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Full text of "Los chorros del oro : entremés"

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2Inít3er0ítp  of  iQortb  Carolina 


(Eníiotoelí  b^  ^^t  2Díalectíc 


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THE  LIBRARY  OF  THE 

UNIVERSITY  OF 

NORTH  CAROLINA 

AT  CHAPEE  HILE 


ENDOWED  BY  THE 

DIALECTIC  AND  PHILANTHROPIC 

SOCIETIES 

BUfLDíNG  USE  Offlf 

PQ6217 

vol,  16 
no,  I-IÍ4 


"  ^serafín  y  JOAQUÍN  ALVAREZ  QUINTERO 


Los  chonos  del  oro 


SOCIEDAD  DE  AUTORES  ESPAÑOLES 
Húñex  de  Balboa,  12 

i©oe 


LOS  CHORROS  DEL  ORO 


Jásia  obra,  es  propiedad  de  sus  autores,  y  nadie  po- 
drá, sin  su  permiso,  reimprimirla  ni  representarla 
en  España  ni  en  los  países  con  los  cuales  se  hayan 
celebrado  ó  se  celebren  en  adelante  tratados  interna- 
cionales de  propiedad  literaria. 

Los  autores  se  reservan  el  derecho  de  traducción. 

Los  comisionados  y  representantes  de  la  Sociedad 
de  Autores  Españoles  son  los  encargados  exclusivamente 
de  conceder  ó  negar  el  permiso  de  representación  y 
del  cobro  de  los  derechos   de  propiedad. 

Queda  hecho  el  depósito  que  marca  la  ley. 


LOS  CHORROS  DEL  ORO 


ENTREIVIES 


serafín  i  JOAQUÍN  ALVAREZ  QUINTERO 


Estrenado  en   el   TEATRO    DE    APOLO    el  8   de   Marzo 
de  1906 


■^ 


MADRID 

R.   Velasco,  impresor,  Marqaés  de  Santa  Ana,  11 
Teléfono  número   oóJ 

1906 


y¡  Joaquina  del  pino 


s:a,la.  de  la  raza,  andaluza, 


oJuS  aatniíadoieS  u  autiaoá, 


y.oJ  CLLuio^ied. 


REPARTO 


PERSONAJES  A  OTORES 

MERCEDES Seta.  Pino. 

JUAN  MANUEL Se.       Garberas. 

JUANITA Paquita  Novo. 


LOS  CHORROS  DEL  ORO 


Habitación  baja  en  casa  de  Mercedes,  mujer  del  pueblo  no  mal  aco- 
modada, en  Sevilla.  Al  foro  una  ventana  que  da  á  la  calle.  A  la 
derecha  del  actor  una  puerta,  y  á  la  izquierda  otra.  Las  paredes 
blancas  y  lucientes.  El  suelo,  de  lositas  de  dos  colores,  aljofifado 
de  tal  modo,  que  se  pueden  comer  migas  eu  él.  Muebles  modes 
tos,  pero  bien  ordenados  y  muy  limpios  Entre  ellos  una  cómoda. 
En  el  centro  de  la  habitación  una  mesita,  sobre  la  que  hay  un 
costurero.  -Es  de  dia. 

(Mercedes  está  asomada  á  la  ventana.  Es  una  mujer  que  marea  de 
guapa  y  de  limpia.  Lo  da  el  sol  y  parece  que  tiene  lentejuelas  ) 

Merc.  ; Adiós!  Aya  va  conao  una   palomita  ..    Se 

come  la  caye,  y  no  levanta  der  suelo  tanto 
así.  ¡Hija  mía,  qué  presiosa  es!  Si  viviera  su 
padre,  se  le  caería  la  baba  mirándola.  La 
puerca  e  la  vesioa  se  ha  parao  á  darle  un 
beso:  á  vé  si  le  deja  la  seña...  ¿Otro  beso? 
¡Vamos,  güeno  está- de  cariño,  señoral  Sí, 
hija  mía,  sí;  hases  bien  en  echa  á  corre.  Y 
ee  que  no  le  gusta  que  la  bes3  nadie.  Las 
tonterías  de  las  mujeres  cuando  somos  ni- 
ñas. Ya  dobló  la  esquina.  (Se  retira  de  la  venta- 
na.) Chala  me  tiene.  Vamos  á  guardarle  er 

baberito.  (Recoge  uno  que  hay  sobre  una  silla,  y  con 
gran  cuidado   lo  guarda  en  un   cajón  de   ia   cómoda  ) 

¿Esto  es  una  mancha?  No.  Pensé...  Ks  des- 
colorió de  lavarlo.  ¡Ajajá!  (poniendo  bien  una 
silla  que  no   está  en  su  sitio.)  ¡JesÚs!    Por    donde 


607010 


—  8  — 


Juan 

Merc 

Juan 
Merc  . 
Juan 
Merc. 
Juan 

Mfrc. 

