, y en los ríos su diestra.
26 El me llamará ; Mi padre ercí tii,
mi Dios, y la roca de mi salud.
97 Yo también le pondré por primo-
génito», alto sobre loa reyes de la ti-
ffiíLU.'
88 Para siempre le conservaré nd mi-
sericordiaj» ; y mi alianza « será firme
con él.
29 Y pondré su tímiente para siempre,
y su trono como los dias de los cielos.
80 Si dejaren sus h^os mi ley, y no
anduvieren en mis Juicios ;
81 Si profanaren mis estatutos, y no
guardaren mis mandamientos ;
88 Entonces visitaré con vara su re-
belión, y con azotea r sus iniquidades.
83 Mas no quitaré de él mi misericor-
dia, ni falsearé mi verdad.
84 No violaré mi pacto >, ni mudaré lo
que ha salido de mis labios.
85 Una ve¿ he Jurado por mi Santidad,
que no mentiré a David.
86 8u simiente será para siempre, y so
trono como el sol delante de mí *.
87 Como la luna será firme para si-
empre, y como un testigo fiel en el délo.
Selah.
88 Mae tü desechaste y menospreci-
aste « á tu ungido, y te has airado «m él,
89 Rompiste el pacto de tu siervo ; has
profanado su corona echándola á tierra.
40 Aportillaste todos sus vallados';
has quebrantado sus fortalezas.
41 Menoscabáronle todos los que pa-
saron por el camino : es oprobio á sus
vecinos.
49 Has ensalzado la diestra de sos ene-
misos ; has alegrado á todos sus adver-
sarlos.
43 Embotaste asimismo el filo de su
espada, y no lo levantaste en la batalla.
44 Hiciste cesar su brillo, y echaste por
tierra su silla.
45 Has acortado los dias de tu Juven-
tud; hasle cubierto de afinenU. Selah.
40 e Hasta cuando, oh Jehová ? ¿ Te
esconderás para siempre ? ¿ Arderá pa-
ra siempre tu ira como el fuego ji ?
47 Acuérdate de cuanto sea mi tiempo :
Krque-^ habrás criado en vano á todos
j tújo» del hombre ?
48 ¿ Qué hombre vivirá, y no verá mu-
erte * ?. ¿ librará su vida del poder del
sepulcro ? Selah.
49 Sefior, ¿ ddnde «M» tus antiguas
«8al.4lL
BobilLi
L.
6E.
betíS^SP-'--
Is Attrtam tmtnrat á Un din aiH
• ullltu, ( In idkoi qnc ilmi Bul .
>btU Bbn lu liün.
IDMlTÍ'jebiivl : ttfttB
Mí-IJí.™"*"^ 1" ~ "«1
TIITBND tt AlAbv i, JehDTii, T cni-
<I8«L89.«.
•Dra.3S.8S.
Nft. 1. X
» 8aL 80. 1.
«8^73.8,
ete.
JodMlS.
U.
'8ftl.99.C
/Bz. 4. IL
»Hab.8.ia.
•'lGar.a.19,
ao.
k Job & 17.
I'ro. 8. 11.
He1i.13.fi.
etc.
(18s.13.S3.
Bo. 11.1,3.
«8«L134.
i.a.
"BaL3S.lB.
•Bal.es. M.
30or.LM>
P Ii. 10. 1.
«Pro. 1.11,
18.
•-810.7.10.
Pro. 5.23.
SALMOa
¡ot riM ta sonido ; alxaron 1m xIm ms
ondas.
4 Pero JdioTá en las alturas u mas
)ioderoso que el estruendo de las muchas
aguas, nuu fwe las redas ondas de la
mar'.
5 Tus testimonios son muy firmes : la
santidad conviene & tu casa, oh Jehov&,
por la serie de los siglos.
SALMO XOIV.
Klprtiféa vid» la vm^tmaa á» Dio» emUra la
tktoUncta á* lo* impfos magütraéM para
con d {nmUo. Oomjlrwta y conMwIa U lot
pUf e» mt ptriecurion^ promeHemdoUs é$
parte de Dio* w itftata.
JEHOVA, Dios de las Tencanzas*;
Dios de las Tenganzas, mu&trate b.
S Ensálzate, oh Juez de la tierra : da
el pago á los soberbios.
8 i Hasta cuando los impios, hasta
cuando, oh Jehorá, se gozaran los im-
píos?
4 t Hasta cuando pronunciarán, habla*
rán cosas durase, y ge vanagloriarán
todos los que obran Iniquidad ?
5 A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan,
y á tu hoedad afligen.
6 A la viuda y al etírai^ero matan, y
á los huéiftnos ouitan la vida.
7 T diiJemm : No Terá JAH, ni lo en-
tenderá el Dios de Jacob <<.
8 Entended, necios éA pueblo ; y t»»*
ttroa fiítnos, ¿ cuando serns sabios c ?
9 El aue plantó el oido, ¿ no oirá/ ?
El que tormo el ojo, ¿ no vera ?
10 El que castiga las gentes 9, ¿no
reprenderá 7 i No tabrá el que ensefia
al nombre la dencia* ?
11 Jehová conoce los pensamientos de
los hombres, que son vanidad •'.
13 Bienaventurado el hombre á quien
id, JAH. castigares, y en tu ley lo ins*
truyeres «;
18 Para tranquilizarle en los dias de
aflicción, en tanto que para el impío se
cava el hoyo.
14 Porque no dejará Jehová á su pue-
blo, ni desamparará su heredad' ;
15 Sino que el Juido será vuelto á Jus-
ticia, y en pos de ella irán todos k» rec-
tos de corazón.
16 ¿ Quién se levantará por mí contra
los nuuignos ? ¿ Quién estará por mí
oontra ios que obran iniquidad ?
17 Si no me ayudan Jehová, presto
morarán mi alma en el silencio de lot
MIMffffMO.
18 Ma» cuando yo deda : Mi pié res-
bala* ; tu misericordia, oh Jelunrá, me
sustentaba.
19 En la multitud de mis pensamientos
dentro de mí, tus consolaciones alora-
ban mi alma •.
90 ¿ Juntaréue contigo el trono de ini-
Suidides, que forma agravio en el man-
amientoj»?
SI Pénense en corros contra la vida del
Justo, y condenan la sangre inocente*.
89 Mas Jeiiová me ha sido por re-
ftigio ; y mi Dios por roca de mi con-
flansa.
88 T él hará tomar sobre ellos su ini-
quidad, 7 los destruirá ñor su propia
maldad r; lOa talará Jehová nuestro
Dios.
SALMO XCV.
KétortaéaUbairáDUm,y4ebtaieetUd» eo.
raaom, eaoarmmtomdo tn tí eoah'fw f im Ms»
M w puMo Mbre lot fM U/nenm com/n>
#11 M flWHf^M»
•38a. 91. 17.
8 Porque Jehá»vá «• Dios
Rey graiide sobre todos los diosesK
4'Porqne en su mano «tMU las proAin-
didades de la tierrm ; y las alturas de k»
montes ton suyas.
5 Suya también la mar, pues él la
hizo ; y sus manos formaron la seca.
8 Venid, adoremos y postrémonos; ar-
rodillémonos e átímotaae Jebová naestn
hacedor.
7 Poraue él et nuestro Dios; v nosotros
el pueblo de su dehesa ', y ov^s bajo de
su mano. Si hoy oyereis su voz •,
8 No endurezcáis vuestro corazón eo-
mo en Meriba/, como ei dia de Mais
en el desierto ;
9 Donde me tentaronf vuestros padres,
probáronme, y vieron mi obn.
10 Cuarenta alkis estuve disgustado con
la nación, y dije : Puetdo
divaga de corazón, y no
mis caminos.
11 Por tanto Juré en mi fiuor que no
entrarían en mi leposoA.
SALMO XCVI.
Kxkarf a H profeta átodotáqmealaAmiDttt
por m grmimemt, jr timgalarmeaU por la w-
(8tLK.<
>B«ek.f
FL&Ui|
•Hek.1'
/Kx.i:
Xn.»
Dn.l
flCocVl
VENID, celebremos alegremente á
Jehová: cantemos con JlUdlo á la
Roca de nuestra salud •.
8 Lleguemos ante su acatamiento con
alabanza; aclamémosle con cántiooe.
esto qne
ocsiocldo
i
mida dt m Meno* á r^ortaar et
CANTAD á Jehová canción nueva*;
cantad á Jehová, pueUos de toda la
tierra.
8 Cantad á Jehová, bendecid su Nom-
bre : anundad de día en dia su salud.
8 Contad entre las gentes su gloria, en
todos los pueblos sos maravillas.
4 Porque grande e« Jehová, y digno de
suprema alabanza ¡ terrible sobie todos
los dioses fc.
5 Porque todos los dioses de los pue-
blos son ídolos c: mas Jdiová hizo los
délos <(.
6 Alabanza y masnificenda delante de
él ; fortaleza y gloria en su santuario*.
7 Dad á Jehová, oh fiunilias de los
Keblos, dad á Jehová la gloria y la
taleza.
8 Dad á Jehová la honra debUa á so
Nombre/: tomad presentes^, y venid á
sus atrios.
9 Encorvaos á Jehová en la hennosara
de m santuario : temed delante de él,
ftaniliat de toda la tierra.
10 Decid en las gentes * : Jehová rdnó :
también afirmó el mundo, « no sciá con-
movido I : juzgará los noeblos enjusticis.
11 Alégrense los cielos, y gócese la ti-
erra : brame la mar, y su plenitud.
12 Regocíjese el campo, y todo lo que
en él eitá. Entonces todos los árboles
del bosque rebosarán de contento.
18 Delante de Jehová que vino : por-
que vino á juzgar la tierra*. Juagara al
mundo con justicia ', y á los pueblos ooo
su verdad.
SALMO xcvn.
Oo^faaiomyrmínadelotememigotdilMtdé»;
dé tapo rtiwo pjmicioo hteat fm opt fldSt
ttimatt dt olearia te» lot dtwSit páMat 4i
la tierra, EAsHaet taire tomto al ornar *
JXot, p aborrecimieato <U moL
JEHOVA rdnó«; regocOeselatkm:
alégrense las muchas islas K
9 Nube y obscuridad al rededor de
él: Justida y jtddo seis el asknle de
su trono*.
8 Fuego irá delante de él, y abtasaiá
en derredor sus enemigos.
4 Sus relámpagos alumbraron ei man-
do : la tierra vi<^ y estramedéoe.
5 Los numtes se derritieron ¿cooioeera
delante de Jehová, ddantn del tieBarde
toda la tierra.
6 Los cielos denunciaron su Jostida*,
y todos los pueblos vieron su glorbu
«iCr.lit
StLftl
«Jtr.UiI
11.
ih.&i'
•siiaí
iSb-lU
»Ap.tH
i8iL«<
10.
• M.*l
igd-B».
«JSM-t
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jDMir l> H*TT« i Jurmi al muBílfl ípw
]BÍadM, I i loa páibCia ODH nsUrnl,
SALMOS.
1
rSiO. 79.11.
r 146. 7.
k HelL 1. 10,
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*Ia.5L«.
tSid. 00.88.
oBU19.2,8.
Kf. 1. 7.
»Bz.l5.a&
• Ii. 40. SI.
rf8^14S.7.
• Bx. 84. 7.
Sal. 80. 15.
/ la. 57. 18.
Mié. 7. 18,
19.
r Job 88. 37.
kJv.SO.».
i Geo. 6. 19.
*8ia.90.6.
(I*. 40. 8. &
8Mir.i.io.
u.
L
15 EntAnoes temczáa lai gentes el nom-
ine de JehoT&, y todos lo> reyes de U
tierra tu gloria.
16 Por cnanto JdioT& habrá edificado
á 8ioa, y en su gloria será visto.
17 Habrá mirado á la oración de los
■olitarios, y no habrá desechado el ruego
de ellos.
18 Escribirse ha esto para la genera-
cion postren : y el pueblo que se criará,
aUbará á JAH.
19 Poroue mini de lo alto de su San-
tuario I Jehová miró de los cielos á la
tierra,
90 Para oir el gemido de los presos,
para soltar á los sentenciados á mu-
erte (|p:
91 Porque cuenten en Sion el nombre
de Jehová, y su alabanza en Jerusalem,
92 Cuando los uueblos se congresaxen
en uno, y los ranos, para servir á Je-
hová.
23 Él afligió mi fUerza en el camino,
acortó mis dias.
94 Dije : Dios mió, no me cortes en el
medio de mis dias : por generación de
generaciones ton tus afios.
25 Tii fundaste la tierra * antiguamen-
te, y los cielos son obra de tus manos.
96 Ellos perecerán, y til permanece-
n'is: y todos ellos como un vestido se
env^ecerAn • ; como una ropa de vestir
los mudarás, y serán mudados.
97 Mas tü tianpre el mismo, y tus afios
no se acabarán.
28 Los hUos de tus siervos habitarán ^,
y su simiente soRá afirmada delante
de ti.
SALMO CIII.
Dnpertando David tu atma á ku divinat
átabaiHtat con la eontideraeion dt Im b«n«-
fieio* de Diot, y etpeeialmtnlt dt nt mii»-
rifordia en pérdotiar pteadot, atC lo» tuyo»
tomolotdt tupuMo,da faeetoi diodo fid
do |p giM ¡Mctr dobo.
Salmo de David.
BENDICE, alma mia, á Jehová; y
bendigan todas mis entxaflas sn santo
Nombre.
2 Bendice, alma mía, á Jehová, y no
olvides ninguno de sus beneficios.
8 Él M quien perdona todas tus ini-
quidades«, él que sana todas tus do-
lencias &:
4 £1 que rescata del hoyo tu vida, él
que te corona de &vores y miaezioor-
5 El que sacia de Uen tu booa, con que
te rejnvenexcas como el águila «.
6 Jehová el que hace Justicia y derecho
á todos los que padecen violendarf.
7 Sus caminos notificó á Moisés» y á
los hijos de Israel sus obras.
8 Misericordioso y clemente e» Jehová ;
lento para la ira, y grande en miaefioor-
dia«.
9 No contenderá pan siempre, ni pan
siempre guardará ei omqfof.
10 No na hecho con nosotros conforme
á nuestras iniquidades, ni nos ha pagado
conforme á nuestros pecados f.
11 Porque como la altun de los cielos
sobre la tierra engrandeció su misericor-
dia sobre los que le temen.
12 Cuanto está l^ios el oriente del occi-
dente, ori hizo alejar de nosotros nues-
tras rebeliones*.
18 Como el padre se oompadeoe de los
hUos, se compadece Jehorá de los que
le temen.
14 Porque ól oonooe nuestra oondieion ;
acuárdase que somos polvo K
15 El hombre, como la yerba «en sus
dias'k: florece* asi oomo la flor del
campo.
•Job&i
DH.7.fc
PlkT.B.
I
16 Que pasó el viento por ella, y pen-
do, y su lugar no la oonooe mas".
17 Mas la misericordia de Jehovádeiáe
el siglo y hasta el siglo sobre los que le
temen, y su Justicia sobre los b^os de
los hilos;
18 Sobre los que guardan su pacto «, y
los que se acuerdan de sus mandanúen.
tos para ponerlos por obra.
19 Jehová afirmó en los ciclos sa tn>-
no ¡ y sn reino domina sobre todos,
80 Bendecid á Jdiová, veíolrot sos
ángeles*, poderosos en fortalexa, qoe «BtllAI
ejecutáis su palabra obedeciendo á la
voz de su precepto.
81 Bendecid á Jehová, votetm todos
sus ^^citos, ministros suyos/, que ha-
céis su voluntad.
99 Bendecid á Jehová, vototnu todas
sus obras, en todos los logens de su
señorío. Boidioe, alma mía, á Jdiová.
SALMO CIV.
Jtková tt digtto de ter aUbado, otaMbu lat
titirat di la cnadon, jn foWtnio, y ^noi-
doneia.
BENDICE, alma mia, á Jdiová : Je-
hová Dios mió, mucho te has en-
grandecido ; baste vestidos da gloiia y
de magnificencia.
2 El que se cubre de luz como de ves-
tidura, que estiende los cidos como una
cortina A,
8 Que establece sus aposentos entre
las aguase ¡ ei que pone a las nubes por
su carroza, el que anda sobre las alas
del viento*;
4 El que haoe á ras ángdes espiritas,
sus ministros al fuego flameante*»
6 Él fundó la tierra sobre sus basas/;
no será Jamas removida.
6 Con el abismo, oomo con vestido,
la cubriste; sobre loa montes estaban
las aguas/.
7 A tu reprensión huyeron» al Mnldo
de tu trueno se apresuraron K
6 Subiesen los montes, descendieron
los valles, al lugar que td les ftmdastni
8 Pusístefes término, ei cnal no tras-
pasarán, ni volverán á cnbrir la Uerraf.
10 Tú eru el que envia las fuentes por
los arroyos, yus van entre los montes.
11 Abrevan á todas las bestias del
oampo; quebrantan su sed los asoDs
montaraces.
12 Junto á aqoelloe habitarán las aves
de los oleloe» fue entre las ramas dan
voces.
18 El que llega Ice montes desde sus
aposentos: del fruto de sus obras se
sacia la tierra.
14 El que haoe prodveir el heno para
las bestias, y la yerba pan servicio dd
hombre : sacando el pan de la tiena,
15 Y el vino que alegra el ocrazon del
hombre, oon el aceite haoe luoir d ros-
tro, V om el pan sustenta rt ooiazon ád
hombre.
16 Llénanse de Jugo lea árboles de
Jehová, los cedros áéi Libaao que éi
plantó*.
17 Allí anidan las aves; y «D las hajss
haco su casa la dgaeila,
18 Loa montes altoa pan las eiduts
monteses ; las pellas, madrlgucns pora
los conejos.
19 Hizo la Inna pan los tieupos' t d
sol conoce su ocaso.
20 Pones las tinieblas, y es la nodis:
en ella corretean todas las bestias ds la
salva.
81 Los leoncülos braman á la
y para bnscar de Dios su oomidaZ
22 Sale el sol, reoógcnse, y éohi
sus ooevas. I
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t Kn. 16. 1,
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* ;9i' S2. 4.
"Jer.a.lL
r Bz. SSL 10,
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Dea.iaia
9 Den. 8. 7.
•* No. 14. 1,2.
• Kb. 14. 38,
8».
tKii.2S.a,
• Kn. J». 8,
etc.
• Den. 7. 2.
Joee. 1. 21,
ete.
»JiMe.&S,
ete.
*3Itm.l<.S.
Ii. &7. 6.
2K.l&a(k
720.36.
•>«.«&. 88.
» Le*. 17. 7.
Jer. 8. «. 8.
«Jiiee.3.14,
etc.
Keh. ». 37.
ele.
8^.78.80.
iU,í7.
«Lm.96,40,
8 Salvólo* empero por amor de ni Nom>
bre *, para hacer notoria «u fortaleza.
9 Y reprendió al mar Berm^o, y se-
cóle/; é bizolos ir por el abismo como
por un desierto.
10 T salvólos de mano del enemigo, y
rescatólos de mano del adversario.
11 Y cubrieron las aguas á sus enemi-
gos : no quedó uno de ellos g.
13 Entonces creyeron & sus palabras,
y cantaron su alabanza*.
18 Apresuráronse, oIvidAronse de sus
obras • ; no esperaron en su consto.
14 T desearon con ansia en el desierto *»
y tentaron & Dios en la soledad.
15 Y él les dio lo que fiidieron ; mas
envió flaqueza en sus almas.
16 Tomaron después zelo contra Moisés
en el campo/; y contra Aaron, á. santo
17 Abrióse la tierra, y tragó & Bathan,
y cubrió la compaña de Abirom.
18 Y encendióse el fuego en sa Junta :
la llama quemó los impíos.
19 Hicieron d becerro en HorebM, y
encorváronte á un vaciadizo.
90 Así trocaron su gloria por la imagen
de un buey que come yerba *.
SI Olvidaron al Dios de su salud, que
babia hecho grandezas en Egipto,
88 Maravillas en la tierra de Ch&m«,
cosas formidables sobre el mar Berm^o.
23 Y trató de destruirlos, á no haberse
puesto Moisés su escogido al portillo de-
lante de él, á fin de apartar su ira, para
que no destruyese j>.
34 Empero aborrecieron la tierra de-
seable? : no creyeron á su palabrar ;
26 Antes murmuraron en sus tiendas,
y no oyeron la voz de Jehová.
96 Por lo que alzó su mano á ellos, en
orden á postrarlos en el desierto*,
87 Y humillar su simiente entre las
gentes, y esparcirlos por las tierras.
88 Allegáronse asimismo á Baal-peor',
y comieion los sacrifieios de los muer-
tos.
99 Y ensafiaron á Dio$ con sus obras, y
desarrollóse la mortandad en ellos.
30 Entonces se levantó Phinees, é hizo
Juicio ; V se detuvo la plaga.
81 Y íuéle contado & Justicia de gene-
ración á generación para siempre.
83 También le irritaron en las aguas
de Meiiba»: é hizo mal á Moisés por
causa de ellos.
88 Porque hicieron se rebelase su espí-
ritu, como lo expresó con sus labios.
84 No destruyeron los pueblos que Je-
hová les dijo ' :
86 Antes se mezclaron oon las gentes,
y aprendieron sus obras.
86 Y sirvieron á sus ídolos y ; los cuales
les fueron por ruina.
37 Y sacnficaron sus UJo* y sus h^Jas
á los demonios*.
88 Y derramaron la sangre inocente, la
sangre de sus h^os y de sus h^as, que
sacrificaron á los ídolos de Oanaan: y la
tierra filé contaminada con sangre*.
88 Contamináronse así con sus obras,
y& fornicaron con sus hechos.
40 Encendióse por tanto el furor de
Jehová sobre su. pueblo*, y abominó su
heredada
41 Y entrególos en poder de las gentes,
y ensefkireáronae de ellos los que loa
aborrecían.
48 Y sus enemigos los oprimieron, y
flieron quebrántanos debido de su mano.
43 Muchas veces lo* libró; mas ellos
se rebelaron á su consto, y fueron hu-
millados por su maldad.
44 £l con todo miraba cuando estaban
en angustia, y (da su clamor « t
46 Y aeoicdábaae de su naoto eonsilM,
y arrepentíase conforme á la mnchtdwD-
toe de sus miseraciones.
46 Hizo asimismo tuviesen de
misericordia todos loa que les
cautivos/.
47 Sálvanos, Jehová Dios nuestro, 7
^ tíntanos de entre las gentesf, para qos
oemos tu santo Nombre, pan que nos
gloriemos en eimtor tus alabanzas.
48 Bendito Jdiová Dios de Israel desde
el si^o y hasta el sigloA : y diga todo el
pueblo. Amen. Haielu-JAU |.
SALMO CVII.
KíAorla á átaJbar á Dio» por la» eXm» ie m
benigna pnviáoneia, con qae muU rcaudfor
diver»a» iturtu de afligido»»
ALABAD á Jehová, porque ei bue-
no : porque para aiempte es sa mi-
sericordia*.
3 Díganb los redimidos de Jdiová, los
que btL redimido del poder del ene-
«oigo, .
3 Y los ha congregado de las tienas*,
del Oriente, y del Occidente, dd Aqui-
lón, y de la mar.
4 Anduvieron perdidos por d desierto,
por la soledad etn camino, no hallando
ciudad de población.
6 Hambrientos y sedientas, su alma
desfallecía en ellos.
6 Habiendo empero clamado á Jehová
en su angustia, librólo* de sus afliodo-
nese:
7 Y dirigiólos por camino derecho, para
que viniesen á ciudad de población.
8 Alaben piie* U misericordia de Je-
hová, y sus maravillas, para oon los
hijos de los hombres <.
9 Porque sació el alma menesterosa, ;
llenó de bien al alma hambrienta.
10 Lo* que moraban en tinieblas y som-
bra de muerte, ^risionados en amocion
y en hierro*,
11 Por cuanto fueron rebeldes á Iss
palabras de Jehová, y aborredenm el
consto del Altísimo ;
13 Por lo que quebrantó él oon tralMJo
sus corazones, cayeron, y no hubo qnien
le» ayudase;
18 Luego one clamaron á Jdiová en
su angustia, librólos de sus aflicdonci.
14 Sacólos de las tinieblas, y de la
sombra de . muerte, y rompió sos pri-
siones.
15 Alaben pues la misericordia de Je.
hová, y sus maravillas, para oon los
byos de los hombres.
16 Porque quebrantó las puertas de
bronce, y desmenuaS lo* cerrojos de
hierro*.
17 Los insensatoa, á oausa dd camino
de su rebelión, y á causa de sus nud-
dades, íberon ú9igÍdos/.
18 Su alma abominó toda vianda, ;
llegaron hasta las puertas da la ma.
erter.
19 Mas olamaxon á Jehová en su an-
gustia, y salvólo* de sus aflicciones.
30 Envió su palabra, y curólos, y li-
brólos de su ruina.
31 Alaben ptte» la misericordia de Je-
hová, y sus maravillas, para oon los
hikis de los hombres :
U Y sacrifiquen sacrificios de alalian-
za A, y publiquen sus obras oon JiIbÜAi
88 Los que desciendan á la mar m
navios, y nacen n^gooio en las mudias
aguas,
84 Ellos han visto las obras de Jebovi,
y susinar^Tiilas en d mar profundo.
35 El dUo, é hizo saltar el viento de la
tempestad, que levanta sus ondas C
86 Suben * los cielos, descJe-odffn á los
fMíí
fl&.l&li.
lBiL8.tt
«bfti
Bst^ttl
í=
8AUf08b
lULl.
71*.».
•lULtt.
•/Oka a,
7,9.
16. ^
mi9L
'S^s:.r.
ÜJL«.5.
Q»«tML
maL
ti "nemblaa, y
titubean como bom»
"hftff 5 tods m otenolü m pwilidA*
SB Cuunan «mpcro & JdiowA en su an
gutU, y líbralo» de mu afliccionca.
0 Hace fwt la tempeatad e
y le apaciguan nu ondaiA.
80 Alé^éanae luego, poniue
nzon } ; él loa fuia al puarto qaa da-
leaban.
81 Alaben pMf la miteiieonlia de Je-
hoTA, y tu» naxaviUaa, para oon loa
hyoa de loa hombrea.
U Y enaAlcenlo en la oengraRaoion del
pueblo^; y en eonsiatorio de ■ncianoa lo
alaben.
8S Si Toelve loa riot en deaierlo, y loa
manaderoa de las aguas an sequedales i
84 La tierra fructífera en saladoa, por
la maldad de los que la habitan ■*.
85 Vnrive el desierto en estanques de
aguas, y la tierra seca en manantiales ■.
88 T allí aposenta k los hambrientoa,
y disponen «iudad para habitación tuy» ;
87 V siembran campoa, y ¡dantan Ti-
fias» y rinden crecido mito.
88 Y los bendioe, y se multiplican en
y no disminuye sua bes-
S?
» Y bugo
Üdm A oawa do tlzania» de males,
aba.
40 Élderrama menospreelo sobre loa
principes, y los hace andar cnradoa, va-
gabnnoos, sin camino • :
41 Y levanta al pobre de la miaeria', y
hace imltipfífíiT las fimiUaa oomo noO'
ÜM de ofi^as.
4S Vean loa reetoa, y al4¡grenset; y
toda maldad cierre su boca.
48 i Quién « aaUo, y guardará eataa
cosaa r. y entenderá las mIa«ioordias de
Jéhová?
SALMO CVIII.
«oñüB « d* M» Verdad, p ftíd» qm Ubn á
m pmtU» df mu m^migo» tomfarm* A mt
M'
Candon de Salmo de David.
I corazón está dispuesto*, oh Di.
os : cantaré y salmearé todavia en
ndckiria.
2 l)es|dértata, salterio y haipa: des-
pártale al alba*
8 Te alabaré, oh Jehová, entm los
pueblos; á tí cantaré talmos entre laa
4 Porque grande maa que los. oMos
tt tu miserioordia, y hast^ los cielos tu
verdad.
5 Ensáltate, oh Dios, sobre los cielos ;
y sobre toda la. tierra ««a snje/aoda tu
gloria.
8 Para^ que sean Ubradoa tus amadoa,
■aira con tu diestra, y respóndeme.
7 Dios habló por su Santuario : A)e>
grazéme, repartiré á Sichém, y medJ&é
el valle de Sncootb.
8 Mío strd Galaad, mió serd Manassé;
7 Bphraim seM la fortaleza de mi ea>
besa: JndáMrdmi legislador*;
^ Moab, la vasija de mi lavatorio : ao-
bn Edom echaré mi oalxado; rogooi-
Jaiéne sobre Palestina.
10 i Quién me guiará á la ciudad for-
taleckU ? ¿qiUén me guiará basta Idu-
mea?
U Oiertamente tU, oh Dios, mt» nos
babias desechado; y no sallas, oh Dios,
oon nuestros ejércitos.
18 Danos socorro en la angustia : por-
que mendrosa es la aalud del hombre rf.
18 En IMos« haremos proezas : y él ho-
I Uuá nuestros «nemigoa.
SALMO CIX.
DiaeM sal— iw/ofe, <yasMHÍo, y .
d* Mwrlc, millMM /IMm, y «mi uftic «r-
kMa«a/« U fid» 1» d«lMNÍa / y aiwiwwa el
«UtflM Umjw Um trrmmtda» tuMfO» f w
Al MiUeo prtndpal: Salmo de David.
OH Dina do nU alabanaa*. no oallos k ;
8 Porque booa de implo y boca do
engaflador ae han abierto sobeo mi : han
habledo de mí oon lengua mentirosa*,
8 Y oon palidnna do odio me rodoaxon;
y pdeoron contra m< sin eaosn<
4 En pago do mi amor mo han aido
adversarioa : mas yo oraba.
6 Y purieron contra mí mal por bien,
y odio por amor «.
6 Pon sobre él al implé ; y Batan aoté á
su diestra.
7 Cuando fiíero Juagado, salga for im-
pío, y su oración sea para pecado/.
8 Heon sus diaa piraos: tome otro au
oficio'.
9 Sean aua hUoe hudrihnoa, y au mi^Jer
viuda A.
10 Y anden sus hijos vagabundea, y
mendiguen: y procuren m pon ./tero día
sus desolados hogaiw.
11 Enrede el acreedor todo lo que ti-
ene, y extraAos saqueen sn tralM^a
18 No tanga quian le haga miserioor-
dia: ni haya quien tenga oompeaion de
sus huérfrnoa.
18 8n posteridad sen talada ' ¡ en se-
gunda geneeacion sea raido au nombren
14 Venas en memoria eeroa de Jehová
la maldad de sus padresA, y el pecado de
su madre no sea bonadn.
15 Estén siempre dolante de Jehová ; y
él corte de la tiena su memoria.
16 Por cuanto no so aoordé de haoer
misericordia, y persiguió al hombre afli-
gido, y menesteroso, y quebrantado de
corazón, pora matarÁh
17 Y amó la maldición, y vínole <: y
no quiso la bendición, y ella se aleló de
él.
18 Y vistiese de maldición oomo de su
vestido, y entrÓ como agua en sus en-
mitas», y oomo aceito en sus huesos.
18 Séole oomo vestido con f m se oubra,
y en lugar de ointo con que se oiAa
siempre.
90 Este terá el pago do parte de Je-
hová de los que me calumnian, y de los
que hablan mal contra mi alma.
81 Y td, Jdiová Sofior, haa conmigo
por amor da tu Nombre»: líbrame,
porque tu misericordia «• buena.
88 Porque yo utoa afligido v necesi-
tado ; y mi concón •atáauMo dentro
demí.
88 Yóime* como la sombra cuando
declina ; soy sacudido oomo langosta.
84 Mis nrillUs están debilitadas á
cansa del ayuno, y mi oame detfklleoida
por ÍMU de gordura.
95 Yo he sido para ellos objeto de
oprobio^ i mirábanme, y moneaban tn
cabeza f.
88 Ayiídame, Jehová Dioa nüo: sál-
vame conforme á tu misericordia.
87 Y entiendan que esu e$ tu mano;
fue td, Jehová, has heoho esto.
88 Maldigan ellos, y bendigas tur:
levántense, mas sean avergonzados;, y
r^goc^ese tu siervo.
89 Sean vestidas de ignominia loa que
me calumnian* ; y sean cubiertos de su
confusión como con manto.
80 Yo alabara á Jdiová en gnn ma-
nen con mi boca, y le loaré en medio
de muchos':
81 Porque él se pondrá á la diestra dal
•Jer.n.li
tBsL83.1.
«Mst.8l.«.
«iJaaal&flS.
•8al.8S.7,
18.
/Probas. 9.
»HMh.l.9().
AI&SS.8I.
< Job 18. 19.
BaLt7.88.
tlB.aOL».
'SZ.3S.8.
» Xa. i. 32.
»8aL106.8.
oBal.108.11.
tl44. 4.
8.9. 18.
PBsLaS.9.7.
tJiMt. 87.89.
*-SSs.ie.ll.
18.
•Sal. 89. as.
1 8aL 111. 1.
■ ^^.
SALMOS.
« SaL 1«. 8.
"M»t. 32.44.
Heoh.S.»4.
Heb. 1. 13.
Bta.5.
ycao.
y7.17.2L
• Ap. «. 17.
/8IÜ.W.31.
^JiMO. 7.5,8.
«M.1WJ0.
• Sal. 19. 8.
•11L40.8.
4 Den. 38. 56.
< Job 38. S&
Pro. 1.7.
T».ia
Ke. 13. U.
/Pro. 8. 4.
•tftU.ltS.
7 119. 6.
»J«bU.17.
M. «7. U.
Ii.A8.ia
•8aL87.36.
rf8Bl.U.8.
S
Sobres para Ubnur «n alnift de loa que
Juzgan.
SALMO ex.
VaHd, Heno da EtpMt» Bamlo, éMaro la
Divimulaá, reitio y Muerdoeio de Oritáo, m
vietoria y Irimtifo orf «mwIo.
Salmo de David.
JEHOVA dije & mi Seflor: Si^ntatt
k mi diestra, en tanto que pongo tus
enemigos por estrado de tos iriés*.
a La Tara de tu Ibrtaleza enviara Je*
hoT4 desde Blonb: domina en medio de
tus enemigo*.
8 Tu vueblo teráh de tniena voluntad
en el dia de tu poder, motírmtáote en la
hermoenra de la santidad : desde el seno
de la aurora» tienes td el roclo de tu
Juventud.
4 Juró JehoT&, y no se arrepentirá,
ve Td «ente Sacerdote icgun et orden
e Melchlsedech '.
&S Seflor etM á tu diestra: herirá loa
reyes en el dia de su furor «.
o Juagará en las gentes ; llenaiáCu de
cadáveres: herirá las cabeus/ en mu-
chas tierras.
7 Del anoyo beberá en el camino»:
por lo cual levantará oabeía.
SALMO OXI.
iUo&a é Dio» por m JmtUeia, mímHeordia,
« verdadt g por la punta y firmeMa de m
Aleluya.
ALABARÉ á Jehová con todo el
corazón, en la compaflía y eongre-
gacion • de los rectos.
5 Grandes «on las obnn de Jehová;
buseadas de todos los que las quieren.
8 Gloria y hermosura e« su obra : y su
Justicia permanece para siempre.
4 Hizo memorables sus maravlllaa:
clemente y misericordioso e« Jehová.
5 Di4S mantenimiento á los que le te>
men: para sieminv se aoorduá de su
pacto.
6 El poder de sus obras anunció á sn
pueblo, dándoles la heredad de las
gentes.
7 Las obras de sus manos «en verdad
y Juicio t fieles «on todos sus manda-
mlentosfc;
8 Afirmados « por siglo de siglo, hechos
en vendad j en Teetitud.
9 Redención ha enviado á su pueblo :
para siempre ha ordenado su pacto:
santo y terrible e« tu Nombre ^.
10 Kl principio de la sabiduría et el
temor de Jehová*: buen entendimiento
tienen cuantos pcmen aquellos por obm/i
su loor pennanece para dempre.
SALMO OXII.
DeBtribt laftUcUad y atammat i» Uu toMk-
Aaátt rifl fue «» 9«dai femé A JKotf y la
mUitraUe cotidieion yfixi dtl in¡f(SK
Aleluya.
1 BIENAVENTURADO el hombre
' que teme á Jehová, ,y en sus man-
damientos se ddeita en gran manera a.
t Su simiente será podíeroea en la tier-
ra: la generación de ios rectos será
bendita.
8 Hacienda y riquezas Aobrd en su
casa : y su Justida permanece paxa
siempre.
4 Resplandeció en las tlnieblaa taz á
los rectos*; «f elemente, y mlserioor-
dlese, y Justo.
5 El liombre de bien tiene misericor-
dia, y |hesta«; gobierna tus eosas con
juicio.
6 Por lo eual no resbalará pan aicm-
pre': «n memoria eterna seíA el Justo.
7 De nuda ftms no tendrá temor*: la 'Pn.S.il^
corazón ei<d apercibido, confiado ea ^
Jdiová.
8 Asentado e«<d su corazón, no temeiV» /^^^
hasta que vea en sus enemigos d cadig».
9 Esptroe, da á los pobresy: sujoitlda f Ito.il
pemaneoe para demore A; su cueno il)ei.Ska
será ensalzado en gloría'. ilU.7i>li
10 Veraío e( impío, y se despechará ;
crujirá los dientes, y se repudrirá : pe-
recerá el deseo de los impíos.
SALMO CXI 1 1.
Xahorta á alabar el Nomkn iM 8Mbr por
la gnmdma d* en yloria, wtimrieordia, y
Aleluya.
ALABAD, siervos de Jehová, alabad
el Nombre de Jehová.
S Sea el Nombre de Jehová benfito
desde ahora v para siempre.
8 Desde el nacimiento del tol hasu
donde se pone, tea alabado el Nombre
de Jehová*.
4 Alto sobre todas las naciones e« Je-
hová ; sobre los cielos ei su glotUih.
5 ¿Quién como Jehová nuestro Dios,
que ha enaltecido su habitación,
e Que se humilla á mirar en d ddo,
y en la tierra*?
7 Él levanta del polvo al pobre, y al
menesteroso alza dei estiércol',
8 Pan hacerlo sentmr con loa prínci-
pes*, con los principes de su pueblo.
9 El hace habitar en familia/ á la
estéril, gozosa en ter madre de I4]os.
Aleluya.
SALMO CXIV.
Oaaía ImemtmU lat nuaravitla» d» Dfte al
Ubertar á en jmmNo Imd da Sgipto.
CUANDO salió Israel de Evipto*. la
casa de Jacob del pueblo bañaron,
5 Judá ñi4 su consagrada heredad*;
Israel su sellorío.
8 La mar vló, y huyó': d Jordán se
volvió atrás*.
4 Los montes saltaron como cameros,
los collados como corderítos/.
9 ¿ ^é tuviste, oh mar, que huíste ?
iytú,oYi Joráan, que te volviste atrás?
6 Oh montes, i por fui saltasteis como
cameros ; y votatrot» collados, como
ooioeritos ?
7 A la prcaencia del SeBor tiembla
la tierra, á la presencia del Dios de
Jaeob;
8 El cual tomó la pefia en estanque
de aguas, y en fliente de aguas la rocay.
SALMO CXV.
Pide al 8eior eae por la alaria da m ífombrt
Mira propino á tu tmMo ¡ al m*, dtapmai
da daStarar la wamiaai da ua tUtoa, «adkerts
á pomar a» tolo Düta m aomAaaaa, d mai
hñdaeirá A amOmta» m ti aonflam,
O á nosotros, oh Jehová, no á noao>
tros, sino á tu Nombre* da gtotia;
por tu misericordia, por tu verdad.
8 Porque dirán las gentes: ¿Dfade
está ahora sn Diosl^ ?
8 Y nuestro Dios esfd en los ddos:
todo lo que quiso ha hecho*.
4 Sus Ídolos «on plata y oro; obia de
manos de hombres •,
5 Tienen boca, osas no hablarán i
tienen ojos, mas no verán.
6 Or^as tienen, mas no olrln : tienen
narices, mas no olerán.
7 Manos tienen, nws no pataarka:
tienen pies, mas no andarán: no uabte-
rán con su garganta.
8 Oomo «les son los que los hsMn;
euálouien que en ellos confia.
8 Oh Israel, confia en Jdwvá: A <• A
farmat sn ayuda y an
N'
BAUfOa
ÍM.10.U.
•fcLlil*
•t.
'8ri.MM
'Jo. 6. 11
»8iLJ7.18.
'ÍC«t.í.9.
■fiiLTlli
•«•LítM.
10 Oaia de Anón, oonfiad «n Jéhov4 :
d Aw de ella ét M *a a^ruda V su CKOdo.
U Lo» que témete 4 Jehová, eoofled
ea Jdiov&: él c* jiom bm UUf ra ajwU
y tu escudo.
IS JehoT& se aeordó de nosotros : beo-
decirá, bendecliá & la casa de Israel )-
bendedli & la casa de Aaron.
la Bendcdtá & los que temen a Je<
hoTÍ ; á chicos y & grandes.
14 Acrecentara JehoTá bendieian sobre
▼oMtnM ; sobre vosotros y sobre vuestros
hijos.
15 Benditos Tosotros de Jdwvá, que
hiso los cirios 7 la tierra.
19 Los délos, los elelos ton de Jétkorik :
▼ ha dado la tierra á los hijos de los
hombres.
17 No alabarán los muertos á JAH,
ni cuantos descienden al silencio*.
18 Mas nosotros bendeciremos á JAH
desde ahora para slemive. Aleluya.
SALMO CXVI.
.AeeíM <b fraeiat, m fw« raeonoM A mlnUita
to HemunHa y mittHoardia de Vio* pttra
con Ü, f para eon lodo» lo* qu* *tne*ra-
mente le invocan m> uu hribulaeioit»*.
AMO á JehoT&«, pues ha oido mi toz
y mis stlplicas.
2 Porque ha inclinado & mi tu oido,
InTooarfie por tanto en todM mis días.
3 Hodeftronme los dolores de la mu-
erte, me encontraron las angustias dd
wpulcrob: angustia y dolor habla yo
hsiUado.
4 Entónoes Invoqué el Nombre de Je-
hoy& diciendo e : Libra ahora, oh Jeho-
v&, mi alma.
5 Clemente u Jehová y Justo ; sí, mi-
sericordioso e« nuestro Días rf.
6 Jehorá guarda & los sinceros : estaba
yo postrado, y salvóme.
7 Vuelve, oh alma mia, á tu reposo*;
porque Jefaov& te ha hecho bien.
8 Pues td has librado mi alma de la
muerte, mis qjos de lágrimas, y mis
pljs de desbarrar/.
9 Andaré delante de Jehová en la ti-
erra de los vivientes'.
10 Ciei; por tanto hablé A, estando
afligido en gran manera,
11 Y dije en mi apresuramiento ' : To-
do hombre et mentiroso ft.
12 ¿ Qué pagaré á Jehová por todos
sos tieneficios para conmigo ?
13 Tomaré la copa de la salud, é invo-
caré el Nombre de Jehová.
14 Ahora pagaré mis votos I & Jehová
delante de todo su pueblo.
16 Estimada et en los ojos "• de Jehpvá
la muerte de sus santos.
16 Así M, oh Jehová ; por lo que yo tu
sierro, yo tu siervo, húo de tu sierra ••,
an^fieto que rompiste mis prisiones.
17 Te ofreceré sacrificio de alabanza •,
é invocará el nombre de Jehová.
18 A Jehová pagaré ahora mis votos
delante de todo su pueblo,
10 En los atrios/» de la casa da Je-
hová, en me¿Uo de tí, oh Jenuaietn.
Aleluya.
SALMO CXVI I.
JCjAortaá todo*á aiabaráDiotpor la «xfan-
<HHi d» tu múertcordUa i totlcu íai naeion**.
'«•.ttU.
»im.i.
ALABAD á Jdiová, naeiones todas :
pueblos todoa, alabadle*.
8 Porqne ha engrandeeido sobre noa-
fltms su miserioordia ; y la verdad de
Jthovács para siempre K Aleluya.
SALMO CXVIII.
Ahrfa A olotar 4 JMm por fa gritndeta de
w M'scn'eoriiiai towladsM VdMlir A io*
«vpM, $ i«fiiiiot él mm afmm y MMa-
eioMt. Sn ftrmma dd mImM» m rtfn-
mmta «I wumoiprecio d* Oriato,wiu trtit^o
fe»ataeiaMAnreab*md«laIgU*ia.
ALABAD á Jehová, porque m bu-
eno: porque para atempie «s sn
miscrtoordia *.
9 Diga ahon Israel, que para sfcmpn
c« su misericordia.
8 Diga ahora la eaaa de Aaron, que
pan siempre es su mlsaitoordia.
4 Digan ahora los que temen á Jehová,
que para riampre «« su miserioordia.
5 iMsde la angustia invoqué á JAH h :
y respondlendéme JAH poitlcndome en
anchura*.
8 Jehová ettá por mí: no temeti lo
que me pueda haoer el hombre d,
7 Jehová s«<4 por mi entre los que me
ayudan • : por tanto yo veré vengttmMa en
los que me aborreoen.
8 ¡l^or et esperar en Jehová que es-
perar «a hombre/.
9 M^)or et esperar en Jehová que as»
parar en principen ji
10 Todas las gentes me cercaron : en
nombre de Jdbová, que yo los romperé.
11 Cercáronme y asediMvnme : en nom*
bra de J^ová, que yo los romporé.
18 Oercáronme como ab^}as A ; nuu Ale-
rón apagados como f u^o de esplnoe < :
en nombre de J^ová, que yo los rom-
peré.
13 Empujásteme con violencia, o* ene-
migo, nara queeayese : empero ayúdeme
Jeho va A.
14 Mi fcTtaleca y mi canalón et JAH';
y él me ha sido por salud.
16 Vos de Jubilo y de salvación hay en
las tiendas de los Justos: la diestra de
Jehová hace proezas,
16 La diestra de Jehová sublime, la
diestra de Jehová hace valentías.
17 No moriré, sino que viviré, y oon-
tué las obras de JAH "•.
18 Oastigéme gravemente JAH ; mas
no rae entregó á la muerte*.
19 Abridme las puertas de la Justicia • :
entraré por rilas, alabaré á JAH.
80 Esta puerU de Jriiová, por ella en-
trarán ios justos.
81 Te alabaré ; porque me has oido, y
me fuiste por salud.
92 La piedra que desecharon los edi-
floadores, ha venido á ser eabeza del
ánguloj».
£3 De parte de .Tehová es esto; y es
maravilla en nuestros ojos.
S4 Este «« ei dia que hizo Jehová : nos
gazarémos y alegnoémos en éH*
85 Oh Jehová, salva ahora, te ruego:
oh Jehová, ruégete hagas prosperar
ahora.
86 Bendito el que viene en nombre de
Jehová?: desde la casa de Jdiová os
bendecimos.
87 Dios et Jehová, que nos ha resplan.
decido r X atad víctimas con cuerdas á los
cuernos dri altar.
98 Mi Dios eres td, y á tí alabaré:
Dio» mió, á ti ensalzaré :
99 Alabad á Jehová, porque e* bueno :
porque para siempre ot su misericordia'.
SALMO OXIX.
Xneomio* de la Uf de IHot: oraeion para
pedir á Diot la gracia d$ entenderla, amar-
la, y observarla.
ALEPH.
BIENAVENTURADOS los oerflM
tos de camino • ; los que andan en
la ley de Jahová.
9 Bienaventuradoa los que guardan sus
testimonios, y con todo ri oorazon le
buscan&t
•lCr.l&e,
84.
BsL 103.17.
* Bal. 190.1.
o Bal. 18. 19.
d Bri. 37. 1.
Heb. IS. 6.
«SaLM.4.
/J«r.l7.5J.
«SaLlMlS.
& Den. 1. 44.
i Na. 1. 10.
i Mió. 7. 8.
/Bz.U.9,8.
ls.12.9.
"•8al.7S.98.
"9 0or.6.9.
•Is.98.9.
'Ifat.31.^
Bech. 4.11.
Xf. 8. 90^
lPad.8.
4,7.
9Xat.21.9.
y88.8».
•■Sal. 97.11.
•IS.9S.1.
«ver. L
•SaL 198.1.
BAXJlOa
•IJiiabS.9.
76. 18.
d Den. 6. 17.
jU.13,8S.
• w. 17L
/rto..I.i.
faCor.lUS.
A Job 38. 11
Bai.9l.SL
740.8.
»vnr.26;ele.
tlGr.S9.15.
8«]. 89. 11
Heb.11.18.
lPed.a.lL
<B«1.6a.l.
■w. 77,92.
• Piü. ao. 8.
•Ap.196.
rrra.8.c.
«Loa 13. M.
1 Ti. e. 10.
H«b.l8.5.
a Poei no hacen Iniquidad» lo* que
andan en soa eanünoa.
4 Til enoaxgaate que aean muy gnar-
dados' tos mandamientos.
6 Ojalá fuesen oidenades mis «<^»in<n¡w
& observas tua estatutos.
6 Entonces no seria yo arergonsado,
cuando afmriieae á todos tus mandami-
entos.
7 Te alabaré con rectitud de corazón,
cuando apnendiera los Juicios de tu Jus-
ticia'. "^
8 Tus estatutos guardaré : no me dejes
enteramente.
BETH.
9 i Oon qué limpiar& el joven su ca-
mino/? con guardar tu palabra.
10 Üon todo mi corazón te he bua-
eado ' : no me d^es divagar de tus man-
damientos.
11 En mi corazón he guardado tua di-
chos A, para no pecar contra tí.
12 Bendito til, oh Jehová: enséüame
tus estatutos •'.
13 Oon mis labios he contado todos los
Juicios de tu boca.
14 Heme gozado en el camino de tus
teathnonios, como sobre toda rfajneza.
15 En tus mandamientos meditaré,
consideraré tua caminos.
10 Recrearéme en tus estatutos: no
nc olvidará de tua palabras.
OIMEL.
17 Hax erie bien k tu siervo, qu» viva y
guarde tu palabra.
IB Abre mis o|joa, y miraré las masa-
villas de tu ley.
19 Advenedbco «o¡y yo en la tierra * : no
encubras de mí tus mandamientos.
90 Quebrantada está mi alma de
tus Juicios en todo tiempo 4
SI Destruíste á los soberbios malditos,
que se desvian de tus mandamientos.
89 Aparta de mí oprobio y menospre-
cio; porque tus testimonios he guar-
dado.
28 Príncipes tamUan se sentaxón y
hablaron eontra mí : nuu tu si^o me-
ditaba en tus estatutos.
24 Pues tus testimonias son mis delei-
tes», y mis oonscgeros.
DALETH.
25 Pegóse oon el iiolvo mi alma : vivi-
fícame según tu palabra.
88 Mis caminos U conté, y me has res-
pondido : enséjiame tas estatutos.
87 Hazme entender el camino de tus
mandamientos, y hablaré de tus mara-
villas.
28 Desbécese mi alma de ansiedad:
corrobórame s^un tu palabra.
89 Aparta de mí • camino de mentira ;
y baame la gracia de tu ley.
80 Escogí el camino de la verdad : he
puesto tus Juicios ddamte de mi.
ai Allemdome he á tus testimonio*:
oh Jehová, no me avergttences.
88 Por el camino de tus mandami-
entos correré, cuando ensaochanes mi
coraxon.
HE.
88 Enséfiame, oh Jehová, el camino
de tus estatutos, y guaidarélo hasta el
fin^
84 Dame entendiraientoi», y guardaré
tu ley ; y la observaré de todo corazón.
85 Guíame por la senda de tus man-
daniantos ; porque m «Ua tengo mi vo-
luntad.
86 Inclina mi corazón á tus testimo-
nios, V no á la avadoiaf.
87 Aparta mis <t)o«, que ne vean la
vanidad r : avívame en tu camino.
ae Oanflima to polalira A te sIcrTO',
que te ternes
ae Quita de mi al oprobio qoe he temi-
do: parque buenos ton tas Juicios.
40 Hé aquí yo he codiciado tns m.
mientos : vivifíeam» en tu Justicia.
VAU.
41 T venga á mí tu misericordia, oI|
Jehová; tu salud, conforme á tu dicho.
48 Y daré i>or respuesta á mi avergon.
zador, que en tu palabra he confiado.
48 T no quites de mi boca en ningún
tiempo la palabra de verdad : porque á
tu Juicio espero.
44 Y guardaré tu ley demore, por siglo
de *igU>.
45 Y andaré en anchara ', porque bu-
qué tus mandamientos.
40 Y hablaré de tus testimonias de.
lante de los reyes «, y no me avergon-
zaré.
47 Y deleltaréme en tns mandamien-
tos, que he amadOk
48 Alzaré asimismo mis ooanos á tas
mandamientos, que amé, y meditara en
tus estatutos.
ZAIN.
49 Acuérdate de la palabra dada ¿ tn
siervo; en la cual me has hecho es-
perar.
50 Esta «M mi consuelo en mi afliodon :
porque tu dicho me ha vivificado.
51 Los soberbios se burlaron nmcbo
de mi : nuu no me he apartado de tu
ley*.
58 Acordóme, oh Jehová, de tns Jniefa»
antiguos, y ccnsoléme.
58 Horror se apoderó de mí á causa de
los impíos que dl^an tu ley y.
54 Oánticos me ftieron tus estatutos en
la mansión de mis peregrinaciones.
55 Acordóme en la noche de tu Nom-
bre «, oh Jehová, y guardé tu Ugr.
56 Esto tuve, porque guardaba tus
mandamientos.
HETH.
57 Mi porción, oh Jdiová*, d^e. seta
guardar tus palabras.
58 A presencia tuya supliqué de todo
corazón : ten misericordia de mí según
tn palabra.
59 Consideré mis caminos b, y torné
mis pies á tus testimonios.
60 Apresuróme, y no me retardé en
guardaf tus mandamientos.
61 Compañías de impíos me han ro-
bado : mat no me he olvidado de tu 1^<
62 A media noche me levantaba á ala-
barte sobre los Juicios de tu Justicia.
63 Compañero tiijf yo de todos los qne
te temieren, y guardaren tns mandami-
entos c.
64 De tu misericordia, oh Jehová, está
llena la tierra : enséñame tus estatutos.
TETH.
65 Bien has hecho oon tu siervo, oh
Jehová, conforme á tu palabra.
66 Enséñame bondad de sentido y sa-
biduría; porque tus nundamieirtos lie
creido.
67 Antes que ftiera yo humillado, des-
carriado andalia' : mas ahora gualdo tu
palabra.
08 Bueno en» tü, y bienhechor': en-
séfiame tus estatutos.
09 Contra mí forjaron metttim los sft-
berbios : moa yo guárdale de todo ee-
racon tus manoamientoa.
70 Enorasóse elooranm da ellos come
sebo/: tmu yo en tn l«y me ha deldtadai
71 Bueno me es haber sido humillado/,
para que aprenda tus oifeataCos.
78 H^er me es U ley da tn boea «■•
millares de oro y de platal
'SBi.T.ft
tCar-LDi
(Jim 9. SU
«Xitlft&
19.
HkLIí.1.
>Jol)S.lL
rMi3.
•8>L1&i.
ÍTllt.
kS.».
«ProwU»
4 Jar. a. U.
ftAT.lipff.
•MÍO.!.
>w.Sl,14i
•am».
potqiM en ta
palabn b*
•IMl»
fhUít
ld.3fcT.
AiLliSS.
><&&&
JOD.
78 Tos manm me hMaroB, 7 me fbr«
mirón': haxme entender *, j •prenderé
tul mandamientm.
74 Let ove te
«liiarado.
78 Ooneeo», oh JeiwvA, qne tn* Jálelos
«M justicia, y fw eenfenne & t« fldM»
dadnieidliglíteai.
78 Sea ahon tu mtoeitoerti» pera oon>
Mlinne, cealbnne & lo que has dieho &
tatierro.
77 Vengan i mí tus misericordias, y
vlm; povqpie to lejr m mi deleite.
78 Sean arei^omados los soberMos,
poique sin causa me han oalnronlade « :
yo empero meditase en tus mandunl-
CDtOS.
79 Tómense á mi los q[Be te temen, j
oenoeen tus teetlmonloe.
80 Sea mi coratiDa integro en tus es-
tatDtos{ porgue no sea ]io avcrgon*
zado*.
CAPH.
81 Deaíklleee^ mi alma <f« éi
■alud, esperando ea tu palabra.
8S Iwsfitilecieroa mis o}os por tu pala»
bia, didende: ¿Guando me oonsola*
ris?
88 Porque estoy como el odre al hu-
mo : mat no he olrldado tus estatutos.
* 84 ¿ Cuantos son los días de tu sierro ?
i cuando harás Juicio contra los que me
pcrsicnenf ?
85 Los soberbios me han oavado hojos r :
mas no oltran según tn ley.
86 Todos tus mandamientos «nn ver-
dsd«: sin causa me persiguen, ayiidame.
87 Oari me han echado por tierra : mas
yo no he d^ado tus manaamientos.
88 yiTiflcan<e conforme & tu miseri-
cordia, y guardaré los testimonios de tu
boca.
LAMED.
8P Fkra siempre, oh Jehorá ', perma-
nsce tu palabm en loa eleloe.
90 Por jeeneraeion y generación e« tu
▼etdad: td afirmaste U tierra, y per-
por tu
'Uli
IB. 114.
Klu.
^¿*aii
>N-».ia
81 Por tu ordenación perseveran hasta
boy « Im eam* criadas; porque todas
días te sirven.
88 Si tu ley no htiUett Mo mis de-
lidaí, ya en mi afliocioa hubiera pere-
cido,
83 Nunca Jamás me olvidaré de tus
nandamientos ; porque con ellos me has
vitifieado.
M Tuyo tos yo, guárdame ; porque he
DUteado tus mandamientos.
95 Los impíos me han aguardado para
dettrnbrnie: «km yo entoideré en tus
tntimoiUos.
96 A toda perfBOoíon he visto fin ; an-
cbo sobremanera et tu mandamiento.
MElc.
97 ¡ Cuanto amo yo tu ley! todo el día
et eila mi meditación «.
98 Me has iMeho mas sidiio que mis
enemigos een tus mandamientos : por>
qoe me son eternos.
98 Mas que todos mis ensenadersa* he
*^i**Bdidet porque tus «cstlmonlea Aoii
«m mi medltaeíon.
188 Mss que los vl^os' be entendido :
P«qae he muaáado tus maadamientoe.
101 De todo mal camino oontnve mis
P*"'^ para guardar tu palabra.
108 No me aparté de tus Juleioa : por-
4«wtdmeenaSste.
188 iCnsn dulces son á mt paladar
<« palabnsi ! mns que la miel á mi
ooca.
104 De tus mandamientoe Iw adquirido
Inteligencia : por tanto Iw aboereado to-
do camino de mentira «.
NUN.
105 Lámpara et á mis pies tn palabra,
y lumbrera á mi camino ¿.
108 Juré* V ratifiqué el guaidar lea
Juicios de tu Justicia.
107 Aflisin» estoy en gran manera:
oh Jebová, vivlfioanie oonflmne á tu
palabra.
loe Ruégete, oh Jehová, te sean egra-
dables los sacrificios voluntarios de mi
boca/ : y enséAame tus Juldoa.
100 De continuo' tmgo mi alma en
mi mano: mas no me ne olvidado de
tu ley.
lio Pusiéronme laaoA los impíos : em-
pero yo no me desvié de tus mandami-
entos.
111 Por heredad ' be tomado tus tM-
timonios para siempre; porque «m d
goco de nu coraxoo *.
lis Mi coranm' InéHnd á poner por
obra tus estatutos de continuo, hasta
el fin.
6AMECH.
118 Los pensamientos vanos aborreaeo ¡
mas amo tu ley.
114 Mi escondedero « y mi escudo tru
tü ; en tu palabra he esperado.
115 Apañaos de mí, mallgnoe* ; pues
o guárdala los mandamientos de mi
Wos.
118 Susténtame oooforme á tu patabia,
y viviré: y no me avergttenoes de mi
esperanza.
117 Sostojnme, y seré salvo} y delel-
táreme siempre en tus estatutos.
118 Hollaste á todos ios que se desvian
de tus estatotos : porque mentira u su
enflalk».
lio Como escorias hldste eonsmnlr á
todos los impios de la tierra* : por tanto
yo he amado tus testimonios.
180 Mi carne se ha estremecido por
temor de tí j y de tus Juicios tengo
miedo.
AIN.
ISl Juicio y Justicia he hecho : no me
dejes á mis opresores^».
las Responde por tu siervo para bien t:
no me ha^an violencia loa soberbios.
188 Mis ojos desMleoieron por tu aa-
lud r, y por el dicho de tu Justloia.
104 Hñ oon tu siervo según tu mlaeii-
cordia, y enst^fiame tus estatutos.
185 Tu dervo soy yo ; dame entendi-
miento, para que sepa tus testimonioa.
196 Tiempo es de hacer, oh Jehová;
disipado han tu ley.
127 Por eso he amado tus mandami-
entos mas que el oro*, y mas que ti oro
muy puro.
188 Por eso todos les mandamientos de
todas las cosas estimé rectos; abonaei
todo camino de mentira.
PE.
180 MaraviUesoe mm tus testimonios * :
por tonto los ha guardado mi alma.
180 El principio de tus palabras alum-
bra ; hace entender á los simples «.
181 MI boca abii y suspiré; porque
deseaba tus mandamientos.
18B Mírame, y ten misericordia de mí,
como acostumbras con los qne aman tn
Nombre.
188 Ordena mis nasoa coa tu nala-
bn« ; y ninguna inlbuidad se enseñoree
demí/.
184 Redímeme d« la violencia de lea
hombres, y guardaré tus mandamien-
tos.
«P10.8.U.
'Pm. 8.13.
■Keh.10.88L
/H»b.l8.U.
«Job 18.14.
* Pro. 1.11,
13.
«Dea. 88.4.
»Jer.l«.ie.
< a Cr. 18. 8.
"flaLSI.?.
y9Ll.
»8aLl88LlO.
ice. U. 88.
M.
P81i.gT.2a,
88.
tls. 88.14.
*-i«r. 88.
' Bal. IB. 10.
Pro. 8. 11.
(ver. 18.
•Prs.1.4.
y 9. 4.8.
• Sal. IT. «..
r Sel. 19. 18
Book&ia,
14.
SALMOS.
• Kn.e.95,
M.4.8.
•Jar. 9. 1.a.
yia.17.
▼ 14. 17.
fa.9.4.
»8id.fl0.9.
«810.12.8.
T18.80L
ii8ftLS.8.
jiso.a.
•M.U0.3I.
etc.
/LM.SLa>
vSaLSS.!.
74S.1.
lUe.7.».
»18«.M.U,
17.
798.11,38.
<T».lll.
ftPto.S.S.
la. 88. 8.
teiplandeBca
ent¿fiame tos et-
185 Has que tu
■obre tu siervos; y
tmtttto*.
186 Ríos de aguas desoendienm de mis
qjos*, poique no guardaban tu ley.
ZADDI.
187 Justo em til, oh Jehori, y xeetos
tus Juicios.
188 Tus tasünonios, qtu has recomen-
dado, «m rectos j muy fieles.
189 Mi zelo me ha consumido b; por-
que mis enemigos se olvidaron de tus
palabras.
140 Sumamente acendrada es tu pala*
bca ; y la ama tu siervo «.
141 Pequefko sosf ro y desechado ; nuu
no me he olvidado de tus mandamientos.
148 Tu justicia e« Justicia etenw, y tu
Iqr la veraad.
148 Aflicción y angustia me hallaron ¡
tnat tus mandamientos fueron mis de-
leites.
144 Justida eterna son tus testimonios ;
dAme entendimiento^ y viviré.
COPH.
145 Clamé con todo mi corazón; tct-
pdndeme, Jebevá, y guardaré tus csU-
tutos.
146 A ti clamé; sálvame, y guardaré
tus testimonios.
147 Anticípeme al alba', y dame : es-
peré en tu palabra.
148 Previnieron mis qjos las velas d* la
tudte, para meditar en tus dichos.
14D Oye mi voz conforme A tu miseri-
cordia, oh Jchorá: vivifícame conforme
átnjidcio.
100 Acercáronse los que m» persiguen
á la maldad ; aleáronse de tu ley.
151 Cercano utát tú, oh Jehová«¡ y
todos tus mandamientos «m veidad.
1S8 Ya ha mucho que he entendido
de tus mandamientos, que para siempre
losflmdaste/.
RESH.
158 Mira mi alUcdon, y líbrame; por-
que de tu ley no me he olvidado.
154 Aboga mi causa, y redímeme^ :
vivifícame con tu dicho.
156 LéJos ettá de los impíos la salud,
porque no buscan tus estatutos.
166 Muchas «m tus misericordias, oh
Jeho^ : vivificame confbrae á tus
Juidos.
167 Huchea «m mis perseguidores y
mis enemigas; nuu de tus testimonios
no me he apartado.
156 Veia A los prevaricadores, y car-
comíame ; porque no guardaban tus
palabras.
160 Mira, oh JehovA, que amo tus
mandamientos: vivifícame conforme A
tu misericordia.
160 El principio de tu palabra et ver-
dad : y eterno es todo Juicio de tu
Juatioia.
■8IN.
161 Príndpes me han persaguido sin
causa h : mas mi corazón tuvo temor
de tus palabras.
168 Gozóme yo en tu palabra', eomo
el que halla muchos despiq{os.
168 La mentira aborrezco y abomino ;
tu ley amo.
164 Siete veces al dia te alabo sobre
los Juicios de tu Justicia.
165 Mucha paz tienen los que anum
tu ley * ; y no Jtag para ellos tropiezo.
166 Tu salud he esperado, oh JehovA,
y tus mandamientos ne puesto por obra.
107 Mi alma ha guardado tus testimo-
nios, y helos amado en gran manera.
108 Guardado he tus mandamientos y
tus testimonios, porque todas mis csmi-
nos c«<d« delante de ti ^
TAÜ.
lOB Acerqúese mi clamor delante de ti,
oh JehovA i ^me entendimiento coa-
forme A tu palabra ■».
170 Venes mi oraeioD delante de tí:
líbrame confiarme A ta dicho.
171 Mis labios rebosarAn alabanza,
cuando me enseflares tus estatutos*.
178 HablarA mi lengua tus dichos;
porque todos tus mandamientos «oa
justicia.
178 Sea tu mano en mi socorro, ponpie
tus numdamientoa he escogido*.
174 Pescado he tu salud, oh JdiovA;
y tu ley es mi del ida/.
175 Viva mi alma, y alAbete; y tos
Juicios me ayuden.
176 Yo anduve errante oomo oveja ex-
traviada f : busca A tu (áervo, porque no
me he olvidado da tus mandamientos.
f ff<0-
SALMO CXX.
laaoea <f Dio* eomint Im
Umeia de tm» •— iffss.
Cántico gradual.
A JEHOVA llamé estando en angus-
tia, y él me respondió*.
9 Libra mi alma, oh JehovA, de labio
mentiroso, de la lengua firaudulenta.
8 i Qué te darA, O qué te aparovecbaeA
la lengua engafkín ?
4 Be oomo saetas de valiente agudas con
brasas de enebros.
5 ¡ Ay de mí, que peicgrino en Me-
sechb, u habito entre las tiendas de
Kedar«!
6 Mucho se detiene mi alma coa los
que aborrecen la paz.
7 Yo «oy pacíñco : mas etlos, ad que
hablo, me hacen guerra.
SALMO CXXL
Kl Belh¡r e$ eegwro r^pio f drenen de ofw-
Uoe qmepaneme» SI n» eoMjfoaM.
CAntíco giadoal.
ALZARA mis ojos A los montes*, de
donde vendiA mi socorro.
8 Mi socorro viene de JehovA, que biso
los cidos y la tierra.
8 No dará tu pié al resbaladero^; ni
se dormirá el que te guarda.
4 Ré aquí no se adormecerA ni dormlxA
d que guarda A Israel.
5 JdiovA eerá tu guardador: JdiosA
eerá tu sombra A tu mano derecha*.
O El sol no te fktigarA de día', ni la
luna de noche.
7 JehovA te guardarA de todo mal*:
él guardará tu alma.
8 JehovA guardarA tu salida y tu en-
trada desde ahora y para siempre.
SALMO CXXIL
David mmeilra eu gaeo eem las ■>■•■■ V
«qMTOiíaa de mdver 4 /«rtMolcfli, fer «V*
prceperidad exhorta á orar.
CAntíco gradual de David.
YO ma alagré con loe que ase degtai:
A la casa de JehovA iremos*.
8 Nuestros pies eatuvieroai en tus peer-
tas, oh Jenisalem.
B Jerusatem, que se ha edificado eeme
una dudad que estA bien unida entre sL
4 Y aUA subieron las tribus, laa tiüM
de JAH, ooi|/bnne al testimonio daAr A
Israel, para alabar d nombre de JehovA.
5 Porque saiA catAa las dUas dd Jd-
ciol*. las siUaa de la oasa de David.
6 Pedid la paz de Jcrusalem: tean
proapcrados los que te aman.
7 Haya paz en tu antemuro, jr datcaaso
en tus paladas*.
IhLUlLl
•ín>.S.t?.
•wr.T.
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tIi.S3.(.
iMlft
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'(¡«s-frA
>J«.S-ft
«M-lil
*Il.lik>
IM.&8.
SALMOSL
^?¿
8 Por amor de mis hcrmanM j mis
eompaHeros hablmé aho» pu de tf.
9 A CMiM de la casa de Jehová nueatro
Dios buBcazé bien para ti.
SALMO CXXIII.
Profota c2 jNwblo «I( JMo», «w M ál «alo tt«n«
lenpordremmUodtelhu.
Oáatíoo gnutaal.
ATI, (fom haUtai en loa délot, aisé
mia o)<M.
8 H¿ aquí, como los ojos de Io« sierros
miran & la mano de sus sefiores, y como
los cúos de la sierra 4 la mana de s«
wñon, así nuesbos c(jos miran 4 Je.
bová naestro Diot, basta que haya mi<
sericordia de nosotros.
3 Ten misericordia de nosotros, oh
JeboTá; ten misericordia de nosotros,
ptnrqae estamoa muy hartos de menos-
precio.
4 Muj harta est4 nuestra alma del
escarnio de los holgados, y del menos-
precio de los soberbtos.
SALMO CXXIV.
ProfeAi «i mwUo <f« i>lM, MM por Mfo /a»«r
nq» « Ubre M furor <fl nu mumifo».
Cintico gradual de David.
ANO haber estado JehoT4 por noa-
otros, diga ahora Israel ;
5 A no haber estado JehoT4 por noa-
otros, cuando se levantaron contra nos-
otros los hombres,
8 Vivos nos habrían entdnces tragado,
cuando ae encendió su furor en nosotros.
4 EnuSnoes nos habrian inundado las
aguas : sobre nuestra alma hubiera pa-
sado el torrente ;
5 Hubieran entdncea pasado sobre nu-
estra alma las aguas soberbias.
6 Bendito Jehov4 que no nos dio por
imaa 4 sus dientes.
7 Nuestra alma escapó, cual ave, del
lazo de los cazadores : quebróse el laxo,
7 escapamos nosotros.
8 Nuestro socorro « en él nombre de
Jéhovi, que hizo el cielo j la tima.
SALMO CXXV.
Aof eu^ímm y forttOtM á Iw myw, para
V «o tea» vtneidM de lo maUtia. El qtu
Ptrtntríirt, ttrá prosperado: «{ fw m de
f«n vencer, terá eonlado jr pasado Mfrw
Jai
Cántico gradual.
T 08 que confian en Jehov4 «on como
*^A monte de Sion, fue no deslizara;
estaii para siempre.
2 Como Jemsafem Hene montes al re-
dedor de eUa, así Jefaov4 al rededor de
ni pwblo desde ahora y para siempre.
3 Porque no repoaar4 la vara de la
impiedad sobre la suerte de los Justos* ;
porque no extiendan los Justos sus ma-
i>« a la iniquidad».
4 Haz bien, oh Jeliov4, 4 los buenos,
7 a los fue «on rectos en sus corazones.
¿ Mas 4 loa que se apartan traa sns
prnercidades, Jehov4 los Uevar4 con
loa que obran iniquidad: u pax terá
•otae Israel*.
_ SALMO OXXTI.
ANra« fat elegrea del «mUo de Dio» wlH-
«Mo w la emtUvidad de BahOoaia. Ora
por la tíUrtad, de la eaal kaee hugo elara
CámHeo graéual.
riUANDO Jehov4 hiciere tomar la
y cautividad* de Sion, seremos como
««gneweflan.
J Entonces nuestra boca se henchiT4
* J«a» j nuestra lengua de alabanza :
entúDoes dirán entre las gentes : ürandes
<om ha hecho Jehov4 con estos.
8 dnades ooau ha h9ebo Jdiov4 oon
nosotros : estaremos alegres.
4 Haa volvor nuestra cautividad, oh
Jehov4, como los arroyos en el Austro.
5 Loa que sembraron con lAgrimas,
oon reeocUos segar4n&.
6 Ira andando j llorando el que lleva
la preciosa simiente : ma* volveri^4 voair
con regocijo trayendo sus gavillas*.
SALMO CXXVII.
JFn toda taerte de negoeio$t y muy emeeiei-
mmOe m la obra de la piedad, etn la bii-
dieio» de JHoe no hay oue eeperar tom
Binj/ular dam éi Ifioe eeu loa bmtuo»
S'
Ointico gradual para Saloman.
I Jehov4 no edificare la casa, en vano
trabajan los que la edifican : si Je-
hov4 no guardare la ciudad, en vano
vela la guarda.
9 Por deraáa oa «t el madrugar 4 !•-
vant4ros» el veniros tarde 4 reposar, el
comer pan de dolores: pues que 4 sn
amado dar4 Dios el suefto.
8 Hó aquí heredad de Jdiov4 son los
h^oa*! cosa de estima el fruto del
vientre»
4 Como saetas en mano del valiente,
aaí ipR loa hijos habUoe en la Juventud.
5 Bienaventurado el hombre que hin*
chió su aUaba de ellos : no 8er4 avergon-
zado cuando hablare oon los enemigos
en la puerta i.
SALMO CXXVIII.
FeUeidad do aqutUoemie viveu en d Umor
Cántico gradual.
BIENAVENTURADO todo aquel
que teme 4 Jdiov4«, que anda en
sus caminos.
8 Guando comieres el trabqo de tus ma-
nos b, bienaventurado tü, y tendrás bien.
8 Tu mi^er eerá como parra que lleva
fruto 4 los lados de tu casa: tus hijos,
como plantas de olivas al rededor de
tu mesa«.
4 Hé aquí que así aer4 bendito el hom-
bre que teme 4 Jehov4.
6 Bendígate Jehová desde Sionii, y
veas el bien de Jerusalem todos los dias
de tu vida.
6 Y veas los hijos de tus hijos, y la
paz sobre Israel*.
SALMO OXXIX.
Preletta él puehlo de Dioe que eon eolo él
fawr luyo ka veneUo 4 mu enemiffoe, d
fuienee detmaeia eterna iitfeIMdad.
Cántico gradual.
MUCHO me han angustiado desde
mi juventud», puMe decir ahora
Israd:
2 Mucho me han angustiado desde mi
Juventud ; mas no prevalecieron contra
mí.
3 Sobre mis espaldas araron los ara-
dores ; hicieron largos surcos.
4 Empero Jehová Justo cortó las ooyvn-
das de los impíos.
5 Serán avergonzados, y vueltos atiAs
todos los que aborrecen 4 Sion.
6 Serán como la yerba de los tejados,
que se seca antes que crezca b :
7 De la cual no hinchió segador su ma-
no, ni sus brazos el que hace gavillas ;
8 Ni dHeron los que pasaban: Bendi-
ción de Jehov4 «ea sobre vosotros»; os
bendecimos en el nombre de Jehová.
SALMO CXXX.
Oración de «n ánimo piadoeo, tocado de ver-
dadero tenUmimto de eu pecado, p de ¡a
nUterieordia de Dioe.
G4ntico gradual.
»Jeb81.]a,
14.
• Eal. 30. 1.
•008.83.5.
18a.a.fi.
» Job 6. 4.
•Sal. 118.1.
» is. 8. xa
«Sal. 144.13.
<lBaL184.3.
•Sal. 196. &
•Bz.1.18.
14.
La. 1.2.
h Hat. 18. e.
• Baih 3. 4.
SALlfOa
> La. S. 56.
Jan* 2. a.
i Job 34. 14.
8al. 143. 1
Bom. 3. aO,
34.
<Jor.S8.8,9.
2 Ti. a. 19.
<<SaL103.8.
' MatLIL
» 2 8«. 7. 1,
etc.
M 8t. 4. 4,
etc.
• SbI. 99. 5.
<(SCr.e.«t,
42.
*2S«.7.ia.
1 Bey. 8. 25.
2Gr.e.l6.
Sal. 80. 8, 4.
/Sal. 68. 16.
«Sal. 147. 14.
^ ver. 9.
i Bi. 39. SI.
Lne. 1. 69.
*aCr.U.7.
DE IM i»oAiiidM«> oh JOmH, i ti
clamo.
S Se&or, oye mi voz : eatén ateittos tns
oidot á la vot de mi tüpUca.
8 JAH, si mirares ¿ loa pecados, ¿ qui-
én, oh SeiWir, podrá manteDeíae^ ?
4 Empero Hcm perdón cerca de ti, para
que seas temioo «.
5 EspenS jo á JehoT&, espero mi alma,
en 8U palabra he enierado.
6 Mi alma etperó & JehovA mas que
los centinelas ¿la maflana ; mat que los
vigilantes &gu* la maflana venga.
7 Espere Israel k Jehová ) porque en
JehoTft hajf misericordia, y abundante
redención con él d.
8 V él redimirfr & Israel de todos sus
pecados*.
SALMO CXXXI.
Oántieo {fraiual de Daeid,
JEHOVA, no se ha eoTaneeido mi
coraston, ni mis ojos se enalteoieron ;
ni anduve en grandezas, ni «n cosas
para mí demasiado sublimes.
5 En Terdad que «i me he compor-
tado, y he acallado mi alma como un
niiW> destetado de su madre: como un
niflo destetado ettít mi alma.
3 Espera, oh Israel, en Jéhovi desde
ahora y para siempre.
SALMO CXXXII.
Ora a ptwMo át Dio» p&r la reftauraeioH de
tu Keimo, eot^orm» akupromeeae heAat é
JDavid.
Cántico gradual.
ACUÉRDATE, oh JehoT&, de Da-
. vid, !f de toda su aflicción.
2 Que juró él ¿ Jehová, prometió al
flierte de Jacob • diciendo :
8 No entraré en la morada de mi casa,
ni subiré sobre el lecho de mi estrado ;
4 No daré sneflo á mis ojos, ni & mis
párpados adormecimiento,
6 Hasta que halle lugar para Jehová,
moradas pata el fuerte de Jacob.
6 Hé aquí, en Ephrata^ olmos de ella:
haU&mosla en los campos del bosque.
7 Entrarlos en sus tiendas ; encor-
vamos hemos al estrado de sus pies a.
8 Levántate, oh Jehová, á tu reposo d ;
td y el arca de tu fortaleza.
9 Tus sacerdotes se vistan de justicia,
y regocíjense tus santos.
10 Por amor de David tu siervo no
vuelvas de tu ungido el rostro.
11 Beta verdad Juró Jehová á David,
y no se apartará de ella : Del fhito de tu
vientre pondré sobre tu trono*.
18 Si tus hijos guardaren mi alianza* y
mi testimonio que yo les enseflaró, sus
iújo» también se sentarán sobre tu trono
para siempre.
13 Porque Jehová ha elegido á Sion ;
deseóla por habitación para si.
14 Este eerá mi reposo para siempre/:
aquí habitaré, porque la he deseado.
15 A su mantenimiento daré bendición :
sus pobres saciaré de pan 9.
16 Asimismo vesUré á sus saoerdotes
de salud, y sus santos daorán vocea de
Júbilo A.
17 Allí hará reverdecer ti euemo de
David f: he prevenido lámpara á mi
ungido*.
18 A sus enemigos vestiré de oonfiísion :
mas sobre él florecerá su corona.
SALMO OXXXIII.
la im(m áe la Ightia em verdadera eaaMaá
ee aialbaáa.
Cántico gradual de David.
IRAD onan bueno y cuan delicioso
ee habitar los hermanos igualmente
S Be como él bncn óleo sobre la ca-
beza, el cual desdende sobre la barba,
eehre la barba de Aaron«, y que b^ja
hasta el borde de su* vestiduras :
8 Como el rocío de Hermon^, como ü
que dieaciende sobre los montes de Sion:
porque allí envía Jehová bendición^ y
vida eterna.
SALMO OXXXIV.
Adiorta á loe eemHaaa» aUbamaae de 2>i«^
etpeeialmente d toe minittroe dd Mehe
callo.
Cántioo gradual.
IRAD, bendecid á Jehová, Mt*
o<ro« todos los siervos de Jdiová,
los que en la casa de Jehová estáis por
las noches».
8 Alzad k vuestras manos al santuario,
y bendecid á Jehová.
8 Bendígate Jdiová desde 9km«, el
cual ha hwho los cidos y la tierra.
SALMO CXXXV.
•iLSIkilk
»Iln.itt.
M'
•ICtli
tlTLlt
M'
en uno.
Exhortación i alabar d Dioe por tu loedai¡
por M poder, ^ por mt Jnietoe en favor dt
eu eteogido puelHo. Vanidad de toitíolot.
Aleluya.
ALABAD el nombre de Jehová; ala.
badíe, siervos de Jehová.
8 Los que estala en la casa de Jdiová,
en los atrios de la oaaa de nuestro Dios,
8 Alabad á JAH, porque ee bueno Je-
hová : cantad salmos á su Nombre, por-
que ee suave.
4 Porque JAH ha escogido á Jacob
para sí, á Israel por posesión spya*.
5 Porque yo sé que Jehová ét grande,
y d Seftor nuestro, mayor que todos los
dioses b.
6 Todo lo que quiso Jehová ha hecho
en los cielos y en la tierra*, en las ma-
res^ en todos los abismos.
7 £1 ee el que hace subbr las nubes dd
cabo de la tierra^; él hizo los relám-
Sagos para la lluvia*; él saca los vientos
e BUS tesoros.
8 Él e« e/ que hirió los primogénitos de
Egipto, desde el hombre hasta la liestla/.
9 Envió seitalea y prodigios en medio
de tí, oh Egipto', sobre PlwsBon, y
sobre todos sus dervos.
10 El que hirió mudias gentes, y maté
reyea poderosos:
11 A Sehon, rey Amorrhéo, y á Off,
rey de Basan, y á todos loa reinos de
OanaanA.
18 T dio la tierra de elloa en lieiedad;
en heredad á Israel su pneUo.
18 Oh Jeliová, eterno ee tu Nombre:
tu memoria, oh Jehová, par» gencn-
don y generación <.
14 Porque juzgará Jehová sn pvddo, y
arrepentnáse sobre sus siervos.
15 Loa ídolos de las aentea «on plata y
oro, obra de manos de nombres K
16 Tienen boca, y no liablan; Henea
ojos,y no ven ;
17 Tienen or^as, y no oyen : tampoco
hay espirito en sus bocas.
18 Cmno ellos son tos que loa hoeen;
todos los que en ellos confian.
19 Casa de larad, bendedd á Jdiová:
casa de Aaron , bendedd á Jehová :
80 Casa de Levl, bendeeid á Jdiová:
los que teméis 4 Jdiová, bendedd á
Jdiová.
81 Bendito de Sion Jdievá, que mora
enJernaalem. Alduyo.
SALMO CXXXVL
JBMoiia A tae dlvüíae oláhoneat par la ^rw'
dibte de ta hondea de JXot,y de m «¿wy
«onKa, manifeUtadOM en toe ebrue di u
ereaeion dd mnnda, en la redimeiem de en
pneUo, y wntotnal pnwMmdo.
»8d«.l
yJÍ.Í.
• M.UÍI
Du.ilL
yli»
•Mftfl
/Ex.li«
ítoVll.
«te
»• ...
ttLlUíl
da.
{8tl-lSU
•le.
ftUAfOflk
Ct.KM.
XVÍÍL
IÍS.U.
•Lio. 17.
iln.18.
ln.l.li
lili a.
til a,
W-;8.18.
fcllM.
Huís,
lis. 21
h.llL
Ka»
ALABAD A Jdwvá, poique «t bu-
. CBo: pon|ut pera •IcmiMDe «» su
miaccioocdlA *•
5 Alabad ni IMot de 1m dioses^ : por-
qne pan riempre «t su mlaerlcordla.
3 Alabad el 8«fior de aefiores : porque
pan ilem«re e* m mlaearioenlla.
4 Al tai» (pie haoe gnadea aHoatto
Uas«: porque para ■icmpie u n mieeii»
CCMTdíS*
6 Al OM hico loa eMos eoa eatendl-
mienfo«: povqoe pera aieinpie •• iu
nilscaloeedia.
6 Al que tendM la tierra aebM lea
aguaa*: porque pan lieenpie et au mi-
wrloofdU.
7 Al que hito les grandes laminailaa/:
porqne pan siempre e» su miseiloocdlá.
8 El sel para que dominaae en el dia:
poraue para siempre e* su misericordia.
9 Le luna ; las estnllas pera que d»>
mhiaaen en la noche : porque para ai-
enipre u su misericordia.
10 Al que fadrió 4 Egipto en ras pai-
mogáaitesf : penase para siempre es su
mitericordia.
11 Al que sae4$ 4 Israel de en medio
de elles : porque pera siempn e« su mi>
inlcordia.
l» Con mano Itaerte, y braao exren-
(iido ; porque pan dempre e« su mise»
ricordia.
18 AI que dMdió el mar Bennejo en
paites* : porque pan siempre ei su mi*
seiicordia.
14 £ biso pasar 4 Israel por medio
de él : pesque pan siempce es su mise-
ricordia.
16 T arrojó 4 Pbaraon y 4 su ejército
en el mar Bermqo : porque para siem-
pre e« su misericordia.
18 Al que pastoreó 4 su pueMe' por
el desierto: porque pan siempre u su
ssiserlcoidia.
17 Al que hirió grandes nres^ : porque
paia siempre a su misericordia.
18 T mató reyes poderosos' : parq;ne
pan demore es su mlseiioocdia.
19 A Sehon, rey Amorrbéo : porque
pen siempre «• su miaerioordia.
>0 T 4 Og, re? de Besan : porque pan
riempTC u su miserieordia.
91 V dio la tierra de ellos en here-
úadm: porque pava siempre es su mi-
teñoattí».
>9 Sn heredad 4 Israel su sierro : por-
qne para siempre e< su misericordia.
13 El que en nuestro abatimiento se
seotdó de noeotros*: porque para si-
empre a sn mieerieonlia.
M Y nes Nsoató de nuestros cnemi-
8M: porque pan siecnpra m su miseri-
cordia.
K eIi que da mantenimiento 4 toda
cwne*: pmoue pan stemprc es su ml-
«ericordiaT ^ *^
98 Alabad al Oioe de los délos : porque
pva siempre es su misericordia.
SALMO CXXXVII.
Ut Jndíoi m tu taMvtrio re&atan eoef or
eVNM át lot támUeo» tagralo» de m tietra,
fioqwftr «»• d» ttemnúo lu invitaban
*M Bubií»mio$f «MM» e«il(0o y rmna de t»
ff^daApreiUee a^tíel éálmiiia.
JUNTO 4 los rioe de BaMlonfa, alU
V nos sentábamos, y aun Uorabamos
'^^'''Aendones de Slon.
8 Sobre los sauces en medHo de ella
Migamos nuestras harpas.
' y los que allí nos haUan llevado
^sátiros nos pedían que cantásemos ; y
■Mque DOS hablan desolado, nos peditm
fieRHa éietendo: Uantadnoe oteatie de
»« litamos de aon.
4 á Cómo eantarimee eaaoloA de Je-
Iwe* en üem de eatn&os ?
« fli me olTid4re de |<, oh Jenualen,
mi diestra sea olvidada.
« Mi letwua se uegué 4 mi paiedar» si
de ti no mt ecoruÑ, si »o enaals4ra 4
Jerasalem como pwterente asunto de
mi alegría*.
7 AoHiMate» oh JeboT4t de les hijos
de Edom* en el di» de Jerusalem; qui-
enes deoian: Anaead, «ccasadla hasta
los doalealos.
8 H^ de BahUonU destruida*, Uen-
arantando 4 que te dieve el pago de lo
que tu nos hioiste.
9 BienaTonturado el que teroaf4 y ea-
tnUará tus olAos oontn las piedras '.
SALMO OXXXVIII.
David alaba fda i Dio» íraeia» for íá* fa^
voru que ae il habia reeibido, § Mfera la
eontinuaeion de «So* en lo for vemit.
Salmo de David.
ALABARTE he con todo mi cora-
zón: delante de loe dioses te ean-
taré salmos.
8 Sncorvaréme al templo de tu santu-
ario, y alabaré tu Nombre por tu mise-
rieorala y tu verdad : porque hai hecho
magnifico tu Nombre, jf tu dicho sobre
todas las cosas.
a £n el dia que clamé, me respondiste ;
esf(irz4steme, y futide fortaleza en mi
alma.
i;4 Oonfesarte han, oh Jéhov4, todos los
reyes de la tierra, cuando habr4a oido
los dichos de tu boca.
6 Y eanter4n de los caminos de Je-
hov4. Que la gloria de Jehov4 «t grande.
6 Porque el AltQ Jebav4 atiende al
humilde; mas al altivo %iira como de
lejos.
7 a anduviere yo en medio de la an-
gustia, tü me vivlñca!r48 ; contra la ira
de mis enemigos' estenderás tu mano,
y salvar4me tu diestra.
8 Jehov4 cumplir4 por mí^ : tu mise-
xicordia, oh JtfiovA, el para siempre;
no dejax4s la obra de tus manos.
SALMO OXXXIX.
(MOm David la lOmtriM» jprovidmMa d»
Dio$t vreeonte m todo l«§ar, y á «lum nada
te oduta : yrototla él eattigo qme OMorda 4
lo» <mm'of, y el odio eon fne mira la Mnpf-
edad de dio» ¡ y pide ter pur\ficado y eon-
dueido por el redo mmi^mo.
AI Mdsico principal: Salmo de David.
H Jehov4, td me has examinado* y
«onecido.
8 Td has conocido mi sentarme y mi
levantármela ; has entendido desde lé^os
mis pensamientoa «.
8 Mi senda y mi acostarme has rode-
ado, y est4i inapuesto en todos mis ca-
minos.
4 Pues aun no ecMl la palaíbra en mi
lengua, y hé aquí, oh Jehov4, tü la su-
piste toda^
« Detras y delante me guanaeciete, y
sobre mí pusiste tu mane.
6 Mas manvilloaa es la eiencla que
mi capaeidad; alU ea, no puedo eoaa*
prenderla*
7 ¿ Adonde ms iré de tu Espíritu ? y
adonde huivé de tu pmBcncia • ?
8 81 subiere 4 loe deles, aUÍ etiát td/ ;
y si en el abismo hiciera nd estrado, hé
aquí allí ttfes<de.
9 8i tomara las das del alba, y habi-
tara en el extremo de la mar,
10 Aun allá me guiaii tn mano, y me
asir4 tu diestn.
U SI dyera : Ciertonente las tMUeblas
me eneubrkAn ; aun ia noohe respAaa-
decer4 tocante 4 mi.
Bb
O'
•8aL8«.10.
» La. i. 12.
Ex. 26. la.
At>.U.etc.
•Ii.U.1.
eto.
Ap. 18.4.
d Ii. 18. 11
•Mía 7. 8, 9.
» Sal. 67. 8.
11.1.8.
»Jer.l7.10.
Ap.9.aa.
»21ey.«.]S.
y 19. 87.
• Mat. 9. 4.
Jnaa 8. 24»
as.
4He1i.4.13L
«Jsr.3S.3t.
JoaaLS.
fÁmoB 9.
2,4.
8ALM0&
f Job 84. 23.
Dm.2.22.
& Job 10.10,
IL
•'Job 10. 8.9.
acol.ll.fi.
AbL40.fi.
isa.».!.
•*Sd.96.S.
•B0.S.1S.
» Bol. 81 7.
7 £7. 8.
7l4Lft.
•8aL11.6.
IS Aun las tlnlcUM no enoubiRi de
tí', 7 la noche icaplandeee como d
día: lo lulamo U ton las tinieblas qae
la los.
IS Porque til poseíste mis flllones, eii<.
brlsteme en d vientre de mi madre *.
U Te alabará; porque fbrmididtles,
maraTÜlosas son tus obras: estoj ma-
ravillado, T mi alma lo conoce mucho.
15 No fué encubierto de ti mi cuerpo,
Men qoe en oculto ftif formado, y oom-
paginado ' en lo mas bqo de la tierra.
10 Mi embrión vieron tus ojos ; j en
tu libro estaban escritas todas aqudlas
cosas que Aicron In^o formadas, sin
Jbtíar una de ellas.
17 Así que ¡ cuan predosos me son,
oh Dios, tus pensamientos ! ¡ Cuan mul-
tiplicadas son sus cuentas* !
18 Bi les cuento, multiplíeanse mas
que la arena: dópierto, j aun utay
contigo.
19 De cierto,, oh Dios, matarás al im-
pío : apartAot pues de mí, hombres san-
guíñanos.
90 Porque blasfemias dicen ellos con-
tra tí : tus enemigos toman en vano tu
nonbn,
91 i Ño tuve en odio, oh Jehová, & los
que te aborrecen ^ j me conmuevo con-
tra tus enemi^pM ?
98 Aborrecílos con perfieoto odio ; ttlve-
los por enemigos.
98 Examíname, oh Dios, j conoce mi
corazón "i : pruébame, j reeonoce mis
pensamientos.
94 Y ve si hay en mí camino de per-
versidad, j guume en el camino del
mnndflii
8«.LM0 CXL.
HiMya David ttr dtfendido da la «fobneta jr
frauda de mu enamigot, amgurado por ft
de que Dioa mira por la eauaa da loa potra»
inoeautaa.
Al Milsico principal : 9aImo de David.
Líbrame, oh Jehovi, de hombre
malo: guárdame de hombre vio-
lento.
9 Los cuales maquinan males en el
corazón ; cada dia urden contiendas.
8 Aguzaron su lengua como la ser-
piente; veneno de áspid Aoy debajo de
sus labios*. Selah.
4 Guárdame, oh Jehová, de manos
del implo ; presérvame del hombre in-
jurioso: que han pensado de trastornar
mlswHoa.
5 Hanme escondido lazo y cuerdas &
los soberbies; han tendido red ; Junto á
la senda me han puesto lazos. Helah.
6 He dicho á Jdiová : Dios mío trea
tú i escucha, oh Jdiová, la vos de mis
niegoa.
7 Jehová Sefior, fortaleza de mi salud,
til pusbte 4 cubierto mi cabeza d dia de
las armas.
8 No des, oh Jehová, al implo sus
deseos : no saques adelante su pensami-
ento, que no te ensoberbezca.
9 En euanio á los que por todas partes
me rodean, la maldad de sus propios
labios cubrirá su cabeza.
10 Caerán sobre dios brasas*; Dbu
los hará caer en d ftiego, en proñmdos
hovos de donde no salgan.
11 El hombre deslenguado no será firme
en la tierra : el mal cacará al hombre
injusto para derribarle
19 Yo sé que haxk Jdiová el Juicio
dd afligido, d Jnido de los menestero-
18 Ciertamente los justos alabarán tu
Nombee ; los reotos morarán en tu pre-
sencia.
SALMO CXLI.
DaM pida A Dtaa fue lo ttufa de aa «uno,
para «w «o *«0a «• eamiuo de los impiba, f
fue lalOra de loe laaea de éüóe.
Salmo de David.
JEHOVÁ, 4 tí he clamado: apread-
cate á mi; esenoha mi voa cuando
te invocare.
9 Sea enderezada mi oración ddante
de tí como un perftune; d don de nois
manos eomo la oflrenda düs la tarde*.
8 Pon, oh Jehová, guarda á mi boca ;
guarda la puerta de mis labios fc.
4 No diqes se indine mi ooraaon &
cosa nula, á hacer obras impías con loa
que obran iniquidad: j no coma jo de
susdeldtes«.
6 Que el Justo me castigue, aera par»
mi un fkvor; y que me reprenda, na
ezcelcnte bálsamo fue no me hertná la
cabeaa : ad que aun mi oradon teíadrdtm
en sus calamidades.
9 Serán derribados en lugares pellaa-
cosos sus juecesj y oirán mis palalnraa,
que son suaves.
7 Como quien hiende y rompe Mloe en
tiem, son esparcidos nuestros hueaoa
á la boca de la sepultura.
8 Per tanto á ti, oh Jdiová Sellor,
udran mis ojos : en tí he confiado • no
desampares mi alma.
9 Guárdame de los lazos fue me han
tendido, y de los annad^ de loa que
obran iniquidad'.
10 Caigan los impíos 4 una en sns
redes, mientras yo pasaré adelante.
SALMO OXLIL
J}a9i4 au «M muy mSoIímío ptUan, pida á
Dioe/ervoroeameuta ^ueloUbra.
MasquiU de David: oradon me Aiao
cuando estaba en la cuera o.
ON mi voz clamaré á Jdiová; con
mi vos pediré á Jehová miserioor-
dia.
9 Delante de ¿I derramaré mi qoe-
rellae; delante de él dennnciard mi
angustia.
8 Cuando mi espíritu se anguatiabe'
dentro de mi, td conociste mi senda : en
el camino en que andaba* me escondie-
ron laso.
4 Miraba á la mano deredia, y obser-
vaba, mas no habla quien me cono-
dése/: no tuve refugio, no kaMa quien
volviese por mi vida.
6 Clamé á tí, oh Jehovi, y dije: Td
arta mi esperanza», y mi porctonA «b
la tierra de los vivientes <.
6 Escucha mi clamor, que estoy muy
afligido : líbrame de los que me pcard-
guen, porque son mas ñiertes que yo.
7 Saca mi alma de la cárod*, para que
dabetu Nombre: roe rodearán losaos-
tos, porque tü roe serás propicio.
SALMO CXLIII.
David
a eu inoeaneia praaanü, ae dígita Ubrarla da
ameuemigoe.
Sdmo de David.
H Jehová, oye mi oradon, esendia
mis ruegos : respdndeme por tu ver-
dad, por tu justicia.
9 Y no entres en juicio con tn siervos:
porque no se justificará debuue de tí
ninsun viviente fc.
3 Porque ha peneguido d enemigo
mi alma ¡ ha postrado en tierra mi vida ;
hame hwho oabttar en tinieblas oonao
los ya muertos,
4 T mi eniíritu se angustió dentio de
míe; pasroose rol corazón.
•Bz.».tt
• 6d.aa.L
«Pis.&t
4 8tLlflil
C"
tdgum oruu petifro pida d Dtaa,
«w «o nUramdo i atta peeudoe paeadee.
O'
«BoLAli
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• Sd. 1«
til. i
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/8aLO.S
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Lii». s:
■' BéL S.l
*8d.l4tt
Ia.ffLlJ
Jobl
«Job
IS
Bo.a.1
Go.9.;
*Sd.ll
SALMOS.
S«U.77. fi.
sa.1.
SOLA.
.S.8.
a.
» Job 7. 17.
Eal. 8.4.
Beb.X.«.
7«4.9.
tfJbkl4,S.
•IkLiai».
rSal.l8wia.
»ia.3s.s.
'Id. UBIS.
tH.8S.U.
5 Aoordáme de los diat anUgiM»'; me-
ditaba en todaa tía obra», rellcsloaaba
en las olma de tua manos.
« Extendí mia manos á tí : mi ataña
átáeomolatleiraiedieMa*. Selah.
7 Reqióndeme prasto, oh Jdiovii qee
deamaja mi esi>lritu: no escondas de
mi tn Toetn, y venga yo á ser sem^ante
4 los que descienden 4 la sepultura/.
8 Haune oír por la mafianaf tu mise-
liecudiat ponine en Ü he ooafiÁdo : hax-
me saber el camino por donde andeA,
pospoue 4 tí he aludo mi alma.
9 Líbrame de mis enemigos* oh Je-
barv4 : 4 tí me acojo.
10 Kniéflamw 4 hacer tu voluntad, ñor.
qoe tii «rss mi Dios. Tn buen espintu'
n»e guie 4 tionra de rectitud &.
11 Por tu nombre, oh JdioT4, me
vivifioar&s: por tu justioia sacarás mi
alma de angiMtia.
12 Y por tu misericordia disipax4s
mis enemigoa, y destrulr4s todos los ad-
Tersarlos cw mi alma: porque yo mtjf
tu aicrvo.
SALMO CXLIV.
AMm á Dio», y tm/rrmmUet Mt homdmñ, ftu
Bitmdo d hontbn ima «oca ta» k«iiu'w«i
^«108 de a tanta «ttima. PUU «m diMpí
MM ptr$eguidcre»j y dtdara qiula Mra»-
dtra ftUtidad no eouttiU m 91M (ario lo
Uutporal mueda fUtptramtmUt tima tn
laa«r 4 Dio» dt tm parU,
Salmo de David.
BENDITO tea Jehov4, mi rocas que
enselLi mis manos 4 la batalla, y
mis dedu 4 la gncna i
S Misericordia mia, y mi castillo t al-
tura mia, y mi libertador; escudo mió,
en quien lie oonfiado : ti que allana mi
pueblo delante de mí.
8 Oh Jehov4, ¿ qué es el hombre, para
Ee de 4Í1 conozcas ? j f wá el hijo del
«nbre, pava que lo estiínes^ ?
4 £1 hombre es semeiante 4 la vani*
dad « : sus días son oomo la somlura que
d.
6 Oh Jehov4, inclina tus cielos y des-
ciende*: toca los montes y humeen/.
6 Despide iel4mpagos, y disípalos :
envía tus saetas, y oontürbalos.
7 Envia tu mano desde lo altoy : redi-
meme, y sácame de las muchas aguas,
de la mano de los li^os estra&os ;
8 Cuta boca habla vanidad, y su dies.
tra *s olestra de mentira»
9 Oh Dios, 4 tí cantaré canción nueva :
con salterio A, con decacordio cantaré
4 tí.
10 El que da salud 4 los reyes ; d que
redime 4 David su siervo de maligna
«nada,
n Bet
1 Bedímeme, y 84lvame de mano de
loe h^jos estrafiois ; cuya beca habla vani-
dad, J su diestra et diestra de mentira.
U Qw nuestros h^os «es» oomo plan-
tas •' creddas en su Juventud ; nuestras
h^as oomo las esquinas labradas 4 ma-
ncxa de ioe ^ un palacio :
la Nuestros graneros llenos, provistos
de toda suerte de grano : nuestros gana-
doa qne paran 4 millares y dies mulares
en nncstras plazas :
14 <íw nuestros bueyes eaten fuertes
pora ¿1 trabado s «iie no ttngamM asalto,
ni fU€ hacer salida, ni grito de alarma
en nuestras plazas.
lA Bienaventurado el pueblo que tiene
cito A: bienaventurado el pueblo cuyo
Dioe es Jeliov4/.
SALMO CXLV.
JekavA et dtfno de fiM toda» nu eriátarat U
eJMbenpor la frandeta de tu» ebra», en giM
ha decíarado ra jwriir. t» bondad, m elt-
wuneiat qn» Icvonfa a lo» eaido», da mu-
d toda crMure, ew A fados lo< feo
toa fl U teooMM, mámnímá todo» lo fo» le
atoan, y «biCniM « todo» tat tntmigo».
Salmo de alabanza, de David.
ENSALZARTE he. mi Dtea y Rey j
y bendeeisé tu Nemliie per si^ y
para siempre.
8 Gada dk te bendecirá, y alabaré tu
Nombre por siglo v para siempre,
a Orande «s Jeoová» y digne de su.
prema alabanza; y su g^pndrzae» ines-
crutable*.
4 GeneradoQ 4 aenendon narrar4 tua
obras; y anunciann tua valentías.
5 La hermosura de la giotia de tu
magnificencia, y tus heeboe maravi-
lloons baldará.
6 Y U terribilidad de tus valentías
dirán loe hamtkret; y yo recontaré tu
grandeza.
7 Reproducirán la memoria de la mu-
chedumbre de tu bondad, y cantarto
tu Justicia.
8 Olemente y misericordioso a« Je-
hov4; lento pera la ira, y grande en
miserioordiaK
9 Bueno et Jdiov4 para con todos: y
sus misericordias sobre todas sus ol»as.
10 Al4bente, oh Jehov4, todas tus
obras 2 y tus santos te bendigan.
11 La ^orta de tu reino digan, y
hablen de tu fiírtalesa:
la Para notificar 4 loa hijos de les
hombres sus valentías, y la gloria de la
m^fnifioenda de su r^no.
13 Tu reino «• reino de todos loa si-
glos, y tu seikorío en toda genenoioo y
generación*.
14 Sostiene Jehov4 4 todos los ene
caen, y levanta 4 todos los opriaüdes'.
15 Loa ojos de todos esperan en tí { y
td les das su comida en su tiempo*.
16 Abres tu mano, y coimas de ben-
dición 4 todo viviente/.
17 Justo es Jehová en todos sus cami-
nos, y misericordioso en todas sus obras.
18 Cercano ettá Jehov4 4 todos los
que le invocan, 4 todos los que le invo-
can de veras.
19 Oumplir4 el deseo de los que le
temen: oii4 asimismo el clamor de ellos,
y los salvar4.
80 Jehov4 guarda 4 todos los que le
aman: empero destruli4 4 todos los
impíos.
81 La alábanse de Jeliov4 hablar4 mi
boca: y bendiga toda came su santo
Nombre por sl|po y para siempre.
SALMO OXLVL
Vana et ta eomfiamta en lo» hombree, anmqa»
tean lo» ma» poderoto». Bienaveníurado
el qne ta pone en H Dio» de Jaeob, poderoto,
Jntto, dtfentor de lo» eprimido», miteriter'
dioio, te^an tegmebaporent obras.
Aleluya.
ALABA, oh alma mía, 4 Jdu>v4«.
8 Alabaré 4 Jehov4 en mi vida:
cantaré salmos 4 mi Dios mientras vi-
viere b.
8 No confiéis en los príncipes, ni en
hHo de hombre: poique no hay en él
salud*.
4 Saldr4 su emfritu, tomaráse a Aom-
bre en su tierra« : en aquel día perecerán
sus pensamientos.
5 Bienaventurado aquel en cuya ayuda
et el Dios de Jacob, y cuya esperanza «t
en Jehov4 su Dios :
6 El cual hizo los cielos v la tierra, la
mar, y todo lo que en ello hetye: que
guarda verdad para siempre ;
7 Que hace derecho 4 los agraviados/t
que da pan 4 los hambrientos #. Jdiov4
e» el que suelu 4 los aprisionados h :
BbS
•JobS.9.
LA.10.
0.11.88.
tBx.S4.7.
Na. 14. 18.
BaUS6.U.
y IOS. 8.
•Dsa.S.M.
<i Bal. 140. 8.
•SaLlOüS?.
7186.98.
/BeL 10188.
•BaL 108.1.
»BsL 10488.
•Is.a.89.
J«r.l7.8t7.
rf8sl.104.SB.
Be 18.8.
• Ap. Vk 7.
/8«L 108.6.
f LU0.I.S8.
A Sal. 68.8.
y 107. 10,
•t&
BAUfOS.
• Uit.9.80.
Jua 9. 6,
ete.
1 Ped. S. 9.
t8iü.li5.14
/Den. 10. 18.
"•Pro.l£.3&
• Job 8. 12,
18.
«SaL9S.l.
»8»1.88.1.
■1)00.90.8,4.
•iii.ei.1.
•Ii;4D.S6.
/U.40.a8.
' Mat. S. &
ABaLlOLU;
U.
<JobS9.9.
Mat. 6. 86.
Jr8al.M.U.
17.
Pro. 21.8L
'M*1.8.16k
17.
"Sal. 81. 18.
Ova. 32. 14.
•DW-SS.
• Don. 4. 83,
94.
"M.UI.f0.
2L
SJcbwft ^ Q«c rtn» IM ^ 4 lo»
uICKUf •' ; Jdloirs d qv6 levatitn & los
caMoÉ* ; JehorA el q[ue ama A los Jus-
f JabvvA «i él cu» gnavda 4 loi «k-
taa^anMi: al ha«rllHw y A la -rfada
leranta ■> ; 7 ri camino oe iot Inpias
fcasiowa».
10 RdnaiA JehavA pwa tttmfm', tu
IMoa, oh tton» par «ntracion y per «•
aataalott; AWvja.
SALMO CXLVII.
BxkortmáUu ^Ubm»ut»ée Div» par la ^tmi-
d«a <1» M jMMkr, p aimtirabU yroWdmwta,
9 IMT los «■latiwfai fcmVmoNM eoa fa«
/am»ree« A toi que le amoa, y «90^4» «1
m miserieordiiu
ALABAD A JAH, porque e« Imeno
cantar salmos A nuestro Dios « ;
porone suave 7 hermosa et la alabanza b.
S JriiovA él que ecKfica A Jemsalem ;
A liM echados de Israel recogeiA*.
8 X/ M el que sana A los quebrantados
de eorann, y el que Uga sus heridas << :
4 £1 que cuenta d número de las es*
trallas, g A todas ellas ñama por aut
nombres'.
« Orande et el Sefior nuestra, y de
mucha potanda : y de su entendimiento
no hajf nilmen>/.
0 JehovA el que ensalca loa humil-
des'; el que humilla los tmpfos hasta
la tierra.
7 Cantad A JehoTA con alabanza; can.
tad oon harpa A nuestro Dios.
» El ar el que cubre los délos de nttbes,
el que prepara la lluvia para la tierra : el
que hace A los montes producir yerba * ;
9 El que da A la bestia su mantenimi-
ento, 9 A lo» h^os de los encrros que á
tí clama» •'.
10 No toma contentamiento en la for-
taleza del caballo*, ni se complace en
las fotej^M piernas del hombre.
11 Oemi^Aoése JehorA éñ loa que le
temen/, y en los que esperan en su mi-
sericordia.
18 Alaba A JehorA, Jemsalem ; Sion,
alabs A tu Dioa.
IS Porque foftiíieó les cerrojos de tas
puertas : bendijo A tus hijos dentro de ti.
14 £/ w el que pone «n tu término la
paz, y «e liaaA saciar de grosura de tri-
go"»:
15 XI que envía an palabra A la tierra,
y muy fuesto corre su palabra :
16 Bl que da la nieve como lana, der-
rama la escarcha como eenica :
17 Bl que echa su yelo como en peda-
zos: delante de su frió ¿ quién estarA ?
18 Enviará su palabra, y los deile-
tirA: soplaiA su viento, jf fluirán las
aguas.
19 Ei et el que denuncia sus palabras
A Jacob n, sus estatutos y sus Juidos A
Israd.
SO No ha hedió este con Coda senle* ;
y tt« «ODoderon ««« Juidos. Aldnya.
SALMO CXLVIII.
JmHta 4 toda» los eriáhtn» de ím eUUte f dr
la tierra á loa altÜMmwa» de Dio» per aw «I
Oriaáar de Ma», y «i M0tiianMN(« ftt kébtr
eiUMeeiá» él reino de «« pasMo.
Aleluya.
ALABAD A JehovA desde les elelos :
. alabadlo en las alturas.
8 Alabadle, vomttroe todos sus Angdes :
aldMKlIe, voséfroB todos ttts t^éttdtM «.
« Alflhaálé, sel y tana
«ira» todas, l«eiémea«slidlas.
4 Alabadle, deloa de los cielos»: yin
aguas que csMIn sebw los délos «.
5 Alaben eáku eoeae d NanAte de
JehorA: porque él mandé, y flKfon
criadas <
« Y las hfata sor para siempre mr los
siglas • : ptfséles i^ que no sett qae-
bnntada.
7 Alabad A JchevA, de la tiena, ks
dragones y todos ios aUamos.
8 El fuego, y el granhco, la nieve y el
vapor ; d viento de tempestad qae eje-
cuta su palabra/ ;
O Los montes, y tadbs les coHados; d
Aibol de fruto, y todos los cedros ;
10 La bestia, y todo anfand ; rntlla, 7
volAtlIes;
11 Los reyes de la tierra, y todos I01
Sabios ; los príncipes, y todos loa Jueeei
la tierra;
18 Los mancebos, y también las doa-
oellaa; los viejos, y los nlfios,
18 Alaben el nombre de JehovA: por-
que solo su Nombre et elevado; su gioiis
et sobre tierra y ddos v.
14 Él ensalzó el cuerno de su poeUe* :
alAbenií todos sus santos, los h^ de
Israd, el pueblo A él cercano. Ale-
luya.
SALMO CXLIX.
Exhorta etm orand» ^eeto é ia* aUAomtet dt
JMo», titigtuartnente d la IgUtia de Im pi».
por la alaria i9«$HnáUe qtie le» títm ftt-
parada, 9 porqne te» vemfará á» tato Im
rnu» ypoáeroto» del mmuio <pM U» Adr4a
Aleluya.
A NTAD A JehovA canden nueva ■ :
su dabanza «e« en la congrtgadon
de loa santos.
S Alégrese Israel en su hacedora : los
hijos de Sion se gocen con su Rey.
8 Alaben su Nombre con corro: con
aduft« y harpa A él canten.
4 Porque JehovA toma contentamiento
oon su pueblo; hermosasoA A los hu-
mildes con salud.
5 Gozarse han los pies eon gloria; oan-
tarAn sobre sus camas.
« Ensalzamientos de Dios imdtUgrán
en sus gargantas : y espadas de dos filos <
habrá en sus manes,
7 Para hacer venganza de las gentes, jr
casdgos en los pueoles ;
8 nra aprisionar sus reyes en grillos,
y sus noMex con oademas de hierre^' ;
9 Para ejecutar en ellos el juido es-
crito: gloria será eata pata todos sus
santos. Aldaya.
SALMO OL.
Jíahorta d lodo viviente á láaUur á Diot.
▲Idaya.
ALABAD A Días en an sanCasdo:
. alabadlo en la esteodon de su fcr*
taleza.
8 Alabadle per sus proeza*: alabadle
conforme A la mnchedumlm de au gna
deza.
8 Alabadle A son de bodsia : aUbadli
con salterio y harpa.
4 AUOiadle con adufre y flama: ala
badlé con hutrtmtenioe ée éMtdas, y
érgano.
5 Alabadle con oüttbdoa reaenaaMs:
alabadle con dmbalea de f dbtlo.
H Todo le que TCtidn alabe A JAH*.
Alduya.
tlBt;.!.
V.
soa.ai
•Gf^LT.
^Gn-LI,
•te.
mal
17.
fcr.M
N
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C
18*1.11
LK.1.IU
• SiLSlt
Í&L1N.I
<lt.ftil
>i^&
LIBRO DE LOS PROVERBIOS.
ÜLlI.
CAPITULO I.
OmtfuUiímUtlbn. Oamtfu é tM J^umm.
MéirUmétirlamMkuft. Ammumé
IkTÍd, ves d* I^nd,
I Pan cnteadar Mbidwia t jootrina;
pKi OMioocr las nuoiMt prudaotM :
5 Pan recibir «1 oona^ da pwdwMi*,
jiutici«> y Juicio, y cqukted :
4 Para dar aagácidádi' A loa abnplaa, y
4 1m JtWenes inteligeneta y cordura t,
i (Hri d aatáo, y aamentarA d aabcr ;
7 ei entaodldo tíi^iñxk conai^lo :
6 Para entender parábola y daclar»-
cioo, palabras dt aabioa, y sua diehea
(Mcuroi.
7 El mrinciplo de la aabldoria' m el
tenuv M Jcfaová : loa inaenaatoa deapre-
ciaa la taUduría v U enaefianaa.
8 Oye, I^ mío, U doctrina de tu
padre, y no deapneiea la direoeion de
tu madre ;
9 Porque adorno de paola lerAa 4 tu
cabeza, y ooUana A tu cuello.
10 Hijo mió, ai loa paeadoraa te quiai»
cien ensaflar, noeonaientaa '.
II éi djjacen t Ven con noeotroa, poB<
gamo* aaechansaa k la aangre/, aoeohe»
moa ain motivo al inocente :
12 Lea tragarémoa Tivoa, oomo el ae-
pnicro; y enteroa» como loa que caen en
4ma:
18 Hallaréraea riquetaa de todas tuer-
tes, beaebirúaiaa nuestiaa «aaaa de dca-
Pqjoi:
14 Echa tu tuerte entre nototros ; ten-
gamos todos una bolaa :
Ift H^o mío, no andaa en eamlno oon
dloai ; aparta tu pi^ de tua TcradaaA :
16 Porque aus piáa correrán al mal, é
iiAa pretujoaBa 4 denaraar aaugra *.
17 Porque en vano ae tenderá la ved
ante loa «{Jos de toda ave.
18 Mas ellos á su profia sangre ponen
oechanias, y á sus aloias tienoen uuo.
19 Tales aon lat sendaa de todo el que
es dado 4 la codicia» Je aul prenderá d
alma de auapoaeedoret*.
90 La aabiAiria danoa de fbeim', de su
voz en laa placea ;
21 Olama en loa principales lucvea de
concarto, en laa entradaa de laa puertas
de la «iudad dice aua razonea :
S2 i Haata cuando, oh aimples, amarAa
ja iimpVeaa, y los burladores desearán el
'XcUar, y los baaentates abocieoerán la
<áeneiat>
n Volvaos 4 mi Mprenalotí i hé equí
?o oa derramaré mi «qtirittt, y os baié
Mbcr mis palabras,
M Por cnanto llamé, y no quisisteis »
'tmdtr; extendí mi rnaao, y no hulw
quien eaeuchase*,
SS Antes deaecbaafeia todo cons^ mió,
5 mi reprenaion no qultitteis,
98 También yo me reiré en vuestra
<:*l«midad, y me búrlale cuando e« tÍ-
"wre lo que teméis.
87 Onando viniera como una dettnae-
¡^ lo que teméis, y vuestra calamidad
libere oomo un toxtiellino; cuando so-
°n vosotios viniera tribulaeien y an-
ROstU; o
9B SístÚDoes me llamarán, y no rea-
P°"deté • ; buscarme ban de mafiana* y
oomahioiaráat
.^ Por cuanto aborrecieron la tabidu»
^JPm escogieron el temor de Jebová,
80 N! quWeren mi consaije, y
pradaiDu teda reptanaion mia.
31 Oomerán pues del Aruto de tn m-
mine,y te hartarán de sus coauaJosA
SS Porque el repoae de los igñonmtea
los matará, y la jurosperided da los ne-
cios los echará á pender.
88 Mas ei que me oyera, habitará eon-
fiadamente, v vivirá iqpoaado, Ittrt de
temor de nial.
CAPITULO II.
Xckorf a d tu •M'dadfrtf mMAbí», fai cimI M-
dr Dioa, jtuMtki, y
ea«i<aa, y dt todo «él tiamtmo pnoirom,
HIJO mío, ai tomares mis palabras, y
mis mandamientos ipiaxdares den-
tro de tí «,
8 Haciendo estar atento tu oído á la
taUdurte: «< incünarm tu oorason 4 la
prudencia ¡
8 8i clamares A la inteUgcnde* y 4 la
prudencia dieres tu vox ;
4 tü como á la platal* U buaoares, y la
eicttdrifiares como á tesoros;
5 Entonces entenderás el temer de Je-
bová, y hallarás el conocimiento de Dios.
8 Porque Jebová da la tabidurla«; y
de tu boca vicw el oonodwlanto y la
InteUtfenela.
7 El provee de sólida tabldm<a 4 los
rectos : m escudo' á los que caminan
rweisiiieiitii
8 ir« d que gnaxda la» vereda» dd
juido, y prcterva « el oamlao de sus
santos.
9 Sntéooes entenderás Justtoia, Juicio,
y equidad, y todo buen camino.
10 Guando la sabiduría entran en tu
corason, y la dencia fUere dulce A tn
alma.
U El eonsajo te nvardará* te preter-
vará la intdlgencia :
18 Para librarte del mal camino, de
los hombres que hablan perversidades ;
18 Que d^an laa veredas derechas, por
andar en caminos tenebrotoi/i
14 Que se alegran haciendo md,que te
hoelMD en las perversidad» del vido ;
15 Tivjñ» veredas «oa torcidas, y caos
torddos en aus caminos g :
16 Pan librarte de la mujer extrallaA,
de la agena que halaga oon tus palabras ;
17 Que desampara el príncipe de i»
mocedad, y te olvida' del pacto de su
Diot.
18 Por lo cud tu cata está inclinada á
la muerte, y sus veredas «ow bada los
muertoi.
19 Todoi los que á ella entraren, no
volverán, ni tomarán lat veredas díe la
vida*.
90 Para que andes ñor d camino de
los buenos, y guardet las veredas de los
Justos.
SI Porque los rectos habitarán la tierra,
y los perltectos permanecerán en ella I ;
88 Mas los impíos serán cortados de la
tierra, y los prevaricadores serán de día
desarrugados •■.
CAPITULO IIX.
JtaMeiimda la n^imriearáia y lo turémiUff
y eonjlanta «n Dio* i dettara e%um gtttiot*
Me l« $abUmr(9,nf podar,» loo Utoot fHo
tratt 9 *»h9rl» 4 la oartoM, jm^ jr o»»-
HI JO mió. no te olvides de mi len y
tu Qoraun guarde mis mandami-
entos:
F Job 4 8.
Jar. 8. 19.
y<.18i
• Cae. 7.1.
áaLm
11.
»W«t.}S.lá.
•1 Bey. 8.9,
£iit*.L8.
4 8aLS.X
y 84. 11.
OHkaaS.
« 1 Ba. a. 9.
Jadas 9i.
/Job Si. 18.
Jasa U 88.
fBaLlÜ^I.
*C»p.&.90L
y7.&
(Hd.8.11
.7.!
<Sd. 17.99.
«Job 18. ir.
BaLU«.8k
PROVERBIOS, IV, ^
■ HUMnordU ; mÍMÍ no la Inuii-
L _!pQU» inl4, n V «puunflrfu n
IB l4 iMldldDií de
1 Adqnltrt BbHÍirli, ■dgalMhmll-
Mol, r*^ da d la'IS^Sf de :
3j^ g,-Sr¿°i:S*j,'u!" >*
S'á
Cdr.100^
PBOYEBBIOBb TI, VIL
A. a dr. 1000.
.7.».
ao laif
M
ilLU
5 Sos piét d«Mknd«i á !•
patos tattaitan «1 Mpuloro*.
6 8w oamtnas »oft*iiwUMi
eanooariU, ■! no oomidflcUM
devida.
7 Ahora vam, hUoa» oldnM, y ao
■paitoit d« ha nxoncs da mi boca.
8 Al^ de rila tn oamlno, j no to ae«s
ques ala puerta de su eaaa :
9 TorqfHB no dea A loa «ttrafloa tu
honor, y toa afioa & oniel :
10 Porque no ae harten loe Mtnfloa de
tn ftiem, y tus trab^ioe caten en oaaa
ddeatraAo;
11 Y gimaa en tua poatrimeríaa» cuando
ae conaumiere tu oame j tu ouexpo,
19 Y dios: ¿Cihno aboneei el con<
a^o, j nú ooraioa menoepteció la n-
ptottion^:
18 Y no oí la Toa de loa que me adoo-
trinaban, y A loa que me enae&aban no
ineliné mi oído ?
U Oaai en todo mal he aalado en medio
de la aooMad y de la oonunnaeion.
16 Bebe el agua de tu oáateíaa, j loa
rawdalea de tu poaoi^
10 DenAmenae por de Alera tua ftien-
tea/; en laa plasas loa rioa de tmt aguas.
17 Sean para ti aolo, y no pan los
eatrafioa contigo.
iSSeabendMotumaaadan; yaUgrate
con la mqjer de tu mocedad #.
10 SHUt oomo derra amada y gradoaa
eona; ana pechos te aaiiafbgan en to<
do tiempo : y en au amor raeréale
aienpre.
•o ^ Y por qu^, h^o mió» andaráa ciego
con la agena, y abraaaiAa el acné de la
eatrafla?
SI Puea que loa caminos del hombre
catán ante los q)os de JehovA** y tfl
oonahiera todas ana feradaa*
n Pnndcsán al impjb ana proplaa Ini*
Sidadea, y detenido aera con laa ouerdaa
sapecado.
8B El morirA aln corrección '; y errará
t9tn tamta por la graadeía de su loonta.
CAPITULO VI.
Iwdragi al qtu M á e<r«. DMpiarta y r^
jmwh «I mtfligimt*. JVataa jmt Uu cimIm
«i mal kMUn urá totMeÜo. AM^tiiOt y
•IfMWM i» loa maltf qm» d» II provMMii.
HIJO, ai aalieraa Aador por tu amigo»,
ai toeaate tu mano al eatmflo,
t Enlaiado eres con laa palabras de
te boca, y preso eon las rasonaa de tu
8 Has sato ahora, h^ mió, y líbrate,
yaque ha» caldo en la mano de tu pró-
jimo: Ve, humíllate, y as^gifaeate de tu
■nisB.
4 No des aneih> á tua ajos, ni A tus
párMdcs sdormeoimtanto.
A nacánate oomo ti cono de la mano
<M tamior, y como el ave de la mano
dalpaxanoero.
O Ve 4 la hormiga, oh persioao ; mira
nueamlnoa, y aéaabioi
7 La cual no tiene capitan# ni gober»
nador, ni aeAor ¡
8 F CPU todo uo prepara en el verano
*a comida, allega en el tiempo de la
alaga au mantenimiento.
O Pernoao, i haata cuando haa de
damlr ? ¿ Ouaüido te levantarás de tu
MeAo?
10 Cm un pooo de tuefio, un poco
de dormitar, y cnuar por un poco las
~iaa«s para «ea raposo,
11 Tendrá tu necesidad como cami-
I y tn pobccui como hombre de
18 Bl hombie malo, el hombre depra»
iido anda en pervaraldad de boca:
IS Quilla de sus iQos», habla con sus
pMs, indica con ana aedoa,
14 Perronidades áajy en su coruson ;
anda pensando mal en todo tiempo;
enciende rencllUa*.
10 Por tanto au ealawldad vendrá de
repente; adhiUmente aera quebrantado,
y no haitá ramsdlo.
M 8eia coaas idwrreoe JehovA, y ewi
alete abomina au alma :
17 Los e{)os altivos <', la lengua men-
tirosa <, las manos derramadoras de aan<
gr« Inocente/,
18 El eorason que maquina pense»
mientes inicuos y, los pies preauroaos
paraoorreral mal*,
19 El teatigo falao, one habla mentí»
raa', y el que encienoe rencUlaa entre
loahmnanos*.
•O Gualda, h^e mío, el mandamiento
de tu padre*, y no dq)es la ensettanaa de
tu madre:
81 Átale aicmpiu en tu ooraion ; cn-
láxale á tu cuello ■*.
88 Te guiará cuando anduvieres • ; eu-
■ndo durmieres te guardará; hablará
eontlBO cuando deapcitaree.
88 Porque el mandamiento u antor-
cha», y la enseftanu luaj y camino de
vida laa reprenalones de la cnaeAanaa :
94 Paiu que to guarden de la mala
mujer, de la blanduru de la lengua de
laeatjraAa^.
8& No codiciea su hermoaura en tu oo»
raaon, ni ella to prenda con sus qios.
88 Porque á causa de la miüer ramera
«i rtdMtído d kombn á un bocado de
pan ; y la mi^er casa la praolosa alma
del vanmf.
97 ¿Tomará el hombre fliego en su
aeno, aln que aua veatidoa no se que-
men ?
8B i Andará el hombre aobre laa biaaas,
sin que aua piea ae ábraaen ?
80 Así él que entrare á la mujer de au
pr^DbiM» : no aera sin oulpa cualquiera
que la tocare.
80 No tienen en poco al ladrón, eu-
emio hurtare para aaeiar su alma teni»
endo hambre t
81 Empero tomado, paga las setenas ;
da toda la suatauíela de au eaaa*
88 Mas el que comete adulterio con la
mujer, aa fUto de entendimiento, cor>
rompe au alma el que tal hacer.
88 Plaga y venftenaa hallará; y au
afrenta imnca acra raída.
84 Porque él lelo y d Airar del hem>
bre« no perdonará en d dia de la ven-
ganza:
85 No tendrá respeto á ninguna re.
denoion; ni querrá perdonar aunque
multipliques los dones.
CAPITULO VII.
Encarga la BoUeilud por la Ptrdaátru «aM-
drnrfa, la mmI prcMrva al hombre dal pM-
groáela imila wu^t e«yo< arUfieiot finta.
HIJO mío, guarda mis raaonea, y
enclenra contigo mia mandamien»
tos«.
8 Guarda mis mandamientos, y viví,
ráab; y mi ley como las niñaa de tus
^oa«.
8 Lígalos á tua dedoa; escríbelos en la
taUa de tu coraxon '.
4 Of á la sabiduría: Td ore* mi her-
jnana: y A la fantollgcnoia llama par!»
6 Para que te guarden de la miOer
agena, y de la eatrafla* que ablanda sus
palabras.
9 Parque mirando yo por la ventana de
mi oaaa, por mi celosía,
7 Vi entre loe simples, considera entre
»Cap.]OiUi
• Bo. lA 17.
'8al.U.r.
y IOS. A
•8d.l90.
S.4.
Ap. 88.18.
/9Bax. aL
8t 4.
Ia.LU.
filio. 8.L
*Ii.^.7.
<Csp.lO.O.
* 8 Jasa 8.
10.
t Cap. 1. A
Xf. 6. 1.
" Csp. S. 8.
y 7. 8.
"Daa.ll.
lAU.
• 9ol. IIA
106.
l>Csp.AlA
y 6. A
y 7. 6| etc.
vOeB.aD.14,
•-HéklAA
•Caa.AA
• Cap. f . L
».Cap. 4. A
LavVl&A
•Dea. 88. 10.
«r Csp. 8. A
T6.St
Dea. A A
• Oa^AlaL
jL C> 4ir. 1^00.
pBOviamoSy Tin, es.
ikC€lr.iM
/Cap. 6.92.
78.4,16.
' Cup. 9. tí.
AlTLft.18.
Tlt.S.6.
•'L0«.7.)«.
* 11.19.».
<C»p.S.S.
■•Se.».».
•JQM.16.
19,80.
Neh.18.a6.
• Crii. 2. U.
7&6-
•Olp.l.9Q.
79.8,eta.
»Ufi«.l,8.
*Cn>. 22.90.
fcCl*.?,
4BtL19ll
•Mies. 7.
/Cftp.28.98.
IM S&teuet vm maaeeto fiAo 4*
dinúento/,
8 El cata ftutím por la oalte* Jfint* &
la oqnina de afaeBa, é Um eamlno é»
•n cau
f A la taide dd étai, ya ^ot —wnccla,
en la otMcviMad 7 iMaMa dt la umIm.
10 T hé aquí una imi)ar que le wle ai
eiieu«i«ro eei» acavlo dit famara» astuta
de corazón,
11 AlboroVuiora r, y NneiHota : tas
pMs no pnedcB eMar en oaaaA ;
18 Unas veces de fbera, 6 Mea por la*
jñMstm, aeeehando por todas las esqai-
ISYtrabadeál, 7WsaIo; dasrorgomó
so Toatro. 7 dJ[}oIe;
14 Saenflelaade paa baUa pRunotido ';
hoy he pagado mis Totos 1
16 Por tanto he salido i enoontraxte,
buscando dillgenteincaie tu rastro, 7 te
he hallado.
16 Con panneMos ha ataviado mi
cama, recamados eon eoidaBoUlo de
■^
*.
ooQmdtm,
7lie sahúmalo mi
áloes, 7 cinamomo.
18 ven, embrlagaémonas de amores
hasta la maflana: alegrémonos en a»
mOrcs.
19 Porque el marido no esCA en su
easa, haae ido é ua largo viaje.
50 El saco del dinero llevo en su raa»
no ; el dia sefialado ToWeiA & su oasa.
51 RindKHo eon la mveha suavidad de
MB palatnas; obHgtfle eoo la Uandnra
de sus laMos'.
S8 Vfae en po» de día iMgo, como vá
el buey al degolladero, 7 come el loco 4
las fMsIones para ser castigado :
88 Oomo el ave que se apresura al la»
xo"*, 7 no sabe que es contra su vida,
hasta aoe la saeta traspasó su h^ado.
84 Ahora posa, h^Joa, oidme, 7 estad
atentos 4 las raaones de mi boca.
86 No se aparte 4 sus oamhios tu ooru-
zon ; no 7erres en sus veredas.
86 Perqué 4 mncbea he hecho eaer
heridos, 7 de tedea les Aienas han sido
muertos por ella*.
87 Oamlnos del sepulcro» son su caaa,
que descienden 4 las c4maras de la mu«
CAPITULO VIII.
Álábmta tOmíniU dala wniaAra aáUdmrtk
Mr M orUfm, emUgíidad, €^leta»,fru»m y
«r^M, eoM fMc <0« miama m qftim é kt
¿ '\[0 clama la sablduria*, 7 d4 su
•L^ voz la inteligencia ?
8 En los altos cabezos. Junto al ea-
mtaio, 4 las enerucUadas de las veredas
separa:
8 En el lugar de las puertas, 4 la en-
trada de la ciudad, 4 la entrada de las
puertas d4 vocee.
4 Oh hombres, 4 vosotros clamo ; 7 mi
vos et 4 los hijos de los hombres.
A Entended, simples, diserecfoiii: 7
vom/tTM léeos, entrad en coidnfa.
6 Oid, porque hablaré cosas excelen»
tes«, 7 abriré mía hiUos pava eoaas
Mctaa.
7 Poique mi boca hablarft verdad ; 7 la
impiedad abominan mis labios.
8 En justicia «o» todas las lazones de
mi beea ; no hay en ellas eeaa perversa
nlt«Mida<
9 Todas ellas «m rectas al que entfl
ende, 7 raaonablea 4 los que han hallado
sahldaria*.
10 Recibid mi eosefianza, 7 no plata ;
7 denola 4atet que el ene eseopMe/.
11 Porque m<9er «r la saNduria que
las piedras preoiosaai 7 '
parar con ella.
M To la saMdnia
jhaUo la
de «ei*-
la dia-
de h»
i¿:
8E1 temer de
mal ; la soberbia^, j la
mal caolBO, 7 la boea
rezco.
14 Ceamlgo está el eonmjo,
70 lojf la intellgeueia, oala es
laxa s.
16 Por ad vdaan lea rayas ', 7 loa pila.
cipes determinan Justicia.
18 Per mi doi^Ban loa piiaeipca, 7
todos loa gobernadoras Juzgan la tiem.
17 Yo amo 4 los que me anum* ; 7 aae
hallan/ los que me busean.
18 Las riquezas 7 la honra citths coa-
migo ; sólidas riquezas, 7 Justicia.
19 li^for es mi fruto que el oro, y ^e
el oro refinado <■ ; 7 mi rádito mijor que
la plata escogida.
90 Por vereda de Justioia guiaré, per
en medie de sendas de Juicio :
81 Para hacer heredar 4 nris amigoa el
ser, 7 oue 70 hincha sus tesoros.
98 J«u>«4 me posria en et principio»
de su eamlno, 7a de antiguo 4ntes de
sus obras.
88 Btemaluaento tuve «I prineipado,
desde el prfawipio, antes de la tierra.
8i Antes de los abismos fui engcBdto-
da ; antes que fuesen las fuentes ^ las
85 Antes que los montes ftwsea fin-
* ~ I ; antea de loe ooiladoa* en 70 en-
Bd-UL
»l8t.iA
Juslil.
/b.i&»
■0U.3.U,
•lBill.t,
•JobU.7^
86 No habla aun hecho la tierm, ni las
eampUlas, ni el principio de les polvos
del mundo.
87 Cuando Ibrmaba los cielos, allí es-
taba 70; euando seflalaba por oompáa la
sobraba del abismo.
88 Cuando afirmaba los cielos arriba ;
cuando afirmaba Im fiíentea del aUamo;
88 Cuando peaia4 la mar en estatuto,
7 4 las aguas, que no pasasen su man-
damiento^ ; eiuuido «stableeia los ftm-
damentos de la tierra,
80 Con él est^M voper ama: 7ftif «ti
delicia todos los diast, teniendo soiaz
delante de él en todo tiempo.
81 Huélgome en la parte habitable de
su tienu ; 7 mis delieiM «m eon loe ld>
Jos de los hombres.
88 Ahora puse, 14|oa, eidme; 7 bien
aventurados los que guardaren mis ea»
minos.
88 Atended d eaus^)o, 7 aed saUoa, 7
no lo menoqaucieis.
84 Bienaventurado el hombre que ase
oye r, velando 4 mis puertas eaoa dia,
guardando los umbrales de mis anlradus.
86 Pasque el que me hall4»e, faaUaiá
la vida, y akaaaard el Csvor do Jebov^
86 Mas el qtie peca coatra ná, da»
ftuuda su alma : tadoa lea gue me abor-
reoen, aman la muctte.
•CAPITULO IX.
OomtnaoaMom de la vtrdúéint faMAwilb é $»
/aba f $ofaUea m Cs Mia^roHM drdM «m-
tronoi, eaém urna é» la» emaU» atmwOm 4
9éi»
.14,11
ta.1
iLlOiJl
Jar. 1.0.
tMatS-lt
OoLl.U.
"Matr.ll
Lac.lL«
lo« kombr«$ eot^toSM é m
qmfuiátámr.
LA sabiduría edlfieó aa casa; Ubtó
sus siete columnas.
8 Matió sae vietinuts*, templó su viao,
7 puso su mcaa.
8 Envió sus cfiadask) aobn le aaaa
«Me de la ciudad danaó :
4 Oualqalesa simiri* vai«a acá. A tea
fbltos de cordura dQo :
6 Venid, comed mi pea, 7 bebed dd
vino 9«M j^ ha templado «.
•HoLait
•Id.
«IsiUlU
«to.Sa.L
J«aft4
FBDT^ttaa X ZL
í Ouutdr» «i» la HlwTlila, w
Síi
A. C. oír. 1000.
pBOYsaBios, XII, zm.
iC^.8L80.
(Mate 7.
"•OS.10.U
Oú. 9. 9,9.
8uit*.S.18.
• Bo. 3. 8,9.
•20or.O.«.
J'Ln.&88.
«JobSLM.
Mar. 10. 34.
1 n. & 9,
17.
•- M. 1. 9.
7 93.13.
• G»p. 8. 18.
t Hat. 4. 19.
•lPed.417,
18.
•Be. 8.8.
«C«p.81.10.
•ICor.lLT.
40»p.U.9.
•Itoa.S8.4.
/C»p.a8.]9.
19 La mujer gncloia k tandiA honn ;
y los Alertes tendrán riquezas.
17 A su alma' hace bien él hombre
miserlooidioso ; mas el eruel atormenta
su carne.
18 El imiiío hace obra fUsa; mas el
Sue sembrare Justicia, tendrá galardón
rme"i.
19 Gomo la Justicia es para Tida, asi el
que sioue ti mal et para su muerte.
90 A Dominación «n» á JehoTá los per»
Tersos de eoraaon ; mas los pcxiectos de
camino le son agradables.
SI Aunque Ue^e la mano á la mano el
malo no quedará sin castigo ; mas la si-
miente de los Justas escapurá.
33 Zarcillo de cío en la naris dd pu-
erco et la mi^ hermosa, y apartada de
razón.
38 El deseo de los Justos «t solamente
bien : muu la esperanza de lo* impíos ««
enqjo".
84 Hay unot que reparten, y lt« es alia-
dido mas : hay ohna que son escasos mas
de lo que es Justo, mas vienen á po-
breza».
85 El alma liberal será engordada;»; y
el que saciare, i\ también será saciado.
36 El que retiene el grano, t\ pueblo lo
maldecirá ; mas bendición terA sobre la
cabeza del que Tende.
37 El que madruga al bien, buscará
fkvor: mas el que busca el mal, ven
drále.
38 El que confia en sus riquezas, ea^
eráf ; mas los Justos rererdeoetán como
ramos r.
30 El que turba su casa, heredará tí
ento; y el necio $erá siervo del sabio de
corazón.
80 Kl fruto del Justo et árbol de vida « ;
y el que prende almas, es sabio '.
81 Ciertamente et Justo será pagado en
la tierra: ¿cuanto mas el imido y el
pecador»?
CAPITULO XII.
EL que ama la corrección ama la sa.
biduría; mas el que aborrece la
reprensión, es ignorante.
3 El bueno alcanzará fkvor de Jebová ;
mas él condenar» al hombre de malos
pensamientos.
a El hombre no se afirmará por medio
de la Impiedad * ; mas la raiz de ios Jus-
tos no será movida..
4 La mi^er virtuosa & corona es de su
marido c; mas la mala como carcoma
en sus huesos.
5 Lf» pensamientos de los Justos «oa
rectitud ; mmm los conatos de los impíos
engallo.
0 Las palabras de los impíos «o» para
asechar á la sangre': mas la booa de
los rectos los librará.
7 Dio$ trastornará á los impíos, y no
serán mas; mas la casa de los justos
permanecerá.
8 Según su sabiduría es alabado el
hombre: mas el perverso de corazón
será en menosprecio.
O Mejor es el que se menosprecia, y
tiene servidores, que el que se precia, y
carece de pan.
10 El justo atiende la vida de su bes.
tía « ; mas las entrañas de los Impíos «m
crueles.
11 El que latan su tierra, se hartará de
Ba ; ñus el que sigue los vagabundos w
to de entendlnrfnito/.
13 Desea el impío la red de los malos ;
mas la raíz de los Justos úmtk fruto»
13 El impío es enredado en la preva-
rieaoion de sus labios; mas el Justo sal-
^á de la tribulación.
14 El hambre aera haito de Vm
fhito de tu booaf , y la pwa de las nU'
nos del hombre le aera amnK
16 El camino del necio m deraeho ca
su opinión : mas el que obedece al coa«
selocsabio.
M El nedo luego al punto da á eonocar
su ira : mas el que disimula la iiúuiia cf
cuerdo.
17 El que haUa verdad, decían justi-
cia ¡ mas el testigo mentiíoso, sng^»
18 Hay o^gimof que hablan como i«^d»
estocadas de espadaí : mas la lengua de
loa sabios «t medioina.
19 El labio de verdad permanecerá
pan siempre ; mas la lengua de mcn-
tin, por nn momento.
30 EngaiW> hay en el corazón de kM
que piensan mal ; mas alegría en d de
los que piensan bien.
31 Ninguna adveraidad acontecerá si
Justo*; mas los impíos aeran llenos de
mal.
83 Los labios mentirosos son abomi-
nación á J^ová' ; mas los obradores de
verdad, so contentamiento.
33 £1 hombre cuerdo encubre la ci-
encia ; mas t\ oomaon de los necios pu-
blica la necedad "k
34 La mano de los diligentes se en-
aefioreará; mas la negligoite será tri-
butaria.
36 El cuidado congqjoso en el ooraxon
del hombre, lo abate ; mas la buena pa-
labra lo alegra.
88 El Justo hace ventiiia á su prdJiBM :
mas el oamino de los impíos les hace
87 El indolente no chamúscala su ca-
za : mas el haber precioso del hombre u
la ditigoicia.
88 En el camino de la Justicia está la
vida; y la senda de su vereda no es
muerte.
CAPITULO XIII.
EL hijo saMo imna el caas^ 'dd pa-
dre : mas el burlador no «scneha
las reiwensiones.
3 Del fruto de tu booa el hombre co-
merá bien"; mas el alma de los preva-
ricadores haUará mal.
8 El que guarda su boca guarda su
almaft; mas el que int^mtitiemuUe atoe
sus labios tendrá calamidad.
4 Desea, y nada ofasiua el alma del
perezoso; mas el alma de los diligentes
será engordada «u
6 El justo aborrecerá la palabra de
mentira d : mas el impío se hace odioso,
6 infame.
6 La Justicia guarda al de peiftcto es-
mino « ; mas la Impiedad trastornará al
peeador.
7 Ilay alguno» que se hacen ricos, y no
MniM» nada ; y sime que se hacen p^res,
y tíenen muchas riquezas.
8 La redención de la vida óaü homlsc
ton sus riquezas : pera el pobre no oye
censuras.
9 La luz de los Justos se alegrará: nsas
apagaiéae/ la lúmpara de los impíos.
10 Ciertamente la soberbia parirá con-
tienda; mas con los avisados et la sa-
biduría.
11 Disminuiránse las riqueaas de va-
nldad : empero multlpUoaiá el que alle-
ga con su mano.
19 La esperanza que se prolonga, es
tormento ana corazón t maa árbol de
vlda.v et el deseo cumplido.
18 El que menospreola la palabra, pe-
recerá {Kn elle*; mas d que lene «1
mandamiento, será recompensado.
14 La ky «t al saUo manadero de
HFtd.1»
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A. a oír. uoo.
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d>la
vida'»
iBucrte»
16 El buen cnModirntanlo eoaoillará
gndA ; IBM d ounino da 1m
cadores e» duro.
16 Todo knmkrt cuerdo oltra eon aa-
biduTÍa; mas al umío uianlhiUri «m
necedad*.
17 £1 mal mmua¡mn caerá en mal;
mae d aenaaieto fiel «r medlotaa'.
18 Poinraa y Teq^Ocnia tcndiA d que
ncnoepceeia el eoné^ ; mas el que gu-
arda la corrección, lerá honnkio *.
19 El deaco cnmpUdo deleUa al alma» :
pero apartaiae del mal m abomlnaoU» á
los necios.
90 El que anda con les sabioe, saUo
aer&; mas el que le allega á los nados,
terá quebrantado.
81 Md persegniíA 4 los pecadores*;
mas 4 los justos bien será rstflbuido.
83 El bueno dejará herederos los hijos
de loe hUoe : j d haber del pecador para
d Justo cst4 guardado j>.
88 En el barbecho de los pobres Aa.y
nveho pan : mas piérdese por fiílla de
juieio.
84 El que detiene el castigo, 4 su hijo
staoneeef ; mas d que lo ama, madruga
a castigarlo.
85 El justo come hasta saciar su alma ;
el Tlentra de los impioe tendía nc-
'CifkMLlIu
*».llt.
'Gi|Llll7.
CAPITULO XIV.
LA maja sabia edifica sa caaa« ; mas
la necia con sus manos la derriba.
8 £1 one camina en su rectitud, teme 4
Jehora; mas d perraMldo en sus ca-
minos, lo menospñda.
8 £a la boca del necio está ia Tara de
la sobarUai mas los labios de los aaUos
los guardarán >.
4 Sin bueyes d grana» uta limpio:
mas por la Aicna dd buey ha¡f abun-
dancndepan.
5 El tastijBo verdadero a^mentiiá; mas
d testigo &SO habbuá mentiras «.
« Hnscó d escarnecedor la sabiduría, y
no le kmUÓ ¡ mas U saUduiia d hombre
entendido e«fácU<
7 Vete de ddante dd hcaabru necio,
cuando en d no adviertes labios de d*
encía.
8 La deada del cnerdo «t entender su
camino : mas la Indiaorecloa de los ne-
cios n engaflo.
9 Los necios se moAm de «wwstor peca-
do*: mas entre los rectos /My amor.
10 El eoraaon conooe la amargura de
su dma ; v extrallo no se entiemeter4
ensnalegruu
U La casa de loe impíos seiá aso-
lada/; mas florecerá la tienda de lee
recto*.
18 Hay camino que al hombre parece
desscho ; empero su fin son caminos de
18 Aun en la risa tendrá dolor d eo-
man; j d término de la d^ria se
14 De sus caminee será harto d ai
tado de nuon'i 7 d hombre de
«iteré eeatads de el sayo.
U El simple oree á toda palabra;
d aviíade ¿Hiendo sos paa¿*.
18 El sabio teme, y se aparta dd mal < ;
BHs el nedo se arrebata, y confia.
17 El que nwesto se enqja, hará lo-
ma"*: y el hombre nidideeo será
«boiTCcUo.
18 Los dmples heredarán necedad;
iBas los cuerooe se ceronaián de saM-
duia.
IB Los malee se indinarán delante de
loe baenoo*, y lea impfaa 4 las
dd Justo.
80 El pobre es odioso aun á su amigo*;
pero muchos «on loe que aman d tico.
81 Peca el que menoeiaucia á su pid-
limo : mas el que tiene miserieerdia de
loe pobres, es bienaventurado^.
88 ¿ No venan los que piensan md ?
Misericordia empero y verdad deawaa-
rdn loe que piensan bien.
88 En toda labor hoy ftnto ; mas la pa-
labra de los labios adámenle «aipobreee.
M Las rlquesas de los sabios son su
corona ; «ms m Infctnaeion la iasensalea
de los necios.
8» £1 testigo verdadero Ubn las almas ;
el engaftoao hablará mentiros f,
86 En d temor de Jdwvá —té la ftt-
ote confianza; y esperanaa tendrán sos
hUos.
87 El temor de Jehová «« manadero
de vida % para apartarse de los laaos de
muerta.
98 En la multitud de pueblo uiá la
gloria dd rey ; r en la fUta de inieblo la
naqucsa dd principe.
89 El que tarde se aira* •• grande de
entendimiento : mas d coito ét espíritu
ei^randece d desatino.
80 El coraxon apadble «* vida de laa
camas ; mas la envidia pudrimiento de
huesos.
81 El que oprime d pobre, afrenta á
su hacedor' ; mas d que tiene miseil-
cordia dd pobre, lo honra.
83 Por su maldad será lanxado d im-
pío : mas d Justo en su muerto tiene
esperanaa*.
88 En el coraion dd cnerdo repesará
la sabiduría; y conocida es en medio de
los necios.
84 La Justicia engrandece la nación ;
mas d pecado es amnU de las naciones.
35 La benevolencia dd rey e« para con
d ministro entendido; mas su cnc^
amtra d que h ave^gttenaaw
CAPITULO XV.
LA Uanda respuesta quita la ira*;
mas la palabra áapñra hace subir
d furor.
8 La lengua de los sabios adonaará á la
sabiduría; mas la boca de lea nedos ha-
blará sandeces \
a Los «tjos de Jehová en todo lugar
están mirando los buenos v los naalos *.
4 La sana lengua «t árbol de vidaif;
mas la perverslcfaul en día «• quebran-
tamiento* de eepíiitu.
5 Kl nodo menosprecia d oonsqfo de
su podre: mas el que guarda la cor-
rección vendrá á ser cuerdo/.
6 En la casa dd Justo h«y gran pro-
visión ; empero turbación en las ganan-
cias del Ím|do.
7 Los labios de los sablea esparcen sa-
biduría; mas no ad d ecnaon de ios
nados.
8 El sacrificio de los Impíos w abo-
minadon 4 Jehováf ; mas la oradon de
loa rectos es su gozo.
9 Abominación ee á Jehová d camino
dd impío; mas éi ama al que sigue
Justicia.
10 La reconvención •* molesta d que
d^ d eamino : mas d que aiiorreciere
la comedón, morirá*.
11 Kl infierno y U perdidon «ddn de-
lante de Jehová ': i cuanto mas los co-
razones de los hombres* ?
19 Kl escarnecedor no ama d que le
reprende'; ni se aliaga á los sabios.
13 J£l corazón alegre hsimosea d ros-
troM; mas por d doler do oorazon d
espíritu se abato «.
•8d.49.14.
lld.4.8.
• Uap. 19. 7.
r8d.4Li;B.
lUt.9k.Si.
fvar.1.
'Cap. 18. 14.
'Caf.u.il
tOap.l7.S.
y8Í.X
«JobU.8ak
•Juae.U,8.
» Cap. 19. 98.
yU.16.
«Job 84. 91.
Hd.lL4.
7». 18. 14.
Jer. 89.19.
B0b.4.18.
<ICap.l3.18.
'U.8ft.l4.
/Cap.l8.ia
'Ckp.91.37.
laT.U.
y 6L8.
768.3.
Jar. 6.98.
Ab.8.98.
h Cap. t. IL
19.
< Job 96. 6.
SaLia9.8.
t3Cr.6.S0.
8eL7.9.
Jasa 91.17.
H««b.l.9i.
lAmwClO.
»Gapa7.9S.
"Oap.l9.9S.
MtLckíW»,
pmovKB&iiOfl^ zn, xfzl
j.e*.iN»
• Gap. le. 8.
8«LS7.16.
1 Ti. «. 8.
P Cf. 17. 1.
90*11. 39. sa.
13.
•C«p.lO.L
*C»it.l0.2S.
••OM.U.U.
7a(>.i8.
1& ^
yii.fi. 8.
Hab.2.9,
10.
• 8«1. 34. 15.
y liS. 18,
19.
j«r.io.as.
» Cap. 21. 3.
•SftL87.S.
dBA.9.a2.
« O^ 6. 27.
/Oi9.1«.«.
14 SI «arana «ntmdld* ham* te mU-
dntia; mai la boca de los neoia* paee
15 TodM Um diaf dd afligida mm tra-
bi^etoa: autrieoruattcoaientoaff «mw
un ooMvlla oondiroo.
10 Me)or e« lo pooe oon «1 tamor de
Jelwvá, quB <1 giui teanm donde hajr
17 Melor ei la eaniMia de ¡egnmbvet
donde na* amo?, qae de buqr engev-
dado, donde bay odto^.
18 fil hombre faracuiido mvere eontl-
endaav ; mas «A qwe taide le enoja, apa»
ciguaiá la rencilla.
19 El cuaino dd pereaoee tt oome seto
de esplnoer ; mas la vereda de los raotoe
emú Una ealxada.
90 Bl hijo sabio alegra al padae : mas
el hombre necio menoeprecla á su ma-
dn«.
SI La necedad w alegría et falto de en-
tendimiento': mas el hombre entendido
endcretasA sa iproeeder.
99 Los pansamientoa son ftnstndo*
donde no hay consejo ; mas en la mul-
titud de eona^eroe se afirman «.
Stt Aiégiase el hombre con la reepoesta
de su boca: y la palabra á en tiempo,
¡ enan buena ea !
94 Bl eamlno de la vida «r ká«ta arriba
al entendido, para apartarse del inAerno
^uiab^.
O Jehevá asolará la casa de loe so-
berbios ; mas éí afírmart d término de
la viuda.
96 Abominación son & Jéliev& loe pen-
samientos del malo « : mas laa expresio-
nes de los limpios som Hmplas.
97 Alborota sa eaaa f el codieieeo ; ma*
el que ahonece las dádivas, vivirá.
98 El corazón del Justo piensa para
responder : mea la boca de loe impfoe
derrama malas cosas.
99 I4)os m§á Jehovi de les hnpfos:
mas él oye la anMiion de los justos».
90 La luz de los ojos alegra el corazón ;
y la buena &ma engorda los huesos «.
81 La or^a 4|ve escucha la ootxeceion
de vida, entre loe sabios morará.
se El que tiene en poco la discipHna,
menospneia su alma : mas etque eseu-
oha la coeieodoai, tiene entendimiento.
33 £1 temor de Jehová et ensoSami-
ento de saUdmria ; y delante de la honra
tHá la humildad.
CAPITULO XVI.
DEL hombre ton las disposiciones del
ooraaon t mas de Jehová la reepn-
esta de la iei^ua «i.
8 Todos los caminos del hombre son
limpios en su opinión; mas Jehová pesa
loa espíritus fr.
3 Encomienda á Jehová tus obras, y
tus pensamlenloa serán afirmados «.
4 Todaa las oosaa ha hecho Jehová por
si mismo, y aun al impío para el dia
malo'.
5 Abomlnadon m á Jehová todo altivo
de corazón*: aunque etfé mano sobre
mana^ no aatá rcpuiado tnoeasHOb
0 Con miseiicoKdia y verdad se «onrige
el pecado ; y con el temor de Jehová se
aparta del mal ai áowsére.
7 Oiumde lea camiaoe dd homlm se-
rán agradables á Jehová, ann ns ene-
migo* paaifteaiá eon ál.
8 Nt^at ea lo ñoco con Jnstieia, que la
muchedumbre «e frutos sin derecha.
0 Bl ootaxon del hombre piwaa m oa-
mino ; maa Jehcwrá aitrrera sus nasos/.
10 Adivinaaion etM en loa labios dd
rayf ; enjuicio no prevaricará au boca.
11 Peso y balanzas Jnstaa «o» da Ja-
aM«Ddaa|8»
kd»
dd» mr á
los reyes
ivatieia
d oontsnCa-
d qoaha-
hov4t
la bolsa.
19 AbamiaaslaB
haocr impiedad: porue
será afirmado el trono C
19 Loa laMos Just» asa
miento da ios aeyat ; y
bla lo recto.
14 La isa dd ley at meamjtto da mu-
erte*; maa d honobve saU* la evitará.
15 Bn la alegría dd rostro dd rej caAl
la vida; y su benevolencia m eomo nube
de lluvia taidia.
M Mejor ea adqahAr saUduiia qvw aro
ptraeiado; y adquirir fadeUgcuía vale
mas que la plata*.
17 Él eamlno de lea reotoa e* apartarse
del md : su ahaa gaasda d que guarda
su camino ">.
IB Antes dd quebrantamiento es la so-
berbia, y antas de la eaida la aUvaa de
espíritu «.
19 Mejor es humillar el espíritu oon
los humildes, que partir despegos oon
los Boberidos.
90 BL entendido en la palafaca, hallará
él bien : y el que confia en Jdiová, él m
bienavenCurado •.
91 El sabio de coxamn ea llamado en-
tendido : y la dulzura de labiea aatasen-
tará la dactilna.
99 Manadero de vida^ «• d entendi-
miento al que lo posee : mas la erudioian
de los necios e« neeedad.
88 El corazón del sabio hace prudente
su boca; y oan sus labiea aumaau El
doctrina.
94 Pand de mid «oa los didtoa su-
aves I Hiaaidad d dma, y aaedieina á
los huesos.
95 Hay cnadno que pareoe derncho d
hombre; mas su saüaa aoa camlnaa de
muerte 9.
90 Bl alma dd que trabeja, trabaja
para sí ; porque su beca le eondrlfler.
87 KI hombre perverso cava en áiiMa
dd mal ; y en sus Idños kag eomo llama
de fuego.
98 El hombre perverso levanta «ontl-
enda« ; y d chiamoeo aparta los mqjores
amigos'.
99 la honüire mdo lisonjea á sa pró-
jimo, y le hace andar per d camino no
bueno:
80 Cierra sus ojos para pensar pemer-
sidades; mueve sus labias, eftetna d
mal.
81 Cotana de honra e* lavdei«ftis se
hallará en d eamino de justicia.
38 M^r ce d que tarde se dra q«e d
fuerte ; y «tfer d que se ensofiovsa de
su espíritu que d que toma una ciudad.
89 La snerte se echa en el seno'; ra
de Jehová pmds todo d juicio de dU.
CAPITULO XVH.
BJOR es un boeado de pon
en paz, que la casa de
llena de vfetinaas*.
9 El sierre prudente sa
del h^o que deshonra ; y entre los
manos peítirá la haraníala.
9 Bl edad psora la plata, y te
para d oro ; mas Jahová pmelia los oa-
raaoncai.
4 El malo aalá atante d isMo idena ;
y el mcnlireso aseueha á te lengua da-
trac tora.
A El qué easameee d polnr^ alienta á
su Haeeder*: y d que se deyrs sn te
calamidad ageua no quedará ste oaa-
0 OereiM da tea vi^as «sa los hüsa da
los hijos « ; y te honra de los mos.
'Bel?.
M'
■JoBiLT.
•Capí U. 17.
iia.&n
Jsr.17.ia
4Job2L»
Ab.U.i«.
•BdLU7.L
i.e.cfr.MOt.
PBOTEBBIOe» XYBX, XSJL
A.e.fÉr.lOW.
'Si. 23. 7.
Ii.s.a,a4.
t(^(.lS.U.
7 N» convlMe al neolo U «lrtlowMii>
da : ¿ cnanto menos «I príncipe «I labio
'Ch- 13.14,
»fea.i4.
Ibik 14 6.
"c«p.is.ao.
•Job 13. 5.
8 Piaán paadaaa «t d oohacho en 990*
de MU dueños; i donde quien que se
vuelve, da pteepcridail.
• £1 MM» o*I«e la paeraricadMi, b«Ma
amistad ; mas el que rcltena la palalita,
aitattaalamlaa.
10 Afvaveoaa la wp—iMlan en el cn>
tendido, mas que si cien veces biriasa en
alaeóa.
11 £1 rebdde ae buaea sino mal; y
mensajero «aisal «asá eantn 41 enviado.
la Meimt m am caeMntw un hombre
oen oaa oaa» & quien hayan tobado sus
cachorros, que con «n fatuo «vi|/iadocn
13 Bl q^ dá mal por bien, no s« apar*
tara el mal de su casa/.
14 £1 que eomienza la pandeneia et
como auien sueit* las aguas : dfga pues
1» peina iuitas que se enmarafle.
15 El que Juttifica al im|^, y el que
oeaidena al Justo, ambos 4 dos ««n mo-
mlBMioa A Jehová'.
18 ¿ De qué sirve el precie en la mano
del necio paia comprar aaUdovia, no te-
mendo entendimiento ?
17 £n todo tiempo ama el amigo ; y el
hermano para la angustia es nacMo.
18 El hombre fidto de entendimiento
toca la mano fiando 4 otro delante de su
amigo.
19 La prevaricación ama el que ama
pleito : y el que alxa su pontana, qne-
Iwantanuento buscad.
90 £1 pervcBso de ooracon nunca ha-
llar4 bien: y el que lenielve con su
lengua, caerá en mal.
81 £1 que engmdra al neao, para su
tristeza /o emgmdra ¡ y el padre del fiuuo
no se alegrara.
83 El corazón alegre produce buena
disposición ; mas el espixitu triste seca
ka huesos t,
88 El implo toou d4diva del seno, para
pervertir las sendas del detacho.
84 En el rostro del entendido partee la
safaiduiía*; mas los ejoá dai necio vagan
haata el cabo de la tierra^.
86 £1 hijo necio es enqjo 4 su padre, y
asaanuca 4 la que lo cnñndró «>.
98 Ciertamente no m bueno condenar
al Justo, ni hcarir 4 los pi^ooipcs que
hacen lo recto.
87 Detiene sus dichos el que tiene sa-
biduiia : de pfudente esi^tu e§ el hom-
bre entendido.
88 Aun ti necio cuando calla ; es can-
tado por sabio ; el que .«ien» sus labios
•f entendido.
CAPITULO XVIII.
SBGUN «H antego buaoa el que se
desvia, y se entitmete en todo ne-
gocio.
8 2^0 toma plaeer al neeio en la inteU-
;encia, sino «n lo que su oeraien se
'Cap.M.5.
kC^^UI.11.
lllM.16.19.
KtlOwU.
aCoando viene el impio, viene tam-
bién el moBosprecio, y non el deshen-
lador la afiocnta»
4 Aguas anfiíndas m« les palabras de
la lKR2a del hombre* ; y arroyo revciti-
: ente la fiante de la aaUdmia*.
6 Tmer respeto 4 la penonsí del impío,
para hacer caer al justo de su derecho,
noeafancno*.
8 Ii«t lidtios del necio vienen oon pleito,
y su boca á cuestiones llama.
7 La boca del neeio m qnebrantnni-
eflt* pasa s(, y sus labios «m laxo» para
su alma <
8 JLm palabra» éA ofaionoa»
blandas, y dasdaadi hasta lo íntimo
del vientre.
9 TamUan al que ea negUgssite en su
obra es hermano del hombK dleipedor.
U) Tone Aserte as el nombre de Je-
hov4« : 4 ¿1 conrcr4 el justo, y sex4 le-
vantado.
11 Las flqueías del rice «on ia ciudad
de su fiírtaleaa/, y como un muro alto,
en su imaginaoion.
18 Antes del quebrantamiento se eleva
el ooraxon del nombre'; y 4Btes de la
honra «t el absAimlentoA.
18 £1 que responde palabra antes de
oir, le «t fatuidad y oprobio.
14 Bl 4nimo del hombre sopM8ar4 su
enfermedad : mas ¿ qméa soporniá « al
ánimo angustiado ?
16 £1 concón del entendido adoulere
sabiduría ; y el oido de las sabios busca
la ciencia.
16 £1 presente del hombre le ensancha
tí canuno, y le Ueva delante de los
grandes*.
17 £1 primero en su propia causa pa-
rece justo ; y su advrasario viene, y le
sondea.
18 La suerte pone fia 4 los pleitos, y
desparte los fuertes.
19 £1 hermano ofendido es wuu teiuu
3oe una ciudad fuerte' 1 y las oontten-
as ^ /es Aereioaot toa oonw oerrcjjos de
aloasar.
90 Del flruto de la boca del homlure se
haxtaiA su vieotn; hajtaxtee del pro-
ducto de sus labios ».
81 La muerte y la vida után en poder
de la lengua >• ; y el que la ama, ooiner4
de sus frutos.
88 El que halló buena mqjer, halló el
bien, y aloanaó la beneTotondia de Je-
hová.
88 El pobre habla con rasgos ; mas el
rico responde durezas.
84 El hombre que tíen* amigos, ha de
mostrarse amigo ; y amigo hay mas oon-
junto que el hermano.
CAPITULO XIX.
EJOR es el pobre que eamina en
su senoiUez, tt¡oe el de perversos
labios, yfittnoa.
8 £1 alma sin ciencia no «t buena ; y el
presuroso de pies peca.
a La insensatea del hombre tuerce su
camino ; y contn Jehov4 se aira su co-
razón i.
4 Las riquezas allegan muchos amigos ;
mas el pobre de su amigo es apartado'.
5 El testigo falso no quedai4 sin cas-
tigo ; y d que habla mentiras, no es-
oapar^'.
6 Muchos rogarán al príncipe: mas
cada uno e» amteo del homlne que d4. .
7 Todos los hermanos del -pobre le
aborrecen « ; ¿ cuanto mas sus amigos se
alqjaráa de 41 ? Basoar4 la palabra, y
nolahallaié.
8 El que posee entendúnieato, ama su
alma : el que guarda la inttf Igeneia, ha-
llará el bien.
9 £1 testigo ihlso no qttedai4 sin casti-
go; y el que baltln mentiras, perecerá.
10 No conviene al necio el deleite;
¿ cuanto menos al siervo ser sc&or de
los principes/ ?
11 La cordura del homhse detiene su
furor f : y su honn e« disimular la ofensa.
18 'Como el bramido del cachorro del
león es la in del reyA • y su &vor como
el rocío solare ia yerba.
13 Dolor e« pan su padre el hUo necio ;
y getem eontinwa las oontiendss de la
mujer (.
14 La oasa y las tiqvesas herenftla «o»
M'
« Sal. 18. a.
7 91. 8.
/OspLlClS.
fCsp.18.18.
* Cap. 15. 33.
Loe. 11 U.
<CBf.l7.B.
i€ap. 17.18.
<G«.87.«1.
"Cap. 18. 1
"Matia.37.
» Gap. 28. &
»Xaa8.89.
•o»p.i4ao.
19.
Cap. 21. 38.
'Cap. 14. SOL
yCsp.«).23.
fCspul«.82.
A Cap. 18. 14,
7 80-3.
t Cap. 27. 15.
A.C.clr.lO(W.
PBOVEBBIOS, XX, XXL
ACan.18.S3.
y8Í.ia
■•STé.S.10.
•x«tia.«L
3Cor.9.6.».
«Okn.18.94.
ySl.lS.U.
fDev. 81.90.
M.n.10,
U.
Ii.14.i7.
t4«.10.
Hech.6.99.
•"ITLi-S.
•CHI.M.U.
iOip.>Lll.
«JoblSwlft.
Oh i. 8.
• !•. 28. 7.
01.4.U.
» Cap. 19. 13.
'CaM«.aX
<Cq>.l».U.
•CaM8.4
/Mate. a.
«SBa.28.4.
ASO. «.M.
Be. 7. 90.
1 Jnn 1. 8.
f Dea. 28. 14,
18.
ABri.M.9.
<0*p.«.9L
7M.I&
de U» padrH t ibm de Jchovi le mv^
prudente*.
15 Le pereie hece eeer raefk><; j el
efane negligente hambceefá «.
16 Bl que gnarde el mendamiento, go*
aida en alma ; maa el iiae menoapreeláfe
sos caininoe, moilxá.
17 A Jehová einpreeta el que d& al
pobre ; y 4lle daiA su paga «•.
18 Oa«tiga á tu fe^jo en tanto que hay
etperanuí*: mas no se escite tu alma
para deitrotrlo.
19 El de grande in, llerari la pena;
y ti uaa de vk>lenelas« afiadliA «««tx»
mala.
90 Ewaelia d eonaejo, y reeibe la cor-
rección, para que aeai Mblo en tu Tidexi».
91 Muchoi pensamientos Aay en el
ooranm del hombre; mas el consejo de
JehoTá permanecerá r.
29 Contentamiento e« á los hombres
hacer misericordia: pero m^or es el
pobre que el mentiroso.
83 El temor de Jehová «« para Tlda r :
7 con tí TiTirá eí hombrt lleno de reposo ;
no será visitado de mal.
94 El perezoso esconde su mano en el
seno ; aun á su boca no la llevará*.
85 Hiere al escarnecedor, y el simple
se hará avisado : v corrigiendo al enten-
dido, entenderá ciencia *.
98 El (Ríe roba á su padre, 7 ahuyenta
á su madre, hijo et avergonzador, 7 des-
honrador.
97 Cesa, hijo mió, de oir el ensefiami-
ento que induce á divagar de las raxones
de sanidwla.
98 El testigo perverso se burlará del
£^{0 : V la boca de los impíos encubrirá
iniquidad «.
89 Aparejados están Juidos para los
escarnecedores, 7 azotes paim los cuer-
pee de loe Insensatos.
CAPITULO XX.
EL vino áaee escarnecedor; la cerveza,
alborotador « : 7 cualquiera que por
ello errare, no será sabio.
8 Gomo iñramido de cachorro de león h
ee el terror del rey : «i. que lo hace en-
furecerse, peca amira su alma.
8 Honra es del hombre d^farse de con-
tienda*: mas todo Insensato se envol-
verá ei» ella.
4 El perezoso no ara á cansa del in-
vierno: pedirá pues en U sion, 7 no
hallará d.
5 Como aguas profundas e$ el oons<;jo
en el corazón* del hombre; mas el
hombre entendido lo alcanzará.
6 Muchos hombres publican cada uno
su liberalidad/ : mas nombre de verdlad
é quién lo hallará ?
7 Bl Justo que camina en su integri-
dad, Uenaventurados «erdii sus h|jos
después de él.
8 Bl rey que se sienta en el trono de
Juicio, eco su mirar disipa todo mal^.
0 ¿Quién podrá dedr: Yo he lim-
piado mi oonzon, limpio estoy de mi
pecadoA?
10 Doble pesa y doble medida abomi-
nación «en á Jehová ambas cosas '.
11 Aun el muchacho es conocido por
sus hachos, si su obra eerá limpia 7
recta.
18 El oído que oye, y el ojo one ve,
ambas eosas na Igíialmente hecmo Je-
hová J^.
18 No ames el snefio, porque no te
empobrezcas I : abre tus ojos, ¡f te har-
taras de pan.
14 El que compra dioe : Malo es, malo
es: mas en apartándose se alaba.
15 Hay oro, 7 mnltitnd de piedras pre- .
mas los labios saMoe mm vi
preoioso.
16 Quftale su ropa, porque saUÓ per
fiador del estrafio ; 7 t«nB«e pnsMla por
laeatrafla.
17 Sabroso ee al hombre el pan de
mentira»; mas después en boea será
llena de cascajo.
18 Los pensamientos oon ei oonesjo ee
ordenan: y oon industria se haoe la
guerra *•
19 El que descubre el secreto, en chis-
mes anda* : no te entremetas, pues, con
el que lisoiqea oon sus laMoa.
90 El que makUoe á sa padre <} á au
madre, su lámpara será apagada^ en
obscuridad tenmrosa.
91 La herencia adquirida de priesa al
Sittciplo, su postrimería no será ben-
n No digas : Yo me vengaré*' :
á Jehová, y él te salvará.
98 Abominación «m á J^ová laa .
dobles ; y el peco lUso no et bueno •'.
94 De JcAiová eon los pasos del hom-
bre: ¿ como pues entenoeiá el hombre
su camino * ?
95 Laso es al hombre d devorar k»
santo, y andar pesquisando después de
los votos.
96 El rey sabio esparce loe impios, y
sobre ellos hace tomar la rueda •.
87 Candela de Jehová ee el alma del
hombre, que escudriña lo secreto déí
vientre.
98 Misericordia y verdad guardan al
rey ; y con clemencia sustenta su tronoi.
99 La gloria de los Jóvenes es su forta-
leza: y la hermosura de kw viejos «si
ve,iez<.
80 Las séllales de las heridas «en me-
dicina en el malo; y las plagas en lo
secreto del vientre.
CAPITULO XXI.
f^OMO los repartimientos de las aguaa
\J <ui eiM Á corazón HA rey en la
mano de Jehová: á todo lo que quiere
lo inclinas.
9 Todo camino del hombre e« recto en
su opinión : mas Jehová pesa los cora-
zones *.
8 Hacer Justida y Juido es á JéhovA
mas agradable que sacrificio*.
4 Altivez de ojos, y orgullo del cora-
son, refino de los imples, «on perado»
5 Los pensamientos del solicito eierta-
mente van á abundancia ;° mas todo pre-
suroso indefectiblemente á pobreza «.
O Allegar tesoros con lengua de roen-
tira* ee vanidad desatentada de aqnsdlaa
que buscan la muerte.
7 La rapifia de los impíos los destmirá ;
por cuanto no quisieron hacer Juido.
8 El camino del hombre ee torcida y
extraite: mas la obra del limpio e«ff«cta.
O Mcito' o ^v'' en un rincón de se-
quittmí, que oen la mnj«r rendlleaa en
espadóse casa/.
10 El alma del impío desea mal : •■
prójimo no le parece bien.
11 Cuando a escarnecedor es caatina-
do, el simple se hace saUo: y coauído
se amonestare al sabio, aprenderá
"Cap.9tl7.
•Oaii.9Le..
Lac 14.81.
•Cap.11.11.
'Ex.aLi;.
VCap-aSL»
•'cap.s&m
• ver. W.
(Jer.l0.ft
j
I
«oap.aai
'Cap.lfi.a
LL
ftCap.lC.t
*18a.l&.li
Os.ft.&
4 0^19.4
•SFalLL
It.
SLU
19 Considera el Justo la casa del Im-
pío : «M los impíos son txastamadoa por
d mal.
18 SI que derra su oído al clamor dd
pobre, también él clamará, 7 no aera
ddo'.
14 El presente en secreto amansa d
furor, y d den en ri seno uyimem. la As-
erte Ira.
iS Alegría et al Jnato haoar Jalóle :
r8aaf*.lUL
iadr.lOfML
PBOYEBBIOS. ZZn, XXIII.
A. a otar. 1000.
^O^i^lU.
á los que hacea
inifinldad.
10 Bl bomlm que te cimviA del c»-
oiino de la laUdaria, Tcndiá á parar ca
la oompafUa de Io« muertotA.
17 Hombn aeoeritado tarit ti q¡um ama
d d^ellc : j el que ama d vino y un-
ffientos no enriqueoerá.
18 El zeteate del juato tere el Impío ;
j por loe recto* ttrá etutlgado el |we>
Taricador'.
10 Mejor M morar en tierra áú ded-
erto, que con la m«^ nncUhMa é ira-
cunda*.
90 Tcioro codiciable j pingne hay en
del labio;
ü hombre inaen»
•ato le didparA.
SI El mte dffue la Justicia j la missri-
cMdia. nailará la rida* la Jiuticia, y la
honra*.
flS La eiudad de los ftiertes tiomi el
sabio, j derribd la fnena en que día
confiaba ■•.
S3 El que guarda su boca y su lengua,
su alma gnuda de angustias ■.
M Soberbio, y presuntuoso eseameoe-
dor er el nombra dd que obra con orgu-
llosasa&a.
85 El deseo dd pcreíoso le mata ; por-
que sus manos no quieren trabi^ar*.
00 Todo el día anhela : mas d Justo dá,
y no desperdicia el tietmao,
97 El sacrificio de los impios ei abomi-
nación;» : ¿ cnanto mas oftedendolo con
maldad?
88 Bl testigo mentiroso pereocr&y:
mas el homme que oye, permaneceíA
en su dicho.
88 El hembra impío afirma su rostro :
mas el recto ordena sus caminos.
ao No hay sabiduria, ni Inteligenda,
ni consto contra JehoTA^
81 El caballo se apor^fa para el día de
la batalla : mas de Jehov& m el salvar.
CAPITULO XXII.
DE mas estima es la buena fiíma que
las muchas riquezas' { y la buena
grada mas que la plata y d oro.
8 El rico y d poue se encontraron: A
todos ellos hiso Jeborá b.
a El alisado ve d mal, y escóndese :
mas los simples pasan, y reciben el
dalio«.
4 Riqueías, y honra, y vida, sra la ra-
munerácion de la humUdad y dd temor
de JehoTá.
6 Espinas y lazos hay en el camino- dd
perverso': el que guarda su alma se
al^sri de ellos.
0 Instruye al nifio en su carraní « : aun
cuando fuere vk^ no se apartara de
ella.
7 El rico se enaenoreari de los pobres :
y el que toma prastado, siervo c« del que
empresta.
8 SI que aembrara iniquidad, iniqui-
dad segará/; y consumiráse la vara de
su ira.
8 El ci)o misericordioso serA bendito ;
porque dio de su pan a) indigente '.
10 Echa toen al escarnecedor, y sal-
drá la contienda ; y cesará d pleúo, y la
afrenta.
U El que ama la limpieza de corazón,
por la ipracia de sus labios su amigo terá
el rey*.
19 Los q}os de Jehová miran por la
ciencia; mas di trastorna las cosas de
los prevaricadores.
l3Dice el perezoso: £1 león está fliera ;
en i^tad de las calles aeré muerto.
14 Sima profunda es la boca de las tnu'
Jeree extrañas • : aquel contra el cual es-
tuviere Jehová airado, caerá en ella*.
U La neoedad eatá ligada en d ocrason
del muchacho : mas la vara de la oor-
raeeion la hará alfjar de él l.
10 El que oprime al pobra para aumen-
tane él, y que dá al lieo, ciertamente
«•rd pobre.
17 Inclina tu oido, y oye las palabras
do los sabios, y pon tu coraron á mi sa-
Uduria:
18 Porque es cosa deldtable, d las gu-
ardares en tas entraflas, y que junta-
mente sean ordenadas en tus labios.
10 Para que tu confianza sea en Je-
hová, te ¿os he hecho saber hoy á tí
tamUen.
80 ¿ No te he escrito tres veces en con-
•eios y denoia M,
81 Para hacerte saber la certidumbre
de las razones verdaderas, para que pue-
das responder razones de verdad á los
que á tf enviaren ?
85 No robes al pobre, porque es pobre ;
ni quebrantes en la puerta al afligido :
88 Porque Jdiová juzgará la causa de
ellos, y despojará d dma de aquellos que
los despojaren ».
84 No te entremetas con d iracundo,
ni te acompafiea con el hombre enojoao :
86 Porque no aprendas sus maneras, y
tomes lazo para tu dma.
88 No estés entra los oue tocan la mano,
entre los que fian por oeudas*.
87 Si no tuvieres para pagar, ¿ por qué
han de quitar tu cama de deb^o de tí ?
88 No traspaaes el ténosino antiguo que
pusieron tua padres^.
89 ^Haa vlato hombre solídto en su
obra ? ddante de los reyes estará; no
estará ddante de los de bíga suerte.
CAPITULO XXIII.
CUANDO te sentares á comer con
alguH sefior, considona bien lo que
«etuvUre delante de ti :
9 Y pon cuchillo á tu garganta, d ti-
enes grande apetito.
8 No codicies sus manjares delicados,
porque e/pan engafioao.
4 Ño tnitajea por ser rico; pon coto á
tu prudencia.
6 ¿ Has de poner tus qjos en las rique-
zas, dendo ningunas ? porque hacerse
han alas, como alas de á¿uUa, y volarán
al délo.
O No comas pan de hondnre de mal ojo,
ni codicies sus mai\|ares :
7 Porque cud es su iienaamiento en su
akna, td es él. Come y bebe, te dirá ;
mas su corazón no está contico.
8 Vomitarás la parte que tu comiste, y
perderás tua suaves palabras.
9 No hables á oidoa del necio ; poique
menospreciará la prudencia de tus ra-
zones.
10 No traspases el término antiguo*,
ni entres en la heredad de los huénStnoa :
11 Porque el defensor de dios es d
Fuerte; el cud Juzgará la causa de
dios contra tí i.
19 Aplica tu corazón á la ensefianza, y
tus daos á las palabras de sabiduría.
13 No rehuses la corrección del mu-
chacho « : porque ei lo hirieres con vara,
no morirá.
14 Tii lo herirás con vara, y librarás su
alma del infierno.
15 Hijo mió, d tu corazón fuere sabio,
también á mí se me alegrará el oorazoui
16 Mis entrafias también se alegrarán,
cuando tus labios hablaren cosas rectas.
17 No tenga tu corazón envidia de loa
pecadores' : antes persevera en d temor
de Jehová todo tiempo.
18 Porque dertamente hay fin; y tu
esperanza no será cortada*.
<Osp.IS.8A.
y ai. 14.
y».U,17.
>0ip.8.«i
»Ifsl.8.S.
• Cap. 0. 1.
J'Oap.aS.ia
Den. 19. 14.
•Cap. 83. 28.
t Cap. 3X38.
•Cap. 23.18.
'BaLsr.lA
y78.8,17.
Cap. 24.11
A.€. clr*ioot.
nOYEMBÍOa, XZIT, XXT.
A.adr.11»
/LM.90LK.
«Cap. 80. 17.
Xf . 8. 1. &
*Cftp.4.5.7.
•-Cut.ia.L
iCap.S2.li.
( Cap. 7. 12.
• n. 5. U,
22.
" Cm. 7. 9.
OIS.5&12.
» Ter. 19.
Cap. 28. 17.
» 8aL 10. 7.
«Cap.2L22.
Xe.0.16.
'Cap. 20. 18.
«C»p.ll.U.
715.22.
/Sal. 10. 6.
'Gen. &5.
* Job 4. 6.
• Sal. 82. 4.
b. 68. 6, 7.
«Jar. 83. 19.
f Bfct. 19. m.
7 U9. 108.
•Cap. 9118.
19 Ofe C4, hQo mlOy y *6 mMo, 5 «n-
dcRM tn eonxoD al cwnteo.
20 No eatéa con loa bflbedora de Tiao,
bI con les conedorca do oame/j
n Porque tA bebedor y d eoóiálon cm-
pobreoeriua : 7 d soefio hará Tcstír tcb-
«idotratoa.
iS Ora á t« padre, á aquel que te en-
gendro^; y cuando tu madre eavejeel-
tñf no la nenoafneciea.
28 Compra la verdad, 7 no la vendas* ;
la sabiduría, d enaefiamlento, 7 te fn-
teligencla.
M Mucho ee «tegraiá el padae del
junto : 7 el que engendró sable, se ^-
zorioenél'.
86 Alégrese tu padre 7 tu madie> 7
gdeeae la que te ceaendM.
26 Dame, h|jo mu», tiu coruion, 7 mi-
ren tus cgos per rala camlnoa.
87 Porque sima profunda e» la ramera,
7 poao angoato la extrafla*.
88 También ella, como robador, ase-
dia ', 7 multipliea entre los hombres los
pteTancadores.
89 ¿Para quién ttrá el ay"*? para
quién el 87 ? ¿ para quién las rendllas ?
pera quién las qu^as ? para quién las
neridas en balde ? pan quién lo amora-
tado de los ojos ?
80 Pan los que se detienen mucbo en
el vino, para los que van buscando la
mistura.
81 No mires al vino cuando rojea, cu-
ando resplandece su color en d vaso:
éntrase suavemente* ;
39 Mas d fin como serdente morderá,
7 como badHsco dará dolor.
83 Tus ojos mirarán las eatraftas, 7 tu
corazón hablará perversidades.
84 Y serás como el que ^ace en medio
de la mar, ó como el que está en la
punta de un mastdero.
86 y dirás: Hiriéronme, mas no me
dolió: aeotáronme, mat no lo sentí:
cuando despertare, aun lo tomaré á
CAPITULO XXIV.
O tengas envidia de los hombrea
malos*, ni deteea estar con ellos :
8 Porque su coraton piensa en robar, é
Iniquidad hablan sus labios*.
8 Con sabiduría se edificará la eiaa, 7
eon «rodencia se afirmará :
4 Y con cienda se henobirán las cama-
ras de todo bien nredado 7 agradable.
6 El hombre samo e« fuerte ; 7 de pu-
jante vigor el hombre dodo «.
0 Porque con ingenio harás la guena «i :
7 la salud esfd en la multitud de eon.-
tejeros*.
7 Alta está para d insensato te sabi-
duría/: en U puerta no abrirá d su
boca.
8 Al que piensa mal hacer le Uamacill
hombre de malos penaandentes.
9 El pensamiento dd necio es pecad»' ;
7 abominación á los hombrea el esear-
Bceedor.
10 8i fueras flojo en el dte de trriM(}e*,
tu fbena será reducida.
11 81 dejares de Uhrar tea que sen to-
mados para la muerte, 7 los que son
Itevades d degdtedero i ;
18 Si dijeres: Ciertamente no lo su-
ptanes : ¿ no lo entenderá el que pesa los
centones ? El que min por tu dma,
él lo conocerá, 7 dará d hombre segan
ensobras*.
18 Come, hijo mfo, de te nUd, porque
es buena ; y del pand dniee á tu pdaiter.
14 Tal «trá el oonoelmtente de te saU-
durteétu alma, si Ja hallares'; 7 d ña
tu eqwrana no aera oorlada «.
N<
15 Oh Impi», no aBeehw te
Justo ; no saquees su cámara :
16 Porane atete vceaa cae d jotta, | se
tena 4 levamar* : mas tea teaptes oae-
rán en el md.
17 Cuando «^fant tn enemigo, no te
huelgues; 7 ovando tropezan» ne K
degre tu corazón • :
18 Porque /diová no te mire, 7 le
desageade, 7 aparte de aotece él su eiiqja
19 No te entremetas con los mdignas,
ni tengaa aneidte de loo im|doa^ :
90 Pesiqae pan d naate no halaá ten
fin ; 7 la candda de los impíos serii apa-
gada?.
91 Teme á Jehonrá, h^ mió, 7 si
Teyr i no te entremetas eon loa «smUr-
M* tnstaeaadoras.
28 Porque su quataraatamtento se le-
vantará de repente : 7 d quebrantami-
ento de amboa ¿<|UÍéafoeaaipaendecá?
88 También estaa ooaaa ftHaueem k ka
sabioa. Tener respeto á personas «n d
Juiete ne m bueno «.
84 El que dyere d mato, Justo c«s<.
lea pueblos te maldedrtei, 7 te d
rán tesaadones:
96 Mas los que lo reprendan,
agiadaMea, 7 sobre altea vendrá bendi-
ción de bien.
96 Beaadoa aeran tea tebtea dd que ra-
ponde palabras motas.
97 A|«esto tu otan de afiíen, 9 dis-
ponía en tu heaedad ; 7 despiues edifica-
rás tu casa.
98 No seas sin eanaa test^io contra te
préyimo ; 7 no Usonjaes eon toa labios.
90 No digas. Como me liiao, así le
ha»f ; daté d pago d iunubn a^gnn su
obraK.
80 Pasé junto á la heredad del hombre
KírexoBo, 7 junto á te vilte del faomfasc
Ito de entendimiento,
81 Y hé aquí que por toda dte faafalaa
78 crecido eapinas, hortigas hablan ja
cubierto su naz, 7 su cerca de piedra
estaba 7a destruida.
89 Y 70 miré, 7 püiaio «n mi conzon :
vi/o, 7 tomé consije.
88 Ttenaads un poco de suelte, oa-
boceando otro peoo, poniendo nano
sobre mano otro poco para ooterr á
dormir,
84 valdrá como caminante tu nece-
sidad ; 7 tu pobreía oomo hoaafare de
esoado«. ^
CAPITULO XXV.
"8*i.s;.H
Wfri.l.
•Csal'.S.
JobSLS.
rw.1.
fCtp.llt
y»».».
13,17.
TAMBIÉN estos son proverbios de
Salomón, los cudes etmteron tos va-
rones de EMcfalas, rey de Judá.
9 Gtoite de Dioo a* encúbete te pate-
bra«; 7 honn del rqr es escudxiiter te
patebn*.
8 Pan te altan de lea ddaa, 7 nan te
profundidad de te tiem, 7 para «I eora-
con de les re7a, nohqr InveaUgadon.
4 Quite las escorias de te pteta, 7
saldrá vaso al fundidor.
6 Aparta d inqrfo de te fweada dd
re7, V su trono sf aflrmaiá en Jnatida.
6 No te alabes ddante dd rey, ni osles
en d lugar de tea grandea't
7 Porque mejor es que se te diga, Rube
aoá, que no ifM aeas humlBado ddante
dd pnndpe qae miraren tiM i>)ea*.
8 No salgas á pldto presto', no sea qae
no sepas qae hacer al tfn, dcipaes que
tu prójimo te h^jra dejado oenAiae.
9 Trata tu canta con tu eoi
7 no deseubns d secreto á otn
10 No sea mw te deshonre d que te
uyeie, 7 tn Infamia no pueda ropañiM.
11 Manzana de oro eon figuras de ptete
«f te palabra dleha cetno '
iadrUlM»
PBOT^EBBIOfi^ JXfltXXVU,
A.CLfllbUO«L
•CifLÍ,9t
IJoiUiU
»C»MAL
Joftl de
•1 mUo
, í.4t
K1LJ8.8.
■*JLí4.
U Omm saniH» da
oíd &m»«, «r el que
que tiene oido dócil.
18 domo ftio de nieve eB tiempo de
k ftajgB, e«i «t el mensi^leio fld 4 loe
JDc lo cnvian : puct al «InMi de ta Mfior
14 Cono tummd» hay niibet 7 viento*,
7 b lluvia DO viau, e«i r« el bombr»
qneie jada da vana Ubcnlldad^.
U Con laiga paciencia m aplaca el
prineipe : v la iñgaa blanda quetoanta
10 i Hallaife la miel ? come lo que
te basu; no aea que te hartas de ella,
ylawvHMi,
17 -Deten tu pié de laeaaade tu vecino;
poique harto de tí, no te aborrezca.
M Maxtilift, y cechiUe, y aacu aguda'
« al hambie que hahJa oontea su pord*
jimo &lso testimonio.
U Dlceta qiiefacade» j fU rfbalador
<* la oonfiania en ri pravaileador en
tiempo de angustia.
10 El que oaata oaneionei al eeiaxon
afligido «f eotmú el que quila la ropa en
tiempo de frío, ó el que aobre jabón
eeAavinagBe.
n 81 el que te dionaoe taviete ham-
bre, dale de comer pan; j li tuviere
led, déle á beber agua * t
tt Fnqne aaenas attagaa •obre ni cm-
beza, V /ritová te lo pagari.
flS SU viento del Norte ahuyenta la
Uavia, y rt teatro airado la lengua de-
tzactova.
M M^ior es estar en un rincón de
cam, que con la mi^ leneillosa en
espadoM oaaa^
ascmo el agua fría al alma sedienta,
asi «M las buenas nuevas de lq)anas
tierras.
as Como Alenté turbia, y manantial
cemmqiido, u ú justo que cae delante
del impío.
9t Comer mucha miel no n bueno:
ni el boeear uno su pra|iia gloria m
gloria Mrdadera.
88 Como dudad derribada y sin muro
«• d hondire cuyo espíritu no tiene
rtenda.
CAPITULO xxvr.
c
hiLift
OM o la nieve en el verano, y la
llttvia en la siega, asi conviene al
Bedo la honra.
> Gomo éL gorrión andar vagante, y
como la golondrina volar, asi la mal-
dición sin causa nunca vendrá*.
B £1 lAtiflo para él caballo, y el cabes-
tro para a aanoA, y la vara pan la es-
palda del necio «.
^4 Nunca respondas al neoio en eon-
wrmidad á su necedad, pura que no seas
tu también como él.
i Besponde al necio según su nece-
dad<( njirfcrs, poeque no. se estime sabio
en su opinión.
9 El que tt oorta les pies, beberá el
dallo : así tí que envia algo per mano
de un necio.
7 Alud las pieinaa del ciHo : asi «« el
proverbio en la boca del necio.
B Como quien liga la piedra en ]a
honda, asi haet el que ad necio dA
honra.
9 £qiinas htaeada» en m»no del em-
htiagudo; tal es el proverbio «n la boca
w los necios.
10 Si Grande ciift todas l«a co«m: asi
*>* ^ paga al insaosato, «cono la dá 4
«^ trans^resores.
11 Oonoo* peno que vuelve 4 su vómi-
to, Mi ^ nació qiM repite su necedad.
U ¿Has visto hombre saUo en su
opinión ? mas «•pennza hay dd neoio
quedeál/.
19 Dice el pereyoso: El león Mié en el
eamlno 1 el león f«(d en las calles.
14 Las puertas se revudven en sus
quieios; así el vereaoso en su cama.
15 Ksconde el perecoso su mano en et
seno; cénsase de tomarla ásu boca'.
M A su ver es el pereaoso num sabio
que siete que le den consto.
17 Elaue pasando se d^a llevar de la
Ira en pleito «geno, ss como el que tenuí
al peno por las orq)as.
IB Como el que enlnpieoe, y echa
llamas, y saetas, y muerte,
19 Tal es el hombre que dalla 4 tu
amigo, y dice: Ciertamente me chan-
ceaba.
90 Sis leila se 8pagar4 el ftiego : y
donde no hvtitre oiusmoso ocsu4 la
contienda *.
$1 £1 carbón para teasas, y la lefia
para el Aiego: y el hombre rencilloso
para encender contienda».
98 Las palabras del chismosp parecen
blandas: mas ellas entran basta lo se-
creto áá vientre A.
83 Como escoria de plata echada sobre
tiesto «oR los labios enardeoidoa, y el
eoraxon malo.
94 Otro parece en los labios el que
aborrece: maa en su interior pone tn-
galio A
as Guando hablare amigablemente, no
le creas: porque siete abominaclónea
hajf en su coraxoi).
98 Enctfbreie el odio con disimulo;
mas su malicia ser4 descubierta en la
congrMacion.
97 £I que cavare sima, caer4 en ellai» :
y el que revuelve la piedra, 4 ^l volverá.
98 La ftlsa lengua atormenta al que
aborreoe ; y 1» boí» lisoi\iera haoe res-
baladero.
CAPITULO XXVII.
NO te Jactes del dia de maflana*:
pevfue no sabes qué dará de sí el
dia.
9 Alábele «í estrafip, y no tn boca ;
«1 ««no, y no tus labios.
3 Pesada es la piedra, y la arena pesa :
mas la ira del necio es mas pesada que
ambas cosas.
4 Cruel es la ira, é impetuoso el furor :
mas ¿ quién parar4 delante de la envl-
di*ft?
6 Mejor ee la reprensión manifiesta*
que el amor oculto.
8 Fieles «o» las heridas del que ama' ;
pero importunos los besos del que abor-
rece.
7 £1 alma harta huella el panal de
miel ; mas al alma hambrienta todo ki
amargo «* dulce.
8 Ovúsl ave que se v4 de su nido, tal e«
el hombre que se vá de su lugar*
0 El imgttento y el perfume alegran
el cerazon : .y el amigo al hombre con
éí cordial opnario.
10 No d^es á tu amigo, ni al amigo
de tu padret ni entres en casa de tu
hermano el día de tu aflicción : m^or «s
el vedno cérea que el hermano lejano «.
11 Sé sabio, hijo mió, y alegra mi cora-
son ; y tendré qué responder al que me
deshonrare.
19 El avisado ve el mal, y esodndese ;
mas los simples pasan, y llevan d daño/t
18 Quítale su ropa, porque fié al ex-
tralko ; y por la estrafia témale prenda'.
14 El que bendice á su amigo en alta
vez, madrugando de mafiana, por mal-
dición se le contará '^.
15 Ootexa oontiaua. en tiempo de Uun
fCap.19.S4.
AObMLia
fOsp.U.U.
yS».U.
«Cap. 18. 9.
I8SL98.9.
" Bsl. 7. U,
le.
1(1.10.8.
"Leo. 1^10.
8aa«».4.18.
16.
» Ca. 8. 6.
«Cap. 98.88.
4 Sal. 141.8.
«Ckp. 18.21.
/Cap. 29. 8.
rcap.90.16.
ACsp.98.94.
A.afllr.tto«.
PBOVKKBIOe^ XXYISJfJXDL
A.G.dtl(A
iCK9.19.li.
HCat.9.7,
ts.
Bao. 3. 6.
«Se. 1.8.
■Jer.S.&
•Saúl*. 1.10.
U.
«Lev. 98.17,
M.
Bal. «.8.
» StL 10. S.
B0.I.SI.
* Ef: 5. 11.
dJoaaT.ir.
lUor.XlS.
1 JnaaS.
i0,27.
• Cap. 19. 1.
/Cap. 15. 8.
Sal. 66. 18.
y 10». 7.
9 Cap. 26. 27.
iGap.11.10.
»G»p.ll
7».%
I- Sal. 32.8,5.
lJnaal.8,
10.
«B0.3.&
▼la, j la mniat tcooIDom» ton mom-
JantM'.
16 El qne la contiene, maettm querer
amatar el Tiento, 6 el aceite dtrrámado
en «n mano derecha.
17 Htarro con hierro w aguza: y él
hombre aguza el roitro de ni amigo.
18 El que gnaxda la hlgoera, come ta
fruto Jt : j el que guarda á tu sefiorf icrt
honrado.
19 Como un agua ae parece á otim,
así d corazón deinombre al otro.
80 VI lepulcro ▼ la perdición nunca
ae hartan <: mí loa ojoa del hombre
nunca están satisfechos"*.
81 El crisol ptinba la plata, y la hor-
naza el oro; j al hombre la boca dá.
que lo alaba.
88 Aunque m^}et al necio en un mor-
tero «ntre granos de trijo á pisón maja-
dos, no se quitará de él su necedad».
88 Conitoen atentamente el amiecto
de tua ovejas; pon tu ooracon a tus
rebalVos.
94 Porque las riquezaa no «on para
siempre* : ¿ j «era la corona para per-
petuas generacionea ?
95 SaldiA la grama, apaTCcer& la yerba,
y senréase las yerbes oe loa montes.
96Xos corderos para tus vestidos, y los
eabritoa para el prado del campo.
97 Y abundancia de leche oe las ca-
bras para tu mantenimiento, y para
mantenimiento de tu casa, y para sus-
tento de tus criadas.
CAPITULO xxviir.
HUYE el impío sin que nadie lo
persiga*: mas el justo está con-
fiado como un leoncillo.
9 Por la rebelión de la tierra sus prín»
oipes son muchos: mas por el hombre
entendido y sabio permanecerá sin mu-
tación.
8 El hombre pobre, y robador de los
pobres, e« lluvia de avenida y sin pan.
4 Les que d^an la ley, alaban á los
impíos & : mas los que la guardan, con-
tenderán con ellos c.
5 Los hombres malea no enUcnden el
Juicio: mas los que buscan á Jehová,
entienden todas las coeas 4.
6 M^or u el pobre que oamlna en su
integridad, que el de perversos caminos,
yrico«.
7 SI que guarda la ley, er hijo pni-
dente: mas el compa&ero de glotones
avenracnza á su padre.
8 £1 que aumenta sus riquezas con
usura y crecido Ínteres, para que se dé
á los pobres lo allega.
9 El que aparta su oido para no oír la
ley, su oradon tambioi urá abomina-
ble/.
10 £1 que hace errar á los rectos por
el mal camino, él caeiá en su misma
simay: mas los perfectos heredarán el
bien.
11 El hombre rico «« sabio en su
opinión : mas el pobre entendido lo ex-
aminará.
19 Cuando los Justos se alegran, grande
w la gloria A: mas cuando los impíos
son lerantados, es buscado el hombre.
18 El que encubre sus pecados no
prosperara: mas el que lot confiesa y
se ararta, alcanzará misericordia '.
14 BlenaTenturado el hombre que slem.
pre está temeroso : maa el que endurcee
su corazón, «aera en mal *.
16 León rugiente, y oso hambriento es
d príncipe impío sobre el pueblo pobre.
10 El prínelpe falto de entendimiento
multiplicará los agravios: mas el que
aborrece la avaricia, prolongai* tuM dias.
17 El bomtec que hace vlolenda eoa
sangre de pcrsosia, huirá hasta d scpd-
cro, ynadie le sostendrá.
18 El que en Intsgrldad camina, loi
salvo'; mas d de perversos caásiaos
caerá en wlg^Tv^i
19 El que labra su tierra se haitsii
de pan; roas d que sigue los odosoS;
se hartará de pobreza •».
90 El hombre de verdad tendrá ma
chas bendiciones : maa el que se ^aeíaia
á enriquecer, no será dn culpa".
21 Tener respeto á personas tn djakki
no t» bueno* : aun por un bocado de
pan prevaricará d tal nombre.
28 Aprestlrase á ser rico el hombre de
md oJei>, y no oonoceque le ha de venir
pobreza.
28 El que reprenda al hombre, hallari
después mayor grada que el que lison-
jea con la lengua r.
84 El que roba á en padre 6 á su ma-
dre, y dice mu no es mddad, compaficro
es del hombre destruidor.
85 El altivo de ánimo suscita eontiai
dasr: mas d que en Jehová confie,
medrará,
98 £1 que confia en su ceiaion tt
nedo : mas d que camina en saUdmía,
será salvo.
87 El que da d pd>re, no tendrá po-
breza* ; Boas el que dd oabre aparta sos
ojos, tendrá muenas maildicionea.
98 Cuando loa impíos son levantados,
esoondeiáse el hombre cuerdo : mss
cuando perecen, los justos se mdti-
piican*.
CAPICULO XXIX.
EL hombre «rae reprendido endurece
la cerviz, de repente será quebras'
tado ; ni habn para él medicina*.
9 Cuando los Justos dominan, d pue<
blo se alegra*: mas cuando domina d
impío, el pueblo gime*.
8 El hombre que ama la saUduiía,
alegra á su padre 4 : maa d que nuntlene
rameras, perderá la hacienda*.
4 El rey con el Jaldo afirma la tierra
maa el hombre amUgo de presentes la
destruirá.
6 El hombre que Ilso^}ea á su jríjiBto¡
red tiende delante de sus pasos.
« En la prevarlcaeiaii dd hombre mdo
hay íamf: mas d Justo cantará y se
degraxá.
7 Conoee el Justo la «ansa de los pe-
bresf : nwt d Inpfo no entiende saei-
duría.
8 Los hombres escarnecedores enlazan
la ciudad: maa los sabios apartan la
ira A.
9 Si d hombre sabio oontendiere eoa
el necio, que se enc^ ó que se ría, no
tendrá reposo.
10 Los nombres sanguinarios abonc-
een al perfecto; maa uw rectos buscan
su contentamiento.
11 £1 necio da sudta á todo su espíri-
tu • : mas el sabio d fin le sosiega.
12 Del sefior que escucha la pdabn
mentirosa todos sus miídstros son im-
píos.
13 El pobre v el usurero se encon-
traron: Jehová alumbra los ojos de
ambos A.
14 El rey que Juzga con verdad á los
pobres, su trono sedt firme pan sien-
pre*. ^
15 La vara y la eorreodon dan sam-
dur<a"*: mas el muduwho conicnlido
avergonzará á su medró-
le Cuando los impíos son mudws, me-
cha es la prevaricadon : mas los juitee
verán la mina de dIoe«.
■Cip.I2Jl
•OV.M
riTLCi
rClf.tta
'Ckp.ILS
jai.
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PROVBaBIOS^ XXX, XXXL
▲. a dr. 1000.
LÍ.U,
L1U.X
•tAU
NLU&
■.liU
tt.1121
M.I16.
*iin.
1^8.4.
•I. 30.».
17 Gante á ta hijo, y te duft do-
canM ¡ y uorá deleite 4 tu alnuu
18 Sin profiecia el pueblo len ditl-
pado«: mas el que gnaxde la le;, bicn-
atentondo él^.
19 £1 tierTo no m eorregliA con pala*
bras: porque entiende, mas no coiNe-
ponde.
50 ¿ Hat ▼icto hombre Ugero en sus
palabrea ? maa etperania hay del necio
que de él.
51 El que regala á ra ilervo dcade ra
nifiez, á la poatre seri »u hyo.
SS £1 hombre Iracundo levanta contl»
endas f ; y el furioso mucha» Tecet peca.
53 La «oberbia del hombre le abater:
E> al humilde de eeplritu euatenta la
ra*.
54 El aparoeni del ladnm aborrece su
Tida: olm maldiciones', y no to denun-
eUri.
55 El temor del hombre pondrá laxo* :
mas el que confia en Jcilovi terA ICTan»
tado.
se Muchos buscan el ftyor del OTÍn-
elpe: mas de JehoTá vkn* el Juicio de
cada uno '.
S7 Abominación t* & los Justos el hom-
bre inicuo : y abominación et al impio
d de rectos caminos.
CAPITULO XXX.
PALABRAS de Agur. hijo de Jach« :
la profecía que dijo el varón & Ithiel,
á Ithiel, y & Ucal.
2 Ciertamente mas rudo soy yo que
ninguno*, ni tengo entendiniiento de
hombre.
a Yo ni qprendi sabiduría, ni oonozeo
la ciencia de los Jutcfo* santos.
4 r' Qnién subió al cielo, y deioendió ?
c Quién encerró los vientos en sus m-
Aos? ¿Quién ató las aguas en un paito ?
i ¿ Qui&i afirmó todos los términos de la
I tiara ? ¿ Cual es su nombre, y el nom-
bte de cu bUo, si sabes ?
5 Toda puabra de Dios limpia t, es es-
cudo 4 los que en él esperan e.
6 No afttdas 4 sus palabras', porque
no te reprenda, y seas hallado mentiroso.
7 Dos coias te he demandado ; no me
las niegues intes que muera.
8 Vanidad y palabra mentirosa aparta
de mí. No roe des pobreza ni riquezas ;
mantenme del pan que he menester • :
9 No sea que me harte, y ^e niegue/, y
diga, ¿Qui«^ M Jehov4? ó no sea que
alendo pobre, hurte, y blasfeme el nom-
bre de mi Dios.
10 No acuses al dervo ante su seflor,
porque no te maldiga, y peques.
U Hay generación que maldice á su
padre, y 4 su madre no bendice.
IS Boy generación limpia en su opi-
nion, si bien no se ha limpiado su in«
mundicia;.
13 Hay generación cuyos ojos son alti-
vos, y cuyos párpados son alzados.
14 Hay generación cuyos dientes ton
^■padas, y sus muelas cuchillos, para
dcToiar 4 tos pobres de la tierra, y de
entre los hombres á los menesterosos Aj
15 La sanguijuela tiene dos hijas que m
Saman Trae, trae. Tres cosas hay que
nanea le hartan ; aun la cuarta nunca
«ce. Basta:
18 El sepulcro, y la matriz estéril, la
tlena no narta de aguas, y el fuego que
Jamas dice. Basta.
17 El ojo que escarnece i su padre, y
^tnosprecia el enseñamiento de la ma-
dre ', los cuervos lo saquen de la anoya-
^1 y tráguenlo los hijos del águila.
18 Tres cosas me son ocultas; aun
I tuipoeo lé la cuarta :
i»n
rastro de
del ágnihi
eaicbra sobre
el
la
B&a;
el
»y
rastro de la nave en medio da la i
el laatro del hombn en la moaa,
90 Tal et el rastro de la mqJMr addU
terat come, y Umpta sa booa, y dice.
No he hecho maldad. i
81 Por tres coeas se alborote la tierra,
7 la euarte no pueda buMs :
89 Por el siervo cuando relnareá, y pov
el ncdo cuando se hartare de pan ;
23 Por la m^)«r alwrrecida oaando ••
casare, y por la sierva cuando heredare
4 su sefiora /.
94 Cuatro cosas ton de las mas peqae-
flas de la tiena, v las mismas ton mas
sabias que los sabios :
86 Las honvlgasw, pvablo no ftierte,
y en el- verano prepara s« comida ;
96 Los coni>)os, pueblo nada esforaado,
y ponen su casa en la piedra i
97 Las langostas no tienen rej, y salen
todas acuadrilladas ;
98 La arafia que ase con las maaoa, y
est4 en palacios de rey.
99 Tres cosas hay de hermoso andar, y
la cnarte pasea muy Meto i
80 El león, ftierte entre todtt loe aai»
males, que no toma atrás por nadie ;
81 El iebrtt cefildo de loados ; aslntlsmo
el maoho cabrío ; y un rejy eoatra el cual
ninguno se levante.
as Si caíste, ^tf porque te enalteciste ;
Ísi mal pensaste, pen el dedo sobre la
oca*.
88 Oiertamento el que exprime la leche,
aaeaiá manteca : y el que recio se suena
las narices, sacará sangre; y el que pro-
voca la ira, causará contienda.
CAPITULO XXXX.
PALAÓRA8 ú^ rey Lemuel i la prp.
fecia con que le ensejló su madre 'i
9 ¿ Qu4, h^o rMo ? .¿j qu4 ta diré,
hUo de mi vientre? ¿y qué, 14)o de
mis deseos ?
8 No des á las rovúcree tn fiíenta*, ni
tus caminos á lo qua et para destruir los
reyesc.
4 No ea de los reyes, oh Lemuel, no et
de los reyes beber vino, ni de los pria-
cipes la cerveza' :
A No sea que bebiendo olviden la I^,
y perviertan et derecho de todos los hi-
jos afligidos.
6 Dad la oervesa al desfallecido, y el
vino 4 los de amargo 4olmo. •
7 Beban, y olvídense de su necesidad,
y de su miseria no mas se acuerden.
8 Abre tu boca por el mudo *, en el
Juicio de todos los hUcs de muerte.
0 Abre tu boca, juaga Justiola, y el
derecho del pobre y del meneeterosoiA
10 Mnjer fuerte' ¿^uién la hallará?
rque su estima sobrepii^a largamente
la de las piedras preciosas.
11 El corflzon de su marido está en
ella oonfiado A, y no tendrá necesidad de
d^spolo.'
19 Diar&Ie elia bien, y no mal, todos los
dias de su vida.
13 Buscó lana y lino, y eon voluntad
labró de sus manos.
14 Fuó como navio de mercader^ que
trae su pan de l^os.
15 Levantóse aun de noche, y dio co-
mida á su familia, y ración 4 sus criadas.
16 Consideró la heredad, y compróla ;
y |ilantó viña del firuto de sus manos.
17 Ci&ó sus lomos de fortaleza, y es-
forzó sus brazos.
18 Gustó que era buena su gvangeria :
su candela no se apagó de noohe.
19 Aplicó sus manos al huso, y sus
manos tomaron la rueca.
Co8
* cap. 18. 10.
9Ba7.8.U.
Ke.10.7.
17.
/De&n.U.
"CqkO.O.S.
" Job 80. 87<
• 9 TL 1. 6.
78.U.
tCap.t.9.
•Dro.i7.ir4
Ksh.18. 36.
' Be. 10. 17.
« Job a». 15,
10.
/IB.1.17«
Jer. 32. 16.
' Be. 7. 'O.
idsp.l&4.
.adr.uoa.
liOCLESIASTBS, I, IL
i.adr.m
• M.«L1.
dr-WT.
«Oftn.13.10,
▼ 144.4.
Bo.8.90.
«M.104.S.
•'8*1.19.5.8.
'JaM3.a.
/Pro. 37.10.
« Ohp. 3. U.
*lB«f.4.1,
ete.
«Oftp.S.10»
11.
* Cm^ 7. IS.
(Cm>.X9.
1 Bey. 4. 98,
81.
710.38,94.
«•0^^3.12.
T7.9t.S6.
ÍT«.&91,
80 AlarglS n mano al pobre, ; exten-
dió siu mano* < al menateíoso.
81 So tendxi temor de la niere por ni
fiunllla, porque toda tn fkmiUa uta tcs-
tída de ropa* doble*.
88 EUa le hizo Umiee* : de lino fino j
pdrpura u su Testido.
88 Conocido M *u marido en las pu-
ertas, cuando se sienta con los ancianos
de la tierra.
84 Hi» telas, j vendió ; y dio cintas al
mecdider»
85 Fortalesa j honor ton su vestidura ;
y en el dia postrero reirlL
80 Abrió su boca con sabiduría ¡ j 1*
ley de demencia ettá en su lengua*.
87 Oonslden los caminos de su cata, y
no come d pan de tialde.
88 Lerantaronse sus hijos, y IlamCnnla
bienaventurada ; y su marido también la
alabó.
89 Muchas mujores bideron él Mea,
mas tti las sobrepujaste á todiu.
80 Engafiosa u la grada, y vana la
hermosura : la mujer que tone & Je-
hov&, esa serft alabada.
81 Dadle del fruto de sus manoi, y
alábenla en las puertas sus hedios.
LIBEO DEL ECCLESIASTES;
o
EL PREDICADOR.
CAPITULO I.
VaiMad éU toáai la$ eo$at wutmdanat,
PALABRAS dd n«dIcador«, h^
de David, rey en Jemsalem.
8 Vanidad de vanidades, dijo d Pre.
dieador, vanidad de vanidades ; todo va-
nidad b.
8 Y ¿ Q*>^ tiene ñus el hombrede todo su
trabioo, co» <)ve se afima det»Jo del sol ?
4 Generadon va, y generación viene:
mas la tierra siempte permanece «.
5 T sale d sol', y pónese d sol ; y como
con deseo vudve á su lugar, donde toma
anacer.
6 El viento tira hada el Mediodía, y
rodea al Norte : va girando de continao,
y á sos giros toma d viento de nuevo «.
7 Los rio* todos van & la mar, y la
mar no se hinche; al lugar de donde
los lio* vinieron, allí toman para correr
de nuevo.
8 Todas las cosas andan en trabt^fo
mas que d hombre pueda decfar: ni los
ojos viendo se luurtan de ver/, ni los
oidoe se hinchen de oir.
0 > Qué es lo que Aló ? ¿Lo mismo que
sera. ¿ Quó <« lo que ha ddo hecho ?
Lo mismo que se hará: y nada hay
nuevo debido dd ael^.
10 ¿ Hay algo de que se pueda decir,
Hó aquí esto es nuevo ? Ya ftió en los
siglos que nos han precedido.
il Xo hay mamona de lo que precedió,
ni tampoco de lo que snoedcra habrá
memoria en lo* que serán después.
18 5 Yo el Predicador ful rey sobre
Israel en Jemsdem *,
13 T di mi corazón á inquirir y buscar
con saMduila sobre todo lo que se hace
debajo dd cido : (esta penosa ocupadon
dio Dios á los hijos de los hombres, en
que se ocupen '.) *
14 To mnré todas las obras que se ha-
cen debajo del sol ; y hó aquí todo dio e«
vanidad, y aflicdon de espbitu.
15 Lo torcido no se puede enderezar ft :
y lo ftlto no puede contarse.
16 Hablé vo con mi corazón, diciendo :
Hó aquí hallóme yo engrandeddo, y he
crecido en sabiduna' sobre todos los que
flieron ante* de mí en Jerusalem ; y mi
corazón lia perdbido muchedumbre de
sabiduría y denda.
17 Y di mi corazón 6 conocer la sabi-
duría, y también á entender las locuras m
y lo* desvario* : eonocí al cabo que aun
este era afliodon de espíritu.
18 Porque en la muoha sabiduría kag
mucha molestia : j guien afiade denda
allade dolor.
CAPITULO II.
Protiguitmélo BtJamon «• m fn>pSiiío,dmtuii
df eotúfiearar la tabidmrfa wm lo* meetiüti,
da á opieBa la vémtajai «< ft<«i> «al «ses-
miuada en lo* neoooot kunumo*^ tamU»
«s vanidad. La $eMdwrfa »tn toUeilnd am'
ffdfótae» »uutrotproeed»rti,etdondiDiói.
DIJE yo luego en mi corazón: Ven
ahon, probaré en degría, y goza-
rás de bienes. Mas hó aquí esto también
era vanidad.
8 A la risa d(je. Enloqueces* : y al pla-
cer, j De qué sirve esto ?
8 ^ Propuse en mi corazón agis^ar
mi carne con vino, y que ráduviese mi
corazón en sabiduría, con retención de
la necedad, hasta ver cual fliese el blm
de los hijos de lo* hombres, en el cual
se ocuparan debajo del ddo todos lo*
dias de su vida.
4 Engranded mis obras, edifiquéme
casas^ plantóme villas ;
5 mceme huertos y Jardines, y planté
en ellos árboles de todos finitos.
O Híceme estanques de aguas, pan re-
gar de dios el bosque donde los árboles
crecían,
7 Posd siervos y dervas, y tute hijoi
de familia : también tuve posesión grsnde
de vacas y ov^as sobre todos los que Al-
erón antes de mí en Jerusalem.
8 Allegúeme también plata y ora, y
tesoropreciado de reyes y de provixwi-
as K Híceme de cantores y cantoras, J
gocé los dddtes de los h^os de los bom-
bies, con instrumentos mdslcos y de to-
das suertes.
8 Y fui engrandecido, y aumentado,
mas que todos los que fueron ente* de
mí en Jerusalem. A mas de esto pene-
vero conmigo mi sabiduría.
10 No negué á mis ojos ninguna eoa
que desearan, ni apartó mi corazón de
Slacer alguno ; porque mi corazón goaó
e todo mi trabajo : y esta fué mi paite
de toda ral faena «.
11 Miré yo luego todas las diru que
hablan hecho mis manos, y el trabuo
que tomé para hacerlas ; y hó aquí todo
vanidad y aflicción de espMtn*': y no
hay mas debido del sol ».
18 ^ Después tomó yo á nint pv*
ver la sabiduría, y loe desvarios, y la
necedad/ : (porque ¿ que hombre has
que pueda seguir al rqr en lo que ya
bideron 9)
18 Y he viste que la safaiduzfa sobre-
puja á la necedad, oomo la luz á la*
tiniebbtt.
14 El sabio «ene sus qjos en sa ca-
beza : mas d nedo anda en tinieblas'.
B0CLEfflA8TEEI,III,IT.
«<0«jeta)i>iUfi(i1inliihUaA? ¿H
fl iCdow a? JtDBb» fv u biuB
L Uto Id qiit V DDlDBdflltaJD dd
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^AAnII* quitad, VBflf r]4 0»lH
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lÉUS lo, ) t1 iDilai lu iK-
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tli^firtí va 4« qaa bbdj pvQni
dítaIiS£S£'tf*^S "° " "*"
« ibbi defalco (W Hl I l4 Tlqaall li-
li «H ■• bUn ddKto drl >ol U4
II di H Tldi.gu Dka !• ha <•;
Cdr.m.
EocLisiAsnBa^ VII, Tía
A. Cdr.m.
U FMmie ¿qiaUa aabm oval m •! bien
dd hoBon «n U vida todos lo* dlao de
ia «ida de hi Tanidad* loa oualea Ü
oomo aombsa' ? Poáiiue ^ quién
flaii al hombra nué •«& daipucí
de^iodelaol?
qué mHk daipuei do M
M'
CAPITULO VII.
XVmMmu dá •mriúdtr» MWdiiKii, «M á la
ratm Ituwumut panttrám iocmrtt, M hMf
in fiM ttmt d Vio» M 4 ««rdadtraaMMto
mMo, y/mtrU.
EJOR M la tema fkma* que el
buen uncttentoi y el día de la
maarte que tf <ua del nacimiento.
S Mejor «« Ir á la oom del lulo que á
la cata del oonvtte > potque aqueUo u d
fin de todos los honiuos ; y el que rife
panii mknles.
8 M^or u el onoio que la risa t porque
con la tiistesaft del lostio se «n mondará
doorason.
4 Bl covaion de los labiost en la oasa
dd luto ; mas ri ooiaaon de los Insenaa.
tos, en la oasa del plaoer.
5 Utjot e« oír la repnmion dri sabio*,
que la canción de los necios.
6 Parque la tlaa del neolo e« como el
«■trdplto de las espinas debido de la olla.
T también cato «• vanidad.
7 Ciertamente la opresión hace enlo-
leoer al aabk> : y el presente corrompe
oorautn.
8 M^or «f ooiwiilcrer si fin del oMOcio
qne su principio : nMdor ea el soflrlao de
apiritn que el altivo de espíritu '.
0 No te apresures en tu espíritu & eno-
jarte: porque la Ira en el seno de los
necios reposa.
10 Nunca digas : ¿ Qod es la cauta que
lot tiempos pasados fueron mit)ores que
eitos ? Foroue nnnoa do esto progunU-
lAa con wbiduria.
11 Buena <# la cieneia con la bennoia ;
7 mas k lot que ven el sol.
15 Poique escudo sf la ciencia, y es-
cudo u A dinero : mas la sabiduría es-
cede en qne da Tida á sus poseedores.
13 Miía la obra de Dios : porque ¿ oui-
én podrá enderezar lo que el torció « ?
14 En el dia del bien coia dd bien i y
en d dia del mal consiaera. Dios tam-
bién biso esto ddante de lo otro, porque
el hombre no halle nada tras de él.
li 5 Todo lo he visto en loe días de
mi vanidad. Justo hay aue perece por
MI Justicia t y hay Impío que por su
maldad altxffí tus iiaif.
16 No seas demadado Justo, ni seas
tabio con eioeao: ¿por qué te destru-
irás?
17 No hagas mal mucho, ni seas in-
lemato : ¿ por qué morirás antes de ti-
enmof ?
18 Bueno e» que tomes esto, y también
de estotro no apartes tu mano : porque
el que á Dios teme, saldrá con tono.
19 La sabiduría fertifica al sabio mas
qne diez poderosos priitcipet la ciudad
en que fueren.
SO Ciertamente no hay hombre Justo
en la tierra, que baga Uen, y nunca
peque A.
n Tampoco apliques tu corazón á to-
das las cotas que se hablaran; porque
alguma ves no dos á tu siervo que aloe
mddeti.
ti Porque tu corazón sabe, que td
también d^e mal de otros muchas
veces.
S8 Todas estas cosas probé con sabi-
duría didendo : Hacerme he sabio : mas
dUseal^édemi.
S4 L^Qs está lo que fué ; y lo muy pro-
fundo i quién lo hdlará ?
85 Yo he mdaMlo «od ad oeraaon ñor
, y examinar, á Inquirir la sablau»
ria, y la laaoa, y por ooñooer la
de la inaensaiez* y el desvario del error':
96 Y yo he hallado mas amaina oue la
muerte la miúev; la oud es redes, y
lasos BU oomzon* j sus manos como li-
gaduras. El bueno delante de Dios es-
capará de día I mas d pecador será
prasoendlad
87 Hé aquí, «ato ha bdlado, dice d
Predioador, mbrand» Jes cosas una por
una para hallar la raaon ;
88 Lo que aun busca mi alma, y no
encuentro : un hombie entre mil ho ha-
llado I mas muier de todas estas nunoa
hdlé.
88 Hé aquí, sdamente he hdlado esto :
Que Dios huo d hombre recto»; mas
dios buscaron muchas oucntas.
CAPITULO VIII.
JDlnpiMS é» rf"*' — la tMéarta * nu <fM(ot,
««shor'ar d la tXtMnkiáa át Ím maaUtta-
3of , y d la thunameia ds la fay dt Uioa, d>
eeya miMritwáia A <iaf)A •« «taaord <m-
fmmtmmU, rtcamimáa d ftivir ttmtMto* m
d fiMs di ÍM MmM fes JKot M«s coiMMÍffr«,
- ftiM ew iM psdawio» tammnmám m Utia»
mu ama» Im oeuKo* mmhmhm y roHNMS de
SH Froviénuüa % tabUarea.
i r\UIBN oomo d saUo ? ¿Y quién
\¿ cama d que sabe la declaración de
las cosas? La sabiduría dri hombre hará
rducir su rostro, y mudaráae la tosque-
dad de su semblante^
8 Vo te avito que guardes d mandami-
ento del r«y«, y la ¡«labra dd Juramento
de Dios.
8 No te apresures á farte de delante de
élb; ni en cosa mala persistas, porque
él lúrá todo lo que quiaere.
4 Pues la palabra del rey es con potes-
tad: ¿ y quien le dirá. Qué haces «?
5 El qne guarda d mandamiento, no
expeilroentuá mal': y d tiempo y el
Juloio conoce el corazón del sabio.
6 Porque para todo lo que Quisieras
hay tiempo y Juicio : mas d trab^o dd
hombre es grande sobre él,
7 Porque no sabe lo que ha de ser : y
d ouando haya de ser, ¿quién se lo en-
seBaiá?
8 No hajf hombre que tenga potestad
sobre tu espíritu para retener el espíritu, ,
ni potestad sobre el dia de la muerte* :
y no oolm armas en tal guerra; ni la
impiedad librará d que la posee/.
9 Todo esto be visto ; y puesto he mi
corazón en todo lo que d^Jo del sol se
hace, y noiafio d tiempo en que d hom-
bre se enseñorea del nombra para buI
suyo.
10 Esto vi tembien: que los imples
sepultados vinieron aun en numoria;
mas los que partieron del lugar santo,
fueron luego puestos en olvido en la d-
udad donde con rectitud hablan obrado.
Esto también tt vanidad.
U Porque no se ^}eoute luego senten-
cia sobre la mala oura, el corazón de los
hijos de los hombres está en ellos lleno
para hacermal^.
18 Bien que d pecador haga md cien
veces, y le sea dilatado A d catHgo, con
todo yo también sé que los que á Dios
temen tendrán bien, los que temieren
ante su presencia • :
18 Y que el impío no tendrá bien, ni le
serán prolongados los dias, gúe «oi» como
sombra ; por cuanto no tenuó ddante de
la presenoa de Dios.
14 Hay otra vanidad que se hace sobre
la tierra : Que hay justos A ouienes su-
cede como ti hicieran obras de impíos ;
y hay impíos á quienes acaece como ti
* Cap. 1. 17.
*Prs.8.s.S.
tFnk8S.U.
•CkatV.
«llo.U.1,6.
*OBp.lO.«.
«Job 84. 18.
Pm.S0.8L
41Ii|d.SJ8.
•8aLI0.7.9.
/Sal. 71.18.
ete.
iaaLeo.tL
h Cap. 7. 18.
< la. 8. 10.
11.
— r r"rir<
A,G.*kh99^
ad^iaiadub-UH^^>d
vocíxsuiffsm, XX» X
J.6rcir.tn.
* Job 9. 7,
8^78.11
to^cis.
*GinK8.H.
JobA.».
• 0«B. 6. 5.
IIM.lfi.19.-
» Job 14. 81.
.««obT.S,
10.
11.96. 14.
<ÍCftii.8.15.
«C^S.18.
/Cap. 9. A
'C»|kS.1.8.
hkMrutt obna 4« jmtM*. Digo qat émo
mniM«a «« -vanidad.
15 Por Unto «labe Jó 1« níejgrís. t 4f»e
no tfcDb el hombre Men debigo del sol,
slifó que eouuíf y beba, j m airare ; y
Stie celo •• le pegae d« m ttabno ki
iu d« m vida, que DIM l« di<$ debí^
dtíiol'.
18 To pan di mi cansón á oofiotser
sabidnria, t & ver la £aena que te haoe
(Obre la ttínna; lal, «ue aígHtm ni de
noche ni de día ve snefie en sna «¡Jos:
17 T he victo aeereu de todas la* obtM
dé Dios, que el hombre no puede alcan-
zar la obla qne debajo del sol se haoe,
Eir la cual trabi«ja tí. hombre boseando*
,j ñola hallara : aunque diga el sabio
que la saíbe, tío pat tm» poOrA alotti-
CAPITULO IX.
^tm^iM «n el curto «ornun d» lot mmmo* hit-
moNot pamea q«t toda» tfíi éomu aeemte-
«H» t^úimmle á toáot, no óbiUmt» 4 MóMr**
pteOoto débt vtttr autélo p eoHfeHto, Mbr*
toáo coa la ntgwrtaaA tb mit m» frottdtr
é$ OfiMdablé á lot ofo» dé iHo», á ettpa fw-
darota fHdao f roM» ptoptíUneia atttm «n-
horétitoáot y mtittM toéu lo» 0»»Mo» ifo la
tUa. lM*€riíaa»ta»alMmMa«» tapertorá
tmfoirtáUba tmniditaa.
CIERTAMENTE dado he mi co.
razón & todas estas «osas, paa de-
clarar todo este; Que los justos j los
sabios, y sos obras, ettáu en la mano de
Dios; y qué no Sabe él hombre nf el
amor ni el odio por todo lo que pata
delante de éU
a Todo aeoiOte» de la misma manera á
todos : un mismo suceso ocurre al justo
y tü Impío, al bueno, y ü limpio, y al
no limpio } a! que sacrifica, v al que no
sacrifica : como el bueno asi el qne pe-
ca ; él que jura, como el qne teme el
Juramento.
8 Esté mal hay entre todo lo que se
hace debajo del sol, que todos tengan un
mismo suceso, y también que él corazón
dé los h^os de los hombres esté Heno de
mal*, y de enloque<iÍmi«nto en su co-
razón durante su vida ; y después, A los
muertoi.
4 Aun hs^ esperanza para todo aquél
que está entre los vivos : porque mi¡)olr
es perro vivo que león muerto.
5 Porque los que viven saben que han
de morir: mas los muertos nada sa-
benb, ni ttenen mas pasa; porque su
memoria es puesta en olvido •.
6 También su amor, y su odio,- y su
envidia feneeld ya: ni tienen ya mas
parte en el siglo, en todo lo que se hace
débito del sol.
7 Anda, y come tu pan con goto, y
bebe tu vino oon alegré ootazon' ; por-
que tus obras ya son agradables A Dios.
8 En todo tiempo sean blancos tus ves-
tidos, y nunca falte ungOcnto sobre tu
Mbeza.
9 Goza de la vida, oon la mújer que
amas, todos los días de la vida de tu va-
nidad que te son dados débito del sol,
todos los días de tu vanidad; pon]ue
esta e» tu parte en la v)da, y en tu tra-
bajo con que te afanas debajo del sol «.
10 Todo lo que te viniere A la mano
para hacer, hazlo según tus fuerzas ;
porque en el sepulcro, adonde td vas,
no hay obra, ni industna, ni cienda, ni
sabiduría/.
11 ^ Tómeme, y vi debido (l«l «oí,
que m es de los ligeros la éarrera, ni la
Sierra de los fuertes, ni aun de los sa-
os él pan, ni de los prudentes las ri-
quezas, ni de los elocuentes el favor;
sino que tiempo; y ocasión acontece A
todos.
IS PoMiue «t- honibiv caiipniBiií oonoee
su tiempo A: o«ne lo* peces qne sea
fnesos en la mala red, y como laa aves
«M se «renden en lazo, asi smi enlaza-
ooe los l^Joa de loa hombres en el tlempe
malo, cuando cae de repente sobra éltaa.
18 \ También vi esta sabiduría debajo
kOsp.B.7.
•-3Ba.aO.l4
8*»
rey, y cércala, y ediflcs contra ella gran-
des baluartes:
15 T hálbne en ellk «h taomhve pcb^b,
sabio, el cual Ubra la ofaidad oon su sa-
biduna : y nadie se aeordaba de aqad
pobre hombre.
16 Entdnoes dfja yo: Mé^or e« la saU-
duiía que la fbitalesa*, auaoné la ci-
encia del pobre sea menospieaada^ y no
saan esonehadás «os palabras.
11 Las paMira* áA sabio ooa repoao
son oídas, mas qne el clamor del señor
entre- Ibs necios.
18 Mqjor es la sabiduxüi que las armas
de guerra: mas nn pecaíclor destruye
nmcliobten'.
CAPITULO X.
BeoomUnda»» lo inliMÉrü» á pmdenetg, p m
manifle»lan lo» daios é» la aaesdad i im-
pmdiueia,
LAS moscas muertas hacen heder y
dar mal olor el perfume déL per-
fiímisfa: <tei una pequeBa locura al eati-
maído por sablduria y honra.
i El corazón áél sabio e»tá A sn mano I
derecha ; mas el ceraaon dd necio A su
mantf izquierdai
8 T aun mientras va el nedo' por el
camino, flUtafe su eordma, y dice A to-
dos : Nedo és«.
4 Si el espfrtttf del príncipe se exáltate
contra Ü. no dejes tu lugar k; porque la
lenidad haiA oeur grandes ofensas '•
5 Hay otro mal «ibe debajo del sol be
visto, k maneta oe error chicnado del
príncipe :
6 La necedad estA colocada en grande»
alturas^ y los ricos estAn sentados en
lugar bajo.
7 VI dervos én caballos, y principes
Sé andaban eomo liervos* sobre la
rra.
8 El qué hiciere el hoyo, caerA en él/;
?' el que aportillAie él vallado, morderále
a serpiente.
0 El que raud&re las jdedras, trabi^o
tendía en ellas : él que cortare la lefta,
en ella peligrará.
10 Si Se embotare ri hierro^ y su filo
no fuere amolado, afiadir entonces mas
fVierza : empero á ella excede la bondad
de la sabiduría.
11 Muerde la serpiente cuando no eetá
eneantadái> : y d lenguaraz no es mejor
eneto,
18 Las palabras de la beca del saUo mms
gracia ; mas los labios del nedo causara
su propia ndnaA.
18 £1 principio de las palabras de aa
boca et neoedid ; y el fin de su charla
nocivo desvarío.
H El necio multiplica palabras, y dice .•
Vio sabe hombre lo que ha de ser ; ¿ v
quien le hará saber lo que después de él
será'?
15 El trabado de los nedos los fatiga ;
porque no saben por donde Ir A la clumd.
10 Ay de tí, tierra, cuando tn rey e*
muchacho*, y tus príncipes comen de
maflana.
17 Blénavéntnnida td, tierra, enando
tu rey <• hijo de nobles, y tus prínctpea
comen A sn hora, por refboclony y no
por d beberá.
iOsp.7.
Pnk.2Ll
y»>5.&
IJflS.
etc.
I-li
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Ai&cfavtrr»
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B«ch.».6.
■ tato. 6. 86.
tItoii.U.10.
M. 41.1,3.
Ito.lI.ÍS.
T». 17.
i Cor. 9. 9.
= G«.&10.
IJUB S. 8.
»10or.8.T.
tOoK,9.10.
r Job 14. 10.
•Opi&U.
^wr. 1&
Heb.9.37.
dr. 1014.
MBef.i.
18 Por la MRXB K car Im teshumlne j y
por tii.ffl(V»adde manos m lluevo la eaaa.
19 Por ci jdaoer m haoo «1 ámvlte, ;
el vino alagiDa loa vivoa « : y d dinero
swpoodoAtodo.
80 NI aun en tu pensamiento digas
mal del rcj»; ni en Un secretos de tu
cámara duas mal dri vico : porque las
aves del oíelo llevarjuti la vos» y las que
tíeaen alas harán saber la palabra.
CAPITULO XI.
S*eomíi»iiéaÍaUbmn¡UdBÍfan coa lodot k»
neemfíado», y to $olieiUid «t hacer W«» em
tttio tiempo, M 41M taMt» «Ja eaa<>ie>i d*
, fa prflMMlé WM.
ECHA tu pan sobre las niaa't qoe
después ae muchos dias lo hallátás h.
S Reparte á siete» j aun á oebo ; par-
que no sabes el nsat ^a» «endxA sobre
latieiia«.
8 Si las nubes fueren llenas de agua,
sobre la tierra la demunarán : y si el
árbol cayere al Mediodía, 6 al Norte, el
logar que el árbol cayere, alU quedará.
4 El que al vienta naira, ap semforaiá.;
y el qpie aat» á las nubes, no sogarfc
5 Como tu no sabes ^ oual e* el camino
del viento, ó como é$ crian, los huesos
en el vientre de la muja prelhula, así
Jl^neUM la obra de Dios», el cual hace
todaa las eosas.
6 Por la mañana stembra tu simiente,
; á la tarde n» dq}es reposar tu mano :
pocque td no sebes cual es k» m^or ; ai
esto, é lo et9ro«» 6 ai ambas á dos oosas
son buenas.
7 ^ Suave ciertamente es la luz, y
agraoaUe á los «^ ver el sol :
8 Jtfas si el hombre viviere miiehos
aSoa» y en todos dios hubiese goaado
alegría, si después trajere á la memoria
los dias de las tinieblaa/i que serán mn-
chesy tedo lo que le habrá pasado dirá
Aelher «Uo vanidad.
CAPITULO XII.
JMoe «M ha áe trcur d jirieio: por lo euál
eiAwta d neehMMU* é atoríiane del Cri-
mior áude k» étaa de la Jm»m»tmdt y <l mo
ajerio para la wifée,d* cayM ocfcofiiM haee
emadeeeripeta» abgiricat aiedfand* faéfo
eom» H ifiriafa de Utdoe tm remomamUmloe
eneeietí&'o.
ALÉO&ATS, manoebOtf en tu moce-
dad*, y tome placer tu oonunt en
los diaa de tu Juventud ; y anda en los
caminos de tu ooranm, y en la vista de
tus ojos : mas sabe, que sobre todas es-
tas oosas te traerá Dios á juiein b.
5 Quita poca el enojo de tu oorason, y
aparte el mal de ^ carnet porque la
mocedad y la Juventud vanidad es.
8 Y acuérdate de tu Orlador en los
dial de tu Juventud t antes que vengan
los malos alas, y Uoguon ios aíios, de los
cuales digaa. No teitgo en ellos conten-
tamiento*:
4 Antes que se oMorexca el sol, y la
luK, y la luna, y las estrellas | y 1m nu«
bes se lomen tras la lluvia :
6 Cuando temblarán las guardas de la
casa, y se encorvarán los hombres fu-
ertes, y oésaiáa las muelas, y se dismi-
nuirán,, y se oscurecerán los que miran
por las ventanas :
6 Y las puertaa de afuera se cerrarán
por la bajeza de la voz de la muela ; y
levantaráse á la voz del ave, y todas las
h^as de canción serán humilladas.
7 Cuando también temerán de lo alto,
y los tropezones en el camino : y flore-
cerá el almendro» y se agravará la lan-*
eosta, y perderáse el apetito : porque el
nombre va á la casa oe su siglo, y los
endechadoTM andarán en derredor por
laplazai.
8 Antes que la cadena de plata se qui-
ebre, y se rompa el cuenco de oro, y el
cántaro, se quiebre Junto á la fuente» y
la rueda sea rota sobre el pozo ;
9 Y d polvo se tome ala tiocm, como
era antee <(, y el espíritu se vudva á Dios
(yte lo. di4 •.
10 ^ Vanidad de vanidades» dijo el
Piwdicador» todo vwaidad/.
11 Y ouanto mas sabio fué d Predi,
cador, tanto mas enseikS sabiduría al
Sneblo s é hlxo esouehar, é hizo esou-
rlñar, y compuso mucho» proverbios'.
18 Procnvó el Predicador hallar pala-
bras agradables» y escritura recta, pala-
bras de vesdad.
18 La* palabras de los saUos «m como
aguijones, y como clavos hincados de los
maestros de las oongregaciones, puestas
¿q/o de un pastor.
14 Aben, hUo mío, á mas de esto sé
avilado: no hay fin de hacer muchos
libros ¡ y d mucho estudio aflicelon és
de la carpeí
16 % El fin de todo d discurso oido ee
eete: TBMfi A DIOS, Y GUARDA
SUS MANDAMIENTOS, porque es-
to es d todo del hombre^.
16 Porque Dios traerá toda obra á Ju-
icio'; e/ atol ee áorá sobre toda cosa
oculta» buena ó mala.
EL CAIÍTAE DE LOS CAIÍTAItES
DE SALOMÓN.
CAPITULO I.
La IgUeia, arrebatada en admiraeion dH amor
. ton toe Me Bepoea Grieta la ama, deeeaeetar
maegmae nnUa eonfls ftl «yoMtiaelara
eaan keriaoea w graeiota eea n» eífoea; «
atftl y eUa m megran eon eete eu eepirituOí
deepotorio.
CANCIÓN de candones» la eual u de
Selomoa-*.
8 ¡ Oh d él me besara con «Isoulos de
■tt boca ! parque mucres eon tna amores
qued vino.
8 Por d olor de tas suaves ungüentas,
(nngttento derramado ee tu nMubre,) por
csous doncellas te amanm.
4 Llévame en pos de ti, correremos.
el rey en sua eámaraa : dos
gozardmos y degrarámoa en tí; acorda-
rtoonoa de tus amoiea maa que dd
vino : los reotos te aman.
5 Morena soy, oh hijas de Jemsdcm,
mas codidable; como la» caballa» dé
Cedarb, como las tiendas de Sdomon.
6 No mírela en que soy morena, por»
que el sol me miró: loa hyoa de mi
madre se airaron contra mi «; hici^ron-
me guarda de villa», y mi vitia» que era
mía, no gumtdéd.
7 5 Hazme saber, di td á. quien ama
mi alma, donde repastas, donde haoe»
tener majada d mediodía*; ¿ por qué,
por qvté había yo de estar como vague-
ando tra» lo» rebaflo» de tu» eompa>
fieros?
< 88a. 19.88.
d Oes. 8. 19.
« Nn. 16. 83.
Job 84. 14.
Ib. 57. 16.
Zse.12.1.
/Cap. 1.2.
ffl Bey. 4.88.
ADn.10.13.
<lGor.4.5.
S Cor. 5. 10.
fio. 8. 16.
A.C.
eir. 1014.
» li. ao. 7.
*Matl0.34,
i< Cap. 8. 13.
•8»La3.3,S.
Bs. S4. IS.
16.
A'.C.clr.l014
CANTASOSS BE SALOMÓN, H, III, lY.
A.CcIr.mi
/Heb.0.12.
IT.
il Bi. !& U,
>' Ft. 4. 18.
1 Te. 4. 1.
Jnka 12.8.
iJ(».15.eSL
I Cap. 4. 1.
7Í.12.
•Oftp.S.8.
6C»p.8.9.
«Cap.&S.
78.4.
i Cap. 8. 18.
•Ap.6.8.
/ Eo. 10. 1.
9 Cap. 8. 8.
77.10.
8 81 tii no /o Mbes, oh hermosa entre
las miijeves, sal jendote por las huellas
del reoafio/, 7 apacienta tus cabritas
Junto á las cabaSas de los pastores.
9 A una de las yeguas de los carros de
Pharaon ' te he comparado, amiga mia.
tO Hermosas atm tus maíllas entre los
pendientes, tu cuello entre los collares A.
11 Zarcillos de oro te haremos, coa cía-
vos de plata.
13 Mientras que el xer éstate en su
reclinatorio, mi nardo dio su olor •'.
13 Mi amado e« p^ra mí un manojito
de mirra, que reposará entre mis pechos.
14 Radmo de cypro en las Tifias da
Engadi A es para mi mi amado.
18 Hé aquí que tú eree hermosa, com-
pañera mía ; hé aquí que eree heiíñ : tus
q}os de paloma '.
16 Hé aquí que tú eree hermoso, ama-
do mió, 7 suave : nuestro lecho también
llovido.
17 Las vigas de nuestras casas eon de
cedro, ¡/ de ciprés los artesonados.
CAPITULO II.
El etpono dedara auinta tea ni hermaenira y
laaemt cspoM, fiiiei» tamMen nmettra cuan
k«rmoM tea n» «gioao, y «tanfo «I amor eon
fiw cffa fa ama, eonnAeraudo la» franáae
merced»' qM á eada monenlo de íl recibe.
YO Mgy la rosa de Saion, 7 el lirio de
loa valles.
8 Como el lirio entre las espinas, así ee
mi eompafieía entre las doncellas.'
3 Como el nianxano entre los ártmles
silvestres, así e« mi amado entre los
mancebos: bajo de su sombra deseé
eeniarme, 7 me senté ; 7 su íhito ha eido
dulce á mi paladar.
4 Lléveme & la cámara del vino, 7 su
bandera sobre mifkí amor.
5 Sustendadme con frascos de vino,
corroboradme con manaanas, por^e es-
toj enferma de amor*.
o Su ixquicrda e*t& debajo de mi ca-
beza, 7 su derecha me abrace b.
7 Yo os conjuro, oh doncellas de Je-
nisalem, por Jas f^mu 7 por las ciervas
del campo, que no despertéis ni hagáis
velar & mi amor, hasta que éf quiera «.
8 ^ La voa de mi amado ! Hé aquí él
viene saltando sobre los montes, brin-
cando sobre los collados.
9 Mi amado ee senM^ante al gamo, ó
al oabrito de los ciervos. Helo aquí está
tras de nuestra pared, mirando por las
ventanas, mostrándose por las r^as.
10 Mi amado habló, 7 me dl}o: Le-
vántate, oh Gompaitera mia, nermosa
mia, 7 vente.
11 Porque hé aquí ha pasado el invier-
no, hase mudado la lluvia, se Alé.
15 Hanse mostrado las flores en la ti-
erra, el tiempo de la canción es venido,
7 en nuestro pois se ha oído la voz de la
tórtola.
13 La higuera ha echado sus higos, 7
las vides en cierne dieron olor: leván-
tate, oh eompaflera mia, hermosa mia,
7 vente.
14 Paloma mia, que moras en los agu-
jeros de la pella, en lo escondido de es-
carpados parajes, muéstrame tu rostro,
hasme oir tu voz' ; porque duloe «« la
voz tu7a«, 7 hermoso tu aspecto.
15 Cazadnos las zorras, las zorras pe-
queñas/, que echan á perder las viñas ;
pues que nuestras viñas estám en déme.
18 Mi amado c« mió, 7 70 mjtit: él
«pooienta entre lirloa.
17 Hasta que apunte el dia, 7 bu7an
las sombras, témate, amado mió ; sé se-
m^ante al gamo, ó al cabrita de los oi-
ervos sobre los montes de Bether.
CAPITULO II L
La IfUeia (que ee la eepoea) decUan (■ wK-
eUud em btuear á en Eapoeo, jr i*^Ma *l
oraa amor eon que etempre le «ma. DeterC
heee la maga^fUeneia d» «gfoeetUe gara ¡ai
bodas.
POR las noehes busqué en mi ledio
al que ama mi alma; busquAo, 7
no lo hadlé.
a Levantaréme ahora, 7 rodearé por la
ciudad ; por las calles 7 por las plazas
buscaré al que ama mi alma. Busque,
7 no lo halle.
5 Haliázonme las guardas que rondan
la ciudad, w d^felee: ¿ Habéis visto al
que ama mi alma ?
4 Pasando de ellos un pooo, hallé Ine^
al que mi alma ama : trabé de él, 7 >">
lo deié, hasta que lo metí en casa de ni
madre, 7 en fa cámara de la que me
engendro.
6 Yo os conjuro, oh doncellas de Je-
msalem, por fas gamas 7 por las ciervas
del campo, que no despertéis ni hagáis
velar á mi amor, hast» que él quiera •.
O ^ i Quién ee esta que sube dri. desi-
erto como columnlta de humob, sahu-
mada de mirra 7 de incienso, 7 die todos
polvos aromáticos ?
7 Hé aquí que la cama de Salemon
sesenta valientes la rodean, de los fu-
ertes de Israel «.
8 Todos ^os tienen espadas, diestros
en la guerra : cada uno su espada sobre
su muslo por los temores de la noche.
9 El rey Salomón << se hizo un tálamo
de madura del Líbano.
10 Sus columnas hizo de plata*, su
ftmdo de oro, su oielo de grana, su in-
terior reearaado con laboree de zauatf
por las doncellas de Jemsalem.
11 Salid, oh doncélias de Sion, 7 ved
al rey Satomon eon la corona con que
lev ooronó su madre el dia de su despo-
sorio A, 7 el dia del gozo de su corazón.
CAPITULÓ XV.
JkeUtra al eipoeo la hermeemea jf eaoedeaeia
de eu esposa, p el entraüable amor qmt U
• tiene. Seeonoee la espesa qne todo eaemto
tUne dé bmeno, le viene de M ISberoliáad jr
gratuito faeer de sn esposo.
HÉ aquí que td eree hermosa, eom*
pañ«ra mis ; hé aquí que ttf eru
hermosa* : tus ojos entre tus guedejas,
como de paloma ; tus oabeUos, como ma-
nada de cabras que se muestran desde
el monte de Oalaad.
5 Tus dientes, como manada de tras-
quiladas ováae, que suben del lavadoo,
todas con cnas mellizas, 7 ninguna entre
ellas estéril.
8 Tus labios, como un hilo de grana,
7 tu habla hermosa: tus «lenes, como
cachos de granada á la parte adentro de
tus euedqjas.
4 Tu cuello, como la torre de David,
edificada uara muestra : mil escudos es-
tán colgados de ella, todos escudos de
valientes.
5 Tus dos pechos, como dos cabritos
mellizos de gama, que son apiMsentados
entre azucenas.
6 Hasta que apunte el día, 7 hu7an las
sombras K iréme al monte de la mtaxa,
y al collado' dd incienso.
7 Toda tü eree hermosa, eompaflera
mia, 7 en tí no ha» manehac
8 Fendráe oonmigo del Líbano, oh es-
posa, conmigo vendrás del Líbano: nd-
rafas desde u eambí» de Amana, dñde
la cumbre de Bmútd 7 de Hermán;
desde las guaridas de loe leones, desde
los montas de los tigres.
9 Pnodiste mi corazón, hermana, es-
78.4.
»iti.is>
HsIkLa
JCspL&ll.
13.
i&
101
>C^L!L
éOip.t1I>
V.
<Dh.}>í
J.adr.iwt
CANTARES DE SALOMÓN, V, VI, VIL
A.C.ctr.1014.
TM.U.
iJiuilo,
li
JT.».
«CifLl
ri mía. has fireto nd oenton con ano
tiu ojos, con una gargantilla de tu
coeUo.
10 ¡ Guan hermosos jon tos amores,
hermana, etpota mía i ¡ cuanto m^res
que el Tino tus amores, j el olor de tus
S Rentos que todas las especias aro-
ticas!
11 Panal de miel destilan tus lahlos,
oh esposa : miel y leche hay debí^ de
tu lenma*; y el 6lor de tus veetldos
como el olor del Líbano/.
19 Huevto trtt cerrado, hermana, es-
posa mía; flicnte ecnrada, Aiente se-
llada.
13 Tus nnucfos, «eme paraíso de gra-
nados, con fhites saaves, de caminó-
las 9, t nardos ;
14 Nardo, 7 axalVan, calla arom&tioa,
7 canela, con todos los árboles de In-
cienso; mirra 7 aldes, con todas las
priaelpales espedas*.
15 Faente de huertos, poso de aguas
vlfas<, qoe oorren átá Líbano *.
16 Levántate, Aquilón, 7 Ten, Austro t
sopla mi huerto, despréndanse sus aro-
mas. Venga mi amado á bu huerto, 7
coma de su dulce fruta.
CAPITULO V.
JR apoto convida á nu amigot A tat hoda»:
y M uposa e<m/«MMfa la /oMa mm koMa
wmtUido tn «o ahrir é m mfoto w pmtrta,
áidara la$ miMria» qms U aeomUcUrtm g f
dufau había coa nu ami^a» d* la htrmo-
mra 4» m »tpo»a>
YO vine & mi huerto*, oh hermana,
esposa mia : cogido he mi mirra 7
mis aromas ; he comido mi panal 7 ral
miel, mi Tino 7 mi loohe ne bebido.
Comed, amigos i ¡ bebed, amados, 7 em-
bria^Hw.
9 xo duermo',. pero mi corazón Tela.
La voz de mi amado, que tooa á la pu-
erta: Ábreme, hermana mía, compa-
fiera mia, paloma mia, perfecta mia;
ponjue mi cabeza está llena de rocío,
mis cabellos de las gotas de la noche.
8 Heme desnudado mi n>i»i ¿ o6mo
la tengo de Testir ? He laraao mis pies,
¿ eómo los tengo de ensuciar ?
4 Mi amado metíd su mano por d
agujero de la pwrrftt» 7 mis entrañas se
oenmoricron aentro de mí.
5 To me IcTanté para abrir á mi ama-
do, 7 mis manos gotearon mirra, y mis
dedos mirra oue cotrla sobre las aldabas
del candado'.
9 Abri TO & mi amado ; mas mi amado
•e haUa ido, pasado habta 7a t 7 tvus su
bsblar aidió mi alma : busqnálo, t no lo
hallé; llámelo, 7 no me re^ondlo.
7 Halláronme las guardas que rondan
la dudad: hiriéronme, llag^hwnme, qul-
tároome mi manto de eneima las guar-
das és los muros.
8 To os eonjuro, oh doncellas de Je-
rnsalem, que si hallareis á mi amado,
que le luL^i» saber oomo de amor estoy
O ¿Qué e« tu amado mas que otro*
uñados, oh la mas hermosa de todas
las tax^ttm*? ¿qué ot tu amado mas
que otn$ amados, que así nos oonju-
raite?
10 Mi amado m blanco 7 rublo, se&a-
■ado cmre dies mlL
11 Su cabeza, oraio orp fino, sus cabe-
llos crespos, negros como el cuevro.
19 Sus q}os, como palomas Junto á los
ttioyos de las aguas, que se lavan con
l*che, y á la perfeeoion colocados.
13 Sus mejillas, como una en de espe-
cias avomáticas, como íhurantas flores :
•vs labios, eome lirioe que ooslilan mirra
que- ■ -
14 Sus manoa, come anillos de oro en-
gastados de Jacintos! su vientre, auno
claro marfil culderto de zafiros.
15 Sus piernas, como columnas de már-
mol fhnaadas sobre basas de fino oro :
su aspecto, como el Líbano ; escogido
como los cedros.
10 Su paladar, dulcísimo : 7 todo él
codiciable. Tal e« mi amado, tal et mi
oompafiero, oh doncellas de Jerusalem.
CAPITULO VI.
La fnWMi diM d tu» amigM que tu npoto M
haüa partido d* día. Kt etpoto, pintando
la htrikotnrtt d» $m eMpoea, Unijha d grande
amor qne la Heme,
i T\ONDE se ha ido tu amado, oh
U la mas hermosa de todns las mu-
jeres ? ¿ Adunde ae aparté tn ama^o, 7
le buscaremos contigo ?
9 Mi amado descendió á su huerto, á
las eras de los aromas, para apaoentar
en los huertos, 7 para coger los lirios.
8 Yo «oy de mi amado, 7 mi amado e«
mío, el cual apacienta entre los lirios.
4 Hermosa eree tii, oh compaRera rala,
oomo Tlna«; de desear, oomo Jeru-
salem * ; imponente, como qérdtos en
Arden'.
5 Aparta tus ojos de delante de mí,
porque dios me Tenderon. Tu cabello
e« como manada de cabras que se mu-
estran en Oalaad '.
6 Tus dientes, como manada de ovdas
que suben del lavadero, todas con cnas
mellizas, 7 estéril no hay entre ellas.
7 Oomo cachos de granada toa tus si-
enes entre tus guedejas.
8 Sesenta ton las reinas, 7 ochenta las
concubinas ; 7 las mozas, m cuento «.
9 Mas una e« la paloma mia, la per-
fecta mia: linica e« á su madre, esco-
sida á la que la engendró. Viéronla las
doncellas, 7 llamáronla bienaventurada ;
las reinas y las concubinas la alabaron.
10 ¿ Quién « esta que ae muestra oomo
el alba, hermosa como la luna, esclare-
cida como el sol. Imponente como ^ér-
citosenórden/7
11 Al huerto de los nogales descendí;
á Ter los frutos del valle, .y para ver si
brotaban las vides, si floiecian los gra-
nados*.
19 No sé ; hame mi alma hecho comió
los carros de Amlnadab.
13 Tómate, tómate, oh Snlamlta ; tór-
nate, tómate, 7 te miraremos. ¿Qué
venáis en la Sulamita ? Oomo la reumon
de dos campamentos.
CAPITULO VII.
OouUmmando el eepoeo em pintar la hermotara
de m eepoea, datlara tn rtgoeife un tila. La
eepoea reeonoeiendo d faeor de m ««pMO,
dedCeate eni«ranu$Ue á en eertieio.
CUAN hermosos «m tus pies en los
calzados, oh hija de príncipe • ! Los
contornos de tus muslos ton oomo Joyas,
obra de mano de txetítnit maestro.
8 Tu ombligo, como una taza redonda,
que no le falta bebida. Tn vientre, osmo
montón de trigo cercado de lirios.
8 Tus dos pechos, como dos cabritos
mellizos b de gama.
4 Tu cuello, como torre de marfil t tus
ojos, oomo las pesqueras de Hesben Junto
á la puerta de Bath-rabbim : tu nariz,
como la torre del Líbano que mfara háoia
Damasco*.
5 Tu cabeza eneima de tí, oomo el
Carmelo ; y el cabello de tu cabeza, oo-
mo la purpura del rey ligada en los cor-
redores.
6 Qué hermosa eres, y cuan sciave, oh
amor deleitoao !
7 Tu estatura es semejante á la palnw,
y tos p«Bhos ft los sadmos.
• 1 Bey. 11
17.
»La.9.Ub
'ver.ia
4Cap.4.I.8.
14.
/vsr. 4.
'ver-S.
* Cap. 7. U.
•It6.U.
(Cap. 4. 8.
A,C.clx.lOU.
JSAJLAB, í.
4.adr.1liU.|f
«Pro. 28. a.
•Csp.«.U.
/Go. 1. 10.
1Tb. 4.1.
•CKp.S.4.
*Oq^S.e,7.
A. a
dr.ieo.
•Mu.lS.6.
zzyi.
f ZXXII.
'D«a.SS.l.
«Jlw.8.7.
«M.18.3:
/DIMLS8.SL
8 Yo d^ : SaUré 4 la pslma, wú*é mu
ramos : y tiu peelu» tena aliora como
racimos de vid, j d olor de ta nariz oo-
mo da manzanas ;
' 9 Y tu paladar como el baen vino, que
ae entra* & mi amado suavemente, 7
hace hablar los labios de los vicios.
10 Yo «ty de mi amado, y conmigo
tiene su contentamiento d,
11 Ven, oh amado mió, salgamos al
campo, moremos en las aldeas.
Iji Levantémonos de maflana i las vl-
fias; veamos si brotan las vides, si se
abre á cíeme, si han florido las grana-
dos « : alli te daré mis amores.
13 Las mandragoras han dado oknr, y
6 nuestras imertas hay toda suerte de
dulces /niíM, nuevas 7 aflijas, oue para
tí, oh amado ralo, he guardado/.
CAPITULO VIH.
Hmiamdo la mppia eitar mat y wuu «aMa á
a» MfNMO, diñara «itar aSiraaada á» «mm
^«1 ücma (f« amor. 9«« «> imfWftW* M apa^
ifuef y pide hufo qiu toi OmUIu sm» mm»
cidooM d $u$ údtu.
i Cí^ quién te me dioM como hermano
V/ que mamó los peohoa de mi ma-
dre ! que te hallase 70 fuera, 7 te besara,
7 no me menospreciasen !
8 Yo te Uevaxia, te metiepra en casa de
mi madre*: td me ensefiarias, 7 70 te
hiciera beber vino adobado del mosto de
misnanadas.
8 Su izquierda etté debajo de mi ca-
beza, 7 su derecha me abraoeK
4 Oonjtbroos, oh doncellas de Jerusa-
lem, que no despertéis, ni hagáis vehuc
ai aóaado, hasta que él quiera.
5 %¿ Quién es esta que sube del desl-
crto«f reoostada sobra sa amado? Db>
bi^de nn manzano te desperté^: aUÍ
tuvo tu madre dolores, allí tuvo dolotas
la que te parié»
0 Ponme como un sello* sobre ta eo*
razón, como uni| mana sobre tu bnaoi
porque Aieite es, eomo la muerte, el
amor; duro, como el sepulcro^ el a«o:
sqs bnuaa, brasas de fuego, fiíacte lla-
ma/.
7 Las mttohat. aguas no podria apsgsr
el amor, ni le ahogarán kM rkis. SI diese
el hembra toda la hacienda de sa.
Kcste amor, de oieito ta
n.
8 TenenM uaa peqtialia hennaaa, qae
aim no tiene peobos5 s ¿ qué haxMnos
& nuestra hernoana cuando de día se
hablare?
i> Si ella «• moio, edifiearémos sobre
él un palacio de.plati : 7 si fuere puerta,
la guameeerénuis con taUas decednh
10 Yo tou muro, 7 mis pechos eoiao
torres, doiae que ftu en sus qjfla cerno
Uqp» baila paz.
U Salomón two una «Ua en Bahal-
hunao. Ja, cual entregó 4 guardasA:
cada uno de los cuales debia tna mil
mmedeu de plata por su fruto •'.
U Mi vifia^, que es rola, uta ddinte
de mí : las mil monedaa urúm tn7as, (A
Salomón^ ; 7 doscientas, de los que gu-
ardan su finito.
U Oh td la qne mofas en loe huer-
tosM, los eompafieros escachan tu tot:
hazníetooijr.
14 Htt7e. amado mió, 7 sé semqiante
al gamo, ó al cervatillo sobra las monta-
fias da los aromaa.
• Jer.Uti
/MK.9.
.16.1.
ÍI1.7.S.I
lOi^Li
Il.«.iki
LIBKO DE LAS PROFECÍAS
DB
ISAÍAS.
CAPITULO I,
Attua Dio» 4 ra mmUo dt ingrato A mu
ktmifi«U»% df f(M(b A «m mandamiento»,
y de eontuma» á ma teitifoe. Jkaeoneee y
dfMeba el etleríar culto einfi « <>n cari-
dad; « en««ila que la Umptna iM oonuón,
y la obedieneia A mu ntaudamienUui «• u
a¿Uo qne k tíffradtk
VISION* de Isaías, hUo de Arnés,
la cual vio iMbré JudA 7 Jerusalem
en dias de Uzzias, Jotham, AchAz, 7
Kicohlas, re7es de Jnd4¿.
8 Oid, cirios*, 7 eseueha td, tierra;
pttque habla Jehová. Crié hijos, 7 en.
grandeeílos ; 7 ellos se rabelaron oontrá
mí.
8 El buey eonocié 4 su duefio, 7 el
asno el pesebra de su seflor t Isnei no
oooocid, mi pueblo no tuvo entendimi-
ento <
4 r Oh gente pecadora, pneUo cargado
de maldad, generación de malignos,
hÜo* depravados! IMaron 4 Jehov4,
provocaron 4 ira al Santo de Israel,
tomáronse atr4s«.
6 ¿ Para qué habeb de ser castigados
aun ? Todavía os rebelaréis. Toda ea«
besa uta enfiearma, 7 todo corazón do-
liente.
6 Desde la planu del pié hasU la
cabeza no hay en él cosa ilesa; timo
herida, hinchazón, 7 podrida llaga. No
están curadas, ni vendadas, ni suaviza-
das con aceite.
7 Vuestra tierra tatú destruida/, vues-
teas ciudades poestas 4 ftiego, tocsIis
titerra delaata de vosotros comúa de es*
traiv)eros, 7 agolada eomo em asolamiento
de exttafioe.
8 Y quedar4 la h^ de Shm eomo
oheoa en vifla, 7 eomo oabafia^ a
lonar; como ciudad asolada.
9 Si JdtovAde los q^éorcitoe nobubisn
hedió que nos quedasen mn7 cortas
Tsaiduos*, como nodoma fiíerámos, y
semejantes 4 ■Goman» ^«
10 <| PrínclpeB de Sodoma, oid la pa-
lalNta de JelieT4; escachad la ley de
nuestra Dios, poeUo de tíenuna.
11 ¿ Para qué 4 mí, dice Jriiov4, la
mttltltud de vuestrbs saotifioios*? Har-
to estoy de holocaastos de eamans, y
de sebo de animales gcnasoa: no
sangre de bueyes, nlde ovq^aa, ni
18 i Quién demandó
manos, euando
delante de mí, paca hollar mb atrios ?
18 No me traigáis mas vano picsentel.
Bl perfiame me es abeataunion. De
Neomenia, y Sábado, al oontroeai
bléas no podré snfidr inlqaldady
nldadM.
14 Vuestras lunas nuevas y
solenaaldades tiene abonreeUaa ael al
ma:
de llevarlos.
15 Ouaii^ extendiérels
nos, 70 escondert.d» vosotras mis éím»»
Asimismo euando multipüeÉrais to oía*
A.a
dr-THi
fU.l&
{Gas.U.H
iSslSD-l.
•te. ^
Jcr.fcA
Ámmi.ti>
ILSB.U.A
»Oif.CLl>
• aiali
iCelr.TML
ISAIAfi, ir, {It
A. o. cfr. T60.
IkLlS.
«hLmx
don, ya no oiré : UctiM cttáa d« nngre
tmrtns manoi*.
16 Licnáp, VmpiáM, quitad la tnl.
quldad de vaettias obras d« anta mis
ojos; átj»á de hacer lo malor :
17 Aprended & bien hacer; buscad
juido, restituid al agraviado, oíd en
derecho al hnérftno, amparad 4 la
Tinds.
18 5 Venid lucfo, dlri Jehovi, j es-
temos 4 cuenta. 81 ▼uestroa pecados
ftieraa como la grana, como I« nieve
sei&n enblanqueciidos : si flieren rojos
como el carmesí. Tendrán 4 ser como
blanca lanar.
19 Si aulderels, 7 oyerais, eomerAs el
hiéndela tierra:
50 81 no quisiereis, y flicreis rebeldes,
toéis consumidos 4 espada i porque la
boca de Jéhov4 lo ha dicho.
51 <| ¿ Oómo te has tornado ramera»,
oh cindad firi ? Llena mAim de Juido,
ai élia baUtó equidad ; maa ahon ho-
middas.
55 Tu plata se ha tomado 'escorlas ; tu
vino mexolado etíá con agua.
53 Tus príncipes, prevaricadorca y
oompaSeros de ladrones: todos aman
las dádlras, j van tras de las recom-
pensas : no oyen en Juicio al ItuirUuio,
ni ikn 4 ellos la causa de la viuda.
54 Por tanto, dice el Seílor Jehov4
de los ^{érdtos, el Fuerte de Israel : Ea,
tomaré satlsaÍBcion de mis enemigos,
vengaréme de mis adversarios 1 :
85 Y volveré mi mano sobre tí, y lim-
piaré hasta lo mas puro de tus escorias,
y quitaré todo tn esUfio «.
56 Y restituiré tus Jueces como al prin-
c{{do, y tus cons^eros como de primero :
entonces te llamara Ciudad de Justicia,
Ciudad fiel «.
27 Sion con Jnlclo ser4 rescatada; y
los convertidos de ella, con Justicia.
28 Mas los rebeldes y necadoies 4 una
wiitt quebrantados ; y los que d<|Jaron
á Jehofvá serán consumidos.
80 Enténoes os avergonxarán los olmos
que amasteis!', v os afrentarán los bos-
ques > que escogisteis.
ao Poique sereis como el olmo que ae
le cae la hoja, y como huerto que le
lUtanm las aguas.
SI Y el fuerte será como estope ; y el
que lo hixo, como centella: y ambos
setkn encendidos Juntamente, y no áa-
brá quien apague.
CAPITULO II.
Pr^éUa la MmUa M retao d$ Jna CrUto;
tdetpati dt imdtcar la eam*a porqué tria
d fmMo JmUieo detedtado, amenatu á
fef ic^trbtM í iíMatra» eoft «t Juicio que
M de 9enir.
T O que vio Isaías, h^o de Am&, to-
I4 cante 4 Judá y Jerusalem.
8 T aoontecer4 en lo postrero de los
tiempos a, que ser4 confirmado é¡ monte
de la caía de Jehová ñor cabeza de los
montes, y será ensalsaoo sobre los colla-
dos; y corTer4n 4 él todas las gentest.
8 Y vendrán muchos pueblas, y dirán :
Venid, y subamos al monte de Jehová,
4 la casa del Dios de Jacob*; y nos
enseSatá en sos caminos, y camutaré-
mos por sos sendas. Porque de Sion *
nidia la ley, y de Jerusalem la palabra
de Jehová.
4 Y inigará entre las gentes, y repren-
wá á muchos pueblos : y volverán sos
ttpadas en rejas de arado, y sus lanzas
ot hoces. No alzará espada gente con-
tra gente, ni se ensayaran mas para la
gvetra.
5 TcnU. oh casa de Jacob, y camine-
mos á la lus de Jehová.
8 ^ Ciertamente td has dejado tu
Eaebfo, á la casa de Jacob, porque ae
an hendüdo dd Oriente, y de agore-
ros, como los PhiUstéos'j y en o^os
T nos descansaron A
Bu tierra está Uena de plata y oro,
sns tesoros no tunen ftn. l^onblen esta
su tierra Uena de caballos, ni sus oarroa
tienen ndmero;,
8 Además está su tierra llena de ído-
los A, v á la obra de sus manos se han
arrodillado, á lo que fkbrlcaron sus
dedos:
9 Y base inclinado todo hombre, y
todo varón se ha humillado 'i por tanto
no los perdotuoás.
10 ^ Métete en la ptodra« esofaidete
en el polvo de' la presñiola espantosa de
Jehová, y del resplandor de su majestad.
11 La altivez oe los oíos del hombre
será abatida *, y la soberbia de los hom-
bres será humillada, y Jehová solo será
ensalzado en aquel día'.
IS Porque día de Jehová de los ^ér-
dtos vendrá sobre todo soberbio y altivo,
y sobre todo ensalzado ; y será abatido ;
18 Y sobre todos los cedros dal Líba-
no" altos y sublimes, y sobre todos loe
alcornoques de Basan ¡
14 y sobre todos los montes altoa, y
sobre todos los collados levantados ;
15 Y sobre toda torre alta», y sobre
todo muro ftieite ;
10 Y sobre todas las naves de Tarsls*,
y sobre todas pinturas preciadas.
17 T la altivez del hombre será aba-
tida, y la soberbia de los hombres será
humillada : y solo Jehová será ensalzado
en aauel dlajr.
18 Y quitará totalmente los ídolos.
10 Y meteránse en las cavernas de
las pellas, y en las aberturas de la tier-
ra, por la presencia espeuatosa de Jeho-
vá, y por el resplandor de su m^estad,
cuando se levantará ¿1 para herir la
tierra r.
90 Aquel dia arrojará'' el hombre á los
paroju de topos y muroiálagos sns ídolos
de plata, y sus ídolos de oro» que le
hicieron para que adorase.
n T se entrarán en las endeduns
de las rocas, y en las cavernas de las
Sellas ', por la presencia formidable de
ehová, y por el resplandor de su ma-
jestad, eusótdo se levantare para herir
la tierra.
S9 Dejaos pnes del hombre, cuyo há-
lito está en su nariz*: porque ¿de qué
es él estimado ?
CAPITULO III.
Amumeta á todo et puMo ^láMeo gumde»
caMmMlwiM y ruina por nu paeaáo*, paro
que ol Jutáo le eepera el bieu. Ameuaea
co« él Juieio de Íko$ d loe tnagnatee del
puMa por tu opretion y iiraufa, i iutíma
ti eadtgo que veíadria eobre la» kijae de
Biou por tu tMvee y diAonetlidadee,
POKQUB hé aquí que el Señor Je-
hová de los eiercitos quita de Jeru-
salem y de Juda el sustentador y el
ñierte; todo sustento de pan«, y todo
socorro de agua :
8 £1 vallante &, y d hombre de guana,
el juez, y d ptotieta, el adivino, y el ao-
danot
8 £1 capitán de cincuenta, y el hombre
de reqieio ; y el consejero, y el artífice
excelente, y el hábil orador.
4 Y pondréles mozos por príndpes, y
muchachos serán siu señores «.
5 Y el pueblo hará violencia los unos á
los otros, cada cual contra su vecino.
El mozo se levantará contra el vie)o, y
el villano contra el noble.
6 Cuando alguno trabare de su her-
• Dea. 18. 14.
/Kakia.».
rSeo. 17.11^
17.
*Jsr.3.«.
<Cap.S.lft.
ABal.18.S7.
i ver. 17.
>a*SL«L
U.1A.
•Cop.ao.18.
•iBsy.tO.
Pvsr.ll.
t Hag. a. C
ai.
HeUia.
98.87.
•- Cap. SL 7.
•AP.8.IS.
I Bal. lis.
8,4.
»9Ba7.94.
14.
.«kU.
iCdr.r60.
ISAÍAS, VI, vn.
A.C.elr.T68.
ft^*
in«.i7.u.
mso.
Su.!
kf-2&U.
MB.P.Í9.9,
•ílí«T.li7.
'líey.aj.
14. '
<«L1.11.
mnltHaid, j lu ftiiito> y d qa» en 41 m
hatím.
15 X AmI» hombie MiA hiunilUde, j
tafo Tuon ■er& «batido, y bi^)adoi aeran
loi q)oa de los altlTosy.
le Mas JehoT& de los ejércitos ana
cuskado en juicio, j d Dios Santo será
isntifioado con justicia.
17 T los corderos serán apaoeotados se-
gim su costumbre ; y estiafloc oomcrAn
las gruesas desamparadas.
IB I Ay de los que traen háeia ti la
iniquidad con cuerdas de Tanldad, y el
pecado como oon «fundas de oancta !
19 Los cuales dioen t Venga ya, apre-
tilrese su otea, y veamos: aciniueae, y
Tenga el conséijo del Santo de Israel,
para que I» sepamos.
90 ¡Ay de los que 4 lo malo dioen
bneno, y i lo bueno malo ; que hacen
de la Ins tinieblas, y de las tinieblas
lus ; que ponen lo amargo por dulce, y
lo dulce por amargo !
SI {Ay do ios sabios en sus q)os, y
de los que son prudentes delante do n
mismos!
29 ; Ay de los que son valientes para
beber vino, y hombres fuertes para mei-
ctar beUda f
sa Los que dan por Justo al impío A
por cohechos, y al justo quitan su Jus«
tícia!
24 Por tanto, como la lengua del ftiego
consume las aristas, y la llama devora
la pitia» asi será su nus como pudximl»
ente, y su flor se desvanecerá como pol-
vo : pormie desecharon la ley de Jehová
de loB ^ercitos, y abominaron la palabra
del Santo de Israel.
S5 Por esta causa se encendió el fliror
de Jehová contra su pueblo, y extendió
contra él su mano, é nirióle, y se estre-
mecieron los montes; y sus cadáveres
fueron arrcjados en medio de las calles.
Con todo esto no ha cesado su furor,
antes ata su mano todavía «dendlda*.
98 Y aixtfá pendón á gentes de lejos,
y iilbaiá al yue ulá en el cabo da la
tienra: y hé aqní que vendrá pronto y
velozmente.
27 No habrá entre ellos cansado, ni
que vacile: ninguno se dormirá, ni le
toraacá sueño: á ninguno se le desatará
el cinto de los lomos, ni se le romperá
la conrea de sus zapatos.
98 Sus saetas amoladas, y todos sus
arcos entesados. Las uilas de sus ca-
ballos parecerán como de pedernal, y las
ruedas de tu» earrot como torbellino.
99 Su bramido como de león : rugirá
& manera de leoncillos, rechinará los
dientes, y arrebatará la presa ; apa&aiá
lot dupnjot, y nadie tt Utt quitará.
30 X bramará sobre él en aquel dia
como bramido de la mar : entonces mi-
mi bácia la tierra, y hó aqui tinieblas
de triliuladon ; y en sus cielos se obscu-
recerá la luz *.
CAPITULO VI.
¡Ufiere d Profeta tma vitio» que tuvo, m la
tual ojitlavmdA BtUfir pu le enviaba á
onuneuar oljmMo Judaico au atolamiento
por MI eitfa oMinaeion y dureta, ti bien
«na parte de tÜot itria pretervada como
limienU tonta.
EN d afio que murió el rey Uzzias •
Ti yo al úeflorl* sentado sobre un
brono alto y sublime •, y sus faldas hen-
chían el templo.
> Y encbna de él estaban Serafines :
^>^ uno tenia seis alas; con dos cu-
brian sus rostros, y con etrat dos on-
*"^ (US piés^, y con las otrat dos
volaban.
a Y d «no al ott» Aaim voocs dici-
endo: Santo, Santo, Santo Jehová de
loa ^drdtoav : toda la tienra tttá llena
de su aloria.
4 Y los qttieiales de las pvertas se es-
tremeoieron oon la vos del que clamaba,
y la casa se hbiohió de humo/.
6 Entonces dUe: Ay de nui que soy
muerto ; que siendo nombre inmundo
de labloa, y habitando en medio de pue-
blo que tiene laUoa inmundos, han visto
mis qjos al Kej, Jdiová de los ^érci-
tosf.
9 Y voló hAcia mí uno de los Serafines,
teniendo en su roano un carbón encen-
dido, tomado del altar con unas tena-
zas'^;
7 Y tocando oon él sobre mi boca d^o :
Hé aquí que esto tocó tus labios, v será
quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
8 Después de etio oí la voc del Sefior,
que deeia: ¿ A quién enviaré, y quién
nos irá ? Entonces respondí yo : Heme
aquí ; envíame á mí.
t Y dijo : Anda, y di 4 este pueblo :
oíd bien, y no entendáis ; ved por cierto^
mas no comprendáis •'.
10 Engruesa el corazón de aqueste pue-
bloy y agrtiva sus oidos, y ciega sus cijos ;
porque no vea con sus qjos, ni oiga oon
sus oídos, ni su corazón entienda, ni se
convierta, y Aflüyct pasa él sanidad.
11 Y yo ^e t (> HasU cuando, Selh» ?
Y respondió él : Hasta que las ciudades
estén asoladas, y sin morador, ni hom-
bre en las casM, y la tierra sea tomada
en desierto:
19 Hasta que Jehová hubiere echado
lejos los hombKs, j multipUeán en me*
dio de la tierra la desamparada.
18 Pues aun quedará en ella una dé-
cima parte, y volverá, bien que habrá
sido asolada : como el olmo, y como el
alcornoque, de los cuales en ú tala queda
el tronco, oti qutdará el tronoo de ella,
simiente santa.
CAPITULO VII.
Oentpiranáo él rep dt Itratl con d rey de
Btria eemtra Jtrutalem, envia Diot ei pro-
feta Itttiat á animar oí rty AeMt provu-
tiéndete tu dtfenia. Cfrete Dioe wiial en
eoNilniUKioM d» tal frometa, y rehtf«ala
AeMt «m hipoereiíá, Mat en «nbU de la
miteritordia de Dioe para eon la cata de
David « lado el ifhuro húmeme, et prtffe-
titado A neíeimievto de Críelo. Anúnetate
tamhieu la ruina del reiíM de lat ditt tri-
hue por Cm jMrioi.
ACONTECIÓ en los dias de Acbás,
. hijo de Jotham, hijo de Uzzias,
rey de Judá, que Rezin, rey de Siria,
y Peca, 14jo de Kemalias, rey de Israel,
subieron á Jerusalem para combatirla ;
mas no la pudieron tomar •.
2 Y vino la nueva á la casa de David,
diciendo como Siria se habla confederado
con Ephraim : y estremecidsele el cora-
zón, y el corazón de su pueblo, como se
estremecen los árboles del monte á causa
del viento.
8 Entonces dijo Jehová á Isaías : Sal
ahora al encuentro de AchiZi tii,y Sear-
jasub tu hüo, al cabo del conducto de la
Pesquera de arriba, en el camino de la
herólad del Lavadorb,
4 Y dile : Guarda, y repósate. No te-
mas, ni se etemezca tu corazón á causa
de estos dos oabos de tizón que humean,
et á taber, por el furor de la Ira de Kezin
y del Siró, y del h»o de Remallas.
6 Per haber acordado maligno consejo
contra tí el Siró con Ephraim, y con el
h\jo de Remallas, diciendo,
6 Vamos contra Judá, y le desperta-
remos, y le parUrémos entre nosotros, y
•Ap.4.8.
/Ap.U.8.
'AsclUa.
ALev.e.]9k
13.
yi&ia.
i Mat U. 14.
13.40.
Mk.88.
se.
Hedí
«aBsy.l&S.
»Cap.86b2.
A. e. dr. fia.
iBAiAfi, vm.
i.&dr.W
«SBe7.17.
flS.
Bal. 4. 3.
10.
4S&.90,a(lL
• Cftp, 88. 7.
aa.
/1?.17. 7.
9 Mié. 5. 3.
HM. 1. 28.
A2Bey.l5.
80.
]rlfi.9.
• 1 Bey. 12.
le.
I>2&e7.1«.
7,8.
Bt. 2». 19.
20.
o dattfrítia
áldnpoíOt
raUAIa
prta.
poBdréoMM-en macUo de ella aor xej al
hijo de Tabea!.
7 El Seftor Jehosá dice a>f : No sab-
sUtirá, ni será eao,
■8 Perqiae la cabexá de 8ixia terá Da-
masco, 7 la cabeza de Damasco Rexin :
j dentro de sesenta y oinco aik» Bohra-
im seB& quebnntado haata dt^ar de ter
pueblos.
B Entre tanto la cabeza de Bphcaim
«ni gamaria, y la cabeza de Sanarlael
hijo de Bemalias. fil vosotros no creye«
reis, de cierto no permaneceréis d,
10 T hábUS más Jehová á AoliAz di-
ciendo:
11 Pide para tí sellal« de Mbovék tu
Diotí demandándote en el profundo, <^
arrilÁi esi lo alto.
18 Y respondió Aehái : No pedirá, y
no tentará/ i JdMnri.
13 Dijo enténoés Uaiat: Oíd ahora,
casa de David: ¿ O» ca iwco el ser mo-
lestos 4 los hombres, aiiió que también
lo seáis á mi Dios ?
14 Por tanto el mismo Sefior os daiá
aefiaL Hé aqui que la virgen oonoebiiá,
y parir& hliof, j llamax& su nombre
IBIMANUEL.
15 Gomera mmteea v miel, hasta qoe
sepa desechar lo malo, y escoger lo
baeno.
16 Porque ¿ntes que á nlflo sepa dese-
char lo malo, y escoger lo bqcno. la ti-
erra que tú aborreces será dejada i de
sus dos reyes.
17 Y JehovA hatá Teñir sobre ti, y
sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu
padre, dias cuales nnnoa vinieron desde
el diaqne Ephraim se apartó de Judá* ;
et á aaber, al rey de Asirla.
18 Y acontecerá que aqu«l dia silbará
Jehová á la mosca que ntá en ri fin de
los dos de Egipto, y A la ab^a que ata
en la tierra de Astria :
19 Y Tendrán, y se asentarán todos en
los Talles desiertos, y en las oavemas de
las piedras, y en todos los zarzales, y en
todas las matas.
SO En aquel día raerá d SeBor con
navaja alquilada*, con los que habtían
de la otra parte del rio, á eaber, con el
rey de Asina, cabeza y pelos de los pies ;
y aun la barba también quitará.
81 Y acontecerá en aquel tiempo, que
crie un hombre una Taca, ^ doa ove-
ja»;
88 Y será que á causa de la abandanoia
de leche que darán, comerá manteca:
cierto manteca y miel comerá el que
quedare en medio de la tierra.
23 Acontecerá también en aquel ti-
empo, sucederá que el lugar donde ha-
bla mil Tides, que Tallan mtt tidoe de
plata, será para los espinos y cardos.
84 Oon saetas y arco irán lOIá ; porque
toda la tienra será espinos y cardos.
85 Y á todos los montes que se cavaban
oon azada, no libará allá el temor de
los espinos y de los cardos : mas serán
para pasto de bueyes, y para ser hollados
de los ganados.
CAPITULO VIH.
Dio» da ei Pn^Ha la eOal de la dtfmua
gromdida m d eap. precedente, ver. 14.
Amemcua á la$ diee tribus, de euya eala-
mUadaleanaaria parte áJudd, Mlauíeilio
f favor de IHoe eerá eon euatttoe U temen
f fotte» eu tí $u eomjíantaf mae d loe iw
eridtdoe i tíMalrae vendrám gramdee eo-
tamidade» f trOmlaeioHeM.
Y DIJOME JdMvá: TómateTmgnn
Toldmen, y escribe en él en estifo de
hombrea toeante á Maher-sálal-haas»
baal.
8 Y Junté oonmigo por testigos fieles A
Urias* saeaidflte, y A Zaearias, hQe de
Jeberachlas.
6 Y Júnteme eon la nroiSMlsa, la eoal
concibió, y parió un'hgo. Y djjoine J«-
hová : Ponte por nombre Maher-olal-
haaarbaz.
4 Porque antes qoe ti nlBo sepa dedr
PADRE Mío, y MADRE MIA,seiá
quitada lafiíerza de Damasco, y los des-
pojos de Semaiia «ertta en bt presencia
del rey de Asirla <u
5 Otra Ves tomó Jehová A hablanae
dicievido:
d Por cuanto desechó este pueblo lai
aguas de Siloe4,> que corren mansamen-
te, y holgóse con Rezin, y con éi hyode
Eenoalias;
7 Hé aqui, pos tanto, que d Miar
haoe subir sobre ellos aauas de rios in
petuoaas y muchas, m «i joAer, ai rey de
Asirla* con todo su poder; eleoal sú-
bita sobre todos iraa nos, y pasará sobie
todas sus riberas.
8 Y pasando iiasta Judá, inoadará, y
sobrepujará, y llagará hasta la gaiganu ;
y extendiendo sus alas llenará la asúehus
de tu tierra/, oh Immanwd;.
9 Y Juntaos, pueblos, y seráls qoe-
brantados : oíd todos los que s<^ de le-
janas tlecias: poneos á punto, y serjú
quebraatadoa; apctdbfaa, y scáws qae-
brantados.
10 Tomad oatts^, 7 será dcshecbo;
proferid palabra, y no será fieme : por-
que Dios con nosotros A.
11 ^ Porque Jehová me dijo de eita
manera oon mano fbeste, y ensefióoe
que no oaminMO por el nomina de este
pueblo, diciendo :
18 No digáis Ooi^axaoion á todas las
cosas á que este pwablo dice Ooajixra-
cioD ; ni temáis lo qne temen, ni tñgsis
miedo.
18 A Jehová de los ejércitos ', á él san-
tificad : tea él vuestro temer, y él seo
vuestro miedo ik.
14 Entonces él será por Santuario:
mas á las dos casas de Israel por {dedra
para tropezar, y por tropcnaocro para
caer/; por lazo y por red al morador de
Jcnisalem.
15 Y araohos tvopeaarán entre ellos, y
caerán, y sesán quebrantados*; can-
daaánae, 7 serán presos.
16 Ata el testimonio», sella la 1^ en-
tie' mis dlsoipulos.
17 Esperare pues á Jehová, el cual es-
eondió su rosúró» de la casa de Jacob;
y á él aguardaré.
18 He aqui Yo, 7 los hUos que me diój»
Jehová por señales y prodiglM en Israel^
de parte de Jehová de los ejércitos, qae
mora en el aoonte de Slon.
19 Y si os dUeren : Preguntad á ks
pytikones f , 7 á los adivinos que sasnrrsa
Mblando, retpimdedt ¿Ño oonsuUaiá
el pueblo á su Dios ? / ApeUuú por los
vivos á los muertos ?
80 A U ley y al testUnonio. Si no di-
jeren conforme A esto, e« porque no les
ha amanecido.
81 Y pasarán por el pofa fatigados y
hambrientos : y aoontaceiá que teniendo
hambre, se enojatáo, y maldecirán á su
rey y á su Diosr. Y levantando el rostro
enalto,
88 Y mirando A laltenra,hé aqúl tíStn-
ladOB y tiniebla, obseoxiaad y angastia:
y aexáa sumidos en las tinleUas.
83 Aunque no «erd teta ofaaeuridad tsl
la afliooioa que le vino en el ti-
IS.
«SRej.U.
y 11.».
JIM. tu
JUHlIi
'GspiMC
BeH6.l,t
empo que livianamente toeaioa la fi«
mera vez A la tierra de Za^loa, yate
tierra de Net>hitali«t v deapnca euaido
agrararon pñ la via de la mará d* «m
H.
íImUÍ
» 1-6 til
•o^Hl
• BiLf<^
Cdr.rtL
ISAUS,IZ,Z.
A. a dr. 741.
pine d«l Jordán, «n OalUéa de 1m
geatn*.
CAPITULO IX.
OoMHlff M pmMo i» f !mM« * te JfMa
OkM»J6.
■11.U
ib Im «Im JMT to «milla
MKiiMmloi jwrtowa, «olMrafaM Mvina^f
oJMo, vaticina «I iWM« / y npM» ai rMiw
íilmadladmMmaiuBimáttmmMf.
EL pueblo qiM andaba en tlniabla»
Tío gxan lux«: loa que moiabaB an^
tíexa da Kimbra da moarta, loa naplan-
dedótobncUoab.
i Awinantando la gila no «mnantaala
la alegría. AlagmáoM datante da tí
como M alagran an U liega, como ae
graan coando repartan deapóloa.
S Poniae td qnabraate ao peíado yogo,
5 la vaia da stt hombio, y at cedro da au
exactor, como en el día da Hadlan «.
4 Por4ue toda batalla da quien pelee
«f con eatmendo, y con vavoloanalanto
de Tettldoia en langre: maa ««fe MiA
pan quema, j pábulo drt fbago^.
fi Poarque un nlflo noa es naoldo «, l^jo
ao es dado : j el principado ca atmiado
wbie su hombiD. T llamaiAsc su nom-
hre Admirable/, Oonsagom» IMoa, Fu»
otey, Pedia eterno, Prüicipe de pac
8 Lo dilatado de «« imperio y la pas no
tendzia término, tentado sobre ri trono
de Datld*, y sobra su reino, dispon!*
endolo y confirmanddüo en Juicio y en
Justicia desde ahora para siempre. El
zelo de Jdiorá da los «¡JArcltoa havA
Mof.
7 Y El Sefkir cnvl^ palabra A Jacob, y
cayó en Israel.
8 Y fa sabrá el pueblo, todo A, Ephra-
im, y los moradores da Samaria, que con
loberUa y con altivea de ooiaxon dicen :
9 Los ladrillos cayeron, maa edificare-
mos de cantería; cortaron los cabrahi-
gos, mas cedros pendramos en su lugar.
10 Empero Jchofá ensalaará los ena-
mlgoi de Resin contra 41, y Juntará sus
enemigos.
11 De Oriente los Siros, t los PhiUs.
téos de poniente j y con toda la boca se
tncaiin á Israel. Ni con todo eao ca-
tan n furor, antea todavía su mano
extendida*.
18 Mas el pneUo no se couTirtió al que
lo heria, ni buscaron á Jdiová da los
Qárcitos.
13 T JehoTá cottaxá de Israel eahesa
7 cola, ramo y cafta en un mismo dia.
14 El Ti^o y veneraUa de rostro «« la
eabeía : el ptófiett que ensefia mentira,
este ««cola.
15 Porque los gobernadores de este
pueblo son engafMdorea; y sus gober-
nados, perdidos.
16 Por tanto el SeBor no tomará con-
tentamiento en sus mancebos, ni de sus
boárfuMM T viudas tendrá miserioordia :
porgue todos son Alsos. y malignos, y
toda boca habla dc^propOaitoa. Con todo
esto no eesná sa furor, antes todavía su
niano extendida.
17 Poique la maldad ae encendi<$ como
<«ego: cardos y espinas devorará, y en-
cnderáie en lo espeso da la hteb^, y
Kián aliados como numo.
18 Por la ira de Jehová de los jeitos
*• obscureció' la tienra, y seiá el pueblo
0^0 pábulo del fhege : A hoaabre no
tendrá piedad de su hermano.
19 Coda «no hurtará á la mano dere-
™»> y tendía hambre; y oonaerá á la
uqnicrda, y no se hartará: cada cual
^oinetá la cama de su braza*:
10 Maaaasé á Ephrain, y EJphraim á
Manassé, y entrambos contra Judá. Ni
^ todo esto oesaiá su ftiror, antes to-
davía «iterA citamUda su mano «.
CAPITULO X.
^■MiMsa Di'ot
■«iMsa DiM Bor m presta á Im Hramo»
mmgUtraáútdtwmptMo tmUvtmUaád
ny i» BtMouia^ y fi^díim U étttrmeeUM
vndum i» «ite jwr «m UmHuketa^m orfmUo.
Vttietmm tambün fM ia$ ntíqmuu <<• i*.
ra«l a« coiiMrMrdi» im día, y «otuMla ai
mmWo «» gaural «m la_pr»SMM da «m
Diat Ih ««ayorta <U BaíOmi»,
UrUaria d$ tm eaatívario.
, y Ih b-
I A f de loa que eatableocn leyes hi-
XI. Justas «, y detamünando prescri-
ban tiranía,
8 Por apartar del inicio á los pobres, y
por quitar el derecho á los afligidos die
mi pueblo; por deapciJar las viudas, y
robar los huMftnos !
8 ¿ Y qué harüs en el dia de U visita-
donk ? ¿ Y á quién os acogeréis que os
ayude, cuando viniere de uyos el asola-
miento ? ¿ Y en dénde delarAs vuestra
giniia?
4 Sin mí se inclinarán cutre los presos,
y entra loa muertos caerán. Ni con todo
eso cesará su fbror, antas todavía utará
extendida su mano «.
6 5 Oh Asaur, vara y bastón de mi
furor if ! en su mano he pueeto mi ira.
6 MandarOe contra una gente femen-
tida, y sobre el pueblo de nd ira le en-
viaré, para que quite despojos, y arrebate
Íresa, y que lo ponga á ser ImÍIÍhIo como
ido d» las calla*.
7 Aunaue él no lo pensará asi, ni su
ooranm lo imaginará de esta manera/;
sino que su pensamiento será deaamigar
y cortar gentes no pocas.
8 Porque él dirá : Mis ptíncipaa ¿ no
«o« todos reyes ?
9 ¿ No «•' CalnoA como Oarefaémisi,
Armad como Arphat» y Samarla como
Damasco*?
10 Como halló mi mano los reinos de
los ídolos, «<<imIo sus imágenes maa que
Jerusalem y Samaria;
II Como hice á Samarla y á sus Ídolos,
¿ no haré también así á Jerusalem, y á
sus ídolos ?
18 Mas acontecerá, que después qiw el
S^or huUere acabado toda su obra en
el monte de Sien, y en Jerusalem, visi-
taré sobre el fhito de la soberbia del co-
rasen del rey de Asirla, y sobre la gloria
de la altivez de sus ojos,
18 Porque ¿Uio: Con la fortaleza de
mi aoano lo he hecho; y con mi sabidu-
ría, porque he sido prudente: y quHé
los términos de los pueblos, y saqueé sus
tesoros, y derribé como valiente los que
estaban sentados :
14 Y halló mi mane como nido las ri-
quezas de los pueblos : y como m cogen
los huevos dejados, 4«i me apodere yo
de toda la tierra, y no hubo quien movi-
ese ala, ó abriese boca y graznase.
15 i Gloriaráse el hacha, contra el que
con ella corta ? Se ensorliebeoerá la sl-^
erra contra el que la mueve ? Como si
él bordón se levantase contra los que lo
levantan ; como si se levantase- la vara.
^ No e« leiVo ?
1« Por tanto el Scfior Jehová de los
ejércitos enviará flaiyueía sobre sus gor-
dos i y debajo d» su gloria encenderá en-
cendimiento, como ardor de fiiego.
17 Y la luz de Israel será por niego, y
su Santo por llama que abrase y consu-
ma en un dia sus cardos y sus espinas.
18 La gloria de su bosque y de su
campo wrtil oensumixá. desde «1 alma
haste la carne: y vendía á ser como
abanderado en derrote.
19 Y los árboles que quedaren en su
bosque serán tan en corlo nümert^ que
un nük> los pueda contar.
Dd
•Bal. 94. 90.
Jar. 8. 8.
»Job8L14.
« Cap. c. as.
y9.U.».
'Cap. 87.98.
/MicálS.
9 S Bey. 18L
8S.
yl9.I3.18.
* Amos 6. a.
f2Cr.85.90.
i 9 Bey. 18.9.
A. C. dr. 788.
ISAÍAS, XI, XII, ZIII.
A.CeIr.ni
J2Cr.a8.aO.
«06.14.8.
o Gap. 65.
8.9>
«C»p.28.22.
PDA.ll.3e.
9 (hV- 9. 8.
J«e«. 7. 2S.
•- Sal. 2. &
Cap. 14. 25.
* Jer. 31. 16.
1 1 Sa. 11. 4.
«lSa.Zl.1.
«BS.81.S.
"Cap. 58. &
» Heofa. 13.
28.
Ap. 22. 18.
« Jnan 1.8S.
il Sal. 73. 2.4.
Ap. 19. 11.
• Ap. 2. 16.
rl9.I8.
/8Te.2. 8.
'116.14.
ACap. 66.35.
Ot.2Ll8.
20 ^ Y acontecerá en aauel tiempo,
que loa que hubieren quedado de Israel,
y los que hubieren quedado de U caaa
de Jacob, nunca mas estriben sobre el
que los hirió ( ; sino que se apoyarán oon
▼erdad en JehoTá» Santo de Israri.
f 1 Las reliquias se eonvertíráa, las re-
liquias de Jacob », al Dios fuerte.
S2 Porque si tu pueblo, oh Israel, fti-
ere como las arenas de la mar, las reli-
quias de él se oonrertirán. La dettmc>
don acordada rebosará en justicia.
88 Pues el Setkor Jehová de los «((érei-
tos hará consumación j fenecimiento en
medlo.de toda la tierra •.
24 Por tanto el Setkor Jdiová de los
^ércitos dice así : Pueblo mió, morador
de Sion, no temas de Asmtr. Con Tara
te herirá, 7 contra tí alxará su palo á la
manera de Egipto :
85 Mas de aquí á muy poco tiempo se
acabará el furor j» y mi enojo, para fene-
cimiento de ellos.
S6 Y levantará Jehorá de los ejércitos
azote contra él, cual la matanza de Ma-
dlan en la pefia de Oreb 7 : y alzará su
vara sobre la mar, aegun áúo por la ña
del^pto.
97 X acaecerá en aquel tiempo, que su
carga será quitada de tu hombro, y su
yugo de tu cerviz; y el yugo se empo-
drecerá delante de la unción r.
88 ^ Vino hasta Ajad ; pasó hasta Mi-
gron : en Mlchmas contará su qjéreito.
99 Pasaron el vado ; alojaron en Geba :
Rama tembló', Oabaa to'de Saúl * huyó.
80 Grita en alu voz, h^ja de Oalim :
haz que se oiga hada Lais, pobreeitla
Anathoth.
81 Madmena se alborotó ; los morado-
res de Gebim se juntarán.
38 Aun vendrá dia cuando reposará
en Nob * : alzará su mano al monte
de la h^a de 8ion, al collado de Je-
rusalem.
88 Hé aquí el Sefior Jehová de los
^érdtos desgajará el ramo con forta-
leza: y los de grande altura serán cor-
tados, y los altos serán humillados.
84 Y cortará con hierro la espesura del
bosque, y el Líbano « caoá con forta-
leza.
CAPITULO XL
Pn^eKta ¡a venida dd Metía», y gkrioM»
^eeU» i» «M reino, d eual eerá propagado
eeitre la genUe, y la reetoMroeion áupÚMo
de Itrael. ^
Y SALDRÁ una vara« del tronco
de Isaifc, y un vastago retoñará de
sus raices :
8 Y reposará sobre él el Espíritu de
Jehová c; espíritu de sabiduría y de In-
teligencia, espíritu de consejo y de for-
taleza, espíritu de conodmiento y de
temor de Jehová.
8 Y haráte entender diligente en él te-
mor de Jehová. No juzgará según la
vista de sus oijos, ni argfiírá por lo que
oyeren sus oidos ;
4 Sino que juzgará oon justicia á los
pobres, y argühá con equidad por los
mansos de la tierra ^f: y herirá la tierra
oon la vara de su booa«, y oon el espüttu
de sus labios matará al impío/.
5 Y será la justíoia dnto de sus lomos,
y la fé oefUdor de sus rifiones».
6 Morará el lobo con el cordero, y el
tigre con el cnbrito se acostará *: el be»
cerro, y el león, y la bestia doméstica
andarán juntos, y un nlBo los pasto-
reará.
7 La vaca y la osa pacerán ; sus orlas
se echarán juntas : y d león, como el
bnev, comerá p^la.
8 Y d niflo de teta ae entretendrá
sobre la eoeva. dd áspid, y d reden
destetado extenderá su mano sobR la
caverna del basilisco.
9 No harán mal, ni dafiaián en todo
mi santo monte : porqne la tiorta tai
llena del conocimiento de Jehová, como
cubren la mar las aguas '.
10 ^ Y acontecen en aqud tiempo,
que la rdz de Isd*, la cud estará fu-
tata por pendón á los pueblos, sefá bas-
cada de las gentes : y su holgmza leiá
gloria /.
11 Admismo acontecerá en aquel ti-
empo, que Jehová tomará á poner otra
vez su mano, para poseer las veliqdas
de su pueblo que füexon ddadas de
Assur, y de Egipto, y de Parthia, y de
Etiopia, y de Perda, y de Caldea, ; de
Hamath, y de las Islas de la mar.
18 Y levantará pendón á las scntet",
y juntará los dcstenrados de Israel, 7
reunirá los esparcidos de Judá" de Io«
cuatro cantones de la tierra.
18 Y se disipará la envidia de Ephidoi,
y los enemigos de Jndá s«rán talados.
Ephralm no tendrá envidia contra Jndá,
ni Judá afligirá á Bphrdm.
14 Mas voianán soore los hombros de
los Philistéos d Occidente; metoia
también á saco á los de Oriente : Edoin
y Moab les serriián, y los l^jos de Am-
mon les darán obedleneia.
15 Y secará Jehová la lengua de Is
mar de Egipto; y levantará su msno
con fortaleza de su espíritu sobre el rio*,
y herirálo en nte siete brazos, y hará que
pasen por él con zapatos.
16 Y^ habrá camino para las reliqniss
de su pueblo, las que quedaron de As-
sur, de la manera que lo hubo pan
Israel el dia que subió de la tierra de
Egipto/>.
CAPITULO XII.
Dedarad Pritfda qaeel pnMú ét Die»,UeM
de regoei/o y eonJUmaa, doboHa y «mbí-
taria d nomhre dd Sehor por haberíee re-
dimido y eoneolad»,
Y DI RAS en aquel dia«: Cantaré á
tí, oh Jehová: pues mmque te eno-
jaste contra mí, ta niror se apartó, y me
has consolado b.
8 Hé aquí Dioa « sdnd mia : aaqpira-
reme, y no temeré ; porque mi ííntdeza
y mi canción e« JAH Jehová d cnd ha
sido sdvid para mí«.
8 Sacaren aguas con gozo de las fn-
entes de la saluda;
4 Y diréis en aquel dia: Cantad á Je-
hová, aclamad su nombre, haced céle-
bres en los pueblos* sus olñaa, recordad
cómo su nombre es engrandecido.
5 Cantad Salmos á Jehová, poraue ha
hecho oosas magníficas/ : «ea sabido esto
por toda la tierra.
6 Regocíjate y cantay, oh mondoia
de Slon ; porque grande «• en medio de
tí el Santo de Israel*.
CAPITULO XIIL
Prijfetáum 'la dédmeetom df BoMonfa y *
tu monarquía por lee Medóe y Pena».
CARGA de Babilonia •, que vkS Isaías,
hijo de Anaos.
8 Levantad bandera sobre un dto
monte ; dzad la voz á ellos, dsad la
mano pera que entren por puertas de
príncipes.
8 Yo mandé á mis santificados, asi-
mismo llamé á mía valientes para mi
ira, á los que se alegran oon mi gUoia.
4 Murmullo de multitud nteacen lo*
montea, como de mucho pueble; mor
mullo de ruido de reinos, de gsnta
reunidas: Jdiov* de los ^áraitoc ar<
dena laa tropea de la bataUa.
fSilLSll
itít.m.
ISAÍAS, nv.
A. C. dr. TU.
6 VIeaen de kjana tiem, de lo peí.
trero de loe eleloe» Jeh<rv4 v lee inetru-
uentoe de su ftaxor, paxs destxuix toda
Utiem.
9 Añilad» ponrae eetea est& el dia de
JeboTá^: «ndn come aeotemiento del
todopoderao.
7 Por tanto ae enenrairán todee laa
minos, j desleltáae todo eonuon de
bombre,
8 T se Uencrtn de tetror : angustias y
dolores los eomprender&n ; tendrán do-
lores eomo nnrier de parto : pasnuuráse
cada cual al mirar á su compañero: sus
(ostros eomo rostros de llamas.
9 Hé aquí el dia de Jehorá vioie «, dia
erado, j de safie, j ardor de ira, para
tornar la tierra en soledad, ; raer de ella
BUS pecadores.
10 Por lo cuál las estrellas de los deloe
3 sus luceros no denmunarán su lumbre :
d sol se obscureeerfr en naciendo, j la
luna no ecbará su resplandor <
11 Y Tiiitaié la maldad sobre el mun-
do, T sobre loe impíos su Inlauldad : j
haré que cese la arrogancia de loe ao>
berblos, ; abaüré* la altivea de los
Alertes.
IS Haré mas precioso que el oro fino
al Taron, j mas que d oío de Ophir al
bombre.
18 Porque haré estremecer loe eleloe/,
7 la tierra se moverá de su lugar en la
indierudon de JébovA de los ^ercitos, y
cu el dia de la ira de su furor.
14 Y ser^ como corza amontada, y co-
no oT^a sin pastor : cada cual mirará
hacia su pueblo, y cada uno buixá á su
tierra í.
15 Cualquiera que fuere bailado, scfá
alanceado : y cualquiera que á ello» se
juntare, caerá á cucbillo.
16 Sus nifios serán estrellados delante
de ellos* ; stu casas serán saqueadas, y
forzadas sus mujeres.
17 BA aqni que yo despierto contra
ellos á los Meaos •', que im ouraxán de
la plata, ni codiciaran oro.
18 Y «on arcos tirarán á loe niikM ; y
no tendrán misericordia de fruto de vi.
entre, ni su qjo perdonará á bijos.
19 Y Babilonia, bermosura de reinos,
y ornamento de la grandeza de los Cal-
déos, soá como Sodoma y Gomorra, á
las que trastornó Dios *.
SO Nunca mas será habitada, ni se
morará en eOa de generación en genera-
clon': xd hincara allí tienda el Árabe,
ni pastores tendrán alU ntugada.
91 Sino que dormirán allí bestias fie-
rUf y sus casas se llenazán de hurones :
allí habitarán hüas del buho, y allí sal-
tarán pebuios.
9S Y en sus palacios gritarán gatos
cervales, y dragones en sus casas de
deleite: y abocado está á venir su ti-
empo, y sus dias no se alargarán.
CAPITULO XIV.
MlHrieordta qu$ Diot ttmdrá <k «m jnmUo, oí
9«« hará volvar A m tierra, Oaneion M
ftuUo de Dto§ «obr« ta nina dt BabOonia,
eobre m aoberbia }r {framátea abaHda. Amt-
naen tattra la PaiíeUna,
PORQUE Jdiová tendrá piedad de
Jacob, y todavía escocerá a Israel a,
y los hará reposar en su tierra : y á ellos
se unD^ extrai^eros, y allegaránse á la
l^ilia de Jacob.
t Y los tomarán los puebloa, y traerán-
las á eu lugar b : y la casa de Israel los
poseetá por siervos y edadas en la tierra
de Jebová: y oautivnán á los que los
cautivaron, y seBoreazán á los que los
oprimieron.
• T será en d dia que Jebera te diere
reposo de tu trabi^o, y de tu temor, y
de la dura servidumbrá en que te hici-
eron servir,
4 Que levantarás esta parábola aobie
el rey de Babilonia, y dirás: ¿Cómo
Saró el exactor, cómo cesó la eitidad co-
iciosa del oro ?
6 Quebrantó Jehová el bastón de los
impíos, el cetro de los se&ores ;
0 Al que con ira hería los pueblos de
llaga permanente, el oual se ensefioreaba
de las gentes con ftuor : no deAndió al
perseguido.
7 Descansó, sosegó toda la tierra ; can-
taron alabanza.
8 Aun las havas se holgaron de ti, y
los cedros del Líbano «, duiendo : Deáde
que tü pereciste, no ha subido oortador
contra nosotros.
9 El infierno ab^o se espantó de tí' :
te despertó muertos que en tu venida
saliesen á recibirte, hico levantar de sus
sillas todos los príncipes de la tierra, á
todos los reyes de las naciones.
10 Todos ellos darán voces, y te dirán :
¿ Tú también enfiermaste eomo nosotros,
y eomo nosotros Aliste ?
11 Descendió al sepulcro tu soberbia, y
d sonido de tos vihuelas: gusanos serán
tu cama, y gusanos te cubrirán.
18 ¿ Oómo caíste del cielo, oh lucero
hijo de la truhana ? Cortado fliiste por
tierra, ttl que debUitabes las gentes,
13 Tú que deeias en tu corazón : Su-
biré al cielo, en lo alto Junto á las es-
trellas de Dios* ensalzaré mi solio ; y en
el monte del testimonio me sentañS, á
los lados dd Aquilón/:
14 Sobre las alturas de las irabes su-
biré, y seré semejante al Altísimo 9.
15 Mas tü deiritiado eres en el sepul-
cro A, á los lados de la huesa.
16 Indinarse han hada tí los que te
vieren, y te considerarán diciendo: ¿ Es
este aqud varón que hacia temblar la
tierra, que trastonuba los rdnos ;
17 Que puso d mundo como un desi-
erto, que asoló sus ciudades ; que á sus
presos nunca abrió la cárcel ?
18 Todos los reyes de las gentes, todos
ellos yacen oon honra cada uno en su
19 Mas tii echado eres de tu sepulcro
como tronco abominable, como vestido
de muertos pesados á cuchillo, que des-
cendieron al fbndo de la sepultura ; co-
mo cuerpo muerto hollado.
90 No serás contado con ellos en la
sepultura; porque tü destruíste tierra,
mataste tu pueblo. No será nombrada
para siempre la simiente de los ma-
lignos'.
91 Apardad sus h^os para d matadero
por la mdidad de sus padres^: no se le-
vanten, ni posean la tierra, é hinchan la
haz dd mundo de dudades.
92 Porque yo me levantaré sobra ellos,
dice Jehová de los e)érdtos, y raeré de
Babilonia el nombre, y las rdiquiaa,
hUo, y nieto, dice Jehová.
23 Y convertíréla en posedon de erixos,
y en lagunas de aguas: y la barreré con
escoba de destrncdon, dice Jehová de
los ejércitos.
94 Y Jehová de los qérdtos Juró di-
dendo: Si no se hidere de la manera
que lo he pensado ; y d no será confir-
mado como lo he determinado :
96 Que quebrantaré al Asirlo en mi
tierra, y en mis montes lo hollaré : y su
yugo será apartado de ellos, y su caiga
será quitada de su hombro <.
90 ¿ate ee aqud consejo que está acor-
dado sobre toda la tlem : y esta at aque-
lla mano extendida sobre todas las gentes.
^ Dá~a
• Es. 81. 16.
rf Bs. 89. SI.
•DBa.8.ia
/8d.4&9.
'8TS.X4.
&]Iat.U.9S.
Oobl8.I9.
Bd.87.98.
AXz.90.ft.
/a9.M.S7.
A. o. dr. ni.
ISAÍAS, XV, XVI, XVIL
i.&di.n(>
'■2Gr.ao.e.
Job as. 18.
Pro. 81. 80.
])«n. 4. 85.
»2EeT.16.
ao.
o a Cr. 88. 6.
J>aB«y.l8.8.
«8aL60.
y 83. 7.
7lO«.9.
•-S«l.lQa.M.
« Jar. 48. 1,
etc.
Bi. 85. 8,
U.
AmotS.
1,8.
6c«p.ie.u.
• J«r. 4& 5,
SI.
d 8 Bey. 17.
85.
97 Poique JdiOTá de los ejéroito* lo
ha dcteraiiiiaido ; ¿ y quién lo invalida-
!&"•? Y aquella su mano extendida,
¿ quién la huá tomar ?
88 5 En el afio que murió el rey AohAz
flié esta carga ».
89 No te alegce» tú, Philistéa toda, por
haberse quemado la vara áei que te De-
rla o; porque de la raíz de la culebra
sald» oasiliMo, y su finito cerastes vo-
lador j)<
80 Y los primogénitos de loa pobres
serán apacentados, y los menesterosos
se acostaiAn s^uramente : mas yo haré
morir de hambre tu raíz, y él matará
tus teliquiaa.
31 Aiilla, oh puerta; olama, oh du.
dad; dlsjidta e$iá9 toda td, Fhilistéaf:
porque humo Tendrá de Aquilón; no
quedará uno solo en sus asambleas.
3a ¿Y qué se responderá á los men-
aageros de U gentiUdad ? Que JéhoTá
Ímá6 á Sion r, y que á ella se acogerán
los afligidos de su pueblo.
CAPITULO XV.
Proftíifa la destrucción dé Moab.
CARGA de Moab «. Cierto, de noche
filé destruida Ar-Moab, filé puesta
en silencio : cierto, de noche fiíe destru-
ida Kir Moab, reducida á silencio.
9 Subió á Bayth y á Dibon, lugares
altos, á llorar: sobre Nebo y sobre Me-
deba aullará Moab : toda cabeza de ella
se mesará, y toda barba será raída.
3 Geñlr&nse de sacos en sus plazas : en
sus terrados y en sus calles aullara to-
dos, descendiendo en llanto.
4 Hesbon y Bleale gritarán : hasta Ja-
bas se oirá su toz : por lo que aullara
los armados de Moab; lamentaráae d
alma de cada uno de por si.
6 Mi corazón dará gritos por Moab A:
sus fugitiTos huirán hasta Zoar, novilla
de tres años. Por la cuesta de Luhiüi
subirán llorando, y levantarán grito de
quebrantamiento por el camino de Ho-
rooaim«.
6 Las aguas de Nimrlm serán consu-
midas; y secaráse la yerba, marchita-
ránse los retoños, todo verdor perecerá.
7 Por tanto las riquezas que habrán
adquirido, y las que habrán reservado,
llevaiánlas al torrente de los sauces.
8 Porque el llanto rodeó los términos
de Moab ; hasta Eglaim llegó su alarido,
y hasta Beerelim su clamor.
0 Y las aguas de Dimon se henchirán
de sangre : porque yo pondré sobre Di-
mon ajoadiduras, leones*' á los que es-
caparen de Moab, y á las rdiquias de
la tierra.
CAPITULO XVI.
ProetüuUndo en la teUneta contra Moab,
dedara las eatuae de lOa, qne $on tNJkw-
flionúiod para eon Im afigtdoe del pueHo
de Dtoe, «oberMa y arroganeia,
ENVIAD cordero al ensefioreador de
la tierra desde la Piedra del desierto
al monte de la h|}a de Sion.
8 Y será que cual ave eqiantada, que se
buje de su nido, aei serán las hijas de
Moab en los vados de Amen.
8 Reúne cons«tjo, haz Juicio, pon tu
sombra en medio del dia como la noche ;
eaeonile los desterrados, no entregues á
los que andan errantes.
4 Moren contigo mis desterrados, oh
Moab : seles escondedero de la prairáoia
del destruidor; porque el atormentador
fenecerá, el destruidor tendrá fin, el ho-
lladoT seíá consumido de sobre la tierra.
5 T dispondráse trono en misericordia ;
y sobre el se sentará firmemente, en Á
tabernáculo de David, quien Juzgue y
busque el juicio, y apresure la jiu-
tícias.
6 Oido hemos la soberbia de Moab,
por extremo soberbio; de su sobertiia,
y su arrogancia, y su altivez : mas nu
mentiras no serto firmes h.
7 Por tanto aullará Moab, todo ¿1 añ-
ilará : gemiréis por los fundamentos de
Kir-Hareseth«, empero heridos.
8 Porque los campos de Hesbon fiíenm
talados.y las vides de Sibma: señores de
gentes hollaron sus gtneroeoe sarmientos,
Sue habian llegado hasta Jazer, y estén-
idose por el desierto : eztendiénmse sus
twblee plantas, pasaron la mar.
O Por lo cual lamentaré con non de
Jazer la viña de Sibma *<: embriagarte
he de mis lágrimas, oh Hesbon y Eleale;
porque sobre tus cosechas y sobre ta si-
ega caerá la algazara.
10 Quitado es ri gozo y la alegría del
campo fértil : en Iw viñas no cantarán,
ni se regocijarán : no pisará vino en ios
lagares el pisador : la canción be hecho
cesar.
U Por tanto mis entrañas sonarin co-
mo harpa acerca de Moab, y mi interior
en orden á Kir-Hareseth.
18 Y acaecerá, que cuando Jíoab pa-
reciere que está cansado sobre los altos*,
entonces vendrá á su santuario á orar, j
no podrá.
13 Esta ee la palabra que pronunció
Jehová sobre Moab desde aquel tiempo.
14 Empero ahora Jehová ha hablado
diciendo: Dentro de tres años, como
aiVos de mozo de soldada/, será abatida
la gloria de Moab con toda eu multitud,
aunque grande ; y los residuos serán po-
cds, pequeños, y no fuertes.
CAPITULO XVIL
Contra Davuseo, en cuya Uya W reino de las
dies trihue tenia toda su conjtansa. Oon e^s
motivo vuelve d las amenatae de la aseiUf
eion de las diee tribus. Venida és aenaóUrib
sobre Jerusaiem, y eu huida.
CAROA de Damasco'. Hé aquí qne
Damasco d^ó de ser ciudad^, y séii
montón de ruina.
2 Las ciudades de Aroer desampara-
das, en majadas se tomarán; gamadoe
dormirán allí, y no habrá quien loe es-
pante.
8 Y cesará el socorro de Ephraim, y el
reino de Damasco : y lo que quedare de
Siria, será como la gloria de los h^os de
Israel, dice Jehová de los c;]éicitos.
4 ^ Y será, que en aquel tiempo U
gloria de Jacob ae atenuará, y enflaque-
ceráae la grosura de su carne.
6 Y será como cuando el segador coge
la mies, y con su brazo siega las espigas:
será también como el que coge ttpgu
en el valle de Rephaim.
8 Y quedarán en él rebuscos; como
cuando sacuden el acdtnno, que quedan
atii dos ó tres granos en la punta dd
ramo, cuatro ó cinco en sus ramas firue-
tífisras e, dice Jehová Dios de Israd.
7 En aquel diá mirará el bombee á
su Hacedor, y sus qjos contemplaián al
Santo de Israd.
8 Y no mirará á los altares qne faid-
eron sus manos, ni mirará á lo que hi-
cieron sus dedos, ni 4 los bosques, ni á
las imágenes dd sol.
9 En aquel dia las ciudades de su fiír-
taleza serán como los frutos que quedan
en los pimpollofl v en las ramas, la*
cuales fueron dejadas 4 causa de los hi-
jos de Israel : y habrá asolamiento.
10 Porque te olvidaste del Dioa de tn
salud, y no te acordaste de la roea^ de
V.
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ISAÍAS, XVni, XIX
A. a dr. T«L
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»1aiituás planta*
■amaianto es-
ta nwtalcaay pov tanto
tnño.
11 El dia apa laa plantara, las haiAs
encer, 5 hana que ta rimlcnta brota da
mifiaaa; moa la coMcha será anrabatada
en el dia del coger, j M dolor dctet-
(Mndo.
IS <| Av ! Mnltltnd da mucho* paa-
Uw qne haiáa ruido oomo eatmendo de
1* mar { j murmollo de naoione* har&
albonto oomo murmurio de mucha*
18 Lo* pnébloe harán estrépito &
nett de ruido de grande* aguas > mas
Dio* 1* remndeiA«i y hnlxi b^Ím ; *ci4
shajfentKw oomo d tamo de lo* montes
ddñte del tiento, j como el oardo de-
lante del torbellino/.
14 Al tiempo de la tarde hé aquí tur-
badoa; y Antes de la mafiana ya no
máf. Esta es la paite de lo* que nos
huellan, y la suerto de los que nos *a-
^veuL
CAPITULO XVIII.
Im mmmijtroa dt «im nmeio», 91W d Ptof^a
no •omSra, m« invü€iáo$ á ir Imégo á otro
heOaim y dbaHda, «■!• uomibn tmm>óco
yarwie y «MMrMa.
HA de la tierra que haoe sombra oon
las alas, qne ettá tras le* rio* de
Btianla«j
S Que enTia mensajero* por la mar.
y en navios de Junoo sobre las aguas I
Andad, ligeros mensiOcM, i la oento
tirada y repelada, al pueblo asombroso
desde sn principio, y después; gente
baita de esperar, y hollada, ouya Uerra
destruyeron loe ríos.
8 Vo$atro$ todo* los moradoras del mun-
do, y habitantes de la tierra, cuando le-
'nútaxA bandera en los montes^, la ve-
ías • y oiréi* cuando tooará trompeta.
4 Porque JdiovA med^asit Reposa-
láne, y mirará desde mi morada, como
Md clsiro después de la lluvia, y oomo
nabe cargada de rooio en el ealor de la
6 Porque Ante* de Is siAga, cuando el
frvto fuere per&oto, y pasada la flor
Aieren madurando los Autos, entánoes
podará con podaderas los ramitos, y cor-
tará j quitará las rama*.
6 Y serán deiados todos á las ates de
lo* mentes, y á las bestias de la tiemt
•obie dios tendrán el verano les ave*, é
iavemaián toda* la* bestias de la tierra.
7 Sa aquel tiempo será traído Presente
á Jeliová de los s{iércitos por el pueblo
tindo y repelado, pueblo asombroso des-
de itt prindpio y después, gente harta
de «spctar, y hollada, cuya tierra des-
truyeron los rios, d lugar dd nombre
de Jdiová de los tjéniU», d monte de
CAPITULO XIX.
PnfMm «Mtra Mg(pta, H btm «o« la pr^
SHM dt ftu Dio» lo temará IrayiwMb d
vanladiro tanoHmimito, tn mjK> Mfodo Jo
Hfsni een lo» MtnMf Atirió» «m datei I*
hoMa afligido.
CARGA de Egipto». Hé aquí que
Jdiová monta sobre una ligera nu-
beb, y entunrá en Egipto; y lo* ídolo*
de Egipto se moverán ddante de él«, y
dealeiiáse d corazón de lo* Egipdo* en
iBedio de dio*.
S T revolveré Egipcio* contra Egipcio*,
y ceda uno peieaúra contra su hermano.
yda uno contra tu prójimo; ciudad
MBtra dudad, y rdno contra rdno.
Jj Y d c^irlto de Egipto m deavane-
oará en medio de ál, y destruiré su con-
loo: y pregunten á sus imágenes, á
á sus pythoMs, y A sus
adlvlnoé<
4 T entregaré á Egipto en mano* de
sefior duro ; y rey violento se enscAore-
ará de ello*«, dice el Sefior Jehová de
losdérclto*.
