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LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
HISTORIA DE LA PINTURA EN CATALUÑA EN EL SIGLO XV
' LOS
CUATROCENTISTAS
CATALANES
HISTORIA DE LA PINTURA EN CATALUÑA EN EL SIGLO XV
POR
S. SANPERE Y MIQUEL
OBRA PREMIADA
POR LA JUNTA MUNICIPAL DE BELLAS ARTES DE BARCELONA EN I902
É ILUSTRADA CON I 80 FOTOGRABADOS
TOMO n
SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XV
BARCELONA
Tipografía «L'AvENg», Ronda de la Universidad, 20
1906
ES PROPIEDAD
CAPÍTULO I
LOS PORTUGUESES EN LA ESCUELA CATALANA
BASCO FERNÁNDEZ. — JUAN PAYVA
HASTA 1460
CUANDO la escuela catalana llega, á mediados de siglo, con
sus Martorell, Dalmau, Cabrera y Huguet, de quien
luego hablaremos, á la cabeza, es cuando su renombre, extendién-
dose por toda la peninsula, trae á Cataluña á los ansiosos de per-
feccionarse en el arte de la pintura, y á quienes había de ser más
fácil y mejor, por la comodidad del viaje, economia y relaciones
políticocomerciales, venir á Barcelona á estudiar, que no pasar á
ninguna de las escuelas del norte de Europa ó de Italia.
Prueba el hecho de la presencia de los portugueses en Cata-
luña el encontrarse entre nosotros los dos más celebrados nombres
de la pintura portuguesa, que no es nuestro exagerado amor á la
tierra natal, ni la pasión patriótica, lo que nos mueve á demos-
trar que en el siglo XV fué Barcelona el gran centro pictórico de
la península española, al cual acudieron, no para enseñar, sino
para aprender, portugueses y cordobeses. ¿ No basta ya para pro-
bar lo primero la presencia de Basco Fernández y Juan Payva?
Sabiendo como sabemos lo que era la escuela catalana de
pintura á mediados del siglo XV, veamos si de Portugal podían
traernos algo los dichos maestros, ó si, como hemos dicho,
vinieron á aprender, que, de aventajarnos la escuela portuguesa,
¿qué digo aventajarnos?, de estar á la altura de la escuela cata-
lana, sería insostenible nuestra opinión.
16Í293
b SANPERE Y MIQUEL
La más autorizada pluma de la critica artística portuguesa,
bien conocida de toda Europa, D. Joaquín de Vasconcellos,
dice: «Já em 1877 apontámos para a existencia de quadros fla-
mengos en Portugal antes da vinda de Jean van Eyck. Em 141 5
mandou o Duque Jean sans peur de Borgonha, 1404-1409, o seu
retrato a el rei D. Joao I, feito por Jehan Malwel o Melluel,
que foi pintor ofEcial do Duque de 1397 á 141$, anno que mor-
reu, tendo concluido pouco antes o retrato». Y, en efecto, desde
ya tan remota fecha la cuestión de la existencia de una antigua
escuela de pintura portuguesa anterior á la ida de van Eyck á
Portugal ha apuntado constantemente en los trabajos del señor
Vasconcellos ^ , como en los de los Sres. Justi ^ y Robinson 3 . El
trabajo de este último, traducido y publicado por el Marqués de
Souza, dio lugar á que éste, en un prefacio, escribiera: «Que
hauve una escola portugueza de pintura, ninguem podera hoje
negar»; pero como esta cuestión se ha involucrado siempre con
la existencia de Grao Basco Fernandez, á quien la crítica portu-
guesa ha acabado por declarar personaje mítico con haber existido
en carne y hueso, nada ha llegado á concretarse, ni aun con
haberse arrojado D. J. Moreira Freiré á emitir ideas que podrían
hasta parecer de una inteligencia perturbada, de no recordarse lo
que acabamos de decir sobre esa escuela preflamenca ó, por
mejor decir, prevaneyckiana.
En efecto, sin vacilaciones de ninguna clase, dice que «sos-
tiene que los hermanos van Eyck, de origen flamenco, nacieron
en Portugal, según todas las probabilidades, ó que ellos en él per-
manecieron durante varios años 4. Y sobre esta afirmación ó
supuesto se escribió en El Repórter del 28 de agosto de 1896: «Si
i) Archeologia artística, fase. IV (Porto, 1877). Albrecht Dürer e a sua influencia na
península.
2) Zeitscbrift/ur hildende Ktinst, lomo XXI (1886), págs. 93-95, tomo XXII (1887),
págs. 179-86, 244 > 51. Sobre los antiguos cuadros flamencos existentes en España y Portugal.
3) The fine Arts. Quarterly Rewiew, tomo V (Londres, 1866). Te early Portugue.se
School of Painting, pág. 20.
4) » Sur le sujet de la venue ici des freres van Eyck je terminerai en soutenant qu'il y a
toldes les probabi lites que ees peintres d ' origine flamande sont nées en Portugal ou qu'ils y resté*
rent plusieurs années.» — Morbira Freiré: Un probléme d'Art, L'école portugaise criatrice
des grandes ¿coles (Lisboa, 1998), pág. 34.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
se hubiese hecho un estudio comparativo y profundo de todos
los cuadros del siglo XV que poseemos, confrontándolos con
los de la primitiva escuela holandesa, tal vez se hubiese llegado
á comprobar que una parte de la gloria de la creación y del desen-
volvimiento de las escuelas de pintura flamenca toca á Portugal...
»La valiente afirmativa del Sr. Moreira Freiré de que los van
Eych han salido de nuestro país, que en ¿1 han nacido y en él
han estudiado, justifica plenamente nuestro modo de ver...
«Promete el Sr. Moreira Freiré justificar las nuevas afirma-
ciones que adelanta. ¡Ojalá lo haga cuanto antes, á fin de escla-
recer tan curioso punto! Pero nosotros no creemos que lo consiga
enteramente, teniendo en cuenta que, para obtener su resultado,
le será necesario recorrer á documentos verídicos, y nosotros no
los vemos en parte alguna. Nada en todo caso perderá en inten-
tarlo, y siempre prestará un buen servicio al país, porque á lo
menos resultará la imposibilidad de que el cuadro Fons Vitae», —
del hospital de Porto, — «lo mismo que otros que aquí existen,
provengan de artistas extranjeros de viaje por nuestro país.
»Esto es lo que hemos pretendido desde el principio. No
hemos querido insinuar que el famoso Fons Vitae deba atribuirse
á Vasco Fernández ó Grao Vasco, ni que sea de éste ó de los
van Eyck, y menos de Memling, sino más bien de un artista hasta
hoy desconocido, — tal vez porque las investigaciones necesarias
no han sido bien dirigidas; — artista nacido en un centro portu-
gués, instruido de sus creencias y de sus tendencias místicas» ' .
Un estudio serio, no polémico, sobre esta cuestión, ofrecía
remitir bien pronto el Sr. Moreira Freiré, sellado y cerrado, á la
Santa Casa de la Misericordia de Porto, para que se publicara
después que hubiese dicho la última palabra sobre el cuadro de
la misma Fons Vitae el alemán Sr. PacuUy, con quien también
había disputado (loe. cit., 124); y si ese estudio ha sido remitido
ó no, ó si ya ha sido publicado, lo ignoramos, ¡gracias á estar tan
lejos Portugal de nosotros !
Como se comprenderá, para nosotros, de momento, lo que
nos interesa en esta cuestión es sólo la afirmación de una antigua
i) Lugar citado, p¿gs. 44 y 45.
SAMPERE Y HIQUEL
leia pictórica portuguesa preflamenca ó anterior á la de los
Eyck; escuela que se funda en el gran número de cuadros
lencos de origen ó ñamencos portugueses, que, como dice
lo señor, se ven en todo Portugal, de lo que no protestaré,
cuando, á pesar de mis dos viajes, no en su busca ciertamente,
h;\ya tenido' la suerte de verlos, y, si los he visto, ahora de
irdarlos. Pero ¿la explicación dada por el Sr. Moreira Freiré
de satisfacernos? No, ciertamente: para admitir la posibilidad
os van Eyck en Portugal antes de 1420, fecha de su aparición
jante, serian necesarias pruebas incontestables. No existiendo
s, hemos de rechazar por sobrado hipotético el origen portu-
i de la pintura flamenca. Descontado este extremo, la afirma-
I de una escuela preeyckiana no portuguesa no la rechazamos
llano, porque sobre Lisboa, sobre Porto, Evora ó Vizeu pesa-
las mismas influencias que sobre nosotros. En tanto se quiera
icar el flamenquismo italiano, catalán, castellano ó portugués
la acción directa de los van Eyck y sus discípulos, la solución
lerá ni posible ni completa. Este primer período no pertenece
cío de la pintura al óleo : pertenece á los maestros tapiceros
París y de Flandes y d los escultores de Borgoña, también
lencos.
No encontramos en los historiadores de la tapicería dato
no sobre la introducción de la fabricación de tapices en Por-
.1, ni siquiera de la fabricación de tapices heráldicos, que es la
hemos podido probar para nosotros; pero no podemos dudar
]ue en Portugal, como en todas partes, se desarrolló desde
o el gusto por tos tapices, y que éstos adornaron profusa-
te los palacios y castillos del rey y de los grandes señores.
ndo consta que ya Portugal tenía su comercio, casa ó lonja
(rujas en 1386, adelantándose á nosotros, que no la abrimos
a el año 1389, ciertamente milagro hubiera sido que los
caderes portugueses y flamencos no hubiesen negociado en
de escala en tapices. De una gran colección de éstos, en poder
n ponugués insigne, del Condestable de Portugal, tenemos
cia; y, cuando se conoce la accidentada vida de éste, no se
le negar que dicha colección se ha de estimar formada por su
lia, pues habiendo nacido Pedro de Portugal en 1429, saliendo
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 9
desterrado de su patria y despojado de sus bienes en 1449, para
vivir desde esta fecha hasta el año 1457 en Castilla pobremente,
hasta que, reintegrado en su patria y bienes, salió de su calami-
toso estado por los años 146 1 ó 1462, para hacer la guerra en
Marruecos luego, y para desembarcar después en Barcelona, en
21 de enero de 1464, rey de Aragón, no podemos creer que
su colección de tapices la formara en el breve interregno que
estuvo en Portugal, ni menos que la formara en Cataluña, en
donde harto tuvo que hacer en aquellos días de fratricida guerra,
rindiendo su vida á los dos años de estar entre nosotros, ó sea en
1466. Consúltense estas fechas y se verá que todo cuanto consta
como suyo en armas, muebles, vajilla de oro y plata, monetario,
libros y tapices, todo hubieron de reunido y juntarlo sus antece-
sores, salvo, naturalmente, lo accidental, y que con él vino á
Barcelona como de su patrimonio. Por esto entendemos que la
larga é interesante lista de los tapices del Condestable ha de valer
como lista de parte de los modelos que los pintores portugueses
de los siglos XIV y XV, de los preeyckianos, tuvieron para for-
marse independientemente de toda influencia de los pintores
flamencos al óleo.
Véase el siguiente extracto del inventario de dichos tapices:
1 . Un drap de ras con diversas figuras de hombres á caballo
y de mujeres á ca:^a de leones. De 5 canas X 2 y media.
2. Otro drap de ras con caT^a de orifanys y otros animales,
con algunos vilatges. De 5 canas 2 y medio palmos X 2 canas
2 y medio palmos.
3. «Un tapit de tres rodes grans e de dues en dues petites,
entre aquells. » De 7 palmos y medio X 2 canas y 2 palmos.
4. Un drap de ras viejo de torneo, tejido con oro en algunas
partes. De 13 canas y 3 palmos X 2 canas y 6 palmos.
5. Un drap de ras de guardarropa, de ca:(a de Vibera, con
tres figuras y varias arboledas, con algunos lebreles con el mote
de Bonafoy. De 4 canas i y medio palmos X 3 canas 5 y medio
palmos.
6. Un drap de ras pequeño, con las armas de Portugal «e
divisa fortuna!, scomptant moneda», con diversos follajes alrede-
lO SANPERE ^ MIQUEL
dor. De i cana y 6 palmos y medio X 3 canas 4 y medio palmos.
7. Otro drap de ras antich, de caga degats cervers, con diver-
sas figuras y personajes. Largo 2 canas y 4 palmos X 2 canas y
5 palmos,
8. Otro di drap de ras antich de la Gloria de la Fama, ab la
fama divisada en mig del drap en forma de donzella», y á su pie
un título grande que empieza Chi est en siege, ab diverses figures
de homes antichs virtuosos, ab los noms de aquells, tots tenint la
ma stesa vers la dita fama». De 8 canas 7 palmos X 3 canas.
9. Otro drap de ras vell, con imágenes antiguas de la
historia de Saladino y del rey Luis de Francia, con títulos de fondo
blanco y letras negras que principian Cheste histoyre. De 9 amas
X 3 canas y i palmo.
10. Otro drap de ras de la propia dicha historia, cuyo título
empieza diciendo lan mil deuscents. De 1 1 canas y 3 palmos X
3 canas.
1 1 . Otro drap de ras ídem, cuyo título dice Roys Solchadins,
De 8 canas 7 palmos X 3 canas.
12. Otro drap de ras en donde están figurados los XII meses
del año, con diversas figuras y personajes. De 5 canas 6 palmos y
medio X 2 canas 6 palmos.
1 3 . Otro drap de ras con la historia de Jepté, con título como
los dichos, que principian Goliad, De 4 canas 5 palmos X 2 canas
5 palmos.
14. Otro drap de ras de la dicha historia de Jepté, El título
dice Quant el revint, etc. De 4 canas 3 palmos X 2 canas 5 y tres
cuartos palmos.
1 5 . Otro drap de ras de la historia de Viviano e de Seffrando,
con títulos como los dichos que principian así : Arte magi ottrando,
etcétera. De 6 canas 6 palmos X 2 canas 6 y medio palmos.
16. Otro drap de ras con la historia del rey Artús, Cario
Magno y Godofredo de Bouillon, con títulos que comienzan á la
cabecera, diciendo : I^ rey Artús. De 4 canas y media X 2 canas
é palmos.
17. Otro drap de ras con la historia de Ector, Alejandro y de
Julio César, con títulos ídem que dicen Ector de Troja, etc. De 4
canas 2 y medio palmos X 2 canas 6 y medio palmos.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I]
1 8. Otro drap de ras con la Coronación de la Virgen María,
De 5 canas y media X 3 canas, entretejida de oro en algunas
partes.
19. Otro drap de ras con la historia de Josué, David y de
Judas Macabeo, con títulos que principian asi: Chinch Roys, etc.
De 4 canas i y medio palmos X 2 canas 6 y medio palmos.
«E son tots los prop dits tres draps de la istoria deis nou
famosos e prous» ' .
Toda esta tapicería, expuesta desde luego en el palacio real
de Barcelona, que hacia decorar por nuestros pintores, como
veremos, no bastó aquí, en donde Dalmau había abrazado los
principios de su escuela con éxito personal por lo menos, á
renovar un estilo que no fué simpático al país, y su presencia en
Portugal creemos que también sería poco trascendente, ya que
allí, si apuntó una escuela preeyckiana, ésta no se desarrolló, ni
la presencia de van Eyck la produjo, ni el arte pictórico portu-
gués de la primera mitad del siglo XV es conocido; afirmación
que, aun con ser cierta, no haríamos por nuestra cuenta, pues es
precisamente la falta de esa escuela de pintura portuguesa en la
primera mitad del siglo XV lo que explica que encontremos en
Tortosa y Barcelona á Basco Fernández y á Juan Payva. Si lo
afirmamos es porque sale garante de la afirmación el Sr. Vascon-
cellos, quien escribió, sin que nadie le desautorizara, que «nao
resta una única taboa de pintor nacional do meado do seculo XV,
e muito menos da época en que o celebre artista flamengo esteve
em Portugal (1428- 1429). D*ahí até ao quando assignado
Vasco Fernández (1520 segundo Robinson) on até ao outro
assignado Vasco Fernández (15 30- 15 60 segundo o mesmo Ro-
binson), temos un seculo inteiro urna solu^ao de continuidade
enorme. Note-se que pouco importa allegar que houve quadros
portuguezes intermedios: temos de argumentar con factos, e nao
com hypotheses » ^ .
Esto dice la primera autoridad en materia de crítica, quien.
i) Archivo Municipal de Barcelona: De la mantiesoria del rey D. Pedro de Portugal.
2) Vascosckllos: Historia da arte em Portugal (Porto, 1881), pág. 16.
12 SANPERE Y MIQUEL
en un ensayo sobre la pintura portuguesa publicado en el artículo
Viseu del Diccionario geográfico de Portugal, después de recordar lo
que Roland le Virloys escribió en 1771 en su Dictionnaire d'Ar-
chitecture^ tomo III (París, 1871), pág. 91, esto es, que «Vasco,
en Portugal llamado el gran Vasquez — vivía en 1480 — á causa
del gran número de bellas obras de pintura que hizo», resulta del
descubrimiento hecho por Taboada de un documento de 7 de
marzo de 145 5, que se habla de un Vasco iluminador, documento
que Taboada refiere al Gran Vasco de la tradición, y de una nota
dada por Guarienti, que divulga lo dicho por Roland le Virloys
sobre la adquisición de unos molinos en 1480 por el pintor Gran
Vasquez, que: «O Grao Vasco da tradicao, considerado como
auctor da immensa quantidade de quadros gothicos, pintados
sobre madeira, e espalhados por todo o Portugal, continua sendo
para elle» — Conde Raczynski y Vizconde de Juromenha — «um
mytho, e diremos noi com toda ragaoio.
Estas conclusiones no las admiten en Portugal los que llama
el señor de Vasconcellos los de la critica patriótica ^ .
Concordar á los críticos patrióticos y á los críticos por amor
á la crítica, escuelas entrambas imposibilitadas de llegar á la verdad,
porque la primera es crédula por principio y la segunda por prin-
cipio incrédula, no nos parecería difícil si de una vez se distin-
guiera entre el Basco Fernández cuatrocentista y el Basco Fernán-
dez del siglo XVI. Yo tengo por bien probada, independientemente
de mi descubrimiento, la existencia del Basco Fernández del
siglo XV por la crítica portuguesa. Véalo en el Basco Fernández
iluminador del año 1455, en el que compra molinos cerca de
Vizeu en 1480. Entre estas dos fechas se coloca el Basco Fernán-
dez que estaba en Tortosa en 1459. ¿Era éste el mismo Vasco
Fernández morador de Vizeu, á quien el Sr. Brito Rebello nos
presenta en Lisboa en 3 de marzo de 1515?^ No, pues está
probado que el segundo Basco Fernández era hijo de un Francisco
Fernández. Pero lo que queda probado, á mi entender, es la
• i) Obra citada, pág. 1.858.
2) Brito Rbbf.llo: Vasco Fernáiide:^ (Grao Vasco), Biat apontauunío para a urna
biographia. En el Archiiv histórico óortugue:;: (Lisboa, 1903), tomo 1, pág. 66.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 3
existencia de dos Basco Fernández, el de Tcrtosa y el de Vizeu.
Todo lo que sé de Basco Fernández y Juan Payva en Cata-
luña se reduce á la siguiente nota :
«£"^¿7 Johannes Payua, pictor oriundus civitatis Lamatencis,
Regni de Portugal, constituo vos Baschum sive Basco Ferrandis, pido-
rem cive Dertuse licet ahsentis procuratorem videlicet ad petendum a
Johanne Fuster scutifero dicti civitatis Dertuse quos vis libros sive
papireos de mostres et lapides dicti mei offici, et certas cañones sive
canons abtes ad faciendum aquam ardeniem, et alia quevis tona et
raupas quas et que ego tradidi in comanda custodia eidem Johanni
Fuster, n Fecha, Barcelona 26 de abril de 1459' .
Queda con el documento que antecede resuelto «el problema
de los problemas, el de la personalidad archimisteriosa de Grao
Basco, el mítico gran pintor portugués» 2, pues consta que en 26
de abril de 1459 vivía ya como ciudadano de Tortosa el pintor
portugués Basco Fernández, y residiendo en Barcelona en dicha
fecha el pintor portugués Juan Payva.
Para que Basco Fernández hubiera ganado vecindad en la
ciudad de Tortosa en 26 de abril de 1459 es de toda evidencia
que llevaría en ella algunos años de residencia. Si es el Basco
Fernández de Lisboa de 145 5, poco después de esta fecha conocida
hubo de pasar á Cataluña y á Tortosa. ¿Qué le llevó á Tortosa?
No he podido averiguarlo.
Respecto á Payva, resulta que también él estuvo en Tonosa
y que allí se aplicó más ó menos al estudio ó á la fabricación del
aguardiente. Basco Fernández no resulta haberse dado á esa
fabricación. Suponer que de Portugal vinieron entrambos artistas
para fabricar aguardiente en Tortosa, ó aprender el arte de su
fabricación tortosino, nos parecería muy aventurado. Que una
vez en Tortosa Payva se interesara por la fabricación tortosina
del aguardiente y pensara en llevar á su patria dicho procedi-
miento, esto ya es admisible. Curioso sería saber si Basco Fernán-
i) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Anfotiio Vinyes, núm. 21, escri-
tura citada.
2) Tormo y Monzó: Desarrollo de la tUiinra española del siglo XVI (Madrid. 1902),
pág. 48.
14 SANPERE y MIQUEL
dez y Juan Payva conocieron los días del Condestable de Portugal
en Barcelona, pues no hemos podido satisfacer nuestra curiosidad.
Regresaran cuando regresaran á su patria Basco Fernández
y Juan Payva pintores, regresaron conociendo una escuela de
pintura que no tenía rival en la península, y Juan Payva deberá
ser desde hoy conocido en Portugal como jefe de la dinastía
de los Payvas, pintores renombrados de los siglos XVI y XVII,
Antonio, Heliodoro y Miguel ^ .
Basco Fernández tal vez nos pagó el haber frecuentado los
maestros de la escuela catalana. El Sr. Rebello, luego de hacer
constar la presencia en Lisboa de Vasco Fernández en 15 15 en
compañía del pintor Gaspar Var, criado del pintor Jorge Alfonso,
dice: «¿Donde proviniam as rela^oes com Jorje AíFonso? ¿Tevia
sido este o seu mestre e conductor na arte de Apelles? ¿On seriam
ambos companheiros, como discípulos de un mestre commun?» ^
Vasco Fernández II pudo y se ha de creer que fué discípulo
de Francisco Fernández, su padre, que era pintor, y de aquí la
confusión en Vizeu de ser toda la obra pictórica allí conservada
del Vasco Fernández que estuvo en nuestra escuela, y de quien
por tradición se sabía su existencia en pleno siglo XV. Suponer
que Alfonso, de quien no se conoce cuadro alguno, pudo ser
maestro de Vasco Fernández II, podía hacerse dada la poca
notoriedad de su padre Francisco y los conocidos prestigios de
Alfonso; pero, una vez conocido el Basco Fernández I, cuya obra
deben buscar los portugueses, no cabe suponer la acción de
Alfonso.
Es en* esta conjunción de Basco Fernández II y Alfonso
cuando aparece en el artículo del Sr. Rebello el pintor Miguel
Niifiez; y es de este tiempo el arquitecto Pedro Núñez, arquitecto
real ya en 1504, y es en Barcelona en donde se encuentra, se
establece y seguramente muere el pintor portugués Pedro Núñez,
de quien sé desde 8 de junio de 1 5 18 á 20 de noviembre de 1 546,
el pintor del soberbio retablo de Capella, pintado en 1527, y el
i) Raczynski: Dictionnaire histórico -artistique du Portugal (París, 1847), pág. 217.
2) RfcBKLLo: Vasco Fernández, etc., en el Archix'o bistórico-portnguei {Paús, 1903).
pág. 60.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I 3
compañero de trabajo, en Barcelona, de Enrique Fernández.
Nótese que este es el apellido de Vasco Fernández, y, aunque este
Enrique Fernández no consta que fuera portugués como de Pedro
Núñez, yo no creo poder separarlos, pues unidos los veo en
Portugal.
Núñez fué un gran pintor, y su venida á Barcelona del otro
extremo de la península yo no sé explicármela sino como la
consecuencia de las amistades, de los afectos, de las añoranzas ó
recuerdos de los Fernández, que vuelven á la escuela catalana al
cabo del siglo de haber entrado en ella.
Estas simpatías, para mí bien manifiestas, es lo que me hace
deplorar no haberme encontrado ahora en situación fovorable
para rever el bello Portugal y cerciorarme de si en lo que se
atribuye ó se puede atribuir al Vasco Fernández del cuatrocen-
tismo hay algo que recuerde su paso por la escuela catalana.
CAPÍTULO II
CONTINUACIÓN DE LA ESCUELA NACIONAL
JAIME HUGUET
HASTA 1460
JAIME Huguet fué compañero de Benito Martorell, de Juan
Cabrera y de Luis Dalmau, y al lado de éstos pintó; pero
lo que pintó no lo conocemos, porque no era posible pensar en
Huguet para la Transfiguración, estando tan cerca esta obra del
retablo de San Abdón y de San Senén. Hubiérase podido verle en
el retablo de Cabrera, de no conocer su autor; pero es ahora que
le conocemos cuando podemos estar seguros de que una de sus
primeras obras fué el retablo de San Quirse de Tarrassa.
La obra que nos sirve de punto de comparación y partida
la tenemos en la iglesia de San Miguel del antiguo pueblo de
San Pedro de Tarrassa, hoy barrio de aquella ciudad : un retablo
dedicado á San Abdón y a San Senén, más conocido con el nombre
de retablo de. los Santos Médicos, por estar éstos pintados en el
bancal. De este retablo encontró el historiador de Tarrassa señor
Soler y Palet dos recibos de dos i cuentas pagados á Jaime Huguet
para la pintura del mismo, fechados en 22 de noviembre de 1460
y 27 de marzo de 1461^. En este retablo Huguet no se nos
revela un artista en los principios de su carrera, sino un maestro
consumado. ¿Cómo antes no lo hemos citado?
i) Datoi inedits d'un deis millors retauUs gbticbs catalans en la Ilustrado Catalana
(Barcelona, 15 de octubre de 1905), pág. 563.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES \J
Veamos lo que sabemos de la familia Huguet, pues hay
más de uno en nuestra cuenta.
Del primer Huguet, de Pedro Huguet, pintor, sé que su
esposa se llamaba Constancia y que entrambos vivían en el
año 1439. Creo á este Pedro padre de Jaime, pues se me figura
probarlo el encontrarme en 1480 con un Pedro Huguet que
firma apoca de lo que se le debía á Jaime por el retablo que
pintó para Francisco Juan de Santa Coloma para Santa María del
Mar de Barcelona. Así que, ó bien hemos de considerar que este
Pedro es el padre de Jaime ó hijo de éste, y por hijo hemos de
tenerle, como vendría á probarlo la grande edad que contaría de
considerársele como el padre, y el llevar el nombre del abuelo,
conforme la antigua costumbre de Cataluña ^ .
Cuando Jaime Huguet aparece, le encontramos en plena
actividad, é indudablemente habiéndose hecho un nombre, pues
á la vez que instituye á su hermano, el presbítero Jaime, resi-
dente en Puigtinyós, como procurador suyo general para la
gerencia de sus intereses en 31 de agosto de 1448, nombra á su
otro hermano Antonio, también presbítero y residente en Puig-
tinyós, para cancelar la garantía que había dado á los prohom-
bres de la villa de Arbeca para la pintura del retablo de dicha
villa bajo la advocación de San Jaime; y para tres años después,
es decir, en 29 de marzo de 1451, le tenemos concediendo á su
dicho hermano Jaime su procuradoría en la isla de Cerdeña para
cobrar una cierta cantidad que le debía Gabriel Canila por un
encargo que le hizo y no especifica ^ .
Huguet suena en los instrumentos citados ciudadano de
Barcelona, pero tal vez nos lo indique oriundo de Puigtinyós la
circunstancia de residir en ese pueblo dos hermanos suyos.
Mayores circunstancias de su vida no sabemos, fuera de haberse
casado, pues en una escritura de 5 de octubre de 1473, que no
interesa, ^suena su esposa Juana Baruta 3 .
i) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manuales de Juan BrujOy núm. i, escritura
de 21 de febrero de 1439, ^^ Antonio Palomeras. Apoca de 15 de mayo de 1480.
a) ídem ídem: Manual de Gaspar Canyes, núm. i.
5) ídem Ídem : Manual de Juan Faner, núm. i.
3
1 8 SANPERE Y MIQUEL
Que Jaime Huguet residió constantemente en Barcelona lo
sabemos porque si ya en 1455 contrata la pintura de un retablo
para Santa María de Ripoll, le encontramos luego presente en su
gremio de Freneros de 1459 á 1477 ^ .
En 26 de noviembre del año 1455 el abad de Ripoll, Ber-
nardo de Samasó, firmaba con Jaime Huguet un contrato para
que éste pintara el bancal del retablo de « Madona Sancta María
del monastir de Ripoll» (Documento XII).
Hubo de pintar en dicho bancal las siguientes historias,
como se decía entonces. En el primer cuadro, — casa, — princi-
piando por la mano derecha, la Cena, ó sea Jesús en la mesa con
los doce Apóstoles; en el segundo, Jesucristo haciendo oracióti en el
huerto de Jericó, En las dos cajas de mano izquierda debía pintar,
en la primera, Jesucristo con la Cru^ al hombro, acompañado de
judíos, demostrando como la Virgen María, San Juan y San Pedro la
acompañaban; en la segunda y última, la Virgen María sentada al
pie de la Cru^, con Jesús muerto sobre su regaT^o y todas las Marías y
José y Nicodemus.
En las tres cajas del tabernáculo había de pintar: en la del
medio, el Crucijijo con la Virgen María y San Juan; en la caja del
mismo de la parte derecha, la Virgen María sentada con Jesús en
sus bra:(ps; en la parte izquierda, San Benito sentado.
Todas estas composiciones habían de tener el campo ó fondo
de oro, y lo mismo las diademas y orlas de los vestidos de los per-
sonajes representados, que, además, serían de bulto ^. La obra
escultórica había de ser igualmente dorada. Y en cada historia
había de poner «una imagen vestida de fino azul de Alemania, ó
más fino, si podía ser». En las cinco cajas de detrás del dicho
bancal había de pintar cinco medias imágenes. En la del medio,
Jesucristo con el cáli:^ en la mano presentando la hostia dentro del
i) ídem ídem: Manual de Antonio Vinyes, escrituras de 26 de noviembre y 2$ de
febrero de 1455. — Archivo de Freneros: Llihre d'Acies de i4y8. — Dins 14 de enero
de 1459, 10 de enero de 1460, 25 de febrero de 1462, 9 de diciembre de 1465, 2 de octu-
bre de 1467, 28 de diciembre de 1475, 26 de octubre de 1476 y x.^ de agosto de 1477.
2) Noten, pues, nuevamente lo ya sabido, los que buscan en el desarrollo del esto*
fado datos cronológicos: que en 1455 ^^ establece como cosa corriente que los campos ó
fondos, diademas y orlas se emhotirán de gttix.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 9
cáli:^. Y, en las cuatro cajas restantes, cuatro medias imágenes de
profetas, las que mejor vayan con el hecho de la consagración,
blanco y negro, con el fondo y toda la parte escultórica de ama-
rillo, para que parezca de oro y resalte lo blanco.
Precio convenido, 8o florines corrientes, ó sea de á 1 1 sueldos
el florín, pagaderos en varios plazos. La obra había de estar ter-
minada para el 15 de agosto próximo, festividad de la Virgen.
Caso de surgir alguna cuestión ó duda sobre el mérito de la
obra, se elegía por las partes, como juez arbitro para decidir, á
Matías Bonafé ' .
Esta es la primera vez que encontramos citadas pinturas de
blanco y negro. De todas estas pinturas no sabemos que haya
llegado ni una hasta nosotros.
Ahora entra Huguet con su retablo de Tarrassa, y aun
detrás de ésta podemos citar otras tres obras de Huguet. Puggarí
conoció el contrato que firmó en 8 de junio de 1466 para pintar
un retablo para Benito Borán (a) Bataller, de la parroquia de
San Pedro de Vilamajor, como representante de los cofrades de
aquella parroquia, alto de 10 palmos y ancho de 7, dividido el
bancal en cinco compartimientos para imágenes de medio cuerpo,
tt Encima, un nicho pintado de carmesí y plaqueado de oro; más
arriba, una tabla de la Coronación de la Virgen, y á los lados
cuatro divisiones representando los gozos de la Salutación, Nati-
vidad, Adoración de los Santos Reyes y Resurrección del Señor entre
hombres de armas, con arreglo todo á las condiciones técnicas ya
conocidas, y por el precio de 24 libras barcelonesas.» Y asimismo
conoció Puiggarí el contrato con los comisionados de San Martín
de Monegre, que «le pagaron por otro retablo 35 libras barcelo-
nesas y dos cuarteras de harina, debiendo pintar, como ya es de
suponer», á San Martín y sus milagros, con otras imágenes. Pre-
viénese en esta escritura una cosa curiosa, y es que « los campers
sien acabats de colors, segons la ystoria requerrá, exceptat lo
camp de la casa del mig, que sia dor fi». Esto arguye que los
fondos de perspectiva, de paisaje (?), «comenzaban á generali-
1) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Juimio Viuyes, del año 1455.
En U boIs:i.
20 SANPEBE Y MIQUEL
zarse, y que una mejor crítica los prefería á la añeja convendo-
-alidad de estofados y acupunturas», etc. ' Este contrato se firmó
n 12 de junio de 1479.
Obra de mayor consideración, porque el precio hace luzj y
ste era el de 75 libras, hubo de estar pintando por este mismo
iempo Jaime Huguet para la iglesia de Santa María del Mar de
larcelona, según sabemos por los capítulos que suscribió en 20
e diciembre de MCCCCUÍX... no siendo posible fijar la unidad
or el mal estado del documento, deteriorado por la humedad;
ero como el retablo había de entregarse por la fiesta de San
lartolomé del mes de agosto próximo venidero de la firma de!
ontrato, y el recibo del cobro es de 15 de mayo de 1480, parece
ue la fecha puede fijarse en 1478 (Documento XVI).
Tenia este retablo 22 palmos de ancho por 12 de alto. Divi-
ido en tres compartimientos, el documento no permite leer el
sunto de la tabla central, coronada con e¡ Crucifijo. Sabemos
ue i la derecha de la tabla central estaba la imagen de Santa
".ataUna, y en la punta la historia de San Bartolomé. A la izquierda
e la dicha imagen central estaba la de Sania Magdalena, y en la
lunta la historia de Santa Magdalena. En el bancal, dividido en
inco compartimientos, había de pintar en el del centro la consa-
lida Piedad, y en las inmediatas á uno y otro lado historias de
tanta Ana. En la extrema de la derecha, una historia de San Bar-
•¡lomé, y en la extrema de la izquierda una historia de Santa
Magdalena. Esas tablas, extremas del bancal.