Juan 


pasa  mi  madre  arma  un  terremoto.  (Fijándose 
en  la  silla.)  ¿Le  paese  á  usté?  Forvo.  (coge  un 
paño  y  la  limpia  y  la  frota )  Así  te  quiero,  pren- 
da. Y  ahora,  á  seguí  cosiendo  estas  naguas 

blancas,  (siéntase  á  ello  jiiuto  á  la  mesita.)  ¡Se  tar- 
da Juan  Manué...  Quisa  haya  estao  esperan- 
do á  vé  salí  á  mi  niña.  Como  le  tengo  dicho 
que  cuando  eya  esté  aquí  no  entre...  Sí,  por- 
que la  niña  va  á  hasé  en  Agosto  los  siete 
años,  pero  paese  que  yeva  un  viejo  en  la  ba- 
rriga, según  ee  fija  en  to.  Y  no  me  agrada 
que  note  na  de  esto,  mientras  yo  no  me  de- 
termine. Juan  Manué  es  un  buen  hom- 
bre... y  me  quiere...  Y  me  hase  grasia,  esta 
es  la  verdá.  Porque  Juan  Manué  tiene  gra- 
sia. ¡Pero  es  tan  adán!  ¡es  tan  sueio  er  gran- 
dísimo condenao!  Mi  madre  se  dispara  cuan- 
do ve  que  yo  yevo  las  cosas  adelante.  «¿En 
qué  estás  pensando,  hija  mía?  Acuérdate  de 
tu  marío,  que  era  como  los  chorros  del  oro  er 
pobresito,  y  fíjate  después  en  ese  tipo  que 
ahora  te  pretende;  que  le  teme  al  agua  niás 
que  un  perro  rabioso.»  Y  es  la  verdá:  es  muy 
susio.  No,  y  eso  no:  como  Juan  Manué  no  se 
corrija...  Porque  sobre  sé  muy  susio,  es  muy 
desastrao.  Yo  creo  que  si,  que  se  corrige... 
Muestras  va  dando  de  eyo...  Kr  rose  conmi- 
go argo  ha  de  podé ..  Lo  que  me  hase  más 
grasiit  es  lo  que  se  esfuersa  er  pobre  en  pre- 
sentárseme arreglaíto. 

(Asomándose  por  la  ventana.)  ¿Vive  aqUÍ  la  mUJÓ 

más  bonita  der  barrio? 

¿Quién  pregunta  por  eya? 

El  hombre  más  feo  de  Europa. 

¿De  Europa  na  más? 

Na  más:  los  chinos  son  más  feos  que  yo. 

Pos  esa  mu  jé  no  vive  aquí. 

¿Que  no  vive  aquí?  A  mí  se  me  había  fígii- 

rao  que  estaba  yo  hablando  con  eya. 

Viene  usté  malo  de  la  vista.  O  no  se  habrá 

usté  lavao  bien  los  ojos. 

¿Ya  estamos  con  el  agua  á  pleito?   ¡Me  los 

he  lavao  con    aguarrás,   pa   darle   á  usté 

gusto! 


—  9    - 

Merc.  ¡Jesús,  con  aguarrás!   Es   preferible  el  agua 

clara. 

Juan  Güeno;  ¿me  deja  usté  que  entre  á  acompa- 

ñarla un  ratito,  ya  que  ha  salió  la  niña? 

Merc.  Entre  usté. 

Juan  Abra  usté  la  cánsela. 

Merc.  No  es  presiso:  mi  madre  está  á  la  puerta  e 

la  caye. 

Juan  ¿Y  está  suerta? 

Merc.  ¡Oiga  usté! 

Juan  Usté   perdone:   he   querío   pregunta   si  no 

muerde. 

Merc.  No  muerde,  no;  pero  ándese  usté  con  cui- 

dao. 

•Juan  Con  quien  tengo  yo  que  anda  con  más  cui- 

dao  que  un  equilibrista,  es  con  la  hija,  (vase 

de  la  ventana.) 

Merc.  Na,  que  me  hase  grasia  este  hombre.  Señó, 

no  la  tendrá  pa  nadie,  pero  pa  mí  la  tiene. 
Y  luego,  como  también  es  viudo,  y  con  una 
niña,  como  yo...  lo  que  piensa  una:  paese 
que  está  escrito.  Bien  dise  la  copla  que  to 
cae  ensima:  tanto  critica  yo  de  la  gente 
desasea...  y  miste  por  donde  viene  er  diablo 
y  lo  enreda. 

Nadie  diga  en  este  mundo 
de  este  agua  no  he  de  bebé, 
porque  er  caminifo  es  largo 
y  puede  apreté  la  sé... 

(Sale  Juan  Manuel  por  la  puerta  <le  la  izquierda.  Es 
cajista  de  imprenta.) 

Juan  ¿Sabe  usté  lo  que  me  ha  dicho  su  madre? 

Merc.  ¿Qué  le  ha  dicho? 

Juan  Que  si  tengo  paraguas,  que  lo  tire. 