6 T las aguas de la mar fkltarán, y el
rio se agotüá y secará.
6 Y ddazánse lo* rio* ; se agotarán y
secarán la* corriente* de lo* foso* : la
oaftak y d oarriao serán eortados.
7 lÁa verduras de junto al rio, de
Junto á la ribera del rio, y toda semen-
tera dd rio, se secarán, se pesderán, y
no serán.
8 Lo* pescadores también se entris-
teoerán; y harán dudo todoa los que
eohan anzuelo en d rio, y desfUleccnn
lo* que estienden red sobre las aguas.
O hoa que labran lino fino, y lo* que
tiijen rede*, serán conflindidoc.
10 Porque todas sus redes serán rotas:
y se entristecerán todo* los que hacen
viveros para peoes.
11 Ciertamente mm necios los prindpe*
de Zoan/; d con*^ de los prudentes
constaros de Pharaon se ha desvane-
ddo. ¿ Cómo diréis A Pharaon : Yo «oy
hyo de los sabio*, é h^o de loa reyes
antiguos?
IS ¿ Dénde están ahora aquellos tus
prudentes? Digante ahora, ó hágante
salier que es lo que JehovA de lo* ^)ér-
dtos ha determinado sobre Egipto.
18 Hanse desvaneddo los principes de
Zoan, se han engafiado los principes de
Nophf ; enga&non A Egipto las esqid-
ñas de sus flunilias.
14 JehovA mezcló espíritu de vahído
en medio de élA: é nlderon errar A
Egipto en toda su obra, oomo desattna
d borracho en su vómito.
15 Y no aprovechará A Egipto cosa aue
haga la cabeza é la cola<, d ramo o el
Junoo.
10 En aquel día serán los Egipeios
oomo mujeres * : porque se atombrarán
y temerán en la piesenda de la mano
dto de Jehová de los ejérdtos, que &
ha de levantar sobre ellos.
17 Y la tierra de Jndá será de espanto
A Egipto : todo homtee que de ella se
acordare, se asombrará por causa dd
consejo que JehovA de lo* ejército* aoor-
dó sobre aqueL
18 En aquel tiempo habrA cinco dn-
dadca en la tierra de Egipto que hablen
la lengua de Oanaan, y que Juren por
JdiovA de los ejércitos : una serA lla-
mada la dudad Hcxez |.
19 En aquel tiempo habrA altar para
JdiovA en medio de la tierra de Egipto ;
y el troféo de JehovA Junto A su tér-
mino.
SO Y serA por sefiaW y por testimonio A
Jehová de los ctJérdtos en la tierra de
Egipto: porque á JehovA clamarán á
causa de sus opresores, y él le* enviará
sdvador v prindpe que lo* libre.
81 Y Jdiová sen conocido de Egipto,
y lo* de Egipto conocerán á Jehová en
aqud dia : y harán sacrifido y oblad-
oum; y húán votos A JehovA, y lo»
cumplirAn.
83 Y hefirA JehovA A Egipto; U he-
rirá, y sanará: y se oon vertirán A Je-
hovA, y les serA clemente, y los sanará.
88 En aquel tiempo había una calzada
de Egipto á Asirla « ; y Asirlos entrar An
OB I^pto, y Egipcio* en Asirla, y los
servirfiá con lo* Asirios á J«-
é cap. & 19.
y4f 13.
■ Oapu 90. 4.
l>a.lL48.
/Ka. 18.83.
84 En aquel tiempo Israd será tercero
con Egipto y con Asirla, atrá bendldon
en medio de la tienna.
f Bs. aa 13.
A 1 Bey. 82.
83. 8¿
* Cap. 0. 18,
14.
* Jer.Sl.S3.
Ka. 8.13.
iDdBoL
r Jos. 28. 10
87.
■•Md.1.11
«Cap. 11. U
,cdr,nL
ISAÍAS, ZX» XXI, ZZIL
A.C.clr.71i
•BABt.i.
« 2 Bey. 18.
17.
» une. 1. 8.
•Jar. 0. 18.
86.
i Zm. 9. 14.
* J«r. a. 89.
Dan. fi.6,
«to.
i Jer. SI. 8.
eto.
As. 14. 8.
718.8.
• C»p. 48. 1.
Jn.SO.%
/1 0.1.80.
Jer. tt. 7.
eto.
Ss.8S.a,
eto.
Ah.Leto.
' Jer. 40. 38.
S5 Porave JAotA d« lo« ejáreitoi loe
ftcndecixa diciendo : Bendito el piMblo
mío Egipto*, 7 el AebrlOj ofan de mi*
manos» i Israel mi heredad,
CAPITULO XX.
Oonñnna Dio* la eauUvidttd d» Bgípto y d*
Mtiepia por loo Atirió», «andamio al pro-
ftla 91M tmdi deMMHlo y dnealto troo Moo
MaAMModf ello.
EN el afio qne riño Thartim á As-
dod, onando le envió Saivon rey de
Asirla», j peleó contra Asdod, y la
tomó>
9 En aqad tiempo habló Jehová por
Isaias, hQo de Amos, diciendo : Ve, y
quita el saeo de tus lomos, y descalza
los zapatos de tus piás. É hixolo aaf,
añilando desnudo y desoalzofr.
a Y dijo Jeho^á: De la manera que
anduTO mi siervo Isaías desnudo y des-
calzo tres años, seflal y pronóstico sobre
Egipto y sobre Etio]^,
4 Así Ucvaxá el rey de Asiría la cauti-
vidad de Egipto, y la transmigración de
Etiopia, de mozos y de viejos, desnuda
y deacalza, y descubiertas las nalgas para
vergüenza de Egipto.
& X se turbaran y avergonzar&n de
Etiopia, su esperanza, y de Egipto que
era su sloria.
6 Y úirk en aqoel dia el morador de
Isla: Mirad que tal fiíé nuestra es-
peranza, donde nos acogimos por so-
corro para ser libres de la presencia del
x^ de Asirla. ¿ Y cómo escaparemos ?
CAPITULO XXI.
Pro/otíoa la ruina d* BabUoHia pái tu «o-
•arpifa por Ciro. Oomtra Idtmía : eomtra
CARGA del desierto de la mar*. Co-
mo los torbellinos que pasan por el
desierto en la r^on del mediodía b, <ui
vienen de la tiena horrenda.
2 Vision dura me ha sido mostrada.
El prevaricador prevarica, y el destru-
idor destruye. Sube, Persa : cérea, Me-
do. Todo su gemido hice cesar.
3 Por tanto mis lomos se han llenado
de dolor; angustias se apoderaron de
mí como angustias de ra\ger de parto :
agobióme oyendo, y al ver heme es-
pantado.
4 Pasmóse mi corazón, el horror me
ha intimidado : la noche de mi deseo
me tomó él en espanto «.
6 Pon la mesa, mira de la atalaya,
come, bebe: levant&os, príncipes, ungid
el escudo.
6 Porque el Se&or me di}o así : Ve, pon
centinda, que haga saber lo que viere.
7 V vio un cano de un par de caba-
lleros, un carro de asno, y un carro de
camello. Luego miró muy mas atenta-
mente,
8 Y gritó como un león : Sefior, yo es-
toy continuamente de dia y las noches
enteras sobre mi guarda :
O Y hó aquí este carro de hombres vi-
ene, un psir de caballeros. Después ha-
bló, y d^: Cayó, cayó Babilonia <l, y
todos los ídolos de sus dioses quebrantó
en tierra «.
10 Trilla mía, y paja de mi era. Os
he dicho lo que óí de Jdiová de los
ejércitos. Dios de Israel.
11 ^ Carga de Duma/. Danme vooes
de Seir. Guarda, ¿ qué hay esta noche ?
IS El que guanta respondió i La ma-
fiana viene, y después la noche : si pre-
guntareis, pr^untad, volved, y venid.
18 5^ Oaxga sobre Arabia'. En el monte
tendrais la noche en AraUa, oh cami-
nantes de Dedanim.
14 Ralid & cncontnnr al sadianlo, Ue>
<Oip.fili]
•Bd.l&t|
tOip.S.Í
JÍ.L
'SBef.lU
vadle aguas, motadons da tiena de T»'
mah ; socoráad con su pan al que baje
15 Porque de la presencia de Ist es-
padas huyen, de la presencia de Is es-
pada desnuda, de la presencia áá sroo
entesado, de la presencia del peso de Is
batalla,
16 Porque así me ha dicho JdioTi
De aquí á un afio, semejante & sik» de |
mozo de soldada*, toda la ^oña de iO^lUl
Cedar 8«ii deshecha.
17 Y las reliquias del niimero de k»
valientes flecheros, hyos de Cedar •', te-
tégx apocadas : porque Jehov& DkM de
Israel lo ha dicho.
CAPITULO XXII.
ItMbuue á JmmoaUm em dtetruoeiom par iot
CáUtoe. A Betna, «ayordMM» idrtf,-
le pro/eHaa depoeieiom ái m cñdo, f »
tolii rtHwa, y quo le euoeáiria jEBaeisk
CARGA del ralle de la vi«iona. ¿ Qu4
tienes ahora, que toda tii te has sa-
bido sobre los terrados ?
5 Tü, llena de alborotos, ciudad tur.
búlente, ciudad alegre k; tus mnertos
no «OH muertos á cuchillo, ni moatos
en guerra.
8 Todos tus príncipes juntos qttt bn^e*
ion del aioo, ftieron atados: todos kM
que en tí se hallaron, fueron atados jnn-
tamente, a«e«iie l^os se habiaa huido.
4 Por esto dUe : Dejadme, llorará amsr-
gamentec ; no os afanéis por consolanne
de la destrucción de la hija de mi pueblo.
6 Porque dia u de alboroto, y de bn-
ella, y de fatiga por A Sefior JdiovA de
los eJórcitos en el valle de la viakm, pan
derribar A muro, y dar grita al monte.
6 Y Elam<< tomó aljaba en cano de
hombres, y de cabalkxos ¡ y Ghlr« des-
cubrió escudo.
7 Y acaeció, qne tus hermosos valles
fueron llenos de carros, y los de á ca-
ballo acamparon á la puerta.
8 Y eit enendgo desnudó la cobertura de
Judá, y miraste en aquel dia bada 1*
casa de armas dtí bosque/.
O Y visteis las roturas de la dudüd de
David, que se multlplioaron, y recogis-
teis las aguas de la pesquera de abajo 9.
10 Y oontasteis las casas de Jerusa-
lem, y derribasteis casa* para fortificar
el muro.
11 E hidsteis Ibso entre los dos muros
oon las aguas de la pesquera viQa : y no
tuvisteis respeto al que la hizo, ni mi-
rasteis de l^iJos ai que la labró A.
12 Por tanto el Señor Jehovi de los
«jéroitos llamó en este dia á llanto y 4
endechas, á mesar, y á vestir saoo.
18 Y hé aquí gozo y alegría, matando
vacasj y degoUaindo ov^as, comer carne,
y beber vino, diciendo t comamos y beba-
mos, que mafiana morirómos*.
14 Esto ñié revelado i mis ddos de
parte de Jehová de los cjérdtos: Qm
este pecado no ce seíA perdonado hasta
que muráis, dice el Sefior Jdiovi de las
^órdtos.
15 ^ Jriiová de los cdónitos dice así:
Ve, entra á este tesocero, i Sebea* d
mayordomo, y dile :
16 ¿Qué tíetu* tú aquí, Ó4 quiánlieiisf
aquí tu, que labraste aquí sepulcro para
tí, oDow el que en lugar alto isbra su se-
pultura, ó el que es<wlpe pan sí nKvada
en unapefia?
17 Hé aquí que Jehová te traapottaii
en duro oantiverio, y de derto te cu-
brirá «¿ rotíro.
18 Te eobari á rodar oon ímpetu, ee*
mo & bola por tienta lam de tenni
allá moariru, ;
tiem laiiga de
,, y allá JhMwrdis k»
de tu gkicia, oa veigUenza de la oasa de
tuseaóc.
/iȒiM
kCtt-S-i
lüir.lM
kCif-*''
aeir.ni
ISAÍAS, xxm, XXIY.
▲.aelr.TU.
iBTaniqJaite he de tn lugar, y de tu
pueito te empujará.
90 y será, que en aquel dia llamard &
mi tierra EUaeiiii, hijo de Bldae,
SI T vestirélo de tus Teetidmai, y le
fe ta'soeré oon tu talabarte, y aalÑ¿aré
en siM manos tu potestad : y será padre
al morador de Jenualem, y 6 la casa de
Jnü.
U Y pondrá la llave de la casa de
DsTid soba* tu hombro <: y abrirá, y
nadie cerrará ; oerraxá, y naffie abrirá •*.
S3 É blnoarélo tomo clavo en lugar
firme*: y aera por asiento de honra á
la eaaa de su «Mlr».
M Y «olearán de él toda U honra de la
caía de su padre; los I^Jos y ios nietos,
todos loe vasos menores, desde los vasos
de beber basta todoa los instmmentoa de
miliioa.
SS En aquél dia, diee Jriiová de los
^¿idtos, el clavo hincado en lugar firme
será quitado, y será quebrado, y caerá • :
y la caiga que sobre el se puso . se echará
á penler, posque Jehová hablo.
OAFITULO XXIII.
BmitM di Itro, y jronMM dt m n
di " ■ '
CARGA de Tiro*. Aullad, naves de
Tharsis ; porque destruida es hasta
no quedar casa, nf entrada > de la tierra
de Chitlm les es revelado h,
8 Callad, mofadores de la isla, merca-
der de Sidon; que pasando la mar te
hoiefalan.
3 Su provisión aolia Mr de las aemeai*
tersa «ñw creeos oon las muchas aguas
del Nüo, de la mies del rio. Fué tam.
bien feria de gantes.
4 Avergüénzate, Sidon ; porque la mar,
la fortaleza de la mar habló diciendo :
Nunca estuve de parto, ni paii, ni crié
Biancebos, ni levanté vugencs.
5 En nejando la fama á Egipto, ten.
drán dolor de las nuevas de Tiro.
6 Pasaos á Tharais ; aullad, mondoics
deUidA.
7 ¿ No er esta vuestra dudad alegre ?
BU antigüedad de muchos dias. Sus pies
la llevarán á peregrinar l^ios.
8 i Quién decreté esto sobre Tiro la
eoronada, cuyos negociantes tra» prin-
cipes, cuyos mercaderes «ren los nobles
de la tierra?
9 Jehová de los ejército» lo decreté, pa.
n envilecer la soberbia de toda gloria, y
pare abatir todos los ilustrss de U tierra.
10 Pasa cual rio de tu tierra, oh hUa
de Tharsit ; porque no tmdrát ya mas
fortaleza c.
U Estendió su mano sobse la mar,
buco temblar los reinos ¡ Jehová mandó
■obre Caoaan que sus fberxas sean de«
biUtadas.
18 Y dyo : No te alegrarás mas, oh td
oprimida virgen, hija de Sion. Leván-
tate pera pasar á Chitim ; y aun alli no
tendrás reposo.
15 Min la tiensa de los Caldeos: este
puablo no era dnte«: Asaur le fimdé
pan los que habitaban en el desierto :
levantaron sus fortalezas, edificaron sus
palacios ; V él le convirtió en ruinas.
14 Aullad, naves de Tharsis ; porque
destruida es vuestra fortaleza.
IU F aeonteoerá en aquel dia, que Tiro
■crá puesta en olvido por setenta años,
'•«•u,, eoiBo dias de un rey*. Después de los
wtenta aflos cantará Tiro canción oomo
de ramera.
16 Toma harna, y rodea la ciudad, oh
ORiera olvidaaa: hat buena melodía,
Imitara la eandon, porque tomes en me-
moria.
17 Y Y aeenteeetá, que al fin de loe
setenta afioa visitará Jehová á Tiro ; y
tomaráse á su ganahela, y otra vea for-
nieará* contodbs los reinos de la ticnca
sobre la hax de la tierra.
IB Mas su negociación, y su ganancia,
será consagrada á JdMvá/ : no se guar-
dará ni se atesorará ¡ porque su negocia-
oioB será para los que estuvieran delante
de J^ová, para que coman hasta har-
tarse, y ristan honradamente.
CAPITULO XXIV.
Jtnmeia d Pr^da lo* Uerttlf ealawMmém
91M ewiAnfe» aobré toda le iMma, di cuy»
«MMnri a*alei<<aa giudmrAm «sm m<o«,
Im eaolM etembí tu vai, pura dar á JMot
idabamaa y gloria.
HÉ aquí que Jehová vacia la tierra,
y la desnuda, y trastorna su hax, y
hace esparcir sus moradores.
8 Y será como el pueblo, tal el sa-
cerdote ; como el siervo, tal su seiVor ;
como la criada, tal su sefhnra; tal el
que eompra, como el que vende ; tal el
que dá empreetado, como el que toma
prestado ; tal el que dá á legro, oomo el
que lo recibe.
8 Del todo será vedada la tierra, y en-
teramente saqueada : porque Jdiová ha
pronunciado esta palabra.
4 Destruyóse, cayó la tiena ; enfermó,
oayó el mundo: enfermaron los altos
pttíri>Ios de la tieira.
5 Y la tierra se inficionó bi^ sus mo-
redores; porque traspasaron las leyes,
falsearon el derecho, rompieron el pacto
sempiterno*.
6 Por esta cansa la maldición fc con-
sumió la tierra, y sns moradores ftieron
asolados : por esta causa ftieron ooosn-
midos* los habitantes de la tierra, y se
disnünnyeron los hombros.
7 Perdióse el riño, enibrmó la vidt^,
gimieron todos los que eran alegres de
corazón.
8 Cesó el regoo^o de los panderos, aca-
bóse el estniKido de loe que se huelgan,
paró el alegría del harpa •.
9 No beberán vino con cantar ; la be-
bida será amarga á los que la bebieren.
10 Quebrantada está la ciudad de la
vanidad; toda casa ae ha cerrado, por-
que no entre nadie.
11 Voces sobre el vino en las piases ;
todo gozo se oscureció, desterróse la ale-
gría de la tierra.
18 Sn la ciudad quedó soledad, y con
asolamiento fué herida la puerta.
18 Porque así será en medio de la ti-
erra, en medio de los pueblos, oomo
aoeituro sacudido, como rebuscos aca-
bada la vendimia/.
14 Estos alzarán su voz, cantarán go-
losos en la grandeza de Jehová, desde
la mar darán voces de Júbilo.
Ifi Glorificad por este á Jehová en los
valles : en islas de la mar/ sea nombra-
do Jehová Dios de Ivad.
16 De lo postrero de la tierra olmos
sahnos, glona al justo. T yo di.fe ; Mi
flaqueza, mi flaqueza, ay de mi'! Pre-
varicadores han prevaricado ; y han pre-
varicado oon prevaricación de deslcsJes.
17 Terror, y sima, y lazo« sobre ti, oh
morador de la tierra.
18 T aoonteomá, que el que huirá de
la voz del terror, caerá en la sima ; y el
que saliere de en medio de la sima, será
preso del lazo : porque de lo alto se abri-
eron ventanas A, y temblarán los funda-
mentos de la tierra •'.
19 Quebrantaráae dri todo la tierra,
enteramente desmenuzada será la ti-
erra*, en gran manera será la tierra
conmovida.
'Ap.17.SL
/8aL87.4.
Ue.14.a0,
81.
•Oea.9.lA
k]laL4.6.
• Jpel L 18.
d Cap. U.
8,1»:
Jeel 1. 10,
18.
• Jsr. 7. 34.
Os. 8.11.
A^18.S2.
/8oph.S.ll.
Capwl7.5,fi.
'Jer.48.i3,
44.
k Oes. 7. 11.
•' 8aL 18. 11.
tJsr. 4.23.
A.<Xdr. n&
ISAÍAS, XXV, XXVI, xxvn.
A. a dr. m.
tAp. 90.7,8.
«Cap. 00.19,
ao.
•8d.46.10.
* Jer. a. 37.
«Ap. 11.18.
4 a 8». 15.80.
2 Cor. 8. 16,
18.
•Os. 18. 14.
ICO. 15. 54.
/Ap.7.17.
7^.4.
•C»pw 60.18.
SO Temblar& la tiem Tsdlanlo como
nn borracho, y aeF& remoTida como una
choza: j añavatAlfe sobre ella su pe-
cado, y caertí, y nunca ma» ae ievantaxA.
81 y acontecerá en aquel dia, que Je-
hová Tidtará sobre el ejército sublime
en lo alto, y sobre los reyes d« la tierra
fue hatf sobre la tierra.
88 Y ser&n amontonados como se amon-
tonan encarcelados en masmorra, y en
prisión quedarán encerrados : y aeran vi-
sitados después de muchos días 1.
83 La luna se avergonzará, v el sol se
conftmdirá**, cuando Jdiová de los ejér-
citos reinare en el .monte de 6ion, y en
Jerusalem, y ddante de sus ándanos
fiiere glorioso.
CAPITULO XXV.
XI Profeta en pertona de todo» Z<m firUa M á
JHm íiLoria y átdbmua por haber ^eetaaAo
na anUguoe Juieio», por etu htmefieioe y
«noravAto* en favor Se ni pwebZo ; y pre-
diee la mina de todoi nu enemigoe.
JEHOVA, tif «re* mi Dios: te ensal-
zaré a, y alabaré tu nombre ; porque
has hecho maravillas, oons^os antiguos,
la verdad firme.
9 Que tomaste la ciudad en montón, la
dudad fuerte en ruinad : el alcázar de
los extraños que no sea dudad, ni nunca
jamas sea reólificada.
8 Por esto te dará gloria el pueblo
fuerte c, te temerá la dudad de gente*
robustas.
4 Porque fuiste fbrtaleza al pobre, ftnr-
taleza al menesteroso en su aflicción,
amparo contra d turbión, sombra con-
tra el calor: porque d ímpetu de los
vloiento* M como turbión eonira fron-
tispicio.
5 Como el calor en lugar seco, aei
humillarás el orgullo de b» extraños ;
Leomo calor que quema débs^o de nube,
irás marchitar el pimpollo de los ro-
bustos.
6 Y Jehová de los ^¿rdtos hará en
este monte á todos los pueblos convite
de engordados, convite de purificados, de
gruesos tuétanos, de purificados líquidos.
7 Y deshará en este monte la máscara
de la cobertura con que están cubiertos
todos los pueblos, y la cubierta << que
está extencuda sobre todas las gentes.
8 Destruirá á la muerte para siempre * ;
y eiüugará el SetkHr toda lágrima de to-
dos los rostros/, y quitará la afrenta de
su pueblo de toda la tierra : porque Je-
hová lo ha dicho.
H Y dirá en aquel dia : Hé aqui, este
es nuestro Dios ; le hemos esperado, y
nos salvará. Este ea Jehová, á quien
hemos esperado : nos gozaremos, y nos
alegraremos en su salud.
10 Porque la mano de Jehová reposará
en este monte ; y Moab será trillado de-
bajo de él, como es trillada la p^}a en el
muladar.
11 Y extenderá su mano por en medio
de él^ como la extiende el nadador para
nadar ; y abatirá su soberbia con los mi-
embros de sus manos.
18 Y allanará la fortaleza de tus altos
muros ; la humillará, y echará á tierra,
hasta d polvo.
CAPITULO XXVI.
Cántico que entonará d puMo de Dio» por en
lHoriota libertad, jr t<Jal deitruceion de eu$
enemigo». Sn tanto que aeC m veriftea, «»>
luirtaae á loe verdadero» Jíele» á que eeperen
«WmM» cM¡/ladM em <I auxilio y favor de
EN aqud dia cantarán este cantar en
tlenra de Judá. Fuerte dudad te-
nemos; salud puso Dioe por muros y
antemuro*.
8 Abrid las puertas fc, y entrará la gente
Justa, guardadora de verdades.
3 Tu le guardarás en completa paz,
eujfo pensamiento en tí persevera, por-
que en ti se ha confiado.
4 Confiad en Jdiováe perpetuamente :
porqoe en el Seiknr Jehová teta la for-
taleza de los siglos d.
6 Porque derribó los que moraban en
lugar sublime; humillé la dudad ensal-
zada, humillóla hasta la tierra, derribóla
hasta d polvo «.
6 Hollarála pié, los pies del afligido, los
pasos de los menesteroeos.
7 Camino derecho para el justo : Tii,
Recto, pesas el camino del Justo/.
8 También en d camino de tus lu-
idos 9, oh Jdiová, te hemos esperado:
renxcft» á tu nombre, y á tu memoria,
/tté el deseo del alma.
8 Con mi alma te he deseado en la
noche ; y en tanto que me durare d es-
píritu en medio de mi madrugaré á
buscarte: porque luego que hay juidoc
tuyos en la tierra, los maradores del
mundo aprenden Justicia A.
10 Alcanzará piedad d impio, y no
aprenderá Justicia* : en tierra de recti.
tud hará iniquidad, y no mirará á la
majestad de Jehová.
11 Jehová, bien que ae levante tu mano,
no verán ^ : verán al cabo, y se avergon-
zarán los que envidian á tu pueblo ¡ y 6
tas enemigos friego los consumirá.
18 Jehová, td nos depararás paz : por-
que también obraste en nosotroa todaa
nuestras obras.
13 Jehová Dios nuestro, 'tenores ae han
enseñoreado de nosotros fitera de tü:
mas en ti solamente nos acordarémo* de
tu nombre ■■*•
14 Muertos «o», no vibran; han fia-
lleddo, no resndtarán : porque loa vid-
taste, y destruíste, y desnidste toda aa
memoria.
15 Añadiste al pueblo, oh Jdiov&, aña-
diste d pueblo : hicistete glorioso : es-
tendiste haeta todos los términos de la
tierra.
16 Jdiová en la tribuladoa te buaca-
ron»; derramaron oración cuando los
oastiñste.
17 Como la preñada euanáo k acerca
el parto, gime y da gritos con cns do-
lores,'au hemos sido delante de tí, oh
Jdiová.
18 Concebimos, tuvimos dolores de
parto, parimos como viento : sdudes no
se hicieron en la tierra, ni cayeron los
moradores del mundo.
19 Tus muertos vivirán. Junto con mi
cuerpo muerto resudtaián. Despertad y
cantad , moradores dd polvo • : porque
tu rocío cual rodo de hortalizas ; y la
tierra echará los muertos.
90 ^ Anda, pueblo mió, éntrate en toa
aposcñotos, dorra tras ti tus puertas : ea-
oondete un poquito, por un momentio,
en tanto que pasa la ira.
91 Porque he aquí que Jdiová sde «le
su lugar, para visitar la maldad del mo-
rador de la tierra contra él ; y la tierna
descubrirá sus sangres, y no mas cneu-
biirá sos muertos.
CAPITULO XXVIL
8eUU(a proeideneia de Dioe aetrea i» t»
puMo, deipue» de eiqu afUeeion para «orw
regMe, y « la total ruina d» ene framám
opreaore», eerá reetaurado « engrandieidog
« lo» ItraeUta» adetarán al Mor «• d
Monte foafo, en Jenuatem,
EIN aqud dia Jdiová vidtará con «n
é enwda dura, grande, y inerte, artac*
Leviatnan, ferplente rolliza, y sota» !*•
»8aLlI8J&
•8d.618.
yl25.L
f9aLT¡.%
714S.1&
i.ctit.na.
ISAÍAS^ ZXVIIL
A.GoiT.ni.
14.
>r«g.6L«.
782.31
I «.5.
'7obtt.SL
••B0.II.U
/M 31 8.
viatfaana, tetpient* ratncrU; j nastaxA
al dxtgonb que tata en la mar.
9 Bn aquel día cantad de la '«Uta dd
8 To JehovA la goaxdo*; cada mo-
mento lA rogará ; giuutdarála de noche j
de día, porque d emtmigo no la vliite.
4 No nay en mi enqjo : ¿ quién pondrA
contra mi en batalla eaplnaa y cardo* ?
To la Iu>Uaié, y le» quemaré Junta-
mente.
6 ¿O forrará aiguien mi fortaleza?
Han conmigo pas, haga pas conmigo'.
0 *f Diaa vendráOf euando Jasob ecnaiá
raicea ; florecerá 7 echará renueToa Is-
rael, y la haa del mundo ae henchirá de
fruto*.
7 Y j! Acaao ha ildo herido como quien
lo htxiiS ? ¿ 'ó ha aido muerto como los
que lo mataron ?
8 Con medida la castigarás en ras vas-
tagos/. El reprime su reeio Tiento en el
día del aire solano.
9 De esta manera pues será purgada la
iniquidad de Jacob, y este mrá todo d
firuto i w á taber, remoción de su pecado
cuando tomare todas las piedras del altar
como piedras de cal desmenniadas, y no
se levantarán loa bosques, ni las imáge-
nes del sol.
10 Porque la ciudad fiwtalecida terá
asolada, la mocada s«rá desamparada, y
d^fada como un desierto: allí se apa-
centará el becerro, alli tendrá tu ma-
jada, y acabará sus ramas.
U Cuando sus ramas se secaren,» se-
rán quebradas, mujeres Tendrán á en-
cenderla : porque aquel no es pueblo de
entendimiñito. Por tanto su hacedor no
tendrá de él misericordia, ni se compa-
décela de él el que lo fbrmó.
19 T aoonteoerá en aquel día, que he-
rirá Jehová desde el alTco del rio hasta
el torrente de Egipto ; y vosotros, h^os
de Israel, seréis reunidos uno á uno.
13 Acontecerá también en aquél dia,
que se taiterá con gran vn de trompeta,
y vendrán los que hablan sido esparcidos
en la tierra de Asirla, y los que hablan
sido ecliados en tierra de Egipto, y ado-
rarán á Jehová en el Monte santo, en
Jetusalem»
CAPITULO XXVIII..
AuHaetúm dd niño á» la* dita trOma. Paeado
dajwédi aaeamio da la pakén da JMoa y
daamleyt fromtaa dt r^ormaeiom por m*-
düt del Metiaa, y ameiwwo de duro caatigo
átotrdbOdaa.
\ A T de la corona de soberbia, de los
xX ebrios de Ephraim, v de la flor
caduca de la hermosura cw su gloria.
qne esfd sobre la cabeza del valle Círtil,
aturdidos del vino !
8 Hé aquí, Jehová tiene un flierte y
poderoso, el auU atrá como turbión die
granizo, y como torbellino trastomador,
como ímpetu de redas asuas que inun-
dan, que con fuerza derriba á tierra.
8 Oon los pies será hollada la corona de
soberbia de ios iiorrachos de Ephraim.
4 Y terá la flor caduca de la hermosura
de su cioria, que eatá sobre la cabeza del
valle nrtil, como la flruta temprana que
vífiM primero que ioa atroa frutoa del
verano, la cual, en viéndola el que la
mira, se la traga tan luego como la tiene
amano.
5 Y En aquél dia Jehová de los ^ér-
citoa será por corona de gloria, y dia-
dema de hermosura, á las reliquias de
su pueblo :
6 Y por espíritu de juicio al que se
sentare en la ailia dd Juicio, y por for-
taleza á los qne harán tomar la batalla
haita la ¡mena dsl enemigo.
í
7 Mas tamUsn estos erraron oon el
vino*, y con la sidra se eutontacieron.
El sacerdote y el fvofeta erraron con la
sidra, flicxon trastornados del vino, atur-
diéronse oon la sidra k, erraron en la
visión, tropecaxon en el Juicio.
8 Poñnme todas las masas están ttenas
de vómito y sudedad, hasta no kaber
logar limpio.
9 ¿A quién se cnsefiará ciencia, ó á
quién se hará entender doctrina*? ¿A
los (luitados de la lache ? á los arranca-
dos de los pechos ?
10 Porque ka de heiter mandamiento
tras mandamiento, mandato sobre man-
dato, renglón tras renglón) linea sobre
linea : un poquito allí, otro poquito alU :
11 Porque en lengua de tartamudos,
en eztrallta lengua hablará á este pue-
ilo<
18 A los cuales él d^o : Este «• el re-
poso: dad reposo al eansado : y este aa
el reftigerfo : mas no aniíleron oir.
18 La palabra pues de Jehová les será
mandamiento tras mandamiento, man-
dato sobre mandato, renglón tras ren-
glón, linea sobre linea : un poquito allí,
otro poquito allí : qne vayan y caigan de
espaldas, y sean quebnntados, y enlaia-
dos, y presos «.
14 Por tanto, varonas burladores, que
estáis ensefloNados sobre este pueblo
oue aatá en Jeruaalem, oid la palabra
de Jehová.
16 Porque habdt dicho : Ooneierto te-
nemos hecho oon la muerte, é hioimos
aonerdo oon la sepultura; cuandopasare
el turbión del azote, no Uqjará á nos-
otros, pues qne hemos puesto nuestra
acolada en la mentira, y en la flilsedad
nos esconderemos/:
16 Por tanto el Sefior Jehová dice asi :
Hé aquí que yo ftmdo en Sion una pie-
dra, piedra de finrtalesa, de esquina, de
precio, de dmiento estable': d que
creeré, no ae apresure.
17 Y dustaré el luido á cordd, v á
nivel la Justicia. Y granizo * barrera la
acogida de la mentira, y aguas arroyarán
el escondrijo.
18 Y será anulado vuestro conderto
con la muerte, y vuestro acuerdo con el
sepulcro no sen firme : cuando pasare
el turbión dd azote, seréis de ¿1 ho-
19 Luego que comentare á pasar, él
os arrelMUtaxá: poique de mañana de
mañana pasará, de dia y de noche. Y
será, que el espanto solamente haga en-
tender lo oído.
SO Porque la cama m tan angosta, qne
no baste; y la cubierte estrecha para
recoger.
81 rorque Jehová se levantará como
en d monte Perasim', y como en el
valle de Gabaon* se enojará para hacer
su obra, su extra&a obra i ; y pan hacer
su operadon, su eztrafla operación.
88 Ahora pues, no os burléis, porque
no se aprieten mas vuestras ataduras:
porque' consumación y acabamiento •■
sobre toda la tierra he ddo dd Sefior
Jehová de los ejércitos.
88 Y Estad atentos, y oid mi voz; es-
tad atentos, y dd mi dicho.
84 El que ara para sembrar, ¿arará
todo d día, romperá y quebrará los ter-
rones de la tlcrm ?
85 Después que hubiere igualado su
superficie, ¿no derramará la negollla,
sembrará d comino, pondrá el trigo por
su érden, y la cebada en su aefid, y la
avena en su término ?
86 Porque su Dios le Instraye, y le
ensetks á obrar •» «do roía Jnido.
•Oa.«.U.
»Cap.M.10.
•Jar. 6. 10.
40kp.83.19.
100.14.81.
•Os. 6. 6.
Mal 18. 14.
/le. 8. 8.
r8d.ll8.S8.
Mat.SL4S.
Hsdi.4.11.
B0.91S8.
Bf. 8.801
1 Ped. S. 6.
AC»p^80.aO.
y8£l9.
**8 8a. 8.8(1.
t Jos. 10. 10.
•tc
lCr.14.18.
<la.S.88.
•»Cap.lOJS.
Ds. 9. 87.
A.C.clr.7U:
ISAÍAS, ZXIZ, ZXX.
A.C.dr.ni
"8*L9a.S.
Jer. 83. 19.
Bo. 11. 88.
Diou.
•aSft.6.9.
iUe.U.2.
•Csp.8.19.
•t Cu». 17. 18.
Job 21. 18.
•C«p.80.8Q.
JoelS.18.
fUe.12.9.
'Bo.11.8.
4 1 8iL 9. 9.
*Dk.U.4.9.
Ap. 6. 1, 9.
tCoLXaX
S7 QiM Is nagidlU no m Mllaift con
trillo, ni Mbre d eomino rodazá mcda
de can«ta; tino que con vn palo se
■acude la neguilla, y el comino con una
88 El pan se trilla; mas no tlempre le
tiillaiá, ni to oomprimirik con la rueda
de m oatreta, ni lo queinrantaiA con loa
dientes dt m tritio.
SB También esto salió de Jéhori de
los ejércitos, para hacer maravilloso A
eonssjo, y engrandecer la saUduiia «.
CAPITULO XXIX.
PntfttiMa ItaioM la tomdítion ahaUda ftrUU
á fiM ttria.námeida Jtrutaitmt temmura
la «MMra y Utargo dd PtuUo, aiyo mai m
«rtmderto por ditpoiiaon d» Dio» amm á
lot profeta» y vriaeiadet, keuta privarlo»
d todo» eUo» at «obuiariis verdadera, *n
eatUgo d» »ua ino»nei<f»»» i hipoere»(a i y
wMHma huoo U nmtdio qu» Dto» ponuiria
A tol títiodo a» eota» «on la rtitamroeion d»
lo» hiío» de Jacob, y dotirueeio» d» lo»
imiau».
¡ A Y de Ariel I, dudad donde habitó
j\. David»! AiVadid un afio á otro;
m&tenie victimas.
8 Mas yo pondré i Ariel en apretura,
y será desconsolada y triste : y scxá á mi
como Ariel.
8 Porque asentaré campo contra ti en
derredor, y te combatíré con ingenios, y
levantaré contra tí baluartes h.
4 Enténces serás humillada ; hablarás
desde la tierm, y tu habla saldrá del
polvo : y será tu voc de la tierra como
wn de Pytiion«, y tu habla susurrará
desde el polvo.
5 Y la muchedumbre de tus extran-
jeros será como polvo menudo, y la
multitud de los fuertes como tamo que
pasa<<: y será repentinamente, en un
momento.
6 De Jehová de los ejércitos serás visl.
tada con truenos, y con terremotos, y
oon gran ruido ; con torbellino y tem-
pestad, y llama de ftiMO consumidor •.
7 Y será como suelJÍo de vlrion noc-
turna la multitud de todas las gentes
que pelearán contra Ariel, y todos los
que pelearán contra ella, y sus ingenios,
y los que la pondrán en apretura/.
8 Y será como el que suefla que tiene
hambre, y parece que come, mas cu-
ando drápierta, su alma está vacía; ó
como el que suefla que tiene sed, y pa-
rece que bebe, mas cuando le despierta,
hállase cansado, y su alma todavía se-
dienta : así será la multitud de todas las
gentes que pelearán contra el monte de
Slon.
9 ^ Deteneos, y maravillaos ; oftiaeáos,
y c^;ad : embriagaos, y no de vino ; ti-
tubeüd, y no de sidra.
10 Porque Jehová extendió sobre vos-
3 ros espíritu de sueBo, y cerró vuestros
os' : cubrió de letargo vuestros profetas
y vuestros principales veyentesA.
11 Y os será tooa visión como palabras
de libro sellado', el cual si dieren al
que sabe leer, v le dieren, Lee ahora
esto, él dirá: ció puedo, porque está
sellado.
18 Y si se diere el libro al que no sabe
leer, diciendole. Lee ahora esto, él dirá :
No sé leer.
18 Dice pues el Seflor: Porque este
pueblo se me acerca con su boca, y oon
sus labios me honra, mas su corazón
alejó de mí, y su temor para conmigo
taS ensefiado* por mandamiento de
hombres :
14 Por tanto lié aquí que nuevamente
excitaré yo la admiraoion de este pueblo
con un prodigio grande y espantoso:
porque perecerá la sabiduría de su la-
bios, y se desvanecerá i U pmdeBcia de
sus prudentes.
15 ¡ Ay de los que se esconden de Je-
hová, encubriendo d consejo; y nu
obras son en tinieblas, y dicen: é Qoiéa
nos ve, y quién nos oonooe ?
18 Vuestra suversion dertamente lerá
reputada como el barro del allkrero.
¿ La obra dirá de su hacedor, No me
hizo 7 ¿Y dirá el vaso de aqud que k>
ha fbrmado. No entendió ?
17 ¿ No será tomado de aquí á may
poco tiempo el Líbano en Oaimelo, y d
(3armelo será estimado por bosque • ?
18 Y en aquel tiempo los sordos obáa
las palabras del libro, y los ojos de lot
deg^s verán/lwro de la obscuridad y de
las tinieblas *.
19 Entonces los humildes ereceiáo ea
alegría en Jehová*, y los pobres de los
hombres se gozarán en d Santo de Is-
rael.
90 Porque d Violento será acabado^,
y el escameoedor será consumido; y
serán talados todos los que madrugaban
á la iniquidad 9 :
91 Los que hadan pecar d hombre en
palabra, los que armaban lazó d que
reprendía en la pueru r, y torcieron lo
justo en vanidad.
99 Por tanto Jehová, que redimió á
Abraham, dice así á la casa de Jacob.
No será ahora conftmdido* Jacob, ni tn
rostro se pondrá pálido :
88 Porque veta á sus hijos, obra de
mis manos «, en medio de si, que san-
tificarán mi nombre; y santificarán d
Santo de Jacob, y tenwrán d Dios de
Israel.
94 Y los errados de espíritu aprenderán
imellgeneia, y los murmuradores apren-
derán doctrina.
CAPITULO XXX.
AiMiuuai contra Im Judío», forqm sMaM-
prteiando la palabra d»i Btnor, y la» amo-
n»»taeion«» <u lof prqfHa», ponüm toda n
eon/lamM en Kaiplo. J)»»piu» d» la t^Uc-
eio» promtU Dio» tener mi»erieordta d»
m nnMo, y qu» lo r»»tammrd, y «otMorá
d» Uen»» y oonUnto, al pato qn» datinird
d iodo» nu «ntmigo»,
¡ A Y .de los hijos que se apartan, dice
Jt\. Jehová, para tomar consto, y no
de mí«; para oobljarse con cubierta, y
no de mi Espíritu, afiadiendo pecado á
pecado!
9 Pártense para descender á Egipto^,
y no han pr^untado mi boca ; para fiar-
tificarse con la fuerza de Pbaraon, y
Smer su esperanza en la sombra de
gipto.
8 Alas la fortaleza de Pharaon ae os
tomará en vergüenza ; y d amparo en la
sombra de Egipto, en confusión.
4 Cuando estarán sus príncipes en 2o-
an, y sus embajadores habrán llegado á
Hanes,
5 8e avergonzarán* todos dd paeUo
gue no les aprovechará, ni les soeonrerá,
ni les traerá provecho; antes k» otra
para vergüenza, y aun para oprobio.
« Y Carga de las bestias dd Mediodía.
Por tierra de tribulación y de angudia,
de donde talen el leoncUlo y d león, la
víbora y la serpiente que vuela, mh lle-
vando sobre lomos de Jumentos sus ri«
quezaa, y sus tesoros sobre oareovaa de
camellos, á un pueblo que no la» será de
provecho.
7 Ciertamente Egipto en vano é ia>
utilmente dará ayuda' : por tanto yo le
di vooes, que su fortdesa oiria estañe
quietos.
8 Ve pues ahora, y escribe eda visJsii
Akií.
10>.LU.
'Cv^ad
>Ctp.a.l
rQip.S-1
tSiL«il
1U,U.
'c^.sii
lOpl
•OP.S.IÍ
lCsp.SLl
<J«.1>-
tfJ«.S7.7-
■ Cdr.m
ISAIAJS, 3000.
A.C«lr.7U.
en nna tobU delants da éUoi t t aaMn-
tala en un Ulnio, pan que quew huta
el poadroD día púm licmpn, por todps
lo* liglM.
9 Que este poeblo ce rebdde, h^oe
mcBUroeot*, fa^oe que no quiaien» oír
U IcT de JehoTA.
10 Que dicen á loe videnUf . No Teali/ :
7 á Tos profetas. No nos profetioels lo
Kcto ; deoidnoft cosas halagtteflas, pro-
fttísad mentiras f:
11 D^ad «1 camino, apartioe de la
senda, haced oeear de nueetra presencia
d Santo de Israel.
18 Por Unto el Santo de Israel dioe
así : Porque desechasteis esta palabra, y
eenfiasteU en Tiolenoia, i en fnignlrian,
y en ello os habéis apoyado ^ ;
18 Por tanto os sen este pecado como
pand abierta que se va á caer, y como
coroora en alto muro •', cv^a calda Tiene
sdhita y rnientinamcnte.
14 T quebrar&lo como se quiebra un*
vaso de alfiurero, jm sin misericordia
hacen menuzoa; tanto que «ilre los pe-
daaoe no se halla tiesto para traer fuege
del hogar, ó para coger aguada una posa.
10 Parque asi di^ d Sefior Jehová,
el Santo de Israd: En descanso y en
reposo seréis salvos; en quietad j en
oonfiansa teck vuestra fiKtalesa'. Y no
quisisteis;
16 Sino que dijisteis ; No, antea huí.
remos en caballos. Por tanto vosotros
bniréis. Sobre ligeros cabalganknos t
por tanto serán mu ligeros vuestros
penaraidores.
17 un millar kmrá á la amenasa de
ano; á la amenasa de cinco httir«.^ia«
vosotros todo», liasta que quedéis como
mástil en la cumbre de un monte» y
gomo bandera sobre cabexo.
18 Empero Jehová esperaré» para tener
piedad do vosotros, y por tanto será en>
Misado teniendo de vosotros misericor-
dia: porque Jehová at Dios de juicio.
Bienaventurados todos los que le espe-
ran*.
19 Ciectameote el pueblo moiaxá en
Sion, en Jerusalem : nunca mas llora-
rás o: el que tiene misericordia se apia-
dará de ti : en oyendo la vos de tu cla-
mor te responderá^.
SO Bien que os dará el Seftor pan de
congoja, y agua de angustia, con todo
tu ensefiadoies nunca mas te serán
quitados, sino que tos qjos verán tns
ensefiadmres.
81 Snt4Ínces tus oidos oirán á tus es.
paldas palabra que diga 9 1 Este «t el
oanino, andad por él ; y no echéis á la
mano deredta, ni tampoco tocsais á la
mano isnnieida.
89 Entonces profanarás la cobertura de
tus esculturas de plata, v la vestidura de
tu vaciadiso de oro, y Us aportarás co-
mo tramo manchado de menstruo*- ; Sal
fnera, les dirás.
83 Entihicea dará W SOor lluvia á tu
aementera, cuando la tiem sembrares,
y pan del fruto de la Uena, que será
abundante y pingüe: y tus ganados en
aqsel tiempo sena apacentados en an.
chas dehesas.
9i Tus bueyes y tus amos que labran
ia tierra, oometán grano lim^, el ctial
Mtá aventado oon ¡Ñda y criba.
86 Y sobre todo monte alto, y sobre
todo collado subido, habrá ríos y eonri»
«Bles de aguaa el día de la gran métan-
la, cuando caerán las tones*.
86 Y la Itts de la luna será como la
las dd sol ; y la lus del sol déte veces
mayor, como la luz de «iete dias<, el
dia que soldará Jehová la quebradura
de su pueblo, y ouraiá la Uaga de au
herida.
97 H¿ aquí que el nombre de Jehová
viene de l^joa: su voairo encendido, y
grave de svurir ¡ sus labios llenos de ira,
y su lengua como fuego que consume «.
98 Y su espíritu, cn¿ torrente que
inunda, llegará hasta el cuello, para sa-
randear las gentes con criba rota, y d**-
haetr el freno que ut»rá en las qu^adas
de los pueblos ' haciendo/<« enar.
99 Vosotros tendréis canden, como en
noche m yiw se celebn Pascua' ,■ y ale-
gría de corason, como d que va oon
nauta para venir al monte de Jduivá, al
Fuerte* de Israel.
80 T Jehová hará oír su vos potente, y
hará ver el descender de su braso oon
ftanr fie rostro, y llama de ftiego con-
sumidor, con diapcnion, con avenida, y
piedra de graniso.
• 31 Porque Aasur*, ftu hirió oon palo,
con la vos de Jeho^ será quebrantado.
88 T en todo mtd paso haorá madero^
fundado, que Jehová hará hincar sotne
¿1 con tamboriles y vihuelas, cuando con
batallas de altura peleará contra ellos.
88 Porque Tophet« ya de tiempo eatá
diputada, y apandada para el rey ', pro-
fuiída y ancha, cuyo fbeo de ftiego y mu-
cha lefia: el soplo de Jehová «era eomo
tonenie de asuflre que la encienda*.
CAPITULO XXXI.
Et <l mitmo arfwmmto dd eegpfítUQ fnetdmU.
\ kY áa \t» que descienden á Egipto
Jt\. por ayuda*, y confian en caballos,
y su esperansa ponen en carros, porque
son muchos ; y en caballeros, porque
son valientes ; y no miraron al Santo de
Israel, ni buscaron á Jehová !
8 Mas él también m sabio, y traerá el
mal, y no retirará sus palabras, Levan-
tarááe pues contra la casa de los malig-
nos, ^ contra el auxilio de los obradores
de iniquidad.
8T los Egipcios hombres «on ; no Dios:
y siu cabaUos, carne, y no espíritu : de
manera que en estendiendo Jehová su
mano, caerá el ayudador, y caerá el ayu-
dado, y todos ellos desfallecerán á una.
4 Porque Jehová me dijo á mí de esta
manera: Oomo el leonb, y el cachorro
del leen, brama sobre su presa, y si se
allega contra él cuadrilla de pastores, no
temerá por sus voces, ni se acobardará
por el tropel de ellos, así Jehová de los
ejáreitos descenderá á pelear por el monte
oe Sion, y por su collado.
ft Gomo las aves que vuelan, así am-
parará Jehová de los ejércitos á Jeru-
salem«, amparando, librando, pasando,
y salvando.
8 Convertios á aquel' contra fuien los
bUos de Israel profundamente se rebe-
laron.
7 Poroue en aquel dia arrojará el hom-
bre los ídolos de su plata, y los ídolos de
su oro, que para vosotros han hecho vu-
estras manos pecadoras'.
8 Enténces caerá el Assur por eu-
diilio, no de varón/; y conramisálo
espada, no de hombre: y huirá de la
presencia de la espada, y sus mancebos
serán tributarios.
9 Y de miedo se pasará á su fbrtalesa,
y sus príncipes tañarán pavor de la ban-
den, dice Jehová, cnyo fuego titA en
Sion, y su homo en Jerusalem.
CAPITULO XXXII.
Bajo la figwra dd rtw faeafttea m prenuU f
profetiM a reino da Jent OrUto.y dttarf-
ImÍm io* ^«etoi d* «11 reinado. InÜtna H
prt^tta la deulaeion que vendí
eúi lüivo «i reatMtoimimto del
* Sepa. 3. 8.
•Oap.8r.98.
1S.18.Í.
y8aLia.i.
•Dea. 83. i.
• cap. 10. 8,
84.
» Cap. 10. S.
•Jer.7.81.
d Ap. 18. 80.
« Ap. li. 9.
lU.
• Cap. 80. i.
»Os.U.U.
•Dea. 88. 11.
Sal. 46. &
rfJer.8.13.
•Cap. a. 90.
y30.a3.
/Gap. 10. 84.
yau.SL
A.acir.n8.
ISAÍAS^ XXXII, XXXTTL
A.acir.7a
•Oa.9.6.
7I1OL&
iC»p. 23.1
•81Ü.IOÍ.
80.
<(BaL8S.10.
'Oftn.ia84.
7 90.30.
/Gftp.S6.a.
■On>.11.3.
HaD.a.8.
HÉ aquí qu* pan jurtioia rdnaiá
un rey a, 7 principes piesidiián en
juicio.
5 Y tet& aqnel vazon como escondedero
contra él Tiento, 7 como acogida oont»
el turbión ; como arroyos de aguas en H-
erra de sequedad, como sombra de gran
peñasco en tierra calurosa.
8 No se ofuscar&n entonces los ojos de
los reyentes, y los oidos de los oyentes
oir&n atentos.
4 Y el ooniKon de los necios entenderá
Sa saber, 7 la lengua de los tartamu-
8er6 desenvuelta pan hablar clara-
mente.
6 El mezquino nunca mas será lla-
mado liberal, ni será dicho generoso el
aTariento.
6 Porque el mezquino hablará mes-
quindadies, 7 su corazón fiübricará ini-
quidad, para hacer la impiedad, 7 para
hablar escarnio contra Jehová, d^ando
▼acia el alma hambrienta, 7 quitando la
bebida al sediento.
7 Otorto los avaros malas medidas tie-
nen. Él maquina pensamientos pan en-
redar á los simples con palabras cautelo-
sas, 7 pan hablar en Juicio contra el
pobre.
8 Mas el liberal pensará liberalidades ;
7 por liberalidades subirá.
9 ^ Mujeres reposadas, levantaos ; oid
mi voz, confiadas ; escuchad mi razón.
10 Dias y años tendréis espanto, oh
confiadas; porque la vendimia <aiá>
7 la cosecha no acudirá.
11 Temblad, oh reposadas ; turb&os,
oh confiadas : despoJAos, desnudaos, ce-
ñid los lomos con taco.
18 Sobre los pechos lamentarán, por
los campos deleitosos, por la vid fértil.
18 Sobre la tierra de mi pueblo* su-
birán espinas 7 cardos ; 7 aun sobre to-
das las casas de placer en la ciudad de
alegría \
14 Porque los palacios serán desiertos ;
la multitud de la ciudad cesará ; las tor-
res 7 fortalezas se tomarán cuevas pan
siempre, donde huelguen asnos monte-
as» y ganados hagan m^jada :
16 Hasta que sobre nosotros sea derra-
mado espíritu de lo alto «, 7 el desierto
se torne campo labrado, 7 el campo la-
brado sea estimado por bosque.
16 Y habitará el juicio en el desierto,
y en el campo labrado asentará la Jus-
ticU.
17 Y el efiecto de la Justicia será paz d ;
y la labor de justicia, reposo y seguridad
para siempre.
18 Y mi pueblo habitará en morada de
paz, y en habitaciones seguras, y en re-
creos de reposo.
19 Y el granizo, cuando descendiere,
aera en los montes «j y la ciudad será
dd todo abatida/.
SO Dichosos vosotros los que sembráis
sobre todas aguas, y metéis en Oiae el
pié de buey y de asno.
CAPITULO XXXIII.
VaHHna W prqfeta ta ruina de ios enemfgoe
dd puMo de Dio», y eonmda á <m Akee
eon lapromeea dd/eUe ruUMietminSo di
¡ A Y de tí el que saqueas, y nunca
xX fuiste saqueado ; el que haces des-
lealtad, bien que nadie contra tí la hizo J
Cuando acabares de saquear, serás til
también saqueado' ; y cuando acabares
de hacer deslealtad, haráse tomfrtea con-
tra tí.
5 Oh Jehová, ten misericordia de nos-
otros: á Ú hemos espcnrado : Til que fu-
iste oraso de ellos en la mañana, sé
también nuestra salud en tiempo de la
tribuladon.
8 Los puéUos huyeron á la voi del
estruendo ; las gentes fueron esparcidas
por tus levantamientos.
4 Mas vuestra presa será 00^ cmho
cuando cogen las orugas : correrá sobie
ellos, como de una á otra parte oosren
las langostas.
5 Sera ensalzado^ Jehová, el cual ño-
ra en las alturas : porque llené á Sk» de
Juicio y de Justicia.
8 Y reinarán en tus tiempos la saM-
duria y la ciencia, y la fuerza de la isl-
vacion: d temor de Jehová eerá la
tesoro e.
7 Há aquí que sus emhajadotes darán
voces afuera; los mensageros de pss
llorarán amanamente.
8 Las calzadas están deshechas, cesa-
ron los caminantes ; anulado ha la ali-
anza d, aborreció las ciudades, tuvo en
nada los hombres.
9 Enlútese, enfiennó la tierra: él Lí-
bano se aveiígonzé, y filé cortado: base
tomado Saron como desierto; y Basan
y Carmel faeron sacudidos.
10 Ahora me levantaré, dice Jehová;
ahora seré ensalzado, ahora seré en-
grandecido*.
11 Concebísteis hojarasoas, aristas pa-
riréis : el soplo de vuestro fiíego os con-
sumirá.
13 Y los pueblos serán oomo cal que-
mada; como espinas cortadas serán que-
mados con fuego.
13 Oid, los que estáis léios, lo que he
hecho; y voeotroe los cercanos, conoced
mi potencia.
14 Los pecadores se asombraron en
Sion ; espanto sobrecogió á los hípoeii-
tas. ¿ Quién de nosotros morará con el
ftteso consumidor ? ¿ Quién de nosotras
habitará con las llamas eternas ?
15 El que oanüna en justicia/, y haUs
lo recto ; el que aborrece la ganancia de
violencias; el que sacude sos manos,
por no recibir cohecho ; el que tapa su
or^a, por no rtr sangres ; el que cieña
sus oíos, por no ver cosa mala*.
18 Éste habitará en las alturas: forta-
lezas de rocas jerdn su lugar de acogi-
miento: á eate se dará su pan, y sos
aguas serán ciertas.
17 Tus q}os verán al Rey* en ta her-
mosura: veriui la tierra que está léJos.
18 Tu corazón imaginará el espanto, jr
dirá : ¿ Qué es del escriba ? qué del pe-
sador ? ¿ qué es del oue ptme en lista
las casas mas insignes ?
19 No verás aqu^ pueblo espantable,
pueblo de lengua oscura de entoder ', de
lengua tartamuda que no comprendas.
80 Verás á Sion, ciudad de nuestras
solemnidades : tus ojos verán á Jcrun-
lem, morada de quietud, tienda que no
será desarmada; ni serán arrancadas
sus estacas, ni ninguna de sns cnerdas
será rota.
81 Porque ciertamente allí ««rd Jdiová
para con nosotros fuerte lugar de rios,
de antqros muy anchos ; por «1 cual no
andará galera, ni por él pasará grande
navio.
88 Porque Jehová aera nuestro Jnei ,
Jehová nuestro legislador; Jehová eerá
nuestro Rey ; él nusmo nos salvará.
83 Tus cuerdas se aflqjaron ; no afir-
maron su mástil, ni entesaron la vela :
repaxtiráae entonces presa de muchos
despojos; haeta loa cq}oa anebatarán
presa.
94 No dirá el mocador : Eatoy ente-
mo : el pueblo que morare en cUa
absudto de pecado*.
tu.s;.i
•F».US
^IklLft
(8iL«lií
/8il.U.l
7». i.
fBd.mS
i 8*1.111
IJfT.lt.'
ladr.TU.
ISAÍAS, XXZIV. ZXXV, XXXVI.
A.adr.7U.
«8ivkS.&
IXl 32.7,8.
JmILSL
7S.U,ie.
•J«.«.7.
(te
'J<L4fclO.
'Api 10. 3.
*c»p.i4.ai.
Btrb.114.
Ap.U.X
<^MJ.ai,
*lht9.]&
CAPITULO XXXIV.
IWrOlM Jmieiot «m «iw m drfmua é$ m
mubit} 9i$tlarú Dím • todM lof warfoMM.
GENTES, allegáof á oir; y Mca.
chad, pueblos. Oism la tierra, j lo
aoe la hinche; el mundo, ; todo lo que
^produce.
S Poique Jehovi eiti airado wbre to-
daa las gentes «, é initado sobre todo el
ejército de ellas: destruixilas, ; entre-
gualas al matadero.
8 Y k» muertos de ellas serán arrpja»
dos, 7 de sus cadáverss se leTantará he-
dor, 7 loa montes se desleirán por la
wtmika sangre fie ellos.
4 Y todo el ejército de los cielos» se
corromperá, y plegarse han los cielos
eomo un libro : jr cacri todo su ^éroito,
como se cae la hoija de la parra, y como
se cae la de la higuera.
5 Porque en los délos se embriagará
mi enada: hé aquí que descenderá so-
bre £dom • en Juicio, y sobre el pueblo
de mi anatema.
6 Llena está de sangre la espada de
Jehová, engrasada está de grosura de
sangre de corderas y de cabritos, de gro-
■ira de liflones de cameros : porque Je-
hoTá tiene sacrificio d «n Bosra, y grande
matanaa en tierra de Bdom.
7 Y con ellos vendrán atMOo uniconüos,
Í toros con becerros; y su tierra se em-
riagará de sangre*, y su polvo se en-
gnuará de grosura.
8 Porque terá dia de vengansa de Je-
hoTá/, aAo de retribuciones en tü pleito
de Sion.
9 Y sus arroyos se tomarán en pex, y
su polvo en axufze, y su tierra en pez
ardiente.
10 No se apagará de noche ni de dia :
perpetuamente subirá su humo;: de
generación en generación será asolada ;
por jamas pasará nadie por ella.
11 Y la jioseeránA el pelicano y el mo-
chu^ ; la lechuza v el cuervo morarán
en ella: y eztenderáse sobre ella cordel
de dMtruccion, y niveles de asolamiento.
19 Uamanlm á sus principes, princi-
pes sin reino, y todos sus grandes serán
*QLl4.t,e.
la En sus alcázares crecerán espinas y
ortigas, y cardos en sus fbrtalezas; y
serán morada de dragones, y patio para
los pollos de los avestraces*.
14 Y las bestias monteses se encontra-
rán con los gatos cervales, y el peludo
gritará á su compafkero: la lamia tam-
uen tendrá allí asiento, y hallará para
sí reposo.
lA AHÍ anidará el cuclillo, eonservará
tu» huno», y sacará sus pollos, y Jun-
tarálos debajo de sus alas : también se
ayuntarán alli buitres, cada uno con su
oompaflera.
16 Inquirid en el libro de Jehová, y
leed si fidtóA alguno de elloi : ninguno
<ó con su compediera : porque su Doca
mandó, y reunióles su mismo espíritu.
17 Y él les echó las suertes, y su mano
les repartió con cordel : para siempre la
tendrán por heredad, de generación en
generación morarán allí.
CAPITULO XXXV.
Prtfetíaa la veniéb» dd Xtttat. para perpetuo
ifcM dé lo» fwyoii y lo» gtoruto» tf»áo» d»
tu reino.
ALEGRARSE han el desierto y la
. soledad : el yermo se gozará, y flo-
recerá como la rosa.
9 Floreoerá proftisamente, y también
le alegrará y cantará con jütálo: la glo-
ria del Líbano* le será dada, la henno-
snradeCanncl,yde8a>0B. Ello*
la gloria de Jefaovi, la hermoauxa del
Dios nuestro.
8 Confortad á las manos cansadas, ro-
borad las vacilantes rodillas b.
4 Dedd á los de coraaon apocado:
Confortaos, no temáis : hé aquí que vu-
estro Dios viene oon venganza, con
pago ; el mismo Dios vendí», y os sal-
van*.
ft Entonces los ojo» ' de los ciegos se-
rán abiaitoa, y los oídos de los saraos se
abrirán.
6 Entonces «1 eq)o saltará como un ci-
ervo*, y cantará la lengua del mudo:
porque aguas serán cavadas en el desi-
erto, v torrentes en la soledad/.
7 El lugar seco será tomado en es-
tanque, y el secadal en manaderos de
aguas: en la habitación de dragones,
en su oanut, «trá lugar de callas y de
Junóos.
8 Y habrá allí calzada y camiiio, y
será llamado Camino de santidad : no
pasará por él hombn inmundo^: y hu-
irá pora eUos en él quien vaya camino,
de tal manera que los insensatos no
yerren.
9 No habrá aUÍ león, ni bestU fiera
subirá por él*, ni alli se hallará; para
que caminen los redimidos.
10 Y los redimidos dv Jehová volverán,
y vendrán á Sion oon alegría ; y gozo
perpetiso ssrA sobre sus cabezas^: re-
tendrán el goso y alegría, y huirá la
tristeza y el gemido *.
CAPITULO XXXVI.
8»uaéhtrib,rep de Aeíría, detpue» de apode-
rare» de la» eimdeidee/Uertee de Juilá, emvia
á Jerue^em á Babeaee», el eual, coM OfM-
ua»a» w bla^eutia» contra JMoi, procura
pertuadir al |mhMo á que m rinde.
ACONTECIÓ en el aflo catorce del
rey Ezechlas, que Senaohérib, rey
de Asirla, subió contra todas las ciuda-
des fuertes de Judá, y tomólas ••
9 Y el rey de Asirla envió á Rahsaees
con grande ^ército desde Lachls á Je-
rusakm al rey Ezechlas: y asentó el
campo á los oaiios de la pesquera de
arriba, en el camino de la neredad del
Lavador.
8 Y salió á él Ellacim, h^o de Hildas
mayordomo, y Sebna escriba, y Joah,
hijo de Asaph, canciller.
4 A los cuales di]o Ráboaoes : Ahora
puea diréis á Ezechlas: El gran rey, el
rey de Asirla, dice así : ¿ Qué confianza
es esta en que confias ?
5 Digo, alega» tü, (empero palabras
vanos) que temo consejo y fortaleza para
la guerra. Ahora bien ¿ en auién con-
fiaSjQue te rebelas contra mi f
6 Bé aquí que confias en este bordón
de ca&a nágU, en Egipto ; sobre el cual
si alguien se apoyare, entrarásele por la
mano, y se la atravesará. Tal es Pha-
raon, rey de Egipto, para oon todos los
que en él confian.
7 Y si me dieres; En Jehová nuestro
Dios confiamos : ¿ no es este aquél cuyos
altos y cuyos altares b hizo qtdtar Eze-
chlas, y dOo & J<"^ 7 ^ Jerusalem, De-
lante de este altar adoraréis ?
8 Ahora pues yo te mego que des
rehenes al rey de Asirla mi seflor, y
yo te daré dos mil caballos, si pudieres
tii dar caballeros que cabalguen sobre
ellos.
O ¿ Cómo pues harás volver el rostro
de un caidtim de los mas pequefkM si-
ervos de mi seBor, aunque estes con-
fiado en Egipto e por sus carros y hom-
bres de á caballo ?
»Béb.U.12.
•Cap.». 9.
40M.9BL18.
f3.7.
Mat.U.6.
•Heck.a,
9,8.
/GBP.4L18.
74». 1».
f Cap. 82. 1.
iod 8. 17.
k Osp. 11. 9.
Xs.81.39.
<Ci9.Sl.lL
k Cap. 6L 8.
« S Bey. 18.
18.eto.
9 Cr. Sil,
•te.
»9Bsy.l8.4
•Jer.Xa«i
,j,„tx.^^tm
A.0L71S.
ISAIASi XXXVII.
A.c.m
<r B«1.17. 10,
u.
e Sal. 71.10,
11.
/DUUS.1&
9 8 Bej. 18.
• S Bey. U.
l.eto.
*wr.l4.
•Gftp.66.».
10 ¿Y por «entura vine yo ahora á
ena tierra para destndtia sin Jchová ?
Jéhová me dijo : Sube i etta tierra para
destruirla.
11 Entonces d^o Eliadm, y Sebna, y
Joah, á Rabsaces: Rogárnoste que ha-
bles 4 tos sierros en len^a Siriaca, por-
que nosotros la entendemos ; y no hables
con nosotros en lengua Judaica oyéndolo
el pueblo que está sobre el muro.
19 Y di)o Rabsaces : ¿ Envidme mi se-
fior á tí y á tu sefior, á que dijese estas
palabras, y no 4 los hombres que están
sobre el muro para comer su emérool, y
beber su orina con Tosotros ?
18 Pihose luego en {rfé Rabsaces, y
grito 4 grande voz en lengua Judaica
diciendo': 0id las palabras del gran
rey, d rey de Asirla.
14 El rey dice asi : No os engafie Ese»
dilas ; porque no os podrá librar.
15 Ni os haga Ezechlas confiar en
Jehová diciendo*: Ciertamente Jehová
nos libraiá : no aera entregada esta du-
dad en mano del rey de Asiria.
19 No escuchéis á Eieehlas ; porque
éí rey de Asirla diee asi: Haced con-
migo paz, y salid á mi: y coma cada
uno de su vifia, y cada uno de su hi-
guera, y beba cada cual las aguas de su
pozo,
17 Hasta que y6 venga, y os lleve á
una tierra como la vuestra ; tierra de
grano y de vino, tierra de pan y de
vifias.
18 Mirad no os engalle Ezecfalas did-
endo, Jdiová nos libniá/. ¿ Libraron
los dioses de las gentes cada uno á su ti-
erra de la mano del r^ de Asirla ?
19 i Dónde está el dios de Hamath y
de Arphad ? ¿ Dónde está el dios die
Sepharvaim ? ¿ Libraron á Samada de
mi numo 9 ?
80 ¿ Qué dios Anu, entre los dioses de
estas tierras, que naya librado su tierra
de mi mano, para que Jehová libre de
mi mano á Jerusalem ?
81 Pero callaron, y no le respondieron
SBlabra ; porque el rey así lo haUa man-
ado diciendo : No le respondáis.
82 Entonces Eliacim, hijo de HUeias
mayordomo, y Sebna escriba, y Jonh, hi-
jo de Asaph, canciller, vinieron á Éce-
chías rotos sus vestidos, y contáronle las
palabras de Rabsaces.
CAPITULO XXXVII.
I$aiiu eomMuta y «Miforfa d MatMaa it
parU d» Dio» eomira lo» ammtamu jr Uos»
/einwu de Rahtat»». Bemadttrih mtvta tf>
MiMvo á amtnatar á EtatMa» por letra»
Bena» de blatfemiat, la* euale» il abre de-
lante de Dio», y oro. Vio* ametuaa por «I
prqfeta al lÁa*frmo Stiiiachtrü>, y eonemla
d StdtVu y d MI pmetlo: y «n ^featetom
de ku ammata» de Dio», ni ám^ mata
185,000 hombre» m el campo de BenaeJiirih /
si Mol, tNMtto d w Mfrr<K M mmerteporia»
•Ummm kijo».
A CONTEOIÓ pues, que el rey Eze-
xs. chías, oído esto «, rasgó sus vesti-
dos, y cubierto de saco vino á la casa
de Jehová b.
9 Y envió á Eliacim mayordomo, y
á Sebna escriba, v á los ancianos de
los sacerdotes cubiertos de sacos» á
Isaías profieta, hijo de Amos ;
8 Los cuales le dieron: Ezeehlas diee
así: Dia de angustia, de reprensión, y
de blasfemia, e» este dia: porque los
mos han llegado hasta la rotura, y no
hay ftierxa en la oue paree
4 Quizá oirá Jtíiová tu Dios las pala-
bras de Rabsaces, al cual envió a rey
de Asirla su se&or á blasfemar al Dios
vivo, y á reprender con las palabras que
oyó Jehová tn Dloe : alza pues oíadon
td por las reliquias que aun han que-
dado.
5 Vinieron pues los siervos de Ezecbisi
á Isaías.
0 T dQoles Isaías: Diráis asi á vooire
seflor: Así dice Jehová: No temai'
por las palabras oue has oido, con lat
cuales me han blasfemado los derros
del lev de Asirla.
7 He aquí que yo doy en él un espirita,
y oirá im rumor, y volveráae á su tieirs:
y yo haré que eft su tierra caiga i
cuchillo.
8 Vuelto pues Rabsaces, halló al rejr
de Aalria que batía á Libna*: (poiqM
ya habla oído que se habla apartado de
Laohls/:)
9 Mas oyendo decir de TMrhaka, rej
de Etiopia : Hé aquí que ha salido psrs
hacerte guerra : en ovendolo, envió
meni«\}eros á Ezeehlas didendo :
10 Diréis asi á Ezeehlas, rey de Jodá:
No te engalle tu Dios, en quien tli
confias, diciendo: Jenúalem no tetk
entrwada en mano del rey de Asirla.
11 Hé aquí que tli oíste lo que hleioon
los revés de Asirla á todas las tienas,
como las destruyeron : ¿ j escaparás td ?
18 ¿ Libraron los dioses de las gente*
á los que destruyeron mis antepasados,
á Gozan^, y Harán*, Rezeph, y á lot
hijos de Edén' que morabatt en The-
tasar?
18 ¿ Dónde está el rey Hamath*, y d
rey de Arphad, el rev de la dudad de
Sepharvaim, de Henan, y de Hivah^ ?
14 Y tomó Ezeehlas las cartas de
mano de los mens^ieros, y leyólas; j
subió á la casa de Jehová ■•, y las ex-
tendió delante de Jehová.
15 Entonces Ezeehlas oró á Jehová
diciendo :
16 Jehová de los ^éreitos. Dios de
Israel, que moras entre los querubi-
nes», solo td ertt Dios sobre todos los
reinos de la tierra • : tú hiciste los délos
y la tierra.
17 Inclina, oh Jehová, tu trido, y oye;
abre, oh Jehová* tus qjos, y mira: y
oye todas las tmlabras de Senachérlb,
el cual ha enviado á blasfiemar al Dios
viviente. ,
18 Ciertamenie, oh Jcbová, los rayes
de Asiria destruyeron todas las tienás,
y sus comarcas ;
19 Y entregaron los dioses de ellos al
fuego : porque no eran dioses, sino obra
de manos de hombre, maderaj» y pie-
dra : txir eso los deshideron.
90 Ahora pues, Jehová Dios nuestro,
líbranos de su mano, para que todos
los niños de la tierra conozcan que solo
tri era Jdiová.
81 ^ Entonces Isaías, h^o de Amos,
envió á decir á Ezeehlas : Jdiová Dios
de Israel dice así: Acerca de lo que
me rogaste f sobra Senachtrib, rey de
Ariria,
89 Esto es lo que Jehová habló de <I:
¿Hate menospraciado ? ¿ha hecho es-
carnio de tí, oh virgen I^)a de Sion ?
¿meneó su cabeza a tus espaldas, oh
hija de Jerusalem ?
88 ¿A quién injuriaste, y á quién
blasfemaste ? ¿ Contra quien has aisado
tu voz, y levantado tus «Jos en alto f
Contra el Santo de Israel.
84 Por mano de tus siervos denostaste
al Seflor, y dijiste : Yo con la mnltitad
de mis carros subiré á las alturas de loa
montes, á las laderas del Líbano t eer-
taré sus altos cedros, sus hayas escogi-
das: vendré después á le alto d« aa
Umlte, al monte de su Carmel.
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' ISAU8, xxxym, zxxix.
A. ana.
85 Vo cavé» 7 bebí las agnas ; 7 ean
lai pbadas de mis plét wetmxi todo* kw
ricM de lugaxw attinchcradot.
S8 ¿ No has «ádo dadr que de nradio
tiempo ha 70 lo hice, que de días aa-
tiguos lo he formado ? Helo heoho venir
•oon, 7 Miá para destruodon de ciu-
dades fuertes en montoMS de ruinas.
97 V sus moradores, cotrtoe de manos,
quebrantados 7 oonnisos, aeíAa eom»o
grsma dei campo 7 hortaliza verde,
como 7«rlia de los timados, que Antes
de sason le seca.
S8 Conocido he tu estada, tu salida,
j tn entrada, 7 tu furor contra mí.
10 Porque contra mí te airaste, 7 tn
estruendo ha subido A mis oidos. ron-
dr¿ pues mi anauelo en tu nariz, 7 mi
freno en tus labios', 7 haréte Uuxuur
por el camino por donde viniste.
80 T esto te tmrá por sefial : Gomeras
ttU afio lo que nace de sufo ; v d •&>
Mguado también lo que nace de snvo:
7 d a&o tercero sembraréis, 7 sMarus,
7 plantaréis viflM, 7 oomeréis su fruto.
81 T el residuo de la casa de Judá
que hubiere escapado, tomarft a echar
rais ab^o, 7 hari firuto arriba.
88 Porque de Jerusalem saldrAa re-
liqaias, 7 del monte de Sion salvamento.
II selo de Jehová de loa «gércitoe hará
esto.
88 Por tanto así dice JehovA aoerca
del m de Asirla: No entxacA en esta
ciudad, ni eeharA saeta en ella; no
vendrA delante de ella escudo, ni seíA
echado contra ella baluarte.
84 Por el oamino que vino se tomarA,
Íno entiarA en esta elndad, dice Je-
otA.
86 Pues vo ampararé A esta dudad
para salvarla* por amor de mí, 7 por
amor de David mi dervo.
86 5 T saUó el Ángel de JéhovA, é
birlé ciento ochenta 7 cinco mil en
d campo de los Asirlos: v cuando se
levantaron por la matkana, hé aquí que
todo tra cuerpos de muertos.
37 Entonces Senachérib partiéndose
le fné, 7 volviese, é hizo su morada
en Nínlve.
38 Y aoaedé, que estando orando en
d templo de Ñisrooh su dios, Adrame-
lech 7 Sarezer, sus hlJos, le hirieron
A eoidiilio, V hu7eron A la tierra de
Ararat: 7 refaló en su lugar Asarhadon
snhUo.
CAPITULO XXXVIII.
AwMm cw mtftnM dt «MMrte/ «mm ke-
hitmdo ormio, promiItU Dio» por «Mdto
éd pri/tta ttmá pfnbmaaeüntét m vida
rr fMiMe «ios, mt etrtkmmbn dt lo mol
o dada una otHal máravütoaa. M—Atot
rteibida ía Monidad, da á Lio» lai graeia$
tonwaeómtico,
EN aquellos dias ca7é Ezechlas en-
üamo para morir*. Y vino A él
laüas profeta, hijo de Amos, 7 dJUole :
JehovA dice así : Ordena ta oasa> por-
que td morJzAs, 7 no vivixAs.
8 Entonces vdvié Ezechlas su rostro
i la pared, é hizo oración A JdiovA,
8 V dijo: Oh JehovA, mégote te
acnerdesi ahora que he andado delante
de tí en verdad, 7 con integro corazón,
7 que he hecho lo que ha ddo agradable
delante de tus ojos. Y Haré £zeohlas
con gran lloro.
4 Enténoes fué palabra de JehovA 4
líalas, didendo:
6 Ve, V di A Ezechlas: JehovA, IMos
de David tu podre, dice así : Tuoraeion
he oido, 7 visto tus )Agrimas« t hé aquí
que 70 anido A tus dias quince afios.
6 Y te Ubraxé, 7 A «ata elndad, de
mano del N7 de Asirla : 7 A esta dudad
ampararé.
7 T esto te «erd sefial d de parte de
JdiovA, que JehovA harA esto que ha
dicho:
8 Hé aquí que 70 vuelvo atrAs la som-
bra de los grados, que ha descendido
en d reiqf de Aobia por el sd diez
grados. Y d sol fVié tomando diez
grados atrAa, por loe cuales habla 7a
desoendldo.
9 ^ Escritura de Ezechlas, rev de
JttdA, de cuando enfhrmé, 7 sano de
su enfermedad.
10 Yo diJe en el cortamiento de mis
dias. Iré A las puertas dri sepulcro :
privado S07 del resto de mis aflos.
11 Dije: No veré A JAH, A JAH en
la tierra de los que viven • : 7a no veré
mas hombre con los moradorea del
mmido.
18 Mi morada ha sido movida, 7 tras-
pasada de mí, como tienda de pestor:
como d tejedor corté mi vida: corta-
rAme con la enfermedad : me oonsumi^
r As entre d día 7 la noche/.
18 Oontaba 70 hasta la maflana. Como
un león moHo todos mis huesos : de la
mafiaaa A la noche me aeabarAs.
14 Como la grulla 7 como la aolon-
drlna me quejm : gemía como Ta pa*
lomaf : alzaba en dto mis qjos > JehovA,
idolenda padezco} confórtame A.
16 i Qué filié ? El que me lo dijo,
él mismo lo ha hecho. Andaré reoa-
padtando en la posada amargura de
mi alma todos los afios de mi vida.
18 Oh Seflor, sobre ellos vivirAn <ii«
C'odadu, 7 A todos diré eoiuMJr en ellas
vida de mi espíritu ; pues tii me ics-
tableoorAs, 7 me haiAs que viva.
17 Hé aquí amargura grande me «obfw-
vino en la paz : mas A ti plugo librar
mi vida dd ho7o de eocrundon ': por-
que echaste tras tus espalaas todos mis
peoados.
18 Porque el sepulcro no te edebrarA,
ni te aUbarA la muerte*, ni los que
descienden al ho70 esperaran tu verdad.
19 El que vive, el que vive, este te.
oonfesarA, oomo 70 h«7. El padre harA
notoria tu verdad A los b^os'.
90 JehovA para sdvarme; por tanto
cantáronos nuestros salmos en la casa
de JehovA todos loa días de nuestr»
vida.
81 Y habia dkdte Isdas 1 Tomen masa
de higos, 7 p^^anla en la llaga, 7
sanarA"*.
S9 Había admismo dicho Ezechlas:
ÍQué selld tendré de que he de subir
la casa de JehovA* ?
CAPITULO XXXIX.
JswMos mmmtra eom osfcntoeio» iodos sus
totoro$ jf aramdmao 4 lo» omhajadoroo <M
ny d» ÉaSüoníai lo emal oido por d pro-
ida Jtoia$, proMc» la eauHviaad y eala-
mUadM fiM da lo$ BoMIoeio* t^fiiria d
fmMo.
EN aquel tiempo Merodach-Bdadan,
hijo de Baladan. re7 de Babilonia,
envió cartas 7 pesentes A Ezechlas;
porque habla oido que habia estado
enfienno, 7 que habla convalecido.
8 Y holgóse oon dios Bzeehlas, 7
enaefióles la casa de su tesoro; plata,
7 oro, 7 esnederías, 7 ungüentos pre-
dosos, 7 tooa su casa de armas, 7 todo
lo que se pudo hallar en sus tesoros:
no hubo cosa en su casa, 7 en todo su
sefidcío, que Ezechlas no les mostrase.
a Entonces Isaías profeta vino al rqr
Ezechlas, 7 dQole: ¿Qué dloen estos
bombras, 7 de dónde han venido A tí ?
^Cap.r. U,
14.
'flaL 37.18.
/Job 4. 80.
«Cap. se. 11.
h 8d. U9.
198.
<8aLi0.2.
i8d.6.S.
7 80. 9.
788.10.11.
7 lU. 17.
/8d.78.8,4.
"SBe7.ao.7.
"Bsl.84.1
A. C. cir. 71S.
ISAÍAS, XL, XLL
A.acir.ni
Y Exeolüu respondió : De ttem muy
l^os han venido & mí, de Babilraila.
4 Dijo entonces ? ¿ Qoé han Tisto en
tu casa? Y dijo Ezechlas: Todo lo que
hay en mi casa han visto, y ninguna
cosa hay en mis tesoros que no les
* Pro. 28. 5. haya mostrado '.
5 Entonces dijo Isaías á Ezechlas:
Oye palabra de Jehov& de los ^érdtos :
6 H¿ aqui, vienen dias en que ser&
A3Bey, 9S. llevado á Babilonia A todo lo que hay
6, etc. en tu casa, y lo que tus padres han
Jer. ao. & atesorado hasta hoy : ninguna cosa que*
dará, dice Jehová.
7 De tus hijos, que hubieren salido de
ti, y que engendraste, tomarán y serán
exmucos en el palacio del rey de Babi-
•Da. 1.2, 7. loniae.
8 T d^o Ezechlas & Isaías : La palabra
i 1 8a. 3. 18. de Jehová, que has hablado, es buena '.
Y añadió : A lo menos haya paz y ver*
dad en mis dias.
CAPITULO XL.
Xt prcfeÜMada la vm»ida ñd Mt^eu, y la
predteaeion de »u prtatrior A BantUta.
Glmiom «feeto$ del EvangeUo. Nteedad
d» lo» idílatrit». FMñdaa d» lo* que m-
peran en H Señor, el euat eotuolará y »al-
vara á JenuaUm.
CONSOLAD, consolad á mi pueblo,
dice vuestro Dios.
S Hablad al corazón de Jerusalon:
decidle á voces que su tiempo es ya
cumplido, que su pecado es perdonado :
3ue doble ha recibido de la mano de
ehová por todos sus pecados.
* Mat. S. S. 3 Vffi que clama • en el desierto : Bar>
6MaL8. 1. red cammo á Jehováb, enderezad cal-
zada en la soledad á nuestro Dios.
4 Todo valle sea alzado, y bájese todo
monte y collado, y lo torcido se ende-
« Cap. 46. 2. rece«, y lo áspero se allane.
5 Y manifestaráse la gloria de Jehová,
Ltoda carne Juntamente verá lo que la
)ca de Jehová habló.
6 Yoz que deda: Da voces. Y yo res-
pondí : c Qué tengo de decir á voces ?
Toda carne et yerba, y toda su gloria
como flor del campo.
7 La yerba se seca, y la flor se cae;
porque el viento de Jehová sopló en ella.
Ciertamente yerba es el pueblo.
i 1 Ped. 1. 8 Sécase la yerba, cáese la fíatd : mas
84, 2&. la palabra del Dios nuestro permanece
*Mar.l&31. para siempre •.
9 Sdbete sobre un monte alto, anun-
ciadora de Slon ; levanta fuertemente tu
voz, anunciadora de Jerusalem : leván-
ta/a, no temas. Di á las ciudades de
Judá : Veis aquí el Dios vuestro.
10 Hé aquí que el Sefior Jehová ven-
drá con fortibeza, y su brazo se ense-
fioreará. Hé aquí que su salario viene
/Cap. fl2.ll. con él, y su obra delante de su rostro/.
f Sal. 28. 1. 11 Gomo pastor apacentará su rebafio t :
Josa 10. 11. en su brazo cogerá los corderos, y en su
seno los llevará: pastoreará euavemewte
las paridas.
13 ¿ Quién midió las aguas con su pu-
llo, y aderezó los délos con su palmo,
y con tres dedos allegó el polvo de la
tierra, y pesó los montes con balanza, y
con peso los collados ?
18 ¿ Quién ensefló al Espíritu de Je-
hová, o le aconsejó ensefiandole ?
14 ¿ A quién demandó cons«do para
ser avisado ? ¿ Quién le ensefio él ca-
mino del iuido, ó le enaefió denola, ó
le mostró la senda de la prudencia ?
15 Hé aquí que las naciones son repu-
tadas como la gota de un acetre, y como
el orin del peso : hé aquí que hace desa-
pateoer las islas como un polvo.
16 Ni todo el Líbano bastará para el
fuego, ni todos sus animales para fli-
crindo.
17 Como nada son todas lú gentade»
lante él A; y en su comparadon leria
estimadas en menos que nada, y que lo
que no es •'.
18 (I A qué pues haréis semdante i
DioSjó qué imagen le compondrás^ ?
19 £1 artífice r apareja la imagen de
talla ; el platero le extiende d oro, y le
funde cadenas de plata.
80 El pobre escoge para ofirecerie ma-
dera que no se corrompa ; bdsease un
maestro sabio que le haga una imigcn
de talla, de manera que no se muera.
81 ¿No sabds? ¿No habds oido?
¿ Nunca os lo han dÜcho desde el prin-
cipio ? ¿ No habéis sido enseilados da*
de que la tierra se fundó ?
22 Él está asentado sobre d globo de
la tierra, cuyos moradores U son como
langostas: d extiende los délos como
una cortina"», tiéndelos como una ti-
enda para morar.
23 Él toma en nada» los poderoioi, y
á los que gobiernan la tierra hace como
cosa vana :
84 Como si nunca fberan plantados,
como si nunca ñieran sembrados, como
si nunca su tronco hubiera tenido raíz
en la tierra : así que sopla en ellos, k
secan, y el torbdlino los lleva como
hojarascas.
85 ¿ A qué pues me haréis 8emi>)ante,
ó seré asimilado ? dice el Santo».
86 Levantad en alto vuestros dos, y
mirad : ¿ quién crió estas e<Aas ? él saca
por cuenta su ejército ; á todas llama
por sus nombres P ; ningxma fidtaiá: tal
et la grandeza de su fuerza, y «it poder
y virtud.
87 ¿ Por qué dices, oh Jacob, y habiss
til, Israel, Mi camino es escondido de
Jehová, y de mi Dios pasó mi juido ?
38 ¿ No has sabido, no has ouo que el
Dios dd sialo ee Jehová, el cual crié los
términos de la tierra ? No se trabaja,
lü se fatiga con cansancio ; y su enten-
dimiento no hay quien lo alcance y.
29 Él da esñierzo al cansado, y md-
tiplica las fuerzas al que no tiene dn-
gunasr.
30 Los mancebos se fatigan, y te can-
san ; los mozos flaqnean y caen :
81 Mas los que esperan á Jehov& ten-
drán nuevas í\ierzas«; levantaran las
alas como águilas; correrán, y no se
cansarán ; caminarán, y no se fatigarán.
CAPITULO XLI.
BtHffvtar provideneia de JHoe para tm m
píeUo, al cual alienta con la promeM é»
en defenea « amparo. Vamtíad dalotiS»-
lo*¡ eon/utton y t/rexUa de Im «iisM fw
loe haten y Itowran.
ESCUCHADME, islas, y esfliércense
los pueblos ; allegúense, T enténees
hablen: estemos juntamente a juido.
8 i Quién despertó dd oriente d Justo,
lo llamó para que le siguiese, entrego
delante de él naciones «, é hisolo enae-
iknrear de reyes, entrególos á su espada
como polvo, y á su aroo como hqiaras-
caa arrebatadas ?
8 Siguiólos, pasó en paz por camino
por donde sus pies nunca hablan en-
trado.
4 ¿Quién obró é hi» eOol ^Qdán
llama las generaciones desde a priu-
dpio? Yo Jdiová primero, yk yo mi**
mo con los postreros.
5 Las Islas vieron, y tuvieron tenor;
los términos de la tierra se espantann :
oongv^ázonae, y vinieron.
6 Cada cual ayudó á su oeroaao, y & ">
hermano d^o: Esfuérzate.
ilklJS.
iBidlI.
».
y4iH,
etc.
Jar. ID. S,
LCdr.n»,
ISAÍAS, XLIL
A. a cir. 712.
7 Bl ca^abateio animó al platero», y
el que aliía oon maxtiUo al que tMtia en
el jvmque, diciendo : Buena está la sol-
dadura. Y afizmó H ídolo con clavos,
pavone no se moviese.
8 1 Mas tü, Israel, siervo mió eret;
tíh Jacob, á qnien yo escogí ', simiente
de Abtaham ñii amigo «.
9 Porque te tomé de los extremos de
la tienta, v de sos principales te llamé,
j te d^je : Mi siervo terát tú : te escogí,
7 no te deseché.
10 No temas, que yo tmi contigo/: no
desmayes, que yo soy tu Dios que te es-
fuerzo : siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia.
11 Hé aquí que todos los que se airan
contra tí, serán avergonzados y confun-
didos; : serán como nada, y perecerán
los que contienden contigo.
12 Lo» buscarás, y no k>s hallarás : los
que tienen oontienda contigo serán co-
mo nada, y como cosa que no es aquellos
que te hacen guerra.
13 Porque yo Jehová tou tu Dios, que
te ase de tu mano derecma, y te dice :
No temas, yo te ayudé.
14 Ko temas, gusano de Jacob, oh vos-
otros los pocos de Israel : yo te socorí,
dice Jtíbová, y tu redentor el Santo de
Israd.
16 Hé aquí que yo te he puesto por
trillo, trillo nuevo lleno de dientes ; tri-
llarás montes, y los molerás, y collados
tomaiás en tamo K
10 Los aventarás, y los llevará el vi-
ento, y esparcirálos d torbellino. Tü
empero te rsgocijarás en Jehová, y te
glcnriarás' en el Santo de Israel.
17 JLos afligidos y menesterosos buscan
las aguas, que no hay ¡ sécese de sed su
lengua : yo Jehová los oiré ; yo» el Dios
de Israel, no los desampararé.
18 En los altos osAssot abriré rios, y
fhetites en mitad de los llanos : tomaré
d desierto en estanques de aguas, y en
manaderos de aguas* la tiara seca.
19 Daré en el desierto cedros, espinos,
arrayanes, y olivas : pondré en la sole-
dad hayas, olmos y álamos Juntamente '.
80 Porque vean, y conozcan, y advier-
tan, y entiendan todos, que la mano de
Jehová hace esto, y que el Santo de Is-
rael lo crió.
31 ^ Aleead por vuestra causa, dice
Jehová ; euiibia vuestros fundamentos,
dice el Rey de Jacob.
89 Traigan, y anuncíennos lo que ha
de venir»: dígannos lo que ha pasado
desde el principio, y pondremos nuestro
corazón en tilo: sepamos también su
postrimería, y hacadnos entender lo que
ha de venir.
83 Dadnos nuevas de lo que ha de ser
después, para que sepamos que vosotros
toU dioses : ó á lo menos haced bien, ó
mal, para que tengamos que contar, y
Juntamente nos maravillemos.
84 Hé aquí que vosotros toi» de nada, y
vuestras obras de vanidad": abomina-
ci<m ei me os escogió.
85 Del norte lo desperté, y vendrá: del
nacimiento del sol llamará en mi nom-
bre: y hollmá príncipes como lodo, y
como pisa el barro el alfarero.
88 ¿ Quién lo anunció desde el prin-
cipio, para que sepamos, ó de tiempo
atiaás, y diremos : e« justo ? Cierto, no
ha» quien anuncie, sí, no ha¡f quien en-
selle; ciertamente, no hajf quien haya
oido vuestras palalúras.
97 Yo eojf tí primero que he enseñado
estas cosas á Sion, y á Jt'rusaiem dará
un portador de alegres nuevas o.
98 Bfiré, y no halña ninguno : y pre-
Íunié de estas cosas, y ningún consqcro
ubo; pregúnteles, y no respondieron
palabra.
89 Hé aquí, todos iniquidad, y las
obras de ellos nada: viento y vanidad
ton sus vaciadizos.
CAPITULO XLIL
Clfieio y earaelfret dd gran Libertador d» It-
rad¡ éffoAtaM'mimto y ffloria da tu reino.
IMitklía del }»i«Uo, y $ut eotuiguientee ea-
latnidadu.
HÉ aquí mi siervo, yo le sostendré • ;
mi escogido, en quien mi alma to-
ma contentamiento b : he puesto sobre él
mi Espíritu • ; dará Juicio á las Gtentes.
8 No clamará, ni alzará, ni hará oir su
voz en las plazas.
8 No quebrará la caila cascada, ni apa-
gará el pábilo que humeare : sacará el
Juicio á verdad.
4 No se cansará ni desmayará, hasta
que ponga en la tierra juicio : y las islas
esperarán su ley d.
5 Así dice el Dios Jehová, el criador
de los cielos, y el que los «tiende ; el
que extiende la tierra y sus verduras ; el
que da respiración al pueblo que mora
sobre ella, y espíritu á los que por ella
andan « :
6 To Jehová te he llamado en justicia,
y te tendré por la mano : te guardaré, y
te pondré por alianza del pueblo, por luz
de las gentes/,
7 Para que abras qjos de ciegos y, para
que saques de la cárcel á los presos, y de
casas de prisión * á los que están de asi-
ento en tinieblas.
8 Yo Jehová. Este «« mi nombre':
Lá otro no daré mi gloria, ni mi ala-
nza á escultunsA.
0 Las cosas primeras hé aquí vinieron,
y yo anuncio nuevas cosas : antes que
salgan á luz, vo os las haré notorias ^
10 ^ Cantad á Jehová un nuevo cJui-
tico, su alabanza» desde el fin de la
tierra: canten los que descienden á la
mar, y lo que la hinche, las islas, y los
moradores de ellas.
11 Alcen /a vos el desierto y sus ciu-
dades, las aldeas donde habita Gedar n :
canten los moradores de la Piedra, y
desde las cumbres de los montes den
voces de Jubilo.
18 Den gloria á Jehová, y prediquen
sus loores en las islas ».
13 Jehová saldrá como gigante, y como
hombre de guerra despartirá «w zeloj» :
gritará, voceará, esforzaráse sobre sus
enemifjos.
14 Desde ei siglo he callado, tenido he
silencio, y heme detenido: daré voces
como la que está de parto ; asolaré y
devoraré juntamente.
15 Tomaré en soledad montes y co-
llados ; haré secar toda su yerba : los
rios tomaré en islas, y secaré los están-
ques.
16 Y guiaré los ciegos por camino que
no sabian ; haréles yiasx por las sendas
que no hablan conocido : delante de ellos
tomaré las tinieblas en luz, y los rodeos
en llanura. Estas cosas les haré, y no
los desampararé.
17 Serán vueltos atrás, y en extremo
confundidos 9 los que confían en las es-
culturas, y dicen a las estatuas de fun-
dición : Vosotros toit nuestros dioses.
18 Sordos, oid; y vosotros ciegos, mi-
rad para ver.
19 ¿Quién ciego sino mi siervo f?
i Quién toa sordo como mi mensi^)ero
que envié ? ¿ Quién ciego como el ere*
ciado <fe perfecto', y áego como el si-
ervo de Jehová,
_
«Mat 13.-18.
» Mst S. 17.
y 17. 5.
« Cap. 11. 2.
Juan 3. 34.
•'G«B. 49.10.
• 2sc. 13. 1.
/Csp.49. e.
Loe. % 32.
Hech.18.47.
' Cap. 85. &.
ilPed.2.9.
• Bsl. 88. 18.
i Cap. 48. U.
I Hedí. 16.
18.
■• Ap. 5. 9.
» Cap. flO. 7.
« Sal. U7. 1.
P Bz. 16. 3.
9 Sal. 97. 7.
'' Cap. 41. 8.
7^8.10.
• Kz. 16. 14,
16.
A.Cdr. 713.
ISAIA3, xun, XUV.
A.C.dr.Ta
f 8*1. n. 16,
19.
« Sal. 66. 12.
i Cap. 45. 11.
' Jer. 30. 10.
y 46. W.
d Hedí. IS.
17.
<C«p.39.2S.
/Cap. 42. 19.
£z. 12. 2.
' Capí 44. 8.
A Cap. 44. 8.
«4». 31.
08.18.4.
• CaD.14.37.
T48.10.
U.Í.8B.
80 Que Te muohu «osu, y no advierte ;
que abre los oídos, y so para otr ?
21 Jehová se complació en él por amor
de 8U juBtioia' : magnificaiA la ley, y la
engrandeoer&.
22 Mas este pueblo terá sattneado y
hollado ; todos ellos han de $er enlaza-
dos en cavenuu, y escondidos en cárce-
les. Serán puestos á saco, y no habrá
quien loe libre; hoÚados, y no habrá
quien diga : Restituid.
23 ¿ Quién de vosotros oirá esto ? i qui»
én atenderá y escuchará en orden al por
venir?
24 ¿Quién did á Jacob en presa, y
entr^o á Israel á saqueadores ? ¿ No
fué Jehová, contra qmen pecamos ? Y
no quisieron andar en sus caminos, ni
oyeron su ley.
25 Por tanto derramó sobre él el furor
de su ira, y fuerza de guerra: plisóle
fuego de todas partes, empero no enten-
dió; é incendióle, mas no ha parado
mientes.
CAPITULO XLIII.
Cotuuda y anima d Im pioa eerlifieanáoU»
de la buena vobuUad y anior de Dioe, el
cual loe amparará en medio de todae ene
ealamldade», y al fin loe con fregará de to-
dae loe gentee para que aoeen de libertad
glorioea. Impugna la idoíatria eon el te»-
timonio de eu pueblo y de loe maravitlae
que Dioe en fina heAo, y loe ^ue promete
harta libertándolo de la cautividad de Ba-
bilonia, adonde lee habia eokado por tue
peeadoe.
Y AHORA asi dice Jehová criador
tuyo, oh Jacob, y ibrmador tuyo,
oh Israel : No temas ; porque yo te re-
dimí, ,y te puse nombre : mío eree tú.
2 Cuando pasares por las aguas, yo seré
contigo a; y cuando por los ríos, no te
an^^ar&n. Cuando pasares por el fu^o,
no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
3 Porque yo Jehová Dios tuyo, el Santo
de Israel, m¡/ tu Salvador: á Egipto he
dado por tu rescate, á Etiopia y á Seba
portíb.
4 Porque en mis ojos fuiste de grande
estima, fuiste honorable, y yo te amé :
dará pues hombres por a, y naciones
por tu alma.
5 No temas; porque yo ao¡f contigo:
del oriente traeré tu generación, y del
occidente te recogeré e.
6 Diré al Aquilón: Daca; y al Me-
diodía : No detengas : trae de léjos mis
hijos, y mis h^as de los términos de la
tierra.
7 Todos llamados de mi nombréis, y
para gloria mia los crié, los formé, y los
hice«:
8 Sacando al pueblo ciego que tiene
ojos, y á los sordos que tienen oídos/.
9 Congregúense á una todas las gentes,
y Jdntense los pueblos: ¿quién de ellos
hay que nos dé nuevas de esto, y que
nos haga oír las cosas primeras ? Pre-
senten sus testigos, y Justifbinense ; oi-
gan, y digan verdad.
10 Vosotros eoU mis testigos, dioe Je-
hová', y mi riervo, que yo escogí ; para
que roe conoxcais, y creáis, y entendáis
Que yo mismo «oy : antes de* mi no fué
formado Dios, ni lo será después de mi *.
11 Yo, yo Jehová; y fuera de mi no
hay quien salve.
12 Yo anuncié, y salvé, ó hice oír, y
no kubo entre vosotros eztratlo. Vos-
otros pues aoU mis testigos, dioe Je-
hová, que yo «oy Dios.
18 Aun wites que hubiera dia, yo era ;
Lno Aaj^ quien de mi mano libre: ti yo
iciere, ¿ quién lo estorbará i ?
14 5 Así dioe JdMvá, Redentor vu-
estro, el Santo de Israel : Por vMoIros
envié á Babilonia, é hice descender fu-
gitivos todos ellos : y clamor de Caldeas
en las naves.
15 Yo Jehová, Santo vuestro, Criador
de Israel, vuestro Rey.
16 5 Asi dioe Jehová, el que da es-
mino en la mar, y senda en las apui
Impetuosas k.
17 Cuando él saca carro y caballo, ejér-
cito y fuerza caen juntamente, para no
levantarse; quedan extinguidos, como
pábilo quedan apagados.
18 No os acordds de ]sa cosas pasa-
das, ni traigáis á memoria las cosas ta-
tíguas'.
19 Hé aquí que yo hwo cosa nuera:
presto saldrá á luz : ¿ No la sabrAs ? |
Otra vez pondré camino en d desierto,
y ríos en la soledad <".
90 La bestia del campo me honrarH,
los dragones, y los pollos del avestruz:
porque daré aguas en tA. desierto, rios
en la soledad, para que beba mi pueblo,
ral escogido.
21 Este pueblo crié para mí ; mis ala-
banzas publicará.
92 ^ Y no me Invocaste á mí, oh Ja-
cob ; antes de mí te cansaste, oh Israel ".
23 No me tnviiste á mi los anímala
de tus holocaustos, ni á mí me honraste
eon tus sacrificios : no te hice lerrir
con Presente, ni te hice fatigar con per-
fume.
94 No compraste para mí cafta aromi-
tica por dinero, ni me saciaste con la
grosura de tus saeri6cios: antes me bi-
oíste servir en tus pecados, y me has
fatigado con tus maldades ».
25 Yo, yo eoy el que borro tus lebdi-
onesp por amor de mí f, y no me acor-
daré de tus pecados '.
26 Hazme acordar; entremos en joioío
juntamente : relata til para abonarte.
27 Tu primer* padre pecó, y tus ense-
fladoxes prevaricaron contra roí.
28 Por tanto yo profané los pifnoipes
del santuario ; y puse por anatema á
Jacob, y por oprobio á Israel.
CAPITULO XLIV.
Se el miemo argumento del eap. pneedente,
moM repreeentando en eete la ueeedad de ¡m
idolatra», que no ee averguenaandedar etilo
y adoración (eualquitra que eea) ai títíe
que atoe mivmoa hicieron de metal, < á»
un madero. Para qus ee guarde de «fta
abaminatA* locura, ee amaneitado A pue-
blo á recordar lo que Dioe ka heeko por U,
y loe promeeae que le tiene dadae de liber-
tad, tiu euaiee eumipliriu por mano de Oiré,
y en lofigwra3o,por Oriao,
AHORA pues, oye, Jaeob, siervo
■Ctaftl
y41.tt
■ tfd.L1
cogí.
mió ; y tü, Israel, á quien yo es-
rlu.
r Jet.S.1
2 Así dice Jehová, hacedor tuyo, y al
que te formó desde el vientre, eláuUte
ayudará: No temas, siervo mío Jacob;
y td, Jesurun, á quien yo escogí.
8 Porque yo derramaré aguas sobre el
secadal, y rios sobre la tierra árida*:
mi Espíritu derramase sobre tu gene-
ración a, y mi bendición sobre tas re-
nuevos.
4 Y brotar&n armo entre yerba, como
sauces junto á las riberas de las agnaa.
5 Este diiá: Yo soy de Jebová: el
otro ae llamará del nombre de Jacob: y
otro escribirá con su mano : A Jebovs; _ _^
y ae apellidará con el nomine de IsimK i j 4í- i^
8 ] Asi dice Jdiová, Rey de Iiracl,y | Ap^i-l
su Redentor, Jehová de los tjM*»'- V.
Yo el primero, y yo el postrero 4, y f^Mf* y»*
de mí no hau Dios «.
7 ¿ Y quien llamará cono yo, t de-
nunciará áetíte esto, y lo osdán» ptf
tiedt
'8tLSr-4
iatür.na.
ISAÍAS, ZLV.
A. C. «ir. TB.
ixas.ao.
Oip.4S.10.
DiM.82. 4.
B.
mf> deida que hfce d pueblo aatígnof ?
Anifíioieiile* lo que tíom ib carea, j le
qae eit¿ por Teñir.
8 No temaii, ni ofl amedicateiB : ¿ no
te Uoe oír desde entdnoes, j te dije
intes lo pie estaba por venir t Luego
voaotTM eoie mis tettigos; que no hay
Dios «ino yo, j que no hay tuerte* que
JO no conozca.
9 Los fonnadoreí de imágenet de talla
todo* etloa mk vanidad, y lo mas pre-
cioso de ellos para nada es iltil •' ; y ellos
mismos para su confusión «w testigos,
que ellas ni ven ni entienden.
10 ¿ Quién fomuS un dios, ó quién fün-
dio una estatua, que paxa nada es de
provecho*?
11 Hé aquí que todos sus eompafieros
serán aveágonxados': porque los mis-
mos artífices son de los nombres. Todos
elloe se juntarán, estaién, se asombra-
r&n, V seiin avet^oncados á una.
13 El herrero «■ tomará la tenaza, obra-
rá en las ascuas, dartUe forma con los
maxtillos, y trabajará en la estahut con
la Aierza de su braco : tiene In^o ham-
bre, y le fiatan las fliersas ; no beberá
agna« y se desmaya.
18 £1 carpintero tiende la regla, seiiála
aquella con almagre, lábrala con los oe-
pUIos, dale figura con el oompas, háoela
en forma de vanm, á semejanza de hom-
bre bermoso, para estar en oasa.
14 Cortaráse cedros, y tomará enoina
y aleomociue, y entre los árboles del bos-
qse se csnrúin: plantará pino, que se
ocie eon la lluvia.
16 De él se servirá lu^o ti hombre
an quemar, y tomará de ellos para
oaJentarse : encenderá también el Aomo,
y cocerá panes ; hará ademas un dios, y
lo adorará ; fiíbrloará un ídolo, y arro-
dilUnáse delante de ¿1.
16 Parte del teio quemará en el fue-
go • ; con ctra paite de él comerá carne,
adaresaitá asado, y se saciará. Después
se eaientará, y dliá : Oh ! heme calen-
tado, he visto el fuego.
17 Y toma su sobrante en un dios, en
su escultura : luimlllase delante de ella,
adárela, y ruégale diciendo: Líbrame,
que mi dios ere* tú.
18 No supieron, ni entendieron* ; por-
que eneostradoa están sus ojos para no
', y su corazón para no entender.
19 rio discune para consigo, no tiene
sentido ni entendimiento para deeir:
Pacte de esto quemé en el fuego, y so-
bre sus brasas cocí pan, asé carne, y
eamUa ; ¿ he de tomar en una abomi-
nación lo restante de ello ? ¿ delante de
un tronco de árlwl tengo de humillarme ?
90 De ceniza se apacienta : su corazón
engaitado le desviai', para que no libre
su alma, ni diga: ¿ Ne hay una mentln
á mi mano derecha ?
91 Acuérdate de estas ooaas, oh Jacob,
é Israel, pues que mi siervo eres : Yo te
formé ; oervo mió eree tú : Israel, no
me olvides.
as Yo deshice, eomo á nube, tus re-
bellones, y como á niebla tus pecados f :
tómate á mi, porque yo te reduní.
99 Oantad loores, oh cielos, porque
Jehová lo hizo : gritad con Jubilo, lu-
gavea b^os de la tierra r: prorumpld,
montas, en alabanza; bosque, y todo
árbol Que en él está: jporque Jehová
redinaló á Jacob, y en Israel será glo-
rlfioMio.
SM ^ Así dice Jehová, «u Redentor, y
faemador tuyo desde el vientre : Yo Je-
hová, qoa lo hago todo; que extiendo
■olo los cielos*, que extiendo la tiecm
pormíaiiamo;
98 Que deshago las seüales de los adi-
vino*, y enloqneaco á los agoreros';
que hago tomar atrás los sabios, y des-
vanezco su sabiduría;
96 Que despierta la palabra de su si-
ervo », y cumple el consejo de sus men-
si^eroa: que dioe á Jerusalem, Seiás
habitada: y á las ciudades de Judá:
Reedificadú serán, y sus ruinas levui-
taré:
97 Que digo al proAuado: Sécate, y tus
rios haré secar*:
98 Que llamo á Ciro, mi pastor, y
oumpliiá todo lo que yo quiero, en di-
ciendo á Jerusalem: Serás edifloada;
y al templo, Serás ftindado y.
CAPITULO XLV.
JHot Baña á Otro por tu nombre, ovm mueho
antes oiM tMCtete en la monarca, para
r liberte $u pneUo de SoMonia: « en
Uberfad mee por ese medio prometí él
Beñer á lo» Judae, f ^oriota reiloMraeten
de «Rm, haee entrever la de todos lo» hom-
bres por Jeeu OrUto. Qnedordn eerridoe y
aoeroimeado» todos los tdtfiatrae, y eirá dee-
tntíaa la idolatría.
ASI dioe Jehová á su ungido Ciro,
. al cual tomé yo por su mano dere-
eha, para sujetar gentes delanto de él,
y desatar lomos de reyes*; para abrir
delante de él fiuertas, y las puertas no se
oerrarán:
9 Yo iré delante de tí, y enderezaré
las tortuosidades: quebrantaré puertas
de bronce, y cerrojos de hierro haré pe-
dazosft;
8 Y te dará los tesoros eeoondidos, y
los secretos muy guardados, para que
sepas que yo soy Jehová, el Dios de Is-
rael, que te pongo nombre.
4 Por amor de mi siervo Jaeob, y de
Israel mi escogido, te llamé* por tu
nombre; plísete sobrenombre, aunque
no me conociste.
5 Yo Jdiová, V ninguno mas hau; no
áoy Dios fuera de mU. Yo te oeoiié *,
aunque td no me eonooiste ;
0 Para que se sepa desde el nacimiento
del sol, y desde donde se pone, que no
hay mas de yo. Yo Jehová, y ninguno
mas de yo/.
7 Que formo la luc, y crio las tinieblas ;
?ue hago la paz, y crio el mal». Yo Je-
ova, que hago todo esto.
8 Y Rociad, cielos, de arriba, y las
nubes destilen la Justicia*: ábraw la
tierra, y proddzcanse la salud y la Jus-
ticia ; háganse brotar juntamente *. Yo
Jehová lo crié.
9 5^ ; Ay del que pleitea con su Hace-
dor! Coñüenda el tiesto con los tiestos
de la tierra. ¿ Dirá el barro al que lo
labra : Qué haces ? ó tu obra no tiene
manos*?
10 Ay del que dice al padre : Por qué
engendraste? y á la mujer: Por qué
pariste?
11 ^ Aú <Uce Jehová, el Santo de Is-
rael, y su Formador: Preguntadme de
las cosas por venir; mandadme acerca
de mis h^os, y acerca de la obra de mis
manos.
18 Yo hice la tierra, y crié sobre ella
al hombre. Yo, mis manos extendieron
los cielos, y á todo su qjército mandé'.
18 Yo lo desperté en justicia •», y en-
frezaré todos sus caminos: él edificará
mi dudad «, y soltará mis cautivos, no
por precio», ni por dones, dice Jehová
de loa ejércitos.
14 5 Así d^ Jehová: El trabajo de
Egipto, las mercaderías de Etiopia, y
los Babeos, hombres agigantados, se pa-
sarán á tí , y serán tuyos» : irán en poe
de tí, pasarán con grillosf ; á tí harán
_--
*2Cr.l8.11.
84.
Jer. Mi W.
«Zse. L6.
2fed.l.l9.
*J«r.60.38.
y ftl. 88.
' Bsd. 1. 1,
ete.
'Jobia.l&
i Sal. 10748.
«GSP.48.1&
'var.M.18.
as.
Dea. 4. 85.
8».
«Sikl.18.82,
»>.
/Cap. 44.8.
V Amos 8.8.
4 8kL8S.U.
<8*L7S.8.
i Gap.». 18.
Bo.».».
l8al.l01S5.
•Gap. 41.x
•9Cr.MU
Bid.Ll,
StD.
•0Bp.n3.
POa» 48.98.
y«ú.».ie.
y 79. 10.11.
CM.8.9Í,
«Sal. 149. 8.
A.adr.ns.
ISAÍAS, XLYI, XLYIL
A.adr.711
•BU. 97. 7.
I Bo. 11.38.
»C»p. 48.18.
'OBp.il 18.
yCftik41.a2.
74&8.
.7 44.7.
'S*L22.37.
•Gen.a2.18.
* Bo. 14. 11.
11.2.10.
« Jer. 28. 6.
rfZM.10.8,
12.
•C»p;41.11.
/Bo.&l.
•Jer. 60.2.
» Jer. lOi 8.
•Xx.19.4.
•H3ftp.40.U,
25.
• Gftp. 4L 7.
eto.
revennoia, j á tí supUcartn, dUiendo:
Oierto, en tt ettá Dum; ; no hay otro
fiísra de Dios.
15 Verdaderamente tú tres lÜMr qne
te encobres; Dios de Israel qne sal-
Tas.
18 Oonfiísos y avennnzados serán to-
dos ellos : irán con tfienta todos los fa-
tnieadores de imágenes «.
17 Israel es salvo en Jehová con salud
eterna < : no os aTei»mzaxéls,nl os afitai-
taréis ya por todos los siglos.
18 Porque asi d^o Jehová, que crió los
cielos : ¿1 mismo, el Dios que íbrmó la
tierra, el que la hizo, y la compuso, no
la crió para nada, para que flieae habi-
tada la crió : Yo Jenovi, y ninguno mas
de yo.
19 No hablé en escondido •*, en lugar
de tierra de tinieblas : no dije i la gene-
ración de Jacob : En vano me buscáis.
Yo «w Jehová que hablo justicia, que
anuncio rectitud.
80 Reunios y venid; alleg&os todos
los escapados de las gentes. No saben
aquellos que erigen el madero de su es-
cultura, y los que ru^an al dios qne no
salva'.
21 Publicad, y haced llegar, y entren
todos en consulta. ¿ Quién hizo oir esto
desde el principio, y lo tiene dicho desde
entonces", sino yo Jehová? Y no hay
mas Dios que jo : Dios justo y salvador ;
ninguno otro tuera de mí.
22 Mirad á mí, y sed salvos • todos los
términos de la tierra: porque yo «cy
Dios, y no hay mas.
23 Por mi hice Juramento*, de mi
boca salió palabra en Justicia, y no será
revocada : Que á mí se dobla» toda ro-
dilla^ jurará toda lengua h,
24 Y diráse de mí : Ciertamente en
Jehová e$tá la justicia « y la fuerza':
á él vendrán ; y todos los que contra él
se enardecen, serán avergpmzados «.
26 En Jehová será justificada/, y se
gloriará toda la generación de Isñid.
CAPITULO XLVI.
ProfeUta la ruina dé 2m tilolof de BcMiO'
uia. Reprende á tu puebto de ídotatrfa re-
pretentcíkdo nu loeat diUgmeiat «n efla.
Pruthalee tu verdadera divinidad por la»
moravtlÍM que ka hetko por «üo*¡ p n-
eordandciei la JUdidad ae «im prometa»,
ontfneíaie* la lalvaeion fue enviaría á
lirael. ,
POSTRÓSE BeU, abatióse Nebo.
Sus simulacros ÁieEon pueetoi so-
bre bestias, y sobre animales de carga b •
os llevarán cargados de vosotros, carga
penosa.
2 Fueron humillados lot idoloe, fiíeron
abatidos juntamente : no pudi«áron es-
caparse de la oarsa, sino que tuvieron
dios mismos que ir en cautiverio.
8 Oidme, oh casa de Jacob, y todo el
resto de la casa de Israel, los que sois
traído» desde el vientre, los que sois lle-
vados desde la matriz « :
4 Y hasta vuettra ve^jez yo mismo, y
hasta las canas o» suportaré yo. Yo o»
hice, yo o* llevaré, yo ot suportaré y
guardaré.
5 ¿ A quién me asenugais, y me igua-
láis, y me comparáis, para que sea le-
m«>}ante<< ?
8 Bacán oro del talego, y pesan plata
con balanzas ; alquilan un platero para
hacer un dios de ello: humlUanse*, y
adoran.
7 Échanaelo sobre los hombros, lié-
vanlo, y asiéntanlo en su lugar ; allí se
está, y no se mueve de su sitio : danle
voces, y tampoco responde, ni libra de
la tribulación.
8 Acordaos de esto, y tened vogOcma:
tomad en vosotros, prevaiicadoRs.
9 Acordaos de las cosas jasadas dode
el siglo ; porque yo soy Dios, y no hay
mas dios ; y nada hmf á mí semgaate.
10 Que anuncio lo por venir desde d
principio, y desde antteuo lo que son
no era hecho/: que digo: Mi oona^o
permanecerá, y hiaró tMo lo que qui-
siere':
11 Que llamo desde el oriente al ave, y
de tierra l^ana al varón de mi conse|}ot.
To hablé, y lo haré venir; befa» penndo,
y también lo haré.
12 Oidme, duros de corazón, qne es-
tais lejos de la justicia.
18 Haré que se acerque mi jnstids;
no se aleara, y mi salud no se detendzi.
Y pondré saínid en Sion«, y mi gloiiaen
Israel.
CAPITULO XLVII.
Prt^etíta á Babilonia fáeu aumarquta »
deitrueeion,
DESCIENDE, y siéntate en d polvo,
virgen hija de Babilonia: siéntate
en la tierra tín trono, hija de los Cal-
déos : que nunca mas te llamarán tienis
y delicada.
2 Toma el molino, y muele harina i
descubre tus guedcíjas, descalza los pléi,
descubre las piernas, pasa los ríos.
8 Descubierta será tu veigOenza, y ta
deshonor será visto • : tomué venfpuua,
y no encontraré oomo hombre.
4 Nuestro Redentor, Jdiová de k»
ejércitos e« su nombre, el Santo de Is-
rael b.
5 Siéntate, calla, y entra en tinieblas,
hJIja de los Oaldéos : porque nunca nui
te llamarán SeSora de reinos.
6 Enójeme contra mi pueblo, profiné
mi heredad, y entregúelos en tu mano:
no les hiciste misericordias «; sobre d
viejo agravaste mucho tu yugo.
7 Y dijiste : Para siempre seré sefio-
ra¿: y no has pensado en esto, ni te
acordaste de tu postrimería.
8 Oye pues ahora esto, delicada, la <^oe
está sentada confiadamente, la que dice
en su corazón : Yo eoy, y fiíera de mí no
hay mas « ; no quedaré viuda, ni cono-
oerá orfandad.
9 Estas dos cosas te vendrán de re-
pente en un mismo dia: Oifiuidad y
viudez. En toda su per^coion vendrán
sobre tí por la multitud de tos adivi-
nanzas, y por la copia de tus machos
agüeros.
10 Porque te confiaste en tu maldad,
diciendo ; Nadie me ve/. Tu sabidnria
y tu misma ciencia te engaftaron, y di-
jiste en tu corazón : Yo, y no mas.
11 Vendrá pues sobre ti mal, cuyo
nacimiento no sabrás: caerá sobre tí
quebrantamiento, el cual no podrás re-
mediar; y destrucción, que no saláis,
vendrá de repente sobre tí.
12 Estáte ahora con tus encantamen-
tos, y con la multitud de tus agOeroSi
en los cuales te fatigaste desde tu ni-
fiez ; quizá podrás mqorazte, quizá te
fbrtifioaiás.
13 Haste fittigado en la multitud de
tus consejos : parezcan ahora, y defiAi*
dante los contempladores de los cieios5,
los especuladores de laa estreUas, los qw
contamn los meses, para pronosticartr
lo que vendrá sobre ti.
14 Hé aquí que serán como taño' i
fuego los queinará; no salvarán sos vi-
das del poder de la llama: no pudar^
brasa para calentarse, ni lumbre á la
cual se sienten.
15 Así te serán aquelloe con qnioM*
kOif.fl.1
iSiLllS
Km. LO
>Bofk.ll
/EiLKl
rus-tt
A.acir. TU.
ISAÍAS, XLVni, XLIX.
A. a oír. TU.
/er.SO. 16.
8il.6&9e.
lüe.a.11.
UwjLar.
Icr. S. 11.
li.S.7.
lí 79. 9.
106w8.
^30.9.
ÍÍL66.1Q.
)ni.82.S6,
^41.4.
p.22.13.
iLlOZ-iS.
hp. 40.20.
0. 147. 4.
«9^41.32.
IPL4Í.2&
hd.l.S.
V.45.10.
Ved. X.
4.81.18.
te fiítigaste, tas neaoeUmtm dode tu
niflez: eada uno eonar& por ni cami-
no*; no habrá quien te salve.
CAPITULO XLVIII.
Jfaiariwy* X <niM"<i*a la hÍpoare»ta ia to»
de m pumo, quüne» IkMiMMtoM puMo de
Dio», lerpUm d iKolof . Que ti Dio» «o ««n-
jIU lo* pnrmeteu de muUipUeaeÍ4m,paa, y
jiroiperufaid d •« puMo, et por fue eUot no
emmplierím eo» la otorvaneía <l< mi ley.
eeguu promeUeroH e» d «uto. Pn^eUaa a
toe piot I» libertad de BabUonia.
Oíd esto, casa de Jacob, que os lla-
máis del nombre de Israel, los que
salieron de las aguas « de Judá, los que
jnnn en el nombre de Jehová, y hacen
memoria del Dios de Israel, mo» no en
verdad ni en Justicia^ :
5 (Porque de la santa ciudad se nom-
bran, y ai el Dios de Israel « confian :
so nombre, JehoT& de los ^ércitos.)
8 Lo que pasó, ya de antes lo due, y
de mi boca salió: publiquélo, hlcelo
prestOj y vino i ser.
4 Porque oonoaco que eres duro, y
nervio de hienro^ tu cervlK, y tu frente
de metal,
6 Díjetelo ya días ha; antes que vi-
niese te lo enaefié, poique no dijeses:
Mi Ídolo lo hizo, mis estatuas de es-
cttltnra y de fundición mandaron estas
Jooeas.
6 Oistdo, vístelo todo : ¿ y no lo anun-
ciaréis vosotros ? Ahora pues te he he-
cho oir nuevas y ocultas cosas que tü no
sabias.
7 Ahora han sido criadas, no en dias
pain^**'^ ; m antes de este día las hablas
oldOy povque no difpu : Hé aquí que yo
lo sab£s.
8 8Í, nunca lo hablas oido, ni nunca
lo hablas conocido ; ciertamente, no se
abrió antes tu oreja. Porque sabia que
desleal hablas de desobedecer*, por tanto
te llamé rebelde desde el vientre.
9 Por amor de mi nombre/ dilataré
nü fíiror, y para alabanza mía te daré
lax;;^, para no talarte.
10 Hé aquí te he purificado, y no co-
mo & platas; hete escogido en homo de
aflicción.
11 Por mí, por amor de mí lo haré,
para que no sea amancillado mi nom-
ore^ .* y mi honra no la daré á otro •'.
19 Óyeme, Jacob, y tó, Israel, lla-
mado de mí: Yo mismo, yo el primero,
yo también el postrero *.
18 Mi mano fiíndó la tierra, y mi
mano derecha midió los cielos con el
palmo ^: en llamándolos yo, parecieron
juntamente m.
14 Juntaos todos vosotros, y oid. ¿ Qui-
én hay entre ellos que anuncie estas co-
sas» ? Jtíbová lo amó, el cual ejecutará
sn Toluntad en Babilonia, y su brazo en
los Caldeos».
15 Yo, yo hablé, y le llamé, y le tn\}e ;
por tanto será prosperado su camino;».
10 Allegaos k mí, oid esto : Desde el
podnclpio no hablé en escondido f ; desde
qne la cosa se hizo, estuve allí : y ahora
el Befkor Jehová me envió, y su Espí-
ritu«-.
17 Así ha dicho Jehová, Redentor
tuyo, el Santo de Israel: Yo Jdiová
JHoa tuyo, que te enseña provechosa-
mente, que te encamina por el camino
qne anidas.
18 Ojalá miraras td á mis mandami-
entos ! fuera entonces tu paz como un
rio, y tu Justicia como las ondas de la
ssuur*.
19 Fuera como la arena tu simiente,
j los renuevos de tus entrañas como
las pedrezuelas de ella • nunca su nom-
bre flioa cortado, ni raido de mi pre-
sencia.
90 Salid de Babilonia', huid de entre
los Caldeos: dad nuevas de esto con
voz de alegría, publicedlo, llevadlo hasta
lo postrero de la tierra. Decid : Redimió
Jehová á Jacob su siervo.
81 Y no tuvieron sed atando los llevó
por los desiertos : hízoles correr agua de
la piedra; cortó la pefia, y oomecon
aguas w.
S9 No hay paz para los malos, dijo
Jehová'.
CAPITULO XLIX.
Introduce el profeta á Crielo, mu naijlea al
mundo tu vocación, tu autoridad, y tu ofi-
cio, y que ti d mundo lo tuviere «n poco á
SI y i tu Svangdio, el daHo terá del nitmo
mundo, tin aue por eto pierda SI nada de
tu doria. Vio» no te jñede olvidar de tu
puMo por el inflettío amor que le tiene en
Oritlot en ti cual y per el cual le reitau-
rari, múUtpUcará, y regalará maravUloia-
meníe.
Oídme, Islas ; y escuchad, pueblos
lejanos. Jehová me llamó desde el
vientre; desde las entrañas de mi ma-
dre tuvo mi nombre en memoria •.
8 Ypuso mi boca como espada aguda b:
cubrióme c con la sombra de su mano, y
pdsome por saeta limpia ; guardóme en
BU aljaba,
8 Y d^ome : Mi siervo eres, oh Israel,
que en tí me gloriaré d.
4 Yo empero dije : Por demás he tra-
b^ado, en rano y sin provecho he con-
sumido mi fortaleza : mas mi juicio etíá
delante de Jehová, y mi recompensa con
mi Dios.
5 Ahora pues, dice Jehová, el que me
fbrmó desde el vientre por su siervo,
para que convierta á él a Jacob : Bien
que Israel no se juntará, con todo es-
timado seré en los ojos de Jehová, y el
Dios mió soca mi fortaleza.
6 Y dyo : Poco es que td me seas si-
ervo para levantar las tribus de Jacob,
y para que restaures los asolamientos de
Israel : también te di por luz de las
Gentes «, para que seas mi salud hasta
lo postrero de la tierra.
7 Así ha dicho Jehová, Redentor de
Israel, el Santo suyo, al menospreciado
de alma, al abominado de las gentes/,
al siervo de los tiranos : Verán reyes, y
levantaránse príncipes, y adorarán por
Jehová y; povque fiel e> el Santo de Is-
rael, el cual te escogió.
8 Así dijo Jehová: En hora de con-
tentamiento te oí, y en el dia de salud
te ayudé : y guardarte he, y te daré por
alianza del pueblo, para que levantes la
tierra, para que heredes asoladas here-
dades;
9 Para que digas á los presos : Salid :
y á los que están en tinieblas : Manifes-
taos A. En los caminos serán apacenta-
dos, y en todas las cumbres serán sus
pastos.
10 No tendrán hambre ni sed * ; ni él
calor, ni el sol los afligirá*: poique^
que tiene de ellos misericordia los gui-
ará, y los conducirá á manaderos de
aguas.
11 Y tomaré camino todos mis montes,
y mis calzadas serán levantadas.
18 Hé aqui, estos vendrán de lejos:
y hé aquí, estotros del Norte y del Oc-
cidente; y estotros de la tierra de los
Sinéos.
18 Cantad alabanzas, oh cielos ; y alé-
grate, tierra ; y prorumpid en alalúmza,
oh montes': porque Jehová ha conso-
lado su pueblo, y de siu pobres tendrá
misericordia.
< Jer. SO. 8.
LU.6,40.
K) ^6,7.
Ap.18.4.
'Osp.«1.17,
y 48. 19,90.
■Gsp.57.ai.
<* Lne. L 81.
»Heb.4.ia.
Ap. 1. 16.
«Csp.a.10.
i JnaaU.
81.
• Cap. 43. 6.
Lne. 3.82.
Hedí. 18.
47.
/Lne. 33. 18,
3tt.
'8*1.72.10.
11.
& Cap. 43. 7.
i Ap. 7. 1&
A8aLlSL«.
I Cap. 44. SS.
A.a<*.7UL
ISAÍAS, L, LL
A.Cdr.ni
• GBp. 00.
4.8.
"SaalO.10.
•0«p.MLaO.
P Btl. 73. 9.
! Ap. 16. 0.
•> Jer. 8. 8.
»Oqb».l.
14 5 Mas 8i(m d^o: D^óme Jehová,
7 el SeJk» m olvidó de mi.
10 ¿OlvldaiAie la mujet de lo que pa<
rfóf pai» defar de eompadeoeru del hijo
de CB Ticntie ? Aunque ae elviden elbu,
yo no me olvidart de d.
16 Hé aquí que en las palmas te tengo
esculpida ; doaate de mi estás ^mpre
tosnrazos.
17 Tus edificadores vendían aprisa:
tus destruidores y tus asoiadores saldrán
de ti.
18 Alza tus ojos alrededor, y mira:
todos estos se han reunido, han Tenido
4 ti». Vivo yo, dice JehoT&, que de
todos, como de vestidura de honra, se-
rás vestida, j de ellos serás celUda como
novia.
19 Porque tus asolamientos, y tus rui-
nas, y tu tierra desierta, ahora saá an-
gosta por la multitud de los moradores ;
y tus aestmidores terán apartados l^os.
SO Aun los hijos de tu orftndad curan
¿ tus oídos: Angosto es para mí este
lugar* ; apártate por amor de mí d otra
parte para que yo more,
ai Y dirá
dirás en tu coraxon : ¿ Quién me
engendró estos? porque yo deshijada
tttúba, y sola, peregrina v desterrada:
¿ qváéa pues cirio estos ? Hé aquí yo es-
tuta dejada sola ; estos ¿ de doñade «*!•<-
eroH dios aquí ?
as Asi dijo el Sefior Jehová : H¿ aquí,
yo alzaré mi mano á las gentes, y á los
pueblos levantaré mi bandera ; y traerán
en brazos tus hijos, y tus lüjiu serán
traídas en hombros ».
S3 T reyes serán tus ayos, y sus reinas
tus amas tte Uche ; el rostro inclinado á
tierra te adorarán, y lamerán d polvo
de tus pies/: y conocerás que yo toff
JdMvá, que no se avergonzarán los que
S4 é Será quitada la presa al valiente ?
ó ¿ libcrtaráse la cautividad lastima ?
85 Así empero dice Jehová ; Cierto,
la cautividaa será quitada al valiente, y
la presa del robusto será librada : v tu
pleito yo lo pleitearé, y yo salvaré a tus
86 Y á los que te despojaron haré co-
mer sus carnes ; y con su sangre serán
embriagados, como con mosto f : y co-
nocerá toda carne que yo Jehová tajf
Salvador tuyo, y Redentor tuyo, el Fu-
erte de Jacob.
CAPITULO L.
Bfewfra JHo» á tu jmmUo qut W lo jmi< m
etfUeeionM ealnnuu, no m jnrqtu la dt^
eAé, ni j>or<pu U fáUt podar para Macarlo
d* eU(u, $ino porqu» tu iniqnidtuUt han
nune$Ur tal eattiffo. JntrodúeMe CrUto au-
torüado de Diot, p Huno é» tabidmrta p
paíabra oonfortadora para eontudo dé tu
jnmUo; mtemooprteiado y a/rmáioát m A
mmimío, pero Bñio dtfortuUaa d» Diot para
ntmer tu lu^ar fdrftndtr tu inoetneia.
ASI dUo Jehová : ¿ Qué es de esU
. carta de repodio* de vuestra ma-
dre, á la cual yo repudié f ¿O quienes
tom mis acreedores, á quienes os he yo
vendido? Hé aquí que por vuestras mal-
dades sois vendidos, y por vuestras rebe-
liones taé repudiada vuestra madn.
8 Parque vine, v nadie pareció : llamé,
y nadie respondió. ¿ Ha llagado á aoor-
tarae mi mano, para no redimir b? ¿No
hay en mí poder para librar ? Hé aquí
que con mi reprensión hago seca la mar ;
tomo los rios en desierto, hasta podrirse
sus poces, y morirse de sed por ftlta de
8 Visto de ofaaemridad loa délos, y tomo
tomo saoo su cobertura.
4 Y SI Se&or Jdiová me dio Icoagna
de saMoe, pam saber kai/ar es asoa
palabra al cansado d : desp«Rtaiá de ma-
ñana, despertaráme de maflana oido, pa-
ra que oiñ como los sabios.
5 Bl Sefior Jdiová me alnrió el oido*,
y yo no fui rebelde, ni me torné atiát/.
6 Di mi cuerpo á los heridons, y mis
malillas á k» que me mesaban d oa-
bdlo : no esoondí mi roctio de las in-
jurias y esputos'.
7 Porque el Sefior Jdiová me ayudará ;
por tanto no rae avergoncé : por eso puse
mi rostro como ua pedernal, y sé que ao
seré avergonzado.
8 Oeicano mtá de mi el que me Jos-
tífica ; ¿ quién contenderá ooflmljto ?
Juntémonos : ¿ quién et el advenario de
mi causa ? aoeiqueae á mí.
9 Hé aquí aue d Señor Jehová me
ayudará ; ¿ quién Aoy que me «ondeoe ?
Hé aquí que todos ellos como ropa de
vestír se envejecerán ; los oomerá po-
lilla*.
10 ¿ Quién ikay entre vosotros qne tema
á Jehová ? oiga la voz de su alervo.
El que anduvo en tinieblas', y carece
de luz, confie en el nombre düe Jdiovs,
y apóyese en su Dios *.
11 Hé aquí que todos vosotros encen-
déis fuego, y estáis oercados de oentellai.
Andad i la luz de vuestro fkiego, y á las
centellas que encendisteis. De mi mano
os vino esto ¡ en dolor seréis sepultados.
CAPITULO LI.
JEdkorfa d lo» fidet d qui <n mtSio dtlaeC'
lamidad del fuMo m «nmimím eouftfirmí
eu lat prometat AmAiu d tut padre», ff f m
ttperen tu rtitamraHom. Ora d profeta é
Dial qu4 tmnpía tu frAmcao, y m mutibt
eon tu pueLlo el que tolia itr. Oontuda y
aliento d Jerutaltm, eertífteondole fue Dio»
la tacará de toda aflicción.
IDME o, los que seguís Justicia, los
que Imsoais a Jehová : mirad á la
piedra de donde fuisteis cortados, y á
la caverna de la fosa de donde fiíittelí
arrancados.
a Mirad á Abraham vuestro padrea, y
á Sara ia que os parió : porque solo lo
llamee, y bendijdorf, y multipUquélo.
8 Ciertamente consolará Jehová á 8*
on ; consolará todas sus soledades, y tor-
nan su desierto como Paraíso, y n
soledad oomo huerto de Jehová: hs-
liarse ha en ella alegría y gozo, alabsn-
za, y voz de cantar.
4 Estad atentos á mí, pueMo mió; y
oídme, nadon mia : porque de raí ni-
dia la ley, v mi Juido descubriré para
luz de pueblos.
6 Cercana está mi justicia, salido ha
mi salud*, y mis brazos Juzáasáa á Iss
pueblos. A mí/ esperarán us islas, y
en mi brazo pondrán su esperanzik
6 Alzad á los cielos vuestros ctioSf J
mirad abajo á la tierra: porque lo*
ddos serán deshechos como humo, ▼
la tierra se env^ecerá como ropa de
vestir; ; y de la misma manera peceec-
rán sus moradores : mas mi sdñd seiá
para siempre, y mi Justicia no perecerá.
7 Oidme, los que oonooais Justicia, pue-
blo en cuyo corazón está mi ley*. No
temáis afrenta de bombra, ni desnuyei*
por sus denuestos.
8 Parque oomo á vestidura' loa oomeiá
polilla, como á lana los oomesá gasaao:
mas mi Justicia permaneoerá prnctoa-
mente, y mi sadiul por siglo de sigioi.
9 Y Despiértate, deapTértate} vinsH
de fortaleza, oh brazo de Jdtová: des-
piértate oomo en d tiempo antigae, en
los siglos pasados. ¿ No oees tu el que
cortó á Rahab*, g d que hirió al dn-
gon'?
O'
LGdr.nii
iSAiA£ik Lii, un.
A. a cir. 712.
tA-lLl.
lip.tf.UI.
R. 15.13.
10 i N« era» til «I <|ne •eco U om, las
«guaa del nande abismo»; d que al
proñindo de la mar tomó en camino»
para que paiasen loa redimidos ?
11 Cierto, tomoiAn loe redimidos de
Jdiová; volTeíAn & Sion cantando, y
goio perpetuo será sobre sus cabezas:
poseeiin goxo y alegría; y el dolor y el
gemido liuirán n.
18 Yo tojf Tuestro consolador». ¿ Quién
tn» tú para <iue tengas tomor del hom-
bre, que es mortal, dei hqo del hombre
fue por heno será contado^ ?
13 V haste ya olvidado de Jdiorá tu
hacedor, que extendió los cielos, y fondo
la tierra ; y todo dia temiste continua»
mente del furor del que te aflige, ou>
ando se disponía para destruir. Mas ¿ en
dónde está el furor del que U aflige ?
14 £1 preso se da prisa para ser suelto,
por no morir en la mazmorra v, ni que
le fklte su pan.
15 Empero yo Jeborik, que parto la
mar, y suenan sus ondas •", »oy tu Dios,
ettyo nomine e* Jehová de los ^rcitos.
10 Y a tu boca* he puesto mis pala-
bras, y con la sombra de mi mano * te
cubií, para que plantases los cielos, y
fundaMs la tierra ■, y que dijeses á Si-
on : Pueblo mió eres tü.
17 Y Despierta, despierta, levántate,
oh Jemsalem, que bebiste de la mano
de Jefaová el cáliz de su foror : las heces
del caiix de aturdimiento bebiste y chu-
paste'.
18 De todos los hijos que parió, no kajf
quien la gobierne ; ni ^nien la tome por
su mano de todos los hijos que crió.
19 Sstas dos cosas te luin acaecido;
¿quién se dolexá de ti? asolamiento,
7 quelHramtamlento : liambre y espada.
c Quién te can8oIará5r ?
SKI Tus hijos desmayaron, estuvieron
tendidos en las encrucUadiM de todos
los caminos, como buey montaraz en
la red, llenos del furor de Jehová, de
ira del Dios tuyo.
31 Oye pues ahora esto, miserable;
ebria, y no de vino ' :
28 Asi dijo tu Señor JeboTá, y tu
Dios, el cual pleitea por su pueblo : Hé
aquí he quitado de tu mano el oaliz de
aturdimiento, la hez del calis de mi fu-
ror: nunca mas lo beberás.
88 Y ponerlo he en mano de tus an-
gustiadores •>, que dijeron á tu alma:
Kncórvate, y pasaremos. Y tii pusiste
to cuerpo como tiara, y como camino,
á los qoe pasan ft.
CAPITULO LII.
BAúrtamda ü vrofHa á JerwaUn, y «n «Ha
& la If^áüa ac lo» Jleb*. á turna alegría por
tu libertad y retiauraciony r^ruenta en tt-
pfritu prt^itieo la redención de lo* hombre*
por OnUo, y la proiperidad y gloria de tu
reino.
DESPIERTA, despíerUi, vístete tu
fortaleza, oh Sion ; vístete tus ro-
pas de hermosura, oh Jerusalem, oiu«
dad santa i: poique nunca mas acon-
tecerá que venga á ti incircimciso ni
inmundo *.
8 Saciidete del polvo ; levántete, y si-
éntate, Jerusalem : suéltate de las ate-
duras de tu cuello, cautiva hija de Sion.
3 Poique asi dice Jéhová: De balde
fuisteis vendidos; por taato sin dinero
teléis rescatados 4.
4 Porque asi dijo el Seflor Jehorá:
Mi pueblo descendió á S^pto en ti-
rapo pasado, para peregrinar allá; y
el Assui lo cautivó sin razón.
& Y ahora, ¿ qué á mí aquí, dice Je-
lM>vá, ya que mi pueblo sea llevado sin
rfqué ? Y los que en ^ se enaefioRan,
lucen añilar, dice Jehová; y con-
tinuamente es Uasflnnade mi nombre
todo el dia.
6 Por tanto mi pueblo sabia mi nom-
bre por esta eausa en aquel dia: por-
que yo mismo que hablo, hé aquí estaré
presente.
7 ¡ Cuan hermosos mm sobre ios montes
los pies del que trae alegre» nuevas, del
que publica la paz«, del que trae nuevas
del bien, del que publica salud, del que
dice á Sion : Tu Dice reina !
8 Voz de tus atalayas ; alzarán la voz.
Juntamente darán vooes deiiihilo: por-
2ne oi]o á qjo verfin como Jenová vuelve
traer áSUm.
9 Cantad alabanzas, aleñaos junta-
mente, soledades de Jerusuem ¡ porque
Jdiová ha consolado su pueble, a Jeru-
salem ha redimido.
10 Jehová desnudó el brazo de su san-
tidad ante kM ojos de todas las gentes/;
V lodos ios términos de la tienra verán
la salud del Dios nuestro y.
11 Y Apartaos, apartaos A, salid de ahí,
no toquéis cosa inmunda: salid de en
medio de ella ; limpiaos los que lleváis
los vasos de Jehová •'.
18 Porque no saldréis apresurados, ni
iréis huyendo: porque Jehová irá de-
lante de vosotros, y os congregará el
Dios de ImtA.
18 ^ Hé aquí que mi siervo ^ será pros-
perado, será engrandecido y ensalzado,
y será muy sublimado.
14 Como te abominaron muchos, en
tanta manera fué desfigurado de los
hombres su parecer; y su hermosura
Kuw ytM la de los hijos de los hombres.
15 Jümpero él rociará muchas gentes :
los rayes cerrarán sobra él sus bocas;
porque verán lo que nunca les fué con-
tado, y entenderán lo que jamas habían
oido.
CAPITULO luí.
ATote «I prqfela cuan ranw lerian lot mte da-
riam eriéUo ai SvangiUo, eteandáiíado»
de la prefvnda humülaeioH de Ori*U> ¡ cuyo
glorioto reino no por eie diaria tte eer
pro^írado, previo* lo* ti^fritaiento* f ig-
nomitiio*a muerte á que te tomtteria él en
tatín/oeeion de uueitroi peeadot, y para
nueetrapae,
¿ /~\UIEN ha creído á nuestro anun-
^9C cioa ? ¿Y sobra quién se ha ma-
nifestado el brazo de Jehová ?
2 Y subirá cual renuevo delante de él,
y como raiz de tierra seoa. No hajf
Earecer en él ni hermosura. Verlo
emos, mas sin atractivo para que le
deseemos.
3 Despreciado y desechado entre los
hombres i; varón de dolores, experi-
mentado en quebranto : y como que es-
condimos de el el rostro : fué menos{nre-
dado, y no lo estimamos.
4 Ciertamente llevó él nuestras enfer-
medades, y sufrió nuestros dolores « : y
nosotros le tuvinK» por azotado, por
herido de Dios, y abatido.
5 Mas él herido fué por nuestras re-
beliones, molido por nuestros pecados.
£1 castigo de nuestra paz sobra él ; y por
su llaga fuimos nosotros curados <i.
6 Tinos nosotros nos descarriamos co-
mo ovejas; cada cual se aputó por su
camino: mas Jehová cargó en él el pe-
cado de todos nosotros «.
7 Angustiado él, y afligido, no abrió
su boca. Como cordero fué llevado al
matadero ; y como ovqa delante de sus
trasquiladoras enmudeció, y no abrió su
\>OCA.
8 De U cároel y del juicio fué quitado.
• Na. 1. 16.
Ro. 10. 15.
/Sal. 96. 8,3.
V La. 3. 6.
iCap. 48.80.
Jer. n. 6,
46.
Zac.3.6,7.
2 Oo. 6. 17.
Ap. 18. 14.
• Lev. 22. a.
etc.
k Cap. 42. 1.
y ^8.
y 50. 10.
o Joan 13.
38.
BÓ. 10. 16.
> Cap. 40. 7.
Sal. 22. 6,7.
e Mst. 8. 17.
<llFed.2.94,
2&
' Ro. 4. 25.
lBed.3.18.
A. acir.m.
ISAÍAS, LIV, LV.
A.adr.ni
/Hech. 8.32,
D».9. as.
VM»t27.57.
klPed.3.23.
«2Co. 5. 21.
Heb. 9. S4,
38.
<( Juan 17. 8.
2Ped.l.2^
Bo. 8. 24.
I Heb. 12. 2.
••Hsr.16.28.
Ln. 22. 87.
»Heb.7.8&
IJudS.!.
»G»l. 4.27.
>Gftp.49.19,
20.
' Jer. 8. 14.
d Sal. ao. fi.
« Pro. 27. 4.
/ G«n. 9. 11.
9 Bo. 11. 29.
*2 8«.28.S.
Y «a generación ¿ quién la contaii ?
Porque cortado fué de la tierra de loa
vivien^/ : por la rebelión de mi pueblo
Alé herido.
9 Y di«piiao«e con loa impíos au sepul-
tura, maa con los ricotgfité en su mu-
erte ; porque nunca hizo él maldad, ni
httbo engaño en su boca A.
10 Con todo eso JehoT& quiso quebran-
tarlo, sujetándole á padecimiento. Cu-
ando hubiere puesto su vida en expia-
ción por el pecado', verá líni^e, títítA
por largos días, y la voluntad de Jehov&
ser& en su mano proaperada.
11 Del trabajo de su alma verá, j ser&
saciado : con su conocimiento It Justifi-
cará mi siervo Justo á muchos, y él lle-
vará las iniquidadea de elloa.
12 Por tanto jo le daré parte con los
grandes, y con los fuertes repartirá dea-
pojos ; por cuanto derramó su vida has-
ta la muerte': y fué contado con los
perversos «, habiendo él llevado el pe-
cado de muchos, y orado « por los trans-
gresores.
CAPITULO LIV.
Sxhorta á la IgUria fid ád pwMo JudUeo,
tan faUgada y tan meno$eabada eon la»
ealamidade» que U luMan de venir, á que
te regocije mucho, promeHenddU giorioea
restauraeio», y arañde incremento eon lo»
convertido» pueblo» por el SvangeUo, y vic-
toria y triunfo de todo» »u» enemigo»,
ALÉGRATE, oh estéril, la que no
. paria ; levanta canción, y da voces
de Jubilo, la que nunca estuvo de par-
to: porque mas terán loa hijos de la
d^ada que los de la casada», ha dicho
Jenová.
3 Bnsancha el sitio de tu cabafiab, y
las cortinas de tus tiendas sean extendi-
das : no seas escasa, alaiga tus cuerdas,
y fortifica tus estacas.
8 Porque á la mano derecha y á la
mano izquierda has de crecer: y tu si-
miente heredará gentes, y habitarán las
ciudades asoladas.
4 No temas, que no serás avergonzada ;
y no te avergüences, que no sens afren-
tada : antes te olvidaos de la vergüenza
de tu mocedad, y de la afrenta de tu
viudez no tendras mas memoria.
6 Porque tu marido aera tu Hacedor « ;
Jehová de los ejércitos e» su nombre : y
tu Redentor, el Santo de Israel, Dios de
toda la tierra será llamado.
6 Porque como á mujer dejada y triste
de espíritu te llamó Jehová ; y como á
my^ex moza, que es repudiada, d^o el
Dios tuyo :
7 Por un pequefio momento te de)6d¡
mas te recogeré con grandes misericor-
dias.
8 Con un poco de ira escondí mi rostro
de tí por un momento*; mas eon mise-
ricordia eterna tendré compasión de tí,
dijo tu Redentor Jehová.
9 Porque esto me será como las aguas
de Noé; que juré que nunca mas las
aguas de Noé pasarían sobre la tierra/ :
así he jurado que no me enojué nuu
contra tí, ni te reñiré.
10 Porque loa montes se moverán, y
los collados temblarán ; mas no se apar-
tará de tí 9 mi misericordia, ni el pacto
de mi paz vacilará*, dijo Jdiová el que
tiene misericordia de ti.
11 Pobreoita, fatigada con tempestad,
sin consuelo ; hé aquí que yo cimentaré
tus piedras sobre carbunclo, y sobre za-
firos te fundaré.
18 Tus ventanas pondré de piedras pre-
ciosas, y tus puertas de piecuras de car-
bünculo, y todo tu término de piedras
de buen gusto.
S
18 Y todos tus hUos aeran enseSsdos
de Jehová', y multiplieará la pat de
tus hiioa.
14 Con justicia serás adornada: es-
tarás I^os de opresión, porque no bt
temerás ; y de temor, porque no le aeer-
caráátí.
15 Si alguno conspirare contra tí, lerA
sin mí : el que contra tí conspirare, de-
lante de tí caerá.
16 Hé aquí que yo crié al herrero que
sopla las ascuas en el fuego, y que nes
la herramienta para su obra ¡ y yo he
criado al destruidor para destrair*.
17 Toda herramienta que fuere fin-
cada contra tí, no proaporará ; y td con-
denarás toda lengua que se levantare
contra tí en juic^. Esta u la heredad
de los siervos de Jdiová, y su jnsticii
de por mí /, dijo Jehová.
CAPÍTULO LV.
XsAorta á todo» á que con verácéero arre-
pentimimUo yfí <n la míatrieoriUa i* Die»
por Oriito, acudan áfly ábtatm m £««■-
geiio, for cuyo tnedio haüaróm graáoi»-
mente Hartura de todo bien.
A TODOS loa sedientos, Venid á Iss
aguas « : y todos loa que no tienen
dinero, venid, comprad, y comed. Ve
nid, comnrad, sin dinero y sin predo,
vino y leoie.
8 ¿Por qué gastáis el dinero no en
an, y vuestro trab^o no en hartura.'
idme atentamente, y comed del bien i;
y deleitarése vuestra alma con grosnra.
8 Inclinad vuestros oidos, y venid á
mí : oid, y vivirá vuestra alma. Y haré
con vosotros pacto eterno», las miseri-
cordias firmes á David <(.
4 Hé aquí que yo lo di* por testigo/
á los pueblos, por jefe y por maestro á
las naciones.
5 Hé aquí, Uamarás á gente que no
conociste; y gentes que no te conoci-
eron, corrcóán á tí ' por causa de Je-
hová tu Dios, y del Santo de Israel que
te ha honrado.
6 Buscad á Jehová, mientras puede
ser hallado ; llamadle en tanto que está
cercano A.
7 Deje el impío su camino, y él han
bre inicuo sus pensamientos : y vuélvase
á Jehová, el oaal tendrá de él miseri-
cordia ; y al Dios nuestro, el cual seiá
amplio en perdonar •'.
8 Porque mis pensamientos no »o» »■
mo vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos como mis caminos, dijo Jehová.
9 Como son mas altos loe cielos qne
la tierra, mí son mis caminos mas altos
que vuestros caminos, y mis pensami-
entos mas que vuestros pensamientos J^.
10 Porque como desciende de los délos
la lluvia, y la nieve, y no vuelve allá,
sino que harta la tierra, y la hace ger-
minar y producir, y da suniente al que
siembra, y pan al que come ;
11 Así será mi palabra que sale de ni
boca': no volverá á mí vacía, antes hará
lo que yo quiero, y será prosperada en
aquello para que la envié.
18 Poique con alegría saldrfis, y con
paz ser^ vueltos: los montes y Im
collados levantarán candon delante de
vosotros, y todos los árboles del campo
darán palmadas de aplauso».
18 £n lugar de la zana crecerá haya,
y en lugar de la ortiga ereoeiá amyan>:
y será á Jehová por nombre, por sdU
eterna que nunca será raída.
CAPITULO LVL
Denuncia Dio* i lo» pío* de »u puéblela»*-
nida de •» Metía» e por tanto que te f*-
paren c«n piedad para rteSbmos él «"■
{;(r.n.ii.
Jmifi,
kO^^A
A.acir. TU.
ISAÍAS, LYI, LVU, LYIIL
A. a dr. yis.
>C«p.5&13.
I Cap. 14. !•
Z«c. 8. 33.
*Heck.8.S7,
etc.
'Jual.13.
wr. S>
1B<7. 8-
10^48- _
IUi.21.18.
flUL 147. 2.
Bo. 15. lO.
Jer. 12. 9.
b.S4.2,S.
1«.1S.
»7.
'líB. aO.
4 «te.
«üM». AfrMMoMolfiMftlffeoawjwwMd*
M* Mra«0i (U «mnmIo, jior la igmiremeta,
avarieiOf p Hckm d» nu tnHñaaorts.
ASI dUo Jehinrá: Guardad dancho,
j baoed Juitída: porque oeroana
cala mi «alud, pac^ Tanir, j mi Jwtieia
para manifestarle.
9 BienaTenturado el homhre que eato
hiciere, j el h\|o del hombre que etto
abnnáre : Que guarda el aábado de no
profanarlo •, j que guarda lu mano de
naocr todo mal.
8 Y el hijo del extranjero, allegado á
Jdiorái, no hable dioendo : Aparta-
réune totalmente JdMTi de wa pueblo.
Ni diga el eunnoo«: Hé aquí yo toy
árbol «eoo.
4 Porque asi d^o Jdiovi á los eunucos
que guardaren mis sábados, y escogi-
eren lo que yo quiero, y abrasaren mi
pacto:
5 To les dará lugar en mi oaaa, y den-
tro de mis muros, y nombre mejor que
«í de h^os é hijú d : nombre perpetuo
les dará, que nunca perecerá.
8 T á los hilos de los estnmjeros que
ae llegaren á JdioTá«, para ministrane,
7 que amaren el nombre de Jeborá,
para ser sus sierros { á todos los que
gaaidaren d sábado de no profanarlo, y
abrazaren mi pacto,
7 To los lleráré al Monte de mi san-
tidad, y les recreará en la casa de mi
fuaeion. Sus holocaustos y sus sacrift-
eios serán aceptos sotare mi altar: por-
que mi casa, casa de oración será lla-
mada de todos los pueblos/.
8 Dice el Sefior JehoTá, el que Junta
los echados de Israel ' : Aun Juntaré so-
bre él sus congregados A.
9 5 Todas las Mstias del campo, todas
las bestias del monte ', venid á derorar.
10 Sus atalayas degos «on ; todos ellos
ignorantes, todos ellos perros mudos,
no pueden ladrar : so&olientos, echados,
amvi el dormir.
11 T esos perros ansiosos no conocen
hartura; y los mismos pastores no su-
pieron entender k : todos ellos miran á
su caminos, cada uno á su proTCcho,
goda uno por su cabo.
19 Venid, dicen, tomaré vino ; embri-
agüémonos de sidra: y será el día de
maflana como este, 6 mucho mas ez-
oelente.
CAPITULO LVII.
Quita JHo» d lo§ pto$ del mumlo, JUvandoloi
d detfomio enondo va á herir eon alguna
tiotabU calamidad, rin qne el mundo ad-
vierta en eele m» eonetfo. Redargwifé la»
tnudtiu idolatrfat del puMo Juaün, «w
\ipoerettá, y mm ligae ton loe reyee eomar-
eanoa contra el eona^fo do Dio$t prometi-
ondo empero eauidad á eu pueblo, por au
natural ekmoncia para con loe afligido»
que le invocan.
PERECE el Justo, y no hoff quien
pare mientes : y los pios son recogi-
dos, y no hay quien entienda que delante
de la aflicción es recogido el Justo.
9 Entrará en la paz: descansarán en
sus lechos* todos los que andan delante
delMof.
8 Mas Tosotros llegaos acá. h^os de
la agorera, generación de adultero y de
finrmcaria.
4 ¿ De quién os habéis mofado ? ¿ Con-
tra quién ensanchasteis la boca, .y alar-
Eiteis la lengua ? ¿ No sois vosotros
os rebeldes, simiente mentirosa,
5 Que os enfervorlcais con los ídolos
debigo de todo árbol umbroso i, que sa-
crificáis los hijos en los valles deb^o de
loa pefiasoos • ?
« En las pulimentadas peBas del valle
ealA tu porte: días, ellas «on tu suerte;
y á ellas derramaste libaoion, y ofreciste
presente. f[ No me tengo de vengar de
estas cosas?
7 Sobre d monte dto y empinado pu-
siste tu cama: dli también subiste á
hacer sacrificio d,
8 Y tras la puerta y d umbral pusiste
tu recuerdo: porque d otro qu» á mi te
descubriste*, y subiste, y ensanchaste
tu cama, é hiciste con ellos alianza :
amaste su cama donde quiera que la
vdas.
9 Y ftiiste al rey con ungüento, y mul-
tiplicaste tus pemimes/ : y enviaste tus
embajadores l^JM, y te abatiste hasta el
prafiíndo.
10 En la multitud de tus caminos te
cansaste'; nuu no dijiste. No hay re-
medio: hallaste la vida de tu mano;
por tanto no te arrepentiste.
11 ¿ Y de quién te asustaste y temiste»
que así has fidtado á la fé, y no te has
acordado de mí, ni te vino d pensa-
miento ? ¿ No he yo disimulado desde
tiempos antiguos, y nunca me has te-
mido?
18 Yo publicará tu Justicia y tus obns,
que no te aprovecharan.
13 Cuando clamares, líbrente tus dle-
gados; empero á todos dios llevará el
viento, un soplo loi arrebatar& : mas el
que en mí espera, teodiá la tierra por
heredad A, j poseerá el Monte de mi
santidad,
14 Y dirá : Allanad, allanad, barred el
camino i, quitad los tropiezos del ca-
mino de mi pueblo.
15 Porque asi d^o el Alto y sublime,
el que habita en eternidad, y cuyo nom-
bre es El Santo : Por morada tengo la
dtura y la santidad*; v con el quebran-
tado y humilde de espíritu hemto, para
hacer vivir / d espíritu de los abatidos,
y para vivificar el coruon de los que-
brantados.
16 Porque no tengo de contender para
siempre», ni para siempre me he de
enojar : pues decaerla ante mí d espíri-
tu, y las almas ftw yo he criado.
17 Por la iniquidad de su codida me
enojé", y heríle: escondí mi rostro, y
ensáñeme : y fué él rebdde por d ca-
mino de su oorazon.
18 Visto he sus caminos, y le sanaré*,
y lo pastoreará, y daréle consoladones á
ély k sus enlutados.
19 Crio fruto de labios ; paz, paz d
l(>jano y cercano^, dfjo Jehová, y sa-
narélo.
90 Mas los impíos «on como la mar en
tempestad, que no puede estarse quieta ;
y sus aguas arrojan cieno y lodo q.
91 No hay paz, dUo mi Oios, para los
impíos r.
CAPITULO LVIII.
Manda Dio» al preféla <¡ue reprenda la hivo-
ereeía i impiedad de «w fWAMo, deelaranJme
enal e» el verdadero ayuno y la» obra» de
juiHeia que U pide, y bendieione» aue en-
viará ecure to» que atienden á lo» ejieio» y
deberé» de piedaa verdadera.
CLAMA á voz en cuello, no te de-
tengas ; dza tu voz como trompeta.
L anuncia á mi pueblo su rebelión, y á
casa de Jacob su pecado.
9 Que me buscan cada dia, y quieren
saber mis caminos, como gente oue hu-
biese obrado Justida, y que no nuUese
d^ado el derecho de su INos : pragÜD-
tanme derechos de justicia, y quieren
aoereane á Dios.
8 ¿ Por qué, dicen, ayunamos, y no
hiciste oaso* i humiúamot nuestras d-
<iBs.l«.16.
as.
« Bs. 81 8,
eto.
/ Bs. 16. 98.
y 88. 16.
Os. 19.8.
'J«r.8.8&
*SaL87.8,».
<0ap.«110.
«Zae.9.U.
iGsp.08.1^
BsL 34. 18.
y 81. 17.
y 188. 6.
"Bal. 108. 9.
Mi& 7. 18.
* Jsr. ft 18.
•Jer.aO.S.
y88.6.
Os. 14. 4.
r Bi: 3. 18.
17.
<JoblS.90.
elo.
«-Cap. 48. 82.
• Md. 8. 14.
isAua, i.iT, IX
A ¿ El U1 el (TUBO 4^B ya ettogi ? O"
luii, I dli4 Ai ato '
hma n ToJiMiJ in iii día •bb'^
11 EÚbHI O M^S^inSort.')
I obni dalnlqiUdKl.JDbnlti^ill
iiijl^KhJMiM^il,Tm-a
da lu limkñt, «Jo JdiiiTi,dH
..,.1
71Í-:
^delr.esa.
ISAÍAS» LXI, LXn.
A.&dr.<96i
todo* etto» K lúa jontado» vinieron &
tí: tu hijo* vMMbán de léaos, y tu* hi-
ja* lobie el lado aetán criadas A.
6 EnKÍnoca Teráa, y resplandeeeria : y
te inanivillar& y ensanchará tn coraxon,
ouaado se haya vaelto 4 tí la multitud
de la mar, cuando la fortalexa de las
gentes haya venido 4 tí«.
6 Multitud de camellos te cubrirá, dro-
medutics de Madian << y de Epha ; ven-
drán todos los de Seba«; traerán oro é
incienso, y publteaván alabanzas de Je-
bová.
7 Todo el ganado de Cedar/ será hm-
tado pura ti ; cameros de Nebayou te
serán servidos ; serán ofrecidos con a-
grado sobre mi altar, y glorificaré la
casa de mi gloria.
8 ¿ Qnienes «o» estos que vuelan como
nulics, y como palomas á sus ventanas ?
9 Porque á mí esperan las islas', y las
naves de Thaisis desde el principio, pa-
ra traer tus hijos de l^)os, su plata y su
oro con dios i, al nombre de Jehová tu
Dios, y ¿ Santo de Itfael que te ha
glorificado.
10 Y los hi)os de los extranjeros edi-
ficarán tns inuros*', y sus reyes te ser-
vjzán : porque en mi ira* te heri, mas
en mi buena vcrfuntad tendré de tí mi-
sericordia.
11 Tus puertas estazám de continuo
abiertas; no se cerrarán de dia ni de
noche ^ para que sea traída á tí forta-
leza de gentes, y sus r^es conducidos.
12 Porque la gente ó el reino que no
te sirviere, perecerá; y del todo serán
asoladas.
18 La gloria del Líbano vendrá á tí;
bayas, pinos y bojes juntaraenCe, para'
decotar el tn|^ de mi Santuario ; y yo
honraré el lugar de mis pies*.
14 Y vendrán á tí humillados los hilos
de los que te afligieron, y á las pisaaas
de tus pies» se encorvar&ti todos los que
te esoarnecian : y llamarte han Oiuaad
de Jehová, Sien del Santo de Israel.
15 En luaar de que has sido desechada
y aborrecida, y fue no haiiia quien por
tí, o pasase, ponerte he en gloria per-
petua, por gozo de generación y gene-
ración.
16 Y niamaiás la leche de las gentes,
la teta de los reyes/» mamaorás : y cono-
cerás que yo Jehová «oy el Salvador tuyo
y Redentor tuyo, el Fuerte de Jiwob.
17 £n vez de cobre traeré oro, y por
hierro plata, y por madera metal, y en
lu^r oe piedras hierro: y pondré paz
por tu tributo, y justicia por tus exaoto-
18 Nunca mas se oirá en tu tierra vi>
oleneia, destrucción ni quebrantamiento
en tus términos : mas á tus muros lla-
marás Salud 7, y á tus puertas Alabanza.
19 El sol nunca mas te servirá de luz
para el dia, ni el resplandor de la luna
te alumbrará r ; sino que Jehová te será
por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu
gloria'.
80 No se pondrá jamas tu sol, ni men-
guará tu hiña; porque te será Jehová
por lux perpetua, y los dias de tu luto
sábados.
SI T tu pueblo, todos ellos terán jus-
to* ' ; para siempre heredarán la tierra,
como renuevos de mi plantío», obra de
mis manos, para glorificarme.
S9 El peque&o será por mil ; el menor,
por gente fuerte. Yo Jehová á su ti-
empo haré que esto sea presto.
CAPITULO LXI.
Jmtreámt tt pro/eta vi Meiicu, fM dopUefa
« Aocs mtMffra de fu ptrtona y nfieio, f de
ha» fipMvas fue trae del eúfo jMira m fma
MN /i le rmíbíermh Béiíimnuio» <M pa»*
Uo de Dioe / «onMMto jr goeo de todo» ha
fietet.
EL Espíritu del Señor Jehová e> so-
bre mía, porque me ungiéb Je-
hová: hame enviado á predicar á los
abatidos, á vendar bu Uagaa de los que-
brantados de corazón «, á publicar li-
bertad á los cautivos, y á los presos
abertura de la cárcel d ;
a A promulgar año de la buena volun-
tad de Jehová «, y dia de venganza del
Dios nuestro/; a consolar á todos los
enlutados « :
8 A ordenar á Sion á los enlutados,
para darles gloria en lugar de ceniza,
oleo de sozo en lugar del luto, manto
de alegrui en lugar del espíritu angusti-
ado: y serán llamados Arboles de justi-
cia, plantío de Jehová para gloria suya A.
4 Y edificarán los desiertos antiguos, y
levantarán los asolamientos primeros, y
restaurarán las ciudades asoladas, los
asolamientos de mu(di8s generaciones •'.
5 Y estarán extranjeros, y apacentaréut
vuestras ovqfas ; y los extraños aeróM vu-
estros labradores y vuestros viñadores.
6 Y vosotros aeréfa llamados Sacerdotes
de Jehová A, Ministros del Dios nuestro
seréis dichos : comeréis las riquezas de
las Gentes, y con su gloria seréis su-
blimes t,
7 En lugar de vuestra doble confusión,
y de vuestra teshonra, os alabarán en
sus heredades : por lo cual en sus ti-
erras poseerán doblado, y tendían per-
petuo gozo.
8 Porque yo Jehová aoy amador del
derecho, aborreoedor del latrocinio para
holocausto : por tanto afirmaré en ver-
dad su obra, y haré con ellos pacto per-
petuo m.
9 Y la simiente de ellos será conocida
entre las gentes, y sus renuevos en me-
dio de los pueblos: todos los que los
vieren, los conocerán, que son simiente
bendita de Jehová.
10 ^ En gran manera rae gozaré en
Jehová, mi alma se alegrará en mi Di-
os ; porque me vistió de vestidos de sa-
lud », rodeóme de manto de justicia :
como á novio me atavió, y como á novia
oompnesta de sus joyas •.
11 Porque como la tierra produce su
renuevo, y como el huerto hace brotar
su simiente, así el Señor Jehová hará
brotar justicia' y alabanxa delante de
todas las gentes.
CAPITULO LXI I.
Proeígue antmeiando el profeta la reetamra-
€ian del puMo de Ihoe, y de $u Ciudad
amada, o éndriíuai fiíon, y declara que
aera corona de ffioria y diadema de reino e»
la roano de JAovd.
POR amor de Sion no callaré, y por
amor de Jerusalem no he de pa-
rar*, hasta que salga como resplandor
su justicia, y su sali¿ se encienda como
una antorcha.
a Entonces verán las gentes tu justicia,
y todos los reyes tu gloria : y te será pu-
esto un nombre nuevo que la boca de
Jehová nombrará ¿.
8 Y serás corona de gloria en la mano
de Jehová, y diadema de reino en la
mano del Dios tuyo.
4 Nunca mas te llamarán Desampa-
rada«, ni tu tierra se dirá mas Asolami-
ento; sino que serás llamada Heptud-
bahf, y tu tierra, BettlahU: porque el
amor de Jehová aera en tí, y tu tierra
será casada.
fi Pues como el mancebo se casa con
la virgen, se casarán* contigo tus hijos :
> Lnc 4. 18,
21.
¿HedLlO.
88.
• Sal. 117. 8.
d Cap. 43. 7.
Joan 8. 81,
86.
• Lev. 35. 9,
etc.
/ Cap. «8. 4.
9 Mat 5. 4.
A Gap. 80. 21.
iCap.68.13L
k Bx. 19. 6.
IFwLa.
5,9.
Ap. 1. 6.
y 5. 10.
{Cap.0O.l&
' Cap. 56. 8.
«Sal. 182.9.
o Ap. ai. 2.
PSaL».ll.
• ver. 6, 7.
tCap. 85.16.
• Os. 1. 10.
f mi$ deli'
eiaeeatém
en eUa.
t Oaaada.
ISAÍAS, LZni, LXIT.
3
£'«&'■ i^iSl^^SíSti S^
ífíL"
"fpi'.Lh. \l,..l ^M
le Pat imD Ufnw* HHRd ti vmiUt
I SriSt
pactar. Me,
ISAÍAS^ LZV, LZVL
A.acfr.«M.
ytodu
pwBinMi han tíáo
U ¿ Te ataxia quieto, oh Jehová, ao-
kie eataa ooaaa ? ¿ Callaiia, y nos aflisl.
xáatobicnianaa?
CAPITULO LXV.
itmuim «( pnftta la eom»trttcm ia Im Qm-
tüu, f dmiMa Jndáieo m umtnaaado «m
/onmdoMM «mN^o* por «m fteado». Xa»
mo Mré eompUamMtí» i»$lriUo, ttno qtu
VrAii $alvo§ mu ntUmot, « DíM I« M^
*MrA dt toda nurt» d» bMWMOMi.
FUI buscado de lot ana no prafun-
taban por mi ; ful hallado de loa que
no me butoaban*. DUe á gente que no
invocaba mi nombre : Uáme aquí, heme
aquí.
8 Extendí mia manoa todo el dia á
pueblo rebelde, el cual anda por camino
no bueno, en poa de ras penaamientoa :
8 Pueblo que en mi cara me provoca
de continuo i ira aaorifleandok en hu»
ertot, y ofkedendo perfume sobre la*
ddllos:
4 Que se quedan á dormir en loa se-
pulcro», 7 en los desiertas tienen la
noche ; que romen carne de puerco, y
en sus ollas hay caldo de cosas inmun-
das:
6 Que dicen : Estáte en tu lugar, no te
ligues 4 mi, que soy mas santo que td.
Estos Mn hmno en mi ftiror, fuego que
arde todo d dia.
6 Hé aquí que escrito eatA esto delante
de mi: no callaré, antea retomaré, y
daré d pago en su seno .
7 Por mestras iniquidades, y las ini-
ouidades de vuestros padres juntamente,
dice Jefaová, los cuales hicieron perftime
sobre loa montes, y sobre los collados me
afrentaron : por tanto yo les mediré su
obra antigua en su seno.
8 5 An ha dicho Jehová: Como tt
aigvno hallase mosto en un racimo, y
dijese: No lo desperdicies, que bendi-
ción hay en él ; así haré yo por mis si-
erros, que no lo destruiré todo.
9 Maa sacaré simiente de Jaoob, y de
Jud4 hereden» da mis montes; y mis
csoogldoa* poseerán por heredad la ti-
erra, y mis siervos haUtar&n alU.
10 y será Saron * para habitación de
ovgas, y el valle de Achdr' pan ma-
jada de vacas á mi pueblo que me buscó.
11 Empero vosotras los que dejáis á
Jehová, que olvidáis él monte de mi
■anudad, que ponéis mesa para Oad y, y
snminiatraU libaoiones para Meni f,
18 Yo también ca contaré al cuchillo,
y todoa vosotros os arrodiDaréit al de-
golladero : por cuanto Uaroá, y no res-
pondisteis; habló, V no oísteis, sino que
mcistei» lo malo delante de inis ojos, y
eseocdsteis lo que á mí desagrada.
la Por tanto asi d^o el Señor Jehová :
Hé aquí que mis siervos comerán, y
vosotras tendréis hambre : he aquí que
mia siervos se alegrarán, y vosotras se-
réis avergonzados :
14 Hé aquí que mis siervos cantarán
por ídbilo del corazón, y vosotros cla-
mareia por el dolor del corazón, y por el
quebrantamiento de espíritu aullaréis.
15 Y dejaréis vuestro nombre por mal-
dición/ a nJs escosidos : y el Señor Je.
hová te matará, y á sus ñervos llamará
por otro nombre;.
18 SI que se echare bendición en la
tierra, en el Dios de verdad te bende-
cirá * 7 el que Jurare en la tierra, por el
Dios oe verdad jurará A: porque las an-
gnstiaa primeras serán dvldaoss, y sertn
cubiertas de mis ojos.
17 Poique hé aquí que yo czlazé nne-
voa déloa y nuara tiana'] y da lo pri-
mer» no habrá memoria, ni maa ven-
drán al pensamiento.
18 Maa oa goiaiéis y os alagraréis por
siglo de siglo en las cosas que yo criaré :
porque hé^aqul que yo erio á Jerusalem
ak«ia, y á su pueblo gozo,
19 Y alegraréme con Jerusalem, y go-
zaiéme oon mi pueblo* : y nunca mas
se oirá en ella voz de iloro, ni voz de
clamor'.
SO No habrá mas allí mozo de días rt-
dmeidot, ni vi^ que sus dias no cum-
pla : porque A mozo morirá de cien
años ; y el que da oían años pecare, será
maldito.
81 Y edificarán oasaa, y morarán; plan-
tarán Tifias, y comerán el firutode elua».
Sa No edificarán, y otro morará; no
plantarán, y otro comerá» : porque se-
£n loa dias de loa árboles icián los dias
mi pueblo, y mis eaoogidoa perpetua-
rán las obras de sus manos.
83 No ti«biO*ián en vano, ni parirán
con miedo; porque tua *0o« serán si-
miente de los benditos de Jehová*, y
sus deacendenoias esteran oon ellos.
84 Y será, que antes aue clamen, oiré
yo; aun estando ellos hablando, yo tea
habré oido propicio^.
86 El lobo y el oñdero serán apacen-
tados juntos, y el león oomerá p«Ja co-
mo el buey f , y á la serpiente el polvo
será su comida : no afllgiián, ni harán
mal en todo mi santo inonte, dijo Je-
hová.
CAPITULO LXVI.
Rakuaa Dio» por au prqfata d culto f aaerifi-
eioa da loanMentai, y afN«fKua ctuHifor
td pHeblo Jmáieo por atu ahominaeiaíiaa.
8a vatieina d naoimiaido da la Iglatia da
muvo Taaloanndo, toa promaaa da aimguiar
cohmmIo, poa ai» fin y gloria á todo» lo»
vtrdadaroa Ada», y iramaudo eaaíiffo da lo»
impíot i iaólatraa. Fromata tavMa» Dioa
eotuolar á aa anligao pttaUo, y eongrtgarla
de todiu loa parta» dA ««ado.
JEHOVÁ dijo así : Kl délo m mi so-
llo; y la tierra, astrado de mis pies :
¿ dénde eatá la casa que me habéis edi-
ficado, y dónde este lugar de mi re-
poso* ?
9 Mi mano hizo todas estas cosas, y
por ella todas estas cosas flienm, dice
Jehová : á aquel pues miraré qae e» po-
bre V humilde de espíritu i, y que tiem-
bla a mi palabra c.
3 £1 que sacrifica rf buey, como ai ma-
tase un hombre ; el que sacrifica ov^a,
eomo ai degollase un perro ; el que ofirece
presente, como ai ofreciese sangre de pu-
erco; d que ofrece perfume, como al
bendijese a un Ídolo. Y pues escogieron
sus caminos, y su alma amé sus Mwmi-
naciones,
4 También yo esctigeré sus escarnios,
y traeré sobre elloa lo que temieron :
porque llamé, y nadie respondió ; hablé,
y no oyeron «; antes hicieron lo malo
delante de mis cgos, y escogieron lo que
á mí desagrada.
fi 5 Ola palabra de Jehová, vosotros
los que tembláis á su palabra/. Vues-
tros hermanos los que os aborrecen, y
os niegan por causa de mi nombre,
dijeron : Glorifiqúese Jehová. Mas él
se mostrara con alqpría vuestra, y ellos
sea&n confundidos.
6 Voz de alboroto aale de la ciudad,
vos del templo, vos de Jehová que da
el pago á sus enemigos.
7 Antes que estuviese de parto, narió :
antes que le viniesen dolores, parto hijo.
8 ¿ Quién oyó cosa semiente ? ¿ quién
vio cosa tal? i Parirá la tierra en un
• Cap. «198.
9FaiL3.U.
Ap. 81. 1.
k Cap. 68. 0.
ICa&8K.10.
ua&sii.]
yALll.
14.
•Lev. 86. 10.
Dea. 88. 90.
• Cap. 61. 9.
Bo. 9. 7, 0.
r Da. 9. 90,
«Oap.U.63-
•9Cr.ft.18.
lbt.fi. 34.
Hedí. 7. 49.
yl7.9L
»Csp.67.1fi.
StüTa. 17.
<Esd.9.4.
y 10. 8.
Pro. 28. 14.
d Cap. 1. 11.
•cap. 69. 19.
Pial. 94.
Jar. 7. 19,
14.
/ver. 8.
A. a dr. «M.
JEBEHXAS, L
jLadr.cn.
«Capí 48. 18.
k Cap. 60. 6.
• Cap. 60. 16.
» Bal. aOi 8.
'Cap.6«.S,4-
•lCr.&6a
»Ca^2S.S.
•Cap. 82. 19,
ete.
<I>.49.1,8.
Ga. 1. 16,
16.
•EX.4.K),
•te.
/]|at28.90.
' Xa. S. 6.
7S.9.
dia ? ¿NacerA <oAt «as naeioa de una
VMc ? Pues Sion eatavo da parto, j parió
juntamente aua h^oa.
9 Yo qoe hago parir, no pariré ? dijo
JehoTá. Yo cpie hago engendrar, seré
detenido ? dice el Dios tuyo.
10 Alegraos con Jeruaatem, y gm&os
con ella, todos los qae la amáis: uenáos
con ella de gozo, todos loa qoe os enlu-
táis por ella*
11 Para que maméis, y os saciéis de
las tetas de sus consolúlones ; para que
ordeflds, v os deleitéis con el resplandor
de su glona.
IS Porque ^sí dice Jehová: Hé aquí
que yo extiendo sobre ella paz como un
doy, y la gloria de las «ntea como un
arroTo que sale de macureA; y mama»
réi8<, y sobre el lado seréis traídos, y
sobre las rodillas seréis regalados.
18 Como el Taren 4 quim consuela su
madre, así os consolaré yo á Tosotros,
y en Jerusalero tomaréis consuelo.
14 Y veréis, y alegnoAse vuestro co-
razón, y vuestros huesos reverdecerán
como la yertM: y la mano de Jehová
para con sus siervos atará conocida, y se
airará contra sus enemigos.
15 Porque hé aquí que Jehová vendrá
con fu«go, y sus carros como torbellino,
para tomar su ira en fiíror, y su repren-
sión en llama de Aieso.
16 Porque Jehová juzgará con fiíego k
y con su espada á toda carne : y los mu-
ertos de Jenová serán multiplicados.
17 Los que se santifican y los que se
purifican en los huertos l unos tras otros ;
loa que oobmb carne de poseo, y abo-
minación, y ratón, juntamente sann ISr
lados, dice Jehová.
18 Porque yo entiendo sos obras y m
pensamientos : tiempo vendrá para Job-
tar todas las gentes y lenguas; y Ten-
drán, y verán mi gloria.
19 Y pondré entre ellos seBal «, v m-
viaré de los escaptuios de ellos a las
Sntes, á Tharsis, á Pul, y Lud, «jue
sparan arco, á Tubal, y á Jaranita
las islas apartadas que no oyeron de ai,
ni vieron mi gloria; y publicarán mi
gloria entre las gentes.
50 Y traerán a todos vuestros becma-
nos de entre todas las naciones, jwr pte-
sente á Jehová, en caballos, en carros,
en literas, y en mulos, y en camellos, á
mi santo monte de Jerusaiem, dice Je-
hová ; al modo que los h^ de Isnel
nulen traer el pésente en vasos limpias
á la casa de Jenová.
51 Y tomaré también de dloa pan sa-
oerdotes y Levitas, dice Jehová.
28 Porque como los cielos nuevos y
la nueva tierra «, que yo haim, penna-
neeen delante de mí, dioe Jehoñrá, así
permanecerá vuestra simiente y vuestro
nombre.
23 Y será, que de mes en mes, y de
sábado en sábado, vendrá toda carne á
adwar delante de mí •, dijo Jehová.
84 Y saldrán, y verán los cadáveres de
los hombres que se rebelaron contra mi :
porque su gusano nunca morirá, ni Ri
fuego se apagará^; y serán abomina-
bles 9 á toda carne.
"0ip.«2J9.
EL LIBEO DE LAS PEOFECIAS
DE
jeremías.
CAPITULO I.
Tiempo en qw pnfiAUíS Jeremúu. Su w>ea-
eicm, y done» ton 9m# Dio» U habilita para
ti ofido, provutiendoU nt aafffameio. La
mnita ó» toda tu mMoM e* amuteiar al
puMo mt atoUmtiento por hm BabUonioe á
eanua de eu idolatría.
LAS palabras de Jeremías, h^o de
Hílelas, de los sacerdotes que eatu-
«<cron en Anathoth ■ en tierra de Ben-
jamín.
9 La palabra de Jehová fué á A en los
dias de Josias, h^o de Amon, rey de
Judá, en el año décimo tercio de su
reinado b.
8 Fué/« asimismo dirigida en dias de
Joakim, hijo de Josias, rey de Judá,
hasta el fin del alio undédroo de Sede-
ohlas, hijo de Josias, rey de Judá, hasta
la cautividad de Jerusaiem en el mes
quinto e.
4 5 Pué pues palabra de Jehová á mí
diciendo:
fi Antes que te formase en el vientre
te conocí <<; y antes que salieses de la
matriz te santifiqué, te di por profeta á
6 Yyo d^: Ha! ha! Setlor Jehová!
Hé aquí no sé hablar*, porque soy Jo-
ven.
7 Y d^ome Jehová : No digas soy Jo-
ven: porque á todo lo que te enviiíré
irás til, y dirás/ todo lo que te man-
daré.
8 No temas delante de dios y, porque
oontigo soy para librarte, dice JdioTá.
9 Y esMandld Jehová su mano, y tooó I
sobre mi boca*; y dQome Jehová: Hé
aquí he puesto mis palabras en tu boca:
10 Mira que te he puesto en esie día
sobre gentes y sobre reinos, para arran-
car, y para destruir, y para arruinar, y
para derribar, y para edificar, y para
plantar •'.
11 5 Y la palabra de Jehová toé á mí
diciendo : ¿ Qué ves til. Jeremías ? T
dije : Yo veo una vara de alnaendre.
19 Y díjome Jehová: Bien has visto:
porque yo apresuro mi palabra para po-
nerla por obra.
13 4 Y fué á mi palabra de Jehová
segimoa vez diciendo : ¿ Qué ves td ? Y
dije : Yo veo una olla que hierve*; y sn
haz eetá de la parte del Aquilón.
14 Y díjome Jehová : Del Aquilón le
soltará el mal sobre todos loa moradores
de la tierra'.
15 Porque hé aquí que vo oonvoeo to-
das las nunilias de los raaos del Aqui-
lón, dice Jehová, y vendrán, y pombá
cada uno su asiento á la entnda de las
puertas de Jerusaiem, y junto á todos
sus muros en derredor, y en todas las
ciudades de Judá.
16 Y á causa de toda su maHda, pR>-
fieriré mis juicios contra loa que me de-
Jaron, é incensaron á diosas estiaias, y
á hechuras de sus manos se enoorvartxi.
17 Td pues cifte tus lomos «, y te le-
vantarás, y les hablarás todo lo que yo
te mandare. No temas ddante de ellos*,
porque no te haga qnrt>ratttar dclaate de
ellos. I
18 Ferqne hé aquí que yo te he
LCdr.m.
jeremías^ n.
, o. dr. <
■D aibe dia eomo dudad frctelaeidat y
como columna d« bianro, y come man»
de bronce « sobre toda la tierra : habla á
les mes de Judá, i nu piinoipec, 4 sus
SMwrcmca, y ai pueblo de la tiena.
19Tpel«ana contra tí» mas no te Ten-
ceritn ; porque yo tojf contigo, dlea J«>
hoTi, pata utnratte.
CAPITULO II.
Rteomvimu ttpr^tla mt piruma dt DUm d M
|nmUo d» haber dtgtntraáo dé tw frifMra
fiedad,p eaido en la idaiatrfa, etm»a di *tu
ealamidadea i p ametidtain con otrat, por-
que VJo» d» enmetttlarté, proMf/ma» «m nu
maldades vanamente eanfiadoe en «I apeyo
de olrae naeionee.
YFinfi á mi palabia de JehovA dici-
endo:
5 Anda y clama 4 los oídas de Jemsa-
lem diciendo : Así dice JehoT4 : Heme
acordado de ti, de la misericordia de tn
mocedad*, del amor de ta desposorio,
cuando andabas en pos de mí en el desi-
erto, en tierra no sembrada b.
8 Santidad tra entómei Israel 4 Jebo-
▼4e, primicias de sus nuevos finitos: to-
das los que le comen, pecarán'; mal
vendrá sobre ellos, dice Jéhorá.
4 Oid la palabra de Jeliová, casa de
Jacob, y todas las ftimllias de la casa
de Israel.
6 Así d^Jo Jehová ; ¿ Que maldad ha-
llaron en mí« vuestros padres, que se
alearon de mí, y se fVieron tras la vani-
dad, y tomáronse vanos/?
6 Y no dUeron: i Dónde eHi Jelior4,
«pie nos hizo subir de tierra de Egipto',
que nos hixo andar por el desierto, por
una tierra deaierta y despoblada, por ti-
erra seca y de sombra de muerte*, por
una tierra por la cual no pasd varón, ni
allí habitó hombre ?
7 T oa metí en tierra de Carmd, para
que comieseis su fruto y su bien: mas
entrasteis y contaminasteis mi tierra, é
faicisteis mi heredad abominable •'.
8 Los sacerdotes no dijeron : ¿ Dónde
e$iá Jehová ? Y los que tenían la ley
no me conocieron, y los pastores se re-
belaron contra mí: y los pmfetas pro-
fetizaron en Baal *, y anduvieron tras lo
que no aprovechaba.
9 Por tanto entraré aun en juicio con
vosotros, d^o JehovA, v con los hyos de
vuestros b^Jos pldtaaxe.
10 Poique pasad á ias islas de Ohittim,
y mirad ; y enviad á Oedar^ y oonsi.
derad cuidadosamente, y ved si se ha
hecho ooaa semejante 4 esta :
11 Si edguna gente ha mudado ene dio.
ses «*, bien que ellos no eon dioses. Pero
mi pueblo na trocado su Oiorla por lo
que no aprovecha •.
19 Espantaos, cielos, sobre esto, y hor-
rorizaos ; asolaos «n gran manera, dijo
Jebov4.
18 Pon|ue dos males lia hecho mi pue-
blo: d^jáionme 4 mí, fuente de agua
viva», por cavar para sí cisternas, cis-
ternas rotas que no detienen aguas.
14 ¿ Es Israel siervo ? e$ esdavo ?
¿ Por qué ha sido dado en presa ?
16 Los cachorros de los leones;» bra-
maron sobre él, dieran su voz, y pusi-
eron sn tierra en soledad: queníadas
están sos dudades, sbi morador.
18 Aun los hijos de Noph y de Taha-
panes te qudiranttron la mollera.
17 ¿ No te acarreará esto tu f dejar 4
Jehov4 tn Dios, cuando te hacia andar
por camino?
18 Ahora pues, ¿qué tienes til en d
camino de Egiptor, para que Iwbas agua
ddMüo'? d Y qué tienes til «n d oa-
mino de Adda, para qm bebas agua
delBio?
19 Tu maldad te caatigart, y tu apar-
tamiento te condenará. Sabe pues' y ve
ouan malo y amano es tu dejar 4 Jeho-
v4 tu Dios, y el laltar mi temor en tí,
dice d Stüat Jdiov4 da los ejérdtos.
80 Pwqve deade muy atiás he que-
brado tu yugo, y toto tus ataduras ; y
dijiste : No serviré. Oen todo eso sobre
todo collado ako, 9 debajo de todo árbd
umbroso corrías td, oh ramera •,
81 Y yo te planté de buen vldueik>«,
simiente verdadera toda ella: ¿cómo
pues te me has tomado aarmientos de
vidcsKtzafiaf?
88 Aunque te lavas con salitre, y amon-
tones jabón sobre tí «, tu pecado está s»
liado delante de mí •, d|jo el SeAor Je-
hová.
88 ¿Cómo dices. No soy inmunda l^,
nunca anduve tras los Baales ? Mira tu
proceder en el valle, conoce lo que has
hecho, dromedaiia ligera que frecuento
suscanrons.
84 ¿Asna montes* aoostumbrada al
dederto, que respira como quiere, de
su ocadon quién la detendrá ? todos los
que la buscaren no se cansajrán; halla-
ránla en su mes.
86 Defiende tus pies de andar descaí-
zos, y tu garganta de la sed. Mas di-
jiste <<: Hase perdido la esperanza; en
ninguna manera: porque eztraflos he
amado, y tras ellos tengo de ir.
96 Como se avergüenza el ladnm cu-
ando es tomado, ad se avergonzarán ios
dt la casa de Ismd, dios, sus reyes, sus
prjndpes, sus sacerdotes, y sus pro-
fetas,
87 Que dicen d leflo*: Mi padre snet
td: y 4 la piedra, Tü me has engen-
drado. Pues me volvieron la cerviz, y
no el rostro: y en el tiempo de su tia-
b^o dicen : Levántate, y líbranos/.
8B ¿ Y dónde están tus dioses que hi-
ciste paia tíy? Levántense, 4 ver d
te podrán librar en d tiempo de tu
aflicción : porque d niimero de tus ciu-
dades, oh Jud4, ftieron tus dioses A.
89 ¿ Por qué porñals oonmigo ? Todos
vosotros prevaricasteis contra mí, dice
Jehová.
80 Por demás he azotado vuestros hi-
jos ; no lian redbido oorreccion '. Cu-
chillo devoró vuestros profetas como
león destrozador K
81 Oh generadon ! Ved vosotros la pa-
labra de Jehová. ¿ He sido yo á Israd
soledad, ó tierra de tinieblas ? ¿ Por qué
ha dicho mi pueblo, Seilores somos, ni
nunca mas valdremos á ti ?
88 ¿ Olvídase la vligen de su atevío, ó
la desposada de sus sartales ? Mas mi
pueblo se lia olvidado de mí por dias
que no tienen ndmero.
83 ¿ Por qué abonas tn camino para
hallar amor, pues aun á las nuüvadas
enseñaste tus caminos ?
34 Aun en tos iUdas se halló la sangre
de las dmas de los pobres, de los ino-
centes. No la hallé en exoavadon oatUa,
sinó en todas esas oosaa.
86 Y dices: Porque soy inocente, de
cierto su ira se apartó de mi. Hé aquí
yo entraré en Jnido oontlgo, parque di-
jiste: No he pecado.
36 ¿ Para qué discurres tanto mudando
tus caminos^ ? También serás avergon-
zada de Egipto m, oonoo fuiste avergon-
zada de Asina».
37 También saldrás de él con tus ma-
nos sobre tu cabeza*: poique Jehová
desechó tus conflanaas, y en días no
tendrás buen neaso.
< Ii. S. 9.
OiLfi.S.
«Gap. 9.6.
I». 57. 6, 7.
•BaL80.8.
Lu&a.
'Deu. 81.82.
' Job 9. 80.
'Den.SS.S4.
Job 14 ir.
(Pío. 80. 13,
ao.
•Job 89.8.
<i Cap. 18. 19.
Is.87.10.
•IS.4Í.1».
/Bal. 78. 84.
Os. 6. 16.
<'Dra.S2.S7.
Jase. 10.14.
ACsp. 11.18.
• Gap. S. 8.
IS.LS.
y 0.18.
i2Cr.86.ll.
Mar.U3,B.
/CapSLSS.
"Is.80.8.
Os. 12. a.
"20.28.20.
•aBa.18.19.
A.o.«ir.e2eL
JEREMÍAS, m, lY.
A.&dt.
«Dea. ai. 4.
» El. IS. 26,
a».
«Om.9.12.
Tlii.
Ler. 98. 19.
Deu.28.a8.
* El. S. 7.
• Pro. a. 17.
/Bia.77.7;9.
y 108. 9.
Ii.£7.1«.
flBey.lA.
as.
iaBev.l7.
10, 1¿
{£■.38.3,
etc.
AO^p.3.27.
l'Ba.VLSL
738.11.
«3Cr.80.9.
Sal. 86. 1&
* Den. 80.
« Cap. 28. 4.
Si. 84. 38.
CAPITULO III.
JEt BOar tomvida eon m» htmdad A *w jiimUo.
JiiJMdUÁid d0 Jndá. VutUa d» Itrad, y tu
retude» eo» la tata d» Juiá. Qhria de
JtfnuaUm con la agrtgaeion da toda» la$
y la. IL U.
Ea. 87. 18,
32.
DIOEN ; Si alguno di^axe su mv^,
j yéndose de él le juntire á otro
hombre, ¿ volteta á ella mas ? ¿ No «•
ella tieira del todo amancillada»? Til
pues has fornieado oon muchos amigos i :
mas vnélTete i mi, dtío Jehová.
8 Alza tus ojos & los altos, y Te en
Sie lugar no te hayas publicado : para
los te sentabas «n los caminos, como
Árabe en el desierto ; t con tus forni-
caciones y oon tu nudicia has contami-
nado la tierra.
8 Por esta causa las aguas han sido
detenidas, y üMó' la lluvia de la tarde ;
y has tenido frente de mala miger ¿, ni
Quisiste tener vergUensa.
4 A lo menos d«de ahora ¿ no clama-
rás á mí. Padre mió, giiiador eru de mi
juventud*?
5 ¿ Guardara tu mqfo para siempre ?
¿ etemalmente/ lo suanuiA ? Hé aqui
3ue has hablado y hecho cuantas mal-
ades pudiste.
6 5 * d^ome Jehová en dias del rey
Josias: ¿ Has visto lo que ha hecho la
rebelde Israel? Vase ella sobre todo
monte alto, y debajo de todo árbol um-
broso', y allí fornica.
7 Y dije después que hizo todo esto:
Vuélvete á mi A : mas no se volvió. Y
vio la rebelde su hermana Judá i
8 Que yo io babia visto, aue por todas
eHa$ causas en las cuales romloó la re-
belde Israel yo la habia despedido, y dá-
dolé la carta de su repudio : y no tuvo
temor la rebelde Judá su hermana, sino
que también fué ella y fbmicó.
9 Y sucedió que por la liviandad de su
fornicación la tierra fué contaminada, y
adulteró con la piedra y con el leño A.
10 Y con todo esto la rebelde su her-
mana Judá no se tomó á mí de todo
su corazón, sino mentirosamente, dice
Jehová.
11 T díjome Jehová : Justificado ha su
alma la rebelde Israel en comparación
de la desleal Judá '.
la Ve y clama estas palabras hacia el
Aquilón, y di : Vuélvete, oh rebelde Is-
rael, dice Jelwvá, y no haré caer mi
ira sobre vosotros : porque misericordio-
so soy ">, dioe Jehová ; no guardaré para
dempre el enofo.
13 Conoce empero tu maldad»; por-
que contra Jehová tu Dios has prevari-
cado, y tus caminos has derramado á los
extralios debajo de todo árbol umbroso,
y no oíste mi voz, dice Jehová.
14 Convertios, h^os rebeldes, dice Je-
hová, porque yo soy vuestro Bsposo : y
os tomaré uno de cada una ciudad, y
dos de cada una fiímüia, y os introduciré
en Sion.
15 T os daré pastores según mi co-
razón, que os apacienten de ciencia y
de inteligencia •.
16 Y acontecerá que cuando os multi-
plicareis y creciereis en la tierra, en
aquellos dias, dice Jehová, no se dirá
mas: Arca del pacto de Jehová; ni
vendrá al pensamiento, ni se acordarán
de ella, ni la visitarán, ni se hará mas.
17 En aquel tiempo llamarán á Jeru-
salem Silla de Jehová, y todas las gentes
se congregarán á ella en el nombre de
Jehová en Jerusalem : ni andarán mas
tras la dureza de su corazón malvado.
18 En aquellos tiempos irán de la easa
de Judá á la casa de Israelj»; y vendrán
Juntamente de tierra del A^piikn á la
tierra que hice heredar 4 vuestros ps-
dres.
19 Yo empero dije ; ¿ Cómo te pondrá
por hijos, y te daré la tierra deseable f,
la rica heredad de los ejércitos de las
gentes ? Y d^e : Padre mió me llama-
rás, y no te apartarás de en pos de mí.
90 Mas como la mv^ quiebra la fó de
su compafiero, así prevaricasteis oontia
mí, oh casa de Israel, dice Jehová.
ai Voz sobre las alturas Alé oida, llanto
de los ruegos de los h^os de Israel ; por-
que han torcido su camino, de Jébmá
su Dios se han olvidado.
aa Convertios, h^os rebeldes, sanaré
vuestras rebeliones r. Hé aquí nosotros
venimos á tí; porque tü eres Jebofá
nuestro Dios.
88 Ciertamente vanidad «m los colla-
dos, la multitud de los montes. Cierta,
mente en Jehovi nuestro Dios está la
salud de Israel.
84 Confusión consumió d tiab^o de
nuestros padres desde nuestra mocedad ;
sus ovejas, sus vacas, sus hijos y siu
hijas.
85 Yacemos en nuestra confusión, y
nuestra afrenta nos cubre : pocque pe-
camos centra Jehová nuestro Dios, nos-
otros y nuestros padres, desde nuestra
juventud y hasta este dia «, y no hemos
escuchado la voz de Jehová noestio
Dios.
CAPITULO IV.
SAorta al puMo á verdadero arrepmtttm-
etttc: do»d« ao, grande €uolamieato m U
dentúteia,
SI te has de convertir, oh Israel,
conviértete á mí : y si quitares de
delante de mí tus alwminaciones, no
andarás de acá para allá.
8 Y Jurarás diciendo. Vive Jehová, oon
verdad, con Juicio, y con Justicia: y
bendecirse han en él las gentes, y en
él se gloriarán.
3 Porque así dice Jehová á todo varón
de Judá y de Jerusalem : Haced barbe-
cho para vosotros, y no sembréis sobre
espinas •.
4 Circuncidaos á Jdiová, y quitad los
pr^ucios de vuestro corazón, varanes
de Judá y moradores de Jemsaleait;
no sea que mi ira salga como íbego, y
se encienda, y no haya quien apague
por la malicia de vuestras obras.
5 Denunciad en Judá, y haced oir en
Jerusalem, y decid : Sonad trompeta en
la tierra, pregonad, juntad, y decid:
Reunios, y entrémonos en las ciudades
fuertes.
6 Alzad bandera en Sion, juntaos, no
os detengáis : porque yo hago venir mal
de la pmU del Aquilón, y quebrantami
en to grande «.
7 El leon<< sube de su enramada*, y
el destruidor de gentes/ ha partido ; sa
lido ha de su asiento para poner tu tierra
en soledad : tus ciudades serán asoladas,
quedarán sin moradoTc
8 Por esto vestios de saoo^, endedud
y aullad: porque la ira de Játovi no se
ha apartado de nosotros.
9 Y será en aquel dia, dice Jebová,
que desfidlecerá el corazón del rey, y ei
corazón de los príncipes ; y los sacerdo-
tes esUrán atónitos, y se maravillarán
los profetas.
10 (Y dije: ¡Ay, ay, Jehová Dios!
verdaderamente en gran manen has
engafiado á este pueblo y á Jernialcm,
diciendo, Paz tendréis: pues que el ea-
chillo ha venido hasta el alma.)
11 En aquel tiempo se dirá de ciie
pueblo y de Jerusalem : Viento teeo de
Ladr.tu.
JEBEMIAfi, y.
A;aclr.6U.
kift
1m altncM <M áukteto vino á U hU»
de mi pueblo, no paa avantar, ni pan
li Viento maa Tchemente que estos
vendía i ni : y abon 70 hablaré Jaldo»
coa ellos.
li Hé aqoi que mbiiá como nube, j sa
ano oonw toirtiélUno* : maa ligeros son
tu caballos que las áipiilas. ¡ Ay de nos-
otros, poiqne dados somos á saoo !
U Lava de la nurilcia tu eovanm, oh
Jsnialem, para que seas salva. ¿Hasta
cuando dejwás estar en medio de tí los
pemanüentos de Iniquidad ?
15 Poraae la vos «e m» del oue trae las
nneras desde Dan, y del que naoe oir la
calamidad desde d monte de Ephraim.
16 Decid de las gentes; hó aqni haced
Qtr de Jenisalem : Onardas Vienen de
tierra U^ana, y darán su toz sobra las
dodades de JudiL
17 Como 1m guardas de las heredades
citufieron sobre ella en derredor; por-
qne se rebeló ' contra mi, dice Jebov^
18 Tn oamino y tus obras te hicieron es-
toi; etta tn maldad : por lo cual amar.
gura Mnetrará hasta tu corazón.
19 Mis entrañas, mis entraflas me due.
len, las telas de níi corazón : mi corazón
nge dentro de mi ; no callaré» porque
voz de trompeta has oido, oh alñoa mia,
{negon de guerra.
90 Quebrantamiento sobre quebranta-
miento es llamado', porque toda la ti-
erra es destruida : en un punto son des-
truidas mis tiendas, en un momento mis
cortinas.
81 ¿ Hasta cuando tengo de Ter ban-
dera, tengo de oir tos de trompeta ?
S8 Porque mi pueblo m necio ; no me
conocieron los h^M ignorantes, y los no
entendidos: sabios para mal hacer, y
para bien hacer no supieron.
S8 Miré la tierra, y hé aquí que es-
taba asolada y vacía"* ; y los cielos, y
no h*bia en eUos luz.
M Miré los montes, y lié aquí que
temblaban, y todos los collados fueron
destruidos.
95 Miré, y no pareeia hombre ; y todas
las aves del cielo se hablan ido.
88 Miré, y hé aquí el Carmelo desierto,
y todas sus oindádes eran asoladas ¿ la
presencia de Jdwvá, 4 la presencia del
rurordesnira.
S7 Poique asi d^ Jehová: Toda la
tíerra será asolada; mas no haré oon-
suraadon*.
98 Por esto se enlutará la tierra, y los
cielos arriba se osearecezán : porque ha-
bié, pensé, y no me arrepentí, ni me
tomate de ello.
99 Del estruendo de la gente de á ca-
ballo y de los flecheros huyó toda ciu-
dad : entráronse en las espesuras de los
•>o*qiics, y suUéronae en peñascos : toda
dnittd fué dMunpaiada, y no quedó en
*Uas morador alguno.
aoYtddeatrSda, ¿qnéharáa? Bien
que te Tiatas de grana, aunque te ador-
Bes con atavíos de oro, aunque pintes
con antimonio tus qjos, en vano te en-
galanas: menospreeiánmte los amado-
res, buscarán tu alma*.
SI Porque vos oí como de mi^er que
está de parto, angwHw como de prime-
(«t ves de la hQa de Slon 91M lamcn-
*** tf wtisnde su manosj» didemdo:
i Ay ahora de mí ! que mi alma des-
BMya á causa de los matadores.
Ptlm
CAPITULO V.
•MttadtlasOWAM.
DISCURRID por las piasu de Je-
rusalem. y nurad ahora, y aabed, y
bascad en sus plazas si halláis hombre*,
si hay aiguno que haga juioio, que buS'*
que verdad ; y yo la perdonaré.
9 T si dijtiren, Vive Jdiová, por tanto
Jurarán mentira i.
8 Oh Jdwvá, ¿ no mjrait tos ojos á la
verdad? Azotástelos, y no les dolió*;
oonsumístelos, y no quisieron 4 reoilnr
corrección: endurecieran sus rostros mas
que la piedra, no quisieron tomarse.
4 To empero d^je : Por cierto dios «en
pobres ; enloqueddo han, pues no cono-
cen d camino de Jehová, d Juido de
au Dios.
6 Irme he á los grandes, y haUaréles,
poroue dios conocen el camino de Je-
nová, el juido de su Dios*. Ciertamente
ellos también quebraron d yugo, rom-
pieron las coyundas/.
8 Por tanto lean' dd monte los herirá,
destruirálos lobo dd desierto, tigre ace-
chará sobre sus dudadas: cualquien
que de ellas saliere, será arrebatado;
porque sus rebeliones se han multipli-
cado, hanse aumentado sus deslealtaaes.
7 ¿ Cómo te he de perdonar por esto ?
Tus I4J08 me dejaron, y Juraron por io
qu» BOU Dios* : sadélos, y adulteraron,
y en casa de ramera se juntaran en com-
pa&ías'.
8 Como caballos bien hartos ftieron á
la mafiana ¡ cada eual relinchaba á la
miqer de su prójimo.
9 ¿ No habla de hacer visitadon sol»e
esto ? d^o Jehová. De una gente como
esta ¿no se habla de vengar mi dma* ?
10 Escalad sus muros, v destruid ; mas
no hagáis consumadon*: quitad las al-
menas de sus muros, poique no son de
Jehová.
11 Porque resueltamente se rebelaron
contn nu la casa de Israd y la oasa de
Judá, dice Jehová.
19 Negaron á Jehová m, y dijeron : Él
no es, V no vendrá mal sobre nosotros •,
ni veremos cuchillo ni hambre ;
18 Antes los profetas serán como vi-
ento *. y no hajf en dios palabn : así se
hará a dios.
14 Por tanto así ha dicho Jehová Dios
de los qórdtos : Porque hablastds esta
palabra, hé aquí vo pongo en tu boca
mis palabras por niego, v á este pueblo
por lefias, y les consumirá.
15 Hé aquí yo traigo sobre vosotros
«ente de UiJos, oh casa de Israel, dice
Jdiová; gente robusta, gente antigua,
gente cuya lengua ignorarás, y no en-
tendesás lo quehabUoe.
18 Su aljaba como sepulcro abierto,
todos valientes.
17 Y comerá tn mies^ y tu pan, que
hablan de comer tus fa^jos y tus Újas :
comerá tus ov^)as y tus vacas, comerá
tos villas y tus hlguens : y tos ciodades
fuertes en que tu confias, tomará en
nada á cuchillo.
18 Empero en aauallas dias, dice Je-
hová, no os aoabare del todo >.
19 Y será que cuando dijerds, ¿ Por
qué hizo Jebová d Dios nuestro con
nosotros todas estas cosas ? entonces las
dirás : De la manen que me d4*deis á
mí, y servísteis á dioses ágenos en vues-
tra ttenra, ad serviiéia á eztra&os en ti-
90 Denunciad esto en la casa de Jacob,
y haoad que esto se dga en Judá, did-
91 Óld ahora eato, pueblo nedo y dn
oanuMa ; qne tienen q)oa, y no ven, que
tienen oídos, y no oyen « :
98 ¿ A mi no temecéis ? dice Jehová:
■Osn.l8Jg.
Xb.9S.80.
*Tlt.L16.
•OSPL9.I0.
i<Oap.7.9B.
18.9.13.
80^ S. 9.
•Hie.S.1.
/SSL9.S.
'Os. 19. 7.
A Jm. aSL 7.
Baiili.l.«.
*v«r.99.
Cap. 9. 9.
i Cap. 4. 97.
ysau.
">80r.99.
le.
» b. 99. IS.
•Cap.14.18,
l»I«v.96.ie.
Den. 98. ti,
88.
Vver.U.-
'Oea. 18.48.
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A.€.Ékr.WL
JESaODA&t YL
Aft*.fll|i
T
tSóbnkVL
fcLJIMkt.
Pía 8.99.
14.
'Okp.8.S.
'Jkn.tLU.
•Job2L7.
S«L7S.13.
Cap.U.1.
» iw. 9.
'Oftp.a8.as.
96.
Si.l8.«.
4ii[i&a.iL
«D«a.8a.fl9.
I«.1.9.
•(hf.ií.14.
Bi. 26. r.
»Oftp^l3.10L
a Bey. 25.1.
• Bi.n.M.
<iH«eh.7.SL
(! ao <w «wdreiilaiféto i mi pratciufe,
fne á la mar por oidanadon «tanm, la
ctaal DO untbñottrktf muc arena por
ténnino? 8e levantaría tempecaKBM,
mas no prevalcoerAn ; bramarán ms on-
lim, mas no lo petaiAn.
S8 Empero este pueblo tlane coraxon
flüso y rebelde : temávonae 7 Atáronte.
84 Y no dieron en su oocazon: Tema-
moa ahora & Jcbová Dios nneatro, que
da Ihnte temptana 7 taxdla «n su tí-
empo« : loa ttsmpos establecidos de la
siega nos guarda •.
JBS Vuestras iniquidades han estorbado
astaa cosas*, y vuestros peeados aparta-
ron de Tosotros el bien.
86 PoMue fiíeton hallados en mi pue-
blo impfos : asechaban etrnio quien pone
lazos ; pusieron laxo perdedor para to-
mar hombres.
87 Como jaula llena de pémuroa, así
utám sus casas llenas de engtmo: así se
Uoleron grandes y ricos.
88 Bngoídsron y pusiéronse lustrosos •>
y sobrepujaron los neehce del malo : no
juigaron la causa, la oauía dri huérfa-
no ; con todo hiciéronse práspcros •, y
la causa de los polnes no juagaron.
89 ¿ No tengo de Tiritar sobre esto ?
dioe Jefaová: ■> y de tal gente no se ven-
gará mi almao ?
30 Cosa espantosa y fea es hecha en la
tiem:
81 Los profetas piufetlzaron mentira*,
y los sacierdotes tomaban por sus ma-
no»; y mi pueblo asi lo quiso<(. ¿ Qué
pues haléis á su fln « ?
CAPITULO VI.
Bm U mitmo argwmetáo M eofíMo pt»-
HUID, hijos de Bei\)amin, de en me-
dio de Jerusalem, y tocad bocina
en Tecoa, y alzad por señal humo sobre
Beth-haeerem : porque del Aquüon se ha
visto mal y quebrantamiento grande».
8 A KfM nMrf«r hermosa y delicada
comparé 4 la hf)a de Slon.
8 A ella vendrán pastores y sus reba-
fVos ; junto á ella en derredor pondrán
sus tiendasb ; cada uno apaocnlará á su
parte.
4 Denunciad guerra contra ella: le-
vantaos y subamos hacia el medio dia.
¡ Ay de nosotros ! que va cayendo ya el
dia, que las sombras de la tarde se han
extenüdo.
6 Levantaos y subamos de noche, y
destruyamos sus palacios.
0 Ponme asi d^o JdiovA de los ejér-
citos: Cortad árbides, y extended ba-
lu«te junto á Jerusalem: esta t la
ciudad que toda ella ha de ser visitada :
violencia Aa« en medio de ella.
7 Como la rúente nunca oesa de manar
sus aguas, así nunca cesa de manar su
malina : iq^sticia y robo se oye en ella
continuamente en mi presencia, cnfltar-
medad y herida.
8 Ceerigete, Jemsalem; porque no se
aparte mi alma de tic, porque no te
tome derierta, ticnra no habitada.
9 Así d^ Jdwráde los ^reitos: Del
todo rebuscarán eomo 4 vid el resto de
Israel : toma tu mano como vendimi-
ador 4 los eestoa.
10 ¿A quién tengo de hablar y amo-
nestar, pera que oigan ? H4 aquí que
sua ocqas «on ineireujseisasrf, y no pue-
den eseachar: hé aquí que la palabra
de Jehová les es cosa vergonzosa ; no la
11 por tanto estov Ueno de safia de
Jehová; tralxOado he por contenerme:
dsRansBcéia aobn los náilos en la caUe,
y aobM M nnidoB de los j4
mente* : poniiie el oaaxido tataUeaieiá
preso con la mt^er, el viejo con «1 Ueno
is Y sus
otros, sus heredades y tamUen sus
mujena/r poique extenderé mi mano
sobre los motudoMs de la tiena, diee
Jdiová.
13 Porque desde el mas chico de «Om
hasta el mas grande de ellos, esda «ao
signe la avaricia ; y desde el profeta Ins-
ta el sacerdote todos son engaasdoreí*.
14 Y curan el quehiantamlento de la
14}a de mi pueblo oon Uviandad, dici-
endo : Paa, paz ; y no áay paz*.
15 ¿ Hanse avenonzado de balMf he-
cho abominación ? No por derto, no le
han avergonzado, ni aun saben teoer
vetgttenca. Por tanto caerán entre los
oue caerán ; caerán cuando los vttttaré,
oice Jdiová.
18 Asi dj^o Jehov4: Paraos á los es-
minos, y mirad, y nveguntad por las
sendas antiguas, euu sea el buen ca-
mino; y andad por él, ^ hallaiéb des-
canso para vuestra alma'. Masdlgema:
No andaremos.
17 Desperté también sobre vosotros ata>
layas fu» O^utn : Esonchad á la vos de
U tnompela. Y dieron ellos : No eien.
charémos.
18 Pwr tanto oíd, gentes, y conoee.oh
ooi\)unto de ellas.
19 Oye, tierra: Hé aquí yo traigo msl
sobre este jiueblo, el Auto de sus penis.
mientosA; porque no escucharon á mis
palabras, y aborrecieron mi ley.
80 i< A qué viene para mí este iacicnio
de Scba, y la Imeika oafia olorosa de ti'
erra lc>}ana ? Vuestros hdooanttos ai
«on á mi voluntad, ni vuestros saerificiai
me dan gusto i.
81 Por tanto Jehová dice esto: Hé
aquí yo pongo 4 este pueblo tropleíos*,
y caerán en ellos los padres y un hijos
juntamente ; el vecino y su cercano ^
icecrán
89 Así ha dicho Jehová : Hé aquí que
viene pueblo de tiena del Aquilón «, ^
gente grande se levantará de los caalO'
nes de m tiem.
83 Aroo y escudo arrebatarán; eradei
son que no taidrán misericordia
la voz de ellos como la maro • y moal»>
rán á caballo como faombies aspoeitaf
para la gnenra contra ti, oh h^a de
Bion.
84 Su fuña oiuea, y nnesttas msoot
se deseoyuntaron : apoderóse de aos.
otros angustia, doler como de ws^
que pare^.
80 No salgH al eampo, ni andes por
camino ; porque espada de caemigo y
temor hay por todas partN.
88 Hija de mi pu^lo, oiflflte de saeof,
y revueicate en cañiza: hazte luto «m»
por hijo dnico, llanto de amaqami
porque presto vendrá sobre nosotros el
destraidor.
87 Por fbrtalezar te he poeite ca ni
pueblo, por torre: oenacems pues 7 es-
aminañás el camine de flUos.
88 Todos ellos prínelpes lebddei, su-
dan oon engafio': ««• eobre y trnn;
todos ellos son oonuptens*.
89 Queméee A ftadle, del fuego lelu
consumido el plomo : por deuá» fin.
dM el flmdidor, pues los malos no im
arrancadce.
80 Fhrta dceeohada Iqs llamaron, por-
que Jidiová loa deseché.
CAPITULO VII.
JbiMhi liU» el vr^mm «w flam «i fi**
Oi^S.1.
/Oifllá
DáitJ
'MitlV
11.
Uta
bUlt
á Mrdarfsro orrqÍMtfHi
■Hiítof
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A.e«fer.«e6k
éflum i^fm 4* M* 'MNM eomJUuma «« <(
9wi|i», « MI «aeHjMot «<» ff «< «>Mfm-
tÜL. Prediet Düu al «rcfeta la «M(ira«<on
del jmmUo, y titifaiduM «m «« or< iwr II»
«f«a f (M b aÍN*iMeí« %aSmo dafwhodo, yla
nrfM ]«c b vmdriajMr ni* IdoIoIrTM.
PALABRA que ftié de Jehorá á Je>
lanlM dieicndo ;
i Ponte i la jmorta de U casa de Je*
hora, 7 predica allí «ata palabra, y di :
Oid pualoa de Jéhovi, todo Juda, loa
2ae entxalB paresias puertas para adorar
Jdiová.
8 Así ha Aoho JAork de los ejércitos,
Dios de Israd : Mc;Jorad Tuestros cami-
nos j vuestras obras*, y os haré morar
en este lugar.
4 No os üels en palabras de mentica
dicisndo: Templo de JehoTi, Templo
de Jehová, Templo de Jehorá e» esto^.
A Mas ú meioiárcis cumplidamente
▼oestros caminos y vuestras obras; si
oon exactitud hidems derecho entre el
hombre y su prójimo,
0 Ni opiindereis al peregrino, al hu-
érfano, y & la viuda, ni en este lugar
denaiurds la sangre inocente, ni an-
duvierais en pos de dioses ágenos para
mal vuestroc;
7 Os hará morar en este lugar, en la
tietia Que di 4 vuestros padres piara si-
empre*.
8 aé aquí vosotros os confiáis en pala-
bras de mentim, que no aprovechan.
O Hurtando, matando, y adulterando,
y Jursiléío falso, é incensando 4 Baal, y
anidando tras dioses extraños que no co-
nocisteis,
10 i Vendréis y os pondrás delante de
mí en esta caa&, sobre la cual es invo-
cado mi nombre «, y diréis: Librados
somos: para hacer ItMigo todas estas abo-
mlnaeiones?
11 ¿ Es cueva de ladrones delante de
vuestros qjos esta casa, sobre la cual es
invocado mi nombre/? Hó aquí que
también yo veo, dice Jehová.
IS Andíad empero ahora 4 mi lugar
que filé en 6ilo«, donde hice que mo-
rase mi nombre al principio, y wd lo
fue le hice por la maldad de mi pueblo
srsél*.
13 Ahora pues, por cuanto habéis vos-
otroé hecho todas estas obras, dice Je-
hová, y bien que os hablé madrugando •
para hablar, no eisteis, y os llamé, y no
respondisteis A;
14 Haré también 4 esta casa, sobre la
eoal es invocado mi nombre, en la que
vosotros oonñais, y 4 este lu^gar que di
4 vosotros y 4 vuestros padres, como hice
áSUo.
lA Que os echaré de mi presencial co-
mo eché 4 todos vuestros hermanos, 4
toda la generación de Ephraim.
10 Tú pues no ores por este pueblo, ni
levantes por ellos clamor y eraeion, ni
me racnes ; porque no te oiré m.
17 ¿ No ves lo que estos hacen en las
ciudades de Jnda, y en las calles de
Jsraaalem?
18 Los h^os cogen la leí», y los padres
encienden el fuego, y las mujeres ama-
aan la masa pasa haióer tortas 4 la reina
dd cielo «, y para hacer ofteodas 4 dio-
, por provocarme 4 ira.
1^ Provocárteme ellos 4 ira, dice Je-
hevi^ y no mas bien obrau ellos mismos
púa confusión de su rostros ?
80 Por tanto aaí ha dicho el SeOor Je-
0;Oyk: Hé aquí que mi foror y mi ira se
gp»»ma aobre este lugar ; sobre los hom-
Mwa, sobre los animales, y sobre los ár-
">!•• drt eampo, y sobre loa frutos de la
"*>ni: y enoendacéae, y noseapagar4.
81 Así ha dioho Jelievá de les ^^r-
dftos, Dtos de Ismel : A«a^d vuestros
holocaustos sobre vuestros sacrifloioa*,
y comed carne.
88 Porque no hablé yo oon vuestros
padres, ni les mandé el dia que los sa-
Íoé de la tierra de Egipto, acerca de
olooaustos y de vktimasj».
83 Mas este les mandé diciendo : Bs-
cuohad mi vozf, y seré 4 vosotros por
Dios, y vosotros me aeréis por pueblo*' :
y andad en todo camino que «s man-
d4re, para que os vaya bien.
84 Y no oyeron » ni inollnareB su eido {
antes caminaron en «u» conatos, en la
dureza de su corazón malvado, y fueron
h4eia atrás *, y no h4cia adelante,
85 Desde el dia que vuestros paAws
salieron de la tierra de Egipto hasta
hoy. Y os envié 4 iodos los profetas
mis siervos, cada día madrugando y en- :
viandole««:
80 Mas no me oyeron, ni inclinaron
su oido i 4ntes endurecieron su cerviz «,
é hicieron peor que sus padres^.
87 Td pues les dirás todas estas pala-
bras ; mas no te oirán : los llamarás, y
no te responderán.
88 Les dirás por tanto: Esta «• la
gente que no escuchó la voa de Jehová
su Dios, ni tomó corrección atgvna*:
perdióse la té, y de la boca de ellos fiíé
cortada.
88 Trasquila tu cabello*, y arn^alo,
y levanta llanto sobre las alturas ; por-
que Jehov4 ha aborrecido y d^ado la
nación de su ira.
80 Porque los hijos de Jnd4 han hedió
lo malo ante mis ojos, dice Jehová : pu-
sieron sus abominaciones en la casa so-
bre la cual mi nombren fiíé invocado,
amancillándola;
81 Y han edificado los altos de To-
ihet«, que e« en el valle del h^o de
'innon, para quemar al fuq^ sus hUos
y sus hijas d, cosa que yo no les mandé,
ni subió en mi corazón.
88 Por tanto, hé aquí vendrán dias, ha
dicho Jehov4, que no se dlca mas To-
phet, ni valle del h^o de mnnon, sino
valle de la matanza * : y serán enterra-
dos en Tophet, por no habtr lugar.
83 Y serui los cuerpos muertos de este
pueblo para comida de las aves del cielo,
y de las bestias de la tierra ; y no habrá
quien la» espante/.
84 Y haré cesar de las ciudades de
Judá, y de las calles de Jerusalem, voz
de gozo y voz de alegríay, voz de es-
poso y Toz de esposa ; poique la tierra
será en desolación *.
CAPITULO VIII.
Frctime sn la émuaeiaeion d» la» taitíaog
tb Lio», y en la mMOMrMioM 4» lo» pieam»
Mffutblo.
N aquel tiempo, dice Jehová, sací^
rán los huesos de los reyes de Judá,
y los huesos de sus príncipes, y los hue-
sos de los sacerdotes, y los huesos de loe
Srofetas, y los huesos de los nunudores
e Jerusalem, ftiera de sus sepulcros ;
8 Y los esparcirán al sol, y á la luna,
y á todo el ejéroito del cielo*, á quien
amaron, y á quienes sirvieron, y en pos
de quienes anduvieron, y 4 qtiiencs pre-
guntaron, y 4 quienes se enoorranm:
no serán reoogidos, ni enterrados ; serán
por muladar sobre la haz de la ttátra.
8 T eseograáse la muerte áates que las
vidas b por todo el resto que quedare <le
esta mala generación, en todos los lu-
gares á donde los airájaré yo á loa que
quedaren, dice Jdiová de tos eiéreitos.
4 5 Les dirás astanlamo: Asrha dioho
fia
H
E
•Aaes&SI,
e«a
'18a. U.
88.
8kLfi0.7,8.
Oe.&6.
«Kb 18.88.
DsB.e.8.
•'Bx.lS.S.
Lev. as. 18.
* Bal. 81. U.
tOa^U.73.
"SGr.88.15.
*Néh.8.17.
SB.
'Osp.U.ia.
'01^88.88.
* Job 1.80.
Mié. 1. 16.
»8 Bey. fi.
4,7.
Es. 8. 6, 8.
«SBey.aS.
10.
liSaLlOO.
• Cap. 18. 8,
IL
Bi.6. 8,
etc.
/Dra.98.86.
8aL7».a.
«Iaai.7.8.
Can. 16. 8.
0S.2.U.
•8Rey.a8J.
»Ap.8.C
A.C.«ir.MOL
JEBWMTAS, IX.
^Cdr.(N.
«Jn»ii9.il.
Bo.8.17.
<< Den. 28. 90.
8opli.l.l8.
11.56.11.
/ Cap. «. 14.
SZ.1&10.
'I>0n.8a.8&
AC»p.l«.19.
*' Cap. 4. 1&
tBri.Se.4A
'Oni.as.aL
"Oap.46Jl.
JdwTA: ¿ El que caá» no ae leran-
ta ? El que ae davia, no toma á «•
mhiot
5 ¿ Por qué et este pueblo de Jera-
•alem lebnide con rebeldía perpetna ?
Abrazaron el engafto» no han querido
volverse.
6 Escaché j oí, no hablan derecho:
no hay hombre que se arrepiente de su
mal, diciendo : ¿ Qué he hecho ? Cada
cual ae volvió 4 su carrera, como ca-
ballo que arremete con Ímpetu á la ba-
talla.
7 Aun la dgttefia en el cielo conoció
su tiempo; y la tórtola, y la grulla, y
la golondrina, guardan el tiempo de su
vemda; mas mi pueblo no conoció el
juicio de Jehová.
8 ¿ Cómo decís. Nosotros «onuw sa-
bios e, y la ley de Jehová ttnemot con
nosotros ? Ciertamente, hé aquí que en
▼ano se cortó la pluma, por oemás fue-
ron los escribas.
9 Los sabios se avergonzaron, espan-
táronse, y ftieron presos : hé aquí que
aborrecieron la palabra de Jehová ; ¿ y
qué sabiduría tienen ?
10 Por tanto daré á otros sus mv^eres,
y sus heredades á quien las posea*':
porque desde el chico hasta el grande
oada uno sigua la avaricia ; desde el
profieta hasta el sacerdote todos haoen
engafio*.
11 Y curaron el quebrantamiento de la
hija de mi pueblo con liviandad, did-
endo, Paz, Paz : y no hay paz/.
15 ¿ Hanse aveigonzado de haber he-
cho abominación ? Por cierto no se han
corrido de vergüenza, ni supieron aver-
gonzarse : oaenn por tanto entre los que
cayeren y, cuando los visitaré. Caerluí,
dice Jehová.
18 Cortarélos de por junto, dice Je-
hová: no hay uvas en la vid, ni higos
en la higuera, y eaeráse la hoja; y lo
que les he dado pasará de ellos.
14 ¿ Sobre qué nos aseguramos ? Jun-
taos, y entrémonos en Ub dudades fuer-
tes, y allí reposarlos : porque Jehová
nuestro Dios nos ha hecho callar, y dá-
donos á beber bebida de hiél, poique
pecamos contra Jehová.
16 Esperamos paz, y no hay bien ; día
de cura, y hé aquí turbadon ».
16 Desde Dan se oyó el bufido de sus
caballos': ^^ sonido de los relinchos
de sus fuertes tembló toda la Uerra:
y vinieron, y devoraron la tienra y su
abundancia, ciudad y moradores de ella.
17 Porque hé aquí que yo envió sobre
vosotros serpientes báriliscos, contra los
cuales no hay encantamento*, y os mor-
derán, dice Jehová.
18 A causa de mi fuerte dolor mi co-
razón desfallece en mí.
19 Hé aquí voz dd clamor de la h^a
de mi pueblo, que viene de tierra lejana.
¿ No ettá Jehová «n Slon ? ¿ No uta
en ella su rey ? <> Por qué me hidcron
airar con sus iaíigeae» ae talla, con va-
nidades de diot ageaot ?
90 Pasóse la siiga, acabóse el verano,
y nosotros no hemos sido salvos.
81 Quebrantado estoy por d quebran-
tamiento de la iAi» de mi pueblo ; en-
tenebrecido est^y, espanto me ha arre-
batado.
88 {No hay bálsamo en Oalaad»?
¿ no hay allí médico ? ¿ Por qué pues
no hubo medidna para la h^a de mi
pueblo?
CAPITULO IX.
Prott^uUmáo d pr^rfo, lammla la mina ie
tapiiMoymupeea^M,qtt$/tun»laeaiua
dt dlat jfftntttmáala d$ miMW, «oAorta at
pmMoila mioma Umemlaelat. M^Kmy
m ftt eomoamiuUo te ifuríe A pa hMtn
degioriarae.
¡ f\H si mi cabeza ae tomase aguas, j
V-f mis qjos fuentes de aguas*, para
que llore día y noche los muertos cw la
nija de mi pudtlo !
8 ¡ Oh quién me diese en él dcBerto
un mesón de caminantes, pan que dé-
jate mi pueblo, y de ellos me apaitára !
Porque todos ellos eoa adifiteros^i con-
greancíon de prevaricadores.
3 £ hicieron que su lengua, su areoe,
tirase mentira : y no ae fortalecieron por
verdad en la tierra ; porque de mal en
m»! procedieron 4, y me han descono-
cido, dice Jehová.
4 Guárdese cada uno de cu conpa&en,
ni en ningún hermano tenga oonfiaaia:
porque todo hermano engalla con &-
lacia, y todo compañero aiMla con fiüae-
dades«.
5 Y cada uno engafia á su compaBero,
y no hablan verdad : enaeSanm su len*
gua á hablar mentira, se ocupan de ha-
cer perversamente.
6 Til morada ee en medio de engallo:
de muy engafiadores no quisieron cono-
cerme, dice Jehová.
7 Por tanto así ha dicho Jehová de los
ejércitos : Hé aquí que yo los ftmdiró, }
los ensayaré ; porque ¿ cómo he de ha-
cer por la Uja de mi pueblo ?
8 saeta amolada ei la lengua de ellos ¡
engaSiof habla : con su boca habla paz
con su amigo, y dentro de sí pone sni
asechanzas y.
9 (f No los tengo de visitar sobre estas
cosas, dice Jdiová ? c De tal gente no
se vengará mi alma* ?
10 Sobre los montes levantaré lloro y
lamentadon, y llanto sobre las mondas
del desierto': porque desoladas fuen»
hasta no quedar quien pase, ni oyeron
tnae bramido de ganado k : dóde las aves
del cielo y hasta las bestias de la tiena
ae trasportaron, y se ftieron '.
11 Y pondré á Jerusalem en montones,
por morada de culebras t y pondré las
ciudades de Judá en asolamiento, que
no quede morador.
18 ¿ Quien ea varón sabio que entienda
esto ? ¿ Y á quién habló la boca de Je-
hová, para que pueda declarario ? ¿ Por
Sne causa la tierra ha peieddo, y ha
Ido aaolada, como desierto que no tiay
quien pase?
18 Y dijo Jehová ; Porque d^on mi
ley, la cual di delante de dios, y no
obedecieron á mi voz, ni caminaron
conforme á ella;
14 Antes se fueron tras la imaginadoB
de au corazón, y en pos de los Baales
que lea enaeflaron aus padres.
15 Por tanto, asi ha dicho Jehová de
los ejérdtos. Dios de Israd : Hé aquí
que a este pueblo vo leí daré á oomer
^jei\}o6, y les daré á bdier aguas de
hid.
18 T los espardré entre gentes que ao
conocieron ellos ni sus padres : y enviaié
eapada en pos de dios, baste que y» los
acabe «.
17 Así dice Jehová de los ^férdtos:
Oonsideiad, y llamad plaUdens qoe
vengan ; y enviad por las saliias qae
vennn;
18 Y dense prisa, y levanten llanto so-
bre nosotros ; y córranse nuestras oji»
en lágrimas, y nuestros piípados ea
aguas ae destilen.
19 Porme voz de endecha ftaé oidada
Sion: {Cómo hemoe sido deMnldaí!
En gnúi manera hemos sido eoofnndi-
doa. ¿Por qué dolamos tal tiam? ¿Por
>Ctp.liI
li.2ii
jiaxi
MLT.J
/«er.l
kQtf.1
• Ctft
l)*í
LCdr.|(iOL
jeremías, z, xl
A.Cetr.MO;
qnéim han echado de «i naeatn» mo-
nvU*?
80 Oid pues, oh miüeree, palabra de
Jehová", j Tveitn oido leclDa la paUt-
hn de tu boca : 7 enseflad endeonas á
Taotrat hijas, j cada una á tu amiga
lamentación.
SI Porque la mnerte ha subido por nu-
estras ventanas, ¡f ha entrado en nues-
tros palacios, para talar los nitkis de las
calles, los mancebos de las plaxas.
ai Habla. Así ha dicho JefaoT&: Los
cuerpos de los hombres muertos caerán
cono estiércol sobre la has del campo,
Loomo mano.io tras el segador, que no
ly quien lo recala.
83 Asi d^o J¿OTÍ : No se alabe el
latdo en su sabiduría, pi en su valentía
se alabe el Tállente, ni el rico se alabe
en sus riquezas :
84 Mas alábese en cMo d que se hu.
tdeve de alabar, en entenderme y cono-
cermeo, que YO SOT JEHOVA, QUE
HAGO MISERICORDIA, JUICIO,
T JUSTICIA EN LA TIERRA:
porque estas ooeaa quiero, dice JéhoWL
85 5 Hé aquí que Tienen dias, dice
Jebová, y yisitaré sobre todo oireund-
dado, y sobra todo incircunciso ;
86 A Egipto, j á Judá, y 4 Edom, 7 i
los hijos de Ammon y de Moab, y 4
todos los arrinconados en el postrer rin«
conpf que moran en ri desierto : porque
todas las gentes tienen prepucio ; y toda
la easa die Israel tiene prepucio en el
oorason.
CAPITULO X.
Por oeaatem <b ía iMatrfa da mt pwNo <«-
jmgna d yrefeUx la idetatrih «s gtiurpl,
nUtmtc M Mrdaturo IHo» por mu «Im^re-
Uea obroi. FimIm á la mnáUdoa da la
eamUHdadddpuMo.
O'
ID la palabra que Jehorá ha ha-
blado sobre Tosotxos, oh caaa de
Israel.
8 Así d^o JéhoTá: No aprendáis el
camino de las gentes •, ni de las séllales
dd cielo tengan temor, aonque las gen-
tes las teman.
8 Porque las ordenanzas de los pueblos
«Mt Tanldad : poique lefio del monte cor»
tanm, pmra atm de manos de artífice
ooBi azuela i.
4 Con plata y oro lo engalanan ; con
claTos y martillo lo afirman, para que
no se salga.
6 Oomo tma palma lo igualan, y no
hablan*: son llevados, porque no pue-
den andar. No tengáis temor de ellos ;
porque ni pueden hacer mal, ni para
nacer Uen tienen poderit.
0 No htm semiiloote 4 tí, oh Jdiová ;
gnmde tn, y grainde tu nombre en fbr>
taleza.
7 ¿Quién no te temerá, oh Rey de
las gentes»? porque 4 tí compete eUo :
porque entre todos los saUos de las gen-
te*, y en todos sus reinos, no kem seme-
Janteití.
8 Y todos se infatuarán y entontece-
i4a : ensefianza de Tanldades «* el mis-
mo lefio/.
A Tnurán plata extendida de Thanls,
y oro de Uphaz: obraii él artífice, y
las manos del fundidor : Tvstixánlos de
ttirúeoo 7 de pifapnra : obra de peritos
es todo. ' *^ *^ *^
10 Mas JchoT4 Dios es la Verdad ; él
er Dios títo y Rey eterno : á su in tl-
"qfci* la tiena, y las gentes no pueden
sQRir su safla.
1> !<«* diréis así : Los dioses que no
m^enm los cielos ni la tierra, perecerán
d« la tierra y de debajo de estos olelos.
18 El que hiao la tlem con su po>
tenda, él que puso en orden el mundo
con su sabier, y extendió los cielos con
su prudenoiaf,
18 A su Toz se da muchedumbre de
aguas en ti oielo, y hace suMr las nubes
de lo postrero de la tierra ; hace los re-
lámpagos con la UuTia, y saca d viento
de sus depósitos A.
14 Todo hombre se embrutece en a-
qnesta deneia : aTergtténeese de su Ta-
oiadizo todo fundidor ; porque mentira
es su obra de fymdicion, y no Aey es-
píritu en ellos.
15 Vanidad son, obra digna de escar-
nios: en el tiempo de su Tisitadon pe-
recerán.
16 No es oomo dios la suerte de Ja-
cob; porque él e« el hacedor de todo, é
Israel c* la vara de su herencia ' : Je-
horá de los qjércitos «« su nombre.
17 5 Recoge de las tierras tus merca-
derías, la que moras en lugar fuerte ;
18 Porque así ha dicho Jebová: Hé
aquí que esta Tez arrojaré como con
honda « los moradores de la tierra, y he
de afligirles, para que ati lo hallen*.
19 j Ay de mi por mi quebrantamiento !
mi llaga u muy dolorosa. To empero
d^e : Ciertamente enfermedad mía m
esta, y debo suflrirla «.
80 Mi tienda es destruida, y todas mis
cuerdas están rotas: mis h^os fueron
sacados de mí, y perecieron : no hay ya
mas quien extienda mi tienda, ni quien
levante mis cortinas.
81 Porque los pastores se infiítuaron, y
no buscaron 4 Jehová* : por tanto no
prosperaron, y todo su ganado se es-
parció.
88 Hé aquí que voz de fkma viene, y
alboroto grande de la tierra del Aqui-
lón*, para tomar en soledad todas las
dudades de Jud4, en morada de eule-
brasp.
88 Conozco, oh Jehová, que el hom-
bre no es sefior de su camino, ni del
hombre que camina es ordenar sus pa-
sos 9.
84 Castígame, oh Jehová; mas con
juicio': no con tu furor, porque no
me aniquiles *.
85 Derrama tu enojo sobre las gentes
que no te conocen, y sobre las naciones
que no invocan tu Nombre <: porque
se comieron 4 Jacob, y lo deroraron, y
le han consumido, y asolado su mo-
rada.
CAPITULO XI.
Por weiniiMio d* Dioa reguarda d prqfda al
foMú ü patio ftadko tom d Srilor, y te t^/l-
éUUdad <M *tM padrm mu lo qutbramtaron i
y U» reqoiar» mu lo ofaervtn, intimandole$
mu de lo eontriMio irmoeablommU ven-
arían eobre eUoe loeinMoe de Dioepor toe
idolatrOu. Deeembre Dioe al profeta la»
eonepiracUme» de loe enaoepara matarle, y
loieeOot.
fGapLa.M,
19.
iBaLlS6.7.
u Oñimeiado d eaeligo 1
PALABRA que fíié de Jehov4 4
Jemnías diciendo :
9 Oid las palabras de este pacto, y
hablad 4 todo varón de Jud4, 7 4 todo
morador de Jerusalem.
S Y les dirás tü : Así dijo Jehov4lHos
de Israel : Maldito el varón que no obe-
dedere las palabras de este pacto»,
4 El cual mandé 4 vuestros padres d
dia que los saqué de la tierra de Egipto,
dd homo de oienrob, didendoles: Oid
mi voz, y ejecutad aquellas confi>rme 4
todo lo que os mando ; y me seréis por
pueblo, y yo seré 4 vosotros por Dios* :
fi Para que confirme' el Juramento que
hice 4 vuestros padres *, que les daría la
tierra que corre leohe y miel, oomo m
* Dea. 82. 9.
*18a.2S.
99.
< xs. «. la
"Mi 7. 9.
»C»p.S.8.
Ss.84.8,
10.
Zae.lOi8.
• Csp. 1. 14,
14.
'Osp.9.11.
<Flo.90.9l.
1*0^ 80. 11.
« Is. 87. lai
t8d.79.6|7.
•Den.87.9B.
Oa.S.10.
tosa. 4.901
iaiy.8.a.
• Obp. 7. 98.
il Dea. 7. 11,
U.
•Sd.lOS.8,
11.
4«a«lr.Mli
JEEEULáB^ TTT.
á.(l(k.lA
/So. 3.18.
' Csp. 7. 13.
* El. 10.37.
80.
• Fm. 1. 38.
Hie.8.4.
SM.7.1S.
«Ora. 83. 87.
88.
i < Cn. 7. 18.
71^11.
*0»p.3.Sl.
«Op.18.18.
•C»& 17.10.
T90.1S.
i Cr. 98. 9.
^7.9.
Ap.l28>
Plk 8^101
Aiao»8.U.
dia. TrMpondíyjdile: AfloMft, ob
JdiovA.
6 T Jehovi me d^o : Pregona todat
etUt palabras en las ciudades de Jndá,
7 en las caites de Jemsalem, diciendo :
Oid las ptOabras de este pacto, y p<Mied-
las por obra/.
7 roraiie con efloaeia protesté & mea*
tros padres el dia que Ibs hice subir de
la tierra de Egipto hasta el día de hoy,
madrugando', y protestando, diciendo:
(Xdmi Toa.
8 Mas no oyeron, ni inclinaron su oido ;
antes ae fueron cada uno tras la imagi-
naidon de su ooraxon malvado : por tanto
traerá sobre elka todas las paubraade
este pacto, el cual mandé que cumpU-
eaen, y no lo oumpUeron.
9 T dejóme Jehov&: Ooi^unoiea se ha
hallado en los varones de Jnd&, y en
los moradores de Jeruaalem«
10 Hanse vuelto á las maldades de sos
primeros A padres, los cuales no qulsi-
oron esouonar mis palabras; antes se
fueron tras dioses ágenos para servirles t
la casa de Israel y la oasa de JudA in-
validaron ni pacto, el cual habia yo
concertado con sus padres.
11 Por tanto así ha dicho Jdiová: Hé
aquí yo traigo sobre ellos mal, del que
no podrán salir ; y olamarán á mi, y no
los oiré •'.
18 E irán las etudadea de Judá y los
moradores de Jerusalem, y clamaran &
los dioses á quienes quenaan ellos inci-
ensos*, los cuales no los podrán salvar
en el tiempo de su mal.
13 Porque al ndmero de tua dudadas
fnaroa tos dioses, oh Jud&; v al nú-
mero de tus calles, oh Jerusalem, pu-
sisteis los altares de ignominia, altares
para ofrecer sahumerios ¿ Baal.
14 Tú pues no ores por esto pueblo,
ni levantes por ellos clamor ni oraci-
ón ' ; porque yo no oiré el dia que en su
aflicción & mi clamaren.
18 ¿ Qué tiene mi amado en mi casa
habiendo hecho abominaciones muchas ?
Y las carnes santas pasarán de sobre ti,
potque en tu maldad te gloriaste.
16 Oliva verde^ hermosa en ñuto y en
parecer llamó Jehová tu nombre: á la
voz de gran palabra hizo encender fti^go
sobre ella, y quebraron sus ramas.
17 Pues Jehová de los ^éroitos, que
te plantó M, ha pronunciado mal contra
tí, á causa de la maldad de la casa de
Israel y de la casa de Judá que hicieron
á sí mumo»p provocándome á ira con
incensar á Baal.
18 5 T Jehová me h hizo saber, y
coúoaloi ehtótaoes me hiciste ver sus
obras.
18 Y yo como cordero ó buey oue lle-
van á degollar; pues no entendía que
maquinaban contva mi designios didm-
dom Destruyamos el árbol con su fruto,
y cortémoslo de la tierra de los vivi-
entes, y no haya mas memoria de sm
nombre.
80 Mas, oh Jehová de los ejéroitos,
que Juzgas Justicia, que sondas los rl&o«
nes y el corazón», vea yo tu venganza
de ellos : porque á ti he deseuMerto mi
81 Fw tanto asi ha dicho Jehová de
los vanmes de Ajnathoth, que buscan tu
alma diciendo: No profetices en nom-
bre de Jehová', y no morirás á nuestras
manos:
88 Así pues ha dicho Jehová de loa
^ércitoa : Hé aquí que yo los visito ; los
manoebea morirán á cuchillo ; sus hiUos
y sus h^as morirán de liambre.
88 T no quadazá resto de ellos ¡ por-
me yo 8ncBé mal scSm ks «amiii de
Anafhoth, alio de su visitación.
CAPITULO XII.
XI pftfda, vMa «w afiUeUmr m taifaá» «os
laproneridad d» lo* inpío$, ÍWm U m<w
tí«uu denf»íó de tot mt»*. 4 Im cmIm
cUm habtr átfado en «mmo de mu (WW'fM.
QftVate Jeremíiu de qtte *« pneUe a da-
mddo per euepaitaree, y «MHM^a 4W mrUt
reetabbeido, y la ritma de «fro> ptdieii
loe euaUe ii «Mánirienm eeetformí et mt-
dadero ptuUo de JMoe, eerin jmpniaii
JUSTO ent td, oh Jebová, annqoe
yo contigo dispute: haiilaié empen
juicios cono^^ o. ¿ Tot qué es pni^
rado el camino de los impiosb, y tienen
bien todos lee que se portan desleil-|
mente?
8 Plantástelos, y echaron raices ; pm*
grasaron, é hioiermí fruto : oercsno «•
táe tú ea am bocas, mas lé^ de m
rifiones*.
8 Tü empero, oh Jehová, me oaoooss ;
vísteme, y probaste mi corazón pon
ccDt^*': añráacalos oomo áov^^as pa-
ra el degolladero, y sefláialoa para el
día de la matanza.
4 ¿ Hasta cuando estará dedeita la d-
énra, y marchita la yerba de todo el
campo fot la maldad de los que en ella
moran*? Faltaron los eanados, y Uu
aves/; porque dijeron : No vexá él oa«
ostras postrimerías.
6 Si eoxxiste con los de á pié, y le
cansaron, ¿cómo contenderás ooa hw
caballos ? Y «j en la tierra de paz m
estabas quieto, ¿ cómo harás en £i bin-
ohazon Mi Jordán ?
8 Porque aun tus hermanos y la cafs
de tu padre, aun ellos se levantizon
contra u'; aun ellos dieton voces en
pos de tí. No les creas cuando bien te
hablaren*.
7 He dejado mi easa, desamparé mi
heredad, entregado he lo que amaba noi
alma en mano de sus enemigos.
8 Fué para mí mi heredad oomo león
en breña ; contra mí dio su voz: poe
tanto la aborrecí.
9 i Bsme mi heredad ave de maohos
colores ? ¿ no esfdit centra ella aves en
derredor ? Venid, reunios, voeetrai to-
das las bestias dcd campo, venid á de-
vorarla i,
10 Muchos pastoras han destruido mi
viña, hollaron mi heredad, toman» en
desierto y soledad mi heredad predosa.
11 Fué vueste en asolamiento, y lloié
contra mí asolada : fué asolada toda la
tierra, porque no hubo hombre que mi-
rase.
18 Sobre todos los faigares altos dd
desierto vinieron diaipadores : ponjae la
espada de Jehová devorará desde el ttt
extraño de la tierra hasta el otro estre-
mo : no habrá paz para ninguna oane.
18 Sembraron trigo, y segnán espinss •
tuvieron la heredad, mas no aproveda*
ron nada : se avergonzarán de vaesHes
fintas, á causa de la ardiente ira ds
Jehová.
14 5 Asi dijo Jehová contra todos mil
males vecinos, que tocan la heredad qae
hice poseer á mi pueblo Israel : Hé aqm
que yo los anranoaré de su tierra ; y ar-
rancaré de ea medio de ellos la casa de
Judá.
16 Y será qué decpoea que los hubiere
aonrancado, tomaré y tendré miserieeidia
de eUos, y harélos volver cada uno á sa
heredad, j cada cual á su tierra.
16 T será que, d enidadosamente apicn-
dieren los caadnos de mi pueblo, pea
juzaf en mi nombra dieimd» Vive Je-
•DkiT.
t;ebfl.V
«te.
«te.
JB^oius. xm. zir.
ASI va dlja JWMtri: Va, j
"'"EH.TS-'nS^i
•■* al nbat i|aa ■ (u< dwla. I* w
« gsbfv HbT* di ¿a» tt HHUáa doT
qui ma ba SlnniUa ¡m'í tói I
H poF mía Ja 1« «uanUi «o»
plLABKA di JiboilllHb' ' ~
^^^"""^irr
A.G.fllr.«lt.
JRBWMTAft, XV.
A.Cfir.«d.
•Ite.9.18,
19.
fOt.9.9.
f Gap. 7. le.
AUl.U.
7.18.
• Cap. IB. 2,
0tC.
iCft&a8.aL
737. U.
739.8,9.
<La.S.14.
<*8id.79.8.
» G«p. 9. 1.
Lft.1.16.
7 2-18.
•X«.1.90l
1&7.U.
ri«.Swai
< C»p. 8. U.
*-Bid.l(ML&
Da. 9. 8b
•Si.SS.11.
tlte.7.9.
«Xa. 14. 14.
'Gipk 48.11.
1& 8^8,13.
oh Jetaorá) y Mlire aututww es Invocado
ta nombie*; no no« dMamparet.
10 Aú ha Áeho JehevA A ctte pueblo :
Así amaron movene, ni detaTicnm nis
pMs ; por tanto JdiovA no los tiene en
voluntad. Acordariae ahora de la mal-
dad de elloe, 7 viaitavá nis pecado*/.
11 Y d^ome Jehová: No megnet por
alte poeUo para Uen^.
IS Cuando ayunaren, 70 no oiré m
olamor* ; 7 euMido ofrecieren holooans-
to 7 ofrenda, no lo aceptaré ; antes los
eoosumiré con cuchillo, 7 con hambre,
7 con pestilencia.
18 T 70 dije: Ah ! ah! Sefior JehovA,
hé aquí que los profistas les dicen ' ; No
▼eréis cuehillo, ni habr& hambre en vos-
otros, abio q;ne «n este lugar os dará paz
verdadera.
14 DÍJome entonces JehovA: Falso pro-
ÜBtlzan loe nralietas en mi nombre: no
los envié, ni les mandé, ni les hablé*.
Vision mendroaa, 7 adivinación, 7 va-
nidad, 7 engaito de su coraron os pro-
fttiíani.
18 Por tanto ad ha dieho JéhovA so-
bre los profetas qoe profetizan en mi
nombre, loe cuales 70 no envié, 7 que
dioen, OuehiUo ni hambre no habrá en
esta tieixa : Oon cuchillo 7 oon hamtee
serán consumidoe esos prontas.
10 Y ri pueblo A quien profetizan,
echado sera en las calles de Jerusalem
por hambre v por esjpada, 7 no habrá
quien los entierre ¡ ellos 7 sus mujeres,
7 sus hyoB, 7 sus hijas •• : 7 sobre ellos
derramúé su maldaa.
17 Decirles has pues esta palabra : Oór-
rarne mis ojos en lágrimas noche v dia,
7 no cesen n ; porque de gran quebran-
tamiento es quebrantada b vlngen hi^a
de mi pueblo, de plaga mu7 recia.
18 Si salgo al campo, hé aquí muertos
A cuchillo i 7 si me entro en la ciudad,
hé aquí enflarmos de hambrea : porque
también el profeta como el saóexdote
anduvieron rodeando en la tierra, 7 no
oonocieron.
19 i Has desechado enteramente A Ju-
dAp ? ¿ Ha aborrecido tu alma A Sion ?
¿ Por quá nos hiciste holr sin que nos
quede cura ? Esperamos paz. 7 no hubo
bien ; tiempo de cura, 7 he aquí tur-
bación f.
50 Reconocemos, oh Jehová, nuestra
im]Hedad, la iniquidad de nuestros pa-
dres : porque contra tí hemos peosdo •-.
51 Por amor de tu nomine, no no*
deseches, ni trastornes el trono de tu
gloria. Acuérdate, no invalides tu pacto
con nosotros.
88 i H» entre las vanidades de las
gentes quien haga llover ? ¿y dar&n los
cielos lluvias ? ¿ No eres td JAová nu-
estro Dios ? En tí pues esperamos ; pues
tu hiciste todas estas cosas.
CAPITULO XV.
JM«M INm rMoeor la «mlmeta i» mu j».
ietMtamtrattpmMo. ÁmgmitUido d pn^itta
forUmeakimmlutdfmaékitnariaumait^
áIHtm,deuáll»nvo-dtamimamdeUála
JUMdai m tu 41M0, f pnmitimdalu m
Y DIJOME JéhovA: 81 Moisés* v
Ramuelk se pusieran delante de mí,
mi voluntad no terá con este pueblo « :
éehalos delante de mí, 7 salpu.
S Y será, que si te preguntaren, ¿ A-
ddnde saldiemos ? les dirás : Así ha
dicho Jdiová: El que A muerte. A mu-
erte ; 7 el que A cuchillo, A cuddllo; v
el que A hambre, A hambre; 7 d que a
cautividad, A cautividad '.
8 Y enviaré sobre ellos cuatro géneros
CueUUo pan
tiena paads-
agUadss por
de Molct, diee Jehová
matar, 7 perras para
del ddo 7 bestias da la
vorar, 7 pan disipar.
4 Y eotrenrélas A
todos los ranos de la tiena, A
de Manaasé, hi)o de Ezechlai, IC7 de
JudA, por lo que hizo en Jemsaicm.
5 Porque ¿ quién tendrá compaiiea de
tí, oh JeruMüem « ? /ó quién ae entris-
tecerá por tu causa? ¿ó quien ha de
venir A preguntar por tu paz ?
6 Tü me diñaste, dice Jdiovi. atiái
te volviste: por tanto 70 extenderé solae
tí mi mano, 7 te destruiré ; eatogr osd-
sado de arrepmtirme.
7 Y aventélos con aventador haita las
puertas de la tierra : desahijé, desbaraté
mi pueblo, wuu no se tornan» de las
caminos/.
8 Sus viudas se me multiplicaron mas
que la arena de la mar: tr^}e oootra
ellos destmidoT A mediodía sobie la ma-
dveyloshUos; sobre la dudad Uoeqn*
de repente ca7esen terrores.
9 Énllaqneeite la que parió liete;
lleniSse de dolor su atñsa; su sol se le
puso siendo aun de diay: fué avenan-
zeda 7 llena da eonfualen ; 7 lo qae de
ella quedAre, entregaré!» A cuehillo de-
lante de sus enemigos, dice Jdwvá.
10 5 ¡ Av de mí, madre mia, qne ne
has engendrado hombre de oontiend», 1
hombre de discordia á toda la tíem 1
Nunca les di á logro, ni lo tomtf de e&ot,
y todos me maldicen.
11 D^o Jehová: Si tos reliquias ao
ftMren en bien : si no hiciere que tí ene-
migo te salga á reolblr en d tiempo tn*
iHuoeo, 7 en el tiempo de angustia . . .
18 ¿ Quebrará el hierro al hJcnm deis
parte de aquilón *, 7 al bronce ?
18 Tus riquezas 7 toa teeoros daié i
saco, sin ningún precio, por todos tai
pecados 7 en todos tus términos.
14 Y te haré pasar á toa enemigos a
tierra que no conoces: porque Aiico tt
ha encendido en mi furor, y aiwii'
sobre vosotros.
15 Td lo sabes, oh Jdiová; acuérdale
de mí, 7 visítame, y véngame de mil
enemigos *. No me tomes en la preka-
caeion de tu enojo : sabes qne por amer
de tí / sufro afrenta.
10 Halláronse tus palabras, 7 ye las
comí • ; y tu palabra me ftaé por gees
7 por alearía de mi oorazon t porone ta
nombre se invocó sobre raí, olí Jehofá
Dios de los «rjéreltos.
17 No me senté en eompaflia de Imr-
ladores», ni me engreí á causa de ta
profocla : sentéme solo, porque me lle-
naste de desabrimiento.
18 i Por qué ftié narpetao mi dolor, 7
mi herida desahuciada no admltié en-
ra ? ¿ Serás para mí oomo ooaa flasoaia,
oDmo aguas qne no son estables* ?
19 Por tanto así d^ Jehová: 81 te
oonvirtieies, 70 te rspendré, 7 delante
de mí estarás^: 7 si sacares lo praelos»
de lo vil, serás como mi boeaf. Con-
viértanse ellos á tí, y td no te oonvienas
á ellos.
90 Y te daré para este pueble por fe-
erte muro de bronce*': y palearán esa-
tra tí, y no te vcneerán ; parque yo estoy
oontluo paia guardarte, y para dsfea-
derte, dice Jdiová.
91 T Ubrarte he de U mano de las
malos, y te redimiré de la naano de lai
fturta*.
CAPITULO XVI.
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«■la. «.18,
14.
'lt.S£8;
(aB«7.S6.9.
L».4.1L
AmoaZ
4.6.
* 11.46. 9.
1^9.1^
de mAI lA p^bis út Jebová ? V«ngs
BhonM*.
10 Ma» yo no me entraneCl á rt pa*.
tor cu pot de tij ni deaeé dfai de ««lamí-
dad j td lo ubes. Lo que de nd boea ha
■alido» ftié en tu pceaenoia.
17 No me teas td por espanto: cipe»
nasa tnia *n» td en el dia malo*.
18 AvergUéncenae lo* que me pcni-
guen» y no> me avngttenoe yo : a«toi-
DtenM ellos, y yo no me asombre : trae
■obre dio* dia malo, y quebrántalo* oon
doblado qnebrantamientoj».
10 5 Así me ha dicho Jeborá: Ve y
Knte á la poerta de lo* hijo* del pue-
o, por la cual entran y lalen lo* nms
de Judá, y á todas las puertea de Je-
rusalem,
20 T dfles : (Md la palabn de Jehová,
reyes de Judá, y todo Jndá, y todo* lo*
moradore* de Jerusalem que entnds por
estas puerta».
SI Asi ha <ficho Jéhová : Ouard&os por
vuestras vidas, y no traigáis caqja en el
día del sábado, pan meter p<a las puer-
tas de Jerusalem.
83 Ni taqnei» easga de voestias easas
en d dia dd sábado, ni hagaia obra al-
guna : mas santificad el dia del sábado,
como mand^ á vuestros padres « .
88 Mas dio* no oyecqn» ni inclinaron
su oido; antes endurecieron su oervis
por no eir» ni reciUr correcoion.
94 Seiá empero, si vosotros me obede-
ciereis, dice Jebová, no metiendo oaixa
por las puertas de esta dudad en el ctta
od sábado, sin» que santifioárds d dia
dd saltado no haciendo en éí ningún^
obra'*,
8fl Que entiBián por la puerta de esta
ciudad en canos y en caballos los reyes
y los pr^cipes que se sientan sobre d
trono de David ; ellos y sus príncipe*»
los varones de Judá, y los moradores de
Jerusalem : y esta oiudad será habitada
para siempre.
86 T vendrán de las ciudades de Judá,
y de los drededores de Jerusalem, y de
tierra de fiemaiBin, y de los campos, y
del monte, y del Austro, trayendo hol»>
cansto y sacrificio, y ofimkla, é indenso,
y trayendo sacrificio de alabanza á la
casa de Jehová.
87 Has si no me oyereis para santi-
ficar d dia dd sábado», y para no traer
caiga, ni meterla por las puertas de
Jerusalem en dia de sábado, yo haré
encender ftxego en sos puertas, y eon-
snmirá los pdacio* de Jerusalem, y no
se apagará'.
CAPITULO XVIIL
Par éí $(Mt dd Wro y al álfoMro mvalnt
Dim á m pr^féta,y «ate d pnétUo, m outo-
Háad y podar abtoMo Bobrt d numdo para
drakoan- djMeodor. y lOror da jial^iw a loa
fii» áftm «atvifraw; por iaaio qm te aoa-
viertami y ana «aten «ar«aa d» tu rutaa,tt
oat no loMeiarm. Bl prafeta pidt á Moa
MBAiiMa da la tmgrailíudy cdMaUMoa da
loa da a« piiaUo eoHira H.
LA palabra que fliá á Jeremías de
Jehová, didendo :
8 Levántate, v, vete á casa dd alfarero,
y dU te haré ob mis pdabras.
8 Y descendí á casa del alfiírero, y hd
aquí que él hacia olmi sobre mna rueda.
4 Y el vaso que él hada de barro se
Íuefaró en la mano del alfiurero : y tonu}
hísolo otro vaso, según que d alfisrero
paicdó mejor hacerlo.
5 Entdnoes fué á mí palabn de Jdiová
diciendo!
6 ¿ No podvé yo hacer de vosotros co-
mo este aOirero, oh casa de IsraeU,
dice Jehevá? Hé aquí que como d
la mano dd alfinro, así nb
en mi mano, oh casa de li-
barlo en.
vosotxo* . , ,
ndK ib-KL
7 En un instante liablaré oontn Mates
y oontnrdnoa, pan arrancar, y mnps^ t/v-iii
y destruirá: u^t*
8 Empero d esas gentes se conviitiaen
de su maldad, de que les habrá baUído»
yo me arrepentiré dd mal que haUs
pwisado hacerles *,
O Y en un instante hablaré de la gente
y dd reino, pan edificar y pan pUutar :
10 Pero si hiciere lo mido dcuat* de
mi* ojos no oyendo mi vos, anepenti-
«¿ne del bien que. babia detemunsdo
hacerle.
11 Ahon pues, habla In^go á tod»
hombre de Judá, yak» mocadores da
Jerusdcm, diciendo : Así ha dicho Je>
hová: Hé aquí que yo dispongo mal
oontn vosotros, y traao eontn voaotns
designios : oonviJEtase ahora cada aiw
de su md camino, y mejorad vuestros
caminas y vuestras obras *.
18 Y dijeron: Es por demás, porque
9a pos de nuestras imaginacJonesimooi
de ir, y hemos de hacer cada uno d
pensúniento de su mdvado corszon.
18 Por tanto así dijo Jdiová : Pruna-
tad ahon á las gentes, qden td h^
oido/. Gran feauad ha hecho la vítgán
de IssaeL
14 ¿ D^ará alguno la nieve dd Lfinao
mu corre de la piadn dd campo ? ¿de-
Jiaián las aguas fdas y oordentas por las
extrafias ?
15 Porque mi pueblo me ha dvidadoi,
incensando á la vanidad*: y bácenki
tropexar en sus caminos, en las sendas
antiguas*', pan que caminen por
das, por camino no hollado ;
16 Pan poner su tierra en desoladoo,
y en dlbois perpetuos : todo aqod que
pasare por ella se maravillará, y
ara su cabeza.
17 Como viento solano lo* e^ardré
delante del enemigo : mostraiéles las es-
paldas, y no d rostro, en d dia de si
perdición A.
18 Y dijeron : Venid, y tracemos ma
ÍninacJones oonln Jeremías <; poique
I ley no fidtará dd saocrdote, ni ooa-
sefo dd sabio, ni palabn dd proftts.
Venid é hirámodo de lengua, y no im.
remos á todas sus palalwas.
18 Oh Jehová» mira por mí, 7 oye Is
voz de los que contienden conmigo*.
80 ¿ Dase md por bien», para me
hayan cavado hoyo á mi dma t Acuér-
date que me puse delante de tí para ha-
blar Uen por dios, para t^axtar de dks
tuin.
81 Por tanto, entrega sus h^os á ham-
bre, y hados derramar por medio de U
espada : y queden sus midieres sin hijos
y viudas, y sus maridos sean puestos á
muerte, y sus jóvenes heddos a cochilla
en la guerra.
88 oígase clamor de sus ossas, casado
tniex^ sobra ellos gército de rúente:
rtrque cavaron hoyo pan prendenne, y
mis pies han escondüdo laxos.
83 Mss td, oh Jehová, oonooes todo sa
oonsqo contn mí ftie «a pan maeite:
no perdones su mddad, ni bonas la
pecado de delante de tu roatro : y tro-
piecen decante de tí ; haz «ai oon aUo*
en d Üe^^>o de tu fiíror.
CAPITULO XIX.
Por w» iMbelo t M*Ta dt mm «aa^^ *
hmrro sua Diai wiide «I pra/Wa fea fd-
atra aa Tajila* diloarta da «Wm* * If
y oaoloaMM dt JtrmaUm j»
í ittetrregitiUdad.
iLCLOtr.
ISRElflAS» ZIZ, XX.
A.OLdr.'WS.
«Ctap.7.&
Joa.lfi.8.
13.
• U <S. 11.
iii)M.aE.i7.
«3B«7.nk
&M.4.
0.106. 88.
f GBp.7. a.
r Ii«r.SS.ir.
& 0»p. 7. S8.
va
r«eT. SS. 91.
I.98.M.
C»pi.5S.flB,
a.».
30.14.
U*. 4.3.
3
.2.
7.ia
xr.tt.
CSr.
14.
ASI dH» Mturwtti Ve 7 eompra uu
. "TH^a de iMRo del ufiuwN^ jr Otwi
0mi<^ de los autUnot del pueblo^ j de
lot — leieiwe de los Moeidoeei:
S Y «kUi al valle del hijo da Hlii-
twa •> que a*á á la entrada de la pu*
ental, y pnbllearÉs allí lai pal*'
• que 70 1« hablaré.
5 Dlirái STM» : Oíd palabra de Jehovi,
oh reyes de Judá» y moradoras de Jena.
etfeiB : Ad dioe Jéhová de los eidrcltoa,
Dhiede Iwari: Hé aquí que 70 traigo
mal sobre esto lugar, tal que quien lo
OTere, le raUflan los oídos *.
4 Porque me d^Janm*, y enagenaron
este lugar, 7 ofipecieron en A paiftunes
á diosas Msims, los enales m haUan
aUos eoBoado', ni sus pedias, ni los
rejres de JudA ; y llenaron este higur de
aanvra de tnocentss «.
6 T edlfioaron aHos á Baal, para que.
■lar coa ftiago sus h^jos en holeoanstos
al mismo Bwd, eosa que no les mandé
ni hablé, ni me fino al pensamiento/.
€ Por tanto hé aquí vienen dias, dice
JchovA, que este lugar no se llamará
tesa Topüedi, ni valte del h^ de Ifin-
nom, sino Valle de la matanza.
7 T desvaneceré el cooa^jo de Jodá 7
de Jecusalem en este Incar, 7 hartes
eaer á cuehülo dslanle oe sus eneml*
gotgf 7 en las manos de los que buscan
sw alosas : 7 daié sus cuerpos para oo-
mida de las aves del elelo^ 7 de las bes'
Üas de la tierra*.
8 T pondré A esta ciudad por espanto
y silbo : todo aquel que pasare por ella
ae maravillase, 7 silbará sobre todas sus
plagas'.
8 Y haiéiefe oomer la carne de sus hi-
jos^ 7 la eame de sus l^Jas* ; 7 cada
ano comerá la carne de su amigo en
el cerco 7 en el apuro con que los es»
tMeiiaria sus enemigos, 7 los que bus-
oen sus almas.
10 Y quebrarás la vas^a ante los qjos
de kM varones que van contigo/,
11 Y les dirás: Así ha dicho Jehová
de los qférettos : Así quebrantaré á este
pueblo, 7 á esta oinoad, como quioi
qoiotim un vaso de bam, que no puede
7 en Tcmhetii se en*
potque no liabrá otro lugar
para enterrar.
18 Así haré á este lugar, dioe Jehová,
y á sus moradores, poniendo esta ciudad
oomo Toplwth.
18 Y las casas de Jenisalem, v las oa»
•aa de loe wves de Judá, serán como
ct lugar de Tophctb inmundas, por to*
das laa casas sebee cuyos tajados» ofire.
eieron perfumes á todo el ejército del
olelo, 7 rertieruu Hbaeiones á «Ucees
•Senoe*.
14 Y volvió Jeremías de Topheth,
adonde lo envió Jéhová á profétiiar, 7
pardee en et atrio de la easa de Jeho.
vá, 7 dHe á todo el pueblo :
1& Asi ha dicho Jehová de los ejér.
oMce, Dios de Israel : Hé aquí 70 tra^
sobre cala ciudad, 7 sobra todaa tus ciu«
dades, todo «i mal que hablé oontra
día I porque han andureoldo su cerviz,
pan no our mis palabras;».
CAPÍTULO XX.
faátwr, nuao $aetrdUe, hiere y Mteareéla á
JtnnkUm por nu prcfecUuifmn H ctm
tuiul0itciu prvftHett km conjlHaei y iIhhh^
«tal* iomfrwn á H tu eamtividai, y rnturte
él loo mogol. Qmtfim d profola á Dkm de
M^rtm, y m ifayaíie monta
á qmíiatie «mw, y «Me
ooolitto i« •admUnlo.
\r PABHVm sacerdote, hi}o de Im.
X mere» que pwlilli por páfucipe en
dt loo Mwa». Qmt
Iw M^etof «M •
SPOMMldou w9U§0l
la casa de JelMvá, ové & JeBsndas que
pioftstizaba estas palabras.
8 É hirió Pttshur á JeremiaB nroflsta, 7
pt(aolo en el calabozo que «iMte á la
puerta de Beiúamin, en lo alto, la cual
eon<ÍH«ia á la casa de JehováL
8 Y el día siguiente Pashnr sacó á
Jeremf aa del «aJaboio.- Dijole entonces
Jeremías: Jehová no ha llamado tu
nombre Pashur, sino Magor'MUoabíbt.
4 Porque así ha dicho Jduivá; aé
aquí 70 te pondré en espanto á tí, 7 á
todos los que bien te quieren, 7 caerán
por et cuchillo de sus enemigos, 7 tus
ojos lo verán : 7 á todo Judá entregavi
en mano dtf m de Babilonia, 7 los
traanortaiá á IbUlonla, 7 hcrmiies á
cuchillo.
6 Bntft«a*é aaimismo toda la sustancia
de esta ciudad, 7 todo su trabajo, v todas
sus cosas weciosas; 7 daré todos los
tesoros de los rayas de Judá en mano
de sus enemigos, 7 los saquearán, 7 los
tomaiáa, 7 Uevaránlos á BabUonia h,
8 T ttf, Pashur, 7 todos los moradores
de tu casa liéis oautlvos; 7 entrarás en
BabUonia, 7 allí morirás, 7 serás allá
entenadi», td 7 todos los ana bien te
quieren, á los cuales has pronrtindo con
mentira «.
7 5 Alueinástame, oh Jehová» 7 há-
IlonM frustrado' : ñas fberte fbiste que
70, 7 vencísteme: cada dia he tía» 90-
cameeido, cada cual se burla de mí.
8 Porque desde que haUoy úoj voces,
rto vlolcnoia 7 destrucción; porque
palabra de Joiová me ha sido pata
afrenta 7 escarnio cada dia.
9 T dije: No me aeordaré mas de A,
ni hablaré mas en su nombra. Empero
ftié en mi coraaon como un fuego ar-
diente metido en mis huasca*: trabig'
por sufrirlo» 7 no pude.
10 Porque oí la murmuradon de mu-
chos; temor de todas potes/. Denun.
dad, 7 denvndarémos. Todos mis and»
gos miraban ai claudicaziá. Qulaá se
engañará, decían, 7 prevaleceremos con-
tra él, 7 tomaremos de él nuestra ven-
ganza.
il Mas Jéhová eoiá conmigo^ como
poderoso gigante : por tanto Im que me
perrignen tropezaron, v no prevalece-
rán*; serán avergoaádos en gran nut-
nera, porque no prosperarán: iotidráii
perpetua ccoAisioa quo Jamas será olvi-
18 Oh Jehová de los ejércitos, que
sendas lo Justo, que vea los rlllonea 7
el corazón*, vea vo tu venganza de
ellos'; parque á tí he deaoubierto mi
oauaa.
18 Cantad á Jehová, load á Jehová;
porque librado lia el alma del pobra de
mano de loa malignos *■■.
14 Maldito «•• el día en que nací: el
dia que mi madre ne parió no sea
benmto».
18 Maldito «ce el hombre que dio
nuevas á nal nadra didendo : u^jo va-
rón te ha naddo ; hadendola alegraHe
así mneho.
18 T sea el tal hembra oomo las oln-
dadaa que asoló Jehová», 7 no se ar-
repintió: 7 dga grttos de maftaaa, 7
voces á mediocQa.
17 i Por qiné no me mató en el vientre,
7 mi madre me hubiera sido mi sepulcro,
7 su tientre eonoeUmicnto perpetuo j» ?
18 ¿ Para qué saU dd vientro ? ¿ pan
ver trabujof y dolor, y que nda días se
gastasen en afrenta ?
CAPITULO XXI.
Mmoiiméo él ny gidwMa» 4 waniler ^Jo-
lomku aeoroa do la ywrra «oe las
toiaipor^
17.
734.18,18.
785. W.
•Cap. 14. 18.
16.
7 3B.31.
4 Cap. L 7.
«Job 33. 18,
1».
BaL89.S.
100.8.16,
17.
/8d.81.18.
rGsp.L8,
19.
*Cap.U.ao.
• Csp3S.40.
* Cap. 17.10.
( Sal. 09. 10.
■> Bal. 84. «.
7 8&^.10.
7lOK80,81.
• Job 8. 1,
eto.
•Gsa.ia.8fi.
risL&S.
VCsp.U.10.
JEBEHUE, TTI, XXn.
pmr ítlM^ BaMflBfa. , ■ fte 1h J» M
ite diBHtikiHtanaib.
^qiie H qaed4» k «ta dutiAd.
k«ffH DbniJ, tUtt Jtfaová; j hl
A <M m di JkU. } hUdl lili ñu
Hbla, quott» un HHI üMI»^
dnÍH liüulnublK. "
KS
JEBiaUAS» XXEIL
1.0.fM.
rio. Satdiicest»
imái V to «on-
fiíndlria á emú de toda tu malfela.
tt HabHaate ea el Líbano', hiolate ta
nido en loe oedron : I cuan áfiíble terái
coando te vinieren dolore*. dirior como
de mnja qoe está de parto I
M VIto jo, dice Jefaováf que li Oo-
aiu «, bijo de Joaehlm, rey de Jndá*
flmit anillo en mi mano diestra', au
de alU te ananoará :
8S Y te entregaré en mano de les míe
batean ta alna, j en mano de aqveíioe
coya vlMa temet; ai, en mano die Na*
boeodonomr, rey de Babilonia» y en
mano de loe Oaldéoajr.
98 Y hacerte he tnaportar A ti, y á tn
madre qnc te parió, i tierra agoia en
qoe no nádatela ', y aU4 moriréla.
87 T á la tierra á la oual levantan elloa
•u alma pora tomar, allá no volverán.
98 ¿ Ea este hombre Coniaa un ídolo
vil quebrado? ¿t$ vaao oon que nadie
•e deleita* ? ¿ ror quó ftieron arrojados
él y su generación, y echadoa á tierra
que no hablan conodao ?
99 Tierra, tierra, tierra, oye palabn
deJdiová.
80 Aaí ha ^ho Jehová: Eaertbid que
ttrá este hombre privado de genen-
donb; hombre A quien nada suecdcrA
proepenunente en todoa loa dlaa de au
vida : porque ningún hombre de au ai-
miente que ae aentftie aobve el trono da
David, y que se cnaeiWnrcAre aobre Judá,
wiájamaa dichoso.
CAPITULO XXIII.
Pn^Mita contra lo$ imffo» nfu y pai4orm
fiufiuron eatua dt M earrúpoic» M
'an(o dt nt áUptriicm y nM«a,
y fñméUja rettamroeion M mfimo por
Üo, y por tetnto di
máUo M MtinM. Prt^ttina UxuMmk ocmtra
ím /oIms proféUtMf mw prtifoeeu, y «mira
lo* «MoriuiMwrM ot IM yrqf«<ai Mritadtroa.
A T de loa paatoreaa que deanerdi*
dan y deiiraman lea ov^aa de mi
majada ! dice Jehová.
I Por tanto, así ha dldio Jdiová Dioa
de Israel á loa paatona que apacientan
Bii pueblo : Voaotroa dentamaatda mis
ovcjaa, y laa eapantaatda, y no laa habets
visitado: há aquí fue yo visito aobre
vosotros la maldad de vueatraa oblas,
dice J^ová.
8 Y yo recogeré él resto de mis ov^aa
de todas laa tierraa adonde las eché A,
y harAas volver á sua moradas : y cte-
esrta, y se multiplioaián.
4 Y pondré sobre ellas pastores que
las apadenten«; y no teroertn mas, ni
se asombrarán, ni serán menoscabadas,
dice Jehová.
5 Há aquí que vienen los diaa, dice
Jehová, y deapertari á DavUl renuevo
Jnato^, y reinará Rey, el cual aera di-
choao; y hará juicio j Juatlda en la
tierra*.
6 En sua diaa aera salvo Judá, é Israel
haMtaiá confiado ; y/ este urá su nom-
bre que le llamarán; JEHOVÁ, JUS-
TICIA NUESTRA.
7 Por tanto, hé aguí que vienen días,
diee Jdiová, y no diráa mas: Vive Je*
hová, que hizo subir loa UJos de Israel
de la tierra de Bciptoy ;
8 Sino, Tive Jenová que hiso sttUr,
y trajo la simieiite de la casa de Israel
de tierra del Aonilon, y de todas laa
tierraa á donde loa habla yo eohadoA:
y habitarán en au tierra'.
• 5 A causa de loa proíbtas mi corazón
oitá quebrantado en medio de mi ; todos
Biis huesos tiemblan : estuve como hom-
lee becracho, y como hombre á quien
dominó el vino, alante de Jdiová y de*
iaate de laa palabna de su aantldad.
10 Peeqne la tierra eatá llena de addl.
teros*, porque á causa del Juramento
la tlerva está desierta : las cabaflaa del
desierto se secaron : la carrera de ellos
Alé mala, y su fbrtalexa no derecha.
11 Porque así él pnilbta ooboo el saoer*
dote son flngidosi : aun en mi casa hallé
su maldad", dice Jdiová.
It Por tanto como resbaladeroa en
otacoxldad lee será su camino: serán
empujados, y oaerfcn en él ¡ porque yo
traeré mal sobre dios, aflo de su visita-
ción, dice JehováL
18 Y en loa piofctas de Samarla he vis-
to desatinos; profMiaban en Boal», é
hkteron error A mi pueblo Israel.
14 Y en loe profbtas de Jemsalem he
visto torpens; cometían adulterios*, y
andaban en mentirás, y esfonaban laa
manos de los malos, para que ninguno
se convirtiese de su malida : ftiéronme
todos elloa como Sodoma, y su mora-
dores como Oomorra^.
15 Por tanto así ha dicho Jehová de
los ejérdtos contra aqudlos profetas:
Hé aquí qoe yo les hago comer i^ei>Josf,
y les naré beber aquas de hld ; porque
de los profetas de Jerusaiem salió la
hipeerena sobre toda la tierra.
16 Así ha dicho Jehovík de los t^tt'
dtos : No escuchéis las palabras de los
profetas que ce profetizan; oa hacen
desvanecer; hablan visión de su cora-
zón, no de la boca de Jdiová '.
17 Dicen atrevidamente á los que me
irritan : Jehová d^o, Paz tendréis*. Y á
cualquiera que anda tras la Imaginsdon
de su corazón, dieron : No vendrá mal
aobre voaotros <.
18 Porque ¿ quién estuvo en el secreto
de Jehová, y vio, y ovó su palabn ?
i quién estuvo atento á su palabra, y
oyó?
19 Hé aquí que la tempestad de Je-
hová saldrá con fliror, y la tempestad
que está aparejada, cana sobre la oa-
besa de los malos «.
90 No se apartará el ftaror de Jehová,
hasta tanto que haya hecho, y hasta
tanto que haya conñrmado loe pensa-
mientos de su corazón : en lo postrero
de los días entenderéis la cosa cumpli-
damente.
81 No envié yo aqudlos profetas, y
ellos oorxian*: yo no les hablé, y elloe
profetizaban.
89 T si ellos hubieran estado en mi se-
creto, también hubieran hecho oír mis
palabras á mi pueblo, y les hubieran he-
cho volver de su mal canoino, y de la
maldad de sus obras.
88 i Soy yo Dios de poco acá, dice Je-
hová, y no Dios de mucho ha ?
84 i Ocultaráae alguno, dice Jehová',
en Hdet esoondrQos que yo no lo vea ?
i No hincho yo, dice Jehová, d délo
y tal tierra*?
S5 Yo he ddo lo que aquellos profetas
dijeron profetizando mentira en mi nom-
bre, y didend»: Soflé, sofié.
88 ¿ Hasta cuando será esto en el co-
raaon de los profetas que profetizan men-
tira, y que profetizan d engalk» de su
corazón?
97 ¿ No denaan como haoen á mi
pueblo olvidarse de mi nombre oon sua
sueftos que cada uno cuenta á su com-
paftero, d modo que sus J*adres se dvi-
daron de mi nombre por Bad * ?
88 El profeta con quien ftaere suefio,
cuente suefto; y oon el que fcere mi
pdabra, cuente mi pdabñ verdadera-
¿Qué time la p^)a con d trigo, dioe
89 ¿ No es mi palabra* eomo d Am^o, I
«Ospb9i&
<B0ph.8.4.
•OaB.U.lS.
Bb.I.1«,17.
7 28.8».
•Gap. 9. 8.
•C^p.».».
y Den. 89.83.
Ib. L 9.10.
< OspL 8. 15.
"Cap. 14 14.
« Ohi. 6. 14.
t8.11.
la. 18. 10.
Iae.10.8.
( Mi. 8. 11.
"CHi.SaSB,
8L
*Cm.87.U.
J9.9.
yAm.9.3,8.
■lBay.8.ar.
' Jnee. 8. 7.
78.88,84
»Hsb.4.1S.
A.&'«ÍE.SM.
JEBSBflM 2XIV, XXY.
A.c«.m '
• ii.8.ia.
AJD08 3.4.
rf8opli.S.4.
dJoe JAovi, y cono tnartIUo pie qoe-
bruita !• piedra ?
ao Por tanto lié aqui jo contn los pro-
fetas, dioe Jehové> que hurtan mis pa-
labras cada ano de sn mas oexcaoo.
81 Bé aqui yo oontra loa profistas» dice
JéhoTá. que endulsan sus lenguas* y
dicen : Él ha dicho.
as Hé aqui oontra los que profetixan
soeiWM mentirosos, dioe Jehorá, y con-
tánmlos, é hicieron errare á mi pueblo
con sos mentiras, y con sos lisonjas' ;
y yo no los envié, ni tes mandé : y nin-
gún nroTeoho hicieron A este pueblo,
dice JdiovA.
33 Y cuando te proguntáre este pue-
blo, ó el profeta, ó el sacerdote, dici-
enoo : ¿ Qué es la caiga de Jehová ? les
diiifts : ¿ Qué carga ? Os dejaré, ha di-
cho Jchori.
8A Y el profeta, y el saecudote, ó el
pueblo que dUere, Casga de Jehová, yo
enviaré castigo sobre tal hombre y sobare
saoasa.
S5 Así diréis cada cual & su eompa-
Sero, y cada cual á su hermano: ¿ Qué
ha respondido Jdiová, y qué habló Je-
hovA?
86 Y niutca mas os Tendrá á la me-
moria decir Carga de Jehová: porque
la palabra de cada uno le será por car-
a; pues pervertisteis las pidaftras del
w viviente, de Jehová de los piani-
tos. Dios nuestro.
87 Así dirás al profeu : ¿ Qué te res-
poikdió Jehová, y qué hablo Jehová ?
88 Mas si dügereu, Oarga de Jehová;
por cao ha Jébová dicho así: Porque
dijisteis esta palabra. Carga de Jehová,
habiendo enviado á deciros : No digáis.
Carga de Jehová :
89 Por tanto hé aquí que yo os echaré
en olvido, y os arrancaré de mi presen-
cia, y á la ciudad que os di á vosotros y
á vuestros padres.
■40 Y pondré sotare vosotros afrenta per-
petua, y eterna concisión que nunca
oorrará el olvido «.
«Oftp.90.U.
•Cap. 32.».
etc.
»cap.a8.ia
•CafL83.39,
1>mi.ia&
Bs. U. 19.
yM.aC27.
«rOap.80.S2.
y 81. as.
CAPITULO XXIV.
Par la figura d* Aw «ttUu áa higoi, «na dé
«Mty MMtKM, y otra di imtjr maio», «naeila
JMm al prt/eUk la «omdieian d« i4« pió» y
de lo$ impíio UH el deetierro,
MOSTRÓME Jehová, y hé aquí
dos cestas de higos puestas delante
del templo de Jehová, después de ha-
ber trasportado Nabucodonosor r«y de
Babilonia* á Jechdnias, h\)o de Joa-
cim, rey de Judá, y á los príncipes de
Judá, y á loe oficiales y herrotos de Je-
rusalem, y haberlos llevado á Babilonia.
8 Lo una cesta Uttía higos muy bue-
nos como brevas, y la otm cesta tenia
higos muy malos, que no se podían co-
mer de malos.
8 Y diiome Jehová: c Q^ ^^ '*!* ^^'
remías? Y d^e: Higos, higos buenos,
muy buenos ; y malos, muy malos, que
de malos no se pueden comer.
4 Y fué á mí palabra de Jehová, di-
ciendo:
ft Así ha dicho Jehová Dios de Israd :
Oomo á estos buenos higos, así conoceré
la transportación de Judá, al cual eché
de este lugar á tierra de Caldeos para
Uon.
6 Porque pondré mis ojos sobre ellos
pasa bien, y volverélos á esta tierra^ : y
los edificanfi, y no los destruiré ; planta-
rélos, y no los asxancaté.
7 Y les daré corason« para que dm
cenoaoan que yo soy Jehová : y me te-
lan por pueblo, y yo les seré á ellos por
Dios*', porque se volverán á mí de todo
saoonaon.
8 Y como loa malos higos, quede ns-
los no se pueden comer*, así, ha ^obt
Jehová, daré á Sedeohlas rey de Judá,
y á sus príncipes, y al resto de Jems-
lem que quedaron en «sta tieaa, y floe
moran en la tienra de Egipto/.
8 Y daiék» por esoarmo, por mal i
todos los reinos de la tierna; por igfií-
mia, y por ^«nplo, y por reñánA, ; por
maldición á todos los lugares adonde y»
los arrojaré.
10 Y enviaré sobre ellos espada, ham-
bre, y pestilencia', hasta que sean aes-
bailos de sobre la tierra que les di á dU»
yásus padres.
CAPITULO XXV.
Proleeta d pn¡feta al puMo la dUitmel» f»
Dice hapueeto para eomverttrtot á afitU
idoUarfa, y lo poeo que le* ha ojiroMeka*;
par lo eaiaf tenia detannfytaioeiitregaHeiea
eatUiverio á loe OMioe par eetmia atet,
loe cmoIm eumptídoe {m prnmdi Kbertai.
•ODOee ealmminai
«ap.&i:.
jXLIV.
fOnUi
li
PriiftHaa grn
eatmmáaáei á iedee lee
reinoe en fortUmlar por «umo M wumarea
de Babilonia, ai qne tan^biem lelepredieii
la pottre tn ruina.
PALABRA que fué á Jeremiaa acer-
ca de todo el pueUo de Judá en el
ailo cuarto de Joacim, hijo de Joslas,
rey de Judá, el cual es A afio primero
de Nabuoodoaosor rey de BaUlonia;
9 La cual habló Jeremías profeta 4
todo el pueblo de Judá, v á todos los
moradores de Jerusalem, diciendo:
3 Desde el a&o trece de Joeias, hlQo de
Amen, rey de Judá, hasta este dia, que
son veinte y tres años, fué á mí palera
de Jehová, y os he hablado madrugando
y dando aviso « ; mas no oísteis.
4 Y envió Jehová á vosotros todos sos
siervos los profetas, madrugando y cnvi-
ando/ea ; mas no oísteis, lu incHassiriii
vuestro oido para escuchar,
6 Cuando dedan: Volveos ahora de
vuestro mal camino, y de la maldad de
vuestras obras b, y morad en la tierra
que os di¿ Jdiová, á vosotras y á vues-
tros padres para siempre :
6 Y no vayáis en pos de dioses i«enoi
sirviéndoles, y encorvándoos á eUos: ni
me provoque» á ira con la obra de vu-
estras manos «, y no os baié mal.
7 Empero no me habéis oido, dioe Je-
hová, pan provocarme á ira ooo la obra
de vuestras roanos para n>al vuestro^.
8 Por tanto así ha dicho Jebová de los
^ércitoe : Por cuanto no habéis sido mit
palabras,
9 Hé aquí enviaré yo, y tomaré todos
les Uniiies del AquUon*, dioe Jdiová, y
á Nabucodonosor rey de Babilonia, ni
siervo/, y traerélos contra esta tiarta, y
contra sus moradores, y contra todos ci-
tas naciones en derredor ( ylesdettmiiiii
y pondréles por escarnio, j por silbo, y
en soledades perpetuasjr.
10 Y haré pereaoa de entre dios vos de
goco, y vos de alegría*, voa de deqw-
sado, y voE de desposada, suido d* ma-
elas, yiuz de lámpara.
11 Y toda esta tierra será puesta en
soledad, en espanto: y serr&An estas
gentes al rey de Babilonia satenU afiss*.
18 Y será, que cuando fiíaraB cumpli-
dos* los setenta a&os, visitaré ifllire d
rey de Babilonia y sotare aqueUa sapM
su maldad, ha dicho JdMfvá, y sabfc to
tierra de los Caldeos ; y pondréis «■
desiertos para siempre I.
18 Y traeré sotoe aqu^U tktra todM
mis palabras que he hablado eoaini
«llaw, con todo lo que está escrito m
este libro profetizado por Jcranist esn-
tn todas gentes.
14 poaqM so acrtixán tamUflD de fliloa
U*.M.
A.C.alr.MC
H|ué ooofcn— á nu bMkosy
«goM á la obn de «o* niaao».
U PoruM MÍ me áijo J«lio«4 IMm d»
lamí : T«iaa de mi mano él tmo del
Tino de ettc flancis 7 d» á beber de
ü i toda* 1m gentes & les eiulet y te
envió.
M T bébesta, j lamblaván> jr enleqoe-
miíb delante éd cuchillo que 90 envío
17 Y Y tomé d «aao de la mano de
JehovA, 7 di de fadier A todas ks
á Iss cuales me envió JdiofA:
13 A Jsmsalen, 7 & las oindedes de
JudA, 7 á sus n7ei, 7 A sus pcineipes*
psn poneries ei soledad, en esoanaio»
y sn silbo, 7 en maldlcieB*, como m
arte din:
1» A FavaoM M7 de Egiptoj», y k nt
siervos, 7 á sos principes, 7 A todo ta
pwblo,
M Y A toda la mistara de geni»! 7 A
todos los ngres de tiena de Has, 7 A
todos kw rcgpes de tierra de Palestina, 7
á Asoalon, 7 Gasa, 7 Eocron, 7 al rosi-
doo de Asdod ;
SI A Bdom, 7 Hoab, 7 ^ los li^os de
tt Y A todos kw i«7es de Tiro, 7 A to-
dos los reyes de Sidon, 7 A los r^Tcs de
les islas 4ae están de ese lado de la
83 Y A Dedan, 7 Theaaa, 7 Baa, 7 A
todos kw 4«e están al oabo del mondo :
M Y A todos los r^es de Arabia, 7 A
todos k» rayes de paeUos mesclados qne
habiten en el desierto ;
25 T A todos los reyes de Zlmrl, 7 A
todos los reares de Elami, 7 A todos k»
reyes de Media:
W Y A todos los reyes del Aqoilon,
los de cerca, 7 loe de Uttos los unos de
los otras; 7 A todos los reyes de la tierra
que mMm sobK la has de la tiena: 7 el
r«7 de Sceaolir beberá desoues de ellos.
ñ Les dirás pues : Asi na dicho Je»
hovA de los riéreitos, Skw de Israal:
Bebed, 7 embriagaos*, y vomitad, 7
caed, 7 no os levantéis delante del cn-
düllo que 70 envió entre vosotros.
tt T sera, que si no ouiíieren tomar
d vaso de tu mano para beber, les dirás
td: Así ha dicho Jehová de tos tiár-
dtos: Habéis de bebet.
n Porque h¿ aquí qae A la ciudad
sobre la cnal es invocado mi nombre
70 comicnao A hacer mal ; i 7 vosotros
•créii absaeltost ? Kfi seráis absueltos;
porque espada traigo sobre todos los
moradoies de la tierra, dice JehovA de
los ^iércltas.
80 Td pues profirtliaxás A ellos todas
estas palabras, 7 les dtrAs: JehovA fara-
nará» emma boa desde lo alto. 7 desde
la monda de su santidad dará su vos :
cníuncido bramará sobre su morada;
csackm de lagareros cantará contra to-
dos ka moradores de la tierra.
81 Llegó el estruendo hasta el oabo
de bi tiona; poraae juicio de JehovA
ecn las gentes : él es di Juei da toda
Mra»« ! cntrogará los impíos A cochillo,
dice JehovAi
88 Así ha dicho JehovA de los a}ér>
citos: Hé aquí que el mal sale de gente
tteeate, 7 grande tempestad» se levan-
tní de kw mies de la tiena.
88 Y serin muertos de JdwvvA en aquel
«> dcide d un cabo de bi tienra haeta
d 0(10 cabo: no se endeeharAn, ni se
"Cogerán, ni serán enterrados; como
MÉñool eezán aobre la has de la tierra.
8t Aallal, paetomsa, 7 clamad; 7 ae-
' delreliaitoi
ser voootiDs degollados v «i
eaeráis como vaso de eodleia.'
M Y aoaboxáae la huida de loa pealona,
7 el eaoape de loa mayorales del latafla.
88 «tdes vox de U griUde kw pMtons,
7 aullido de los ma7ctalH del rebate;
pormia Jehová asokS sus majadas.
87 y las majadas quietas sarán taladas
por «i ftiror de la ira de Jehová.
«B Dtdó, cual leonciUo, su
pues asolada >W la tierra de
la ira del opresor, 7 por d furor de* su
CAPITULO XXVI.
«I «rf^Wa el jMMela
dtJa mudad 9 id
ttatúm 4» fmUarU la
41 M dMo eoM «NuteMfa, « otoaüe ir/4
Myo Akte€m, hfj» di BoflUm, be Jmim U
K
N el principio del reinado de Joa-
dm, b4}o de Josias re7 de JudA, ftaé
esta palabra de JehovA diciendo :
9 Así ha dicho Jehová: Ponte en el
atrio de la casa de Jehová, 7 habla á
todas las dudadas de JndA^ que vietMn
nara adorar as» la ceea de JdhovA, todas
las palabras que 70 te anandé las ha-
blases : no retengas palabra.
a Qnlsá oirán, 7 se tomarán cada nao
de su mal camino; 7 arrepentirémee
70 del mal que pienso hacñies por la
maldad de sus obms.
4 Les dirás pues: Así ha dicho Je-
hová: Si no me o7eBSÍs para andar en
mi lay, la oual di dáante ue voeotrosk •
6 Para atender á las palabras de mis
siervos los profetas, que 70 os envió ma-
drugando en cnviarfst, A los coales no
oomo Silo<<, 7
habéis oido«,
8 Yo pondré esta
daré esta ciudad «
las gentes de la tierra.
7 X tos sacerdotes, y los pmletas, 7 todo
el pueblo, o7eron á Jeremías hablar ca-
tas palabras en la casa de Jehová.
8 T fué, que acabando de hablar Je-
remías todo lo que JehovA le haUa man-
dado que hablase A todo el pueblo, los
sacerdotes 7 los profetas, 7 todo el pue-
blo, le echaron mano diciendo : Se
cierto morlráa.
9 i Por qué has profMsado en nom-
bre de JehovA diciendo, Bsta casa serA
como Silo, 7 ceta duÁid saiA asolada
hasta no quedar morador? Y juntóse
todo el pueblo oontm Jeremías en la
caaade JehovA.
10 Y los principes de JudA OTcron co-
tas ooaas, 7 subieron de eaaa del ae7 á
U casa díe Jehová, 7 sentáronse en la
asitrada de la puerta nuera de Jeiiová.
11 Entonces haUaron los sacerdotes
7 los proGstas á los pilnelpes v A todo d
pueblo didendo: En pena de muerte
na iaourtido este hombre «, porque pro-
ftttsó contm ceta dudad, oomo voaotroa
habéis cido con vuestros oldea.
18 Y habló Jeremías A todos kw pirin-
dpes,f^ A todo el pueblo, didendo : Je-
hovA me envió A que prcAtiíase oootra
esta casa, 7 contra esta dudad, todas
laa palabras que habéis oido.
18 Y ahora m^orad vuestros camines
7 vuestras obms, 7 «id la Toa de J AovA
vaestro Dios/; 7 arrapentiráse JehovA
dd mal que ha, hablado eontca vosotros.
14 En lo que A mí Joca, hé aquí eskqr
en vuestras manos ¡ haced de id como
mejor 7 mea reato os paxaoiese.
16 Miss sabed de cierto, que d aoe
matárds, sanare Inooewte eolieráls sobe»
veeosros, 7 sdíre esta dudad, 7 wbae sus
moradoras: parque en verdad Jehová
•IBn.n.
St,9.
J0M&8.
10.
»I«v.S&14,
•te.
Dea. 28.Ui
•te.
•0SP.S&.8,
4.
'CsfbT.lS,
18a. 4.10.
la.
• cap. n. 4.
/Oip.7.8,7.
A. G dr. »M.
jeremías, xsvu, xxvul
A.&dr.n.
'Mié. 1.1.
h Hie. 8. 12.
<a8ft.ail6.
tÜMI.S0.14.
3 Bey. 22.
13,14.
• Bx. 4. L
712.8.
tía. 46. 18.
•D«.4.ir,
36,12.
^»p^a8.14.
•Omo.aS.9.
/Ite.3.88.
'Okp.SS.l&
Dt.6.38,
«1.
me envió á weetrot pan qfw dfjeae to-
das ectas palabrea en voeatros oidot.
16 Y dieron kM ptínoipea j todo el
Sneble á loa aacerdotes y profetas: No
a incurrido esta hombre en pena de
muerte, porqne en nombre de Jehová
nuestro Dios nos ha hablado.
17 Entdnoes se levantaron algvnoa de
los ancianos de la tierra, y hablaron á
toda la junta del pueblo, diciendo ;
18 Michéas de Morasti; profetizó en
tiempo de Ezechlas, rey de Judi, y ha*
bió a todo el pueblo de Judá diciendo,
Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
Sion 8er& arada como campo, y Jerusa-
lem Tendrá á ser montones, y el monte
del templo en cumbres de bosque A.
' 19 ¿ Matáronlo Iumo Ezecfalas, rey de
Judá, y todo Judá f ¿Vo temió á Je-
hová, y oró en presencia de Jehorá, y
JehoTá se arrepintió del mal «que habia
hablado contra ellos ? ¿ Haremos pues
nosotros tan grande mal contra nuestras
almas?
90 Hubo también un hombre que pro-
fetizaba en nombre de JehoTá; Urias,
hijo de Semaia, de Chlriat-jearim, el
eñal profetizó contra esta ciudad, y
contra esta tierra, conforme á todas las
palabras de Jeremías.
81 Y oyó sus palabras el rey Joacim,
y todos sus grandes, y todos sus prín-
cipes, y el rey procuró de matarle; lo
cual entendienao tFrias tuvo temor, y
huyó, y metióse en Egipto.
S8 Y el rej Joacim envió hombres á
Egipto, á Élnathan, hUo de Aobor, y
otros hombres con ¿1 á Egipto :
88 Los cuales sacaron a Urias de E-
Ipto, y lo trajeron al rey Joacim; é
liriólo á cuchülo, y echó su cuerpo en
los sepulcros del vulgo.
8* La mano empero de Ahicam^^, hijo
de Saphan, era con Jeremías, porqne
no lo entreguen en 1m manos del pue-
blo para matarlo.
CAPITULO XXVII.
Avwa tí prcfela di parte de Din d V» re^
eomaroMMW hm m dm al rey d* BtMUania,
ti quieren quedar «it «itf Uerrae. Lo mimno
hoee de uuevo al rey de Judá, y áloe toeer-
dotet, requiriendolee que no treem d U» pro-
feta» que U* pereuaden otra amo.
EN el principio del reinado de Joacim,
hijo de Josias, rey de Judá, fué de
Jdiová esta palabra á Jeremías dici-
endo :
8 Jehová me ha dicho así: Hazte
«IMS coyundas y yugos», y pónlos sobre
tu cuello:
3 Y los enviarás al rey de Edom, y al
rey de Moab, y al rey de los hijos de
Ammon, y al rey de Tiro, y al rey de
Bidón, por mano de los embajadores que
vienen á Jerusaiem á Sedechlas, rey de
Judá.
4 Y les mandarás que digan á sus se-
ik>res: Así ha dicho Jehová de los
cijércitos. Dios de Israel ; así habéis de
decir á vuestros sefiores :
5 Yo hice la tierra b, el homb« y las
bestias que están sobre la haz díe la
tienra, con mi grande potencia y oon
mi brazo extendido, y dua á quirá me
plugo*.
6 T ahora yo he dado todas estas ti-
erras en mano de Nabncadonosor*' rey
de Babilonia, mi siervo*, j aun las bes-
tias del campo/ le he dado para que
le sirvan.
7 Y todas las gantes le aerviién á él,
y á tu hijo, y al h^o de su hijo, hasta
que venga también el tiempo de su mis-
ma tierra'; fie servirán muchas gentes.
8 Y será, que la gente y él reiao me
no le sirviere, et á aaber, á Nabaooi».
nosor rey de Babilonia, y que no pudcre
su cútalo debajo del yugo del rey de
Babilonia, con espada y oon hambre,
y con pestilencia visitaré á la tal lente,
dice J^ová, hasta que los acabe ;o
por su mano.
9 Y vosotros no prestéis oido i voet-
tros profetas, ni á vuestros adivinos, ni
á vuestros sueños, ni á vuestros sgúe-
ros, ni á vuestros encantadora*, qoe
ce hablan diciendo; No serviréis al ley
de Babilonia :
10 Porque ellos os profetizan mentini',
por haceros alelar de vuestra tierra, y
para aue yo os árroíe, y perezcáis.
11 Mas la gente que sometiere su ene*
lio al yuso del rey de Babilonia, y le
sirviere, haréla dejar en su tierra, dice
Jdiová, y labrarála, y morará en ella.
18 Y hablé Umbien á Sedechlu, n;
de Judá, conforme á todas estas país-
bras, diciendo t Someted vuestros eoe-
Uos al yugo del rey de Babilonia, y
servid á él y á su pueblo, v vivid.
13 ¿ Por qué moriréis tu y tu pueblo á
ouchillo, de hambre, y peacileneia, se-
gún ha dicho Jdhová á la gente qoe ao
sirviere al rey de Babilonia ?
14 No oigáis las palabras de los pro-
fetas que os hablan didendo. No ler-
viréis al rey de Babilonia ; porque os
profetizan mentira A.
16 Porque yo no loe envié, dice Je*
hová, y ellos profetizan falsamente en
mi nombre, para que yo os arroje, y
perezcáis, vosotros y los prtrfbtas que os
prafiettzan K
16 También á los sacerdotes, y á todo
este pueblo, hablé diciendo : Así ha di-
cho Jehová: No oigáis las palabras de
vuestros profetas que os profetizan did-
endo. He aquí que los vasos de la casa
de Jehová volverán de Babilonia* aho-
ra presto: porque os profetizan men-
tira.
17 No los oigáis : servid al rey de Ba-
bilonia, y vivid, é Por qué ha de lar
desierta esta ciudad ?
18 Y si ellos ton profetas, y si es con
ellos palabra de Jehová, oren ahora á
Jtíwrí de los c¡)éreitos, que los vasos
que han quedado en la casa de Jehová,
y en la casa del KT^e Judá, y en Jen-
salem, no vayan á Babilonia.
19 Porque así ha dicho Jdiová de los
qércitos de aquellRS columnas «, y del
mar, y de las bases, y dri resto de los
vasos que quedan en esta ciudad,
80 Que no quitó Nabucodonoaor, rey
de Babilonia, cuando trasportó de Je-
rusaiem á Babilonia* á Jeehónlas, hijo
de Joacim, rey de Judá, y 4 todos ios
nobles de Judá y de Jerusaiem:
81 Así pues ha dicho Jdiová de los
^ércitos, Dios de Israel, aceroa de loa
vasos que quedaron en la casa de Je-
hová, y en la casa del rey de Judá y de
Jerusaiem:
88 A Babilonia serán trasportados, y
allí estarán hasta el día en que yo los
vlaitaréj», dice Jehová, y después loa
hné subir, y restituirélos á este lugarf.
li
im.li
CAPITULO XXVIIL
Haitamiae eoulradtee d Jertmiat em ia un-
fteia de la etmtiuiáad de BeWwifa Jerf
mió* por atíe» dt Dim I* mhIss d etukt-
dteir, y le amenata que par fcebv ketWt
/aba profeetA moriria m aqud «ii«>l* ead
MÍMMMK.
Y ACONTECIÓ en el mismo aBe«,
en el principio del reinado de Sede-
ohlaa, rey de Judá» en el alk» eaail9i
||it.U.li
•Oififi-l
yT.U.
Udr.s(a.
JE&EHIAS, XJJX.
▲. O. dr. SM.
'V 27.16.
hV.%
M.i8.2a,
*r.7.
■■28.4S.
£&
a d «luinto me», qne Hananlm* iSjo
de Asar prafeu, que ere de Oabeon,
me habl^ en la caaa de Jehová delante
de Im sacerdotee j de todo el pueblo,
didoMlo:
> Asi habló Jehová de kM ^ércltos,
IN« de Inael, diciendo : Quebranté^ el
jnigo del tej de BaUionia.
8 Dentro de dos afloe de dias tomaré &
elle logar todos lo» Tasos de la casa de
Jehorác, qne Nabucodonoeor rey de Ba-
bilonia llevó de este lugar para meterlo*
en Babilonia.
4 Y 70 tomaré á este In^r á Jecho-
nitt, fe4}o de Joacim, rey de Jndá, 7 á
todos loe trasportados de Judá que en-
truwi en Babilonia, dice Jehovi : por-
que yo qnebrantaré el yugo del rey de
BsUÍonia.
ft Entonces mpondió Jeremías profeU
i Hsnanías profeta delante de los sacer-
dotes, y delante de todo el pueblo que
estaba en la casa de Jehová * ;
6 Y dijo Jeremías proCeta : Amen, así
lo haga JehoTA. Confirme Jehová tus
C labras, con las cuales profetizaste que
J vasca de la casa de Jehová, y todos
los tnaportadoa, han de ser tomados de
Babilonia á este lugar.
7 Con todo eso oye ahora esta palabra
Jne yo hablo en tus oídos, y en los oídos
e todo el pueblo:
8 Loa profetas que fueron antes de mí
y antea de tí en tiempos pasados, profe-
tisaren sobm muchas tierras, ¡y grandes
refales, de guerra y de aflicción, y de
pestileneia.
9 El profbta qne profetiió de paz, cu-
ando sobreviniere ui palabra del profe-
ta*, icrá conocido el profeta que Jehová
en verdad lo envió.
10 Botóneos Hananías profeta quitó el
yugo/ flel cuello de Jeremías profeta, y
quebrólo.
11 Y habló Hananías en presencia de
todo el pueblo diciendo-. Así ha dicho
JehoWÍ: De esta manera quebraré el
yugo de Nabueodonosor, rey de Babi-
lonia, del cuello de todas las gentes
dentro de dos alWis de dias'. Y ftaése
Jeremías su camino.
1* Y después que Hananías profieta
quebró el yugo del cuello de Jeremías
pnrfbu, ftié palabra de Jehová á Jere-
mías, diciendo :
18 Ve, y habla á Hananías diciendo :
Así ha ¿eho Jehová : Yugos de ma-
dera quebraste, mas en vea de ellos
hará» yugos de hierro.
14 Poique así ha dicho Jehová de los
ejércitos. Dios de Israel: Yugo de M-
erxoA puse sobre el cuello de todas estas
gentes, para que sirvan á Nabueodono-
sor rey de Babilonia, y han de servirle:
y aun Unbien le he dado las bestias del
campo I'.
16 enténces di)o el profeta Jeremías
á Hananías profeta : Aoora oye, Hana-
nías: Jehová no te envió, y tU has
hecho confiar á este pueblo en men-
tira*.
10 Portante así ha dicho Jehová: Hé
aquí que yo te envió de sobre la has de
la tiem ; morirás en este alto, porque
hablaste rebelión contra JehováL
17 Y en el mismo afto murió Hananíai
en el roes séptimo.
CAPITULO XXIX.
Xtertbt JtrtmUu deadé JerutáUm á lo» MNt->
ti»o$ dé BtMomia tonfortaiídoloá m Ia/4
dt nt pn/ttUt, t totuoíandótoB eon la fn^
«WM <f« fihtruA. Vn /oIm pr^tla tterib*
dmdt BábOomia al tamo laeerdat» mmira
JentaUu, y U tecfrHH* áUudtla caaliH'
dad «Mifra la/áUa pñ^tela d$ aqoA
Y ESTAS son las palabras de la
carta qne Jeremías profeta envió
de Jerusalem á los ancianos que hablan
quedado de los trasportados, y á ios sa-
cerdotes y profetas, y á todo el pueblo
qne Nabueodonosor llevó cautivo de Je-
rusalem á Babilonia,
i Después que salió el rey Jechónias, 7
la reina, y los de palacio, y los príncipes
de Judá 7 de Jerusalem, 7 los artífices,
y los ingenieros de .Jerusalem «,
8 Por mano de Elasa, hijo de Saphan,
y de Oemarlas, hijo de Hildas, (los cu-
ale* envió Bedeohlas rey de Judá á Ba-
bilonia, á Nabueodonosor rey de Babi-
lonia,) diciendo :
4 Así ha dicho JAová de los c¡}ércitos,
Dios de Israel, á todos los de la cautivi-
dad que hice trasportar de Jerusalem á
Babilonia:
0 Edificad easfa, y morad ; 7 plantad
huertos. 7 comed d« fruto de ellos b.
6 Oasaos, y engendrad hijos é hijas ;
dad mujerá á vuestros hi^os, 7 dad ma-
ridos á vuestras h^as, para que .paran
h^OB é hijas, y multiplicAos ahí, 7 no os
hagáis poco*.
7 Y procurad la paz de la dudad á la
cual os hice traspasar, 7 rogad por ella
á Jehová «, porque en su paz tendréis
(omMen vosotros paz.
8 Porque así ha dicho Jehová de lo*
^éreitos. Dios de Israel : No os enga-
ñen vuestros profetas' que etiám entre
vosotros, ni vuestros adivinos ; ni miréis
á vuestro* suriios qne sofials.
8 Porque falsamente os profetizan elloa
en mi nombre : no los envié, ha dioho
Jehová.
10 Porque asi dijo Jehová: Cuando
en Babilonia se cumplieren ' los setenta
afVos, 70 os visitaré, 7 despertaré sobre
vosotros mi buena palabra, para toma-
ros á este lugar/.
11 Porque 70 sé los pensamientos qne
tengo acerca de vosotros', dice Jehová,
pensamientos de paz, 7 no de mal, para
daros el fin que es{ieraís.
19 Entonces me invocaréis, é iréis 7
oraréis á mi, 7 >o os oiré.
18 T me buscaréis A, 7 hallaréis, por-
que me buscuéis de todo vuestro co-
razón '.
14 Y seré hallado de vosotros*, dice
Jehová, 7 tornaré vuestra cautividad / :
7 os juntará de todas las gentes, v de
todos los lugares adonde os arrojé «,
dice Jehová, y os haré volver al lugar
de donde os hice ser llevados.
15 Mas habéis dicho : Jehová nos ha
suscitado profetas en Babilonia.
16 Así empero ha dicho Jehová del
re7 que e^ sentado sobre el trono de
David, 7 de todo el pueblo que mora
en esta ciudad, de vuestra* hermanos
que no salieron con voaotro* en cauti-
verio;
17 Así ha dicho Jehová de los ejér-
citos: Hé aquí envió 70 contra ellos
cuchillo, hambre, 7 pestilencia, 7 pén-
drelos como los malos higos, que de
malos no se pueden comer *.
18 Y perseguirélos con espada, con
hambre, 7 con pcstilenoia; 7 darélos
por escarnio á todos los reino* d« la ti-
erra, por maldición, 7 por espanto, 7
por silbo, 7 por aflwnta á todas las gen-
tes á las cuales les habrá arrqjado :
19 Porque no 07eron mis palabras, dice
Jehová, que les envié por mi* siervos
los profetas, madrugando en enviar/u ;
7 no habéis escuchado, dice Jehová.
80 Oíd pues palabra de Jehová, vos-
otros todo* los trasportados que eché de
Jerusalem á Babilonia:
o 8 Bey. M.
13.10.
I ver. n.
•Bsd.8.10.
i«.a.i,a
<! Gap. 1414.
728.31.
7 37.14.15.
'Cap.3S.ll,
13.
30r.86.31.
3S.
Da.9.Z
/Cap. 37. 28.
Bad.Ll.
»Is.W.8,9i
*Lev.31M,
etOL
Dea. 80.1,
ele.
iCap.M.7.
tSal.83.fi.
7 46.1.
Is.4A.19.
7U.6.
'Gap. 83. 43,
SaLUS.
1.4.
"Cap.3S.8.
7 80. 8.
JCs. 86. 34.
Amo* 9. 14
8o|Au8.S0.
•Osp.34.8.
10.
A. a cjr. Me.
JKRBMTA8, XXX, XXXL
A.&*.»>lkl
•!■.«. U.
•- c*p. ao. 2.
«wr.S.
iw.ao.
apwi.a.1.
•Ofep.SB.lC
• mr. 18.
C«p.a9.14.
BB.a».as.
Anos 9. 14,
tcu.ie.ifi.
y «2.27.
II.8&S4.
• Jod S. U,
Ba*h.l.l4.
▲p. 6. 17.
81 Aii ha dioho Jehová de kw ^ér*
chMi Dioi de Isnei* acerca de Aeh&b,
h^o de Collas, y acerca de Bedechlas,
t4jo de Maatias, quienes os pro&Cixan
en mi nombre falsamente : Hé aqui kw
entrego 50 en mano de Nabocodoiiosor,
rey de Babilonia, y él ios herlrÁ ddante
de vuestros ojos.
as Y todos los trasportados de Judá
que tatám en Babilonia, tomarán de ellos
maldición « diciendo : Póngate Jehová
como 4 Sedechlas y como á Acháb, los
cuales asó al fuego el rey de Babilonia ;
n Porque hicieron maldad en Israel,
y coraetieion adulterio con las mujeres
de BUS prójimos, y lisamente habla-
ron en mi nombre j> palabra que no les
mandé : lo cual yo sé, y soy testigo, flioe
Jehovi.
24 ^ Y & Semaias de Nefaelám habla-
ras diciendo :
25 Asi habló Jehovi de los ^¿roitos.
Dios de Israel, diciendo: Por cuanto
enviaste letras en tu nombre & todo el
puet>lo que eaiá en Jerusalem, y á 80-
phonias sacerdote, hijo de Maaaias, y á
todos los sacerdotes, diciendo,
86 JdioTi te ha puesto por sacerdote
en lugar de Joiada sacerdote, para que
presidáis en la casa de JehovÁ sobre to-
do hombre* y profetante, poniéndolo en
el calabozo y en «I cepo r :
87 ¿ Por qué pues no has ahora re-
prendido á Jeremías de Anathotb, que
os profetixayi(/«aimn<« f
88 Porque por eso nos envió á decir en
Babilonia : Largo va •{ auitiverio: edi-
ficad casas, y morad ; plantad huertos, y
comed el ñruto de ellos *.
8» (Y Sopbonias sacerdote habia leido
esta carta a oidos de Jeremías profeta.)
80 Y fué palabra de Jehová á Jeremías
diciendo:
81 Envia á decir < á toda la transmi-
gración : Asi ha dicho Jehová de Se-
mafas de Nehelam : Porque os profetiió
Semaias, y yo no lo envié, y os hizo
confiar en mentira • ;
82 Por tanto así ha dicho Jehová : Hé
aquí que yo visito sobre Semaias de Ne-
h^am, y sobre su generación : no tendrá
varón que more entre este pueblo, ni
verá Rquel bien ^ne haré yo á nil pueblo,
dioe Jehová; porque contra Jehová ha
hablado rebelión'.
CAPITULO XXX.
PraTetita la lilurtad dé la eeuUividad da Ba-
buonia, y Que la» ea*a» di Itrael y Jmiá
$erán re$latiteeidar, y reunida» bojo ua r«y
dtl ¡imane dg David.
PALABRA que fué á Jeremías de
Jehová diciendo :
8 Así habló Jehová Dios de IsnA di-
ciendo : Escríbete en un libro todas las
palabras que te he hablado.
3 Porque hé aquí que vienen dias, dioe
Jdiová, en que tornará la eautividad de
mi pueblo Israel y Judá«, ha dicho Je-
hová, y haválos volver á la tierra que di
á sus padres, y la poseerán b.
4 Estas pues «ns las palabras que ha«
bló Jehová acerca de Israel y de Judá.
& Porque así ha dicho Jdiová: Hemos
oido vos de temblor ; espanto hay» y no
paz.
6 Preguntad ahora, y mirad si pare el
varón : porque he visto que todo hom-
bre tenia las manos sobre sus lomos,
como mujer de parto, y hanse tomado
pálidos todos ios rostros.
7 ¡Ah, cuan grande tt aquel día «i
tasto, que no huj otro semejante á él :
tiempo de angusúa para Jacob, mas de
alia será librado.
8 Y seta en aquel dia» dice JdwtiAt^
los ejércitos, fM yo quebmé sa ;igo
de tu cuello, y romperé tus eoyuntai»!
extraikoa no lo volverán mas á pona «
servidumbre :
9 Sino que servirán 4 Jehová su M»,
y á David4 tu rey, el cual les levanUré.
10 Tü pues, siervo mío Jacob, no te-
mas», dice Jehová, ni te atenaoiioOi
Israel ; porque hé aquí que yo so; d
£e te salvo de lejos, y á tu simiente
la tierra de su cautividad : 7 Jsoob
tomará, y descansará, y sos^ganá, j m
habrá quien h esiMoite.
11 Porque yo «eré contigo, dioe Je-
hová, para salvarte: y hué coniom»-
cioD en todas las gentes entre Isa eoslct
te esparcí ; en ti empero no haié 00a-
suroacion/, sino que te rastigaxé con
juicio, y no te talné dri todo.
18 Parque así ha dicho Jehová : Den-
hueiado et tu quebrantamiento, y dii-
cultosa tu llaga.
13 No hay quien juzgue tu causa wurs
salud: no hay para ti eficaces medies.
mentos.
14 Todos tus enamorados te olvido-
roo^, no te busoaa ; poique de herida
de enemigo* te herí, con azote de cruel,
á causa de la muehedumbre de tu mal-
dad, y de la multitud de tus pecados'.
16 ¿ Fot qué gritas á causa de tu qne*
brantanüento ? Desahuciado c* tu do-
lor : porque por la grandeza de tu iai-
quidad y por tus muchos peoados te be
hecho esto.
16 Empero serán consumidos todos los
que te consumen ; y todos tus sfligido*
res, todos irán en cautiverio : y hollados
serán los que te hollaron ; y á todos U»
que hicieron presa de tí, düsré en pceu*.
17 Mas yo haré venir sanidad non ti.
y te sanaié de tus heridas, dioe Jefaová:
Erque Arrojada te llamaron dídcerfe,
ta es Sion, á la que nadie busca.
18 Así ha dicho Jehová : Hé aquí hsco
yo tornar la cautividad de las tiendas de
Jacob, y de sus tiendas tendré niicri.
cordial : y la oiudail será edificada aobie
su collado, y el templo será asentade
según su forma.
1» Y saldrá de eUos alabanza, y vos
de gente que está en regocijo: y los
multiplicaro, y no serán diiminuidM»;
mnltiplioarélos, y no serán menoses-
*• .
Í8.1
/ímI
fULtJ
Oi-tH
80 Y serán sus hijos como de ptinoo,
y su oougregaoion delante de mí será
confirmada ; y visitaré á todos sus opre-
sores.
81 Y de él será su Fuerte, y de en
medio de él saldrá su EnaeiknMdor;
y haréle ll^^r oeroa, y acercarése á
mí : porque ¿ quite es aqud qne alin-
dó su corazón para llegarse á ntí, dioe
Jehová ?
88 Y me setéiz por pueblo, y yo scM
vuestro Dios •.
88 Hé aqui que la tempestad de Je-
hová sale con furor ; la tempestad que
se aparca, sobre la cabeza de los imples
reposará^.
84 No se volverá la ira del enede te
Jehová, hasta que haya haebo y enaam-
do los penaamientoa de su eonsoo. Ma.
el fia de loe dias entenderéis coto*
CAPITULO XXXL
JB« «I mimno mrfmmmU ád tafUéo ff'
EN aquel tiempo, dice Jdwvá, n
seré por Dios á todos los Bnni— de
Israel, y ellos me serán á mí per
blo.
8 Así ha dicho Jcho^: Halló
tSiLlOLtt
I*.»-*
jBaBMiAS, xxn
^wmt t^mj w p»l»/, I ifS^
Sbt Obiht Johart . Rvprlme hl
¡ík^lrnlldj^ü^ '"^^^ ^^"
▲. o. oir. «M.
jeremías^ xxxil
LCdi.ti|
' Jod S. 17.
•Gap.80.i;i
1,2.'
»GmiiSS.L
ytlt.SL
y».tS,U.
' Neh. 8. 25.
'Cap S4.2^
«Cap. 27.22.
/Oa,p,71A fi.
9 Lev. 25. 24,
82.
Bn. 4. 4.
AG«B.2S.1«.
bw. 11.13.
la medida delante de él lobre el ooUado
de Uareb, 7 rodeaiá & Qoa,
40 Y á todo el Talle de loa cuerpos
muettos 7 de la eenlia, y todas las lla-
nuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta
la esQuina de la puerta de los caballos
al Oriente, santo todo ello á Jehová : no
será arrancada, ni destruida mas pan
siempre f.
CAPITULO XXXII.
Sitando Jertmia* jirétopor manñaSo MI ray;
porqu* predicaba la cualaeion d« la dudad
y la eauiividad (fW rey, eompra una heredad
con la tolemnfdad dé eoitumhre, en timMo
y tei<«inattio de qne tu pueblo volvería á
entrar Ubre en la poeteton de en anü^no
pait, en donde Dioi haría con eBoe eitmo
peuto, jf lot eUvMoria de bienes, d «IIm y d
MM híjoe deepnea de dloe.
PALABRA que fué A Jeremías de
Jehofá el año décimo a de Sede-
chlaSy rey de Judá, que fué el aik> dé*
cimo octavo de Nabucodonosor.
8 T entonces el ^ército del rey de Ba>
bilonia tenia cercada k Jeitualem : y el
profeta Jeremías estaba preso ^ en el
patio de la cárcel*, que estaba en la
casa del rey de Judá.
8 Pues Sedechlas, rey de Judá, lo ha-
bla echado preso diciendo ; <> Por qué
mofetíKas tu diciendo : Asi ha dicho
Jéhová : Hé aquí yo entrcffo esta ciu-
dad en mano del rey de Babilonia, y
tomarála^;
4 Y Sedechlas, tM de Judá, no esca-
pará de la mano de los Caldeos, sino
3ue de cierto será entregado en mano
el rey de Babilonia, y hablará con él
boca A boca, y sus ojos veían sus ojos ;
5 Y hará UcTar á Sedechlas á Babl-
lonia, y allá estará hasta que yo lo vi-
site*, dice Jehová: si peleareis con los
Caldeos, no o* sucederá bien/ ?
8 T diUo Jeremías : Palabra de Jehová
fué á mi diciendo :
7 Hé aquí que Hanameel, hijo de Sa-
Ilum, tu tio, viene á ti diciendo: Cóm-
prame mi heredad que eatá en Ana-
tboth ; porque tü tienes derecho á ella
para comprarla '.
