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Full text of "La unión valdense."

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LIBRARY  OF  PRINCETON 


DEC  - 2 2004 


THEOLOGICAL  SEM1NARY 


PER  BX4881 . 5 . U7  U55 


Un  i sn  valdense. 


Digitized  by  the  Internet  Archive 
in  2016 


https://archive.org/details/launionvaldense2619unse 


PORTE  PAGADO 


FARMACIA  «VE110NE» 


Ricardo  Wilson — La  Paz,  T. — Uruguay 

Alfredo  Stutz — Colonia  Suiza— Uruguay. 

Pedro  Bounotis— Cosmopolita— Uruguay . 

Juan  D.  Lnutaret—  Estación  Barker— Uruguay. 

Julio  Long — Artilleros— Uruguay. 

Manuel  Da! más — Estación  Tarariras — Uruguay 
José  Negrin — Estanzuela. 

Manuel  Buffa-  Estanzuela. 

Bertin  Unos. — Riachuelo— Uruguay. 

Enrique  Gonnet. — San  Pedro. 

Jera  Jourdan — Miguelete — Uruguay. 

Emilio  Félix — La  valle— Uruguay. 

Bartolo  Peyrot — Conchillas—  Uruguay. 

Abel  Félix— Dolores— Uruguay. 

Enrique  Beux— Belgrano,  Santa  Fe— Rep.  Argentina. 
Pedro  Tourn— Alejandra,  ídem—  » 

Julio  Baridón — Rosario  Tala,  E.  Ríos — > 

Juan  Barolin  Cairus— S.  Gustavo,  ídem — > 

Eliseo  Tourn — Estación  3.  Arauz — » 

Emilio  Bouchard — Estación  Villa  Iris — > 

Pablo  Rostan — Venado  Tuerto — > 

Enrique  S.  Tourn— Las  Garzas—  » 


DE 

EMILIO  MALAX,  farmacéutico 

NUKVa  PAL MIRA 

— Farmacia  ‘‘Tarariras”,  de  Carlos 
Ball.  Precios  módicos.  Surtido  comple- 
to. Inmediato  a la  estación. 

ALKIACEK  de  vidrios  y pin- 
turas en  general— €al  viva  pa- 
ra blanqueo. — Precios  moderados. 

ANTONIO  RAVAZZANI 

Nueva  Helvecia- 


Sucursal  NUEVA  HELVECIA 


OPERA  CIO. \ ES  DEL  BANCO 

Cuenlas  corrientes  en  oro  y plata.  Descuentos  de  documentos  Je.comercio.  Carlas  de 
crédito  y órdenes  telegráficas  sobre  las  plazas  comerciales  de  Europa  y pueblos  de 
España,  Italia,  Francia,  Bélgica,  Suiza,  República  Argentina,  Brasil,  ele.,  etc.  Giros, 
órdenes  telegráficas,  transferencias  sobre  nuestra  Casa  Central,  y todas  sus  Sucursa- 
les, mediante  pequeñas  comisiones.  Cobranza  de  Cupones  y dividendos  y letras  y 
pagarés  por  cuenta  de  terceros.  Títulos  en  custodia.  Compra  y venta  de  títulos. 

ESTA  SUCURSAL  HASTA  NUEVO  AVISO,  ABONA: 


En  cuenta  corriente  a oro  .......  1 por  ciento 

En  depósito  a plazo  fijo,  3 meses 3 » » 

» » » » » (j  » 4 » » 

» » » » » por  mayor  plazo  . . Convencional 

En  Caja  de  Ahorros  ....  * 3 por  ciento 

En  Sección  Alcancías  pnáximum  S 1.000)  . . 5 » » 

COBRA : 

Por  descubierto  en  cuenta  corriente  a oro  . . Convencional 


» » » » » con  garantía  de  valores,  Convencional 

Descuentos  y Cauciones,  Convencional. 


HORAS  DE  OFICINA  : 

Desde  Marzo  15  a Noviembre  15,  de  9 a 12  y de  14  a 16;  Noviembre  16  a Marzo  14,  de 
a 1 1 y de  15  a 17. 


Ley  Orgánica  del  Banco  dk  la  República,  de  17  de  Julio  de  1011  —Artículo  12.  La  emisión  tendrí  prelación 
absoluta  sobre  las  demás  deudas  simples  del  Banco,  El  Estado  responde  directamerile  de  la  (‘misión,  depósitos  y opera- 
ciones que  realice  el  Banco. 


Juan  Andrés  Herrera,  Gerente. 


Afio  XVI 


Octubre  «le  1918 


Número  19! 


LA  UNION  VALDENSE 


NO  DEJARÉ  LA  HEREDAD  DE  MIS  PADRES  PROCURAD  LO  BUENO  DELANTE  DE  TODOS  LOS  HOMBRES 

l.»  Reyes  21:  3 Rom.  12:  17 

PERIÓDICO  MENSUAL  PARA  LAS  FAMILIAS 


Redactor:  -JULIO  TRON  Administrador:  LUIS  JOURDAN 


SUMARIO 

Venid  a mí... — Medidas  de  conservación .—  Inaugura- 
ción del  local  de'la  U.  C.  de  J.  de  Tarariras.  — Asociacio- 
nes Cristianas  de  Jóvenes.  -El  jesuíta  Majesté contra  los 
valdenses. — Entre  jóvenes.— Noticias  locales.  — I.a  fiesta  de 
la  raza.—  Episodio  conmovedor. — I.a  gran  incógnita.— Sus- 
cripciones pagas.— Avisos. 


VENID  A MI. . . 

Mal.  XI.  29. 


Lucha  implica  esfuerzos;  los  es- 
fuerzos requieren  una  extraordina- 
ria copia  de  energía,  circunstancia 
que  coloca  al  sujeto  en  una  condi- 
ción anormal,  es  decir,  de  sufri- 
mientos. 

La  vida  es  una  lucha;  es,  pues, 
cansancio  y dolor.  Mas  lo  anor- 
mal se  evita,  en  lo  posible;  y 
cuando,  por  circunstancias  adver- 
sas, se  sufre,  el  anhelo  continuo  de 
la  criatura  es  salir  de  lo  anormal  y 
volver  al  estado  normal.  Trabaja- 
dos y cargados,  ¿ dónde  encontrare- 
mos consuelo  y quién  nos  liará  des- 
cansar? Muchas  son  las  voces  que 
contestan  a nuestro  gemido;  he 
aquí  una:  ¿Por  qué  llorar  cuando 
nos  visita  el  dolor?  ¿por  qué?  si 
hay  un  medio  social  para  olvidar 
toda  angustia : los  placeres.  Y mu- 
chos son  los  que  buscan  en  los  pla- 


ceres sensuales  un  bálsamo  a su 
dolor.  Tentativa  vana,  al  contrario 
dañina,  porque  no  sólo  no  se  en- 
cuentran el  reposo  y la  consolación 
deseadas,  sino  que  añaden  a las 
primeras  otras  causas  de  sufri- 
m iento. 

Otros,  en  presencia  del  dolor  asu- 
men la  actitud  del  estoico:  impasi- 
bles miran  el  puñal  que  traspasa 
su  corazón,  los  repetidos  golpes  de 
Ja  adversa  fortuna  no  les  pueden 
arrancar  ni  un  lamento,  ni  un  gri- 
to. ni  un  suspiro.  Si  la  felicidad  es 
ia  condición  normal  del  hombre,  la 
impasibilidad  estoica,  ¿podrá  darle 
amicha  felicidad? 

Al  lado  de  éstos  están  los  que 
maldicen  la  vida  y el  día  en  que 
vieren  la  luz.  Impotentes  ante  el 
verdugo  que  les  tortura,  desarma- 
dos ante  el  gigante  que  les  arrebata 
su  paz  y felicidad,  no  saben  sino 
sentir  rebelión,  lanzar  blasfemias. 
Esta  vida  de  rebelión  sorda,  que 
está  sujeta  a continuos  accesos  de 
ira  furiosa,  ¿acaso  podrá  dar  si- 
quiera un  segundo  de  reposo  y de 
consuelo?  Tajito  valdría  afirmar 
que  el  enfermo  goza  salud  v que 
los  momentos  más  deseables  son  los 
en  que  lo  sacuden  violentos  ataques 
de  delirio. 


140 


LA  UNION  VALUENSE 


¿Quién,  entonces,  nos  dará  lá 
consolación  verdadera,  durable,  y 
el  reposo  eficaz?  Jesús.  Lo  hará 
porque  siendo  hombre  conoce  nues- 
tra naturaleza  y nuestras  aspira- 
ciones y porque  el  fin  de  su  misión 
sobre  la  tierra  fue  y os  la  felicidad 
de  todos  los  hombres.  Tai  adhesión 
a Jesús,  la  fe  en  él  no  nos  quitará 
ipso  jacto  nuestros  sufrimientos  fí- 
sicos o morales.  Pero  una  cosa  sen- 
tiremos; ésta:  que  el  amor  de  Dios 
es  el  bálsamo  más  eficaz  coufcva 
nuestro  dolor;  y una  cosa  experi- 
mentaremos; ésta:  que  Dios  está 

por  arriba  de  todo,  y también 
del  dolor,  y que  en  el  momento  opor- 
tuno sabrá  y podrá  darnos  la  con- 
solación y ol  reposo  completo. 