-Merc.  ¿Pa  qué? 

Juan  Pa   que    me   moje   siquiera   los    días    que 

yueva. 
Merc.  (Riéndose.)  Mi  madre  tiene  güeuos  gorpes. 

Juan  Sí,  señora;  y  la  hija  también;    pero  la   hija 

y  la  madre  se  couose  que  me   han  tomao  á 

mí  por  aseite,  que  por  no  está  en  el  agua  se 

va  arriba. 


—  10  — 

Merc  ¿y  no  hay  na  de  eso? 

Juan  No  hay  na  de  eso.   Vamos  á  vé,  con  impar- 

nialidá:  ¿qué  tar  vengo  hoy? 
Merc  Desde  aquí,  mejó  que  otros  días.  Asérquese 

usté  un  poco  más.  Pero  suerte  usté  antes  er 

sombrero. 
Juan  ¿Ve  usté  cómo  se   ersagera   un    poquivf  ? 

(Deja  sobre  una  silla  el  sombrero.  Mercedes,  mientras, 
ve  que  trae  manchada  de  yeso  la  espalda.) 

Merc  (Levantándose.)  ¡Virgen  de  las  Angustias! 

Juan  ¿Qué  ocurre? 

Merc  ¿Usté  se  ha  visto  por  la  esparda? 

Juan  ¡No  pueo!  ¿Qué  traigo  por  la  esparda? 

Merc  ¡To  er  yeso  de  un  tabique! 

Juan  ¡Mardita  sea  mi  suerte!  Ahora  sí  tiene  usté 

rasón:  es  que  hoy  están  en  casa  de  obra,  y 
antes  de  salí  se  me  orvidó  refregarme  con- 
tra la  cama. 

Mefc.  ¡Ave  María!  ¿De  esa  manera  se  sepiya  usté? 

Juan  La  esparda,  sí  señora. 

Merc  Venga  usté  acá,  hombre,  venga  usté  acá... 

(Coge  un  cepillo  y  lo  cepilla  con  coraje.) 

Juan  Cuando  digo  yo  que  es  usté  la  mu  jé  que  yo 

nesesito... 

Merc.  ¡üfl  ¡lo  que  suerta!  Meresía  usté  que  le  va- 

reara la  americana  sin  quitársela. 

Jlan  ¡Ay!  que  me  base  usté  cosquiyas,  Mersedes. 

Merc.  Y  vaya  una  manchita  que  tiene  usté   aquí 

en  el  hombro. 

Juan  ¿Eq   el  hombro?  Del  hombro  pa  atrás  no 

pueo  responde,  porque  no  me  fijo;  pero  por 
delante,  lo  que  es  hoy  no  me  encuentra  usté 
á  irí  ni  una  mancha. 

Merc  ¿No? 

Juan  No. 

Merc  (señalándolas.)  Una...  dos...  tres...  cuatro  ..  sin- 

co...  seis...  siete...  ocho... 

Juan  ¡Caray,  no  siga  usté!   ¡Miste  que  es  lo  gran- 

de! En  mi  casa  no  me  veo'ni  una  sola;  sar- 
go ar  só,  y  me  veo  dos  ó  tres,  y  yego  aquí,  y 
na  más  que  piso  er  cuarto  este,  ya  estoy 
plagaíto. 

Merc.  ¿Si,  eh?  Pos  las  mismas  que  tiene  usté  aquí, 

tenía  usté  en  su  casa.   ¡Que  así  andará  eya! 


—  11  - 

Y  que  las  hay  de  tos  colores.   Dise  mi  ma 
dre  que  se  prensa  un  traje  de  usté  y  sale 
un  tinte. 
Juan  No,  bí  ya  sabemos  que   la  mamá  tiene  mu- 

cha grasia.  Pero  comprenda  usté,  Mersede«, 
que  un  pobre  cajista  de  imprenta,  que  está 
to  er  día  metió  en  tinta,  como  los  calama- 
res, y  que  está  cuidao  por  una  cuña — ¡mar 
tiro  le  peguen!— y  por  una  niña  de  este  arto, 
no  pué  vení  aquí  como  pa  ponerlo  en  un 
escaparate.  Además,  usté  no  se  ocupa  más 
que  de  critica,  y  de  sacarle  á  uno  los  colo- 
res, y  cuando  uno  hase  un  esfuerzo  pa  que 
usté  lo  estime,  usté  no  lo  estima.  Toavía  no 
me  ha  dicho  usté  na  de  la  corbata. 

MeRC.  (Reparando    en    que    no   trae  puesta    nir.guna.)    ¿De 

qué  corbata? 

Juan  (Llevándose  la  mano  ai  sitio.)    jAy,  qué   grasiOf^a! 

¡De  esta! 

Merc.  ¿De  esa,  eh? 