8 Y vino á mi Hanameel, hijo de mi
tio, conforme á la palabra de Jehová,
al patio de la cárcel, y dliome: Compra
ahora mi heredad que tm en Anathoth,
en tierra de Bei\jamln, porque tuyo es
el derecho de la herencia, y á ti compete
la redención ; cómprala para ti. Enton-
ces oonod que era palabra de Jehová.
9 Y compré la heredad de Hanameel,
hijo de mi tio, la cual estaba en Ana-
thoth, y pésele el dinero A; siete sidos y
diea rnontdoM de plata.
10 T escribí la earU, y séllela, é hice
atestiguar á testigos, y pesé el dincm
con balanza.
11 Tonné luego la earta de venta se-
llada, aetnm el derecho y costumbres, y
el traslado abierto :
18 Y di la carta de venta á Banich,
h^o de Neria, htío de Maasias, delante
de Hanameel el l^ de mi tio, y delante
de los testigos que hablan suscrito en
la «arta de venta, delante de todos los
Judíos que estaban en d patio de la
18 Y* di érden á Baruch delante de
ellos, diciendo:
14 Asi ha dicho Jehová de los ^éroi-
tos. Dios de Israel : Toma estas cartas,
esta cana de venta, la sellada, y esta
fttt ta la carta abieíta, y ponías en un
vaso de barro, pan que se guarden mu-
chos dias.
16 Porque asi ha dicho Jehová de loa
^{Aneitos, Dios de Israel : Aun se eom-
prarán y vettérrám eaaas, y hendadc»,y
viBas, en esta tiem •'.
16 Y después que di la earta de voits
á Banich, hyo de Neria, oré á Jehovi
diciendo:
17 Oh Sefior Jehová! hé aquí que td
hiciste el cielo y la tiem h con tu gian
poder, y con tu brazo extendido: nibaj
nada que se te esconda <.
18 T& d que haces miseiicordia en
millares M, y vuelves la maldad de los
padres en d seno de sus hijos después de
ellos : Dios grande. Poderoso, Jehová de
los ejércitos u su nombre».
19 Grande en oonscgo, y magnífico en
hechos t porque tus ojos están abiertn
sobre todos los caminos de los h^os de
los hombres •, pan dar á cada uno se-
gún sus cambaos, y según el fruto de
sus obras^.
80 Que pusiste seBales y portentos en
tiern de Egipto hasta este dia, y a>
Israel, y entre loa hombres, y te bai
hecho nombre cual es este diaf.
81 Y sacaste tu pueblo Israel de tiem
de Egipto con seftales y portentos, y con
mano fuerte, y braao extendido, y coa
terror grande,
88 Y dlsteles esto tiem, de la cual ju-
raste á sus padres que se la darías'';
tiem que mana leohe y miel •.
88 Y entraron, y poseyéronla; mas no
oyeron tu vos, ni anduvieron en tu ley :
nada hicieron de lo que les mandaste
hacer * ; por tanto has hecho venir m-
bre ellos todo este.mal*.
84 Hé aquí que con tnbucos han aco-
metido la ciudad para tomarla; y la
ciudad va á ser entregada en mano de
los Caldeos que pelean contra ella, ft
causa de la espada, y del hamtoe, y de
la pestilencia : ha pues venido á ler lo
que tu dijiste, y hé aquí til lo eslái
viendo.
85 Oh Seaor Jehová ! ¿ y me has tá
dicho, Cénopnte la heredad por diñen,
y pon testigos, bien que la ciudad sea
entregada en nano de los Caldeos ?
86 5 Y fué palabn de Jehová á Jere-
mías, diciendo :
87 Hé aquí que yo wy .Tehová, Dioi
de toda carne «: ¿ encubiiráseme á mi
alguna cosa?
88 Por tanto así ha dicho Jehová : Hé
aquí voy á entregar esta ciudad en roano
de Caldeos, y en mano de Nabucodono-
sor, rey de Babilonia, y la tomará :
88 Y vendían los Caldeos oue com-
baten esta ciudad, y la pondrfen fticge,
Íla abrasarán* ; asimismo las casas lo-
re euyaa azoteas ■ of^ceieron pexfiune»
á Baal, y derramaron libaciones á dioses
ágenos pan nrovooaime á ira.
80 Porque los h^os de Isiad y los hi-
jos de Jodá no hni heeho sino lo malo
delante de mis q)os desde su juvcnted ':
porque los h^os de Israel no han hecho
mas que provocanne á in oon la obia
de sus manos, dioe Jehová.
81 Por manera que pan enq}o mió y
para in mis me ha sido esta ciudad
desde el dia que la edificaron basta
lu^; para que la haga quitar d* mi
presencia^,
88 Por toda la maldad de los hUos de
Israel, y de los h^os de Judá, qne haa
heoho pan cnoijarme, ellos, sus rtj***
sus principes*, sus sacerdotes, y m»
profetas, y los varones de Judá, y lo*
moradores de Jeruulem.
83 T volviéronme la cerviz, y no d
rostro': y cuando los
dragando y ensefiandolss, 1
ron pan recibir oonreodon ;
84 Antes
Ifc
tiK.r.
Lk.1.8.
-DII.J.Ü
QOr.m.
jeremías, xxxiil
A. o. dr. 690.
en la casa lotoe la eaal «s Invocado mi
oombie, ooatamlnaiulola'.
39 Y edificaron altaras á Baal, loe ooa-
lee aXkn en el valle del hijo de Hinnom,
pan hacer paur por et fií^o sua hijo*
y BUS h^as á Molech/; lo cual no lee
mandé, ni me vino al pennmiento 4|ac
hicieeen esta abominación para hacer
pecará Judá.
96 V con todo ahora ad dice JehovA,
Dios de Israd, á esta ciudad de la cual
decís vosotros, Bntromda será en mano
del rey de Babilonia A cuchillo, & ham-
bre, V i pestilencia :
87 Hé aquí que yo los Juntará f de to-
das las tierras á las cuales los eché con
mi ñiror, y con mi enojo, y salla grande,
Lies haré tomar á este lugar, y harélos
lUtar seguramente A :
88 Y me terka por pueblo, y yo seré A
dios por Dios >'.
39 Y daxéles un corazón*, y un ca-
mino, para que me teman perpetua-
mente, para que hayan bien eUos, y
cus hiíos después de ellos.
40 Y haré con ellos pacto eterno/, que
DO tomaré atrás de hacerles bien; y
pondré mi temor en el corazón de ellos,
para que no se aparten de mí.
41 Y alegrar^me ccm ellos haciéndoles
bien*; y los plantaré" en esta tierra
en veidad, de todo mi corazón y de
toda mi alma.
4í Porque asi ha dicho Jehová : Oomo
tnge sobre este pueblo todo este grande
mal, así traeré sobre dios todo el bien
que acerca de ellos hablo •.
48 Y poseerán heredad en esta tterraj»,
de la cual vosotros decís, Bstá desierta
sin hombres y sin animales; es entre-
gada en mano de Caldeos.
44 Heredades comprarán por dinero, y
harán carta, y la sellarán, y pondrán
testigos?, en tierra de BeiOamin, y en
los contomos de Jerusalem, y en las
ciudades de Judá, y en las ciudades de
las montajias, y en las ciudades de las
campiñas, y en las ciudades que tttán
al Mediodia f : porque yo haré tomar su
cat^vidad», dice Jehová.
CAPITULO XXXIII.
Ammeicm de «mmo el rulabU«imÍ0tto á» J»-
ruiáUm, p ti dt Uu atoladaí dvdwiet dt
laroA y Judá, como tambitm la wnida del
Meetae, f perpetuidad de $m reino.
Y FUÉ palidm de Jehová á Jere-
mías la segunda vez, estando él
aun preso en el patio de la oázeel*, di-
ciendo :
8 Asi ha dicho Jehová que la hizo,
Jdiová que la formó para afirmarla;
Jehová es su nombre :
8 Clama á mí, y te responderé b, y te
enseñaré cosas grandes y dificultosas que
tuno sabes.
4 Porque así ha dicho Jehová, Dios
de Israel, acerca de las casas de esta
ciudad, y de las casas de los reyes de
Judá, denribadas oon trabucos y con
hachas:
5 (Porque vinieron pan ndear oon los
Caldeos, para henchirlas de cuerpos de
hambres muertos, á los cuales herí yo
con mi furor y con mi ine, pues que
eioondí mi rostro de esta oiudad á causa
de toda su malicia:)
8 Hé aquí que yo le haso subir sanidad
7 medicina ; y los curare, y les revelaré
abundancia de paz y de verdad.
7 Y haré volver la oautividad de Judá,
y la oautividad de Israel, y edificarélos
oomo al principio.
8 Y los limpiaré de toda su maldad d
con que peoaxoa contra mí ; y perdonaré
todo* sus pecados* con que contn mí
pecaron, y con que oontn mí se re-
bdáran.
9 Y seráme á m( por nombra de gozo,
de alabanza y de gloria entra todas las
gentes de la tienra, que habrán oido
todo el bien que yo les hago ¡ y temerán
y temblarán de todo el bi¿ y de toda la
paz que yo les haré.
10 Así ha dicho Jehová : En este lu-
gar, del cual decís que está desierto sin
nombres y sin animales, en las ciudades
de Judá y en las calles de Jerusalem,
que están asoladas sin hombre, y sin
morador, y sin animal, tiene de oírse
aun
11 Voz de gozo, y vos de alearía, voz
de desposado, y voz de desposaaa/ ; voz
de los que digan, Alabad á Jehová de
los ejércitos ; porque Jehová es bueno,
porque para uempre' et su misericor-
dia : ww de los que traigan alabanza á
la casa de Jdiová. Porque tomaré á
traer la cautividad de la tierra como al
principio, ha dicho Jehová.
la Así dice Jehová da los ejércitos:
En este lugar desierto, sin hembra y sin
animal, y en todas sos dudados, aun
habrá cabana de pastores que hagan te-
ner migada A ganados A.
13 En las ciudades de las montafias',
en las ciudades de los campos, y en las
ciudades que están al Mediodía, y en
tiem de Benjamín, v alrededor de Je-
rusalem, y en las ciudades de Judá, aun
pasarán ganados por las manos de los
contadores, ha dicho Jehová.
14 Hé aquí vienen días, dice Jehová,
en que yo confirmaré la palabra buena
que ne hablado á la casa de Israel y á la
casa de Judá.
15 En aquellos d las y en aquel tiempo
haré producir á David Pimpollo de jus-
ticiare, y hará juicio y Justicia en la
tierra.
16 En aquellos días Judá será salvo,
y Jerusalem habitará seguramente: y
esto terá lo que la llamará, JEHOVA
JUSTICIA NUESTRA i.
17 Porque así ha dicho Jehová : No
fkltaiA á David varón que se siente so-
bra d trono de la casa de Israel ••.
18 Y de los sacerdotes y Levitas no
fiíitará varón de mi presencia que ofrez-
ca holocausto, y encienda Presente, y
que haga sacrificio todos los dias».
19 ^ Y ftaé palabra de Jehová á Jere-
mías diciendo :
80 Así ha dicho Jehová : Si pudieres
invalidar mi eoncierto para con el dia,
y mi concierto para con la noche, por
i^j^mera que no haya dia ni noche á su
tiempo,
81 Podráae también invalidar mi pacto
con mi siervo David «, para que deje de
tener hgo que reine sobra su trono, y
con los Levitas y sacerdotes, mis mi-
nistros.
88 Oomo no puede ser contado;» el
ejército dd cielo, ni la arena de la mar
se puede medir, así multiplicaré la simi-
ente de David mi siervo, y los Levitas
que á mí ministran.
88 ^ Y ftié palabra de Jehová A Jera-
mías dioiendo :
84 ¿ No has echado de ver lo que ha-
bla este pueblo diciendo. Dos nuniilaa
que JehovA escogiera ha desechado ? Y
han tenido en poco mi pueblo, hasta no
tenerlos mas por nación.
85 Así ha dicho JehovA : 81 no per-
maneciere mi concierto para con el dia
y la no<^e«, ¡f el yo no he puesto las
leyes dd oielo y de la tierra,
86 TamUen desecharé la simiente de
•Cap. a. 81
/ Cap. 7. SI
y 25. 10.
Ap. 18. as.
S3Gr. 8.13.
Esd.S.U.
Bal. 188.1.
& U 68. 10.
• Cap. 17. 86.
y 00. 18.
i Cap. as. 8.
ls.1.2.
Lll. 1.
kc&ia,
13.
I Cap. as. 6.
Es. 48. 36.
1 Cor. 1.80.
■88a.7.14,
16.
1 Bey. 3.4.
18.9.6.
Sal. 80. 39.
86.
Ln& 1. 33,
8S.
» Bs. 41. 15.
o 3 Sa. 23.8.
'Cap. SI. 37.
Gfln.lS.fi.
y 22. 17.
t Osa. 8.22.
jeremías, ixnv, xxxv.
Ti j tubU 1 SxUihlai, Tt) de Jslá,
; dib: Ailhi dlobo Jchoní: H4 iñil!
"5SSh
■ís:ssi=«=
£Í^t.-£=
H priiulfH lU JnU, ] I
bl|D d> Hibudnu. j i
A.acfr.dogr.
jeremías, zxsn.
A. C Oír. 00T>
9 T de no edificar casas para nuestra
momda, y de no tenor viJia, ni heredad,
ni sementera.
10 Moramos pues en tiendas, y hemos
obedecido j hecho conforme á todas las
cosas que nos mandó Jonadab nuestro
padre.
11 Sucedió, empero, que cuando Na-
bucodonosoc rey de Babilonia subió á la
tierra, d^imos : Venid, y entrémonos en
Jerusalem de delante del ^éreito de los
Caldeos, j de delante del ejército de
los de Siria: y en Jerusalem nos que-
damos.
IS ir V fué palabra de Jdtová á Jere-
mías, diciendo :
18 Asi ha dicho Jehová de los ^ér-
citos. Dios de Israel: Ve, y di á los
▼arenes de Judfr, y á los moradores de
Jerusalem : ¿ No recibiréis instrucción
para obedecer á mis palabras, dice Je-
ho^A?
14 Fué firme la palabra de Jonadab,
hijo de Rech&b, ei cual mandó á sus
lújot que no bebiesen riño, y no lo han
bebido iiasta hoy, por obedíwer al man-
damiento de su padre : y yo os he habla-
do á vosotros, madrugando ' y hablando,
y no me habéis oido.
15 Y envié á vosotros á todos mis si-
ervos los profetas «, madrugando y en-
viando¿ef a (teoir : Tomaos ahora cada
uno de su mal camino, y enmendad vu-
estras obras/, y no vayáis tras dioses
ágenos para servirles, y viviréis en la
tierra que di á vosotros y & vuestros
padres : mas no inclinasteis vuestro oído,
ni mecisteis.
16 Ciertamente los hijos de Jonadab,
hijo de Reeháb, tuvieron por firme el
mandamiento que les dio su padre ; mas
este pueblo no me ha obedecido.
17 Por tanto así ha dicho Jehová Dios
de ios ^ércitos. Dios de Israel : Hú aquí
traeré yo sobre JudA y sobre Jerusalem
todo el mal que contra ellos he hablado :
porque les hablé, y no oyeron ; llamólos,
y no han renpondidoy..'
18 T dUo Jeremías á la familia de los
Rechábltas : Así ha dicho Jehová de los
Renatos, Dios de Israel : Porque olie-
deeisteis al mandamiento de Jonadab
vuestro padre A, y suardasteis todos sus
mandamientos, e nicisteiB conf<»me á
todas las cosas que os mandó,
19 Por tanto así ha dicho Jehová de
los ^ércitos. Dios de Israel : No faltará
varón de Jonadab, hijo de Reeháb, que
esté en mi presencia todos los dias •'.
CAPITULO XXXVI.
Xtlando prtto J«r*mUu, tnvia por msdt» ds
Bitruek $u prqfteia e$erita, para qu» la
Iey«<« pMieanuntt e» H Templo t y oytfn-
dúla lof prtnHpe», dan cuenta al rey, el etMl
hace íratr ü etcrtío, y deepue» de leído en
Ht preteneia, U mitmo lo rompe y quema,
mmanda pretuier á Baruek y á Jeremia».
moa Dioe loe oculta, y por mandaio ettyo
vuWm á utriMr JereñMiiu en otro cuaderno
lo que ettaba en «I que el rey quomí, y mu-
cho ma$.
YAOONTEOIÓ en el cuarto año de
Joacim, hijo de Josias, rey de Jndá,
que taé esta palabra á Jerenuas de Je-
hová, diciendo :
S Tdmato un envoltorio de libro «, y
escribe en él todas las palabras^ que te
be hablado contra Israel y contra Judá,
y oontxa todas las ecntesc, desde el dia
Soe conuTué á hablarte, desde los dias
e Josias hasta hoy.
8 Quizárf oirá la easa de Judá todo el
mal que yo pienso hacerles, para vol-
vMEse cada uno de su mal camino* ; y yo
las pendonaté su maldad y su pecado/.
4 T llamó Jeremías á Barueh;, h^o
de Nerlas, y escribió Baruch de boca
de Jeremías en un envoltorio de libro
todas las palabras que Jehová le habla
hablado.
5 Después mandó Jeremías á Baruch
diciendo : To estoy preso ; no puedo en-
trar en la casa de Jenová :
6 Entn tú pues, y lee de este envol-
torio, que escribiste de mi boca, las pa-
labras de Jehová en oídos del pueblo,
en la casa de Jehová, el dia del ayuno * ;
y las leerás también en oídos de todo
Judá que vienen de sus ciudades.
7 Quíeí caerá oración ^ie ellos en la
presencia de Jehová, y tomar&se cada
uno de su mal camino: porque grande
es el furor y la ira que ha expresada
Jehová contra este pueblo.
8 Y Baruch, hijo de Nerias, hizo con-
forme á todas las tfosas que le mandó
Jeremías profeta, leyendo en el libro
las palabras de Jehová en la casa de
Jehová.
9 Y aconteció en el afio quinto de
Joacim, hijo de Jtfsias, rey de Judá,
en el mes noveno, que promulgaron
ayuno • en la presencia de Jehová á
todo el pueblo de Jerusalem, y á todo
el pueblo que venia de las ciudades de
Judá á Jerusalem.
10 Y Baruch leyó en el libro las pala-
bras de Jeremías en la casa de Jehová,
en la cámara de Oemarías, h^o de Sa-
phan escriba, en el atrio de arriba, á la
entnda de la puerta nueva* de la casa
de Jehová, en oidos del pueblo.
11 Y Mlchéas, hijo de Gemarías, h^o
de Saphan, habiendo oido del libro to-
das las palabras de Jehová,
18 Descendió á la casa del rey á la
cámara del secretario, y hé aquí que
todos los príncipes estaban allí senta-
dos ; á taber, Elisama, secretario, y De-
laías, h^o de Semefas, ^ Elnathan, hijo
de Aehbor, y Jemarías, hijo de Saphfm,
y Bedechlas, hi]o de Hananías, y todos
los principes.
18 V contóles M iehéas todas las pala-
bras que habla oido leyendo Baruch en
el libro en oidos del pueblo.
14 Entonces enviaron todos los prín-
cipes á Jehudí, hijo de Nethanías, hijo
de Selemías, h^o de Ohusi, para que
dijese á Baruch : Toma el envoltorio
en que leíste á oidos del pueblo, y ven
acá. Y Baruch, hijo de Nenas, tomó
el envoltorio en su mano, y vino á
ellos.
15 Y dUéronle : Siéntate ahora, y léelo
en nuestros oidos. Y leyó Baruch en sus
oidos.
16 Y fué que como oyeron tedas aque-
llas palabras, cada uno se volvió es-
pantado á su compañero, v dijeron á
Baruch: Sin duda contúemos al rey
todas estas palabras.
17 Preguntaron luego á Baruch dici-
endo : Cuéntanos ahora como escribiste
de boca de Jeremías todas estas pala-
bras.
18 Y Baruch lee dijo : Él me dictaha
de su boca todas estas palabras, y yo
escribía con tinta en el libro <.
19 Entonces dijeron los príncipes á
Baruch : Ye, y escóndete tu y Jeremí-
as, y nadie sepa donde estáis.
80 Y entraron al rey al atrio, habiendo
depositado el envoltorio en la cámara de
Ellsama, secretorio, y contaron en los
oidos del r^ todas estas palabras.
21 Y envió el rey á Jenudí á que to-
mase el envoltorio, el cual lo tomó de
la cámara de Elisama secretario ; y leyó
en él Jehudí en oidos del rey, y en oidos
'Gap.88.19.
y4&l,&
9.
•'Joeia.U;,
ote.
iCap.9S.10.
(ver. 2, 4.
A. a dr. «M.
jeremías, xxxvii.
i.adi.w.
•JmM.S.ao.
11.
• 8*1. 37. 5.
7 83. 7.
7M.3.
fOtp. 23.19,
SO.
< Pn. 90. 1.
•0&P.23.34.
8 Bar. 34.
17.
SCr.M.10.
*SCr.8S.13,
16.
*Oftp.39.35.
i Gap. 3. 37.
731.1.3.
7«L3,30.
de todo* 1m prine^pM que junto al ie7
estaban.
83 Y el Tcy eitaba en la caía de in-
vierno w en el mes noveno, 7 habia un
brasero ardiendo delante de él.
83 Y tve qne como Jdiudi bobo leído
tres ó cuatro venos, rasgólo con un
caehlllo de escribama, 7 echdlo en el
taego que kabia en el brasero, hasta que
todo el envoltorio se consumió sobre d
fuego que en el brasero habia.
84 Y no tuvieron temor, ni rawaron
sus vestidos el re7 7 todos sos swrvos
que oyeron todas estas palabras».
85 Y aunqu» Elnathan 7 Delaias 7 Oe-
marías rogaron al rey que no quemase
aquel envoltorio, no loa quiso oír :
, 86 Antes mandó el re7 & Jerameel,
hijo de Amelech, v & Séraías, hijo de
Asrlel, 7 & Selemias, hijo de Abdeel,
que prendiesen k Baruoh, d escribiente,
7 á Jeremías profeta; mas Jehová los
escondió •.
87 ir Y fué palabra de Jehová á Je-
remías, después que el rey quemó el
envoltorto, las palabras que Baruch ha-
bia escrito de ooca de Jeremias, dici-
endo:
88 Vuelve á tomar otro envoltorio, 7
escribe en él todas las palabras primeras
que estaban en el primer envoltorio, que
quemó Joacim rey de Judá.
89 Y dlr&s á Joacim, re7 de Judá:
Así ha dicho Jehová : Td quemaste este
envoltorio diciendo : ¿ Por qué escribiste
en él diciendo. De cierto vendrá d re7
de Babilonia, 7 destruirá esta tierra, 7
hará que no queden en ella hombres ni
animales?
ao Por tanto así ha dicho Jehová en
orden á Joacim, re7 de Judá : No ten-
drá Quien se siente sobre el trono de
David ; 7 su cuerpo será echado al calor
del dia, 7 al 7elo de la noches.
81 Y visitaK iDbie él, 7 sobre su simi-
ei^, 7 sobre sus siervos, su maldad ¡ 7
traeré sobre ellos, 7 sobre los moradores
de Jenisalem, 7 sobre los varones de
Judá, todo á mal que les he dicho f, y
no escucharon.
38 Y tomó Jeremías otro envoltorio, y
diólo á Baruch, hijo de Nerías, escriba,
7 escribió en él de boca de Jeremías to-
das las palabras del libro que quemó en
el fuetfo Joacim, re7 de Judá, 7 aun ftie-
ron añadidas sobre ellas muchas otras
palabras semejantes.
CAPITULO XXXVII.
YtmdoM lo$ OaUUo» dH etreo d» J«ru»atetn
por la fuma de qtu PharaoH r*v d» Xgivto
venia «n Boeorro <!• la dudad, J«r*nua»
inUnta $alir <fa eUa para trie á m villa
AmathoOtt pero él capitam de la guardia
de una puerta le aehtua qu» *e va A loe
OMioe, f/ outifiM lo niega Jeremiae, le
premie ¡ y deepuee qtu loa printipe» U haeen
aiatar, et echado en una tnasmorra. De aOi
lo \aee aaear el rep en Hcreto¡ pero ti te
eonjtrma la profeéta de tu eauUverio, p
ton iodo por mandado dd rey uU da pon,
y otraprieioa menoe dura.
Y reí NO el re7 Sedeehlas*, hijo de
Josias, en lucar de Conias, h^ de
Joacim, al cual Kabucodonosor re7 de
Babilonia habia constituido por re7 en
la tlena de Judá.
8 Has no obedeció él, ni sus siervos,
ni el pueblo de la tierra, á las palabras
de JetioTÁk, que dijo por el proüMa Je-
remías.
8 Y envió el re7 SedeoMas á Juoal,
hUo de Selemías, 7 á Sephanias, h^o de
Maaslas sacerdote «, para aue dijesen al
profeta Jeremias : Ruega añora por nos-
otros á Jehová nuestro Dios é.
4 (Y Jeremías entraba 7 salla en me-
dio del pueblo, porque no lo hablan pa-
cato en la casa de la cárcel.
6 Y como el ^rdto de Pharami* bnbo
salido de Egipto, 7 vino la fimia de cUss
á oídos de los Caldeos que tenían es-
cada á Jerusalem, partiéronse de Jen-
salem/.)
6 Entonces fué palabra de J^ová á
Jeremías diciendo :
7 Así ha dicho Jdiová Dios de Israd:
Diréis así al re7 de Judá, que os envió &
mí para que me prmintaseis : Hé aquí
que el ^ército de Pharaon que habla
salido en vnertro sooonro, se volvió á su
tierra en Egipto.
8 Y tornarta les Caldeos, 7 combati-
rán esta ciudad, 7 la tomarán, 7 la pon-
drán álViego y.
9 Así ha dicho Jehová : No engafiris
vuettcas almas diciendo : Sin duda los
Caldeos se han ido de nosotros : poiqae
no se Irán.
10 Porque aun cuando hirieseis todo
tí ejército de los Oaldéoa que pelean
con vosotros, 7 quedasen de dios hoas;
bres alanceados, cada uno se levantará
de su tienda, 7 pondrán eita ciudad á
fuego A.
11 ir 7 aconteció que como el ^érdto
de los Caldeos se ñié de Jerusaiem á
causa del ejército de Pharaon,
18 Salíase de Jerusaiem Jeremías pera
irse á tierra de Benjamín, para apar-
tarse de allí, de en medio del pueblo.
18 Y cuando fué á la puerta de Ben-
jamin, estaba aUÍ un prepódto que se
llamaba Irías, hijo de áelemíaa, t^jo de
Hananías ; el cual prendió á Jeremíss
profeta diciendo; Tü te retiras á los
Caldeos.
14 Y Jeremías dijo : B$ falso' ¡ no me
retiro á los Caldeos. Mas él no lo esca-
chó ; antes prendió Irlas á Jeremías, y
llevólo delante de los príncipes.
15 Y los príncipes se airaron contra
Jeremías, 7 asotámnlo, 7 pusiéronle en
prisión en la caaa de Jonathan cacriba,
porque aqudla hablan hecho cata de
cárcel.
16 Entró pues Jeremías en la casa de
la mazmorra, v en las camarillas di la
pritioH: 7 habiendo estado allá Jere-
mías ñor muchos días,
17 El rey Sedeohlas envió, 7 sacólo;
7 preguntóle el re7 escondidamente en
su casa, y dijo : ¿ E« psdabra de Je-
hová ? Y Jeremías dijo : JK tsm es. Y
dyo mas : En mano del rey de fialiilo-
nia serás entregado.
18 DUo también Jeremías al rey Se-
dechlas : ¿ En qué pequé contra tí, y
contra tus siervos, 7 contra este pueblo,
para que me pusieseis en la casa de la
cárcel ?
19 ¿ Y dónde están vuestros profietas
que os profetiaaban dldeudo. No vendrá
el re7 oe Babilonia contra voeotros, ni
contra esta tierra* ?
90 Ahora pues oye, te ru^o, oh rey
mi señor: caiga ahora mi sdpUea de-
lante de tí, 7 no UM hagas volver á
casa de Jonathan escriba, porque no
me muera allí.
81 Entonces dio orden el rey 8ede-
chlas, y depositanm á Jeremías en el
patio de la cároeU, haciéndole dar naa
torta de pan al dia, de la plaxa de los
panaderos, hasta que todo el pan de la
ciudad se gastase. Y quedó Jeremías en
el patio de la cárod. •
CAPITULO XXXVIII.
Oon tonmnUmitmto dd reg ee ttkoM Jar*'
nUaa par le» priutipM em urna latsisww
«macota, jMTfiw jwrwiadía al jwwMs é fut
tt.i;.ii|
/w.U.
Oip.Sil
iOip.1
4.7.
<1I|LI.U.
12.
ate.
y»a.
LCLdr.set.
jeremías, zzxym, xxxix.
A.aeir.fi88.
« éb$t á lo§ OaUto». Bbtd-miUe, erfaA»
(U rejf, rtuga por 41, y I» taca i» aUC. fltt-
tUU Á r<y «n atento, «mu 41 I« aeanmia
fa» m <U coM <Mmjw A loo OáUUo». m 9m<>
«rt «miar «m «Jrtrtwa ealarntiiad, mi d* la
atídad, ft ia d< (mIo «h ftuUo.
Y OYÓ SephRtíu»hUo de Mathuí, y
Gedalias, hijo de Phwiur, j Juoal «,
hijo de Selemiá*, y PhMur^, h^o de
MelchlaA, las palabras que Jeremias
hablaba 4 todo d pueblo diciendo :
8 Asi ha dicho Jehov4: El que se
quedare en esta otudad moiiiá á cu-
diillo, 6 de hambxe» ó de pestilencia;
mm el que se saUne & los Cald«^as, vi-
vará, pues su vida le será por despojo,
y vivirá.
8 Asi ha dicho Jehová : De cierto se-
rá entr^ada esta ciudad en mano del
ñároito del rey de Babilonia, y toma-
4 Y dyeron los principes al rey : Mu-
era« ahora este hombre ; porque de esta
manera hace desmayar las manos de los
hambres de guerra que han quedado en
esta ciudad, y las manos de todo el pue-
blo, hablandoies tales palabras : porque
este hombre no busca la paz de este
pueblo, sino el mal.
5 Y dUo el rey Sedechlas: Helo ahí,
en vuestras manos está ; que el rey no
podrá contra vosotros nada.
6 Entonces tmnaron ellos á Jeremías,
é hiciéronlo echar en la mazmorra de
Malchlas, hijo de Amelech, que utaba
en el patio de la cárcel : y metieron á
Jeremías con sogas. Y en la mazmorra
no kabiti agua, sino cieno : y hundi<ise
Jeremias en el cieno.
7 ^ Y oyendo Bbed-melec, hombre
Etiope, eunuco que estaba en casa del
rey, qtw hablan puesto á Jeremías en la
mazmorra, y estando sentado el rey á la
puerta de Benjamín,
8 Ebed-meltic salió de casa del rey, y
habló al rey diciendo:
9 Mi señor el rey, mal hicieron estos
varones en todo lo que han hecho con
Jeremias profeta, al cual hicieron aohar
en la mazmorra ; porque allí se morirá
de hambre, puef no hay mas pan ea la
ciudad.
10 Entonces mandó el rey al mismo
Ebed-melec Etiope, diciendo : Toma en
tu poder treinta hombres de aquí, y haz
sacar á Jeremías profeta de la mazmorra
antes que muera.
11 Y tomó Ebed-melec en su poder
hombres, y entró á la casa del rev al
lugar debajo de la tesorería, y tomo de
allí trapos viejos, traídos, viijos y an-
dn^osos, y echólos á Jeremías con sogas
en la mazmorra.
18 Y dijo £bed-meIeo Etiope á Je-
remías: Fon ahora eoos trapos vi^os,
tzaidcs, V rotos, bajo los sobacos de tus
brazos, deb^o de las sogas. Y lo hizo
así Jeremías.
18 De este modo sacavon á Jeremías
con sogas, y subteronlo de la mazmor-
ra; y quedó Jeremías en el patio de la
cárcel.
14 *i Después envió el rey Sedechlas, ó
hizo traer á si á Jeremías profeta á la
tercera entrada que estaba en la casa de
Jehová. Y dijo el ley á Jeremías: pre-
gUntote una palabra, no me enculnras
ninguna cosa.
15 Y Jeremías dijo á Sedechlas : Si te
lo denunciare, ¿ no es verdad que me
matarás ? y si te diere consto, no has
de escuchaorme.
16 Y juró eA rey Sedechlas en secreto
á J«remlas, dici¿ido : Vive Jehovú que
nos hizo esta alma^, que no te mataóré»
ni to entregaré en mano de estos varones
que busean tu alma.
17 Entonces dijo Jeremías á Sede-
chlas : Así ha dlcno Jebová Dios de los
^ércitos. Dios de Israel*: Si salieres
luego á les príncipes del rey de Babi-
lonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no
será puesta á fuego ; y vivirás tü, y tu
18 Mas si no salieres á los príncipes
del rey de Babilonia, esta ciudad seíA
entregada en mano de los Oaldéos, y la
pondrán á fuego, y til no escaparás de
sus manos/.
19 T dijo el rey Sedechlas á Jeremías :
Temóme á causa de los Judíos que se
han adherido á los Caldeos, que no me
entreguen en sus manos, y me escar-
nezcan.
80 T dijo Jeremías : No U entregarán.
Oye ahora la voz de Jehová, que yo
te hablo, y tendrás bien, y vivirá tu
alma.
81 Mas si no quisieres salir, esta es la
palabra que me na mostrado Jehová :
89 T he aquí que todas las mujeres que
han quedado en oasa del rey de Juoá,
serán sacadas á los príncipes del rey de
Babilonia; y ellas mismas dirán: Te
han engañado, y porevalecido contra tí
tus amigos: atollaron en el deno tus
piás, « se volvieron atrás.
83 ^arán pues todas tus mujeres y
tus h^os á los Caldeos, y td no escapa-
rás de sus manos, sino que por mano
del rey de Babilonia serás preso, y á esta
ciudad quemará á fuegoy.
84 Y d(|o Sedechlas á Jeremías : Nadie
sepa estas palabras, y no morirás.
85 Y si los principes oyeren que yo he
hablado contigo, y vinieren á tí, y te
dijeren : Decl&anos ahora qué hablaste
con el rey ; no nos lo encubras, y no te
mataremos; asimismo qué te dijo el
rey:
86 Les dirás : Supliqué al rey que no
me hiciese tomar á oasa de Jonathan *,
porque no me muriese allí.
87 Vinieron luego todos los príncipes
á Jeremías, y preguntáronle: y él les
respondió conforme á todo lo que el rey
le habla mandado. Oon esto se dataron
de él, porque el negocio no se habla
oido.
88 Y quedó Jeremías en el patio de la
cárcel hasta el dia que fué tomada Je-
rusalem : y atfi estaba cuando Jerusalem
fué tomada.
CAPITULO XXXIX.
Jtnualem «« tomada por los OcUdfo», ytmstta
á fuego ; y lieeho prMonero SsdeeAuu, e»
traído ante d rey ib Babilonia, e{ cual des-
pués de kaber hedto deg(Mar sus hijos y sus
prCneipes delante de h, sdet^ los «tfos, y
envfalo aprisionado á Babilonta. Jeremieú
es puesto en libertad, habiendo antes oiitM-
ciado de parte de Dios á Bbed-melee que
por su piedad seria librado del peligro.
EN el noveno aña die Sedechlas, rey
I de Judá, en el mes décimo, vino
Nabucmlonosor rey de Babilonia con
todo su ^éróito oontra Jerusalem, y
cercáronla o.
8 Y en el undécimo afVo de Sedechlas,
en el mes cuarto, á los nueve del mes,
fué rota la ciudad.
3 Y entraron todos los príncipes del
rey de Babilonia, y asentaron á la pu-
erta del medio ; as á saber, Nergal-Sa-
rezer, Samgar-Nebo, Sarsethim, Hab-
saris, Nerg^-Sorezer, Rabmag, y todos
los demás principes del rey de Babi-
lonia.
4 Y ñié, que viéndolos Sedechlas, rey
de Judá, y todos los hombres de guerra.
<lCr.l7.3i.
J 9%o I
8.
t Cap. 53. 8,
18.
&Csp.S7.U.
80.
o Oap. fia. 4,
ote.
aBey.V.1,
6llCs
A.aclr.(8ft.
jeremías, xl.
i.Cdi.a.
> OftP. S3. 4.
788.18,38.
< Cap. 53. 11.
Bt. 13. 18.
d C«p. 40. &
'lte.0.13.
/Cap.2L9.
7 4ft.fi.
«lCr.fi. 20.
B«L87.8».
40.
•Oip.8».14.
* Cftp. fi». 7.
hnjcnm, y nliánnue de noche de la
ciudad por el camino de la huerta del
rey, por la pnarta entre loa dos muros :
y saúó el rey por el camino del desi-
erto.
5 Has eA ^árcito de los Caldeos ios
siguió, j alcanzaron 4 Sedeohlas^ en los
Iluos de Jerieó : y tomironlo, é lucié-
ronle subir & Nabucodonosor, rey de
Bal)Uoni8, k Uibia en tierra de Hamath,
y sentenciólo otfi.
6 Y degolló el rey de Babilonia los
hijos de Sedechlas i su presencia en
Ribla, haciendo asimismo degollar el
rey de Babilonia á todoa los nobles de
Judá.
7 T sacó los ojos al rey Sedechlas «, y
aprisionólo con grillas para Uerarlo a
Babilonia.
8 T los Caldóos pusieron á fÍMgo la
casa del rey, y las cssas del pueblo, y
derribaron los muros de Jerusalem.
9 Y el resto del pueblo que habla que-
dado en la ciudad, y los que se hablan
á él adherido, con todo d resto del pue-
blo que haUa quedado, transportólos A
Babilonia Nabusaidaa, capitán de la
guardia.
10 Empero Nabuxardan, capitán de la
guardia, hizo quedar en tierra de Judá
del vulgo de los pobres que no tenían
nada, y dióles entonces viñas y here-
11 ^ Y Nabucodonoaor habla ordenado
k Nabuzardan, capitán de la guardia,
acerca de Jeremías, diciendo :
15 Tómalo, y mira por él, y no le ha-
gas mal ninguno; Antes húAs con él
como él te dijere.
13 Envió por tanto Nabuzardan, ca-
pitán de la guardia, y Nabusazban, Rab-
aaris, y Nergal-Sereser, y Rab-mag, y
todos los príncipes del rey de Babilonia,
14 Enviaron entonces, y tomaron A
Jeremías del patio de la c&rcel, y entre-
gironlo A Gedalias^, h^o de Ahioam,
hijo de Saphan, para que lo sacase A
casa • y vivió entre el pueblo.
16 5 Y habla sido paUbra de JehovA
A Jeremías, estando preso en el patio
de la cAreel, diciendo :
16 Ve, y habla A Ebed-meleo Etiope
diciendo : Así ha dicho JehovA de los
idércitos. Dios de Israel : Hé aquí tnlgo
yo mis palabras sobre esu dudad < para
mal, y no para bien { y vendrAn A ser
en aouel día A presencia tuya.
17 Mas en aquel dia yo te libraré, dice
JehovA, y no serás entregado en mano
de aquellos de quienes tii temes :
18 Porque ciertamente te libraré, y no
caerás á cuchillo, sino que tu vida te
será por despqjo/, porque tuviste con-
fianza en mí;, dice Jehová.
CAPITULO XL.
Jeremüu «$ puetto en Ubertad por NcUmaar.
dan, eúpitan da la guardia, quien U dié
dtmm y lieeneia de irte adonde futncM.
Vate é Oedakaa, á qnien el rtf de BabUo-
nia d^ el cttMorio de la Uerra de Jiedá.
X» aeieado CfedalUu de que lemeui eone-
pira MKlra mi vida, y Uene por /tUeo tal
avieo,
PALABRA que ftié á Jeremías de
Jehová, deqiraes que Naburzadan,
capitán de la nxardia. lo envió desde
Rama, cuando lo tomo* estando atado
con esposas entre toda la transmigra-
ción de Jerusalem y de Judá, que iban
cautivos á Babilonia.
S Tomó pues el capitán de la guardia
á Jeremías, y díjole: Jehová tu DIot
habló este mal contra este lugar k,
8 Y halo traído, y hecho Jmová según
que haUa dicho : poique peoastris con-
SS.
tic
txa Jehevá, y no oísteis su tos, por «o
os ha Tenido esto.
4 Y ahora yo te he soltado boj de las
esposas que ie»ia$ en tus manos. 81 te
está bien venir conmigo á Babilaris,
ven, y yo miraré por tí ; mas si no te
está bien venir conmigo á BabikMiis,
AÜalo. Mira, toda la tierra está ddante
de tí ; ve á donde m^or y mas odmodo
te pareciere ir.
6 Y aun no se habla él vndto, cuando
le dye: Tuélvete á Oedalías, hijo de
Ahlcam, hijo de Saphan, al cual d i^
de Babilonia ha puesto solm todas tai
ciudades de Judá, y vive con él en me-
dio áéi pueblo; ó ve á donde te pe-
reciere mas cómodo de ir. Y dióle el
capitán de la guardia presentas y donas,
y oespidiólo.
6 Fuese entonóos Jeiemías á Oedalíii, ,
l^jo de Ahlcam, á Mispa«, y moró am '3»-»
él en medio del pueblo que habla qne-
dado en la tierra.
7 Y como oyeron todos los piindpeí
del ejército que eatoAs por el csmso,
ellos y sus hombres, que el rey de Ba-
bilonia habia puesto á Gedalias hijo de
Ahlcam sobra la tierra, y que le haUs
encomendado los hombres, y las mu-
jeres, y los nifios, y los pobres de la
tierra", que no fueron trasportados &
Babilonia,
8 Vinieron* luego á Gedalíu en Mk-
pa ; es á saber, Ismael/, hijo de Nelfaa-
nías, y Johananf y Jonathan, hijos de
Carea, y Seraias, hi)o de Tanhnnwtb,
y los hijoa de Eidii NetophatltaA, y Je-
zaníaa, h^o de Maaeh&ti>, ellos y ios
hombres.
9 Y Juróles Oedalías, hijo de Ahlcam,
hijo de Saphan, á ellos y á sus ham-
bres, diciendo: No tengáis temer de
servir á los Caldéoa: habitad en U ti-
erra, y servid al rey de Babilonia, j
tendréis bien.
10 Y hé aquí que yo habito en Mispa,
para estar delante de loa Oaldéea que
vendrán á nosotros: mas vosotras ooged
el vino, y el pan, y el aceite, v pmwdio
en vuestros almacenes, y quedaos en vu-
estras ciudades que habéis tomado.
11 Asimismo todos los Judíos qne •*•
iaban en Moab*, y entre los hijos de
Anunon ^ y en Edom, y los que atiataa
en todas las atnu tierras, owmdo mcnm
decir como el rey de Baliilania habla
d^ado algunos en la Judéa, y que hafais
puesto sobre ellos á Oedalías, h^o de
Ahlcam, hijo de Saphan,
13 Todos esos Judíos tomaron entóo.
ees de todas las partes adonde hablan
sido echados, y vinieran á tierra de
Judá, á Gedalias en Mlspa ; y
vino, y muy muohoa frutos.
18 ^ Y Johanan, hijo de Oaraa, y Uh
dos los príncipes de la gente de gnena
que wwai» en el campo, Tlnlmn á
Gedalias en Mispa,
14 Y dUéronle: j No sabes de dctto
como Baalis, rey de loa hilaa de Am'
mon, ha enviado á Ismael«, hUo de
Nethanias, para matarte ? Mas Geda'
lías, hijo de Ahieam, no los creyó.
15 Entonces Johanan, h\)o de Carea,
habló á Oedalías en secreto, ea Misva,
dioiendo : Yo iré ahem, y heriré á Is-
mael, hijo de Nethanias, y hombre ne
lo sabrá : ¿ por qué te ha de matar, T
todos loa Judíos que se han recogido á
ti se derramarán, y neieoerá tH rasle de
Judá?
16 Pero Gedalias, h^o de Ahieam, d^e
á Johanan, hUo de Carea: No li«giis
esto, porque falso es lo que ni dioas de
lamacl.
IXs.»l
•Osp.«L
iC.eir.58t.
jeremías, XUt ZUL
A.O.clr.stt.
*0l^«)L8.
SBqr.26.iS.
•l*r. 19.87,
18.
hi.l4.L
Lis.!
'¿«•T.15.
9.
««•.lia.
CAPITULO XLI.
Imtd maia á trmeiom á OdUUáMt y lum
atni inttfHe$ cnMldnto, y tomm M*«<ytf 4
ki fM kmbiam qmedado para flnwrlM á la
turra d* lo* ^mmonitoB. Johaaan lo ti^tu,
t fiMál» la gtrnie, auu ílfU Meapa.
Y ACONTECIÓ en el niei láptiiiio,
que 'Vino Isnuel «, hijo de Netha-
niu, hUo de EUmius, de la ilnüeate
mi, 3 algvmoé {irinelpá del rey, y diea
hombies oon él, & Oedallaa h^o de Ahi-
cam en Mlspa, y comieron pan Juntoi
aUiaiMlsi».
i T leTant<te lunaei, hijo de Netha.
aiu, y los diez hombrea que oon &. «•■
Mea, é hirieron á enchUTo á Gedallaa,
hijo de Ahicam, hyo de Saphan, ma-
tando aal i aquel á quien el rey de Ba-
bilonia habla puesto sobre la tierra.
3 Asimismo hirió Ismael á todos loa
Jndios que estaban con él, con Oeda>
liai, en Mispa, y á los soldados Caldeos
qne allí se hallaron.
4 Sucedió ademas un dia después oue
mató k Gedalías, cuando nadie lo sania
aun,
5 Qne venían unos hombres de 81-
ch«m, y de Silo, y de Samarla, ochenta
hombns, raida la barba b, y rotas las
ropas, y arafiadoa, y traían en sus ma-
nos ofrenda y perfume para llevar k la
casa de Jehovi.
6 T de Mispa salióles al encuentro
llorando Ismael, l^Jo de Nethanlas : y
aconteció que como los encontró, dfjo-
ks : Venid k Gedalías, hijo de Ahicam.
7 Y Alé que cuando llegaron al medio
de la ciudad, Ismael hijo de Nethanias
los degolló y telMoa en medio de un
aljibe, él y ios hombrea que oon él e«-
taban.
6 Mas cntm aqDOHos flieron hallados
dies hombres que dieron & Ismael : No
nos mates, porqoe tenemos en el campo
tesoros de trigos, y cebadas, y aceite, y
miel e. T dcijóioa, y no los mató entre
sus hermanes.
9 T el aljibe en que echó Ismael todos
los cuerpos de los hombres que hirió
por causa de Gedalías, era u miuno
rhalña hecho el rey Asa i por cansa
Baasa, rey de Israel: y llenólo de
maertoa Ismael, hUo de Nethanias.
10 Después llevó Ismael cautivo á todo
el resto del pueblo qne eHaba en Mispa,
4 las t^jas del rey, y á todo el pueblo
que en Mispa habla quedado, el cual
habla Nabuxardan, capitán de la gu-
ardia, encargado 4 Gedalías hijo de
Ahicam «. Llevólos pues cautivos Is-
mael, hijo de Nethanias, y se fué para
pasarse a los hijos de Ammon/.
11 ^ Y oyó Johanan, hUo de Carea,
y todos los prfaioipes de la gente de
guerra que tiiaban oon él, todo el mal
£e había hecho Ismael, hyo de Ne-
müu.
U Emónces tomaron todos los hom-
bres, y fueron á pelear con Ismael, hi-
jo de Nethanias : y halláronlo junto á
Aguas muchas, que m en Gabaony.
18 Y aconteció que eomo todo el pue-
blo que estaba oon Ismael vio á Joha-
nen, hQo de Oaroa, y á todos los prín-
cipes de la gente de guerra que venian
oon él, ae alegraron :
14 Y todo a pueblo qne Ismael habla
traído cautivo de Mispa, tomáronse, y
volvieron, y fiaéronse á Johanan, hijo
de Carea.
15 Mas Ismael, hijo de Nethanias, se
escapó delante de Johanan con ocho
hombres, y se fhé á los h^oa de Am-
mon.
16 T Johanan, h^o de Carea, y todos
loa pitaeime de hi geni* de gocm ove
con él «stooan, tomaron todo el resto del
pueblo qne hablan reeolwado de Ismael
hyo de Nethanias, muado por él misMo
de Mispa, después que hirió á Gedalías,
hijo de Ahicam : tomaron hombrea de
guerra, y mujeres, y niños, y loa eman-
óos, que Johanan habla heoho tomar de
Oabaon,
17 V fueron y habitaron en Gemth-
Ohimham, que es oerca de Bethléhem,
á fin de psúrtlr y meterse en Egipto,
U Por eausa de los Caldeos : ponnw
temían de ellos, por haber herido Is>
mael, hUo de Nethanias, á Gedalías
hijo de Ahicam, al cual el rey de Ba-
bilonia haUa pneato sobre la tierra A.
CAPITULO XLII.
JH jmMo y lof prfaHaa» raqitUrta 4 JStrwaMte
ffiM 9r« per Mo* á JDím, y l« eonmlto •».
Srt lo «H« dftorúin haeari á I» «turf Ui
rtaponat mr la 9ohuUad i» Dio» qat m
qaitlea en ti pai; y no mu** 4 Egipto, ai
Mo querian morir oBA, tnturrimdo a» nu-
tvo «n la ira do DUu por ao hacor tu «o-
Y LLEGÁRONSE todoa los oficiales
de la gente de guerra*, v Johanan,
hijo de Carea, y Jeaanías, hijo de Oaai-
as, y todo el pueblo desde d menor hasta
el mayor,
5 Y dijeron á Jeremías profeta : Caiga
ahora nuestro ruego delante de tí, y
ruega por nosotros á Jehová tu Diosl
Íor todo este reato, (pues hemos que»
alo unos pocos de muchos, eomo nos
ven tus qjos,)
a Para que Jehová tu Dios nos cnsafle
camino por donde vayamoa, y lo qne
hemos de hacer.
4 Y Jeremías profeta les áüo : Ta he
oida Hé aquí voy á orar á Jehová vu-
estro Dios, como habéis dichos y aciá
que todo lo que Jehová os reapondiara,
os enseñaré ; no os reservaré palabra.
6 T ellos dijeron á Jeremías : Jehová
sea entre nosotros testico de la verdad
y de la lealtad c, si no nioieremos oon-
ibrme á todo aquello para lo cual Je-
hová tu Dios te enviare á nosotros.
8 Ora tea bueno, ora malo, á la voz de
Jehová nuestro Dios, al ciul te envía-
moa, obedeceremos ; para qne, obeded-
endo á la voz de Jehová nuestro Dies,
tennmos bien 4.
7 \ Y aconteció que á cabo de diez
dias fué palabra de Jdiová á Jeremías.
8 Y llamó á J chinan, hijo de Carea,
y á todos los oficiales de la gente de
guerra qne con él e«fa6itn, y á todo el
pueblo desde el menor hasta el mayor,
9 Y dyoles : Así ha dicho Jehová Dios
de Israel, al onal me enviasteis para
que hiciese caer vuestros megos en su
presencia:
10 Si os quedareis quietos en esta ti-
erra, os edincaxé, y no oa destruiré; os
plantaré, y no o« arrancaré : porque
arrepentido* estoy del mal que ca he
hecho.
11 No temáis de la presencia del rey
de Babilonia, del cual tenéis temor ; no
temáis de su presencia, ha dioho Jeho-
vá, porque con vosotros ettoy/ yo paxm
salvaros, y libraros de su maño.
IS Y oa daré miserioonüas, y tendrá
misericordia de vosotros', y os hará tor-
nar á vuestra tierra.
13 Mas si dijereis: No moraremos en
esta tierra, no obedeciendo «wi á la voz
de Jehová vuestra Dios,
14 Y diciendo : No ; antes nos entrare-
mos en tierra de B^pto, en la cual no
vetémoa guerra, ni oirénaos sonido de
*0Bp.4as.
• Oap. 4a 7.
» 1 8a. 7. 8.
yULU,».
«G«a. 81.50.
Bx.aO. 7.
i Oap. 7. as.
I>s«.8.S.
« Cap. 18. 8
Dea.S3.M
/Bfc8.SL
'lal.lOaiél
4A.
*.C.d..M. jeremías, XLin, XLIV. 1.
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19 Pífqu* «ftcílMsti tihumtrT
■H^pNnaHat. «MJ^ert, ¡^> ni
A.acir.n7.
jeremías, XLYI, ZLVn, XLVIIL
i.C.di.ftr.
ete.
t2Cr.S6.90.
« Can. «. as.
y «.a».
rfla.es. 10.
«c«>.8.aa.
y si. 8.
f Ib. 47. 1.
ir Bi. 80. a.
* Cap. 48. 10,
Bm. XXJX,
xxz.
XXXIL
< Cap. 41. 1.
k Oap. 47. a.
<Oip.fla97.
PALABRA de Jahová que fué á Je*
remias profieU contra las gentes*.
5 En arden k Egipto, contra el eiército
de Pharaon Necháok, rtj de Egipto,
?ue csteba cerca del rio Euftntes en
larchemis, al cual hirió Nabuoodono-
sor rey de Babilonia el aflo cuarto de
Joadm, hijo de Josias, rey de Jndá.
8 Aparejad escudo y pavés, y venid á
la guerra.
4 Uncid caballos, y subid, «Mtrfnw los
caballeros, y poneos con capacetes : lim-
piad las lanzas, vestios de lorigas.
6 ¿ Por qué los vi medrosos, tomando
atrAs ? Y sus valientes fueron deshe-
chos, y huyeron & mas huir sin volver
á mirar airát: miedo de todas partes «,
dice Jehová.
6 No huva d ligero, ni el valiente es-
cape : al Aquilón junto á la ribera del
Eufrates tropeaaran y cayeron.
7 i Quién es este que como río sube, y
cuyas aguas se mueven como rios ?
8 Egipto como rio se hincha, y las
aguas se mueven oomo rios; y dUo:
Subiré, cubriré la tienta, destruiré la
oiudad y los que en ella moran.
9 Subid, csLalIoB, y alboratáos carros,
y salgan los valientes; los de Cus, y
los de Put, que toman escudo, y los de
Lud, que toman y entesan arco<
10 Mas ese dia nrá á Jehovi Dios de
los pleitos dia de venganza, para ven-
oazse de sus enemigos: y la espada
devonur&, y se hartan y ae «mbrlaigará
de la sangre de ellos ; porque matanza
aera á Jehová Dios de los tjéttitM en
tierra del Aquilón junto ai rio Eufira-
tes.
11 8ube & Galaad, y toma balsamo «,
virgen/ hija de Egipto: por demás
multipUcaxas medicinas; no hay cura
para a'.
18 Las gentes oyeron tu afrenta, y tu
clamor hinchió la tierra: porque fuerte
se encontró con fuerte, y cayeron ambos
juntos.
13 ^ Palabra que habló Jehová á Je-
remías profeta acerca de la venida de
Nabucodonosor, rey de Babilonia, para
herir la tierra de Egipto A.
14 Denunciad en Kgipto, y haced saber
en Migdol; haced saber también en
Noph y en Tbaphnes •', y decid : Para,
y apercíbete; porque espada ha de de-
vorar tu comarca.
15 ¿ Por qué ha sido derribado tu fuer-
te? No se pudo tener, porque Jehová
lo enopt^ó.
16 Multíplice los caídos, y cada uno
cayó sobre su compaitero; y dieron:
levántate, y volvámonos á nuestro pue-
blo, y á la tierra de nuestro nacimiento,
de delante de la espada venoedora.
17 Allí gritaron: Pharaon rey de B-
^pto, rey áe revuelta; d^}ó pasar el
tiempo seflalado.
18 Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre
es Jehová de los ^rdtos, que como
Thabor entre los montes, y como Car-
melo en la mar, así vendrá.
19 Haate vasos de transmigraeion, mo-
radora h^a de Egipto: poique Noph
será por yermo, y será asolada hasta
no quisdar morador.
90 Becerra hermosa Eginto; muu viene
destrucción, del Aquilón* viene.
91 Sus soldados tamMen en medio de
ella como engordados becerros ; que tam-
bién ellos se volvieron, huyeron todos
sin pararse: porque vino sobre ellos
el dia de su quebrantamiento, el tiempo
de su visitación'.
99 Su TOS saldiá oomo de serpiente;
porque oon ^ército vendrán, y eon
•It.U
Bi.aiLr
hachas vienen á ella como cortadoni
deleita.
93 Cortaron su bosque, dice J«boTÍ,
porque no podrán ser cootados; pontne
serán noas que langostas, ni tendüfai
ndmero.
94 Avergonzóse la hUa de Egipto:
entrraada será en mano del pueblo áA
Aquilón.
95 Jehová de los ejércitos, Dk» de
Israel, ha dicho : Hé aqai que yo vlrito
el pueblo de Amon de No», y á Fbs>
raon, y á Egipto, v á sus dioses, y &
sus reyes; así á Pharaon oomo á k»
que en él conflan :
96 Y entresarélos en mano de los que
buscan su urna*, y en mano de Ns- *Ck^t
bucodonosor, rey de BaMlonia, j
mano de sus siervos : mas después tai
habitada oomo en los dias pasados, dice
Jehová.
97 Y td no temas, siervo ndo Jacob*, «OifAl
y no desmayes, Israd; porque hé aquí h.Ü.1
que yo te salvo de léJos, y á ta simiente |
de la tierra de su cautividad. Y volverá
Jacob, y descansará, y será prosperado,
y no habrá quien lo esmmte.
98 Tú siervo mío Jacob, no temas,
dice Jehová; porque yo ioy contigo:
porque haré consumación en todas las
gentes á las cuales te habré echado;
mas en ti no haré consumación, tino
que te castigaré con juicio, y no te talaré
del todo/.
CAPITULO XLVII.
Ptofeliaa la dttlrueeiim da loa PaiuUtuí par
toaOatdSoa.
PALABRA de Jehová que ftaé á
Jeremías profeta acerca de los Pa-
lestinos*, antes que Pharaon hiriese á
Gaza.
9 Así ha dicho Jehová : Hé aquí que
suben agtUM de la patie del Aquilón t,
¡r tomamnse en torrente, é inundarfa
a tiorra y su plenitud, ciudades y mo-
radores de ellas : y los hombres clama-
rán, y aullará todo morador de la tierra,
8 Por el sonido de las ufias de sa<
fuertes eaballoa, por el alboroto de sui
carros, por el estruendo de sus ruedas.
Los paores no miraron á los h^os por
la flaqueza de las manos,
4 A causa del dia que viene para
destrucción de todos los Palestinos, psra
talar á Tiro y á Bidón, á todo el ayuda-
dor que quéido vivo : porque Jehová
destruirá a los Palestinos, al resto de la
isla de Caphtor*.
ft Sobre Gasa vino mesadura, Asea-
Ion filé corteda, y el resto de su valle:
¿ hasta cuando te arafiarás ?
6 Oh espada de Jehová <<, ¿hasta cu-
ando no reposarás ? Métete en tu vaina,
reposa, y sosiega. ■
7 é Cómo reposarás ? pues que Jehová
lo ha enviado* contra Ascalon, y á la
ribera de la mar, allí lo puso.
CAPITULO XLVIII.
Xt pro/eta praiiea y tkaeribt la dadne^am
da piulblo y reino da loa MoatUaa, for kekr
aüo perpatuoa Imu/oa dU fmaUo da Vita.
Oon todo aao aa laadat aaptr mam da raitaK:'
roción.
ACERCA de Moaba, así ha didM»
Jehová de los ejércitos. Dios de Is-
rael : ¡ Ay de Nebo f que fVié destruida,
filé avergonzada. Ohiriathaim ftaé to-
mada ; fué confusa Misgab, y desmayó.
9 No se alabará ya mas Moab
tra Hesbon maqninaran mal
Venid, y quitémosla de entre las
También til, Madmen, serás ooírtada:
espada Irá tras tí.
8 Voz de clamor de Oronaho, éMivn
don, y gnn quebiantamlcnlo.
rc^kSD.a
li.s.:.t
AaeLi.
*Gai.U-^
Dn.lft<
ilka.a.í
tBi.U.U
XTl.
^■■11
%
Ladr.tfDOw'
jeremías, XLYIDi.
A.Cfír. 60tf.
4 Moab fué qoetrantada ¡ hicioron
que ■« oyece el eiamor de lus peqaeftos.
6 Pasque á la subida de Luith con
lloro subirá el que llora; poique k la
bsjada de Oronalm loe enenugos ojeron
clamor de quebranto.
5 Haid, salvad vuestra vida, 7 sed
como retama en el desieito.
7 Pues por cnanto confiaste en tus
liaoiettdas, y en tus tesoros, tü también
acras tomada: y Ühémos saldrá en cau-
tiverio, los sacerdotes y sus principes
juntamente b.
8 y vendxA destruidor á cada una de
las ciudades, y ninguna oindad esca-
para: anruianvaae también el ralle, y
serA destruida la campiña, como ha
dicbo JelwYá.
9 I>ad alas á Moab, pora que volando
se vaya; pues serán desiertas sus ciu-
(|ad«a hasta no quedar en ellas morador.
10 Maldito el que hiciere engafiosa-
mente Is obra de Jehová ; y maldito el
que detuviere su cuchillo de la sangre.
11 Quieto estuvo Moab desde su moce-
dad, 7 sobre sus hcoes« ha estado él
repodado, y no ftié trasegado de vaso
ea vaso, ni nunca fuá en cautiverio:
por tanto t]uedó su sabor en ¿1, y su
olor no se ha trocado.
18 por eso hé aquí que vienen dias,
ha dicho Jebová, <» mu yo le enviaré
txasposrtadores que lo narán trasportar,
y -vaciarán sus vasos, 7 romperán sus
odrea.
\B Y avergonsarásc Moab de Ghémos,
¿ la manera que la casa de Israel se
avcrgronzó de Bediel <i, su conflanza.
14 ¿ Cómo diréis, Somos valientes y
robustos hombres paxa la guerra ?
15 Destruido filé Moab, y sus ciudades
asoló : 7 sus escogidos mancebos des-
cendieron al dnolladcso, ha dicho el
j^gf, cuyo nombre* m Jdiová de loe
ejércitos.
16 Cercano cild el quebrantamiento de
Bf oab, para venir, y su mal se apretura
17 Compadeceos de él todos los que
csftfi» alrededor suyo; y todos los que
gnbels an nombre, decid : ¿ Ooinó se que-
bró la vara de fortaleza, el báculo de
Ijennoania/?
18 Desciende de la gloria, siéntate;
en »eoo, moradova hija de Dlbon; por-
que el destruidor de Moab subió contra
tí, dJeipó tus fortalezas.
X9 p¿rate en el camino, y mira, oh
xnoradova de Areer A ; pregunta á la que
va buyendo, 7 á la que escapó, díle:
. Qué ba acontecido ?
¡H) ji,'w«rgonzúiie Moab, porque fué que-
brantado. Aullad 7 clamad, denunciad
en Arnon que Moab es destruido,
£1 V que vino juicio sobre la tierra
de la eampifia; sobre Holon, 7 sobre
Jasa» y sobre Mephaoth,
S8 X sobre Dibon, 7 sobre Nebo, y
sobre Beth-diblsthoim,
S8 Y sobre Ghlrlathaim, 7 sobre Beth-
aamul, 7 sobre Beth^meon,
M Y sobre Chérioth, 7 sobre Bosra,
V sobre todas las ciudades de tierra de
IVf oaby las de léjes, 7 las de cerca.
S5 Cortado * es el cuerno de Moab, 7
su brazo quebrantado*, dice Jehová.
gg, Bsnbriagadle/, poique contra Jeho-
vá se engtaadeoió ; 7 revuéiqucse Moab
gobre su vómito, 7 sea también él por
esearnlo.
07 ¿ Y no te ñié á ti Israel por escar-
nio «■, como si lo tomaran entre ladro-
nes ? porque desde que de él hablaste,
td te bas movido.
sa Deaamparad las ciudades, 7 habitad
en peñascos, oh moradores de Moafot
7 sel como la paloma que hace nido
detrás de la boca de la caverna.
89 Oido hemos la soberbia de Moab n,
que es mu7 soberbio; su hinchazón,
7 su orgullo, 7 su altivez, 7 la altanería
de su corazón.
ao Yo conozco, dice Jdiová, su c<Uera ;
mas no tendrá efecto : sus mentiras no
han de aprovechar/e.
81 Por tanto 70 aullaré sobre Moab,
?' sobre todo Moab haré clamor, v sobre
os hombres de Kir-heieso gemiré.
8S Oon lloro de Jazer lloraré por ti,
oh vid de 8al>ama : tus sarmientos pa-
saron, hasta la mar de Jazer llegaron:
sobre tu agosto 7 sobre tu ven<&miaj>
vino destnddor.
as Y será cortada la alegría 7 el rego-
c^o de los campos labrados, 7 de la
tierra de Moab; 7 hará cesar el vino
de los lagares : no pisarán con canción ;
la canción no será canción.
84 El clamor, desde Hesbon hasta
Eleale ; hasta Jahas dieron su voz : ¡f
desde Soar hasta Oronaim, becerra de
tres años ; porque también las aguaa de
Nimiim serán destruidas.
36 Y haré cesar de Moab, dice Je-
hová, quien sacriñ(iue en altar, 7 quien
onezca sahumerio á «us dioses q,
36 Por tanto mi corazón resonará co-
mo flautas yot causa de Moab : asimis-
mo resonará mi cofazon á modo de
flautas por los hombres de Kir-heres;
porque perecieron las riquecas que ha-
bla hecho.
87 Porque en toda cabeza habrá calva r,
7 toda barba será menoscabada; sobre
todas manos rasguños, 7 sacos sobre
todos lomos*.
88 Sobre todas las techumbres de Moab
y en sus calles todo ttrá llanto ; porque
yo quebranté á Moab como á vaso que
no agrada', dice Jehová.
3V Aullad : ¿ Cómo ba sido quebran-
tado ? ¿ cómo volvió la cerviz Moab,
y fué avergonzado ? Y fué Moitb en es-
carnio y en espanto á todos los que estím
en sus alrededores.
40 Porque asi ha dicho Jehová: Hé
aquí que como •> águila volará, y exten-
derá sus alas á Moab.
41 Tomadas son las ciudades, y toma-
das son las fortalezas; y será aquel dia
el corazón de los valientes de Moab co-
mo el corazón de mi\jer en angustias*.
4S Y Moab será destruido pava dejar
de ser pudilo; porque se engrandeció
contra Jehovájr.
48 Miedo, y hoyo, 7 lazo sobre tis, oh
morador de Moab, dice Jehová.
44 El que huyere dd miedo, oaerá en
el hoye ; y el que saliere del hoyo, será
Sircso del lazo: poique 70 traeré sobre
1, sobre Moab, año de su visitación*,
dice Jehová.
45 A la sombra de Hesbon se pararon
los que huian de la fuerza: mas salió
fuego de Hesbon, y llama de en medio
de sihon, y quemó el rincón de Moab,
y la mollera de los hijos revoltosos.
46 ¡ Ay de tí, Moab 1 {lereció el pue-
blo de Ohémos : porque tus hijos fueron
presos para cautividad, 7 tus hijas para
cautiverio.
4íT Empero haré tomar el cautiverio
de Moab en lo postrero de los tiempos &,
dioe Jehová. Hasta aquí c« el juicio
de Moab.
CAPITULO XLIX.
Prafttüa tontra lo$ ^tnmowtVu, contra lo*
UMmíoi, etmtra Danuueo y «« Uerra, eon-
tra lo* de Oedar, y Stuor, y otra$ naeioáei
ddOrieiUe.
» Pro. 8. 18.
Is.l«.e.
• Is. 15. 5.
y 16. 11.
ris.lfi.8.9.
«Is.lS.2.
7 16. 12.
•• Cap. 47. 5.
•a«B.87.34.
«Cap. 22. 28.
«Cap. 49.22.
Den. Ü8. 49.
Dan. 7. 4.
Hak 1. 8.
'I8.2L8.
Hic. 4. 9.
y ver. 26.
' la. 24. 17.
18.
aCap.U.28.
i Cap. 4». 6»
89.
A.Cdr.MO.
jeremías, xtjy.
A.&A.IIIO.
"I
■MtLUL
•Ek.Sl.38.
y 35. 3. etc.
AmoeLlS,
li.
Soph. 3. 8,
10.
»CI»p.31.13.
' TÍT. 89.
Cep. 48. 47.
<< Ks. 25. 13,
etc.
AmosLU,
13.
'C«p.35.28.
/Ab. 5.8.
'VULl.B.
k Ab. 1.
• Amot 9. 3.
iOMkl8.1&
7 60.13.
(Cap. 80.40.
Gen. 19. 34,
35.
Dbii.99.98.
Abmm4.11.
DE lo* hik» de Ammon*, así ha
dldio Jehov&: ¿ No ttene hijos Is-
rael ? ¿no tiene hemlero ? ¿ Por qná
tomó oomo por heredad el rey de elloa
á Oad, 7 ni pueblo habitó en sus cin-
dadct?
5 Por tanto hé aquí vienen dias, ha
dicho Jéh/ark, en que haré oir en Rab-
ba de los hyós de Ammon clamor de
guerra, y sera punta en montón de aso-
uoniento: y sus ciiidades sciAn puestas
á fliego, é Israel tomará por heredad
á los que los tomaron á ellos, ha dicho
Jchovi.
8 Aulla, oh Heshon, porque destruida
es Hai : clamad, hijas de Habba, vestios
de sacos, endechad, j rodead por los
▼aliados; porque el rey de ellos fué en
cautiverio, sus saocrdotcs y sus prín-
cipes juntamente.
4 ¿ Por qué te glorías de los valles ?
tn vaUe se deshizo, oh hija contumaz,
la que conña en sus tesoros, la fue dice:
¿ Quien vendié contra ml^ ?
6 Hé aquí yo traigo sobre tí espanto,
dice el befior Jehová de los ejércitos,
de todos tus alrcdedorss; y seréis lan-
zados cada uno en derechura de su ros-
tro, V no habrá quien recoja al errante.
6 "ií después de esto haró tomar la
cautividad de los hijos de Ammon e,
dice Jdiová.
7 5 De Bdom', así ha dicho Jebov&
de los e.iércitos : ¿ No hay mas sabiduría
en Théman ? ¿ Ha parecido el consto
en los sabios ? ¿ Corrompióse su satú-
duría?
e Huid, volveos, escondeos en simas
para estar, oh moradores de Dedan«;
porque el quebrantamiento de Esad tra-
eré sobre 61, al tiempo que lo tengo de
visitar.
9 Si vendimiadorss vinieran contra tí,
¿ no dcjAran rebuscos ? Si ladrones de
noche, tomaran lo que hubieran me-
nester/.
10 Mas yo desnudaré & Esad y, descu-
briré sus escondrijos, y no podrá escon-
derse. Será deMruida su simiente, y sus
hermanos, y sus vecinos, y no será.
11 Deja tus huérfanos, yo lot criaré;
y en mí se confiarán tus viudas.
13 P<Hrque así ha dicho Jehová: Hé
aquí que los que no estaban condenados
á beber del cáliz, beberán ciertamente ;
¿ y serás tii alisuelto del todo ? No serás
alisuelto, sino que de cierto beberás.
18 Porque por mí he jurado, dice Je-
hová, que en asolamiento, en oprobio,
en soledad, y en maldición será Bosra ;
y todas sus ciudades serán en astdarai-
entos perpetuos.
14 La fama oí, que de parie de Jdiová
hafaia sido enviaoo mensigcro á las gen-
tes, diciendo: Juntaos, y venid contra
ella, y levantaos á la batalla *.
Ifi Porque hé aquí que pequeño te he
puesto entre las gentes, menospreciado
entxe los hombres.
16 Tu arrogancia te ensaflú, y la so-
berbia de tu corazón : tu, que habitas
en cavernas de peleas, que tienes la
altura del monte, aunque alces como
águila tu nido, de allí te haré deseen*
der, dice Jehová '.
17 Y será Edom en asolamiento : todo
aquel que pasare por ella se cnantará,
y silbará sobre todas sus plagas*.
18 Como en el trastomamiento ' de
Sodoma y de üomorra, y de sna civ-
dade» vecinas, terú, dice Jehová: no
morará allí nadie, ni la habitará h^o
de hombre.
19 Hé aquí que como león subirá de
la hinehaion del Jordán contra la bdla
!f robusta: poiqne mvy ptonto hanflo
correr de sotne cUa, y al que íben es-
cogido la encaigaré : porque ¿ qniáa »
semiente á mí? ¿ y quien me eaipla-
xará ? ¿V quién sota aquel pastor qae
me podrá resistir m ?
90 Por tanto oíd «1 eooseio de Jdio-
vá, que ha acordado sobre £dom; j sus
pensamientos que ha resuelto Mbn im
moradores de Theman. Ciertamente ks
mas peqneftoft del hato loe arrastraría, y
destruirán sus moradas con ellos.
SI Del estruendo de la calda de elloi
la tierra tembló, y el grito de su vos te
oyó en el mar Berm^o.
88 Hé aquí que como águila saUíi j
volará, y extenderá sus alas sobre Boas :
y el corazón de los valientes de Edam
será en aquel dia como el oorsion de
mi^ en angustias.
88 J Acerca de Damasco. Confluí-
ose Bfamath, y Arphad, poiqne oyeron
malas nuevas : derritiéronse en aguas de
desmayo ; no pueden sosegarte.
84 Desmayóse Damasco, volvióse para
huir, y toinóle temblor : angustia y do-
lores le tomaron, como de mujer qae
está de parto.
85 Como no d^faroa á la ciudad de
alabanza, ciudad de mi goso ;
86 Por tanto sus mancebos caeián ca
sus plazas, y tollos los hombres de gu-
erra morirán en aquel <üa, ha diobo
Jehová de los ejércitos.
87 T liaré encender ftiego en el muro
de Damasco, y consumirá las oatas de
Ben -hadad.
88 ^ De Cedar, y de los reinos de Ha-
sor, los ouales hirió Nabueodonosor tej
de Babiloaia, asi ha dicho Jehová : Le-
vantaos, subid contra Cedar» y destruid
los hilos de Oriente.
89 Sus tiexuias* y sus ganados toms-
rán ; sus cortinas, y todos sus vasos, y
sus camellos, tomaran para sí : y llama-
rán contra ellos miedo al rededor.
ao Huid, trasponeos muy l<)os, meteos
en simas para estar, oh moradoies de
Hasor, dice Jeheva: norque tomó con-
sejo ctHRtra vosotros Nabueodonosor rey
de Babilonia, y contra vosotros ha Ant-
mado designio.
81 Levantaos, subid á gente pacífica,
que vive cosiíladamente, dice Jehová,
que ni tienen puertas ni oentojos, que
viven solitarios.
88 T serán sus earodlos por vrcaa, y
la multitud de sus ganados por despojo:
y espardrélos por todos vlaotos, echsdos
hasta el postrer rincón, y de todos sus
lados les traeré su mina, dice Jehová.
88 T Haaor será morada de dragones •.
soledad para siempre: ninguno moraiá
allí, ni la hidiitará hUo de hombre.
84 ^ Palabra de Jehová^uc fué á Jc>
remias proftta acensa de l£lan/, en d
principio del reinado de Sedaohlas, ley
de Judá, diolendo :
85 Así ha dicho Jehová de los ciiérci-
tos : Hé aquí que yo quiebro éí arco de
Elam, principio de su urtalesa.
86 Y traeré sobre Slam los cuatro vi-
entos de las cuatro plagas del déla, y
aventarélos á todos estos vientos, ni k^
brá gente adonde no vengan esM^fcms
de Elam.
87 Y hará que Elam se intimide de-
lante de sus enemigos, y delante de los
qve buscan su alma, y traeié sobre ellos
mal, y el ñiror de rol em^, dice Je-
hová s y enviaré en pos dt ellos aspada
basta que los acaba,
88 Y nondré mi silla «n Elam, y des-
truhré de allí rey y príncipe, diee Je*
hová»
iigdl9>^
•li.ttft
MaLLl.
•CLdr.flOdi
jeremías, Ím
JLCébr.Mt.
80 Mu acontecerá «i lo pootreru de
loa dlM, qee haré tomar la eautivldad
de Elam t, dioe Jehová.
CAPITULO L.
Pnite$ la mMÍaeimt d* BtMkmta y éi teda
m wawrfft por lof Ptrwu, for kabtr
]NMif« flioiio MI» $oUrhía y «nMiVi mi «I
potMo di Imrotlt cuya Umtímí y r«<aM-
nMioH oNaoc^o.
PALABRA que habló JehoWl centra
Babilonia», contra la tioRa de loa
Caldeo*, por mano de Jeremías profeta.
a Dennneiad en las gentet, 7 haced
laber; levantad tambAm bandera: pu-
bliotid, j no encubráis ; deold : Tomada
es Babilonia, Bel ea confundido, deshe>
cho ea Meródach ; confundidas son sus
escaltnxas, quebrados son sus Ídolos.
8 Porque subió contra elia fente d« la
fortt del Aquilón, la cual pondrá su
tiara en asolamiento, y no habrá ni
bombre ni animal que en ella more:
noTiéronse, se ftieron.
4 En aquellos días y en aqnd tiempo,
dice Jebová, Tendrán los hijos de Is-
rael, ellos y los htíos de Judá Junta-
nwntek ; é irán andando y llorando «, y
buscarán á JehoTá su Dios *.
5 Presuntaián • por el camino de IMon,
hacia donde volveréM sus rastros dici'
emto: Venid, y Juntaos á Jehorá oon
pacto eterno/ f hc jamas se ponga en el
olvido.
6 Ov^as perdidaa ñieron nd pueblo;
sus pastores las hicieron errar, por los
montes las dcsoaniaron : andu^eron de
monte en coUado', olvidáronse de sus
majadas.
7 Todoa los que los hallaban, los co-
mían ; y declan sus enemigos : No peca-
remos, porque ellos pecaron á Jebová,
morada de justicia; á Jehová, espe-
ranza de sus padresA.
8 Huid de en medio de Babilonia •', y
salid de tierra de Caldeos ; y sed como
los mansos delante del ganado :
9 Porque hé aquí que yo suscito y ha-
go subir contra Babilonia reunión de
grandes pueblos de la tierra del Aqui-
lón; y desde allí se apandarán contra
ella, y será tomada: sus flechas como
de valiente diestro, fue no se tomará
en vano.
10 Y la Galdóa será para presa : todos
lot nie la saquearen, saldrán hartos,
dice Jehová.
11 Porque os alorasteis, porque os go-
zasteis destruyenoo mi heredaid, porque
os henchísteis como becerra de renue-
vos, v lelinchasteU como caballos ;
18 Vuestra madre se avergonzó mucho,
afrentóse la que os engendró. Veis aquí
las postrimerías de las gentes, desierto,
lequedad, y páramo.
18 Por la ira de Jehová no será habi-
tada, sino que asolada será toda ella:
todo hombre que pasare cor Babilonia
se aiomimurá, y silbará sobre todas sus
plagas.
14 Apercibios contra Babilonia al re-
dedor: todos los que entesáis arcos, ti-
rad contra ella, no escatiméis las saetas ;
porqne pecó contra Jehová.
16 Gritad contra ella en derredor : dio
sn mano, caldo han sus flindamentos,
derribados son sus muros ; porque ven-
Siia M de Jehová. Tomad venganza
ella ; haced con etla como ella hizo*.
16 Talad de Babilonia sembrador, y
el que tiene hoc en tiempo de la siega :
dMnte de la espada opresora cada uno
volverá el reatro hacia su pueblo, cada
nno huirá hacia su tierra.
17 Ganado descarriado ka tido Israel,
leones lo amontaron/: rt rey de Asirla
lo devoró el primero ; este Nabucodo-
nosor, rey de Babilonia», lo deshuesó
d postrero.
18 Por tanto asi ha dicho Jehová de
los ^{Atcitos, IMos de Israel: Hé aquí
aue yo visito al rey de Babilonia y á su
lem, como visité al rey de Asirla.
19 T volveni á traer á Israel á su
morada», 7 pacerá en el Carmelo, y en
Basan, y en el monte de Ephraim y de
Oalaad se hartará su alma.
90 En aquellos dias y en aquel tiempo,
dice Jehová, la maldad de Israel será
buscada, y no parecerá ; y los pecados
de Judá, y no se hallarán • : porque per-
donaré á los que yo hubiere dejado.
91 Sube contra la tierra de M eratha-
im I, contra ella, y contra los moradores
de Pekod f : destruye y mata en pos de
ellos, dice Jehová, 7 hax conforme á
todo lo que yo te he mandado.
99 Estruendo de guerra en la tierra, y
quebrantamiento grande^.
98 ¿ Cómo Alé cortado y quebrado el
martillo f de toda la tiena ? i Cómo se
tomó Babilonia en desierto entre las
gentes?
94 Pdsete laaos, y aun Adste tomada,
oh Babilonia, y tu no lo supiste : Aliste
hallada, y aun presa, porque provocaste
á Jehová.
95 Abrió Jehová su tesoro) y sacó los
vasos de su fViror •■ : porque esta es obra
de Jehová Dios de los ^éroitos en la
tierra de Caldeos.
98 Venid contra ella desde el cabo de
la tierra t abrid sus almacenes, hacadla
montones, y destruidla; no le queden
reliquias.
97 Matad todos sus novillos*, vayan al
matadero : ¡ ay de ellos ! que venido es
su dia, el tiempo de su visitación.
98 Voz «e «q/o de los que huyen y csea-
{>an de la tierra de BaUlonia, para dar
as nuevas en Sion de la vénganse de
Jehová nuestro Dios, de la venganza de
su templo *.
89 Haced Juntar sobre Babilonia fle-
cheros, á todos ios que entesan arco :
asentad campo sobre ella al rededor;
no escape de ella ninguno : pagedle se-
gún su obra; conforme á todo lo que
ella hizo, haced oon ella ■ : porque con-
tra Jehová se ensoberbeció, oontra el
Santo de Israel.
30 Por tanto sus mancebos caerán en
sus plazas, y todos sus hombres de guer-
ra serán talados en aquel dia, dioe Je-
hová.
81 Hé aquí yo contra tí, oh soberbio,
dice el Se&or Jehová de los ejércitos ;
porque tu dia es venido, el tiempo que
te vlaiUré.
89 Y el soberbio tropezará y caerá », y
no tendrá quien lo levante : y encenderá
fuego en sus ciudades y, y quemará to-
dos sus al rededores.
88 Así ha dicho Jehová de los ^érei-
tos : Oprimidos fiunm los hijos de Is-
rael y los hUos de Judá juntamente:
?' todos los que los tomaron cautivos, se
os retuvieron, no los quisieron soltar.
84 El Redentor de ellos es el Fuerte ;
Jehová de los ^rcltos e« su nombre « :
de cierto abogará « la causa de ellos,
para hacer quietar la tierra, y turbar
los moradores de Babilonia.
85 Cuchillo sobre los Caldeos, dice
Jehová, y sobre los moradores de Ba-
bilonia, y sobre sus príncipes, y sobre
sus sabios b. *
86 Cuchillo sobre los adivinos, y se
atontarán : cuchillo sobre sus TaUentes,
y serán quebrantados.
Hh
I1IU7.17.C.
"•9 Bey. Si.
10.«t¿
*aip.aaiu.
Is.M.9,
10.
ALS4.U,
U.
•Kn.l8Lgl.
Oap^U.M,
tvMioeiM.
i'Oap.Sl.54.
•Cap. 61.90.
Í.61.9
4.6b
'Is.U.O.
'IS.8Í.7.
(Oap.n.10,
La. 1. 10.
79.6,7.
«ler.lS.
"Pro. 16. IB.
7 18. 19.
y Ap. 18. 8.
■ Is. 47. 4
• Ib. SL 22.
»b.47.U.
A.Cdr.Mi>.
JERianAEt, LL
9*.
•Cap. 49.18.
GM.19.M,
91.
/ Ii. 18. 17,
18.
VCAp.49ul9.
Job 41. 10.
h Ap. 18. 9,
lA.
• Cftp. 4. 11,
la.
» Oip. 15. 7.
• Ib. 49. 14,
U.
etc.
Ap.l&4.
« Ap. 17. i.
/la.3L9.
37 Onehillo Mbra ni* oabtUM. y ■obn
ras canoa, 7 aobre todo el raigo « que
está en niedio de día; 7 aerin como
mujeres d : cuchillo sobre sus tesoros, y
■eran saqueados.
88 Sctjuedad sobre sus aguas, 7 seca-
(ánse : porque tierra es de esculturas,
7 en ídolos enloquecen.
89 Por tanto alh raotaréin bestias mon-
teses con lobos; morar&n también en
ella pollos de avestruz: 7 no mas scrfc
poblada pan siempre, ni se habitará de
generación en generación.
40 Como en el trastornamiento de Dios
á Sodoma 7 á Oomorra, 7 á sus eiiádadeM
vecinas*, dice Jehorá, no morará allí
hombre, ni h^o Oe hombre la habitará.
41 Hé aquí Tiene un pueblo del Aoui-
Ion, 7 una nación grande, 7 mucnos
re7es se lerantarán de los lados de la
tierra.
42 Arco 7 lanza manejarán : serán cru-
eles, T no tendrán compasión/: su voz
sonara como la mar, 7 montarán sobre
caballos: apercibirse han como hombre
á la pdéa contra ti, oh hija de Babi-
lonia.
48 O7Ó su fama el re7 de Babilonia,
Í' sus roanos se desco7untaron : angustia
e tomó, dolor como de mujer de piarto.
44 Hó aquí que como león subirá de
la hinchazón del Jordán á la morada
fuerte : porque mtt7 pronto le haré cor-
rer de sobre ella, 7 al que fuere escogido
la encargaré: porque ¿quién es seme-
jante á mi? ¿7 quién me emplazará?
ó quién será aquel pastor que me podrá
resistir 9?
46 Por tanto oid el consejo de Jehová,
que ha acordado sobre Babilonia, 7 sus
pensamientos que ha formado aobre la
tiarra de los Caldeos. Ciertamente los
mas fiequeílos del hato los arrastrarán,
7 destruirán sus moradas con ellos.
46 Del grito de la toma de Babilonia
la tierra tembló, 7 el clamor se 07o en-
tre las gentes A.
CAPITULO LI.
Continúate la profttía eotiira Babilonia, atpo
e$erHo da el profe/a á Beraía», eamarero
mayor íM rey BetledtUu, para qu» lo tdu en
«I ÉvfraUt ¡legado á Babilonia, en prestigio
de en perpetua ruina.
ASI ha dicho Jehová: Hé aquí que
70 levanto sobre Babilonia, 7 sobre
sus moradores que se levantan contra
mí, un viento destruidor*.
5 Y enviaré á Babilonia aventadores
que la avienten b, 7 vaciarán su tierra;
porque serán contra ella de todas partes
en el día del mal.
8 Diré al flechero que entesa su azco,
7 al que se pone orgulloso con su loriga :
No perdonéis á sus mancebos, destruid
todo su ^ército.
4 Y caerán muertos en la tierra de los
Caldeos, 7 alanceados en sus calles.
A Porque Israel 7 Judá no han enviu-
dado e de su Dios Jehová de los ^érd-
tos, aunque su tierra fué llena de pecado
contra el Santo de Israel.
6 Huid de en medio de Babilonia d, 7
librad cada uno su alma, porque no pe-
rezcáis á causa de su maldad : iwrque
el tiempo e» de venganza de Jehová;
darále su pago.
7 Vaso de oro* fui Babilonia en la
mano de Jehová, que embriaga toda la
tierra : de su vino bebieron las gentes ;
atxirdiéronse por tanto las naciones.
8 En un momento cayó Babilonia/,
7 despedaztise : aullad sobre ella: to-
mad bálsamo para su dolor; quizá sa-
nará.
lOfSUl
<1K.0.I
10.
9 Caíamos 4 Babilonia, 7 so ha ti-
nado : dejadla, 7 vamonos cada ano &
su tierra ; porque U^ipido ha hasta ú
cielo su Juicio, 7 alzádoae hasU las
nubes.
10 Jdbová sacó á las nnesins JoaÜ-
das : venid, 7 oontemos en Stonlaobn
de Jehová nuestro Dios*. 'dp-iO-K
11 Limpiad las saetas, embrazad los
escudos: despertado ha Jdiová el es-
pírittt de k» reyes de Media: poiqae
contra Babilonia «« su pensamiento para
destruirla ; porqoe venganza m de Je-
hoTá, venganza de su templo A.
18 Levantad bandcn sobre los rovns
de Babilonia, rcfiMrzad la guardia, po-
ned centinelas, disponed cdadas: por-
que deliberó Jehová, 7 aun pondrá en
efecto lo que ha dicho aobre los moia.
dorea de Babilonia.
18 La que moras entre muchas aguas •',
rica en tesoros, venido ha tn fin, u me-
dida de tu codiciáis.
14 Jehová de los ^iérdtos juró por m
vida,djet#fMlo; To te llenaré de hombres
como de langostas, 7 levantuán oontrs
ti gritería.
15 El M «/ que hizo la tierra oon m
fortaleza, el que añrmó d monde con
su sabiduría, 7 estendió los délos cao
sointeligenda^:
16 El que da con voz muchedumbre
de aguas del cielo ■>, 7 hace subir las
nubes de lo postrero de la tierra: él
hace relámpagos oon la lluvia, 7 saca
el viento de sus tesoros ».
17 Todo hombre se infatúa con ota
ciencia»; avergüénzase todo aitífloe de
la escultura, porque mentira es so va-
ciadizo, que no tienen eapíritu^.
18 Vamdad son, obra de irrisiones:
en el tiempo de su visitación pereoerin.
19 No et como ellos la parte f de Ja-
cob : porque él u el finmador de todo;
é lerad es la vara de su heredad': Je-
hová de los ^érdtos es su nombre.
90 Martillo me aoia, oh armas de
guerra* ; 7 por medio de ti quebrantaré
gentOf 7 por medio de ti desharé reinos,
91 1 por tu medio quebrantaré ca-
ballos y sus cabalgadores, 7 por medio
de ti quebrantare canos 7 los que en
ellos sut>en :
99 Asimismo por tu medio quebran-
taré hombres 7 mqjeres, 7 por medio
de ti quebrantaré viejos 7 mozos, 7
por tu medio quebrantaré mancebos 7
vírgenes.
93 También quebrantaré por medio de
tí al pastor 7 á su manada : quebrantará
por tu medio á labradores y sus 7untas,
7 duques v prindpcs quebrantaré por
medio de ti.
94 Y pagaré á Babilonia, 7 4 todos los
moradores de Caldea, todo el mal de
ellos que hicieron en Sion ' delante de
vuestros ojos, dice Jehová.
95 Hé aquí 70 contra tí, oh monte
destruidor, dice Jehová, qne destruíste
toda la tierra: 7 extenderé mi mano
sobre ti, 7 te haré rodar de las peUu, 7
te tornaré monte quemado.
96 Y nadie tomará de tí piedra paca
esquina, ni piedra para cimiento ; por-
que perpetuos asolamientos serás», ba
dicho Jenová.
97 Alzad buidera en la tierra, locad
trompeta en las nadones, apeedúd gas-
tes contra día ; Juntad contra ella los
reinos de Ararat |, de Minni, 7 de
Aschénaz : aeiUüad contra ella oaiaiaoa
haced subir caliaUos oomo langostas fi-
zadas «.
98 Aperdbid contra ella gentes; 4
reyes de Mediay, á sus eapnaes, y 4
J«bM
Pt.lí
II.40.Í
ate.
■8*L1
•llt.1.1
«te.
r])H.a.i
>w.li
f1R.U.
A.C.dr.Nft
JBRWMTAfl, lili.
A.acir.iW.
todM mu inrtaidpM, j átoda la tlem de
tu téboHo.
» T temblar* la tierra y aflictráae :
poiqm confirmado ca contra Babilonia
todo el penumiento de Jehová, para
poner la tiena de Babilonia en loledad,
3 que no hará morador.
80 Loa Tallentet de Babilonia di>J«»n
de pelear, eatuviéronse en sus fuerte* :
faltotea au fortalesa, tomáronse como
ratóeiei' encendieron lot enemigo» ana
caaaa, quebraron ana cerroioa.
SI Oorréo ae encontrara con correo,
y menMúero ae encontrará con mensa-
jero, para noticiar al rey de BaULionla
que au ciudad ea tomada por todaa par-
tea:
88 Y loa TBdoa Aieron tomadoa, y loa
carrixoa fiíeron quemados á fuego, y
comtemánnae lo* hombrea de guerra.
88 Porque asi ha dicho Jehová de los
cjéreitoB, Dioa de larael: La hl)a de
Babilonia et como parra ; tiempo ea ya
de trillarla : de aquí k poco le rendH
el tiempo de la siega.
84 Oomióme, dennennsihne* Nabnco-
donoaor rey de Babilonia: paróme co-
mió vaso vacio, tragóme como dragón,
hinchió au vientre de nUa delicadezas,
y echóme.
85 £n BaUlonia mM mi robo, y mi
carne, dirá la moradora de 6ion«; y
mi sangre en loa moradores de Caldea,
dirá Jenuaiem.
88 Por tanto aaf ha dicho Jehová : Hé
aquí que yo Juago tu causa, y haré tu
Tenganxa : y secu<ó su mar k, y haró que
quMe seca BU corriente.
87 Y será Babilonia para montones,
morada de dragones*, espanto y ailbo,
fin morador.
88 A una rugirán como leones ; oomo
cachónos de leones bramarán.
89 En su calor lea pondrá aua ban-
quetes; y horélea que se embriaguen,
para que ae alegren, y duerman eterno
aueilo, y no despierten é, dice Jehová.
40 Hacerlos he traer como corderos al
matadero, como cameros con cabritos.
41 ¿ Oómo fué presa Sesach •, y fíié
tomada la que era alabada por toda la
tierra ? i Cfómo ftié Babilonia por es-
panto entre laa gentes ?
tí Subió la mar/ sobre Babilonia ; de
la multitud de sus ondas fué cubierta.
43 Sus ciudadea fueron asoladas, la ti-
erra aeca y desierta, tierra que no mo-
rará en ella nadie, ni pasará por ella
hijo de hombre.
44 Y visluré á Bel; en Babilonia, y
aacaré de au boca lo que ha tragado : y
no vendrán mas á él gentea i y el muro A
de Babilonia caerá.
45 Salid de en medio de ella', pueblo
mió, y salvad cada uno su vida de la
ira del furor de Jehová.
40 Y porque no desmaye vuestro oora-
xon, y temáis á oausa de la fama que ae
oirá por la tierra*, en un año vendrá la
fama, y después en otro año el rumor,
y lueyo venará la violencia en la tierra,
y el ensañoreador sobre el que ense-
dorea.
47 Por tanto hé aquí vienen dias que
yo visitaré 4as esoultnraa de Babilonia,
y toda su tierra aera avergonzada, y
todos tus muertos caerán en medio de
día.
48 Y los cielos y la tierra, y todo lo
que uta en elloa, darán alabancaa so-
bre Babilonia <: porque del Aquilón
▼endrán sobre ella destruidores, dice
Jebová.
49 Pues que Babilonia ^ cauta que
caycaan muaitoa da larad, también de
Babilonia caerán muertoa de toda la
tierra.
00 Loa que caeapaateia del cuchillo,
andad, no oa detengáis: acordáoa por
muchos diaa de Jehová, y acordáoa de
JeruKaIem "*.
Al Batamos avergonzadoa, porque oimoa
la afrenta ; confusión cubrió nuestros roa-
tros, porque vinieron extrai\)eroB contra
loa santuarios de la casa de Jehová".
M Por tanto hé aquí vienen días, dice
Jehová, qtie yo visitaré sus esculturas*,
y en toda su tierra gemirán loa heridos.
es Si subiese Babilonia al cielo, y ai
fortaleciere en lo alto au fuerza}', de m(
vendrím á ella deatruidorea, dice Je-
hová.
54 Sonido de grito de BaUtonla, y que-
brantamiento grande de la tierra de loa
Caldeos:
55 Porque Jehová destruye á Babilo-
nia, y quitaré de ella el mucho estru-
endo; y bramarán sus ondas 9, como
muchas aguas será el sonido de la voz
de elloa :
56 Ponnie vino deatruidor contra ella,
contra Babilonia, y sus valientca fueron
presos, el arco de ellos Alé quebrado r :
iiorque Jehová, Dios de retribuciones,
tes dará la paga merecida.
57 Y embriagaré • sus pdncinea, y aus
sabios, sus capitanea, y sus nobles, y aya
fuertes : y dormirán sueño eterno, y no
despertarán', dice el Rey, ouyo nom-
bre« M Jehová de los «¡{«.Tcitos.
58 Asi ha dicho Jehová de loa ejér-
citos: El muro ancho' de Babilonia
será derribado enteramente, y sus altaa
puertaa serán quemadas á fuego ; y en
vano trabcyarán pueblos y gentes en el
fuego', y se canstoán.
50 ^ Palabra que envió Jeremíaa pro-
feta á Seraías, nUo de Neriaa, hi)o de
Maaaiaa, cuando iba con Sedeoblas tey
de Judá á Babilonia el cuarto año de
su reinado ¡ y era Seraíaa el principal
camarero.
6U Escribió pues Jeremíaa en un libro
todo el mal que habla de venir sobre
Babilonia, todas las palabras que están
escritas contra Babilonia.
61 Y dijo Jeremías á Seraíaa : Cuando
Helares á Babilonia, y vieres y leyeres
todas estaa cosas,
09 Dirás: Oh Jehové, ttl has dicho
contra este lugar que lo hablas de talar,
hasta no quedar en él morador, ni hom-
bre ni animal, sino que para siempre ha
de ser asolado.
68 Y será que cuando acabares de leer
este libro, le atarás una piedra*, y lo
echarás en medio del Eufrates ;
64 Y dirás : Así será anegada Babilo-
nia, y no se levantará del mal que yo
traigo sobre ella : y serán rendidos.
Hasta aquí «o» laa palabra* de Jere-
míaa.
CAPITULO LII.
Récaptiulaeion del inleuto y cumplimiento de
toda la prtifeeía de JerenUaet ee d «ober.
la ioma % <uo)aeio« ifa la ciudad, y del
templo, prieiou del r«y, y muerte de ene ki-
Jo$ y de tu» príncipe», y iraeportaeion del
pueblo pie lo» vaeoe emigrado» 4 BalMonia.
JoadiUi, rey de Judá, ee tacado de la edr-
crl por NiAueodonoeor, y pueeto en kemra
en tu cautiverio.
ERA Sedeohlas de edad de veinte y
un años cuando comenzó á reinar,
y reiné once añosa en Jerusalem. Su
madre se llamaba Hainutal, h^a de Je-
remías de Libna.
8 É hizo lo malo en loa q}oa de Jehová,
conforme á todo lo que hizo Joacim.
8 Y á causa de la ira de JdMvá contra
~ BhS
«Sai.iaats.
y 187. fi, 6.
"La. 1.10.
•ver. 47.
l>Oap.40.1&
la. 14. 18.
AaiaaO.2.
Ak4.
> ver. 42.
«- 1 Ba. 2. 4.
•Oap.S6.S7.
Ha\S.18.
•Cap. 46.18.
yAU,
"TBr.44.
'Haha.».
' Ap. 18. ZL
•SBey.M.
18.
A. a clr. W9.
LAMENTACIONES, I.
A.G.dr.i
» Oftp. ». 1.
etc.
a Rey. K.
1, etc.
«Cap. 3S.
i(Bi.ia.lS.
*Cap.S».10.
/IBer.T.
16.ete.
'Cftp.37.19,
22.
A.G.
eir.US.
Jenuakm y Judá*. fué el Ucgar A echar-
lo* de in prewncia. Y rebelóte Sede-
chlaa contra el rey de Babilonia.
4 Aconteció por tanto á los noere
afim b de su reinado, en el mea décimo,
A loa diea días del mes, que vino Na-
bucodonosor rey de Babilonia, él y todo
su ejército contra Jerusalem, y contra
ella asentaron campo, y de todas partes
edificaron contra ella büduartes.
5 Y estuvo cercada la ciudad hasta el
undécimo año del rey Sedechias.
6 En él mes cuarto, A los nuere del
mes, prevaleció el hambre en la ciudad,
hasta no haber pan para el pueblo de
la tiem.
7 Y fué entrada la ciudad, y todos tos
hombres de guerra huyeron, y saliéronse
de la ciudad de noche por el camino del
postigo de entre los dos muros, que ha-
mo cerca del jardin del rey, y ftiéronse
por á camino del desierto, estando aun
loa Caldeos Junto á la ciudad al rededor.
8 Y ^ ^ército de los Caldeos siguió al
r^y, y ^canzaron á Sedechias en los lia-
nos de Jericó, y esparcióse de él todo su
ejército.
9 Entonces prendieron al reye, é lu-
ciéronle venir al rey de Babilonia, á
Ribla en tierra de Hamath, donde pro-
nunció contra él sentencia.
10 Y degolló el rev de Babilonia & los
hijos de Sedechias delante de sus ojos, y
también degolló á todos los príncipes de
JudA en Bibla.
11 A Sedechias «f empero sacó los ojos,
y le aprisionó con grillos, é hízolo el rey
de Babilonia llevar á Babilonia, y pú-
solo en la casa de la c&rcel hasta el dia
que murió.
13 Y en el mes quinto, á los diez del
mes, que era el año diez y nueve del
reinado de Nábucodonosor, rey de Ba-
bilonia, vino á Jenisalem Nabuzardan,
capitán de la guardia, que solía estar
delante del rev de Babilonia,
13 Y Quemó la casa de Jehovi, y la
casa del rey, y todas las casas de Je-
rusalem, y abrasó con fuego todo grande
edificio.
14 Y todo el ejército de los Caldeos,
que venia con el capitán de la guardia,
destruyó todos los muros de Jerusalem
en dnrredor.
15 É hizo trasportar Nabuzardan, ca-
pitán de la guaniia, los pobres del pueblo,
y toda la otra gente vulgar que en la
ciudad hablan quedado, y los fu{(itivos
que se hablan huido al rey de Babilonia,
y todo el resto de la multitud vulgar.
16 Mas de los pobres del país d^ó Na-
buzardan, capitán de la guardia, para
vifladores y labradores*.
17 Y los Caldeos quebraron las colum-
nas de bronce/, que estaban en la casa
de Jehovi, y las basas, y el mar de
bronce que estalw en la casa de Jehová,
y llevaron todo el metal & Babilonia 0.
18 Lleváronse también los calderos, y
loa badiles, y los sallerios, y las bacías,
y los cazos, y todos los vasos de metal
con que se servían.
Mby.1
47.
'•lle;l
19 Y laa copa», é Incensarios, y
y ollas, y candeleros, y esendillai» J to-
zas : lo que de oro, de oro, y lo que de
plata, de plata, se llevó tí. c^atn de la
guardia.
90 AHmUmo las dos eolumnas, un nar,
y doce bueyes de bronce que «tabsn
debajo en lugar de basas, que bsbis he-
cho el rey Salomón en la casa de Jé»-
v& : no se podia pesar el metal de todos
estos vasos A.
SI Cuanto Alas columnas, U sltnia de
la una columna era de diez y ocho co-
dos, y un hilo de doce codos la rodeslis';
y su grueso era de cuatro dedos, y huecs.
SS Y el capitel de bronce que isUs
sobre ella, era de altura de cinco codos', **^'
con una red y granadas en el capitel al
rededor, todo de bronce: y lo miimo
era lo de la segunda columna coa nt
granadas.
88 Habla noventa y seis gianadss en
cada orden : todas ellas eran ciento w-
bre la red al rededor.
84 Tomó también el capitán de te
guardia A Seraías, principal lacerdoie,
7 á Bophonías', segundo sacerdote, 7
tres guardas del atrio.
85 Y de la ciudad tomó un eunuco, qne
era capitán sobre los hombres de gncRS,
y siete hombres de los continuos del
rey, que se hallaron en la ciudad; j si
principal seeretario de la milicia, que
revistaba el pueblo de la tierra pan U
guerra, y sesenta hombres del vulgo dd
pais que se hallaron dentro de Is ein-
dad.
86 Tomólos pues Nabuzardan, eapitn
de la guardia, y llevólas al rey de Babi-
lonia A Ribla.
87 Y el rey de Babilonia los hirió, 7 1«
mató en Ribla, en tierra de Hamath.
Asi fué JudA trasportado de su tiena".
88 Este es el pueblo «rae Nabooodo-
nosor hizo trasportan*: En el afio lep-
timo, tres mil veinte y tres Judíos :
89 En el alio diez y ocho hiso Nábu-
codonosor trasportar de Jerusalem ocho-
cientas treinta y dos personas:
30 El año veinte y tres de Nábucodo-
nosor trasportó Nabuzardan, capitán de
la guardia, setecientas cuarenU y dnoo
personas de los Judíos : todas las per-
sonas Jtwrois cuatro mil y seiseientss.
81 Y acaeció que en el aflo treinta 7
siete de la oautividad de Joachln, rqr
de JudA, en d mes duodécimo, & ioi
veinte y cinco del mes, EvilmeradaOi
rey de Babilonia, en t\ afio primero de
su reinado alxó la cabeza de Joaebln
rey de Judá, y sacólo de la casa de la
cáórcel • ; .
as Y habló con él amigablamente, é
hizo poner su silla sobre las sillas de los
r^es que estaban con éi en Babilonia.
83 Hízole también mudar los vestida
de su prisión, y oomia pan delante de él
siempre^ todos los diaa de su vida.
S4 V continuamente se le daba radoo
Sor el rey de Babilonia, cada con en su
ia por todos loa de su vida, hasU el dia
de su muerte.
íta-
las LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.
CAPITULO I. ¿ rjí^MO ^^¡*^^'^^'¿¿SÍ
Jfíióedka qm a frqftta Jiremta$ pareet Itahtr . ^\, ií7ÍS?J?*ÍS'í!?^l.u« iJunoviadak ;
rara \m» m pmMo iant¿m la oMlJefam di »* «fiora de provincia» es hecha vm
$u Patria, y eipeeiaimeñlt la <f« JeruaaUta, tarla •. , k^ «
y para foe rettmoeiaulc mu p»«arfo« p loe 8 Amargamente Uora en la noenfij
jueto» itUeio* dt XNo*. imploriuem eu «i<m>- sus lagrimas en tu» mejillas: no nene
rieordía, jr si «r rmíabUcidoe. quien quien la ooosiiele de todos n»
•Jfcj*
A.a
dr*
.C.dr.S8aL
LAHSNTACIONES, II.
A. C. dr. ftse.
>B0.S8.M.
hc3B.IS,
Dk9.7,
i.
IKSLIO.
l(r.a.Sl.
IIm.23.3.
Ik9.U.
'b. 17.30.
lio. 8.
•feU.17.
J14.17.
k.í-7.14.
anadón*': todo» ras aulgoa le fUta-
nm, TolviéranMls ennulgoc.
8 Fa<M JndA, á eaun da la aflieeion,
y de la ynndcta de wrvidiuDlMre : día
moid «nfire la» gentes*, y no halló des-
canso: todos sus peiMguldores la al-
cauaiotí entra eatnohturas.
4 Ltas calladas de 8loa tienen luto,
poique no hay qoien venga á las solem-
nidades: todas sus puertas ettam asola-
das, sus sacerdotes gimen, sus Tügenes
afllflMas, y ella tiene amargura.
5 Sus enemigos se han heoho eabesa/,
sus ahorrecedorss fiíeron prosperados;
porque Jéhark la afligid por la multi-
tud de sus rebeliones^ t sus niftos fiíeton
en cautividad delante del enemigo.
« Fuese de la hi)a de 8ion toda su
hermosura : sus piutoipes fueron oomo
«dervos qae no hallan pasto, y anduvi-
eron sin fortaleía delante del persegui-
dor.
7 Jerusaiem, ouando cayd su pueblo
en mano del enemigo, y no hubo quien
le ayudare, cnl6iicw se aeomió de los dias
de su aOtooion, y de sus reNdiones, y de
todas su* cosas deseables que tuvo desde
loe tiempos antiguos : mixuronla los ene-
migos, y escarnecieron de sus sábados.
8 Pecado eometid Jerusaiem; por lo
cual ella ha sido removida: todos los
que la honmban, la han menospreciado,
porque vieron su wicuenaaA; y ella
suspira, y se vuelve atns.
9 Sus inmundicias trttfo en sus fUdas,
no se acordó de su postiimeria : por
tanto ella ha descendido maravillosa-
mente; noj^ene consolador. Mira, oh
Jehova, mi aflicción, porque el enemigo
se ha engrandecido.
lU Extmdió su mano el enemigo á to-
das sus cosas preciosas t y ella ha visto
entrar en su santuario' las gentes, de
las cualeH mandaste que no entrasen en
tu congregación *.
11 Todo su pueblo buseó su pan suspi-
rando; dieron por la oomida todas sus
cosas preciosas para entretener la vida.
Mira, oh Jdiová, y ve, que estoy aba-
tida.
IS No o* aea mo/íMlo á cuantos pasáis
Cir el camino : mirad, y ved si hay do-
r oomo mi dolor que me ha venido^;
£>rque Jehorá roe ha angustiado en et
a de la ira de su furor.
18 Desde lo alto envió fuego en mis
huesos, el cual se ense&oreó : ha exten-
dido "^ red 4 mis pies, tomóme atrás,
pdaoine asolada, y qae siempre tenga
dolor.
14 £1 yugo de mis rebeliones está liga-
do por stt mano ; enlazadas han subido
sobre mi cerviz: ha hecho caer mis
fuerzas ; hame entrwado el Sefior en
manos de donde no podré levantarme.
15 El 8eik>r ha hollado todoa mis fuer-
tes en medio de mí: llamó contra mi
compafUa para quebrantar mis mance-
bos: cotmi lagar «• ha pisado el Sedor á
la virgen hija de Judá.
16 Por esta oausa yo lloro, y mis ojos,
mis ojos fluyen aguas «¡ porque se alejó
de n^ consolador que dé reposo á mi
alma : mis h^os son destruidos, porque
el enemigo prevalaoió.
17 Siou extendió sus manos, no tiene
quien la consuele : Jehová dio manda-
miento contra Jacob que sus enemigos
10 cercasen: Jerusaiem toé en idwmi-
nacion entre ellos.
18 Jehová es Justos; que yo contra su
boca me rebelé. Oid ahora, pueblos to-
dos, y ved mi dolor : mis vírgenes y mis
mancebos frieron en cautiverio.
19 IM voces á mis amadores, ma* dios
me han engafladof : mis sacerdotes y
mis ancianos en la ciudad perecieron
buscando comida pan sí con que entre-
tener su vida.
90 Mira, oh Jehová, que estoy atribu-
lada : mis entraflas rugen, mi corazón
está trastornado en roMlo de mí ¡ por-
que me rebelé desaforadamente: de Al-
era desh^ó el cuchillo, de dentro parece
una muerte ^
81 Oyeron que gemía, v no hay oonso-
lador para mi : todos mu enemigos han
oido mi mal, y se han holgado de que
td lo hiciste. Harás venir el dia que
has enunciado*, y serán como yo.
SS Entre delante de tí toda su maldad,
y haz con ellos como hiciste conmigo
por todas mis rebeliones ' : ]>orque mu-
chos ton mis suspiros, y mi corazón eetá
doloroso.
CAPITULO II.
OoiMnua la endeeka,
i riCttíO obscureció el 8eBor en su
Vj furor á la hija de 8<on, derribó
del cielo á la tierra la hermosura de Is-
rael, y no se acordó del estrado de sus
piés« en el dia de su ira ?
3 Destruyó el Se&or, y no perdonó &:
destruyó en su furor todas las tiendas
de Jacob ; echó por tierra las fortalezas
de la h^a de Judá ; deslustró el reino y
sus principes.
3 Cortó con el fliror de su ira todo el
cuerno de Israel: hizo volver atrás su
diestra delante del enemigo, y encen-
dióse* en Jacob oomo llama de fuego
que ha devorado en contorno.
4 Entesó su arco como enemigo 4; a-
flrmó su mano derecha como adversarlo,
Í' mató toda cosa hermosa á la vista en
a tienda de la h]ja de Sion : derramó
como fuego su enojo.
6 Fué el SelVor como enemigo : destru-
yó á Israel, destruyó todos sus palacios,
disipó sus fortalezas, y multiplicó en la
hija de Judá la tristeza y lamento.
0 Y quitó su tienda oomo chota de un
huerto, destruyó el lugar de su congre-
gación: Jehová ha hecho olvidar en
Sion solemnidades y sábados, y ha des-
echado en el ñiror de su ira rey y sa-
cerdote.
7 Desechó d Sefior su altar, menos-
preció su santuario, ha entregado en
mano del enemigo los muros de sus
E alados : dieron grita en la casa de Je-
ová « como en día de fiesti.
8 Jehová determinó destruir el muro
de la hija de Sion : extendió el cordel/,
no retrajo su mano de destruir : hizo
pues se lamentara el antemuro, y el
muro; fueron destruidos juntamente.
9 Sus puertas fueron echadas por tierra,
destruyó y quebrantó sus cerrojos: su
rey y sus principes ettán entre las g^-
tes 0 : no haT ley : sus profetas tampoco
hallaron visión de Jehová.
10 Sentáronse en tierra, callaron lo*
ancianos de la h^a de Sion*: echaron
polvo sobre sus cabezas*, cifli'ronse de
saeos : las vírgenes de Jerusaiem tuga-
ron sus cabezas á tierra.
11 Mis ojos desfallecieron de lágrimas,
rugieron mis entrañas, mi hígado se
derramó por tierra por el ouebranta-
miento de la hija de mi pueblo, cuando
desfállAsia el nlfio, v el que mamaba, en
las plazas de la ciudad.
19 Decían á sus madres : f Dónde eitá
el trigo y el vino ? Desfaliecian como
heridos en las calles de la ciudad, der-
ramando sus almas en el regazo de sus
madres.
18 i Qué testigo te traeré, ó i quién
f TCT. S.
Jer. 80i 14.
<■Dsa.9S.tS.
BB.7.1&
«Is.U.6,
sto.
Jer.46.ia
yW.U.Sl.
t 8d. 1S7.
7,9.
Jer. fil. 35.
• 1 Cr. 38. 2.
Sal. VXl. 7.
t Jsr.lS.14.
•8aL89.46.
¿ Is. «3. 10.
• BaL 74. 4.
/3Bay.21.
13,14.
«Dea. 28. 86.
«Bey.».
15. y Í5. 7.
AIs.S.26.
• Job 2. la.
A. C dr. 688.
LAMENTACIONES, IIL
i.&dLNl
»J«r.S.8.
J6.81.
J14.14.
ja.it.
7 V. 14. U.
Í8». 8. 9.
I.1S.2.
"•LeT.98.
lS.0te.
I>ra.38.U,
«te.
•8d.8B.43.
S.10,
n.
l'Ctep.4.10.
Dra.S8.58»
J«r. 19^ 9.
fSCr. 88.17.
•'0ÍP.S.4S.
•/«r.6.a5.
(Oí. 9. 13,
18.
• B«l. n. 8.
Jar. 80. 17.
»M.a8.«.
7l«.S.
•Job8a.30.
'J«b7.80.
rU^llL
te haxá wm^Mite, h^a de Jentaalem ?
é A quién te comparaK pan conaolarte,
oh Tullen hQa de Sion ? Parque grande
e» tu quebrantamiento como la mar:
¿ quién te medicinará ?
14 Tus profeta* Tieron para tí ranldad
7 locura A; y no descubrieron tu pecado
para estorbar tu cautiverio, sino que te
predicaron vanas profecías j extravíos.
15 Todos los que pasaban por el cami»
no, batleton las manos sobte tí ; silba-
ron 7 moTleron tus cabezas sobre la hUa
de Jeruaale», diciendo: i Es esta la ciu-
dad que deeian de perfiscta hermosura/,
el goxo de toda la tierra ?
16 Todos tus enemigos abrieron sobre
tí su boca; silbaron, y rechinaron los
dientes, y dUenm : Devoremos, que cier-
to este es el día que esperábamos; lo
hemos hallado, vimoato.
17 Jehová ha hecho lo que tenia deter-
minado, ha cumplido su palabra que él
habla mandado desde tiempo antÍKtio« :
destruyó, 7 no perdonó; y alegro sobre
tí al enemigo», 7 enalteció el cuemo
de tus adversaiios.
18 SI coraxon de dios clamaba al Se-
fior. Oh muro de la h^a de Bion, echa
ligrimas como un arroyo dia y noche;
no descanses, ni cesen las ñiflas de tus
q|os.
10 Levántate, da voces en la noche,
en el principio de las velas: derrama
como agua tu corazón ante la presencia
del Señor ; alza tus mano* á él por la
vida de tus pequefiitos, que desfaueoen
• en la* entradas de toda* las
90 5 Mtara, oh Jehová, y considera á
de hambre
calle*.
" " "" '»J
quien ha* hecho así. ¿ Han de comer
las mti}ere* su flmto/, los pequefUtos de
sus ciMS ? ¿Han de ser muertos en el
tantwurlo dd Sefior d sacerdote 7 d
profSetaí»
91 Niflo* y vi^o* yacían por tíenra en
la* calles : mis vírgóaes 7 mis mancebos
cayeron á cuchillo 9 : mataste en el día
de tu furor, degollaste, no perdonaste r.
98 Has llamado, como á ola de solem-
nidad, mi* temore*' de todas portes ; y
en d dia dd iíiror de Jehová no hubo
qtden escapase ni quedase vivo : los aue
crié y mantuve, mi enemigo los acabo f.
CAPITULO HI.
Protigma JtttmUa$ lamamtomdo—, primen de
««u prapdu trahajo», y deegeüe de toe eo-
«MMf A toda ía eimdad/ i imftora ti
faoor de IHoe contra ta$ taofíiinaeiomia
de mu eaemifoe.
YO eoffun hombre que ve aflicción en
la vara de su enojo.
9 Guióme, y llevóme en tinieblas, mas
no en luz.
8 Ciertamente contra mí volvió 7 re-
volvió su mano todo el día.
4 Hizo envejecer mi carne 7 mi piel ;
qudtrantó mis huesos •.
fi Edificó contra mí, 7 oercóm* de tó-
sigo 7 de trabajo.
6 Asentóme en obscuridades oomo loa
7a muerto* de mucho tiempo k.
7 Cercóme por todo* lado*, 7 no puedo
*alir : agravó mi* grillo*.
8 Aun cuando clamé, 7 di voee*, cerró
lo* oUoe á mi oración «.
O Cercó mi* camino* oon piedra tufa-
da; torció mi* senderos.
10 Como oto que acecha fué para mí,
como león en escondr^os.
11 Tordo mi* caminos, 7 despedazó-
me : tomóme aaolado.
19 Su arco entesó, 7 pUsome como
blanco ala saeta ^
18 Hizo entrar en mis rilkme* las
tas de «a aljaba.
14 Fui escarnio á todo mi pueU», en-
don de ello*« todo* lo* dia*.
15 Hartóme de amargura*, cmbria|6-
me de i^Jenio*.
16 Ooebrome lo* dientes con ean^io;
cubrióme de ceniza.
17 Y mi alma se a^)ó de lapas; «Ivl-
déme dd bien.
18 Y dije: Pendo mi üKtalen, y ni
esperanza de Jehová.
10 Acuérdate de mi afliodon, y de mi
abatimiento ; del ajenjo/, y de la hld.
90 Tendíalo aun en memoria nd slnsí
porque en mi está humillada.
81 Esto empero ndndré á mi conioa,
por lo cual esperará :
83 Som misericordias de Jdiová qnc
no somos consumidos; porque mucs
decayeron sus misericordias.
93 Nuevas «m oada mafiana: gnad*
es tu fidelidad.
94 Mi parte ee Jehová, dijo mi alma;
por tanto en él esperaré y.
95 Bueno es Jcmová á los que en él
esperan A, al alma que lo boicáre.
96 Bueno es esperar calland* ai Is
salud de Jehová.
97 Bueno es d hombn, si Ueváie el
yugo desde su mocedad.
58 Sentaráse ado •', 7 odiará, porqae
io llevó aobn sí.
89 Pondrá *u boca en d pdvo, por ú
quizá hay espenniá.
80 Dará la mqfilla d que le hiitae*;
hartaráte de afrenta.
81 Poiuue d Sefior no deséchala pan
dempn*:
88 Antes d afligien, tamben le com-
padecerá según u multitud de ms nd
serioordias.
83 Porque no «fiige ni ooogida de m
conzon •» á los h^o* de los hombre*.
84 Desmenuzar ba)o de sus pies todiM
los encarcelados de la tlam,
85 Hacer apartar el derecho dd bom-
bn ante la presencia del Altísimo,
86 Trastornar al hombn en lu canta,
d Sefior no lo sabe.
87 ¿ Quién eerá aqud que din, q«*
vino oleo que d Sefior no mando ?
88 (! De la boea dd Altkimo" ao ad-
dxá mdo ni bueno ?
89 ¿ Por qué pue» mnxmun d bombie
viviente, el hombn en su pecado* ?
40 Escudrlfiemos nuestros caminos/,
7 busquemos, y vdvámonos á Jehová.
41 Levantemos nuestros oorasonm oon
las manos á Dios en los délos.
48 Nosotros nos hemos nbdado, y
fuimos dedeales : por tonto td no per-
donaste.
48 Desplegaste la in, y nos pancgdi-
te; mataste, no perdonaste f.
44 Te cubriste de nube, poequc no pa-
sase la oradon «nesfra.
45 Raednn y abominadonr nos w-
naste en medio de loa pueblos.
46 Todos nuestros enemigo* abncn»
tobn nosotros su boea«. ,
47 Temor y lazo toé pan nosotmt'»
asolamiento 7 quebrantamiento.
48 Ríos de aguas ceban mis cgos pir
d quebrantamiento de la h^a da mi
pueblo*.
40 Mis ojos destUaa, 7 no oeían; per-
qué no hay alivio,
50 Hasta que Jdiová min 7 vea dMde
los cielo**.
51 Mh qjca oontristann mi alma p«
toda* la* ^a* de nd dudad.
59 Mi* enemigo* me dhron can» oomo
á ave, sin porqué.
58 Atann mi vida en mamona, y
pusieron pledn sotaemL
«4 Aguas de
•wr.O.
MSO.ft
/Js.iUb
i.adr.SM.
LAMEirrACIONlS, IV, y.
A.C(.«lr.MB.
4.a.
fJu.SL».
•M».17.
*BnLtt.M.
«te.
ÍT.
M. 19l 9.
ii.ft.ia
/te. a. 14.
ni eidiaia«: 70 d^ «nlteMf, muarlo
•oy.
55 InToqné tn nemlm, oh Jebová,
daade ta cáred firafniMU.
M Ótete nal Toi ; no cMondu ta oído 4
mi elwBor, pvn mi ictpiív.
07 Aoareiatclo el día que te invoqué:
ste. No «nuM.
Abogaste, Sellor, la oauaa de mi
alma j* ; rcdlrntete mi vida.
89 Tú haa -rlito, oh JdMvá, mi agrá*
vio ; defiende ni cama.
OD Td haa «lato toda w venMnm, to-
dos aut penaamlentoa oontia nu.
01 Td naa oido el oprobio de dloa, oh
Jelsovi^ todaí am manninarliwiai oon-
trami;
dS Loa dlohoa de loi oue eontra mf te
lerantaron, j wa designio contra mi to-
do ddia.
dS 8a isiüaiM, y su lerantane mba :
70 19 ao oanekm.
04 Déles ri pago, oh Jehová, aegmi la
obni de sai manos.
05 Dales ansia de eoraion, tn maldi«
«don á ellos.
00 Persígnelos en tn ftiror, 7 qnébrin-
taloa de deb^fo de los olelos, oh Jehová.
OIra
CAPITULO
la
IV.
d Mreo. OoMMMia «rf
de libertad, y
la «MMri
dmmUu
CÓ Bf O se ha obsonxceido el om, eóaio
el buen 010 se ha demudado ?
del santnaiio están
por laa enoraeUadaa de todas las'ealles.
9 Los h^s de Skm preciados, y esti-
mados mas qoe el oro ptixo, i como son
tañidos por Tasas de baño, obra de ma-
noa de aifioero t
S Aim les monsimes marinos sacan
la tota, « dan de mamar 4 sos chiquitos :
la Itya oe mi pudblo m aniel, como los
aToatmeea* en el desierto.
4 La lengna del nilk» de teta de sed te
pe^d á su paladar: los diiquitos pidi-
eron pan, y no hubo quien se lo par-
5 Loa que comían delicadamente, aao-
ladoa fueron en las calles: los que se
erburon en carmesí, abrazaron los estl-
droolcs.
O Y anmentiSse la iniquidad de la l^Ja
de mi pueblo mas que el pecado de So-
doma, que fué trastomaoa en un mo-
ito«, y no asentaron sohce ella oom-
7 Sus Nasarenos' Aieron blancos mas
que la nieve, mas lustrosos que la leche :
su compostura roaa rubiemida que los
ruhies, mas btíios que el saOro.
8 Oscura mas que la negrura es ahora
iaisrma deeUosi no los conocen por las
oaHes : su pM está pq[ada á sus hussm,
seca oomo un palo.
9 M aa dlchoMS fueron los muertos á
enehiUo que kw muertes d^ hambre:
porque estos muilemn poco á poco por
Jtíta d» los firutos de la uerra.
10 Laa manos de las mn^Jeres piadosas
cocieron 4 sus hijos* > fuésonles comida
en el quebrantamianto de la 14}a de mi
pueblo.
11 Cumplió Jéhová BU enojo : derramó
el ardor de su ira, y encendió fu«go en
ñon, que consumió sus ftindamientos/.
U Nunca los reyes de la tiem, ni to-
dos los que habitan el mundo, creyeron
que el enemigo y el adversario cntrftra
per las puertas de Jerusalam.
18 Por los pecados de sus profetas, por
de eos sacerdotes y, daña-
marón en medio de día la sangre de les
14 Tltubeenm emmo ciegos en las ca-
lles, fueron contaminados en sangre, de
modo que no pudiesen tocar 4 sus ves-
tIdurasA.
Ifi Apartaos, Inmundos, les gritaban,
apartaos, auartács, no toquéis. Cuando
huyeron y fueron dispersos, dijeron en-
tre las gantes: Nunca mas morarán
aUL
10 La ira de Jehová los apartó, no los
mlrarft mas : no respetáronla fl» de los
sacerdotes, ni tuvieron compasión de loa
vi^os.
17 Aun nos han desfallecido nnestrea
qjos tras nuestro vano socoro : en nu-
estra enperansa aguardamos gante fu»
no puede salvar.
18 Calaron nuestras paaos, que no an-
duviésemos por nuestrw callas : aeeroóse
nuestro fin, cumpUénmse nuestros dias,
porque nuestro fin vino *'.
19 Ligeros ftieron nuestros peraegui-
dorm mas que las águilas del ddoA:
sobre ios montes nos persiguieron, en el
desierto nos pusieron emboscadas.
90 Bl rssueUo de nuestras narices, d
un^do de Jdwvá, de quien hablamos
dicho, A su somlun temblemos vida en-
tre las gentes, tvA preso en sus hoyos'.
SI Ooute y alégrate, h^a de Edom,
la que habitas en tierra de Hus<* ; aun
hasta ti pasará el calis: embriagarte has,
y vomitarás.
99 Cumplido es tu castigo^ oh h^a de
Skm • ; nunca mas te hará trasportar.
Visitará tu iniquidad, oh h^a de Edom:
deacttbilrá tus pecados*.
CAPITULO V.
Oraeitn M frcfMOf «n «m rwffeadg mt
mntaio Ja eaissiiitail A m ymMo, W*a»
tiremmttamtioM di m atnidunAr*, JM* á
3M&9 fw rvMHviw Mi yetoiv * m F**'
ACUÉRDATE, oh Jehová, de lo que
. nos ha sucedido : ve y mbra nuaetro
oprobio *.
8 Nuestra heredad se ha vuelto á ex-
tralkM, nuestrw casas k fiíraaterosb.
8 Huéribnos somos sin padre, nuestras
madres como viudas.
4 Nuestra agua bebemos por dinero ;
nuestm lefia por prado compramos.
6 Persecución padecemos sobre nuestra
oervís: nos cansamos, y no hay para
nosotros reposo.
8 Al Egipcio y al Asirlo dimos la ma-
no, para saciamos de pan.
7 Nuestros padres pecaron, y son mu-
ertos ; y nosotros llevamos sus castigos.
8 Serves se enseftorearon de nosotros ;
no hubo quien de su mano not li-
brase.
9 Con feUgro it nuestras vidas traí-
amos nuestro pan ddante del oui^dllo
dd desierto.
10 Nuestra piel se eunmedó oomo un
homo á causa dd ardor áA hambre.
11 Violaron á las mv^c** ■> Sion, 4
las vbgenes en las dudades de Judá.
19 A los príndpes colgaren oon su
mano; no respetaron d natío de los
viejos*.
18 Llevaron los mocos á moler> y los
muchachos desfbllederon en la lefia.
14 Los ándanos cesaron de la puerta,
los mancebos fie sus oandones.
16 Cesó d goso de nuestro corazón;
nuestro corro se tomó en luto.
18 Cayó la corona de nuestra oabeía :
{ Ay ahora de nosotros ! porque peca-
moa.
17 Por este fM entrlstaddo
AM.ttk18.
fls.7.S.8A
tDm.».«.
Jsr.4U.
IJsr.B.8,9.
«jobLL
•BaLW.r.
•8aL 89.00.
6L
«BaLTIil.
•Is.ff.C
A.C.clr.6M.
BZEaUUSL, I» IL
i.CLclt.S
4B«l.lttU
H*b. L 13.
A. a
cteOBC
•Okp.S.U,
28.
h Ap. 1». U.
•SBn.M.
1S,1¿.
4 1 &BJ. 18.
aBaj.8.U.
« Ap. 1. U.
/Ap.4.e,
•te.
f Oftp. 10. 8,
•te.
AUCSL
coraxon, por ctto te attenebrcdcnm nn-
CttioK ojot:
18 Por d monte de Sioa, que etti aao-
lado ; torras andan en él.
10 Mas tü, Jehovi, permanecet&a para
•icmpre': tu trono, de generación en
flSKICTSOlOll*
20 ¿ Por qué te olvldacáa para siempre
de noaotroa ? tpor qvé nos ditjaii* pw
laiKoadias ?
SI Vnélvcnoa, oh Jehov&, & tí , y M*
Tol verómoa « : renuera nuestro» diís oo>
mo al principio.
8S Porque repeliendo nos has deicehs-
do; te has aixaído contra nosotros a gnu
manera.
•Je.&.ll.
LIBRO DEL PROFETA EZEQXJIEL.
CAPITULO I.
EaeiptM dedara el Htmpo « íugar «i qtu
imvo 9Mont$ frofUitoMf la dtlot euabro
cnimalu, de üu r»uda$, y (U trono, eomo
tamUen <M ftrionaft tentado tohn íl, y
rodeado df>Wpo.
Y FUÉ fite 4 los treinta a&os, en el
me» cuarto, 4 cinco del mes, es-
tando yo en medio de ios trasportados
Junto al rio de Chebara, los cielos se
abrieron k> y vi Tisioncs de Dios.
B A los cmoo del mes, que iiié en el
Juinto afio de la transmigración del xey
oachln«,
8 Fué palabra de Jehovi á Ezequiel
sacerdote, hUo de Buxi, en la tierra de
los Caldeos junto al rio de Chebar ; y
taé allí sobre él la mano de Jchová'.
4 5 Y miré, y hé aqui un Tiento tem-
pestuoso Tenia del Aquilón, y una gran
nube, oon un ftaego fue venta roTolTi-
endose ; y en derredor suyo un resplan-
dor, y en medio del ñi^go una cosa que
paréela como de 4mbar«.
6 T en medio de ella «eMta mía figura
de cuatro animales/. T este era su pa-
recer : AoMa en eUoa sem^anxa de hom-
bre».
6 T cada uno tenia cuatro rostros, y
cuatro alas.
7 Y los pies de dios eran derechos,
7 la planta de sus piéa como la planta
de pie de becerro : y centelleaban a ma-
nera de bronce muy brufVido.
8 T deh^o de sus alas, á sus cuatro
lados, tenían manos de hombre ; y sus
rostros y sus alas por los cuatro ladea.
0 Oon las alas se Juntaban el uno al
otro. No se TolTian cuando andaban;
cada uno caminaba en derecho de su
rostro.
10 Y la figura de sus rostros era ros-
tros de hombre y rostros de león A la
Crte derecha en todo» cuatro: y 4 la
luieida, rostros de bocgr en todo» cu-
atro: asimismo habla en todo» cuatro
rostros de 4guila.
11 Tale» eran sus rostros. T nenian sus
alas extendidas por enoima, cada uno
dos, las cuales se juntaban ¡ y las otras
dos oubrian sus cuerpos K
15 Y cada uno caminaba en derecho
de su rostro : h4cia donde el Espíritu
era que anduTiesen, andaban: cuando
andaban, no se ToMan.
13 Cuanto 4 la semejanza de los ani-
males, su parecer era como de carbones
de ftiego encendidos, como parecer d«
hachas encendida»: el /i*ego discurría
entre los animales, y el resplandor del
^«Ko ; y del ftieso sallan relámpagos.
14 T los animaSes oonlan y tomaban 4
semejanza de rel4mpagos,
Ifi Y estando yo mirando les animales,
hé aqui una rueda en la tierra Junto á
los animales, 4 sus cuatro caras.
16 Y el parecer de las ruedas y su obra
sem^álMse al color del topacio. Y toda»
cuatro tenian una misma soncjanaa : su
apariencia y su obra oomo es una nuda
en medio de otra rueda.
17 Cuando andaban, se moTian sobre
sus cuatro costados: no se TolTian ca-
ando andaban.
18 Y sus costillas eran altas, y espan-
tosas, y llenas de ojos al lededor en i^te
cuatro.
19 Y cuando los animales andaban, las
ruedas andaban Junto 4 ellos : t cuando
los animales se leTantaban de la tienra,
las ruedas se leTantaban.
80 H4oia donde el Espíritu era que
anduTiesen, andaban : hacia donde era
el Espíritu que anduTiesen, las laedss
también se leTanteban tras ellos; por-
que el espíritu de los animales estaba
en las ruedas.
91 Cuando ellos andaban, andaban
ella» ; y cuando ellos se paraban, le pa-
raban ella» : asimismo cuando se leraa-
tabón de la tierra, las ruedas se levan-
tabón tras ellos ; porque el espirita de
los animales estaba en les ruedas.
85 Y sobre las cabezas de cada anlnial
parecía una expanden 4 manera de citi-
tal maraTilloso, extendido encima sobre
sus cabezas.
£8 Y debajo de la expansión estotea las
alas de ellos derechas la una 4 la otra ;
4 cada uno dos, y otras dos oon que te
cubrían sus cuerpee.
84 Y oí el sonido de sos alas, cuando
andaban, oomo sonido de moehas sgn-
as', como la tox del Omnlpoicnte*: Is
Toz de la palabra era como la toz de un
ejército'. Cuando se paraban, añejaban
sus alas.
86 Y cuando se paraban, y aflojaban
sos alas, oíase toz de arriba de la ex*
pensión que ikeUa sobre sus cabezos.
98 T sobre la expansión quq hahim so-
bre sus oabezaa, veioee la figura de na
trono que parecía de niedra de zafiro*:
y sobre la figura del trono JhoMa una
semejanza que paxecla de hombre sen-
tado sobre (¡L.
97 Y Ti una cosa que paieda eomo de
4mbar, oomo apazieocia de ftiefo dentro
de ella en oontomo : por el aspecto de
sus lomos pora arriba, y desde sus lomoa
para ab^)o, tí que poivcia eomo fiíegoi
y que tei^ resplandior al rededor.
98 Cual parece el aroo del cldo qoc
est4 en las nubes el dia que lluere, an
era el parecer del rcsplaDdor al rededor.
Esta/M la Tlsion de la sem^enza de Is
É loria de JeboT4 «. Y lu«go que yo is
ube Tisto, caí sobre mi rostro*, y «
TOZ de uno que hablaba.
CAPITULO IL
Xeeamd e* tUrmado d» Dio», d»ad» afmit»
VMt'on da »H ifiaria, para dutnmtiar d ¡»»
de «u pnMo nuevoe eatamidadm, prteie^
eudoU no temiree jmt la rebdd» dfyiif(<is
qne en eUo* hattaria.
Y DI JOME: Hijo del hombre, está
sobre tus pies, y hablaré oontigD.
9 Y entró es|iírito en mí Itt^goqM ■>
A. a
dr-M
LCdr.SW.
EZEQÜIfiL, III, IV.
A. G. dr. IM,
■ ti.
iíSiíS:
hibló, 7 afinuóme Mlnre mia piét» 7 of
al irae me hablaba. .
8 Y dtíome: HUo dd hombre, 70 te
envió á KM hijo* de Itrad, á gentes !«•
bddes que k rebelaron oontra mi : elloe
7 sus padiM ae han rebdador* contra mi
hasta este mismo día.
4 Yo pues te envión á hijos d« duro
msbo, 7 de emnedemido oonuon ; 7 les
dirás : Asi ha dicho d Sefior Jehová.
6 Por si aoaao elios escuchan, 7 por si
se ootttknen ; porque son una rebelde
familia : maa oonocerin que hubo pro-
feta entre dios.
6 Y td, hijo dd hombre, no temas de
ellos c, ni tengas miedo de sus palabras,
aunque te halias entre sarzaa 7 espinas',
7 tii moras eon abrojos : no tengas mie>
do de sus pdabras, ni temas delante de
dlos,'porqtte son casa rebelde.
7 líes hablarás pues mis palabras, por
si escuchan, 7 se reprimen ; porque son
rebeldes.
8 Mas ttf , hUo del hombre, <^ lo que
70 te hablo : No seas tü rsbelde como la
casa rebelde : abre tu boca, 7 come lo
que 70 te do7 «.
9 Y miré, 7 hé aquí una mano/ me
fué enviada, 7 en ella habia un libro
envuelto 0:
10 Y extendiólo delante de raí, 7 es-
taba escrito delante 7 detrás: 7 habla
escritas en éi endechas, 7 lamentadon,
7 a7eB.
CAPITULO III.
Ae^eM coms el Ubro qtu U dio tí Mlor, y
fiMda tt«mo (f« «olor para namukr A J«-
nd, del cual m «• etmdütudo etiMntla.
8e U aaar«ee muevammte la gloria del fle-
ioTi A cual le manda qtu m «neterre ea
coea, y «q kaiUt ka$ta te^unda tfrden.
YDÍ JOME : Hijo del hombre, oome
lo que hallares; come este envol-
torios, 7 ve 7 haUa á la casa de Israel.
2 Y abrí mi boca, é hiaome comer
aquel envoltorio.
5 Y díjome : HUo del hombre, has á
tu vientre que coma, é hinche tus en-
frailas de este envoltorio que 70 te do7.
Y comUo, 7 faé en mi boca dulce como
miel».
4 DQome luego : H^o del hombre, ve,
7 entra & la casa de Israel, 7 habla &
ellos con mis palabras.
6 Porque no eres enviado á pueblo de
habla profunda, ni de lengua difidl,
tino & la casa de Israel.
6 No á muchos pueblos de profunda
habla, ni de lengua difícil, oU7as ipala-
bras no entiendas: 7 d 4 ellos te envi&ra,
ellos te 07eiBn e.
7 Mas /m de la casa de Israel no te
Íuertin oir, porque no me quieren oír
nú*: poráue toda la casa de Israel
son tiesos de firente, 7 duros de ooraxon.
8 Hé aquí he hecho 70 tu rostro fuerte
eontra los rostros de ellos, 7 tu frente
fuerte contra su ftente.
9 Gomo diamante, mas fuerte que pe-
dernal he hecho tu ñrente*: no los te-
mas, ni tengas miedo delante de ellos,
pevqne es casa rebelde.
10 Y dijome : Hijo del hombre, toma
en tu corazón todas mis palabras que 70
te hdklaré, 7 oye con tus oidos :
11 Y ve, 7 entra & los trasportados, á
los hijos de tu pueblo, 7 les hablarás, 7
les dirás. Asi ha dicho el Sefior Jebová ;
por si atienden 7 se semimen.
18 Y levantóme/ el jBspfritn, 7 oí de-
trás de mí una voz de grande estruendo
Cf dttia: Bendita tea la ^ria de Je-
ta desde su lugar.
18 (H también el sonido de las alas de
los animales que se juntaban la una con
la otra, 7 el sonido de las ruedas de-
lante de ellos, 7 sonido de grande es-
truendo.
14 Levantóme; pues d Espíritu, 7 me
tomó ; 7 fiíéme amargo con el descon-
tento de mt espíritu : mas la mano de
Jehová era ftierte tahn mí A.
15 Y vine 4 los trasportados en The-
labib, (fue moraban Junto al rio de
Ghebar •, 7 asenté donde ellos estaban
asentados»; 7 alli permanecí déte días
atónito entre ellos.
16 5 Y aconteció que al cabo de los
siete días fkié 4 mí palabra de Jehová,
didendo :
17 H^io del hombre, 70 te he puesto
por atdaya^ 4 la casa de Israel. Oirás
pues tü la pdabra de mi boca, 7 amo-
nestarlos has dé mi parte.
18 Cuando 70 dijere d Impío, Be ci-
erto moriría; 7 ttl no lo amonestares,
ni le hablares, para que el impío sea
apercibido de su nud camino, 4 íin de
que viva, el Impío morli4 por su mal-
dad, mas su sangre demandaré de tu
manoM.
19 Y si tü amonestares al impío, 7 él
no se convirtiere de su imiriedad, 7 de
su nul camino, él morirá por su maldad,
7 tü habrás librado tu dma ".
90 Y cuando el Justo se apartare de su
Justicia*, é hiciere maldad, 7 pusiere 70
tropiezo delante de él, él morirá, por-
que tü no lo amonestaste : en su pecado
morlr4, 7 sus Jnstidas que habia hecho
no vendrán en memoria ; mas su sangre
demandaré de tu mano.
81 Y d al justo amonestares, para que
el justo no peque, 7 no pecare, de cierto
vivirá, poR|ue (taé amonestado; 7 tü
habrás libraao tu draa.
89 5 Y Alé allí la mano de Jehová so-
bre mí;>, 7 d^me : LevánUte, 7 sd al
campo, 7 allí hablaré contigo.
83 Y levantóme, 7 salí al campo; 7
hé aquí que allí estaba la gloria de Je-
hov4, como la gloria que habia visto
Junto al rio de Ohebarf : 7 caí sobre
mi rostro r.
84 Entónoes entró espíritu en mí, 7
afirmóme sobre mis ples«. 7 hablóme,
7 diyome: Entra, 7 enciérrate dentro
de tu casa.
25 Y tü, oh h^o del hombre, hé aquí
que pondrán sobre tí cuerdas *, 7 con
ellas te ligarán, 7 no sddrás entre ellos.
96 Y haré se pegue tu lengua á tu pa-
ladar, 7 estarás mudoH, 7 no serás 4
ellos varón que reprende; porque son
casa rebelde.
87 Mas cuando 70 te hubiere hablado,
abriré tu boca, 7 les dirás : Así ha di-
cho el Señor Jehová : El que o7e, oiga ;
7 el que cesa, cese': porque casa re-
bdde son.
CAPITULO IV.
ifanda el ScAor á Stequiá que repreeenh ti
sitio de Jenualem, y tui etuamidades Mn<-
dera», por medio de derla» teKcAee.
Y TÚ, h^o del hombre, tómate un
adolie, 7 ponió delante de tí, 7 di-
se&a sobre él la dudad de Jerusalem :
8 Y pondr4s contra ella cerco, 7 edi-
ficarás contra ella fortaleza, 7 sacarás
oontra ella baluarte, 7 asentarás delante
de ella campo, 7 pondrás eontra ella ba-
tidores d rededor.
8 Tómate tamUen una plancha de hi-
erro, 7 ponía en lugar de muro de
hierro entre tí 7 la ciudad: afirmarás
luego tu rostro contra ella, 7 será en
Iiuar de cerco, 7 la dtiarás. Es sefid
4 la casa de Israel •.
4 Y tü dormiráis sobre tu lado izqui-
f ver. U.
ASBej.S.
18.
i Oap^ 1. 1.
ft8d.l37.I.
< Cap. 81 7.
18.68.8.
▼ 56.10.
Jar. & 17.
Os. 9. 8.
"• Cap 88.6.
«Hecb-aa
'26.
•Cap. 18. M.
y as. 18, 18.
f Cap. 1. 8.
9 Cap. 1. 4,
eta
'Cap 1.88.
• Gap. 2. 2.
< Cap 4. 8.
•Cap 21.27.
' Cap 2. 6.
o Cap. 12. 6,
11.
8 Bey. 85. 1,
eto.
A. C. dr. 5M.
EZEQUIBL, V, TL
£LG.ét.m.\
» Ka. 14. 84.
idMd* trs,
IBey. IS.
SO.
kattat».
SBay.aSwL
aCr.S4.5.7.
htuta 68»,
SB«7.a6.1.
'Oik9.S.
«Heeh.10.
14.
/Den. 14. S.
It.Sfi.4.
' Cftpu & 16L
Lili».
>T.a6.31
M.10S.1S.
I1.&1.
<Pftp.94.28.
•iB.7.aoL
'«r*-'
«do, y pondxit lobre A la maldad de
la casa de Israel : el ndmero de loa dlaa
r dormirle lobre él, IteTará* la mal-
de ellos.
A Yo te he dado los alios de su maldad
por el número de los dlas^, trescientos
j noventa dias| : ▼ UevarAs «obre tí la
maldad de la oasa de Israel.
6 T cumplidos estos, dormirás sotwe
tu lado derecho s^unda Tez, j llevarás
«ofrre H la maldad de la casa de Judá
cuarenta t dias: dia por ailo, día por
año te lo he dado.
7 Y V al ceroo de Jerusalem afirmarás
tu rostro, j descubierto tu braao, peo.
fetisaráa contra ella.
8 Y h¿ aquí he puesto sobree tí cu.
erdas, y no te tomarás del un tu lado al
otro lado, hasta que hayas cumplido los
dias de tu cerco.
0 Y tti toma para ti trigo, y cebada,
y babas, y lentejas, y mijo, y avena, y
ponió en una vasija: y hazte pan de
dio el numero de los dias que durmieres
sobre tu lado: trescientos y nevenU
dias comerás de ¿I.
10 T la comida que has de comer wr4
por peso de veinte sidos al dia : de ti*
empo á tiempo lo oomeiás.
11 Y beberás d agua por medida, la
sezU parte de un hin : de tiempo á ti-
empo beberás.
19 Y comerás pan de cebada cocido
dabaio de la ceniza ; y lo cocerás á vista
de ellos con los estiércoles que salen
del hombre.
18 Y dUo Jehovft: Así oomeiáa los
hijos de ítnti su pan inmundo 4 ontre
las gentes, á donde los lanzaré yo.
U Y d^: |Ah, SeOor Jehová! Hé
aquí que mi alma no es inmunda», ni
nunca desde mi mocedad hasta este ti.
«amo comí cosa mortecina ni despeda*,
lada, ni nunca en mi boca entró carne
Inmunda/.
16 T respondióme: Hé aquí te doy
estiércoles de bueyes en lugar de los es-
tiéreoles de hombre, y dispondrás tu
pan con ellos.
10 Díjome luego : HQo dd hombre, hé
aquí quebrantaré el sosten del panf en
Jerusalem, y oomerán d pan por peso,
y con angustia ; y beberán d agua por
medida, y con espanto A.
17 Porque les ialtará el pan y d agua,
y se espantarán los unos con los otros, y
M consumirán por su maldad •'.
CAPITULO V.
JToiMla IKm at vnfftta qne m rape á iuuk^
la eaksa y ta Wbo, y «w dt Im imIm kofa
(re« partu, la una d$ la» ckoIm qmtmií, la
vira pímu con «n euchiUo, « la otra «tkt
al vitólo, en «embolo d« la» aiver$a» cala-
mtíaiii qiu vendriaa tobrtlot d* $u podio,
YTtJ, hUo del homhrí, tómate un
cuchillo agudo, una navaja* de
barbero toma, y hazla posar sobre tu
cabeza y tu barba: tómate después un
peso de balanzas, y reparte loa pdot.
S La teroera parte quemarán con ftiego
en medio de la ciudad, cuando se cum>
plicicn los dias dd oetoo6: y tomarás la
aira tercera parte, y herirás con cuchillo
al rededor de ella : y la oéra tersen porte
esparcirás al viento, y yo desenvainaré
espada en pos de ellos.
8 Tomaras también de allí unos pocos
por euenta, y los atarás en d oonto de
tu roña.
4 Y tomarás otra vez de ellos, y los
echarás en mitad dd ftieRo, y en d
fliego los quemarás t de lUli sddrá d
Alego en toia la casa de Israel.
ft Aií ha dieho d Seftor Jehová : Rsta
as Jerusalem : plísela en medio de las
gentes y de las tierras al rededor de eUa.
0 Y ella mudó mis Juidos y mia e«-
denanzas en impiedad mea que k» gen-
tes, y mas que las tierras que eatáa al
rededor de día : porque deseehama nsla
Juicios y mis mandamientos, y no anda-
vieron en dios*.
7 Portante así ha dicho Jefaovi: ¿ Por
haberos multiplicado mas que las goitea
que están al rededor de vosotros, no hn-
beis andado en mis mandamieatea» ni
habéis hecho tegwt mis leyes f Ni
según las leyes fie las _
d rededor de vosotros hilids heóho.
8 Así pues ha dioho d Se&or Jehová :
Hé aquí yo oontra tí; sí, yo, y haré
Juicios en medie de tí á los q|os de laa
naciones.
9 Y haré en tí lo que nanea liioé', ni
Jamas hué oosa semejante, á cenan de
todas tus abominadones.
10 Por eso los padres comerán á loa
hOes en medio de tí«, y loa hi}oa oome-
rán á sus padres ; y haré en tí Jnieioa,
espardré á todos vientos/ todo tn i«-
siauo.
11 Por tanto, vivo yo, dice d SeBor
Jdwvá, d por haber tk violado mi aan-
tuorlo' con todas tus oontaminaoionea, y
con todas tus abominaciones, no te que-
brantaré yo también : ni mi ajo perae-
nará, ni tampoco tendeé yo miserioonUa.
18 La teroera parte de tí* morir4 de
pestilencia, y de hambre será oonsomlda
en medio de tí; y la otru tenerm porte
eaeiá 4 ouohillo d rededor de tí ; y á la
otra teroera parte esparciré á todos los
vientes, y tras de ellos desenvainaré es-
pada'.
18 Y eumpllráw mi ftiror, y baré que
repowA en ellos mi eno^o, y tomaré sa-
tisfhoeion : y sabrán que yo Jehevá Ite
hablado en mi zelo, cuando habré oum>
pUdo en ellos mi taoio,
14 Y te tornaré en desierto, y en opre-
liio entre loa gentea que están al rededor
de tí^ loa <4oa de tMo transeúnte:.
18 T serás oprobio, y escarnio, y ea-
caimiento, y espanto á las «entes que
están d rededor de tí, cuando yo IuÍbI-
ere en tí Juiolos en Airor é indiáudon,
V en reprensiones de ira : Yo Jefaová lie
iiablado.
16 Guando arrq)avé yo sobre dke loa
pemldosas saetas del hambre, que serán
para destruodon, las onales enviaré para
destruiros ; entonces aumentaré d ~
bra sobre voaotroa, y quebrantaré
voaotroa d arrime del pan'.
17 Enviaré pues sobre voaotroa ham-
bre, y malas oeatlas que te dcatrajaa :
y pestUenda y sangre pasarán por Üt j
meteré sobre tí oudhlilo. Yo Jchová he
ii am
17.
Dk9.tl
•L0T.1LA
Dn.B.*
Jsr.lLá
U.lft
y4.IA.
rG4.1&
9CI.SL1Í
knt.t
Jar.t-U;
fo4-<-i^
CAPITULO VI.
Beoda IMo» al prtfda la
jmMo, da cual ama á^
m oaaaüHam é Hoaoa r— Mama.
Y FUÉ á mí pdabra de Jehofá di
dendo:
9 Hijo dd hombre, pon tu
loa montea de larael*, y
tra dioa.
8 Y diráa: Montea de larael, dd m.
labra dd Sefior Jehová: Ad ha didw
d Sefior Jdiová á k» mantas, y á loe
eoiladoa, 4 loa arreyoa, y á los «sltaa :
Hé aquí que yo, yo mué
vosotros cuchillo, y destruiré
alUtah.
4 Y vuestros dtares serán asdadea, j
vuestras imágenes dd sd
das i y haré que oi '
ddante de
'Oi^«.l•
»ia*.ai»
A. Cdr. SM.
EZBQTnEL^ vn.
A.C.elr.S94L
*lKe7.18.&
14,1«.
lS«i-7&40.
Is. 4S.M.
Cap. 90l 7.
y9DL «.
LtfT. 2*.».
C»p.XLlt.
Cap-
is.
5 Y ptmdré 1m cuerpos muerto* de hw
h^oB de Israel delante de sus Ídolos ; j
vuestro* huew» espandré en derredor
de Tuettros altare* «.
9 En todas vuestras habitaciones las
ciudades serin desiertas, y los altos se-
rán asolados, para que sean asolados y
se hagan desiertos vuestros altares: y
quebrados serán vuestros Ídolos, y €••
sarán ¡ v vuestras imigenes del sol serán
deataruidas, y vuestras obras serán des-
hechas.
7 Y los muertos caerán en medio de
vosotros, y sabréis que «oy Jehová.
8 Mas d^aré que haya de vosotros qui-
en escape del cuchillo entre las eentes,
cuando fuereis esparcidos por las ti-
Es. 57. 5, 7.
IS.4.1S.
p.5. 11.
1&
0 Y los que de vosotros escaparen, se
acordaián de mi entre las gentes entre
las cuales serán cautivos: porque yo me
quebranta' á causa de su coraion for-
nicario que se apartó de mí, y á causa
de sus ojos, que fornicaron tras sus ído-
los*: y se avergonzarán de sí mismos/,
á oausa de los males que hicieron en
todas BUS abominaciones.
10 Y sabrán que yo «qy Jehová, « qve
no en vano d^e que les habla de haoer
este maL
11 Así ha dicho el Seflor Jehová : Hi-
ere con tu mano', y huella con tu pi^,
Ídl: ¡Ay de los males de la casa de
srael por todas las abominaciones ! por-
que con cuchillo, y con hambre, y con
£. 12, pestilencia caerán A.
12 El que estuviere I^os, morirá de
pestilencia; y el que estuviere cerca,
caerá á cuchillo ; y el que quedare, y
ñaere cercado, morirá de hambre: y
eumpllró en dios mi enojo.
13 x sabréis que yo «oy J^ová, cu-
ando sus muertos estarán en medio de
sos ídolos, en derredor de sus altares,
en todo collado alto, y en todas las cum-
bres de los montes, y deb^o de toda
encina espesa •', y m todo lugar donde
dieron olor suave á todos sus ídolos.
14 Y eztendevá mi mano sobre ellos, y
tomaré la tiena asolada y desierta, mas
que el desierto de hacia Diblath, en to-
nas BUS haUtaolones : y oonocerán que
Yo tay Jehová.
CAPITULO VII.
antigüe rarnihmdo JNos al pro/tta loa pat'
tieMoridadm de la/ntura eaiamidad dé tu
pnMa.
Y FUÉ á mí palabra de Jehová di-
ciendo:
a Y tú, hijo del hombre, así ha dicho
el Señor Jehová á la tierra de luetnA :
SI fin, el fin viene sobre los cuatro can-
tones de la tierra.
8 Ahora será el fin sobre tí, y enviaré
sobre tí mi furor ; y te Juscgará según
tu« caminos, y pondré sobre ti todas tus
abominaciones.
4 Y mi ojo no te perdonará, ni tendré
nxis^i'ioO'día* ; antes pondré sobre ti tus
caminos, y en medio de ti estarán tus
«boxninaciones : y sabréis que yo toy
jétuyfk.
0 A-ii ha dicho «1 Sefior Jehová: Un
raal, hé aquí que viene un mal.
^ Viene el fin, el fin viene : hase des-
pertado contra tí ; hé aquí que viene.
7 I«« mañana viene para tí, oh mora-
dor de la tierra : el tiempo viene, cer-
9 está el dia del alboroto, y no terá
_ _ fie lo* montes.
8 JLtJt'on presto derramaré mi ira sobre
tí, j osxnpllré en tí mi furor : y te jnz-
g^cA •csgiiB tus caminos, y pondré sobre
tí tottat* tus abominaciones.
O Y mi ojo no perdonará, ni tendré
misericordia : según tus caminos pondré
sobre tí, y en mraio de tí serán tus abo-
minaciones ; y sabréis que yo Jehová «y
el que hiero b.
10 Hé aquí el dia, hé aquí que viene :
ha salido la maitena * ; florecido ha la
vara, ha reverdecido la soberbia.
11 La violencia se ha levantado en
vara de impiedad : ninguno tpueiarít de
ello*, ni de su multitud, ni uno de los
suyos ; ni haibrá quien de ellos se la-
mente.
12 El tiempo es venido, aceiwSse el
dia. El que compra, no se huelgue ; y
el que vende, no llore: pwque la ira
uta sobre toda su multitud.
18 Porque el que vende no tomará á
lo vendido <<, aunque queden vivos : por-
que la Vision sobre tmia su muUitua no
será cancelada ; y ningimo podrá, á ca-
usa de su iniquidad, amparar su vida.
14 Tocarán trompeta, y aparejarán to-
das las cosas, y no habrá quien vaya á
la batalla : porque mi ira uHá sobre toda
su multitud.
16 De friera cuchillo, de dentro pesti-
lencia y hambre * : el que ettuviere en el
campo, morirá á cuchillo ; y al que es-
tuviere en la ciudad, consumirálo ham-
hre, y pestilencia.
10 Y los que escaparen de ellos, huirán
y estarán sobre los montes como palo-
mas de los valles, gimiendo todos cada,
uno por su iniquidad.
17 Todas manos serán descoyuntadas»
y declinarán como aguas todas rodillas.
18 Ceñirse han también de sacos/, y
cubrirálos temblor ; y en todo rostro
habrá confiísion, y en todas sus cabezas
peladura.
19 Arrojarán su plata por las callee, y
sa oro será desechado: su plata ni su
oro no podrá librarles en el dia dd fu-
ror de Jehová^ : no saciarán su alma,
ni henchirán sus entraib» ; porque será
calda por su maldad.
SO Por cuanto la gloria de su orna-
mento pusieron en soberbia, é hicieron
en ella imágenes de sus abominaciones,
de sus estatuas ; pm: eso se la tomé á
dios en alejamiento :
91 Y en mano de eztrafios la entregué
para ser saqueada, y en despojo á los
impíos de la tierra ; y la contaminarán.
82 Y apartaré de ellos mi rostro, y
violarán mi Ivgar secreto ; pues entra,
rán en él destruidores, y le («ofanaránk
83 Haz una cadóia t porque la tierra
está llena de juicio de sangres, y la du-
dad está llena de violencia.
84 Traeré por tanto los mas malos de
las naciones, los cuales poseerán sus ca-
sas; y haré cesar la soberbia de los
poderosos, y sus santuarios serán pro-
fanados.
85 Destrucción viene; y bosoarán la
paz, y no la htibrá.
86 Quebrantamiento vendrá A sobre que-
brantamiento, y rumor será sobre ru-
mor : y buscúiMi respuesta del profeta ;
mas la ley perecerá del sacerdote *, y el
consejo de los ancianos.
87 bl rey se enlutará, y el príncipe se
vestirá de asolamiento ; y las manos del
pueblo de la tierra serán conturbadas,
según su camino haré con dios, y con
los juicios de ellos los juzgaré : y sabrán
que yo aoy Jehová.
CAPITULO VIIL
Mn»ilra Diot en vieion eJ freftta (Mwrsas
emerlee d» ahominaliee idokUrfa», qvu m
pueblo eomeUa eu el templo de Jerutedem,
por Uu etudee loe amouaea eon horrible v«i-
»Hio.e.».
• Tsr. 7.
<2Uv.as.io,
18.
« Ka. 1. 90.
/AinM6.10.
9 Pío. U. 4.
Boiik. L 18.
A Jar. 4. 80.
<La.&9.
A. o. oír. SM.
EZEQUiEL, ym, IX, X.
¿.adit.ui.1
h Oftp. 1. s.
7 8.14,22.
37.
^Cftp.1.4.
«Diu&C.
/ 0*^40.2.
9Jer.82.S4.
*Dra.82J6,
21.
•'0*py8.2X,
28.
tB«.1.33.
f Cm. 9. 9.
«•ir78.lL
7M.7.
déiotOrie-
got.
«Oftp. 11.1.
•Dam.4.19.
2B«7.as.6.
11.
Job 8L2B,
S7.
Y ACONTECIÓ en el wzto aik>, en
A «uw lezto, á los clneo del mes,
fiM estaba 70 sentado en mi casa, 7 los
ancianos de Judá estaban sentados de>
lante de mí*, 7 allí ea7Ó sobre mi la
mano del 8e(kn JdtoT¿b.
2 T miré, 7 hé aqui vna semefanxa
que pereda de fuego: desde dondie pa>
recian sus lomos para abi^Of ''"^ fuego « ;
7 desde sus lomos arriba parecía como
im resplandor, como la vista de ám<
biur<
3 T aquella semejanza extendió la ma*
no«, 7 tomóme por las gued<¿as de mi
eabeía ; 7 el Espíritu me alzó entre el
délo 7 la tierra, 7 llevóme en visiones
de Dios/ á Jemsalem, & la entrada de
la puerte de adentro que mira hacia el
Aquilón, donde utaba la halñtadon de
la imagen del zelof, la que hacia ze-
larA.
4 Y hé aquí que allí estaba la gloria
del Dios de Israel, como la visión que
70 habla visto en el camno i.
6 Y díjome: Hijo del hombre, alza
ahora tus ojos hacia el l¿uio del Aqui-
lón. T alce mis ojos hacia el lado del
Aquilón, 7 hó aquí al Aquilón, junto á
la puerta del altar, la imagen del zdo,
en la entrada.
6 DQome entonces : HUo del hombre,
¿ ao ves lo que estos hacen, las grandes
abomlnadones que la casa de Israel hace
aui, para alejarme de mi santuario ?
as vuélvete aun, 7 \tH» idiominaci-
ones ma7ores.
7 Y llevóme á la entrada del atrio, 7
miré, 7 hé aquí kabia en la pared un
agiucro.
8 Y díjome : H^ del hombre, cava
ahora en la pared. T cavé en la pared,
7 hé aqui una puerta.
9 D^me luego : Entra, 7 ve las mal-
vadas abominadones que estos hacen
allí.
10 Entré pues, 7 miré, y hé aqui Imá-
genes de todas serpientes, 7 animales A ;
£1 abominación, 7 todos los ídolos de la
casa de Israel, que estaban pinudos en
la pared al rededor.
11 Y delante de ellos estaban setenta
varones de los ancianos de la casa de
Israel, 7 Jaaxanías hijo de Saphan es-
taba en medio de ellos, cada uno con su
incensario en su mano ; 7 del sahumerio
subia espesura de niebla.
18 Y me d^o : Hijo del hombre, ¿ has
visto las cosas qtie los ancianos de la
casa de Israel hacen en tinieblas, cada
uno en sus cámaras pintadas ? Porque
dicen ellos: No nos ve Jehová'; Je-
hová ha dejado la tierra.
la ^ Díjome después : Vuélvete aun,
veris abominaciones ma7ores, que ha*
cen estos.
14 Y llevóme á la entrada de la paerta
de la casa de Jehová, que está al Aqui-
lón ¡ 7 hé aquí mujeres que estaban alli
sentadas endechando á Thammuz ||.
16 ^ Luego me dgo : ¿ So ves, h^o
del hombre ? Vuélvete aun, verás abo>
minaoiones ma7ores que estas.
10 Y metióme en el atrio d« adentro
de la casa de Jehová : 7 hé aquí junto
á la entrada del templo de Jenová, en-
tre la entrada 7 el altar, como veinte 7
cinco varones "•, sus espaldas meltaa al
templo de Jehová, 7 sus rostros al Ori-
ente, 7 encorvábanse» al nadmiento
del sol.
17 Y dUome: ¿ No has visto, hijo del
hombre ' ¿ Es cosa liviana para la casa
de Judá hacer las abominaciones que
hacen aquí ? Después que han llenado
la tierra de maldad, 7 se tomaron á irri-
tarme, bé aquí que ponen hedor á au
narices.
18 Fues también 70 haré en miñim;
no nerdonará mi ojo, ni tendrá miseii.
corola*: 7 gritarán á mis oídos con gru
voz, 7 no los oiré^.
CAPITULO IX-
JMíwifra 0ÚM al profeta «» la «Umm aMm
HeaiUgo qutiba'áhaeer en h$tíduiiéf-
lolnu, retenmuh A tos pía ee» ogMctsi
provüíeneia.
YOLAMÚ en mis oidos con gta vos
didendo : Los visitadores die Is ciu-
dad han llegado, y eada uno trae m n
mano su instrumento para destruir.
9 Y h¿ aquí que sos varones vedan
del camino de la puerta de arriba qoe
está vuelta al Aquilón, 7 cada uno trata
en su mano su instrumento para des-
truir : 7 entre ellos habla un varan ves-
tido de lienzos*, el cual traía i su
dntuia una escribanía de escribano: 7
entrados, parfcronae Junto al altar de
bronce.
8 Y la glorlab del Dios de Israel te
alzó de sobre d querubín sobre el cual
habla estado, al umbral de la casa; 7
llamó Jdiová al varón vestido de lien-
zos, que tenia á su cintura la escribanís
de eseribuM,
4 Y díjole Jehová : Pasa por medio de
la dudad, por medio de Jemsalem, 7
Eon una seiíale en la finente á los hon-
res que gimen 7 que claman^ á causa
de todas las abominaciones que se hacen
en medio de ella.
6 Y á los otros dijo á mis ddos: Pasad
por la ciudad en pos de él, 7 herid ; no
perdone vuestro ojo, ni tengáis miieii-
cordia :
6 Matad vicios, mozos, 7 vírgenes, ni-
fios, 7 mujeres, hasta que no quede nin-
gano; mas á todo aquel sobre el cual
ubiere seflal, no llegar^*: 7 habdi
de comenzar desde nu santuario. Co-
menzaron pues desde los varones ánd-
anos que estaban delante del templo/.
7 Y dí)oles: Contaminad la casa, 7
henchid los atrios de muertos. Salid. Y
salieron, é hirieron en la dudad.
8 Y aconteció, que habiéndoles herida,
70 quedé, 7 póstreme sobre mi rostro,
7 clamé, 7 dije: jAh, Señor JehovA!
¿ has de destruir todo el resto de Israel
derramando tu furor sobre Jemsalem f
9 Y d^ome : La maldad de la casa de
Israel 7 de Judá es grande sobremanera,
pues la tierra está llena de sangres, 7 la
ciudad llena está de perversidad ; por-
que han dicho ; Dcgado ha Jdiová la
tierra, 7 Jehová no ve'.
10 Au núes 70, mi ojo no pefdonaiá,
ni tendré misericordia * ; el camino de
ellos tomaré sobre su cabeza.
11 Y hé aquí que el varón vestido de
lienzos, que tenia la escribanía á sa da-
tura, respondió una palabra diciendo:
Hecho he conforme á todo lo que me
mandaste.
CAPITULO X.
Par una vMoa tem^amU ila am $$ r^^
«n H eapdulo prímerot Dím ma á «•'^■^
al pri^tta 91M iba d derramar /aefo *cMt
la ciudad, y i abamdonar si tempto.
Y MIRÉ, 7 hé aquí en ta expandoa
que haUa sobre la cabeza de los
querubines como una piedra de zafiro,
que pareda oomo semejanza de un trono
que se mostró sobre ellos.
9 Y habló al varón vestido da Uensos»,
7 dyole ; Entra en medio de las rnedii
debajo de los qucraUnes, é binebe tas
manos de earbonas caoewUdos* de m
rfn.ii
Ilk.tV
.Ap.;.i
U6.
Jer.al
A^it
16.
8«l.i*
■ (>!.».
|.l»OP-'
EZEQUIEL, XL
A.aiM.
tre fc» querubines. ; damma ■obre U
dodad «. Y enttó 4 tísU mU.
8 T 1m quemUiMa citaban á la mano
deracha dé la oaaa cuando ette Yaron
entnS ¡ j him nube henchía el atrio de
adentro.
« Y la ^oria de Jehová w levantó del
querubín' al umbral de la puerta ; 7 la
caM ftié llena de la nube» y el atrio se
IlnA dd resplandor de la gloria de Je-
hoTÍ«.
5 Y el estruendo de las alas de los
querubines/ m ola hasta el atrio de afu-
era, como la TOS del Dios Omnipotente
cuando habla.
6 Y aconteció, que como mandó al
varón Testido de lienxoi, diciendo. To-
ma ftle^ de entre las ruedas, de entre
lot querubines, él entró, j paróíe entre
las ruedas.
7 Y un querubín extendió g bu mano
de entre los querubines al fuego que
enfofta entre los querubines, y tomó, y
pnao en las palmas del que estaba ves-
tido de lienxos; el cual lo tomó, y sa-
UiSse.
8 Y apareció en los querubines la figu-
ra de una mano humana debajo de sus
alasA:
9 Y miré, y h¿ aqui cuatro ruedas Jun-
to á los querubines, junto & cada que-
Tubin una rueda'; y el aspecto de las
ruedas era como el de piedra de Tharsia.
10 Cnanto al parecer de ellas, todaa
cuatro eran de una forma, como si es-
tuviera una en medio de otra.
11 Guando andaban, lohre tus cuatro
costados andaban : nu ae tomaban cu-
ando andaban, sino que ai iusar adonde
ae volvia el primero, en pos de ¿1 iban ;
ni ae tomaban cuando andaban.
12 Y toda tu carne, y sus costillas, y
sus manos, y sus alas, y las ruedas, lleno
titaba todo de ojos al rededor en sus cua-
tro ruedas.
13 A las ruedas, oyéndolo yo, se les
gritaba. Rueda !
14 Y cada uno tenia cuatro rostros A.
El primer rostro era de querubín ' : ei
ssgundo roatro era de hombre: ei ter-
cer rostro, de león : el cuarto rostro, de
águila.
15 Y levantáronse los querubines : es-
tas son los animales que vi en el rio de
Cbebar*.
16 Y cuando andaban los querubines,
andaban las ruedas junto con ellos ; y
cuando los querubines sisaban sus alas,
psra levantarse de la tierra, las ruedas
también no se volvían de Junto & ellos.
17 Guando se paraban ellos, parábanse
éOat; y cuando ellos se alzaban, alza-
banse con ellos, porque el espiritu de
los animales estaba en ellas «.
18 Y la gloria de Jehová se salió de
sobre el umbral de la casa, y paró sobre
los querabines •.
19 Y alzando los querubines sus alas,
levantáronse de la tierra delante de mis
qjos : cuando ellos salieron, también las
niedas uUiero» al lado de ellos: y pa-
láronae á la entrada de la puerta ori-
ental dría casa de Jehová; y la gloria
del Dios de Israel etlaba arriba sobre
dios.
SO Estos erati loa animales que vi de-
bajo del Dios de Israel en el rio de Che-
ber ; y eonod que eran quoubinea.
81 Cada uno tenia cuatro rostros, y
cada uno cuatro alas, y figuras de ma-
nos humanas deb^o de sus alas.
88 Y la figura de sus rostros era la de
Iw rostros que vi Junto al rio de Che-
l>er ; su parecer y su ser : cada uno ca-
minaba en derecho de su rostro.
CAPITULO XI.
Prefdlieaméa Katq^A «« viein» d Im fiw «n
Jtruteitm m búrltíiam de Iw profeefa», y
menoei^rteiaban la» amemata» Se IHoi, «mm
de tOoe cae miterto. Con leí maUvo ttama
•I prívela á Vioe f fiMtM atrüm^endo H
figor de en ira á Im títrladorte, promete so
oSitamle faeoreeer áloe déla eeuUieidad, «
la MfTiad, reetamroeiott, y remoeaeioa Je
em éunereo fmtU». PArtoM la gloria de
Diee de Jenúalem, y «I prqfeta vtMw 4 lot
tra^orladoe, y eutntale» tato lo foe U iko-
hia muetrado el Beior,
Y EL Espíritu me elevó*, y metióme
por la puerta oriental de la casa de
Jehová, la cual mira hacia el Oriente :
y hé aqui en la entrada de la puerta
veinte y cinco varones, entre los cuales
vi b á Jaasanias, h^ de Azur, y 4 Pe-
latiaa, hijo de fienaías, principes del
pueblo.
fl Y d^me : HUo del hombre, estos
son los hombres que maquinan perver-
sidad, y dan en esta ciudad mal consejo.
8 Loa cuales dicen : No eerá tan pres-
to ¡ edifiquemos oasas : esta serA la cal-
dera, y nosotras la carne.
4 Por tanto profetiza contra ellos ; pro-
fetiza, hijo del hombre.
5 Y cayó sobre mi el Espíritu de Je-
hová*, y di jome: Di, Así na dicho Je-
hová: Así habéis hablado, oh casa de
Israel, y las cosaa que suben á vuestro
espíritu, yo las he entendido d.
6 Habéis multiplicado vuestros muer-
tos en esu ciudad, y habéis henchido de
muertos sus calles*.
7 Por tanto así ha dicho el Sefior Je-
hová : Vuestros muertos que habéis pu-
esto en medio de ella, ellos son la came.
y ella es la caldera / : mas yo os sacaré 4
vosotros de en medio de ella.
8 Cuchillo habéis temido, y cuchillo
traeré sobre vosotros, dice el SeiVor Je-
hová.
0 Y os sacaré de en medio de ella, y
os entrwaxé en mano de extraiVos;; y
yo haré Juicios en vosotros.
10 A cuchillo caeréis: en el término
de Israel os juzgaré A ; y sabréis que yo
eoy Jehová.
11 Esta no os sert por caldera, ni vos-
otros seréia en medio de ella la came:
en el término de Israel os tengo de
juzgar;
18 Y sabréis que yo soy Jehová : por-
que no habéis andado en mis ordenan-
zas, ni habéis hecho eegun mis juicios ',
sino según los juicios de las gentes que
están en vuestros alrededores habéis
hecho A.
13 5 ^ aconteció, que estando yo pro-
fetizando, Pelatias, hijo de fienaías,
murió. Entonces caí sobre mi rostro,
y clamé con grande voz, y dije : | Ah,
Señor Jehová ! ¿ harás tú consumación
del reato de Israel I ?
14 Y fHié á mí palabra de Jehová, di-
ciendo:
15 H\io del hombre, tus hermanos, tus
hermanos, loa hombres de tu parentes-
co, y toda la casa de Israel, toda ella;
á quienes dijeron los moradores de Je-
rusalem: Alejaos de Jehová; á nosotros
es dada la tierra en posesión.
16 Por tanto di : Así ha dicho el Señor
Jehová: Aunque los he echado UDos
entre las gentes, y los he esparcido por
las tierraa, con todo eso les seré por un
pequeño santuario en las tierraa adocule
llegaren •••
17 Di por tanto : Así ha dicho el Se-
ñor Jehová : Yo os recogeré de los pue-
blos, y os allegaré de las tierraa en las
cuales estáis esparcidos, y os daré la
tierra de Israel ■*.
•Cap. 8. 8.
* Cap. 8. 18.
•Csp.X&
ifBsl. 189l
2,8.
« Csp. 7. SS.
v».8,4.
SB«y.M.4.
Is. 1. 15.
Jer. 3. 84.
Ot.4. a.
Mi. 8. 9. 8.
/Osp.94JA
'Dea. 38.88.
k Jor. 88. 8.
l Kéh. 9. 34.
t Gap. 8. 8.
ete.
Lev. 18. 8,
eto.
Dea. 12. 80.
81.
Bal. 106. 85.
< Csp. 9. 8.
"Lev. 98.44.
"Csp. 38. 26.
7 84.18.
7 38.34.
Jor. 80. 18.
Amos 9. 14.
Á^CMk
EZEaVIEL, XU, XUI.
icai
2
J>Jer.sa.90.
«Oftn.18.Sl.
SftL&1.10.
•■Zm.7.13.
'Oii>.Uu96.
<J«r.S4.7.
Ot.a.S3.
«OftF.9.10.
722:31.
'OKp.íOM.
VlM.14.4.
■OftpyS.12.
"OlH>.2L7.
«Ofti».2.8.8.
7S- 26,27.
»b.4S.90.
Jtr. A. VL
'Oft^2i.2i.
'Oftit.M.19.
•llftl.1.1.
18 T rendrin aUA, j quitarán de ella
todas tu» torpezas, j todas sus aboni-
naciones*.
19 Y darles he un corazón/», y espíritu
nuevo V daré en sus entrañas: j quitaré
el corazón de piedra r de su carne, y da-
réles corazón de carne',
90 Para que anden en mis ordenanzas,
y guarden mis juicios, y los cumplan ;
y me sean á mi por pueblo, y yo let sea
i ellos por Dios*.
SI Mas á aquellos cuyo corazón anda
tras el deseo de sus torpezas, y de sus
abominaciones, yo tomaré su camino
sobre stu (Mibézáss dloe el Seflor Je-
hOTá.
89 ^ Después alzaron los querubines
sus alas, y las ruedas en pos de ellos : y
la gloria del Dios de Israel éstate sobre
ellos encima'.
Sa Y la gloria de Jehová se fué de en
medio de la ciudad, y paró sobre el
monte que está al Oriente de la ciu-
dady.
94 Luego me lenmtó* ei Espíritu, y
TolTiéme & llerar en viiáon del Espíritu
de Dios k la tierra de los Caldeos, á los
trasportados : y partiese de mí la visión
que habla visto.
95 Y hablé á los trasportados todas las
palabras de Jdiová que él me habla
mostrado*.
CAPITULO XII.
En la ptTKma M profeta <ia Dio* timbólo y
figwa al rty SedeehUu y á tu pueblo r'«
ni huida de Jerutaiem y prieion, y de la
grande calamidad p eepanto que let habia
de tohrevenir pretto, fonira la opiniom y
nana eonfianea de loe que «c burlaban at
loe pro/da*.
Y FUÉ á mí palabra de Jehovi, di-
ciendo :
9 Hijo del hombre, til habitas en me-
dio de casa rebelde», los cuales tienen
qjos para ver, y no ven; tienen oídos
para oir, y no oyen b : porque son «Mua
rebelde.
8 Por tanto td, h^o del hombre, hazte
aparaos de maxvha, y p&rtete de dia
delante de sus ojos; y te imsarás de tu
lugar á otro lugar á vista de ellos, por
si tal vez atienden, porque son casa re-
belde.
4 Y sacarás tus aparejos, como apare-
jos de partida, de dia delante de sus
o{os : mas tü siúdrás por la tarde á vista
de ellos, como quien sale para partirse.
A Delante de sus qjos horadarás la pa-
red, y saldrás por ella.
6 Delante de sus ojos lea llevarás sobre
tus hombros ; de noche lot sacarás : cu-
brirás tu rostro, y no mirarás la tierra,
porsue en señal < te he dado á la casa
de Israel.
7 Y yo hice así como me fué mandado :
saqué mis ajiaratos de dia, como apara-
tes de partida, y á la tarde horadé la
pared á mano ; salí de noche, y Uevétos
sobre los hombros á vista de dios.
8 ^ Y fué á mí palabra de Jehová por
la mañana, diciendo :
9 Hyo del hombre, <! no te han dicho
loe do la casa de Israel, aquella casa re-
belde, Qué haces'?
10 Dííies puee: Así ha dicho el 8efior
Jehová : AI príncipe fiic eoiá en Jeru-
salem es esta profecía < grave, y á toda
la casa de Israel que está en medio de
ritos.
11 Díles: Yo aoy vuestra señal: como
yo hice, así les harán á ellos : al pasar á
otro pais irán en cautiverio.
12 T el príncipe que está en medio de
ellos llenuá tu hato á cuestas de noche,
y saldrá: horadarán la pared para sacar-
lo por ella : cubrtrá su rostro pira no
ver con sus ojos la tierra.
13 Mas yo extenderé mi red sobre él/,
y será preso en mi malla : y haiélo lle-
var á Babilonia, á tierra de Caldéci;
mas no la verá' , y allá morirán.
14 Y á todos los que estuvieren slrede.
dor de él para su avuda, y á todas ras
compaiUas esparciré á todo viento, 5
desenvainaré espada en pos de dios».
16 T sabrán que yo toy Jehová, casado
ios esparciere entre las gentes, y los
derramare por la tierra.
16 T haré que de ellos queden poeos
en número del cuchillo, y dd hambre,
y de la pestilencia A, para que cuenten
todas sus abominaciones entre las gen-
tes adonde llegaren: y si^rán qoe 70
tojf Jriiová.
17 5 Y fué á mí palabra de Jefaori,
diciendo:
18 Hyo del hombre, come tu pon coa
temblor, y bebe tus aguas con estrane-
cimiento y con anhelo.
19 Y dirás al pueblo de la tierrs: Aá
ha dicho el Señor Jehová sobre los mo
radores de Jerusalem, y sobre la tíem
de Israel : Su pan comerán con temor,
y con espanto beberán sus aguas; por.
que su tierra será asolada de sa mulü-
tud por la maldad de todos los que en
ella moran t.
80 Y las ciudades habitadas serán aso-
ladas, y la tierra será desierta : y sabráii
que yo toy Jehová.
21 5 Y ftaé á mí palabra de Jdtová,
diciendo :
89 Hijo del hombre, ¿ qué refrán es
este que tenéis vosotros en la tiara de
Israel, diciendo : Proloncarse han los
dias ■*, y perecerá toda visión.
83 Díies por tanto: Asi ha dicho el
S«ior Jehová: Haré cesar este refrán,
y no repetirán mas este dicho en Israri.
Díles pues qut se han acercado aquellos
dias, y la oosa de toda visión.
24 Forque no habrá mas alguna visión
vana, ni habrá adivinación de liioiúc
ros» en medio de la casi de Israel.
9.<> Poique yo Jehová hablaré: cun-
pillase* la palabra que yo hablare: no
se dilatará mas ; antes en vuestros dia(,
oh casa rebelde, hablaré palabra, y cum-
pltréla, dice el Señor Jehová.
86 5 Y fué á mí palabra de Jdiová,
diciendo :
97 Hijo del hombre, hé aquí que loi it
la casa de Israel dicen : La visión qne
este ve es para muchos dias, y pora le-
janos tiempos profetiza este^.
88 Díles por tanto: Así ha dicho el
Señor Jehová: No se dilatarán mas
todas mis palabras; cumnliráse la F**
labra que yo hablare, dice el Señor
Jehová.
CAPITULO XIII.
Contra loe fálaoe profeta* y pn^etieaa m*
lieorjeaban al piimo en nw jwceiia*, jr **
re/raian eon mentira» de dar ateneo á ttl
annmeiat de lo» prufela» oordadtro».
YFUÉ á mí palabra de Jdiová, di-
ciendo :
8 Hijo del hombre, profetiza oooO» los
profetas de Israel que profetizan, y diá
los que profetizan de su corazón*: Oid
palabra de Jehová :
8 Así ha dicho el Seflor Jdiová: ¡-^7
de los profetas insensatos, qne andan en
pos de su propio espfrltu, y nada rieron !
4 Como zorras en los désicttos faena
tus profetas, oh Israel.
A No habéis subido á los poitiltosi, ni
echastds vallado en la casa de Israd
estando en la batalla en d día de Je-
hová. I
liímM.
la
rSd. 107.1
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Jtr. II «
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EZBQCim,XIV.
í Y fúü ¿ mí p«Ua dH JrfwTá, di.
A. a 694.
EZEQÜIEL, IV, XVL
ACM
"LoT.ae.26.
• Soph. 1. 8.
•28«.24.15.
P ver. 14.
9 Cap. 5. 17.
y «(.37.
•■ Dea. 8. 2.
Da. 9. 7.
•Salsas,
Ii. 5. 2, 7.
Jer. 2. 21.
Oa. 10. 1.
& Cap. 14. 8.
« U 24. 18.
librarán ; ellos solos aerin librea, j la
tierra será asolada.
17 O ai JO trajere espada sobre la ti-
erra"*, y d^ere: Espalda, pasa por la
tierra ; é hiciere talar de ella hombres
y bestúis»;
18 Y estos tres varones estuvieren en
medio de ella, vivo yo, dice el Seitor
Jehova, no librar&n sus h^os ni sus hi-
jas : ellos solos serán libres.
19 O si pestilencia* enviare sobre esa
tierra, y derramare mi ira sobre ella
en sangre, para talar de ella hombres y
bestias;
80 Y estuvieren en medio de ella Noé,
y Daniel, y Job, vivo yo, dice el Señor
Jehová, no librarán hijo ni hija : ellos
por su justicia/ librarán su vida.
21 Por lo cual así ha dicho el Señor
Jdiová : ¿ Cuanto mas si mis cuatro
malos Juicios f. Espada, y hambre, y
mala bestia, y pestilencia, enviare con-
tra Jerusalem, para talar de ella hom-
bres y bestias ?
82 iiin embargo hé aquí quedarán en
ella algunos residuos, hUos é hijas, que
serán llevados fuera : he a^uí que ellos
entrarán á vosotros, y veréis su camino
y sus hedtos; y tomaréis consolación
del mal que hice venir sobre Jerusa-
lem, de todas las cosas que traje sobre
ella.
83 Y consolaros han cuando viereis su
camino y sus hechos: y conoceréis que
no sin causar hice todo lo que habré
hecho en ella, dice el Señor Jehová.
CAPITULO XV.
Baio ta $em^aitta dtl sarmiento cortado d»
la viH, f iM telo Hrv« para d /utgo, mues-
tra IHos al profeta la destnteeion de Jeru-
salem por eauea de tus prevarieaeionet.
Y FUÉ á mí palabra de Jehová, di-
ciendo :
8 Hijo del hombre, ¿ qué es el palo de
la vid* mas que todo pato ? i qué es el
sarmiento entre los maderos del bos-
que?
3 ¿ Tomarán de él madera para hacer
alguna obra ? i Tomarán de éi una es-
taca para colgar de ella algún vaso ?
4 Hé aquí que es puesto en el fti^^
para ser consumido ; sus dos cabos con-
sumió el niego, y la parte del medio
se quemó: ¿aprovechará para alguna
obra?
6 Hé aquí que cuando estaba entero,
no era para obra alguna : ¿ cuanto me-
nos después que el fuego lo hubiere con-
sumido, y fuere quenoado ? ¿ será mas
para alguna obra ?
6 Por tanto así ha dicho el Señor Je-
hová : Como el palo de la vid entre los
maderos del bosque, el cual di al fuego
para que lo consuma, así haré á los mo-
radores de Jerusalem.
7 Y pendré mi rostro contra ellos b:
de un fií^o salieron, y otro fuego los
consumirá <r: y sabréis que yo «oty Je-
hová, cuando pusiere mi rostro contra
ellos.
8 Y tomaré la tierra en asolamiento,
por cuanto cometieron prevaricación,
dice el Señor Jehová.
CAPITULO xvr.
Jerusalem, ensaltada i grande gloria por
JMos, se haee «new pérfida y oiomitiaLle
^ue Bamaria y Bodomat por lo fUe será
asolada y kema el eseanto de liú nacio-
nes. Can todo promete el Beiior usar fine»
vamenle con eUa de miserieordia, w eela-
bleeer «oh los residuos de su puMo una
aUanta eterna,
YFUÉ á mi palabra de Jehová, di-
ciendo:
8 Hijo del hombre, notifica á Jenut-
lem sus abominaciones*,
8 Y di : Así ha dicho el Señor Játnk
sobre Jerusalem : Tu habttaóon, 5 ta
nxAffiíé de la tierra de Oanaan ; tu pa-
dre, Amorréo, y tu madre Hethéak.
4 Y cuanto á tu nacimiento: El día
que naciste, no fué cortado tu ombligo,
ni fuiste lavada con aguas para atempe-
rarte, ni salada con sal, ni fuiste envu-
elta con fB^as.
5 No hubo ojo que se compadecSeie de
tí, para hacerte algo de esto, teniendo
de ti misericordia ; sino que ftiiste echa-
da sobre la haz del oampo, con menos-
precio de tu vida, en el ola que nadite.
O Y yo pasé junto á tí, y te vi sucia en
tus sangres, y d^ete: £n tus nngtes
"vivirás ; viviras, díjete, en tus taogrei.
7 En millares c, como la yerba del
campo te puse, y fuiste aumentada j
engrandecida, y viniste á ser adornada
grandemente: los pechos te crecieron',
y tu pelo brotó ; mas tü ettabat desnuda
y descubierta.
8 Y pasé yo junto á tí, y miréte : y hé
aquí que tu tiempo era tiempo de anw-
rea ; y extendí mi manto sobre tí, j cu-
brí tu desnudez ; y dite juramento, y
entré en concierto contigo*, dice el Se-
ñor Jehová, y fuiste mia/.
9 T te lavé con aguas, y lavé tus
sangres de encima de tí, y ungíte con
aceite;.
10 Y te vestí de bordado, y te calcé de
piel de tcgon, y ceñite de lino, y te vestí
de seda.
11 Y te atavié con omameiüos, y pnie
S 'oreas en tus brazos, y collar á tu cu-
lo.
12 Y puse joyas sobre tus narices i, y
zarcillos en tus or^as, y diadema de
hermosura en ta. cabeza.
13 Y fuiste adornada de oro y de plata,
y tu vestido fué lino, y seda, y bordado:
comiste flor de harina de trigo, y miel 7
aceite', y fiíiste hermoseada en eztie
mo, y has prosperado hasta reinar.
14 Y salióte Hombradía entre las geu'
tes á causa de tu hermosura ; poique era
petfectafc, á causa de mi hermosura que
yo puse sobre lí, dice el Señor Jehová.
16 5 Mas confiaste en tu hermosura,
y fornicaste' á causa de tu norobradía,
y derramaste tus fornicaciones á cuantos
pasaron ; suya eras.
16 Y tomaste de tus vestidos, é hicís
tete diversos altos lugares, y fornicaste
en ellos : no vendrá, ni será oa«a terne-
Jante.
17 Tomaste asimismo los vasos de tn
hermosura de mi oro, y de mi plata,
que yo te habia dado, é hicístete imá
genes de hombre, y fornicaste con ellas :
18 Y tomaste tus vestidos de divenos
colores, y cubrístelas; y mi aceite, y mi
perfume pusiste delante de ellas.
19 Mi pan también, que yo te bahia
dado, la flor de la harina, y el aceite, y
la miel, con que yo te mantuve, pusiste
delante de ellas para olor suave : y fué
asi, dice el Señor Jehová.
90 Demás de esto tomaste tus hl^ 7
tus hijas, que me hablas engendrado,
y los sacrificaste á ellas para consuma-
ción M. ¿Es poco etto de tus fornica-
ciones ?
21 Y sacrificaste nüs hijos, y dístelas
á ellas para que los hiciesen paaai ff
elfu^on, I
& Y con todas tus abominaciones y
tus fornicaciones no te has acoiidailo de
loa días de tu mocedad, coando estabas
desnuda y descubierta, emanda atalws
envuelta en tus aangret.
•ka.1.
Ladr.SH.
IBUUUIKÍ4 IVt
Aa*.M4
de teda «■ mal-
dioe el 8e&o* Je-
98 Tlbá qne
dad, (aj! aj de
S4 Edlficástete aHe, j te hioirte tíua»
m tdda» las plaza».
9» En toda cabeza de eamiao edJftcaiAi
tv altar, j temaste ebominable tn her-
mocara, j abtitte tua piernas á cuantos
pasaban, j nmlliplioaate Ma famicad-
odes»
96 Y fbmiewte oon le* hljoe de Bf^pte
tns vecinos P, de grandes carnes ; j au-
mentaste tos finmicMdonas paa« eno*
jarme.
97 Por tanto hé aqui fuc 90 «atendí
sobie ti mi mano, y dtaminui tn proTl.
sfam ordinaria, j te entrenó á la Tolim.
tad de las hijas de los Philistéosf que te
abon«ebn, 1¿ cuales se aTergttenam de
tu camino Ma deshonesto.
18 Fornicaste también oon les hijos de
üssoT'' por no haberte hartado; yibmi'
caste con elloa, y tampooo te hartaste.
8B Multiplicaste asimismo tu fbmioa-
don en la tftetta de Canaan y de los
Oaldóoe: ni tampoco con esto te har<
tosté.
80 [Ooan bwonstante es tu coraien,
dice «A SeUor Jehová, habiendo hecho
todas estas cosas, obras de una poderosa
ramera',
81 E<flficando tus altares en oabeta de
todo camino, 7 hadcakle tns altares en
todas las plazas! Y no Aliste semc;}ante
á ramera menospreciando el salario ;
88 Simo como mv^ adultera, qm en
lugar de su marido recibe á ágenos.
88 A todas las rameras dan dones;
aun td diste tos dones 4 todos tus ena-
morados', y les diste presentes, porque
entrasen 4 ti de todas partes, por tus
fornicaciones.
84 Y ha sido ett tí ál eotitrarlo de las
mujeres en tus fbmleaelones, id nunoa
después de ti «erd «f fornicado : porqne
«B dar td dones, y no ser dados doúes á
ti, ha sido al contrario.
85 ^ Por tanto, ramera, oye palabcu
de Jehorá:
86 Así ba dicho el Sefior Jefaori : Por
cuanto han sido deicubiertas tus ver-
gttenxas, y tn oonflislob ha sido mani-
wstada á tns enamorados en tns fbmi-
cacionss, y á los ídolos de tus abomina»
eioncs, y en bi uaagft de tus hijos, los
cuales les diste»;
87 Por tanto hé aquí que yo Junto to-
dos tus enamorados, con los cuales to-
maste placer, y todos los que amaste,
con todos los que abonedste ; y reuni-
rélos oontn ti al rededor, y deseobriré-
les tn Tergttenaa*, y Terfta toda tu tor-
pean.
88 Y yo te Juagaré perlas kyct de las
adúlteras ', y de las que derraman san-
gre; y» te daré en sangre de ira y de
ztío.
80 T te entregaré en mano de ellos, y
destruirán tu atto«, y denfbaián tus
altases ; y te harán desnudar de tus ro-
pask, y se nevarán les vasos de tu gloria,
y te d^arán desnuda y descubierta.
40 Y harán subir contra tí reunión de
g«tue, y te apedrearán con piedite» y te
acravesaráa con sus espadas.
41 Y quemaráua tu» casas 4 ftiegoe, y
harán ea tí Juidos 4 ojos de muchas
orn^MM': y haoefte he cesar de ser
ramera, ni tampoco davÉa mas don.
41 Y haré reposar nd ira sotare ti, y
aportatáae de tí mi aelo, y descansaré
de mas enojarme.
48 Por cuanto no te acordaste de los
dina de tu mocedad*, y me provocaste
4'iim cv tede este, por eso né aquí yo
tamMen he tonedd tu ctíañAo sobré tu
eabeao/, dioe el Stefior Jehofá ; pueff ni
aun has pensado sobre todaá tuM abbnd-
naciones.
44 q[ Hé aquí que tod» j^nyvetUaCá
har4detf proverbio cttciend»: Ooino la
madre, tal m h<Ja.
46 H^a die tú madre eru tú, que dete-
dhd 4 su marido y 4 sus hijos ; y herma-
na de tus hermanas eru tii, que des-
echaron 4 sus Aaiidos y 4 sufl hjjos.
Vuestra madre /«á Hetéa, y vuestro
padre Amorraos.
48 Y tu hermana iHayoT u Samaila,
con sus h^)as, la cual habita 4 tu mano
isquieida : y tu hermana' la menor que
td c« Sodoma, con sus h^asA, la cual
haUta 4 tu mano derecha.
47 Y aun no anduviste en sus caminos,
ni hidste según sus abominaciones, co-
mo ei ei^ fuera poco y muy poco ; totes
te corrompiste mas que ellas en todos
tus caminos'.
48 Yivo yo, dice el Sefior Jehov4, So-
doma tu hermana, con sus l^Jas, no ha
hecho como hiciste td,v tus tdJasA.
40 Ré aqui que esta nié la maldad de
Sodoma tu hermana : sobetbia, hartura
de pati i, y abnndjoicia de ociosidad tuvo
ella, y sus hijas ; y no corroboré la mano
dd afligido y del menesterosa
AO Y ensoberbeciéronse**, é hicieron
abominación delante de mí, y quitfflas*
como vi dtbia ser,
01 Y fiamaria no oometid ianto como
la mitad de tus pecados: norque td
multiplicaste tus abominaciones mas
qne ellas, y has Justificado • 4 tus her-
manas con todas tus abominadones que
hiciste.
68 Td también pueri*, que Juxgaste 4
tus hermanas, llev4 tu vergüenza en tus
pecados que hiciste mas abominables
que días : mas Justas son que td: aver-
güénzate pues tü también, y lleva tu
confusión, pues que has Justificado 4
tus hermanas.
68 Yo pues haré tomar sus cautivos 1,
los eautlTOs de Sodoma y de sus hUas, y
los cautivos de Samarla y dé sus h^)a8, y
los cautivos de tus cautiverios entre ellas,
64 PaiV que td lleves tu conftision, y
te avetgfienxes de todo lo que has hecho,
dendoles td motivo de consuelo.
66 Y tus hermanas Sodoma, con sus
h^as, y Samarla, oon sus hijas, volverán
4 su primer estado: tü también y tus
hita» voWeréIs 4 vuestro primer estado.
66 Sodoma, tU hermana, no ftié nom-
brada en tu boca*' en d tiempo de tus
soberUasj
67 Antes que tu maldad se descubriese,
oomofiíé en d tiempo de la vetsUenca
de las hijas de 8farla«, y de todas las
hijas de Iba Phillstéos' al rededor, que
te menosprecian en contomo.
68 Td has llevado tu enormidad y tus
abominadones*, dice Jehová.
60 ^ Empero así ha dicho d Sefior
Jehová: ¿Haré yo contigo como td hi-
ciste, que menoCpredaste d Juramento
pon invalidar el pacto* ?
60 Antes yo tendré memoria de mi
poctoy, que concerté contigo en los dias
de tu mocedad, y te confirmaré un pac-
to aerapitertio '.
01 Y acordarte has de tus caminos, y
te avergonzarás*, cuando recibirás 4
tus hermanas las mayores qne td, con
las menores que td, las cuales yo te
daré por h^as» ; mas no por tu pacto.
8B Y oonflrtnaré mi puto contigo, y
sabias qne yo «sy Jdiov4:
88 Para que te aenerdes, y te aver-
gttenoes, y nunca mas abras la boca 4
Xi
/Oani«.10.
ylL91.
r.S.
<SBa!y.SI.9.
«M»tl0.1«.
7U.94.
/Osa. 18. 10,
18.
Dsv.SS.16.
•» Fra.16.18.
y 18.18.
«Gea.19.94.
Jer.aO.U.
•Jer.S.11.
'80.1.88.
78.1.10.
9Jer.48.47.
7 40.8».
''IS.6S.&
labl&lL
«aCr.SSJS.
IílO. U.
•Cspy8B.4».
vsr, 8.
11, iV.
'BWL».
13. IS.
yBdJM.46.
«te.
788.40.
Os. 8.18.
•Cap. 90.48.
h Is. 64. 1.
8hl.87.4,8.
aa.4.98k
•ts.
A.acir.i94.
EZEQUIEL» XVII, XVIII.
A.adt.iM.
•0I.8.L
12.
• Ap. 1& IL
tf TCT. 15.
•Cap. 19. 12.
Oi.U.15.
11,17.
«SCr.8«.U.
&2Rey.a4.
20.
<Is. 81.1,8.
AT«r. 9.
I0»p.ia.l8.
Jar. 82.11.
■»Jer. 87.T.
» Okp. 4. 2.
Jer. £2. 4.
oann de tu TergOensa, cuando me a-
placiure paxa contigo de todo lo que hi>
dste, dice el SeiVor JehoTá.
CAPITULO XVII.
Pop «mM» dt tma parébola reprtMnía ti pro-
/<<» por nuMdtulA <U Dio$ la nbtlioH lU
rey BedediUu eotiira Nálmeoitmotor, tu
eatUifo, y nrfna cM Miado; dmm ftromttí-
•ndo denuet la réttauraeúm dd reino ««
OrUto.
Y FUÉ á mí palabra de JéhoTá, di>
oiendo :
2 Hyo del hombre, propon una figura,
Í compon una paiíoola & la cau de
•rael;
8 Y dirás: Así ha dicho el Sefior Je-
hov¿ : Una grande &gulla •, de grandes
alas, y de largos miembros, llena de
Caaa de diversos colores, vino al Lí-
o, j tomó el cogollo del cedro ^ ;
4 Arrancó el prmoipai de sus renue*
vos, y llevólo á la tierra de mercaderes,
y plisólo en la ciudad de los negocian-
tese.
6 Tomó también de la simiente de la
tierra, y pdsola en un campo bueno pa-
ra sembrar; plantóla junto á grandes
aguas, plisóla como un sauce.
6 Y brotó, é hizose una vid de mucha
rama, baja de estatura, que sus ramas
la miraban, y sus raices estaban debido
de ella : asi que se hizo una vid, y arrojó
sarmientos, y echó mugrones.
7 Y flié otra grande águila, de grandes
aUs, y de mucha» plumas: y hé aqui
que esta vid Juntó cerca de ella sus
raices <<, y extendió hAcia ella sus ramos,
Sara ser regada de ella por ios surcos
e su plantío.
8 En un buen campo junto & muchas
aguas fué plantada, para que hiciese
ramos, y llevase fruto, y para que fuese
vid robusta.
9 Di : Así ha dicho el Sefior JehovA :
¿ Será prosperada ? <> No arrancará sus
raices, y destruirá su fruto, y secaráse ?
Todas las hojas de su lozanía secará, y
no con gran brazo ni con mucha gente,
arrancándola de sus raices.
10 Y hé aquí que plantada está ella :
i será prosperada ? ¿ No se secará del
todo cuando el viento solano la toc&re« ?
Bn los surcos de donde m^re su verdor
11 5 Y'ftié á mi paUbra de Jehová,
diciendo :
12 Di ahora á la casa rebelde : ¿ No
habéis entendido qué significan estas
cosas? Diles: Hé aquí que el rey de
Babilonia vino á Jerusalem, y tomó tu
rey, y sus principes, y llevólos consigo
á Babilonia/.
18 Tomó también de la simiente del
reino, é hizo con él alianza, y trájole á
Juramento;: y tomó los fuertes de la
tierra,
14 Para que el reino fuese abatido, y
no ae levantase, sino que guardase su
alianza, y estuviese en ella.
15 Rebelóse empero contra él^ envi-
ando sus emb^adores á Egipto •', para
que le diese caballos y mucha gente.
¿ Será proqiierado, escapará Ic el que es-
tas cosas mzo ? ¿ Y el que rompió la
alianza, podrá huir ?
16 Vivo yo, dice el Sefior Jehová, que
morirá' en medio de Babilonia, en el
lugar del rey que le hizo reinar, cuyo
Juramento menospreció, y cuya alianza
con él hecha rompió.
17 Y no con grande ejército, ni con
mucha compafna, hará con él Fharaon
en la batalla"», cuando funden baluarte
y edifiquen bastiones" para cortar mu-
chas vidas.
18 Pues menospreció el Juramento pa-
ra invalidar el concierto, cuando bé ^ul
que había dado su mano«, é hizo todas
estas cosas, no escapará.
19 Por tanto así ha dicho el ScAor
Jehová : Vivo yo, que el Juramento mió
que menospreció, y mi concierto que ha
Invalidado, tomaré sobre su cabeza.
90 Y extenderé sobre él^ mi red, t
será preso en mi malla; y hsoerlo be
venir á Babilonia, j allí estaré á jairio
eon a por su prevaxioacion con que con-
tra mi ae ha rebelado.
SI Y todos sus fugitivos con todos sus
escuadrones caerán á cuchillo; y Vm
que quedaren, seián esparcidos á todo
viento : y sabréis que yo Jehová he bs*
blado.
22 Y Asi ha dicho, el Sefior Idiorá
Y tomaré yo del c(^llo de aquel sito
oedro, y pondrélo : &l principal de nt
renuevos v eortaré un tallo, y plantsiio
he. yo sobre el monte alto y sublime r;
28 En el monte alto de Israel lo plan-
taré, y alzará ramoa, y llevará fruto, j
haráse magnifico cedro : y habitarán de-
bajo de él todas las aves*, toda cosa qae
vuela habitará á la aombra de sos nunos.
84 Y sabrán todos los árboles del cam
po que yo Jehová abatí el árbol sublime,
levanté el árbol bajo ', hice secar d ár-
bol verde, é hice reverdecer el árbol
seco. Yo Jehová hablé, é hloe.
CAPITULO XVIIL
Vedara ti proftla que Dio* Jntfa i Mm aa
justicia : 4¡ut ttfKos al que yermvera m «•
peeadat, 6 intita los de su* fsérm, ff"*
contrario, que perdona * ¡os que és earana
te convierten. Eskorta ol pueblo al an*-
penUmiento.
Y FUÉ á mí palabra de Jehová, di
ciendo :
9 ¿ Qué pensáis vosotros, vosotros que
usáis este refVan sobre la tierra de u-
rad, diciendo : Los padres comierao el
agraz, y los dientes de los hijos tienen
la dentera*?
8 Vivo yo, dice el Sefior Jehová, que
nunca mas tendréis porque usar este re-
frán en Israel.
4 Hé aqui que todas las almas wn
mias; como el alma
del padre, ad tí
; el alma que pe-
fuere Justo, é
alma del h^o es
cáre, esa morirá.
6 5 V el hombre que
hiciere juicio y justicia,
6 Que no comiore sobre los moaCcsk,
ni alzare sus ojos á los ídolos de la oasa
de Israel, ni violare la mi^er de nr
pr<!^imoe, ni llegare á la miO<r mens
truosarf,
7 Ni oprimiere 4 ninguno* ; al deudor
tomare su prenda/, no comeUere robof,
diere de su pan al hambriento*, y cu-
briere al desnudo con vestido ;
8 No diere á logro*, ni redbieR mai
de lo que hubiere dado ; de la maldad te-
tr^iere su mano, é hiciere Juicio de ver-
dad entre hombre y hombre * ;
9 Ai en mis oroenanzas caminal», J
guardare mis derecho* para haeer mtu»
verdad, este es justo : este vivirá, dice
el Sefior Jétuiyk.
10 5 Mas si engendrare h^o ladno,
derramador de aaagre, ó que haga al-
guna cosa de eataa,
11 Y que no haga las demás ; áates
comiere sobre los maníes, ó violare la
mujer de su pei^mo,
18 Al pobre y menesteroso opetanoví
cometiere robos, no tomare 1* j**'f*'
ó alzare sus qjos á los Ídolos, * Waa*
aboniinaolon,
13 Diere á usura, y recibiere mas ásiU
préstate; ¿vivliA este? No viviná. Te-
•Cdr. M4k
BZBQUIEL» XIX, XX.
A.aoir.l«Í.
On.33.4.
iid.18.6.
das cetas tíwmlnactonet hico ; de cierto
moriri ; su sangre será sobre ül <.
14 5 Pcto •! engeodxáre h^o, el caal
viere todos tos pecados que su podre hi-
zo, j Tiéndelos no hiciere según ellos :
15 No comiere sobre los montes, ni
álzÉie SQS ojos á los Ídolos de la casa
de Israel ; la mi^ de su pri!|}lino no
Tiolire,
16 Ni oprimiere á nadie ; la prenda no
empeñare, ni cometiere robos ; al ham-
briento diere de su pan, y cubriere de
vestido al desnudo ;
17 Apartare su mano áe la opresión del
pobre, asura ni mas de lo que dio no re-
cibiere ; ai hiciere $^(vn mis derechos,
y anduviere en mis ordenanzas ; este no
morirá por la maldad de su padre, de
cinto vivirá.
18 8a padre, por cuanto hizo agravio,
despqjó violentamente al hermano, é hi-
zo en medio de su puettlo lo que no es
bueno, hé aquí que él morirá por su
maldad.
10 t Y si dijereis : (> Por qué él hUo
no llevará por el pecado de su padre ?
Ponqué el nj^o hizo juicio y justicia,
guardé todas mis orden'mzaB, é hizo
iqfim ellas, de cierto vivirá.
90 El alma que pecare, esa morirá:
el hijo no llevará por el pecado del
padre, ni el padre llevará por d pecado
ael hijo"»: ja Justicia del Justo será
sobre él, y la impiedad del implo será
(Obre él.
81 Mas el impío, si se apartare de to-
dos tus pecados que hizo, y guardare
todas mis ordenanzas, é hiciere Juicio y
justicia, de cierto vivirá ; no morirá <*.
22 Todas sus rebeliones que cometió,
no le serán recordadas : en su justicia
que hizo vivirá*.
23 ¿ Quiero yo la muerte del impíos ?
dice el 8efior Jehová- ¿ No vivirá, si
w apartare de sus caminos ?
24 Mas si el justo se apartare de su
justicia, y cometiere maldad, é hiciere
confbrme á todas las abominaciones que
el impío hizo, i vivirá él ? Todas las
justicias que hizo no vendrán en me-
moria: por su rebelión con que preva-
licé, y por su pecado que cometió, por
ello morirá.
25 Y si dilereis. No es derecho v el ca-
mino del Seilor, Oid ahora, casa de Is-
rael : ¿ No es derecho mi camino ? ¿ No
(on ámtet vuestros caminos torcidos ?
26 Apartándose el justo de su Justicia,
j haciendo iniquidad, él morirá por ello,
por su iniquidad que hizo morirá.
27 Y apartándose el impío de su Im-
piedad que hizo, y haciendo Juicio y
justicia. Dará vivir su alma.
28 Porque miró, y apartóse de todas
sus prevaricaciones que hizo, de cierto
vivirá, no morirá.
29 Si aun dijeren loe de la casa de Is-
rael, No es derecho el camino del Se-
ñor r ; ¿ No son derechos mis caminos,
casa de Israel ? Cierto Tuestros cami-
nos no son derechos.
30 ^ Por tanto yo os Juzgaré 4 eada
uno según sus caminos, oh casa de Is-
rael, dice el Señor Jehová. Convertios
y haced convertir de todas vuestras ini-
quidades ; y no os será la Iniquidad
causa de mina.
31 Echad de vosotros todas vuestras
iniquidades con que habéis prevarica-
do; y haceos corazón nuevo y espíritu
nuevo'. ¿T por qué moriréis, casa de
Israel?
32 Que no quiero la muerte del que
muere, dice el SeDor Jehová : conver-
tios pues, y viviréis.
CAPITULO XIX.
SI fnffela en «« eántieo Ugubre rtjirsMala,
b^/B la figura de los leonülloe, loe petadoe
y eartigoM de loe reyee de Jwlá; y bttío et
eímbalo de mna viHa llora loe eulamiaudee
de Jeruealem.
YTíS levanta etia endecha sobre los
príncipes de Israel,
2 T dirás : ¿Cómo se echó entre los
leones tu madre la leona ? Entre los
leonclllos crió sus cachorros.
8 £ hizo subir uno * de sus cachorros :
vino á ser leoncillo, y aprendió á pren-
der presa, y á devorar hombres.
4 Y las gentes oyeron de él: fué to-
mado con et lazo de ellas, y lleváronlo
con grillos á la tierra de Egipto.
5 Y viendo ella que habla esperado
mucho tiem|io, y que se perdía su es-
peranza, tomó otro de sos cadiorros, y
pdsolo por leoncillo.
6 Y él andaba entre los leones ; hízose
leoncillo, aprendió á hacer presa, devoró
hombres.
7 Y conoció sus viudas, y asoló sus
ciudades ; y la tierra fiíé asolada, y su
abundancia, á la voz de su bramido.
8 Y dieron sobre él las gentes de las
provincias de al rededor, y extendieron
sobre él su red : taé preso en su hoyo h,
9 Y pusiéronlo en cárcel con cadenas,
y lleváronlo al rey de Babilonia : meti-
éronlo en fortalezas, para que su voz no
se oyese mas sobre los montes de Israel.
10 Tu madre fué como una vid« en
tu sanare, plantada junto á las aguas,
haciendo fnito, y echando vastagos a
causa de las muchas aeuaa.
11 Y ella tuvo varas fuertes para cetros
de señorea; y levantóse su estatura por
encima entre las ramas, y Aié vista en
su altura, y con la multitud de sus sar-
mientos.
12 Empero ftié arrancada con ira, der-
ribada en tierra, y viento solano secó su
fruto: fueron quebradas^ y secáronse
sus varas fuertes ; consumiólas el fuego.
13 Y ahora está plantada en el desierto,
en tierra de sequedad y de aridez.
14 Y ha Balido fuego* de la vara de
sus ramos, que ha consumido su fruto ;
y no ha quedado en ella vara fuerte,
cetro para enseñorear/. Endecha es es-
ta, y de endecha servirá.
CAPITULO XX.
JEI BeHor eeka en cara á loe leradüae em
InJUeKdad i iui/ratitnd deedt la ealida de
SgiptOtV lee intima el eaeligo. Pero pro-
mete vólverloe ileepuet & eu paie, y trturloe
A eu eervieio» Prqfeeiá contra «I boeque del
mediodia.
Y ACONTECIÓ en d año séptimo,
en el mee quinto, á los diez del mes,
me vinieron algunos de los ancianos de
Israel á consultar á Jehová, y sentá-
ronse delante de mí •.
2 Y fué á mí palabra de Jehová, di-
ciendo :
8 Hy^o del hombre, habla á los an-
cianos de Israel, y diles : Así ha didho
el Seikor Jehová : ¿ A consultarme ve-
nís vosotros ? Vivo yo, que yo no os
responderé, éáce el Señor Jehová^.
4 ¿ Quieres til Juzgarlos ? ¿le» quieres
^uzgar til, hijo del nombre «? Notifica-
es las abominaciones de sus padres d •
6 Y díles : Así ha dicho el Señor Je-
hová : El dia que escogí á Israel, y que
alcé mi mano« por la simiente de la
casa de Jacob, y que fVií conocido de
ellos en la tierra de Egipto/, cuande
alcé mi mano á ello», diciendo. Yo to¡f
J^ová vuestro Dios ;
0 Aquel dia que lea alcé mi mano, que
— —
«3 Bey. as.
81,84.
2Gr.S6.4,&
Jer.a2.U,
ȣa.4.9l).
« Cap. 17. 6.
'Cap. 17. 10.
OB.U.U.
«Juse:».».
/Oa.S.4.
•09.8.1.
» Cap. 14. 1.
8. etc.
•GapwSa.S.
d Cap. IS. 3.
'Ex.<>8.
/Bz.3. 8.
•to.
Á. o. dr. 60S.
EZEQUIEL, XZn, XXIU.
A.C.dr.ns.
•Cap. 90^4.
7 as. 86.
» Gap. 34.
D« y*
Na. 3. L
• a B«y. SI.
le.
rfl)eii.a8.87.
'Capyl8.6.
/Ler. 18. 8.
fLeT.90.18.
ALeT.ao.10.
«Ler. 90. 17.
tDBO. 37.35.
/LeT.8S.SA.
•Den. 4. 27.
»Cap.a8.a7.
• la. 1. 32,
aft.
'Jar. 6. 38,
80.
<Zw.lS.9.
CAPITULO XXII.
Pons ti finíala, jtar mamdado de Dio*, la
(MiiMMtOM 4 Jerutaitm., y MmI* lo» eargo»
»fp«eittU$ por euyo moitaa atria «nli'yarfo
rain durtmenU.
YFUÉ á mí paUbra d« JéhoTá, di-
ciendo :
9 T til, h\}o del hombre, ¿ no juzgarás
tti •, no juzgarás tii á la dudad derra-
madora de sangre b, j le mostiarás todas
sus abominaciones ?
8 Dirás pues : Así ha dicho el Señor
Jehová : Ciudad derramadora de sangre
en medio de sí, para que venga su hora ;
j que hizo ídolos contra sí misma para
contaminarse.
4 En tu sangre que derramaste has
Scado«; j te lias contaminado en tus
>los que hiciste ; j has hecho acercar
tus días, y has llegado á tus años : por
tanto te he dado en oprobio á las gentes,
y en escarnio á todas las tierras «f.
5 Lpas que están cerca, y las que están
l^ios de tí, se reirán de u, amancillada
de fama, y de grande turbación.
6 Hé aquí que los príncipes de Israel,
cada uno según su poder, fueron en tí
para derramar sangre.
7 Al padre y á la madre despreciaron
en tí : al extrai\}ero trataron con ca-
lumnia en medio de tí : al huérfano y á
la viuda despojaron en tí.
8 Mis santuarios menospreciaste, y mis
sábados has profanado.
9 Calumniadores hubo en tí para der-
ramar sangre : y sobre loa montes comi-
eron en tí « : hicieron en medio de tí
suciedades.
10 La desnudez del padre descubrieron
en tí/: la inmunda oe menstruo forza-
ron en tl^.
11 Y cada uno hizo abominación con
la mi\)er de su prójimo Jl; y cada uno
contaminó su nuera torpemente ; y cada
uno forzó en tí 4 su hermana •', l^ja de
au padre.
18 Precio recibieron en ti para derra-
mar sangre A: usura y logro tomaste',
y á tus prójimos defraudaste con vio-
lencia : olvidástete de mí, dice el Señor
Jehová.
13 T hé aquí aue herí mi mano á
causa de tu avaricia que cometiste, y
á causa de tus sangres que fueron en
medio de tí.
14 i Estará Jimu tu corazón ? ¿ tus
manos serán fuertes en los dias que
obraré yo «Mmtra tí ? Yo Jehová he ha-
blado, y haré/o.
15 Y yo te esparcirá por las gentes <■,
y te aventaré jpor las tierras, y haré fe-
necer de tí tu inmundicia».
16 Y tomarás heredad en tí á los ojos
de las gentes, y sabrás que yo totf Je-
hová.
17 5 Y fué á mi paUbra de Jehová,
diciendo :
18 Hijo del hombre, la casa de Israel
se me ha tomado en escoria*: todos
ellos como metal, y estaño, y fierro^, y
plomo en medio del homo ; escorias de
plata se tomaron.
19 Por tanto así ha dicho el Señor
Jehová: Por cuanto todos vosotros os
habéis tomado en escorias, por tanto hé
aqní que yo os Junto en medio de Je-
rusalem :
50 Como auien junta plata, y metal, y
fierro, y plomo, y estaño en medio del
homo, para encender fuego en él para
fVindlr ; así os Juntaré en mi furor y en
mi ira, y haré reposar, y os fundiré 9.
51 Yo os juntaré, y soplará sobre vos.
otros en el fuego de mi furor, y en me-
dio de él seréis fundidos.
SS Gomo se fiuide la plata en medio
del homo, así seréis fundidos en medio
de él ; y sabréis ^ue yo Jebov& habrá
derramado mi eno^o sobre vosotroa.
S8 5 Y filé á mí palalira de Jehová,
diciendo:
S4 Hijo del hombre, di á ella: Til no
eres tierra limpia, ni rociada con lluvia
en el dia del furor.
85 La coi^iuracion de sus profietas en
medio de ella, como león bramando
que arrebata presa: devoraron admaa,
tomaron haciendas y honrar, aumen-
taron sus viudas en medio de ella.
8Ü Sus sacerdotes violentaron mi ley«,
y contaminaron mis santuarios: entre
lo santo y lo profano * no hicieron dife-
rencia, ni distinguieron entre inmundo
y limpio ; y de mis sábados escondieron
sus OJOS, y yo era profanado en medio
de ellos.
87 t>ns príncipes en medio de ella,
como lobos que arrebatan presa, derra-
mando sangre, para destruir las almas,
para pábulo de su avaricia.
88 Y sus profetas revocaban coa lodo
suelto, protetizandoles vanidad», 7 a-
divinándoles mentira, diciendo : Así ha
dicho el Señor Jehová: y Jehová no
habla hablado.
89 El pueblo de la tierra usaba de
opresión, y cometía robo ', y al afligido
y menesteroso hacian violencia, y al
eztraiyero ' oprimían sin derecho.
80 Y busqué de ellos hombre' que
hiciese vallado, y que se pusiese al por-
tillo delante de mi por la tierra, |>axa
que yo no la destruyese ; jr no lu hallé.
81 Por tanto derramé sobre ellos mi
ira ; con el fuego de mi ira los consumí :
tomé el camino de ellos sobre su cabe-
za*, dice el Señor Jehová.
CAPITULO XXIII.
Con la alegorfa d* dos ramera» dmerihe «I
pn^eta íae idoUUrüu i inmmmdMae de lo-
ra» $ de Jadd: declara << eaetigo eom qwie
por tUo leraH había eido aeoladoi y mo
luibimtdo JudA tomado atC atcariwiiatw, •'•-
UmáU el miemo eattigo.
YFUÉ á mí palabra de Jdiová, di-
ciendo:
8 HHo del hombre, hubo dos miijerea.
hyas de una madre*.
Las cuales fornicaron b en Egipto;
en sus mocedades fibmicaron. Allí tue-
ron apretados sus pechos, y allí fueron
estrujadas las tetas de su virginidad.
4 Y llamábanse, la mayor, Aholah|,
y su hermana, Aholibahf; laa cualea
fueron mías, y parieron hÚos é h^as:
y llamáronse, Uu da Samarla, Abolah ;
y lo» de Jerusalem, AhoUbah.
6 Y Aholah cometió fbmioacion en mi
poder; y prendóse de sus amantes, los
Asirlos BUS vecinos»,
6 Vestidos de cárdeno, capitanea 7
príncipes, mancebos todos de codiciar,
caballeros que andahan á caballo.
7 Y puso sus fornicaciones con ello»,
con todos los mas escogidas de los hUos
de los Asiiios, y con todos aquellos de
quienes se enamoró: fontamlnóae coa
todos ios ídolos de ellos.
8 Y no dejó sus fbmicaciones de B*
gipto : porque con ella se echutrn en su
mocedad, y ellos comprimieron loa pe-
chos de su virginidad, y dorzaniarao
sobre ella su finmicacion.
9 Por lo oual la entregué en mano de
■US amantes, en mano de los hijoa de
los Asirlos rf, de quienes se hab'
morado.
10 Ellos descubrieron sus vecg5i
tomaron sus hijos 7 sua hijas, 7 á diá
«-Osp-SLl
Mi.«.a I
SopUUJ
• MaLt
7,8.
í Lw.n» .
Cap-M.»,
>La.a.U
' Jer. 5. Sk
SI.
VBZ.S3.&
•Jer.5.L
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11.
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Lev. 17. X
j4M.34.lil
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r !«• 7.*«i
ylT.I.
Oa.&lL
Mi:
i.Gdr.5M.
BZBQÜIEL, XXaL
A. C. dr. SM.
mataron 4 ouehillo : y vino 4 Mr de
nombre entra lai mujeres, puet en ella
hlderoD JuIoIm.
II Y Tiólo tn hermana AholRtah» j
estragó tu amor ma» que ella; y tiu
fbmicaelones, mas qae las ftmleaoiones
de su hennana/.
15 EnamonSse de los bQes de los Ast-
xkMft sut vadnos, capitanes j principeB,
vestidos en nerflácclon, oaballerot que
andaban 4 caballo, todos ellos mancebos
de codiciar.
18 Y vi que se habla oontaminado, y
que m camino «m el de ambas.
14 Y aumentó sus ffaniicaelones ; pues
cuando vio viiot hombres pintados en la
pared, imAgenes de Caldeos pintadas de
color,
16 OelUdos de talabartes por sus lomos,
j tiaras pintadas en sus cabezas, tenien-
do todos ellos parecer de capitanes, á la
manera de los hombres de Babilonia,
nacidos en tierra de Caldáos,
16 Kiamarúse de ellos en riéndolos, y
envióles mensijens 4 la tierra de los
Oaldéoe.
17 Y entraron 4 ella los hombres de
Babilonia 4 la cama de los amores, y
contamin4ronla con su fomieadon ¡ y
ella también se contaminó con ellos, y
su deseo se hartó de ellos.
18 Ad hiao patentes sus flwnioaciones,
y descubrió sus veigttensas : por lo cual
mi alma se hartó de día A, como le
habia ya hartado mi alma de su her-
19 Aun multiplicó sus fomioaoiones
trayendo en memoria los dias de su
mocedad, en los cuales haUa fornicado
en la tierra de Egipto.
ao Y enamoróse de sus rufianes, cuya
cante m oomo carne de asnos', y cuyo
fl^io como flu^o de caballos.
Sn Ad tomaste 4 la memoria la sucie-
dad de tu mocedad, euando compri-
mieron tus pechos en Egipto por las
tetaa de tu mocedad.
aa 5 Por tanto. AhoUbah. así ha dloho
el Señor Jehova : Hé aquí que yo des-
pierto tus amantes contra tí*, de los
cuales se hartó tu deseo', y yo les haró
venir contra tí en derredor ;
S3 Los de Babilonia, y todos los Oal-
dóoa, mayordomos, y prfndpes, y capi-
tanes, todos los de Adrla con dlosi
mancebos todos ellos de codiciar, capi-
tanes y príndpes, nobles y principes,
que montan 4 oabdlo todos dios.
94 T vendr4n sobre tí canos, oairetM,
y ruedas, y multitud de pueblos. Es-
cudos, y pavesas, y capacetes pondr4n
contra ti en derredor; y yo daré el
juicio delante de dios, y por sus leyes
te Juagarán.
85 Y pondré mi zelo contra tí, y obra-
rán contigo con ftiror : quitarte han tu
nariz, y tus órelas ; y lo que te qued4Te,
caer4 4 cuchillo. Ellos tomar4n tus
hijos y tus hijas ; y tu redduo sei4 con-
sumido por el íiiego.
96 Y te desnudamn de tus vestidos, y
tomarán los vasos de tu gloria».
87 Y haré casar de tí tu suciedad », y
m fornicación de la tierra de Egipto • ;
ni mas levantarás 4 dios tus ojos, ni
nunca mas te acordarás de Egipto.
88 Poique ad ha dicho d Sefior Je-
hov4: Hé aqni que yo te entrego en
mano de aqudloa que td aborreciste, en
mano de aquellos de los eudes se hartó
tudesco^:
89 Loa cuales obrarán oontico con
odio, y tomarán todo lo que tu traba-
jaste, y te dejar4n desnuda y descubi-
ertat : y descubriráae la torpeza de tus
fbmieadones, y tu ludedad, y tus fbr-
nicadones.
80 Estas cosas se har4n contigo, por-
que íomieaste en pos de las gentes •*, con
las cuales te contaminaste en sus ídolos.
81 En el camino de tu hermana an-
duviste : yo pues pendró su csliz en tu
mano*.
Si Así ha dicho el 8efior Jehov4: Be-
berás el hondo y ancho cáliz de tu her-
mana: de tí se mo{ar4n las gentes, y
te escarnecerán : de grande cabida «érd
eteaÜM,
55 Serás llena de embriaguez y de do-
lor por el cdiz de soledad y de asola-
miento, por el cdiz de tu hermana Sa-
maría.
84 Lo beberás pues, y lo agotarás ', y
quebrarás sus tiestos; y tus pechos ar-
rancarás: porque yo he hablado, dice
el Sefior Jehovi.
85 Por tanto así ha dicho el Seik>r Je-
hova: Por cuanto te has olvidado de
mí, y me has echado tras tus espddas «,
por eso lleva tií también tu suciedad y
tus fornicaciones.
56 ^ Y d^ome Jehov4 : H^o del hom-
bre, ¿ no Juzgar4s ' td 4 Aholah, y 4
Aholibah, y les denunciarás sus abomi-
naciones jr?
87 Porque han adulterado, y hay san-
gre en sus manos*, y han fornicado con
sus ídolos : y aun sus hijos que me ha-
blan engendrado, hicieron pasar 4 ellos
quemándoles •.
88 Aun esto mas me hicieron : conta-
minaron mi santuario b en aquel día, y
profanaron mis sábados.
89 Pues habiendo sacrificado sus hijos
4 sus ídolos, entr4banse en mi santuario
el mismo dia para contaminarlo : y hé
aquí que así hicieron en medio de mi
casa«.
40 Y cuanto mas, aue enviaron por
hombres que vienen ae I^Jos, 4 los cu-
ales habia sido enviado mensajero d : y
hé aquí que vinieron; y por amor de
ellos te lavaste, y dcoholaste tus ojos *,
y te ataviaste con adornos,
41 Y te sentaste sobre suntuoso estra-
do, y fué adornada mesa delante de él ;
y sobre día pusiste mi perfUme y mi
óleo/.
48 Y oyóse en ella voz de compafiía en
holganza : y con los varones fueron trd-
dos de la gente común los Sábeos del
dederto; y pusieron manillas sobre sus
manos, y coronas de gloria sobre sus
cabezas.
43 Y dije 4 la env^ecida en adulterios :
Sus prostituciones cumplirán ellos aho-
ra, y ella can ellot.
44 Poique han venido 4 ella como
quien viene 4 mujer ramera y : asi vini-
eron 4 Aholah y 4 Aholibah, mujeres
depravadas.
45 Por tanto hombres justos las juz-
garán por la ley de las adulteras, y por
la ley de las que derraman sangre ; por-
que son adulteras, y sangre hay en sus
manos.
40 Por lo que ad ha dicho el Sefior
Jehová: Yo haré subir contra ellas
compaflías*, y las entregaré 4 turba-
ción y 4 rapiika.
47 Y la compaflía d» gtniea las apedre-
ar4 con piedras, y les acuchillara con
sus espadas: matarán 4 sus hijos y 4
sus hijas I, y sus casas consumirán con
fbego.
48 Y haré cesar la depravación de la
tierra it, y escannentar4n todas las mu-
jeres, y no harán según vuestra torpeza.
49 Y sobre vosotras pondr4n vuestra
obscenidad, y llevaréis los pecados de
•-Gap.e.«.
•Jer.8S.15.
etc
t8aL 75. 8.
Is. 61. 17.
•lBeyJ4.9.
Sñ.9.96.
yoap.ao.4.
•Oi«il«.S8.
•Cap.l&80i
8d.10e.87.
*Osp.S.U.
• a Bey. 91.
4,7.
< Is. sr. 9.
'aBev.9.90L
Jar. i. 80.
/Pío. 7.17.
Os. 8. 8.
9 Jer. 8. 1,
6,8.
Os. 8. 6.
A Cap je. 40,
eto.
fOMi.ai.aL
aGr.M.17,
18.
i var. 37.
4>9-f^
EZS WI^, XXiy, J5JCV.
n
4.&M
J«r.ib.l.
•c^as.8.
•L6T. 17.18.
/Na. 8.1.
'Gap. 6. 18.
ylfi.4a.
AlSa.15.a9.
• Jer. 16.
«,7.
» Lar. 10. 6.
731,10.
128a. 15.,^.
▼UVtrM ídolo» :
Seillor iAori.
j «ilvéi^ qop JO *9¡f el
•lBeT.9.8.
Jar. 7. 14.
La. 1. 10.
CAPITULO XXIV.
Om «<ra peribóta muéUí á Jtnualem la*
taUímiaadu mtt It mMnvtaárUM «» m«-
iim dé nu iaalutria»f y nugnúamenU «b
M fonor» <fa lo» imotnOM aaarifitado» á
Im iÜOlM.
Y FUÉ A mi palabra de JehoT& ea el
noveno afio> ea d mea décimo, á
loa diez del mea, diciendo :
a Hijo del hombre, escribete el nombre
de eate dia, de eate mismo dia: porque
él rey de Babilonia ae púao sobre Jeru-
salem este mismo dia#.
3 Y habla A la casa de rebdion por
varóla, 7 dllea : Asi ha dicho el SeOor
Jehová: Pon una oUab, ponía, 7 echa
también en ella tigua.
4 Junta sus piezas de eame en ella;
todas buenas piezas, pierna 7 espalda :
hínchela de huesos lesoogidoa.
6 Toma una oveja escogida; 7 tam-
bién enciende loa huesos debajo de ella :
haz que hierva bien ; coced también sus
huesos dentro de ella.
6 Pues asi ha dicho el Señor JdovA :
¡ A7 de la ciudad de sángrese, de la olla
no espumada, 7 cuya espuma no salió
de ella ! Por sus piezas, por sus piez^
sAcala ; no caiga sobre ella suerte «.
7 Porque su sangre fué en medio de
ella: sobre una piedra alisada la puso ;
no la derramó sobre la tierra para que
fuese cubierta con polvo «.
8 Habiendo fuei hecho subir la ira
para hacer renganza, 70 pondré su san-
gre sobre la dura piedra, para que no
sea cubierta.
9 Por tanto aaí ha dicho el Señor Je.-
hovA: ¡ A7 de la ciudad de sangres/!
Pues también haré 70 gran hoguera,
10 Multiplicando la leña, encendien-
do el fuego, para consumir la carne, 7
hacer la salsa : 7 los huesos senSm que-
mados:
U Asentando después la oUa vacía
sobre sus brasas, para que se caldee, 7
se queme su hondón, 7 se funda en ella
su suciedad, u se consuma su espuma.
la En frauoes se cansó, v no salió de
ella su mucha espuma. En fu^o seri
su espuma consumida.
18 En tu suciedad perversa padecerá4 ;
porque te limpié, 7 ttf no te limpiaste
de tu suciedad : nunca mas te limpia-
rás, hasta que 70 haga reposar mi ira
sobre tí^.
14 Yo Jehoyá he hablado ; vendrá, 7
haréfo. No me tomaré atrás, ni ten-
dré misericordia, ni me arrepentiré A:
■egnn tus caminos 7 tus obras te Juj^-
rán, dice el Señor Jehová.
15 ^ Y fué á mí palabra de Jehová,
diciendo :
16 Uiio dd hombre, hé aquí que 70 te
quito de golpe el deseo de tus ojos: no
endeches, ni llores, ni corran tus lá-
grimas.
17 Reprime el suspirar, no hagas luto •
de mortuorios: ata tu bonete sobre tíit,
7 pon tuis zapatos en tus piés^ 7 no te
cubras con rebozo, ni ipomas pan de
hombres.
18 Y hablé al pnebb por la mañana,
7 á la tarde murió mi mujer: 7 á la
mañana hice como me fué mandado.
19 T díjome el pueblo : ¿ No nos ense-
ñarás qué nos eignifiean estas cosas oue
tit haces?
SO Y 70 les dUe: Palabra 0e Jéb^vá
fué á mí, diciendo :
81 Di á la casa de Israel: Así ha dicho
el Señor Dios : Hé aqi|í que 70 profano m
mi sant^axio, la g^oiia, de
tjileza, el .4e««> de vuaatna qjoa, r «1
regalo de vuestra alma : vueatroa UJosl
7 vneatras hUw Ve d^aateis, oaerim á
puchilio».
aa Y lufféis de la manera que 7« hfee« :
no os cubriréis oon reboco, ni eooMaéis
pao de hombres.
as Y vuestros boatie» cstaráa selne
vuestras oabesas, 7 vuestros xapatos en
vuestros pies : no «ndechaxiéia ni llan>-
xéis ; sino que os consumiréia á cansa
de vuestras maldadca, 7 guBoixéi* naos
con otros.
84 Ezequiel pues os aoá por scfial:
B^un todas las cosas que él hizo, ha-
réis: en viniendo eato, enténoea sjúiféis
que 70 tM el Señor Jehová.
as Y tü, hUo del hombra, d dia que
70 quitaré de ellos su Ibrtalexa, el gozo
de su gloria, el deseo de sus qjos, 7 el
cuidado de sus almas, sus IMjos 7 mu
hijas,
ae Ese dia vendrá á Ü tm eaofndo
para traer las nuevaa.
87 En aquel dia se abrirá tu boca para
haUar con el escapado, 7 iudilaris, 7 ao
estarás mas mudo^ : 7 les serás por se>
fial^ 7 sabrán que 70 aog Jehová. '
CAPITULO XXV.
OotOra loe ..HuMmÜae, MoabUae, látutloe
t PaUíUnoe, por me ^«iriw. «irntfw. «
eruéUadee para eo» loe Jtmo», emamm
fvt tomada JcnMol*» por loe Cdiíoe.
Y FUÉ á mí palabra de Jdiová, di-
ciendo;
8 Hijo del hombre, pon tu rostro ha-
cia los hijoa de Ammoa^, 7 profetiza
sobre ellos.
8 Y dirás á los fajjos de Ammen: Oid
palab» del Señor Jeiiová. Así ha di-
cho el Señor Jehová: Por cuanto di-
jiste, Halaft. acerca de mi «aamario
Jue filé pronnado, 7 atOae la tienm de
srael aue fué asolada, 7 «obse la casa
de Jodá, porque fueron en cautiverio ;
4 Por tanto né aquí que 70 te entrno
á los Orientales por heredad, 7 pondnuii
en tí sus upriseos, 7 colocaxMi en tí au
tiendas. J^los eooMcán tua aemenlesas,
7 beberán tu leche.
5 Y pondré á Rabba por habitscion
de camellos, 7 á los h^os de Amiaosi
por majada de ovejas ; 7 saloéia que 70
7 Jehová «.
Porque así ha dicho el Sefior Jeho.
vá : Por cuanto td batiste tus maaoa, 7
pateaste, 7 te gozaste de alma en todo
tu menosprecio sobre ia tiena de Is-
rael;
7 Por tanto hé aquí qne fo ezteBdoré
mi mano sobre tí, 7 te entregué á las
gentes para ser saqueada; 7 70 te ooc>
taré de entre loa puebloa, 7 te destruiré
de entra las tierna : te níecé, 7 «abiia
que 70 «sy Jehová.
8 ^ Asi ha dicho el BeOur Jehová: |
Por cuanto d^o Moab', 7 S«r, Hé
aquí la casa de Judá M como todas las
gentes;
O Por tanto hé aquí que 70 alvo d lado
de Moab desde las ciudades, desde tas
ciudades que eetáa en su oonfin, las
tierras deseables de Beth-jesimoth, j
Bahal-meon, 7 Chlxiathaim,
10 A los híjoa del Oriente ooatn les
hijos de Ammon; 7 entwgarála por
heredad, para que no baja mas mem»>
ria de tos hijos de Ammon entn las
gentes.
11 También «a Uaab haié joioioi, 7
sabrán que 70 <«r Jdiová.
18 ^ Así ha didio d Señor Jdiová:
Por lo que hizo Edam#, tominila
•SCt.Jt
17.
•Ja.li
6.7.
PCsp.&
•Cu. o.
ñla.
•le.
AamLU,
1&
11.
•te-
Fn.I7.i
'C^Sli
ils-XT,
tXTI.
Jw.CI.
1.1.
■0Í9.U.S.
•te.
acr.&u.
ISr.41.:
•I&
idC" JW»
EZIKVnSL, XJYí^ XlVll.
A.0.«lr.ui.
18 Por tanto mí ha diebo d Sefior J«-
hovA: Yo también fattménA nú oaaoo
■obre Edom, 7 talavé Ha alia bMobni j
baatiaa» ; la aaolaié: dcada Taman 5
Dadaa oaaHba A cvcUUa.
14 T pondré má vcacum an Bdom
por la mano da mi pueblo IvnáLs: y
hvAoanBdoni MgVB mi muajit y wenn
mi iia : y oonocwiMa ni T«n|ania, moa
el Saflor JdiovA,
15 Y Asi ha dicho al Seflor JehorA:
Por le qna hiolacoB loa Palaatlnoa * con
de áakaei
li T ta pnaditá aono law
por antl-
16 Por tanto aal ha dicho JdiovA : Hé
9/p>i que ja aatlanda mi nano «obre loa
PalMtinoa, y talaré loa Ooathdoa^ 7
dnatrabré al malo d« la litara da la auut.
17 V haré an ellos crandaí Taoflanaaa
oon lapaenrioaat da ua : 7 aabraíi que
JO tojf JdwrAt «oaado diera mi tan-
eo alloa.
CAPITULO XKVI.
Turo mrá tonada y amUmaé^ por KfabHoo-
donotor dt «ii modo maamtooo ; porfno $t
rogotijahm dt lo» oaimmidmdm d$ Imm.
YACONTEOld en al undúiimo afio,
an al primero del mea. fM fM A mi
palabra de JehovA* diciendo :
9 H^o del hombre* por cnanto* d^
Tiro iofan Jenualem : Ea& bien, que-
bcnntad» at te fw «re puerta de laa na-
ciones : A mi M Tolvid I icré llana» ella
daai«rt«:
8 Por tanto aií ha dicho el Seflor Ja-
hoTA : Hé aqui que 70 oontn ti, oh
Tizn* 7 haré anUr contra ti muchas
geotcs, como la mar hace subir sua
aDda««>
4 Y demdcHMi lo» mnvoa de Tiro, 7
derrtborAn sus torres: 7 caeré de ella su
polvo, 7 la d^aré como una nefla lisa.
A Tendedero de redes ser* en medie
de la mar, porque 70 he hablado, dioe
el Seflor J«iotAs 7 wrA saqueada de
laa «entes.
6 7 sus hOas qoe tttán en el campo,
serAn muertas A cuchillo : 7 sabrAn que
70 mu JehovA.
7 Pvraue así ha dicho al Seflor Je-
bovA : Bé aqui oae del Aqniloo traico
70 «ootra Tiro A Nabncodoñcaor, rey de
Babilonia, rey de reyes ^, oon caballos,
7 oanoa, 7 cabell«os, 7 compaflias, y
mucho pueblo.
8 Tus hijas que ootán en d campo,
mataiA A cuchillo; y pendrft contra ti
ingenios, y ftindarA contra tí baluarte,
y afizmarA contra tí eicndo.
9 Y pondiA centra ella trabucas, con-
tra tns muros, y tus tmnea destruiíA con
sua martillos.
10 Por la multitud de sus oabidlos te
cnbrlrA el polvo de ellos ¡ con el estru-
endo de los entallaros, 7 de laa ruedas,
7 de los carros, temblaxAn tus muros,
onando entrAre por tus puertas como
por ptHTtiUos de ciudad destruida.
U Con las oflas de sus caballos ho-
llarA todas tus calles : A tu pueblo ma-
tanfc A cuchillo, 7 laa estatuaa de tu
fortaleza caerAo A tienta.
18 T robarAn tns xiqnecas, 7 saquearán
tna mercadtias : 7 arruinarán tus mu-
roa, 7 tna casas preoiosas destrniria ; 7
ponuAn tns piedras, 7 tu madem 7 tu
pdro, en medio de laa aguas.
18 Y haré caaar el estrépito de tus
cancionea «, 7 no se oiíA mas al son de
ta»Tib«8la».
ni nunca naa
aeras edificada, ponue yo JeiiovA he
hablado, dioe el Seflor JehovA.
16 Aai ha dicho el Saflor JehovA A
Tiro : ¿ No se estremecerán las islas al
aalmendo de tu calda, cuando grltavAn
loa hacidos, cuando se harA la matania
en medio de tí ?
18 Mntdnces todos lea príndpea de la
mar dsniaaihrán de sus alllaa, 7 se qui-
tarán sus mantos, 7 demudarán sus bor.
dadaa ropas 1 de espantos/ se Testiráa ;
sentaránaa sobre la tierra, y temblarán
A cada momento, y eataónn sobre ti
atdnitosf.
17 Y levantarin ubre tí endtohas, 7
te dirán* : ¿Odmo peteciste tü, pobuuu
en iM mares, ciudad que ftié alabada,
que filé fWerte en la mar, ella 7 sus ha-
bétantes qtte ponían su eapanlo A todos
Busmoradom?
18 Ahora se estrsmecetáa las islas en
el dia de tu calda •; tí, las Islas que
eotám en la mar se eqMmtarán de tu
éstto.
19 Poroue así ha dicho el Selknr Je-
hovA: YO to tomaré ciudad asolada,
como las ciudades que no se haUtan ;
haré subir sobre ti el abismo, 7 las mu-
aguas to cubriíAn.
80 Y te haré descender oon los «rae
áearienden al sepulcro*, con el puenlo
del si^o ; 7 te pondré en lo mas ht^
de la tierra, como los dedertas antiguos,
con los que desciendan al sepulcro, para
que nunca maa seas poblada : 7 70 daré
gloria en la tierra de ws vivientes.
81 Yo te tomaré en espanto, 7 no se-
rás: 7 serás buscada, 7 nunca mas serás
hallada, dice el Seflor JdiovA.
OAPITULO XXVII.
Rtfmemta H ftof^a A Tiro mmo nmm fe«r-
HMMO gotera ; f para «Mirar «neorutetf-
oml» a$ Ja rmima, r^fmro «tato oran mm
rifoitmu, nu eowlriilaa'oiMf, Im jwuMos
ové coM Ma t(mtraM>a»t y «a fftM oaerU
do mureaárrúu.
Y FUÉ A mí palabra de JdiovA, di-
ciendo:
8 Y tü, h^o del hombre, levanta en-
dacdun* sobre Tiro.
8 Y dirás A Tbro, que estA asentada A
las entradas de la mar, meroadcra de
loa pueblos de muchaa islas* : Así ha
dicho el Seflor JehovA: Tiro, td has
dicho. Yo soy de perfiecto hermosura.
4 Bn el corajum de las mares eatAn tas
términos: los que to edificaron, eom-
pletaron tu bdleui.
5 De ba7aB del monte Senir te fiíbri*
carón todas las tillas: tomaron cedras
del Líbano para hacerte el mástil.
6 De castafios de Basan « hicieron tna
remos; oompaflia de Asirios biso tas
bancos de marfil de las islas de Kühim.
7 De fino Uno bordado de Egipto fué
ta cortina, para que te sirvieie de vela ;
de eárdeno 7 grana de laa islas de £U-
sah d fué tu pabellón.
8 Los mofadores de Bidón 7 de Arvad
fueron tas remeros : tas sabios, oh Tiro,
aataban en ti ; alloa fueron tus pilotos.
9 Los ándanos de Qebal • 7 sus sabioa
repararon tus hendeduras: todaa las ea-
lenj de la mar y los remeros de ellas
fueron en tí para negociar tus negodoa.
10 Penas 7 Lidies/, 7 los de Putf,
ftioon en tu dérdto tns hombres de
guerra* : escudos 7 capacetes colgaron
en tí ; ellos te dieron tu honra.
11 Los h^ca de Arvad con ta i|)érdto
eatovieron sobre tus muros al rededcr,
7 loa Gammadéoal
/OTILIO.
90sp.V.Uk
*Ap.l8.9.
«var.lA.
tCap.n.18,
9*.
Mu. 16. 80,
n.
8d. 98.1.
•Oap.9e.17.
til. 98. 8.
ata.
•IS.IU.
<a«a.ia4.
•iaL88.r.
/G«B.li(US.
f QHm. 10. 6.
A Jsr. 46. ».
IkombrM
fiurtoo
la
A. a oír. B88.
EZEQÜIEL, XXVm.
<8Cr.20.88.
»a«n.io. X
t C»p. 88. 8.
» BiJ.48.7.
• Ap. 18. »,
19.
J* Jer. fi. S8.
Jonft 3. 8.
t Miel. 18.
•'Brt.i.1,4.
eacudo* colgaron Mbre tai munt al re*
dador : ellos completaron tu hermoaura.
15 Tharsi» •' tu mcrcadera, 4 eauía de
la multitud de todas riquezas en plata,
hierro, esta&o, y plomo, dló en tus fe-
rias.
la Grecia, Tubal, j Meseeik, tus mer-
caderes, con hombres, y con vasos de
metal dieron en tus ferias.
14 De la casa de Th0|p>rmal, caballos
y caballeros, y mulos, dieron en tu mer-
cado.
16 Los h^jos de Dedan" eran tus ne-
gociantes : muchas islas tomaban mer-
cadería de tu mano ; cuernos de marñl,
y pavos te dieron en presente.
Iti Siria fui tu mercadera por la mul-
titud de tus labores : con parlas, y pur-
pura, y vestidos bordados, y linos finos,
y corales, y rubíes, dio en tus ferias.
17 Judá, y la tierra de Israel, eran tus
mercaderes : con trigos de M inith y
Pannag, y miel, y aceite, y resina, die-
ron en tu mercado.
18 Damasco, tu mercadera por la mul-
titud de tus labores, por la abundancia
de todas riquezas, con vino de Uelbon,
y lana blanca.
19 Asimismo Dan y el errante Javan
dieron en tus ferias, para negociar en
tu mercado hierro labrado, mirra des-
tilada, y cafla aromática.
flO EKsdan fui tu mercadera con paflos
preciosos para carros.
SI Arabia y todos los príncipes de Ce-
dar, mercaderes de tu mano en cor-
deros, y cameros, y machos cabrios : en
estas cosas ftieron tus mercaderes.
2S Los mercaderes de Reba y de Ra-
ama fueron tus mercaderes con lo prin-
cipal de toda esnecierla; y toda piedra
preciosa, y oro, dieron en tus ferias.
88 Harán, y Oanneh, y Heden, los
mercaderes de Seha, de Asirla, y Chil-
mad, contigo contrataban.
94 Estos tus mercaderes negociaban
contigo en varias cosas ; en mantos de
Jacinto, y bordados, y en c^as de ropas
preciosas, enlazadas con cordones, y en
madera de cedro.
85 Las naves de Tharsb, tus cuadri-
llas, fiteron en tu negociación : y fuiste
llena, y fuiste multiplicada en gran ma-
nera en medio de los mares.
86 ^ En muchas aguas te engolfaron
tus remeros : viento solano te quebran-
tó» en medio de loa mares.
87 Tus riquezas, y tus mercaderías, y
tu nq^iacion, tus remeros, v tus pi-
lotos, los reparadores de tus hendedu-
ras, y los agentes de tus negocios, y
todos tus hombres de guerra que hay en
tí, con toda tu compañía que en medio
de tí M halla, caerán en medio de los
mares el dia de tu calda.
88 Al estrépito de las voces de tus ma-
rineros temblarán los arrabales.
88 Y descenderán de sus naves todos
los que toman remo ; remeros, y todos
los pilotos de la mar se pararán en ti-
erra.
ao T harán oir su voz sobre tí, y* gri-
tarán amargamente: y echarán polvo
sobre sus cabezas, y se revolcarán en la
ceniza^.
SI T haránse por tí eaWav, y se eefii-
rán de sacos', y endecharán por tí ende-
chas amargas con amargura de alma.
88 Y levantarán sobre tí %ndechas en
sus lamentaciones, y endecharán sobre
tí diciendo : ¿ Quién como Tiro, como la
destruida en medio de la mar ?
88 Cuando tus mercaderías salían de
las naves, hartabas muchos pueblos : los
reyes de la tierra enriqueciste con la
multitud de tos riquezas, y de tos coa-
trataciones'.
34 En d tiempo que serás qaebraatsds
de las mares en los profundos de lu
aguas, tu comercio y toda tu compsfiia
caerán en medio de tí.
85 Todos los moradores de las islss le
maravillarán sobre tí, y sos reyes tem-
blarán de espanto ; imnutaiánse en lu
rostros.
36 Los mercaderes en los pueblos < sil-
barán sobre ti : vendrás á ser espaiito,y
dejarás de ser para siempre*.
CAPITULO XXVIII.
JEk^mM intinu» al rejf de Tiro m ignomím-
o»a eaida y mmerUfor m «oto-Wo. Jenm-
da la deMolaeioH de Bidcn, y fredUe d
reetabUeimievio d» ia-oel.
Y FUÉ á mí palabra de JAová, di-
ciendo :
8 H^o del hombre, di al ptindpe de
Tiro: Asi ha dicho á Señor Jehorá:
Por cuanto se enalteció tu corazón, y
dglste: Yo soy Dios, en la silla de Dios
estoy sentado' en medio de las mares:
siendo td hombre, y no Dios ; y has pu-
esto tu corazón como corazón de Dios :
8 Há aquí que tií eres mas sabio* qoe
Daniel I*: no hay secreto que te sea
oculto:
4 Con tu sabiduría y con tu prudencia
te has Juntado riquezas, y has adquirido
oro y plata en tus tesoros :
5 Con la grandeza de tu sabldoria en
tu contratación has multiplicado tus ri-
quezas ; y á causa de tus riquezas se bs
enaltecido tu corazón « :
6 Por tanto asi ha dicho el Seftor Je-
hová: Por cuanto pusiste tu corazón
como corazón de Dios,
7 Por tanto hé aquí que yo traigo sobre
tí extratios, los ftiertes de las gentes',
que desenvainarán sus espadas contrs bi
hermosura de tu sabiduría, y ensudarin
tu esplendor.
8 A la huesa te harán descender, y
morirás de las muertes de loa que mu-
eren en medie de las mares.
9 ¿Hablarás delante de tu matador
diciendo: Yo toy Dios*? Td hombre
teráe, y no Dios, en la mano de tu ma-
tador.
10 De muerte de incircuncisos/ mo-
rirás por mano de extraños : poique jo
he hablndo, dice el SeOor Jdiová.
11 Y Y fué á mí palabra de Jdwvá,
diciendo :
18 Hyo dd hombre, levanta endecbaí
sobre el rey de Tiro, y díle : Así ha di-
cho el Señor Jehová : Td que echas el
sello á la proporción, lleno de sabidaiia,
y acabado de hermosura,
13 En Edén, en el huerto de Dios es-
tuviste V: toda piedra preciosa fhé tn
vestidura ; el saraio, topacio, diamante,
crisólito, onique, y berilo, el zafiro, car-
bunclo, y esmeralda, y oro : los primores
de tus tamboriles y pífenos estuvieron
apercibidos para ti en el dia de tu ore-
ación.
14 Td, queruUn grande, eubrlder; y
yo te puse : en el santo monte de Dios
estuviste ; en medio de piedras de feego
has andado.
15 Perfecto era» en todos tos caminos
desde el dia que Aliste criado, hasU qne
se halló en tí maldad.
16 A causa de la multitud de tn eon-
tratación fuiste lleno da tnionidad, y
pecaste : por lo que yo te eché del nenie
de Dios, y te arrojé de entre las piedns
de fuego, oh querubín cntNidor.
17 Enaheoiose tu corazón á eaoaa de
tu hermosura ; corrompiste Cu sabidaiía
>Oif&U.
iJecU-K.
A. a dr. 688.
EZEQUIEL, XnXy XXX.
A. a clr. 588.
kCsn.9S.Sl.
13.
Ser. 25.22.
T-i7. 8.
lC*p.S8.23.
! K«.SS. S&
Jom. SS. 1»'
» It. 11. 13.
U.
tCbp. 80.98.
• Jer. 2S. tt-
>GM.88aS.
14.
C*pul.9-
Jer, 25. 1»-
Cap-
b. XIX. ^
ler.XliVI-
Sal.74.lS'
14.
[ílZ7. 1-
rSl. ».
C»p. 88. ^
to. »7. 29.
Jar. 29.:
ZKay. I*-
1.
a. SO. 9. 7.
er. S?. ^
le
á esiisa de tu resplandor : yo te enojará
Kr tierra ¡ delante de los reyes te pon.
é para que mtaen en ti.
18 Con U multitud de tus maldades, y
oon la iniquidad de tu oontntacion en.
sudaste tu santuario: yo pues saqué
fuego de en medio de ti, el cual te con-
evnló, y pdsete en cenixa sobre la tierra
á los ot)oa de todos los que te miran.
10 Todos los que te conocieron de en.
tre los pueblos, se maraTiUarán sobre
ti : en espanto ser&s, y para siempre de-
Jarás de ser A.
90 Y Y ftié á mí palabra de Jlehová,
diciendo :
21 Hijo del hombre, pon tu rostro ha-
cia Sidon i, y profetisa contra ella.
93 T dirás : Así ha dicho el Seftor
Jehorá: Hé aquí yo contra tí, oh Si-
don, y en medio de ti será glorificado:
L sabrán que yo «qy Jehová, cuando
nere en ella juicios, y en ella me
santificare.
98 T enTÍasó á ella pestilencia k, y
sangre en sus plazas ; y caerán muer-
tos en medio de ella con espada contra
ella al rededor: y sabrán que yo »oy
Jehová.
94 Y nunoa mas será á la casa de Is-
rael espino que le punce', ni espanto
que le dé dolor, en todos los alrededores
de los que les menosprecian : y sabrán
que yo «oy Jehorá.
95 ^ Así ha dicho el Sefior Jehová :
Cuando juntaré la casa de Israel de los
pueblos entre los ouales están esparcí,
doa •", entonces me santificaré en ellos <*
á los ojos de las gentes, y habitarán en
su tierra •, la cual di á mi sierro Jacobs.
96 Y habitaián en día seguros ; y e¿-
ficarán casas, y plantarán viflas, y. habi-
taran confiadamente, cuando yo haré
Juicios en todos los que los despegan en
sua alrededores: y sabrdn que yo soy
Jdiorá su Dios.
CAPITULO XXIX.
Pr<lfttiaa tomira Faraón ny d* Egipto y nt
turra, vor laJaUtriad á4 tu eondmeta «on
¡o» JudíM. Oou el dMpq/a d* Efifto or-
dena Diot fiM ita pagado el niircito de
lo» Oaldéot, por lo» traü^fo* que pa»aron en
H litio de Tiro, enviaaoi alíá por Diot.
Anúneiate la rettauraeion de Itrael.
ES el año* décimo, en el mea dé-
cimo, á los doce del mes, fVié á mí
palabra de Jehová, diciendo :
9 Hijo del hombre, pon tu rostro con-
tra Pharaon, rey de Egipto ft, y profe*
tiza contra él y contra todo Egipto «.
8 Habla, y di : Así ha dicho el Señor
Jebová: Hé aquí yo contra tí, Pharaon
rey de Egipto, el gran dragón d que yace
en medio de sus ños, el cual d^ : Mió
ee mi rio, y yo me lo hice*.
4 Yo pues pondré anzuelos en tus
maíllas/, y pegaré los peces de tus rios
4 tus escamas, y te sacaré de en medio
de tus rios, y todos los peces de tus rios
galdrán i;egados á tus escamas.
6 Y depárete en el desierto, á ti y á
todoe los peces de tus rios : sobre la haz
del campo caerás; no serás recogido,
ni serás juntado : á las bestias de la ti-
erra y á las aves del délo te he dado g
por comida.
0 Y sabrán todos los mocadores de
Xgipio que yo soy Jdiová; por ouanto
Aieron bordón de oa&aA á la casa de
Israel.
7 Cuando te tomaron con la roano,
te quebraste', y les rompiste todo el
Itotnhto i y cuando se recostaron sobre
tí, te quebraste, y los deslomaste en-
teramente.
8 Por tanto así ha dicho el Sefior Je-
hová : Hé aquí que yo traigo contra tí
espada, y talaré de tí hombres y bestias.
9 Y la tierra de Egipto sena asolada y
desierta ; y sabrán que yo aoy Jehová :
porque dijo : Mi rio, y vo lo hice *.
10 Por tanto hé aquí yo contra tí, y
contra tus rios; y poncuré la tierra de
Egipto en asolamientos de la soledad del
desierto, desde MigdoW hasta Seveneh,
hasta el término de Etiopia.
11 No pasará por ella pié de hombre,
ni pié de bestia pasará m>r ella ; ni será
habitada por cuarenta anos.
19 Y pondré á la tierra de Egipto en
soledad oitre las tierras asoladas, y sus
ciudades entre las ciudades destruidas
estarán asoladas por cuarenta alkM: y
esparciré á Egipto entre las gentes, y
aventarélos por las tierras.
18 Porque así ha dicho el SeBor Je-
hová; Al fin de cuarenta aflos juntaré
á Egipto de los pueblos entre los cuales
fueren esparcidos.
14 Y tomaré á traer los cautivos de
Egipto, y los volveré á la tierra de Pa-
tros, á la tierra de su habitadon ; y allí
serán un reino b^jo.
15 En comparación de los otros reinos
será humilde; ni mas se alzará sobre
las gentes: porque yo los disminuiré,
para que no se enseñoreen en las gentes.
Itf Y no será mas á la casa de Israel
por confianza"*, que haga aoordar el
pecado mirando en pos de ellos ; y sa-
Diún que yo »oy el Señor Jehová.
17 ir Y aconteció en el año veinte y
siete, en el met primero, al primero del
mes, que fué á mí palabra de Jehová,
dideudo:
18 Hgo del hombre, Nabucodonosor
rey de Babilonia hizo á su elérdto pres-
tar grande servido contra Tiro ». Toda
cabeza se encalveció, y pelóse todo hom-
bro: y ni para él ni para su ejército
hubo paga de Tiro por el servicio que
prestó contra ella.
19 Por tanto asi ha dicho el Señor
Jehová: Hé aquí que yo doy á Nabu-
codonosor, rey de Babilonia, la tierra de
Egipto ; y él tomará su multitud, y co-
gerá sus despojos, y arrebatará su presa,
y habrá paga para su ejército.
90 Por su traluOo con que sirvió contra
eUa le he dado la tierra de Egipto ; por-
Sue trabajaron por mí, dice el Señor
ehová.
31 En aquel tiempo hará reverdecer
el cuerno <> á la casa de Israel, y te daré
apertura de boca en medio de dios : y
sabrán que yo soy Jehová.
CAPITULO XXX.
Bisut pro/etiíanda contra Egipto y su r«y.
Y FUÉ á mí palabra de Jehová, di.
dendo:
9 Hijo del hombre, pofetiza, y di:
Así ha dicho el tseñor Jehová : Aullad,
¡ Ay del dia !
8 Porque cerca está el dia, cerca está
el dia del Señora; dia de nublado, dia
de las gentes será.
4 Y vendrá espada á Egipto ; y habrá
miedo en Etiopia cuando caerán heridos
en Egipto, y tomarán su multitud, y
serán destruidos sus fundamentos.
6 Etiopia, y Libia, y Lidiad, y todo el
conjunto de pueblo «, y Chfib, y los hi*
jos de la tierra de la liga^, caerán con
ellos á cuchillo.
6 Así ha dicho Jehová : También ca-
erán los que sostienen á Egipto ; y la
altivez de su fortaleza caerá : desde Mig.
dol hasta Seveneh caerán en él á cu-
chillo •, dice el Seftor Jehová.
A ver. 8.
i Bz. 14. a.
Jer. 4i. 1.
»Is.8Ll,8.
ya«.4.e.
Jer. S. 86,
87.
La. 4. 17.
Os. 7. 11.
" Gap. a& 7,
eto.
Jsr. 37. 6.
•BaL182.
17.
•J<Ml8.L
*G«a.l0.6.
18.
•Jer. 35. 90,
34.
rf Jar. 43.18,
17.
Hech.8.S5.
•Cap. 29. 10.
A.Ccir.S8&
BZBQUIEI4 XXXL
i.C*.l
/OBIIb».10.
#b.l8.1.&
kTer. 94,36.
< Ohp. 88. 7.
*Ii.l9.4»e.
Ib 19. 1,
J«r. 48. 11.
746.98.
•CI»IIl99JÍ.
" Jtt. «. 14.
jrU.8.
• 0»ik 1. Z
J>J«r.48.8b
>BbLS7.17.
•'jw.r.e^
7 Y Mtáa MoladM cntae 1« tlcrru
Moladi, V niB dudadas Mnáa «at» hw
ciudades dedertat/.
8 Y sabrín que yo gojf Jdiorá» cuando
puaiara taego A Egipto, j faena qna-
brantadoa todos sus ayudadMaa.
9 En aquel tiempo saldiAn mens^e-
ns/ de iwlaiite de mí «n navios, á es-
pantar A Etiopia la oonfiada, j tendxAn
espanto como en el día de Egipto : por-
que loé aqui que viene»
10 Asi ha dicho el 8elVor JehovA : Haré
oesar la multitud de Egipto por mano de
Nabupodonosor, ny de Babilonia A.
11 Él, j con 4í su pueblo, los mas
Alertes día las gentes', sevAn traídos A
destruir la tierra : y desenvainaE&n sus
espadaa sobre Egipto, y henchirán la
tierra de muertos.
19 Y secará los rios*, 7 entregaré la
tierra en mano de malos, 7 destniirá la
tierra 7 su plenitud por mano de estran-
Jeroa : 70 JehovA he hablado.
18 Asi ha dicho el Se&ar JehovA : Des-
truiré también las imágenes i, 7 hará
cesar los ídolos de Mémphis : y no ha-
brA mas principe de la tierra de Egipto:
7 en la tierra de Egipto pondré temor.
14 Y asolará A Patios «, 7 pondré ñicgo
A Zoan, 7 luvé juicios en No.
15 Y denamaré mi ira sobre Sin, for-
talexa de Egipto, 7 talaré la multitud
de No.
16 Y pondré fuego A Egipto : Sin ten-
dxA gran dolor, 7 no ser» destrozada,
7 Mémphis tendrá continuas angusti-
as*.
17 Los mancebos de HeUopolis 7 de
Pi-beseth caesán A ouohillo ¡ 7 ellas iién
en cautiverio.
18 Y en Thaphnes será oenrado el día,
cuando quebrantará 70 allí las barras de
Egipto ; 7 oesaiA en ella la soberbia de
su GortaleEa: nublado la cubrixA, 7 los
moradores de sos aldeas irán en cauti-
verio^
19 Hará pues juicios en Egipto, 7 sa-
branque 70 soy JehovA.
90 f Y aconteció en el alk>« undécimo,
en el mm primero, A los siete del mes,
que Alé A mi palabra de JehovA dici-
endo:
91 Hijo del hombre, quebrantado he
el braior de Fharaon, rey de Egipto;
7 hé aquí qoe no ha sido vendado po-
niendo/e meididnas, poniéndole fl^a para
ligarlo, A fin de vigorarle para que pue-
da tener espada.
99 Por tanto asi ha dicho él Sefior
JdiovA: Heme aquí contra Pharaon rs7
de Egipto, 7 quebrará sus brazos 9, el
fuerte 7 el fneturado, 7 haré que la
espada se le caiga de la mano.
88 Y esparciré loa Egipcios entie las
gentes, 7 aventaráloa por las tierras.
94 Y fortificaré los brazos del re7 de
Babilonia, 7 pondrá mi espada en su
mane: mas quebraré los brazos de
Fharaon, 7 delante de aquel gemirA oon
gemidos di herido de muerte.
8S Fortificaré pues los brazos dd re7
de Babilonia, 7 los brazos de Fharaon
caerAn: 7 sabrán que 70 Mgy JehovA,
cuando 70 pusiere mi espada en la ma-
no del rey de Babilonia, 7 él la esten-
diere sobre la tierra de Egipto.
96 Y espardié los Egipcios entre las
gentes, 7 los aventaré por las tierras;
7 aabnn que 70 «oy JehovA.
CAPITULO XXXI.
Otmttmua XaiqttUi pnfMiamAi tomitra Mo-
roMi y n» rvAio^ e«i|w rvA%a JkoMa d» verU
JUmr—t —C MMM» eoytf y /«< da/tnMo el
imparto d$ ím AtirU». «o oMoete te gnu^
dm»dt tu fodgrtofi paria.
Y ACONTECIÓ «n el afie*
dmo, en d mes teiveio, d priman
dd mes, que fué A mí palabra de J»
hovA diciendo :
9 Hijo dd hombre, di A Phanoa, rq
de Egipto, 7 A su pueblo: * A qalñ
comparaste en tu gnadnae ?
comparaste
8 ^ Hé aquí era"el Asisio eedio en d
Líbano, h¿moee en ramas, 7 «nbnts
oon sus ramos, 7 de grande dtars, 7 n
oopa estaba entre densas ramas.
4 Las aguas lo hicieran crecer, encvm*
brólo el abisme : sus rios iban d nde*
dor de su pié, 7 A todos los árbdcs dd
campo enviaba sus corrientes.
5 Por tanto se encumbró su dtuia so-
bre todos los árboles dd campo, 7 mal-
tiplicAronse sus ramos, 7 A causa de las
mndias aguas se ala^puon sos xanas
que hahia echado.
6 En sus ramas hacían nido todas las
aves dd eielo«, v debajo de sa non^ie
parían todas las bestiaa del oampo; 7 á
su sombra habitaban mudus gantss.
7 Hízose pues hermoso en su giandesa
con la extensión de sus nmas; psiqne
su raiz estaba junto A muchas aguas.
8 Los cedros no lo cubrieron en d ha.
erto de Dios^: las ha7as no faena se-
mblantes A sus nmas, ni los eastailos
fueron semientes A sus ramos : alagan
Arbd en el huerto de Dios ftié sem^jiuM
A él en su hermosura.
O Híoelo hermoso oon la multitud de
sus ramas ; 7 todos loa áurbdes de Edén,
que cateban en d huerto de Dios, tuvi-
eron de él envidia.
10 Por tanto así dlijo el Reftor Jehovi:
Por cnanto te encumbraste* en altara,
7 poso su cumbre entre densas ramas, 7
su c(Mrazon se etevó/ eon su dtoa,
11 Yo lo entregué en mano dd Al-
erte de las gentes, que de derto le
manejaiA: por au impiedad lo he ar-
rqjadof.
19 Y le cortarán extraSos, los fiíertei
de las gentes*, 7 lo abandonarán: sos
ramas caerán sobre los montes, y por
todos los vdles, 7 por todas las aneja-
das de la tierra sezin quebrados sos ra-
mos; é iránse de su sombra todos los
pueblos de 1« tierra, 7 lo d^arán.
18 Sobre su ruina habitazán todas bs
aves dd cielo, 7 sobre sus ramas cstaiáa
todas las bestias dd campo>:
14 Para que no se deven en so sltina
los árboles todos de Junto d las aguas,
ni levanten su cumbre entre las espe-
suras, ni en sus ramas se psren por sa
altura todos los que beben woas : por-
2ue todos serán entregados A moeite*,
la tierra biO^» a medio de los hi)as
de los hombres, oon los que dasctsiwlpn
A la huesa/.
15 Así ha dicho d Seftor JehovA: El
dia que descendió A la sepultan, hiee
hacer luto, hice cubrir por él d aMamo,
7 detuve sus rios, 7 Im muehas anas
nieron ddenidas : 7 d Líbano eubn de
tinieblas por él, 7 todos los Artides dd
oampo se desmavaron.
16 Del estruendo de su odda Uc» tem-
blar las centes, cuando lo hioe deseen-
der A la toea con todos los que dsedso-
den A la sepultun; 7 todos les áftdes
de Edén escogidos, 7 los vun^ua» dsi
Líbano, todoa loa qoe bdicaí aguas, te-
maron oonsolaeioa » en la tiem bi^
17 TamUen eUoa descendieron ooa 41
A la fosa, con los muertos A ouehille, te
w fiunm su braao, loe one estavisna
su sombra en medio de las |_
18 ^ ¿ A quien pues te haa
do» asi en gloria 7 ee
los Arboles de Edén ?
'Oi^Lft'
t«.tL
I
/Ski*
llii.ll!.
li
1CHV&'
ySü.U.
b.is.i
tt.
KEQUIEL^ XXXII.
^. CL ttt.
9Uá» eoa lof kñMm dé EOen on la
ticn* beja: entra kn Incireunefsoe*
TMoerisi con Im nueitoa k ouehillo.
Este e» Phanon j todo ra ]^«eblo, dice
el Se&or Jehovi.
CAPITULO XXXII.
wAtka ti ymfáa la nritm é$ Pkmtaen y
largo '«rntUog» da lo> mm f r«tt«
XNm ka éBttraido par hahm-m heeha
hU$ MI H mnndo, po»ú»áo á Pkaraam y á
a» jNwNo «• «< RMMro <la «So*.
T ACONTECIÓ en el aflo* daodé-
eimo, en d mea duodécimo, al pri-
mero del OMs, que taé á mi palabra de
JclioT& difltendo :
9 H^o del hombie, lernnta endechas h
s(ri»« Pfaanum, ny de S^pto, j díle:
A Iconeillo de aentet «es semejante «,
7 eces como la ballena^ en las mares :
qoe sacates tos tíos, y enturbiabas las
agnas con tus pies, y hollabas sus ri-
beras*.
a Asi ha dicho el Sefior Jehová: To
extenderé sobre tí/ mi red con reunión
de muchos pueblos, y te harán inbiT
con mi espanvMt
4 Y te OQard en tiara ; te echaré so-
bre la haz del eaaspoy, y haré que se
aaienten sobre ti todas las aves del cielo,
y hartaré de tí las bestias de toda la
tierra*.
9 Y pondré toa carnes sobre los mon-
tes, jr nenchirá los valles de tu altura.
0 X rccaré de m sangre la tierra donde
nadas, hasta los montes; y los anoyos
se hcnehlrAa de tí.
7 Y cuando te habré muerto, cubriré
loa cirios, y haré entenebrecer sus es-
tréUas; el sol cubriré con nublado, y la
Ixam no hax6 resplandecer su luc i.
8 Todas las lumbreras de lus hará en-
tenebrecer en el cielo por tí, y pondré
tinieblas sobre tu tierra, dice el Señor
JehovL
9 Y entristeceré el corasen de muchos
pueblos, cuando Ueraré tu quebranta-
miento entra las gentes, por las tierras
que no oonoeiste.
10 Y haré atónitos ^bra tí muchos
pueblos, y sus revea tendrán á causa de
tí horror grande*, cuando haré resplan-
decer mi espada delante de sus rostros;
y todos se sobvesiUtarán en sus ánimos
4 cada momento' en el dia de tu calda.
11 Porque asi ha dicho el Señor Je-
hora : £a espada del rey de Babilonia
Tendrá sobre tí <".
19 Oon espadas de fuertes haré caer tu
Ceblo ; todos ellos »«rám los fuertes de
eentes». Y debtniirán la soberbia
de Egipto, y toda su multitud será des-
hecha.
15 Todas sus bestias destruiré de sobre
las muchas aguas : ni mas las enturbU
aeá pié de hombre, ni uñas de bestias
las enturbiarán*.
14 Entonces haré asentarse sus aguas,
▼ haré ir sus rioa como aceite, dice el
Sefior Jdiorá.
16 Cuando asolaré la tierra de Egipto;»,
7 la tierra fbere asolacte de su plnutud,
cuando heriré á todos los me en rila
osaran, sabrán que yo aoy Jefiorá.
16 Esta «a la endecha, y cantarte han :
IlM h^as de las «entes la cantarán : en-
decharán sobre Egipto, y sobre toda su
multitud, ^oe el Señor JehoTá.
17 ^ Taoontació en ei año duodécimo,
A los quince átí. mes, que flié á mi pa-
latoa ele JtAiOTá diciendo :
18 Hijo del hombre, endecha sobre la
OMdtitad de EMpto, y despéñalo á él,
7 á las riU'a» de tts gentes Alertes, en
la tierra dé los profundos, con loa que
descienden á la sepultura 9*
19 Porque eres tan hermoso, descien-
de, y yace con los IncireunciBosr.
90 Ontre los muertos á cuchillo caerln :
al cuchillo es entregado : traedlo á él y
á todos sus pueblos.
91 De en medio del infierno hablarán
á él los Alertes de los fbertes, con los
que le ayudaron, que descendieron, y
yacen con los Inebreunoisoa muertos á
cuchillo.
99 Allí Aasur oon toda su gente: en
derredor de él után sus sepulcros : to-
dos ellos cayeron muertos á cucUllo.
93 Sus sepulcros ÍVieron puestos á loa
lados de la fcsa, y su gente está por los
alrededores de su sepulcro : todos ellos
cayeron muertos á cuchillo, los cuales
pusieron miedo en la tierra de loa vivi-
entes.
94 Allí Elam^ v toda su multitud por
los alrededores de su sepulcro: todos
ellos cayeron muertos á cuchillo, los
cuales descendieron incircuneisos á los
mas profundos lugares de la tierra, por-
que pusieron su tenor en la tierra de
los vivientes ; mas nevaron su confusioo
con ios que descienden al sepulcro.
95 En medio de los muertos le pusie-
ron cama con toda su multitud : á sus
alrededores ssMn sus lepulcros: todos
ellos incircuncisos muertos á cuchillo,
porque fué puesto su espanto en la ti-
erra de los vivientes; mas llevaron su
confusión con los que descienden al se-
pulcro : él fué puesto en medio de loe
muertos.
96 Allí Meseeh «, y Tubal, y toda su
multitud : sus sepulcros en sus alrede-
dores : todos ellos inoirennelsos muertos
á cuchillo, porque hablan dado su ter-
ror en la tierra ae los vivientes.
97 Y no yacerán con los fuertes que
cayeron de los indreuncisos, los cuales
descendieron al sepulcro con sus armas
de guerra, y pusieron sus espadas de-
bajo de sus cabeaas: mas sus pecados
estarán sobre sus huesos, porque fueron
terror de fuertes en la tierra de los vi«
vientes.
98 Td pues serás quebrantado entre
los incircuncisos, y yaoer&s oon los mu-
ertos á cuchillo.
99 Allí Iduméa*, sus reyes, y todos
sus principes,, los cuales con su fi>rta-
leza Alerón puestos con los muertos á
cuchillo: ellos yacerán con los incir-
cuncisos, y con los que descienden al
sepufcro.
ao Allí los prfhcipes del Aquilón, to-
dos ellos, y todos los de Siüon', que
con su terror descendieron con los
muertos, avergonzados de su fortaleza,
yacen también incironncisos con los
muertos á cuchillo, y llevaron su con-
fesión con los que descienden al se-
pulcro.
31 A estos verá Fharaon, y consola-
ráse V sobre toda su multitud ; Fharaon
muerto á cuchillo, y todo su ^ército,
dice el Señor Jehová.
89 Porque yo puse mi terror en la
tierra de los vivientes, también yacerá
entre los incircuncisos con los muertos
á cuchillo, Fharaon y toda su multitud,
dice el Señor Jehová.
CAPITULO XXXIIL
M'- oM» d* vurúadKfo fn/éla m amonitmr
á M peeadoTM. Jutíteta «ial proeeiar da
Díaa |Mira «om cUm. Prt^ttiía Smqniet
eoulra. la «ana pruuneion da loa JiuUm
«na ae mudaron a« aa Brapio patt, y eoH~
h-a la hipoerMÚfdt toa qtie altaba» airHo.
Monia.
«Ospk U.U.
•-Cap.9&10.
•Jar. 4». 84.
«lo.
<Gap.8r.lS.
y 88. 2.
C>«B.ia&
••Jer.S5.19.
eto.
Ab.9i«te.
'Ckp. 38.91.
yCsp.SL16.
A.O.fiM.
EZEQUIEL, XXXTTT, XZXIY.
LCW.
• Csp.14. 17.
»C«ii.l8.1S,
etc.
• Cmp. 8. 17,
etc.
^ Pro. 15. 10.
Jua 8.34.
•Gftp.M.28.
/Cap. 16. 38.
2 (te. 14. 14.
Oik 11. 8.
2 F«d. 8. 9.
« Cm. 8. 20.
y 1^24.
ete.
APro. 28.18.
•' Gftp. 18. 7,
«te
tBx.22.1,4.
La. 6. 2. 5.
I Le. 18. 5.
»C»pJ8.35.
Pro. 19. 8.
Y FUÉ á mi palabra de JehorA, di-
ciendo :
2 Hijo del hombre, habla á los hijos de
tu pueblo, y dlles: Guando triO^B yo
espada* sobre la tierra, y el pueblo de
la tierra tomare un hombre de sus tér-
minos, y se lo pusiere por atalaya ;
8 Y él viere reñir la espada sobre la
tierra, y tocare cometa, y avisare al
pueblo ;
4 Cualquiera que oyere el sonido de la
corneta, y no se apercibiere, y viniendo
la espada, lo tomare, su sangre será
sobre su cabeza.
^ £1 sonido de la cometa oyó, y no se
apercibió; su sangre sehl sobre él i:
roas el q;ue se apercibiere, librará su
▼ida.
6 Pero si el atalaya viere venir la es-
pada, y no toc¿re la cometa, y el pueblo
no se apercibiere, y viniendo la espada,
tomare de él alguno, él por causa de su
pecado fué tomado ; mas demandaré su
sangre de mano del atalaya.
7 Td pues, hijo del hombre, yo te he
puesto por atalaya á la casa de Israel «,
y oirás la palabra de mi boca, y les a-
percibiiás de mi parte.
8 Diciendo yo al impío: Implo, de
cierto morirás; si tü no hablares para
que se guarde el impío de su camino,
el impío morirá por su pecado, mas su
sangre yo la demandaré de tu mano.
9 Y si tü avisares al impío de su ca-
mino, para que de él se aparte, y él no
se apartare de su camino, por su pecado
morirá él ^ , y tü libraste tu vida.
10 Tü pues, hHo del hombre, di á la
casa de Israel : Vosotros habéis hablado
así, diciendo : Nuestras rebeliones y nu-
estros pecados ettúM sobre nosotros, y
á causa de ellos somos consumidos':
c cómo pues viviremos ?
11 Diles ; Vivo yo, dice el Señor Jeho-
vá, que no quiero la muerte del impío,
sino que se tome el implo de su camino,
y que viva/. Volveos, volveos de vues-
tros malos caminos : ¿y por qué mori-
réis, oh casa de Israel ?
12 Y tü, huo del hombre, di á los hijos
de tu pueblo : La justicia del Justo no
lo lihñrá el dia que se rebelare' ; y la
impiedad del implo no le será estorbo
el dia que se vol viere de su impiedad;
y el justo no podrá vivir por su justicia
el dia que pecare.
13 Diciendo yo al justo. De cierto vivi-
rá, y él confiado en su justicia hiciere
iniquidad, todas sus juüicias no ven-
drán en memoria, sino que morirá por
su iniquidad que hizo. «
14 Y diciendo yo al impío. De cierto
morirás ; si él se volviere de su pecado *,
é luciere juicio y justicia,
15 ai el implo restituyere la prenda»,
devolvlere lo que hubiere robado*, ca-
minare en las ordenanzas de vida', no
haciendo iniquidad, vivirá ciertamente
y no morirá:
16 No se le recordará ninguno de sus
pecados que había cometido : ¿ hizo
juicio y justicia ? vivirá ciertamente ?
17 Luego dirán los hijos de tu pueblo.
No es recta « la via del Sefkir : la via de
ellos et la mte no es recta.
18 Cuando el justo se apartare de su
justicia, é hiciere iniquidad, morirá por
ello.
10 Y cuando el impío se apartare de
BU Impiedad, 6 hicieie Juicio y justicia,
vivirá por ello.
SO Y dijisteis, no es recta la via del
Sefior. Yo os juzgaré, oh casa de Is-
rael, á cada uno craifinme á sus caml-
noi.
81 ^ Y aconteció en el aiko duodécimo
de nuestro cautiverio, en el nut décimo,
á los cinco del mes, que vino á mi un
escapado de Jerusalem diciendo: La"
ciudad ha sido herida.
89 Y la mano de Jehová haUa rido
sobre mi 1» tarde antes que el escapado
viniese, y babia abierto mi boca, hasta
que vino á mi por la mañana ; y abiié
mi boca, y no mas estuve callado.
S8 ^ Y filé á mi palabra de Jehová,
diciendo :
84 Hijo del hombre, los que haUtai
aquellos desiertas en la tiora de Israel,
hablando dicen: Abraham era uno*, y
poseyó la tierra: pues nosotros jomet
muchos ; á nosotros es dada la tiená en
posesión.
85 Por tanto díles: Asi ha dicho el
Señor Jehová : ¿ Coa sangre comeiéis?,
y á vuestros ídolos f alzaréis vuestros
otjos, y sangre derrañoaréis, y poseeréis
vosotros la tienra ?
86 Estuvisteis sobre vuestras espadas,
hicisteis abominación, y contaminasteis
cada cual la mnjer de su prójimo : ¿ j
habréis de poseer la tierra ?
87 Les dirás así : Así ha dicho d Se-
ñor Jehová : Vivo y», que los que etíá»
en aquellos asolamientos, caerán á ea-
chillo ; y al que atavien sobre la haz
del campo entregará á las batías que lo
devoren ; y los que eiimñeren en las for-
talezas, y en las cuevas, de pestilencia
morirán.
88 Y pondré la tierra en desierto y
en soledad', y cesará la soberbia de m
fortaleza ; y los montes de Israel* serán
asolados que no kaifu quien pase.
89 Y saorán que yo m¡f Jehová, cu-
ando pusiere la tierra en soledad y de.
sierto, por todas las abominaciones que
han hecho.
30 ^ Y tü, hijo del hombre, los hiios
de tu pueblo se mofim de ti junto á las
paredes, y á las puertas de las casas, y
habla el uno oon el otro, cada uno con
BU hermano, diciendo : Venid ahora, y
oid que palabra que sale de Jehová.
31 Y vendrán á ti como venida de
pueblo, y se sentnfán fielante de tí etmo
mi pueblo, y ohrwi tus palabras, y no
las pondrán por obra : antes hacen ha-
lagos con sus bocas <, y el ooraioo de
ellos anda en pos de su avaricia.
38 Y hé aquí que tü ere* á ellos como
cantor de amores, oracioso de voz y que
canta bien: y oirwi tus palabras, mal
no laspondrán por obra.
83 Bmpero cuando ello viniere, (he
aquí que viene,) sabrán que hubo pro-
nta entre ellos «.
CAPITULO XXXIV.
Contra Um malo» fottoreg y gohtnMiáan$,f«r
etiya ftegligtneta, avarina, y emdM n'o-
tomieníot, habta «üio Mpore^ W mmMs
d* DiM, y M^Mo Á ámnt taUmátémi
para rmuMc d* lo emai m fto»iá» ta ••-
toda dé im Pattar, «I emaí rwMitrá • «pa-
MAiord mu ovffoM, y la» hmri kmar —
la tierra ffctamdo loe bitne» dt la pos, «a
Umor de qu« nadie la» «tpanlr.
Y FUÉ á mí palabra de Jehová, di-
ciendo :
8 Hijo dd hombre, proAtísa contra
lo* pastares de IvnA ¡ profetiza, y dflcs
á los pastores : Aaí ha didie ai ScBor
Jehová : ¡ Ay de lo* pastoKs d* Iffael*»
que se apacientan a sí mismo*] ¿No
apacientan los pastorea lo* rebañas ?
a Goméis la leche, y o* vestís de la
lana : la gruesa d^gollaisA, no i^paoea-
tais las ov^ias.
4 No oonoborasteb las flacas, lal eB-
rastel* la cnftnna: ao UfMtcta l« per-
•ñ!
•kai
¿Cdr.ur.
EZEQUISL, XXXV.
A. a dr. 587-
httiaii
lFkU2S.
.11
oJqoebnuU, ni tomasteis la amontada,
ni bascasteis la perdida; sino one os
habéis ensefloreado* de ellas con auresa
7 con violencia.
fi Y están derramadas por falta de
pastor^; 5 ftieron para ser comidas de
toda bótia del campo*, y ftieron es»
paroidas.
< T andavieron perdidas mis OT^as/
por todos los montes, j en todo oolTado
alto : y en toda la haz de la tierra fueron
derramadas mis ovqas, y no hulK> qnien
buscase, ni qnien requiíícse.
7 Por tanto, pastores, oid palabra de
Jd>oT&:
8 Vivo JO, ha dieho el Seflor JefaovA,
qne por cuanto mi rebafto ftié para ser
robado, j mis ovejas fueron para ser
comidas de toda bestia del campo, sin
pastor; ni mis pastores buscaron mis
oT^as, sino qué los pastorea se apacen-
taron k sí mismos ff, y no apacentaron
mis ovejas,
9 Por tanto, oh pastores, oíd palabra
de JehoTá :
10 Asi ha dicho el Sefior JehovA : Hé
aquí yo á los pastores ; y requeriré mis
ovejas de su mano, v barrios dejar de
apacentar las ovejas*: ni los pastorea
se apacentarán mas á sí mismos ; pues
To libraré mis ovejas de sus bocas, 7 no
les serán mas por comida.
11 Porque así ha dicho el Sefior Jeho-
v&: Hé aquí que yo, yo, requeriré mis
ov^as, y las reconoceré •'.
13 Gomo reconoce su rebafio el pastor
el dia aue está en medio de sus ov^as
esparcidas, así reconoceré mis ovejas,
I las libraré de todos los lugares en que
nieron esparcidas el dia del nublado y
de la obscuridad.
13 Y YO las sacaré de los pueblos, y las
juntare de las tierras ; y las meteré en
su tierra A, y las apacentará en los mon-
tes de Israel por las ruteras, y en todas
las habitaciones del país.
14 En buenos pastos las apacentaré',
y en los altos montes de Israel será su
mivjada: allí dormirán en buena mi^a»
da m, y en pastos gruesos serán apacen-
tadas sobre los montes de Israel.
15 Yo apacentaré mis ovejas, y yo les
haré tener nuyjada, dice ei aeflor Je-
bová.
16 Yo buscaré la perdida», y tomaré
la amontada, y linuré la perniquebrada,
y corrobaré la enferma : mas á la gruesa
y á la fuerte destruiré*. Yo las apa-
centaré en juicio j>.
17 Mas vosotras, ovejas mias, así ha
dicho el Señor Jehová: Hé aquí que yo
Juzgo entre oveja y oveja, entre came-
ros y machos cabríos ?.
18 ¿ Os es poco que comáis los buenos
pastos, sino que tanÜjUn hoUds con vu-
estros pies lo que de vuestros pastos
queda ; y que bebiendo las aguas sen-
tadas, holléis ademas con vuestros {riés
Jas que quedan ?
19 Y luis ovejas comen lo hollado de
vuestros pies, y beben lo que con vue%
tros pies habds hollado.
90 Por tanto así les dice el Señor Je-
hová : Hé aquí que yo, yo. Juzgaré en-
tre la ove;}a gruesa y la oveja flaoa,
21 Por cuanto rempi^asteis con el
lado y con el hombro, y acorneasteis
con vuestros cuernos á todas las flaoas,
hasta que las esparcisteis fuera.
as Yo salvaré á mis ovejas, y nunca
mas serán en rapifla; y juzgué entre
oveja y ov^a.
S3 Y despertaré sobre ellas un pastor,
y él las apacentará; á mi siervo David :
él las apacentará, y él les será por pastor.
M Y yo Jehová les seré por Dios, y mi
siervo David principe en medio de ellos.
Yo J^ová he hablado.
SI5 Y estableceré con ellos pacto de
paz, y haré cesar de la tierra las malas
bestias r; y habitarán en el desierto se-
guramente, y dormirán en los bosques.
96 Y dará á ellas, v á los alrededores
de mi collado, bendición : y haré des-
cender la lluvia en su tiempo; lluvias
de bendición serán.
87 Y el árbol del campo dará su fhito,
y la tierra daiá su finito* : y estarán so-
bre su tierra sesuramente ; y sabrán que
yo soy Jehová, cuando quebrará las
coyundas de su yugo, y los libraré de
mano de los aue se sirven de ellos.
SU Y no serán mas presa de las gentes,
ni las bestias de la tiem las devorarán ;
sino que habitarán seguramente, y no
habrá quien espante '.
89 Y despertaréles una planta» por
nombre, y no mas serán consumidos de
hambre en la tierra, ni serán mas aver-
gonzados de las gentes :
ao Y sabrán aue yo su Dios Jehová tojf
con ellos ; v ellos «o» mi pueblo, la oasa
de Israel, dice el Sefior Jehová.
81 Y vosotras, ovejas mias, ovejas de
mi pasto, hombres «oís, y yo vuestro
Dios, dice el Seflor Jehová.
CAPITULO XXXV.
Pro/MUa la ruina d* láumta par tu <mw-
tmraoú odio y tU.nje$ al pttMo de XHo$.
Y FUÉ á mí palabra de Jehová, di-
ciendo:
5 Hijo del hombre, pon tu rostro hacia
el monte de Selr «, y profetisa contra él,
8 Y dile: Así ha dicho el Sefior Jeho-
vá : Hé aquí que yo contra ti, oh monte
de Seir, y extenderé mi mano contra tí,
y te pondrá en asolamiento y en sole-
dad.
4 A tus ciudades asolaré, v tü serás
asolado ; y sabrás (jue yo toy Jehová.
6 Por cuanto tuvute enemistades per-
nufts, y esparciste los hijos de Israel
oder de espada en el tiempo de su
aflicción b, en el tiempo extremamente
malo*,
6 Por tanto, vivo yo, dice el Seflor Je-
hová, que á sangre te diputaré, y sangre
te perseguirá : y pues la sangra no afaior-
reciste, sangre te perseguirán
7 Y pondré al monte de Selr en aso-
lamiento y en soledad, y cortaré de él
pasante y volvlente.
8 Y henchiré sus montes de sus mu-
ertos: en tus collados, y en tus valles,
y en todos tus arroyos, caerán ellos
muertos á cuchillo.
9 Yo te pondré en asolamientos per-
petuos, y tus ciudades nunca mas se
resuurarán*; y sabréis que yo soy Je-
hová.
10 Por cuanto d^iste : Las dos nacio-
nes, y las dos tierras serán mias, y las
poseeremos/, estando allí Jehová 9 ;
11 Por tanto, vivo yo, dice el Sefior
Jehová, yo haré confiwme á tu ira, y
conforme á tu zelo con que procediste,
á causa de tus enemistades con ellos:
y seré conocido en ellos cuando te Jua-
garé.
IS Y sabrás que ye Jehová he oído to-
das tus iiúurias que proferiste contra
los montes de Israel A, diciendo : Des-
truidos son, nos son dados á devorar '.
18 Y os engrandecisteis contra mi*
con vuestra boca, y multiplicasteis con-
tra mí vuestras palabras. Yo lo oí.
14 Asi ha dicho el Seflor Jehová:
También se alegrará toda la tierra cu-
ando yo te haré soledad.
•- Is. 85. 9.
$ Bal. 85. 13.
( Jer. 80. 10.
y 4fl. S7.
«aSa.?. 10.
Ia.6L8.
■Csp.85.lS,
eto.
Jer. 48. 7,
etc.
Amos 1. 11,
13.
Ab.10.
» Sal. 187. 7.
• Cap. 81.
80,84.
'BaL109.17.
•Jer. 40.18.
MaL 1.8.4.
/8aL88.4,
13.
98aL182.
18.
h Sal. 94. 9.
10.
i Oap. 86. 3.
i 1 Sa. 3. 8.
8aL78.8,9.
iLG.dr.M7.
EZEQÜIEL, IXXVX
Xt.dr.iff'
•0»pi 85.10.
i Boph. S. 8.
«la. 34.6,6.
Xa. 4. 21.
<G».S8.
10.11.
•8id.ia8.
8,4.
/Civ.aa.s.
'Amos 9.
18.14.
AIf.81.4.
<j6r.81.37.
788.12.
i Mu. 18. 83.
U Oonw t» alegntM tObre fai heredüd
de 1* eaaa de Israel, poRtoe Ibé áaotada,
asi te haré á tí : asolado será el monte
de Selr, j toda Iduméa, toda ella; j
sabrán qae yo M¡f Jdiová.
CAPITULO XXXVI.
Pnmemí de la muUa de loe hifu ée Ittad,
y rMtaNMmíeltfA ai lu tierra aor M» ^eeto
de la h<mdad det Beñori el ewU lee dará
■» eormen nmeto, y tm eepüHu mmv«
para eonoeerle y eiedieerU.
Y TÚ, hijo del hombre, profetisa
sobre los montes de Isnud, j di:
Montee de Isxad, oid palabra de Je.
hora:
8 Asi ha dicho el Señor Jéhová: Por
cuanto el enemigo d^Jo sobre vosotros,
Ba, también las altaras perpetuas nos
han sido por heredad*;
a Paofetisa por tanto, y di : Ast ha
dicho el Seik>r Jehová : Pues por eu<
anto asolándoos 7 tragándoos die todas
partes, pan que fuca& heredad á las
otras gentes, se os ha hecho andar en
boca & maUu lenguas, 7 «er ri oprobie
de los pueblos,
4 Per tanto, montes de Isiaél, oid pa-
labra del Sefior Jdtová : Asi ha dicho
el Selkor Jelwvá á loa montes 7 á los
ooDados, á los arroyos y á los valles, á
las ruinas 7 asolamientos, 7 á las du*
dades desamparadas qfie fueron puestas
á saco, y en es<aunaio & las otras gentes
alrededor;
5 Por eso así ha dicho el SelVor Jeho>
▼á: He liablado por cierto en el fuego
de mi zelob contra las demás gentes, 7
contra toda Idaméa«, que se diputa-
ron mi tierra por heredad ^ con alegría'
de todo oonuwn, con enconamiento de
ánimo, paza que sus expelidos fbesen
presa.
6 Por tanto profctlza- sotare la tierra de
Israel, y di á los montes 7 á los collados,
á los arro70s y á loa valles : Así ha dicho
el Selk>r Jehorá: Hé aquí que en mi
zelo y en mi furor he hablado, por cu-
anto habéis llevado el oprobio de laa
gantes e.
7 Por lo enai-asi dice el Señor Jdiová :
Yo he aludo mi nsano/, que las gentes
que oa están al rededor hü de llevar su
a&euta.
8 M a» vosotros, oh montas de Israel,
daréis vuestros ramos, y llevaréis vues-
tro fhito á-ml pueblo Israel 9; porque
cerca están para venir.
9 Porque heme aquí & voeotros, y á
vosotros me volveré, y seréis labrados
y sembrados.
10 Y haré mnltipUear sobre vosotros
hombres á toda la casa de Israel, todat
ella: y las ciudades han de ser habita-
das, y serán «diñeadas las ruinae*.
11 Y multipBeaié sobre vosotros hom-
bres, y bestias • : y serán multiplicados,
y orececán: y os haré morar eomo sa-
lláis antignamente; y os haré mas bien
que en vuestros principios: y sabréis
que yo «ly Jehová.
19 Y haré andar hombres sobre vos-
otros, á mi pueblo Israel ; y te poseerán,
y les seiés por heredad, y nanea mas
les matarás los hijos.
13 Así ha dicho el Señor Jehová ; Por
cuanto dicen de Tosotroa: Ckimedora de
hombres*, y matadora de loa li^os de
tu» g^tes has sido ;
14 jPor tanto no devóralas mas bom>
bres, y nunca mas matarás lo* hijoa á
tus feotes, dice el Señor Jehová.
15 Y nunca maa te haré oir lujuria de
gantes, ni mas llevarás denuestos de
puebles, ni hará» mas moif r los MDos á
,tas gentes, dice el Señor Jehová.
19 Y T fti4 4 mí pflfalbili d» Jdkoivii
diciendo :
17 Hijo dd buwbre, iiMnxnlo en aa
tierra a casa de Israel, la oentailaifiav
ttíat con «oa dañinos y con sos obras:
ooimo inmundicia de mensftojoaa fué sn
oamlno delante át xtA «.
18 Y derramé mi ira sobre c3Iob pOV
la» sangres qae detframarott strtufa la
tierra*; porque con soa iil<rioa la con-
taminaron.
U> Y eipareflos por las gemí», y fue-
ron aventados por las tierras : c«Rdbnne
á s«B caminos y eonfonne á sus obraa
los Juzgué. •
80 Y entrados i lat genfts sdonde fue-
ron, profanaron mi santo nomíbre*, dt-
olendose de ellos : Bstos eon pueblo de
J^ová, y de BU tiem de él han salido.
81 Y he tenido lásllma en atenefon á
mi santo nombreí», el tsoA proibnó la
casa de Israel entaa las gentes adeude
ftaeron.
98 Por t»to di á la catt de latuid :
Asi ha dicho el Señor Jebo«á: No lo
hago por vosotros, oh «asa de Isradf,
siao por cansa de mi santo nombre*", d
anal profanasteis vosotros entre laa gett-
tea adonde habeU llegado.
88 Y santífiearé mi grande nombK
piofkinado entre las gentes, el cual pro*.
ranasteis vosotros en medio de eliaa ; y
sabrán las sentes que yo «¡y JcAo^r4,
dioe el Señor Jehová, cuaiodo foere
santificado en voeotros ddante de aaa
<Qote.
84 Y 90 os tomanS de laa gentes, 7 <¡t
Juntaré de todas las tlorras, y os uauíié
4 vuestros pais *.
96 Y espardrt sobre vosotros agtta
limpia*, y seréis limpiados de todas
vttestraa Inmundicias*; y de todoe ▼«-
estros ídolos os Umplaíé.
98 Y os daré coraxaa nuevoy, y pon-
dré espíritu nuevo dentro de vosotroa:
y quittoé de vuestra carne el coraxon de
piedra, y os daré coraxon de carne k.
97 Y pondré dentro de vosotros* mi
Esjpíritu, y haré que andéis en mis
mandamientos, y guardéis mis dere-
chos, y los ponjnais por obra.
98 Y haMtatm en la tierra que di 4
vuestros padres; y rosutrus me aeréb
por pueblo, y yo seré 4 vosotras por
98 T os guardaré de toda» vnestna in.
mundicias «: y llamaré al trigo, y lo
multiplicaré ^, y no os doré hambre.
80 Multiplicaré asimismo el ftuto da
kM árboles, y el fhito de los campos,
poTiiue nunca mfes recibáis oprobio de
hambre entre las gentes.
31 Y os acordaros de vuestros moioa
onulnosi y de vuestras obras que no
fueran buenas, y os avCrgonzarAs d«
vosotros mtemoB* por vuestras Iniqui-
s y por vuesttas abominaciones.
39 No lo hago per vosotros, dice el
Señor Jdtová ; aéaos notorio : avefgon-
aáoe y conflmdíos' de vuestras iniqoi-
dtdes, cosa de Israel.
83 Así ha dicho el Señar Jdiovát Kt
dia qtie os limpiaré de todas vaestnu
iniquidades, haré tamWen habitar loa
ciudades, y laa aselhdak sacia edifica-
das.
34 Y hi tierra asolada será lülHada, cit
lugar de haber sido asolada en q|aB de
todos los qae pasaron ;
8S Los cuales dijeron : Esta Harta nao-
ladafVié como huerto de-Bdm; y eatov
ciudades desiertas y asoladas, y amd-
nadas, fintalecidas eHtavieron.
80 Y las gentes aae ftteren dejadas «■
vneattitia al redeoore» safadbi qne yo
Lü.étr.Wr.
EZEQUiBL, xxJnrii, txtviu.
á. o. dr. 68t.
JahovA cdiílqto4 Uu d«nrtbidM, v planta
Un asoladM : To JehovA he háoládo, 7
favtfo.
87 Aif Iw dicho «1 SeAor JehovA : Ami
wrá soltoitado de la cata de Itracl, para
haeeilet cato : MalthtUoaréiea de hom-
fara á modo de rebafioaf.
as Como las bvajaa aantaa, oomo laa
oTejai de Jeranlem en tus ■olenmi-
daoM, asi laa etudadca deriertaa terán
llaoas de icbaAoi de hombrea : ; labrAii
que yo «9 JehovA.
CAPITULO XXXVIl.
Reitatlteimitnto dt Itrad figurado m ■«•
mtMUud d$ hu$$09 tteot q¡u rteobram *»da.
ÍZmhimn de Itrtut y Jmaá figurada mt la
uuúm de do* polM. Xl lautuario dd ftílor
mfifará ommaáiod» «pmW», h^foum mI»
lUjf y Poitor, wa pado d$ pa» que dutará
jMW eteettf^eé
Y LA manode JchorA fii< aobra mí«,
7 aeoóme en eapiíltu de JehovA, 7
ptlsome en medio de on eempo que aa-
«abaUeno de huetoa»
9 S biiome puar oevoa de elloa por
todo al ledador: 7 hé aquí que craii
muy muchoa sobre la has del campo, 7
cierto secos en V^ maneta.
8 Y d^ome: fi^o del hombre, ¿ rirl-
xin cates huesos ? Y diUe: SeAor Jeho*
tA, ttf lo sabes.
4 Bájeme cnldncaa: ProMiaa aobte
cstoa huesee, j dílea i Huesos aeoos, oíd
palabra de JwotA.
A Asi ha dicho el flellear JehorA A es-
toe huesos : Hé aquí que 70 hago entrar
eeplrittt en voaotrds, 7 vlnráis.
0 T pondré nervioa sobre vosotros, 7
haré subir sobre voaotroa eame, 7 oa
eabdré de piel: 7 pondré en Tosotros
espíritu, 7 vlTlréia, 7 sataéU que 70 «oy
JehovA.
7 Frofistioé pues como me ftié man-
dado ; 7 hubo un mido mientras 70 pro-
fietizabab: 7 hé aqui un temblor, v los
bneaos se llegaron cada hueso a su
hueso.
8 y miré, 7 hé aquí nervlca sobre ellos,
7 la carne subió, 7 la piel cubrió por
eneima de ellos : mas no haMa en «los
eapii'itn.
y Y düome: Profttisa al espirita, pro*
fietisa, hijo d^ hombre, t di al espititu :
A«í ha dicho el SeAor Jtímwk : Espíritu,
▼en de los cuatro vientos, 7 sopla sobre
estoe muertos, 7 vivirán.
iO T profeticé oomo me haUaf man-
dado, 7 entró espirttu en ellos, 7 vivi-
eron«, 7 estuTieran sobre sua pMa, un
^érdio grande en estremo.
11 Dejóme luego : Hijo del hombre,
todos estos huesos son la casa de Is-
rael. Hé aqui que ellos dloem*: Nues-
tros huesos se secaran, 7 pereció núes-
tra esperan», 7 en nosotros mismos
somoa talados.
13 Por tanto profetiza, 7 diles : Así ha
dicho el Sefhnr JdtovA : Hé aqnl que 70
abro vuestros aépaicros, pueblo mió, y
oa hará suMt de vuesfms sepulturas, y
oe tsaeré A la tierra dé Israel.
15 V sabléia que 70 totf JehovA, cu-
ando abriere vuestros sepulcros, 7 os
aaoAie de vuestras sepultnras, pueblo
mfo.
14 T nmdré mi Espíritu en vaiM>tros,
y viviráls, 7 oe haré reposar sobre vues-
tra ticm : 7 sabrás que yo Jéba¡H ha-
bíé, 7 to hice, dice JehovA.
16 ^ Y ftaé A mí palabra de JehovA,
diciendo:
10 Til, tí$o del hombre, tómate ahora
un palo, 7 esoribe eil él : A JudA, 7 A
loa niUos de Israel stis oompafieros*.
Toma después otro palo, 7 esoribe en
él: A Joseph, palo de Ephralm, 7 A
toda la casa de Israel sus compaAeros.
17 Jiintalos luego el uito con el otro,
para que sean tn «no, 7 serAn uno en
tu mano.
18 Y cuando to hablaita los h^os de
tu pueblo dideado, ¿ No nos enseflaiAk
qne te mropmi»» eigñ^ear coli eso ?
19 Dfles: Así ha dicho <1 SeAor Je^
hovA : Hé aquí que 70 tomo el polo de
Joseph. que estA en la mano de Bphta-
im, 7 A las tribus de Israel sus eom-
paAeroa, v péndrales con él. «* A tabert
con tf palo de JudA; 7 haruos un palo,
7 serAn uno en mi mano.
90 T los patos «obre que eacribieree,
estarán en tu Mate delante de sus oles ;
81 Y les dirás : Así ha dicho el 6tík>t
J«hovA : Hé aquí que 70 tomo A ios hi-
jos de Israel de ctitre las gentes, A las
cuales fueron, 7 los Juntué de todas
partes, 7 los traeré A su tierra.
98 Y los haré una nación/ en la tierra,
en los montee de Israel : 7 un 1107 serA
A todoa ellos por rey : 7 nunca mas se-
rán dos nactones, ni nunea mas serán
divididos en dos reinos.
83 NI mas se oontaminarAn con sus
Ídolos, 7 oon sus abominaciones, 7 con
todas sua r^ieliones : 7 los salvaíé de
todas sus habitaciones, en las cuales pe-
caron ; 7 los limpiaré', 7 me serán por
pneblo, 7 70 A ellos por Dios.
94 Y mi dervo David * lerA rey sobre
éllee, V A todos ellos serA un pastor : 7
andaxto en mis dereehca, 7 mis otde-
nansas guardarán, 7 las pondrán por obra.
96 Y habitarán en la tierra que di A
mi siervo Jacob, en la cual Iwbitaron
Tuestros padres ; en ella habitarán ellos
7 sus hijos, 7 los hijos de sus hUos para
siempib': 7 mi siervo David les serA
príndpe para riempre*.
86 x oonoertaié con élloa pacto de
paz'; perpet«u»«a pacto será con ellos:
7 ios asentaré, 7 los multiplicaré; 7
pondré mi santuísrlo entrfe ellos para
siemmre.
97 x estarA en ellos mi tabemAculo*,
7 seré A ellos not Dios, 7 ellos me serán
d wi4 por pueblo.
88 Y sabrán las gentes qne 70 JehovA
santifico A Israel, estondo mi santuario
entre ellos pan sieuipra.
CAPITULO XXXVIII.
PrqfecCa de loe eaetiáoe que IMo§ euuimá eeet'
traOof^eud^nuadetufuMa.
Y FUÉ A mí palabra de JehovA, di-
ciando:
8 Hijo del hombre, pon tu rostro oon.
tra Gog « en tierra de Magog 11, principe
de la cabecera de Meseoh 7 Tubal &, 7
profetiza sobre él,
8 Y di : Así ha dicho él SeAor Jeh»vA :
Hé aquí que 70 A tí «, dh Gog, prticipe
de la cabecera de Mesech 7 l^lnl :
4 Y 70 te quebrantaré, 7 pondré an-
zuelos en tus qu^adas', 7 te sácere A
ti, 7 A todo tu ^JMtdto, tus caballos 7
cÉbaUeroe, vestidos de todo todoa tílos*,
grande multitud con paveses 7 escudos,
teniendo todea ellos mptáu t
9 Penla, 7 Etiopia, 7 Libia con «líos/;
todos ellos con escudos 7 almetes :
O Oomerf, 7 todas sus compañías ; la
casa de Togorma*, A los ladea del Norte,
7 todas sus compaflías ; pueblos muchos
contigo.
7 Aparéjate,, 7 apercíbete, td, v toda
tu multitud que se ha reunido A tí, y
seles por giiaina.
8 Be aqní A muchos días scrAs td vi.
sitadot al cid» de afios vendrás A la
tierra di gente quebrantada por espada.
/ is. 11. la,
is.
Jo£.S.UL
jBO.4.
Oa.l.U.
rHLT.19.
Jer. SO. 9.
0S.8.A.
{ la flO. ai.
Amos 9. U.
» La. Las,
88.
<GftpLS4.9B.
•la. 85. 8.
Jer. 81 40.
«Lev. 36.11.
la.
Os^48.7.
•Ap.90.8,9.
ILoeTár-
taroe,
iO»I>.2r.l8.
•Cap.8».l.
•IGsp.98.4.
aBey.lSi
as.
•Cep.a8.lS.
/CM>.a7.io.
«Osa. 10. a.
AChp. 17.14.
iLadr.ssr.
EZEQUIEL^ ZXXIX.
A.G.dr.Kt.
• Cap. 88. 1>
4.8.
ACH>>S8.a8.
'C*pi 27.32,
as.
»Gsp.37.U,
90.
"CKP.87J3,
as.
•GM>.U4tA
•U»p.l«.
6aí.a.
PJer.a3.6.
9XZ.1A.4.
''Joala.IS.
'Jos. 10. II.
reoosids de muchos pueblos, á los mon-
tes oe Israel •', que síiempre fueron ptoa
asolamiento : mas esa genie fíaé sacada
de las naciones, j todos eUoe moniiAn
confiadamente *.
9 Y subirás ttf. Tendías como tempes-
tad: como nublado para cubrir la Uersa
tens tú, y todas tos compañías, ^r mu-
chos pueblos contigo.
10 Asi ha dicho el Señor Jehová: Y
ser¿ en aquel dia, que subiiún palabras
en tu coraxon, y concebirás mal pen-
samiento,
11 Y dirás: Subiré contra tiena de
aldeas, iré á genUt reposadas, y que
habitan confiaoamente : todos ellos ha-
bitan sin muros, no tienen cerrojos ni
puortas:
13 Para arrebatar desptgos, y para to-
mar presa; para tomar tu mano sobre
las tierra» desiertas ya pobladas, y sobre
el pueblo recogido de las feentes, que se
hace de ganados y posesiones, y que
mora en el ombligo de la tierra.
13 Beba', y Dedan», y los mercaderes
de Tharsis«, y todos sus leonciUos», te
dirán : ¿ Has venido á arrebatar despo-
jos ? ¿ has reunido tu multitud para to-
mar presa, para quitar piau y oro, para
tomar ganados y posesiones, para tomar
grandes despojos ?
14 Por tanto profietlza, hi^o del hom-
bre, y di á Gog : Así ha dicho el Señor
Jehová: En aquel tiempo, cuando mi
pueblo Israel habitará seguramente i>,
¿ no lo sabrás td ?
15 Y vendrás de tu lugar, de las partes
del Norte, tU y muchos pueblos contigo,
todos ellos á caballo, gnade reunión, y
poderoso ^ército:
16 Y subirás contra mi pueblo Israel
oomo nublado para cubrir la tierra ; se-
rá ato al cabo de los días : y te traeré
sobre mi tierra, para que las gentes me
conozcan, cuando fiíere santificado en
ti f , oh Gog, delante de sus oios.
17 Asi ha dicho el Señor Jehová : ¿ No
eres tú aquel de quien hablé yo en ti-
empos pasados por mis siervos los pro-
íietas dv Israel, los cuales profetizaron
en aquellos tiempos que yo te liabia de
txaer robre ellos f
18 Y será en aquel tiempo, cuando
vendrá Gog contra la tierra de Israel,
dijo el Señor Jeliová, que subiníi mi ira
en mi enojo.
19 Porque he hablado en mi zeior, y
en el fuego de mi ira. Que en aquel
tiempo habrá gran temblor sobre la ti-
erra de Israel :
30 Que los peces de la mar, y las aves
del cielo, y las bestias del campo, y toda
serpiente que anda arrastrando .sobre la
tierra, y iodos los hombres que están
sobre la haz de la tierra, temblarán á
mi presencia ; y se arruinarán los mon-
tes, ^ los escalones caerán, y todo muro
(»era á tierra.
St Y eu todos mis montes llamariS con-
tra el espada, dice el Señor Jehová: la
t«pada de cada cual será contra su her-
mano.
33 Y yo litigaré con él con pestilencia
y con sangre ; y haré llover sobre él, y
sobre sus compañías, y sobre los muchos
fmeblos que estarán con él, impetuosa
luvia, y piedras de granizo*, fuego, y
azufre.
33 Y seré engrandecido y santificado,
y seré conocido en ojos de muchas gen-
tes, y sabrán qne yo «oy Jehová.
CAPITULO XXXIX.
OímUmua la prvfteia eomtra Gef, ei^fa total
rtUna $» ati«m«ia, y la reitamrueloa dé
JiratL
TU pues, hijo del hombre, proMa
contra Gog«, V di : Asi ha dicho d
Señor Jehová : Hé aquí yo á tí, <dk Gog,
inríncipe de la cabeoen de M csech j
Tubal;
8 Y te quebrantaré, y te sextaré, y te
haré subir de las partea del Norte, y le
traeré sobre los montes de Israel.
8 Y sacaré tu arco de tu mano izqni.
erda, y denibaré tus saetas de tu maao
derecha.
4 Sobre los montes de Isnd caerás td,
y todas tus compañías, y los pueblos que
fueren contigo : á toda ave y á toda com
que vuda, y á las bestias did campo, te
he dado por comida i.
5 Sobre la haz del campo caerás : par-
que yo he hablado, dJbe el SeSor Je-
hová.
e Y enviaré fuego* sobre Magog, y
sobre los que moran seguramente en Iss
islas', y sabrán que yo aay Jehová.
7 Y haré notorio mi santo nombre cu
medio de mi pueblo Israel, y nunca
mas d{}aré amancillar mi santo nom-
bre*: y sabrán las centcs que yo «tgr
Jehová, el Santo en Israel.
8 Hé aquí qne vino y fué/, dice d
Señor Jehová: este es el dia del cusí
he hablado.
9 Y los moradores de las ciudades de
Israel saldrán, y encenderán y quema-
rán armas, y escudos, y paveses, áreos,
y saetas, y teutones de mano, y lanzas:
y les quemarán en fuegos pov siete
d^ftij
i Ap.liC.
a.
«AbhLÍ
etc. I
!
>Ckp.3tAJ,
n.
/Ap-in:
10 Y no traerán leña del campo, ai
oortarán de los bosques : tiao que que-
marán las armas en el f u^o : y despo-
jarán á sus despojadores, y robarán á
los que los robaxonA, dice el Señor Je-
hová.
11 Y será en aquel tiempo, qu» jo daré
á Gog lugar para sepultan allí en Is-
rael, el vule de los que pasan al oriente
de la mar ; y obstruirá el pato á los tra»-
seuntes, pues allí enterrúán á Gog y á
toda su multitud : y le llamarán, £1 vsUe
de Hamon-Gog.
18 Y la casa de Israel los estará en-
terrando por siete meses, para limpiar
la tierra*:
18 Enterrarlos ha todo el vusUo de la
tierra : y será para ellos celetire el dia
Jue yo fuere glorifioado*, dice el Señor
ehovÁ.
14 Y tomarán hombres de jornal, los
cuales vayan por el pois con los que
viajaren, pan enterrar á los que que-
daron sobre la haz de la tierra, á fin de
limpiarla : al cabo de siete meses harán
el reconocimiento.
16 Y pasarán los que irán por ri pais.
Leí que viere los huesea de algún hom-
«, edificará Junto á ellos un mcjon,
hasta que los entierren los sepultureras
en el valle de HamoB4jog.
16 Y también el nombra de la eiudad
será Hamonah || : y limpiarán la tierra.
17 Y td, hi)o del hombre, así ha dicho
el Señor Jehová : Di á las aves, á todo
volátil, y á toda bestia del campo : Jnn-
táos, y venid; reuníoa de todas portes
á mi victima que os sacrifico, un soed-
fido grande sobre los montes de Israel;
y comeréis carne, y beberéis sangre.
18 Oomeréis «ame de fuertes, y bebe-
réis sangra de piineipts de la tion;
de cameros, d« ooiderw, de machos de
cabrío, de bueyes, de toras, eugurdodos
todos en Basan'.
10 Y oomnifUn gordan basta bastares,
y bebertia, basta embiia^Bus, sai^rs de
mi sacrificio que yo os sacrifiqué.
30 Y oa hartardb sobre ntt mesa de
fSiLÜi
kklit
DM.ar
i
imám^
LCát.tn.
EZEQVIEL» XL.
A. a dr. B7i.
•Clp.3IU8,
k.8.17.
&
IkLlL
«12.38.
»-&.2L
Mi
i&e.
uio.
eÜMllot y de caballero* Aaertet, y de
todo* bombret de guerra, dice d nefior
Jchovi.
11 Y pondré mi gloria entre laa gentes,
Ltodaí las gentes Teráa mi Juicio que
tbré h«cho, 7 mi mano que sobre ellos
PUM.
99 Y de aquel dia en adelante sabrá
U casa de Israel que yo my JehovA su
Dios.
SB Y sabrán las gentes que la oasa de
Itrael fué Uerada cautiva por su pe-
cado«; por cuaato se vebelaron contra
mi, 7 JO ewondi de ellos mi rostro», y
entr^élos en mano de sus enemigos •,
j cayeron todos 4 ouehUlo.
84 Conforme á su inmundicia y con-
forme i sus rebeliones hice con ellos ; y
ele ellos escondi mi rostro.
85 Por tanto asi ha dicho el fleflor
JeboTi; Ahora volverá la cautividad;»
de Jacob, y tendré misericordia de toda
la esta de israetf , y iclaKé por mi santo
uoDibre.
98 T dios sentirán su vergltenaar, y
toda su rebdion con que prevaricaron
contra mi, cuando habitaren en su ti-
erra seguramente, y no habrá quien los
espante;
97 Guando los volveré de los pueblos,
7 los Juntaré de las tierras de sus ene-
^^got, y fbere santificado en ellos en
«jos de muchas gentes.
88 Y sabrán que yo aoff Jehová su
Dios, cuando después de haberlos hecho
pasar á las gentes, los Juntare sobre
su tierra, sin áeiax mas ulA alguno de
dios*.
99 Ni esconderé mas de ellos mi ros-
tro; porque habré derramado mi Es-
píritu sobre la casa de Israel ', dice el
Señor Jehová.
CAPITULO XL.
Bl £Mor mmitra m vMom al pnifeta la/or-
«M d* ím oMoft di la» pturtat, y M pAr-
tito M templo M Siior, dutniao ver lot
OaUiM.
EN el afio veinte y cinco de nuestro
cautiverio, al prineipio del año, á
los diez del mes, á los catorce aflos des-
pués que la ciudad fué herida", en aquel
mismo dia f^é sobre mi¿ la mano de
Jdiová, y Uevúme allá.
8 En visione* de Dios « me llevó 4 la
tierra de Israel, y pdsorae sobre un
montea muv aito, sobre el cual AoMa
como edífido de una ciudad al Me-
diodía.
8 T llevóme allí, y hé aquí un varón
cuyo aspecto era como aspecto de me-
tal*, y tenia un cordel de lino en su
mano, y una oafla de medir: y él estaba
álapuertt.
4 Y hablóme aqnd varón diciendo:
Hijo del hombre, mira con tus q}os, y
oye con tus oídos, y pon tu .ooraaon á
todas las oesas que te muestre ; porque
pwa que yo te ¿m mostrase eres tnudo
aquL Ooenta todo lo que ves 4 la casa
delsrad/.
5 Y bé aeui un muro ftiera de la casa :
y la cafla de medir que aquel varón te-
nia en la mano, era de seis codos, de á
codo y palmo ; y midió la anchura del
edificio de una caSa, y la altura, de
otra cafla.
^ Y Después vino 4 la puerta que daba
<!ara háeia el Oriente, y subió por sus
Sndas, y midió el un poste de la pu-
"ta, fue era de una cana en anchura,
7 el otro poste de otxa calla en ancho.
7 Y «oda cámara tewia una caite de
r'S^/ y otra cafla de aneho: y entre
*** cámaras kabia einoo codos en anche :
y cada poste de la puerta Junto 4 la en-
trada de la puerta por de dentro, temia
una cafla.
8 Midió asimismo la entrada de la
puerta por de dentro, jrue ero de una
cafla.
9 Midió luego la entrada del portal,
.V era de ocho codos, y sus postes de dos
codos; y la puerta del portal por de
dentro.
10 T ht puerta de hacia el Oriente tenia
tres cámaras de cada parte, todas tres
de una medida : también de una medida
los portales de cada parte.
11 Y midió la anchura de la entrada
del portal de la puerta, jue era de dlex
codos; la longitud del portal de trece
codos.
18 Y el espacio de delante de las cá-
maras CTTi de un codo de la una parte,
y de otro codo de la otra : y cada cunara
ienia seis codos de una parte, y seis co-
dos de otra.