Venid  a mí.  . . Vamos  a él,  y no 
pasará  mucho  tiempo  que  experi- 
mentaremos la  virtud  y la  verdad 
de  su  promesa:  os  dará  reposo. 


MEDIDAS  DE  CONSERVACION 


11 

“¡Bienaventurados  los  pueblos 
ene  no  tienen  historia”!  reza  un 
anticuo  adagio:  de  cualquier  lado 
que  estudiemos  la  frase  no  pode- 
mos descubrir  la  verdad  (pie  contie- 
ne. Estamos  más  bien  inclinados  a 
. iceir:  ¡Bienaventurados  los  pue- 

1 los  que  teniendo  una  historia  la 
recuerdan  y la.  aman,  ya  sea  para 
honrar  la  memoria  de  los  (pie  fue- 
ron, ya  sea  para  sacar  enseñanza 
para  el  presente 'y  el  porvenir! 

¡Bienaventurados  Tos  pueblos 
que  pueden  mirar  con  orgullo  “a 
la  piedra  de  donde  fueron  corta- 


dos y a la  peña  de  donde  fueron 
arrancados”.  . . ! 

¡ Bienaventurados  aquellos  que 
encuentran  en  los  anales  de  su  pa- 
sado o que  poseen  en  la  actualidad 
algunas  de  aquellas  grandes  figu- 
ras representativas  y simpáticas  al 
máximo  grado,  en  las  que  los  pue- 
blos parecen  haber  vertido  su  san- 
are más  pura  y su  genio  más  vivo! 

Yo  creo  firmemente  en  la  eficacia 
de  un  estudio  serio  de  nuestro  pa- 
sado religioso  y ele  la  contempla- 
ción de  las  “grandes  almas”,  cuya 
insólita  luz  que  tan  claramente  ilu- 
minó < 1 pasado  puede  hoy  día  toda- 
vía iluminar  con  luz  meridiana 
nuestro  camino  en  nuestro  pere- 
grinaje a través  del  desierto  de  la 
vida  hacia  una  tierra  mejor. 

La  ignorancia  que  entre  nosotros 
reina  de  las  virtudes  encarnadas  en 
los  conductores  de  almas  y de  cora- 
zones en  el  pasado,  explica  en  parte 
las  defecciones  que  anteriormente 
hemos  contemplado.  Aquellos  con- 
ductores son  un  modelo  al  cual  de- 
bemos ajustar  nuestra  conducta; 
faltando  aquel  modelo,  no  conocién- 
dolo u olvidándolo,  moldeamos 
nuestra  vida  con  arreglo  a los 
ejemplos  que  tomamos  de  la  socie- 
dad en  que  vivimos,  inferior  en  vir- 
tudes a la  de  nuestros  padres,  o se- 
gún nuestras  tendencias  origina- 
das en  un  ambiente  moralmente  en- 
fermo. 

Contra  la  depresión  moral,  uno 
de  los  mejores  remedios  experi- 
mentados es  llamar  — por  medio 
de  conferencias  o publicaciones — la 
atención  de  los  hombres  sobre  los 
grandes  luminares  del  pasado:  el 
alma,  poniéndose  al  alcance  de  sus 
rayos,  sintiendo  el  calor  que  se  co- 


LA  UNION  VALDENSfi 


147 


mullica  por  el  contacto,  reacciona  y 
Miel  ve  a la  vida  heroica. 

Nunca  como  en  los  tiempos  ac- 
tuales — que  fomentan  el  envileci- 
miento y el  abandono  de  la  fe — han 
sido  tomadas  tantas  medidas  para 
hacer  conocer  y apreciar  las  emi- 
nentes ilustraciones  del  protestan- 
tismo y particularmente  del  calvi- 
nismo. 

Y es  elocuente  el  hecho  de  que  los  . 
hombres  — la  gran  mayoría  — que 
tienen  en  sus  manos  los  destinos  de 
los  pueblos,  digamos  mejor,  de  la 
humanidad,  son  cultores  devotos  de 
las  grandiosas  tradiciones  del  pro- 
testantismo y contempladores  reli- 
giosos de  los  nobles  héroes  del  pa- 
sado. Las  urnas  de  los  fuertes,  di- 
ce el  poeta,  encienden  el  alma  para 
grandes  cosas. 

Buena  es,  sin  duda,  la  predica- 
ción de  la  virtud;  pero  mientras  que 
la  virtud  nos  sea  presentada  como 
una  cosa  abstracta,  no  tendrá  mu- 
cha influencia  sobre  nuestra  vida. 
Es  necesario  que  veamos  la  virtud 
encarnada  en  una  persona;  enton- 
ces comprendemos  que  la  práctica 
de  la  virtud  es  posible,  que  es  útil  y 
la  hacemos  nuestra. 

Los  preceptos  morales  son  úti- 
les; pero  a un  tratado  de  consejos, 
a una  colección  de  sentencias  mo- 
rales o religiosas,  prefiero  una  an- 
tología ilustrativa  de  aquellos  pre- 
ceptos : pues  en  ésta  veo  las  máxi- 
mas que  toman  forma  y cuerpo  en 
una  persona  como  yo ; y viendo  los 
resultados  prácticos  soy  impulsado 
a seguirlos. 

Seríamos  grandemente  culpables 
si  no  apreciáramos  esta  verdad — 
nada  nueva — en  su  justo  valor. 

Nuestra  literatura  evangélica 


castellana  no  es  muy  rica  en  bio- 
grafías de  protestantes  célebres,  en 
literatura  ilustrativa  de  las  virtu- 
des evangélicas,  en  narraciones  de 
la  historia  de  las  misiones,  en  una 
palabra,  en  obras  demostrativas  de 
la  verdad  de  la  fe  evangélica  pol- 
las obras  que  produjo  y por  el  va- 
lor moral  de  los  que  la  practicaron. 

Aquí  también  toca  a los  educado 
res  espirituales  remediar  esta  la- 
guna lamentable — en  lo  posible — en 
su  enseñanza  como  en  sus  diserta- 
ciones. La  obra  será  de  las  más  pro- 
ficuas. 

Para  el  erudito  un  precepto  ten- 
drá más  valor  que  una  ilustración; 
para  los  simples  mortales  la  na- 
rración de  la  vida  de  Savonarola, 
por  ejemplo,  les  demostrará  mejor 
el  valor  de  la  fe,  que  no  vacila  an- 
te el  dolor,  que  decirles  tan  solo : la 
fe  resiste  las  torturas  más  refina- 
das. 

No  tenemos,  nosotros  los  valden- 
ses,  que  envidiar  a ningún  pueblo 
su  pasado  heroico  e instructivo. 
Muchos,  al  contrario,  nos  podrían 
envidiar  a nosotros.  ¿Queréis  ver 
el  valor  de  la  fe?  Tendréis  en  nues- 
tra historia  cientos  de  ejemplos. 
¿ Queréis  encontrar  heroísmo,  fide 
iidad,  patriotismo,  amor?  Leed  la 
historia  de  vuestros  antepasados  y 
estaréis  plenamente  satisfechos. 
¿Queréis  saber  el  secreto  de  las 
virtudes  que  maravillaron  a sus 
mismos  enemigos,  e hicieron  la  ad- 
miración del  mundo?  ¿Queréis  sa- 
lan- por  qué  las  defecciones  entre 
los  valdenses  de  un  tiempo  eran 
eontadísimas  ? Abrid  una  historia 
cualquiera  de  los  valdenses  y ten- 
dréis sobrado  alimento  para  vues- 
1ra  curiosidad. 


1 48 


LA  UNION  YALDENSE 


Pero  la  verdad  es  que  no  conoce- 
mos nuestra  historia.  Los  jóvenes 
particularmente  ignoran  la  historia 
del  protestantismo  y la  historia  de 
sus  antepasados,  que  es  su  propia 
historia.  Ignoran  los  ejemplos  her- 
mosos de  la  práctica  de  la  virtud,  y 
cuando  conocen  ésta,  es  por  precep- 
tos que  poco  les  sirven.  De  otro  la- 
po no  les  faltan  los  ejemplos  de  la 
práctica  del  vicio;  éstos  tan  sólo 
\ en  y conocen;  ¿es  de  extrañar  que 
les  sigan?  Sería  más  bien  de  extra- 
ñar (pie  no  los  siguiesen. 