Juan  ¿Le  paese  á  usté,   si  es  sino?  Hay  días  en 

que  ar  salí  de  casa  debía  uno  pisa  una  cas- 
cara de   melón  y  estreyarse  contra  las  pie  - 

dras.  (Saca   la  corbata  del  bolsillo.)    Miste    donJe 

la  traigo. 
Merc.  ;.Qué  más  da? 

Juan  Pero,  güeno:  ¿la  corbata  es  de  gusto  ó  no  es 

de  gusto,  que  es  aquí  lo  que  se  discute? 
Merc.  Le  diré  á  usté:  pa  aliñarla,  no  es  fea. 

Juan  ¿Con  que  pa  aliñarla?  ¿No  le  gusta  á  usté  la 

corbatita? 
Merc  Como  escarola,  sí. 

Juan  ¡Se  acabó! 

Merc  ¿Qué  va  usté  á  hasé  con  eya? 

Juan  ¡A  tirarla  á  la  caye!  Yo  sé  que  er  que  se  la 

ponga,  se  luse;  pero  á  usté  no  le  ha  agradao, 

y  eso  basta.  ¡La  tiro!  (La  tira  por  la  ventana  en 
efecto.) 

Merc  ¿Es  que  piensa  usté  tira  to  lo  que  no  me 

agrade  á  mí? 
Juan  ¡Ni  más  ni  menos! 

Merc.  Pos  entonses  suba  usté  arriba  y  tírese  usté 

por  er  barcón,  (vuelve  á  sentarse.) 

Juan  Eso  no  me  lo  diga  usté  ni  en  broma. 


—  12  — 

Merc  Pero  ¿C(irao  vi  yo  á  haserle  cara  á  nn  hom- 

bre que  ca  día  que  pasa  está  más  desastrao 
y  más  susio? 
Juan  ¡No,  que  vi  á  está  más  limpio  ca  día!  ¡Qué 

cosas  tiene  usté!  ¡Si  uno  no  vive  en  un  íaná, 
señora!  ¡Miste  las  estatuas:  hasta  jaramagos 
les  salen! 
Merc.  ¿Es  desí,  que  usté  hasta  que  no  le  sargan  ja- 

ramagos no  está  contento? 

Juan  Yo  no  estoy  contento  mientras  usté  no  pe 

desida  á  quererme.  (Se  sienta  ai  lado  de  eiia.; 

Merc.  Pos  largo  le  va.  El  hombre  que  á  mí  me 

yeve  otra  vez  á  la  iglesia,  ha  de  hayarse  en 
el  agua  tan  á  gusto  como  á  la  vera  mía. 

Juan  ¡Por  vía  e  Dios!  ¿Su  difunto  de  usté  era  un 

sarmonete? 

Merc.  Mi  difunto  era  un  hombre  que  daba  gloria 

de  mirarlo:  limpio,  colorao,  escamondao... 

Juan  Y  engüerto  en   harina,  sí  señora;  lo  estoy 

viendo  en  una  freiduría. 

Merc.  O  se  caya  usté,  ó  tenemos  un  dijusto  serio. 

Juan  No  lo  tome  usté  así:  er  mismo  respeto  que 

le  guarde  usté  á  su  difunto,  le  guardo  yo. 

Merc.  Pos  mucho  ojo  con  lo  que  se  h^.bla. 

Juan  Y  si  se  quié  usté  desquita,  mét;.se  usté  con 

mi  difunta  y  yo  la  acompaño. 

Merc.  Creo  que  era  pa  el  avío. 

Juan  ¡Pa  viví  con  usté! 

Merc.  Sluy  mujé  de  su  casa...  muy  consertaíta... 

Juan  fi\ 

Merc.  A  mi  me  han  contao  que  argunos  días  se  en- 

contraba usté  las  botas  en  el  nparadó. 

Juan  No  tanto,  no  tanto...  No  hay  que   pondera. 

La   sopara  ensima  e  la  cama  sí  que  me  la 
encontré  muchas  veses. 

Mérc.  ^,Y  su  cuña  de  usté,  la  hermana  de  eya,  es 

lo  mismo? 

Juan  Es  peo. 

Merc.  Disen  que  le  da  por  la  iglesia. 

Juan  Demasiao.  Pa  mí  que  parará  en  un  convento. 

Merc.  ¿Que  parará? 

Juan  Que  parará,  sí;  que  parará.  No  creo  que  haya 

errata. 

Merc.  ¡Vaya  una  diversión  de  familia! 


—  13  — 

JjAN  Por  eso  busco  otra,  Mersedes...  porque  pien- 

so en  mi  hija,  que  ca  día  nesesita  más  quien 
la  acompañe;  porque  pienso  en  mí, que  estoy 

más  solo  que  un  sereno,  (viendo  que  Mercedes 
se  prende  una  aguja   en  el   pecho.)  CuidaO,    nO   Se 

pinche  usté  con  esa  aguja. 

Merc.  Descuide  usté,  que  no  me  pincho. 

Juan  ¿Hay  argodón? 

Merc.  So  hay  argodón. 

Juan  Pos  argo  hay. 