18 Y midió la puerta desde el techo de
la una cámara hasta el techo de la otra,
íf kabia veinte y cinco codos de anchura,
puerta contra puerta.
14 E hizo loe postee de sesenta codo*
cada poste del atrio y del portal por todo
alrededor.
16 Y desde hi delantera de la puerta de
la entrada hasta la delantera de la en-
trada de la puerta de dentro, kabia cin-
cuenta codos.
16 V kabia ventanas estrechas en las
cámaras, y en sus portales por de dentro
de la puerta al rededor, y asimismo en
los corredores : y las ventanas uiaban al
rededor por de dentro : y en cada poste
AaMopaimas uadpidat.
17 1 Llevóme luego al atrio exterior ,
y hé aquí kabia cámaras, y solado hecho
al atrio en derredor: treinta cámaras
kabia al rededor en aquel atrio.
18 Y el solado al lado de las puertas,
en proporción á la longitud de los por-
tales, era el solado mas bi^o.
19 Y midió la anchura desde la delan-
tera de la puerta de abajo hasta la de-
lantera dd atrio interior por de fuera,
y era de cien codos hacia el Oriente y
d Norte.
90 Y Y de la puerta que estaba hacia
tí Norte en el atrio exterior midió sa
longitud y su anchura.
91 Y sus cámaras eroit tres de una
parte, y tres de otra : y sus postes y sus
arco* eran come la medida de la puerta
primera; cincuenta codos su longitudj^
y de veinte y cinco codos su anchura.
99 Y sus ventanas y sus arcos, v sus
palmas eran conforme á la medida de
la puerta que estaba hacia el Orlent«;
y subían 4 ella por siete gradas; y de-
lante de ellas eetaban sus arcos.
98 Y la puerta del atrio interior eetaba,
en frente de la oAu tiuerta al Norte; ;
aeí al Oriente : y midió de puerta 4 pu-
erta cien codos.
M ^ Llevóme después hacia el Medt
odia, y hé aquí una puerta hacia et
Menodia: y midió sus portales y su«
arcos conforme á estas medidas dickae.
95 Y tenia sus ventanas y sus arcos al
rededor, como las ventanas ya dickae :
la longitud era de cincuenta codos, y la
anchura de veinte y cinco codos.
26 Y sus gradas eran de siete peldafios,
con sus arcos delante de ellas : y tenia
palmas, una de una parte y otxa en sus
postes.
87 Y tal era la puerta de hacia el
Mediodia del atrio interior : y midió de
puerta á puctta hada d Mediodia cien
codos.
¿"ka
A.Aelr«»74.
ESOKiUIEli, 2U.
LtdtM
AI«T.1.8i
ete.
«LeT.4.3,S.
i Lev. 8. 6,
ato.
y 8. 6.
y 7. l,ete.
/ K«. 9. 37,
88.
T18.S.
aor.u.u.
S8 Y Metióme decpuct en d atrio de
MiM adentro á la paeita del Mediodia,
j midió la puerta del MediotUa oon-
lorme ¿ ettat medidat diAa*.
89 Y tus cámaras, y «us postes, 7 sus
arcos* eran confinme & estas medidas
.dichaa : j tenia sas Tentanas j sus aróos
al rededor: la loDgitttd era de cinettenta
codos, y de veinte 7 cinco codos la «n*
■chura.
iao Y los arcos al jtededor eran de veinte
y cinco oodoB ;de largo, y cinco codos
.de ancho.
31 Y sus arcos eaia* aAiera al atrio,
con palmas en sus postes: y sus gradas
eran de ocho escalones.
3S 5 Y aeróme al atrio interior háoU
el Oriente^ y midió la puerta conforme A
.estas medidas dicAat.
28 Y eran sus cámaras, y sus postes,
y sus arcos, conforme á estas dichas me-
.didas ; y ienia sus ventanas y sus aróos
al rededor : la longitud era dé obacuenta
codos, y la anchura de «einte y einoo
codos.
34 7 sus arcos eaian afuera al atrio,
X!on palmas en sus postes de una parte
y otra : y sus gradas eran de ocho es-
calones.
85 ^ Llevóme luego á la puerta áá
Nortea, y midió conforme á estas me-
didas dÍAat,
86 Sus cámaras, y sus postes, y «os
arcos, y sus ventanas al rededor. La
longitud era de cincuenta codos, y de
veinte y cinco codos el ancho.
87 Y sus postes eaktn afiíera al atrio«
con palmas á cada uno de sus postes de
una parte y otra : y sus gradas eran de
ochopeldaños.
88 Y habia alH una eánoaní» y sn pu-
erta con postes de portales: allí lavaáia
el holocausto.
89 Y en la entrada de la puerta habia
doa mesas de la una parte, y otras dos
de la otra, para degollar sobre ellas el
holocausto A, 7 la víetima en csfiaeioai,
y ñor el pecado*.
40 Y sí lado por defuera de las nradas,
á la entrada de la puerta del/Korte,
había dos mesas; f al otro lado 4110
estaba á la entrada de la puerta» atrae
dos<mesaa.
41 Cuatro mcsw de la una parte, y
oirae cuatro mesas de la otra paite •
cada lado de esta puerta ; ocho jsesas,
sobre las cuales degollarán.
48 Y las cuatro mesas para el holo-
causto eran de piedras labradas, de un
codo y medio de longitud, 7 codo 7 me-
dio de ancho, 7 de altura de un code :
sobre estas pondcán las henamienta»
con oue degoUaráa el holocausto y el
sacrificio.
43 Y dentro de la cámara habfa gara-
batos de un palmo di^wastos per todo
ti rededor ; y sobre las mesas la eama
delao&endik
44 Y fuera de la puerta inferior* e& ei.
atrio -áe adentro qnn estaba al lado de
la pueru del Norte, celaban las cá«na«raa
de los cantoses, las cuales miraban tecla
el Mediodía : una celaba al lado de la
Íuerta del Oriente que miraba hada el
7orte.
45 Y dfiome : Esta cámara que mira
faáeta elMcdiodia smi de los saesidotas
que Üenen la guarda del tañólo'.
40 Y la jQáauuca que mira báeia el Ner-
te eerá de los sacerdotes qu^ tienen la
(marda del altar*» : estos son los h^joa de
Sadoc», los cuales vm llamados de los
hijos de LevJ al fitíior paca ministrarle.
47 Y midió el atrio, den codos de
loó^tüd, y la anchura de otrot
codos, cuadrado: y Aa¿ia «m altir de-
lante del templo.
48 Y Y llevóme al pórtico del templo,
7 midió cada poste del pórtico, doco
codos de una parte, v cinco codos de
otra:; v la ancnora de la puerta tm
codos de una parte, y tres codos de otis.
49 La longitud del póctioo vdnte es-
dos ', j I» anchura once codee, al oul
subian por gradas : y haUa columnas/
jiunto á los postes, «ma de un Jado, j
.otra de otro.
CAPITULO XLI.
Proeiffm deeeribiendo loe nudidae y aiM>
mentoi «M ediJleloAd temjdo, f dt mujmt-
tadae, y tugara á H periemeeimUeí
METIÓME lu^go en el templo, y
midió los postes, «joido el aecbo
seis codos de una parte, y seis codos de
otra, que era la anchura dd taheña-
culo.
8 Y la anchura de coda puerta «ra de
diez codos ; y los lados de la puerta, de
cinco codos de una parte, y ciisco de
otra. Y midió su longitud ae cusreaU
codos, y la anchura de vdnte codos.
a Y |Muó al interior, y midió «ods posto
4e la puerta de dos codos ; y la puerta
de aeis codos; y la aachuzm de U «ntts-
da de siete codos.
4 Midió también su longitud de vdnle
codos, y la anchura, de Tdnte codos*
delante del templo : y dejóme. Este a
el lugar santlsime^
5 Después midió el muro de la cs8a,de
sds codos; 7 de cuatro codos ia ancháis
de las cámaras en tomo de la casa al
ffcdedor.
9 Y las cámaras eraa cámara ootee
cámara trdnta 7 tres por óedcn; y eo-
traban modülone$ en la pared de la rasa
al rededor sobre que las cámaras estri-
basen, y no esttlbaaen en la pared de
la easa.
7 Y habia mayor anehora y vmtíta en
las cámans á lo mas alto ; 7 d esiaeol
de la casa «uMa mn7 alto al rededor par
de dentro de la oasa: por tanto la casi
Ienia tnae ancfauía anába ; 7 do la cá-
ndara baja ae suUa á la «m« alta per la
4d medio.
8 Y miré la altnm de la easa al vsde-
diíot: los cimientas de las cámaras eom
una oafia enlcra de seis eodea de giaa-
datK
9 Y ia anebura da la pared de aftieit
de las cámai:as eia de cinoe cades, y el
espado que 4uedd>a de las eámasas de
la casa p«r de dentro.
10 Y entre las eteiaraa haUa anebofa
de veinte codos por todos lados d rede-
dor de la oasa.
11 Y la puerta de cada cámara «dw
al espaeio qne qnadiiha] «na poerts
háoia el Norte, y otn pocru hada d
MediodUa : 7 la anehiwa dW aspado qar
quedaba em de dnen «odet per teda d
ndeder.
18 Y d ediitdo que ataba delaate dd
apartamiento al lado de bada d Oed-
dente «m de aetenta cedas ( y la parad
dd cdiftdo, da cinco eedes de
ll<;.it
al rededor, 7 noventa eedea de lana.
18 Ymidióla cnw,eKn oodesdebm»;
y el apartamiento, y el edifido, 7 aas
paredes, de longitud de den oodoe.
14 Y ta anelinaa de la liplaalera de la
oasa y del apartamindo» al OiiaMe, de
den codos.
15 Y midió la lengitnd del «dilWe «ae
eetaba i*irf|in^ dd apaataminBlo ene ha-
bia óatMia de él, y Jaa «Aman» de ana
y otraveástt «edoa; y d leapie de
>, y loa pedalea drt
>adr.t7i
BZEainim xui, xuii.
A. o. dr. 87lk
1$ ht» «mbnlM, y 1m -fcntana»
chu, } Ui cAmans tre» en derredor A
la púte delanten, itdo cubierto de ma>
den alrededor deade el aneio haau lea
Tounasi y laa •wwaoaa» Imnbkm cubi*
17 Enciaaa de aobve 1» poerCm, y haita
b casa de dentro, y de fiíera, y iwr toda
la pared en derredor de dentro y por de
fim loiHÍ medidaa.
18 Y le pared eauba labrada oon qac'
rubinea y palmaae: entre querubín y
querubín una palma; y cada QueruUn
tenia doa lostroa*
10 Un roatro de hombre' hAeia la pal-
ma de la una parte, y roetro de león
faáeia la otra palma de la otn parte, per
toda la caaa al rededor.
so Desde et aoelo hasta encima de la
puerta kabia labmdoa qncrubines y pal>
ñas, y por la parad del templo.
81 Gao» poste del templo era cuadrado,
y la delantera d^ santuario era como la
ofra d^aatera.
SS La altura del altar* de madera era
de trae oodoa, y su longitud de dos co-
dos; y tus esquinas, y su saperflcie, y
sus paredes, eran de madera. Y di-
joaic : Bsta e$ la mesa/ que eatá delante
de Jehorá.
88 V el templo y el aantuarlo tenían
dos portadas.
HY en cada portada hatta do» puer-
tas, doa puertas qne se volvían ; dos pu-
eitaa en la una portada, y otraa doa en
laotta.
85 Y en las puertas del templo AoMa
labrados de querubines y palmas, aü
como «stidian hechos en laa paredes a,
L grueso madero sobre la delantera de
entrada por de fuera.
88 Y habia ventanas estrechas *, y pal.
mas de una parte y de otra por loa lados
de la entrada, y de la casa, y por laa
^^igaa.
CAPITULO XLIl.
Pron^ftm en Cw medida».
SACÓME luego al atrio de aftiera
hada el Norte, y llevóme A la cA-
mara que eetaia delante del espacio que
quedaba enfrente del odiflcio de hAcia
el Norte.
8 Por delante de la puerta del Norte
la longitud era de cien codos, y U an-
chura de cincuenta codos,
a Frente A los veinte eoioe • que kabta
en el atrio de adentro, y enfrente dd
solado que habia en el atrio exterior,
donde tetaban las dUnaras las unas en
iVente de las otns en tres ptMi.
4 Y delante de las cAmaras Aa6MS un
comdor de diez codos de ancho A la
parte de adentro, con vli^ de nn oodo;
y sus puertas hAcia el Norte.
5 Y las cAmaras mas altas eran mas
estrechas ; porque las galerías auitaban
de ellas mas que de las iMúas y de las de
en medio del ediñcio.
6 Perqué tetaban en tres pítor, y no
tenían columnas como las columnas de
los atrios : por tanto eran mas estrechas
que las de alM^o y laa del medio deade
risoeio.
7 Y el muro que eetaba afuera enfrente
de las cAmaras, hAcia el atrio exterior
delante de las cAmaras, tenia dncnenta
codos de largo.
8 Porque la longitud de las oAmaras
del atrio de afbera era de cinoutoita co-
dos : y delante de la fachada del templo
A«6ie den codea.
* Y debajo de laa cAmaias eelata la
•ntrada del templa al lado orienul, para
cntnr en tf desde ék mrto de afuera.
10 A lo laigo dtl maro del «tito hada
el Oriente, enfrente de la loi^a, y de-
lante del edificio había cAmaraa.
11 T d corredor ^ que hatia delante de
dlaa era aem^ante al de laa oAmaras
que eetaba» hAda el Norte : conforme A
so longitud, asimismo su anchura, y
todas sos salidas ; conforme A sus puer-
tas, y conforme A siu entradaa..
18 Y conforme A laa puertea de la»
cAmaraa que eefaban hécia el Mediodía,
tentan ana puerta que eaHa al principió
del camino, del camino delante dd muso
hermoso qtee eetá hAcia d Oriente A los
que entran.
18 Y dtiome : Las cAmaras del Norte
V las dd Mediodía, que eetán delante de
la lonja, son cAiñaras santas, en las
cuales los sacerdote» que se acercan A
JebovA comerAn las santas ofr«ndasc:
allí pondrAn' las oi^rendas santas, y el
Presente «, y la expiación/, y el eaeri-
Jfefo por el pecado^ ^ porque d lugar es
santo.
14 Guando los sacerdotes entraren^ no
saldrAn dd lugar santo al atrio de a-
ftiera, sino que alU d^arAn* sus vesti-
mentas con que ministrarAa, porque
son santas ; y veatirAase otros vestidos,
y aaí se allegúAn A lo que es dd pueblo.
15 ^ Y luego que acabó las medidas
de la casa die adentro, sacóme por d
camino de la puerta que miraba hAda
el Oriente, y nudióle todo en derredor.
16 Midió el lado Oriental con la cali»
de medir, y AoMa quinientas callas de
la calla de medir alrededor.
17 Midió el lado dd Norte, quinientas
callas de la caña de medir alrededor.
18 Midió el lado del Mediodía, qulnt-
entaa calla» de la oafia de medir.
1» Hedeó ai lado del Ocddente, y
midió quinientas cañas de la ca&a de
medir.
80 A los cuatro lados le midió : tuvo
el muro i todo al rededor quinientas ca-
itas de longitud, y quinientas oa&as de
anchura, para hacer separadon entre d
santuario y el lugar pnnáno.
CAPITULO XLIII.
Fe el prt/eta la gloria de Dioe que toma
poeeeton del nuevo templo, y womtte per-
maneeer en Ü para liempre. Kichértaee al
puMo d verdadero orrepemtimienio de ene
peeadoe. Dteeripeion del Mar dtl holo~
eauíto, y leyee y ritoe que deberá» obeer~
varee para eu purifietuion y eo»eagraeton,
LLEVÓME luego A la puerta, A la
puerta que mira hacia el Oriente • :
8 Y hé aquí la gloria del Dios de Is-
rael, que venia de hAcia el Orienten ; y
su sonido era como d sonido de muchas
aguas, y la tierra resplandecía A causa
de su gtoriac
8 Y la Vision oue vi era como la visión,
como aqndla visión que vi cuando vine
para destruir la dudad *: y las visiones
eran como la vidon que vi junto al rio
de Chebar«; y cai sobre mi rostro.
4 Y la gloria de JehovA entró en la
casa por la vía de la puerta que daba
cara al Oriente.
0 Y alzóme el Espíritu, y metióme en
d atrio de adentro; y ne aquí que la
gloria de JehovA hinchió la casa/.
0 Y oí 1OI0 que me hablaba desde la
casa : y un varona estaba Junto A mí,
7 Y díjome ; fi^}o del nombre, eeíe es
el lugar de mi asiento, y el lugar de las
plantas de mis pies*, en el cual habi-
taré < entre los hijos de Israel para si-
empre: y ntmea mas contaminarA la
casa de Israel mi santo nombre*, nt
dles ni sus reyes, eon sus fomicadonos.
r. 4.
•Lev. e. 18,
86.
yiai8,14.
rfK«.U.fi.
•hev.9.»,
10.
/Nn.lg.9,
10.
'Lei.&14,
ate.
*0iq^4Ui>.
(0^.40.0.
• Cap. 41. L
fU.1.
»0^^11.3S.
•Ap.lB.1.
4Gat.8.4.
•Oap.1.8.
/I Bey. 8.
10,11.
#Cap.40.8.
AlCr.a8. a.
<Bz.aBb4&
t Cap. 88. 7.
A.C.dr.674
EZEQUIEL, ZUY.
i.c.fcsiv.1
{IiOT.26.30.
Jer. 16. 18.
•200.6.16.
* C«p. 40. 4.
« Cftp. 40. 3.
J> LeT. 1. 5.
9Cftp.40.46.
••Cap. 45.18.
etc.
Bx.9ft.86.
Ley. 8. 14,
«te
'HeklS.U.
12.
t LeT. a. U.
•Bx. 29.85,
S«.
y con los cuerpo» muertos de ios reyes'
en sus altares.
8 Poniendo ellos su umbral junto & mi
umbral, y su poste junto á mi poste, y
NO mas que pared entre mí y ellos, con-
taminaron mi santo nombre con sus
abominaciones que hicieron : consumí-
los por tanto en ral furor.
9 Ahora echarán l^os de mi su fomi-
ca<»on, y los cuerpos muertos de sus
reyes, y habitaré en medio de ellos para
siempre"*.
10 Tii pue«, hijo del hombre, anuncia
á la casa de Israd esu casa», y aver-
güéncense de sus pecados, y mCdan la
traza de eUa.
11 Y si se avergonzaren de todo lo que
haa hecho, hazles entender la ñgura de
la casa, y su traza, y sus salidas y sus
entradas, y todas sus formas, y todas
sus descripciones, y todas sus confígu>
raciones, y todas sus leyes : y descríbelo
delante de sus ojos, para que guarden
toda su forma, y todas sus reglas, y las
pongan por obra.
12 Esta e» la ley de la casa : Sobre la
cumbre del monteo terá educada ; todo
su término alrededor seiH santísimo.
Hé aquí que esta es la ley de la casa.
13 Y estas son las medidas del altar
g>r codos ; el codo de á codo y palmo.
1 seno serA de un codo, y de un codo
el ancho, y su remate por su borde al
rededor, de un palmo. Este pues será
el fondo alto del altar.
14 Y desde el seno de sobre el suelo
hasta el lugar de ahajo habia dos codos,
y la anchura de un codo: y desde el
lugar menor hasta el lugar mayor habia
cuatro codos, y la anchura de un codo.
15 Y el altar era de cuatro codos, y
encima del altar habia cuatro cuernos.
16 Y el altar tenia doce codos de largo,
y doce en ancho, cuadrado á sus cuatro
lados.
17 Y el ¿rea era de catorce oodos de
longitud, y catorce de anchura en sus
cuatro lados, y de medio codo el borde
que tenia al rededor : y el seno del altar
era de un codo por todos lados; y sus
gradas estaban al Oriente.
18 ^ Y díjome : Hyo del hombre, así
ha dicho el Señor Jehová: Estas son
las ordenanzas del altar el dia en que
será hecho, para ofrecer sobre él holo-
causto, y para esparcir sobre él sangre^.
19 Dar&s á los sacerdotes Levitas que
son del linage de Sadoc ?, que se allegan
á mí, dice el Se&or Jehov&, para mi-
nistrarme, un becerro de la vacada para
expiación '.
80 Y tomarás de su sangre, y pondrás
en los cuatro cuernos ae\ altar, y en
las cuatro esquinas del área, y en el
borde alrededor. Así lo limpiaras y pu-
rifícarás.
21 Tomarás luego el becerro de la ex-
piación i y lo quemará, conforme á la
ley de la casa, fuera del santuario *.
22 Y al segundo dia ofrecerás un ma-
cho de cabrio, sin defecto, para expi-
ación ; y purificarán el altar como lo
purificaron con el becerro.
83 Guando acabares de expiar, ofrece-
rás un becerro de la vacada sin defecto,
y un camero sin tacha de la manada.
34 Y los ofrecerás delante de Jehovi,
y los sacerdotes echarán sal * sobre ellos,
y les ofrecerán en holocausto ¿ Jehová.
25 Por siete dias » sacrificarás un ma-
cho cabrio cada dia en expiación ; asi-
mismo sacrificarán el becerro de la
vacada, y un camero sin tacha del re-
baüo.
26 Por siete días expiarán el aUar, y
í
lo limpiarán, y ellos henchirán ns rw
nos*.
27 Y acabados estos dias, al octavo
dia ', y en adelante, sacrificarán 1m n-
cerdotes sobre el altar vuestros holoea-
ustos, y vuestros pacíficos ¡ y me sa6»
aceptos», dice el Señor Jehová.
CAPITULO XLIV.
Xanda Dio» al pro/eía que con pvmds «<«•-
eion nots ¡o que U «• mostrado, »mti»l-
mente las trosas, entrada» y tciiáu dd
templo, el «ual hnhia sido profanado f rof-
rompido en m euUo por itegVino niMiMeno
del saterdoeio. Los sacerdotes y Levibu qs*
eomóssetndieron A tai earrupáem, xm dr-
pViSttos del ministerio, y destinados i Im
betfoa servieiM dd templo. Leyu qae Mn
observar los sacerdotes en sm minidmo, y
derechos de su sustento conforme ilalef.
Y TORNÓME hacia la puerta de
afuera del santuario, la cual mira
hacia el Oriente <> ; y estaba cerrada.
2 Y díjome Jehov& : Esta puerta b«
de estar cerrada ; no se abrirá, ni en-
trará por ella hombre; porque Jehová,
Dios de Israel, entró por ella: estará
por tanto cerrada.
3 Esta será para el príncipe ; el prin-
cipe, él se sentará en ella pata comer
pan delante de Jehová : por el camino
de la entrada de la puerta entrará, y por
el camino de ella saldrá.
4 Y Y llevóme hacia la puerta del
Norte por delante de la casa, y miré, j
hé aqm que la gloria de Jehová habis
henchido la casa de Jehová ^ : y caí so-
bre mi rostro.
5 Y díjome Jehová : Hijo del hombre,
pon tu corazón, y mira con tus ojos, j
oye con tus oidos« todo lo que yo hablo
contigo sobre todas las ordenanzas de Is
casa de Jehová, y todas sus leyes : y pon
tu corazón á las entradas de la casa, y á
todas las salidas del santuario <<.
6 ^ Y dirás á la rebelde^ ala casa de
Israel. Así ha dicho el Seitor Jehová:
Básteos de todas vuestras abominado-
nes/, oh casa de Israel;
7 De haber Tosotros traído extraió*-
ros^, incircuncisos de corazón* é in-
circuncisos de carne, para estar en mi
santuario, para contaminar mi casa ; de
haber ofrecido mi pan, la grosora y la
sangre : é invalidaron mi pacto por to-
das vuestras abominaciones.
8 Y no guardasteis el ordenamiento de
mis santificaciones, sino que os pusisteis
guardas de mí ordenanza en mi san-
tuario.
9 Así ha dicho el Hefior Jehová: Nin-
gún hijo de extraixjero, incircunciio de
corazón, é incircunciso de carne, entniá
en mi santuario, de todos los hüos de
extTai\jeros que están entre los hqos de
XfflT&d
10 Y ios Levltaa que se «paitaron \é-
Jos • de mí cuando Israel orró, el cual
se desvió de mí en pos de sus ídolo*,
llevarán su iniquidad.
11 Y serán ministros en mi santuario,
haciendo de porteros á las puertas de la
casa, y de sirvientes en la casa: ellos
matarán el holocausto y la víctima al
inieblo, y ellos estarán delante de ellas
para servirles.
12 Por cuanto les sirvieron delante de
sus ídolos, y fueron á la casa de Isiael
por tropezadero de maldad, por taato
he alzado mi mano acerca de dios, dice
el Sefior Jehová, que llevarán su im*
quidad.
13 No serán allegados á mi p«r« m**"*
sacerdotes, ni se llegarán á ningnna de
mis santificaciones, á las santidades de
santidades: sino «ue llevarán so *«•
<lR.^ft
ILn.lL
«Cilkll*!
41.
SdSLli
•ftfft
iCl^«■
.Oip,tt
«()ip.ii.
fCsf.^
flCT.l
^C.dr.574.
EZBQUIEL, XLV.
A. O. Clr. B74.
gQenza, y su* abominaelonM que hici-
eron.
14 PondráloB pae« por gaardax de la
guarda de la casa en todo sn lerTloio,
y ea todo lo qoe en ella hubiere de ha-
15 Mas los sacerdotes Levitas, hijos de
Sadoc *, que guardaron el ordenamiento
de mi santuario, cuando los hijos de
Israel le desviaron de mi, ellos serftn
aligados 4 mi para ministrarme, j de-
lante de mi estarán para ofrecerme la
nosura' y la sangre», dice el Sefior
JehovA.
16 Esos entrarAa en mi santuario, y
ellos se allegarán á mi mesa para mi-
nistrarme, y guardarán mi ordenami-
ento.
17 Y será, que cuando entraren por
las puertas del atrio interior, se vestirán
de vestimentas de Uno » : no asentará
sobre ellos lana cuando ministraren en
las puertas del atrio de adentro, y en el
interior.
18 Tiaras de lino tendrán en sus ca-
bezas, y pañetes de lino en sus lomos :
no se ceiurán tanto como para sudar.
19 Y cuando salieren al atrio de afuera,
al atrio de afuera al pueblo, se desnu-
darán de sus vestimentas con que mi-
nistraron, y las dejarán en las cámaras
del santuario, y se vestirán de otros ves-
tidos* : así no santificarán el pueblo con
sus vestimentas.
50 T no raparán sn cabeza', ni de-
jarán crecer el cabello; sino que to re-
cortarán trasquilando sus cabezas.
51 Y ninguno de los sacerdotes beberá
vino, cuando hubieren de entrar en el
atrio interior.
8S Ni viuda, ni repudiada se tomarán
por mujeres; sino que tomarán vírge-
nes? del linage de la casa de Israel, ó
viuda que fuere viuda de sacerdote.
83 Y enseflanHn á mi pueblo á hacer
diferencia entre lo santo y lo profisno, y
les enseBar&n á discernir entre lo limpio
y lo no limpio r.
84 Y en el pleito ellos estarán para
juzgar*': conforme á mis derechos lo
juzgarán: y mis l^es y mis decretos
guaidaián en todas mis solemnidades, y
santificarán' mis sábados.
85 Y á hombre muerto no entrará el
taeerdote para contaminarse « ; mas so-
bre padre, ó madre, ó hijo, ó hija, her-
mano, ó hermana que no haya tenido
marido, se contaminará.
88 Y después de su purificación, le
contarán aun siete dias'.
87 Y el dia que entrare al santuario,
al atrio de adentro, para miodstrar en
el santuario, oñrecerá su expiación',
dice el Señor Jehová.
88 Y trto será á ellos por heredad : yo
seré su heredad »; y no les daróis pose-
sión en Israel : Yo «oy su posesión.
89 Si presente", y el sacrificio por la
expiación, y por el pecado &, comerán;
y toda cosa dedicada á Dios en Israel,
será de ellos «.
80 Y las primicias de todos los prime-
aos frttiot de todo, y toda ofrenda de
todo lo que se ofreciere de todas vues-
tras ofrendas, será de los sacerdotes:
daréis asimismo las primicias de todas
vaestras masas << al sacerdote, para que
haga reposar la bendición en vuestras
casas*.
31 Ninguna cosa mortecina, ni des-
garrada por otra bestia ^ asi de aves como
de animales, comerán los sacerdotes.
CAPITULO XLV.
Hílala Un repartimientos da snOo y sitio al
eétfieio dst templo, al palaeio da prúteipe.
jfála eindai. Rtfi>rma iW estado poUHfo
eon/emu ala lifde Xoísm. AeimismO ai-
tmtas eaeae teeamtss at enUa, en que debia
dekaier gran eem^jteten.
Y GUANDO partiereis por suertes la
tierra en heredad % apartaréto una
suerte para Jehová que le consagréis en
la tierra b, de longitud de veinte y cinco
mil caHas de medir, y diez mil de an-
cho: esto será santificado en todo su
término al rededor.
8 De esto serán para el santuario qui-
nientas de longitudf y quinientas de an-
cho, en cuadro al rededor ; y cincuenta
codos en derredor para sus ejidos.
8 Y de esta medida medlns en longi-
tud veinte y cinco mil eaHas, y en an-
chura diez mil ; en lo cual estará el
santuario, el santuario de santuarios «.
4 Lo consagrado de esta tierra será
para los sacndotes ministros del san-
tuario, que se llegan para ministrar á
Jehová : y seiáles lugar para hacer ca-
sas, V lugar santo para d santuario.
ft Asimismo i^rcu vehite y cinco mil
de longitud, y diez mil de anchura ; lo
cual será para los Levitas ministros de
la casa, en posesión, cois veinte cáma-
ras''.
6 Y para la posesión de la ciudad da-
réis cinco mil de anchura, y veinte y
cinco mil de longitud, delante de lo que
se apartó para el santuario: esto será
para toda la casa de Israel.
7 Y la parte del principe • será Junto al
apartamiento del santuario de la una
Sarte y de la otra, y Junto á la posesión
e la ciudad, delante del apartamiento
del santuario, y delante de la posesión
de la ciudad ; desde el rincón occidental
hacia el Ocddente, hasta el rincón ori-
ental hacia el Oriente : y la longitud se-
rá de la una parte á la otra, desde el
rincón del Occidente liasta el rincón del
Oriente.
8 Esta tierra tendrá por posesión en
Israel, y nunca mas mis principes opri-
mirán nü pueblo/: y darán ef resto de
la tierra á la casa de Israel por sus
tribus.
9 % Así ha dicho el Señor Jehová:
Básteos ya, oh príncipes de Israel : de-
Jad la violencia y la rapiña ; haced Jui-
cio y Justicia ; quitad vuestras imposi-
ciones de sobre mi pueblo, dice el oefior
Jehová.
10 Peso de Justicia, y epha de Justicia,
y bato de justicia tendréis;.
11 £1 epha y el bato serán de una mis-
ma medida: que el bato tenga la dé-
cima parte del homer, y la décima parte
del homer el epha: la medida de ellos
será según el homer.
18 Y el siclo será de veinte Oeras h •
veinte sidos, con veinte y cinco siclos, y
quince siclos, os serán una mina.
18 Esta será la oftenda que ofreceréis :
la sexta parte de un epha de homer del
trigo; y la sexta parte de un epha de
homer de la cebada.
14 Y la ordenanza del aceite será que
(tfireceréis un bato de aceite, qtu es la
décima parte de un coro. Diez batos
harán un homer ; porque diez batos son
un homer.
15 Y una cordera de la manada de
doscientas, de las gruesas de Israel para
sacrificio, y para holocausto, y para pa-
cíficos, para ser expiados, dice el Señor
Jehová.
IS Todo el pueblo de la tierra será
obliealo á esta ofrenda para el príncipe
de Israel.
17 Mas del príncipe será ta obligación
de dar el holocausto ■', y el sacrificio, y
•Capi.47.S2.
» Cap. 48. 8.
«Oap.48.10,
etc.
iCapw 40.17.
<CaFw48.aL
/Cap.SS.87.
f4itl8.
Fio. 38. 16.
Jer. 82. 17.
9 Lev. 19.35,
86w
Pro. U. L
& Bx, 80.18.
Nn. 8. 47.
t-3Cr.5.6.
y 80. 8^
y 35. 7.
A.C.oSr.674,
E^QUIEL, XLVL
^Ccksii
i Lev. 16. 16.
{Oap.48.20.
■•Bx 12.18.
Lev. 88. 6.
etc.
Ka.», a, 8.
Den. 16.1,
etc.
•» 100.6.7,8.
«K«.a8.16,
etc» (
l>Cap.46.S,7.
9 Na. a». 12.
«-Dea.16.18.
«Ctep.U.1.
» Cap. 44. 8.
Ter. 8.
•C^p. 46.17.
i Cap. 46.24.
«D«a. 16.17.
/Ex. 28. 14,
17.
I>ni.lll6L
la libación, «n las aolcmnidactes, j en
las Inuai naeras, y ot los ti^iait», y en
todaf Ia« fieftat de la casa de Israel : él
dispondrá la expiación, y el Presente, y
el nolocausto, y los pacíficos, para es^
piar la casa de Israel.
18 Asi ha dicbo el fiefior Jehová : El
tnet primero, al primero del mes, toma-
rás un becerro sin defecto de la vacada,
y errarás el santuario k.
19 X el sacerdote tomará de la sanare
del becerro de la expiación, y pondrá
sobre los postes de la casa, y sobre los
cuatro ángulos del área del altar', y
sobre los postes de las puertas del atrio
de adentro.
20 Así harás haata el séptimo dia del
mes por los errados y engañados; y ex-
piarás la casa.
SI El mee primero, á los catorce dias
del mes, tendréis la Pascua», que eerá
fiesta de siete dias: comeráse pan sin
levadura «.
28 Y aquel dia el principe sacñficatá
por sí y por todo el pueblo de la tierra
un becerro por el pecado.
23 T en todos los siete dias de la so-
lemnidad hará holocausto á Jehová de
siete becerros y siete cameros sin de-
fecto, cada dia en siete dias ; y por el
pecado un macho de cabrío cada día o.
S4 Y con cada becerro ofrecerá pre-
sente de un epha de ñor de harina, y con
cada camero olro epjía ¡ y por cada epha
un hin de aceite^».
25 En el niee séptimo, á los quince del
mes, en la fiesta; hará o^ tanto copio
en estos siete diasr, cuanto á la expi-
ación, y cuanto al holocausto, y cuanto
al Presente, y cuanto al aceite.
CAPITULO XLVI.
Proetgue en la reformadoa del culto. ítufares
en mu m ha» di eoetr la» carnee ai loe
«icmiMU,
ASf ha dicho el Señor Jehová : La
. puerta del atrio de adentro, que
mira al Oriente*, estará cerrada los seis
días de trabajo, y el dia del sábado se
abrirá: abriráse también el dia de la
nueva luna.
8 Y él prfttofa>eb entrará por el camino
del portal de la puerta de afuera, y es-
tará al umbral de la puerta, mientras
los sacerdotes harán su holocausto y sus
pacíficos, é ineiinaráse á la entraos de
la puerta: después saldrá, mas no se
cerrará la puerta hasta la tarde.
3 Asimismo se inclinará el pueblo de
la tierra delante de Jehová, á fá entrada
de la puerta, en los sábados y en las
nuevas lunas.
4 Y el holocausto qne el principe ofre-
cerá á Jehová el dia del sábado «, eerá
seis corderos sin defecto, y un camero
sin tacha.
6 Y por presente^f un epha de Jlor de
harina con cada camero; y con cada
cordero un presente, don de su mano, y
un hin de aceite con el epha.
6 Mas el dia de la nueva luna cfreeerá
nn becerro sin tacha de la vacada, y
seis corderos, y un camero ; deberán
ser sin defecto.
7 Y hará presente de un epha de flor
de harina con el becerro, y un epha con
cada camero: mas con los corderos,
conforme á su facultad • ; y un hin de
aceite con cada epha.
8 Y cuando el príncipe entrare, en-
trará por el camino del portal de la pu-
erta, y por' el mlemo cammo saldrá.
ft Mas cuando el pueblo de la tierra
entrare delante de Jehová en las fies-
tas/, el que entrare por la puerta del
Norte, saldrá por la pi^erta del Medi-
odía; y el que eiitráre por la pneita
del Mediodía, saldrá por la puerta dd
Norte: no volverá por la pusta por
donde entró, sino que ^dra por ia ib
enñrente de ella.
10 Y el príncipe, cuando ellos entn-
ren, él entrará en medio de ellos; ;
cuando ellos salieren, él saldrá.
U Y en las fiestas y en las sblemnids-
des será el Presente un epha de JUr dt
harina con cada becerro, y un epba con
cada camero ; y con los corderos, lo que
le pareciere : y un hín de aceite con cade
epha.
18 Mas cuando el principe libremente
hiciere holocausto 6 pacíficos á Jdiová,
abriránle la puerta que mira al Oriente,
y hará su holocausto y sus pacifioMi
como haoe en el día del sábado: dei
pues saldrá ; y cerrarán la puerta dei
pues que saliere.
18 Y sacrificarás á Jehová cada dis
en holocausto un cordero dé un 9Sid$
sin defecto: cada mañana lo saciifi*
caras.
14 Y con él harás todas las malbmsi
i
FKlíSlE
presente de la sexta parte de un epha
de flor de harina, y la tercera parte de
u;i hin de aceite para mezclar con Is
flor de harina. ISeto eerá, presente pan
Jehová continuamente por estatuto per*
petuo.
15 Ofrecerán pues el cordero, y el pre-
sente, y el aceite todas las mañanas, en
holocausto continuo.
IS % Asi ha dicho el Señor Jebovi:
Si el príncipe diere algún don de m
heredad á alguno de sus hijos, será de
ellos ; posesión de ellos «ém por be-
renda.
17 Mas d de su heredad diere don i
alguno de sus siervos, será de él basta
el afk> de libertad A, y volverá al diüb-
cipe : mas su herencia será de su h^os.
18 Y el príncipe no tomará nada de la
herencia del pueblo, por no defraudar»
los de su posesión. De lo que S posee •
dará herencia á sus hijos ; para que mi
pueblo no sea echado cada uno de tn
posesión.
19 5 Meüéme después por la entrada
que eitaba hacia la puerta á las cámaras
santas de los sacerdotes, las cuales mi-
raban al Norte, y habla allí nn lugar á
loi lados del Océidente.
20 Y dfiome : Este es el lugar donde
los sacerdotes cocerán* el eacr{Aciefar
el pecado y por la expiación ; allí coce-
rán el presente, por no sacarlo al atrio
de afuera para santificar al pueblo'.
21 Luego me sacó al atrio de afbera,
y llevóme por los cuatro rincones dd
atrio ; y en cada rincón había un patio.
22 En los cuatro rincones dd atrio
habia patios juntos de cuarenta codos
de longitud, y treinta de anchura: te-
nían ima nUema medida todos cuatro á
los rincones.
818 Y habia vna pared alrededor de
ellos, alrededor de todos cuatro, y chi-
meneas hechas aba^ al rededor de lai
paredes.
84 Y d^ome : Estos son los aposenloi
de los cocineros, donde los servidores
de la casa cocerán el sacrificio dd pue-
blo.
CAPITULO XLVIL
MueeMí Dióe al prqfela iae aauai «dvIQItew
aue eaien dd ««««o tenMo, y toe éMa
JtwMferoe y midieináte» de me rAmo.
Nuew reptSrHmimto de la Herra i» j*v>
«Ufio*, «0» mi««M y Moa úmglUee tfna^
no», á euya heredad aria admitido d «-
trat^jero, aveeindiodo fa en d pM» «
DúM, en inual derecho eoa loe aafaralw.
ilnül^
Ci^tí-l
liaLtA
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XI d* U eaia; j hé aquí aaiHM*
nlian de dalMOo del umbral m la
hida tí OrteMa: porque la fadiada de
la eaia wtate al OrioMe : y laa anua*
doocndlan de debato^ háela el lado de.
iwha de laoasa, al Mediodía del alUur.
i Y HM^Iiike po* el oanaliM de la pu-
«ta del Norte, é hlzome rodear por el
«nalno ton de la puerta» por deftieía
al oaalno de le que mira al Oriente i y
hé aqui la* aguas que Mliaa al lado
doreelM.
i Y taliande el thou» liáaU el Od-
mte, tenia un cordel en tu mano} y
aridló mil eedea, é hlxome paMir por
In aKua* haata lea tobUlea.
4 Y midió Un* mil» é hiaooae paiar
pnr las aguas hasta las rodillas. Mldid
luego idro$ mil, é hisome pesac por las
agaa» hasta loa lomoe.
ftYaoidfaSeirHmll; tf tte ya el ainy»
que yo no pedia paaar i poique las aguas
le haUan aliado, ¡f el arsoyo no se podl*
paisr tfao 4 nado.
«Ydtíoane: ¿ Has Tiato, h^o dri honi.
Ine 7 Despuaa me Uev^ é híaooae tor.
narjpav la ribera del arroyo.
7 Y tomando yo, hé aquí en la ribera
del arroyo luMa arbolea* muy muehos
de la una parte y de la otra.
8 Y dí}ome: Bstaa aguas salen 4 la
legión dd (Méate, y desoenderin 4 la
Uanuta, y entrarán en la mar^; y en>
tradas en la mar, rccibiíAn sanidad las
aguas.
9 Y 104, que toda alma vlTlente que
nadire por donde quiera que entraren
eito* do* arroyos, vivirá : y habrá muy
muehos peees por haber entrado allá
•sta* agua*, y recibirán unidad*; y
vivirá todo lo que entrara en este ar>
n^o.
10 Y ae«á que junto 4 él estarán pes-
eadons) y desde Bngadi/ hasta £n>
saiain aera tendedero de redes: en lu
clase será su pescado como el pescado
de la gran mar, mucho en gran manen.
U Sus oharoos y sus lagunas no se u>
nazán; quedarán pan ralina*'.
18 Y Junto al arroyo, en su riben de
una parte y de otra creeerá todo árbol
dt fruto de comer : su hot|a nunca caerá,
ni fkltasá su fruto : á sus meses madu>
rara, porque sqs aguas salen del lantu-
arlo : y su ftuto aorá para oomtr» y su
hoja pan medicina A.
13 Asi ha dicho el Sefior Jdiová : Este
es el término en que paxtivéi* la tierra
en heredad entre la* aooe tribus de !••
rael : Joaeph do* parte* •',
14 Y la heredarais asi los unos eomo
lo* otros; ]MW« por ella aleé mi mano
que la habla de aar á vuestro* padres* :
por tanto tata tierra o* caerá en here*
dad,
15 Y este es el término de la tierra
hacia la parte del Norte : Desde la gran
mar, camino de Hecfalon^ viniendo 4
Sedad"!,
14 Uamath, Bentha, Sibraim, que
tMk entra el término de Damasoo y el
térpiiao de Hamath ; Haserhattioon,
que es el término de llauran.
17 Y será el término del Norte desde
la mar de Haser^enon» al término de
Damasco al Norte ¡ y ai término de
Hanutth al lado del Norte.
1« Al lado dd Oriente, por medio de
Hauran y de Duoaasoo, y de Gal«^, y
de la Üem de Israel. iX Jordán: «ái
meditéis de término naata la mar del
Oriente.
18 T al lado del MediodU, hacia el
Mediodía, desde Thamax hasta las aga>
• ( éasde Oadra y el
airoyo hasta la gran mar: y *s<k «sra el
lado austral, al Mediodía.
ao T al lado del Occidente la gran mar
ttrA el ténnlno hasta en derecho para
vaiür 4 Hamath. Seta «sr* al lado del
Oeeidenta.
81 Partiiéis pues esta tierra entra toS'
otrospor las tribus de Israel.
ta T será, que eehaiéis sobra ella su-
wtes pee herencia pan vosotios, y para
los otrai^eM* que peregrinan entra vo*-
otra*, que entre voaotro* han engendra-
do hÚoa: y lo* tandréli como natarale*
entra lo* h^o* de I*rael; eohaiin w-
ertes con vosotros para heredarse entra
Ira tribus de Israel.
•8 Y será, que en la tribu en que pe-
regrinara el extranjero, allí le duéls w
heredad, ha dicho el Señor Jehová.
CAPITULO XLVIII.
JNe^HoB á» la títrra ariMamlp tm $mrta A
tríiM. Bmrte» M templo, de toe eaeer-
áeUt, de 1m hnHae, d» ím eimdmd, y <M
jgráMijM. IWiaa di te etaded y eme dow
piteeiitef lliiHiedes d$ |os dees triftui, y su
nuno nombre,
Y ESTOS «en los nombtw de la* tri-
bus: Deade la extremidad
trienal, por la vía de Hethlons
á Hamath, Haser-enon, al termine de
Damasco, al Norta, al término de Ha-
math, tendrá Dan una parte, siendo sus
eitremidade* al Oliente y al Oooldente.
• Y>mto al tdlülno de Dan, desde U
parte del OrienfPluute la parte de la
mar, tendrá Aaer una parte.
S Y Junto al término de Aser, deade el
lado oriental hasta la parto de la mar,
Undrá Nephtali otra.
4 T junto al témüne de Nephtali,
desde la parte del Oriente hasta la parte
de la mar, Manassé otm.
5 Y junto al ténnlno de Manease,
desde la parto del Oriento haata la parte
de la mar, Ephrabn otra.
8 Y junto al término de Bphndm,
desde la parto del Oriente haeta la parte
de la mar, Rubén otra.
7 Y junto al término de Rubén, deade
la parte del Oriente haata la parte de la
mar, Jud4 otra.
8 5 Y junto al término de Jud4, desde
la parte del Oriente hasta la parte de la
mar, será la suerte que apartaréis ^ de
veinte y cinco mil canas de anehun, y
de Imigitud como cualquiera de las otras
murtas, e« á eaber, desde la parte del
Oriente hasta la porto de la mar; y el
santuario estará en medio de ella.
9 La suerte que apartaréis para Je-
hová, terá de longitud de veinte y «inco
mil cañae, y de diez mil de ancho.
10 Y alU será la suerte santa de los
sacerdotes de veinte y cinco mil callas
al Norte, y de diei mil de anchura al
Oeddente, y de diex mil de ancho al
Oriente, y de veinte y cinco mil de lon-
Sltttd al Mediodía: y el santuario de
ehová eatuá en medio de ella.
11 Ld* sacerdotes santificados de lo*
hyos de Sadoc «, que guardaron mi ob<i
servencia, que ao erraron cuando erra-
ron los hijos de Israel, como erraran
los Levitas <<,
12 Ellos tendrán por etterie, apartada
en la partición de la tiem, la parto
santísima, junto al término de los Le-
vitas
18 Y la de loa Levitas, al lado del tér.
miso de los sacerdotes, eerú de veinte y
cinco mil eaiae de longitud, y de diea
mil de anchura: toda la longitud de
veinte y oImoo mil, y la anehun de
dies ntíL
•C*]k40.I8.
N1I.90.U.
Sea. as. U.
8*L81.7.
•Oap.t7.lft.
ete.
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40ap.M.10.
A. GL dr. 674.
DANIEL, L
A.adr.S».
' Cap. 45. 7.
eIr.Mir.
.«•..«O.
ftOeB.U.X
«aitoT.aoi
■ a ner.
17. li
14 No Tendcráii de ello, ni pcmrata-
r&n, ni traspalarán las primiciaa de la
tierra; porqiie ea ooM consagrada á
Jehova.
15 Y Y las oloeo mil ealUu de anchura
qve quedan delante de las Teinte y cinco
rail, serán proftoias para la ciudad, para
habitación, j para e^ldo; y la ciudad
estará en medio.
16 Y estas «erd» sus medidas: A la
parte dei Norte cuatro mil y quinientas
cafias ; y á la parte del Mediodia cuatro
mil y quinientas ; y á la parte del Ori-
ente cuatro mil y quinientas: y 4 la
parte del Occidente cuatro mil y qui-
ideotas.
17 Y el ejido de la ciudad será al Norte
de doscientas y cincuenta caña», y al
Mediodia de ibscientas y cincuenta, y
al Oriente de doscientas y cincuenta, y
de doscientas y cincuenta al Occidente.
18 Y lo que quedare de longitud de-
lante de la suerte santa, diez mil caHa*
al Oriente y diez mil al Occidente, que
será lo que quedará de la suerte santa,
será para tmbrar para los que sirren á
la ciudad.
19 Y ios que servirin á la ciudad, serán
de todas las tribus de Israd.
90 Todo el apartado de veinte y cinco
mil eaSUu por veinte y cinco mil, en cu-
adro, apartaréis por suerte para el san-
tuario, y para la posesión de la ciudad.
Si Y del principe será lo que quedare
de la una parte y de iMtra de la suerte
santa, j de la posesión de la ciudad, e*
á saber, delante de las veinte y cinco
mil caña* de la suerte hasta el término
oriental, y al Occidente delante de las
veinte y cinco mil hasta el término oc-
cidental, delante de las partes dieluu se-
rá del principe' : y suerte santa será; y
el santuario de la casa estará en medio
de ella.
S8 Y desde la posesión de los Levitas,
y desde la posesión de la ciudad, en
medio eetará lo que pertenecerá ai prín-
cipe. Entre el término de Judá y el
término de Benjamín estará la tuerte
del príncipe.
sa % Cuanto á las demás tribu» desde
la parte del Oriente hasta la parte de is
mar tendrá Bei^min una parte.
84 Y junto al término de BeB>aiiB,
desde la parte del Oriente hasta la paite
de la mar, 8imeon otra.
86 Y Junto al término de Hmeon, desde
la parte del Oriente hasta la parte de la
mar, Isaohár otra.
96 Y junto al término de Isaehlr,deBde
la parte del Oriente hasta la parte de la
mar, Zabnlon otra.
87 Y Junto al término de Zsbnhn,
desde la parte dd Oriente harta la paite
de la mar, Ood otra.
98 Y Junto al término de Gad, á la
parte del Austro, al Mediodía, teiá el
término desde Thamar hasta las aguas
de las rednllas/, y deeie Cades y el ar- /Cif U
royo hasta la gran mar.
8» Esta ee la tierra que partirfls por
suertes en heredad & las tribus de Is-
rael ; y estas mm sus porciones, ha dicho
ei Señor Jehová.
ao ^ Y estas een las salidas de la cía-
dad á la parte del Norte, cuatro mil y
quinientas cañas por medida.
31 Y las puertas de la ciudad «írfo se-
gún los nombres de las tribus de Is-
raelr : tres puertas al Norte: la puerta
de Rubén, una; la puerta de Judá,
otra ; la puerta de Levi, otra.
88 Y á la parte del Oriente cuatro mu
y quinientas caflos, y tres puertas. Ls
puerta de Joseph, una; la puerta de
Se^jamín, otra ; la puerta de Dan,
otra.
88 Y á la parte del MeiUodia, owttP
mil y quinientas oatbu por medida, y
tres puertas. La puerta de Simeón,
una; la puerta de Isach&r, otra; la
puerta de Zabulón, otra.
84 Y á la parte del Occidente, cuatro
mil y quinientas coilas, y sus tres puer-
tas. La puerta de €tad, una ; la puerta
de Aser, otra; la puerta de Nepbtali
otra.
85 En derredor tendrá diez y ocho mil
oatla«. Y el nombre de la ciudni desde
aquel diaseni: JEHOVA SAMMA|.
fAflLl
•le.
LA PROFECÍA DE DANIEL.
CAPITULO I.
Daniü y «lu eompiñtro», tMcogido* de entre
loe eautivoK de Jeru$aUm, $on criado» y
ciMCJUdM liberaUmente para el $ervieio dn
r«y de Babilonia r y gnardando$e eUoe de
eonlaminaree en üu vianda* contra la ley.
Vio» lee da tabidurfa y gracia delante del
rey, mae que á ninguno w todo$ lu» eabiot,
eepeeialmeníe á Daniel, y ee quedaei en em
eervieio.
EN el año tercero del vrinado de Jo.
acim, rey de Judá, vino Nabucodo-
nosor rey de Babilonia á Jeruaalem, y
cercóla".
9 Y el Sefior entregó en sus manos á
Joadm, rey de Judá. y parte de los
vasos de la casa de Dios, y triólos á
tierra de Binar b á la casa de su dios:
y metió los vasos en la oasa del tesoro
de su dios.
8 Y d^o el rey á Aspenaz, príncipe de
sus eunucos, que trajese de los h^os de
Israel del liiu^e reolc, y de los prín-
4Machacho« en quienes no hubiese
tacha alguna, y de buen parecer, y en-
sellados en toda sabiduría, y s^los en
ciencia, y de buen entendimiento, é
idóneos para estar en el palado del rej,
y que les enseñase (as letras y la lengua
de los Caldeos.
5 Y sefialóies el rev radon pora cada
día de la ración de la comida dei rey,
y del vino de su beber: que los criase
tres años, para que al fin de ellos estu-
viesen delante del rey.
6 T taenn entre ellos de los híJos de
Judá, Daniel |, Ananías t> Mlsael |, y
Azariasf;
7 A loa cuales el príncipe de los eu-
nucos puso nombres : Y puso á DanW,
Beltsasar I ; y á Ananias, Sadraeh ; y
á Misael, Mesaeh ; y á Aatfas, Abed-
nego.
8 ir Y Daniel propaso en su oocaaon
de no oontaminaiae en la ración de la
comida del rey <<, ni en el vino de su be-
ber : pidió por tanto al prineipe de los
eunucos de no contamlnane.
O (Y puso Dios á Daniel en grada y en
buena voluntad con «1 príncipe de los
eunucos «.)
10 Y d^o el príncipe de loe eoaueos á
Daniel t Tenfo temor de mi seAor d
IJieii
giLAL
Ttf.1.
J«.HÍ.
|M.Í»
I
A. O,
Jdnd.
*dmdé
iPrimtif
iiBd.
<G«L»f
lacir.aiWb
PtAKIEL, IL
A.C.elr.ao8.
rey, ({nc leBaló Taeatra comida j tum»
tra bebida ; poes tiMgo qu« él 'habr&
visto Tuectroa voctrcw mas tristes que
los de los muchachos que son seme<
Jantes á Tosotn», oondena»fiis para con
el rey mi cabeza.
U Entonces dijo Daniel & Melsar, que
esuba puesto por el principe de ios eu*
nucos sobre Daniel» Anantas, Misael, y
Azarfas:
12 Prueba, te ruego, tus sierros diez
dias, y dennos de las legumbres á oo>
mei, y agua á beber.
18 Paxexean luego delante de ti nues-
tros rostros, y los rostros de ios mucha.
chos que comen de la ración, de la co-
mida del rey ; y según que vieres, haeie
con tos sierros.
14 Consintió pues con ellos en esto, y
prob«> con ellos diex dias.
15 Y al cabo de loe diez dias pareció el
rostro de ellos m^or y mas nutrido de
carne que tos otros muchachos, que co-
mían de la radon de la comida del rey.
16 Así fbé que Melsar tomaba la ra-
don de la comida de ellos, y el vino de
su beber, v dábales l^pimbres.
17 ^ Y a estos cuatro muchachos dió-
les Dios conocimiento 6 inteligencia en
todas letras y ciencia : mas Daniel tnvo
entendimiento en toda visión y suefios.
18 Pasados pues ios dias al fin de los
cuales habla dicho el rey que los tra-
jesen, el príncipe de los eunucos les
trcgo delante de Nabucodonosor.
19 T el rey habló con ellos, y no flié
hallado entre todos ellos otro como Da-
niel, Ananías, Misael, y Asarlas: y así
estuiieron delante del rey.
ao Y en todo negocio de sabiduría é
inteligencia que el rey les demandó, ha-
llólos diez veces mejores que todos los
magos y astrólogos que había en todo
su reino.
81 Y fué Daniel hasta el afio primero
del rey Ciro/.
CAPITULO II.
Lo$ taUot g magos OatíUo», no ptidKfmlo otf^
vinar im tutiío de Nabmeodtmotor, «on
condenados á muerte. Rsvttah Dio* A Jki-
niel, tpiisn empUea al rey lo que siiptifUaba
la estatufu Énsaba el rey á Daniel, y con-
fiesa (U Dios verdadero.
Y EN el segundo ai^o del reinado de
Nabucodonosor, soSó Nabucodono-
sor sueños», y distúrbese su espíritu, y
su sueño se huyó de él.
2 Y mandó el rey llamar magos, astró-
logos, y encantadores, y Caldeos, para
que mostrasen al rey sus sueños. Vi-
nieron pues, y se presentaron delante
del rey.
3 Y el rey les dUo : He soñado un sue-
ño, y mi espíritu se lia disturbado por
salwr el sueño.
4 Entonces hablaron los Caldeos al rey
en lengua Araroéa | : Rey, para siem-
pre viveb : di el sueño & tus siervos, y
mostraremos la declaración.
5 Respondió el rey, y d^o & los Gal-
déos : El negocio se me fué de la Ttumo-
ria < : si no me mostráis el sueño y su
declaración, seréis hechos cuartos, y
vuestras casas sejr&n puestas por mula-
dares^.
6 Y si mostr&rds el sueño y su decla-
ración, recibiréis de mí dones y merce-
des, y grande honra : por tanto mostrad-
noe el sueño y su declaración.
7 Respondieron la segunda vez, y di-
jeron : Diga el rey el sueño á sus siervos,
y mostraremos su declaración.
8 El rey respondió, y dijo : Yo conozco
ciertamente que vosotros ponéis dilacio»
nes, porque veis que el negocio se me ha
ido de la memorkí.
O Si no me mostráis el sueño, una sola
sentencia serft de vosotros. Ciertamente
preparáis reapuesta mentirosa y perversa
que decir delante de mí, entre tanto que
se muda el tiempo : por tanto decidme
el sueño, para que yo entienda que me
podéis mostrar su declaración.
10 Los Caldeos respondieron delante
del rey, y dieron: No hay hombre so-
bra la tierra que pueda declstar el ne-
gocio del rey: demás de esto ningún
r^, prínciue, ni señor, preguntó cosa
swn^nte A ningún mago, nf astrólogo,
ni Caldeo.
11 Finalmente el negocio que el rey
demanda, es singular, ni liay quien lo
Sueda declarar delante del rey, salvo los
ioses cuya morada no es ctm la carne.
IB Por esto él rey con ira y con grande
enojo, mttndó que matasen á todos los
sabios de Babilonia.
13 Y publicóse el mandamiento, y los
sabios eran llevados & la miierte : y bus*
carón A Daniel y A sus compaBeMs para
matarlos.
U ^ Entonces Daniel habló • avisada
y prudentemente A Arioch, capitán de
los de la guarda del rey, que habia sa-
lido para matar los sabios de Babilonia :
16 Habló, y dUo A Arioch, capitán del
i*^ ' i Qué es la causa que este manda-
miento se publica de parte del rey tan
apresuradamente ? Entonces Arioch
declaró el negocio A Daniel.
16 Y Daniel entró, y pidió al rey que
le diese tiempo, y que él mostrarla al
rey la declaración.
17 Fuese luego Daniel A su casa, y de-
claró el negocio A Ananía», Miúel, y
Azarlas, sus compañeros,
18 Para demandar misericordias de!
Dios del cielo sobre este misterio, y que
Daniel y sus compañeros no pereólesen
con los otros sabios de Babilonia.
19 Entonces el arcano fué revelado A
Daniel en visión de noche/ ; por lo cual
bendijo Daniel ai Dios del cielo.
50 Y Daniel habló, y dUo: Sea ben-
dito el nombre de IMos de siglo hasta
siglo : porque suya es la sabiduría y la
fortaleza.
51 Y él es el que muda los tiempos, y
las oportunidades : quita reyes s, y pone
reyes ; da la sabiduría A A los sabios, y la
ciencia A los entendidos :
88 Él revela lo profundo y lo esoon.
dido • : conoce lo que estA en tinieblas*,
y la luz mora con óW.
83 A tí, oh Dios de mis padres, con-
fieso, y te alabo, que me di^ sabiduría
y fortaleza, y ahora me enseñaste lo que
te pedimos ; pues nos has enseñado el
negocio del rey.
84 Y Después de esto Daniel entró A
Arioch, al cual el rey habia puesto pera
matar A los sabios de Babilonia : ftié, y
dljole así : No mates los sabios de Babi-
lonia: llévame delante del rey, que yo
mostraré al rey la declaración.
86 Entonces Arioch llevó prestamente
A Daniel delante del rey, y dijole asi:
Un varen de los trasportados de JudA
he hallado, éL cual declararfi al rey la
interpretación.
80 Respondió el rey, y d^o A Daniel,
al cual llamaban Beltsasar» : ¿ Podrás
tü hacerme entender el sueño que vi, y
su declaración ?
87 Daniel respondió delante del rey,
y dUo : El misterio que el rey demanda,
ni sabios, ni astrólogos, ni' magos, ni
adivinos lo pueden enseñar al rey «.
88 Mas hay un Dios en los cielos, el
«ver.a^
/yn.13.6.
7 Job 18. 18.
Bal. 76. «k 7.
* Pro. a. 6» 7.
i Job la. as.
»8ia.U9Jl,
la.
Heb. 4. 18.
{ 1 Ti. e. 16.
«• Cap. 1. 7.
» Ik 47. U,
14.
4. a «Ir. «09,
DANIEL» in.
i.Cdr.1
• Geo. 40. 8.
7 4L18.
'AIBM4.1&
fH«di.Ua.
*-lUt.81.iS.
•8ftL1.4.
lfl.l7.U.
tlOit.18.SS.
• Ib. 47. S.
El. 38.7.
*C»p.S.38.
{8.90.
iOr.M.».
VU.X1.
■wr.43.
C»p.7.a4.
Ap.lt 12,
• Ulo. 4. 7.
X<ae. L tSi
88.
Ap.ILlC
7U0i8,&
cnat revela lot mirtnlM*, 7 él ha hecho
saber al rey Nabuoodonosor lo que ha
de aconteoev 4 cabo de diae. Tu niefio,
y laa yistaae» de tu oabeca eobra tu ca-
ma, e» esto :
SO Til, oh rey, en tu cama tuMcron
tus pensaBoieotos por saber lo que habla
de ser en lo pov venir ; y el que revela
loe misterios te mostró^ lo que ha de
ser,
ao T & mi ha sido revdado este mis*
terio, no por sabiduria que en mi haya
mas que en todos k» vivirntesf, sino
para que yo notifique al rey la decla-
ración, y que entendieses los pensami-
entos de tu corazón.
81 ir Td, oh »y, velas, y bé aquí una
grande imAgen. Este imi«|en, que era
muy grande, y cuya ^oria era muy su-
blime, estaba en pié deiantc de tí, y su
aapeeto ero terrible.
88 La cabeza de este imégen era de
fino oro; sus pechos y sus bnuos, de
plata; su vientre y sus muslos, de me-
83 Swip piernas, de hieno; sus pies,
en parte de hierro, y en parte de bam
cocido.
84 Sstebas mirando, hasta que una
piedra r fué cortada, no con mano, la
cual hirié A la imagen en sus pies de
hierro y de barro cocido, y los deeme-
nnaé.
85 Entonces fué también desmenuiade
el hierro, d barro (»cido, el m^al, la
plata, y el oro, y w toman» como ta-
mo* de las eras del verano ; y levantóles
él viento, y nunca mas se les halló lu-
gar. Mas la piedra que hirió 4 la imA-
gen, fbé hecha un gran monte, que
hinchió toda la tierra *.
86 Este M el sueño: la declaración de
él diiiémos también en presencia del
r^y.
87 ^ Tii, oh rey, eres rey de reyes» ;
porque el Dios del cielo te ha dado reino,
potencia, y ibrtaieu, y migestad.
88 T todo lo que habitan h^os de hom-
bres, bestias del campo, y aves del délo,
ha él entrando en tu mano, y te ha
hecho enselVorear sobee todo ello. Td
ercM agnelia cabeza de oro.
ao Y después de tí se levantara etny
reino' menor que td ; y otro tercer reino
de metal, el oual se ensefloreaiá de toda
la tierra.
40 Y el reino cuarto' seiá fuerte como
hierro ; y como el hierro desmenuza y
doma todas laa oosaa, y como el faienró
que quebranta todas estas oosas, des-
menu^uA y quebrantaiA.
41 Y lo que viste de loa plás y los de-
dos, en parte de barro cocido de al-
nrero, y en parte de liierro, d reino
serA dividido ; mas habrA en él algo de
ibrtaleaa de hierro, según que víate el
hierro mezclado con el tiesto de barro.
48 Y Mff ttr les dedoe de los pies en
parte de hierro, y en parte de barro co-
cido, en parte serA el reino fuerte, y en
parte serAfrágU.
48 Cuanto A aquello que viste el hieno
mezclado con tiesto de bam, mezcla.
lAnse con simiente humana, mas ao se
pegarán el uno con el otro, oomo d
Dierro no se mistura con él tiesto.
44 Y en los dias de estos rqyea • levan-
tarA el Dios cielo un reino que nunca
busas se conomporA* : y no serA d^)ado
A otro pueblo este reino, el tual desme-
nuzarA y consumirA todos estos reinos A,
y M permanecacA para siempre ;
45 De la manera que vtote que del
monte fué cortada una piedra, no con
\, la oual dcsaieniúó al hierro, al
metal, al tiesto, A la píate, y si eie. B
oran IMos ha mostrado id rey lo q«e ha
de acontecer en lo por venir : y el nete
es verdadero, y fiel su declaradon.
48 ^ Kktéaces el rey NabncodoaoM
cayó sobre su rostro, y humillóle i
Daniel t y mandó que le saerifieascn
presentes y perfumes.
47 El rey habló A Daniel, y d^ : Ci-
ertamente que el Dios vuestro es Dios
de dioses, y el Sellor de los reyes, y d
deseulnridor d» los misterios^ pues pu-
diste revelar este arcano.
48 Entonces el rey engrandeció A Da-
niel, y ie dio muchos y acandes dona t
y plisólo por gobernador de teda la jn-
vtaicia de BaUkmia, y por principe de
los gobernadores sobre todos los obios
de&bilonia«. *(¡^}^
49 Y Daniel solicitó del r^, y él puo 1 T ^ 1^
sobre los negocios de la provincia de i
Babilonia A Sadrach, Mesaeh, y Abed-
negó : y Danid «tloAo A la pnierta del
rey.
CAPITULO riL
8a¿hraA, XeiaA, y Abed-^ugo, per fiumdam
limpio» de idotattía, ton «Aaiot por tfrin
<fe Nabueoáomotor •» «« homo ardimin,
empofítefo qtternó á uta wriwgo* qmiiamáo
•Oof tteói. ViMto «i mtHoffro, NábmeoiuM-
aor Im «UMida anltr, y eomJUia ti IHot it
•Hof, y i«* «mimUm* m m r«<«i«.
EL rey Nabueodonosor hizo ona csta>
tua de oro, la altura de la cual en
de sesente codos, su anchura de sdi co-
dos : levantóla en el campo de Daza, en
la provincia de Babilonia.
8 Y envió el rey Nabueodonosor A Jun-
tar los grandes, los asistentes y capita-
nes, oidores, receptores, loa dd consejo,
S residentes, y A todos los gobemadoreí
e las provincias, para que viniesen á la
dedicación de la estatua que el rey Nt-
bucodonosor habia levantado.
8 Fueron pnes reunidos los grandH,
los asistentes y capitanes, los oiéorss,
receptores, los del consto, los presiden-
tes, y todos los gobernadores de las pro-
vincias, A la dedicación de la estatua
que el rey Nabucodonogor habla leraa-
tado: y esteban en pié delante de la
estatua que habia levantado t^ tvs Na-
bueodonosor.
4 Y el pregonero pregonaba en alta
voz : M Ándase A vosotros, oh pueblos,
naciones, y lenguas • ; •Osp.iL
6 En oyendo el son de la bocina, del y4.S>
pífano, del tamboril, del harpa, del lal-
terio, de la siníbnía, y de todo initn-
mento mdsieo, os postraréis v adoiarSs
la estetua de ore que d rey Nabueodo-
nosor ha levantado.
8 Y cualquiera que no se postiAie y
la adorAre, en la misma hora setA ceba-
do dentro de un homo de fbego ardi-
endo.
7 Por lo cual en oyendo todos les pos-
bloe el son de la boefoia, del pifhno, dW
temlioril, del harpa, del salterie, de la
sinfonía, y de todo instrumento mdsieo,
todos los pueblos, naciones, y leogaas,
se poetnwon, y adoraron la estatua de
oro que el r^ Nabueodonosor babia
levantado.
8 5 Pov esto en el aalamo tienpe ef-
gunot varones CahMos se llegaña, y
denunciaron de los Judioe,
9 Hablando y diciendo al rey Nabeeo-
donceoí: Rey, para siempre vlvet. iCkf 14>
10 Td, oh rey, pusiete ley, que tod» yl*-
hombre en oyendo el son de la boefais,
del piCuio, del temborfl, del harpa, dri
salterio, de la sinfonfa, y de todo initra'
asento mtftioo, se pesime y adorase Is
estarna de ore :
i.C.clr.CNi
I>ANXXL,rV.
A.O.eir.lM.
t
da
11 T «I «m M w ponnaa j /«
fuese •ehado dUntto <i« un homo
fvego «nUtndo.
IS Haj «HM ▼Hronet Jadlott lo* ooalw
pMiate td Mbra kw iM(oakM de la pro-
vineU ds BabUonla, Sodnch* M aaoh,
7 Abed-negD ; »tM lavooM» oh vey, no
han hecho ouaota de ti» no «donn toe
dioMi, no adoran la «Matoa do en» qo*
td levantaste.
13 ^ Entóoeea NahooodoneaordHo oon
iia y eea «nojo que tn^esen 4 Sadraeh,
Mesach, y Abed<mgo. Al punto Awcon
tnidos esto* vaxonet ddante del logr.
14 Habló Nabuoodenoaor, y d^oles :
i £s Tcrdadf Sadraeh, M esaoh. j Abad*
oego, que vosotros no hónrala á mi dloa«
ni adoráis la estatua de oro que he le*
vastado?
15 Ahora Duet, i catáis pnstea pata
que en oyendo d son de la bocina» del
jH&no, del tamboril, del harpa, del sal-
teño, de la linfoniat y de lodo inatm»
mentó mdsico, oe postréis y adonis la
estatua que he hecho ? Porque si no la
adorareis» en la misma hora aeráis colla-
das ea medio de un homo de fliago ar*
diendo : ¿ y qué dios mtA aquel qne os
libre de mis manes • ?
IS Hadrach» Mesach» y Abed-nego»
respondieron y dijeron al rey Nabuoo-
doñnor: No coidamoa de veapondcrte
lobre este negocio.
17 H¿ aqui nuestro Dioe á quien hon-
ramos, puede libnumoB del homo de
tuego ardiendo ; y de tu mano» oh rey,
uosUbiarA.
18 Y si no, sepas, oh rey, que tu dios
no adorárteles*, ni tampoco honrare-
mos la estatua que has levantado.
19 ^ JBntónoes Nabuoodonosor fué lle-
no de ira» y demudóse la figum de su
rostro sobre Sadraeh, Mesach» y Abed-
nego : wi habló, y ordenó que #1 homo
se encendiese siete veoea tanto de lo
que oada vea solia»
» Y mandó i hombres muy vigorosos
qae fmla en sn ^ército, que atasen 4
Sadraeh, Mesach, y Abed-nego. para
echarlos en A horno de fuego ardiendo.
21 Entonces estos varones flieron ata-
dos, esB su* mantos* y sus oalxaa, y sus
turbantes, y eua vestidos, y fueron echa-
das dentro del homo de Aiego ardi-
n Porque la palabra del rey daba prt«
esa, y había procurado que se enocn.
diese mucho. Ptro la llama del fliego
mató á aquelioc que haUan aliado 4
Sadraeh, Mesach, y Abed«aegp.
83 Y estos tres varones, Sadraeh, Me<>
sach, y Ahed-nego, cayeron atadoa den-
tro Ael hono de ftiego ardiendo.
84 Y BntÓBoes el rey Nabucodeneeor
se espantó, y levantóse apriesa, y habló,
y dijo 4 los de su consto : ¿ No ceharen
tres varones atadoa dentro del fbege?
BUos respondieron y dyaren al reyi üs
verdad, oh r^.
8» Reepondió ál y dijo : Hé aquí que
yo veo enatre varones sueltos» que ae
pe leen en medio del fuego, y ningtm
dafio hay en ellos : j el parecer éd cu«
arte t$ sem^antc 4 hijo de Dios.
80 Entonces Nabucodonosor se aeeroó
4 la puerta d«l homo d« ftwfo ardien-
d<^ y haUÓ y di}o: Sadraeh, Meeach, y
Abed-oego, siervoa del alto Dioe, salid
y venid. Entóneos Sadraeh, Masaeh, y
Abed-nego, salieron de en medio del
87 Y junt4ronee loe grandes, loa gober-
nadores, y loa capitanes, y los ddí eon-
s^ dd rey, para mirar eoloa varonea,
oono el mego no ae «naeAoreó de |va
ni eabcllo de «os eabetas ftié
quemado, ni sus ropas se mudaron, ni
olor de fbego haUa pasado per ellos.
88 Nabuoodonosor habló dé iiMna. y
d^ : Bendito el Dios de ellos, da Sa-
draeh, Mesach, y Abed-nego, que envió
BU 4ngiri«, y libró sua siervos que es-
peraron en él/, y el mandamiento dd
rey mudaron, y entregaron sus euerpos
4ntes que surviesen ni adorasen otro
dios que su Dioa.
8B Por mf pnea se pone daoralo, que
todo pueMo, nación, o lengua, que di-
jere biaafbmla contra el Dios de Badrach,
Mesach, y Abed<4icgo, sea descuartlca-
do, y su eaaa sea pnesta por muladar:
por cuanto no hay Dios que puada librar
como eete.
80 Entonces el rey engreñdeeió 4 Sa-
draeh, Mesach, y Abed-nego, en la
prorinoia de Babilonia.
CAPITULO IV.
Amío ál A'ataMtfoeoMT imttrpntaá» fvr
DimuL MI mf nkaio «it «• nimo, vlfiU
Btéte aie* coa hu bMMo*; koifa gM reco-
moeiMdo ¡a mano dt Dios, fui mUItMo ai
Iroao.
NABUOODONOSOR rey» 4 tedoa
lea puebles» naciones, y lengua* •»
que moran en toda la tlerm, pax os sea
multiplicada.
5 Las aehalcs y milagroe que el alto
Diosb ha hecho conmigo, conviene que
yo laspnblique.
B ¡ Cfu4n grandes «on sus séllales, y
cuan potentes sus maravillas • ! Su rei-
no, runo sempiterno, y su señorío hasta
generación y generación.
4 5 Yo Nabuoodonosor estaba quieto
en mi casa, y floreciente en mi palacio.
ft Vi un sueflo que me espantó, y las
imaginaciones y visiones de mi oabeca
me turbaron en mi cama.
6 Por lo oual yo puse mandamiento
para hacer venir dwante de mí todos
los Mbios de Babilonia, que me moa-
tnuen la declaración del sueBo.
7 T viniecon magoa» astrólogos. Cal-
déos, y adivinos rf: y dije el sueflo de-
lante de ellos, oms nunca me mostraron
su declaración ;
8 Hasta tanto que entró delante de mi
Daniel, cuyo nombre ea Beltsaaar, como
el nombre de mi dioa» y en el oual hay
espíritu de loa dioses santos, y d^e el
soeik) delante de él.
9 Beitsaser, principe de les magos», ya
he entendido que hay en ti espíritu
e hM dioses santos» y que ningún mis-
twio M te esconde, «iq>résame lea vi-
siones de mi sueho qne he visto, y su
deelaraeion.
10 ApietUu las visiones de mi cabeca
en mi cama: Parecíame que vela un
4rbol/ en medio de la tierra, euya al*
tura era grande.
11 Orecia este 4rbol, y hacíase ñierte,
y sn aH»ra llegaba hasta el cielo, y su
vista haeta el cabo de toda la tierra :
18 Su copa era hermosa, y su finito en
abandaneia; y pan todos hmbia en él
mantenimiento. Debajo de él ae ponían
4 la sombra las bestias del campo, y en
sus rama»; haoian morada las aves del
cielo, y manteníase de ói toda carne.
IS Vela en lea Tisieae* de mi eabeta
t
en mi cama, y hé aquí «w un velador
y Santo deseendia dn ciato,
14 T clamaba fuertemente, y deeia así i
Cortad el 4rbol, y desmochad sus ra-
mas ¡ dertibad éu copai y derramad su
frute t v4yanse lea bestias qUe están de-
bido de él, y las «vea de sus ramas.
15 Mas la oepaAde sus raioes dqiaréis
•ver. 86.
Osa. 6.88.
aea.lS.Uk
8aLSi.7tB.
v¥a.8l>.
BsA-A.»
yU.U.
Heb. 1. 14.
/Cap. 8. 88.
Jer. 17. 7.
■cap. 8. 4.
y*. 8»» 17.
» Cap. S. 88.
•SaLSClO.
rf Cap. a. 1,8.
•Cap. 8. 48.
y 5. 11.
/Ss. 81. 8,
AJobl4.7,8i
Á.o.ctt.vro.
DANIEL, T.
A.C(k.in.
• 1 Be*. 29L
l».«tc.
Job 1. C
B^. 8». 7.
as.
I wr. 8.
0«iLÍl.8S.
■•BftLUS.S.
«ter.lX
• (¡•p. 2. 88.
'J«r.27.63.
V ver. 88.
*■ wr. 17.
Sid.6S.18.
«Jar. 27.0.
< Xiii.lft.ai.
•11.85. 7.
'Atl.«l.lA
•n la tícmi, j con atadura de hierro y
de metal ^uedt entre la yerba del cam*
po ; y sea mojado con el rocío del cielo,
y su (larte con las bestias en la yerba de
la tierra.
16 Su ooraxon sea mudado de coraion
de hombie, y séale dado corazón de bes-
tia, y pasen sobre él siete tiempos.
17 ror sentoocia de los Teladores* te
acuerda el negocio, y por dicho de San-
tos la demanda : para que conozcan los
▼ivientes que el Altísimo se enseñorea
del reino de los hombres *, y que & quien
él quiere lo da, y constituye sobre él al
mas bajo de los hombres.
18 Yo el rev Nabucodonosor he visto
este suefio. Tú pues, Beltsasar, dir&s la
declaración de el, porque todos los sa-
bios de mi reino nunca pudieron mos-
trarme su interpretación : mas tií pue-
des, porque hay en ti espíritu de los
dioses sant^is'.
19 5 Hntónces Daniel, cuyo nombre
era Beltsasar, estuvo callando casi una
hora, y sus pensamientos lo espantaban.
£I rey entonces habló, y dijo : Beltsasar,
el sueflo ni su declaración no te es-
panten. ICespondJó Beltsasar, y d^o:
aeikir ralo, el suefio sea para tus ene-
mióos, y su declaración para los que
mu te quieren m.
90 El árbol que viste, que crecia y se
hacia fuerte, y que su altura llegaba
hasta el cielo* y su vista por toda la
tierra:
81 Y cuya copa era hermosa, y su
fruto en abundancia, y que para todos
habia mantenimiento en él ; deb^o del
cual moraban las bestias del campo, y
en sus nunas habitaban las aves del
cielo»;
S8 Tü mismo eret, oh rey «, que cre-
ciste, y te hiciste fuerte ; pues creció tu
grandeza, y ha llegado hasta el cielo, y
tu sefioiio hasta el cabo de la tierra/».
S3 T cuanto á lo que vló tíi rey, un
velador y santo que descendía del cielo,
y decia : Cortad el árbol, y destruidlo ;
mas la cepa de sus raices dejaréis en la
tierra, y con atadura de merro y de
metal quede atado en la yerba del oampo,
y sea mojado con el rocío del cielo, y
su parte sea con las bestias del camiio,
hasta que pasea sobre él siete tiempos :
84 Esta es la declaración, oh rey, y la
sentencia del Altísimo que ha venido
sobre el rey mi sefior :
Ü5 Que te echarán r de entre los hom-
bres, y con las bestias del campo será
tu morada, y con yerba del campo te
apacentarán como á los bueyes, y con
rocío del cielo serás bailado ; y siete ti-
empos pasarán sobre tí, hasta que enti-
endas que el Altísimo se enseñorea en
el reino de los hombres r, y qae á quien
él quisiere lo dará*.
20 Y lo que dijeron, que dejasen en la
tiena la cepa de las raices del mismo
árbol, etgnyUa que tu reino se te que-
dará ñrme, luego que entiandae que el
señorío ' es en los cielos.
27 Por tanto, oh rey, apnrueba mi con»
ií^o, y redime tus pecados oon justicia «,
y tus iniquidades con misericordias para
eco los pobres*; que tal vez sana eso
una prolongación de tu tranquilidad.
fld 5 Todo aquesto vino sobre el rey
Nabueodonoaor.
29 A cabo de dooe meses andándose
pascando sobre el palacio del reino de
Babiionia,
80 Habló el rey, y dijo : ¿ No es esta
la gran Babilonia, que yo edifiqué para
casa del reino oon la fuerza de mi poder,
y pata gU»i« de mi gxandesa ?
1
81 Aun estaba la palabra en la bees
del rey, cuando cae una voz del cielo:
A tí dicen, rey Nabucodonosor; B
reino es traspasado de tí :
82 Y de entre los hombres' te echia, ii«.8,X.
y con las bestias del campo terá ta mo-
rada, y como á los bueyes te apsoeota-
rán ; y siete tiempos pamiin sobre ti,
iiasta que conozcas que el Altísimo te
enseñorea en el reino de los hombres, y
á quien él quisiere lo dará.
38 En la misma hora se cumplió la
palabra sobre Nabucodonosor, y í«é
echado de entre los hombres ; y comis
verba como los bueyes, y su cuerpo se
bañaba con el rocío del cielo, hasts qne
su pelo creció como de águila, y sos
uñas como de aves.
34 Mas al fin del tiempo yo Nabuco-
donosor alcé mis ojos al cielo, y mi
sentido me fué vuelto; y benídQe al
Altísimo, y alabé y glorifiqué al qnc
vive para siempre», ponjue su señorio
ee sempiterno *, y su reino por todas lai
edades:
35 Y todos los moradores de la tiem
per nada son contados^ : y en el incito
del cielo, y en los habitantes de la ti-
erra c, hace según su voluntad; ni ba;
Suien lo estorbe oon su mano^, y ie
iga: Qué haces'?
80 En el mismo tiempo mi sentido me
fué vuelto, y immé á la mi^estad de mi
reino : mi dignidad y mi grandeza vol-
vieron á mí, y mis goberniBdores y mis
grandes me buscaron ; y ñií restituido á
mi reino, y mayor grandeza me fu¿
añadida/.
87 Ahora yo Nabucodonosor alabo, en-
grandezco y glorifico al Rey del ddo,
porqoe todas sus obras son verdad', y
sus caminos Juicio ; y humillar puede i
los que andan con soberbia A.
CAPITULO V.
Por una eeerit»ra mítaaroaa «■ demmmriaie
«M aaataeio» alrefd» B4ibilonia,tior kahr
pr^onodo lo* voso* atifredoe cM Xtaqris,
y por tu toberliia ettohdo emendo ái ¡m
fertat. LetUroU IkuM la eterttan, y
M efectúa aqueüa noche,
ÍpL rey Belsasar hizo un nande bsn-
!i quete* á mil de sus prwclpes, y en
presencia de loa mil bebia vino.
2 Belsasar, con el gusto del vino, man-
dó que tnóÓMn los vasoa de oro* y de
Elata, que Nabucodonosor su padre ha-
la traído del Templo de Jerusalem,
para que bebiesen con ^os el rey y iw
príncipes, sus mujeres, y sus omiouM-
Ap^ili
8*1. UMI'
J«.K.»
i II. «. Ul
17.
«gilUil
«Job». 11
B&D.Í1I.
/J«btt&
fDnfti
Áf.ü.t.
iCsflA
tolS-tt
jckiui;
8 Entonces fueron tiaidos los vasos de
oro que haUan traído del templo, de la
oasa de Dios que estaba en Jerusaím, y
bebieron con ellos el rey y sus príncápes*
sus mujeres, y sus concubinas.
4 Belueion vino, y alabaron á loa dioses
de oro, y de plata, de metal, de hierro,
de madera, y de piedra c
5 ir En aquella misma hora salicfon
unos dedos de mano de hombre, y es-
eribian delante del candelero soníe lo
encalado de la pared dd palacio real,
y «1 rey veia la palma de la mano que
escribía.
0 Entonces d rey se demudó de sa
oolor, y sus pensamientoa lo turbaron,
y desatáronse' las ceftidnna de sus lo-
mos, y sus rodillaa se batían la una eoa
la otra*.
7 Bl rey clamó en alta voz oue hictaaen
venir magos» Caldeos, y adivinos/. Y
habló d rey, y dijo á los sabios de Batai-
lonia: Cualquiera que leyese esta escti-
tura, y me mostiAre su dedmcaeiaii, tmk
>»t.Ll
A^lift
«SS.S.»
I Eiu Id «1^ DuM dt U» Uj« lie b
qüeiít ¡ jf Inv qn ^Hri* bumuui
""^■■^iiiíul^^,"'' '"'"
A,0.tír*m.
DAND&ti, Vn.
A.C(k.W.
tW.8S.17.
VTBr. 8.
ACap.8.18.
HeS.4.
17,1».
yA.».
iM«r.«,a6.
IBaLV.
89,40.
•Mata7.e8.
■tbt. 6.
Cap.S.4.
•CB|i.8.a8.
r Heli. U.
SS.
V8ftL18.aO,
24.ya&6.
•-Hedí. 34.
16.
MCr.&aOL
Biü.U.4.
Pr. 28.89.
2C0.1.9,
10.
(Den. 19. 10.
.9.10.
« C»i». 4 1.
toan que wiabm hada JaruMlem/,
hlaeábaw de nidillai tres treces al cHa,
y otaba, y oonfinaba delante de ni Dlea,
como lo totia hacer átttes.
11 Kntónces se Juntaron aquello* hom-
bres, y hallanni á Daniel orando y ro-
gando detente de su Dios.
15 Lleofamosc lafego, v hablaron oH
delante del rey acerca del edicto real:
¿No has eonnrmado edicto que cual-
quiera que pidiere á cualquier dios ú
nombre en el espacio de treinta dias,
escepto á ti> oh rey, fliesé echado en el
ibso de loe leones ? Respondió el rey y
dUo : Verdad es, conforme á la ley de
Media y de Persia, la cual no se a-
biogajv.
18 Entonces rnpondieron y dl)eron
delante del rey : Daniel, que es oe los
hijos de la oantlTidad de los Judíos*,
no ha hecho cuenta de tí, oh rey, ni
del edicto que confirmaste • ; antes tres
veoes al dia hace su petición.
14 El rey entonces, oyendo el negocio,
pesóle * en grande manera, y sobre Da>
niel puso cuidado para librarlo ; y hasta
puestas del sol trabajó por librarle.
16 Empero aquellos nombres se reu-
nieron cerca del rey, y dijeron al rey :
Sepas, oh tey, que es ley de Media y
de Penia, que ningim decreto il orde-
nanza que el zey ooníimiáxe pueda mu-
darse.
10 Entonces él rey mandó, j tnüenm
á Daniel^y echáronlo en el n>so oe ios
leones. Y hablando el rey d^o & Da-
niel : El Dios tuyo, á quien td continu-
amente sirves, él te )ibre<.
17 Y Alé traída una piednl, y puesta
sobre la puerta del foso, la cual selló"»
d rey con so anillo, y con el anillo de
susjüíncipee, porque el acuerdo aoerck
de Daniel no se mudase.
18 Fuese luego el rey á su palacio, y
acostóse ayuno; ni instrumentos de mú-
sica fueron «raidos delante de él, y se le
filé el snefio.
19 5 £1 >^> V°' tanto, se levantó muy
de maflana, y fué apriesa al foso de los
leones:
ao Y llegándose cerca del foso llamé
á Toecs á Daniel coa voz triste; y ha-
blando d rer d^o á Daniel: Daniti,
siervo del Dios viviente, el Dios tuyo,
á quien tü continuamente sirves, te ha
podido librar de los leones ?
21 Bntófcees habló Daniel con el rey :
Oh rey, para siempre vive».
sa £1 Dice mió envió su Ángel •, «I cual
cerró la boca de loa Icones^, para que
no me hiciesen mal : porque delante de
él se hidló en mi .fusticlaf i y aun delan-
te de ti, oh rey, yo no he hecho lo que
nodeUéser.
88 Entonces se alegró el rey en gran
manera á cansa de él, y mandé sacar á
Daniel del foso: y ftié Daniel sacado
del íbso, y ninguna lesión se halló en él,
poique eicyó en su Dios*.
84 y mandándolo el rey, ftieren traídos
t^elloe hombres que hablan acusado A
Itamiel, y fueron echados en el fbso de
los leones', dios, sas h^oe**, y sus
nn^eres; y aun no hablan llegailo al
suelo del ibao, cuando los leones se apo-
deraron de elk», y quebrantaran todos
sos huesos.
85 ir Entósices el rey Darfo escribió á
todos los pueUos, naciones, y lenguas,
que habitan en toda la tierra: Paz os
sea muMpHcada*.
98 De parte mia es puesta ordenanaa,
qne cu todo el sefiovío de mi reino todos
teman y tiemblen de la Mcsenda del
Dloa de Daniel: pocqne « es el Dice
'Sri.ftT.
▼iviénter y permanente p«r todss In 'Ofüi
siglos, y su reino tal que no sari deshe-
cho, y su seiknio hasta el fin :
87 Qtt« salva y libra», y haoe seWes j
maravillas en él cielo y en la tiena; d
cual libró & Daiúel del poder de Isi
leones.
88 Yesfe Daniel fiíé proapcfldo dorsa-
te d idno de DaHo, y durante d reÉns.
do de Giro, Persa «. * 0^ H?
CAPITULO Vil.
Bn «na vitUm ét ekatn taMos «mi «MtrB*
éo» á Dmid tuabro nisM, dd «Mm *
Iw eumtdf, «■« terim mnpw fM Im dnaát,
m UvanUaria otro qm ottamro mmHs
mudar Utt (ímijwi y Ja Ity, y kana puna
contra lo» foafos, y lo» ««««sria, jkMla fw
por eipeeiai imUrveneio» ji frovidemeia id
MiHvM, á cuyo retno ham d» mrvir t
oMkeer toda» la» poteáoñ»», aerd ité» H
rtino y d Mlorio, y ta nuifnlai i» V»
roimMdebaío d» todo H Helo, a rmO» él
lo» DI rifariimi ficki, BmmmIm MWItMb
Ij^N el primer afio de Bdsasar, m de
J Babilonia, vio Daniel un sueno j
visiones* de su cabeza en su cama:
luMo escribió el sueño, notó la snms
de los negocios.
5 Habló detpue» Daniel y dijo: Tela
yo en mi visión de noche, y faé aqni
que los cuatro vientos ^ del ddo com-
batían la gran mar«.
8 Y cuatro bestias otandes, diftrenics
la una de la otra, subían de la mar'.
4 La primera • era como leoa, y tenia
das de Águila/. Yo estaba mirsudo
hasta tanto que sus alas fiíeron ama-
cadas, y fué quitada de la tierts: y
Sdsose enhiesta sobre loa |ries A nmicn
e hombre, y fteéle dado corazón de
hombreff*
8 Y hé aqui otra segunda* bestia, se-
miente A un oso, la cual se puso d on
lado, y tenia en su boca tres coslfllai
entre sas dientes, y f>téle dicho sd:
Levántate, traga carne mucha.
6 Después de esto yo miraba, y hé sqní
otra * semejante A un tigre, y teda cn-
atro das de ave en sus espüudas: tsma
también esta bestia cuatro cabeías; y
faéte dada potestad.
7 Después de esto miraba yo en las
vidones de la noche, y hé aqui la caer-
ta* bestia, espantosa y tenibie, y en
grande manera fuerte, la cual teda
unos dientes grandes de hierro. Devo
raba y desmenuzaba, y las sobras ho
Haba con sus pies : y era muy difierede
de todas las bestias qne hablan sido
Antes de ella, y tenia diez cuernos'.
8 Estando yo contemplando los caer,
nos, hé aqui que otro cuerno peqodk»*
sahia entre ellos, y delante de él fheroe
arrancados tres cuernos de los prime-
ros: y hé aquí que en este eoéroo bsUa
q}os como ojos de hombre*, y una boes
que hablaba grandezas*.
0 Estuve mirando hasta que fyMrea
traídas dllas^ ; y un andano de gnnKle
edad se sentó, cuyo vestido era usiaeo
como la nieve, y d pelo de su csbea
oomo lana limpia f: su idlla como de
llama de íbego ; sus ruedas esa» flMg»
ardiente.
10 Un rio de ftaego piroeedlar y saUs
de ddante de él : mOurcs de ndltocsi
le servian, y millones de millones ■**■*,, q^ m
tian ddanw de él*: d Juez se send,! i»!»
y los libros se abrieron.
1 1 Yo entonces miraba A cansa de la
voz de las grandes «dabias que haMata
d eaemo : miraba nasta tanto «oe asa
taron la bestia, y su cuerpo foe
oho, y entregado para se
dfií^of.
«Xa.lli>
<Ap.U.L
Jtr.iJ.
fUtl.1.
icsr-ii
■ «r.aí
PAaii
yS-i
lAfLli
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W.lfcfl¡
Hok-tlfl
lAfiua
HefeM.
DAVixL, vm.
A.0.elr.8fa.
^isi.
LX.6L
LT.U.
.11
.£(,8.
1.1
U.13,
.U.3J,
ií.44
IttU.
8.IL
.IL
17.
U HtbUn también quiUMlo i lai otm
bestias su leiWnrio, y Ict habla sido dada
iroloagMlon de vida» liaMa cierto ti-
cinpo*
13 Mtnha yo en la visión de la noehe,
j hé aqal en las nubce del eielo como
un Hijo de hombre' que venia; j ilefó
hasta el Anciano de grande edad, 6
hlcl^ronle llegar delante de él.
14 Y Alele dado seflorio, y gloria, y
Tdno'; j todos los pueblos, naáones, y
lenguas, le sirvieron : su sefiorio, seBo*
rio etemo, que no será transitorio •, y
sn reino, que no se corrompeíA.
15 *f Mi espirita tai turbado, yo Da-
niel, en meidio de mi cuerpo, y las
Tisiones de mi eabexa me asombraron.
18 Llegúeme & uno de los que asistían,
j pregúntele la verdad acerea de todo
erto. V hablóme, y deolaróme la in-
terpretación de las feJes cosas.
17 Bstas grandes bestias, las cuales son
cuatro, cuatro reyes son|, que se levan-
tarán en la Ueita.
18 Después tomarin el reino los santas
del Altísimo, y poseeiin el reino hasta
el siglo, y hasU el siglo de los siglos.
19 Y Entonces tuve deseo de saber ia
verdad acerca de la cuarta bestia, que
tan diferente era de todas las otras, es-
pantosa en gran manera, que tenia di-
entes de hierro, y sus ultes de metal ;
qu« devoraba y diesmennaaba, y las so-
bras bollaba con sus pids :
80 Asimismo acerca de los dies cuer-
nos que tenia en su eabexa, y del otro
Íae DaMa subido, de delante del cual
abSan caldo tres: y este mismo euemo
tenia ojos, y boca que hablaba grande-
zas, y su parecer mayor" que el de sus
oompafleros.
SI T vela yo que este ouemo hacia
guerra contra los santos >, y los venoia,
88 Hasta tanto que vino el Aneiano de
grande edad, y se dló el Juicio á los san-
tos del Altísimo; y vino el tiempo, y
los santos poseyeron el reino.
83 Dijo asi : La cuarU bestia será un
cuarto reino en la tierra, el cual será
mu grande que todos los otros reinos ;
y á t«la la tierra devorará, y la hollará,
y la detpedaxará.
84 T los diez cuernos aignifieam que
de aquel rebio se levantarán diec reyes ;
y tras ellos se levantará otro, el cual
será mayor que los primeros, y á tres
reyes derribará.
85 Y hablará palabras contra el Altíd-
mo, y los santos del Altísimo quebran-
tará, y pensará de mudar los tiempos y
la ley c : y entregados serán en su mano
basta tiempo, y tiempos, y el medio de
un tiempo.
M Empero se sentará el Juez, y qui-
tarinfe su sefiorio, para que sea destrui-
do y arruinado hasta el extremo;
27 Y que el niño, y el seflorío, y la
mistad de los reinos debido <ie todo el
cielo, sea dado al pueblo de los santos
del Altísimo • cuyo reino e« reino etemo,
; todos los sefiorios le servirán y obede-
cerán.
S8 X ^'''** *4"^ ^^ *^ ^" *** '* plática.
*o Miniel, mucho me turbaron mis
pensamientos, y mi rostro se me mu-
dó': roas guardé en mi corazón el ne-
gocio |.
CAPITULO VIH.
^tttttraM 4 Dofñid <• vition tm camero, y
«•paiet H« madto de eabria. detignandote
•*• el pHmero Hrefde iM Mrdot y Permu,
y M «f eegwtdo M rey délo» Griego». ValU
Hmio de mm frtneipe emW, de euya aelueia,
*»fiedmd, y nwBa,M da noUeia ai pro-
feta.
EN el alio tercero del reinado del rey
Belsaaar me apareció 'Mna visión a
mi Daniel, después de aquella que me
habla aparecido antes.
8 Vi en visión, (y aoontecló cuando vi,
que yo estaba en Busan •, que es cabe-
cera del reino en la provincia de Per-'
ala,) vi pues en visión estando Junto al
rio Dial.
8 V alcé «ais qjosi y miré, y hé aquí
un camero que estaba delante del rio,
el cual tenia dos cuernos ; y aunque eran
altos, el uno era mas afto que el otro :
y el mas alto subió á la postre.
4 VI que el camero hería con los cner^
nos al poniente, al Norte, y al Medio-
día, y que ninguna bestia podia parar
delante de él, ni habla quien escanase
de BU mano: y hacia conforme a su
voluntad 6, y engrandecióse.
6 Y estando yo considerando, hé aqui
un maoho de cabrío « venia de la parte
del poniente sobre la haz de tooa la
tierra, el cual no tocaba la tierra : y te-
nia aquel macho de cabrío un cuerno
notable entre sus ctfos.
6 Y vino hasta el camero que tenia los
dos cuernos, al cjial habla fo visto que
estaba delante del rio, y corrió contra él
con la ira de su fortaleza.
7 T vilo que llegó Junto al camero, y
levantóse contra él, é hiriólo, y quebró
sus dos cuernos, porque en el camero
no habla taamí» para parar delante de
él : derribólo por tanto en tierra, y ho-
llólo : ni hubo quien librase al camero
de su mano.
8 T engrandecióse en gran manera el
macho de cabrío ; y estando en su mayor
ftierza, aquel gran cuerno fué quebrado,
y en su lugar subieron otros cuatro'
maravillosos hacia los cuatro vientos
del cielo.
9 Y del uno de ellos salló un cuemo«
peiiueiV), el cual creció mucho al Me-
diodia, y al Oriente, y hacia la tierra
deseable/.
10 T engrandecióse hasta el ej^ito
del cielo g ; y parte del ^ército y de las
estrellas echó |>or tierra, y las holló.
11 Aun contra el Príncipe de la forta-
leza se engrandeció ; y por él fué quitado
el continuo »aer{flcÍo A, y el lugar de su
santuario fué echarlo por tierra.
18 Y el qército fnéle entregado á causa
de la prevaricación sobre el continuo
eaeri/ieto : y echó por tierra la verdad,
é hizo cuanto quisof y sucedióle próspe-
ramente.
13 Y oí un santo • que hablaba ; y otro
de los santos dijo á un otro que hablaba :
¿ Hasta cuando durará la visión del con-
tinuo eacr^ficio, y la prevaricación aso-
ladora que pone el santuario y el ejer-
cito para ser hollados ?
14 Y él me dijo : Hasta dos mil y tres-
cientos diaa de tarde y maflana: y el
santuario será puriflcado.
15 5 V acaeció que estando yo Daniel
considerando la visión, y buscando su
inteligencia, hé aquí que como una se-
mejanza de hombre se puso delante
de mí.
16 Y oí una voz de hombre entre Ulai,
qne gritó y dijo : Gabriel, enseña la vi-
sión á este.
17 Vino luego cerca de donde yo es-
taba ; y con su venida me asombré, y
oai sobre mi rostro. Empero él me di-
jo : Entiende, hijo del hombre, porque
al tiempo se cumplirá la visión.
18 Y 'estando él hablando conmigo, caí
dormido «n tierra* sobre mi rostro: y
él me tocó, é hízome estar en pii>.
19 T d^o: Hé aquí que yo te enseSaré
• &*. 1. 2.
& Gap. 11. 8.
•ver. ai.
d Cap. 7. «.
«Okp.7. 8.
ylíTai.
/Cap. U. 16,
t Cap. 18. S.
Ap.12.4.
& Iz. ». 88.
<ired.l.l3.
tCap.lO.d,
10.
La. 9. 32.
A.€.«tr.wak
DAKISIi» IZ.
A.C*.»
iOip.U.IDi
«•Oip,U.4,
••AP.U.V.
y 17.U,17.
• yn. 10, la^
ri«r.ll.
Ap. 19. 19.
f C»p. S. iS.
**▼«. 1^
' CftD. U. 4.
II.I.16.
t c«p. 7. as.
7 1^8.
« (>p. 8.S1.
»gr.a8.W,
' Ndi. 9. a,
•te.
«Bs.aO.j9.
<'M.106.6.
/20r.W.U,
lo iQ* ha de Tcnlr «a d &a d« la Jim :
poniue «I tiempo ae cumplirá'.
50 Y Aquel carneco que viate, que te-
nia oucnuM, Km lo* nyaa de Media j de
Penia.
51 T el macho de oabrío m d vqr de
Javan: y d euemo grande que iemU
cntie MIS q^o* et el rey primero.
tt T que ftiá quebrado, y sucedieron
cnat»o en su lugar, »ign{fica^pu cuatro
reinos sucpderui de la mí«iim nación,
ipas no en la fi>rtaleia de 41 •>.
SS Y al cabo del imperio de estoe, cu-
ando se cumplirían loa pmrariaBdons»
lerantaiáae un rey altivo de roatra, y
entendido en dudas»
54 Y su poder «e fortalecerá, mas no
con ftierza suya* : y dcatmirá mevaTl-
lloaamente, y proaperarA; y har^ ttri4-
trariamettU, y destruixA Alertes, y al
pueblo d^ los sai^tof*.
55 Y con su sajgioidad hará prniperar
el engaño en sn naano : y en su fiorapm
se engrandecerá, y con jpas dasdruirá á
muchos: y contra el Principe de loa
principes se levantaiái' ; n^aa sin mano
será quriHcantado f .
SO Y la visión de la tarde y la mafianar
que está dicha, es vcrdadora : y td su-
arda' la Vision, porque m para mui£oa
dias.
87 Y yo Danid tai quebrantado, y es-
tuve enfermo á^guaot días * : y cuando
convalecí, hice el negocio del rey ; maa
estaba eqpantado aeerca de la visión, y
no habia quien la entendiese.
CAPITULO IX.
OoñtUtrmHáo I>amiH Utgurm fa ti jiam étt
ta emiM9Ídad d» m jntfUo. ttMado par
JmrtmíM, era A JNm por d pirdon d» Im
ptetdM y ralQwtuio» id vieUo mümo s
y tdando orando, U m rtvtlado el titnm
d0 la vetMa d*t MMa», tomo tambim a^ud
m ^m» ouilariam ta vida ai minao Me$iaa,
y la ruina y atotamitnto dd pméNo Jmdtioo.
EN el aflo primero de Dario«, hijo de
Assuero, de la nación de los Medoa,
el cual filé puesto por rey sobre el rdno
de loa Caldeos;
8 En el año primero de su reinado, yo
Paniel miré atentamente en lo* Ubnis
el n|imero de los años, del cual habló
Jehpf^ al profeta Jeremíaab, que habia
de .concluir la aaoladon de Jerusalem
en setenta aiWw.
'8 Y volv^ mi rostro al Sefior Dios, bus-
(eandole en oración y ruego» en ayuno,
y pilicip, y ceniza.
4 V oífik J^npvá mi Dioa, y confesé»
y ^e : Ahora ScfW», Dioa grande, digno
de s0t temidoe, que guardas el pacto y
la misericordia con IÍm que te aman y
guardan tus mandamientos d >
5 Hemos pecado, hemos hecho iniqui-
dad, hemos obrado impíamente*, y ne-
mes sido rebeldes, y no* liemos apartado
de tus mandamientos y de tu* juicio*.
6 No hemos obedecido á tus siervos/
los proCetas^ que en tu nombjne hablaron
á nuestros ri^es, y á pfiestroe principes,
á miestroa pwlies, y á todp d pueblo de
la tierra.
7 Tuja es, Sefior, la Justicia, j nuestra
la jCOffAision de nf^xpi como a« en el dia
|d(e hcy á tcdo hombre de Jndá» y á los
morádoies de Jerusalem, y á tpdo Is-
rael, á los de cerca y á los' de l^ios, en
f^af la« tierras adonde los has echado y
á calila de su rebelión cpn que contra tí
se rebelaron.
8 Oh Jehová, nueatjra €9 la confusión
de roslm, de nuestros rqref , de nuesj^foa
principes, y de nuestrof pfidres ; poraue
(contra tí pepamos.
8 Pe Jenoyá nuestro Pía* <* el Ifpefr
"ffl'wliWMwllax y el pndi
fl no* hemoe aetalade ;
10 Y no «bMtaelnMia 4 la vea de Je-
hová nneatro JMas, -para andar en sn
leyes, las cnaias pwo él delante de MB-
por aaano de ana alervw los fM-
tlri.UDL
4,1.
11 Y tade Uraél ttaapaad ta ley<
tandose para no oir tu vos : por lo cnal
ha fluido sobre nosotros la nudAdon, y
el Juramento que cata esorito en la Iqr
de Moiies, siervo de Dios ; porque coa-
t» él pecamos
18 Y él ha verificado su palabra* qae
hablé sobre neeotroa, y sotare nncairos
taaoes qne nm gobernaron, trayendo ss-
oye nosotros tan grande mal ; qne maca
fué hedió debajo del délo cono d qae
Alé hecho en Jerusdem t.
18 Según está escrito en la ley de
Moisés, todo aoneste md vino sobi*
noaotioa: y no henoa rogado á la &s
de Jehová nuestro Dios, peía oonver-
timoa de nuestras maldadea, y entender
ta ventad.
14 Velé por tanto Jdu»vá sobre d nal,
y tríalo sobve nosotros ; porqae julo
•« Jdiová nuestro Dioa en todas a»
obras qne hiso : porque no obededmni
á sn TOB.
16 Ahora pues, Seftor Dios noestn,
que sacaste tu pueblo de la tieira de
Egipto con mano podarosaai, y te hi<
dste nombre cud en este dia;
pepadA» iaiplamente bemoa hedió.
16 Oh Se&ñr, aegun todaa tos Justicial,
apártese ahora tu ira y ta ftlior de aolae
tu dudad Jerusalem, tu tanto monte
poittue á causa de nuestros pecados, y
por la maldad df nueetroa paorea. Jera
salem y tu pueblo daAu aom en opeofaio &
todos en derredor nnc*t|N>«.
17 Ahora pues. Pica nuestro, oye la
oradon de tu darvo, v sus ruegoa, y bsx
que tu rodro reaplandeíoa sobre tu n
tuarlo asolado, por amor del Sd^w»
18 Inclina, oh Dios mió, tu oido,
oye; atoe tus ojos, v mira nuestros si
lamiente*, y la dudad sobre la ond t»
llamado tu nombre: porque no den*,
mamoa nuestros ruego* ante tu acett<
miento cot^fiado* en nuestras Jnstídasi
dno en tus muchas miseradooes.
19 Oye, Señor; oh Seitor, perdona;
presta oidoi Sefior, v has. No poogai
diladon, por amor de ti mismo, UfH
mió : porque tu nombre es lUmado fe
bre tn duoad y sobre tu pueblo.
80 \ Aun esteba hablando, y orando^
y coniésanilo mi pecado, y d pecado de
mi pueblo Israd, y derramaba mi rug9
ddante de Jehová mi Dios por d mon(s
santo de iqi Dios ;
81 Aun estaba hablando en
y aquel varón Qahri^i, al end habii|
visto en visión d pdnoipio*, votando
con préstela rqe tocé oomo a la bqia
dd sacrifido di^ la tarde^.
88 & hixome entender, y haMé v«.-
migo, y dijo : Panid, aíbora he «ñdo
para hacerte entender )a dedaradnn.
88 Al principip de tas ru«gos salid la
paL-ibra, y yo he jtaUo para andi
tda, poique td ere* varof de
Entiende pues la palabra, y entienda la
Vision.
84 Y SetenU semanas cstap detcndr
nadas sobre tu pueblo y aobfe tn tanta
ciudad, para acdyar la prerarioaeian, y
concluir el pecado f, y eñiar la iaf.
Íjuidad ; y para a^ar la vidon y la jn-
eoia, y ungir e| lianto de loa santos.
85 Sepas pues v entiendas, qae desde
la sdida de la paUfan paia ha^ «"if*
W puMot y edffidir á JerusddD, harta
• IsLit.
di.iOL
OSEAS, I, n.
A. a «Ir. Mi
*19.
SD.M.
6l34.
11. 38.
8.S«.
10.5.
0.6.7
9 T muchos de loe que duennen en el
polvo de la tierra^ serán despertados,
unos pcdra Tida eterna*, y otros para
verstlenza/ f confusión perpetua.
3 Y los entendidos 9 resplandecerán co-
mo el tesplandor dd firmamento ; y los
que ensefian á justicia la multitud, co-
mo las estrellas á pertMtua eternidad.
4 Td empero, Daniel, cierra las pala-
bras, y* sella el libro hasta el tiempo
del fin : pasarán mochos, y maltipUca-
ráse la ciencia.
5 5^ Y yo Daniel iiAt4, j hé aquí otros
dos que estaban, el uno de esta parte á
la orilla del rio. y el otro de la otra parte,
á la orilla del río.
6 Y dijo uno al Varón yestido de li-
enzos, que ataba sobre las aguas del
rio : ¿ Guando terá el fin de estas ma-
ravillas ?
7 V oí al Varón vestido de lienzos •',
que etit^ sobre las aguas del rio, el
cual alztf su diestra y su siniestra al
délo*, y juió por el Viviente en los
■IkIos, que por tleni)po, t!cmpo«, y la
mitad '. Y cuando se acabare el espar-
cimiento del escuadrón del pueblo santo,
todas estas cosas serán cumplidas •■.
8 T yo oi, mas no entendí. Y d^e:
Sefior mió, ¿ qué terá el cumplimiento
de estas cosas ?
9 V dgo : Anda, Daniel, que estas pa-
labras terán cerradas y selladas hasta el
tiempo del cumplimiento «.
10 Muchos serán limpios, y emblan-
quecidos, y purificados*: mas les im-
Íiíos obrarán impíamente, y ninguno de
os impíos entenderá; pero entenderán
los entendidos^.
11 Y desde el tiempo que fuere quitado
d continuo tacr{fici) hasta la abomina-
ción ^espantosa v, haífrá mil doscientos y
noventa dias.
13 Bienaventurado ¿1 que esperare, y
llegare hasta mil trescientos treinta y
cinco dias.
18 Y tü irás al fin, y reposarás, y te le-
vantarás r en tu suerte al fin de los dias.
LAS PROFECÍAS DE OSEAS.
CAPITULO I.
Manda Di» áOtfa» ^m tomé par npota wui
mvjer fúrmwia, y 91» á lo» áon \ijoi y
nita hf ja fw U naeieron, Ict jxmfa nom-
bre» qtu dStíaratmt lo f ím fvtmf kaeur am
mt pi¡«Mo. BMtamraeion y mmioH ié to$
do» jmMo» dé Jmdák y dé Itrari.
PALABRA de Jehová que ftié á
Oseas, h^o de Beeri, en dias de
Ozías, Joathan, Ach&z, y Ezechlas,
reyes de Judá, y en dias de Jeroboam,
hijo de Joas, rey de Israel.
9 £1 principio de la palabra de Jehová
con Oseas. Y dito Jehová á Oseas : Ve,
tómate una miger ftnnlcaria, é hUos de
fornicaciones: porque la tierra te dará á
fornicar * apartándote de Jehová.
3 Fué pues, y tomó á Oomer, h^a de
Diblaim ; la cual concibió, y le pari j
un hijo.
4 Y d^ole Jehová : Ponle por nombre
Jezreel ; porque de aquí á poco yo vi-
sitaré las sangres de JevreeU sobre la
casa de Jehd, y haré cesar el reino de
la (Tasa de I&rael.
5 Y acaecerá, oue en aquel día que-
braré yo el arco oe Israel en el valle de
Jcxrccl .
6 Y concibió aun, y parió una hija, y
díjole Diot : Ponle por nombre Lo-ru-
hama J : porque no mas tendré miseri-
cordia de la casa de Israel, sino que los
quitaré « del todo.
7 Mas de la casa de Judá' tendré mi-
sericordia, y salvarélos en Jehová su
Dios • ; y no los salvaré con arco ni con
espada, ni con batalla, ni con caballos
ni caballeros.
8 T después de haber destetado Gomer
k Lo-ruhama, concibió, y parió un hUo:
9 Y d^o Diot : Ponle por nombre Lo-
aranri | ; porque Tosotros no «ow mi pue-
blo, ni vo seré vuestro.
10 ^ Oon todo será el niimero de los
hijoa áe Israel como la arena de la mar,
que ni se puede medir ni contar. Y se-
ta/, que donde se les ha dicho, Vosotros
no tott mi pueblo, les será dicho : Hijos
del Dios viviente^.
11 Y los hijos de JudA y de Israel se-
rán congregados en uno *, y levantarán
para sí una cabeza, y subinán de la ti-
erra: porque ei dia de Jezreel terá
grande.
CAPITULO IL
Diot rteonvi'tu tt amentua á nt paMoprot-
tituido en la iaoUttrí'a, d eavma dé la cual
le vendrían grande» ealamidadé». Sfat iiu
duefdo deepoét al arrepentimiento, tere re-
eoneMada «m Dio», y ^ford para titmpt»
loé bUne» de tu favor y mitericordia,
DECID á vuestros hermanos, Am-
ral g, y á vuestras hermanas, Ru-
haroa f .
S Y Pleitead con vuestra madre*, plei-
tead ; porque ella no e« mi mujer, ni yo
su marido : quite pues sus fornicaciones
de su rostro, y sus adulterios de entre
sus pechos ;
3 No sea que yo la despoje desnuda b,
y la haga tonar como el dia en que
nació, y la ponga como un desierto e,
y la d^e como tierra seca, y la mate
de sed.
4 Ni tendré misericordia de sus hijot ;
porque ton hijos de fbmicaclones.
5 Porque su madre íbmicói': la que
loj engendró fué avergonzada ¡ porque
dijo : ' lié tras mis amantes, que me
dan « mi pan y mi agua, mi lana y mi
Uno, mi aceite y mi bebida.
6 Por tanto hé aquí que 3ro cerco/ tu
camino con espinas ; y cercaré oon seto,
y no hallará sus caminos.
7 Y seguirá sus amantes, y no los al-
canzará; buscarálos, y no los hallará.
Entonces dirá: Iré y volveréme^ á mi
primer maiido; porque mejor me iba
entonces que ahora.
8 Y ella no reconoció que yo le daba
el trigo, y el vino, y el aceite, y que les
muitiplioué la plata y el oro coa fue hi-
cieron á Baal.
9 Por tanto yo tomaré, y tomaré mi
trigo á su tiempo, y mi vino á su sazón ;
y quitaré mi lana y mi lino que lubia
dado para cubrir su desnudez.
10 V ahora descubriré yo su locura
delante de los qjos de sus amadores*, y
nadie le librará de mi mano.
11 Y haré cesar todo su gozo, sus fies-
tas, sus nuevas lunas, y sus sábados, y
todas sus festividades.
18 Y h .iré talar sus vides y sus higue-
ras, de que ha dicho: Mi salarlo me
I ca^ 7. as.
••is.iai2.
"ver. 4.
«Oap.ll.SS.
J>lkt.M.U.
>Gap.ll.81.
'ver. a.
A,C.
dr. TBt.
I puebla
mió.
fmtteri.
• Is. fio. 1.
»J«r.l8.23.
• Bs. 19. 13.
d Is. 1. 21.
Jer. 9.1,9.
«Jer.41.17.
/Job 19. 8.
La. 8. 7, .9.
'Lne.l&18.
A Xs. 18. S7.
yaasft.
^c^.m.
osBAS, m, iT, y.
A,adr.ni^
i Jim. 7. 96.
bes. 10.
Im^Aiior.
•IÉ.S1.S.
• Jot. 9^.84.
PZM.8.U.
9 Gap. 1. 11.
«-Cap. !.•,•.
« Bo, 9. 26b
1ML8.10.
M Morid».
•Jar. 7. 18.
»G«a.a8.18.
18a.U.M.
• llL«.l,a.
•OB, «M roa han dado mto amadnna.
Y MdocivAaa 4 vn matorral» y laa oo-
marán las bestias dal campo.
18 Y vidtará sobn día los tiempos de
los Baales, á los ouales incensaba; y
adonMUMMC de sus xarcillos 7 de s«is
Joyeles, é Ibaae tras sus amantas oItí-
dada da mi, dioa Jehorá.
14 5 Kmpero hé aau( que to la indu-
ciré, y la Ileraré al aasicxto', y hablaré
isuooraxon.
15 Y daxále sus Tillas das^e allí, y el
Talle de AobOri^ por puerta de esperan-
aa: y allí cantar» como en los tiempos
de su Juventud <, y como en el dia de su
subida de la tierra de Egipto.
16 Y seri, que en aquel tiempo, dice
JdtorA, me llamarás Marido ipio, y
nunca mas me llamarás Baali |.
17 Portiue ottltaró de su boca los nom-
biet de loa Baaks, y nunca mas serán
mentados por sus nombres >■.
18 Y haré por ellos concierto en aquel
tiempo con las bestias del campo, y con
las aves del cielo, y con las serpientes
de la tierra : y quebraré arco, y espada
T batalla de la tierra» y harélos dormir
ieguroat
fi Y te desposaré* conmigo para si-
empre I desposarte be connugo en Jna-
ticia, y Juicio, y misericordia y misera-
flD Y te desppsavé conmigo en fiát y
conocerás á JelioTá*.
81 Y será, que en aqud tiempo rcs-
Gndefé, dice Jehová, yo responderé &
I cielos, y ellos responderán á la ti-
erra^:
88 Y la tierra responderá al triso, y al
▼ino, y al aceite, y ellos respoadeián á
/ezreel f .
88 Y sembraréla para mí en la tiena,
y tendré miaericcnrdia de Iio-rubama: y
diré á Lo-ammir: Pueblo mió* td; y
él dirá: Diosmio.
CAPITULO III.
Bedo ta áUforiü df tma orfattcro, apartaia
i» m mmrido, Wcn qnt anuida dH mUno,
útumeiOMqu» por m«cáo tiempo ettará el
«mUo át íwrtM dwatoJo^mn «m ai eubo
jM^rMtoMwMo. ^^
YDÍJOME otra vez JehoTá: Ve, y
ama una mujer amada de m oom-
S itero I, aunque aídiiltera, como el amor
JeboTá para con los hijos de Israd ;
los cuales n^ran á dioses ágenos, y aman
fiascos^ de Tino.
8 Oomitrélab entdnoes para mi per
quince dliwrM de pIaU, y un homer y
medio de cebada;
8 Y díjele : Td estarás por mia mu-
chos diu : no fornicarás, ni tomarás «frv
Taron ; ni tampoco yo vendré & tí.
4 Porque mucho* dias estarán los h^os
de Israel sin rey, y sin príncipe, y sin
sacrlticio, y sin estatua, y sin ephod, y
sin teraphim.
6 Después Tolrerán los h^os de Israel,
y buscarán á Jehová su Dios, y á Darid
su rey ; y temerán á Jehová y á su bon-
dad en f» fin de los diás.
CAPITULO IV.
Jeia <NNi»a tof eaHito$ qm dMeargarA
lo» ««6» «i mteUo y Um aaemiatet por nu
pteañoo i ideíaMiu.
f\ID palabra de JchoTá, hUos de Is-
v/ rací, porque JehoTá pleitea con los
moradores de la tierra"; pwque no á«y
Tcidad, ni miseiloanUa* m conodmianto
de Dioa en la tierra.
5 Perjurar, y mentir, y matar, y hur-
tar, y adulterar, preralecienio, y sangres
se toofujron oon sangras.
8 Por lo cual aa oplutaxá la ti«m, 1
estenuaráae todo moniiar de día, coa
las bestias del campo, y las avaí áA
cielo ; y ana los peses da la mar n-
Ueceráo.
4 Ciertamente hombre no oontieBtU,
ni reprenda á hombre ; porque ta pue-
blo M como los que lesislen al
deta^
5 Caerás por tanto en d dia, y casii
también contigo el profieta de noefw, y
á tu madre talaré.
0 Mi pueblo filé talada, porque hfiúté
sahidum*. Poique td desechaste la u-
biduria, yo te echaré dd sacerdodo; 7
vmee que olvidaste la ley de tu Dios, taiB'
bien yo me olTidaré de tas 14)os.
7 Confiarme á su grandesa así peeann
contra mí: trocaré |ior (aato su hoois
en aflrenta<
8 Comen del pecado « de raí pueblo, j
en tu maldad levantan su alma.
9 Tal pues aera d pueblo como d u
cerdote/: y Tidtaré stdwe él sus csod
nos, V pagaréle conforme á sus ebrss.
10 Y comoán, mas no se haitacáa ;
fiomicarán, mas no se aumentarán : par-
que dq}aron de atender á Jehová.
11 Fornicación, y Tino ^, y mosto, qd*
tan d corazón,
18 Mi pueblo á su madero paagualaa,
y su palo le responde: porque e^iMta
de fornicaciones lo enganS, y fcmicanm
debiOo de sus dioses.
18 Sobre los cabezos de los meolsi «>•
orificaron, é incensaron sobie los co-
llados, debí^ de encinas, y álamos, 7
olmos A que tuTiesen buena sombra: por
tanto vuestras h^as fornicarán, y add-
tararán ' vueatras nuaraa.
14 No visitaré sobre tuestxas hUas cu-
ando fornicaren, ni sobre vuestras uñe-
ras cuando adulteraren; porque «Ucs
ofrecen con las rameras, y oou las malas
mujeres sacrifican : por tanto d pueblo
sin entendimiento caerá.
Ifi Si ünnleares td, Israd, d lo awm
DO peque Judá : y no entid* en Gltal»
ni subáis á Beth-aven |, ni Jurds, Yi«e
Jehová *.
10 Porque conao beeam cerrera le
apartó Ivad : ¿ apacentarálos ahora Je-
hová como á cameros en anchura ?
17 Efraim es dado á íddoa j déjalo.
18 Su beUda se corrompió ; fbmieaina
pertinazmento ¡ sus prínapes amaron Iss
dádivas, afirenta de áloe,
19 Atóla el viento en sus alas, y de ns
saorifidos serán avergonzadoa.
CAPITULO V.
HaUa eomtra loe paetone <U mmíIo fat/»-
roMMNMadtm ■peira«<a. Preot§ie' *^<^
eeurgo» ti aasMa, f «a (a d«a— cáaci— o» *
ealémiíaH, trae la euút eoaoMnaa M pe-
eado, y m volnKoa 4 Dipe.
SACERDOTES, oid esto; y estad
atentos, oasa aa Israd ; y oasa dd
rey, escuchad: pocqoe á vosotros «• d
Juicio ; pues habds sido lazo en Ml^*
y red eztendida wbia Tabor.
8 Y haciendo vícUmas han ba)ada bas-
to el profUadot portantoyossr^lacor-
leooi^n de todos dios.
8 Yo oonozoo á Efraim, é Im*<< "*
me ea daaconocido: poique abena ob
Efrdm, has fondeado, y se ha eontaai-
nado Inad. __
4 No pondrán sus pontainlantni aa
volverse á su IMoa, porque espirita as
fomicacicn* o<<4 m oMÍdlo de dios, y
no oonoeen á Jehová.
6 Y la soberbU de I«ad le
en su cara: é Israd y Bftataa — r^ ..
en su pecado; tnipaíwrá tambian Jada
eoqeUas.
tDn.I7.tt
<Ii<
iilliLU
>I*}^Í
.Jlt-^i
rk8.t
'ihi-Ü
íiaal'
^
'Si
iBifk.U
•OaLll
I
Ladr.WL
OSEAS, VI, Yn, VIII.
A.a«ir.Tio.
'«.1
duán bmwmto á Mmü^ y n» 1» ha-
lUrint ; •Mi«ái» 4««nN.
7 CoBtn JehovÉ pMvaflesioii, porqns
htJM extnftM han ongt^drito; ahen
Im defoiuA «a umb* om tos hoadadn.
8 Tocad tMciaa tn Oabaa, trompaU
en Kamá : wniad tambor en Beth<aTen :
trw ti. oh Baqjaaaln.
9 Bfraim aeíA aaolado rt «Ua del om-
ti|{D : en las trUnH d« laiaal hk» oona-
eerM<Terdad.
10 Loe principee de Jndá fcenm como
loe que tiaenasan m^joaeeif: demmaré
puM lobia ofloe, como agua, mi tn.
11 ¥tM Eftalm Triado, «nicbnnitado an
Juieio, poaque qniao andar en pos de
mandamiantce ji^^attee •.
U Yo pues aeH «orno polilla 4 BftaiBi,
jl oooM» oarooma 4 la casa de Judá.
18 V verit Efiralm su enfermedad, y
Jnd4 an llaga : ir4 entonces Bflrahn A
Aisur, j enviará al nj Jarab ; mas él
no os podrá sanar, al os curará la llaga.
14 Porque 70 aeri como león/ á Efra-
im, y come cachorro de leoa 4 la easa
de •Uid4 1 yo, yo arrebatavé, f andaré {
tomaré, y no habrá quien liberte.
15 Andaré, y tomaré á mi lugar, hasta
que conoxean su pecado, y busquen mi
rostro. En su angustia madrugarAa á
mlr.
CAPITULO VI.
El ffV«to «Amío á ptriaátn ampmUmi-
mito. XHo$ neomvimM á m gmMo por mt
dttbaltml i inUqwdadu,
VENID, y Tolrámonos á JehoTá:
que él arrebató, y nos curará ; bi-
rlé, y nos «andará •,
8 Darános vida después de dos días;
al tercero dia & nos vesueitart, y Tiviré-
moa delante de él.
3 T conoceremos, proefguliémws en
conocer á Jehová: como el alba eMá
aparcada su salida, y Tendrá á nosotros
como la lluvia «, como la lluvia tardía y
temprana á la tierra.
4 f ¿ Qué haré á tf. Hflralm ? ¿ Qué
haré á ti, oh Judá ? La piedad vuestra
u como la nube de la maftana, y como
d rocío que de madrugada viene.
5 Por esta causa corw con los profetas,
con las palabras de mi boea< loe maté ;
para que tus Juicios ftuotn como lux que
•ale.
6 Porque misericordia quise, y no sa-
criñcio ; y • conocimiento de iMos mas
que holocaustos/.
7 Mas ellos, cual hombre común, tras-
pasaron él pacto : allí prevaricaron con-
tra mí.
8 Oahwdf, ciudad de obradores de
iniquidad, ensuciada de sangre.
9 V como ladrones que es|ieran á aigmn
hombre, «wi Junta cw sacerdotes man-
comunadaraenta mata en el camino*:
porque ponen en efecto la abominación.
10 En la casa de Israel he visto su-
ciedad: allí fomicé BfMm, se conta-
minó Israel.
11 También Judá puso en ti una plan-
ta, habiendo yo vuelto la cautividad de
mi pueblo.
CAPITULO Vil.
ProoígvM tefifimnio Va» loMatii» I tíUUUriií
€k lot di«« tributa y mt e«utígo,
ESTANDO yo curando á Israel, des-
cubrióse la iniquidad de Eflraim, y
las maldades de Smnaria ; porque obn-
ron ennfio : y viene el ladrón, .y el sal-
teadov despega de ftiera,
8 Y no dioen «n su ooraaon fue tengo
en la memoria toda su maldad: aheía
rt loa redearta sus etaassf delaata
mí están.
8 Oon su maldad alegxaa al My, y á los
prfaoipes oon sus mentiras.
4 Todos ellaa adiIIteros&; «o»' -como
homo enoendldo por el hornero, ol cual
eesará de avivar después que esté hecha
la masa, hasta que esté leuda.
5 El dia de nuestro rey « los principas
le hicieren enfermar con vasos da vino :
extendió su mano con los escarnecedo-
res.
6 Porque aplicaron su coraxon, leme-
lante á un homo, á sus artifleies i toda
la nocfaa<( duerme sa hornero ; á la ma-
Bana otlá aquet encendido como llanw
de fuego.
7 Todos ellos arden como un homo, y
devoraron á sus jueces : cayeron todos
sus reyes : no hay entre ellos quien á mí
clame.
8 Bfraim se envolvió con loe pueblos ;
Efraim fué torta* no vuelta.
9 Oomieroa extrallos su sustaucia, y él
no lo sapo} f ana va^ea sa ha esparcido
por él, jr él no lo entendió.
10 T la soberbia de Israel testlfloafá
contra él en su cara t y no se tomaron á
Jehová su Dios, ni lo buscaron c<ui todo
esto/.
11 Y ftié Bfraim como paloma In-
cauta, sin entendimiento t llamarán á
Egipto, aetidirán al Asbrio'.
18 Cuando ftieren, extenderé sobre
ellos mi red * ; hacerlos he caar como
aves del cielo ; oastlgaiélos oonfbrme á
lo que se ha oído en sus congregacio-
nes •.
18 ¡ Ay de ellos, porque ae apartaron
de mí ! destrucolon som» ellos, porgue
contra mí se rebelaron: yo los redimí, y
ellos hablaron contra mí^mantiras.
14 Y no clamaron á mí oon su- caraaon
cuando aullaron sobre sus camas * : para
el trigo y el mosto s« congregaron ; re-
beláronse contra mí.
Ift Y yo Im cefif, esforcé sus braaos, y
contra mí pensaron maL
16 Tomwronse, mat no al Altísimo;
flieron como arco engafloso': cayeron
sus príncipes á cuchillo por la soberbia
de su lengua : este oerá su escarnio en
la tierra de Egipto "•.
CAPITULO VIII.
PttffMaa la vonUa dt Im Aotrioo aaftrw 8»
marta, y éarot ea$Ugoo «m w impomOftaa
á /iml par kakam apanaio do la eaaa do
David, y por m in^fiodad i idóiaMicu.
Aniuteia tamM«i» la rm»a q*o vondria m>
ir< Uu eiudadt» do Judá.
PON á tu boca trompeta. Vendrá co-
mo águila* contra la casa da Je-
hová, poique traspasaron mi pacto, y so
rebelaron contra mi ley.
S A míb clamará Israel : Dios mió, te
hemos conocido.
3 Israel desamparó el bien: enemigo
lo perseguirá.
4 Ellos hicieron reyes, mas no por
míe: constituyeron príncipes, mas yo
no lo supe: de su plata y de su oro hici-
eron ídolos' para sí, para ser talados.
5 Tu becerro, oh Samarla, te hixo
al^i» ; encondióse mi maaio contra ello«,
hasta que no pudieron aUatuar ino-
eenoia.
6 Porque de Israd e«, y artífice lo
hiso, que no as Dios: por lo que en
pedazos será deshecho el becerro de
samaiia.
7 Porque sembraron viento, y torbe-
llino erarán* : ao tendrán mies, ni el
fruto hará harina : si la hiciere, estra*
fies la tragaiáa.
•Pm.8.1
»Jsr.9.1
•Mar.*.».
dm.9.1.
«lBsy.U.8.
/Ia».NL
'SBey.U.
W.
IIT.4
¡^ Xc. 9. Í2.
<BBor.l7*
* Job as. 9.
(8aL78.87.
"la 80.1.
•Dan. 38.4».
Jer. 48. 40.
Bs. 17. 8.
Hab. 1. 8.
» Job 87. 9.
•IBsy.ia.
98.
aitsy.U.
18.
7 17. 95.
rfCap.i.8.
•0a^6LU.
6a. 8. 7,8.
A. g. dr. 780.
0SBA8, 12, X, XL
A.&dr.M.|
/J«r. 32.28.
9.36b 8». 8,
eto.
J«r.2.ai
* Cap. 9. 8, 6.
DML28.68.
• 0»p. a. 19.
i 0«p. 8. 18.
*Bbl. 18.
d Bi. 18. 8.
ML U. 11.
'Joee. 19.22.
C*p. 10. 9.
/Den. 82. 10.
fDeiLSLir.
« El. 27. 8.
t-La.28.a».
8 S«i¿, tnnado Itnel : praato
entre las gentes como \aao en que no
hay contentamiento/.'
9 Porque elloa •ubleron á Assur, asno
montes y paria sí solo : Éfraim con sa-
lario alquiló amadores.
10 Aunque alquilen á las gentes, ahora
las juntaré i y serán un poco afligidos
por la car|$a del rey y de los principes.
11 Porque multiplicó Efndm altares
para pecar, tuvo altares para pecar.
12 Escribíle las grandezas de mi ley, y
fíieron tenidas por cosas agena».
13 En los sacrlñcios de mis dones sa-
crifioaron carne, y comieron: no los
attiso JehoT& : ahora cuando se acordará
e su iniquidad, y visitará su pecado,
ellos se tornarán A Egipto *.
14 Olvidó pues Israel á su Hacedor, y
^fícó templos, y Judá multiplicó ciu-
dades ftiertes : mas yo meteré fuego en
•US ciudades, el cual devorará sus pa-
lacios.
CAPITULO IX.
Protiutu el mtamo ar{|fimu«f«.
NO te alegres, oh Israel, hasta saltar
de gozo oomu los pueblos, pues has
fornicado apartándote ele tu Dios ; amas-
te salario a de ramera por todas las eras
de trigo.
8 La era y el lagar no los mantendrán ;
les fallará el mosto.
a No quedarán en la tierra de Jehová,
sino que volverá Eñraim á EgUjtoh. y
á Asirla, donde comerán vianda in-
munda c.
4 No derramarán vino á Jehová, ni él
tomará con^^nto en sus sacrificios : co-
mo pan de enlutados lee ierán á ellos :
todos los que comieren de él, serán in-
mundos. Será pues «1 pan de ellos para
si mismos, no entrará en la casa de
Jehová.
5 ¿ Qué haréis el dia de la solemnidad,
y el dia de la fiesta de Jehová ?
■ 6 Porque hé aqui se Aieron ellos á
causa de la destrucción : Egipto los re-
cogerá. Memphis los enterrará: espino
poseerá por heredad lo deseable de su
plata ; ortiga crecerá en sus moradas.
7 Vinieron los días de la visitación,
vinieron los ^as de la paga : conocerá/o
Israel : necio el profeta tuyo, insensato
el varón de espíritu d á oausa de la rauU
titud de tu maldad, y grande odio.
8 El atalaya de hftaim para con mi
Dios, et á saber, el profieta, ee lazo de
cazador en todos sus caminos, odio en
la casa de su Dios.
9 Llegaron al jirofiíndo, corrompié-
ronse, como en los dias de Gabaa«:
ahora se acordará de su iniquidad, vi-
sitará su pecado.
10 Gomo uvas en el desierto hallé 4
Israel/ : como la fruta temprana de la
higuera en su principio vi á vuestros
padres. Ellos entraron á Baal-peor, v
se apartaron para vergüenza* é hidé-
ronse abominables como aquello que
amaron.
11 Eflraim, cual ave volará su gloria
desde el nacimiento, aun desde el vien»
tie, y desde concepción.
18 T si llegaren á grandes sus h^joa,
quitarélos de entre los hombres : porque
¡ Ay de ellos también, cuando de ^os
me apartare' !
18 Éfiraim, s^un veo, ee temijanie á
Tiro A, asentada en lugar delicioso : mas
Efraim sacará sus hUos al matador.
14 Dales, oh Jehová, lo que ks has de
dar : dálm matriz expeliente, y enjutos
pechos!.
15 Toda la maldad de ellos fué en
tíilgal : alli pues les tomé avtnioR poi
la malicia de sus obras : ccbaiélot de
mi casa ; no los amaré mas ; todos sus
prineipes ton desleales. -
10 Efiraim fué herido, secóse «u cepa,
no hará mas finito : aunque engendm,
yo mataré lo deseable de su vientre.
17 Mi Dios loa deseohará, porqae elloi
no le oyeron ; y andarán enantes eatn
las gentes*.
CAPITULO X.
Proiigue d nUamo argumento.
TTIS Israel una firondosa vlBa, haá>
-u endo fruto para sí : oonfbnne á la
multiplicación de su fruto maltiiilk¿
altares a ; conforme á la bondad de m
tierra aumentaron sus estatuas.
8 DlTidióae tu corazón. Ahora cerin
hallados culpables : él quebrántala sni
altare», asolará sos estatuas.
8 Poique dirán ahora: No taKom
'BJ/ porque no tamimos á Jehová : e ;
qué harta el rey por nosotros ?
4 Han hablado palabras Jurando en
vano al hacer alianza : por tanto el ju-
icio floreoeri como i^eiijo en los surcos
del campo.
6 Por las becerras de Beth-aven se-
rán atemorizados los moradores de Sa-
marla b: porque su pueblo laméntala i
causa del becerrOf y sus sacerdotes que
en él se regocUaban por su gloria, la
cual será disipada.
6 Y aun s«rá él llevado á AsMa en
presente d rev Jareb : Eftaim será aver-
gonzado, é Israel será confuso de n
conste.
7 De Samarla fué cortado su rey cooao
la espuma sobre la superficie de lai
aguas.
8 Y los altares de Aven seián deitnii'
dos, el pecado de Israel : crecerá cobre
sus altares ««IPlno y cardo'. Y diráa 4
los montes : Cubridnos* : y 4 los colla-
dos. Caed sobre nosotroa.
9 Desde los dias de Gabaa has pecado,
oh Israel/: allí estuvieron; no kM to-
mó la batalla' en Oabaa oontra los
inicuos.
10 Y los castigaré como deseo : y jnc-
blos se Juntarán sobre ellos cuando tenin
atados en sus dos surcos.
11 Efraim es becerra domada, ama-
dora del trillar; mas yo pasare sobre
su lozana cerviz : vo haré llevar j/ago
á Efraim, wará JudÁ, quebrará tas ter-
rones Jaeob.
18 Sembrad para vosotros en justicia,
segad para vosotros en misericordia*;
arad para vosotros barbecho': poique
et el tiempo de buscar á Jehová, hasta
que v«nga y os enseñe justicia.
18 Habéis arado inuiiedad, sajasteis
iniquidad * : oomeréis fruto de mentin :
porque confiaste en tu camino, en la
multitud de tus fuertes.
14 Por tanto en tus pueblos se levan-
tará alboroto, y todas tus fortalezas se-
rán destruidas, como destruyó Salman i
Beth-arbel el dia de la batalla : la naa-
dre filé arrq)ada sobre los hiioa '.
15 Así hará 4 vosotros Beth-d por la
maldad de vuestra maldad: en la nu-
flana será del todo cortado el ny de
Israel.
CAPITULO XI.
Amor « tierna tMeitnd i» IHm f'**'* **
jMMMo leradt al ««m m Wm O''*'*!'"*'?
tú itigratitud V por tut maUaáet, rraoHi
no obutánU rottoBíecerU par mn ^tao ét M
minrieoráia.
CUANDO Israel era muchacho, yo
lo amé, y de Egipto llamé á ni
hUo«.
e.
tCli^il
•j«.i|
JlK.1
• ;«r.ifc
tJob<.l
Pr.&t
<(i»9lll>
A. C. dr.'TSS.
OSEAS, xn, xm, xiv.
A. Coir. fSS.
* Cap. la 6.
«]bl.8.«-
4 Jod S. !«•
« b. eo. 8.
• Cú>. 5. 18.
1-7.11.
'/
'Gen. 82. 24,
■te.
tCSea.8S.13,
y8&9.1A-
Zjm:. 11. I»>
Zac. 14.16.
C»p. 6. 8.
AJBM4.4.
- S OHnp lo» Uaiaaban lo» pn|/W«w, así
ello* M iban de to pseienola: á los
Baales lacriñeaban, y & laa esculturas
ofreeian sah«merim.
3 Yo con todo eso gniaba en pUs al
mismo Efiraim, tomandtries de sus hra.
«>•; 7 no conocieron qne yo los cui-
daba.
4 Con cuerdas humanas los traje, coa
cuerdas de amor : y fui para ellos como
los que alean el Tugo de sobre sus me*
Jfllas ; y llegué bAcia él la comida.
ft No tomaiA k tierra de Egipto, antes
el mismo Assnr seíA su rey, porque no
se <raisieron convertir.
6 Y ca«r4 espada sobre sus ciudades,
y consumirá sus aldeas ; oonsumiráles á
causti de sus cona«os h.
7 Entretanto esta mi pueblo adherido
á la rebeUon contra mí: aunque lo lia.
man al Altisfano, ninguno absoluta-
mente quiete ensalzarfe.
8 ¿ Cómo tengo de d^arte, oh Efraim ?
¿ He de entregarte yo, Isnei ? ¿ Gamo
podré yo hacerte como á Adraa, ni po-
nerte como A Zeboim ? MI corazón se
reTuelve dentro de mí, iníUunanse todas
mis connñseraciones.
9 No qeeutaré el ftiror de mi Ira ; no
▼olTeré para destruir á Efkaim : porque
Dios toy, j no hombre «, el Santo en
medio de ti : y no entraré en la ciudad.
10 En pos de JriiovA caminar&n: él
bramará* como león; cual león rugirá
él de cierto, y los h^jos se moverán azo-
rados del Occidente.
11 Como ave se moverán velozmente
de Egipto, y de la tierra de Asirla* ce
mo paloma; y pondrélos en sus casas,
dice Jehová.
CAPITULO XII.
Siatu reJMendote la ingratttud det fmM> á
lof hendleioi recibidos, por la euat Hria
autígatfo, y reiíirau la pronusa de *« ru-
taHeeimienlo.
CERGUME Efiraim con mentira, y
la casa de Israel con engaño. Mas
Judá aun domina con Dios, y es ñel
con los santos.
5 Efraim se apacienta del viento, y
sigue al solano : mentira y destrucción
aumenta continuamente) porque hici-
eron alianza cod los Asirles*, y aceite
se lleva á Egipto.
8 Pleito tiene Jehfvá con Judá para
visitar á Jacob conforme á sus caminos :
pagarále conforme á sus obras.
4 En el vientre tomó por el caloafiar á
so hermano i, y con su mrtaleza venció ||
al ángel c.
5 Venció al ángel, y prevaleció : lloró,
y xooóle: en Beth-el le halló', y allí
habló con nosotros.
6 Mas Jehová tt Dios de los ejércitos ;
Jehová ev su memorial.
7 Td pues conviértete á tu Dios : gn.
arda misericordia y juicio, y en tu IMos
espera siempre.
8 ^ B$ Sfraim mercader que tiene en
so mano peso falso, amador de opresión.
9 T d^o Efraim: Ciertamente yo he
enriquecido', hallado he riquezas para
mi: nadie hallará en mí Iniquidad ni
pecado en todos mis trabajos.
10 Empero yo joy Jeliová tu Dios desde
la tierra de Egipío/; aun te haré mo-
rar en tiendas, como en los dias de la
fiesta f.
11 Y hablado he á los profetas, y yo
aumenté la profecía, y por vcuMat de los
profetas puse semejanzas.
18 i No e» Oalaad iniquidad A? Ciar,
tasnente vanidad han sido: en Oilgal'
saciificanm bueyes ; y aun son sos al-
tares como m<mtones en los surcos del
oamoD.
18 Af as Jacob huyó á la tierra de A-
ram, y sirvió Israel por tu mi^er, y por
tu mi\)er ftié pastor.
14 Y por profeta hizo subir Jehová á
Israel de Eiglpio, y por profeta fué gu-
ardado.
15 Enojado ha Efraini á lAot con
amarguras ; por taftto sus sangres se
derramarán sobre él, y su Sefior le pa-
gara su oprobio.
CAPITULO XIII.
Proñgwé en el miemo propónto, eon provum
del rernedio á tamioe ealamidadee, amtque
anu»eiando la ruina y cuolanUento que
por «H rebeUon vendría eobre Sameuria y
hdo á reino de lerael.
CUANDO Efraim hablaba, todot te-
ntan temor: toé ensalzado en Is-
rael ; mas pecó en Baal. y murió.
8 Y ahora afJadleron á su pecado, y de
su plata se han hecho, según su enten-
dimiento, estatuas de runcScion i ídolos,
todo obra de artíñces* aoerca de los
cuales dicen á los hombres que sacrifí*
can, que • besen los becerros.
3 Por tattto serán oomo la niebla de la
mañana, y' como el rocío de la madru-
gada que se púa; como el tamo que la
tempestad arroja de la erab, y como el
humo que de la chimenea sale.
4 Mas ya em Jehová tu Dios desde la
tierra de Egipto*: no conócelas pues
otro dios ftiera de mi, ni otro salvador
sino á mí<'.
A Yo te conocí en el desierto, en tienra
seca*.
6 En sus pastos se hartaron ; harta-
ronse, y ensoberbecióse su corazón : por
esta causa se olvidaron de mí.
7 Por tanto yo seré para dios como
león ; oomo un leopardo en el camino
lot espiaré.
8 Como oso qne ha perdido los h^os
los encontraré, y romperé las telas de su
corazón, y allí los devoraré como león :
bestia del campo los despedazará.
9 Echóte á perder, oh Israel, tu ido-
latría ; mas en mí etlA tu ayuda.
10 i Dónde está tu re]r/, para que te
guarde con todas tus ciudades ? <> Y
dónde tus jueces, de los cuales dijiste :
Dame rey y príncipes ?
11 Dite rey en mi f\iror', y quitólo en
mi ira K
18 Atada ettá la maldad de Efraim ' ;
su pecada está guardado.
13 Dolores de mujer de parto le ven-
drán : es un hijo ignorante, que de otra
manera no estuviera tanto tiempo en el
rompimiento de los hijos.
14 De la mano del sepulcro los redi-
miré, librarélos* de la muerte. Oh
muerte, yo seré tu muerte; y seré tu
destrucción, oh sepulcro ; arrepentimi»
enlo será escondido de mis ojos <.
16 Aunque él fructificará entre las her-
manos, vendrá el solano ">, viento de Je-
hová, subiendo de la parte del desierto,
y secarse ha su vena, y secaráse su ma-
nadero: é\ saqueará el tesoro de todas
las preciosas alhajas.
18 Samarla seirá asolada, porque se
rebeló contra su Dios : caerán á cuchi-
llo; sus nlik» serán estrellados, y sus
preiladas sarán abiertas ».
CAPITULO XIV.
£1 Be9ier eiAarta á lu pueíifo á que te con-
vierta, y le promete grandee omims.
CONVIÉRTETE, oh Israel, á Je-
hová tu Dios; poique por tu pecado
has caldo.
'iney.19.
18.
6DS.X85.
•Gsp.U.lO.
é Is. 48. 11.
* Den. 8. 15.
/Cap. 8.10.
0 1 Sa. 8. 7.
Ik Cap. 10. 15.
i Job 14. 17.
( Ro. 11. 99.
o Bs. 19.19;
• 2 Bar. 8.
12.
yl8.1«.
1.18.
A.A'^bwm.
joeshI.il
A.ft«h;m
A. a
dr. 800.
JneaCS.
y 7. 12.
rnx80.tf.
«IílS.«L
«BákS.17,
U.
'b.H.lL
/Oftp.a:15.
T«rtÍM 4 Jeiwvá, y deddte: Q«iU tod»
lai<iuidad, y aMfU d liten i y darémM
IxeeiT— de naestroa labiot «.
8 No no« libnrA Ahut^; no rablsé»
ams MtMBe cabaUot. ni nunca mas dtané-
DMM á la obra da nucftna mamw^dtowt
noattroa: porque en ti el hváifimo al*
eanaaiá mMenoonUa.
4 To madMnaré en rebelión, amaváloe
de Tolvatad: poiqíie mi foror M apartó
deelloe.
ft Yo §eré 4 Itrael como rocío; él flo>
ieoeF4 como lirio, y estenderi sus raices
eomoel Líbano.
O Bitcndetse han sos ramea, y será sa
la de la tikrm*, j
ño el Libane<
7 VolTerán, y se senlarAa h^ de sn
sombra: serán TiTificadoe cerne trifo, y
floiaeeiáa come la vid: ra olor, coaae
de Tino del Lflieno.
8 Eflralm dirá «nlteces: ¿QM naas
tendvé ya con los Ídolos ? Yo lo oivé,
y miraré; yo soé á él oouo la haya
verde: prscedHrfs de mi seíA hallado ta
fruto «.
9 ¿ Quién es sabio para que entienda
esto/: y prudente, para que lo sepa?
Porque los caminos de Jehorá eon de-
rechos, y los Instes andaiAn por
los lebclaas en dloe eaeiia^.
•M.B.L
401.4.11.
1
LA PROFECÍA DE JOEL.
CAPITULO I.
« fraedf eaUmUdai da snnls f
kamhrt, y dMtrecciaa 4f Im fiíUoi d» fa
tioHwctí f mdurta al
pacUo y taeerdtlm á fu» w rtmmam ca le
tata dm BiHar, á imyurar tumimrieardia
PALABRA de JehoT4 que fué á Joel,
h^o de Petuel.
8 Oíd esto, viejos I y escuchad, todos
los mocadores de la tienra. ¿ Ha acon-
tecido esto en vuestros dias, é en los
dias de vuertros padres ?
8 De esto contaréis á vueetros hiJes, y
Tuesties hijos 4 sos hUos, y sus hiJoe 4
la otra generación.
4 Lo que quedó de la oiiifa comió la
langosta, y lo que quedó de la langosta
comió el pulgón ¡ y el revoltón comió lo
que del pulgón habia quedado.
A Desoertad, bonadios, y llorad ; au>
liad todos los que bebéis vino, á oauaa
del mosto, porque os es quitado de vu-
estra boca.
6 Poique gente subió 4 mi tierra, fu-
erte*, y sin ndmero; sus dientes, men"
tas de Icón, y sus muelas, de leen.
7 Asoló mi vidk, v deseortesó mi hi-
güera: del todo la desnudó, y derribó;
•US ramas quedaron blanoas.
8 Llera tii oomo nuf}§r moxa, vestida
de saco, por el marido de su juventud.
O Peradó el Presente y la libación de
la casa de Jebov4: los sacerdotes mlnis»
troe de Jehov4 hicienm luto.
10 El campo flié destruido, enlutóse la
tienra; pmque el trigo f^ destruido, se
•eco el mosto, perdiMe el aceite.
11 ConAindioa, labradores, aullad, vi.
fieros, por el tilKO y la cebada; porque
M perdió la mies del oampo.
18 Secóse la vid, y pereció* la higuera,
d granado tamUen, la palma, y el man.
sano; sea4ronw todos los 4rb<ries del
campo ; por k» cual te secó el goeo de
los hitos de los hombres if.
18 CeiUca« y lamentad, sacerdotes;
aullad, ministros del altar ; venid, dor-
mid en saces, ministros de mi Dlosi
Krque quitado ee de la casa de vuestro
os el presente y la libación.
14 Pn^onad eyimo/, llmoed 4 congre-
gación; congreiad loe anciaocs y todos
Ms moredoeea oe la tienm en la casa de
Jdhov4 vuestro Dloe, y «lamad 4 Je-
ho«4.
16 I Ay del día ! porque cercano siM el
día oe Jehov4, y vcndr4 oomo destruc-
ción hecha par todo poderoso.
U ¿ No es quitado el niaatenlmtente
de ddante de nucstn» q)ea, la alegiia y
el phMcr de la casa de nuestro IMoe i
porque
las
17 EL grano se pudrió debejo de
terrones, los bastimentos ftieron
dos, los alfi>Ues desliuldus ;
secó el triso.
18 ¡ Cnanto gimieron las hasties ! ¡ c«-
en tnrbedos anduvieron loe hatos de loe
bueyes, porque no tuvieron pastos 1 ti
bien fbaton asolados les rroafioe de
ovejas.
19 A tí, oh Jehov4, clamaré : porque
Ambo ooosumió los pastos/ del deaiarto,
y ñama abrasó todos los 4ebolea del
cempo.
90 Las hrsHiS del eampo
tamUen 4 tíA, pocoue
arroyos de las aguast, y fneg» oonenmkt
las praderías del desierto.
CAPITULO IL
JhtrOm d jN'aMa la calamidad qm
sote al jmmQo, y eékértata «luvat
porto (W ftior 4 «mladaro ar
y 4 9«M mmíduf ladocvida» ,
MTIdOniSa. /VOSMH MMOC 0M1MS
y mpiritiudm cm e>— «lawria 4 am
tmfo» rmidma* cirdm mIms,
cMoalot d* «en» dmvmknid
tee».
TOCAD
gonad
trompetea en
Slon, j
mi santo monlet
loe moradores de la
porque viene el dia de Jdiov4k,
est4oeroano.
8 Dta de tiaiebles v de obsenridad*.
día de nube y de sonima, que eofai* loe
montes se denrama como el albn: na
pueblo grande y flieite; nnnea deede d
prindeio del sislo ftié semqiante, ni
pues oe él sen Jam4s en aftas de
radon y generadon.
8 Delante de él oonsumtaA Amm, y
tras de él alirasar4 llama : como el h«.
erlade Edan'ectd fai tlana delante de
él, y detrás de él cerne desierto asolado;
ni tampoco h^r4 quien de él escape.
4 Su parecer, como peiccer de en.
bellos ; y como gente de 4 oeballo
•US. i
Bd-lüB,'
U I
/BSI.W.A .
I
ffPn.llA¡
lBd.1
4.C.
dr.m
ejeclll.
ftH.IM.
ti.
• ilif.lU.
•Xa.lOLS3^
ftOep.Lii
BÜlLLli
'Aassi.K
«ISbO.!
6 Ocmo «OM estruendo de ..
terán sobre les oumtaes de los
oomo sonido de llama de fttege que
sume Yu^uuem, come ftiñtr ~
apare)ado para la batalla.
0 Dielanle de él temerán lea
pcndrÉnse mustios todos lea seml
7 Oonio valientes eenwén, coi
brss de guerra sttMr4n la muralln; y
cada eualM en sus eemlnns, y no tor-
cerán Mis sondes.
8 Ninguno Bpeetar4 4 sa cempeftexe,
cada uno ir4 per su eeneíai y aan ««»-
yendo sobre la espeda o» se hamm.
9 Isánnorla '
.s.m
A.CL^|rp«QÍ.
iovi^m.
A'IK^.W,
Ap. •• V»
4 8a1.84.18.
y 61. 17.
la. «e.a-
tKx. M.«>
Sal, 86^ S.
Job» 4. 8.
¿AXDMftOS.
Joña S. V.
Boph.S^S*
lOp. 1. 9.
>SOr.9(UB-
• fl«L4S.40i
y 7». lO.
7 116. 9.
ki. 7. l(k
r Km. 1. 14.
«IÍL41.M.
Sae. 10. 7.
iorde/M»'
•■Dea. 11.14.
«ver. 11.
iIbch.9J«k
■ISl.
•;iiee.7.8ft>
mamt mnUté» por las
por 1m Tcntanas 4 m
manarm de ladv»»
10 Delante de él temblaiA la ticnra» M
ettxeinaoeráii lo* cielos ) 0I uA j\* iwM
•e occureonén» j las estudias xetraedui
su Tesplandor/.
11 T Jehoi» dar& su tos delante de
sa ejército; porque muchos son sus rea>
les 7 füerteSj que ponen en efteto su
S labra : porque grande «f el dta de Je>
v4, 7 muy tendWa t ¿ y quién <o podiá
sufrir^?
IS Y Por eso tmes ahora, dice Jehová,
convertios i mí con todo vuestio cora-
zón, con ayuno, j lloR>, 7 llanto.
18 Y lacerad vuestro corazón *, 7 no
vuestros vestidos ; 7 convertios 4 JenQv4
vuestro Dios: penque misericordioso es
7 clónente ', taiido para la ira, 7 grande
en miseriooniia, ? que se arrepiente del
castigo.
14 ¿Quién sabe ti se volverá 7 apia-
dará*, 7 dejará bendición tras de ^1,
Presente 7 libación' para Jehov4 Dios
vuestro?
15 Tocad trómpete en Sion», prego-
nad ayuno, llamad 4 congregación :
16 Reunid el pueblo, santificad la re-
unión, juntad los vi^os, congregad los
niños», 7 los que maman: salga de su
oámaxa el novio, 7 de su t«lanM> la
novia.
17 Bntre la entrada 7 el altar lloroi
los sacerdotes, ministros de Jebová, 7
digan : Perdona, oh Jeho^á, 4 tu pue-
blo, 7 no pongas en oprobio tu heredad,
pan que las gentes se emeitoreen de
ella. ¿ Por qué han de decir «ntie los
pueblos. Dónde está su Dios • ?
18 Y Jehová zelaiá su tierraj», 7 per.
donará á su pueblo.
19 Y nnmonderá Jehová, 7 dirá á su
pueblo: Hié aquí que 70 os envió pan,
7 mosto, 7 aceite, 7 seréis saciados de
ellos ; 7 nunca mas os pondré ep opro-
túo entre las gentes.
80 Y haré aldar de vosotros al Aqui-
lonal, 7 echarélo en la tierra seca 7
dederta: su fiuc será hacia d mar ori-
entel, 7 su fin al mar ocddentel ; 7
expiara su hedor, 7 subirá su podri-
cloujporque hizo grandes cosas.
81 Tiemi« no temas ; alégrate 7 gen-
te : porque Jehová ha de hacer grandes
cosas.
ÍB animales del campo, no temáis;
porque los pastos del desierto reverde-
cerán, poroue los árboles llevarán su
firuto, la higuera 7 la vid darte sus
^tos.
23 Vosotros también, hijos de Sion,
alegraos 7 gózaos en Jehová vuestro
Dios 9; porque os ha dado la primeva
lluvial iirregladamente, 7 hará descen-
der sobre vosotros lluvia temprana 7
tardía r eamo al principio.
84 Y las eras se henchirán de trigo, 7
los laxares rebosarán de vino 7 aceite.
S9 Y os restituirá los aiVos que comió
la oruga, la langosta, el pulgón, 7 el
revolton ; mi grande ejército que • envié
contra vosotros.
SS Y comeréis hasta saciaros* y alaba-
réis el nombre da Jehová vuestro Dios,
ti 9ual hizo maravillas oon vosotros:
j nunca Jainá* M^ nU pueblo avergon-
«ado.'
97 T oonooeréls que en medio de Is-
leael etlcj/ jpo, y que jro tog/ Jehová vu-
estro Dios, 7 no Hay otro : 7 mi puahlo
nunca JanU* *^ avaigonzado.
88 5 ■ *^ V** después de esto (, der-
nunaré mi Espfritu » sobre toda carne*
j prof^Üsacáu vuestros hi^os y vuestras
MJas; vmfStroa.Tldlas seftscin saefto»,
y vuestros mane^Mis Tasan visiones.
89 Y aun taosbien sobre los siervos y
sobre las siervas derramaré mi Espíritu
en aquellos dias.
80 Y dará prodigios en «1 cielo* y en
la tierra, sangre» y ftwgo^.y «<dunnas
de humo.
81 SI S9I se tomará en tinieblas, y la
luna en sangre, antes que venga él dia
grande y espantoso de Jehová.
88 T será, que eualquiera que invocare
el nombre de Jehová, ser4 salvo' : por-
8ue e% el monte de Sion y en Jerusalem
abr4 salvación, como Jehová ha dicho,
V en los que quedaren, á los cuales Je-
hová habrá llamado.
CAPITULO III.
AmúiuiaM fat por *l lünu» en qmé hará IHo»
tornar la cwilfvMeil w mi jhmU», ttrán
dftfmiáift y aislads» o^m^Bm fe* lo dw-
fufaron y (rataroe erniimentof ftro oim
Jndta lorá para tiompro koMfoda, y 7o-
rtu^^em d» fÓMraeion t« gmor€teüm,
PORQUE hé aquí que aquellos dias.
7 en aquel tiempo, en que haie
tomar U cautividad oe Judá y de Je-
rasalem*
8 Juntaré todas las gentes «, y harélas
descender al valle de Josaphat, y allí
entraré en Juicio oon ellosft á causa de
mi pueblo, 7 de Israel, mi heredsd> 4
los cuales esparoieron entre las nacio-
nes, 7 partieron mi tierra :
8 Y echaron suertes « sobre mi pueblo,
7 á los nifios dieron por una ramera»
y vendieron las ñiflas por vino para
beber.
4 Y también, i qué tengo yo que ver
oon vosotras. Tiro j Sidon, y todos ios
términos de Palestina ? ¿ Queréis ven-
faros demí? Ysidemios vengáis,
Icn pronto haré 70 recaer la paga sotare
vuestra cabeza :
6 Porque habéis llevado mi plata y mi
ora, 7 mis cosas preciosas 7 hermosas
metisteis en vuestros templos ;
O Y vendisteis los h^os de Judá 7 les
hyos de Jerusalem á los hUos de los
Griegos, por alejarlos de sus términos.
7 Hé aquí los levantaré yo del lugar
donde los vendisteis 4, 7 volveré vuestra
paga sobre vuestra cabeza :
8 Y venderé vuestros hijos 7 vuestras
hijas en la mano de los td¡o* de Judá»
7 ellos los venderán á los Babeos*, na-
ción apartada; porque Jehová ha ha-
blado.
9 Pregonad esto entre las gentes, pro-
clamad guerra/, despertad 4 los vali-
entei, ll^(uenae» vengan todos los hom-
bres de guerra :
10 Haoéd espadas de vuestras azadones»
vlanzas de vuestras hoocs : diga el flaoo :
Fuerte soy.
11 Juntaos 7 venid, gentes todas de
alrededor» 7 congregaos : haa venir alU»
oh Jehová» tus ÍUertes;.
18 Las gentes se despierten» y soban al
valle de Josaphat : porque alU me sen-
taré para juzgar todas las gentes de al
irededor.
13 Echad la hoz, porque la mies cela
ya madura. Venid» descended; porque
el lagar está lleno, rebosan las lacaratts :
porque mocha 9$ la maldad de eUes.
14 Muchos pueblos MjwUvróm en ri
valle de la oeclsion; porque oeteane
uta el dia de Jehová en el valle de la
decisión.
15 El sol y la luna se oscurecerán &» y
las estrellas retraerán su resplandor.
18 Y Jehová hcamará • desde Sion» y
dará su voz desde Jerusalem» 7 tembla»
113734.8».
Kar. 19.84.
rBo.lO.U.
U.
•las. 14.9.4.
Ap. 14. 18,
80.
» la 88. 14.
• Sa. 8. 10.
rfXs.48.8.
Jet. 88. 8.
'JobLU^
/Xs.8.ft.|0.
Afk 18.14.
f ver.S. ^
iaLlM.80.
Ap.l9.U,
IC
LUS.8L8IL
<Jsr. 98.80»
8L
1.9:
A.C.^.90^
AMOS, I, 11.
A.a«k.m.
h Hag. a. e.
Heb.12.ai
/ 8*1. M. 1,
etc.
■tw. 21.
Ib. 48. 85.
» Ka. 1. IS.
Sm. 14.31.
• Amos 9. 18.
F la. 80. 25.
A. O.
dr. 787.
• Csp. 7. 14.
kSSft. 14.&
* H(M. 1. 1.
d U. 17. 1,
flte.
J«r. 49. as.
a?.
« a Bev. 10.
sa.
718.7.
/a Bey. 16.9.
facr.ss.is.
A Soph. a. 4.
<7er.47.4.
Ex. as. 15,
17.
«tOi
■«. XXTI,
XXVIII.
Joel8.4,S.
<lBaT.fi.l.
y 9. 11. 14.
■!«.•».«,
ele.
Jer. 48l 7.
■B.a5.ia.
Ab. 1, ete.
Mal. 1. 8.
«XS.8S.6.
fén 1m cielo* y latieR»*: ims Jtehork
aera la ctperansa de su pueblo, y la
fortaleza de lot hijos de Inael '.
17 Y oonooerált que yo tojf Jeho^á
vuestro Dios, que halrfto en Sion»,
monte de mi santidad: y seta Jeru-
saiem santa, y eslraftot no pasarán mas
por ella «.
18 Y será en aquel tiempo, que los
montes destilarán mosto*, y los collados
fluirán leche, y por todos los arrobos de
Judá correrán aguas j»! y saldrá una
ftiente de la casa de Jtíuntkft y tesará
el Talle de Sitim.
19 Egipto será destruidor, y Edora
será Tudto en asolado desierto», por la
injuria hecha á los hijos de Judá ; per-
que derramaron en su tierra la sangre
inocente.
90 Mas Judá para siempre será haM-
tada, y Jerusatem en generación y ge-
neración *.
f I Y limpiaré la sangre* d* lo fue no
limpié ; y J^ová morará en Sion '.
tls.C.S,
•te.
VL
«iKlLld,
IL
iB.fta
tis.a.«x t
Aasiltt,
•la. 4. i.
••isr.17.
LA PROFECÍA DE AMÓ&
CAPITULO I.
Amótt pcutitr ds Teeoa, ei Uamado é profM-
nar, y eomienia tu profteía denunciando
lot juicio» d* Dio» contra Danateo, lo»
PaUtttnoi, Tiro, Sdont, y lo» AmíMnita».
LAS palabras de Amds, que fué entre
los pastores* de Tecoa^, las cuales
vitf acerca de Israel en dias de Uzzia «,
rey de Judá; y en dias de Jetoboam,
hijo de Jobs, rey de Israel, dos añus
antes del terremoto.
8 T dijo : Jehová bramará desde Sion,
y dará su voz desde Jerusalem, y las
estancias de los pastores se enlutarán, y
secaráse la cumbre del Oarmelo.
8 Asi ha dicho Jehová : Por tres pe-
eados de Damasco', y por el cuarto, no
desviaré su castigo; porque tiillaron á
Qalaad « con trillos de hierro.
4 Y meUaré ftiego en la casa de Hazael,
y consumirá los palacios de Ben-adad.
A Y quebraré la barra de Damasco, y
talaré los moradcnres de Blcatb-aven, y
los gobernadores de Beth-eden : y el pue*
blo de Atam será trasportado á Clür/,
dice JehoTá.
9 5 Así ha dicho Jehová: Por tres
pecados de Oaza^, y por el cuarto, no
desviaré su castigo; porque llevó cau-
tiva toda la cantivicUuf , para entregar/o*
á Edom.
7 Y meteré fuego en el muro de Gaza *,
y quemará sus palacios.
8 Y talaré los moradores de Azoto, y
los gobernadores de Ascalon: y tomare
mi mano sobre Ecron, y las reliquias
de los Palestinos perecerán*, ha dicho
d Sefior Jehová.
9 Así ha dicho Jehová: Por tres pe-
cados de Tiro i, y por el cuarto, no des-
viaré BU castigo : porque entr^aron la
cautividad entera a Edom, y no se acor-
daron del concierto de hermanos'.
10 Y meterá fltego en el muro de Tiro,
y consumirá sus palacios.
11 ^ Así ha dicho Jehová: Por tres
pecados de Edmn ", y por el cuarto, no
desviaré su castigo : porque persisuié á
cuchillo á su hermano, y rompió sus
oommiseraciones ; y con sn Airor lo ha
robado siempre, y ha perpetuamente
guardado el enojo».
18 T meteré ftiego en Theman, y con-
sumirá los palacios de Bosra.
18 Y Asi ha dicho Jehová : Por tres
pecados de los h^os de Amen, y por el
cuarto, no desviaré su castigo ¡ porque
abrieron las preftadas de Oalaad, para
ensanchar su término,
14 Y encenderé fuego en el muro de
Rabbá, y consumirá sus palacio* coma
oon estruendo en día de oatnlla, como
con tempestad en dia tempestuoso :
1» T su rey irá en eautiverio, él y sus
prÜMilpes todos, dfoe Jehová.
CAPITULO n.
Proiigué intimando lot mitmo» ecuífgot á Im
JKooW/cw, por haber tido Mk«ma«MM eom
mu enemiQo». Profelita tanMon el eeUtífo
qme Miufria tobre JudA i ¡mratl,p9r htbiar
ASI ha dicho Jehová: Por tres peca-
dos de Moah«, y por el cuarto, no
desviaré su castigo ; porque quemó los
huesos del rey de Iduméa hoAi tomar'
bt en cal.
8 Y meteré ftiego en Moab, y consu-
mirá los palacios de Ohérloth : y morirá
Moab en alboroto, en estrépito y sonido
de trompeta.
8 Y quitaré él Juez de en medio de él,
y mataré con el á todo* sus p^cipes,
dice Jehová.
4 ^ Así ha Jehová dicho: Por tres
Secados de Judá, y pbr el cuarto, no
esviaré su castigo: porque menospre-
ciaron la ley de Jehová, y no guardaron
BU» ordenanzas ; é hiciéronlos errar sus
mentiras, en pos de las cuales anduvi-
eron sus padres.
6 Meteré por tanto fttego en Judá, el
cual consumirá los palacios de Jeru-
salem.
6 ^ Asi ha dicho Jehová: Por tres
pecados de Israel, y por el cuarto, no
desviaré su castigó ; porque vendieron
por dinero al Justo, y al pobre por* un
par de zapatos :
7 Que anhelan porque haya un polvo
de tierra sobre la cabeza de los pobres &,
y tuercen el camino de los humildes : y
«A hombre y sn padre entraron á hm
moza profanando mi santo nombre.
8 Y sobre las ropas empelladas se acn-
estan c Junto á cualquier altar ; y el -vino
de los penados beben en la casa de nu
dioses.
9 Y yo destruí delante de dios al
Amonéod, cuya altura era como la al-
tura de los cedros, v ftierte como nn
alcornoque : y destruí su flruto arriba, y
BUS raices abajo.
10 Y yo os hice á vosotros saUr de la
tierra de Egipto, y os tn^e por el desi-
erto cuarenta años, para que poseyesela
la tierra del Amaneo.
11 Y levanté de vuestros hilo* para
profertas, y de vuestros manemos para
aue ftiescn Nazarees «. ¿ No es esto asa,
ice Jehová, hijos de Israel ?
19 Mas vosotros disteb de beber vino
á lo* Nazarees, y á los uroAtas mandas-
teis, diciendo : Ño profeticéis/.
18 Pues hé aquí que yo or apretaré en
vuestro lugar, como se aprieta el cam»
lleno de haces ;
14 Y la huida perecerá de! Hgero, y ri
Alerte no esforzará su fiíerza, ni el va-
liente librará sn vida.
10 T el que toma el areo no wÉisrti4 ¡
A.C
sii.ín.
•IB.XT.
xn.
Jar. 48.1.
■B.1Í.S.
ele.
Bo|b.lli
Ab.aT.ai.
•BB.S1Í
4JaB.9t.l
•Xa.i.1
/ia.8».ii
J«r.U.«.
MLXC
AMOS, m. IV, V.
A.am.
ni eacapaxá el lisoro de piéa, ni ti iqa«
cabAln en caballo salvaiá su vidm
16 £1 esforzado entre etforzadoc huirá
desnudo aquel dia, dioe Jebová.
CAPITULO III.
Juieio$ (?• IHoi contra lo$ IfraeUta», á (of
«vale* prot*iia M dMlmecion 4 €uu$a d$
tm impudiid.
Oíd esta palabra que ha hablado Je-
hoT& contra vosotros, hijos de Is-
rael, contra toda la fkmiUa que hice
subir de la tierra de Egipto. Dice así :
S A vosotros solamente he conocido de
todas las familias de la tierra*; por
tanto Tisitaré contra vosotros todas vu-
estras maldades.
8 ¿ Andarán dos junto», si no estuvi.
eren de concierto h ?
4 ¿Bramará el león en el monte sin
hacer ure&a ? ¿ Dará el leoacUlo su bra-
mido aetde su morada, si no prendiere ?
5 ¿ Caerá el ave en el laxo en la tierra,
sin haber armador? ¿Alzaráse el lazo
de la tierra, si no se ha prendido algo ?
6 ¿ Tocaráse la trompeta en la ciudad,
j no se alborotara el nueblo ? ¿ Habrá
algún mal en la ciudaa, el cual Jehová
no haja hecho c ?
7 Porque no hará nada el SeSor Je-
hová, sm que revele su secreto á sus
siervos los profetas ft.
8 Bramando el león, ¿ quién no teme-
rá ? Hablando el Señor Jehová, ¿ quién
no profetizará*?
9 Haced pregonar sobre los palacios de
Azoto, y sobre los palacios de tierra de
Egipto, y decid : Reunios sobre los mon-
tes oe Samarla, y ved muchas opresiones
en medio de ella, y muc/uu violencias en
medio de ella.
10 Y no saben hacer lo recto/, dice
Jehová, atesorando rápidas y desi>ojos
en sus palacios.
11 Por tanto el Sefior Jehová ha dicho
así: Un enemigo habrá aun por todos
lados de la tierra, y derribará de tí tu
fortaleza, y tus palacios serán saqueados.
1¿ Así ha dicho Jehová: De la ma-
nera que el pastor libra de la boca del
león dos piernas, ó la punta de una
oreia, así escaparán' tos h^Jos de Is-
rael que moran en Samarla en el rincón
de la cama, y al canto del lecho.
13 Uld y protestad en la casa de Jacob,
ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos,
14 Que el día que visitaré las rebeliones
de Israel sobre el, visitaré también sobre
los altares de Beth-elA : y iteran cortados
los cuernos del altar, y caerán á tierra.
16 Y heriré la casa del invierno ', con
la casa del verano*, y las casas de mar-
fil l perecerán ; y muchas casas serán
arruinadas, dice Jehová.
CAPITULO IV.
Contra loa impCoi pr/neip«( e JueeM tie tu
pueblo, tngordaio* ro» eofc«Mo* y con p*r-
«ertion de lafuitida (í* lo* pobre». Refiere
loe fmuehoe eattigot eon oie Dioi loe ka
qturtílo corregir, lo» ettaíe» todo» fueron
frtutradoe.
Oíd esta' palabra, vacas de Basan «,
que tetave en el monte de Samarla,
que oprimís los pobres, que quebrantáis
los menesterosos, que decís á sus seño-
res'» : Traed, y beberemos.
2 El 8eflor Jehová Juré por su santl*
dad, que hé aquí vienen dias sobre vos-
otros en que os llevará en anzuelos, y
& vuestros descendientes en baniuillos
de pesosdor*.
8 V saldrán por los portillos la una en
pos de la otra', y seréis . ecliadas del
palacio «, dice Jehová.
4 Id á Beth-el, y prevaricad; en 611>
gal/ aumentad la rebelión, y ti^ed de
mahana vuestros sacrificios, y vaettiot
diezmoK cada tres años :
6 Y ofreced sacrificio de alabanza con
pan leudo, y pregonad, publicad volun-
tarias ofrendas j pues que así lo queréis,
hijos de Israel, dice el Señor Jehová.
6 Yo también os di limpieza de dientes
en todas vuestras dudiúles, y falta de
pan en todos vuestros pueblos ' : mas no
os tomasteis á mí, dice Jehová.
7 Y también yo os detuve la lluvia tres
meses antes de la siega : é hice llover
sobre una ciudad, y sobre otra ciudad
no hice llover ; sobre una parte llovió,
y la parte sobre la cual no llovió, secóse.
8 ^ venían dos 6 tres ciudades á una
ciudad para beber agua, y no se har-
taban : con todo no os tomasteis á mí,
dice Jdwvá.
9 Os herí oon viento solano j oruga
vuestros muchos huertos, y vuestras vi-
ñas, y vuestros higuerales; y vuestros
olivares comió la langosta : pero nunca
os tomasteis á mí A, dice Jehová.
10 Envié entre vosotros mortandad al
modo que en Egipto: maté á cuchillo
vuestros mancebos, con cautiverio de
vuestros caballos, é hice subir él hedor
de vuestros reales hasta vuestras narices :
empero no os tornasteis á mi , dice Jehová.
11 Trastornóos, como cuando Dios tras-
tomó á Sodoma y á Uomorra, y fuisteis
como tizón escapado del fuego : mas no
os tornasteis á mí, dice Jehová.
18 Por tanto de esta manera haré á tí,
oh Israel: y porque te he de hacer esto,
aparéjate para venir al encuentro á tu
Diost, oh Israel.
13 Porque hé aquí, el que forma los
montes, y cria el viento, y denuncia al
hombre su pensamiento ; el que hace á
las tinieblas mañana*, y pasa sobre las
alturas de la tierra, Jehová, Dio* de los
ejércitos, e« su nombre.
CAPITULO V.
Proiigue la áentmeiaelon de la destrucción
del pueblo^ y su cautiverio en Atiria, »i no
ee eonPtrlteren.
Oíd esta palabra, porque yo levanto
endecha sobre vosotros, casa de
Israel.
8 Cayó la víigen de Israel ; no mas
nodiá levantarse; dqada fué sobre su
tierra; no hay quien la levante.
8 Porque a6Í na dicho el Señor Jeho-
vá : La ciudad que sacaba mil, quedará
con ciento ; y la que sacaba ciento, que-
dará con diez en la casa de Israel.
4 ^ Empero así dice Jehová á la casa
de Israel : Buscadme«, v viviréis.
5 Y no busquéis á Beth-el b, ni entréis
en Oilgal, mi paséis á Beer-seba : por-
que GUgal será llevada en cautiverio, y
Beth-el será deshecha.
0 Buscad á Jehová, y vivid; no sea
3ue hienda, como fuego, á la casa de
oseph, y la consuma, sin haber en
Beth-el quien lo apague.
7 Los que convierten en ^}enjo d Jui-
cio *, y dejan en tierra la justicia,
8 Miren al que hace el Arturo y el
Orion <<, y las tinieblas vuelve en ma-
ñana, y hace oscurecer el dia en noche*:
el que llama á las aguas de la mar, y las
derrama sobre la haz de la tierra/, Je-
hová es su nombre :
9 Que da esñierxo ' al despojador sobre
el fuerte, y que el despojador venga con-
tra la fortaleza.
10 Ellos aborrecieron en la puerta al
reprensor Jk, y al que hablaba lo recto
abominaron.
11 Por tanto, pues que vejáis al pobre.
/0S.4.1S.
yULia.
' St. 16. 87.
A J«r. 6. S.
<Xs.l&6.
iCap^&S.
«IS.5A.6.7.
* Cap. 4. 4.
• Gap. 6. 18.
«I Job 8. 9.
788. 8L
«Cap. 4. 18.
/Cap. 9. 6.
ejoa^i.
Al8.S9.8L
^S£l^g^
gij^S^iS
AV dfl IH wmalt^it A Sko, ; 4t
El ílilUr Jd»ll> ^OT-x nt
AMOS, vin, tx.
ir rm shd id lu dKín
A.C.
dr. 6B7.
« Ir. 21. 11.
584. 5, ete.
er. 40. 7,
ote.
Xs! 85. 12.
Joel S. 19.
1UL1.S,Í.
iJob20.fi.
*AmH8.8.
* b. 19. U,
14.
*SaL7S.5.
/8IJ.U7.T.
JSK.9fi.13.
AmwLlL
•Gen. 18.20,
31.
» Bal. 188. 7.
\ Acato .
Tarteto, «n
StptAa,
• 2 Cr. 2. 16.
HMh.9.86.
«18*1.107.36.
LA PROFECÍA DE ABDÍAS.
w sor
dad contra Iom kiíOB de Urad. Libertado»
etto*, dominarán eolbre tu» opretoree, y áA
Btíkor lerá d reino.
VISION de Abdías. El Sefior Jého-
vá ha dicho así cuanto á £dom«.
Oido hemos el pregón de Jehová, y
mensajero es enviado á las gentes. Le-
vantaos, j levantcmooos contra ella en
batalla.
8 Hé aquí que pequefio te be hecho
entre las gentes; abatido teráe tú en
gran manera.
5 La soberbia de tu corazón te ha en-
Sanado, tii que moras en las hendeduras
e las peitas, en tu altísima morada;
3ue dices en tu corazón : ¿ Quién me
exribará á tierra ?
4 Si te encaramares como águila b, y si
entre las estrellas pusieres tu nidoe, de
ahí te derribaré, dice JehovA.
6 Si ladrones vinieran & tí, ó robadores
de noche, (como has sido destruido!)
¿ no hurtaran lo que les bastase ? Pues
si entraran á tí vendimiadores, aun de-
jaran algún rebusco.
6 Como fueron escudriOadas bu anas
de Esaü ! Sus cosas muy escondidas fu-
eron tntnf buscadas.
7 Hasta el término te hicieron llegar
todos tus aliados ; te han engañado tus
pacíficos ; prevalecieron contra tí : toe
que cumian tu pan, pusieron el lazo de-
bajo de tí. No hay en él entendimi-
ento'.
8 ¿ No haré que perezcan en aquel
dia, dice JehovA, los sabios de £dom« y
la prudencia del monte de Esaü ?
9 Y tus valientes, oh Themán, serán
quebrantados*; porque todo hombre se-
ra talado del monte de Esaü por el es-
trago.
10 Por la ii^uria de tu hennano Ja-
cob/ te cubrirá vergüenza, y serás ta-
lado para siempre.
11 £1 dia que estando tü delante, lle-
vaban extraños cautivo su ejército, y los
extraítos entraban por sus puertas, y
echaban suertes jr sobre Jerusalem, tü
también eras oomo uno de ellos.
la Pues no debiste tü estar mirando
gozoto en el dia de tu hennano, el dia
en que fiíé extrañado : no te hablas de
haber alegrado de los hyoa de Jodá ai
el dia que se perdieron ; ni hablas de
ensanchar tu boca el dia de la angustia.
13 No habías de haber entrado por la
puerta de mi pifeblo en el dia de so
quebrantamiento ; no, no habías tü de
haber mirado alegre su mal el dia de lu
quebranto ; ni haber echado mano á sus
bienes el dia de su calamidad.
14 Tampoco habías de haberte parado
en las encrucijadas, para matar k» qoe
de ellos escapasen ; ni hablas tú de ha-
ber entregado los que quedaban en el
dia de angustia.
15 Porque cercano está el dia de Je-
hová sobre todas las gentes A: como tü
hiciste se hará contigo: tu galardón
volverá sobre tu cabeza*.
16 De la manera que vosotros bebisteii
en mi santo monte *, beberán todas Us
gentes de continuo : beberán, y engo-
llirán, y serán como si no hubieran sido.
17 Mas en el monte de Sion habrá lai-
vamento^ y será santidad; y la casa de
Jacob poseerá sus poeesiooes.
18 Y la casa de Jacob sena foego, y la
casa de Joeeph será llamaai, y la casa
de Esaü csti^ : y los quemann, y los
consumirán ; ni aun reliquia quedan en
la casa de Esaü, porque Jefaová lo hablé.
19 Y los del MediocUa poseerán el mon-
te de Esaü», y los llanos de ios Pales-
tinos ; poseerán también los campas de
Efiaim, y loa campos de Samaiia; ;
Beivlamin á Galaad.
90 Y los cautivos de aqueste ejército
de los hijos de Israel poeeerán lo de lo*
Cananéos hasta Sarepta ; y los oaativos
de Jerusalem. que titaráH en Soiband,
poseerán las ciudades del Mediodía.
SI Y vendrán salvadores ai monte de
Sion para juzgar al monte de Esaü; y
el reino seiá de Jehová*.
eii.»T.
iJoaltt
LA PROFECÍA DE JOÑAS.
CAPITULO I.
Huifendote Joñas de Judia á Thar»t$,por no
ir á predicar á Nfnive, adonde IMonut en-
vtaiió, levanta el BeÜor una f/rande Um-
«Mfod en la mear; y como loe marineroe
¡legaran A eonoeer que Jonae era la canea
de cUo, 11 miemo lo confiera, y por tu pro-
pia tenteneia et echado en la mar, y eetó la
oorraeca.
Y FUÉ palabra de Jehová á JonaSf
hijo de Amittai, diciendo :
9 Levántate, y ve á Ninive, eiudad
grande, y pregona contra ella; porque
•u maldaid ba subido delante de mí".
8 Y Joñas se levantó para huir de la
presencia de Jehová i á Tharsis y, y des-
cendió á Joppe« ; y halló un navio que
se partía para Tharsis, y pagando su
pas^ entró en él, para irse con ellos
a Thanis de delante de Jehová.
4 5 Mas Jehová hizo levantar un gran
viento en la mar, é hízose una ttm gran
tempestad en la mar<', que pensóse se
romperla la nave.
6 Y los marineros tuvieron miedo, y
cada uno llamaba A su dios : y ectiaran
á la mar los enseres que HenaboH en la
nave, i>ara descargarla de ellos «. Jonas
empero se habla bajado á los lados dd
bumie, y se habla echado á dormir.
6 Y el maestre de la nave se üegi i
él, y le düo: ¿Qué tienes, dormifim?
Levántate, y clanu á tu dios ; quisa A
tendrá compasión de nosotros, y ao pe-
recerémos.
7 Y dieron cada uno á su compaflero:
Venid, y eoliemoa suertes/, paca salter
por quien nos ha venido este mal. Y
echaron suertes, y la suerte eoyé sobre
Jonas.
8 Entonces le dijeron ellos : Deelán*
nos ahora porqué nos As venido cate mal.
¿ Qué oficio tienes, y de donde vienes ?
¿ cual es tu tierra, y de que pueblo eres ?
9 Y él les respondió : Hebreo soy, y
temo á Jehová, Dios de los olelos, qne
tUzo la mar y la tierra/.
10 Y aqudlos hombree temieron lobn-
manera, y dijéronle: ¿ Por qué has he
cho Cito ? Porque rilot «ntendienn q^
kitt.1i.1t,
».
T«.ll
IJodlft
■Ii.10.IT-
•AMtUt
•iM.lil'
A.C.
dt.tt.
'BMk.ff.
/J-.T.IÍ
I*- «
iBkliA
rgri.Ufcl
r.Mt
JOÑAS, n, UI, IV.
A. G. dr. Ses.
Imii de d«liDie de Jabová» porque te
lo hable dccUndo*
11 Vd^onle: «i Qltf t« turemos, |mí-
n que la marie noi quiete ? porque U
nuriba á «mi, 7 le embrabccto.
ISElleiretponiiió: Tonoadme y echad-
me á la mar, ; la mar se oa quietará ;
L , poiqiM 70 aé qú por mi * ha Tenido eeta
grande tempeitaa wbre Toaotroa.
IJ T aqoMk» homhm trabiy)aroii por
tomar U nave á tlenra ¡ mas no poole*
roo, porqne la mar iba A mm*, 5 aa cm-
bnbráia lobre ellot.
14 Eutónocs clamanm á JehoTi, j di-
jeron: Rogámoete ahora, Jehová, que
no perasoamof noeotroa por la vida de
aqueste hombre, ni pongas sobre noa-
otioi la «aom inocente*': porque tii,
Jehofi, lias hecho oonao haa querido.
14 Y tomaron i Joaai, y eoliAnmlo A
la msr; 7 la mar leqaietó de su flurla.
16 Y temieron aquellos hombres A Je-
horá con gran temor ; y ofrecieton sa-
criñdo á Jmowit 7 piometieion Totoa.
CAPITULO II.
m munu pm m trofa á Jamoá ¡ pan ora al
SeUcr MI «M qfb'eaon wfrisia» y m tíbtrtado
l/f A8 JehoTáhaUa prevenido un grm
.' J. pes que tragase a Joñas : 7 estuvo
onas en d rien&e del pes tras dias 7
ee noches «.
i ^Y OTÓ Joñas deede el vientre del
z a Jebová su Dios.
i 7 d^o : Clamé de nal tribulación b 4
hofá, 7 éi me vyá; del vientre del
mJero olamé, 7 mi vos oíste •.
Bchásteme en el proftindo, en medio
las mares, 7 todMme la coiTi«Btei
SI tus ondas 7 tus olas pasaron so-
mi''.
Y 70 d^e: Echado ao7 de delante
tus <¡jot«; maa aun verá tu santo
pío.
Las aguas me rodearon hasta el al-
', rodeóme el aUsmo ; la ova se en-
áml cabesa.
■escendl á las ralees de los montes ;
erra echó sua cerraduras sobre mi
siempre: mas td sacaste mi vida de
>ultura#, oh JchovA Dioa mió.
oando mi alma desAúleda en mi,
érae de Jebová ; 7 mi oración en-
ista tí en tu santo templo*.
•s que guardan las vanidades Iluso-
u mlaerfconiia abandonan'.
b empero con vos de alábanse*
rlfican; pngnré lo que prometí.
vacion perte$uet & JébováX
Y nuuidó Jehová al pes, 7 vomitó
s en tierra.
CAPITULO III.
Dioa do nvovo á JaoM Wé vana á
fo, if á au jfroiUeaciom te nwmitítm y
frfen loo NimivUao áo .m nal oamino.
17£ palabra d« Jehová segunda
z á Jonaa, diciendo :
ántate, 7 vé á Ninive, aquella
idad, 7 publica en ella el pv^on
s dir^
rant<Iae Jaomm, j fué á Nínive,
e ék la palabn de Jdiová. Y era
!iadaa eobrmnanera grande, de
de oaunino.
meiizó Joeaaa 4 entrar por la
;aniino de undia, 7 pregonaba
: De amii A cuarenta dus Ni-
destruida •.
8 Y los hombres de Nfnive creyerun á
ÍMús, y pregpnaron ajvno, y visdéronae
e sacos desde el mayor de ellot hasta
el menor de ellos.
6 Y llegó el n^odo hasta ri rey de
Ninive, y levantóeie de su silla, y echó
de- sí su vestido, y cubrióse de saco, 7
se tentó aobre cenlsa b.
7 E hiso pragonar y anunciar en Ni-
nive, por mandado del rey y de siu
grandes, dloiendo: Bombees, y anima-
les, bueyes, y ovejas, no gusten oosa
alguna ; no se les dé alimento, ni beban
agua.
8 Y que se oubiaa de sacos los hom-
bres y los animales, y clamen á Dios
fuertemente : y conviértase cada uno de
su mal camino, de la ranfla que odA en
sua manos.
9 i (híUn sabe si se volverá* y ane-
pentiii Dios, y se aupartaiá del furor de
su ira, y ao peteceruncs ?
10 Y vló Inos lo que hicieron ', que se
convlrticiopí de su mal camino, y anre-
pintióse del mal que habla dkho que les
habla de hacer, y no lo hlso «.
CAPITULO IV.
Ufnaat Jomo* dt oae^ y dmpoého, forqtu
haUéndo MMo» momio éo loitorioorma een
loe de Ntmioo, mofui dnlrwiiin la oimLid,
10/1$» hobiaU ammmeiaio. Raprfodato JMoo,
y iiuii«a'alf lo novato dt m «14^ esn el
^/tmplo dt mta planta.
PERO Joñas se apesadumhró en es-
tremo, y enojóse.
8 T oró á Jebová, y di^: Ahora, oh
Jdiová, ¿ no es esto lo que yo deda es-
tando aun en mi tierra? For eso me'
Ecaví huyendo á Tharsis : porque sa-
yo que tá eres Dios clemente y pia-
doso, tardo á enojarte, y de grande mi-
sericordia a, 7 que te arrepientes del mal.
3 Ahora pues, oh Jehová, ruégote que
me mates ; poruue mq)or me es la mu-
erteque la vida K
4 Y Jehová le c^Jo : ¿ Haces tii bien en
enejarte tanto ?
A Y sallóse Joñas de la ciudad, 7 asen-
tó hacia el Oriente de la dudad, é hi-
zose allí una choza, y se sentó debajo de
ella á la sombra, hasta ver qué sena de
la dudad.
6 Y preparó « Jehová Dios una calaba-
cera, la cual creció solwe Jonaa para
que hiciese sombra sobre su cabesa, y
le ddendiese de su mal 1 y Joñas se ^-
gró nandemente por la calabacera.
7 Mas Dice, preparó^ un gusano al ve-
nir la mañana del dia siguiente, d cual
hifitV á la calabacera, v secóse.
8 Y acaeció, que u salir el sol pre-
paró* Dioa un redo viento solano; v el
sol hirió á Joñas en la cabesa, y des-
m^ábase, y se deseaba la muerte, did-
endo: Mc^Jor seria pera mi la muerte
que mi vida.
O Entonces dUo Dios á Joñas : ¿ Tanto
te enojas por la calabacera ? Y él res-
pondió: Mucho me enojo, hasta dcaesr
h muerte.
10 Y dUo Jehová: Tuviste td lástima
de la calabacera, en la cual no traba-
jaste, ni tü la hiciste crecer; que en
eqtacio de una noche nació, y en es-
paido de otra noche pereció :
11 p Y no tendré yo piedad de Ninive,
aquella grande dudad, donde hay mas
de dento y veinte mil personas que no
conooen su moto derecha ni su mano
iiqulerda/, y muchos animales f ?
» Job 18.
«JedS.14.
•< 1 Bey. n.
9Cr.8S.U,
U.
* Amos 74,8.
•11.84.8.
8d. 88bS.
JodS.18.
»1 Bey. 19.4.
ier. 80. 14,
18.
«Cap.a.L
dnt.i.
• ver, 8, 7.
/ Den. 1. 89.
f Bal. 86. 6.
y 148. 9.
Mm
«It.1.3.
H§.».ÍL
* BáL 97. 8.
Is. 64. 1.
IS.
• 2 Bay. 1&
18.
/Jar. 7. a».
•8ál.88.1
Oa.7.e.
LA PROFECÍA DE MICHÉAS
CAPITULO I.
Prtátet 1a$ eolomidbufa* aut á eonM de nu
^dMofrrof veHéria» mí reinla de la» dte
MMM, hemtm eerJínatmeíOe trnaportaioi de
MI Merro, f irnaarte qme de eata ealamidad
oUmmria á Jwlta y d Jtrueedem,
PALABRA de Jehová que taé á
Michéas de Monwthi en dias de
Jotham, Acház. j Bteehtas, reyes de
Judát lo que v«6 Mtbre Satnatia y Je-
nualem.
8 Oid, pueblos todos; e*t& atenta*,
ffetta, T todo lo qoe en «illi hi^: y el
Seflof JehovAy ti Séñtn desde su santo
templo sea testigo contra vosotros.
8 Porque hé aquí que Jehov& sale de
sulugarft; y desoendetA, ; hoUatft sobn
la altaras de la ttena.
4 Y debajo de # se denetfrin lea mon-
tes«, y los ▼alies se Ixnderán, como la
ceca delante del fiíego, cohm las aguas
que oonen por un precH»leiOk
5 Todo esto por la rebelión de Jaobb,
y por los peioados de la casa dé Israel.
¿Onal es la rebellón de Jacob ? ¿ No es
Samarla ? ¿ Y cuates son los excelsos de
Jndá ? ¿ No es Jeru«tüetn ?
6 Pondré pues á Oamaxüi en nnyaBibs
de heredad, en tienras de Tifias: y der-
ramaré sus jieátta por el THlle, y dek.
cubriré sus fundamentos.
7 Y todas sus estatuas seíAn despeda*
ladas, y todos sus dones serán quemados
en ftiego, v aÉoiaté tedos sus ídolos:
p<Mniue de dones de rameras * juató UOu
to»as, y á dones de ramem Toltetán.
8 Per tanto laméntale y aullaré ; an-
daré despojado y desnudo ; haré gemido
oomo de daagoi)cs> y lamento como de
avestruces.
9 Porqoe «tt llaga e« doloiaaa, que llegó
hasta «fudá«; llCttó hasta la puerta de
mi pueblo, hasta Jerusalem.
10 No h digáis cu 6ath, ni Uorels mu.
cho; revuélcate en ei polvo en Beth'
aphnu
U Páaate desnuda con vetjgaenza, oh
movadora de Saphir: la moradora de
Saanan no salió al llanto de Beth-hae-
sel : tomar& de vosetms sutardanaa.
la Perqué la moradora de Maroth tuvo
dolor por el bien ngfo, por cuanto ti mal
descendió de Jehová hasta la puena de
Jerusalem.
18 Unce al oiurro dromcdarlea, oh mo-
radora de Lachls* qtte lüiste principio
de pecado 4 la hija de Kon, porMre en
tí ee inventaron las i«b«liones de Is-
rael.
14 Por tanto «ii darihi dones á lltore-
seCh-gath : las casas de AofaMb Mrán eh
mentira 4 los reyes de Israel.
16 Aun te tnúeré heredero, oh mofa-
dora de Maicsah : la gloria ée Isinel
vendrá hasta AduHam.
18 Mésate/ y trasquílate per tos h^os
de tus deUeias ; enssncteatu calva eeino
águila ; porque fttexon tnsportaüos de ti.
CAPITULO II.
ZatMNto d prqfeta d inteuo proceder de $u
petMo, eon eefe^af tmmeío» de lOgetMoe de
Mk páeoioe, t dtnémcUdofynmtmimte ku
eaiamidadu «m <[*« !*«* tanto mrian vfU-
ifido*, heala que finaíme»U eerán rewnüoe
por Dioe, y reeUluidoe A m Herra.
A Y de los que piensan iniquidad, y de
. los que rabriGan el mal en sus ca-
mas* ! Cuando viene la mañana lo po-
nen en obra, poique tiaaen en •■
el poder.
B Y codician» laa heredades, y raba-
ranlaa ; v casas, y las temaron : optiaii-
éron al nombie y 4 su casa, al hombre
y á su heredad.
8 Por tanto ad ha dicho Jehová: Hé
aquí que yo pienao mal sobre esta &
milia, del cual no saearéis vuestros ea-
ellos, ni andaréis eiqguidos, panme el
tiempo será malo.
4 En aquel tiempo se levanCasá sobie
vosotros lefirnn, y ae endedianá endecha
de lamentadon, dioieodo : Del todo flii
mos dostnddos; ha cambiado la parte
de mi pueblo*. Oomo nos quité naco-
tros campos! did> reraitiófot d otras.
6 Por tanto no tendrá quien eche cor
del para suerte en la oóngregadan de
Jdiov4.
6 No prelMeels, dtcen A los que {ffO'
fetltan, no les profeticéis que los ha de
couiptutider Tevgllenaa.
7 ha que to dices Oaia de Jacob, ¿fasse
acertado él Bqplrltu de Jriiová«> ¿sw
estas sus obras ? ¿ Mis palabras no fas-
een bien al que camina dekeehameate' ?
8 El que ayer era mi pueblo, se ha
ie*vattts«o oomo enemigo : traa la veiti-
dura quitasteis las oapas
á los que pasaban^ osmio los que
de la sueña.
8 A tas mnjens de nd pudilo
toen de las casas de sus ddieias : 4 a
nlikM quitasteis mi perpetua slabammi
10 Levantaos, y andad, qué no es esta
ditom la holgansa; pesque aiiá
nada*^ oanompidw, y de grande
rapoion.
11 Si hubiem alguno que ande con al
viento, y fiíúa mentiras dídande.- Y<o te
prafMaaré devine y de aidra : «stft lal
será profeta á este pueblo.
18 Y De cierto te icuniíé todo» oh
Jacob ; recoaeró eiertaaoente él larto áe
Israel ; péndrelo innto como ovejas de
Besaa, oomo nebalio en mitaddesa isia-
Jada/: harán estruendo per Ja imdUhti
de los homilías»
18 Subtoá MMüpedoi/ddantede eiles;
romperán, y pasarán la puerta, y sal-
drán por ella s y su luy paaaiá
de elloS|. y á la eabaoa da éü»
Jehová*.
CAPITULO III.
Repretide á los «uMMredbM, y 4 Im /elne
profelae y soecfilOMt, par »m Imfieded, It-
MH «so -•
«wMis, y mwriete, «mm
MsNfM de Mes, y wwNcs
^veAÉtE^^a ns Jl^í. AA^ta^JM
OOM
le
*/•-
Oid
peástípas de
itlber
Y DIJE:
Jacob, y
lonel ; i Vo pertnuria á
eldaiedM?
8 Que aborrecen lo bueno, y aman lo
malo; que les quitan su piel y sa asme
de SDbn'Ous huiania.
8 <))ne eoman asloilsmo la cama* de
mi pueblo, y les daaaellaB su vM de
sobre etloa; y les q—branlan im naa»^
y loa rusnpen «orno para echar an aal-
derok, y como eames en olla.
4 Entonces clamarán á JAoiá, y ao
les responderá c; antes eacondctá de dúo
su rostro en aquel tiempo, por cuanto
hicieron malvadas obras.
5 Asi ha dicho Jehová aoecea de les
profbtas que hacen errar á mi pueblo:
dr.m
tOv-Li
«bSl-U
Oküi
*Lr.1í1
yfisLflN
•EOLa<
;tt.lLÍ
r.m.
IOCHEA8, IT, y.
A. C. dr. n&
18,
qne' mvodaí eco m dl«MM, y ola*
man, Fu i y al qve bo tai dlctv qn«
eomiB) apMuí coirtfa él bstalte»
9 Por tanto d* la profeefa m m hará
noehe, j oiMenridad <M >di«liiM ; y »o»
hn atol pntetu n pondiA «1 aol, j el
dia tt eiilüMliicecTi wbn €lloi ••
7 Yaain rrergonaadot lo* pMAtas. j
eonAradliiaie k» adltino* ; j dios toái»
cubrirán m labio/, poique
I rapaetta de Dioif .
8 Vo capero citoy Heno d« Ahr**
I del EipMtn de Jdwvá, y d« taldo, j
deíbrtaleía. pBt dananelar é Jacob su
rebellón, T i Iirad ni pecado '.
9 Oiá abara eito, eábcutf de la casa
i de Jacob, 7 eapHaáci de la «aaa de !••
nei, aue abomunia d Jaldo, y pcrteitli
I todo el dereelio ;
10 Qne ediRcata i BIob oob laanxe, 7 4
Jenualem coa Itjutioia*.
U Sus cabeías Jutgan por cohecho',
; lui anoerdotct enaraan por precio, v
sDi profietai adivinan por dmero ; y apo«
janM «n JdwH dimndo : ¿ No ettA
Jeiiová entre meotrN»? No vendrá
nal lobie neaotna.
a Por tanto á eaoaa da voaotroa tcfi
$ion arada coino campo, 7 Jcruaalem
eri majanoi, 7 el monte de la caía
mu eumttrea de breüai n.
CAPITULO IV.
mmuU <i ptvféé d rmlMiilmUmlo ék K-
Mi, y la «oMMrafM 4b Ima «MáaiMe, p tU
tmfoé <fa froadb pm y f/wumiémá 4 Milaa
lo» Mrdadero» twywito 1 M /dmdai dt
SKm lOmrimda M comIímtí», y al Mol «*•
'trmnio de mu eiumigot.
r ACONTEOIR^ «a lea poatravoa
. tiempoe*. que el naonte de la oaaa
Jehova aera conaütuido por oabeceva
montea i, y maa lúto que todot loo
ladea, 7 oonerAn A A poeMoa.
7 vendrán muchaa gentes, 7 dilán (
lid, j subamos al monla de Jehová,
U oaaa del I»tea de Jacob, 7 enaeHa*
M en sus eanrims, 7 andaremos
veredas: poniue die fl
7 de Jcniaáiam la pidabra de Je<
enos por
aaldrt la
r Juagaré entxu mnehos pueblos, 7
ígiíA ftaertaa gentes hasta mu7 14*
y martillaaAB sus eapadaa para axa*
I, y sus laiiina paia hooas : no al-
espada gente eoolra gente, ni mas
ia7arán pnra la 0«enm«.
cada unttae eentatá debajo de sn
r dabiO* de au lilguem', 7 no ha-
ttien asafldB«at*« : porque la boea
hovA de loa ejévoltaa lo ha hablado,
en qpam todos loa fmeblos anduvl-
ada uno «n «I aionifaTO de ras dio»
loaotxoa ecm todo andaremos en el
» de JohovA «acetre Dtes; para
« y etemalmente.
agnel dia« dice Jehová, Juntase*
b, 7 noeogené la amnpuada, 7 á la
igí:
NHidvá A la otvja pan sneeifcm,
desoarrioda para ur naekm re-
7 JehovA MdauírA sobre ellos en
te de Sioai daade ahora para il'
* tú, oh Tort«* del Nballo, ta
a d« la hUa. de Hon veadiá hasta
aeBorfo fiarimcao« el reine vendxA
ihora ¿ por qné gritaa lante?
y T«y en ti ? ¿ Pereció tu con-
ue te lia tomaulo dolor oomo de
» pcurto ?
ote y gime* li^a de 8ion, como
í parto I i porqoe ahora aaldráa
dad, j moñuAa en el campo, 7
Uegaráa hasta BaUleala«i allí iciis U.
bnda, alU le lediaaiíA JehevA de fti
OMBo de tas enemigos.
11 Ahora empero ae han Juntado nra-
ehas gentes contra tí, 7 dicen : Sea pro-
ftnada, 7 vean nuestros <^os sobre ston
Cs mina,
IS Maa elloe no conocieron los penaa-
mientes de Jehová, ni entendieron su
oonsc^: por lo cual los juntó como ga-
villas en la era •.
18 Levántate 7 trilla, h^ de Slon*,
Ciique tu cuerno tomaré de hierro, 7
a uflaa de metala, 7 dearaenusans
muchos pueblos; y consagrarás á Je-
hová sus robos, 7 sus riqueías al Sefior
de toda la tlecta.
CAPITULO V.
WHMtm» d«e«f«tfMáo M Jfeein, y la prw>
ftriiwAt ommmHt y vieUtria fie se rtim*
stibr* ledo* toa tnpmtitot th •» IHmWo, al
«Nfll «ird reformado m («da «UNraMoMi 4
RBUNBTB ahora en bandas, oh h^a
de bandea: nos han sitiado: con
vara herirán aobrs la q^Jada al juca de
IsHMfl.
9 Y Maa nf, Beth.lehem B]4uwia*,
peemeila para ser en los millares^ de
Judá, de b me saldrá el que aera Setlor
en Israel*; 7 aus salldaa «o« dcide e|
principio, desde los diaa del siglo <
8 Bmpcro los d«()ará hasta el tiempo
£e para la que ha de parir; 7 el reste
sus hermanoa ae tomará con los h^a
de Israel.
4 Y estatá, 7 apacentará con fcrtalexa
de Jehová, «on gtandeaa del nombre de
Jehová sn Dios: y asentarán; porque
ahoim aera engrandecido haau los fines
de la tierra.
5 Y este miimo seiá paa «. Guando As-
tur viniere á nuestra tierra, 7 cuando
plaáie nuestros paléeles, entonces levan-
taremos contra él siete pastorea, 7 ocho/
hombrea principales»
6 T comerán la tierra de Aasur á en-
ohlllo, 7 la tierra de Nlmrod » con aus
espadas : 7 noe librará del Asirlo cuando
viniere oentn nuestra tierra, 7 hollare
nuestros términoa.
7 Y será el residuo de Jaoob, en medio
de muehos pueblos, eomo el roció de
Jehová A, eomo las lluvias sobre la yer-
ba, bu cuales no esperan veron, ni agu-
ardan á h^oa de hombrea.
8 Aaimiamo seiá el reste de Jacob en-
tra las gentes, en medio de muchos pue-
blos, oomo el leen entre laa Itestiaa de la
montfefla', oomo el oaofaorro dei león
entre las manadas de laa ovinas, el cual
■i pasare, y hollare, y arrcÍMtáre, no
hay ouien escape.
0 Tu mano se aliará sobre tus enemi-
sos, y todos tus adveraarloa serán ta-
to Y aoootoeerá en aquel día» dice
Jdiová, que haré matar tus eabaUea de
en medio de ti, 7 haré destruir tus ear-
ros*:
11 Haré también destruir las ciudades
de tu tierra/, y ajnratoaté todas tus for-
taleaas.
18 Asimismo destxulié de tu mano
las heohieerfaa, y no se hallarán en tí
18 Y haré destruir tus caeulturas y
tus Imágenes de en medio de tí«, y
nunca maa te inclínalas á la obra die
tus manos.
14 Y arrancaré tus bosques de en me-
dio de tí, y destruiré tus ciudades.
lA Y con ira y con furor haré vénganse
en las gentes que no escueharon.
" las. a. 7.
"laB.M.
Jer. 5L 88.
• la. 41. U.
1&
'DSB.U.Í.
•laa.^
ote.
» Jnae.e.lfi.
•Gen. 48.10.
rfPn.8.aB.
88.
JasaLL
CoL 1. 17.
•Sao. 8.10.
/Se. 11. a.
fO«a.iaiO,
u.
AM.118.A
< Su. 88. 84.
* Zas. 8. 10.
(la. 88.11.
"la. 8. «,8.
"Sao. 18. 8.
MICHEAB, Tt, Vn.
^«ia4 tt nudiD de tlL Úfco-
"ff°Sr rT^i' l^*? iM irTfil
JV iDa cw¿l Iwi vt^ >» '^i"'
«oré Mi PIqj d« nU blul/ : tá W
día OH uUH* di Bflpto ■^
LA PEOFECIA DE NAHUM.
CAPITULO I.
Bnieüa ttmfHa d poiUr, ímUeia y himiifmí-
iad ád Émtr. y jNini commmío dt lot d» im
pMo «Hm«Mlar«<Máf «MMMM^wt y
CARGA de Nihhe*. Libro dt la vi-
lion de Nahnm de Sl-Koah.
i DíM zeleeo* y TeofKlor« ee JehoT& ;
vauador «* Jehovft, j Sefior de in ; Je-
ho^, que ae ftnffL de ra« adrenarloe,
j que gnarda tu «h^ pw» mii eneuigM.
3 Jenovi « tardo nurs la ita, y gnüde
en poder, T no tendrd <d evlpaio por ino-
cente)'. JehorA marcha entre la tem-
pestad 7 turbión*, y las nubei «m el
polvo de ms piéi.
4 Él amenaza á la mar, j la hace w-
car, 7 agota todos los rioá/ : Baa^n fité
destruido, j el GaAmlo, y la flor del
Líbano ttié deitrolda.
5 Los montes tiemblan de él, y los
rallados se dedien ; y la tteira ae abrasa
\ m presencia, y el mando, y todot loa
[oe en 41 habitan.
8 i Quién permaneoefft delante de tu
ra? ¿ y quién quedará en pié en d fti-
» de su enojo? So ira ae derrama
orno faego, y por él se hienden laa pe-
u.
7 Bueno es Jehová para fbrtaleaa en
día de la angustia»; y oonoce á loa
le en él conflan.
I Mas con inundación Impetnoaa hará
ntumacion de su locar A, y tinieblaa
rsegujián á sus enenilgoa.
¿Qné pensáis contra JduiT&? Él
rá consumación : la tribulación no se
antará dos veoes.
> Porque como espinas entretejidas,
mtras ae embriagarán loa borrachos,
in consumidos dáfiugo, como las es-
u llenas de sequedad.
De tí aalié el que pensé mal contra
otA, un consultor impío.
Así ha dicho Jehová: Aunque re*
> tensan, y así muchos oomo ann, así
n taudos, y él pasará. Bien que te
flifpdo, no mas te afligiré.
Ponjue ahora quebraré su yogo de
! tí <', y romjieré tus coyundas.
Mas acerca de tí mandará Jehová,
lanca mas sea sembrado alguno de
>mbre : de ta casa de tu dios tahuré
tura y estotna de ftmdleion ; haréla
lulero, porque Aliste vil.
3é aquí sobre los montes los pies
le trae Inienas nuevas, del que pre-
la paz*. Celebra, oh Judá, tus
i, cumple tua Totos : porque nunca
■asará por ti el malvado; perecié
lo.
CAPITULO II.
«eietr H prqféta la dMfnMelow d* W-
alUtUa jr eonauda efe nutvo «i pveUo
09 eon promesa de lo qtu Dio* mimo
par eOoa, deacribe el «tpmUo, eon/te-
$r ettraoo en ta toma dt aquella eji».
la uulidad V a»6kmtile»ta em fiu fmt-
ló destruidor contra tí : guarda
ibrtaleca, mira el camino, forti-
lomos, fortalece mucho la ñi-
ue Jébcnrk restituirá asi la gloria
t> como la gloria de Israel ; por-
tadores los vaciaron, y estropea-
nuffrones.
leudo de sus Tsdientes será ber-
i varones de *u ejército vestidos
de grana : el carro como toego de ha-
chea ; el dia que se aparcará, temUaián
las hayas.
4 Los carros se precipitarán á las pía-
zas, discurrirán vdocet por las calles:
su aspecto oomo hachas encendidas;
correrán como relámpagos.
A Acordaráse él de sus valientes ; an-
dando tropezarán ewmdo se apresuraren
á su muro, y la cubierta se aparcare.
8 Laa puertas de los ríos se abrirán, y
el palacio será destruido.
7 Y la rrina fué cautiva; mandarle
han que suba, y sos criadaa la llevarán
gimiendo como palomas, batiendo sus
{lechos.
8 Y ftaé Nínive de tiempo antiguo oo-
mo estanque de aguas ; mas ellos oAora
huyen. Parad, pand ; y nioguno mira.
9 Saquead plata, saquead oro : no hay
fin de laa riquezas, y suntuosidad dé
todo ajuar de codicia.
10 Vacía, y agotada, y despedaiada
qtudará, y el coraum derratido ; batimi-
ento de rodiilaa, y dolor en todos rifio-
nes, y los rostros de todos ellos tomarán
n^nira«.
11 ¿ Qué es de la morada de los leones,
y de la macada de los cachorros de leo-
nes, donde se recogía el león, y la leona,
y los cachorros del león, y no habla qui-
en les pusiese miedo ?
IS El león arrebataba en abundancia
para sus cachorros, y ahogaba para sus
leonas, y henchía de presa sus cavernas,
y de robo sus moradas.
18 Heme aquí contra tí, dice' Jéhová
de los ^éreitos. Enoendere « reduciré á
humo tu$ carrea, y espada devorará tus
leonclllos ; y raeré dé la tierra tu robo, y
nunca mas ae oirá voz de tm embaja-
dores.
CAPITULO in.
OoMfc'mM el mismo atumto.
¡ A T de la dudad de sangres*, toda
xv llena de mentira y de rapifia, sin
apartarse de etta el pillaje !
9 Sonido de látigo, y estruendo de mo-
vimiento de ruedas, y caballo atropella-
dor, y carro saltador «e otrd en H.
8 Oaballero enhiesto, y resplandor de
espada, v resplandor de lanza kabrá : y
multitud de muertos, y multitud de ca-
dáveres; y de BUS cadáveres no habrá
fin, y en sus cadáveres tropezarán.
4 Todo etto á causa de la multitud de
las fornicaciones de la ramera de her-
mosa gala, maestra de bngerías, que
vende Tas gentes con sus fornicaciones,
y los pueblos con sus hechizos.
5 Heme aquí contra ti, dice Jehová de
ios ejércitos, y descubriré tus fkldas en
tu (Sara, y mostraré á las gentes tu dea-
nudez '', y á los rdnos tu vergüenza.
6 T echaré sobre ti suci^ades, y te
aftentaré, y te pondré como estiércol.
7 Y será, que todos los que .te vieren,
se apartarán de tí, y dirán : Nínive es
asolada ; ¿ quién se compadecerá de ella ?
¿ Dónde te buscaré consoladores ?
8 ¿ Eres tü m^or que No | la popu-
losa, que estaba asentada entre rios, cer-
cada de aguas, cuyo baluarte era la
mar «, y defmar su muralla ?
9 Etiopia era su fortaleza, y Egipto
con tropa* sin límite t Put y Libia fueron
en tu ayuda, oh No.
10 También ella taé llevada en eauti-
A.C.
eir. 7U.
"Joeia:e.
• Es. 94. 9.
6 18.47.2,3.
Jar. 18. 32,
98.
I DioepolU
gTfba».
Jer. 46. 35.
Í%. 80. 14,
16.
« Ib. 19. 5.
A. o. oir. ns.
HABAcua if n-
i.adr.ra
37.
•Jar. a. 80.
A. a
eir. OaC
"Hech.lS.
il.
» Jmr. 5. «.
Sopli. 8. 8.
« Jer. 4. IS.
din. 19.
«Dm.81.4.
/Ii.l0.8,«.
terio: tamUen fot chiquito» fticnm «••
treüadoa en las encruc^adas de todas
las calles ¡ j idbra sos Taitones mtutaa
sueftes, y todos sus ma^isate» fkieron
aprisionados con grillos.
11 Td también serás embriagada 4, se-
rás enccnada ; td también buscaiás fbr»
talcca á causa dd enemigo.
18 Todas tos fortalezas eual higneras
coa brevas ; que si las sacuden, caen en
la boca del que las ha de comer.
13 Hó aquí que tu pueblo será como
mi^eres* en medio de tí: las puertas
de tu tierra se abrirán de par en par
á tus enemigos; fiíego consumirá tus
barras.
14 Provéete de agua para A cerco, fbr-
tiílca tus fortalexas ; entra en el lodo,
pisa el barro, finrtiñca el horno.
15 Allí te consumirá el fuego, te ulará
la espada, te derorará oomo polgm/: fhilt-
multiplícate como langosta, mnltqitteaie
como UagDsta.
18 Multiplicaste tos mereaderes nsi
que las estrellas áél cielo t el polgoa iü-
zo presa y voló.
17 Tus principas Mrte oeiQo langoatai,
y tus grandes oonu» langostas ds Isngoi-
tas que se asientan en vallados eadlsde
frió : salido el sol se mudan, y no te o»-
noce el lugar donde estuvieron.
18 Dnnmeron tos paatons, oh re; da
Asiria', reposaama tus vaUcntes: ta
pueblo se derramó por los montes, y ao
hay qoicn lo junte.
10 No kojf con para tu qoelvachini
tu herida se- enorudaoló : todos los qw
oyeran tu fiuna, batirán las nuuu» so-
bre ti; poique ¿sobra quien no paió
oontínuameate tu malicia ?
I
ik.
LA PROFECÍA DE HABACÜC.
CAPITULO I.
BéUmtdo d* br^etímr Habaatc la eauUiH'
dad M pmMo Judáieo por lot OaldSoB,
eomimtwa ^m^/omíom á Dio» <b fM U fcot»
dado << Mr tr ammmeiar tanta* eatamkMm
contra m vuMo, y m nuaraviOa dk qm,
tomo tamlnm á oiro$, kmUtira de afitgtrio
0Hilf iw^fíá y nnoM, qm h regoeifaría «»
oCrOutr nu vMorioM á m grcfio godar»
fodajlrta y rtraraof.
LA cana que vio Habaouc apofieta.
8 ¿ Hasta cuando, oh Joiová, cla-
maré, y no oirás ; y daré voces á ti 4
causa de la violencia, y no salvarás ?
8 i Por qué me haces ver iniquidad, y
haoca que mire molestia, y saco y vio-
lenola delante de mi, habiendo ademas
quien levante pleito y coatienda ?
4 Por lo cual la ley es debilitada, y el
Juicio no sale verdadero : por cuanto el
impío asedia al Justo, por eso sale tor-
cido ri Juiciow
5 Mirad en las gentes, y ved, y mara-
villaos pasmosamente ; porque <Ára será
hecha en vuestros días, «le aun coando
se o« contara, no la craerets*.
6 Porque hé aquí que yo levanto los
Oaldéos, gente amarga y presurosa» que
camina por la anchura de la tierra piuta
poseer las habitaciones agenas.
7 Eroantosa e« y tenible : de ella mis-
ma saldrá su derecho y su grandeza.
8 T sedM sus caballos mas ligeras que
tigres, y mas agudos que lobos de tar-
defc: y sos glnetas se multiplicarán i
vendru de l^os sus caballeros, y vola-
rán como águilas* que se apresuran á
la comida.
9 Toda ella vendrá á la presa : ddante
de sos caras viento solano { y Juntará
eantíves oomo arena.
10 y escameoerá de los r^es, y de los
principes hará burla: rebase de toda
ibrtaleaa, y amontonará polvo, y la to-
mará.
11 Luego mudará espíritu, y pasará
adelante, y ofienderá tUribuyeÓM esta su
potencia á su dios<
18 (! No eres td desde el principio. Oh
Jdiová, Dios mió, Santo mío ? No mo-
riremos, oh Jehová : para Joiciolo pu-
siste; y td, oh Hoea*, lo fundaste para
eastióar/.
18 Limpie traa de c^os para no ver el
mal, ni puedes ver el agravio : ¿ por qué
ves los menospreeiadoras, « dulas cu-
ando destruye el impío al mas Justo
que di?
14 j V baeaa jsa» loa hombres eomo ks
peees de la mar, oomo reptiles qos no
tienen sefior ?
Ifi Saoará á todos «on m anzuelo, oo-
garálos con su red, y Juntarálos en la
aUeriíe: por lo cual se holgará y baiá
almrias.
18 Por esto hará saerifidos á su red,y
ofreoecá sahugierioaáaa aUeriSi'; por-
que «m días engoadó su porción, y «'
graso so comida.
17 i Vaciará por asa aa red, ó tendía
piedad de matar gantes continnanicnie?
CAPITULO II.
A^afdaiKlo «I prieto rumufia á ta auiHm
qmo kmkim propmnto á IMm aoirt d tetow
jroetdtr de ioe opruerm dm wa fM%, rm-
ptimUk el Señar qme — yw lajauípiriisj
•P wt§B9 ^C^w90^ wO^ MV^HM WtmWtpwf ^^^^W*
siMf eimtameate m rmiaa^áfia fjw m «M
8"
Ufarte.
OBRE mi nuda estaré, y sobre la
fbrtalesa afirmaré d pié, y ataláyale
para ver qué hablará en nu, y qué totgo
de responoar á mi pregunte*.
8 T Jehová me reapeodid, y dijo : Es-
cribe la Vision, y declárala en tsbist,
para que oonra el que Iqreve as dls.
8 Aunque la visión lanásrd aun psr
tiempo, mas al fin hablará, y no mea-
tirá: aunque se tardan, eqpsalo, qM
sin duda vendrá ; no tardará.
4 Hé aqui que se eMUgollsee aqasl
cuya alma no es deredia en él: niss é
Jnrto «a sn ft vivirá^.
5 Y también, por cuanto peca per d
vino, «• un hembra soberbio, y no per-
maneoerá i que ensanchó como d nd-
emo« su alma, y e« oomo la muerte qae
no se hartará ; antes reunió á sí tKiss
las gentes, j amontonó á sí todos los
pueblas''.
8 ¿No han de levantar todos eiloi
wbre él parábola» y sarcasmos eootrs
él? T dirán: ¡Ay dri que moltipiicii
d« lo que no «ra s«yo! ¿Y baste ca-
ando habla de aaaontonar sobre d es-
peso lodo?
7 ¿ No se levantarán de repte jo»
que te han de morder, y ee dusPiilMá"
loa qae te han de quitw de te nfv, y
serás á ellos por rapifla ?
8 Porque td t
gentes, todos loe otros pueblos te
pojaráas á eansa de laa aangrw ha
manas, y robos de la tiefffa, de las «te
y da todas laa que
A.C.
•O^L^I
ifeH-L
fr.a&
MABAOüOt UL
A.aetar.a6.
9fAjiá fw MdMi OM nudlfMi «o-
idioiipmHoMtfBKpoiMr en alto m
nido, jor wtpnn M podar «M nal !
10 Tonurii «ihIo imm— ■wu mura
«n^lo iwfaaatMo i»aia
I tu cm, aiolule nuehM pucblwt 7 hat
/iwoadoooanttQTkia.
II PotoM la pMn daaaaiá daaáa «1
BwiD, f k tabla dd aunadnrado !•
I MjAydd «ecdlioate
/muñí/, j dM qae fluda la «Ula coa
jiaiqnldad!
M ¿No M «to de JAmA da loa ^iir»
IcltM? LMpaablaapaMtiala^lBiéttpsn
leí Alego, y lai genlat ■• fkUfsuétt ca
ITiaoy.
14 Poiqat la tlem laii Basa da cobo*
Idialento da la gloita da Jalio«4, como
I lai ^aai eabeaa la mar i.
UiA;dalqaadadebabar4saa oom-
Mflma, qnt Im aecnaa «» odra y asa-
briam, pan miiar mu daanudaoaa 1
10 Halle Uioado da deabeoira maa ft»
de honn : beba td tambiaa, j aatéa 4oa«
cuUeito: el oaliz< da la mano dcraaba
le Jeková «bímtí adbia ti, y «dmilo de
ifineata «fliMl aakw ta alarla.
17 Pemqiia la rapiltaart LibanoA oaaiá
obre tí; y la dcatniecloa de laa flaBaa
> qaebiantará, á canea de laa aangrea
umanai, y dal mha de la tienta, de
» dudadeai y de tadoa loa qae en éllaa
lombaa.
IB ¿ De qaé etove la aaenkuaa qne ea
dpió el que la hlao ? jde «aá la
a de ñaadMoa, qoa
iiaqaehaoiení
d hacedor ea en ofefa ?
9 ; Ay del qne dice al palo: Deepiár<
e; y A la pdadxa mtma, Leféatate I
'odrátfeniaAar? Uó aqaí que él eetá
i>ierto de oro y plata, y do nay dentro
éleepÉrito.
* Mae JelunA en an aante teatpi»< t
é « delante de él toda la tlem.
CAPITULO XJI.
eiom áe JEfoteciM; m la 91M dMjiwa» d>
Hr A Vio» M diant aetUrar p kaóer lut^
( la va dNlM <aweada ^ro o* d^tnder y
rar i m puMo d* la ofruUm <U tu» me-
(fo»t r^Jhn ÍMproáMo* jr maravilla* itü
lor para totvarlo, negara Imtfo eomo m
>ia «rtimwmfJe ^ emuUerar lo UrriUe
tmt Juieiotf y JkiaInumU la flrmtfi y
Mjieraoa dm mwiNo wilor
d* rmttmmeUmt «o|i-
líanaá eam
lemhtroHt
o y reiioe<ja.
ACIÓN da Uabaooo pvolbU, eobie
{glODOtll e.
h Jehová, oído h« tn palabra, y
oh Jébawk, aviva tu obra en me-
» loa tiempoa, en laedio da loa ti>
i basla oanooer ; en la Ira acaér-
e la mlaeflcotdla.
»a TwidxA de Tbenun^, y el Santo
del meóle de Pasan. Belah. Bn gloria
eubeld loa deloa, y la ttanta ae llené de
4 T rt roaplandor Aié eene la las t
r«yae brtllantaa aallan de a« mano, y alU
•«ma aaoondlda a« ftrtalaaa.
5 Delante de au roatro Iba mortandad,
é Pardee, y midié la tierra: mlré,*é
hlao tenblar Im ganlea » y loa montee
antignoa fcaeon deameaaaadm, loa co>
tladoa antignea; ka fiamtnoa del mundo
ae humillaron á él.
7 He «lato Im tiendaa de Ouahaa en
aflicción I laa tiendaa de la tienra de
Madiaa tamMaroa.
8 i Alrúoe Jehev4 eontra loa tloe ?
¿ooalra loe iloa ftié tu enaiJo? j #W
tn ira oontm la mar, ooaade snUate
aobre tua caballea, y eobce tna canoa
deaahid?
8 Daeontoidae enteraaBante tu are», ee-
g«m loa Juanientoa reapedo á laa tribua,
ngmn tu palabra. Sefah. Hendíate la
tiarra con rioa.
10 Vtéraate, y tuvieron temer loa mon-
tea ) poaé la taandaden de laa agnaa« :
el abtaaio dio au voa, la hoadam alaé
11 El lol u la luna ae parnroa an an
eataaoia t 4 la Ins de taa aaataa anduvi-
eron ', y aa reaplandoff da tu fulgente
U Con isa hoilaaia la tianta, oon Airar
trillaate laa gentea.
18 SaUala paia aalvar tn pnahie, para
aalvar oon tu nn^da*. Traspaaaato la
cabeaa da la cam nal inuplo deanndaado
el cimiento haata el cuello. Selali.
U Horadaate eon oa» b4eulm laa oa-
beu^ de ana villaa, que ooaa» tempestad
aoemetieren para deiraaianae : au or>
guUo «M eomo para devotar al pobre
encubiertamente.
15 lildate efemlae en la mar 4 taa oa-
balloa, por naeerton de grandm agnaa.
18 01, y temblé mi vientre ; i la vea
ae batieam mía laMoat pedil«don m en-
tré en mía hneeoa, y en mi asiento aie
eetcñneeí: el bien eetaré quieto en el
dia de la angustí^, ouando suba al pu^
blo el que lo invadlr4 oon sus tropaa.
17 Aunone la higaera no floMoerA, ni
en laa vftdM habrá flrutoa ; ammipi* men-
tirá la obra de la oliva, y loa labrados no
darán mantimilwiento, y laa ovi^m aeran
qulMdm de la majada, y no káMk vaeaa
en loa corrales ;
18 Con todo yo me almaxé/ en Jeho-
v4, y me gozaré en el Dios de mi salud.
19 Jdková el Seik» es mi fwtalesa, el
oaal pondrá mía piéa como de dsrvas,
y me nará andar sobre mis alturas. Al
gefc de los cantores sobre mis instiu-
mentosde cuerdas.
[A PROFECÍA DE SOPHONÍAS.
CAPITULO I.
• ta rutntM Se Jénualmm y dr ledo
aíraino»
íBRA de Jebová que fué 4
bámiaa, bijo de Ouahi, h^o de
t hUo de Amarias, hUo de £ae-
n diaa de Jealaa, b^io de Am-
- da Judék.
uirá del todo todas las eosas de
lax de In tiena* dice J^nayL
tabre loa hon^faróa, y laa bestias ;
íbm «▼«• del Q4#loe^yl«sp4(i4«
de la mar, y laa piedrm de tropieso oon
loa impfea ; y talaré loa hombrea de ao-
tare la naa de la tierra, dice Jehová.
4 Y esteoderé mi mano sobi» Judá, y
sobre- todos los moradores de Jerusalem ;
y exterminaré de eate lugar el remanente
de BaalA, y el nombre de los Ühem*-
r{ms« eoa ««« saoerdotm,
9 Y á loa que se inclinan sobre los ter-
rados<( al ^éitAto del disio; y 4 loa que
se indinan Jurando por Jehová* y Ju-
rande per au rey :
8 Y 4 l«a que toman ataás de en pos
•8al.n.l«.
Ul
ylM.t»4.
li Jos. 10. 18,
U.
•Bal. 104
lA.
/Oap. a. 4.
C.
A.
d».
» S Bey. 83.
•os.ias.
rfaBay.SS.
18.
Jer. 19. 18.
• 8 Bot. 17.
81.41.
lB.4a.L
Os. 4.15.
A.O,clbe.Wh
soPHONiAS, n, ni.
JLGLdr.»
/Hab.3.90.
ZM.a.is.
rjer. 36.9.
kMLa.1,2.
<-2Cr.8S.14.
k Jet. 49.11.
Amo* 0.1.
I Bul. M. 7.
■* Anu» 6.
11.
• Joel.2. 1,
U.
o Ap. 6. 15,
17.
r Jer. 80. 7.
9 Joel 2. 2.
AmoB&lS,
20.
'Jer. 9. 32.
• Pro. 11. 4.
Xi. 7. 19.
tCitp.8.8.
oAaiM 5.6,
ftis.a8.aa
• Jar. 47. &.
Z«o. 9. 5, &
d Eb. 28. !«.
de JdiovA; y 1m que no butoanm &
JehoT&t ni preguntaron por él.
7 Calla en la presencia del Sefior Je.
hoTá/, porque el dia de Jehová está
cesreanoj porque Jehorá ha apan;fado
sacrificio, prevenido ha sus convida-
dos«.
8 Y terk, que en el dia del sacrificio
de Jdiová haré visitación sobre los prín-
cipes, y sobre los h^os del ny, y sobre
todos loe que visten vestido estxanjero.
9 Asimismo haré visitación en aquel
dia sobre todos los que Saltan la puerta,
los que hinchen de robo y de engnfto*
las casas de sus señores.
10 Y habr& en aquel dia, dice JehovA,
Toz de damor deside la puerta del pes-
cado', y aullido desde la segunda, y
«ande quebrantamiento desde los co-
llados.
11 Aullad, moradores de Mactes, por^
Sue todo el pueblo mercader es dóürui-
o ; talados s<» todos los que o« traían
dinero.
18 Y será en aquel tiempo, que yo es-
cudiifiaré á Jerusalem con candiles, y
haré visitación sobre los hombres que
están sentados sobre sus heces *, los cu-
ales dicen en su corazón: Jdu>v4 ni
haiA bien ni malA
13 Seiá por tanto saqueada su haci-
enda, y sus casas asoladas : y edificaran
casas, mas no las habitar&n ; y planta-
rin villas, mas no bebetán el vino de
ellas»*.
14 OeroÉno e$iá el dia grande de Je-
hov&n, cercano y muy presuroso; voz
amana del dia de Jehová : gritará allí
el valiente «.
16 IMa de ira aquel dia, dia de angus-
tia y de aprieto, dia de alboroto y de
asolamientoi», dia de tiniebla y de oscu-
ridad 9, dia de nublado y de oitenebce-
cimiento ;
16 Dia de trompeta y de algazara solire
las ciudades finrtes, y sobre las altas
torres.
17 Y atribularé los hombres, y anda-
rán como ciegos, porque pecaron contra
Jehová : y la sature de ellos será der.
ramada como polvo, y su carne como
estiezool*'.
18 Ni su plata ni su oro podrá librar-
les « en el día de la ira de Jehová; pues
toda la tierra será consumida een el
fuego de su zelo<: porque ciertamente
consumación apresurada hará con todos
los moradores de la tierra.
CAPITULO II.
SiAorta oí pmMo á que iittdiU « m ampienla
da MM pteaáo», y a Im oio» a fue pulan A
Dio» lo» guarde en H ttempo de la eaUmU-
dad. Prediee grave eaetif/o dé Dio» sobre lo»
euemiffoi d» tu puMo, y tim guiar meute w-
br* Nfnive y la monatquCa de lo» Atirió».
CONGREGAOS y meditad, gente no
amable,
8 Antee que para el decreto^ g el dia
se pase como el tamo ¡ antes que venga
sobre vosotros él furor de la ira de Je-
hová ; ¿ntes que el día de la ira de Je-
hová venga sobre vosotros.
8 Buscad á Jehová", todos los humil-
des de la tierra, que pusisteis en obra su
Juicio; buscad Justicia, buscad manse-
dumbre: quizá seréis guardados en el
dia del enojo de Jehová».
4 Porque Gaza« será desamparada, y
Ascalon asolada : saquearán á Asdod en
el mediodía, y Ecron será desarraigada.
5 ¡ Ay de los que moran á la ttarte de
la mar, de la gente de ChereUm d | la
palabra de Jehová ef contra vosotras,
oh Oanaan, tierra de Palestino*, que
te haré deetmir hasta no fmeáar mo-
rador.
6 Y será la parte de la mar por mofa-
das de cabellas de pastores, y oountes
de ov«jaa.
7 Y será aquella parte para d resto de
la casa de Jndá«; allí apacentarán : en
las casas de Ascalon dormirán á la no-
che ; porque Jehová su Dios los visitorá»
y tomiucá sus cautivos/.
8 Yo he oido las afrentas de Moab, y
los denuesto* de los hijos de Ammoa
con que deshonraron á mi pueblo, y ae
engrandecieron sobre su término.
9 Por tanto vivo yo, dice Jdiová de los
ejércitos. Dios de Israel, que Moábf
será como Sodoma, y loe b^os de Am-
monA como Gomonra; campo de orti-
gas, y mina.de sal, y asolamiento
tuo: el resto de mi pueblo los
y d resto de mi gente los'
10 Beto les vendrá por su soberbia,
porque afrentaron, y se eiwrandeeíeron
contra el pueblo de Jdiová de los ^ér-
eitos.
11 Terrible será Jehová contra ellos,
porque enervará á todos los dioses de la
tierra: y cada uno desde su lugar se in-
clinará á él, todas la islas de las
18 Vosotros también los de
seréis muertos con mi espoda.
13 Y eztendorá su mano sobre tí. Aqui-
lón, y destruirá al Assur*, y pondm á
Ninive/ en asolamiento, y en secadal
como un desierto.
14 Y rebailos de ganado harán en ella
majada, «odas las bestias de las gente* :
el onocrótalo también y el erixo dormi-
rán en sus umbrales t «a voz oantaná en
las ventanas ; aaolaeion será en las paer-
tas, porque su enmaderemiieHio de cedro
será descubierto.
15 Esta et la ciudad alcjgre, que estaba
confiada; la que deoia en su ooraaoa:
Yo MQ/L, y no A^ mas «. { Como fué
tomada en asolamiento, en cama de
bestias ! Cualquiera que pasare junto á
ella silbará, meneará su mano.
CAPITULO III.
DeepuM de lamentar y reareudar «I
eotrupeiou del pwSto ¿e JXo», y c
en tu* malo» procederé», voHeiua «I
hteeimieuto de lai r^qjtia» de Jerad,
eipretiou degrande» y gUiriatai
etata
oonCa-
¡ A Y de la ciudad ensuciada y
Xa. minada, y opresora !
8 No escucho la voz, ni reelUd la dis-
ciplina : no se confió en JebovA, no ae
acercó á su Dios.
8 Sus príncipes en medio de ella «oís
leones bramadores; sus Jueces, lofco*«
de tarde que no d^an hueso para la
mafiaiuk
4 Sus profetas, livianos, bombee* pee-
varicadores i : sus sacerdotes contami-
naron el santuario, fidsearon la Ley.
6 Jehová Justo en medio de ella, n»
hará iniquidad: de maltena . sacará á
luz su Jnioio, nunca fUta; mas d per-
verso no tiene vergüenza*.
6 Hice talar gentes ; sus easttlloa eotaa
asolados ; hio* desiertas sus calle*, basta
no quedar quien pase : su* ciadadc* c»>
tan asoladas hasta no quedar hombte,
hasta no quedar morador.
7 D^e: Ciertamente ahorm
rás<(, recibirás corrección ; y no
habitación derruida por todo aqucfle so-
bre Qué lee visité. Has ellos se '
ron oe mafiana«, y oorromidenm
sus obras.
8 Por tanto esperadme/, dloe JAe/tk,
al dia' que me levantare al de*p«|ot
porque mi determinación ee
«b.U.U.
U.
/BsLm.
1.4.
Jer.».Ii
»Ie.XT,
XTl.
Jer.
X£niL 2
Cz.&^
u.
«JacAI,
etc.
cte.
AmbL»
*'Is.U.I.
elB.
Si. SOL 4.
«.81
Ala. 10. 5,
<K*.LI.
etb
>b.47.l.
tjér.
«JécS-l
4IS.&Í
«■L 1.1.1
HAOOBO,!,!!.
■"Is^sT^íKi: "^ ^'"'
lt¡ da I«M' ■■ mHSditli mma
LA profecía de HAGGEO.
2£ií5SrJSíSíS
I Enb d aimb piHlilf>,na m de Ji.
bsTáB DI...1 la _Uina dil [ridWl
íonliibcl, Ulo d> HhUM, Bbaudic
ikMi, I •( ivlrin d> Jo«id/M>i d>
It Ibíl ¿I Tiliw') muro d
rjT.
hj M I», hTrtX* d> Jdunl ni
niÉAD ^ ■Árfn aun«j dWcddD,
I BiliU ilion á Zonbibd, Ulo do Ho-
•IIM. lobBiHAic di Jadii jk J«d«,
A.C.aÍr.iM^
ZACASIAS^L
A.Q.ét.m
'Cap. 1. 18.
«lx.S9.tf.
/N«h.9.a0.
ii.e3.u,
14.
f ls.U.18.
Ta4.i8,ao.
J«el S. 16.
HeMS.».
AU.6.13,
A 11.00. 8.
y 01. 6.
(lGr.99.14.
*Bi,tf.6.7.
ILer.ialO.
11.
Daa.SS.10.
HikLa.7.
■Nu.19.11.
•bd.4S,4.
Hag. 1. 1.
llOr.SS.
10.
8«L0O. 1.
« M«L S. 7.
d ML 7. 19.
4.8.
0^0.8.
voMtre*'', dio* Jehov* de k» ^Jénl-
tos.
6 Segtm él pacte qua eonoerté eoii Toa»
oCroa á Tvaam MUkIa da Egipto*, aaá
mi Bapíitta «atará an madlo da voa-
otroa/: No temáis.
0 Porgue aaí dice JebevA de loa cjér-
eltoa : Da aquí á poao an» haré yo tam»
blar loa cielos y la tierra, y la mar, y
la seoa':
7 T hará temblar á todas gentea, y
Tendrá el Deaeado A de todas las gentas ;
Í henchiré esta casa de gloria, ha dieho
éhorá da lea eléieitos.
8 ifia e» la pola, y mió el ato*, diec
JehoTá de loa cgérdio*.
9 La gloria * de aquesta oaat postrara
será mayor que la de la primeni, ha
dieho Jehová de loa cjáreitoa: y daré
pac en este lugar, dios Jehová de los
ejércitos.
10 5 A 'vrinte y cuatro del ns^eao m«t,
an el scfuado ano de Darío, Aiémüabn
de Jeho^ por mane del pnfcca Haggao,
didendo,
11 Aaí ha dieho Jéhorá de los ^Jér-
dtoa : Pregunta ahora á loa saoerdolea^
acerca de la ley, diciendo :
18 Si lleráre alguno las oamea sagra-
das en la fidda de su ropa, y con el
▼líelo de *u capa todure el pan, 6 la
Tlanda, ó el vino^ ó el aoeite, ú otra
cualquier comida, ¿será ceta santifica-
da ? Y respondieron los sacerdotes, y
dllenm: No.
18 Y dQo Haggeo : 8i iügun inmundo
á eausa de cnerpo muerto» tooáre al-
guna oosa de estaa, ¿ será inmunda ? Y
xespondienm los saoerdotca, y dyavosi:
Inmunda será.
14 Y respondió Haggeo v dUo: Así «•
este pueblo, y esta gante, delante de mi,
dioe Jehová; y aaugaismo toda obia de
, 7 «odo la que aqnf
es Inmundo.
16 Aham anea, poned mestw
desde este oia en addanle. Ai
puaiasen piedra sofaee piedra an el tsns-
plode Juová;
M Antas que fawisan asta* cosas, waian
al montón de valnta AoMigiB*, y habla,
diea: venían al lagar pan
anta edatoras del lugar, y hi
17 Os herí oon nsaiko solana, y
tiaoDoiUo, y oon granito, en toda obaa
de vuestras manca ; mas no os
tlstels á mi, dioe Jdiová.
18 Poca poned ahota vueatro
desde este dia en adelante, é «««r-,
desde d dia veinte y euatro dd noveno
desde d dia que se eehd el daai»
ento* d templo de Jaitavá; poned 'vu-
19 ¿ Aun no está la dmiente an d gm.
ñero? ni la vid, ni la higusn, ni «1
granado, ni d árbol de la oliva ha t^
OKwi» flareddo i maa desda nqneate dia
daré bendición.
90 5 Y Alá aagunda vea palahm d»
Jeho^ á Haggeo, á loa veinte y coatn»
del mismo mes, dísiendo,
81 Habla á Zorobabd, gobernador d«
Judá, didendo: Yo haré temblar lo*
délos V la tiCKza^ :
S9 Y trastwrsaaiá d trono de lo» id-
nos 9, y destntoé la ftierxa dd reltoo de
las gentea : y trastornaré d carro, y lo*
que en él suben, j vendrán wbaio loa on-
ballos y los que en dios montan* eadn
oud por la espada de su hermana
88 Bn aqod dia, dioe Jehová da lea
dérdtos, «* tomaré, oh Zorobabd, hijo
tu Scahid, dcrvo mió, diee Jehová, j
ponerte he como anillo de sdlarr : por.
que yo te eaoogí, dioe Jehová de Iw
q|érdtos>
ZACARÍAS PROFETA
CAPITULO I.
Oeiftui de exhortar «1 prtfeta A lo« JeMo» A
e te forrepUniarnt f «o <«UIm lo er~-'"~*~
eme padree, ^tufiurvm emMgadee var^pee
avisos de loe prtfma»t en
qae ee furreptoHlam, f «o imUe» lo eowfneta
de eiu padree, ^
deepreetaroa le
«na de loe doe «Momm fiw twio prtdtee et
loe
reeUblecimmenio de Jemeaiem » «emae jm
Uof de Jmdt, jfemla otra la deetmeoiam de
E'
N d mes octavo, en d afio segundo
de Darío*, fué palabra de Jehová á
Zacarías profieta, h^o de Beraohiaa, hijo
de Iddo. diciendo t
9 Bnojéaa Jehová oon ira ocntia vu-
estros padres fc.
8 Les dirás pues •. Así ha dfaho Jehová
de los dércitos: Volveos á mí«, dioe
Jdiová de los ^éndloe, y yo me volverá
á vosotros 4, ha dioho Jdiová de loa
q}ércitos.
4 No seáis como vuestros padres, á los
ouaka dieroA vooes los pnmeros pt»«
fctas didendo : Asi ha didio Jetevá de
los ejércitos : Volveos ahora da vuestros
maloa eamlnos, y de vuestras mdas
obra* i y no atendieron, ni me escu-
charon, dioe Jehová.
A Vuestroa pedias ¿ dénde están ? y
loa profetas ¿ nan de vivir para slam-
pra ?
6 Empero mis odafavas y mis cede-
nansas que mandé á mis siervos los
profetas, ¿ no aloaniaron á vuestros p».
drss( ? Por ese se vdvlaron dloa y di*
Jeron: Oomo Jehová de les ^tétnllne
pensé tratamos oonfetme á o
caminos, y oonfbrme á i
así lo hiso oon noaotroa.
7 V A los veinte y enatr» dd
uadedmo, que es d mes de
en d afki segundo de Darlo, filé
labra de Jehová á Zaoatiaa
hUo de Bcraddaa, hijo de IiU»,
eiulo:
8 Vi de noobe^ y hé amd un varan qi
cabalgaba sobre un oaoaUo bann^,
oud estaba entre loa mirtoa que ái ' '
la hondura; y dctxia de él á*6<*
líos bermejos, overos, y U
9 Enténoes d^ : ¿ Qué
flor mió? Y duome d ángd qn* b».
blabneonmigo: xo te «nsafliri qoé «an
10 Y aqnd van» que estaba
mirtos respondió, y di)o: Estos son
que Jehorá ha enviad» á á
tierra*
11 Y dloa hablaran á av»
Jdiová, que estaba entae loe minea» y
dijeron : Hemos reooRldo la tlnraa, v hé
aquí que toda la tlarm está wpiwáaa y
quieta.
18 Y respondió d ángd de Jebová, y
dijo: Oh Jdiová de lo* dérdlos, i basta
cuando no tendrás piedad de Jemsalsna,
td* las dudadas de Judá, oon las cualaa
is estado airado por espiado d* aatmdn
'CBP.LU
Isa. 8.1».
I
Iae.8.i
ívsr.0,7. ,
<l)aa.l4it
•'Os.ail
dr.ao.
9 La. LUL
9L
LU.
18
Y
Jdiová icapondló
u.
98.11.
9.1.
ta, SHL
ZACABIAS, n, m, IV.
A. a oír. 511.
«.lo.
^
14
hns, pstebm eamolatorlas * 4 aquel
ángel me hsUabt eoomlgo.
14 Y dtloine d iagel que hablaba een-
mt» : Olama diciendo : Ati ha dleho
Jétori d« k» ejércitos : ZeU i Jera»
«üemr á 8i«n< con gaai mIo :
15 y oon gimdt «m^o ettoj airado
emin tai gata que aatán vepoiadaa ;
porqne jo ertaia «nejado «n pooo, y
éÜM »j9á»xm para el mal «.
US Por tanto arf ha dloho JdioH t To
me he tomado á Jenualem con oriMia-
elonei*: en eOa mi edlfioada mi oaaa,
dice Jtími de kn «Jiroitoa, j la pto.
inada aeiá tendida mbra Jeraaúam.
17 Clama ann dieiendo s Aal dloa Je-
hovádeleeiíjéKlto*: Ann lerin cnaan»
chadas mis dndades por la abundancia
del Uen ; y ann eonaolai* J^urrA A B'
I ea *, 7 cKOfciá' todatfa 4 Jeruaalom.
18 f ^iffOM ale4 mía ojoa, y mM> j
I hé aqoi cuatro t enamoa.
19 Y dije al ángel qu« hablaba con
[migo: ¿Qu4 «m eetoa? Y nspendió
I me : Bstoa loo loa enamoa qn« a«cnta<
I nm á Jada, á Inaei, y á Jamaalem.
90 Mostrome luego JéhoTá onatro
[pinteiM,
91 T yo d^e t J Qué Ttenen eatoa A
I hacer? T reeponaióme diciendo : B«taa
son los cuemofl quer aventaron á JudA,
tanto qua ningaoo alió au oabaia : mat
I eatoe han venuo para haoerloa tamblar,
] peo* denibar loa onamoa da laa ^entaa,
3ue altaron el cuerno aobre la tierra da
■dA paza aventarla.
CAPITULO II.
flarfoaa dt JaraMlna» f M»>
de mm mtrtUtertB, gtMirttrú
9w itftma% y >obitor4 m eiaiie i»
tUai 4 M M wiiniM iunc^íh noció»**, y tt
pomrá é JudA la litrtdad m la tUnra
ALOE áttfom nú» qjoa, y mita, y hé
. aquí na varón qua Icaia en au na-
no un coedel da naadir*.
a Y d(}alai ¿ Adonde vaa ? Y él ma
reapondld : A noedir A Jaraaalem, pam
rmr oaanta aa au anchura, y cuanta au
ontfitud.
S Y hé aquí «n« aaUa ai|uel Ángel que
lablaba conmigo, y olio ángel te aiuid
I encuentro,
4 T dQola : Corre, habla A eate moao
iciendo : Sin mnroa oerA habitada Je-
laalem A cauaa de la multitud de los
vmbres, y da laa beatiaa qtu ettarda en
ledio de ella.
s ITo aeré para «lia, dice J^ovA, muro
t fueoo en denrador i, y aavé por gloria
: medio da dla«.
( Oh, ota, huid de la tierra dri Aquí-
s, dioe JeliovA, puea por loa ouatro
intoa de loa cieloa' oa eaparof, dioe
hovA.
Oh Sion, la que moraa con la h^a da
bilonln, eacánate*.
Porque aaí na dleho JehovA da loa
rcitoa : I>eap«aea de la gloria/ me en-
rÁ él A laa gentea que oa deapoiaron :
que el que oa toca, toca A la mfla de
Porque hé «qoi que yo also mi mano
re Mloa, y aeíAn deapodo A ana aicr-
: y aabvtfia que JehovA de loa ^)ér-
i me envl<S.
OaiMa y alégrale, h^a de Siont
bé «qui que vengo, y m<
lo de ti *• lia dicho JehovA.
Y TurirAxúae nracliaa gantca A JehovA
quel dia, y me aerin por pueblo ^ y
lané en madio de ti * » ycntónoea oo-
19 T JehovA poseerA A JndA au h«M.
dad' en la tienu tanta, y aHogeiá aun
A Jcrumiem**.
18 Calle* toda eame delante de Je*
hovA ¡ forqne él le ha deapertado da au
ita monda.
el gran
\w:
y» que JehovA de loa «iéreitoa ne
lado A tí.
CAPITULO III.
JNm al pr^^Ma M la Jyara dr J«Hif,
a«anla#,lB rwtwarnfioa di mi iáUita,
jfUitUtatmimMrotddeuilo. Fromfít» la
wmida M MmlaK V a aaaaoia i
df poi, affwMad yntpoM.
YMOBTüdMB A Joaoá*,
aateidute» el eual aataba
dol Ángel de JehovA; y Batan» ertaba
A tu mano deNoha* para aerle adver-
ante.
• Y dUo JehovA A Satn: JehovA ta
reprenda *, oh 8atan { JtfwvA, que ha
eaoogido A Jatnaalem, te reprenda. ¿No
ea eate tlaen arrebatado d^ incendio* ?
8 Y Joaué estaba vestido *de veatiman-
taa viles/, y eaUba delante del Ángel.
4 Y habló cf Aagvf, é faithnó A loo que
estaban delante de si diciendo : Quitadle
eaaa veattanentaa vUea. Y A él d^o : Mi-
ra que he heoho pasar tu peeadof de ti,
y te he heeho vestir de rofá» de gala *.
5 Deapues d^o : Pongan i. mitra limpia
sotare au cabeaa. Y pasiamn una mltia
limpia aobre su ealMna, y vlatiéronlo de
jjj«. YelAng-deiehovAeatabaen
6 Y el Angd de JdwvA protaató al
miamo Josué, diciendo :
7 Asi dice JehovA de loa ^rcitoa:
81 anduvicrea per mía camlnea, y al gu-
ardaros mi oraenanxa, también td go-
bemaiAa mi casa, también tii guardarta
mis atrios, y entre eatoa * que aquí astAn
te daré plaza.
8 Ssoueha pnaa ahora, Joané, gran ■••
oeidote, td , v tta amigos que se sientan
delante de tí ; porque son vaxonea aba-
béUooa'i Hé «mi que yo traigo A nal
siervo, el PIMPOLLO m.
• Pmmue hé aquí aquella ptedniM que
puse delante de Joaué, aobre la eumi una
piedra Aiiy siete ojoa ; hé aqui ana* yo
grabaré su eseultura, dioe Jenora de loa
ejéreitoa, y quitaré el peoado de la tienra
enuniüa^.
10 En aqurt dia, dioe JehovA de ka
qjéroitoa, cada uno de voaotrea llaauíA
A su compaflero debajo de au vid, y de-
bido <i* «<* higuera f .
CAPITULO IV.
Xa la 9itioa da mk tamdtttro át oro coa na
lAmparof, y d* doj oMvot ton eu^ aetiU la
Im d» aquiilai m vuuUenla, mmtttra Dio»
ol vroftla la rotlamroHo» dé la lflt$ia /«-
ditett, dadaramlole prinuro la eapeñalpro-
wtíluteia toa fUé removería todo oteto««lo
do delante d» JCorobabett omoargaáo do la
abra del tMiplo, f ramo iadieomdole ktefo
ei earáeler do loe ame par qfioio oiandoriaM
al eoetemtmíemto di la auaUdad fparamaa
al oKito divAiow
YVOLVIcf d Anael que hablaba oon-
migo, y despertóme, como un hom-
bre que ea deapertado de au soefio*,
8 Y dejóme : ¿ Oué vea ? Y napóndi t
He mlñdo, y he aqui un eaadderok
todo de oro, con au vaao sobra su ca-
beaa, y ana aiete Uunparaa enebna del
oaadelaro, aiate ¡ y siete canalea para laa
lAmparaa que ec<da encina de éi t
8 Y sobre él dos olivas, la una A la
derecha del vaao» y la otn A aa izqui-
erda.
4 Proaagui, y hablé A aqud Anaal que
' I conaaiM, dioiendo: ¿Qué «•
ífior mió ?
S Y ^ éuigel que hablaba oonmigo roa*
iDmi.819.
•Cap. LIT.
>HaKS.SO.
8oBh.L7.
•Hag.LL
» Job 1. 6L
«8*1.100.8.
'Jad. 9.
ir*'*'
«Aa«a4.U.
/Is.84.8.
rSBa.U.18.
Ib. «.8,7.
A la. «LIO.
<Ka.S8.4»
87.
• Ap.B.9.
/Is.8.18.
•Cap.*. 13.
IS.4.S.
tU.L
Jar. SS. 5.
7SS.IS.
» Cap. 4. 7.
Ia.».l&
• Cap. 4. 10.
▲p.S.e.
r Gap. 18.1.
«IU.4.4.
•Jct.81.96.
»lz.as.8L
JLCoIr. n».
ZACARÍAS» V, VI, Vn.
A.G.aii.Bl
•OfcLT,
/tbt. S.
0G»p.8.9.
AAp.lL4.
•>I.S.9.
»M«1.&C.
•Bx.10.8S.
é Ap. 17. 1,
pondló, y dijonw: ¿No «abet qué es
Mto ? Y d^e : No, aeflor roio.
6 Entonces respondió, y lubl<ime dici-
endo : Esta es palabra de JéhoTi & lo-
lobábel en qoe se dioc : No con ji^rcito,
ni con ftaerxac. tino oon mi Espirita,
ha dicho .TéhoTá de los ^ércitos.
7 ¿Quiái eres td, oh gran monte?
Delante de Zorobabel «stm redneido á
llanura : él sacari la primera piedra con
aclamaciones de Gracia, gracia k ella!
8 T fué palabra de JehoTá á mí, di-
ciendo:
8 Las manos de Zorobabel eehaiAn el
fkmdamento' á esta casa, y sus manos la
acabarán • : j conocerás que Jdwvá de
los ^ércitoa roe envid á vosotros.
10 Porque los que menospreciaron ti
dia de los peqnenos recMnos, se alegrar
rán, y Teráa la piedra de estaflo en la
mano de Zorobabel. Aquellas siete/ son
los ojos' de Jehová que recorren por
toda la tierra.*
11 Hablé mas, y dSjtí»: i Qué aignUl.
can estas dos olivas á la derecha del
oandéleio, y á su Isqulerda ?
IB Hablé aun de nuevo, y d(jele : ¿ Qué
tigniflcoH las dos ramas de olivas que
por medio de dos tubos de oro revierten
de sí «ceife como oro ?
18 Y respondióme diciendo : ¿ No sa-
bes qué es esto ? Y dije : Se&or mío, no.
14 Y él dijo : Estos dos h^os de acei-
te * «on los que están delante del Sefior
de toda te tierra •'.
CAPITULO V.
Mmtdram áí prqfeta «n mmafiamra d eaMfO
dt lot Tibadont del pueblo at Dioét w ti dB
tot jMHufM ¡ w«n otra la «emilnott de
'Osa. 10.10.
yii.a.
ítr',üamaía la vtaliad, \f idoUdrfa) d
iUrra de 8M»ar,
Y TÓRNEME, 7 alcé mis ojos, y
miré, y hé aquí un volumen* que
volaba.
2 Y díjome: ¿ Qué ves? Y respondí:
Veo un Tolümen que vuela, de ve-
inte codea de laigo, y diez codos en
anoha
8 Dtjome entonces: Esta es la mal-
dición que sale sobre la hax de toda la
tierra: porque todo aquel aue hurta,
(como utA de la una paite del witúmen)
seca destruido; y todo aqud que Jura,
(como uta de la otra parte del vMmun)
será destruido.
4 Yo le saqué, dice Jehová de los c^-
citoa, y Tendrá á la casa del ladrón, y á
la casa del que jura Casamente ^ en mi
nombre ; y permanecerá en medio de su
casa, y eonsumlrála, con sus enmadera-
mientos y sus piedras.
A 5 "f ulió aquel ángel que hablaba
conmigo, V díjome : Alxa ahora tus ojos,
y mira qué es esto que sale.
«YdUe: ¿Qué es? Y él dijo: Este
es un ephac que sale. Ademas d^o :
Este el cjo de ellos en toda la tierra.
7 Y hé aquí que traían un talento de
ptomo, y una ms^errf estaba asentada
en medio de aquel epha.
SYéld^: Esta e» la maldad : yedió-
la dentro del epha, y echó la masa de
plomo en su boca.
9 Alcé luego mis ojos, y miré, y hé
aquí dos mujeres que saUan, y tnian
▼lento en sus alas, y tenían alas como
de cigttcfia: y alzaron el epha entre la
tierra y los cielos.
10 Y dije al ángel que hablaba con-
migo : i Adonde llcTan el epha ?
11 T 4 me respondió : Para que le
sea edificada oasa en ttarra de 8hinar«:
y será asentado y puesto allá sobre su
asiento.
CAPITULO VI.
La «Moa dé lo» cuatro tarro». Amhaa Vh»
eo» »imgKÍar favor wfromata» gloriaaa» é
Jmuí, m Mura de QrUlo, para la rmtam-
radúm do s» templo,
Y TÓRNEME, V aleé mis cgoa, y
miré, y hé aquí cuatro canx»« qoe
sallan áe entre dos montes; y aquellos
montes eran de metal.
8 En el primer cano había cabálloe
bermejos, y en el segundo carro caballos
?Y en el tercer carro caballos Mancos,
y en el cuarto cairo caballos overos zn-
cio-rodados. •
4 Respondí entonces, y dije al ángel
que conmigo hablaba : SeÜor mió, ¿ qué
es esto?
5 Y el ángel me respondió, y d()onM :
Estos «OK los cuatro vientos^ de los dé-
los, que salen de donde están ddante
del Sefior de toda la tierra c
8 En el que citaban los caballos negros,
salieron hacia la tierra del Aquilón';
y los blancos salieron tras ellos*: y loa
overos salieron hacia la tienra del Me-
diodía/.
7 T los rucios salieron, y se afinaron
por ir á recorrer la tierra. Y d^ : Id,
recorred la tierra. Y recorrieron la ti-
erra 0.
8 Luego me llamó, y hablóme dicien-
do: Mira, los que salieron háoia la ti-
erra del Aquilón, hicieron reposar mi
espíritu A en la tima del Aquilón ■'.
9 ^ Y ftié á mí iMdabra de Jehová di-
ciendo:
10 Toma de Un del cautiverio, de loe
del limage de Heldai, y de Tobiaa, ▼ de
Jedaia, los cuales volvieron de Babi-
lonia ; y vendrás td en aquel ^a, y en-
trarás en casa de Josías, hijo de Se-
fanías:
11 Tomarás pues plata y or^. y harás
coronas, y las pondrás en la ealieza del
gran sacerdote Josué, hUe de Josadae,
18 Y le hablarás diciendo : Así ha h».
blado Jehová de los ^éreitos, diciendo :
Hé aquí el varón cuyo nombre es PIM-
POLLO *, el cual germinará de en lu-
gar V. y edificará el templo de Jdiová.
18 £¡1 edifícala el templo de JehovA, y
él llevará gloria ' ; y se sentará y domi-
nará en su trono, y será sacerdote» en
su solio; y consigo de paz será entre
ambos á dos.
14 Y Helem, y Tobías, y Jedaia, y
Hen, hi}o de Smnias, tentarán coroaas
por memorial en el templo de Jehová.
18 Y los que están lé)o««, vendrán y
edifioan&n en el templo de JéhovA, y
conoceréis que Jehová de los c;)ércitM
me ha enviado á vosotros. Y soA este,
si oyereis obedientes U voz de JehovA
vuestro Dios.
CAPITULO VII.
«I pomo y á lo»
•OI.T.S,
i
IAp.7.L
•Csp^iii ;
¿sa. LU-
ID.. g.s,a.
/Da.US.
fDa.r.T.
&k.li4t'
<ver.i
Gsp.li
rdMw, fM Im a|wi
ff iM «Km m ímpiwtovfi dmñmi» ta eaiUiwi-
dai en BoMIonúi, im> kaMaa «Ma J*""*
Diott é por motivo* de piedad eerdamerat
y <¡at el menoepredo de teta, y la dora te-
naeidad eott que deeateudieron la» palahr^ae
dtl BeHar, y mm cak^rfaeioiMí par media ée
lo» pnifitatt habla eido laeatua dd prand»
eaekga que lee/at impunto^ fdd atelmimí
eato d» e» tierra.
YA00NTB0I<5 en el aflo coarto «M
nj Daifo, fw fué palabra de Je-
hová á Zacarías á los cuatro del mes
noveno, que es Ohislea ;
9 Cuando ñaé enviado á U casa de Dios
Sareser, con Regemmelcoh y sus hom-
bres, á implorar el fiívor de Jehová,
8 Yi hablar á los saocfdotas qoe estn-
Jar. 9.3-
ySS.U.
i«d»iA^
detC.
lls.ttSi
-BsLllOi.
Hskli
lOi
cir.su.
ZA0ARIA8» Vni» DL
A.aoÍr.tlt.
1 bu CB h em de Jéhorft de loe tíér-
dtM, jr á k» profetu, diciendo : ¿ ÍAO'
SSL niénoi en dma quinte*? ¿haremos
afaithiencU eomo hemo* hecho ya algu-
no* «Am?
4 Fné pnei á mi palabia de Jébork de
I lof (MraiM, dicioMlo <
6 Habla á todo d pneblo del pala, j 4
|lo« laeerdotn, diciendo: Coando ayn*
naitelí t Uonitels en el quinto y en el
lévüBoo m«> Mtoe setenta a&oa «, ¿ ha*
I bds ajiuiado pan mi i< ?
13. 1 0 Y cuando cómela y bcbela, ¿ no co-
I meii T bebdi para Toaotnw* ?
7 ¿No son estef las palabras que pu-
. Mico Jehorá por mano de los ptofetas
G-imeros, cuando Jeniaalem estaba ha-
tada y quieta, j ras ciudades en sus
! alrededorea, t el Mediodia y la camplAa
•ehabitstan?
8 y ftid palalirs de JehoTá á Zacarías
I diciendo ;
9 Aii habM JehoWL de los ^reitos,
' diciendo : Juzgad Juicio ferdadero, y
haced misericordia y piedad cada cuu
I con su hermano:
, 10 No acntTieia la Tluda, ni al huér-
fiíno, ni al extranjero, ni al pobre ; ni
ninguno piense mal en su corazón con-
tra «u hermano.
II £mpero no quisieron eseuchaTf an-
tes dieron hombro rielado/, y agra-
raron ras oidos para no oír.
19 Y pusieron su corazón como dia-
mante para no oir la ley y, id las pala-
bras que JAowék de los ^áñitos enviaba
por su Espíritu, por mano de los pro-
retas primeros: ftié por tanto hecho
grande castigo A por jáiová de los ^ar-
el tos.
13 T aconteció, que como él clamó, y
no escucharon, así ellos clamaron, y to
no escuché*, dice Jehová de los ^ér-
citos;
14 Antes los esparcí con torbellino por
odas las gentes * que ellos no conocían,
' la tierra' fué desolada tras de ellos,
m quedar quien fuese id ▼iniese ; pues
ornaron en asolamiento el pais dase-
ble».
CAPITÜI/0 VIH.
rotnSUtt la rettamroeiom <it Jimiafasi, f to
vueUa del puebto de loe (Mmtmu regi<me$
daitde se kalldre f que, em vea de malcU«&Mi
0níre loe aentee, hará Dioe wenqan á eer
b*mdieion loe retUte de JiM t leroeí, «Mfos
apuMoe f aflieettmee m tomarán em qoeo y
feMvae eoümeUdede».
^ FUA á mi palatara de JdioTá de
los ^ércitoa, diciendo :
Aií ha dicho Jéhovi de los ejércitos :
be zelado á Sion • con grande zelo, y
1 grande ira la zelé.
Asi dice JehoTá : Yo he restitoido á
n, j moraré en medio de Jeruaalem ¡
erusalem se llamará Oiudad de ver-
f>i 7 el monte c de JehoTá de los ejér-
s. Monte de santidad <
4 sí ha dicho Jehová de los ^éroitos:
n han de morar yi^i% y vi^ss en las
:as de •Ferusalem, y cada cual coa
Ion en su mano por la multitud de
lias*.
C las calles de la ciudad serán llenas
nnclisujlios y muchachas, que Juga-
>n sua calles.
Lsí dice Jehová de los ^éreitos: Si
parecerft dificultoso á los ojos del
de este pueblo en aquellos días,
I bien ser& dificultoso delante de mis
? 'dioe Jehová de los ^ércitos.
ií ha dicho Jehová de los <U^ltos :
qui que yo salvo mi pueblo de la
del Oriente, y de la tierra donde
ie el sol^.
8 T traarélos, y habitarán en medio de
JcrusaleraA ; y me serán por pueblo, y
yo seré á dios por< Dios coa verdad y
con Justicia A.
9 Asi ha dicho Jdiová de los t^tntA-
tos: Bsfüércense vuestras aumos', de
vosoties los que oís en estos días
palabras de la boca de los prolMas,!
tA dia que se echó el oimiento á la
de Jehová de los ^)éreitos, para edificar
el templo.
10 Porque antes de estos dias no ha
habido paga* de hombre, ni paga de
bestia, TU hubo paz alguna para entrante
ni para saliente, á causa del enemigo : y
yo d^é todos los hombres, cada cual
contra su oompaflero.
11 Mas ahora no hari oon el resto de
este pueblo como en aquellos dias pasa-
dos, dice Jdiová de los ejéndtos.
18 Porque la simiente de la paz froe-
ferará: la vid dará su firuto*, y dará
su producto • la tierra, y los «délos darán
su rocío; y haré que el resto de este
pueblo posea todo esto.
18 Y seta, que como fuisteis maldición
entre las gentesj», oh casa de Jndá, y
casa de Israel, así os salvaré, y seréis
bendición. No temáis, mas caftiéroense
vuestras manos.
14 Porque así ha dicho Jehová de los
e¡)ércitos : Como pensé haceros mal, ou-
ando vuestros padres me jprovooaron á
ira, dice Jehová de los cijereitos, y no
roe arrcpentl,
15 Así tomandof he pensado de haoer
bien á Jerusaiem y á la casa de Judá en
estos dias : no temáis.
10 5 Bstas «OM las cosas que habéis de
hacer : Hablad verdad cada cual con su
prójimo*-; Juzgad en vuestras puertas
verdad y Juicio de paz :
17 Y ningtmo de vosotros jdense mal
en su corazón contra su ptojlmo*; ni
améis Juramento falso : porque todas
estas son cosas que aborrezco, dice Je-
hová.
18 ^ YfVtéámí palabra de Jehová de
los ^ércitos, diciendo:
19 Así ha dicho Jehová de los ^rol-
tos: £1 ayuno del cuarto mes', v el
ayuno del quinto •, y el ayuno del séptl-
iño', y el ayuno diel décimo y, se tor-
narán á la casa de Judá en gozo y ale-
gría, y en festivas • solemnidades. Anud
pues verdad y paz.
90 Así ha dicho Jehová de los qérol-
tos : Aun vendrán pueblos, y moradores
de muchas ciudades ;
91 T vendrán los moradores de la una
á la otra, y dirán • : Vamos á implorar
el favor de Jehová, y á buscad á Jehová
de los qjércltos. Yo también iré.
99 Y vendrán muelios pucUos y Aler-
tes naciones á buscar h á Jehová de los
ejércitos en Jerusaiem, y á implorar el
nvw de Jehová.
98 Asi ha dicho Jehová de los ejérci-
tos : En aquellos dias oetmteetrá que diez
hombres, de todas las lenguas de las
gentes, trabarán de la falda de un Judío
diciendo: Iremos con vosotros, porque
hemos oído que Dios ulá oon vosotros •.
CAPITULO IX.
Frefeeta eomlru Aram y Femietet. SI rey
Orüto vendrá á Btom numtade em iMa tu-
na, y eottnará á em puMo de bemdlelonee
p fro^peridadee.
CAROA de la palabra de Jehová oon-
tra tierra de Hadrach, y de Damas-
co « su reposo : porque á Jehová eetün
vuelto* los ojos de los hombres, y de to-
das las tribus de Israd.
9 Y también Hamath tendrá término
*0a^l4.U.
ijer.ai.l,
88.
t Os. 1 19.
90.
<Ha«.9.i.
••Hsc.1.8.
U).
••J0S19.9I.
•BsLfr.éJ.
rj«e.ia.u.
tJer.Sl.».
•■if.caB.
•Pro.*.».
t Jer. SS. 8.
••J«r.fia.U,
« Cap. 7. fi.
Jer. 41. 1.2.
rjer.!tt.i.
' Ssl. 8. 17.
• Bal. 139.1,
ete.
la. 9. 8.
ML4.9.
» Is. 60. 8.
eto.
•Bid.196.
I, a.
• Is. 17. 1,
eto.
Jer. 4». 98.
eto.
▲moa 1.8.8.
A.<lcir.«U.
ZACARÍAS, X,ZL
A.&dr.lLi
» Ii. XXIII.
JI.XXVI.
XXTIII.
'Boph.2.4A
Ii.66.17.
•II.14.1.
Bo.l&ia
ai.
«Ia.aB.11.
iM«iSL6.
jiMiiia.i&
Í11L&.10.
<M.7l«.
ao.
7U.90L
• b. 61. L
•GW.87JÍ1
r Is. 6L 7.
tBU.lM.6.
•- !■. 81. 1.
'Ln.4.18.
ac
•Jflr.10.lS.
» Si. 84. 7,
flto.
en dUt Tin>k, y SUaa, annqut muy
nbia MS.
S BioDi au0 Tira M «difieó lór^Iesa, y
amontono plata como polTo» j oko como
lodo do lat oallea ;
4 BU aq«< que d Scfior U «mpobce-
omA» y beriiá «n la mar tu finrUlua, 7
•lia KtA eonmmida da f u«go.
5 AMalan« ««lá» 7 temoci ; Gaza tam-
bl«n, 7 ■• doleri en gran manera: asi-
mismo Ecron, poraue su esperanza seta
confandida ; 7 de Oaza peráoerá el rey,
7 Aaealon no aerfc habitada.
0 T haUtari en Aadod un Bxtm^txo^
7 70 talaré la sobertiia de los Palestinos.
7 Y qnitaré sus sangras de su Iwea» 7
sus abominaciones de tos dientes ': 7
vedaiAn ellos también para nuestro
)ios *t y seria como capitanes en Judá,
y Ecron atrá como el iéboMéo.
8 Y sene como real de ^éreito & mí
oasa/.á causa del que Ta 7 del que vi-
ene : 7 no pasará mas sobre ellos anpis-
tlador ! povqiue abosa miré con mi« ojos.
9 Alégrate macho, hija de Skant t <^
voem & Ji&dlo, hya de Jenisalem: hé
aqui une tu Rej vendía A ti, Justo 7
Salvador, humilde A, 7 cabalgando sobre
un asno, así sobre un pollmo h^o de
2J
i.
10 Y de Eftniírf destruiré los oairosA,
y los caballos de Jerusalem ¡ y los arcos
de guerra seíAn quebraclos ; 7 hablará
paa A las gentes : 7 lu sefioHo ttrá de
mar á mar, 7 desde á rio hasta los fines
de la tierra'.
11 Y tii también por la sangre de tu *
pacto serás salva; 70 he sacado tna»
pnsM del aDibc en aue no hay agua*.
la Tomaos á la nnrtoleaa, oh presos
OHimiadM de tBftexaazns hoy también «s
anuncio que os daré dobladoj».
18 Poique entesado he para roí A Judá
flpmo arco, heiMihí A Efintim : 7 desper<
taré tus wioB, oh Slon, contra tus hgos,
oh Greda; 7 te pondré como eqtada de
valiente.
14 Y JchevA secA visto sobre «Uos, 7
su dardo saldrá como relAmpago 9 : 7 el
Seftgar JehovA tooarA trompeta, é icA
como torbellinos del Austro r.
15 JehovA de los ^rdtos los ampararA,
7 ellos devorarán, 7 suJetarAn A tas pie-
dras de la honda : 7 beberán, 7 haiAn
estrépito oomo ísumuím dd Vino; 7 se
llenúán como cuenoo, ó como los lados
dddtar*.
M T en aqud dia JdaovA su Dios sd>
vara los de su pueblo como A rebaflo :
porque secAn engrandecido* en su tieera
como piedras preátuas de corona.
17 Porque, cuanta es su bondad, 7 cu.
anta su hernaosuca ! Bl Vago alebrará A
loa nianoebcf» 7 d vino A las donólas.
CAPITULO X.
SI pn^tta mkoria al jnmUo 4 «M púte «b
4 INot, coa fnmmm áa ftw aai «woMréN
Manto kMUirm «UMito-. Baemiráaln la
vanJdiaiidt lo* iáeiott « la» «iloeiMoib* eon
«M kaWoM Mo t^gdoé á cauta dt la id»-
íatrfia, y I» OMwncto «pu Dio» w opifadanl
d» Mo», y loi ratUMaearáj y haráñcrectr o».
«10 4iilM, ooflw << «o los MiM«ra 4MMha4o.
PEDID A JdwvA lluvia en la sazón
tardia: JehovA haiA nUunpMoa, 7
os darA lluvia dwindante*, 7 7ana en
d oampo á coda uno.
8 Porque las imágenes hma haiilado
vanidad, 7 loa adivinos han visto men-
tira, 7 han hablado sneflos vanos; en
vano consuelan : por lo cud se fueron
ellos oomo ovinas, ftieron humillados
porque no tttviero» pastor.
8 Contra loa postorask se ha enoendido
mi enq}o, 7 castigaré los macho* de ca-
brío: mas Jehova de loa ^érdtoa vid-
tara su rebafio, la casa de Jndá» 7 «or-
narAlos como su eaballo de honor en la
guerra.
4 De d saldrA d Ángulo, de él la cU-
v^a, de fi el arco de la guetca» de A
también todo apremiador.
5 Y setAn como valientes, que en la
tiatalla pisan al enen^go como d lodo de
las oallñ«: y pdearán, porque Jduiiná
será con ellos; y los que "*N^lg»" en
caballo* seíAn aversonudos.
6 Porque yo fortificaré la casa de Jodá,
y guardaré la casa de Jcaeph : y harélos
volver, ponqué de ellos tendré piedad 4:
y serán como d no los hubiera deaeeha-
do ; porque yo «oy JehovA su Dios <gae
los ouré.
7 Y seiá Efiraim oomo vdlente, y ato-
graxáse su corazón como de vino« : sns
hijos tambicn ver&a y se alegrarán; su.
coiazim se gozará en Jehová.
8 Yo les silbaré y loa juntaré, porgiie
los he redimido ; y serán multípUeadoe
oomo ftieron ya multiplicados.
9 Bien qnc los sembraré entre los poe-
Uos, aun en leíanos paises se aoordaxáa
de mí/¡ 7 vivirán con sus hJiios, y tor-
narán.
10 Porque yo lo* tomaré de la tiena
de Egipto, y lo* recogeré de la Asirla #,
Itraerélos á U tierra de Oalaad 7 dd
ibano j 7 no les bastará*.
11 Y la tribuladon pasará p«ir la max,
7 en la mar herirá las ondas •', 7 ae ae-
carán todas las honduras del no : 7 la
soberbia del Assur será dcnfbada, 7 ae
perderá d cetro de Egipto.
18 Y 70 los fortificaré en Jehová, y
caminatáa en su nombre^, dice Je-
hovA.
CAPITULO XI.
i>Mola«<ott di JenuatMO, y mina dt m tna-
m* vara». IVm foMarm imfJU
m «■ Mea. Grey laaltrataMi jr
dt ttn patlor teMnoolOL
H Líbano «, abre tus puertas, j que.
me ftiego tus cedro*.
8 Aulla, oih haya, porque d cedro cavd,
orque los ma^ifico* son talado*. Au-
llad, deomoquet de Basan, porque el
ftierte monte es derribado.
8 Voz de aullido de pastores m <yé,
porque su nucnifioenida es asolada ; c»-
truoMÍo de bramido de oachoma* de
leones^, porque la joberbla« dd Jordán
Apa-
O'
8
poi
fia
4 Así ha dicho Jdwvá mi Dios
denta las ovinas de la matanza,
8 A las cuales mataban sus concita,
dores, 7 no se tenían per culpable* ; 7
d que las vendia, decía: Baidito ata
Jd)ová4, qoe he enriquecido: ni sus
pastores tenían piedad de días.
8 Por tanto no mas tendré piedad de
lo* moradores de la tierra, dloe JdiovA :
porque hé aquí que 70 entregaré lo*
hombres, cada cud en mano de su oom-
paflero, 7 en mano de au rev; 7 qne»
brantaréa la tierra, 7 70 no fibcaM da
sus manos.
7 Apacenté puai las ovalas de la ma-
tanza, es á saber, los pobre* dd reba&K
Y me tomé do* ca7aaa*j d uno puse
per nombre Suavidad, 7 d otro Ata-
duras : 7 apacenté las ov^as.
8 E Uoe matar tres pastares en na
mes«, 7 mi alma se anáistld por dio*.
Í también d alma de dio* me aboMedo
mí.
9 Y dije : No os apaoeutnté mas .* la
que muriere, muera ; 7 la que se pendi-
ere, te pierda ; 7 las que quodwen, que
•ad.u.«.
41Skül
10.
.átt
/DM.IBL
1.a.
fIa.lL 11.
Ala. «•.SIL
«lalLU.
tMLi.S.
.17.1.
»BlIIlS,1.
"Jas^US.
4I>n.»Ll9.
SL
o*.u.a.
•0B.&7.
A.aalr*«ll.
ZACARÍAS, 211, xm.
A. O. «Ir. su.
/GcB.40.10.
i Mftt. sr.s.
10.
t' Dk. 8. 9,
IS.
JIIMB6.48.
18.
•b.AB.
iOq». 14.14.
'fliJ.7i.C-
<AlLl&
' Xx. 14. 1».
r&aa
10 Toaié Incft* mi cacado SnuTidad, j
qiMiMélo, para dathaoar aai pacto qtie
ooMacté con todos loa puablaa/.
U T Alé «adMebo aa aaa dia, 7 •<<
aanoclawn loa polnraa dal rabaik» qoa
mina á mi, ^iw ma palabia de Jdumu
U Y dtíalaat Si oa parcoe faia», dadaie
aai aalaHe ; y «i no, eradlo. Y pauron
para mi aalarto traiata flwu de platas .
IS Y d<f orna JehoTá : iátaXo al
prado ooD qua me han
apnciado. Y tomé las treinta jnccm ée
piaU, y aoMlaa an la eaia da Jtfiová al
14 Quabui luego el otro mi eajado
Atedorat» para romper la hermandad
entre Judá A Inrael.
1« f Y d(}oaM JehovAí Tómate aun
hato da paator lasaarnto; porque hé
aqai iga» jo levanto pastori en la ti-
erra, mu no «MtaiA iaa p«rdidaa, no
buaóuA la pequefia, no oúari la par-
nlgnrtiiada, al UetÑiá la carnada á en*
aataa ; aiao qno le oomeri la carne de la
4POMa *, y romperá aaa oAaa.
1« Mal hava al< pesior de nada, qoe
d^a el ganado. Bípeda aotoe sa brazo,
y fobaa aa «^ derecho ; del todo m ae-
«ara «a braao, y enteraiaaato aeíA w
^K> deraoho oacasaeido.
CAPITULO XII.
% «I pnfitm la rmtmtnKitm de Jerw
j y ^ tere eirm -w habitada em m
■TMfo mgatf MNi proaiMa de ^me la ilsf«»-
om JMm, páeue maraiontt y dettrmrií á
eme ememitoe. Derrümarú Dioe em Sepúritm
eóbre em vmtbto, j/todae eme tribme t tinagee
eifteearim con tkree y lamemtoe em peear
de kabmr deeeékado y erme^fUad» «1 Meeiae,
CAROA de la palabra de Jehová acer^
oa de Inael. Jabovi, que extiende
loa ciekM, y funda la tienra, y forma el
eaplritu dal hombre dentro de él«, 1»
dicboi
5 Bé aquí qae yo pongo á Jeruaalem
por vaao de temblor * todos los pueblos
do al rededor, cuando estén ea al sitioi
centra JudA y oontra Jerusalem.
8 Y aeWL en aquel dia, fu» vo pondri
á JaruasJam por piedra pesada 4 todos
los pueblos : todos los que se la carga,
len, soin despedazados, bien que todas
las gentes de la tierra se JnntüAn con»
tra ella.
4 En aouel dia, dloe JehoTá, heriré
con aturdimiento • á todo caballo, y con
locura al que «a él sabe$ mas «obre la
casa de Svák ahri«á mía 40a, y á «odo
calwllo da los pueblos háiró con ce»
güera.
8 Y los capitanes de JudA dixftn en su
ooraion : Mi fuerza «oa los moradores
de Jerusalem en Jehorá de los ^ércitos
su Dios.
6 En aquel dia pondré los capitanes de
JudA como un brasero de füogo en le&a,
y como ana haoha de fuego en gavillas ;
y oonsnmlráa A diestra y A siniestra to-
dos los pueblos al rededor ': y Jerusa-
lem ana otra rez habitada en su logar,
■en Jerusalem.
7 Y llbrarA JehovA las tiendas de JudA
peinero, poique la gloria de la casa de
MKiAd y del mocador de Jerusalem no
se engrandezca sobre JudA.
8 £a aquél día JehovA defianderA al
morador de Jerusalem : y el que entre
elloe fbcre flaco, en aquel tionpo setA
como David ; y la casa de David conio
Angolas, como el Ángel de JehorA* de-
lante de ellos.
9 Y serA, que en aqnd dia yo procuraré
qncbrantar todas loa gantes qae
eoatn Jeraaalam.
10 Y derramaré sobre la casa do David,
j aobae ka moradoias de Jerusalem, ea-
pititu do graaia y do oraotea} y mira-
rán en mí, A quiai traspasaron, y harán
Ilaato sobra él, ocaso llaato fas «• hmee
sobre unigénito, afligiendoae sobre él co-
mo quien se aflin sobre primogénito.
11 £n aqud <ua habrA gran llanto en
Jeruaalem, como el llanto de Adadrim»
mon en ti valle de Moggiddon/.
18 Y la tienra lamentarA, cada linage
de por sí ; el linage de la casa de David
por sí, y sus nn\)«res por sí ; el linage de
ut cata de Nathuir por si, y sus miares
por sí !
18 El linage de la oasa da Lev! por sL
y sus mujcre* por sí; el linage de nbnei*
por sí, y sus mHJeres por sí ;
14 Todos los otros linages, loe üni^es
por «í» y sas mujeres por sí.
CAPITULO XIII.
Fasafa aw tova toe pecadoe de lo eaeá de
David. Loe üMoe eerém deetreridee, y eos-
Hfmdoe Ice foleoe profeta». BerUo éí paetor,
M diepenarém loe oveíae: dee pmrtee ««Aa
dHlriMilas «a tedm la Merra/ y la lirsira,
pnbaim eem élfmofo mhm eiprmAa el aro.
imooeeirá d noaitra dal SeÜor, d emal oirá
pnpielo^ y dirdla. Mi fmeUo eree.
EN aquel tiempo habiA naanantia!
aUarto* pora la oasa de David, y
para los moradores de Jerusalem, para
im9mr el peeado y la inmundicia.
8 Y scrA en aquti dia. dice JéhovA de
los «^rcttoa, que talare de la tienra loa
nomncas de las Unágenesb, y nunca mas
vandrAn en memoria: y también haré
talar de la tíana* losprofiMas,y espíritu
de inmundicia d.
8 Y serA, que cuando alguno mas pso-
ÜBtizAre, diránlo su padre j su madre
que lo engendraron: No TivirAs*, por*
Sue has hablado mentira en el nombre
e JéhoT4i y su padre y su madre que
lo engendraron, le aianoeaiAn cuando
prafeÚsAre.
4 Y soA en aquel tiempo, que todos
los profetas se avaigonzarAn de su vi-
sión cuando profatisarcn { ni nunca mas
se vestirAn de manto vdloso/ para men-
tir.
5 Y dirA: No soy profieta; labrador
sty de la tierm; porque eato aprendí
del hombre desde mi Juventud.
6 Y le proRuntazAn : ¿ Qué heridas ton
estas fue (waet en tus manosy? Y él
reqpondoA : Con ellas fVií herido en casa
de mis amigos.
7 5 Leaiatate, «h canda, sdbre el
pastor, y sobre el hombre compafiero
nüoA, dice JehovA de loa ijéroitos. Hi-
eie al Pastor, y so derramaren las ove-
jas*: mas tornará mi mano wbre los
chiquitos*.
8 Y acoataoeíA en toda la tiana, dice
JehovA, que las dos partas serAn taladas
en ella, y se perdenua : mas la teroara
quedara en ella'.
9 Y meteré en el fuego la tercera parte,
y les ftmdiré como se funde la plata^
Erobarélos como se prueba el oro «. XTl
ivocaiA mi nombre, y yo. le oiré, y
diré: Pueblo mió. Y él dirAi JehovA
«4 mi Dios.
CAPITULO XIV.
Deifmee ée la rmlmm de Jermetdem, otmUoerio,
■ aera* lrAaIaa<oa«. predteeei la memidm de
jMoe «a» todas loa aanlof , y na dfa ao faa
imlw'ií d eer *nW<a<a, mmmmea eeae emire-
fuda 4 la deetrmeeiom. Dioe eaettgard é loa
ancmí^ da alia, # cnanlaaynaHea la oa
tettaran; y loa jna da alloa «nadaran,
/SCr.SB.
88, 8S.
»38a.&.14.
Lo. 8, 81.
&K«.&>L
•HeK».14.
Ap.l.«.
y7.18,U.
íBz.98.18.
8sLl«.i.
Oa. 3. 17.
«Is.3.18,
90.
<f La. 11.8*.
• Osa. 18. 6.
10.
/S Boy. 1.8.
IS.9Ú.8.
Mat.8.4.
r ver. 8.
AFLXa
<Hat.aR.8L
jk Hat. 88. 33.
i la. 10. 83,
38.
«Sal. «6. 10.
Is.1.86.
llaL8.8.
A. a «Ir. SIS.
MALAGHIAS, L
A.(}.dr.nL
Ii. &. 1. &
Joel i. 1.
90.
y 8. 1,18.
■HedkUl,
la.
i ver. 1.
1.1.
/J«dMl4.
16.
Ap. 19. 14.
« Amo* 5.18.
8oph. 1.1S.
&8ia. 07.8,4.
J0C18.U.
•'Joel 190.
J^Bd. 47.2,7.
7 72. 8, «lo.
I jot. ai. 17.
•Jot. 16.83.
"Jer.87.I8.
• Jer. SL86.
▲.a
eir. 887.
•Dbii.7.7,8.
Jer.8L8.
»Bo.».18.
•Jer. 48. 17.
18.
lK.85.8,
ete.
Ab. 10,etB.
« fNirtM di etitto, eom» é ¡Uff éa toda ia
raiiiiw.
HÉ aqoi qu* d dia de Jchová -viene,
y tus dcepqjoe aeián repartidoé ca
medio de ti.
5 Porque yo retunbná todaí las gentw
en batalla contra Jenualem*, j la ciu-
dad seii tomada, y Mqueadas wrin lai
eaaa», y forzadas las mujeres : y la mitad
de la dudad irá en cautiTerio ; mas el
resto del pueblo no será talado de la
cindad.
8 Desfraes saldrA Jtbork, j peleará con
aquellas gentes, como peleó d dia de la
batalla fc.
4 Y afirmar&nse sus pies en aquel dia
sobre el monte de las Olivas», que está
en frente de Jerusalem á la iÑurte de
Oriente: y el monte de las Olivas se
partirá por medio de sf háoia el Oriente
y hada d Occidente, haeUndo un muy
grande valle: y la mitad dd monte se
apartará hacia d Norte, y la otra mitad
liácia d Mediodía.
6 Y huiréis d Talle de loe montes ':
porque el Tdle de los montes llegará
nasta Hasal. Y huiréis de la manera
que huistds por causa dd terremoto en
los días de Uzzias, rey de Judá « : y
^vendrá Jehová mi iHos, y con él todos
los santos/.
6 Y acontecerá que en ese dia no ha-
brán luz dará, ni oscura.
7 Y será un dia, el cud es conocido
de Jehová, que ni será dia ni noche A ;
mas d tiempo de la tarde habrá luz.
8 Acontecerá también en aqud dia,
que sddián de Jerusdem aguas vivas;
la mitad de ellas hada la mar oricntd •',
y la otra mitad hada la mar ocddentd,
en verano y en invierno.
9 Y Jehová será Rey sobre toda la
tienra k. En aquel dia JehoTá será uno,
y uno su nombre.
10 Y toda la tierra se tomará como
llanura desde Gebaa' hasta lUmmon*
d mediodía de Jerusdem : y ésto será
enaltedda, y habitarse ha en su lugar
desde la puerta de Ben)amin* hasta el
lugar de la puerta primera, hasta la
puerta de los Rincones; y desde la
torre de Hananed* hasta los lagares
dd rej.
11 Y moraián en día, y nunca mas
será anathema^ ; dno que será Jeraia
lem habitada confiadamente.
lí Y esta sena la plaga con qoe herlri
Jdiová todos los pueblos que pelearon
contra Jerusalem : La carne de dios k
disolverá estando dios sobre sos pies, y
se consumirán sus c|$os en sus cuencas,
y su lengua te lee dediará en su boca.
18 Y acontecerá en aqud dia que ha-
brá en ellos graa quebcantamioato de
parte de Jehová? ; porque trabará eada
uno de la mano de su compaiVero, y su
mano echará contra la mano de su oom>
paHeron
14 Y Judá también pdeará en Jera
salem*. Y serán reunidas las riquezas
de todas las gentes de d rededor*; oro,
y plata, y ropaa de vestir en grande
abuoduicia.
16 Y td oomo esta «« dteha será la
plaga de los caballos, ae los malos, de
los camellos, y de los asnos, y de todas
las bestias que estuvieren en aqueHos
campamentos.
16 Y todos los que quedaren de las
gentes que vinieron contra Jerusalem,
subirán de afio en afio á adorar al Rey,
Jehová de los ^érottos, y á c(3ebrar la
fiesta de las Cabafiasn.
17 Y acontecerá, que los de las fianiHa»
de la tierra que no subietcn á Jems
lem, á adorar d Rey Jdiová de les
ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia,
18 Y si la fisrailia de Bgipto no subí
ere, y no viniere, sobre los cuales no
hay lluvia, vendiÁ «ofrrv eUot la plaga
con que Jehová herirá las gentes que
no subieren á celebrar la fiesta de las
Oabafias.
18 Esta será la pena dd pecado de
Egipto, y dd peeado de todas las gentes
2ue no subieren á celebrar la fiesta de
is Oabafias.
80 En aqud tiempo estará cwiileUo
sobre las campanillas de los caballos:
SANTIDAD A JBHOVA«: y las
oUas en la casa de Jehová serán 0000
los tazones jue ealán ddaate dd dtar.
81 Y será toda olla en Jerusdem y en
Judá santidad á Jdiová de los ^érdtos:
y todos los que sacrificaren, vendrán y
tomarán de ellas, y cocerán en días : y
no habrá mas Cananéo dgunojr en hk
casa de Jdiová de los ^}ércMOs en aqud
tiempo.
LA PROFECÍA DE MALACHIAS.
CAPITULO I.
Oioépor medio del profeta da en tara al mm-
No de lerad tu ingratitud: reprende i loe
avaroe nUnietroe Otl templo, ^ é loe que
temilem por avorMa precian en eaerifleio
lo peor de ene r«MÍos.
CARGA de la pdabra de Jehová con-
tra Israel por mano de Malachlas.
8 Yo os he amado*, dice Jehová. Y
dijisteis : í En qué nos amaste ? ¿ No
era Esatl hermano de Jacob, dice Je-
hová, V amé á Jacob b,
8 Y a Baad aborreci, y tomé sus mon-
tes en asolamiento*, y su posedon para
los dragones del desierto ?
4 Cuando Edom d^ere: Nos liemos
empobreddo, mas toamemos á edifiear
lo arruinado: asi ha dioho Jehová de
losejérdtos: Ellos edificarán, y yo des-
truiré; y les llamarán Provincia de im-
piedad, y Pueblo contra quien Jehová
se dró para siempre.
5 Y vuestros cjos lo verán, y dirAs:
Sea Jehová enerandeddo sobre la Prs-
vinda de Israel.
6 El hiio honra d padre, y d siervo á
su sefiori si pues soy yo Padre, ¿qoé
es de mi honra ? Y d soy Sefkfr, ¿ qué
es de mi temorii? dice Jehová de los
^érdtos á vosotros, oh sacerdotes, oue
menospreciáis mi nombre, y dceis : ¿ Ba
qué hemos mcnospredado tu nombre* ?
7 Qne ofrecds sobre mi dtar pan/ in-
mundo, y dlUstds : ¿ En qué te hemos
amancillado ? En qué decís. La mesa'
de Jehová es despreciable.
8 Y cuando oflreoeis d mimaf ei«f>'
para sacrificar, ¿ no es mdo ? aetmJWBe
cuando ofireeds d cojo ó enfermo, ¿ ae
es mdo ? Preséntalo pues á tu prtedpe:
¿acaso se agradará de tí, é le aoái
acepto ? dice Jehová de los tjénl^M.
9 Ahora pues, orad á la fiui de Dios
que tenga piedad de noaotroe: esto de
vuestra mano vino; ¿ le eeváb ai
Ues ? dioe Jehová de los ^jénltos.
tfUi-*
/|<t.J.ll-|
lr.W.
MALACHIAS, II, UI.
-A. a étr. MT.
10 i Quién tambicn hay de TOMlros
qne dem Im pucrUSt ó alimbrc ni
altar de btlde ? YO no recibo ceotcnta-
miento en Toiotroi, dice Jehov¿ de loe
rjércitoi, ni de vucsUa ouuio ida lerá
agradable e( Preiente.
11 Porqne detde donde cf kot nace
hasta donde se pone, ee gnnde mi nom-
a, bre entre las gente* ; y en tudo lugar i
se ofrece á mi nombre perftime, y pre-
sente limpio : porqne «rimde es mi nom-
bre entre las gente», 4ioe Jebová de les
ejércitos. '
li Y vcaotros )o habéis piroíanado en-
ando decía. Inmunda es la meta de
JehoTá; y cuando hablan qu« su ali-
mento es despreciable.
J3 Habéis «iemas dieho : ¡Oh que tra-
bajo : Y lo áeaeebaateis, dice Jehová de
los ejércitos ; y tnyiateis lo hurtado, ó
cojo, ó enfermo *, y pr«B«ntaateis ofren-
da. ¿ íier<«me acepto eso de voeetra ma-
no? diceJehovÁ-
14 Maldito e) engafloeo, que tiene ma-
cho en tu rebaño, y promete ji saorllioa
lo dañado & Jebová': porque yo toy
Gran Rey, dice Jehov4 de lo» ejfrcitoa,
y mi nombre <• fonnldable entre laa
gentes.
CAPITULO II.
Amenatu del 8ei»r eotUn lot «naIm serer-
dUu. /f»U «aráM fraUttlM Murijldo* Htl
fuMof por kaitr tommit» ett» mtUert» <*-
Iratijtrat, p ptr^tu $Mrm»mba da laJivkui
pnridentta,
AHORA pues, oh sacerdotes, á tos-
■ otros et este mandamiento.
2 Si no oyereis, y si no acordareis dar
l?loria i mi nombre, ha dicho JehoTi
de los ejércitos, enviaré maldición sobre
vosotros, y maldeciré vuestras bendicio-
nes ; y aun las he maldicho, porque no
ponéis eito en vuestro coraxon.
3 Hé aquí que yo os daño la sementera,
7 esparciré el estiércol ■ sobre vuestros
rostros, el estiércol de vuestras lolemni-
dades, y con él seréis removidos.
4 Y sabréis que yo os envié este man-
damiento, para que ftieae mi pacto h con
Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos.
5 Mi pacto fué con él« de vida y de
paz, las cuales cosas yo le di }>or el te-
mor, porque me temió, y delante de mi
nombre estovo humillado.
8 La ley de verdad estuvo en su boca,
é iniquidad no fué hallada en sus labios :
en ]»az y en justicia anduvo conmigo, y
á muchos hizo apartar de la iniquidad.
7 Porque loe labios del sacerdote han
de guardar la sabiduría W, y de su boca
buscarán la lev, porque ángel u de Je-
bová de los ejércitos.
8 Mas vosotros os habéis apartado del
camino, habéis hecho tropezar á mu-
chos e en la ley ; habéis corrompido el
pacto de L«vi, dice Jehová de los f^r-
citos.
9 Por tanto yo también os tomé viles
i biuos á todo el pueblo, seoun que vos-
>tros no habéis guardado mu caminos/,
r en la ley tenéis acepción de personas.
10 5 ¿ No tenemos todos un mimmo
Padre ? ¿ Ho nos ha criado un mismo
)ios ' ? ¿ Por qué menoapreclarúmos
ada uno á so hermano, quebrantando
1 pacto de nuestros padres ?
11 Prevaricó Judá, y en Israel y en
'enualem ha sido cometida abomina-
ion ; porque Judá ha profisnado la san-
idad de Jehová que amó, y casádoseA
on h^a de dios estrafio.
13 JehoTá talará de las tiendas de
acob al hombre que hiciere esto, al
ue vela, j al que responde, y al que
Tece presente á Jehová de los ^ércitos.
IS Y esta otm -vet bavtfis enbrir «1 altar
do Jdiová de lágtfmas •', de llanto, y de
clamor ; ait que no mírate mas á Pre-
sente, para aceptar ojrtnáo voluntaria
de vuestra mano.
14 Mas diréis, ¿ Por qué ? Porque Je-
hová ha atestiguisdo entre ti y la mujer
de tu mocedad, oontra la cual tti has
sido desleal, siendo ella tu compa&era,
y la mujer de tu pacto.
15 Pues qué ¿ no hiso 41 uno «o/«. aun-
que tenia la abnndanola del espírtto ?
¿ Y por qué uno ? Para que procurara
una simiente de Dios. Guardaos pues
en vuestros espíritus, y contra la mv^er
de vuestra mocedad no aeals desleales.
16 Porque Jehová Dios de Israel ha
dicho que él abotrreoe que sea repudi-
ada: y cobra la iniquidíkl con su ves-
tido, d^ Jehová de los ejércitos. Gu-
ardaos pues en vuestros espíritus, y no
aaais desleales.
17 Habéis heoho cansar* á Jehová con
vuestras palabras. V diréis, ¿ En qu* lo
hemos cansado ? Ouando decís aquetto :
Gualquiem que mal hace, agrada á Je-
hová, y en los tales tema contentami-
ento : de otra manera, ¿ dónde está el
IHosdejuMo'?
CAPITULO III.
^Mimcia W pr^tta te vtmUn M frtturmt
dtl JEeaCiu, y la dd Mmío» mi»««9t raprt-
tentándole como realmuraiior y purijieador
d» $ujmMo. Lo$ ímpioa, loi inituo», if lo»
que híaeftnum emitirá la divina frovulev-
eia.ton amenatadoi eon loeiuieiot de Dio;
ti no M arrepienten. Kl BrOer atenderé,
tomo un padre atiende á «« hijo, y iomard
per tupo» á cuanto» le temen y ñreen,
HÉ aquí yo envió mi mensajero, et
cual preparará el camino delante
de mí « : y luego vendrá á su templo el
Señor á quien vosotros buscáis, y el
Ángel del pacto á quien deseáis vos-
otros. Hé aquí que viene, ha dicho Je-
hová de los ejércitos.
8 ¿ Y quién podrá sufrir el tiempo de
su venida? ó ¿quién podrá estar cu-
ando él se mostrará? Porque él terá
como ftiegob putificador, y como Jabón
de lavadores.
8 Y sentarse ha para afinar y limpiar
la plata; ponjue limpiará los hijos de
Levi ; los añnará como á oro y cumo á
platee, y ofrecerán á Jehová ofrenda
con justicia d.
4 Y será suave á Jehová* la ofrenda
de Judá y de Jerusalem como en los
dias pasados, y como en los años an-'
tiguos.
6 Y llegarme he á vosotros á Juicio,
y seré pronto testigo contra los hechice-
ros/ y adúlteros y, y contra los que juran
mentira, y los que detienen el salario del
jornalero*, de la viuda, y del huérfano,
y los que hacen agravio ai extranjero no
teniendo temor de mi, dice Jehová de
los ejércitos.
6 Porque yo toy Jehová no me he mu-
dado ; y a»i vosotros, hijos de Jacob, no
habéis sido consumidos h
7 Desde los dias de vuestros padres os
habéis apartado de mis leyes, j no las
guardasteis. Tornaos á mí, y yo me tor-
naré á vosotros *, ha dicho J^ová de los
ejércitos. Mas dijisteis : ¿ En qué hemos
de tornar^ ?
8 ¿ Robará el hombre á Dios ? Pues
vosotros me habéis robado, y dijisteis :
¿ En qué te hemos robado ? Los diez-
mos y las primicias •■.
9 Malditos «OM con maldición, porque
vosotros, la nación toda, me habéis ro-
bado.
10 Traed todos los diezmos al alfolí, y
"""" Ññ
*Xe.4.L
tls.43.3t.
<Cap.8.U.
• Ln. 1. 76.
y 7. 87.
tlCo.8.13,
15.
•Is.4 4.
d 8sL M.19.
'is.ao.7.
/Ap.9.ai.
y'¿. U.
9 Heb. U. 4.
k Beato. 5. 4.
• La. S.!».
Bo. U. S».
8ant<>.1.17.
AZa&l.S.
IMataia?.
"N'eh. 18.10,
IX
A.O.clr.Mr.
MALACOÍAS^ nr.
A.&eir.in.
1».
• Job 31. U.
B*L78.U,
12.
llo|ih.l.l3.
fM.H.8.
baya •Umantp «t mi «■•• : j piobadm*
alwn en ctto, dioe Jchová de loe ^ér-
eltoe, y mréú ei no oe ebriié las venta-
nee de k» oMoe ; y vaciará lobn Toe-
otroa bendición hasta que •obreeliande.
11 Iwneperi Cambien por Toeotroe al
^MMctfo devorador, y no oe oorrompciá
el finito de la llena» ni voeiura Tid en
el eampo abertná, dloe Jdwvá de loa
ijéroito*.
U Y todas las Rcnfess oa diria Ucn-
aTentundos : poraue seváis tlena dese-
able, dice Jcbová de loe ^{¿roitM.
la Voeatras palabns han nevalaoldo
contra mi, dice JdiovA. T dijisteis:
¿ Qift¿ hemos hablado oonira tí ?
14 Hebeis dicho : Por demás u Berrir
á Diofl«; ¿y qoé aproTeoba qve guar*
demos su Iw» y que andemos tristes
delante de JehoTá oe los aféieitos ?
U Peoimos pues ahora que bienaven-
turados los soberbios, y también que les
que hacen impiedad son los prosperados :
bien que tentaronj» á Dioe, esoaperon.
16 Entdnoes los que temen h Jéhová
hablaron cada uno 4 su ooronaflero: y
JeboTá escuchó, y oyó, y fué escritor
libro de memoria delante de él para los
que temen á Jehová, y para los que
piensan en su nombre.
17 T serán pan mí espeoial tesoro,
ha dicho JehoVi de los ijércltes, en el
dia que yo tengo de hacer; y perdonaré-
Íes como el hombre que perdona é su
hyo que le sirre.
ISBntdncM os Mraaidis, y cehaHb de |
ver la difcwncia entre d Jásto y el m^o,
entre d que sirva á Dios, y el qve tm le
sirte.
CAPITULO IV.
JHaM8r»mrimHMUrédBpiéU*mtUeim
pmm ios ta«M*^ mH» —tWfadot «• «•-
«M. VmMm dt Slimr,g éukurtmm 4» tmti
pORQUB hé ^ni me Tiene el dta> «Gh^!.!
X^ aválenle oemo an becne, y todoa los
soberbios, y todos los qne hacen maldad,
serán eatopa : y aqna dia que Tendii,
los abmsaiál, ha dicho JdwvA de les tHstlu!
ejércitos, el onal no les d^^ará ni rala
ni rama «. • Asm X 9.
S Maa á Toaotros los qve teméis nü
Ncmbrenaa«rAel8ol4 deJuetida, ycn 4 is. «011,11 >
sus alea «notrd salud : y aderas, y saha- 19i
réis como beeerros de la maina.
8 Y hollara á los maloe^los eualea
serán cenlsa bi^ las plantas de inaatius
pies en d dia que yo hago, ha dicho
Jdwvá de los dáwltas.
4 Acordaos de la ley de Motees mi
siervo, d cual encaigné en Hor«i»« or-
denanaas y leyes pera todo Israd.
5 Hé aquí que yo os envió á Ellaa/ d
Kifeu, antas que venga d din de Je-
vá grande y terrible.
0 El convertirá d oorasonde loa psidrea
á los hijos, y el eoraaon de Ice 14$aa 4
los padres ; no sea qne yo venga, y con I
i dcsdiiooion hiera la tierra.
•/
/MatlLli
Tir.lO.U'
LB.L17.
EL
NUEVO TESTAMENTO
DE
NUESTRO SEÑOR JESU-CRISTO.
ANTIGUA VBBSTON DE CIPRIANO DE YALEBA,
COTEJADA CON DIYEBSAS TBADUOCIONES,
Y RBYISADA
CON ABBEGLO AL TEXTO GBIEGO.
OXFORD:
IMPRENTA DE LA UNIVERSIDAD.
isea.
EL
SANTO EVANGELIO DE NUESTRO
SEÑOR JESÜ-CRISTO
8BQUN
S. MATEO.
CAPITULO I.
Gtnealóf^ «b JiMt^rúto, «i etttuneiem por
obra tul Stfúritu Bawio, jr M maetmUtUo.
LIBRO de Ift gvnemolon' de Jmu>
Orlito, hijo de Davldb, h^o de A.
brabam*.
8 Afaraham engendriS á Isaac W> 4 Inac
engendró á Jiicob • ; y Jacob engendró á
, Jtidas, y á nu hennanot/ :
I 3 Y Judas eogemlnS de Tamar k Fáie»
7 á Zara ' ; j rire» engendró 4 Esrom *,
j Ssrotn eogoidió i Aram ' :
4 Y Aram ennendió á Aminadab : y
Amlnadab cncñidró 4 NaatenA : y Na-
ason enaendro 4 Salmón t :
5 Y ^mon engendrtl de Rahab"* 4
B<toz: y Bóoi engendró de Rut* é
Obcd : y Obed engendró 4 Jewé:
6 Y Jessé engendró al r^ David*: y
el rey l%iTid engendró 4 Salomón p de
la qtiefmé mujer de Ui<a* t
7 Y Salomón engendró 4 Roboainf : y
Roboant encendió 4 Abl4 1 y Ab)4 en-
gendró 4 Am :
8 Y A84 engendró 4 Joaaflit ; y Joiafat
engendró 4 Joram : y Jonm engendró
AOzím:
9 Y Ozfas engendró 4 Joatam : y Jon-
tam engendró 4 Aoaz : y Acas engendró
á Ezeqnfai:
10 Y Exequias engendró 4 Manaaóar:
y Manases engendró 4 Anum : y Amon
engendró 4 Josias :
11 Y Josias engendró 4 Jeoonias, y
A sus hermanos, en la tnumlgraeion
de Babilonia:
18 Y después de la trasmigraeion de
Babilonia, Jeeonías engendro 4 8ala-
tiei * i y Salatiel engendro 4 Zorobabel * :
13 Y Zorobabel engendró 4 Abiud : y
Abiud engendró 4 £liaquim: y Ella-
i]ulm engradró 4 Azor:
14 T Azor engendró 4 Sadoo: y Sadoc
engendró 4 Aquim : y Aqulm engendró
iBIiud:
lA Y Ellud eiwendró 4 Eleázar: y
BleAxar engendro 4 Matan: y Matan
engendró á Jacob:
Itf Y Jacob engendró 4 Josef, marido
le María, de la cual nadó Jesiu, el
•ual es llamado el Cristo |.
17 ]>e manera que todas las generado»
íes desde Abnham hasta DavU, oon oa>
orce generaciones : y desde David liasta
1 trasmigración de Babilonia, catorce
eneraciones : y desde la trasmigración
e JBabilonia luáta Cristo, catorce gene-
tciones.
18 ^ T el nacimiento de Jesu-Oristo
lé aaí u : (¡ue siendo María su madre
esposada con Josef, 4ntes que se Jun-
iHen, ae halló haber concebido del £•-
íritu Santo.
19 Y J'osef au marido, como era Justo,
no quiaieee infamarla, quiso diñarla
creCanaenCe».
lO If penaando él en esto, hó aquí el
ijEfel díel Sellor le aparece en sueños,
ciendo: Josef, hUo de David, no te-
as de recibir 4 María tu mujer ; por.
Íue lo que en eUa es engendrado, del
¡«Irfrittt Hanto es.
91 Y narir4 hijo, y UamaiAs su nombre
JESÚS t, porque él salvax4 su pueblo
de sus pecadosy.
89 Todo esto aconteció f para que se
cumpliese lo que flié dicho por el Señor
por el profeta, que dijo :
S8 He aquí la vírtien concebirá, y pe-
rir4 hijo, y llamarás su nombre Efm*
raanuel', que declarado, es : Con nos*
oin» Dios>.
84 Y despertando Josef del suefto, hizo
como el 4ngel del Seiksr le habla man-
dado, y recibió 4 su mt^er.
85 Y no la conoció hasta que parió 4
su Hijo primogénito > : y llamó su nom.
bre JESÚS.
CAPITULO II.
JUaraeiou do lo» Mago»: huiáa dt Jem» 4
tfipto ! emtl mtwrfe do loo imoeoitU» : Jo-
tut, Marfa, y Joorf vnolvo» do Sgiplo.
Y COMO fué nacido Jesús en Bet-
lehem de Judéa* en dias del rey
Heródesi hé aquí unos magos vinieron
del oriente 4 Jerusalem,
8 Diciendo: ¿Dónde está el Rey de
los Judíos, que ha nacido ? porque su
estrellad hemos visto en el oriente, y
venimos 4 adorarle.
8 Y oyendo etio el rey Heredes se tur-
bó, y toda Jerusalera con ¿1.
4 Y convocados todos los príndpcs de
los sacerdotes, y los escribas del pueblo,
les preguntó donde habla de nacer el
Cristo.
5 Y ellos le d^ercm: En Betlehem
de Judéa ; porque así est4 escrito por
el profeta c:
6 Y tü, Betlehem. di tierra de Jud4,
no eres muy pequeüia entro los príncipes
de Judá;. poique de tí saldr4 un Guia-
dor, que apacentará 4 mi pueblo Israel.
7 Entonces Heródes, llamando en se-
creto 4 los magos, entendió de ellos
diligentemente el tiempo del aparecimi-
ento de la estrella.
8 Y enviándolos á Betlehem, d^o : An-
dad allA, y preguntad con diligencia por
el Niño; y después que le hallAreis,
hacédmelo saber, para que yo también
Taya y le adore.
9 Y ellos, habiendo oído al rey, se (be-
ron : y he aquí la estrella, que hablan
visto en el oriente ^, iba delante de ellos,
hasta que llegando, se puso sobre donde
estaba el Niflo.
10 Y vista la estrella, se regocijaron
con muy grande gozo.
U Y entrando en la casa, hallaron al
Niño con su madre Maria, y postr4a-
dose lo adoraron : v abriendo sus teso-
ros, le ofrederon dones*, oro, é inci-
enso, y mirra.
18 V siendo avisados por revelación en
sueños/, que no volviesen 4 Heródes, se
volvierbn 4 su tierra por otro camino.
13 ^ Y partidos ellos, hé aquí el ángel
del Beftor aparece en sueños 4 Joáef,
diciendo : Levántate, y toma al Niño y
A. D. 1.
I Salvador <
Balnd.
V Hech. 5.
81.
ylS.flS,38.
fOr./M
> Is. 7. 14.
• Jaaal.14.
» Ex. 18.x
Lh.8.;.U.
Bl sao cuar-
to satos de
la eroBolo-
gte ontins-
rladsl A»-
no DomlbL
• Ln. 2. 4.
» Hn. ai. 17.
< Mi. & a.
Jasa 7. 48.
<iier.2.
' Ssl. 78. 10.
Is. eo. «.
/ Cap. L ao.
A.D.1.
S. MATEO, in, IV.
A.D.2r.
VOlILL
A vnr. 7.
t Gr. JVb
(OS.
< Jar. &. 15.
«rima del
NiikK
U 68. 2,8.
«Lii.S.a.
»Ii.40.S.
• OKp. 11. 8.
8 B^. 1. 8.
dLn.ll.3t.
«Ckpkl^M.
hu. 8. 7.
/Bo.1.18.
» Osi». 7. 10.
•' La. 8. le.
Heck.l9.i.
i ni madre, y huye á Eslpto, y estáte
allá haita que 70 te lo din : porque ha
de acontecer, que Her6&» bueñiá al
Nifio para matarlo.
14 Y él despertando, temó al NiAo y i
■n madre de noche, y ae fuá á Egipto :
16 T estuvo allá hasta la muerte de
Henides ; pera que le cumpliese lo que
fbé dicho por el Señor vat el proreíui,
que dUo : De Egipto llamé á mi H^o'.
16 ^ Heredes entonces, como se vio
burlado de los magos, se en<^ mucho :
jr envié, y mató todos los nüies que ha-
Ma en Betlehem, y en todos sus témii.
nos, de edad de dos a&os abiO^f con>
forme al tiempo que haUa cntóidido
de los magos á.
17 Bnt<mces toé cnmpUdo lo que se
habla dicho por el profeta Jeremías, que
dijo:
18 Voz Alé oida en Rama, «ande la-
mentación, lloro, y gemido ; mquel que
llora sus h^os; y no quiso ser conso-
lada, porque peíreeieron f '.
10 1 Mas muerto Heredes, hé aquí el
ángel del Sefior aparece en sumos á
Joaef en Egipto,
90 Diolendo: Levántate, y toma al
Nifio, y á su madre, y vete á tierra de
Israel t que muertos son los que pro-
curaban f la muerte del Nifio.
81 Entonces él se levanté, y tomó al
Nifio, y á su madre, y se vino á tierra
de Israel.
S3 T oyendo que Arqneláo reinaba en
Judi'a en lugar de Heredes su padre,
temió ir allá ; mas amonestado por re-
velación en suefioe, se Alé á las partes
de OaUléa.
98 T vino, y habitó en la ciudad que se
llama Nazaret* : para que se cumpliese
lo que ftié dicho por los profetas <, que
habla de ser llamado Nazareno.
CAPITULO IIL
SI prtmrtor Jutm bmulita frtdieemdo d oT'
ripemUmi0ntot htaUiaa á Jum», quien m
dudo á eomoetr por Hijo Wki^^Ho de IHot,
Y EN aquellos días vino Juan ei Bau-
tista* predioaado en el desierto de
Judéa,
9 Y diciendo : Arrepentios, que el reino
de los cielos se ha aeereado.
8 Porque este es aquel del cual flié I
dicho por el profcta Isaías, que dijo : I
Voi de uno que clama en el dedetto:
Apandad el camino del Befior, endere-
xad sus veredas h.
4 Y tenia Juan su vestido de pdos de
camellos, y «na cinta de cuero al rede-
dor de sus lomos*; y tu comida era
langostas rf, y miel silvestre.
5 Entonces salla á él Jerusaiem, y toda
Judéa, V toda la provincia de alrededor
del Jordán.
8 V eran bautizadas de él en el Joidan,
confesando sus pecados.
7 T viendo él machos de los Fariseos
y de los Sedúceos, que venían á su bau-
tismo, decíales: Generación de vibo-
r»*é^ ¿ quien os ha enseflado á huir de
la ira que vendrá/ ?
8 Haced pues fhitos dignos de arre-
pentimiento.
9 Y Tso penséis decir dentro de vos-
A Ahraham tenemos por padre'
porque yo os digo, qtie puede Dios des-
pertar hijos á Abraham aun de estas
piedras.
10 Ahora, ya también la segur está
puesta á la raíz de loe árboles : y todo
árbol que no hace buen flruto, es cortado
y echado en el ftiego *.
11 Yo á la verdad os bautizo en agua
para arrepentimiento ' : mas el que viene
tras mí, mas podsnMo f es one yo ; los
lapatos del cual yo no soy digno de Ue-
rar: él os bantizazA en Espíritu Santo,
y mftiegoA.
19 S« aventador en su mano «sM, y
aventará su era; y allegará su tri» ca
el aifbli^, y quemará la paja en mego
que nunca se apagará «.
18 ^ Entonces Jesús vino de Galilea
á Juan al Jordán, para ser bautizado
deéln. "^
14 BCés Juad lo resistía mucho, dici-
endo : To he menester ser bautizado de
ti, ¿y til vienes á mi?
1 5 Empero respondiendo Jesús le dQo :
Deja ahora : porque así nos conviene
cumplir toda Justicia. Entonces le deM.
18 T Jesús después que faé bautizado,
subió luego del agua : y hé aquí loa dé-
los le flieron abiertos, y vio ai Bspfrfln
de Dios que descendía, como paloms, y
venia som« él*.'
17 T hé aquí uaa voz de los cielos qno
decía: Este es mi HUo amado, ea el
cual tengo contentamimto/.
^ CAPITULO IV.
Jum-OHM» niuaa y «* «mlwbt mmIm iT Cte-
Mm y «staUsM n» rtmAimei» m Otejrikar-
natim; twpitM á préétear y djmmtat di*-
eOwlos, y m Mfwtdo d* tnukagtlmie.
ENTONCES Jesús fué llevado dd
Espíritu • al düsiecto, para ser ten-
tado k del dUblo |.
9 Y habiendo ayunado ooaienta dias j
cuarenta noches, después tuvo hambre.
8 Y Uegándose á él d tentador, dijo:
Si eras H^o de Dios, di qpta estas -piNtaa
se hagan pan.
4 Ites él respondiendo, di)o: Bmsíc»
está. No eoa solo el pan Tivirá el hoaa-
bre ; mas con toda palabra que sale de
la boca de IMas«.
8 Entonces el diablo le pasa á la aaata
ciudad d, y le pone sotnre las almenaa del
templo;
8 T le dioe: Si eres Hijo de
échate ab^Jo; que escrito está, A
ángeles nuñidará por ti, y te alzaián en
las manos, para que nunca tnpteees 000
tu pié en piedra «.
7 Jesús le dijo t' Escrito esti adémate.
No tentarás al Sefior tu Dioi/.
8 Otra vez le pasa 0I diablo á nn monta
muy alio, y le muestra todos loe rsinoa
del mundo, y su gloria,
9 Y díoele : Todo arto te dará, al poa.
trado me adoran*.
10 Entdneas Jesús le dlee: V^te, Sa.
tanas R; que escrito está, Al Sefior ta
Dios adorarás, y á 41 seto servirás y.
11 El diablo entonces le d^: y hé
fOr.
*HkLI.S.
-llU.i.1. i
]isr.li«. j
•MB.1.1L
LB.s.a.
•Xs.U.1
y4tL I
T«l.l.
Jasa LO.
7S.M.
rou.u.i«.
y 17. 4.
•IBiy.lS.
11.
aB.u.1.
«Mar.LOi
La.4.L
ask&tt
lOaf— ns
Matar A.
•Dea. 8.1
*Cmf.Ví.WL.
Seh.U.1.
•BaLSLIl.
/Dea. 6.11
en Oapemaum, dudmá marítima,
confines de Zabulón y de NeAalim :
14 Pan Que se cumpliese lo qfne lod
dieho por el profeta Isaías, que dü*:
18 La tierra de Zabulón, y la tietm &b
Neftalira, camino do la osar, de la olxm
parte del Jordán, Galilea de loe Oen>
tiles;
18 ' El pueblo asentado en tinlcMaa, vid
gran luz t y á los sentados en raalon y
sombra de muerte. Iva les ssolMealó.