Se  me  escribía  hace  poco : “ ..  • - los 
jóvenes  ya  no  se  interesan  en  la 
lectura”;  y se  añadía:  “¿cómo  ha- 
cer para  inculcar  en  ellos  el  amor 
a la  lectura?”  Yo  limito  el  alcance 
<te  esta  observación  y digo:  ¿por 

qué  nuestra  historia  encuentra  tan 
escasos  lectores?  Contesto:  por- 
que no  le  hemos  hecho  ninguna 
’iéclo me.  ¿Y  cómo  hacer  para  que 
se  sientan  impulsados  a leerla 
Contesto:  hablar  de  los  tesoros 
que  encierra;  decirles  oportuna- 
mente — y no  faltan  las  ocasiones 
— de  los  hechos  heroicos,  de  los 
hombres  inmortales  que  son  nues- 
tra gloria. 

Hagamos  conocer  a nuestro 
pueblo  las  grandes  figuras  de 
nuestros  antepasados^  que  echan 
sobre  nuestra  historia  los  más  pu- 
ros reflejos  de  idealismo,  de  ener- 
gía y de  piedad.  \ ivamos  de  sus 
recuerdos,  entremos  en  comunión 
( on  tan  grandes  almas,  oriente- 
mos nuestra  vida  en  la  dirección 
tomada  por  ellos. 

Erigirlas  ante  nuestro  pueblo 
es  convidarlo  a venir  a beber  a la 
fuente  inagotable  de  la  fe. 


INAUGURACION  DEL  LOCAL 
DE  LA  U.  C.  DE  J.  DE  TARA- 
RIRAS. 


Impresiones  y reflexiones 

Antes.  A (mirando  el  progra- 
ma): “no  deberían  cobrar  la  en- 
trada; si  no  hay  nada.  Poesías, 
cantos,  discurso: , eso  no  interesa 
a .V  sólo  le  interesa  lo  que  se  pa- 
rece a teatro  de  varíeles). 

B:  “Si  vienen  Unas  cincuenta 
personas  podemos  estar  satisfe- 
chos”. (B  es  por  naturaleza  algo 
pesimista). 

Después.  “¿Has  visto?,  se  ha  lle- 
nado por  completo  el  local”.  A y 
B lian  podido  convencerse,  de  que 
ardua  cosa  es  ser  profeta  en  es- 
tos días. 

En  cuanto  ,a  la  satisfacción,  el 
público  claramente  la  demostró 
con  los  frenéticos  aplausos  con  los 
que  acogió  cada  número  del  pro- 
grama (en  Tarariras  todavía  no 
existe  la  claque). 

; Y todavía  hay  quienes  opinan 
que  el  público  tan  sólo  ama  y bus- 
ca emociones  momentáneas,  u oca- 
siones para  “morirse  de  risa”,  y 
ouc  es  indiferente,  insensible  a to- 
do lo  que  puede  elevar  el  espíritu! 
Que  tan  sólo  busca  alimentos  para 
apetitos  morbosos  y rehuye  todo 
Jo  que  es  cultura  del  alma  y del 
sentimiento ! 

Hay  una  clase  de  personas  que 
por  distintos  motivos  no  pueden 
Hcir  en  las  regiones  espirituales 
más  altas  y más  sanas;  respiran 
(1  aire  maléfico  del  mal  por  falta 
de  bien.  Pero  sanead  el  ambiente 


Julio  Ti  ou. 


LA  UNION  VALDENSE 


149 


y no  emigrarán  aquellos  hombres. 
No  creo  en  la  'doctrina  que  afirma 
que  es  el  hombre  malo;  puede  ser- 
lo, pero  no  necesariamente,  y lo  es 
cuando  no  conoce  el  bien.  El 
“Bien”  es  orden,  es  belleza,  es  pu- 
íeza,  es  alegría  duradera  y sana. 
¿Quién,  pues,  conociéndolo,  no  lo 
aprecia  y no  lo  sigue? 

La  U.  C.  ha  dado  prueba  de  fe, 
dedicándose  a construir  un  loca!  en 
estos  tiempos  críticos,  y en  esta 
obra  lia  ¡sido  secundada  admirable- 
mente por  todos  aquellos  que  cono- 
cen el  valor  de  la  unión  cristiana. 

J I a franqueado  .muchas  dificultades 
y franqueará  las  que  restan  todavía.. 
Esta  prueba  de  fe  ¡1a  debe  dar  en 
otro  campo.  No  egoísta,  la  TJ.  C.  de- 
be imponerse  la  tarea  de  ofrecer  al 
pueblo  de  Tarariras  los  medios  de 
cultura  y de  educación  del  alma  y 
del  espíritu,  del  sentimiento,  del  co- 
razón,— que  estén  a su  alcance.  Los 
elementos  para  dicha  obra,  hermo- 
sa y noble,  verdaderamente  cris- 
tiana, no  faltan.  Hay  personas  de 
buena  voluntad  que  pondrán,  como 
en  el  pasado,  a disposición  su  voz, 
su  palabra,  su  inteligencia,  su  ex- 
periencia, su  buena  voluntad. 

La  Th  C.  de  J.  nos  parece  haber 
llegado  a un  grado  tal  de  su  des- 
arrollo que  le  permite,  sin  perjui- 
cio ninguno  para  su  organismo,  al 
contrario,  le  será  de  grandísimo 
'provecho,  emprender  una  obra  es- 
piritual en  el  seno  del  vecindario 
de  Tarariras.  Cuando  digo  “obra 
espiritual”,  digo  todo  lo  que  eleva 
el  espíritu,  el  sentimiento',  la  cultu- 
ra del  alma,  que  naturalmente  tien- 
de a ascender  y asciende  todas  las 
veces  que  vínculos  poderosos  no  lo 
obligan  a vegetar  en  un  llano  mal- 
sano. 


Hermoso  el  programa  que  no 
afecta  a la  U.  C.  en  lo  que  fué  y es 
y debe  ser,  que  no  la  obliga  a com- 
promisos dudosos,  que,  al  contra- 
rio, entra  en  la  esfera  de  su  actua- 
ción y de  sus  deberes. 

La  ¡simpatía  que  goza  la  institu- 
ción entre  el  vecindario  debe  ser  un 
estímulo  para  empezar  la  obra  que 
es  “el  campo  preparado”  que  le 
señalo,  porque  efectivamente  creo 
que  el  ambiente  está  preparado. 

Empresa  de  fe,  sí,  ¿sabéis  vos- 
otros los  miembros  de  la  U.  C.  la 
potencia  de  la  fe?  El  campo,  vedlo 
ahí  delante  de  vosotros,  el  campo 
que  espera  los  sembradores  o los 
segadores.  ¡ Sed  vosotros  aquellos 
sembradores,  aquellos  segadores! 
No  os  faltará  la,  ayuda  de  hombres, 
robre  todo  no  os  faltará  la  ayuda 
de  Dios. 


ASOCIACIONES  CRISTIAN  AS 
DE  JOVENES 


..  El  fin  que  persiguen  estas 
. ociedades  es  evitar  que  la  juven- 
tud malgaste  su  tiempo,  sus  fuer- 
zas, su  salud,  su  inteligencia,  su  co- 
razón. Eli  Sis  poseen  medios  de 
atracción  que  pueden  influir  pode- 
, osamenta  en  la  vida  del  joven, 
transformando  a veces  un  ser  sin 
carácter  ni  voluntad  en  hombre  lle- 
no de  entusiasmo  y energía  para 
luchar  contra  el  mal.  La  asociación 
ci  istia  11a  de  jóvenes  fué  fundada 
en  1 ¿ondees  en  el  .año  1848,  por  Jor- 
ge Williams,  dependiente  en.  una 
casa  comercial...  Humilde  fué  su 
iniciación,  pero  se  fué  extendiendo 
con  mucha  rapidez  en  Europa  y en 


150 


LA  UNION  VALDENSE 


América,  en  Australia,  en  la  India, 
en  Turquía  Asiática,  en  el  Japón  y 
do  un  modo  grandioso  en  China. 

Roosevelt  declaraba  que  cuando 
le  hacían  falta  personas  para  una 
misión  delicada,  cuando  necesitaba 
buenos  empleados,  los  iba  a buscar 
en  la  A.  C.  de  J. 

En  una  expedición  norteameri- 
cana a Rusia  iban  miembros  de  la 
U.  C.  para  ejercer  su  misión  en 
aquel  país.  Cuando  la  construcción 
del  canal  ele  Panamá  el  Gobierno 
Norteamericano  mandó  edificar 
ocho  casas  para  sede  de  los  emplea- 
dos, de  los  secretarios  de  las  aso- 
ciaciones, y fue  reconocido  cpie  és- 
tas han  sido  un  factor  poderoso 
para  asegurar  el  éxito  de  aquella 
obra  grandiosa. 