MtíKc.  Argí»,  t^í,  pero  argodón,  no.  Siga  usté  con  lo 

que  iba  disiendo. 

Juan  Si  es  lo  mismo  que  le  he  dicho  á  usté  vein- 

tisinco  veses:  que  yo  no  vivo  más  que  pa 
este  ratito  que  los  domingos  paso  con  usté; 
que  me  tiene  usté  que  me  van  á  echa  de  la 
imprenta,  porque  desde  que  la  conozco  lo 
pongo  to  con  armirasiones:  hasta  las  pregun- 
tas; que  ni  como,  ni  bebo,  ni  duermo,  ni... 
¿Cómo  dise  aqueya  copliya  que  usté  canta 
tanto? 

íMerc.  ¿Cuá? 

Juan  Aqueya  de... 

Ni  como  ni  duermo,  niña... 

Mérc.  Ah,  ya. 

Ni  como  ni  duermo,  niña, 
desde  que  te  conosí... 

Juan  No,  no;  pero  canta,  canta  es  como  yo  la 

quiero. 
Merc.  ¡Vamos,  hombre! 

Juan  Ande  usté,  Mersedes;  ya  que  ha  salió  la  con- 

versasión. 

Merc.  (cantando.) 

Ni  como  ni  duermo,  niña, 
desde  que  te  conosí, 
que  no  me  arcansan  las  horas 
más  que  pa  pensar  en  tí. 

Juan  (  rirando  el  cigarro  contra  el  suelo,  en  un  arrebato  de 

admiración.)  ¡Ole  COn  ole! 

Merc.  ¡Coja   usté    ese    sigarro    ahora    mismo,   so 

puerco! 


~   14  — 

Juan  Perdone  usté,  Mersedes,  no  me  he  dao  cuen- 

ta de  lo  que  hasía.  (Lo  recoge,  y  no  sabiendo  don- 
de echarlo,  se  lo  va  á  guardar  en  un  bolsillo.) 

Merc.  ¿Pero  va  usté  á  guardár£elo,  hombre? 

Juan  ¿Me  lo  vi  á  come? 

Merc.  ¡Tírelo  usté  á  la  caye,  señó!  Mañana  compro 

un  senisero. 

Juan  \^ Después  de  tirar  á  la  calle  el  cigarro.)  ¿Su  difuntO 

de  usté  no  fumaba? 
Merc.  No,  señó. 

Juan  Mi    difunta,  sí.  (Se   acerca  á    ella,  y    le  canta  muy 

mal  lo  que  ella  ha  cantado  muy  bien.) 

Ni  como  ni  duermo,  niña, 
desde  que  te  conosí... 

Merc.  ¡Cayese  usté  por  Dios!  ¡Jesú^  qué  oído! 

Juan  íSÍ  que  es  malo,  (vuelve  á  sentarse.) 

Merc.  ¿Con  que  ni  come  usté  ni  duerme  desde  que 

la  conosió?...  ¿Y  por  quién  va  eso,  Juan  Ma- 

nué? 
Juan  ¿Que  por  quién  va  eso?...  ¿Quiere  usté  que 

le  regale  el  oído? 
Merc.  ¡No!  ¡el  oido  no!  ¡Ni  regalao  lo  quiero!  ¡Quée- 

se  usté  con  é! 

Juan  (cociéndole      una    mano     entusiasmado)      ¡Bendita 

sea!...  ¡Tiene  usté  grasia  pa  pone  un  putsio! 

Merc.  ¡Suerte   usté,  grandísimo  adán!    ¿Se  atreve 

usté  á  coge  una  mano  mía  con  esas  manos? 

Juan  Las  de   usté  están  más  limpias;   es   verdá. 

Mañana  me  pongo  unos  guantes. 

MEk(  .  Hombre,  no;   mañana  se  las  lava  usté  con 

jabón,  y  por  argo  se  enripiesa. 

Juan  Mañana,  y  pasao,  y  toa  la  vida  haré  yo  lo 

que  a  usté  se  le  antoje.  Imitaré  á  mi  niña, 
que  me  trae  loco  con  la  de  usté. 

Merc.  ¿Con  la  mía? 

Juan  Sí,  señora:  como  er  domingo  pasao  no  vine, 

no  hemos  hablao  de  esto.  Usté  sabe  que  la 
he  puesto  en  la  misma  academia. 

Merl.  Sí. 

Juan  Pos  güenot  le  ha  dao  á  la  mía  por  copia  á  la 

de  usté:  se  ha  enamorao  de  eya.  Y  no  yeva 
su  niña  de  u«té  unos  carsetines,ó  unas  bota^, 
ó  un  vestío,  ó  un  laso,  ó  un  babero,  que  no 


—   15   ~ 

'venga  mi  Juanita  á  desirme:  «Papá,  la  niña 
de  Ja  trensa  rubia — que  es  como  la  yama— 
se  ha  comprao  esto  y  esto:  cómpramelo  tú 
á  mí.* 

Merc.  ¡Angelito! 