Finalmente, Jaime Huguet hubo de dejarnos una de sus más
mportantes obras en 1483, pues consta que en este año y día,
de diciembre, se daba por satisfecho del pago de 264 libras,
irecio del retablo que había pintado para la cofradía de San Eloy
le maestros Cerrajeros, el cual tenía su capilla en el convento
leí Carmen ' . Estimando como obra de primera importancia este
eiablo, por el precio por la misma pagado, su pérdida es de las
nás desdichadas, pues cuando poseemos las tablas del retablo de
ian Eloy de los Plateros, de época posterior, quizás pintadas por
coloj de Bircelonii: Mmi.
S. Sanpere y Miquel : Los Cuatrocentistas catalanes
Jaime Hügüet: Retablo de Santa Jui.ita
San Quirse de Tarrassa
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 21
emulación en vista del retablo de los Cerrajeros, es casi de creer
que Huguet se excediera en su trabajo.
Pintada esta obra, desaparece el pintor que tan alto hubo
de poner su reputación en treinta y cinco años de trabajos cono-
cidos. De haberse conservado sus obras, Jaime Huguet sólo
podría servirnos para el conocimiento del cuatrocentismo catalán
en la segunda mitad de su siglo. Pero ¿no se ha salvado ni una sola
tabla de Jaime Huguet anterior ó posterior al retablo de Tarrassa?
¿Cuántos años contaría Huguet al desaparecer? Documen-
talmente conocemos treinta y cinco años de la vida de Huguet,
de 1448 á 1483, y, si hemos de deducir el de su nacimiento por
encontrarle en plena actividad en su carrera al parecer dentro
y fuera de Cataluña, habríamos de considerarle á lo menos de
30 años en 1448, y en 1483 seria ya sesentón.
Ahora bien: tenemos un retablo, el retablo de San Quirse
de Tarrassa, que no tiene fecha conocida, y de la indumentaria
del mismo no puedo sacar nada de característico para fijar la que
tendría al ser pintado. El sombrero del prefecto Alejandro del
retablo es de forma antigua: se venía llevando desde el siglo XIII,
tal vez antes, y quien sabe si Huguet la conservó para dar algo
de sabor antiguo á su obra, si no quiso hacer arqueología.
El traje talar que llevan todos los personajes del retablo, por lo
mismo que tan general se presenta, parece que no es una singu-
laridad, un arcaísmo indumentario, sino un ejemplo del vestir
de la época. En este caso el retablo no puede ser de mucho pos-
terior á 1440, que es cuando el traje corto principia á generali-
zarse. Si contamos por este tiempo 25 años á Huguet, tal vez
pequemos por defecto; pero si le damos más, á pesar de los
ejemplos de longevidad de Gabriel Alemany y Jaime Vergós 11,
parecerá aventurado. En fin, cinco años más ó menos nada sig-
nifican en la cuenta del dicho retablo de San Quirse de Tarrassa,
Sobre la vecindad de los años 1440 ya hemos visto cuál
era el estado de la escuela catalana. En el retablo de San Marcos
de Manresa pueden verse las gorras ó sombreros del de San
Quirse de Tarrassa.
Vemos en éste, junto á detalles y formas antiguas, adelantos
extraordinarios. La cabeza de Santa Julita, en el cuadro de su
22 SANPERE Y MIQUEL
martirio, es digna del autor de las cabezas del martirio de los
Santos Médicos: unas y otras parece que no han de estar lejanas,
y no podríamos alejarlas á no venir precisamente ios ángeles que
reciben las almas de los mártires de San Quirse y de Santa Julita,
con sus cabezas macizas y redondas, á decirnos que aun el artista
no había podido sacudir lá tradición de su ideal de belleza. Son
precisamente esas cabezas las que nos obligan á no pasar el límite
del triunfo de Dalmau.
Fijada bien que mal la época del cuadro, es precisamente en
la citada tabla del martirio de Santa Julita y en la inmediata supe-
rior de la caldera en que fueron puestos á hervir San Quirse,
Ciro y Santa Julita, en donde se nos presenta detrás de las cercas
un mismo tópico, que reaparece en análoga escena en el retablo
de San Abdón y San Senén de Tarrassa. Aludo al corte particular
de los ci preses en forma de triángulo rectángulo, y su presenta-
ción aislada al lado de árboles de copa semicircular. Véase esto
en nuestros fotograbados, y se confesará que tal singularidad no
era de imitar por nadie, constituyendo un tópico del arte ó del
taller de Huguet.
Otro tópico, la figura de Alejandro, con su sombrero, sus
barbas fluviales y su traje talar, no es sino el procónsul Licias
de la tabla del martirio de los Santos Médicos.
Y, en fin, lo que me parece decisivo, en la tabla del degüe-
llo de Santa Julita, Huguet no ha sabido colocar las figuras en
su campo, resultándole el verdugo con una sola pierna; pues,
dado el plano en que puso la víctima y el verdugo, no le quedaba
terreno para la pierna izquierda, y esto mismo sucede en el
cuadro del degüello de los Santos Cosme y Damián del retablo de
San Abdón y San Senén de Tarrassa. Debiendo todavía observar
que el verdugo de Santa Julita es indudablemente el mismo ver-
dugo de San Vicente del retablo de dicho titulo de Sarria, hoy en
el Museo de Bellas Artes de Barcelona,
Esta repetición de una tan grave falta á distancia de algunos
años, desde luego nos enseña la mecánica del arte pictórico cata-
lán, la que ha llevado á hablar al Sr. Casellas del industrialismo
de los Vergós. La repetición de unos mismos clisés es motivada
por la repetición de unos mismos asuntos ó temas. El artista
^^•^
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 23
acudía á su cartera y reproducía lo que había hecho con todos sus
errores, incluso el de Huguet de no dar más que una pierna al
verdugo de Santa JuHta y al de los Santos Médicos y sus her-
manos.
Por último, anticipándome á declarar que nada prueba la
vecindad entre San Quirse y San Pedro de Tarrassa, ó sea entre
"" ?f
j^^-
iv?
el retablo de San Quine y Sania Julita y el retablo de San Abdón
y San Senén, es, sin embargo, tanta, que me parece decir que el
segundo es debido al primero, como no medie una relación local
que hoy por hoy desconocemos.
Figuró el retablo de San Quirse de Tarrassa en la Exposición
de Arte antiguo de Barcelona de 1902, y el Catálogo le bautizó
como obra del siglo XIV, sin duda á causa de su blanco colorido,
por cierto bien opuesto al colorido caliente del de la iglesia de
San Miguel en San Pedro de Tarrassa.
Dentro de los días en que apareció dicho retablo no hubo
de ser mal visto, sino estimado, porque á su correcto dibujo se
unían ya manifestaciones de un arte humanamente sentido.
Santa Julita preséntase sent.ida en arquitectónica cátedra ó
silla gótica pontifical, con respaldo de brocado, como no sea que
se trate de un guadamacil ó cuero repujado, y sostiene con la
mano derecha la sierra y con la izquierda la cuchilla, símbolos
de su martirio. Su hijo Ciro, vestido de tonelete, con gorro tune-
cino, apoya uivpie en la sierra, símbolo de su propio martirio,
y apoya sobre ella su mano derecha, mientras con la izquierda
presenta un manojo de clavos.
24 LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
Este grupo es de un dibujo correcto, y en particular la
santa; y no sólo es correcto el dibujo en cabeza y manos: lo es
en los pliegues del vestido y manto, éstos sencillos y graciosos,
con acertada caída exenta de aquellos rebujados flamencos, tan
exagerados por los alemanes. Esta sola circunstancia basta para
declarar la tabla exenta de toda influencia flamenca. Es nuestro
arte gótico sencillo de líneas, pero ya empleando el modelo,
porque es tan proporcionada la figura, en el total y en la relación
de sus miembros, que el natural se presenta á la vista. Rígida
está la figura, y de esta rigidez no supieron salirse nuestros
Cuatrocentistas, que pagaron constantemente á la tradición gótica
no pequeño tributo; pero, aun así y todo, no hay envaramiento.
La caída de la cabeza es graciosa, tal vez tradicional.
Habíamos, pues, entrado dentro del movimiento natura-
lista, y por esto aborrecía ya los fondos dorados, que sólo apare-
cen en el cuadro central, siendo los demás de paisaje, sin otro
oro que el de las diademas y el de los cielos. Ese naturalismo y
esa corrección de dibujo lo vemos también én los seis cuadros de
composición, bien ordenados, aunque no sin algún amontona-
miento, y en todos distinguiéndose más de una figurita correctí-
simamente dibujada. En perspectiva lineal, algo atrasado, pero ya
atacando resueltamente todos sus problemas; serio de color, pero
sin pobreza, y empleando el temple puro, sin mezcla con ninguno
de los glúteos empleados ya por ese tiempo; perfilados discreta-
mente los rostros, y con no menos discreción sombreados, reve-
lan una tendencia marcada á la individualización, pues todas las
cabezas son expresivas, y en el cuadro de la degollación de San
Quirico un perfil negro separa las figuras de los ángeles, vestidos
de blanca y adamascada túnica, con pectorales dorados, pero no
metálicos, sino en color.
La cabeza de Santa Julita, sin tener idealidad alguna, es ins-
pirada, y, sin ser de un realismo mortificante, es, sin duda, una
cabeza vista, casi diríamos un retrato.
Huguet no se propuso continuar ni transformar el tipo de
la dona angélica creado por Borrassá : más preocupado de la expre-
sión que de las líneas, del natural que de la idea, su Santa Julita
pertenece al mundo de las mujeres de su tiempo, no al mundo
i. Sinperc j Miqueh Lns Cna.
Jaime Huguet: San Abdók y San Senén
Sin Pedro de Taruss»
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 25
de la fantasía artística. Volver la espalda al idealismo de Borrassá
era entrar de lleno en las corrientes del siglo que llevaban á la
expresión, que á tanta altura había de llegar en la escuela cata-
lana; y quien lograba imprimir en el rostro de la mártir Julita
el doble encontrado sentipiiento del dolor y de la exaltación de
la fe, era ya un maestro de la expresión; maestría que justifica su
única obr a documentada, el retablo de San Abdóny San Senén, del
antiguo lugar de San Pedro de Tarrassa.
El progreso realizado en este retablo es grande en todos
sentidos. El lapso de tiempo transcurrido entre uno y otro no
fué corto ni desaprovechado.
La técnica es otra. Ya ahora Huguet pinta, digámoslo así, al
huevo. Ya usa un vehículo, sea el que fuere, que es imposible
decirlo, para desleír sus colores, á fin de que salgan éstos más
calientes y jugosos de su paleta. Ya en el sombreado se sobrepo-
nen las tintas y se detalla por la gama de su intensidad; ya las
coloraciones son distintas. La individualización es completa, tan
completa que no se falta á ella sino para crearnos un conflicto del
que luego trataremos.
No podemos decir que á la vista del retablo se lleve la aten-
ción la tabla central, que ocupan dos gallardos caballeros elegan-
temente vestidos, modelos de la indumentaria de la época. Por
cierto que no queremos pasar por alto que San Abdón y San
Senén, que son los caballeros de que tratamos, se nos presentan
con el cabello corto en un cuadro pintado ó acabado de pintar
en 1460, cuando la moda del cabello corto se fija en 1461, á
consecuencia de una enfermedad que sufrió el Duque de Borgoña
Felipe le Bon; pues, aunque es muy cierto que publicó una orde-
nanza prohibiendo llevar á los hombres los cabellos largos, la
moda, como se ve por nuestro retablo, no vino de habérsele
rapado al Duque la cabeza con motivo de dicha enfermedad.
Como las modas no se imponen por decretos ni por leyes, los
cabellos largos continuaron llevándose á pesar de todas las prohi-
biciones, no sin dejar de alternar con los cortos, que fué de
muchos seguida ' .
i) Qjuicherat: Histoire du costume en Fraiice (París, 1877), pág. 299.
4
SANPERE V MIQUEL
Hermosas, bien dibu-
jadas y piniadas son las
dos grandes figuras de
la tabla central; los ros-
tros, blancos, bien ilu-
minados y con delica-
deza sombreados; pero
son dos figuras solas, y
los cuairo cuadros que
representan escenas de
su vida son obras nota-
bles de composición, ex-
presión, dibujo y color.
Representa la primera
escena, si Huguet siguió
á Vorágine, cuando
Abdón y Senén, lleva-
dos ante el empetador
y el senado romanos,
se niegan á renegar de
la fe cristiana. Nada de
dramatismo. Nadie se
escandaliza: la escena es
tranquila; sólo un an-
ciano de barba blanca
que está junto á Decius
muestra la sorpresa que
le causa la íria actitud de
los dos caballeros cordo-
beses. La agrupación es
bien entendida, amplia
y sin el menor amon-
tonamiento; el dibujo,
correctísimo; la pince-
lada, segura y suelta
dentro del vinuosbmo
de la época.
S. Siopeie y Miqael: ha CaalrKentíslas calalaias
Jaime Hucuet: San Abdóh y San Sbkén arrojados a las fieras
San Pedro de Tnrrassa
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 27
Comparecen en el segundo cuadro los dos mártires de rodi-
llas, rodeados de leones y de osos para que los devoraran, lo que
éstos no hicieron por milagro; escena que contemplan de lo alto
del recinto de las fieras el emperador y su corte ó senado. En este
cuadro no se presenta animalero, — ¿no dicen los franceses ani-
maliery señores de la Academia?, — como le veremos después,
quizás por no tener Huguet en Barcelona ni osos ni leones. Pero
en este cuadro todo lo que se pueda pedir á un pintor en punto
á expresión es de ver en el rostro de los mártires. Estamos
en 1460, y se puede asegurar que en el particular del éxtasis el
arte no ha ido más allá.
Al reproducir esta tabla he suprimido la gente de la galería,
tratada con descuido, como accesorio, porque apena encontraste,
y para que la atención no se distrajera de esas dos figuras, en
todo de primer orden.
Tenemos en el tercer cuadro la ejecución de los mártires
por medio de un aparato que indica que Guillotín pudo conocer,
3'a que no hemos de reputarla exclusiva de Cataluña, la guillotina
de la Edad Media. En este cuadro la figura del emperador y las
de la gente de su corte dejan que desear tanto como la anterior-
mente suprimida de nuestra reproducción. Decius no está sen-
tado: resbala, etc. En cambio, los Mártires y el verdugo se reco-
miendan por todas las buenas cualidades reconocidas á Huguet.
Revélase el pintor animalero en la cuarta escena, pues el
mulo blanco que conduce las ceni;;as ó restos de los Mártires,
encerrados dentro de dos barriles, precaución adoptada por los
monjes de Arles rosellonesa que fueron á Roma á buscarlos,
tiene una corrección castigada, pero no exenta de natural. Lo
que se admira en esta tabla es la justa expresión de sorpresa de
los frailes conductores al ver que se salía á recibirles en proce-
sión, cuando ellos no habían revelado á nadie la carga que con-
ducían. Todo el estupor del milagro está admirablemente expre-
sado. La falta de perspectiva aérea, de la que.no se corrige nuestra
escuela, perjudica tabla tan bien compuesta como pintada.
Acaban aquí las tablas de los Santos Ahdón y Senén, y en
cuatro de ellas nos hemos encontrado delante de los tipos creados
por el artista para representarlos; tipos conservados fidelísima-
SANPERE T NÍQUEL
Jaime Huguet
l'RANsroRTE UK LOS RESTOS DE San Abdón y San Senék
Reiablo en S«ii Pedro de Tarnssi
mente en todas las situaciones y aposturas en que se han presen-
tado. Hacemos observar este particular, no para ponderar el
miírito de Huguet, sino para que resulte mucho más evidente
S. SíDpere y Miquel: Los Caolncaitislas caíaiana
Jaime Hugdet: Suplicio de San Abdón y San Senén
Retablo de Sin Pedro de TirrísSi
Pablo Vergüs: San Cosme
Keublo de la iglesia de San Miguel en San Pedro de Tarrissa
^
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L'« -ir
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S. Saopeie j Miqael: La Cmlreetnliilai calalaiui
Jaiue Huguet: Degüello de San Cosue y San DauiAn y de sus kerhanos
Iglesia d« Sao Miguel de Tairassa
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 3 1
aquel conflicto de que hemos dicho antes que ya hablaríamos.
Tenemos el conflicto en el bancal. En este, en la tabla del
centro, están representados los santos médicos Cosme y Damián,
y de éstos ha sacado nombre el retablo, pues generalmente es
conocido por el de ¡os Santos Médicos, sin duda alguna por
haberse perdido la memoria de que estaba consagrado á Sant Nin
y Sant Non — San Senén y San Abdón. — En las dos tablas late-
rales de la central tenemos, en la primera el Martirio de los Santos
Médicos, en la tercera á los dichos médicos poniendo una pierna á un
enfermo á quien se la hablan amputado, asistidos por dos ángeles.
Ahora bien : los tipos de los Médicos están fielmente conservados
en las tablas segunda y tercera. En cambio, en la escena de su
martirio deja su semblanza mucho que desear; pues, comparados
los dos tipos, noto que en la escena del martirio San Cosme es
más viejo, de cabeza cuadrada, y presenta un pómulo muy mar-
cado, que no aparece ni en la escena quirúrgica ni en la figura
retrato. Además, San Damián es en el martirio mucho más joven
que en las otras dos tablas; y en los limbos, mientras en la
escena del martirio tienen dos filetes repujados, en las otras dos
tablas tienen los limbos cuatro. Y, en punto á su factura, los
tipos de la escena del martirio son muy superiores por su mayor
modelado, y como figuras de expresión valen tanto como las de
San Abdón y San Senén.
Derecho alguno á extrañarme de estas contradicciones, tra-
tándose de cuadros del bancal, se dirá que no tengo, por cuanto
repetidas veces he dicho que en los bancales siempre se notan
manos diferentes. Muy cierto; pero en el retablo de Huguet
tiene este particular una grande importancia, porque, si no son
suyas las dos tablas gemelas de los Santos Médicos y la del Calva-
rio, serían de los Vergós.
En efecto, tenemos en la punta del retablo de San Abdón y
San Senén la consabida tabla del Calvario, ¿Es de Huguet esta
tabla ? Entonces, por cuanto el Cristo y María Cleofé de la misma
son de ver en los Calvarios de los retablos de los Revendedores,
de San Antonio Abad y del Condestable, todos de Barcelona, estos
tres retablos serian de Huguet. Pero en el Calvario del retablo de
San Esteban de Granollers tenemos el mismo Cristo de los retablos
32 SANPERE Y MIQUEL
citados, pero no á María Cleofé. En cambio, en el retablo de San
Esteban de Granollers tenemos los mismos ladrones de. los Calva-
rios del Condestable, de los Revendedores y de San Antonio Abad,
Y tenemos, además, en el retablo de Granollers, en la Virgen
Madre, la propia Santa Ménica de la tabla del retablo de los Cur-
tidores, del cuadro de San Agustín predicando, y en este cuadro
tenemos sentados, de lado, á un caballero y á un personaje
togado. Este no es sino el más joven de los Santos Médicos, el
otro el propio sayón del Calvario del retablo de Granollers, todo
sin contestación posible delante de las reproducciones que damos
de los Calvarios citados. Y como nos consta documentalmente
ser cierto que los Vergós pintaron el Calvario del retablo de Gra-
mllers, como no admitamos el empleo de unos mismos modelos
por Huguet y Pablo Vergós, deberíamos admitir que éste no fué
sino un plagiario de Huguet, por serle posterior.
Respecto al empleo por los pintores barceloneses de un
mismo modelo,. tenemos un ejemplo notabilísimo, que excluye
toda suposición de plagio. En la tabla del retablo de San Esteban
de Granollers que representa como le dieron de azotes al santo,
tenemos entre los magnates que presencian el acto á un caballero
de nariz aguileña cubierto con un gorro levantado por delante.
Pues bien: esa misma figura la tenemos en la tabla del Martirio
de San Medín, procedente del retablo de San Cugat del Valles.
Cierto que, ab uno disce omnes, el que se encuentren en diferentes
tablas unas mismas figuras, no deben bastarnos á probar que todas
hayan salido de un mismo pincel. Pero cuando, como sucede en
los Calvarios de Tarrassa y Granollers, á treinta y cinco años de
distancia uno de otro, encontramos un mismo Cristo, el plagio
es evidente, ó bien se ha de convenir en que el pintor de 1495
era el pintor del año 1460, repitiéndose constantemente, como
lo hacía Memling. Por consiguiente, Vergós, autor del Calvario
de Granollers, sería el autor del Calvario de Tarrassa,
¿Y la factura? Un mismo modelo tratado por dos artistas
diferentes se diferenciara tanto como esté diferenciada su capaci-
dad artística y profesional. Ejemplo, el tipo del caballero de nariz
aguileña antes citada. En este caso la factura es tan diferente
que no cabe atribuir á un mismo pintor las dos figuras. ¿Por
Pablo Vergós: San Damián
Rcublo de la iglesia de Sau Miguel en San Pedro de Tan
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 3^
qué, pues, no admitir un cambio de factura para Huguet y
Vergós? Porque no existe. Porque el Cristo del Calvario de Ta-
rrassa es el mismo Cristo del Calvario de Granollers, en modelo,
dibujo, color y factura, y mediando, lo repetimos, entre uno y
otro, treinta y cinco años de distancia. A esto se puede contestar
que el plagiario de 1495 llegó á plagiarlo todo, y esto no puede
contestarse en principio, aun cuando no sea fácil admitirlo.
Para salir de la dificultad no tenemos otro camino que
declarar imposible el plagio, por ser Vergós, en lo incontestable-
mente suyo, los Profetas y el Calvario de Granollers y el Camitio
del Calvario del Sr. Carreras, un artista superior al Huguet del
retablo de Tarrassa, Por consiguiente, no es de admitir, de quien
puede ponerse al lado de Alfonso y de Bermejo, que fuera á
plagiar á Jaime Huguet; y adviértase que no se trataría de un
solo plagio, sino de un plagio repetido, para no decir constante.
Afirmada la alta personalidad artística de Pablo Vergós,
puesta fuera de duda su superioridad sobre el Huguet conocido,
la determinación de la obra de Vergós deberá hacerse por la
suma de elementos conocidamente suyos. A propósito, pues, de
cada una de sus obras conocidas ó atribuibles, daré á conocer todo
cuanto pueda justificar mis atribuciones.
Llegado al final de esta disquisición, su resultado inmediato
es el de tener que reivindicar para Pablo Vergós, del retablo de San
Abdón y San Senén de San Pedro de Tarrassa, el Calvario y los
dos cuadros de los Médicos citados del bancal, porque estos dos
cuadros están en oposición de factura con el del mismo bancal
que representa su martirio ; porque los tipos se distinguen entre
el cuadro del martirio y los otros dos, estando éstos dos de
acuerdo; porque el limbo de los santos, uno mismo para los dos
cuadros de los retratos, digámoslo así, y de la escena del martirio,
es diferente del limbo del cuadro del martirio.
Huguet no puede ser el autor del Calvario, porque todas
sus figuras están faltas de expresión; y ya hemos visto en este
particular ser Huguet un gran maestro. Las dos únicas figuras
expresivas, la María Cleofé y Longinos, no denuncian ni de
cerca ni de lejos al autor de San Abdón y San Senén dados a las
fieras, ni al autor del Martirio de los Santos Médicos. La tranquili-
3^ SANPERE Y MIQUEL
dad que resulta no hay duda que podría explicarse diciendo que
se trata de la representación del momento supremo de la resig-
nación en la pena; pero advertiré que en este caso Huguet, fuerte
en su arte expresivo, hubiera encontrado medio para fijar en el
rostro de las Marías, principiando por la Madre de Jesús, la colosal
pesadumbre de esa sublime resignación.
Quisiera, finalmente, que se me creyera de todo punto indi-
ferente á la que tal vez se llame cuestión Huguet-Vergós. No
tengo interés alguno en que sea de Huguet lo que creo ser de
Vergós: es cuestión de nombre. El arte catalán no pierde ni gana
con que acertemos ó no: siempre las grandes obras que exami-
namos serán propias de su escuela genuinamente catalana;
siempre lo que quede para Vergós, lo incontestablemente suyo,
le pondrá al frente de los maestros catalanes de la segunda mitad
del siglo XV.
CAPÍTULO III
CONTINUACIÓN DE LA ESCUELA NACIONAL
DE 1460 A 1472
LOS VERGÓS
HüGUET terminaba su retablo de San Abdón y San Senén
cuando ya se respiraban aires de guerra civil ; y, cuando
se recuerda que ésta duró doce años, se quedaría uno maravillado
al ver como los pasa triunfante la pintura catalana, si no supiera
que la guerra, con todas sus circunstancias y con haber escogido
sus campos de batalla en Cataluña, se mantuvo á distancia de
Barcelona.
Estalló el conflicto tras la muerte del rey Alfonso, ocurrida
en Ñapóles en 28 de junio de 1458. Ocurre esta desgracia
cuando el lugarteniente de Alfonso, el rey de Nabarra, su her-
mano y sucesor, andaba en graves cuestiones con la Diputación
catalana, y en particular con el Brazo Militar, siempre tan auto-
rizado y popular en Cataluña. Uníanse á estas cuestiones las que
mediaban entre el rey Juan y su hijo el Príncipe de Viana, quien
acabó por ser bandera de los Brazos Militar y Real ó Popular
contra su padre, por no haber sabido éste caer del lado que
mejor convenía á sus intereses, ya que no á su política.
Hízose, pues, cuestión catalana la del Príncipe de Viana con
su padre, y moralmente la guerra rompe ya entre Barcelona y el
rey Juan II al presentarse aquél en esta ciudad en 22 de marzo de
1460, acogido con manifestaciones que eran un reto al rey su
padre. Éste contestó al insulto encarcelando al Príncipe de Viana,
3S SANPERE Y MIQUEL
y el pueblo barcelonés replicó acudiendo á las armas para liber-
tarle. La segunda entrada del Príncipe, en 12 de marzo de 146 1,
fué ya la de un caudillo. Por esto, al fallecer el día 23 del
siguiente septiembre, quedó todo, por causa de la ruptura, redu-
cido á la cuestión de sustituir un caudillo por otro, y al año se
creía haberlo encontrado en Enrique IV, rey de Castilla; pero,
abandonados por el castellano, que dejó para su hermana Isabel
lo que él no supo llevar á cabo, fué aclamado como jefe el Con-
destable de Portugal Pedro, duque de Coimbra, hijo segundo del
rey Juan I de dicho país y esposo de Isabel, hija del último
Conde de Urgell, quien tomaba posesión, si no del reino, de la
ciudad de Barcelona, en 21 de enero de 1464.
Literato y anticuario el Condestable de Portugal, coleccio-
nista le hemos visto de tapices. En medio de su campaña militar
para afirmarse en el trono, preséntasenos constantemente pre-
ocupado de sus libros, de su monetario, de sus joyas y tapices,
y, entre otras de sus preocupaciones, le vemos atento á la obra de
la capilla de su palacio real de Barcelona. En efecto, llegar
y acordar la pintura de un nuevo retablo para la capilla real, en
la cual aún permanecería el que en 1344 pintó Ferrer Bassa,
hubo de ser todo uno. Así que La Epifanía de dicha capilla ha de
considerarse como un ex voto del Condestable, como un tributo
de gracias á la Virgen, á cuyos pies, como rey mago, va á pos-
trarse por haberle ceñido la diadema de Aragón; y es así porque
el Condestable, desde Piera, á 12 de mayo de 1464, le dice á su
tesorero: «Doneu a mestre Ferrando Dayerve, fiel protomédico
nostre, trescents florjus d'or, ^o es, per lo retaule de Sancta Maria
de nostra capella del Palau, per les vidrieres, cadires e altres
obres de la dita capella».
En 22 de diciembre del mismo año, y desde Vich, escribía :
« An Tarrago : com li es dit que la Capella del Palau, vers
lo retaule, resta scura, e que y atens, car no es aqueixa sa inten-
ció. Així mzidx f ara fer una cortina devant de dit retaule,,, r^ ^
De atenernos rigurosamente á la orden de labrar la cortina.
i) Balaguek y Mbkino: Álbum pintoresch-monutruntal de Catalunya, primerji colee-
Clon (Barcelona, 1878).
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
deberíamos entender que
el reiablo, la obra pictórica,
era ya un hecho en 22 de
diciembre de 1464; pero
esto lo reputamos impo-
sible delante de una tan
grande obra como es la que
llamamos retablo del Con-
destable, hoy en la capilla
de Santa Águeda, á donde
fué trasladada no sabemos
cnándo, y en donde conti-
núa y no debería ya conti-
nuar desde el día que Bar-
celona consiguió organizar
su Museo de Bellas Artes.
Que este retablo de la
capilla de Santa Águeda es
del Condestable lo prueba
que en las tablas de las
puertas se lee en el embal-
dosado el lema de sus ar-
mas, Paine pour joie, como
es de ver en la del rey San
Segismundo, y en una y
otra se ve el escudo real.
Por su mayor belleza da-
mos la labia de Santa Isa-
bel, reina de Hungría, en
la cual tenemos el escudo
real, pero no el mote de
las armas del Condestable,
por estar corroída la tabla
por la humedad en su parte
inferior.
Menos de un año se
habría puesto en pintar el Pablo Vergós: SA^
40 SANPEBE Y MIQUEL
gran retablo, de valer la orden de hacer la cortina como prueba
de estar ya pintado. Esto, lo repetimos, era imposible. Admito
que se estuviera pintando, creo que se pintaba, y opino que, en
su impaciencia, el Condestable creyera que era ya necesario
atender á su cortina en 22 de diciembre de 1464.
Ninguna importancia tiene para mí que el retablo se ter-
niinara en 1464 ó en 1465 : no tengo inconveniente alguno en
darlo como de 1464, pues en este año indudablemente se estaba
pintando. ¿Quién lo pintaba?
Tenemos una orden del Condestable, dada en 30 de sep-
tiembre de 1464 desde Barcelona, que muchos habrán ya leído
en las Adiciones al Diccionario de Ceán Bermúde:^ del Conde de
la Vinaza, I, página 52, y esta orden dice así:
« En Pere, per la gratia de Déu Rey d'Aragó, de Sicilia, de Valentía, de
Mallorca, de Cerdenya e de Córcega, Comte de Barchinona, &. Ais amats
e feels nostres lo Beguer, Batlle, Sotsveguer e altres qualsevulla officials e per-
sones de la nostra ciutat de Barchinona, al qual o ais quals se pertanye, e los
presents pervendran e serán presen tades, saiut, dilectio e gratia.
» Dicm e manam vos de nostra certa scientia e expressament que les per-
sones nostres pintures lavorants devall scrites, les quals de nostre manament
e ordcnatió treballen e laboren en expeditió de les obres del nostre Palau
Reyal, leixeu star en la dita ciutat mentre en les dites obres e expeditió de
aquelles lavoraran e ireballaran, e per via alguna no Is forceu ni compelliau
a seguir nostre Reyal exercit los qui s segueixen, ^o es, en Jaume Vergas, ]oan
Oliver lo Mallorqtii, Pere Daulesa, Joan lo Cofrer, Pujol, Marti Luch e Stei^e
Plata, pintors, qui continuametit pinten e lavoren m pintar la Cambra, retret
nostres, e altres obres en lo dit nostre Palau. Advertiu, donchs, en no fer lo con-
trari per qu?nt la gratia nostra haveu cara e pena de cinchcents florins desijau
no encorrer. — Dada en la nostra ciutat de Barchinona a XXX dies de Septem-
bre en lany de la Nativitat de Nostre Senyor MCCCCLXIIII. — Rex Petrus »
Cuando el Condestable no menciona, entre los siete pintores
citados, los que estaban pintando la capilla, siendo así que los
indica como pintando en su «cambra e retret», ¿puedo ni debo
adjudicar á ninguno de ellos la pintura del retablo, esto es, la
pieza capital de la pintura, entonces en vías de ejecución y que
tan á pechos tenía el Condestable? Creo que no: creo que por el
documento citado no estoy autorizado á dar á Jaime Vergós 11,
por venir á la cabeza de la lista, el retablo del Condestable.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
41
Podríase de lo dicho creer que de Jaime Vergós II no cono-
cemos obra alguna de su mano para deducir de su estilo si le
conviene el retablo del Cotidestable. Sí : de Jaime Vergós conocemos
indudablemente obras de su mano, y erto se podrá ver en el
mismo retablo del Condestable.
¿Sería, pues, obra del segundo pintor que figura entre los
exceptuados de seguir el ejército del Condestable, el mallorquín
Juan Oliver, ya que no se lo damos al primero ? Furió no cono-
ció á este pintor en Mallorca. Yo supongo que este Juan Oliver
será el pintor de este nombre conocido ya en 145 3 -1454 como
uno de los prohombres del gremio que interviene en el arreglo
del asunto del débito á Isern, y supongo, asimismo, que será el
Juan Oliver pintor á quien encuentro en 2 de agosto de 1465, y
de quien consta había ya fallecido en lo de septiembre de 1477 ^ .
A Pujol, Luch y Plata no creo que ni siquiera se pueda imaginar
que estuvieran empleados en otra cosa que en pintar puertas
y ventanas. Les creo, como decimos hoy, pintores de paredes.
Conócense otros pintores para este período de la historia de
nuestros Cuatrocentistas. Puiggarí dejó registrado el nombre de
Pedro Juan Rovira para 1462, probablemente el Pedro Rovira
de los años 1427 y 1439. Recogió todavía los nombres de Ramón
Sala para 1466 y de Jaime Guixós en 1467.
De mis averiguaciones salen los pintores Guillermo Pía
y Ros, que vivía en 25 de febrero de 1462 (notario Terrasa);
Pedro Sibilia, cuya primera noticia suya la encontré en el
Manual de dicho Terrasa para el 25 de febrero de 1462, y la
última en el Libro de Actas de 14^^-80 del archivo del gremio
de Freneros para el i.° de agosto de 1482; de otro pintor Sibilia
(Jaime), también en Terrasa, tengo noticias que van del 14 de
mayo de 1467 á 21 de marzo de 1479; la existencia de Thomás
ó Thomé Monlor la prueban escrituras del notario Juan Anto-
nio de 28 de octubre de 1462 y i.° de septiembre de 1467;
y la de Juan Julia me la justifica un documento de 31 de
noviembre de 1463 en el Manual de Juan Antonio; y del pintor
i) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Francisco Terrosa^ escritura
citada.
42
■ SANPERE Y MIQUEL
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?* •
i*-.