Dondequiera  so  establece  sólida- 
mente la  institución,  se  construyen, 
por  medio  de  donaciones  volunta- 
rias, edificios  que  respondan  a las 
exigencias:  oficinas  para  los  em- 

pleados, bibliotecas,  salas  de  estu- 
dio, de  gimnasia,  de  conferencias, 
restaurants,  cuartos  de  baño.  En 
Buenos  Aires  se  dieron  el  año  pa- 
sado 75,000  comidas.  Estos  estable- 
cimientos cuestan,  naturalmente1, 
muchos  miles  de  pesos,  tal  vez  mi- 
llones. El  edificio  que  la  institución 
} osee  en  Buenos  Aires  cuesta  al- 
rededor de  medio  millón  de  pesos 
nacionales  y el  que  se  construirá  en 
Montevideo  unos  200,000  pesos  oro. 
Pero  las  grandes  casas  comerciales 
y personas  generosas,  que  recono- 
cen la  importancia  de  la  obra,  han 
contribuido  espléndidamente;  en 
Montevideo  una  sola  persona  dió 
70,000  pesos.  Según  datos  recientes, 
existen  en  el  mundo  9,000  A.  C.  de 
J.  y se  calcula  que  baya  más  de  un 


millón  de  socios;  en  Buenos  Aires 
son  unos  2,000. 

La  acción  eficiente  de  estas  socie- 
dades se  desarrolla  de  una  manera 
muy  extensiva  en  loe  frentes  ele  ba- 
talla. En  noviembre  de  1917  las  A. 
C.  de  J.  inglesas  ya  habían  gasta- 
do en  la  obra  a favor  de  los  solda- 
dos unos  19  millones  de  pesos;  las 
norteamericanas  pidieron  al  pueblo 
55  millones  para  el  mismo  objeto; 
en  menos  de  diez  días  habían  reco- 
lectado más  de  cincuenta  millones. 
Desarrollan  su  actividad  principal- 
mente en  los  campamentos,  donde 
construyen  casas  ele  madera,  fácil- 
mente desarmables.  Una  vez  levan- 
tada la  barraca  se  monta  un  servi- 
cio de  automóvil  para  entregar  y 
recoger  la  correspondencia  de  los 
soldados  y llevar  de  noche,  a los 
campamentos,  cinematógrafos  que 
les  sirven  de  recreo.  También  cele- 
bran reuniones  artísticas  y litera- 
rias para  su  estímulo  intelectual  y 
reuniones  religiosas  que  alimentan 
v reconfortan  el  alma,  ofreciendo 
así  a los  combatientes  el  medio  y el 
poder  de  conservarse  puros  y per- 
manecer fieles  a su  patria  y hon- 
rarse a sí  mismos.  Una  de  las  me- 
jores cosas  de  cpie  se  ocupa  la  A.  C. 
de  J.  es  la  de  proporcionar  a las 
tropas  bebidas  calientes  a precios 
ínfimos,  alejándolos  así  de  las  be- 
bidas alcohólicas,  que  a menudo 
son  el  peor  enemigo  del  soldado. 
Hasta  en  las  mismas  líneas  de  fue- 
go van  las  U.  C.  a establecer  sus 
tiendas.  En  los  Dardanelos,  donde 
ora  tan  difícil  mantenerse,  donde 
no  había  un  solo  sitio  que  no  estu- 
\ iese  día. y noche  expuesto  al  fuego 
enemigo,  allí  la  ti.  C.  mandó  un  se- 
cretario y una  gran  tienda  que  fué 


LA  UNION  V ANDENSE 


construida  con  barrotes  y hierro  y 
sacos  de  arena.  Pero  al  poco  tiem- 
po de  ser  construida,  una  granada 
vino  a visitarla,  barriéndole  el  te- 
cho. Entonces  se  colocó  en  alto  las 
insignias  de  la  asociación,  y fue 
respetarla  por  los  cañones  turcos. 
Otra  tienda  fue  levantada  a pleno 
alcance  del  cañón  enemigo,  y allí  los 
soldados  iban  en  sus  momentos  de 
ocio  para  tomar  una  taza  de  té,  pa 
ra  escribir  a sus  familias,  para  leer 
y descansar.  El  estallido  de  una 
bomba  enemiga  hizo  volar  por  com- 
pleto el  edificio,  pero  36  horas  des- 
pués ya  se  había  levantado  una 
nueva  tienda.  En  Flaudes  y en 
Francia  existen  428  secciones  unio- 
nistas, y se  calcula  que  suman  más 
de  1,600  las  esparcidas  en  toda  la 
zona  de  guerra.  . 

Pablo  Salomón. 

(Continuará). 

EL  JESUITA  MAJESTÉ  CON- 
TRA LOS  VALLEN SES 

Al  remitir  al  señor  Redactor  de 
La  Unión  Valdense  el  opúsculo  del 
ex  diputado  argentino  doctor  Angel 
Giménez,  sobre  “Restauración  de 
la  Compañía  de  desús”  en  la  Ar- 
gentina (1836),  denunciaré  al  pre- 
dicador “dotado  de  poderosos  pul- 
mones” más  bien  que  de  buenas 
razones  y de  espíritu  cristiano,  el 
P.  Francisco  Majesté,  que,  bajo  la 
protección  del  tirano  Rosas  había 
fundado  en  Buenos  Aires,  con  su 
superior,  bien  llamado  Berdugo  (o 
verdugo)  un  colegio  donde  se  edu- 
có, entre  otros,  el  obispo  Jacinto 


151 

Vera,  de  Montevideo.  “Seculariza- 
do”, o hecho  miembro  del  clero  se- 
glar, este  fanático  salió  en  1852  de 
Buenos  Aires  para  Montevideo, 
donde  desempeñó  el  cargo  de  Se- 
cretario del  ideario,  de  Rector  de 
¡a  Universidad  y ele  cura  de  Flori- 
da. En  la  Biblioteca  de  Montevi- 
deo se  hallan  dos  tomos  de  discur- 
sos jesuíticamente  patrióticos.  Per- 
siguió a los  evangélicos,  entre 
otros,  al  comerciante  don  Samuel 
Lafone,  descendiente  de  los  señores 
de  Lafon,  refugiados  en  Inglaterra 
después  de  la  revocación  del  edicto 
de  Nantes.  Celoso  propagandista 
de  la  Biblia,  don  Samuel  está  acu- 
sado de  haber  di  suelto  una  proce- 
sión en  las  calles  de  Montevideo, 
tirando  sobre  ella  no  sé  cuántos  vo- 
lúmenes de  libros  santos,  desde  las 
azoteas.  Lo  que  es  cierto  es  que  él 
contribuyó  al  templo  anglicano  de 
la  calle  Treinta  y Tres  y falleció  de 
la  fiebre  amarilla  en  Buenos  Aires. 

Siendo  cura  de  la  Florida,  donde 
se  habían  establecido  los  primeros 
valdenses,  el  P.  Majesté  los  atacó' 
desde  el  púlpito  con  tanta  vehemen- 
cia que  los  parroquianos  proyecta- 
ron la  matanza  de  los  “herejes”, 
otra  carnicería  de  San  Bartolomé, 
y se  hubiera  ejecutado  el  plan  del 
jesuíta  si  un  mensajero  no  hubiese 
llegado  a caballo  a Montevideo  y 
i o hubiese  solicitado  ,a  tiempo  la  in- 
tervención del  Ministro  diplomáti- 
co de  Inglaterra  ante  el  Gobierno 
del  Uruguay. 

En  vez  de  ser  castigado,  el  cura, 
instigador  de  la  intolerancia,  fue 
nombrado  fiscal  eclesiástico  y cate- 
drático de  Derecho  Canónico,  se- 
gún el  cual  es  lícito  entregai  ai 
brazo  seglar,  es  decir,  al  verdugo, 
y quemar,  a los  herejes. 


LA  UNION  VALDENSE 


152 

Por  prudencia  y por  miedo  a 
complicaciones  diplomáticas  el  Go- 
bierno Oriental  decretó  la  trasla- 
ción o “internación”  de  los  caldea- 
ses a lo®  campos  vecinos  de  la  an- 
tigua colonia  portuguesa,  que  era 
< ntonces  lo  que  eran  para  los  grie- 
gos las  columnas  de  Hércules,  el 
Pini sierre  — el  cabo  del  mundo  — 
eme  los  valientes  labradores  han 
convertido  de  incultos  latifundios 
en  chacras  y vergeles  ricos  en  tri- 
go y frutos. 

Es  así  que  lo  que  los  jesuítas 
premeditaron  en  mal  contra  los  cal- 
deases los  ayudó  a bien  (Gen.  50.20 
Rom.  8.28),  al  menos  los  preservó, 
en  parte,  de  las  revoluciones  y gue- 
rras civiles,  que  provocaron  los 
mismos  enemigos  de  la  nación  uru- 
guaya. 

Pablo  Besson. 