Juan  Y  yo  ¡clarol  ¿qué  he  de  hasé  más  que  com- 

plaserla?  Y  está  la  chiquiya  que  es  un  car- 
eo e  la  otra.  Le  arvierto  á  usté  que  ni  que 
fuean  gemelas:  de  formalidá. 

Merc.  Me  la  tiene  usté  que  trae  uti  día  pa  que  la 

conozca. 

Juan  ¡Ya  lo  creo!  Usté  va  á  sé  su  madre...  Y  lo 

más  grasioso  de  to  esto... 

(preséntase  de  improviso  Juanita  por  la  puerta  de  la 
izquierda  llamando  á  su  padre.  Viene  la  infeliz  que  da 
pena  verla:  desgreñada,  sucias  la  cara  y  las  manos,  las 
medias  caídas,  el  vestidillo  manchado  y  roto.) 

JuA.  jPapá!  ¿Está  aquí  mi  papá? 

(e1  papá  quisiera  que  la  tieira  se  lo  tragase.) 

Merc.  (Levantándose.)  ¿Qué  dises,  niña?  ¿Quién  es  tu 

papá? 
JuA .  Este. 

Merc.  (con  asombro  é  indignacióu.)  ¿Este? 

JuA.  Sí,  señora.  Papá,  tu  compadre  Arturo  está 

en  casa  esperándote. 
Juan  (Desconcertado.)  ¿Está  en  casa,  eh?  ¿No  lo  ha 

cogió  un  tranvía  ni  na? 

(Mercedes  se  va  derecha  á  él,  decidida  á  todo,  y  él  le 
huye.) 

Merc.  .  ¡Sinve^-güensa!  ¡granuja!  ¡charrán!  ¡embuste- 
ro! ¡Venga  usté,  que  le  saque  los  ojos! 

Juan  Los  ojos  no,  Mersedes:  ¿con  qué  iba  yo  á 

miradla  á  usté  entonses? 

Merc.  ¡A  mí  no  me  tiene  usté  que  mira  más  en  su 

vida,  cara  de  mico!  ¿Con  que  esta  era  er 
careo?  ¿Con  que  esta  era  er  remeo  de  mi 
niña?  ¡Vamos,  eche  usté  á  corre  ya  si  no 
quiere  morí  á  mis  manos!  ¡Trapalón!  ¡mal 
hombre!  ¿Y  dise  usté  que  me  quiere  á  mí 
y  tiene  de  esta  manera  á  su  hija?  ¡Si  estoy 
por  y  ama  á  un  munisipá  pa  que  lo  yeve  a 
usté  á  la  carse!  ¡No  hable  usté!  ¡No  se  de- 
fienda usté,  que  es  peo!  ¡Esto  es  un  crimen! 
¡esto  es  una  infamia!  ¡No  paga  usté  ni  fri- 


-^  16  — 

to!  [Pobrepita!  Pero  ¿usté  no  ve  que  le  quita 
salú,  que  le  quita  alegría,  que  le  quita  cari- 
ño de  to  er  que  la  mire,  porque  no  tiene  un 
sitio  pa  darle  un  beso?  Y  es  bonita  la  pobre; 
que  da  más  lástima  toavía...  ¡Vayase  usté, 
vayase  usté  de  mi  casa  ya,  que  hasta  hoy  no 
he  visto  yo  bien  claro  lo  retesusio,  lo  rete- 
puerco,  lo  retemalo,  lo  retefeo  y  lo  reteanti- 
pático  que  es  usté! 
Juan  Mersedes...  que  se  me  van  á  sarta  las  lágri 

mas...  y  no  traigo  pañuelo. 
Merc.  ¡Vayase  usté,  hombre,  vayase  usté  y  no  pase 

por  esta  caye  como  no  sea  en  carnavá,  que 
yo  no  lo  conozca! 
Juan  Mersedes... 

Mekc.  ¡Vayase  usté,  le  digo! 

Juan  Ya  me  voy...  Niña... 

Merc  No;  esta  se  queda  aquí  un  ratito. 

Juan  ¿Que  se  queda  aquí? 

Merc.  Si,  señó. 

Juan  ¿Qué  va  usté  á  hasé  con  eya? 