17 Desde entonces comenad Jesne á
piedioar, y á deeir: Ancpcntiee, qne «1
reino de los cielos se ha aeereado i^
18 5 V andando Jesús Junto á la
de GalHéa vid A dos hemanoe, fitanan,
que el llamado Pedra', y '
hermano, que echaban la led «n
mar; porque «van pesoadonsí
V8aLM.U
•' tt. 0. 7-
«Qi^ll
Amhne W f/aaaltt
a MATEO, y.
).
mi, y
IH
1» T diealH! Varid «a pee d»
oc hará pateadora d« hombras».
» BUm «MinoM, úáiauá» luego
rcda,haigai«iw»b
SI Y IMsndo da allí, Tid otTM dtM her.
manoa, Jaoobo h^o d« Zcbadáo, y Jaan
tu hermano, en el ban* o«a ZelMd^o,
•n padre*, qna lemmdataan aaa redea ;
yloaliamd.
»Tclh»dit)aiido luego «llwno, y 4
•a padra, le dmieraD.
28 Y T ZDdaO Jeras á toda OalJIda en-
•eflamlo en las sinagogaa de ellosji, y
pradkando al Evangoilo del reino f, y
sanando toda enCmiMdad y toda dolen-
cia en el pneWor.
M Y cofíia m tuam por toda la Siria i
7 le tn^^n todos loa qno tenían mal,
los totnadoa de dlvenas enfermedadea y
tormeaCea, y loa-jademoaiadoa, y laná-
ticoa, y paiaUtiaaa; y loa land.
85 T le siffvlMon machas gentea de
Galilea, y dt DaoápoUa, y de Jenisa-
lem, ; de JoMa» y de la otra pane del
Jmrdaa.
CAPITULO V.
B'rmem dr Jw^riMut «n <( atonte, he» iMko
Mmoam/uranaof. Le» Ápóítuiu ton la nü
y la luM lU ta tierra. Diet fue no vino á
fUiílmir la Uf tino á mmpltria, Bobrt toa
mtdahrmt iitfwriott», la rteoneiUaeion, adni-
iéri» dd mrmtn, eteámMUt, «nditcUMUdai
tM wtabJMomiOfJmrmmmto, paeieneia, amar
I (ie lo» memifo», pn/teefolt eritliatta,
Y VI EN DO laa gentes, subió al mon-
te; y sentAndoae, aa Uegann á él
sua diaéípuloa.
8 Y abriendo su boca, lea enaeflaba,
diciendo • :
3 Bienavanturadoa los pobres en es-
Eíritu*: porque de ellos es el reino de
la cieloa.
4 BienaTenf radoa loa que lloran*:
pofoue elloa reetblTÉn consolación 4.
5 dienaventurados loa^nanaos : porque
elloa reoiblrán la tierra por heredad •.
0 Bienaventnndos los que tienen ham-
bre y sed de Justicia : poique elloa serán
bavtoa/.
7 BlenaTantuiadoa los misericordiosos :
9orque elloa aleanxaiAn miaerieordlay.
8 Bíena^enturadoa los de limpio con-
cón : porque elloa ver.in á Dim A,
9 BienaTentuvados los pacMeos': por-
|ue elloa aeran llamados hijos de Dioa.
10 Blenawntttradoe los que padecen
teraeouelon por causa de la Justicia*:
•orque de ellos es el reino de los cieloa.
I I Bienaventufudos seis, cuando os tI-
upersren, y o» perslptuieren, y dijeren
e voaotroa todo mal por mi causad,
lintiendo.
la Ctoxáee y alegrioa <• : porque vuestra
leroed «a granoe en los cieloa*: que
ií perai^uieron á loa profetas qoe/Vianm
itea de Voaotroa.
18 ir Voaotroa aois la sal de la tierra :
ai la aal ae deavaneciere, ¿ con qué será
.ladao ? no vale mas para nada, sino
i« aea echada íbera y hollada de los
»mbree.
.-4 Voaotroa aois la luí del mundos :
lA ehtdñd aaentada sobre un monte no
puede eaeonder.
A Ni ae endeude una iAmpara, y se
ike delM^ de un almud?, mas sobre
candelero ; y alumbra á todos los que
«tft en eaaa.
8 Así alumbre vuestra luz delante de
hombrea : para que vean vuestras
ras buenas, y glonñquen i vuestro
dre f que asta en los cielos.
7 *í No penséis que he venido para
rograr Is ley» ó los proAttas : no he ve-
lo para abrogar, sino á cumplir*.
18 Forque de cierto oa digo, fas hasta
que peieiea t el dalo y la tierra, ni una
,^ita, ni un tilde pereoeiá de la ley, hasta
que todas laa coaas sean hechas '.
19 De manera que cualquiera que In-
fringiere uno de eatos mandamlentoa
nniy pequelloa, y aal enseflare á los hom-
bres, muy peqoelio será llamado en el
reino de toa ewloa : mas onalqulera que
hiciere, y cnaellái», este sera llamado
grande en el reino de los cielos.
50 Poique os digo, que si vuestra jus-
ticia no fiiere mayor que la de los es-
cribes y de loa Fariseos*, no entraréis
en el reino de los délos.
51 5 Oistda que Alé dicho á loa an-
tiguoa||: No matarás*; mas cualquiera
qoe matare, será culpado del Juicio.
S9 Maa yo oa digo, que cualquiera que
se enojare locamente con su hermano',
será culpado del juido : y cualquiera que
dQcre á su hermano. Haca y, será cul-
pado del concejo : y cualquiera que di-
jere. Fatuo, sorá culpado del Innemo ||
délfbego.
S8 Por tanto si tn^eres tu presente al
altar, y aUÍ te acordares que tu hermano
tiene algo centra tí,
84 Deja allí tu presente delante dd
altar, y vete ; vuelve primero en amis-
tad oon tu hermano, y enuinoea vén, y
ofrece tn presente.
Sft Oonciliate con tu adversario preato,
entretanto que estás con él en el cami-
no ; porque no acontezca que el adver-
sarlo te entregue al juez, y d jnes te
entregue al alguaeil, y seaa echado en
prisión.
S8 De cierto te digo, que no saldrás
de allí, haata que pagues el dltimo cua-
drante*.
87 5 Olstds que faé dicho á los an-
tiguos. No adulterarás* :
S8 Mas yo os digo, que cualquiera que
mira la mnjer para codldarla», ya adul-
teró con ella en su corazón.
89 Por tanto si tu ojo derecho te ftiere
ocasión de caer, sáealo, y échalo de ti * :
que mejor te ea, que se pierda uno de
tna miembros, que no que todo tu cu-
erpo sea echado al inílemo |.
ao Y si tu mano derecha te fbere oca-
sión de caer, córtala, y échala de ti:
que m^or te es que se pierda uno de
tus mlembroa, qoe no que todo tu cu-
erpo sea echado al infierno.
81 5 También Até dicho: Oualqulera
Sne repudiare á su mt^r, déle oarta de
ivorcioi':
88 Mas yo os digo, que el que repudi-
are á su mi^er, raerá de causa de fiír-
nlcaelon, hace que ella adultere: y el
que se casare con la repudiada, comete
adulterio*.
88 ^ Además habds ddo que fbé dicho
á los antiguos. No te perjurarás/; mas
pagaras alSeKor tus juramentos.
84 Mas yo oa digo. No jurds en nin-
guna manera ' ; ni por el cido, porque
es el trono de Dios ;
85 Ni por la tierra, porque es el es-
trado de sus pies; ni por Jerusalem,
porque es la ciudad del gran Rey K
88 Ni por tu cabeza Jurarás ; porque
no puedes hacer un cabello blanco 6
negro.
87 Mas sea vuestro hablar. Si, si ; No,
no: Porque lo qtu e» mas de esto, de
mal procede ||.
88 ^ Oistds que fué dicho á los an-
tiguos. Ojo por ojo, y diente por di-
ente i;
89 Mas yo os digo. No resistáis al mal*:
antes á onalqulera que te hiriere en tu
mejilla diestra, vuélvele tamUen la otra.
fOr.jtaat.
t La. 18. 17.
•Cap.S3J8,
S8.
|«porlB*
•Bx.». 18.
•IJnaaS.
U.
9 mmat
I Heb. Gal.
xTinNOM.
■ Lo. la. <6,
69.
•]U.90bl4.
h itib 81. 1.
Pro. 8.88.
•Oap. 18.8,9.
I Bab. Qtti-
<l Dan. 34.1.
Mar. 10.3,9.
• Cap. 10. 9.
1 Co. 7. 1«,
II.
/Le. 19.18.
Nn.Sa2.
Den. 38. 38.
«Cap. 38. 18,
32.
8aat*.S.U.
&SaL48.8.
ItMmeio.
{ Bx. 3L 34.
i Pro. ao. 33.
y 34. 39.
Bo. 13. 17,
19.
A. D. 81.
S.MATE(%VI.
A.D.SL
< Dan. 15. 7,
U.
Ln. 6. 86.
■• D*n.28.6.
•Cap. 36.41.
LC0.IO.U.
2Ped.a.9.
• Ln. 38. M.
Uecli.7.60.
P Bf. 6. 1.
40 T al que quisiere ponerte á idcito,
y tomarte tu rojM, dQ^e tatnlilen la
capa.
41 Y & cualquiera que te csrg/kct por
una milla, vé con ¿1 dos.
^42 Al que te pidiere, d&le: y al que
uisiere tomar de ti emprestado, no se
lo rehuses l.
43 ^ Oistels que fué dicho. Amarás á
tu prtSjimo, y aborrecerás á tu ene*
migo»:
44 Mas yo os digo. Amad á vuestros
enemi|;oi( », bendecid á los que os mal-
dicen, haced bien á los que os aborrecen,
y orad por los que os ultrajan y os per-
siguen o;
45 Para que seáis hUos de vuestro Pa-
dre que uta en los cielos ; que hace que
su sol salga sobre malos y buenos, j
llueve sobre justos é ii\iustos.
46 Porque si amareis á los que os aman,
¿ qué recompensa tendréis ? / no hacen
también lo mismo ios pnblicanos ?
47 Y si abraxáreis á vuestros hermanos
solamente, ¿ qué hacéis de mas ? ¿ no
hacen también asi los Gentiles ?
48 Sed pues vosotrtM perfiectos, como
vuestro Padre que ettA en los cielos es
perfectoi».
• Ln. 14. 14.
» Ln. 6. %L
• Bal. 84 U.
' I Bey. 18.
acete.
/Ln.lZSO.
9 La. 11. 12.
ABsl.116.8.
>'üait.l6.2a.
Ap. II. U.
¿SaL 10840.
'Cap. 18. 21,
IMtiuJo.
CAPITULO VI.
ProrigiM Jetuí «lurilaiKio/ y troto ie la {>'-
mona, d* la oraáon, tUl ayttno: diee ^ue
no debemo» atetorar para ¿sU mvmdo •••««
para d eitloi q*t* nuestra intención dtln
ler rteta: qu* i>o te puede servir í Dios y
al wtmdot f hace ver la eanfiavsa que de-
bemos tener en la Providmeia INvina.
MIRAD que no hagáis vuestra li-
mosna delante de los hombres,
para ser vbttos de ellos : de otra manera
no tendréis merced de vuestro Padre que
está en los cielos.
8 Cuando pues haces limosna, no ha-
Sas tocar trompeta delante de ti, como
acen los hipócritas en las sinagtMas y
en las plazas, para ser estimados de los
hombres : de cierto os digo, que ya tie-
nen su recompensa.
8 Mas cuando tii haoas limosna, no
sepa tu izquierda lo que hace tu de-
recha:
4 Para que sea tu limosna en secreto (
y tu Padre que vé en secreto, él te re-
compensará" en publico.
5 4 Y cuando oras, no seos como los
hipócritas : porque ellos aman el orar en
las sinagogas, y en los cantones de laa
calles en pié, para que sean vistos de
los hombres : ae cierto os digo, que ya
tienen su pago h,
6 Mas tu, cuando oras, éntrate en tu
cámara, y cerrada til puerta, ora á tu
Padre que está en secreto : y tu Padre
que vé en secreto, te recompensará • en
piibüco.
7 Y orando, no senis proteos <<, como
los Gentiles; que piensan que por su
parlería serán oidos«.
8 No os hagáis pues sem^antet & ellos :
porque vuestro Padre sabe de que cosas
tenéis necesidad, antes/ que vosotros le
pidáis.
O Vosotros, pues, oraréis asi: Padre
nuestro', que eeíás en los cielos A, san-
tificado sea tu nombre :
10 Venga tu reino' : sea hecha tu vo-
luntad, como en el cielo, asi también
en la tierra A.
11 Danos hoy nuestro pan cotidiano.
19 Y perdónanos nuestras deudas, co-
mo umbien nosostros perdonamos á nu-
estros deudore»'.
13 Y no nos metas en tentación, mas
líbranos de mal | : pvrque tuyo ee d reino.
y la potencia» y ia gioHa, fwi
eight. Amen,
14 Porque si perdonáreia á los hombres
sus ofensas, osperdonará también á vos-
otros vuestro Padre oeiettial ■■.
15 Mas si no perdonareis á loa hombres
sus ofensas, tampoco vuestro Padre os
perdonar» vuestras ofensas «.
16 ^ Y cuando ayunáis, no seáis oome
loa hiuócxitaa, austeroa: porque ellos
demudan sus rostros pan parecer á los
hombres que ayunan • : de cierto os di-
go, que ya tienen su pago.
17 Mas til, cuando ayvnas, ange ta
cabeza, y lava tu rostro ;
18 Para no parecer á lo» hombres que
ayiuas, sino á tu Padre que «sM en se-
creto : y tu Padre, que ve en secreto, te
recompensará en pilblioo.
19 ^ No os haga» tesoro* en la tiem^,
donde la ppIiUa y el olta corrompe, y
donde ladrones' minan, y imrtan.
20 Mas haoéoi tesocea en el cietof,
donde ni polilla ni orfaa «orrompe, y
donde ladrones no minan, ni hurtan.
21 Porque donde estuviere vuestro te-
soro, allí estará vuestro corazón.
82 La lámpara del cuerpo es A ojo : asi
que si tu ojo fuere sincero, todo tu cu-
erpo será luminoso.
23 Mas si tu ojo ftiere malo, todo tu
cuerpo será tenebroso r : así que si la
lumbre que en ti hay son tinieblas, ¿cu-
antas Mrán las mismas tinieblas ?
24 Ninguno puede servir á dos ae-
flores: porque ó ainnrecerá al uno, y
amará al otro ; ó se llegará al uno, y
menospreciará al otro : no podéis servir
á Dios y á Mammón p.
25 Por tanto os digo, IÍ4 «a congójela
por vuestra vida «, qué hab«ás de comer,
ó qué habéis de beber; ni por vuestro
cuerpo, qué halieis de vestir : ¿ no es la
vida mas que el alimento, y el cuerpo
que el vestüio ?
26 Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni allegan en al-
folie* : y vuestro Padre celestial las ali-
menta t : ¿no sois vosotros mucho me-
jores aue ellas ?
27 i Mas quién de vosotros podrá congo-
jándose añadir á su estatura | un codo ?
28 Y por el vestido ¿ por qué os congo-
jáis ? lieparad los lirios del campo, có-
mo crecen : no tral>iO*tif "I hilan :
2d Mas os digo, que ni aun Salomón
con toda su gloria lué vestido así como
uno de ellos.
30 Y si la yerba del campo que hov es,
y mañana es echada en el homo, Dioa
la viste así, ¿ no áard mucho mas á vos-
otros, homhrte de poca fé ?
81 No os congojéis, pues, diciendo.
¿ Qué comeremos, ó qué b^ierémos, o
con qué nos cuLarirémos ?
39 Porque los Gentiles buscan todas
estas cosas : que vuestro Padre eeleatial
sabe que de todas estas cosas habéis
menester.
33 Mas busoad primeramente el reiao
de Dios, y so Justicia ¡ y todas estas co-
sas os serán añadidas «.
34 Así que, no os congq}eis por d día
de mañana ; que el día de maA.-ufta tn-
ecú su fatiga : basta al dia su afán.
■KkIL
2S.
I
•Is.SB.I,S.
CAPITULO VII.
dmthtye Jetus tu sermón admiraUei euM-
mrte queup sedehsjuagar mal M prijirnta f
y que no Aebén darse i tos indignos las co-
sas santas t habla de ia oración f perseve-
rancia en ellaf f de la earidaá: do cmm
ettreeko es el Mmiiie dd eUh i ás los/eieoo
prepksteut de fue por h» frutos so
slárbol¡ yddoáijioio '
C sobre arena.
f Pro.*!.!.
La.aa
tlTi.(.13.
•-La.aSi
96.
•FS.46.
IFeli.;.
f JekÜLl
Ln.£LH
\tcdoi.
• isvs>
fisLS7.S>.
IUr.l«.»
A.D.aL
s. icAXE», vn. VUI.
A.D48I.
■ Ln. «. 37.
B0.S.L
1 Co. 4 &
Santo. 4.11.
ljiiecl.7.
Ch&l.
' Pro. 9. 7y 8*
yn.9.
Cap. n. 23.
U. 18. 1.
IJoaa S.
a
Sal. 81. 10.
Juan 14.
13, 14.
716.23. 24.
IJuan&U.
Iv. 11. 11,
Bo. 13. 8.
3a. 5. U.
Ln. IS. M.
Bo. 9. 27.
».
Dra. 13.
lFtad.2. 1.
Ni. &&
leduaO.
La. & 4S.
L
'Mp. 3.10.
j. 48. 1.2.
o. 0.46.
13. 26.
iBt«.1.2a.
:«. 34. 4.
Co.lS.:i.
11.6. 47,
NO Jiugürii, pus que ao •Müi Jui-
f|MÍ««.
5 Porqu* con el Jniolo eon qu* Jaigaii,
Miéia Jaigadm; y con U maiUda coa
qiM iBodí*, c« volvorán i mwUxk.
8 Y ¿ por q¡uó minM la moU qu« ata
ca «1 qio de tu faemMno, j no «cbaa de
ver la viga que ata ramojo?
4 O ¿wmo dinto á tu nemunio. Eb.
pera, echaré de tu crio la mota; y hé
aqui la Ti([(a en tu ojo ?
SHipócrtta! csha primen» la viaa* de
tu ojo : j entonce* inirai*a en echar la
mota del cgo de tu hermano.
6 5 ^o <l*i* lo MUíkto á Um perroi ; ni
eebeía vnartras perlw delante de loa pu.
eróos : porque no las rehusen con tus
ptds^ voelvaa y ot deapcdacen d.
7 % Pedid, y se ce dará»; huacad, y
hallarás ; Uamwl, y se o* abrirá.
8 Porque cualquiera que pide, recibe/ ;
y el que bosoa, nalla; y al que llamaf se
9 ¿ Qué hombre hay de vosotros, á
quien si su l^jo pidiere pan, le dará
una piedra f ?
10 ¿ Y, si fe pidiere un pez, le daiá una
serpiente?
11 Pncs si vosotros, siendo malos, sa»
beis dar buenas dádivas á voestros h^fos,
Í! cuanto mas vuestro Padre, qae «stá en
os cielos, dará buenas cosas á los que le
piden?
19 Así que, todas las cosas que qulat-
ends qne loa hombres hiciesen con vos-
otros, asi también haoed voaotrm oon
ellos: poiqae esta as la l«y, y loe pre-
fetasA.
18 5 Entrad por la pnerU estrecha»:
porque aneha «t la puerta, y espacioso
el camino, que lleva a perdición ; y ma-
chos son los que entran por ella.
14 Porque eatxaeha e$ la puerta, y an-
gosto el camino, que lleva á la vida ¡ y
pocoa son los que la hallan *.
15 5 V gnardáos^de los falso* profe>
tas i, que vienen á vosotros «on vestidos
de ov^ias, maa de dentro son lobos ra-
paces «.
16 Por sus fhitos los conoceréis*. ¿ Gó-
gense uvas de los espino*, 6 higos die los
abrojo* ?
17 Así todo buen árbol lleva buenos
frutos ; mas el árbol maleado lleva ma-
los frutos*.
18 No puede ei buen árbol llevar malos
frutos ; ni el árbol maleado llevar frutos
buenos.
18 Todo árbol que no lleva buen fruto,
córtase y échase en el fuego/.
ao Así que por sus frutos los conoceréis.
31 No todo el que me dioe, 8eBor, Se-
ñor t, entrará en el reino de los cielos ;
roas el que hieiere la voluntad de mi
Padre que eitá en los cielos.
82 Muohos me dirán en aqud día:
SeiVor, Seftor, ¿no profetizamos en tu
nombre r, y en tu nombre lanzamos de-
monios, y en tu nombre hlcimo* muchos
milanos?
53 Y entonces les protestará : Nunca
OM conocí ¡ apartaos ae mi, obradores de
maldad.
54 5 Cualquiera pues que rae oye estas
palabras, y las hace, le corauararé á un
nombre prudente, que edihcó su casa
sobre la pefia':
86 Y descendié lluvia, y vinieron rios,
{' soplaron vientos, y oombatieron aque-
la casa ; y no cayó ; porque estaba fun-
dada sobre la peoa.
86 Y cualquiera que me oye estas pala-
bras, y ao las haoe, te compararé a un
hombre insensato, que edlticii su casa
sobre la arena ;
•7 Y daaoanditf lluvia, y vinieron ríos,
y soplaron vientos, é hicieron Ímpetu en
ai|uclla casa; y eayé, y fué grande su
ruina.
98 Y fué que como Jesús acabó estas
palabras, las gantes se admiraban de su
doctrina f :
88 Porque les enseOaba como quien ti-
ene autoridad, y no como los escribas.
CAPITULO vm.
Jtnu otra d lu» ltpro$o, al eriado «fa «n Om-
tnriom, fáta imegra di &m Pedro: »ni«ga
c< mor aUxuntado / y «ana tni/tnomiado».
Y COMO descendió del monte, le
seguían muchas gentes.
8 Y hé aquí un leproso» vino, y le
adoraba, diciendo: Señor, si quisieres,
puedes limpiarme.
8 Yextencfiendo Jesús su mano, le tocó,
diciendo: Quiero; lé limpio. Y luq$o
su lei>ra füélimpiada.
4 Enténces Jesús le dUo : Mira, no lo
digas á nadie fc; mas vé, muéstrate al
sacerdote, y ofrece el presente que man-
dó Moisés, para testimonio á ellcsc.
5 5 Y entrando Jesús en Gapemaum,
vino á él nu centurión, rogándole^,
6 Y diciendo: Se&or, mi mozo yace
en casa paralítico, gravemente atormen-
tado:
7 Y Jesús le dpo : Yo iré, y le sanaré.
8 Y respondió el centurión, y dijo:
Señor, no soy digno que entres debajo
de mi techado: ni|s solamente di la
}ialabra <, y mi mozo sanará.
9 Porque Umbien yo soy hominre bsgo
de potestad, y tengo bi^o ^ n>í solda-
dos : y digo á este. Ve; y va ; y al otro.
Ven ; y viene ; y á mi siervo. Haz esto ;
y lo hace.
10 Y oyendo Jesús, se maravilló, y dijo
á los que U sacian : De cierto os digo,
que ni aun en Israel he hallado fé tanta/.
11 Y os digo que vendrán muchos del
oriente, y del occidente, y se asentarán
con Abraham, é Isaac, y Jacob, en el
reino de los cielos^.
18 Mas los hijos del reino serán echa-
dos á las tinieblas de afuera A : allí será
el lloro, y el on\)ir de dientes •.
13 Entonces Jesús d^o al centurión:
Vé, y como creíste te sea hecho. Y su
mozo fué aano &x el mismo momento.
14 ^ Y vino Jesús á casa de Pedro, y
vio á su suegra echada en cama, y oon
Hebre*.
15 Y tocó su mano, y la fiebre la dejó :
y ella se levantó, y les servia.
16 Y como fué ya tarde, trajeron á él
muchos endemoniados ' ; y echó d» eüot
los demonios con || la palabra, y sanó
todos los enfermos:
17 Para que ae cumpliese lo que fué
dicho por el profeta Isaías, que dijo:
£1 mismo tomó nuestras enfermedades,
y llevó nuetinu dolencias «».
18 Y Y viendo Jesús nuichas gentes
alrededor de sí, mandó pasar á la otra
parte Hella^
19 Y llagándose un escriba, le dijo:
Maestro, te seguiré donde quiera que
fueres».
90 Y Jesús le dijo : Las zorras tienen
cavernas, y las aves del cielo nidos ; mas
el Hijo del hombre no tiene doufte re-
cueste tu cabeza.
81 Y otro de sus discípulos le dijo:
Seitor, dame licencia que vaya primero,
y entierre á mi padre*.
82 Y Jesús le dijo : Sigúeme 2 d^a que
los muertos/ entierren á sus muertos.
23 ^ Y entrando él en el baroo, sus
discípulos le siguieron.
94 Y he aquí fué hecho en la mar un
t Mar. 8. 2.
•Mar. 1.40.
Lo. A. 13.
t Cap. 9. 80.
Mar. S. 48.
• Lsv. 14. 8.
eto.
rf Lo. 7. 2,
ota
•ver. 8.
BaLSS.9.
y 107. 90.
/Cap.l&98.
» lia. 18. 89.
i Gap. 7. 22.
28.
<0sp.l8.«i.
50.
1^
it Mar. 1.10,
SI.
Lo. 4. 38,
3».
I Mar. L 82,
ota
I tf eon una
pttUbra.
••IB.S3.Í.
«Mar.L32,
etc.
• 1 Bey. 19.
20.
»» Kf. X 1.
Éu1>. SL
a MATEO, DL
LIk9. !
f Mar. 4. 87.
«te.
L11.&2S,
'Job 88. 11.
8d. 89.9.
y 107.30.
I GttilarmM
óOertm-
I
«4M.
'Job 1.10,
12.
7^8.6.
t He^ 16.
SO.
•llwr.8.91.
» Mv.S. S.
•te.
La. 8.18,
•ta.
• 8ál. 189. i
Jiun3.a«,
3&.
Heb. 4. la,
U>
Ap.23.8.
rfHadi.2.21.
• Mar. í 14.
L1L&37.
/Cap. 11. 19.
Ln.U.2.
gran movimiento, que el b«reto w cubvlA
de laa ondM 9 1 mas él dormía.
M Y negándose aas discipuhw le des-
pertaron, diciendo: Se&or, sálvanos 9M
perecemos»
86 Y ól Íes dice: ¿Por qná teméis,
hombres de poca fS? Entonces, levan-
tándose, reprendió á los vientos y á la
mar r, 5 faél grande bonanza.
27 T los hombres se maravillaron, di-
ciendo: ¿ Qué hombre es este, que aun
los vientos j ia mar le obedecen f
88 ^ Y como él liubo llegado en la otra
ribera al piüs de los OuerguesenosD, le
vinieron al encuentro dos «gademonlados
que sallan de los sepulcros, fieros en
gran manera, qne nadie podía pasar <por
aquel camino.
89 Y lié aquí damaron, diciendo : ¿ Qué
tenemos contigo, Jesús, Hijo de Dios ?
¿ lias venido mck á molestamos antes de
tiempo ?
80 Y estaba lejos de ellos nn hato de
muchos pueroos paciendo.
81 Y los demomos le rogaron, diciendo :
8i nos echas, permítenos | ir* á aquel
iMto de pueroos.
89 Y les dijo: Id. Y ellos salieron, 7
se íNieron á aquel hato de puercos : 7 hé
aquí, todo el hato de los puercos se pre-
cipitó de un despeibidero en la mar, 7
muriepon en las aguas.
88 Y los porqueros huyeron, v vini-
endo á la ciudad contaron todas las
cosas, 7 lo que hahia pasado con los
endemoniados.
84 Y hé aquí toda fai ciudad saUó á
encontrar á Jesús : 7 cuando le vieron,
le rogaban que saliese de sus términos 1.
CAPITULO IX.
OonJIrma Jttn* nt dodrina con «««vo* m£-
lijprMt twraeion de un paraZUieo: voea-
ei'oN dé 8. MaUo: tibra d» ttn ftt^Jo de
MMffre é tma my^ftr: rteuetíA 4 la hija de
Javro: cura A da» ciego» y d «» «úfeme-
niaio mudo. Bitufemiae de la» Faritéo» 1
parábola d» la miee fdelo» trabttfador»*.
ENTONCES entrando en e! barco «,
pasó á la otra parte, 7 vino á su
ciudad.
S Y hé aquí le tnO^von un paralitico
echado en una camak : 7 viendo Jesús
la üS de ellos, dijo al paralítico : Confia,
hijo 'tus pecados te son perdonadas.
8 Y hé aquí algunos de los escribas
declan dentro de sí: Este blasfema.
4 Y viendo Jesús sus pensamientos',
dijo : ¿ Por qué pensáis mal en vuestras
corazones?
5 Porque, ¿Qué es mas fáeil, decir,
Los pecados te son perdonados : O decir.
Levántate^ 7 anda ?
6 Pues para que sepáis que el Hijo del
hombre tiene potestad en la tierra de
perdonar pecados, (dice entonces al pa-
ralítico): levántate, toma tu cama, 7
vete á tu casa. «
7 Entonces él se levantó, j se flié á
su casa.
8 Y las gentes viendoto, se maravilla-
ron, 7 glorificaron á Dlos^, que liabia
dado tal potestad á los hombres.
O ^ Y pasando Jesús de allí, vio á un
hombre, que estaba sentado á la aduana,
el cual se llamaba Mateo*; 7 dlcele:
Sigúeme. Y se levantó, 7 le siguió.
10 Y aconteció que estando él sentado
á la mesa en casa, hé aquí que muchos
publícanos 7 pecadores, que hablan ve>
nido, se sentaron juntamente á la mesa
con Jctns 7 sus disoípulos.
11 Y viendo esto los Fariseos, dijeron
á sus discípulos : ¿ Por qué come vu-
estro Maestro con los publícanos 7 pe-
U Y 07éndol9 Jesu* les dHe : Loa que
están sanosj no tienen neocndad de mé-
dieo, sino los enfamos.
18 Andad pues, 7 aprended qué ooss
es, Miseilc<ñdia qulefo, 7 no saerift-
cio 9 : Porque no he venido á llamar
Justos*, sino pecadores á anepentimi-
ento.
14 5 Entonces los discípulos de Juan
vienen á él, diciendo: ¿ Por qué noa.
otros 7 los Fariseos a7iuiamos mvehaa
veces, 7 tus diKÍpulos no a7anan ?
15 Y Jesús les dijo : ¿ Pueden los | que
son de bodas tener luto entre tanto qne
el Esposo' está oon ellos ? maa vendrán
dias, cuando el Esposo será quitado de
ellos, 7 entonces a7unaián.
16 Y nadie eclia remiendo de paño
recio en vestido vi^o; porque el tal
remiendo tira del vestido, 7 se haoe peo*
la rotura.
17 Ni echan vino nuevo en eneros vie-
jos : de otra manen los cueros se rom-
pen, y el vino se derrama, y se pierden
los cueros A: mas echan el vino naevo
en cueros nuevos, 7 lo uno y lo otn» ae
conserva Juntamente.
18 ^ Hablando él estas cosas' á ellos,
hé aquí vino un principal, y 1* adoraba,
dicirado: Mi hija es muerta poco bá:
mas vén, y pon tu mano sobre ella, 7
vivirá.
19 Y se levantó Jesús, y le siguió, j
sus discípulos.
80 Y hé aquí una mujer "» enferma de
flujo de sangre doce aflos había, lle-
gándose por detrás, tocó la fieanja de sa
vestido:
81 Porque dada entre sí: Si toeáre
solamente su vestido, seré salva*.
S8 Mas Jesús volviéndose, y mirándo-
la, dijo : Confia, hija, tu fé te ha salva-
do *. Y la mujer lúe salva desde aquella
horaj».
83 Y llegado Jesús k oasa del princi-
pal f, viendo los tafl^ores de flautea *-,
7 la gente que haoia bullido,
84 Díoeles : Apartaos, que la mucha-
cha no es muerta, mas duerme*. Y se
burlaban de él.
SS Y como la gente íVié echada ftien *.
entró, 7 tomóla de la mano, y se levantó
la muchacha.
96 Y salió esta fiuna por toda aquella
tierra.
97 5 Y pasando Jesús de allí, le siguí-
eron dos ci^(os dando voces, y diciendo :
Ten misericordia de nosostros, H^o de
David».
88 Y llegado á la casa, vinieron á él
los ciegos; y Jestu les dloe: ¿Creéis
que puedo hacer esto ? Ellos dicen : Sí,
Seftor.
99 Entonces tocó los ojos de elloa, di-
ciendo: Conforme á vuestra K os sea
hecho.
80 Y los ojos de ellos fberon abiectoa.
Y Jesús les enoargó rigurosamente, di-
ciendo : Mirad que nadie lo sepa*.
81 Mas ellos salidos, divulgaron aa fh-
ma por toda aquella tienra.
88 5 Y saliendo ellos, hé aquí l« tra-
jeron un hombre mudo, endemoniado '.
88 Y echado ftura el demonio, d nmdo
hsbló't y las gentes se maravUlanm,
diciendo : Nunca ha sido vista cosa se-
mejante en Israel.
84 Mas los Farlséot deelan: Por ri
prfnolpe de los demonios echa ftiera loa
demonios *.
85 ^ Y rodeaba Jesús por todaa laa
ciudades y aldeas, enseftanoo en las sioa-
eegas de ellos, y predicando el Bvaagdie
del reino, y sanando toda enfsrmadad y
todo achaque en el pueblo K
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Bc<k.S.a.
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9B Y viendo Im geolM» tnv» oomps-
■ion de ellu ; poique ctteban darrwna-
das j «iwroíAw, oomo ot^|u que no
tienoi paitar*.
87 Entonces dice i ros diteipnloc : A
la verdad la miea m mueha» bim loa
obnraaf poooa'i
88 RoMd poea al Seflor de la miee,
qne envu obreros para sa miaa.
CAPITULO X.
Misión ié tot 4oM.Ait4ttelm¡ fottttttd ó»
kaetr mUagrM, í initruteiatm fue U$ áit
Jemu.
Tj^NTdNCES llamando ros doce disoí.
XL< pnlosa, les dio potestad contra los
espMtiu inmundos» para que los echa-
sen fuera, y sanasen toda enfermedad j
toda dolencia.
S Y los nombres de los doce ap^tolea
son estos*: el primero, Simón, que es
dicho Pedro, y Andrés su hermano:
Jacobo hijo de Zcbedéo, y Juan su hcr.
mano:
S Felipe, y Bartolomé; Tomas, y Ma<
teo el publicano : Jaoobo Wj|o de Alüáo*,
y Lébéo, por sobrenombre Tadéo :
4 Rimon el CananiU, y Jiidas Iscaici.
ote I, que también le entregó.
5 Estos doce envió Jesús, á los cuales
dio mandamiento dloiendo: Por el ca-
mino de los Qentiles no inSis, v en ciu<
dad de Saraaritanoa no entréis <> :
6 Mas id antes « á las oTf$)as perdidaa
de la casa de Israel/.
7 T yendo, predicad, diciendo: El rei-
no de los cielos se ha acercado i^.
8 Sanad enfermos, limpiad leprosos,
resucitad muertos, echad ftiera demo-
nios: de graci» reoibiateis, dad de gra-
cia.
9 No aprestds oro, ni plata, ni oobre,
en TueatJFBS bolsas* ;
10 Ni alforja para el camino, ni dos
ropas de vestir, ni zapatos, ni bordón ;
porque el obrero digno es de su ali-
mento'.
11 Mas en cualquier ciudad, ó aldea
donde entr&reis, investigad quien sea
en ella digno, y reposad allí hasta que
salmeáis.
15 Y entrando en la casa, saludadla.
13 Y si la casa fíiere digna, vuestra
paz vendrá sobre eUa : mas si no fuere
digna, vuestra paz se volverá á vosotros.
14 Y cualquiera qui no os recibiere, ni
oyere vuestras palabras, salid de aquella
casa, ó dudad, y saoudid el polvo de
voestroapiéafc.
16 De aerto os digo, gue será mas to-
lerable á la tierra de loa de Sodoraa, y
de los de Oomorra en el dia del juicio,
que i aquella ciudad <.
16 Hó aqni, yo os envió oomo á ovejas
en medio de lobos : sed pues prudentes*
como serpientes, y sencillos n como pa-
lomas.
17 T gnaxdáoa de los hombres : porque
oa entre^xáa en concilios*, y en sus
sinairogas os azotar&np.
18 Y aun á principes y á reyesf seréis
llevados por causa de mi, por testimonio
á ellos y & Los Gentiles.
19 Mas cuando os entregaren, no os
apuréis por cómo ó qué hablaréis: por-
que en aquella hora os será dado qué
habrts de hablar r.
flO Porque no sois vosotros los que ha-
bláis, sino el Espíritu de vuestro Padre
que habla «n voaotros.
81 Y el hermano entregará al hermano
& la muerte, y el padre al hijo: y los
hijoa ae levantarán contra los padres, y
loa har&n morir.
ai Y aeréis aborrecidos de todo* por
mi nombre > maa «I que luportaM haata
el fln*, este será salvo.
SS Mas cuando os persiguieren en esta
dudad, huid á la otrat: porque de ci-
erto os digo, mu no aoabaréts de andar
todas las ciudades de Israel, que no
venga d Hijo del hombre.
B4 Bl discípulo no es masf <iue su
Maestro, ni el siervo mas que su 8e-
fiorti.
95 Bástale al discípulo ser como su
Maestro, y al siervo como su Sefior: si
al mUmn Padre de la fkmilia Hamanm'
Beelzebub], ¿enánto mas á los de su
SO Así que no los temáis: porque nada
hav encubierto, que no haya de ser ma-
nifcalado; ni oculto, que no haya de
saberse jp.
S7 Lo que os digo en tinieblas, decidlo
en la luz : y lo que ois al oido, predlr
oadlo deade los terrados.
88 Y no temáis á los que matan el cu-
erpo, mas al alma no pueden matar*:
temed antes á aquel que puede destruir
el alma y el cuerpo en el infierno •.
99 (< No se venden dos pi^jarlllos por un
cuarto ? Con todo ni uno de ellos cae á
tierra sin vuestro Padre.
80 Pues aun vuestros cabellos están
todos contados i.
81 Así que no temáis : mas valds vos-
ostns que mudios pajarillos.
88 Cualquiera pues que me oonfeaái*
delante de los hombres, le confesaré yo
también delante de mi Padre, que eitá
en los cielos «.
83 Y cualquiera que me negare delante
de los hombres, le negaré)' yo también
delante de mi Padre, qite e»tá en lo*
cielos.
84 No pensds qne he venido para me-
ter paz en la tierra : n» he venido para
meter paz, sino espada*.
85 Porque he venido pera hacer disen-
sión del hombre contra su padre, y de
la h^a contra su madre, y de la nuera
contra su suegra/.
88 Y los enemigos del hombre, los de
su casa.
87 El que ama padre ó madre mas que
á mi, no es digno de mi : y el qne ama
hijo ó hija mas que á mi, no es digno
de mi 9.
88 Y el qne no toma su cruz, y sigue
en pos de mi, no es digno de mí.
80 El que hallare su vida, 1% perderá :
y el qne perdiere su vida por causa de
mi, la hallaráA.
40 El que 08 recilie á vosotros, á mí
recibe • ; y el que á mi recibe, recibe ai
qne me envió *.
41 El que reaibe profeta en nombre de
profeta, merced de profeta' recibirá: y
el que recibe Justo en nombre de justo,
merced de justo recibirá"*.
48 Y cualquiera que diere á uno de
estos pequeflitoc un vaso de agua ÍMa
solamente, en nombre de discípulo, de
cierto os digo, qut no perderá su recom-
pensa».
CAPITULO XI.
Jita» BauHata tmvia do» de mu diiefípwln» á
Jetvu: lo qw ecn títm oooaton d^ J*fU»
tobrt Juan á stM ofVftfM / eindadu iHcré-
duUui «i ytLQo dtl Btikoír u tnavt.
Y FUÉ, que acabando Jesús de dar
mandamientos á sus doce discípu-
los, se ñié de allí á enseüar y á predicar
en las ciudades de ellos.
9 i[ Y oyendo Juan en la prisión los
hechos de Cristo, le envió dos de sus
discípulos,
8 IMciendo : ¿ Eres td aquel que habla
de vente, ó esperaremos á otro« ?
•Ap.9110.
( Hsck. 8. 1.
f Or. soira.
■Lo. «.40.
Jnaa 18.1C
y lA. 90.
'Ja»n8.4&
I^IAnkir
dtla»
MOMOM.
VMsr.4.SS.
Ln. 19.2,8.
■laft A
13.
ÍPed.8.U.
•Gap. 6.93.
» La. 91. 18.
HsQh.a7>
81
•A^S.8^
4211.9.19.
' La. 19. 40,
68.
/Mi. 7.0,8.
' Lo. 14. 90.
fc Cap. 16.98.
' Gap. 18. 6.
Jaaa U.90.
k Joan 19.
44.
' 1 Bey. 17.
10.
• Heb.6.10.
«Mar. 9.41.
« Ln. 7. 1»,
etc.
A.D.31.
& MATEO» XII.
i.a3L
Ais. 8. 14.
15.
lGo.L8a.
38,
1 Ped. 3. 8.
•Lu.7.a4.
itlULS.!.
«Jiun5.S5.
/Cap. 13. 17.
' La. 1«. 1«.
ACap.17.lt.
Mal. 4. A.
i Ap. 2. 7,
ele.
iLa.7.8L
/Jaan7.30.
"Gap.*. 10.
Joan 2.3.
» La. 16. a.
y 19. 7.
• Pro. 8. 9.
82.
717.34.
P La. 10. 13,
oto.
f Joan 12.
21.
•-Cbt>.10aA.
'la. 14. 18.
i wr. 33.
« Lo. 10.31.
eto.
'Bal. 8. 3.
ICo. L27.
' La. la 32.
Jaan 8.8£.
jr 17. 3.
4 Y reapondieudo Jenu, lea dijo; Id,
y haced laber á Jaan laa cosas que ola y
▼«ia.
5 Los ciegos ven, y los cojos andan ;
los leprosos aon limpiados, y los sordos
oyen ; los muertos aon resucitados, y á
los pobres es anunciado d Evangelio.
6 Y bienaventurado es á. que no fuere
escandalizado en mlb,
7 ^ E idos ellos, comenzó Jesús á de-
cix de Juan á las gentes : ¿ Qué salisteis
á ver al desiertoe? ¿una cafia que es
meneada del viento ?
8 Mas ¿ qué salisteis á ver? ¿ un hom-
bre cubierto de delicados vestidos ? Hé
aquí, los que traen vettidat delicados, en
las casas de los reyes están.
9 Mas ¿ qué salisteis á ver ? ¿un pro-
feta ? también os digo, y mas que pro-
feta.
10 Porque este es de quien está es-
crito: Hé aquí yo envió mi ángel de-
lante de tu nie, que aparejará tu camino
delante de tí rf.
11 De cierto os digo, que no se levantó
entre los que nacen de mt^eivs otro
mayor que Juan el BautisU': mas el
que es muy mas pequeño en el reino de
los cielos, mayor es oue él/.
13 Desde los dias ae Juan d Bautista
hasta ahora, al reino de los cielos se ha-
ce fuerza, y los valientes le arrebatan ff.
18 Porque todos los pmfíítas y la ley
hasta Juan profetizaron.
14 Y si queréis recibir, éí es aquel
Elias que habla de venir K
15 El que tiene oidos para oir^oiga'.
16 Mas ¿ á (|«ien compararé esta gene-
ración A? Es sem^ante á los mucha-
chos que se sientan en las plazas, y dan
voces á sus compañeros,
17 Y dicen: Os tañímos flauta, y no
bailasteis; os endechamos, y no lamen-
tasteis.
18 Porque vino Juan, que ni comia ni
bebía, y dicen : Demonio tiene'.
19 Vino el Hgo del hombre, que come
y bebe •• ; y dicen : Hé aquí un hombre
comilón, y bebedor de vino, amigo de
publícanos y de pecadores». Masía sa-
biduría es justificada por sua hijos».
90 ^ Entonces comenzó á reconvenir
á las ciudades en las cuales hablan sídLo
hechas muy muchas de sus maravillas,
porque no se hablan arrepentido j>, di-
ciendo:
81 i Ay de ti, Oorazin ! ¡ ay de tí, Bet-
salda* ! porque si en Tiro y en Sidon
fueran hechas las maravillaa que han
sido hechas en vosotras, en otro tiempo
se hubieran anepontido en saco y en
ceniza.
99 Por tonto os digo, fue á Tiro y á
Sidon será mas tolerable en el dia del
Juicio, que á vosotras f.
93 Y tU, Capemaum, que eres levan-
tada hasta el cielo, hasta los infiernos
serás abigada* : porque d en los de So-
doma fberan hechas las maravillaa que
han sido hechas en tí, hubieran quedado
hasta el dia de hoy.
94 Por tanto os digo, fiis á la tierra de
los de Sodoma será mas tolerable en el
dia del .juicio, que á tí «.
SS ^ Bn aquel tiempo, respondiendo
Jesús, dijo « : Te alabo. Padre, Señor
del ci^ y de la tierra, que hayaa es-
condido estas cosas de los sabios y de
loa aitendidoa, y laa hayaa revelado á
los niños'.
96 Así, Padre, pues que asi agradó en
tus otos.
87 Todas las cosas me son entrevadas
de mi Padrejr : y nadie oonoció al H^o,
sino el Padre ; ni al Padre oonoció ai-
Bino, sino el H^o, y aqtul á quien el
IJo lo quisiere lev^ar *.
98 Venid á mí« todos los que estáis
trabajados, y cargados, que yo os hará
descansar.
90 Llevad mi yuf^o sobre voeotroa. y
aprended de mí ; que soy manso y hn-
milde de corazón* : y hallaréis descanse
para vuestras almas c
80 Porque mi yugo es fí^il, y ligera'
mi carga.
CAPITULO XII.
Defiende Jetu-Oritto A mm dieeíjitulot de la
murmuración de loe Farieto» con móUw»
d» la óheervaneia del Silbado: cura i «m«
fiM trato SMO lo mamof y tf «m eimátm»-
niado mmdo f eieao. HMa del pecado eom-
tra d SepMtu aanto, Müagro de Jottée.
Nimivüae. Reina del Mediodía,
EN aquel tiempo Iba Jesua por loa
sembrados* en Sábado ; y sus discí-
pulos tenían hambre, y comenzaron á
cofer espigas *, y á comer.
9 Y viéndolo los Fariüéos le dijeron :
Hé aquí tus discípulos hacen lo que no
es lícito hacer en Sábado.
8 Y él les dijo: ¿ No habéis leido qué
hizo David e, teniendo él hambre y loa
que con él estaban ?
4 ¿ Como entró en la cosa de Dioa, y
comió los panes de la proposición d, que
no le era licito comer, ni á los qoe «a-
taban con él, sino á solos loa sacerdo-
tes*?
5 O ¿ no habéis leido en la lejf, qoe
los Sábados en el templo' loa sacerdotes
profteían el Sábado, y son sin culpa ?
6 Pues os digo que wie mayor «que el
templo está aquí.
7 Mas si supiesfás que es : Miserieor-
dia quiero y no sacrificio •; no conde-
naríais á los Inocenfees.
8 Porque Señor es aun del Sábado el
Hijo del hombre.
9 5 Y partiéndose de allí, vino á la
Binaáoea de ellos k.
10 Y né aquí habla aM uno que tenia
una mano seca : y le preguntaran, di-
ciendo : ¿ Es lícito cmor en Sábado! ?
Por aousatie.
11 Y él les dijo: ¿ Qué hombre habrá
de vosotros, que tenga una ovc^a, y al
cayere esta en una rosa en Sábado, no
le eche mano, y la levante ?
19 Pues ¿ cutoto mas vale un hombre
oue una ov^a ? Así que Udto es en loa
Sábados hacer Men.
18 Entonces dijo á aquel hombre : Es-
tiende tu mano. Y él la estendió, y 1$
fué restituida sana como la otra.
14 5 Y salidos los Fariseos, consulta-
ron contra él pam destruirle.
15 Mas sabiéndolo Jesús, se apartó de
allí: y le siguieron muchas gentes, y
sanaba á todos.
16 Y él les enoaigaba eficazmente que
no le descubriesen :
17 Para que se cumpltese lo que es-
taba dicho por d profeta Isaías*, que
dijo:
18 Hé aquí mi Siervo, al cual he esco-
gido i mi Amado, en el cual se agreda
mi alma : pondré mi Espíritu sobre &,
y á los Gentiles anunciará jnielo.
' 19 No contenderá, ni voceatát ni nadie
oirá en las calles su voi.
90 La caña cascada no quebrará, y el
pábilo qoe humea no apagará, hasta que
saque á victoria el julew.
91 Y en su nombro espetarán loa Gen*
Ules.
99 5 Entonces fbé traído á él un en-
demoniado, ciego y modo •: y le sanó,
de tal manera que el olego y mnd» ha-
blaba y vela.
I
■JasLU.
UmeiSL
«hL&Ul
*Xae.t.>.
ÍL15.1
« Jar. & IS.
<llJaaaS.t
•Msr.S.»,
ete.
L«.«.L
»l)va.S.S
• isa.ai.«.
.35.90.
■Lot.3í91
/Ka. 38. 9
«Ja«a7.21
38.
&Cbp.B.i:.
31.
SGr.álS.
lbl.8.1.
i CbB. 9. S.
Oa.«.á
AlIaz.l.L
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Lo. ce.
•le.
ILa.U.1.
• klLl.
• La.aL
5L
S. HATBO, Xin.
A. D. 81.
0.3Ó.
19.2.
,10.
ao.
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2».
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29.
10.
6,
38 Y todas iM «nlM ««aban attei-
tas, 7 deeiaa : ¿ & «ita aquel Hij« de
DaTid ?
84 Mas ]m Farlaéos, oyéndolo, decian :
Este no echa fiíera los demoiúoa, aino
por Beelzebub •, principe de loa demo-
niW.
25 Y Jetas, QBmo sabia los pensaml-
entmf de ellos, les d^jo : Todo fcino
dividido centra si mismo es desolado ;
y toda ciudad, d oaaa, dividida contra
ai misma, no pcrmaneccaá.
96 Y si Satanáar echa fkera 4 Satanás,
contra sí mismo está dividido : i cdmo,
puesjpennaneceiá su reino ?
87 Y si yo pmr Bedxebub eahe ftwn
los demonios, ¿ fuestxoa hijos por quién
tot echan ? por tanto ellos serán vnas-
troajueoea.
88 Y si por Espíritu de Bioii yo echo
fuera los demonios, ciertamente' lu lle-
gado á Tototxce el teino de IMos*.
89 Porque ¿ cómo puede alguno entrar
en la casa del valiente, y saquear «us
alhiOas<, si primero ne prendiere al rá-
llente ? y entonces saqueará su casa.
SO £1 que no es conmigo, contra mí
es ; y el que conmigo no recoge, der-
rama.
81 Por tanto oa digo : Todo pecado y
blasfemia será perdonado á loa hom*-
bres « ; mas la blasfemia contra el Es-
píritu no será perdonada á los hom-
brea».
se Y cualquiera que hablare contra el
H^b del hombre, le será perdonado';
mas cualquiera que habUune oontra el
Espíritu 8anto, no le será perdonado,
ni en este siglo, ni en el venidero.
88 O haced el árbol bueno, y su fruto
bueno; ó haced el árbol conomptdo,
y su fruto dafiado : porque per el finito
es conocido el árbol y.
34 Generación de víboras *, ¿ aómo po-
déis hablar bien, siendo malos ? porque
de la abundancia del corazón habla la
boca«.
as El hombre bueno del buen tesoro
del corazón saca buenas cosas: y ei
hombre malo del mal tesoro saca malas
cosas.
36 Maa yo oa digo, que toda palabra
ociosa &, que hablaren los hombres, de
ella darán cuenta en el dia del Juicio.
97 Fon|ue por tus palabras « «ras jus-
tificado, y por tus palabras serás con-
denado.
88 ^ Entonces respondieron algunos
de los eacAbas y de loa Fariséoa, dici'-
endo : Macatro, deseamos ver de tí se-
ñal <<.
39 Y" él respondió» y les d\]o : La gene-
ración mala y adulterina « demanda se-
ilal ; mas seilal no le será dada, sino la
■efial de Joñas profeta/.
40 Porque como estuvo Joñas en el
vientre de la ballena tres días y tres
noches', asi estará el H^o del hombre
en el corazón de la tierra* tres días y
tres noehea.
-41 JLos hombres de Níiüve se levanta-
rán en el juicio con esta generación, y
la cotidenarin: porque ellos se arre-
pintieron 4 la predicación de Jonás A ;
y hé aquí mas que Jonás en este li^ar.
42 lia, reina del austro* se levantará
en el juicio con esta generación, y la
condenará : porque vino de los tines de
la tierra para oir la sabiduría de Salo-
món A ; y hé aqui maa que Salomón en
este lugar.
■43 Guando el espíritu inmundo ha sa-
lido del hombre', anda por lugares se-
cos «»,. buscando repoto, y no lo halla.
44 Ént<)nce8 dice: Me volvvé á mi
casa, de donde salf : y euando viene, la
baila desocupada, barrida, y adornada.
45 Entonces va, y toma consigo otros
siete espíritus peores que él, y entrados
moran allí; y son peores las cosas diu-
rnas del tal hombre que las primeras « :
así también acontecerá á esta genera-
ción mala.
46 '^ Y estando él aun hablando á las
gentes, hé aquí* su madre y tus her-
manosp estaban fuera, que le querían
hablar.
47 Y le dijo uno : Hé aquí tu madre y
tus hermanos están fuera, que te qui-
eren hablar.
48 Y respondiendo él al que le deoia
nto, dijo : ¿ Quién es mi madre, y qui-
énes son mis hermanoa ?
49 Y extendiendo su mano hacia sus
discípulos, dijo: Hé aquí mi madre y
mis hermanos.
M Porque todo aquel que hiciere la
voluntad de mi Padre?, que ettá en los
cielos, ese es mi hermano, y hermana,
y madre.
CAPITULO XIIL
Prediea Jmu$ «n parébtía*, w dueU*-<utku á
lo» aptiteUn forábola M ttmirañor, dd^
grano d» motUua, de la levadura^ iM tetofo
«aeondido, dé la verla precúta, de la red
Uenu de peeet. JSl profeta nn konor en su
patria.
Y AQUEL dia, saliendo Jesús de
casa, se sentid junto á la mar.
5 Y se allegaron a él muchas gentes ;
y entrándose él en el barco •, se tenté,
y toda la gente estaba á la ribera.
8 Y les faaliló muchas cotas por pará-
bolas, diciendo: Hé aqui el que sem-
braba, talló á sembrar h.
4 Y sembrando, parte dt la Hmiente
cayó junto al camino; y vinieron las
aves, y la comieron.
6 Y pane cayó en pedregales, donde no
tenia mucha tierra ; y nadó luego, por-
que no tenia profundidad de tierra.
6 Mas en saliendo el sol, se quemó ; y'
secóte, porque no tenia raíz.
7 Y parte cayó en espinas ; y las espi-
nas crecieron, y la ahogaron.
8 Y parte cayó en buena tierm, y dio
finito, cual á ciento, y cual á sesenta, y
cual á treinta.
8 Quien tiene oidoa para oir, oiga e.
10 ^ Entonces llegándose los discípu-
los, le dieron : ¿ Por qué les hablas por
paráliolas ?
1 1 Y él respondiendo, les dijo : Porque
á vosotros es concedido saber loa misté-
rica del reino de los cielos, mas 4 ellos
no es concedido'.
12 Porque á cualquiera que tiene, se
le dará, y tendrá mas : pero al que no
tiene, aun lo que tiene le seta quitado*.
13 Por eso les hablo por parábolas,
porque viendo no ven, y oyendo no oyen,
ni entienden.
14 De manen que se cumple en ellos
la profecía de Isaías/, que dice: De
oido oiréis, y no entendeiéis ; y viendo
veréis, y no miraréis 9.
15 Porque el corazón de este pueblo
está engrasado, y de los oidot oyen pe-
sadamente, y de sus ojos guiilan: para
que no vean de loa ojos, y oigan de los
oidos, y del corazón entiendan^ y se con-
vicman, y yo los sane.
16 Mas bienaventurados vuestros q}oi,
porque ven; y vuestros oídos, porque
oyenA.
17 Porque de-cierto os digo, que mu-
chos profetas y justos desMron ver lo
que veis, y no to vieront ; y oir lo que
oís, y no i» cjeron.
"SPad.2.
9U,23.
•Mar. «.81,
etc.
La. 8.1».
etc.
'Cap.U.M.
BalTw. ».
f Cap. 7. 21.
Juan U^U.
»».&.«.
Heb. 3. IL
IJaaaa.
17.
• Cap. 9. 1.
Mar. 8. 9.
i Mar. 4. 3.
La. 8. fi,
etc.
''Cap. 11. 15.
4Cap.ll.S5.
Mar. 4. fl.
ICo.
14.
a. 10,
'Cap. 36. 3».
Ln. 18. 26.
/IS.&».
' Es. 13. 3.
jTiaal3.40.
Hech.28.
36,37.
BOblLS.
3Ca8.M.
Ifi.
A Cap. 16. 17.
La. 10. 3B,
94.
< Bebí 11. 18.
lPe4.L10,
11.
▲.D.n.
& MATEO, ZIV.
Í.D.SL
eto.
La.8.U,
•te.
18,I«i
82.
Jnuk 6.8S.
•Gft^94.10.
y as. 81.
a Ti. 4. 16.
• Jer. 4. 8.
T Ln. 14. 16,
24.
9M«r. 10.28.
ITLS.».
•- Col. L 6,
10.
aab.6.7.
•Lo. 8.17.
( Hu. 4. 81.
•D».4.t3.
lCo.£..«.
G«.8.8.
'814.78.3.
•So. 10. 18.
OoLLS.
• Qvü. 8. 16.
Jun 8.44.
Hech.18.
10.
lJMa<.8.
• Joel 8. 18.
Ap.14.lA
18 ^ Oíd puet vcaotn» la parábola del
que BuembraA.
19 0>endo cualquiera la palabra del
reino, y no entendiéiido/du. viene el ma-
lo i> y arrebata lo que fíie aembrado en
•u coraxon : este es el que fué ■embiuáio
Junto al oamino.
50 T el que fué sembrado en pedrega-
Ies> este es el que oye la palabra, y luego
la recibe con gozo «> ;
51 Mas no tiene raiz en si, antes es
temporal: que venida la aflicción ó la
persecución por la palabra» Int^o se
ofende «.
88 Y d que fué sembrado en espinas*,
este es el que oye la palabra; pero el
afán de este siglojv, y el engafio de las
riquezas? ahogan la palabra, y h&cese
infructuosa.
83 Mas el que fué sembrado en buena
tierra, este es el que oye y entiende la
palabra, y el que lleva el fruto rj y lleva
lyio á ciento, y otro á sesenta, y otro á
treinta.
84 5 Otra parábola les propuso, dici-
endo: £1 reino de los cíelos es seme-
jante al hombre que siembra buena
simiente en su campo.
86 Mas durmiendo loe hombres, vino
su enemigo, y sembró cizaña entre el
trieo, y se fué.
86 Y como la yerba salid, é hizo fruto,
entonces apareció también la zizaña.
87 Y Ue^índose los siervos del padre
de la fismilia, le dijeron : Señor, ¿ no
sembraste buena simiente en tu oampo ?
i de donde pues tiene zizaíia ?
88 Y él les dl)o : Un hombre enemigo
ha hecho esto. Y los siervos le dijeron :
¿ Quieres pues que vayamos y la co-
jamos?
89 Y él dijo: No: porque cogiendo la
zizafla, no arranquéis también con ella
el trigo.
80 DfiJad crecer juntamente lo uno y
lo otro hasta la siega; y al tiempo die
la siega yo diré á los segadores : Ooged
primero la zizafia, y atadla en manojos
para quemarla ; mas recoged el trigo en
mi alfolí'.
81 ^ Otra parábola les propuso, dici-
endo : Si rdno de los cielos es sem^ante
al grano de mostaza <, que tomándolo
alguno lo sembró en su campo :
88 £1 cual á la verdad es el mas pe-
quefio de todas las simientes ; mas cu-
ando ha crecido, es el mayor de toéat
las hortalizas, y se hace árbol, que vie-
nen las aves del délo y haoen nidos en
sus ramas w.
38 ^ Otra parábola les dijo : El reino
de los cielos es semejante á la levadura*
que tomó una mi^er, y escondió en tres
medidas de harina, hasta que todo quedó
leudo.
8A Todo esto habló Jesús por parábo-
las á las gentes ; y sin pazáoolas no les
hablaba :
as Para que se cumpliese lo que fué
dicho por el profeta jr, que d^ : Abriré
en parábolas mi boca ; rebosaré cosas esi-
condidas desde la fundación del mundo.
88 ^ Entonces, despedidas las gentes, i
Jesús se vino á casa; y llM;ándose á él
sus discípulos, le dljesoa : Ptedáranos la
parábola de la dzafia del «ampo.
87 Y respondioodo él, les dijo : El que
siembra la buena sináiente es d m^o
dd hombre ;
88 Y d campo es d mundo': y la
buena dmiente son los hijos del rdao»
y la dsafia son los fayea dd nido * ;
88 Y d enemigo que la serntaeó, es d
diablo ; v la siegan es d fia dd siglo ; y
los segadores son los áagel««.
40 De manera «ite como es oogfdA la
dzafia, y quemada d fiícigo', ui acK&
en d fin de este siglo.
41 Enviará el Uüo dd ¡mbOék «m
ángeles, y cogerán de su idno todos los
escándales, y los que haeen iniquidad^
48 Y los echarán en d homo de fue-
go*: allí será el lloro, y d crqjir de
dientes/.
48 Entonces los justos resplandeeesán,
como d solf , en d reino de su Padre :
el que tiene oídos para oir, oiga.
44 % Además, d rdao de los oidos es
semiente d tesoro* escondido en d
campo, el cud hallado, d faombns lo
encubre, y de gozo de ello va, y vende
todo lo que tiene*, y compra aqad
can^poi.
45 ^ También el reino de los ddos es
semejante d bombee teatante, qne basca
buenas perlas ;
46 Que hdlando una preciosa perla <,
Alé, y vendió todo lo que tenia, y la
comiwó.
47 ^ Asimisme el rdno de los ddos
es semiente á la rsd, que echada en la
mar coge de todas suertes «íe peces «•;
48 La cud estando llena, la sacaron á
la orilla ; y sentados cogieron lo bncno
en vasos, y lo malo echaron fiaera.
49 Así será al fin dd si^: saldrán los
ángeles, y apartarán á tos mdos de entre
los justos»,
fio Y los echarán en el homo del fbego :
dlí será el Itoro, y d crujir de dientes*.
61 Dioeles Jesús: ¿Habéis «■nteoflido
todaa estas cosas ? EUos respondea : Sf,
Sdlor.
63 Y él les dijo : Por cao todo eaerOM
docto en d reino de los oielas os aenke-
jante á un padre de fiunilia, qne sasa de
su tesoro cosas nuevas y oosas vichas.
68 ^ Y aconteció qut acabando Jesús
estas paiábolas, pasó de dX.
64 Y venido á su tierra^, les •nM»am»||
en la sinagoga de dios, de td manen
que ellos estaban atónitos, y deciaa:
¿ De dónde tiene este esu saibldaxla, y
•Ha» maravillas ?
65 4! No es este d hijo dd oarpinlen> ?
¿ no se llama su madre Maria f ; y sos
hcrmnoos, Jaoobo, y José, y Simón, j
Judas?
66 ¿ Y no están todas sus hermanas oon
nosotros ? (■ De dónde pues tiene este
todas estas cosas P
67 Y se escanddicaban en A*-. Maa
Jesús les dijo: No hay profeta sin hon.
ra, sino en su tierra, y en su Vasa «.
68 Y no hiso dlí muohas maravillas, 4
causa de la inciedulidad de dios.
CAPltULO XIV.
JÜMTta df Jnan Batáitlat m9mgt» éi los
o<«eo poiMt; Jmim mnrmui f Ases <
mur á Ptdro tebn los «los dd mart p
á toda» h» m^trmo» fue •• I* prweXsa é
toeon n* MfMiw.
EN aqnd tiempo Haródes d
oyó la fema oe Jesús «,
8 Y d^o á sus criados : Bate es Ji
d Bautista : él ha rsKíeilado de loa
ertos, y por eso virtudes obran en éL
3 Porque Heredes habia pwmlldo á
Juan, y le habla aprldonado, v pnast»
en la oárod, por causa de Harodias»
mqjcr de Fdlpe su bermano.
4 Porque Juan le dada : Na te «s líelfts
tasarla l.«
6 Y qtKxia matarle, mas taniia al poa-
blo : porque le tenían eomo á profeta*.
e Mas cdebiándose d día dd nadnd-
ento de Heredes, la hija de
áñxaó CD medio, y agrado 4 Haródes.
rYpronetiódeoniaEUMntode '
todo lo qne pidlaw.
¿«r.lB.
*Ck^S.ll
/v«r.«.
Gap. 8.11
VDa.111
klltilk
tOsp.aLtt.
Jw>L-.t
(JasaHA.
MLi.tt.
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"ver.80.
Oap.SSuSl.
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i-Mar.Cl,
«te.
Ul4.1^
f Jasa «.A
<'Is.«.7.
ya.& I
'Jasa 4.41.,
•MSZ.C1Í.
Ia.li7.
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LallDwl^
A. o. a.
& ÜATBO» XV,
A.»».
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Jwc SL I.
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L2s..sa.
Capí 9. S&
Me.
tBer.4.
.7.
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Konia.
ob9. 8.
un 6. 19.
«.2Í.S7.
■■1.49.
. 69.
1. 2T-
KT. 6.88.
8 T alta, liMtnüda palman» da ni ma>
dn, dyo: Dama aqaf an an plata la
cabaia de Juan al Baatiita.
9 Entónoaa «i ray a« antriitació': maa
por al Jiuramanto*» y por Im que astaban
Juntamente 4 la maM» mando qna aa 1$
q»allattanal
todos loB atténaem
yta^0no 4él
10 Y aoTiando degolló 4 Juan en la
cAroel.
11 Y Alé traida su cabaxa an un plato.
Ídada 4 la mnchaoha} y ell* la praanto
su madre.
19 EnUSnees llagamn ana discípuloa, y
tomaron el cuan», y lo antenraron; y
fueron, 7 dieron ms nuevas á Jaaus.
18 ^ X oyéndolo Jenu, se apartó da
alU en un basco 4 un lugar desierto a-
nartado/ : y cuando las gentes la oyaronj
le aiguleroa 4 pié de las áadadas.
14 V saliendo Jesús, vló un gran gen.
tio» y tuvo conipasiun de ellosir, y sanó
loa que de ellos habla anfbrmoa.
15 Y cuando ftié la tarda áA dia» se
llegaron 4 él sus discípulos, diciendo :
El lugar es dastatto^ y el tiempo es ya
puado s despide las gentes, para qtw se
vayan por las aldeas, y cMnpran para si
de comer.
16 Y Jesús les dijo : No tienen nereal'
dad datarse; dadles Toaotros de comer.
17 Y ellos dijeron : No tanamoa aquí
sino olnco panas y dos peoea.
18 Y él les d^o : Traédmelos adL
19 Y mandando 4 laa gantaa recoatarse
sobre la yerba, y tomando los cinco pa>
nes y loa dos peces, aliando los qjoa al
cielo, boadUo ; y putló y dio los panes
4 los discípulos, y los discipaloa 4 laa
gentes.
90 Y comieron todos, y sa hartaron :
y alzaron lo que sobro de los padasoa,
doce cestas llenas A.
81 Y los que comieron fueron como
cinco mil hombres, sin las mv^icica y
los nifioa.
99 5 V luago Jaaus hizo 4 ana diadpn-
los entrar en el baroo, é ir delante de él
4 la otra parte <W iagot entretanto que
él dcMMdia laa gantes.
¡a Y daspedidiBS las gentes, aubió al
monte, apartado, 4 orar • : y como fué
la tarde del dia, estaba alU solo.
94 Y ya el baño estaba en medio da la
mar,«ton»entado de las ondaa; porque
d viento era contrario.
25 Mas 4 la cuarta t vala de la noche Je-
sús filé 4 ellos andando sobre la mar*.
96 Y los discípulos, viéndole andar
sobre la mar, se turbaran, diciando;
Aíguna fantasma i es. Y dieron voces de
mwdow
97 Alas luego Jeaus les habló, dideu'
do: Confiad: yo aoy; no tengáis mi<
edo.
98 Eaténeea le respondió Pedro, y dijo :
Selior, ai td eras, manda que yo vaya 4
tí, sobre laa aguas.
98 Y él d^: Ven; Y descendiendo
Pedro del baroo, andaba sobre las aguas
para ir 4 Jesús.
80 ICaa viendo el viento Aierte, tuvo
miedo; y comenaéndoae 4 hundir, dio
Tocca, dieicndo: Selkar, s4lvanie.
81 X luago Jesús extendiendo la mano,
trabó de tf, V le dice : Oh humitn de poca
fS, ¿por qué dudaste»?
89 X como ellos aotraxon en el barco,
■oaegéae él viento «.
88 £ntóncea los que aitaftaa en el baroo
vinieron, y le adoraron, diciendo : Ver>
dadcramente eres H|}o de Dios •.
84 ^ Y Uegande 4 la otea parte, vlni-
non 4 la tienta de Oenoacetj».
85 Y como le copocieron loa hombrea
de aqud lugar, enviaron por toda ••
80 Y le rogaban que solamantetooaaan f
el borde de su manto f ; y todoa loa que
tocaron, quedaron sanos.
CAPITULO XV.
OmmIhmi Jmm Im irmiMomn feeaiaiMf apm-
utm» a Im pnttftoB éUvimoa. Cmr» á la
Ma de la Otmami; Da ú» eMMr m dit-
nárto i «na fr<w ««aAsAMotev d« freái
coa WÍ0U jNMM y si^awai jmom.
ENTÓN0E8 llagaron 4 Jesua a dar-
tea eacribas y Failaéoa de Jenisalam,
diolendoi
9 i Por qué tus discipuloa traspasan la
tradielaii de los andanea ? porque no se
lavan las manos caando coman pan.
8 Y él respondiendo, lea dijot ¿ Por
Sé tamUen veaetrua traapaaais el man-
miento de Dloa por vuestra tradi-
ción *?
4 Porque Dios mandó, diciendo : Hon-
ra al padre y 4 la madre*: y. El que
maldtien al padre ó 4 la madre, muera
de muerte'.
5 Maa vosotroa daeis : Oualquiera que
dir4 al padre ó 4 la madre, Et ya ofren-
da mia é Dtot todo aquallo con que pu-
diera valertc,
6 No deber4 honrar* 4 su padre ó 4
su madre «o» «oeorro. Asi iiabels In-
validado el mandamiento de Dios por'
vuestra tradicioo.
7 HipÓBcitas, bien profttiió de voso-
tros laaiaa/, diciendo :
8 Este uueblo de su boca se acerca 4
mí, y de labioa me honra ; maa su cora-
son lejos cst4 de mi.
0 Maa en vano me homan, enseilando
doctrinas j» mandamientos de hombres y.
10 ^ Y llamando 4 al laa gentea, les
dijo: Cid, y entended.
11 No k> que entia en la boca conta-
mina al hombre A; maa lo que sale de la
boca, esto contamina al hombre.
19 &aténcea Uegándoae sus discípulos
la diieron : ¿ Sabes que los Fariseos
oyenoo esta palabra se ofendieron ?
13 Mas respondiendo él, dijo: Toda
planta que no plantó mi Padre celestial
será desarralgaida.
14 Dqadlos: son dagas guias de do-
gos < ; y si el ciego guiare al ciego, ambos
1] aeran en el hoyo.
16 Y reapondiendo Pedro, le dijo : De-
eUuranos esta parábola.
16 Y Jeaus dijo : ¿ Aun también vos-
otros sois sin entendimiento ?
17 i No entendéis aun, que todo lo que
entra en la boca, va al vientre, y es
echado en la letrina ?
18 Mas lo que sale de la bocal', dd oo-
rsxon sale, y esto contamina al hombre.
19 Porque del corazón' sden los ma-
los pensamientos, muertes, adulterios,
fbmicadones, hurtos, fUsos testimonios,
blasfemias.
90 Estas cosas son las que contaminan
al hombre: que comer con las manos
par lavar no contamina al hombre.
91 5 Y saliendo Jeaua de aUt, ae ftié 4
las partes de Tiro y de Sidon «.
99 Y hé aquí una miOar Oananéa, que
habla salido de aquelloa términos, cla-
maba didéndole: Sefior, VMo de Da-
vid», ttn miserioordia de mi ; mi hija
ea malamente atormentada del demo-
nio.
98 Mas él ae le reapondió palabra.
Entonces llegándose sus discípulo*, le
rogaron, didando : Desp4chala, pues da
tOr. £a
tOap.».».
Mar. S. 10.
IaL«.]9.
Bseh.18.
•Mar. 7.1,
ato.
» Col. 9.30.
111.4.
• Bx. SO. 19.
Da.fi.]&
<( Xz. 21. 17.
La. 90.».
•Da.S7.16.
/la.S».U.
»0sL9.».
ftBo.14.14.
SO.
1 TL i. 4.
Iit.LU.
94 Y él raapondiando» d^o: No aoy
enviado aino a las ov(;)aa perdidas de la
oaaadelsmala.
<OapSS.l<.
La.«.W.
*aaBl*.<.é.
<0«a.«.f.
y 8. 81.
J«r. 17. 9.
Bo.8.10.
Gd.&l».
SI.
ir. S. 1,8.
•Mar.T.Si.
«IA18.S8.
•OapJ&fjl
HMluSa 98b
yU.4a
A.D.as.
S. MATBO, XVI, XVIL
A.D.92.
<lUr.7. SI.
'-18.35.5,6.
' Mar. 8. 1,
•te
tSSay. 4.
43.44.
«Gait.14.19,
etc.
«1HK..9.18.
liU. 22.19.
y:¿4.80.
yUar. 8.10.
•Cap.13.88.
eto.
Hu. 8. 11,
etc.
Lu. U. 1«^
lCo.1.22.
B Lo. 12:64,
fie.
«Job» 2.1.
rfLa.llL
'100.5.6,8.
Oftl. 6. 9.
y&ae.
714.81.
25 Snt¿nces ellft vino, y le adovó, di>
ciendo : Sefior, socórreme.
96 T respondíeiuio él, dijo : No es bien
tomar el pan de lot hqos, y ecbario á
los perrillos.
57 Y ella dijo : Sí, Señor : mas los per-
rillos comen de las migajas que caen de
la mesa de sus seftores.
58 Entonces respondiendo Jesús dijo:
O mujer, grande et tu fó: sea hecho
contigo como quieres. Y fué sana su
hija desde aqueUa hora^.
29 ^ Y partido Jesús de allí, vino jun-
to al mar de Galilea 9 ; y subiendo al
monte, se sentó allí.
SO Y llegaron á él muchas gentes, que
tenían consigo cojos, ciegos, mudos,
mancos, y otros muchos mfermot ; y los
echaron á los pies de Je^us, y los sanó':
81 De manera que se maravillaban las
gentes, viendo hablar los mudos, los
mancos sanos, andar los cojos, y ver los
ci^os: y glorificaron al Dios de Israel.
32 Y. Jesús llamando sus discípulos,
d^o : Tengo lástima de la gente*, que
ya haca tres dias qve perseveran conmi-
go, y no tienen que comer : y enviarlos
ayunos no quiero ; porque no desmayen
en el camino.
33 Kntónces sus discípulos le dicen:
¿ Dónde tenemos nosotros tantos panes
en el desierto, que hartemos tan gran
compañía'?
34 Y Jesús les dice: ¿ Cuantos panes
tenéis ? Y ellos dijeron : Siete, y unos
pocos pececilloB.
35 Y mandó á las gentes que se recos-
tasen sobre la tierra «.
36 Y tomando los siete panes y los
Íeces, haciendo gracias», partió, y dio
sus discípulos, y los discípulos 4 la
gente.
37 Y comieron todos, y se hartaron : y
alzaron lo que sobró de los pedazos, siete
espuertas llenas.
38 Y eran los que hablan comido cua-
tro mil hombres, sin las mujeres y los
niños.
39 entonces despedidas las gentes, su-
bió en el barco, y vino 4 los términos de
MagdalásF.
CAPITULO XVI.
Farisío» ySadueio» eonfundiáoa: tomtpeion
de f^ (loefrtva. Oonjttion d« San Pudro.
JUvda el Stilor su jKuion y mwrUf re-
prende i San Pedro.
Y LLEGÁNDOSE los FariEÓos y los
Saducéos, para tentarte, le pedían
que les mostrase señal <> del cielo.
2 Mas él respondiendo» les dijo : Cuan-
do es la tarde del día, decís: Sereno;
porque el délo tiene arreboles :
3 Y á la mañanas Hoy tempestad ¡por-
que tiene arreboles el .cielo triste. Hipó-
critas, que sabéis hacer diferencia en la
faz del cielo ; «> y en las señales de los
tiempos no podéis b ?
4 La genecat^on mala y adulterina de-
manda señal j mas señal no le será dada,
sino la señal e de Joñas piofieta. Y de-
jándolos, se fué.
5 ^ Y viniendo sus discípulos de la
otra parte del lago, se habían olvidado de
tomar pan.
6 Y .lesus les d^o<<: Mirad, y guardaos
de la levadura' de los Faxiséos, y de los
Saducéos.
7 Y ello» pensaban deatit> de sí, dici-
endo : Rito dice porque no tomamos paii.
8 Y entendiendo» . Jesús, les . <sU|o<:
¿ Por qué pensáis dcntto de vosAtroa,
kfmUtrea de poca fé/, que no tomasteis
pan?
9 ¿ No entendéis aun, ni os acovdais
de los cinco pones enln- einoo mil kom-
bre», y cuantos cestos alsasteix' ?
10 ¿ Ni de los siete panes entre cuatro
mil, y cuantas espuertas tomasteis A ?
11 é Como et tpi* no entendéis qne no
por el pan os d(je, que os guardaaeis de
la levadura de los Fariseos y de los Sa-
ducéos?
12 Entonces entendieron que no les
haUa dicho que se guardasen de la leva-
dura de pan, sino de la doctrina de los
Fariseos y de los Saducéos».
13 ^ Y viniendo Jesús á las partes de
Cesárea de Filipo, preguntó á sus dis-
cípulos ¿, diciendo: ¿Quién dicen los
hombres «lue es el Hijo del hombre ?
14 Y ellos dijeron : Unoa, Juan el
Bautista ; y otros, Elias I ; y otros. Je-
remías, ó aJguno de los protetas.
15 Él les dice : Y vosotros, ¿ quiái de-
cís que soy ?
16 Y respondiendo Simen Pedro, dijo ;
Tü eres el Cristo, el Hijo del Dios vi-
viente ■•.
17 Entonces respondiendo Jesns, le
dijo: Bienaventurado eres, Sinaon, hijo t
de Jonás: porque no te ¿ó reveló carne
ni sangre; mas mi Padre que «<Á& en
los cielos «.
18 Mas yo también te digo, que td eres
Pedro • ; y sobre esta piedra edificaré mi
iglesiap; y las puertas úiA infierno* no
prevalecerán contra ellar.
19 Y á ti daré los llaves del reino de los
cielos*: y todo lo que ligares en la tieiia,
será Ilgaíáo en los cielos : y todo lo que
desatares en la tierra, será desando en
los cielos'.
20 Entonces mandó á sus disefpulos
2ne á nadie dijesen que él era Jesús ei
IristoM.
21 ^ Desde aquel tiempo comenzó Je-
sús á declarar á sus discípulos, que le
convenia ir á Jerusalem, y padecer mu-
cho de los ancianos, y de los príncipes
de los sacerdotes, y de los escribas, y ser
muerto, y resucitar al tereoro dla«.
22 Y Fedro,-.tQmándole aparte, comen-
zó á reprenderle, diciendo: Seftor, ten
compasión de tí: en ninguna manera
esto te acontezca.
23 Entonces él volviéndose, d^jo á Pe-
dro: Quita!» de delante de mí. Sata-
násy: me eres escándalo*; poráne no
entiendes lo que «* de Dios, sino lo qoe
M de los hombres.
24 EntóAces Jesús d|jo & sus diae^m-
los : Si alguno quiere venir en pos de mi,
niegúese á sí mismo, y tome su crua, y
sígame»..
25 Porque cualquiera que quisiere sal-
var su vida, la perderá; y cualquiera
que perdiere su vida ppr causa die ni,
la hallarán
26 Porque, ¿de qué aprovecha al hom-
bre, si graigeáre todo el mundo, y per-
diere su alma? O, ¿qué iceompensa
dará tí hombre por su akna« ?
27 Porque el H^jo drt bombie vendía
en la gloria de su Padre con sus án-
geles d ; y entonces pagará 4 cada nao
oonforme á sos obras*.
28 De cierto os digo, fiie ha^ algortoa
de los que están aquí, que no guMarán
Ja muerte, hasta que hayan visto el Hijo
del hombre viniendo en su niaof.
CAPITULO XVII.
TYcMtilguraeion dt Jenu: «troeioa dt «■
fcmait'e» iii ¿«immiaá* .• Jenu pe^ «i tri-
6«lo por «r y pat Feire coa «mi mameÍA
mmagfremsmtmU luBaáa.
Y DESPUÉS de seis dias • Jctus
toma 4 Pedro, y á Jaoobo, y á Juan
su hennano, y los lleva aparte á «n
monte alto.
ffOVLU.19,
•te,
etc.
I
•'Cs^u•
ICan-Kt
Lo-SiT.l-
■dp-liSt "
Ssl.lT.
' U*bLl.l>.
f Gr.itdr
Joan.
•ICal
B.
Gia.Ll&
IJouiJL
•JauLJ,
í Kí. I ai
ic«.s.u<
ApiSLlL
*í!«i.ia
•-Heh.3.1i.
15.
JbmU.
55.$:.
yS-ll
y la 84,
ete.
•UaB.1^11
Juana
BechJÁA
SL
« La. 9. a
y I&3I.
y »t 6, 7.
1 Co. U
a. 4.
r Cap. 411
• Ba.]4.a
•C»i».W.X
y UB.
keek.U.
22.
IIV.IS-
» Jasan
S9l
<8sL«.
7.8.
rfZM.ll&
Jal 14.
*A^3tEt
•lUr.»l
LB.y.:s
12.
& MATBO, XVin.
A. o. SI.
L.3
10.
7.
,•
8 Y w ennsfigiun} delante de cIIm: y
• 18. mplandeció su nmOo como el aol^, y
sus Testídoa fueron blancos cómo la las.
8 T hé aquí lea aparederon M oiséa y
Elias, hablando con éL
4 Y respondiendo Pedro, dijo & Jetua :
Seikoar, mea es que noa quedemos aquí:
si qukns, llagamos agui tres pabellones ;
para tí uno, y para Moisés otro, y otro
paraSUas.
5 Estando aun él hablando, hé aquí
uno nube de lux qtu los cubrió; y hé
aquí una tos de la nube, que dijo : Este
es mi Hijo amado, en el cual tomo con-
, 17. tentamiento e ¡ á él oid <
t. 6 Y oyendo etto los diseípuloa, oayenm
• 17. sobre sus rostios, y temieron en gnm
IS, manenu
7 Entonces Jetus llegando, lea tooó«,
y dUo : LeTantáoa, y no temáis.
8 X aliando ellos sus ojos, ¿ nadie tí>
eron, sino á solo Jesús.
9 Y como descendieron del monte, les
mandó Jesús, diciendo: No digáis A
nadie la visión, hasta que el Hijo del
hombre resucite de los muertos.
10 Entonces sus discípulos le pregun-
taron, diciendo: ¿¥<a qué dicen pues
los escribas, que ca meneater que lüias
venga primero/ P
11 Y respondiendo Jesús, les dijo : A
la verdad £Uas vendrá primwo ; y resti-
tuirá todas las cosas.
12 Mas os digo, que ya vino Elias, y no
le conocieron ; antes hicieron en él todo
lo que quisieron : así también el Hijo del
1. hombre padecerá de elloa «.
13 Loa discípulos entonces entendieron,
que les habló de Juan Bautista.
4, 14 1[ Y como elloa llegaron al gentío*,
vino á él un hombre hincándosele di
rodillas:
15 Y diciendo: Seilor, ten mlsericor.
dia de mi h^ ; que es lunático, y padece
malamente: porque muchas veces cae
en el fiíego, j muchas en el agua.
16 Y le he presentado á tus diseípuloa,
y no le han podlno sanar.
17 Y respondiendo Jesús, dije: ¡ O ge-
neración infiel y torcida ! ¿ hasta cuan-
no tengo de estar con vosotros ? ¿ hasta
cuando os tengo de sufrir ? traédmele
aoá.
18 Y Jesús le reprendió, y salió el de-
monio de él, 7 el mpzo fuiá sano desde
aquella hora.
19 Entonces licitándose los discípulos
á J'esus aparte, dijeron : ¿ Por que nos-
otros no le pudimos echar fuera f
SO Y Jesua les dijo : Por vuestra incre-
dulidad : porque oe cierto os digo, que
ai tuviereis t6*, como un paño de mos-
taza, diréis á este monte : Pásate de aquí
ailA: j se pasará; y nada os será im-
posible.
81 Maa eate linaje tU demomM no sale
aino por oración y ayuno.
22 ^ Y estando ellos en Galilea, Jesús
lea dijo i 1£1 H^o del hombre será entre-
gado en manos de hombres* :
28 Y le naatarán, mas al tercer dia re-
macitairá. Y ellos se entziatacieron en
g;ran manera.
24 ^ Y como llegaron á Oapcinaum,
vinieron á Pedro Tos que cobraban las
do* draenoas', y dijeron : ¿ Vuestro Maes-
tro no pacpa las dos dracmaa ?
85 El dice : BL Y entrado él en casa,
J'esos le habló antes, diciendo : ¿ Qué te
parece, Sinaon ? Los reyes de la tierra
¿ de quién cobran los tributos, ó el cen-
so ? ¿de ana hUos, ó de los es¿rafios ?
ae Pedro le dice: De loe estraflos. Je-
sua le dijo : Lui^p> los hijos son fran-
cos.
•7 Maa 'porque no los escandalicemos,
ve á la mar, y echa el aasuelo, y el
primer pea que viniere, tómalo, y abierta
su boca hallarás un eatatero : tómalo, y
dáaelo por mí, y por tí.
CAPITULO XVIII.
Doelrima df Jímms «otra la huniUad, Mhn
•I pMedo df «mAmímIo, f «otra la corrtttimt
fraterna. Paeébtia Mlmim peutor. Btbrt
M pclettaá de ptrdonor ptcadoé: eompaaüm
ron lotjmcadorttt y pmon di U» ttuwtifo$.
Fwrtíbtía d$ U» diea nM taUntoi.
EN aquel tiempo se llegaron loa dis-
cípulos á Jeaus, dicieiMo •. ¿ Qxiién
es el mayor en el reino de loa cielos ?
9 Y llamando Jesús un niño, le puso
en medio de ellos,
8 Y dUo I De cierto os digo, que si
no os voíviereif ^, y friereis como nifiose,
no entraréis en el reino de los cielos.
4 Así que cualquiera que se humillare d
como este nlQo, este es el mayor en el
reino de los cielos.
6 Y cualquiera que raclUere á un tal
niilo en mi nombre, á mi recibe «.
6 Y cualquiera que escandallaare á al-
guno de estos pequelVoa, que creen en
mí, mitijor le fliera que se le oolgaae al
cuello una piedra de molino de asno, y
que se le anegase en el profundo de la
mar/.
7 i Ay del mundo por los escándalos !
porque necesario es que vengan escán-
dalos : mas ¡ ay de aquel hombre, por el
cual viene el escándalo !
8 Por Unto, si tu mano ó tu pié te f
fuere ocasión de caer, córtalos y écha&M
de Uti mcijor te es entear cojo ó naanco
en la vida, que teniendo dos manos ó
dos j[>iés ser echado en el fuego eterno.
9 Y si tu ojo te ftiere ocasión de oaer,
sácalo y écha/o de tí : mejor te ea entrar
con un solo «(jo á la vida, que teniendo
dos ctjos ser echado en el infierno del
10 Mirad no tengáis en poco á alguno
de estos pequehos : porque os digo, que
sus ángeles* en los cielos ven siempre
la faz de mi Padre, que uta en los cie-
los.
11 Poiquen «i BUe del hombre ha ve-
nido para salvar lo que se habla per-
dido*'.
19 ¿ Qué os pareoe ? 8i tuviese algún
hombre cien ovejas*, y se descarruse
una de ellas, ¿ no Irla por los mmites,
diñadas las noventa y nueve, á buscar
la que se hubiera descarriado < ?
18 Y si aconteciese hallarla, de cierto
os digo, que mas se goza de aquella,
3ne de las noventa y nueve que no se
escarriaron.
14 Así no es la voluntad de vuestro
Padre, que está en los cielos, que se
pierda uno de estos pequefios.
15 % Por tanto si tu hermano pecare
contra tí, ve, y redaigüyeleai entre ti y
él solo: si te oyere, has ganado á tu her-
mano».
16 Mas si no ft oyere, toma aun con-
tigo imo 4 dos, para que en boea de dos
ó de tres testigos conste toda palabra*.
17 Y si no oyere á ellos, dito á la igle-
sia: y si no oyere á la iglesia, toüe
por un étnico, y un publicanop.
18 De cierto os digo que todo lo que
ligarais en la tiexra« será ligado en el
cielo: y todo lo que desanureis en la
tierra, será desatado en el cielo f .
19 Otra vez os digo, qoe si dos de voso-
tros se convinieren en la tierra, de toda
cosa que pidieren, les será hecho por mi
Padre, que ««M en los ddlos.
M Poique donde están dos ó tres oon-
•Kar.B.as,
etc.
Lv.9.46,
• Joan. 8. 8.
•Cap. 19. 14.
10o.14.ao.
iFed.za.
•(La. 14.11.
BaB«>.4.U>.
«Cap. 10.43.
/Mar. 9. 43.
Lo. 17. 1.8,
f Or. S»-
eandatímir»,
' Gap. 5. aa,
ao.
Mar. 9. 48,
45.
AHeb.1.14.
I SttevtTM
no uhaSkt
•n *ario$'
^jemfiarM
antiguo$.
< La. 19. 10.
1 Ti. 1.15.
* La. 16. 4.
6feO*
í 8 Ped. 8.9.
••Le. 19. 17.
Lo. 17. 8.
"flaii*».5.ao.
«Se. 19,15.
2(Xk.lS.l.
71G0.5.1S,
18.
9 Gap. S. 19.
Ja«i.ao.2S.
HeoluU.
as. 81.
aco.a.10.
A.D.8B.
a HATEO, XIX.
A.1XS.
•-lOa-Clb
'L«. 17.4.
C0L3.U.
(aBqr«4.1.
« wr. 98.
Pr. SI. 18.
•lbr.10.1.
i G«a. 1. 97.
y 5. a.
Mfti. a. u.
•Gan.%34.
lüo.8.18.
B¿&81.
<I10».7.10L
•Dkl^l.
gmadot en mi iMnnInrer, allí «toy en
meato de elloe.
SI 5 Entónece Pedio llcgándow 4 A,
dijo; Sellor, ¿enantu Tccet perdonaré
á mí hermano que pecare oonta mi?
¿ hasta siete* ?
aa Jetiu le dice : No te digo haita sie»
te, mas aun hasta wtenta veoee siete.
as Por lo cnal ei reino de loe cielos es
semejante á un hombre rey, que quiso
hacer cuentas con sus siervos.
S4 T comenzando á hacer cuentas, le
fué presentado uno que le del>ia diez mil
talentos.
S6 Mas & este, no pudiendo pagar,
mandó su señor venderle, j á su mujer
é hjtjos, con todo lo que tenia, j que se
le pasase'.
seBntónces aquel sierro postrado le
adoraba, diciendo : Seflor, ten padeneia
conmigo, y yo te lo pagaré todo.
97 El señor movido & misericordia de
aquel siervo, le soltó, y le perdonó la
deuda.
88 Y saliendo aquel siervo, halló uno
de sus consiervos, que le deUa cien de-
narios ; y tratiando de tfl, le ahogaba,
diciendo : Págame lo que debes.
89 Entonces su consfervo, postriadose
á sus pi^s, ie rogaba, diciendo»: Ten
paciencia conmigo, y yo te lo pagan}
todo.
ao Maa él no quiso ; sino ftaé, y le echó
en la cárcel hasta que pagase la deuda.
81 Y viendo sus consiervos lo que pa-
saba, se entristecieron mucho; y vfini-
endo declararon á su selior todo lo que
haUa pasado.
88 Entonces llamándole su sefior, le
dice : Siervo malvado, toda aquélla deu-
da te perdoné, porque me rogaste.
83 ¿ No te convenía también á tí tener
misericordia de tu consiervo, como tam-
bién yo tuve misericordia de ti ?
84 Entonces su sefior enojado le entregó
á los verdugos, hasta que pagase todo lo
que le debía.
85 Así también hará coa Toeotrot mi
Padre celestial, si no perdonareis de
vuestros corazones cada nao á su her-
mano sus ofiensas'.
CAPITULO XIX.
ITiUfila Jttua oim «t nuiMinowio «* imáMIm-
Me, y qtu mÍo koy «na eotua para U di-
wireiot kaUa dt la áiftnUad a» talvart»
lo« rico», y dil pnmio d» ¡m qm nmmeUut
por oeior d»Hd toda» la» eoMU.
Y ACONTECIÓ que acabando Jesús
estas palabras, se pasó de Ualiléa, y
vino á los términos de Judóa, pasado el
Jordán*.
9 Y le siguieron muchas gentes, y los
sanó allí.
8 ^ Entonces se llegaron á él los Fari-
seos, tentántlole, y dieiéodole : ¿ Es lí-
cito al hombre repudiar á sn vmjiec por
cuataniera causa ?
4 Y él respondiendo, les dijo : i No
Itab^ leído que él que lo» hizo al prin-
cipio, macho y hembra los hizo k,
6 Y d^o: Por tanto el hombre dejará
padre y madre, y se unirá á su mujer,
y serán des en una aven»» ?
6 Asi que no son ya mas dos, sino una
carne: por tanto lo que Dios Juntó, no
la aparte el hambre é,
7 Dicenle : ¿ Per qué pues Moisés
mandó dar carta de divorcio, y icpn-
diaria*?
8 Díceies: Por la duneta d« vuettio
ooraaon Moisés os permitió repudiar á
vuestras mi^jcrss; aaaa al principio no
fbéasC
9 Y yo os d%o, que cualquiera que re-
pudiar» á su miijer, slao fuere por oansa
de fbmicaeion, y se casare ctm otra, a-
duhera : y el que se casare con la zeim-
diada, adultera/.
10 Dicenle sus discípulos : Si asi es la
condición del hombre con gm miger, no
conviene casarse.
11 Entonces él les dijo: No todos com-
prenden esta palabra, sino oyuefloe á
quienes es dadof.
19 Porque hay eunucos, que nacieren
asi del vientre de su madre ; y liay eu-
nucos, que son hechos eunncoe por los
hombres ; y hay eunucos, que se hicie-
ron á sí mismos eunucos por causa del
reino de los cielos : él que puede com-
prender, comprenda A.
18 5 Entonces le fueron presentados
unos nifios, para que pusiese las manos
sobre ellos, y orase : y ios discipuloo les
rüteron.
14 Y Jesús dUo : D^jad á loa nüloa, y
no les impidáis de venir á mí: porqne
de los tales es el reino de los cielos*.
16 Y habiendo puesto sobre eiloa las
manos, se partió de allí.
16 ^ Y bé aquí uno llegándoee le dijo:
Maestro bueno, ¿aué bien taxé, para
tener la vida eterna* ?
17 Y él le dijo : ¿ Por qué me llamas
bueno | ? Ninguno e» bueno sino uno, et
á tabeTf Dios : y si quieres entrar en la
vida, guarda los mandamientos.
18 Dícele: ¿ Cuáles ? Y Jesús dijo : No
matarás : No adulterarás : No hurtarás :
No dirás fklso testimonio ;
19 Honra á tu padre yate madre' : y.
Amarás á tu prójimo como átf mismo "^
90 Díoele el mancebo : Todo esto guardé
desde mi juventud : ¿qué mas roe fiüta ?
91 Dícele Jesús: 81 quieres ser per-
lleto, anda, vende lo que tienes, y dale
á los pobres*; y tendrás tesoro en el
cielo: y ven, sigúeme*.
88 Y oyendo el mancebo esta palahim,
se fué triate ; porque tenia muohiss poae-
siones.
88 Entonces Jesús d^ á sus diacípa-
los: De cierto os digo, que un rico di-
floilmente entrará en el reino de loa
cidos^.
94 Mas os digo, que mas liviano tra-
b^jo es pasar un oamelio por él ojo de
una agvOa, que entrar un rico en el
reino de Dios.
86 Mas sus discípulos, oyendo esiae
comt, se espantaron en gran manera,
diciendo: j Quién pues podrá ser salvo ?
96 Y miiáudobs Jesús, les dijo : Para
con los hombres imposible es esto; mas
para oon Dios, todo es posiblef.
97 Entonces respondiendo Pedro, le
dijo: Hé aquí, nosotros liemoa d^ado
tcfoo, V te hemos seguidor : ¿ qué fum
tendrénos?
98 Y Jesús les d^o : De cierto oa digo,
que vosotros que me habéis ssgnide. «n
la regeneración, coando se sentará ri
/csr.s.3s.
La.U.U. '
V10S.7.S,
AIGíl:.
I
<0sp.1&S.<
Mw.Mkll !
Hijo del hombre en et trono de sa |do-
ria, vosotros también os sentaréis sMwe
doce tronos, para Juzgar á las dooe tri-
bus de Isiaa*.
99 Y cualquiera que dejase oasaa, ó
hermanos, ó hermanas, ó padr», ó osa-
dre, ó mi\)er, ó h^os, ó tierras, por mi
nombre, recibirá cien veces tanto, y
heredará la vida ctemat.
80 Mas muohos primeros serán
ns) y pestretos, primeros*.
CAPITULO XX.
i>iartfMa d« las obraret Bosmiím é
MI te «Me. Jmm» pnUe» tm mmmt* m m-
rarTVPClVüe ACWVIMW m Mi BTWMHB flt ■■
maánd» lo» kQo» d» XtktSt». Ai sMo tf
do» ottoott
AMaLlIU;.
La.l&lS.
éienf r«*
isz.a)iix
»Le.l>.lK>
*&a.U.S.
y !«.«.
H«ék.l4L
74.M.SÍ.
19.
•JmmUM.
rPr.90L8vS.
ffOsB.tt.R|
J«.8lO.I
•tm.
8tL
tKsr.V-
La. 18.* !
8ui
«Osp^rnA
S3.
8. HATEO, XX, XXI.
A.D.8S1
pORQUE el reino de kM elelot e§ te-
Jl m^}aiiie k un hombre, padre de fií-
milla, que «dio por U meWemí ¿ iy|afllvr
obren» Mía ni vifia.
S T haUáidoie concertado con loa
obrero! en nn dcnaiio al din, loe cnvld
á ni Tille,
8 Y nliendo een» de la hora de Im
tree, Ti4 otros que eetaben en la plaia
OCÍOIM¡
4 T let dijo: Id temWcn voeotroe á
mi vifla. 7 ce daré lo que fliera Jueto.
Y elkM nieran.
5 Salió otra vet cerca de las horae sexta
7 nona, é hixo lo mismo.
9 Y naliendo cerca de la hora undé-
cima, halló otns qne eetatian ocloeoe, 5
diceles, i Por qué estáis aquí toiio el
dia oetoaos?
7 Dlcenie : Poraue nadie nos ha idns*
tado. Diceles: la también vosotros a la
villa, 7 recibiréis io qne fbere insto.
8 T cuando ftié la taide del dia, el
aeflor de la Tifia dUo á sa ma7onlon]o :
Llama los obreros, 7 pAgalee el jornal,
comenauído desde los yoetrerue hasta
los tnrimeros.
9 V Tinlendo los que kaUan ido cerca
de >a hora undécima, recibieron cada
uno nn denarlo.
10 Y Tiiüendo tamUen los nrimeroe,
pensaron que hablan de reclotr mas;
pero también ellos recibieron cada uno
un denario.
U Y tomándote, murmuraban contra
el padre de la familia*,
14 Diciendo : Estos postreros solo han
trabiJado una hora, 7 los has hecho igu-
ales á nosotros, que hemos UeTado la
cargtí 7 el calor del dia.
la Y él respondiendo di}o i uno de
I ellos : Amigo, no te hago agraTlo : ¿ no
I te concertaste conmigo por nn denario ?
14 Toma lo qne es tn7o, 7 Tete : mas
quiero dar & esu postrero como A tí.
15 ¿ No me es licito á mí hacer lo que
quiero con lo mió ? ó ¿ es malo tu ojo,
porque vo soy bueno ?
16 Así los primeros serán poetrerosb,
y los postreros primevos: porque mu-
cha* son llamados, mas pocos escola-
dos«.
17 ^ Y Subiendo Jesús á Jemsalem',
tomó sus doce discípulos aparte en el
camino, 7 les dijo :
18 Hé aquí subimos á Jemsalem, 7 el
HUo del hombre será entregado á los
principes de los sacerdotes, 7 á los es-
cribas: T le condenarán á muerte ;
19 Y le entregarán á los Oentlles*,
para que le escarnezcan, 7 azoten, y cru-
cifiquen : mas al tercero dia resucitará.
flO ^ Entonces se llegó á él la madre
de los h^os de SSebedéo con sos h^os/,
adorándo/e, 7 pidiéndole algo.
91 T él le dijo : i Qué quieres ? Ella
le d^o : Di que se sienten estos dos hi-
jos mios, el uno á tu mano derecha, 7
el otro 4 tu izquierda, en tu reinos.
aj Entonces Jesús respojuliendo, d^o :
Tío sabéis lo que pedís : ¿ podéis b«>er
el Taso que 70 he ae beber, 7 ser bauti-
zados del bautismo de que 70 S07 bauti-
zado * ? Ellos le dicen : Podemos.
23 Y él les dice : A la verdad mi vaso
beberéis ; ^ del bautismo de que 70 807
bautizado*, seréis bautizados: mas el
sentaroa 4 mi nuino derecha, 7 á mi
izquierda, no es mío darlo sino á aque-
llos, para quienes está aparejado de mi
Padre.
24 Y como los diez o7eron «fá», se eno-
jaron de loa dos hermanos.
95 £ntónccs Jesús llamándolos, d^o:
Sabéis que Jos príncipes de los Oentiles
se enaeltofcan sobre ellos, 7 los que son
grandes ejercen sobre ellos potestad.
96 Mas entre vosotros no será así : sino
el qne quisiere entre vosotros hacerse
grande, será Tucstro servidor ;
97 Y el que quisiere entre vosotros ser
el^ilmero, será vuestro siervo:
88 Oomo el H^o del hombre no vino
para ser servido, sino para servir, y para
dar su vida en rescate por muchos*.
89 5 Entonces saliendo ellos de Jerlcó,
le seguía gran compafiía.
80 Y hé aquí dos degos i sentados junto
al camino, oomo o7eron aue Je«us pa-
saba, clamaron diciendo : seAor, H^o de
David, ten misericordia de nosotros.
81 T la gente les reflln, pan que ca-
llasen ; mas ellos clamaban mas, dici-
endo ; Sellor, Hijo de David, ten mise-
ricordia de nosotros.
88 T parándose Jesús, los llamó, 7
dijo: ¿i^aé queréis que haga por vos-
otros?
88 Ellos le dicen: SeBor, que sean
aMcnos nuestro* ojos.
84 Entonce* Jesús, teniendo miserl-
ooidia de eüoe, les tocó los ojos ; 7 luego
sos ojos recibieron la vista: 7 le slgui-
CAPITÜLO XXI.
J«nn emtm en JenuaUm aclamado por Me-
•tas/ edta del templo d loe fue ettabem oAí
9indi«mio: meAHre á u»a htputrat y eom-
/nntle á eme ímmlo» eon jwrdMiw y ro-
YOOMO se acercaron á Jemsalem, y
vinieron á Betftigi<, al monte de las
Olivas, entonces Jesús envió dos discí-
pulos*,
8 Dlddndoles : Id á la aldea que está
delante de vosotros, 7 luego hallaréis
una asna atada, 7 un pollino con ella;
desatad/a, 7 tracdmefos.
8 T si alguno os dijere algo, decid:
El Sefior los ha menester. Y luego los
á^rk.
4 T todo esto toé hecho, para que se
cumpliese lo que fué dicho por el pro-,
fetao, qued^o:
5 Decid á la hija de Sion : Hé aquí, tu
Re7 viene á tí manso, 7 sentado sobre
una asna, y sofrn nn pollino h^o de ani-
mal de yugo.
0 Y los discípulos ftieron, é hicieron
como Jesús les mandó.
7 Y trajeron la asna, y el pollino, y
pusieron sobre ellos sus mantos; y ae
sentó sobre ellos.
8 Y la compaiUa, qne era muy nume-
rosa, tendía sus mantos en el camino ; y
otros cortaban ramos de los árboles, y
lo* tendían por el camino.
9 Y las gentes qne iban delante, y las
que iban detras, aclamaban diciendo :
Hosanna I al Hijo de David; bendito el
Íue viene en el nombre del Seficurc:
losamu en las alturas '.
10 Y entrando él en Jemsalem, toda
la ciudad ae alborotó, diciendo : ¿ Quién
es este?
11 Y las gentes decían : Este es Jesús,
el profeta, de Nazaiet de Galilea.
19 Y entró Jesús en d templo de IMos «,
y echó fuera toilos lo* que vendían y
compraban en el templo, y trastornó las
mesas de los cambiadores, y la* sillas de
los que vendían palomas ;
18 Y les dice: Escrito está. Mi casa,
casa de oración/ será llamada; mas
vosotros cueva de ladrones la habéis
hecho'.
14 Y Entonces vinieron á él ciegos 7
«dos en el templo, 7 los sanó.
16 Mas los principes de los sacerdotes
7 los escribas, viendo las maravillas que
^Oo9
tls.a.6.8,
U.
Da.9.34.
1TÍ.9.C
TUS. 14.
Heb.9. 98.
1FB4.1.18.
19.
ApuXS.
i C*|i. 9. V.
Mar. la 46.
La. 18. SU.
•Mar. 11.1.
lia. 19.».
• Zae. 9. 9.
Jaaal8.1C.
I&dwiako.
ra,é$mUa
eih¡ora.
«Cap. 93.88.
Bal.118.26.
d La. 8. 14.
«Ksr.llJl.
La. 19. 4fi.
ate.
/ Is. 68. 7.
9 Jer. 7. 11.
S. HATEO, XXIL
■1 il HM im^i!, luDhln 30 ai dli^
Ifl Y il dU^nmiH, De loa bomb
meiD. ie dijo: BUa, n boj t nabiji
a MATXO, ixat
A.D.8S.
1« Y en«ian áél fa» dlulpalM d« dim,
con los SeradluKM, diokndo : MaMtn»,
sabemos oue ere* amador dt verdad)
T «M enrikas con veidad al oamlno de
Diaa» y fU» no te onras de nadie, por-
que no tienes aeepeioo de persona de
hombres.
17 Dlnos poes, ¿qué «e pareec? ¿es
licito dar tributo & César, ó no ?
18 Mas Jesús, entendida la malicia de
ellos, Icf dice : ¿ Por qué me tentáis,
hipócritas?
19 Mostredme la- moneda del tributo.
T ellos le presentaron un denarlo.
90 Entonce* le* dice : ¿ Ouya •• esta
figura, y lo que está encima esetito ?
SI Diomie: De César. Y dloeles : Pa-
gad, pues, 4 Césitr lo qma e* de César",
y á Ina* lo fM aá de Dios*.
88 Y oyendo uto se manrillBion, y
dcgándolc se fueron.
88 Y Aquel diai» llegaron i él los 8a*
ducéot, que dicen no haber resurrec-
ción f , y le preguntaron,
84 Diciendo: Maestro, Moisés dijo. Si
alguno muriere sin hijos, su hermano se
cuará con su mujat, y deq>ertaiá simi-
ente & su hermano r.
85 Fueron pues entre nosotros siete
hermanos : y el primero tomó mi^Jcr, y
murid ; y no teniendo generación, dejo
su mujer á su hermano.
86 De la misma manera también el
segundo, y el tercero, hasta los siete.
87 Y despue* de todo* muriú también
la mujer.
88 bn la resuneccion, pue*, ¿ de cual
de los siete ser& tíla mi^er? porque
todo* la tuvieron.
88 Enténces respondiendo Jesús, les
dijo: Erráis, ignorando las Escrituras,
y la potencia de Dios.
80 Porque en la resuneccion, ni los
hombres tomarin mi^eres, ni las mu-
jeres maridos ; mas son como los Angeles
de Dios en el cielo'.
31 Y de la resurrección de los muertos,
¿no habéis leido lo que os es dicho por
Dios, que dice,
ra Yo soy el Dios de Abraham, y el
Dios de Isaac, y el Dios de Jacob ( ?
Dios no es Dios de muertos, sino de
vivas •.
38 Y oyendo e«to las gentes, estaban
atónitas de su doctrina*.
84 ^ Entdnces ios Fariseos, oyendo que
había cerrado la boca A los Saducéos, se
juntaron á. una ;
80 Y preguntó uno de ellos, intérprete
de la ley, tentándole y, y diciendo:
36 Maestro, ¿ cuál ei el mandamiento
grande en la ley ?
87 Y Jesús le d^o : Amarás al Sefior
tu Dio* de todo tu corazón, y de toda
tu alma, y de toda tu mente '.
38 Este es el primero y el grande man-
damiento.
89 Y el segundo et sem^ante á este :
Amarás á tu prójimo como á ti mis-
nio«.
,40 De estos dos mandamientos depende
toda la 1^, y los profetas^*.
41 Y Y estando juntos los Fariseos,
Jesús les preguntó,
48 Diciendo: ¿ Qué os parece del Cris-
to « ? ¿de quién es Hijo ? Dlsenle : De
David.
48 El les dice : ¿ Pues cómo David en
Espirita le llama SeUord, diciendo,
44 DUo el Seitor á mi SeSor, SiénUte
á mi (ttestra, entretanto que pongo tus
enemigos por estrado de tus mas • ?
46 Pues si David le llama Señor, ¿ có-
mo es su Uijo ?
40 Y nadie' le podia responder palabra ;
ni osó algnne desde aquel día pregun-
tarle mas/.
CAPITULO XXIII.
Oombma Jmm» la Wpgawwü f aobmrUa tk lof
WarUíttt haSÁa w iM/obot «¡pUmu^oim*
MM doM d la Uy: de la muerU «ídiMUa dr
ÍMpn^etoMt y d( la ruma da Jtrmtolnm.
ENTONCES habló Jesús á las gen-
tes, y á sus discípulos,
8 Diciendo: Sobre la cátedra de Moisés
se sentaron los escribas y los Fariseos s
8 Asi que todo lo que os dieren que
guaidels, guardadlto y haced/o ; mas no
hagáis connirroe á sus obras : porque di-
cen y no haecn*.
4 Porque atan cargas pesadas, y difíci-
les de llevar, y Uu ponen sobre los hom-
bros de lo* hombres; mas ni aun con
su dedo las quieren mover K
5 Antes todas sus obras hacen para ser
mirados de lo* hombres*: poique en-
sanchan sus fllacterlas, y extienden lo*
fleoo* de sus mantos ;
6 Y aman los primeros asiento* en las
cenas, y las primeras sillas en las sina-
gogas <<;
7 Y las salutaoiene* en iu plazas, y ser
llamados de ios hombres. Rabí, Rabi y.
8 Mas vosotros, no queráis ser lla-
mados Rabi; porque uno es vuestro
Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois
hermanos.
9 Y vuestro padre no Uameis á nadie
en la tierra ; porque uno es vuestro Pa-
dre, el cual e»tá en los cielos •.
10 Ni seáis llamados maestro* ; peirque
uno es vuestro Maestro, el Cristo.
11 £1 que es el nuiyor de vosotros, sea
vuestro siervo/.
18 Porque el que se ensalzare, será
humillado ; y el que se humillare, será
ensalzado;.
13 ^ Mas ¡ay de vosotros, escribas y
Fariseos, hipóóllas ! porque cerráis el
reino de los cielos delante de los hom-
bres ; que ni vosotras entrids, ni á los
que están entrando dctiais entrar.
14 ¡ Ay U de vosotxo*, eecribas y Fari-
seos, hipócritas! porque coméis las ca-
sas de las viudas y por pretexto hacéis
larga oración: pov esto llevarais mas
grave juicio.
15 i Ay de vosotros, escribas y Fariseos,
hipócritas! porque rodeáis la mar y la
tierra por hacer un prosélito ; y cuando
ftaere hecho, le hacéis hijo del Infierno A
doble mas que vosotros.
16 ¡ Ay de vosotros, guias ciegas i ! que
decís. Cualquiera que jurare por el tem-
plo, es nada ; mas cualquiera que jurare
por el oro del templo, deudor e*.
17 Insensatos, y ciegos : porque ¿ cuál
es mayor, el oro, ó el templo, que san-
tlHca al oro ?
18 Y : Cualquiera que jurare por el
altar, es nada; mas cualquiera que Ju-
rare por el presente que eatá sobre él,
deudor es.
19 Necios y ciegos : porque, ¿ cuál es
mayor, el presente, ó el altar, que san-
tifica al presente A ?
|0 Pues el que jurare por el altar, jura
por él, y por todo lo que uta sobre él.
81 Y el que jurare por el templo. Jura
por él, y por Aquel que habita en el •.
88 Y el que jurare por el cielo, jura
por el trono de Dios**, y por Aquel que
está sentado sobre él.
83 ¡ Ay de vosotros, escribas y Fariseos,
hipócritas! porque diezmáis la menta,
y el eneldo, y el comino », y dejasteis lo
que es lo mas grave de la ley», m á taber,
el juicio, y la misericordia, ^ la £é : esto
era menester hacer, y no dqar lo otro.
/Mar. 13.84.
Lii.a0.40.
• Ito. 2. 21,
as.
» Lu. U. 46.
• Osp. 6. 1,
16.
¿Mar.lSJd,
•te.
Lu.ll.i8,
eto.
I JKsMtra.
•Cap. 6. 9.
/Cap.». 36,
27.
rPio.U.88.
£39. as.
«.14.11.
Bant». 4. «.
1 Ped. 6. 6.
n B*l« ver»o
no m haHa
«n otaiHo*
^empUartt,
&Oap.6.3a.
{ Osp. 15.14.
h Bx. 39. 87.
ysass.
¿30.6.3.
8»L26. 8.
"Cap. 5.84.
8SLU.4.
Is.66.1.
» Ln. U. 43.
•18a. U. 33.
A.P.38.
£L MATEO, XXIV.
A. o. a.
P Mar. 7. ft.
ele.
«Lo. 11. 44.
fHe«li.7.59.
1 Te. 2. U.
<OeB.15.lft.
1 Te. 2. Ift.
I CAp. 8. 7.
••Heeli.7.
'Heeli.&40.
T22.19.
2C«.11.S4,
2S.
yOeo.4.8.
•acr.».».
•Lq.1S.34.
* Qmp. 21. 9.
8aL 118.28.
•Mar.l&L
L1I.2L&
tlBej.».?.
Jer. 'i«. 18.
La. 19. 44.
<CH>.lS-a8.
40L
1 Te. S. 1,
etc.
•<aTe.2.8.
84 Guias degas, que coláis «1 aKMqaito>
mas tragáis el camello.
i5 ¡ Ay de Toaotros, escribas y Fariseos,
hipócritas! porque limpiáis lo tpu ettá
de Alera del vaso» y del plato' ; mas de
dentro est&n llenos «le robo y de in-
justicia.
86 Fariseo ciego, limpia primero lo
que uta dentro del vaso, y del plato,
para que también lo qu* eitá fuera se
baga limpio.
87 ¡ Ay de vosotros, escribas y Fariseos,
bipiVctitas ! porque sois sem^antes á se-
pulcros blamiueadosf ; que de fuera, A la
verdad, se muestran hermosos, mas de
dentro están llenos de huesos de muer-
tos, y de toda suciedad.
88 Así también vosotros, de fiícra, A la
verdad, os mostráis Justos i los hom-
bres, mas de dentro, llenos estáis de hi-
pocresía é iniquidad.
89 ¡ Ay de vosotros, escribas y Fariseos,
hipócritas! porque edificáis los sepul-
cros de los profetas, y adornáis los mo-
numentos de los justos,
80 Y decís : Si nieramos en los dias de
nuestros padres, no hubiéramos sido sus
compaflecos en la san|rre de los profetas :
81 Asi que testimomo dais & vosotros
mismos, que sois hijos de aquellos que
mataron £ los profetas r.
38 Vosotros tamitien henchid la me-
dida de vuestros padres*.
38 Serpientes, generación de víboras ',
¿ cómo evitaróis el juicio del infierno ?
34 Por tanto hé aquí, yo envió A vos-
otros profietas, y sablDs, y escribas ; y de
ellos á uuag mataréis» y crucificúéis,
y á otro» de ellos azotaréis « en vuestras
sinagogas, y perseguiréis de ciudad en
ciudad:
33 Para que venga sobre vosotros toda
la sangre Justa que se ha derramado
sobre la tierra, dóde la sangre de Abel
el justo y, hasta la sangre de Zacarías ■,
hijo de Barachlas, al cual matasteis en-
tre d templo y el altar.
36 De oiefto os digo, que todo esto
vcndiA sobre esta generación.
37 Jerusalem, Jerusalem*, que matas
A los uroftetas, y apedreas A los que son
enviados A tí ; ¡ cuantas veces quise Jun-
tar tus hijos, como la gallina junta sus
pollos debajo de las alas, y no quisisteis !
88 Hé aquí vuestra casa oí es dejada
desierta.
88 Porque os digo, que desde ahora no
me yex&ñ, hasta que digáis. Bendito él
que viene en el nombre del Señor*.
CAPITULO XXIV.
Pndiet Je$ut la ruina dt Jtnuaiem y «M
templo, y anuncia d jim diBcñMloi lo qiu
MuemitHa durant* la nromtdgaeíoa dal Svaa-
grlio, y en MI «e^wwla «««ufa. Lt$ tnrar^
que «Mn gümpre «n ««fai para que la ae-
guuda venida «o Im eqfa dúprepeuidce.
Y SALIDO Jesús, ibase del templo*;
y se llegaron sus discípulos, para
mostrarle los edificios del templo.
8 T respondiendo él, les d^o : ¿ Veis
todo esto? de cierto os digo, que no
serA diyada aquí piedra sobcé piedra,
que no sea derruida i.
8 T seotAndose él en el monte de las
Olivas, se llegaron A él ni# discípulos
aparte, diciendo : Dínos ¿ euando serAn
estas cosas, y qué seflsl habrá de tu
venida, y del fin del siglo* ?
4 Y respondiendo Jesús, les d^o : Mi-
rad que nadie os engaite^.
& Porque veudrAn muchos en mi nom-
bre, diciendo. Yo soy el Cristo: y A
muchos engnñaiAn.
6 Y oiréis guerras, y mmona de gucr-
ras: mirad que no os turbéis s porque
es menester que todo eeto acontezca;
mas aun no es el fin.
7 Porque se levantará nadmk contra
nación, y reino contra reino: y habiA
pestilencias, y hambres, y terranotos
por los lugares.
8 Y todas estas oosas, principio de do-
lore«.
9 Enténces os entregarán para ser afli-
gidos, y os mataián*: y seréis aborxeei*
dos dJe todas las gentes por cansa de mi
nombre.
10 Y mnehoe enténoes serán escandali-
udos/; y se entr^gaián unos A otros, y
unos A otros se aborreoerAn.
11 Y muchos fslsos profietas' se levan-
taran, y engañarán A muchos.
18 Y por haberse multiplicado la mal-
dad, la caridad de ranchos se resftíará.
18 Mas el que perseverare hasta ei fin^,
este serA salvo.
14 Y serA predicado este Evangelio áA
reino en todo el mundo *', por testimonio
A todos los Gentiles*; y entonces ven-
drá el fin.
15 ^ Por tanto cuando viereis la abo-
minación del asolamiento, que fué dicha
por Daniel/ profeta, que estaiá en d
lugar santo, {tí. que lee, entienda,)
16 Entonces los que eetén en Jadea,
huyan á los montes;
17 Y el que sobre tí. terrado, no desci-
enda A tomar algo de su casa ;
18 Y el que en el campo, no Todva
atrAs A tomar sus vestidos.
19 Mas ¡ ay de las preñadas «, y de las
que orlan en aquellos dias !
80 Orad pues que vuestra huida no aea
en invierno, ni en SAbado.
81 Porque habrá ent<hioes grande aflio-
cion M, cual no fué desde el principio del
mundo hasta ahora», ni senu
88 Y si aquelios dias no fuesen acorta-
dos, ninguna carne seria salva : mas por
causa de los escogidos^, aquellos cUas
serán acortados.
88 Entánoes si alguno os d^eie: Hé
aquí está tí Cristo, O allí f ; no creaia.
84 Poique se levantarán falsea Gxíatos,
y £slsos profetasr, y darán seüales gran-
des y prodigios'; de tal manera que
engañarán, si ee posible, aim A ka es-
cogidos'.
85 Hé aquí os to he dicho Antea.
86 Así que si os d^enn : Hé aquí en
el desierto está ; no salgáis : Ué ai|ul en
las cAraaras ; no creáis.
87 Porque como el relAmpago que sale
del oriente, y se muestra hasta el occi-
dente •, así será también la venida del
H^o del hombre.
88 Porque donde quiera que estuviere
el cuerpo muerto, allí se juntarán las
águilas'.
89 Y Y lu«go después de la aflieclcn de
aquellos dias, el sol se oscurécela, y la
luna no dará su lumbre, y las estvetlaa
caerán del cielo«, y las viitadca de loa
cielos serán conmovida^ :
80 Y entonces se mostrará la señal dtí
H\}o del hombre* en el cielo ¡ y enton-
ces lamentarán todos las tribus de la
tierra, y verán al H^Jo del hombre que
vendrá sobre las nubes del délo, con
grande poder y gloria'.
81 Y enviará sus ángeles! con gran vos
de trompeta», y juntarán ans esoogidoe
de los cuatro vieatos, de im cabo dd
cielo hasta d otro.
89 ^ De la higuera aprended la parA.
bola « : Üuando ya su rama se enternece,
y las hojas brotan, sabéis que d verano
eetá cerca.
83 Así también vosotros, euando vierds
• Jasa ni
I
rsFki.u :
I
*Ap.tlt,
íOsbl»!!
Bo.U.11
A^ai
ABe^U
14.
II)a.«.r.
yli.lL
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•La.SS.li
■Jar.».:.
•Oa.UL
tLB.17.»
>-«sr.S>lL
•8TS.19.
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A^U.It
rJwalA,
88.20.
S1h.lB.
•£a.l7.%
'Js»»»
Ia.B.1A
jiB.str.
Ha^l*
iad&ifc
Af.«.Il
Vis. 81.1
■DIS.7.U
•OBP.I&S-Í
Har.UAf
LB.tLS. I
A#.1.T. ,
*0ipt.U.4L
•10a. U.*
11^4.11 •
<lLa.SL» •
A.D.38.
a MATEO, ZZV.
A.D. 8S.
«8ti.i(a.
».
i>.a.s.
/Ue. 14. 7.
Bedi.L7.
1 Tes. 6.3.
'Lv. ir.as.
iPed.3.aO.
<Lb.13.3B.
40.
APL3.8.
7U-15.
kJér.S.l&,
0ftp.2S.2L
lTte.ff.8.
Cl*])b25.8a
«■a. 3. 29.
■.48.1.
0. 8. 9.
a.lS.8&
k S6.i.e.
todu catas ooMt, Mbad qvm «tá o«r-
oano, á 1m paeita».
M De cierto ot digo, fw no pasará asa
generación, que traas estas cotas no
aeontexoan.
85 El cirio 7 la tierra pasarán, mas
mis palabras no pasarán*.
88 ^ Empero del dia y hora nadie sabe,
ni aun loa ángeles de los cielos, sino mi
Padre solo/.
87 Mas como los dias de No4. asi será
la Tenida del Hijo del hombtef .
88 Poique como en los dias antea áA
dlloTio estaban comiendo y bebiendo,
casándose y dando en casamiento, hasta
el dia que Noé entró en el arcaS
89 T no cmwcieron hasta que Tino el
diluvio, y llevó á todos, asi será también
la Tenida del H^Jo del hombreí
40 Entonces estarán dos en el campo t
el uno será tomado, y el otro será de>
Jado:
41 Dos mcO**^ moliendo á un moli-
nillo ; la una será tonuuia, y la otra será
de>)ada.
43 ^ Velad pues'; porque no sabéis
á que non ha oe Teñir vuestro 8elk>r.
43 Esto empero sabed, que si el padre
de la ftmilia supiese á cual Tela el la-
dron habla de Teñir, Telaría, y no d^a*
ría minar su casa.
44 Por tanto tamUen Tosotros estad
apercibidos ; porque el HQo del hombre
ha de Tenbr á la hora que no pensáis.
45 ¿ Quién pues es el síctto ñel y pru-
dente, al cual puso su Señor sobre su
fismilít, para que les dé alimento á ti-
empo *?
46 BienaTentnrado aquel siervo, al
onal, cuando su Señor viniere, le hallare
haciendo asi.
47 De cletto os digo, que sobre todos
sus bienes le pondrá'.
48' Y si aquel siervo malo dijere en su
ooxazon: Mi tíeñor se tarda en venir ;
40 Y comenxare á herir «iw consiervos,
y aun á comer y beber con los borra-
ohos;
50 Vendrá el Señor de aquel siervo, en
éL dia que no espera, y á la hora que no
sabe**,
51 Y le cortará por medio, y pondrá su
parte con los hipócritas: alti será el
lloro, y el cngir de dientes ».
CAPITULO XXV.
/><w-áMcw d» las éin «frfWiM*, yd« lo» tclgn-
to»/ mnla* qiM /««• moiMia *ttar ew vdu
y ^Htar la» hnmat odros, para qvié no
MOMM eondtmaiM t% «M te^trnáa vmiáa
jr dJft'mo Juitio,
ENTONCES el reino de los cielos será
semc^Jante á diez vírgenes «, que to-
mando sus lámparas, salieron á recibir
al esposo b.
9 Y las cinco de ellas eran prudentes,
y las cinco fttuas.
8 Las que eran fatuas, tomando sus
lámparas, no tomaron consigo aceite « :
4 Mas las prudentes tomaron aceite en
sus vasos, Jimtonwmte con sus lámparas rf.
6 Y tardandose el esposo, cabecearon
todas, y se durmieron*.
0 Y á la media noche fliá oido un cla-
mor: Hó aquí, el esposo viene, salid á
recibirle.
7 Entonces todas aquellas vírgenes se
levantaron, y aderezaron sus lámparas.
8 Y las &tttas dijeron á Xta prudentes :
Dadnos de vuestro aceite ; porque nues-
traa lámparas se apagan/.
O Mas las prudentes respondieron, di-
ciendo ; Ponjue no nos falte á nosotras
y á vosotrast id antes á los que venden,
y comprad g para vosotras.
10 Y mientras qiM rilas iban á com-
prar, vino el esposo ; y las que estaban
aperoiUdas, entraron con él a las bodas,
y se cerró la puerta*.
11 Y después vinieron también las o-
tras vírgenes, diciendo: SeiVor, Señor i,
ábrenos.
18 Mas respondiendo él, d^Jo : De oior-
to os digo, jáe no os conozco.
18 Velad pues*, porque no sabris el
día ni la hora en que ri Hijo del hombre
ha de venir.
14 5 Porque et como un hombre que
partiOMiose l^oaJ llamó á sus siervos, y
les entregó sus bienes.
15 Y á este dló cinco talentos, y al
otro dos, y al otro uno ; á cada uno ccm-
fbrme á su íkcultadM, y luego se partió
«Üos.
10 Y ri que habla recibido cinco talen-
tos se Alé, y grai^jeó con ellos, é hizo
otros cinco talentos.
17 Admismo ri que Aa6<a rediddo dea,
gimó también él otros dos.
18 Mas el que habla recibido uno, fhé,
y cavó en la tierra, y escondió ri dlnMO
de su señor.
19 T después de mucho tiempo* vino
el señor de aquellas siervos, é hizo cuen-
tas con ellos •.
90 Y llegando el .que haUa recibido
cinco talentos, íxtijo otros cinco talen-
tos, diciendo: Señor, cinco talentos me
entregaste ; hé aqui otros cinco talentos
he ganado sobre rilos.
31 Y su señor le d^o: Bien, buen sier-
vo y fiel ; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré j> : entra en el gozo de
tu señor.
33 Y llegando también el que haUa
recibido dos talentos, d^o: Señor, dos
talentos me entregaste; hé aqui otros
dos talentos he gaiudo sobre ellos.
33 Su señor le d^o : Bien, buen siervo
y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te ponchré : entra en el gozo de
tu señor.
34 Y llegando también el que haUa re-
cibido un talento, dijo: Señor, yo te
conocía que eres hombre duro, que sie-
gas donde no sembraste, y recoges donde
no ecparelsto :
35 Y tuve miedo, y ftii, y escondí tu
talento en la tierra : hé aquí tienes lo
que et tuyo.
36 Y respondiendo su sefknr, le d^o:
Malo y negligente siervo 9, sabias que
siego donde no sembré, y qtte recojo
donde no esparcí r :
37 Por tanto te convenia dar mi di-
nero á los banqueros; y Tiniendo yo,
hubiera recibido lo que ee mió con
usura.
88 Quitadle pues el talento, y dadfo al
que tieno diez talentos.
39 Porque á cualquiera que tuviere, le
será dado, y tendrá mas«: y al que no
tuviere, aun lo que tiene le será qui-
tado.
80 Y al siervo intitil echadle en las ti-
nieblas de aftiera : allí será ri lloro, y ri
crujir de dientes '.
81 ^ Y cuando el Hijo del hombre
venga en su gloria*, y todos los santos
ángeles con él, entonces se sentará sobre
el trono de su gloria.
83 Y serán reunidas delante de él todas
las gentes: y loa apartará los unos de
los otros*, como aparta ri pastor las
ovejas de los cabritos ;
88 Y pondrá las ovejas á su derecha, y
los cabritos á la izquierda.
84 Entonces el Rey dirá á los que eeta-
rán á su derecha: Venid, benditos de
mi Padre, heredad* el rrino' prepara-
A La. 13.35.
«Cap.7.8L
23.
Heb. 12.17.
«Gap. 24. 43,
Har.18.8S,
•"Mí.
La. 31. 86.
'Lo. 19. 12,
eto.
•Bo.12.6.
■wir.S.
Cap. 24. 48.
• Bo. 14. 10.
2 Co. 5. 10.
r La. 12. 44.
y 'iS. 2».
Au. S. 21.
Cap. 21.47.
9 Lo. 19. 22.
«-Jada 18.
«Cap. 18. 12.
Mar. 4. 85.
La. 8. 18.
y 19. 26.
«Cap. 8. 12.
•Üap.16.27.
y 10. 38.
Da. 7. 14.
Zso.14.5.
Mar. 8. 88.
Hech.1.11.
1T^4.16.
3 Tta. I. 7.
Jada 14.
Ap.1.7.
•Gap. 13.40.
" Bo. 8. 17.
lF0d.l.4.
ylTflL2.I3.
Heb.12.38.
A.D.9Í.
& MATBO, XXVt
A.B.SS.
( 1 Oa. 2. 9.
Héli.11.16.
• Pr. 1». 17.
Mar. 9.41.
Heb.6.ia
» Cap. 7. 28.
Ln. 18. 27.
«CAp.lS.40,
42.
Ap. 14. U.
d Ap. 90. 10.
•HeclL9.6.
/Da. 12. 2.
Juan 5. 29.
•Mjur.14.1.
etc.
Iin.B2.1,
etc.
JmilS.1,
éic.
tjnaii 11.49.
"Mar. 14. 3.
dJmulL
1.2.
712.8.
t Or./ Por-
quÍMte
miptrdi-
tiof
• Db. Ifi. 11.
/Joan. 14.
19.
y 17. 11.
do« para vesotro» dnde la ftmdacAón
del mundo.
85 Porque tuve hambre, y me ditteia
de comer ; tuve wd, y me cUsteis de be.
ber ; fui huésped, y me recogisteis ;
86 Desnudo, y me cubristeis ; ennrmo,
y me Tisitasteis ; estuve en la o&roel, y
Tlnisteis i mi.
87 Entonces los Justos le responderán,
diciendo: Seitor, ¿ cuándo te Timos
hambriento, y U sustentamos ? ¿ ó sedi-
ento, y te dimos de beber ?
88 ¿ Y cuando te Yimos huésped, y te
recegimoft ? ¿ ó desnudo, y te cubrimos ?
89 ¿ O cuando te vimos enfermo, ó en
la cárcel, y vinimos á tí ?
40 T respondiendo el Rey, les dirá;
De cierto os digo, que en cuanto lo hi-
cisteis á uno de estos mis hermanos pe-
queflitos, á mi lo hicisteis*.
41 Entonces dirá también & los que
ealaróm á la izquierda: Aportaos de
mi A, malditos, al taega eterno « pre-
parado para el diablo rf, y para sus án-
geles.
4S Porque tuve hambre, y no me dis-
teis de comer ; tuve sed, y no me disteis
de beber :
48 Fui huésped, y no me recogisteis;
desnudo, y no me cubristeis ; enfermo,
y en la cárcel, y no me visitasteis.
44 Entonces también ellos le responde-
rán, diciendo: Señor, ¿ cuándo te vimos
hambriento, ó sediento, ó huésped, ó
desnudo, ó enfermo, é en la cárcel, y
no te servimos ?
45 Entonces les responderá, diciendo:
De cierto os digo, fue en cnanto no U>
hicisteis á uno de estos pequeñitoe, ni á
rníto hicisteis*.
46 £ irán estos al tormento eterno; y
los justos á la vida eterna/.
CAPITULO XXVI.
Oena da Jenu en Bethatiia, donde urna mufer
derrama lobre ñ bdbatao. Cena del eor-
dero patettal en Jerueedem, en la «tal üxt-
Ua ae la traición de Judae. Jnetiíueion
de la Cena dd SeUor. Su prisión, y aenfen-
eia eantíra fl id Baneártn. Nenaeiont y
arr«pmttiM'«Rto de San Pedro,
Y ACONTECIÓ que como hubo a-
cabado Jesús todas estas palabras,
dtjo á sus discípulos :
5 Sabéis que dentro de dos dias se hace
la pascua*, y el Hijo del hombre es en-
tregado para ser crucificado.
8 ^ Entonces los principes de los sa-
cerdotes, y los escribas, y los ancianos
del pueblo se juntaron al patio del pon-
tífice, el cual se llamaba Caifas b.
4 Y tuvieron consejo para prender por
engaJVo á Jesús, y matar/e.
6 Y decían : No en el dia de la fiesta,
porque no se haga alboroto en el pueblo.
6 ^ Y estando Jesús en Betania, en
casa de Simón el leproso «,
7 Vino á él una miger, teniendo un
vaso de alabastro de ungüento de gran
precio^, y lo derramó sobre la cabeza
de él estando sentado á la mesa:
B Lo cnal viendo sus discípulos, se eno-
jaron, diciendo: ¿Por qué se pierde
estof?
9 Porque esto ungttento se podía ven-
der por gran precfo, y darse á los po-
bres.
10 Y entendiéndolo Jesús, les d^:
¿ Por qué dais i>ena á esta miyer ? pues
ha hecho conmigo buena obra.
11 Porque siempre tendréis pobres con
vosotros*; mas á mi no siempre me tim-
dréi»/.
19 Porque echando este ungttento so-
bre mi cuerpo, pera sepultarme lo ha
hecho.
15 De cierto os digo, qme donde quien
que este Evangelio fóere predicado en
todo el mundo, también será dicho para
memoria de ella lo que esta ha hecho.
14 1f Entonces uno de los doce, que se
llamaba Jlidas Iscariotey,faé á loa pvín-
cipes de los sacerdotes,
16 Y les dijo: ¿ Qué me queréis dar, y
yo os le entregaré ? Y ellos le seitalaron
treinta púxcM de plata A.
16 Y desde entrniees buscaba oportuni-
dad para entregarte.
17 Y T el primer dia de ImJUsta. de los
panes sin levadura*, vinieron los discí-
pulos á Jesús, diciéndole : é Dónde qui-
eres que aderecemos para tí para comer
la pascua?
18 Y él dijo: Id á U ciudad & cierto
hombre, y decidle: El Maestro dice. Mi
tiempo ¿tá cerca ; en tu casa haré la
pascua con mis discípulos.
19 Y ios discípulos hicieron como Jems
les mandó, y aderezaron la páseme
90 Y Y como fué la tarde del dia, se
sentó á la mesa con los doce.
91 Y comiendo ellos, dijo: De cierto
os digo, que uno de vosodros me lia de
88 T entristecidos dios en gran mane-
ra, comenzó cada uno de ellos á deoixle :
¿ Soyyo, Señor ?
98 Entonces él respondiendo, dijo : El
que t mete la mano eonm^ en el plato,
ese me ha de entregar'.
84 A la verdad el Hijo del hombre va,
como está escrito de él * ; mas j ay de
aquel hombre por quien el Hiio dd
hombre es entregado f bueno le fbeía al
tal hombre Ao haber nacido.
95 Entonces respondiendo Jddaa, qne
le entregaba, dijo : ¿ Soy yo. Maestro ?
Dícele : Td lo has dicho.
86 ^ Y comiendo dios, tomé Jeana el
pan, y bendijo, y lopartió t, y dio á sos
discíiralos, y di^o : Tomad, comed ; esto
es mi cuerpo.
87 Y tomando el vaso, y hedías gra-
cias, se les dio, diciendo : Bebed de él
todos;
88 Porque esto es mi sangre del Nuevo
Pacto", la cual es derramada por mu-
chos para remisión de los pecados.
99 Y os digo, que desde ahora no be-
beré mas de este finito de la vid, Itaata
aquel dia, cuando lo tengo de beber
nuevo con vosotros en el reino de mi
Padre*.
80 Y Y habiendo cantado el
salieron al monte de las Olivas.
81 Entonces Jesús les dice: Todos
otros seréis escandalizadas en mi
noche j»; porque escrito está : Heriré al
Pastor, y las ovejas de la manada serán
dispersas 9.
38 Mas después que haya resucitado»
iré delante de vosotros á Galilea r.
33 Y respondiendo Pedro, le d^o:
Aunque todos sean escandalizados en tí,
yo nunca seré escandalizado.
84 Jesús le dice : De cierto te digo, qne
esta noche, antes que el gallo cante, me
negarás tres veces *.
85 Dícele Pedro : Aunque me sea me-
nester morir contigo, no te negaré. Y
todos los discípulos dUeron lo nusmo.
86 ^ Entonces llego Jesús con cites á
la aldea, que se llama Getaemanil, y
dioe á sus discípulos: Sentaos aqa¿
haste que vaya alU, y ore.
87 Y tomando á Pedio, y á los dos
hijos de Zebedéo, comenzó á entriste-
cerse, y á angustiarse en gran manera.
88 Entonces Jesús les dice: Mi
está muy triste, hasta la maerte< : qi
daos aquí, y velad conmigo.
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fcCaB.V.k.
iblll,
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ftJmalXS.
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7 55.11,13.
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•Caa.8.11.1
La.l4.U
Ap.l9L».
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98.:.
'JoMlue. ;
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1:
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.ica.
iiái.
«8U.U&X
ls.Sd.l.U
& HATEO, XXVn.
A.]>.SS.
S. HATEO, XXYIL
i.siss>
'Ct9.».f».
/H«r. 15.6.
•«o.
I Jenu Bat-
rabá».
La. 23. 17,
•te
•te.
fOen.S7.ll.
Xe.4.4.
ilJOMLl.
• H«di.8.14.
*Cap.St.
SS,».
'De. 21. 6.
" Jot. 3L 19.
Heb.fi. 28.
• ii. sa. fi.
Lu.18.88.
• B«L 6B. 19.
20.
rBdL6B.21.
«M.22.18.
Mar. U. 91.
eto.
Lv.a8.88,
eto.
Jnaa 19.23,
etc.
'la. 58. 12.
de loa asoerdotea, j por kM andaiioa,
nada reapondió*.
18 Pilato eatánet» le dice: ¿ No ojct
cuantaa coaaa testifican contra ti ?
14 Y DO le reapondld ni ana |>alabni ;
de tal manera que tí. preaideote ae ma-
raTíllaba macho.
16 Y en el día de la ficata acoatombra-
ba el presidente soltar al pueblo un pre-
ao, cual qulaieaen/.
10 Y tenían entónoea un preso £smoao,
que se llamaba Barrabás |.
17 Y jantoa ellos, lea dijo Pilato : ¿ Ou>
41 queréis que os suelte ? c & Barrabás,
ó á Jesús, que se dice el Oriato ?
18 Porque saUa que por envidia le ha-
blan entregado 0.
19 Y estando él sentado en el tribunal,
su mtger envió á él, diciendo : No ten-
Ki que ver con aquel justo A ; porque
j he padecido muchas cosas en sueños
por causa de él.
90 Mas loa príndpea de loa aaoerdotea,
y loa ancianos, persuadieron al pueblo
que pidiese & Banab4s •', j á Jesús ma-
tase.
SI Y reapondiendo el preaidente lea
dyo: ¿ Cuál de loa doa queréis que oa
suelte ? Y ellos dieron : A Barrabás.
9:2 Pilato les dijo: ¿ Qué pues haré de
Jesús que se dice el Cristo ? Dícenle
todoa: Sea crucificado.
88 Y el preaidente ka d^o: Puea ¿qué
mal ha hecho ? Mas ellos gritaban mas,
diciendo : Sea crucificado k,
94 Y viendo Pilato que nada adelan-
taba, antes se hacia mas alboroto, to-
mando agua se lavó laa manca t delante
áA pueblo, diciendo: Inocente aoy yo
de la aangre de este Juato : verélafa voao-
tros.
95 Y respondiendo todo el pueblo, dijo :
Su aangre tea aobre nosotros, y sobre
nuestros hijos "».
96 Entonces lea soltó 4 Barrabás: y
habiendo azotado « 4 Jeaua, le entregó
para aer crucificado.
97 ^ Entónoea loa aoldadoa del preai-
dente llevaron a Jeaoa al pretorio, y jun-
taron 4 él toda la cuadrilla ;
98 Y desnudándole, le echaron encima
un manto de grana :
99 Y pusieron sobre sn cabeza ana co-
rona tejida de eapinas, y una calla en su
mano derecha; é hincando la rodilla
delante de él, le burlaban*, diciendo:
Salve, Rey de loa Judioa.
30 Y eacupiendo en él, tomaron U
caña, y le herían en la cabeza.
81 Y deapuca que le hubieron eaoame-
cido, le desnudaron el manto, y le visti-
eron de sus vestidos, y le llevaron para
crucificara.
89 Y saliendo hallaron 4 un Oirenéo,
que se llamaba Smon : 4 este cargaron
para que llevase sa crux.
88 Y como Ufaron al lugar que ae
llama Oólgotha, que ea dicho. El lugar
de la Calaveta,
84 Le dieron 4 beber vinagre mez-
clado con hielj»; y gustando, no quiso
beber/o.
35 Y después que le hubieron orueifi-
cadoff, repartieron sus vestidos, echando
suertes: para que se cumpUeae lo que
fué dicho por el profeta : Se repartieron
mis vestidos, y sobre mi ropa echaron
suertes.
86 Y sentados, le guardaban allí.
87 Y pusieron sobre su cabeza su cauaa
escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY
DE LOS JUDIO&
88 Entónoea emelfioaron oon él doa
ladronear ; uno 4 la derecha, y otro 4 la
izqaicnia.
2» ^Ylo» que pasaban, ie daeian In-
jurias, meneando sua cabaos ',
40 Y dieiendo : Td, el que derribas d
templo de Diw, y en tres días lo reedifi-
cas <, s41vate 4 tí mismo : ai erea Hijo de
IMos, desciende de la cruz.
41 De esta manera también loa mfnd-
pea de los aacerdotes escaniecienoo, con
los escribas, y loa Fariaéoa, y loa anda-
noa*, decían:
49 A otroa aalvó, 4 af ndimo no puede
aalvar : ai es el Rey de ^Bél, deadenda
ahora de la cruz, y creenmoa en él.
43 Confió en Dioa; líbrele ahora*, ai
le ouiere: poique ha dicho: tíoy Hijo
de Dioa*.
44 Lo miamo también le zaherían loa la-
drones, que eataban cmcificadoa oon él.
45 Y desde la hora de sexta ftieron ti-
nieblas aobre toda la tierra boata la hora
de nona.
46 Y cerca de la hora de nono, Jeaoa
exclamó oon grande voz, diciendo : Eli,
Eli, ¿ lama aabochtfaani ? Kato ea : Dioa
mió. Dios mío, ¿ Por qué me has dea-
amparado y?
47 Y algunos de los que eaUban allí,
oyéndoA», decion: A Eliaa llama este.
48 Y luego corriendo uno de «dios,
tomó una esponja, y ta hinchió de vi-
nagre', y poniéndola en una cafla, d4-
bale de beber.
49 Y los otros decían: Deja, veaotoa ai
viene Eliaa á librarle.
50 Maa Jeaua habiendo otia ves «ada-
mado con grande voz, dio el espirita.
61 Y hé aquí el velo del templo* ae
rompió en des, de alto 4 bajo; y la tierra
tembló, y laa piedras se hendieron ;
59 Y abriéronse los sepuleroa: y ma-
chos cuerpos de santos, que haUan dor-
mido b, ae levantaron,
58 Y salidos de los sepoleroa, di
de au rcaurreeeion*, vinieron 4 la
ciudad^, y aparecieron 4 muehoa.
64 Y el centurión, y loa que eataban
oon él guardando 4 Jeaua, visto el ter-
remoto, y laa ooaaa que hablan aide
hechaa, temieron en gran manera, di-
ciendo: Verdaderamente H^o de Dioa
en este«.
55 Y eataban allí muchaa mi^Jcrea nal.
rando de léjoa, laa cualea habion aagiildu
de Galilea á Jeaus, airviéndole/;
66 Entre laa cualea eataba María Mag-
dalena, y María la nuKire de Jooobo j
de Joaé, y la madre de loa hijoa de Ze-
bedéo.
67 Y Y como ftié la tarde del dla^,
vino un hombre rico de ArimatdaA,
llamado José, el cual también
aido diacípnlo de Jeaua.
66 Este llegó 4 Pilato, y pWÓ d
de Jesús i entónoea Pilato mandó qi
le dJese el cuerpo.
60 Y tomando Joaé d eucrpo, le en-
volvió en una sábana limpia,
60 Y lo puso en su aepaícro noevo',
que habla labrado en la polka ; y re vuelta
una grande piedra 4 la puerta del aepvl-
oro, se filé.
61 Y estaban allí María Magdalena*,
y la otra Mario, switodaa dáoate dd
sepulcro.
69 Y Y d siguiente dio, que ea
de la preparación, se Juntaron loa
cipes de loa sacerdotes y loa Farla¿oa 4
Pilato,
68 Diciendo: Befior, not ooordamoa qne
aquel engailador d^o, viviendo oaa,
Despuea áe tr«a diaa resueltaié'.
64 Manda, puea, que se aetguia d ae-
palcro hasta d día teracro; porque no
vengan aua diacípuloa de nodio, y lo
hurten «>, y digan ai pnablo, RaaoclMt
«cs^aia
•H.&ML
u.B.a
• iiLa.1
•Jnava.
y]fi.3BkS.
rSaLS.!.
La.lfi.S.
U.
8Cr. S. 14
Heh.9.lL
yl0.ta.A
ftDkU.1
lAs-ca
•< 0^4.1
La.2S.«:
wma.íSA
Lo. ti a.
41fli.Ll.
.I&Ml
ni dlulpili
EL SANTO EVANGELIO DE NUESTRO
SEÑOR JESU CHISTO SEGCN
8. MARCOS.
Jam .Lni. di Niim*S^W114«, ', fü
A.D.St
8.MAB00S, n.
4.0.9.
(lutr.».
•Lv.488,
+ Gr. ¿Qui
váur
'MAt.8.14.
Xa. 4. 88.
yli.6Ll.S.
'lUtS-X
•II0T.14.2,
82.
1 6r. Pat«
luUmonio
18 Y iQCg», df^adM rat f«dM, le si-
guiaron.
10 Y paundo de allí mi poco mas adco
lante, vló á Jaoobo, h^Ja de Zebedéo, y
á Juan SQ herreatto, también ellos en el
navio, que aderezaban las redes.
80 Y luego los Uamó : y dejando á sn
padre Zebedéo en el bareo con los Jor-
naleros, fueron en pos de él.
il ^ Y entraron en Oapemaum ; y
luego los Sábados entrando en la sina-
goKa, enseftaba.
S2 V se admiraban de su doctrina ; por-
que los enseñaba como qnlen tiene po-
testad, T no como los eaoiibast.
83 Y había en la sinagoga de ellos vn
hombre con espíritu inmundo, el oaal
dio voces*,
84 Diciendo : ¡ Ah ! ¿ Qué f tienes con
nosotros, Jesús Nazareno ? ¿ Has ve-
nido á destruimos? 8é quien ana, el
Santo de Dios.
26 T Jesús te «ifló, dieiendo : Etimu-
dece, T sal de él.
88 Y el
espíritu inmundo, haciéndole
pedazos, j clamando á gran voz, sallé
de él.
87 Y todos se maravillaron, de tal ma-
nera que inquirían entre sí, diciendo:
¿ Qué es esto ? ¿ Qué nueva doctrina es
esta, que con potestad aun 4 los espíri-
tus inmundos manda, y le obedecen?
88 Y vino lumo su uma por toda la
provincia alrededor de Galliúa.
88 ^ Y luego saliendo de la sinagoga,
vinieron á casa de Simón y de Andies*,
con Jacobo y Juan.
80 Y la suegra de Simón estaba acos-
tada con calentura ; y le hablaron lu(^
de ella.
81 Entonces llegando él, la tomó de
su mano y la levantó; y luego la dejó
la calentura, y les servia.
88 ^ Y cuando fué la tarde, luego que
el sol se puso, traían 4 él todos los que
tenían mal, y oademoniadoa.
as Y toda la ciudad se juntó á la pu-
erta.
84 Y sanó 4 machos que estaban en-
fermos de diversas enfermedades ; y echó
fViera muchos demonios; y no dejaba
decir á los demonios que le oonocian.
85 ^ Y levantándose muy de mañana,
aun muy de noche, salió y se fué 4 un
higar dñierto, y allí oraba.
88 Y le siguió Simón y ios que estaban
con él ;
87 Y hallándote, le dicen: Todos te
buscan.
88 Y les dice : Vamos 4 los lugares ve-
cinos, para que predique también allí ;
porque para esto he venido'.
30 Y predicaba en las sinagogas de
ellos en toda Galilea, y echaba ftiera los
demonios.
40 ^ Y un leproso vino 4 él «, rogán-
dole} é hincada la rodlUa le dice: Si
quieres, puedes limpiarme.
41 Y Jesús teniendo misericordia de él,
extendió su mano y te tocó, y le dice:
Quiero ; sé limpio.
48 Y así que nubo él hablado, la lepra
se filé luego de aquel, y fué limpio.
48 Entonces le apercibió, y despidióle
luego,
44 Y le dice: Mira no digas á nadie
nada ; sino vé, muéstrate al sacerdote, y
oftece por tu limpieza lo que Moiaá*
mandó, para t que les conste.
46 Mas él salido, comenzó 4 publicarlo
mucho, y 4 divulgar el hecho, de ma-
nera que ya Jesús no podía entrar ma-
nifiestamente en la ciudad, sino que
estaba fliera en los lugares desiertos ; y
venian 4 él de todas partes.
OAPITULO II.
Omn Jtmu á nm paraUUeo am prueba <b mí
jMtMtai df permtmr pmtám. llama tá
apaitoíai» á Lt9€4 Mttmo, tititaAat dt In-
Mitos/ f reprím» eow m doetrimm d ttrgmKo
i Mfgenttá á» lo» WariaÍM.
Y ENTRÓ otra ves en Oapemanm
deápues de o^nos diaa ; y ae oyó
que estaba en casa.
9 Y luego se juntaron 4 é\ muchos,
que ya no cabían ni aun 4 ta puerta ; y
tes wedicaba la patebra.
8 Hntónoea vinieron 4 él tnios Cravendo
un paralítieo*, que era traído por ca-
Btro.
4 Y como no podian llegar 4 él 4 causa
del gentío, descubrieron d techo de don-
de estaba, -y haciendo abertura, ti^jaron
el leeho en que yaoia el paralítieo.
6 Y viendo Jesús la fe de «Uos^, dice
al paralitico : Hijo» tus pecados t* aon
peñlonados.
8 Y estaban allí sentados algnnoa de
tes asofilMa, loa cuates
7 Deotan : ¿ Por qué habla este blaa-
f^ias ? i Quien puede perdonar pcea-
dos^no f solo Dios ?
8 Y eonodendo lu^o Jesús en sn ea-
pírltu que pensaban así dmtro de ai
mismos, les iliUo : ¿ Por qué pensáis es-
tas cosas en vuestros coraaones 7
O i Qué es mas fácil : Deetar al paxalí-
tíoo. Tus pecados te son perdonados ; ó
deeirte: Levántate, y toma ta lecho y
anda?
10 Pues para que sepáis que el HUo
del Hombre tiene potestad en la ticnm
de perdonar los pecados*, (dioe al pa-
ralítico),
11 A tí digo: Lerántate, y toma ta
lecho, y vete 4 tu casa.
19 Entonces U se levantó luego, y
tomando su lecho, se salió delante de
todos; de manera que todos se asom-
braron, y Glorificaron 4 Dios diciendo:
Nunca tel hemos visto.
18 Y Y volvió á salir 4 te mar, y toda
U gente vente 4 él, y tes enseftaha.
14 Y pasando vio 4 Levi^t, l^jo de
AXléo, sentado 4 la aduana, y te dice:
Sigúeme. Y levantándose, le siguió.
16 Y aconteció que estando Jesús & la
mesa en casa de él, muchos publlcanoa
y pecadores « estaban también 4 te mesa
juntamente con Jesús y con sos diaci-
KIos: poique habte muchos, y te taa-
in seguido.
18 Y los escribas y tes Fariseos, tí-
éndote comer con los publlcanoa, y con
los pecadores, dijeron 4 sus discfpnlf» :
i Qué es esto que él come y bebe coa los
publícanos y con los peeadorea ?
17 Y oyéndo/o Jesús tes dice i Los sa-
nos no tienen necesidad de médloo, mas
los que tienen mal/. No he venido 4
Itemar 4 tooustos, sino tes peeadoies al
arrepentimientos.
18 if Y los discípulos de Joan, y de
los Fariseos ayunaban i y vi(
«te.
Le-V».
ote.
»Bs^li.S.
t Gr. ftima
'Hecfc.Sa
'MaA.9^».
La.«.S:.
'La.U.L&
dicen : ¿ Por qué los diseípolos de Juan,
y Im de los Fariseos ayunan, y toa dis-
cípulos no ayunan ?
10 Y Jesús les dice : ¿ Pueden ayunar
los que est4n de bodas, cuando Á Ka-
poio est4 con ellos? Entretanto
tienen consigo al Esposo no
ayunar.
90 Mas vendían dias, euaade el
les será quitado, y encdnoca «
días avunar4n *.
91 Nadie echa remiendo de paAo redo
en vestido vi^o ; de otra manen el mis-
rao remiendo nuevo tira del v^fo, y la
rotura se hace peor.
/Hat 9. 11
f Ia.H.;.
La-Ui K
ICb.*.».
U.
ITLl. tS.
I&4
LD.SL
& HAB008, m, lY.
▲. D. 81.
> Job 82. 19.
)lhtl3.1,
•te.
La.6wl,
etc.
/Ora. 33. 85.
"i8ik.n.<.
■Kx.aa.83,
Ln.U. 9.
• Veh. 9. 14.
b. 68.18.
k.ao.12.
SOL
rOoL3.Ift,
*lfatUL9,
■le.
flie.
U. 14 1.
0Í.8.S.
.16.
Hat. 13. U.
-U.14.
Ut-lXU.
14.14.
^■p. 1. M.
a. 4.41.
tei».i.as,
l««Ll0.1.
■. 9. 1.
BAB 15.18.
1.43.
er.33.99.
tS Ni nadie celia vino niravo en odrm
TiqM; de otia nnaaia el vino nuevo
rompe lo* odres, j le derrama el ▼ino,
7 loe odres le pieiden'; mas el tído
miero en oilres nnevo* ae ha de eohar.
88 Y T aconteció que pasando él per
loa sembrados* en Sábado, sos dlsei-
pulos andando, oomenzaron 4 artanoar
espigas'.
84 Entonces los Fariseos le dijeron i
Há aqni, ¿ Por qué hacen tus diM^ftilo$
en Binado lo que no es licito ?
SS Y A les dijo : i Nunca leUtels qoé
hizo David • cuando taro necesidad, j
tnvo hambre, él j les que con él «-
teten r
80 Como entnS en la casa de Dios, si.
endo Abiatar samo Pontífice, y comió
loe panes de la proposición*, de los
cuales no es Ücito comer sino á lo* sa-
ceidotes, j ann dló á los que con él
estaban?
87 TamMen les dlJo : El Sábado per
causa del hombre • es hecho ¡ no el hom.
bre por causa del Sábado^.
88 Asi que el Hi¡o del Hombre es 8e.
flor aun oel Sábado.
CAPITULO III.
Jmtu tmra á «« hcmbn qiu iciito «la momo
meat «t Mfittdo ile mudto pmMo: ttíft á
Im rfOM apÁto/<f, y r«»ptmdi con aritotrablt
mafiMditmbrv 4 im dia(«n'of y Ua^mUa$
d* lot *$eribai. »
"VT OTRA vea entró en la sina^foga*;
j habla alli un hombre que tenia
8 Y le aoechaban si en Sábado lo sa»
naria, para acusarte K
8 Entonces d^ al hombre que tenia la
mano seca: LeiWntate en medio.
4 Y les dice, <> Es lícito hacer bien en
Sábados, ó hacer mal* ? ¿ Salvar la vi.
da, ó quitarla ? Mas ellos callaban.
& V miráadoloe alrededor con enojo,
oondoledéndose de la ceguedad de su
corazón, dice ai hombre: Extiende tu
mano. Y la extendió, y su mano fué
restituida sana come la otra.
6 ^ Entonces saliendo los Fariseos to-
maron oonsf^o con los Herodianos ^ con-
tra él, para matarle.
7 Mas Jesús se apartó á la mar con
sos discípulos : 7 le siguió gran multi-
tud de Oaliléa, y de Judéa*,
5 Y de Jerusaiem, 7 de Iduméa, 7 de
la otea parte del Jordán : 7 lo* que mo-
raban alrededor de Tiro 7 de Sidon,
grande multitud, oyendo cuan grandes
oosas hacia, vinieron á éL
9 Y dijo á sus discípulos que le estu-
viese siempva apereibida la barquilla,
por causa del goitio, para que no le
oprimiesen.
10 Porque hahia sanado á muchos/;
de manera que calan sobre él cuantos
tenían pltigas, por tocarle.
11 Y los espíritus Inmundo* y, al verle,
ae postraban delante de él, y daban vo-
oca, dioiendo : Til eres el H^io de Dios.
18 Mas él les valUa mucho que no le
manifestasen*.
18 Y Y SUMÓ al monte*', 7 llamó á sí
loa que él quiso*; v vlniecon á él.
14 Y Cktabledó doce para que estuvi«
aeen con él, 7 para enviarles á predicar,
15 Y que tuviesen potestad de sanar
anlsmieaadcs, 7 de echar fliera demo-
nios:
M A Simón, al cual puso ptf nombre
Pedroi;
17 Y á Jaoobo h{jo de Zebedéo, 7 á
Juan hernaano de Jaoobo; 7 les ape-
llidó Boanerges, que es, HÚos del tru-
eiMtsi:
18 Y á Andrss, 7 á Felipe, 7 á Barto-
lomé, 7 á Mateo, 7 á Tomás, 7 á Jacobo
*Óo de Alféo, 7 á Tadéo, y á Simón el
Oananéo*.
19 Y á Judas Iscariote, el que le en-
tregó : 7 vinieron á oasa.
80 Y agolpóse de nuevo la gente; de
modo que ellos ni aun podían comer
pan*.
81 Y como Id o7CFon los snyos, vinieron
para prenderle; porque deciim: Está
fliera de sí.
88 if Y los eseribas que hablan venido
de Jerusaiem, deelan que tenia á Beel-
■•bubji; 7 que por el principe de los
demonios echaba ftiera los demonios.
83 Y haUéndoies llamado, les decía en
parábolas : ¿ Cómo puede Satanás echar
fuera á Satanás ?
84 Y si lUgun reino contra sí mismo
fuete dividioD, no puede permanecer el
tal reino.
86 Y si o^MMi casafiíere dividida con-
tra sí misma, no puede permanecer la
tal oasa.
86 Y si Saunás se levantare contra sí
mismo, 7 ftiere dividido, no puede per-
manecer : antes tiene fin.
87 Nadie puede saquear las f alhajas
del valiente entrando en su casa, si an-
tes no atare al valiente*, 7 entonces
saqueará su casa.
88 De cierto os digo qtu todos los peca*
dos serán perdonados á los hijos ele los
hombres, y las blasfemias oualesquiera
con que blasfemaren r ;
89 Mas cualquiera que blasitomáie con-
tra el Espíritu Santo, no tiene jamas
perdón*, mas está expuesto á eterno
Juicio f.
au Porque decían: Tiene espíritu in.
mundo.
81 ^ Vienen ( después sus hermanos 7
su madre, 7 estando fuera, enviaron á w
llamándole.
88 Y la gente estaba sentada alrededor
de él, 7 le dijeron : Hé «qui, tu raadi« 7
tus hermanos te buscan fuera.
83 Y él les respondió diciendo: ¿ Quién
es mi madre 7 mis hermanos ?
84 Y mirando á los que estaban senta-
dos alrededor de él, dijo : Hé aquí mi
madre y mis hermanos.
86 Pcnniue cualquiera que hiciere la vo-
luntad de Dios*, este es mi hermano,
y oki liermana, y mi madre.
CAPITULO IV.
Parábola M tmbutdar, y m «mltMcioa. £a
Itw uibn ri eoK^titro^ BtnaUa q%t «oe* y
«rtct durmitndo «t que ta mmbrt. Otra
parábola dd gramo do moottua. Tow^poitad
«n el mar t^aeigaada do rrptntt,
Y OTRA vez comenzó á ensefiar Jun-
to á la mará, y se Juntó á él mucha
gente; tanto oue entrándose él en un
barco, se sentó en la mar: y toda la
gente estalia en tierra junto á la mar.
8 Y les enseñaba por parábolas h mu.
chas cosas, v les deoM en su doctrina :
8 (Md: He aquí, el sembrador salió á
sembrar.
4 Y aconteció sembrando, que una
pacte cayó Junto al camino ; y vinieron
las aves del délo, y la tragaron.
6 Y otra parte cayó en pedregrales,
donde no tenia mucha tierra; y luego
•alió, porque no tenia la tierra pro-
ftinda.
6 Mas, salido el sol, se quemó; 7 por
cuanto no tenia raíz, se seoo^
7 Y otra parto oa7Ó en espinas'; 7
subieron las espinas, 7 ia ahogaron, 7
no dio fhito.
8 Y otra parto ca7Ó en buena tierra*.
La.&U.
' Cap. 9. n.
'Hat. 9. ai.
y la 85.
718. 8i.
Lo. 11. 15.
Jnaa 7.80.
7 8. 48. 69.
tOr. Z4W
vaooo.
«Is.49.94,
95.
y 61.1.
lIst.13.ao.
•- Matiz 81.
IA18.19.
•Bsb.lOL99.
lJnsa5J(k
1 6r. Pe-
cado.
<Mst.13.48,
48.
Ln.S.19,
81.
•Baaf.l.
95.
IJasafc
17.
•MatlS.1.
et&
L11.8.4,
etc.
ivv.H.
•>8sBl*.LU.
i Jsr. 4. S.
9.7.
A.D.SL
&HAB008. V.
1.DISL
/GoLl.6.
rMatl8.10.
ACoL4.fi.
lTta.4.13.
1TL8.7.
Jan 13.40.
BeeluaS.
ilCat.4.10.
/ Lv. 14. 18,
" 1 TI. «. •,
17.
Pro. 2&fi.
*1 Jnaa %
18.17.
• Bo. 7. 4.
Üol. 1. 10.
aFBd.1.8.
P Mst fi. Ifi.
Lo. 11. 88.
«Heeluia.
14.
La.lXS.
MatlcaS.
1 Oo. 4. 6.
•-MalLLlft.
'lPed.3.9.
< VaI 7. L
» La. 8. 18.
•M»tU.Sl.
82.
Im.13.18,
U.
'Dt.4.13.
y dio fruto/, que subió y cneló: y Vero
uno 4 tzeinU, y otro á Mienta, y otxo 4
eiento.
9 Entdncet les dijo : El que tiene oido*
pan oir, oi|^.
10 1f Y cuando «turo Mdof, le pre-
Kntaron los que estaban ocrea de ¿1 oon
doee toinre la parábola.
11 T les dijo : A Tosotros es dado sa-
ber el misterio del reino de Dios ; mas
á ios que están. fuera*, por iNurábotas
todas las cosas :
15 Para que Ticiido, vean y no echen
de ver; y oyendo, oí|pin y no entien-
dan': porque no le conviertan, y les
sean perdonados los pecados.
13 Y les dijo : i No sabéis est& pará-
bola ? ¿ Gónao pues entenderéis todas
las paráibolas?
14 El que siembra et el que siembra la
palabra.
16 Y estos son los de Junto al camino;
en los que la palabra es sembrada, mas
después que la oyeron, luego viene Sa-
tanás A, y quita la palabra que ftiié sem-
brada en sus corazones.
16 Y asimismo estos son loa que son
serobradros en pedieRales; los que cu-
ando han oido la palabra, luego la to-
man con goxo :
17 Mas no tienen raíz en si, antes son
temporales, que en levantándose la trl-
bttlacion, ó la persecución por causa de
la palabra, luego se escandalizan.
18 Y estos ion los que son sembrados
entre espinas ; los que oyen ia palabra,
19 Mas los cuidMlos de este siglo', y
el engafio de las riquezas**, y las codi-
cias» que hay en las otras cosas, en-
trando, ahogan la palabra, y se hace
infructuosa.
SO Y estos son los que iVieron sembra*
dos en buena tierra; los que erren la
palabra, y la reciben, y hacen nruto*,
uno á treinta, otro á sesenta, y otro á
ciento.
91 Y También les d^o : ¿ Tr&ese la
antorcha para ser puesta debajo del al-
mudj», 6 debajo de la canoa ? ¿ No m
para ser puesta en el candelero ?
S8 Porque no hay nada oculto que no
haya de ser manifestado f ; ni secreto
que no haya de descubrirse.
98 61 alguno tiene oidos para oir, oigar.
94 liCS dijo también: Mirad lo que
ois« : Con la medida que medis, os me-
dirán otros ' ; y será aüadido á vosotros
los que oís.
96 Porque al que tiene, la será dado ;
y al que no tiene, aun lo que tiene le
será Quitado*.
96 5 Decía mas : Así es el reino de
Dios, como ti un hombre echa simiente
en la tierra ;
97 Y duerme, y se levanta de noche y
de dia : y la simiente brota y crece como
él no sabe.
98 Porque de suyo fhictiflca la tierra,
primen yerba, luego espiga; después
grano Heno en Is es])^.
99 Y cuando el finito fbere producido,
luego se mete la hoz, porque la siega es
lle^uta.
ao ^ Y deda: ¿A qué haremos seme-
Site el reino de Dios ? ó con qué pása-
la le compararemos ?
ai B* como el grano de la mostaza *,
que, cuando se siembra en tierra, es el
mas pcqueito de todas las simientes que
hay en la tierra ¡
89 Mas después de sembrado, sube, y
se hace la mayor de todas las legum-
bres ¡ y echa grandes ramas, de tai ma-
nera que las aves áti cielo puedan morar
b^ de su aombn'.
88 ^ Y con muchas tales parábolas les
hablaba la palabra, conforme á k» que
podian oir>.
84 Y sin parábola no les hablaba; mas
á sus diwlpulos en particular dedanba
todo.
86 5 Y les dUo aquél día cuando frsé
tarde: Pasemos de la otra parte.
88 Y despachando la multitud, le to-
maron, oomo estaba en el baroo; y
había también con él otros barquitos.
87 Y se levantó una grande tempestad
de viento*, y echaba las olas en d l>aroo,
de tal manera que ya se boichia.
88 Y él esuba en la ñopa durmiendo
sobre un cabezal : y le despertaron, y le
dicen : ¿ Maestro, no tienes cuidado que
perecemos?
89 Y levantándose increpó al viento,
y dijo á la mar: Galla, enmudece. Y
cesó el viento, y fué hecha grande bo-
nanza*.
40 Y á ellos dijo: ¿ Por qué estáis así
amedrentados b? é Cómo no tenéis fé ?
41 Y temieron con gran temor e, y de-
cían el uno al otro : ¿ Quién es cate, qoe
aun ti viento y ia mar le obedecen^ ?
CAPITULO V.
Jtmu emb loi imiumio» de mi kamttrm, f iaa
fmrmilé tmtrar e» umayiara áa etrdom. Bm-
f JaalS.
«a á una m^/«r di «m «mv^fudáo Jl^fo di
tamgnt y rtmieüa á la Ufa a$ Jmro.
YVfNIERON de la otra parte de
la mar* á ia provincia de los Ga-
darenos.
9 Y salido él del barco, luego le aalid
al encuentro de los sepnlons un hombec
con un espíritu inmundo,
8 Que tenia domicilio en loa aepnl-
crosb, y ni aun con cadenas le podía
alguien atar.
4 Porque muchas veces habia sido ata-
do con grillos y cadenas; mas Iaa ca-
denas babian ^o hechas pedazoa por
él, y los grillos deamenuaados : y lUMiie
le podia domar.
A Y siempre de dia y de noche andaba
dando voc«:S en los montes y en loa ae-
pulcros, é hiriéndose con las idedraa.
6 Y oomo vid á Jesús de l^jos, ooe
y le adoró.
7 Y clamando á gran voz dijo : i Quéf
tienes conmigo, «Tesus, hijo del IMos Al-
tísimo « ? Te conjuro por Dios que no
me atormentes.
8 Porque le decía: Ral de este hosn-
bre, espíritu inmundo <
» Y le preguntó : e Oómo te llinma ?
Y respondió diciendo: Legión me lia-
mo ; porque somos muchos «.
10 Y le rogaba mucho que no le en-
vímo fuera o» aquella provincia.
11 Y estaba allí cérea de loa naeolos
una grande manada de puercos/ pa«|.
cuiiló»
•8aL»i ,
la. 42.1
• JaMLU.
rf Job 96.11.'
•íb.
La.8.Sik
4ISLK.4.
19 Y le rogaron* todos oeucUíw
nios, diciendo : Envíanos á loe pocreos
para que entremos en ellos.
18 Y ht^RO Jesús w lo permitió^ : y
saliendo aquellas espiritas faunmidoa,
entraron en los puercos, y la manada
cayó por un despefiadero en la mar; les
cuales eran oomo dos mil, y en la ma*
se abonnm.
14 Y los que apacentaban lea pucrcaa
huyeron, y dieron aviso en la ebidad y
en los campes. Y salieron pan ver
era aquello que habla aconleeidoi.
15 Y vienen á Jesús, y van al
habia sido atormentado diei demonio, y
que halda tenido la legión, sentado y
vestido, y en su Jaldo eabal, y tnvieroa
miedo.
16 Y les contaron loa que Jo
♦ Gr./fls4
•SasAf.UX
18.
IJmaS.!
«Mat.IS.tf.
fUtwAXJX
Sen. 14.8.
rJebLlA
IS.
y8.5.s.
&Apwn.r.
A,I>.JSU.
&MAB008, VL
A. D. 81.
tBd.a8.ie.
b.8&l».
Hat 8. 18,
•le.
]«.8.a.
*Le.l&19.
•MIS. 4.
hJ.lU6.12.
SL
1tatU.M,
H8ek.5.1&.
7UlU.
'LI.C19.
lMk.14.9.
1 B». 1. 17.
Cr.90.a0.
un 11. 40.
:niLl).a.
14.88.
r«Hiii.
1. 13.
l«ck.9.40.
•oontccMo al que
demonio, y lo de los
tadiA4a
victo,
habla tenido
puerco*.
17 Y oomenzanm á rogarle que te fVieae
de kM términos de dkM '.
18 T entrando él en ri barco, le rogaba
el que habla sido fatigado del demonio,
pan estar con él.
19 Mas Jesas no lo permitid, sino le
dijo : Vete á tu casa á los tujros, t ouiin-
tales cuan grandes eosas el 8efior ha
hecho contigo, y eotm ha tenido miserl-
eoráia de tí *.
90 Y se Alé, y eomcnzó á pubUoar en
Dec¿|iolls cuan grandes cosas Jestu ha-
bla hecho oon el : ▼ todos se maraTi.
liaban.
91 ^ Y pasando otra Tes Jesús en an
barco 4 la otra parte, se Juntó á él gran
comrafila ; y estaba junto á la mar.
9:1 Y Tino uno de los príncipes de la
sinagoga ^ llamado Jairo; y luego que
le vló. se postró & sus pies,
23 Y le rogaba mucno, diciendo : Mi
h^a está 4 la muerte: vén y pondrAs las
manos sotue ella, para que sea salva, y
viTiWL
94 Y Alé con él, y le s^uia gran oom'-
pafiia, y le apreuban.
95 Y una mi^er qoe estaba oon fli^
de sanare >• dooe afios hacia,
90 Y habla suIHdo mucho de muchos
módicos, y haMa gastado todo lo que
tenia, y nada habla aproTecbado, Antas
le iba peor «,
97 Gomo oyó habtar de Jesús, Uegó por
detr&s entré la compaiUa, y tocó su
vestido*.
98 Porque deoia: Si toc&re tan sola-
mente su vestido, seré salva.
99 Y luego la Átente de su sangre se
secó; y sintió en el ouetpo que estaba
sana de aquel azote.
80 Y hieao Jesús conociendo en sf
mismo la virtud que habla salido de él ^,
volviéndose 4 la compañía dijo : ¿ Quién
ha toeado á mis vestidos ?
81 Y le dijeron sus discípulos: Ves que
la multitud te aprieta, y dices, i Quién
me ha tocado ?
88 Y fl miraba alrededor para ver 4 la
que habla hecho esto.
83 Entonces la mi^er temiendo y tem-
blando, sabiondo lo que en lí habla sido
hecho, vino, y se postró delante de él, y
le dijo toda la verdad.
84 Y él le dijo : HUa, tu fé te ba hecho
•alvaf ¡ vé en pax r, y queda sana de tu
ajeóte.
85 Hablando aun él, vinieron del prín-
cipe de la sinagoga, diciendo : Tu hija
es muerta: ¿para qué &tigas mas al
Maestro?
86 Mas luego Jesús ovendo esta razón
qnc se decía, d^ al prhicipe de la sina-
goga : No temas, cree solamente*.
87 Y no permitió que alguno viniese
traa de él sino Pedro, y Jaoobo, y Juan
hermano de Jacobo<.
88 Y vino 4 casa del príncipe de la
sinagoga, y vio el alboroto, los que llo-
raban y gemían mucho.
80 Y entrando les dice: ¿Por qué al-
borotáis, y lloráis ? La mnchaoha no es
muerta, mas duerme*.
40 V hadan burla de él : mas él, echa-
dos ftiera todos*, toma al padre y 4 la
madre de la muchacha, y 4 los que es-
taban con él, y entra donde la mucha-
eha vacia.
41 Y tomando la mano de la muchacha
le dloe: Talitka e»mt, que es, si lo inter-
pretares: Muchacha, 4 ti digo, leván-
tate*.
49 Y lu«go la muchacha se levantó, y
,, porque tenia doee aftos ; y se ¡
espiantaron de grande espanto : |
4S Mas //les mandó mucho que nadie
lo supiese jr, y d^o que la olesen de
comer.
CAPITULO VI.
Jem» obra poeo» mtiUif^ro» «a mmifrta, nutf-
9tm^ oii MI imtrtiIMdad. MMtm dt to»
iip4»f«l««. Primo» y muerlt ái Juan Bffw-
(tafo. Milagro d» U» tinto ftants y rfo*
jMfw. Jhum amda fobn Im agutu : y emra
é miekM *o/mrmo*.
Y SALIÓ de allí, y vfaio 4 su tierra,
V le siguieron sus discípulos.
9 Y llegwio el Sábado, comenzó 4 en-
seBar en la sinagoga*; y muchos oyén-
dole estaban awnitos, diciendo : ¿ De
dónde tiene este estas cósase ? ¿ Y qué
sabiduría es esta que le es dada; y tales
maravillas que por sus mano* son he-
chas?
8 ¿ No es este el carpintero, hijo de
María, hermano de Jacobo, y de José,
y de Jiidas v de Simón? /No est4n
también aquí con nosotros sus herma-
nas ? Y se escandalizaban en él «.
4 Mas Jesús les deoia : No hay profeta
deshonrado sino en su tierra, y entre sus
parientes, y en su casa'.
5 Y no pudo allí haner alguna mara-
villa'; solamente sanó unot pocos en-
fermos, poniendo sobre ellos las manos.
8 Y estaba maravillado de la incredu-
lidad de ellos : y rodeaba las aldeas de
alrededor enseflando/.
7 Y llamó 4 los doce', y comenzó 4 en-
viarlos de dos en dos : y les dio potestad
eoHira los espíritus inmundos.
8 Y les mandó que no llevasen nada
para el camino, sino solamente im Ma-
culo ; no alforja, ni pan, ni dinero en f
la bolsa.
9 Mas que calzasen sandalias; y no
vistiesen dos tdnlcas.
10 Y Jes decía : Donde quiera que en-
tréis en una casa, posad en ella hasta
que salgáis de alU.
11 Y todos aquellos que no os recibi-
eren, ni 08 oyeren, saliendo de alll, sa-
cudid el polvo que est4 debajo de vues-
tros pies en testimonio 4 ellos A. De |
cierto os digo que mas tolerable ser4 de
los de Sodoma y Üomorrha ci dia del
Juicio, que el de aouella ciudad.
19 Y saliendo predicaban, que los hom-
bres se arrepintiesen*.
18 Y echaban fuera muchos demonios A,
y ungían oon aceite 4 muchos enfermos,
y sanaban'.
14 ^ Y oyó el rey Heredes lo ftma de
Je«M««, porque su nombre se habla
hecho notorio, y d^o : Juan el que bau-
tizaba, hanesudtado de los muertos;
y por tanto virtudes obran en él.
15 Otn» decían : Blías es«. Y otros
declan: Profeta es, ó alguno de lo*
profetas.
10 Y oyéndo/o Heródes, d^o : Este es
Juan el que yo degollé : él ha resucitado
de los muertos.
17 Porque el mismo Heródes habla en-
viado y prendido 4 Juan, y le habla
aprisionaao en la c4rcel 4 causa de He*
rodias, miü^ óe Felipe su hermano*;
pues la haÚa tomado por mujer.
18 Porque Juan deda 4 Heródes: No
te es lícito tener la mujer de tu her-
numop.
10 Mas Herodías le acechaba, y déte-
aba matarle, y no pedia :
90 Porque Heródes temía 4 Juan, sa-
biendo que era varón justo y santo, y le
tenia respeto: y oyéndole hada mudias
cosas ; y le ola de buena gana.
91 Y viniendo un ilia oportuno, en que
'Val 8. 4.
•to.
La. 6.14.
•XatJS.M,
«Ib.
La. 4. 16,
ete.
iJaaBft.4aL
•Mal. 11.6.
'Mal. 13.
87. M.
JaaB4.44.
•Is.4».l.a.
/Heeh.10.
88.
« Mst 10. 1,
•te.
L«.8.1,
•te.
i Gr. Km li
CtHio.
iBaelLlS.
M.
H Btté peri-
odo no w
Áollttm
varío»
tftmpltarm
omtifftioo.
i Lu. 94. 47.
h La. 10. 17.
<8aiil*.6.14.
*» Mal 14.1,
ete.
La. 9. 7,
ete.
»Osp.9.S8.
Mai 16.14.
•La. 8. 19.
I> Le. 18. 16.
A.D.82,
9.]fAB0QS, VIL
4.D.S.
COea. 40.20.
•'Xat.5.8.0.
77.a.
'8ri.S7.18,
14.
(HéelLS.S.
•La. 9.1a
•Nii.27.17.
Zms.10.2.
1 Ser. 22.
17.
üUtO.M.
'MAtli.15,
«te.
Ln.9.1S,
eto.
JnMift.5,
eto.
y Nn. 11.13,
8EB]r.4.«.
■Gftp.8.6.
>Ut.U.8ft.
•18a. 9. IS.
MAt26^28.
La. 2*. 30.
»G».40i20.
«Ilatl4.22,
eto.
Jiuta6.17,
•te.
'Cap.1. 8&
MaLCC
Lq.ft.U.
H«róde>, en la fietta de eu nacimiento f,
daba una cena i sus principet t tribu»
not, jr & loa princípalee ds Galil&,
82 Y entrando la hija de Herodias, y
danzando, y agradando & Herede*, y
á lot qne eatal»n con él á la mesa, el
Rey dijo á la muchacha : Pídeme lo que
quirieres, que yo te lo dará.
88 Y le juró : Todo lo que me pidieres
te daré, hasta la mitad de mi reine-.
84 Y saliendo ella dijo á su madre:
¿ Qué pediré ? Y ella d^o : La cabeza
de Juan Bautista.
85 Entonces ella entró prestamente al
rey, y pidió, diciendo : Quiero que ahora
luego me des en un plato ia oabeza de
Juan Bautista*.
SO Y el rey se entristeció mocho; mcu
á causa del Juramento, y de los que es-
taban con él 4 ia mesa, no quiso dese>
charla.
87 Y luego el rey, enriando uno de la
guardia, majidó que Aiese traída su ca-
beza.
88 El cual flié, y le degolló en la cár-
cel, y tr^o su cabeza en un plato, y ia
dio á la muchacha, y la muchacha la
dio á su madre.
89 Y oyéndolo sus discípulos, vinieron,
y tomaron su cuerpo y le pusieron en un
sepulcro'.
30 ^ Y los apóstoles se juntaron con
Jesús, y le contaron todo lo que hablan
hecho, y lo que hablan ense&auio •.
31 Y ¿f les dijo : Venid vosotros aparte
al lugar desierto, y reposad un poco;
porque eran muchos los que iban y ve-
nían, que ni aun tenían lugar de comer.
88 Y se fueron en un barco al lugar
desierto aparte.
88 Y Jos vieron ir muchos, y lo cono-
cieron; y concurrieron all& muchos á
pié de las ciudades, y llegaron Antes que
ellos, y se Juntaron A él.
84 Y saliendo Jesús, vio una grande
multitud, y tuvo compasión de ellos,
porque eran como ov^as que no tenían
pastor * ; y les comenzó A enseñar mu-
chas cosas.
86 Y como ya fiíese el dia muy entrado,
sus discípulos llegaron á él, cUeiendo«:
El lugar es desierto, y el dia es ya muy
entrado;
86 Envíalos para que vayan á los cor-
tijos y aldeas de alrededor, y compren
para sí pan; porque no tienen que
comer.
87 Y respondiendo él, les dijo : Dadles
de comer vosotros. Y le dijeron : j Qué,
vamos y compremos pan por doscientos
denarios, y démosles ae comer" ?
88 Y él les dice : ¿ Cuántos panes te-
néis ? Id, y vedlo. Y sabiéndolo, d^
ron : Cinco y dos peces.
80 Y les mandó que hlciesoí recostar A
todos por partidas sobre la yerba vende*.
40 Y se recostaron por partidas, de
ciento en ciento, y de Guwuenta en
cincuenta.
41 Y tomados los cinco panes y los dos
pace*, mirando al oielo, bendijo*, y
partid lo* panes, y dio á sus discípulos
pan que loe pusiesen delante. Y repar-
tió A todos los dos peee*.
48 Y comieron todos, y se hartaron b.
48 Y alzaran de los pedazo* doce eo-
finc* lleno*, y de los peocs.
44 Y los que comieron eran cinep oiii
hombres.
45 ^ Y luego dio priesa & sus discípu-
lo* A subir en el barco, é ir delante de él
A Betsaida de la otra parte*, entxe tanto
que él despedía la multitud.
46 Y después qoc lo* hubo dwpedido,
st ftié al monte * onr 4.
•JanLlS.
/La.M.1S.
«La.M.r.
k II.S.1.S.
kMetU.»
f Obp.s.r,
88.
•Mat.U.1.
47 Y como Até la tarde, d banw
en medio de la mar, y él solo en tiem.
48 Y lo* vio fktigados bogando*, por
3ue el viento le* era contraiio : y cena
e la cuarta vigilia de la noche vino 4
ellos andando sobre la mar, j quería
precederlos/.
49 Y viéndole ellos, que andaba aoliie
la mar, pensaron que era fiíntasnuí;, y
dieron voces :
50 Porque todos le velan, j ae turba-
ron. Mas luego habló oon elioa, y lea
dijo : Alentaos ; yo soy, no témala^.
61 Y subió A ellos en el barco, j calmó
el viento • : y eltoe en gran manera esta'
bon fuera de sí, y se maravillaban.
58 Porque aun no hablan considerado
lo de loa panes ; por cuanto estaban oftao-
cados BUS corazones.
58 ^ Y cuando estuvieron de la otra
parte, vinieron A tierra de Oeneaaict*,
y tomaron puerto.
54 Y saliendo ello* del baico, luego le
conocieron ;
65 Y recorriendo toda la tíena de al-
rededor, comenzaron A traer die todaa
partes enfermos en lechos, adonde oían
que estaba.
56 Y donde quien ooe entraba, en al-
deas, ó ciudades, ó heredades, ponían
en las calles los que estaban enfennoa, j
le rogaban que tocasen siquiera el bonle
de su vestido/; y todo* los que le tocaban
eran salvos.
CAPITULO VII.
Jtmu revrtttá* la fcúvoercHa y mi[m iWi tnum
d* Im WarMo*. Ft grande de la Oamae^a,
por la eaal libra dd demonio á em h^fa.
Cura á «N hombre eordo y atado.
Y SE Juntaron 4 él Fariseo*, y alga-
no* de los escribas que habían veni-
do de Jerusalem • :
8 Los cuales, viendo A alguno* de sas
discípulo* oomer pan oon mano* oonan-
nes, es A saber, no lavada*, loa oonde-
nalÑm.
8 (Porque los Fariseos y todos loa Ju-
díos, teniendo la tradición de los aacia-
nose, si mucha* veces no se lavan las
manos f, no comen.
4 Y volviendo de la plaza, si no se lava-
ren, no comen. Y otras muchas ^*-raaa
hay que tomaron para guardar, eomo
las lavaduras de los vasos da Aa6er, y de
los janos, y de lo* vaso* de metal, y
de los lechos.)
6 Y le prwíntaron k» Fariseo* y ios
escriba*: ¿Por qué tus disc^uloa no
andan conforme A la tradición de loa
ancianos, sino que comen pan con las
manos no lavadas ?
6 Y respondiendo él, le* d^jo: Hinderi.
tas, bien profetizó de vo*otros Isaías,
oomo estA escrito*: Este pueblo con les
labios me honra, mas sa coiazon Ifyia
eatA de mí.
7 Y en vano me honran,
eomo doctrinas, msndamtmtos de
bre*.
8 Parque diñando el mandamiento de
Dio*, tenéis la tradición de les hombras;
las lavaduras de los Jarres, y de los vasos
de ínter: y hacéis otras mnebas sosas
sesn^antos á eetat,
9 Le» decía también : Bien iavalidaia
el mandamiento de Otos para gaanlar
vuestra tndloioa.
10 Porque Moisés d<|o: Hoam 4 ta
podrey 4tu madrea: y. El que maldl- 'az-aill
Jere al padre ó 4 la madre, nierisA de DOl 8. M.
muerte*. « ^ fL C
11 Yvesetrosdeeis: £««teaÍ<UaM«n La.2DL9L
hombre al padre ó 4 la nadie : Míe Cae- I^-
han/ (quiere decir, don mío á Dioe) tade /Xot U.
aquello eon «ne pudieBa valaHOb
IGd-LU.
a
J
.' i
J
^D.3^.
s. MARóos, ym.
A.D.a2.
»Fr. 8.8.
«lI«k.lLU.
*IOo. CIS.
«Col C. 6.
Jer. 17. 9.
■ Mftt. 15.
Xl,eic.
■Up. 2. 1.
'lfjU.10.
S.6.
Bf. 2. 12.
li.
If.88.2.
tS,eto.
C«p. 8.38.
la«A9. A.
i^p. «.41.
aan 11.41.
17. 1.
laukll.
5,88.
ix. 4. 19,
19 Y no le de^is hacer mM pot su
padre, iS por su madre :
13 InTaiidando la palabra de Dios con
vuestra tradición que disteis: y muchas
cosas hacéis semejúitct k estas.
14 f Y llamando 4 toda la multitud»
les dno : Oídme todos, y entended g :
15 Nada hay fheia del hombre que
entre en &, oue le pueda contaminar;
mas lo que sale de él, aquello es lo que
contamina al hombre.
10 Si alguno Üene oldot paxa oir,
oiga A.
17 Y apartado de la multitud habiendo
entrado en casa, le preguntaron sus dis-
cipttios sobre la par&bola '.
18 Y dOoles : ¿ También vosotros estáis
así sin entendimiento ? ¿ No entendéis
que todo lo de fuera que entra en d
hombre, no le puede contaminar ?
19 Poique no entra en su corazón, sino
en el TientreA; y sale ti humbn k la
secreta, pui^^do todas las Tíandas.
50 Mas decia : que lo que del hombre
sale, aquello contamina al hombre.
51 Poínque de dentro, del corazón' de
los hombres, salen los malos pensami.
entos, los adulterio^ las fiímicaciones,
loe homicidios,
89 Los hurtos, las aTarlclas, las mal-
dades, el engaflio, las desTergüenxas, el
ojo maligno, las injurias, la soberbia, la
insensatez.
88 Todas estas maldades de dentro sa-
len, y contaminan al hombre.
24 1f Y levantándose de allí, se Até á
los términos de Tiro y de Sidon«*, y en-
trando en casa, quiso que nadie lo supi-
ese ; mas no pudo esconderse «.
95 Porque una mujer, cuya h^a tenia
un espíritu inmundo, luego que oyó de
él, vino, y se echó á sus pies.
£8 Y la m^jer era üiiega, Sirofenisa
de nación, y le rogaba que echase ftiera
de su hija al demonio.
. 87 Mas Jesús le d^o: De^ primero
hartarse los hijos; porque no es bien
tomu el pan de los t^}os y echarlo ¿ los
perrillos «.
38 Y respondió ella, y le dijo: 81, Se-
ñor, pero aun los perrillos delM^o de la
mesa comen de las migaJas de los hijosj».
SU Entonces le dice: Por esta palabra,
vé ; el demonio ha salido de tu h\}af.
30 Y como ftié k su casa, halló que el
demonio había salido, y la hija echada
sobre la cama.
31 5 "f volviendo k salir de los tármi-
nos de Tiro y de Sidon, vino 4 la mar
de Galilea r por mitad de los términos
de Dec4polis.
89 Y le traen un sordo, y tartamudo,
y le ruegan que Le ponga la mano en-
cima.
83 Y tomándole aparte de la gente,
metió sus dedos en las onjas de él, y
escupiendo* tocó su lengua;
34 Y mirando al cielo t gimió ■, y le di-
jo: Enbphatha; que es dedr: Sé abierto.
35 Y luego fíieron abiertos sus oidos, y
fué desatada la ligadura de su lengua,
y hablaba bien.
38 Y les mandó que no k> diesen 4
nadie; pero cuanto mas les mandaba,
tanto mas y mas lo divulgaban.
37 Y en gran manera se maravillaban,
diciendo : Bien lo ha hecho todo : hace
& los sordos oir, y 4 los mudos hablar*.
CAPITULO VIII.
Mitagpo dt lot aku poecs. Jmu <M(my« á
mu iiteípmlo0. Da vUta á wi cmob. Ftáro
le aoñjuia for JüeHas. Lm r(D«*a wa pa-
y iRiMT'to: reprtni» á Pedro i y Im
E
i¿'
N aquellos dias, como hubo gran*
gentío, y no tenían que comer, Je-
sús llamó sus discípulos, y les dUo :
9 Tengo compasión dé la multitud A,
porque ya hace tres dias que están coct-
migo, y no tienen que comer :
8 Y sí los enviare en ayunas 4 sus oasas,
desmayarán en el camino; porque algu-
nos de dios han venido de ify».
4 Y sus discípulos le respondieron:
ÍDe dónde podr4 alguien hartar 4 estos
e pan aquí en el deuerto« ?
5 Y les preguntó: ¿ Cu4ntos panes
tenéis ? Y ellos dheron : Siete.
O Entonces mandó 4 la multitud que
se recostase en tierra; v tomando ios
siete panes, habiendo dado gracias, par-
tió, y dio 4 sus discípulos que lot pusi-
esen ddante : y Jot pusieron delante 4 la
multitud.
7 Tenían también unce pocos pece-
cillos ; y los bendijo 4, y mandó que tam-
bién los pusiesen delante.
8 Y comieron, y se hartaron*, y levan-
taron de los pedazos que hablan sobrado,
siete espuertas/.
9 Y eran los que comieron, como cua-
tro mil : V los despidió.
10 5 Y luego entrando en el barco con
sus discípulos, vino 4 las partes de Dal-
manutafl.
U Y vinieron los Fariseos, y comenza-
ron 4 atteroar con él, pidiéndole sefial
del cielo A, tent4ndóle.
19 Y gimiendo en tu espíritu dice:
Por qué pide señal esta generación ?
cierto os digo que no se aar4 sefial 4
esta generación.
18 Y dejándolas volvió 4 entrar en el
barco, y se fué de la otra parte.
14 ^ Y se hablan olvidado de tomar
pan, y no tenían sino un pan consigo
en el barco.
15 Y les mandó diciendo; Mirad,
gttard4os' de la levadura A de los Fari-
seos, y de la levadura de Heredes.
16 Y altercaban los unos con los otros
diciendo: Pan no tenemos.
17 Y como Jesús lo entendió, les dice :
¿ Qué altercáis, porque no tenéis pan ?
¿ fio consideráis ni entendéis ? ¿ Aun
tenéis endurecido vuestro corazón *?
18 ¿ Teniendo ojos no veis, y teniendo
oidos no oía ? Y no os acordáis ?
19 Cuando partí los dnco panes entre
cinco mil"», ¿cu4ntas espuertas llenas
de los pedaxos alzastds ? Y ellos die-
ron: Doce.
90 Y cuando los siete panes entre cua-
tro mil », ¿ cu4ntas espuertas llenas de
los pedazos alzasteis ? Y ellos dijeron :
Siete.
81 Y ks dijo : ¿ Oómo aun no enten-
déis?
99 Y Y vino 4 Belaaida; y le traen un
ciego, y le ruegan que le tocase.
93 Entonces tomando la mano dd
ciego le sacó fuera de la ald^a, y escu-
piendo en sus qj<w*> J poniéndole las
manos encima, le pregunto si veia algo.
94 Y él mirando, dijo: Veo los hom-
bres, pues veo que andan, como á«-
bolesi».
95 Luego le puso otra ves las manos
sobre sus qjos, y le hizo que mirase ; y
ñié restablbddo, y vio de l^os y clara-
mente 4 todos f .
86 Y «iviólo 4 su casa, diciendo: No
entres en la aldea, ni lo digas 4 nadie en
la aldea.
97 Y Y salió Jesús y sus discípulos por
las aldeas de Oesaréa de FlUpor. Y en
el camino prMuntó 4 sus discípulos, di-
ciéndoles : ¿ Qxdéa dicen los hombres
98, sce.
» Sal. 14». 8,
• Cap. 6. se,
87.
•< Mst. 14.
19.
«Bal. lis.
18.
/31IC7.4.
8,7,
yA.44.
V Matos. 88.
AMaU3.88.
7l&l,elo.
< Ln. IS. 1.
fclCo.5.6,8.
OaLS.9.
'/írs.'
"cap. «.88.
liat.14.17,
91.
La. 8. 18.
17.
Jasa 6. 8,
18.
•ver. 1,9.
Mst.lS.84.
88.
"Cap. 7. 88.
P Jubo. t. 88.
«11.88. 3.
•-MaU8.U.
eto.
Lo. 9. 18.
rñAHBIBN lo dljs • t Di i*
YUU. •jL muido <fH4]i> M° Hombre
■tm^ i 1» i«llH. íQ-í
tiuu !• dljD : SI |>o:rin 01
■I<da mi lacnMMHIit
an jatfp* pv C«IIIÉ*; j iv'^w
T
Í.D.SS.
a MARCOS, X.
A.D.S8.
iKd.1l as,
•100.11 í.
'JUtlZM.
*Jr«tiatí.
rS5.40i
'MmL 18. «L
LiL 17.1,2.
■1)«|.1S.6.
tSttt veno
ff«Ii««o
thaUan
autillo*.
La.lfi.a4.
3Ped.l.4.
I Ler. a. 18.
Mat 5. 13.
Lo. 14. Si.
ObI. 4. 6.
3Co. 13.11.
Beb.12.14.
te.
■«.6.81.
^Ht. 1.S7.
5.2.
kL 3.1A.
«B.2. 3«.
Cb. «.16Ü
st. 6. 82.
9.9.
u lO. 10.
. 7. 3.
•4>. 7- lO,
88 Y xespondidle Juan, didendo : Msf
estro, benno» Tiito á uno que en tu
nombre echaba fuera loe demonios, el
cual no noe sigue*: j se lo prohibimos,
porque no nos sigue.
80 Y Jesús d^ : No se lo prohibáis ;
porque ninguno hay que haga milagro
en mi nombre que luego pueda dMir
mal de mi«.
40 Poique el que no es contra nosotros,
por nosotros es *.
41 Y cualquiera que os diere un vaso
de agua en mi nombre, porque sois de
Cristo, de cierto os digo que no perderá
•u recompensa*.
48 Y cualquiera que escandalisáre á
vno de estos pequemtos que creen en
mi, me)or le raerá si se le atase una
piedra & molino al ourilo, y fuera echa-
do en la mar jr.
48 Y si tu mano te escandalizare, cór-
tala * : mejor te es entrar á la vida man-
oo, que teniendo dos manos ir & la
6ehenna«, al fticgo que no puede ser
apagado;
44 Donde | su gusano no muere, y el
fiíego nunca se apaga.
45 Y si tu pió te fuere ocasión de caer,
c<Srtale: mejor te es entrar á la vida
cxtJo, que teíólendo doe pies ser echado
en la Gehenna, al fuego que no puede
ser wpagado;
46 Donde el gusano de ellos no muere,
y el fuego nunca se apaga.
47 Y si tu q}o te fuere ocasión de caer,
sácale: megor te es entrar al reino de
Dios con un ojo, que teniendo dos ojos
ser echado á lá Gehenna del fuego ;
48 Donde el gusano de ellos no muere,
7 el fuego nunca se apagad.
49 Porque todos serán salados con fu-
ego», y todo sacrificio será salado con
sal''.
50 Buena es la sal ; mas d la sal fViere
desabrida, ¿ con qué la adobaréis • ? Te-
ned en Tosotros mismos sal/; y tened
paz los unos con los otros'.
CAPITULO X.
XnHña Jent la inditolubilidad del nmtrí-
motño: lo» peUgro» d» lat riqt$eta$, y «I
premio Ae Io« qn» áejcm toda$ leu rota» por
atguirU. Avira da mtevo éi jim diecipmo»
aw« d/Ma tnarir, y raneüar. Rtrponde t
la peUeio» de lo» hüo» de Zebedío/ i in-
evlea otra ve» la humildad. Da la vi»ta
<d eieno BartimSo.
Y PARTIÉNDOSE de allí, vino á
los términos de Judéa por tras el
Jordsoí « : y volvió el pueblo á Juntarse
á él; y de nuevo los enseflaba como
solía.
9 Y llegándose los Fariseos, le pregun-
taron, para tentarle. Si era licito al
nuurtdo repudiar á su mi\}er.
8 Mas él respondiendo, les d^o : ¿ Qué
os mandó Moisés ?
4 Y ellos dieron : Moisés permitió es-
cribir carta de divorcio, y repudiar i.
6 Y respondiendo Jesús, les d^o : Por
la dureza de vuestro corazón os escribió
este mandamiento :
6 Pero al principio de la creación, ma-
choy hembra « los hizo Dios.
7 Por esto dejará e\ hombre á su padre
y á la madre, y se juntará á su mujer',
8 Y los que eran dos, serán hechos
una carne*: asi que no son mas dos,
sino una carne.
9 Pues lo que Dios Juntó, no lo aparte
el hombre.
10 Y en casa volvieron los discípulos á
preguntarle de lo mismo.
11 Y les dice: Cualquiera que repudi-
are á su mujer, y se cesare con ots/i,
comete adulterio contra ella/.
19 Y si la mujer repudiare á sa ma-
rido, y se casare oon otro, comete adul-
terio.
18 5 Y le presentaban nifios pan que
los tocase' ; y los discípulos reliian á los
que los presentaban.
14 Y viéndolo Jesús se enojó, y les
dyo : Dejad los nilW>s venir, y no se lo
estorbeU : porque de los tales es el reino
de Dios A.
15 De cierto os digo que el que no re-
cibiere el reino de Dios como un nillo,
no entrará en él.
16 Y tomándolos en los brazos, poni-
endo las manos sobre ellos, los bendecia.
17 Y Y saliendo él para ir su ca-
mino, vino uno corriendo, é hincando
la rodilla dehuote de él, le preguntó':
Maestro bueno, ¿ qué haré para poseer
la vida eterna ?
18 Y Jesús le á^o : ¿ Por qué me dloes
bueno ? Ninguno Aeg/ bueno, sino tolo
uno, Diosfc.
19 Los mandamientos sabes' : No adul-
teres: No mates: No hurtes: No digas
(klso testimonio : No defkaudes : Honra
á tu padre y á tu madre.
80 El entonces respondiendo, le dijo :
Maestro, todo esto he guardado dode
mi mocedad <".
91 Entonces Jesús mirándole, amólo,
y dijolet Una cosa te falta» ; vé, vende
todo lo que tienes, y dá á los pobres, y
tendrás tesoro en el cielo o: y vén, si-
gúeme tomando tu cruz.
89 Mas él, entristecido por esta pala-
bra, se fué triste, porque tenia muchas
posesiones.
88 Entonces Jesús mirando alrededor,
dice á sus discípulos: {Ouan dificil-
mente entrarán en d. rdno de Dios los
que tienen riquezas !
Í4 Y los discípulos se espantaron de
sus palabras; mas Jesús respondiendo,
les volvió á decir: ¡Hijos, cuan difícil
es entrar en el reino de Dios los que
confian en las riquezas j» !
S5 Mas f&cil es pasar un camello por
el ojo de una aguja, que el zioo entrar
en el reino de Dios.
98 Y ellos se espantaban mas, dici-
endo dentro de ai: ¿Y quién podrá
salvarse ?
87 Entonces Jesús mirándolos, dice:
Para los hombres, e» imposible; mas
para Dios, no : {lorque todas cosas son
posibles para Dios 9.
98 Entonces Pedro comenzó á decirle:
Hé ai|uí, nosotros hemos d^ado todas
las cosas, y te hemos sonido.
89 Y respondifHddo Jesús, dijo : De ci-
erto os digo que no hay ninguno que
haya dejado casa, ó hermanos, ó her-
manas, ó padre, ó madre, ó mt^er, ó
hijos, ó heredades, por causa de mí y
del Evangelio,
80 Que no redba cien tantos, ahora en
este tiempo, casas, y hermanos, y her-
manas, y madres, é hijos, y heredades,
con persecuciones; y en el siglo voii-
dero la vida eterna.
81 Empero muchos primeros serán pos-
treros, y postreros primeros •'.
88 Y Y estaban en el camino subiendo
á Jerusalera'; y Jesús iba ddante de
ellos, y se espantaban, y le seguían con
miedo : entonces volviendo á tomar á
los doce aparte, les comenzó á decir 1m
cosas que le hablan de acontecer :
33 Hé aquí subimos á Jerusalem ; y el
HUo del Hombre será entregado á los
prucipes de los sacerdoies, y á los es-
cribas, y le condenarán a muerte, y le
entresaián á los Gentiles.
34 X le escarnecerán', y le azotarán, y
Fp9
'MallflJS.
Lo. 18.15.
ti 00.14.
90.
lpBd.9.3.
<]I«tl9.1«,
ete.
La. 18. 18,
ete.
i8sL81fi.
yU9. 68.
(BZ.ZX.
Bo.18.8.
■ Bo. 7. ».
11.8.8.
"8aat*.SJ0.
o Hat 6. 19,
90.
Lo. IX 88.
yl&9.
J> Job 81. 94.
SaLfiS.?.
y 82. 10.
I TL «. 17.
90«B.18.U.
Job 43. a.
Jer. 8X 17.
Lo. 1. 37.
•-Hat. 19.80.
190.18.
n. 18. 80.
'Mst.9ai7,
ete.
Lo. 18. 81,
■eto.
<8aL22.6,
7.18.
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M.8.7.
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*OfcS.ll.
Jer. 7. 25,
ete.
4Xftl 23.87.
•18.43. 1.
Jwa&lC
17.
/Beb.X.14-
' Iik SL S. 7.
t8^U8.Sa,
•'JwaT.aOl
Bo. 1S.7.
1 Ffed. 3. 17.
dice : 0« pragiintaré también yo «na pa-
labra : T mpondedme, j oa dM con qué
ftoQltad ha|ñ> catas coaaa.
ao El bautianw de Juan ¿ era dd eido,
d de los hombre! ? Reapondedme.
81 Entdncea eUoa penaanm dentio de
ai» diciendo: 8i d^t'ramoa. Del «ato,
düA : ¿ PorqwS puea no le creisteia ?
93 Y ai d^eremoc. De loa hombrea, te-
memoa al paeblo : porque todoa Jnzg*.
ban de Joan, qne Terdadcraniente én
prolet'i^.
88 T respondiendo, dicen á Jeaus :
No eabcmoaf. BnUmcea raapondiendo
Jesús, les dice: Tiunpooo yo os dhi
con qué foonltad hago eataa ooaaa.
CAPITULO XII.
Parút)^a ét lo 9iHa pUmtaila p arrtMioáa.
ClN»**««0 ./«MM 4 Im farMo» p AorfueiM,
ndúrgmvimdo A Im «no* «at*w nifat d M-
(uto al OAinr, y 4 Im oiro* «obra ta inumr.
rMe<«H d* loa «MMrtofc íhriMOt BfHor Ht
Dmvídi Siihtrbia da ht» «icrAaif <W)mtda
Una* dé la viuda, pnfmrid» á Moa los
i;ramdt» Madonm da loa rieoa.
YCOMENZd & hablarles por pai«.
bolaa • : Planté un hombre una vi.
lia, y la cercó con seto, y cavó un lagar,
7 edificé una torre, j la arrendé á labn.
dores, jr se imrtié léjoa.
8 T envió un sienro á los labradores,
al tiempo, para que tomase de los labra*
dores del ftiito de la vifla h •
8 Maa ellos, tomándole le hirieron, j
le enTiaron vacío.
4 Y Tolvié á enviarles otro siervo i mas
«0M apcdre&ndole, le hirieron en la ca-
bevi. j volvieron h enviarle afrentado.
5 Y volvié á enviar otro, y & aquel
mataron; j & otros mnohoa*, hiriendo
á unos 7 matando á otros <
O Teniendo pues aun un 14)o suyo
amado •, enviólo también á ellos el pea-
trero/, diciendo: Tendr&n en rereren.
cia A mi hi)o.
7 Mas aquellos labradores dijeron en-
tre si : Este es el heredero ; venid, ma-
témosle, y la heredad seíA nuestra.
8 Y prendiéndole, le mataron, y echa-
ron fuem de la vifla.
9 i Qué, puea, harA el sefior de la vi-
fia ? vendrá, y destruirá á estos labra-
dores», y dará su vifla á otros.
10 ¿ Ñf aun esta esoritura habéis leído :
La piedra que desecharon los que ediñ-
oaban, cata ea puesta t pc cabeaa de
esquina;
11 Por el Sefior es hecho esto, y ea
cosa maravillosa en nuestros q}osA ?
18 Y procuraban prenderle'; porque
entendían que deda á ellos aquella pa-
rábola: mas temian la multitud, y de-
jándole se fueron.
18 Y Y envían á él algunos de los Fa-
riséoa y de los Herodianos, para que le
aorprendiesen en alguna palabra*.
14 Y viniendo ellos, le ^cen : Maestro,
sabemos que eres hombre de verdad,
y mu no te cuidas de nadie ; porque no
míraa á la apariencia de hombres, antes
oon verdad enseñas el camino de Dios :
¿ Es licito dar tributo á César, é no ?
¿ Daremos, ú no daremos ?
15 Enténoes é^ como entendía la hi-
pocresía de ellos, les d^o : ¿ Por qué
me tentáis ? Traadme la moneda para
que la vea.
16 Y ellos se la trajeron : y les dice:
¿ Cuya es está imáfcen y esta inscrip-
ción ? Y ellos le dieron; De César.
17 Y respondiendo Jesús, les dijo : Dad
lo que e$ de Césaf á Oésar^ ; y lo que
cf de Dios, á Dios». Y se maiavillairon
de ello.
18 t Aalóiwes vienai» á ál los Sadu-
céoa*, que diecn ^ue no hay munuo*
don •, y le pragnntaron didende :
19 Maestro, Moiaéa noa caeribié, ane
al el hermano de «Ifuno murleaa, y as-
íase mt^er, y no dqaae h^os, que su
hermano tome su mqjer, y levante U-
haje á su hermano^.
80 Fueron, jmet, siete hermanos ; y el
primero tomé mi:^; y muriendo, ho
d^é almiettte.
81 Y la temé d segundo, y iknnié ; y
ni aquel tampoco d^é simiente: y el
tercero, de la misma manera.
88 Y la tomaron los siete; y ttmpoeo
dejaron simiente: á la pioam mwlé
también la mi\ier.
S8 En la reiurrecdon, pues, cuando
resudtaren, ¿ de cuál de ellos será mu-
jer ? porque los siete la tuvieron por
m^ier.
84 Enténoes respondiendo Jesús, les
dice: ¿ No errds por eso, porque no
sabéis Tal Escrituras, ni la potencia d*
Dios?
SS Porque euandb resitdtaiftn' de loi
muertos, ni se casarán, ni serán dados
en caaamiento, maa son oomo los áa-
gelesque Htán en ios ddosf.
88 Y de que los muertos hayan de re-
sucitar, ¿ no habéis Iddo en el libro de
Moisés, oomo le hablé Dios en la xaraa,
didendo: Yo *nf el Dios de Abrahaéa,
y el Dios de Isaac, y d Dios de Jacobr ?
87 No ea Dios de muertos, mas Dioa
de vivos*: aaf que vosotros mucho er-
rds.
88 5 Y llegándose uno de los cscM-
besf, que los habla oido disputar, y
sabia que las habla respondido bien, le
pregunté : ¿ Cuál es el primer manda-
miento de todca ?
88 Y Jesús le respondió : El prüneV
mandamiento de todos «a : Oye, Israel,
" ~ ~ Dios, el Sefii
nuestro
tor uno
el Sefior
es«:
80 Amarás pues al Sefior tu Dios de
todo tu corazón, y de toda tu alma, y
de toda tu mente, y de todas tus ftiet-
las : este es el prineipal mandamiento.
81 Y el segundo es semi$)anle á él:
Amarás á tu prójimo oomo á tí mis-
mo* ; No hay otro mandamiento mayor
que estos.
88 Entonces d escriba te dijo : Bien,
maestro, verdad has dicho, que uno es
Dios, y no hay otro fuera de ei ' :
88 Y que amarle de todo ooraaon, y de
todo entendimiento, y de toda d alma,
y de todas las ftierxas; y amar d pró-
jimo como á si mismo, mas es que todos
los holocaustos y aactlfidosy.
84 Jesús enténoes viendo que habla
respondido sabiamente, le dice: No es-
tás h^jos del reino de Dios. Y ya idn-
guno osaba preguntarle *.
85 5 Y respondiendo Jesús declai en-
seilando en el templo : ¿ Cómo dicen los
escribas que el Cristo es hijo de Da-
vid'?
86 Porque d mlirao David dijo pot
Espíritu Santo I : Dijo el Sefior á mi
Señor: Siéntate á mi diestra, hasta que
ponga tus enemigos por estrado de tus
piése.
87 Luego llamándole el mismo David
Sefior, ¿de dónde núes es su hijo? Y
mucha gente le ola ae buena gana.
88 5 Y les deda en su dodrlna : Gu-
ardaos de los escribas «i, que quieren
andar con mpaa largas, y aman las sa-
lutaciones en las plaaas,
80 Y las primeras sillas en las sina-
gogas, y los piimerot asientos en las
cenas;
40 Que devoran laa casas de las vla-
•IraüJlfl.
La.a0.87,
oto.
ritan. 88. &
Bat.l.U,
U.
fllCow 15.42,
'■x.S.flL
•A^aOl4.
«Xat 90188.
•ItaB.8.4,&
Likiaa?.
•Lev. 18.18.
Hsa.as.80.
B0.U.».
ea.8.14.
Baat*. 3.8.
•Dan. 4.88.
Is.46.5,e,
14.
y4B.9.
»18á.U.4L
Os.8.4.
■i. & 6, a
•uattt4B.
•ltat.9S.4L
La. ao. 41.
»a8a.S8;S.
aTL8.]6.
SFBa.l.SL
• Bal. 110. 1.
La. 11. 4i.
y «.48,
A.B.3S.
a MASGOS, xm, xiv.
A.01SS.
•sn.s.6.
«SCa.8.S.
12.
"Hat 94.1,
ete.
Ln.aLS,
«te
*lA.19.«k
I ftmtfggo.
« J«r. 90. 8.
aTfla.2.S.
7 48.1,3.
Pro. 8. 39.
•Mst 10.17,
•to.
/Hat 38.1».
Ap. 14. 6.
'Malla 90.
Ln. ta.12.
Beeli.4.8.
y&io.
<La.6.9S.
Joaa 17.14.
AAp.9.10^
28.
IDft.9.S7.
7U.8I.
712. 11.
das«, ypoT pretexto haoen hagu otatá-
ones. Eatoa teeibiién maTor juicio.
41 Y Y estando sentado Jetiu delante
del arca de la ofkcnda/, miraba como
el pueblo echaba dinero en el aica ; 7
muchos ricos echaban mucho.
48 Y como vino una viuda pobre, echó
dos blancas, que son un maravedí.
48 Entonces llamando á sus discípulos
les dice: De cierto os digo que esta
viuda pobre echó mas que todos los que
han echado en el arca':
44 Porque todos han echado de lo que
les sobra ; mas esta de su pobreza echó
todo lo que t«aia, todo su alimento.
CAPITULO XIII.
Tmfaebu i» la ánttMeeiim dt Jwiiwifci, y <b
la tef/umda venida de Jenu^ etm Uu ««aálw
ytu pnetderá*».
Y SALIENDO dd templo a, le dice
uno de sus discípulos : Maestro,
mira qué piedras, y que edificios.
8 T Jesús respondiendo le dijo : ¿ Ves
estos grandes edificios ? no quedará pi-
edra sobre piedra que no sea derribada &.
8 T sentándose en el monte de los
Olivos delante del templo, le pregun-
taron aparte Pedro, 7 Jacobo],; Juan,
7 Andrés :
4 Dinos : ¿ cuando aer&n estas cosas ?
¿ Y qué seiúü habrá cuando todas estas
cosas han de cumplirse ?
6 Y Jesús respondiéndoles, comenzó á
decir : Mirad que nadie os engaite «;
6 Porque vendrán muchos en mi nom«
bre, diciendo: Yo soy ti CrtHo¡ 7 en-
gaflarán & muchos.
7 Mas cuando oTereis guerras, 7 m-
mores de guerras, no os turbéis^; por-
que conviene hacerse a$if mas aun no
urá el fin.
8 Porque se levantará nación contra
nación, 7 reino contra reino; y halnA
terremotos en muchas lugares, 7 habrá
hambres, 7 alborotos : pr^cipios de do-
lores aeran estos.
9 Mas vosotros mirad por vosotros:
porque os entregarán en los concilios*,
?' en sinagogas seréis azotados; 7 de-
ante de presidentes 7 de reyes seréis
llamados por causa de mí en testimonio
á dios.
10 Y A todas las gentes conviene que
el Evangelio sea predicado antes/.
11 Y cuando os trajeren para entre-
garos, no premeditéis que habéis de de-
cir, ni lo penséis: mas lo que os fuere
dado en aquella hora, eso hablad ; por-
Jue no sois vosotros los que habláis,
ino el Espíritu Santo p;
18 Y entregará á la muerte el hermano
al hermano, 7 el padre al hijo ¡ 7 se le-
vantarán los lijaos contra los padres, 7
los matarán A,
18 Y seréis aborreddos de todos por mi
nomiure* : mas el que perseverare hasta
el fin, este será salvo*.
14 ^ Empero cuando viereis la abomi-
nación de asolamiento, que fué dicha
por el proftta Daniel I, que estará donue
no debe, (el que lee, entienda), enton-
ces los que estén en Judéa hu7an á los
montes:
16 Y el ove esté sobre d terrado, no
tlescienda á la casa, ni entre para tomar
algo de su casa.
16 Y el que estuviere en d campo, no
vuelva atrás, ni aun á tomar su capa.
17 Mas ¡ ay de las preñadas, y de las
que criaren en aquellos días !
18 Orad pues que no acontezca vuestra
huida en invierno.
19 Porque aquellos dias serán </e aflic-
ción, cual nunca toé desde el principio
de la ereadon que crió Dios, hasta este
tiempo, ni será ••.
90 Y si el 8ebar no hubiese abreviado
aquellos dias, ninguna carne se salvarla ;
mas por causa de los escogidos que él
escogió, abrevió aquellos dias.
81 Y entonces si dicuno os dijere : Hé
a ai, aquí está el Cristo " { ó hó aquí,
i ett&, no le creáis :
88 Porque se levantarán (Usos Oristaa
7 felsos profetas, y darán séllales 7 pro-
digios, para engañar, si se pudiese ha-
cer, aun á los escogidos.
88 Mas vosotros mirad: hé aquí o« lo
he dicho antes todo •.
84 5 Empero en aquellos dias, después
de aquella afliodon, d sol se oscuzecesá,
y la luna no dará su resplandor j» :
85 Y las estrellas caerán dd délo, y
las virtudes que erián en los cielos aeéán
conmovidas*.
8S Y entonces verán al H\)o dd Hom-
bre que vendrá en las nubes oon mocha
potestad y gloriar.
87 Y entonces enviará sus ángeles, v
juntará sus escogidos de los cuatro vi-
entos, desde el un cabo de la tierra
hasta d cabo del cielo.
88 5 De la higuera aprended laf se-
mejanza : Cuando su rama ya se enter-
nece, y brota hcjas, conoods que d
verano está cerca.
29 Así también vosotros cuando viereis
hacerse estas cosas, conoced que está
cerca, á las puertas.
80 De derto os digo que no pasaxá
esta generación*, que todas estas coaaa
no sean hechas.
81 El cielo y la tierra pasarán, mas
mis palabras no pasarán t.
88 Empero de aquel dia 7 de la hora,
nadie sabe, ni aun los áagdes que están
en el ddo, ni el Hijo, sino el Padre.
88 5 Mirad, velad y orad ; porque no
sabéis cuando será el tiempo ■.
84 Como el hombre que partiéndose
li^os, dQÓ su casa, 7 dio ftcultad á sos
siervos, 7 á cada uno su obra, 7 al por-
tero mandó que velase.
85 Velad pues, porque no sabéis en-
ando el señor de la casa vendrá ; d ¿ la
tarde, ó á la media noche, ó d canto dri
gdlo, ó á la mañana ;
88 Porque cuando viniere de repente,
no os halle durmiendo'.
87 Y las cosas que á vosotros digo, A
todos lai digo : Velad.
CAPITULO XIV.
n^ad]9<o dr la jMwloM d* JÍMiM. ütUmatena,
i ittÉlitueion de la Ewoariatea. Oraeiam «■»
«I kMerto. £1 SeUnr m jMmemiado á Oai/ó$.
Negado» de San Pedro.
Y DOS días después era la pascua, y
loé diiia de los panes dn levaduva ;
7 procuraban los príndpes de los
dotes 7 los escribas como le
por encaño, 7 le matarían.
8 Y dedan : No en d dia de la fiesta,
porque no se haga dboroto dd pueUo.
8 ^ Y estando él en Betania* en casa
de Simón d leproso, 7 sentado A la
mesa, vino una mi^er teniendo un
de dabastro de ungüento de nardo
que de mucho prado, 7 quebrando d
alabastro, derrami^lo sobre su eabeía.
4 Y hubo algunos que se «najanm
dentro de sí, 7 dieron; ¿Para qvé ae
ha hecho este desperdido de nnattento ?
5 Porque pedia esto ser vonmdo por
mas de tresdentos dcnarios, y dañe A
los pobres. Y rcfunAiñaban contra día.
6 Mas Jesús di^jo : DtiJadla : ¿ por qué
la fatigáis .' buena obra me ha hecho.
7 Que siempre tendréis loa pobcec oon
■1H.B.1.
Jnltl
•U.17.&
•IMUI.
rUllli
Jer.4.a.
B1.SIT.
jMi2.a.
Liu.
itLiS,
17.
fUM.4.
A11.6.U.
14.
'Oapiia.
DS.MÍ
Hat US.
7M.JDL
8T^t.7,
10.
A^L7.
fOr.U
p«4Ma.
«]lat.Iltf.
iU40il
I
Ü
•MatM-A !
jSLSL
B&llU,
U.
1Tm.S.>.
Af.i6.ii.
'Mst]S.&
ote.
Jasa ai.
A.D.3S.
s. MARCOS, xrv.
▲.D.S3.
iD».l&ll.
'Matas. 14.
«le.
La. 23. S.
etc.
'Bx.12.8.
etc.
/Qip.ii.a.
3.
'Jua 11J8.
7U.1S.
i 8d. 41. 9.
Jó». 1^,14.
/Hat. 18.6.
r.
«1irt.a0.ao.
etc.
Iia.22.19.
ico.u.as,
etc.
i Jua & 4S.
>Ap,U>.».
•JOADIS.
•Zm^1&7.
PCap. 1& 7.
rMftt.aa.88.
M.
Lii.32.8S.
84.
JiuuilS.8r,
88.
vosotxiQsb, 7 «oando qulsierel», les po-
dréis hacer bien ; mas & mí no siempre
«w tendréis.
8 Esta ha hecho lo que podía; porque
se ha anticipado á ungir mi cuerpo para
1a sepultura.
9 De cierto o« digo que donde quiera
que ftiere predicacb este Evangeilo en
todo el mundo, también esto que ha
hecho esta, será dicho para memoria
de ella.
10 ^ Entonces Judas Iscariote c, uno
de los doce, vino & los principes de ios
sacerdotes, para enfriárselo <<.
11 Y ellos oy¿ndo& se hol|{aron, y
Erometieron que le darían dineros. Y
uscaba oportunidad como le entregaria.
18 ^ Y el primer día de laJUtta de los
panes sin levadura*, cuando sacrifica-
ban la pascua, sus discípulos le dicen :
c Dónde quieres que vayamos á disponer
para que comas la pascua ?
18 Y envía dos de sus discípulos, y les
dice : Id A la ciudad/, y os encontrará
un hombre que lleva un cántaro de
agua: seguidle:
14 Y donde entrare, decid al sefior de
la casa : El maestro' dice, ¿ Dónde está
ei aposento donde he de comer la pascua
con mu discípulos ?
15 Y d os mostrará un gran cenáculo
ja preparado: aderezad para nosotros
allí.
16 Y fueron sus discípulos, y vinieron
á la ciudad, y hallaron como les habla
dicho; y aderezaron la pascua.
17 5 z" llegada la tarde, fué oon los
doce
18 Y oomo se sentaron á la mesa, y
comiesen, dice Jesús : De cierto os digo
que uno de vosotros, que come con*
migo, me ha de entregar A.
19 Entonces ellos comenzaron á en.
tristecerse, y á decirle cada uno por sí :
i 8¿ré yo ? Y el otro : 4 Ser^ yo ?
80 Y él respondiendo Iw dijo: Uno
de los doce que meya conmigo en el
plato.
81 A la verdad el Hijo del Hombre va,
como está de ¿1 escrito; mas ¡ay de
aiuel hombre por quien el Hijo del
ombre es entregado! Bueno le fuera
á a<]uel hombre, si nunca hubiera na-
cido'.
88 Y V estando ellos comiendo &, tomó
Jesús el pan, y bendiciendo, partió, y
les dio, y dijo : Tomad, comed, esto es
mi cuerpo'.
33 Y tomando el vaso, habiendo hecho
gracias, les dio : y bebieron de él todos.
24 Y les dice: Esto es mi sangre del
Nuevo Pacto, que por muchos es der-
ramada.
95 De cierto os digo que no beberé
mas del fruto de la vid hasta aquel dia,
cuando lo beberé nuevo en el reino de
Dios "•.
88 5 Y como hubieron cantado el him-
no, se salieron al monte de los Olivos.
íff Jesús entonces les dice : Todos se-
réis escandalizados en mí esta noche » ;
porque escrito está: Heriré al pastor,
y serán derramadas las ovejas».
38 Mas después que haya resucitado,
iré delante de vosotros á Galliéaj».
89 Entonces Pedro le dijo: Aunque
todos sean escandalizados, mas no yo?.
80 Y le dice Jesús : De cierto te <Ügo
que til, hoy, en esta noche, antes que
el gallo haya cantado dos veces, me
negarás tres veces.
31 Mas él con mayor porfía decía : SU
me fuere menester morir contigo, no te
negaré. También todos decían lo mismo.
32 Y Y vienen al lugar que se llama
Getsemané*-, y dice á sus disoípuloa:
Sentaos aquí, entretanto oue yo oro.
38 Y toma consigo á redro, y á Ja-
cobo II, y á Juan, y comenzó á atemo-
rizarse, y á angustiarse ;
34 Y les dice : Está muy triste mi alma,
hasta la muerte* : esperad aquí, y velad.
35 Y yéndose un pooo adelante se jpos.
tro en tierra, y oró, que si fuese posible,
pasue de él aquella hora * :
86 Y decía: Abba, Padre tt, todas las
cosas son á tí posibles; tras{Msa de mí
este vaso : empero no lo que yo quiero,
sino lo que til*.
37 Y vino, y los halló durmiendo; y
dice á Pedro : ¿ Simón, duermes ? ¿ No
has podido velar una hora ?
88 Velad y orad, para que no entréis
en tentación : el espíritu á la verdad es
presto, mas la carne enferma.
88 Y volviéndose á ir, oró, y d^o las
mismas palabras.
40 Y vuelto, los halló otra ves dur-
miendo, porque los ojos de ellos estaban
cargados, y no sabían que responderle.
41 Y vino la tercera vez, y les dice :
Dormid ya y descansad : basta, la hora
es venida' ; hé aquí, el Hijo del Hombre
es entregado en manos de los pecadores.
48 Levantaos, vamos: hé aquí el que
me entrega está cerca.
43 Y Y luego, aun hablando éljr, vino
Judas, que era uno de los doce, y con
él mucha compañía oon espadas y palos
de parte de los príncipes de los sacer-
dotes, y de los esiaibas, y de los ancianos.
44 Y el que le entregaba les habia
dado señal común dicieiulo : AI que yo
besare*, aquel es; prendedle, y llevaiue
con seguridad.
45 Y oomo vino, se acercó luego á él,
y le dice : Maestro, Maestro. Y le besó.
46 Entonces ellos echaron en él sus
manos, y le prendieron.
47 Y uno de los que estaban allí, sa-
cando la espada, hiñó al siervo del sumo
sacerdote, y le cortó la or^a.
48 Y respondiendo Jesús, les dijo:
¿ Cómo á ladrón habéis salido oon es-
padas y con palos á tomarme ?
49 Oada día estaba oon vosotros en-
señando en el templo, y no me tomas-
teis. Mas, para que se cumplan las
Escrituras».
50 Entonces dejándole todos tu* d'a-
eípubt, huyeron b.
51 Empero un mancebíllo le seguía
culiierto de una sábana sobre W cuerpo
desnudo : y los mancebos le prendieron.
53 Mas él, d^ando la sábana, se huyó
de ellos desnudo.
58 ^ Y trajeron á Jesús al sumo sa-
cerdote*; V se juntaron á él todos los
príncipes de los sacerdotes, y los an-
cianos, y los escribas.
54 Empero Pedro le siguió de lejos
hasta dentro del patio del sumo sacer-
dote: y estaba sentado con los servi-
dores, y calentándose al fuego.
55 Y los principes de los sacerdotes, y
todo el concilio, buscaban algún testi-
monio contra Jesús, para entregarle á
la muerte ; mas no le hallaban.
56 Porque muchos decian falso testi-
monio contra él<<: mas sus testimonios
no concertaban.
57 Kntónces levantándose unos, dieron
falso testimonio contra él, diciendo:
58 Nosotros le hemos oido decir : Yo
derribaré este templo, que es hecho de
mano, y en tres días edificaré otro hecho
sin mano *•
59 Mas ni aun así se concertaba el
testimonio de ellos.
60 Entonces el sumo sacerdote, levan-
•-Mst.98.86,
eto.
Lo. 2a. 88,
ato.
Jnaa 18. 1,
ote.
g BtnHago.
'Joan 13. 37.
<Heb.6.7.
«H0.&15.
Ga.4.6.
•Jaui4.84.
y A. 90.
y6.88.
y 18.11.
■ Jnaa 7.80.
y 8. 96.
yl8.1.
vMat. 26.37.
La. 23. 47,
etc.
JmalS.^
eto.
• 3 8a. 90. 9.
Bsl.66.aL
Pr.37.6.
• Sal. 33.1,
eto.
Is.58.8,
eto.
Lo. 34. 44.
» ver. 37.
«Mat. 96.07.
etc.
Lo. 23. 64,
etc.
Jnaal8.1S,
eto.
<ISai.85.U.
«Gap. 16. 29.
Josa 2. 19.
s. luscos, XV.
vía: í No T^ápojM alga > ¿ fjilj
il h4 h*i'>K/ ? V 4lio« lúbu mat i
.1 CniílliaJ».
ilN,<li3ui. >UsijuJ,lluniÍEIiu
.1
& hVGAS, ^
A.D.2.
EtL
.SiS.
SS.
clamando, dijo: Vevdadervxwnto mte
hombre era el Hijo de Dios.
40 V también estaban «igvtuu mnjeies
mir^o de léiioat-; entre Ua cuales es-
taba Marta Magdalena, y María la
madre de Jacobo el menor, j de José,
jf Salomé :
41 Las cuales, estando aan él en Ga>
liléa, le hablan seguido, y le serrian-»;
y oti-as muchas que juntamente o»n él
habían subido á Jerusalem.
42 Y Y cuando fué la tarde, porque
era la preparación, m decir, la víspera
del Sábado,
43 JostS de Arimatéa, senador noble,
que también esperaba el reino de Dios',
I Tino, y osadamente entró á Pilato, y
pidió el cuerpo de Jesús.
44 Y Pilato se maravUUS que ya fuese
muerto; y haciendo venir aÜ oimturlon,
preKuntúle si era ya muerto.
45 7 enterado del centurioQ« dló el
cuerpo á José :
48 £1 cual compró una sábana, y qui-
tándole, le envolTió en la sáluma, y le
puso en un sepulcro que estaba cavado
en una pella : y revolvió una piedra á
la puertí del sepulcro «.
47 V María Magdalena, y María vMdn
de Joses, miraban donde era puesto.
CAPITULO XVI.
KeMirrtíséUm «fe Jmwi aparíctt» & la Xaff'
iaUna, y á h* d^scipúlo* y ap6ii«l«$) y
envúi á ato» i bauHtar y á vrtdiear A
Eaangdh. 8¡t tuetnuom á Um «idea.
Y COMO pasó el Sábado a, María MafC-
dalena, y María madre de Jacobo ||,
7 Salomé, compraron droga» aromáti-
cas ft, para venir á ungirle.
2 Y muy de mañana, el primer dia de
la seqiana, viaaen al sepulcro, ¡fo salido
el sol.
3 y deciaa entre sí: ¿Quién nos re-
volverá la piedra de la puerta del ae«
pulcro ?
4 Y como miraron, ven la piedra re-
vuelta; que era muv grande.
5 Y entradas en el sepulcro, vieron un
mancebo sentado al lado derecho, cu-
bierto de una ropa larga blanca: y se
espantaron.
tí Maa él les dice: No os asustelst
buscáis á Jesús Nacareno, el qué luó
cruciticado : resucitado ba ; no está
aquí: hé aquí el lugar en donde le
pusieron.
7 Mas id, decid á .sus discipuloe, y á
Pedro, que él va antes que vosotros á
Galilea : allí le veréis, como os dijo c,
8 Y ellas se fueron huyendo presta-
mente del sepulcro; parque Uis habla
tomado temblor y espanto; ni decían
nada á nadie, poique tenian miedo.
9 Y II Mas como Jesús resucitó por la
mañana, el primer dia de la semana,
apareció primerameiMe á María Mag-
dalena, de la cual habla echado siete
demonios d,
10 Yendo ella, lo hizo saber á los que
hablan estado con él, que utabem tristes
y llorando.
11 Y ellos como oyeron que vivia, y
que habla sido visto de ella, no lo
creyeron.
19 1 Mas después apareció en otra
forma á dos de ellos que iban cami-
nando, yendo al campo «.
18 Y ellos fueron, y lo hicieron saber
á los otro« ; y ni aun á ellos creyeron.
14 5 Finalmente se apareció á los
once/ mismos, estando sentados á la
me^a, y censuróles su Incredulidad',
y dureza de corazón, que no hubiesen
creído á los que le hablan visto sesuci-
tado.
JS Y les dijo: Id por todo el mundo A ;
predicad el Evangelio á toda criatura <.
16 El que creyere, y ftwre bautizado,
será salvo*; mas el que no creyere, será
condenado '.
17 Y estas señales seguirán á los que
creyeren >■ : En mi nombre echarán
fuera demonios*; hablarán nuevas
lenguas o •
18 Quitarán serpientes j> ; y si bebieren
cosa mortífera, no les dañará : sobre los
enfermos pondrán sus manos, y sana-
rán;.
19 5 Y el Señor, después que les habló,
fué recibido arriba en el délo**, y sen-
tóse á la diestra de Dios«.
20 Y ellos, saliendo, predicaron en to-
das partes, obrando con ellos el Señor',
y confirmando la palabra con las seitelcs
que se seguían ». Amen.
EL SANTO EVANGELIO DE NUESTRO
SEÑOR JESü-CRISTO SEGÚN
S. LUCAS.
CAPITULO I.
SI iCftffel Oabrif'l anuncia «I natimiento <?«
eam Juan ti Prerumor, y tte Jfu^ el Hijo
de Dio». Vitila MarCa á Bania EUtabéth.
Chintico de la Vergm. Naeimietdo dt San
Juam. 04*1 ti eo de Zaeariat. Lo* prodigio»
que Afile* y <lMpM«« MMMtiMrofi.
Habí ENDO muchos tentado á poner
en orden la historia de las cosas que
entre nosotros han sido ciertlsimas,
2 Como nos lo enseñaron los que desde
el principio* lo vieron por sus ojos, y
fueron ministros de la palabra Z«;
3 Me ha parecido también á mi, des-
pués de haber entendido todas las cosas
desde el principio con diligencia, escrí-
birte/a« por óraen«, oh muy buen Te-
ófilo 4,
4 Para que conozcas la verdad de las
cosas, en las cuales has sido enseitedo *.
5 TTUBO en los dias de Heredes, rey
JQL de Judéa/, un sacerdote llamado
Zacarías, de la suerte de A lilas'; y su
mujer, de las hijas de Aaron, llamada
Elisabet.
6 Y eran ambos justos delante de
Dios A, andando sin reprehensiim en to-
dos los mandamientos y estatutos del
Señor ».
7 Y no tenian hijo; porque EUsatM>t
era estéril, y ambos eran avanzados en
dias.
8 Y anconteció que ejerciendo Zacarías
el sacerdocio delante de Dios por el or-
den de su vez,
0 Conforme á la costumbre del saoer»
doclo, salió en suerte á poner el incien-
so*, entrando en el templo del Señor.
10 Y toda la multitud del pueblo es-
taba Alera orando á la hora del inoienso.
•Cap.l4.2&
I Silo» vtr-
«o«,9— ao
tw M ha-
Uuntm
vario»
ejtmfioM»
antifuof.
<l La. 8. 3.
« La. 2A. 18,
1&
/Ln. 24.SS.
1 Co. U. 6.
' La. 21. 29.
AMst 88.19.
Jaao 20. 21.
i Bo. 10. 18.
CoL 1. S3.
i Jasa 3. 18,
Eeéh. 16.
ti, tí.
Bo. 10. 9.
lFed.8.21.
/Juan 12. 48.
2 Tes. 1. 8.
7 2.13.
- Heb. 2. 4.
" Lo. 10. 17.
Hech.5.10.
y 8. 7.
y 16. 1«.
y la. 13.
o Hecb. 2. 4.
yin. 4«.
1 Co. 12. 10.
28.
f La. 10. 19.
Hech.28..<S.
9Hech.9.15,
16.
y 9.84,
y 28. 8.
*- Lu. M. 51.
Hech. L 3,
8,9.
'Bal. 110.1.
lPed.S.üX
Ap. 8. 31.
( 1 Oo. 8. 9.
3 Co. 6. 1.
•'BMh.5.12.
«14.8.
Heb. 2. 4.
A. D.3.
/MRt,3.1.
«lCr.24.10
Ke. 13. 4,
17.
*Gmi.7.1.
• 11.8.6.
íEz. 30.7,8.
A. D.2.
S. LUCAS, L
A.D.2.
( Sz. SO. 1.
"?er. 29.
" Tsr. 80,68.
i> Cftp. 7. 28.
« Ku. 6. 8.
*• Jer. 1. 5.
Ok. 1. 15.
Mat.ll.lL
Mur. 9. lU,
IS.
(Gen. 17. 17.
•▼W.28.
Da. 8.10.
▼ 9.21.
• Heb. 1.14.
'Kt.8.a6.
vOm.S0.S8.
1 8s. 1. &
■lbt.1.18.
•Da. 9. 28.
t Jnes. & 21.
« Ii. 7. 14.
M«t 1. 21.
rfMstlX4X
«HeUl.2,8.
/2 8^7. 11,
12.
Ii.9uS,«.
Jar. 28. S,
&
«Da. 2. 44.
y 7.14,27.
U Y M le apareció el ánjrel del Seflor
Euesto en pió á la derecha del altar del
icienso'.
18 Y se turbó «• Zacaríaa viéndole, y
cayó temor (obre él.
18 Mas el ángel le dijo: Zacarías, no
temas; porque tu oración ha sido oida;
y tu mujer Elisabet te parirá un h^o,
y llamarás tu nombre Juan».
14 Y tendrás gozo y ale;cría, y muchos
se gozarán de su nacimiento*.
15 Porque será grande delante de
D!osj>; y no beberá vino ni sidra f; y
será lleno del Esnfrltu Santo aun desde
el seno de su madre r,
16 Y á muchos de los hijos de Israel
convertirá al Sefior Dios de ellos.
17 Porque él irá delante de él con el
espíritu y virtud de Elias*, para con.
vertir los corazones de los padres á los
hijot, y los rebeldes á la prudencia de
los justos, para aparcar al Seíkir un
pueblo apercibido.
18 Y dijo Zacarías al ángel : ¿ En qué
conoceré esto? porque yo soy viejo, y
mi mi^ avanzada en dias<.
19 Y respondiendo el ángel, le dijo:
Yo soy Gabriel", que estoy díelante de
Dios ; y soy enviado á hablarte, y á darte
estas buenas nuevas*.
90 Y hé aquí estarás mudo, y no po*
drás hablar', hasta el dia que esto sea
hecho; por cuanto no creíste á mis pa-
labras, las cuales se cumplirán á su
tiempo.
21 Y el pueblo estaba esperando á Za-
carías, y se maravillaban de que él ae
detuviese en el templo.
29 Y saliendo, no les podía hablar : y
entendieron que habia visto visión en el
templo: y él les hablaba por señas, y
queaó mudo.
93 Y Alé, que cumplidos los días de su
oficio, se vino á su casa.
84 Y después de aquellos dias conciUÓ
su mtyer Elisabet, y se encubrió por
oinco meses, diciendo :
25 Porque el Seflor me ha hecho así
en los dias en que miró para quitar mi
afirenta entre los hombres y.
98 5 '^ al ««xto mes el ángel Gabriel
fué enviado de Dios á una ciudad de
Gfüiléa, llamada Nazaret,
SÍ7 A una virgen desjiosada con un
varón que se llamaba Jos«< *, de la casa
de David ; y el nombre de la víigen era
María.
88 Y entrando el ángel adonde estaba,
dijo: Salve, muy fiívorecidac! el Seflnr
et contigo : bendita tü entre las mujeres h,
99 Mas ella cuando le vio, se turbó de
sus palabras, y pensaba qué salutación
fuese esta.
80 Entonces el ángel le dUo : María, no
temas, poruue has hallado gracia cerca
de Dios.
81 Y hé aquí que concibirás en tu seno,
y parirás un hüo e, y llamarás su nom-
bre JESÚS.
39 Este será grande <f, y será llamado
Hijo del Altísimo*, v le dará el tíeñot
Dios el trono de David su padre/,
83 Y reinará en la casa de Jacob por
siempre ; y de su reino no habrá fin 9.
84 Entonces Marta dijo al ángel : ¿ Có-
mo será esto ? porque no conozco varón.
35 Y respondiendo el ángel le dijo : El
Espíritu Santo vendrá sobre tí, y la vir-
tud del Altísimo te hará sombra ; por lo
cual también lo Santo que de tí nacerá,
será llamado HUo de Dios.
88 Y hé aquí, Elisabet tu parienta,
también ella ha concebido hijo en su
v^ez ; y este es el sexto mes á ella que
es llamada la estéril :
87 Porque ninguna oosa es imposible
para Dios A. ,
88 Entonces María dijo : Hé aquí la ,
criada del Sefior •'; hállase á mi con-
forme á tu palabra. Y el ángel partió
de ella.
89 Y En aquellos dias levantándose
María, fué á la montaña con priesa, á
una ciudad de Judá,
40 Y entró en casa de ZacarÍM, y salu-
dó á Rlisabet.
41 Y aconteció, que como oyó Elisabet
la salutación de Marta, la criatura saltó
en su vientre; y Elisabet fué llena de
Espfrttu Santo,
49 Y exclamó á gran voz, y d^o: Ben-
dita td entre las mujeres*, y bendito el
firuto de tu vientre.
43 ¿ Y de dónde esto á mí, que la
madre de mi Señor venga á mí ?
44 Porque hé aquí, que comer llegó la
voz de tu salutación á mis oidoa, la cri-
atura saltó de alegría en mi vientre.
45 Y bienaventurada la que creyó, por-
3ue te cumplirán las cosas que le fueron
ichas de parte del Seflor.
49 5 Entonces María dijo : Engrandece
mi alma al Sefior/.
47 Y mi espíritu se alegró en Dios mi
Salvador».
48 Porque ha mirado á la bajeza de sn
criada»: porque hé aquí, desde ahora
me dirán bienaventurada todas laa ge-
neraciones*.
49 Porque me ha hecho grandesji cosas
el Poderoao : y santo e« su nombre «.
50 Y su misericoidia de genecacioo á
generación á los que le temen r,
51 Hizo valentía con su brazo*: eapar-
ció los soberbios del pensamiento de aa
corazón.
59 Quitó los poderosos de los troooa, j
levantó á los humildes <.
58 A los hambrientos hinchió de bi-
enes ; y á los ricos envió vacíos».
54 Recibió á Israel su sierro, acaldan*
dose de la misertcoidia •,
55 Gomo habló á nuestros padrea', 4
Abraham y á su simiente para dempre.
56 Y se quedó Marta con ella como
tres meses : después se volvió á su casa.
57 Y Y á Elisabet se le cumpUó el
tiempo de parir, y parió un hijo.
58 Y oyeron los vecinos y ios partentca
que Dios haMa hecho con ella ftrande
misericordia, y se alegraron con dlajF.
SO Y aconteció, que al octavo dia» vi-
nieron p:tra circuncidar al niño, j le
llamaban del nombre de su padre, Za-
carías.
60 Y respondiendo su madre, d^o:
No ; sino Juan será llamado.
61 Y le dijeron: ¿ Por qué ? nadie hay
en tu parentela que se llame de eaSe
nombre.
69 Y hablaron por seBas á aa padre,
como le quería llamar.
63 Y demandando la tablilla, escrtbid,
diciendo : Juan es so nombre. Y todoa
te maravillaron.
64 Y lu^go fué abierta sn boca, y sis
lengua», v hablú bendiciendo á Dioa.
65 Y fué un temor sobre todos loa ve-
cinos de ellos : y en todas las moatafiaa
de Jndéa frieron divulgadas todas eitas
cosas.
66 Y todos los que Uu otan, laa ooa-
servaban en su corazón b. diciendo:
¿Quién será este ñifla? Y la mano del
seflor estaba con él *.
67 5 Y Zacarías su padre fué lleno de
Esidritu Santo, y proflstizó, diciendo :
68 Bendito el defior Dios de Isndtf,
qne ha visitado y hecho redenctoo 4 se
pueblo.
lGiLlK.14
J«r.a.IT.
«stu.m.
B«.4n.
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A.D.2.
a LUCAS, II.
A.D.2.
6d.ia.i7.
lt.U.1,
n.
Jecao.lO»
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81I.IO&.8,
10.
On.S.
1«.17.
IblS-l.
k9.i.
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ChpiS.40.
tfntpri.
Hra «MO-
fa,<f«M
Iát.1. tt.
ft. 4. 4. 5.
rwa4.14.
JLS&lOb
6B Y nof alitf an cuerno de nlTaoion
en la cata d« David lu «lenro ',
70 Como habló por hooa de ras HUitM
pnlletaa, que fueron desde el principio/ :
71 Salvación de nuestros enemigos, j
de mano de todos los que nos aborreci-
eroo5j
79 Paxa hacer misericordia oon nnet'
tros padres, y aeordindose de su santo
pactoA ;
73 Del juramento que Juró & Abraham
nuestro padre ', que nos habia de dar,
74 Que sin temor, librados de nuestios
enemigos, le serririamos
75 En santidad 7 justicia delante de él,
todos los dias de nuestra Tlda.
78 T td, nlDo, profeta del Altísimo
soAs llamado: porque irás ante la tu.
del Señor, para aparqar sus caminos*,
77 Dando conocimiento de salud á su
pueblo, para remirion de sus pecados,
78 Por las entrañas ^ miserioordia de
nuestro Dios, con que nos risltó de lo
alto el oriente,
79 Para dar Ini A los que habitan en
tinieblas 7 en sombra de muerte'; para
encaminar nuestros plés por camino de
pax.
80 Y el niño cieeia, y se fortaleeia en
espíritu»; y estuvo en los desiertos
hasta d dia que se mostró á Israel.
CAPITULO II.
Jenu natt «1 BMLiktms «* ammeiado por
lo§ áng^M á 1m pailarw: y etmnu>idado
al oelavo Ha : eámtieo y prt^eefa áe Mhmoií.
Jenv 4 Im iút* aAoj áitpmla «h «I Temjio
«OM Im éotíore$ de U» tef. Fi'm «i Namt-
nt9nfttoitm* padt$».
Y ACONTECIÓ en aquéllos dias, que
salid edicto de parte de Augusto Oé-
sar, que toda la tierra fuese empadro-
nada.
8 Este empadronamiento primero ftié
hecho R, siendo Gírenlo eobernador de la
aria.
8 E iban todos para ser empadronados,
cada uno A su ciudad.
4 T subió José de GaUIéa, de la ciudad
de Nazaiet, A Judéa, á la ciudad de Da-
vid, que se llama Betlehem, por cuanto
era de la casa y familia de David,
5 Para ser empadronado con María su
m^jer, desposada con él, la cual estaba
en cinta.
6 Y aconteció, que estando ellos allí,
se cumplieron los dias en que ella habla
de parir.
7 Y parió 4 su h|jo primogénito • y le
envolvió en paikales, y acostiSIe en un
pesebre; porque no habia lugar para
ellos en el mesón.
8 5 Y habia pastores en la misma ti-
erra, que velaban y guardaban las vigi-
lias de la noche sotúre su ganado.
9 Y hé aquí el ángel del Señor vino
sobre ellos, y la claridad de Dios los cercó
de resplandor ; y tuvieron gran temor.
10 Mas el ángel les d^jo : No temáis,
porque hé aquí os dov nuevas de gran
gozo, que sera para todo el pueblo :
11 Que os ha nacido hoy, en la ciudad
de David, un Salvador b, que es Cristo
«A Señor.
13 Y esto os »erá por señal : hallaréis
al niño envuelto en pañales, echado en
un pesebre.
18 Y repentinamente fué con el ángel
ana multitud de los ^ércitos celestiales,
que alababan A Dios «, y decían :
14 Gloria en las altaras A Dios, y en la
tierra paz, buena voluntad pan con los
hombres'.
15 Y aconteeió, que como los Angeles
se fueron de ellos al cielo, los pastores
djeron los unos A los otros: Pasemos,
pues, hasta Betlehem, y veamos esto
que ha sucedido, ¡f que el Señor nos ha
manifestado.
18 Y vinieron apriesa, y hallaron A
María, y A José, y al niño acostado en
el pesebre.
17 Y vlendolf, hicieron notorio lo que
les habia sido dicho del niño.
18 Y todos los que oyeron, se maravi-
llaron de lo que los pastores les decían.
19 Mas María guardaba todas estas
cosas confiriéndola» en su corazón*.
80 Y se volvieron los pastores glorifi-
cvido y alabando A Dios de todas las
cosas que hablan oido y visto, como les
habia sido dicho.
91 5 Y pasados los ocho dias para cir-
cuncidar/ al niño,. llamaron su nombre
Jesús, el cual U fué puesto por el Ángel y
Antes que él fViese concebido en el mn-
«re.
98 Y Y como se cumplieron los días de
la purificación de María, conforme A la
ley de Moisés A, le traleron A Jerusalem
para presentarle al Señor ;
83 (Como estA escrito en la ley del
Señor: Todo varón que abriere la ma-
triz, será llamado santo al Señor ' :)
94 Y para dar la of^renda, conforme A
lo que estA dicho en la ley del Seitor, un
par de tórtolas, ó dos palominos.
95 Y hé aquí, habia un hombre en Je-
rusalem, llamado Simeón, y este hom-
bre, justo y t>io, esperaba* la consola-
clon de Israel/; y el Espíritu Santo era
sobre él.
88 Y habla recibido reepuesU del Es-
Ííritu Santo, que no yerla la muerte
ntes que viese al Cristo del Señor.
97 Y vino por Espíritu al templo. Y
cuando metieron al nÜV> Jesús sus pa-
dres en el templo, para hacer por él
conforme A la costumbre de la ley,
88 Entonces él le tomó en sus brazos,
y bend^o A Dios, y dUo :
99 Ahora despides. Señor, A tu siervo m,
conforme A tu palabra, en paz :
30 Porque han visto mis ojos tu Sal-
vación •,
81 La cual has apan;}ado en presencia
de todos los pueblos ;
38 Luz para ser revelada A los Gen-
tiles >, y la gloria de tu pueblo Israel.
88 í Y José y su madre estaban mara-
villados de las cosas que se decían de él.
84 Y los bendijo Simeón, y dijo A su
madre María : Hé aquí que este es pues-
to para calda r y para levantamiento de
muchos en Israel, y para señal A la que
serA contradicho y :
85 Y una espada traspasarA tu alma de
tí misma r, para que sean manifestados
los pensamientos de muchos corazones.
80 Estaba también atií Ana, profetisa,
hija de Fanuel, de la tribu de Aser ; la
cual había venido en grande edad, y
habia vivido con su muido siete aik>s
desde su virginidad.
37 Y era viuda de hasta ochenta y cua-
tro años, que no se apartaba del templo,
sirviendo de noche y de dia con ayunos
y oraciones.
38 Y esta sobreviniendo en la misma
hora. Juntamente confesaba al Señor, y
hablaba de él á todos los que esperaban'
la redención en Jerusalem.
89 ^ Mas como cumplieron todas las
cosas según la ley del Seik>r, se volvi-
eron á Galilea, A su ciudad de Nazaret.
40 Y el niño crecía, y fortalecíase en
espíritu, y se henchía de sabiduría'; y
la gracia de Dios era sobre él.
tí ^ E iban sus padres todos los años
A Jerusalem en la íiesta de la Pascua «.
48 Y cuando ta6 de doce años, su-
• mr. n.
Gap. 1. «8.
a«K.S7.1L
/Le. 1S.8.
9 Cap. 1. 8L
Hst.L81.
&LS.U.3,
•te.
< Xz. IS. 18.
33.89.
a. 8. 17.
Id
»MarJS.4S.
IIs.4(XL
"GeB.46J)0.
la. 57. 2.
•Okp.S.aL
• Is. 48. 6>
749.6.
760.1,8.
Uedkia.
47. 4&
F Is. 8. 14.
lOkl.88,
84.
SOo. 8. 16.
lPsd.8.7,8.
«Hech.88.
83.
•'Joaaia.
85.
•ver. 36.
< vsr. 63.
"■z.SS.U.
De. 18.1.
nv; iriyoliiii ini4n: huo j Por quí
¥ líhi^D IIJÜT, iftndg tofinnUiir
dv Judáa PdiuIo PJIiiW, j H«r¿dn l«-
9 Toda ville H btiwhlrá, j b^NWt
a LUCAÍS, IV, V.
A.D.aB.
1.
13,
S.
i
SiMc, qne taé de Jaxed, que fUé de Ms-
laleel, que fué de Oainan,
88 Que ftaé de Bnós, Que ftié de 8et,
. X. que né de ildam, que lué dfi DIot ji.
CAPITULO IV.
i(|im> f tmlaeiom ia Jtm-OrUto tm «I AtM-
irlo. PraKcH m Mtttanl. Vm á Oapkar-
MMHB, Anuí* Vira 4 «m wuryjinw t emra
d la timn i» Bam Ptdro/ y mm otro» hm-
yJESUS, lleno de Eftpfritn Santo,
TolWó del Jordán, y Alé llevado por
et Espíritu al detlerto*,
i Por cuarenta días, y en tentado del
diablo. Y no comió coaa en aquello!
I dlasb: los coales pasados, después tuvo
I hambre.
8 Entdnces el diablo I» dijo : Sí eres
I H^<o de Dios, di & esta ^edm que se
ha^ pan.
4 Y Jaus respondiéndole, dijo : Escri-
to está : Que no con pan solo TÍvirá ei
hombre, mas con toda palabra de Dios «.
5 T le Iteró el diablo á an alto monte,
' y le mostró en un momento de tiempo
todos los reinos de la tierra ;
0 Y le dijo el diablo : A tí te daré toda
esta potestad, y la gloria de ellos ; por-
que á mí es entregada', y A quien quiero
la doy«.
7 Pues si tii adorares delante de mi,
serán todos tuyos.
8 Y resjtondiendo Jesús, le dijo : Tete
de mí. Satanás : porque escrito está : A
tu Seflor Dios adorariu, y á él solo ser-
virás/.
9 Y le llevó á Jerasaiem, y pdsole so>
bie las almenas | del Templo, y le dijo :
Si eres H^o de Dios, échato de aquí
abijo.
10 Porque escrito está 9: Que 4 sus
ángeles mandará de tí, que te guarden ¡
11 Y en las manos te llevarán, i)orque
no dafies tu pié en piedra.
I 19 Y respondiendo Jesús, le dijo: Di-
I cho está : No tentarás al Sefior tu Dios*.
13 Y acabada toda tentación >', el dia-
blo se fué de él por algún tiempo.
14 5 Y Jesús volvió en virtud del Es-
píritu á Galilea*, y salió la fiuna de él
por toda la tierra de alrededor.
15 T él enseñaba en las sinagogas de
ellos, y era glorificado de todos.
16 ^ Y vino á Nazaret', donde habla
sido criado ; y entré, confonne á su cos-
tumbre, el ala del Sábado en la sina-
goga M», V se levantó á leer.
17 V niéle dado el libro del profeta
Isaías : y corao abrió el libro, halló el
lugar donde estaba escrito ■ :
la El Espíritu del Señor e« sobre mí>
por cuanto me ha ungido para dar bue-
nas nuevas á los pobres ; me ha enviado
para sanar los quebrantados de cora-
Eon o ; para pregonar á los cautivos 11-
l>ertad, y & los ciegos vista ; para poner
m liberóul 4 los quebrantados ;
19 Para predicar el año agradable del
Sefior^.
SO Y rollando el libro, lo dio al mi-
listro, y sentóse: y los ojos de todos
•n la shiagoga estaban ñit» en él.
21 Y comenzó á decirles: Hoy se ha
umplido esta escritura en vuestros
idos.
83 Y todos le daban testimonio, y esta-
an maravillados de sus palabras de
rada que salian de su bocaf, y decían :
No es este el liijo de Joséi* ?
28 Y les dijo : Sin duda me diréis este
rfran : Médico, cdrate á tí minmo : de
intas cosas que hemos oido haber sido
echas en Capemaum', haz también
(uí en tu tiem.
t4 Y difo : De cierto os dii(o, que nin-
gún profeta es acepto en tu tierra '.
85 Mas en verdad os digo, mu muchas
viudas habia en Israel en los dias de
Elias, cuando el cielo taé cerrado por
tres afhM y seis meses «, que hubo una
grande hambre en toda la tterra ;
M Pero á ninguna de ellas fué enriado
Elias, sino 4 Sarepta de Sidon •, 4 una
mi\{er viuda.
27 T muchos leprosos habla en Israel
en tiempo del nrcfeCa EUséo ¡ mas nin-
guno de ellos nié limpio, sino Naaman
el Siro'.
88 Entonces todos en la siiugoga fue-
ron llenos de ira, oyendo estas ooüas ;
89 Y levantándose, le echaron fuera de
la ciudad, y le llevaron hasta la cum-
bre del monte, sobre el cual la ciudad
de ellos estaba ediiicada, para despe-
ñarle.
80 Mas él, pasando por medio de ellos,
seftié".
81 ^ Y descendió & Capemaum, ciu-
dad de Galilea, y allí los etuefiaba en
los sábados.
88 Y se maravillaban de su doctrina,
porque i>u palabra era con potestad ■.
8a Y estaba en la sinagoga un hombre
que tenia un espíritu de un demonio
inmundo •, el cual exclamó á gran voz,
84 Diciendo : Déjanos, ¿ Qué tenemos
contigo, Jesús Nazareno ? ¿ Has venido
á destruimos I* ? Yo te conozco quiéo
eres «, el Santo de Dios'.
85 Y Jesús le increpó, diciendo : En-
mudece, y sal de él. Entonces el de-
monio, derribándole en medio, salió de
éi, y no le hizo daño alguno.
86 Y hubo espanto en todos, y habla-
ban unos á otros diciendo : ¿ Qué pala-
bra es esta, que con autoridad y po-
tencia manda á los espíritus inmundos,
y salen?
87 Y la fiuna de él se divulgaba de
todas partes por todos los lugares de la
comarca.
88 ^ Y levantándose Jesús de la sina-
goga, entró en casa de Simón; y la
suegra de Nimon estalta con una grande
fiebre • ; y le rogaron por ella.
39 É inclinándose hacia ella, riñó á la
fiebre ¡ y la fiebre la dejó : y ella levan-
tándose luego, les servia.
40 Y Y poniéndose el sol, todos los que
tenían enfermos de diversas enferme-
dades, los traían á él: y él, |K>niendo
las manos sobre cada uno de ellos, los
sanaba.
41 Y sallan también demonios de mu-
chos, dando voces, y diciendo: Tü eres
el Cristo, el Hijo de Dios: mas rifién-
doles no les d^aba hablar ; porque sa-
bían que él era el CrUto.
42 7 T siendo ya de dia salió, y se fué
4 un lugar desierto : y las gentes le bus-
caban, y vinieron hasta él ; y le detenían
para que no se apartase de ellos.
48 Mas él les dijo: Que también 4
otras ciudades es necesario que anuncie
el Evangelio del reino de Dios ¡ porque
para esto sov enviado/.
44 Y predicaba en las sinagogas de
Galilea.
CAPITULO V.
PrtcUea Jétuí áud» la barca dt Ptdro t ftiea
mOagroBa ds m/«. Owraei<m d» um Uproto
y de un paraHíieo. Voeaeion da JBistfo.
Por 4pU no ofwiudHm loo dUeífulo» dt
Jonu.
Y ACONTECIÓ, que estando él Junf
to al lago de Genezatet, las gentes
se agolpaban sobre él para oir la palabra
de Dios «.
8 Y vio dos barcos que estaban cerca
<llatU.87.
Josa 4. 44.
•BaB«*.U7.
•IBsy.ir.S.
•3Bay.9.1,
»Jsaa8.W.
y 10. tt.
•Jer.2S.SI».
Mat.7.a8,
29.
Heclk.4.12.
•l!ar.l.2B.
bBsBt«>.3J9.
• ver. 41.
8al.ni6.10i
Hssk.S.14.
•lUi.8.14,
•te.
Uar. 1. 88.
•te.
/Usr. 1.8&
•Mat.4.18,
ete.
Mar. 1.10.
eto.
A^D.as.
S. LUCAS, VI.
A. 0.16.
ftjn«n31.6.
«8ál.m.
4B0.U.8.
O». 6. 9.
•X0.flL&
ISunMofo.
/ Mat. 4. 20.
y 19.87.
FL8.7.8.
f Hat 8b 2,
etc.
Mar. 1.40,
fl«0.
AaB«7.S.
10, li.
«La. 14. 4.
0te.
>HaU4J8.
Mar. 6. 48.
fHat9.S.
eto.
Mar. 2. 3,
ete.
•8aLS3.S.
7108.8.
7 130. 4.
Is.1.18.
74S.aft.
de U orilla del lam: j kM pcsradore»,
habiendo descendido de ellos, lavaban
sos redes.
8 Y entrado en uno de estos barcos, el
cnal era de Simón, le rogó que le desvi.
ase de tierra un poco ; y sentándose, en-
sellaba desde el barco á las gentes.
4 Y como cesó de hablar, dijo ¿ Simón :
Tira 6 alta mar, ; echad vuestras redes
para pescar b.
6 Y respondiendo Simón, le dijo:
Maestro, habiendo txabiO*d<> *o^ ^'
noche, nada hemos tomado c: mas en tu
palabra echaré la red.
6 Y habiéndolo hecho, encerraron eran
multitud de pescado <f, que su red se
rompía.
7 E hicieron señas á los compañeros
que ettaban en el otro barco, que vini-
esen á ayudarles ; y vinieron, y llenaron
ambos barcos, de tal manera que se
an«saban.
8 Lo cual viendo Simón Pedro, se der-
ribó de rodillas á Jesús «, diciendo: A-
pártate de mi. Señor, porque soy hombre
pecador.
9 Porque temor le habla rodeado, y á
todos los que ettaban con él, de la presa
de los peces que hablan tomaido.
10 Y asimismo á Jacobo| y á Juan,
hijos de Zebedéo, que eran compañeros
de Simón. Y Jesús dijo á Simón: No
temas ; desde ahora pescarás hombres.
11 Y como llegaron á tierra los barcos,
dejándolo todo, le siguieron/.
12 ^ Y aconteció que estando en una
ciudad, hé aquí un hombre Heno de le-
Sra;, el cual viendo á Jesús, postran-
ose sobre el rostro, le rogó, diciendo:
Señor, si quisieres, puedes limpiarme.
13 Entonces extendiendo la mano le
tocó, diciendo: Quiero; sé limpio A. Y
luego la lepra se fué de el.
14 Y él le mandó que no lo dijese á
nadie: Mas vé, (dijo/e) muéstrate al sa-
cerdote, y ofirece por tu limpiexa, como
mandó Moisés', paxa qvt Hrva de testi-
monio á ellos.
lA Empero tanto mas se extendía su
fama: y se Juntaban muchas gentes á
oír y ser sanadas por él de sus enferme-
dades.
16 Mas él se apartaba á loe desiertos,
y oraba*.
17 5 Y aconteció un dia, que él estaba
ensenando, y los Fariseos y doctores de
la ley estaban sentados, los cuales hablan
venido de todas las aldeas de Galilea, y
de Judéa, y Jerusalem : y la virtud del
Señor estaba tMi para sanarloa.
18 Y hé aquí unos hombres, que traían
sobre un lecho un hombre, que estaba
«uralitico/ : y buscaban wir donde meter-
le, y ponerle delante de él.
19 Y no hallando por donde meterle á
causa de la multitud, subieron encima
de la casa, y por el tejado le balaron con
el lecho en medio, delante de Jesús.
SO £1 cual, viendo la fé de ellos, le
dice: Hombre, tus pecados te son per-
donados.
21 Entonces los escribas y los Fari-
seos comenzaron á pensar, diciendo:
¿Quién es este que habla blasfemias?
¿Quién puede perdonar pecados, uno
solo DiosM?
99 Jesús entonces, conociendo los pen-
samientos de ellos, respondiendo les d^o :
i Qué pensáis en vuestros coraxones ?
23 i (¿ué es mas fiuril i decir : Tus pe-
cados te son perdonados ; ó decir : Le-
vántate, y anda ?
24 Pues para que sepáis que el Hijo del
Hombre tiene potestad en la tierra de
perdonar pecados, (dice al paralítico):
A tí digo : Levántate, toma tu lecho*,
y vete á tu casa.
86 Y luego, levantándose en presencia
de elkw, y tomando aquel en que estaba
echado, se toA á su casa, glorificando i
Dios.
20 Y tomó espanto á todos, y glozifiea-
ban á Dioso ; y ftieron llenos de temor^,
diciendo: Que hemos visto maiavillas
hoy.
97 Y Y después de estas ooeas sall6, y |
vio aun publicano llamado Lerí*, sen-
tado al banco de loe púUiau frítate*, y
ledUo: Sigúeme.
28 Y dejadas todas cosas, levautáadoee,
le siguió.
29 É hixo Leví gran banquete en su
casa, y habla mucluí compañía de publí-
canos, y de otros, los cuales estaban á
la mesa con ellos.
80 Y los escribas y los Fariseos mur-
muraban contra sus discípulos, dicien-
do : ¿ Por qué coméis y bebéis con los
publícanos y pecadores r ?
81 Y respondiendo Jesús, les dijo : Los
que están sanos no necesitan médico*,
sino los que están enfermos.
32 No he venido á llamar Justos, sino
pecadores á arrepentimiento t.
38 1 £ntónces ellos le dijeron > ¿ Por
qué los diBcípulos de Juan ayunan mu-
chas veces, y hacen oraciones, y asimis-
mo los de los Fariseos ¡ y tus diacipulos
comen v beben « ?
84 Y él les d^o : ¿ Podéis hacer que los
que están de bodas f «yunen, entretanto
que el esposo está con ellos ?
85 Empero vendrán días cuando el es-
poso les será quitado ; entonces ayuna-
rán en aqurilos días.
86 Y les decia también una parábola:
Nadie mete remiendo de paño nuevo en
vestido vieio ; de otra manera el nuevo
rompe, y al vlqo no conviene remiendo
nuevo.
87 Y nadie echa vino nuevo en cueros
viejos; de otra manera el vino na«vo
rt>mu«rá los cueros, y el vino se dora-
mara, y los cueros se perdeiún.
38 Mas el vino nuevo en cueros nuevos
se ha de echar; y lo uno y lo otro se
conserva.
89 Y ninguno que bebiere dd a&ejo,
quiere luego el nuevo ; por«i.ne dice : £l
añejo es m^or«.
CAPITULO VI.
Jetue defiende d mu Meeífmioejf reiar^gmife á
loe tftrihae y Fariefoe eokre la eib*ermm\
(hl Sábado. Kombra lo* doe*
evra en/tmo»/ w pniiea o^acl
•armoH e» que deetara toefmudameeetog de
la leff nveva.
Y ACONTECIÓ que pasando éL por
los sembrados* en un sábado se-
gundo dti primero, sus discípulos arran-
caban espigas, y comían, estregándote*
con las manos.
2 Y aljzunos de los Fariseos les dije-
ron : ¿ fot qué hacds lo que no es ii-
cito hacer en los sábados ?
8 Y respondiendo Jesús les dijo : ¿ Ni
aun esto nabeis leído, que hixo David á
cuando tuvo hambre, él, y los que con
él estaban ?
4 i Como entró en la casa de Dioa, y
tomó los panes de la proposición, y co-
mió, y dio también á los que ri^efceo
con él ; los cuales no era licito comer,
sino á solos los sacerdotes • ?
5 Y les decia: El Hijo del Homhre es
Señor aun del sábado.
6 ^ T aconteció también en otro sá-
bado, que él entró en la sinagoga y
enseñaba ; y estaba allí un hombie que
tenia la mano derecha seca<<.
iS.6.
•Heiá.ia.
ruca.
llLlU.]
«le.
*Jtr.
f Oiíp.1
10.
lCs.(|
II.
ITLLI
2IM.
SSl
tGff. Leel
táam*.
'Jwili
1X11
•Hat. 12.1.
ese.
Mw.XS.
*18a.SLt.
«La.Kfc
<Mat.B>
]<\«Sck
•D.8I.
& LUGAS, VIL
A. D. 31.
Ci]kS.SS.
118.
Matizas.
biíai,
ée.
üt. a 13.
•t7.
;mii1.42.
Buiiago.
Bmitmo
«acfiftt.
iftítra
*»part»
te.
*».í.7.
<e.
8*1108.8.
ll(tl4S6.
bp. 8. 46.
itt.i.30.
Bnf.lfi.
U107.S.
h.n.8.
lp.31. 4.
laul7J4.
lFed.ai9,
».
r«.i-i
'4.14.
0.
HMh.7.
H.
i;ip.i6.3&.
ktt.13.
JnuilA.
bt.5.44.
tal 12.80.
kp.3S.9t.
[eelL7.6a
>L2&
fstZ.lS.
7 Y le acechaban loe etoriba* y loa
Parlaéoa, ai aanaria en «Abado «, por ha-
Uar de qué le acusasen.
8 Mas él sabia los pensamientos de
ellos/; y d^o al hombre oue tenia la
mano seca: Levántate, y ponte eta me-
dio. Y él levantándose, se puso en pié.
9 Entonces Jesús lea dice: Os pre-
guntaré tifia cosa : ¿ Es licito en sába-
aoa hacer bien y, 6 hacer mal ? ¿ salvar
la vida, ó quitarla ?
10 Y mirándolos á todos alrededor, dioe
al hombre : Extiende tu mano ; y él lo
hizo asi, y su mano filé restituida sana
como la otra.
11 Y ellos se llenaron de rabia, y ha-
blaban los unos á los otros qué harían
á Jesús.
IS 5 V^ aconteció en aquellos dias, que
fué al monte á orar*, y pasó la noche
orando á Dios.
13 Y como fué de día, llamó 4 sus dis-
cípulos, y eacoeió doce» de ellos, loa
cuales también uamó Apóstoles :
14 A Simón, al cual también llamó
Pedro*, y á Andrés su hermano; Ja-
coboj y Juan, Felipe y Bartolomé jí,
15 Mateo y Tomás, y Jacobo hQo de
Alféo, y Simón el que se llama Cela-
dor tj
16 Judas hermano de Jacobo, y Judas
Iscariote, que también fué el traidor.
17 Y descendió con ellos, y se paró en
un lugar llano, y la compailia de sus
discípulos, y una srande multitud de
pueblo I de toda Judéa y de Jerusalem,
y de la costa de Tiro y de Sidon, que
habian venido á oirle, y para ser sanados
de sus enfermedades m ;
18 Y otrvs que habian sido atormen-
tados de espmtus inmundos, y estaban
sanos.
19 Y toda la gente procuraba tocarle* ;
porque salla & él virtud o, y sanaba á
todos.
20 5 Y alzando él los ojos á sus discí-
{>ulos, decía: Bienaventurados vototrot
os pobresj», porciue vuestro es el rdno
de Dios.
81 Bienaventurados los que ahora te-
neis hambre; porque seréis saciados f.
Bienaventurados los que ahora lloráis;
porque reináis r.
S2 Bienaventurados seréis cuando los
hombres os aborrecieren', y cuando os
apartaren de si, y os denostaren ', y des-
echaren vuestro nombre como malo por
ei HÜo del Hombre.
SS Uozáos en aquel dia«, y alegraos;
porque hé aquí vuestro galardón e»
grande en los cielos : porque así hacían
sus padres á los profetas *.
84 Mas ¡ay de vosotros ricos*! porque
tenéis vuestro consuelo y.
85 ¡ Ay de vosotros, los que estáis har-
tos ! porque tendréis htunbre <. ¡ Ay de
vosotros, los que ahora reís ! poique la-
mentaréis y lloraréis.
£6 ¡Ay de vosotros, cuando todos los
hombres dijeren bien de vosotros « ! por-
que así hacían sus padres á los falsos
profetas.
37 Mas á vosotros los que oís, digo:
Amad á vuestros enemigos; haced bien
á los que os aborrecen b.
S8 Bendecid á los que os maldicen, y
orad por los que os calumnian c.
89 Y al que te hiriere en la mcgilla,
dale también la otra ; y al que te qui-
tare la capa, ni aun el sayo le defiendas.
80 Y 4 cualquiera que te pidiere, da<< ;
y al que tomare lo que ea tuyo, no vu-
elvas a pedir.
31 Y como queréis que os hagan los
hombres, así haoedles también vosotros «.
8S Porque si amáis 4 los que os aman ;
¿ qué gracias tendréis ? porque también
loa pecadores aman á loa que los aman.
38 Y si hiciereis bien á los que os ha-
cen bien, ¿ qué gracias tendréis ? por-
que también loa pecadores hacen lo
mismo.
84 Y si prestareis á aquellos de quienes
esperáis recibir, ¿ qué gracias tendréis ?
Krque también los pecadores prestan á
I |)ecadores, para recibir otro tanto.
85 Amad pues á vuestros enemigos/;
y haced bien, y prestad no esperando
de ello nada y : y será vuestro galardón
grande, y seréis hijos del Altísimo * :
Ktrque él es benigno aun para con los
gratos y malos.
86 Sed pues misericordiosos, como tam-
bién vuestro Padre es misericordioso.
87 No juzffueis, y no seréis juzgados • :
no condenéis, y no seréis condenados:
perdonad, y seras perdonados.
38 Dad, y se os dará* ; medida buena,
apretada, remecida, y rebosando, darán
en vuestro seno : porque con la misma
medida que midiereis, os será vuelto á
medir t.
80 Y les decia una parábola : ¿ Puede
el ciego guiar al ciego "* ? ¿no caerán
ambos en el hoyo ?
40 £1 discípulo no es sobre su maes-
tro n ; mas cualquiera que fuere como
el maestro, será perfiM;to.
41 ¿ Por qué miras la piO* Q^^ "^ ^"^
el ojo de tu hermano, y la viga que ettá
en tu propio ojo no consideras ?
42 ¿ U como puedes decir á tu her-
mano : Hermano, déja, echaré fuera la
p^a que eitá en tu ojo, no mirando tü
la viga que ettá en tu ojo ? Hipócrita,
echa primero f\iera de tu ojo la viga»,
y entonces verás bien para sacar la paja
que está en el ojo de tu hermano.
43 Porque no es buen árbol el que da
malos fnitos ; ni árbol malo ei que da
buen firuto.
44 Porque cada árbol por su firuto es
conocido j»: qué no cogen higos de las
espinas, ni vendimian uvas de las zarzas.
45 Kl buen hombre del buen tesoro de
su corazón saca bien ; y el mal hombre
del mal tesoro de su corazón saca mal ;
porque de la abundancia del corazón
habla sn boca 7.
46 ¿ Por qué me llamáis. Señor, Señor,
y no hacéis lo que digo r ?
47 Todo aquel que viene á mí, y oye
mis palabras, y las hace, yo os enseñaré
4 quien es sem^ante.
48 Semejante es al hombre que edifica
una casa, el cual cavó y ahoidó, y puso
el fundamento sobre la peña*: y cu-
ando vino una avenida, el rio dio con
ímpetu en aquella casa, mas no la pudo
menear f; poniue estaba fundada solxre
la peña.
49 Mas el que oyó y no hizo «, seme-
jante es al hombre que edificó su casa
sobre tierra, sin fundamento ; en la cual
el río dio con ímpetu, y lu^ cayó : y
fué grande la ruina de aquella casa.
CAPITULO VIL
Baña Jenu al criado dd eenturion. Retueita
al h</o de la viuda d» Nain. Rupoud» á loa
meMojeroi á» Juan BauHita. Inertpa á
lo» Judúu, y lot compara á uiñot qut Jue-
gan. Una mufor U ungt lo» pM«. ParMola
de loe do» deudoret.
Y COMO acabó todas sus palabras
oyéndole el pueblo, entró en Oa-
pemaum «.
8 Y el siervo de un centurión, al cual
tenia él en estima, estaba enfermo y á
punto de morir.
8 Y como oyó hablar de Jesús, envió 4
/ ver. 27.
t Bal. 87. X.
7 113. fi.
* Mat 5. 4£.
• Mat. 7. 1.
JiPM.19.17.
/ Mar. 4. 35.
Bukto.S.18.
"Hat.15.14.
«llUtlO.34.
Jnan 18.16.
y 16. 20.
«Bo. 2.1,21.
rMstl2J3.
«Mat. 12.84,
36.
'Cap. 18. 16.
Mal 1.6.
Mai 7. 2L
Oa.6.7.
•Mat7. 24,
27.
<2Fed.l.lO.
• Bant". 1.
22,24.
« Mab 8. 5,
etc.
A.D.S1.
» Bal. 107.20.
«3Iat.19.28.
d Cap. 8. ¡4.
Hecli.9.40.
•2Bey.4.S2,
.•J7.
y 13, 21.
Jnw 11.44.
/ Cap. 24. 19.
9 Oap. 1. «tS.
A Mat. 11. 2.
8. LUCAS, VIT.
• Cap. 4. 18.
Bant*. 3. 6.
ÍCki.2.84.
Ib. 8. 14,
15.
Uai 11. 6.
713.57.
Juan&flC.
1 Co. 1. 21,
2&
' Cap. 1. 76.
él Im HtiebuiM de los Judíos, rogándole
que viniese, y librase k su sierro.
4 T viniendo etlos ¿ Jesús, rofcáronle
con diligencia, diciéndole: Porque es
digno de concederle esto;
5 Que ama nuestra nación, y él nos
edificó una sinagoga.
6 Y Jesús fué con ellos ; mas como ya
no estuviesen lejos de su casa, envió el
centurión amigos á él diciéndole : Scflor,
no te incomodes, que no soy digno que
entres debajo de mi tejado :
7 Por lo cual ni aun me tuve por digno
de venir ó tí ; mas di la palabra, y mi
criado serA sano h.
8 Porque también jo soy hombre pues-
to en potestad, que tengo debs^o ue mí
soldados ; y digo ¿ este : Vé ; y va : y al
otro. Ven ; y viene : y á mi siervo : Haz
esto ; y Lt hace.
9 Lo cual oyendo Jesús, se maravillé
de él ; y vuelto, dijo & las gentes que le
sciouián : Os digo gue ni aun en Israel he
hallado tanta fé «.
10 T vueltos & casa los que hablan sido
enviados, hallaron sano al siervo que
habia estado enfermo.
11 ^ Y acontecié después, cjue M iba
& la ciudad que se llama Nam, é il>an
con él muchos de sus diseípulos, y gran
compañía.
12 X como llegó cerca de la puerta de
la ciudad, hé aquí que sacaban fuera á
un diftmto, unigénito á su madre, la
cual también era viuda : y habia con ella
grande comiiañía de la ciudad.
13 Y como el Señor la vio, compade-
cióse de ella, y le dice : No llores.
14 Y acercándose, tocó el ftíretro ; y los
que le llevaban, pararon. Y dice : Man-
cebo, & tí digo, levántate <t.
15 Entonces se inconmró* el que habla
muerto, y comenzó a hablar; y diólo
á su madre.
16 Y todos tuvieron miedo, y glorifi-
caban ik Dios, diciendo: Que un gran
proteta se ha levantado entre nosotros/;
y que Dios ha visitado á su pueblo 9.
n Y salió esta &ma de él por toda
Judéa, y por toda la tierra de alrededor.
18 ^ Y sus discípulos dieron á Juan
las nuevas de todas estas cosas : y llamó
Juan dos de sus discípulos,
19 Y envió & Jesús», diciendo : ¿ Eres
tü aquel que habia de venir, ó e8i>era-
rémos á otro ?
20 Y como los hombres vinieron 4 él,
dijeron: Jtum el Bautista nos ha en-
viado á tí, diciendo : ¿ £¡res tü aquel que
habia de venir, ó esperaremos á otro ?
21 Y en la misma hora sanó á mu-
chos de enfermedades, y plagas, y de
espíritus malos ; y & muchos ciegos dio
la vista.
22 Y respondiendo Jesos, les dijo : Id,
dad las nuevas á Juan de lo que habéis
visto y oido : Que los ciegos ven, los co-
jos andan, los leprosos son limpiados. los
sordos oyen, los muertos resucitan, i los
pobres es anunciado el Evangelio i :
28 Y bienaventurado es el que no fuere
escandalizado en mí *.
84 ^ Y oomo se fueron los mensajeros
de Juan, oomenxó á. hablar de Juan á
las gentes : ¿ ^né salistes á ver al des!,
erto ? ¿ Una cafia que es agitada del
viento?
25 Mas ¿qué salistes á ver? ^T7n
hombre cubierto de vestidos delicados ?
Hé aqid que los que están en vestido
Í>recioso, y viven en delicias, en los pa-
acios de los reyes están.
26 Mas ¿ qué salistes á ver ? ¿Un pro-
feta ' ? También os digo, y aun mas que
profeta.
27 Este es de quien está escrito** ; Hé
aquí envío mi ímgtí delante de tn faz », I
el cual apar«úara tu camino driante
de tf.
28 Porque os digo que entre loe nacidos
de mujeres, no hay mayor proleta qoe
Juan el Bautista: mas el mas peqa«h>
en el reino de los cielos es mayor que él.
SO Y todo el pueblo oyéndole, y kM
publícanos, justificaron á Dios • bauti-
zándose con el l>autismo de Juan^.
30 Mas los Fariseos, y los sabios de la
ley, desecharon el consc>jo de Dios con-
tra sí mismos, no siendo tiaatizadoe
de él.
81 Y dice et Sefior: ¿A quién puea
compararé los hombres de esta genera-
ción 9, y á qué son semejantes ?
83 Semejantes son á los mochacbo»
sentados en la plaza, y que dan voces
los unos á los otros, y dicen: Os tañí-
mos con flautas, y no bailasteis ; os en-
dechamos, y no llorasteis.
83 Porque vino Juan el Bautista, que
ni comia pan, ni bebía vino r ; y decis :
Demonio tiene.
34 Vino el H^o del Hombre, que come
y bebe«; y decís: Hé aquí un hombre
comilón, y bebedor de vino, anoigo de
publícanos y de pecadores.
85 Mas la sabiduría es Justificada de
todos sus hijos t.
36 5 Y le rogó uno de los Parfséoa,
aue comiese con él. Y entrado en casa
el Fariseo, sentóse á la mesa.
87 Y hé aquí una m^jer qoe habia
sido pecadora « en la ciudad, como en-
tendió que estaba á la mesa en casa de
aquel Fariseo, trajo un vaso de alabastro
de ungüento V;
88 Y estando detrás á sus niés, comen-
zó llorando á regar con lágrimas sus
pies, y los limpiaba con los cabelloe de
su cabeza : y besaba sus piós, y loa nngia
con el ungüento.
80 V como vio elfo el Fariseo que le
habia convidado, habló entre si, dici-
endo : Este, si fuera profeta, conocerla
quién y cual es la mu^er que le toca ;
que es jtecadora «.
40 Entonces respondiendo Jesuft, le
dijo: Simón, una cosa tengo que de
cirte. Y él le dice : Di, maestro.
41 Un acreedor tenia dos deudores : el
uno le debia quinientos denarioa, y el
otro cincuenta.
42^ Y no teniendo eUos de que pagar '»
perdonó la deuda á ambos. Di, pues.
¿ cual de estos le amata mas ?
43 Y respondiendo Simón, dijo : Piensa
que aquel al cual perdonó mas*. T él le
dijo : Rectamente has juzgado.
44 Y vuelto á bi mujer, dijo 4 8imon :
¿ Ves esta mujer ? Entré en tu casa, no
diste agua para mis pies : mas esta ha
regado mis pies con láí^tixnas, y loa ha
limpiado con los cabellos de su cabeza.
45 No me diste beso ; mas esta, desde
que entré, no ha cesado de beaiar mis
pies.
40 No ungiste mi cabeza con dleo«;
tnas esta ha ungido con unic&enk» mis
pies. ^
47 Por Id cual te digo fue sus muchos
pecados son perdonados, porque amó
mucho: mas al que se perdona pooo«
poco ama.
48 Y á ella dijo: Los pecados te son
perdonados.
40 Y los que estaban juntamente sen-
tados á la mesa, comenzaron á decir
entre sí : ¿ Quién es este, qnc tambácaa
perdona pecados^ ?
SO Y dijo á la mqjer : Ta fB te ha
salvado e : vé en paz.
á.D. SL '
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a LUCAS, Tlñ.
A.D.S1.
17.S5.
n.
8.9.
3.3,
3.
12.
CAPITULO VIII.
iVmiMa dH tntbrador. Lum tobn <l ta9Ít-
Uro. íftrt* Jmu ni imiftrio tobr* •) mar,
Mtri lof ¿«ttOHío*, toArc ittia m/crmediul
inmraiiti y wtow to MiMr(«, rtMteitmtdo á
YACOiNTEClJ ámpvu», qae 61 em.
minaba por toda» las cludadea y
aldea* ptedlcándo, y anunoUndo «1 E>
vangeUo del idno de Dio»: y kw doce
con él,
S Y algunas miOena* (jae hablan tido
cundas de malos espíritus, ; de enfer-
medades ; María, que se llamaba Mag-
dalena, d^ Ui cual hablan salido siete
demonios ft,
3 Y Juana, mi^er de Chuza, procura-
dor de Heródes, y Susana, y otras mu-
chas que le tervlan de sus haciendas «,
4 |f Y oómp se juntó una grande com-
pañía, j los que estaban en cada ciudad
vinieron & él, d\}o por una parábola :
5 Uno que sembraba, saíiú á sembrar
su simieute*'; y sembrando, una parte
ajó Junto al camino, y ftuS hollada ; y
las ares del cielo la oonúeron.
6 7 otra parte cayó sohre la piedra;
y nacida, se secó> porque no tenia hu-
medad.
7 Y otn parte cayó entre laa espinas*;
y naciendo Uts «pinas Juntamente, la
ahogaron.
8 Y otra parte cayó en buena tierra, y
cuando ftié nacida, llevó fruto á ciento
Sr uno. Diciendo estas cosas clamaba :
[ que tiene oídos para oir, oiga/.
9 Y sus discípulos le preguntaron di-
ciendo, qué era esta pambola.
10 T él düo : A vosotros es dado cono-
cer los misterios del reino de Dios ; mas
h los otros por parúlwlas, para que vi-
endo no vean, y oyendo no entiendan'.
11 Es pues esta la parábola A : Xji simi-
ente es la palabra de Dios '.
IJI y los de Junto al camino, estos son
los que oyen ; y luego viene el diablo, y
quita la palabra de su corazón*, porque
no crean y se salven.
13 Y los de sobre la piedra, <on los que
habiendo oido, reciben la palabra con
rzo í ; mas estos no tienen nlces : que
tiempo creen, y en el tiempo de la
tentación se apartan.
14 Y la que cayó entre Tas espinas, estos
son ios que oyeron; mas yéndose, son
ahogados luego de los cuidados, y de las
riquezas, y de los pasatiempos de la
vida m, y no llevan fruto.
15 Mas la que en buena tierra, estos
son los 'que con corazón bueno y recto
I retienen la palabra oída, y llevan fruto
en paciencia".
16 ^ Ninguno que enciende la antor-
cha, la cubre con alguna vas^a, ó la
pone deludo de la oama;. mas la pone
en un candelero, pata que los que en-
tran, vean la luz «.
17 Porque no hay cosa oculta, que no
baya de ser manifestada ; ni cosa escon-
dida que no haya de ser entendida, y de
▼enir & luz'.
18 Allrad pues como oi%q; porque á
cualquiera que tuviere, le será dado ; y
Á cualquiera que no tuviere, aun lo que
I parece tener le ser& quitado.
19 ^ T vinieron A él su madre y her-
manos *- ; 7 no podían llegar & él por
causa de la multitud.
SO V le fué dado aviso, diciendo: Tu
madre, y tus hermanos cst&n fíiera, que
quieren verte.
21 El entonces respondiendo, les d^o :
Mi madre y mis hennanos son los que
ojen la palabra de Dios y la Secutan.
SS ^ x aconteció un dia, que ¿1 entró
8.
4,
3.
L
en un barco con sus discípulos*, v lea
dUo : Pasemos de la otra parte del lago.
T partieron.
93 Pero mientras ellos navegaban, él
se durmió. T sobrevino ima tempestad
de viento CA el lago; y henchían de
agua ,y peligraban.
S4 Y Iiedtfidose á él, le despertaron,
diciendo : Maestro, Maestro, que jiere-
cemos. Y despertado él. increpó al vi-
ento y á la tempestad del agua ; y cesa-
ron, y fué hecha grande bonanza.
85 Y les dijo : ¿ Qué es de vuestra té ?
Y atemorizados, se maravillaban dici-
endo los unos i los otros : ¿ Quién es
este, qye aun á los vientos y al agua
manda, y le obedecen ?
flS 5 > navegaron á la tierra de los
Oadarenos ||, que est& delante de Galüéa.
97 Y saliendo él k tierra, le vino al
encuentro de la ciudad un hombre que
tenia demonios ya de mucho tiempo, y
no vestía vestido, ni estaba en casa, sino
por los sepulcros.
98 1£1 cual, como vio á Jesns, exclamó
y se postró delante de él, y d^o 4 gran
voz : ¿ Qué tengo yo contigp, Jesús, Hijo
del Dios Altísimo ? Ruég^e que no me
atormentes '.
99 (Porque mandaba al espíritu in-
mundo que saliese del hombre : porque
.ya de mucho tiempo le arrebataba ; y le
guardaban preso con cadenas y grillos,
mas rompiendo las prisiones, era ^tado
del demonio por los desiertos.)
80 Y le preguntó Jesús diciendo : ¿ Qué
nombre tienes ? Y él d^o : Legión. Por-
que muchos demonios habiui entrado
en él.
81 Y le rogaban que no les mandase ir
al abismo ■.
89 Y habla allí un hato de muchos
puercos que pacían en el monte : y le
rogaron que los dejase entrar en ellos ;
y los d^ó.
83 Y salidos los demonios del hombre,
entraron en los puercas; y el hato de
ellos se arrojó de un despeñadero en el
lago, y ahogóse.
84 Y los pastorea, como vieron lo mw
habla acontecido, huyeron; y yendo,
dieron aviso en la ciudad y por las he-
redades.
35 Y salieron A ver lo que haUa acon-
tecido, y vinieron 4 Jesús: y hallaron
sentado al homl^e, de quien habían
salido los demonios, vestido, y en tu
juicio, & loa pies de Jesús ; y tuvieron
miedo.
36 Y les contaron los que lo hablan
visto como habla sido salvado aquel en-
demoniado.
87 Bntónces toda la multitud de la
tierra de los Gadarenoe alrededor le ro-
garon que se fuese de ellos ; porque te-
nian gran temor. Y él subiendo en el
barco, volvióse.
88 Y aqvel hombre, de quien hablan
salido los demonios, le rogó para estar
con él iiMas Jesiu le despidió, diciendo :
80 Vuélvete á tu casa, y cuenta cuan
mndes cosas ha hecho Dios contigo •.
Y él se fué, publicando por toda la ciu-
dad cuan grandes cosas Iiabia Jesús he-
dió con él.
40 5 Y aconteció que volviendo Jesua,
recibióle la gente; porque todos le es-
peraban.
41 Y hé aquí un varón llamado Jairo «,
y que era piincipe de la sinagoga, vino,
y cayendo & los pies de Jesús, le rogaba
que entrase en su casa :
49 Porque tenia una hija única, como
de doce años, y ella se estaba muriendo.
Y yendo, le apretaba la compaiUa.
Qq
' Met 8. 88.
ato.
IUr.48S.
•te.'
I Oeraeenoe
Uat. 8. 98.
etc.
Mar. 6. 1.
<SaBl*.8.19.
« Af. 9. 1.
f'jS.1,9.
"SU. 88.18.
'Mal 9.».
ete.
Mar. & 8?,
tt»
4.D.31.
& LUCAS, IX.
Á.J>,SL
fJokU.*.
'Cftp.18.lS.
J20.9L
« Cftp. e. 19.
» Mftt. 9. 28,
etc.
Mftr. S. 85,
etc.
•ver. 41,^
«rjTianll.40.
Bo. 4. 17.
I&mtfafn.
'Jnan 11.11,
18.
jBftB 11.48.
7 9.80.
'lCKt.10.1.
etc.
Mar. 8. 18,
etc.
» Cap. 10. 4,
elo.
«Eech.18.
81.
7 18* 8.
'Vatl4.1,
etc.
Kar. C. 14,
"Cap. 28. 8.
43 Y una mD^er que tenia flujo de
sangre hacia 7a doce aillos, la cual habia
gastado en médicos f toda su hacienda»
7 por ninguno habia podido ser curada,
44 Llegándose por las espaldas, tocó el
borde de su vestido ; 7 lu^go se estancó
el flujo de su sangre *.
45 Entonces Jesús dijo: ¿ Quién «« el
3ue me ha tocado ? "i negando todos,
yo Pedro, 7 los q^ie estaban con él:
Maestro, la compa&ia te aprieta 7 oprl-
me, 7 dices : ¿ Quién er el que me ha
tocado ?
46 T Jesús d^o : Me ha tocado al>
guien ; poique 70 he conocido que ha
salido virtud de mf o.
47 Entonces, como la mujer vio que
no se habia ocultado, vino temblando,
7 postrándose delante de él, declaróle
delante de todo el pueblo la causa por-
que le habia tocado, 7 como luego habla
sido sana.
48 T él le dyo: Confia, hija, tu fé te
ha salvado : vé en paz.
48 Estando aun él hablando b, vino
uno del príncipe de la sinagoga e á de-
cirle: Tu hija es muerta; no des tra-
bajo al maestro.
50 T oyendofo Jesús, le respondió : No
temas : cree solamente ^, 7 será salva.
51 Y entrado en casa, no d^ó entrar
á nadie consigo, sino á Pedro, 7 á Ja-
cobo ||, 7 á Juan, 7 al padre 7 á la ma-
dre de la moza.
52 T lloraban todos, 7 la plañían. Y él
dijo : No lloréis ; no es muerta, sino que
duerme*.
53 Y hacían burla de él, sabiendo que
estaba muerta.
54 Mas él, echados todos fuera, 7 to-
mándola de la mano, clamó, diciendo:
Muchacha, levántate/.
55 Entonces su espíritu volvió, 7 se
levantó luego : 7 él mandó que le diesen
de comer.
66 Y sus padres estaban atónitos; á
los cuales él mandó, que á nadie diesen
lo g,ue habia sido hecho y.
CAPITULO IX.
Mirioñ y foáer dt Im apMolf. MuU^ea-
«OH de los jnhm* y patea, (hm/eeion de
Pedro. Transfiguración de Jesús. Lunáüoi
curado, Pasión preáieha. Disputa de los
mpMoles sobre la vrimaeia. Ceto indiscreto
de los hijo» de Zebedto. Hombre que quiere
eeguirá Jetu-CMtto.
Y JUNTANDO sus doce discípulos «,
les dio virtud 7 potestad sobre todos
los demonios, 7 que sanasen enferme-
dades.
2 Y los envió á que predicasen el reino
de Dios, 7 que sanasen los enfermos.
3 Y les d|ce : No toméis nada para ¿I
camino fe, ni báculos, ni alfbija, ni panj
ni dinero ; ni tengáis dos vestidos cada
uno.
4 Y en cuatquiera casa que entraseis,
quedad allí, 7 de allí salid.
5 Y todos los que no os recibieren,
sabiéndoos de aquella olvidad, aun d
polvo sacudid de vuestros pies en testi-
monio contra ellos «.
6 Y saliendo ellos, rodeaban por todai
las aldeas, anunciando el evangelio, 7
sanando por todas partes.
7 í Y ovó Heredes el Tetraxea. todas
las cosas que hacia' ; 7 estaba en duda,
porque decían algunos: -Juan ha resu-
citado de los muertoji.
8 Y otros': Elias ha aparecido : 7 otros:
Algún profeta .de los antigum ha resu*
citado.
9 Y dijo Heredes: A Juan 70 te de-
gollé: ¿quién pues será este, de quien
70 oigo tales cosas ? Y procuraba verle e.
10 ^ Y vueltos los Apóstoles, le con-
taron todas las cosas que hablan hecho.
Y tomándolos, se retiró aparte á un lu-
K' desierto de la ciudad que se llama
tsaida.
11 Y como lo entendieron las gentes» le
siguieron; 7 él las recibió/, 7 les lia-
blaba del reino de Dios', 7 «^"wha loa
que tenían necesidad de cura A.
12 Y el dia habia comenzado á decli-
nar •'; 7 llegándose los doce, le clijeron :
Despide las gei\^s, para que 7endo á las
aldeas 7 heredades de alrededor, proce-
dan á alojarse 7 hallen viandas ; porque
aquí estamos «n lugar desierto.
18 Y les dice : Dadles vosotros de co-
mer. Y dijeron ellos : No tenemos mas
que cinco panes 7 dos pescados, si no
vamos nosotros á comprar viandas para
toda esta compañía.
14 Y eran como cinco mil hombres.
Entonces dijo á sus discípulos : Haoed-
los sentar en ranchos de cincuenta en
cincuenta K
15 Y así lo hicieron, haciéndolos sen-
tar á todos.
16 Y tomando los cinco panes 7 los dos
pescados, mirando al cielo los bendigo;
7 partió y dló á sus discípulos para que
pusiesen delante de las gentes.
17 Y comieron todos, 7 se hartaron * ;
7 alzaron lo que les sobró, doce cestos
de pedazo».
18 ^ Y aconteció, que estando él solo
orando, estaban con él los discípulos ; j
les preguntó diciendo : ¿ Quiáa dicen las
gentes que soy <« ?
19 Y ellos respondieron, 7 dijeron:
Juan el Bautista; 7 otros. Ellas; y
otros, que algún profeta de los anti-
guos ha resucitado ».
90 Y les dijo : ¿ Y vosotros, quién deofs
que S07 ? Entonces respondiendo Simón
Pedro, d^'o: El Cristo de Dios*.
21 Mas él conminándoles, mandó que
á nadie diesen esto,
22 Diciendo : Es necesario que él Hijo
del Hombre padezca muchas cosas, y
sea desechado de los ancianos, 7 de los
príncipes de los sacerdotes, 7 de los Es-
cribas, 7 que sea muerto, 7 resucite al
tercer diaj>.
83 ^ Y decía á todos : Si alguno quiere
venir en pos de mí, niegúese a sí mismo,
7 tome su cruz cada dia, 7 sígame 9.
24 Porque cualquiera que quisiere sal-
var su vida, la perdei-á; 7 cualquiera
que perdiere su vida por cansa de mí,
este la salvará.
25 Porque ¿ qué aprovecha al hombre,
si mnje&ie todo el mundo, 7 se pierda
él a sí mismo, ó corra peligro de si ?
Í6 Porque él que se avergonzare de mí
T^de mis palabras, de este ul el H^o d^
Hombre se avergonzará, cuando viniere
en su gloria, 7 del Padre, 7 de los santos
ángeles r.
f7 Y os digo en verdad, que hi^ al-
gunos de los que están aquí, que no
gustarán la muerte, hasta que vean d
reino de Dios*.
28 If Y acontecí)} como ocho días ' des-
Sues de estas palabras, que tomó á Pe-
ro, 7 á Juan, 7 á Jacobo |, 7 sutdó al
monte á orar.
29 y ^txetaitfo que oraba, la aparien-
cia de su :rostro se hizo otra, 7 su ves-
tido blanco 7 resplandeciente.
80 Y hé aquí dps varones que hablaban
con él, los cuales eran Moisés 7 Elias,
81 Que aparecieron en m^estad, 7 ha-
blaban de su salida, la cual había de
cumplir en Jerusalem.
aa Y Pedro, 7 los que estaban con él,
estaban cargados de sueño*: j
/Jna&S.
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t&tl4.I5. I
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«Val 171.
"Ia.8.K
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& LUC^ X
A.I>.S2.
aqaeOM dos varones que eafibaii ooi
»»-
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1.17,
8L1&
8.22:
7.
M4,
17.
n.
oonél.
áa Y acontedó» qn« «MurtAndiMe ellos
de él, Pedro dkw 4 /esus: Maistro,
bia a qae dos quedwnos «qui i y ha-
gamos tres pabellones ; un» um ti, y
va» pan Moisés, y uno pan £Uaa : no
sabiendo lo que se decía.
84 Y estando él hablando esto. Tino
una nabe que los t onbxié ; 7 tuvieron
tonor, entrsado ellos en la nube.
36 T Tino una vos da la nub*) que
decía: Sste es mi hijo' amado; 4 él
oid'.
80 T pasada aquella Tos, Jesús Alé
hallado solo: y dios oallaron, y por a-
quellos dias no diñaron nada á nadie de
h) qne habiaa Tiato jr.
87 Y Y aconteció el dia siguioate, que
apartándose ellos del monte, gran Oom*
paflia le saliti al encuentro •.
80 Y hé aquí que un hombre de la
compaflia clamó, diciendo : Maestro,
ruégote qne veas 4 mi hijo, que ea el
dnioo que tenso.
89 Y bé aquí un espíritu le toma, v de
repente da voces ; jr le dcspedaaa y kaee
tenar espuma, y apénaa se aparta de éi,
quebrantándole.
I 40 V rogué 4 tus discípulos que le eeh»>
sen Aiera, y no pudieron.
41 Y respondiendo Jesús, dice: { O ge-
neración infiel, y perversa «i ¿ hasta cu-
ando tengo de estar con vosotros, y os
suñiié? Trae tu hijo ao4.
! 4S T como aun se acercaba, el demonio
le derribé, y despedazó : mas Jesús in-
crepé al espíritu inmundo t, y sanó al
muchacho, y se le volvió 4 su padre.
43 5 Y todos estiü)an atónitos de la
grandesa de Dios. Y masaviliándose
todos de todas las cosas que haola, dijo
4 sus discípulos :
44 Poned vosotros en vuestros oídos
estas palabras : porque ha de acontecer
que el Hijo del Hombre s«r4 entrsado
en manos de hombres*.
45 Mas ellos no entendían esta pala-
bra ¿, y les era encubierta para que no
la entendiesen ; y temían preguntarle de
esta palabra.
46 ^ Entonces entraron en disputa,
cual de ellos seria el mayor*.
47 Mas Jesús, viendo los pensamientos
del coranm de ellos, tomo un niño, y
plisóle Junto 4 sí,
48 Y les dice: Cualauiera que recibiere
este niño en mi nombre, 4 mi recibe ; y
cualquiera que me reolbÍ«re 4 mí, recibe
al qne me envió/; porque el que fuere
el menor entre todos vosotros, este 8er4
el grande g»
49 Y Bnt^nces respondiendo Juan, dijo :
Maestro, hemos visto 4 uno que echaba
fuera demonios en tu nombre ; y se lo
prohibimoft, porque no U sigue con nos-
otros A.
50 Jesús le dQo! No se lo prohibáis,
porque el que no es contra nosotros, por
nosotros es.
51 ^ T acooteeló qut como se cumplió
el tiempo en que habla de ser recibido
arriba*, él afirmó su rostro para ir 4
Jemsaleni.
5S V envió mensajeros delante de si,
los cuales ñieron y entraron en una ciu-
dad de loa SamaritanosA, para preve-
nirle.
53 Mas no le recibieron, porque era
in traza de ir 4 Jerusalem.
54 Y* viendo etto sus discípulos, Jaoobo I
' Juan dijeron ; Sefior, ¿ quieres que
nandemoe que descienda inego del cie-
o, y los consuma, como hizo Elias' ?
6S Entánoe» volvlendoBe él, les reprcn-
dlé diciandoi Yosotroa no sábelí de qué
esplilla sois ;
60 Porque el Hilo del Hombre no ha
reñido pan perder las almas de loa
hombres, sino pan salvarías*. Y ae
flieron 4 otn aldea.
07 ^ Y aoositedé qne yendo dios, uno
le á^\o m «I camino : KeAor, te wguifé
donde quiera que fueres*.
58 Y Je dijo Jesús: X<as zonas tienen
cuevas, y las aves de los cielos nidos;
mas el U^o del Hembra no tiene donde
recline la cabeza.
5» Y dijo 4 otro : Sigúeme. Y él dijo:
Sefior, dígame que primero v«ya j en-
tienre 4 mi padn*.
00 Y Jesús le dijo : Déja los muertos
que entierren 4 sus muertos: y tu vé, y
anuncia el reino de Dios.
61 Entonces también dijo otrot Te
seguiré, Sefior; mas débame que me
despida primero de los que est4n en mi
casa.
0S Y Jesús le djjo : Ninguno que po-
niendo su mano al arado min atrás, es
apto para el reino de Dios.
CAPITULO X.
In*tr«eei<m y «MoM «le lo* aifMto Hi$Hjm-
bu. Oimdad» t'Mpraítent**. Faráboia M
mimarittmo. Murta y Marta hotptdam á
Jmm».
Y DESPUÉS de estas cosas, designó
el Sefior aun otros setenta, los cua-
les envió de dos en dos, delante f de sí,
4 toda ciudad y lugar 4 donde él habla
de venir.
S Y les deda : La mies 4 la verdad e«
mucha a, mas los obraros poeos: por
tanto rogad al Sefior de la mies que en-
vié obreros 4 su mies.
a Andad, hé aquí yo os envió oomo 4
corderos en medio de lobos.
4 No llevéis bolsa, ni alfariak, ni cal-
zado ; y 4 nadie saludéis en d camino*.
5 En cualquier casa donde entr4reis,
primeramente decid: Paz sea 4 esta
6 Y si hubiera allí algún hijo de paz,
vuestra paz reposará sobra él : y ti no,
se volvei4 4 vosotros.
7 Y^ posad en aquella misma casa comi-
endo y bebiendo lo qne os dieren ; por-
que el obrero digno es de su salario'.
Ño os paséis de casa en casa.
8 Y en cualquier ciudatl donde entr4-
reis, y os recibieren, comed lo que os
pusieren delante*;
9 Y sanad los enfermos qne en ella
hubiere, y decidles : Se ha llegue 4
vosotros el reino de Dios/.
10 Mas en cualquier ciudad donde en-
trareis, y no os recibieran, saliendo por
sos calles, decid :
11 Aun el polvo que se nos ha pegado
de vuestra dudada sacudimos en vos-
otros : esto empero sabed, que eH reina
de los cielos se na llegado 4 vosotros.
18 Y os digo que los de Sodoma ten-
drán mas remiikion aquel día, que a-
quella ciudad.
18 ¡ Ay de tí, Conzla ! (Ay de tí Bet-
saidaA! que si en Tiro y en Sidon hu-
bieran sioo hechas las maravillas que
se han hecho en vosotras, ya dias ha
que, sentados en cilicio y ceniza, se
habrían arrepentido'.
14 Por tanto Tiro y Sldon tendrán mas
remirion aue vosotras en el juicio.
15 Y tu, Oapemaum', que hasta los
cielos estás levantada, hasta los infier-
nos serás abajada ft.
16 El que á vosotros oye, 4 mi oye ' ; y
el que 4 vosotros desecha, á mí desecha ;
y el que 4 mí desecha, desecha al que
me envió"*.
_-
y 1:1.47.
"irst.8.19.
eto.
•IBey.l*.
SO.
fChr.JMoa.
Udet»
/«.
•lfst.9.S7.
Jusa4.86.
*Cap.8.S,
etc.
«tien.94.
88,96.
a Bey. 4.
•ilGo.9.4,
14.
1 Ti. 5. 18.
«lCo.10.37.
/Mat«.Z
y 4. 17.
' Cap. 9. S.
AMaiU.21,
etc.
•'SS.8.6L
ils.14.18.
15.
Jar. 51. SS.
Bs. 36. 30.
y 81. 18.
{Juan 18.30.
■" Juan 5.
23.
ITm.LB.
A»J>>St
fk LÜ0A3, XL
i. o. 91
•Mar. «.18.
HedL28.5.
la. i. 8.
Dft.ia.1.
Heb.12.SS.
Ap. 13. 8.
y 90. 12.
y 21. 27.
9M»t 11.25.
'MAt 28.18.
Jntn 8.3&
y 17. 2.
«JUM6.44.
4».
<1 104.1.10.
«Dea. 8.S.
«Lev. 19. 18.
iS
• I«T. 18. &
Keh. 9. 99.
B& 90. 11.
IS. 21.
10. 5.
Uft. 8. 12.
y Job 89. 2.
Bo.4.2.
Gik.8.11.
> M«t. 5. 4S,
44.
»BftI.88.1I.
ijua4.9.
«Os. 8. 6.
ML&8.
HatS&SS.
<<Jii«iiU.l.
yixs.s.
* cm. a as.
Hadi.22.8.
17 Y T volTltRm lot tetcnta oen graor
diciendo : Seflor, aun lot damonim m
nos sujetan en tu nombre.
18 Y les dijo : To vela & Satanás, oomo
un VKyo, que caia del oielo «.
10 Hé aquí os doy potestad de hollar
■obre las serpienCH» j sobre los escor-
piones, y sobre toda faena del enemigo;
y nada os dafiarA.
80 Mas no o« gooda de esto, á taber,
que loe espíritus se os sujeten ; mas an-
tes goz6os de que vueatn» nombres es-
tá,n escritos en los clelosi».
81 En aquella misma hora Jesús se
aleñó en esnfritu, y dijo : Yo te alabo,
ó Padre, Señor del cielo y de la tierra,
que escondiste estas cosas á los sabios
y entendidos, y las has revelado á los
pequemos: asi Padre, porque asi te
agradó g.
82 Todas 4aB cosas me son entregadas
de mi PBdx«r: y nadie sabe qfuien sea
el Hijo, sino el Padre ; ni auien sea el
Padre, sino el Hijo, y á, quien el H^o
lo quisiere revelar •.
93 Y vuelto particularmente 4 nu dis-
cípulos, dijo: Bienaventurados los ojos
que ven lo que vosotros vfñs ¡
94 Porque os digo que muduM profiatas
y reyes desearon ver lo que vosotros
veis, y no &> vieron ; y oir lo que oís, y
nofooyeroiM.
9A ^ Y .lié aquí, un doctor de la ley se
levantó tentándole, y dioiendo : Maes-
tro, ¿haciendo qué. cosa poseeré la .vida
eterna ?
98 Y él le dijo: ¿ Qué est4 eserito en
la le>- ? ¿ Gémo lees ?
97 Y él respondiendo, dijo : Amarás al
8eik>r tu Dios de todo tu' corazón, y de
toda tu alma, y de todas tus fuerzas, y
de todo tu entendimiento « ; y á tu pré«
Jimo, como á ti mismo *.
98 Y d^ole : Bien has respondido : hai
e8tD,y vivisás'.
99 Mas él, queriéndose justificar á sí
mismo', dijo.,á Jesús : ¿ Y quién es mi
prójimo*?
ao Y respondiendo Jesús, dijo: Un
hombre descendía de Jerusalem á Je-
rieiL y cayó en mamoM de ladrones, los
cuales le despojaron ; é hiriéndole, se
fberoo dejándole medio muerto.
31 Y aconteció, que descendió un sa-
cerdote por el mismo camino; y vién-
dole, se pasó de un lado.
89 Y asimismo un Levita, llegando
ocrea de aquel lugar, y viéndole, se pasó
de un lado «.
83 Mas un SaaaaritaiM» i, que transi-
taba» viniendo cerca de él, y viéndole^
Alé movidcá miaeriooniia ;
34 Y llegándose, vendó sus heridas
echándoi* aceite y vino : y poniéndole
sobre su oabalgadura, llevOio ai mesón,
y cuidó de él.
35 Y otro día jal partir, sacó dos de-
nariofs, y diólos al jiuesped, y ie d^o :
Üuidámele; y todo lo que demás gas-
tares, yo cuando vuelva te lo pagaré.
30 ¿ Quién, pues, de estos tres te pa-
rece que Alé el prójimo de aquel que
cayó en mtmot de los ladrones ?
37 Y él dijo : El que usó con éU de
misericordia. Entonces Jesús le ciyo:
Vé, y haz td lo mismo.
38 ^ Y aconteció, que yendo, entró él
en una aldea ; y una mt^er, llamada
Marta, le recibió en su casa<'.
30 Y esta tenia una hennana, que se
llamaba María, la cual sentándose á los
pies de Jesús •, oía su palabra.
40 Empero Marta se distraía en mu-
chos servicios; y sobreviniendo, dice:
Señor, ¿ no tienes cuidado que mi her-
mana ne d^a ssrvir sola ? DOe, pues,
que me ayude.
41 Pero respondiendo Jetos, le dijo:
Marta, Marta, ouldadosa estás, y con
las muahat cosas eatás turbada/ :
48 Empero una cosa es neceuziaf ;
y María estwgió la buena parte, la cual
no le será quitada.
CAPITULO XI.
Zk ta oratio» dominieaL Permvmtmeta ««
orar, Demottio mudo. BUaftnUaa de lee
JHdfee. Paréhtdm dd vcdienie armad». Á^^-
«rtmde Jeta» á lot Farieéoe f dsotorit dm
Y ACONTECIÓ qn» estando él
orando en un lugar, como acabó,
uno de sus discípulos le d^: Seftor,
enséñanos á orar, oomo también Juan
enseiió á sos discípulos.
8 Y les dijo : Guando orareis, decid « :
Padre nuestro, que estás en los cleloe,
tea tu Nombre santificado. Venga cu
refano. Sea hecha tu voluntad, como en
el oielo, offi también en la tiara.
3 £1 pan nuestro de cada dia df^'^'r
hoy.
4 Y perdónanos nuestros pecados, por-
que también nosotros perdonamos a to-
dos los que nos deben b. Y no nos nietas
ea tentaeien t mas líbranos del malo.
5 ^ Dejóles tamUea : ¿ Quién de vos«
otros tendrá un amigo, é in á él á media
noche, y le dirá : Amigo, piéManoe tres
panes;
tf Porque un ami^o mió ha venido 4
mí de oamino, y no tengo que ponerle
delante?
7 Y «t él de dentro respondiendo, di-
jere: No me seas molesto; la puerta
está ya cerrada, y mis nlitos están con-
migo en oaoaa; no puedo levantarme^
y (urte:
8 Oh digo, que aunque no te levante 4
darle por ser su amigo, cierto por su
importunidad se levantará, y 1« dai4
todo lo que habrá menester «.
9 Y yo os digo : Pedid, y se os dai4 * :
buscad, y haUaréis; tocad, y oe seíA
abiorto.
10 Porque todo aquel que pide, recibe:
y el que busca, halla; y al que toca, se
abre.
11 ¿ Y ciud padre de vosotros, ai sn
h^ le pidiere pan, le dará una piedra ?
ó, si pcsoado, ¿en lugar de pescado I»
dará una serpiente ?
19 O, si & pidiere un huero* ¿ le daiá
un escorpión ?
18 Puei ti vosotros, siendo malos, la-
beii dar buenas dádivas 4 vuestros hijosb
i cuanto mas vuestro Padre celestial da-
rá el Espíritu Santo á los q«e k» páii.
eren de él ?
14 ^ Y estaba él lanzando na denatmio,
el cual era mudo • : y aconteció qne sa-
lido fiíeta el demotdo, el mudo luii»ió, y
las gentes se maravillaron.
15 Y algunos de ellos decían : Sa Be-
eUcebul, principe de los ilenonies, eelia
fiíera los demonios.
18 Y otros, tentando, poriUn de él ae-
fial del cielo/.
17 Mas él, conociendo los penaanricn-
tos^ de ellos, les d^o : Todo lelns divi-
dido contra sí mismo es asolado; v ana
casa dividida contra si misma, eae*.
18 Y ai también Satanás está dividido
contra sí mismo, ¿ cómo estará
su reino ? porque decís, que en
bul echo yo fuera los demonios.
ID Pues si vo echo fuera los di
en Bcelzebul, ¿ vuestros h^os en quién
los echan liiera? por tanto ellos aeráa
vuestros Jueces.
80 Mas si «n el dedo da Sioa* adió
lOt.!.»,
• 8d.r.i
J73.9ÍW
.«.*
kMar.lLS,
•Csp.lS.tA
«lbt.7.;
y2LSS.
>••■ i-i :
&at*.V£i
1 Jasas.
•M»t.».S.
718.1.
sjmaS.&
Mar.».*.
L»
JL9.9,
S. IiUCáS» XII.
A.Dk88.
tOoLa.15.
<M«tia.ao.
2Ped.2.aO,
•0«p.l.S8,
•0ap.8.2L
hl. 119.
1.2.
Mctr. 2L
S»nf. 1.25.
'Mat. 12.40,
«te.
flBey.lO.
l,Hc.
'Jan* 8. 8,
10.
« Cap. 8. 1«.
Mftt. 5. 15,
etc.
aUr. 4. ZL
r Mate. 23.
etc.
> 3 Oo. i. &
' Ktt. 7. 8.
'Tit.l.Ift.
Csn.lX8aL
IfcM.7.
>MjU. 28.38,
27-
H*T.1Z88.
fticn kM deinonkMy oierto «1 idno de
Dios ha llegado á voiotrot.
21 Cuando el ftwtte annado guarda su
itria, en paz eitá lo que poaee.
22 liftaf k Mbxeviniando dn mas fiíette
que él, le venciere, le toma todas sus
armas oi que eanfiaba, y lepaxte sus
despoiosA.
28 £1 que no «s conmigo, contra mi
es; y el que conmigo no recoge, des>
panamá'.
84 Guando el espíritu inmundo saliere
del hombre, anda por lugares secos,
buscando reímao; y no hallando^, dice :
Me volveré k mi casa, de donde salí.
85 Y viniendo, la halla barrida y ador-
nada, t
96 Entónoes «a, y tona otros siete es-
píritus peores que élt y entrados, ha-
bitan allí : y lo postcero del tal hombre
es peor que lo primero •.
87 Y V aconteció que diciendo estas
cosas, una mujer de la compañía levan-
tando la voz, le d^o: Bienaventurado el
vientre que te tn^o, y los peohos que
mamaste*.
M T él óijo: Antes bienaventurados
los que oyen la palabra de Dios, y la
guardan «.
29 ^ Y juntándose las gentes á él, co-
vaaoó á decir: Esta generación mala
es : sefial busca, mas seflal no le sexi
dada, tino la sefkal de Jonás profeta^.
80 Porque como Jonás fué se&al á los
Ninivitae, así también será el H^o del
Hombre ácsta generación.
81 La reina del Aiutrof se levantará
enjuicio con los hombres de esta gene-
ración, y los condenará; porque vino de
los fines de la tierra á oir la sabiduría
de Salomón; y hé aquí mas que Salo-
món en este lugar.
88 Los hombres de Nínive se levanta-
rán en juicio con esta generación, y la
oondenaián : porque á la predicación de
Jonás se arrepintieron «-; y hé aquí mas
que Jonás en esta lugar.
88 Nadie itone en oculto la antorcha
encendida, ni deb^ del almud ; sino en
el «andelero, paiu que los que entran,
vean la luz «.
84 La antoroha dá cuerpo e* el ojo' :
pues si tu qjo fuere simple» también
todo tu cuerpo será resplandeciente:
mas si fuere malo, también tu cuerpo
será tenebroso.
86 idira pues, si la lumbre que en tí
hay, es tinieblas.
86 Asi que tiendo todo tu cuerpo res-
Slandeciente*, no teniendo alguna parte
e tinlebla, será todo luminoso, como
cuando ua« antorcha de resplandor te
alumbra.
87 f Y luego que hubo hafaladot, rogóle
un Fariseo que comiese con él: y en-
trado Jesús, se sentó á la mesa.
88 Y el Fañstk> como ie vio, maravi-
llóle de que no se lavó ante» de comer «.
8U Y el gdtor le dijo : Ahora vosotros
los Fariseos lo d» fuera del vaso y del
plato limpiáis* ; mas lo interior de vos-
otros está lleno de zanlita y de maldad'.
40 Neeios, ¿ el que niao lo de fuera, no
hizo también lo de dentro ?
41 Empero de lo que «a resta dad li-
mosnas; y hé aquí, todo os será limpio.
48 Mas ¡ ay de vontroa Fariseos • I que
diezmáis la menta, y la ruda, y toda
hortaliza ; mas el juicio y la caridad de
Dios pasáis de largo. Pues estas cosas
era necesario hacer, v no d(>]ar las otras.
43 j Ay de vosotros Fariseos ! que amáis
las primeras sillas en las sinagogas, y las
salutaciones en las plazas h.
44 ¡ Ay de Toeotros eaoiibas y Fariseos,
hipócritas I que sois como sepulcros ^e
no se ven, y los hombres que andan en-
cima no lo saben.
45 Y respondiendo uno de los doctores
de la ley, W dice: Maestro, cuando dices
esto, también nos afirentas á nosotros.