ENTRE  JOVENES  (1) 

Ale  lo  represento  aquel  hombre 
que  ha  elegido  la  verdad  por  nor- 
ma de  su  conducta.  Lo  veo  erguido 
de  estatura,  'mirando  a (todo  el 
mundo  en  los  ojos  porque  no  tiene 
eme  .avergonzarse  por  ningún  moti- 
vo; lo  veo  contento  siempre,  con 
aquella  alegría  que  da  el  sentimien- 
to del  deber  escrupulosamente  cum- 
plido; lo  veo  tranquilo  en  la  adver- 
sidad porque  sabe  que  su  conducta 
irreprochable  lo  ha  de  llevar  a 
buen  puerto;  lo  veo  feliz  de  la  es- 
tima con  que  se  ve  rodeado  por  to- 
do el  mundo,  y me  pregunto:  ¿ por 


g)  Véase  número  anterior. 


qué  son  tan  pocos  los  que  se  dejan 
guiar  “únicamente”  por  la  ver- 
dad! 

Contestan  los  obstáculos  que  hay 
que  franquear  para  ser  tales. 

Oid  este  coro  de  voces  que  can- 
tan a cual  más  fuerte:  La  verdad 
i:o  la  podemos  decir  en  ciertos  ca- 
sos, sin  ir  al  encuentro  de  un  fraca- 
so completo  y seguro.  Es  el  diplo- 
mático que  borra  de  su  diccionario 
la  palabra  verdad,  para  estar  libre 
de  decir  “sí”  o “no”,  según  que 
mejor  le  convenga;  es  el  comer- 
ciante al  por  mayor  o al  por  menor, 
de  profesión  u ocasional,  que  afir- 
ma <pie  hay  que  engañar  a la  gente 
para  sostener  la  competencia;  es  el 
fabricante,  o el  profesionista  que 
aprovecha  vuestra  ignorancia  pa- 
ra sacaros  todo  el  dinero  posible. 

He  aquí  el  terreno  resbaladizo 
del  “nadie  nunca  sabrá  nada”,  la 
peligrosa  pendiente  del  “,así  hacen 
todos”,  del  “no  tengo  temor  de 
Dios  y qué  me  importa  lo  que  los 
hombres  puedan  decir”,  el  sitio  pe- 
ligroso del  “mi  fama  está  asegura- 
da por  mi  anterior  conducta,  por 
el  nombre  honrado  de  mi  familia, 
por  mi  religión,  por  mis  buenas 
obras”;  el  lugar  malsano  del  “es- 
toy tan  cerca  de  la  verdad  que  no 
pueden  tacharme  de  mentiroso”... 

No  puedo  examinar  separada- 
mente estos  obstáculos ; pero  re- 
cuerdo que  Caín  habí, a mentido  a 
Dios  cuando  decía:  “¿Soy  yo  el 

guarda  de  mi  hermano?”  Abraham 
había  mentido  cuando  protestaba 
ante  Faraón,  que  su  esposa  era  su 
hermana ; los  hijos  de  Jacob  habían 
mentido  cuando  enviaron  a su  pa- 
dre la  túnica  ensangrentada  de  Jo- 
sé, diciendo : reconoce  si  es  la  túni- 


LA  UNION  VALUENSE 


ca  de  tu  lujo ; Jacal)  había  mentido 
para  recibir  la  bendición  que  tóca- 
la a Esaú.  Ahora  bien,  ¿estarían 
en  paz  y tranquilidad  aquéllos? 
¿no  sentirían  de  continuo  remordi- 
mientos de  la  conciencia?  ¿no  fue 
un  día  descubierta  su  mentira? 

No  nos  enguiñemos:  el  que  mien- 
te en  palabras  o en  acciones  ofende 
la  verdad  y la  conciencia  lo  ator- 
menta tarde  o temprano;  y siempre 
se  ha  realizado  el  dicho : no  hay 
nada  de  encubierto  que  no  venga 
un  día  a la  luz;  y entonces  podría- 
mos habernos  edificado  un  trono 
muy  alto  y todo  dorado;  sería  de 
repente  derrumbado  como  una  ca- 
sa basada  en  la  arena,  cuando  la 
sacude  violenta  tempestad. 

Re  precisa  muchas  cosas  para 
(¡ue  el  mundo  marche  y progrese; 
se  requiere  particularmente  hom- 
bros que  amen  la  verdad,  que  prac- 
tiquen la  verdad. 

o.  n. 


Platón,  (‘1  ilustre  filósofo  pagano, 
escribe  que  “el  que  quiere  vivir 
bien  debe  alcanzar  la  verdad  y en- 
tonces, no  antes,  cesarán  sus  pe- 
sadumbres”. 

El  emperador  romano  Marco 
Aurelio,  dice:  “La  naturaleza  uni- 
versal si  llama  Verdad  y es  la  cau- 
sa primera,  de  todas  las  cosas  que 
son  verdaderas”.  Samuel  Smiles 
escribe:  “La  verdad  sola  puede  no 
constituir  un  gran  nombre,  pero  es 
el  elemento  más  importante  de  un 
gran  carácter.  A los  que  permane- 
cen fieles  a ella  les  da  seguridad, 
y confianza  a aquellos  que  la  sirven. 
La  verdad  es  la  esencia  misma  de 


153 

los  principios,  de  la  integridad  y 
de  la  independencia.  Es  la  primera 
necesidad  de  todo  hombre” 

NOTICIAS  LOCALES 

Colonia  Valdense. 

Al  entierro  del  señor  Enrique  1). 
Revel,  fallecido  el  26  de  agosto  úl- 
timo, asistió  un  concurso  de  gente 
como  se  ve  pocas  veces,  y acto  sim- 
pático realizó  la  escuela  dominical 
de  La  Paz,  al  incorporarse  al  corte- 
jo y seguir  a pie  basta  el  cemente- 
rio, donde  también  dos  niños,  uno 
do  I).  O'livet  y otro  de  Daniel  Salo- 
món, pronunciaron  hermosas  pala- 
bras de  afecto  y despedida,  al  que 
fué  luíante  16  años  Director  de 
esa  escuela.  Después  los  niños  cu- 
brieron la  fosa  de  flores.  Su  her- 
mano Augusto,  aunque  vino  en 
automóvil  de  Paysandú  hasta  Mer- 
e des,  donde  tornó  él  tren,  no  pudo 
llegar  a tiempo  para  el  eiltierro . 

Enrique  Revel  tuvo  espíritu  de 
iniciativa  y perseverancia.  Instaló 
un  aserradero',  el  primero  del  De- 
partamento, para  trabajar  madera 
del  país,  y un  molino,  que  siguen 
funcionando  con  éxito.  Tuvo  la  pri- 
mera imprenta  en  la  o calidad,  una 
librería  en  La  Paz  y un  biógrafo. 
En  la  escuela  dominical  fue  cons- 
tan!' , a pesar  de  las  dificultades 
que  tuvo,  como  las  encuentran  to- 
dos, y supo  vencerlas.  En  tantos 
años  que  estuvo  de  Director  nos 
decía  que  ninguno  lo  había  visitado 
y reemplazado,  excepto  algunas  ve- 
ces Juan  P.  Gronnet  y J.  S.  K osta- 
ga oh  A pesar  de  esa  indiferencia 


154 


LA  UNION  VALUENSE 


trabajó  con  todo  desinterés  hasta 
el  fin.  Al  lamentar  sn  partida  ex- 
presamos nuestra  simpatía  a sus 
deudos . 

— La  última  asamblea  de  iglesia- 
nombró  para  diácono  del  N.  Turiii 
a Alfonso  Griot  (reelecto). 

— Aprobó  también  la  propuesta 
del  señor  J.  S.  Rastagnol  de  no  to- 
mar de  las  colectas  de  culto,  la  su- 
ma de  5,000  francos  que  el  Consis- 
torio había  resuelto  enviar  para 
beneficencia,  porque  hubiese  sido 
ir  en  contra  ele  la  voluntad  bien  de- 
terminada de  lois  donantes.  En 
cambio  autorizó  que  se  tomaran  de 
rentas . 

—La  propuesta  del  pastor  Beux 
no  pudo  ser  estudiada  por  falta  de 
tiempo  y se  postergó  para  otra 
oportunidad . 

—La  señora  viuda  Appia  regre- 
só al  Durazno. 

—Don  Alfredo  Robert  trajo  de 
Buenos  Aires  una  máquina  para 
secar  fruta. 

—Don  Emilio  Roland  ha  empe- 
zado nuevamente  los  ejercicios  de 
canto  semanales . 

— Hállase  gravemente  enferma 
doña  Antonáeta  Robert  de  Rostan. 

—Don  Juan  P.  Malan  fue  a Mon- 
tevideo con  su  señora,  deseando 
consultar  a un  especialista  por  la 
enfermedad  que  la  molesta  en  un 
brazo. 