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Gabriel Janer, sé por los notarios Juan Antonio, Esteban Mir y
Esteban Malet, desde 1463 á 1471 : en este año le encuentro
pintando blasones, y en el Libro de Actas de los Freneros de 1478,
leo su instancia para entrar en el gremio, la que hubo de acep-
tarse, pues le veo figurar en dicho gremio en sesión de i.** de
agosto de 1482.
Un documento del Manual de Francisco Terrasa me cita
para el día 24 de noviembre de 1464 á un pintor llamado Pere
Joan. ¿Sería el mismo que el bordador Joan Pere? En el Manual
de Juan Antonio, entre 3 de junio de 146 1 y 20 de octubre de
1466, Juan Luch, no sé si pariente del Martín; en los de Juan
Antonio y Juan Ferrer viene Gaspar Gual, entre el 10 de noviem-
bre de 1463 y 7 de mayo de 1466; y en Esteban Soley hallamos,
citado para 23 de agosto de 1468, habitando en Granollers, el
pintor Francisco de Florensa.
¿De la lista que acabamos de dar de pintores vamos á con-
vertir en sevillanos á Jaime y Pedro Sibilia, y en italianos
á Thomé Monlor y á Francisco de Florensa? Hoy dia son bien
conocidos en Barcelona Sibilias y Florensas de antiguo abolengo
catalán. ¿Era lo mismo para los citados en el siglo XV? Vivían,
no los olvidemos, por este tiempo GafFer, Domingo Sans
y Gabriel Alemany, de quien ya hemos hablado y volveremos
á hablar, y cónstanos asimismo el pintor ciudadano de Barcelona
Jaime Mesquero, quien en 3 de febrero de 1460 contrataba la
pintura del retablo de San Miguel de Ordeig, que ya no existe,
y del cual nada hay que decir por no contener nada de particular
su contrata (Documento XV),
Pero si sabemos que vivía un tan grande artista como
Jaime Huguet, ¿tenemos motivo para dar por muerto á Juan
Cabrera? Aquí tenemos á dos hombres bien capaces de llevar
á cabo una obra tan importante como el retablo del Condestable.
Aun quiero aducir que Cabrera podría alegar el título que para
él hemos reconocido de ser de la familia del Almirante de Ara-
gón, gran recomendación, por lo mismo que éste fué cabeza del
movimiento contra Juan II. Por consiguiente, el Condestable,
encontrándose pintor de tan alto linaje en su corte, podía con-
fiarle la pintura de su retablo.
I
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
43
Más aún: ¿cómo olvidar á los portugueses que pudieron
encontrarse aquí con su compatriota convertido en un intruso,
como se dice en la cancillería del reino, rey de Aragón y conde
de Barcelona? ¿Por qué no había el Condestable de llamar á uno
de sus compatriotas, á Basco Fernández ó'á Juan Payva? ¿El
primero no era ya ciudadano de Tortosa ?
Junto todo lo que sé de nuestros pintores, para que no se
me objete con alguno de ellos contra la atribución á Pablo Ver-
gós del retablo del Condestable, para que se sepa que he examinado
la cuestión por todos lados, y que no me decido sino después de
un estudio completo; estudio fatigosísimo, que resumiré cuanto
pueda, y sobre el que llamo una atención detenida por parte del
que leyere, por lo mismo que me veo obligado a descubrir la obra
entera de un grande artista, tan desconocida casi como su autor,
teniendo, además, que entresacar de toda una familia á uno de sus
miembros para hacerle de la misma y del arte catalán un glorioso
representante, no porque nada conste de los Vergós, sino por no
constar de ellos lo que debiera interesarnos.
¡Los Vergós! Dinastía de pintores que dura todo el siglo XV,
toda la época de los Cuatrocentistas. De tenerla bien documen-
tada, y de conocer asimismo bien su obra, la historia de ésta sería
la historia del Cuatrocentismo . Pero ¡qué gran problema es
el de situar cada uno de los miembros de esta dinastía en su
puesto! ¡No es menor el de adjudicarles las obras suyas conocidas
ó presuntas! Los datos biográficos de todos ellos, insignificantes:
ni un sólo pintor catalán del XV tiene biografía. La humilde
condición del arte y de los artistas de la época les confundió con
la inmensa multitud de los que en este mundo han sido y desapa-
recido en el tumulto humano.
Parte mi conocimiento de los Vergós de la efeméride por
caso singular consignada en el Dietario Municipal de Barcelona del
martes 17 de agosto de 1434, en cuyo día «los honorables Con-
sellers e la maior part del concell de XII prohomens de tots
staments per los dits honorables Consellers elegits per auctoritat
del Concell de Cent jurats celebrats a XXV de Abril any
M.CCCC.XXXIIII, a supplicació den Jacme Vergós, bandarer,
ciutedá de Barchinona, en lo dit concell offerta, provehiren lo dit
4 SANPERB Y M[QUEL
acmé Veíaos del offici de bandarer de la dita Ciutat a benepla-
it del honorable Concell de C. Jurats de la dita Ciutat, segons
n ia supplicació dessús dita es contengut » • .
De la instancia presentada por Jaime Vergós 1, y hay que
lamarle asi para distinguirlo de Jaime su hijo, por consiguiente
ste Jaime !I, nada consta.
Y ya no sabemos de Jaime Vergós I otra cosa más sino que
;n 29 de mayo de 1460 otorgó testamento, que se publicó en
7 de julio siguiente, tomándose dos días después inventarlo de
US bienes, «documento que poseemos, — dice Puiggarí, — donde
e describen retablos, lienzos pintados ó cazaros (draps de pÍnx_^U),
ablas representando asuntos piadosos, Vírgenes, damas, un
)bispo, personajes jugando á los escaques; moldes de madera y
le trapo para hacer cubiertas ó caparazones de caballo; vidrieras
edondas con imágenes; objetos de encargo para iluminar, etc.»'.
Añadiremos á lo dicho por Puiggari que Jaime Vergós I
'ivia aún en 21 de julio de 1460, pues de este día se encuentra
;n el Manual de su notario Bartolomé Costa el principio de
ma escritura de legados y donaciones, que parece no se llegó
t autorizar. Falle'ció, pues, Jaime Vergós i, entre los días 22 y
té de julio, y del inventario á que aludía Puiggari poca cosa
)uede sacarse en claro, pues aun cuando más de una vez se citan
elas sotil piuladas, palios, retablos y oratorios, sólo de uno de
;stos se dice: en el que «es pintada la Verge Mana, ab Sent
íenet, ab Sancta Caterina, Sancta Eulalia ab una corona blanca,
ib... daurada)>3.
Además, en el inventario que el dicho noiario levantó de
os bienes muebles de la casa de Jaime Vergós I, que estaba
iituada en la calle Ancha, el día 29 de julio, se menciona en la
ienda kuu retaule complit tressat». En cambio sabemos que
lintó para la casa comunal de Barcelona «dos grandes escabeles
}ara la capilla de la casa, verdes, con seis señales ó escudos cada
i) El Dirlatú, hoy en curio Je (lublicíciúii por el -Ayuíiiamienio de Bjtcelon», se
Ii MafiKol di «BiiUs anl¡¡¡. Véase tomu I (Barcelo.u. 1891). phg. 397.
2) Ídem lUeiii . pig. SS.
1) Aidiivo de Prolocoios de Bírceloni: Manual di BarMemé Casia. i4ií-i467.
r
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES ^5
uno de las armas de la ciudad en oro y plata. Más adelante doró
y pintó al óleo el caballo y su ginete que adornaba la fuente del
vergel de los Concelleres; señales ó escudos para acémilas, para
ciriales en procesiones y funerarias, para banderas y sobrevestas,
para bancos y doseles, para las cubiertas (mantilla) del asno del
tiragats ó matalón que recogía de las calles los animales muertos,
etcétera. También pintaba cortinas, encarnaba imágenes y desem-
peñaba otras tareas más ó menos lucidas, alternando con Gabriel
Alemany, otro pintor que ya vimos metido con el Concejo, seña-
ladamente para el arreglo y custodia de los pasos ó entremeses
que figuraban en la procesión del Corpus» ^ .
Menuda gresca se ha armado con este pintor banderer y
pintor del tiragats al presentarle como pintor de historia, de reta-
blos, aun cuando consta que también los pintaba; gresca que
aun más ó menos dura; gresca que se ha promovido en Italia,
Francia y Flandes al estudiar en los documentos á los primitivos;
y como en obras tan humildes como las dichas y en pintar ciria-
les se han empleado artistas como Juan Fouquet y Juan van
Eyck, de quien no estará de más recordar que estaba agremiado
con los Fripiers ó Revendedores, digamos, con el Sr. Bouchot, no
nos riamos de esto, ya que esto entraba en las obligaciones de
los servidores de los príncipes 2, y por lo mismo lo era de los
servidores ó empleados de los municipios.
Jaime Vergós I dejaba como heredero, y como á tal actúa
en los inventarios citados ^ , pues el testamento no lo conozco,
un hijo de su nombre, á Jaime Vergós II; pero conozco otros
Vergós, mas de su parentesco con los dichos no sé cosa alguna.
Un Francisco Vergós ó Bergós, como entonces se ortogra-
fiaba su apellido, me es conocido por un recibo que libra
en 1446, por valor de 17 florines de oro, que valen 9 libras
7 sueldos, por los escudos y banderas que pintó para el entierro
i) Puiggarí: Noticia de algunos artistas catalanes inéditos, lugar citado, pág. 290.
2) Boüchot: Les Primitifs franjáis (París, 1904), págs. 14 y 235.
5) *Ego Jacobus Verguos pictor civis Barchinone fillius et heres universalis Jacob
Verguos quondam pictoris civis dicte Ciiñtate», etc. Inventario del martes 29 de julio
de 1460.
46 SANPERE Y MIQUEL
de Antonio Tallánder (a) Mossin Borra, librado á sus albaceas
testamentarios y á su esposa Inés ^ .
Consta también que en 16 de diciembre de 1448 nombró
procurador que le liquidara los asuntos que tenía pendientes en
Tarragona ^ . Cinco años después le vemos cobrando un legado
de 30 libras de un tal Gabriel Canyelles, de quien cobraba otro
un Pedro Juan Bergós, conventual del monasterio de Predicado-
res de Barcelona. Seis años más tarde era prohombre de s u
gremio, ó sea del de Freneros 3 .
Finalmente, en una reunión magna del gremio de Freneros
para revocar, á instancias de los Concelleres, los poderes que
junto con los demás estamentos habían dado á un sindicato que
quería imponerse á aquéllos, celebrada en 25 de febrero del año
1462, cónstanos el nombre del pintor y ciudadano de Barcelona
Francisco Bergós, y con él el de Jaime Bergós 4. Este Jaime Ver-
gós era hijo de Jaime Vergós I.
. Jaime Vergós 11, indudablemente á solicitud de su padre,
fué agregado suyo para el desempeño de las funciones municipa-
les de mayor cuantía. Esto lo sabemos por una reclamación pre-
sentada al Concejo de Ciento nada menos que en 1509, por
Gabriel Alemany, uno de los Alemanys de la dinastía alemana
del Sr. Casellas, y compañero de cargo de Jaime Vergós I; pues,
como éste, era pintor municipal por nombramiento del día 3 de
enero de 1450; de suerte que al reclamar contaba 59 años de
servicios, y, por lo tanto, sería ya octogenario. En efecto, en
dicha reclamación, publicada por Puiggarí en la página 292 de su
Noticia, etc., sabemos que por «provisió e delliberació del Consell
de Cent Jurats, 90 es, que a 12 de Novembre del any 1459, que
en Jaume Vergós, pintor, no tocant a son ofEci, tenia la dita
ciutat de pintur, sie preheminencies de aquell sie al salari de son
offici, pero que dequiavant, qualsevol coses extraordinaries que
lo dit Jaume Vergós hagués de fer per la Ciutat, bagues a donar
e fer part de la meytat al dit Gabriel Alemany, e de llavors
i) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Pedro Devesa, escritura citada.
2) ídem ídem: Manual de Gaspar Canyes, núm 2, escritura citada.
3) Archivo de Freneros : Llihre major del año 1454.
4) Archivo de Protocolos de Barcelona : Manual de Francisco Terrosa, escrit. cit.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 47
ensá, efins al dia del obit de dit Vergós, han axí viscut los dos sens
comtenció ne diferencia alguna». Pero ahora, es decir, en 1509,
Crehensa, que había reemplazado á Vergós, no le daba la parte
que le correspondía por lo que había pintado con motivo de las
honras fúnebres celebradas para Isabel la Católica, y de aquí su
reclamación. No cabe, pues, duda de que se trata, en la reclama-
ción de Aleraany, de Jaime Vergós II, y que éste también fallece-
ría octogenario, lo que es de recordar para más adelante.
Aparece de nuevo Jaime Vergós II pintando en 1464 en
compañía de otros pintores en el palacio real de Barcelona, como
queda dicho, y como nueva mención tengo la que nos conservó
el notario Antonio Vinyes, quien, actuando como notario del
gremio de Freneros, nos lo da presente en la reunión del mismo
del día 19 de diciembre de 1465. Menciónale á su vez el notario
Terrasa, y por iguales conceptos, en sesión del 14 de marzo
de 1467, y el célebre entre nosotros notario Juan Fogassot nos
conservó en su Manual del año 1476 una escritura del día 6 de
enero que no es sino un recibo de haber cobrado Jaime Vergós,
de los capitanes de la Cofradía del Santo Espíritu de Cervera,
65 libras moneda de Barcelona, por el precio de «dos gonfanós
per mi fets y hertnosament pintatSTn,
El Llibre d' Jetes de 1478 del gremio de Freneros, varias veces
citado, también lo menciona. Esteban Soley, ejerciendo asimismo
como notario de los Freneros, nos lo cita presente en la reunión
de 22 de agosto de 1480.
Llegamos con esto al 31 de enero de 1492, fecha del con-
trato que Pedro Alemany y Rafael Vergós firman para pintar el
retablo de la «Capella rodona» de la ciudad de Vich (Docu-
mento XXVII), y tras éste viene el del año 1493, firmado entre
los administradores de la Cofradía de los Perayres y Pablo
Vergós (Documento XXX), y en el mismo comparece Jaime
Vergós n como padre y fiador de Pablo Vergós, quien hubo de
fallecer antes del 25 de noviembre de 1495, pues en este día
Rafael Vergós, hermano de Pablo, contrata con los administra-
dores de los Perayres la conclusión de la obra que su hermano
dejó sin acabar (Documenío XXXII). Pero Pablo Vergós había
también dejado sin terminar el retablo de San Esteban para los
SANPERE Y MIQUEL
is de Graiiollers, y eíta obra la terminaron Jaime Vergós 11,
Iré, y Rafiíel Vergós, su hermano, constando liquidada en
narzo de 1500 (Documento XXXVIl).
encontramos á Rafael Vergós de nuevo unido con Pedro
;ny y pintando el retablo de la parroquia de Santa María
yá, en 11 de febrero de 1497 (Documento XXXIII). A los
, por 20 de marzo del mismo año, los vemos cobrando el
te del retablo pintado para San Jerónimo de la Valí de
n ' . Asimismo entrambos contrataron en 15 de febrero de
la pintura del retablo de la parroquial de Calella (Docu-
XXXIV).
sime Vergós II dirigió una instancia i los Concelleres para
le admitiera la renuncia de pintor suyo y se nombrara en
ar á su hijo Rafael Vergós; y los Concelleres resolvieron,
de junio de 1498, no admitir la renuncia i Jaime y admi-
ahora para cuando el fallecimiento de Jaime, sin necesidad
;vo decreto, á Rafael, como sustituyéndole en el cargo de
municipal í.
[o podían los Concelleres dar mayor prueba de simpatía y
eración i Jaime Vergós II, simpatías y consideraciones que
: ser grandes en la ciudad, cuando en las elecciones de i ;o2
1 ejercicio de 150J aparece Jaime Vergós 11 como Conce-
de Barcelona, honor no conseguido ni antes ni después
ro pintor.
lonceller ya, ó sea en 26 de junio de 1503, los Concelleres
an, i instancias suyas, casi en los mismos términos que
;8, no admitir la renuncia que de nuevo presentaba del
de pintor municipal, y adjuntarle desde aquel momento
jando su fallecimiento «a en Climent Domenech, pintor,
e seui>5. Su última fecha por mí conocida es la de 5 de
de 1503, en el Manual de Pedro Tnter.
uggari*, por distracción, hace de Clemente Domenech
de Jaime Vergós II, cuando, como acabamos de ver, era
Archivo de Pratocolos de Barcelona : Manual áe Gerardo Gil. nútn. {.
Archivo Municipil de Barcelona: Uibrí áe Ditibitariolu. 14^-14^, pigs. 31-55.
ídem ídem : Uibre áe Deliberacíons, Ifai'íjoj, pjg, i}[ v.
Obra cilada, pág. 191.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
49
SU hijastro. Como en 1498 se había dado á Jaime Vergós II por
sucesor á Rafael Vergós y la revocación de éste no consta, y su
última fecha de mi conocida es la de 5 de marzo del año 1500,
es de creer que Rafael hubiera ya fallecido al nombrarse á Dome-
nech por sucesor de su padre.
Salva, pues, la dificultad del Francisco Vergós, de quien no
consta el parentesco, la genealogía es clara, y yo no veo por qué
hemos de negar á Francisco Vergós puesto en tan gloriosa dinas-
tía pictórica del arte catalán. Francisco Vergós desaparece para
mí en 1462, á los dos años de morir Jaime Vergós I. ¿Eran her-
manos? Como en vida de Jaime Vergós I se nombra ya á Jaime
Vergós II, su hijo, sucesor suyo en el cargo de pintor municipal,
y en el testamento é inventarios no suena más hijo que Jaime, es
evidente que Jaime Vergós I y Francisco Vergós no pueden ser
hermanos. Siendo su relación de familia indiferente para la histo-
ria de la pintura catalana, me limitaré á incluir á Francisco en el
árbol de la misma, pero sin determinar su puesto, á lo que tiene
derecho para mí incontestable por llamarse Vergós y ser pintor.
Al formar el árbol pongo las fechas conocidas interesantes de
existencia, fallecimiento ó probable fallecimiento.
Jaime Vergós I Francisco Vergós
1434 1446
1460 f 1462 f?
Jaime Vergós II
1459
1503 1?
Pablo Vergós
Rafael Vergós
1492
1492
1495 t
1500 t 1503
No consta que Pablo fuera mayor que Rafael : si lo antepo-
nemos á éste no es sólo por haberle premuerto, sino porque, no
3o SANPERE Y MIQUEL
pudiendo .ser otro que él el autor del retablo del Condestable, esta
circunstancia le coloca en primer término.
Tanta noticia como tenemos de los Vergós se reduce, para
el conocimiento de su obra sin discusión, al retablo de San Este-
ban de Granollers, del cual nos consta documentalmente haber-
lo pintado Jaime, Pablo y Rafael Vergós. Conocida la obra
pictórica de los tres maestros por el retablo de Granollers, no
puede discutirse, lo que de otro modo no niego que no lo fuera,
el que á Pablo Vergós deba darse el retablo de San Agustín deis
Blanquers ó. Curtidores de Barcelona, felizmente conservado en sus
principales tablas en la sala gremial de los Curtidores. Y digo
que es indiscutible esta atribución porque documentalmente
puede, en mi sentir, probarse; pues cuando los Perayres con-
tratan para pintar su altar de San Antonio, que lo tenían en
la dicha iglesia y convento de San Agustín, con Pablo Vergós, le
dicen á éste a que tots los brocals sienfets segons lo retaule de Sant
Agusti major» ' . A un gran pintor, y á un pintor, como veremos,
de admirables brocados, no se le podía indicar la imitación de
unos brocados que no fueran suyos, y lo que esta indicación
ó mandato significa ya lo veremos al contemplar la tabla de la
Coronación de San Agustín, en la cual los personajes desaparecen
entre los brocados y bordados riquísimos de sus capas pluviales.
Claro está que esta concordancia de los brocados, del asunto del
retablo y de la procedencia, junto con la repetición de figuras
conocidas, determinan un convencimiento cierto de que las tablas
de San Agustín del gremio de Curtidores de Barcelona son del
insigne Pablo Vergós.
Ahora bien: para descubrir la obra de los Vergós precisa
partir del retablo de Granollers, ya que fué principiado por Pablo
Vergós y acabado por Jaime y Rafael Vergós, única obra docu-
mentada de los dichos. ¿Hay, en efecto, en sus tablas, tres
manos? Sí: allí están de toda evidencia y notoriedad. Siendo
desigual la obra, ¿ la parce mayor de la misma á quién correspon-
derá, á Pablo ó á Rafael? Porque, claro está, desde el momento
que no nos consta la fecha en que Pablo dio comienzo á su
i) Docmnento XXX, página XLIV^
S. Sanpere y Mfquel : Loi Caalroctnliiliis calahii.
Rafael Vergós: Retablo de San Esteban, — San Esteban exorcista
Kettoria de Gmnallcrs del Valles
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
5i
obra, no sabemos si éste la dejó más ó menos adelantada.
Yo creo que la parte menor es la de Pablo, porque éste, como
hemos dicho, había contratado á mediados de 1493 la pintura
del retablo de los Perayres, y como consta fallecido en 21 de
noviembre de 1495, si en el intermedio tenía que dar mano al
retablo de Granollers, claro está que no podía haber adelantado
mucho esta obra. Hay más : se le daban á Pablo, por los Peray-
res, seis años para pintar su retablo, y se prevenía el caso de su
fallecimiento, cláusula que por lo rara parece denunciar que no
gozaría entonces el artista de muy buena salud. A esto añádase
que si Rafael se encarga de continuar el retablo de los Perayres,
también se encarga de continuar el retablo de Granollers, y que
éste no se liquida hasta 1500, lo cual me parece claramente
demostrar que es el que hubo de dejar Pablo más atrasado al
fallecer en noviembre de I49S« Y, en efecto, en el retablo de Gra-
nollers hay una pequeña parte, una tabla, de unas manos viejas
por la factura y sus arcaísmos, y otras dos partes, la mayor, que
doy á Rafael, y la restante á Pablo.
Pintó Pablo Vergós las cuatro tablas de los Profetas y la del
Calvario: las otras tablas son de Rafael, excepto la de los Pinos,
que seria de su padre. Pero ¿es que no hay en el retablo de Gra-
nollers tópicos que, como los de Luis Borrassá, permitan conocer
la obra de los Vergós? A mi entender, sí que los hay, y no
menos evidentes.
Tenemos en Granollers una tabla que nos representa la
capilla donde descansa el cuerpo de San Esteban, y á la cual
acuden grandes y pequeños para ganar con su intercesión la
salud de sus cuerpos. Acude en la tabla de Granollers i pedirle
al santo que la libre de los malos espíritus una princesa imperial
acompañada de sus padres; el emperador, con tiara; la empera-
triz, con rica mitra. La princesa está de rodillas vistiendo lujosí-
simo traje y elegante mitra, las manos juntas levantadas en señal
de súplica y atadas por una cadena que llega hasta el suelo. El
diabólico espíritu, expulsado ya del cuerpo, huye volando. Al
otro lado del cuadro, formando bastidor, está un popular de
espaldas, con gabán de mangas perdidas, apoyándose en dos
muletas, pero con la pierna izquierda recogida sobre un aparato
52. SANPERE Y MIQUEL
y atada con correas. Tiene amputado el pie, y la pierna envuelta
en blanco vendaje. El santo, de cuerpo entero, descansa sobre
su tumba, como estatua yacente, y de lo alto de la bóveda de la
capilla cuelgan á su intención varios ex votos.
Ahora bien : en el retablo de San Antonio Abad, de la iglesia
de este nombre de Barcelona, tenemos este mismo asunto tratado
de la misma manera y con los mismos personajes : el emperador,
la emperatriz, la princesa arrodillada, el cojo con el mismo
gabán, zurrón y pierna con el pie amputado, y todos colocados
en la misma posición y. en los mismos puestos. Variantes: que
de la princeáa, en vez de salirle un diablo, le sale toda una
legión, y que no hay los ex votos.
Más: en otro retablo, en el de San Vicente de Sarria, tene-
mos el mismo asunto, sólo que los suplicantes son todos gente
del común. No hay princesas endemoniadas ni emperadores que
imploren por ellas, pero hay toda una familia que pide por el
endemoniado, que está de rodillas, ocupando en el cuadro
el lugar que en los otros ocupa la princesa, y hay en su sitio el
cojo, como está dicho por dos veces. El santo, sobre la tumba,
como los citados, pero aquí reaparecen de nuevo los ex votos.
¿Podrá decirse que se trata de un tema vulgar, explotado
por los autores de los tres retablos? Contestaré que para los
retablos de'. Granallers y San Antonio Abad la identidad de la
composición indica la de su procedencia. Artistas capaces de
pintar uno y otro retablo, no eran hombres para copiarse: dado
el tema, podían desarrollarlo con originalidad. En el tercer caso
arranca la diferencia de las personas puestas en acción, de la
supresión del elemento aristocrático, lo que tal vez se reprochó
al artista, que es propio de grandes y pequeños tener el diablo
ó los diablos en el cuerpo. Véanse las reproducciones de estas
tres tablas ó cuadros y se formará la convicción de que los tres
han salido de un solo taller : del taller de los Vergós. Si hay
duda sobre la tabla de San Ficante de Sarria, por faltar la gente
real, ésta la. podemos desvanecer sobré la marcha. En la tabla de
San Vicente de Sarria .tenemos uii popular, el que habla con el
cojo, mostrándole el santo, como habiéndole á él sanado de la
cojera, pueis carga ya al cuello su muleta; y este popular en i
S. Sanéete J Miqucl : Ln Ciini
"'ablo Vergós: San Antonio Abad
Iglesia de San Amouio Abíd de B«mI<
^i
•»^.
:r-
S. Sanp«re y Mtquel : Los Cualrncrulíitin ralalan.
Pablo Vergós; San Vicente exohcista (retablo de San Vicentr, dr Sabría)"
MuKo de Bellis Arles de Barcelona
1
1
ll
Pablo VergOs; El Calvario (retablo de San EstebanI
Grano I le»
« *
S. Siinpere y Miguel: Los Caa\
Pablo Vergós; El Calvario
Iglesia de S;lD AnloDio Abad de Barcelona
1
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 0^
la dicha tabla de San Vicente de Sarria es todo un caballero en la
tabla de la Invención del cuerpo de San Antonio Abad, A falta, pues,
de príncipes, tenemos un plebeyo para la filiación de la tabla de
San Vicente de Sarria.
¿Hilaremos ahora tan delgado que diremos que lo dicho
prueba sólo que un mismo modelo sirvió para los autores de uno
y otro retablo? A esto se contesta advirtiendo que ya no se tra-
taría de un mismo modelo, sino, además, de una misma compo-
sición, esto es, no de un mismo asunto, sino de este mismo
asunto en lo esencial, con el mismo desarrollo, igual ya en el del
cojo del pie amputado.
Volvamos ahora al retablo típico, al que nos sirve de punto
de partida ó de comparación, y veamos la escena del Calvario.
Y ¿qué vemos en GranoUers? Entre Jesús y Dimas está Longi-
nos montado en un caballo alazán, con la lanza terciada y las
manos juntas en actitud devota. Entre Longinos y el Cristo, al
pie de la Cruz, con la cabeza escondida detrás de las Marías, pero
mirando al Crucificado, está el sayón con la caña y la esponja.
Del otro lado, entre el Cristo y el mal ladrón, está un caballero
platicando con otro, montando un caballo blanco que viene de
frente y señalando una filactería en la cual se lee: Verefilius Dci
erat iste. Pues bien : esta misma agrupación se ve en el Calvario
de la labia de San Antonio Abad y del Condestable, Más : en Gra-
noUers el grupo de los sayones que se juegan y disputan las ves-
tiduras del Cristo, no se las juegan á los dados, — y esto se repite
en los Calvarios de San Antonio Abad y del Condestable, — sino que
echan pajas, y entre el grupo de las Marías hay una con blancas
tocas, María Cleofé: en San Antonio Abad falta el tipo de Gra-
noUers, pero lo tenemos en los retablos ó Calvarios del Condesta-
ble y Revendedores. Creemos que el Calvario seguramente se habrá
perdido para el retablo de San Vicente de Sarria, pues no existe ni
ha sido reemplazado por otro. No se extrañe, pues, que no lo
citemos, y deplórese, como lo deploro, una pérdida tan lamen-
table, ya que hubiera contribuido no poco á la filiación de las
tablas de dicho retablo.
Regresemos á GranoUers. En el bancal tenemos el encuen-
tro de Jesús llevando la Cruz á cuestas, auxiliado por el Cirineo,
34 SANPERE Y MIQUEL
con SU Madre, Como cuadro de bancal, descuidado de factura,
y hoy, además, por el tiempo muy gastado. Ahora bien: este
mismo cuadro lo tenemos repetido en soberbia tabla que expuso
en la Exposición de Arte antiguo de Barcelona de 1902,
número 43, D. Baudilio Carreras y Auriach.
Granollers nos ofrece, como ya hemos indicado, un Cristo
y dos ladrones, y encontramos el Cristo y el buen ladrón en
San Antonio Abad, Revendedorts y Condestable; el mal ladrón no
cambia sino en San Antonio Abad: en los otros tres retablos es el
mismo. Revéase lo que dejamos dicho en las páginas 3 1 y siguien-
tes sobre los Calvarios en cuestión, que no es cosa de repetirnos
por entero.
Si ahora acudimos á las tablas varias de cada uno de los
retablos que tratamos de identificar, partiendo del de San Antonio
Abad, vista su indudable relación con el de Granollers, y bus-
camos sus tópicos, tenemos en la tabla de la Invención del Cuerpo
de San Antonio Abad, en la clerecía que acompaña al obispo, á la
clerecía que asiste á la ordenación de San Vicente de Sarria, á sus
cantores, y con el mismo obispo. Y esta misma clerecía del reta-
blo de San Antonio Abad la tenemos incontestable en el cuadro del
retablo del gremio de Revendedores de Barcelona, representando á San
Miguel defendiendo el castillo de su nombre en Roma. Todavía
más: en la tabla típica ahora del retablo de San Antonio Abad el
fondo es de oro estofado, y consiste en una especie de palmas
que no son sino la estilización de la hoja de encina, de las que
saltan grupos de bellotas; y este fondo es de ver asimismo en las
tablas de San Vicente de Sarria y en las del retablo del Condestable,
é idéntica su estructura en los Calvarios de San Antonio Abad
y Revendedores.
Tomemos ahora, del cuadro del martirio de San Antonio
Abad por los diablos, el Cristo que se le aparece para darle forta-
leza al santo. Pues bien : ese Cristo es el mismo de la tabla de la
Resurrección del retablo del Condestable,
Se nos presenta ahora en ese retablo del Condestable, en la
grande escena central, la Adoración de los Reyes. Pues bien: la
Virgen y el niño Jesús son la misma Virgen y el mismo niño de
la Virgen de la Gloria expuesta en la Exposición de Arte antiguo
j
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 55
de Barcelona de 1902 por la señora viuda de Rius y Badía,
número 106, y la Virgen no es otra que la Santa Lucía de la
Virgen, con cuatro santas, del retablo de los Revendedores,
Del retablo de Granollers, que sabemos se estaba pintando
en 1495 por Pablo Vergós y se había acabado de pintar por Jaime
y Rafael Vergós en 1500, hemos subido al año 1464, cuando se
estaba pintando el retablo del Condestable para la capilla del palacio
real de Barcelona; y por este mismo año nos consta que dicho
Jaime Vergós II estaba pintando en el palacio real ó del Condes-
table, es decir, que lo que hemos notado como típico en los Ver-
gós, parece como debiéndose dar á la escuela de Jaime Vergós II.
¿Se nos pedirá ahora que digamos lo que tienen todos esos
retablos de común en su técnica? Tengo derecho á decir que si
Jaime Vergós II es el autor del retablo del Condestable, por cuanto
consta documentalmente que por el Condestable pintaba cuando
se pintaba dicho retablo, esto es, en 1464, constándonos que
Jaime Vergós II pintó en el retablo de Granollers, que se dio por
terminado en 1500, ¿no era posible que él, grande artista, no
variara en el transcurso de estos treinta y seis años? Y como
conocido lo tenemos pintando desde el año 1459, es imposible que
no variara no una, sino más veces en el transcurso de los cuarenta
y un años que de su vida artística conocemos. Esto considerando
á Jaime Vergós II como el mayor pintor de la familia, y cuando
no sabemos lo que dentro de ésta sea de apuntar á Francisco
Vergós, Pablo Vergós y Rafael Vergós. A priori no se nos puede
pedir por la filiación técnica de las obras que constituyen para
nosotros la obra de los Vergós: su estudio particular responderá
en lo posible á una cuestión que, si se formula de presente, no se
desarrolla sino en el tiempo.
Jaime Vergós I no me es conocido, no he conseguido descu-
brir tabla alguna de su tiempo que pudiera atribuírsele, aun
cuando durante largos días creí que fuera de ver su mano en el
retablo de San Quirse de Tarrassa.
De su hijo y heredero Jaime Vergós II es de quien podemos
y debemos buscar su mano en la obra atribuible á los Vergós,
por lo mismo que nos consta su presencia en el retablo de San
Esteban de Granollers,
56 SANPERE Y MIQUEL
Creo que podemos señalar como suyas aquellas tablas que
en la obra de los Vergós se hacen notar por su sello gótico, por
su anticuado estilo, por su ejecución pesada y de un virtuosismo
que ya se principiaba á repudiar ó era ya repudiado por sus hijos.
Por cuanto era padre de Pablo Vergós, y padre amado y respetado,
y además pintor de mérito y de pretensiones que él no recata,
Jaime Vergós 11 nos deja obras suyas lo mismo en el retablo del
Condestable que en los retablos de San Fícente de Sarria, San Anto-
nio Abad y San Esteban de Granollers. Ya las citaremos una á una y
estudiaremos más adelante, que todo cuanto queda aquí dicho
sobre los Vergós y su obra obedece principalmente al conocimiento
del Vergós autor del retablo del Condestable, del cual ya acabamos
de decir que no puede ser Jaime Vergós II al caracterizar su estilo-
Pintó, á mi entender, el retablo del Condestable^ Pablo Ver-
gós, quien por sus contratos conocidos se nos revela la gran
figura de la familia. Él es el autor de todos los tópicos que hemos
señalado, y lo que él hubiese aprendido de su padre hubo ya de
dejarlo al cooperar en el retablo de Tarrassa. De modo que, para
mi, nada menos cierto que el haber Pablo Vergós estudiado al
lado de Jaime Huguet. Conocido el estilo de los Vergós, creo
que es obra suya la Virgen de la Gloria de Rius y Badia.