46 Y él dijo : ¡ Av de vosotros también,
doctoras de la ley f que cargáis los hom-
bres con cargas que no pueden llevar;
mas vosotro», ni aun con un dedo tocáis
las cargas.
47 : Ay de vosotros ! que edificáis los
sepulcros de los profetas, y los mataron
vuestros pudres.
48 De cierto dais testimonio que con-
sentís en los hechos de vuestros padres i
porque á la verdad ellos loa mataron «,
mas vosotros edificáis sus sepulcros.
48 Por tanto la sabiduría^ de Dios
también dJUo : Enviaré á ellos profetas,
y apóstoles, y de ellos á uno* matarán,
y á otro» persegtiirán ;
00 Pan que de esta generación sea
demandada la sangre de todos los pro-
fetas, que ha sido derramada jdeede la
fundación del mundo;
51 Desde la sangre de Abel«, hasta la
sani;re de Zacarías que murió entre el
altar y la casa/: asi os digo, sexá de-
mandada de esta generación.
52 ¡ Ay de vosotras, doctores de la ley •
que habéis quitado la llave de la ci-
encia : vosotros mismos no entrasteis, y
á loe que entraban impedisteis.
53 Y didéndoles estas oosaa, los escri-
bas y los Fariseos comenzaron á apre-
tarto en gran manera, y á provocarle á
que hablase de muchas cosas ;
54 Asechándole, y procurando cazar
algo de BU boca paira acusarle 5.
CAPITULO XII.
¿«vodura d$ bu Far<$éos. So t«m«r ríno á
Dio». Meo M (i^lo. No úntgurtiarte tohr»
comida y vffHdo. Tetara y eorann en H
cielo, Adminittrttior fid y pnidalite. ni-
ervo violento f infiel, Jeeu» vino á- poner
/uego tobré la tierra.
EN esto, juntándose muchas gentes,
tanto que unos á otros se hollaban,
comenzó á decir á sus discípulos : Pri-
meramente, guardaos de la levadura de
los Faristkw, que es hipocresía «.
8 Porque nada hay encubierto, que no
haya de ser descubierto ; ni oculto, que
no haya de ser sabido b,
8 Por tanto las cosas que delatéis en
tinieblas, á la luz serán oidas ; y lo que
hablasteis al oido en las oámaraa, será
pregonado en los terrados.
4 *f Mas os digo, amigos « mies : No
temáis de los que matan el cuerpo 4, y
después no tienen mas que hacer.
5 Mas os ense&wé á quien temáis : Te-
med á aquel que después de haber qui-
tado la vida, tiene poder de echar en la
gehenna « : así os digo : A este temed.
6 ¿ No se venden cinco piú<iriUos por
dos blancas ? pues ni uno de ellos está
olvidado delante de Dios.
7 Y aun los cabellos de vuMtra cabeza
ekán todos contados. No temáis pues:
de mas estima sois voeotrot que muchos
p<garillos.
8 Y os digo que todo aquel que rae
oon£esáre delante de los hombres/, tam-
bién el Hijo del Hombre le confesará
d^aate de los ángeles de Dios :
9 Mas el que me negare delante de
los hombres, será negado delante de los
ángeles de Dios.
10 Y todo aquel que dice palabra con-
tra el Hijo del Hombre, le será perdo-
nado ( mas al que blasfemare contra el
Espíritu Santo, no le sciá perdonado^.
11 Y cuando os tn^jeren á las atm^ogas.
•Badi.7.&8.
li Pro. 8. 1,
22.
'Gen. 4. 8.
/2Cr.24.ao,
81.
«3Kar. 12.13.
• Mst. 15. S,
efe.
Mar. 8. 15.
etc.
b Cap. 8. 17.
Mal 10. 26.
Mar. 4. 22.
«Jasa 16.14.
<< la. 61. 7,
ti.
Mat. 10.88.
eto.
< Mat S. 22.
/18S.2.80.
8i4 U9.40.
211.2.12.
Ap. 2. 10.
«Uat 12.81.
Ijaan6a6.
A. D. 8S.
a LUCAS, XIL
A. ñas.
Mail0.19.
lIftr.lS.ll.
t Heeh. 8.10.
y XXYI.
1 1 TL 6. 7,
10.
/Job 2. 4.
»8Mit«.4.
u.ie.
"Bid. 49.18.
i» Job aO. 90,
•J8.
y 27. 8.
SftL62.7.
8ftat».4.14.
9 Sftl. 39. &
y «.16, 17.
*- Hftb. 3:9.
*Ter. 88.
1 Ti. 6. 18,
19.
SftiLf. 2. 5.
( Hftt & 25,
oto.
« Job 89. 8.
BaL 147. 9.
• 1 Aey. 10.
4,7.
'Mat. 8.88.
y8ftl.84.10.
b. 88. 18.
Bo. 8. 81,
82.
' la. 4a IL
JoftB 10.27,
38.
•>Uftt.a6.
34.
Héb.13.28.
Bant». 2. 6.
3Ped.l.ll.
Ap. 23. 8.
Heeh. a.4«.
y 4. 84.
•Kftt&SO.
1TL6.19.
i(Bf. «.14.
lFed.1.18.
< Uftt 35. 1,
18.
/Hftt.2á.40,
ete.
j ft k» maglitndM t potestades, no e»-
tels «olicAtoft «hno, o qaé hayaia de res-
ponder, ó qné harais de decir A.
18 Poírqne ét Espirita Santo oa ense-
fiarA en la misma hora lo qne seri ne-
ceaario decir •'.
18 ^ Y dí}ole uno de la compañía:
Maeatro, di á mi hermano que parta
conmiso la herencia.
14 Mas él le d^jo: Hombre, ¿quién
me poso por juez, ó partidor sobre tos-
otros ?
Ifi Y d^oles: Mirad, y mardáos de
avaricia*; porque la Tida da hombre no
consiste en la abundancia de los bienes
que posee/.
16 V refirióles una parábola, diciendo :
La heredad de un nombre rico habla
Uerado mucho;
17 Y ál pensaba dentro de sí, diciendo :
¿ Qué haré, qne no tengo donde Junte
mis frutos?
18 YdUo: Esto haré**; derribaré mia
alfolíes, 7 edificarélw mayores; y allí
Juntaré todos mía finitos y mis bienes n,
19 Y dirá & mi alma » : Alma, muchos
bienes tienes almacenados para muchos
altos: repósate, come, bebe, huélgate*.
SO Y diiole Dios: i Necio ! esta noche
vuelven á pedir tu almap : y lo que has
prevenido, ¿ de quién será? f
81 Así e« el que hace para sí tesoro r,
y no es rico en iMos*.
89 5 Y d^o & sus discípulos: Por tanto
os digo, no estéis afanosos de vuestra
vida ', que comeréis, ni del cuerpo, que
vestiréis.
28 La vida mas es que la comida, y tí.
cuerpo que el vestido.
94 Considerad los cuervos», que ni
siembran, ni siegan ¡ que ni tienen ci-
llero, ni alfolí; y Dios los alimenta.
¿Cuánto de mas estima sois vosotros
que las aves?
95 é Y quién de vosotros podrá con tu
aftn ailadir á su estatura un codo ?
98 Pues si no podéis aun lo que es
menos, ¿para qué estaréis a&nosos de
lo demás ?
87 Considerad los lirios, como crecen:
no labran, ni hilan; y os digo, que ni
Salomón con toda su gloria* se vistió
como uno de ellos.
98 Y si asi viste Dios á la yerba, que
hoy está en el campo, y maSana es
eohada en el homo, ¿cuánto mas á
vosotros, Aombret de poca K ?
SO Vosotros, pues, no procuréis con
anhelo qué hayáis de comer, ó qué hayáis
de beber, ni estéis en ansiosa perpl^i-
dad.
80 Porque todas estas eosas bnscan las
gentes del mundo: que vuestro Padre
sabe que necesitáis estas cosas.
81 Mas procurad el reino de Dios «, y
todas estas cosas os serán afladidas'.
88 No temáis, manada pequeña * ,
porque al Padre ha placido daros el
reino o.
88 Vended lo que poseéis, y dad limos-
na i ; haceos bolsas que no se envejecen,
tesoro en los cielos que nunca <a;
donde ladrón no llega, ni poUUa cor-
rompe«.
84 Porque donde está vuestro tesoro,
allí también estará vuestro corazón.
85 ^ Estén oefiidos vuestros lomos ¿, y
vuettnu antorchas encendidas* :
86 Y vosotros, sem^antes & bombivs
que esperan cuando su señor ha de vol.
ver de las bodas; para que cuando vini-
ere, y tocare, luego le abran.
az Bienaventurados aquellos siervos, A
los cuales, cuando el señor viniere,
hallare velando/: de cierto os digo, que
se oelUrá, y hará que se sienten k la
mesa, y pasando les serrizA.
88 Y aunque venga á la segunda vigi-
lia, y aunque venga á la tercera vigilia,
y fot bailare así, bienaventurados son los
tales siervos.
80 Esto empero sabed, one al snpiese
el padre de familia á qué hora habla de
venir el ladrón/, velarla ciertamente y
no dejarla minar su casa.
40 Vosotros, pues, también estad aper-
cibidos;: porque á la hora que no pen-
sáis, el Hijo del Hombre vendrA.
41 ^ Entonces Pedro le dijo: Selknr,
¿ dices esta parábola á nosotros, ó tam-
bién á todos ?
4li Y dUo el Señor: ¿Quién es el ma-
yordomo fiel y prudente A, al cual tí se-
ñor pondrá Sobre su ferollia, pan qne
en tiempo les dé «u ración ?
48 Bienaventurado aquel siervo, al
cual, cuando el Sefk» viniere, haúáre
haciendo así.
44 En verdad os digo, que él le pondrá
sobre todos sus bienes.
45 Mas si el tal siervo dijere en su
corasen: Mi Señor tarda en venir, y
comenzare á herir los siervos y las cri-
adas, y á comer, y á beber, y A embri-
agane,
46 Vendrá el Señor de aquel sierro d
día que él no espera, y A la hora que él
no sabe, y le apartará', j pondrá aa
parte con los inneles.
47 ^ Porque tí siervo que entendÜ la
voluntad de su señor, y no se apercibió,
ni hizo conforme á su voluntad, soá
azotado mucho*.
48 Mas el que no entendió, é hizo co-
■as dignas de azotes, será azotado poco I :
porque á cualquiera que fué dado mu*
cho, mucho será vuelto á demandar de
él">; y al que enoomendaron mucho,
mas le será pedido.
49 ^ Fuego vine á meter en la tierra* :
¿ y qué quiero, si ya está encendido ?
50 Empero de bautismo me ea ne-
cesario ser bautizado*: y ¡eómo me
angustio hasta cpie sea cumplido !
51 ¿ Pensáis que he veniao á la tierra
á dar paz ? No, os digo ; mas disensión.
58 Porque estarán de aquí adelante
cinco en una casa divididos; tres contra
dos, V dos contra tres.
58 £1 padre estará dividido contra tí
hijo, y el hijo contra el padre ; la madiv
contra la hija, f la h^a contra la ma-
dre; la suegra contra su nuera, y la
nuera contra su suegra^.
54 ^ Y decia tambiñi á las gentesf :
Cuando veis la nube que sale del Po-
atente, luego decís : Agua viene : y es
asi.
56 Y cuando sopla tí Austro, decís :
Habrá calor: y lo nay.
66 ¡Hipócritas! Sabéis examinar la
fks del cielo y de la tierra ; ¿ y cómo no
reconocéis este tiempo ?
57 ¿ Y por qué aun de vosotros mismoa
no Juzgáis lo que es Justo ?
58 Pues cuando vas al magistrado r
con tu adversarlo, procura en el caunino
librarte de él ; poique no te anaatre al
juez, y el juez te entregue al alguacil, y
el aguacil te meta en la cárcel.
59 Te digo que no saldrás de allá, bas-
ta que hayas pagado hasta el lOtímo
maravedí.
CAPITULO XIII.
Dd eoMgo qme amemtua 4 loa «w mo ar mr-
nplenUn. Higutra e»ttril. (hwaei^m <!• Im
mtijer emeorvada. PariMai iW fram»
mo$ta»a, y <l« la UtaAirtt. Corto »
d* tot qu» m Botvam. PoM'm
Jtnu«Um homieiia 4t Isa jr^atas.
/11WS.t
tM.S.U.
;tt.U.
>Cn.1LSt.
Sa.U.U.
iXaiH.tt.
ICS.4.1
íBaLS-f.
/Bo.in
■•JaaaU
n.
1TLLI3.
•MatllSL
r Mas. Ifi.
MaLS.IS.
D.S3.
S. LUCAS, Xin, XIV.
A.D.8S.
«ÍL&
2.aoi
1»
t.19.1
Í.9,
Y EN «te mbmo tiempo estaban aBÍ
unos que le contaban acerca de los
O&liléoso, cuya tañere Pilato habla mez-
clado con íQS sacrificios t.
S Y respondiendo Je«us les di}o: ¿ Pen>
sais qne estos Oallléos, porque han
psdecido tales cosas, hayan sido mas
pecadores que todos los Gallléos ?
8 No, os digo : Antes si no os arrepin*
tiéreii^ todos pereceréis igualmente.
4 O aquellos diez y ocho, sobre los
cuales cayó la torre en Siloé, y los mató,
¿ pensáis que ellos fueron mas deudores
3ue todos los hombres que habitan en
erusaiem ?
5 No, os digo : antes si no o« arrepin-
tiereis, todos pereceréis asimismo.
0 f Y dijo esta parábola : Tenia uno
una higuera plantada en su Tii}a«, y
vino á buscar fruto en ella, y no «ó
halló.
7 Y á]¡o al Tiflero : H^ aquí tres afios
ha que vengo A buscar fruto en esta hi-
guera, y no le hallo ; córtala, ¿ porqué
ocupará aun la tierra ?
8 £1 entonces respondiendo, le dijo:
Señor, déjala aun este año^, hasta que
yo la excave, y estercole.
9 Y si hiciere fruto, bien; y ai no, la
I cortarás después.
10 ^ Y enseñaba en una sinagoga en
Sábado.
11 Y hé aquí una mvger que tenia espí*
litu de eniermedad diez y ocho afios, y
andaba agobiada que en ninguna ma-
nera podia mirar arriba.
13 Y como Jesús la vio, llamóla, j dí-
jóle: Mii^er, libre eres de tu enfer-
medad.
IS Y puso las manos sobre ella*, y
lu^o se enderezó, y gloriflcaba á Dios.
14 Y respondiendo el príncipe de la
sinagoga, enojado que Jesús huUese
curado en el Sábado/, dijo á la com-
pañía : Seis días hay en que es necesario
obrar»: en estos, pues, venid, y sed
curados, y no en dia de Sábado.
15 Entonces el Señor le respondió, y
dijo : Hipi5crita*, ¿ cada uno de vosotros
no desata en Sábado su buey, ó su asno
del pesebre, y lo lleva á helier « ?
16 Y á esta hij% de Abraham *, que hé
aquí que Satanás la habla ligido diez y
ocho años, ¿ no convino desatar/a de
esta ligadura en dia de Sábado ?
17 Y diciendo estas cosas, se avergon-
zaban todos sus adversarios: mas todo
el pueblo se gozaba de todas las cosas
gloriosas que eran por él hechas.
18 ^ Y dijo : ¿ A qué es semejante
el reino de Dios, y á que le compa»
raré' ?
19 Señalante es al grano de la mos-
taza, que tomándo/o un hombre le me-
tió en su huerto ; y creció, y ftté hecho
árbol grande, y las aves del cielo hicie-
ron nidos en sus ramas «».
SO Y otra vez dijo : ¿ A qué compararé
el reino de Dios ?
31 Semejante es á la levadura, que
tomó una miúer, y la escondió en tres
medidas de harina, hasta que todo hubo
fermentado «.
22 ^ Y pasaba por todas las ciudades
r aldáas enseñando, y caminando á Je-
-usalem.
28 V dijole uno : Señor, ¿ son pocos los
(ue se salvan ? Y él les dijo :
24 Forfíad 4 entrar por la puerta an-
rosta "; porque os digo que muchos
«rocufarán entrar, y no podránj».
35 Después que el padre de familias se
ívantáre, y cerrare la puerta?, y comen-
&reis & estar fbera, y tocar á la puerta,
iciendo : Seflor, SÍetiorr, ábrenos: y
respondiendo él os dirá: No os conozco
de donde seáis:
86 Entonces comenzaréis á decir*: De-
lante de tí hemos comido y bellido, y en
nuestras plazas enseflastew
i>7 Y of dirá : Dígoos que no os conoz-
co de donde seáis : apartác» de mí, todos
los obreros de iniquidad '.
88 Allí será el llanto y el crujir de di-
entes «, cuando viereis á Abraham, y á
Isaac, y A Jacob, y A todos los profetas
en el reino de Dios, y vosotros excluidos.
29 Y vendrán del oriente, y del occi-
dente, del norte, y del mediodía*, y se
sentarán á la mesa en el reino de Dios.
80 Y hé aquí, que son postreros los
que eran los primeros; y que son pri-
meros los que eran los postreros'.
81 ^ Aquel mismo día llegaron unos
de los Fariseos, diciéndole: Sal y vete
de aquí ; porque Heredes te quiere ma-
tar.
83 Y les dijo : Id, y decid A aquella
zorra : Hé aquí, echo fuera demonios,
y acabo sanidades hoy y mañana, y al
tercer dia soy consumado '.
83 Empero es menester que hoy, y
mañana, y pasado mañana camine :
Sirque no es posible que profeta muera
era de Jemsalem.
84 ¡Jerusalem, Jemsalem s¡ que ma-
tas los Profetas, y apedreas los que son
enviados A tí : ¡ cuAntas veces quise jun-
tar tus hUos, como el ave sus pollos de-
bajo de «iM sJas, y no quisiste !
83 Hé aquí os es dedada vuestra casa
desierta « : y os digo que no me veréis,
hasta que venga tiempo cuando digáis:
Bendito el que viene en nombre del
Señor b.
CAPITULO XIV.
BldrOpteo curado m Síhado. Par&boía de
la gran cena. El qtu quiere «coiur á Jenu,
debe Uevar tu enu. Bal hecha tnsijñda.
Y ACONTECIÓ que entrando en
casa de un príncipe de los Fariseos
un Sábado A comer pan^ ellos le ace-
chaban «.
9 Y hé aquí un hombre hidrópico es-
taba delante de él.
8 Y respondiendo Jesús, habló A los
doctores de la ley, y A los Parisinos, di-
ciendo : ¿ Es licitó sanar en SAbadob ?
4 Y ellos callnron. Entonces él tomán-
áole, lo sanó, y despidió^.
5 Y respondiendo á ellos, dijo : ¿ El
asno ó el buey de cual de vosotros caerá
en algrm pozo, y él no le sacai-á luego
en dia de Sábado»?
6 Y no le podían replicar á estas cosas.
7 ^ Y observando como escogían ios
primeros asientos A la mesa, propuso
una parábola A los convidados, dicién-
doles:
8 Guando fueres convidado de alguno
A bodas, no te sientes en el primer
lugar; no sea que otro mas hq|^rado
que tii eaté por él convidado,
9 Y viniendo el que te llamó A tí y A
él, te diga : DA lugar á este: y entonces
comiences con vergüenza A tener el
lugar illtimo''.
10 Mas cuando f\ieres convidado, vé, y
sii^ntate en el postrer lugar ; porque
cuando viniere el que te llamó, te diga :
Amigo, sube arriba: entonces tendrás
gloria delante de los que Juntamente se
asientan á la mesa.
11 Porque cualquiera que se ensalza,
será humillado; y el que se humilla,
será ensalzado*.
13 ^ Y dijo también al qne le haUa
convidado: Guando haces comida ó
oena, no llames á tus amigos, ni á tus
hermanos, ni A tus parientes, ni A fu«
«SUt.7.32,
as.
«Mat.asja,
4L
•Mat.8.ia.
y 13. 42.
72Í.5L,
• Ap. 7. 9,
10.
" llst.l«,30.
y ao. 16.
Uar.iaSL
rHeb.2.10.
>]lsfca8.S7.
•Le. sea,
83.
Sil. 80. as.
Is. 6. 5, 6.
Da. 9. 36.
Mi. 8. 13.
» Cap. 19. 88.
Jn«aa3.tS.
«Is.39.S0,
SI.
Jar. 30. 10,
U.
iGap.18.li.
«Cap.lS.U.
<íPr.36.«,7.
'Cap. 18.14.
Job 31 39.
8sl. 18. 27.
Pr. 16. 83.
y 29. 33.
katS3.12.
Bant>. 4. 6.
1 Ped. 6. 5.
A.P.S&
& LUCAS, XY.
A.D.S3.
/Na. 8. 10.
la.
«A^19.9.
AMat.22.2,
« K. 9. 9, 8.
lB.S6.1,a.
ítct.Mw
/18«.9.8.
Sal. US.
7.8.
• K a. 12,
18.
»HMb.U.l.
• Pr. 1. 24.
liUt.2I.-l8.
Heb.U.2S.
I* De 88.9.
lUt.10.87.
«G«|t.S.38.
IIIatie.24.
Mar. 8. S4.
2T1.8.12.
' Pr. 20. 18.
• H. 8. 7, 8.
( Hftt 5. 18.
>Iar.».AO.
" Jiuuil£.6.
veoioM tIoos-; poraue también elloa no
te vuelvan á convidar, y te sea hecha
compensación.
18 Mas caando haces banquete, llama
á los pobres/, los mancos, los cojos,
los ciegos,
14 Y serús bienaventurado ; porque no
te pueden retribuir: mas te terk re*
compensado en la resurrección de los
justos.
15 ^ V oyendo esto uno de los que jun-
tamente estaban sentados 4 la mesa, le
dj^io: Bienaventurado el que coniíerá
pan en el reino de ios cielos ^r.
16 SI ent<SnceB le dijo: Un hombre
hixo una grande cena A, y convidó i
muchos.
17 Y á la hora de la cena envió & su
siervo & decir á los convidados : Venid,
que ya todo está aparejado •'. -
18 Y comenzaron todos & una á escu-
sarse. El primero le dijo : He compra-
do una hacienda, y necesito salir, y ver-
le : te ruego que me des por escusado.
19 Y el otro dijo : He comprado cinco
yuntas de bueyes, y voy á probarlos:
ruégote que me áÁ por escusado.
80 Y el otro dijo : Acabo de casarme,
y por tanto no puedo ir A.
SI Y vuelto el siervo, hizo saber estas
cosas A su sefior. Entóaces en<óado el
padre de la familia, dijo á su siervo:
Vé presto por las plazas, y por las calles
de la ciudad, y mete adi los pobres',
los mancos, y cojos, y ciegos.
Si Y diju el dervo: Sefior, hecho es
como mandaste, y aun hay lugar.
53 Y dijo el sefior ai siervo : Vé por los
caminos y por los vallados», y fuérzaiM
á entrar*, para que se llene mi casa.
54 Porque os digo que ninguno de a-
quellos hombres que fueron llamados,
gustará mi cena».
sa ^ Y muctias gentes iban con él; y
volviéndose les dijo :
86 Si alguno viene á mí, y no altor-
rece /> á su padre, y madre, y mi^er, é
hijos, y hermanos, y hermanas, y aun
también su vid^, no puede ser mi dis-
cípulo.
87 Y cualquiera que no trae su cruz, y
viene en pos de mi, no puede ser mi
discípulo 7.
28 Porque ¿ cuál de vosotros, querien-
do editicar una torre, no cuenta primero
sentado loe gastos, si tiene /o que neauUa
para acabarla t
29 Porque después que haya puesto el
fundamento, y no pueda acabarte, bodos
los que lo vieren, no comiencen á h^cer
burla de él,
30 Diciendo : Este hombre comenzó á
edificar, y no pudo acabar.
31 ¿ O cuál rey, habiendo de ir á ha-
cer guerra contra otro rey, sentándose
primero, no consultar si puede salir al
encuentro con diez mil al que viene con-
tra élTon veinte mil ?
32 De otra manera, cuando aun el otro
está lijos, le ruega por ia paz, cmvián-
dole emlMOada.
33 Así pues cualquiera de vosotros que
no renuncia á todas las cosas que posee,
no puede ser mi discípulo*.
34 Buena es la sal ; mas si la sal Aiere
desvanecida ¿ con qué se adolHurá < P
36 Ni para la tierra, ni paca el mula-
dar es buena ; fuera la arrojan >. Quien
tiene oídos para oir, <riga.
CAPITULO XV.
FaráMai d» Ut ot^ deMtarriaita, á» ta
Wroema perdida, y dtl hijo pr/ídigo, para
(Ofi/unon de lo» Fariffo» presuutuoios, y
alitnto de loe peeadore» arrepentidat.
Y8B Uegabau á él todos Um pablie»-
nos y pecadores á oírle «.
B Y murmuraban los Fariseos v los
escribas, diciendo : Este & los pecadores
recibe, y con ellos come.
8 Y él les propuso esta parábolai, dici-
endo:
4 ¿ Qué hombre de vosotros, teniendo
cien ovejas b, si perdiere una de ellas,
no d^a las noventa y nueve en el desi
erto, y va á la que se perdió, hasta que
la haUe ?
6 Y hallada, ia pone sobre sus hom»
bros gozoso;
6 Y viniendo á casa, junta á los ami-
gos y á los vecinos, diciéndotes : Dadme
ei parabién ; porque he hallado mi ov^
que se habla perdido c
7 Os digo, que así habrá nttu gozo en
el cielo de un pecador que se arrepiente,
que de noventa y nueve Justos', que
no necesitan arrepentimiento.
8 ¿O qué mujer que tiene diez, drac-
mas, si perdieré una dracma, no enci.
ende el candil, y barre la casa, y busca
con diligencia, hasta hallaría t
9 Y cuando la hubiere hallado, jonta
las amigas y las vecinas, diciendo: Dad-
me el parabién; porque he hallado la
dracma que había peroido.
10 Así os digo que hay gozo delante de
los ángeles de Dios por un pecador que
se arrepiente*.
11 ^ Y dijo: Un hombre tenia doa
hijos;
18 Y el menor de ellos d\¡o A su padre :
Padre, dame la parte de la hacienda
que me |iertenece: y á( les repartió 1«
hacienda.
13 Y no muchos días después. Juntán-
dolo todo el hijo menor, partió l<^jos A
una provincia apartada, y alli desper-
dició su hacienda viviendo perdida-
mente.
14 Y cuando todo lo hubo malgastado,
vino una grande hambre en aquella pro-
vincia, y comenzóle á faltar.
15 Y fué, y se llegó á uno de los ciuda-
danos de aquella tierra, el cual le envió
á su hacienda para que apacentase los
puercos.
16 Y deseaba henchir su vientre de las
algarroba^ que comían ios puerooa; mas
nadie se las daba.
17 Y volviendo en sí, dijo: ¡ Cu&ntoa
jornaleros en casa de mi padre tienen
abundancia de pan, y yo aquí pereaoo
de hambre i
18 Me levantaré, é iré á mi padre, y le
diré : Padre, he pecado/ contra ei cido,
y contra tí ;
19 Ya no soy digno de ser llamado ta
hijo ; hazme como á uno de tus Jorna-
leros.
80 Y levantándose, vino á su padre.
Y como a^n estuviese li'josy, violo su
padre, y fué movido á misericordia, y
corrió, y echóse sobre su cuello, y be-
sóle.
81 Y el hijo le difo : Padre, he pecado
contra el cielo*, y contra tí, y ya no soy
digno de ser llamado tu hijo.
88 Mas el padre dijo á sus siervos:
Sacad el principal vestido, y vestidle*,
y poned un anillo en su mano, y uqpetos
en sus pies ;
88 Y traed ei becerro grueso, y ma-
tad/o : y comamos, y hagamos fiesta.
84 Porque este mi hijo muerto cm*,
y ha revivido ' ; habíase perdido as y I
es hallado. Y comenzaron A
jarse.
85 Y su hvjo el mayor estaba
campo; el cual como vmo, y llegó
de casa, oyó ia siníbaía y las danías;
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Í.S.
JM
nmona
Mldad,
. 19.17-
25.21,
.19.17.
3Í.1S.
6.24.
A
I mono.
8.18.
».14.
10.29.
7.9.
ir. 10.
98 Y llamando uno de lo» criado*, pie-
gonkUe qué era acuello.
97 Y él le dijo t Tu hermano ha venl»
do] y tu padre ha miunrto el becerro
grueso, por haberle recibido salvo.
98 Entónoes él se enqjó», y no qnccia
entrar. Salió por tanto su padiei j le
rogaba que tnlraae.
99 Mas él respondiendo, d^o al padM :
Hé aquí, tantos afios há qvt te sirvo,
no habiendo traspasado Jamas tu man-
damiento, 7 nunoa me has dado un oa*
brito para gozarme con mis amigos.
ao Mas cuando vino este tu UJo, que
ha consumido tu hacienda con rameras,
has matado para él el becerro grueso.
81 Él entónoc» le d^o : H^, tii st-
empre estás conmigo, j todas mía cosas
son tuyas.
98 Mas en menester hacer fiesta y
hoigwrMo*», porque este tu hermano mu<
erto era, y ha revivido ; hablase pecdide,
y es hallaüioj».
CAPITULO XVI.
Parábola del mayordomo iramjio'o. Nadie
puede tervir d Vio* y d loi riqueza». In-
disolubüidad dH matrimonio. Dei rieo/at-
htoto, y del pobre Láaaro.
Y DIJO también á sus discípulos :
Halúa un hombre rico, el cual te-
nia un mayordomo ; y este fué acu<ado
delante ú» él como disipador de sus
bienes,
8 Y lo llamé, y le dijo : ¿ Qué et esto
mt oigo de tí ? dá cuenta de tu raayor-
doraíao, porque ya no podrás mas ser
mayordomo.
3 £nt6nces el mayordomo di^o dentro
de si : ¿ Qué haré ? que mi señor me
quita la mayordomia. Oavar, no puedo ;
mendigar, tengo ver^menza.
4 Yo sé lo que haré, para que cuando
fuere quitado de la niayoruomia, me
reciban en sus casas.
5 Y llamando á cada uno de los deudo-
res de su seiJor, dijo al primero: ^ Cu-
ánto debes á mi señor ? .
6 Y él dijo : Cien barriles & de aceite.
Y le d^o ; Toma tu obligación, y sién-
tate presto, y escribe cincuenta.
7 Después dijo & otro : ¿ Y tü,. cuánto
debes ? Y él d^o : Cien coros de trigo.
Y él le dijo : Toma tu obligación, y es-
cribe ochenta.
8 Y alabé el seitor al mayordomo malo
por haber hecho discretamente ; porque
los hijos de este siglo son en su gene-
ración mas sagaces que los hijos de
luzc
9 Y yo os digo : Haceos amigos f de las
riquezas de maldad «í, para que cuando
faltareis, os reciben en las moradas
eternas.
10 El que es fiel en lo muy poco*,
también en lo mas es fiel : y el que en
lo muy poco es injusto, también en lo
mas es injusto.
11 Pues si en las malas riqneaas no
fuisteis fíeles, ¿ quién os confiará lo ver-
dadero ?
12 Y si en lo ageno no fuisteis fieles,
¿ quién os dará lo que es vuestro ?
13 Ningún siervo puede servir á dos
señoresy ; porque ó aborrecerá al uno y
amará ai otro, ó se alleearít al uno, y
menospreciará al otro. No podéis servir
á Dios y t á las riquezas.
14 5 Y oian también todas estas cosas
los Fariseos, los cuales eran avaros j', y
se burlaban de él.
15 Y d^oles ; Vosotros sois los que os
justificáis á vosotros mismos delante de
los hombres A; mas Dios conoce vues-
tros corazones *' : .porque lo que los hom-
brea Uemm po* sublime, delante de Dios
M abominaelonA.
16 La ley y los Profetas hasta Juan :
desde anténces d reino de Dios es anun-
ciado, y quienquiera se esfuerxa á entrar
enéi'.
17 Empero mas flácil cosa es pasar el
oielo 5 la tiem, que frustrarse un tilde
delateyM.
18 Cualquiera que repudia á su mt^er,
y S0 oaaa oon otn, adultera : y el que
se casa con la repudiada del marido,
adultera».
19 ^ Y habia un hombre rtoo, que se
Testla de purpura y de lino fino, y hacia
oada día Iwnquete con esplendidez :
90 Habia también un mendigo llamado
Lázaro |, el cual estaba echado á la pu-
erta de él, lleno de Hagas,
21 Y deseando hartarse de las migajas
que oaian de la masa del rico j y aun los
perros venían y le lamían las Uagas.
29 Y aconteció que murió el mendigo,
y fué llevado por los ángeles al seno de
Abraham • : y murió también el rico, y
fué sepultado.
93 Y en el infierno alzó sus ojos, estan-
do en los tormentos, y vio á Abraham
de léjds, y á Lázaro en su seno.
84 Kntonces él, dando voces, dijo :
Padre Abraham, ten misericordia de
mí, y envía á Lascare que moije la punta
de su dedo en agua, y refresque mi len-
gua; porque soy atormentado en esta
llama.
25 Y d^ole Abraham : Hijo, acuérdate
fue recibiste tus bienes en tu vidaj>, y
«azaro también males ; mas ahora este
es consolada, y td atormentado.
¡US Y demás de todo esto, una grande
sima está constituida entre nosotros y
vosotros, que los que quisieren pasar de
aquí á vosotros, no {Hieden, ni de allá
pasar acá.
S7 Y dijo : Ruégete, pues, padre, que
le envíes á la casa de mi padre ;
28 Porque tengo cinco hermanos ; para
que les testifique, porque no vengan ellos
también á este lugar de tormento.
29 Y Abraham le dice : A Moisés y á
los profetas tienen ; óiganlos.
80 Él entonces dgo: No, padre Abra-
ham : mas si alguno fUere á ellos de los
muertos, se arrepentirán.
31 Mas Abraham le dijo : Si no oyen
á Moisés y á los Profetas q, tampoco se
persuadirán, si alguno se levantare ** de
los muertos.
CAPITULO XVII.
Emttíia Jenu á $u» diicfputo» cuan malo es
el etcándalo: que te deben peruotiar la$ itt'
Juriai: que todo» nomo» lierva» iníitite*'.
Cura á dte» Uprotos¡ y trata de «u te^nda
venida.
YA sus discípulos dice : Imposible es
que no vengan escándalos ; mas ¡ ay
de aquel por quien vienen a !
2 Mejor le niera, si le pusiesen al cue-
llo una piedra de molino, y le lanzasen
en el mar, que escandalizar uno de estos
petiueñitos.
3 Mirad por vosotros. Si pecare contra
tí tu hermano, repréndelo o ; y si se ar-
repintiere, perdúnale «.
4 Y si siete veces al día pecare contra
tí, y siete veces ai dia se vol viere á ti,
diciendo: Pésame; perdónale.
6 ^ Y dí,)eron los Apóstoles al Seftor :
Aupiéntanos la fé<'.
6 Entonces el Señor dijo : Si tuvieseis
fé como un grano de mostaza', diréis á
este sicómoro : Desarridgate, y plántate
en el mar ; y os obedecerá.
7 ¿ Y quién de vosotros tiene un si-
* 1 Juan 8.
16.
IMat.U.12,
13.
« Is. 40. 8.
y 51. 6.
Hat 6. 18.
"Mst0.83.
y 19. 9.
MAr.10.11.
1 O* 7. 10,
11.
lEtelmi*-
moque
JSleatarof
eito t».
Aquel que
ayuda
Vio/, f,
MI autUioi
Dio».
o Mat 8. U.
Eo.4.19,
1&
G». 3. 7, 9.
P Oap. 8. 94.
Job 21. 13.
f a Co. 4. 8.
•- Jaui 13.
9,10.
o Uat. 18.
6.7.
Mar. 9. 43.
i Lev. 19. 17.
« Mst. 6. 13,
14.
y 18. 23.
Col. 3. 1&
cIHeb.12.3.
•Mat.l7.90.
y 21. 21.
Mar. 9. 28.
y 11. 23.
)
A.D.S3.
a LUCAS, xvm
A.ass.
/Job 32. 8.
7S&7.
Bo. 1L8&
1 Co. 9. 16,
17.
«Lev.18.48.
3 Cr. 26.30,
8L
^0*p.5.1t.
Ler.ULS.
7 14.8.
VML8.4.
i JUB é. 9.
t Ghr. JVtf
/turón ha-
i C». 7. 60.
T1&43.
Mftt.9.83.
Mar. & 84.
71a 62.
< Bo. 14. 17.
* Mat.9.15.
•» Cap. 21. 8.
BIUÍ34.3S,
etc.
lUr.18.21.
• Cap. 9. 8S.
Mar. 8. 81.
P Gen. 6. 8.
7 7. 11. 21.
a.
1P6CL3.30.
9Goii.19.28,
25.
•"1 Tea. 1.7.
'GoB.19.26.
I Cap. 9. 24.
Hat. 16. 36.
Uar. & 85.
Juan 12.36.
"Uat 34.40,
4L
erro que ara, ó apacienta, que vuelto
del campo le diga lu^o : Pasa, siéntate
ala mesa?
8 ¿ No le dice Antea : Adereza qué
cene, j anemAngate, y sírveme hasta
£e haya comido y bebido; 7 después
esto come td y bebe ?
9 ¿ Da gracias al siervo porque hiso
lo que le habla sido mandado ? Pienso
que no.
10 Así también vosotros, cuando bu»
Uereis hecho todo lo que os es mandado,
decid : Siervos inütiles somos ; porque lo
que debíamos hacer, hicimos/.
11 ^ Y aconteció que vendo él á Jeru>
salem, pasaba por medio de Samarla,
y de GaUlúa.
18 Y entrando en una aldea, viniéronle
al encuentro diez hombres leprosos, los
cuales se pararon de lejos»,
18 Y alzaron la voz diciendo : Jesús,
Maestro, ten misericordia de nosotros.
14 Y como ¿1 /o« vio, les d^o : Id, mos-
tréis á los sacerdotes*. Y aconteció, que
yendo ellos, fueron limpios.
15 Entonces uno de ellos, como se vio
Íne estaba limpio, volvió, gloriticando á
Moa k gran voz.
16 Y derribóse sobre el rostro á sus
pies, dándole gracias : 7 este era Sa>
maritüno •'.
17 Y respondiendo Jesns, dijo : ¿ No
son diez los que fueron Úmirios? ¿Y
los nueve dónde están t
18 c'Not hubo quien volviese y diese
gloria á Dios, sino este extranjero ?
19 Y d()oIe : Levántate, vete ; tu fé te
ha salvado k,
80 ^ Y preguntado por los Fariseos,
cuando habla de venir el reino de Dios,
les respondió, y dijo : SI reino de Dios
no vendrá con advertencia.
91 Ni dirán ; Helo aquí, ó helo allí ;
porque hó aquí el reino de Dios entre
vosotros Mtá<.
88 Y dijo á sus discíjnilos; Tiempo
vendrá, cuando deseareis ver uno de
loe dias del Hijo del Hombre, y no lo
28 Y os dirán : Helo aquí, ó helo allí «.
No vayáis, ni sigáis.
94 Porque como el relámpago relam-
pagueando desde una parte de debajo
del cielo, resplandece hasta la otra de-
iM^jo del cielo, así también será el H^o
del Hombre en su dia.
85 Mas primero es necesario que pa-
dezca mucho», y sea reprobado de esta
generación.
86 Y como fué en los dias de "Soép,
así también será en lus dias del H^o del
Hombre.
97 Comían, bebían, Iob hombrea toma-
ban mujeres, y las mi\]eres maridos,
hasta el dia que entró Noó en el arca;
y vino el diluvio, y destruyó á todos.
98 Asimismo también como fué en los
dias de Lot : comían, bebían, compra-
ban, vendían, plantaban, edificaban :
89 Mas el dia que Lot salió de Sodoma,
llovió del cielo fuego y azufre, y des-
truyó á todos 1 :
80 Como esto será el dia en que el Hijo
del Hombre se manifestará •*.
SI En aquel dia, él que estuviere en el
terrado, y sus albinas en casa, no desci-
enda á tomarlas : y él que en el campo,
asimismo no vuelva atrás.
88 Acordaos de la mi^er de Lot •.
33 Cualquiera que procurare salvar su
vida, la perderá; y cualquiera que la
perdiere, la salvará t.
34 üs digo que en aquella noche esta-
rán dos en una cama ; el uno será to-
mado, y el otro será dejado •.
85 Dos mujertt estarán moliendo Jun-
tas ¡ la una será tomada, y la otra de-
jada.
86 Dos I estarán en el campo ; él luw
será tomado, v el otro deiado.
97 Y respondiendo, le dicen : ¿ Dónde,
Señor ? Y él les (^jo : Donde ettuvien
el cuerpo, allá se juntarán también las
águilas '.
CAPITULO XVIII.
Parábola* de la viudo, y del mal fmtM, y del
Fariefo, f del pahlieamo. Joeme recibe ame
roeameñU á lo* niño*. Da oontefoe de per-
feoeio». Mueeira d peU^/ro de la» riqamaei
y cura al ciego de Jerieí.
Y PROPÚSOLES también una pará-
bola sobre que es necesario orar si-
empre <*, y no desmayar,
8 Diciendo: Había un juez en ana
ciudad, el cual ni temía á Dioa, ni res-
petaba hombre.
3 Habla también en aquella dudad
una viuda, la cual venia á él, diciendo :
Hazme justicia de mi adversazio.
4 Pero él no quiso por aigun tiempo :
mas después de esto d^o dentro de tí. :
Aunque ni temo á Dios, ni tengo zea-
peto á hombre ;
fi Todavía, porque esta viuda me es
molesta, le haré justicia, porque al fin
no venga y me muela.
6 Y dijo el Se&or : Oíd lo que dice el
juez injusto.
7 ¿ Y Dios no hará justicia, á sus es-
cogidos que claman á él dia y noche,
aunque tea longánime acerca de ellos* ?
8 Os digo que ios defenderá presto c.
Empero cuaiido el H^o del Hombre
viniere, ¿ hallará fiS en la tierra ?
9 ^ Y d^o también á unos que con-
fiaban de sí como justos <<, y menospre-
ciaban á los otros, esta parábola :
10 Dos hombres subieron al templo 4
orar ; el uno Fariseo, 7 el otro pabli-
cano.
11 El Fariseo, en pié, oraba consigo de
esta manera: Dios, te doy gracias, que
no soy como los otros homtKras*, ladro-
nes, itgustos, adúlteros, id aun como
este publicano.
19 Ayuno dos veces en la semana ; doy
diezmos de todo lo que poseo.
13 Mas el publicano estando lejos, no
quería ni aun alzar los ojos al cielo;
uno que hería su pecho/, diciendo :
Dios, sé propicio á mí, pecador.
14 Os digo que este descendió á su casa
nuu justiñcado que el otro : porque
cualquiera que se ensalza, será homi-
Ilado; y el que se humilla, será ensal-
zado^.
15 ^ Y traían á él los niños pera que
los tocase * ; lo cual viéndoA» los dialsí-
pulos, les reñían.
16 Mas Jeans llamándolos, d^o : Delad
los niños venir á mí, y no los impidáis ;
porque de tales es el reino de Dios.
17 De cierto os digo, que cualquiera
que no recibiere el reino de Dios como
un niilo>', no entrará en él.
18 ^ Y preguntóle un príncipe dici-
endo * : Maestro bueno, ¿ que haré para
poseer la vida eterna ?
19 Y Jesús le (UJo : ¿ Por qué me di-
ees bueno ? ninguno hay bueno sino
solo Dios.
90 Los mandamientos sabes : No ma-
tarás. No adulterarás. No hurtsuAs, No
dirás ñdso testimonio. Honra á tu pa-
dre, V á tu madre <.
91 Y él d^o: Todas estas cosas he
guardado desde mi juventud.
98 Y Jesús, oído esto, le d^o ; Aun te
(Uta una cosa : vende todo lo que tienes.
|8*t(na
«aMTHI
an&fe»
llil2É.31
CoL4.L
FL «.fi-
lies 5. L*.
»Jer.U&
<Heb.ieJ7.
SPed.!.
«to^i&ai
•laflSLS.
A(k3.17.
/Jcr.SLll'
f Jok S. 9.
HatSttl-
A llat.l».L.
Mar.MuU
i Sal. 19.1
I Pad.S.1
*Uatl>J4.
«SOL
Mar.lAi:.
16.
DM.6.K
».
Ba. 18.11
.D.3S.
a LUCAS, nx.
A.D.8Í.
y dá 4 iM pobm, j tandiAi mero «n «I
dtío» ; y vén, •ipicme.
fl> Bnt^nccs éff áUüu MtM «mu, w
paso muy triste, porqu» «rm muy vl«o.
5M T Tiendo Jemn qne m h«bta entvh-
teddo imuho, d^o; jCoáa dlfiouito«i>
laente cntruAn en «i nlno d« Dloe 1m
qae tienen riquenwH !
85 Poique mu tkM oow e« entnur un
camello por el ojo de una agi^a» que un
rico entrar en el reino de Dio*.
96 Y lo* que lo oian, dtferon I ¿Tquián
podrá aer aalTo ?
S7 Y él tet dijo t Lo que es imposible
para con los hombres, posiUe es para
88 fiatdncea Pedro dl,|o : Hé aqui, nos-
otros hemos dejado todas las cosas, y te
hemos seguido.
89 Y él Ms dijo : De cierto os digo que
nadie hay que haya deijado eaaa, ó pa>
dres, ó hermanos, ó m«^)er, ó h^os***
por el reino de Dios,
80 Que no haya de recibir mucho mas
en este tiempo, y en el siglo Tenkiero la
Tida eterna V.
81 ^ Y Jesús tomando mpart* lea deoe,
les dijo : Né aqui, subimos & Jerusalem,
y scran eumpUdas todas las oosaa que
fueron escritas por los pnrfétas del Hijo
del Hombre r. '
88 Porque será entregado 4 las gentes,
y será eaeamecido, é injuriado, y es-
cupido.
88 Y después que le hubieren azotado,
le matarán; mas al teteer día resuci-
taca.
84 Pero ellos nada de estas cosas en-
tendían*, y esta palabra les era encubi-
erta ; y no entenman lo que le decia.
86 V Y aoonteció que acercándose él á
Jerico<, un cieBo estaba sentado Junto
al camino mendl^pmdo ;
86 El cual como oyó la gente que pa>
saba, prc^ntó qué era aquello.
87 T dijéronle que pasaba Jesús Naza-
reno.
88 Entdnoes dio Toces, diciendo: Jesús,
H^o de David, ten miserieoidia de mí.
88 Y los que iban delante, le lefUan
que callase; mas él clamaba mucho
mas: Hijo de David, ten misericordia
de mi.
40 Jesús entonces, parándose, manáó
traerle 4 sí: y como él llegó, le pre-
guntó,
41 Diciendo : ¿ Qué quieres que te ha-
ga ? Y él dijo : Seiter que Tea.
48 Y Jesús le d^o: Vé: tu fé te ha
hecho salvo*.
48 Y luego Tió, y le Mgola,. glorifl-
eando 4 IMos: y todo ei pueblo como
vio uto, dio á Dios alabanza.
CAPITULO XIX.
ZaamtOfPubUeano. Parábola M homlbn no»
M*. JéfUf, mirando *» JeruMUem como <n
¡rimi/o, prediu yUora (m mina, en vudio
de lo$ aptawot M puMo. yt(foeiantei
«éhaio* del templo.
Y HABIENDO entrado Jenw, iba
pasando por Jeiicó « :
8 Yhé »\uí un varón, llamado Zaqueo,
el cual era el principal de los publíca-
nos, y era rico,
3 Y procuraba ver 4 Jesús quien fu-
ese; mas no podia á causa de la mul-
titud, porque era pequeño de estatura.
4 Y corriendo delante, subióse á un
árbol sloómoro para verle ; porque haUa
de Fuar por allí.
6 Y como vino á aquel lugar Jesús,
mirando le vio i, y d^le: Zaqueo, date
priesa, desciende, porque hoy es
lio que pose en tu oasa.
8 Entonces él desewadló aprisa, y le
ledMó «naso.
7 Y viendo tiá> todos, murmuraban
diciendo que habla entrado á posar oon
un hombre pecador*.
8 Entonces Zaqueo, puesto en pié, dijo
al Beñor : Hé aqui, Se&or, la mitad oe
mis bienes doy á ios pobresit; y si en
algo he defkaudado á alguno, lo vuelvo
con el cuatro tanto*.
8 Y Jesús le dQo : Hoy ha venido la
salvación á esta casa; por cuanto él
tamUen es hijo de Abndiam/.
10 Porque el Hijo del Hombre Tino
á buscar y á salvar lo que se habla
perdido 9.
11 5 ^ oyendo ellos estas cosas, pro-
siguió y dijo una parábola, por cuanto
estaba cerca de Jerusalem; y porque
Encaban que luego habla de ser maní-
itado el reino de Dios A.
18 Dyo pues : Un hombre noble partió
á una proTincia l((Jos >', para tomar para
sí un reino, y volver.
18 Mas llamados diez siervos suvos, les
dló dlea minas, y d^oles : Negociad en-
tre tanto que vengo.
14 Bmpere sus ciudadanos le aborre-
cían*; y enviaron tras de él una em-
balada, ditdando : No queremos que este
reine sobre nosotros'.
lA Y aoonteció, que vuelto él, habi-
endo tomado el reino, mandó llamar á
sí á aquellos siervos, a los coale» habla
dado el dinero, para saber le que habla
uegoeiado cada uno.
16 Y Tino el primero, dfdendo : fiefior,
tu mina ha ganado diez minas.
17 Y él le dice: Está bien, buen si-
ervo ; pues que en io poco has sido fiel m,
tendrán potestad sobre diez ciudades ».
18 Y vino otro diciendo: Señor, tn
mina ha hecho clnoo minas.
18 Y también á este dijo: Td también
sé sobre cinco ciudades.
80 Y vino otro diciendo: Señor, hé
aqui tn mina, la cual he tenido guar-
dada en un pozuelo ;
81 Pmrque tuve miedo de tí, que eres
hombre recio : tomas lo que no pudate,
y alegas lo que no sembraste.
89 Bntónoes ét le dijo: Mal siervo, de
tu boca* te Juzgo, sabias que yo era
hombre recio, que tomo lo que no puse,
y que siego lo que no sembré :
83 ¿ Porqué pues no diste mi dinero al
bnaco ; y yo TÍniendo lo demandara con
el logro?
84 Y dijo á los que estaban presentes :
Quitadle la mina, y dadla al que tiene
las diez minas.
95 Y ellos le dijeron : Señor, tiene diez
minas.
86 Pues yo os digo que á cualquiera
que tuviere, le sera dado; mas tu que
no tuviere, aun lo que tiene le será
quitado j>.
97 Y también á aquellos mis enemigos,
que no querían que yo reinase sobre
ellos, traedlos acá, y degollad los delante
demív.
88 Y dicho esto. Iba delante subiendo
á Jerusalem.
89 ^ Y aconteció, que llegando cerca
de Betfiíge, y de Betanla*-, al monte que
se llama de las Olivas, envió dos de sus
discípulos,
80 JMeiendo : Id á la aldea de enfren-
te; en la cual como entrareis, hallaréis
un pollino atado, en el que ningún hom-
bre se ha sentado Jamás: desatadle, y
traed/o.
81 Y si alguien os preguntare, ¿ porqué
le desatáis ? le responderéis así : Porque
el Señor lo ha menester *.
lü£8.U.
' 8aL 41. 1.
*Sz.9l.l.
Lev. 6.8.4.
a8a.l2.«.
/Okp.l8.1C
Jnaa 8. 38.
Eo. 4. IZ
Oa.8.7.
'Ifatl8.ll.
Bs. 84.16.
B«. 6.6.
A Hech. 1. &
<lIsft.9B.14,
•to.
Mar. 18. 84.
*JaaBl.ll.
yU.18.
auaald.li,
16.
"Cap. 16.10.
"▲p.2.86.
'3aa.l.l^
Job 16. 6.
Hat. 12. 87.
POsp. 8.18.
Uai 18. la.
V 26. 99.
Mar. 4 35.
98al.ai.8^
18.88. 14.
7 66. 6, 14.
•-Mat81.1,
et<v
Mar. 11.1,
•to.
• Sal. 60. 10.
4.D,99^
JELLUCAS^
i.a&
t2B«y.9.U.
14.
•Cap. 18. 85.
8»1.118.SM.
• Col. 1. 20.
'Gap.S.U.
*Hab.a.ll.
• Jei. 9. L
y 18. 17.
JuM 11.85.
» Sal. 95. 7,8.
Heb. 3. 7,
13,15.
•Cap. 21. 20.
«f Gap. 18.81,
85.
Kat.2S.S7,
88.
• Mat. 24. 2.
Mar. 13. 2.
/ I«. 55. 6.
' Mat SI.
12, 13.
Mar. 1L15,
17.
Joan 2. 15,
17.
A la. 6& 7.
i Jer. 7. IL
k Jnaa 18.
20.
«Mat.21.23,
6tc.
Mar. 11. 27,
«te.
&Heeh.4.7.
• Mat 14. 5.
fla Y fueron lo» que haUan sido envia-
dos, y hallaron como tí les dijo.
33 V desatando ellos el pollino, sus
doeOos les dgeron : ¿ Por qué desatáis
el pollino ?
a« Y ellos dUeion : Porque el SeBor le
ha menester.
85 Y tr^éronlo & Jesús; 5 habiendo
echado sus vestidos sobre el polUoo',
pusieron A Jesús encima «.
86 T yendo ói, tendían sus capas por
éL camino.
37 Y como llegasen ya cerca de la
hajada del monte de las Olivas, toda la
multitud de los discípulos, socándose,
comenzaron & alabar a Dios á gran voz
por todas las maravilla* que hablan
visto,
88 Diciendo: Bendito el rey que viene
en nombre del Señor •: paz en cielo',
y gloria en lo altísimo 9.
80 Entonces algunos de los Fariseos de
la oompa&ía le dijeron: Maestro, re-
prende á tul discípulos.
40 Y él respondiendo, les d^o : Os digo
que si estos callaren, las láedras cla-
marán s.
41 5 Y como llegó cerca, viendo la
ciudad, lloró sobre ella*,
43 Diciendo : ¡ Oh si también td cono-
cieses, & lo menos en este tu diaft, lo
que ioca ^ tu paz ! mas ahora está encu-
bierto de tus ojos.
48 Porque vendrán dias sobre tí, que
tus enemigos te oercaián eon baluarte;
y te pondr&n cerco, y de todas partes te
pondrán en estrecho c ;
44 Y te derribarán á tierra, y á tus
h^os, lo$ qttt están dentro de tl^; y no
d^asán sobre ti piedra sobre piedra*;
por cuanto no conociste el tiempo de tu
visitación/.
45 ^ Y entrando en el templo, comen-
zó á echar fuera á todos los que vendían
y compraban en él;,
46 Diciéndoles : Escrito está : MI casa,
casa de oración ea*; mas vosotros la
habéis hecho cueva de ladrones '.
47 ^ Y enseliaba cada dia en el tem-
SIoA; tnas loa principes de los saoer-
otes, y los escribas, y loa principales
del pueblo procuraban matarle.
48 ¥ no hallaban que hacerle, ponqué
todo el pueblo estaba suspenso oyéndole.
CAPITULO XX.
/•MM eonfwtde á loa «iMrdofe*, y meriboM.
Parábola de lot viüadorei. Piedra angu-
lar. TribtUo al CUar. Returreeeion de
lo* muertct. JesU'Oritto htío y Scflor da
David. BoberUayavaHeiaaelolteteribaa,
Y ACONTECIÓ un dia, que ense-
ñando él al pueblo en el templo, y
anunciando el Evangelio a, UegMonse
los príncipes de los sacerdotes, y los es-
cribas, con los ancianos,
2 Y le hablaron, diciendo : Dínos ¿ eon
qué potestad hacesesta* oosacb ? ¿ó quién
es él que te ha dado esta potestad ?
8 Respondiendo entonces Jesús, les
dijo: Us preguntaré yo también una
palabra ; respondedme :
4 El bautismo de Juan, ¿ era del délo,
ó de los hombre* ?
5 Mas ellos pensaban dentro de sí, di-
ciendo: Si dijéremos: Del cielo; dirá:
¿ Por qué pues no le creísteis ?
0 Y si dijéremos : De los hombres ; todo
el pueblo nos apedreará ; porque están
ciertos que Juan era profeta «.
7 Y res^ndieron, que do sabian de
dónde habia sido,
8 Entonces Jesús le* dijo: Ni yo os
digo con qué potestad hago estas oo-
O ^ T oomcntó 4 decir al pvable
parábola: Un honüireylantó una viña',
y arrendóla á labradolbs, y ae ansenté
por mucho tiempo.
10 Y ai tiempo envió un siervo á lo*
labradores, para que le diesen del froto
de la viña ; mas los labradores ie hiri-
eron, y enviaron vacío.
11 Y volvió á enviar otro siervo: ma*
ellos á este también herido y afrentado
le enviaron vacio.
IS Y volvió á enviar al teveer siervo ;
mas ellos también á este echaron he-
rido.
18 Entonces el seflor de la viña d|jo:
¿ Qué haré ? enviaré mi Hijo amado :
qmaá* cuando 4 este vieren, tendrán
respeto.
14 Mas los labradores viéndole, pensa-
ron entre sí diciendo : Este e* el here-
dero; venid, matémosle*, pcura que la
heredad sea nuestra. .
15 Y echáronlo fuera de la viila, y I*
mataron. ¿ Qué pues les hazA el seSor
de la viña p
16 Vendrá, y destruirá & estos labra-
dores, y dará su viña á otros/. Y como
ellos ío oyeron, dijeron: Guanla.
17 Mas él mirándolos, dice: ¿Qué
pues es lo que está escrito: La piedra
oue condenaron los edlfíoadores, este
nié por cabeza de esquina; ?
18 Cualquiera que cayere sobre acuella
piedra será quebrantado A ; mas sotae el
que la piedra ciñere, le desmenuzará'.
li> Y procuraban los principes de los
sacerdotes y los escribas echarle mano
en aquella hora, porque entendieron
que contra ellos habia dicho esta pará-
bola ; mas temieron al pueblo.
90 ^ Y acechándole enviaron esidas
Sue se simulasen justos, para sorpren-
erle en palabras*, para que le entre»
gasen al principado y á la potwtad del
presidente:
SI Los cuales le pregimtaron, dicien-
do: Maestro, sabemos que dices y en-
señas bien, y que no tienes respeto á
Ersona; antes enseilás el camino de
os con verdad.
88 ^Esnos licito dar tributo á César,
ó no?
83 Mas él, entendiendo la astucia de
ellos, Íes dijo : ¿ Por qué me tentáis ?
94 Mostradme la moneda. ¿ De quién
tiene la imagen y la inscripción ? Y res-
pondiendo dieron: de Oéaar.
25 Entonces las dijo : Pues dad á OÓMur
lo que e* de César < ; y lo que es de Dios,
áDios.
96 Y no pudieran rmrcnder sus pala-
bras delante del pueblo, antea maravi-
Hados de su respuesta, callaron.
97 ^ Y llegándose unos de los Sadu-
céos>", los cuales niegan haber resur-
rección n, le preguntaron,
88 Diciendo; Maestro, Moisés nos es-
cribió : Si ti hermano de alguno muriere
teniendo mujer, y muriere sin hijos,
que su hermano tome la mi^er, y le-
vanto simiente á su hermano*.
80 Fueron pues siete hermanos: y el
'meso tomó mujer, y murió sin U-
'lajLSS,
X0.III.
h.S.l.T.
I
prii
jos,
80 Y la tomó el segundo, el cual tam-
bién murió sin hijos.
81 Y la tomó el tercero; asimisaie
también todos siete: y murloon sin de-
jar prole.
88 Y 4 la postra de todoa murió tam-
bién la mujer.
88 En la resurrecolon, púas, ¿niu>cr
de euát de ellos será? poique los siete
la tuvieron por mqjer.
84 Entonces respondiendo Jcnh, les
«■«LE.
yS.U.
I
I
4S.C.
ll».lft&
711.11.
*Ed.US.
21
lCsp.lSii
i la. i.».
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Mar. un,
etc.
<Bo.is.:
>MatnS.i
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MaUllS.
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8. LUCAS, XXL
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•i 22. 43.
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V.U.4S.
1. 10. a.
it 28.14
ir.U.41.
>>.8.12.
it. U. 1,
r. 18. 1.
p.19.44
• W.
3.35,
tJU.29.
c:b.i.8.
1&
L4.
i. 34.
XIO.
dyo: Lm bOM d« «üt ligio m
son dados en casamiento :
85 Mat loa que fatrcn tenidot pov dig-
nos de aquel siglo, y de la reeurreoeioQ
de loe iQueitoe, ni se oeean, ni sen dados
en casamiento:
SS Poique no imedcn ja mas nortr ;
norqae son iguales á los Angeles, y son
hiJOB de Diosj», cuando son hijos de la
icsarrecoloa.
37 Y que los muertos hajran de resud»
t«r, ana Moisés lo enseñó junto ¿ la
sana q, ouando dice al Ueflor : Dios de
Abxaham, y Dios de laaao, y Dios de
Jacob r.
88 Porque Dios no aa Dtot de muertos,
mas de vivos ; |iorque todos viven cuanto
á ¿I.
80 T respondiéndole nnoe de los escri-
bas, dijereo : Maesti», bien has dicho.
40 Y no osaron mas preguntarle algo.
41 5 Y él les dijo : ¿ Cdmo dicen que
el Cristo es h^o de David « ?
48 Y el miümo David dice en el libro
de los Salmos i Dijo el Seltor & mi Seflor :
Siéntate 4 mi diestra,
48 Entretanto que pongo tus enemigos
por estrado de tus pies *.
44 Así que David le llama SeAor i ¿ có-
mo pues es su hijo ?
•45 ^ V ovéndofc todo el pueble, dijo á
susdiscipttios:
46 Guardaos de los escribas «, que qui-
eren andar con ropas largas, y aman las
salutaciones en Us plazas, y las prime-
ras siUaa en las sinagogas *, y los pri-
meros asientos en las cenas :
47 Que devoran las oasaa de las viu-
das*, poniendo por pretexto la larga
oración: estos redbir&n mayor conde-
nación.
CAPITULO XXI.
Jk te {frtnda que f^to «na pobre vimta.
Fredietíon de la rmna tM Umfito. 8tñ«h»
ÍltM frecederiCn á Ja deetruetian de Jerma-
em, y d te aeguvda venida de Jenu.
y MIRANDO, vio los ricos que echa-
ban sus ofrendas en el eazotilaeioa.
8 Y vio también una viuda pobiecllla,
qae echaba allí dos blancas.
8 Y dijo : De verdad os digo, que esta
pobre viuda echó mas que todos».
4 Porque todos estos, de lo que \«t
aobim eohagron pna las oflrendas de Dios ;
maa esta de su pobreta echó todo el
anstcnto que tenia.
5 ^ Y á unos que decian del templo,
que estaba adornado de hermosas ide-
aras y dones*, ctijo:
6 ^as cosas que veis, días vendrán,
que no quedará piedra sobre piedra que
no sea destruida*.
7 Y le preguntaron, diciendo : Maes-
tro, i cuando será esto ? ¿ Y qué señal
hairú cuándo estas cosas hayan de co-
menjpur á ser hechas ?
8 Él entonces dijo: Mirad, no seáis
enftañados'; porque vendrán muchos
en mi nombre, diciendo: Yo soy, y el
tiempo está cerca: por tanto no 'vayáis
en pos de ellos.
9 £mpero cuando oyereis guerras y
sediciones, no os espairteis/ ; porque es
necesario que estas oosas acontexcan
primero : mas no luego eerá el tin.
10 ^ Entonces les dijo : Be levantará
gente contra gente, y reino contra reino*.
1 1 Y habla grandes terremotos en vm-
riot luanrcs, y hambres, y pestilencias;
y habrá eqiantos, y grandes señales dd
ci^o'.
18 5 Mas antes de todas estas oosas os
«cliaran mano, y perseguirán entregán-
doos á los sinago^u, y á las cárceles A,
siendo llevados á loa X9f9ti y á los go-
bernadores por causa de mi nombre.
18 Y os será e«<o para testimonio *.
14 Poned pues en vuestros corazones
no pensar antes como habéis de res-
ponder'.
15 Porque yo os daré booa y sabiduría,
á la cual no podrán resistir ni contrade-
cir todos los míe se os opondrán ">.
16 Mas seréis entregados aun de vues-
tros padres, y hermanos, y parientes, y
amigos*: y maurán á olgvno de vos-
otros*.
17 Y seréis aborrecidos de todos por
oaus» de mi nombre p.
18 Mas un pelo de vuestra cabeta no
p«reoerá ?.
19 En vuestra paciencia poseeréis vu-
estras aimaar.
80 Y cuando viereis á Jerusalem cer-
cada de ^érdtes, sabed entonces que su
destrucción ha llegado.
81 Entonces ios que estuvieren en J'u-
déa, huvan á los montes ; v los que en
medio oe ella, vayanse; y los que eeten
en los campos, no entren en ella.
22 Porque estos son dias de venganza;
para que se cumplan todas las cosas que
están escritas*.
23 Mas, ¡ay de las prefiadaa y de las
qoe crian «n aquellos dias ! porque ha-
brá apuro grande sobre esta tierra, é
ira en este pueblo.
84 Y caerán á filo de espada, y serán
llevadas cauüvos á todas las naciones:
Í Jerusalem será hollada de las gentes f ,
asta que los tiempos de las gentes*
sean cumplidos.
86 ^ ISntónees habrá señales en el sol,
y en la luna, y en las estrellas * ; y en la
tierra angustia de gentes* por la con-
fusión del sonido de la mar y de las
ondas:
80 Secándose los hombres á causa del
temor y expectación de las cosas que
sobrevendrán á la redondez de la tierra :
porque las virtudes de los cielos serán
oonmo vidas jr.
87 Y entonces verán al Hijo del Hom-
bre, que vendrá en una nube* con po-
testad y majestad grande.
88 Y ouañdo estas cosas comenzaren
á hacerse, mirad, y levantad vuestras
cabezas, porque vuestra redención está
cerua».
89 ^ Y díjoles una parábola: Mirad
la higuera y todos los árboles b :
80 Guando ya brotan, viéndolo, de vos-
otros mismos entendéis que el verano
est^ya cerca.
81 Así también vosotros, cuando vi-
ereis hacerse estas cosas, entended que
está cerca el reino de Dios.
38 De cierto os digo que no pasará esta
generación «, hasta que todo sea hecho.
83 El cielo y la tierra pasarán, mas
mi» palabras no pasarán d.
84 <|f Y mirad por vosotros*, que vues-
tros corazones no sean cturgados de glo-
tonería y embriaguez, y de les cuidados
de esta vida ; y venga de reciente sobre
vosotros aquel dia.
85 Porque como un lazo vendrá sobre
todos los que habitan sobre la ña de
toda la tierra/.
86 Velada pues orando en todo tiempo,
que seáis tenidos por dignos de evitar
todas estas cosas que han de venir, y de
estar en pié delante del H^o del Hom-
bre*.
87 5 Y enseñaba de dia en el templo ;
y de noche saliendo, estábase en el
monte que se llama de las Olivas'.
88 Y todo el puel>!o venia á él por la
mañana, para oírle en el templo.
*'HeckSB.
S8.
*8Go.a.U,
M.
<Cap.ia.ll.
Vatio. 19.
"1Q.7.5.&
«Hech.7.W.
yl:La.
y 26. 10.
Ap.8.18.
yi.».
yl8.ll.
P Joaa 17.
14.
9MaU0.80.
*'|Ui.&S.
Heb.10.88.
8a&t». 1. 4.
«De. 98. 88.
Da. 9^98.
« Da. la. 7.
Ap. iL a.
« Da. a. 87,
44.
» ^er. 11.
"Da.ia. 1.
(
ris.8«.4.
Gen. 1. 18.
■ Ap. 1. 7.
yli.14.
•Ba&aS.
iMst.a4.83.
Mar. 18. 28.
•Pr.80.11,
14.
'Is.40.8.
y SI. 6.
« Bo. 18. 13,
la
lTas.8.
«,8.
1 Ped. 4. 7.
/lTes.8.X
Ap. 16. 15.
'Hat 34.43.
y 35. 18.
i Judas aC
i Juan 8. 1,3.
4.DI.SS.
a LUCAS, XXII.
IRA
•lfKt.98.3.
M»r.li.l,
«te.
» Hat 30.14.
Mar. 14. 10.
Jua 18. 2,
87.
«Zm.U.12.
4EX.XII.
•K»ta8.90.
H«r.l4,17.
/Oftp.l4.1S.
lCo.6.7,8.
Ap. 19. 0.
'lCo.10.16.
yU.a4,
el».
fcFiJ.41.0.
Jiuk 13.9(1.
<G»i>.M.4«.
Hech.a.a8.
74.88.
* CapL 9. 48.
lhr.».«4.
lUr.10.42.
"'lPed.6.8.
8JuaB9.10.
CAPITULO XXII.
Traición de Jvda». CmM ¡mchoI I iiulilu-
cio» d» la EueariMa. Ditpitta de lapri-
naeCa entre loa ApOeteíee. Predioe Jitue
la menaeion de San Pedro. Oraeion y ago-
nfat de Jeeue en el huerto. Su prendimiento
y nítraje» en cata del Pontiflee.
Y ESTABA « cerca el dia de la fieata
de loa Ázimos, que te llama la
Paaciia.
2 Y los príncipes de toa sacerdotes j
los escribas buscaban como le matarían ;
mas tenían miedo del pueblo.
3 Y entró Satanás en Jiidas, por sobre-
nombre Iscariote, el cual era uno del
ndmero do los dooe^ ;
4 ^ Y fué) 3 habló con los príncipes
de los sacerdotes, y con los maglstraaoa,
de como se lo entregarla.
5 Los cuales se holgaron, j concerta-
ron de darle dinero c
8 Y prometió, y buscaba oportunidad
para entregarle á ellos sin bulla.
7 ^ Y Tino el dia de los áaimos, en el
cual era necesario matar d cordero de la
Pascua (<.
8 Y envió 4 Pedro, y & Juan, diciendo :
Id, aparejadnos el cordero de la Pascua,
para que comamos.
9 Y ellos le dieron: ¿Dónde quieres
que aparejemos ?
10 Y él les dijo : Hé aquí, cuando en-
tr&reis en la ciudad, os encontrara un
hombre que lleva un cántaro de agua;
seguidle hasta la casa donde entrare,
11 Y decid al padre de la familia de la
casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está
el aposento donde tengo de comer el cor-
dero de la Pascua con mis discípulos ?
18 EntóiKes él os mostrará un gran
cenáculo aderezado ; aparcad allí.
13 Fueron pues, y hallaron como les
habla dicho ; y ^larf^aron el cordero de
la Pascua.
14 ^ Y como fué hora, sentóse á la
mesa •, y con él los doce apóstoles.
15 Y les dUo : En gran manera he de-
seado comer con vosotros esta pascua
antes que padezca ;
16 Porque os digo que no comeré mas
de ella, hasta que se cumpla en el reino
de Dios/.
17 Y tomando el vaso, habiendo dado
gracias, dgo: Tomad esto, y partid en-
tre vosotros ;
18 Porque os digo, que no beberé mas
del fruto de la vid, hasta que el oeino de
Dios venga.
19 Y tomando el pan 5, habiendo dado
gracias, partió, y les dio, diciendo : Esto
es mi cuerpo, que por vosotros es dado ;
haced esto en memoria de mí. ,
80 Asimismo también tomó y lee dio el
vaso, después que hubo cenado, dicien-
do : Este vaso ee el nuevo pacto en mi
sangre, que por vosotros se derrama.
81 Oon todo eso hé aquí la mano del
que me entrega, oonmif» en la mesa A.
88 Y á la verdad el Hijo del Hombre
va, s^im lo que está determinado';
empero ¡ ay de aquel hombre por el cual
es entregado!
23 Ellos entonces comenzaron á pre-
guntar entre sí, cual de ellos seria el
que habia de hacer esto.
84 ^ Y hubo entre ellos una contienda 1
Quién de ellos pareeia qne ^abia 4* ser
d mayor*.
25 Entonces él les dijo : Los reyes de
las gentes se enseiloreaa de ellaai ¡ y los
que sobre ellas tienen potestad, son lla-
mados bienhechores :
28 Mas vosotros, no así "• • antes el que
es mayor en^re vosotros, sea como el
príncipe, oomo
mayor, éí que se
■Jvatt.
U,li
FLIT.
'JunlT.
«.IS-
HdkT.S.
JaaaSL !
15,1!.
cOa^aLl
mas nozo ; y «1 que
él que sirve.
97 Porque ¿ edal es , .
sienta á la mesa, ó el qué sirve ?' ¿ No
es el que se sienta á la mesa ? y yo soy
entre vosotros oomo el que sirve •.
88 Empero vosotros sois los que habéis
permanecido conmigo en mis tentaeto»
nes:
89 Yo pues os ordeno un reino, como
mi Padre me lo ordenó A mi,
30 Para que comáis y betiaia en mi
mesa* en mi reino j>; y os sentós sotec '*1>.1S.1
tronos juzgando á las dooe tribua de rc%B-8-
Israelv. Mat&K
81 ^ DUo también el Sefior; Simón, «]UUA.a.
Simón, hé aqui 9M Satanás oa ha pedí- ICa.il
do para zarandaros como á trigo ;
88 Mas yo he rogado por ti que tu fü
no flüte r ; y td, una vez Tudto, confir-
ma á tus hermanos*.
83 Y él le dijo: Señor, pronto estoy á
ir contigo aun á cárcel, y A muerte.
34 Y él dijo : Pedro, te digo que d
gallo no cantará hoy áóites que m nie-
gues tres veces que me oonocea.
85 Y á ellos dijo : Ooando os envié sin
bolsa, y sin alforja, y sin zamitoa', ¿os
faltó algo ? Y ellos dieron : fiada.
86 Y les dijo : Pues ahora el que tiene
bolsa, tómeía, y también la alíela; y
el que no tiene, venda su capa y compre
espada.
87 Poique os digo, que es necesario te
cumpla todavía en mi aquello que está
escrito : Y con ios malos Até contado ■ :
porque lo que eetA eeerito de mi, cu
oumi^iroiento tiene.
38 Entonces ellos di|jeron : Se&or, hé
aquí dos espadas*. Y él les d^ : Basta.
89 ^ Y saliendo, se fiíé, como soUa, al
monte de las Olivas'; y sus discípulos
también le siguieron.
40 Y como llegó á aquel lugar, les
d^o : Orad que no entrel« en tentación.
41 Y él se apartó de ellos como un tiro
de piedra ; y puesto de rodillas, oró,
48 Diciendo: Padre, si quicrea, pata
este vaso de mi ; empero no se haga mi
voluntad, sino la tuya.
48 Y le apareció un ángel áei cído
confortándole 9,
44 Y estando en agonía, oraba mas in-
tensamente ¡ y fué su sudor oomo gotas
de sangre que descendían hasta la tierra.
45 Y como se levantó de la oración, y
vino á sus discípulos, hallóloa dumoieB-
do de tristeza.
46 Y les dijo : ¿ Por qué dormís ? Le-
vantaos, y orad que no entréis en tenta-
ción •.
47 ^ Estando él aun hablando, bé mqmí
una turba', y el que se llamaba Jiidas,
uno de los doce, iba delante de elloa ; y
llegóse á Jesús para besarlo.
48 Entonces Jesús le dijo; Jddas,
¿ con beso entregas al Hyo del Hombre ?
40 Y viendo los que estalMn con él lo
que habia de ser, le dijeroa: SeAor,
¿ heriremos á cuchillo ?
50 Y uno de ellos hirió á un siervo del
príncine de los sacerdotes, y le quitó ia
or^ia derecha.
51 Entonces respondiendo Jesoa, d|jo :
Dejad hasta aquí. Y tocando an tmjmt
le sanó.
58 Y Jesús d^o á los que hablan veni-
do á él, de loa príncipes dr los saoanh»»
tes, y de los magistrados del templo, y ée
los ancianos : ¿ Oómo á ladran
aalido oon espadas y con palos ?
58 Habiendo estado eon vosotros cada
dia en el templo, no catendistds las
manos «ontra mi : nua esta es voaatxa ! * Jék9^ Sl
hora», y U poteatad d« las tiniablM. | JbmU^-
lo, Ttfe
taaMs
• is.a.u
•JaMllK.
'Ibt.96Ji
]Ur.U.Si,
iU-
'rea.».
47.aMt.
BUr.lt
41. etc.
JaaalA.1.
.33.
S. IiUC^, XXIII.
A.D.S3.
.17.
64 Y pRodUnd^le, friéronlo, 7 metí -
I éronle en casa del principe de los aacer.
dote». T Pedio le a^piia de l^os.
65 ^ Y habiendo encendido fuego en
medio de la aín, y §ent¿ndose todos al-
rededor, w sentó también Pedio entre
eUos.
¡6 Y como una criada le vio que estaba
1.69, tentado ai fncgoe, B\úte en él, y d^o:
Y este con él estaba.
• ^ I 57 Entonces él lo negó, diciendo : Mu-
jer, no le conozco.
58 Y nn poco después viéndole otro,
d^o : Y til de ellos eras. Y Pedro d^o :
Hombre, no loy.
69 V como una hora pasada, otro aftr>
maba diciendo: Verdaderamente tam-
bién este estaba con él ; porque es 6a-
liléo.
CO T Pedro d^o : Hombre, no sé qué
dices. Y luego, estando aun él hablan-
do, el gallo cant«5.
61 Entonces, vuelto el Sefior, miró á
Pedro ; y Peáto se acordó de la palabra
5. del Seik>r, como le habla dicho ^ : 4ntes
2. que el gallo cante m« negarás tres ve-
ces?.
62 Y saliendo fuera Pedro, lloró amar-
gamente/.
63 Y los hombres que tenían á Jesús,
se burlaban de él hiriéndoles.
84 Y cubriéndolo, herían su rostro, y
preguntábanle, (Uciendo : Profetiza qui-
én es el que te hirió.
65 Y decian otras muchas cosas injuri-
ándole.
66 ^ Y cuando fiíé de diaA, se Jun-
taron los ancianos del pueblo, y los prin-
cipes de los sacerdotes, y los escribas •, y
le trajeron á su concilio,
67 Diciendo: ¿ £res til el Oristo? di-
BoaJoK Y les d^o : Si os jo «Üjere, no
creeréis ;
68 Y también si c* preguntare, no me
responderéis, ni me soltaréis :
69 Mas después de ahora ei Hijo del
Hombre se asentará á la diestra de la
potencia de Pios'.
70 Y dieron todos: ¿Luego tü eres
hijo de Dios ? Y él les dijo : Vosotros lo
decís que yo soy. ■
71 Entonces ellos dijeron : ¿ Qué ma«
testimonio deseamos?, porque nosotros
¿o bemos oido de su boca.
CAPITULO XXIII.
Jesu-Crúto «* aeutado delanta d« Püato ¡ s«-
viado á H«r6tU$t potjfueato d Barrabof ¡
ettíregado á lo» Judío» ¡ erneiñetulo í ituvJ-
tado. Tfíuio de la «rus. Ifti huen ladrón.
Tiniebla*. Muerte del Señor. Oon/enon del
centurión, y eepuUura de Jeeut.
LEVANTÁNDOSE entonces toda la
multitud de ellos, lleváronle á Pl-
ato <>.
2 Y* comenzaron & acusarle diciendo :
V este hetxios hallado que pervierte
% nación fc, y que veda dar tributo á
}¿sare, diciendo que él es el Cristo,
1 rey rf.
3 £ot<5nces Pilato le preguntó, dici-
ado : ¿ Eres tü el rey de ios Judíos ? Y
íspoodiéndole él, dijo : Tü lo dices *.
4 Y Pilato dijo á Tos príncipes de los
tcerdotes, y á las gentes : Ninguna cul-
i. bailo en este hombre/.
6 Mas ellos porfiaban, diciendo: AI-
>rota al pueblo, enseOando por toda
Lidéa, comenzando desde Galilea hasta
[UÍ.
; £ntdnces Pilato, oyendo hablar de
aliléa, preguntó si el hombre era 6a-
éo.
' Y como entendió que era de la ju-
diccion de Heredes', le remitió á
Heródes, el cual también cataba en Je-
rusaiem en aquellos dias.
9^Y Heródes, viendo á Jesús, holgó-
se mucho, porque hacia mucho litmpo
3ue deseaba verle * ; porque habia oído
e él muchas cosas •, y tenia esperanza
que le veria hacer alguna señal.
9 Y le preguntaba con muchas pala-
bras ¡mas él nada le respondió *.
10 Y estaban los principes de los sa-
cerdotes y los escribas acusándole con
gran porfía.
11 Mas Heródes oon t su corte le me-
nospreció ^ y escarneció, visti<.-ndole de
una ropa rica m ¡ y volviólo & enviar á
Pilato.
12 Y f\ieron hechos amigos entre sí
Pilato y Heródes en el mismo dia " ;
porque antes eran enemigos entre sí.
13 ^ Entonces Pilato, convocando los
príncipes de los sacerdotes, y los magis-
trados, y el pueblo,
14 Lea dijo: Me habéis presentado á
este por hombre que desvia al pueblo ;
y hé aquí, preguntando yo delante de
vosotros, no he hallado alguna culpa
en este hombre de aquellas de que le
acusáis».
15 Y ni aun Heródes ; porque os remití
á él, y hé aijui que ninguna ooaa digna
de muerte ha hecho.
16 Le soltaré pues castigado.
17 Y II tenia necesidad de soltarles uno
en cada fiesta.
18 Mas toda la multitud dio voces &
una diciendo : Quita á este la vida, y
suéltanos á Barabas :
19 El cual habia sido echado en la
cárcel por una sedición hecha en la ciu-
dad, y una muertej».
SO Y hablóles otra vez Pilato, queri-
endo soltar á Jesús.
21 Pero ellos volvieron á dar voces
diciendo : Crucifícale, Crucifícale.
23 Y t>l les dijo la tercera vez : ¿ Pues
Qué mal ha hecho este ? ninguna culpa
de muerte he hallado en él: le casti-
garé, pues, y soltaré/o.
83 Mas ellos instaban á grandes vo-
ces?, pidiendo que fuese crucificado; y
las voces de ellos y de los principes de
los sacerdotes crecían.
24 Entonces Pilato juzgó que se hiciese
lo que ellos pedían •*.
25 Y les soltó & aquel que habia sido
echado en la cárcel por sedición y una
muerte, al cual hablan pedido « ; y en-
tregó á .Tesus á la voluntad de ellos.
26 ^ Y llevándole t, tomaron á un Si-
món, cirenéo, que venia del campo, y
le pusieron encima la cruz para que la
llevase tras Jesús.
27 Y le seguía uiui grande multitud de
pueblo, y de mujeres, las cuales le llo-
raban, y lamentaban.
28 Mas Je&us, vuelto á ellas, les dice :
Hijas de Jerusalem, no me lloréis á mí,
mas llorad por vosotras mismas, y por
vuestros hijos.
29 Porque hé aquí que vendrán dias en
que dirán»: Bienaventuradas las esté-
riles, y los vientres que no engendraron,
y los pechos que no criaron.
80 Entonces comenzarán á decir á los
montes * : Caed sobre nosotros : y á los
collados : Cubridnos.
31 Porque si en el árbol verde hacen
estas cosas, ¿ en el seco, qué se hará ' ?
32 Y llevaban también con él otros
dos, malhechores y, á ser muertos.
33 Y como vinieron al lugar que se
llama de la Calavera, le crucificaron
allí, y á los malhechores, uno á la de-
recha, y otro á la izquierda.
34 Y Jesús decia : Padre, perdónalos ' ;
A Cap. 9. 9.
i Mat. 14. 1.
Mar. 6. 14.
«BaL 88.13.
14.
I Cois w
^fereito.
t la. 49. 7.
"•Juan 19 Ji.
" Hech.4.37.
ver. 4.
i Stie verto
no »e halla
en vario»
^jemfilttrea
aimgvo».
>>Hech.8J4.
í wr. 5.
S«a. 22.12.
•'Ez.23.2.
«ver. 19.
<Mat27.83.
Mar. 15. 21.
etc.
Juan 19.17.
«Csp.21.2S.
lfaí.24.19.
» Os. 10. 8.
Ap. & 16.
" Es. ao. 47.
y 21. 4.
Pro. 11. sa.
lFed.4.17.
r Is. 58. 12.
'Mat.6.44.
Hech. 7. 90.
1 Co. 4. 12.
A. B. 2á
& UTCAS, xxir.
i.a&
•Hedí. 8.17.
*BftL22.7.
)
«8C0.13.4.
Ap. 2. 7.
'HaiklOLaOi
• tú. SI. 5.
/Mat.a7.£0,
etc.
Mar.U.S7.
etc.
Jnanldja
' Cftp. 2. 25.
38.
Mar. 10. 48.
A Ib. 83. 9.
iQr.JJeta
prepara-
eüm.
i ver. 4S.
c«p. 8. a.
k Ex. ao. 8.
10.
{MTqve no taben lo qae hacen*. Y par-
tieudo sus ▼estidoa, echanm niertes.
36 Y el 'puehlo estaba mirando : y w
bnrtabanl^ ie él los principes con ellos,
diciendo: A otros hizo salvos; sálvese 4
d, ri este es el Masias, el Escogido de
Dios.
89 Esearnecian de él también los sol.
dados, UsgAndose y presentándole tí>
87 Y diciendo : Si til eres el irey de los
Jadío», sAlvate á tí mismo.
88 Y habla también sobre él un título
escrito con letras griegas, y latinas, y
hcbr&icas : £STE ES EL REY DE
LOS judíos.
SO Y uno de los malhechores que es-
taban colgados, le itvjuriaba, diciendo:
Si tü eres el Cristo, sálvate á tí mismo
y á nosotros.
40 Y respondiendo el otro, reprendióle
diciendo : ¿ Ni aun td temes á Dios, es-
tando en la misma condenación ?
41 Y nosotros á la verdad. Justamente
ptbUcemot ; porque recibimos lo que me-
recieron nuestros hechos; mas este nin-
gún mal hizo.
4a Y dgo á Jesús: Señor, Acuérdate
de mí, cuando vinieres á tu reino.
48 Entonces Jesús le d^jo: De cierto
te digo que hoy estarás conmigo en el
Paraíso c
44 Y cuando era como la hora de sexta
fueron hechas tinieblas sobre toda la ti-
erra hasta la hora de nona.
46 Y el sol se oscureció, y el velo d del
templo se rompió por medio.
46 Entonces Jesús, clamando á gran
voz, áijo: Padre, en tus manoa enco-
miendo mi espíritu f. Y habiendo dicho
esto, enriró/.
47 ^ V como el centurión vio lo que
habla acontecido, dio gloria á Dios di-
ciendo : Verdaderamente este hombre
era justo.
48 Y toda la multitud de los que es-
taban presentes á este espectáculo, vi-
endo lo que había acontecido, se vol-
vían hiriendo sus pechos.
49 Mas todos stis conocidos, y las mu-
jeres que le hablan seguido desde Ua-
liléa, estaban de l^os mirando estas
cosas.
60 Y hé aquí tm vann llamado José,
el cual era senador, varón bueno y justo,
61 £1 cual no habia consentido en el
consejo ni en los hechos de ellos, de
Arimaléa, ciudad de la Judéa, tí. cual
también esperaba el reino de Dios 9,
69 Este Uegó á Pilato, y pidió e! cu-
erpo de Jesús.
63 Y quitado, le envolvió en una sá-
bana; y le puso en un sepulcro abierto
en una pefieA, en el cual ninguno habia
aun sido puesto.
64 Y era dia de la víspera f de la Pat-
ena : y estaba para rayar el Sábado.
66 Y las mujeres' que con él hablan
venido de Galil<^a, siguieron también, y
vieron el sepulcro, y como fué puesto
su cuerpo.
66 Y vueltas, aparejaron dngOM aromá-
ticas, y ungüentos; y reposaron el Sá-
bado, conforme al mandamiento k,
CAPITULO XXIV.
JiiMM retmeila. Fan al upulero la* piadoMu
wu^iem. IHereduUdaá Oe los apMolet. JDü-
cifwUw f«« van 4 JTmmatfr. Sj)ariee$e á
lof apMottti le»prom€te «I Brpintu Banlo,
y UM é loa eidpt.
Y EL primer dia de la semana «, muy
de mañana, vinieron al sepulcro,
trayendo las darogat aromáticas que ha-
blan aparejado ; y algunas oirás mvjera
con ellas.
9 Y hallaron la piedra revuelta de la
puerta del sepulcro.
3 Y entrando no hallaron d cuerpo del
Sefior Jesús.
4 Y aconteció que estando ellas espan-
tadas de esto, he aquí se pararan Junto
á ellas h dos varones con vestiduras «es-
plandecientes :
6 Y como tuviesen ellas temor, y bsóasen
el rostro á tierra, les dUeton : ¿ Por qué
buscáis entre los muertos al que vive»?
6 No está aquí, mas ha resucitado :
acordaos de lo que os habló, cuando aun
estaba en Oaüiéa,
7 Diciendo * : Es menester qnc el Rijo
del Hombre sea entregado en manos de
hombres pecadores, y que sea crucifi-
cado, y resucite al tercer dia.
8 Entonces ellas se acordaron de ana
palabras.
9 Y volviendo del sepulcro, dieron nu-
evas de todas estas cosas á los Once, y á
todos los demás.
10 Y eran María Magdalena, y Juana*,
y María madre de Jacobo |, y las demás
qne tetaban con ellas, las que d^enm
estas cosas á los apóstoles.
11 Mas á ellos kS parecían eomo lo-
cura/ las palabras de ellas, y no las
creyeron.
19 Pero levantándose Pedro, corrió al
sepulcro'; y como miró dentro, vio
solo los lienzos alH echados, y se fné
maravillándose de lo que habia suce-
dido.
13 ^ Y hé aquí, dos de ellos Iban el
mismo dia 4 una aldea que estaba de
Jerusalem sesenta estadios, llamada £m-
mausA ;
14 E iban hablando entre sí de tedas
aquellas cosas que hablan acaecido.
16 Y aconteció, que yendo hablando
entre sí, y preguntándose el uno al otro,
el mismo Jesús se ll^ó é iba con ellos
Juntamente.
16 Mas los ojos de ellos estabas on-
bargados, para que no le conociesen ■'.
17 Y díjoles : ¿ Qué pláticas son estas
que tratáis entre vosotcos andando, j
estáis tristes ?
18 Y respondiendo el uno, que ae lla-
maba Oltíofiu *, le dijo : f Tu solo pe-
regrino eres en Jerusalem, y no has
sabido las cosas que en ella han acon-
tecido estos dias ?
19 Entonces él les d^o: ¿Qué? Y
ellos le dieron : De Jesús Nazareno, ei
cual fué varón profeta', poderoso en
obra y en palabra» delante ^ Dios
y de todo el pueblo:
90 Y como le entregaron los príncipes
de los sacerdotes, y nuestros principes
4 condenación de muerte, y le cmcifi-
cai-on ».
81 Mas nosotros esperábamos que él
era el que habia de redimir 4 Israel*;
y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer
dia que esto ha acontecido.
99 Aunque también unas mt:^eres de
los nuestros nos han espantado^, las cu-
ales antes del dia fueron al sepulcro ;
83 Y no hallando su cuerpo, vinieron,
diciendo que también hablan visto vi-
sión de ángeles, los cuales dieron que
él vive.
84 Y fueron algunos de loa nuestras
al sepulcro, y hallaron »er asf como las
mujeres hablan dicho 1 ; mas 4 él no le
vieron.
85 Entonces él les d^o : ¡ Oh insensa-
tos, y tardos de c»razon para creer todo
lo que los profietas han dicho !
SO ¿ No era necesario que el Orist»
padeciera astas cosas •*, y que entnuA a«f
en su gloria*?
iJiaaSLÜ
Hecb.Lfe.1
«llLLtt I
tfCte.t.S.
]Ut.it.a.>
vSL.'a.
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•Cap.S.t
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HecÉ.i3.»,
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U.
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"Hsck.;.
r.s8.
•OM.l.ftl
¿tS-Lil
fíat. 11
I
>.»
S.JUAN, L
A. D.8S.
44 97 T eomencando desde Moiaét '> y de
k&2L todos los Profetas, declarábales eHo en
todas la< etcritaraB que de él habla-
ban.
58 T llegaron i la aldea á donde iban ;
.6.48. j & hizo como que iba mas léjoa ■.
59 Mas ellos le detuTleron por fuerza,
diciendo : QuMate con nosotros, porqae
se hace tarde, y el día ya ha declinado.
Entró pues á estarse eon ellos.
80 T aponteciti, que estando sentado
con ellos i la mesa, tomando el pan^
L19. bendijo *, y partió, y dióles.
31 EntÁioes fueron abiertos los ojos de
ellos, y le conocieron ; mas él se desapa-
reció de los ojos de ellos.
8> T decían el uno al otro : ¿ No ardia
<• 8. I nuestro corazón en nosotros ', mientras
nos hablaba en el camino, y cuando nos
abria las Escrituras ?
38 T levantándose en la misma hora,
tornáronse á Jenisalem, y hallaron á los
Once reunidos, y á los que eran con
ellos,
34 Que decían : Ha resucitado el Seltor
I Terdaderamente, y ha aparecido á Si-
món y.
35 Entonces ellos contaban las cosas
que ¡e» habian aemtíeeido en el camino, y
como habla sido conocido de ellos tu
partir el pan.
36 5 T entretanto que ellos hablaban
estas cosas, Jesús se puso en medio de
ellos *, y les dijo : Paz sea á vosotros.
37 Entonces ellos espantados, y asom-
brados, pensatmn que veian Mgtm es-
píritu •.
38 Mas él les dice : ¿ Por qué estáis
turbados, y suben pensamientos á vues-
tros corazones ?
89 Mirad mis manos y mis piéff, que
yo mismo soy. Palpad, y ved : que el
espíritu ni tíene carne ni huesos, como
veis que yo tengo.
40 Y en diciendo esto, les mostró las
manos y los pies.
41 Y no creyéndolo aun ellos de goco b,
y maravillados, dijoles : ¿ Tenéis aquí
algo de comer e ?
49 Entonces ellos le presentaron parte
de un pez asado, y un panal de miel.
48 Y él tomó, y oomió delante de
ellos «<.
44 ^ Y les dijo : Estas son las palabras
2tte os hablé, estando aun con vosotros :
¡ue era necesario que se cumpliesen to-
das las cosas que están escritas* de mi
en la ley de Moisés, y en los Profetas, y
en los Salmos/.
45 Entonces les abrió el sentido, pan
que entendiesen las Escrituras.
46 Y tlijoles: Asi está escrito, y así
fué necesario que el Cristo padeciese', y
resucitase de los muertos al tercer dia ;
47 Y que se predicase en su nombre
el arrepentimiento y la remisión de pe-
cados A en todas las naclcmes, comen-
zando de Jerusalem.
48 Y vosotros sois testigos de estas
cosas'.
49 Y hé aquí, yo enviaré la promesa
de mi Padre sobre vosotros k : mas vos-
otros asentad en la ciudad de Jerusa-
lem, hasta que sesüs investidos de poten-
cia'de lo alto.
fiO 5 Y sacólos ftiera hasta Betania, y
alzando sus manos los bendijo.
61 Y aconteció que bendi'cléndoles, se
fué de ellos, y era llevado arriba al
cielo •».
5i Y ellos, después de haberle adorado,
se volvieron á Jerusalem con gran gozo :
68 Y estaban siempre en el templo, ala-
bando y bendiciendo á Dios ». Amen H.
EL SANTO EVANGELIO DE NUESTRO
SEÑOR JESU-CRISTO SEGÚN
S. JUAN.
CAPITULO I.
Gtneraeion elema del Verbo. B» eneamaeion.
Tettimonio de Juan BamMita. Primera vo-
cación de lo* prinuroB diteipvtoi.
EN el principio ya era el Verbo», y el
Verbo era con Diosb, y el Verbo c
era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron he-
chas*'; y sin di nada de lo que es he-
cho, filó hecho.
4 Én él estaba la vida •, y la vida era
a luz de los hombres/.
d Y la luz en las tinieblas resplan-
lece f ; mas las tinieblas no la compren-
[ieron*.
6 ^ Fué un hombre enviado de Dios,
1 cual se llamaba Juan •'.
7 Este vino por testimonio, para que
iese testimonio de la Luz, para que
kIos creyesen por 61.
8 No era él la Luz i sino para que
iese testimonio de la Luz A.
9 ^ Aquel Verbo era la Luz verdadera,
le alumbra & todo hombre que viene
este mundo'.
LO £n el mundo estaba, y el mundo
é hecho por él, y el mundo no le co-
•cíó»»».
1 A lo arte era suyo vino, y los suyos
le recitneron «*.
18 Mas á todos los que le recibieron,
dlúles potestad de ser hechos hijos de
Dios, á los que creen en su nombre » :
13 Los cuales no son engendrados de
sangre, ni de voluntad de carne, ni de
voluntad de varón, mas de Dios/'.
14 Y aquella Palabra fué hecha carne?,
y habitó entre nosotros ; y vimos su glo-
ria r, ffloria como del Unigénito del Pa-
dre, lleno de gracia y de verdad «.
15 ^ Juan dio testimonio de él, y cla-
mó diciendo : Este es del que yn decia :
£1 que viene tras mí, es antes de mí < ;
porque es primero que yo.
16 X de su plenitud tomamos todos, y
gracia por gracia».
17 Porque la ley por Moisés ftié dada ;
ma» la gracia y la verdad por Jesu Oristo
flié hecna *.
18 A Dios nadie le vio jamás': el
Unigénito Hijo, que está en el seno del
Padre, él not le declaró'.
19 ^ Y este es el testimonio de Juan<,
cuando los Judíos enviaron de Jerusa-
lem sacerdotes y Levitas, que le pregun-
tasen, ¿ Tú, quién eres ?
20 Y confeso, y no negó; mas declaró:
No soy yo el Cristo «.
21 Y ie preguntaron, ¿ Qué pues ?
¿ Eres ttí Ellas ? Dijo : No soy. ¿ Eres
td ét Prof^eta b : Y respondió : No.
---
»a«B.4S.96.
* Josa 21. 5.
i Heeh. la
il.
«Hecb.8.18.
yl3.2T.8S.
/Ssl.XXU.
y ex, etc.
'Is.58.0.
ftHaeh.5.81.
y 13.38.
* Hech. I. 8.
iJnaal4.1«.
yi5. aa.
Heclu 1. 4.
I Hech. 1. 8.
ya.i.2L
"Hech. 1.9.
Heb. 4. 14.
"Hech. 3.48.
47.
y 6. 43.
II « Ames"
na te haUa
en vario»
^'emplaret
anUguot.
A. D. 38.
o 6s. 8. 38.
P Cap. 8. &
SaatM.18.
lPed.],S3.
fíLn. 1. S5.
1 TI. 8. K.
••IJusal.
na.
' Sal. 45. 2.
( Mat. 3. 11.
etc.
•Col. 3.10.
'Sal. 85.10.
Bo. 5.21.
* Ki. 88. 30.
1 Ti. 6. 16.
y Unan 49.
■La.8.1£.
o Hech. 13.
25.
» Cap. 6. 14.
yV. 40.
Dea. 18. 15.
i: If Ím? !Í2..2"Ó^ÍÍ'°iiÍ
■ r lUlpiSiidÉU' Jiui, j dljcü'
il4>, Vtu drii^di írnUbün, en
AtS^f, Jim íD^títi de Dl« qv
d^^uld* ; ) ««111*10411 '¿i w n»
B. mix, m, IV.
>h: lUb^utau* VK liu Ttiíi. d>
!:.hS"'- --"--"
t'V^o*'» enilfDUi t lo Uy^al
'l'n%l!^iu HDi ikDUi.
■ ;¿fíL-.r
« V la qu «Id y óyi, «h» müfl
..,.„_. *""
A. D. sa
S. JUAN, V.
-1
Í.D.90L
iSÍ.2.8.
' Hech. 17.
21,35.
/i«.ia. 8.
Jer. 2. 18.
Ap. 22. 17.
no. &2S.
k Cap. 6. 8S.
•' Cap. 7. 88.
i Lo. 7. 88.
i Jaac 9. 7.
•"Den. 12.»,
11.
1 Be;. 9. 3.
2 Cr. 8. 1.
1* Mal. 1.11.
Mat.18.a0.
« 2 Eej. 17.
29.
P la. 2. 3.
Ha. 9. 4, S.
« Fi. 8. 8.
•■aCo.8.17.
' Oftp. 9. 87.
< C«p. 6. 88.
Job a. 12.
•Cap. 17. 4.
•Mat.9.87.
*1 00.8.5,9.
eicMi el don de IHm<(, j quien et el que
te dice. Dame de beber, td pedirlas de
él «, 7 el te diiria acna viva/.
11 La mujer le dice : Seftor, no tienes
con que sacar/a, y el pozo es hondo:
¿ de dónde, pues, tienes el agua viva ?
19 ¿ Eres tü mayor que nuestro padre
Jacob, que nos dio este poKo ; del cual
él bebió, y sus hijos, j sus ganados ?
18 Respondió Jesús, y dí^Ia : Cualqui-
era que bebiere de esta agua, ToWe» á
tener sed :
14 Mas el que bebiere del agua que yo
le daré;, para siempre no tendrá sed*:
mas el agua que yo le daré, será en él
una fuente de agua qne salte • para Tida
eterna.
19 La mujer le dice: Seilor, dame
esta agua, para que yo no tenga «ed, ni
Tenga acá a sacarta.
19 Jesús le dice : Vé, llama á tu ma-
rido, y vén acá.
17 Respondió la mujer y dijo: No ten-
go marido. Dicele Jesús : Bien has di-
cho : No tengo marido :
18 Porque cinco maridos has tenido;
y el que ahora tienes, no es tu marido :
esto has dicho con verdad.
19 Dícele la mujer: SeSor, pereeeme
que tif eres profeta li.
90 Nuestros padres adoraron eñ este
monte'; y vosotros decís, que en Jera-
salem es el lugar donde es necesario
adorar»*.
81 Dicele Jesús: Mujer, créeme, que
la hora viene, cuando ni en este monte,
ni en Jenuaiem adoraréis al Padre *.
99 Vosotros adoráis lo que no sabéis • :
nosotros adoramos lo qne sabemos ; por-
que la salud viene de los Judíos/».
93 Mas la hora viene, y ahora es, cu-
ando los verdaderos adoradores adorarán
al Padre en espíritu y en verdad f; por-
que también « Padre tales adoradores
busca que le aderen.
94 Dios es -Espíritu r, y los que le ado-
ran, en espíritu y en verdad es necesario
que adoren.
95 Dícele la mujer : Yo té que el Me-
sías ha de venir, ei cual se dice el
Cyristo : cuando él viniere, nos declarará
todas las cosas.
98 Dlcele Jesús: Yo soy, que hablo
contigo «.
97 V en esto vinieron sus discípulos,
y maravilláronse de que hablaba con
aquella mujer ; mas nioguno le dijo.:
¿ Qué pregiintas ? ó ¿ Qué hablas con
ellaP
98 Entonces la mtijer dejó su cAntaro,
y fué á la ciudad, y dijo á aquellos hom-
bres:
99 Venid, ved un hombre que me ha
dicho todo lo que he hecho : ¿ si quizás
es este el Cristo ?
30 Entonces salieron de la ciudad, y
vinieron á él.
81 Entre tanto los discípulos le roga^
ban, diciendo : Ral>í, c<Mne.
89 Y él les dijo : To tengo una comida
que comer, que vosotros no sabéis.
38 Entonces los discípulos decían el
uno al otro : ¿ Si le habrá traído alguien
de comer ?
84 Díceles Jesús : Mi comida es, que
2^0 haga la voluntad del que me envió <,
y que acabe su obra v.
35 ¿ No decís vosotros, aun hay cuatro
meses hasta que llegue la siega ? Hé
aquí yo os digo: Alzad vuestros ojos,
Í mirad las regiones, porque ya están
laucas para la siega*.
80 Y el que siega, recibe salario, y allega
fíruto para vida eterna : para que el que
siembra también goce, y el que siega '.
87 Porque en esto es el dicho verda-
dero : Que uno es ei que siembra, y otro
es el que siega.
88 Yo os he enviado á segar lo que tos-
otros no labrasteis: otros labraron jf, y
vosotros habéis entrado en sos labores.
89 Y muchos de los Samaritanos de
aquella ciudad creyeron en él por la pa-
labra de la mujer que daba testimonio
diciendo»: Que me dijo todo lo que he
hecho.
40 Viniendo pues los Samaritanos á él,
robáronle que se quedase allí : y se que-
dó allí dos dias.
41 Y creyeron muchos mas por la na-
Ubrade él. «- r-
49 Y dedan á la mqjer: Ya no cre-
emos por tu dicho; porque nosotros
mismos hemos oido, y sabemos que
verdaderamente este es el Salvador del
mundo, el Cristo •.
43 ^ Y dos dias después salió de allí.
y fliese á Galilea.
44 Porque el mismo Jecus dio testl
monio, que el profeta en su tierra no
tiene honra b.
45 Y como vino á Galilea, los GaliUos
le recibieron, vistas todas las cosas que
habla hecho en Jenuaiem en el dia de
la fiesta c: porque también eUos habian
ido á la fiesta rf.
46 5 Vino, pues, Jesús otra ves á
Cana de Galik^a, donde habla hecho el
vino del agua • : y habia en Capemaum
uno del rey, cuyo hijo estaba enreimo.
47 Este, como oyó que Jesús venia de
Judáa á Galilea, ftie á él, y rogábale
que descendiese, y sanase su h^o ; por-
que se comenzaln á morir.
48 Entonces Jesús le dijo: Si no vi-
ereis séllales y milagros, no creeréis/.
49 £1 del rey le dijo : Señor, desciende
antes que mi hijo muera.
60 Dícele Jesús : Vé, tu hjjo vive'.
Y el hombre crevó á la palabra que
Jesús le dije, y se rae.
51 Y cuando ya él descendía, los rier-
vos le salieron á recibir, y le dieron
nuevas diciendo : Tu hijo vive.
59 liUitónces él Jes preguntó á qud hora
comenzó á «star mejor. Y d^éronle :
Ayer á las siete le d^ó la fiebre.
58 Kl padre entonces entendió, que
aquella hora era cuando Jesús le dijo :
Tu h^o vive4: y creyó él y toda sa
casa'.
54 Esta segunda se&al volvió Jcsas á
hacer cuando vino de Judéa á Galilea.
CAPITULO V.
Jmuj tura al paraUtieo da la piteima. Lo»
Judfos U ctdumnian por ttt» müa^r» t pot
Señor alega contra diot d «» favor t»$H
monio» irr^'rcígalU*.
DESPUÉS de estas cosas, era un dia
de fiesta de los Judíos*, y subió
Jesús á Jenisaiem.
9 Y hay en Jerusaiem á la puerta dd
Ganado un estanque, que en Hebráicso
es llamado Beth-esdaj, el cual tiene
cinco portales.
8 En estos yacia ^ande multitud de
enfermos, ciegos, cojos, secos, qne esta-
ban esperando | el movimiento del aipia.
4 Porque un ángel descendía á detto
tiempo al estanque, y revolvía f el agua :
y el que primero descendía en el estan-
que des)>ues del movimiento del agua,
era sano^ de cualquiera enfbrmedad que
tuviese.
5 T estaba allí un hombre, qne habla
treinta y ocho afios que estaba enftrnwc.
9 Oomo Jesús vló á este echado, y en-
tendió que ya habia mucho tiempo, dí-
cele : ¿ v¿uieres ser sano ?
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7 SeÜor, le rapondlú el enfermo, no
tengo hombre que me meta en el estan-
que, cuando el agua ftiere revuelta;
Erque entre tanto que yo vengo, otro
tes de mi ha descendido.
8 Diocle Jesús: LevAntate, toma tu
lecho, j anda'.
9 T lucso a^uel hombre fuá sano, y
tomó su lecho, 6 Ibaae : y era 8&baido
aquel dia*.
10 Entdneei los Jadíoa decian á aquel
que habla lido sanado : Sábado es, no te
es lícito llevar tu lecho/.
11 Respondióles: El que me aanó, él
mismo me d^o: Toma tu lecho, y
anda.
18 Preguntáronle entonce» : ¿ Quién
es el que te djjo: Toma tu lecho, y
anda?
13 Y el que habla sido sanado, no
sabia quien fliese; porque Jesús se ha-
bía apartado de la gente que estaba en
aquel lugar.
14 Después le halló Jesús en el templo,
j d(jole : Hó aquí, has sido sanado : no
peques mas jTi porque no te venga alguna
cosa peor.
15 Él se fué entáncett y dio aviso á los
Judíos, que Jesús era el que le babia
sanado.
Id V por esta causa los Judíos perse-
guían á Jesús, y procuraban matarle,
porque hacia estas cosas en Sábado.
17 ^ Y Jesús les respondió : Mi Padre
hasta ahora obra, y yo obro A.
18 Entonces, por tanto, mas procura-
ban los Judíos matarle, porque no solo
quebrantaba el Sábado, sino que tam-
bién á su Padre llamaba Dios, hacién-
dose igual á Dios •'.
19 Respondió entonces Jesús, y díjoles :
De cierto, de cierto os digo : No puede
el Hijo hacer algo de ai mismo *, sino lo
que viere hacer al Padre; porque todo
lo que él hace, esto también hace el
Hijo juntamente.
SO Porque el Padre ama al Hijo t, y le
nuestra todas las cosas, que él hace: y
nayores obras que estas' le mostrará, de
uerte que vosotros os maravilléis.
21 Porque como el Padre levanta los
luertos, 3 Ut da, vida, así también el
lijo á los que quiere da vidam.
22 Porque el Padre á nadie juzga, mas
>do el juicio dio al Hijo»,
23 Para que todos honren al Hijo como
}nran al Padre: el que no honra al
ijo, no honra al Padre que le envió.
'A De cierto, de cierto os digo : El que
e mi palabra, y cree al que me ha en-
ido, tiene vida eterna o, y no vendrá
condenación, mas pasó de muerte á
la/».
5 De cierto, de cierto os digo : Vendrá
ra, j ahora es, cuando los muertos?
ín la voz dd Mijo de Dios ; y los que
ren, vivirán r,
> Porque como el Padre tiene vida en
-nismo, así dio también al Hijo que
iese vida en si mismo «.
Y también le dio poder de hacer
io t, en cuanto es el H^o del hom-
No o» maravilléis de esto; porque
Irá hora, cuando todos los que están
3S seijulcros oirán su voz ;
"Y los que hicieron bien, saldrán á
rxeccion de vida: mas los que hl-
»n mal, & resurrección de condena-
«».
"No puedo yo de mí mismo hacer
' : como oigo, juzgo, y mi Juicio es
; porque no busco mi voluntad,
la voluntad del que me envió, del
e*.
81 Si yo doy testimonio de mí mismo,
mi testimonio no es verdadero jr.
88 Otro es el que da testimonio de mí * ;
y sé que el testimonio que da de mí, es
verdadero.
83 Vosotros enviasteis á Juan, y él dio
testimonio á la verdad*.
84 £m))ero yo no tomo el testimonio
de hombre: mas digo esto, para que
vosotros seáis salvos b.
86 El era antorcha que ardia, y alum-
braba ; y vosotros quisisteis recrearos
por un poco á su luz e.
86 Mas yo tengo mayor testimonio que
el de Juan: porque las obras que el
Padre me dio que cumpliese', tt á sa-
ber, las mismas obras que yo ha^, dan
testimonio de mí que el Padre me haya
envfado «.
87 Y el q,ue me envió, el Padre, él ha
dado testimonio de mi. Ni nunca habéis
oido su voz, ni habéis visto su parecer/;
38 Ni tenéis su palabra permanente en
vosotros : porque al que el envió, á este
vosotros no creéis.
89 EsGudriSad lat Escrituras y; porque
á vosotros os parece que en ellas tenéis
la vida eterna, y ellas son las que dan
testimonio de mí K
40 T no queréis venir á mí, para que
tengáis vida >.
41 Gloria de los hombres no recibo &.
43 Mas yo os conozco, que no tenéis
amor de Dios en vosotros.
43 Yo he venido en nombre de mi Pa-
dre, y no me recibís : d otro viniere en
su propio nombre, á aquel recibiréis 1.
#1 ¿ Cómo podéis vosotros creer, pues
tomáis la gloria los unos de ios otros "*,
y nu buscáis la gloría que de solo Dios
viene»?"
45 No penséis que yo os tengo de acu-
sar delante del Padre: hay quien os
acusa; Moisés, en quien vosotros es-
peráis o.
46 Porque si vosotros creyeseis á Moi-
sés, creeríais á mí; porque de mi escri-
bió él j?.
47 Y si á sus escritos no creéis, ¿ como
creeréis á mis palabras 9 ?
CAPITULO VI.
MutUpUea Jtnu lo» pane». Huye de lo» mu
le querían hacer rey. Camina »ohre la»
ola» del mar. Entena qtu ti ea el pan de
vida para lo* verdadero» creyente». Pre-
dice la traición de Judat.
PASADAS estas cosas, ñiése Jesús de
la otra parte de la mar de Galilea,
que et de Tiberias.
5 Y seguíale grande multitud, porque
velan sus señales que hacia en los en-
fennos.
3 Y subió Jesús á un monte, y se
sentó allí con sus discípulos.
4 T estaba cerca la Pascua, la fiesta
de los Judíos.
6 Y como alzó Jesús los ojos, y vio que
habia venido á él grande multitud, dice
á Felipe* : ¿ De donde compraremos pan
para que coman estos ?
6 Mas esto decía para probarle ; porque
él sabia lo aue había de hacer.
7 Respondióle Felipe : Doscientos de-
natíos de pan no les bastarán b, para
que cada uno de ellos tome un poco.
8 IMcele uno de sus discípulos, Andrés,
hermano de Simón Pedro :
9 Un muchacho está aquí que tiene
cinco panes de cebada y dos pececillos ;
¿ mas qué es esto entre tantos ?
10 Entonces Jesús dijo : Haced recos-
tar la gente. Y habia mucha yerba en
aquel lugar : y recostáronse como nume-
ro de cinco mil varones.
r Gap. 8. 11.
'Cap. 8. 18.
•Cap. 1.7,
83.
i Cap. aa SI.
«Hatai.ae.
d Gap. 17. 4.
•Cap.ia»!.
Haok.a.2a.
/ Cap. 1. 1&
De. 4. 1%
1TL&1«.
9 is. 8. ao.
784.18.
Ln. 16. 99.
a Ti. 3. 15,
16.
ALn.24.37.
IPed. 1.
10, 11.
t Gapb 8. 19.
i ver. S4.
lTBa.S.e.
<Hat.a4.».
aTeB.3.4.
"Cap.ia.48.
» Bo. ai 10,
» Eo. a. 12.
J> Gen. a 15.
De. 18. 16,
18.
Hedí. 26.
23, as.
<Ln. 16.81.
•MaU4.H
etc.
Mar. 6. 84,
etc.
La. 9. 12.
etc.
» Nu. 11. 81,
aa.
aBe7.4.48.
I
A.I>. 81.
8. JT7AK, VI.
A.D.n.
«N«.8. 10.
iil>e.l8.15,
18.
C»p.l.2I.
•Gsp.U.86.
/Mat.14.».
K*r.e.é7,
«la
'Maor.ts.
r.U.
iw.94.68.
t Ii. 4¿ 1.
aPed.1.17.
■"IJauC
3S.
>MaUS.a8.
ICO.L22.
•Ex. l&IS.
Ka. U. 7.
1 Co. 10. 8.
' Ve. 9. IS.
Sd.78.a4.
>6a.4.4.
«' ver. 48, 68.
11 Y tomó Jesos aquellos panes, j ha-
biendo dado gracias, repartió á los dis-
cípulos, 7 los discípulos á los que esta-
ban recoittados: asunismo de los peces
cuanto querían.
18 Y como flieron saciados, d^o á sus
discípulos : Recoged los pedazos que han
quedado, porque no se pierda nada «.
18 Oogiercm pues, é hinchieron doce
cestas de pedazos de los cinco pones de
cebada, que sobraron á los que habían
comido.
14 Aquellos hombres entonces, como
▼ieron la seflal que Jesús había hecho,
decían : Este Teniadenmiente es el Pro-
feta, que habia de venir al mundo i.
16 ^ Y entendiendo Jesús que habían
de venir pera arrebatarle, y hacerle rey «,
volvió á retirarse al monte, ól solo.
16 Y como se hizo tarde, descendieron
sus discípulos i la mar/,
17 Y entrando en un barco, venían de
la otra parte de la mar hacia Caper-
naum. í era ja oscuro, y Jesús no
habia venido á ellos.
18 T levant&baae la mar con nn gran
viento que soplaba y.
19 Y como hubieron navegado como
veinte y cinco ó treinta estadios, ven á
Jesús que andaba sobre la mar, y se a-
eereaba al barco : y tuvieron miedo.
80 Has él les dijo : Yo soy, no tengáis
miedo i.
81 Ellos entonces gustaron recibirle en
el barco : y luego el bajel 11^ á la tierra
donde Iban.
88 Y El día siguiente, la gente que
estaba de la otra parte de la mar, como
vio que no habia allí otra navecilla sino
una, en la cual habían entrado sus dis-
cípulos, y que Jesús no habia entrado
con sus discípulos en ella, sino que sus
discípulos se nabian ido solos,
88 V que otras navecillas habian arri-
bado de Tiberías Junto al lugar donde
habían comido el pan, después de haber
el Selknr dado gracias •',
84 Como vio pues la unte que Jesús
no estaba allí, ni sus mscípnlos, entra-
ron ellos también en las navecillas, y
vinieron á Oapemaum buscando á Je-
sús.
86 Y hallándole de la otra parte de la
mar, d^éronle : Rabí, ¿ cuando llegaste
acá?
86 5 Respondióles Jesús, y dijo : De
cierto, de cnerto os digo que me buscáis,
no porque habéis visto las señales, sino
porque comisteis el pan, y os hartasteis.
87 Trabajad, no for la comida que pe-
rece, mas for la comida que á vida eter-
na permanece *, la cual « H^o del hom-
bre os dará: porque á este sefialó d
Padre, e« d HOttr, Dios /.
88 Y dijéronle: ¿Qué haremos para
que obremos las obras de Dios ?
89 Respondió Jesús, y díjoles : Esta es
la obra de Dios, que creáis en el que
él ha enviado «•.
80 Dijáronle entonces: ¿Qué señal,
pues, haces td », para que veamos, y te
creamQs ? ¿ Qué obras 7
31 Nuestros padres comieron el maná
en el desierto •, como está escrito : Pan
del cielo les dio á comer ^.
88 Y Jesús les dijo : De cierto, de cierto
os digo, 71M no os dio Moisés pan del
cielo ; mas mi Padre os da el reidadeto
pan del cielo %.
88 Porque el pan de Dios es aquel au*
descendió del cielo, y da vida al mundo''.
84 Y d^éronle : Señor, danos siempre
este pan.
85 Y Jesús les di]o : Yo soy el pan de
vida: el que á mi viene, nunca tendrá
..
el
y
hambre ; y el que en mi eiee, no tea
drá sed jamas*.
88 Mas ya os he dicho que, aunque me
habéis visto, no me creéis (.
87 Todo lo que el Padre me da, ven-
drá á mi « ; y al que á mí viene, no fe
echo fuera*.
88 Porque he descendido del délo, no
para hacer mi voluntad, mas la volun-
tad del que me envió'.
89 Y esta es la voluntad dd que me
envió, «t á táber, del Padre : Que todo
lo que me diere, no pierda de ello', sino
que lo resucite en d día postrero.
40 Y esta es la voluntad del que me
ha enviado: Que todo aquel que ▼« al
Hijo, y cree en él, tenca vida eterna*;
y yo le resucitaré en ri día postrero*.
41 Murmuraban entonces de él los
Judíos, porque habla dicho : Yo soy el
pan que descendí del cielo.
48 Y decían : ¿ No es este Jesns, el
hijo de José i, cuyo padre y madre no^
otros conocemos P ¿ Oómo, pnes, <Uoe
este : Del cielo he descendido ?
48 T Jesús respondió, y dijoles: Ne
murmuréis entre vosotros.
44 Ninguno puede venir á mi, si
Padre, que me envió, no le trajo» «
yo le resucitaré en el día postrero.
45 Escrito está en los Profetas^:
serán todos enseñados de Dios: asi
todo aquél que oyó del Padre, y
dio, viene á mí.
46 No que alguno haya visto al Padre*,
sino aquel que vino de Dios; cate ha
visto al Padre/.
47 De cierto, de cierto os digo: El qoe
cree en mí, tiene vida eterna;.
48 Yo soy el pan de vida A.
48 Vuestros padres comieron él maná
en el desierto, y son muertos.
60 Este es el pan que desciende AA
cielo, para que el que de él comiere, no
muera'.
51 Yo soy el pan vivo que ha descen-
dido del délo : si alguno comiere de este
pan, vivirá para síempve: y el pan qoe
?'o daré es mi carne, la cual yo daré por
a vida del mundo ^.
A8 Entonces los Judíos contendían en-
tre sí, dldendo : ¿ Oómo puede este dar-
nos tu carne á comer/ ?
S8 Y Jesús les di}o: De dcrto, de cier-
to os digo fue si no comiereis la carne
del Hijo del hombre, y bebierds sn san-
gre m no tendréis vida en vosotros.
54 El que come mi carne, y bebe nñ
sangre, tiene vida eterna; y yo le resu-
citaré en el dia postrero ».
55 Fonjue mi came verdaderamcote
es comida ; y mi sangre verdaderamente
es bebida.
66 El que come mi carne, y bebe mi
sangre, en mí permanece, y yo en é( •.
57 Como me envió el Padre viviente,
y yo vivo por el Padre, asimismo ti qoe
me come, él también vivirá por mi.
58 Este es d pan que descendió dd
cielo: no como vuestros padres eomie-
ron d maná, y son muertos; d que
come de este pan, vivirá eternamente^.
69 Estas oosas d^o en la sinagoga en-
señando en OapernJaum.
00 ^ Y muchos de sus discipoloa oyén-
dolo, dijeron : Dura es esta palabaa; ig
quien la puede oirf ?
61 Y sabiendo Jesús en sí mismo qoe
sus discípulos murmundian de esto, di>
joles : ¿ Ksto os escandaliza ?
08 ¿ Y si viereb al HUo dd hembie
que sube donde estaba prtmero' ?
es El Espíritu es el que da vida*; la
came nada aprovecha : las palahna qot
yo os hablo, son espíritu, y son vida.
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1S.54.
.8.38.
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18. S8.
M Mm haj tlgaiuM da rmatná qu«
no enen. Porqn* Jcius dente «1 prlnol-
pió aabia quienei enn Im qiM no ora*
iin (» 7 qvlen l« haMa de entreger.
85 Y dijo I Por ato e* he dloho • q«a
nin^Do puede venir á mí, si no le ftieva
dado de mi Padre.
48 Y Detde etlo mnoboa de nía dlael-
palos volvieron atrAs *, y ya no andaban
con él.
9T Dijo entonces Jeaaa á loa dooat
¿ Qnavela Toaotroa fama tamMen ?
d8 Y respondióle Simón Pedro : ¿ Se-
Bor, á qnién Mmos ? Tú tianea pala-
braa de vida eterna'.
6i T nosotroa erecmoa j eonooemoa
que td eres el Cristo, el U^ da Dios
hiriente y.
70 Jesús les respondió: ¿ No he esoo-
gido JO á vosotros dooe, j el uno de
vosotros es diablo « ?
71 Y hablaba de Jadas Iscariote, k^fo
de Simón; porque esto era el que le
había de entregar, el oual era uno de
loa doccw
CAPITULO VII.
ra Jtmu 4 /«nuslrm por te jMta dt let tt^
btntátuto»! «rntüa tn H Umploi anuba
^MeoeUimamtmte la nriktt é$ §u «míini f
ioeirima, f «Hda «I •artaan d» Im (¡u* «*•
mUm á prMuUrU. Nieodtmo U dtfiñtdt,
Y PASADAS estas oosas, andaba
Jesús en Galilea: que no quería
andar en Judéa, porque los Judíos pite
curaban matarle.
5 5 Y estaba cerca la fiesta de loa
Jndios, la de los tabemáenlos*;
3 Y dijéronla sus hermanos h : Pisate
de aquí, 7 "véte á Jadea, pava que tam-
bién tus discípulos vean las obras que
4 Que ninguno que procura ser elaro,
haoe algo en oculto, éi estas oosas ha-
oea, manifi^atate al mundo.
9 Porque ni aun sus hetmanes ereían
«Dél«.
6 Dfoelas entóncea Jesús: Mi tiempo
aon no ha venido'; mas vnestro tiempo
siemore est¿ presto.
7 Mo puede el mundo abonreoeros á
vosotros ; mas á mí me aborrece «, por^
que yo doy testimonio de él, que sus
obras son malas/.
8 Vosotros subid á esta fiesta : yo no
aabo aun á esta fiesta ; porque mi tiempo
aon no es cumnlido.
9 Y habiéndoles dicho eato, quedóse en
Ctaliléa.
10 Maa oomo ans hermanea hubieron
subido, entónoes él también subió á la
fiesta, no manifiestamente, sino oomo
en secreto.
11 5 Y busc&banle los Judíos en la
fiesta', y dedan: ¿ Dónde aatá aquel ?
IS Y habla grande murmullo de él cn-
tie la gente; poique uaoa decían : Bueno
ea. Y otros dedan: No, antes engaña
laa gentasA.
13 Mas ningano hablaba abiertamente
de élMNV miedo de los Judíos.
14 Yal medio de la fiesta subió Jesús
al templo, y enseñaba.
15 Y maravillábanse los Judíos', di-
ciendo : i Cómo sabe este letras, no
habiendo aprendido ?
10 Beapondióles Jesús, y dijo : Mi doo-
tiina no es mia, sino de aquel que me
envió*.
17 El Que quisiere hacer su voluntad',
oonoeera de la doctrina si viene de Dios,
ó ai yo liablo de mi mismo.
18 Ei que habla de si mismo, propia
gloria busca : mas el que busca la gloria
del que le envió, esto es verdadero, y no
hay en «1 lajustioia.
1» ¿ No es dio Motsaa la ley», y nin-
guno de veaotroa haoe la tey» ? ¿ Por
qué me pteonraia matar • ?
90 Respondió la gento, y dijo : Demo-
nioi* tianes t i qnién to proouia matar ?
91 Jesús respondió y d(joIes : Una obra
hioe, y todos os maravilláis.
98 Cierto Moiaéa ea díó la eireonol-
sion9, (no porque sea de Moisés, mas
de los padrear,) y en Sábado oirounei-
dais al nombre.
Sd Si recibe el hombre la circuncisión
en Sábado, para que la ky de Moisés no
sea quebrantada, ¿oa enqtais oonmlgo
porque en Sábado hice sano todo un
nombre* f
94 No Joz^ela según lo que parece,
mas iusgad justo jukdo'.
95 Dedan entonces unos de loa de Je-
rusalem : j Ño aa este al que busoan
para matarle ?
98 Y hé aquí, habla publicamente, y
no le dicen nada : ¿ Si habrán entendido
verdaderamente loa principas, que esto
es el Cristo ?
97 Mas aate, sabemos de donde ese:
y cuando viniere el Cristo, nadie sabrá
de donde sea.
98 Entonces elamaba Jesua en al tem-
plo enwfiando, y diciendo : Y á mí me
conocéis, y sabds de donde soy : y no
he venido de mi mismo*; mas el que
me envió es rerdadero'»» al cual vos-
otros no conocéis'.
99 Empero yo.le oonoaoos: porque de
él *oy, y éi me envió.
30 Entonces pnoiraban prenderle «:
mas ningano mietió en él mano, porque
aun no habla venido su horak.
81 Y machos de) pueblo ereyeron en
él, y dedan: ¿El Cristo, enando vini-
ere, hará mas señales que las que este
hace?
88 5 Los Fariseos oyeron la ganto que
Hurmi^eaba de él estas cosas ¡ y los
príndpes de los Sacerdotes y los Fari-
seos enviaron servidorea que le prendi-
esen.
88 Y Jesús les d^os Aun an poco de
tiempo estaré con vosotros e, é iré al que
me envió.
34 Me buscaréis, y no km hallaréis <<;
y donde yo cataré, vosotros no podréis
venir.
85 Entonces los Judíos dUeron entre
sí : i Adonde se ha de ir esto que no le
hallemos ? ¿Sehadeirálos espard-
dos* entre los Griegos, y á entonar á loa
Griegos?
36 i Qué dicho es este que dijo : Me
bttscaxtts, y no m« hallaréis : y donde yo
estaré, vototros no podréis veiür ?
37 Mas en el postrer dia grande de la
fiesta/, Jesús se ponia en pié, y clamaba
didendo : Si alguno tiene sed, venga á
mí, y beba'.
88 El que cree en mí, como dice la Es-
critura *, rica de agua viva correrán de
su vientre.
8» (Y esto dijo del Espíritu que habian
de recibir los que creyesen en él ' ; pues
aun no habla venido el Espíritu Bsüto,
porque Jesús no estaba aun glorificado.)
40 Entonces muchos de la multitud,
oyendo este dicho, dedan: Verdadera-
mente este es d profeta ft.
41 Otros decían : Este es el Cristo. Al-
Snos empero dedan : <■ De Galilea lia
venir el Cristo'?
49 (! No dioe la Escritura, Que de la
simiente de David*, y de la aldea de
Betlehem», de donde* era David, ven-
drá el Cristo ?
4S Así que habla disensión entre la
gento acerca de éli>.
"Cap. 1. 17.
Ga. 8. 19.
"Bo.a.18.
78. 10.19.
• Op. 5. 18,
18.
llat.U.14,
r Gap. 8. 48,
58.
y 10.90.
<Le.ia.8.
'000.17.10.
'Cap. 6. 8, 9.
(Qa.l.U^
17.
Pr. 34.88.
* Cap. 5. 48.
78.4a.
■ Cap. 5. 81
7 8. 26.
' Cap. 1. 18.
78.55.
•Cap. 10.15.
KailLaz.
• Cap. 8. 87.
Msr.11.18.
La. 90.19.
i Cap. 8. 90.
«Gap. 18. as.
7lfel8.
é Cap. 8. 2L
Os. 5. 5.
• Is. IL 11
8«k«>. L 1.
lPBd.1.1.
/La. 28. 98.
' Is. 55. 1.
Ap. 99. 17.
Ais. 44. 8.
768.11.
i Cap. 18. 7.
Joel 2. 28.
Beek.S.17,
83.
h Gap. «L 14.
De. 18.15,
18.
I ver. 63.
Cap. 1. 46.
•SaLUS.
11.
Jar. as. 8b
«ML5. 2.
L11.8.4.
• 1 8a. 18.
1.4.
J> Cap. 9. 18.
71a 19.
A.D.92.
a JUAN, VIIL
Í.D.S.
fLn.4.a.
•■Cap.13.4Z
1 Go. 1. 36.
' C*p. 8. 3.
t D». 17. 8.
Vr. 18. la.
I EM* MTM
ylavMen
pÜuloyüL
1— U, «10
M haltan
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•Le. 30. 10.
» De. ir. 7.
Bo. 3.1,22.
« C«p. & 14.
40k|i.l.fi,9.
*CspLl3.S5.
4S.
/ Okp. & 81.
'C«B.S.17.
713.47.
44 Y alginiM de dio* querían prender-
te; mas ninguno echó lobre él manos.
45 ^ Y lo« ministriles vinieron k los
principales sacerdotes y á los Fariseos ;
T ellos les dijeron: ¿ Por qué no lo tra-
jlsteis?
48 Los ministriles respondieron : Nun>
ca ha hablado hombre así como este
hombre hablad.
47 Entonces los Fariseos les respondi-
eron : ¿ Estáis también vosotros enga-
fladoe?
48 ¿ Ha creído en él alguno de los
Principes, d de los Fariseos r ?
4d Mas estos comunales, que no saben
la Ley, malditos son.
fio Díceles Nicodemo, (el que vino á
él de noche*, el cual era uno de ellos,)
61 ¿JutgA nuestra ley á hombre, si
primero no oyere de él, y entendiere lo
que ha hecho ' ?
fiS Respondieron y dijéronle, ¿ No eres
tü también Galiléo? Escndriflia y vé
que de Galilea nunca se levantó pro-
A8 Y B ftiése cada vno á su casa.
CAPITULO VIH.
Libra Jemu d» la muerte á «na mmjer adél-
tera ton/uniUendo á $u* aetuadore». D*-
clora rf* varia» manera» ur H Hijo d$
IHo*t « el Meeiat prometMo; y re»p<mde
con oamirahU mamedumlbre A la» lia»-
ftmia» d» loe JudUa».
YJE8US se fué al monte de las
Olivas.
8 Y por la mañana volvió al templo,
y todo el pueblo vino & él ; y sentado él,
los enseñaba.
8 Entonces los Escribas y los Fariseos
le traen una mi^er tomada en adulte-
rio ; y poniéndola en medio,
4 Dicenle : Maestro, esta rat^er ha si-
do tomada en el mismo hecho, adulte-
rando;
6 Y en la ley Moisés nos mandó ape-
drear á las talesa: ¿Tif, pues, qué
dices?
6 Mas esto decían tentándole, para po-
derle acusar. Empero Jesús, inclinado
hacia alM^o, escribía en tierra con el
dedo.
7 Y como perseverasen preguntándole,
enderezóse, y d^oles: £1 que de vos-
otros esté sin pecado, arroje oontia ella
la piedra el primero b.
8 Y volvimdose á inclinar hicia ab^o,
escribía en tierra.
9 Oyendo pues ellos etbt, redargüidos
de la conciencia, salíanse uno & uno,
comenzando desdíe los mas vicios hasta
los postreros; y quedó solo Jesús, y la
mujer que estaba en medio.
10 Y enderezándose Jesús, y no vien-
do á nadie mas que á la mujer, dijole :
¿ Mujer, dónde están los que te acusa-
ban ? i ninguno te ha condenado ?
11 Y ella dito: Señor, ninguno. En-
tonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno:
vete, y no peques mas «.
18 ^ Y hablóles Jesús otra vez, dici-
endo : Yo soy la luz del mundo d : el que
me sigue, no andará en tinieblas, mas
tendrá la lumbre de la vida*.
18 Entonces los Fariseos le dijeron:
Tü de tí mismo das testimonio ; tu tes-
timonio no es verdadero/.
14 Respondió Jesús, y d^oles: Aunque
yo doy testimonio de nu mismo, mi
testimonio es verdadero; porque sé de
donde he venido, y adonae voy: mas
vosotros no sabéis de donde vengo, y
adonde voy.
15 Vosotros s^un la carne juzgáis:
mas yo no Juzgo a nadie y.
16 Y si yo juzgo, mi Juido es vods-
dero : porque no soy solo ; sino yo, y «I
que me envió, el Padre*.
17 Y en vueaítim Ley está escrito que el
testimonio de dos hombres es veada-
deroi.
18 Yo soy el que doy testimonio de mí
mismo; y da testimonio de mí el qae
me envió, el Padre*.
19 Y decíanle : i Dónde está tu Padre ?
Responáiló Jesús: Ni á mí «w conócela,
ni á mi Padrea. Si á mí me canodeads,
á mi Padre también conocierais".
80 Estas palabras habló Jesús en el
lugar de las limosnas n, ensdlando en el
templo ; y nadie le prendió, porque aun
no haUa venido su ñora o.
81 ^ Y d^oles otra vez Jesús : Yo me
voy, y me buscaréis^, mas en vuestro
pecado moriréis f: adonde yo voy, vos-
otros no podéis venir.
88 Declan entonces los Judíos: ¿ Ha»
de matar á si mismo, que flice : Adonde
yo voy, vosotros no podéis venir ?
83 Y decíales : Vosotros sois de alM)o,
yo soy de arriba; vosotros sois de este
mundo, yo no soy de este mundo.
84 Por eso os dije que moriréis en
vuestros pecados ; porque si no creyereis
que yo soy, en vuestros pecados mori-
réis r.
85 Y decíante: ¿Tn, quién eres? En-
tonces Jesús les d\}o: El que al pilnciirio
también os he dicho.
86 Muchas cosas tengo que decir, y
juzgar de vosotros : mas el que me en-
vió, es verdadero*; y yo lo que be oido
de él, esto hablo en el mundo.
87 Mas no entendieron que él les ha-
blaba del Padn!.
88 ^ Díjoles, pues, .Tesus : Guando te-
vantálreis al Hijo del hombre*, entonces
entenderéis que yo soy, y que nada hago
de mí mismo m ; mas como el Padte me
enseñó, esto hablo.
89 Porque el que me envió, conmigo
está: no me ha dejado solo el Padre';
porque yo, lo que á él agrada, hago
siempre.
80 Hablando él estas cosas, muchos
creyeron en él'.
81 Y decía Jesús á los Judíos que le
hablan creido: 81 vosotros permaneci-
ereis en mi palabra, aeréis verdadera-
mente mis discípulos* ;
82 Y conoceréis la verdad, y la verdad
os libertará*.
33 ^ Y respondiéronle: Simiente de
Abraham somos, y jamás servimos á
nadie*; ¿cómo dices td: tserds li-
bres?
34 Jesús les respondió : De cierto, de
cierto os digo que todo aquel que hace
pecado, es siervo de peoado«.
85 Y el siervo no queda en casa para
siempre)': moa d H^o queda para si-
empre.
86 Así que, si el Hijo os libertare, se-
réis verdaderamente libres*.
87 Fo sé que sois simiente de Abta-
ham; mas procuráis matarme, porque
mi palabra no cabe en vosotros.
88 Yo, hablo lo que he visto cerca de
mi Padre/; y vosotros hacéis lo que
habéis visto cerca de vuestro padre.
89 Respondieron, y dUéronle: Nuestro
padre es Abraham 9. Díceles Jesús : Si
tuerais hijos de Abraham, las obras de
Abraham harids*.
40 Empero ahora procurds matarme;
hombre que os he hablado la verdad, lí
cual he ddo de Dios : no hizo esto A-
bnham •'.
41 Vosotros hacéis las obras de vuestro
padre. DUéronle entonces i Nosotros no
Cm.K.1
yfi.S.
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a JUAN, IX.
A.D.82.
UiLLS.
HalULSa.
J1MB8.8.
4.8.
tcUo.
Ieh.4.1£.
JaaB4.6w
:iia 7. 20.
10.2a
'*p. &. 41.
ift.ll.S6L
kpLll.96.
ip. 5. 81.
tp. 17. 1.
ih. ILIO.
IU23.1S.
p.1.1,2.
S. 14.
. 1. 17.
.21. A.
Í.11. 4.
I. 11. 9.
sonuM nacidos defomioacion: un padre
teneoM», et A tobtr, Dlot ft.
^ JesiM entikices les dfjo: Si vuestro
podre fuera Dios, ciertamente me ama-
ríais á mi ; porque yo de Dios he salido,
j he venido t que no he venido de mi
nüsmo, mas él me envió i.
45 ¿ Porqué no reconocéis mi len-
gui\}e? et porque no podéis oir mi pa-
labra.
44 Voeotroa de vvtttTro padre el diablo
sois», y los deseos de vuestro padre
Suereis cumplir. Él homicida ha sido
esde ei principio ••; y no permaneció
en la verdad «, porque no hay verdad en
él. Guando habla mentira, de suyo
habla ; porque es mentiroso, y podre de
mentira f.
46 Y porque yo digo verdad» no me
creéis.
46 ¿ Quién de vosotros me redarguye
de pecado j> P Pues si digo verdad, ¿ por
qué vosotros no me creéis ?
47 £1 que os de Dios, las palabras de
Dio* oye: por esto no tes oís vosotros,
porque no sois de Diosf.
48 Respondieron entonces loa Jndios,
y düt^'ronle : ¿ No decimos bien nosotros,
Sue td eres Samaritano, y jm tienes
emonio r.
49 Respondió Jesús: Yo no tengo de-
monio ¡ antes honro á mi Padre, y Vos-
otros me habéis deshonrado.
fiO Y no busco mi gloria*: hay quien
la busque, y juwue.
51 De cierto, de cierto os digo, que el
que guardare mi palabra, no verá muer-
te para siempre (.
62 Entonces los Judies le dijeron : A-
hora conocemos que tienes demonio.
Abraham murió, y los Profetas { y tü
dices : El que guardare mi palabra, no
gustarü muerte paca siempre «.
58 ¿ Eres tü mayor que nuestro padre
Abraham. el cual murió ? Y los Pro-
fetas muñeron : ¿ quién te hace* & ti
mismo ?
64 Respondió Jesús : Si yo me glorifico
á mi mismo, mi gloria es nacu': mi
Padre es el que me glorifica jr; el que
Tosotros decis que es vuestro Dios,
65 Y no le conocéis : mas yo le conoz-
co ; y si dijere que no le conozco, seré
conao vosotros, mentiroso: mas conóz-
cole, y guardo su iMúabra.
66 Abraham vuestro padre se gozó por
ver mi dia : y te vio «, y se gozó.
67 Dijéronle entóiices los Judíos : Aun
no tienes cincuenta aflos, ¿ y has visto á
Abraham ?
68 D^oles Jesús ; Dé cierto, de cierto
os digo, ¿ntes que Abraham fuese, >o
soy».
69 Tomaron entonces piedras para ti-
rarle: mas Jesús se encubrió, y salió
del templo, atravesando por m«lio de
ellos, y así se fué.
CAPITULO IX.
Va viita Jmob d «n ciego de nacimiento.
Murmuran lo* Fariiiot de ette milagro, y
excomulgan al eieoo, que intlruido por
Je$u*, cree en íl,y le aaora.
Y PASANDO Jeiut, vio un hombre
ciego desde tu nacimiento.
S Y prntuntáronle sus discípulos, di-
ciendo : Rabí, ¿ quien pecó, este o sus
padres, para que naciese ciego ?
8 Respondió Jesús: Ni este pecó, ni
sus padres : mas para que las obras de
Dios se manifiesten en él «.
4 Conviéneme obrar las obras del que
me envió, entretanto que el dia dura b •.
la noche viene, cuando nadie puede
obrar.
5 Entretanto que estuviere en el mundo,
luz soy del mundo e.
O Esto dicho, escupió en tierra, é hizo
¡ lodo con la saliva, y untó con el lodo
' sobre los q}os del ciego d ;
I 7 Y díjole : Vé, lava lot ofot en el estan-
¡ que de 8iloé«, que significa, si lo inter-
f «retares. Enviado : y ftié entonces, y Un
avó, y volvió viendo/,
8 Entonces los vecinos, y los que intes
le hablan visto que era ciego, decían:
¿ No es este el que se sentaba, y men-
digaba?
O Unos decían : Este es ; y otros : A él
se parece. Y él decia : Yo soy.
10 Y dijéronle : ¿ Cómo te fueron abi-
ertos los ojos ?
11 Respondió él, y dijo : ÁQíttl hombre
que se llama Jesús, hizo lodo, y me
untó los qjos, y me diio : Vé al estanque
de Siloé, y lavaje.- y fui, y lavé loa (Qoe,
y recibí la vista.
12 Entonces le dieron : ¿ Dónde está
aquel ? Él dijo : No lé.
13 ^ Llevaron á los Fariseos al que
ánies habla sido ciego.
14 Y era Sábado cuando Jesús habla
hecho el iodo, y le haliia abierto los
o^os.
15 Y volviéronle á preguntar también
los Fariseos de qué manera habia reci-
bido la vista. T él les dijo: Púsome
lodo sobre los ojos, y loe lave, y veo.
16 Entonces unos de los Fariseos de-
cían: Este hombre no es de Dios, que
no guarda el Sábado. Otros decían:
c Gúmo puede un hombre pecador hacer
estas sefialesf ? Y habia disensión entre
ellos A.
17 Vuelven á decir al ciego : ¿ Td, qué
dices de él, que te abrió los ojos ? Y él
dijo: Que es profeta'.
18 Mas los Judíos no creían de él, que
habia sido ciego, y hubiese recibido la
vista, hasta que llamaron á los padres
del que habia recibido la vista,
19 Y preguntáronles, diciendo : ¿ Es
este vuestro hijo, el que vosotros decís
que nació ciego ? ¿ Cómo, pues, ve a-
hora?
SO Respondiéronles sus padres, y die-
ron : Sabemos que este es nuestro h\)o,
y que nació ciego :
81 Mas cómo vea ahora, no sabemos ;
ó quién le haya abierto los ojos, nos-
otros no lo sabemos : él tiene edad; pre-
guntadle á él : él hablará de sí.
83 Esto dijeron sus padres, porque te-
nían miedo de los Judíos A: porque ya
los Judíos habían resuelto que si alguno
confesase ser él el Mesías, fuese niera
de la sinagoga ^
23 Por eso dijeron sus padres: Edad
tiene ; preguntadle á él.
84 Asi que, volvieron á llamar al hom-
bre que habla sido ciego, y dijéronle:
Da gloria á Díosm; nosotros sabemos
que este hombre es pecador.
85 Entonces él respondió, y dijo : Si es
pecador, no lo sé : una cosa sé, que ha-
biendo yo sido cí^o, ahora veo.
86 Y volviéronle á decir; ¿Qué te
hizo ? ¿ Cómo te abrió los ojos ?
87 Respondióles : Ya os lo he dicho, y
no habéis atendido : ¿ |)or qué lo queréis
otra vez oir ? ¿ Queréis tambieu vos-
otros haceros sus uLicípulos?
28 Y le ultttOaron, y dieron : Tü seas
sn discípulo : que nosotros discípulos de
Moisés somos.
29 Nosotros sabemos que á Moisés ha-
bló Dlosn; mas este no sabemos de
donde es*.
30 Respondió aquel hombre, y dyoles :
Por cierto, maravillosa cosa es esta, que
'Otp. 1.0,9.
y 8. 12.
yU.SS.M.
dU»r.7.S&.
y 8. 28.
* K*. 3. 15.
/2 Bey. 5.14.
' ver. n.
Cap. 3. S.
* Cap. 7. 12.
48.
y 10. 19.
i ver. 81.
Cap. 3. 2.
k Cap. 7. 18.
y li. 42.
yl9. S6.
Fr. 29. 25.
i ver. 34.
Cap. 16. 8.
" Jos. 7. 19.
■Sal. 108.7.
• cap. 8. 14.
J
)
A.D,tL
7». 5.
« Job 37. 9.
SftLlS. 4L
Pro. 28. 9.
Jer. IL U.
JIi. 8. 18.
MI. 8. 4.
Zm.7. IB.
*'8aL84.15.
Pro. U. 39.
*i«r.X
tlB.Mw&
«C•^«.a6.
*1PML&9.
* Can. 8. 19.
MftU8.U.
VB0bX19.
Ap. 8. 17.
'0*p.U.22,
Si.
« U. 8. 31.
Lu. 18. 14.
Unan 1.8.
10.
& JITAK, X
<•Bs.S4.ll.
b. 40. U.
» 3 TI. 8. S.
Ap.3.S.
•Xr.2.18.
c(Zm.11.S,
8.
«Hab. 18.30.
IPetL2.Sfi.
/Bi.84.2.«.
Sac. 11. 17.
«STI.X19.
k 1 Joan ü.
30.
< Hat. 11.07.
*Cap.Uwl8.
Ia.tt.4.«.
voMtroa no sabéis de donde sea, y á mí
me abrió los ojosj» .
81 Y sabemos que Dios no oje á loa
pecadores*: mas si alguno es temeroao
de Dios, y hace su voluntad, á eate ojer.
89 Desde el siglo no fué oído, que abri-
ese alguno loa ojos de uno que nació
eicfo.
88 Si este no íbera venido de Dios, no
pudiera hacer nada.
84 Respondieron, y dijéronle : En pe»
cadoB eres nacido todo*: ¿ y td nos
enseñas ? Y echáronle fliera '.
36 Oyó Jesús que le hablan echado
fuera : y hallándole, dejóle: ¿ Crees td
en el Hijo de Dios ?
86 Respondió él, y dijo: ¿ Quién et,
Sefkw, para que erea en él ?
87 Y d(Jole Jesús: Y le has visto, y
el que habla contigo, él es •.
88 Y él dice : Creo, Sefior. Y adoróle.
88 Y dijo Jesús : Yo, para juicio he
▼enido á este mundo, pan que los que
no Ten, vean*; y los que Ten, sean
cegados*.
40 Y ai|gvROf de loa Fariseos que es-
taban con él oyeron esto, y d^efvnle:
i Somos nosotros también ciegos y ?
41 D^oles Jesús : Si fuerais ciegos, no
tuvierais pecado*; mas ahora poi^e
decís : Vemos ; por tanto vuestro pecado
permanece*.
CAPITULO X.
Par<(bola M bvtn parior, y tu» proptedadu.
Va Jenu al i&mno «IdiatUta deaietuion,
y «bdora ler «I Me»Cat. Lot Judio» cogtn
pitdnu aara tírar»eku tana d U<w/mio,
y M fMdMi «m «Bw «m loa «mnim A mmi
raaonntju.
DE cierto, de cierto os digo, ^ut el
que no entra por la puerta en el
corral de las ovejas, mas sube por otra
parte, el tal ladrón es y robador.
8 Mas el que entra por la puerta, el
pastor de las ovejas es.
3 A este abre el portero, y las ovejas
oyen su voz ; y á sus ovqas llama por
nombre», y las saca.
4 Y como ha sacado fuera sus ov^as,
ra delante de ellas : y las ovejas le si-
guen, porque conocen su voz.
5 Mas al extrafio no seguirán, antes
huirán de élb; porque no conocen la
voz de los extrafios.
8 Esta parábola les diJo Jesús; mas
rilos no entendieron qué tra lo que les
decia.
7 Volvióles pues Jesús & decir: De
cierto, de cierto os digo, que yo soy
la puerta de las ovepas«.
8 Todos los que totes de mí vinieron,
ladrones son y robadores*'; mas no los
oyeron las ovejas.
9 Yo soy la puerta : el que por mi en-
trare, será salvo ; y entrará, y saldrá, y
hallará pastos.
10 El ladrón no viene sino para hurtar,
y matar, y destruir hu ovríoM: yo be
venido para que tengan vida, y pora
que la tengan en abundancia.
11 Yo soy el buen pastor*: el buen
pastor su vida da por nw ov^as.
IS Mas el asalariado, y que no es el
Sastor, de quien no son propias las ové-
is, ve al iobo que viene, y dc;ja las
oTi^s/, y huye : y el lobo las arrebaU,
y esparce las ovejas.
18 Asi que el asalariado huye, porque
es asalariado, y no tiene cuidado de las
ovf>)as.
14 Te soy el buen pastor; y conozco
mis ovfjatg, y las mias me conocen A,
15 Gomo el Padre me conoce á mi, y
yo eonoxoo al Padre': y pongo mi vida
porlasov^as*. '
18 También tengo otras ovc;|as que no
son de este redil <: aquellas tambu» me
conviene traer, y oirán mi voz ; y habiá
un solo leba&o, y un pastor».
17 Por eso me ama el Padre, pofqoc
yo pongo mi vida, para volverta á to-
mar».
18 Nadie me la quita, mas yo la poi^
de mí mismo*: porque tengo poder pars
ponerla, y tengo poder para volverla á
tornar^: Este mandamiento reoibí de
mi Padre f.
19 5 Y volvió á haber diaenahm entre
los Judíos por estas palabras •*.
9U Y muchos de ^los deeiaa: Denno-
nlo* tiene, y está fuera de sí : ¿ para qué
ieoís?
SI Decían otros : Estas palabras no son
de endemoniado: ¿ puede ei dononio
abrir los ojos de los ciegos' ?
38 T se hada la fleata de la Dedicaolen
en Jerusalem, y era invierno.
33 Y Jesús andaba en d templo por d
portal de Salomón*.
94 Y Y rodeáronle los Judíos» v dlJé-
ronle : ¿ Hasta cuándo f nos ha* de tur-
bar el alma ? Si td eres d Cristo, dínoeto
abiertamente-
96 Respondióles Jeans : Oa lo be diofao,
y no creéis : las obras que yo hago en
nombre de mi Padre, ellas dan testi-
monio de mí*.
96 Mas vosotros no creéis, ponnie no
sois de mis ovinas, como os he dicho*.
97 Mis ovejas oyen mi voz', y yo las
oonoaco, y me siguen ;
88 Y yo les doy vida eterna, y no pere-
cerán» para siempre; ni nadie las aire»
bataxá de mi mano.
98 MI Padre que me ice dió«, mayor
que todos es : y nadie loi pnede amba-
tar de la mano de mi Padre.
30 Yo y el Padre una cosa somosb.
81 Entonces volvieran á tomar piedni
los Judíos para apedrearle o.
38 Respondióles Jesús: Muchas bne>
ñas obras os he mostrado de mi Pa-
dre, ¿por cuál obra de esas me ape-
dreáis!'
88 Respondiétonle los Judíos, diden-
do : Por buena obra no te apedreamos,
dno por la blasfemia ; y porque td, sien-
do hombre, te haces Dios'.
84 Respondióles Jesús : ¿ No está es-
crito en vuestra L^: Yo c^Jc: Diosas
sois*?
85 Si dUo dioses á aquellos, á los ea-
ales filé hecha palabra de Dios, y la
Escritura no puede ser quebrantada :
86 (I A mi d quien el Padre santiftcó/.
y envió al mundo, vosotros deefa; Tn
blasfemas; porque d|je: Hijo da Dios
soyf ?
87 81 no hago obns de mi Padre, no
me oreáis.
88 Mas si bu hago, aunque á mí ne
creáis, creed á las obras A, para qne co-
nozcáis y oreáis que el Padre está en
mí, y JO en él '.
80 ^ Y procuraban otra vez pecnderie;
mas él se salió de sus manos.
40 Y volvióse tras el Jordán, á aqnd
lugar donde primero habla estado baa-
tizando Juan*, y estdvooe allí.
41 Y muchos venían á él, y decían:
Joan á la verdad ninguna a^kal hiw;
mas todo lo que Juan dijo de este, en
verdad'.
48 Y muchos ereyenm allí en éL
CAPITULO XI.
BéHumeoio» i* Látaro. Ooiu^ de ie§ pm-
tifien y/ariUa», enqttem rentetM la mmer-
te de Jíuu»,f qm debe morir «• lumbre
por lodm. lUtí^aee Jee»-Orido 4 Kpkrem,
eiudaddeOaUléa.
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a JUAN, XI.
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9.
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Cr. 7. 22.
hi.il.
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Kp.S. 29.
tp,«.40,
•p.14.6.
nan 1.2.
>b 19. 28.
20.19.
.4. 17.
. 5.
1.11.
•fi. 8. 15.
ip. A. 89.
.p.18.18.
r. 19.
ESTABA oaMaoM etilmiio uno !(«•
m«do LAzaro, de Betania, la aldea
de María y de Marta ni bennana*.
2 (Y Múfa, cuyo henuaao Lásaro ea*
taba enfermo, era la que ungió ai SeBor
con ungüento, j limpió foi pies con ras
oabellae».)
a Enviaron pncs sus hermanaa á él,
diciendo: Sefior, hé aqni, el que amas
está enfermo *.
4 Y o^éndob Jesos, dijo : Esta enfer.
medad no es pera muerte, mas por elo.
Tia de Dios d, para Que el I^)o de Dios
sea jrlorifieado por eua.
5 Y amaba Jemí & Marta, y A sn her-
mana, y k Lázaro.
9 Mas cuando oyó que estaba enfer-
mo, quedóse, no oManfc. aun dos dias
en aquel lugar donde estaba.
7 lÁiego, después de esto, dQo á tut
discípulos : Vamos i Judda otra vet.
8 Dícenle los discítmlos: Rabí, ahora
procuraban los Judíos apedrearte*; ¿y
otra vez vas alIV ?
9 Respondió Jesús, ¿ No tiene el día
doee horas ? El que anduviere de dia,
no tropieza; poique ve la luz de este
orando^.
10 Mas el que anduviere de noche,
tropieza ; porque no hay luz en él.
11 IMcho esto, díceles después ; LAca-
TO nuestro amigo dnermeA ; mas voy A
despertarle del stieflo.
19 Dijeron entonces sus discípulos:
Sefior, si duerme, salvo estará.
18 Mas etto decía Jesús de la muerte
de él I y ellos pensaron que hablaba del
reposar del sunlo.
14 Entonces, pues, Jesús les d^e elara*
mente : LAzaro es muerto :
16 Y huéigome por vosotros, que yo
no haya estado allí, pan que ereals.
Mas vamos á él.
10 DUo entonces Tomás, el que se
dice el Dídimo, A sus condiscípulos :
Vamos también nosotros, para que mu-
íamos con él.
17 Vino pues Jesús, y halló que habla
ya cuatro dias jtie edaba en el sepulcro.
18 T Betania estaba cerca de Jerusa-
lem como quince estadios.
19 Y muchos de los Judíos hablan
venido A Marta y A María, A oonsolar-
la* de su hermano '.
90 Entonces Marta, como oyó que
Jesús venia, salió A encontrarle; mas
María se estuvo en casa.
91 Y Marta d^o á Jesús: Sefior, si
hubieses estado aquí, mi hermano no
fuera muerto.
82 Mas también sé ahora, que todo lo
que pidieres de Dios, te dará iMos.
28 Dícele Jesús : Resucitará tu her-
mano.
24 Marta le dice : To sé que resudtaiá
en la resurrección en el día postrero*.
26 Dicele Jesús : Yo soy la resurrec-
ción ' y la vida » : el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá ».
26 Y todo aquel que vive, y cree en mí,
no morirá eternamente*. ¿ Crees esto ?
27 Dícele : 81, Señar, yo he creído que
ttl eres el Cristo, el Hijo de Dios, que
has venido al mundoj».
98 Y esto dicho, fuese, y llamó en se-
creto á María su hermana, diciendo:
£1 Maestro está aquíf , y te llama.
29 Ella, como lo oyó, levántase pres-
tamente, y viene á él.
80 (Que aun no habla libado Jesús á
la aldea, mas estaba en aquel lugar don-
de Marta le habla encontrado.)
81 Entonces los Judíos que estaban en
casa con ella, y la consolaban c, como
vieron que María se habla levantado
uiMiainenie, y haUa mMo, sigoléMB*
k, diciendo : Va al sepulcro á llorar alU.
89 Mas Maria, como vino donde et«
taba Jeaus, viéndote, derribóse á sus
pies, dieiéndole: Sefior, si huMeras es-
tado aquí, no fken muerto mi herma*
no*.
88 Jesús entonces, como la vio lloran-
do, y á loa Judíos que hablan venido
juntamente oon ella llorando, se con-
movió en espíritu, y turbóse.
84 Y dOo : ¿ Dónde le pusisteis ? Dí-
oanlet Sefior, vén, y vafo.
86 FlkHÓ Jesús*.
88 Dijeran entonces los Judíos : Mirad
como le amaba.
87 T algunos de ellos dijeron : ¿ No
podía este, que abrió los ojos dd dcgo «,
nacer que este no muriera ?
88 Y Jesús, conraoviendoae otra vez
en sí mismo, vino al sepulcro : era
una cueva, la oual tenia una piedra
encima.
89 Dioe Jesús: Quitad la piedra*.
Marta, la hermana del que se habla
muerto, le dloe: Sefior, hiede ya; que
es de cuatro días.
40 Jesús le dice: ¿ No te he dicho que
si oreveres, verás la gloria de Dios* ?
41 Entonces quitaran la piedra de don-
de el muerto habla sido puesto : y Jesús»
alzando los Cf)os arriba, dijo: Padre,
gradas te doy que me has oido '.
48 Que yo sabia que siempre me oyes :
mas por causa de la compafiía que está
alrededor, lo dije, pan que crean que
td me has enviado.
48 Y habiendo dloho estas cosas, ola-
mó A gran voz : Lazara, vén fiíera.
44 Y el que habla estado muerto, sa-
nó', atadas las manos y los pies oon
vendas ; y su rostra estaba envuelto en
un sudarlo*. Bicales Jesús : Desatadle,
y d^adle ir.
45 Entonces muchos de los Judíos que
habim venido á María, y hablan vnto
lo que habla hecho Jesús, creyeron en
él».
46 Mas algunos de ellos ftaenm á loe
Fariseos, y aljéronles lo que Jesús habla
hecho.
47 ^ Entonces los Pontífices, y los
FUriseos juntaron concillo; y deeian:
¿ Qué hacemos? porque este hombra
hace muchas señales*.
48 Si le dejamos aaí, todos crecían en
él ; y vendrui los Romanos, y quitarán
nuestro lugar y la nación.
48 Y Oai&tf, uno de ellos. Sumo Pon-
tífice de aquel afio, les dijo: Vosotros
no sabdsnada;
50 Ni pensáis que nos conviene que
un hombra muera por el pueblo, y no
que toda la nación se pierda.
51 Mas esto no lo dijo de sí mismo ¡
sino que, como era ei Sumo Fontifioe
de aquel afio, profietizó que Jesús habla
de morir por la nación :
62 Y no solamente por aquella nación,
mas también para que Juntase en uno
los hijos de Dios que estaban derrama-
dos*.
68 Así que desde aquel dia consulta-
ban juntos de matarle.
64 Por tanto Jesús ya no andaba ma-
nifiestamente entre los Judíos/; mas
fuese de allí á la tierra que está junto
al desierto, á una ciudaa que se llama
EfeaimV: y estábase allí oon sus discí-
pulos.
56 ^ Y la Pascua de los Judíos estaba
cerca*: y muchos subieron de aquella
tierra á Jerusalem antes de la Pascua,
para purificarse '.
66 Y busoabui á Jesús, y hablaban los
'ver. 2L
Cap. 4. 49.
tls.88.9.
La. 19. 41.
Heb. 2. ir,
18.
y4.15,l&
• Cap. 9. &
•Kar.l&S.
'>«sr.4.S.
'Cap.ia.K,
80.
•IBey.lT.
22.
2Bsy.4.8i
86.
V1S.2L
La.7.1i.
U.
H«sk98.9.
12.
• Cap. 90. 7.
* Cap. 2. 28.
y 10.41.48.
ylXlL
>H«A.4.1&
i<Oap.l8.14.
LII.8.&
BMk4&
•Oap.10.16.
Be. 8. 29.
Bf . 8. 14.
17.
/Cap.7.L
«88a. 18. 28.
9Cr. 18.19.
* Cap. 2. 18.
yo. 4.
'2Cr.aO.15.
17.
\
A.D.8S.
a JUAN, XIL
A.D.a.
• Ofcp. U. 1,
48.
» Ln. 10. S8.
4S.
«Capbll.3.
éMMLM.7,
e«&
Mar. 14. 8,
eto.
Ln. 7. 87,
•SEn.8.
M.'jf.
/Cap. 18. SO.
4
f Be. 15. 11.
AOq^iebS.7.
»'L«.1«.IL
tGftp.U.4S.
f Hát. SL 8.
eto.
Mar. 11. 8.
Ln. 19. 88.
••Sal.118.2S,
26.'
"Zae.9.9.
• Ln. 18. 84.
r Cap. 7. 88.
ffCap.14.a0.
•"wr.ll.
*Cap.ll.«,
46.
tlBev.8.41.
Bech.8.27.
717.4.
e:
nnoa oon loa otros estando en el Tem-
o : ¿ Qué oa parece, qae no vendrá á
ñeata?
87 Y los Pontífices j los Fariseos ha-
blan dado mandamiento, que, si alguno
supiese donde estuviera» lo manifestase,
para que le prendiesen.
CAPITULO XII.
Dan 4 JtMu «n Be&ania «mi eeiia, en medio
da la eval María, hermana de Látaro, der-
rama icbre (o* piU del BeHor «n bátuamó
frtttíto. Maquinan lo» Judío* matar d
Látaro, Entrada triun/anta dé Jenu •*
JeriuaUm. Aigano» Ointü» a«i«r«N ha-
hiar con Ut y oon etta oeaeioH dtdara
Jenu qtt* katta detpues d* muerto «o hará
fmto entre eUo$, Oreen muckoe de lo* frin-
eipale» Jndfot, pero no m a&even á moni-
fettarlo por mt'Mo de la iinagoga.
Y JESÚS, seis dias antes de la Pas-
cua, Tino á Betania, donde estaba
LAzaro que habla estado muerto, aJ cual
Jenu habla resucitado de los muertos*.
8 E hiciúronJe allí una oena ; j Marta
servia i, y L&zaro era uno düe los que
estaban sentados á la mesa jtmtamente
con ^1.
3 Entdnoea María « tomo una libra de
ungttento de nardo liquido ^ de mucho
prndo, y ungió los pies de Jesús, y lim-
pió BUS ui¿s con sus cabellos : y la casa
se llenó del olor del ungüento.
4 Y dUo uno de sus discípulos. Judas
Iscariote, k\fo de Simón, el que le habia
de entre^ur:
6 i Por qué no se ha vendido este un-
ÍUento por trescientos dineros, y se dio
los pobres ?
6 Mm dijo esto, no por el cuidado que
él tenia de los pobres, sino porque era
ladran*, y tenia la bolsa/, y traía || lo
que se echaba m ella,
7 Entonces Jesús di)o: D^ala: para
el dia de mi sepultura na guardado esto.
8 Porque á los pobres siempre los te-
neb con vosotros f, mas á mi no siempre
me tenéis A.
9 Entonces mucha gente de los Judíos
entendió que él estaba allí : y vinieron
no solamente por causa de Jesús, mas
también por ver á LáLzaro, al cual habla
resucitado de los muertos.
10 Consultaron asimismo los principes
de los Sacerdotes, de matar también á
Lázaro ' :
11 Porque muchos de los Judíos iban
y creían ep Jesús por causa de él *.
18 ^ El siguiente dia mucha gente que
habia venido al dia de la fiesta, como
o>aron que Jesús venia á Jerusaiem,
18 Tomaron ramos de palmas', y sa-
lieron á recibirle, y clamaban : Hosanna,
Bendito el que viene en el nombre del
Señor ">, el Rey de Israel.
14 Y halló Jesús un asnillo, y se sentó
sobre él, como está escrito * :
15 No temas, Hija de Sion ; hé aquí
tu rey viene sentado sobre un pollino
de asna.
16 Y no entendieron esto sus discípulos
de primero • : empero cuando Jesús fué
gloñficadoi», entonces se acordaron que
estas cosas estaban escritas de él, y que
le hicieron estas cosas f.
17 Y la gente que estaba con él, daba '
testimonio de cuando llamó á Lauro '
del sepulcro, y le resucitó de los mu»
ertos.
18 Por lo cual también habia venido la
gente á recibirle ; porque habia oído que
el habia hecho esta señal •*.
19 Mas los Fariseos dieron entre si:
¿ Veis que nada aprovecháis* ? hé aquí
que el mundo se va tras de él.
80 5 Y habia ciertos Griegos' de los
3ue hablan subido 4 adorar en el dia
e la fiesta.
21 Estos, pues, se ilwaron á Felipe ■,
que era de Betaaida de Galilái, y ro-
gáronle, diciendo : Se&or, queríamos ver
á Jesús.
82 Vino Felipe, y díjolo á Andzes:
Andrés entonces, y Felipe, lo dicen á
Jesús.
83 Ent4hices Jesús les respondió, diei
endo : La hora viene en que el Hijo del
hombre ha de ser glorificado *.
24 De cierto, de cierto os digo que si
el grano de trigo no cae en la tíerra, y
muere, él solo queda; mas si muriere,
mucho fruto lleva'.
85 £1 que ama su vida, la perderá; y
el que aborrece su vida en este mundo,
para vida eterna la guardará jr.
S6 Si alguno me sirve, slgune ; y don-
de yo estuviere, alU también estará mi
servidor*. Si alguno me sirviere, mi
Padre le honrará.
ir7 Ahora está turbada mi alma : ¿ y
qué diré ? Padre, sálvame de esta ho-
ra* : mas por esto he venido en esta
hora.
28 Padre, glorifica tu nombre. Kntón-
ces vino una vos del cielo b : Y fe he
glorificado, y le glorificaré otra vez.
S8 Y la gente que estaba presente, y
la habia oido, decia que habia sido tru-
eno ; otros decian : Ángel le ha hablado.
30 Respondió Jesús, y dyo: No ha
venido esta voz por mi causa, mas por
causa de vosotros *.
81 Ahora es el juicio de este mundo :
ahora el príncipe de este mundo seca
echado fuera'.
38 Y yo, si fuere levantado de la ti-
erra *, á todos traeré á mi mismo/.
83 Y esto decia dando á entender de
que muerte habia de morir '.
34 Respondióle la gente : Nototros he-
mos oído de la Ley : Que el Cristo per-
manece para siempre * : ¿ cómo pues
dices td. Conviene que el Hyo del hom-
bre sea levantado ? ¿ Quién es este H^o
del hombre ?
85 Entonces Jesús les dice : Aun por
un poco estará la luz entre vosotros*:
andad entre tanto que tenéis luz, porque
no oi sorprendan las tinieblas & ; porque
el que anda en tinieblas, no sabie donde
va/.
36 Entre tanto que tenéis la luz, creed
en la luz, para que seáis hijos de luz «.
Estas cosas habló Jesús, y fuiíse, y ei-
condióse de ellos.
87 5 Empero habiendo hecho delante
de ellos Untas sedales, no creían en él :
88 Para que se cumpliese el dicho que
dfjo el profeta Isaías : ¿ Señor, quién ha
creído a nuestro dicho ? c y ei brazo del
Señor á quién es revelado > ?
38 Por esto no podían creer, porque
otra vez dijo Isaías :
40 Cegó los ojos de ellos, y endureció
su corazón: porque no vean con ios
ojos, y entiendan de corazón, y ae con-
viertan, y yo los sane •.
41 Estas cosas dijo Isaías, cuando vid
su glorlaj», y habló de él.
42 Con todo eso aun de los príncipea
muchos creyeron en él ; mas por causa
de los Fariseos no lo confesabúi, por no
ser echados de la sinagoga f .
43 Porque amaban mas la gloria de los
hombres que la gloria de Dios r,
44 Mas Jesús clamó y dijo : El que
cree en mi, no cree en ral, sino en el
que me envió*.
45 Y el que me ve, ve al que me en-
vió*.
46 Yo id lux he venido al mundo*.
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ffOi^t.SL
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iP«4.La.
tCB^liJ■
"Cs»L¿
yiro.
LD.3S;
a JUAN, xiii, rtv.
A.D.3S.
pan qu« todo aquel que ene en mi, no
pemunexca en tinieblas.
47 Y el que oyere mis palabras, y no
creyere, yo no le Juzgo ; porque no he
venido á Juzgar ai mundo, sino á salvar
al mundo*.
48 Bt que me desecha, y no recibe mis
palabras, tiene quien le Juzgue'-, la pa-
labra que he hablado, ella le Juzgará en
á dia. postrero.
48 Porque yo no he hablado de mi
mismo : mas el Padre que me envió, él
me dio mandamiento ue lo que he de
decir, y de Jo que he de hablar'.
60 Y sé que su mandamiento es vida
eterna « : asá que lo que yo hablo, como
el Padre me lo ha dicho, así habló.
CAPITULO XIII.
Ultima eetia dtl Seilor. Lava io< pii$ á mi
<ii»e<pulo$. Veseubre al diteifuilo amado
qu¡«n «f al iraielor i y amputa la itUimft
pláliea que hiwo i lo* apóttoUi la notk» ¿«
m priMuP, retvmtudufuloU» partieuiarmetí'
te, M(r« otra* tota», la caridad, y pr«dici~
nulo la atgaeicM át Pairo.
ANTES de la ñesU de la Pascua*,
sabiendo Jesús que bu hora habla
venido para que pasase de este mundo
al Padre b, como haUa amado á los
suyos, que estaban en el mundo, amólos
hasta el fin «.
5 Y la cena acabada, como el diablo
ya habla metido en el corazón de Jddas,
hiju de Rimon Iscariote, que le entre-
gase'',
3 Sabiendo Jesús que el Padre le ha-
bía dado todas las cosas en las manos*,
y que habla salido de Dios, y á Dios
iba/,
4 Levántase de la cena, y quítase su
ropa, y tomando una toalla, clAóse.
6 Luego puso agua en un lebrillo, y
comenzó á lavar los plés de los discípu-
los, y á limpiarlo* con la toa.la con que
estaba ceiUdo.
6 Entonces vino á Simón Pedro; y
Pedro le dice : ¿ Beflor, tü me lavas los
piós»?
7 Respondió Jesús, y díjole: Lo que
yo hago, td no entiendes ahora ; mas lo
entende:ás después.
8 Dícele Pedro : No me lavarás los pies
Jamás. B«$pondióle Jesús : Si no te la-
vare, no tendrás parte conmigo^ .
9 Dícele Simón Pedro : Señor, no solo
mis pies, mas aun las manos, y la ca-
beza.
10 Dícele Jesús : El que está lavado A,
no necesita sino que Uve los piós, mas
está todo limpio. Y vosotros limpios es-
tais, aunque no todos.
11 Porque sabia quien le habla de en-
tregar ■' ; por eso d^o : No estáis limpios
todos.
18 Asi que, después que les hubo la-
vado los pies, y tomado su ropa, volvi-
éndose á sentar á la mesa, d^oles : i Sa-
béis lo que os he hecho ?
18 Vosotros me llamáis Maestro y Se<
ñor * : y decís bien, porque lo soy :
14 Pues si yo, el Seitor y el Maestro,
he lavado vuestro pies, vosotros también
debéis lavar los i>ies los unos á los otros i.
15 Porque «templo os he dado, para
que como yo os he hecho, vosotros tam-
bién hagáis ■•.
16 De cierto, de cierto os digo : El si-
ervo no es nuiyor que su Señor ; ni el
apóstol i es mayor que el que le envió ».
17 Si salwis estas coias, bienaventu-
rados seieis, si las hiciereis •.
18 ^ JSo hablo de todos vosotros ; yo
sé los que he elegido : mes para que se
cumpla la Escritora : SI que oome pan
conmigo, levantó oontra mi sn calea-
ÍMCp,
19 Desde ahora os lo digo antes que se
haga y, para que cuando se hiciere, cre-
áis que yo soy.
90 De cierto, de cierto os digo qmt el
que recibe al que yo enviare, á mi re-
cibe ; y el que á mí recibe, recibe al que
me envió'.
81 Como hubo dicho Jnus esto, fué
conmovido en el espíritu «, y protestó, y
dijo: De cierto, de cierto os digo que
uno de vosotros me ha de entregar (.
99 Entonces los discípulos mirábanse
los unos á los otros, dudando de quién
decía.
98 Y uno de sus discípulos, al cual
Jesús amaba», estaba recostado en el
seno de Jesús.
24 A este pues hizo señas Simón Pe-
dro, para que preguntase quién era aquel
de quien decía.
95 El entonces recostándose sobre el
peoho de Jesús, dicele : Seilor, ¿ qui-
én es?
96 Respondió Jesús : Aquel es, á qui-
en yo diere el pan mojado : y mojando
el pan, dióte á Jddas Iscariote, ktjo de
Simón.
97 Y tras el bocado Satanás entró en
él*. Entiteces Jesús le dice: Lo que
haces, haz/o mas presto.
98 Mas ninguno de los que estaban á
la mesa entendió á qué propósito le dijo
esto.
99 Porque los unos pensaban, porque
Judas tenia la bolsa «, que Jesús le oe-
cla : Compra lo que necesitamos para la
fiesta ; ó, que diese algo á los pobres.
80 Como él pues hubo tomado el bo-
cado, luego salió; y era ya noche.
81 ^ Kntúnces como él salió, dijo Je-
sús: Ahoia^es gloriflcado el Hilo del
hombre', yDios es glorifícado en el.
89 Si Dios es glorificado en él. Dios
también le glorificará en si mismo; y
luego le glorificará.
38 Hijitos, aun un poco estoy con vos-
otros. Me buscaréis ; mas, como d^e á
ios Judíos: Donde yo ve y, vosotros no
podéis venir ; así digo á vosotros ahora '.
84 Un mandamiento nueto os doy:
Que os améis unos á otros : como os be
amado, que también o» améis los unos á
los otros*.
35 En esto conocerán todos que sois
mis discípulos, si tuviereis amor ios
unos con los otros.
86 ^ Dícele Simón Pedro : Seilor, ¿ a-
dónde vas? Respondióle Jesús: Donde
yo voy, no me puedes ahora seguir ; mas
rae seguirás después b.
87 Dícele Pedro : Señor, ¿ por qué no
te puedo seguir ahora ? mi alma pondré
por tí«.
88 Respondióle Jesús : ¿ Tu alma pon-
drás por mi ? De cierto, de cierto te
digo, qve no cantará el gallo, sin que
me hayas n^ado tres veces.
CAPITULO XIV.
Froni^ae la plática <it Jttnt, i'nterrHmpida
puco ántet por la pregunta de Bimon Pedro.
Oonttula a tu» apótteUt ¡ dfeeU» qtte ü e$
ti eamino, la verdad, y la «May y que está
e» el Padre, y *l Padre M ti. Promete en-
viarle» el Efpíritu Santo, y darle» la paa¡ y
le» owywra m utilidad de «u partida.
NO se turbe vuestro corazón* t creéis
en Dios, creed también en mí.
9 En la casa de mi Padre muchas mo-
radas hay ; de otra manera, os lo hubiera
dicho : voy pues á preparar lugar para
vosotros.
8 Y si me fuere, y os aparejare lugar,
vendré otra vez, y os tomaré á mi mis-
r BaL 41. 9.
fCap.l4.S».
va
•■Mst. 10.40.
•Cap.19.S7.
(Mst.20.21.
Mar. 14. 18.
La. SX 2L
«Cap. 19. 96.
y 90. 9.
y 21. 7,90.
vlA.!
* Cap. 12. 6.
V Cap. 19.28.
y 17. 1, 6.
• Cap. 7. S4.
"Cap. 15. 19,
17.
Lev. 19. 18.
ni. 5. 3.
1 Tes. 4. 9.
Ssnt». 2. 8.
lPed.L23.
1 Joan 3.
7,8.
y 8. 11, 23.
i Cap. 21. 18.
2Ped.].14.
«Mst.26.38.
Msr.14.20.
Lu. 22.38.
I
A*I>.88ii
& JUAN, XV.
A.D.SS.
«OapiiaS.
Heb. 10.19.
9D.
' O^ 1. 17.
• Oftp. 1. 4.
H¿1.8.
Col. 1. 1&
A Gap. 10. S8.
<0Kp.«.19.
iSLSL
IOftp.l&38,
ai.
IJunUl.
•tw.Sl,S8.
Oftp. Uw 10,
14.
IJvaa&S.
7IS.7.
•lCo.S.14.
f Bo.8.tt.
lJiual.S7.
flvn.at.
«■ xf. a. 0, «.
CoL S. 1, 4.
'GNP.17.21.
tTar.U^a».
•LtL«.l&
•'Gftp.8.S8,
38.
■wt.lí.
'Om>.1«.1S.
1 JiuB 3.
30.27.
•n.4.7.
mo; pan qm donda jo ettojr, vowtros
tunUcD cstcisB.
4 Y nbeis adonde yo toj t 7 tabeb el
camino.
6 Dioele Tomás: SeBor, no tabemos
adonde ra» : ¿ c¿mo puM podemos «abor
el camino?
6 Jeiiu le dioei Yo soy el caminoc, y
la verdadi<, y la vida«: nadie viene ¿1
Padre, sino por mi/.
7 Si me oonocietcis, también 4 mi
Padre conocierais: y desde ahora le co-
nocéis, y le habéis visto.
8 Dicete Felipe : Sefior, mo^stranot el
Padre, y nca basta.
9 Jesús le dice : ¿ Tanto tiempo ha qu4
estoy con vosotros, y no me has cono-
cido, Felipe? El que me ha visto, ha
visto al Padrea. ¿ Cómo, pues, dices tü :
Muéstranos el Padre ?
10 ¿No erees que yo soy en el Padre,
y el Padre en mi * ? Las palabras que
yo os hablo, no lai hablo de mi mismo • :
mas el Padre que está en mí» él hace
las obns.
11 Oreedme que yo soy en ri Padre, y
el Padre en mi; de otra manera ere*
edme por las mismas obras.
18 I)e cierto, de cierto os digo que el
que en mi cree, las obras que yo hago
también él Uu bar&A, j mayores que es-
tas hari ; poique yo voy al Padre :
18 Y todo lo que pidiereis al Padre en
mi nombre, esto hñól; para que el Pa-
dre sea glorificado en el Hyo.
14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo
fcharé.
16 Si me amáis, guardad mis manda-
mientos"*:
16 Y yo rogaré al Padre, v os dar& otro
Consolador», para que esté con vosotros
para siempre;
17 Al Espíritu de Verda^ al cual el
mundo no puede recibir •, ^rque no le
ve, ni le conoce: mas vosotros le cono-
oeis, porque estfc con vosotros, y será en
vosotros j>.
18 No os diñaré huérfanos : vendrá á
vosotros f .
19 Aun un poquito, y el mundo no me
ver& mas ; empero vosotros me vexei» :
porque yo vivo, y vosotros también vi-
viréis r.
SO En aquel dia vosotros conoceréis
que yo utoy en mi Padre, y vosotros en
mi, y yo en vosotros*.
81 £1 que tiene mis mandamientos, y
los guarda, aquel es el que me ama < : y
el que me ama, será amado de mi Pa-
dre, y yo le amaré, y me manifestaré
4 él.
88 Dicele Judas», no el Iscariote:
Señor, ¿qué hay porque te hayas de
manifestar á nosotros, y no al mundo ?
88 Respondió Jesús, y dijole : El que
me ama, mi palabra guardará; y mi
Padre le amará, y vendremos á él, y
haremos con él morada.
94 £1 que no me ama, no guarda mis
palabras : y la palabra que habéis oído,
no es mía, sino del Padre que me en-
vió».
89 Estas cosas os he hablado estando
con vosotros.
96 Mas el Oonsolador', el Espíritu
Santo, al cnal «I Padre enviará en mi
nombre, él os ensebará todas las cosas ',
y os recordará todas las cosas que os he
dicho.
87 La paz os d^o, mi paz os doy > : no
como el mundo la da, yo os üa doy 1
no se turbe vuestro corazón, ni tenga
miedo.
88 Habéis oído oomo yo os he dicho :
Voy, y vengo á vosotros. 81 roe amaseis,
ciertamente os gozaríais porque he dicho
que voy al Padre*: porque d Padxe
mayor es que ya(.
89 Y ahora os <o he dicho antea que
se hag^ para que cuauodo se hiciere,
creáis <;
30 Ya no hablaré mucho con vosotras :
porque viene el príncipe de este mun-
00 ^ : mas no tiene nada en mí «.
31 Empero para que conozca el mundo
que amo al Padre, y que como d Padre
me dló el mandamiento, asi hago/. Le-
vantaos, ramos de aquí.
CAPITULO XV.
Pratigau la vUtiea é» Jmu. Din «m S ei
fai v<d/ y lMjUa$ lew «ir«H«ntM. Xtotmi
•nda ir rntanda o^a «« d «sor. Bétage d
SM di$eípuiot pata qm dtm fna»t p Um om-
/arta eontfa u» mrmttaeioaa di/ m«iMÍ0.
Uaet var qut lo» Judío» toa hmsciimMm á»
»u pecado.
YO soy la vid verdadera* ¡ y mi Pa-
dre es el labrador.
8 Todo pámpano que en mí no lleva
finito, lo quitará : y todo aquel que lleva
firuto, le limpiará, para que lleve mas
fruto.
8 Ya vosotros sois limpios^ por la pa-
labra que os he hablado «.
4 Estad en mi, y yo egtari en vosotros.
Oomo el pámpano no puede llevar fruto
de sí mismo, si no estuviere en la vid,
así ni vosotros, si no estuviereis en mi d.
6 Yo soy la vid, vosotros los pámpa-
nos : el que está en mí, y yo en él, este
lleva mucho fruto : (porque sin mi nada
podéis hacer.)
6 Elf que en mí no estuvieie, aecá
echado fuera como tmU pámpano, y se
secará*: y los cogen, y b» ecban en ti
taegot y ««den.
7 di estuviereis en mi, y mis palabras
estuvieren en vosotros, todo lo que qui-
siereis pediréis, y os saiá hecho/.
8 En esto es glorificado mi Padre, m
3ue llevéis mucho fruto, y seáis «mí mis
isoipulos.
9 1 Como el Padre me amó, también
yo os he amado : estad en mi amor.
10 Si guardareis mis mandamientos,
estará en mi amor'; oomo yo también
he guardado los mandamientos de mi
Padre, y estoy en su amor.
11 Estas ooaas os he hablado, para que
mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo
sea cumplido K
18 Este es mi mandamiento; Que oa
améis los unos á los otros, como ¡/o os
he amado '.
13 Nadie tiene mayor amor que este,
que ponga alguno su vida por sus ami*
gos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hici-
ereis las oosas que yo os mando.
15 Ya no os diré siervos, porque el si-
ervo no sabe lo que hace su Señor : mas
os he dicho amigos*, porque todas las
cosas que oí de mi Padre, os he hedm
notorias.
16 No me Registeis vosotros á mí, mas
yo os elegí á vosotros ' ; v os he puesto
uara que vayáis y llevéis nrvto, y vuestro
mito permanezca : para que todo lo que
Eidiereis del Padre en mi nombre, él os
> dé<n.
17 Esto os mando : Que os améis los
unos á los otros.
18 ^ Si el mundo os áboncce, aabed
que á mí me abwxcció antes que á voa-
otros».
19 Si fuerais del mundo, al mondo
amaria lo suyo: mas porque no sois del
mundo, antes yo os elegí del mundo,
por eso os aborrece el mundo*.
80 Acordaos de la palabra que yo os
•w.a
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J.U.
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9m 8B.
& JUAN, XVI, XVIL
A.P.»
he dÜobo : No e« el rierro mayor q^e m
•eftot. Si á mi me han pcneguido, tam-
bién 4 Tototns peneguiíin ; >1 han gu»
ardado mi palabra, también guardarán
la Tiiettm «.
SI Mas todo esto os harán por causa
de mi nombre*-; porque no oonocen al
que me ha enviado*.
Sa Si no hubiera venido, ni les hubiera
hablado, no tendrían pecado ' ; mas aho*
ra no tienen escusa de su pecado*.
88 El que me aborrece, también á mi
Padre aborrece.
84 Si no hubiese hecho entie ellos
obras cuales ningún otro ha hecho, no
tendrían pecado : mas ahora, y leu han
▼lato, y me abcireeen á tai, y á mi
Padre.
95 Mas para que se cumpla la palabra
que está escrita en su Ley : Que sin can-
sa me aborrecieron '.
98 Empero cuando viniere el Oonso-
lador', el cual jo os enviaré del Padre,
el Espíritu de Verdad, el cual procade
del Padre, él dará testimonio de mlr.
97 T vosotros daréis testimonio *, por-
que estáis conmigo desde el principio •.
CAPITULO XVI.
Coadtws Je$ws la futirá á mu ap6»teie$, pn^
inmiíndolo» contra Uu perteeveionu qtu
luMan de paduer: te» promete enviar al
BnñrUu Santo, que eonveneerá al mundo,
ir te» eñHñará á ello» toda» la» terdade»/
y que el Paáre U» eoneederA cuanto le piáan
«n nt «omlm. Fredie» finaitnemte que to-
do» cBof hturte, y le abandonará» aqudla
«oche
ESTAS cosas os he hablado, para que
no os escandalicéis.
9 Os echarán de las sinagogas : y aun
viene la hora, cuando cualquiera que
os matare, pensaxá que haee servicio á
Diosa.
5 T estas cosas a« harán, porque no
conocen al Padre ni á mí b.
4 Mas os he dicho esto, para que cu-
ando aquella hora viniere, os acordéis
que yo os lo haUa dicho: esto empero
no os lo dije al principio, porque yo es-
taba con vosotros.
6 Mas ahora voy al que me envió; y
ninguno de vosotros me pregunta : ¿ A-
dónde vas?
6 Antes poraue os he hablado estas
cosas, tristeza na henchido vuestro co-
razón«.
7 ^ Empero yo os digo la verdad : Os
es necesario que yo vaya t porque si yo
no fuese, el Consoladora no vendría á
vosotros: mas si yo fuere, os le envi-
aré«.
8 Y cuando él viniere, redargüirá al
mundo de pecado, y de justicia, y de
juicio :
9 De pecado ciertamente, por cuanto
no creen en mi :
10 Y de Justicia, por cnanto voy al
Padre, y no me veréis mas :
11 Y de juicio, por cuanto el principe
de esto mundo ya es juzgado/.
IS Aun tengo muchas cosas que deci-
ros, mas ahora no la» podéis llevar.
13 Pero cuando viniere aquel Espíritu
de verdad, él os guiará á toda verdad^ :
porque no hablará de sí mismo, sino
que hablará todo lo que oyere ; y os hsürá
saber las cosas que han de venir.
14 Él me glorificará, porque tomará de
lo mió, y os to hará salier.
15 Todo lo que tiene el Padre, mió es :
Eor eso dije que tomará de lo mió, y os
) hará saber.
16 ^ Un poquito, y no me veréis; y
otra ves un poquito, y me veréis : por-
que yo voy al Padre.
17 Entonces dieron tígtmot da nía dis-
cípulos unos á otros : ¿ Qué es esto que
nos dice : Un poquito, y no me vevds ;
y otra vez un poquito, y me vereia t y,
porque yo voy al Padre* ?
18 Decían pues : ¿ Qué es esto que
dice: Un poquito? No entendemos lo
que habla.
19 Y conoció Jesús que le querían pre-
guntar, y d^oles : ¿ Preguntáis entre
vosotros de esto que dije, un poquito, y
no me veréis; y otra vea, un poquito, y
me veréis?
80 De cierto, de cinto os digo que vos-
otros lloraréis y lamentaréis, y el mundo
se alegrará : empero aunque vosotros es-
taréis tristes, vuestra tdsteía se tomará
en gozo.
81 La mi^er cuando pare, tiene dolor •*,
porque es venida su hora ; mas después
Sue na parido un niño, ya no se acuerda
e la apretura, por el gozo de que baya
nacido un hombre en el mundo.
98 También, pues, vosotros ahora á la
verdad ten^ tristeza : mas otra vez os
veré, y se gozará vuestro corazón At, y
nadie quitaiá de vosotros vuestro gozo.
83 5 x' aquel dia no me preguntaréis
nada. De cierto, de cierto os digo que
todo cuanto pidiereis á tn* Padre en mi
nombre, os lo dará'.
94 Hasta ahora nada habéis pedido en
mi nombre : pedid, y recibirá ••, para
que vuestro gozo sea cumplido ».
85 Estas cosas os he hablado en pro-
verbios : mas viene la hora cuando ya
no os hablaré por proverbios, sino que
claramente os anunciaré de mí Padre.
86 Aquel dia pediréis en mi nombre ;
y no os digo, que yo rogaré al Padre por
vosotros:
97 Porque el mismo Padre os ama, por
cuanto vosotros me amasteis», y habéis
creído que yo salí de Dios/».
98 Salí del Padre, y he venido al mun-
do: otra vez d^o el mundo, y voy al
Padre.
99 Dícenle sus discípulos: Hé aquí,
ahora hablas claramente, y ningún pro-
verbio dices.
80 Ahora entendemos que sabes todas
las cosas, y no necesitas que nadie te
Eregunte: en esto creemos que has se-
do de Dios V.
31 RespondióleB Jesús, ¿ Ahora creéis ?
38 Hé aquí la hora viene, y ya ha ve-
nido, que seréis esparcidos cada uno por
su parte •*, y me dejaréis solo : mas no
estoy solo, porque el Padre está con-
migo*.
83 Estas cosas os he hablado para que
en mí tengáis paz < : en el mundo ten-
dréis apretura»; mas confiad, yo he
vencido al mundo.
CAPITULO XVII.
J/»etuoM oraeion d» Jeeu» d tu tíemo Padre.
ESTAS cosas hablé Jesús, y levan-
tados los ojos al délo, dijo : Padre,
la hora es libada; glorifica á tu H^oo,
para que también tu Hijo te glorifique
9 Gomo le has dado la potestad de toda
carnea, para que dé vida eterna á todos
los que le diste.
3 Esta empa^> es la vida eterna « : Que
te conozcan •( solo Dios vodadeio, y á
Jesu-Cristo •, al cual has enviado.
4 Yo te he glorificado en la tierra;
he acabado la obra que me diste que
hiciese/.
6 Ahora pues. Padre, glorifícame tri
cerca de ti vcáano con aquella gloria
ue tuve cerca de tí antes que el mundo
uesetr.
* ver. 10.
* Is. a& 17.
i Cap. 90. 90.
Ln. 24. il,
1 PeA. 1. 8.
<0ap.l8.U.
IJIw
8.
98.
y 5. 14.
"Mrt.T.7,8.
«üap.lft.11.
•Cap. 14. SI.
98.
'ver. 80.
Cap. ir. 8.
S
«Cap.lT. 8.
'-lU*.9ft8L
Har.14.97.
' Cap. 8. 9».
Is. Sfí. 7, 9.
t Gap. 14. 97.
•Cap. 15. 19,
91.
9TLS.18.
• Cap. 12. 98.
yl8.8U82.
» Cap. 8. 88.
Mst.28.18.
' 1 Joan S.
11.
é Jer. 9. 24.
«Cap. 10. 88.
/Cap. 19. 80.
«Cap. 1.1,9.
li.9.8.
Heb 1. 8,
10.
A.D.3S.
a JUAN, XVIII.
A.D.S&
4 TBF. 96>
8ftl.2S.S3.
i Cvf. & 37,
8».
j 10. 29.
iC•^18.S7.
30.
IC»p.l6.1£.
■•^«.6.
" Cap. 18. 9.
' Bal. 109. 8.
Heck.1.20.
t
PCap.l&lS,
19.
t »r. Dfl
maiigno.
<S£.«.28.
'-Cap.ao.21.
• 1 Co. L 2,
80.
« TCr. IL
Bo. 13. 5.
ICo. 12.12.
•2C0.3.18.
t Or. ütfit-
(óper/ee-
tot)en»»a
toia.
• Cap. M. 8.
ITm.4.17.
" Cap. 7. 29.
J 10. 1&
y Ter. 6, 11,
13.
' Cap. 15. 9.
'28a.l&S3.
6 He mailiftatado tu nombre á loa hotn-
bm que del mundo me diite & : tujoa
eran, y me loa diste*, y guardaron tu
palabra.
7 Ahora han conocido que todas las
cosas que me diste, son de tí.
8 Porque las palabras que me diste, les
he dado; j ellos loa recibieron, y han
conocido verdaderamente que salí de ti,
y han creido que td me enviaste A.
9 To ruego por ellos : no meso por el
mundo, sino por los que roe date, por-
que tuyos son.
10 Y todas mis cosas son tus cosas, y
tus cosas son mis cosas < : y he sido glo-
rificado en ellas.
11 Y ya no estoy en el mundo; mas
estos están en el mundo, y yo á ti vengo.
Padre santo, á los que me has dado«,
guárdalos por tu nombre, para que sean
una cosa, romo también nosotros.
19 Cuando estaba con ellos en el mun-
do, yo los guardaba en tu nombre ; & ios
3ue rae diste, yo los guardé, y ninguno
e ellos se perdió", sino el hijo de per-
dición, para que la Escritura se cum-
pliese «.
18 Mas ahora vengo á tí; y hablo esto
en el mundo, para que tengan mi gozo
cumplido en sí mismos.
14 Vo les he dado tu palabra, y el
mundo les aborreció ; porque no son del
mundo, como tampoco yo soy del mun-
do;».
15 No ruego que les quites del mundo,
sino que les guardes del mal f .
10 No son del mundo, como tampoco
yo soy del mundo.
17 Santifícalos en tu verdad f: tu pa-
labra es Itt verdad.
18 Como tü me enviaste al mundo,
también yo les he enviado al mundo ''.
19 Y por ellos yo me santifíco á mi
mismo; para que también ellos sean
santificados en verdad'.
SO Mas no ru^o solamente por estos,
sino también por los que han de creer
en mí {wr la palabra de ellos ;
81 Para que todos sean una cosa : como
tü, oh Padre, en mi, y yo en ti ', que
también ellos sean en nosotros una cosa :
para que el mundo crea que tü me en-
viaste.
22 Y yo, la gloria que me diste, les he
dado « ; para que sean una cosa, como
también nosotros somos una cosa.
23 Yo en ellos, y tü en mí, para que
sean conEumadamente f una cosa ; y
que el mundo conozca que tü roe en-
viaste, y que los has amado, como tam-
bién á mí me has amado.
24 Padre, aquellos que me has dado,
quiero que donde yo estoy, ellos estón
también conmigo * ; pora 'que vean mi
gloria que me has dado : por cuanto me
has amado desde antes de la constitu-
ción del mundo.
25 Padre justo, el mundo no te ha co-
nocido: mas yo te he conocido*, y estos
han conocido oue tü me enviaste.
20 Y yo les he manifestado tu nom-
bre', y manifestari'/o aun; para que el
amor, con que me has amado, esté en
ellos, y yo en ellos*.
CAPITULO XVIII.
Prirton dé Jtnu. MaleM e» lurtío jmr Paáro.
Huyen Im Ap6slcte$. Nüga P*dro «A Beñor.
Interrogatorio que U hacen el tumo Pontí-
fice y tífruident» Piloto,
COMO Jesús hubo dicho estas cosas,
salióse con sus discípulos tras el ar-
royo de Cedrón*, donde estaba un hu-
erto, en el cual entró Jesús, y sus dis-
cípulos.
9 Y también Jlldas, el que le entre-
gaba, sabia aquel lugar, porque muchas
veces Jtsus se juntaba allí c<» ras dis-
cípulos.
8 Judas, pues, tomando una conapafUa
de solJadot, y ministros de los Pontífices
y de los Fariseos b, vino allí con linternas
y antorchas, y con armas.
4 Empero Jesús, sabiendo todas las
cosas que hablan de venir sobre él, salió
delante, y díjoles : ¿ A quife busciüs ?
5 Respondiéronte! A Jesús Nazare-
no e. Diceles Jesús : Yo soy. (Y estaba
también con ellos Judas el que le en-
tregaba.)
0 Y como les dijo. Yo soy, volvieron
atrás, y cayeron en tierra.
7 Volvióles, pues, á preguntar ; ¿A
quién buscáis ? Y dios dieron : A Je-
sús Nazareno.
8 Respondió Jesús : Ya os he dicho que
yo soy : pues si á mi buscáis, d^ad ir á
estos:
9 Para que se cumpliese la palabra que
habia dicho: De los que me diste, nin-
guno de ellos perdía
10 Entonces Simón Pedro, que tenia
espada, sacóla, é hirió al siervo del Pon-
tíhce, y le coito la or^ derecha e. Y el
siervo se llamaba Maleo.
11 Jesús entonces dfjo á Pedro : Mete
tu espada en la vaina: el vaso que el
Padre me ha dado, ¿ no le tengo de
beber/.
13 1 Entonces la compañía de ha «ol-
dad43t y el tribuno, y los ministros de
los Judíos, prendieron ¿ Jesús, j le
ataron,
13 Y lleváronle primeramente & Anis,
porque era suegro de Gaifós, á cual era
Pontíñce de aquel ailojf.
14 Y era Gaií&s el que habla dado et
consejo á los Judies : v¿ue era necesario
que un hombre muriese por el pueblo A,
15 Y s^ula á Jesús áimon Pedro, y
otro discípulo •: y aquel discípnlo crá
conocido del Pontífice, y entró con Je-
sús al atrio del Pontíñce.
16 Mas Pedro estaba fuera á la puerta:
y salió aquel discípulo que era conocido
del Pontífice, y habló & la portera, y
metió dentro á Pedro.
17 Entonces la criada portera d^ &
Pedro : ¿ No eres tü también de lo*
discípulos de este hombre ? Dice él :
No soy.
18 Y estaban en pié los siervos y los
ministros que hablan allegado las as-
cuas, porque hacia frió, y calentábanse :
y estaba también con ellos Pedro en pié,
calentiUidose.
19 Y el Fontifiee preguntó á Jesús
acerca de sus discípulos, y de sa lioc-
trina.
2U Jesús le respondió: Yo manifiesta-
mente he hablado al mundo : yo siempre
he enseñado en la sinagoga y en el tem-
plo, donc'e se juntan todos los Judíos * ;
y nada he hablado en oculto.
21 ¿ Qué me preguntas á raí ? Pre-
gunta á los que han oído, qué les haya
yo hablado : hé aquí, esos «aben lo qñc
yo he dicho.
22 Y como él hubo dicho esto, nno de
los criados que estaba allí, dio una bo-
fetada i á Jesús, diciendo : c' Así res-
pondes al Pontífice ?
28 Respondióle Jesús : Si he hablado
mal, da testimonio del mal : y si Men,
¿ por qué me hieres "• ?
24 Y Anas le habla enviado atado á
Caifis Pontífice.
95 Estaba, pues, Pedro en pié calentán-
dose; y diiíronle: ¿ No eres tü de sas
discípulos f £1 negó, y diijo : No soy.
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.14.
ip. 8. 47.
■«a 4.6.
«11.8.14.
t87.30.
.15.16,
,18.88.
98 Uno d« IM ricrvM dal Pontlflec»
pariente de eauA á qatan Fedn» haUa
ooitado la oreja, Is dloe : ¿ No.te vi yo
en el huerto oon él ?
87 T negó Pedro otra Tes : 7 luego él
gallo cantó*.
88 Y Y llevaron 4 Jeras de Calfftt al
Pretorio* ; y era por la mailana : j ello*
no entanm en u Pretorio por no aer
contaminadoey, tino que comieten la
Paaona.
8D Entóneet salló Pflató 4 ello* toen,
7 d^o: ¿Qué acusación traéis oontn
estebombie?
80 Re^ondienm, 7 d^}énmle : Si cate
no ftien malhechor, no te lo habríamos
81 Moeles entonces Pilatot Tomadle
8.18.
I, j juxgadle según Tuestra lej.
Y loe Jaáim le d^ieran: A noaotn* no
ea lícito matar á nadie.
88 Para oue se cumpliese el dicho de
Jesús que habla dicho, dando á enten.
der de qué muerte haUa de morir r.
88 Asi que Pllato volvió á entrar en la
audiencia, 7 llamó á Jesús, 7 d^le:
i Eres tii el rey de ios Judíos ?
84 Respondióle Jesús : ¿ Dices tú esto
de ti mismo, ó te lo han dicho otros
de mi?
85 Pilato respondió: ¿ Soy 70 Judío ?
1*u gente, y los PonttUces, te han en-
tresado á mír : ¿qué has hecho ?
86 Respondió Jesús* t Mi reino no es
de este mundo* : si de este mundo fuera
mi refalo, mis servidores pelearían para
que y» no faera entregado á los Judíos :
ahora, pues, mi reino no es de aquí.
87 Díjole entonces Pilato: ¿ Luego rey
«rea tu? Respondió Jesús: Td dices
que yo soy rey : yo pan esto h« nacido,
y pan esto he venido al mundo, para
dar testimonio á la verdad*. Todo a.
que! que et dt la farU de la verdad, oye
mi vos *.
88 Dícele Pilato : ¿ Qué cosa es ver-
dad ? Y como hubo oicho esto, salió
otn vra á los Judíos, y dícdes : Yo no
hallo en ét algún crimen.
88 Empero vosotros tenéis costumbre,
que 2/0 os suelte uno en la Pascua : ¿ que-
réis, pues, que os suelte al rey de los
JucUos?
40 Entonces todoa dieron voces otn
vex, diciendo : No á este, sino á Ban-
has. Y Banbas en ladrón*.
CAPITULO XIX.
Pation, muerte, y Mjwftura de Jenu.
Asi que entonces tomó Pilato á Jesús,
.j azotó/e «.
8 X los soldados entretejieron de espi-
nas una corona, y pusiéron/a soture su
cabeza, y le vistieron de una ropa de
grana,
8 Y dedan : Salve, rey de los Judíos 1
Y dábanle de bofietadas.
4 Entonces Pilato salió otn vex f uen,
7 d:Uoles: Hé aqui oa te traigo fiacn,
Kra que entendáis que ningún crimen
lio en élK
A Y salió Jesús fuen llevando la coro-
na de espinas, y la ropa de grana. Y
díceles PÜaio : Hé aquí él hombre.
6 Y como le vieron los príncipes de los
Sacerdotes, y los servidores, meron vo-
cea diciendo: Groci£kale, cruoificale.
Díceles Pilato: Tomadle vosotros, y
cmeificadle: porque yo no hallo en el
crimen.
7 Respondiéronle los Judíos: Nosotros
tenemos ley, y según nuestra ley debe
mocil c, porque ae hilo Hijo de Dios A
8 Y como Pilato oyó esta palabn, tuvo
masmledoi
8 Y entró otn ves 4 la audlendA, y
dijo á Jesús : ¿ De dónde eres td ? Mas
Jesús no le dio respuesta*.
10 Entonces dícele Pilato t ¿ A mí no
me hablas ? ¿ no sabes que tengo potes-
tad pan crucificarte, y que tengo po-
testad pan soltarte ?
11 Respondió Jesús: Ninguna potes-
tad tendrias contn mí, si ut» no te
Aieae dado de arriba/: por tanto el que
á tí me ha entregado, mayor pecado
tiene 0.
19 Desde entonces nroenraba Pilato
soltarle; mas los Judío* daban voces,
diciendo: 81 á este sueltas, no eres ami-
go de Oésar. GualquicTa que se hace
rey, á Oésar contradice A.
18 Entonces Pilato oyendo este dicho,
llevó fiícm á Jesús', y se sentó en el
tribunal, en el lugar que se dice Lithós-
trotos, y en Hebreo, Oabbatha.
14 Y en la víspen de la Pascua*, y
como la hon de sexta : entonces d^o á
lo* Judío* : Hé aquí vuestro rey.
15 Mas ellos dieron voces : Quita, quita,
crucifícale. Díceles Pilato : ¿ A vuestro
rey he de crucificar ? Respondieron los
Pontífices : No tenemos rey sino á Oé-
sar.
16 Así que entonces se lo entregó pan
que ftiese crucificado': y tomaron á Je-
sús, y le llevaron.
17 1 Y llevando su crux, salió al In-
BDrw que se dice de la Calaven, y en
ebréo, Oóigotha;
18 Donde le crndfieaxon, y con él otros
dos, uno á cada lado, y Jesús en medio.
18 Y escribió también Pilato un titu-
lo, que puso encima de la cruz»: y el
escrito en : JESÚS Nasabxmo, asr na
LOS Junios.
90 Y mucho* de les Judíos leyeron
este título ; poique d lugar donde estaba
erudficado Jesús, en cerca de la du-
dad: y estaba escrito en Hebreo, en
Griego, 7 en Latín.
91 Y decían á Pilato los Pontífices de
los Judíos : No escribas. Rey de los Ju-
díos : sino que él d^o : Rey soy de lo*
Judíos.
99 Respondió Pllato : Lo que he escri-
to, he escrito.
98 Y como kM toldado* hubieron en»,
dfioado á Je*us, tomaron sus vestidos,
é hicieron cuatro partes, (pan cada sol-
dado vuia parte), y la tiinloa: mas la
tdnica era sin costura, toda t^lda desde
arriba.
' 94 Y dijeron entre ellos : No la parta-
naos, sino echemos raertes sobre ella de
quién será: para que se cumpliese la
Bacritun que dice: Partieron pan sí
mis vestidos, 7 sobn mi vestidnn echa-
ron suertes*. Y los soldados hideron
esto.
95 Y estaban junto á la cruz de Jesús
su madre, y la hermana de su madre,
María mi(/er de Oleobsj», y María Mag-
dalena«.
96 Y como vio Jesús á la madre, j al
discípulo que él amaba r, que estaba
presente, mee á su madre : Mi^cr'* l>ó
ahí tu hyo.
97 Después dice al discípulo : Hé ahí
tu madre'. Y desde aquella hon d dis-
cípulo la redUÓ consigo.
98 Después de esto, sabiendo Jesús que
todas las cosas eran ya cumpUdas, pan
Iue la Kscritun se cumpliese «, d^o :
led tengo.
99 Y estaba afii un vaso lleno de vi-
nagre. Entonces dios hinchieron una
esponja de vinagre, v rodeada á un hi-
sopo se la Ucfaroo á la boca.
80 Y oomo Jesn* tomó d vinagra, di^o :
8s
*8d.88.U.
Mat 27.11
14.
/Osp.7.S0.
Lv.23.58.
f Cap. 18. 8,
88.
A La.38.1l.
Heek.17.7.
<Pr.9B.8S.
tHat.27.eB.
llUt.87.9S,
•«o.
1IW.U.U,
•le.
Lo. 88. 91^
•ee.
"•XIL1S.8S.
Heh. 13.19.
•MaiSrjT.
Mar.lS.96^
Lu.2S.S8.
•8*L9118.
N
fLu-aiis.
«Hsisr.sflk
6L
•- Oso. 18. 38.
y aLao.
'Cap. 8.4
« Bo.16.18.
•La. 94. 44.
Bsl. 09. 81.
^9^9.
& JUAK, XX, XXL
A.]xas,
vOBp.17.4.
• ii.e8.io,
u.
B«libSll4,
Ift.
y tur. 4S.
• De. n. 2S.
•Le. 88.7,8.
»Hek9.Sa,
1 JnukS.
8,8.
•C»p. 8.5.
U.S. 96,
«t 8. 8.
Heb.ia22.
lFed.8.ai.
•(IJunL
1.8.
«Bs. 13.46.
S«.9.1Z
/8«I.S3.16.
Zml 13. 10.
Ap. 1. 7.
Uar.U.48.
1*11.38.80.
AOw.O. 88.
713.49:
iO».8.1,a.
jT.SO.
^SCr.l&U
Itw.SL
"• la. 68. 9.
100.15. 4.
•Mat88.1.
etc.
Msr. 18. 1.
cío.
LI1.S4.1,
ete.
»0«p.l8.28.
719.36.
7 31.7,34.
•Lo. 34. 13.
iiC»p.l9.40.
•CftiMLM.
/6<M.16.10.
&eeh.3.3S,
81.
713.84.85.
Vlfw.16.5.
Oonnunado es*. T babiaido tocUnado
U caben, dkS el espirita*.
81 Entóneet 1m Judíos, por enaato'
«¡rs 1» víspera «fe l« Patena, para qne los
cuerpos no quedasen en la cruz en el
S&bado f, pues era el gran día dd Sába*
do •, rogaron á Pilato que se les qnebli*
ten las piernas, j fuesen quitados.
89 T Tliüeron los soldados, 7 quebra-
ran las piernas al primero, 7 asimismo
al otro que habla sido oueifícvdo oon éL
33 Mas cuando vinieron á Jesús, como
le vieron 7a muerto, no le quebraron las
piernas:
8é Emneio uno de los soldados le abrió
d costado oon una lanza, 7 luqp salió
sangré^ 7 agua e.
85 Y el que h tío, da testimonio', 7
su testimonio es verdadero: 7 él sabe
que dice verdad, para que vosotros tam-
bién creáis.
86 Porque estas cosas fueron hechas,
Bura que so cumpliese la Escritura:
neso no quebrantaréis de él *.
87 Y también otra Escritura dice: Mi-
raje á aqud al cual traspasaron/.
38 ^ Después de estas cosas, José de
Arimatéay, el cual era discípulo de Je-
sús, mas secreto, por miedo de los Ju-
díos*, rogé á Pilato que pudiera quitar
el cuerpo de Jesús: 7 permitiÓMfo Pi-
lato. Entonces vino, 7 quité el cuerpo
de Jesús.
8B Y vino también Nicodemo •', el que
antes habla venido á Jesús de noche,
tra7endo un compuesto de mirra 7 de
aloes, como den libraste.
40 Tomaron pues el cuerpo de Jesús,
7 envolviéronle en lienxos con espeoias,
oomo es costumbre de los Judíos se-
pultar.
41 Y en aqud lugar, d<Mide había sido
«lucificado, había un huerto, 7 en el
huerto un sepulcro nuevo, en el cual
aun no habla sido puesto alguno.
43 Allí, pues, por causa de la víspera
de la Pateua de los Judíos', porque
aquel sepulcro estaba cerca, pusieron á
Jesús M.
CAPITULO XX.
Bémmeeion da Jemu^ y oíhuimu da «w
aparíeioM$.
T EL primer dia de la semana*, Ma-
ría Magdalena vino de mafiana, si-
endo aun oscuro, al sepulcro, 7 vié la
piedra quitada del sepulcro.
8 Entonces corrió, y vino á Simón Pe-
dro, 7 al otro discípulo, al cual amaba
Jesús i, 7 díceles: Han llevado al Seilor
del sepulcro, 7 no sabemos donde le han
puesto.
8 Y salió Pedro, 7 d otro discípulo, 7
vinieron al sepulcro «.
4 Y corrían los dos juntos ; mas el otro
discípulo corrió mas presto que Pedro,
7 lleoó primero al sepulcro.
6 Y Moándoae A mirar, vio los lienzos'
echados ; mas no entró.
6 Llegó luego Simón Pedro siguién-
dole, 7 entró en d sepulcro, 7 ^ó los
lienzos echados;
7 Y d sudario que habla estado sobre
su cabeza*, no puesto con loe lienzos,
sino envuelto en un lugar aparte.
8 Y entonces entró también el otro dls*
cípulo, que habla venido primero d
monumento, 7 vio, 7 creyó.
9 Porque aun no sabían la Escritura:
Que era necesario que él resudUne de
los muertos/.
10 T volvienm loe dise^ulos á los
stt70S.
11 Empero María estaba fuera lloran-
do junto al sepulcro ; 7 estando llorando,
luyóse é Mirar d sepulcro».
IS Y dó dos iaades en ropas Maneas
que estaban sentaüaos, d ano á la cabe-
ceni,7 d otro á los piea, donde el cuerpo
de Jesús habla sido puesto.
13 Y dorante: Mujer, ¿ por qué llo-
ras ? Díceles : Porque se han llevado á
mi Seftor, 7 no sé donde le han puesto.
14 Y como hubo dicho esto, volvióse
atrás, 7 vio & Jesús que estaba «lliA;
mas no sabia qne era Jesús '.
15 Dicde Jesús : Mujer, ¿ ^ot qué llo-
ras ? ¿ á quién bnsoas ? Ella, pensando
que era el hoitdano, díode : Seflor, si
td le has llevado, dime donde le has
puesto, 7 70 lo llevará.
16 Dícdc Jesús : María. Volviéndose
ella, dicele: Rabonl, que quiere dedr.
Maestro.
17 Dícde Jesús : No me toques* ; por*
que aun no he subido á mi radie : mas
vé á mis hormanos^.y. dfles: Subo á
mi Padre*, 7 á vuestro Padre», 7 ánü
Dios •, 7 ^ vuestro Díosp.
18 Fué María Magddena dando las
nuevas á los discípulos que habla visto
d SefVor, 7 la habla dicho estas cosas.
19 ^ Y como filé tarde aqnd dia, d
primero de la semana, 7 estando las
puertas cerradas, donde los diieípiakM
estaban juntos, por miedo de los Judios,
vino Jesús, 7 púsose en medio f, 7 flajo-
lés : Paz á vosotros.
SO Y como hubo didio esto, mostrAes
las manos 7 d coatado. Y los discípulos
se gozaron viendo d Seitor**.
81 Entonces les d^o Jesús otra Tes:
Paz á vosotros*: oomo me envió d Pa*
dre, así también 70 os envió '.
33 Y como hubo dicho esto, sopló, 7
di(ides : Tomad el Espíritu Santo ■ :
38 A los que remitiereis los pecados,
les son remitidos : á quienes los retavi.
eréis, serán retenidos *.
34 ^ Empero Tomás, uno de los doec,
que se dice d Dídlmc, no estaba cob
dios cuando Jesús vina
35 DUéronle, pues, los otros diseípnlos :
Al Sefior hemos visto. Y él les dijo:
Si no viere en sus manos la señal de loa
clavos, 7 metiere mi dedo en d lugar de
los clavos, 7 metiere mi mano en sa
costado, no creeré.
96 Y ocho dias después estatwn otra
vez sus disc^los dentro, 7 oon dles
Tomás: vino Jesús, las puertas cena-
das, 7 pdsose en medio, 7 digo : Pas &
vofiotroijr.
97 Luego dice á Tomás : Mete tu dedo
aquí, 7 vé mis manos; 7 darna acá tu
mano, 7 métete en mi costaaD: 7 no
seas incrédulo, sino fiel.
38 Entonces Tomás respondió, 7 díode:
Señor mió, 7 Dios mío*.
99 Díeele Jesús: Porque me has viste,
oh Tomás, creíste: bienaventuradas los
que no vieron, 7 ore7cion«.
30 ^ Y también hizo Jesús nauehas
otras selldes en presencia de sus dlsef-
Sttlos, qne no están escritas en esta
broo.
81 Estas empero son escritas para qne
creds que Jesús es d Cristo, d I^jo de
Dios ; 7 para que er^endo, tersáis iñda
en su nombre*.
CAPITULO XXI.
Apartett» Jma» 4 m» üattfmUt,
}w«0MuidL Rmt» é Pair» im
pr*die$ tu rntrOriot y nprimt m
tidad acerca da Jwan.
iSatHL».
•-€kfia.i
Ia.«.]ik
S.
AiAicn.
BO.S.&
H«Kta
•LS.16.U»
18.
19.
S0D.CI1
Os. 8. as.
74.6^7.
•KLII.
rHaULM.
«IbrJfiJi.
lGa.li.1
tCw.17.11.
]Ut3S.li
■&S.11&
16.
Tt8.11.
)erXS,ll.
•O^lLtt
rier.lS.SL
te otta
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DESPUÉS se maniftstó J
vez á sus discípulos & la n
berias*; 7 manifestóse de esta tawnsnb.
9 Estaban juntas SinMU Fedas 7 Te-
más, llamado d Didlmo, 7 Nataaad, d
•Oi«kI.L
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*Cap.SL»
75.91. I
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ÍM.Lf-
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^i>.aB.
LOS HXGHOS»!.
A. O.*.
Ibl4.21.
Cqi.aO.14.
La.24.4L
bi.t.4^7.
Bey-lS-O.
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u 1. 1, 4.
«.2S.19.
r.l«.15.
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1.
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1.
t.8.11.
j. 2.4.
1.9&
7.27.
3.4,5.
im9.11.
6.2.
S.24.86W
■.&1.2'
r«r« d* Oaná óm Oalllém y IM A(fw
Zebcdéoi, 7 otro* dos de sim diaóá-
paliM.
8 Dio»Ics Stanon: A pac» wj. IM-
eenle : Vamos nosotios tamUan contigo.
FviBitm, j mUeran lawo «n aaa baña;
7 aqoella noche no eogwnm nada.
4 T venida la maflana, Jesvi se puso á
la ribara : mas los diaeíjNilos no enten-
dteroa míe era Jesús ■.
5 Y «holcs: MoMis, ¿tenéis algo de
comerá? Rcspondidranle : Nob
0 Y di lea dice: Bt^wd la red á la
mano dercdiadclbaioo, y hallaseis. En-
tonces echaron, y no la aodlan en nln-
nma manen sacar, ik» la mnhltnd de
los peces «.
7 Sntdnoes aqnd dbeipulo, ti cval
amaba Jesns, dijo á Pedio : BlSeBores.
T Simón Pedro, oomo oyó qne en el
Sefler, cUldse la npa, porqne estaba des-
ando, y edídse á la mar.
8 Y los otros discípulos vlnieHm eon el
barco <peroue no estaban l^os de tierra
sino eomo aoacientos codos), tnyendo la
red de peces.
9 Y come descendieron á tienra, vieron
asmas pueMas, y un pez encima de ellas,
y pan/.
10 IModes Jesas ; Tned de los peces
que cogisteis ahony.
11 Subió Simen Petko, y ti^ laied á
tierra, llena de grandes peces, ciento y
cincuenta y tres : y siendo tantos, la red
no se rompió*.
12 Dfeeics Jesns: Venid, comed. T
ninguno de los dlseipules osaba pregun-
tarle: ¿ Tú, qttíéu eres ? sabiendo que
ctn el Sefior.
18 Viene pues Jesús, y toma el pan, y
dales: y anmismo del pex<.
14 «te era ya la teroen Tet que Jesús
se manifestó k sus discípulos, habiendo
resucitado de los muertos*.
15 ^ Y cuando hubieron comido, Jesús
d^o á fibnon Pedro : Simón, hijo de Jo-
ñas, ¿me amaa mas que «Mes <? IMoele:
8í, Setter: td sabes qne te ame. Dfoéle:
Apacienta mis cordnosM.
M Vudlrele á dedr la segunda vez:
Simen, k^ de Jonás, ¿ me amas ? Res-
póndele: SI, Sefior: td sabes que te
amo. Dfoelet Apacienta mis orejas*.
17 Díoele la tensen tceí Élmon, A(|o
de Jonás, i me amas P Entristecióse Pe-
dro de que le dUese la terccn vez ; ¿ Me
amas ? T díoele : SeAor, tá sabes todas
las cosas* ; td sabes que te amo. Diccle
Jesns: Apacienta mis ovejas.
18 De cierto, de cierto te dtee fw en-
ando ens mas moao, te eefius, é ibas
donde querías: mas cuando ya fueres
vlq)o, extenderás tus manos, y te eefilrá
otro, T te llevará adonde no qvieras^.
10 Y esto d^o, dando á entender con
que muerte habla de glorificar á Diosf.
Y dicho este, dleele: Siruemer.
90 ^ Volviéndose Pedro, vé á aquel
discípulo al cual amaba Jesús*, que
seguía, el que también se habla recos-
tado á su pecho en la cena, y /« haMa
dicho : Señor, ¿ quién es el que te ha de
entregar?
SI Así que Pedro vio á este« dice á
Jesns : Señor, ¿ y éste, qué ?
ta Dfcele Jesús : SI quiero que él quede
hasta que «o venga', ¿ qué w <• da á ti ?
Sígneme tu.
88 Salió entonces este dicho entre los
hermanos, que aquel discípulo no habla
de morir. Mas Jesús no le dijo: No
morirá; sino, 81 quiero que M quede
hasta que yo venga, ¿qué á tí ?
84 ^ Este es aqun discípulo que da
testimonio de estas cosas, y esorioló es-
tas cosas : y sabemos que su testimonio
es verdadero «.
SS Y hay también otras muchas cosas
que hizo Jesús*, que si se escribiesen
cada una por sí, ni aun en él mundo
pienso que cabrían los Ubros que se
habrían de escribir*.
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES.
CAPITULO 1.
Prvmt$a dd Etpfriim Sonto.
£Mh>r. MUeao» éU XaUa» para
talada.
dei
apoB-
EN el primer tratado», oh Teóñlo, he
hablado de todas las cosas que Jesús
oonienzó á hacor, y á ense&ar,
8 Haste el dia en que, habiendo dado
mandamientos por el Espíritu Santo* á
los apestóles que escogió, faé reolbldo
arriba:
8 A los cuales, después de haber pade-
eldo, se presento vhre con muchas prue-
bas induDitables *, aparedéndoles por ou-
arvnta dias, y haolandolM del rdno de
Dios.
4 Y estando Juntos, les mandó que no se
fuesen de Jerusalem, sino que esperasen
la promesa del Pedrea, que oísteis, d{^,
de mí«.
0 Porque Juan á la verdad bautizó con
agua/, mas vosotros seréis bautizados
eon el Espíritu Santo no muchos dias
después de estos;.
« Entonces los que se haMan Juntado
le preguntaron, diciendo : Sefior, ¿ resti-
tnins el reino á laari en esteticánpo* ?
7 Y les dJi)o: No toca á vosotros saber
loa tiempos ó las sazones que «A Padre
poso en su sola potestad * :
8 ICaa teciUreis hi vittod del EspÉcitu
Santo que vendiA sobre vosotros, y rae
seréis testigos* en Jenuaiem, y en toda
Judéa, y ftimaria, y hasta lo ultimo 'de
la tierra.
9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndo-
lo ellos, fué alzado ; y una nube le reci-
bió, u le quitó de sus ojos.
10 Y estando con los ctjos puestos en el
cielo entretanto que él iba, faé aquí dos
varones se pusieron Junto á ellos en ves-
tidos blancas';
11 Los cuales también les dQenn: Va»
roñes OaliléosM, ¿ qué estáis mirando al
cielo? este mismo Jesús que ha sido
tomado desde vosotros arriba en el cielo,
así vendrá* como le habéis visto ir al
délo.
18 ^ Entonces se volvionm á Jerusa-
lem * del monte que se llama del Olivar,
el cual est& cerca de Jerusalem camino
de un sábado I.
18 Y entraaos, subieron al aposento
alto, donde moraban Pedro, y Jacobo f,
y Juan, y Andrés, Felipe, y Tomas,
Bartolomé, y Mateo, Jacobo hijo de
AHéo, y Bimon Zdotes, y Jddas ásr-
moRo de Jacobo (j*.
14 Todos estos perseveraban unánimes
en oración y ruego, con las rai^eres?, y
eon María la madre d« Jesús, y oon tus
hermanos**.
15 ^ Y en aquellos dias Pedro, levan-
sTa
<llat.as.8S.
8S.
•is.4a.li.
Jsr. a. u.
BB.84.a,
10.
Hs6h.aSL
8B.
lPsd.l9B.
ya^a;*.
"Bsiki&ao.
«Cé^l«.8D.
rOsp. 18.26.
<3PBdJ.U.
•■Cbp.U98.
Na.14.SA.
Mal 19. 98.
'Csp.13.8S,
as.
«Hat. as. n.
▲p.1.7.
73X80.
*0síp.l8. 85.
8 Joan 13.
•Cap. 90.8a
'Jiiee.7.ia.
8 Or. 1. 8.
AD.aa.
iLii.a4.47.
49.
r jnsB aoiia.
•Cto.9. T.
yUTsi.
*JiiaBl4. 8.
lTes.41<.
•Ln.ai.eB.
I wrwiwia
flMlZa08-4
d< ima
tniüa.
tAniMa^
iBamUag»,
PLa.&18.
IB.
< Ln. 88L 49.
794.1a
•-Mat.13.tf.
.A.D.88.
LOS HECHOS, n.
A.D.S3.
'Bkl.41.9.
JOAB 18.18.
«1IU&20.47.
Juan 18. 8.
«Lo. 6. 16.
'8feLW.2&
viSal.IOO.8.
>La.iai.9.
Jii«nl6.S7.
•8ia. 44.21.
Jer. 17. 10.
iBr.ie.88.
I El 9H««-
enagirimo.
«C»p.l.l4,
i Oftp. 4 SI.
eO»p.l.5.
i<C»p.ia48.
llUr.18.17.
fOr.JTMka
atavot.
• Gen. IL 7.
/C*p. 1. 11.
tándote en medio de loe ditcipaloe, dijo :
(y era la compafiia junta como de doóto
y veinte en ntunero) :
10 Varones hennanos, convino aue se
cnmpliese esta escritura, la cual c^jo
antes el Espíritu Santo por la boca de
David*, de Jiidas, que fuá guia de los
que praMlieron á Jesús *,
17 JBl cual era contado con nosotros,
y tenia suerte en este ministerio «.
18 Este pues adquirió un campo del
salario de «u iniquidad * ; y coigándoae,
reventó por medio, y todas sus entraflas
se derramaron.
19 Y fué notorio á todos los moradores
de Jerusalem ; de tal manera que aquel
campo es llamado en su propia lengua,
Acéldama, que es, Oampo de sangre.
90 Porque está escrito en el Iwro de
los Salmos : Sea hecha desierta su habi-
tación, y no haya quien more en ella*:
y tome otro su obispado".
81 Conviene, pues, que de estos hom-
bres que han estado Juntos con nosotros
todo el tiempo que el Seilor Jesús entró
y salió entre nosotros s,
82 Oomenzando desde el bautismo de
Juan, hasta el dia que ñxé recibido ar-
riba de entre nosotros, uno sea hecho
testigo con nosotros de su resurrección.
83 Y seilalaron á dos : á Josef , llamado
Barsabás. que tenia por sobrenombre
Justo, y a Matías.
S4 Y orando, dijeron : Tú, Seih>r, que
conoces los corazones de todos «, mues-
tra cual escoges de estos dos,
25 Para que tome la suerte de este mi-
nisterio, y del apostolado, del cual cayó
Jiidas por transgresión, para irse á su
lugar.
86 Y les echaron suertes b, y cayó la
suerte sobre Matías; y fué contado con
los once apóstoles.
CAPITULO II.
Venida dd Btfiritu Banto. Primer Sermón
de San Teéro, y w frvto. Vida di loe
primeroe fielet.
Y COMO se cumplieron los días de
Pentecostés I, estaban todos uná-
nimes juntos « :
8 Y de repente vino un estruendo del
cido como de un viento recio que corría,
el cual hinchió toda la casa donde esta-
bas sentados b.
8 Y se les aparecieron lenguas repar-
tidas como de niego, que se asentó sobre
cada uno de ellos.
4 Y fueron todos llenos de Espíritu
Santo e, y comenzaron á hablar en otras
lenguas a, como el Espíritu Santo les
daba míe hablasen.
5 (Moraban entonces en Jerusalem
Judíos, varones religiosos, de todas las
naciones debajo del cielo.)
6 Y t hecho este estruendo, juntóse la
multitud; y estaban confusos, porque
cada uno les oía hablar su pro{na len-
gua*.
7 Y estaban todos atónitos, y maravi-
llados, dicieiulo los unos á los otros: Hé
aquí, ■¿ no son Galilóos, todos estos que
hablan/?
8 ¿Cómo, pues, los olmos nosotros
kaJdar cada uno en nuestra lengua en
que somos nacidos ?
9 Partos, y Medos, y Elamitas, y los
ue habitamos en Mesopotamia, en Ju-
;éa, y en Oapadocia, en el Ponto, y en
Asia,
10 En Frigia y ea Panfilia, en Egipto
y en las partes de África que está de la
otra parte de Oirene, y Romanos extran-
jeros, y Judíos, y convertidos ;
11 Cretenses, y Árabes, les olmos ha-
I
blar en nuestras lenguas las maravillas
de Dios.
18 Y estaban todos atónitos y perplejos,
diciendo los unos á los otros : ¿ Qué qui-
ere ser esto ?
> 13 Mas otros burlándose decian : Qne
están llenos de mosto.
14 ^ Entonces Pedro poniéndose en
Sié con los once, alzó su vos, y hablóles
iciendo: Varones Judíos, y todos los
que habitáis en Jerusalem, esto os sea
notorio, y oid mis palabras :
15 Porque estos no están borrachos,
como vosotros pensáis, siendo la hora
tercia del dia 9.
16 Mas esto es lo que fué dicho ptw d
profeta JoelA:
17 Y será en los postreros dias, (dice
Dios) derramaré de mi Espíritu sobre
toda carne, y vuestros hijos y vuestras
h^as profetizarán; y vuestros mance-
bos vóán visiones, y vuestros vi^os so-
ñaián sueños :
18 Y de cierto sobre mis siervos y so-
bre mis siervas en aquellos dias derra-
maré de mi Espíritu ; y profetizarán.
19 Y daré prodigios arriba en el cido,
y señales abiQo en la tierra, sangre y
^^go> 7 vapor de humo.
80 £1 sol se volverá en tinieblas, y la
luna en sangre •', antes que venga el dia
del Señor gnnde y manifiesto.
81 Y será que todo aquel que invocare
el nombre del Señor, será salvo*.
88 Varones Israelitas, oid estas pala-
bras: Jesús Nazareno, varón aprobado
de Dios entre vosotros en maravillas y
prodigios, y señales', que Dios hizo por
el en medio de vosotros, como tambim
vosotros sabéis «,
88 A este, entregado por determinado
consejo y providencia de Dios «, «osofrof
prendisteis y matasteis con manos ini-
cuas, crucifícándole*:
84 Al cual Dios levantó', sueltos los
dolores de la muerte; por cuanto era
imposible ser detenido de ella q,
85 Porque David dice de élr : Vela al
Señor siempre delante de mí : porque
está á mí diestra, no seré conmovido.
S6 Por lo cual mi corazón se alegró, y
gozóse mi lengua ; y aun mi carne des-
cansará en esperanza:
87 Que no dcgarás mi alma en él in-
fierno, ni darás á tu santo que vea cor-
rupción.
88 Hicísteme notorios los caminos de
la vida ; me henchirás de gozo con tu
presencia.
89 Varones hermanos, se os puede li-
bremente decir del patriarca David, que
murió y fué sepultado*, y su sepulcro
está con nosotros hasta el cUa de boy.
ao Empero siendo profeta f , y sabiendo
que con juramento le habla Dios jurado,
qne del fhito de su lomo, cuanto á la
carne, levantarla al Cristo que se
lia sobre su trono «,
81 Viéndolo antes, habló de la _
recelen de Cristo *, que su alma no flié
dejada en el infierno, ni su carne vi6
corrupción.
88 A este Jesús resucitó Dios', de lo
cual todos nosotros somos testigos'.
83 Asi que levantado por la diestra de
Dioso, y recibiendo del Padre la ico-
mesa dd Espíritu Santo*, ha danoaado
esto que vosotros ahora veis y tíSak,
84 Porque David no vatíA á los délos;
empero él dice: DQo d Señor á mi
Señor, siéntate á mi diestra,
86 Hasta que ponga tos enemigos por
estrado de tus pies *.
86 Sepa pues ciertísimamente toda la
de Israd, que á este Jesas, «ae
flTH.l7.<
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LOS HEcaatos, iii, iv.
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A. M. 47.
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]K 4. 10.
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iiaas.
TOioaros cruelficattelSy IMot ha hecho
SeAor y Oikto'.
87 Y Bnttkices oido «4ft>, flieron oom-
pnncIdM de oonzon, y dileron á Pedro,
y á iM oCnw Bpdstolca : Varones herma*
nea, iVoA harsmot « ?
88 Y Pedro les dice : Anrepentíos/, 7
bautícese' cada uno de roiotros en el
nombre de Jesu-Cristo para perdón de
loe pecados ; y xedUxcls el don del Es-
píritu Santo.
88 Poique para Tosotros es la promesa,
y para Tuestros hijos, y para todos los
que están léiJosA ; vara cuantos el Seik>r
nuestro Dios llamare.
40 Y con otras muchas palabras testl.
fícaba, y exhortaba, diciendo : Sed sal*
▼os de esta perrersa generación.
41 Así que los que recibieron gustosa-
mente su palabra, fueron bautizados : y
fVieron afládidas aquel dia como tres mil
personas f.
48 Y perscTeraban en ia doctrina de los
apóstoles, y en la comunión, y en el par-
timiento del pan, y en las oraciones.
48 Y toda persona tenia temor : y mu-
chas maraTíllas t señales eran hechas
por los apóstoles •.
44 Y todos los que creían estaban Jun>
toe ; y tenían todas las cosas comunes *.
45 X rendían las posesiones y las haci-
enda», T repartíanlas á todos, como cada
uno habla menester <.
40 Y perseverando unánimes oada dia
en el templo, y partiendo el pan"* en
las casas, comían juntos con alegría y
con sencillez de corazón,
47 Alabando A Dios y teniendo gracia
con todo el pueblo*. Y el Señor anadia
cada dia á la iglesia* los que hablan de
ser salvos f.
CAPITULO III.
Xhk eojo de naeimiento, enrodó con-la inwoea-
cioM <M nombn de Jtmu. Segundo Mrm<m
d» San Pedro, en fue dentrneetra $er Jeema «i
MetOu ffcmitído en la Ley.
PEDRO y Juan subían Juntos al tem-
plo á la hora de oración, la de
noiui*.
9 Y un hombre, que era co)o desde el
▼ientre de su madre, era traído, al cual
ponían cada dia á la puerta del templo
3ue se llama la Hermosa, para que pí-
lese limosna de los que entraban en el
templo.
8 Este como rió ¿ Pedro y A Juan que
iban á entrar en el templo, rogaba que
le diesen limosna.
4 Y Pedro, con Juan, izando los ojos
en ¿I, dijo : Mira á nosotros.
5 Entonces él estuvo atento & ellos,
esperando recibir de ellos algo.
é Y Pedro dijo: Ni tengo plata ni
oro; mas lo que tengo te doy: En el
nombre i de Jesu-Cristo de Nazaret, le-
vántate y anda.
7 Y tomándole por la mano derecha,
le levantó ; y luego fiíeron afirmados sus
pl^sy tobillos ;
8 Y saltando, se puso en pié, y anduvo,
y entró con ellos en el templo, andando
y saltando «, y alabando á Dios.
9 Y todo el pueblo le vló andar, y ala-
bar á Dios.
10 Y conocían que él era el que se
sentaba á la limosna á la puerta del
templo la Hermosa : y fueron llenos de
asombro y de espanto por lo que le habla
acontecido.
11 Y teniendo á Pedro y á Juan el
oo}o que habla sido sanado, todo el pue-
blo concurrió á ellos al pórtico que se
llama de Salomón rf, atónitos.
18 5 T viendo esto Pedro, respondió
al pumo : Varones Israelitas, ¿ por qué
os maravilláis de esto ? ó ¿ por qué po-
néis los otlo* en nosotros como si con
nuestra virtud* ó piedad hubiésemos
hecho andar á este ?
18 El Dios de Abraham, y de Isaao, y
de Jacob, el Dios de nuestros padres/
ha gloriñoado & su H^o Jesús'; al cual
vosotros entregasteis, y negasteis delante
de PilatoA, Juzgando él que habla de
ser suelto i.
14 Mas vosotros al Santo & y al Justo <
negasteis, y pedistds que se os diese un
homicida ;
15 Y matasteis al Autor de la vida* :
al cual Dios ha resucitado de los mu-
erto*, de lo que nosotros tomos tes-
tigos >*.
18 Y en la fü de su nombre, á este que
vosotros veis y conocéis ha confirmado
su nombre: y la fé que por él es, ha
dado á este esta completa sanidad en
presencia de todos vosotros.
17 Mas ahora, hermanos, lé que por
ignorancia lo habéis hecho, oomo tam-
bién vuestros príncipes *.
18 Empero Dios na cumplido asir lo
que habla antes anunciado por boca de
todos sus profetas, que su Cristo habia
de padecer.
19 Así que arrepentios f , y convertios r,
para que sean borrados vuestros peca-
dos * ; pues que vendrán ' los tiempos del
refkigerio de la presencia del Se&or,
90 Y enviará á Jesu-Crlsto«, que os
fué antes anunciado :
91 Al cual de cierto es menester que
el cielo tenga hasta los tiempos de la
restauración de todas las cosas*, que
habló Dios por boca de todos sus santos
proiírtas que han sido desde el siglo «.
92 Porque Moisés d^o á los padres":
El Seflor vuestro Dios os levantará pro-
feta de vuestros hermanos como yo; á
él oiréis en todas las oosas que os ha-
blare.
88 Y será, «us cualquiera alma que no
oyere á aquel profleta, será desarraigada
del pueblo.
94 Y todos los profletas desde Samuel*,
Len adelante todos los que han hablado,
m anunciado estos días.
85 Vosotros sois los hijos de los pro-
fetas, y del pacto que Dios concertó con
nuestros paares <•, diciendo á Abraham :
Y en tu simiente serán benditas todas
las lunillas de la tierra &.
96 A vosotros primeramente. Dios, ha-
biendo levantado á su h^o Jesús, le
envió para que os bendijese «, á fin que
cada imo se convierta de su maldad.
CAPITULO IV.
Loe opMolcf, preM, y examinadoe sobra la
euraeioH dd hdUdo, eonJIeMm laft de Jemt-
Orieto. Se lee «Minia que no prediquen.
Oreeen loe ñelea en número, y viven eo»
perfecta unum.
Y HABLANDO eUos al pueblo, so-
brevinieron los sacerdotes, j el ma-
gistrado del templo, y los Sedúceos*,
9 Resentidos de que enseñasen al pue-
blo, y anunciasen en Jesús la resurrec-
ción de los muertos.
8 Y les echaron mano, y los pusieron
en la cárcel hasta el día siguiente ; por-
que era ya tarde.
4 Mas muchos de los que hablan oido
la palabra creyeron ; y fué el número de
los varones como cinco mil.
5 ^ Y aconteció al dia siguiente, que
se Juntaron en Jerusalem los príncipes
de ellos, y los ancianos, y los escribas,
6 Y AÜás, príncipe de los saoerdotes.
Caifas h, y Juan, y Alejandro, y todos
os que eran del lini^e sacerdotal ;
•2C0.8.&
/Oapu&ao,
81.
f Jasa 17. 1.
Kf. L90,
92.
n.x9.u.
Hsb. 2. 9.
* Jasa 19.15.
< Mata?. 17,
» SsL 18. 10.
Ln. L86.
f Cap. 7. 02.
yS.14.
"* Joaa 1. 4.
IJnaa&ll.
•cap.xaa.
•La.2S.S4.
Jasa 16. 8.
1 üo. a. 8.
>'Cap.28.22,
28.
La. 91. 44.
«Cap. 2. 88.
>- Joel2.18.
'111.48. 26b
t Jer. SL 98,
95.
8c£S.H
20.
•CspiLlL
•Mat 19.28.
Bo. 8. 19.
92.
• Lu. L 70.
y Oap. 7. 87.
Den. 18. 18.
19.
■18a.S.90i
•Bo.9.4.8.
yl5.8.
» Oes. 82. 18.
«Matías.
La. 94. 47.
Osp.18.40.
|f<
•Cap.2S.8.
Mai9a.98.
«JuaalSJS.
A»D.<8«
Xios HBcaoe, v.
i.l^lL
•MataLas.
<Q«.T.tfk
t<lr.9ai>o«
Ik28.18.
iUk.ai.4a.
/o»^la4s.
fiut.li. a».
iü(ki.a7.
AjMnlLff.
<C»p.S.«D.
iClip. 9.33.
7 0«p.23.U.
Jer. 90. 9.
IJua 1.
1,8.
" Cap. ft. aSk
Lv.&a.
•Cftp.8.H
4C.
•aBej.l».
16.
r8iL3.1.9.
«Ln. 31.1,8,
etB.
<-Ci9ba.2S.
y8.i«.
vio.aLao.
Ia.4S.ia
7 Y ludtfndaliM pccMOiar en medio,
les prci;antanm: ¿Oaa qué potestad*,
ó en iiniá nombra habéis hecho vosotros
eato?
8 EntdnoM Teáxo, lleno de Espirito
Santo', les dUo: Piínoipes del pueblo,
y ancianos de Israel,
9 Pues que somos hoy demandados
acerca del Dcaeficio heeko á un hombre
enfermo, de qtié manera este haya sido
•anadof;
10 Sea notorio ft todos vosotros, y á
todo el pueblo de Israel, que en el nom-
bre de Jesu>Cristo de Niuaret, el que
▼esotros crucificasteis, y Dios le resucitó
de lot muertos, por Á ndimo este hom>
bre est& en vuestra presencia sano.
11 Este es la piedra reprobada de vos-
otros los edifioadfMres, la cual es puesta
por cabeza del &nguIo«.
19 T en ningún otro hay salud; porque
no hay otro nombre deb^o del cielo
dado & los hombres en que podamos ser
salvo^.
18 Entonces viendo la constancia de
Pedro y de Juan, sabido que eran hom-
bres sin letras é ignorantes;, se maravi-
llaban ; y les comwlan que habian estado
con Jesús.
14 T viendo al hombre que habla sido
•añado, que estaba con elfos, no podian
decir naos en contra.
15 Mas les mandaron que se saliesen
fuera del concillo, y conferian entre sí,
16 Diciendo : ¿ Qué hemos de hacer á
estos hombres A ? poique de cierto sei^
manifiesta ha sido hecha por ellos, no-
toria á todos los que moran en Jerusa<-
lem, y no lo podemos negar.
17 Todavía, {lorque no se divulgue mas
Gr el pueblo, amenacémosles que no
bien de aquí adelante á hombre nin-
guno en este nombre '.
18 Y llamándoles, les intimaron que en
ninguna manera hablastnti ni enseñasen
en el nombre de Jesús.
19 Ibotónces Pedro y Juan respondi-
endo, les dijeron: Juzgad si es justo
delante de Dios obedecer antes á vos-
otros que á DiosA :
90 Porque no podemos dejar de decir
lo q^e hemos visto y oído <.
81 Ellos entonces los despacharon ame-
nazándoles, no hallando ningún modki
de castigarles, por causa del pueblo* ;
porque todos glorificaban á IMos de lo
que nabia sido hecho.
99 Poique el hombre en quien habla
sido hecho este milagro de sanidad, era
de mas de cuarenta años.
98 ^ Y sueltos ellott vinieron & los
suyos», y oontaroQ todo lo que los prín-
cipes de los sacerdotes y los ancianos les
habiftn dicho.
94 Y ellos, habiéndolo oido, alzaron
unánimes la voz á Dios, y dijeron : Se-
ñor, til ere* el Dios, que hiciste ri oiáo
y la tierra, la mar, y todo lo qoe en
ellos hay":
95 Que (en Espíritu Santo) por la boca
de David tu siervo dijiste': ¿ Por qué
han bramado las grates, y los pueblos
han pensado cosas vanas ?
96 Asistieron los reyes de la tíenu, y
los príncipes se Juntaron en uno contra
el Señor, y contra su Cristo.
97 Porque verdaderamente se Jimtaron
en esta ciudad contra tu santo hijo Je-
sús, al cual ungiste, Heródes y ronoio
Pilatof, oon los Gentiles y los pueblos
de Israel,
98 Pan hacer lo que tu mano y tu con-
se^o habian antes detcmiinado que ha-
Ua de ser hechor.
99 Y aluHca, Sefior» min sus
M
zas, y di á tus siervoa que coa
confianza hablen tu palabra* :
80 Que extiendas tu mano á que
dades, y milagros y prodigios
chos< por el nombre de tu
Jesús.
81 Y eorao hubieíoa orado, él
en que estaban congregados tembUSi 7
todos ftiexon llenos de Esjcirltu Santo*,
y hablaron la paletea de uiae con con-
fianza*.
88 ^ Y de la mnltitod de loe qa» ha-
bian creído era un corazón y un alma-a;
y ninguno decia ser suyo alño de lo qoe
poseía, mas todas las cosas lea eran co-
munes r.
88 Y los apóstoles daban testimonio de
la resurrección del Señor Jesús*
gran esfuerzo f: y gran gracia
todos ellos;
84 Que núigun necesitado haUa entre
ellos ; porque todos los que poeeiatt he-
redades 6 casas, vendiéndolas, traian el
precio de lo vendido,
85 Y lo ponían á los pié* de los apretó-
les ■. y era repartido i cada uno scgnn
que nabia menester b,
as Entonces Joses, que ftié llamado de
los apóstoles por sobrenombre Bemaháa,
(que es^ interpretado. Hijo de oonaola-
cUm,) Levita, y natural de Clpro,
87 Como tuviese una heredad, le ven-
dió, y brajo el precio, y piUolo 4 los píes
de kié apóstoles.
CAPITULO V.
OaiHgo ele Amamf^ y S^a. Lot apUttm, y
SK «gMetei Ptdro, wm <!• immva perweg»iio»
y fnto» : nuu for eommfo é» GmmmIM ase
ffímtM «N lOmiad, dupnes da mr aaaUíéoa.
AS un varón llamado Ananias, con
Safira su miver, vendió una po-
sesión,
9 Y deflrandó áA precio, sabiéndol»
también su mtger ; y travendo una pas-
te«, pdsofa á los pies de ÍM apóstoles.
8 Y düo Pedro: Ananias, ¿Por qaé
ha llenado Satanás tu corazón^ 4 que
mintieses al Espíritu Santo «, y deban-
daaes del precio de ia heredad ?
4 Reteniéndola ¿no se te quedaba 4
tí ? y vendida, ¿no estaba d precio en
tu potestad ? a Por qué pusiste esto en
tu corazón ? Mo has mentido 4 loa hom-
bres, sino 4 Dios.
6 Entonces Ananias, oyendo astaa pa-
labras, cayó, y espiró, i vino un gran
temor sobre todos los qup lo oyeron <
6 Y levant4ndo8e loe mancebos, le to-
maron • ; y sacándote, aepult4ronls.
7 Y pasado espacio como de trea horas,
sucedió que entró su m«Oer, no sahfamdn
le que habla acontecido.
8 Entonces Pedro le d^o : Díme :
¿ vendisteis en tanto la heredad ? Y ella
dyo : Si, en tanto.
9 Y Pedro le d^ t ¿ Por quá os eon-
certasteis/ pera tentar al Espirita del
Señor ? Hé aquí 4 la puerta los niésde
los que han sepultado 4 tu maiia», y le
sacarán 4 «cpidlar.
10 Y luego cavó 4 loe pies de A, y es-
piró': y entradas los oumcebos, la ha^
liaron muerta ; y la sacaron, y la aepul-
taron Junto 4 su marido.
11 Y vino un gran temor en toda la
iglesia, y en todos los qoe oyeran
cosas A.
19 ^ Y por las manos de loe ui
eran hechos mudaos mllagras y pradi-
gios en d pueblo*; (y estaban todos ana
nimes en el pórtico de Salomón*:
18 Y de loa oCros, ninguno osaba JuS'
terse con ellos; mas el pueblo lea al»
baba grandemente^ ;
0»lit
fi-a. >
kia
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A. 0.81.
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I.
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MBl4.ia.
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i6.:a,a7.
i 17. 8.
^4.5.».
lk^4.l.
)t9.*.2L
lip.4.18.
iBp.a.3s,
LIS.
ftt. 27.25.
nB«L2.Si.
L 9. C 6.
M.1.2L
aalfi.».
14 T ks qiM ontaa «l «I
aimiaitaban mas, giui Btfmaro aií de
hombMi oono de nrajemai i)
15 Tanto que echaban lea enftnnei por
laa eallas, f lo§ ponían en eamat j en
leduM, pan que finiendo Pedro, á lo
aenoa su lombiim toeaae á alguno de
eUoB*.
16 T ann de laa eindadea Teeina» oon-
ewrle nmltitiid & JeruMlem, trayendo
enftinuM, y atoimenladoa de cepmtoa
faunuadoa; loa eoalea todoa eran on-
ndot*.
17. Y Bntdneaa tevaatáadoae d pHn.
dpe de loe aaoerdotea, v todot loa que
él» que oa la aaeta de loa
Sadooáoa', ae llenaran de aelo,
18 T eeharoin mano á loa apdateiet, y
pniiérenlot en la eánel pdblioar.
19 Mas el An^el del 8e5or, abrtendo
de noche las puertas de la céícel, j sa-
eáadoiea,dlio:
SO Id, y estando en el templo, hablad
al pueMo todas las palabras de esta
Tidar.
81 Y oído qne habieron «<to, entraron
de maflana en el templo, y enseOaban.
KntPBtanto viniendo el piuiolpe de los
aaoavdotas, j ka que enm oon él, oon-
Tocaran el ooneilio, y á todos los anol>
anos de los hUos de Israel*, y euTlaron
k la cfaeel para que ftiesen traídos.
M Mas como llecanm los mlnlstna, y
no les hallaron en la oAroel, TolTieron, y
dieran aviso,
as IHeiando: Per otarte la cáioel he.
mea hallado cerrada oon coda seguridad,
7 las guardas que estaban delante de las
paertas; mea cuando abrtanes, á nadie
■rilamos dentra.
9i T cuando oyeron estas palabras el
pontiSce y el magistrado del templo ', y
loa príndpeB de los sacerdotes, dudaban
qne se habría hecho de ellos.
85 Pero Tlnlendo uno, dióles asta no-
ticia: Hé aquí, los varones que echas-
tets en la careel, están en ri templo, 7
enselvan al pueblo.
86 Bntdnecs ftié el magistrado oon los
ministns, 7 trájotes sin violeneia, por-
que temían áA pueblo « ser apedreados.
87 T como los tnOeron, /os pnaentaron
en el oonoillo; 7 M principe de los sa-
eewlotes les pregunté,
88 Diciendo : ¿ No os denunelamoa es-
trachuaente, que no ensefiaseis en este
nombre*? 7 lié aquí habéis llenado á
Jevnsalem de vuestra doctrina, j queréis
echar sobre nosotros la sangre de este
hombra *•
80 T respondiendo Pedro 7 los apestó-
les, dijeron : Es menester obedecer á
Dios ánies que á los hombres >.
80 Bl Dios de nuestros padres levanté
A Jesús, al cual vosotros matasteis col-
gándole en un madera «.
81 A este ha Dios ensalzado oon su
diestra* por Príncipei 7 Salvador*, pa-
ra dar á Israel arrepentimiento 7 re-
misión de pecados.
88 Y nosotras somos testigos suyos de
estas cosas, 7 también el &ylriux San-
to', el eaal ha dado Dioa 4 loe que le
88 Ellos oyendo esto rallaban», 7 eon-
saltabaa matarles.
84 Enténces levantándose en el con-
cillo «n Fariseo, llamado Qamallel/,
doctor de la ley, venerable á todo el
pueblo, mandé que sacasen ftiera un
poco á los apestóles }
as Y les dQo : Varanes IvaeHtas, mi-
rad por vosotras acarea de estos hombres
en lo que habéis de hacer.
88 Poique antes de estos dias ae levan-
té na Teudas, dloieade que en algvlcn t
al que se agrñé un ndmero de hombres,
eoeno eaatraoMatos ; el euid ftié matado,
y todos les que le ersyeron Aieron dis-
persos, y reducidos á nada.
87 Después de este se levanté Jddas el
Uallléo en loa dias del empadronami-
ento, y llevé mucho pueblo tras sí. Fe-
recio también aquel, y todoa los qne
consintieron con él ftieron derramados.
88 y ahora oa digo: Dejaos de estee
hombres, y dejadles ¡ porque si este con-
sejo, é esta oora es ae loa hombres, se
dMvaneoerá;
80 Mas rt es de DkM, no la podréis
deshacer' : mirmd no seáis tal ves halla-
dos resistiendo á Dios A.
40 Y convinieron oon él : y Hamando á
los apésteles, después de acotados ', l«»
intimaron que no hablasen en el nom-
bre de .Tesns*, y soltáronlos.
41 q' Y ellos partieron de delante del
concilio, gozosos I de que fiaesen tenidos
por dignos de padecer aftenta por sí
nombre de Jttut.
4S Y todos los dias, en el templo, y
por las casas, no cesaban de enséflar y
predicar á Jesa Orlsto.
CAPITULO VI. _^_
mlr* ImÜm t hatt frmdu míOagrcet
y M l*v— toa
EN aqndlos días, creciendo el nilmero
de loe discípulos, hubo murmura-
ción de los OriMos * contn los Hebreos,
de que sus viudas eran menospreciadaa
en A ministerio cuotidiano &.
8 Así que los dooe eonvocanm la mul-
titud de los dÍK:ípulos, y dijeron : No es
Justo que nosotros dejemos la palabra de
Dios, y sirvamos á las mesas.
8 Bascad pues, hermanos, siete varo-
nes de vosotros de buen testimonio*,
llenos de Espíritu Santo y de sabiduría,
los cuales pongamos en esta obn.
4 Y nosotros persistiremos en la on-
clon y en el mimsterio de la palabn <
5 Y plugo el parecer á tooa la multi-
tud ; y ciñieron á Esteban, varon lleno
de fiS y de Esfrfritn Santo*, y á Felipe/»
Íá Proooro, y á Nicanor, y á Timen, y
Parmenas, y á Nicolás, prosélito de
Antioquía.
6 A estos presentaran ddante de los
apestóles, los cuales orando f les pusi-
eron las maiuM encima K
I Y créela' la palabn dd Sefior, v el
número de los discípulos se multiplica-
ba mucho en Jerusalem t también una
gran multitud de los sacwdotes obedecía
ála«S.
8 ^ Empero Esteban. lleno de fé y
de potencia, hacía prodigios 7 milagros
grandes en el pueblo.
9 Levantáronse enténces unos de la
sinagt^ que se llama de los libertinos,
y Onenéos, 7 Al^andrlnos, v de los de
Oilicia, 7 de Asia, dispntanoo oon Es-
teban.
10 Mas no podían nsfstir 4 la sabldur&i
7 al espíritu con que hablaba*.
II luténces sobornaron á unes I oue
dijesen que le hablan oido haUar paJa-
bnss blasfemas contra Moisés 7 Dios.
19 Y conmovieron al pueblo, 7 á los
anoianos y á los escribas; y arremeti-
endo, le arrebataron y trajwon al con-
cilio.
18 Y pusieron testigos fiílsoe qne di-
jesen : Este hombre no cesa de hablar
palabras blasfemas oontn éi lugar santo
y la ley.
14 Porque le habemos oído decir, oue
este Jeius de Nanrat destruirá estela-
fPn>.SLaa
Job 94.19.
fcCa^9.S.
<Mat.iai7.
«Cap, i, 18.
{Mat 5.18,
30o. 19.10.
Fi. 1. 89.
Heb.10.84.
Seat*. 1. 3.
lPsd.4.U.
le.
•Cap. 9. 89.
*CaM.S^
•Cu. 16. 1
in.i.r.
41TL4.U.
•Op 11.91
/Cap. 8. 6.
26.
731.8.
f Cap. 18. 8.
&1TL4.14.
Í5.3a.
Tl.1.8.
•'Osp.18.94.
y 19. 20.
Is.Sft.ll.
Osl.».*.
tLa.ll.».
UBot.SL
10, U.
lUt. 96.80,
«a
A. o. 88.
LOS HECHOS, VIL
LJKSS.
•Xx.M.80.
ss.
Sió'ií
mndazá las oadwnnwM qpe tu»
iQtm.12,1.
•GaB.U.SL
'G€a.l&&
«Om.U.lS.
j 16. 18.
/Gmt.lMS,
18.
fXx.ia.4D,
O.
kQen.V.9,
11.
<GaB.Sl.
1.4.
AG«B.SSJ«.
IGeii.S8.83,
ete.
"06B.S7.28.
8^106.17.
» Gen. as. 3,
•G«B.«L40.
tGMbtta,Z
*-GaB.4S.4,
•G«a46.S7.
Dbb. 10.39.
(J<M.9«.S2.
•Bt.l.r,9.
tOr. iVi»
viJUadot.
•■x.1.93.
"Xz.S.l,
H«b. 11.38.
rMM.%10.
U Entonces todos los que estaban sen-
tados en el concilio» puestos los qjos en
él, Tieron su rostió como el xostio de
un ángel**.
CAPITULO VII.
BaamamimUo de Btm E$t^am «u ti emeMo
de Um JuátMi y w nartírio.
EL principe de los sacerdotes dijo en-
táñces : ¿ Es esto así ?
5 Y él dijo : Varones hennanos, y pa-
dres», oid : El Dios de la gloria apareció
á nuestro padre Abraham, estando en
Mesopotamia, Antes que mocase en
Oharan,
8 V le dUo^: Sal de tu tierra, y de
tu parentela, j Ten á la tierra que te
mostraré.
4 Entonces salió de la tierra de los
Oaldéos, 7 habitó en Charan «: v de allí,
muerto su padre, le traspasó i esta tl>
erra, en la cual vosotros habitáis ahoTa<
6 T no le dio herencia en ella, ni aun
para asentar un pié: mas le prometió
que se la darla en jpoaesion, jr á su si-
miente después de él*, no teniendo aun
hiio.
é Y hablóle Dios así/: Que su simi-
ente seria extiai^era en tierra •^leta.f y
que los reducirían á servidumbie, y mial-
tratarian por cuatrocientos aflos'.
7 Mas JO Juzgaré, dijo Dios, la nación
á la cual serán sierros; y después de
esto saldrán, y me servirán en este lu-
gar.
8 Y dióle el pacto de la circuncisión A t
y así Abraham engendró á Isaac, y le
circuncidó al octavo dia>; é Isaac á
Jacob k, y Jacob á los doce patriarcas t.
9 Y los patriarcas, movidos de envidia,
vendieron á José para Egipto"** mas
Edos era con él >*,
10 Y le libró de todas sus tribulaciones,
y le dio gracia y sabiduría en la pre-
sencia deJParaon, rev de Egipto, el cual
le puso por gobernador solóe I%ipto, y
sobre toiu su casa*.
11 Vino entonces hambre en toda la
tierra de Egipto y de Oanaan^, y grande
tribulación : y nuestros padres no halla-
ban alimentos.
12 Y como oyese Jacob que habla trigo
en Egipto, envió á nuestros padres la
primera vez«.
18 Y en la segimda Joié fué conocido
de sus hermanos, y fué sabido de Fa-
raón el lin^e de José •'.
14 Y enviando José, hizo reñir á su
padre Jacob, y á toda su parentela, en
númtro de setenta y cinco personas «.
15 Así descendió Jacob á Egipto, don-
de murió él y nuestros padres ;
16 Los cuales fueron trasladado* á 81-
ohém*. y puestos en el sepulcro que
compro Abraham á precio de dinero de
los 14)os de Hemor, padr» de Sldtém.
17 Mas como se acercaba el tiempo de
la promesa, la cual Dios habla Jurado á
Abraham, el pueblo creció y multipli-
cóse en Egipto «,
18 Hasta que se levantó otro rey que no
conocía á José.
19 Este, usando de astucia con nuestro
lini^e, maltrató á nuestros padres, á fin
de que pusiesen á peligro de tnuerU sus
niños, pan que cesase fia generación *.
90 En aquel mismo tiempo nació Moi-
sés, y fué agradable á Dios : y fué criado
tres meses en casa de su padre'.
SI Mas dendo puesto al peligro, la
hHa de Faraón le tomó, y le crio como
á i4K> *u.*o '•
SS Y fué enaeflado Moisés en toda la
sabiduría de los Egipcios ; y en pode-
roso en sus dichos y hechos «.
88 Y cuando hubo cumplido la edad
de cuarenta a&os, le vino voluntad de
▼isitar á sus hermanos los hijos de Is-
rael*.
84 Y como vio á uno que era li\}uriado,
defendióle, é hiriendo al Empelo, vengó
al li^riado.
86 Y pensaba que sus hennanos en-
tendían que Dios les habla de dar salnd
por su mano: mas ^oa no b hablan
entendido.
96 Y al dia siguiente liliendo dlea, se
les mostró, y les metia en pax, diciendD :
Varones, hennanos sois, ¿por qué oa
iixJuriais loa unos á los otros ?
87 Entonces el que lujuriaba A su pró-
jimo, le rempv^ó, diciendo : ¿ Quién te
ha puesto por principe y jnex solne nos-
otros?
88 ¿Quieres td matarme, oomo ma-
taste ayer al Egipcio b ?
89 A esta palabra Moisés huyó : y le
hizo extrai\)ero en tierra de Manían,
donde engendró dos h^os.
80 Y cumplidos cuarenta alkos«, d
ángel del Sefibr le apareció en d desi-
erto del monte Sina en fuego de llama
de una zana.
81 Entonces Moisés mirando, se mara-
villó de la Vision; y llecándose para
considerar, fíié hecha 4 & toc dd Se-
fior:
88 Yo «ou el Dios de tus padres, tü
Dios de Abraham, y tí. Dios de Isaae,
y él Dios de Jaoob^. Mas Moisés teme-
roso, no osaba mirar.
88 Y le dijo el Sefior: Quita los n-
patos de tus plés, porque el lugar en
que estás, es tierra santa*.
84 He visto, he visto la aflicción de mi
pueblo que está en Egipto, y he oido éi
gemido de ellos, y he descendido pasa
librarlos. AJiora pues Ten, te enTiaié á
Egipto/.
35 A este Moisés, al cual hablan re-
husadof, diciendo : ¿ Quién te ha pnesto
por principe y juez ? á este envió Dina
por príncipe y redentor con la mano del
ángdf que le apareció en la zarza.
w Este los sacó, habiendo hecho pro-
digios y milagros en la tierra de Egipto,
y en el mar Berm^o, y en al desierto
por cuarenta afios A.
87 Este es el Moisés, el cual d^o á k»
hijos de Israel • : Proftta os levántala el
Sefior Dios vuestro, de Tuestros herma-
nos, como yo ; á él oiréis.
38 Este es aquel que estuvo en la con-
gregación en tí. d«sierto con d ángel*
que le hablaba en el monte Sina, y con
nuestros padres; y recibió laa palabraa
de vida para dariios^:
89 Al cual nuestros padres no quisi-
eron obedecer; ánte^ le desecharon, y se
apartaron de corazón á Egipto,
40 Diciendo á Aanm "• : Haznos diosea
re vayan ddante de nosotros ; poique
este Moisés, que nos sa<!Ó de tierra
de Egipto, no sabemos que le ha acon-
tecido.
41 Y entonces hicieron un beeecro», y
ofrecieron sacriñcio al ídolo, y en las
obras de sus manos se holgaran.
48 Y Dios se apartó, y los entregó qne
sirviesen al c;)éroito del cielo*, ooom» ola
escrito en el libro de los profisCas': ¿ Me
ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desi-
erto por cuarenta afios, casa de Israel ?
43 Antes tn^isteis éL tabemáettlo de
Moloc, y la estrella de vaestro dkw
Remfan, figuras que os hicisteis
adorarlas : os trasportará poas
de Babilonia.
*I«.M.U.
•Is.111.
ftSK.a.ii
.8.3.
I
OUtS3.SS. I
HalklLM. I
«J(ae.t.U.
I
/SZ.8.U.
tOr.M.
eiz. 14.18.
Va.90Ll6.
ASZ.TTI.
XI.XIT. '
yM.tS.
i-OkVkS.B. I
Db«. 18.15.,
18.
Ala.CI.8. I
1
<])ae.l.S. t
SI. I
JnMt-U. :
BB.a.8.
••■Z.8LL
•KK.81t.
])ae.9.M>
•BeLSLB-
Dm.4.»
smvV-
J«E.19^XI-
rAaas8.&
i
A.D.3S.
LOS HECHOS. VnL
A.D.SS.
lIi.9S.4a
Hab.8.6.
•'Jos.S.14.
•Neh.9.a4.
118*. 18. 1.
Bal.JSa.
a. 6.
•lBeT.e.1,
•te.
78.901
'C«p.l7.94.
Ilto3r.8.97.
>Ii. 68.1.9.
'1Z.89L0.
la. 48. i.
■I«T.S&41.
Oira.10.ie.
J«r. 4.4.
Bo.2.28,
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'2Cr.8&16.
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rb.1.1.
IIM.8.16.
'I«.4.9».
k0»pb8.1,8.
W.SLS.
lA.a8.46.
1M.&44.
lA.9ft.84.
JWBll.ll.
10o. 1& a.
lTw.4.14.
CspulLl».
0»p.26.ia
I do. U. 9.
Ua.l.lS.
I Ti. 1. 16.
C»p. 6.6.
44 TuTieron nuestro» padres el taber*
sáculo del testinumio en el desierto,
como habla Dtot ordenado, hablando á
Moisés que le hiciese según la forma
que habla visto 7.
46 El oual recibido, metieron también
nuestros padres con Josué' en la pose-
sión de los Oentilest que Dios echó de
la presencia de nuestros padres*, hasta
los dias de Darid ;
40 £1 cual halló gracia delante de
Dios', y pidió hallar tabernáculo para
ti Dios de Jacob*.
47 Mas Salomón le edificó casa*.
48 6i bien el Altísimo no habita en
templos hechos de mano », como el pro-
feta dice y :
40 El cielo c* mi trono, 7 la tierra el
estrado de mis pies. ¿ Quie casa me edi>
fiear^ ? dice el SeBor : ó ¿ cual terá él
lufcar de mi reposo ?
60 ¿ No hizo mi mano todas eftas co-
sas?
61 Duros de oenrizs, é incirenncisos de
eoraion y de oídos a; Tosotros resistís
siempre al Espíritu Santo &: como tu-
ettros padres, ati también Tosotros.
62 ¿A oual de los profetas no persi-
guieron vuestros padres*? y mataron á
tos que intes anunciaron la venida del
Justo, del cual vosotros ahora hab^
sido entregadores y matadores :
68 Que recibisteis la lev por disposición
de &ü;e1es, y no la guardasteis.
64 1 Y oyendo estas cosas, regafiaban
de sus corazones 4, y crvgian ios dientes
oontra él.
66 Mas él, estando lleno de Espíritu
Santo «, puestos los qJos en el cielo, vio
la gloria de Dios, y á Jesús que estaba
á la diestra de Dios,
66 Y d^o : Hé aauf , veo los cielos abi-
ertos/, y al HUo del hombre que está á
la diestra de Duis.
67 Entonces dando grandes voces, se
taparon sus oídos, y arremetieron uná-
nimes oontra él,
68 Y echándolo ftiera de la ciudad f,
i» apedreaban: y los testigos pusieron
sus vestidos á los pies de un mancebo
que ae llamaba Sanio*.
60 Y apedrearon á Esteban, invocando
él, y dteiendo : Befior JesuSj recibe mi
espuittt •'.
éo Y puesto de rodillas, clamó á gran
vos: Sefior, no les imputes este pe-
oado*. Y habiendo dicho esto, durmió
*m d StHori.
CAPITULO VIII.
Sanio peniait la Iglmia. FtUp$ «1 diáetmo
haee wmAo fruto «n Samaria, tdotuU $0»
0nviailtm Pwo jr Juan. Petúáo comMAo
par Bimon Mago ipu dU «Z nombre á Id
gimonia. Felip» ItuUúa ai «mueo dé te
rtina Oandaee.
YBAULOs consentía en su muerte,
Y en aquel día se hizo una grande
persecución en la Iglesia que atiaba en
Jemsaiem; y todoe fueron esparcidos^
por las tierras jde Judéa y de Samarla,
salvo los apóstoles.
9 T llevaron á etUerrar á Esteban va.
roñes piadosos, é hicieron gran llanto
sobre él.
3 Entonces Saulo asolaba la Iglesia
entrando por las casas ; y trayendo hom-
bres y mujeres, lot entregaba en la cár-
cel*.
4 Mas los que fiíeron esparcidos, iban
por todas partes anuncianao la palabra.
6 ^ Eiáónces Felipe^, descendiendo
á la ciudad de Samarla^ les predicaba á
Cristo.
6 Y las gentes escuchaban atentamente
unánimes las cosas que deda Felipe,
oyendo y viendo las señales que hacia.
7 Porque de muchos que tenían* es-
píritus inmundos, sallan esto» dando
grandes voces : y muchos paralíticos y
cojos eran sanados.
8 Así que habla gran gozo en «quella
ciudad.
9 Y halda un hombre llamado Simón,
el cual habla sido antes mágico en aque-
lla ciudad/, y engañado la gente de Sa-
marla diciéndose ser algún grande;,
10 Al cual o|an todos atentamente des-
de el mas i^ueño hasta el mas grande,
diciendo : Este es la grande virtud de
Dios.
11 Y le estaban atentos, porque con
sus artes mágicas ios habla embelesado
mucho tiempo.
18 Mas cuando creyeron á Felipe, que
anunciaba el evangelio del reino de Di-
os A, y el nombre de Jesu Cristo, se
bautizaban hombres y mujeres.
13 El mismo Simón creyó también
entonces, y bautizándose, se llegó á Fe-
lipe; y viendo los milagros y grandes
maravUlas que se hacían, estaba atónito.
14 ^ Y los auóstoles que estaban en
Jemsalem, habiendo oido que Samarla
habla reclMdo la palabra oe Dios, les
enviaron á Pedro y á Juan :
15 Los cuales venidos, oraron por ellos
para oue recibiesen el Espíritu Santo.
16 (Porque aun no habla descendido
sobre alguno de ellos •', mas solamente
eran bautizados en el nombre de Je-
sús 1^.)
17 Entonces les impusieron las manos,
y recibieron el Espíritu Santo <.
18 Y como vio Simón que por la im-
posición de las manca de los apóstoles
se daba él Espíritu Santo, les ofreció
dinero,
19 Diciendo : Dadme también á mí
esta potestad, que á cualquiera que pu-
siere las manos encima, reciba el Es-
píritu Santo.
90 Entonces Pedro le d^o t Tu dinero
Serezca contigo, que piensas que el don
e Dios se gane por dinero.
SI No tienes tu parte ni suerte en este
n«;ocio : 'porque tu corazón no es recto
delante de Dios«.
89 Arrepi&itete pues de esta ta mal-
dad, y ruega á Dios, si quizas* te será
perdonado el pensúniento de tu eo-
razón.
513 Porque en hiél de amargura y cq
prisión de noaldad veo que estás *.
84 Respondiendo entonces Simón, di-
jo: Rogad vosotros por mi al Beflor^,
Sue ninguna cosa de estas, que habéis
icho, venga sobre mí.
85 Y ellos habiendo testificado y ha-
blado la palabra de Dios, se volvieron á
Jemsalem, y en muchas tierras de los
Samariunos anunciaron el Evangelio.
96 ^ Empero el ánsel del Señor habló
á Felipe, alelando : jLevántate y vé ha-
cia el mediodía, al camino que desci-
ende de Jerusalém á Uaza 9, la eoal as
desierta.
87 Entonces él se levantó, y fué : y hé
aquí un Etiope r, eunuco*, gobernador
de Candace, reina de los Etiopes, el oual
era puesto sobre todos sus tesoros, y ha-
bla venido á adorar á Jemsalem *,
98 Se volvía, sentado en su oano, y
leyendo él profeu Isaías.
89 Y el Espíritu dijo á FeUpe»: Llé-
gate y jtintate á este carro.
80 Y acudiendo Felipe, le otó que leía
al profeta Isaías 1 y ^jo : Mas ¿ entlp
endiss lo que lees ?
81 Y él d^o : ¿ Y cómo podré, si al-
*Har.l&17.
/Can.lS.6.
Oa.8.90.
▲p.a9.U.
' Cap. i. 86.
AOp.1. S.
<Cap.l9.&
k Oan, 9. 88.
yi«r48.
y 10. 8.
<Cap.l9.«.
■"8aL 78.86;
87.
"Da. 4. 97.
9TL&9ab
«Pro. 6. 18.
'Xz.8.8.
iihr.is.6.
t Jos. 16. 47.
•' Is. 18. 1.
*a«a. 87.88.
• 2Gr.«.8S,
89L
•Osn.10.19.
yll9.
A.IXM.
LOB REOHOS, EL
A.P.st'
«b.A7.8.
'0»^u)L«.
vacilo. 17.
•o».». 10.
1 Bey. 18.
13.
SB4r.3.1«.
JuMi <L 18.
tCo.lUI,4.
Bi.S.ia.
li.
1 8*. & 17.
• Cap. 8. 9.
0«.1.UL
1TÍ.1.1S.
» Cap. 19. ft,
as.
7». 4.
y34.14,SB.
•Caa.ail«.
fMTli.
lüo.lft.8.
<llUt.SS.iOb
4C
EL&SO.
• O». 10. 7.
/G«p.3a.i&
gano no me enielUm ? T kmn) á Felipe
que tableee, y se Miitafe con él.
as y el Innr de la ewritarm (pie Ida,
era eite*: Gomo oTete á la moerte foé
Herado t T como coraen tnado delante
del que le trasquila, asi no abrió sn
Doea.
88 En su homilladon ca ¿oieio flt¿
quitado: mas su generación, ¿quién la
contará ? porque es quitada de la tierra
su Tida.
84 y remondlendo tí eunuco á Felipe,
d^o : Ruégote ¿ de quién el ijnrfiBta ^ce
«ito ? ¿ de sí, o de otro alguno ?
85 Bntdnees Felipe abriendo su boca,
y comenzando desde esta escritura, le
anunció el eTangelio de Jesús «.
88 T yendo por el camino, llMaron á
cierta agua : y d^o el eunuco : fié aqui
agua; ¿qué impide que yo sea bauti-
zado'?
87 y Felipe d^o: 81 erees de todo
corazón, birá puedes. T respondiendo,
dyo: Creo que Jesu Cristo es el HUo
de Dios.
88 T mandó parar el carro: y descendi-
eron ambos al agua, Felipe y d eunuco ;
7 bautizóle.
89 Y como subieron dd >xua, d Espí-
ritu del Seflor attebotó á Fdipe', y no
le tío mas d eunuco: y se fué por su
camino, gozoso.
40 Felipe empero se halló en Azoto* :
7 «asanao anunciaba el ETangelio en
todas las dudados, hasta que llegó á
Oeearéab.
CAPITULO IX.
OoHcerHon ptrUnioM át Batit». Pnátea tu-
tgo m Dumaieo. Va á JtnuaUm, y Bte-
RoM t» pretéHta á loa omMoIm, qua U
tnvion á Tarto. Son Ptiaro mra á un
faráUUeo, y rtmuita e» Jofpt 4 Tabita.
Y8AUL0, respirando aun amenazas
y muerte contra los discípulos del
Seflor*, vino d príndpe de los Sacer-
dotes,
t T demandó de ál letras para Da-
masco á las sinagogas, para que d ha-
llase algunos hombres ó mnieres de esta
secta ft, los trajese presos á Jerusalem.
8 y jrendo por d camino*, aconteció
que llegando cerca de Damasco, sdbl-
tamente le cercó un resplandor de luz
del eido.
4 y cayendo en ticna, oyó una tos
que le decia: Sanio, Saulo, ¿por qué
me persigues^?
5 Y él d^: ¿Quién eres, Befior ? y
d Seflor d^o : Yo soy Jesús á quien tü
persigues: dura cosa te es dar cooes
contra d aguijón.
8 El temblando y temeroso d^o : Se-
tter, ¿qué quietes que haga? y el
Sellor le dice i Levántate y entra en la
oiudad, y se te dliA lo que te conviene
hacer.
7 Y les hombres que Iban con Baulo,
se pararon atónitos, oyendo á la verdad
la voz, mas no viendo á nadie*.
8 Entonces Saulo se levantó de tierra,
y abriendo los q)os no vela á nadie : así
que UevAndole por la mano, metiéronle
en Damasco,
9 Donde estuvo tres dias sin ver ¡ y no
comió, ni bebió.
10 ^ Habla entonces un discípulo en
Damasoo, llamado Ananías/ ; d cual el
Sefior diJo en visión: Ananías. Y él
respondió: Heme aquí, 8elk>r.
11 y d Sefior le dh> : Levántate, y vé
á la edle, que se llama la Derecha, y
bnaea en eosa de Jddas á «no lUBnndó
Sanio, de Tarso: porque hé aquí él
on;
It y ha visto en visión un vana lia-
nudo Ananías, que entra, y le pone la
mano endma para que redra la vista.
13 Entonces Ananías respondió: Se>
fior, he ddo á muchos aoerca de este
hombre, cuantos mdes ha hecho á tus
santos en Jerusalem.
14 y aun aquí tiene faenltad de loa
príncipes de los sacerdotes de prender á
todos ios que invocan tu nombré.
15 y le aijo el Sefior: Vé; porque In-
strumentof escogido f me es esto, para
que lleve mi nombre en presencia de
los Gentiles*, y de reyes, y de los hijos
de Isnd •'.
18 Porque yo le mostraré enante le acá
menester que padezca por mi nombre*.
17 Ananus entonces nié, y entró en la
casa; y poniíhidole las manos encima <,
düo : Saulo, hermane, el Sellor Jesns,
que te aparedó en el camino por donde
venías, me ha enviado para que redbas
la vista, y seos lleno de Espíritu Santo m.
18 y ln«go le cayeron de loa «jos ooaM
escamas, y tedbio al punto la vista : y
levantándose toé bautizado.
19 y como comió, ftaé oonftcCado. T
estuvo Saulo por algunos días « oon los
discípulos que estaban en Damasco.
90 Y luego en las sinagogas |nedieaba
á Cristo, mcienáo que este era d B^o
de Dios.
91 Y todos los que le oían estaban ató-
nitos, y dedan : ¿ No es este d qv«
asolaba en Jerusalem á los que invo-
caban este nombre, y á eso vino acá,
para llevarlos presos á loa príndpca de
ios sacerdotes*?
99 Empero Saulo mucho mas seeaftr-
zaba, y confundía á los Judkw que mo*
rahan en Damas<^, afirmando que eate
es d Cristo j».
98 ^ Y como pasaron muchos diaa*,
los Judíos hideron entre d oonsq|e de
matarle.
94 Mas las asechanzas de dios (heíoa
entendidas de Saulo: y ellos miarda»
ban las puertas de día y de noehe para
matarle.
99 Entonces les discípulos,
de noche, U bi^jaren por d muio
en una espuerta r.
96 ^ Y como Saule vlae á J(
lem *, tentaba de Jimtarw oon los dta>
cípuloa : mas todos tenían ndedo de A,
no cTCvendo que era disdpulo.
97 Éntónocs Benwbé* tomándole. I»
tr^o á los apóstoles; y contdiea oamo
habia visto d SefioL* en el oamtno, y qoe
le habla hablado ; y como en Damasoo
habia hablado conflidaBoonte en d nem-
bre de Jesús «.
98 y entraba y salla eon elloa en Je-
rusalem.
29 y hablaba confiadamente en d nom-
bre dd Sefior Jesús, y disputaba oon loe
Griegoa*; mas ellos procuraban
tarie.
ao Lo cud eomo los hermanea
dieron, le acompafiaron hasta Ceaaréa, y
le enviaron á Tarso.
81 Las iglesias entonces tenían paz*
por toda Jndéa, y Galilea, y Samada,
y eran edificadas andandov en d temer
del Sefior : y con consudo ' del
Santo eran mnltipltcadas.
88 ^ y aconteció que Pedro,
los á todos, vino también á loa
que habitaban en Lidda*.
89 y halló dU á uno «•
Eneas, que hada ocho alloa
en cama, que era paralitieo.
34 Y ledljo Pedro: Btoéoa, Jasa OriMo
te sanai : levántate y hazte ta canoa. Y
luego se levantó.
étémám.
#BauLl.
G«.LU.
B£lT,i
&IA. 11.11
«Os^aia
SO».lLft
97.
sulh,
IOhpL8.0.
•eM.14.
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yOiLLH.
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•l<k.áB
y4.1^
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LOS HBOHOB, X.
A.D.CL
■ mtc
«k Lidda j en Sanna*, im eualM le
ouBilrUcvoa il Scflor.
86 ^ Entonce* en Joppe habU une
cHfefimU Itamada Tablta, que ti lo de-
clanís, qotece deelx. Donas i. Esta era
llena de Imenaa ofans^ j da llmoanaa
qoe hacia.
87 T aconteció en aguelloe dlat qae
enfermando, nniiM ¡ á la ooal, decpoas
de lavada, posieron an una tala.
88 T como Udda estidw carea de Joppe,
les diic^nilot, cqrendo qne Pedro estaba
allí, le enTlaron dos hombres rogindole :
No te detengas en Tcaoir hasta nos-
otrea.
89 Pedio entdnoes Immtándosa, Itaé
con ellos: y llegado que hubo, le lie-
Tamm á la sala, donde le Todeaion todas
las Tiudas, llorando y mostráadob las
tdnleas y los Testidoa que Doioas hacia,
onando estaba con ellas «.
40 Entonces echados fuera todos/, Pe-
dro puesto de xodlUas, oró : j vuelto al
cncrpo, dijo: Tabita, levánUtey. Y
ella abrid los ojos, y viendo i Pedro,
incarpovose.
41 Y ti le dló la mano, j levantóla:
entdnoes llamando lo* santas y las viu-
das, la presentó viva A.
48 Esto filé notorio por toda Joppe ; y
creyeron machos en ei Scflor •'.
43 Y aconteció qne se quedó mochos
días en Jeppe an casa de un dcrte Si-
món, ourtidinr.
CAPITULO X.
Bantíta PtÜro á Conulio ti emiurton, y á
9ar^M otro* OmtüM parimutrn y «mtígoa dt
ttto.
Y había un varón en Cesaróa, lia.
mado Comelio, oenturlon de la com-
paflia qne se llamaba la Italiana,
8 Fio«, y temeroso de Dios con toda su
casab, y que hacia muchas limosnas al
pueblo «, y oraba á Dios siempre <
8 Este vio en visión manifiestamente,
como á la hora nona del dia, que un
ángd * de Dios entraba 4 él, y le decía :
Oomdio.
4 Y él, puestos en él los qios, espan-
tado, dijo : ¿ Qué es, Sefior ? Y d^ole :
Tus oraoiones y tas limosnas han subido
en memoria á U presencia de Dios.
5 Envia pues ahora hombres á Joppe/,
y hax venir á vn Simón, que tiene por
solwenombre Pedro*
6 Este posa en casa de un Simón, cur-
tidor #, Que tiene su casa junto á la mar :
él te diva lo que te conviene hacer.
7 E ido el ángel que hablaba con Oor-
nelio, llamó dos de sus criados, y un
devoto soldado de los que le asistían :
8 A los cuales, después de habérselo
contado todo, les envió k Joppe.
I» ^ Y ci dia siguiente, yendo ellos su
caxnmo, y llegando cerca de la ciudad,
Fadro subió á la axotea á orar A, cerca
de la hora de sexta.
10 Y aconteció que le vino una grande
hambre, y quiso comer i pero muntras
M lo disponían, sobvevinole un éxtasi,
11 Y vio d délo abierto ', y que des-
cendía á él un vaso, como un gran li-
enzo, que atado de los cuatro cabos, era
baJaÁi á la tierra ;
Ifl En el cual lúMa de todos los ani-
males cuadntpedos de la tierra, y flcvas,
y reptiles, y aves del cielo.
18 Y le vino una vos : Levántate, Pe«
diro, mata y come.
14 Entonces Pedro dijo: Sellor, no;
poique ninguna cosa oomun é inmun-
da A he conüdo jamás.
18 Y volvió la vos háeia él la segunda
vea: Lo q;neI>iM lioapió', no i» Uames
td oomun.
18 Y esto filé hadio per tns TaeaS}
y al vaso volvió á ssgr xwogldo en ét
cielo.
17 Y estando Pedro dudando dentro
de d, qué seria la visión que habla visto,
hé siqtii loa hombres que hablan sido
enviados por Oomello, que praguntando
por la oasa de Btanon, Uagaioa 4 la pu-
erta.
18 Y ñamando, preguntaron ú un Si-
món, que tenia por sobrenombre Pedro^
posaba allí.
19 Y estando Pedro pensando en la
visión, le d^o el Espíritu*: Hé aquí,
tres hombres te busean.
80 Levántate pues, y desciende, y no
dudas ir con éUos*; parque yo iñ he
enviado.
81 Entonces Pedro deseendiando á los
hombres qne le eran enviados por Cor-
natío, dijo i Hé aquí, yo soy él que bua-
cals : ¿^qué « la causa por qué habato
venido?
as Y ello* dieron : Comelio, «H eantu-
rion,' vanm justo y temeroso de Dk», y
que tiene testimonio de toda la nación
de los Judío**, ha reoilúdo respuesta
pi» un santo ángd, de hacerte venir i
su casa, y eir de tí palabras.
88 Entonces metiéndoles dentro, lo*
hospedó: y al dia siguiente levantándose
se rué oon ello* ; y le aoompaflaaon al»
gunos de ios hermanos de Joppe j».
84 Y al otro día entraron en Oesaréa.
Y GomeUo les estaba esperando, habl>
endo llamado sus parientes y loa amigo*
mas fiímiliares.
85 Y como Pedro entró, salió Oomelio
& recibirle; y derribándose á sns pies,
adoró f.
86 Mas Pedro le levantó, diciendo:
Levántate ; yo mismo también soy hom-
bre «*.
87 Y hablando con él, entró, y hidló á
muchos que se habían Juntado.
88 Y les dijo : Vosotros sabéis que es
abominable á un varón Judío juntarse,
ó llegarse á extrai\jero * ; mas me ha
mos^ido Dios, qne á ningún hombre
llame común ó inmundo <.
89 Por lo cual llamado, he venido sin
dudar. Así que pregunto ¿ por qué oau-
sa me habds hecho venir ?
80 Entonces Comelio d^o : Cuatro días
ha que á esta hon yo estaba ayuno ; y 4
la hora de nona estando orando en mi
oasa, hé aquí un varón se puso delante
de mí en vestido resplandeciente «,
81 Y d^o; Comelio, tu onwrion es
oída*, y tus limosnas han venido an
memoria en la presencia de Dio*.
82 Envia pues á Joppe, y hac venir á
un Simón, que tiene por sobrenombre
Fadro ; este posa en casa de Simón, un
curtidor, junto á la mar, tA cual venido,
te hablará.
88 Así que, luego envié á ti ; y tu has
hecho Uen en venir. Ahora, pues, to-
dos nosotros estamo* aquí en la préwn-
oia de Dio*'» para oÍr todo lo que Dio*
te ha mandado.
84 ^ Entonces Pedro, abriendo tu be-
ca, dijo; Por verdad hallo que Dios no
hace acepción de personas ',
85 Sino que de cualquiera nación, qne
le tema y obra Justicia, se agrada».
86 Envió palabra IHm á los hijos de
Israel, anunciando la paz por Jesu-Cris-
to • : este es el Sefior de todosi.
87 Vosotros sabéis lo que ftié divulgado
Eor toda Judéa, oomensando desde Ga-
lea, doq^ues del bautismo que Juan
predicó.
Ivsr. 88.
Mal. U. 11.
Ba.li.4.
•Ospk&«.
ylLia.
•CBp.U.7.
•Oapi9B.tt
rjtt.A
2 A^ 19. 10.
yZLS.
•-Cap.14.li
IS.
• Joan 4. 9.
y 18. 88.
^8.8.
•Lu.SS.ll.
Ssof.a.
3,8.
Apl5.«.
y 19.8.
* ver. 4, etc.
Ba. 10. IS.
"18a. 12. 7.
SOobi.?.
' De. 10. 17.
Job Si. 19.
Bo.3.11.
Oiu3.8.
Xf. &9.
OoL 8. as.
lPed.1.17.
■Bo.a.18.
87.
y 8. 82,39.
y 10. 12.18.
Ef. 2. IS,
18.
• Is. 67. 19.
Bf.2.1i,
17.
» Bo. 10. la.
y 14. 9.
1C0.U.S7.
Bf.L90,
sa.
lPed.8.2X
▲p. 17. lii
A.0.4L
LOS HECHOS, XI, SIL
A.J>.Ü.
«lo. 4 18.
4J1IU8.S.
•La. 24.48.
88 Ounfo á JemB d« Naoret; come le
ungió DlfM de EfpMtu Santo y de po-
tencla«: el cnal anduvo haciendo U-
/ Juan ZX,
JLSX
100.15.4,7.
ffCai».17.n.
Joan S.22,
27.
8 00.5.10.
2TL4.1.
lFed.4.8.
A Lo. 34. 27,
44.
.•'Jnanai4,
17.
Bo.10.tl.
* Okp. 4. 8L
7 8.16,10.
7 19. 1&
•Gap. 2. 4.
•Gap. 8.]%
8«T
•Cap. 10. 9,
ete.
t
i, j sanando todos los oprimidos éá
diablo ; porque Dios en con él <
88 Y nosotros sonws testigos de todas
las oosas que hizo en la tierra de Judéa,
y en Jerusalem • ; al euai matanm col*
R&ndole en un madero.
40 A este levantó Dios al teroer día, é
hixo que apareciese maniñesto,
41 No á todo el pueblo, sino á loa tes-
tigos que Dios antes babia oidenado, es
á aáber, á nosotros, que comimos j be-
bimos con él, después que resucitó de
ios muertos/.
' 48 T nos mandó que predicásemos al
pueblo, y testificásemos. Que él es el
que Dios ha puesto por Juez de títos y
muertos'.
43 A este dan testimonio todos los pro-
fetas A, de que todos kw que en él creye-
ren, recibirán perdón de pecados por su
nombre*.
44 % Estando aun hablando Pedro es-
tas palabras, d Espíritu Santo cayó so-
bre todos k» que oían d sermón K
45 Y se espúiitaron los fieles que eran
de la circuncisión, que hablan Tenido
con Pedro i, de que también sobre los
Gentiles se derramase el don del Es*
piritu Santo.
40 Porque loa oian que hablaban en
lenguas M, y que magnificaban á Dios.
Entonces rsspondló Pedro :
47 i Puede alguno impedir tí. agua
pan que no sean bautizados • estos que
nan recibido el Espíritu Santo tamUen
como nosotros ?
48 Y les mandó bautizar en el nombre
del Sefior Jesús. Entonces le rogaron
ue se quedase ocn tUoa por algunos
CAPITULO XI.
Dingéttanae lo» hememo» da qiu Ptáro Kajfa
inUado eo» lo» 0«n(iIm ; y 42 Im tatúfoM
eontáftáoUé d tmceao, Propagaeio» ád E-
«oeMlio M 9ari<u patita, $ebn todo en
AnUofiUiatá donde « enviado Bernabé, qn»
eomdmee aScA Sanio.
Y OYERON los apóstoles y los her-
manos que estaban en Judéa, que
también los Gentiles hablan recibido la
palabn de Dios.
8 Y como Pedro subió ¿ Jerusalem,
contendían contn él los que eran de la
dreuncislon,
8 Didendo: ¿Por qué has entndo á
ver hombres incircuncisos, y has comido
con ellos ?
4 Entonces comenzando Pedro, lea de-
daró por orden b> pasado, diciendo :
5 Estaba yo en la ciudad de Joppe
orando a, y tí en rapto de entendimiento
una Tislon ; un Taso, oomo un gran li-
enzo, que descendía, que por los cuatro
cabos en abajado dd ddo, y Tenia
hasta mí:
6 En d cual como puse los oíos, eon-
dderé y tí animales terrestres de cuatro
pies, y fieras, y reptiles, y aTcs dd délo.
7 T oí una voz que me deeia: Leván-
tate, Pedro ; mata y come.
8 Y dije : Sefior, ao ; porque ninguna
cosa común ni Inmunaa entró jamas
en mi boca.
8 Entonces la toz me respondió del
délo segunda vez : Lo que IMos limpió,
no h llames tú común.
10 Y esto filé hecho por tres veces : y
toItíó todo á ser tomado arriba en d
ddo.
11 Y hé aquí que l««go sobrevinieran
tres hombres á la casa donde yo estaba,
euTiados á mí de Oesaréa.
18 Y d Espíritu me d^o que ftwae oon
dios sin duoar. Y Tjnieten también eoik-
migo eatos sds hermanos, y eatraoioa en
oasa de un Taxon,
18 El cud nos contó como habla Tisto
un ánod en su casa, que se paró, y le
di)o : Envía á Joppe, y haz Teñir á un
Mmon que tiene por sobrenombre Pe-
dro;
14 El cual te hablará palabras por las
cuales serás salvo tá, v toda tu eassu
15 Y como comencé & haMar, cayó d
Eqiíritu Santo sobre dios, tamUen oo-
mo sobre nosotros al prindpto 5.
16 Entonces me acordé del dicho dd
Sefior «, como dijo: Juan dertamenfee
bautizó en agua* : mas vosotros aeréis
bautizados en Sspuitn Santo*.
17 Así que, si Dios les dio d miarao
don también como á nosotros que he-
mos creído en d Sefior Jesu-Oiisto/,
¿quién ere yo que pudiese estorbar á
IMos?
18 Entonces, ddas estas oosas, calla-
ron, y glorificaron á Dios, didendo : De
manen que también á los Gesitilea ha
dado Dios arrepentimiento pan vida*.
19 ^ Y los que hablan sido esparcidos
por causa de la tribuladon que sobre-
vino en tiempo de Esteban*, anduvi-
eron hasta Fenida, y Cipro, y Antlo-
quía, no hablando á nadie la palabra,
sino á solos los Judíos i.
80 T de ellos habla unos Taronea Ci-
prios y Clrenemes, los euales oomo en-
tnron en Antioquía, hablaron á loa
Ori«g08. anunciando el ETangdio dd
Sefior Jesús.
91 Y la mano dd Sefior en con élloa*:
y creyendo gran numero de gente, se
conTlrtió d Sefior.
99 T llegó la filma de estas cosas á
oidos de la iglesia que estaba en Jem-
sdera ; y euTiaron á Bernabé t qoe fiícse
hasta Antioquía.
88 El cud, como llegó, t tIÓ la gracia
de Dios, regocijóse, y exhortó á todos
que permanedeien en d propódto dd
corazón en el Sefior ■>.
84 Porque en Taron bueno, y Ocno de
Espíritu Santo y de f!S«: y muetia oom-
panía fué agregada d Sefior.
85 f Después partió Bemalté 4 Tan»
á buscar a Sauío*; y liallado, le ti^|ó
á Antioquía.
98 Y conTersaron todo un alio allí eon
la iglesia, y ensefiaron muclia gente: y
los discípulos fVieron llamados Grlsttanoa
primeramente en Antioquía'.
97 Y en aquellos días desoendleton de
Jerusalem profietasr á Antioquía.
98 Y levantándose uno de ellos, lla-
mado Agabor, daba á entender por Es-
Efritu, que habla de haber una grande
ambre en toda la redondez de las ti-
erras, la cud también hubo en tiempo
de Olaudio Oésar.
99 EntiVnoes los discípulos, cada uno
conforme á lo que tenia, deceminaroa
enTiar snbddlo & loa heraunos que ha-
bitaban en Judéa.
80 Lo cud asimismo hideran, cnvi-
andofo á los ancianos por mano de Ber-
nabé y de Sanio*.
CAPITULO XII.
MarlMo de Bamiiago. Prteian de
» eémofní prneito mÚMroemmemte en
Y EN el mismo tiempo d rer Hetódea
echó mano á mdtiatar ■%-~«g da
la Iglesia.
9 Y mató á cueliillo á Jaeoboi, her-
mano de Juan :
8 Y Tiendo que habla agradado ft loa
•Car.l.S.
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JasaL»
«b.44.1
Jodias.
1».
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A.D.44.
LOS HECHOS, TUL
A.D. 44.
■BX.1S.U,
iaco.1.11.
EL&IS.
1».
1 rito*. 6. 17.
8Mf.S.16.
7IA.S.
TS7.2S.
Heb.l.Ii.
ICftp.16.a8.
SftLUS.!.
'0RP.10.S.
6id.».18,
19.
r97. la
iCb. 1.10.
I Ped. 2. 9.
nr.5.
Sftp.lS.l«i
L 37. 17.
JvdÍM, pMÓ adelante pan pnndcfr tain.
bian á Pedro. Knn entónoea loe días de
I4M dlaa de los Ácimos*.
4 T habiéndole preso, pdsolo en U
oároel, entresándole á etwtro cuatendo-
Dcs de soldados que le guardasen ¡ que-
riendo sacarle al pneblo después de la
Pascua.
6 Así que. Pedio era guardado en la
oárcel : y la Iglesia hacia oración á Dios
sin cesar por el*.
6 Y cuando Herodes le habla de sacar,
aquella misma noche estaba Pedro dur-
miendo entre dos soldados, preso con dos
cadenas: y los auardas (telante de la
puerta que guaruban la cárcel.
7 Y he aquí, el ángel dd títñot « sobre-
▼falo, y una lúa resulandeció en la cár-
cel; 6 hiriendo á Pedro en el lado, le
despertó, diciendo: Levántate presta-
mente. Y las cadenas se le cayeron de
las manos ^.
8 Y le dijo el ángel : Gíftete, y átate
tus sandalias. Y lo hin> asi. Y le dijo :
Rodéate tu ropa, y sigúeme.
9 T saliendo, le seguía, y no sabia que
era rodad lo que hada el ángrt « ; mas
pensaba que ráñ visión/.
10 Y como pasaron la primera y la
segunda guarda, vinieron á la puerta de
hieixD, que va á la ciudad, la cual se
lea abrió de suyo: y salidos, pasaron
una caite; y luego el ángel se apartó
de él.
11 Kntónoes Pedro, volviendo en s(,
dijo: Ahora entiendo verdaderamente
que el Se&or ha enviado su ángel*, y
me ha librado de la mano de Herodes,
y de todo el pueblo de los Judíos que
me esperaba A.
18 Y habiendo considerado etto, llegó
á casa de María la madre de Juan, el
Sue tenia por sobrenombre Marcos, don-
e muchos estaban Juntos orando •'.
18 Y tocando Pedro á la puerta del
patio, salió una muchacha, para escu-
char, llamada Rhode :
14 La cual, como conoció la voz de
Pedro, de goío no abrió el postigo, sino
corriendo dentro, dio nueva que Pedro
estaba al postigo.
15 Y ellos le dijeron : Estás loca: mas
ella aftimaba que a^ era. Entonces ellos
decían : Su ángel es.
10 Mas Pedro perseveraba en llamar:
y cuando abrieron, viéronle, y se espan-
taran.
17 Mas él haciéndoles sefial con la
mano que callasen*, les contó como el
Sefkor le habla sacado de la ckcctí, y
d^o: Haced saber esto á Jacobo| y &
loe hermanos. Y salió, y partió á otro
lugar.
18 Luego que fbé de dia, hubo no poco
alhototo entre los soldados sobre que se
habia hecho de Pedro.
19 Mas Herodes, como le buscó, y no
le halló, hecha inquisición de los giuur-
das, los mandó llevar. Después descen-
diendo de Judéa á Cesaréia, se quedó
aUi.
80 Y Heredes estaba enojado contra
loe de Tiro, y los de Sidon : mas ellos
vinieron concordes á él, y sobornado
Blasto, que era el camarero del rey,
pedían pax ; porque las tierras de ellos
eran abastecidas por el rey'.
91 Y un día sefSalado, Heredes vestido
da ropa real, se sentó en el tribunal, y
srenj^les.
8S Y el pueblo aclamaba : Toa de Dios,
y no de hombre.
88 Y luego el ángel del Setknr le hirió,
por cuanto no dio la gloria á Dios; y
espiró comido de gusanos.
84 ^ Mas la palabra dd Sefior ereoia,
y era raulttplioadaM.
86 Y Bernabé v Sanio volvieron de
Jerusalem cumplido su servido», to-
mando también consigo á Juan, el que
tenia por sobrenombre Marcos.
CAPITULO XIII.
Baulo y Btrnabi «uviodoi por «I XtpCritm
Stmto á prtdieor á lo§ 0*iUiU$. Oonvtrtion
del ProetfiMii) Sergio Paulo. Bam Patío
prediea en Antioquia áe Piriátat eonvUrU
A mudto» a*mti¡m, y akmdona 4 lo$ Juátot
ituréáuio».
Había entonces en la Iglesia, que
estaba en Antioqufa, profetas y
doctores; Bernabé, y Himon d que se
llamaba Niger, y Ludo Circnéo, y Ma-
nahen, que hatua sido criado con He-
rodes el Tetrarcaa, y Baulo.
8 'Ministrando pues estos al Seftor, y
ayunando, d^o el Espíritu Santo &: A-
partadme* A Bernabé y á Sanio para la
obra para la cual los he llamado a.
S Entonces habiendo ayunado, y orado,
y pnéstolea las manos encima •, despidié-
ron/et.
4 Y ellos, enviados así ñor el Espíritu
Santo, descendieron á Beleuda; y de
allí navegaron á Oipro.
5 Y llegados á Satamina, anunciaban
la palabra de Dios en las sinagogas de
los Judíos : y tenían también á Juan en
el ministerio.
6 Y habiendo atravesado la isla hasta
Pafo, hallaron un hombre mago/, fidso
profeta Judío, llamado Bar-Jesus :
7 £1 cual estaba con el procónsul Ser-
gio Paulo, varón prudente^. Este, lla-
mando k Bernabé y á Saulo, deseaba
dr la palabra de Dios.
8 Mas les resistía* Elimas el encan-
tador, (que así se interpreta su nombre),
procurando apartar de la flS al procón-
sul.
9 Entonces Baulo, que también «« Pa-
blo, lleno del Espíritu Santo, poniendo
en él los ojos,
10 Dijo: Oh, lleno de todo engaño y
de toda maldad, hyo dd diablo •, ene-
migo de toda Justicia, ¿no cesaiás de
trastornar los caminos rectos dd Señor ?
11 Ahora, pues, hé aquí, la mano dd
Señor «« contra tí, y sens dcgo, que no
veas d sol por tiempo. Y luego cayeron
en él oacundad y tinieblas ; y andando
alrededor, buscaba quien le diese la
mano.
13 Entonces d procónsul, viendo lo
que habia sido hecho, creyó, maravi-
llado de la doctrina dd Sefior*.
18 ^ Y partidos de Pafo, Pablo y sus
compañeros arribaron á Perges de Pan-
filia : entonces Juan, apartándose de
dios/, se volvió á Jerusalem.
14 Y ellos pasando de Perges, llegaron
á Antioquia de Pisidia, y entrando en
la sinagoga un dia de Sábado <••, sentá-
ronse.
15 Y desnues de la lección de la ley y
de los profetas n, los príncipes de la si-
nagoga enviaron á ellos diciendo : Varo-
nes hermanos, si tends alguna palabra
de exhortadon para el pueblo, hablad •.
18 Entonces Pablo, levantándose, he*
cha señal de silencio con la mano, dice :
Varones Israelitas, y los que temds á
Dios, cid.
17 Él Dios del pneblo de Israd escogió
á nuestros padres^, y ensalzó el pueblo,
siendo dios eatnü\jcros en la tierra de
Egipto, y con bnuo levantado los sacó
de ellaf.
18 Y por tiempo como de cuarenta
años soportó sus oostumbres en el desi-
ertor:
•Oap.4.7.
719.80.
üd.L4.
•Cap.U.V,
80.
•lCail4.1.
«CHt.10.1».
«B0.LI.
4111.9.7.
•Oap.14.96b
/Cap. 8.9.
'KatlLSt.
A8ZÍ.S.8.
«Joan 8. 44.
«La. 4. 82.
<0sp.l&S8.
• Ca^ 17.
1.x
7 18. 4.
" ver. 87.
Cap. U. 81.
•La.4.U,
le.
1>I>B.7.6,7.
fus.». 14,
1&
«■Ss-lO.».
A»D.4ll
LOS HECHOS, XIV.
jlJlil
'D*.7.1.
( Jot. 14. 1,
«J«M.&1«.
*1B».8.«.
•lSk.10.1.
y 1 Sa. 15.
SS.96.
■SaLISlll.
UlLl.
•MutLSL
»lfalS.l.
U.
«Jaáal.aO^
'S7.
'Matías
B0.1.1C
/Cl4kl.8.
f D6.18.1S.
Ii. 7. li.
Jer.23.ft,8.
Ki.U.28.
B0.4.U.
Í1M.U.Í.
ASaLlClO.
IC»p.Z8L
•>Cait.Z29.
1 Bey. 8. 10.
"Oap.S.M.
•Xa. 24. 47.
IJun 2.
12.
J>lB.fi8.11.
Hall. 2. 4.
Bo.8.38.
<H*b.l.&
10 T dMtraycndo ■tete aaoiooes «a la
tíem de Oanaan «, les repartió por tu-
arto la tiem de ellas'.
SO T deapiiiH, como por cuattoeieaAM
y dneacnta afioa» dio u» Jueces* haate
el profeta Ramoel.
81 T entonces dcniaadaion rey * ; 7 les
dio Dios á Sattl, h^o de Cis, varón de
la tribu de Benjamín', por cuarenta
afios.
88 T quitado aquel v, levantóles por
rey á David, al que dio también testi-
monio, didoado : He hallado á David,
k^ dé Jesé, varón oonfbnne á mi eo-
razón, ti. cuid hará todo lo que yo qui-
ero.
88 De la simiente de este'. Dios, oon-
fenne á la promesa, levantó á Jesús por
Salvador á Israel « ;
84 Predicando Juan delante de la fiu
de su venida el bautismo de arrepenti-
miento á todo el pueblo de Israel &.
85 Mas oomo Juan cumpliese su ear-
rera, dlJo«: ¿Quién pensáis que soy?
No soy yo: mas h¿ aqui viene tías m(
aatul, cuyo calzado de los pies no soy
digno de desatar.
86 Varones hermanos, hijos del linaje
de Abraham, y loe que entre vosotros
temen á Dios, á vosotros es enviada la
palabra de esta salud d.
87 Porque los que habitaban en Jeni-
salem, y sus príncipes, no conociendo á
este, y las voces de los profetas que se
leen todos los s&bados«, condenándole
las cumplieron.
88 Y sin hallar en él causa de muerte,
pidieron á Pilato que le matasen.
80 Y habiendo cumplido todas las co-
sas que de él estaban escritas, quitándo/e
del madero, U pusieron en el sepulcro.
80 Mas Dios le levantó de los mu-
ertos:
81 Y él fué visto por muchos días/ de
kw que hablan subido Juntamente con
él de Galilea á Jerusalem, los cuales son
sus testigos al pueblo.
88 T nosotros también es anunciamos
el Evangelio de aquella promesa que fué
hecha á los Padres f, la oual Dios ha
cumplido á los hijos de dios, & nosotros,
resucitando á Jesús j
33 Gomo también en el Salmo segundo
está escrito : Mi hijo eres tii, yo te en-
gendré hoy *.
34 T que le levantó de los muertos para
nunca mas volver á corrupción, así lo
dijo : Os daré las misericordias ñtiet de
David'.
85 Por eso dice tamUen en otro lu-
gark: So permitirás que tu Santo vea
comipoion/.
36 Porque á la verdad David, habi-
endo servido en su edad á la voluntad
de Dios, durmió», y (ué juntado con
sus padres, y vio comnicion.
87 Mas aquel que Dios levantó», no
vló corrupción.
88 Séaos pues notorio, varones herma-
nos, que por este os es anunciada re-
misión de pecados* :
88 Y de todo lo que por la ley de
Moisés no pudisteis ser Justificados, en
este es Justificado todo aquel que cre-
yere'.
40 Mirsd pues que no venga sobre vos-
otros lo que está dicho en los profietas f :
41 Mirad, oh menospreciadores, 7 en-
tonteceos, y desvaneceos ; porque yo obro
una obra en vuestros dias, obra que no
creeréis, si alguien os la contiure.
43 ^ Y salidos de la sinagoga de los
Judíos, los üentiles les rogaron que
el sábado siguiente les hablasen
palabras.
48 Y despedida la eoBjgngaaiaii, tmt-
chos de los Judíos y £ los reUgioao*
prosélitos siguieroa á Pablo y á Mma-
tié : ios cuales hablándoles, les persva-
44 Y el sábado «ignlente se Juntó caai
toda la ciudad á oir la palabra de Dios.
45 Mas los Judíos, visto el goitio, Ue-
náronse de selo, y se ojponlan á lo que
Pablo decia, contradiciendo y hlaoi»-
mando'.
40 Entonces Pablo y Bernabé, osando
de libertad, dijeron: A vosotxoa á la
verdad era menester que se os hablase
la palabra de Dios'; noas pues que la
desecháis, y os Jusñis indignos de la
vida eterna, hé aquí nos volvemos á ios
Gentiles «>.
47 Porque así nos ha mandado ti. Se-
fior : Te he puesto para luz de los Gen-
tiles, para que seas salud hasta lo pos-
trero de la tiecra ».
48 Y los Gentiles oyendo esto, fíuron
gozosos, y glorificaban la palabca dd
Señor ; y creyeron todos los que estaban
ordenados para vida eterna*.
40 Y la palabra dd Se&or en sembrada
por toda aquella provincia.
60 Mas los Ju<uos concitaron mujeres
fM y honestas, y á los principatea de
ciudad, y levantaran persecnolon cosi-
tra Pablo y Bernabé, y les ecbaroo de
sus términos'.
51 Ellos entonces sacudiendo en ellos
el polvo de sus pies*, se vinieron á
loonioa.
68 Y los discípulos estaban llenas de
gozo, y de Espiíltu tianto h,
CAPITULO xrv.
Lo qua Uettron y jMdeetov* PtMo y Btt-
nahi «t ItonÍ9 y otro$ dudada «ii Liem
OHia, y vitOando los iglaiias, al Mriserw A
Antütquíá de Siria.
Y ACONTECIÓ en Iconlo que
trados juntamente en la
de los Judíos, hablaron de tal mañéñ,
que creyó una grande multitud de Ja-
dios, y asimismo de Griegos.
S Mas los Judíos que nienm Incrédu-
los, incitaron y corrompieron ios áolnMM
de los Gentiles contra los hermanos.
8 Con todo eso se detuvieron oM nra-
cho tiempo confiados en ti Seikor, el
cual daba testimonio á la palabra de su
Sacia, dando que se&ales y milagroa*
esen hechos por las manos de ellos.
4 Mas el vulgo de la dudad estaba,
dividido ; y unos oran con los Judíos, y
otros con los apóstoles.
5 Y haciendo ímpetu los Judias v los
Gentiles, Juntamente con sus príndpcs,
para afirentarlot y apedrearlos,
6 UaUendolo entendido, huyéronse á
Llstra y Derbeb, dudades de T.lcaouia,
y por toda la tierra alrededor,
7 Y allí predicaban d Evangdio.
8 ^ Y un hombre de Listra, impotente
de los pies, estaba sentado, oqio desde
el vientre de su madre*, que jamás bn-
Ua andado.
O Este oyó hablar á Pablo; él cual,
como puso los ojos en él, y vio que tenia
fé para ser sano ^,
10 D^ á gran voz : LeváiUate dcndas
sobre tus pies. Y él saltó, y anduve*.
U Bntóiices las gentes, visto lo qoe
Pablo habla hecho, alzaron la vna, d^
dendo en lengua Licaónlca : Dioses a»-
majantes á hombres han deseendiiio á
nosotros/.
18 Y á Bernabé Uanaban JiUter ; y á
Pablo, Merenxle, poiqne ent ti que Ue-
vaba la palabra.
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LOS HECHOS, XVL
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« Cap. 14 6.
* Clip. 19. 33.
Ro. 16. 21.
1 Oo. 4. 17.
n. 1. 19.
lT6t.8.X
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40ftp.6.S.
•100.9.30.
/Onp. 15.38.
39.
du por el nombre de nuestro Sefior
Je«u •Cristo jr.
97 Así que, eaviamos A Jddas, y á
SiUs, los cuales también por palabra o*
har¿n saber k> mismo.
88 Que ha parecido bien al Kspirito
Santo, y á noaotros, no imponeros nin-
guna caiga mas que estas cosas nece-
sarias:
89 Que os abstengáis de oosas sacrifi-
cadas á ídolos, V oe sangre, y de aho-
gado, y de fbnilcacions; de las cuales
cosas si os guardareis, bien haréis. Pa-
sadlo bien.
80 5 Ellos entonces enviados, descen-
dieron 4 Antioquía, y juntando la mul-
titud, dieron la carta.
81 La cual como leyeron, fueron go-
zosos de la consolación.
88 Judas también y Silas, como ellos
también eran profetas, consolaron y con-
6rmaron los hermanos con abundancia
depelabraa.
88 T pasando alli algún tiempo, fu-
eron enviados de los nermanos * los
apóstoles en paz h,
84 Mas I 4 SUa» pareció bien de que-
darse allí.
85 T Pablo y Bernabé se estaban en
Antioquía ense&ando la palabra del Se-
fior, y anunciando el ETangello con
otros muchos.
88 ^ Y después de algunos dias Pablo
d^o a Bernabé : Volvamos & visitar los
hermanos por todas las ciudades en las
cuales hemos anunciado la palabra del
Sefior «.como están.
87 Y Bernabé quería que tomasen con-
sigo 4 Juan, el que tenia por sobrenom-
bre Marcos^;
88 Mas 4 Pablo no le parecía bien
llevar consigo al que se haoia apartado
de ellos desde Panfilia«, y no habla ido
con ellos 4 la obra.
88 Y hubo tal contención entre ellos,
que se apartaron el uno del otro; y
Bernabé tomando 4 Marcos, nav^^ 4
Cipro.
40 Y Pablo escogiendo 4 8í1bs, partió
encomendado de los hermanos 4 la gra-
cia de Dios/.
41 Y anduvo la Siria y la CülcU con-
firmando las iglesias.
CAPITULO XVI.
PáUú m Liitra toma eonaito d TivuMot y
Imcom, el mUar <b «•/« l»6ro, m lu jmkta cu
Troait, t m mamifiula por primura «et <■»
tar M tu eompaíUa. Van á MaemUmia ; y
m Füipo$, áomd» m deluvürom árnteB, obnm
«trio» prodigio$. Son tuotado», ypvMtoi M
la eáreeL Oonvifrtet» ti earetliro, y lo$ ma-
gistrado» It ntfliea» qu» o» vayan d» la
eimdad.
DESPUÉS llegó 4 I>erbe, y 4 Lb-
traa: y hé aquí, esteha allí un
discípulo, llamado Timoteo b, h^o de
una mujer Judía fiele, mas de padre
Griego:
8 Die este daban buen testimonio' los
hermanos que estaban en Llstra y en
loonio.
8 Este <nüso Pablo que ftaese con él ; y
tomándole, le circuncidó por causa ée
los Judíos que estaban en aquellos lu-
gares*; porque todos sabian que su pa-
dre era uriqp>.
4 Y como pasaban por las ciudades,
les daban que guardasen los decretos
que hablan sido determinados por los
apóstoles y los ancianos que estaban en
Jerusalem/.
6 Así que, las iglesias eran confirma-
das en re, y eran aumentadas en ndmero
eadadia.
t^Y pasando 4 Frigia, y la provincia
de Galaeia', les fué prohibido por el Bs-
phritu Santo hablar la palabra en Asia *.
7 Y como vinieron 4 Misla, tentaron
de ir 4 Bitinia ; mas el Espíritu no lea
dejó ir.
8 Y pasando 4 Vlsia, desoendierosa 4
Troas>.
9 ^ Y fbé mostrada 4 Pablo de noche
una Vision : Un varón Macedonio *epu-
so delante, rogándole, y diciendo : Pasa
4 Macedonia, y ayiídanos.
10 Y como vio la visión, luego proea-
ramos partir 4 Macedonia, dando por
cierto que Dios nos llamaba país que
les anunciásemos el evangelio.
11 Partidos pues de Ttms, vinimos ca-
mino derecho á Bamotracia, y d día
siguiente á Ñapóles :
18 Y de alli 4 FUiposk, que es la pri-
mera ciudad de la parte de Macedonia,
jf una colonia ; y estuvimos en aqnelJa
ciudad algunos dias.
18 ^ Y un día de Bibado salimos de la
dudad Junto al rio, donde solia ser la
oración; y sentándonos hablamos A las
mi^eres que se hablan Juntado.
14 Entonces una mujer, llamada Lidia,
que vendía purpura en la dudad de
los Tiatireos, temerosa de Dios, estaba
oyendo ; el corazón de la cual abrió el
Sefior para que estuviese atenta 4 lo que
PaMo decía.
15 Y cuando ftié bautizada, y sn fk-
milia, no» rogó, diciendo : 81 habéis Juz-
gado que yo sea fiel al Sefior. entnd en
mi casa, y posad : v constrifiiónos.
16 ^ Y acontedó, que yendo nosotros
4 la oradon, una muchacha que tenia
espíritu Pitónico', nos salió ad encuen-
tro, la cual daba grande gananda 4 sus
amos adivinando.
17 Esta, siguiendo 4 Pablo, y 4 nos-
otros, daba voces diciendo : Estos hom-
bres son siervos dd Dios Alto, los cuales
os anuncian el camino de Salud.
18 Y esto hacía por muchos dias ; mas
desagradando*" 4 Pablo, se volvió, y dUo
al espíritu : Te mando, en el nombreae
Jesu-Cristo, que salgas de ella. Y saUÓ
en la misma hora«.
19 Y viendo sus amos que habla salido
la espenmza de su ganancia*, prendi-
eron 4 Pablo y 4 Silas, y los trajlenn al
Foro, al magistrado;».
80 Y present4ndolos 4 los magistrados,
dlieron : Estos hombres, siendo Judíos,
alDorotan nuestra dudad r,
81 Y predican ritos, los cuales no noa
es lícito redUr ni hacer, pues soaiea
'Romanos.
88 Y agolpóse el pueblo contra ellos ;
y los magistrados rompiéndoles sus ro-
pas, los mandaron azotar con varas.
88 Y después que los hubieron herido
de muchos azotes r, los echaron en la
c4rcel mandando ¿i carcdcn» que los
guardase con diligencia.
84 SI cual, redbido este mandamiento,
los metió en la cárcd de mas adentro,
y les apretó los pies en el cepo.
85 ^ Mas 4 media noche orando*
Pablo y Silas, cantaban himnos» á Dtea :
y los que estaban presos les oían.
96 Entonces fue hecho de repente on
gran terremoto, de tal manera qne loa
dmientos de la cárcel se morían; 7
luego todas tas puertas se abrieran, y
las misiones de todos se soltaron ■.
87 X despertado el carcelero, como vid
abiertas las puertas de la e4reel, tarando
la espada se gueria matar, pensando qn»
los presos se nabian huido.
88 Mas Pablo clamó 4 gran voc, did-
endo : No te hagas nlngan nal ;
todos estamos aquL
9Ga.Ll
IMLL
11.
AILLl
IIAISLIL
1 fia.»;.
'Mar.U,
ULL'.
87.
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17.
•'80SL1S.
vU.ftft
ÍTa<
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A.D.fi2.
LOS HECHOS, XVII.
áuD.SL
•CAp.ii.a0.
Jiuui 8. 18,
18.
7&47.
* Bo. 1. U.
16.
fia. 14.
iChp.9. 90.
L lis, 14.
B. 4. 16.
Lo. 24. 26»
48.
ITea. 1.
Bo. 16. 21.
:;aii,16.20.
M. 2S. 6.
La. 28. 9.
'oAnUJia.
r»r. 14.
'm.p. 9. as.
99 El eatóaeei pidiendo luz, entró den-
tro, y temblando, denib^se á lot pies de
Pablo y de Silas ;
80 Y aaoándoles fbcra, les dice: Se-
liont, ¿Qué ei meneMer que yo haga
para ser salTo ?
81 T ellos Ivdljeron: Cree en el Sefior
Jesu-Cristo, y terás salTo * td, v tu casa.
88 Y le hablaran la palabra ¿él Señor,
y á todos los que estaban en su casa'.
33 Y tomándolos en aquella misma
hora de la noche» les laró los azotes ; y
se bautizó luego él, y todos los suyos.
84 Y llevándolos á su casa, les puso la
mesa ¡ y se gozó de que con toda su casa
habla creído á Dios.
88 5 ^ como taé de dia, los magistra-
dos enriaron los alguaciles, diciendo:
D^a ir á aquellos hombres.
88 Y el carcelero hizo saber estas pala-
bras á Pablo: Los magistrados han en-
riado á decir que seáis sueltos : asi que
ahora salid, é id en paz.
87 Entonces Pablo les di)o: Arotados
pilblicamente, sin ser condenados, deu-
do hombres Romanos, nos echaron en
la cárcel ; ¿ y ahora nos echwi encubi-
ertamente ? No de cierto, sino vengan
ellos T sáquennos.
88 Y los alguaciles Tolvieron á decir á
los magistrados estas palabras : y tuvi-
eron miedo, oido que eran Romanos.
88 Y viniendo les rogaron; y sacán-
dolos, les ^dieron que se saliesen de la
ciudad.
40 Entdnces salidos de la cárcel, en-
traron en cosa de Lidia'; y habiendo
visto á los hermanos, los consolaron, y
se salieron.