— A iniciativa  de  la  Sociedad  de 
Fomento,  que  preside  el  señor  B or- 
to n,  más  de  300  personas  se  reunie- 
ron en  el  Puerto  Concordia,  el  20 
de  septiembre  para  unía  fiesta  cam- 
pestre; el  Ingeniero  Agrónomo  se- 
ñor Ricardo  Zerpa  Euica  dió  una 
conferencia  sobre  la  rotación  en  el 
cultivo,  siendo  muy  aplaudido. 


Habiendo  contestado  el  Ministro 
que  venían  cuarenta  mil  fardos  de 
hilo  sisal,  al  precio’  de  $ 13.97  oro 
americano,  la  Sociedad  resolvió 
traer  hilo  y ademáis  bolsas  paria  to- 
los ios  agricultores  que  necesitan. 
Para  ello,  los  que  deseen  encargar 
deben  dar  sus  nombres  a algún 
miembro  de  la  Comisión,  que  son: 
Juan  P.  Berton,  Presidente;  Pablo 
Bonjour  Rostagnol,  Vice;  L.  Jour- 
dan,  Secretario;  Luis  Matan  G.,  'te- 
sorero; Juan  P.  Geymonat,  Alfon- 
so Griot  y Alejo  Jornalan,  Vocales. 

( )nce  socios  ensayan  el  cultivo  del 
maní  y varios  el  del  algodón.  La 
Sociedad  favoreció  también  el  cul- 
tivo de  las  papas,  al  traer  diez  mil 
klgs.  do  semilla  selecta  de  Mar  del 
Plata,  que  se  repartieron  en  toda 
la  sección . 

La  Paz. 

Los  albañiles  lia  puesto  mano  a 
la  obra  para  refaccionar  el  edificio 
escolar. 

—Han  inscripto  nuevos  automó- 
viles Alejandro  Malan  y Emana 
Jourdan . 

Xaciviicntos : Víctor  Manuel  Ne- 
grin,  de  José  e Ida  Romano;  Emi- 
lio Matan,  de  Enrique  y Jenny  An- 
dréon;  Santiago  Godin,  de  Santia- 
go y An  a Parodi;  Italia  Gariibotto, 
de  Bartolo  y San  tina  La  aribe  ib. 

Matrimonios:  Juan  S.  - Long, 
oriental,  23  años,  agricultor,  con 
Erna  Riera  (de  Esteban),  de  23 
años,  oriental;  Enrique  Roland  (de 
Enrique).  23  años,  educacionista, 
con  Margarita  Roland  (de  David), 
20  años,  oriental. 

Defunciones . Enrique  Dará:  1 Re- 
vel,  39  años,  oriental,  propietario. 


LA  UNION  VALDENSE 


155 


Cosmopolita. 

Nois  visitaron  de  Iris  los  her- 
manos Juan  y Augusto  Negrin  y 
éste  ya  regresó. 

Artilleros. 

Falleció  clon  Bartolo  Armand  Pi- 
lón, el  día  10  dle  septiembre,  a la 
edad  de  80  años . Fue  sepultado  en 
Colonia.  Vivía  con  el  hijo  Esteban 
en  un  terreno  de  su  propiedad,  cer  - 
ca del  Quildón . 

- — -Visitaron  la  localidad  lo®  seño- 
res J.  Ponte t y J.  P.  Gonnet,  en 
jira,  examinando  las  escuelas. 

- — lia  llovido  mucho,  desbordán- 
dose los  arroyo®.  La  primavera  se 
presenta  hermosa,  especialmente 
para  la  ganadería. 

— La  escuela,  dominical  del  Quin- 
tón  aumentó  algo  el  número  de  ni- 
ños que  asisten  a ella. 

— Regresó  de  su  viaje  a Iris  don 
Felipe  Gardiol. 

Tarariras. 

La  Comisión  de  Distrito,  al  es- 
tudiar la  situación  anormal  de  la 
iglesia  de  Iris,  por  carecer  de  pas- 
tor actualmente,  se  propone  pre- 
sentar a la  próxima  Conferencia  la 
.propuesta  de  que  se  solicite  a los 
Consistorio®  que  autoricen  a sus 
pastores  para  visitar  durante  dos 
meses  a esa  iglesia.  Contando  con 
cuatro  pastores,  esa  iglesia  sería 
atendida  durante  ocho  meses.  La 
propuesta  es  con  carácter  precario 
y provisorio,  y solamente  hasta  que 
puedan  encontrar  algún  pastor. 

Bautismo:  — Rosalía  Beneoh  de 
Juan  P.  y Paulina  Gardiol. 

Casamiento : — Juan  David  Tourn 
con  Al  berta  Soulier. 


— David  Davyt  estuvo  con  su  hi- 
jo Adolfo  en  Montevideo,  para  con- 
sulta i algún  médico. 

— Se  está  por  abrir  un  nuevo  lo- 
cal de  feria,  en  la  casa  de  Ráster. 

— Con  buena  concurrencia  se 
inauguró  el  local  de  la  Unión  C.  de 
Jóvenes.  Por  estar  enferma  la  se- 
ñora no  pudo  tornar  la  parte  que 
le  estaba  asignada  don  Francisco 
La  usar  o t . 

Riachuelo. 

La  Biblioteca  de  la  Unión  Cris 
tiana  va  adelante;  a principios  cu 
octubre,  piensa  tomar  abonados,  a 
pesar  de  tener  aún  pocos  libro®. 
La  colecta  que  se  efectúa  en  el  gru- 
po, para  comprar,  no  está  todavía 
terminada . 

— Se  realizó  el  examen  de  los  ca- 
tecúmeno® que  fué  bueno.  Se  pre- 
sentaion  diez  y siete,  y además, 
tres  de  Santa  Rosa,  que  vinieron  a 
ésta,  por  tener  acá  parientes  y ser- 
les más  cómodo. 

Colonia. 

El  vapor  “Luna”  aumentó  los 
pasajes . 

Lavalle. 

El  pastor  Davyt,  cumpliendo  con 
grin ; Elbio  Esteban  Oharbonnáer, 
celebra  reuniones  de  avivamiento, 
de  noche  en  la  capilla,  muy  concu- 
rridas y apreciadas. 

— El  invierno  fué  muy  frío  y hu- 
bo- escasez  de  pasto.  Las  avenas  no 
dieron  el  resultado  de  otro®  años. 
Hoy  con  las  lluvias  todo  lia  cam- 
biado . 

— Un  hijo  de  don  Juan  D.  Artus 


15(3 


LA  UNION  VALUENSE 


estuvo  enfermo  de  pulmonía;  alia- 
ra sigue  bien . 

Nacimientos:  Elbio  Baúl  Cliar- 
bonnier,  de  Juan  E.  y Juana  N<  - 
griu;  Elbio  Esteban  C barbo  nnáer, 
de  Tomás  y Adela  Gonnet ; Virgi- 
nia Albertina  Salvagiot,  de  Alber- 
to; lliikla  Margarita  Félix,  de  Emi- 
lio e Irene  Long. 

Dolores. 

Después  de  casi  tres  meses  de 
ausencia  el  pastor  Da  vyt  dirigió  los 
cultos  y visitó  a varios  enfermos 

—La  señorita  Catalina  Berta n 
estuvo  enferma  de  cuidado.  Don 
Francisco  Gauthier  guarda  cama 
hace  varios  días. 

—La  señora  de  Julio  Rostan  y 
sn  bija  Margarita,  fueron  a consul- 
tar el  médico  en  Mercedes,  donde 
estuvieron  unos  días. 

- — El  bogar  de  Luis  Rostan  se  vil 
aumentado  con  el  nacimiento  de 
dos  robustas  criaturas. 

Rivera. 

i 

El  Liceo  que  dirige  el  señor  CL- 
oar  Griot  tiene  el  mejor  museo  de 
los  Liceos  de  Campaña.  Es  dona- 
ción del  pueblo.  Esperan  llevar  el 
número  de  estudiantes  a 150. 

Buenos  Aires. 

La  primera  Iglesia  Metodista, 
celebrando  el  Centenario  del  Meto- 
d'isnio  en  el  mundo,  recolectó  una 
suma  que  pasa  de  200,000  pesos 

— El  hogar  de  los  esposos  Acó  - 
ta-Long  se  vió  alegrado  con  la  ve- 
nida de  un  nuevo  huésped,  al  que 
pusieren  los  nombres  de  Horacio 
Vahío.  Nuestros  deseos  son  que  los 
lleve  bien  y durante  largos  años. 


j ‘Elgraxo  (Santa  Fe). 

El  pastor  Beux  fué  a visitar  al- 
gunas familias  diseminadas,  llegan- 
do basta  Ceros  (Santiago  del  Este- 
jo),  a la  colonia  Alpina. 

Rosario  Tai. a (Entre  Ríos). 

Será  probablemente  ésta  la  única 
congregación,  donde  hay  valdenses, 
que  hayan  recordado  el  15  de  agos- 
to, fecha  que  recuerda  el  regreso 
de  los  valdenses  a sus  valles,  capi- 
taneados por  el  heroico  c ilustre 
Arnaud,  en  1689. 