Este cuadro, de seguro la tabla central de un gran retablo,
procede, según vagas noticias que me dieron su propietario Rius
y Badla y el pintor Planella, á quien se lo vi restaurar, de un
convento de monjas. Esto lo digo para indicar una vía á los
investigadores que quieran probar si son más afortunados de lo
que yo lo he sido en busca de sus antecedentes.
Presentóse en la Exposición á nombre de la señora viuda de
Rius y Radía y fué catalogado de esta manera: «506. — Tabla
2;ótica. — La Coronación de la Virgen, En esta notable tabla apa-
rece la Virgen rodeada de un coro de serafines y ángeles tañendo
unos instrumentos góticos en actitud de cantarle alabanzas. Ofré-
cenle lirios y flores dos arcángeles, y en los lados, cobijados por
hornacinas rematando en pináculos, se destacan las figuras de
cuatro Evangelistas. Toda la composición resulta extremadamente
poética y se traduce en ella una santa inspiración. — Siglo XV.
Mide metros 2*07 X i'S?-»
S, SiDpeie y Miquel: Las Caaírxtnlhlos
Pablo Vergós: Nuestra Seiíora de la Glc
Viuda de Rius y BadU, Bacceloua
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES bj
Entiende el Sr. Casellas que no se trata aqui de un cuadro
de Dalmau^ sino de un cuadro de su escuela. Asi dice: «Hi ha
una taula en Tactual Exposició, la Glorificado de la Verge, de la
senyora viuda den Rius y Badia, que es de les que porta mes
clarament imprés el segell de la renovació. En aquella interessant
pintura, desgraciadament profanada per la má d'un restaurador
inconscient, Fautor se recorda constantment del Dalmau quan
disposa Tescenari y les figures, quan esculleix certs tipos com el
de rinfant Jesús, y sobre tot quan H emmanlleva les donzelles
cantores de la Madóna deis Concellers, que, convertides en alats
ardingels, canten Ilahors al costat de la Verge glorificada, desta-
cant-se així mateix entre gotics finestrals » ^ .
Hay, pues, comprobada similitud para la critica artística
entre el retablo de los Concelleres y la que llamaremos Nuestra
Señora de la Gloria, pues el titulo que se le da en el Catálogo es
impropio, porque, si bien la Virgen se presenta coronada, de
coronación de la Virgen no hay nada, y es nuestra denomina-
ción la corriente.
¿Procede de Dalmau Nuestra Señora de la Gloria? No lo
creemos. Sólo, como ya sabemos, por rara excepción, los flamen-
cos dejan de poner el niño Jesús sentado ó de pie sobre la rodilla
derecha de la Virgen, y, conforme al estilo ó costumbre flamenca,
está el niño Jesús en Nuestra Señora de la Gloria, en contra de
lo que es de ver en el retablo de los Concelleres, en que el niño
Jesús está conforme á la moda ó costumbre latina: así, la imi-
tación flamenca es más directa en Nuestra Señora de la Gloria
que en el retablo de los Concelleres, Los ángeles cantores y músicos
de Nuestra Señora de la Gloria no son los de Gand. Estos sólo están
en el retablo de los Concelleres. Aquéllos van de blancas albas tan
sólo, son alados, y sus alas de colores encarnados y verdes; su
agrupación es desligada : no se amontonan como en Gand y en el
retablo de los Concelleres, Son, sí, unos ángeles vistos á la manera de
Flandes, ó en cuadros ó en tapices y en bordados flamencos, pero
no impresionan como los de los Concelleres, que éstos sí que nos
recuerdan los del altar de Gand, pues como éstos no son ángeles.
i) La Veu de Catalunya, de 22 de noviembre de 1902.
o 8
1
58 SANPERE Y MIQUEL
sino doncellas cantoras, y Nuestra Señora de la Gloria no lleva
ni vestido ni manto rozagante como lleva la Virgen del retablo de
los Concelleres, asi nada de aquellos rebujados tan característicos
del gusto flamenco y de los alemanes, y que en forma moderada
aparecen en Dalmau ; y en la orla del vestido de la Virgen de la
Gloria, para ser idéntica á la que lleva la Virgen del retablo de los
Concelleres, sólo faltan los grupitos de tres perlas en triángulo
opuestas por la punta que figuran entre piedra y piedra preciosa
en la orla del vestido de la Virgen del retablo de los Concelleres.
Para terminar, el tipo de la Virgen no es flamenco en la de
la Gloria, como es puro eyckiano en la de los Concelleres: el tipo
es catalán; de modo que en la Virgen de la Gloria, si nos encon-
tramos de un lado con detalles más flamencos que en el retablo
de los Concelleres, está (alta en lo más caracteristico, en el tipo de
la Virgen, en el plegado de las ropas, etc., en tanto aparecen
notas catalanas que no se encuentran en el retablo de los Concelle-
res, y, lo que es más, faltando en éste de todo punto, todo lo
cual evidentemente indica el trabajo de asimilación de un estilo
extranjero.
Coloridor se presenta el autor de esta tabla y pagando toda-
vía fuerte tributo al arte gótico. Las alas de los ángeles son tan
abigarradas como las que pintaba Luis Borrassá, para no decir
más, y son sus fuertes tonalidades las que dan al cuadro un
carácter arcaico á pesar de todas sus novedades.
Pero ¿qué hay en esta tabla que pueda justificar nuestra
presunción de que se trate de la obra de un Vergós? En primer
lugar el propio rostro de la Virgen, que me parece ser incontes-
tablemente, como ya he dicho, el propio de la Virgen del gremio
de Revendedores, el propio de la Virgen del retablo del Condestable
en el cuadro de la Adoración de los Reyes, si bien la semejanza
parece más completa con la Santa Lucía del retablo del gremio de
Revendedores, indicándonos desde luego todas estas semejanzas la
presencia de un mismo modelo. En segundo lugar, aquí tenemos
un detalle que si no llamo un tópico vergosiano es por no tener
abundante prueba, pero que de todas maneras sólo resulta cono-
cido en la obra de los Vergós y en notabilísimas tablas. Aludo á
los cuatro profetas convertidos en los cuatro evangelistas, sin
5. SiDjwn y Miqucl: Lbí CuatrxtHliilas calaJaRO
Pablo Vehcós: La Adokación de los Reyhs (Retahlo del Condestable)
Musco de AntigDed^des de Bircetoni
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES Sq
duda por error de pluma por el autor del Catálogo, quien, no
contento con esto, todavía los mete dentro de hornacinas que
rematan en pináculos.
No tienen los cuatro profetas, los dos de arriba, Moisés é
Isaías, los de abajo, Datnd y Daniely nada^ absolutamente nada de
los profetas de Granollers y de los profetas del retablo de San
Pedro de Vilamajor; pero son los profetas, y éstos pudieron ir
creciendo hasta darnos las gigantescas y sublimes figuras de Gra-
nollers, padres de las de San Pedro de Vilamajor.
G>loco la Virgen de la Gloria delante del retablo del Condes-
table por su mayor goticismo. El dibujo carece, en sus líneas, de
libertad, es rígido, anguloso, como el resultado de una mano
encadenada por una tradición. El cuadro, fuertemente barnizado,
ha tomado una intensidad de color como tal vez no la tuvo
nunca, y su falta de transparencia en sus mayores profundidades
le da un carácter anticuado; pero de todo esto bien pudiera
tener la culpa la restauración de Planella, que tenia tan dura la
mano como la paleta. Yo me hubiera inclinado á ver en este cua-
dro la mano de Jaime Vergós II si no me encontrara luego con
el retablo de San Miguel de los Revendedores, del cual ya hemos
dicho que nos ofrece, entre otras figuras conocidas, la de Santa
Lucia, idéntica á la Virgen de la Gloria; cuadro que por el manto
de la Virgen, flores, con grandes y sueltos ramajes, no es posible
poner antes del retablo del Condestable, Luego, éste le es muy
superior en todo, en dibujo, en color y en factura; de modo que
tal vez la mejor explicación consista en ver en el retablo de los
Revendedores una obra de más de un Vergós, de Jaime II y de Pablo
Vergós, y aun quién sabe si ya no eran llegados los primeros
días de Rafael, que no acertamos á descubrir.
Hay también en ese retablo de los Revendedores una figura, la
de San Miguel, cuyo modelo ha plantado para paje de los reyes
Magos en la Epifanía del Condestable, y en la Epifanía tiene ó
parece tener ese modelo una significación nada menos que de
retrato, pues es de ver el del joven Pablo Vergós, como éste
sea el autor del retablo del Condestable.
¿ Explicaría este embrollo colocando el retablo de los Revende-
dores no muy distante de la época ó año en que fué pintado el
6o SANPERE Y MIQUEL
■
■ I
retablo del Condestable? Obsérvese que en las tablas del retablo de r
los Revendedores, el San Miguel, con conservar siempre el mismo {,
tipo, no representa siempre la misma edad : es mucho más joven \
en el Castillo de San Angelo que en las demás tablas. No hablo v
de la gran tabla central, San Miguel aplastando el diablo, que no
es de la época de las otras tablas, sino mucho más bajo. Esto
parece indicar ciertamente que en el retablo de los Revendedores el ,'
San Miguel no está sacado del natural, sino de la cartera de los
Vergós.
Notaré todavía otra circunstancia, y es que falta en la obra
de los Vergós la Virgen, ó la santa A ó B, tratada indepen-
dientemente de toda relación de asunto, esto es, el estudio de
la mujer, como lo tenemos en Luis Borrassá y en Dalmau. Si
tuviéramos su estudio del modelo femenino, la Virgen de los
Revendedores, la Santa Ltula y la Santa Petronila (?) que la acom-
pañan, feas, realmente feas, como lo son las Vírgenes de la Gloria
y de la Epifanía del Condestable, no nos perturbarían, como
ahora nos perturban, al resultar tan inferiores al tipo hombre,
que no todos los artistas tienen mano para la mujer, como es
bien sabido. ¿En dónde están las mujeres del Greco y de Veláz-
quez? Si no las pintaron estos tan grandes retratistas, ¿por qué íué.'^
En fin, el retablo de los Revendedores se coloca por sí mismo
al lado, antes ó después del de San Antonio Abad, y digo por sí
mismo porque el fondo dorado, como ya hemos hecho notar, de
los dos Calvarios, es idéntico, lo que no se repite para otras
tablas de los Vergós.
Para mi, que ando buscando los autores de nuestras obras
pictóricas felizmente conservadas; para mí, interesado en descu-
brir el autor del retablo del Condestable; lo que en éste me había
de llamar en primer término la atención era el buen burgués
que, asomado en una ventana del portal de Belén, contempla
con toda la tranquilidad de un hombre que está en su propia
casa la escena de la adoración de los Reyes. Pero no es éste el
solo curioso: otro, y éste se explica por estar en accióp, mues-
tra, no digo igual, sino mayor curiosidad para ver lo que hacen
los tres Reyes, y éste es uno de sus pajes, que adelanta cuanto '.
puede su cuerpo, caballero en su caballo, por entre los pies dere-
1
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 6 1
chos del portal. Y ¿qué resulta de la comparación de los dos
curiosos? Pues su más intimo parentesco, que deben reputarse,
por su fisonomía y por la edad que representan, como padre
é hijo. La evidencia se hace tanto más fácilmente, puesto que
las dos cabezas, la del padre y la del hijo, no muy distantes la
una de la otra, y casi á un mismo nivel, tienen una inclinación
sobre la derecha del espectador, recíprocamente paralela. Véase
la reproducción de este detalle, que excusa todo comentario.
Si no se trata de Jaime II y de Pablo Vergós, son inexpli-
cables dichas figuras, dichos retratos. ¿Cómo? ¿Nos atreveremos
á dar á un joven que por su retrato no puede ser menor de
1 8 años ni mayor de 22 ó 23, una tan grande y bella obra como
el retablo del Condestable? ^ Por qué no? ¿ Masaccio no era en dicha
edad el pintor de la capilla Brancacci? No hay para qué citar
más ejemplos, amén de que todos los genios son precoces,
y Pablo Vergós fué un artista genial.
Mayor dificultad es la de la edad de su padre. Jaime, en el
cuadro del Condestable, es mayor de 40 años. Así, viviendo hasta
1503 por lo menos, murió octogenario; y como en 1495 se
encarga de pintar, con su hijo Rafael, el retablo de Granollers,
aquí tendríamos también un caso que comparar con otro italiano,
esto es, con el de Ticiano, que pintaba aún á la edad que parece
que tendría Jaime Vergós II al desaparecer en 1503. Sin embargo,
no tenemos que dar á Jaime Vergós II, al morir, los años que
vivió Ticiano. Si le damos en el retablo del Condestable 46 años,
de morir en 1503, tendría 85 años, edad que no es un milagro
vivirla. Dentro de este supuesto, si damos al Pablo del Condesta-
ble 22 años, Jaime tuvo este hijo á los 24 años de edad. Para un
hombre de su tiempo, si éste fué su primerizo, no se dirá que
no casara fuera de la costumbre; de modo que algunos años de
los que le hemos dado podríamos descontarle.
Si no aceptásemos este modo de ver, dado que el retablo
del Condestable parece no poder separarse de los Vergós, no
sabríamos á quién atribuirlo, puesto que de Francisco Vergós no
puede serlo, por haber éste fallecido, ó desaparecido cuando
menos, en 1462, y no sería cosa de suponerle vivo para que nos
sacara del conflicto.
62 SANPERE Y MIQUEL
Tengo, por otra parte, necesidad de que sea como digo
para explicar de una manera precisa la parte de cada uno de los
Vergós en su obra.
Creo firmemente que Jaime Vergós II y sus hijos vivieron
siempre juntos, en sociedad familiar, como sucede en Cataluña
muy á menudo, sobre todo cuando un mismo arte ú oficio junta
toda la familia. Vergós padre da fianzas por su hijo Pablo; Ver-
gós padre, con su hijo Rafael, se encarga de terminar lo que
Pablo deja pendiente con su muerte; Jaime procura dejar á su
hijo Rafael su cargo de pintor municipal, como su padre con él
lo hizo. La unión de la familia es un hecho cierto.
Juntos viviendo, juntos habían de aparecer en las obras de la
&milia, ya que era permitido que varias manos contribuyeran en
una obra. En el retablo del Condestable tenemos una tabla, la de la
Resurrección del Cristo, en la cual es imposible de toda imposibili-
dad ver la mano que pintó la verdaderamente monumental tabla
central y la sorprendente tabla de la Pascua. Ahora bien: esa
misma mano de la tabla de la Resurrección es la mano que pinta
en el retablo de San Vicente de Sarria el cuadro ó tabla de los
Angeles confortando á San Vicente en la cárcel, pues son de ver
en una y otra modelos de los mismos legionarios, esto amén de
la factura recargada, pesada, dura, el colorido fuerte y lo arcaico
de la composición. Y esta misma mano, también de una manera
incontestable, es la que pinta la tabla de San Esteban sacando á
los Pinos de la cárcel del retablo de Granollers; tabla anticuadísima
y con todas las señales de una mano ya cansada.
Tómese buena nota de esta tabla de la Resurrección, porque
el tipo del Cristo lo encontraremos en las tablas de San Antonio
Abad y en otras que parecen de diflcil atribución. Y en cuanto á
evidenciar por el contraste las dos manos, basta sólo la compara-
ción de la tabla dicha con la central.
Si esta tabla, que es la de la Adoración, se restaurara, limi-
tándose el restaurador á poner de azul el manto de la Virgen, y
en revelar el perdido castaño del soberbio talar del rey joven, y á
esto se añadiera ¡oh profanación! el rascar el fondo dorado, que
bien pudiera consentirse por ser tan mezquino, y pintar en su
lugar un cielo en armonía con el paisaje, la tabla de la Epifanía
^
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 63
del retablo del Condestable podría ponerse al lado de las mejores
tablas de los pintores extranjeros. Aun, á pesar de lo dicho, no
sufre de ninguna comparación, y esto sin negar la vulgaridad de
la cabeza de la Virgen, que reputo retrato, ni la del niño Jesús,
que no sé si lo es. *
Esa composición, irreprochable por su dibujo, se desarrolla
ampliamente dentro su marco, movida sin exageración alguna,
animada, porque se oye platicar á los dos reyes que se dispo-
nen para la adoración, — siendo indudablemente el tercero el Con-
destable, por convenirle la edad y demostrar su categoría su
vestido de brocado de oro; — ^plática que risueño y atento á ella
escucha San José, animando la escena los pajes, negro uno y
montado en caballo blanco, blanco el otro; Pablo Vergós.
Indudablemente hay en los reyes majestad en el continente,
sus figuras son gallardas, prestanciosas, digamos que son aristo-
cráticas, para decir que esa aristocracia falta en las figuras de la
tabla de la Pentecostés del propio retablo. Vergós se democratiza
en esta tabla: sabe que los discípulos de Jesús eran grandes sólo
por su alma, y esas almas no se puede negar que no se exteriori-
cen en los rostros de los Apóstoles de la Pentecostés, Nótese sólo el
contraste, por estar inmediatas, una encima la otra, de las cabezas
de los apóstoles San Pedro y Santo Tomás, El primero no se explica,
siente el milagro; el segundo se interroga. No diré de las demás
por horror á la ecphrasis y porque el fotograbado adjunto habla
mejor que la pluma. Esta hermosa tabla, modelo de expresión y
de individualismo, tiene una Virgen que no se la merece. Merecía
por lo menos una imagen borrassiana: lo que necesitaba era una
Virgen que, como los Apóstoles que la rodean, estuviera en
acción, y, por lo contrario, tiene la más vulgar de las Vírgenes
pintadas en el retablo del Condestable.
Insignificante es la Virgen en el cuadro de la Anunciación,
como tampoco es gran cosa el ángel ; vulgar en las tablas de Belén,
Ascensión de Jesús y Muerte de la Virgen,
Véanse las mujeres todas del Calvario. Es María Cleofé la
que tiene más carácter y mejores líneas; la Magdalena no responde
á su fama de hermosa y galante. Lo hemos dicho y lo repetimos:
Pablo Vergós no fué el pintor de la mujer, esto es, de la hermo-
64 SANPERE Y MIQUEL
sura femenina: era un realista, y con un pincel de esta clase no
se puede abordar la representación del ser más ideal de la natu-
raleza, y esta falta de. idealidad en Pablo Vergós en donde más
clara se muestra es en la figura del Cristo, siempre la más inferior
en todos sus Calvarios, i fuerza, sin duda alguna, de querer ele-
varla sobre las de los dos ladrones, que siempre salen ventajosos,
por ceñirse el artista al modelo.
Ha sufrido grandemente el colorido del retablo del Condesta-
ble de las injurias del tiempo. La primera impresión hasta es
penosa, porque todos los azules, que no serían del Acre tan reco-
mendado, se han vuelto negros, y á negro tienden los castaños y
verdes oscuros; de modo que no parece sino que el retablo está de
luto. Por fortuna, las caras no han sufrido alteración, y su estu-
dio es ün encanto por la suavidad del colorido y del modelado,
por su iluminación y por la elegancia de sus lineas, que denun-
cia la mano de un joven autor, que nó es á los jóvenes á quienes
se ha de pedir fidelidad en la representación de las lineas angula-
res y quebradas del viejo. La juventud se siente en todo el retablo,
y esto lo hace aún mucho más simpático, porque la nota risueña
encaja perfectamente en todos los asuntos tratados, excepto en el
de la Muerte de la Virgen, pequeño pecado para tan grande obra.
Pablo Vergós no nos resulta animalero en el buey del pese-
bre, ni en el caballo de frente del Calvario, postura que le veremos
atacar con mayor éxito, no siendo de olvidar que se trata en tal
postura de la suprema dificultad de la representación del caballo.
Como paisajista, el paisaje del fondo de la tabla central es
hermoso y justo de perspectiva lineal, que de la aérea aun no
había sonado la hora. El cielo, de oro estofado, tiene las palmas
vergosianas.
Acababa, pues, en 1465 por producir la escuela catalana, la
escuela nacional, su obra maestra, su obra más hermosa, la que
necesitaba para que no cayera del lado de la imitación de las
escuelas extranjeras, y sobre todo del lado del flamenquismo, á
la sazón triunfante en todas partes gracias al duro sentido realista,
al virtuosismo y al brillante color de van der Weyden,
Triunfaba Pablo Vergós, y que era digno de triunfar lo
demuestra en sus obras posteriores, siempre en progreso hasta el
5. Siapere y Miquel: La Cuati actiiUslai alalanes
Jaime Vergús U; La Resurrección (HbTABLO del Condestable)
Museo lie AiitígücilDdes de Bircelaui
^
r
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 65
fin de su larga carrera artística: lo que no progresa es su tiempo,
el sentido estético de los catalanes. Serán forasteros los que pro-
testarán con sus obras de nuestro tradicionalismo artístico, como
si con ello quisieran probarnos la falta de libertad de nuestros
naturales para emanciparse de esos fondos dorados y de esos esto-
fados que acaban en una de las más grandiosas composiciones de
Vergós, por comerse, esta es la palabra, la obra pictórica. El
Camino del Calvario, como veremos, sin sus estofados, sería otra
de las obras que la escuela catalana podría presentar á la concu-
rrencia extranjera.
CAPÍTULO IV
LOS CORDOBESES EN LA ESCUELA CATALANA
ALFONSO DE BAENA
OCURRE, cuando la escuela catalana ha llegado con el retablo
de los Concelleres y el retablo del Condestable á distanciarse
de las otras escuelas cuatrocentistas peninsulares más de lo que
necesitaba para afirmar su superioridad sobre todas ellas, un hecho
notabilísimo: la aparición de un hombre y de una obra que
hubieron de ejercer en la escuela catalana una profunda impre-
sión, y, para que todo sea extraordinario, el hombre y la obra
aparecen á raíz de la pacificación de Cataluña, pero en plena guerra
aún con Francia por la ocupación del Rosselló, en mal hora empe-
ñado por Juan II para hacerse con recursos para reducir á su obe-
diencia á la burguesía barcelonesa. He aquí lo que había sucedido.
Luchaba, no sin fortuna, el Condestable para afirmar en sus
sienes las coronas que le había puesto el levantamiento de Barce-
lona contra Juan II, cuando, atacado por grave enfermedad que
no ha dado poco que hablar, fallecía en Granollers en 29 de junio
de 1466.
Por aquello de «á rey muerto, rey puesto», los revolucio-
narios catalanes no tardaron en dar al Condestable sucesor, y
como no hay como las guerras civiles para ver á lo absurdo tomar
cuerpo real, á lo que ya se había visto de llamar primero al rey
de Castilla y después al marido de la hija del último Conde de
Urgell, del llamado Jaime el Desdichado, ahora se unía el darle
r
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 6j
por sucesor aquel Duque de Anjou, aquel rey Rene por tantos
años rival en Ñapóles de Alfonso V, y que tanto dinero y tantos
hombres habia costado á los catalanes.
Seis años, del 30 de julio de 1466 al 17 de octubre de 1472,
en cuya fecha su lugarteniente en Cataluña, el bastardo de Cala-
bria, Duque de Lorena, entregó á Barcelona al rey Juan II de
Aragón, fué el rey de Provenza, ya que no rey de Aragón ni
conde de los catalanes, conde de Barcelona de hecho.
¿No le deben las artes catalanas al rey Rene lo que al Con-
destable de Portugal ? No, si buscamos las obras encargadas por
el rey Rene en Cataluña. No consta que ni él ni su hijo el Duque
de Calabria, que durante cuatro años mantuvo la campaña contra
el rey Juan II, falleciendo en Barcelona en 16 de diciembre de
1470, levantaran aquí monumento alguno de las artes catalanas.
Pero, abierta ahora nuestra frontera del lado de Provenza,
ese arte provenzal del cual han creído los Sres. Bouchot y Case-
llas que pudo salir Dalmau, ¿no entró como en su casa? ¿No
reinaba en Barcelona su rey Mecenas? Veamos cuál era por ese
tiempo el estado de esa escuela provenzal que ya para lo pasado
hemos historiado.
Ahora un pintor del norte de Francia, de Laon, Enguerrand
Charton, se dejó ver en 1432, perdurando en Avinyó hasta 1467,
al lado de Pedro de la Barre (1441 á 1467), natural de Bour-
ges ' , que se había hecho un nombre. Charton le era muy supe-
rior, y en Villeneuve-les-Avignon todavía se conserva el Triunfo
de la Virgen por haberlo dejado el Louvre, que prefirió la compra
de La Piedad, del mismo hospicio. Charton atrajo á Avinyó á un
pintor, también como él forastero, á Pedro Villate, natural de
Dau de TArche, en Limoges, y por su nombre de seguro oriundo
de esta parte de los Pirineos; y Villate, llamado también Male-
bouche, es conocido en Avinyó desde 1452 á 1496. Otro forastero
todavía se une á éstos, Tomás Grabusset, de Besancon (1450-
1479). De estos hombres, de sus talleres, no puede decirse que
i) Asi dice Bayle: Contribuíion á Vbistoire de l'écoU avignoiíaisc depeintnre, XF siecle
(Nímes, 1898), pág. 13. — Bouchot lo llama aviñonés: Les Primitifs franfais (Faris.
1904), pág. 294.
68 SANPERE Y MIQUEL
saliera Nicolás Froment, de quien por su Resurrección de Lázaro,
del año 1461, hoy en el íAusQodegli Uffi:(iy de Florencia, le sabe-
mos anterior á su venida á Avinyó en 1468, constándonos luego
su permanencia en dicha ciudad hasta 1472. De todos estos
maestros sólo conocemos tablas de Charton y Froment.
Consta para Charton que regresó á las regiones del norte, de
donde había bajado á Avinyó; pero de Froment no sabemos ni
de dónde venía cuando se presentó en Avinyó, ni qué fué de él
después de 1472; y esto cuando Bayle nos ha dicho que tuvo un
hijo que abandonó la profesión de su padre para dedicarse al
comercio. De este mercader añade que casó con Agustina Iverna,
hija de Antonio, mercader, natural de Berga ^ . Claro está que
tratándose de mercaderes nada significa que Nicolás Froment
hijo casara con una catalana hija de mercader; pero, por poco
que se quiera sacar punta á la noticia, se dirá que no estaban
fuera del comercio los retablos.
Partiendo de lo conocido de Froment ó, mejor, de su Zar:(a
ardiendo, de Aix, pues sus otros cuadros preparan, pero no esta-
blecen su maestría como de lo conocido de Charton, no hay duda
que nos encontramos delante de maestros cumplidos; pero yo no
sé ver en ellos nada que no se vea igualmente en los maestros
catalanes. Esto parecerá excesivo, sobre todo tratándose de La 7^ar:^a
ardiendo de Froment; pero yo me permito dudar de la integridad
de La '^ar:^a ardiendo y decirlo, creyendo que otros opinarán lo
mismo, aunque sin decirlo. No he visto, y lo confieso, que nadie
dijera en París que la tabla central del tríptico hubiese sido
repintada por hábil maestro del siglo XVI : he visto, sí, que el
Sr. Lafenestre, como antes Müntz, dudan que las alas ó puertas
del tríptico sean de mano de Froment 2.
Yo no admito el supuesto de que procedan de otro altar
ó retablo, y, fijándome en la diferencia enorme que hay entre
la cabeza, modelada enérgicamente, del rey Rene, de una puerta,
con la blanca, clara y fina cabeza de la reina Juana de Laval,
de la otra puerta, digo que el retablo ha sido no restaurado.
i) Obra citada, pág. 21.
2) Lafenestre: LIzxposiiion des Primitifs franjáis (Píiris, 1904), pág. 56.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 69
sino repintado, y que lo único que ha quedado de Froment es
precisamente la figura de Juana.
No pretendo imponer mi opinión; pero, ínterin no se me
dé la razón de dos facturas tan radicalmente diferentes, digo la
factura clara, luminosa, de la reina Juana, con su ligerísimo
modelado, concordando con la factura catalana de la época, me
obliga á creer que La i^ar^a ardiendo fué repintada. Y nótese toda-
vía la contradicción de factura entre la reina y los santos que la
acompañan, pues éstos, repintados también, sirven admirable-
mente para hacer resaltar la diferencia de factura que señalamos.
Para hacerme comprender diré que la reina es gótica y los otros
del renacimiento.
Ahora bien : si algún pintor catalán pasó á Avinyó en busca
de maestros superiores á los nuestros, la escuela ó taller de su
preferencia hubo de ser el de Froment, y éste lo tenía abierto
desde 1468. Le buisson ardent fué acabado de pagar en 1475-
1476; pero ¿conocemos obra alguna de Froment anterior á la
pagada en 1475 que nos permita entrever al hombre de La xar^a
ardiendo? No. El Sr. Lafenestre se pregunta: ¿qué fué de Froment
entre 1461 y 1476? ¿Pasó á Flandes á estudiar? No, le contesta
su colega M. Bouchot: «Lo que se debe pensar es que el pintor
de Uzés vino á Avinyó, admiró las obras de Charton y se apo-
deró de ciertas fórmulas propias del viejo maestro, amplificán-
dolas según la ley ordinaria » ^ .
¿ Qué fórmulas son éstas que dan á la grande obra de Froment
un caráaer flamenco ? ¿ De qué fórmula, si no es de la propia
fórmula eyckiana, sale el ángel de La xfir:(a ardiendo? Nosotros
hemos buscado de dónde salía Dalmau. En Francia no se ha
buscado de dónde salía Froment : hacerle salir por sí mismo de
Charton es una temeridad.
No de que Froment aparezca humildemente en 1468 en
Avinyó, y digo humildemente porque las primeras noticias que
de él tenemos nos lo presentan ocupado en obras de decoración
de vidrieras, de adornos de calles para fiestas públicas, auxiliando
i) Lafenestre: Les Primitifs a Bruges et a París (París, 1904), pág. 44. —Bou-
chot: Les Prímitifs fraileáis (París, 1904), pág. 265.
70 LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
,?
f .
en esta tarea á Grabusset, y en obras escultóricas menores ^ ,
hemos de deducir su incapacidad para la obra de la Catedral de
Aix: el autor de 146 1 era ya un maestro en este año; y pues
fué un gran maestro en 1475-1476, en gran progreso artístico
le hemos de ver ya en 1468. Que de las grandes obras de
I , Froment no se conozca más que una, no implica que no hubiera
"^ pintado otras. Cierto, no son pocas las que se le han atribuido^
: hasta dar algunos de ellos á su escuela obras que pueden ser
nuestras; pero nadie ha citado una obra que señale el paso á
La Tfif:^ ardiendo, es decir, el caso de Froment es el caso de
\ Dalmau. Yo admito á Froment gran maestro en 1468, y digo
que se elevó á su maestría entre 1461-1468; de modo que su
período de formación hasta su triunfo en 1475 coincide con la
época de Cabrera, de Huguet y de Pablo Vergós, y con el del
i^^ gran pintor de que vamos á ocuparnos, y de quien podemos
\ adelantar que no salió de la escuela de Froment; y, esto exacto,
como veremos, la escuela de Avinyó ó de los maestros de
Avinyó, maestres de obras desconocidas, no pueden traerse á
cuento para explicar nuestro Alfonso.
Todo lo que nos consta de Alfonso es que éste era su nom-
bre; todo lo que sabemos de Alfonso es que pintó un retablo
para San Cugat del Valles; todo lo que queda de la obra entera
de Alfonso es una tabla de dicho retablo. Esta fué contratada
ó pintada en 1473, en 900 florines. A Villanueva debemos todos
estos datos ^ .
Alfonso, nombre de pila ó apellido, no es catalán: las
excepciones no destruyen la regla, sino todo lo contrario. Al
hablar de los portugueses he citado á Jorge Alfonso, pintor de
los reyes Enimanuel y Juan III. Reléase lo que queda dicho sobre
éste particular en las páginas 14 y 15; y si así como existen reía-
i) Keqvis: Documents inédits sur Us peinires d'Avignon (Patís, 1889), pág. 32.—
Bayle: Coníribution á l'bistoire de l'école avignottaisc de peinture, etc. (Nimes, 1898),
2) « En las paredes colaterales »— del altar mayor de San Cugat del Valles— «había
antes unos cuadros con la historia del santo mártir, que hoy están en el Archivo. Hallo
en una nota que los pintó un maestro Alfonso en 1473 por precio de 900 florines.» —
Villanueva: Viaje literario á las iglesias de España (Madrid, 18 51), tomo XIX, pág. 23.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 7 1
Clones entre éste y el Basco Fernández de 15 15, relaciones cono-
cidas, documentadas, si no tendríamos derecho á la hipótesis de
renovar relaciones entre el Basco Fernández, tortosino en 1439?
y ei Alfonso de 1472. Recuerdo esto no porque vaya á Portugal
á buscar al Alfonso de San Cugat, sino para que se vea que he
reflexionado sobre todas las explicaciones posibles de su origen.
Otra explicación. Un maestro Anfós suena autor de los
frescos de la capilla de Santa Fe, después San Juan de Malta, de
las afueras de Barbastro, de la cual no quedará ya ni memoria de
dónde se levantaba, pues difícilmente en 1894 encontré en
Barbastro quien me guiara para ver la muy poca cosa que de la
misma aun existia.
Quadrado, que la visitó, dice:
«Destinada á abyecto almacén, no es dable escudriñar
atentamente su ya desnudo recinto; y sólo después de haber
examinado con curiosidad mezclada de respeto las antiquísimas
pinturas que adornaban de arriba abajo las paredes de una
capilla, y que representan en varios compartimientos, sin duda,
los pasajes de la vida de la santa doncella (Santa Eulalia) á quien
estaba consagrado, se descifran con trabajo al pie de aquellos
informes pero severos ensayos del arte en su infancia, estas letras, que
alegraron nuestro corazón, indicándonos el nombre de uno de
aquellos primitivos y modestos artistas: ..Áster Alfóss de ubri
depicioryi^ .
Como la existencia de dicha capilla ó iglesia de Santa Eula-
lia es conocida desde la primera mitad del siglo XIII, parece
como que á este tiempo deban referirse esos frescos que la crítica
artística de Quadrado estimó «informes pero severos ensayos del
arte en su infancia»; mas dicha crítica no debe merecer gran
confianza, como lo prueba la indiferencia con que miró Quadrado
la pintura de todos los siglos, como si le fuera indiferente este
arte. Pudiera muy bien ser que al Quadrado del año 1840 le
parecieran francamente informes las pinturas de mediados del
siglo XV, sobre todo si para el tiempo de las pinturas Alfonso
estuviera sólo en camino para las altas regiones de sus tablas de
i) Q.UADKADO : Recuerdos y bellezas de España, Aragón ( 1844 )• pAg. iia.
72
SANPERE Y MIQUEL
San Cugat. Así pudo también ser muy bien que en aquellas
fuera no más que un gótico, cuando en éstas se nos presenta
como un fautor del Renacimiento.