CAPITULO XVII.
Pallo prtdiea eon m««Ao/n»'a en TenalíMea,
V ío* Judíbi lé perMgwn. Le mutuo tuetde
ae»f»e$ «n Beria. Dtewtta eon tUoe en
Atina; y eon Um fió»nfo»¡ y m eonvürU
entre otroi Dionieio Areopofftía, S amador
del Areopano,
Y PASANDO por Anfípolis y Apo-
lonia, llegaron á Tesalónica, donde
estaba la sinagoga de Judíos.
8 Y Pablo, como acostumbraba, entró
á ellos*, y por tres Saltados disputó con
ellos de las escrituras,
8 Declarando y proponiendo, que con-
venia que el Cristo padeciese b, y resu-
citase de los muertos ; y que tfesus, (el
cual yo os anuncio, deeia el) este era el
Cristo e.
4 Y algunos de ellos creyeron, y se
Juntaron con Pablo y con Silas; y de
los Griegos religiosos grande mtdtitnd,
y mujeres nobles no pocas ri.
6 Entonces los Judíos que eran incré-
dulos, teniendo zelos, tomaron consigo
á algunos ociosos, malos hombres, y
Juntando compaiUa, alborotaron la ciu-
dad; y acometiendo la casa de Jason«,
procuraban sacarlos al pueblo.
6 Mas no hallándolos, trajeron á Jason
y á algunos hermanos á los gobernadores
de la ciudad, dando voces: Estos que
alborotan el mundo/, también han ve-
nido acá;
7 A los cuales Javm ha recibido: y
todos estos hacen contra los decretos de
César, diciendo que hay otro rey ', Jesús.
8 Y alborotaron el pueblo y á los go-
bernadores de la ciudad, oyendo estas
9 Mas recibida satisfacción de Jason y
de los demás, les soltaron.
10 ^ Ent<}nces los hermanos luego de
noche enviaron á Pablo v á Silas á Be-
réaA; los cuales habiendo I legrado, en-
traron en la sinagoga de los Judíos.
11 Y fíieron estos mas nobles que los
que esteAan en Tesalónica, pues recibi-
eron la palabra oon toda solicitud, es-
cudriñando cada dia las escrituras, si
estas cosas eran asi •'.
18 Así que creyeron muchos de ellos ;
y mujeres Griegas de distinción, y no
pocos hombres.
13 Mas como entendieron los Judíos
de Tesalónica que también en Beréa era
anunciada la palabra de Dios por Pablo,
fueron, y también alli tumultuaron el
pueblo A.
14 Empero luego los hermanos envi-
aron á Pablo que fuese' como á la mar ;
y Silas y Timoteo se quedaron allí.
15 Y los que hablan tomado á cargo á
Pablo, le llevaron hasta Atenas : y to-
mando encargo de él para Sitas y Ti-
moteo «, que viniesen a él lo mas presto
que pudiesen, partieron.
16 5 Y esperándolos Pablo en Atenas,
su espíritu se deshacía en él, viendo la
ciudad dada á idolatría.
17 Asi que disputaba en la sinagoga
con los Judíos y religiosos « ; y en la
plaza cada dia eon los que le ocurrían.
18 Y algunos filósofos de los Epicúreos
y de los £itóieos« disputaban con él ; y
unos decían : ¿ Qué quiere decir este pa-
labrero ? Y otros : Parece que es pnxli-
cador de nuevos dioses ; porque les pre-
dicaba á Jesús, y la resurrección.
19 Y tomándole, le trajeron al Are-
úpago, diciendo : ¿ Podramos saber qué
sea esta nueva doctrina que dices ?
80 Porque pones en nuestros oídos
unas nuevas cosas : queremos pues saber
que quiere ser esto.
91 Entonces todos los Atenienses, y los
huéspedes extranjeros, en ninguna otra
cosa entendían sino, o en decir, ó en oir
alguna cosa nueva j».
99 5 Estando núes Pablo en medio
del Areópago, d^o: Varanes Atenien-
ses, en tcÑdo os veo como mas supersti-
ciosos P :
93 Porque pasando y mirando vuestros
santuarios, hallé también un altar en el
cual estalM esta Inscripción : Al Dios
no conocido. Aquel, pues, que vosotros
honráis sin conocerle, á este os anun-
cio yo.
24 El Dios que hizo el mundo, y todas
las cosas que en él Aawt, ese, como sea
Señor del oido, y de la tierra r, no ha-
bita en templos hechos de manos ',
96 Ni es honrado con manos de hom-
bres, necesitado de algo<; pues él da á
todos vida y respiración •>, y todas las
cosas.
96 Y de una sangre ha hecho venir
todo el linaje de los hombres, para que
habitasen sobre toda la faz de la tierra,
y ¿e« ha prefijado el orden de los tiem-
pos, y los términos de la habitación de
ellos*;
27 Para que buscasen á Dios, si en
algwoa manera palpando le hallan*;
aunque cierto no está Ic^Jos de cada uno
de nosotros" :
98 Ponjue en él vivimos, y nos move-
mos, y somos; como también algunos
de vuestros poÑetas dieron: Porque li-
naje de este somos también.
89 Siendo pues linaje de Dios, no he-
mos de estimar la Divinidad ser seme-
jante á oro, ó á piau, ó á piedra, ó á
escultura de artificio, ó de iraaginaoion
de hombres '.
80 Empero Dios, habiendo disimulado
los tiempos de esta ignorancia*, ahora
denuncia á todos los hombres que se
arrepientan & :
31 Por cuanto ha establecido un dia.
i Ib. S4. 18.
Jvan 5. 38.
i 1 !Ves. 2.
13,16.
tMst.10.28.
" Cap. 18. 5.
•vsr.4.
Csp.I8. 43,
60.
y 16. 4.
y 18. 7.
•lCo.1.20,
21.
GoLa.8.
P Be. 1. 8.
10.
I íreUffioBot.
9 Cap. 14. 16.
*- Hat. 11.25.
• Cap. 7. 48.
IB^.8.27.
( Bal. 60. 9.
12.
•Job 12. 10.
•De. 82. 7. 8.
" Bo. 1. J9,
20.
y Cap. 14. 17.
• Is. 40. 18,
etc.
>Cap.l4.1&
» Xm. 24. 47.
TL&U,12.
A.D.ez.
LOS HECHOS, XVra, XIX.
A.D.5S.
eiht.8S.81,
etc.
Ito.S.18.
aTLi.1.
<iCap.M.aS.
•Bo.16.8.
»Obp.S0.84.
IGo. 4.12.
1 Tm. a. 9.
aTw.8.8.
• Cap. 17. S.
tf Cap. 17. 14,
16.
•Cap. 18.45.
/Gbp. 18.51.
KeL 6. I&
'Es. 83. 4.
&C«p.l8.14.
*' 1 Co. 1. 14.
k Cap. 10. 2.
y 16: 16,84.
Jaan 4. 68.
1 Oo. 1. 18.
2TL4.19.
/Matas. 20.
"Cap.28.SB.
y 36. 19.
Juan 18.81.
•1C0.L1.
•tct.IS.
^Cftp.Sl.S8t
84.
en el cual ba de Jnzicar el mundo oon
Juttieis por aquel Taron al cual deter-
minó«, dando ti á todo* con haberle
lerantado de loa muertos.
as ^ Y ad que oyeron la muReceion
de los muertoa» imo* se burlaban, y
otros dedan : Te oirdmos acerca de esto
otra Tez'.
88 Y aai Pablo se salió de en medio de
ellos.
84 Mas algunos creyeron Jantándose
con él : entre ios cuales también fiíé Di-
onisio el del Aieópago, y una mujer
llamada Dimazis, y otros oon ellos.
CAPITULO XVIII.
Blfnáo fw hito Ban Pablo m OorMo, mu-
fHodo rlM Aüor. Xi aetuaéio ai Pneï.
ParU á X/e$o, y vud— á Jtrutalem. Apolo
«a «M atueneta frtdita con fran fervor y
fruto á lo» Judío».
PASADAS estas cosas, Pablo partió
de Atenas, y vino á Corinto.
9 Y hallando á un Judío llamado Aqui-
la, natural del Ponto, que hacia poco
que haUa Tenido de Italia, y á Piiscila
su minera, (porque Claudio habla man-
dado que todos los Judfoa saliesen de
Roma) se vino á ellos :
8 Y porque era de su oficio, posó con
ellos, y tralM^bab; porque el oficio de
ellos era hacer tiendas.
4 Y disputaba en la sinagooa todo* los
sábados e, y persuadía á Judfoa y á Gri-
ego*.
5 Y cuando Sila* y Timóte vinieron
de M8cedonia<<, Pablo estaba constie-
fiido del espíritu, testificando á loa Ju-
díos Que Jesús era el Cristo.
6 Mas contradiciendo y blasfemando*
dios, les dijo, sacudiendo sus vestidos/:
Vuestra sangre tea sobre vuestra cabe-
za': yo, limpio; desde ahora me iré &
los Gentiles.
7 Y partiendo de allí, entró en casa
de uno llamado Justo, teraeroao de Di-
os A, la casa del cual estaba junto á la
sinagoga.
8 Y Crispo', el prepósito de la sina-
goga, creyó al Seikir con toda su casa* :
y muchos de los Corintios oyendo, creí-
an, y eran bautizados.
9 Entonces el Seftor djjo de noche en
visión á Pablo : No temas, sino habla, y
no calles.
10 Porque yo estoy contigo /, y ninguno
te podra hacer mal; porque yo tengo
mucho pueblo en esta dudad.
11 Y se detuvo oiH un afio y seis me-
ses, ensenándoles la palabra de Dio*.
18 ^ Y siendo Gallón procónsul de
A cay a, los Judíos se levantaron de co-
mún acuerdo contra Pablo, y le llevaron
al tribunal,
18 Diciendo: Que este persuade A lo*
hombres honrar a Dioa contra la ley.
14 Y comenzando Pablo á abrir la
boca, Galion dijo á los Judío* : Si fuera
*^? "f"***» ^ algún crimen enorme,
oh Judíos, conforme á derecho yo os
tolerara;
16 Mas si son cuestiones de palabras, y
de nombres, y de vuestra ley**, vedio
vosotros, porque yo no quiero ser juez
de estas cosas.
16 Y les echó dri tribunal.
17 Entonces todos los Griego* tomando
á Sostenes «, prepósito de la sinagoga, le
herian delante del tribunal : y á Galion
nada se le daba de ello*.
18 5 Mas Pablo habiéndose detenido
aun úiH mucho* dias, después se des-
pidió de los hermanos, y navegó A Siria,
7 con él Priscila y Aquila, habiéndose
trasquilado la cabeza en Generas, por-
que tenia votoj».
19 Y Uegó A Efeso, j lo* d^ó allf : v él
entrando en la Bina|p)ga, disputó con lo*
Judíos f ;
90 Los cuales le rogaban que ae q;ne-
dase con ello* por mas tiempo ; maa no
accedió,
81 Sino que ae des|4dió de elloe, dici-
endo: Es menester que en todo caso
tenga la fiesta que viene en Jerusalem •-:
mas otra vez volveré A Toaotroa, queri-
endo Dios '. Y partió de Efieao.
2S Y habiendo arribado A Ccsarésif,
anbió á Jerutalem ; y denmca de aaladwr
A la iglesia, descendió A Antioquía.
83 ^ Y habiendo estado mUi algnn ti-
empo, partió, andando por orden la pro-
vincia de Galacia •*, y la Frigia, confir-
mando A todos loa discípulos*.
84 Llegó entonces A Efeso un Judío,
llamado Apolos', natural de Alcjaiubia,
varón elocuente, poderoso en las Escri-
turas.
86 Este era instruido en el camino del
Señor, y, fierviente de espíritu «, hablaba
y enseSiaba diligentemente las cosas que
son del Betar, ensetfaido solamente en el
bautismo de Juan*.
96 Y comenzó A hablar confiadamente
en la sinagoga; al cual como oyenm
Priscila y Aquila, le tomaron, y le de-
clararon mas paiticttlarraente el camino
de Dios.
87 Y queriendo él pasar A Acaya^ los
hermanos exhortado* escribieron a k»
discípulos que le recibiesen; y venido
él, aprovechó mucho por la gracia A ios
que nabian crridob.
88 Porque con gran vehemencia con-
vencia publicamente A los Judíos, mos-
trando por las Escrituras que Jesua era
el Cristo c.
CAPITULO XIX.
Fvélm PaUo á Efeto, y m 6att<^ta« eUf eo-
riot áiteipiito», qtu tolamuiHt kabiaim roci-
liido el btñuinno d« Jtuiw/ á inpoHiemMm
la* maiMW, reciben d Eefíritu Bamta. Obra
Pablo mudto» tnilagro*. Mudtoa de lo» qme
habían aeguido vana» arle», traferom • qm^
marón en péUieo nu libro» ¡ y un tal XA».
nutrió m««M nnaeedieion eontra él ApéoloL
Y ACONTECIÓ que entretanto qve
Apolos estaba en Corinto*, Pablo,
andadas las regiones superiores, vino A
Efeso, donde hallando ciertos dlscfpulns,
8 DQoles : ¿ Habéis recibido el Espíritu
Santo después que crristeia ? Y rilo* le
dijeron: Antes ni aun hemos oido ai
hay Espíritu Santón.
8 Entonces les dijo : f En qué pues sois
bautizados ? Y ellos dijeron : En d ban*
tismo de Juan«.
4 Y dUo Pablo : Juan bautizó con bau-
tismo de arrepentimiento <l, diciendo al
pueblo que creyesen en el que hahia de
venir después de él ; es A saber, en Jesús
el Cristo*.
6 Oido que hubieron eito, fueran bauti-
zados en el nombre del Señor Jesús/.
6 Y como Pablo lea puso las manos
encima', vino sobre ettos el Espíritu
Santo*, y hablaban en lenguas, y pn»-
fetizabúi.
7 Y eran en todos como unos doce
hombres.
8 Y entrando él dentro de la sinagoga,
hablaba libremente por espacio de trca
meses, disputando y persuadiendo del
reino de Dloa *.
9 Mas endureciéndose alguiM», y no
creyendo, maldiciendo el camino dtrf Sr-
Üor delante de la multitud, apaftindoae
de elloa, separó los diseípnloa, diaputan-
do cada dia en la escuela «fe un dcHo
Tiranno.
10 Y esto ttié porespaoio dedos aflos;
iOir.17.1
•■Ckp.aoLi(.
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B«t*.4.U.
tcap.ia.1.
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A.D.B7.
LOS HECHOS, XX.
A.D. 67.
íCkpL&lS.
¡3qki 5> 5»
Cap. 6. 7.
12. U4.
il. 115. 4.
44. 10»
m. 90. ^
«r72.
L 4. 10.
La4.
de numera qne todM lot que habitaban
en Alia, Judíos j GtiegM, oyeron la
palabra del Sefior Jetus.
11 Y hacia Dios singulares maraTÜlas
por manos de Pablo :
IS De tal manera que aun se lleraban
sobre los enfermos los sudarlos y los
panudos de su cuerpo*, j las enfiñme-
dadcs le iban de ellos, y los malos espí-
ritus sallan de ellos.
18 ^ Y algunos de los Judíos exorais-
tas vagabundos tentaron á invocar el
nombre del Seftor Jesús sobre los que
tenian espíritus malos, diciendo: Os
conjuramos por Jesús, el que Pablo
predica.
14 Y habla unos siete hijos de un Sceva
Judio, príncipe de los sacerdotes, que
hacicm esto.
15 Y respondiendo el espíritu malo,
,d^: A Jesús conozco, y sé «ríen e$
Pablo ; mas vosotros, ¿ quién sots ?
16 Y el hombre, en quien estaba el
espíritu malo, saltando en ellos, y en-
señoreándose de ambos, pudo mas que
ellos, de tal manera que fluyeron de a-
quella casa desnudas y heridos.
17 Y esto fué notorio & todos, así Ju-
díos como Griegos, los que habitaban
en Bfeao; y cayó temor sobre todos
ellos', y era ensídzado el nombre del
Se&nr Jesús.
18 Y muchos de los que haUan creído,
venían confissando, y dando cuenta de
sos hechos.
19 Asimismo muchos de los que ha-
bían practicado vanas artes, trajeron los
libros, y los quemaran delante de todos ;
Í echada cuenta del precio de ellos,
aliaron ter cincuenta mil denarios.
SO Así crecía poderosamente la palabra
del SeSor, y prevalecía*".
81 ^ Y acabadas esus cosas, propüsose
Pablo en espíritu partir á Jerusalem,
después de andada Macedonla y Acaya,
diciendo: Después que hubiere estado
all&, me seíA menester ver también á
Roma.
88 Y enviando A Macedonla A dos de
los que le ayudaban ••, Timoteo, y E-
rasto», él se estuvo por algún tiempo
en Asia.
88 Entonces hubo un alboroto no pe-
que9o acerca del camino M SeUor,
S4 Porque un platero, llamado Deme-
trio, el cual hacia de plata templecillos
de Diana, daba A los artíficesj» no poca
ganancia ;
85 A los cuales, reunidos con los ofici-
ales de semejante oficio, dijo : Yarones,
¡fa sabéis que de este oficio tenemos ga-
nancia:
26 Y veis y oís que este Pablo, no so-
lamente en Efbso, sino muchas gentes
de casi toda el Asia ha apartado con per-
suasión, diciendo, que no son dioses los
qne se hacen con bu manos?.
87 Y no Rolamente hay peligro de que
este negocio se nos vuelva en reproche,
sino también que el templo de la gruide
diosa Diana sea estimado en nada, y
comience A ser destruida su majestad,
la cual honra toda el Asia y el mundo.
88 Oídas estas cosas, llenáronse de lia,
7 dieron alarido, diciendo: Grande Di-
ana de los Eílesios.
89 Y toda la ciudad se llenó de confti-
slon, y unánimes se arrojaron al teatro,
arrebatando á Gayo, y á Aristarco r, Ma-
cedonios, compañeros de Pablo.
50 Y oueriendo Pablo salir al pueblo,
los discípulos no le d^aron.
51 También algunos de los Asiarchis,
que eran sus amigos, enviaron A él ro-
gando que no se presentase en el teatro.
88 Y otros gritaban otra cosa* ; porque
la concurrencia estaba conAisa, y los
mas no sabían porqtM se hablan jun-
tado.
88 Y sacaron de entre la multitud A
Almendro <, empujándole los Judíos.
Entdnces Al<^andro, pedido silencio oon
la mano, quería dar razón al pueblo.
84 Mas como conocieron que era Ju-
dío, filé hecha una voz de todos qne
gritaron casi por dos horas: Grande
Diana de los Sifesios.
85 Enténccs el síndico, apaciguado gue
hubo la gente, dijo: varones Efeslos,
¿y qui^ hay de los hombres que no
sepa que la ciudad de los Eífesios es cu-
radora det Umph de la grande diosa Di-
ana, y de la imagen venida de Jüplter ?
86 Así que, pues esto no puede ser con-
tradicho, conviene qne os apacigüéis, y
que nada hagáis temerariamente :
87 Pues habéis traído A estos hombres,
sin ser sacrilegos, ni blasfemadores de
vuestra diosa.
88 Que si Demetrio, y los oficiales que
estAn con él, tienen negocio con alguno,
audiencias se hacen, y procdnsules hay ;
aclisense los unos A los otros.
89 Y si demandáis alguna otra cosa,
en Iqdtima asamblea se puede decidir :
40 Porque peligro hay de que seamos
argüidos de sedición por hoy ; no habi-
endo ningvma causa por la cual poda-
mos dar raxon de este concurso. Y ha-
biendo dicho esto, despidió la ooncur-
rencia.
CAPITULO XX.
PáNo habiendo reeartido varia dÍMeípuUn <!•
ia Jfa««toMia y Oneia,prei¡iea an Troas,
donde remetía á BuMté. Sn JRZeto con-
vota á loi pretbiterot da X/mo, ytetdaeth
Iwdattet eone^fot y adverieneitu.
YDESPUB8 que cesó el alboroto*,
llamando Pablo los discípulos b, ha-
biéndoles exhortado, se despidió, y par-
tió para ir A Macedonla.
8 Y andado que hubo aquellas partes,
Íezhortádoles con abundancia de pala-
ra, vino á Grecia:
8 Domde después de haber estado tres
meses, y habiendo de navegar á Siria,
le fueron puestas asechanzas por los Ju-
díos e; y así tomó consi^jo de volverse
por Macedonla.
4 Y le acompaflaron hasta Asia Sopater
Bereense ; y Tesalonicences, Aristarco d,
y Segundo ; y Gayo de Derbe, y Timo-
teo»; y Asíanos, Tichlco/, y Trófimo».
6 Kstos yendo delante, nos esperaron
en Troas *.
6 Y nosotros, pasados los días de los
panes sin levaduras navegamos de FUi-
Sos, y vinimos á ellos á Troas en cinco
las*, donde estuvimos siete días.
7 1Í Y el dia primero de la semana',
juntos los discípulos á partir el pan"»,
Pablo les enseñaba, habiendo de partir
al dia siguiente; y alargó el discurso
basta la media noche.
8 Y habla muchas lámparas en el apo-
sento alto" donde estaban Juntos.
9 Y un mancebo llamado Eutichd, que
estaba sentado en una ventana, tomado
de un sueño proíiindo, como Pablo dis-
putaba largamente, postrado del snefio,
cayó desde el tercer piso abi^o, y fué
alzado muerto.
10 Entonces descendió Pablo, y derri-
bóse sobre él •, y abrazándole, dijo : No
os alborotéis, que su alma está en élp.
11 Después subiendo, y partiendo el
pan, y gustando, habló largamente hasta
el alba, y así partió,
18 Y llevaron al mozo vivo, y (iieron
consolados no poce.
Tt8
'Cap. 21.84.
<2TL4.14.
" sa>. 1. 8,
10.
* Zf. 1. 1.
•Cap. 21 12.
7%.S.
2Go.ll.a6.
¿Cap. 19. 29.
«Cap. 16.1.
7 19. 22.
/Kf.6.21.
OoL 4. 7.
S Ti. 4. 12.
Tit. 8. 12.
«Cap. 21. 99.
* Cap. 16. 8,
11.
9Co. 2.12.
'Xx.28.15.
k Cap. 16. 8.
' Joan 20 1.
y 19. 26.
1 Oo. 16. 2.
Ap. 1 10.
"0^1.2.43.
La. 22. 19.
10o. 10. 16.
y 11. 90,84.
"Cap. 1.18.
•lBcry.17.
21.
2 Bey. 4. 84.
r Hat. 9. 24.
▲.o. 07*
LOS HBCHOS, XXL
A.DLSB.
iiráfit.
9O»p.U.80.
jiias.
Tifi.a,4,6,
21,23.
TSL18.
ÍTLtt.17.
Tit.1.8.
lF«d.8.1.
•■C•^19. 1.
10.
« a co. «. 8,
II.
iver.S.
«Ter.Zr.
•Mvr. LIS.
Lo. a*. 47.
"Cap. 19.21.
y 0«p. 21.11.
•C>p.ai.l8.
Bo. 8. 85,
87.
a Co. 4. 18.
" a TL 4 7.
taOo.4.L
«G«p.l8.&
d ver. ao.
< 1 Ti. 4. 16.
/I TL 8. 3,
«te.
TLl.í,
etc.
r JnaBSl.
15,17.
1 Ped. 5.
2,3.
klPMLL
18, 19.
Ap.5.9.
• lUt. 7. 15.
k Jar. 2S. 1.
Bi. 84.2,8.
ICKp.a6.18.
0^:1.13.
• ite.ia.s.
a Co. 7. &
"Cap. 18.3.
lCo.412.
1 Tea. a. 9.
8Tea.8.8.
*L«. 14.13,
14.
18 ^ Y noMtnt, subiendo en d navio,
naTegaoKW 4 Ason, para recibir de allí
á Pablo ; porque au habia determinado
venir | por tierra.
14 Y como se juntó con noeotros en
A ion, tomándole vinimoa á MitUene.
16 Y navegando de allí, al dia sigui-
ente llegamos delante de Ohio, y al otro
¿M tomamos puerto en Samo : y habien-
do reposado en Trogilio, ad dia siguiente
llegamos á Milato.
16 Porque Pablo se habia propuesto
pasar adelante de Efieso, por no dete-
nerte en Asia : porque se apreauralia
por hacer el dia de Tentecostcs, si le
niese posible, en Jeruaalem.
17 ^ Y enviando desde Mlleto A E&so,
hixo llamar 4 los ancianos f de la Iglesia.
18 Y cuando vinieron 4 él, les dijo:
Vosotros sabéis como desde el orimer
dia que entró en Asia**, he estaoo con
vosotros por todo él tiempo,
19 Sirviendo al Señor con toda humil-
dad, y con muchas lágrimas, y tenta-
ciones', que me han venido por las
asechanzas de los Judíos * :
80 Gomo nada que o* ftiese litil, he
rehuido de anunciaros, y enseBaros pu-
blicamente, y por las casas «,
81 Testificando 4 los Judíos y 4 los
Gentiles arrepentimiento para con Dios *,
y la fé en nuestro Señor Jesu Cristo.
88 Y ahora hé aquí, ligado yo en mi
espíritu*, voy 4 Jerusalem sin saber lo
que all4 me ha de acontecer :
83 Mas que el Espíritu Santo por todas
las ciudades me da testimonio, diciendo,
que prisiones y tribulaciones me espe-
ran jr.
84 Mas de nixiguna cosa hago casos,
ni estimo mi vida mas que 4 mi alma ;
solamente que acabe mi carrera con
n>zo«, y el ministerio que recibí del
Seitor Jesusa, para dar testimonio del
evangelio de la gracia de Dios.
85 Y ahora hé aquí yo sé, que ninguno
de todos vosotros, por quien lie puado
predicando el reiiio de Dios, venL mas
mi rostro.
86 Por tanto yo os protesto el dia de
hoy, que yo soy limpio de la sangre de
todos <^
87 Porque no he rehuido anunciaros
todo el consejo de Dios^.
88 Por tanto mirad por vosotros*, y
gor todo el rebaflo en que el Espíritu
anto os ha puesto por obispos/, para
apacentar 0 la Iglesia de Dios, la cual
ganó por su sampre A.
89 Porque yo sé, que después de mi par-
tida entrarán en medio de vosotros graves
lobos • que no perdonarán al ganado *.
80 Y de vosotros mismos se levanta-
rán hombres, que hablen cosas perver-
sas, para llevar discípulos tras sí.
31 For tanto velad, acordándoos que
por tres años, de noche y de dia, no he
cesado de amonestar con lágrimas 4
cada uno.
88 Y ahora, hermanos, os encomiendo
á Dios, y 4 la palabra de su grada ; el
cual es poderoso para sobreediticar, y
daros heredad con todos los santifica-
dos'.
83 La plata, ó el oro, ó el vestido, de
nadie he codiciado «.
84 Antes vosotros sabéis, que para lo
que me ha sido necesario ", y 4 los que
están conmigo, estas manos me han
servido.
85 En todo os he enseñado, que traba-
jando ati, es necesario sobrellevar 4 los
enfermos, y tener presente las palabras
del Señor Jesús, el cual dijo : Bienaven-
turada cosa es dar 4nte8 que recibir*.
86 Y como hubo dicho estas ooaAs, a
puso de rodillas, y oró con todoa ^os^.
87 Entonces hubo un gran lloro de
todos ; y derribándose sobre el coelio de
Pablo, le besaban,
88 Doliéndose en gran manera por la
palabra que d^o, que no hablan de ver
mas su rastro f: y le acompañaron al
navio.
CAPITULO XXI.
Yiag» da Son PtMo d JcrtiaalMi. Kl pnMa
Agabo U prmliee lo» IrabedoM qysUliabitm
de dueeder. jtUf m pttrrflca en W templo f
y maÜrtíado por lo» Juaíot, U Ubrado-tm»
mamo» d trümmo LUUu.
Y HABIENDO partido de elloa. na-
v^amos y vinimos camino derecho
4 Coos, y el dia siguiente 4 Rbodas, y
de allí 4 P4tara.
8 Y hallando un barco que pasaba á
Fénlce, nos embarcamos, y partimos.
8 Y como avistamos 4 Oipro, dolándola
4 mano izquierda, navegamos 4 Siria, y
vinimos 4 Tiro ; porque el barco había
de descargar allí su carea.
4 Y nos quedamos alu siete dias, ha-
llados los discípulos, los cuales decían
4 Pabk» por Espíritu, que no saliieee 4
Jerusalem*.
5 Y cumplidos aquellos dias nos parti-
mos, acompañándonos todos con «ms
mujeres é hijos hasta fuera de la ciudad :
y puestos de rodillas en la ribera, oía-
mos b.
6 Y abTaz4ndonos los unos 4 los otit»,
subimos al Imucco, y ellos se volvieron 4
sus casas.
7 Y noeotros, cumplida la navegación,
vinimos de Tbro 4 Tolemaida; y habi-
endo saludado 4 los hermanos, nos que-
damos con ellos un dia.
8 5 'S' °tn> dia, partidos Pablo y lo»
que con él est4bamas, vinimos 4 Cesá-
rea; y entrando en casa de Felinec «1 j
evaiigelistai', ei cual era wio oe los
siete, pasamos con él. I
9 Y este tenia cuatro h^as doncellas, I
que profetizaban *.' ^
10 X parando nosotros otti por muchoa
dias, descendió de Judéa un Pndbta,
llamado Agabo/;
11 Y venido 4 nosotros, tomó él cinto
de Pablo, y atándose los pies y las ma-
nos, djjo : Esto dice el Espíritu Santo :
Así atarán los Judíos en Jerusalem al
varón, cuyo es este cinto/, y U entrega-
rán en manos de los üentiles.
18 Lo cual como oimos, le rogamos
nosotros, y los de aquel tugar, que no
subiese 4 Jerusalem.
18 Entonces Pablo respondió: ¿Qta¿
hacéis llorando y afligiéndome el cora-
zón ? porque yo no solo estoy presto 4
ser atado, mas aun 4 morir en Jerusa-
lem por el nombre del Señor Jesús.
14 Y como no le pudimos persuadir,
desistimos, diciendo : Hágase la volun-
tad del Señor «.
15 Y después de estos diaa, apercibi-
dos, subimos 4 Jerusalem.
16 Y vinieron también con nosotros de
Cesárea algunos de los discípulos, tra-
yendo consigo 4 un Mnaaon Cii»io, dis-
cípulo antiguo, con el cual pósaseme*.
17 Y cuando llegamos 4 Jerusalem,
los hermanos nos recibieron de Imana
voluntad.
18 ^ Y al dia siguiente Pablo entr6
con nosotros a Jacobo ||, y todos lo* an-
cianos se juntaron.
19 A los cuales, como los bnbo saluda-
do, contó por menudo lo que Dios habia
hecho entre los Gentiles por sn minis-
terio*.
90 Y ellos oomo lo oyeron, glactficai«n
rCif.SL5.
fv*r.S.
11.
»Oiv. 20.36.
«CaB.&5.
tfBr.411.
2TI.4.S. I
117.
«Osf.1
Jaela.
/var-a.
yMataK.4t
li
u.
JLjy.BB.
LOS HECHOS, XXII.
A. D. 68.
< Cap. 18.18.
Aii.e.8plS.
18.
iO>p.l5.20,
2».
i 1 co. 9. ao.
"C»p. 34.18.
•Un. «.18.
•Cap. 98. 81.
'Cap. «.18.
14.
724.5.0.
< Cap. ao. 4.
«■Capw28.S7.
y 24. 7.
«Cap. 90. 38.
t Or.fiMMole.
CAp.23.22.
i:4a.23.1S.
Juan 19 J&
f Cap. 9. 11.
y 33.8.
al Sefior ; y le dijeron : Ya res, herma-
no, cuantos miUam de Judíos hay que
han deido; y todos son celadores de
la leir.
31 Mas fheron informados acerca de tí,
que enseñas A apartarse de Moisés á todos
los Judíos que est&n entre los Gentiles,
diclendo/e« que no han de circuncidar los
h^os, ni andar s^;un la costumbre.
89 ¿ Qué hay pues ? La multitud se
reunirá de cierto ; porque oirán que has
▼enido.
83 Haz, pues, esto que te decimos:
Hay entre nosotros cuatro hombres que
tienen voto sobre sí ':
84 Tomando á estos contigo, purifleate
con ellos, y sasta con ellos para que ra-
suren tut caEeacas, y todos entiendan que
no hay nada de lo que ftieron informa-
dos acerca de ti ; sino que rd tombien
andas guardando la ler.
85 Bmpero cuanto 6 los que de los
Gentiles nan creído, nosotros hemos es-
crito * haberse acordado que no guarden
nada de esto ; solamente que se absten-
Sn de lo que fuere sacrificado á los
oíos, y de sangre, y de ahogado, y de
fornicación.
80 Entonces Pabló, tomó consigo aque-
llos hombres ^ y al siguiente dia. habi-
éndose purificado con ellos, entró en el
templo M, para anunciar te proponían el
cumplimióito » de los dias de la purifi-
cación, hasta ser ofirecida ofrenda por
oeda uno de ellos.
87 T cuando estaban para acabarse los
siete dias, unos Judíos de Asia, como
le rieron en el templo, alborotaron todo
el puehio, y le echaron mano •,
88 Dando roces: Varones Israelitas,
ayudad : este es el hombre que por todas
partes ensefia & todos contra el pueblo,
V la ley, V este lugar ; y además de esto
ha metido Gentiles en el templo, y ha
contaminado este lugar santo j>.
89 (Porque antes hablan risto con él
en la ciudad á Trófimoy, Efesio, al cual
pensaban que Pablo habla metido en el
templo.)
80 Asi que, toda la ciudad se alborotó,
y agolpóse el pueblo ; y tomando á Pa-
blo, hiciéronle salir ftiera del templo, y
luego las puertks ftieron cerradas.
31 Y urocurando ellos matarle, ftié
dado aviso al tribuno de la oompatUa,
que toda la ciudad de Jerusalem estaba
alborotada ;
88 El cual tomando luego soldados y
centuriones, corrió á ellos r. Y ellos co-
mo Tieron al tribnno y A los soldados,
cesaron de herir & Pablo.
83 Entonces llM;ando el tribuno, le
prendió, y le mandó atar con dos cade-
nas ' : y preguntó quién era, y qué habla
hecho.
84 Y entre la multitud unos gritaban
una cosa, y otros otra : y como no podía
entender nada de cierto á causa del al-
boroto, le mandó llerar á la fortaleza.
83 Y como llegó & las gradas, aconteció
2ue fué llerado á cuetta» de los saldados
causa de la rlolencia del pueblo. '
88 Porque multitud de pueblo renia
detrás gritando : Mátale f.
87 Y como comenzaron A meter A
Pablo en la fortaleza, dice a! tribuno :
,; Me será lícito hablarte algo ? Y él
dijo: ^Griego sabes ?
88 ¿ No eres td aquel Egipcio que le-
vantaste una sedldon Antes ae estos dias,
y sacaste al desierto cuatro mil hombres
salteadores ?
89 Entonces dijo Pablo : Yo de cierto
soy hombre Judío, ciudadano de Tarso *,
ciudad no oscura de CUioia: empero
ruégete que me permitas que hable al
pueblo.
40 Y como él se lo permitió, Pablo es-
tando en pié en las gradas, hizo seflal
con la mano al pueblo •> ; y hecho grande
silencio, habló en lengua Hebrea, dici-
endo:
CAPITULO XXII.
ApdMía da PMot fiíror contra fl de toe
/ndCae oMinatiott te dedara ciudadano
romano, queriendo el trtímno oiotarle.
VARONES hermanos, y padres <•, oíd
la razón que ahora os dov.
8 (Y como oyeron que les hablaba en
lengua Hebrea, guardaron mas silencio.)
Y dijo:
8 Yo de cierto soy Judío k, nacido en
Tarso de Oilicia, mas criado en esta
ciudad A los plés de Gamaliele, ense-
lvado conforme A la verdad de la ley de
la patria rf, zeloso de Dios', como todos
▼esotros sois hoy/.
4 Que he perseguido este camino' has-
ta la muerte, prendiendo, y entregando
en cAroeles hombres y mc^eres A :
6 Oomo también el principe de los sa-
cerdotes rae es testigo, y todos los an-
cianos ; 'áe los cuales también tomando
letras A los hermanos. Iba A Damasco,
para traer presos A Jerusalem aun A
los que estuviesen alli, para que fuesen
castigados •'.
6 Mas aconteció que yendo yo, y lle-
Sindo cerca de Damasco, oomo A me-
odia, de repente me rodeó mucha luz
del cielo :
7 Y caí en el suelo, y oí una voz que
me decia: Baulo, Saulo, ¿por qué me
perrigues ?
8 Yo entonces respondí : ¿ Quién eres.
Señor ? Y me dijo : Yo soy Jesús de
Nazaret, A quien tu persigues.
9 Y los que estaban conmigo vieron A
la verdad la luz, y se espantaron; mas
no oyeron la voz del que hablaba con-
migo Je.
10 Y dije : ¿ Qué haré. Señor ? Y el
Señor me dtío: LevAntate, y vé A Da-
masco, y allí te serA dicho todo lo que
te está señalado hacer.
11 Y como yo no viese por causa de
la claridad de la luz, llevado de la mano
por los que estaban conmigo vine A Da-
masco.
18 Entonces un Ananías^ varon pió
conforme A la ley, que tenia buen testi-
monio <•> de todos los Judíos que allí
moraban,
18 Viniendo A mí, y acercándose, me
d^: Hermano Saulo, recibe la vista. Y
yo en aquella hora le miré.
14 Y él dijo : El Dios de nuestros pa-
dres* te ha predestinado, para que co-
nocieses su voluntad*, y vieses;» á aquel
Justo, y oyeses la voz de su boca g.
15 Porque has de ser testigo suyo A
todos los hombres de lo que has visto y
oidor.
16 Ahora pues, ¿ por qué te detienes ?
LevAntate, y bautízate : y lava tus peca-
dos', invocando su nombre ||.
17 Y me aconteció, vuelto A Jerusa-
lem, que orando en el templo, ful arre-
batado fuera de mi,
18 Y le vi que me decia : Date priesa,
y sal prestamente ftiera de Jerusalem ;
porque no recibirán tu testimonio de
mí.
19 Y yo dije: Señor, ellos saben que yo
encerraba en cAroel, y heria por las si-
nagogas A los que creían en tí :
80 Y cuando se derramaba la sangre
de Estoban tu testigo, yo también es-
taba presente, y consentía A su muerte.
«Oap.lZl7.
«Cap.7. Z
»Cap.SLS8.
aüo.U.2a.
FÍ.8.&
• Cap. 5. S4.
d Cap. 98. 6.
• Oa. 1. 14.
/Bo.10.2.
9 cap. 9. 8.
y U. 9, as.
k Cap. 8. 8.
y9Í9,U.
Pi. 8. 8.
ITLI.18.
*- Gap. 9. 9,
ele.
i Da. 10. 7.
<Ca^9. 17.
"Gap. 10.82.
1118.7.
•CM.&U.
y&ao.
• Cap. 9. 15.
796.18.
Ga.l.l&
l»l 00.9.1.
y 19. 8.
9 Oo. 18.
2.4.
«lCo.11.28.
tía.L19.
"Gap. 98.11.
ya*.i«,
eto.
'Heb.10.92.
lPed.8.81.
lóHnombre
del Señor.
A.D.S8.
LOS HBCHOS, XXin.
A. 0.96.
tCmp.7.K.
78.1.
47.
lio. 1.6.
y 11. 18.
T 15. 16.
Ga. & 7, 8.
Bf. 8. 7. 8.
1TL&7.
*lTM.a.l6.
«csik.aft.ai.
yCap.lft.87.
«Cap. 28. 28.
«Cap. 34.16.
a co. 1. la.
a TU 1.8.
Heb. 18.18.
tJnaalSJa.
o De. 25. 1,2.
Juan 7. 6L
i< Xs. 23. 38.
aPBd.a.io.
Jndaa 8.
« Cap. 26. 5.
FL3.C
/Cap. 34.15,
aL
736.6.8.
728.30.
PMat. 23.28.
I
L
y guardaba las ropas de los que le ma<
tabanf.
SI Y me dUo: yé, porque yo te tengo
que enviar Iqos á los Gentiles*.
S9 ^ Y le oyeron hasta esta palabra* :
enhínoes lüsaron la tok, dldendo : Qui-
ta de la tierra á un tal hombre, porque
no conviene que viva'.
23 Y dando ellos voces» y amtJando tus
ropas.y echando polvo al aire,
84 Mandó el tribuno que le llevasen á
la fortaleza, y ordenó que fuese exami-
nado con axotes, para saber por qué
causa clamaban así contra éL
26 Y como le ataron con oorréaS} Pa-
blo dijo al centurión que estaba presente :
¿ Os es lícito azotar 4 un hombre Ro-
mano ', sin ser condenado ?
36 Y como el centurión oyó uto, fué
dio aviso al tribuno, diciendo : ¿ Qué
as de hacer ? porque este homl»e es
Romano.
97 Y viniendo el tribuno, le dijo : Dí«
me, ¿ eres td Romano ? Y él dijo : Sí.
28 Y respondió el tribuno : Yo con
Sande suma alcancé esta ciudadanía,
ntónces Pablo digo : Y yo aun soy na-
cido.
39 Así que, lu^o se apartamn de él
los que le habían de atormentar : y aun
el tribuno también tuvo temor, enten-
dido que era Romano, por haberle atado.
80 Y al dia siguiente, queriendo saber
de cierto la causa por qué era acusado
de los Judíos *, le *>Itó de las prisiones,
y mandó venir 4 los prínoipes de los sa-
cerdotes, y á todo su concilio ; y sacando
4 Pablo, le presentó delante de ellos.
CAPITULO XXIII.
PMo «w Mupalabrtu oeatüma tma átmnta
ean q^ n mvidtn la$ Faritfot dt lo$ Mdu-
eiot. SI tribuno Una» U remite con «»-
eoüa müitar á 0»$arfu, d FMi», gcbemadar
romamo,para tíbrearU a» una horrible com-
Jwraeiop.
ENTONOES Pablo, poniendo los ojos
en el concilio, dice: Varones her-
manos, yo con toda buena conciencia'
he conversado delante de Dios hasta el
dia de hoy.
S El principe de los sacerdotes, Ana-
nías, mandó entonces 4 los que estaban
delante de él que le hiriesen en la boca6.
8 Entonces Pablo ie d^o: Herirte ha
Dios, pared blanqueada: ¿y est4s td
sentado para Juzgarme conforme 4 la
ley, y contra la ley < me mandas herir ?
4 Y los que estaban prssentes dijeron :
¿ Al Sumo Sacerdote de Dios maldices ?
5 Y Pablo dijo : No sabía, hermanos,
que era el Sumo Sacerdote ; que escrito
e&t4 : Al príncipe de tu pueblo no mal-
decirás <<.
0 Entonces Pablo, sabiendo que la una
parte era de Saducéos, y la otra de Fa-
riseos, clamó en el concilio: Varones
hermanos, yo Fariseo soy*, h^o de Fa-
riseo : de la esperanza y de la resurrec-
ción de los muertos soy yo Juzgado/.
7 Y como hubo dicho esto, ftié hecha
disensión entre los Fariseos y loe Sedú-
ceos ; y ia multitud filé dividida.
8 (Porque los Saducéos dicen aue no
hay resurrección, ni ángel, ni espíritu' ;
mas los Fariseos coniíesan ambas 00-
rv
9 Y levantóse un gran clamor: y le-
vantándose los escribas de la parta de
los Fariseos, contendían diciendo : Nin-
gún mal hallamos en este hombre: que
si espíritu le ha hablado, ó áqgel, no
resistamos á Dios.
10 Y habiendo grande disensión, el tri-
buno teniendo temor que Pablo no fuese
despedazado de ellos, mandó venir la
eompaHia de soldados, y arrebatazle de
en medio de ellos, y llevarle 4 la for-
taleza.
11 Y la noche siguiente, presentiado-
sele el 8eih>r A, le d^o : Confia Pablo ;
que como has testificado de mí en Je-
rusalem, así es menester testifiquea tam-
bién en Roma '.
13 ^ Y venido el dia, algunos de los
Judíos se juntaron, v prometieron bajo
de maldición, dieienao, que ni comerían
ni beberían hasta que hubiesen mnerto
4 Pabloir.
18 Y eran mas de cuarenta loa que
hablan hecho esta ooi^uradon ;
14 Los cuales se fueron 4 los |»lnci|pes
de los sacerdotes y 4 los ancianas', y
dieron : Nosotros hemos hecho voto de-
bido de maldición, que no hemos de
ristar nada hasta que hayamos muerto
Pablo.
15 Ahora pues vosotros con el conciUo
requerid al tribuno que le saque mañana
4 vosotros, como que queréis entender
de él alguna cosa mas cierta ; y nosotros,
4ntes que él ll^ue, estaremos aparejados
para matarle.
10 Entonces un UJo de la hermana de
Pablo, oyendo las asechanzas, toé, j en-
tró en la fortaleza, y dio aviso 4 Pablo.
17 Y PaUo llamando 4 uno de los
centuriones, dice: Lleva 4 este man-
cebo al tribuno; porque tiene cierto
aviso que darle.
18 Él entonces tom4ndole, le llevó al
tribuno, y dijo : El preso Pablo llamán-
dome, me rogó que trajese 4 tí este
mancebo, que tiene algo que hablarte.
19 Y el tribuno tomándole de la mano»
y retirándose aparte, U pr^untó : ¿ Qué
es lo que tienes que decirme ?
80 Y él d^o : Los Judíos han concer-
tado rogarte que mañana saques 4 Pablo
al concilio, como que han de inquirir de
él aisuna cosa mas cierta.
81 Mas td no los creas; poique mas de
cuarenta hombres de dios le asechan,
los cuales han hecho voto, deb%io de
maldición, de no comer ni beber hasta
que le hayan muerto: y ahora están
aperolbidos esperando tu promesa.
28 Entonces el tribuno despidió al nian-
criio, mand4ndo<e que 4 nadie d^ese que
le habia dado aviso de esto.
88 5 Y llamados dos centuriones, les
mandó que apercibiesen para la hora
tercia de la noche doscientos soldados,
2ue fuesen hasta Cesárea, y setenU de
caballo, y doscientos lanceros ;
84 Y que aparejasen cabalgaduras en
que ponioido 4 Pablo, le llevasen en
salvo 4 Feliz el presidente.
85 Y esorüdó una oarta en estos tér-
minos:
80 Claudio Lisias al ezoelentisimo go-
bernador Félix, Salud.
87 A este hombre, aprdiendido de los
Judíos, y que iban ellos 4 matar, libré
yot» acufUendo con la tropa. Habiendo
entendido que era Romano,
88 Y queriendo saber la causa por qné
le acusaban, le llevé al concilio de ellos* ;
80 Y halló que le acusaban de aigmmmt
cuestiones de la Ley de ellos», y que
ningún crimen tenia digno de muerte,
ó de prisión^.
ao Mas siéndome dado aviso de ase-
chanzas que le baUan aparejado los Ju-
díos 9, luego al punto U ne enviado 4 tí,
é intimé también 4 los acusadores que
traten delante de tí lo que iiaum oontia
él. P4salobien.
ai ^ Y los soldados tomando 4 FaUo,
como les era mandado, Uev4ronle de
noche 4 Antipatris.
Ba.LU.
H}^S4L
I0s.4.>. 1
8L
79L7.
■c^ax.»
II. U.
.a\a
A.I>.fi8.
LOS HECHOS, XXIV, XXV.
A.D.58.
•-Cap. 21.90.
'Cap.a«.l,
■Cap.S&2.
ras. a.
»8«Lixa.
<C»p. 21. 28.
éJttuilSJIL.
<csp.ai.8S.
/ Captas. 80.
a m-i-í-
C»p. 20.22.
128. 23-
u. a*- 37.
C*p. 33. 6.
«■ 36. e. 7.
y 28- aO-
2 Co. 1- "•
C*p. 11-20.
BÓ. 15* *^
ai. 2- lo-
as Y al dia ricuiente, deiondo 4 lot de
A caballo qiM tuMOi oon 61, m ▼«Hvleron
á la fortalesa.
83 T como llegaron á Cernea, y dieron
la carta al gobernador, prewotaion tam-
bién á Pablo delante de él.
34 Y ei gobernador, leida la oarta, pre-
guntó de qué provincia era ; y entendi-
endo que oie Cuiciar,
35 Te oirá, dUo, cuando vinieren tam-
bién tus acúaaaoret*. Y mandó que le
guaidaaen en el pretorio de Herode*.
CAPITULO XXIV.
Bttpueda eomvinemU dt JPoMo á Iom ociimi-
eiom*a/aka$ de lot Judío». JSl gobernador
Fetta oy» tambUn á PtMo tcbrt laft de
Orillo i f vitndo qué no I» efrttia muero,
U merva prvw pora ra nueeor Pardo
Wu$lo,
Y CINCO dias deapues descendió el
Sumo sacerdote *, Ananíaa, con los
ancianos, y un cierto Tértulo, orador; j
parecieron delante del gobernador contra
Pablo.
8 Y citado que fíió, T^rtulo comenzó
á acusar diciendo : Como por causa tuya
▼ivamos en grande pax, y muchas cosas
sean bien Kobemadas en el pueblo por
tu prudencia,
3 Siempre y en todo lugar lo recibimos
oon todo hacimiento de gracias, oh ex-
celente Félix i.
4 Empero por no impedirte mas larga-
mente, ruógote que nos oigas brevemente
conforme á tu equidad.
5 Porque hemos hallado que este hom-
bre e» pestilencial, y levantador de se-
diciones entre todos los Judíos por todo
el mundo, y principe de la secta de ios
Nazarenos:
6 El cual también tentó á violar el
templo e; y prendiéadole le quisimos
Juzñr conrorme á nuestra \eyd.
7 Mas interviniendo el tribuno Lisias,
€¡on grande violencia U quitó de nuestras
manos «,
8 Mandando á sus acusadores que vi-
niesen á ti/: del cual, td mismo juz-
Sando, podrás entender todas estas cosas
e que le acusamos.
9 X asintieron también los Judíos, di-
ciendo ser asi estas cosas.
10 ^ Entonces Pablo, haciéndole el go-
bernador sei^l que hablase, respondió:
Porque sé que muchos años ha eres go-
bernador de esta nación, con buen ánimo
satisfaré por mi :
11 Que til puedes entender que no ha
mas de doce dias que subí á adorar á
Jerusalem.
12 Y ni rae hallaron en el templo dis-
putando con ninguno, ni haciendo con-
curso de muitituid, ni en sinagogas, ni
en la ciudad ;
18 Ni te pueden probar las cosas de
que ahora me acusan.
14 Esto empero te confieso, que con-
forme á aquel camino que llaman he-
rejía, así sirvo al Dios de mis padresy,
creyendo todas las cosas que en la Ley y
en los Profetas A están escritas ;
15 Teniendo esperanza en Dios que ha
de haber resurrección de los muertos,
así de justos como li^ustos, la cual tam-
bién ellos esperan '.
18 Y por esto procuro yo tener siempre
conciencia sin remordimiento acerca de
Dios y acerca de los hombres A.
17 Mas pasados muchos aflos, vine á
hacer limosnas & mi nación l, y ofrendas,
18 Cuando me hallaron purlñoado en
el templo, (no con multitud ni oon al-
boroto,) unos Judíos de Asia ;
19 Los cuales debieran comparecer de-
lante de tí, } acuiarm*, ai contra mi te-
nían algo.
80 O digan estos mismos si hallaron en
mí alguna cosa mal hecha, cuando yo
estuve en el concilio,
81 Sino sea que, estando entre ellos,
prorumpí en alta toz : Acerca de la re-
surrección de los muertos soy hoy Juz-
gado de vosotros «.
88 5 Entonces Félix, estando bien in-
formado de esta secta, les puso dilación,
diciendo : Cuando descendiere el tribuno
Lisias», acabaré de conocer de vuestro
negocio.
83 Y mandó al centurión que Pablo
fiíese guardado, y aliviado de la» pri-
siones, y que no vedase á ninguno de sus
familiares servirle, ó venir á él «.
84 Y algunos días después, viniendo
Félix con Drusila su mujer, la cual era
Judía, llamó á Pablo, y oyó de él la fé
que es en Uristo.
85 Y disertando él de la justicia^», y de
la continencia r, y del juicio venidero r,
espantado ' Feliz, respondió : Ahora vé-
te'; mas en teniendo oportunidad te
llamaré.
86 Esperando también con esto, que de
parte de Pablo* le serian dados dineros,
porque le soltase : por lo cual haciéndole
venir muchas veces, hablaba con éL
87 Mas al cabo de dos aflos recibió
Feliz por sucesor á Porcio Festo; y
Sneriendo Félix ganar la gracia de los
udíos', dejó preso á Pablo.
CAPITULO XXV.
Lomte lueedia al ApíMol eon el gobernador
Feeto, ante quien apela al Citar. Feato le
preaenia al rey Agrtpa y <t Berniee.
FESTO pues, entrado en la provincia,
tres dias después subió de Cesárea 4
Jerusalem.
8 Y vinieron á él el príncipe de los sa-
cerdotes y los principales de los Judíos
contra Pablo ; y le rogaron,
3 Pidiendo gracia contra él, que le hi-
ciese traer & Jerusalem, poniendo ello»
asechanzas para matarle en el camino <t.
4 Mas Festo respondió que Pablo es-
taba guardado en Cesárea, y que él mis-
mo partirla presto.
5 Los que de vosotros pueden, d^o,
desciendan juntamente ; y si hay algún
crimen en este varón, acúsenle.
6 ^ Y deteniéndose entre ellos no mas
de diez dias, venido á Cesárea, el sigui-
ente dia se sentó en el tribunal, y mandó
que Pablo fUese traido;
7 El cual venido, le rodearon los Ju-
díos que hablan venido de Jerusalem,
poniendo contra Pablo muchas y graves
acusaciones, las cuales no podían pro-
bar &,
8 Alegando él por su parte : Ni contra
la ley de los Judíos, ni contra el templo,
ni contra César he pecado en algo.
9 Mas Festo, queriendo congraciarse
con los Judíos «, respondiendo a Pablo,
dijo : i Quieres subir á Jerusalem, y
allá ser juzgado de estas cosas delante
de mí ?
10 Y Pablo dijo : Ante el tribunal de
César estoy, donde conviene que sea juz-
gado. A los Judíos no be hecho iiguria
ninguna, como tú sabes muy bien.
11 Porque si alguna injuria, ó cosa
alguna digna de muerte he hecho, no
rehuso morir; mas si nada hay de las
cosas de que estos rae acusan, nadie pu*
ede darrae á ellos : á César apelo <
18 Entonces Festo, habiendo hablado
con el consejo, respondió : ¿ A César has
apelado ? á César Irás.
13 ^ Y pasados algunos dias, el rey
"* Gap. 88.8.
" ver. 7.
«Gap. 87.8.
ysCie.
l> Pro. 16. 12.
Jer. '42. U,
17.
9 Pro. 81.4,5.
lPed.4.
8,4.
•']ist25.Sl,
4«.
Ap.20.13.
' Hebu 4. 12.
t Pro. 1. 24.
82.
• Bx. 88. 8. '
' Osp. 35. 9.
Mar. 15. 16.
•Cap. 28. 14,
15.
» Gap. 88. 20.
y2S.8L
« Cap. 24.27.
¿Cap. 26. 82.
A.D.58.
LOS HECHOS, XZVL
A.OL56.
IHijOdM
Htrode»
Agripa.
I Hermana
deetta
Agripa y di
Dnuaa.
/«r.l
I 4rdig(om.
»0»p.l8.1&
* C»^ 9. U.
« nr. 8, 7.
iCap.22.22.
I Can. 23. 29.
"Pro. 18.18.
Jiuut 7. fil.
•Cap. 22. 8.
7 28. 8.
n. 8.5.
»Cap^l8.88.
ti«B.8.1&
y 22. 18.
T49.10L
Be. 18. 15.
2 8a. 7. 14.
Bol. 2. 7.
U 7. 14.
Ga.4. 4.
Agrlpal y Berniee|| vinieron á Ceaaréa
á saludar á Feato.
14 T como ectaTieron bM muchos dias,
Festo declaró la causa de Pablo al ler,
diciendo: Un hombre ha sido dejado
inoo por Félix,
16 Sobre el cual, cuando fiíl A Jentsa-
lem, vinieron <t mi los príncipes de los
sacerdotes y los ancianos de los Jndios*
pidiendo condenación contra él :
10 A los cuales respondí no ser eos-
tumbre de los Romanos dar alguno á
ia muerte, antes que el que es acusado
tenga presentes tut acusadores, y haya
lugar de defenderse de la acusación.
17 Así que habiendo venido juntos ac&,
sin ninguna dilación al dia siguiente,
sentado en d tribunal/, mandó traer al
hombre ;
18 Y estando presentes los acusadores,
ningún cargo produjeron de los que yo
sospechaba:
19 Solamente tenían contra él ciertas
cuestiones acerca de su supersticionj g, y
de un cierto Jesús diftmto, el cual Pablo
afirmaba que estaba vivo.
20 Y yo, dudando en cuestión seme-
jante, dije si quería ir á Jeruaalem, y
alIA ser juzgado de estas cosos.
81 Mas apelando Pablo á ser guardado
al conocimiento de Augusto, mandé que
le guardasen, hasta que le envié á Cesar.
89 Entonces Agripa dijo á Festo : Yo
también quisiera oir á ue hombre. Y él
d^o: Maoana le oirás.
23 ^ Y al otro dia, viniendo Agripa y
Bemice con mucho aparato, y entrado
en la audiencia con los tribunos y prin-
cipales hombres de la ciudad, por man-
dado de Festo fué traido Pablo A.
24 Entonces Festo dijo : Rey Agripa, y
todos los varones que estáis aquí juntos
con nosotros, veis á este, por el cual
toda la multitud de los Judíos me ha
demandado en Jerusalem, y aquí>, dan-
do voces que no conviene que viva mas Jt.
95 Mas yo, hallando que ninguna cosa
digna de muerte ha hecho /, y él mismo
apelando á Augusto, he determinado en-
viarle :
86 Del cual no tengo cosa cierta que
escriba al sefior ; por lo que le he sacado
& vosotros, y mayormente & tí, oh Rey
Agripa, para que hecha información,
tenga yo que escribir.
S7 Porque fuera de razón me parece
enviar un preso, y no informar de las
causas <•>.
CAPITULO XXVI.
Pablo M juMifiaa ddamU <b Agrifa, y emtOa
por menor ta eonvtrtion.
ENTONCES Agripa dijo A Pablo: Se
te permite hablar por tí mismo.
Pablo entonces, extendiendo la mano,
comenzó A responder por sí :
8 Acerca de todas las cosas de que soy
acusado por kw Judíos, oh Rey Agripa,
me tengo por dichoso de que haya hoy
de defenderme delante de tí,
8 Mayormente sabiendo tú todas las
costumbres y cuestiones que hay entre
los Judíos : por lo cual te ruego que me
oigas con paciencia.
4^ Mi vida pues, desde la mocedad, la
cual desde á principio flié en mi na-
ción en Jerusalem, todos los Judíos la
saben;
5 Los cuales tienen ya conocido, que
yo desde el principio, si quieren testi-
ficarlo, conforme A la mas perfecta secta
de nuestra religión he vivido Fariseo «.
6 Y ahora por la esperanza de la pro-
mesa que hizo Dios A nuestros padres^
soy Uantado en juicio.
7 A la cual fromeoa nuestras doce tri-
bus, sirviendo constantemeMe de dia y
de noche, esperan que han de llagar.
Por la cual esperanza, oh Rey Agripe,
soy acusado de los Judíos.-
8 Qué ! ¿ Juzgase cosa increíble entre
vosotros que Dios resucite loa mneitos ?
9 Yo ciertamente habla pensado deber
hacer muchas cosas contra el nombre de
Jesús de Nazaree « :
10 Lo cual también hice en Jerusa-
lem ' : y yo encerré en cAroeies A mu-
chos de los santos, recibida potestad de
los principes de los sacerdotes*; y ea-
ando eran matados, yo di mi voto.
11 Y muchas veces, caatigAndoIes por
todas las sinagogas, U$ forcé A blasfe-
mar; y enfurecido sobre manera contra
ellos, Ua perseguí hasta en las cluilades
extrafias.
12 En lo cual ocupado^ yendo A Da-
masco con potestad y comisión de los
príncipes de los sacerdotes/,
18 En mitad áá día, oh Rey, vi en d
camino una luz del cielo, que sobicpu-
Jaba el resplandor del sol, la cual me
rodeó, y A los que iban oonióigo.
14 Y habiendo caído todos nosotros en
tierra, oí una voz aue me hablaba, y
decía en lengua Hebraica : Sanio, Sanio,
¿ por qué me persigues ? Dura cosa te
es dar coces contra los aguijones.
15 Yo entonces d^e: ¿ Quién eres, Se-
Bor ? Y él dijo : \ o soy Jesús, A quien
td persigues.
lo Mas levAntate, y ponte sobre tus
pies ; porque para esto te he aparecido,
para ponerte por ministro r y testigo de
las cosas que ñas visto, y de aquellas en
que apareceré A tí ;
17 Librándote del pueblo A y de los
Gentiles, A los cuales ahora te envió*,
18 Para que abras sus qios^, para que
se conviertan de las tínicmlas A la Inz',
y de la potestad de SatanAs A Diosat,
para que reciban por la fé *, que es en
mí, remisión de pecados*, y suerte^ en-
tre los santificados f.
10 Por lo cual, oh rey Agripa, no tiii
rebelde á la visión celestial :
80 Antes anuncié primeramente A los
que están en Damasco r, y Jerusalem,
y por toda ia tierra de Judéa, y A los
Gentiles, que se arrepintiesen y se con.
vertiesen A Dios, haciendo obras dignas
de arrepentimiento.
81 Por causa de esto los Judíos, to-
mAndome en el templo, tentaron ma-
tarme'.
88 Mas ayudado del auxilio de Dios,
persevero hasta el dia de hoy, dando
testimonio A chicos y A grandes, no dici-
endo nada fuera de lu cosas que los
Srofetas y Moisés dieron que nabian
e venir';
83 Que Cristo habla de padecer, y ser
el primero de la resurrección de los mn-
ertos «, para anundm: luz al pud>Io y A
los Gentiles.
94 ^ Y diciendo él estas cosas en sn
defensa, Feato A gran voz dijo: EstAs
loco, Pablo; las muchas letras te vu-
elven loco.
85 Mas él dijo: No estoy loco, exce-
lente Festo, sino que hablo palabras de
verdad y de templanza.
96 Porque el rey sabe estas cosaa, de-
lante del cual también liablo confiada-
mente. Porque no ]^enso que ignora
nada de esto ; que no na sido esto hecho
en algtm rincón.
87 ¿Crees, rey Agripa, A los Proibtas ?
Yo sé que crees.
28 Entónecs Agripa d^o A Pablo: Por
pooo me persuades A ser Cristiano.
«1TL1.1J.
rfCap.aS.
GS.LU
•0^9.14.
/Caí
Gap. 1.8.
y 818.
'SL8.;.
OvLLS,
8Si.
&Cap.a.U.
Ba-LL
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Bo-ILU.
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XtLlS.
ILa.1.7».
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•Cri-LU.
•BL18.
• M. L 7.
CoLLK
r BC L II.
CoLLU.
«Gap. 20. £
*- Capk 9. U.
•Ckrk2Lar
SL
(La.21ff.
41.
"ICoilLS.
A.D.0a
LOS HECHOS, XXVII.
A.D.ea
■Cap. as. 13,
35l
'Can. 19. 29.
Tau.4.
Gol. 4. 10.
Cap. Si. 33.
Pr. 27. 12.
cr. 7.
89 Y Pablo dijo: Plugaleie A Dios que
por poco 6 por mocho, no solamente tú,
mas también todos Um que hoy me oyen,
ftaesels hechos tales enu yo stqr, excepto
estas prisiones !
80 4 T como hubo dicho estas cosas
se levantó ti rey, y el presidente, y Ber-
nice, y los que se baoiin sentado oon
ellos.
31 T como se retiraron aparte, habla-
ban los unos á loa otros, diciendo : Nin.
gana oosa digna ni de muerte, ni de
prisión, hace este hombre.
89 Y Agripa d^o A Festo : Podía este
hombre ser suelte, tí. no hubiera apelado
A César.
OAPITULO XXVII.
PmMo novtga fara Roma Mmdueido par «I
etnturiomJmlto: la mam aai^fraga/umto á
tma illa ¡ faro taio» m uUwan.
MAS como fué determinado oue ha-
blamos de navegar para Italia*,
entregaron A Pablo y A algunos otros
presos A un centurión, llamado Julio,
de la compaflía Augusta.
2 Así que embarcándonos en una nave
Adrumetina, partimos, estando con nos-
otros Aristarco, Maceaonio, de Tésalo-
nica b, pora navegar Junto A loa lugares
de Asia.
8 Y otro dia llegamos A Sidon ; y Julio
tratando A Pablo « humanamente, per-
mitióle que ftiese A los amigos para ser
de ellos asistido.
4 Y haciéndonos A la vela de alU, na-
vegamos bajo de Clpro; porque los vi.
entos eran contrarios.
6 Y habiendo pasado la mar de Oillcia
y PanfiUa, arribamos A Mira, ehidad de
Licia.
6 ^ Y hallando allí el centurión una
nave Al^andrina, que navegaba A Italia,
nos puso en ella.
7 Y navegando muchos días despacio,
y habiendo apenas llegado delante de
6 nido, no deJAndonos el viento, nave-
gamos bajo de Creta Junto A Salmón.
8 Y costeándola dlficilmente, llegamos
A un lugar que llaman Buenos Fuer-
tos, cerca del cual estaba la ciudad de
Lasea.
9 ^ Y pasado mucho tiempo, y siendo
ya peligrosa la naveraclon, porque ya
era paaaído el ayuno, Pablo amonestaba,
10 Didendoles ; Varones, veo que con
trabajo y mucho daño, no solo de la car-
gazón, y de la nave, mas aun de nu-
estras personas, habrA de ser la nave-
gación.
11 Mas el centurión creía mas al piloto
y al Patrón de la nave, que A lo que
Pablo deda d.
12 Y no habiendo puerto cómodo para
invernar, muchos acordaron pasar aun
de allí, por si pudiesen arribar A Fenice
A invernar alli, que t» un puerto de
Greta* al AíVIco y al poniente.
13 Y soplando el austro, pareciéndoles
que ya tenian lo que deseaiMuí, alsando
velaa iban cerca la costa de Creta.
14 ^ Mas no mucho después dio en
ella un viento repentino que se llama
£uroclidon.
15 Y siendo arrebatada la nave, y no
pudlendo resistir contra el viento, la de-
Jamos llevar. *
10 Y habiendo corrido A sotavento de
una pequefta isla que se llama Olauda,
apenas pudimos ganar el esquife :
17 El cual tomado, usaban de remedios
cifiendo la nave ; y teniendo temor que
no diesen en la Sirte, abijadas las velas,
eran así llevados.
18 Mas siendo atormentados de una
vehemente tempestad/, el siguiente día
alijaron,
19 Y al tercer dia nosotros con nues-
tras manos arrojamos loa aparaos de la
nave 9.
90 Y no pareciendo sol ni estrellas por
muchos días, y viniendo una tempestad
no pequeña, ya era perdida toda la es-
peranza de nuestra salud.
21 Entonces Pablo, habiendo ya mu-
cho que no comíamos, puesto en pié en
medio de ellos, dijo: Fuera de cierto
conveniente, oh varones, haberme oido A,
y no partir de Greta, y evitar este incon-
veniente y daño.
82 Mas ahora os amonesto que tengáis
buen Animo i; porque ningima pérdida
habrA de persona de vosotros, sino sola-
mente de la nave.
23 Porque esta noche ha estado con-
migo el ángel del Dios k, del cual yo soy,
y al cual sirvo,
84 Diciendo : Pablo, no temas: es me-
nester que seas presentado delante de
César ; y hé aquí, Dios te ha dado A to-
dos los que nave^ui contigo'.
25 Por tanto, oh varones, tened buen
Animo; porque yo confio en Dios que
será así como me ha sido dicho"*,
28 Si bien es menester que demos en
una isla «.
27 ^ Y venida la décima cuarta noche,
y siendo llevados por el Adria, los ma-
rineros A la media noche sospecharon
que estaban cerca de alguna tierra ;
88 Y echando la sonda, hallaron veinte
pasos ; V pasando un poco mas adelante,
volvlenao A echar La sonda, hallaron
quince pasos.
89 Y habiendo temor de dar en lugares
escabrosos, echando cuatro anclas de la
popa, deseaban que se hiciese de dia a.
ao Entonces procurando los marineros
huir de la nave, echado que hubieron el
esquife A la mar, aparentando como que
querían larcar las anclas de proa,
81 Pablo dijo al centurión y A los sol-
dados: SI estos no quedan en la nave,
vosotros no podéis salvaros/'.
38 Entonces los soldados cortaron los
cabos del esquife, y deJAronle perder.
83 Y hasta que comenzó A ser de dia,
Pablo exhortaua A todos que comiesen,
diciendo : Este es el décimo cuarto dia
que esperáis y permanecéis ayunos no
oomiendo nada.
34 Por tanto os mego que comáis por
vuestra salud: que ni aun un cabello
de la cabeza de ninguno de vosotros pe-
recerAf.
35 Y habiendo dicho esto, tomando el
pan, hizo gradas A Dios en presenda de
todos r : y partiendo, comenzó A comer.
38 Entonces todos teniendo ya racgor
Animo, comieron ellos también.
37 Y eramos todas las personas en la
nave doscientas setenta y sds.
38 Y satlsfiechos de comida, aliviaban
la nave, echando el srano A la mar.
89 ^ Y como se hizo de dia, no cono-
cían la tierra : mas veían un golfo, que
tenia orilla, al cual acordaron ediar, si
pudiesen, la nave.
40 Cortando pues las anclas, las dejaron
en la mar, largando también las atadu-
ras de los gobernalles ; v alzada la vela
mayor al viento, íbanse A la orilla.
41 Mas dando en un lugar de dos agu-
as, hlderon encallar la nave ; y la proa
hincada, estaba sin moverse, y la popa
se abría oon la fuerza de la mar.
42 Entonces el acuerdo de los soldados
era que matasen los presos, porque nin-
guno se fugase nadando.
43 Mas el centurión, queriendo salvar
/Bal.lor.SS.
27.
» Job 2. 4.
Joña 1. S.
k ver. 10.
•'Job 22. SO.
k Cap. 12. 7.
Heb. 1. 14.
I Gen. 19. 31,
2».
"Na. 23. 19.
L1LL46.
Bo.4.30,
21.
2 Ti. 1.19.
* Oap. 28. 1.
o Sal. 180. 6.
I> Heb. 10.85.
89.
3 Fed. 1. 4.
U.
«1 Bey. 1.82.
MatlO. 80.
La. 12. 7.
7 21. 18.
«■18a. 9. 18.
Jaan 8. 11,
2S.
1 Ti. 4.8.4.
A.D.6a
LOS HECHOS, XXVin.
A.]>.6a
'f«r.S2.
•Cap. 27.26^
» Bo. 1. M.
10o. 14. 11.
CoLS.ll.
«Mar. 18.18.
Lo. 10. 1».
•IC»p.l«.lL
«8Mt».U5.
/<;ap.l9.11.
Mar. 6. fi.
r 16. 18.
lCo.U.9,
88.
'Mat.«.8L
A. D. C8.
á Pablo, estorbó cate acuerdo, y mandó
que los que pudiesen nadar, se echasen
loa primeros, y saliesen á tierra :
44 Y los demás, parte en tablas, parte
en cosas de la nare. Y asi aconteció que
todos se salvaron taliendo & tierra*.
CAPITULO XXVIII.
Pron'gué Palto «m Hage dude MeUlo á Roma /
«N domde Imeo» d» Utgaáo, eonvoeando 4 lot
prhitipaU$ J%Mm (m da raann de eu «peia-
eioH, y le» pr edita 4 JeauMrinio / lo cual
aimu naeieitdo deepiieii, por empaño de do»
ano», á emamto» ibem d U.
Y GUANDO escapamos, entonces su-
pimos que la isla se llamaba Me-
lite*.
5 Y los bárbaros b nos mostraron no
poca humanidad ; porque, encendido un
ruM^, nos recibieron a todos, 4 causa de
la uuvia que Tenia, y del frió.
3 Entonces habiendo Pablo recogido
algunos sarmientos, y puesto^ en el
fuego, una víbora huyendo del calor, le
acometió á la mano.
4 Y como ios bárbaros vieron la víbora
colgando de su mano, decían los unos á
los otros: Ciertamente este hombre es
homicida, á quien, escapado de la mar,
la justicia no deja vivir.
6 Mas él, sacudiendo la víbora en el
fuego, ningún mal padeció «.
6 Empero ellos jestaban esperando cu-
ando se habla de hinchar, ó caer mu-
erto de repente ; mas habiendo esperado
mucho, y viendo que ningún mal le ve-
nia, muoados, decían que era Dios d,
7 ir En aquellos lugares habla here-
dades del principal de la isla, llamado
Publio, el cual nos recibió, y hospedó
tres días humanamente.
8 Y aconteció que el padre de Publio
estaba en cama, enfermo de fiebres y de
cámaras ; al cual Pablo entró á ver, y
después de haber orado*, le puso las
manos encima, y le sanó/.
9 Y esto hecho, también loa otros que
en la isla tenían enfermedades, llegaban,
y eran sanado* :
10 Los cuales también nos honraron
con muchos obsequios; y cuando par-
timos, nos cargaron de las cosas nece-
sarias;.
11 5 -^^ <!"*> pasados tres meses, na-
vegamos en una nave Alejandrina, que
habia invernado en la isla, la cual tenia
por enseña á Castor y Poluz.
18 Y llegados & siracusa, estuvimos
aUi tres dias.
13 De allí, costeando alrededor, vini-
mos á Regio; y otro dia después so-
plando el Austro, vinimos al segundo dia
a Puteólos ;
14 Donde habiendo hallado hermanos,
nos rogaron que quedásemos con ellos
siete dias ; y luego vinimos á Roma:
15 De donde, oyendo de nosotros los
hermanos, nos salieron á recibir hasta
la placa de Apio, y las Trea Talieraaa:
á los cuales como Pablo tío* dio gruias
á Dios A, y tomó aliento.
16 Y como llegamos á Roma, el cen-
turión entr^ó los presos al préfoeto de
los ejércitos : mas á Pablo ftaé permitido
estar por sí, con un soldado que le gu-
ardase'.
1? ^ Y aconteció que tres dias después,
Pablo convocó los principales de los Ja-
díes ; á los cuales, luq^ que estuvieron
Juntos, les di,k> : Yo, varonea hermanoa,
no habiendo hecho nada contra el pue-
blo, ni los titos de la patria, he sido
entregado preso desde Jeniaalem en ma-
nos de los Romanos * ;
18 Los cuales, habiéndome examinado,
me querían soltar, por no haber en mí
ninguna causa de muerte^.
19 Mas contradiciendo loa Judíos, tai
forzado á apelar á César*" ; no que tenga
de que acusar á mi nación.
50 Asi que, por esta causa os he lla-
mado para veros y hablaros ; porque por
la esperanza de Israel * estoy rodeado de
esta cadena*.
51 Entonces ellos le dijerop : Nototitw
ni hemos recibido cartas tocante á ti de
Judóa, ni ha venido alguno de los her-
manos que haya denunciado ó hablado
algún mal de tí.
89 Mas queríamos oir de tí lo qne si-
entes ; porque de esta secta notorio nos
es qne en todos lugares es contradicha^.
88 Y habiéndole señalado un dia, vi-
nieron á él muchos á la posada, 4 los
cuales declaraba v testificaba el reino de
Dios, persuadiéndoles lo contwmiente á
Jesús por la ley de Moisés, y por los
profetas*, desde la mañana haata la
tarde.
84 Y algunos asentían á lo que se decía,
mas algunos no creían.
85 Y como fueron entre sí discordes,
se fueron, diciendo Pablo esta t palalnra :
Bien ha hablado el Espíritu Santo por
el profeta Isaias f á nuestros B padres.
98 Diciendo : Vé á este pueblo, y dllst .-
De oido oiréis, y no entenderéia; y vi-
endo veréis, y no percibiréis :
87 Porque el corazón de este pueblo
se ha engrosado, y de los oidos oyeron
pesadamente, y sus ojos taparon ; por-
que no vean con los ojos, y oigan con
los oidos, y entiendan de corazón, y se
conviertan, y yo los sane*.
88 Séaos pues notoxio que á los Gen-
tiles es enviada esta salud de Dios; y
ellos oirán'.
89 Y I habiendo dicho esto, los Judíos
se salieron teniendo entre sí gran con-
tienda.
80 ir Y Pablo quedó dos afWx enteras
en su cata de alquiler; y tecIUa á lodos
los que á él venían,
81 Predicando el reino de Dios, y ense-
ñando lo que es del Señor Jesa-Criato,
con toda libertad «, sin impedimento.
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
ÁL08
ROMANOS. '
CAPITULO I.
La/te» iteeetaria para talvaree ¡ porque lin
ttta nadie m Jvtifica: y de la raeou te
ahnea tanto, fiM loe preciado» de coAtM vie-
nen áierlo» mai viéioeo».
PABLO, siervo de Jeau-Oriato, Ua-
mado apiktola, apartide* pan él
evangelio de Dios,
8 El cual habla antes prometido por
sus profetas en las santaa esoriturat.
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«BaA.»
17.
LD.OB,
BOMAlfOS, II.
Jl.D.68.
«MatL6,
16.
LU.LS2.
TS.S3,S1.
3T1.2.8.
8tl.89.80.
<He1>.».I4.
'HedLlS.
38,84.
/Cap. 18. as.
riCo.1,2.
iCtpa6.19.
I Col. L 9.
I Tes. 3. 10.
(6aiit>.1.15.
'Cbli.15.28.
■lFéd.LL
' ICo. a. 18.
' Mar. 8. 88.
SIL 18.
'J«r.23.».
1 Co. 1. 18.
Hech.3.86.
C*p. 8. SI.
Hab.2.4.
O*. 3. 11.
Heb.10. as.
H«ch. 14.
17.
y 17. 27.
BáL 19. 1.
Ble.
Bf. 4. 17.
Jer.8.8,9.
la. 40. 18,
».
Bz. 8.1a
8^8L12.
3 Acerca de su H^o Jesu-OrUto Seflor
nuestro, que fué hecho de la simiente de
David según la carne «,
4 El cual fué declarado Hijo de Dios
con potencia, según el espíritu de santi-
dad', por la resurrección de los mu-
ertos«;
5 I^or el cual recibimos la (gracia v el
apostolado para la obediencia de la fé en
todas las naciones/ en su nombre,
6 Entre la) cuales sois también vosotros
llamados de Jesu-Oristo :
7 A todos ios que estáis en Roma,
amados de Dios, llamados santos* ; Gra-
cia y paz tengait de Dios nuestro Padre,
y del 8eflor Jesu-Gristo.
8 Primeramente, doy gracias & mi Dios
por Jesu-Oristo acerca de todos vosotros,
de que vuestra té es predicada en todo
el mundo A.
9 Porque testigo rae es Dios, al cual
sirvo en mi espíritu en el evangelio de
su Hijo, que sin cesar me acuerdo de
vosotros siempre en mis oraciones f,
10 Rogando, si ai tín algún tiempo
haya de tener por la voluntad de Dios *
prospero viaje para ir & vosotros.
11 Porque os deseo ver' para repartir
con vosotros algún don espiritual, para
confirmaros ;
18 Es 4 salier, para ser juntamente
consolado con vosotros por la común té
vuestra y juntamente mía ••.
13 Mas no quiero, hermanos, que ig-
noréis, que muchas veces me he propu-
esto ir a vosotros, (empero hasta ahora
he sido estorbado,) para tener también
entre vosotros algún fruto, como entre
los demás Gentiles.
14 A Griegos y á bárbaros, á sabios y á
no sabios» soy deudor.
15 Asi que, cuanto & mí, presto estoy
á anunciar el evangelio también á vos-
otros que estáis en Roma.
10 Porque no me avergüenzo del evan-
gelio de Cristo « : porque es potencia de
Diosj» para dar salud á todo aquel que
cree ; al Judio primeramente 9, y tam-
bién al Griego.
17 Porque la Justicia de Dios se des-
cubre en éi r de fé en té, como está es-
crito : Mas el Justo por la fé vivirá'.
18 5 Porque mamfiesta es la ira de
Dios del cielo contra toda impiedad é
injusticia de los hombres que detienen
la verdad con injusticia :
19 Porque lo que de Dios se conoce, á
ellos es manifiesto; porque Dios se lo
manifesté ' :
SO Porque las cosas invisibles de él,
su eterna potencia y divinidad, se echan
de ver deúie la creación del mundo, si-
endo entendidas por las cosas que son
hechas»; de modo que son inexcu-
sables:
21 Porque habiendo conocido á Dios,
no le glorificaron como á Dios, ni dieron
gracias ; antes se desvanecieron * en sus
discursos, y el necio coiaxon de ellos fué
entenebrecido.
22 Diciéndose ser sabios, se hicieron
fktuos*,
23 Y trocaron la gloria del Dios incor-
ruptible en seraganza de imagen de
hombre corruptible, y de aves, y de ani-
males de cuatro pies, y de serpientes v.
24 Por lo cual también Dios los en-
tregó* á inmundicia, en las concupis-
cencias de sus corazones, de suerte que
contaminaron sus cuerpos entre sí :
25 Los cuales mudaron la verdad de
Dios en mentira, honrando y sirviendo á
las criaturas antes que al Criador, el
cual es bendito por siglos. Amen.
28 Por esto Dios ios entregó á afectos
ver|nmzotos«; pues aun sus mt^^'M
mudaron el natural uso en el uso que
es contra naturaleza :
87 Y del mismo modo, también los
hombres, d^ando el uso natural de las
mujeres, se encendieron en sus concu-
piscencias los unos con los otros, co-
metiendo cosas nefandas hombres con
hombres, y recibiendo en sí mismos la
recompensa que convino á su extravío.
28 y como a ellos no les pareció tener
á Dios en «u noticia. Dios tambún los
entregó á una mente depravada, para
hacer lo que no conviene,
29 Estando atestados de toda iniquidad,
de fornicación, de malicia, de avaricia,
de maldad ; llenos de envidia, de homi-
cidios, de contiendas, de engafios, de
malisnldades ;
80 Murmuradores, detractores, abor-
recedores de Dios, injuriosos, solierbios,
altivos, inventores die males, desobedi-
entes á aut padres,
31 Necios, desleales, sin afecto huma-
no, desapacibles, sin misericordia :
82 Que habiendo entendido el Juicio de
Dios, que los que hacen tales cosas son
dignos de muerte, no solo las hacen,
mas aun consienten á los que las hacen.
CAPITULO II.
DemutttroBe 4it« lo* Jvdíoi «om tanto y moa
tvlpábiM por mu nuda» obraa qui lo» Oen-
tile». La wrdodcra drevmeition ei la del
«•pA-ítM, ola del entendimiento y de la vo-
luntad,
POR lo cual eres inexcusable, oh hom-
bre, cualquiera que juzgas : porque
en lo que juzgas á otro, te condenas á tí
mismo ; porque lo mismo haces tü que
Juzgas á loe otro»".
2 Mas sabemos que el juicio de Dios es
según verdad contra los que hacen tales
cosas.
3 ¿Y piensas esto, oh hombre, que
Juzgas á los que hacen tales cosas, y ha-
ces las mismas, que tü escaparás del jui-
cio de Dios ?
4 ¿ O menosprecias las riquezas de su
benignidad, y paciencia, y longanimi-
dad b, ignorando que su benignidad te
guia á arrepentimiento « ?
6 Mas por tu dureza, y por tu corazón
no arrepentido, atesoras a para tí mismo
Ira para el dia de la ira y de la manifes-
tación del Justo Juicio de Dios :
6 El cual pagará á cada uno conforme
á sus obras « ; '
7 A los que perseverando en bien ha-
cer, buscan gloria y honra, é incorrup»
tibilidad, la vida eterna :
8 Mas á los que son contenciosos, y
que no obedecen á la verdad/, áuites
obedecen á la injusticia, enojo, é ira,
9 Tribulación y angustia terA sobre
toda persona humana que obra lo malo,
el Judio primeramente, y también el
Griego :
10 Mas gloria, y honra, y paz á cual-
quiera que obra el bien ; al Judío pri-
meramente, y también al Griego :
11 Porque no hay acepción de perso-
nas para con Dios '.
12 Porque todos los que sin ley peca-
ron, sin ley también perecerán ; y todos
los que en la ley pecaron, por la ley
serán juzgados ;
13 (Porque no los oidores de la ley ion
Justos para con Dios, mas los hacedores
de la ley serán justificados A.
14 Porque los Gentiles que no tienen
la ley, naturalmente i haciendo lo que es
de la ley, los tales, aunque no tengan la
ley, ellos son ley á sí mismos :
15 Mostrando la obra de la ley escrita
en sus corazones, dando testimonio Jun -
«BC8.ia.
•2Ba.ia:
6,7.
i Joña 4. a.
•aPed.S.9.
<il>e.8a.84.
•Job84.U.
B*L82. U.
Pr.34.12.
Mat 18.27.
Ap.90.ia.
/Job 24.13.
aTes.L8.
9 De. 10. 17.
aCr.19.7.
Job 84. 19.
0«. 6. 7, 8.
lFed.L17.
ASanf.l.
23.25.
• IO0.U.IÍ.
A.D.fi6.
ROMANOS, ni, IV.
A.D.SÍ.
k La. 9.17.
1 Co. 4. fi.
IGkp.lfi.tt.
"It.48.1,X
ML&IL
»B«Lli7.
«2TÍ.L1S.
etc.
9 Ex. 80. 30,
•* Hech. 10.
8i.8ft,
>M«t.l2.
41. «a.
< Cap. 9. 8, 7.
Jnftn 8. 80.
Gft. 6. 15,
1«.
Ap.2.9.
••De.l0.1&
7 80.0.
Jer. 4. 4.
FlS.&
Col. S. 11.
'2Co.10.18.
oracMlot.
• Cap. 9. 4.
De.48.
t Cap. 10. 18.
Heti. 4. a.
'G«B.1&25.
Job 8. S.
yM.17.
'Gap. 6.1,
15.
tamcnte mu conciencias, y aeus&ndote j
también excniándoae tu» penaamientoa
unoa con otros ;)
16 En el dia que Juzgará el Setkir lo
encubierto de los liombres*, conforme á
mi evaneelio', por Jesu .Cristo.
17 ^ Hé aquí, td tienes el sobrenombre
de Judio, 7 estás repoaado en la ley, y
te glorias en Dios ■*,
18 Y sabes «u Toluntad », j apruebas lo
m^or, instruido por la ley ;
19 Y confias que eres guia de los cie-
gos, luK de los que ettáu en tinieblas,
20 Enseñador de los que no saben, ma-
estro de nifios, que tienes la forma* de
la ciencia y de la verdad en la ley.
91 Td, pues, que enseitas á otro, ¿ no
te enseñas ¿ ti misraop ? Tü, que pre-
dicas que no se ha de hurtar, ¿hur-
tas?
28 Tif, que dices que no se ha de adul-
terar, ¿adulteras? Tü, que abominas
los ídolos, ¿ cometes sacril^o ?
33 Tü, que te jactas de la ley, ¿ con
infracción de la ley deshonras á Eíos ?
84 Porque el nombre de Dios es blas-
femado por causa de vosotros entre los
Gentiles, como está escritor.
25 La circuncisión en verdad aprove-
cha, si guardares la ley; mas si eres
relielde a la ley, tu circuncisión es he-
cha incircuncision.
96 De manera que si el incircunciso
guardare las Justicias de la ley, ¿no
será tenida su incircuncision por cir-
cuncisión r ?
97 Y lo que de su natural es incircun-
ciso, guardando perfectamente la ley,
te Juzgaiá * á tí, que con la letra y con
la circuncisión eres rebelde á la ley.
28 Por(]ue no es Judío á que lo e$ en
manifiesto < ; ni la circuncisión e» la que
es en manifiesto, en la carne :
29 Mas et Judío el que lo e$ en lo in-
terior; y la circuncisión es la del cora-
zón*, en espíritu, no en letra: la ala-
banza del cual no vime de los hombres,
sino de Dios'.
CAPITULO IIL
En qtU ti«MH laprtfereneía lo» Jmáhm uibré
lo* GmtiUi. Unos y oíros ortám suidos al
l/ngo delpeeoilo. No «s la ley. sino laff en
Jem-CrtsU» la fu» los libra d» iL Pero la
fé no (Ustmi/s la loy, sino qns la eonfama.
¿ f\V^i pues, tiene mas el Judío ? ¿ ó
^ qué aprovecha la circuncisión ?
9 Mucho en todas maneras. Lo pri-
mero ciertamente. Que laf palabra de
Dios les ha sido connada a.
8 ¿ Porque quó si algunos de ellos han
sido incrédulos b ? ¿ La incredulidad de
ellos habrá por eso hecho vana la verdad
de Dios ?
4 En ninguna manen, antes bien sea
Dios verdadexo, mas todo hombre men-
tiroso ; como está escrito : Para que seas
justificado en tus dichos, y venzas cu-
ando de tí se juzgare.
6 Y si nuestra iniquidad encarece la
justicia de Dios, ¿ qué diremos ? ¿ Será
por eso injusto Dios que da castigo?
(hablo como hombre.)
6 En ninguna manera : de otra suerte
¿ cómo juzgarla Dios el mundo » ?
7 Empero si la verdad de Dios, por mi
mentira, creció á gloria suya, ¿ por qué
aun así yo soy juzgado como pecador ?
8 ¿Y por qué no decir, (como somos
Uaafemiulos, y como algunos dicen que
nosotros decimos). Hagamos males para
que vengan bienes 4 ? la condenación de
los cuales es justa.
9 ^ ¿ Qué pues ? ¿ Somos mucres que
ellos f En ninguna manera: porque ya
hemos acusado á Judíos y á Gentiles,
que todos están debajo de pecado.
10 Gomo está escrito « : No hay justo,
ni aun uno ;
11 No hay quien entienda, no hay qui-
en busque á Dios.
13 Todos se apartaron, á una taema
hechos inütiles: no hay quien haga lo
bueno ; no hay ni aun uno.
13 Sepulcro abierto es su garganta/;
con sus lenguas tratan engafk>samente ;
veneiu> de áspides está debajo de sus
labios^;
14 Ouya boca está llena de maledieen-
da, y de amargura h ;
15 Sus pies son ligeros á derramar
sangre.
16 Quebrantamiento y desTentuxa kan
en BUS caminos :
17 Y camino de paz no conocieran i.
18 No hay temor de Dios delante de
sus ojos*.
19 Empero sabemos que todo lo que
la ley dice, á los que están en la ley lo
dice ; para que toda boca se tape, y que
todo el mundo se sujete á Dios :
80 Porque por las obras de la ley nin-
guna carne se justificará delante áe éll i
porque por la ley e« el conocimiento del
pecado"».
21 ^ Mas ahora, sin la ley, la justicia
de Dios se ha manifestado, testificada
por la ley y por los profetas «.
29 La Justicia, digo, de Dios, por la ti
de Jesu-Oristo«, para todos y sobre to-
dos los que creen en él ; porque no hay
diferencia :
98 Por cuanto todos pecaron r, y están
destituidos de la gloria de Dios ;
94 Siendo Justificadas gratuitamente t
S}r su gracia, por la redención que es en
risto Jesús :
95 Al cual Dios ha propuesto en pro-
piciación por la fé en su sangre, para
manifestación de su justicia, atento á
haber pasado por alto, en su paciencia,
los pecados pasados',
26 Oon la mira de manifestar an justi-
cia en este tiempo : pan que él «dIo sea
el justo, y el que Justifica al que e« de la
fé de Jesús».
97 ¿ Dónde, pues, eatá la Jactancia ?
Es excluida : ¿ Por cual ley? ¿ De las
obras ? No : mas por la ley de la fií.
98 Asi que, concluimos ser el hombxe
justificado por fé sin las obras de la
ley*.
29 ¿Bs ZHos solamente Dios de loa
Judíos ? ¿ No es también IMos de los
Gentiles ? Cierto, también de los Gen-
tiles.
80 Porque un IMos es de todos, el caal
Justificará por la fé la virouncision, y
por medio de la fé la incircuncision *.
31 ¿ Luego deshacemos la ley por la
fe ? En ninguna manera ; antes estable-
cemos la ley *.
CAPITULO IV.
Oon eletemplo tfe JAnkam prueba «t Apistol
ri Dios juUiflea al pseaiaor, no en /mena
obras í virtudes hmmana», «úu> A pnrm
gracia por la/i.
¿f\T3É, pues, diremos que halló A-
\^ braham nuestro podre según la
carnea ?
9 Que si Abraham taé Justificado por
las obras, tiene de qué gloriarse.- mas no
pan con Dios b.
8 Porque, ¿ qué dice la escritura ? Y
creyó Abraham á IHos, y le ftié atríba-
ido ajusticia*.
4 Empero al que obn, no se le cuenta
el salario por merced, sino por deuda <
5 Mas al que no obra, pero etée en
•BiLXIV,
LQL
/BaLS.1:
'8B1.14LS.
iSaLlC.;.
<is.n.7.&|
i8aLa«.L I
1 8aL US. 3. ;
Ga.S.11 I
"Csp.
"I
•C»p.S.l,
J»Be.T.».
Ga.3.&
tlB.fi5.L
•■Heb.9.1'
'1X.S4.;.
Hech. 13.
88.».
G*.X.tt
•Oa.8.S.
9S.
•Cap.ULi
•ÍLS.4.
»10».I.Z^
A.D.6&
BOMAXOS, V, VI.
A.D.68.
'Hftb.&4
fSiL 33.1,3.
lG«n. 17.
10, IL
tLii.l9.9.
Ga.3.7,29.
Oen. 17. 4,
ate.
Gi.Ei
\»eha.
€«.8.18.
Ci^5.1S.
U.
r 7. 8, 8,10.
lCo.l5.6«.
iCo.a.7.9.
3». 3. 10b
Ckp.&lS.
:Jiuua3.4.
Gen. 17. 5.
7nniS.31.
E£ 3. 1, &
lCo.1.28.
.Ped.2.10.
B«B. 15. 5.
Heb.U.11.
:.u. L 87,
5.
Iebill.19.
iüap. 15. 4.
Zftp. 10. 9.
If.2.14.
9L 1. ao.
'nan 14. 8.
t2.1&
aquel que justifica al impío, la fé le es
contada por justicia «.
6 Como también David dice ser bien-
aventurado el hombre, al cual Dios atri-
buye justicia sin obras/,
7 Diciendo: Bienaventurados aquellos,
cuyas iniquidades son perdonadas, y
cuyos pecados son cubiertos.
8 BienaTenturado el Taron al cual el
Señor nó lmput(5 pecado.
9 ^ ¿Bt pues esta felicidad en la cir-
cuncisión, ó también en la incircunci-
sion ? porque decimos que & Abraham
fué contada la fé por justicia.
10 ¿ Como pues ie fué contada ? <; en la
circuncisión 6 en la incírcuncision ? no
en la circuncisión, sino en la incírcun-
cision. ^
11 Y recioió la circuncisión jr por sefial,
por sello de la Justicia de la fe que tuvo
en la incírcuncision, para que fViese pa-
dre A de todos los creyentes no circunci-
dados, para que también á ellos les sea
contado por justicia ;
12 Y padre de la circundsion, no sola-
mente á los que son de la circuncisión,
mas también i los que siguen las pisadas
de la fé que fué en nuestro padre Abra-
ham &ntes de ser circuncidado.
18 5 Porque no por la ley fité dada la
promesa á Abraham, ó á su simiente,
que seria horedero del mundo • ; sino por
la justicia de la fé.
14 Porque si los que wn de la ley, son
los herederos, vana f es la fé, y anulada
es la promesa*.
15 Porque la ley obra ira': porque don-
de no hay ley, tampoco hay transgre-
sión'".
16 Por tanto por la fé, para que na
por gracia; para que la promesa sea
firme 4 toda sumiente, e< a aaber, no so*
lamente al ^pu ei de la ley, mas tam-
bién al ^%u e» de la fé de Abraham, el
cual es padre de todos nosotros,
17 (Como está escrito " : Que por padre
de muchas gentes te he puesto,) delante
de Dios al cual cr^-ó ; el cual da Tida &
los muertos o, y llama las cosas que no
son, como las que sonp,
18 ^ Él creyó, en esperanza contra
esperanza, para venir a .ser padre de
muchas gentes, conforme á lo que le
habia sido dicho : Así sei& tu simiente;.
19 Y no se enflaqueció en la fé, ni con-
sideró su cuerpo ya muerto, (siendo ya
de casi cien anos) ni la matriz muerta
de Sara ^
SO Tampoco en la promesa de Dios
dudó con desconfianza ; antes fué esfor-
I zado en t6, dando gloría ¿ Dios,
21 Plenamente convencido de que todo
lo que habia prometido, era también
poderoso para hacerlo '.
22 Por lo cual también le fué atribuido
¿justicia.
23 ^ Y no solamente por él fué escrito
que le haya sido <ui imputado ;
84 Sino también por nosotros < ¿ qui-
enes será imputado, esto ea, á los que
creemos en el que levantó de los muer-
tos á Jesús, Señor nuestro « :
25 El cual fué entregado por nuestros
delitos, y resucitado para nuestra justi-
ficación.
CAPITULO V.
Sxeelmeia» cb la JuttíJUaa'on por la fé de
JefU-Oritto, euya graeta tobreabundant»
no como quiera qttita lo» malte del pecado,
eitio que «oi colma de Henee inmeiuoe.
JUSTIFICADOS pues por la fé, te-
nemos paz para con Dios por medio
de nuestro SeÜor Jesu-Cristo a :
3 Por el cual también tenemos entrada
por la fé á esta gracia ^ en la cual esta-
mos ^rme«, y nos gloriamos en la espe-
ranza de la gloria ae Dios.
3 Y no solo eeto, mas aun nos sloria-
mos en las tribulaciones c, sabiendo que
la tribulación produce paciencia ;
4 Y la paciencia, prueba*' ; y la prueba,
esperanza.
5 Y la esperanza no avergüenza ; por-
que el amor de Dios está derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo
que nos es dado «.
6 Porque Cristo, cuando aun éramos
flacos, a su tiempo/ murió por los im-
píos.
7 Ciertamente apenas muere alguno
por un justo : con todo podrá ser que
alguno osara morir por el bondadoso.
8 Mas Dios encarece su caridad para
con DOBolros, porque siendo aun peca-
dotes. Cristo murió por nosotros g :
9 Luego mucho mas ahora, justifica-
dos en su sangre A, por él seremos salvos
de la ira •'.
10 Porque si siendo enemigos, fbimos
reconciliados con Dios por la muerte de
su Hijo A, mucho mas, estando reconci-
liados, seremos salvos por su vida'.
1 1 Y no solo esto, mas aun nos gloria-
mos en Dios por el Señor nuestro, Jesu-
cristo, por el cual hemos ahora recibido
la reconciliación.
12 ^ De consiguiente mno la reconeÜi-
acion por uno, así como el pecado entró
en el mundo por un hombre, y por el
ricado la muerte «, y la muerte así pasó
todos los hombres, pues que todos pe-
caron.
13 Porque hasta la ley el pecado estaba
en el mundo; pero no se imputaba el
pecado no habiendo ley «.
14 No obstante reinó la muerte desde
Adam hasta Moisés aun en los que no
pecaron á la manera de la rebelión de
Adem*; el cual es figura del que habia
de venir/».
15 Mas no como el delito, tal ftié el
don: porque si por el delito de aquel
uno murieron los muchos, mucho mas
abundó la gracia de Dios á los muchos,
y el don por la gracia de un hombre,
Jesu-Cristo.
16 Ni tampoco de la manera que por
uo pecado, así también el don : por«]ue
el juicio á la verdad vino de un feeado
para condenación, mas la gracia vino de
muchos delitos para justificación.
17 Porque si por el delito del uno reinó
la muerte, mucho mas reinarán en vida
Eor un Jesu-Cristo los que reciben la a-
undancia de la gracia, y del don de la
justicia.
18 Así que, de la manera que por un
delito vi7to la culpa á todos los hombres
para condenación, así por una justicia
vino la gracia á todos los hombres para
justificación de vida ;.
19 Porque como por la desobediencia
de un hombre los muchos fueron con-
stituidos pecadores, asi por la obedien-
cia de uno los muchos serán constituidos
justos.
20 La ley empero entró para que el
Secado creciese r ; mas cuando el peoa-
o creció, sobrepujó la gracia ' :
21 Para que de la manera que el pe-
cado reinó para muerte, así también la
gracia reine por la justicia para vida
eterna por Jesu-Cristo Señor nuestro.
CAPITULO VI.
Oomo deben loe fielee perHverar en la gracia
una vte recibida en el bautiemo, haciendo
mieva vida, y entregándoee (fet todo á Dioe.
¿ "pUES qué diremos ? ¿ Perseveraré-
■L nios en pecado para que la gracia
crezca?
• aaat*. 1. 2,
12.
¿ 2 Co. 2. 9.
y 9. 13.
71.2.22.
•Ef. 1.13,14.
/Oa.4.4.
'lFiBd.8.18.
Unan 8.16.
* Heb. 9. 14,
23.
• lTb8.1.10.
t3Co.5.19.
{JuB 14.10.
Heb. 7.25.
"Gen. 3.6,
19.
•Cap. 4. 16.
o De. 1. 89.
Jobs 4. 11.
P 1 Co. 15.
23,45.
91Co.15.22.
••Cap. 7. 8,
18.
<H. S. 19.
• 1 Ti. 1. 14.
A.D.08.
ROHANOS, Vn.
Í.D.SL
¿ TGNORAIS, hermanos, (poique ha-(
■L ble con los que saben la ley), que la
lej tolameníe se enseikiréa del hombre
entre tanto que ^Ire ?
2 Porque La mujer que está sujeta k
marido, mientras el marido vive* está
obligada á la Ic^ ; mas muerto el mazi-
do, libre es de la ley del marido.
8 Así que, viviendo el marido, se llá-
mala adiUtera, si ftiere de otro Taxon:
mas si su marido muriere, es libre de la
ley, de tal manera que no será addltera
si fuere de otro marido.
4 Así también Tosotros, hermanos mi-
os, estáis muertos á la ley por el cuerpo
de Cristo, para que seáis oe otro, á «a-
ber, del que resucitó de los muertos, á
fin de que fructifiquemos á Dios 6.
6 Porque mientras estábamos en la
carnee, los afectos de los pecados que
eran por la ley, obraban en nuestros
miembros fructificando para muerte'.
0 Mas ahora estamos libres de la ley,
habiendo muerto á aquella en la cual
estábamos detenidos, para que sirramos
en novedad de espíritu, y no en vqex
de letra*.
7 ^ ¿ Qué pues diremos ? é I^ IcT <*
pecado ? En ninguna manera. Empero
yo no conocí el pecado sino por la ley/;
porque tampoco conociera la concupis-
cencia, si la ley no dijera: No codici-
arás^.
8 Entices el pecado, tomando oca-
sión, obnS en mi por el mandamiento
toda concupiscencia : porque sin la ley
el pecado ettaba muerto A.
9 Asi que, yo sin la ley vivia por algún
tiempo: ñus venido el mandamiento,
el pecado revivió, y yo morí.
10 T hallé que el mandamiento, imii'
modo pan vida •', para mi eia mortaL
11 Porque el pecado, tomando oca-
sión *, me cngaiio por el mandamiento,
y por ól me mató.
18 De manera que la ley á la verdad et
santa, y el mandamiento santo, y justo,
y bueno ¡.
13 ¿ Luego lo que es bueno, á mí me es
hecho muerte ? No, sino que el pecado,
para mostrarse iiecado, por lo bueno me
obró la muerte, haciihulose pecado sobre-
manera pecante por el mandamiento.
14 Porque ya sabemos que la ley es
espiritual ; mas yo soy camal, vendido *
á sujeción del pecado.
15 Porque lo que hago, no lo entiendo ;
ni el bien que quiero hago ; ánies lo que
aborrexco, aquello hago.
16 T si lo que no quiero, esto hago,
apruebo que la ley e$ buena :
17 De manera que ya no obro aqndlo,
sino el pecado que mora en mí.
18 T yo sé que en mí (es á saber, en
mi carne), no mora el bien*: porque
tengo el querer; mas efectuar el bien,
no Yo alcanzo.
19 Porque no hago el bien que quiero ;
mas el mal que no quiero, este bago.
flO Y si hago lo que no quiero, ya no lo
obre yo, sino el pecado que mora en »«<i
81 Así que, queriendo yo hacer el Uen,
hallo etta ley. Que el mal está en mL
88 Poique según el homtire interior*
me deleito en la ley de Dios :
88 Mas veo otra ley en mis miembros^
que se rebela contra la ley de mt en>f-
ntu, y que me lleva cautivo á la ley del
pecado que está en mis miemlnras.
84 ¡ Miserable hombre de mi ! ¿ QnlAi
me librará del cuerpo de esta muerte t ?
85 Gracias doy á Dios, por Jesu-Criste
Sefior nuestro. Así que, yo mismo con
la mente sirvo á la 1^ de Dios»
con la carne á la ley dri pecador.
• Ter. 6. 11.
Col. 8.S.
iFBd.a.a4.
» Col. 8. 12.
ll>cd.S.31.
•aCo.13.4.
•f Ef. 4. 23,
34.
<F1.8. 10,11.
/CoL3.1L
«iPed.4.1.
i Ap. L 16.
(Heb.9.28.
tver.S.
{ Ga. 8. 19.
" Col. ». 5.
» Cap. 12. 1.
• 1 Co. 9. 21.
Os. 2. 19.
P Juan 8.34.
2ied.2.19.
? Jnso 8. 82,
86.
G*. K. 1.
lPed.2.16.
•• Csp. 7. 6.
* Csp. 1. 33.
6aBtM.15.
t Csp. 5. 17,
2L
8 En ninguna manera. Porque los que
somos muertos al pecado*, ¿como vi-
viremos aun en él ?
8 ¿ O no sabéis que todos los que somos
bautizados en Gristo Jesús, somos bau-
tizados en su muerte ?
4 Porque somos Eepultados Juntamente
con él á muerte por el bautismo b, para
que como Cristo resucitó de los muer-
tos por la gloria del Padre», así Um-
bien nosotros andemos en novedad de
vida<(.
6 Porque si ftiimos plantados junta-
mente en ¿/ á la semqanza de su mu-
erte, así también lo seremos d to de su
resurrección « :
6 Sabiendo esto, que nuestro viejo
hombre Juntamente fué crucificado con
é/, para que el cuerpo del pecado sea
deshecho/, á fin que no sirvamos mas
al pecado.
7 Porque el que es muerto, Justificado
es del pecado;.
8 Y si morimos con Cristo, creemos
que también viviremos con él :
9 Sabiendo que Gristo, habiendo resu-
citado de entre los muertos, ya no mu-
ere A ; la muerte no se ensefioreará mas
de él.
10 Porque ti haber muerto, al pecado
miirió una vez; mas el vivir, a Dios
vive.
11 Asi también vosotros, pensad que
de cierto estáis muertos al pecado A;
mas vivos á Dios I en Cristo Jesús Sefior
nuestro.
18 ^ Ño reine pues el pecado en vues-
tro cuerpo mortal, para obedecer á sus
concupiscencias.
18 Ni tampoco presentéis vuestros mi-
embros al pecado •• por instrumentos de
iniquidad; antes presentaos á Dios»
como vivos de los muertos, y vuestros
miembros á Dios por instrumentos de
justicia.
14 Porque el pecado no se enseñoreará
de vosotros ; pues no estáis Im^o la ley,
sino bajo la gncia.
15 ¿ Pues qué ? ¿ Pecaremos, porque
no estamos ba)o de la ley, sino mJo de
la gracia • ? tín ninguna manera.
16 ¿ No sabéis que á quien os prestáis
vo> otros mismos por siervos para oitíe-
decerte, sois siervos de aquel á quien
obedecéis;», ó del pecado para muerte,
ó de la obediencia para justicia ?
17 Empero gracias á Dios, que aunque
fuisteis siervos del pecado, habéis obe-
decido de corazón aquella forma de
doctrina á la cual sois entregados-
18 Y libertados del pecado?, sois he-
chos siervos de la justicia.
19 Humana cosa digo por la flaqueza
de vuestra carne: Que como para ini-
2uidad presentasteis vuestros miembros
servir á la inmundicia y á la iniqui-
dad, así ahora para santidad presentéis
vuestros miembros á servir á la justicia.
80 Porque cuando fuisteis sieivos del
pecado, erais libres acerea de la justicia.
81 ¿ <iíxe fruto pues teníais de aquellas
cosas, de las cuales ahora os avergon-
záis' ? poique el fin de ellas ee muerte*.
88 Mas ahora librados del pecado, y
hechos siervos á Dios, tenéis por vuestro
fruto la santificación, y por fin la vida
eterna.
88 Porque la paga del pecado es mu-
erte; mas la dádiva de Dios e« vida
eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro (.
CAPITULO VII.
Fenlaja gnmdMma dei hombre en el ettatlo
de laleif de gracia, comparado con el que
tenia por raaon del pecado. Combate la
carne contra el MpfHw.
• 1CS.7.S.
*Ch9.8.(i.9.
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ROMANOS, Vm, IX.
A. D. B».
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Hebí 7.
19.
Ga.4.4.
ri.2.7.
Otp. 6.6.
'CapLia4.
3C0.6.S1.
• 6A.5.16.
Juan 3. 6.
ilCo.2.14.
6«.&8.
•lCo.6.1».
2C0.4.14.
CoLS.5.
G«.9. 18.
í Ti. 1.7.
Jer. a 19.
i».*. 6,9.
ICkkl. 22.
(H.4.7.
. Ped. 1. 4.
2Ti2.ll,
2Co. 4. 17.
. Ped. 1. 6.
Hech. 8.
a.
Unan 3. 2.
Bea. 3. 17.
CAPITULO VIII.
Ooidirma lo éMM «I Aptdót mneko «lu «o-
jMo$am»nU. FeKeidad Í4 Im Jmtot. Bu
mUgr<a y ejfwrawta; y Mfiio de (oiio «aea«
prowekoy Hn f «« «oaa ím ptuda teparar
dtl awur At JnV'CHtto.
AHORA poes ninguna condenación «
. Aa,y paóra lo« que eat&n en Cristo
Jesús.
5 Porque la ley del Espíritu de vida en
Cristo Jesús b me ha librado de la ley
del pecado y de la muerte c
8 Forque lo que era imposible á la ley,
por cuanto era débil por la carne*'. Dios
enviando á su Hijo en seraeianza de
carne de pecado «;* y á causa del pecado,
condenó al pecado en la carne/;
4 Para que la justicia de la ley ftiese
cumplida en nosotros y, que no andamos
conforme á la carne, mas conforme al
Espíritu «.
6 Porque los que viven conforme á la
carne, de las cosas que son de la carne
se ocupan*; mas los que conforme al
Espíritu, de las cosas del Espíritu A.
6 Porque la intención de la carne m
muerte ; mas la intención del Espíritu,
vida y paz I.
7 Por cuanto la intención de la carne
et enemistad contra Dios ; imrque no se
sigeta á la ley de Dios, ni tampoco
puede.
8 Así que, los que están en la carne,
no pueden agradar & Dios.
9 Mas vosotros no estáis en la carne,
sino en el Espíritu ; si es que el Espíritu
de Dios mora en vosotros». Y si al-
guno no tiene el Espíritu de Cristo, el
tal no es de él.
10 Empero si Cristo ettá en vosotros,
et cuerpo á la verdad ettá muerto a
causa del pecado ; mas el Espíritu vive
á causa déla justicia.
11 Y si el Espíritu de aquel que levan.
t<S de los muertos á Jesús, mora en vos-
otros, el (jue levantó á Cristo de los
muertos, vivificará también vuestros cu-
erpos mortales por su Espíritu que mora
en vosotros».
13 ^ Asi que, hermanos, deudores
somos, no á la carne, pora que vivamos
conforme á la carne.
13 Porque si viviereis conforme á la
carne, moriréis; mas si por el Espíritu
mortificáreia las obras de la carne «, vi-
viréis.
14 Porque todos los que son guiados
por el espíritu de Dios, los tales son
hijos de Dios/».
15 Porque no habéis recibido el espíri-
tu de servidumbre para esiar otra vez
en temor?; mas habéis recibido el Es-
píritu de adopción, por el cual clama-
mos Abba, Padre r.
16 Porque el mismo Espíritu da testi-
monio || á nuestro espíritu que somos
hijos de Dios'.
17 Y si hijos, también herederos';
herederos de Dios, y coherederos de
Cristo : si empero padecemos juntamen-
te con ¿I, para que juntamente con él
seamos glorificados «.
18 ^ Forque tengo por cierto, que lo
que en este tiempo se padece, no es de
comparar con la gloria venidera que en
nosotros ha de ser manifiestada *.
19 Forque el continuo anhelar de las
criaturas' espera la manifestación de
los hijos de Dios y:
90 Porque las criaturas sujetas ftteron
á vanidad, no de grado, mas por causa
del que ¿M sujetó* con esperanza.
21 Que también las mismas criaturas
serán libradas de la servidumbre de cor-
rupción en la libertad gloriosa de los
hiios de Dios*.
28 Poique ya sabemos, que todas las
criaturas gimen á tma, y á una están de
parto hasta ahora.
23 Y no solo ttku, mas también noso-
tros mismas que tenemos las primicias
del Espíritu i, nosotros también gemi-
mos dentro de nosotros mismos «, espe-
rando la adopción, «« á saber, la reden-
ción de nuestro cuerpo''.
24 Porque en esperanza somos salvos « :
mas la es|ieranza que se vé, no es espe-
ranza; poique lo que alguno vé, ¿á
qué esperarlo ?
36 Empero si lo que no vemos espera-
mos, por paciencia espernmos/.
96 Y asimismo también el Espíritu
ayuda nuestra flaqueza : porque qué he-
mos de pedir como conviene, no h sa-
bemos; sino que el mismo Espíritu pide
por nosotros con gemidos indecibles.
87 Mas el que escudrifia los corazonesy,
sabe cual es el intento del Espíritu, et á
taber, que conforme á Dios* demanda
por ios santos.
88 Y ^ sabemos, que á los que á Dios
aman*, todas las cosas les ayudan á
bien, et á taber, á los que conforme al
proiiósito son llamados.
29 Porque á los que antes conoció,
también predestinó* para que fuesen
hechos conformes á la imagen de su
Hijo, para que él sea reconocido el primo-
génito entre muchos hermanos'.
30 Y á los que predestinó, á estos tam-
bién llamó ; y á los que llamó, á estos
también justificó "•; y á los que justi-
ficó, á estos también glorificó ".
31 ¿ Pues qué diremos á esto ? Si Dios
et por nosotros, ¿ qui(?n terA contra nos-
otros*?
83 El que aun á su propio Hijo no per-
donó, antes le entr^ por todos noso-
ttosp, ¿ cómo no nos dará también con
él todas las cosas ?
83 ¿ Quién acusará á los escogidos de
Dios q ? Dios et el que lat justifica r,
84 (> Quién es el que loe condenará' ?
Cristo et el que murió ; mas aun, el que
también resucitó, quien además esta á
la diestra de Dios, el que también in-
tercede por nosotros '.
85 ¿ Quién nos apartará del amor de
Cristo ? Tribulación ? ó ansustia ? ó
rrsecucion ? ó hambre ? ó desnudez ?
peligro ? ó cuchillo ?
86 (Gomo está escrito: Por causa de
tí somos muertos todo el tiempo : somos
estimados como ovejas de matadero».)
37 Antes en todas estas cosas hacemos
mas que vencer por medio de aquel que
nos amó*.
38 Por lo cual estoy cierto que ni la
muerte', ni la vida, ni ángeles, ni prin-
ci{)ados, ni potestades', ni lo presente,
ni lo porvenir,
39 Ni lo alto, ni lo bi^o, ni ninguna
criatura nos podrá apartar del amor de
Dios, que es en Cristo Jesús, Señor
nuestro. CAPITULO IX.
Que lo* verdadero» liraHtíai, y loi lujoa ver-
dadero* de Abrakam ton lo* oue, líomadot
de Dio* graiuita y miferieoraiotamente, te
rinden a la f i de Jetu^ritto.
VERDAD digo en Cristo, no miento,
dándome testimonio mi conciencia
en el Espíritu Santo,
8 Que tengo gran tristeza, y continuo
dolor en mi corazón.
3 Forque a deseara yo mismo ser apar-
tado de Cristo por mis hermanos, los
que son mis parientes según la carne :
4 Que son Israelitas, délos cuales es la
adopción b y la gloria e, y los pactos'', y
<'2Ped.3.
13.
* Ef. 1. 14.
•2C0.5.
2.4.
«'lCo.15.
51.
* Hek 6. 18.
/Heb.6.11,
12.
í Jer. 17. 10.
Ap. 2. 28.
A 1 Joan 5.
14.
• 2 00.416,
17.
k Ef . 1. 6,
11.
' Heb. 2. 11.
12.
"lCo.6.11.
** Juan 17.
3a.
<>S»L118.6.
P Csp. 6. 6,
10.
> Ib. 60. 8,9.
*- Ap. 12. 10.
11.
'Job 84. 29.
( Heb. 7. 25.
Unan 2.1.
«Sal. 44. 22.
2Co. 4. 11.
•lCoJ6.«7.
'JusBlO.28.
y £f . 1. 21.
Col. L 16.
" Bz. 32. 82.
6 Ex. 4. 22.
Jer. 31. 9.
«Bz. 40.84.
1 Ba. 4. 21.
d Gen. 17. %
Bf.2.12.
>
}
A.I>.n. BOJIAMOS,X &D.i«.[
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i.d«.a.uio.,jtioiMo/,,iMi™-
br d. 1» g|M<« I» ». h.Uef> de-
»íP«>Wdi[<D>»> <tMl<.Gea.
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17 TraHm I«u tl.m. ™«,w t
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"íf í „.« *«» dlí. I-- : 6. - se 1 ^ * e.-, , .--. 1- «b« « «
A.D.5Í.
ROMANOS, XI, XII.
A.D. 6S.
> SaL 19. 4.
001.1.0,88.
'De.S3.SL
'Is 65.1,2.
2Co.ll. 23.
n.i.6.
Cap. 8. a».
1 Bey. 19.
[0,1¿
Cap. 9. 27.
Dtit.4.4.5.
Cap. 9. 31.
[a 29. 10.
De. 29. 4.
a&9.
tal. 69. 22,
Z.
;«Pl10.19.
tecli.13.
i.
!an.l5.16.
:ecli.9.15.
•.1.16.
f.8. &
Va. 1&
),21.
rer.U.l&
(18.12.
Sa.8.8,9.
ndondcs de la tiem las palabras de
ellos».
19 Mas diji^ : ¿ No ha conocido etlo Is-
xael ? Primeramente Moisés dice: Yo
os provocaré A zelos con gente que no es
mia ; con gente insensata os provocaré
4 irao.
SO 6 Isaias delerniinadaniente dieej»:
Fui hallado de los que no me buscaban ;
manifestéme A los que no preguntaban
por mi.
21 Mas acerca de Israel dice: Todo el
dia extendí mis manos á un pueblo re-
belde y contradictor.
CAPITULO XI.
Con el etecarmiento ú« lo» Judío» iiKrfdulo$
amonesta <l ApMol á lot Oenti'lea qne no
presuman de sf¡ y pro/etita la general con-
versión de aquálo:
DIGO pues : ¿ Ha desechado Dios á
su pueblo? En ninguna manera.
Porque también yo soy Israelita, de la
simiente de Abraham, de la tribu de
Beníaraina.
2 No ha desechado Dios & su pueblo, al
cual Antes conoció b. O ¿no sabéis que
dice de Elias* la escritura? como ha-
blando con Dios dice contra Israel :
3 Señor, á tus profetas han muerto, y
tus altares han derruido; y yo he que-
dado solo, y procuran matarme.
4 Mas ¿ Qué le dice la Divina respu-
esta ? He d^ado para mi siete rail hom-
bres que no han doblado ia rodilla de-
lante de Baal.
5 Así también aun en este tiempo han
quedado reliquias por la elección graci-
osa de Dio» d,
6 Y si por gracia, luego no por las
obras ; de otra manera )a gracia ya no
es gracia «. Y si por las obras, ya no es
gracia; de otra manera la obra ya no
es obrtu
7 ¿ Qué pues ? Lo que buscaba Israel,
aquello no ha alcanzado/; mas la elec-
ción lo ha alcanzado : y los demás flie-
ron endurecidos.
8 Como está escrito : Dióles Dios espí-
ritu de remordimiento y, ojos con que
no vean, y oídos con que no oigan A,
hasta el dia de hoy.
9 Y David dice • : Séales vuelta su me-
sa en lazo, y en red, y en tropezadero,
y en paga:
10 Sus ojos sean oscurecidos para que
no vean, y agobíales siempre el espi-
nazo.
11 ^ Digo pues: ¿ Han tropezado que
cayesen para siempre t En ninguna ma-
nera ; mas por el tropiezo de ellos vino
la salud á los Gentiles, para que por es-
tos fuesen provocados & zelos A.
IS T si la falta de ellos es la riqueza
del mundo, y el menoscabo de ellos la
riqueza de los Gentiles, ¿ cuanto mas lo
será el henchimiento de ellos ?
18 Porque á vosotros digo. Gentiles:
por cuanto pues yo soy apc^tol de los
Gentiles^, mi ministerio honro,
14 Por Á en alguna manera provocase
& zelofi á mi carne,' é hiciese Salvos al-
gunos de ellos.
15 Porque si el extrañamiento de ellos
e$ la reconciliación del mimdo, ¿qué
será el recibimiento de dhs, sino vida
de los muertos ?
18 Y si el primer fruto es santo»», tam-
bién lo será el todo ; y si la raíz es santa,
también lo serán las ramas.
17 Que si algunas de las ramas fueron
quebradas «I, v td, siendo acebnche «,
has sido iixierido en lugar de ellas, y has
sido hecho participante de la raíz y de
la grosura de la oliva/».
te Jactas, sabe que no sustentas til á la
rale, sino la raiz á ti.
19 Pues las ramas, dirás, faeron que-
bradas para que yo fuese ii^erido.
20 Bien; por sn incredulidad fueron
quebradas, mas td por la fé estás en pié.
No te ensoberbezcas, antes teme q,
21 Que si Dios no perdonó á las ramas
naturales, á ti tampoco no perdone.
22 Mira pues la bondad, y la severidad
de Dios : la severidad ciertamente en kA
que cayeron ; mas la bondad para con-
tigo, si permanecieres en la bondad':
pues de otra manera tü también tetém
cortado.
23 Y aun ellos, si no permanecieren en
incredulidad, serán ingeridos*; que po-
deroso es Dios para volverlos á ingerir.
24 PoTqne si ttl eres cortado del natu-
ral acebnche, y contra natura ñiiste in-
gerido en la buena oliva ; ¿ cuanto mas
estos, que son las ramas naturales, se-
rán ingeridos en su oliva ?
25 Porque no quiero, hermanos, que
ignoréis este misterio, para que no seáis
acerca de vosotros mismos arrogantes ;
y es, que el endurecimiento en parte t
ha acontecido en Israel, hasta que haya
entrado la plenitud de los Gentiles»:
26 Y luego todo Israel será salvo, como
está escrito': Vendrá de Sion el Liber-
tador, que quitará de Jacob la impie-
dad:
27 Y este será mi pacto á ellos, cuando
quitare sus pecados*.
28 Así que, cuanto al Evangelio, son
enemigos por causa de vosotros : mas
cuanto á la elección, son muy amados
por causa de los padres '.
29 Porque sin arrepentimiento son las
mercedes y ia vocación de Dios «.
80 Porque como también vosotros en
algún tiempo no creísteis á Dioso, mas
ahora habéis alcanzado misericordia por
oc€UÍon de ia incredulidad de ellos;
81 Así también estos ahora no han
creído, para que, por ocasión de la miseri-
cordia para con vosotros, ellos también
alcancen misericordia.
38 Porque Dios encerró á todos en in-
credulidad, para tener misericordia de
todos t.
83 ¡ O profundidad de las riquezas de
la sabiduría y de la ciencia de Dios !
Cuan incomprehensibles son sus juicios,
é inescrutables sus caminos e I
34 Porque ¿quién entendió la mente
del Señor ? ó ¿ quién fué su consejero <í ?
85 O ¿ quién le dio á él primero, para
que le sea pagado* ?
86 Porque de él, y por él, y en él son
todas las cosas/. A él sea gloria por si-
glos. Amen.
CAPITULO XII.
Exhorta d Apdstdl d una vida piadosa y
tanta, eon espreeion de reffiat y cristiano»
principios que cada extal «n m re^>eeNvo
estado <1«6« atender euidadosameKte.
ASI que, hermanos, os ruego por las
. misericordias de Dios, que presen-
téis vuestros cuerpos a en sacrificio vivo,
santo, agradable á Dios, que es vuestro
racional culto b.
2 Y no os conforméis á este siglo «;
mas reformaos por la renovación de
vuestro entendimiento, para que expe-
rimentéis cual sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfiecta d.
8 Digo pues, por la gracia que roe es
dada, á cada cual que está entre vos-
otros, que no tenga mas alto concepto
de «i que el que debe tener, sino que
fílense de «i con templanza, conforme á
a medida de fia que Dios repartió á
9Fi.2,12.
•- Heb. 8. 6,
14.
710.38,88.
*30o.8.1fl.
« ver. 7.
«• Ap. 7. 9.
* Is. 59. 30,
ai.
■ Ib. 2T. 9.
Heb. 10. 16.
VD8.10.U.
■Ka. 33.19.
•X£.Z2.
» Cap. 3. 9.
Oa.8.n.
« Job IL 7.
BaL9S.fi.
d Is. 40. IS.
ICo. 8.16.
* Job. «1.11.
/lCo.8.6.
Col. 1. 16.
•100.6.16,
90.
»lFed.9:5.
< Ga. 1. 4.
2 TI. 4. 10.
¿Bf. 8.10.17.
A.O.S8.
BOMANOS, Xm, XIV.
A.D13B.
/I Co. 13.13.
Sf.4.16.
fBf.1.38.
A lPa«.UO.
iyv.9.
*1T1.5.17.
< S Oo. 9. 7.
"lPBd.LS3.
•8Al.8i.14.
•HeelulS.
36.
r 11.4. 4.
9Sutt». 1.4.
•- Ln. 18. 1.
tBeb. 18.3.
1 IMI. 4. S.
(llit.ft.44.
«1C0.1L36.
• Cap. IS. 5.
Fl.8.8.
7 4.3.
■ Pr. 36 13.
IS.6.8L
y Pr. 30. 33.
lUt 6. 8».
1 Ped. 8. 9.
■ 3 Go. 8. 31.
«Heb.12.14.
»L«.19.18.
* Ltu 14. 9.
4 De. 83.86.
HeM0.30.
•Pr.36.SL
/Pr.l«.n.
• •nt.».!.
lPed.3.18.
» Dt.3.81.
«lPed.3.14.
4G«a.9.«.
«Ba.8.3.
/lUtSXSl.
4 Porque de la manera qne en un cu»
erpo tenemos mucho* miembro*/, em-
pero todos loa miembros no tienen la
misma operación,
5 Asi muchos somos un cuerpo en
Oriato' , mas todos, miembros los unos
de los otros.
O De manen que teniendo diferentes
dones, según la gracia que nos es dada A,
ú el de profecía úiete conforme & la me-
dida de Ufó';
7 O si ministerio, en servir ; 6 el que
ensefla, en doctrina ;
8 El que exhorta, en exhortar : el que
reparte, hágalo en simplicidad; el que
preside*, con solicitud : el que hace mi-
sericordia, con alegría <.
9 ^ El amor sea sin fineimiento "• ;
aborreciendo lo malo, lleguidoos & lo
bueno » :
10 Amándoos los unos á los otros con
caridad fraternal; preríniétidoos con
honra los unos & los otros ;
11 En el cuidado no perezosos; ardi-
entes en espíritu»; sirviendo al SeSor ;
18 Gozosos en la esperanza j»; sufridos
en la tribulación?; constantes en la
oración r¡
18 Comunicando á las necesidades de
ios santos; siguiendo la hospitalidad'.
14 Bendecid á los qae os persiguen:
bendecid, y no maldigáis'.
16 GozAos con los que se gozan ; llorad
con los que lloran «.
16 Unánimes entre vosotros «: no alti-
vos, mas acomodándoos á los humildes.
No seáis sabios en vuestra opinión'.
17 -No paguéis á nadie mal por maiv:
Krocurad lo bueno delante de todos los
ombres *,
18 Si se puede hacer, cuanto está en
vosotros, tened paz con todos los hom-
bres a.
19 No os venguéis vosotros mismos,
amados miot h ; ante» dad lugar á la ira e ;
porque escrito está: Mia es la vengan-
za ; yo tugaré, dice el Señora.
80 Así que, si tu enemigo tuviere ham-
bre, dale de comer ; si tuviere sed, dale
de beber : que haciendo esto, ascuas de
fuego amontonas sobre su cabeza*.
81 No seas vencido de lo malo ; mas
vence con el bien el mal/.
CAPITULO XIII.
lUeomttnda la tufeeio» á hm npm'ore», y á
Uu voleilaáeM etvüu. El amor M pr^mo
a H eompeniUo d» la ley. Imüaeiom de
Jeeu-Orielo.
TODA alma se someta á las potes-
tades superiores'; porque no hay
potestad sino de Dios : y las que son, de
Dios son ordenadas b.
8 Asi que, el que se opone á la potes-
tad, á la ordenación de Dios resiste : y
los que resisten, ello* mismos ganan
condenación para si.
8 Porque los magistrados no son para
temor al que bien hace, sino al malo.
j¡ Quieres pues no temer la potestad?
Haz lo bueno, y tendrás alabanza de eliae :
4 Porque es ministro de Dios para tu
bien. Alas si hicieres lo malo, teme;
porque no en vano lleva el cuchillo*',
porque es ministro de Dios, ven|^or
para castigo al que hace lo malo.
5 Por lo cual es necesario que le estéis
sujetos, no solamente por la ira, mas
aun por la conciencia*.
6 Porque por esto les pagáis también
los tributos; porque son ministros de
Dios que sirven á esto mismo.
7 Pagad pues á todos lo que debéis : al
Se tributo, tributo ; al que pecho, pe-
o ; al que temor, temor ; al que honra,
honra/.
8 No debáis á nadie nada, lino aman*
unos á otros : porque el que ama si pir6-
Jimo, cumplió la ley*.
9 Porque A, No adultéralas ; no mata-
rá*; no hurtarás; no dixáa fislao testi-
monio; no oodiciaxáa; y si áoy algún
otro mandamiento, en esta sentencia se
comprende sumaxíamenle: Amarás á
tu prójimo como á ti mismo •.
10 La caridad no hace mal al prójimo :
así que, el cumplimiento de la ley m la
caridad.
11 V esto, conociendo el tiempo, que
et ya hora de levantamos del sue&o*;
porque ahora nos está mas cerca nues-
tra salud que cuando creímos.
18 La noche ha pasado, y ha llegado
el dia : echemos pues las obras de las
tinieblas', y vistámonos las armas de
InzM.
18 Andemos, como de dia, honesta-
mente: no en glotonerías, y borrache-
ras; no en lechos, y disoluciones*; no
en pendencias y envidia ;
14 Mas vestios del SeOor Jesu-Cristo •,
y no hiláis caso de la carne en nw de-
seosi».
CAPITULO XIV.
Loe fuertee en lafS ci«bMi eoportar á Um fia-
eoe, y tmo' y olroe w «Men ediJUar m¿ «-
amtttte evitando el eseandaUaarfe, y c«MUf-
derando qne Dio* ee el Jmea de todos.
RECIBID al flaco en la fé, y no para
contiendas de disputas.
8 Porque uno cree que se ha de comer
de todas cosas : otro qtu e» débil, come
legumbres.
8 El que come, no menosprecie al qne
no come : y el que no come, no Juzgue
al que come; porque Dios le ha levan-
tado.
4 e Tü, quién eres, que Juzgas el tíerro
ajeno « ? para Su señor está en pié, 6
cae : mas se afirmará ; que poderoso es
Dios para afirmarle.
5 Uno hace diferencia entre dia y día ;
otro Juzga iguales todos los diasl>. Cada
uno esté asegurado en su foimo«.
0 El que hace caso del día, hácclo para
el SeiW>r ; y el que no hace caso dri dia,
no lo hace asimismo para el SeiVor. El
que come, come para el Señor ; poirqne
da gracias á Dios : y el que no come, no
come para el' Señor, y da gracias á DÜm.
7 Porque ninguno de nosotros vive para
sí ; y ninguno muere para sí d.
8 Que si vivimos, para el 8efior vivi-
mos ; y si morimos, para el Señor mo-
rimos. Así que, 6 que vivamos, 6 qne
muramos, del Señor somos.
9 Porque Cristo para esto murió, y re-
sucitó, y volvió á vivir, para ser ^flor
así de lo* muertos como de lo* que
viven».
10 Mas ttl ¿ por qué juzgas á tu her-
mano ? O tü también ¿por qué menos-
precias á tu hermano? porque todo*
fiemos de estar ante el tribunal/ de
Cristo.
1 1 Porque escrito está : Vivo yo, dke
el Señor, que á mí se doblará toda ro-
dilla, y toda lengua confesará á Dios y.
18 De manera que cada uno de nos-
otros dará á Dios razón de sí.
18 Así que, no Juzguemos mas los
unos de los otros : antes bien juzgad efe
no poner tropiezo ó escándalo u her-
mano.
14 To sé, y confio en el Sefior Jesot,
2ue de suyo nada ha» inmundo*: mas
aquel que piensa alguna ooaa ser in-
munda, para él es inmunda'.
15 Empero si por causa de la comida
tu hermano es contristado, ya no andas
conforme á la caridad. No arruine* coa
de.
ile.lS.K
HatS-S,
30l
6.8.
1ILS.11.
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BeK 1& 9.
*6aL 34.14.
Beb. 1S.1Í.
W.14.
lIat.U.11.
HedLlO.
1&
in 4.8.S.
ICo. 8.
10,13.
5,14.
Clp.14.1.
Se 6. 2.
10o. 9. 19.
n.a.4.6.
Joan 8.88.
M.«». 9.
ICo. 10.11.
tT1.8.1S,
7.
'MP.12.U.
aecb.4.34.
[■sp. 14.1.
kp. 9. 38.
Iwli. 8.
•LIS. 49.
De. 33. 48.
W. 117.1.
bll.1,10.
¿.10.
kp.14.17.
ta conüda & aquel por e} oval Oiiato
murió A.
10 No NA puM blaifinnado vucitro
bien:
17 Que el reino de Dios no et comida
ni beUda^: bIdo Justiolaj y pax, 7 gozo
por el Ecpfaritu Sajnto a.
18 Porque el que en esto sirve á Cristo,
agrada £ Dios, 7 «« aoepto 4 los hom«
bies.
19 Asf oae, sigamos lo que haoe 4 la
GT»t 7 4 la eifificaeion de loa unos 4
i otros.
^90 No destruyas la obra de Dios por
oausa de la comida. Todas las oosaa 4
la verdad nm limpias • : mas malo m al
hombre que come con esc4ndaIo^.
81 Bueno «« no comer carne, ni beber
vino, ni nada en que tu hermano tro-
piece, ó se ofenda, o sea debilitado.
aa ¿ Tienes tú tí? Tenia para contigo
delante de Dios. Bienaventurado el que
no se condena 4 si mismo con lo que
aprueba.
88 Mas el que hace diferencia, si comi-
ere, es condenado, porque no comió por
fé: 7 todo lo que no proetde de fó, es
pecado f.
CAPITULO XV.
Frotigm el ApMol M eiAártacion con mu-
titrat df grande aprteio v a/teto d to* Ro-
mamo», t M vthevunt» tuteo qué M«ii« d*
ir á ««TKM da eamimo peora Etpa^a.
ASI que, los que somos mas Armes
. debemos sobrellevar las flaquezas
de los flaco* a, 7 no agradamos 4 nos-
otros mismos.
8 Cada uno de nosotros agrade 4 «u
prójimo en bien, 4 edificación b.
8 Porque Cristo no se agradó 4 sí mis-
mo «; 4nte8 bien, como est4 escrito:
Los vituperios de los que te vituperan,
ca7eron sobre mi<'.
4 Porque laa cosas que 4nte8 fueron
escritas, pan nuestra enaeüanza fueron
escritas « ; pera que por la paciencia, 7
por la consolación de las escrituras,
tenanmoa enieranxa.
6 Mas el Dios de la paciencia 7 de la
consolación os dé que entre vosotros
seáis unánimes según Cristo Jesús/:
6 Para que concordes, á una iMoa^
glorifiquéis al Dios 7 Padre de nuestro
efior Jesu-Oristo.
7 Por tanto 8obreUev4os los unos 4 los
otros A, como también Cristo nos sobre-
llevó para gloria de Dios >.
8 Digo pues: Que Cristo Jesús fUé mi-
nistro de la circuncisión, por la verdad
de Dios, para confirmar las promesas de
los padres k,
9 Empero que los Gentiles glorifiquen
4 Dios por la misericordia, como est4
escrito : Tor tanto 70 te confesaré entre
los Gentiles, 7 cantaré 4 tu nombre'.
10 T otra vez dice: Alegr4os, Gentiles,
oonsu pueblo».
11 Y otra vez : Alabad al Señor, todos
los Gentiles, 7 magnifícadle, todos los
pueblos».
19 Y otra vez dice Isaias»; Estar4 la
raíz de Jeaé', 7 el que se levantar4 4
regir los Gentiles; los Gentiles espera-
r4n en él.
13 Y el Dios de esperanza os llene de
todo gozo 7 paz cr^endo ; para que a-
bundeLí en esperanza por la virtud del
Btpiritu Santo 9.
14 5 Bmpero cierto estoy 70 de vos-
otros, hermanos mios, que aun vosotros
miunos catáis llenos de bondad, llenos
de todo conocimiento, de tal manera
que podáis amonestaros los unos 4 los
otros.
15 Maa os he «aerlfeo, hennaiKM, en
parte resuritamante, oomo amonest4n-
doos por la gracia que de Dios me es
16 Para sor ministro de Jeau-Cristo 4
loa Gentiles, ministrando el Bvangelio
de Dios, pera que la ofrenda de los Uen-
tiles sea agradable', aantificada por el
Espíritu Santo.
17 Tengo pues mi sloria en Cristo Je<
sus en lo que mira 4 Dios.
18 Porque no osarla hablar alguna
cosa que Orlsto no ha7a hecho por mí
para la obediencia de los Ctantilas', con
la palabra 7 con las obras,
19 Con potencia de milagros 7 jprodi-
'os« en virtud del Espíritu de Dios*:
manera que desde Jerusalem, 7 por
loa alrededores hasta la Eselavanla, he
llenado tvdo del Evangelio de Cristo'.
90 Y de esta manera me esfbrcé 4 pre>
diear el Evangelio, no donde dfi<e« Cristo
ftiese nombrado, por no edificar sobre
ajeno f un .lamento r ;
91 Sino como est4 escrito : A los que
no fué anunciado de él, ver4n: 7 los
que no 07eron, entenderán'.
99 Por lo cual aun he sido impedido
muchas veces de venir 4 vosotros*.
83 Mas ahora no teniendo mas lugar
en estas regiones, 7 deseando ir 4 vos-
otros muchos aíkos ha,
84 Cuando partiere para España, iré 4
vosotros ; porque espero que pasando os
veré, 7 que aeré llevado de vosotros
all4&: si empero 4nteB hubiere gozado
de vosotros.
85 Mas ahora parto pan Jerusalem 4
ministrar 4 los santos e.
96 Porque Maoedonia 7 Aca7a tuvie-
ron por bien hacer una colecta para los
pobres de los santos que est4n en Jeru-
salem*'.
97 Porque les pareció bueno, 7 son
deudores 4 ellos : porque si los Gentiles
han sido hechos participantes de sus
bienea espirituales, deben también ellot
servirles en los carnales*.
98 Así que, cuando hubiere concluido
esto, y les hubiere consignado este flruto,
pasaré por idií 4 España.
99 T sé que cuando llegue 4 vosotros,
llegaré con abundancia de la bendición
de Cristo/.
80 Ruégeos empero, hermanos, por el
Señor nuestro Jesu-Crlsto, 7 por la ca-
ridad del Espíritu 5i que me anudéis con
oraciones A por mi 4 Dios,
81 Que sea librado de los rebeldes que
est4n en Judéa*, 7 que la ofrenda de mi
servido 4 loa santos en Jerusalem sea
acepta;
88 Para que con gozo llegue 4 vosotros
por la voluntad de Dios*, 7 que sea re-
creado juntamente con vosotros.
88 Y el Dios de pac' tea con todos vos-
otros. Amen.
CAPITULO XVL
£ne<rmieiidat y memoria*, y iitino avito de
Bou Pablo dlot JUtet ntideníet en Boma.
ENCOMIÉNDOOS empero 4 Febe
nuestra hermana, la cual es Dia-
conisa de la Iglesia que est4 en Cen-
creas:
8 Que la recibáis en él Señora, como
es digno 4 los santos, 7 le ayudáis en
cualquiera cosa en que os hubiere me-
nester: porque ella ha a7udado 4 mu-
chos, 7 4 mi mismo.
8 Saludad 4 Prisca 7 4 Aquila», mis
coadjutores en Cristo Jesús;
4 (Que pusieron sus cuellos por mi
vida : 4 los cuales no do7 gracias 70 solo,
mas aun todas las Iglesias de los Gen-
tUes.)
"~ Uul
•■».8.r,8.
•£.«8.90.
n. 9. 17.
« Capt 1. «.
• Hesb. 18.
11.
•10o. 9. 4.
Ga. 8.8.
'üoLl.as.
y2Co.lO.
18,16.
xls.fii.15.
• Csp. 1. 13.
»Hecli.l&S.
8 JnsB 6,
*Heeh.34.
17.
<20o.8.1.
elo.
«10o. 9. 11.
/ Cap. 1. 11,
13,
» n. X 1.
i2Co. l.U.
Col. 4. 18.
>aT&s.S.S.
i 8«Bt».4.U.
<lTM.ft.23.
Heb.13.90.
•rL2.29.
h Hech. 18.
2, etc.
A.D.»
L €X>BINTIOS, I.
A.D.A
« 1 Co. 16.
1».
Gol. 4. li.
ilCo.U.
19.
« 2 TL 2. 19.
/]tUr.l5.2L
9 Fi. 4. 8.
2 JoAnl.
Jk 1 Co. 1&
20.
a0a.lS.12.
lTM.6.a6.
lPed.5.14.
i 2 tes. 8. 6,
14.
A.D.67.
o Bo. 1. 1.
h Hech. 18.
17.
* Hecfa. 18.
1. etc.
•< Bo. 1. 7.
'2TL2.22.
/ Bo. 1. 8.
' 2 Oo. 8. 7.
A Fi. 8. 90.
Til & 18.
<lTes.S.18.
y5.Sa.94.
6 Aataninno k la Iglota de m easac
Saludad & Epeneto, amado mió, que «■
Um pclmietas * de Aeaya en Oristo.
6 Saludad & María, la cual ha trabflja»
do mucho con noaotroa.
7 Saludad á AndnSnlco y & Junia, mis
parientes y mis compaflenw en la cauti-
vidad: lo* V» son insignes entre los
apóstoles, los cuales también fueron 4n-
tes de mí en Cristo.
8 Saludad á Amplias, amado mió en él
Señor.
9 Sahidad á Urtiano, nuestro ayudador
en Orlst» Jesús, y A Staehis,' amado
mío.
10 Saludad á Apeles, probado en Cris-
to «. Saludad á los que son de Aristó-
bulo.
11 Saludad á Herodion, mi pariente.
Saludad á los que son de la cata de Nar-
ciso, los que están en el Seik>r.
19 Saludad á Trifena, y á Trifosa, las
cuales trabajan en el Señor. Saludad á
Pérsida amada, la cual ha trabi^jado
mucho en el Señor.
18 Saludad A Rufo/, escogido en el
Señor', y á su madre y mía.
14 Saludad á Asincnto, á Flegtmte, A
Hermas, á Patrobas, á Mercurio, y á
los hermanos que est&n eon ellos.
15 Saludad á Filólogo, y ¿ Julia, á
Neréo, y á su hennana ; y á Olimpa, y
& todos loa santos que ettán con ellos.
16 Salud&os los unos á los otros con
ósculo* santo. Os saludan las iglesias
de Cristo. .
17 ^ Y os ruego, hermanos, que mi-
réis los que causan disensiones y escín-
dalos fuera de la doctrina que vosotros
habéis aprendido ; y ai>art6os de ellos í.
18 Porque kw tales n» sirven al Sellar
nuestro Jesu-Cristo, sino á sus vicn-
tfes*; y eon suaves palabras y bendi-
ciones engañan los corazones de los
simples^.
19 Porque vuestra obediencia ha teni-
do á ser notoria A todos»: así que, me
goso de vosotros ; mas quiero que seáis
sabios en el bien, y simples en d
mal«.
90 Yel Dios de paz* québrantax* presto
A SafttanAs debajo de vuestros pies/. La
gracia del Señor nuestro Jesu-Crfsto sea
eon vosotros. Amen.
21 Os saludan Timóte f, mi coadjutor,
y Lucio, y Jason r, y Sosipater, mis pa-
rientes.
92 Yo Tercio, que escribí la Epístola,
os saludo en el Señor.
98 Salddaos 6ayo«, mi huésped, y de
toda la Iglesia. Salddaos Enasto', te-
sorero de la ciudad, y el hermano Cu-
arto.
24 La gracia I del Señor nuestro Jesu-
cristo «ea con todos vosotros. Amen.
2& ^ Y al que puede conñrmaios según
mi Evangelio, y la predicación de Jesu-
Cristo, según la revelación del misterio*
encubierto desde* tiempos eternos,
26 Mas manifestado ahora, y por las
escrituras de los profetas*, según el
mandamiento dd Dios Eterno, decla-
rado A todas las gentes para q¡ae obe-
dezcan A la fé';
27 A él, solo Dios sabio, tea gloria por
Jesu-Cristo para siempre. Amen.
Fué escrita de Corinto A los Romanes,
emriada por medio de Febe, Dlaoo-
nisa de la Iglesia de Cencreas.
ifLllS.
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•W.1.1
>cs^Ll
yí.JL
rOÉp.LSL
LA PRiaiERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
A LOS
CORINTIOS.
CAPITULO I.
XiAtlrtálot á la unitm y eoneordia: la koee
v«r eorao eott/vmde Dio* la tabidurta y lO'
berbia humana, y qae la en» d« OriMo,
91M M una neemad y aeáttdaU» jpca^a Im
mundano», m pora ío$ fMet aaltáuiKa y
talud,
PABLO, llamado A eer apóstol de Je-
su-Cristo • por la voluntad de Dios,
y Sostenes b el hermano,
2 A la iglesia de Dios que estA en Co-
rinto c, santificados en Cristo Jesús, lla-
mados santos rf; y A todos los que in-
vocan el nombre de nuestro Seilor Jesu-
Cristo en cualquier lugar, Seior de ellos
y nuestro * :
a Gracia y paz de Dios nuestro Padre,
y del Señor Jesu-Oristo.
4 5 Gracias doy A mi Dios/ siempre
por vosotros, por la gracia de Dios que
os es dada en Oristo Jesús ;
5 Que en todas las cosas sois enrique-
cidos en él, en toda lengua y en toda
ciencia 9;
6 Con lo cual el testimonio de Cristo
ha sido conñrmado en vosotros :
7 De tal manera que nada os falte en
ningún don, esperando la manifestación
de nuestro Señor Jesu-Cristo*.
8 El cual también os conflimarA hasta
el fln, para que aeait sin falta en el dia
de nuestro Señor Jesu-Cristo •'.
9 Fiel e» Dios, por el cual sois llama-
dos A la partíditacion de su H^ Jcaí
Cristo nuestro Señor*.
10 ^ Os ruego, pues, hermanos, por el
nombre de nuestro Señor Jesn-Oristo,
que habléis todos una misma cosa, y
2ue no haya entre vosotros disensiones,
ntes seáis perfectamente unidos en una
misma mente, y en un mismo perecer'.
11 Porque me ha sido declarado de
vosotros, hertaanos mios, por los yue
ton de Oloé, que hay entre rosotna oosi-
tiendas;
12 Quiero dedr, que cada uno de -vos-
otros dice : Yo cierto soy de Pablo; ]mcf
yo de Apolos»; y yo de Céfes*; 7 yo
de Cristo.
13 i EstA dividido Cristo ? ¿ Fué cm-
ciíicado Pablo por vosotros ? ó ¿ habéis
sido bautizados en el nombre de Pablo ?
14 Doy gracias A mi Dios, que A idn-
8 uno de vosotros he bautizado, sino A
Irispo* y A Gato/,
19 Tara que ninguno diga qtie yo be
bautizado en mi nombre.
16 Y también bautizó la fkmilia de
Estéfanasf : mas no sé si he bautizado
A algún otro.
17 Porque no me envió Cristo A bau-
tizar^ sino A prediear el Bvangetto: ne
en sabiduría de palabras*'» poniae no
sea hecha vana la cruz de Cristo.
A-D.r.
tlJsssLl
fBklllfc
SCoblLli
•Ja«l¿
I
'BO.M.S
UmsI
fCkff.U.1^
4,1*
A.a57,
I. COBUííTIOS, II, III.
A. D. 67.
Bo.L16w
Ii. 19. 14.
Jer.8.9.
•Jobl&ir.
LS0.S1.
Lil.25.
Ln. 10. SL
Bo.L21,
tí.
llat.12.SS.
7IS.L
1^8.14.
lXiBd.a.7.
nr.lS.
Juit7.4S.
fitll.35.
Bo.4.17.
B0.3. 27.
I Oo.fi. 17.
nr.24.
For. 28. 6.
riun 17.19.
M. 1- 7.
>er. 9. 28,
i.
(Jo. 10. 17.
wr. 4,13.
ap. h. 17.
¡•.6.14.
ffes.1. &
rL S. 15.
¡eb. & 14.
ob ia.21.
L
la.l6.3&.
11.1.9,
).
«o. 38. 24.
eeli.8.17.
18 Y Porque la palabra de la cruz «■
locura & lot que se pierden; mas á los
que se salvan, et á ¿tbtrt 4 nosotros, es
potencia de Dios*.
19 Porque está escrito: Destruirá la
sabiduría de los saltios, 5 desecharé la
inteligencia de los entendidos '.
SO ¿ Qué es del sabio? f. Qué del es-
criba ? c Qué del escudrloador de este
sif lo ? ¿ no ha enloquecido Dios la sa-
biduría« de este mundo ?
91 Porque por po haber el mundo co-
nocido en la sabiduría de Dios á Dios
por sabiduxia", agradó á Dios salvar los
crecentes por la locura de la predica-
ción.
28 Poique los Judíos piden se&ales't
7 loa Griegos buscan sabkluria :
23 Mas nosotros predicamos & Cristo
crucificado, qtu ti a los Judíos cierta-
mente tiopeáadero'i 7 á loa Gentiles
locura.
24 Empero & los llamados, así Judíos
como Griegos, Cristo potencia de Dios*,
7 sabiduría de Dios «.
85 Porque lo loco de Dios es mas sabio
que los hombres ; y lo flaco de Dios es
mas fuerte que los hombres.
96 Porque mirad, hermanos, vuestra
Tocadon, que no sois muchos sabios
según la carnet, no muchos podetosos,
no muchos nobles :
97 Antes lo necio del mundo escogió
Dios, para aveagonxar á los sabios ; y lo
flaco del mundo escobó Dios, para
avereonzar lo fuerte « ;
28 Y lo Til del mimdo, 7 lo menospre-
ciado escogió Dios ; 7 lo que no es, para
deshacer lo que es » :
29 Para que ningima carne se Jacte en
su pceseneia«.
30 Mas de él sois vosotros en Oristo
Jesús/, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría V, 7 justificación A, 7 san-
tificación ', 7 redención * :
31 Para que, como está escrito : El que
se gloría, gloríese en el Sefior L
CAPITULO II.
Demmiira d apMol oue tu predieaHon en
Oorinto tu> JuAia $Uo eon pompa d« pala-
bras, ni aparato de eieneia humana, tino
eon la $abiduria aprendida en la eeeuela
de Orillo erueifteado, la eunl »alamenU
puede entenderle por medio del Eapiritu
de Dioe.
ASI que, hermanos, cuando fiíí &
vosotros, no fui con altivez de pa-
labra, ó de sabiduría o, á anunciaros el
testimonio de Cristo.
2 Porque no me propuse saber algo
entre vosotros, sino á Jesu-Gilsto, 7 á
este crucificado h.
3 Y estuve yo con vosotros con flaque-
za, 7 mucho temor 7 temblor :
4 Y ni mi palabra ni mi predicación
fué con palabras persuasivas de humana
sabiduría, mas con demostración del
Espíritu y de poder e ;
6 Para que vuestra fé no esté fundada
en sabiduría de hombres, mas en poder
de Dios.
6 ^r Empero hablamos sabiduría entre
perfíBctos d ; V sabiduría, no de este siglo,
ni de los príncipes de este siglo, que se
deshacen < :
7 Mas hablamos sabiduría de Dios en
misterio/, la labiduria oculta, la cual
Dios predestinó antes de los siglos para
nuestra gloria jr :
8 La que ninguno de los príncipes de
este siglo conoció ; porque si la hubieran
conocido, nunca hubieran crucificado al
fieftordegloriaA-.
9 Antes, como está escrito •': Cosas
que ojo no vio, ni oc^a oyó, ni han su-
bido en corazón de hombre, «on las que
ha Dios preparado para aquellos que le
aman.
10 Empero Dios nos h reveló á noso-
tros por su Espíritu * : poique el Espí-
ritu todo lo escudriña, aun lo profundo
de Dios í.
11 Porque ¿ quién de los hombres sabe
las cosas del hombre, sino el espíritu
del miimo hombre que está en él»?
Así tampoco nadie oonoció las cosas que
Km de Dios, sino el Espíritu de Dios.
18 Y nosotras hemos recibido, no el
espíritu del mundo, sino el Espíritu que
es de Dios, para que conozcamos lo que
Dios nos ha dado » :
13 Lo cual también hablamos, no con
doctas palabras de humana sabiduría»,
mas con doctrina del Espíritu Santo,
acomodando lo espiritual á lo espfaritual.
14 Mas el hombre animal/» no percibe
las cosas que ion del Espíritu de Dios,
porque le son locura: 7 no las puede
entender, porque se han de examinar
espiritualmente.
16 Empero el espiritual juzga todas las
cosas 9 ; mas él no es juzgado de nadie.
16 Porque ¿ quién conoció la mente del
Seitor ? ¿ Quién le instruyó r ? Mas nos-
otros tenemos la mente de Cristo*.
CAPITULO III.
Reprende á lo» que te apaiionan por loi pre-
dieadore» del tvangeho, tin mirar al Señor
euyoi minittroi ton, y cuya gracia et la
que produee d fruto en Im atmat/ y («-
norta á que deipreeiando la vana uúmuria
del mundo, te alraeen eon la aodña igno-
rancia del Svangdio.
DE manera que 70, hermanos, no
pude hablaros como á espirituales «,
sino como á camales, como á niños en
Cristo b.
8 Os di á beber leche, 7 no 01 d% vi-
anda: porque aim no podíais, ni aun
podéis ahora;
8 Porque todavía sois carnales: pues
habiendo entre vosotros celos, y contien-
das, y disensiones, ¿ no sois carnales, 7
andáis como hombres* ?
4 Porque diciendo el uno: Yo cierto
S07 de Pablo ; y el otro, yo de Apolos d ;
i no sois camales ?
^ % i Qué pues es Pablo ? y ¿ qué ei
Apolos ? Ministros por los cuales habéis
creído ; y eio según que á cada uno ha
concedido el Señor*.
6 Yo planté, Apolos regó; mas Dios
ha dado el crecimiento.
7 Así que ni el que planta es algo, ni
el que riega ; sino Dios, que da el cre-
cimiento.
8 Y el que planta y el que riega son
una misma cosa ; aunque cada uno re-
cibirá su recompensa confiarme á su
labor.
9 Porque nowtroi coadjutores/ somos
de Dios: y votatroi labranza de Dios
sois, edificio de Dios sois.
10 Conforme á la gracia de Dios que
me ha sido dada, j/o como perito arqui-
tecto puse el fundamento, y otro edifica
encima: empero cada uno vea como
sobreedifica.
11 Porque nadie puede poner otro fun-
damento que el que está puesto, el cual
es Jesu -Cristo 9.
18 Y si alguno edificixe sobre este fun-
damento oro, plata, piedras preciosas,
madera, heno, nojarasca,
13 La obra de cada uno será manifes-
tada; porque el día la declarará: por-
que por el ñtego será manifestada, 7 la
obra de cada tmo cual sea, el fuego hará
la prueba.
i J1UU1I6.
13.
IJiMUtS.
27.
' Bo. 11. 38.
"Pr.20.27.
"Joan 18.
14.15.
»C»^l.ir.
P Ro. 8. 5, 7.
Jud. 19.
s Pr. 28. 5.
•- la. 40. 18.
Jer. 23. 18.
'JtumlS.lfi.
o Cap. 2. 14,
16.
i Heb. 5. 12.
13.
• Ga. 5. 20.
d Csp. 1. 12.
«Bo.12.3.6.
/2C0.6.I.
9 I8 28. 16.
Mst.16.18.
££2.20.
A. D. 07.
1. CORINTIOS, IV, V.
LD.%
AOe&.19.17.
>'3Co. 6. 16.
i Sal. M. 11.
« 2 Co. 6. 4.
b Lu. 12. 42.
Tit. 1. 7.
lFed.4.10.
; 8*1. 148. 2.
d Mat. 7. 1.
• Bo. 2. le.
/Bo.1^8.
9 Sant». 1.
17.
A Ap. 3. 17.
• Heb. 10.38.
1 2 Co.11.28,
eto.
lHech.90.
84.
ITea.^».
STea.8.8.
"Mat. 5. 44.
Bo. 12. U.
14 Si permaneciere la obra de alguno
que Bobreedifícó, recibirá recompensa.
15 8i la obra de alguno fuere quemada,
será perdida : él empero será salTo, raaa
asi como etcapado por fliegoA.
10 ^ ¿ No sabéis que sois templo de
Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros < ?
17 Si alguno Tioláre el templo de Dios,
Dios destruirá al tal ; porque el templo
de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
18 Nadie se engalle á sí mismo: si
alguno entre vosotros parece ser sabio
en este siglo, hágase simple, para ser
de vera» sabio.
19 Porque la sabiduria de este mundo
es necedad para con Dios: pues escrito
está : £1 que prende á los sabios en la
astucia de ellos *.
SO Y otra vez: El Señor conoce los
pensamientos de loa sabios, que son va>
nos.
> 81 Así que ninguno se glorie en los
hombres ; porque todo es vuestro.
82 8ea Pablo, sea Apolos, sea Céfas,
sea el mundo, sea la vida, sea la muerte,
sea lo presente, sea lo porvenir; todo
es vuestro ;
93 Y vosotros de Cristo ; v Cristo de
Dios.
CAPITULO IV.
OJleio dtl verdadfTo Apgitol, y eiUma qtu te
mereet. Sigue reprendiemlo eon eingvlar
energía y mantedumbre & la» Corintio».
TÉNGANNOS los hombres por mi-
nistros de Criatoa, y dispensadores
de los misterios de Dios.
8 Resta empero, que se requiere en los
dispensadores, que cada uno sea halla-
do fieU.
8 Yo en muy poco tengo el ser juzgado
de vosotros, 6 de cualquier humano dia ;
y ni aun yo me juzgo.
4 Porque aunque de nada tenpo mala
eoncioicia, no jrar eso soy justificado « ;
mas el que me juzga el Señor es.
5 Así que no juzguéis naila áuites de
tiempo <<, hasta que venga el Señor, el
cual también aclarará lo oculto de las
tinieblas, y manifestará los intentos de
los corazones'; y entonces cada uno
tendrá de Dios la alabanza.
6 ^ Esto empero, hermanos, he pasa-
do por ejemplo en mí y en Apolos por
amor de vosotros ; para que en nosotros
aprendáis á no saber mas de lo cjue está
escrito/, hinchándoos por causa de otro
el uno contra el otro.
7 Porque i quién te distingue ? ó ¿ qué
tienes que no hayáis recibido» ? Y si /o
recibiste, ¿ de qué te glorias como ai no
hubieras recibido ?
8 Ya estáis hartos, ya estáis ricos*;
sin nosotros reináis ya .- y ojalá reinéis,
para que nosotros reinemos también
juntamente con vosotros.
9 Porque á lo que pienso. Dios nos ha
mostrado á nosotros los apostóles por los
postreros, como á sentenciados á mu-
erte : porque somos hechos espectáculo
'al mundo, y á los ángeles, y á los hom-
bres*'.
10 Nosotros necios por amor de Cristo,
y vosotros prudentes en Cristo; noso-
tros flacos, y vosotros fUertes; vosotros
nobles, y nosotros viles.
11 Hasta esta hora hambreamos, y te-
nemos sed, y estamos desnudos, y somos
heridos de golpes, y andamos vagalnin-
dos*,
18 Y trabigamoa, obrando con nues-
tras manos 2: nos maldicen, y bendecid
mosm; padecemos persecución, y sufri-
mos;
18 Bomos blasfemados, y rogamos: he-
mos venido á ser como la hez del mon-
do, el detecho de todos « hasta ahora.
14 No escribo esto para avei^onzaroa;
mas amonestóos como á mis hijos ■-
madosa.
15 Poraue aunque tensáis diez mil
ayos en Cristo, no iendreu muchos pa-
dres ; que en Cristo Jesús yo os engen-
dré por el Evangelio;».
16 Por tanto os ruego que me imi-
téis;.
17 Por lo cual os he enviado k Timo-
teo, que es mi hijo amado, y fiel en d
Señor, el cual os amonestará de mía
caminos cuales sean en Cristo, de la
manera que enseño en todas paites, en
todas las i^esias.
18 Mas algunos están envanecidos,
como si nunca hubiese yo de ir á vos-
otros.
19 Empero iré presto á vosotros, á el
Señor quisiere-; y entenderé, no las
palabras de los que oai andan hincha-
dos, sino la virtud.
30 Porque el reino de Dios« no con-
siste en palabras, sino en virtud.
21 i Qué queréis ? ¿ iré á vosotros con
vara', ú con caridad, y espíritu de man-
sedumbre ?
CAPITULO V.
Sxeomvlga A anSetol * «s tiiecafiMMo, y ev-
\orta a lo» fitle» de Oorimio é que evite» H
trato eon toe que Uamándoee tale», Uevuee»
«na vida eelragada.
DE cierto se oye que hay entre voso-
tros fornicación, y tal fornicación
cual ni aun se nombra entre los Gen-
tiles ; tanto que alguno tenga la miger
de «n padrea.
8 Y vosotros estáis hinchados, y no
mas bien tuvisteis duelo, para que tnese
quitado de en medio de vosotros d que
hizo tal obra.
8 Y ciertamente, como ausente eon d
cuerpo, mas presente en espíritu^, ya
como presente he juzgado, que el que
esto así ha cometido,
4 En el nombre del Sefior nneatro Jesu-
cristo, juntados vosotros y mi espiritu,
con la facultado de nuestro Seikir Jesu-
cristo,
6 El tal sea entr^ado á Satanás' naza
muerte de la carne, porque el esturitn
sea salvo en el dia del SeiVor Jesús «.
6 No e> buena vuestra jactancia/. ¿ No
sabéis que un poco de levadora leuda «
toda la masa ?
7 Limpiad pues la vi^a levadura para
que seáis nueva masa, como sois sin
levadura: porque nuestra Pascua*, que
e» Cristo ', fué sacrificada por nosotros.
8 Así que hagamos fiesta, no en la
vieja levadura*, ni en la levadura de
malicia, y de maldad'; sino en ázinuM
de sinceridad y de verdad.
9 ^ Os he escrito por carta, que no os
envolváis con los fornicarios :
10 No absolutamente con los finnlca-
f ios de este mundo, 6 con los avaros, é
con los ladrones, 6 con los Idélatras;
pues en tal caso os seria menester ^mHr
del mundo.
11 Mas ahora os he escrito, que no os
envolváis ; ee á eaber, que si alguno lla-
mándose hermano Áiere fornicario, ó
avaro, ó idélatra, 6 maldiciente, ó bíar-
racho, ó ladrón ; con el tal ni aun co-
máis.
18 Porque ¿ qué me va á mi en Juzgar
á los que están fliera >■ ? ¿no juzgi^s
vosotros á los que están dentn» ?
18 Porque á ios que están Aien, Dios
juzgará. Quitad pues á ese malo de cn>
tre vosotros mismos».
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IX.
-Kar.i'.!
CoLl-i
A.i>.sr.
I. CORINTIOS, VI, VII.
A.D.W.
"Da. 7.a
M*t.l9.33.
Jnd. 14. U.
A]>.S.a6.
y». 4.
» Pr. a). 22.
lbt&.30,
4a
Bo. 12. 17,
1?.
lTea.&15.
»G». 5. 1»,
>1.
If. 5. 5.
Heb.18.4.
Ap. 22. 15.
tEf.2.2,2.
C0L3.7.
'Heb.10.8a.
rHeb. 2. 11.
'Sbo.S.aO.
iCap.lO.a3.
!Mat.l5.17.
Ho. 14. 17.
GoL2.2a.
ti Tea. 4.
Í.7.
Bo. 12.1.
•Bo.6.5.8.
>Sf.5.S0.
G«i>. 3. 24.
aut 19. s.
Jn&iil7.
21.
El 4. 4.
Pr. 6. 25.
32.
Joan 14.
17.
Ro.8.9,11.
Ga. 4. &,
Bo.14.7,8.
2Co. 5. 14,
15.
Cap. 7.2S.
28.
IFedLl.
19,1».
CAPITULO VI.
Contra loa dfárátn— dé lo* jiUMttat y da
(oa riaahonaafoa.
¿ (\SA alguno de tosoctm, tenieado
v7 algo con otro, ir á Juicio delante
de los injustos, 7 no delante de los san»
tos?
d O ¿ no sahds que los santos han de
Juzgar al mundo • ? Y si d mundo ha
de ser Juzgado por Toaotros, ¿ sois indig-
nos de juzgar ni cosas muy pequeñas ?
8 O ¿ no sabéis que hemos de Juzgar &
los ángeles ? ¿ cuanto mas las cosas de
este siglo?
4 Por tanto si hubiereis de tener Jui-
cios de cosas de este siglo, poned para
juzgaWoa & los que son de menor estima
en la iglesia.
5 Para avei^gonzaros lo digo. ¿ Pues
qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun
uno, que pueda Juzgar entre sus her-
manos;
6 Sino que el hermano con el hermano
pleitea en juicio, y esto ante Jos Ínfleles ?
7 Asi que, por cierto es ya una £alta en
▼osotros, que tennis pleitos entre tos-
otros mismos. ¿ Por qué no suMs antes
la injuria ^ ? e por qué no «nfria antes
ser defraudados?
8 Empero vosotros hacéis la lujuria, 7
defraudáis ; y esto á los hermanos.
9 ¿ No sabéis que los ii^xtos no pé-
seeián el reino de Dios ? Ño erréis, que
ni los fornicarios, ni los idólatras, lü los
sdillteros, ni los afeminados, ni los que
se echan con varones,
10 Ni los ladrones, ni los avaros, ni los
borrachos, ni los maldicientes, ni los
robadores heredarán el reino de Dios c
11 Y esto erais algunos d • mas ya sois
lavados*, mas ya sois santificados/, mas
ya sois Justiñcados' en el nombre del
iJeflor Jesús, y por ei Espíritu de nues-
tro Dios.
18 ^ Todas las cosas me son lícitas*,
mas no todas convienen : todas las cosas
me son licitas, mas yo no me meteré
debajo de potestad de nada.
13 Las viandas ton para el vientre i, v
el vientre para las viandas ; empero y a
él y á ellas deshará Dios : mas el cuerpo
no et para la fornicación A, sino para el
Seitor f, y el Seiknr para el cuerpo.
14 Y Dios que levantó al Señor, tam-
bién á nosotros nos levantará con su
poder».
15 (! No sabéis que vuestros cuerpos son
miembros de Cristo >• ? ¿ QuitanS pues
los miembros de Cristo, v los haré mi-
embros de una ramera ? Lejos sea.
18 O ¿no sabéis que el que se Junta
con una ramera, es hecho con eiía un
cuerpo? porque serán, dloe, los dos en
una carne».
17 Empero el que se Junta con el Se-
ñor, un espíritu es^.
18 Huid la fornicación 7. Cualquier
otro pecado que el hombre hiciere, fuera
del cuerpo es ; mas el que fornica, con-
tra su propio cuerpo peca.
19 O ¿ ignoráis <iue vuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo, e/ cual está
en vosotros r, ¿i cual tenéis de Dios, y
que no sois vuestros* ?
SO Porque comprados sois por precio ' :
gloriíicad pues á Dios en vuestro cu-
erpo, y en vuestro espíritu, los cuales
son de Dios.
CAPITULO VII.
Stapomdiendo el ApMd á a¡gmmo» jMOiloa so-
lar* 91M partee U habían freyuniorfo, da
respecto d» uno» oportuna inkrueeiont y
deilara eomo erpeeial mandamitnto dt.1
BeHor lo ijue en orden d Uro* dice, extendi-
éndote 4 dar m parecer en otras cosas que
aeonseia, alendtílas tas eircunstaueicu de
aqueuos tíempae en que eseribia.
CUANTO á las cosss de aue me es>
cribtsteis : bien seria al hombre no
tocar mujer.
8 Mas á causa de las fornicaciones,
cada uno tenga su mujer, y cada una
tensa su marido.
8 £1 marido pasne á la mi^jer la de-
bidas benevolencui ; y asimismo la mu-
jer al marido.
4 La mujer no tiene potestad de su
propio cuerpo, sino el marido : é igual-
mente tampoco el marido tiene potestad
de su propio cuerpo, sino la mujer.
5 No os deñraudels el uno al otro, á no
ser por algún tiempo, de mutuo consen-
timiento, para ocuparos en la oración b;
7 volved a Juntaras en uno, porque no
os tiente Satanás á causa de vuestra in-
continencia e.
0 Mas esto digo por permisión, no por
mandamiento.
7 Quisiera mas bien que todos los hom-
bres fuesen como yo : empero cada uno
tiene su propio don de Dios; uno á la
verdad así, y otro así rf. >
8 ^ Digo, pues, á los solteros y á las
viudas, que bueno les es si se quedaren
como yo.
9 Y si no tienen don de continencia,
cásense* ; que m^or es casarse que que-
marse.
10 Mas á los que están juntos en ma-
trimonio denuncio, no yo, sino el Se-
ñor/: Que la mujer no se aparte del
marido.
11 Y si se apartare, que se quede sin
casar, ó reconcilíese con «u marido: y
que el marido no despida á <u mu^er.
13 Y á los demás yo digo (7, no el Se-
ñor : Si algún hermano t^e mujer in-
fiel, y ella consiente en habitar con él,
no la despida.
13 Y la mujer que tiene marido infiel,
y él consiente en habitar con ella, no
lo deje.
14 Porque el marido infiel es lantifi-
cado * en la mu,ier^/, y la mujer infiel
en el marido Jle/: pues de otra manera
vuestros hijos serían inmundos ; empero
ahora son santos.
15 Pero si el infiel se aparta, a)iártese ;
que no es ei hermano ó la hermana
si^eto á servidumbre en sem^ante cojo :
mas á vivir en paz nos llamó Dios '.
IS Porque ¿ de dónde sabes, oh mujer,
si quizá haru salvo á tu marido * ? ó ¿ de
dónde sabes, oh marido, si quizá harás
salva á tu mujer ?
17 Empero cada uno como el Señor h
repartió, y como el Señor llamó á cada
uno/, así ande: y así enseño en todas
las iglesias"*.
18 ¿ Es llamado alguno circuncidado ?
quédese circunciso : ¿ es llamado alguno
incircuncidado ? que no se circuncide.
19 La circuncisión nada es, y la incir-
cuncision nada es », sino la observancia
de los mandamientos de Dios «.
90 Cada uno en la vocación en que fué
llamado, en ella le quede.
81 i Eres llamado siendo siervo ? no se
te dé cuidado : mas también si puedes
hacerte libre, procúralo mas.
88 Porque d que en el Señor es llama-
do, sienao siervo, liberto es del Señor/» :
asimismo también el que es llamado
siendo libre, siervo es de Cristo r.
83 Por precio sois comprados'-; no os
hagáis siervos de los hombres*.
84 Cada uno, hermanos, en lo que es
llamado, en esto se quede para con
Dios'.
85 ^ Empero de las vírgenes no tengo
• Bi. 81. 10.
» iotl % U.
•ver. 2.
d lfat.U.11.
«1TL5.14.
/ Mal 19.
6,9.
«VíaUa.1».
JllT1.4.fi.
i Re. 14. 19.
Heb.ia.14.
tlPM.8.
1.2.
tTBr.a0,34.
"Csp.4.17.
aco.u.a8.
•• Oa. 6. 6.
y&lfi.
" Juan 15.
14.
1 Joan 3. 8.
r Juan 8.86.
Ko.6.18,
aa.
>lFed.216.
** Cap. 6. 90.
liad. LIS,
1».
'aOo.U.20.
Oa. 2. 4.
t ver. 17, 20.
A. D. 67.
L 00EINTI08, Vm, li
I
A.D.57.
* TOT.
40.
6,10,
' wr. 1, &
« Bo. IS. U.
1 Ped. 4. 7.
SFed.S.
8,9.
V Sal. 89. &
1 Juan 2.
17.
« wi. 28.
<>Bo.7.a.
6 2 00.6.14.
« Ter. 25.
t Cap. 9. 1.
2 Co. U. fi.
"Cap.10.10.
Hech.15.
19,20.
» Bo. 14. 14,
22.
' Gap.XIIL
•i Ga. «. S.
• Ka. 1. 7.
6a. 4. 9.
3TL2.19.
/ Ib. 41. 24.
^ De. 4. 89.
18. 44. 6.
&G«.4.8.
mandamiento del Señor «; mas doy mi
parecer, como quien ha alcanzado mise-
ricordia del Señor para ser fíel.
26 Tengo, pues, esto por bueno & causa
de la neceádad que apremia, que buezio
es al hombre estarse así *.
27 ¿ Estás ligado & mujer ? no pro-
cures soltarte. ¿ Estas suelto de mujer ?
no procures mujer.
28 Mas también si tomares muSer, no
pecaste; y si la doncella se casare, no
f>ec<5; pero aflicción de carne tendrán
os tales : mas yo os d^o.
28 Esto empero digo, hermanos, que
el tiempo es corto ' : lo que resta es, que
los que tienen mujeres sean como los
que no las tienen ;
30 Y los que lloran, como los que no
lloran ; y los que se huelgan, como ios
que no se huelgan ; y los que compran,
como los que no poseen ;
81 Y los que usan de e^te mundo, como
los que no usan : porque la apariencia
de eáte mundo se pasa y.
82 Quisiera pues que estuvieseis sin
congoja. £1 soltero tiene cuidado de las
cosas que ton del Señor, como ha de
agradar al Señor.
83 Empero el que se casó tiene cuidado
de las cosas que son del mundo, como
ha de agradar & tu mi^er.
34 EUiy aaimitmo diferencia entre la
casada y la doncella : la doncella tiene
cuidado de las cosas del Señor, para ser
santa asi en el cuerpo como en el espí-
ritu : mas la casada tiene cuidado de las
cosas del mundo, como ha de agradar á
tu marido.
85 Esto empero digo para Tuestro pro-
vecho ; no piara echaros lazo, sino para
lo honesto y decente, y para que sin im-
pedimento os lleguéis al Señor.
36 Mas si á alguno parece cosa fea en
su virgen, que pase ya de edad, y que
asi conviene que se haga, haga lo que
quisiere ; no peca, cásense.
87 Pero el que está fírme en su cora-
zón, y no tiene necesidad, sino que tiene
libertod de su voluntad ; y determinó en
su corazón esto, acerca de guardar su
virgen, bien hace.
88 Así que el que ¿a da en casamiento,
bien hace' ; y el que no la da en casa-
miento, hace mejor.
39 ^ La mi^er catada está atada á la
ley, mientras vive su marido o : mas si
su marido muriere, libre es : cásese con
quien quisiere, con tal que sea en el
Señora.
40 Empero mas venturosa será si se
quedare asi, según mi consejo « : y pienso
que también yo tengo Espíritu d¿ Dios<'.
CAPITULO VIII.
En ird«n S ti et 6 no licito comer de la» viafi-
úat ofrteidM á lot títolot, declara d Aptíttol
la lioertad del erittíano t» teta parte, pero
advirtitndo que te evite etcamdtuitar á lot
flaeoí «n la /i, y d que, indueidot por el
ejemplo, Utffiten á pecar comiendo de a-
queUai contra tu propia eoneiencia.
Y POR lo que hace á lo sacrificado
á los ídolos •, sabemos que todos
tenemos ciencia b. La ciencia hincha,
mas la caridad edifica'.
2 Y si & alguno se imagina que sabe
algo, aun no sabe nada como dette sa-
ber rf.
3 Mas si alcuno ama á Dios, el tal es
conocido de él *.
4 Acerca pues de las viandas que son
sacrificadas á ios ídolos, sabemos que el
ídolo nada es en el mundo/, y que no
hay mas de un Dios^.
6 Porque aunque haya algunos que se
llamen dioses A, <} en el cielo, ó en la
tierra, (como hay muchos dioses y mu-
chos señores,)
6 Nosotros empero no tenemos mas de
un Dios, el Paoreí, del cual «on todas
las cosas, y nosotros en él ; y im Sefiar,
Jesu-Gristo 'r, por el cual «.ti todas las
cosas ', y nosotros por él.
7 Mas no en ttxlos lu^ esta ciencia:
porque algunos con conciencia del ídolo
hasta aquí, comen como sacrificado á
ídolos ; y su conciencia, siendo flaca, es
contaminada «•.
8 Si bien la vianda no nos hace mas
aceptos á Dios«: porque ni que coma-
mos, seremos mas ricos ; ni que no co-
mamos, seremos mas pobres.
9 Mas mirad que esta vuestra libertad
no sea tropezadero á los que son flacos •>.
10 Porque si te ve alguno, á ti que
tienes ettá ciencia, que estás sentado á
la mesa en el lugar de los idoloa, ¿ la
conciencia de aquel que es flaco, no
será adelantada a comer de lo saciiñ-
cado á los ídolos ?
11 é Y por tu ciencia se perderá el her-
mano flaco, por el cual Cristo mvxióp ?
12 De esta manera, pues, pecando con-
tra los hermanos, é hiriendo su flaca
conciencia, contra Cristo pecáis.
13 Por lo cual, si la comida es & mi
hermano ocasión de caer, jamas comeré
carne por no escandalizar á mi her-
manos.
CAPITULO I3L
^mpUatido el Aptetci lo que ántet ha iudi-
tado fobre et uto de la lileriad erietiana
en eotat de tupo inüferentet, recuerda
como a tniímo, á fin de evitar posibUt in-
eonvtnientei en la obra de tu mimiglerie,
habia renunciado aun á aqutUo que podia
y le era debido como Apóstol, y hiékote todo
para con todot, por ganar peora Diot i
muebo*.
i "VTO soy apóstol ? ¿no soy libre ?
i.^ ¿no he visto á Jesu-Cristoa el
Señor nuestro ? ¿no sois vosotros mi
obra en el Señor b?
2 Si á los otros no soy a))óstoI, á tos-
otros ciertamente lo soy ; porque el sello
de mi apostolado sois vosotros en el Se-
ñor.
3 Esta es mi respuesta á los que me
preguntan.
4 Qué, ¿ no tenemos potestad de comer
y de beber e ?
5 ¿ O no tenemos potestad de traer
con nototrot una mujer hermana, tam-
bién como los otros apóstoles, y los her-
manos del Señor <<, y Óéfas • ?
6(0 solo yo y Bemalié no tenemos
potestad de no trabajar/ ?
7 c Quién jamás peleó á sus expensas ?
f Quien planta viña, y no come de sa
mito ? ó ¿ quién apacienta el ganado, y
no come de la leche del ganado ?
8 ¿ Digo esto tolamente sesim los hom-
bres ? ¿ No dice esto también la ley ?
9 Porque en ia ley de Moisés está es-
crito y: No pondrás bozal al buey que
trilla. ¿ Tiene Dios cuidado de ios
bueyes ?
10 ¿ O díceZo enteramente por nosotros ?
Pues por nosotros está escrito : porque
con esperanza ha de arar el que ara*;
y el que trilla, con esperanza de recibir
el fruto.
11 81 nosotros os sembramos lo espiri-
tual, i terá gran cosa si segáremos de lo
vuestro carnal*'?
12 Si otros tienen en vosotros esta po-
testad, ¿ no mas bien nosotros ? Mas
no hemos usado de esta potestad*; intcs
lo suüKmos todo por no poner ningún
obstáculo al Evangelio de Cristo.
13 ¿ No salwis que los que trab^lan en
el santuario, comen del santuario, y que
itíi.%.
(JiubLS.
Gol. 1.16.
BcULS.
■Bo. 11.14,
23.
>BA.iin.
• B0. IL IS,
PB6.1LÍÍ,
20l
ic^kS.a
•CsjlISLS.
B»ek.9.3.
17.
yia.lL
»Cs|i.i.l&
* Mai 1C. 9.
10.
4liar.fi.l
'•MstS-H
/2Tet.3.
1TS.4.1Í
A2TLIÍ.
.lS.ff
7.».
yl2.U
Á.D.BU
I. CORINTIOS, X.
A.D.CT.
IX1LI8.8,
etc.
De. 18.1.
■Ln.iaT.
G«.6. 6.
"fiedi.20.
81
1 Tea. 2. 9.
S Tea. 8. 8.
•2O0.U.IO.
PJer.l. 17.
B0.LIÍ.
«Cap.i.1.
O0LI.2&
<-0a.Swl8.
*Hecb.16.S.
721. 28»8ft.
<Cap.7. 22.
110.^.6.
Col. 8. 1,
etc.
• Bo. 15. 1.
* Cap Ja 83.
»PL2.ie.
3 Ti. % 5,
Heb.13.1.
r 3 TL 4. 8.
Swito.1,12.
1 Ped. 5. 4.
Ap. %. 10.
ya. 11.
' Ko. 8. 18.
Cbl. 3. &
'Bq. <LUL
19.
Heb. la
38,39.
Ex. 13. 21,
2X
No. 9. 18,
22.
Ex. 14. 19,
29.
Ex 10. 15,
BS.
Re. 9. 15,
10.
S«L78.24.
Ex. 17. 6.
Ka. 20. U.
Bal. 78. 15.
r liA. 41.
Xu. 14. 29.
r26.C4.fi5.
Heb 8.17.
fndasS.
Kn. 11. 4,
88.
B«L106.14.
E
los qoe sirren al altar, del altar partí*
cipan/?
14 Así también ordenó el Sefiof á los
one anuncian el Evangelio, que rivan
ael Evangelio».
15 Mas yo de nada de esto me apro-
veché • : ni tampoco he escrito esto para
que se haga asi conmigo ; porque tengo
por mcgor morir, antes que nadie haga
vana etia mi gloria».
16 Fues bien «|ue anuncio el Evangelio,
no tengo porqué gloriarme dt eto ; por-
Sue me es impuesta necesidadi> ; y ¡ ay
e mi si no anunciare el Evangelio I
17 Por lo cual si lo hago de voluntad,
premio tendré; mas si por fíierza, la
dispensación me ha sido encargada f.
18 ¿ Cuál pues es mi merced ? Que
predicando el Evangelio, ponga el Evan*
geJio de Oristo de balde, para no usar
mal de mi potestad en el Evangelio.
19 Por lo cual, siendo libre para con
todos, me he hecho siervo de todos*- por
ganar & mas.
SO Heme hecho & los Judíos como Ju*
dio, por jjanar á los Judíos* ; á los que
están sujetos á la ley, como si^cto á la
ley, por ganar á los que están siyetos á
la ley;
21 A los que son sin ley, como si yo
fuera sin ley, (no estando yo sin ley de
Dios, mas en la ley de Cristo <,) por
ganar á los que estaban sin ley.
22 Me he hecho ¿los flacos como flaco,
or ganar á los flacos» : á todos me he
lecho todo, para que de todo punto
salve á algunos*.
23 Y esto hago por causa del Evan-
gelio, por hacerme juntamente partici-
pante de él.
24 ,; O no sabéis que los que corren en
el estadio, todos á la verdad corren,
mas uno lleva el premio ? Corred de
tal manera que k obtengáis «.
25 T todo aquel que lucha, de todo se
abstiene : y ellos, á la verdad, para re-
cibir una corona corruptible; mas nos-
otros, Incomiptíble^.
26 Así que yo de esta manera corro,
no como a cosa incierta ; de esta manera
peleo, no como quien hiere el (dre :
27 Antes hiero mi cuerpo*, y lo pongo
en servidumbre»; no sea que, habiendo
predicado á otros, yo mismo venga á ser
reprobado b.
CAPITULO X.
Con «2 y'emplo de lo que nueediera á muchos
de Im antiguo» H^íos, lo eual fué eterüo
para anumeetaeion nuestra^ egitorta d A-
páetcX a Ua Corintio» á no imitarle» en tu»
viHot, y vana eonjlanta, y á que m ffuarden
de toda idolatrfa, reprnenMuidolee como
ineompatible H fortieipar /tucttioeamente
de la Oena dd ¿Mor ton tomar parte en el
€vUo d» lo» ídolo», Beeomienaa la ri^e-
reneia y miramiento para eon todo»; que
todo le hoqa i gloria de Dio», y sin dar d
nadie motivo dé eteándalo ú ofenta.
MAS no quiero, hermanos, que ig-
noréis, que nuestros padres todos
estuvieron bi^o la nubes, y todos pasa-
ron la marb;
2 Y todos en Moisés fueron bautizados
en la nube y en la m<ir ;
3 Y todos comieron la misma vianda
espiritual c •
4 Y todos bebieron la misma bebida
espiritual <í: (porque bebían de la piedra
espiritual que los seguía*; y la piedra
era Cristo) :
5 Mas de muchos de ellos no se agradó
Dios ; por lo cual ñieion postrados en el
desierto/.
6 Empero estas cosas fueron en figura
de nosotros, para que no codiciemos
cosas malas, como ellos codiciaron ;.
7 Ni seáis honradores de ídolos como
algunos de ellos, s^un está escrito;
Sentóse el pueblo á comer y á beber, y
se levantaron á jugar A.
8 Ni íbmiquemos, como algunos de
ellos fornicaron, y cayeron tnuertot en
un dia veinte y tres mil •'.
9 Ni tentemos á Oristo ||, como tam-
bién algunos de ellos lo tentaron A, y
perecieron mordido» por las serpientes'.
10 Ni murmuréis, como tamluen algu»
nos de ellos murmuraron "i, y perecie-
ron por el destruotor*.
11 X todas estas cosas les acontecieron
en figura; y son escritas para nuestra
admonición •, en quienes ios fines de los
si^os han paradoj».
12 Así que, el que piensa estar firme t
mire no caiga;.
13 No os ha tomado tentación, sino
humana : mas fiel u Dios, que no os de-
jará ser tentados mas de lo que podéis
lUvar; antes dará también juntamente
con la tentación la salida % para que
podáis aguantar.
14 Por tanto, amados míos, huid de la
Idolatría'.
15 Como á sabios hablo ; juzgad vos-
otros lo que digo.
16 La copa de benedicion' que ben-
decimos, f no es la comunión de la san-
gre de Oristo P £1 pan que partimos,
¿no es la comunión del cuerpo de
risto?
17 Porque im pan, et que muchos so-
mos un cuerpo; pues todos participa-
mos de aquel un pan.
18 MirM á Israel según la carne: los
que comen de los sacrificios ¿ no son
partícipes con el altar « ?
19 ¿ Qué pues digo ? ¿ Que el ídolo es
algo * ? ¿ ó que sea algo lo que es sacri-
ficado á los Ídolos ?
20 Antes digo que lo que los Gentiles
sacrifican, á los demonios /o sacrifican',
y no á Dios : y no queria que vosotros
fueseis partícipes con los demonios.
21 No podéis beber la copa del Seikir,
y la copa de los demonios ' : no podéis
ser partícipes de la mesa del Señor, y de
la mesa de los demonios.
22 ¿O provocaremos á celo al Señor' ?
¿ Somos mas fuertes que él ?
23 Todo me es licito, mas no todo con-
viene» : todo me es licito, mas no todo
edifica.
24 Ninguno busque su propio ¿ten «0-
lamentc, sino cada cual el del otxoh.
25 De todo lo que se vende en la car-
nicería, comed sin preguntar nada por
causa de la conciencia :
26 Porque del Señor es la tierra y lo
que la hinche e.
27 Y si algún infiel os llama, y queréis
ir, de todo lo que se os pone delante
comed, sin preguntar nada por causa de
la conciencia.
28 Mas si alguien os dijere : Esto fué
sacrificado á los ídolos, no lo comáis por
causa de aquel que lo declaró, y por
causa de la conciencia d :
29 La conciencia digo, no tuya, sino
del otro. Pues ¿ por qué ha de ser juz-
gada mi libertad por otra conciencia ?
30 Y si yo con agradecimiento parti-
cipo, ¿ uor qué he de ser blasfemado por
lo que noy gracias • ?
31 Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis
otra cosa, haced/o todo á gloria de Dios/.
88 Sed sin ofensa á Judu>6 y á Gentiles,
y á la iglesia de Dios; :
83 Como también yo en todas las cosas
complazco á todos, no procurando tolo
mi propio beneficio, sino el de muchos,
para que sean salvos A.
ABz.82.6.
•
* Ka. 25. 1.9.
íi al Señor.
* Bx. 17.
2 7.
Bal.' 05. 9.
< «o. 21. 18.
" Ka. 14. S.
7 28. 87.
y 16. 41,49.
* Ex. 12. SS.
o Bo 15. 4.
P Heb. 9. 26.
« Ro. 11. 30.
Pr.28.14.
»-Sanr»..'J.lL
2 Ped. 2. 9.
• 1 Jaac 5.
21.
(Mst26.26.
«Cap. 0kl3.
* Cap. 8. i.
* Le. 17. 7.
Sal. 106.87.
V De. 82. 38.
» De. 82. 21.
• Cap. 6. 12.
6F1.2.4,21.
« SaL 24. L
i Cap. 8. 10,
12.
•Bo.U.e.
/Ex. 32. 6.
9 Bo. 14. 13.
2 üo. 6. 8.
A Cap. 9. 19.
22.
A. D. 5t.
I. CORINTIOS, Xr, XIL
A.D.r.
11.8.17.
lTta.1.6.
STte.8. 9.
» Cap. 4. 17.
e Ef . 5. 2S.
4 Gen. 3. IS.
1 Ped. S. 1.
£.6.
« Cftp. 15.
27.28.
Jnu 14.38.
/H«;li.aL9.
f Gen. 1.28.
h Gva. a. 18.
y22.23.
< 1 TI. 6. 2L
t C«p. 1. 10,
IZ
I Mat 18. 7.
"Unan 2.
1».
"Cap. 15.8.
»Mat2S.28,
etc.
CAPITULO xr.
0«MWa d los CorínUoB ^u«<n tut rtUgUMu
moihWm oroMfi lo* hombre» eon la eabeaa
cMlitVta, y /«M ma/rreí detcttM«r(u, y (am-
Uen 2<w dMA-(í«net qw en sut lanqutU* dé
earitUul m eomeliati, eomo atiminno la*
irrev«reneÍM y vnfunaeionu al eeM>rar
la Caira M M/*r, cuya inUtíueion b*
retutría, é indica la* eontauneiaa dé
partMjfor dé «lia tiidtVnaiiwiit*.
SED imitadores de mi, asi eomo 70 de
Cristo a.
2 ^ T os alabo, hermanos, que en todo
os acordáis de mí, 7 retenéis las instruc-
ciones b irnos de la manera que os en-
señé.
8 Mas quiero que sepáis, que Cristo e
es la cabesa de todo varón; 7 el varen et
La cabeza de la mujer ¿; 7 Dios la ca-
beza de Cristo :
4 Todo varón que ora, 6 profetiza,
cubierta la cabeza, afrenta ¿ su cabeza.
A Mas toda mujer que ora, ó profe-
tiza/, no cubierta su cabeza, afrenta k
su cabeza: porque lo mismo es que si
se ra7ese.
6 Porque si la mi^er no se cubre, tras-
quílese también : 7 si es deshonesto á la
mqier trasquilarse ó raerse, cdbrase.
7 Porque el varón no ha de cubrir la
cabeza, porque es imagen 7 eloria de
Diosf ¡ mas la m^jer es gloria oel varón.
8 Porque el varón no es de la mi:yer,
sino la mujer del varón A.
9 Porque tampoco el varón taé criado
por causa de la mujer, sino la mqjer por
causa del varón.
10 Por lo cual la mujer debe tener
señal de potestad sobre lu cabeza por
causa de los Angeles •'.
11 Mas ni el varón sin la mi^O^r, ni la
mujer sin el varón, en el Señor.
18 Porque como la mujer «« del varón,
asi también el varón et por la miyer;
empero todo de Dios.
IS Juzgad vosotros mismos : ¿ es ho-
nesto orar la mujer & Dios no cubierta .'
14 Aun la misma naturaleza os en-
seña que al hombre sea deshonesto criar
cabello.
15 Por el contrario, & la mujer criar el
cabello le es honroso ; porque en lugar
de velo le es dado el cabello.
16 Con todo eso si alguno parece ser
contencioso, nosotros no tenemos tal
costumbre, ni las iglesias de Dios.
17 ^ Esto empero oe denuncio, que no
alabo, que no por mejor, sino por peor
os juntáis.
18 Porque lo primero, cuando os Jun-
táis en la iglesia, oigo que ha7 entre ves-
otros disensiones * ; 7 en parte lo creo.
19 Porque preciso es ha7a entre vos-
otros aun hernias I, pera que los que son
probados se maniiiesten entre vosotros «.
80 Cuando pues os Juntáis en uno,
etto no es comer la cena del Señor,
81 Porque cada uno toma Antes para
comer su propia cena; 7 el uno tiene
hambre, 7 el otro está embriagado.
83 Pues qué ¿ no tenéis casas en que
comáis 7 bebáis ? O c menospreciáis la
iglesia ae Dios, 7 avergonzáis á los que
no tienen ? ¿ Qué os diré ? <■ Os ala-
baré ? En esto no os alabo.
83 Porque 70 recibí del Señor lo que
también os he enseñado *: Que el Se-
ñor Jesús, la noche que fué entregado,
tomó pane;
84 Y habiendo dado gracias, lo partió,
7 dijo : Tomad, comed : esto es mi cu-
erpo qn« por vosotros es partido : haced
esto en memoria de mí.
85 Asimismo tomó ♦-"•«•«—• »- — 1«.
después de haber ■
ta copa es el nuevo pacto en mi sangre:
haced esto todas las veces que bebiüeis
en memoria de mí.
86 Porque todas las veces que comie-
reis este pan. 7 bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que
venga;».
87 De manera oue cualquiera qne co-
miere esto pan, O bebiere esta copa del
láeitor indignamente, será culpado dd
cuerpo 7 de la sangre del Señor.
88 Por tanto pruébese cada uno á sí
mismo, 7 coma así de aquel pan, 7 beba
de aquella copa.
89 Porque el qne come 7 bebe indig-
namente, juicio Qome 7 bebe pora si, no
discerniendo el cuerpo del Seilor.
30 Por lo cnel hay muchos enfermos
7 debilitados entre vosotros; 7 muchos
duermen.
31 Que si nos examinásemos & nosotros
mismos, cierto no seriamos juzgados.
38 Mas siendo juzgados, somos casti-
gados del Señor, para que no seanaos
condenados con él mundo 9.
33 Así que, hermanos míos, cuando os
juntáis á comer, esperaos unos á otroa.
84 Y si alguno tuviere hambre, coma
en su casa ; porque no os juntéis para
juicio. Las demás cosas ordenaré cu-
ando llegare.
CAPITULO XII.
Trata de lo* diterto» done* con mee Dio* por
Orieto adema m l^Uaia, y dd legiUno aao
y fin dé eUat.
Y ACERCA de loa done» espirituales,
no quiero, hermanos, que ignoréis.
8 Sabéis que cuando erais Gentiles,
ibais, como erais llevados, A los ídolos
mudos a.
3 Por tanto os hago saber, qne nadie
que hable por Espíritu de Dios, llama
anatema A Jesús b; 7 mu nadie puede
llamar A Jesús Señor, smo por Espirita
Santo r.
4 Empero h87 repartimientos de do-
nes «f; mas el núsmo Espíritu ee.
6 Y ha7 repartimientos de ministeiioa ;
mas el mismo Seikir et.
O Y ha7 repartimientos de operacio-
nes'; mas el mismo Dios es d que obra
todas las cosas en todos.
7 Empero A cada uno le ea dada mani-
festación del Espíritu para provecho/.
8 Porque A la verdad A este es dada por
el Espíritu palabra de sabiduría ; A otro,
palabra de ciencia segtm el mismo Es-
píritu 9 :
9 A otro, fé* por el mismo Espíritu;
7 A otro, dones de sanidades* por d
mismo Espíritu:
10 A otzo/ operaciones de milagros ; 7
A otro, profecía; 7 A otio, discreción de
espíritus ^ ; 7 A otro, géneros de lenguas' ;
7 A otro, interpretación de lenguas.
11 Mas todas estas cosas obra uno 7 d
mismo Espíritu, re{>artÍendo particu-
larmente A cada uno como quiere.
18 ^ Porque de la manera que el cu-
erpo es uno, 7 tiene muchos miem-
bros >", empero todos los miembros de
ette un cuerpo, riendo muchos, son un
cuerpo, así también Cristo •.
18 Porque por un Espíritu somos todos
bautizados en un cuerpo, ora Judias ó
GriQíos, ora siervos ó libres*; 7 todos
hemos bebido de un mismo Espíritu.
14 Pues ni tampoco d cuaipo es un
miembro, sino muchos.
19 K <Hjere el pié: Porque no 807
mano, no S07 dd cuerpo : ¿ por eso no
serA del cuerpo .'
16 Y si d^ere la or^a t Porque no aov
ojo, no S07 del cuerpo : ¿ por eso no será
ti cuerpo?
rA^T.X.
>8aL9i
11.13.
Bab.l2.!.
11.
•Ga.4.B.
ll^LS.
IJaaai.
S.S.
«]Iat.J«.r.
tflli.U.C
Hik&4.
lM.4.ja
«So. IX C» 3.
/BLI.7.
4 0hilU.1
«lJaa4.L
f Cap. 14.
-Bs.12.
tti.4.».
A. D. Of.
I. OORINTIOS, Xm, XIV.
JLD,Bft4
'«er.98.
tEf. 5.90.
'Bo. 12.8.
Beb. 13. 7.
7 17. 34.
'Cap. lé. 1,
39.
•3Co. 12.4.
An. 5. II.
y r 11.11
tlPed. 4.8.
<M«U7.30.
ISUt.7.22,
23.
•Pt.lO.12.
rCoL8.13.
rrftp.io.a4.
Fl.2.4.
k Cap. 8. X
tlJiUB8.2.
17 SI todo el encrpo/WcM ojo, ¿dón-
de eataria el oído ? il todo /w«c oido,
¿ diSnde etteWa el dfirto ?
18 Mas ahora Dios ha colocado loa
miembros cada uno de dios por sí en
el cuerpo, como quiso/.
19 Que si todos Aieran un miembro^
¿dónde eshiviera el cuerpo ?
20 Mas ahora muchos miembros «on á
la verdad, empero un cuerpo.
81 Ni el ojo puede dedr k la mano :
No te he menester : ni asimismo la ca.
beza á los pitfs : No tengo necesidad de
▼osotios.
22 Antes, mucho mas los miembros
del cuerpo que parecen mas flacos, son
necesarios ;
23 Y á aquellos del cuerpo que estima-
mos aer mas Tiles, h estos vestimos mas
honrosamente; jr los que en nosotros
son menos honestos, tienen mas com-
postura.
24 Porque los que en nosotros ton mas
honestos, no tienen necesidad de eto:
mas Dios ordenó el cuerpo dando mas
abundante honor al que le ñtltaba ;
85 Para que no ha>a desavenencia en
el cuerpo, sino que los miembros todos
se interesen los unos por los otros.
28 Por manera que si un miembro pa-
dece, todos los miembros & una se due-
len ; y si un miembro en honrado, todos
los miembros á una se goxan.
27 Pues vosotros sois el cuerpo de
Cristo, 7 miembros en parte 7.
28 Y á unos puso Dios en la Iglesia,
t trímeramente apóstoles, luego profetas,
o tercero, doctores; luego facultades;
luego dones de sanidades, ayudas, go-
bernaciones'', géneros de lenguas.
29 tSm todos apóstoles? tton todos
profetas ? ¿ todos doctores ? ¿ todos fa-
cultades ?
80 ¿ Tienen todos dones de sanidad ?
¿ hablan todos lenguas ? ¿ interpretan
todos?
31 Empero procurad' los mejores do-
nes : mas aun, yo os muestro un camino
mas excelente.
CAPITULO XIII.
Sxetitnefa y nenridad rf« la caridad erí$N-
a«0, n* M fUül inlUtíf uritm Un fSémái
done» ai que lot tuviete,
SI yo hablase lenguas humanas 7 an-
gélicas', y no tengo caridad &, vengo
á ser como metal que resuena, ó cím-
balo que retifie.
8 Y si tuviese profecía, 7 entendiese
todos los misterios, y toda ciencia ; y si
tuviese toda la fé, de tal manera que
traspasase los montes «, y no tengo ca-
ridad, nada soy <<.
3 Y si repartiese toda mi hacienda para
dar de comer á pobres ; y si entregase mi
cuerpo para ser quemado, y no tengo
caridad, de nada me sirve.
4 La caridad es sufrida', es benigna/;
la caridad no tiene envidia, la caridad
no hace sin razón, no se ensancha,
5 No es injuriosa, no busca eolo lo
suyo ff, no se irrita, no piensa el mal ;
6 No se huelga de la uajustídat mas se
huelga de la verdad *.
7 Todo lo Buñw, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta.
8 La caridad nunca deja de ser : mas
las profecías se han de acabar, y cesarán
las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada.
9 Porque en parte conocemos «, 7 en
parte profetizamos.
10 Mas cuando venga lo que es per-
fecto •', entonces lo que es en parte será
quitado.
11 Guando yo era nifio, hablaba como
niflo, pensaba como nWo, Juzgaba como
nifio ; mas cuando ya ful hombre hecho,
dejé lo que era de nlfto.
19 Ahora vemos por espeloA, en os-
curidad; mas entonces verimoe cera á
cara : ahora conozco en parte ; mas en-
tonces conoceré como soy conocido.
18 Y ahora jiermaneoen la fé, la eepe*
ransa, y la caridad; estas tres cosas:
empero la mayor de ellas ei la caridad.
CAPITULO XIV.
Bupertorídad (f«l doH de prqfeeCa í «nn^anta
M la úUtia de Diot, en la ctud ei i»aUl
el UM> de lengueu no entendida», aun ptira
ftloftar á Dioe, ti no hnbiert in'trprdaeion
de lo 91M at liiw. IVo dábe haeeree para
edifieaeion en la i^ia / fen eUa no lUta»
hoMor loe mmíere».
SBOUID la caridad ; 7 procurad loe
otroe doñee espirituales a: mas sobre
todo que prufcticeis.
9 Porque el que habla en lenguas i, no
habla A los hombres, sino á Dios ; por-
que nadie le entiende, aunque en espí-
ritu hable misterios.
8 Mas el que profetiza, habla á los
hombres para cdlHcaclon, 7 exhorta-
don, 7 consolación.
4 Él que habla lengua extralla, A si
mismo se edifica ; mas el que profetiza,
editiea & la iglesia.
5 Así que quisiera que todos vosotros
hablaseis lenguas ; empero mas quisiera
que profetizaseis: porque mayor es el
que profetiza que el que habla lenguas,
si también no Interpretftre, para que la
iglesia tome edificación «.
8 Ahora pues, hermanos, si 70 Aiere
á vosotros hablando lenguas, ¿qué os
aprovecharé, si no os hablare ó con re-
velación, ó con ciencia, ó con profecía,
ó con doctrina ?
7 Ciertamente si las cosas inanimadas
que hacen sonidos, como la flauta ó la
vihuela, si no dieren distinción de vooes
¿cómo se sabrá lo que se tañe con la
flauta, ó con la vihuela ?
8 Y si la txompeU diere sonido inderto,
¿ quién se apercibirá á la batalla ?
9 Así tamhlen vosotros, si por la len-
gua no diereis palabra bien significante
¿cómo se entenderá lo que se dice?
porque hablaréis al aire.
10 Tantos géneros de voces, (por ejem-
plo,) ha7 en el mundo; 7 nada h^
mudo:
11 Mas si yo ignorare el valor de la
voz, seré bárbaro al que habla, 7 el que
habla eerá bárbaro para mí.
12 Así también vosotros; pues que an-
heláis espirituales doñee, procurad ser
excelentes para la edificación de la igle-
sia''.
13 Por lo cuál el que habla lengua ese*
traila, pida que la interprete'.
14 Porque si yo orare en lengua deeeo-
nocida, mi espíritu ora ; mas mi enten-
dimiento es sin fhito.
15 ¿ Qué pues ? Oraré con el espíritu,
mas oraré también con entendimiento:
cantaré con el espíritu, mas cantaré
también con entenaimiento.
18 Porque si bendijeres «oto con el espí-
ritu, el que ocupa lugar de un mero par-
ticular, ¿ cómo dirá Amen á tu acción
de gracias? pues no sabe lo que has
dicho.
17 Porque tif, á la verdad, bien haces
gracias ; mas el otro no es edificado.
18 Doy gracias á mi Dios que hablo
lenguas mas que todos vosotros :
19 Pero en la iglesia mae quiero hablar
cinco palabras con mi sentido, para que
enseñe también á los otros, que diez mil
lialabras en lengua deeeonoeiáa.
ASC0.8.U.
«Gap. 12.31.
6 Heeh. 10.
48.
y 19.8.
* ver. 98.
d ver. 5.
«Cap. 12. 10.
A.D.B7.
L OOBINTIOa, XV.
A.D.S7.
/6«LUa.Z
Mkt.lS.8,
Bo. 1& 19.
IPWLS.8.
f Ib. a. 11,
la.
4HMk.X13.
<Ii.4S.14.
k C«p. 12. 8,
10.
< wr. S, 40.
■•1TM.&
19,20.
«Cap.UJe.
« 1 TL S. 11,
12.
rsi&sa.
1 Ped. 8. 1.
s Gen. 8. 16.
'Juné. 6.
'^rer. 96,88.
" Bo. 11. 90.
i Heb. & 6.
• TBP. 14, 17.
i< 8aL 22. 1,
eto.
14.08.1,
etc.
I)».9.9S.
Zm.18.7.
Lu. 24.96,
4&
90 HcnnaBoe, no eeais nifiot/ en el
acntído, sino aed nifioa en la malieU;
empero perfectos en ei lentido.
81 £n la ley está escrito^: En otras
lenguas, y en otros labios hablaré 4 este
pueblo ; y ni aun asi oiz&n« dice el Seftor.
88 Asi que las lenguas por seüal son,
no á los líeles, sino á los infieles : mas
la profecía, no se dá á los infieles, sino
á loa fíeles.
83 De manera que si toda la islesia se
juntase en uno, y todos hablan lenguas,
y entran indoctos, ó infieles, ¿ no dirán
que estáis locos* ?
84 Mas si todos profetizan, y entra
algún infiel ó indocto, de todos es con-
▼encido, de todos es Jnzfpuio;
85 Y lo oculto de su oorazon se hace
manifiesto: y asi postrAndose sobre el
rostro, adora» 4 Dios, declarando qne
Terdaderamente Dios está en vosotros •'.
S6^ ¿ Qué hay, pues, hermanos ? Ou-
ando os juntáis, cada uno de -vosotros
tiene salmo, tiene doctrina, tiene len-
gua, tiene revelación, tiene interpreta*
don A : hágase todo para edificación'.
87 Si hablare alguno en lengtia «efni-
íki, sea etlo por dos, ó á lo mas tres, y
por tumo ; mas uno interprete.
88 Y si no hubiere inteiíprete, calle en
la iglesia ; y hable A sí mismo, y á Dios.
89 Asimismo hw profetas*» lutblen dos
ó tres, y los demás juzguen.
ao Y si á otro que estuviere sentado,
fuere revelado, calle el primero.
81 Poique podéis todos profietlzar uno
por uno, para que todos apiendan, y
todos sean exhortados.
88 Y los espíritus de los que profetiza-
ren, sujétense ¿ los profetas :
38 Porque Dios no es Dios de dfsen-
sion, sino de paz; como en todas las
iglesias de los santos".
34 Vuestras mujeres callen en las con-
Segaciones : porque no Íes es permitido
blar», sino que estén suyetas/i, como
también la ley olee 9.
86 Y si quieren aprender algnna cosa,
pregunten en casa á sus mandos ; por-
que deshonesta cosa es hablar las mu-
jeres en la congregación.
86 Qué ¿ ha salido de vosotros la pala-
bra de Dios ? ó ¿& vosotros solos ha
llegado ?
37 Si alguno, á su parecer, es profeta,
ó espiritual, reconozca lo que os escribo,
porque son mandamientos del 6e&ori'.
38 Mas ei que otutinado ignora, ignore.
89 Así que, hermanos, procurad pro-
fetizar; y no impidáis el hablar lenguas.
40 Empero hágase todo decentemente
y con drden*.
CAPITULO XV.
Oomo alnuftot de entre lo* JUU$ d» Oorinto
fugattn la retwreeeion de lo» muertos,
pruébala d ApdittA por el hecho fwuta-
me^Ktal de hal>er Jettt-OriUo resuettado, Jf
describe el trden y modo tm «m eOa ha de
verifiearee, y la naturaUsa de lo* euerpoe
retneüadoB. HaUa del preeieo eambio f
iran*formaeion d» loe que eelarAn vivo»
«n «* dBttno dia, y eAorta á vivir /ñus
M» la fi, procurando abundar en frutos de
piedad verdadera.
ADEMAS os declaro, hermanos, el
. Evangelio que os he predicado, el
cual también recibisteis, en el cual tam-
bién perseveráis* ¡
8 Por el cual asimismo b si retenéis la
palabra que os he predloaoo, sois sidvos,
si no creísteis en vano«.
8 Poique primeramente os he enseña-
do lo que asimismo recibí: Que Cristo
fué muerto por nuestros pecados, con-
fi»nne á la» Escrituraste ;
4 Y que fué aepaUado. y qne «esncitó al
tercer dia, conuwnie á laa Eserteuras*:
6 Y que apareció & Oéfiu/, y de^ues
á los doce.
6 Después ^lareeió á mas de quinien-
tos hermanos juntos ; de loa cuales mo-
chos viven aun, y otros son muertos.
7 Después apareció á Jacobo ; despuct
á todos los apóstoles.
8 Y el postrero de todos, como á on
abortivo, me apareció á mí':
9 Porque yo soy el mas pequeiio de los
apóstoles*, que no soy digno de ser lla-
mado apóstol, porque pen^ni la iglesia
de Dios.
10 Empero por la gracia de Dios soy lo
que soy • : y su gracia no ha sido en vano
para conntigo; ames he trabajado mas
que todos ellos: pero no yo, sino la
gracia de Dios que fuá conmigo.
11 Porque, ó «a yo, ó sean elloa, ait
predicamos, y así habéis creído.
18 Y si Oristo es predicado que resu-
citó de los muertos, ¿ cómo dicen algu-
nos entre vosotros que no hay resurrec-
ción de muertos?
13 Porque si no hay resurrección de
muertos. Cristo tampoco resucitó.
14 Y si Cristo no resucitó, vana es en-
tonces nuestra predicación, vana es tan-
bien vuestra té.
15 Y aun somos hallados &lsos testigos
de Dios; porque hemos testificado de
Dios, que el haya levantado á Ciiato, al
cual no levantó, si en verdad los muer-
tos no resucitan.
16 Porque si los muerto* no retucitan,
tampoco Cristo resucitó.
17 T si Cristo no resucitó, vuestra ti es
vana, aun estáis en vuestros pecados*.
18 Entonces también los que durmie-
ron en Cristo son perdidos.
19 Si en esta vida solamente esperamos
en Cristo, los mas misevables somos de
todos los hombres'.
80 Empero Cristo ha resucitado de los
muertos •• : primicias » de los que dur-
mieron es iMcho.
81 Porque por cuanto la muerte • entr^
por un hombre, también por un hombre
la resurrección de los muertos^.
88 Poique así como en Adam todos
mueren, asi también en Orlato todos se-
rán vivificados.
83 Mas cada uno en su óiden ; Cristo,
las primicias; luego lo* que son de
Cristo, en su venida?.
84 Luego, el fin ; cuando entregará el
reino á Dios y al Padre, cuando habrá
quitado todo imperio, y toda pottnoia,
y potestad.
89 Porque es menester que él reine,
hasta poner todos sus enemigos debido
de sus piési-.
86 Y el postrer enemigo gnc aera des-
hecho, terá la muerte*.
97 Porque todas las cosas sujetó deh^jo
de sus pies'. Y cuando dice: Todas las
cosas son styetadas áél, claro está ex-
ceptuado aquel que sujetó á él todas las
cosas.
98 Mas luego que todas las eoaas le
fueren sujetas ■, entonces también tí
mismo Hgo se sujetará ai que le sujetó
á él todas las cosa**, para que Dios sea
todas las cosas en todos.
99 De otro modo, ¿ qué harán kw qne se
bautizan* por los muertos, si en niiunt-
na manera los muertos resucitan ? ¿Por
qué, pues, se bautizan por muertos ?
80 Y ¿ por qué nosotma pcUipramoa á
todahoray?
81 Si, por la gloria» qne en orden á vea»
otros tengo en Cristo Jesas, Sellor
tro, oada dlA muero*.
•bL 16. IS.
«Osp.9.1-
klci.»-
/CaaL4.I3.
Jualll
STLIU.
•Ifcl*-
IMIX
-u&ic.
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33.
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•So. 5. 12.
17.
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A. D. 57.
I. CORINTIOS, XVI.
A.D. 57.
i Ii. 32. IS.
«C»p.8.«.
t Ferio Hé
XtMMaTOt
poeta eí-
mtra,
HecLlT.
28.
Ttt.l.X
4 Ro. 13. n.
EL S. 14.
ITblÍ.
S,8.
< Cap. 8. fi.
/JoAttlS.
24.
9G«ii.l.U.
12.
ÍFL8.21.
•G«n.2.7.
t Juui £.21.
t.40
14.
76. aü. 40.
Bo.5.
( Juana 18.
> Bo. 8. 39.
lJiimn8.X
"Cap. 6. 13.
Bo. 8. 2S.
»1Tm.4
15,17.
PlUt 34.81.
I3C0.5.4.
'Iii2S.8.
•OlIS.14.
tBo.fl.28.
■ Bo. 4. U.
y 7. MS.
»Bo. 7.28.
ys.n.
SS Sí como hombre batallé en Kfeao
contra las bestias, ¿ qué me aprovecha ?
Si ios maeitos no resucitan, eomamoa
7 bebamos, que maflana moriremos &.
38 No erréis*: Las malas oonTersaci-
ones corrompen las buenas costumbres |.
84 Velad debidamente <', y no pequéis ;
porque algunos no conocen á Dioa: para
Ter¿ttenza vuestra hablo*.
85 ^ Mas dldk alnino ; ¿ Oómo resuci-
tarán los muertos ? ¿ Oon qué cuerpo
Tendrán?
36 Necio, lo que tu siemliras, no se
vivifica, si no muriere Antea f.
37 Y lo que siembras, no siembras el
cuerpo que ha de salir, sino el grano des-
nudo, acaso de triijo, o de otro grano :
38 Mas Dios le da el cuerpo como
quiso, y á cada simiente su propio cu-
erpo y.
89 Toda carne no e« la misma carne :
mas una carne ciertamente u la de los
hombres, y otra carne la de los ani-
males, y otra la de los peces, y otra la
de las aves.
40 Y cuerpos hay celestiales, y cuerpos
terrestres: mas ciertamente una e$ la
gloria de los celestiales, y otra la de los
terrestres.
41 Otra e$ la gloria del sol, j otra la
gloria de la luna, y otra la gloria de las
estrellas: porque una estrella es dife-
rente de otra en gloria.
49 Así también r« la resurrección de
los muertos. Se siembra en corrupción ;
se levantará en incorrupción :
43 Se siembra en verjut^cnza ; se levan-
tará con gloria * : se siembra en flaque-
za ; se levantará con potencia :
44 Se siembra cuerpo animal ; resuci-
tará espiritual cuerpo. Hay cuerpo ani-
mal, y nay cuerpo espiritual.
■ 45 Asi también está escrito ': Fu'^ he-
cho el prirtier hombre Adam en ánima
viviente; el postrer Adam, en espíritu
vivificante*.
46 Mas lo espiritual no es primero,
sino lo animal ; luego lo espiritual.
47 El primer hombre e» de la tierra,
terreno: el seji^ndo hombre, ipte e$ el
Señor, e* del cielo '.
48 Cual el terreno, tales también los
terrenos; y cual el celestial, tales tam-
bién los celestiales.
40 Y como trajimos la imagen del ter-
reno, traeremos también la imagen del
celestial"*.
60 ^ Esto empero digo, hermanos : que
la carne y la sangre no pueden hereaar
el reino de Dios»; ni la corrupción
hereda la incorrupción.
61 Hé aquí, os digo un misterio ; To-
dos ciertamente no dormiremos ; mas
todos seremos trasfbrmadoso,
62 £n un momento, en un abrir de
ojo, á la final trompeta: porque será
tocada la trompetaj», y los muertos se-
rán levantados sin corrupción ; y noso-
tros seremos transformados.
58 Porque es menester que esto cor-
ruptible sea vestido de incorrupción, y
esto mortal sea vestido de inmortalidad 7.
54 Y cuando esto corruptible fuere
vestido de incorrupción, y esto mortal
fuere vestido de inmortalidad, entonces
se efiectuará la palabra que está escrita :
Sorbida es la muerte con victoria r.
55 ¿ Dónde ettá, oh muerte, tu victo-
ria* ? i Dónde, oh muerte, tu agujón ?
66 Ya que el agujón de la muerte e*
el pecado ', y la potencia del pecado, la
ley«.
67 Mas á Dios gracias, que nos da la
victoria por el Befior nuestro Jesu-
cristo*.
68 Asi que, hermanos mios amados,
estad firmes y constantes, creciendo en
la obra del Seftor siempre, sabiendo que
vuestro trabajo en el Señor no es vano «.
CAPITULO XVI.
Etiurla é lo$ OoHm¡Uo$ á oim haaem la 00-
ieeta de Umoona» para rm potro* d* la
tj/le'ia ék Jerumdtf», y le§ r*comio»da á
Timotio y iT o^rot ditetpttlo».
CUANTO á la colecta qve te hace para
los santos «, haced vosotros también
de la manen que ordené en las iglesias
de Galacia.
S Cada primer dia de la semana ^ cada
uno de vosotros aparte en su casa, guar-
dando lo que por la bondad de Dios
pudiere; para que cuando yo llegare,
no se hagan entonces colectas.
8 Y cuando habré llegado, los que a-
£ robareis por cartas, á estos enviaré que
even vuestro beneficio á Jerusalem c,
4 Y d fUere digno el negocio que yo
también vaya, irán conmigo.
5 Y á vosotros iré, cuando hubiere
pasado á M acédenla ; porque á Mace-
donia tengo de pasar'':
9 Y podra ser que me quede con voso-
tros, o invernare también, para que vos-
otros me llevéis adonde hubiere de ir*.
7 Porque no os quiero ahora ver de
paso ; süio que espero estar con vosotras
algún tiempo, si el Sefiqr ¡o permitiere/.
8 Empero estaré en Éfisso hasta Pen-
tecostés.
9 Porque se me ha abierto; puerta
grande y eficaz; y muchos «on los ad-
versarios.
10 ^ Y si llegare Timoteo A, mirad que
esté con vosotros seguramente; porque
la obra del Señor hace, también co-
mo yo »".
11 Por tanto nadie le tenga en poco*;
antes llevadlo en paz/, para que venga
á mi: porque lo espero con los her-
manos.
12 Acerca del hermano Apolos "> ,
mucho le he robado que fuese á vos-
otros con algunot hermanos ; mas en
ninguna manera tuvo voluntad de ir
por ahora : pero irá cuando tuviere
oportunidad.
18 Velad», estad firmes en la té»;
portaos varonilmente, y esforzaos;».
14 Todas vuestras cosas sean hechas
con caridad?.
15 ^ Y os ruego, hermanos, ya sabéis
Sue la casa de Estefanas es las primicias
e Ach&yar, y que se han dedicado ai
ministerio de los santos,
16 Que vosotros os sigeteis á los tales *,
y á todos los que ayudan, y trabajan.
17 Huélgome de la venida de Estéfin-
ñas, y de Fortunato, y de Acháico ; por-
que estos suplieron vuestra ausencia :
18 Porque recrearon mi espíritu y el
vuestro. Reconoced pues á los tales t.
19 Las Iglesias de Asia os saludan.
Os saludan mucho en el Señor Aquila
y Priscilla «, con la Iglesia que está en
su casa*.
20 Os saludan todos los hermanos.
Saludaos los unos á los otros con ósculo
santo'.
21 Salud f. De mi mano, Pablo '.
22 £1 que no amare al SeQor Jesu-
cristo, sea Anathema*. Maran-atha |.
23 La gracia del Seflor Jesu-Oristo tea
con vosotros.
24 Mi amor en Cristo Jesús tea con
todos vosotros. Amen.
La Primera á los Corintios fué envia-
da de Filipos con Estéfanas, y For-
tunato, y Acháico, y Timoteo.
>Aii.l4.18.
•2Co. 8.4.
y 9. 1, eto.
G«.&ie.
» Hedí. 20.7.
Ap. L 10.
«2Ca8.1(),
19.
i'Hech.19.
21.
2C0.1.U,
16.
'Bo.15.24.
/Cap. 4. 19.
HeclulS.
21.
BaBÍ*.i.U.
«Heeh.a4.
27.
2 Co. 2. 12.
Ap8. &
A Cap. 4. 17.
*' Fi. 2. 19,
22.
i 1 TI. 4. 12.
'lPed.6.8.
■C»p.L12.
«lFiBd.5.6.
<'2Te8.X15.
PBf.&ia
91F«d.4.8.
'' Bo. 10. 5.
•Heb. 18.17.
« Pi. 2. 29.
lTes.&12.
•Heeh.28.
2,26.
•Bal«.8.
nie. 2.
'Ba.16.18.
1 Tes. 2. 16.
iOr.Saiu.
tacion,
yOoL4.18.
2Te&S.17.
• Bo. 9. 8.
6a. 1. 8, 9.
ISlBeñor
vendrá.
81/riae.
A. D. 67.
o 1 Ti. 1. 1.
»Sf. 1.8.
lPed.L8.
« Fi. 8. 10.
C0LI.SM.
<iQtlii4.15.
• Hech. 19.
as. etc.
ICo. 15.82.
/Jer.l7.
6,7.
'2Fed.2.9.
k -00.16.90.
Fi. h 19.
File. 22.
«C!«p.4.1&
*iot».a.i,
18.
aoo.i&io.
"C»p.8.ia.
» pi. 4. 1.
1 Tes. 8. 19,
20.
' £0. 1. 11.
LA SEGUNDA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
. Á LOB
CORINTIOS.
CAPITULO I.
ExetBose «I apóglol de no haber ido ánlet á
vi$itafio»i desptu» de haeerU» ver la rin-
eeridad de nt eorcaon y de tu doetrina,
PABLO, apóstol de Jesu-Gristo por
la voluntstd de Dios», y Timoteo et
hermano, á la Iglesia de Dios que está
en Corinto, juntamente con todos los
Santos que están por toda la Acháya.
2 Gracia y paz á vosotros de Dios núes»
tro Padre, y del Eeüor Jesu-Cristo.
3 ^ Bendito Ha el Dios y Padre del
Señor Jesa -Cristo b, el Padre de mise-
ricordias, y el Dios de toda consolación,
4 £1 cual DOS consuela en todas nues-
tras tribulaciones, para que podamos
también nosotros consolar á los que
están en cualquiera angustia, con la
consolación con que nosotros somos conp
solados de Dios.
6 Porque de la manera que abundan
en nosotros las aflicciones de Cristo c,
así abunda también por el mismo Cristo
nuestra consolación.
6 Mas si somos atribulados, et por
vuestra consolación y salud << ; la cual es
obrada en el sufrir las mismas aflicci-
ones que nosotros también padecemos:
ó si somos consolados et por vuestra
consolación y salud.
7 Y nuestra esperanza de vosotros e»
firme, estando ciertos que como sois
compa&eros de las aflicciones, así tam-
bién lo aeréU de la consolación.
8 Porque hermanos, no queremos que
ignoréis de nuestra tribulación que nos
fué hecha en Asia « ; que sobre manera
fuimos cargados sobre niuttrat fuerzas,
de tal manera que estuviésemos en duda
de la vida.
9 Mas nosotros tuvimos en nosotros
mismos respuesta de muerte, para que
no confiemos en nosotros mismos, sino
en Dios/, que levanta los muertos :
10 El cual nos libró, y libra de tanta
muerte g; en el cual esperamos que aun
nos librará:
11 Ayudándonos también vosotros con
oración por nosotros A, para que por la
merced neeha á nos por respeto de mu-
chos, por muchos Uanbien sean hechas
gracias por nosotros •'.
12 Porque nuestra gloria es esta: el
testimonio de nuestra conciencia, que
con simplicidad y sinceridad de Dios,
no con sabiduría carnal A:, mas con la
gracia de Dlos^ hemos conversado en
el mundo, y muy mas con vosotros.
13 Porque no os escribimos otras cosas
de las que leéis, ó también conocéis;
y empero que aun hasta ei fin Uu cono-
ceréis:
14 Como taihbien en parte habds co-
nocido que somos vuestra gloria"», así
como también vosotros la nuestra, para
el dia del Señor Jesús ».
15 Y con esta confianza quise primero
ir á vosotros, para que tuvieseis una se-
gunda gracias ;
16 Y por vosotros pasar á Macedonia,
y de Macedonia venir otra vez á vos-
otros P, y ser vuelto de vosotros á Ja-
dea.
17 Así que pretendiendo esto, ¿asé
quizá de liviandad ? ó lo que pienso
hacer ¿ piénso¿o según la carne 9, para
que haya en mi Sí y No ?
18 Antes Dios fiel sabe que nuestra
gilabra para con vosotros no ha sido
í y No.
19 Porque el Hijo de Dios, Jesu-Cristo,
que por nosotros ha sido entre vosotros
predicado, por mí, y Silvano, y Timo-
teo, no ha sido Sí y No ; mas ha sido
Sí en él.
SO Porque todas las promesas de Dios
«on en el Sí, y en él Amenr por nos-
otros á gloria de Dios.
21 Y el que nos confirma con vosotcos
en Cristo, y el que nos ungió ', es Dios ;
29 £1 cual también nos ha sellado <, y
dado la prenda del Espíritu en nuestros
corazones «.
23 ^ Mas yo llamo á Dios por testigo
sobre mi alma*, que por ser indulgente
con vosotros no he pasado todavía A
Corinto «.
24 No que nos enseñoreemos de vues-
tra fé', mas somos ayudadores de vues-
tro gozo : poique por la fié estáis ñxmes«.
CAPITULO II.
Manda retUtuir al fnoMNtoJO arrepemiido A
la eomunion de la I<fietia¡ y con induL-
geneia paltrnal y autoridad apostóVea en
nombre de Cristo le alta la pena impuesta.
ESTO pues determiné para conmigo,
no venir otra vez á vosotros con
tristeza*.
2 Porque si yo os contristo, ¿quién
será luego el que me alegrará, sino aquel
á qnien yo contristare ?
8 Y esto mismo os escribí, porque
cuando llegare no tenga tristeza sobre
tristeza de los que me debiera gozar;
confiando en vosotros todos que mi gozo
es el de todos vosotros.
4 Porque por la mucha tribulación y
angustia del corazón os escribí con mu-
chas lágrimas ; no para que fueseis con-
tristados, mas para que supieseis cuanto
mas amor tengo para con vosotros i.
6 ^ Que si alguno me constristóc, no
me contristó á mí, sino en parte: por
no cargaros á todos vosotros.
6 Bástale al tal esta reprensión hecka
de muchos <<.
7 Así que, al contrario, vosotros nuu
bien lo perdonéis y consoléis, uorque no
sea el tal consumido t de aemasiada
tristeza.
8 Por lo cual os ruego que confinneis
el amor para con éi.
9 Porque también por este fin os es-
cribí, para tener experiencia de vosotros
si sois obedientes en todo<.
10 Y al que vosotros perdonareis, vo
también : porque también yo lo que he
perdonado, si algo he perdonado, por
vosotros lo he hechit en persona de Cristo ;
11 Porque no seamos engañados de
Satanás/ : pues no ignoramos sos ma»
quinaclones.
A.D.5r.
flCo-lfi.
5,6.
ICsf.K.%
'B«.U.S.».
'IJa■a^ i
90,27.
tSf l.U
14.
yt-ao.
•Osa. 5. 5.
JK.B.
T1L&
•Cs(kU.S.
10.
riOLSS.
lBBd.S.S.
lCto.U.L
• CapJL3D,
»Csp.U-2.
*1C».S-L
410oA4.ii
imau
t Gi. av-
• cs^M^
fiAAt-
A.D.57.
U. GORINnOfi, lU, IV.
A.D.67.
'HeeLlOi
1,2.
ilC6.1«.ft.
<CBp.7.t»6.
»Bo.8.S7.
<C».1.8.
>lCo.l.l8.
"lPed.L
7,8.
•Cap. 3. 6, &
rCap. 4. a.
■Cap.ft.12.
(HedkU.
37.
'10o. 8. S.
<Bz.S4.13.
•J«r. 3L.8B.
r Cap. 2.18.
1 Co. 16. 10.
FL2.18.
>Ef.3.7.
1 Ti. 1.12.
IHat. 28.28.
Beb. 8.6,
10.
tSo.3.S9.
^Bo.3.ao.
J4.U.
Juan 6. 63.
■Kx.iM.1,
" Bo. 1. 17.
T3.2L
* Bo. 10. 4.
Beb. 10. L
'BO.U,
7.8.
fBo.ll.2S.
19 ^ Cnando vine á TroMy pura ei
Evangelio de Oristo, aunque me fué
abieru puerta A en el 8eñor,
13 No tuve reposo en mi espíritu, por
no haber hallado á Tito mi hermano • :
ad despidiéndome de ellos, partí para
Macedonia.
14 Mas á Dice gracias, el cual hace
que siempre triunfemos en Oristo Je-
sús i^, 7 manifiesta el olor^ de su cono»
cimiento por nosotros en todo lugar.
1& Porque para Dios somos buen olor
de Cristo en los que se salvan, y en los
que se pierden *.
16 A estos ciertamente olor de muerte
para muerte ; y á aquellos olor de vida
para vida». Y para estas cosas ¿ quién
es suficiente»?
17 Porque no somos, como muchos,
mercaderes falsos de la palabra de Dlosj»,
intes con sinceridad, como de Dios, de-
lante de Dios, hablamos en Cristo.
CAPITULO III.
la Im Mcrtto. Kl velo qu» tnbn é lo» Jm-
ilCn* ía imtelipeneia d» la» E»eritura*, aola-
mente te puta eon la /i tn Je»u-CrUtc.
i pOMENZAMOS otra vez á alabar-
^ nos á nosotros mismos* ? ¿ <} tene-
mos necesidad, como algunoa, de letras
de recomendación para vosotros <>, ó de
reoomendadon de vosotros ?
a Nuestras letras sois vosotros, escritas
en nuestros corazones, sabidas j leídas
de todos los hombres « ;
8 Siendo manifiesto que sois letra de
Cristo administrada de nosotros, .y es-
crita no con tinta, mas con el Espíritu
de Dios vivo; no en tablas de piedra)',
sino en tablas de carne del corazón «.
4 Y tal confianza tenemos por Cristo
para con Dios :
5 No que seamos snfioientes de nos-
otros mismos para pensar algo como de
nosotros mismos, smo que nuestra sufi-
ciencia ea de Dios/;
6 Ei «ual asimismo nos hizo que fit-
esraMM ministros suficientes^ del Nuevo
Pacto A: no de la letra, mas del espí-
ritu'; porque la letra mata A, mas el
espíritu vivifica A
7 Y si el ministerio de muerte en la
letra grabado en i^edras, fué con gloria,
tanto que los h|)os de Israel no pudiesen
poner los ojos en la faz de Moisvs, á
causa de la gloria de su rostro >", la cual
habla de de perecer,
8 i Cómo no será mas bien con gl<uria
el ministerio del Espíritu ?
9 Porque si el ministerio de condena-
ción filé eon gloria, mucho mas abun-
dará en gloria el ministerio de justicia «.
10 Porque aun lo que fué tan glorioso,
no es glorioso en esta parte, en compa-
ración de la excelente gloria.
11 Porque si lo que perece tuvo gloria,
mucho mas terá en gloria lo que per-
manece
15 Así que teniendo tal esperanza,
hablamos con mucha confianza.
13 Y no como Moisés, qtie ponia un
velo sobre su fiu, para que los hijos de
Israel no pusiesen los ojos en el fin de
lo* que habla de ser abolido.
14 Empero kw sentido* de ellos se em-
botaron/»; poique hasta el dia de hoy
le» queda el mismo velo no descubierto
en la lerdón del antüpio testamento, el
cual por Cristo es qunado.
16 Y aun hasta el dia de hoy, cuando
Moisés es leido, el velo está puesto sobre
el corazón de elloa.
10 Mas cuando se convirtiere al Sefior,
el velo se quitará f.
17 Porque el Seiknr es el Espíritu r : y
donde Jww aquel Espíritu del Sefior,
allí Aoy libertad*.
18 Por tanto nosotros todos, mirando
á cara descubierta como en un espejo t
la gloria del Seiknr, somos tmnsfbrma-
dos de gloria en gloria en la misma se-
m^anza «, como por el Espíritu dd Se-
fior.
CAPITULO IV.
Oamdaefa dtl Apcelci Bma de tinetridad y
/Udidad en »l denmfeito de ni minieterio,
n'n de»fnayar en medto de tnOmfoi y peree-
tucione», cierto de que loa mole» de etta
vida eon monu/tUáneot, moa loa bienea da
la otra eterno».
POR lo cual teniendo noaotroa esta
administración, según la misericor-
dia • que hemos alcanzado, no desmaya-
mos;
a Antes quitamos los escondrijos de
vergüenza, no andando con astucia, ni
adulterando la palabra de Dios^, sino
Sr manifestación de verdad encomen-
ndonoB á nosotros mismos á toda con*
ciencia humana delante de Diosc.
3 Que si nuestro Evangelio está aun
encubierto, entre los que se pierden
está encubierto d :
4 En los cuales el dios de este siglo «
cegó los entendimientos de los incré-
dulos, para que no les resplandezca la
lumbre del Evangelio de la gloria de
Cristo/, el cual es la imagen y cte Dios.
5 Porque no nos predicamos á nosotros
mismos, sino á Jesu-Cristo, el Sefior;
y nosotros vuestros siervos por Jesús.
6 Porque Dios, que mandó que de las
tinieblas resplandeciese la luz A, ea el
que resplandeció en nuestros corazones,
tiara iluminadon del conocimiento de
a gloria de Dios en la fbz de Jesu-
cristo.
7 ^ Tenemos empero este tesoro en
vasos de barro, para que la alteza del
poder sea de Dios, y no de nosotros :
8 Eaiando atribulados en todo, mas no
angustiados «tn tfugio ; en apuros, mas
no desesperamos > ;
Ó Perseguidos, mas no desamparados;
abatidos, mas no perecemos ;
10 Llevando siempre por todas partes
la muerte del Señor Jesús en el cu-
erpo A, para que también la vida de
Jesús sea manifiestada en nuestros cu-
erpos'.
11 Porque nosotros que virimos, siem-
5 re estamos entregados á muerte por
esusm, para que también la vida de
Jesús sea maninestada en nuestra carne
mortal.
18 De manera que la muerte obra en
nosotros, y en vosotros la vida <*.
13 Empero teniendo el mismo espíritu
de fé, conforme á lo que está escritos:
Creí, por lo cual también hablé : nos-
otros también creemos, por lo cual tam-
bién hablamos ;
14 Estando ciertos que el que levantó
al Sefior Jesús, á nosotros también nos
levantará por Jesús', y i|0s pondrá con
vosotros.
15 Porque todas estos cosas padeeemoa
por vosotros 9, para que abundando la
gracia por muchos, en el hacimiento de
gracias sobreabunde r á gloria de Dios.
16 Por tanto no desmayamos; antes
aunque este nuestro hombre exterior se
va degastando, el interior' empero se
renueva de dia en dia.
17 Porque lo que al presente es mo-
mentáneo I y leve de nuestra tribulación,
nos obra un sobremanera alto y eterno
peso de gloria ;
18 No mirando nosotros á las cosas que
' ver. 6.
1C0.U.Í5.
' Bo. 8. 2.
<10o. 13.12.
• Bo. 8. 29.
Col. 8. lo.
• 10o. 7. 25.
» Cap. 2. 17.
ITes. 2.
8,3.
•lCo.15.
51.
ITes. 4. 15.
d Cap. 2. 15.
2 Tea. 2.10.
•Juan 13.
81.
y 11 80.
Bf.2.2.
/Cap. 8. 18.
vjvaal.l4,
18.
CoL 1. 15.
Heb. 1. 8.
* Gen. L 3.
i8aL87.81.
«lCo.15.
31.
Ga. 6. 17.
Í2TL2.11,
12.
"Bo.8.86.
"C01.1.S4.
•8al.ll6.10.
P Bo. 8. II.
lCo.6.14.
2 Ti. 2. 8.
«Quxl.e.
2 Ti. a. 10.
'Cap. 1.11.
• Bo. 7. 22.
XLS. 16.
iBq.8.18.
A* D. 9t.
II. CORINTIOS, V, VI, VIL
A.l>.Sf.
«Heb.U.1.
• Job 4. 19.
2FiBd.l.l3,
» Bu. 8.28.
«IGo. U.
53.
•'1C0.1&
68.
«Ci»p.l.a2.
£f. 1. li.
/Bo. 8.24,
Sft.
ICo. 18.12.
Heb.11.1.
«FLl. 28.
k Bo. 14. 10.
>lad«2L
i Cap. 4. Z
I Cap. 8. 1.
"•Cftp.1.14.
"C«tkll.l,
16.
Mar. 8. 21.
«Bo.6.1,
10.
>>Bo.l4.7.9.
lPed.4.
1.2.
í Pi. a 10.
<'Jii*n3.8.
* Bo. & 10.
( Jnaa 1.99.
« Ex. 4. U,
16.
ie v«n, sino i las que no se ven* : porque
lu cosas que se ven, «on temporales;
mas las que no se Ten, «m eternas.
CAPITULO V.
NtutUra vmemtt vida «f wi aitadc dé per»-
Cnaeum^f d etdo «* nmt&tra fotria. JTw
io ame í eOa arribamot, dtoetao» vivir
para Aquel que muri/i y reeueiió por uae-
otroe, y anle euito tribuiuU todo* htnioe de
comparecer. jBomof reeoneñiado» eou Dio»
por Jeeti-Orieto / y d lot apMoki, como á
embojadaru tuyo», fut dado el tMuietmrio
de prodamar eea reeoueiUaoioñ,
T>OHQUE sabemos, que si la casa
-L terrestre de eeta nuestra habita-
ción • se deshideie, tenemos de Dios
un edificio, una casa no hecha de ma-
nos, eterna en los cielos.
8 T por esto también gemimos, dese-
ando ser sobrevestidos de aquella nues-
tra habitación celestial b •
8 Puesto que en verdad habremos sido
hallados vestidos, y no desnudos '.
4 Porque asimismo los que estamos en
«tte tabernáculo, gemimos agravados;
porque no quisiéramos ser desnudados,
sino sobrevestidos, para que io mortal
cea absorbido por la vida*.
6 Mas el que nos hizo para esto mis-
mo, e» Dios; el cual asimismo nos ha
dado la prenda del Espíritu *.
6 Así aue vivimot confiados siempre;
y sabiendo, que entretanto que estaraos
en el cuerpo, peregrinamos autenU» del
Sefior.
7 (Porque por U andamos/, no por
visU.)
8 Mas confiamos, y mas quisiéramos
partir del cuerpo, y estar presentes al
Sefiora-.
9 Por tanto procuramos también, ó
ausentes, ó presentes, serle agradables :
10 Porque es menester que todos nos-
otros parezcamos ante el tribunal de
Oristo*, para que cada uno reciba segim
lo que hubiere hecho por medio del
cuerpo, ora tea bueno ó malo.
11 Estando pues poseídos del temor
del Sefior •', persuadimos & los hombres,
mas á Dios somos manifiestos : y espero
que también en vuestras conciencias so-
mos manifiestos^.
13 No nos encomendamos, pues, otra
Tez ¿ vosotros', sino os damos ocasión
de gloriaros por nosotros"*, para que
tengáis que retponder contra los que se
glorian en las apariencias, y no en el
corazón.
13 Porque si loqueamos «, es para Dios ;
y si estamos en seso, ea pan Tosotros.
14 Porque el amor de Cristo nos con-
striñe, pensando esto : Que si uno mu-
rió por todos, luego todos son muertos • :
16 Y por todos murió Cristo, para que
los que viven, ya no vivan paúra sí, mas
para aquel que murió y resucitó por
ellos'.
19 De manen que nosotros de aquí
adelante & nadie conocemos según la
carne : y aun si & Cristo conocimos
según la carne, empero ahora ya no le
conocemos?.
17 De modo que si alguno está en
Cristo, nueva cnatun eer: las cosas
Tit>)as pasaron ; hé aquí todo es hecho
nuevo.
18 Y todo esto viene de Dios, el cual
nos reconcilió á sí por Jesu-Cristo'; y
nos dio el ministerio de la reconcilia-
ción.
19 Porque ciertamente Dios estaba en
Cristo reconciliando el mundo á %it, no
imputándoles sus pecados, y puso en
nosotros la palabra •> de la reconcilia-
ción.
50 Así que somos emb^adore» en nom- 1
bre de Cristo*, como sí Dios oa rogase
por medio nuestro : o» rogamos en nom-
ore de Cristo, Reconciliaos con Dios.
51 Al que no conoció pecado, hizo pe-
cado por nosotros', para que nosotros
ftiesemos hechos justicia de Dios eaéit.
CAPITULO VI.
Bt modú de proceder de loe mtimtehro» iii—
giUeaef y tghortaeiom á lo* Mee de im»
eefreekar trato y alianaa eoa loe tfa/bin t
idélatrae,
COOPERANDO pues eam ndnutnt
myoe, oe exhortamos también* i
Íue no recibáis en vano la gracia de
Hosb,
5 (Porque dice: En tiempo aceptable
te he oido, y en dia de salud te he
socorrido: he aquí ahora el tiempo a-
ceptabie; hé aquí ahora el dia de sa-
lud.!
8 No dando á nadie ningún escánda-
lo*, porque el ministerio «áectro no sea
Tituperado:
4 Antes habiéndonos en todas cosas
como ministros de Dios^, en mucha
paciencia, en tribulaciones, en necesi-
dades, en angustias,
fi En azotes «, en cárceles, en alboro-
tos, en trabajos, en vigilias, en ayunos,
6 En castidad, en ciencia, en longani-
midad, en bondad, en Espíritu Santo,
en amor no fingido,
7 En palabra de verdad/, en potencia
de Dios^, en armas de justicia a diestro
y á siniestro *,
8 Por honra y por deshonra, por in-
famia y por buena fima : como engaSa-
dores, mas hombres de verdad • ;
9 Como ignorados, mas conocidos it;
como muriendo, mas hé aquí vivimos l ;
como castigados, mas no muertos •■ ;
10 Como doloridos, mas siempre gozo-
sos; como pobres, mas enrioueeiendo
á muchos; como no teniendo nada,
mas poseyéndolo todo«.
11 1 Nuestra boca está abierta 4 Tos-
otros, oh Corintios ¡ nuestro ootrason es
ensanchado •.
13 No estáis estrechos en nosotvoa;
mas estáis estrechos en Toestras propia»
entrañas.
18 Pues pan corresponder al propio
modo, (como á hijos hablo,) enaancná*
os también vosotros.
14 No os juntéis en yugo con loe infi.
elesj); porque ¿qué eompa&fa tiene la
Justicia con la injusticia? y ¿tpié co-
munión la luz con las tinieblas ?
15 Y ¿qué concordia Cristo con Be-
lial II ? o ¿ qué parte el fiel con el infiel ?
10 Y ¿ que concierto el templo de Dios
con los ídolos ? Porque vosotros sois
el templo del Dios viviente <, oomo IMos
d^o : Habitaré y andaré en ellos ; y aeré
el Dios de ellos, y ellos serán mi pue-
blo r.
17 Por lo cual salid de en medio de
ellos, y apartaos, dice el SeAor; y no
toquéis lo inmundo' ; y yo os reeiMra,
18 Y seré á vosotros Padre, y vosotioa
me seréis á mi hijos é hijias, dice el
Señor Todopoderoso '.
CAPITULO VII.
JVwffrot (M amor emIráMiU emire 8tm Pie*
Mo y lo« OeeirMoe. La trietaa qme la oc*.
WoMtf, lee /ni ««y saliMiaBfa.
ASI que, amados, pues tenemoe tales
. nromesas, Umpiémoaos de toda in-
mundicia de carne y de espíritu, per-
feccionando la santificación en temor de
Diosa.
5 ^ Admitidnos : á nadie hemos i:^^
'K&Sl.
'Ii.SK.
12.
'Bo.S.ti
1O1.L10.
•lCh.1».
*Hékll
10a.IOJS.
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&Csf.ia.i.
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'Ckp.LU.
'c•^s.4.
tSSiulT.SS.
SO.&.16A7.
[Ckp.3.i.
>Jtor.l2.i4.
riado, á nadte hcmoa oonmapldoi á
nadie hemos engañado b.
8 No pan candenanM lo digo ; qve ya
he dicho ante» que catai» en nucatn»
coraxone*, para morir j pan rivir jnn-
tainenté «tm notaírtm'.
A Mucha confianza tengo de vosotroa,
tengo de voeotrot mudha gloria' ; lleno
eatoy de consolación, aobveabundo de
gosto en todas nuestras tribulaciones.
5 Porque aun cuando Tinimos á Ma-
cedonia*, ningún- icpoeo turo nuestra
carne ; Antes en todo ftiimos atribula-
dos: de fuen cuestiones, de dentro te-
nores*
6 Mas Dios, que consuela los humil-
des, nos cooaoló con la venida de Tito/ :
7 Y no solo con su venida, sino tam-
bién con la consolación oon que 61 tai
oonsolado acerca de vosotros, hadéndo-
noe saber vuestro deseo grande, vuestro
lloro, vuestro oelo por mi, pan que así
me gosaaa nuM.
8 Foírqne aunque os contristé por caita,
no me arrefuento, bien que me pesdf ;
porque veo que aquella carta, aunque
por alfum tiempo os oontilstó,
9 Ahora me goxo, no parque hayáis
sido contristados, sino porque Alistéis
contristados pan arrepentimiento ; por-
que habéis sido eonstrtatados según Dios,
pan que ninguna pdrdida padecieseis
por nueatn parte.
10 Porque el dolor que es según Dios,
obra arrqjientimlento saludable, de que
no hay que arrepentirse j mas el dolor
del siglo, obra muflvte*.
11 Porque lié aqui, esto mismo que
SMun Dios Alistéis contristados, cuanta
BoTicitud ha obrado en vosotros, y aun
defensa, y aun enojo, y aun temor, mas
gnn deseo, y aim celo, y ademas vindi-
cación. £n todo os habéis mostrado
limpios en el negocio.
IS Asi que, aunque os escribí, no Alé
«oiamenU por causa del que hizo la in-
juria, lü por causa del que la padeció,
mas también para que os Aiese manifi-
esta nuestra soUoitud que tenemos por
vosotros delante de Dios •'.
la Por tanto tomamos consolación de
vttcstn consolación : empero mucho mas
nos gozamos por el gozo de Tito, que
haya sido recreado su espiritu de todos
vosotros.
14 Pues si algo me he gloriado pan
oon él de vosotros, no he sido avergon-
zado ; ¿ntes como todo lo que hablamos
dicho de vosotros era con verdad, así
también nuestn gloria delante de Tito
fué hallada vetdadÍBra.
15 Y sus entrafkas son mas abundantes
en ^eio pan con vosotros, cuando se
acuerda de la obediencia de todos vos-
otros, y de como lo recibisteis con te-
mor y temblor.
16 Así que me gozo de qne en todo
estoy confiado de vosotros.
CAPITULO VIII.
Oon ét liwmalo it lot Maetdoniet aldorta d
opMol t lo$ Oorwtío» d e«Mifrtbw<r oon
larga» {tmomo* al momo d» loa pobrtt
erütianos de /ItruMln».
ASIMISMO, hermanos, os hacemos
. saber la grada de Dios, que ha sido
dada á las Iglesias de Maoedonla :
8 Que en grande prueba de tribulación
la abundancia de su gozo permatueió, y
su profunda pobieza abundó en rique-
zas de su boiulada.
8 Pues de su grado han dado conforme
á MU Aierzas, yo testifico, y aun sobre
nsflierzas;
4 Pidiéndonos con muchos ruegos, que
aceptásemos la gracia y la comunicación
del servido pan los santos^.
6 T no como lo esperábamos, mas aun
á sí mismos se dieron prtmenmente al
Sefior, y á nosotros por la voluntad de
Dios.
6 De manen que exhortamos á Tito,
que como comenzó Antes, asi también
acabe esta gracia entre vosotros tam-
bién.
7 Por tanto, coitio en todoc abundáis,
en Té, y en palabra, y en denda, y en
toda sdioitud, y en vuestro amor pan
con nosotros, que también abundds en
esta arada.
8 ífo hablo como quien manda ', sino
pan poner á prueba, por la eficacia de
otros, la sinoeridad también de la cari-
dad vuestn.
9 Porque ya sabds la grada de nuestro
SeAor Jesu-Orlsto, que por amor de vos-
otros se hizo pobre*, siendo rico/; p>;ra
que vosotros oon su jwbreza fliáieis en-
riqueddos 9-
10 T en esto doy mi consejo A : porque
esto os conviene A vosotros, que comen-
zasteis Antes de dlot, no solo ¿ hacerlo,
mas aun & quererlo desde el alio pasado.
11 Ahora pues llevad también A cabo
el hecho ; para que como utuvieteú
prontos A querer, a^í también lo e*Ms
en cumplir conforme A ló que tenéis.
19 Porque si primero hay la voluntad
pronta*, será acepta por lo que tiene, no
por lo que no tíene^.
18 Porque no te hace eeto pan que haya
pan otros desahogo, y pan 'vosotros
apretun;
14 Sino pan que en este tiempo, con
teualdad, vuestn abukidanda supla la
falta de ellos, pan que también la abun-
dancia de ellos supla vuestra falta; por-
que haya igualdad,
16 Gomo está escrito: El que recogió
mucho, no tuvo mas ; y el que poco, no
tuvo menos'.
16 ^ Empero gracias á Dios que dio
la misma solicitud por vosotros en el
corazón de Tito.
17 Pues á la verdad redbló la exhor-
tación»; mas estando también muy
solidto, de su voluntad partió para vos-
otros.
18 T enviamos juntamente con él al
hermano «, cuya alabanza en el Evan-
gelio « ee por todas las iglesias.
19 Y no sdo eeto, mas también fué or-
denado por las iglesias el compañero de
nuestra peregrinación^ para uevar esta
gracia, que es administrada de nosotros
pan gloria dd Reftor, y para eervir
vuestro pronto ánimo,
SO Evitando que nadie nos vitup<Sre en
esta abundancia que ministramos i :
81 Procurando las oosas honestas, no
solo delante del Seflor, mas aun delante
de los hombres '.
88 Enviamos también con ellos A nu-
estro hermano, al cual muchas veces
hemos experimentado diligente ; mas
ahora mucho mas con la mucha con-
fianza que tiene en vosotros.
88 On ea orden A Tito, mi compañero
y coadjutor para oon vosotros, ó acerca
de nuestros hermanos, los apóstoles $on
de las iglesias, y la gloria de Cristo.
84 Mostrad pues para con ellos A la fkz
de las Ifflesias la prueba de vuestro a-
mor, y ce nuestn gloria acerca de vos-
otros*.
CAPITULO IX.
ProHgme la mienta eKhorUuton een mmevae
rocoiM*/ «n lat ame da ei ApMol ali/tmoe
avieot tobre la Umoma, y dtee fue se ddie
dar MU gtulo.
_
t Rb. 15. 28.
1C0.1B.L
«100.L&
<<lCo.7.&
* Lv. 9. 68.
PLa.e,7.
/Josa. 1. 1.
y 17. 6.
0 Ap. S. 18.
&1C0.7.85.
<Bz.S6.S.
lCr.29.
8,9.
i Lu. ZL 8.
fXx.l8.]i&
■ itir. 6b
•Cap.12.18.
•n. 4. 8,16.
l>lCo.lC.
a,*.
«Bsd.8.Si,
80.
•■ Bo. 12. 17.
FL4.8.
*Capb0.Z
A.P.IR;
ILOOEINTIOS, XZ, Z» XI.
A.9.V.
'£?■'■'•
1.8.
Pr.U.ai.
9Sb
y W. 17.
y9B.9.
Be. U.1, 6.
Chk 6. 7, ».
«DB.lfi.7,8.
rfBx.8&5.
Bo.ia. 8.
« FL 4. 19.
/B«L 112.9.
f b. SS. 10.
&Ot.l0.1X
(Cap.l.U.
7 4.19.
*8aB«>.l.
17.
•BA.1S.L
*Tar. 10.
• c«p.u. a,
10.
iCo.i.ja.
•te.
ITLLU.
•Jer.LlO.
T>0IIQUE eunito á la mnitaiialndoii
X pan lo» tantM», por danaái me «i
cacribiioa;
5 Pu« oonoaoo vnettio proiito Animo,
del cnal m« glorio yo entre lot de Mace-
donia, que Aehaya está apercibida deade
el afio pasado; y ▼neitio iO«B>pl« ^
.estimulado á muchoa.
8 Ma* he enviado loa henaanoa, per*
que nueatra gloria de Toaotroa no acá
Tana en esta porte ; pan que« oomo lo
he dicho, eateit aperoebidoa :
4 No sea que, si Tinieren conmigo
Maeedonioa, j oa hallaren deaaperoeU.
dos, noa avergoncemoa noaotroa, por no
decir Toaotxoa, de cate firme ^oriar»
not.
fi Por tanto tuve por eoaa neceaaria
exhortar ¿ los hermanos que faenen pri-
mero á ▼oaotroa» y apreaten nrimcro
▼uestra bendición Antea promedoa, para
qae esté aparcada oomo d» bendleion,
j no como de mezquindad.
6 Esto empero digo: El que siembra
escasamente, también segarA escasa-
mente ; y el que siembra en bendieionea,
en bendiciones también s^aiA^.
7 Oada uno dé como propuso en su co-
razón: no con tristeza, ó por necesi-
dad c; porque Dioa ama el dador ale-
gren
8 Y poderoao ea Dioa para hacer que
abunde en Tosotros toda gracia e; A fin
que, teniendo siempre en todas cacar
todo lo que basta, abundéis para toda
buena otña:
9 (Oomo estA escrito: Derramó; dio
A los pobres : su Justicia permanece
para siempre/.
10 Y el oue dA simiente al que siem-
bra, también darA pan para comerá, 7
multipUcarA vuestra sementera, y an-
mentarA los crecimientos de ios mitos
de vuestra justicia A;)
11 Para oue estéis ráiiqneeidoa en todo
para toda bondad, la cual obra por noa-
otros hacinüento de gracias A IHos •'.
18 Porque la suministración de este
servicio no solamente aupie lo que A los
santos fiüta, aiao también abunda en
muchoa hacimientoa de gracias A Dios :
13 Que por la experiencia de .esta su-
ministración glorifican A Dios por la
obediencia que profesáis ai Bvangriio
de Cristo, y por la bondad de contribuir
para ellos y para todos :
14 Asimismo por la oración de ellos A
favor vuestro, los cuales os quieren A
causa de la eminente gracia de Dioa en
vosotros.
15 Gracias sean iaiat A Dios* por sn
don inefable.
CAPITULO X.
Oemdueta de San Palto e<mtraptuHa dtaie
lo» falto» apMoU», h$ eualéi calumnite-
deU, impedían el /ruto de m predicaeion,
EMPERO, yo Pablo os ruego por la
mansedumbre y modestia de Cristo •,
(yo que presente ciertamente eajf b^Jo
entre vosotros >>; mas ausente soy con-
fiado con vosotros:)
8 Ruego, pues, que cuando «stayiere
{presente, no tenga que ser atrevido con
a confianza con que estoy en Animo de
ser resuelto para con algunos «, que nca
tienen como si anduviésemos a^gun la
carne.
3 Pues aunque andamos en la carne,
no militamos según la carne :
4 Porque las armas de nuestra milicia
no eon carnales <<, sino poderosas en Dios
para la destrucción de tbrtalezas « ;
6 Destruyendo oonsejoa, y toda altura
que se levanta contra la ciencia de IMos,
y eaativaado todo intento A la
encía de Cristo ;
6 T estando praatoa pana castigar toda
desobediencia, cuando vnaatra obadien-
da fuere cumplida.
7 ^ ¿ Miráis las eoaas aagnn la apaii-
cneia'^ Si alguno eatA confiado en si
mismo que es de Cristo, esto tamMen
piense por ai mismo, que oomo él ea de
Cristo, asi también ncaotroa sosnoa de
Oriato*.
8 Porqne avnqve me glorie anm «n
poco de nuestra poteMad, (la cual el
Sefior nos dio para edifieacimí y no para
Tuestra deatmccion<,) no me a.Yeagaa-
savé.
9 ¿Mígalo porque no pareaea como qoe
oa fu£rro eapantar por cartaa.
10 Porque A la verdad, dicen, las car-
taa mm gravea y fuettea; maa la pre-
sencia cornoni, flaca, y la palabra me-
nospreciabile.
11 Esto piense el tal, que cuales eomoa
en la palabra por cartas, estando au-
sentes, tales eerémum también en headioe,
estando presentes.
18 Porque no osamos «ntremelemoa ó
compaiarnos con algunos que se alaban
A ai miamoa: maa áloe, midiéndoae A ai
mismos por si miamoa, y comparAndeae
oonaigo mismos, no son jaicioaoa *.
13 Noaotroa empero no noa gloriüdmca
fuera de nueetra medida, sino oonftinae
A la medida de la regla, de la medida
que Dios nos reparti«>, para Uci^r aon
hasta vosotros.
14 Porque no nos estendemoe sobre
mteelra medidaf oomo si no Uegaacaaua
haata vosotros; poraue también hasta
voaotroa hemoa ilagado en el Evarwdio
de Cristo :
15 No gloriAndonos ftiem de ttiteatrc
medida en tralM^oa ^jenoa'; maa te-
niendo esperanza del crecimiento de
vuestra fiS, que seremos mny cMran-
decidoa entre vosotros oonibrmeA nu-
estra regla,
16 Y que anunciwémos el Evang^o
en loa iugeuee mas allA de voaotraa, ttat
entrar en la medida de otro para g^ori-
amoa en lo qne ya cataba aparqado.
17 Mas el que se gloria, giorieae en d
Seüar».
18 Porque no el que se alidia A ai mia-
mo, el tal es aprobado; noaa aqad A
quien Dios alaba ■.
CAPITULO XI.
ProHgue en dierwrto contra loe fedeoe _
tole*, ftorUndoe» de qne ha eí*reUo mu m*~
misterio efw rettbir nimgmn socorra, y d»
loe treábaíoe qme ha et^Mao.
f\JALA toleraseis un poco mi looa-
V/ ra • ; empero toleradme.
8 Pues que os celo con celo de Dice ¡
porque os he desposado A un marido*,
para presentaanw oomo una virgen prnca*
A Cristo.
8 Mas temo que oomo la serpiente
galló A Eva eon su astuoia*, no i
corrampidoa aai vuestroa aantidoa «n al-
£na manera,» ea^ati de la almpUel-
d que ea en Criato.
4 Porque si el que viene, predicázv
otro Cristo que el que hamos predic^o,
ó reeibieieis otro capirltu dd qite habéis
recibido*, tf otro Evangelio del que
habéis aceptado, ¡a sufidenis bien.
6 CiMmio á asi, cierto pienso qne en
nada he «ido inferior A aquilas giaiiiiin
apóstoles/.
8 Porque aunque eoy baato en pala-
bra', empero no en la ciencia^: maa
en todo somos ya del todo manUWafiM 4
vosotros.
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llBaB4.4.
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tCaikU.18.
Htch.18.8.
"100.9.15.
*2Fed.S.l.
Ap.2.2.
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Tit. 1. 10,
11.
tO«B.3J.S.
'I1.8.19L
'Cap. 12. e,
mil*
>FLa.S.i.
■c•^lala
'1*1.8.6.
'lCo.16.
la
' 1 Oo. 18.
80, S2.
'1)6.20.8.
<Heeh.l8.
22.
Hecb.14.
IV.
ICo. l.U.
lCo.9iS.
Okp.ia.8,
0.ia
Bo. 9. 6.
O*. 1.30.
7 ¿ Pequé 70 humiUáiulome á mi mis»
mo, pan que voiotroi ftieseis ai»alxa-
dos i, porque os he predicado el £van>
gelio oe Dioe de balde ?
a He detiMjado las otras iglesias, re-
dbiendo salarlo para ministraros 4 vos-
otnM.
9 Y estando con Tosotros, 5 teniendo
necesidad, á ninguno de votUrot tai car-
ga A; porque lo que me fkltatM, supli-
eron los hermanos que vinieron de Ma-
cedonia': y en todo me guardé de seros
gravoso, 7 me guardar«^.
10 Es la verdad de Cristo en mi «, qve
esta i^oria no me amk cerrada en las
partes de Ach&ya <•.
11 ¿ Por qué? ¿e» porque no oa amo?
Dios lo sabe.
12 Mas lo aue hago, haré aun pan
cortar la ocasión de aquellos que la de-
sean, 4 fin que en aquello que se glo-
rian, sean hallados sem^antes 4 nos-
otros.
13 Porque estos «m fiUsos apóstoles •,
obreros nauduientos/», transfigurándose
en apóstoles de Cristo.
14 Y no e« maraTilla ; porque el mismo
Satanás se transtigun en ¿ngel de lux f.
15 Así que no ct mucho, si también
sus ministros se transti|ptran como mi-
nistros de justicia; cuyo fin será con-
forme á sus obras'.
16 ^ Otra Tex diffo : Que nadie me es-
time ser loco*; de otra manen, reci-
bidme como á loco, pan que aun me
glorie yo un poquito.
17 Lo que hablo, no lo hablo s^un el
Sefior, sino como en locun, con esta
confianza de gloria.
18 Pues que muchos se glorían según
la carne, también yo me gloriaré <.
19 Porque de buena gana toleráis los
necios, siendo TOMtros sabios :
90 Porque toleráis si alguno os pone
en servidumbre, si alguno ot devora,
si alguno toma, si alguno se enaalu, si
^uno os hiere en la can.
SI Dígolo cuanto á la afrenta, como si
nosotros hubiésemos sido flacos*. Em-
pero en lo que otro tuviere osadía (hatilo
con locura) también yo tengo osadía.
98 ¿ Son Hebreos ? yo también *. ¿ Son
Israditas ? yo también. ¿ Son simiente
de AlMraham ? también yo.
98 i Son ministros de Oiisto ? (como
poco sabio hablo) yo mas: en trabajos
mas que eVot*; en cárceles, mas; en
axotflt, mas; en muertes, muchas ve-
ces'.
94 De los Judíos cinco veces he reci-
bido cuarenta «sotet menos nnoi^
95 Tres veces he sido azotado con va-
ras a; una vez aitedreadoi; tres veces
he padecido naonagio j una noche y un
dia ne estado en lo pronindo de la mar.
96 En caminos muchas veces; peli-
grof de ríos, peligros de ladrones, peli-
gros de los de la nación, peligros de los
Gentiles, peligros en la ciudad, peligros
en el desierto, peligros en la mar, peli-
gros entre fiüsos hennanos ;
97 En trabiOo y ^^ig** en muchas vi-
gilias, en hambre y sed«, en muchos
ayunos, en frío y en desnude-i;
98 tUn otra» oosas ademas, lo que sobre
mí se agolpa cada dia ; la solicitud de
todas las iglesias.
96 ¿Qnim enferma, y ud no enfier-
nM>' ? ¿ Quién se escandalixa, y yo no
me quemo ?
80 Si es menester i^oriarse, me glori-
aré yo de lo que es de mi flaquexa «.
81 El Dios y Padre del Señor nuestro
Jesn-C^cisto, qoe es bendito por siglos/,
sate que no miento 9:
89 En Damasco, el capitán de la gente
del rey Aretas guardam la ciudad de
los Damasoenos para prenderme A :
38 Y fui dcsoolgado del muro en un
serón por una ventana, y escapé de sus
iHech.9.
94, 9&.
CAPITULO XII.
Xn pnulba d$ la vertiad w tareUneia áé tm
apoatcUdo, r^Ure fian FeMo m» viHonu
y rtveUieione$/ y etM€hty$ numifattañdo
*u amor á ío$ OoritUiot.
CIERTO no me es conveniente glo-
riarme ; mas vendré á las visiones y
á las revelaciones del SelW».
9 Conozco á un hombre en Cristo*,
que hace catorce añosb (si en el cuerpo,
no lo sé; si flien del cuerpo, no lo sé ¡
Dios io sabe) ftxé arrebatado hasta el
tercer cielo.
8 Y eonoxco tal hombre, (si en el cu-
erpo, ó fuera del cuerpo, no lo sé ; Dios
lo Mbe,)
4 Que Até arrebatado al paraíso «, donde
oyó palabras secretas que el hombre no
puede decir.
6 l>e este tal me gloriaré 1 mas de mí
mismo nada me gloriaré, sino en mis
ílaiiuezas''.
6 Por lo cual si quisiere gioriazme, no
seré insensato ; porque diré verdad : em-
pero lo dejo, porque nndie piense de mí
mas de lo que en mí ve, ü oye de mí.
7 Y porque la gtandeía de las reve-
laciones no me levante descomedida-
mente, me es dado un agujón en mi
carne «, un ángel de Satanás/, que me
aboíbtée, para que no me enaltexca so-
bremanera.
8 Por lo cual tres veces he rogado al
Señor f que se quite de mí.
9 Y me ha dicho : Bástate mi gracia ;
porijue mi potencia en la flaqueza se
perfecciona. Por tanto de buena gana
me gloriaré mas bien en mis flaque-
zas*, porque habite en mí la potencia
de Cristo •'.
10 Por lo cual me gozo en las flaque-
zas, en afbmtas, en necesidades, en
persecuciones, en angustias por Cristo:
porque cuando soy naco, entonces soy
poderoso.
11 ^ Heme hecho un necio en ghri-
arme: vosotros me constrefiistris ; pues
yo haUa de ser alabado de vosotros:
porque en nada he sido menos aue los
sumos apóstoles*, aimque soy nada^.
19 Con todo esto las señales de apóstol
han sido hechas entre vosotros» en
toda paciencia, en señales, y en prodi-
gios, y en manvillas.
18 Porque ¿ qué hay en que habéis sido
menos que las otras islesias, sino en que
yo mismo no os he udo carga**? Per-
donadme esta injuria.
14 Hé aquí estoy aparejado pan ir á
vosotros la tercera vez», y no os seré
gnvoso; porque no busco vuestras co-
sas, sino á vosotros : porque no han de
atesorar los hijos para los padres, sino
los padres para los hijos.
15 Empero yo de muy buena gana des-
penderé y seré despendido por vuestras
almas; aunque amándoos mas, sea a-
mado menos.
16 Mas sea así, yo no os he agnvado ;
sino que, como soy astuto, os he tomado
por engaito.
17 i Acaso os he engañado por algunp
de los que he enviado á vosotros ?
18 Rogué á Tito, y envié con él al her-
mano j>. ¿ Os enruló ouizá Tito ? ¿ no
hemos procedido con el mismo espíritu,
y por las mismas pisadas ?
19 ^ ¿ Pensáis aun que nos excusamos
con vosotros ? Delante de Dios, en Oilsto
XT8
• Bo. 16. 7.
»HedL22.
17.
• iA.as.4S.
▲p. 2. 7.
rfier.9,10.
Gap. 11. 30.
•0».X14.
/Job 9. 7.
Lo. 18. 16.
'Da. 8. 28,
97.
Mata6.44.
Avsr.fi.
i Cap. 4. 7.
* Cap.ll.fi.
< 10o. 15.
9,1a
•100.9.2.
•Cap. 11. 9.
« Ga^ 18. 1.
F Oap. 8. 6,
18.
A.D.ff7.
GALATAS, L
1i
A. D. ST. I
9 Cufi. 18. 3,
10.
1C0.4.3L
•Cap.lZ14.
» De. 19.15.
Mst. 18.16.
«Cap. 13. 21.
rfCtp.1.38.
«Cw.12.12.
1 Co. 9. 2.
/Fl.2.7,8.
lPed.8.18.
A.D. 67.
o Hecli.9.15.
» Hech.l6A
• Eo. 1. 7.
d JtUkB 10.
17. 18.
•£f.X2.
/ Cu». S. i,
7,í^
«2C0.11.4.
& C»p. 5. 10,
13.
*'10o.lCa3.
íDb.4.3.
Pr.80.0.
Ap.83.18.
hablamos t mas todo, muy amados, por
Tnestra edificación.
SO Porque temo que cuando llegare,
no OÍ halle talea como quiero, y yo wa
hallado de Totocroi cual no queréis 9;
que haifa entre vosotros contiendas, cn>
Tidias, iras, disensiones, detracciones,
murmuraciones, elaciones, bandos ;
81 Que cuando Tolriere, me humille
Dios entre vosotros, y hava de llorar por
muchos de los que antes habrAn pecado,
y no se han arrepentido de la inmundi-
cia, y fornicación, y deshonestidad que
han cometido.
CAPITULO Xllt.
Amen<ua <I ApMel oon grave* eadi{fo$ 4 lo*
qv* no M A«M<r«n mmandado ; y eonduye
«on vma «aikerlaeion f/meroL
ESTA tercera vea voy á vosotros*.
En la booa de dos ó de tres testigos
consistirá todo negocio b.
a He dicho antes, y ahora digo otra
vez oomo presente ; 7 ahora ausente lo
escribo á los que antes pecaron', y á
todos los demás; que si voy otra vez,
no Mrdonaró':
3 Tues buscáis una prueba de Cristo
que habla en mi, ei cual no es flaco
para con vosotros. Antes es poderoso en
vosotros*.
4 Porque aunque tai crucificado por
flaqueza/, empero vive por potencia de
Dios. Pues también nosotros somos fla-
cos oon él, mas viviremos con él por la
potencia de Dios para con vosotros.
6 Examinaos á vosotros mismos si es-
tais en ti; probAos A vosotros mismos;.
ÍNo os conocéis A vosotros miamos, que
esu-Cristo est& en vosotros A? si ya no
sois reprobados '1
6 Mas espero que conoceréis que nos-
otros no somos reprobados.
7 Y oramos A Dios que ninguna cosa
mala hagáis ; no pata que nosotros sea-
mos hallados aprobados, mas para que
vosotros hagáis lo que es bueno, aunque
nosotros seamos como reprolwdos.
8 Porque ninguna cosa podemos con-
tra la verdad, sino por la verdad k.
9 Por lo cual nos gozamos que seamos
nosotros flacos, y que vosotros estéis
fuertes : y aun deseamos vuestra per-
fección.
10 Por tanto ot escribo esto ausente,
por no tratar presente con mtu dureza <,
conforme A la potestad que el Señor me
ha dado para edifioaclon, y no pan
destrucción ">.
11 ^ Resta, hermanos, que toogais
gozo, seáis perfectos, tengáis ccmsola-
cion, sintáis una misma cosa*, tengáis
paz ; y el Dios de paz y de caridad serA
con vosotros.
12 Saludaos los unos A los otros con dacu-
lo santo •. Todos los Santos os saludan.
13 La gracia del SeiVor Jesu-Crlsto, y
el amor de Dios, y la participación déL
Espíritu Santos sea con vosotros todos.
Amen»
La Segunda A los Corintios fné «nvi-
ada de Filipos de MactMlonia con
Tito y Lucas.
Qs.tl9.
• lCow1t.S.
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
Á LOS
GÁLATAS.
CAPITULO I.
Beprenda 4 lo» Gálalas for liaher daHo oído»
doetrina 91M lee había enieHado, y qn« n~
fibió H ú» JMU-Oritto. R^trt lo qtto ora
ñ dnto$, y «tt* \úo iumediatamonU dufmto
de m converMon.
PABLO apóstol, no de los hombres,
ni por hombre, mas por Jesu-
cristo*, y por Dios el Padre, que lo
resucitó de Tos muertos,
5 T todos los hermanos que estAn con-
migo, A las iglesias de Galaciab :
3 Gracia tea A vosotros, y paz de Dios
el Padre, y de nuestro Señor Jesu-
cristo*,
4 £1 cual se dio A si mtemo por nues-
tros pecados ¿ ñera libramos de este pre-
sente siglo malo*, conforme A la volun-
tad de Dios y Padiíre nuestro ;
6 AI cual es la gloria por siglos de
siglos. Amen.
0 ^ Estoy maravillado de que tan
f>ronto os hayáis traspasado del que os
lamo A la gracia de Cristo/, A otro
evansello :
7 No que hav otrof, sino que hay al-
gunos que os inquietan, y quieren per-
vertir el evangelio de Cristo *.
8 Mas aun si nosotros, ó un Ángel del
cielo os anxmdAre otro evangelio del
que os hemos anunciado, sea anate-
ma*.
9 Como Antes hemos dicho, también
ahora decimos otra vea: si alguno os
anunciAre otro evangelio del que habéis
recibido*, sea anatema.
10 Porque i persuado yo ahora A hom-
bres ó A Dios ? ¿ ó busco de agradar A
hombres I ? Cierto que si todavía agra-
dara A los hombres, no seria siervo de
Cristo*.
11 5 Bf** os hago saber, hermanos,
que d evangelio que os ha sido anunci-
ado por mi, no es según hombre.
13 Pues ni yo lo ledbi, ni lo aprendí
de hombre*, sino por revtiacion de
Jesu- Cristo*.
18 Porque ya habéis oido acerca de mi
conducta otro tiempo en el Judaismo:
Íue perseguía sobremanera la iglesia de
Uos, y la destruía^;
14 Y aprovechaba en el Judaismo so-
bre muchos de mis iguales en mi na-
ción, siendo muy mas celador jn» iodo*
de las tradiciones de mis padres 9« ^
15 Mas cuando plugo A Dios, que me
apartó desde el vientre de mi madre*-,
y fiM llamó por su gracia,
16 Revelar A su Hilo en mí*, para que
le predicase entre los Gentiles (, Incgo
no conferí con carne y sangre* •
17 Ni fui A Jerusaiem A los que eran
apóstoles Antes que yo; sino que me faf
A la Arabia, y volví de nuevo A Da-
masco.
18 Después, pasados tres alias*, fcí
A Jerusaiem' A ver A Pedro|, y estave
con él quince dias.
19 Mas A ningún otm de los apóstoles
vi, sino A Jaoobot «1 hermano del Se*
florjr.
SU Y en esto que os escribo, hé aquí d^
lante de Dios, no miento*.
tCB{klC.3.
IIOilIS.
■vsr.lO,».
>Bo.l3.1&
vis. i
TLIS.
lPed.S.8.
IOolIS-S.
lTa».i.aL
IBedJ.li.
rTLt.1.
A.i)ijr.
UTmti
»8sBRÍ.k
•lCe.U.
1.1
"Xf-S-S-
rH«A.&
i
r&r.r.i
U.
'li.«.l.
•íO».ll
(Bcckll^
•HmAJlB.
• soui-s^
A.D.57.
OALATAS, n, UL
A-HuST.
'lTea.2.U.
■Badia&a.
^FLll«.
'Bteh.15.
I.M.
«Cap. 5.1,
13.
Haáh. 10.
Bo.ll.18.
lTi.a.7.
II0.I5. IS,
8.
Bamtiago.
IC0.II.&
Bo.l.^
7.
lo.15.3S.
Otpiuu.
«r. 6.
n.5.30.
tf.3.3.12.
fech. IS.
9. &ao.
kp. S.11,
SI Deapue* ftü á lai partes de SiiU 7
de ClUclaa. *^ '
89 Y no en conocido de Tiita á las
iglesias de Judéa, que eran en Cristo i.
83 Solamente hablan oído acerca de
mi : Aquel que en otro tiempo nos per-
seguía» ahora anuncia la fé que en otro
tiempo destruía.
84 Y glorificaban & Dios en mí.
CAPITULO II.
Ban Pablo predica contra loe/atton apMóUt
y lo» JuaaieantM. RetitUneia que en An^
tio^ufa hito d Pedro por tu reprentivo
dittmulo para eon loe talet, reeonúndo
eon tal motivo que nadie eefuMfieado tino
por laft en Jeeu^rieto, y uo por tai obrae
da la ley,
DESPUÉS, pasados catorce afios, tvi
otra vex ¿ Jerusalem « juntamente
con Bernabé, tomando también conmijco
á Tito. ^
5 Empero fui por reTelacion, 7 oomu-
niquéles el erangelio que predico entre
los Gentiles; mas particularmente ¿ loa
que parecían ser algo, por no correr en
▼ano, 6 haber corrido h.
8 Mas ni aun Tito, que estaba con-
migo, siendo Griego, flié compeUdo á
circuncidarse.
4 Y eso por causa de los falsos her-
manos*, que se entraban secretamente
para espiar nuestra libertad que tene-
mos en Cristo Jesusa, para ponemos
en servidumbre*;
6 A los cuales ni aun por una hora
cedimos sujetándonos, pata que la ver-
dad del evangelio permaneciese con vos-
otros.
6 Empero de aquellos que parecían ser
algo, (cuales hayan sido iügun tiempo,
no tengo que ver ; Dios uo acepta apa-
riencia de nombre/ i) á mi ciertamente
los que parecían ser algo, nada me di-
eron.
7 Antes por el contrario, como vieron
que el evangelio de la incircuncision me
era encargado 0, como á Pedro el de la
circuncisión,
8 (Porque el que hizo por Pedro para
el aiKMtolado de la circuncisión, nizo
también por mi para con los tíentilesA,)
9 Y Como vieron la gracia que me era
dada, Jacobo|, y Ce^ihas, y Juan, que
parecían ser las columnas •', nos dieron
las diestras de compaiUa ¿ mí 7 á Ber-
nabé A, para que nosotros predicatemot á
los Gentiles, j el ios á la circuncisión.
10 Solamente noa pidieron que nos a-
eordasemos de los pobres ; lo mismo que
fui también solicito en hacer t.
11 ^ Empero viniendo Pedro | á An-
tioquía, le resistí en la cara, porque era
de condenar.
18 Porque antes que viniesen unos de
parle de Jacobo f, córala con los Gen-
tiles»; mas después que vinieron, se
retraía y apartaba teniendo miedo de los
que eran de la circuncisión.
13 Y á su disimulación consentían tam-
bién los otros Judtos ; de tal manera que
aun Bernabé fué también ' llevado de
elloe en su simulación.
14 Mas cuando vi que no andaban de-
rechamente conforme á la verdad del
evangelio», d^e á Pedro delante de to-
dos o : Si tü, siendo Judío, vives como
loa Gentiles v no como Judío, ¿ por qué
constriñes á los Gentiles á judaizar ?
15 nosotros Judíos naturales, y no pe-
cadores de los Gentiles^,
18 Sabiendo que el hombre no es justi-
ficado por las obras de la ley 9, sino por
la fó de Jesu-Cristor, nosotros también
hemos creído en Jesu-Crlsto, para que
fuésemos Justificados por la fé d« Cristo,
y no por las obras de la ley : por cuanto
por las obras de la ley ninguna oame
será Justificada '.
17 Y si buscando nosotros ser justifica-
dos en Cristo, también nosotros somos
hallados pecadores, ¿ea por eso Cristo
ministro de nuestro pecado ? En ningu-
na manera.
18 Porque si las oosas que destruí',
las mismas vuelvo á edificar, tranagre-
sor me hago.
19 Porque yo por la ley soy muerto á
la ley «, para vivir á Dios *.
80 Con Cristo estoy Juntamente cru-
cificado', y vivo; no ya yo, mas vive
Cristo en mí: y lo que ahora vivo en
la carne, lo vivo en la fiS del H^o de
Dios, el cual me amó, y se entr^é á
si mismo por mí y.
81 No desecho la naeia de Dios. Por-
que si por la ley fuese la Justicia, en-
tonces por demás c murió CTristo.
CAPITULO IIL
Reeonmeite é loe Gátata» por m deedtiedie»-
eiaüla verdad, y pruSbale* eon el tíemplo
de Abraham que la verdadera Jutttria ee
por la fi, y «o por la Leg, rayo ofUio y
fin lee etplioa,
i f\B. Calatas insensatos o! ¿quién os
yj fascinó, para no obedecer á la ver-
dad, ante cuyos ojos Jesu • Cristo fVié
ya descrito como crucificado entre vos-
otros h f
8 Esto solo quiero saber de vosotros :
i Recibisteis el Espíritu « por las obras
de la ley, ó por el oír de ia fé ?
8 ¿ Tan necios sois ? ¿ Habiendo co-
menzado por el Espíritu, ahora os per-
feccionáis por la carne d ?
4 ¿ Tantas cosas habéis padecido en
vano « ? si empero en vano.
6 Aquel, pues, que os daba el Espíri-
tu, y obraba maravillas entre vosotros,
ihcxialo por las obras de la ley, ó por el
oir de la fe ?
6 Como Abraham creyó á Dios, y le
fué imputado á justicia/,
7 Sabéis por tanto que loe que son de
fé, los tales son hijos de Abraham^.
8 Y viendo antes la eaoritaraA, que
Dios por la fé habla de justificar los
Gentiles, evangelizó antes á Abraham,
diciendo: En tí serán benditas todas las
naciones i.
9 Luego los de la fS son lo» bendito*
con el creyente Abraham A.
10 Porque todos los que son de las
obras de la ley, están biyo de maldición.
Porque escrito está: Maldito todo aquel
que no permaneciere en todas las cosas
que están escritas en el libro de la ley
para hacerlas'.
11 Mas por cuanto por la ley ninguno
se justifica para con Dios, queda maní»
fiesto : Que el justo por la fé vivirá m.
18 La ley también no es de la fé«:
sino. El hombre que los hiciere, vivirá
en ellos".
13 Cristo nos redimió de la maldición
de la ley, hecho por nosotros maldi-
ción j»; (porque está escrito: Maldito
cualquiera que es colgado en madero 9:)
14 Para que la bendición de Abraham
fuese sobre los Gentiles en Cristo Je-
sús r; para que por la fj recibamos la
promesa del Espíritu'.
15 ^ Hermanos, hablo como hombre:
Aunque un pacto eea de hombre, con
todo eiendo confirmado, nadie to can-
cela, ó le añade.
16 A Abraham fueron hechas las pro-
mesas, y á su simiente'. No dice: Y
á las simientes, como de muchos, sino
* Bal. 148. &
Beb. 7. 18,
19.
(Cap. 4.9.
«Bo.T.4,6.
* Bo. & 11,
14.
a Co. 8.15.
"Cap.6.S4.
Bo. 6.8.
■*JuaB 10.11.
'Heb.7.11.
•Cap. 6.7.
UCo.1
2.4.
• Bf. 1. 18.
' Cap. 4. 9.
«a Joan 8.
/G«B.15.6.
B0.I8.
' Bo. 4. II,
16.
A ver. as.
Bo. 9. 17.
fOeD.l&8.
Hech.8.a5.
k Cap. 4. 38.
II>e.a7. 26.
"Hsb.a.4.
Heb.10.88.
oBo.10.5.6.
•L«.l&5.
Bs. 90. U.
l>Cap. 4. 5.
2 Co. 5. ai.
9 De. 21. 23.
•- Bo. 4. 9,
16.
'Is.44. 8.
JmI a. 28,
(Osa. 13.
8,7.
A.D.isr.
OALATAS, IV, V.
A.D.SÍ.
» Bx. 12.40,
41.
• Bo. 4. 14.
«So. 5.».
9 ver. 16.
'HMh.7.68.
o Xz. 20. 19,
22.
i Sz. 8. IS. ,
eBo.S.9.19.
tf Bo. 4. U,
12.
• Bo. 10. 4.
/ Joan 1. 12.
IJiianS.
1,2.
0 Bo. C 3.
A 10o. 12. 18.
C0L8.U.
í Ter. 7.
t Bo. 8. 17.
•COI. 2. 8.
ao.
iQr.DOutfo
delaLef.
i Bo. 8. lA.
< Bo. 8. 10,
17.
<<10o.l2.2.
como de uno. T á tu simiente, la cual
et Cristo.
17 Esto pues digo: Que el contrato
confírraado de Dios para con Cristo, la
ley que fuá hecha cuatrocientos 7 tre-
inta años después «, no lo abroga, para
InTalidar la promesa.
18 Porque si la herencia es por la ley,
ya no $erá por la promesa': empero
Dios por la promesa hizo la donación 4
Abraham.
19 ¿ Pues de qué tirve la ley ? Fué
tuesta por causa de las rebeliones',
asta que viniese la simiente á quien
fué hecha la promesa", ordenada aquella
SíT los ángeles < en la mano de un me-
adora.
20 Y el mediador no es de uno, pero
Dios es unob.
21 Luego ¿ la ley e» contra las prome-
sas de Dios ? En ninguna manera :
Í>orque si la ley dada pudiera -vivificar,
a justicia fuera Terdaderamente por la
ley.
82 Mas encerró la Escritura todo de-
bajo de pecado c, para que la promesa
fuese dada á los creyentes por la fé de
Jesu-CrÍ8to¿.
83 Empero antes que viniese la fé es-
tábamos guardados debj^o de la ley,
encerrados para aquella fé que había
de ser descubierta.
24 De manera que la ley nuestro ayo
flié para llevartw á Cristo', para que
fuésemos justificados por la (é.
85 Mas Tenida la le, ya no estamos
debajo del ayo.
26 Porque todos sois hijos de Dios por
la fe en Cristo Jesús/.
87 Porque todos los que habéis sido
bautizados en Cristo, de Cristo estáis
vestidos;.
88 No hay Judío, ni Griego; no hay
siervo, ni libre; no hay varón, ni hem-
bra A : porque todos vosotros sois uno
en CrUto Jesús.
29 Y si vosotros toU de Cristo, cierta-
mente la simiente de Abraham sois',
y conforme á la promesa los herederos *.
CAPITULO IV.
Ovmfara la I«y antigna «on «n iator, |r €
lo* JvdHoB eon «n pupüo i diee que Ortslo
jnuo ya A los hombre* en libertad. Deepue»
de varia» etpretione» de eentimiento «mo-
roso, prueba por la Escritura múmn, eit-
emdo nabla de Itaae t UnuM, que la ley
escrita «o puede hacer liga con la ley dé
graeia.
TAMBIÉN digo : Entretanto que el
heredero es niño, en nada difiere del
siervo, aunque es seiíor de todo ;
2 Mas esta debajo de tutores y cura-
dores hasta el tiempo señalado por el
padre.
3 Así también nosotros, cuando era-
mos niños, eramos siervos bt^o ^o* ni-
dimentos del mundo o.
4 Mas venido el cumplimiento del
tiempo. Dios envió su Hijo, hecho de
mujer, hecho subdito f & la ley,
5 Para que redimiese los que estaban
debido de la ley, & fin que recibiésemos
la adopción de hijos.
6 Y por cuanto sois hijos. Dios envió
el Espíritu de su H^o eñ vuestros cora-
zones, el cual clama : Abba, Padre b.
7 Así que ya no eres mas siervo, sino
hijo; y si hijo, también heredero de
IHos por Cristo «.
8 ^ Antes, en otro tiempo, no cono-
ciendo ¿ Dios, servíais á ios que por
naturaleza no son dioses «^ :
9 Mas ahora habiendo conocido á Dios,
ó mas bien, siendo conocidos de Dios,
¿cómo os volvéis de nuevo ¿ los flacos
y pobres rudimentos «, en loa cuales qne-
rels volver á servir ?
10 Guardáis los dias, y los meses, j los
tiempos, y los años/.
11 Temo de vosotros, qne no haya tea-
binado en vano en vosotros.
18 Hermanos, os ruego, sed como yo,
porque yo soy como vosotros': ningún
agravio me hal>eis hecho.
13 Que vosotros sabéis qve por flaque-
za de carne os anuncié el evangelio al
principio.
14 Y no desechasteis ni menospreci-
asteis mi tentación qne estaba en mi
carne A; antes me recibisteis como ¿ un
Ángel de Dios*, como á Cristo Jesús*.
15 ¿ Dónde está, pues, vuestra biena-
venturanza ? porque yo os doy testimo-
nio, que si se pudiera hacer, os hubierais
sacado vuestros ojos para dármelos.
16 i Heme pues hecho vuestro enemi-
go, diciendoos la verdad ?
17 Tienen celos de vosotros, pero no
bien': antes, os quieren echar fuera
para que vosotros los celéis á ellos.
18 Bueno ea ser celosos, mas en bien
siempre; y no solamente cuando estoy
presente con vosotros.
19 Hijitos mios, que vuelvo otra vez á
estar de parto de vosotros, hasta que
Cristo sea formado en vosotros»,
20 Querría cierto estar ahora eon vos-
otros, y mudar mi voz; porque estoy
perplejo en cuanto á vosotros.
21 ^ Decidme, los que queréis estar
debajo de la ley, ¿no habéis oido la
ley?
22 Porque escrito está que Abraham
tuvo dos hijos; uno de la sierra*, el
otro de la Ubre «.
88 Mas el de la sierva nació según la
carne/'; pero el de la libre nació fox la
promesa.
24 Las cuales cosas son dichas por ale-
goría : porque estas mt{jere» son los dos
pactos; el uno ciertamente del monte
nina, el cual engendró para servidum-
bre, que es Agar.
85 Porque Agar ó Sina es un monte de
Arabia, el cual es coi\junto á la que
ahora es Jerusalem, la cual sirve con
sus hijos.
86 Mas la Jerusalem de arriba libre
es<; la cual es la madre de todos nos-
otros.
27 Porque está escrito: Alégrate, es-
tf^ril que no pares ; prorumpe en alaban-
tas y clama, la que no estás de parto;
porque mas son los hijos de la d^ada,
que de la que tiene marido f.
28 Así que, hermanos, nosotros, como
Isaac, somos h^os de la promesa *.
29 Empero como entonces el qae era
engendrado según la carne, persc-guia
al que había nacido s^un el Espíritu (,
así también ahora*.
80 Mas ¿ qué dice la Escritura ? Echa
fuera á la sierva v á su hijo ; parque no
será heredero el h^o de la sierva con el
hijo de la libre*.
31 De manera, hermanos, que no so-
mos hyos de la sierva, mas díe la Ubre.
CAPITULO V.
EAMales d permanecer fimus en la Ubertúé
evatigtiiea, y representa eomo vacio» d»
Cristo, y eaidos de la graeia, A los ams
taA;<m ser JueUfieados por la Left V «•»-
pues ds reeomendarles la de la
enumera las obro* da la easne, f
euaíea son los/ruto» del Xspíriku
ESTAD, pues, firmes en la libertad
con que, Cristo nos hizo libres*, y
no volváis otra vez á ser presos en d
yugo de servidumbre.
•isr.3.
HtkT.IS.
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1.2.
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22.
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«Get.n.i
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10.13.
A.D.57.
OALATAS, VL
A.D. ffr.
• Bo.9.81,
«B0.8.2S.
1CÍ.7.W.
18,22.
2P*d.L
5,7.
/lCo.9.34.
'C«p. 3.L
A Cap. 1.6.
• lCo.5.6.
»C«p.«.12.
II Co. 1.28.
■lPed.2.
16.
■lCo.9.19.
•Iie.U.18.
«Ut 7. 12.
7^3». 40.
Bo. IS. 8.
Banf'. S. 8.
>* Ro. 6. 13.
7 8.4. 1&
lPBd.2.11.
»Bo.7.a5,
'•Bo.g.e,7.
'lo. 8. 11
78- 2. 14.
iM«t.l6.19.
Col. 3. £,6.
• 1 Co. & 9,
10.
• Bo. «. 21,
22.
Sí. &9.
■1TH.9.
5 Hé aqttí, yo Pablo o« digo : Que si
os circuncidareis. Cristo no os aprove-
chará nada.
8 T otra Tez vuelre á protestar á todo
hombre aue se citeuncidáre, que estA
oblieado í hacer toda la ley.
4 Vacio* sois de Cristo los que por la
ley os justificáis b; de la gracia nabeis
caldo.
6 Parque nosotros por el Espíritu es-
peramos la esperanza de 1» Justicia por
la fé«.
8 Porque en Cristo Jesús ni la cir-
cuncisión Tale algo, ni la incircunci-
sion d * sino la fé que obra por la cari-
dad*.
7 Vosotros corríais bien/: ¿quién os
embarazó^ para no obedecer á la ver-
dad?
8 Esta persuasión no es de aquel que
os llama*.
9 Un poco de levadura leuda toda la
masa'.
10 Yo confio de vosotros en el Sefior,
<]ue ninguna otra cosa sentiréis ; mas el
que os inquieta, llevará el juicio, quien
quiera que él sea.
11 Y yo, hermanos, si aun predico la
oircuncision, ¿por qué padezco perse-
cución todavía*? pues que quitado es
el escándalo de la cruz<.
18 Ojalá fuesen también cortados los
que os inquietan.
13 ^ Porque vosotros, herhlMos, á
libertad habéis sido llamados : solamen-
te que no uteU la libertad como ocasión
A la carne ">; sino servios por amor ios
unos A los otros".
14 Porque toda la ley en aquesta sola
palabiB se cumple: Amarás átu pró-
jimo como á tí mismo o.
15 Y si os mordéis y os coméis los unos
A los otros, mirad que también no os
consumáis los unos á los otros.
19 ^ Digo, núes ; Andad en el Espíri-
tu, y no satistagais la concupiscencia de
la came^.
17 Porque la carne codicia contra el
Espíritu, y el Espíritu contra la carne « :
y estas cosas se oponen la una á la otra •*,
para que no hagáis todo lo que quisie-
reis.
18 Mas si sois guiados del Espíritu, no
estáis debajo de la Ley«.
19 Y manifiestas son las obras de la
carne t, que son : adulterio, fornicación,
inmundicia, lujuria,
80 Idolatría, hechicerías, enemistades,
pleitos, zelos, iras, contiendas, disen-
siones, herejías,
81 Envidias, homicidios, borracheras,
banquetees, y cosas sem^antes á es-
tas: de las cuales os denuncio, como
ya ot he anunciado, que los que hacen
tales cosas, no herederán el reino de
Dios».
88 Mas el finito del Espíritu es « : Ca-
ridad, gozo, paz, tolerancia, benigni-
dad, bondad, fe,
88 Mansedumbre, templanza. Contra
tales cosas no hay ley*.
24 Porque los que son de Cristo, han
crucificado la carne ' con sus aftctos y
concupiscencias.
8A Si vivimos en el Espíritu, andemos
también en el Espíritu «.
86 No seamos codiciosos de vana glo-
ria a, irritando los unos á los otros, en-
vidiándose los unos á los otros.
CAPITULO VI.
Como M debmt ayiuiar uno$ á otroi tn «I fjtr-
oieio d» la$ virtudes eriitianae. Para coger
«f neeeeario eembrar. XI eritHemo tota-
mente ka de gloriarte en la enu de Jeeu-
Orieto.
HERMANOS, si alguno fuere toma-
do en alguna fklta, vosotros que eoi»
espirituales, reKtaurad al tal con el es-
Síritu de mansedumbre « ; considerl^-
ote á tí mismo, porque ttf no seas
también tentado.
8 Sobrellevad los imos las cargas de los
otros b ; y cumplid así la ley de Cristo «.
8 Porque el que estima de sí que es
algo, no siendo nada, á sí mismo se
engafla.
4 Así que cada uno examine su obra,
y entonces tendrá gloria solo respecto
de si mismo y no en otro d.
5 Porque cada cual llevará su daiga*.
6 ^ Y el que es enseüado en la palabra,
comunique en todos los bienes al que
lo instruye/.
7 No os engafieis: Dios no ptiede ser
burlado : que todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará.
8 Porque el que siembra para su carne,
de la carne segará corrupción* ; mas el
Sue siembra para el Espíritu, del Espí-
ttu segará vida eterna*.
9 No nos cansemos, pues, de hacer
bien i; que á su tiempo segaremos, si
no hubiéremos desmayado*.
10 Así que entretanto que tenemos
tiempo, hagamos bien á todos I, y ma-
yormente á los domésticos de la Té «>.
11 ^ Mirad en cuan grandes letras*
os he escrito de mi mano.
18 Todos los que quieren agradar en
la carne, estos os constriñen á que os
circuncidéis, solamente por no padecer
persecución por la cruz de Cristo.
18 Porque ni aun los mismos que se
circuncidan guardan la ley; sino que
quieren que vosotros seáis circuncida-
dos, para gloriarse en vuestra carne.
14 Mas léjos esté de mí gloriarme,
sino en la cruz de nuestro Señor Jesu-
cristo*, por el cual el mundo me es
crucificado á mí, y yo al mundo^.
15 Porque en Cristo Jesús, ni la cir-
cuncisión vale nada 9, ni la indrcun-
cision, sino la nueva criatura r.
16 Y todos los que anduvieren con-
forme á esta regla, paz sobre ellos, y
misericordia, y sobre el Israel de Dios*.
17 De aquí adelante nadie me sea mo-
lesto: porque yo traigo en mi cuerpo
las marcas del Señor Jesús'.
18 Hermanos, la gracia de nuestro
Señor Jesu-Oristo tea con vuestro espí-
ritu ». Amen.
Enviada de Boma A los Calatas.
y Cap. 3. 90.
Bo.6.6.
'Csn.8.16.
£0.8.4,0.
•11. a. 8.
■Sanf.S.
19,80.
» Eo. 15. 1.
•/«•áú.8i.
715. la.
1 Jnaai.
21.
La. 18.11.
* Bo. 14. 18.
a Co. 5. 10.
/100.9.U,
14.
'Job 4. 8.
Pr.88.8.
Os. 8. 7.
7l0.12i
DPr.lLlS.
Sant». S. 8.
• 100.1&5&
2Te8.S.U.
íEo.U.1,6.
{ Bo. 9. 10.
■» Bf . a. 19.
n Cap. ^ 14.
o FI. 8. 8,
7,8.
i> Cap. xao.
7 6.24.
«Cap. 5. 8.
••2C0.6.17.
'Cap. 8. 99.
Bo. 2.29.
tOaLl.94.
«9 Ti. 4.99.
FUe.afi.
LA EPlETOLá. SEL APÓSTOL B
Idvkon dd mDDaD*. put que (utfG-
Crino, akjad» di H nv^Ua ie
LD.e2.
EFESIOS, ni, lY.
iuD.4B.
Ba.8.4.
Jiña 10.
16.
lCo.ia.18.
Ga.8.28.
!CaLS.li.
•OdLI.90,
'Heeh.2.
a».
■Oftp.8.12.
Jtua 14. 6.
Bebí 10. 19,
'Heb.ia.
21. a.
•Up.8.15.
Ga. 8. 10.
■lCo.8.9,
10.
1 Ped. a.
i6.
»llktl6.18.
Ap. 21. 14.
«M. 118. as.
18.28.10.
<lCo. 8.17.
•CoLl.26.
* (k. 1. la.
*Bo.l«.2S.
CoLLaS.
<C*p. 1. 9,
10.
•H»tU.17.
1 Ped. 1.
10,13.
rG*.8.29,
80.
rcap. %Uj
1&
kG». 8.14.
[lCo.U.9.
lCol.L37.
' ver. 4, &
•Bo.n.S8.
1U0.X7.
Il0>p.l. 21.
y extm\}erot á kw pactos d« la pro-
meta f , lin capcrania y •íb Dios en el
mundo:
13 Mas ahora en Cristo Jesús, vosotros
que en otro tiempo estabais iéjos, habéis
sido hechos ceroaaos por la sangre de
Cristo r.
14 Porque ¿1 es nuestra pas, que de
ambos hno uno<, derribando la pared
intermedia de separación ;
15 Dirimiendo en su carne las enemis-
tades, la ley de los mandamientos en
orden á ritos', para edificar en si mismo
los dos en un nuevo hombre, haciendo
la paz,
10 T reconciliar por au croa con Dios á
ambos «n un mismo cuerpo», matando
en ella las enemistades.
17 Y vino, y anuneiiV la pac á vosotros
que astebals l^os, y á los que ettaban
cerca*:
18 Que por ¿I los unos y los otros tene-
mos entnda por un mismo Esniritu al
Padre'.
19 Asi q:ue ya no sois eztnu^eros ni
advenedizos, sino Juntamente dudada-
nos con los santos", y domésticos de
Dios';
80 Edifieadoa* sobre el fíindamento6
de los apóstoles y profetas, siendo la
principal piedra del Ángulo Jesu-Oristo
mismo»;
81 Rn el cual, compaginado todo el
edificio, va creciendo para s«r un tem-
plo santo en el Seftor^ :
88 En el cual vosotros también sois
Juntamente edificados, para morada de
Dios en Espíritu.
CAPITULO III.
Misterio admirable <!• ¡a voeaeüm áe toe Qea-
tÜe» rendado daramenU tf loe a]ióttoU»t y
en eepeeial d Ban Patío, dettinailo de Jiioe
parUeularmettt» para ¡dedicarte» el Jí»a«>
ffetío.
POR esta causa yo Pablo, prisionero
de Cristo Jesús, por vosotras los
Gentiles;
8 (81 es que habéis oido la dispensa-
ción de la gracia de Dios que me ba sido
dada para con vosotros*:
8 A aaber, que por revelación h me fué
declarado el misterio «, como antes he
escrito en breve';
4 Leyendo lo cual podéis entender cual
sea rol inteligencia en el misterio de
■Cristo :
6 El cual mUterio en los otros siglos
no se dio á conoywr á los hijos de los
hombres* como ahora es revelado A sus
santos apóstoles y profetas en Espíritu ;
6 Que los GenUies sean Juntamente
herederos/, é incorporados^, y consor-
tes de su promesa en Cristo por el
Evangelio A:
7 Del cual yo soy hecho ministro por
el don de la grada de Dios que me ha
sido dado según la operación de su po-
tencia.
8 A mí, que soy menos que el mas
pequeflo de todos los santos', es dada
esta gracia de anunciar entre los Gen-
tiles el evangelio de las inescrutables
riquezas de Cristo *,
8 Y de aclarar á todos cual sea la dis-
Gnsaclon del misterio I escondido desde
i siglos en Dios, que crió todas las
cosas por Jetu-CrMo.
10 Fara que la multiforme sabiduría
de Diosm sea ahora notificada por la
Iglesia & Um principados y potestades en
los cielos»,
11 Conforme á la determinación eter-
na, que hizo en Cristo Jesús nuestro
Señor :
18 En el cual tenemos seguridad y en-
trada con confianza por la IS de él ••
18 Por tanto pido que no desmayéis á
causa de mis tribulaciones por vosotros,
las cuales son vuestra gloria >*.)
14 Por esta causa doblo mis rodillas al
Padre de nuestro Sefior Jesu-Gristo,
16 Del cual es nombrada toda la pa-
rentela en los cielos y en la tlem,
18 Que os dé, conforme á las riquezas
de su gloria f, el ser corroborados con
Stencia en el hombre interior r por su
píritu ' ;
17 Que habite Cristo por la fiS en vues-
tros corazones; pan que, arraigados y
fundados en amor,
18 Podáis bien comprender con todos
los santos cual sea la anchura, y la Ion-
gura, y la profundidad, y la altura ;
19 Y conocer el amor de Cristo, que
excede ¿ todo conocimiento, para que
seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
80 Y & aquel ' que es poderoso para
hacer todas las cosas mucho mas abun-
dantemente de lo que pedimos ó enten-
demos, por la potenna que obra en
nosotros,
81 A él MO gloria en la iglesia por
Cristo Jesús, por todas edades, del
siglo de los siglos. Amen.
CAPITULO IV.
E:^urtaeiom á u»a vida digna de la voeaeion
de Oriilianoe ; lo* euaUe, aepirando á nuin-
tener aquella unidad (¡ue vieue dtl Espíritu,
deben procurar vivir en mutua pat y con-
cordia, y no dejarte üevar, euál ninoe in-
conilanlee, de todo viento tie doctrina 6
errónea» enadUmuu de aUuto» hombree,
•Mo M0u<r atempre la verdad evangtíiea
en amor, en jnatxcia, y en eavlidad verda-
dera.
YO, pues, preso en el Sefior, os ruego
que anaek como es digne de la
vocación con que sois llamados*;
8 Con toda humildad y mansedumbre,
con paciencia soportando los unos á los
otros en amor^;
8 Solícitos & guardar la unidad del Es-
píritu en el vínculo de la paz.
4 Un cuerpo', y un Espíritu <<; como
sois también llamados ¿ una misma es-
peranza de vuestra vocación :
6 Un Beikir, una fó, un bautismo,
5 Un Dios y Padre de todos «, el cual
e« sobre todas las cosas, y por todas las
cosas, y en todos vosotros.
7 Empero & cada uno de vosotros es
dada la gracia conforme á la medida del
don de Cristo/.
8 Por lo cual dice : Subiendo á lo alto,
llevó cautiva la cautividad, y dio dones
á los hombres C
9 T que subió, ¿ qué es, sino que tam-
bién habla descendido primero á las
partes mas bajas de la tierra* ?
10 El que descendió, él mismo es el
que también subió sobre todos los cielos,
pura cumplir todas las cosas •'.
11 Y él mismo dio unos *, ciertamente
apóstoles; y otros, profetas; y otros,
evangelistas; y otros, pastores y doc-
tores,
18 Para perfección de los santos, para
la obra del ministerio, para edificación
del cuerpo de Cristo ;
13 Hasta que todos lleguemos & la
unidad de la fé, y del conocimiento del
Hijjo de Dios, á'un varón perfecto', á
la medida de la edad de la plenitud de
Cristo.
14 Que ya no seamos nifios fluctuan-
tes», y llevados por do quiera de todo
viento de doctrina", por estratagema de
hombres que, para engafiar, emplean
con astucia los artificios del error :
« Cap. a. 18.
Bsb.^16.
raoi>.LC.
«FL4.19.
•- Bo. 7. 22.
'CoLLll.
tBo.16.a5.
Jnda i\.
• CbL L 10.
1 Tes. 3. 18.
»CoLS.18.
■Bo.I2.15.
ICo. 12.12,
IS.
•<lCo.ia.4.
*lCo.8.«.
/Bo.13.6.
lCo.ia.ll.
0 Bal. 88. 18.
iJnaBS.lS.
i Gol. 1. 19.
ilCo.ia.28.
<lCo.l8.10.
"100.14. ao.
"Beb.lS.9.
A.D.ea.
EFESIOS, V, VL
A. 0.a
•CftpkLtt.
r lo. 1. 2L
9 Bo. 1. 8i,
2&
'Bo-ebe.
'C«p.X10.
(Zao.8. 18.
• Bo. 12. fi.
* Sal. 4. 4
'H6«h.90.
86.
y Col. 4. 6.
'Ia.6S.ia
> Cap. 1. 18.
» La. ffl. 88.
Bo.8.a8.
«TL8.a.
•'HwJJ.SS.
oMat. 5.45.
6 JnaalS.
84.
< Le. L 9.
<(Ter. 13.
' 1 Oo. 6. 19.
/Col.8.6.
' Cap. í a.
16 Ante* ■iguiendo U verdad en amor,
creieamoa en todaa cocas en aquel q«e
et la oabeca, á tabtr. Cristo • ;
16 Del caal, todo el cuerpo comimesto
j bien ligado entre sí por todas laa jan-
turas de su alimento, fue recibe segnn
la openclon, cada nüembxo conforme
& su medida toma aumento de otterpo
edificándose en amor.
17 ^ Etto pues digo y requiero en el
Sefior, que no andéis mas como los
otros GentUeSf que andan en la vanidad
de su sentido^,
18 Teniendo el entendimiento ente-
nebrecido, ajenos de vida de Dios por
la ignorancia que en ellos hay, por la
dureza de su corazón :
19 Los cuales después que perdieron el
sentido de la conciencia, se entregaron i
la desvergüenza para cometer oon avi-
dez toda suerte de impureza '.
90 Mas vosotros no habéis aprendido
asi á Cristo :
91 Si empero lo habéis oido, y habéis
sido por él ensebados, como la verdad
está en Jesus^
99 A que dqeis, cuanto á la pasada ma>
ñera de vivir, el viejo hombre r que está
viciado conforme á los deseos de emr ;
93 T á renovaros en el espiíitu de
vuestra mente,
94 Y vestir el nuevo hombre que es
criado conforme á Dios en Justicia y en
santidad de verdad «.
25 ^ Por lo cual, dqada la mentira,
hablad verdad cada uno con su pró-
jimo * ; porque somos miembros los unos
de los otros «.
96 Airaos, y no pequéis «i no se ponga
el sol sobre vuestro enojo ;
27 Ni deis lu^ar al diablo.
98 El que hurtaba, no hurte mas;
antes trabaje, obrando con sus memos
lo que es bueno ', para que tenga de que
dw al «^ue padeciere necesidad.
99 Nmgmia palabra torpe salga de
vuestra boca; sino la que sea buena
para edificación ', para que dé gracia á
los oventes.
80 Y no contristéis al Espíritu Santo
de Dloa*, oon el cual estáis seliados*
para el día de la redención i.
31 Toda amargura, y enojo, é ira, y
voces, y maledicencia sea quitada de
vosotros, y toda malicia e:
89 Antes sed los unos con los otros
benignos, miserioordicoos, perdonándo-
os los unos á los otros, como también
Dios ca perdonó en Cristo «<.
CAPITULO V.
ProHftilendo la «xkortaeton A tma vtíla pia-
ilota, habla «I ApiMol dé loi rtetproeot
dtbtrt» dt U>* etuadot, y de como <<e6en
anuir$e tauluamenle, uH como Orúto ama
$u igíeHa.
SED, pues, imitadores de Dios, como
hijos amados":
2 T andad en amorb, como también
Cristo nos amó, y se entregó á sí mismo
B>r nosotros como of^renda y sacrificio á
ios en olor suave «.
8 Pero fornicación y toda inmundicia,
ó avaricia, ni aun se nombre entre vos-
otros^, como conviene á santos:
4 Ni palabras torpes, ni necedades, ni
truhanerías, que no convienen; sino
antes Uen acciones de gracias.
5 Porque sabéis esto, que ningún for-
nicario*, ó inmundo ó avaro, que tom-
bien es ser^dor de ídolos/, tiene heren-
cia en el reino de Cristo, y de Dios.
6 Nadie os engaite con palabras vanas ;
arque por estas cosa» viene la ira de
ios sobre los h^os de desobediencia 9.
7 No seáis pues aparceros con ellos.
K
8 Porque en otro tiempo érala tfiíiSe-
blas ; mas ahora «d<c las en «i Sefior:
andad como hijos de luz A,
9 (Porque el noto • del Bspfritn ee en
toda bondad, y Justicia, y verdad ;)
10 Aprobando lo que es agradable al
Señor*.
11 Y no oomuniqueb con las obras In-
fructuosas de las tinieblas'; sino Antas
bien redargUidlas.
19 Porque torpe cosa es aun hablar de
lo que ellos hacen en oculto.
13 Maa todas las cosas cuando de la
luz son redargüidas, son manifesta-
das <■; porque lo que manifiesta todo,
la luz es.
14 Por lo cual dice« : Despiértate td
que duermes, y levántate de loe muer-
tos, y te alumbrará Cristo.
15 Mirad, pues, como ándela avisa-
damente*; no como necios, mas eomo
sabios,
16 Redimiendo el tiempo, poique loa
dias son malos^.
17 Por tanto no aeols impradentes,
sino entendidos de cual sea la voluntad
del Señor.
18 Y no ca embriaguéis de vine, en
lo euai hay disolución t ; mas sed llenos
del Esf^tn :
19 Hablando entre vosotros oon salmoa,
y con himnos, y oimciones espirituales **,
cantando y alabando al Sefior en vues-
tros corazones* :
20 Dando gracias siemin« de todo al
Dios y Padre t en el nombre de nuestro
SeiWnr Jesn-Cristo » ;
91 Sujetados los unos á los otros en el
temor de Dios *.
99 ^ Las casadas estén sujetas á sus
propios maridoa, como al Sefior'.
93 Porque el marido es cabeza de la
mujer', así como Cristo es cabeza de
la Iglesia; y él es el que dá la salud al
cuerpo.
84 Así que eomo la iglesia e«tá sujeta
á Cristo, así también las casadas io ule»
á sus maridos en todo.
95 ^ Maridos, amad vuestras mia-
res *, así como Cristo amó la iglesia, y
se entrego á sí mismo por ella,
96 Para santificarla limpiándola en el
lavacro del agua' por la pialabra^
27 Para presentársela gloriosa pora si,
una li^esia que no tuviese mancha ni
arruga, ni cosa semejante*; sino que
fuese santa y sin mancha.
98 Así tamUen los maridoa deben a-
mar á sus mujeres, como á sus wiii»—
cuerpos. El que ama á su ni«^)cr, á Kl
mismo ama.
29 Porque ninguno aborreció Jamas su
propia carne ; antes la sustenta y regala,
como también Cristo á la i^esia.
30 Porque somos miembros^ de sa cu-
erpo, de su carne, y de sus huesos.
81 Por esto dejará el hombre á su
padre y á su madre, y se allegará & su
mujer, y serán dos en una carne*.
88 Este misterio grande es : mas yo digo
eslo con respecto á Cristo 7 á la iglesia.
33 Cada uno empero oe voeotros, de
r>r sí, ame también á su mujer como
sí mismo ; y la mt\ier revcteiaeie á ««
marido.
CAPITULO VL
OUitadomt rMqMcMvoe de loe k^at y di loa
fodrea, d* lo* triado» y de loe amoe. Jut-
mae mpiriluaUt ád OriiUamo. VigUameta
y pereeveroiMia en la orooMm.
HIJOS, obedeocd en el Sefior á vms-
tros padres ; porque esto es Justo «.
9 Honra á tu padre, y á tu madre*,
que es el primer mandamiento oon peo-
mesa;
tJnalt
ias.i.a
tSiLll.l
tB«.&fl.
- JaulSi I
"IB. «.I.
ntLiii
fFr.».L
efld.57.7.
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• Bo. 13. IS.
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/SOd. 3.U.
7lL8,14.
« Col. S. 1&
iLn.2S.58.
JaaBl2.Sl.
C0LI.U.
A.Ot. 02.
■Hedí. 16.
U.etc.
» Kf. 1. 16.
ITm.1.2.
«SaLL?8.8.
rfOoLl.8.
8 Pan que te raya bioi, j teas de larga
vida sobre la tierra.
4 T ToaotroB padres no provoquelf á
ira á vuestros nUos; sino crladlos en
diaeiDÜna j amonestación dei Señor.
5 ^ Siervos, obedeced á vuestros amos
según la carne con temor j temblor,
con sencillez de vuestro corazón, como
á Cristo cj
6 No sirviendo al ojo, como loe que
agradan á los liombres ; sino oomo sier-
vos de Cristo, haciendo de ánimo la
voluntad de Dios;
7 Sirviendo con buena voluntad, oomo
al Señor, 7 no á los Iiombres :
8 Sabiendo que el. bien que cada uno
hiciere, esto recibirá del Señor, sea si-
ervo, 6 sea libre.
O T vosotros, amos, haced á ellos lo
mismo, dejando las amenazas j sabiendo
que el Señor de ellos .v vuestro está en
los cielos tf, j qtie no haj acepción de
personas con él.
10 ^ Por lo demás, hermanos mios,
confortaos en el Señor, 7 en la potencia
de su fortaleza.
11 Vestios de toda la armadura de
Dios *, para que podáis estar firmes con-
tra las asechanzas del diablo/.
IS Porque no tenemos lucha contra
sangre j carne; sino contra principa-
dos #, contra potestades, contra señores
del mundo, gobernadores de estas tini-
eblas A, contra malicias espirituales en
los cielos infériorts.
13 Por tanto tomad toda la armadura
de Dios, para que podáis resistir en el
dia malo, j estar firmes, habiendo aca-
bado todo.
14 Estad pues firmes, ceñidos vuestros
lomos i de verdad, y vestido* de la cota
de justicia ;
15 Y calzados los piás con él apresto
del evangelio de paz « :
16 En todo cato tomando el escudo de
la fé', con que podáis apagar todos los
dardos de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo (fe salud m, y la
espada del Espíritu, que es la paíabra
de Dios * ;
18 Orando en todo tiempo con toda
deprecación y suplica en el Espíritu",
y velando en elloj» con toda instancia y
suplicación por todos los santos :
19 Y por mi 9, para que me sea dada
Salabra en el abrir de mi boca con con-
anza, para hacer notorio el misterio
del Evangelio,
90 Por el cual soy embi^ador en wfti
cadena r; que resueltamente hable de
él, como debo hablar.
81 ^ Mas para que también vosotros
sepáis mis negocios, y como lo paso, todo
os lo hará saber Tychlco, hermano a-
mado, y fiel ministro en el Señor « :
89 Al cual os he enviado para esto
mismo, para que entendáis lo tocante á
nosotros, 7 que consuele vuestros co-
razones.
83 Paz ata á los hermanos', y amor
con fé, de Dios Padre, y del Señor Jesu-
cristo.
84 Gracia tea con todos los que aman
á nuestro Seik>r Jesu-Cristo en sinceri-
dad. Amen.
Fué enviada de Roma á los Efesiot
con Tychlco.
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
k LOS
FILIPENSES.
CAPITULO I.
Detjmu ¿e agraáteerlf «« a/ecU, lea da eit-
tnta dri estado y Maposieion «n que te 1
halía etUre las eadena», y lo* exhorta é
perteverar umánimra, « de una manera
difna, en la profetion aelafé, «i'n imtimi-
darse por nt'n^iM gíutro Je opoiieiou y
padseimieatos.
PABLO 7 Timoteo, siervos de Jesu-
Cristo, á todos los santos en Cristo
Jesús, que están en Filiposa, con ios
obispos y diáconos:
5 Gracia tea á vosotros, y paz de Dios
nuestro Padre, y del Señor Jesu-Cristo.
8 ^ Doy gracias á mi Dios en toda
memoria de vosotros,
4 Siempre en tmlas mis oraciones ha-
ciendo oración por todos vosotros con
gozob,
0 Por vuestra comunión en el evange-
lio, desde el primer dia hasta ahora ;
6 Estando confiado de esto, que el que
eoroenzó en vosotros la buena obra, la
perfeceiomurá* hasta el dia de Jesu-
Cristo <<;
7 Como me es Justo sentir de todos
vosotros, por cuanto os tengo en el cora-
zea i 7 en mis prisiones, v en la defimsa,
y confirmación del evangelio, sois todos
vosotros compefleros de mi gñcia.
8 Porque Dios me es testigo de cómo
os amo á todos vosotros en las entrañas
de Jesu-Cristo.
fls.ll.&
tlsLS&r.
(IJoaaCi.
■ Is. 68.17.
•Bebí i. 12.
• Lu. 18. 1.
1 Tas. 5. 17.
r Har.18.83.
«Col. 4. 3.
a Tes. 8.1.
'Heek.aS.
90.
'Hedí. 90. 4.
üol.4.6.7.
3 n. 4.12.
««.8.19.
(lP»d.ft.
9 Y esto ruego, que vuestro amor a-
bunde aun mas y mas en ciencia*, y en
todo conocimiento,
10 Para que discernáis lo m^or/; que
seáis sinceros y sin ofensa para el Áa de
Cristo;
11 Llenos de fhitos de Justicia, que ct
por Jesu-Cristo, á gloria y loor de Dios 7.
19 ^ Y quiero, hermanos, que sepáis,
que las cosas que me han sucedido, han
redundado mas en provecho del evan-
gelio;
13 De manera que mis prisiones han
sido célebres en Cristo en todo el pre-
torio, y á todos los demás.
14 \ muchos de los hermanos en el
Señor, tomando ánimo con mis prisi-
ones, se atreven mucho mas á hablar la
palabra sin temor.
15 Y algunos, á la verdad, predican &
Cristo por envidia y porfía ; mas algunos
también por buena voluntad.
16 Los unos anuncian & Cristo por
contención, no sinceramente, pensando
añadir aflicción á mis prisiones ;
17 Pero los otros por amor, sabiendo
Sue soy puesto en eUat por la defensa
el evangelio.
18 ¿ Qué pues ? 9>« no obstante, en
todas maneras, ó por pretexto ó por
verdad, es anunciado Cristo ; y en esto
me huelgo, y aun me holgaré.
10 Porque sé que esto se me tomará á
Á.DLfll.
'11hs.S.lÍ.
/Bo.2.18.
f JiiaBlS.8.
A.D.62»
FIUPEKSES, n, HL
A.D.&
A Job IS. 10.
Bo.8.28.
<SCo.l. U.
ltBo.t.S.
'H«A.2L
U.
■•SCo.S.8.
• Bf. 4. 1.
GaLLlO.
lTet.S.ia.
'JndaS.
9la.fiL7,
18.
Habiaae.
•■ Bo. 8. 17.
2X60.1.5,
etc.
a Ti. 2. 12.
*He<.-h.6.1L
t Hech. 16.
23.
1TM.X2.
•Ool.S.13.
«2Co.lS.ll.
lPed.3.8.