En  (>1  Tala,  una  Comisión  forma- 
da por  las  señoras:  María  de  Juis- 
tet,  Presidenta;  Hortensia  Baridon 
de  Morelli,  Viee;  señorita  María 
Stettier,  Tesorera;  Daniel  Gonnet, 
Secretario,  y señorita  Elena  Iíon- 
glmm,  Prosecretaria,  organizó  un 
bazar  y reunió  300  personas  el  15 
de  agosto,  obteniendo  más  de  500 
pesos  para  el  fondo  edificación  de 
la  nueva  capilla. 

El  1 de  septiembre  empezó  la  de- 
molición de  la  vieja  capilla,  en  la 
que  trabajan  gratuitamente  los  co- 
lonos, sacando  los  ladrillos  y lle- 
vándolos alrededor  del  lugar  don- 
de se  va  a edificar  la  nueva. 

Entretanto  los  cultos  se  efectúan 
cu  el  local  del  pueblo,  a las  9 a.  m. 
y a ¡as  8 p.  m.  los  domingos,  y en 
Echagüe,  en  el  salón  de  Vicente  Ro- 
gantimi,  dos  domingos  por  mes,  i 
las  1 1|2  de  la  tarde,  y el  primer 
miércoles  de  cada  mes,  a la  misma 
hora . 

Colonia  Iris. 

Nuestros  lectores  tendrán  <■!  pla- 
cer de  saludar  al  pastor  Julio  Tron 


LA  UNION  VALUENSE 


157 


que  está  visitando  esa  iglesia,  por 
primera  vez.  Su  estada  será  apro- 
vechada, no  Jo  dudamos,  y benéfica 
para  todos. 

— Se  efectuó  el  enlace  de  Felicia 
Rivoir,  de  Carlos,  con  el  señor  Ma- 
nuel Martínez. 

—El  25  de  Agoisto  las  dos  escue- 
las dominicales  de  Villa  Iris,  ce- 
lebraron una  fiesta  en  común.  Los 
niños  se  reunieron  en  la  casa  del 
Directo]'  señor  Enrique  Tourn,  y 
de  allí  salió  el  cortejo  con  las  ban- 
deras argentina  y uruguaya  a la 
cabeza,  pasando  primero  a la  casa 
del  señor  Rantz  para  llevar  al  pas 
tor  alemán,  Rev.  Gumther,  y si- 
guiendo después  hasta  la  casa  del 
señor  Adolfo  Matan,  donde  los  es- 
peraba la  otra  escuela  dominical  y 
mucha  gente.  Habló  primero  el  Di- 
rector, después  él  señor  Juan  B 
Tourn,  y en  fin,  los  niños  con  poe- 
sías, declamaciones  y cantos  alter- 
nados. A éstos  se  les  obsequió,  como 
es  costumbre  en  las  fiestas.  La  gen- 
te se  retiró  muy  satisfecha,  agra- 
decida al  señor  Matan  y familia 
por  sus  atenciones  y al  señor  Tourn, 
que  se  toma  tanto  trabajo  por  los 
niños . Se  sacó  la  fotografía  de  to- 
do el  grupo  de  concurrentes,  de  la 
que  recibimos  un  ejemplar,  por  el 
que  vemos  qué  gran  asistencia  de 
niños  había.  Sólo  una  cosa  se  la- 
mentó, y es  que  no  haya  podido 
concurrir  la  pequeña  escuela  de 
Arroyo  Seco. 

— Cayó  una  lluvia  mansa,  muy 
benéfica  tanto  para  los  pastoreos 
como  para  los  sembrados. 


LA  FIESTA  DE  LA  RAZA 


( Fragmento  de  un  discurso  ) 

...  El  acontecimiento  que  hoy 
conmemoramos  no  es  una  revolu- 
ción, no  es  una  batalla;  es  la  coro- 
nación de  la  fe  de  un  hombre.  Por 
aquella  fe  se  estremecen  boy  de 
gozo  millones  de  almas:  es  un  pue- 
blo nuevo,  una  nueva  humanidad 
que  se  lanza  a la  conquista  de  sus 
fines  con  aquél  arrojo  y entusiasmo 
propio  de  una  criatura  llegada  a 
la  primavera  de  su  vida.  . . 

Contemplemos  el  significado 
trascendental  de  esta  fiesta. 

El  12  de  octubre  significa  el  ini- 
cio de  vita  era  de  libertad.  Imáge- 
nes tristes  y desconsoladoras  se 
presentan  a nuestra  mente.  Pasan 
por  aquellos  tranquilos  y fecundos 
parajes  del  nuevo  continente,  la 
triste  procesión  de  los  esclavos,  de 
los  prisioneros  de  guerra  condena- 
dos a ser  inmolados  sobre  el  altar 
de  los  dioses  nacionales  y la  horri- 
ble escena  de  la  alegría  salvaje,  de 
lo,s  que  sed  ardiente  tenían  de  san- 
gre humana.  Si  aquellos  cuadros  no 
uofe  horrorizan  a nosotros,  hijos  de 
mía  generación  que  parece  querer 
embriagarse  con  sangre,  ¡cómo  de- 
berán estremecerse  de  indignación 
nuestros  hijos,  los  que  vivirán  ba- 
jo el  cetro  del  Príncipe  de  paz ! Bár- 
baros eran  los  tiempos  y las  creen- 
cias. No  echemos  la  culpa  a nadie . 
Sólo  el  culpable  es  inexorable.  ¡ Con- 
testará alguien  oponiendo  las  cruel- 
dades de  los  primeros  conquistado- 
íes?  Eran  fieras  de  otros  tiempos 
perdidos  en  nuestra  edad.  La  civi- 
lización que  traían  encerraba  el 


158 


LA  UNION  VALDENSE 


germen  de  la  libertad  que  fecunda- 
da en  el  suelo  virgen  de  América, 
extiende  ahora  su  sombra  benéfica 
sobre  todo  el  continente.  ¡ Honor  a 
América,  por  el  culto  que  rinde  a 
la  lib  rtad ! ¡ Honor  a aquellos  que 
lucharon  en  el  pasado,  que  luchan 
en  el  presente  por  el  triunfo  de  la 
libertad  para  tocos  los  pueblos  del 
mundo ! 

La  fiesta  de  la  raz,a  implica  la 
idea  y encierra  el  sentimiento  de 
fraternidad.  Lia  historia  de  la  for- 
mación de  una  nación,  de  la  supre- 
macía de  una  raza,  es  una  serie  de 
conflictos  armados.  Odiosa  siempre 
la  guerra,  pero  más  odiosa  cuando 
se  combate  entre  hermanos.  Hoy 
el  espíritu  reacciona ; repugna  ca- 
da vez  más  desenvainar  la  espada 
para  matar  al  hermano;  al  contra- 
rio, se  siente  uno  con  él,  partícipe 
de  sus  defectos  como  de  sus  vir- 
tudes. ¡Bella  la  simpatía!  Bello 
aquel  lazo  que  une  en  estos  momen- 
tos dolorosos  a todos  los  hermanos 
de  la  raza  latiría.  Confortante  la 
simpatía  de  las  naciones  latino-ame 
ricanas  hacia  sus  hermanas  euro- 
peas que  luchan  para  la  libertad  de 
giras:  la  raza  humana! 

Veo  ante  mí  el  cuadro  hermoso 
de  los  niños  llevando  las  banderas 
de  las  naciones  americanas;  con- 
templo en  aquel  cuadro  un  hecho,  y 
veo  un  símbolo  y un  indicio  pro, fó- 
tico. El  hecho:  la  familia  de  las  na- 
ciones americanas,  el  estado  en  que 
quieren  vivir ; el  indicio  profético : 
contemplo  en  visión  un  cuadro  más 
hermoso  todavía  • todas  las  nacio- 
nes unidas  para  festejar  la  fiesta 
de  las  razas.  Será  la  inauguración 
del  reino  de  la  fraternidad  univer- 
sal. ¡Dichosos  aquellos  que  contem- 


plarán la  aurora  de  aquel  día;  di- 
chosos aquellos  que  asistirán  al 
ocaso  del  espíritu  de  razas  y al  ad- 
venimiento de  una  raza  nacida  de 
las  convulsiones  de  las  razas  anti- 
guas : la  raza  humana  ! 

Una  fraternidad  verdadera  es  la 
prenda  más  segura  de  la  paz.  La 
fiesta  de  la  raza  aviva  el  deseo  de 
paz  y contribuye  a preparar  su  ad- 
venimiento. . . 