Encontrándose en Aragón unas pinturas á nombre de
Alfonso, y no pudiendo por sólo el nombre tenerlo como á cata-
lán, no hay duda que se siente una inclinación á creer el dicho
Alfonso aragonés. Pero ¿cómo dejarnos llevar de este lado,
cuando no podemos sacar á Alfonso de escuela alguna aragonesa,
cuando ninguna de las muchas tablas cuatrocentistas aragonesas
que conocemos por este tiempo pueden dar razón del arte y
escuela del pintor Alfonso ?
Que existían en Aragón pintores en el siglo XV, claro está ;
que en las tablas conocidas se va notando un avance desde los
que se pueden señalar como de los primeros años, es también
incuestionable; pero que en Aragón se hubiese elevado la pin-
tura al grado que supone la aparición del maestro Alfonso como
aragonés, esto no podemos decirlo ni creerlo.
Falto de convencimiento en el origen aragonés de Alfonso,
como sobre su origen portugués, examinando los datos que voy
á presentar con toda atención, he acabado por convencerme de
su origen cordobés, esto es, de la región de este nombre.
Encuentro, en efecto, un Jaime Alfonso maestro de casas,
picapedrero, escultor y arquitecto, todo en una pieza, dando,
á 29 de enero de 1468, recibo al Prior del Monasterio de San
Gerónimo de Valí de Hebrón de la cantidad de 45 libras y 10 suel-
dos, que eran la cuarta parte de lo que le había de abonar según
contrata por la construcción y labra del claustro de dicho monas-
terio ^ . Al mismo, pero asociado con Pedro Baret, le encuentro
en 15 de octubre de 1470 y 2 de abril de 1471 dando recibos
por las obras que estaban ejecutando en el monasterio de San
Gerónimo de Belén ^ . Y de un ajuste para la construcción de un
osario en la iglesia de la Merced de Barcelona hecho por Alfonso
de Bayena nos conservó noticia Puiggarí3 para el año 1494. ¿Es
i) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Esteban Mir^ núm. 9. Dicho día.
2) ídem Ídem : Manual del notario Antonio Vinyes. Dicho día.
3) Obra citada, pág. 295.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 73
el maestro Jaime Alfonso de 1468, 70 y 71 el Alfonso de Baena
del año 1494? No está probado, dirá la crítica rigorista, pero la
crítica racional creo que lo dará por probado, pues también se
prueba por indicios.
Ahora bien: si á un tiempo tengo del lado de la cordillera
del Tibidabo que mira á Barcelona el maestro Jaime Alfonso de
Baena trabajando en los monasterios de San Gerónimo de Belén
y de Valí de Hebrón, y del otro lado de la cordillera está el
pintor Alfonso trabajando en el monasterio de San Cugat del
Valles, ¿puedo separar á los dos maestros que unidos se me pre-
sentan por la cordillera ? ¿No se llaman los dos maestros Alfonso ?
Que Alfonso es el apellido no puede cabernos duda: el de Baena
no es sino designación de lugar, de procedencia, de origen.
Convencido de que el pintor de San Cugat era un Alfonso
de Baena, hermano ó hijo del Jaime, no uno solo, no un pintor
arquitecto como Miguel Ángel, porque el autor del Martirio de
San Medín no había de labrar un osario en 1494, pues su pincel
le había de valer infinitamente más que su cincel, claro está que
había de ir á buscar en Baena, en la escuela cuatrocentista cor-
dobesa, un Alfonso de Baena, y yo no me resuelvo á decir que
no lo hava encontrado.
Veo que en 27 de abril de 1685 se daba, por el Conde de
Cabra, orden de pagar al pintor Pedro Carrasquilla una cierta
cantidad por la obra que le había hecho, y Pedro Carras-
quilla, en varios recibos fechados todos en Baena, firma Pedro
Alfonso de Carrasquilla ' .
Yo no dudo que si ese Pedro Alfonso que residía en Baena
en 1685 apareciera dos siglos antes, se tendría á nuestro Alfonso
de San Cugat como de su familia; pero ¿ por qué el hecho a pos-
teriori no ha de valer lo mismo que el hecho a prior i?
Pero ¿cómo explicar la venida de esos cordobeses de Baena
á Barcelona? ¿Por la fama de la escuela catalana? Bien seguro
que á más de uno parecerá excesiva mi pretensión. Pero ¿por
i) R\MÍKEZ DE Arellano Y DÍAZ DE MoRALES : Dicciotiario de artistas de la provincia
de Córdoba. Eu Colección de documentos inéditos para ¡a historia de España, por el Marqués
DE LA Fuen Santa (Madrid, 1893), tomo CVII, pág. 287.
« 10
74 SANPEhE Y MIQUEL
qué no se ha de admitir de plano, dada la indiscutible superiori-
dad de la escuela catalana del cuatrocientos sobre todas las demás
escuelas peninsulares, que tuviera en consecuencia toda la fuerza
de atracción necesaria para llamar á su seno á los pintores anda-
luces? ¿No vinieron los portugueses?
Vamos á ver ahora cómo pudo venir ó salir de la escuela
cordobesa un maestro capaz de pintar en 1473 el retablo de San
Cugat del Valles.
Sí : existía una escuela cordobesa de pintura notable por el
tiempo en que en San Cugat pintaba el maestro Alfonso. El
Martirio de San Medin, pintado en 1473, es muy superior á La
Anunciación, de Pedro de Córdoba, pintada en 1475 ; pero
La Anunciación es una obra notable, y quien, poseyendo el arte
de La Anunciación, se hubiese puesto en Barcelona en contacto
con Dalmau, Huguet ó Pablo Vergós, se ponía en condiciones
de transformarse en un pintor de la fuerza de Alfonso de Baena.
Esperando aun hoy los Cuatrocentistas andaluces quien
escriba su historia, no vamos á sustituirnos á lo que aun pudie-
ran hacer los Sres. Ramírez de Arellnno, Gestoso y Sentenach: lo
que de ellos diremos obedece tan sólo á la necesidad que tene-
mos de conocer una escuela que dio á la catalana dos maestros
que no tienen en la península española, en el siglo XV, superio-
res: Alfonso de Baena y Bartolomé Bermejo.
Antecesores de Pedro de Córdoba no conocemos. El Sr. Ra-
mírez de Arellano no investiró en el Archivo de Protocolos de
Córdoba ni en otro alguno de la región cordobesa: de haberlo
hecho, de seguro que Córdoba daría tantos pintores como ha
dado á la escuela de Sevilla el Sr. Gestoso, que no olvidó la con-
sulta de tal fuente de conocimiento.
Córdoba debe reivindicar para su escuela á Juan Sánchez de
Castro. El cuadro de La Encarnación, de Pedro de Córdoba, lleva
al pie esta inscripción : «Retablo que mandó facer Diego Sánchez
de Castro, canónigo de esta Santa Iglesia» (de Córdoba)
«á honor de Dios y de su Santa Encarnación, y de los Bienaventu-
rados San Juan Bautista, c Santiago, e San Llórente, e San Ibo de
Bretaña, e Santo Pió Papa, e Santa Bárbara, Acabóse en 20 días
de marzo de 1475 años».
S. Sanpcre y^MíqucIl Lbi Cual
Alfonso: Maktikio de Sak MkdIn
S>n Cugil del Valléi
"y
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES ^5
¿No eran parientes el canónigo Diego Sánchez de Castro
y Juan Sánchez de Castro el pintor? Puede que no: se dan
casos. Pero no es la excepción la que ha de ocupar el puesto
de la regla. En buena lógica se ha de admitir su parentesco. Pero
si es cierto que el ser Sánchez de Castro canónigo de Córdoba
no prueba que fuera cordobés, tampoco prueba que el Sánchez,
de Castro que pinta el retablo de Santa Ltuia para la capilla de
San José de la Catedral de Sevilla en 1454 fuera sevillano. Un
gran cordobés deja en dicha Catedral tres de sus grandes obras,
Alejo Fernández, en el primer cuarto del siglo XVI. Si yo creo
que el pintor Sánchez de Castro era cordobés, es que me fundo
en el hecho de que si se le puede reputar como cabeza de la
escuela de Sevilla, es lo cierto que escuela sevillana cuatrocen-
tista no existe en obra, por más que en el papel, en el Dicciona-
rio de artífices sevillanos, del Sr. Gestoso, exista. Y, si existe,
escondida está en pueblos de donde los escritores andaluces de
arte, Boutelou, Tubino, Ramírez de Arellano, Gestoso y Sente-
nach, no han logrado conocerla. Yo no la he buscado sino en
Sevilla, y en Sevilla no hay más que cordobeses: Sánchez de
Castro y Alejo Fernández de Córdoba.
De un pintor cordobés anterior á Sánchez de Castro da
noticias el Sr. Ramírez de Arellano. En la página 233 de su
citado Diccionario dice que «en la galería del deán Cepero de
Sevilla existía, hace pocos años, una hermosa tabla firmada en
1450 por Bartolomé Ruiz y que representaba el entierro de
Cristo. Nótese desde luego el hecho de estar firmada y fechada
la tabla de Ruiz, el primer pintor cordobés que cuenta en la his-
toria de su escuela.
Sánchez de Castro, pintor cordobés también, había firmado
y fechado su retablo de Santa Lticia, como hemos dicho, y esto
mismo sucede en La Encarnación, de Pedro de Córdoba.
Perdido el cuadro de Bartolomé Ruiz, queda como primer
pintor cordobés de quien conocemos sus obras, Juan Sánchez de
Castro; pero las que hoy por hoy conocemos de éste, unas son
en caso anteriores á la época de La Encarnación, de Pedro de
Córdoba, otras posteriores.
Interesantísimos, anteriores al retablo de Pedro de Córdoba,
76 SANPERE Y MIQUEL
son los frescos de San Isidro del Campo, que con los ocho santos
de San Benito de Calatrava comparó Boutelou, quien dice que
« las pinturas murales de San Isidro del Campo señalan el predo-
minio del arte italiano en Sevilla con preferencia al del Norte» ^ .
Boutelou cree ver en los ocho santos de San Benito de Cala-
trava la misma mano que pintó los santos de San Isidro del
Campo, pues nota, comparando unas y otras pinturas, muchas
reminiscencias comunes, «ya en el sistema de plegar y colocar
algunos paños, ya en el modo de poner y dibujar las manos, y
también en la acabada, minuciosa y particular sequedad que se
observa en algunas cabezas, así como en los niños Jesús, en las
manos, y muy particularmente en las bocas y en los ojos. Ade-
más, emplea en ocasiones, en los paños, un sistema de sombrear
plumeado» — en los de San Benito — «como el de los mencio-
nados frescos» 2.
Bien notado y especificado el modo de pintar revelado en
los santos en cuestión, pueden ser de una misma escuela, distar
más ó menos unos de otros, y aun ser de una misma mano.
Pero ¿esa mano será la de Sánchez de Castro ? Sí, dice Boutelou,
porque el San Cristóbal de la iglesia parroquial de San Julián de
Sevilla, fechado y firmado por Sánchez de Castro en 1484, nos
ofrece la singularidad, comparado con el de San Benito, de pre-
sentarnos colgados del cinturón del santo á unos peregrinos que
se sirven de este medio para vadear un río. Notable es la coinci-
dencia, pero la diferencia de factura también lo es en lo que ha
quedado del San Cristóbal de San Julián, ó sea en manos y
rostro, pues fué repintado y vestido el santo á la moda del
siglo XVI. Y esa misma diferencia de factura ha de existir entre
los frescos de San Isidro del Campo y los ocho santos del altar
mayor de San Benito de Calatrava, pues de éstos dice el señor
Sentenach que «los tipos, trajes y objetos de la corte de los Reyes
Católicos se ven en ellos fielmente interpretados » 3 . Así, yo no
i) Boutelou : Pinturas murales en el monasterio de San Isidro del Campo, en el
Museo español de Antigüedades (Madrid, 1873), tomo II, pág. 58.
2) Obra y lugar citados : Noticia de ocho pinturas del siglo XV que se cotiscrivn en la
iglesia de San Benito de Calatrava j en Sevilla (Madrid, 1878), tomo LX, pág. 276.
3) Shntenach : La pintura en Sedlla (Sevilla, 1885), pág. 25.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 77
sé cómo pudo ver Boutelou, en obras tan distintas, una misma
mano.
No se extrañe que yo no dé mi propia opinión. A punto de
entrar en prensa este capítulo, he vuelto de nuevo á Córdoba y á
Sevilla para apurar mi estudio, y me he encontrado con que los
ocho santos están hoy en clausura. He aquí la historia de ese
singularísimo encierro, que no hace favor alguno á los senti-
mientos artísticos de los señores de las órdenes militares. Cuando
estos señores abandonaron su iglesia de San Benito, al desalojarla
se les ocurrió que las tablas de su altar mayor no podían estar
mejor guardadas que encerrándolas en la clausura de las monjas
de Montesión de dicha ciudad. Yo me pregunto si se puede con-
sentir este cautiverio.
Puedo, pues, juzgar del arte de Sánchez de Castro por la
que pasa por ser su grande obra, por una tabla descubierta en la
iglesia dicha de San Julián de Calatrava en 1878 y hoy deposi-
tada en la sala de rentas de la Catedral de Sevilla.
Tubino, diez años antes de su descubrimiento, ó sea en 1868,
había dicho de Sánchez de Castro que « no fué un artista vulgar,
ni falto de decoro, ni sus figuras carecen totalmente de expresión,
ni su dibujo ha de calificarse de incorrecto. Usa de los colores
con bastante propiedad, y comienza á revelar el relieve de las
distintas partes del cuerpo valiéndose del modelado». «Como los
maestros del Norte, Juan Sánchez de Castro pintó sus tablas al
temple, y al óleo aquellos miembros que desea realzar, y reviste
la composición de un barniz secante, que da brillantez á los colo-
res y los preserva de las injurias de la atmósfera. Sin ser del todo
extraño á los adelantos de los pintores que en el extranjero se
distinguen, desconoce la perspectiva, no acierta á dará las figuras
toda la expresión que desea, supliendo la falta con leyendas
explicativas del pensamiento; es débil en la anatomía, ignora
lo que constituye la verdadera gracia, y hace los cuerpos en
demasía esbeltos » ^ .
Todo esto sólo pudo decirlo Tubino del Juan Sánchez de
Castro anterior á la Virgen de la Hiniesta.
i) Tubino; Céspedes (Madrid, 1868), pág. 103.
t_.
7^ SANPERE Y MIQUEL
Describe este cuadro el Sr. Gestoso en los siguientes térmi-
nos: « La efigie de Nuestra Señora está en el centro sentada en un
precioso trono con dosel; á la derecha» — el Sr. Gestoso describe
el cuadro tal como se le presenta; advertimos esto para evitar
confusiones, cosa que él no advirtió — «tiene á San Jerónimo
con traje cardenalicio y hojeando un libro, á la izquierda el Santo
Apóstol», — San Pedro, — «con capa pluvial, llevando en las
manos una cruz, un libro y las simbólicas llaves. En la parte
superior del cuadro se ven dos ángeles que sostienen el capelo y
la tiara. Arrodillada á los pies de la Virgen hubo una figura
orante de varón de cuyos labios salía una cinta blanca con. leyenda
latina » ^ , que dice : Santa María ora pro me pecatore, y añade que
Ceán Bermúdez hubiera tratado mejor á Sánchez de Castro, de
conocer como suya la Virgen de la Hiniesta.
Interesante, muy interesante es para mí esta obra de Sánchez
de Castro. Dice el Sr. Gestoso que por tradición consta que la
Virgen allí pintada no es otra que la de la Hiniesta, que está en
su altar de San Julián de Calatrava; y así ha de ser, porque si la
Virgen no estuviera en la tabla como retratada, no se compren-
dería que fuera tan poca cosa comparada con las figuras de San
Pedro y de San Gerónimo, figuras de mucho relieve, de buenas pro-
porciones y de rostros muy modelados y bien acabados. La pre-
sencia de los dichos santos prueba, en efecto, que se trata de la
Virgen de la Hiniesta quede Cataluña llevó á San Julián de Cala-
trava el caballero Per de Tous, esto es, Pedro de Tous, quien,
además, tenía como santo tutelar á San Gerónimo, como luego
veremos. Lii figura del orante, en mala hora cortada de la tabla,
no podía ser otra que la de mosén Per de Tous padre.
Esta tabla, por su factura, pertenece al último cuarto del
siglo XV, y si es recomendable la cabeza átSan Pedro por lo muy
acabada y lo delicado de su modelado, no lo es menos la de San
Gerónimo, cuyo cabello y largas barbas están tratados en grandes
masas, con verdadero arte, y no con aquella caligrafía capilar que
i) Gestoso : Sriñlla monumental y artística (Sevilla. 1889), lomo I, pág. 210. —
El Sr. Gestoso da á Sánchez de Castro la Virgen del Águila de Alcalá de Guadaira: Ensayo
lie un diccionario de los artijices queforecen en esta ciudad de Sevilla desde el siglo XIII basta
el XVIII (Sevilla, 1900). lomo II, pág. 100.
p^-
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 79
todavía triunfa en la de San Pedro, Hay proporciones; el oro,
limitado á los nimbos y á la guarnición de la capa pluvial de San
Pedro; pero el plegado es muy pobre. Con esto se comprenderá
que Sánchez de Castro no pudo ser en tiempo alguno maestro de
Alfonso el de San Cugat del Valles.
¿Salió Alfonso de la escuela de Pedro de Córdoba? No,
porque éste se retrató en su tabla, y en ella está vestido, en el
centro de la misma, de traje talar blanco, con mangas verdes,
representando un mozo, á quien podremos dar á lo sumo treinta
años, si admitimos que la impericia del pintor pudo ser causa de
no fijar con exactitud los rasgos de su fisonomía, falta no de
líneas, sino de carácter, por carecer de modelado, y estar tocada la
cabeza como entre nosotros para las obras del primer tercio del
siglo, en tanto que en la tabla de San Cugat Alfonso de Baena
nos ha dejado su retrato con tanto arte pintado que se anticipó en
dos siglos á los grandes maestros andaluces.
Alfonso y Pedro pudieron entrambos salir de una escuela de
Córdoba cuyo estado en 1475 nos revela el cuadro de Pedro, en
tanto Alfonso se nos revela el maestro perfeccionado al contacto
de una escuela superior.
Proporciones y cierta gracia y donaire tiene la Virgen cor-
dobesa, vestida de encarnado y manto azul de grandes ramajes y
florones de oro, uno de los cuales se nos presenta á la vista con
todo su desarrollo, como le veremos en una tabla de Granollers,
para demostrar el mal gusto de la época, que había de exigir del
artista tales manifestaciones de la riqueza indumentaria; pero no
es esta la mejor figura: aventájala la del ángel vestido de blanco con
rica capa pluvial y alas de pavo real. La cabeza es varonil, enér-
gica, y sus grandes melenas son rubias. Lleva su frente ceñida por
una diadema sobre la cual se levanta una cruz, la que es de notar
por tener el palo central muy alto, y muy corto* el transversal;
cruz que encontraremos en otra obra cordobesa, en el San Miguel
de Bermejo; cruz que no llamaré eyckiana por encontrarse en el
retablo de Gand, como tampofco diré originaria de los pintores
del duque de Berry, como lo asegura el Sr. Buchot, porque se
trata de un tema de la Edad Media.
Ni las figuras de los santos tutelares del canónigo, ni éste.
8o SANPEBE Y MIQUEL
tienen la importancia artística del San Gabriel, Las cabezas son
mejores las de los santos que la del canónigo Diego Sánchez de
Castro, y esto que se trata de su retrato.
Como obra de color es caliente, y yo la creo pintada al óleo.
Advierto que por falta de luz tuve que alumbrar varios cabos de
vela. Nada de fondos dorados, salvo el corto fondo que aparece á
espaldas del Padre Eterno.
Esta obra por sí sola basta para indicar el camino que con-
duce á Alejo Fernández de Córdoba, cuyas grandes obras están
en la sacristía del altar mayor y sacristía de los cálices de la Cate-
dral de Sevilla, y en la iglesia de Santa Ana de Triana. Parece
imposible que aun la sugestión *que ejerce Murillo no haya per-
mitido colocar á Alejo Fernández en el puesto que por sí sola le
ganó la encantadora Virgen de la Rosa de Triana.
Pero si por Pedro de Córdoba se va á Alejo Fernández,
Alejo no es sino el compañero de Alfonso y de Bermejo, sus pre-
decesores Las obras de estos tres grandes maestros bastan para
inmortalizar á la escuela cordobesa, para inmortalizar la pintura
andaluza.
Hoy, al conocerse por propios y extraños el valor y mérito
de la escuela de pintura catalana cuatrocentista ; hoy, al conocer
las obras catalanas de los coetáneos de Alfonso, no parecerá atre-
vida la conclusión de que pudiera venir á estudiar pintura un
andaluz en nuestra escuela. Pero yo creo que tiene trascendencia
lo que voy á decir sobre ese paso, porque me parece que voy á
justificarlo, documentándolo.
Per de Tous pasó á Castilla en 1375 con motivo del matri-
monio de la infanta de Aragón Leonor con el hijo de Enrique II,
Juan II. Sea por lo que fuere, que el analista Zúñiga no lo dice.
Per de Tous, como le llamaban en Sevilla, acabó por establecerse
en dicha ciudad, casó con Ana de Sandoval y fundó familia, eri-
giendo en San Julián de Calatrava una capilla á la Virgen de la
Hiniesta ó de la Ginesta, que él se trajo por devoción á Sevilla,
y en dicha capilla está la sepultura de su familia, todo lo cual
consta de una inscripción de la misma del año 1407, fecha del
fallecimiento de Per de Tous.
Ocupaba la Virgen de la Hiniesta el centro del altar ó reta-
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 8 1
ble, en el que se pintaron la Fisitación, la Presentación, la Encar-
nación y la Circunsición á la izquierda del mismo, y en la derecha la
Purificación, los Desposorios, la Natividad y la Epifanía, cuadros ó
tablas desgraciadamente perdidos; pues, de haberse conservado,
tendríamos conocimiento de su escuela y del estado de la pintura
sevillana, de ser de esta escuela, en 1407.
Hijo y heredero de Pere de Tous lo fué Pere de Tous y
Sandoval, que casó con una Monsalve, segoviana, pero, como su
padre, establecido en Sevilla. Este Pedro de Tous el Mo:(p liquidó
el patrimonio de Cataluña, y en esta ocasión hizo donación de
su casa solariega para que fuera convertida en convento, y este es
el origen del convento de San Jerónimo de Valí d'Hebron ' ,
cuyas ruinas aun persisten y cuyo claustro construía en 1468 Jaime
Alfonso, por mí identificado con el Alfonso de Baena de 1494.
Si nosotros conociéramos la historia detallada de la cons-
trucción del convento de San Gerónimo de Valí d'Hebron, sabría-
mos probablemente si más ó menos intervino en ella Pere de
Tous el Mo:(o, y si éste envió sus andaluces para que, á la vez que
trabajaran en su obra, se perfeccionaran en el estudio de la arqui-
tectura y de la pintura.
¿Qué resulta en definitiva de todo esto? Que un andaluz es
causa de la construcción del monasterio de San Gerónimo de
Valí d'Hebron, y que en éste trabajaba en 1468- 147 1 un Jaime
Alfonso, que parece ser Alfonso de Baena, y que en San Cugat,
vecino de San Gerónirtio, pintaba por el mismo tiempo un pintor
llamado Alfonso.
Alfonso no pinta á la catalana. Alfonso parece ser el primero
que pintó aquí al óleo sus retablos. De Alfonso ha dicho el señor
Justi que su tabla «es la única pintura de un catalán del mismo
siglo que en el empleo exclusivo de los colores y en el paisaje
concuerda con Dalmau » ^ ; concordancia que aceptamos sólo como
prueba del paso de Alfonso por nuestra escuela, pues Alfonso
i) Todo lo que se sabe de los Pere de Tous se puede ver en los dos artículos de
RiCAKDO Cortés y DoHtNGUBZ sobre La Virgen de la Hiniesta, publicados en la Sevilla
Mariana (Sevilla, i88}), tomo V.
2) Justi: Estudios sobre el Renacimiento en España, traducidos por Francisco Suárez
Bravo (Barcelona, 1892), pág. 115.
II
82 SANPERE Y MIQUEL
pinta á la andaluza, como pintará dos siglos más tarde Velázquez.
Justi señala como lo más notable de la tabla de Alfonso
«las cinco expresivas y características cabezas» del mismo; pero
es la verdad que en punto á expresión no adelantan ni á Huguet
ni á Pablo Vergós. En lo que adelantan es en el modo de poner
el color, tal vez por pintar al óleo; en el modelado fuerte,
robusto, enérgico, lleno de vida, por traer á concurso todos los
recursos de los contrastes de la luz.
Si todas las cinco cabezas son admirables, lo es más que
ninguna aquella que, escondiéndose detrás de los personajes del
cuadro, nos da á conocer la vera efigie del autor del mismo.
Aquella cabeza desgreñada, morena, de grandes y brillantes ojos,
es el retrato de Alfonso, es un retrato como no los pintará la
escuela sevillana hasta el siglo XVII. Y en ese retrato no se puede
reconocer ni á un catalán ni á un aragonés, sino á un andaluz, pero
también á un discípulo, á un hombre formado en el estudio de la
cabeza de San Andrés de Luis Dalmau en el retablo de los Concelleres.
Para pintar dentro de la escuela catalana como pintó Alfonso
no se necesitaba sino de la alma ardiente, impetuosa, de un
meridional. Todo lo que puede pedirse en punto á expresión de la
individualidad pasiva, ó de la individualidad activa dentro de círcu-
los prudentes ó decorosos, como dirán los estéticos del siglo XVI,
todo esto lo había dado la escuela catalana. Sólo en uno de sus
maestros, sólo en Benito Martorell, hemos encontrado una direc-
ción hacia la expresión de los sentimientos no contenidos, y esa
escuela ó dirección no podemos decir que Alfonso no pudiera
sentirla, por cuanto la Adoración del cuerpo de Cristo, de Benito
Martorell, tal vez se repetía á su lado por Bernardo Martorell.
No queremos decir que Alfonso sintiera esa influencia, ni tomara
por ese camino, que en caso siguió otro de sus compatriotas:
queremos sólo significar que Alfonso encontraba un terreno
preparado para desarrollar sus cualidades nativas, sus impulsos
de raza, destinados á poner aquí en movimiento á los grandes
maestros del arte extático.
Se ha dicho que en la pintura de Alfonso se siente Italia, se
siente la escuela toscana. Esto último lo ha dicho el Sr. Golferichs
en el Catálogo de la Exposición de Arte antiguo de Barcelona de 1^02,
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LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 83
núm. 221, y lo ha repetido D. Raimundo Casellas. Yo no recuerdo
qué toscano pueda dar razón de las tres cabezas de Alfonso aquí
reproducidas. Para buscarle maestros en Italia á Alfonso es nece-
sario ir al Norte, á la escuela de los Bellini, en donde creo que
se formó Antonello de Mesina. Juan Bellini y Antonello pudieron
enseñar lo que sabía Alfonso. Pero yo no veo necesidad alguna
de admitir ese contacto entre Alfonso y los maestros venecianos.
He dicho que quien pintara como Huguet y Pablo Vergós podía
elevarse á pintar como pintó Alfonso con sólo tener el alma caliente
de un andaluz, y esta es nuestra convicción. Alfonso de Baena
nos llegó pintando como Pedro de Córdoba: vio los retablos de los
Concelleres, de San Ahdón y Senén de Tarrassa y del Condestable de
Barcelona, y se transformó ; y, claro está, al pintar como Huguet
y Pablo Vergós, pintó á su manera, esto es, pintó como Alfonso...
de Baena.
Diez y ocho años más tarde nos encontraremos en Barcelona
con otro cordobés, con Bartolomé Bermejo. Creo que parecerá
demasiado pronto el poner á éste en nuestra escuela, y al lado de
Alfonso; pero cuando nos encontraremos obligados á confesar que
no sabemos de dónde vino y en dónde se formó, se recordará
entonces, seguramente, á su compatricio Alfonso, porque éste
explica á Bermejo, como Bermejo al cordobés Alejo Fernández;
y desde luego daría yo á Bermejo al lado de Alfonso ya en 1473,
si pudiera decir qué fué de Alfonso después de pintar el retablo de
San Cugat del Valles.
CAPÍTULO V
LA ESCUELA CATALANA EN. AVINYÓ
DESAPARECE Alfonso de la historia en 1473, con su única
obra conocida, y al desaparecer suenan en Avinyó, pin-
tando en el palacio del rey Rene, dos pintores, un catalán y un
castellano. « El catalán ejecutó cinco tablas, que fueron colocadas
en una capilla de Avinyó. » Seguramente en el palacio del rey
Rene, entonces en construcción. «El otro, que había venido de
Castilla, hizo algunos portraitsy> — retratos, imágenes — «de
santos. Al catalán se le entregaban á cuenta de sus trabajos, en
23 de octubre de 1476, 8 florines» ^.
No me explico, cuando tanto se ha impreso y se imprime
•en París sobre los Primitivos franceses, cuando tanto han hecho
para esclarecer y explicar la escuela provenzal dos miembros del
Instituto de Francia, tan competentes y documentados como los
Sres. Lafenestre y Bouchot, y un crítico como el Sr. Hulin de
Loo, cómo han podido olvidarse de la presencia en Avinyó, en
1476, de un pintor catalán y un pintor castellano. Debemos cata-
lanes y castellanos eterno reconocimiento á Lecoy de la Marche,
todavía dejado de lado por los Sres. Requin y Bayle, porque
cuando se ha tenido por probable que Dalmau saliera de una
escuela de Avinyó, que no tiene hasta Froment un maestro de
su altura, y se ha hablado de la influencia del arte provenzal en
i) Lecot de la Marche: Le roi Rene, etc. (París, iS'/$\ tomo 11^ pág. 98.
LOS CUATROCJBNTISTAS CATALANES 85
el cata]ia>. que no aparece en p^rte alguna, podemos, gracias á
Lecoy de. h Marche, decir que si el catalán y el castellano oo
fueron á Avintyó á enseñar á los provenzales, tampoco fueron á
aprender: fueron allí á trabajar de su arte, en donde sólo, lógica-
mente, se podía recibir á quienes pudieran llamarse sucesores de
Froment,, que desaparece en el preciso momento de sonar en
Avinyó el catalán y el castellano.
Entiendo que no hay tal castellano en Avinyó en 1476, sino
un artista de lengua castellana y de nación castellana, esto es, un
andaluz, un cordobés salido de la escuela de Barcelona con el
caitalán. Creo que esto se aceptará sin discusión. ¿ Cuándo salie-
ron? Si ese catalán y ese cordobés se habían comprometido fuer-
temente por el rey Rene, está claro que hubieron de seguir sus
banderas al retirarse de Barcelona en octubre de 1472. Pudieron
también marchar antes á la corte del rey Rene; pudo éste llamar-
les para honrar á Barcelona, que tan tenazmente sostenía su
bandera, en la persona de sus artistas, como lo había hecho el
Condestable, y esto desde julio de 1466, desde su proclamación
como rey de Aragón y Conde de Barcelona. Es decir, nuestros
pintores pudieron llegar á la corte del rey Rene dos años antes
de que en ella aparezca Nicolás Froment.
Creo que en cualquier tiempo en que se ponga el paso del
piutor catalán y su compañero al lado del rey Rene, como sea
antes, años antes de 1476, no habrá discusión, y la habría
poniéndoles en Avinyó de primera entrada en 1476, porque para
este año no hay explicación, como no se quiera que el castellano
sea el maestro Alfonso.
Decir que más de una vez hemos recorrido la. Provenza en
busca de los cuadros del catalán y del castellano que en ella pin-
taron en 1476, casi es inútil. Repetiré que el último viaje ha
sido en agosto-septiembre de 1905. ¿Qué he sacado de mis
viajes? La convicción de que algo hay en Provenza que puede
ser nuestro, que puede ser obra del catalán y del castellano, pero
nada tan evidente que liaga indiscutible mi convicción.
No puedo decir qué pintor catalán fué el que pasó á Avinyó,
pero delante del San Siffrein de su Seminario yo recuerdo el
Sm Liborio de Cabrera. Es de la escuela de Froment, han dicho
OD SANPERE V MIQUEL
en Francia del San Siffrein.
¿A qué escuela hubieran dado
ia obra de Cabrera, de encon-
trarla en Provenza? Díganlo
los que estas páginas lean.
Lado por lado pongo el San
Liborio y el San Siffrein, y, sin
querer sostener que se trate
hasta de un mismo modelo,
digo que bien pudiera serlo.
Por el dibujo, por la gallardía
de las figuras, por su natura-
lismo, nadie recusará la com-
paración. Si acudimos á la pin-
celada, á la manera de poner
el color, á la técnica pictórica,
recordaré que el San Liborio lo
he dejado en 1450, De ser Ca-
brera el autor del San Siffrein
y el pintor del rey Rene de
1476, cuéntense estos vein-
tiséis años intermedios pan
su progreso técnico. Cabrera
es también de los que des-
aparecen tan pronto llegamos
á conocerlos. Hemos dicho
que es el almirante Cabrera
quien apellida á los catalanes
contra el rey Juan II. El pintor
Cabrera pudo comprometerse
San Siffrein y emigrar. Por su alcurnia
StmLinrit. de Avinyi pudo el rey Rene llamarle á
su lado.
Engañaríase quien se imaginara que hay oposición entre la
factura del San Siffrein y el San Liborio, irreductible ó inexpli-
cable. Nada de esto: podrán no ser de una misma mano, pero
pudieran también serlo. Yo no quiero insistir, porque com-
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
prendo que esa intrusión
de la escuela catalana en
Francia no ha de ser sim-
pática á los patriotas fran-
ceses, que escriben libros
admirables de critica artís-
tica como el Sr, Bouchot.
Nuestra escuela, hasta hoy
desconocida , se presenta
con pretensiones sobrado
grandes para que no se crea
necesario moderarlas. Seria
hacer demasiado honor á
su introductor.
Otra grande obra anó-
nima provenzal reveló al
mundo artístico la Exposi-
ción de los Primitivos fran-
ceses, y ésta es La Piedad,
que perteneció al hospicio
de VÜleneuve-les-Avignon
y hoy está en el Louvre.
Su mayor elogio lo ha
hecho el Sr. Bouchot:
« Los flamencos — dice —
no tienen nada superior. »
Esta cuestión no me inte-
resa. Lo que realmente me
importa saber es lo que han
dicho de esa gran tabla
cuantos la han estudiado,
y, al resumir lo que se ha
dicho para su atribución, Juan Cabrera: San Liborio
bien me ha de ser permi- snU CupiíuUt de la c«eJr«i ae B»tceloni
tido reclamar la atención
del que leyere para que se vea si salen más ¡usciticadas de las
plumas extranjeras que de la mía esas identificaciones sobre las
88 SANPERt Y MIQUEL
cuales luego se fundan teorías y se derivan escuelas; pues, aun
cuando de mayores maestros se trata, ni para mi, ni para mri
tiempo, pasa lo del niagister dixit. A todos se nos deben exigir
iguales pruebas.