<Gs.fi. se.
rfirwLfi.fi.
«lCo.ia24.
/JnuilS.14.
'JiuuLl,2.
fc Joan 5b 18.
•'BaLa2.8.
A Is. 42. 1.
íBo.8.3.
*" Jnaa 10.
" Hek 2 9.
•ltt.L21.
*Ait.fi.lS.
•alud* por Tueftra oración', 5 por la
suministración del Espíritu de Jera-
Cristo;
20 Conünrme á mi mira 7 esperanza,
que en nada seré confundido le; ¿ntes
bien con toda confianza, como siempre,
ahora también ser& engrandecido Cristo
en mi cuerpo, ó por vida, 6 por muerte'.
21 Porque para mí el ▼ivir a Cristo,
y el morir et ganancia.
22 Mas si el vivir en la carne, esto me
será para fruto de la obra, no sé enton-
ces oué escoger ;
23 Porque ae ambas oosas estoy puesto
en estrecho, teniendo deseo de ser desa-
tado, y estar con Cristo •*; lo cual et
mucho mejor ■• :
24 Empero quedar en la carne et mas
necesario por causa de vosotros.
26 Y confiado en esto, sé que quedaré,
que aun permaneceré con touos vos-
otros, para provecho vuestro, y gozo
de la fe ;
20 Para que crezca vuestra gloria de
mi en Cristo Jesús por mi venida otra
vez A vosotros.
27 Solamente que converséis como es
digno del evangelio de Cristo»; para
que, ó sea que vaya & veros, 6 que esté
ausente, oiga de vosotros que estáis fir-
mes en un mismo espíritu, unánimes
combatiendo juntamente por la fé del
evaiucelio^,
28 Y en nada intimidados de los que se
oponen f : que A ellos ciertamente es in-
dicio de perdición, mas á vosotros de
salud ' ; y esto de Dios.
29 Porque á vosotros es ccmcedido por
Cristo, no solo que creáis en él, uno
también que padezcáis por él';
80 Teniendo el mismo conflicto que
habéis visto en mi', y ahora oí» estar
en mí.
CAPITULO II.
ExkírUÚM á la unión y caridad fraUmal,
á la humüdad y d la obedienela, eon c«
^femplo tU Jetu-CrUto. Reeomienda y o-
laba á Timoteo y d JtpaphroJito.
POR tanto, si ftajy en vosotros alguna
consolación en Cristo; si algún re-
frigerio de amor; si alguna comunión
del Espíritu ; si algunas entrañas y mi-
sericotuias*,
2 Cumplid mi gozo; que sintáis lo
mismo <>, teniendo el mismo amor, uná-
nimes, sintiendo una misma cosa.
3 Nada hagaia por contienda, ó por vana
gloria «; antes oien en humiload esti-
mándoos inferiores los unos 4 los otros ' :
4 No mirando cada uno solamente á lo
suyo propio', sino cada cual también á
lo de los otros.
fi Haya pues en vosotros este sentir que
hubo también en Cristo Jesús/;
6 £1 cual, siendo en forma de Dios;,
no tuvo por usurpación ser igual á
Dios*: '^ *^ '^
7 Sin embargo se anonadó A sí mismo •',
tomando forma de siervo *, hecho seme-
jante á ios hombres' ;
8 Y hallado en la condición como hom-
bre, se humilló & sí mismo, hecho obe-
diente hasta la muerte <", y muerte de
cruz.
9 Por lo c\ial Dios también le ensalzó
A lo sumo*, y dióle un nombre que es
sobre todo nombre • ;
10 Para que al nombre de Jesús se
doble toda rodilla f de los qiu están en
los cielos, y de los que en la tierra, y de
los que debajo de la tieiraf ;
11 Y toda lengua confiese que Jesu-
cristo es el Señor, A la gloria de Dloi
Padre.
12 Par tanto, amados rolos, como si-
S
empre habéis obedecido, no como en mi
presencia solamente, sino mucho mas
ahora en mi atiaencia, ocupAos en vues-
tra salvación r con temor y temblor*.
13 Porque Dios es el que en voeotros
obra así el querer como el hacer por su
buena voluntad '.
14 Haced todo sin mununraeianet y
contiendas,
16 Para que seáis irreprensibles y sen-
cillos, hijos de Dios*, sin culpa, en
medio de la nación maligna y perversa *,
entre los cuales resplandece como lu-
minares en el munao':
10 Reteniendo la palabra de vida, púa
[ue yo pueda gloriarme en el día de
rlsto, que no ne corrido ni trah^ado
en vano y.
17 Y aun si soy derramado en libación
sobre el sacrificio y servido de vuestra
fi^i, me gozo y congratulo por todos
vosotros.
18 Y asimismo gozáUM también vos-
otros, y regocijaos conmigo.
19 ^ Af as esi«ro en el Setior Jesns en-
viaros presto A Timoteo', para que yo
también esté de buen Animo, entendido
vuestro estado.
20 Porque A idnguno tengo tan uná-
nime, y que con sincera afición esté
solícito por vosotros,
21 Porque todos buscan lo suyo pro-
pio ft, no lo que es de Cristo Jesús.
20 Pero la experiencia de €1 habéis
conocido, que como hijo A podre ha
servido conmigo en el evangelio.
28 Así que A este espero enviaros, lue-
go que yo viere como van mis negocios.
84 Y confio en el Sefior que yo tam-
bién iré presto á voeotros*.
25 Mas tuve por cosa necesaria envi-
aros A Epafrodito', mi hermano, y co-
laborador, V compañero de milicia e, y
vuestro apóstol, y ministrador de nds
necesidades.
26 Porque tenia gran deseo de ver á
todos vosotros ; y gravemente se angus-
tió porque habiats oido que habla eaíet-
mado.
27 Pues en verdad estuvo enfermo, A
la muerte : mas Dios tuvo misericonlia
de él ; y no solamente de él, sino aun de
mí, para que yo no tuviese tristeza sobxe
tristeza.
28 Así que le envió mas presto, para
que viéndole os volváis A gozar, y yo
esté con menos tristeza.
29 Recibidle pues en el Señor con todo
gozo ; y tened en estima A los tales/:
90 Porque por la obra de Cristo estovo
cercano u la muerte, poniendo su vida
para suplir vuestra falta en mi servicio;.
CAPITULO III.
Que todat las eoeaa no valen nada en eom-
paraeion de la* ftM tenemos en Jent-Oritto
por la /i, en «tyn prtfewm debemoe for-
damoi de la doctrina de malo» otirtroet
y de imitar d lo» que m porttm eowto ene-
mifos d» la em» a» Orillo.
RESTA, hermanos, que os goeds en I
el HeñorB. A mí, A la verdad, no I
es molesto el escribiros las mismas cosas,
y para vosotros es Kícaxoh.
i tiuardAos de los perros*, guardaos
de los malos obreros <<, guardaos del oor-
tamiento «.
3 Porque nosotros somos la Circunci-
sión/ los que servimos en espíritu A
Dios;, y nos gloriamos en Cristo Jcsas,
no teniendo confianza en la carne.
4 Aunque yo tengo también de que
confiar en la carne a. Si alguno parece
que tiene de que confiar en la cañe, yo
mas:
'IC«.:.l.
(Békllfl.
••lbtS.4!.
']bt.S>l«.
'ITaLS-S.
'Bo.U.a
•IT&ll
tlOo.lS.Si
•O9.LS.
J0ftlt.4.1&
•Fac.2.
/10D.1Ü1S.
riOkl&L*.
•Gspui*-
llFrf.LU
• b. M. tu
¿aoi.iLU
•Ga.<.L3>
/Bs.S.«.
f/aaaiS.
ft20»lU&
A.D.62.
FILIPENSES, IV.
A.D.e2.
• GtLlT.U.
S.4.
• Lo. 1. 6.
" U 6S. 11.
•Bo.l0.S,S.
íEo.1.17.
«Sf.1.19,
SO.
•-aco.4.10.
iHeMa.2S.
• La. 9. 63.
*lCo.».a&
*Heh.S.l.
y iCo. í 6.
' 1 Co. 4. 1&
Tll.l.
ÍTM.L8.
•SCo.11.15.
i Bo. 1& 18.
<CoL8.S.
'EC2.8,
19.
Col. 3.1,8.
• Heb. 9.2&.
/lCo.15.
42, ete.
1 Jnftn 3. 2.
ílOo.18.
26,37.
■ITm.3.
19.20,
6 Circuncidado al oetsvo dla<, del
lin^e de Israel, de la tribu de Baús-
min. Hebreo de Hebréoa; cuanto 4 la
1^, Fariiéo k ;
6 Cuanto lú celo, pen^gnldor de la
iglesia^; cuanto A la juatieia que es en
la le;, de vida irreprensible ■>.
7 Pero las cosas que para tnJ eran ga-
nancias, helas reputado como p<$rdiaas
por amor de Cristo.
8 Y ciertamente, aun reputo todas las
coms como pérdida por el eminente co-
nocimiento de Cristo Jesús, mi SeSom,
por amor del cual lo he perdido todo,
y tingólo por estiércol, para ganar &
Cristo,
9 T ser hallado en él, no teniendo mi
,)usticia, que esjpor la ley», sino la que
es por la fé de Cristo, la Justicia que es
deDlos por lafó^;
10 A fin de conocerle, j la virtud de
su resurrección f, y la participación de
sus padecimientos r, en conformidad á
su muerte,
11 Si en alguna manera llegase á la
resurrección de los muertos'.
10 Porque aun no he alcanrjido, ni ya
soy perftcto' ; mas sigo, para ver de al-
canzar aquefío para lo cual fui también
tomado de Cristo Jesús.
13 Hermanos, yo mismo no hago cu-
enta de haberio ya alcanzado ; pero ttta
una cosa hago: olvidando ciertamente
lo que queda atrás", y extendiéndome*
á lo que está delante,
14 Prosigo al blanco, al premio de la
soberana Tocación'» de Dios en Cristo
Jesús.
lA Así que todos los que somos perfec-
tos y, esto tnUmo sintamos : y si otra cosa
sentis, esto también os revelará Dios.
16 Empero en aquello á que hemos
llegado, vamos por la misma regla, y
sintamos una misma cosa.
17 5 Hermanos, sed imitadores' de
mí; y mirad ios que así anduvieren,
como nos tenéis por ejemplo.
18 Porque muchos anidan, de los cuales
os dije muchas veces, y aun ahora lo
digo llorando, yiM ton enemigos de la
cruz de Cristo :
19 Cuyo fln $erá perdición ', cuyo Dios
e» el vientre i, y su gloria ttrá en confu-
sión ; que sienten lo terreno c.
20 Mas nuestra vivienda es en los cie-
los*'; de donde también esperamos al
Salvador, al tiefior Jesu^Oristo*.
SI El cual transformará el cuerpo de
nuestra biOcu* I><ura ser semejante al
cuerpo de su gloria/, por la operación
con la cual fuede tamUen sujetar á sí
todas Itts cosas f.
CAPITULO IV.
Final exhortación del apOstol á la práctica
de toda» leu virtudes t y m af;radeeimiento
por el toeorro que le haUaet enviado.
ASI que, hermanos mios amados y
deseados, gozo y corona mia», es-
tad así firmes en el Uefior, mié amados.
2 5 A Euodias ruego, y á Syntyché
eihorto, que sientan lo mismo en el
Señor.
8 Asimismo te ruego también á tí.
hermano compafiero, ayuda á las que
trabi^jaron Juntamente e<Munigo en el
evangelio b, con Clemente también, y los
demás mis colaboradores, cuyos nom-
bres están en el libro de la vida*.
4 ^ Gózaos en el Seflor siempre rf:
otra vea digo. Que oz gozeis.
5 Vuestra modestia sea conocida de to-
dos los hombres. El Seflor está cerca •.
6 Por nada estéis afanosos/; sino sean
notorias vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego, con ha-
cimiento de -gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepiOa todo
entendimiento, guardará vuestros co-
razones y vuestros entendimientos en
Cristo Jesús '.
8 Por lo demás, hermanos, todo lo que
es verdadero, todo lo honesto A, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que ce de buen nombre; si Juy
virtud alguna, si alguna alabanza, en
esto pensad.
9 Lo que aprendisteis, y recibisteis, y
oísteis, y visteis en mí, esto haced ; y él
Dios de paz será con vosotros •'.
10 ^ Mas en gran manera me gooé en
el Señor de que ya al fin ha reflorecido
vuestro cuidado de mi; de lo cual aun
estal>ais solícitos, pero os faltaba la opor-
tunidad.
11 No lo digo en razón de indigencia,
Eues he aprendido á contentarme con
I que tengo A.
13 Sé estar humillado, y sé tener abun-
dancia: en todo y por todo estoy ense-
ñado así ])ara hartura como para ham-
bre, asi para tener abundancia como
para padecer necesidad.
13 Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece '.
14 Sin embargo, bien hicisteis que co-
municasteis juntamente á mi tribula-
ción.
15 Y sabéis también vosotros, oh Fili-
penses, que al principio del evangelio,
cuando me partí de Macedonia, nin-
guna iglesia me comunicó en razón de
dar y de recibir, sino vosotros solos •*.
16 Porque aun á Tesalúnica me envi-
asteis lo necesario una y dos veces.
17 No porque busque dádivas, mas
busco fruto que abunde en vuestra cu-
enta.
18 Empero todo lo he recibido, v tengo
abundancia : estoy lleno, habiendo reci-
bido de Epafrodito lo que enviasteis,
olor de suavidad», sacrificio acepto y
agradable á Dios o.
19 Mi Dios pues suplirá todo lo que os
falta conforme á sus riqueza^, en gio-
riaj», en Cristo Jesús.
20 Y al Dios y Padre nuestro tea gloria
por siglos de uglos. Amen.
31 5^ Saludad á todos los santos en
Cristo Jesús. Los hermanos que están
conmigo os saludan.
82 Todos los santos os saludan, v
mayormente los que son de casa de Ce-
sar.
23 La gracia de nuestro Señor Jesu-
cristo tea con todos vosotros. Amen.
Escrita de Roma con Epafirodito.
» Cap. 1. 37.
•Lii.10.90.
Ap.8.fi.
y 20. 12.
i C%p. 8. L
• Ap. 22. 7.
20.
/Mat.6.S&
1 Ped. & 7.
'Is. 26.8.
Jnaa 14.27.
A a 00.8. 21.
•' Bo. 16. 88.
V16.20.
2Co.lS.LL
HebLU20.
t Heb. 13. 5.
< a Co. 12. 9.
■•aCo.ll.
8,9.
» Le. 1.9,
eto.
xf. 5. a.
•Hel>.18.16.
r££8.18.
>
1
L¿ EPÍSTOLA. DEL APOSTOL SAN PASLO
1
COLOSENSES.
1
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OOLOSENSES, m, IT.
A.D. 62.
Oq». 1. 1».
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Bf. 3.1,0.
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PBaL«8.18.
t Bo. 14. 1,
17.
•"ICr.S.n.
' Helk la L
rX£4.U.
•»r. 8.
•lIftt.U.U.
7 Analgado* j totatadifleMlM en él.
T oonfinnados en la fiS, «ai oomo lo ha>
bd* «vrendido, oreotendo «n «Ua con
luieinueQto de gracias.
8 5 Mirad gue ninguno oa enjpifle por
filosófiat*. 7 vanaa sntilecas, a^Run las
tradicioDM de loa hombrea, conrorme A
los elementos del mundo/, j no según
Cristo.
9 Porque en él haUta toda ]a plenitud
de la divinidad eorporalroentea :
10 T en él estáis cumplidos A, el cual
es la cabeza de todo principado ; potes-
tad':
11 En el cual también sois cireunoU
dados de circuncisión no heoha coa
m¿mos*, con el despojamiento del cu-
erpo de los pecados de la carne' en la
circuncisión de Cristo ;
12 Sepultados Juntamente con él en el
bautismo n, en el cual también resuci-
tasteis con él por la té de la operación
de Dios que le levanté de los muertos.
18 T á vosotros» estando muertos en
pecados y en la ineircunoision de vues-
tra carne", os vivificé juntamente con
él, perdon6ndoo« todos los pecados,
14 Rayendo la cédula de los ritos que
nos era contraria*, que era contra nos-
otros, qultludola de en medio j encia-
T&ndnla en la cruz ;
15 y despojando los principados y las
potestades j>, sacóles á la vergüenza en
pdbllco, triunftndo de ellos en si mis-
mo.
10 5 Por tanto nadie os Juzgue en co-
mida, ó en bebida 7, 6 en parte de dia
de fiesta, ó de nueva luna, 6 de sábados r,
17 Lo cual es la sombra de lo jue e*-
loto por venir*; mas el cuerpo e» de
Cristo.
18 Nadie os encafle A su voluntad con
pretexto á* humUdad y culto á los án-
geles, metiéndose en lo que no ha visto,
vanamanto binohado en el sentido de su
propia carne,
19 Y no teniendo la Cabeza, de la cual
todo el cuerpo, alimentado y coi\}unto
por nu iigaouras y conjunturas, crece
en aumento de Dios'.
SO Pues si sois muertos con Cristo cu-
anto á los rudimentos del mundo «,
¿ por qué, oomo si vivieseis al mundo,
os soroetcis á ordenanzas,
91 TaU$ eoMo no mani|jea, ni gustes, ni
aun toques,
92 (Las cuales oosas son todas para
destrucción en el uso wiirnno *,) en con-
formidad á mandantientos y doctrinas
de hombres ?
93 Tales cosas tienen A la verdad cierta
reputación de sabiduría en culto volun-
tario, y humildad, y en duro trato del
cuerpo ; no en alguna honra para el sa-
daxdelaaame*.
CAPITULO III.
De la rmosoctoM d» la» etmtmmhre» «¡mform»
á la tmeva vida redUóa <b Oriaio. Varioe
•Wm« á lo» etuadott d la» padru i» f «mi-
Ha, g áh» eriadot.
SI habéis pues resucitado con Cristo «,
buscad las cosas de arriba, donde
está Cristo sentado á la diestra de Diosb.
9 Poned la mira en las oosaa de arriba,
• 1 Josa 2. no en las de la tierra «.
Ift. 8 Porque muertos sois, y vuestra vida
' Ba. 6. 9. está escondida oon Cristo en Dios^.
* JaaaU.8S> 4 Cuando Cristo, vuestra vida «. se ma-
nifestare, ent«Snoes vosotros también se-
/l Jasa 8.x ivis manifestados oon él en gloria/.
5 ^ Amortiguad, pues, vuestros mi-
' Bo;. 8. 18. embros que están sobre la tierra* : forni-
cación, inmundicia, It^urla, mala ooncu-
i Xf. S. S. pisoencia, y avarida, que es idolatilaA :
"Oa.&l».
•OapbS.12.
ttS.6.6.
» Bo. 8. 84.
6 Pur las euales eoaas la ira de Dios
viene sobre loa hijos de rebelión ' ;
7 En las cuales vosotros también an-
duvisteis en otro tiempo viviendo en
ellas*.
8 Mas ahora d^ad tamUcn vosotros
todas estas oosas; Ira, enojo, malicia,
maledicencia, torpes palabras de vues-
tra boca.
9 No mintáis los unos á los otros, ha-
biéndoos despojado del viejo hombre
con BUS hechos',
10 T revestidoos dd nuevo, el cual por
el conocimiento es renovado oonfinñne
á la imagen del que lo crié ;
11 Donde no hay Griego, ni Judío,
circuncisión ni incircuncision, bárbaro
ni Scytha, siervo id Ubre; mas Cristo
w et todo, y en todos m,
19 5 Vestios, pues, como escogidos de
Dios, santos, y amados, de entraflas de
mlMiicordia, de benignidad, de humil-
dad, de mansedumbre, de tolerancia;
18 8ufriéndooa los unos á los otros*,
y perdonándoos los unos á los otros, si
alguno tuviere queja del otro»: de la
manera que Cristo os perdoné, así tam-
bién haeedlo vosotros.
14 Y sobre todas estas oosas ientd oari-
dad, la cual es el vínculo de la perfiec-
cion|>.
1& T la paz de Dios gobierne en vues-
tros corazones f , á la cual asimismo sois
llamado* en un cuerpo ; y sed agrade
cides. '
16 La palabra de Cristo habite en vos-
otros en abundancia en toda sabiduría,
enseñándoos y exhortándoos los unos á
los otros con salmos é himnos, y can-
ciones espirituales, con gracia cantando
en vuestros corazones al nefiorc.
17 Y todo lo que hacéis, sea de pala-
bra, ó de hecho, haeedlo todo en el nom-
bre del Señor Jesús', dando gradas á
tutettro Dios y Padre por él t.
18 ^ Casadas, estad sujetas á vu»itro»
mariaos, como conviene en el Señor «.
10 Maridos, amad á tmettra» mineros,
y no seáis desapadbles con ellas.
20 5 Hijos, obedeced á vueatro» padres
en todo: povijue esto agrada al Señor*.
91 Paares, no irritds á vuestros hyos,
pon]ne no se hagan de poco ánimo.
29 Y Siervos, obedeced en todo á vii««-
iro» amos camales', no sirviendo al ojo,
como los que agradan tolamente á los
hombres, sino con sencillez de corazón,
temiendo á Dios :
98 T todo lo que hagáis, haeedlo de áni-
mo, como al Señor, y no á los hombres ;
24 Sabiendo que del SeiVor redblréis
la compensación de la herencia ; porque
al Señor Cristo servís.
25 Mas el que hace injuria, recibirá la
injuria que hiciere; que no hay acep-
ción de personas y.
96 Amos, haced lo que es justo y derecho
con vuettro» siervos, sabiendo que tam-
bién vosotros tends Amo en los deles*.
CAPITULO IV.
ÜIHmo» cníaM dd apóitoL Beeomiemda A
Tydttco y 4 Onieimoi y «aluda A vario».
PERSEVERAD en oración*, velan-
do en ella con hacimiento de gra-
cias:
9 Orando tamUen juntamente por nos-
otros, oue el Señor nos abra la puerta de
la palabra, para hablar el misterio de
Cristo A, por el cual aun estoy preso,
8 Para que lo manifieste como me
conviene hablar.
4 Andad en sabiduría para con los
estrenos, redimiendo el tiempo'.
A Sea vuestra palabra siempre oon gra-
<Bf.S.6b
ftl0ar.4Jl.
<Sf.4.22.
" 1 Oo. 13.
18.
•Br.4.3,89i
•Matl8.88.
Mar.ll.Sfi.
nOo.1S.18,
911.4.7.
•-Xf.9.19.
' IGo. 10.81.
< Heb.18.15.
«•Et5.32,
etc.
nt. 3. 4, 6.
•M.6.1,
etc.
«IFsd.S.lS.
r So. 9. 11.
lPed.1.17.
•Xf.8.ft.
• Ln. 18. 1.
Bo. 13. 13.
1 Oap.L 37.
« Bf . 6. U,
1&
1*D.62.
L TESALONIOBNSES, II, IH.
l.D.tt
• Mu. 9. sa
/Bf.«LSl.
S3.
9 FUe. 10.
A Hocb. 19.
29.
y 27. 2.
)PUe.S4.
tHeb.U.87.
2 TI. 4. 11.
(C*p.l.7.
(B&15.80.
A.D.53.
«HeelLl£.
, 22.6te.
Tl8. 5.
2 Co. 1. 19.
lFed.5.12.
b Heeh. 17.
l,eto.
« Sf. 1. 16.
<IG«. S.6.
•2 Tes. 2. 13.
/lCo.2.4.
2 Co. 6. 6.
yBo.14.17.
M Co. L 7.
Fl.8.90.
i'Mat.8.7.
Bo.fi. 9.
da, sazonada con sal«; para qne ae-
pais cóoio os conTiene responder á cada
uno.
6 5 Todos mis n^odos os haxk saber
Tychlco/, hermano ainado y fíel mi-
nistro, y consiervo en el Señor :
7 El cual os he enviado á esto mismo,
para que entienda vuestros negocios, y
consuele vuestros corazones,
8 Con Ont^simo «, amado y fiel herma-
no, el cual ea de Tosotros. Todo lo que
acá pasa os harán saber.
9 ArlstarchAA, mi compafiero en la
prisión, os saluda, y Marcos el sobrino
de Bernabé', (acerca del cual habéis
recibido mandamientos : si fuere á vos-
otros, recibidle ; )
10 T Jesús, el que se llama Justo ; los
cuales son de la circuncisión. Estos
solos ton los. que me ayudan en el reino
de Dios, y me han sido consuelo.
11 Os saluda Ep&ñrasic, el cual es de
vosotros, siervo de üristo, siempre solí-
cito por vosotros en oraciones', que es-
téis Jirmett perfectos y cumplidos en
todo lo que Dios quiere.
18 Porque le doy testimonio, que tiene
gran celo por vosotros, j por los que
etián en Laodicéa, y los que en Hiera-
polis.
18 Os saluda Lucas"*, el médico ama-
do, y Démas «.
14 Saludad á los hermanos que eHáa
en Laodicéa, y á Nimfas, y á la iglesia
que ettá en su casa«.
15 Y cuando etta carta fuere leida en-
tre vosotros ;>, haced que tambioi sea
leída en la iglesia de ios Laodicenses;
y la que e» etertta de Laodicéa que la
leáis también vosotros.
16 T decid & Archlpof: Mira que
cumplas el ministerio que has redbido
del Señor.
17 Salud ; de mi mano, de Pablo*". A-
cordáos de mis prisiones*. La gracia
eea con vosotros. Amen.
Escrita de Roma & los Colosenses;
enviada con Tychlco y Onéalmo.
■ITLtn.;
FQb.».
•BO.U.SL
10o.14.li.
riTas.&S.
«lQe.2.
I
«■iroitíi.
21)k3.U.
•FLLT.ll.
LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
ÁLOS
TESALONICENSES.
CAPITULO I.
Jlaha el apSetcl d lo* Te*átonieen$es por ha-
ber tí'do un dechado de lot denuu JitU$ en
H fervor de au/é, eepertmea y caridad, en
medio de loe tribulaeümee.
PABLO, y Silvano o, y Timoteo, á la
iglesia de los Tesalonicenses b, ccn-
gregada én Dios padre, y en el Señor
Jesu-Cristo. Gracia y paz á vosotros
de Dios nuestro Padre y del Señor Jesu-
Cristo.
8 5 Damos siempre gracias & Dios por
todos vosotros, haciendo memoria de
vosotros en nuestras oraciones c ;
3 Sin cesar acordándonos delante de
Dios y Padre nuestro de la obra de vu-
estra fé (', y del trabajo de amor, y de la
tolerancia de la esperanza del Señor
nuestro Jesu-Cristo ;
4 Sabiendo, hermanos amados de Dios,
vuestra elección* :
8 Por cuanto nuestro evangelio no fué
á vosotros en palabra solamente, mas
también en potencia, y en Espíritu
Santo/, y en eran plenitud; como sa-
béis cuales fuimos entre vosotros por
amor de vosotros. *
6 T vosotros fuisteis hechos imitadores
de nosotros, y del Señor, recibiendo la
palabra con mucha tribulación, con
gozo del Espíritu Santo;:
7 En tal manera que habéis sido qem-
51o á todos los que han creído en Mace-
onia y en Acháya.
8 Porque de vosotros ha sido divulgada
la palabra del Señor, no solo en Mace-
donia y en Acháya, mas aun en todo
lagar vuestra fé en Dios se ha extendi-
do ; de modo que no tenemos necesidad
de hablar nada.
9 Porque ellos cuentan de nosotros oual
entrada tuvimos á vosotros ; y cómo os
convertisteis de los Ídolos á Dios, para
servir al Dios vivo y verdadero,
10 Y esperar á su Hijo de los cielos A,
al cual resucitó de los muertos ; á Jesús,
el cual nos libró de la ira que ha de
venir'.
CAPITULO II.
**? ^íf* *?'*^?*«^ * '«» Teealonieemeet
la hbertad, denideree 9 eeto eo» que tm
predieg el Svan{felio¡ y también el eniru-
iM>le amor que bu prefeea per tu eom-
etaneut en lafi.
"pORQUE, hermanos, voootros mls-
-L mos sabéis que nuestra entrada á
vosotros no fué vana :
2 Pues aun habiendo padecido antes,
y sido afirentados en í'mpos», oomo
sabéis, tuvimos denuedo en Dios nues-
tro para anunciaros el evangelio de Dios
con gran combatel.
3 Porque nuestra exhortación no A*
de error, ni de inmundicia, ni por en-
gaño; *^
4 Sino s^un fuimos aprobadoa de
Dios para que se nos encargase el evan-
gelio c, así hablamos; no oomo los que
agradan á los hombres <<, sino á Dios,
el cual prueba metros corazones.
6 Porque nunca fuimos Uaoi^cios en
la palabra, oomo sabeia, ni toeadoa de
avaricia • : Dios ee testigo.
6 Ni buscamos de loa hombres gloria/,
ni de vosotros, ni de otros; aunque po-
díamos seros carga, como apóstolet de
Cristo;.
7 Antes fiíimos blandos entre vosotros
como la que cria, que r^ala sus hijos :
8 Tan amadores de vosotros, que qui-
siéramos entregaros no solo el evangelio
de Dios, mas aun nuestras propias al-
mas ; porque nos erais carísimos.
9 Porque ya, hermanos, os aoordaia de
nuestro trabmo y faUga: que trabi^ando
de noche y de día por no ser gravosos á
ninguno de vosotros, os predicamos él
evangelio de Dios A.
10 Vosotros sois testigos, j Dios, de
cuan sanU, y juata é irreprensiblemente
nos condujimos con vosotros que cveia-
teis:
11 Así como sabéis de que modo ex-
hortábamos y consolábamos á cada ano
de vosotros, como el padre i sus hQos,
18 Y os protestábamos que anduvieseis
A.D.S1
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» H«k 17.
•ITLLU.
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Cal. 1. 10.
ilbt.10.40.
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L TESALONIGEBrSBB, m, IV.
A.D.0I
"HMh.17.5,
U.
ju.ia.
722.31,23.
■aen.is.ie.
Hrt.23.32.
•tCo.l.X4.
V1.4.L
r9Tai.S.l.
aPed.1.16.
"HeeluirJitf.
• B0.8. 8S.
Sn. 8.13.
lFad.9.31.
74.13.U.
3Ü0.11.S.
Gik.4.11.
rL2.U.
8C0.7.8.7.
ir.«.u.i4.
n.4. 1.
cnid
et digno d* DIm<» qae o« llamó á
•u reino y ^oria.
18 5 Por lo cual también noiotn» da-
moa gradas A Dio» dn eesar, de qne
haMendo recibido la palabra d» Dio*,
que oiateis de noaotroa, reciblateis no
palabra de bombret, tino seeun es «n
▼erdad, la palabra de Dios*, el
obra en vosotros los que creísteis.
14 Porque vosotros, hermanos,
sido imitadores de las Iberias de Dios
en Cristo Jesús, que están en Judéa;
Cas habéis padeoido también Tosotns
mismas oosas de los de vuestra pro-
pia oaclon, oomo también dloe de loe
Judíos:
15 Los cuales aim mataron al SeBor
Jesús y A sus proiiios profetas/, j 4 no-
sotros nos han peñeguido ; y no «gradan
k Dios, y se oponen á toidos los hom-
bres,
10 Prohibiéndonos hablar ft los Gen-
tiles, A fin de que se salven <*, para hen.
chir la medUa á* sus pecados siempre» :
pues vino sobre ellos la iza hasta el ex-
tremo.
17 5 Mas nosotros, hermanos, privados
de vosotros por un poco de tiempo, de
vista, no de corazón, tanto mas proen-
ramos con mucho deseo ver vuestro
rostro.
18 Por lo cual quisimos Ir A vosotros,
yo Pablo A la verdad, una ves y otra;
mas Satanás noa embarazó.
19 Porque ¿ cuál es nuestra esperanza,
6 goMo, 6 corona de que me glorie?
¿ No sois vosotros* delante de nuestro
Befkor Jesu-Cristo en su venidaj» ?
90 Que vosotros sois nuestra glmia y
gozo.
CAPITULO III.
Otiumdo «M AfMol al taher por TtmoUo la
eoMtcnicia da lo$ 2V«aIoNie«uiM m la/i
a§ Jeta-Orülú.
POR lo cual no pudiendo esperar
mas, aoordamos quedarnos solos en
Atenas,
9 Y enviamos A TÍraot<<oa, nuestro
hermano, y ministro de Dios, y cola-
borador nuestro en el evangelio de
Cristo, á confirmaros y exhortaros en
vuestra t&i
8 Para que nadie se conmueva por
estas tribulaciones: porque vosotros
sabéis que nosotros somos puestos paia
estob.
4 Que aun estando con vosotros, os
predecíamos que hablamos de pasar tri-
bulaciones, eomo ha aeonteeido y lo
sabéis.
6 Por lo cual también ye, no esperando
mas, he enviado á reconocer vuestra fé,
iemitmdo que no os haya tentado el ten-
tador e, y que nuestro t»bi\)o haya sido
en vanotf.
O Empero volviendo de vosotros á nos-
otros Timoteo, y haciéndonos saber
vuestra tá y caridad, y que siempre te-
neU buena memoria de nosotros, dese-
ando vemos, como tamUen nosotros á
vosotros,
7 En ello, hermanos, recibimos con-
solación de vosotros en toda nuestra
necesidad y aflicción por causa de vues-
tra fia*;
8 Porque ahora vivimos, si vosotros
«atáis firmes en el Seflor/.
9 Por lo oual ¿ qué hacimiento de gra-
das podremos dar A Dios por vosotros,
por todo el gozo con que nos gozamos A
rausa de vosotros delante de nuestro
Dios,
10 Onndo de noche y de día eon grande
Instancia, que veamos vuestro rostro, y
ue cumplamos lo que ftlta A vuestn^
11 Mas el mismo Dios y Padre nuestro,
y el Sefior nuestro Jesu-Cristo, enca-
mine nuestro Tiqje A vosotros.
19 T A vosotros multiplique el SeBor,
y haga abundar el amor entre vosotros,
y para con todos A, como es también de
nosotros para eon vosotros :
18 Pare que sean confirmados vues-
tros corazones en santidad', irrepren-
sibies delante de Dios y nuestro Padre,
mura la venida de nuestro Sefior Jefa-
Cristo con todos sus santos*.
CAPITULO IV.
Qmo debémoi huir ét la ImJurUí f oeiooUad:
fiqu* no kMUM do eontrUtamoo oomo lo$
Oomile» por la mutrlo d» Im d^rntos, f«ii<-
omdo la upiramatt 4» la reoorrocdom.
RESTA pues, hermanos, que os ro-
guemos y exhortemos en el Sefior
Jesns, que de la manera que ftiistels en-
seflados de nosotros de cómo os conviene
andará, y agradar A Dios, asi vayáis
creciendo b.
9 Porque ya sabéis qué mandamientos
os dimos por el Seflor Jesús.
8 Porque la voluntad de Dios es, vues-
tra santifioaoion: que os apartéis de
foraicaeion*;
4 Que cada uno de vosotros aep» tener
su vaso d en santificación y honor ;
6 No con afiscto de concupiscencia,
eomo los Gentiles que no conocen á
Dioi«:
O Que ninguno oprima, ni engafie en
nada A su hermano ; porque d Be&or ea
vengador de todo esto, como ya os he-
mos dicho y protestado.
7 Porque no nos ha llamado Dios A
inmundicia, sino A santificación/.
8 Asi que el que menosprecia, no
menosprecia A hembra, sino A Dios/,
el cual tamUen nos dió su Espíritu
Santo.
9 5 Alas acerca de la caridad flratema
no habéis menester que os escriba ; por-
3ue vosotros mismos habéis apcendido
e Dios que os améis los unos A los
otros A.
10 T también lo hacéis <ui con todos
los hermanos que estAn por toda Maoe-
donia. Empero os rogamos, hermanos,
que abundéis mas ;
11 T que procuréis tener quietud, y
hacer vuestros negocios t, y obréis de
vuestras manos * oe la manen que os
hemos mandado :
18 A fin que andéis honestamente'
Sara con los eztraSos, y no necesitéis
e nada.
18 5 'bmpoco, hermanos, oueremos
que ignorals acerca de los que duermen,
que no os entristezcáis como los otros
que no tienen esperanza.
14 Porque si creemos que Jesús murió
y resucitó, así también traerá Dios con
él A los que durmieron en Jesús •*.
15 Por lo cual os deeimo* esto en jps-
labra del Seflor : que nosotros aue vivi-
mos, que habremos quedado nasta la
venida dd Sefior «, no seremos delan-
teros á los que durmieron.
10 Porque el mismo Sefior con aela-
madon, con voz de arcángel, y con trom-
peta de Dios, descenderá del cielo • ; y los
muertos en Cristo resucitarán primero :
17 Luego nosotros los que vivimos, los
que quraamos, juntamente con ellos
seremos arrebatados en las nubes á
redbir al Sefior en el aire ; y así estare-
mos siempre con el Sefior^.
18 Por tanto consolaos los unos A I06
otros en estas palabras.
__
«900.18.9.
IL
*eap.a,U.
lJaaa4.7.
yU.8L
f ean. 5.9L
10». 1.8.
F1.L10.
Alee. 14 8.
■st.9s.a.
Jada 14.
"OoLLlO.
Í100.1KS.
•10o. CU,
18.
'lSa.SI.&
•114.17,
18.
/Le. 11. 44.
Heb.19.14.
lPsd.1.14,
1&
'L»iaU.
AJaaalSJS.
17.
<9Te.8.U.
lPad.4.U.
«3 Te. 8.7,8.
(BO.U.U.
«ICswlMOi
"10o. U.
n.fia.
•Mal 91. 80.
81.
J'JVMnU.98.
i
JUD.sn.
II. TESALONICENSES» I.
A.D.S.
í
•HmIi.1.7.
«LII.12.W,
«0.
•Jer.18.21.
LiL 21. 84,
d Bf . 8. 8.
Ijau2.8.
• Bo. 13. 11,
13.
/Mat.34.42.
y25. 18.
i Fed.fi. 8.
8SL9.UJL7.
h IPed. 2. 8.
i Bo. 14. 8,9.
A.D.68.
"lTe.1.1-
CAPITULO V.
Ln añvierU qn» la momnáa venida dd Señor
aera emmdo iimnm jMOum ; y «dM'talef for
tomto d etlar vigilamUí y apereMdc» *n d
K-eieio de la verdadera ftedad, y bcnevo-
eia para eon lodo$t cuidando de examinar
V retener todo lo bueno, y apartarte de todo
lómalo.
EMPERO acerca de loe tiempos j de
los momentos, no tenéis, hennanos,
necesidad de que yo os escriba* :
5 Porque vosotros sabéis bien, que el
dia del Seikw Tendr& asi como ladrón
de noche b.
8 Que cuando dirán, Paz y seguridad :
entonces vendrá sobre ellos destrucción
de repente, oomo lo* dolores k la mujer
prefiadae; j no eacaparáa.
4 Alias vosotros, hermanos, no estáis
en tinieblas*', para que aquel dia os so-
brecoja como ladrón.
6 Permtt todos vosotros sois hijos de
luz, é nijos del dia: no somos de la
noche, ni de las tinieblas.
6 Por tanto, no durmamos como los de-
mas* ; antes velemos y seamos sobrios/.
7 Forqiie los que duermen, de nodie
duermen ; y los que están borrachos, de
noche están borrachos.
8 Mas nosotros, que somos A(JM del
dia, estemos sobrios, vestidos de cota
de fét y de caridad, y la esperanza de
salud por yelmo ir.
9 Porque no nos ha puesto Dios para
ira A, sino para alcanzar salud por nu-
estro Señor Jesu-Crlsto;
10 £1 cual murió por nosotros, para
que ó que velemos, ó que durmamos,
vívanlos juntamente con él '.
11 Por lo cual consolaos los unos á los
otros; y edifícaos los unos á los otros,
así como lo hacéis.
lü K y os rogamos, hermanos, que
reconozcáis 4 los oue trabajan entre
vosotros, y os presiden en el Sefior, y
os amone¿anA:
18 Y que los tengáis en mucha estima
por amor de su obra. Tened paz los
unos eon los otros'.
14 También os rogamos, hermanos,
que amonestéis á los que andan desor-
denadamente •», que consoléis á los de
poco ánimo, que soportéis á loe flacos»,
que seáis sufridos para con todos •.
16 Mirad aue mngniu> dé á otro mal
por mal^ ; antes seguid lo bueno siem-
pre los unos para oon los otn», y para
con todos?.
16 Estad siempre gozosos r.
17 Orad sin cesar'.
18 Dad gracias en todo'; porque esta
es la voluhtad de Dios para oon vosotros
en Cristo Jesús.
19 No apaguéis el Espíritu « :
90 No menospreciéis las profecías «.
31 Examinadlo todo«; retened lo
bueno jr.
98 Apartaos de toda apariencia de mal.
93 Y el Dios de paz os santifique en
todo ¡ para que vuestro espíritu, y alma,
y cuerpo, sea guardado entero sin re-
Srension para la venida de nuestro Se-
or Jesu-Cristo'.
84 Fiel es el que os ha llamado; el
cual también lo hará".
96 ^ Hermanos, orad por nosotros.
96 Saludad á todos los hermanos en
ósculo santo ft.
87 CocOdroos por el Sefior, que esta
carta sea leida a todos los santas her-
manos».
88 La gracia de nuestro Sefior Jesu-
Cristo tea con vosotros. Amen.
La primera á los Tesalonicenses fné
escrita de Atenas.
iBeb.13.7,
17.
(1UZ.9.SL
•Bowl5.L
•Bf.4.1 '
íPr-Saa
T34.8SI '
MstlS '
Ba.1117.
lPe4.3.9.
<Csil3.IS.
G^&IF.
'SOo.&lO.
PLi.4.
'LD.U.L
■£6.18.
09L4.X.
Ba.I3.Il
2TLL6.
•1C«.14.1,
aa.
■IJwtail-
rn.4.8.
«0^13.11
•10S.U.U.
* BocM Ifi.
lCo.l&%X
8C«l1S.1X
lPed.S.14
«OoLtlS.
LA SEGUNDA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
A LOS
TESALONICENSES.
»aco.9.x
«Saiit.5.11.
4FL1.88.
•lTe.S;14.
Heb.10.88,
88.
CAPITULO I.
I>a graeiat & Dios porlafSdelot Tetaloni-
eentei, cuya paeieneia en loe tríbulaeione»
apUMae, y le» anima eon la prometa de tin
giorioto repoto en la venida del Señor, el
euai retribmra eon eterno eattig^ A he que
pertigMen y no <Aedeeen al Evangelio.
PABLO, y Silvano, y Timoteo, á la
Iglesia de los Tesalonicenses con-
gregada en Dios nuestro Padre, y en
el ^fior Jesu-Cristo a:
8 Gracia y paz á vosotros de Dios nues-
tro Padre, y del Sefior Jesu-Cristo.
8 ^ Debemos siempre dar gracias á
Dios de vosotros, hermanos, como es
digno, por cuanto vuestra fé va créet-
elo, y la caridad de cada uno de todos
vosotros abunda entre vosotros ;
4 Tanto, que nosotros mismos nos glo-
riamos de vosotros en las iglesias de
DÍOS&, de vuestra paciencia y te en todas
vuestras persecuciones y tribulaciones
que sufrís c:
6 Una prueba del justo juicio de Dios¿,
para que seáis tenidos por dignos del
reino de Dios, por el cual asimisnu)
padecéis*:
6 Porque ei justo para con Dioa pagar
con tribulación á los que os atribulan/;
7 Y á vosotros, que sois atribulados,
dar reposo con nosotros, cuando se ma-
nifestará el Sefior Jesús del cielos con
los ángeles de su potencia*,
8 Con llama de fuegos para dar el
pago á los que no conocieron á Dios,
ni obedecen al evangelio de nuestro
Sefior Jesu-Cristo.;
9 Los cuales serán castigados de eterna
perdición* por la presencia del Beikir,
y por la glona de so potencia',
10 Cuando viniere para ser glorificado
en sus santosm, y á hacerse admirable
en aquel dia en todos los que creyeron :
(por cuanto nuestro testimonio ha sido
creído entre vosotros.)
11 Por lo cual asimismo oramos siem-
pre por vosotros, que nuestro Dios o«
tenga por dignos de mt vocación, 4 hin-
cha de bondad todo buen intento, y A
ioda obra de fé con potencia,
18 Para que el nombre de nuestro
Sefior Jesu-Cristo sea glorificado en
vosotros, y vosotros en él, por la gracia
de nuestro Dios, y del Sefior Jesn-
Cristo.
A.D.5.
flTmili
Jadali
ifisLSh*
y97.S,i.
411.8.1*
aF(d.s.:
lis.!»-
i&
tD.68.
IL TESALONICENSES, II, IIL
A.D.63.
•Dk.7.18.
4.S.
! Bk. 7. 25.
1 JvuiS.
tjnuxir.
U.
' U. 14. 18.
Dft. U. 86,
S7.
Ap.lS.e.
rMaU8.1S.
1JIUB4.S.
I It. 11. 4.
Ap. 1». 15.
7^21.
>llhta4.M.
Ap. 13. a.
7U.15.
Ss- 14. 9.
C«p.L8.
Sf.1.4.
lTet.L4.
1P*L1.2.
Ap.13.8.
•Jn»17.
ai
lP(d.5.10.
'1C0.1&.18.
CAPITULO II.
Ezkorta é Jo» Te»aUmiemM$ 4 pennametmr «n
la vtrdad qtu kan rteihido, tt lu acitara
foé A la venida ék Cristo ka a* prtetdtr la
«pMfoHa y manifattaeüm <M «omtra d»
pecado, 9 amtitrino, rayo aoberbio eardaltr
« aHMetOB deeeribe, deelarawio eOtno teri
Mtlrutdo, y eon fl raoMloi fa «^(^ ó á $u
imiquidad coatimUerm,
EMPERO ot rogamos, hermano*, cu-
anto á la Tenida de nuestro 8eik>r
Jemí •Cristo, ; nuestro recogimiento
&él,
9 Que no os mováis ñicilmente de vu-
estro sentimiento, ni os conturbéis ni
por espíritu, ni por palabra, ni por carta
como nuestra, como que el dia del Se-
flor « esté cerca.
3 No os en^afle nadie en ninguna ma-
nera b ; porque no vendrá, sin que venga
Antes la ^ostasía, y se manifieste el
hombre de pecado*, el hUo de perdi-
ción ^,
4 Oponiéndose, j levant&ndose con-
tra todo lo que se Uama Dios, ó que se
adora «¡tanto que se asiente en el tem-
plo de Dios como Dios, haciúndose pa-
recer Dios.
5 ¿ No 08 acordáis que, cuando estaba
todavía con vosotros, os decia esto ?
6 Y ahora vosotros sabéis lo que le
impide, para que & su tiempo se mani-
fieste.
7 Porque ja. está obrando/ el misterio
de iniquidad: solamente espera hasta
que sea quitado de en medio el que a-
hora impide;
8 Y ent<SnceB ser& manifestado aquel
inicuo, al cual el Señor matará con el
Espíritu de su boca^, j destruirá con el
resplandor de su venida :
9 A aquel inicuo cuyo advenimiento es
s^un operación de Satanás, con grande
potencia, ; señales, j milagros menti-
rosos A
10 Y eon todo engaño de iniquidad
obrando en los que p¿«cen ; por cuanto
no recibieron el amor de la verdad para
ser salvos.
11 Por tanto, pues, les envia Dios ope-
ración de error, para que crean á la
mentira > ¡
IS Para que sean condenados todos los
que no creyeron á la verdad, antes con-
sintieron á la iniquidad.
18 5 Mas nosotros debemos dar siem-
pre fpneias á Dios por vosotros, herma-
nos k amados del Señor, de que Dios os
haya escogido desde el i>rincipio para
salud I, iwr la santificación del Espíritu
y fé de la verdad :
14 A lo cual os llamó por nuestro evan-
gelio, para alcanzar la gloria de nuestro
efior Jesu-Cristo »>.
15 Así que, hermanos, estad firmes*,
y retened la doctrina que habéis apren-
dido, sea por palabra, ó por carta nu-
estra.
10 Y el mismo Señor nuestro Jesu-
Cristo, y Dios y Padre nuestro, el cual
nos am<5, y not dio consolación eterna,
y buena esperanza por gracia o,
17 Consuele vuestros corazones, y os
confirme en toda buena palabra y olÑra.
CAPITULO III.
Le» pide megven á Dio» por tlt kalia eonlra
U>» dC*colo-\ ocioso» y pertinae»» i y reco-
mienda «I amor al trabajo, y la eorreedon
de lo» nudo»,
RESTA, hermanos, que oréis por
nosotros •, que la palabra del Señor
corra- y sea glorificada así como entre
vosotros :
5 Y que seamos librados de hombres
importunos y malos ^ ; porque no es de
todos la fé.
8 Mas fiel es el Señor*, que os confir-
mará y guardará de maL
4 Y tenemos confianza de vosotros d en
el Señor, que hacéis y haréis lo que os
hemos mandado.
6 Y el Señor enderece vuestros cora-
zones « en el amor de Dios, y en la pa-
ciencia de Cristo/.
6 i[ Empero os denunciamos, herma-
nos, en el nombre de nuestro Señor
Jesu-Cristo, que os apartéis de todo
hermano que anduviere fuera de orden,
y no conforme á la doctrina que recibi-
eron de nosotros g :
7 Porque vosotros mismos sabéis de
que manera debéis imitamos* : porque
no anduvimos desordenadamente entre
vosotros,
8 Ni comimos d pan de ninguno de
bnlde ; antes obrando con trabajo y &-
tiga de noche y de dia*, por no aer
gravosos á ninguno de vosotros ;
O No porque no tuvii'-semos potestad A,
sino por darcs en nosotros un dechado,
para que nos imitaseis.
10 Porque aun estando eon vosotros os
denunciábamos esto: Que si alguno no
quisiere trabajar, tampoco coma*.
11 Porque olmos que andan algunos
entre vosotros fuera de orden, no tra-
bajando en nada, sino ocupados en cu-
rioüear.
18 Y á los tales requerimos y rogamos
Cor nuestro Señor Jesu-Cristo, que tra-
bando con reposo, coman su pan.
18 Y vosotros, hermanos, no os can-
seis de hacer bien*.
14 Y si alguno no obedeoiere á nuestra
palabra por carta, notad al tal, y no os
juntéis con él, para que se avergUence».
15 Mas no lo tengáis como á enemigo ;
sino amonestadle como á hermano.
16 Y el mismo Señor de paz » os dd
siempre paz en toda manera. £1 Señor
sea con todos vosotros.
17 5 Salud. De mi mano, Pabloj»;
que es mi signo en toda carta mía. Así
escribo.
18 La gracia de nuestro Señor Jesu-
Cristo sea con todos vosotros. Amen.
La Segunda á los Tesalonicenses fbé
enviada de Atenas.
•lPBd.l.S.
• Bf. 6. 19.
COL4.8.
»Bo.l5.81.
« 1 Co. 1. 9.
7 10. 13.
1 Tea. 5. 24.
<f2Co. 7.16.
•1 Cr. 29.18.
/ Ap. 1. 9.
0BO.16. 17.
k 10o. 4. 16.
yU.L
tHech.18.8.
1 Co. 4. 12.
ITes. 2.9.
k 1 Co. 9. 6.
¡ Gea. 8. 19.
■ G». 6. 9.
■ver. 6.
oRo.16.ao.
1 Tea. 6. 23.
Heb.l8L20.
l>lCo.ie.21.
Col. 4. 18.
Yyí
A.D. 07.
>
•HechAJA.
» Col. L 97.
rfTit.1.4.
« Cap. 6. 8,
4.»>.
Tit 1. 14.
J-wt. 18.
Bo.U.8,
10.
Qft.S.14.
>2TL2.a2.
k Ko. 7. 12.
•' Oa. 5. 33.
* 311.4.3.
Tit. 1. 9.
lCsi>.6.16.
"•lTaa.2.4.
"10o.15.10.
•lCo.7.25.
P Gol. 1. ».
9 La. 38. S4.
leA. 17A8.
'Cap. 8.1.
7 4.9.
a TI. 3.11.
Tit 8. 8.
' Mat 9. 18.
Ln. 19.10.
UlTo. 1&9.
Bf . 8. 8.
LA PBIMSEA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
I
TIMOTEO.
CAPITULO I.
Bmearga el OfaMol á TimaUo qtu promn
impiUr la emt^Umta d» áaetrima» extrae
flof y f«iM¡Ma»^ como tamhitm twtUmn
inmt— atu no fonumian la earidad, la
atol eB H fln d»ta ley, y que m cond*uea
toa toda fiddidad «» H demmfoHo do m
PABLO, apóstol de Jesu-Oristo ■ por
la ordenación de Dios nuestro 8al-
▼ador, 7 del Seik>r Jesu-OrUto, nuestra
esperanza i;
8 A Timoteo «, verdadero hijo en la
fé*'. Gracia, misericordia, ; paz de Dios
nuestro Padre, y de Cristo Jesús nues-
tro Señor.
8 5 Como te rogné que te ouedases en
Efeso, cuando partí para Maeedonia,
para que requirieses á algunos que no
ense&en diversa doctrina,
4 Ni presten atención & fábulas y ge-
nealogías sin término, que antea en-
gendran cuestiones* que la edificación
de Dios, que es por fi, aA U encargo
ahora.
5 Pues el fin del mandamiento/ es la
caridad nacida de corazón limpio ff, y de
buena conciencia, y de fé no fingida :
O De lo cual distrayéndose algunos, se
apartaron á vanas pláticas ;
7 Queriendo ser doctores de la ley, sin
entender ni lo que hablan, ni lo que
afirman.
8 Sabemos empero que la ley et buena A,
si alguno usa de ella legítimamente;
9 Conociendo esto, que la ley no es
Í tuesta para el justo/, sino para los in-
ustos, T para los desobedientes, para
los impíos y pecadores, para los malos
y profanos, para los parricidas y matri-
cidas, para los homicidas,
10 Para los fornicarios, para los sodo-
mitas, para los ladrones de hombres,
pan los mentirosos y perjuros ; y si hay
alguna otra cosa contraria A la sana
doctrina A,
11 Según el evangelio de la gloria del
Dios bendito', el cual á mí me ha sido
encaigado >*.
19 Y doy gracias al que me fortificd*,
á Cristo Jesús nuestro Seiknr, de que
rae tuvo por fiel», poniéndome en el
ministerio^;
18 Habiendo sido antes blasfemo, y
perseguidor, é iniuriador : mas fui reci-
bido a misericordia, porque lo hice con
ignorancia < en increaulidad.
14 Mas la gracia de nuestro SeSor flié
mas abundante con la iiS y amor que es
en Cristo Jesús.
16 Palabra fielr, y digna de ser reci-
bida de todos : Que Cristo Jesús vino al
mundo para salvar á los pecadores», de
los cuales yo soy el primero t,
16 Mas por esto ful recibido á miserl-
oordia, para que Jesu-Cristo mostrase
en mí el primero toda «u clemencia.
para «ejemplo de los que haUan de onor
en él para vida eterna.
17 Por tanto al Rey de dgIos«, inmor-
tal, invisible*, al solo sabio Dios«, tea
honor y gloria por siglos de los si^oa'.
Amen.
18 Este mandamiento, h^o Timoteo,
te encargo, para que, confbrroe á las
profecías pasadas de ti*, tnlUf^^ yug
ellas buena milicia;
19 Manteniendo la fiS y buena conci-
encias, la cual echando de sí «^'gumtt,
hicieron naufragio en la f% :
90 De los cuales fiterom. Hjmeiiéo y
Alejandro (>, que entregué A Satanás*.
pan que aprendan A no blasfemar.
CAPITULO II.
Mtarea fm te haya onoetai jmt (os rtmei w
magUtradoe. Jetu-Critto tt «i «tú» medí-
omero y redentor de todo». IMeNMt <rw
«« todo Iwgar. ModeUia de lai nu^lerei. aa
tnmieion y lOentio.
AMONESTO, pues, ante todas ^
que se hagan rogativas, oraetok.i.,
peticiones, hacimientos de gncias, por
todos los hombres ;
5 Por los reyes, y por todos los que
estin en eminencia', pan que vivamos
quieta y reposadamente en toda ¡dcdad
y honestidad.
3 Porque esto et bueno y agradable de-
lante de Dios nuestro Salvador^;
4 El cual quiere que todos los hombres
sean salvos*, y que vengan al coooci-
miento de la verdad.
6 Porque A^ un Dios' ; mir^ismo on
Mediador entre Dios y loa hombns,
Jesu-Cristo hombre;
6 Bl cual se dio A sí mismo en piccio
del rescate por todos «, para *'-t*ñ*^mi9^
en sus tiempos ;
7 De lo que yo soy puesto por predica-
dor y apdstol, (di^ verdad en Olíalo,
no miento;) doctor de los Gentiles en
fidelidad y verdad/.
8 Quiero, pues, que los hombres occn
en todo Ingary, levantando manca lim-
pias A, sin ira ni contienda.
9 Asimismo también las migeies, ata-
viádonse en hAMto honesto, con
gttenza y modestia ; no con cabellos
crespados, li oro, 6 perlas, ó
costosos',
10 Sino de buenas obras, como v
viene A mujeres que profesan piedad.
11 La mujer aprenda en silencio, een
toda si^ecion Ir.
IS Porque no permito A la miúer cn-
sefiar, ni tomar autoridad sobre el hom-
bre, sino estar en silencio.
18 Porque Adam fué formado ti pii.
mero; después Eva'.
14 Y Adam no fué engafiado ; sino la
mujer, siendo seducid*, vino A ser cusm-
cttaen transgresión.
15 Empero se salvaiA engendrando hi-
jos, si permaneciere en la ISÍ y calidad,
y en santidad, y modestia.
A. O. O.
•BaLUiU.
'JaaaLU
<X«teS.
fiCc.aa.lL
•OiV.4.11
>Ckp.S.l
tlll.3.17.
«IÜOlVS.
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L TIMOTEO, m, IV, V.
A.I>. 8^.
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iPlt.16.18.
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f M*t 4. II.
iOol.1.6.
'La.ai.tt.
•ÍJ«tt4.1.
^Ie.S.t8.
CAPITULO 111.
Dtatriht tmaíM d»bm mrtnt Mspo» 4 tábrt-
aUmtta, y dMconot, y la» mttftna «na rínm
PALABRA fiel: 81 alnno apctaM
oblipado •, Imcna obrm uwwi.
8 Conviene, poei, que el eUspo m>
imprenilblek, marido de una mvOer,
•oUcito, templado, compueMo, hospeda-
dor, apto para enaeflar ;
8 No amador del 'vino, no herldor, no
oodlfiioM de •drdida ganancia, tino mo-
derado ; no litigioM, aitno de arailda :
4 <)ue fobieme bien su caaac, que
tenga nis h^oa en sujeción con toda
lionettldad;
6 (Porque el que no nbe gobernar su
easa, ¿eómo cuidará de la Iglesia de
IHoe?)
6 No un neófito, poroue inflándose'
no caiga en Juicio del diablo.
7 También conviene que tenga buen
tñtimonio de los estrattos*; poroue no
caiga en afrenta j en taco del diablo/.
8 Los diáconas asimismo dtbem ttr
lioncstosy, no bilingttes, no dados á
mucho vino, no amadores de torpes
ganancias;
9 Que tengan el misterio de la íií*
con limpia conciencia.
10 Y estos también sean antes proba-
dos; y así ministren, si ftieren sin cri-
11 Las mujeres asimismo honestas, no
detraetorass templadas, fieles en todo.
IS Los diáconos sean maridos de ima
mujer, que gobiernen bien sus hijos y
sus casas*.
18 Poique los que bien ministraren,
Ssnan para sí buen grado, j mucha con-
anza en la fé que «t en Cristo Jesús.
14 Esto te escribo con esperanza que
iré presto á ti :
15 Y si no ftiere tan presto, para que
sepas cómo te conviene conversar en la
casa de IMos', que «s la iglesia del
Dios vivo, colunma y apoyo de la ver-
dad.
16 Y sin contradicción, grande es el
misterio M de la piedad: Dios ha sido
manifiestado en carne*; ha sido Justi-
ficado con el Espíritu •( ha sido visto
de los ángeles j>; ha sido predicado á
Jos Gentiles; ha sido creído en el mun-
do f; ha sido recibido en gloriar.
CAPITULO IV.
Prtiité la ajnttatta gtM m loé venidero»
tiempo» cuontefmria tn la igleiia, con in-
dUaeion d» algnna» de la» errónea» y di-
oMiea» doctrina» qne MiariiaKan ol^noa,
y exhoria á Tim&to 4 fu» con diUgt»»eta
eaide de la «ana doetnna, y de eumpUr
otro» dtberu propio» d» «t» minittenal
eargo,
EMPERO d Espíritu dice manifi-
estamcnte, que en los venideros
tiempos algunos apostatarán de la fé.
escuchando á espíritus de error*, y á
doctrinas de demonios ;
9 Que con hipocresía hablarán men-
tira, teniendo cauterizada la concien-
da:
8 Que prohibirán casarse, y numdarán
abstenerse de las viandas que Dios Crió
pora que con hacimiento de gracias par-
ticipasen de ellas los fieles, y los que
han conocido la verdad &.
4 Porque todo lo que Dios crió e»
bueno, y nada hay que desechar, tomán-
dose con hacimiento de gracias :
5 Porque por la palabra de Dios, y por
la oración es santificado.
buen ministro de Jestt-Cristo,
orlado en las palabras de la fl y de la
buena 4aetaiaa«, la enal has alcan-
zado.
7 Mas las fábulas prdknas d y de vie-
ja» desecha, y ejercítate pan la piedad.
8 Porque el c¡)eralcio corporal para
poco es provechoso «¡ mas la piedad
para todo aprovecha/, pues tiene pro-
mesa de esta vida prñente y de la
venidera 9.
9 Palabra fiel n esta, y digna de a«r
TCcibida de todos.
10 Que por esto aun tratMiJamos y su-
Mmos onitiblos, porque esperamos en
et IMos viviente, « cual es salvador de
todos los hombres, mayormente de los
que creen A.
11 Esto manda y ensefla.
18 Ninguno tenga en poco tu Juven-
tud; pero sé ejemplo de los fieles en
palabra, en convenacion, en caridad,
en espíritu, en fé, en limpieza'.
18 Entretanto que voy, ocTÍpate en
leer, en exhortar, en enseñar.
14 No descuides el don que está en
tí^t, que te es dado por profecía' con la
imposición de las manca del presbi-
terio **.
16 MecUta estas cosas ; ocdpate en
ellas ; para que tu aprovechamiento sea
manifiesto á todos.
10 Ten cuidado de tí mismo y de la
doctrina; persiste en ello; pues haci-
endo esto, á tí mismo salvarás y á los
que te oyeren.
CAPITULO V.
SI ttpMól advierte á Timotto eomo ha d» por-
tarte con lo* fiele» de toda» edoie». OuaU»
havan de teruu viuda» que tirvan en la
I^eia. Le diee que deben ler premiado»
lo» jmMtero» qm» ewmpkn bien am mini^
tertot que ha de corregir lo» pecado» etf-
Uieo» ¡ y mirar mmoho é qtüen impono la»
uumoi para ordonarl».
NO reprendas al anciano, sino ex-
hórtalí como á padre: á loa mas
Jóvenes, como á hermanos ;
9 A las ancianas, como á madres; á
las Jovencitas, como á hermanas, con
toda pureza.
8 Honra á las viudas que en verdad
son viudas ■.
4 Pero si alguna viuda tuviere h^os, ó
nietos, aprendan primero á gobernar su
casa piadosamente, y á recompensar á
sus padres : porque esto es lo honesto y
agradable delante de Dios.
5 Ahora la que en verdad es viuda y
solitaria, espera en Dios, y es diligente
en suplicaciones y oraciones noche y
dia¿.
6 Pero la que vive en delicias, viviendo
está muerta «.
7 Denuncia pues estas cosas, para que
sean sin reprensión.
8 Y si alguno no tiene cuidado de los
suyos, y mayormente de los de su casa,
la fé negó, y es peor que un infiel.
9 La vitida sea puesta en ««pecio/ clase
no menos que de sesenta años ; que haya
sido es)K>sa de un tolo marido ;
10 Que tenga testimonio en buenas
obras ; d crió ¿i«n »ut hijos ; si ha ^er-
citado la hospitalidad ; si ha lavado los
{>iés de los santos <<; si ha socorrido á
os afligidos ; si ha seguido toda buena
obra.
11 Pero viudas mas Jóvenes no admi-
tas ; porque después de hacerse licenci-
osas contra Cristo, quieren casarse :
19 Condenadas ya, por haber falseado
la primera fé.
•Jer.U.lS.
<Ttt.L14.
•10D.9.9S.
/Okp.C&
'SaL8i.ll.
Mar. 10. 80.
A Sal. M. 7.
Hat 10. 80.
'3 TI. a. as.
TiLXr.
«911.1. «.
< Cap. 1.18.
■•Hadi.lSJ).
i
•ver. 5,16b
»La.X87.
•Ap.S.L
•i Gen. 18.
4.8.
A.D.67.
I. TIMOTEO. VL
A.D.67.
•21:^.3.11.
>
/I Tes. 5. 13,
IS.
t De. as. 4.
1 Go. 9. 9.
k Ltu 10. 7.
•'2TÍ.4.1.
( De. 1. 17.
(Hech.18.8.
m 2 Jiun IL
« Skl.lOU.5.
« Hf . 6. 6.
Tit.2.9,
etc.
lFed.2.18.
eta
Í2TL1.I8.
• Tlt. 1. L
h«ck«« ocioias, k andar de casa en can ;
y no aolamente ocioiaa, tino también
parleras y curiosas** hablando lo que
no conviene.
14 Quiero, pues, que las que son Jóve-
nes se casen, crien hijos, gobiernen la
casa; que ninguna ocasión den al ad-
versario para maldecir.
15 Porque ya algunas han vuelto atrás
en pos áe Satanás.
16 Si algún ñel ó alguna fiel tiene vi-
udas» manténgalas, y no sea gravada la
iglesia; & fin de que haya lo suficiente
para las que de verdad son viudas.
17 i[ Los ancianos que gobiernan bien/,
sean tenidos por dignos de doblada hon.
ra; mayormente los que trab^tuí en
]iredJcar y enseñar.
18 Porque la Ifscritura dice : no em-
bozarás al buey que trillay. Y : Digno
e* el obrero de su jornal A.
19 Contra el anciano no recibas acu-
sación sino con dos ó tres testigos.
80 A los que pecaren, repréndelos de-
lante de todos, para que los otros tam-
bién teman.
81 Te requiero delante de Diost j del
Señor Jesu-Cristo, y de sus ángeles es-
cogidos, que guaraes estas cosas sin
perjuicio de nadie, que nada hagas in-
clinándote 4 la una parte*.
23 No impongas de ligero las manos t
á alguno, ni comuniques en pecados
ágenos m : consérvate en limpieza.
83 No bebas de aquí adelante agua,
sino usa de un poco de vino » por causa
del estómago, y de tus continuas enfer-
medades.
84 Los pecados de algunos hombres,
antes que vengan ellos á juicio, son
manifiestos; mas 4 otros les vienen
después.
85 Asimismo las buenas obras antes
son manifiestas; y las que son de otra
manera, no pueden esconderse.
CAPITULO VI.
Loi titrvon obeáetcan d nu amot, wan etfo*
6 mo eríitiano», Bobre los /abot doctore».
JJañoi que acarrea la avaricia. Deben
lo» rieoi evitar la toberMa, y emplearte
en obras de caridad.
TODOS los que están debajo del yugo
de servidumbre, tengan á sus se-
ñores por dignos de toda honra», por-
que no sea blasfemado el nombre del
Señor y tu doctrina.
8 IT los que tienen amos fíeles, no lot
ten;;an en menos, por ser tut hermanos ;
^tes sírr&Tdes mejor, por cuanto son
fieles y amados, ,v partícipes del benefi-
cio. Esto enseña y exhorta.
8 Si alguno enseña otra cosa, y no
asiente alas sanas palabras b de nuestro
Señor Jesu-Cristo, y á la doctrina que
es confbrme á la piedad e,
4 Es hinchado, nada sabe, y enloquece
acerca de cuestiones y contiendas de
palabras, de las cuales nacen envidias.
pleitos tf, maledicencias, malas sospe-
chas,
5 Porflas de hombres corruptos de en-
tendimiento, y privados de la verdad,
que tienen la piedad por graigerla : a-
pártate de los tales.
6 Empero grande granjeria es la pie-
dad con contentamiento «.
7 Porque nada hemos traído á este
mundo, y sin duda nada podremos sa-
car/.
8 Asi que teniendo sustento, y con qae
cubrimos, seamos contentos con esto'.
9 Porque los que quieren enriquecer-
se A, caen en tentación y lazo, y en
muchas codicias locas j dañosas, que
hunden á los hombres en perdición y
muerte.
10 Porque el amor del dinero es la raíz
de todos los males ; el cual codiciando
algunos, se descaminaron de la fó, y
fueron traspasados de muchos dolores.
11 Mas tn, oh hombre de Dios', huye
de estas cosas; y si^e la Justicia, la
piedad, la fé, la candad, la paciencia,
la mansedumbre.
13 Pelea la buena batalla de la ffi*,
echa mano de la vida eterna, á la cual
asimismo eres llamado, habiendo hecho
buena profesión delante de muchos tes-
tigos.
18 Te mando delante de Dios, que da
vida á todas las cosas, y de Jesn-Cristo,
que testificó la buena profesión delante
de Pondo Pilato^
14 Que guardes el mandamiento sin
mácula, ni reprensión, hasta la apari-
ción de nuestro Señor Jesu-Cristo "• ;
15 La cual á su tiempo mostrará el
Bienaventurado* y solo Poderoso, Rey
de reyes, y Señor de señores • ;
16 Quien solo tiene inmortalidad j», que
habita en luz inaccesible ; á quien nin-
guno de los hombres ha visto, ni puede
ver ; : al cual tea la honra y el impesio
sempiterno. Amen.
17 i[ A los ricos de este siglo manda
que no sean altivos, ni pongan la espe-
ranza en la incertidumbre de las rique-
zas r i sino en el Dios vivo, que nos da
todas las cosas en abundancia de que
gocemos» :
18 Que hagan bien, que sean ricos en
buenas obras <, dadivosos, que con freí-
lldad comuniquen :
19 Atesorando para sí buen fundamen-
to para lo porvóüro, que echen mano
ala vida eterna*.
30 Oh Timoteo, guarda lo que se te ha
encomendado', evitando las inra&nas
pláticas de vanas cosas, y los argumen-
tos de la fiílsamente llamada ciencia jr :
81 La cual profesando algunos, fue-
ron descaminados acerca de la fó *• La
Gracia tea contigo. Amen.
La Primera á Timoteo fué enviada
de Laodicéa, que es metrópoli de
la Frygia Pacaciana.
d9TL2.3.
*Cisfr4&
Pr. 15.11 <
/SsLC.]?.
Ee.5.1S-
&Pr.£&a!.
• De.ai. !
alLS.17.
t2TL4.7.
(JosaU. I
96bV. I
-JlWll
3TL4.U
Ttt.113.
•Ci«.LU,
17.
•Ap.I7.Ii
PJusiseí
tlz.8.».
rJttltSLH.
BsLtLlO.
1ÍK.10.M-
tlA.U.11.
y 16. a
"wr.ll
■ in.iK.
yCoLis.
«SfLll^
A.D. 68.
• 1 TL 1. a.
»Hech.2S.l.
Helk 18.18.
<lTes.8.ia
' I TL 1. 5.
*Heeh.l«.l.
/I TL 4. 14.
fBo.1. Ift.
» Bo. 8.28.
k Bo. 9. U.
I Bf. 1.9. 11.
■ Tlt. 1. a.
"IFWLI.901
• io>.is.a7.
SI Ti. a. 7.
♦ ver. 8.
• ter. 14.
1TÍ.&90.
lPed.4.19.
(1TL1.1C.
• 1 TL «. 8.
• 1 TL & SO.
«Cap. 4. 10,
1«.
V Cap. 4.1».
St<u90.
•ItatSS.
84.40.
> H«b.6.10.
LA SEGUNDA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
TIMOTEO.
CAPITULO I.
Kahnrta á Timclto 4 pndiear ínítéfUanunte
d Xvui^ftUo, fwa numi/Mtar mitjar mtfé,
«A 9«« ftrmemmta mi la atma éoetrina.
2>HM fiM olfttvM é» Aria U «ktmdíma/nm
en Boma; jr ato^fa A Onmtforo,
PABLO, apástol de Jesa-Criito por
la Toluntad de Dioa, segnn la pro-
mesa de la Tida, que ct en Cristo Je-
sus,
8 A Timoteo, araado hiJo«, gracia,
miaerioordia, y pax da Dioa el Padre, y
de Jesu-Crlato nuestro Sefior.
8 5 Doy gracias 4 Dios, al cual sirro
desde mis mayores con limpia ooncien-
ciafc, de que sin cesar tengo memoria
de tí en mis oraciones noche y diac ;
4 Deseando verte, acordándome de tus
ligrimas, para ser lleno de gozo ;
5 Trayendo á la memoria la t¿ no fin-
gida ^ que kabia en tí, la cual residió
primer» en tu abuela Ix>ida, y en tu
madre Bunice*; y estoy derto que en ti
también.
6 Por lo cual te acensúo, que despi-
ertes el don de Dios que está en tí por
la imposición de mis manos/.
7 Porque no nos ha dado Dios el espí-
ritu de temor, sino el de fortaleza, y de
amor, y de templanza.
8 Por tanto no te avergttenees del tes-
timonio de nuestro BeAor', ni de mí
preso por amor suyo; antes sé partici-
pante de los trabsqos del evangelio A
según la virtud de Dios,
9 Que nos salvó y llamó con vocación
santa •', no conforme á nuestras obras A,
mas seoun el intento suyo', v for la
gracia, la cual nos es dada en dristo J^
sus antes de los tiempos de los siglos « ;
10 Mas ahora es manifestada por la
aparición de nuestro Salvador Jesu-
cristo», el cual quitó la muerte", y
sacó á la lux la vloa y la inmortalidad
por el Evangelio j» :
11 Del cual ye soy puesto predicador,
y apóstol, y maestro de los Gentiles f .
19 Por lo oual asimismo padezco esto :
mas no me avergüenzo <*; porque yo sé
á quien he oreido, y estoy cieno que es
poderoso para guardar mi depósito para
aquel dia«.
18 Reten la forma' de las sanas pa-
labras « que de mí oiste, en la fé y amor
que e* en Cristo Jesús.
14 Guarda el buen depósito* por el
Espíritu Santo que habita en nosotros.
15 Ya sabes esto, que me han sido con-
trarios todos los que son en Asia»; de
ios cuales son Figello, y Hermógenes.
10 Dé el Señor misericordia a la casa
de Onesíforo'; que muchas veces rae
refrigeró, y no se avergonzó de mi oa-
denas:
17 Antes estando él en Roma, me
bascó solícitamente, y nw halló.
18 Déle el Se&or que halle misericor-
dia cérea del SeAor en aquel dla«. T
cuanto nos ayudó^ en Bfaso, tü lo sabes
nu^or.
-L
CAPITULO IL
HiMa á Timotto á» lafnrtalna ffruátneta
con qtu 4¡4b« rniMÜar Uu eouu a» la fé, y
como déht evitar la» eaetHoae» inUtiíe»,
crigtm de diaeoniias y de eoaUmkUu, toa
euaUe toa oipeniu M eriatiana,
PUES til, hijo mío, esfuérzate en la
gracia que es en Oriüto Jesús*.
8 Y lo que has oido de mí entre mu-
chos testigos, esto encarga A los hom-
bres fieles que serán Idóneos pan en-
señar también á otros b.
8 Td pues sufre trabi^o* como íiel sol-
dado de Jesu-Oristo.
4 Ninguno que milita se embaraza en
los n^ocios de la vida ; á fin de agradar
á aquel que lo tomó por soldado.
A Y aun también el que lidia, no es
coronado si no lidiare legítimamente «.
e El labrador para recibir los frutos, es
menester que trabaje primero.
7 Considera lo que digo; y el Sefior
te dé entendimiento en todo'.
8 Acuérdate que Jesu -Cristo, W cual
fué de la simiente de David, resucitó
de los muertos conforme A mi evan-
gelio*;
9 En el que sufro trabajo, hasta las
prisiones á modo de malhechor/: mas
la palabra de Dios no está presa.
10 Por tanto todo lo sufro uor amor de
los escogidos p, para que ellos también
consigan la salud que es en Cristo Jesús
con gloria eterna.
11 Ea pala tira fiel : Que si somos muer-
tos con él, también viviremos con él A :
18 Si sufrimos, también reinaremos
con él •'. SI ufáremos, él también nos
negará*:
13 Si futiremos Infieles, él permanece
fiel' : no s« puede negar á sí mismo».
' 14 ^ Recuérdale* esto, protestando de-
lante del Señor que no contiendan en
palabras, lo cual para nada aprovecha «,
átUea trastorna á los oyentes.
15 Procura con diligencia presentarte
á Dios aprobado, como obrero que no
tiene de que avei^nzarse^ que traza
bien la palabra de verdad*.
16 Mas evita pro&nas y vanas parle-
rías j> ; porque muy adelante Irán en la
impiedad.
17 Y la palabra de ellos carcome oomo
cáncer; de los cuales es Himeneo? y
Filete ;
18 Que se han descaminado de la ver-
dad r diciendo, que la resurrección es ya
hecha*, y trastornan la fé de algunos.
19 Pero el fundamento de Dios está
firme, teniendo este sello: Conooe el
Señor los que son suyos '. Y : Apártese
de Iniquidad todo aquel que Invoca el
nombre de Cristo**.
90 Mas en una casa grande, no sola-
mente hay vasos de oro y de plata, sino
también de madera y de barro ; y asi-
mismo nnoa para honor, y otros para
deshonra*.
81 Así que si alguno se limpiare de
estas cosas, será vaso para honra, san-
A.D.68.
• Efl 6. 10.
»Ttt.L».
•10o. 9. as.
iFr.3.C
«86.1.8,4.
2C0.4.1S.
/sf.6.ao.
f 9 Oo. 1. 6.
Col. L 21.
h Bo.8.5.8.
•- Bo. 8. 17.
lPad.4.18.
A Mallo. 88.
<Bo.8.S.
"Na. 88. 19.
•111.6.4.
•Mai 18.69.
fin. «.90.
91TLL90.
<-lTL6b3L
'ICo. 15.19.
<Ka.l«.&
«SaL 97.10.
is.fia.li.
•Bo.9.31.
A.D.flB.
IL TDÍOTBO, m, IV.
A.D.C8.
•C*p.S.17.
VlTLft.ll.
•wr. Uu
ITLLi.
y i. 7.
•iTM.a.7.
»H6flh.8.aa.
•lllt.7.
•1TI.11.
9PQÍ.8.8.
IJuaS.
18.
jQdAl7.
»Bo.L99k
e Tit. 1. 16.
•iCftp.2.16.
/Xftr.ftlT.
«Bx.7.11.
& 1 Ti. e. 6.
Tlbl.l(.
S8.
«HedLlS.
14, fio.
<HedLl4.
1.19.
«Bd.84.1».
•Heekli.
39.
«Cap. 1.5,
la.
y2.X
J>J«Mf.89.
7 90.81.
iaPed.1.
90^91.
•'So.U.4.
«SiJ.lU.
98,100.
E
tifieado, y ihil put los nao* dd Sefior,
y aparcado pan toda buena obra*.
99 Huye tamUai kw doeoa JuTcniles;
y time la Justicia, la üí, la caridad, la
paz', oon los que in-vooan al teikir de
puro eoTazon.
98 Empero las cuestiones necias y sin
sabiduría desecha', sabiendo que en.
gendxan contiendas.
94 Que el sierro del Sefior no debe ser
litigioso, sino manso para con todos*,
apto para enseñar, sufrido ;
95 Que con mansedumtnne corrija á los
que se oponen : si quizá Dios les dé que
se arrepientan» para conocer la Tcrdad,
96 Y se zafen ael lazo del diablo e, en
que están cautivos á voluntad de éL
CAPITULO III.
OmrMtr ét Im faíto» apóUete», mtemigo» d*
la verdad. Jlnearaa á lVm«Mo q»e m
vumtmga flrm» en lo que tiene aprwHdiio,
y te reeomieHda el emudío d» uu Mtmta»
Beerüvira».
8TO también sepas, que en los pos»
treros dias vendrán tiempos peii-
grososa:
9 Que habrá hombres h amadores de sí
mismos, avaros, vanagloriosoa, sober-
bios, detitactores, desobedientes á los
padres, ingratos, sin santidad,
8 Sin afecto, desleales, calumniadores,
destemplados, crueles, aborrecedores de
lo bueno,
4 Traidores, arrebatados, hinchados,
amadores de los deleites ñus que de
Dios;
5 Teniendo apariencia de piedad, mas
habiendo negado la eficacia de ella*:
y á estos evitad
6 Porque de estos son los que se entran
por las casas', y llevan cautivas las
mujercillas cargadas de pecados, lleva-
das de diversas concupiscencias ;
7 Que siempre aprenden/, y nunca
pueden acabar de llegar al conocimiento
de la verdad.
8 Y de la manera que Jannes y Jam-
bres resistieron á Moisés/, así también
estos resisten á la verdad; hombres
corruptos de entendimiento, reprobos
acerca de la S&K
9 Mas no prevalecerán; porque su
insensatez será manifiesta á todos, como
también lo ñié la de aquellos.
10 Pero til has comprendido mi doc-
trina, institución, intento •', fé, largura
de ánimo, caridad, paciencia,
11 Persecuciones, aflicciones, cuales
me sobrevinieron en Antioquíait, en
Iconio, en Listra'; cuales persecuci-
ones he sufrido, y de todas me ha li-
brado el Sefior ■>.
19 T también todos los que quieren
vivir píamente en Cristo Jesús, pade-
cerán persecución •.
18 Mas los malos hombres, y los en-
gañadores, irán de mal en peor enga-
ñados, y engañando á otro».
14 Empero persiste tü en lo que has
aprendido, y te persuadiste, sabiendo de
quien has aprendido» ¡
15 Y que desde la niñez has sabido las
sagradas escrituras, las cuales te puedert
hacer siUiio para la salud por la fé que
es en Cristo Jesaap.
16 Toda Escritura dada por Espíritu
de Diosf es iftil para enseñar r, para
redargair, para corregir, para instituir
en Justicia,
17 Para que el hombre de Dios sea per-
fíBcto', enteramente instruido para toda
buena obra.
CAPITULO IV.
IWMOf emeemUendae dU Áp6itcl á Tiwutfo.
Le ni orto d fiw fredifme s«« iaiermieiam,
para farUfUar loe emfírüme de loe Jtelea
eomira lof errare» fiw mWom dm maeer: le
diee qae eeid eereaao él Jba d» tm viiat y
eoNcIÑy* con lat telmtatioae» aeoetarntror
daa.
REQUIERO vo, pues, delante de
DúM, y del Señor Jesn-Cristo «,
que ha de juzgar h los vivos y los muer-
tos en su manifiestacion y en su reino,
9 Que prediques la palalwa; que instes
á tiempo y friera de tiempo : redarguye,
reprende, exhorta con toda paciencia y
doctrina e.
8 Porque vendrá tiempo cuando no
sufrirán la sana doctrina; ántet, teni-
endo comezón de oir, se amontonarán
maestro* conforme á sus conenpiseen-
cías,
4 Y apartarán de la verdad el oUo, j
se volverán á las fábulas'.
5 Pero tü vela en todo, soporta las
aflicciones, haz la obra de Evangelista,
cumple tu ministerio :
6 Porque yo ya estoy nara aer ofrecido,
y el tiempo de ral partida está cercano*.
7 He peleado buena batalla/, he aca-
bado la cancera/, he guardado la fó.
8 Por lo demás, me está guardada la
corona de Justicia *, la cual me dará el
Señor, juez Justo, en aauel dia: y no
solo á mí, sino también a todos loa que
aman su vokidai.
8 ^ Procura venir presto á mí :
10 Poique Demás « me ha desampa-
rado, amando este siglo', y se ha ido 4
Tesalónica ; Crescente á Oalacia ¡ Tito
á Dalmaoia.
11 Lucas solo está conmigo. Toma á
Marcos ■>, y traéle contigo; porque me
es útil pan el ministerio.
19 A Tychlco • envié á Efieso.
18 Trae, cuando vinieres, ri capote
que d^é en Troas en casa de Carpo;
y los libros, mayormente los pergami-
nos.
14 Alejandro* el calderero me ha cau-
sado muchos males : el Señor le pagará
conforme á sus hechos^.
15 Guárdate tü también de ¿1 ; que en
grande manen ha resistido á nuestras
palabras.
16 En mi primen defensa ninguno me
ayudó; antes me desampararon todoa:
no les sea imputado.
17 Mas el Señor me ayudó, y me ca-
fbrzó para que por mi fuese cumplida
la predicación, y todos los Gentiles la
oyesen; y fui librado de la boca áei
leonf.
18 Y el Señor me librará de toda obn
malar, y me preservará pare su reino
celestial : al cual fso gloria por sigloa de
siglos. Amen.
19 ^ Saluda á Prista | y á Aquilas*,
y á la casa de Onesíforo '.
90 Erastof se quedó en Corinto; y á
Trófirao • dejé en Mileto enfermo.
91 Proeun venir antes del invierno.
Enbulo te saluda, y Pudente, y Lino,
y Claudia, y todos los hermanos.
99 El Señor Jesu- Cristo «sa con tn
espíritu. La gracia ata oon vosotros.
Amen.
La Segunda á Timoteo, el onal Ai4
el primer obispo ordenado en Bfcao,
fue escrita de Roma, cuando Pablo
fué presentado la segunda vea á
César Nerón.
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IKlpoeta
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•1TL1.4.
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a.
Bo. 14. U,
90.
1 Ti. 4. 8, 4.
«STL&fi.
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
T I T O.
CAPITULO 1.
DetpuM de §aludar á Tito, ¡s advierte ta$
eitáUdatlee que ee r«ffui«r«» m toe que fue-
ren fueetoe por mimetroe,
PABLO, siervo de Dios, j amSstol de
Jesu-Cristo aesun la fe délos esco-
gidos de dos, y n conocimiento de la
verdad que es según la piedad <*,
5 Para la esperanza de la vida eterna,
la cual Dios, que no puede mentir b,
prometió antes de los tiempos de los
siglos e,
3 Y manifestó & sus tiempos su pala-
bra' por ¡a predicación*, que roe es á
mí enoomenaada/por mandamiento de
nuestro Salvador Dios ;
4 A Tito, verdadero bUo en la común
t&8: Orada, misericordia, y paz de
Dios Padre, y del Señor Jesu-Cristo
Salvador nuestro.
6 ^ Por está causa te d^ en Creta,
para que corrigieses lo que falta, y pu<
sieses ancianos * por las villas, au como
yo te mandé:
O El que fuere sin crimen, marido de
una mujer, que tenga h^jos fieles, que
no estén acusados de disolución, ó con-
tnmaocB.
7 Porque es menester que el obispo
sea sin crimen', como dispensador de
Dios*; no soberbio, no iracundo, no
amador del vino, no heridot, no codi-
cioso de torpes ganancias ;
8 Sino amigo de hospitalidad, amador
de lo bueno, templado, Justo, santo,
continente ;
9 Retenedor de la fiel palabra 91M ee
conforme & la doctrina; para que tam-
bién pueda exhortar con sana doctrina^,
y convencer & los que contradijeren.
10 Porque hay aun muchos contuma-
ces"», habladores de vanidades, y enga-
itadores de las almas, mayormente loe
que mn de la eireunoision,
11 A los cuales es preciso tapar la
boca ; que trastornan casas enteras, en-
señando lo que no conviene, por torpe
ganancia*.
12 DUo uno de ellos ||, propio profeta
de ellos: Los Cretenses, siempre men-
tirosos, malas bestias, vientres perezo-
sos.
18 Este testimonio es verdadero: por
tanto repréndelos duramente, para que
sean sanos en la fé ;
14 No atendiendo á ftbulas Judaicas',
y á mandamientos de hombres que se
apartan de la verdad.
15 Todas las cosas son limpias & los
limpios^; mas & los contaminados é
infieles nada es limpio : antes su alma
y conciencia están contaminadas.
16 Proffisanse conocer á Dios, mas con
los hechos io niegan f ; siendo abomina-
bles y rebeldes, y reprobados para toda
buena obra.
CAPITULO II.
Xanifieeta á Tilo como eehade portar eou km
fitlee d* Mm ettadoe, eemoe, eáaáee, y eon-
dieioiteet y la oUiaaeioH <¡ue tiene de darlee
tnten ^iempU. liepUca loe éoeumettioe que
noe da la araeia de Dio», y loe hen^eioe
qae no* ha lueho Jetu-^rieto,
Ii^MPERO tii habla lo que conviene
J á la sana doctrina « :
5 Que los vi^os sean templados, graves,
prudentes, sanos en la fé, en la caridad,
en la paciencia.
8 Las ancianas, asimismo, ee ditHngem
en un porte santo ; no calumniadoras,
no dadas á mucho vino, maestras de
honestidad :
4 Que enseñen i las mujeres Jóvenes á
ser prudentes, á que amen á sus mari-
dos, á que amen á sus hijos,
6 A ser templadas, castas, que tengan
cuidado de la casa, buenas, si^etas á
sus maridos & ; poique la palabra de Dios
no sea blasfemada «.
O Exhorta asimismo á los mancebos á
que sean comedidos :
7 Mostrándote en todo por ejemplo de
buenas obras <<; en doctrina, int^ldad,
gravedad,
8 Palabra sana «, é irreprensible ; que
el adversario se avergttence, no teniendo
mal ninguno que decir de vosotros/.
9 Esehorta á los siervos, á que sean su-
jetos á sus señores y, que agraden en
todo, no respondones ;
10 Vo defraudando, antes mostrando
toda buena lealtad, pan que adornen
en todo la doctrina A de nuestro Salva-
dor Dios '.
11 Porque la gracia de Dios que trae
salvación á todos los hombres, se mani-
festó <c,
12 Enseñándonos que, renunciando á
la impiedad y á los deseos mundanos t,
vivamos en este siglo templada, y justa,
y píamente,
18 Esperando aquella esperanza bien-
aventurada <*, y la manifestación gloriosa
del gran Dios, y nuestro Salvador Jesu-
cristo «,
14 Que se dio á sí mismo por nosotros »,
para redimimos de toda iniquidad', y
limpiar para sí un pueblo propio r, ce-
loso de buenas obras'.
15 Esto habla y exhorta, y reprende
oon toda autoridad. Nadie te de8|ñrecie«.
CAPITULO III.
Virtudee que debe Tito recomendar d todae
loe ertmano». La qraeia de Jent-OriHo
derramada eobre noeolroe, no* hace eeperar
la vida eterna, be exhorta á que eotte la»
malae doetrinae, y recuse á lo» obetinado»
hereje»*
AMONÉSTALES que se sujeten á
los príncipes v potestades*, que
obedezcan, que estén prontos á toda
buena obra ;
2 Que á nadie infiunen, que no sean
A. D. 9t.
•Oftp.1. 9.
& Bf. 5. 98.
lPed.S.1.
•1TL«.1.
' 1 7S. 4. 12.
«vsr.l.
iTi.ers.
/l TI. 5.14.
«Bf. 6.S.
lFed.2.18.
h Mst S. 16.
K14.1.
n. 1. 9r.
i 1 Ti. 4. 10.
Cap. 8. 4.
iClap.8.4.
aFsd.2.11.
■•FL8.20L
«9Te8.2.8.
1TL8.14.
9 TI. 4. 1,8.
> Bt 6. 2.
P Bal. 180. 8.
9 De. 7. 6.
y 14. 3.
•■ BL 3. 10.
•1 Ti. 4. 12.
• Bo. 18. 1.
lPed.2.18.
A.D.6T.
FILEHOK.
A.D.67.
»Bí.i.3.
* 10o. 6.11.
1 Fed. i. 8.
i C«i>. 2. 10.
La. 1. 47.
1TL1.1,
2.8.
JsdASS.
•Cap.2.U.
/Br.X.4.
78.9.
9Sf.5.a8.
fc]Ut.t».Í8.
t JobbS.
8.6.
¿Hech.X
83.
t Bo. 8. S4.
■1TLL15.
"wr.l.li.
A.D.08.
o Bf . 8. 1.
» Ti. 2. 2B.
• CoL 4. 16.
d Fl. 2. 25.
•Bo.lfi.6.
/ Et. 1. 16.
'CoL 1.4.
AaCo.7.13.
ilTei.a.6.
AC0L4.8.
' 1 Co. 4. 15.
pendenciero*, ^no modettoe, mostrando
toda mamedumine para con todos lo*
hombres ^.
8 Poique tamUen éramos nosotros ne-
cios en otro tiempo, rebeldes, extravia-
dos, sirviendo & concupiscencias y de-
leites diversos «, viviendo en malicia j
en envidia, aiñrrecibles, aborreciendo
los unos á los otros :
4 Mas cuando se manifiesto la bondad
de Dios nuestro Salvador', y tu vcaat
para con los hombres*.
6 No por obras de Justicia que nos-
otros hablamos hecho/, mas por su
misericordia nos salvó por el lavacro;
de la regeneración*, y de la renovación
del Bspírltu Santo ' ;
6 El cual derramó ^ en nosotros abun-
dantemente por Jesu-Cristo nuestro Sal-
vador,
7 Para que, Justificados por su gracia ^
seamos hechos herederos según la es-
peranza de la vida eterna.
8 Palabra fiel •», y estas cosas quiero que
afírmes, para que los que creen á Dios
procuren goliemarse en buenas obras ■.
iSstas cosas son buenas y ütiles á los
hombre.
9 Mas las cuestiones necias*, y gene-
alogías, y contenciones y debates acerca
de la ley evita ; poique son sin provecho
y vanas.
10 K^usa hombre her^, después de
una y otra amonestación ;
11 Estando cierto que el tal es trastor-
nado, y peca, siendo condenado de su
propio Juicio.
IS 5^ Cuando enviare á tí & Alternas,
6 k Tychleoi», procura venir á mí i
Nicópoiis; porque allí he determinado
invernar.
13 A Zenas, doctor de la ley, y á Apolo
envía delante f, proenfcndo que nada
les falte.
14 T aprendan asimismo los nuestros
á gobeqiarse en buenas obras para los
usos necesarios, para que no sean stn
ÍSrutor.
15 Todos los que están conmigo te
saludan. Saluda á los que nos aman
en la fií. La gracia sea con todos vos-
otros. Amen.
A Tito, el cual fué el primer obispo
ordenado á la iglesia de los Cre-
tenses, escrita de Nicópolis de Ma-
cedonla.
•in.L<.
T4.7.
1LX.&
rOnL4.&
8TL4.U.
tBoLl&K
SJaaat.
•■H4.1:.
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
í
FILÉMON.
P(ód» ton la tlotvmHa Mvina ú» la eoridad
aiM w reeoneÜit eon Ontrimo, ftt etdavo
fugiHw>, ya críatiuno y arreptntido.
PABLO, prisionero de Jesu-Cristo •,
y el hermano Timoteo, & Filémon
amado, y coaiUutor nuestro b;
S Y á la amada Apphia, y & Archlppoe,
compañero de nuestra milicia'', y a la
iglesia que etiá en tu casa ' :
3 Gracia á vosotros, y paz de Dios nu-
estro Padre, y del Sefior Jesu-Cristo.
4 ^ Doy gracias á mi Dios, haciendo
siempre memoria de tí en mis oracio-
nes/,
5 Oyendo tu caridad, y la íe que tienes
en el Señor Jesús, y para con todos los
santos p;
6 Tara que la comunicación de tu fó sea
efícaz en el conocimiento de todo el
bien que está en nosotros por Cristo
Jesús.
7 Poraue tenemos gran gozo y conso-
lación de tu oarldad, de que por ti, oh
hermano, han sido recreadas las entra-
fias de los santos A.
8 Por lo cual, aunque tengo mucha
resolución en Cristo para mandarte lo
que conviene',
9 Ruégeos mas bien por amor, siendo
tal cual to^, Pablo anciano, y aun ahora
prisionero de Jesu-Cristo,
10 Ruégete por mi hijo Onésimo &, que
he engeirarado' en mis prisiones ;
11 BT cual en otro tiempo te fué inütil,
mns ahora á tí y á m| os iltil :
12 El cual te vuelvo á enviar : t(I, pues,
recíbele como á mis entraflas.
18 To quisiera detenerle oonmigo, para
que en lugar de tí me sirviese en las
prisiones del Evangelio •».
14 Mas nada quise hacer sin tn oona^,
porque tu beneficio no fuese comq de
necesidad, sino voIunUrio >.
15 Porque acaso por esto se ha apar-
tado de tí por algún tiempo, para que
lo leciUeses» para siempre ;
10 No ya como siervo, intes mas que
siervo, como hermano amador, mayor-
mente de mí ; pero ¿ cuanto mas de tí,
en la carne f, y en el Señor ?
17 Así que, si me tienes por oorapa-
fiero r, recíbele como á mí.
18 T si en algo te dalló, ó te debe,
pónlo á mi cuenta.
19 Yo Pablo to escribí de mi mano ; yo
lo pagaré, por no decirte que aun & tí
miuno te me debes demás.
90 Sí, hermano, góceme yo de tí en el
Sefior; recrea mis enCrafias' en el Se-
ñor.
81 Te he escrito confiando en tu obe-
dienciat, sabiendo que aun baria mas
de lo que digo.
8S Y asimismo prep&rame también «-
lojamiento; porque espero que por vues-
tras oraciones M os ten|p> de ser conce-
dido.
sa Te saludan Epaflras*, mi oompafiero
en la prisión por Cristo Jesús,
84 Marcos', Aristarco», Détaam, y
Lucas •, mis cooperadores.
25 La gracia de nuestro Seftor Jesa-
Cristo tea con vue>tro espíritu i. Amen.
AD.61
"lCa.16.
17.
>SQLtL7.
•GSS.4S.
#1TLC1
fCoLS-SL
•-80.8.S.
A Filémon fué enviada de Roma por
Onésimo siervo.
•ver. 7.
iSTbs.l.k
81.
90B.LU.
• oiLi-;.
«Hi^ll
rH«A.U>
OtLllO.
• O0L4.H
*SfL4.A
A.D. e^
• Kn. 12.
«.8.
» M»t. 17. 5.
JVMk 1. 14.
«SaLS. &
¿Cap. 11. 3.
«Col. 1. 15.
/Can. 8. 1.
8aL 110. 1.
9¥i.2. 9,10.
i BaL 3. 7.
«a8«.7. 14.
ft Col. 1. 18.
1 6*1. 97. 7.
• Cap. 1. 8.
"SaL45.
8,7.
•Bal.lOa.K.
PSaL 110.1.
«Bal. 108.
n.
Da. 7. 10.
^ Gen J9. 15.
8aL84.7.
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO
¿LOS
HEBREOS.
CAPITULO I.
/mh-OMo, vtrdadtro Dio» y hombn, ta
Inflmitanuntt $uptrior A lo$ Apéeles.
DIOS, habiendo hablado muchas Te-
ces, y en mucha» maneras en otro
tíempo á los padres por los profietas",
5 En estos postreros dias nos ha ha-
blado por el llUo¿, al cual constituyó
heredero de todo«, por el cual asimismo
hizo el universo ^ :
3 El oual, tiendo el resplandor de gloria,
j la misma Imagen de su sustancia*, j
sustentando todas las cosas con la pala-
bra de su potencia, habiendo hecho la
purgación de nuestros pecados |ior si
mismo, se sentó á la diestra de la Ma-
jestad en las alturas/,
4 Hecho tanto mas excelente que los
anales, cuanto alcanzó por herencia
mas excelente nombre iiue ellos;.
6 ¿ Porque á cuál de los ánoeles d^o
Dím Jamas : Mi Hyo eres tU, hoy yo te
he engendrado A P Y otra vex : ¿Yo
seré á él Padre, y él me será & mi
Hijo i?
6 Y otra Tes, cuando introduce al Pri-
mogénito A en la tierra, dice: Y adó-
renle todos los ángeles de Dios '.
7 Y ciertamente de los ángeles dice:
El que hace sus ángeles espíritus, y á
sus ministros llama de fuego «• :
8 Mas al Hijo: Tu trono, oh Dios,
por sislo del siglo; vara de equidad la
Tara (U tu reino :
9 Has amado la Justicia, y aborrecido
la maldad; por lo cual te ungió Dios,
el Dios tuyo, con óleo de alegría mas
que á tus corapafleros n.
10 Y : Td, oh Señor, en el principio
fimdaste la tierra; y los cielo« son obras
de tus manos :
11 Ellos perecerán, mas tii eres per-
manente; y todos ellos se euTi^ecerán
como una vestidura,
IS Y como un vestido los envolverás,
y serán mudados; empero tü eres el
mismo, y tus afios no acabarán o.
13 Pues, ¿ á cuál de los togeles dijo
Jamás : Siéntate á mi diestra, hasta que
ponga á tus enemigos por estrado de
tus pies;» ?
14 ¿ No son todos es))íritus adminis-
tradores f , enviddos para servicio á favor
de los que serán Iwrederos de salud r ?
CAPITULO II.
Lot mumoapneiadoru d> la Le§ nueva mo
eteaparán Hn eaMigo. Otaria dtl Hijo <f«
Dio* k«dba komfrrt, B^or de toda$ la» eri-
atttr€u, Jüdtntor, Bani^Jleador, Baloadar,
y P<mt{fle« dé lo* hombre»,
F)R tanto es menester que con mas
diligencia atendamos á las cocas que
hemoa ddo, porque no nos desUoemoa.
5 Poroue si la palabra dicha por el
mitUtteno dt los ángeles* fué firme, y
toda rebelión y disobediencia recibió
Justa paga de retribución i,
3 ¿ Cómo escaiMuémoA nosotros, si tu-
viéremos en poco una salud tan ^ande e ?
La cual, habiendo comenzado a ser pu-
blicada por el Seflor, ha sido confir-
mada hasta nosotros ipat los que U oye-
ron;
4 Testificando Juntamente eam ello»
Dios con señales y milagros, y diversas
maravillas rf, y rejwrtimlentos del Espí-
ritu Santo s^un su voluntad «.
6 ^ Porque no sujetó á los ángeles el
mundo venidero, del cual hablamos/.
6 Testificó empero uno, en cierto lu-
gar, diciendo : ¿ Qué es el hombre, que
te acuerdas de él ? ó el h^o del hombre,
que le visitas ?
7 Td le hiciste un poco menor || que
los ángeles, coronástele de gloria y de
honra, y pusístele sobre las obras de tus
manos; :
8 Todas las cosas sujetaste debido ^
sus pies. Porque en cuanto le si^etó
todas las cosas, nada dejó que no sea
stúeto á él. Mas aun no vemos que todas
las cosas le sean sujetas A.
9 Emiiero vemos coronado de gloria
y> de honra, por el padecimiento de
muerte, á aquel Jesús que es hecho un
poco menor que los ángeles, para que
por gracia de Dios gustase la muerte
por todos.
10 Porque convenia, que aquel por
cuya causa ton todas las cosas, y por
el cual todas las icosas tubriMtenK, habi-
endo de llevar á «u gloria á muchos
hgos, hiciese consumacu» por aflicciones^
al autor « de la salud de ellos.
11 Porque el que santifica y los que
son santificados", de uno mm todos»:
por lo cual no se avergüenza de llamar-
los hermanos,
12 Diciendo : Anunciaré á mis herma-
nos tu nombre, en medio de la congre-
gación te alabaré p.
13 Y otra vez: Yo confiaré en él 9. Y
otra vez : Hé aquí yo y los hijos que me
dio Diosr.
14 Asi que por cuanto los hijos parti-
ciparon de carne y sangre, él también
participó de lo mismo*, para destruir <
por la muerte al que tenia el imperio de
la muerte, es á salx», al diablo,
16 Y librar á los que por el temor de
la muerte estaban por toda la vida su-
jetos á serridumlire •>.
16 Porque ciertamente no tomó á los
ángeles, sino á la simiente de Abraham
tomó*.
17 Por lo cual debia ser en todo sema*
Jante á los hermanos, para Teñir á ser
misericordioso y fiel pontifioe* en lo
A.D. 64
«Hech.7.
58.
Oa.8.19.
t Kn. 15. 90.
*üsp.4.1.
11.
rfHar.U.
ao.
Hecta.14.8.
•10o. 13.4.
/Cap. 1.8.
O tnuner
for u» po-
co tiempo.
8 Bal. 8. 4,6.
ARO. 8. 19.
<Hach.2.8S.
AE0.IL86.
'Cap. 5.8,9.
La.lS.S2.
"Gap. 13. 3.
Hm£.S.15.
•Cap. 10.1a
•Jaaaao.17.
J> Sal. 33. 22.
9 Is. 8. 17.
'US. 17,
18.
' Joan L 14.
tQTLLlO.
«Job 10. 31.
•Oa.8.a9.
•Qtp.4.U,
16b
A.D.M.
HEBBEOS, ni, lY, Y.
A.B.€i
•C«p.2.9,
10.
FLS.14.
t Jnuí S. S4
• Cap. 4. 14.
é Nv. 13. 7.
•Kn.12.7.
/Hech.7.88.
9 Oap. L 5.
&1C0.S.16.
1 Ti. 8. 15.
1 Ped. a. 6.
t'Cap.lO.S8.
«8aL95.7.
/Jtf.3.U.
••Okp.10.».
*wr. a,
• wr. 7í
PN11.14.Z
í No. 96. 68.
*- De. L 8S.
'Cap. 4.0.
que es para con Dloa, para expiar los
pecados del pueblo.
18 Porque en cuanto él mismo pade-
ció, siendo tentado, es poderoso para
tomMcn socorrer á los que son tentaaos.
CAPITULO III.
Jtn^JOrUto, Hifo de JMm, mtueho moa «m<-
mnfa M« eompanaeioit ¿tM Moiai», <pu tra
$aiamenU «n aUr^o da Beñor. Debemos
obedecerle m» todo, pura qtu «o teamoi
eattigadoe como loe Hebrloe inerUmloe.
POR tanto, hermanos santos, párti'
cipantes de la vocación celestial*,
oonsiderad el Apóstol b > Pontífice de
nuestra profesión e. Cristo Jesús,
S Fiel al que le constituyó sobre toda
su casa, como también Moisés^.
8 Porque de tanto mayor gloria que
Moisés este es estimado digno, cuanto
tiene mavor dignidad que la casa el que
la fabrico.
4 Porque toda casa es edificada de al-
guno: mas el que crió todas las cosas,
e« Dios.
5 Y Moisés & la verdad fué fiel sobre
toda su casa, como criado*, para testi-
ficar lo que se habla de decir/:
6 Mas Cristo como h^; sobre su casa ;
la cual casa somos nosotros*, si hasta el
cabo retuviéremos firme la confianza y
la gloria de la esperanza».
7 Por lo cual, (como dice el Espíritu
Santo*: Si oyereis hoy su voz,
8 No endurezcáis vuestros corazones
como en la provocación, en el dia de la
tentación en el desierto,
9 Donde me tentaron vuestros padres ;
me probaron, j vieron mis obras cua-
renta años.
10 A causa de lo cual me enemisté con
esta generación, y dije: Siempre diva-
gan ellos de corazón, y no han conocido
mis caminos.
11 Juré pues en mi ira : No entrar&n
en mi reposo.)
18 Mirad, hermanos, que en ninguno
de vosotros haya corazón malo de incre-
dulidad para apartarse del Dios vivo i :
13 Antes exhortaos los unos & los
otros «• cada dia, entretanto que se dice
Hoy, porque ninguno de vosotros se
endurezca con engallo de pecado.
14 Porque participantes de Cristo so-
mos hechos, con tal que conservemos
firme basta el fin el principio de nues-
tra confianza" i
16 Entretanto que se dice: Si oyereis
su voz hoy, no endurezcáis vuestros co-
razones, como en la provocación «.
16 Porque algunos de los que hablan
salido de Egi]^o con Moisés, habiendo
oido, irritaron ; aunque no todos;».
17 Mas ¿con cuales estuvo enojado
ctiarenta años ? ¿ no fité con los c^ue
pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el
dederto? ?
18 ¿ Y & quienes juró que no entra-
rían en su reposo, sino a aquellos que
no obedecieron «■ ?
19 Y vemos que no pudieron entrar á
causa de incredulidad*.
CAPITULO IV.
Dt la verdadera tierra dé promifion hAfia
la eual caminan loe erietiano»; y cono
debemoe aetuUr A Jee«Mristo, nuutro eom»
poHvo Ponlíñte, para poder entrar en eUa.
Cuan (frande ee la virtud y efieada de la
palabra de Dioe.
TEMAMOS, pues, que quedando
aun la promesa de entrar en su
reposo, parezca alguno de vosotros ha-
berse apartado.
8 Porque también á nosotros se nos ha
qw
diji
evangelizado como á elbw ; mas no les
aprovechó el oir la palabra 4 loa que la
oyeron sin mezclar té.
8 Emjiero entramos en el reposo los
ue hemos creído, de la manera que
lO: Como juré en mi ira, no entrarán
en mi reposo* ; aun acabadas las obras
desde el principio del mundo.
4 Porque en un cierto lugar dijo asi
del séptimo dia : T reposó IMos de todas
sus olvas en el séptimo dia i.
6 Y otra vez aqui : No entraiia en mi
repoco.
6 Asi que, pues que resta que alguno*
han de entrar en él, y aqudlos 4 quien-
es primero fué anunciado no entraron
por causa de desobediencia <,
7 Determina otra vez un cierto dia,
diciendo por David : Hoy, después de
tanto tiempo ; como está dicho. Si oye-
reis su voz hoy, 'no endurezcáis vuestros
corazones^.
8 Porque si Josué les hubiera dado él
reposo, no hablaría después dé otro
dia.
9 Por tanto queda un reposo para e!
pueblo de Dios.
10 Porque el que ha entrado en su re-
poso, también él ha reposado de sos
obras*, como Dios de las suyas.
11 Procuremos, pues, de entrar en
aquel reposo/; que ninguno caiga en
semejante ejemplo de desobediencia.
18 Porque la palabra de Dios er viva
y eficaz, y mas penetrante que toda
espada de dos filos 9: y que alcanza
hasta partir el alma, y aun el esj^ritu A,
y las coyunturas y tuétanos ; y disci-
erne los pensamientos y las intenciones
del corazón*.
13 Y no hay cosa criada que no sea
manifiesta en su presencia; antes todas
las cosas ettán desnudas y abiertas á los
ojos de aquel 4 quien tenemos que dar
cuenta*.
14 5 Pene tanto teniendo un gran Pon-
tífice (, que penetró los cielos «t, Jesús
el Hl^o de Dios, retengamos nnettra
profesión.
15 Porque no tenemos un Pontífice
que no se pueda compadecer de nues-
tras flaquezas •; mas tentado* en todo
según nxtutra semejanza, pero sin pe-
cado;».
16 Lleguémonos pues confiadamente
al trono de la gracia f, para alcanzar
misericordia, y hallar f^cia para el
oportuno socorro.
CAPITULO V.
Xeplica el apóilot cnal/uete «I oficio M airaio
pontífice en la antigtia leyf y heuo ver qno
Jetu-Crieto c* Poni^ko verdadero, y fmt
intercede por noeotro*. Be fu^ de la poea
ditpoeieion gue tenian para entender ootct
divinoe mietarioi,
PORQUE todo pontífice tomado de
entre los hombres, es constituido á
favor de los hombres en .lo que á Dios
toca, para que ofinezca presentes y t'cxi-
ficios por los pecados •:
8 Que se pueda compadecer ' de los
ignorantes y extraviados, pues que él
también esta rodeado de flaqueza».
8 Y por causa de ella debe, como por
s( mismo*, así también por di pueblo,
ofrecer por los pecados.
4 Ni nadie toma para sí la honra ',
sino el que es llamado de Dios, como
Aarón *.
5 Así también Cristo no se glorifieÓ á
sí mismo/ haciéndose Pontífice, mas el
que le d^o : Td eres mi H^o, yo te he
engendrado hoyf.
6 Como también dice en otro Ingmr:
•UL9Sl1L
«Gaa.S.1
COÍP.S.U.
4aa.96.T.
•AP.14.U. I
/UM-Lia ,
*l't»&.3L
tlG0Lli.M
t8kLl&
U.
ICSp.SLl7.
"Cb^7.2S.
• OiLn.8.
•La.lL».
J>lFeá.S.
sa.
tOsp.U).U
»0iV-7.«.
•Icl4.1
diCt.%.
18.
•IX.S.L
/JasaS-a
ffflal.1.7.
D. I
HEBREOS, VI, VIL
A.D. (M.
iBid.UOLÍ.
kFL2.S.
{lOo.S.1,2.
•US. 13.
11.
i Capw ». 14.
•Oftp.lL 6.
, 'Cap.». 10.
l'Heefa.8.17.
/C«p.l0.V.
« M. 66. 10.
«MAL U. 40.
* Cftp. S. 6.
< Pr. U. 19.
Tü en» Saeerdole ctcniamcntc, Mgon
el orden de Melchlwdéc'l.
7 El cual en Im dias de su oame, oAre-
eiendo ruego* y aüplicu' con eran cla-
mor 7 ligrimas al que le pocUa librar
de mueite. Alé oído por «u reverencial
miedo.
8 Aunaue era Hijo, por lo que padeció
aprendió la obediencia*;
9 Y M eüa consumado, vino & ser eau-
■a de eterna salud & todos los que le
obedecen;
10 Nombraclo de Dios Pontífice según
el drden de Melchlsedéc.
11^ Del cual tenemos mocho que de-
cir, 7 dificultoso de declarar, por cuanto
sois flacos para oir.
IS Porque debiendo ser ya maestros de
otrvtt K cansa del tiempo, tenéis necesi-
dad de TolYer á ser enseñados cuales
««u« los primeros rudimentos de las
IMlabras de Dios ; y habéis llegado á ser
talea que tengáis necesidad de leche, y
no de manjar sólido^.
18 Que eualoulera que participa de la
leche, es inhábil para la palabra de la
Justicia, porque es nlik> ¡
14 Mas la Tlanda firme es para los per-
ftctos, para lo* que por la costumbre
tienen ya los sentidos ejercitados en el
dlsoemimiento del bien y del mal.
CAPITULO VI.
Obttrva H ofMot f«« autlen $er ineomglblet
1o$ aw fMwfo «Nti|r favor»etíío$ de Dtot
«Mrom laftff — abafidotum 4 lo* vMoi,
Sabia eontra la pereaat y de la fimu
émeora qu» (mmihm «n 2a Mparonsa «r<»>
Uaná.
POR tanto, dejando la palabra del
comienxo c« la doctrina de Cristo,
Tamos adelante & la perfección • ; no
echando otra vec el fundamento del ar-
repentimiento de obras muertas ¿, y de
la té en Dios*,
i De la doctrina de bautismos', y de
la imposioion de manos «, y de la re-
surrección de ios muertos, y del Juicio
eterno:
8 T esto haremos, á la verdad, d Dios
Jo permitiere.
4 Porque es imposible que loa que una
Tex fueron iluminados, y gustaron don
celestial, y fueron hechos participes del
Bspiritu ftsnto,
5 T asimismo gustaron las buena pa-
labra de Dios, y las virtudes del siglo
venidero,
6 Y recayeron, sean otra vez renova-
dos ))ara arrepentimiento/, crucificando
de nuevo para sí mismos al H^o de
Dios, y exponiéndo/e á vituperio.
7 Porque la tierra que emlwbe el agua
que muchas veces vino sobre ella, y
ftroduce yerba provechosa á aquellos de
08 cuales es labrada, recibe bendición
de Dios 9.
8 Mas la que produce espinas y abro-
Jos, et reprobada, y cercana de maldi-
ción *, cuyo fin será el ser abrasada.
0 Pero de vosotros, oh amados, espe-
ramos mucres cosas, y mas cercanas á
salud, aunque hablamos as(.
10 Porque Dios no e« injusto, para ol-
vidar vuestra obra v el trabajo de amor
que habéis mostrado & su nombre, ha-
biendo asistido y asistiendo aun a los
santos'.
11 Mas deseamos que cada uno de vos-
otros muestre la misma solicitud hasta
el cabo, para cumplimiento de tu espe-
ranza*:
18 Que no o« hagáis perezosos', mas
imitadores de aquellos que por la fi y
la paoiencia hctédaiAn las pvonMias.
18 Porque prometiendo Dios á Abra-
ham, no pudíendo Jurar por otio mayor,
JunS por s( mismo,
14 Diciendo: De cierto te bendeciré
bendiciendo; y multiplicando, te mul-
tiplicaré"*.
15 Y así, esperando con largura de
ánimo, alcanxo la promesa».
18 Porque kis hombres ciertamente
por el mayor que tUoi Juran : y el fin de
todas sus controversias" es el Juramento
para oonfirmaclon.
17 Por lo cual, queriendo Dios mos-
trar mas abundantemente á los here-
deras de la promesa^ la immutabiii-
dad de su consc|)or, interpuso Jura-
mento ;
18 Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales ec imposible- que Dios
mienta, tengamos un fortísimo consue-
lo los que nos ac<\jemos á trabamos de
de la esperanza propuesta:
19 La cual tenemos como segura y
firme ancla del alma, y que «itra hasta
dentro del velo*;
80 Donde entró por nosotros' tuuttn
precursor Jesús, hecho Pontífice eter-
nalmente según el orden de Melchl-
sedéc*.
CAPITULO VII.
J9$u-0ritt0t HHMlro íShino PonH/let, y ettm
tattrdoeio, figurado «a *l dt MtUkUome,
M («•Jliii/aiiMii<« ma» e*etk»U orno ti d*
Aanm y mu tuettortt, puedt talvar «ler-
ttaltntnit á lot jm* for mtdio tugo tt cdU-
gan á Diot, vivt tiempré para Mtreedtr
por tOo», y HQ moettUa el diario o/neimi'
tttto dt taerifieio por lot peeadot dtl ptu-
Uo.
PORQUE este Melchlsedéc, rey de
8além«, sacerdote del Dios Altí-
simo, el cual salió & recibir & Abraham
que volvía de la derrota de los reyes, y
le bend^o,
8 Al cual asimismo dio Abraham los
diezmos de todo, primeramente ¿1 se
interpreta Rey de Justicia ; y luego tam-
bién Rey de Salém, que es. Rey ae paz :
8 Sin padre, sin madre, sin linsge;
que ni tiene principio de cÚas, ni fin de
vida, mas hecho semejante al Hijo de
Dios, permanece sacerdote para siem-
l»re.
4 Mirad pues cuan grande /uM-a este,
al cual aun Abraham el patriarca dio
diezmos de los despojos.
6 Y ciertamente los que de los hijos de
Leví toman el saceniooío, tienen man-
damiento de tomar del pueblo los diez-
mos según la ley, es & saber, de sus
hermanos b, aunque también hayan sa-
lido de los lomos de Abraham.
8 Mas aquel, cuya genealogía no es
e«|tada de ellos, tomo de Abraham los
(iRcmoso, y bendijo al que tenia las
promesas d,
7 Y sin contradicción alguna lo que es
menos es bendecido de lo que es mas.
8 Y aqui ciertamente los hombres
mortales toman los diezmos; mas allí
aquel del cual está dado testimonio que
vive».
9 Y, por decir así, en Abraham fué
diezmado también Leví, que recibe los
diezmos ;
10 Porque aun estaba L«vi en los lomos
de tu padre cuando Melchlsedéc le salió
al encuentro.
11 Pues si la perfeedon era por el sa-
cerdocio Levítico/ (porque debido de él
recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad
habia aun de que se levantase otro sa-
cerdote según el orden de Melchlsedéc,
y que no fuese llamado según el órdm
de Aaron?
"Gen.B.
16.
• Jaaa&M.
•Bi.aO.lL
PCSp.U.1».
9Be.lLa8.
•-TitLa.
* Cap. 10.80.
t Cap. 414.
«Oapifi.8.
«Osa. 14 18,
etc.
» Na. 18. 21.
88.
'001.1480.
' Bo. 4 13.
•ver. 8.
BaLllO. 4
/ver. 18. 19.
Cap. 8. 7.
A.D.6^
HEBREOS, VIH, IX
A.D.Gt
fOnutí.
9.10.
Ii.lLL
MktLS.
Ap. &ft.
kBkI.UO.4.
i Hedí. 13.
S0.
Ito.8.8.
Gft.4.9.
21.ete.
i^JaMil4.6.
Bo.6. 3.
£f.2.13.
18.
1 8«L UO. 4.
• Cftp. 8. C
«B0.8.S4.
lJiuiia.l.
•Cap. 4. 15.
lPed.X22.
r Oap. 4. II.
«Cap. 6. 8.
Le. 9. 7.
•■ Cap. 0. 12.
28.
•Cftp.6.1,2.
• 0»p. 1. a
Ef.L20.
»Cftp.9.1L
•Cap. 9. 14.
Sf.6.2.
<> Cap. II). 1.
CoL 2. 17.
• Bi. 2S. 40.
18 Pues mudado el lacerdocio, nece-
sario es que se haga también mudanza
de la lej.
13 Porque aquel del cual cato se dice,
de otra tribu es, de la cual nadie asistió
al altar.
14 Porque notorio ea que el Refior nu-
estro nació de la tribu de Jud&f , sobre
cuja tribu nada habló Moisés tocante
al sacerdocio.
15 Y aun mas manifiesto es, si á seme-
janza de MelchlsedJc se levanto otro sa-
cerdote,
16 El cual no e« hecho conforme á la
ley del mandamiento camal, sino según
la vertud de vida indisoluble ;
17 Pues ati da Dios testimonio de ello :
Tü ertt sacerdote para siempre s^un
el út^.en de Melchlsedéc A.
18 El mandamiento precedente cierto
se abroga por su flaqueza é inutilidad :
19 Porque nada perfeccionó la le;*;
mas híxolo la introducción de mejor
esperanza, por la cual nos acercamos á
DiosAc.
SO Y por cuanto no fité sin juramento ;
81 (Porque los oUos cierto sin jura-
mento fueron hechos sacerdotes; mas
este, con Juramento por el que le d^o :
Juró el Señor, y no se arrepentirá ; Td
eres sacerdote eternamente según el
orden de Melchlsedéc' :)
88 Tanto de mc;Jor testamento es hecho
fiador Jesús «•.
83 Y los otros cierto fueron muchos
sacerdotes, en cuanto por la muerte no
podían permanecer:
24 Mas este, por cuanto permanece
para siempre, tiene un sacerdocio in-
transferible :
85 Por lo cual puede también salvar
eternalmente & los que por él se allegan
á Dios, viviendo siempre para inter-
ceder por ellos".
86 Porque tal pontífice nos convenia
tener: danto, inocente, limpio*, apar-
tado de los pecadores, y hecho mas
sublime que los cielos f ;
87 Que no tiene necesidad cada dia,
como ios atroa sacerdotes, de ofrecer
primero sacrificios por sus pecados?,
y lu^o por los del pueblo : porque esto
Último hizo una vez oneciéndose á sí
mismo r.
88 Porque la ley constituye sacerdotes
hombres flacos*; mas la palabra del
juramento, después de la ley, eonttituye
ai Hijo hecho perfecto para siempre.
CAPITULO VIII.
Et Jent'Oritto mediador i¡e la n«Mva ab'on-
tai la eual m mwAo mcu exedeiUe 6 prr-
feela qvi» Un anligua. Anulaoon de etta
por A nttevo paefo.
AS i que la suma acerca de lo diJn
. ea: Tenemos tal pontffíee que se
asentó á la diestra del trono de la Ma-
jestad en los cielos • ;
8 Ministro del santuario, y de aquel
rerdadero tabemiculo que el Señor a-
sentó, y no el hombre h,
8 Porque todo pontífice es puesto para
ofrecer presentes y sacrificios; por lo
cual ea necesario que también este tu-
viese algo que ofirecer*.
4 Asi qne si estuviese sobre la tierra,
ni aun seria sacerdote, habiendo aun
los atroa sacerdotes que ofrecen los pre-
sentes según la ley;
5 Los cuales sirven de boequcgo y som-
bra de las cosas celestiales*', como fué
respondido & Moisés cuando habla de
acabar el tabernáculo : Mira, dice, haz
todas las cosas conforme al dechado que
te lia sido mostrado en el monte *.
0 Mas ahora tonfo mejor ministerio es
el suyo, cuanto es mediador/ de un
mejor pacto, el cual ha sido formado
sobre m^ores promesas.
7 Poique si aquel primero fuera sin
faltas, cierto no se hubiera proenzado
lugar de segundo.
8 Porque reprehendiéndolos dice A : Hé
aquí, vienen días, dice el Sefior, j con-
sumaré para con la casa de Israel y para
con la caaa de Judá un nuevo pacto ;
9 No como el pacto que hice oon sos
padres el dia qne los tomé por la mano
jMira sacarlos de la tierra de Egipto:
porque ellos no permanecieron en mi
pacto, y yo los menospreciéf dice el
Señor.
10 Por lo cual este es el pacto que or-
denaré & la casa de Israel después de
aquellos dias, dice el Señor : Daré mis
leyes en el alma de ellos, y sobre el co-
razón de ellos las escribiré; y seré á
ellos por Dios, y ellos me seran á mí
por pueblo :
11 Y ninguno enseñará á su prójimo,
ni ninguno á su hermano, diciendo:
Conoce al Sefior ; porque todos me co-
nocerán desde el menor de ellos hasta
el mayor'.
18 Porque seré propicio á sus iniqui-
dades, y á sus pecados, y de sus iniqui-
dades no me acordaré mas.
13 Diciendo Nuevo pacto, dió por vi^o
al primero. Y lo que es dado por vi^
y se envejece, cerca está de deavane-
cerse.
CAPITULO IX.
Cotejo de la» eeremoniaa da Ut Ley anftpoa
oon loa óe la nueva. Pretntinentia* áU
aaeerdoeio W« Jent-Criato i el eual antr4 <■
el eiélo, no para o/reeerae m»ekaa veeea,
aino para praaentarae por noaatroa «n la
preaeneia de JXoa.
TENIA empero también el primer
poeto justificaciones del culto, y au
santuario mundano*.
8 Porque el tabemáoulo fué hecho:
el primero, en qne eatíütan las lámparas,
y la mesa, y los panes de la {oroposi-
cion b ; lo que llaman el santuario.
3 Tras el segundo velo eataba el taber-
náculo, que llaman el lugar santísimo',
4 £1 cual tenia un incensario de oro^,
y el arca del |Micto cubierta de todas
partes al rededor de oro « ; en la que
eataba una «irna de oro que contenía el
maná/, y la vara de Aaron que rever-
deció g, y las tablas del pacto « ;
6 Y sobre ella los querubines de gloria
que cubrian el propiciatorio*, ae las
cuales cosas no se puede ahora halilar
en pariicular.
6 Y estas cosas así ordenadas, en él
Íirimer tabernáculo k siempre entraban
os sacerdotes para hacer los oficios del
culto ;
7 Mas en el seínindo, solo el pontífice
una vez en el año'; no sin sangre, la
cual ofrece por su ignorancia y la del
pueblo •■ :
8 Dando en esto á entender el Espí-
ritu Santo, que aun no estaba dncu-
bierto el camino para el verdadero san
tuario», entre tanto que d primer ta-
bernáculo estuviese en pié.
9 Lo cual era figura de «quel tiempo
presente, en el cual se onecían pre-
sentes y sacrificios que no podían haeer
perfecto, cuanto á la eonoiencia, al qne
servia con elioa»;
10 Conatatíendo solo en viandas j en
bebidas, y en diversos lavamiento*, j
ordenanzas acerca de la carne, impues-
tas hasta el tiempo de la conéceion.
11 Mas estando ya presente Cristo,
fCaf. 7. 32.
'Ohil7.11.
i Jer.Sl.Q, '
3*.
iIs.M.l& '
'SZ.SS.E.
«Bx.S.13.
yaOisL
*Mx.M.Sl.
83.
dU.U.lí
*Kt.SS.UL
/sz.ifi.a
* Xa. 17. 5.
&Bx 14.29.
De. 10.2.1
1 Bey. 91».
t Bz. A U,
22.
tKa.2S.3.
/BZ.SQ. V
Lr.IC2.
S4.
-O^lUlU
•OBB.KIL
8aL4be.r.
A.S.64,
HEBREOS, X.
A.D.64.
(GajklD. 1.
'Cap. 10.4.
(Hecb.aO.
28.
« Ka. 18. S,
17.
•1TL8.1*.
«C^6.1.
rBo.8.SS.
*Le.l4.e.
£1.
■EX.3Í.6.8.
»Ia8.1&
«La. 17.11.
17.
B0.8.M.
•lCo.10.11.
/ Gm. 8. 19.
«Se.ia.16.
A Bo. 6. la
<Il68.13.
tTit.2.1S.
•Cap. 8. 8.
Col. 2. 17.
Pontilloel' de loi blmM que hablan de
▼eniíf, por otro mai amplio y mas per-
ieoto tabernáculo, no hecho de manos r,
e* & saber, no de esta creación ¡
12 Y no por sangre de macboa cabríos
ni de becerros*, mas por su propia
sangre* entri^ una vez en el santuario,
habiendo obtenido para runotro» eterna
redención.
13 Porque si la sangre de loa toros y
de los machos cabrios, j la ceniza de
la becerra •, rociada á los inmundos,
santifica para la purifíoaeiqn de la
carne,
14 ¿ Cuánto mas la sangre de Cristo,
el cual por el Espíritu eterno * se oflre-
cid á si mismo sin mancha á Dios,
limpiará Taestras conciencias de las
obras de muerte' para que sirrais al
Dios vivo ?
15 Asi que por eso es mediador del
nuevo testamento, para que intervini-
endo muerte para la remisión de las
rebeliones que habia b^}o del primer
tesumentoy, los que son llamados reci-
ban la promesa de la herencia eterna.
16 Porque donde hay testamento, ne-
cesario es que intervenga muerte del
testador.
17 Porque el testamento oon la muerte
es confirmado: de otra manera no es
válido entretanto que el testador vive.
18 De donde vino qae ni atw el pri-
mero fué consagrado sin sangre.
19 Porque habiendo leido Moist's todos
loa mandamkntoa de la ley á to^o el
pueblo, tomando la sangre de los be-
cerros 5 de los machos cabrios, con
agua, y lana de grana, é hisopo*, roció
4 todo el pueblo, y juntamente al mis*
mo libro,
80 Diciendo : Esta ca la sangre del tes-
tamento que Dios os ha mandados.
81 Y ademas de esto roció también
con la sangre t el tabernáculo, y todos
los vasos del ministerio.
82 Y casi todo es purificado según la
ley con sangre ; y sin derramamiento de
sangre no se hace remisión «.
23 Fué pues necesario que las figuras
de las cosas celestiales fuesen purifica-
das con estas cosas ; emt>ero las mismas
cosas celestiales con mucres sacrificios
que estos.
Í4 Poraue no entró Cristo en el santu-
ario hecho de mano, figura del verda-
dero, sino en el mismo cielo para pre-
sentarse ahora por nosotros en la pre-
sencia de Dios ¿.
85 T no para ofireeerse muchas veces
á si mismo, como entra el pontifico en
el santuario cada ailo con sangre i^ena ;
86 De otra mnnera fuera necesario que
hubiera padecido muchas veces desde el
principio del mundo: mas ahora una
vez en la consumación de los siglos*,
para deshacimiento del pecado se pre-
sentó por el sacrificio de tí mismo.
2? Y de la manera que está establecido
á los hombres que mueran una vez/,
y después el juicio ' ,
88 Asi también Cristo fué ofrecido una
vez A para agotar los pecados de mu-
chos • ; y la segunda vez sin pecado será
visto de los que lo esperan para salud A.
CAPITULO X.
B» «o< perdona» lo$ pteaáo» por A taerifieie
dt JmtJOriglo, urna loUt vea ofrteido por il
mitmo, al etuU m mo9 txkarta no» meguo-
mo* eonft, f qtu mo» mamUmgamo» Jtrnu»
en la pro/etton de ¡a miima,
PORQUE la ley, teniendo la sombra
de los bienes venideros •, no la re-
presentación misma de las cosas, nunoa
puede hacer perfectos á los que se alle-
gan por los mismos sacrificios que ofre-
cen continuamente cada afio.
8 De otra manera cesarían de ofire-
eerse; porque los que sacrificasen, lim-
pios de una vez, no tendrían mas con-
ciencia de pecado.
8 Empero en estos cada afio se hace la
mienta conmemoración de loa pecados b.
4 Porque la sangre de los toros y de
los machos de cabrio no puede quitar
los pecados*.
5 Por lo cual, entrando en el mundo,
dice*': Sacrificio y presente no qui-
siste*; mas me apm^maste cuerpo:
6 Holocaustos v expiaeione» por el pe-
cado no te agradaron.
7 Entonces ái¡e: Heme aquí (en Ai
cabecera del libro está escrito de mí)
para que haga, oh Dios, tu voluntad.
8 Diciendo arriba; Sacrificlo''y pre-
sente, y holocaustos, y expiacionee por
el pecado, no quisiste, ni te agradaron,
las cuales cosas se ofirecen según la ley,
9 Entonces dijo : Heme aquí para que
haga, oh Dios, tu voluntad. Quita lo
primero, para establecer lo postrero.
10 En la cual voluntad somos santifi-
cados por la ofrenda del cuerpo de Jesu-
cristo hecha una vez/.
11 Así que todo sacerdote se presenta
cada dia^ ministrando y ofreciendo
muchas veces los mismcs sacrificios,
Sue nunca pueden quitar los peca-
osA:
18 Pero este, habiendo ofrecido por los
pecados un aoto sacrificio, está sentado
para siempre á la diestra de Dios •',
13 Esperando lo que resta, hasta que
sus enemigos sean puestos por estrado
de sus pies A:
14 Porque con una sola ofrenda hizo
perfectos para siempre á los santifica-
dos.
15 Y atestigúanos lo mismo el Espí-
ritu Santo ; que después que dijo :
16 Y este es el pacto que haré con
ellos después de aquellos dias, dice el
Señor, daré mis leyes en sus corazones
y en sus almas las escribiré ;
17 Y nunca mas me acordaré de sus
pecados é iniquidades'.
18 Pues donde hay remisión de estos,
no hay mas ofrenda por pecado.
19 *! Asi que, hermanos, teniendo
libertad para entrar en el santuario por
la sangre de Jesu-Oristow,
80 Por el camino que él nos consagró
nuevo, y vivo; por el velo», esto es,
por su carne :
81 Y teniendo aquel Oran Sacerdote
sobre la casa de Dios,
28 Lleguémonos con corazón verdade-
ro* y oon plena féj>, ipurifícados los co-
razones de mala conciencian, y lavados
los cuerpos con agua limpiar.
53 Mantengamos firme la profesión de
nuestra fé, sin fluctuar, (que fiel es el
que prometió*;)
54 X considen'monoa los unos á los
otros para provocamos al amor, y á
las buenas obras :
26 No dejando nuestra congregación,
como algunos tienen por costumbre,
mas exhortándonos; y tanto mas, cu-
anto veis que aquel dia se acerca'.
86 Porque si pecáremos voluntarla-
mente después de haber recibido el co-
nocimiento de la verdad, ya no queda
sacrificio por el pecado»,
87 Sino una horrenda esperanza de
Juicio, y hervor de fuego que ha de
devorar á los adversarios*.
88 £1 que menospreciare la ley de
Moisés, por el testimonio de dos ó de
* Le. 16. Si.
«1U.6.6;8.
'Bal. 40.
6.8.
• Le. 3. 1,
eto.
/Cap. 9.12,
28.
f No. 38. &
A SaL 50. 8.
IS.
Ib. 1. U.
• Cap. 1. 3.
y&L
i Bal. 110. 1.
{ Jer. 81. 38.
" Cap. 9. 8,
12.
"Mat.27.51.
• Cap. 4. H,
16.
P Ef. 3. 1^
4 1 Ped. 1. 2.
r Jnan8.6.
Tit8.5.
*11V«.&24.
(1I0.13. 11.
"Cap. 6.
4.6.
» Is. 26. 11.
Sof. 1. la.
y3.8.
A.D. 84
HEBBBOB» XL
A.IL«^
• Db. 17. 9;
u.
rCbFb9L&
•De. 82.».
Bo.12.1».
•D9.S2.a6.
» La. la. 88.
«Mat&IS.
d La. SL 19.
•Hato. a. 8.4.
Bo. 1. 17.
Oft.8.U.
/T(r.a8.
• Cap. 8. 14.
» Eo. 8. H
8S.
«O^l.X
Gen. 1.1.
Bal. 88. 6.
4.5.
•Gm. 5.84.
/a«B.e.i4,
rBo.8.a8.
&G«^ia.
1.4.
tres tecÜgM miUR sin nlngnna mliacl-
cordia':
89 ¿ Cuánto pouaU qoe wfA mas dlg^
no de mayor castigo' el que hollare al
Hijo de IMos, y tuTicfe por inmunda U
Mogre del testamento, en la cual fué
santificado, é hiciere afkenta al Espl»
rito de gracia ?
80 Sabemos yuteit es el que dijo : Mia
es la venganza, yo dará el pago, dice el
Seflor«. Y otra Yec: SI Sefior Jusgai*
su pueblos.
81 Horrenda ooaa es eacr en las manos
del Dios TiTo.
88 Empero traed á la memoria los dias
pasados, en los cuales, después de haber
ddo ilnminados, saftistcu gran com-
bate de aflicciones:
88 Por una parte, ciertamente, eon
▼ituperlos 7 tribulaciones fuisteis hechos
espectáculo; y por otra parte hechos
compafieros de los que estaban en tal
estado.
84 Poique de mis prisiones también os
resentisteis conmigo, j el robo de Tnes-
tros Uenes padecisteis con gozo, oono>
ciendo que tenéis en vosotros una me-
jor sustancia en los cielos, y que per-
manece b.
86 No perdáis pues vuestra confianza,
que tiene grande remuneración de ga-
lardón e:
88 Porque la paciencia os es nece-
saria^; para que, habiendo hecho la
voluntad de Dioa, obtengáis la promeca.
87 Porque aun un poquito, y el que ha
de venir vendrá, y no tardará.
88 Ahora el justo vivirá por té*; mas
si le retirare, no agradará á mi alma.
88 Pero nosotros no somos tales que
nos retiremos para perdición/, sino fie-
les para ganancia del alma.
CAPITULO XI.
DueriU d apMol U Hrlmd marawittoaa «b
la ff por wia indueeiou d* ku ffrandea
OMotie» d» lot antiguo» Jutlo$ « tamU»,
ánie dpríneipio dtl mundo ha$ta la iwnt-
da dd AmAh.
ES pues la fó la sustancia" de las cosas
que ae esperan, la demostración de
las cosas que no se ven *.
9 Porque pot ella alcanzaron testimo-
nio los antiguos.
8 Por la fó entendemos haber sido
compuestos los siglos por la palabra da
Dios e, siendo hecho lo que se ve de lo
que no se veía.
4 Por la fó Abel oAreció á Dios mayor
sacrificio que Oain¿, por la cual alcanzd
testimonio de que era Justo, dando Dios
testimonio á sus presentes; y difunto,
aun habla por ella.
5 Por la fó Enoc fué traspuesto pora
no ver muerte, y no ftié hallado, por-
Que lo traspuso Dios*. Y antes que
fuese traspuesto, tuvo testimonio de
haber agradado á Dios.
O Empero sin té es imposible agradar
á Dios ¡ porque es menester que él que
á Dios se allega, crea que le hay, y
que es galardonador de los que le bus-
can.
7 Por la fó Noé/, habiendo recibido
respuesta de cosas que aun no se veian,
apari^ó el aioa en que su casa ae sal*
vase: por la cual eonduHa condenó al
mundo, y fué hecho heredero de la jus-
ticia que es por Istég.
8 Por la fó Abraham *, siendo llamado,
obedeció pora salir al lugar que haUs
de recibir por heredad ; y salió sin saber
donde iba.
9 Por fó habitó en la tierra prometida
oomo en Htrra agona, morando en oa>
y Jacob,
Juntamente de la misma .
10 Pesque esperaba dudad con ñU'
damentos, el artifiee y hacedor da la
cual es IMosA.
11 Por U fó también U
siendo estéril, recibió fuerza para eon
cebir simiente; y parló aun raerá del
tiempo de la edad', porque creyó scar
fiel el que h habla promcCfalo "•.
18 Por lo cual tamUen, de nao, y ese
ya amortecido», salieron como las es-
trellas del cielo en multitud, y como la
arena innumerable que está a la odlla
de la mar*.
18 Conibrme á la fó murieron todos
estos sin haber recibido las promesas,
sino mirándolas de lejos, y creyéndolas,
y saludándolas ; y conÜBsando que «nm
peregrinos y advenedizos sobre la ti-
erra i>.
14 Porque los que esto dicen, clara-
mente dan á entender que buaoan ona
patria.
16 Que si se aoordáran de aquella de
donde salieron, derto tenian tiempo
para volverse:
16 Empero deseaban la meter, «a 4
saber, la celestial ; por lo cual Dios no ae
aveigaenza de llamarse Dios de dktst;
porque les habla aporcado ciudad r.
17 Por fó ofifcoió Abraliam 4 Isaac»,
cuando ftié ptobado; y ofireda al uni-
génito el que habla redUdo las pco-
18 Habiéndole sido dicho: En Isaac
te seiá llamada simiente':
19 Pensando que aun de los mnertna
es Dios poderoso para levantar ; de
donde también lo vdvió á redfair posr
figura.
80 Por fó hendió Isaac á Jacob y á
Esarf respecto á cosas qua faaUaa de
ser«.
81 Por ft, Jaoob moriéndose, bendQo
á cada uno de los 14jos de José*; y
adoró estribcuido sobre la punto de su
bordón*.
88 Por fó, José muziéndoae, se aeordó
de la partida de los h^os de Ismél ; y
dio mandamiento acerca de sus hue-
sos jr.
83 Por fó, Moisés nacido, fué asean-
dido de sus padres por tres mssrs, por-
que lo vieron hermoso nifio'; y no
temieron el mandamiento dd rey*.
S4 Por fó, Moisés hecho ya grñde,
recusó ser llamado h^o de la b^a de
Faraón i;
86 Esd^ende antes ser afligido con
el pueblo de Dios, que gozar de eomo-
didades temporales de p«ado«:
96 Teniendo por mayores xiqnaas d
vituperio de Cristo^ que los tesoros de
los Egipcios ; porque miraba á la rama-
nerackm«.
97 Por fó dejó á Egipto no tenaiOBdo la
ira dd ny/i porque se sostuvo como
viendo al invisibles.
98 Por fó celebró la pascua y d der-
ramamiento de la sangre*, pasa qoe
el que mataba los prinMgénltas, no les
tofiase.
98 Por fó pasaron d mar T\t i unja
como por tierra seca; lo cual psobaide
los EjKipdos, fueron sumergidos*.
80 Por fó cayeron les mures de Jctfaó
con rodearlos siete dias A.
81 Por fó Raab la ramora no psredéi
Juntamente con los incrédulos, h^Mf^
recibido las esptas eco paz».
89 ¿Y qué mas digo ? poraue d tienno
me fisltvá coatando die Oodeon*, de
Barac*, de Sanason^, de Jepter, dt
David*-, de Samad«, y de los
{Qaa.U.S,
yl8Ll.9L
<Gsa.8L
1.8.
*BaL4.n.
•aeB.aj7.
101.4.17.
'Osa-CI.
lCr.a.U.
Bd.a9il8.
11W.1U.
I
tSx.S.8.
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tOsB.a.u.
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•Osa. 48.
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-1Z.L14.
18.
ftBs.S.U. ,
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ÍÍSB.C.U
•JM.1.Í
•Jais. CU.
•JaM.i.fc
rJasBJSü
tJmm.SLl
A.D.M.
HEBREOS, XII, 2an.
A.I>.«4.
'Dft.6.9S.
•SBey.Mfl.
■aB0y^.7.
r 1 B«]r. 17,
SX
SBey. i.
ss,a8.
«Jer.9l>.S.
• vw. 2.
t G*. 4. 8. 4.
8 TL 1. la
ec«p.iajs.
•100.9.24.
»LiLa4.8S.
83 Que por tí ganaron rdnoa, obraron
jiutícU, alcanzaron promesas, taparon
las bocas de leones',
34 Apagaron ñiegos impetuosos*, evi-
taron filo de cuchillo », convalecieron de
enfermedades', fueron hechos fuertes
en batallas, trastornaron campos de «>••
migo* estraSos.
35 Las mi^^eres recibieron sus muertos
Sor resurrección 9 : unos fueron estira-
os, no aceptando el rescate para ganar
m^lor resurrección :
8o Otros experimentaron Titnperios. ;
azotes ; j & mas de esto prisiones j cár-
celes*.
87 Fueron apedreados, aserrados, ten-
tados, muertos á cuchillo; anduHeron
de acÁ para allá oMertoa de pieles de
ovejas j de cabras, pobres, angustiados,
maltratados ;
88 De los cuales el mundo no era
digno: perdidos por los desiertos, por
ios montes, por las cuevas y por las
cavernas de la tierra.
80 Y todos estos, aprobados por tes-
timonio de la fia a, no recibieron la pro-
mesa:
40 Proveyendo Dios alguna cosa m^or
Kra nosotros b, para que no fuesen per-
icionadoB* sin nosotros.
CAPITULO XII.
jrsMHoloa eon d «jtmflo d« Jetu-Oritlo á
tvfñr eon fartáUta Uu aflieeiotie$, y d sar
obkUenU» á la ley dd Btñor.
POR tanto nosotros también, teniendo
en derredor nuestro una tan grande
nube de testigos, d^ando todo el peso
del pecado que nos rodea, corramos
con paciencia la carrera que nos es
propuesta «,
B ruestos los ojos en el autor y consu-
mador de la fié, m Jesús ; el cual, habi-
éndole sido propuesto gozo, sufrió la
cruz, menospreciando la vergüenza, y
sentóse á la diestra del trono de Dios i.
3 Reducid pues muekat vecu k vuestro
pensamiento á aquel que sufiñó tal con-
tradicción de posadores contra sí mis-
mo, porque no os fatlguds en vuestros
ánimos desmayando.
I 4 ^ Que aun no habéis resistido hasta
la sangre*, combatiendo contra el pe-
cado;
5 Y estáis ya olvidados de la exhorta-
ción oue como con h^os habla con vos-
otros a, áiciendo: H|jo mió, no menos-
precies el castigo del denor, ni desmayes
cuando eres de é\ reprendido :
6 Porque el Seflor al que ama casti-
fa «, y azota á cualquiera que recibe por
ijo.
7 Si sufrís el castigo. Dios se os nre-
senta como á h^os ; porque ¿ qué nijo
es aaud á quien el padre no castiga/ ?
8 nfas si estáis niera del castigo, del
cual todos loa hijot han sido hechos
Earticipantes, luego sois bastardos, y no
ijos.
9 Por otra parte, tuvimos por castiga-
dores á los padres de nuestra carne, y
los reverenciábamos ; ^ por qué no obe-
deceremos mucho m^or al Padre de
ff Ka. 18. 33. los npíritusf, y viviremos ?
E& 12. 9. 10 Y ai|uel!os, á la verdad, por pocos
dias nos castigaban como á ellos les
parecía ; mas este para lo que noa es
provechoso, para que recibamos su san-
tificación.
11 Es verdad que ningún castigo al
k fUl 119 preorate parece ser cau$a de gozo, sino
^rai. uv. jp tristeza ; mas después da fruto * apa
la.' 33. 17. ^^^^^ ^c Justicia á los que en él son «ger'
8aat*.3.18. citados.
■Oap.10.8X
d Pr. 8. 11,
■ Ap.8.19.
/Pr.18.94.
18 Por lo cual alzad las manos caldas,
y las rodillas parwliaadas •' ;
13 Y haced derechos pasos á vuestros
{>lés*, poique lo mu u oojo no salga
uenk dé camino ; antes sea sanado.
14 Seguid la paz con todos I, v la san-
tidad, sin la cual nadie verá al Se-
ñor*»:
15 Mirando bien que ninguno se a-
parte de la gracia de Dios, que ningu-
na raiz de amargara brotando os im-
pida», y por ella muchos sean contami<
nados;
16 Que ninguno sea fbmlcario*, ó
profano, como Esad, que por una vi-
anda vendió su primogenitura'.
17 Porque ya sabds que aun después,
deseando heredar la bendición, fué re-
probado ; que no halló lugar de arre-
pentimiento, aunque la procuró con
lágrimas f.
18 ^ Porque no os habéis llegado al
monte que se podía tocar r, y al fuego
encendido, y al turbión, y á la oaouri-
dad, y á la tempestad «,
19 Y al sonido de la trompeta, y á la
voz de las palabras', la cual los que
la oyeron rogaron que no se les hablase
mas»:
80 ( Porque no podían tolerar lo que se
mandaba: Si bestia tocare al monte,
será apedreada, ó pasada con dardo * :
91 \ tan terrible cosa era lo que se
vela, que Moisés dijo : Estoy asombrado
y temblando.)
89 Mas os habéis libado al monte de
Sion, y á la ciudad del Dios vivo*. Je-
rusalem la celestial, v á la coropalua de
mucho* millares de angelesjr,
83 Y á la congregación de loa pri-
mogénitos* que esUin alistados en los
cielos, y á Dios, el Juez de todos a, y
á los espíritus de los Justos, j/a per-
fectos b;
84 Y á Jesús, el Mediador del nuevo
testamento c; y á la sangre del espar-
cimiento ^ que habla mejor que la de
Abel '.
95 Mirad que no desechéis al que
habla. Pon|ue si aquellas no escapa-
ron que desecharon al que hablaba en
la tierra/, mucho menos eaeaparimot
nosotros, si desecháremos al que no»
habla de los cielos :
96 La voz del cual entonces conmovió
la tierra ; mas ahora ha denunciado
diciendo: Aun una vez, y yo conmo-
veré no solamente la tierra, mas aun
el délo;.
97 Y este decir : Aun una vez, declara
la mudanza de las cosas movibles, como
de cosas hechas, para que quedien las
que son firmes.
88 Así que tomando el reino inmóvil,
retengamos la gracia por la cual sirva-
mos á Dios agradánoole con temor y
reverenda.
99 Poroue nuestro Dios ea fuqp» con-
sumidor •.
CAPITULO XIIL
Kahártale» al rjtreitio da loa vitiiuka eriati'
ana«, y A que no m d^Jen Bevar da diparnaa
y eitrañaa doctrinaa, y eoncluy* aneoman-
aándtioa al Btñor.
PERMANEZCA el amor flrater-
nal«.
9 No oMdds U hospitalidad k ; por-
que por esta algunos, sin saberlo, hos-
pedaron ángeles.
3 Acordaos de los presos «, como vn-
sos Juntamente con ellos ; y de los afligi-
dos, como que también vosotros mismos
sois del cuerpo.
4 Honroso ea en todos el matrimonio ',
: —
<Is.88.S.
k Pr. 4. 98.
(Bal. 84. 14.
••Mat.S.8L
Xf.8.a.
«De. a». 18.
•100.8. 18.
l>G«n.SB.
38,84.
'6*8.87.
84.
'-¿.19.18,
19.
* De. 4.11.
ID*, i. 18.
»De.&2S.
• Bz. 19. 18.
16.
•Oa.196.
yiBey.22.
19.
* Ap. 14. 4.
•Gen. 18.
3S.
» 100.15. 49.
•Cap. 8.8.
<<lPed.l.S.
«Gen. 4. 10.
/Oapa.X
«Hag.2.6.
&DS.4.94.
•Bo.lXlO.
lPed.t.33.
1 Juaa 4.7.
6 Bo. 13. 13.
1 Ped. 4. 9.
•Cai>.10JM.
Mat 35.88.
Col. 4. 17.
•t Pr. 5. 15.
88.
A.D.H,
HIEBBEOS, XIII.
"1
A.B.M.
•100.6.9.
/FL4.U,
U.
iis.ce.8.
ffDB.SI.6,8.
J<w.l.A.
lCr.S8.90.
AB«LlU.e.
<c*p.e.is.
«Oftp.l.U.
1X14 14.
•»0»p.9.10.
«Le.10.ST.
•JinuiUJ.7.
'OapOl.»!^
aGftp.11.10.
Íel Icebo eoin/mgat ún mancilla;
1m finmicaruM ; á los adiUten» Juz-
gaiADlot*.
5 Sean laa cMtninbm «In avaricia;
contentot de lo pietente/; porque él
d^o: No te deñmparan, ni te de-
6 I>e tal manera qve dígame* confia-
damente : XI Sefior e» mi ayudador ; no
temeré lo que me bai4 el hombre A.
7 AconUK» de meetios paitores, que
oe hablaran la palabra de Diot; la t6
de los cuales imitad, considerando cual
baja sido el áaito de su conducta •'.
8 5 Jesu-Criato e» el mismo ayer, j
hoy, j por los siglos i^.
9 Mo seáis Uerados de acá para allá
por doctrinas diversas 7 estiafias t • por-
que buena cosa es afirmar el corazón
en la gracia, no en viandas «, que nim-
ca aprovecharon á los que anduvieron
en ellas.
10 Tenemos un altar, del cual no ti-
enen fiuniltad de comer los que sirven
al tabernáculo.
11 Porque los cuerpos de aquellos ani-
males, la sangre de los cuales es me-
tida por el pecado en tA santuario por
el pontífice, son quemados fuera del
real*.
IS Por lo cual también Jesús, para san-
iificar ti pueblo por «u profila sangre,
padeció ftiera de la puerta*.
18 Salgamos pues a él fuera del zeel,
llevando su vituperio j>.
14 Porque no tenemos aquí ciudad
permaneciente, mas buscamos la por-
venir f.
15 Asi que aficezcamos por medio de
él á Dios siempre saertfioo de alaban-
za r, es á saber, frute de laUoa* que
confiesen á su nombre.
16 Y de hacer bien y de la comunica-
ción no os olvidéis <: porque de tales
sacrificios se agrada Dios «.
17 5 Obedeoed á vuestros pastorea, j
sujetaos á ellos*; porque ellos velan
fax vuestras almas ', oomo aquellos
Íne han de dar cuenta, para que lo
agan con al^gria, j no gimiendo; por-
que esto no es es dtlL
18 Orad por nosotnsf : porque ocmfia-
mos que tenemos buena conciencia*,
descando de conversar liien en todo.
19 Y mas os ruego que lo hagáis así,
para que yo os sea mas presto restitu-
ido.
90 ^ Y d Dios de paz« que sacd de los
muertos á nuestro Sellor Jesu-Cristo,
el Gran Pastor b de las ovejas, por la
sangre del testamento eterno*,
SI Os haga aptos en toda obra buena
para que hagáis su voluntad d, haciendo
el en vosotros lo que es agiádable de-
lante de él ' por Jesu-Cristo; al cual es
gloria por siglos de siglos. Amen.
88 ^ Ampero os ru^o, hermanos, que
soportéis ata palabra de exhortación,
que os he escrito en breve.
83 Sabed que nuestro hermano Timo-
teo está suelto, con el cual, ri viniere
mas presto, os iré á ver.
84 Saludad á todos vuestros pastores/,
5 á todos los santos. Los de Italia os
saludan.
85 La gracia sea con todos vosotros.
Amen.
Fué escrita á los Hebreos desde Italia
con Timoteo.
I
•'Eti.ao. I
irM.X5.
•01.14.1. I
CBS.11U. '
••IL4.11 ■
•1TII.&
1S.U.
'BS.3L17. .
rito.ii.sa.;
•Heek.M. I
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» Jasa 10. ;
11. 1
IIMJLIS.)
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dirtd.i. '
10. .
/Kr.7,17.
A.lKdr.eo.
•H0cb.lS.
13.
Gikl.19.
»H«rluae.7.
«Jafta7.8&.
1 Ped. 1. 1.
«K«t.5.U.
lPed.4.
19,16.
•fio.S.8.
/Lo. 21. 19.
'Pr.a.8,8.
1 Ibt. 7. 7,
ote.
i Ap. 8. 9.
I H 40. 6.
■J»b5.17.
•3X1. A.&
Ap. 2.ia
• Job 15. 86.
8«1. 7.14.
PBo.6.21.
28.
tJuii8.37.
''1BIU15.99.
IUL8.6.
'JlMBl.lS.
IPed.!.».
i Jar. I 8.
A^14.4
•Pr.l7.a7.
So. & 1.a.
•Pr.l& SX
Bo. 7. ».
LA EPÍSTOLA ÜNIVEESAL
DS
SANTIAGO.
CAPITULO I.
Dt ta vUUdad de la» trilmUuiom»$ f y como
ta poúimteia tamlnet t to ftrfeetiem. De-
b*mo$ orar eon fi. rteOñr eom mantadm»-
Ira ta éUvima jxuaíra, reprimir la lengua,
aetetir 4 loe afligido», y huir ád eefbritu
dd memáo.
JACOBO «, sierro de Dio* y del Señor
Je«n-Oxlsto, & lu doce tribus & que
estto esparcidas', salud.
9 5 Hermanos mios, tened por sumo
goKo cuando cajereb en diversas ten-
taciones ^ ;
3 Sabiendo que la prueba de ruestra fiS
obra paciencia*.
4 Mas tenga la paciencia perfecta «u
obra/, para que seáis perfectos y ca-
bales, sin faltar en alguna cosa.
6 Y si alguno de vosotros tiene fitlta
de sabiduría, dem&ndela á Dios;, el
cual la dá 4 todos abundantemente, y
no zahiere; y le será dada A.
6 Pero pida en fia, no dudando nadaí-.
porque el que duda, es semcjlante á la
onda del mar, que es movida del viento,
y echada de una parte á otra.
7 No piense pues el tal hombre que
recibirá ninguna oosa del Befior.
8 El hombre de doblado ánimo, es in-
constante en todos sus caminos.
9 El hermano que es de bi^a sueite,
gloríese en su alteu*:
10 Mas el que es rico, en su bajeza:
porque él se pasará como la flor de la
yerba'.
11 Porque salido el sol con ardor, la
yerba se secó, y su flor se cayó, y pere-
ció su hermosa apariencia : así también
se marchitará el rico en todos sus ca-
minos.
18 Bienaventurado el varón que snfire
la tentación m; porque cuando fuere
probado, recibirá la corona de vida»,
que Dios ha prometido á los que le
aman.
13 ^ Cuando alguno es tentado, no
diga que es tentado de Dios; porque
DuM no puede ser tentado de los malos,
ni él tienta á alguno :
14 Sino que cada uno es tentado, cu-
ando de su propia concupiscencia es
atraído, y cebado.
15 V la concupiscencia, después que
ha concebido, pare al pecado o; y el
pecado, siendo cumplido» engendra mu-
ertcj>.
16 Amados hermanos mios, no erréis.
17 Toda buena dádiva, y todo don per-
fecto es de lo altof, que desciende del
Padre de laa luces, en el cual no hay
muduiza, ni sombra de variaoionr.
13 Él de su voluntad nos ha engen-
drado por la palabra de verdad*, para
que seamos prunioias de sus criaturas'.
19 4 Por esto, mis amados hermanos,
todo nombre sea pronto para oir, tardío
pan hablar •, tardío para airane* :
80 Porque la ira del hombre no obra
la justicia de Dios.
81 Por lo cual, deiando toda inmun-
dicia, y superfluidad de m^ioia*, re-
cibid con mansedumbre la palabra in-
gerida en voaotroe, la cual puede hacer
salvas vuestras almas.
88 Mas sed hacedores de la palabra, y
no tan solamente oidores r, engañán-
doos 4 vosotros mismos.
88 Porque si alguno oye la palabra, y
no la pone por obra, este tal es seme-
jante al hombre que oonsidera en un
esp^o su rostro natural:
84 Porque él se consideró á sí mismo,
y se fué, 7 luego se olvidó que tal era.
85 Mas el que hubiese mirado en la
ley de perfecta libertad', y perseverado
«* e/to, no siendo oidor olvidadizo, sino
hacedor de la obra, este tal será bien-
aventurado en su hecho*.
86 Si alguno piensa ser religioso entre
vosotros, y no refrena su lengua b, sino
engañando su corazón, la religión del
tal es vana.
87 La religión pura y sin mácula de-
lante de Dios y Padre es está: Visitar
los huérfanos y las viudas en sus tribu-
laciones*, y guardarse sin mancha de
este mundo rf.
CAPITULO II.
Advierte el opMoI que la aeepeiom de per-
•oMos no ee compone bien eonia/t de Jen-
Críelo t y que ta fi «tn moafrara* por loe
cbrae bnenae, ee una /t ntmerta, eem^ni»
á «n cuerpo n'« eepírttu,
HERMANOS mios, no tengáis la fé
de nuestro Señor Jesu-Cristo glo-
rioso en acepción de personas •.
8 Porque si en vuestra congregación
entra un hombre con anillo de oro, y
de preciosa ropa, y también entra un
pobre con vestidura vil,
8 Y tuviereis respeto al que trae la
vestidura preciosa, y le dijOTeis: Sién-
tate til aquí en buen lugar: y d^éreia
al pobre : Estáte tü allí en pie ; ó sién-
tate aquí debajo de mi estrado :
4 ¿ No Jugáis en vosotros mismos, y
venís 4 ser jueces de pensamientos ma-
los?
5 Hermanos mios amados, oid : ¿ No
ha elegido Dios los pobres de este
mundol, ricos en fé*, y herederos del
reino míe ha prometido á los que le
araand?
6 Mas Tosotroa habéis afrentado al
pobre. ¿ No os oprimen los ricos, y os
arrastran á los Juzgados ?
7 é No blasfeman ellos el buen nombre
de que os llamáis ?
8 oi en verdad cumplís vosotros la ley
real conforme á la Escritura : Amarás
á tu prójimo como á tí mismo *; bien
9 Mas si hacéis aoepdon de penooas,
— — -
A.D.clr.80.
«CoL8.8,8.
iFta.%
1,2.
'Hat 7. 21.
• Gap. 8. 18.
"La. «.47.
ele.
Jasa 18.17.
»8sl. 84.18.
y 89.1.
•IS.1.U,
17.
y56.6,7.
411o. 18l 2.
1 Joan a.
15,16.
« Pr. 38. 21.
» Ido. 1.26,
28
• Ap. 9. 0.
iln.V2.Sa.
•Le. 19. 18.
A. D. dr. 0a
SANTIAGO, in, lY.
A. D. dr. «L
/DkSr. 96.
f li. 90. U,
14.
i Oftp. 1. 9S.
<Fr.91.U.
*Mat7.98.
(1JIIM&
18.
**C«i».S.lS.
• 9Gr. 90. 7.
U41.8.
• 0«a. 22. 9,
12.
P Heb.U.17.
9 Gen. 16. 6.
»• 20.90.7.
ls.41.8.
* 309.7.1,
etc.
Heb.U.Sl.
• Bo. Z 90,
21.
HKef.B.
46.
Pr.90.8.
Bo. 7. 90.
1 JvMi 1. 8.
•Pr. ia.8.
d M. S9. 9.
oometeis peeado, j tois reoonTcnldM de
la ley como infractom.
10 Porque cualquiera que hubiere
guardado toda la ley, y ofendiere en
uno de lot mamdamUntMf ea hecho cul-
pado de todos/.
11 Porque el que dijo : No oomeleráa
adulterio, también ha dicho: No ma-
taska f. Ahora bien, li no hubiere*
cometido adulterio, pero hubieres ma-
tado, ya eres hecho tranagresor de la
ley.
19 Así hablad, y asf obrad como loa
Sue habéis de ser Juzgados por la ley
e libertad*. •' -» t~
13 Porque Juicio sin misericordia terá
keeko con aquel que no hiciere miseri-
cordia': y la miaetioordla se gloría con-
tra eljuicio.
14 4 Hermanos mios, ¿qvé aprove-
ehará si alguno dice que tiene flS, y no
tiene obras k? ¿ Podiá la f!« salvarle ?
15 T d el hermano 6 la hermana eslAn
desnudos, y tienen necesidad del man-
tenimiento de cada día,
10 T alguno de Tosotros les dice : Id
en paz, calentaos, y hartaos ; pero no
les diereis las cosas que son necesa-
rias para el cuerpo, ¿ qué U§ aptore-
chaxa'?
17 Así también la fiS, si no tuTicre
obns, es muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá : Tü Üenes fé, y
yo tengo obras; mu^trame tu fó sin
tus obras, y yo te mostraré mi té por
mis obras».
19 Tü crees que Dios es uno; bien
haces : también lo* demonios creen, y
tiemblan ".
90 ¿ Mas quieres saber, hombre vano,
que la fé sin las obras es muerta ?
91 ¿No fué justificado por las obras
Abraham, nuestro padre, cuando ofre-
ció á su hijo Isaac sobre el altar* ?
99 ¿ No Tes que la té obró con sus
obras, j que la ft fíié peifecta por las
obras;» f
93 Y filé cumplida la Escritura que
dice : Abraham creyó á Dios, y le rué
imputado á justicia y, y fué llamado
amigo de Dios r.
94 Vosotros veis, pues, que el hombre
es Justificado por las obras, y no sola-
mente por la té.
95 Asimismo también Raab, la rame-
ra, ¿ no fué Justificada por obras, cu-
ando recibió los menstüeros, y los echó
fuera por otro camino* ?
96 Porque como el cuerpo sin espíritu
está muerto, así también la fé sin obras
es muerta.
CAPITULO III.
Fieio» dé la Ungua dMcw/rntado, y iV/^
reneja entn ta eimteta lerrema y la eeUt-
tial,
HERMANOS mios, no os hagáis
muchos maestros», sabiendo que
recibiremos mayor condenación :
9 Porque todos ofendemos en muchas
cósase. Si alguno no ofende en pala-
bra, este es varón perfiscto*, que tam-
bién puede con freno gobernar todo al
cuerpo.
8 Hé aquí, nosotros ponemos frenos en
las bocas de les caballos para que nos
obedezcan if, y gobernamos todo su cu-
erpo.
4 Mirad también las naves; aunque
tan grandes, y llevadas de impetuosos
vientos, son gobernadas oon un muy
pcqnefVo timón por donde quisiore el
que las gobierna.
5 Así tamMen la lengua es un miem-
bro poqueik), y se gloria de grandes
— «. Hé aquí, un peqoeUo faqgo
¡ cuan grande bosque enciende !
6 Y la lengua es un friego/, un mundo
de maldad. Así la lengua está puesta
entre nuestros miembroa, la cual con-
tamina todo el cuerpo ir, é iaflanuí la
rueda de nuestro nacimiento, y «a in-
flamada del infierno*.
7 Porque toda naturaleza de bestias, y
de aves, y de serpientes, y de seres de la
mar, se doma, y es domada de la natu-
raleza humana :
8 Pero ningún hombre puede domar
la lengua, mu e» un mal que no puede
ser refrenado, llena de veneno mortal •'.
9 Con rila bendecimos á Dios, y al
Padre, y con día maldecimos á los
hombres, los cuales son hechos á la
sem^anza de Dios*.
10 De una misma boca proceden ben-
dición y maldición. Hermanos mios,
no conviene que estas cosas sean así
hechas.
11 ¿ Echa alguna fuente por una mis-
ma abertura agua dulce y amarga ?
19 Hermanos mios, ¿puede la higuera
producir aceitunas, o la vid higos'?
Así ninguna Itaente puede haeer agua
salada y dulce.
18 ^ ¿ Quién es sabio y avisado entre
vosotros? muestre por buena conver-
sación 81M obras en mansedumbre de
sabiduría.
14 Pero ú tenéis envidia amarga, y
contención en vuestros corazones, no
os gloriéis, ni seáis mentirosoe contra
la verdad.
15 Que esta sabiduría no es la que des-
ciende de lo alto, sino terrena, animal ■•.
diahóUca.
16 Porque donde hay envidia y con-
tención», atlf hay perturtMcion, y toda
obra perversa.
17 Mas la sabiduría que es de lo alto,
primeramente es pura, después pacífica,
modesta, benigna, llena de míacxloor.
dia y de buenos frrutos, no jusgadon,
no fingida.
18 Y el fruto de JnsüHa* se alembia
en paz para aquellos que hacen paz^
CAPITULO IV.
DiteoréUu y otro* «mím ftw
rúwea, no refmMdat, Dt
mwnutratio», y tomaUrmm á la iV»-
vidtMia divina.
i W E dónde vienen las guerras, y los
U pleitos entre vosotros ? ¿ No son
de vuestras concupiscencias, lais cuales
combaten en vuestros miembros • ?
9 Codiciáis, y no tenéis h • tenéis envl-
dia y odio, y no podéis alcanzar; com-
batís y guerreáis, y no tenéis lo que
deseáis, porque no pedís*.
8 Pedís, y no recibís; porque pedís
•SaLlXl
yTJLM
/Pr. 16.1.
#Mat.U.
718. U.
*lCat.$.a
rflaL140.fc
Bo.t.13.
l.S
(Mat.7.9S^
"•10S.S.IÍ
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•BsklSJl.
íPr.lLli
lULi.%.
•irMii].
ilJiait
1&
«Kst?.
7.6.
rfljasai.
14.
mal ^, para gastar en vuestros ddeites.
4 Adúlteros y adilltetas, ¿no aabeisLa/v su.
que la amistad del mundo es enemistad
con Dios « ? Cualquiera, pues, que qui-
siere ser amigo del mundo, se consti-
tuye enemigo de Dios/.
6 i Pensáis que la Escritura dke sin
causas El espíritu que mota en nos-
otros codicia para envidiaf ?
O Mas él da mayor grada. Por esto
él dice : Dios resiste á los soberbios, y
da gracia á los humildes *.
7 Someteos pues & Dios: icslsüd al
diablo •', y de rosotros buiriL
8 Aliemos & Dios, y él se aOegaii i
vosotros^. Pecadores, limpiad las ms-
nos < ; y vototrw de doblado ánino,
purificad los corazones *. *
1» Afligios, y lamentad, y llorad. Vm-
JL D. dr. ML
SANTIAGO, V.
A, D. dr. ea
■Fr. aOLltt.
MAt.-2S.13.
lPed.6.6.
•lPod.S.1.
r Mat. 7. 1.
IO0.Í.S.
«BO.U.Í.
' Pr. «. 1-
•JobT.r.í.
tlCo.i.U.
«Lo. 12. 47.
«Mate. 90.
■Bo.a.fi.
<iJo1>9i.lO,
IL
Jer. S3. 13.
1UL3.&
•Si.SS.3r.
/Lii.lfi.1»,
36.
tn risa ae conviarta en limo, y vuestro
gomen tristeía.
10 HiimiUáot delante del Setk», y él
os eMalzaii&».
11 ^ Hennanok, no murmureU lot
vno* de loe otro**. £1 que murmura
del hermano, y Juzoa & su hermano j>,
este tai murmura de la ley, y juzga á
la Iqr : pero si tii Juzgas á la ley, no
CTCs snardador de la In, sino Juex.
18 Uno es d dador de la ley, que puede
•tí»ar, y perder: ¿quién eres ni» que
Juxgas & otro ?
18 Y Ea ahora, los que dech: Hoy y
maflana iremos á tal ciudad, y estare-
mos allá un afio, y compraremos mer-
cadería, y ganaremos :
14 T no sabéis lo que ser& maflana r.
Porque ¿qué es vuestra vida? Cier-
tamente es un vapor que se aparece por
un poco de tiempo, y después se ^-
vaneoe*.
15 En lugar de lo cual detierfais decir:
8i el Sefkir quisiere/, y si viviéremos,
haremos esto o aquello.
10 Mas ahora oí Jactáis en vuestras
soberbias. Toda Jactancia semejante es
mala.
17 El pecado pues está en aquel que
sabe hacer lo bueno, y no lo haoe «.
CAPITULO V.
Dd tevtro ««Mgo qtu recibirán loi rico» ava-
rüntoa y opretcm de lo* pobre*. D« la
paeitmeia en Uu eMeeione*. Na ¿lebemo*
jurar m vamo. D» ta eJUaeia de ¡a ora-
Otón.
EA ya ahora, oh ricos, llorad ahu-
llando por vuestras miserias que os
vendrán*.
2 Vuestras ziquesas están podridas;
vuestras ropas están comidas de po-
Ullafc. *^
8 Vuestro oro y plata están corrom-
pidos de orin, y su oiin os será en tes-
timonio, y comerá del todo vuestras
carnes como fliego. Os habéis allegado
tesoro para en los postreros dias «.
4 Hé aquí, el Jornal de los obreros que
han serado vuestras tierras, el cual por
engallo no les ha sido pagado de vos-
otros, clamad; y los clamores de los
que hablan segado, han entrado en los
oidos del Señor de los ^ércitos «.
6 Habéis vivido en deleites sobre la
tierra, y sido disolutos/; habéis cebado
vuestros corazones como en el día de
sacrificios. |
8 Halléis condenado y muerto al Justo ;
y él no os resiste g.
7 ^ Pues, hermanos, tened paciencia
hasta la venida del Sefknr. Mirad como
el labrador espera el precioso fruto de
la tierra, aguardando con paciencia,
hasta que reciba la lluvia temprana y
tardía*.
8 Tened también vosotros paciencia:
confirmad vuestros corazones; poique
la venida del Se&or se acerca '.
9 Hermanos, no os qu^eis unos con-
tra otros, pon]ue no seáis condenados :
Hé aquí, el Juez está delante de la pu-
erta *.
10 Hermanos míos, tomad por dem-
pío de aflicción, y de paciencia, a los
proíbtas que hablaron en nomtoe del
Señor.
11 Hé aquí, tenemos por bienaventu-
rados á los que sufren. Habéis oido la
paciencia de Job i, y habéis visto el fin
del Señor "•, que el Señor es muy mise-
ricordioso y piadoso.
12 Mas sobre todo, hermanos mios,
no juréis, ni por el cielo, ni por la
tierra, ni por otro cualquier juramen-
to»; sino vuestro Sí, sea Bl, y muttro
No, tea No ; porque no caig¿ en con-
denación.
IS ¿ Está alguno entre vosotros afliri-
do ? haga oración. ¿ Está alguno ale-
gre ? cantee.
14 ¿ Está alguno enfermo entre vos-
otros p ? llame á los ancianos de la igle-
sia, y oren por él, ungiéndole con aceite
en el nombre del Señor f.
15 Y la oración de fé salvará al eníler-
mo, y el Señor lo levantará ; y si estu-
viere en pecados*', le serán perdona-
dos.
18 Confesaos vuestras faltas unos á
otros*, y rogad los unos por los otros,
para que seáis sanos : qut la oración
eficaz del justo * puede mucho.
17 Elias era hombre sujeto á seme-
jantes pasiones* que nosotros, y rogé
con oración que no lloviese ; y no llovié
sobre la tierra tres altos y seis meses *.
18 Y otra vez oré, y el cielo dio lluvia,
y la tierra prodigo su fruto «.
19 Hermanos, si alguno de entre vos-
otros ha errado de la verdad, y alguno
le conviniere,
20 Sepa, que el que hubiere hecho con-
vertir al pecador del error de su camino,
salvará un alma de muerte', y cubrirá
multitud de pecados >.
'Hal&W.
k Os. U. 14.
<A^a2.9o.
h Mat. M.
88.
Ap^t.».
I Job 1. 31.
"Job 43. 10.
"Mat. 5, 84.
• Bf. fi. 19.
'Har.I0.t8.
<Mar.e.U.
•- Juan 5. 14.
lCo.n.80.
'Ln.17.4.
t Job 43. 8.
« Hseh. 14.
15.
'1 Bey. 17.1.
« 1 Bey. 18.
4S.
y Jada 28.
•Pr.10.I3.
pEOna^v^l H Jaa-CriiB, i loi
"ir™ ~I «} EMll t Shi., t) muí
'£Sí5
dej. ■«£., t«<« 1. jHta, j 1. S«
A.i>.eix
I. SAN PEDRO, III.
A. IX «a
* la. ». !«.
i8dLU8.SL
Bo.9. 8S.
18.
Bf. 0.8.
OoLl.13.
•<0b.2.2S.
Bo. 9. 95.
• Cft^ L 17.
lCr.9W.lS.
SaL 119. 19.
Reb. 11. IS.
rS*nt«. 4.1.
< Lo. 19. 44.
'C»p.S.lG.
M»LS.10.
■](Ut.9S.21.
Bo. U. 1, 7.
IGA.&18.
•lCo.7-93.
'Cap. 1. 93.
Joan 13. <5.
•Pr.J4.2L
'£f.6.ff.
etc
0OL3.2S.
*V«rf.l&94.
1Tm.8.S,4.
• Otp. & 18.
tJvul&l*.
¿SaLXXn.
XXXI.
•Is.53.4,
etc.
/Ib. 88. 5,«.
rSiJ.119.
1T&
«Ex. 34. 98.
Ji»al0.11,
la.
• Ef. 5. 99.
TU. 2. 4. 5.
preciow; y el aue crqjere en ella, no
será conmndlUo A.
7 EUa es poes honor á voaotroe que
cxeeb: nuis pan loa que no creen, la
piedra qne loa edificadores reftrobaron,
esta filé necba la cabeza del ángulo ';
8 Y piedra de tropiezo, j piedra de
escándalo* á aquellos que tropiezan en
la palabra, y no creen en aquello para
lo cual fticron ordenados'.
9 Mas vosotros sois Un^ escogido,
real sacerdocio, gente santa, pueblo
adquirido, para que anunciéis las Tir>
tucfes de aquel que os ha llamado de las
tinieblas á su lu» admirable » :
10 Vosotroa, que en el tiempo pasado
no enrf« pueblo, mas ahora tvia pueblo
de Dios; que en el tiempo pasado no
haUals aloaniado mk«noonlia, mas
ahora habéis alcanzado misericordia».
11 Y Amados, yo os ruego, como á
extra^jenis y peregrinos», os abstengáis
de los deseos camales que batallan con>
tra el almap,
19 Teniendo mestra oonTenaclon ho-
nesta entre los Gentiles; para que, en
lo que ellos murmuran de vawtros como
de malhechores, glorifiquen á Dios en
el dia de la visitación ', estimándoos por
las buenas obras f.
13 Sed pues sujetos á toda ordenación
humana* por Dios : ya sea al rey, como
á superior ;
14 Ya á loa gobernadores, como de él
enviados para venganza de los mal»
hfchoica, y para loor de los que hacen
bien.
15 Porque esta es la voluntad de Dios,
que haciendo bien, hagáis callar la ig-
norancia de los hombres vanos :
16 Como libres; y no como teniendo
la libertad por cobertura de malloia^,
sino como siervos de Dios «.
17 Honrad á todos. Amad la fraterni-
dad*. Temed á Dios. Honrad al Rey.
18 ^ Siervos, sed sujetos con todo
temor á vuestros amos'; no solamente
4 los bntnaos y humanos, sino también
á los rigurosos.
19 Porque esto ce agradable, si alguno
4 causa de la conciencia delante de
Dios, sufre molestias padeciendo li\jus-
tamente.
80 Porque ¿ qué gloria es, si pecando
vosotros sois aooftteados, y lo sufrís?
mas si haciendo bien sois afligidos, y
lo Buírfs, esto ciertamente e« agradable
delante de Dios»
81 Porque para esto sois llamados*;
pues que también Cristo padecié por
nosotros*, dejándonos ejemplo, para i^ue
vosotros slgab sus pisadas b :
22 El cual no hizo pecado, ni ftié
hallado engallo en su boca«:
88 Quien cuando le maldecían, no re-
tornaba maldición ; cuando padecía, no
amenazaba, sino rtmitia U causa al que
Juzgaiustamente *.
84 £l cnai mismo Ueró nuestros pe-
cados en su cuerpo* sobre el madño,
para que nosotros siendo muertos á los
pecados, vivamos á la justicia : por la
herida del cual habéis sido sanados/.
95 Porque vosotros erais como ovejas
descarriarlas; ¡ mas ahora habeb vuelto
al Pastor y Obispo de vuestras almas A.
CAPITULO III.
Da stiliHlaU» aPi$ot A lof eaaadoa e» mt-
Uenlari jf «citoria * totU» fo* fdt» A la
taridait finoetnet'a de vida, $á la paeitif
eia tn tat advtr$idadM, á imiUteio» d$
Je$u-Orüto.
ASIMISMO vMolra» mujeres, sed su-
Jetas 4 vuestros maridos* ¡ para que
también los que no oreen á la palabra,
sean ganados sin palabra por la con-
versación de sua mvgures b,
8 Considerando vuestra casta oonw-
sadon, que es en temor.
8 El «lomo de las cuales no sea «•
terior con encretpamiento del cabello,
y atavío da oro, ni en oompoatura de
ropae;
4 Sino d hombre del corazón' que
está encubierto, en incorruptible or-
nato de espíritu agradable, y pacífico,
lo cual es de grande estima delante de
Dios.
5 Porque así también se ataviaban en
el tiempo antiguo aquellas santas mu-
jeres que esperaban en Dios, siendo
sujetas á sus maridos ;
6 Como Sara obedecía á Abraham,
llamándole señor*; de la cual vosotros
sois hechas hijas, haciendo bien, y no
sois espantadas de ningún pavor/.
7 Vosotros también, maridos, habitad
con ellas según ciencia, dando honor
á la mujer como á vaso mas fiR&gil, y
como á henderás Juntamente de la
gracia de la vida; para que vuestras
oraciones no sean impedidas.
a ^ Y finalmente, sed todos de un
mismo corazón;, compasivos, amándoos
fratemalmeqjte, misericordiosos, aten-
tos:
9 No volviendo nwl por mal, ni mal-
dición por maldición ; sino antes por el
contrario A, bendiciendo; sabiendo que
vosotros sois llamados para que poseáis
bendición en herencia.
10 Poniue el que quiere amar la vida,
y ver días buenos, réfirene su lengua de
mal, y sus labios no hablen engafio :
11 Apártese del mal, y haga bien ; bus-
que la paz, y sígala.
19 Porque los ojos del Seflor es^dn
sobre los Justos, y sus oidos ateniot á
sus oraciones; pero el rostro del Se&or
ettá sobre aquella* que hacen mal >'.
18 ¿ Y quién es aquel que os podrá
dañar, si vosotros seguís el bien* ?
14 Mas también si alguna cosa pade-
céis por hacer bien, sois bienaventura-
dos '. Por tanto no temáis por el temor
de ellos, ni seáis turbados ;
15 Sino santificad al Señor Dios en
vuestros corazones"»: y ettad siempre
aparejados para resmnder con manse-
dumbre y reverencia á cada uno que
os demanda razón de la esperanza que
hay en vosotros :
16 Teniendo buena conciencia, para
que en lo que murmuran de vosotros
como de malhechores, sean confundidos
los que blasfeman vuestra buena con-
versación en Cristo ».
17 Porque m^or es que padezcáis ha-
ciendo trien, si la voluntad de Dios así
lo quiere, que haciendo mal.
18 Porque también Cristo padeció una
vez por los pecados*, el justo por los
injustos^, para llevamos á Dios, siendo
á la verdad muerto en la carne, pero
vivificado en espíritu 9 :
19 En el cual también faér y predicó
á los espíritus* que estaban en cárcel ;
80 Los cuales en otro tiempo ftieron
desobedientes, cuando una vez esperaba
la paciencia de Dios en los días de
Noe', cuando se aparejaba el arca; en
la cual pocas, es á saber, ocho personas
fueron salvas por agua.
81 A la figura de la cual el bautismo
que ahora corresponde nos salva, (no
quitando las inmundicias de la oarae,
sino como demanda de uiui buetu con-
ciencia» delante de Dios,) por la re-
surrección de Jesu-Üristo • :
410>.7.1«.
•ITLZ».
•G4B.1&1S.
/VW.14.
fBo.19.16.
& Hat. 6. 44.
fBsL84.ll.
*Pr.l«,7.
l Gap. 4. 14.
Mat.fi. 10,
12.
••Is.8.19,
18.
y a. 19.
"Gap. 2. 12.
• Osp. 9. 2L
P20o.fi.2L
«90D.1S.4.
•*lit9.17.
'Osp. 4. 6.
tGeuuTL
•Heb.lOL99,
*0ol.2.19.
TLS.fi.
A. D. dr. ea
I. SAN PEDRO, IV, V.
A. D. cfr. 6a
•S£L20,
SU
•Ba.«.Si7.
I300k6.1&
*10i>.a.U.
'H6eli.lO.
'Bo.8.8,ia
/ Bo. U. 13.
«La. a. 36.
k Pr. 10. IZ
8ftnt\ 6.30.
•' Bebí IS. S.
« FL 8. li.
IIto.l3.^8.
10o. IS. i.
•» 11.48. 10.
• 8uit*.l.X
•jn.8.ia
r Ba. 8. 17.
<Qti».8.14.
as El cnal cftá á la dlcrtra de Dios,
habiendo subido al eido; estando á él
sigetos los ángeles, y las potestades, j
Tirtodes«.
CAPITULO IV.
Mah>rta é huir áe Im «uadM «Mos, 9 á la
jw^etica d* I« vértadM, para atraer d la
fí á U» OmíOui f die* 91M «Minnof (de-
traeoM d$ padecer per amor dt Oritlo.
PUES que Cristo ha padecido por
nosotros en la carne, vosotros tam-
bién estad armados del mismo pensa-
miento : que el que lia padecido en la
carne, cesó de pecado* ;
S Para que 7a el tiempo que queda en
carne, viva, no ¿ las concupiscencias
de los hombres, sino á la Tolnntad de
Diosb.
8 Ponine nos debe bastar que él tiempo
pasado de nuestra Tida hayamos hecho
la Tolimtad de los Gentiles, cuando con-
Tcrsábamos en lascivias, en conctt|iis-
cencías, en embriagueces, en glotone-
rías, en banquetes, y en abominables
idolatrías e.
4 Y esto parece cosa ettralia á los que
os Tituperan, que vosotros no corráis
con ellos en el mismo desenfrenamien-
to de dlsohicion :
5 Los cuales darán cuenta al que está
aparejado para Juzgar loé vItos y los
muertos 4.
6 Porque por esto también ha sido
predicado el ETangelio á los muertos;
para que sean Juzgados en carne según
los hombres, y viran en espíritu sonm
Dios*.
7 ^ Mas el fin de todas las cosas se
acerca/. Sed pues templados, y velad
en oración #.
8 Y sobre todo tened entre vosotros
ferviente caridad; porque la Mr*dad
cubrirá multitud de pecados*.
9 Hospedaos amorosamente los unos
á los otros • sin murmuraciones J^.
10 Cada uno según el don que ha re-
cibido, adminístrelo á los otros, como
buenos dispensadores de las diünentes
gracias de Dios'.
11 Si alguno habla, hable conforme á
las palabras de Dios ; si alguno ministra,
minUtre conforme á la v&tud que Dios
administra: para que en todas cosas sea
Dios glorificado por Jesu-Cristo, al cual
es gloria é imjieno para siempre Jamás.
Amen.
IS ^ Car&imos, no os maravilléis cuan-
do sois examinados por fíiego, lo cual
se hace para vuestra prueba», como si
alguna cosa peregrina os aconteciese ;
13 Antes bien gózaos » en que sois par-
ticipantes de las aflicciones de Cristo»,
para que también en la revelación de su
gloria os gozeis en triunfo j>.
14 Si sois vituperados en d nombre de
Cristo, sois bien aventurados t; parque
la gloria y el Espíritu de Dios reposan
sobre vosotros. Cierto s^iun ellos él es
blasfemado, mas según vosotros es glo-
rificado.
15 Así que ninguno de vosotros padezca
como homicida, ó ladrón, ó malhechor,
ó codicioso de los bienes isleños.
16 Pero si alguno es afligido como
Cristiano % no se aveigttenee; antes
glorifique á Dios en esta parte.
17 Porque es tiempo que el Jnicio
comience de la casa de Dios* : y si pri-
mero comienza por nosotros, ¿ qué será
el fin de aquellos que no obeoecen al
evaneelio de Dios 1 ?
18 Y si d justo con dificultad se salva,
^adénde parecerá el infiel y el peca-
dor*?
19 T por eso los que son afligidos segnn
la voluntad de Dios, encomi^denle sus
almas*, como á fiel Criador, haciendo
bien.
CAPITULO V.
J>á avíaoe tahaUíUee á loe «íWjfros de la
Igteeia / jr embarga é loe jf véate la ebedi-
eaeia f la htmiUad, exkortamdo é todoe á
«dar eoabra loe tetUaeiomee dd demamio.
RÜEOO á los ancianos que están entre
vosotros, yo anciano tambiem con
ellos, y testigo de las aflicciones de
Cristo, que soy también participante
de la gloria que ha de ser revelada • ¡
8 Apacentad la grey de Dios que está
entre vosotros b, teniendo cuidado de sIIb,
no por flierza, sino voluntariamente» ;
no por ganancia deshonesta^, sino de
un ánimo pronto;
3 Y no como teniendo seilorfo* sobre
las heredades del Ssior, sino siendo de-
chados del rebafio/.
4 Y cuando apareciere el Principe de
los pastores;, vosotros recibiréis la co-
rona incorruptible de gloría A.
6 Igualmente, mancebos, sed sajeCoa
á los ancianos: y todos sumisos unoa á
otros', revestios de humildad: porque
Dios resiste á los soberbios, y oa gracia
á los humildes*.
0 Humillaos pues ImOo la poderoaa
mano de IMos, para que él os ensalce
cuando fuere tiempo':
7 Echando toda vuestra solicitad en él ;
porque él tiene cuidado de vosotros «.
8 Sed templados ", v velad ; porque
vuestro adversario el diablo anda como
un león bramando alrededor de voa-
otros ■, buscando á quien devore :
9 Al cual resistid;» firmes en la fiS,
sabiendo que las mismas aflicciones han
de ser cumplidas en la ooropaflía de
vuestros hermanos que están en ti
mundo.
10 ^ Mas el Dios de toda grada, que
nos ha llamado á su ^oria eterna por
Jesu-Cristo, después que hubiereis un
poco de tiemi)o< padecido, él mismo os
perfeccione •>, ctmfirme, corrobore, y
establezca.
11 A él sea gloria, é imperio paxm
siempre*. Amen.
IS *f Por Silvano t que o* ee, según
Ío pienso, hermano fiel, os he escrito
iievemente, amonestándoos, y tcstifi-
cando que esta es la verdadera gracia
de Dios, en la cual estáis».
13 La igleeia que eetá en Babilonia»,
Juntamente elegida con vosotros, os sa-
luda, y Marcos' mi h^o.
14 Saludaos unos á otros con daeulo
de caridad '. Paz jes con todos vos-
otros los que estáis en Jesu-Cristo.
Amen.
«■Heck-a
as.
y 26.38. !
'Kx.9Lfi.
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Ap.S.1.
t Jar. S6b 31 ,'
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*H«É.a i
U.31 i
A.D.68.
»I)».4.1.
<8d.84.lL
«jMal7.aL
/ni. 8.
» 1 co. O. as.
&SMlt*.l.i.
ílTI.4.7.
h 1 Tes. 4. 9.
ilOo.U.1.
• JnaD 15.
2,6.
•Ap.8.17.
• lOo.S.14.
r Bo. 19^14.
rjoaoSLlS.
liA SEGUNDA EPÍSTOLA ÜNIVEBSAIi
DK
SAN PEDRO APÓSTOL
• M»C 17.
1,<.
CAPITULO I.
La mtnurta fy lo§ frmdu imm neibÜM dt
Vid, ka d0 aiitmaruo» á ategmninto$ He
umMtra «oeaeion e» partía y taatidad d»
vida. Habla d* m «ereama mmrU, y dala
vtrdaA d» la dotMaa ád EvaagOUt.
SIMÓN Pedro, sierro y Apdttol de
Jcm-Crteto, á Im que babcia alcan-
zado té Iffnalmente preciosa con nos-
otro** en la Justicia de muctn Dios 5
Salvador Jesn -Cristo :
9 Gnoia j pea os sean mnltipUcadas^
en el conocimiento de Dios, j de noes-
tro Seflor Jesús.
8 4 Como todas las cosas que jwiirae-
«e» á la Tlda 7 4 la piedad* nos sean
dadas de su divina potencia, por el co-
nocimiento de aqud que nos na llama-
do por sn gloria 7 Tiitnd ;
4 Por las cuales nos son dadas preeiosas
7 grandísimas promesas', para que por
ellas íbeaeia hechos participantes de la
natnialexa dirina «, habiendo huido de
la coinipolon que está en el mundo por
eoncuplscenoia ;
5 Vosotros también, poniendo toda dili-
gencia por esto mismo, mostrad en vu-
estra fé virtud/, 7 en la virtud ciencia ;
0 T en la dáaola templanta;, 7 en la
templanza paciencia A- 7 en la pacien-
cia temor a» Dios';
7 Y en el temor de Dice, amor frater.
nal * ; 7 en el amor ftaternai, oaxidad'.
8 Porone si en vosotroe IU17 estas cosas,
7 abundan, no os d^arán estar ociosos
ni estériles en el conocimiento de núes-
tro 8eik>x Jesu-CriatoM.
9 Mas d que no tiene estas cosas, es
ciego*, 7 anda tentando el camino con
la mano, habiendo olvidado la purM-
caelon de sus antiguos pecados.
10 Por lo cual, hermanos, procurad
tanto mas de hacer Arme vuestra voca-
ción 7 elección ; porque haciendo estas
cosas, no caeréis Jamas.
11 Porque de esta manera os será
abandamtemcnte administrada la entra-
da en el reino eterno de nuestro Seflor
7 (Salvador Jesu-Crtato*.
15 ^ Por esto 70 no d^aré de amo-
nestaros siempre de estas cosas, aunque
vosotros las sepáis, 7 estds confirmados
en la verdad presentej».
18 Porque tengo por Justo, en tanto
que esto7 en este tabernáculo, de inci-
taros con amonestación f ;
14 Sabiendo que brevemente tengo de
d^ar este mi tabernáculo, como nuestro
Sefior Jcsu-Criato me ha declarador.
16 También 70 procuraré con diligen-
cia, que después de mi fUleclmiento,
vosotros podáis siempre tener memoria
da estas cosas.
16 Porque no os hemos dado á conocer
la potenoia, 7 la venida de nuestro Seflor
Jesu-Cristo, siguiendo fibulas por arte
compuestas ; sino como habiendo con
nuestros propias ojos visto tu nuO^s-
tad*.
17 Porque él haUa recibido de Dios
, rnMN
Avita d Im
Padre honra 7 gloria, cuando una tal
voz fué á él enviada de la magnifica
gloria: Este es ei amado Hijo mió, en
el cual 70 me he agradado.
18 T nosotros olmos esta voz enviada
del cíelo, cuando estábamos Juntamente
con él en el monte santo.
19 Tenemos también la palabra pro-
i^tlca mas permanente, á la cual hacéis
bien de estar atentos como á una antor-
cha que alumbra en lugar oscuro, hasta
que el día esclarezca, 7 el Inoero de la
maflana< salga en vuestros corazones.
80 Entendiendo primero esto, que nin-
gnna profecía de la Escritura es de par-
ticular interpretación :
91 Porque la profbela no fué en los
tiempos pasados traída por voluntad
humana*, sino los santos hombres de
Dios Iiablaron siendo inspirados del Es-
píritu Santo*.
CAPITULO II.
Duerih» loa muda» arfa de Im /altos doettrm
Jr de tut dUefpuUe, y el «epaiUoeo y
ino eaitigo que leu antenota. Avut
>l«l« que M guarden de eüoi,
PERO hubo también falsos profistas en
el pueblo*, como habrá entre vos-
otros &I80S doctores fc, que introducirán
encubiertamente sectas de perdición, 7
negaran al Seflor « que los rescató, a-
trayendo sobre si mismos perdición ace-
lerada.
9 T muchos seguirán sus desarreglos,
por los cuales el camino de la verdad
será blasfemado:
8 Y por avaricia harán mercadería de
vosotros con palabras fingidas; sobre los
cuales la condenación 7a de largo ti-
empo no se tarda, 7 su perdición no
se duermen
4 Porque si Dios no perdonó á ios
ángeles que hablan pecado'; sino que
habi«fndoles despeflado en el infierno/
con cadenas de* oscuridad, los eutiegó
para ser reservados al juicio ¡
5 Y <t no perdonó al inundo viejo, mas
guardó á Noé', octavo pregonero de Jus-
ticia, trayendo el diluvio sobre el mundo
de malvados ;
0 Y n condenó por destrucción las
ciudades de Sodoma, 7 de Gomorra,
tomándolas en ceniza A, y poniéndolas
por ejemplo á los que hablan de vivir
sin temor v reverencia de Dios ' ;
7 Y libro al iusto LotA, acosado por
la nefanda conaucta de los malvados ;
8 (Porque este Justo, con ver v oir,
morando entre ellos, afligía cada día su
alma Justa con los hechos de aquellos
injustos';)
9 Sabe el Sefior librar de tentación á
los pios», y reservar á los injustos para
ser atormentados en el dia del Juicio • :
10 Y principalmente aquellos, que si-
guiendo la carne, andan en concupis-
cencia é inmundicia, y desprecian la
potestad, atrevidos, contumaces, que no
temen decir mal de las potestades supe-
riores o.
A. D. es.
tAp.2.98.
• Ln. 1. m
* Mar. 13.36.
« De. 18. 1.
«te.
iHeeh.90.29,
80.
• Jada 4.
¿De.8X».
'Jada 6^ .
/Ln. S. 81.
'Gen. 7.1, .
ete. *
lFed.8.90.
*a«B.19.aft,
95.
Jada 7.
'De. 99.98.
A Gen. 19. U.
<Ss.9.4.
**BaL84.16,
18.
*Jnda 14,18.
• Jada 8.10.
A. D.e8.
n. SAN PEDRO, nL
^D.as.t
1>1Tm.&7.
t Jada 12.
•->'n.as.S.
' JndalS:
• B«L 73.8.
«Ga.5.13.
•Joan 8. 84.
Bo. 6. 18.
'Hat.IS.i5.
rMatU.28,
34.
LtL la. 47.
48.
»Pr. «.U.
• Cap. L 13.
» 1 TL 4. 1.
11 Como quiera que lot miamos án-
gelea, que son mayores en fuerza y en
potencia, no iironunclan juicio de mal-
dición contra ellaa delante del Seftor.
IS Mas esto», diciendo mal de laa cosas
que no entienden, como bestias brutas,
que naturalmente son hechas para presa
y destrucción, perecerán en su perdi-
ción,
18 Recibiendo el galardón de so injus-
ticia, )/a que reputan por deleite poder
gozar de deleites cada dia^. Estos •!>»
suciedades y manchas, los cuales comi-
endo con vosotros 9, Juntamente se re-
crean en sus enorea ;
14 Teniendo los ojos llenos de adul-
terio, y no saben cesar de pecar ; cetian-
do las almas inconstantes ; teniendo el
corazón ejercitado en codicias, siendo
hyos de maldición ;
15 Que han dc;}ado el camino derecho,
T se han eztraTládo, siguiendo el camino
de BalAam, hUo de JBbsor, el cuai ajaó
el jptemio de la maldad r,
lo Y fué reprendido por su iniquidad :
una muda liestia de cana, hablando en
▼oz de homlne, refreno la locura del
profeta.
17 Estos son fuentes sin agua, y nubes
traídas de torbellino de Tiento*; para
los cuales está guardada la oscuridad de
las tinieblas para siempre.
13 Porque nablando arrogantes pala-
bras de vanidad', ceban oon laa con-
cupiscencias de la carne en disoluciones
á los que verdaderamente hablan huido
de ios que conversan en error :
19 Prometiéndoles libertad «, siendo
elbs mismos siervos de corrupción. Por-
que el que es de alguno vencido, es
st^ieto á la servidumbre del que lo
venció*.
SO Ciertamente, si habiéndose ellos
apartado de las contaminaciones del
mundo, por el conocimiento del Seflor
y Salvador Jesu -Cristo, y otra vez en-
volviéndose en ellas, son vencidos; sos
imstrimerias les son hechas peores que
los principios*.
91 Porque m^or les hubiera sido no
haber conocido el camino de la jus-
ticia v, que después de haberlo cono-
cido, tomarse atrás del santo mandami-
ento que les fué dado.
flS Pero les ha acontecido lo del verda-
dero proverbio*: El perro se volvió á
su vómito, y la puerca lavada á revol-
earse en el cieno.
CAPITULO III.
Aiiummta y apercibe & Un fleUi eonfra loa
Uu^kulorm dé la promma reUUiva 4 la w^
auttda venida del Beñcr. Alaba la§ pitó-
la» de San PaUo, y diee que lo* if/moranlm
pervierten alge,na» de la$ tnaterias que en
éUa» traía.
CARÍSIMOS, yo oa escribo ahora
esta segunda carta, por la cual des-
pierto con exhortación vuestro limpio
entendimiento «,
9 Para que tengáis memoria de las
palabras que Antes han sido dichas por
los santos profetas b, y de nuestro man-
damiento, que tomot apóstoles dri Seik>r
y Salvador:
8 Sabiendo primero esto, que en los
postrimeros cuas * ven^hán burladores,
andando acgnn sus propias concupisoen-
cias,
4 T diciendo': ¿Dónde está la pro-
mesa de su advenimiento ? Porque des-
de el dia en que los padres durmieron,
todas las cosas permanecen así como
dasde el principio de la creación.
6 Cierto ellos ignoran voluntariamente,
que los cielos fueron en el tiempo anti-
guo, y la tierra que por agua y en agua
está asentada, por la palabra de I>ios«:
O Por lo ctíal el mundo de entonces
pereeló anegado en agua/.
7 Mas los cielos que son ahora, y ia
tierra, son conservados por la misma
Salabn, guardados para el fbego en el
ia del Juicio, y de la perdición de loa
hombres impios'.
8 Mas, oh amados, no Ignora esta
una cosa ; que un dia delante del Sefior
et como mil años, y mll-aflos como nn
diaA.
9 El Sefior no tarda so promesa, eomo
algunos la tienen por tardanza*; sino
que es paciente para con nosotros, no
lendo q '
queric
que ninguno perezca A, sino
que todos procedan al arrepentimi-
ento'.
10 Mas el dia del Seftor vendrá como
ladrón en la noche ; en el cual los cie-
los pasarán con grande estruendo, y los
elementos ardiendo, serán deshechos •>,
y la tierra y las obiás que en ella están,
serán quemadas.
11 Pues oomo todas estas cosas han de
ser deshechas, ¿ qué tales conviene qoe
vosotros seáis en santas y pías conversa-
ciones,
19 Esperando» y apresurándoos para
la venida del dia de Dios, en el cual
los délos siendo encendidos, serán dea-
hechos, y los elementos siendo ^rasa-.
dos, se (¿ndirán ?
18 Bien que esperamos délos nuevos y
tierra nueva, según sos promesas, en los
cuales mora la Justida*.
14 Por lo cual, oh amados, estando en
esperanza de estas cosas, procurad oon
diligencia que seáis hallados de él, sin
mácula, y sin reprensión, en paz^.
15 Y tened por salud la paciencia de
nuestro Seftor y, como tambi«i nuestro
amado hermano Pablo, según la sabi-
duría que le ha sido dada, oa ha escrito
también
16 Casi en todas gu» epístolas, halando
en ellas de estM cosas ¡ entre las cuales
hay algunas difídles de entender, las
cuales los indoctos é inootutantes tuer-
cen, como también las otras Sscritoras,
l«ra perdición de sí mismos.
17 Asi que vosotros, oh amados, pues
estais amonestados r, guardaos que por
d error de los abominables no seáis
Juntamente extraviado*, y eaigais de
vuertra ñrmeca.
18 Mas creced en la grada y conod*
miento de nuestro Sefior v Salvador
Jesu-Cristo*. A él ua gloria ahora, y
hasta el dia de la etenüiud. Amen.
•ITLIL
JTer. 17. U.
SlULSL
]Iat.ll«.
«Gsn.l.ft.9.
Bd.14.2.
/G«B.7. U.
• 3TeB.L8.
iHaKS.3L
*ls.J8.a ,
y«.U. I
aTis.4. ,
•TlLftll
•Is.CS.l7.
yeCB.
Bo.8.aL
ApL«.l.
Htm.lXL
f ver. I.
'MscIUl
«CbLLlOL
A.DI. M.
• Jwn 1. 1.
lJmtBl.14.
SPed.1.10.
'Lo. ai. 89.
* Joan 17.
2L
/JnmU.
11.
ajnuiia.
«ITLCie.
BftBto.ur.
iJ«Mi8.St>
<HeK«.li.
A 1 Bef . 8.
40.
Job 25. 4.
Pr.aO.9.
Se. 7.90.
8«at«>.8.3.
I8AL83.6.
Pr. 28. IS.
•Sftl. 61.a,
7.
10o.6bll.
• Eo. 8.M.
»Cftp.4.10.
iu>.8.as.
•Cap. 4. 14.
JaM4 43.
a Co. 5. 19.
4JiiaBl4
U.a8.
•CiV^LC
La.6L4&
LA PRIMEBA EPÍSTOLA UNIVERSAL
DB
SAN JUAN APÓSTOL.
CAPITULO I.
Amutuia Ba» J«a» la doHrima f«M oytf <M
Mtfmo JemfOrMo, umedro Btíior ; m eiuii
e> 9iia y {»• fiM «o* aXmímbra y da vAIa,
pinrijleánitmou de io* jMeorfot fw* (mmiuoi.
LO que era desde el principio', lo que
hemos oido, lo que hemos TÚto con
nuestros ojos» lo que hemos mirado 1>, j
nuestras manos han tocado*, de la Pa-
labra de vida ;
8 (Porque la Tida fué manifestada', y
¡a vimos y tcstifícamos, y os anunciamos
aquella vida eterna, la cual estaba con
el Padic, y nos ha aparecido ;)
2 Lo que hemos visto, y oido, eso os
animciamos, para que también vosotros
tengáis comunión con nosotros, y que
nuestra comunión ata con el Padre, y
con su Hijo Jesu-Cristo*.
4 Y estas cosas os escribimos, para que
vuestro gozo sea cumplido/.
6 Y esta es la nueva que olmos de él,
y os anunciamos : Que Dios es luz', y
en t'l no hay ninsanas tinieblas.
6 Si nosotros dijéremos que tenemos
comunión con él, y andamos en tinie-
blas, mentimos, y no hacemos la ver-
dad*;
7 Mas si andamos en luz, como él
está en luz, tenemos comunión entre
nosotros, y la sanjjre de Jesu-Cristo su
H^ nos limpia de todo pecado •'.
8 Si diéremos que no tenemos pecado,
nos engaBamos k nosotros mismos, y no
hay verdad en nosotros*.
9 Si conftsamos nuestros pecados, él
es fiel y Justo pan que nos perdone
nuestros pecados', y nos limpie de toda
maldad ».
10 Si dijéremos que no hemos pecado,
lo hacemos á él mentiroso, y su palabra
no está en nosotros.
CAPITULO II.
Sxhorla 4 «o pecar, y rf qu», ruando kvhiere-
fflof jMfodo, iMM aei^amot 4 Je$v-Oritto
eomo á mueUro abogado para eo» «I Padre.
JHtIara tur TMmliromjt lo* que dietn que
eouoetn á Jtnt-Oriáo, y «o guardan tu§
mandamientoi, y tambitn loe que n(ei/an
que Jetu» M el OrUlo ; «« euya fi debemoe
pereevtrar y guardamo» de lo» errcrtí y
enqtAoe de amtMoe A fuieuei Uama Bou
Juan auUerido».
HIJITOS mios, estas cosas os es-
cribo, para que no pequéis : y si
alguno hubiere pecado, atxwado tene-
mos para con el Padre», & Jesu-Cristo
el Justo ;
8 T él es la propiciación por nuestros
peeadosl^t.y no solamente por los nu-
estros, sino tamUen por los de todo el
mundo «.
8 Y en esto sabemos que nosotros le
hemos conocido, si guardamos sus man-
damientos 4.
4 £1 que dice : To le he conocido, y no
guarda sos mandamientos*, el tal es
mentiroso, j no hay verdad en él.
5 Mas el que guarda su palabra, la
caridad de Dios está verdaderamente
perfecta en él: por esto sabemos que
estamos en él.
6 El que dice que está en él, debe an-
dar como él anduvo.
7 Hermanos, no os escribo mandami-
ento nuevo/, sino el mandamiento an-
tiguo que habéis tenido desde el prin-
cipio: el mandamiento antiguo es la
Palabra que habéis oido desde el prin-
cipio^.
8 Otra vez os escribo un mandamiento
nuevo A, que es verdadero en él, y en
vosotros ; porque las tinieblas son pasa-
das •', y la verdadera luz ya alumbra.
9 El que dice que está en luz, y abor-
rece á su hermano, el tal aun está en
tinieblas todavía.
10 El que ama á su hermano, está en
luz, y no hay tropiezo en él.
11 Áf as el que aborrece á su hermano,
está en tinieblas, y anda en tinieblas, y
no sabe adonde vá« ; porque las tinieblas
le han cegado los ojos.
18 Os escribo á vosotros, hijitos, porque
vuestros pecados oa son perdonados por
su nombre'.
13 Os escribo á vosotros, padres, porque
habéis conocido á aquel que e» desde el
principio"!. Os escribo á vosotros, man-
cebos, porque habds vencido al maligno.
Os escribo á vosotros, hijitos, porque ha-
béis conocido al Padre".
14 Os he escrito á vosotros, padres,
porque habéis conocido al que et desde
el principio. Os he escrito á vosotros,
mancebos, porque sois fuertes», y la pa-
labra de Dios mora en vosotros', y ha-
béis vencido al maligno.
13 No améis al mundo, ni las cosas
que eetán en el mundo. Si alguno ama
al mundo, el amor del Padre no está
en él9>
16 Porque todo lo que hay en d
mundo, la concupiscencia de carne,
y concupiscencia de oíos, y soberbia
de vida, no es del Padre, mas es del
mundo r.
17 Y el mundo se pasa, y su concu-
piscencia « ; mas el que hace la voluntad
de Dios, permanece para siempre.
18 ^ HiJiUM, ¡fo es la postrera hora< :
y como vosotros habéis oido que el anti-
cristo ha de venir*, asi también al
presente han comenzado á ser muchos
anticristos v; por lo cual sabemos que
es el liltimo tiempo.
19 Salieron de nosotros, mas no eran
de nosotros; porque si fueran de nos-
otros, hubieran cierto permanecido con
nosotros « :• pero uío e« para que se
manifestase que todos no son de nos-
otros'.
90 Mas vosotros tenéis la nncien del
Santo», y conocéis todas las cosas*.
81 No os he escrito oomo si ignoraseis
la veidad, sino oomo á los que la cono-
A. D.9a
/a Joan S.
voap.8.11.
iJuania.
84.
<Bo.l3.ia.
k Jnan 13.
8S.
(Ln. 84.47.
Hach.10.
48.
■ Cap. 1. 1.
«Joan 14.
T.ft.
• Bf . «. 10.
PJnaBU.7.
«Mat6.a4.
8uit«. 4. 4.
''Gea.S.e.
•8sL89.e.
(8TI.8.1.
Hnlk 1. a.
Jada 18.
•a Tes. a.
8,8.
•Oap.4.8.
"3 Ti. a. 19.
9Í1S..9.9.
■aoo.i.si.
"Josa 14.
88.
A.D. 9a
L SAN JUAN, m, IV.
D.9Q.
l04k4.S.
38.
4 Cap. 4. U.
•Jwair.S.
/H«b.8.10,
IL
& Cap. 8. 7,
10.
• Jnaiil.ia.
i Jnuí 17.
2C
• 1 Go. 15.
FÍ.8.SL
4Heb.a.9e.
« 8 JoMi 11.
/Jaut8.44.
9BA.Ü.U.
AGftTi.5.18.
•'iPed.1.
28.
eé»i y qoe ninguna mentin et de la
verdad.
SS ¿ QmMn es mcntlrow, lino d que
niega que Jenu es el Criitok? Bste
tal es antierteto, que niega al Padie
7 al H^o.
88 Cualquiera que niega al Hijo, este
tal tampoco tiene al Padre». Cual»
quiera <;^ confiesa al H^o, tiene tam-
bién al Fadre'.
84 Pues lo que habéis eido desde el
principio, sea pecmaneciente en toso*
tros : si lo que habéis oido desde el
principio fuere permaneciente en toso-
tros, también vosotros permaneceréis en
el Hijo 7 en el Padre.
86 Y esta es la promesa, la cual él nos
prometió, la vida eterna*.
86 Os he escrito esto sobre los que os
engañan.
87 Pero la unción que vosotros habéis
recibido de él, mora en vosotros, y no
tenéis necesidad que ninguno os en-
se&e/; mas como la unción misma os
ensena de todas cosas', ; es verdadera,
7 no es mentira, así como os ha en-
señado, perseverad en él.
88 T ahora, hljitos, perseverad en él ;
para que cuando apareciere, tengamos
confianza, j no seamos confundidios de
él en su veiüda.
89 Si sabéis oue él es Justo, sabed tam-
bién que cualquiera que hace Justicia,
es nacido de él A.
CAPITULO III.
Dttput$ da rteordar et anor dt Dioa Meta
noaoUro», habla da lo mu dútingité 4 lof
hiíot d$ Dio» d« lo» hCot del diablo, y *»■
harta á la earidad fraternal, v á la ob-
lervaneia de loe mandamiento* de Diot,
MIRAD cual amor nos ha dado el
Padre, que seamos llamados hijos
de Dios « : por esto el mundo no nos
conoce, porque no lo conoce á él ^.
8 Muy anuidos, ahora somos hijos de
Dios, y aun no se ha manifestado lo que
hemos de ser ; pero sabemos que cuando
él apareciere, seremos semejantes á él «,
porque lo veremos como él es.
8 V cualquiera que tiene esta esperan-
u en él, se purifica, como él también
es limpio.
4 Cualquiera que hace pecado, traspasa
también la ley ; pues él pecado es trans-
gresión de la ley.
6 Y sabéis que él apareció para quitar
nuestros peosdos^, y no hay pecado
en él.
6 Cualquiera que permanece en él, no
peca: cualquiera que peca, no le ha
visto, ni le ha conocido*.
7 HlJitos, no os engañe ninguno: el
que hace justicia, es Justo, como él
también es Justo.
8 Bl que hace pecado, es del dialilo/;
porque el diablo peca desde el principio.
Fara esto apareció el Hijo de Dios, para
deshacer las obras del diablo y.
9 Cualquiera que es nacido de Dios,
no hace pecado A; porque su simiente
está en él < ; y no puede pecar, poique
es nacido de Dios.
10 En esto son manifiestos los hijos de
Dios, y loe hijos del diablo: cualquiara
que no hace Justicia, y que no ama á su
hermano, no es de Dios.
11 Porque esta es la nueva que habéis
oido áuae el prindplo: 4)ne nos ame»
moa unos á otrosí.
18 Mo eomo Caín, que ara del maligno,
y mató á su henaano/. ¿ T por qué
cansa le mató ? Porque sus obras ecan
malas, y las de su hermano Justas.
18 Hermanos míos, no oa maravilléis
si el mondo os aborrece ••.
14 Nosotros sabemos que hemos pesado
de muerte á vida«, en que amamoa á
los hermanos. El que no ama & sn
hnmano, está en muerte*.
15 Cuálquiem que aborrece á sn ber«
mano, es homicida^ ; y sabéis que nin-
gún homicida tiene vida eterna perma-
neciente en sL
18 En esto hemos conocido el amor <2e
CrittOf ponme él puso su vida por noso-
tros f: tamoien nosotros debemos poner
nuestras vidas por los hermanos.
17 Mas el que tuviere bienes de este
mundo, y viere á su hermano tener ne-
cesidad, y le cerrare sus entrañas r,
¿ cómo está el amor de Dios en él«?
18 Hijitos míos, no amemos de pala-
bra, ni de lengua; sino de obra y en
verdad':
19 Y en esto conocemos que somos de
la verdad, y tenemos nuestros corazones
certificados delante de él.
80 Poique si nuestro corazón nos re-
prendiere, mayor es Dios que nuestro
corazón, y conoce todas las cosas.
81 Camimos, si nuestro corazón no
nos reprende, confianza tenemos en
Dios;
82 Y cualquier com que irfdiéiemos,
la recibiremos de él«, porque guarda-
mos sus mandamientos, y hacemos las
cosas que ion agradables ddante de
élv.
88 Y este es sn mandamiento : Qne
creamos en d nombre de su hijo Jesu-
cristo', y nos amemos unos á otroa,
como nos lo ha mandado.
84 Y el que guarda sus mandamlentoa,
está en él. y él en él '. Y en esto sabe>
mos que el permanece en nosotros, por
el Espíritu que nos ha dado *.
CAPITULO IV.
Exhorta i no creer 4 todo eip&ilu d« lo» mm
M dicen maeitro», y 4 exanmtar la doetnna
fiM eueeñarem, para dietingn/r loe eepñritm»
vne tan de Diot de lee qne «o lo «mi. Sb-
Horia de mmm <ri oiiMr /ratertud, aánei-
endo ntteeae y diferente» «omeiátraeioete*
eobre ello.
AMADOS, no creáis á todo espixitu • ;
sino probad loe espíritus ^ u son de
Dios. Porque muchos uüsos profetas son
salidos en el mundo.
2 En esto conoced el Espíritu de Dios :
Todo espíritu que confiesa qne Jean-
Cristo es venido en eame, es de Dios*:
8 Y todo espíritu que no confiesa q«ie
•Tesu-Crlsto es venido en carne, no es de
Dios: y este es el espritu de antieristo,
del cual vosotros habéis oido que ha
de venir, y que ahora ya está en éí
mundo d.
4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los
habéis vencido ¡ porque d que en voso-
tros está, es mayor que el que está en
el mundo*.
ft Ellos son del mundo/; por eso ha-
blan del mimdo, y el mundo los oye.
6 Nosotros somos de Dios i el que co>
noce á Dios, nos oye: el que no es de
Dios, no nos oyer. Por esto ooooce-
mos el espíritu de verdad, y el eepfrluí
de error.
7 ^ Carísimos, amémonos unos 4 o-
tros* ¡porque el amor es de Dios. Cuál-
quiem que ama, es naoido de Dioa. y
conoce a Dios.
8 Bl que no ana, no eaneee á Dios ;
porque jDIos es amor.
9 En esto se mostró el amor de Dios
para con nosotros, en qne Dioa envió á
su Hijo unigénito ai maadoy pan que
vivamos por él<»
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I. SAN JUAN, V.
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"Jnwl.U.
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rGB|i.S.M.
flOkp.l.L
'Bol 10.9.
*Ter. 8.
(T«r. 13.
•Cftp.3.17.
«JnaaU.
Si.
"juBLia,
13.
1«.21.
2 Juan 6.
•IUt.lL8a
rf Bo. & 87.
10 En ccto consiste el amor ; no que nos-
otros hayamos amado á Dios, sino que
él nos amó á nosotros*, j ha enviado á
su Hijo en propiciaeion pof nuestros
pecados ^
11 Amados, si Dios asi nos ha amado,
debemos también nosotros amamos unos
á otros ».
18 Ninguno vio Jamás á Dios". Si
nos amamos unos a otros. Dios est& en
nosotros, j su amor es pófecto en nos-
otros*.
18 En esto conocemos que estamos en
él, 7 él en nosotros, en que nos ha dado
de su Bspixltuj».
14 Y nosotros hemos vistor, 7 testifi-
camos que el Padre ha enviado al H^o
para ter Salvador del mundo.
15 Cualquiera que confesare que Jesús
es el Uiiio de Dios, Dios está en él, j él
en Dios r,
liS Y nosotros hemos conocido, y creido
d amor que Dios tiene para con nos-
otros. Dios es amor« ; y el que vive en
amor, vive en Dios, y Dios en él.
17 En esto es perfecto el amor con
nosotros', jpara que tengamos confian-
za en el día del juicio; pues como él
es, asi somos nosotros en este mundo.
18 En amor no hay temor; mas el
perfecto amor echa fuera el temor:
porque el temor tiene pena. De donde
el que teme, no esta perfecto en el
amor.
19 Nosotros lo amamos á él, porque él
nos amó primero.
SO 8i alguno dice: Yo amo á Dios, y
aborrece á su hermano, es mentiroso.
Porque el que no ama á su hermano, al
cual ha visto, ¿ cómo puede amar á
Dios, á quien no ha visto « ?
81 Y nosotros tenemos este manda-
miento de él : Que el que ama á Dios,
ame también á su hermano*.
CAPITULO V.
Virtud admirahU da una viva ff m Je$u-
Oritto, por «I cvei y en ti eual Unmmo§ vida
«Urna. J)ebemo§ continuar firme» <n mta
fi, p guardarno$ <(• idolatrfa.
TODO aquel que cree que Jesús es el
Cristo, es nacido de l)ios«: y cual-
quiera que ama al que ha engendrado,
ama también al que es nacido de él.
3 En esto conocemos que amamos á
los h^os de Dios, cuando amamos á
mo*t y guardamos sus mandamientos.
8 Porque este es el amor de Dios, que
guardemos sus mandamientos ¿¡ y sus
mandamientos no son penosos c
4 Porque todo aquello que es nacido
de Dios vence al mundo: y esta es la
victoria que vence al mundo, nues-
tra féd.
fi ¿Quién es el que vence al mundo,
sino el que cree que Jesús es el Hjjo de
Dios?
6 ^ Este es Jesu-Cristo, que vino por
agua y sangre*: no por agua solamente,
sino por agua y sangre. Y el Es|>iritu
es el que & testimonio/ : porque el Es-
píritu es la verdad g.
7 Porque trea ton íog que dan teatimomo
en el eUdo, el Padre, la Palabra, y el £*•
firüu Santo: y eetoi tree ton uno,
8 Y tres son los que dan testimonio
en la tierra, el Espiritu, el agua A, y la
sangre': y estos tres concuerdan en
uno*.
9 Si recibimos el testimordo de los
hombres, el testimonio de Dios es ma-
Íor^; porque este es el testimonio de
Mos, que na testificado de su Hyo.
10 £1 que cree en el Hijo de Dios, tiene
el testimonio en sí mismo •• : el que no
cree ár Dios, le ha hecho mentiroso*;
porque no ha creido en el testimonio
que Dios ha testificado de su Hijo.
11 Y este es el testimonio: Que Dios
nos ha dado vida eterna; y esta vida
está en su Hyo «.
18 El que tiene al Hijo, tiene la vida :
el que no tiene al Higo de Dios, no tiene
la vldaj».
18 ^ Estas cosas he escrito á vosotros
Íue creéis en el nombre del Hijo de
ttos, para que sepáis que tenéis vida
eterna, y para que creáis en el nombre
del Hijo de Dios f.
14 Y esta es la confianza que tenemos
en Él, que si demandáremos alguna
cosa conforme á su voluntad, él nos
oye»".
15 Y si sabemos que él nos oye' en
cualquiera cosa que demandáremos, sa-
bemos que tenemos las peticiones que
le hubiéremos demandado.
16 Si alguno viere cometer á su her-
mano pecado que no e« de muerte, de-
mandará', y él le dará vida á los que
pecan no de muerte. Hay pecado de
muerte «; por el cual yo no digo que
ruegue *.
17 Toda maldad es pecado ; mas hay
pecado que no et de muerte.
18 Sabemos que cualquiera que es na-
cido de Dios, no peca*; mas el que es
engendrado de Dios, se guarda á sí
mismo, y el maligno no le toca.
19 Sabemos que somos de Dios, y todo
el mundo está puesto en maldad v.
80 Empero sabemos que el Hijo de
Dios es venido, y nos ha dado enten-
dimiento para conocer al que es verda-
dero : y estamos en el verdadero, en su
Hijo Jesu-Cristo. Este es el verdadero
Dios, y la vida eterna «.
81 Uijitos, guardaos** de los ídolos.
Amen.
•Juaal».
84.
Heb.10.aS.
/Mar. 1.10.
Hech. a. 8,
88.
V Josa 15.
as.
&lPed.&
21.
«' Heb. 18.
la.
*v«r. 8..
{ Juan 8. 17.
16.
• Ap.l94ia
"Juan 8. 88.
• Jaan L 4.
P Jasa 8. 88.
y 5. 34.
«Juanao.
81.
•* Baat». 4.
2,8.
'Cap. 8.23.
( Santo. 6.
le.
«Mat.ia.
81,82.
•Jer.7.18.
" Cap. 8. a.
y Jnaaia.
8L
Bf.e.13.
•Joan 17. 8.
18.9.6.
"ICo. 10.14.
A.D.90.
■ 1 Jota S.
11. 3&
(Juan 14.
ifi.ai.
A.D.9a
o Bo. 16. 28.
IGo. 1. 14.
»2JiUUi4.
«1PML5.9.
LA SEGUNDA EPÍSTOLA
DE
SAN JUAN APÓSTOL.
Exhorta á wia aeH«ra g á mu hifot, tuya fl
áUba, á p«rt»verear eontUmUa mt la cari-
dad, y 4 eauíetarM tU lo» enifeMador«$, per-
numéeitmdo mt la doeírina de OrMo.
EL anciano á la aefk>ra el^ida, j á
sa> hijos, á ios cualet yo amo en
verdad; y no yo solo, sino también
todos íot que han conocido la ver-
dad,
9 Por la verdad que está en nosotros,
y aer& perpetuamente con nosotros :
a Sea con vosotros gracia, misericor-
dia, y paz de Dios Padre, y del Seflor
Jesu-Cristo, H^o dei Padre, en verdad,
y en amor.
4 ^ Mucho me he gozado, porque he
hallado de tus h^os, que andiin en ver-
dad, como nosotros hemos recibido el
mandamiento del Padre.
6 Y ahora te ruego, sefiora, no como
escribiéndote un nuevo mandamiento,
sino aquel que nosotros hemos tenido
desde el principio, que nos amemos
unos á otros •.
6 Y este es amor, que andemos según
sus mandamientos b. Este es el man-
damiento: Que andéis en él, como
vosotros habéis oido deade ri princi-
pio.
7 Porque muchos engafiadorea son en-
trados en el mundo, los cuales no con-
fiesan que Jesu-Cristo ha venido en
carne. Este tal es engaitador y anti-
cristo'.
8 Mirad por vosotros mismos, porque
no perdamos las oosas que faenaos obra-
do a ; sino que recibamos gaUDdon cum-
plido.
9 Cualquiera que se rebela, y no per-
severa en la doctrina de Cristo, no
tiene 6 Dios: el que persevera en la
doctrina de Cristo, el tal tiene ai Padre
y al Hijo «.
10 Si alguno viene & ▼oaotroe, y no
trae esta doctrina, no lo recibáis en casa,
ni lo saludéis/:
11 Porque el que lo saluda, comunica
con sus malas obras jr.
18 ^ Aunque tengo muchas cosas que
escribiros, no he querido eommñcarüu
por medio de papel y tinta ; mas espero
ir ¿ vosotros, y hablar boca á boca, para
que nuestro gozo sea cumplido A.
13 Los hi.ios de tu hermana d^da te
saludm. Amen.
LA TERCERA EPÍSTOLA
DE
SAN JUAN APÓSTOL.
Ataba A Oaio por tu «Nufoneia en la fé,y
por nt hetiefieeneia en hoipedar á lo» pere-
grino» í haMa d» lo» vieioi de Diótrephe»,
y de la virtud de Demetrio,
EL anciano al muy amado 6aio«, al
cual yo amo en verdad.
9 Amado, yo deseo que tü seas pros-
perado en todas cosas, y que tengas
salud, así como tu alma está en prospe-
ridad.
8 Ciertamente me gocé mucho, cuan-
do vinieron los hermanos y dieron tes-
timonio de tu verdad, así como td andas
en la verdad b.
4 No tengo yo mayor gozo que este,
el de oir que mis h|jos andan en la
verdad.
6 Amado, fielmente haces todo lo que
haces para con los hermanos, y con los
extranjeros e,
6 Los cuales han dado testimonio de
tu amor en presencia de la iglesia: á
los cuales si ayudares*' como conviene
según Dios, harás bien.
7 Porque ellos partieron por amor de
su nombre, no tomando nada de los
Gentiles.
8 Nosotros, pues, debemos recibir á
los tálese, para que seamos coopexado-
res á la verdad.
9 Yo he escrito á la iglesia; mas Dió-
trefes, que ama tener á primado entre
ellos/, no nos recibe.
10 Por esta causa, si yo viniere, re-
cordaré las obras que hace, pariándo
con palabras maliciosas contra nosotros ;
y no contento con estas cosas, no recibe
á los hermanos, y prohibe á los que
los quieren rroMr, y los echa' de la
iglesia.
11 Amado, no sigas lo que es malo,
sino lo que es bueno. El que hace bien,
es de Dios ; mas el que hace mal, no ha
visto á Dios A.
IS Todos dan testimonio de Demetrio,
y aun la misma verdad : y también nos-
otros damos testimonio ; y vosotros ha-
béis conocido que nuestro testimonio es
verdadero.
13 ^ Yo tenia muchas cosas que es-
cribirte ; empero no quiero escribirte por
tinta y pluma :
14 Porque espero verte eii breve, y ha-
blaremos boca á boca >'.
15 Paz tea contigo. Los amigos te sa-
ludan. Saluda td a los amigos por nom-
bre.
A.I1ML
«l/oul
18. aa.
y4.i,3L
iíGa.Sb4.
AF.3.U.
* 1 Josa i. t
S. '
/Ga. 1.8.9. ,
V1TLS.S.
I
I
I
iklJaaaLi i
A. 0.96.
/Ibt».
^^ ^
ySS.S.11
lBii.S.1
vb.etLS.
AlJhna
8.«>S^
tSJiaatt
A.Di.efr.a6w
•Lo. 6.16.
U.
7IS.15.
lPed.l.&
•Tltl.4.
d n. 1. 37.
«SPed.3.1.
/Bo.gLSS.
I 1 P«d. 2. 8.
Tit.1.16.
iKn.14.9»,
87.
lCo.iafi,
la.
Helt.8.16,
19.
<3Ped.S.4.
l3Ped.a.
10, U.
■•Dft.ia.1.
Uti. 17. 3.
B«b. 3. 14.
•ZM.8.X
i'0eii.4S.
««■.33. 6,
•te.
«•Ñu. 16.1.
•to.
LA EPÍSTOLA UNIVERSAL
SAN JUDAS APÓSTOL.
Xmkortu á la eimiUmeia «n la/f, y i ruttUr
Im é^uenot y ardide» de lo» impío$, euyo
caráeUr dneribc, y «i caitigo fua Ut m-
ptra.
JUDAS «, sierro d« Jesn-OrUto, y
hermano de Jacobo, á loa llamados,
santlflcados en Dios Padre, 5 conserra-
doa en Jesu-Crlato h -.
3 Misericordia, y paz, 7 amor oa sean
multiplicados.
8 ^ Amados, por la gran solicitad que
tenia de escribiros de Xa común salud c,
me ha sido necesario escribiros amo-
nestándoos que contendáis eficazmente
por la fé d que ha sido una vez dada &
los santos.
4 Porque algunos hombres impíos *
han entrado encubiertamente, los cua-
les desde antes hablan estado ordena-
dos para esta condenación/, convirti-
endo la gracia de nuestro Dios en lu-
juria y, 7 negando á Dios que solo es el
Jne tiene dominio, 5 á nuebtro Sefior
esu -Cristo.
6 Os quiero pues amonestar, ya que
alguna vez haoeis sabido esto, que el
Sefkir habiendo salvado al pueblo de
E^pto. después destmjó á los que no
creian * :
6 T á los ángeles que no guardaron su
dignidad, mas dejaron su habitación',
los ha reservado delugo de oscuridad en
prisiones eternas hasta el juicio del gran
dia:
7 Oomo Sodoma y Gomorra*, ▼ las
ciudades comarcanas, las cuales ae la
misma manera que ellos hablan forni-
cado, y hablan seguido desenftmiada-
mente la carne estrafla, frieron puestas
por templo, sufriendo el Juicio del Ale-
go eterno.
8 De la misma manera también estos
adormecidos, amancillan la carne, y
menosprecian la potestad, y vituperan
las potestades superiores'.
9 Pues cuando el arcAngel Miguel»
contendía con el diablo, disputando so-
bre el cuerpo de Moisés», no se atrevió
6 usar de {aicio de maldición contra él,
sino que dijo : El Señor te reprenda «.
10 Pero estos maldicen las cosas que
no conocen; y las cosas que natural-
mente conocen, se corrompen en ellas
como bestias brutas.
11 ¡ Ay de ellos ! porque han seguido
éL camino de Caín', y se lanzaron en el
error de Balaamv por reconopensa, y
perecieron en la contradicción oie Coiér.
18 Estos son manchas en vuestros con-
vites, que banquetean Juntamente*, a-
pacentándose á sí mismos sin temor
alguno * : nubes sin agua, las cuales son
llevadas de aoA para allá de los vien-
tos « : árboles marchitos como en otoño,
sin ñuto, dos veces muertos y desar-
raigados;
18 Fieras ondas de la mar, que espu-
man sus mismas abominaciones*; es-
trellas erráticas, á los cuales es reser-
vada etemalmente la oscuridad de las
tinieblas.
14 De los cuales también profetizó
Enoc, séptimo desde Adam, diciendo:
Hé aquí el Sefior es venido con sus
santos millares ',
15 A hacer juicio en todos, y á con-
vencer á todos ios impíos de entre ellos
de todas sus malas obras que han hecho
infielmente, y de todas las palabnu du-
ras que los pecadores infieles han ha-
blado contra él •■
16 Estos son murmuradores querello-
sos, andando según sus deseos; y su
boca habla cosas soberbias, tenleniío en
admiración las personas por causa del
provecho.
17 Mas vosotros, amados, tened me-
moria de las palabras que antes han
sido dichas por los apóstoles de nuestro
Selior Jesu-Cristo ;
18 Como os declúi : Que en el postrer
tiempo habría burladores, que andarían
según sus malvados deseoso.
19 Estos son los que hacen divisi-
ones, sensuales, no teniendo el Espí-
ritu.
80 ^ Mas vosotros, oh amados, edi-
ficándoos sobre vuestra santísima féb,
orando {>or el Espíritu Santo c,
81 Conservaos en el amor de Dios, es-
perando la misericordia de nuestro Se-
ñor Jesu-Cristo, para vida eterna d.
88 T recibid á los unos en piedad,
discerniendo :
83 T haced salvos á los otros por te-
mor, arrebatándolos del fuego « ; abor-
reciendo aun la ropa que es contaminada
de la carne/.
84 ^ A aauel, pues, que es poderoso
para guardaros sin calda', y presen-
tan» delante de su gloria sin mancha,
con srande alegría A,
85 Al Dios solo sabio >', nuestro Salva-
dor*, sea gloria y magnificencia, impe-
rio y potencia, ahora, y en todos los
siglos. Amen.
A.D.elr.66.
' 8 Ped. 2.
< Fi. 8. 19.
• Pr. 28. 14.
• Is. 57. 30.
* Goi. 5. 22,
etc.
V Ime. 14. 5.
'8aL78.
8,9.
• 2 Ti. 8. 1.
3 Ped. 8. 8.
» Col. 2. 7.
•Bí.6.18.
4 Tit 2. 13.
•Zao.S.3.
/Le. 1147.
•to.
f no. 16L 35.
AC0I.I.2L
< 1 TI. L 17.
* 1 TL 3. 3.
Titl.9.
yS.4.
EL APOCALIPSIS Ó REVELACIÓN
SAN JUAN, EL TEÓLOGO.
ííyiKÍWisijr^
'■í?Si_,.«,.>«.™„
Omtea, el iTlratra j tí OUIDn ; EKttt
A.I\M
SL APOCALÍP&ia, nt
A.D.ML
17.
■•B0.&S8,
•(¿p.S.9.
•MBtlO.XL
y But*. 1.
12.
' Oftp. L U.
' Nb. si. 11
tnr. e.
•I*U. 4.
• Bx. 1& SI
' C«p. 3. IS.
VC^). 1. 14.
' 1 B*y. 1«.
8L
>lCo. 10.10.
Bo.2.4.
1 Co. 38. 9.
:8*L(B.13.
1OO.9L10.
Heeh. U.
18.
0»p. 3. U.
c«p. ai. 7.
SIftt.19.aB.
Smlma : Bprimaro j petrao, que ftié
mneito, 1 ^Itiáli, dloe eitM ootas:
9 To sé tn* obrM, y ta tribulación, 7
tu pobreta, (pero tu erea ricoO j la
blaniemia de los que ae dicen aer Ju-
dió*, y no lo •oo'", mas ton rina^ga de
SatanAcM.
10 No tengas ningún temor de lat ooua
que has de padecer. Hé aquí, el diablo
ha de enriar i^vnot de Toeotros á la
cároel, pan que acais probados, 7 ten.
dréis tribulación de dles dias. Sé fiel
hasta ia muerte*, 7 70 te daté la cotona
de la TidAjv.
11 El que tiene oido, dga lo que el
Espíritu dice á las iglesias : El que ven-
ciare, no tecibliA oafio de la muerte
atgnnday.
18 5 Y escribe al ángel de la iglesia
qva eitá en Pétgamo : Sil que tiene la
espada aguda at dos filos r, dice estas
13 Yo aé tus obras, 7 donde moras,
donde «sM la silla de Satanás ; 7 letie.
nea mi nombre. 7 no has negado mi
téf aun en loa olas en que ftié Antipas
mt testigo fiel, el cual ha sido muerto
entre Toaotros, donde Satanáa mora.
14 Pero tengo unas pocas cosas contra
tf : porque tü tienes ahi los que tienen
la doctrina de Balaam, el cual enseña-
ba á Balac á poner escándalo delante
de los hijos de Israel, á oomer de cosas
aaorifieadas á loa Ídolos, 7 á cometer
fotnlcBoion*.
15 Así también td tienes á los que
tienen la doctrina de los Nicolaítas', lo
cual uo aborrexGO.
19 Anepiéntete: porque de otra ma.
ñera vendré á tí presto, 7 pelearé contra
ellos con la espada de mi boca ».
17 £1 que tiene oido«, oiga lo que el
Espíritu dice á las Iglesias : Al que
▼enoiere, daré á oomer del maná escon-
dido*, 7 le daré una piedrecita blanca,
7 en la piedrecita un nombre nuevo es-
crito ', el cual ninguno conoce sino
aquel que lo recibe.
IB 5 Y escribe al ángel de la iglesia
que está en Tiatira : El Hijo de Dioa,
que tiene sus ojos como llama de fuego,
7 sus pies semijantes al latón fino',
dice estas cosas :
19 Yo he conocido tus obras, 7 cari-
dad, 7 aerricio, 7 fé, 7 tu paciencia, 7
tus obras, 7 las postreras, fue ton mas
que las primeras.
90 Mas tengo unas pocas cosas contra
tí : porque permites aquella mujer Jeza.
bel' (que se dice profetiza) enaeflar, 7
engallar á mis aiervos. á fbmiear, 7 á
comer cosas ofireddas á los ídolos*.
SI Y le he dado tiempo para que ae
arrepienta de la fcmicacionfr, 7 no se
ha arrepentido.
flS Hé aquí yo la echo en cama, 7 á los
quie adulteran con ella, en mu7 grande
tribulación, si no se arrqilntleren de aua
obras:
88 Y mataré sus h^os coa muerte; 7
todas las iglesias sabrán que 70 ao7 el
que eaondrifio loa rifiones, 7 los corazo-
nes«: 7 daré á cada uno de vosotros
según IOS obrase.
94 Pero 70 digo á vosotros, 7 á los
demás que estáis en Tiatira: Cualea-
quien que no tienen esta doctrina, 7
que* no han conocido las proftindida-
oes' de Satanás, (como dicen) 70 no
enriaré aebre vosotros otra carga/.
9» Empero la que tenéis, tenedla hasta
que ve venga y.
98 Y ai que hubiere vencido A, 7 hubi-
ere guardado mis obras hasta el fin, 70
)e dvé potestad sobre las gentes ';
97 T las rtgjttk con vara de hierro, 7
serán quebrantados como vaso de a]&-
rero, como también 70 la he recibido
de mi Padre ik:
88 Y le daré la estrella de la mailana'.
89 El que tiene oido, oiga lo que el
Espíritu dice á las Iglerias.
CAPITULO III.
AnuHMtta San Juan á lai olrat tret I^ttioM
át BtrdU, 04 FüaAdJIa, y ék LaodMa, y
to da aultot muir impmrtania.
Y ESCRIBE al ángel de la IglesU
ftw ejfd en Sardis : El que tiene loa
siete Esníritus* de Dios, v las siete es-
trellas, olee estas cosas : Yo conoroo tus
obraa ; que tienes nombre que rives, 7
estás muerto K
9 Sé vigilante 7 confirma las otras
cosas que están pata morir : porque no
he hallado tus obraa perftctas delante
de Dios*.
8 Acuérdate pues de lo qi^ has reci-
bido, 7 haa oido', 7 gaátdafo, 7 arrepi-
éntete*. Y aino velares, vendré á tí
como ladrón/, 7 no aabrás en qué hora
vendré á ti.
4 Mas tienes unas pocas poaonas en
Sardia, que no han ensuciado aus ves-
tiduras 9, 7 andarán conmigo en vesti-
duras blancasA ; porque son dignos.
5 El que venderé, será vestido de ves-
tiduras blancas ; 7 no borraré su nom-
bre del libro de la rida s 7 conftsaré su
nombre delante de mi Faore, 7 delante
de aus ángelea *.
8 El que tiene oído, oiga lo que d
Eapíñtu dice á las iglesias.
7 Y Y escribe al ángel de la igle-
sia qite tttá en Flladelna: Estas cosas
dice el Santo', el Verdadero, d que
tiene la llave de David"*.' el que abre,
y ninguno cierra ; 7 cierra, 7 ninguno
abre»:
8 Yo conozco tus obras : hé aquí he
dado una puerta abierta ddante oe tí*,
la cual ninguno puede cerrar; porque
td tienes un poco de potencia, 7 haa
guardado mi palabra, 7 no has negado
mi nombre.
9 Hé aquí, 70 do7 de la ainagoea de
Satanás, los que ae dicen aer Judíos, 7
no b son, mas mienten/»; hé aquí, 70
los constrefiiré á que vengan, 7 adoren
delante de tus pies 9, 7 sepan que 70 te
he amado.
10 Porque ^as guardado la palabra de
mi paciencia'', 70 también te guardaré
de la hora de la tentación *, que ha de
venir en todo el mundo, para probar los
que moran en la tierra *.
11 Hé aquí, 70 vengo presto»: reten
lo que tienes «■, para que ninguno tome
tu corona.
18 Al que venoi«re, yo lo haré columna
en el templo de mi Dioa, 7 nunca maa
aaldrá fuera; 7 escribiré aobre él el
nombre de mi Dios, 7 el nombre de
la ciudad de mi Dios, 91M et la nueva
Jeruaalem ', la cual descioide del cielo,
de mi Dioa, 7 mi nombre nuevo.
18 £1 que tiene oido, oiga lo que el
Espíritu dice á las iglesias.
14 Y Y eacribe al ángel de U Igleria
de los Laodioenses : Hé aquí dice el
Amenv, el testigo fiel* 7 verdadero, el
principio de la creación de Dloa«:
15 Yo conozco tus obras, que ni eres
frió, ni callente. Ojalá fueses firlo, 6
caliente i!
16 Mas porque eres tibio, 7 no Mo n!
callente, te vomitaré de mi boca.
17 Pbruue td dices: Yo S07 rioo, 7
esto7 enriquecido*, 7 no tengo neceri-
dad de ninguna cosa ; 7 no conocfes que
¿A
i Bal. 18, 9.
(Oap.8a.lA.
• Cap. 5. 6.
» 1 Tlt. 8. e.
«Da. y 97.
rfHeb.8.L
« var. 19.
/Oap.l8.U.
«JvduaS.
k Cap. 7. 9.
i Cap. U. 8.
tlll.11.8.
/Heeh. 8.1 4.
•Ib. 98. 33.
•JAIS. 14.
* 1 Co. 1& 9.
r Csp. a. 9.
«la. 80. 14.
«-Ckp.!. 9.
'3 Psd. 8, 9.
< La. SL as.
•Cap. 1.8.
•Cap.%aK.
«Oap.SLa.
Ga.4.98.
yaC!o.L90L
■Cap. 1.8.
•OdLLU.
1&
tlBar.U.
n.
«Os. 11.9.
A. 0198»
EL APOGAUPSIS^ lY, Y, YL
A.D.%,
fHtb.ia.S,
&
IJnálAJSS.
• 0»p. 1. 10.
*Gn.l.lO.
7ai.ia
«■s.i.as.
7 10. 1.
<<I>».7.9l
•Kk.88.17,
90.
Ge£.9.U.
y S6. 1, n.
&Cftp.U.16.
<C«p.S.4,6.
«Gap.8.S.
■•1B«7.7.
«Op.U.3.
«0»p.8.8,9.
liLl.6,
•te.
•te.
•- (kp. 5. U.
L
td eiet un cuitado j miaenble, y pobn,
j diego f j desnudo ;
18 Yo te amonesto que de mí cóm-
prete oro afinado en fuego, para que
seas hecho rico, 7 teas vestido de ves-
tiduna blaocaa, pora que no se des-
cubara la Teisüenza de tu desnudez*;
7 unge tus ^o« con colirio, para que
▼eas/.
19 Yo re|»endo 7 castigo á todos los
que ame': sé pues celoso, 7 arrepién-
tete
90 Mira que estoy á la puerta, 7
llamo ik: si alguno 07ere mi voz, 7
abriere la puerta, eatínxé á él, 7 ce-
naré con él, 7 él conmigo '.
91 Al que venciere 70 le daré que se
■lente conmigo en mi trono A ; asi como
70 he vencido^, 7 me he sentado con
mi Padre en su trono.
99 El que tiene oído, oiga lo que d
Espíritu dice 6 las iglesias.
CAPITULO IV.
ftm Juam m utut vUion «Muta m é Hm
m «H uUo, ndmdo da vtinU y tmatro
ameioiiuM, y dé cuatro aiUmálm etMoiotM
qtt$ U gloriJUmu
DESPUÉS de estas cosas miré, v hé
aquí una puerta abierta en el cielo :
7 la primera voz que oí, era como de
trompeta • que hablaba conmigo, dicien-
do : éube acá, 7 70 te mostraré las cosas
que han de ser después de estas.
9 T luego 70 ftu en espíritu6: 7 hé
aquí un trono que estaba puesto en el
cielo «, 7 sobre el trono estaba uno sen-
tado'.
8 Y el que estaba sentado, era al pa-
recer semejante á una piedra de laspe
7 de sardio* ; 7 pn Iris/ habia al rededor
del trono, 8em<^aute en al aspecto á
la esmeralda.
4 Y alrededor del trono habla vdn-
tlcnatro sillas : 7 vi sobre Ia« sillas los
vdnticuAtroy ancianos* sentados, ves-
tidos de ropas blancas • ; 7 tenían sobre
suf cabezas coronas de oro.
6 Y del trono sallan relámpagos, 7
truenos, 7 voces >: 7 siete lámparas de
fuego estaban ardiendo delante del trono,
las cuales son los siete Espíritju de
Dios I.
6 Y delante áú trono hábia como un
mar de vidrio"* semejante al cristal":
7 en medio dd trono, 7 ^rededor del
trono, cuatro animales llAios de ojos
delante 7 detrás».
7 Y el primer animal era señalante á
un león; 7 el segundo animal, seme-
jante á un becerro; 7 el terper animal
tenia la cara como de hombre; 7 el
cuarto animal, semejante á un ágnUa
volando.
8 Y los cuatro animales tejiüan cada
uxko por sí seis alas alrededor'; 7 de
dtEPtro estabaa llenos de qjos; 7 no
tenían reposo dia ni noche, deoicñdo:
Santo, Santo, Santo el Sefior Dios todo-
podooso, que era, 7 que es, y que ha
de f enir.
9 T cuando aquellos animales daban
^oria, 7 honra, 7 alabanza al que es-
taba senta4o o el trono, al que vive
para Uempre jamas,
10 Los veinticuatro ancianos se pos-
tnl^ui delante ád. que estaba sentado
en el trono, 7 adoraban al que vive
para siempre jamas; 7 echaban sus
«orcfias d^l«nte áá trono 1, diciendo :
11 Sefior, digpo eres de recibir gloria,
7 honra, y virtud^: porque til criaste
todas las cosas, 7 por tu voluntad tienen
ser, 7 ftision criadas.
CAPITULO V.
JnMtro* ftM fin» Jua» Borato dt mt mw
imkU« podi» abrír d Ubro eerrado eo» SMlt
«cOm, abrid» d Ocritto dt A'es, ^«w jwo*
éitlm kabim tido mmarto. Por lo pu todma
bu eriatiira$ U Iritmtmro» eiwtieo» de att^-
Y VI en la mano derecha del que es-
tal» sentado sobre el trono un libro
escrito de dentro 7 de fuera, sellado con
siete sellos'.
9 Y vi un fuerte ángel, predicando «n
alta Toz : ¿ Quién es digno de abrir él
übrOf 7 de desatar sos sellos ?
8 X niqgnno pedia, ni en el oielo, ni
en la tierra, m debajo de la tiena*,
abrir el libro, ni mirarlo.
4 Y 70 lloraba mucho, porque no habia
sido hallado ninguno digno de abrir el
Ubro, ni de leerio, ni de mirarlo.
ft Y uno de los ancianos me dice : No
llores: hé aquí el león de la tribu de
Judá<, la raíz de David', que ha ven-
cido para abrir el libro, 7 desatar tas
siete sellos.
6 Y miré; 7 hé aquí en medio del
trono 7 de los cuatro animales, 7 en
medio de ios ancianos, estaba un Cor-
dero como inmolado*, que tenia aiete
cuernos, 7 siete ojos, que son los siete
espíritus de Dios enviadoa en toda la
tierra/.
7 Y él vino, 7 tomé el libro de la
mano derecha die aqud que estaba sen-
tado en el trono.
8 V cuando hubo tomado el libro, los
cuatro animales, 7 los veinticuatro an-
cianos', se postraron ddante del Cor-
dero, teniendo cada uno arpas*, 7 oopaa>
de oro llenas de perfumes, que aon las
oraciones de los santos*:
9 Y cantaban un nuevo cántico <, di-
ciendo: Digno eres de tomar el libro
7 de abrir sus sellos; poroue tii fuiste
inmolado, y nos has redimido
P«*
Dios» con tu sangre, de todo linaje,
7 lengua, 7 pueblo, 7 nación* :
10 Y I nos has hecho para nucatio
Dios* t '«70 7 saoerdotes,7 1 reinaiémos
sobre la tierra'.
H 7 miré, 7 oí TOZ de muchos án-
geles alrededor del trono, 7 de loa ani-
males, 7 de los ancianos ; 7 la multitnd
de ellos exa millones de millonea f,
19 Que decían en alta voz: Bl CardeK>
que rué inmolado es digno de tomar
et poder, 7 riquezas, 7 sabiduría, 7 fiw-
taieza, 7 honra, 7 gloria, 7 ■i»i«»««»f-
IS Y oí á toda criatura que ertá en
el délo, 7 sobre la tierrar, y d^M^o de
la tierra, y que está en d mar. y todaa
las cosas que en ellos están*, diciendo:
Al que e¿á sentado en el trono, 7 al
Ooroero, sea la bendición, 7 la honra,
Íla gloria, 7 el poder, para siempre
más.
14 Y los cuatro animalea dedan: A-
men. Y los vdnte 7 cuatro anelanoa
ca7eron sobre sus rostros, 7 adotavon*
al que vive pava sienipra jamáa.
CAPITULO VI.
Lo qmfai vimd» d Áfidol mgm *• «I
Oordtro (iir JMid» los td»
Y MIRÉ ouando d Cordero
uno de los lellos*, 7 oí á
los cuatro animales dfadaado
una voz de trueno : Ven, y vé.
9 Y miré, 7 hé aquí un caballo blaa-
ooi : 7 el que estaba sentado enoiwa de
él, tenia un arco; 7 le fué dada ana
corona, 7 sallé vletorioso> paia qae
también véndese*.
8 5 Y cuando él ahilé d sagande adíe*
abii¿
da
• Is. ». a
*iL2.ia I
1
*G«a.«.l
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Bob. ;. H
¿Gsp.Sl]& I
• Is. 51 7.
/Maia.r.
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Le. 3.9.
y 4. 10.
iiGip.U.1
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KLT.
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■CspT.I.
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Hci>.ac
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iOV-lAi
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da.
(SslÜXV
•&.]>. 9ft.
EL APOCAUPSIS, VII, VIH.
A. D. 96.
dht.7».».
'Ckp.ao.lS.
/Ek.14. XL
' Okp. 8. 8.
y 16. 7.
&Okpk9a4.
t C»p. 1. 9.
i Cap. 1& 6.
t Cbp. 8. 6.
■>Chp.U.U.
•Gkp.l&18.
« Joel 9. 10,
8L
8.15.
34.».
'la. 84. i.
fCsp.i&ao.
Jer. 4. 28,
34.
' O». 10. 8.
Lo. 33. 80.
til. 18. 6. 9.
Bof . 1. 14.
••SAL78.7.
•Si». 7. a.
oí el Mgondo animal qne dada : Ven,
y vé.
4 Y talló otro caballo benncdo: ▼ al
que estalMi tentado tobre éi, rué dado
poder de quitar la pas de la tierra, y
que te maten unot á otroa; y fuéle dada
unajprande eauada.
5 CT cuando él abrid el tocer lello,
oí al tercer animal que decía: Ven, y
vé. Y miré, y hé aquí un caballo negro ;
y el que estaba sentado encima de él,
tenia un peso en su mano d.
6 Y oí una voz en medio de loa cuatro
animales, que decia: Dos libras de triso
por un denario ; y seis libras de cebaoa
por un denario: y no hagas daño al
Tino, ni al aceite.
7 1F Y cuando él obrió el cuarto sello,
oí la Toa del cuarto animal, que decia :
Ven, y té.
8 Y miré, y hé aquí un caballo ama-
xiilo : y el que estaba sentado sobre él,
tenia i»r nombre. Muerte ; y el infierno
le seguia«: y le fué dada potestad sobre
la cuarta parte de la tierra, para matar
oon cuchillo, con hamlnre, eoa mor-
tandad, y con bestias de la tierra/.
9 ^ Y cuando él abrió el quinto sello,
TÍ debajo del altar' las almas A de los
Sue hablan sido muertos por la palabra
e Dios, y por el testimonio qiie ellos
tenían*.
10 Y clamaban en alta toz, diciendo:
¿Hasta cuando. Señor, santo y ver-
dadero, no juzgas y vengas nuestra san-
gre de los que moran en la tierra A ?
11 Y les ftieron dadas aendiu ropas
blancas/, y fuéles dicho que reposasen"»
todavía un poco de tiempo, hasta que
se completaran sus consiervos y sus her-
manos, que también hablan de ser mu-
ertos como ellos.
19 ^ Y miié cuando él abrió el sexto
sello: y hé aquí fué hecho un gran
terremoto " ; y el sol se puso negro como
un saco de cilicio, y la luna se puso
toda como sangre»:
13 Y las estrellas del cielo cayeron
sobre la tierra, como la hieuera echa
sus higos, cuando es movida de gran
viento.
14 Y el cielo se apartó como un libro
que es envuritoj»; y todo monte y las
islas fueron movidas de sus lugares i.
15 Y los reyes de la tierra, y los prín-
cipes, y los ricos, y los capitanes, y los
fuertes, y todo siervo, y todo libre, se
escondieron en las cuevas y entre las
peñas de los montes r;
16 Y decian á los montes, y á las
peñas: Caed sobre nosotros «, y escon-
oednos de la cara de aquel que está
sentado sobre el trono, y de la ira del
Cordero :
17 Porque el gran dia de su ira es
venido *; y ¿ quién podrá parar « ?
CAPITULO VIL
& da Atifi» á les ángÚM que vientn d d««-
truir la tierra ftM no kagoM daño á loi
Jtuton, tanto del vueUo m I$rael, cono
de loe detnái naeione*. Quienee ion lot
aue vU Ban Jvmk veMAoe d» un rapage
Naneo.
Y DESPUÉS de estas oosas vi cuatro
ángeles que estaban sobre los cuatro
ángulos de la tierra, deteniendo los cu-
atro vientos de la tierra*, para que no
soplase viento sobre la tierra, ni sobre
la mar, ni sobre ningún árbol.
8 Y vi otro ángel que subia del naci-
miento del tol, tenimdo el sallo de Dios
títo : y clamó oon gran vos á los cuatro
áasneies, á los cuales era dado hacer
daSo á la tiena y á la mar.
SDidendo: No hagáis daflo á la tierra,
ni al mar, ni á los árboles, hasta que
señalemos á los siervos de nuestro Dios
en sus frentes ft.
4 Y oí el numero de los señalados;
ciento cuarenta y cuatro mil « señalados
de todas las tribus de los hijos de
Israel A
6 De la tribu de Judá, doce mil seña-
lados. De la tribu de Rubén, doce mil
señalados. De la tribu de Gad, doce
mil señalados.
6 De la tribu de Asér, doce mU seña-
lados. De la tribu de Neftalí, doce mil
señalados. De la tribu de Manassé,
doce mil señalados.
7 De la tribu de Simeón, doce mil
señalados. De la tribu de Leví, doce
mil señalados. De la tribu de Isach&r,
doce rail señalados.
8 De la tribu de Zabulón, doce mil
señalados. De la tribu de José, doce
mil señalados. De la tribu de Bepjamin,
doce mil señalados.
9 ^ Después de estas cosas miré, y hé
aquí una gran compaiUa, la cual nin-
guno podía contar, de todas gentes*, y
linajes, y pueblos, y lenguas, que es-
taban delante del trono, y en la pre-
sencia del Cordero, vestidos de ropas
bltmcas/, y palmas en sus manos',
10 Y clamaban á alta voz, diciendo:
Salvación á nuestro Diosa que está sen-
tado sobre el trono, y al Cordero.
11 Y todos los ángeles estaban alre-
dedor del trono, y de los ancianos, y
los cuatro animales • ; y postráronse sobre
sus rostros delante del trono, y ado-
raron á Dios,
18 Diciendo: Amen: La bendición y
la gloria, y la sabiduría, y la acción de
pacías, y la honra, y la potencia, y la
fortaleza eean á nuestro Dios para siem-
pre jamás. Amen.
13 Y respondió uno de los ancianos,
diciéndome: Estos que están vestidos
de vestiduras blancas, ¿ quiénes son, y
de dónde han venido ?
14 Y yo le dije: Señor, ti lo sabes.
Y él me dijo: Estos son los que. han
venido de grande tribulación, y han la-
vado sus vestiduras A, y las han blan-
queado en la sangre del Cordero'.
15 Por esto están delante del trono
de Dios, y le sirven día y noche en su
templo : y el que está sentado en el
trono tenderá su pabellón sobre ellos.
16 No tendrán mas hambre, ni sed,
y el sol no caerá ipoas sobre ellos, ni
otro ningún calor.
17 Porque el Cordero que está en medio
del trono los pastoreará, y los guiará á
las fiíentes vivas de las aguas: y Dios
limpiará toda lágrima de los ojos de
ellos.
CAPITULO VIIL
Abierto ya «I ttUo tfplimot aparecen eitie
angele» eon tiete Compelas ; tocan lo» cua-
tro primero» cada uno la tuya : ate fuego,
la mar te aUera, lat aguat te vuelven
amarga», y la» ettrellat pierden tu res-
plandor.
Y CUANDO él abrió el séptimo sello,
fué hecho silencio en el cielo casi
por media hora.
2 Y vi los siete ángeles que estaban
delante de Dios*; y les fueron dadas
siete trompetas.
3 Y otro ángel vino, y se paró delante
del altar, teniendo un incensario de oro ;
y le fueron dados muchos inciensos para
que diese á las oraciones de todos los
santos b sobre el altar de oro, que utaba
delante del tronce.
8A8
» Gap. 9. 4.
Bs.9.4.
«Cap. 14.1.
<<Is. 10.20.
28.
«Cap. 5.9.
/Gap. 8. 4, 6.
y 19. 8.
«Le. 38. 40.
A Cap. 19. 1.
i Gap. 5. U.
tlCo.6.1L
Heb. 9. 14.
{ Gap. 1.5.
IJoaaL?.
«ln.1.19.
t Cap 5. 8.
Ln. 18. 7.
• Gap. 8. 9.
Bz. 80. 1.
ele.
A.D. «Ok
EL APOCALIPSIS, IX; X
.Di.96
9.M.
«C»p.l&18-
/XX.9.2S,
ai
Xi.S8.SL
f Cap. 16. S,
0te.
A OftD. 9. 1.
Ia.Ü.31.
BIS. 12.
•' Ib. 13. 10.
J6r. 4. as.
SlSS.7.8.
Joel3.10.
yS-lS.
tOB.8.1.
i Cap. 11. 6.
• Gep. 8. 10.
»Cftp.ll.7.
y 17. 8.
vao.1.
L0.8.S1.
«TNT. 10.
4 Cap. 7. 8.
«Job 8. 31.
Jor. S. 3.
4 T d humo de los fnclencM subió de
la roano del lmge\, delante de IHm, * las
oraciones de los santos'.
5 Y el ángel tomó el incensario, ; lo
llenó del fuego del altar, y eohófo en la
tierra ; y ftieron hechos truenos, y Toces,
y relAmpagoi, y terremoto*.
6 ^ Y los siete ángeles que tenian las
siete trompetas, se aparejaron para to-
/Joell.«,
7 Y el primer ángel tocó la trompeta,
y filé hecho granizo, y ftiego/, mezclado
con sangre, y fueron arrojados á la tier-
ra; y la tercera parte de los árboles fué
quemada, y quemóse toda la yerba
verde.
8 Y el segundo ángel tocó la trompeta,
T como un grande monte ardiente con
fu^o Alé lanzado en el mar, y la tercera
parte del mar se tomó en sangre;.
9 Y murió la tercera parte de las
criaturas que arfaban en la mar, las
cuales tenian vida; y la tercera parte
de los navios pereció.
10 Y el tercer ángel tocó la trompeta ;
y cayó del cielo una grande estrella»,
ardiendo como una antorcha, y oayó en
la tercera parte de los ríos, y en las
fuentes de las aguas.
11 Y el nombre de la estrella se dice
Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas
fué vuelU en ajerio ; y muchos hombres
murieron por las agiias, porque fueron
hechas amargas.
19 Y el cuarto ángel tocó la trompeta,
y filé herida la tercera parte del sol, y
la tercera parte de la luna, y la tercera
parte de las estrellas >'; de tal manera
que se oscureció la tercem parte de
ellos, y no alumbraba la tercera parte
del día, y lo mismo de la noche.
13 Y miré, y oí un águila* volar por
medio del cielo', diciendo á alta voz:
¡ Ay, ay, de los que moran en la tierra,
por razón de las otras voces de trom-
peta de los tres ángeles que han de
tocar!
CAPITULO IX.
Lo $«« aeoHteeH al tocar la q»i»ta y M^a
trompetas.
Y EL quinto ángel tocó la trompeta,
y vi una estrella que cayó del cielo
en la tierra*: y le fué dada la llave del
pozo del abismo li.
9 Y abrió el pozo del abismo, y subió
humo del pozo como el humo de un
gran homo; y oscurecióse el sol, y el
aire, por el humo del pozo.
3 Y del humo salieron langostas sobre
la tierra ; y fuéles dada potestad, como
tienen píotestad los escorpiones de la
tierras.
4 Y les fué mandado que no hiciesen
daño á la yerba de la tierra, ni á nin-
guna- cosa verde, ni á ningún árbol,
sino solamente i los honiiires que no
tienen la seflal de Dios eq sus frentes*'.
6 Y les fué dado que no los matasen,
sino que loi atormentasen cinco meses ;
y su tormento era como tormento de
escorpión cuando hiere al hombre.
0 Y en aquellos dias buscarán los
hombres la muerte, y no la hallarán;
y desearán morir, y la muerte huirá
de ellos «.
7 Y el parecer de las langostas era
semejante á calMÜloe aparejados para
guerra: y sobre sus cabezas tenian
como coronas seme>jantes al oro; y sus
caras como caras de hombres.
8 Y tenian cabellos como cabellos de
mujeres ; y sus dientes eran como dien-
tes de leones/.
9 Y tenian coranw eomo eonxas de
hierro; y el estruendo de sos alas,
como ét raido de canos que «m muchos
csballoc corren á la batalLa.
10 Y tenían colas semejantes k leu de
los escorpiones, y tenian en sus colas
aguijones; y su poder era de hacer
daño á los hombres einco meses v.
11 Y tienen sobre si un rey, fue es d
ángel del abismo, cuyo nocnture en He-
braico, ea Abaddon; y en Griego, Apo-
llyon.
19 El un ay es pasado : hé aquí vienen
aun dos ayes después de estas cosas &.
18 ^ Y el sexto ángel tocó la trompeta;
y oí una voz de los cuatro caetnos del
altar de oro, que estaba delante de
Dios >',
14 Diciendo al sexto ángel que tenia la
trompeta : Desata los cuatro ángeles que
estáu atados en el gran rio Eufrates*.
IST fueron desatados los cuatro áa-
getes que estaban aparcado* para la
ora, y día, y mes, y año, para matar la
tercera parte de los hombiesi.
16 Y el niimero del ^ército de los de k
caballo era doseientoa millones. Y oí él
niimero de ellos.
17 Y así vi los caballos en visión, j los
que sobre ellos estaban sentados, los
cuales traiian corazas de ftaego, de ja-
cinto, y de azufíre. Y las cabezas de los
caballos eran como cabezas de leones;
y de la boca de elloa saUa ftaego, y ho-
mo, y azufre.
18 De estas tres plago* fué muerta la
tercera parte de los hombres, del fuego,
y del humo, y del azufice, que sallan de
la boca de calos.
19 Porque su poder está en su boca y
en sus colas : porque sus colas eran ae-
mcgantes á serpientes, que tenian cabe-
zas, y con ellas dañan.
80 T los otros hombres que no fueron
muertos con estas plagas, aun no se ar-
repintieron de las obras de sus manos «,
para que no adorasen á los demonios »,
y á las imágenes de oro, y de plata, y de
metal, y de piedra, y de madera ; las
cuales no pueden ver, ni oir, ni andar»:
91 Y no se arrepintieron de sus homi-
cidios, ni de sus hechicerías'', ni de su
fornicación, ni de sus hurtos.
CAPITULO X.
Apareee otro ómgd eereado de «ma mébe, eom
un libro «n la mano. ' Este áéffel jmra «tw
no te prolonifaria moa d Hemfo, shw qme
cuando ti sfptimo ingil eomemaarA 4 tocar
la trompeta, el mMarfo de Dios seria cstm.
pUdo. una vos dd eieto manda á 8am
Juan qu» devore aquA libro apergamino,
Y VI otro ángel fuerte descender del
cielo, cercMo de una nube, y d
arco celeste sObre su cabeza" ; y su rostro
era como el sol, y sus pies como colum-
nas de fuego b.
3 Y tenia en su mano unllbrito abierto :
y puso su pié derecho sobre la mar, y el
izquierdo sobre la tierra «,
3 Y clamó con grande voz, como cit-
ando un león Tuge<': cuando hubo cla-
mado, siete truenos hablaron sus vocea.
4 Y cuando los siete truenos hubieron
hablado sus voces, yo iba á escribir, y of
una voz del cielo, que me deoia : 8ella«
las cosas que los siete truenos han ha-
blado, y no las escribas.
0 Y el ángel que vi estar wloc d mar,
y sobre la tierra, levantó su mano al
cielo/,
6 Y Juró por el que vire para dempM
jamás, que ha criado el cielo, y las eosaa
que están en él. y la tierra, y lat eaaaa
que están en ella, y el mar, y las cosas
fv8r.&
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Bo.11.35.
AJer.15.ie.
Í9i>. 8, 9.
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"Cb|i.Sl.l&
IHab.iai9.
«XiLai.34.
d Can. U. 6.
D».7.a5.
jia.7.
• ia.ao. a.
722. ta.
91B«y.l7.1.
hlx.7.9.
tC%f.J7.9.
ftDit.r.SL,
tlÉ.3.ia
••Sb.*7.&
fw «MN» «B él'* <|M el Hampo no wfá
7 FMo en lot días do lo toz del i¿ptlmo
ángel* cuando 41 comenxare á tocar la
tiompetaA, el mUtcrlo do Dios MfA
oonsumado* como él h anunoid k tua
sierroa loa profetaa'.
8 Y oí la voE del oMo que hablaba
otra Toc conmigo, y deeia : Vé, 7 toma
el librito abierto de la mano del Ángel
que está aobie el mar j aobio la tierra.
9 Y tai al éagtí. diciéndole que me
dieae ^ Ubrito, y él me dijo: Toma, y
trágalo ; y él te hará amargar tu Tientre,
per» en tu boca aert dulce como la
miel*.
10 T tomé el Ubrito de la mano del
ángel, 7 le derocé; y era dulce en mi
boca eomo la miel : y cuando lo hube
devorad)^ toé anwigo mi vientre.
11 T él me dice : Neoeaarlo es que
otta Tea pnfetioea á muehoa pueblos,
y gentes* y lenguaa, y reyea.
CAPITULO XI.
Aiofa» im$ k0hrá éntm de tocar la «Mma
trompeta. Oot teiUfoe dd BeÜor trém
inpiiaaadM por la úttía, y raiueitado$ par
Vico. Toea «I stptífoo itngd la trompkot
iidrHno dd mmiido vi«M A ««r d* nmutro
Mor, f da «H ÍJrUto.
Y ME fbé dada una cafia semejante á
una vana, y se me dijo : Levántate^
y mide el templo de Dios* j el altar* y «
los que adoran en élK
8 Y echa ñiera el patio que está fuera
del templo* y no lo midas* porque es
dado á los gentiles: y hoUann la dudad
santa e cuarenta y dos meses '.
8 Y daré á mis dos testigos* y ellos pro-
fetisarán por mil doscientos y sesenta
diaa, veatidOB de sacos*.
4 Estas ion las dos olivas/, y loo dos
eandelena que catán delante del Dioa de
ia tierra.
ft Y si alguno les quisiere dafiar, sale
fbego de la boca de ellos, y devora á
cas enemigos: y ai alguno lea quisiere
haoer dafio* es necesario que él sea así
muerto.
6 Estos tienen potestad de cerrar el
cido* que no llueva en los dias de su
profecía', y tienen poder sobre las aguas
iMunt convertirlas en sangre &, y para
iieifr la tierra con toda plaga cuantas
veoca quisieren.
7 Y cuando ellos hubieren acabado su
teatimonio, la bestia que anbe del abis-
mo' hará guerra contra ellos* y loa
vencerá, y loa matará*.
8 Y sus cuerpos «erdtt eehadot en las
placas de la grande dudad, que espbri-
tnalmente es llamada Bodoma', y Egip-
to, donde también nuestro Señor fué
cmolfioado.
9 Y loa de loa üni^, y de loa pnebloa*
Lde las lenguas, y de los Oentilea verán
a cuerpos de ellos por tres días y me-
dio, y no permitirán que sus cuerpos
seanjpnestoa en sepulcros.
10 Y los moradores de ia tierra se go-
zarán sobre ellos, y se alegrarán, y se
enviarán dones los anos á los otros ;
porque estos dos profbtaa han atormen»
tado á loa que moran sobre la tierra.
11 Y deapuea de tres dias y medio d
B«irfrltu de vida, enviado de Dios* entró
en ellos ••, y ae aliaron sobre sus pies,
y vino gmn temor sobre loa que los
vieron.
IS Y oyeron una grande vox del délo,
que lea decía: Subid aoá. Y aubieron
al oielo en una nube* y aus enemigoa
loa vienm.
18 T en aquella hora fué heoho gran
temblor de tienra* v la dédma parte de
la dudad cayé, y fueron muertos en el
temblor de tierra en ndmero de siete
mil hombres: y los demás ftieron es-
pantados, y dieron gloria á Dios del
délo».
14 El segundo ay es pasado : hé aquí,
el tercero ay vendrá presto».
15 ^ Y el séptimo ángel tocó la trom-
petaj», y fueron hechas grandes voces en
el délo, que deoian : El reino del mun-
do ha venido á ser de nuestro Señor* y
de su Cristo, y reinará para siempre
Jamás f.
16 Y loa vdnte y cuatro ancianos que
eataban sentados delante de Dios en sos
sillas r, se postraron sobre sus rostros, y
adoraron á Dios*
17 Diciendo: Te damos gradas, Seflor
Dios Todo Poderoso, que eres, y que
eras«* y que has de venir, porque has
tomado tu grande potencia, y has rei-
nado <.
18 Y se han airado las naciones •* y tu
ira es venida, y el tiempo de loa muertoa*
para que sean Juzgados*, y para que des
el galardón á tus siervos los profisbis y á
loa santos, y á loa que temen tu nombre**
á loa pequeñitoa y á loa grandea, y para
que deatruyaa loa que deatruyen la ti-
erra.
19 ^ Y d templo de Dios fbé abierto
en el cielo'* y el arca de su testamento
ftié vista en su templo ; y fueron hechos
relámpagos, y voces, y truenos* y terre-
motos* y grande granizo ».
CAPITULO XII.
De la OHorra de mm ifrande dragón «onlra la
If/leeui, eimboliwada teta en »«m nutfer oee-
tida del Solí la cual da « bu mi fc^. y ee
pereegnida de oftMl dragón,
Y UNA grande señd aparado en el
cielo: una mi^jer* vestida dd sol i*
y la luna debajo de sus pies* y sobre su
cabeza una corona de doce estrellas.
9 Y estando preflada, clamaba con do-
lores de parto* y sufría tormento por
parir.
8 Y filé vista otra se&al en d eido ; y
hé aquí un grande dragón bermejo «*
que tenia siete cabezas* y diez cuernos*
y en sus cabezas siete diademas.
4 Y su cola arrastraba la tercera parte
de las estrellas del cido* y las echó en
tierra d. Y el dragón se paró delante
de la mujer que estaba para parir, á fin
de devorarle su hijo cuanoio hubiese
parido.
0 Y ella parió un hijo varón «, el oual
habla de regir todas las gentes con vara
de hierro/: y su hijo fué arrebotado
para Dios, y á su trono.
8 Y la mí^er huyó al desierto, donde
tiene lugar apart^ado de Dios, para que
alli la mantengan mil dosdoitoa y se-
senta días'.
7 ^ Y fué hecha una grande batalla en
d délo : Miguel* y sus ángeles lidiaban
contra el dragón ; y lidiaba el dragón y
sus ángeles*
8 Y no prevalecieron, ni su lugar ftié
mas hallado en el ddo.
9 Y fué lanzado ftiera aquel gran dn-
on, la serpiente anUgua I, que se llama
labio y Satanás, el cual engafia á todo
el mundo ; fué arrojado en tierra* y sos
ángeles fueron arrojados con éL
10 Y oi una grande voz en el cido que
deoia: Ahora ha venido la aalvacion* y
la virtud* y d rdno de nuestro Dios, y el
Soder de su Cristo : porque el aousador
e nuestros hermanos ha sido arrobado*
d eud los acusaba ddante de nuestro
Dioa día y noche*.
•Cap. 14. 7.
Jos. 7. U.
o Osp. 8. IS.
y 9. 12.
P Cap. 10. 7.
< Da. 2. 44.
y7.U.
•- Cap. 4. 4.
'Cap.L4.
y 16. 6.
t cap. 19. s.
•BaL2.1,
etc.
• 2 TL 4. 1.
'Cap. 19. £.
'Cap. 15.
6.8.
■Cap. 8.5.
y lo. 18, 21.
o Ga. 4. 90.
«Papbl.16.
*var. 9.
d Da. 8. 10.
« Ib. ee. 7.
/Cap. 2. 27.
'Gap. 11. ¿
* Da. 10. 13,
2L
Jadas 9.
CCap.20. S.
G«B.8.1.
ftJobL».
y9.fi.
A.D.88.
EL APOCALIPSIS, Xm, XIV.
A.D.9Í
I Bo. 8. S7.
■•Ltt.14.a0b
•Ia.40.Sl.
Slk.7.».
PJm.». 19.
• D». 7. a,
8,7.
* Oft& 13. S.
yl7.3,»,
18.
« Dlk 7. 4, 7.
iG»p.l3.9.
' La. 4. 6.
/Cap. 17. 8.
11 T «Ikw k han voioide
» 01^7.8,
ii.afi.
711.30.
& Cap. 11.
8.8.
7 13. 6.
*' HsK 9. 11.
ai.
* Cap. 11. 7.
Til 17.
Da. 7.31.
I Cap. 17. 8.
LSL37.
t.ia.L
"•Ia.SS.L
"0«i.9. 6L
lUt.a6.tt.
•Cap.14.lS.
PCap.l0.U.
y 19. 80.
XI X «KM w nan ^enenao por la nn-
gn del Cordero^ t por la pafabra d« m
tattlmonio; y no han amado tus vidaa
hasta la mnerte».
18 Por lo cual alegiAo*, eieloa, y loa
auc moraia en dloa. ¡ Ay de los mora-
ooFca de la tlem t dri marl porque el
diablo ha deacenudo á ▼oiotn», teni»
endo grande Ira, sabiendo que tiene
pooo tiempo.
18 Y enando tío el dragón que él habla
sido arrojado á la tierra, persiguió á la
mi\)er que habla parido el n^o Taron.
14 Y fueron dadas á la mujer dos alas
de grande águila«; para que de lapre-
senola de la serpiente roUmt al desierto,
á su lugar, donde es mantenida por um
tiempo, y tiempos, y la mitad de nn
tiempo «.
15 T la serpiente eehó de su boca tras
la mqjer acua oomo vai ñop, k fin de
hacer que lueae arrebatada del rio.
16 Y la tierra ayudó á la miUer; y la
tierra abrid su boca, y soirbió el rio que
habia echado el dra|p>n de su boca.
17 Entonces el dranm fué airado con-
tra la mi^er, y se rué á hacer guana
oontra los otros de la simiente de ella,
los cuales guanlan loa mandamientos de
Dioa, y tienen el testimonio de Jesu-
cristo.
CAPITULO XIII.
Dt una beüia motidmoia <f« <M« eábmu f
éim nuritoa eon di»$ diadtmtu, qtu mM
del mar y Maffnaa eomira Ditu y Im Mmtos,
y M aiorada por lo$ homtrw. B* Uvamím
mt Utrra otra huUa ton dot etumo; la
tiial da vifor á la primara, tm^Hamdo lot
moradorm do la h«mi, y hato aoam nuur-
to§ lot ftM a« la adoraron.
Y YO me paré sobre la arena del mar,
y TÍ una bestia « subir del mar, que
tenia siete oabeíaa, y die* cuemos»; y
sobre sus cuernos din diademas ; y so-
bre las cabezas de ella nombres die blas-
femia.
9 Y la bestia que vi, era semijante á
un leopardo', y su» pies como de oso,
y su boca como boca de le<m. Y ti
dragón d te ^ó su poder, y su trono •, y
grande potestad.
a Y tí una de sus cabezas como herida
de muerte, y la llaga de su muerte ftié
curada : y se maravilló toda la tierra en
pos de la bestia/.
4 Y adoraron al dragón que habla dado
la potestad & la bestia ; y adoraron á la
bestia, dioiendo ; ¿ Quim es aemi>)ante
á la bestia, y quién podrá lidiar con
ella?
6 Y le Até dada boca que hablaba
Srandes cosas y blasfemias 9: y le fué
ada potencia de obrar cuarenta y dos
meses*.
6 Y abrió su boca en blasfemias contra
Dios, para blasibmar su nombre, y su
tabernáculo'', y á los que moran en el
cielo.
7 Y le fué dado hacer guerra contra los
santos, y vencerlos*. También le toé
dada potencia sobre toda tribu, y pue-
blo, y lengua, y gente.
8 Y todos los que moran en la tierra le
adoraron, cuyos nombres no están es-
critos en el libro de la vida del Covderoi,
el cual fué muerto desde ti principio del
mundo.
9 Si alguno tiene oido, oioa.
10 El que lleva en cautividad, vá en
cautividad "• : el que á cuchillo matare,
es necesario que á cuchillo sea muerto*.
Aquí está la paciencia, y la fü de los
santos •.
11 ^ Después vi otra bestial que subia
de la tierra, y tenia dos cuernos seme-
jantes á Jm ds un eorteto f, mas hahlaba
como el dragón.
19 Y ^erce todo el noder da la primera
bestia en presencia oe ella; y hace á la
tierra, y á los moradores de ella adcew
la primera bestia, cuya llaga de mnerte
fbe curada r.
18 Y hace grandes seBales*, de tal ma-
nera que aun hace descender fuego dd
délo á la tierra driante de los hombres.
14 Y encafla á los moradores de la
tierra por las se&aics gne le ha sido dado
hacer en presencia de la bestia, man-
dando á los moradores de la tierra que
basan la imagen de la bestia que tiene
la herida de cuchillo, y vivió.
15 Y le filé dado que diese cspbita á la
imagen de la bestia, para ane la imánn
de la bestia hable; y hará que cuales-
quiera que no adorarsa la imagen de la
bestia, sean muertos *.
16 Y hada que á todos, á loe pequeños
y grandes, ricos y pobres, libras y si»-
vos, se pusiese una marca en su mano
derecha, ó en sus ftcntes :
17 Y que ninguno pudiese eompiar 6
vender, sino el que tuviera la solal, 6
el nombre de la bestia, ó el niimevo de
su nombre.
18 Aquí hay sabiduría*. Bl que tiene
entendimiento, cuente el niimero de la
bestia * : porque es el nifmero de hom
bre; y el rnunero de ella, seiscientos
sesenta y seis.
CAPITULO XIV.
Apartotoo d Oordtro do Díoo win «I
Bion, aopaído dt loo Jouloo. Kl EvomgoUo
00 prodteado «i (oda ta tierra, Oaiaa d>
BdMomia. Si kaeo la mMtriooa
oondimia d$ la kirodmi dt Dio*.
YMIKÉ, y hé aqui d Ooideroa
taba sobra el monte de Sion, y oon
él dentó cuarenta v cuatro mil*, qroe
tenían el nombre de su Padre OKaito
en sus frentes*.
9 Y oí una vos del cide como raido
de muchas aguaa, y como snddo de na
gian trueno": y oí una vo* de taliedoeas
de arpas que tafilan con sus arpas:
3 Y cantaban como nn oántioo nuevo •
delante dd trono, y delante de los ona-
tro animales, y die los ándanos : y nin-
guno podía aprender d cántieo sino
aquellos dentó cuarenta y enatio mü,
los cuales fueron comprados de entre
los de la tierra.
4 Estos son los que eon mujeres no
fueron contaminados; poique son vír-
genes/. Estos los que siguen al Cor-
dero por donde quien que fuere f. Estos
(betón comprados de entre los hombros
por primicias* pan Dios» y pare d
Cordelo.
6 Y en sus bocas no ha sido hallado i
enga&o ; porque ellos son sin mácula^.
6 ^ Y n otro áagd volar por en me-
dio del délo, que tenia el Bvangaüo
eterno, para preaieario á kw que moran
en la tíem, v á toda nadon, y trttwi, y
lengua, y pueblo,
7 Dieíeiade en alta vos : Temed 4 Dioa,
y dadle honra; pesque la hom de sn
{nido es venida; y adond á aquel qoo
la hecho d délo, y la tierra, y d mar,
y las fuentes de las aguas (.
8 Y otro ángel le siguió, dioiendo : Ha
caído, ha caldo Babilonia ••, aqnella
Gande dudad, porqne día lú dado á
ber á todas las naciones dd vine dsi
tarar de su Ibmieacion.
O Y d tercer áagd loo siguió, dieioado
á alta voc : Si alguno adora á la hastia,
y á su imagen, y toma la adU en aa
ncnte, ó en su mano ••,
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EL.AFOCAUFSISk XV, XTL
A.D.9&
*-Oftik 13.10.
■C»p.lS.17.
(1T«S.4.1«.
•JiwiaiS.
IUt.18.».
»C«p. 8.Si
« wr. IT.
fXto.SS.l2.
'C». Ul
1*.
•Jod&lS,
14.
t Ckp.19.ZL
•0»p. 4.6.
Sel. 32.
IOBP.U.
16,17.
'0»p. Ct.
7 14. 3.
* Bz. 15. 1,
1».
•Jar. 10. 7.
/flU.14S.17.
«Ii.4S.98.
7«>88.
iC»p.lL19i
10 Eite tunUmi babwA del vino «te la
im de Dios, el cual está echado puro en
el cáliz de m int*; y wutk atonnentado
om fliego j acnfte' delante de loe
■antxM ágeles, y diente del Coidvo :
11 T el humo del tonnento de diea
tub» para ■lempre Jamátf. T loa pp»
adoran á la beatla, y á sn Imagen, no
tienen xepoae dia ni noche, ni oualqni-
en qne tomare la lefial de tu nombre.
IS Aquí está la paoicneia de loa aan-
toar; aquí la de los que guardan loa
mandamWntoa de Dloa, y la CS de Je.
•na'.
18 T oí una vos del eido, que me de-
cía: Eaeribe, BtcnaTenturádoa los mu.
atoa que de aquí adelante mueran en
el Se&or*. TamUen dice el EapMtn
qne descansan de sus trabi^os; y sus
obras los siguen.
14 5 ^ miré, y hé aquí una nube
blanca ; y sobre la nube uno sentado se-
mejante al Hijo del hombre, que tenia
en su caben una corona de oro, y en
su mano una hex aguda.
15 Y otro ángel salió del templo, cla-
mando en alta tos al que estaba sen-
tado sobre la nube: Kcha tu faos, y
sIegaM; porque la hora de segar te es
Tenida, porque la mies de la tierra está
madura.
16 Y el que estaba sentado sobre la
nube echó su hos sobre la tierra, y la
tierra fué segada.
17 5 Y salra otro ángel del templo que
está en el cielo, teniendo también una
hoz aguda.
18 Y otro ángel salió del altar, el cual
tenia poder sobre el fuego*, y clamó
oon gran tok al que tenia la hoz aguda*,
diciendo : Bcha tu hoz aguda, y Tendí-
mía los racimos' de la tierra; porque
están maduras sus uvaa.
19 Y A ángel metió su hoz aguda en la
tierra, y vendimió la vlAa de la tierra,
Ledió te uva en d grande lagar de la
ideDioa*.
90 Y el lagar filé bollado ftiera de la
dudada, y ¿el lagar salló sángrela hasta
los ftenoa de loa caballos por mil y
seiscientos estadios.
CAPITULO XV.
OénHeo i» Motte», y M Oerdm, «m trntiUm
¡o» «M wtmeUron á te batUa, D* Im wUle
plaglu poalnnu, r»fn$énlada$ «n «Mt «o-
pa$ Bmo* dé la eélira i» Dio$, tmtrtgudaa
Y VI otra sefial en el cielo, grande y
admirable, que era siete ángeles
que tenían las siete plagas postreras;
porque en ellas es consumada la ira de
Dios.
8 Y vi así oomo un mar de vidrio*
mezclado con ftiego; y los que hablan
alcanzado la victima de la bestia, y de
su Imagen, y de su seilal, y del ndmero
de su nombre b, estar sobre el mar de
vidrio, teniendo las arpas de Dios «.
8 Y cantan el cántico de Moisés' A-
ervo de Dios, y el cántico del Cordelo,
diciendo I Grandes y maravillosas, ton
tus obras, SeBor Dios Todopoderoso ;
Justos y verdaderos «o* tus caminos.
Rey de los santoa.
4 i Quién no te temerá «, oh Se&or, y
engrandecerá tu nombre? poniue td
solo ers« santo/; por lo cual todas las
naciones vendnn, y adorarán delante
de tís, porque tos juicios son msniflM-
tados.
5 ^ Y deapuea de estas cosas miré, y
hé aquí el templo del tabernáculo del
testimonio ftié abierto en el délo A,
6 Y aalicron dd templo déte ángdes.
Sue tardan déte plagas, veatldce de un
no limpio y blanco, y ccftidoa alrededor
de loa pechas oon bandas de oro.
7 Y uno de los cuatro anlmdesf dld
á loa déte áagdca siete copas de oro,
llenas de la ira de Dies, que vive pan
dempre Jamás.
8 Y Alé el templo lleno de humo* por
la majestad de Dloa, y por an potenoa :
V ninguno podía entrar en d templo,
hasta que mesen consumadas las siete
plagas de los siete ángeles.
CAPITULO XVL
TtrriUit ^Éttoé d$ Uu mtU copa» i» &n, f«M
«itrten loé aUté imgélé» aoirt la turra.
Y OÍ una grande voz éoliia dd tem-
plo, que dada á loa déte ángeles « ;
Id, y derramad las copas de la in de
Dios sobre la tierra.
8 Y filé el primero, y derramó su copa
sobre la tiem ; v vino una pla^ mda
y da&oaai sobre Ice hombres que tenían
la leftd de la bestia, y sobre los que a-
deraban sv imagen*.
8 Y d segundo ángel demmó su copa
sobre d mar, y se convirtió en sangre,
oomo de un muerto ', y toda dma 'nvl-
ente ftié muerta en el mar.
4 Y el tercer ángel demmó su copa
sobre los ríos, y sobre las ftientes de las
aguas, T se convirtieron en sangre.
6 Y oí al ángd de las aguas qne deda :
Justo eres td, oh Se&or, que eres, y que
eras, santo, porque has Juzgado estas
cosas:
0 Porque dloa derramaron la sangre
de los santoa y de los profetas, también
tú les has dado á beber sangre* ; pnea
lo merecen.
7 Y oí á otro del santuario/, que de-
da: Ciertamente, Sefior Dios Todopo-
deroso, tus Juldos ton verdaderos y ju»*
toajr.
8 Y el cuarto ángel derramó su copa
en el sol * ; y le ftié dado quemar á los
hombres con fViego.
9 Y los hombres se quemaron con d
gnnde calor, y blasfemaron el nombre
de Dios', que tiene potestad sobre estas
plagas, y no se arrepintieron para darle
gloria*.
10 Y el quinto ángel derramó su copa
sobre la silla de la bestia'; y su ralno
se hizo tenebroso; y se mordían sus
lenguas de dolor.
11 Y blasfemaron al Dios del ddo por
sus dolores, y por sus plagas « ¡ y no se
arrepintieron de sus obras.
IS Y el sezto ángel derramó su copa
sobre el gran rio Eufrates"; y el agua
se secó, para que fiíese preparado el ca-
mino de IOS reyes del oriente*.
18 V vi talir de la boca del dragón/,
y de la boca de la bestlaf, y de la boca
del fitlso profeta', tres espíritus inmun-
dos á manera de ranas*.
14 Porque estos son espíritus de de-
monios, que haoen señailes, pan ir á
los reyes de la tierra, y de todo el mun-
do, para congregarlos para la batdla
de aquel gnnde día del Dios Todopo-
deroso'.
15 Hé aquí, yo vengo como ladrón*.
Bienaventurado el qne vela, y guarda
sus vestiduras, pan que no úde des-
nodo, y vean su fealdaid *.
16 Y loa congregó en d hisar que en
Hebreo se llama Armagedon|.
17 Y el séptimo ángd derramó su copa
por d úre ; y salió una grande voz del
templo del délo, de cerca del trono,
diciendo : Hecho ca *.
18 Entonces ftieron hechos relámpa-
gos, y voces, y truenos"; y hubo \m
<Cap.4.6L
ftls.aw4.
'C»PlU.
1.7.
»Bz.9.e,ll.
•Cap. 18.
I
15.17
<i Ex. 7. 17,
«Is.4A.S8.
/Cap. «.9.
fOaip.19.1
ik Cap. 8. 12.
JTer.ll,SL
* Cap. 9. 30.
< Cap. 18. 8.
■•vir.2.
" Cap. 9. 14.
J«r. fiO. 88.
y51.86.
•Jer.51.S7,
28.
J* Cap. 12. 3.
«Cap. 18.1.
•'Cap.U.lL
yl9.30L
'Cap.O.S,
17.
«Cap 19. 19.
• Cap. S. 8.
2Ped.8.10.
•Cap. 8. 18.
¡JToüted*
MtíMddo.
' Cap. 21. 6.
f Cap. 11.18.
A-]>.9t,
£L APOCiJIPSIS, XYH, XVHL
▲ ]X«
•C»p.l4.8.
• Ii. fil. 91.
Jer.a&U.
» CB^ ft. 14.
•Cap. 19.a.
Nk.S.4.
ZM.9.S,
11.
»Jer.51.I8.
<C»p.l4.&
7I8.S.
'Otgkia.L
•Jer.Sl.7.
/C«p.lL7.
» ver. 11.
8Tea.2.S.
&0ftp.l8.
8,8.
<G*p»U.18.
tDit.3.44.
y 7. 24.
IC*pil8.«.
«Gap. 19.
iTLe.ia.
•BtLl,4»
_ temblor dA ttonm, im luiaiuto
tan crande, cual no ftié jamis deade
que Im hflimbnt han estado «olnne la
ttena.
10 Y la dudad grande* ftié partids en
, me», y las dodades oe las na»
donct cayeron: y la grande Babilonia
Tino eo. memoria delante de Diot, pan
darle la copa del Tino del tvamc de ni
in«.
iO Y toda isla huyó, y loe montes no
fticron hallados i.
91 Y cayó del cielo sobre los hombres
un grande granizo como de un talento :
Íf los homlnes blasfemaron de Dios por
a plaga del granizo; porque su plaga
ftié muy graxMe.
CAPITULO XVII.
DcwHpeíon rf« la gran ramera, etlo •», ie
ta mMiea Babüonia, madrt dt la» ábwmi'
fuuiUmm é» la Utrra, mu m «mMagé etm
la tomara d» lo* tiiértire$, y vtáw tentada
tokrt M beiUa de la» eiáe «oIwMf y lo»
étm cuento». VUtoria dá Oordero,
Y VINO uno de los siete ángeles qne
tenían las siete copas» y habló con-
migo, dic&ándeme: Ven acá, y te mos-
trsié la condenación de la grande m>
mera*, la cual está sentada sobre m«-
chas aguasa;
S Con la cual han foralcado los reyes
de la tierra, y lo» que moran en la tierra
se han embriagada con A vino de su
fiimlcaolon«.
• Y me llevó en eepfíitu al desierto:
T TÍ una mi^jer sentada sobre una bestia
benn<óa, Uena de nombras de blasfe-
mia, ¡f Que tenia déte cabezas y diez
cuernos/.
4 Y la mujer estaba vestida de piir-
pvra, y de escarlata, y adornada con
oro, y de |dedras preciosas, y de perlas,
teniendo una copa de oro en su mano
llena de abominadones, y de la sude-
dad de su fomícadon • ;
9 Y en su frente eserlto eete un nom-
bre: MISTSaiO, BABItOMXA I.A OSAJIOa,
hA uAsmm os uta «oaiiic&cioMas, v na
LAS ABOHIMACIOMas !>■ LA TUZBA.
0 Y TÍla mujer embriagada de la san-
gos de los santos, y de la sangre de los
mártires de Jesua : y cuando la vi, quedó
maravillado de grande admiración.
7 ^ Y el ángel me dijo : é Por quó te
maravillas ? Yo te dirá el misterio de la
mujer, y de la bestia que la trae, la cual
tiene siete cabezas, y oiez ouemos.
8 La bestia que has visto, fué, y no es :
y ha de subir del abismo/, y ha de ir a
perdloion y: y los moradores de la tierra,
cuyos nombña no están escritos en d
libro de la vida deade la fbndadon del
mundo, se maravlilaráná viendo la bes-
tia aue era, y no es, aunque W/a es.
O Y aqui hay mente que tiene sabidu-
ría '. Las siete cabezas son siete mmi-
tes, sobre los cuales se asienta la mujer.
10 Y son siete rejes. Los cineo son
eaidoa ¡ el uno es ; ,y el otro aun no es
venido: y cuando viniere, es neoesario
que dure breve tiempo.
11 Y la bestia que era, y no es, es tam-
bién el octavo rey ; y es de los siete, y va
á perdición.
18 Y los diez cuernos que has visto,
son diez reyes*, que aun no han reci-
bido rdno, mas tomarán potencia por
una hora como reyes con la bestia.
13 Batos tienen un consejo, y darán su
potencia y autoridad á la bcrtia.
14 SUoa peleaián contra el Gordeml,
y el Cordeio loa vencerá ; porque es ei
Befior de loa sefloics, y d Rey de los
reyes "•; y los que están con él, son lla-
mados, y degidos, y fieles*.
15 ^ Y él me diee: Laa agoaa que ha*
visto donde la ramera se sienta», aoM
pueblos, y gentes, y nadmcs, y lengnas.
16 Y loa diez cncmoa que vtsla, j la
bestia, estos aborrecerán m la ramen, y
la harán desdada y desnuda', y oomenln
sus carnes, yla quemarán eon fuego :
17 Poique Dios ha puesto en aua oora-
zones (^jÍBcutar lo que le plugo t, y d
ponerse de acuenio, y dar su reino á la
iwstia, hasta que sean cumplidas las pa-
labras de Dios.
18 Y la mi^er que haa visto, ea la
grande dudad r que tiene su reino soface
los reyes de la tierra.
CAPITULO XVIII.
il«4a«, Juicio, y eatUfo d» la ffrem Babi-
lonia, tcbre la emal Boro» amarfamemte
' lot que tiguieron »u partido / imw lo»
aaiUo» aoH itmitadoi A regoeijane for la
ruina di «So.
Y DESPUÉS de estas cosas vi otro
ángel descender dd cido, teniendo
grande potencia; y la tienta filé dum-
orada de su gloria*.
i Y clamó con fortaleza en alta voz,
diciendo: Oaída es, calda es la giande
Babilonia^, y es hecha habitacnm de
demonios, y guarida de todo espíritu in-
mundo, y alMfgue de todas avea sudaa,
y aborcedbles « :
8 Parque todas las gentes han bebida
del vino del furor de su fomicadon;
y loa reyes de la tierra han finmicado
con día', y loa mcroadcret de la tienra
se han enriquecido de la potencia de
sus dddtes.
4 5 V oí otra voz del ddo, que dedn :
Salid de día, pueblo mió, porque no
seáis partielpañtes de sus pecado*, y que
no rcdbais de sus plagas «.
6 Porque sus pecados han llagado hasta
d elelo/, y Dios se ha aootdailo de sos
maldades y.
6 Tomadle á dar como día os ha
dado A, y pagedle d doble sflgiin sua
obras; en la copa qne día oa dio 4
beber, dadle á beber doblado.
7 Cuanto ella se ha glorificado y ha
estado en deleites, tanto dadle de tor-
mento V Uanto ; porque dice en su cora-
zón : Yo estoy sentada rdnai, y no soy
viuda, y no veré llanto.
8 Por lo cud en un dia vendían sus
placas, muerte, llanto, y hambre, y
será quemada con fbego ; poique d Se-
fior Dlo:i es fuerte qne la Juzgará K
9 Y llorarán y se lamentarta sobve día
los reyes de la tierra, los cudes han fiw-
nlcado oon ella y han vivido en deleitea,
cuando ellos vieren d humo de tu in-
cendio',
10 Estando lejos, por el temor de su
tormento, diciendo : ¡ Ay, ay, de agiteUa
gran dudad de Babilonia, aquella niecte
oiudad; porque en una hora vino tn
Jaldo " !
11 Y los mercaderes de la tierra llora-
rán y se lamentarán sola» ella»; par-
que ninguno comprará mas sus mcr-
oaderias,
18 Mercadería de oro, y de plata, y de
[liedraa preciosas, y de margaritas, y de
ino fino, y de escarlata, y de seda, y
de grana, y de toda madera olorosa, y
de todo vaso de marfil, y de todo raao
de madera predosa, y de metd, y de
hierro, y de máimd ;
18 Y canela, y olores, v ungOentos, y
de indenso, y de vino, y de acdte, y flor
de harina, y trigo, y de bestias, y de
ovejas ; y de caballos, v de carros, y de
siervos, y de dmas de hombrea.
14 Y los frutos dd deseo di t« alma
•ver. L
rBs.l&S7.
flHach.4.
37.18.
^Omf.Vkia.
*Sz.«S.l
»oaB.i4.&
iB.a.8.
Jar. U. 8.
*Is. 11.21.
i:
84.11.11.
rar. ca ».
ySLSZ.
rfOn.14 8.
yilTs. ¡
•Jar.a.«
49.
SUB.&17.
/JacSLá.
tc»f.u.-o.
&8sLU7.&
fia. 47. 7.
« Jer. «L»
ISS.IL11
17.
>Bs.S7.V.
A.JK9t,
EL APOCALIPSIS, XIX, XX.
A.D. M.
■Ia.16.1A.
P Jos. 7. 8.
ls.27. aOL
TJar.Sl.48.
«- Cap. 19. %
La. 18. 7.8.
'Jor. Sl.U.
fj«r. 35.1a
•Jor.r.M.
jlS. 9.
788.11.
•Ib. 28.8.
« Na. 8. 4.
'Jer.Sl.49.
•afcp.ll.lfi.
» Gap. 10. 7.
•Cap.l&90.
d Ofcp. 18. 9,
18.
Is.84.10.
se ap«rtuon de tf; y todas las oom*
gneaaa y excelentes te han fritado, y
nunca mas las hallaiAs.
15 Loa meroaderes de estas cosas, que
ae han enriquecido, se pondiAo l^jos de
ella, por el temor de su tonnento, llo-
rando y lamentando,
16 Y diciendo : ¡ Ay, ay, aquella gran
ciudad, que estaba Testids de lino fino,
y de escarlata*, y de grana, y estaba
adornada con oro, y de piedras preci-
tas, y de perlas !
17 roí
< Bal. «7. L
orque en una hora han «ido deso-
ladas tantas riquesas. Y todo patrón, y
todos los que vli^an en nares, y mari-
neros, y todos los que trabajan en el
mar, se estufieron de l^Jos;
18 Y Tiendo el humo de su incendio,
dieron toccs, diciendo : ¿ Qué dudad
era sem^ante á esta gran ciudad ?
19 Y echaron polvo sobre sus cabezasj»,
y dieron voces, llorando y lamentandio,
diciendo : ¡ Ay, ay, de aqueila gran ciu-
dad, en la cual todos los que tenían na-
TÍOS en la mar, se hablan enriquecido
de sus riquezas; que en ima hora ha
sido desolada !
SO Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros
santos ap<3stole8 ¡nrofetas;; porque Dios
ha vengado vuestra cansa en ella*'.
21 5 Y un ángel fuerte tomó una
{liedra como una grande piedra de mo-
ino, y la echó en la mar, diciendo :
Con tanto ímpetu será derribada Babi-
lonia, aquella grande eiudad, y nunca
Jamás Borá hallada*.
93 Y voz de .tañedores de arpas, y de
miisieos, y tafiedores de flautas y de
trompetas, no será mas oída en a ; y
todo artífice de cualquier oficio, no será
mas hallado enr ti ; v el sonido de muela
no será mas en tí oído ' :
93 Y luz de antorcha no alumbrará
mas en ti : y voz de esposo ni de esposa
no será mas en tí oiaa«: porque tus
mercaderes eran los magnates de la ti-
erra •; porque en tus hechicerías todas
las gentes han errado*.
84 Y en ella ñié hallada la sangre de
los profetas y de los santos, y de todos
los que han sido muertos en la tierra'.
CAPITULO XIX.
Trtutifo V tantico de lo» urnto» for la ruina
de Babilonia, ñor d reino <i« Dto», y por loa
hodat dd Oormro, SI ánad que mandeAa
eteriUr la$ palabraa dé Dio», no eoiu<M(«
Ber adarado. Jeiu-OritlOt Verbo de Dio»,
briwfa de mu enemigoi,
DESPUÉS de estas cosas oí una gran
voz* de eran compañía en el cielo,
que decía: Aleluya: Salvación, y honra,
y gloria, y potencia al Señor Dios nues-
tro:
9 Porque sus jnictos son verdaderos y
Justos i; poique él ha Juzgado á la
grande ramera que ha corrompido la
tierra con su fornicación, y ha vengado
la sangre de sus siervos de la mano de
ella e.
8 Y Otra vez dijeron t Aleluya. Y su
humo subió para siempre jamas<(.
4 Y los veintteuatro ancianos, y los
cuatro animales se postraron en tierra, y
adoraron á Dios que estaba sentado sobre
el trono, diciendo : Amen : Aleluya.
5 Y salió una voz del trono que decía :
Load á nuestro Dios todos sus siervos, y
les que le teméis, así pequeños, como
grandes.
9 Y ol eomo la voz de una grande eom-
pañía, y como ruido de muchas aguas, y
como la voz de grandes truenos, que de-
cían t Aleluya. Porque reinó el Señor
nuestro Dios TodopodienMo«.
7 Gocémonos, y alegrémonos, y démos-
le i^oiia; porque son venidas las bodas
del Cordero/, y su esposa se ha apare»
jado:
8 Y le ha sido dado que se vista de lino
fino, limpio, y brillante; ; porque el Hno
fino son las JustMoadonea de los santos.
9 Y él me dice : Escribe : Bienaventu-
rados los que son llamados á la cana del
Cordero*. Y me dijo : Estas palabras de
Dios son verdaderas.
10 Y yo me eché á sus pies para ado-
rarle. Y él me dijo: Mira que no lo
Hagat i : yo soy siervo contigo, y con tus
hermanos que tienen el testimonio de
Jesús*. Adora á Dios : porque el testi-
monio de Jesús es el espíritu de la pro-
fiecia^
11 ^ Y vi el cielo abierto, y hé aquí
un caballo blanco"*; y el que estaba
sentado sobre él, era llamado Fiel y
Verdadero», el cual con Justicia Juzga
y pelea*.
12 Y sus ojos eran eomo llama de
fuego/), y Juwia en su cabeza muchas
diademas, y tenia un nombre escrito
que ninguno entendía sino él mismo f :
18 V estaba vestido de una ropa teñida
en sangre**: y su nombre es llamado la
rALABRA DB DlOS«.
14 Y los ejércitos que edán en el cielo t
lo seguían en caballos blancos, vestidos
de lino fixüsimo, blanco y limpio.
15 Y de su boca sale lua espada
aguda», para herir con ella las gentes :
y él los regirá con vara de hierro; y
él pisa ^ ^^9^* <l^l ^'i^o ^^1 furor, y
de la ira de Dios Todopoderoso.
16 Y en su vestidura y en su muslo
tiene escrito este nombre : Rbt db
■BVXS, Y SbmOB DB SBJSORKS'.
17 Y vi un ángel que estaba en el
sol, y clamó con gran voz, diciendo á
todas las aves que volaban por medio
del cielo : Venid, y congregaos á la cena
del gran Dios»,
18 Para que comáis carnes de reyes,
y de capitanes, y carnes de fiíertes, y
carnes de cabrios, y de los que están
sentados sobre ellos; y caimes de todos,
libres y siervos, de pequeños y de gran»
des.
19 Y vi la bestia, y los reyes de la
tierra, y sus ejércitos congregados pora
hacer guerra* contra el que estaba sen-
tado sobre el caballo, y contra su ctjér-
cito.
80 Y la bestia fué presa, y con ella
el falso profeta que habla hecho ias
señales delante de ella, con las cuales
haUa engañado á los que tomaron la
señal de la bestia, y hablan adorado
su imagen h. Estos dos fueron lanzados
vivos dentro de un lago de fuego ardi-
endo en azuflre«.
81 Y los otros flieron muertos con la
espada que salía de la boca<' del aae
estaba sentado sobre el caballo, y tooas
las aves fueron hartas de las carnes de
dloo.
CAPITULO XX.
BU ántfd encadena á Batana» en el oMnao por
el tiempo de mü alio» / durante lo» etude» loa
Jueto» reinarán e&n Cfrieto en la primera
reemreeeion. BueUo deepme» Batano», nm-
eve á Qog y á Magog contra la Ciudad
eantai pero d cielo enviari fueao que le»
devorara. Jkepue» J»»u-Orido Jutgará á
todo» loe muerto».
Y VI un ángel descender del délo»
que tenia la llave déí abismo a, y
una grande cadena en su mano.
8 Y prendió al dragón, aquella serpi-
ente antigua, que es el diablo y Sata»
nas>, y le ató por mil afios «;
/2 00.11.x
Xt5.S2.
' Cap. 8. 4.
Is.ei.10.
* Mat. as. 2,
•te.
Ln. 14. 15.
• Gap^.8,9.
iGBp.l2.17.
Unan 5.10.
/ Cap. 23. 6.
lPed.1.11.
2Fed.l.21.
"» Cap. 6. i
"Cap. 3. 14.
•Sal. 45. 8,4.
Ib. 11. 4.
P Csp. 1. 14.
y2.^a
9juec.13.18.
'la. 6&S.
' Joan 1. 1.
(Judas 14.
"Cap. 1.16.
* Sal. 2. 9.
' Cap. 14.
19,80.
y Gap. 17. 14.
'Es. 3». 17.
«Ctop.16.14.
» Cap. 13. 14.
716.13.
•Cap. 20. 10.
■fver. 15.
•Oai^«.L
»Cap.ia.9L
«Ia.fl4.ai/B.
Á.D,M.
EL APOCALIPSIS, XKL
i.B.«
li Dk. & 17.
•Dft.7.9,32.
Lii.22.90w
/1G0.6.2.S.
fc Bo. 8. 17.
8TLSL13.
aCb.lfi.38,
•te.
ITm.í.16.
k Cap. S. 11.
7 21.8.
t Csp. 1. 6.
ii^a.9.
"Es. 88. 2.
789.1.
"OKi».l».aO.
* Joan 5. 22.
P2P«d.8.10.
fi Da. 7. 10.
«-UiU. 16.27.
«Oap.8w8.
(100.18.28.
«Uat. 26.41.
•Lk 68.17,
19.
T66.22.
Bo. 8. 81.
8Fed.8.18.
H«K11.10.
713.22.
•3Call.S.
Si. 28.
•Cap. 7. 17.
Il.V.8.
/io>.i&a6.
8 Y «nakAo al abimo, ; le eaotnó,
ÍkIKS' aobic ¿1, porque no engafie mu
las naciones, hasU que mil aftos sean
cumplido!: 7 después de esto, es n«-
ocsacio que sea desatado un poco de
tíenopo.
4 Y TÍ sillas, 7 se sentaron sobre ellas «,
Í' les fü¿ dado juicio/: 7 vi las almas de
os degollados por el testimonio de Jesús,
7 por la palabra de Dios^, 7 que no ha-
tñan adorado la bestia, ú á su imagen,
7 que no recibieron tu ÉtÜal en sus tren-
tes, ni en sus manos ; 7 vivieron 7 reina-
ron con Cristo mil aüos^.
6 Mas los otros muertos no tomanm
á TÍTír basta que sean cumplidos mil
años. Esta «* la primara resurrección •'.
6 Bienaventurado 7 santo el que tiene
parte en la primera resurrección : la se-
gunda muerte no tiene potestad en es-
tos ic ; Antes serftn saoerootes de Dios 7
de Cristo i, 7 reinarán con él mil a&os.
7 5 Y cuando los mil años fueren
cumplidos. Satanás será suelto de su
prisión,
8 Y saldrá para engañar las naciones
que están sobre los cuatro ángulos de
la tierra, á Gog 7 Magoga», á fin de
oongregúrkes para la batalla ; el numero
de los cuales et como la arena de la
mar.
9 Y subieron sobre la anchura de la
tierra, 7 circundaron «\ campo de los
santos, 7 la ciudad amada: 7 de Dios
descendió fuego del cielo, 7 los devoró.
10 Y el diablo que los engañaba, foé
lanzado en el lago de friego 7 azufre,
donde está la bestia 7 el falso profeta m,
7 serán atormentados dia 7 noche para
siempre jamás.
11 ^ Y vi un gran trono blanco, 7 al
que estaba sentado sobre él«, de delante
dd cual hu7Ó la tierra 7 el cielo, 7 no
fuó hallado el lugar de ellosj>.
18 Y vi los muertos, grandes 7 peque-
ños, que estaban delante de Dios ; 7 los
libros fueron abiertos : 7 otro libro fué
abierto f, el cual es de la vida: 7 fueron
juzgados los muertos por las cosas que
estaban escritas en los libros, segim sus
obras r.
13 Y el mar dio los muertos ^ue esta-
ban en él; 7 la murarte y el mfiemo'
diwon los muertos que estaban en ellos :
7 filé hecho juicio de cada uno s^gun
sus obras.
14 Y el infierno 7 la muerte fueron
lanzados en el lago de fuego t. Este es
la muerte s^pinda.
16 T el que no fué hallado escrito en
el libro de la vida, fué lanzado en el
lago de fiiego«.
CAPITULO XXI.
NuMO eido y nutta turra, BienavmUurado
atad» át h$ Juiio», y d«$eutroia nuríé de
Im iMemferM. Dmeripeüm d$ I» dudad «•-
UtUal de Jenualem, mitiiea e^foia dd Dt-
vího Oordero.
Y VI un cielo nuevo, 7 una tierra
nueva*: porque el prinier cielo 7 la
primera tierra se fueron, 7 d mar 7a
no es.
5 Y 70 Juan vi la santa ciudad, Jeru-
salem nueva b, que descendía del cielo,
de Dios, dispuesta como una esposa ata-
viada ptira su marido «.
8 Y oi una gran voz del délo que
decia: Hé aqui el tabernáculo de Dios
con los hombres, 7 morará con ellos ; 7
ellos serán su pueblo, 7 el mismo Dios
será su Dios con eUos<
4 Y limpiará Dios toda lágrinM de los
ctjos de ellos «t 7 la muerte no será
mas/: 7 no habrá mas Uánto, ni cla-
mor, ni dolor ¡ porque laa primeras oo>
sas son pasadas.
6 Y el que estaba sentaSo en el trono
d^o : Hé aqui, 70 bago nuevas todas las
cosas. Y me dijo : Escribe: porque estas
palabras son fieles 7 verdaderas; .
6 Y dijome : Hecho es A. Yo S07 Alpha
7 Omega, el principio 7 d fin • . Al que
tuviere sed, 70 le daré de la fuente dd
agua de vida gratuitamente*.
7 El que venderé, poseerá todas las
cosas ; 7 70 seré su Dios, 7 él será mi
hijo.
8 Mas á los temerosos', é incrédulos, á
los abominables"*, 7 homiddas, á los
fornicarios, 7 hechiceros, 7 á los idóla-
tras, 7 á todos los mentirosos*, su parte
terá en el lago ardiendo con fuego 7
azufre, que es la muerte segunda.
9 ^ Y vino á mi uno de los siete
ángeles, que tenían las siete copas llenas
de las siete postreras plagas*, 7 hablé
conmigo, diciendo : Ven acá, 70 te mas-
tzaré la esposa, mujer del Cordero^.
10 Y llevóme en espíritu á un grande 7
alto monte, 7 me mostró la grande Cía-
dad santa de Jerusalem que descendía
del cielo de Dios,
11 Teniendo la claridad de Dios: 7 su
luz era semejante á una piedra predosi-
sima, como piedra de jaspe, resplande-
ciente como cristal f .
12 Y tenia un muro grande 7 alto con
doce puertasr; 7 en Tas puertas, doce
ángeles, 7 nombres escritos, que son tot
de las doce tribus de los hijos de Is-
rael.
13 Al oriente tres putftas; al norte
tres puertas; al mediodía tres puertas;
al poniente tres puertas.
14 Y el muro de la ciudad tenia doce
fundamentos, 7 en dios los doce nom-
bres de los doce apóstoles del Cordero*.
15 Y d que hablaba conmigo, tenia una
medida die una caña de oro para medir
la dudad, 7 sus puertas, 7 su moro i.
16 Y la ciudad está situada 7 puesta en
cuadro, 7 su largura es tanta oonM su
anchura: 7 él midió la dudad con la
caña, y tenia doce mil estadios : la lar
gura, j la altura, 7 la anchura de día
son iguales.
17 Y midió su muro, y tenia dento
cuarenta 7 cuatro codos, de medida de
hombre, la cual es del ángd.
18 Y el material de su muro era ée
jaspe; mas la ciudad era oro puro
semejante al vidrio limpio.
19 Y los fundamentos del muro de la
dudad eaUüto» adornados de toda piedra
preciosa». £1 primer fundamento era
jaspe ; el segundo, záfiro ; el tercero,
calcedonia; d cuarto, esmeralda;
20 El quinto, sardónica; d sexto, sar-
dio ; el séptimo, crisólito ¡ d octavo,
berilo ; el nono, topado ; d décimo,
críscmntso ; d undódmo, jacinto ; d
duodécimo, ametisto.
81 Y las doce puertas «ron doce perlas,
en cada una, una; cada puerta era de
una perla. Y la plaza de la dudad ero
oro puro, como vidrio resplandeciente.
S8 Y no t1 en día templo ; porque el
Señor Dios Todopoderoso ea el templo
de ella, 7 d Oordexo.
23 Y la ciudad no tenia necesidad de
wl ni de luna para que reaplandezean
en ella : porque la claridad de Dk» la
iluminó, 7 el Oordexo era su lnmbi<eca*i.
84 Y las gentes que hubieren sido salvas
andarán en la lumbre de ella; 7 los re7es
de la tierra tzaenán su gloria y honor á
día'.
85 Y sus puertas nunca serán cerradas
de dia, porque allí no habrá no^c
AGkikI«.17.
• Ck&Li
72L13.
IS.SS.L I
JualU;!
14. I
7 7. S7. I
fLa.llilL;
•IQx&S^
10.
•ChpL&li
Gs.&as. <
f 019.4.1
'Es. 48.11,,
etc.
«SLS.»
tChp.ILl.
Zm.11- i
IS.5LU.
S1&
31
«lsA3.a
A.D.96.
EL APOCALIPSIS, XXIL
A.D.96.
y la. £2.1.
Joel i. 17.
lOo.&9,ia
G«.6.18,
3L
■Cap. 13. 8.
•Clkp.2l.2L
»Oip.2.7.
•El. 47. 12.
<C•^7,15.
• Jiun 17.
Si.
lCb.lS.12.
lJnMi.8.2.
/Cap. S. 12.
«Cap.2L28,
26.
iBdLge.9.
<0ap.2L6.
ICkp.LL
/ver. 10,12,
20.
Cap. 8. 11.
■Cap. 19.101
L.
96 Y IleruéB la gUnia y la honra de
las nacionM á ella.
87 No entrará en ella ninguna ooia
mda, 4 que hace abominación ; men-
tira'; tino aoiamente lo* que ettán es-
critoa en d libro de la vida del Cor-
dero*.
CAPITULO XXII.
ComUimm la admirabU jdntura de la ecto-
tM JmnuoUm, « eo» tUa d ApoeaUfi 6
KndaéUm d» Jen-Oriilo d m dUefptUo
amadoi d emat m podrí para adorar at
áagd, y M« m lo prohMi mUmámitU do
MMM JIM á Dio§ adoraoo.
DESPUÉS me moaCró un rio limpio
de agua de vida, resplandeciente
como cristal, que salia del trono de Dios
7 del Cordero.
fl En el medio de la plaza de ella*, y de
la una j de la otra parte del rio, estaba
el árbol de rida h, que llera doce finitos,
dando cada mes su fruto : j las hojas
del árbol era» para la sanidad de las
naciones «.
8 Y no habrá mas maldición ; sino que
el trono de Dios j dá Cordero estará en
ella, y sus sierro* le 8cr?irán^
4 Y verán su cara*; y su nombre
estará en sus flrentei/.
6 Y allí no habrá mas noche; ; y no
tienen necesidad de lumbre de antorcha,
ni de lumbre de sol; porque el Sefior
Dios los alumbrará A : y reinarán para
siempre Jamás.
6 ^ Y me dijo: Estas palabras son
fieles y verdaderas •'. Y el Sefior Dios
de lo* santos Profetas ha enviado su
ángel, para mostrar á sus siervos las
cosas que es necesario que sean liechas
presto*.
7 Y h¿ aquí vengo presto' : Bienaven-
turado el que guarda las palabras de la
profecía de este libro.
8 Yo Juan eojf el que ha oido, y visto
estas cosas. Y después que hube oido y
visto, me postré para adorar delante de
los píes del ángel que roe mostraba es-
tas cosas».
9 Y él me d^o : Mfara que no lo hagaa ;
porque yo soy siervo contigo, y con tus
hermanos los profetas, y con los que
Suardan las palabras de este libro. A-
ora á Dios.
10 5 Y me d^o : No selles las palabras
de la pnrf!MÍa de este libro; porque el
tiempo está cerca ».
11 El que es injusto, sea injusto aun • :
y el que es sudo, ensdoiese todavía : y el
que es justo, sea aun Justo: y el santo
soa santo todavía.
18 Y lié aquí, yo vengo prestoj», y mi
galardón conmigo f, para recompensar á
cada uno según ftiere su obrar.
18 Yo soy Alpha y Omega«, el princi-
pio y el fin, el primero y el postrero.
14 Bienaventurados || los que guardan
sus mandamientos ; para que su potencia
sea en el árbol de la vida, y que entren
por las puertas en la dudad.
15 Mas los perros estarán faen*, y ios
h^hiceros, y los disolutos, y los homi-
cidas, y los idólatras, y cualquiera que
ama y hace mentira».
16 4 Yo Jesús he enviado mi ángel
para daros testimonio de estas cosas en
las iglesias*. Yo soy la raiz y el linaje
de David', la estrella resplandeciente,
y de la mañana.
17 Y el Espíritu y la Esposar dicen:
Ven •. Y el que oye, dixa : Ven. Y el
que tiene sed, venga. Y el que quiere,
tome del agua de la vida de naide •.
18 ^ Porque protesto á cualquiera que
oye las palabras de la profecía de este
libro: Si alguno afladiere á estas co-
sas b. Dios pondrá sobre él las plagas
que están escritas en este libro.
19 Y ai alguno quitare de las palabras
del libro de esta profecía. Dios quitará
su parte del libro de la vida, y de la
santa dudad, y de las cosas que están
escritas en este libro.
90 £1 que da testimonio de estas cosas
dice: Ciertamente vengo en brove*. A-
men, sea así. Ven, Sefior Jesús d.
SI ^ La grada de nuestro Sefior Jesu-
cristo sea con todos vosotros. Amen.
FIN DEL NÜEYO TESTAHENTO.
"Da. 8. 98.
y 12. 4
•lht.2S.ia
2 Ti. S. 18.
f 8of. 1. 14.
< u 40. la
•^ Cap. 90. 12.
'pap.L8J7.
la. 44.6.
IBoUeenal-
gunos Xa-
austritos
antigua
"loegua
lawametu
vestida-
ras."
II1.8.2.
•Cap. 21. 8,
27.
• Oap. 1. 1.
• Oap. 8. 6.
Is. 111,10,
'Cap. 21.2,9.
'Is.58.1.
• Cap. 21. 6.
«Pr.aac
• wr. 7. IZ
4Heb.9.28.
V
*^bc<4<fii
■¿
^ MrirU<Jl
'hl
n
lOÚ )