Merc.  A  ponerla  como  su  madre  la  parió;  á  echar- 

le ensima  toa  el  agua  que  le  hase  farta  ar 
padre;  á  fregarla;  á  dejarle  er  cuerpesito 
como  una  rosa;  á  vestirla  luego  con  ropita 
limpia  de  mi  hija;  á  peinarla,  á  carsarla,  á 
darle  después  cuatro  besos  muy  apretaos,  y 
á  mandársela  á  usté  pa  que  se  entere  de  lo 
que  es  un  careo  de  mi  Carmen;  por  supues- 
to, con  orden  de  que  no  se  asenque  á  Uí-té 
hasta  que  no  esté  limpio.  ¡Y  ya  tiene  usté 
penitensia! 
Juan  (Afligido.)  Mersedes...  yo  soy  un  esclavo  de 

usté.  Dios  le  pague  á  usté  lo  que  va  á  hasé 
con  mi  niña.  Cuando  usté  quiera,   hase  lo 
mismo  con  er  padre. 
Merc  Güeno,  güeno:  á  la  caye  ahora.  Ya  sabe  us- 

té como  á  mí  me  gusta  la  gente. 
Juan  Ya  lo  sé;  y  bien  meresío  tengo  este  castigo 

y  este  bochorno.  Mientras  que  no  me  saque 
briyo,  no  güervo  á  vení.  Palabra.  Cómprese 
usté  unas  gafas  negras  pa  que  cuando  me 
vea  no  le  lastime  er  resplandó.  Y  luego  nos 
casamos;  y  la  luna  de  mié  la  vamos  á  pasa 


á  la  oriya  der  río.  Y  ayí  coge  usté  una  pie- 
dra, y  me  la  tira  al  agua,  y  yo  me  echo  al 
agua  por  e3^a  y  la  saco  en  la  boca.  ¡Sí,  por- 
que estoy  convenció  de  que  coq:o  no  me 
güerva  perro  de  agua  usté  no  me  hase  caso! 
Güeñas  tardes,  (se  va.) 
Merc  Vaya  usté  con  Dios,  (a  la  niña.)    Y   tú   no  te 

asustes,  hija  mía.  Yo  tengo  una  niña  como 
tú,  y  quiero  que  te  parezcas  á  eya,  pa  darle 
una  lersión  á  tu  padre,  que  es  un  embuste- 
ro. Entra  ahí,  que  pa  aya  voy  yo. 

(Vase  Juanita  por  la  puerta  de  la  derecha.) 
Juan  (Asomándose  por  la   ventana.)    ¿Sabe    USté  lo  qUe 

me  ha  dicho  su  mamaíta? 
Merc  ¿Qué? 

Juan  Que  al  amánese  pasa  er  carro  e  la  basura. 

¡Por  si  yevaba  poco!  ¡Mardita  sea!...  (vase.) 
Merc  Si  de  esta  no  se  enmienda...  es  homb^-e  al 

agua.  Que  es  lo  que  yo  querría. 

(ai  público  ) 

Es  pa  er  cuerpo  y  pa  la  cara 
el  agua  clara  un  tesoro, 
der  que  siempre  he  sío  avara... 
¡Dios  bendiga  el  agua  clara! 
¡Vivan  los  chorros  del  oro! 


FIN 


Madrid,  Febrero,  1906 


OBHñS  DE  IiOS  IWISIVIOS  RUTONES 


Esg'riina  y  amor,  juguete  cómico.  (2.*  edición.) 

Belén,  12,  principal,  jasfuete  cómico. 

Oililo,  juguete  cómico-Úrico.  Música  del  maestro  Osuna.  (2.*  edición 

lia  media  naranja,  juo'uete  cómico.  (2.'' edición.) 

El  tío  de  la  flauta,  juguete  cómico.  (2.*  edición.) 

El  ojito  derecho,  entremés.  (3."  edición.) 

Ea  reja,  comedia  en  un  acto.  (4.*  edición.) 

Ea  buena  sombra,  sainete  en  tres  cuadros,  con  música  del  maes- 
tro Brull.  (6.*  edición.) 

El  pereg-rino,  zarzuela  cómica  en  un  acto.  Música  del  maestro 
Gómez  Zarzuela. 

Ea  vida  íntima,  comedia  en  dos  actos.  (3.*  edición.) 

Eos  borrachos,  sainete  en  cuatro  cuadros,  con  música  del  maes- 
tro Giménez.  (2.*  edición.) 

El  chiquillo,  entremés.  (5.*  edición.) 

Eas  casas  de  cartón,  juguete  cómico. 

El  traje  de  luces,  sainete  en  tres  cuadros,  con  música  de  los 
maestros  Caballero  y  Hermoso. 

El  patio,  comedia  en  dos  actos.  (3.*  edición.) 

£1  motete,  pasillo  con  música  del  maestro  José  Serrano.  (2.*  edi- 
ción.) 

El  estreno,  zarzuela  cómica  en  tres  cuadros,  con  miísica  del  maes- 
tro Chapí. 

Eos  Galeotes,  comedia  en  cuatro  actos.  (3."  edición.) 

Ea  pena,  drama  en  dos  cuadros.  (2.»  edición.) 

Ea  azotea,  comedia  en  un  acto. 

El  g-énero  ínfimo,  pasillo  con  miísica  de  los  maestros  Valverde 
(hijo)  y  Barrera. 

El  nido,  comedia  en  dos  actos.  (2.*  edición.) 

Eas  flores,  comedia  en  tres  actos. 

Eos  piropos,  entremés. 

El  flechazo,  entremés. 

El  amor  en  el  teatro,  capricho  literario  en  cinco  cuadros,  pró- 
logo y  epilogo. 