Tócale el primer puesto en trancia al Sr. Lafenestre, quien,
delante de la famosa tabla, después de ponderarla cuanto se
merece, exclama: «Por desgracia desconocemos el nombre del
pintor». Buscando á quien atribuir dicho cuadro, entiende que
tiene títulos bastantes Juan Changenet de Langres, llamado el
Borgoñón, que repartía su tiempo entre Dijón y Avinyó. Pero lo
que nos faltan precisamente ahora son esas tablas de Changenet
reveladoras del arte de La Piedad, tn el capítulo VI, dedicado
á los pintores de los Duques de Borgoña, no encuentra ocasión el
Sr. Lafenestre para dedicar á Changenet una sola línea. Se cita
á éste al hablar de la escuela de Avinyó ' y de L¿i Piedad, su obra
caudal. ¿Es, pues, que se da por ínterin á Changenet, sólo porque
de éste se sabe que tuvo varios ó muchos encargos y fué casado
con una aviñonesa? Cuando se atribuyó á Charton, el autor de
la Virgen de la Misericordia del Museo Conde, se hizo atraídos por
lo patético de su composición ; pero el Sr. Lafenestre ya nota la
imposibilidad de la atribución por su diferente factura. La Virgen
de la Misericordia se distingue por su factura legare, minee: la otra,
por su exécution puissante, grasse, coloree, intense^.
Ha sido el Sr. Bouchot quien ha indicado á Charton como
posible autor de La Piedad de Avinyó. Pero el Sr. Bouchot tam-
bién ha indicado la misma posibilidad para el limosino Villate,
lo que no se comprende aun no siendo él de los que «no están
lejos de atribuir á Villate el retablo de Boulbon », hoy en el Museo
del Louvre, que él da á Charton 5 , pues es de toda imposibilidad
llegar por el retablo de Boulbon á La Piedad de Vi llenen ve-les-
Avignon.
Pero ¿qué opina el Sr. Bouchot del arte, del estilo, de la
gran tabla de La Piedad? «Seguro estoy— -dice — que flamenco
1) Página 46.
2) Página 48.
5) Bouchot: Lfs Prímitifs fratifats (París, 1904), pág. 255.
^
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 89
alguno pudo elevarse á tal altura^ que italiano alguno era capaz
de expresar tal dramatismo, sin frases, sin lo terribile querido de
los ultramontanos, y, sobre todo, que ni unos ni otros poseían
une matiire aussi «peintre» por su tiempo» ^ .
Dice todavía: «Se habla en estos momentos, á propósito de
ese cuadro, de España. Pero un grafito del tiempo, inscrito al
cuchillo en el marco, da el nombre Honorat Rousset. ¿ Se trata del
pintor ó del sacerdote representado?»^ Ya hablaremos del graf-
fito; pero como éste nada decide, lo que resulta es que, contra esa
atribución á España de La Piedad, nada dice el Sr. Bouchot. ¿A
quién se alude en las anteriores líneas?
Un perito, un conocedor, D. Jorge Hulin de Loo, que estu-
dió la Exposición de los Primitivos franceses desde el punto de vista de
la influencia de los hermanos van Eyck en la pintura francesa y pro-
ven:^al 3 ^ secretario de la «Exposition des Primitifs ílamands», dice
de La Piedad que, si no era la más perfecta de las obras expuestas,
era la que causaba mayor impresión. La «impresión general — ^añade
— es intensamente patética, poseída de una religiosidad apasio-
nada, que hace pensar en España mejor que no en Francia ó Italia ».
«Tiene La Piedad del hospicio de Villeneuve una importancia his-
tórica considerable: nos revela una nacionalidad artística. El arte
que representa es muy típico, muy característico: tiene un fuerte
sabor del país. Es la prueba decisiva de que este arte de Avinyó
es francamente distinto del de la Francia real, de Tours ó de Pa-
rís. » Busca el Sr. Loo los antecesores de ese arte nacional, y dice
que es imposible dejar de comparar La Piedad con la Virgen de la
Misericordia, que á la sazón se estimaba perdida, y de la cual él
hablaba por una litografía que le había enseñado D. Enrique Bou-
chot, director de la Sección de Estampas de la Biblioteca Nacional
de París. Mostróme á mí éste una fotografía del cuadro del Mu-
seo Conde, ya descubierto el cuadro, y yo no he de negarlo : sin
las diferencias de factura, la ñliación no sería imposible, pero no
sin dejar de observar yo que el dramatismo no se ve por ningún
i) ídem ídem, p¿g. 251.
2) ídem Ídem, pág. 251, nota 2.
3) Hulin db Loo : VExposition des Primitifs franjáis au poinl de vue d^ VinfiueHU des
freres van Eyck sur la peinture fratifaise et proveníale ( BruselüS, 1904).
12
gO SANPERE Y MIQUEL
lado en la Virgen de la Misericordia, y que es esta nota altamente
dramática lo que al Sr. Loo, estimándola característica, le ha he-
cho pensar en el arte español ' .
«¿Qué edad tiene esa pintura?», se pregunta el Sr. Loo, y
se contesta en los siguientes términos: «Faltos de elementos de-
terminantes, no es fácil fecharla. Yo pienso que M. Bouchot tiene
razón colocándola hacia el centro de la segunda mitad del siglo XV,
Sería, por tanto, casi contemporánea del gran tríptico de Nicolás
Froment»^. Es decir, traduciendo el texto citado en cifras, la
obra sería del año 1475. En las fotografías de la casa Goudard,
de París, se le ha dado el año 1470. Para mí lo que resulta de
todas estas fechas es que La Piedad se pone en la época en que
aparecen en Barcelona los cordobeses y en Avinyó el pintor ca-
talán y el pintor castellano.
Pero ¿qué ha producido la escuela catalana que explique La
Piedad aviñonesa? A esto contesto: la Adoración del cuerpo de
Jesús, de Benito Martorell, de la cual tenemos, para mí induda-
blemente, una repetición de los días que historiamos.
Presentóse fuertemente restaurada y barnizada esta repetición
en la Exposición de Arte antiguo de Barcelona por el Sr. Cerda,
no siendo posible negar que no sea pintada al óleo; pero desde
luego, comparada la repetición del Sr. Cerda con la tabla de los
Diputados (véase página 192), la repetición acusa una mano dife-
rente, un procedimiento artístico diferente, un empleo del color,
un modelado y unas sombras que revelan una época posterior,
como no se mantenga para Benito Martorell esa repetición para
los últimos días de su vida (1453).
Habiendo cargado á Benito Martorell con la paternidad del
retablo de la Transfiguración de la Catedral de Barcelona, no siento
ganas de dejarle esa repetición; y como quiera, pues, que tengo
un Bernardo Martorell que por su nombre y fecha de su apari-
ción tengo derecho á relacionarle íntimamente con Benito, yo he
de creer posible esa repetición de la Adoración del Cuerpo de Jesús
por Bernardo, y para la segunda mitad del siglo XV.
i) Obr.1 citada, págs. 47 á 50.
2) tdem ídem, pág. 49.
ji«ffm
I?
Il
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES QI
Bernardo Martorell suena á los cinco ó seis años de haber
fallecido Benito, que pudo ser su padre. En el año 1459 se encarga
de pintar la cera del gremio de Freneros con motivo de las solem-
nidades de Semana Santa ^ . Luego en los Manuales del notario
Francisco Tarrassa, que lo fué de dicho gremio, le encuentro for-
mando parte de la Junta del mismo en 2 de abril de 1467 y 12
de abril de 1468. Su última mención, para mí, es la de 24 de
mayo de 1479, y se puede ver en el protocolo de dicho año del
notario Ginebret Dalmau. Pertenece, pues, de lleno, Bernardo
Martorell, á la época de la aparición de La Piedad de Villeneuve-
les-Avignon, á la época de la aparición de los cordobeses en Bar-
celona. ¿No era Bernardo sino un artista capaz de reproducir la
tan celebrada obra de su padre ? Aun así, en forasteros, en gentes
aficionadas á la escuela de la expresión, Bernardo Martorell pudo
ejercer influencia, y ésta por sí sola la había de producir, y honda,
la obra de Benito, que íntegra entonces se conservaría en la Di-
putación de Cataluña.
Cuando podemos poner al lado de La Piedad de Villeneuve-
les-Avignon la obra de los Martorell, y, para después de La Pie-
dad citada. La Piedad del por un momento conocido del mundo
artístico como Bartolomé Roux, Bartolomé Bermejo, no creo que
nadie pueda disputarnos un cuadro con antecedentes en Cataluña;
antecedentes que no ha sido posible encontrarle en Francia, en
Flandes, en Italia ni en Provenza. Y no sólo le encontramos an-
tecedentes gráficos, pictóricos, sino maestros conocidos, y un
maestro posible.
Repítese en la tabla de los Martorell cuanto de La Piedad
ha dicho el Sr. Bouchot. El dramatismo está por los Martorell
expresado sin frases, sin gestos, sin el terribile del ultramonta-
nismo. El dolor expresado es grande, pero está contenido: de
aquí lo patético de la composición, que llega á lo hondo. Hasta
qué punto había y hay en la tabla de los Martorell materia pic-
tórica, lo dice claro nuestra reproducción. Jugo, pastosidad,
color, solidez y sencillez, todo se encuentra dentro de una com-
posición patética, de la cual ya sabrá distinguir el inteligente las
i) Archivo de h cofradía de Freneros: Uihre de rehudes de I4S9'
92 SANPERE Y MIQUEL
exageraciones y aun deformaciones debidas á la impericia del
restaurador Planella.
Ahora bien : ¿ qué diríamos de Bernardo Martorell si se nos
hubiese revelado con una tabla como la del Sr. Cerda, ni encon-
tramos delante de La Piedad aviñonesa, hay que repetirlo hasta
la saciedad, inexplicable por otras escuelas que no sean la nues-
tra? Pues diriamos que Martorell era el autor de La Piedad de
Villeneuve-les-Avignon. Y diríamos que merecen ser compara-
dos los ángeles de la tabla de Martorell con el ángel de La :(ar:(a
ardiendo, y hasta podríamos adelantarnos á decir que el An^el
abraT^ado a la Crw^ es de la propia familia del Ángel de Froment.
Añadiríamos que si la tabla aviñonesa se pintó en 1470, se hizo
cuando en Barcelona reinaba el rey Rene, y que si se da por
pintada en Barcelona y luego llevada á Avinyó, con esto se
explicaría que su arte no hiciera escuela en Provenza. Y tam-
bién, de haberse pintado en Avinyó, se explicaría que no hubiese
hecho escuela por su sentido pietista, contrario al temperamento
suave y plácido del provenzal,
Si en Francia se abandona la busca y rebusca de obras que
expliquen en Provenza la aparición de una obra tan patética
como realista cual es La Piedad de Villeneuve-les-Avignon, sur-
girá entonces claro su extranjerismo, y entonces, confesado por
todos lo dicho por el Sr. Hulin de Loo, un flamenco, que La
Piedad fait songer a VEspagne plutdt qu'á la France ou á l'ltalie, se
dará á España tan grande obra; y, al dárnosla, como no la
podrán reclamar ni Portugal, ni Castilla, ni Andalucía, ni Valen-
cia, ni Aragón, se convendrá en que la famosa Piedad salió de la
escuela catalana, y, encontrándose en ésta con la obra de Marto-
rell, se dirá que, si no está probado que sea de Bernardo, es de su
escuela ; y, en vista de la gran Piedad de Bartolomé Bermejo de
la Catedral de Barcelona, que es éste su autor.
Justificaría su filiación catalana la comparación con La Piedad
de la puerta de este nombre de la Catedral de Barcelona, que aquí
reproducimos á dicho efecto, reservándonos hablar de ella para
más adelante. La escultura y la pintura se dirá, quiero creerlo así,
que pertenecen á una misma escuela, y esto por el momento
basta á mi determinación.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 93
Pero en La Piedad de VÍlleneuve-Ies-AvÍgnon hay un graf-
fito, esto es, una inscripción trazada con una punta dura en el
marco del cuadro, y al lado, y á la altura de la cabeza del sacer-
dote orante y donante. Esta inscripción, revelada por el señor
La Piedad de la puerta de su kombre de la Catedral de Barcelona
Bouchoc, dice Honorat Roiissei. De esta inscripción dice el Sr. Bou-
chot que ees del tiempo» (loe. cit.). No comprendo esta aseve-
ración, que hará pensar, al que esto lea y vea la reproducción de
la tabla, que está escrita ó en caracteres cursivos góticos ó en
monacales, como los de la orla. Nada de esto. La inscripción está
en hermosas letras romanas del siglo de Augusto, aun cuando
94 SANPERE Y MIQUEL
trazadas á la ligera, esto es, sin miramiento alguno. Cierto que
este alfabeto no era desconocido de los miniaturistas de la época,
pero no era el corriente. Aun el francés Jerson no lo había
invientado para, uso de venecianos en la imprenta en 1470. Sin
distingos ni reparos, el graffito en cuestión ¿e ha de reputar del
siglo XVI.
¿ Qué intención pudo tener el que lo escribió ? ¿ Quiso con-
servar el nombre del donante ó el del pintor? ¿Sabia de oídos
ó de otra manera que uno ú otro se llamaba Honorat Rousset?
¿Tradujo un nombre extranjero al provenzal de la inscripción?
En abril del año pasado 1905 se publicó en la Gai^ette des
BeauX'Arts, de París, un artículo firmado por el Sr. H. Cook,
quien tradujo la firma latina del mismo Bartolomeus Rubeus, y en
su consecuencia dijo que el cuadro lo había pintado Bartolomé
Roux, Ahora bien : Roux y Rousset son un mismo nombre, éste
en diminutivo. ¿Que hay aquí más que una coincidencia for-
tuita? Puede que sí: Roux y Rousset son apellidos bien conoci-
dos en Francia. Pero el caso es que, habiendo hecho notar el
Sr. Casellas, en La Vea de Catalunya, que el Bartolomeus Rubeus
se traduce por Bartolomé Bermejo en castellano, y que este Barto-
lomé Bermejo es bien conocido, en Inglaterra y en Francia no
ha habido oposición en dar á Bartolomé Bermejo el cuadro, que
antes se había dado al pintor francés desconocido Bartolomé Roux.
Dígase ahora: ¿si el autor del graffito de La Piedad hubiese tradu-
cido del castellano al francés el apellido Bermejo, no era posible
que, considerándole como un diminutivo, lo tradujese por Rous-
set! ¿Son todo esto sutilezas? Por lo menos no quiero que lo
sean, ni tengo por qué sutilizar, desde el momento que no
podría decir que fueran uno mismo Honorato y Bartolomé Ber-
mejo. Ello es, sin embargo, que yo estoy buscando el pintor
castellano que pintó imágenes de santos para el rey Rene, que ya
he dicho que debía entenderse por castellano un hombre de len-
gua castellana, y este hombre había de ser un cordobés, porque
sólo de esta escuela podía salir — como castellano — un pintor
digno de ser empleado por el rey Rene. Así, pues, yo no puedo,
de buenas á primeras, admitir que no se haya traducido, bien
que mal, Bermejo por Rousset. ¿Me empeñaré en sostenerlo?
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES gb
No: porque puede muy bien ser que el Honorat Rousset sea el
orante.
Si, esto dicho, volvemos á la obra pictórica, ésta, ó yo me
equivoco mucho, ó ha de volver ahora más nuestra que antes,
por lo mismo que hemos podido acercarla á Bartolomé Bermejo,
y á éste ha de dejársele en ínterin se vea más claro, ya que, falto
de antecedentes, no puedo decir que el repetidor Bernardo Mar-
torell hubiese nacido para tanto.
No hemos dicho todo lo que puede decirse en favor de
Bermejo como autor de la tabla de Villeneuve-les-Avignon. Al
hablar de su Piedad barcelonesa volveremos sobre lo dicho,
notando la otra Piedad que bien pudo salir de su lápiz, ya que no
de su pincel, pues se trata de una obra escultórica.
Pero en el Museo Calvet, de Avinyó, hay una tabla pintada
por los dos lados, tal vez puerta de algún díptico ó tríptico, que
el Sr. Cook atribuye á Bermejo. Si admitimos que fuera suyo, la
presencia de Bermejo, ya constatada en Avinyó, fortificaría la
creencia de ser suya La Piedad aviñonesa; y como ya serían tres
las obras suyas en Avinyó, y la tabla del Museo Calvet supone
otras itnágenes de santos, yo no dudo que no se tuviera por cierto
que el pintor castellano del rey Rene de 1476 fuera otro que
Bermejo.
Quien escapa á todas las conjeturas es el pintor catalán.
Cabrera, Huguet, Pablo Vergós, pudieron trabajar temporalmente
en Avinyó; pero este supuesto nada resuelve: indicada la presen-
cia en Avinyó de un pintor catalán, no quiero creer, en estos
tiempos de restauración del espíritu catalán, que no haya quien
no tome á empeño y á gloria el descubrirle.
CAPÍTULO VI
LOS CORDOBESES EN LA ESCUELA CATALANA
II. — BARTOLOMÉ BERMEJO
EXPLÍCASE lo inexplicable admitiendo una emigración de artis-
tas cordobeses á Barcelona para la construcción del monas-
terio de San Jerónimo bajo la protección de Pere de Tous el
MoT^o. Aunque esta emigración creo que la justifican la presencia
de Jaime y de Alfonso de Baena, si con ellos no hacemos venir
á Bartolomé Bermejo, ó no convenimos en que éste vino á sus
instancias, el misterio de la presencia en Barcelona de Bermejo
desde 1490 al 1495 inclusives no tiene explicación de ninguna
clase. Vino entonces porque vino, vino á estudiar aquí y aquí se
quedó y murió; porque lo raro del caso es que, si no sabemos
cuándo y cómo vino, tampoco sabemos cómo y cuándo se marchó.
Piferrer fué quien descubrió á Bermejo: él es el primero que
revela al mundo la existencia de un grande artista que aun espera
el universal reconocimiento de su mérito, gracias á lo poco hasta
aquí hecho para levantar su memoria.
Débese a priori dar una explicación del silencio que se hizo
alrededor de un hombre de gran mérito: ¿cómo, de quien tiene
á honra recordar en Barcelona que es cordobés. Pacheco, no encon-
tró rastro alguno, ya que en su Arte de la Pintura ni siquiera le
nombra? No estaba tan lejos Pacheco de la época de Bermejo
para que se pueda creer que se hubiese extinguido en Andalucía
el recuerdo del ¡lustre hijo de Córdoba. ¿Sería que Pacheco sa-
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 97
crificó la memoria de Bermejo por la rivalidad viva entre las escue-
las de Córdoba y Sevilla ? Lo cierto es que el erudito Pacheco,
que tantas y tan interesantes noticias da de los pintores andalu-
ces, no olvidando á Sánchez de Castro, tal vez por dársele como
jefe de la escuela sevillana, no hace mención alguna de Bermejo.
El moderno historiador de la escuela cordobesa, Sr. Ramírez de
Arellano, tampoco ha ilustrado la vida y obra de Bermejo, pues
sólo ha podido, como el Conde de la Vinaza en sus Adiciones al
Diccionario de Ceán Bermúde:(^, reproducir lo que aquí se había
escrito del artista cordobés. Si creyéramos al Sr. Casellas, debe-
ríamos decir que otro de sus conciudadanos, Jusepe Martínez,
también ignoró su existencia; pero yo no sé de dónde ha sacado,
pues no lo dice, el Sr. Casellas, que Jusepe Martínez fuera « de
la provincia de Córdoba», como dice en su artículo Una taula d'un
pintor d'aqui atribuida a Vart francés^; pues, de haber leído el
Sr. Casellas la obra de Martínez que cita, leyera en la pág. 39
el extracto de una acta notarial de 1648 que con mayor exten-
sión publicó el Sr. Conde de la Vinaza, de la cual resulta que era
«Jusepe Martínez natural y nacido en la presente ciudad de Zara-
goza, de edad de cuarenta y siete años, poco más ó menos; que
su arte y profesión es pintor, y que lo es de la Magestad del Rey
Nuestro Señor», «hijo legítimo y natural de Daniel Martínez,
pintor, de nación flamenco, y de Isabel de Lurbe, natural de la
Villa de Egea, etc. » ^ .
Ni Palomino, ni Ponz, ni Ceán Bermúdez, conocieron á
Bermejo. Este, como hemos dicho, renace en 1839 gracias á
Piferrer, que *le presenta como autor de La Piedad y de la
vidriera de la capilla bautismal de la Catedral de Barcelona.
Hasta la Exposición de Arte antiguo de Barcelona de 1902
Bermejo era sólo conocido por su cuadro de La Piedad, pues su
Santa Fa^ del Museo Episcopal de Vich la había dado el señor
Casellas á Durero, por mor de su sistema de derivar el arte cata-
lán del cuatrocentismo de la escuela alemana; sistema en que
i) hsi Veu de Catalunya de 5 de agosto de 1905.
2) Martínez: Discursos practicables del nobilísimo arle de la pintura ^ edición Carde-
rera (Madrid, 1866), pág. 39.
» 13
98 SANPERE Y MIQUEL
aun se añrma á raíz de confesar su equivocación en el citado
articulo de La Veu, pues ahora, no pudiendo dar la Santa Fa^ al
firan hijo de Nuremberg, convierte á Bartolomé Bermejo en un
propio maestro nurembergués.
Conocemos hoy de Bermejo otra obra documentada, puesto
que lleva su firma. Trátase de un San Miguel de la colección del
Sr. V'arnher, de Londres, dada á conocer en la Ga:{ette des Beaux
Arls, de París, en abril de 1905, por e! Sr. Cook, quien, tradu-
ciendo la firma latina del cuadro Barlholomeiis Rukus por Barto-
lomé Roux, hacía de éste un pintor del mediodía de Francia. Salió
al encuentro de esta traducción el Sr. Casellas en su citado articulo,
diciendo que debía tradu-
cirse el nombre por el de
Bartolomé Bermejo, rec-
tificación que sin protesta
aceptó el Sr. Cook, quien,
de haberle cegado el amor
propio, hubiera sostenido
su lectura, pues no quita
que no pudiera haber existido un Bartolomé Roux por haber
existido un Bartolomé Bermejo, pues lo que hibh de decidir la
cuestión eran las condiciones técnicas del San Miguel; condicio-
nes que nadie ha discutido, por no conocer el Sr. Cook la obra
indubitable de Bermejo, ni haber conocido el Sr. Casellas el San
Miguel de Londres; condiciones que tampoco puedo yo discutir
por encontrarme en el mismo caso del Sr. Casellas.
Juzgando por la fotografía publicada por el Sr. Cook, foto-
grafía que, gracias á la amabilidad de este señor, que me la
envió, reproduzco á mi vez, creo que se puede dejar á Bermejo
el.San Miguel, no por la figura del Arcángel, en la que hubiera
sido imposible ver ia menor huella del dibujo realístico de Ber-
mejo, sino por la del donante, cuya cabeza doy ampliada para
que se compare con la del canónigo Desplá del cuadro de La
Piedad de Barcelona. De modo que, de no haber el tal donante
en el San Miguel, yo hubiera podido sostener que, no habiendo
nada en el San Miguel del Sr. Warnher de lo que conocemos en
La Piedad y en la Sania Fa^ de Vich, no se podía ni debía admiiir
S. Siiipíre y Mlijuel: Los Cualroanl
Bartolomé Bermkjo: Cabejía del caballero del San Miguel
Cokuióii del Sr. Waniher, LanJtcs
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 99
que aquel afeminado arcángel hubiera en tiempo alguno nacido de
la paleta realista de Bermejo.
Como se dice vulgarmente, no tiene precio el San Miguel
para el descubrimiento de la obra de Bermejo, por lo mismo que
nos revela la potencialidad de un artista que le permite en una
obra en que se codean lo ideal y lo real tratar una y otra moda-
lidad como en pintura se requiere, que en La Piedad de Barce-
lona no se da tal contraste, que un mismo pincel se ve que podía
pasar sin violencia del retrato pasivo á la expresión fuerte, barroca,
del dolor. Así, cuando el Sr. Cook, al rectificar su artículo de la
Ga:(ette des Beaux Arts, en The Burlington MagaT^ine, acepta y
presenta como de Bermejo la Santa Engracia de la colección
Somzée, hoy en la del Sr. Gardiner, en Boston de los Estados
Unidos, no se puede rechazar de plano su restitución, porque
nada se opone á que sea autor de la Santa Engracia quien lo fué
del San Miguel del Sr. Warnher, Y todavía se adelantó á más el
Sr. Cook, pues ya en la GaT^ette des Beaux Arts reclamó para
Bartholotneus Rubeus el San Miguel del Museo Calvet de Avinyó,
el cual se lleva consigo La Anunciación del dicho Museo, pues está
pintada al reverso del San Miguel.
Sin firma los dos cuadros de Avinyó y la Santa Engracia,
sin ninguna de aquellas características que podremos señalar
como de Bermejo, es posible que no haya acuerdo en las atribu-
ciones propuestas por el Sr. Cook.
Fijóse por primera vez la atención de la crítica artística en
la Santa Engracia cuando este cuadro se expuso en la Exposición
de la New-Gallery de Londres en el invierno del año 1900. Dos
críticos eminentes, dos hombres de gran autoridad por su saber
y erudición, hablaron de la obra, el doctor Friedlaender, en el
Repertorium fuer Kunstsvisseíischaft, y el Sr. Weale, en la Revue de
l'Art chritien. Como sienta bien á los maestros, el doctor dijo:
«A la escuela española, y para 1480, pertenece la figura de Santa
Elena, casi de tamaño natural, procedente de la colección Som-
zée y presentada como obra de la primitiva escuela flamenca» ^ .
i) «Der spanischen Schule und der Zeit um i48ogehórt die fast lebensgrosse Figur
der hL Helena an, die de Somzée unter der Bezeichnung «early ñemish SchooLv aus-
! • •;• ¿vi
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ll
[■
too SANPERE Y MIQUEL
Un mes después, en mayo, D. W. H. James Weale, al
reseñar la dicha exposición, citaba en primer término, de los
cinco cuadros que estimaba extranjeros á la escuela neerlandesa,
«la muy notable figura, de tamaño natural, de una santa (i6),
vistiendo un traje de brocado carmesí y oro guarnecido de armi-
ños y manto de terciopelo azul; de píe delante de un trono
adornado con incrustaciones, llevando una palma y un clavo, y
en la cabeza rica corona, lo cual nos asegura que se trata, cierta-
mente de Santa Engracia y no de Santa Elena. Ese interesante
cuadro debe ser obra de uno de los artistas alemanes establecidos
en Zaragoza al principio del siglo XVI » ^ .
Tenemos, pues, que mientras un alemán tiene por española
la Santa Engracia, un flamenco la tiene por alemana; que mientras
el primero la fija sobre 1480, el segundo la pone á principios del
siglo XVI, ó sea treinta años más tarde; y esta disparidad se da en
maestros reconocidos de la crítica y de la erudición artística. Si
para decidir sumamos autoridades, diremos que estiman española
la Santa Engracia los Sres. Friedlaendér, Phillips y Cook; de la
opinión del Sr. Weale no conocemos otro. Tampoco conocemos
maestro alemán alguno en Zaragoza á principios del siglo XVI.
Sabemos la opinión de D. Claudio Phillips por haberla
recordado el Sr. Cook en su artículo de The Burlington Maga'^ne,
en 13 de diciembre de 1904, en Daily Telegraphy quien la emitió
á propósito de la Exposición de «The Fine Arts Burlington Club»
-del invierno de 1904, y con motivo de la presentación del San
Miguel de Bartholomeus Rubeus, dicho señor dijo que «era proba-
blemente de mano de éste la santa entronizada, últimamente en
la colección Somzée, y ahora en América » ^ .
^estellt halte» (Núm. i6). — Fhiv.th.aksoer: Die Leibaiisstellung dtr New-GaHery in London,
Jiinuar-Maerz 1900. Hemptsaechlich niederlaendische Gemaelde tUs XV uud XVI. Jabrbuit-
■derts, en Repertorium fuer Kunstsvissenscbafl (Berlín, 1900), abril, tomo XXIII, pág. 258.
i) James Wkakl: Exposition de piutures des maitres^neerlandais anterieurs á la Renais-
sattce á la Nnu-Gallery de Jjondres. En la Rei'ue dt VAri cbrétien (Lille, 1900), V serie,
tomo XI, pág. 258.
2) «M. Claude Phillips, suggested that auother example of the same kind, and
probably by the same hand, w.is to be seen in the femaie saint enthroned, lately in the
Somzée collection, and now in America». — H. Cook: Identification of an early spanisb
Idaster^ en The Burlington Magaiine (Lonárefí, 1905 ), noviembre, t. VIII, pág. 129, col. I.
S. Sanpcrc y Miquel : I« Cua
Bartolomé Blrmejo: San Miguel
Coltícióii del St. Warnher. Londres
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 01
Quiero creer que el Sr. Weale tuvo por de mano alemana la
Sania Engracia, porque no era bastante flamenca para llamarla
flamenca, y por desconocer nuestra escuela catalana, lo que no
decimos en su agravio, puesto que nuestra escuela es hasta hoy
punto menos que desconocida en Europa. Habiendo dicho señor
identificado la imagen representada en la tabla, encontrándose
con una Santa Engracia, santa local, puramente zaragozana, por
lo que tiene la tabla de un arte que él no conocía en España, ni
históricamente en Aragón y Cataluña, supuso ese maestro ale-
mán pintando en Zaragoza, y esto cuando por el tiempo en que
él pone la tabla tenía en Aragón un maestro de gran renombre,
al pintor de los Reyes Católicos, á Pedro Ponte ó de Aponte.
Tiene para la cuestión Bermejo, en verdad, poca ó ninguna
importancia la cuestión de tiempo, por lo mismo que pudo pintar
la Santa Engracia lo mismo si la dejamos sobre 1480 que si la
dejamos sobre los primeros años del siglo XVI, pues es de creer
que estos primeros años pudo vivirlos Bermejo, ya que le encontra-
mos en 1495 en Barcelona trabajando por su Catedral, Interésa-
nos la fecha para la cronología de la obra de Bermejo, y dicho se
está que para averiguarla. Llama desde luego la atención el sin-
gular tocado de la Santa. ¿Tiene éste antecedentes? ¿En dónde,
en qué tiempo? Hasta aquí nada parecido se ha visto en la
pintura catalana, lo cual desde luego nos lleva á creer que no se
pintaría en Barcelona. Buscando y rebuscando algo parecido, sólo
en ViolIet-le-Duc veo la posibilidad de señalar su moda para la
última decena del siglo XV. Así, lo mismo podría ser la obra de
1490 que de 1500. Pero, en punto á modas, es muy difícil decir,
fijar exactamente las fechas de su entrada y total desaparición.
¿ Fijóse el señor Weale en el sillón ó trono para fechar el cuadro?
Cierto, el sillón parece tener poca cosa de gótico. Precisamente
en 1480 es cuando Enrique Egas principia la construcción del
bello colegio mayor de Santa Cruz de Valladolid, que consagra el
triunfo de la arquitectura plateresca, estilo que muy pronto había
de dejar en Zaragoza obras notabilísimas. ¿Qué queremos decir
con esto? Que si la Santa Engracia se pintó en Zaragoza, bien
* pudiera ser que el mobiliario, anticipándose, como era natural, á la
arquitectura, hubiera ya adoptado formas propias del nuevo estilo.
102 SANPERC Y MIQUEL
Estoy lejos denegar que no me sugestiona el trono del
cuadro: una Santa Engracia se me figura que hubo de pintarse
en Zaragoza. Si de Bermejo tuviéramos una biografía más com-
pleta y por ella resultara que no hubo probabilidad de que pin-
tara en dicha ciudad, yo creo, tratándose de una Santa Engracia,
que no se podría rechazar la paternidad de la obra á Pedro Ponte
ó Aponte. Porque, ¿qué vemos en la Santa Engracia que sea de
Bartolomé Bermejo ?
Ingeniosa es la prueba de D. Heriberto Cook. Poniendo de
lado, en The Burlington Maga:(jne, reducidos al mismo tamaño,
como lo hacemos á nuestra vez, el San Miguel y la Santa Engra-
cia, parece,- como él dice, clearly que uno y otro cuadro son de
Bermejo. Las dos cabezas parecen salidas de un mismo modelo, y,
por lo que de su factura permite juzgar una fotografía, parece la
misma. Como los Sres. Phillips y Cook escribían teniendo pre-
sente entrambos cuadros, claro está que las remembranzas de su
color y colorido podían contribuir á la evidencia que afirma
rotundamente el Sr. Cook.
Nada han dicho, que sepamos, sobre esta identificación los
Sres. Friedlaender y Weale; nada ha dicho el Sr. Casellas; pero,
por lo que dijo sobre la atribución del San Miguel de Avinyó á
Bermejo, propuesta por el Sr^ Cook, nos parece que rechazaría
la Santa Engracia por no ver en el plegado del vestido y manto
de la santa un solo pliegue /ramr¿w; en cambio, tal vez admitiría
que andan de acuerdo en el plegado el San Miguel de Avinyó y la
Santa Engracia.
Para el Sr. Casellas, «si dos Sants Miquels hi ha en el món
diferents, son el de Londres y el d'Avinyó. L'arcángel del museu
d'Avignon es un tipo enterament meridional, rioler, placévol,
d'aires gálics, d'estarrufada cabellera, y vestit ab mantell de grans
plecs airosos, onejants, com vela inflada peí vent; mentres que
Tarcángel de Bartholomeus Rubeus es un tipo completament del
Nord, hermós,peró sever, aristocrátic y reconcentrat, d'acortinada
cabellera, y habillat ab un mantell de plecs angulosos, ximicats,
propris de les escoles de Flandes, de Brabant, de Franconia, de
Suabia, de totes les septentrional. »
Repítese aquí de nuevo lo ocurrido con la Santa Engracia,
Bartolomé Bermejo; Santa Engracia
Caleccióii At) St. Girdiiier, Bosloii, E, U.
S. Sinpeie y Miqael: Lm Cimi
Bartolomé Bermejo: Sah Miguel
Masco de Avinyá, Fiiadi
1
t
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES IO3
en donde hemos visto á un alemán dar el cuadro á España y á un
flamenco darlo á Alemania. Ahora el Sr. Casellas descubre aires
gálicos en el San Miguel de Avinyó, mientras un gálico, el señor
Lafenestre, ve como los ingleses, un meridional, un italiano, un
milanés ó florentino.