Nuestro  espíritu  vuela  en  este 
momento  allá,  a las  lejanas  tierras 
de  Europa  donde  el  Dios  de  la  gue- 
rra cumple  su  triste  obra.  En  este 
día,  para  nosotros  día  de  paz,  de 
libertad,  de  fraternidad,  vuele  nues- 
tro pensamiento  y nuestro  afectuo- 
so saludo  hacia  aquellas  tiernas 
■víctimas  inmoladas  en  aras  de  la 
Patria. 

Mas  ¿será  utopía  afirmar  que  es 
el  último  esfuerzo  del  espíritu  del 
mal  para  retener  la  prenda  que  se 
escapa?  Nunca  como  ahora  se  ha 
sentido  odio  a la  guerra,  nunca  se 
ha  manifestado  la  necesidad  de 
unirse  todas  las  naciones  para  for- 
mar una  sociedad...  ¡Regocijémo- 
nos ! Estos  indicios  — como  otros 
de  distinta  naturaleza  a Colón  — 
nos  revelan  la  presencia  cercana  de 
un  nuevo  mundo.  . . 

Julio  Tron. 


EPISODIO  CONMOVEDOR 


Lo  narra  un  diario  francés;  con- 
mueve y reconforta  al  mismo  tiem- 
po , porque  demuestra  que  la  virtud 
no  ha  desaparecido  por  completo, 
¡y  no  es  una  vana  palabra ; al  con- 


LA  UNION  VALUENSE 


159 


trario,  inspira  y se  impone  ,al  hom- 
hre^piismo  cuando  con  toda  facili- 
dad o impunemente  éste  podría  des- 
oiría. 

Un  oficial  ve  volver  al  frente  uno 
de  sus  soldados,  a quien,  por  ser  pa- 
dre de  cuatro  hijos,  se  le  bahía 
asignado  un  puesto  en  los  servicios 
territoriales. 

“¿Por  qué  vuelves?” 

El  interrogado  no  contesta;  evi- 
dentemente quisiera  hablar  pero 
no  puede.  Desabrocha  su  sobretodo, 
saca  una  fotografía  y la  enseña  al 
oficial. 

—Mi  esposa  y mis  niños,  dice,  me 
la  enviaron  desde  Lila. 

El  oficial  miraba  la  fotografía 
sin  lograr  comprender. 

— ¿Y  bien,  qué? 

— Señor  teniente,  no  son  más  que 
tres  en  la  fotografía. 

— ¿Y- qué?— Todavía  no  osaba 
adivinar.  Era  demasiado  hermoso 
y demasiado  atroz. 

— Señor  teniente,  usted  compren- 
derá que  si  mi  esposa  ha  hecho  sa- 
car la  fotografía  de  los  tres  ma- 
yores, es  prueba  que  el  cuarto,  el 
más  chico,  nacido  al  estallar  la  gue- 
rra...  lia  muerto...  No  -son  más 
que  tres;  y entonces...  yo  vuelvo. 

Precisamente  a, sí.  Y el  pobre 
hombre  parecía  satisfecho  de  ha- 
lar logrado  explicar  una  cosa  tan 
difícil:  pues  que  el  más  chico  ba- 
hía muerto,  no  era  más  padre  de 
cuatro  niños  v volvía.  Volvía  a la 
linea  do  fuego  en  plena  ofensiva  en 
la  hora  más  trágica  y más  dura... 
Xo  quiso  mentir  a la  patria. 


LA  GRAN  INCÓGNITA 


Es  nuestra  alma,  y ésta  es  el 
verdadero  “yo”;  en  ella  toma  raíz 
todo  nuestro  -ser;  es  ella  que  sobre- 
vive cuando  todo  lo  demás  vuelve 
a ser  polvo.  Aquella  alma  tiene  un 
gran  precio,  es  para  nosotros  el  va- 
lor de  los  valores.  La  mayor  parte 
de  los  hombres  lo  ignoran.  ¿Son 
muchos,  en  efecto,  los  que  se  pre- 
ocupan de  su  alma? 

El  que  no  se  preocupa  de  su  alma 
no  se  respeta  a sí  mismo.  La  indi- 
ferencia respecto  al  alma  no  impli- 
ca el  sufrimiento;  cuando  el  alma 
está  enferma,  todo  el  ser  siente  un 
inexplicable  malestar.  Sanará  el 
olma  cuando  le  daremos  lo  que  ne- 
cesita. 

Vuestra  alma  está  en  cadenas, 
necesita  una  fuerza  que  rompa  los 
vínculos;  necesita  el  perdón  que 
borre  el  pasado  y lave  las  impure- 
zas. 

Vuestra  alma  necesita  esperanza 
para  el  porvenir  y certidumbre. 

Para  el  pasado,  el  perdón;  para 
el  presente,  la  fuerza  y la  victoria; 
para  el  porvenir,  la  esperanza  que 
ilumina:  he  ahí  lo  que  el  alma  pre- 
cisa. 

La  mejor  política  -del  mundo,  la 
más  generosa,  no  redimirá  al  borra- 
cho de  su  ebriedad,  al  impuro  de  su 
impureza  ; par, a conseguir  aquellos 
resultados  se  necesita  otra  cosa. 

La  ciencia  del  más  docto  es  im- 
potente para  dar  el  perdón  al  alma; 
\ ésta  tiene  sed  de  vida  y ele  inmor- 
talidad; si  “esperamos  para  esta 
vida  solamente,  somos  las  más  mi- 
serables de  todas  las  criaturas”. 

Mientras  que  el  alma  duerme 
todo  anda  bien.  El  hombre,  su 


160 


LA  UNION  VALDENSE 


propietario,  jsSgiie  tran  quilamefi te 
t u camino,  la  mirada  fija  hacia  .aba- 
jo. Mas  cuando  el  alma  despierta, 
todo  cambia;  en  este  mundo  nada 
la  conforma ; mo  le  bastan  las  satis- 
facciones ca  males. 

Vuestra  alma  tiene  sed  de  perfec- 
ción; he  allí  por  qué  Dios  solamen- 
te, que  os  la  perfección,  puede  sa- 
tisfacerla. De  Dios  necesitáis;  por- 
que él  solamente  puede  concederos 
el  perdón  que  sana  el  alma ; porque 
el  solo  os  puede  comunicar  la  fuer- 
za que  rompe  las  cadenas. 

De  Dios  necesitáis  porque  él  solo 
pue  le  hacer  fluii  en  vuestra  alma 
las  fuentes  de  la  vida  indestructi- 
ble. 

T.  Fallot. 


SUSCRIPCIONES  PAGAS 


David  Comba,  Colonia  Valdense; 
Santiago  Courdin,  señora  Pons,  Au- 
gusto Jourdan,  Clemente  A.  Ugon 
(17-13),  La  valle ; Pablo  Avondet', 
Artilleros1;  Santiago  Tourn,  David 
Gonnet,  Felipe  Gardiol,  Daniel  Bari- 
don,  Napoleón  Rivoir,  Juan  A.  Long, 
Carlos  Rúa,  Juan  P.  Lansarot,  Juan 
P.  Grill,  Juan  I).  Gonnet,  J.  Enrique 
Tourn,  Miguel  Pasquet,  Juan  Baridon. 
Laura  Bounous,  Santiago  Mondon, 
Juan  DI.  Geymonat,  Bartolomé  A. 
Pilón,  Federico  A.  Ugon.  David  Bor- 
tón (hijo),  Daniel  Costabel,  Juan  P. 
Rivoir,  Santiago’  Obarbonnier,  Daniel 
Chauvie,  Juan  P.  Gardiol,  Alberto 
Beux  (16-18),  Pablo  Chauvie,  Tarari- 
ras; Juan  P.  Benech  (17-18),  Pablo 
Coisson,  Antonio  Bonjour  (16-17), 
David  Rostagnol,  Francisco  Rostan, 
Enrique  Barolin,  Federico  Reynaud, 
Enrique  Brozia,  Felipe  M.  Gardiol, 
Clemente  Félix,  J.  S.  Germanet,  Car- 


los Ball  y aviso.  Augusto  Dahnas,  J. 
M.  Díaz,  Luisa  Forneron  de  Cesan 
(16-19),  Iris;  Pedro  Selim  Rivoir  (36- 
19),  José  Rivoir,  Enrique  Bertin, 
Bartolo  Davyt,  Juan  DI.  Bonjour  (16- 
18),  Juan  S.  Grill  (12-19),  Juan  Ne- 
grin  p.,  Ernesto  Griot  'San  Pedro;  I). 
Bertinat,  C.  Valdense;  Susana  G.  v. 
Itol and,  Carlos  Klctt,  David  Mondon, 
Cosmopolita;  Daniel  Pontet,  Estefanía 
G.  de  Pontet,  Pedro  Fraehe,  Italia; 
Juan  B.  Tourn,  Iris;  Santiago  Roehon, 
Teófilo  Sclineiter,  J.  Clemente  Malan, 
Lavallo;  Julio  Gay,  J.  David  Geymonat, 
Pablo  Geymonat  Bonjour,  Santiago  M. 
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