Abanicos  y  panderetas  6  ¡  *.  Sevilla  en  el  botijo!  humorada 
satírica  en  tres  cuadros,  con  música  del  maestro  Chapí. 

Ea  dicha  ajena,  comedia  en  tres  actos  y  un  prólogo. 

Pepita  Reyes,  comedia  en  dos  actos. 

Eos  meritorios,  pasillo. 


Lia  zaborí,  entremés. 

lia  reina  mora,  saínete  en  tres  cuadros,  con  música  del  maestro 
José  Serrano.  (2."  edición.) 

Zarag'atas,  sainete  en  dos  cuadros. 

lia  zag'ala,  comedia  en  cuatro  actos. 

Lia  casa  de  Ciarcía,  comedia  en  tres  actos. 

lia  contrata,  apropósito. 

El  amor  que  pasa,  comedia  en  dos  actos. 

El  mal  «le  amores,  sainete  con  música  del  maestro  José  Serrano. 

El  nuevo  servidor,  humorada. 

Mañana  de  sol,  paso  de  comedia. 

Fea  y  con  grracia,  pasillo  con  música  del  maestro  Turina. 

Ea  aventura  de  los  g'aleotes,  adaptación  escénica  de  un  capi- 
tulo del  Quijote. 

Ea  musa  loca,  comedia  en  tres  actos. 

Ea  pitanza,  entremés. 

El  amor  en  solfa,  capricho  literario  en  cuatro  cuadros  y  un  pro 
logo,  con  raúsica  de  los  maestros  Chapi  y  Serrano. 

Eos  chorros  del  oro,  entremés. 

31  orrltos,  entremés. 


títulos. 


ACTOS. 


AUTORES. 


Propiedad 

qae 
corresponde 


ZARZUELAS. 


Animales  y  plantas 

RaQos  sulfurosos 

Circulo  nacional 

De  músicos  y  locos 

El  fonógi-^ifo 

i:i  Barbián  rte  la  Persia . . . 
Rl  puesto  de  las  castañas.. 

Kl  ültirao  tranvía 

Frutos...  coloniales 

Gandollo 

La  divina  zarzuela 

La  Pilarica 

L;isCarolín.is 

Miss  Eva 

¡Uucliacho! 

Pintar  como  querer....... 

¡Quién  fuera  ella! 

(Josas  de  Madrid 

De  Madrid  á  los  corrales.. 
Los  honores  de  b  guerra. 

Mascarada  nacional 

Pinafor 

Kl  arto  de  la  Nanita 

El  corazón  en  la  mano 

El  rey  reina 

El  viaje  á  Suiza 

Graciela  (ópera» 

La  pnerra  alegre 

1.a  guerra  y  el  hogar 

Un  regalo  de  boda 


I  D.  E.  Navarro L. 

1         K.  Navarro L. 

1        Ma-^uelNiclo M. 

1        M.  Nieto M. 

1        José  del  Castillo..... L. 

1        E.  Navarro L. 

1        E.  Navarro L. 

1        R.Blasco i|2L. 

1        Luis  .\rDedo M. 

1        N.  N L.  vM. 

i        José  del  Castillo •.  li2'L- 

1   Sres.  G.  Perrin  y  Miguel  de  P L.  y  M . 

1  D.  N.N : L. 

1       Perrin'y  Palacios L. 

1  A.  Corsino  y  Suppé L.  y  M. 

1        Mauuel  Nieto  M. 

i        Perrin,  Palacios  y  Nieto L.  y  M. 

5        Arango,  Asensio'y  Viaña L.  y  M. 

'2        Carlos  de  Olona..... L. 

'i       Arango  y  Viaña L.  y  M. 

2  .  Bolumai-  V  Peidro L,  y  M. 

2  Llanos  y  Taboada M.  yli^L. 

5        Luis  >r,  de  Larra L. 

3  Miguel  E.  Tormo •...  L.  y  M. 

3  Sres.  Tormo  y  Nieto L.  vM. 

3  D.  M.  Echegaray IrZL. 

.">       Francisco  Javier  Blasco M. 

Casademunt  y  H:3rich 1.  y  M. 

3        Carmelo  Calvo L. 

3        Zapata  y  Maríjaés L.  y  M. 


PUNTOS  DE  VENTA. 


En  casa  de  los  corresponsales  y  principales  librerías  de  Eg« 
pana  y  Extranjero. 

Pueden  también  hacerse  los  pedidos  de  ejemplares  direc* 
lamente  al  EDITOR,  ^p^mpar.ando  su  importe  en  sellos  de 
franqueo  ó  libranzas,  sin  cuyo  requisito  no  serán  servidoiS. 


RARE  BOOK 
COLLECTION 


THE  LIBRARY  OF  THE 

UNIVERSITY  OF 

NORTH  CAROLINA 

AT 

CHAPEE  HILL 


PQ6217 
.T44 
V.16 
no. 1-14