Presentáronse en la «Exposition des Primitifs franjáis» de
1902 el San Miguel ^ y, por consiguiente, la Anunciación del
Museo Calvet de Avinyó, como obras de la escuela provenzal, y
dijo del San Miguel el Conservador del Louvre: (uCe Saint Michel
se profile toujours, comme ses frires ainés des XIV' et XV' siecles, si
nombreuxchex^nous, sur unfond isolant de riche teniure; c'est la méme
vigueur leste et mále, la méme vivacité d'attitude victorieuse et de
geste menagant que dans nos vieux bois, pierres, marbres ou en-
luminures; mais le beau prince, le prince charmant, s'esi encoré
assoupli, aflSné, modernisé, au contact des cours italiennes. Son
équipement est d'un bon armurier lombard; ses longs cheveux,
bouclés et soyeux, et sa physionomie aristocralique révélent sa párente
avec les sveltes adolescents, mondains et tendres, au sourirefemenin, de
Florence et de Milán. Ce n'est plus seuletnent Vltalie qui nous gagne:
c'est nous qui allons la chercher...» etc. ' .
Queda, pues, repudiado por un galo el galo San Miguel de
Avinyó, según el Sr. Casellas, y el Sr. Lafenestre reconoce tam-
bién en aquél su continente aristocrático, que confesarán todos
los lectores. Si á esto añadimos que los ingleses, gente septen-
trional, estuvieron todos de acuerdo, como dice el Sr. Cook, en
ver en dicho ángel á un meridional, yo no sé cómo en contra de
su opinión hasta interesada pueda prevalecer la del Sr. Casellas.
Resta la cuestión del plegado, y la contradicción en este
punto es evidente. Pero cabe observar que siendo del andaluz Ber-
mejo el San Miguel, que lleva un manto plegado más ó menos á
lo flamenco, el cordobés pudo un día repudiar ese tópico extran-
jero y pintar como se pintó en Barcelona siempre menos por
Dalmau,.esto es, con franca repulsión de ese plegado artificial y
barroco. Por cuanto no tenía dicho plegado nada de cordobés ni
nada de catalán, pudo Bermejo repudiarlo tan pronto entrase en
i) Lafenestre: L'Exposition des Primitifs franjáis (París, 1904), pág. 68.
104 SANPERE Y MIQUEL
un centro artístico en donde no hubiese cuajado la moda ña-
menea; y que aquí el plegado flamenco, lo mismo que el plegado
franconiano, no fué nunca asimilado, lo enseña, en primer
término, los pocos ejemplos que pueden citarse, y en segundo
término el que á veces en un mismo retablo, como en el de
Santa Tecla y San Sebastián del claustro de la Catedral de Barce-
lona, vemos á un mismo pintor ó á dos pintores ensayarse en el
mismo, uno con éxito, el otro fracasando. Ejemplos, en el citado
retablo, el manto de Santa Tecla y el vestido de la santa en el
cuadro de su martirio. Luego volveremos sobre el particular de
ese plegado franconiano, puesto de moda por los grandes tallistas
flamencos y alemanes.
Si el San Miguel y La Anunciación de Avinyp se quieren
reducir al siglo XVI, nada tan fácil de lograr ante aquellos que
dicen que toda decoración ó construcción arquitectónica del rena-
cimiento ó del romano pertenece á dicho siglo. Pero de sobra se
sabe que en pintura el renacimiento se adelantó á la adopción de
este estilo en muchos países. En todas partes fueron los pintores
sus propagadores, para quienes tenía el estilo, aparte la novedad,
la ventaja de ahorrarles tarea en los interiores y de proporcionar-
les, además, un dato de época para las escenas del Nuevo Testa-
mento. Si con esto explicamos el fondo arquitectónico de La
Anunciación de Avinyó, no se entienda que esta explicación sea
necesaria para explicar la obra como de Bermejo; porque si la
última noticia que tenemos de éste es de 1495, cuando la pri-
mera es de 1490, dicho se está que Bermejo pudo alcanzar un
tiempo en que ya fueran anticuados y arcaicos los fondos
góticos.
Los cuadros de la Catedral de Barcelona y del Museo de
Vich están pintados al óleo; del San Migml del Sr. Warnher
nada nos consta; tampoco sabemos nada para la Santa Engracia;
los dos de Avinyó los creo pintados al temple. Que Bermejo
pintaba á la vez al óleo y al temple, esto lo hemos de creer lo
más natural, lo primero por ser el procedimiento nuevo; lo
segundo, por ser el tradicional. Véase en nuestros documentos el
poco caso ó aprecio que en la escuela catalana, y por consi-
guiente en Cataluña, se hizo del pintar al óleo. En el citado
S. Sínpere y MÍque1: los Cu.
Bartolomé Bermejo: Sakta Fa:
MuKo Episcopal de Vicli
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I05
retabk) de Santa Tecla y San Sebastián el cuadro central está al
temple, y al óleo los de los lados.
Ahora, á mi vez, partiendo de una obra conocida de Ber-
mejo, he de ver si son suyas otras tres, para cuya filiación cier-
tamente tengo más facilidades que el Sr. Cook, ya que se trata
de tres representaciones de la Santa Faz.
Tenemos en Vich, en su Museo Episcopal, una Santa FaT^
que había dado el Sr. Casellas, á causa de su sistema teutónico,
nada menos que á Durero. Vino la Exposición de Arte antiguo
de Barcelona de 1902 y, encontrándose poco menos que frente
á frente la Santa Fa:(^ y La Piedad, «va poder-se compro var, com
qui diu espontaniament», que uno y otro cuadro eran de un
mismo autor, de Bermejo. Esto dice el propio Sr. Casellas en su
citado artículo de La Veu de Catalunya de 3 de agosto de 1905.
Pero añade, en descargo de su error: «Ademes, resulta tant arriscat
sempre aixó de les atribucions per analogía d'estil, de técnica, de
sentiment, quan Tobra anónima y indocumentada no's pot posar
davant d'una altra o d'unes altres que no ofereixin cap dubte
d'autenticitat!» Así es; pero aun la comparación se ha de hacer
con obras de un mismo tiempo ó poco distantes unas de las
otras, pues yo no creo que nadie acertara á ver en la Escuela de
Atenas al autor del Sponsalizio. Esto hemos indicado varias veces,
y ahora lo repetimos por lo mismo que también el Sr. Dimier,
tomando pie de la errónea atribución del San Miguel del señor
Warnher á Fouquet, hecha por el Sr. Cook, protesta contra esas
atribuciones hechas por semejanzas y analogías de pura aprecia-
ción subjetiva, que sólo prosperan por el crédito personal del que
las hace ^ Así, concluye que en las salas de los Primitivos del
Louvre, como en el Catálogo de la Exposición de Primitivos
franceses de 1904, no tenían ni tienen mejores garantías muchas
de las reducciones señaladas 2.
Todo esto, viniendo tras de lo que hemos dicho de los cua-
dros de Avinyó, y delante de lo que vamos á decir de las Santas
i) Dimier : Les Primilifs franjáis et Vermejo. En Les Arts, noviembre de 1905.
2) ídem ídem, pág. 34, col. 3.'
» 14
I06 SANPERE Y MIQUEL
Faces, prevendrá en firme al lector sobre las atribuciones que se
hacen y hago á Bermejo.
Nada sé de la procedencia de la Santa Fa^ de Vich, fuera de
que entró en el Museo de dicha ciudad procedente de un con-
vento de monjas de la misma. Pero observó muy bien el señor
Casellas, comparando la Santa Fa:(^ con La Piedad de la Catedral
de Barcelona, que «saltaba á la vista de la persona más profana»
que una y otra obra habían salido de una misma mano. «Igual
color calent, colrat, recuit, en totes dues; igual construcció accen-
tuada y forta; igual paroxisme de dolor.» Además, «les divines
persones de Tuna y Taltra pintura portaven, a tall de nimbe al
voltant del cap, unes mateixes filatures radiáis daurades, difícils de
confondre ab cap mes. Y, sobre tot, hi havia un senyal que no
fallava, un detall d'estructura muscular especialíssim que oferien
igualment els ulls de la Mater Dolorosa que'ls ulls de la Santa
Fax,. T^l ^s el parpre superior d'abdues figures, un parpre sui
generis, folgat, balder, que abans d'arribar al llagrimal fa una
mena de doblec. Es un tret que no 's despinta un cop vist una
vegada, tant convincent, per lo característic, com una firma del
mateix pintor».
Falta sólo á lo copiado añadir que aquel « nimbo difícil de
confundir con ningún otro» se destaca sobre un fondo de azul
turquí.
Pregunto ahora: toda Santa Fa^i en la cual se nos dé un
nimbo de tal clase, ¿ no estará bien atribuida á Bermejo } Véase,
pues, el nimbo en cuestión en las Santas Faces de Vich, de Abys-
sinia y de la colección de D. Pablo Bosch, de Madrid.
Conozco' del Sr. Bosch la Santa Fai circular, no la Santa
Fa:^ II; pero de ésta, al enviarme su fotografía, me escribió que
el nimbo dorado y sui generis se destacaba sobre el consabido
fondo azul, y que el rostro era de aquel color calent y colrat que
habíamos notado en la Santa Fa^i L
La Santa Fai(^ de Abyssinia la conozco por haberse publicado
en The Burlington Maga^ine, número de agosto del año 1905, en
un artículo intitulado A Flemish picture from Abyssinia, Cuenta
su autor que su actual poseedor, D. Ricardo Holmes, habiendo
hecho la campaña contra el rey Theodoro, al entrar con las
S. Smpere y Miqíiel: Lm Cua.
Bartolomé Bermejo: La Santa Faz
::olccd¿ii de D. Pnblo Boích y Birrjii, M
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES IO7
tropas de Lord Napier en Magdala en 1868, vio colgada de la
cabecera de la cama del rey á la Santa Fa^^, y, conociendo que
era buena, se quedó con ella.
Una vez en Inglaterra, los conocedores la atribuyeron á
Quintín Matsys, teniéndose por cierto que el cuadro, procedente
de Flandes, pasó á España ó á Portugal, llevándolo en su com-
pañía á Abyssinia unos misioneros portugueses en el transcurso
del siglo XVI ; pero para el Sr. Weale la atribución á Matsys es
del todo infundada. De esta misma opinión será el Sr. RogerFry
cuando, á su entender, cree, por el corte del vestido y pintura
de las manos, que se trata de Adriano Isenbrant ó de algún pintor
de Brujas con él en íntima conexión^ .
Nada recuerdo de Isenbrant, de quien consta que en 15 10
compró el derecho de ciudadanía en Brujas, en donde falleció en
155 1. Leo que fué un buen retratista, y más no puedo decir. Si
no he apurado la investigación, es porque, viendo inseguro al
Sr. Fry, nada hubiera conseguido de concluir que no podía ser
suya la Santa Fa:^ de Abyssinia, porque quedaba en pie la segunda
atribución á un maestro en contacto con Isenbrant.
¿ Qué hay en las manos que pueda caracterizar á un maes-
tro? Según el fotograbado reproducido, nada de particular se
echa de ver; pero el articulista nota «el contraste entre las páli-
das manos, casi sin sombras, y el calent colrat color y pleno
modelado de la faz » ^ .
Creo que traduce la letra y el espíritu de la frase inglesa the
warvier reds of the face el calent colrat color de la fa^^ que el señor
Casellas notó como característica de la Sania Fa:(^ de Vich, colo-
rido propio asimismo de la Santa Fa^^ del Sr. Bosch.
Dícese que la Santa Fa:^ de Abyssinia está pintada al temple,
y al temple creía el Sr. Beruete, en cuya compañía estudié la
Santa Fa:^ I del Sr. Bosch, que podía estar ésta pintada; y su
dictamen, tratándose de un profesional de tanto mérito y tan
i) ff And that the pattern of the dress and the treatment of the hands point alike to
Adriaen Isenbrant, or to some Bruges painter intimately connected with him. » Obra y
lugar citados, pág. 394. col. 2.*
2) rWith the pallid alniost schadowless hands than with the warmer reds and
fuller modelling of the face. * ídem ídem.
I08 SANPERE Y MIQUEL
conocedor de la pintura como lo es el historiador de Velázquez,
ha de pesar y pesa sobre mi opinión de estar al óleo. Al óleo
está pintada la Santa Fa:^ de Vich.
Merece notarse la coincidencia con la Santa Fa:;^ de Abyssinia,
que también creía el Sr. Bosch que su Santa Fa:(^ I era de Quintín
Matsys. En este particular opinó sin vacilación alguna el señor
Beruete que era española, y, caso de ser así, el Sr. Bosch, que
no quedó convencido, opinaba conmigo que no podría ser su
autor otro que Bermejo.
¿ Falta en las Santas Faces de Abyssinia y del Sr. Bosch aquella
doblez del párpado superior que equivale á la firma de Bermejo?
Creo que no, sólo que no se llega en dichos cuadros á la exage-
ración de la Santa Fa:(^ de Vich. En ésta es cierto, como dice el
Sr. Casellas, que se ha expresado, como en La Piedad, el paro-
xismo del dolor físico; pero, en mi sentir, de una manera barroca,
á la que hubo de llegar Bermejo á fuerza de pedírsele Santas
Faces que hicieran llorar, como sin duda lo logran las suyas de las
almas piadosas y cristianas. Fíjese la atención en los ojos de la
Santa Fa^i de Abyssinia y se notará el retorcido del párpado, y en la
Santa Fa:^ I su contracción. Es esta característica bien observada
del dolor la que, extremándose, fué á parar en las violentas con-
tracciones de los ojos de la Santa Fa:^ de Vich.
En las bocas entreabiertas es de notar la concordancia entre
las de la Santa Fa;;^ de Abyssinia y la primera del Sr. Bosch, en
las cuales hay algo de convencional en el dibujo; convención que
llega al amaneramiento en la Santa Fa^i 11.
Distingüese la Santa Fa:¡^ de Abyssinia por tener, al revés de
las otras, que tienen los ojos abiertos, los suyos muy entornados;
pero el articulista del Burlington Maga:(ine nos advierte que en el
primer dibujo de dicha Santa Fa7^ los ojos estaban abiertos, por-
que dice que son de ver todas las líneas de un segundo ó primer
rostro en dicho cuadro. Corrección ó arrepentimiento se dirá;
pero á mi entender lo que hay es que se convirtió por Bermejo
en una Santa Fa^i lo que no era sino una cabeza del Cristo, como
lo prueba la presencia y colocación de las manos, impropia y
desconocida para un Eccehomo.
Otras particularidades como el peinado notaríamos, si no
5. SiDpcre y Mique): Idi Cniti
Bartolomé Bermejo: Eccehomo (ue Abvssinia)
Colección de D. RicarJo Holmei, LonJtes
j
Escuela de Bermejo: La Santa Faz 11
Colección de D. Pablo Boicli y Barrau, Madiid
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES III
diéramos los fotograbados de las Santas Faces, Examínense con
detención y se verá cada vez más ciara en todas ellas la mano del
tétrico pintor de la Santa Fa:¡^ de Vich. Esta es, sin duda alguna,
la última que pintó de las tres: es de 1490 ó de algo después. Lo
prueba su concordancia con Lxi Piedad de Despla, su goticismo
como obra pintada en Barcelona, en donde la nota gótica no des-
aparece en todo el siglo XV.
Como primera tengo la Santa Fa:( de Abyssinia, por aquello
de que cada cosa engendra su semejante, esto es, Bermejo joven
nos da una Santa Fa?^ de un Cristo joven. Los años márcanse en
la Santa Fa:( / y en la de Vich en progresión, y la modelación se
hace cada vez mayor, más enérgica, más acentuada, y en mi
sentir no como resultado de un progreso artístico, sino de un
amaneramiento.
Señalando el triunfo, el éxito de las Santas Faces de Bermejo,
se nos presenta la Santa Fa^ II, que no creo que pueda darse
más que á un discípulo ó á un imitador de su última manera.
Esta procede indudablemente del tipo de la de Vich, tratado por
un hombre que quiere escapar de las exageraciones de aquélla,
y al corregirla nos ofrece una boca inverosímil, unos ojos mal
dibujados y una modulación temerosa, queriendo ser tan anató-
mica como lo es la de Vich. Véase asimismo la aureola reducida
á un mínimun, cuando en la de Vich llegó ya Bermejo exagerado
en un todo á la prodigalidad de la riqueza. Por todo esto creemos
que sólo á la escuela de Bermejo se puede dar la Santa Fa:;^ II del
Sr. Bosch. ¿Se pintó en Barcelona ? Diríamos que sí, de no creer
posible la aparición fuera de Cataluña de una Santa Fa^ último
estilo y de mano del gran maestro, pues nos parece innegable la
relación entre la obra del jefe de la escuela y la del sectario. La
procedencia de las Santas Faces del Sr. Bosch es desconocida.
Que se pintaran en Barcelona las otras dos, esto sí que no
lo juraría, porque no puedo sustraerme á la idea de haber sido
Bermejo aquel pintor de santos del rey Rene del año 1476.
La obra de Bermejo barcelonesa tiene unidad, tal vez no
falte para la obra aviñonesa con relación al San Miguel del señor
Warnher; pero ni por uno ni por otro grupo de obras llegamos
á conocer los orígenes de Bermejo ni sus estados de vida artística.
112 SANPERE Y MIQUEL
Pero yo he de hacer notar que en Bermejo se da otra nota
tan característica como indudablemente lo es la de los nimbos de
sus Santas Faces, y esta es la del escudo del San Miguel del señor
Warnher, que encuentro en Sevilla en La Piedad de Juan Núñez
de la sacristía de los Cálices de su Catedral.
Nada ha adelantado el Sr. Gestoso en el conocimiento de
la vida y obra de Juan Núñez sobre lo que dejó escrito Ceán
Bermúdez, pero publicó dicho señor una fototipia del cuadro
citado, que bien pudo ser la que utilizó Woltmann para el gra-
bado que reproduzco de su magnífica Historia de la Pintura, quien
declara que la composición y ejecución de la obra es esencial-
mente eyckiana, y, sin duda por su esmaltado color, dice que se
entrevé á Fr. Francia ^ .
Nada conocemos de Bermejo que sea tan flamenco como la
obra de Núñez, y, por lo que yo conozco del color de uno y otro
maestro, tampoco tienen nada de común. Pero el San Miguel del
cuadro de Núñez lleva, como hemos dicho, el mismo escudo que
el San Miguel del Sr. Warnher, y forma tan singular de escudo
exige una explicación.
Dijo el Sr. Cook, en su artículo de la Ga:(ette des Beáux Arts,
que la figura del caballero orante del cuadro de San Miguel
«recuerda á Fouquet, lo mismo que el escudo con el orbe de cristal )i
(lugar citado, pág. 354). Había de entender, me parece, que el
Sr. Cook conocería un San Miguel llevando un escudo con el
globo de cristal obra de Fouquet, lo cual, de ser exacto, hubiera
explicado los cuadros de Bermejo en Avinyó, por haber estado
Fouquet en ella. Por esto, en momento oportuno, le escribí
rogándole me dijera en dónde había visto un San Miguel de
Fouquet con tal escudo, y á mi carta respondió el Sr. Cook, con
fecha de 21 de diciembre de 1905, diciéndome: «Tengo el honor
de enviaros una fotografía, del San Miguel de Bermejo. No
conozco Fouquet alguno de ese tema : no era sino una semejanza
general de estilo de ese maestro lo que yo señalaba en la Ga:(ette
des Beaux Artsn, Queda, pues, en pie la cuestión de la proceden-
cia del escudo del globo de cristal montado en una galería de
i) Woltmann: Geschichte der Malerei (Leipzig, 1882), ton:o H, pág. 558.
Juan NúflEz: La Piedad
Caiediiil de Sevilla
J
r
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES Il5
orfebrería; y como no he conseguido encontrar otro ejemplar
fuera de los dos citados, pregunto: ¿de quién es la idea, de
Núñez ó de Bermejo? Núñez es conocido entre 1480-15 34:
Bermejo, por sus obras fechadas, no le conocemos sino para entre
1490-1493. Como el cuadro de Núñez no tiene nada de Bermejo,
ni la obra de éste tiene nada de Núñez, ¿ sería que en Andalucía
en algún tiempo, pues ahora no he podido dar con ella, existiera
alguna leyenda sobre haber sugestionado San Miguel al diablo
presentándole un globo de cristal?
Ahora bien: llegando los años de Núñez hasta los de 1534,
parece como si éste hubo de ser más joven que Bermejo, y en
este supuesto, si pudo ser su discípulo, ¿ en dónde frecuentó su
taller ? No me decido á dar á Juan Núñez por discípulo de Ber-
mejo. Del lado de éste no se podía salir flamenco como él salió.
Si pudiéramos ver en Núñez el maestro de Bermejo, diríamos
que éste se emancipó de su maestro, como Velázquez se emancipó
de Pacheco, pero que de su escuela se llevó el escudo cristalino
de San Miguel.
La fecha de 1480 la da Ceán Bermúdez con relación á un
retablo en que aparecían unidos los nombres de Juan Núñez y
de Nufro Sánchez, pues de este escultor dice que por dicho año
vivía. Por consiguiente, nada más incierto que dicho año para
la tabla en cuestión, pues dicho se está que Nufro no vivió sólo
en 1480. Como indicación de tiempo claro está que vale dicha
referencia.
Si queremos, pues, hacer de Núñez el maestro de Bermejo
y le damos 30 años en 1480, 84 contaría en 1534. Son muchos
años; pero en nuestra escuela los vivieron Vergós II y Alemany.
Sin embargo, sería preciso aumentarle los años para explicar la
presencia de Bermejo en Avinyó en 1476.
Concluyo, pues, en favor de una escuela ó procedencia
común para Bermejo y Núñez. Entrambos andaluces, de Andalu-
cía pudieron sacar, como hemos indicado, el escudo de San
Miguel. Si éste era un tópico determinado de una escuela, de la
cordobesa ó de la sevillana, nada se opone á su difusión, nada se
opone á que Núñez hubiese frecuentado la escuela cordobesa,
pues si el haber casado Núñez con una Castro bastó para que
Il6 SANPERE Y MIQUCL
Ceán Bermúdez le hiciera discípulo de Juan Sánchez de Castro,
á mí no me ha convencido la deducción, aun admitiendo que la
Ana de Castro fuera sobrina ó prima del pintor.
Debo recordar que yo no sé cómo puede explicarse á Alejo
Fernández si no se pone en Andalucía á Bermejo de. regreso de
Barcelona. En este caso se comprendería que Núñez tomara de él
su extraordinario escudo de San Miguel.
Bermejo tal vez trajo algo más que dicho escudo de Anda-
lucía. Veamos esa posibilidad.
Tenemos en el claustro de la Catedral de Barcelona una
capilla dedicada á Santa Tecla y á San Sebastián, titulares del
retablo por fortuna conservado, y por el canónigo Juan Andrés
Sors mandados pintar, como lo acredita que se vean sus armas
en el guardapolvo del retablo.
Fué dicho canónigo quien en 13 de enero de 1480 fundó un
beneficio en el claustro con el título de San Sebastián, del cual
se dio en el mismo día colación al clérigo Bernardino Fábregas;
y como el canónigo está de rodillas á los pies de San Sebastián,
y en las puertas del retablo están pintados San Juan y San Andrés,
patronos del canónigo en dicha capilla enterrado, no puede caber-
nos duda de que el retablo fué por él costeado ^ . Su época la
determina el traje de San Sebastián, que va de caballero de su
tiempo, que era el de los Reyes Católicos.
He dicho que no pude ver en Sevilla los ocho santos de
Sánchez de Castro, entre los que se encuentra un San Sebastián;
pero de éste se publicó en el Museo Español de Antigüedades^ y un
dibujo en colores, que la memoria recuerda delante de él de
nuestra Catedral.
Ignoramos quién sea el autor del retablo de Santa Tecla y
San Sebastián; pero cuando conocemos aproximadamente la
época en que fué pintado, y no tenemos para esta época otros
pintores para ejecutarlo que Huguet, Pablo Vergós y Bermejo, y
i) José Mas: La Capilla de San Sebastián de la Catedral en la Revista Popular
(Barcelona, 1906), año XXXVI, núni. 1.852, pág. 40.
2) BouTELOU : Noticia de ocho pinturas del siglo XV que se conservan en la iglesia de
Síin Benüo de Calatrava, en Sevilla, en el Museo Español de Antigüedades (Madrid, 1878),
tomo IX.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I l^
no se puede, por razón de su estilo, dibujo, color y arte adjudi-
carlo á ninguno de los dos primeros, la posibilidad de que sea de
Bermejo se impone á nuestra atención. ¿No hay, por otra parte,
en el retablo de Santa Tecla y San Sebastián, nada que pueda
indicarnos la mano de Bermejo ?
Véase, del retablo en cuestión, el cuadro de Jesús disputando
con los judias, y fíjese la atención en la Virgen madre. No será
esta figura la misma Virgen de la Anunciación de Avinyó, pero
que en la una se ve á la otra nos parece exacto. Y es de notar
que no se trata de un parecido fisionómico, sino de un aire gene-
ral, de una pose que sólo puede repetirse por quien la siente
como expresión natural de su tipo, porque una cara se copia, se
reproduce una y cien veces, pero el corte y la actitud de una
persona no se imita, salvo cuando con toda deliberación se repite
un tipo dado ó consagrado en la escuela, la Virgen de van Eyck,
por ejemplo, repetida por van der Weyden y Dalmau.
¿Basta dicha similitud, y basta que no pueda atribuirse á
otro pintor conocido que no fuera Bermejo, para que demos por
justificada dicha atribución?
Ofrece el retablo de Santa Tecla y San Sebastián la particula-
ridad de que mientras el cuadro central, el de los titulares, está
pintado al temple, los demás están, ó lo parece, pintados al óleo.
Y no es esto sólo : mientras el San Sebastián tiene la tez ligera-
mente sonrosada, y en el modelado del rostro se ha acudido á la
paleta, la testa de Santa Tecla está pintada, inclusos los ojos, con
tintas grises, verdosas, quizás por la acción del tiempo. ¿Es posi-
ble que pintara así Bermejo en 1480 al fundar Sors el beneficio
de San Sebastián ? Se dirá que esto es excepcional, y tanto que
en el retablo no se repite; pero, así y todo, encuentro la cosa
sobrado rara para que no me exija alguna reserva.
No sé si al restaurarse en 1899 ^^^ retablo sufrió alteraciones
su pintura. Desde luego, si hay radical oposición de color entre
los santos titulares del mismo, también la hay, aunque no tan
extremada, entre San Sebastián y los santos de las puertas, San
Juan Bautista y San Andrés, pues las testas de estos dos santos
son mucho más enérgicas y detalladas en su modelado. En estas
dos figuras no se podría rechazar á Bermejo por su factura.
Il8 LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
Haré notar que en la tarima del altar se lee la inscripción
siguiente: Hanch erexit aram et ornavit Joannes Andreas Corts,
canonicus, qui et vivens inslituit et digno sttmptu dotavit anno i joi.
¿Tendríamos, pues, que bajar al año 1301 el altar? No sería
ciertamente la fecha la que impediría que el retablo fuera de Ber-
mejo, pues le conocemos trabajando para la Catedral en 1495: lo
que lo contrariaría sería precisamente que la factura no pudiera
compaginarse con La Piedad, pintada en 1490.
Otro retablo, el de la capilla de San Miguel Arcángel y de
Santa Ana, dedicado á la Visitación, reclama un puesto en mi
libro. Se trata de una obra sustantiva, de una obra de mérito
positivo que aun podemos admirar á pesar de la pesadumbre de
la mano de su restaurador, que fué Planella.
Concedióse en 1879 al arcipreste de la Catedral doctor
D. Juan Codina el retablo de la Visitación, que había pertenecido
á la capilla primitiva del claustro llamado de San José, y enton-
ces fué cuando, según el archivero Sr. Mas, recibió la forma
actual de tríptico ^ . Pero el Sr. Comas, muy conocedor de cuanto
con la Catedral se relaciona en su concepto artístico, me dice que
no sólo tenía ya el retablo dicha forma, sino que sus pinturas
góticas se habían cubierto de telas ajustadas á sus marcos, en las
cuales Montanya, pintor del siglo XVIII, y no sin mérito, había
pintado los mismos asuntos de las tablas góticas, esto es. La
Visitación, San Sebastián y San Mateo,
Si no conocemos el pintor de las tres hermosas tablas de la
Visitación, el tiempo en que fué pintado nos resulta mejor esta-
blecido que para el retablo de Santa Tecla y San Sebastián, pues
como el primer beneficio del altar de Santa Elisabeth ó Isabel,
que es el de que tratamos, lo fundó en 1482 el canónigo Barto-
lomé Figueras, y un canónigo tenemos arrodillado en la tabla
central 6 de La Visitación, no podemos dudar que no se trate del
dicho Figueras; y, fija la época de la pintura, el que en 1485 el
canónigo beneficiado Loteres, Ramón, y su hermano Pedro, fun-
daron el segundo beneficio que disfruta dicho altar. Por consi-
i) Mas, en la Revista de la Asociación artistico-arqueológica barcelonesa (Barcelona,
año 1905), tomo IV, pág. 898.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I IQ
guíente, de haber hecho pintar el retablo los hermanos Loteres,
tendríamos á éstos en la tabla de la Visitación, siendo asi que sólo
tenemos á un canónigo. Luego, éste no puede ser otro que
Figueras. El retablo debe, por consiguiente, estimarse pintado
entre 1482-1485. En esto convino Mosén Mas al buscar en los
libros de la Catedral los datos necesarios para fechar tan hermo-
sas pinturas ' .
Mejor tratado esce retablo por el restaurador Planella, que
no el que se esconde, y no sin razón, en la actual capilla de San
Martín y Nuestra Señora de la Alegría 2, la pintura original
puede estimarse en toda su importancia, y, sin asegurar que en
ella se vea de una manera indiscutible la mano del autor del
retablo de Santa Tecla y San Sebastián, lo cierto es que uno llama
al otro, creándonos un maestro de la Catedral de Barcelona, con
bagaje suficiente para tomar puesto independiente entre los Cua-
trocentistas catalanes, de no dejárselos á Bermejo, y para el
tiempo en que probablemente serían en este caso entrambos
pintados (1480 á 1485).
Tengo por cierto que, de constarnos la presencia en Barcelona
de Bermejo por dichos años, no se pondrían grandes dificultades
i) Archivo de la Catedral de Barcelona: Speculum titulorum EccUsia Catedralis Bar-
cinone, págs. 667 y 669.
2) Del restaurador no quiero hablar: lo que seria necesario hacer ahora se lo
diremos al canónigo Sr. Robert, propietario de la capilla, esto es, llamar á un limpiador
para quitar los architorpes repintos de que íué victima el retablo. De los orígenes de éste
podemos decir, copiando á Mosén Mas, que esta capilla, cuyo moderno nombre data sólo
de 1893, época en que se perpetró la injuria hecha al antiguo retablo, se llamó antigua-
mente de San Lorenzo y Santo Tomás de Canterbery. En 1420 se agregó á estos títulos
el de San Hipólito, debiéndose esto al canónigo de Barcelona y rector de San Marti de
Partegás (a) San Celoni, natural de San Hipólito de Voltregá, Ferrer de Pujol. «El
quadro central que representa dits tres sants, y que^s guarda a l'Arxiu, fou tret en 1780.
En 1893 el senyor canonge D. Martí Robert traslada a diu capella, si bé que no integre»
— el resto en la sala de cabrevacióu — «lo magnific retaule de Sant Marti y Sant Ambrós,
que era al claustre a sa propia capella, obra del sigle XV, costejada peí canonge doctor
Francesc Castanyer». — Mas: Revista de la Asociación artistico • arqueológica barulonesa,
tomo IV (Barcelona, 1905), pág. 898. Archivo de la Catedral, Dot. I, fol. 464.— Rugen r
T Pedrosa. dio en la página 58 de su Catedral de Barcelona (Barcelona, 1898) una foto-
tipia del dicho retablo con el titulo de San Martin y San Martiniano. Hoy no puede foto-
grafiarse por estar empotrado en la pared y tener delante la dicha imigeu de. Nuestra
Señora de la Alegria.
120 SANPEBE Y MIQUEL
en atribuirle las obras de que hablamos; pero como todo lo que
sabemos es que aquí estaría en 1489, por pintar en 1490 La Piedad
de Barcelona, siendo forastero, y viviendo aquí como á tal, no
se puede concluir de una manera terminante en favor del insigne
cordobés.
Muchas veces hemos dicho que Bermejo se nos revela con La
Piedad del canónigo Desplá. En la parte inferior del marco, y en
letras romanas, se lee: Opus Barthomei Vermeio cordubensis im-
pensa Ludovici Despla barcinonensis archidiaconi absolulum XXIII
április anno salutis christiana MCCCCLXXXX,
Piferrer, que fué el primero en hablar de esta tabla, dijo:
«Poseemos en Barcelona una obra arrinconada, desconocida de
todos, y que, si no se procura poner en paraje más decoroso y
conveniente, tal vez seguirá el destino miserable de tantas pre-
ciosidades de nuestra infeliz patria. En la bella casa gótica del
Arcedianato de la Catedral, casi frente á Santa Lucía, existe un
cuadro ó tabla de una Mater Dolorosa con el cadáver de su divino
hijo sobre su regazo. La profunda expresión de amargura y dolor
estampada en las pálidas y contraídas facciones de la Madre, la
lívida y caída á la par que hermosa cabeza del Hijo, son dignáis
del mejor pincel, A uno y á otro lado de este grupo se ven San
Gerónimo con anteojos, leyendo ó rezando, y una devota figura.»
'^— El canónigo Desplá. — «Parte del paisaje es bastante gracioso.
En lontananza divísanse las torres y cúpulas de Jerusalén, y por
una cuesta baja un bello anciano israelita montado en un caballo
blanco. Pero el polvo, que los años y el descuido han aumentado
sobre los colores, apenas deja ver lo que acabamos de indicar; de
modo que se requiere toda la paciencia de un aficionado ó artista
para limpiar y encontrar entre aquella fea capa los trozos más
sobresalientes » ' .
Justificará el lastimoso estado en que se encuentra dicha
tabla, hoy guardada en la Sala Capitular de la Catedral, mi repro-
ducción. Ocultada la pintura por las varias capas de barniz que
ha recibido, ofrece una patina amarilla rebelde al objetivo foto-
gráfico. Sería menester limpiarla y devolverla á su primitivo
i) Piferrer : Recuerdos y helle^as de España (BarccloDí, 1884), H edición, pág. 354.
al
s 3
2 I
í's
u.
S
LOS CUATROCI
estido para gloria de Bermejo y honra del Cabildo que lo posee.
Adjunto reproducimos el dibujo que el malogrado dibujante
Jaime Serra sacó de la tabla cuando se expuso en la Exposición.
Bartolomé Bermejo: La Piedad
En 1> Sila OpiluUt de la Ciledral de Barcelona
Este dibujo, de cuya exactitud se puede juzgar por nuestros
fotograbados, no sólo nos dará á conocer el paisaje del cuadro y
la cabeza del Cristo, que no se ve en la reproducción fotográfica,
y cuya importancia, por su aureola ó nimbo, hemos ya notado,
sino las vulgaridades del mismo, como la lagartija, los ermita-
ños, etc.; todo lo cual, unido á los anteojos de San Gerónimo,
contribuye d la fíliación de Bermejo, pues .bien conocido es el
122 SANPEBE Y MIQÜEL
enojo de Pacheco por haber Sánchez de Castro puesto asiniismo
anteojos á su San Jerónimo. Estas nimiedades y vulgaridades de
escuela, repetidas á distancia, nos enseñan que no sin razón Ber-
mejo persistía en llamarse cordobés entre nosotros.
¿Explícase ó explica La Piedad del canónigo Desplá, La
Piedad del canónigo X del portal de dicho nombre del claustro
de la Catedral de Barcelona?
Construyóse la ala del claustro de la calle de la Piedad en el
siglo XIV; pero el relieve en madera del tímpano de su portal,
por esta circunstancia y por su estilo, es obra indubitable del
último cuarto del siglo XV.
Bermejo aparece en Barcelona al mismo tiempo que los
tallistas alemanes y neerlandeses, que habían de acabar aquí, como
acabaron en todas partes, con el arte de los retableros. Al decir
esto no pretendemos indicar si Bermejo pudo venir con ellos:
esto, de haberlo recordado el Sr. Casellas, lo aprovechara, de
seguro, para sentar sobre mejores fundamentos que los suyos su
singularísima idea de hacer del cordobés Bartolomé Bermejo un
maestro de Nuremberg.
Ocultándosele al Sr. Casellas los orígenes artísticos de Ber-
mejo, no atinando cómo explicárselos, escribe: «¿Es que'l nostre
pintor hauria abandonat de jove la seva patria y no hi hauria
tornar mes? ¿Es que únicament hauria treballat en aquells paísos
aont ha deixat rastre de les seves obres y del seu nom? ¿Seria
molt aventurat el suposar que havia passat la seva vida entre Ale-
manya y Catalunya. Si fos així, a Alemanya, aont el cognom
Vermejo havia de resultar per forsa extrany y sense significado,
deuria firmar Rubeus en llatí, com veyem per la taula de Sant
Miqtiel, que fou comprada a Berlín. Pero a Barcelona, peí
coneixement que's tenia del Uenguatge castellá, ja no caldria
Uatinisar el nom de casa, y per aixó firmava Vermejo la taula de
La Pietat. Sembla que aqüestes hipótesis no están pas destituides
de fonament.» Sí que lo están, pues para tener algún fundamento
sería preciso, no que el Sant Miqtiel fuera comprado en Berlín,
sino que hubiese sido pintado en algún punto de Alemania.
Pero la cuestión, en el terreno en que la ha planteado el señor
Casellas, está resuelta: el Sr. Cook ha dicho: «Se tiene por
'•. Sanpcre y Miquel: La Cua,
Bartolomé Bermejo: La Virgen del ketablo de la Piee
Caled lal >lc Borcelana
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 23
cierto que el San Miguel procede de las cercanías de Valencia» ^ .
Caen, pues, por su base las hipótesis del Sr. Casellas, por no
tenerse noticia ni antecedente alguno sobre el paso de Bartolomé
Bermejo á Alemania.
Pero en donde quiere llevar el Sr. Casellas á Bermejo es á
Nuremberg. ¿Por qué? Porque le hace importador de su estilo
fuertemente expresivo, dramático, terrorífico, propio, á su enten-
der, de la escuela de Nuremberg, y por esto dice nada menos que
«Vermejo pot-ser era positivament algún mestre de Nuremberg».
Dar á la escuela de Nuremberg un maestro extranjero sólo
por creerle informado por su espíritu, es negar la influencia de
las ideas y de los principios de una escuela á distancia. Para
sentir como los de Nuremberg, Bermejo tenía ejemplos en Bar-
celona en los Martorell, y para sentir á la franconiana también
los tenía en Barcelona en los maestros tallistas alemanes y neer-
landeses, y también en los catalanes.
Quédese cada uno con su opinión acerca de los orígenes de
la escultura de talla y su dirección, estimen ésta, unos, como el
resultado del trabajo en madera, ó créanla informada, como
Luebke, por la pintura y el estilo flamenco de la segunda mitad
del siglo XV. Para mí, desde el momento en que la prioridad de
las manifestaciones del arte realista de la escultura de talla se
ponen y ven en Suabia ^ , es á Martín Schongauer y no á Wohl-
gemuth á quien se ha de proclamar el maestro de la escuela rea-
lista lo mismo en pintura que en escultura; y como en Suabia y
en Franconia no pudieron formarse de golpe los maestros tallistas
alemanes y neerlandeses que en todas partes aparecen, claro está
que la dirección realística hubo de tomar origen, no de los cuadros
de Schongauer, cortos en número — los hasta hoy conocidos — y
sin trascendencia, sino de sus grabados en cobre, que entraron
en profusión en todos los talleres, conociéndose no pocos con-
i) «It has since been ascertained that the picture carne originaly from the neigh-
bourhood of Valencia in Spaiii ». — Cook : Identification ofan earlyspanish master^ en The
Burlington Maga^ine (Londres, noviembre de 1905), pág. 129, col. 2.*, nota 8.
2) cDie Prioriuet in der Aufnahmc und Ausbildung des neuen realistichen styles
darf die Scbawxhiscbe Scbule in Ausprucbc nehnien». — Luebke: Geschichte des Plastik
(Leipzig, año 1880), tomo II, pág. 685.
124 SANPERE Y MIQUEL
4
vertidos en cuadros, por cierto notables, como son de ver los de
escenas de la vida de la Virgen que posee en Madrid en su colec-
ción D. Pablo Bosch y Barrau.
Schongauer arrastró á Wohlgemuth, y éste, pintor y tallista á
la vez, por haber sido maestro de Dürer, se ha reputado por
mucho tiempo el fundador de la escuela franconiana en pintura
y en la talla; pero el Sr. Thode, corrigiendo al Sr. Thausing,
ha reducido su importancia, elevando, en cambio, la de un des-
conocido, la de Pleydenwurff, á quien proclama «el verdadero
iniciador del arte franconiano en los métodos flamencos»' .
No hemos de decir más en favor de la doctrina que deriva
la talla de las influencias flamencas, ni para apoyar mi opinión
de que fueron los grabados de Schongauer los que exagerando, lo
mismo en la expresión que en los pliegues, el arte flamenco,
produjeron en Franconia, en Nuremberg, esos grandes maestros
de la talla llamados Weit Stosz, Kraft y Vischer.
Pero no todos esos maestros suabios y franconianos pudie-
ron, en el supuesto de ser Bermejo un mafestro de Nuremberg,
haber influido en su dirección. Stosz nació entre 1440 y 1430,
y en 1477 abandonó á Nuremberg para ir á trabajar en Cracovia,
de donde no regresó hasta 1496. Kraft y Vischer le son posterio-
res. Cuando Bermejo aparece en Barcelona Dürer cuenta 18 años.
El único gran nombre de la escuela es Wohlgemuth. Nuremberg,
pues, y lo mismo Colmar, no eran centros que pudieran atraer
á un andaluz á la entrada del último cuarto del siglo XV.
He dicho que Bermejo no tuvo necesidad de moverse de
Barcelona para dejarse influir por el realismo suabiofranconiano,
y no he de dejar de decir ni por su barroquismo, porque en
Barcelona son conocidos los tallistas alemanes Miguel Longuer
(¿Lochner?), Juan Frederik, Juan de Alemania y Juan de Casel
en 1489, 1491, 1493 y 1499. Lo son asimismo los neerlandeses
Adriano de Suydret, Guillermo de Utrecht, 1491-1499, y Juan
de Bruselas, 1509. Desconocemos, por desgracia, la imaginaria
de esos maestros, lo que no quiere decir que ignoremos lo que
aquí Hicieron; pero el hablar de esto lo reservo para mis Cuatro-
i) Hamel: Albert Dürer (París. Librairie de l'Art ancien et moderne), pág. 20.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 125
centistas catalanes en la escultura. Sólo de tres he de hablar,
porque uno es catalán y anterior á los dichos maestros extran-
jeros, el otro ha servido para que nos desacreditáramos, y el
otro estuvo en contacto con Bermejo.
Principia para mí la historia de la escultura de talla en Bar-
celona el viernes 22 de noviembre de 1482, fecha de un recibo
librado por fray Pablo Rossell, de la orden de frailes predicado-
res, por valor de 12 libras, precio de dos imágenes que no se
nombran, labradas con ayuda de un maestro alemán, cuyo nom-
bre se omite, para el convento de la Merced de Barcelona^.
Esta asociación de un tallista religioso y un extranjero excluye
toda presunción de un taller puesto por nuestro compatricio con
personal extranjero; pero claro está que bien pudiera ser que
fray Rossell llamara á su lado un tallista de la nueva escuela al
iniciarse ésta ó su gusto en Barcelona. Lo que en el fondo prin-
cipalmente resalta es que nos encontramos en Barcelona un
maestro alemán, pues así se le llama en 1482, ó sea cuando en
el arte nurembergués sólo había alcanzado renombre Weit Stosz,
quien llevaba en dicho año cinco de estar trabajando nada menos
que en Colonia. Por consiguiente, surgiera la talla en Franconia
á impulsos de Schongauer y Wohlgemuth y paseara bien pronto
triunfalmente por Alemania y Flandes, creo que estoy por lo
menos autorizado á decir que, el arte franconiano tenía taller en
Barcelona en la celda de fray Pablo Rossell ó en el convento de
Predicadores.
Fray Rossell se me revela, como ya he dicho, en 22 de
noviembre de 1482 : para antes de dicha fecha se me oculta su
nombre, pero para luego tuve la fortuna de encontrar noticia de
testimonios de su valía artística, bien que la suerte haya que-
rido que queden para mí desconocidos.
Encargábase fray Rossell, el sábado 21 de junio de 1483, de
la labra del altar mayor del convento de los Angeles, situado
entonces fuera de las murallas de Barcelona. Y, según lo capi-
tulado.
i) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Pedro Triier, número i.
Dicho día.
126 SANPERE Y MIQUEL
« Es stat concordat e convengut entre les dites parts que lo dit Frare Pau
Rossell fará lo dit retaula segons una mostra que ha donada, lo qual retaula sia
de la forma següent. Qo es, que lo dit Frare Pau fa^a lo banchal del dit retaula
en la forma que está en la mostra, qo es, que en los costats del dit banchal sien
dos portáis, hu a cascun costat, qui partesquen de térra, acompanyats de pilars e
obre de talla, axí los revolts del dit portal com en los lochs que mester será
juxta forma de dita mostra. E que cascun portal hage dalt onze pairas compresa
la obre de talla ñns al peu del dit retaula, e d ampia tres palms, no comprenent
la pilaría. E mes, faci dues istories en dit banchal, una en cascun costat deis
dits portáis, qui partesquen del altar en amunt, les quals istories sien de la
passió de Jhesu Crist, qo es, la una será de la oració que feu Jhesu Crist stant
en lort de Gericó acompanyat, axí com se pertany, deis onze apostols, e del
calzer, e del ángel qui li presenta los improperis de la passió, segons se pertany,
tot dobre de mige talla cascuna istoria; e laltre istoria será com JJjesu Crist
isqué ab la creti al coll de Jherusalem, ab tot lo exercit de Juheus, axí com se
pertany, e comportará lo spay, tot obre de mige talla, cascuna de les quals
istories, 90 es, lo loch hon han star hage haver d altaría sis palms, e d ampiaría
quatre palms, acompanyades dites istories dobra de talla, tubes e pilarles. E en
lo mig del dit banchal, lo dit Frare Pau fará tres Imatges, 90 es, en lo mig una
Imatge de Jhesu Crist db les nafres, e ah lo cal\er, haix vestir de un manto, mostrant
la nafra del costat, e signant ah la má al calzer, ab .1. titol de lletres qui diga hic
est Corpus meus, tot obra de miga talla, acompanyat de obre de talla segons se
pertany, e a cascun costat fa(;a una Imatge, la que será ben vist a les monges
del dit monastir, obre de mige talla, acompanyades de pilarles e obre de talla
segons se pertany, del gran que requerrá dita obre.
))E sobre lo dit banchal lo dit Frare Pau fa^a un entaulament ab una copade
de fulles, segons está en la mostra. E mes faga lo dit Frare Pau del banchal en j
amunt tots los set goigs de la Mare de Den en aquesta manera, ques, en la hun i
costat del dit retaula, fins en amunt, fasse tres istories deis set goigs, obre de
mige talla, e que cascun loch hon staran dites istories hage sis palms dalt, e i
quatre palms d'ampla, e al altre costat altres tres istories deis set goigs, de 1
semblant ampiaría e largaria cascuna, e acompanyant cascuna istoria de tubes e
pilarles, e al demunt de cascun costat de dit retaula de tubes esmortides, e ais
costats de guarda poleos, segons se amostre en dita mostré, e que en cascan
guardapols hage haver Tres profetes del gran qui comportará dita obre, e tota la
Imaginarla sia dobre de mige talla, e piadosa e dei'ota, com se pertany. A mes
fará entre les pilarles deis costats de dit retaula e les pilarles de la pastera, hon
stará la Imatge del mig del retaula, que será de Nostra dona tenent Jesús fill sen
al has, qo es, del peu del dit retaula una filióla, en cascun deis quals haurá
quatre angells de mige talla ab lurs tubes, axí com está en la mostra, obrats
dobre de mige talla. E mes en lo mig del dit retaula fará sobre lo banchal
una peanya dobre de talla, e sobre la peanya una pastera d altarla de .XII.
palms e d ampiarla de quatre palms, acompanyada dobre de talla, e demunt la
pastera de tubes, segons stá en la mostra. E mes fará una bella Imatge de la
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 27
Piadosa Mare de Deu, ab son fill fhesús al bras, tota entrega e de tota talla,
ACOMPANYADE DE SON MANTELL E ROBA E DAQjüELL MILLOR GEST QjüE PORA 6
ab sa corona al cap e diadema al Jhesús, segons stá en la mostra, e de la granesa
que requerrá la dita pastera, hon ha stir dita Imatge. E sobre la dita pastera de
dit retaula, ^o es, sobre la tuba, fará lo dit Frare Pau una altre istoria deis set
goigs de la Verge Maria, de semblant largaria e ampiarla de les altres istories,
obre de mige talla, e sobre la dita istoria lo dit Frare Pau fará una bella tuba
esmortida, dalsaria de sis palms, qui sobergaiará totes les altres, e fará lo dit
Frare Pau totes les dites coses ab aquella perfectió que millor pora, e demunt
la dita tuba del mig fará . i . Crucifix d aquella granaría que comportará la dita
obre, ab dos ladres, la hu stará sobre la tuba smortida, ab una istoria, ^o es, en
lo mig, e 1 altre sobre 1 altre tuba de la dita istoria en lo mig; e fetes totes les
dites coses e acabades ab la aiuda de Nostre Senyor e de la sua Gloriosa Mare
a honor deis quals lo dit retaula se fará, haurá compliment quant al que ha a
ítx lo dit Frare Pau en dita obre.
»Item es concordat que lo dit Frare Pau hage adornar e metre a tot son
cárrech e despesses mes, tota la fusta que será necessaria en la obre del dit
retaula e tota la clavo e altres coses en dita obre necesaries, e que hage a
metre la fusta bona e perfeta per dita obre. E totes les dites coses fará a despeses
sues ab aquella millor perfecció que pora e sabrá » » .
Grande obra era el altar del monasterio de los Angeles, como
acabamos de ver por su minuciosa descripción, y no consta que
en ella pusiera sus manos alemán alguno. Pero hemos subrayado
de la contrata dos frases, á nuestro fin decisivas; pues ¿qué se
quiere decir á fray Pablo Rossell cuando se le pide que las
imágenes sean piadosas y devotas, sino que sean altamente expre-
sivas, de esa expresión realística que caracteriza el arte flamenco
en los últimos tiempos del cuatrocentismo, que caracteriza el
arte suabiofrancón desde el predominio de las estampas de Schon-
gauer? Pero hay aún algo más decisivo que lo dicho, pues hace
referencia á ese plegado franconiano que supone el Sr. Casellas
que hubo de ir Bermejo á aprender en Nuremberg. Se le pide á
Rossell que el manto y vestido de la Virgen estén plegados con aquel
mejor gesto — traducción literal — que le sea posible. ¿Habíamos
visto nunca, podemos ver en contrata alguna, especificada una
exigencia así sobre el plegado del vestido y manto de la Virgen?
Esta exigencia se formula siete años antes de conocer en Barce-
lona á Bermejo. Siete años antes de su venida el barroco plegado
1) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Juan Triter. Dicho día.
128 SANPERE y MIQUEL
franconiano era ya corriente en Barcelona; y era corriente, pri-
mero, porque no habían de ser precisamente las monjas de los
Angeles quienes lo introdujeran; y, en segundo lugar, había de
ser ya corriente cuando fray Rossell conocía y practicaba el
plegado franconiano.
Bermejo, si entre nosotros se perfeccionó, que es lo que yo
creo, pudo encontrar en Barcelona, en las esculturas de Rossell,
esos pliegues que tanto han preocupado al Sr. Casellas y que tan
poco satisficieron á Bermejo, pues si bien es cierto que éste en el
San Miguel del Sr. Warnher martirizó su manto con ayuda de
Eolo, no es menos cierto que en La Piedad se mostró muy parco
en los arrebujados, y esto que es á propósito de La Piedad cuando
se le previene á Rossell que procure plegar vestido y manto de la
Virgen á la moda, y es en tal asunto cuando la fantasía suabia da
mayor libertad al caprichoso plegado de que hablamos.
Pero si de este plegado de manos de Rossell no podemos dar
ejemplo, de unas manos quizás desconocidas sí que podemos citar
un ejemplar tan hermoso como interesante.
¿Quién es el autor de la tabla del tímpano de la puerta de
La Piedad de la Catedral de Barcelona? (Véase página 93.) Antes
de conocer á fray Pablo Rossell creía en unas manos alemanas:
una vez conocido nuestro fraile, no puedo ni debo aceptar en tan
hermoso relieve una mano extranjera sin discusión.
Con bell gest están plegados el manto y vestido de la Virgen.
El canónigo que á sus pies reza hubo de declararse por ello satis-
fecho de ser partidario de la estética de las monjas de los Angeles.
Asimismo hubo, como ellas, de estar contento por la piadosa y
devota composición y por su bell gest, si esta expresión se refiere
á la Virgen; de modo que todo cuanto se le pedía á Rossell que
fuera su Piedad del retablo de los Ángeles, todo esto es La Piedad
del portal de su nombre de la Catedral de Barcelona. Pregunto :
¿ si pudiéramos asegurar, no que la obra fuera de manos de fray
Rossell, sino su existencia antes de la venida de Bermejo á
Barcelona, ¿quién negaría que Bermejo no se inspiró para sus
Piedades en la bella tabla de La Piedad de nuestra basílica ?
Si no me consta quién fué el escultor tallista de La Piedad,
ni me consta quién la mandó tallar, es de creer que el canónigo
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 29
que está de rodillas á los pies del Cristo tiene delante de las
mismas un escudete, y en éste están esculpidas dos torres. Por
consiguiente, parece que se trata de un canónigo Torres, Torrellas
ó Castells de apellido. Por un canónigo de este nombre he pre-
guntado al Archivo de la Catedral, pero me han contestado que
de momento no podían darme razón. Encontrado el canónigo,
hubiérase visto entonces si el relieve correspondía ó no al tiempo
de Rossell y de su auxiliar el alemán; y, de no corresponder, de
venir más bajo, hubiera sacado una prueba, una justificación
de un hecho que me permite concluir en favor de Adriano de
Suydret como autor del dicho relieve de La Piedad.
No tengo otra noticia de Adriano de Suydret el holandés
que la de haber labrado por encargo de las monjas de Junqueras
una imagen de San Jaime, según contrato firmado el lunes 28 de
febrero de 1491. De lo pactado interesa en este libro sólo lo que
se dijo en el capítulo primero, y es lo siguiente:
<f Primerament es stat concordat entre les dites parts que dins spay de tres
iiiesos, comptadors a .XV. del present mes, lo dit mestre Adrián sie tengut e
obligat en fer la dita ymatge de Sanct Jacme de fust, obrant e fabricant aquella
ab tota aquella perfectió ques pertany e ab tota forma necessaria, que sia de
larch de nou fins en deu palms, ab la peayne, e fet aquell, húastar lo dit mestre
Adrián a indicado e arbitre deis lx>norables en Berengiier Paiau, argenter, ciutedá
de Barchinona, e de Mestre Barthomeü Vermeyo, pintor, etc. » ' .
Una vez conocida la presencia del holandés en Barcelona en
los mismos días de Bermejo, y en el año mismo en que éste
pinta La Piedad para el canónigo Desplá, ¿cómo sustraerme á la
idea de que no sean de ver en La Piedad de talla de la puerta de
la Piedad de nuestra Catedral á Bermejo y Adrián de Suydret ?
Tengo en dicho relieve una Piedad de un dibujo que, si no es de
Bermejo, puede reputarse de su escuela, y tengo esa labra franco-
niana, que pudo con los modelos que trajo, y con lo que aquí
i) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Ginebret Dalmau. Dicho día.
De Berenguer Palau, que fué conceller de Barcelona en 1488, me consta por el Manual
de Esteban Soley, escritura de 24 de enero de Í494, que labró para la iglesia de Santa
María del Mar una Verónica d^ Jesucristo en plata por el precio de 75 libras, incluyendo el
valor del nretal. Si esa Verónica se hubiera conservado, es de creer que viéramos en ella
el influjo de las Verónicas de Jesucristo de Bermejo.
» 17
130 SANPEBE Y MIQUEL
pudieron hacer los Rossell, Longuer ó Lochner, Juan de Alemania,
Guillermo de Utrecht y Adriano de Suydret, iniciar en su estilo
á Bartolomé Bermejo.
Creóme autorizado por todo lo dicho á dar á Adriano de
Suydret La Piedad del portal de su nombre, y sí no la doy por
modelo de la de Bermejo es porque no he conseguido averiguar
fecha más antigua de residencia en Barcelona de Adriano Suydret
que la de 149 1. Yo no vacilaría en hacer á Suydret el maestro de
Bermejo en su dirección realista si le conociera para antes de 1480
en la capital de Cataluña, ó constara ser de dicho año la escul-
tura; ni vacilaría tampoco en presentar su obra como tipo de
comparación para la clasificación de La Piedad del Louvre, —
como he debido hacerlo, — porque entiendo imposible toda con-
testación sobre su procedencia de escuela; ni en explicar por su
influencia, como estilo, el plegado del manto de Santa Tecla del
retablo de Santa Tecla y San Sebastián.
Verdad es que á mayores cosas me he atrevido, y, lo reco-
nozco, con fundamentos menos sólidos; pero Bermejo es un
artista de tanto relieve y, por lo tanto, tan poco necesitado de
prestigios prestados, que bien podemos mostrarnos con él algo
dificultosos en punto á darle obras de difícil atribución.
En suma, si hay que ver en la escultura de La Piedad la
mano de Adriano de Suydret, y éste nos consta en Barcelona
en 1490, ¿no tenemos por qué no suponerle aquí diez años antes?
El que se me revele en 1490 no quiere decir que en dicho año
compareciera. Por consiguiente, lo que de nurembergués haya
en nuestra pintura no tuvo necesidad de ir á aprenderlo en Fran-
conia discípulo alguno de la escuela catalana, porque en Barcelona
tuvo maestros que le iniciaron en el arte i la vez realista y
pomposo de la escuela flamencosuabiofranconiana.
Bermejo nos ha dejado todavía en Barcelona otra de sus
obras: la vidriera de la actual capilla bautismal de nuestra basílica.
Piferrer fué el primero en dar á conocer esta obra con alguna
inexactitud, pues la supuso de 1494 y única; pero el presbítero
y archivero de la Catedral Sr. Mas comunicó al Sr. Casellas el
asiento literal de las obras de Fontanet el vidriero, por el cual,
como vamos á ver, debe bajarse á 1495 la dicha vidriera, y, por
LOS CUATHOCCNTISTAS CATALANES 131
consiguiente, la permanencia de Bermejo en Barcelona. Dice asi:
II ^ d¿ mayo de 1 49 ¡ . «Enditdia la obra entrega a Fontanet I lliure
B ro sous pera entregar a Bermego, que es el preu de la tra^a de ia
nvidriera de la capella de batejar
»y de las 9 vidrieras del cimbori
oque deu fabricar el mateix Fon-
fttanet » ' .
Resulta asimismo que no es
una, como hasta aquí se ha dicho,
sino diez las vidrieras dibujadas
por Bermejo, y en verdad hasta
no es creíble que por cal trabajo
se le dieran tan sólo una libra y
diez sueldos.
Hoy por hoy nada sabemos
de Bermejo á partir del mes de
mayo de 1495. Tan grande artis-
ta, pintor tan conocido en nues-
tra Catedral, de fallecer en Bar-
celona, ¿no encontráramos su
sepultura al lado de la del canó-
nigo E)esplá?
Dado que se pueda admitir
como obra de Bermejo cuanto
consta como suyo ó atribuido,
hemos de lamentar que en ella no figure, como se suele decir,
un cuadro de composición. Falta á su gloria una de esas obras
escénicas, aun cuando fuera la tan sobada del Calvario, que sirven
para conocer la potencia artística de un pintor. En figuras aisladas,
sin relación directa, cualesquiera que sea el número que entren
en un cuadro, el pintor no va más allá del retratista. Velázquez
no seria el gran Velázquez sin La rendición de Breda, como Rafael
no seria el más grande pintor sin los frescos de las estancias del
Vaticano. Bermejo no se nos presenta, pues, de una manera tan
1) Archivo de líCitedral de Barcelona :I.Í/Arí di íflofrrflífc ¡49} a ¡^(ii, fol. LXI.
n La Fea de Calatunya, número de ] de igoslo de 190;.
13^ SANPERE Y MIQUEL
completa como Pablo Vergós, de quien son la mayor parte de
sus obras de composición.
Bermejo pintó aquí, en la Catedral de Barcelona, cuando
aun vivía en Barcelona Pablo Vergós, y fué éste y no Bermejo
quien dijo la última palabra del arte de nuestros Cuatrocentistas.
Hemos de ver ahora, que conocemos la obra total de los
cordobeses en Barcelona, si su manera de tratar el modelo y el
color se dejó sentir en la escuela catalana, ó si ésta resistió sus
extraños impulsos como en la primera mitad de siglo resistiera
los impulsos flamencos. No nos pronunciemos antes de conocer
la obra de Pablo Vergós.
Véase en el Apéndice, Bartolomé Bermejo.
J
CAPÍTULO VII
ARQUITECTURA DEL RENACIMIENTO
FUERON, he dicho, en todas partes los pintores los grandes
propagandistas del estilo arquitectónico del Renacimiento
italiano. En todas partes se ha observado que los pintores, adelan-
tándose á los arquitectos en su adopción, introdujeron el arte del
romano en sus retablos, movidos, de seguro, tanto por la nove-
dad, tras la cual corre siempre el pintor, cuanto porque el nuevo
estilo de arquitectura concordaba con la época de las representa-
ciones del Nuevo Testamento, las más en boga en los retablos.
¿Habíamos de ser nosotros una excepción?
Tenemos de la introducción del nuevo estilo arquitectónico
en nuestra pintura un hermoso ejemplo en el retablo de San
Vicente de Sarria, y en La Anunciación de Avinyó otro ejemplo de
un interior de completo acuerdo con los cánones de Alberti, el
primer legislador de la nueva arquitectura. Pero las tablas citadas,
que por su arquitectura han sido llevadas al siglo XVI, como por
igual razón lo fué el fresco de la casa de la Almoyna, carecen de
fecha conocida, ni cierta ni aproximada; de modo que para fijar
la introducción del nuevo estilo arquitectónico en Cataluña no
tenemos fecha documentada. Cuando la arquitectura del Renaci-
miento aparece, lo hace dominando completamente, en la her-
mosa casa Gralla de Barcelona, en construcción seguramente
en 15 17, dado que en 15 18 conceden los Concelleres la agua que
su propietario necesita, «atenent la gran obra que fa fer en la
134 SANPERE Y MIQUEL
dita sua casa, per la qual la Ciutat está molt decorada y embe-
llida» ' . Pero es en la platería en donde encontramos la fecha más
remota de la adopción del nuevo estilo. En el precioso libro de
pasantías del gremio de Plateros de Barcelona tenemos para 1510
el jarro del platero Juan Balaguer y el collar de Juan Camps ^ .
Cierto que no está exento el jarro de Balaguer de mazonería,
como que en España el nuevo estilo, como en Italia en la primera
mitad del siglo XV, se nos presenta comprometido con el estilo
ojival. Su resultado es nuestro plateresco, del cual teníamos el
hermoso modelo de la casa Gralla, de cuya destrucción, para
honra de Barcelona, no queremos acordarnos.
Prueban los dibujos de Balaguer y de Camps que en 15 10
poseían nuestros dibujantes plateros perfectamente el nuevo estilo,
y esto significa desde luego una preparación larga y constante.
Las tradiciones del plateresco catalán podemos decir que
datan de los días de la introducción en España del nuevo estilo.
¿Quiénes fueron sus introductores?
Cuando por tan castellano se tiene al plateresco, ha de causar
extrañeza que venga yo á sostener ^u origen catalán. Inútil será
para muchos decir que no se trata de una cuestión de vanidad
nacional, ni de un hecho documentado, por lo mismo que los
documentos que presentaremos carecen de precisión; pero, si
se quiere hacer crédito á mi desinterés en la cuestión, se verá
claro que si sostengo que las raíces del plateresco son catalanas es
porque no se le pueden conceder ni conocer otras.
Inicióse ya francamente en Italia el nuevo estilo por los años
1420, el año primero de sus Cuatrocentistas en la pintura (fué su
primer año en la nueva pintura y arquitectura), siendo natural-
mente florentinos sus iniciadores, como lo fueron casi todos sus
discípulos, los que le impusieron en Venecia y Roma.
Brunelleschi, Alberti y Michelozzi figuran como los funda-
dores del renacimiento arquitectónico italiano; pero Alberti, como
hemos dicho, fué su primer legislador, que suyo es el primer
i) Archivo Municipal de Barcelona: Llibie de Deliberacions de i^iS. Día 25 de no-
viembre de 1518.
2) Pueden verse en la obra del Barón de Duvillier: Recbercbes sur Vorfevrerie en
Espaqne (París, 1879), págs. 172 y 176.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1^5
Tratado de Arquitectura escrito en Roma, en donde ejerció
avasalladora influencia en todas las Bellas Artes, gracias al franco
y entusiasta apoyo que desde luego le dio uno de los papas más
entusiastas por las manifestaciones artísticas, Nicolás V.
Fué su sucesor el valenciano Calixto III, que llevó la tiara
sólo tres años (1455-145 8), ayo del hijo bastardo del rey de
Aragón Alfonso V, y por la influencia de éste elegido papa; y
nada diré si Calixto III se comportó como hubiera debido hacerlo
Alfonso de Borja. De como se condujo con su protector, dígalo
el haber hecho lo imposible para que no heredara la corona de
Ñapóles Fernando el bastardo de Aragón.
Pero si en proteger al rey Alfonso V y á su hijo anduvo tan
desviado el nuevo papa, no mostró igual desvío por nuestros
artífices, pues desde el primer momento aparecen á su lado, en
Roma, dos aurifabri Calhalani, Pedro Diez y Antonio Pérez de
las Celles. De las obras que estos plateros ejecutaron en Roma,
de la espada, la tiara y collar labrados por Pedro Diez sólo ha
quedado en la Armería de Madrid la hoja de la espada ofrecida
por el Papa á Enrique IV; y menos que esto de otra espada y
una rosa labradas por Antonio Pérez de las Celles, y nada tam-
poco ha quedado de la rosa que los dos artífices en mancomún
trabajaron para ser ofrecida al rey de Francia.
Cuando Calixto III llama á los talleres del Vaticano á nues-
tros compatriotas, en perjuicio del gran platero de Nicolás V, el
florentino Simón, que queda durante todo su pontificado arrin-
conado; cuando los pone en Roma al lado de Alberti, el arqui-
tecto de los palacios pontificios, dicho se está que habían de ser
dos hombres de gran mérito en su profesión ; que aun cuando el
nepotismo es vaticanista, no es de creer que se ejerciera en favor
de hombres desautorizados.
Fallece en 1458 Calixto ÜI, y en este mismo año aparece en
Toledo Pedro Diez, en donde le conocemos trabajando durante
cinco ó seis años, esto es, de 1458 á 1463.
Pedro Diez es constantemente llamado en los registros
pontificios el Catalán; pero como también se llama catalán á
Antonio Pérez de las Celles, que en uno de los asientos de sus
trabajos es llamado zaragozano, claro está que debe asaltar la
136 SANPERE Y MIQUEL
fundada duda, dado su nombre, si no eran uno y otro aragoneses.
Trabajando igualmente para el papa Calixto III aparece un
pintor valenciano llamado Salvador Johan, quien lo mismo pinta
paveses y banderas que un crucifijo ' ; de modo que vemos por
los notarios pontificios empeño en marcar la nacionalidad de los
artistas empleados por Calixto III. Por consiguiente, cuando una
y otra vez, sin claudicar nunca, se llama á Pedro Diez el Cata-
lán, por tal debe tenerse. Y si á Antonio Pérez de las Celles se
le llama también el catalán, y por excepción el zaragozano, lo
que á mi parecer debe entenderse es que el Pérez de las Celles
procedería, como Diez, del Colegio de Plateros de Barcelona,
y por esta razón era también llamado el Catalán, Pérez de las
Celles aparece todavía en los registros pontificios del año 1483;
de Diez no sabemos más al perderle de vista en Toledo en 1463.
¿ Qué trajo á la imperial ciudad el platero catalán ? ¿ El arte
del romano?
Suena ya en 1459 arquitecto de la Catedral toledana Anne-
quin de Egas, esto es, en los mismos días en que e¡ catalán trabaja
á su vez para la Catedral. ¿Annequin no se interesó por las
novedades arquitectónicas italianas? ¿No? Pues bien: su hijo
Enrique no sólo se interesó, sino que fué el primero en levantar
del plateresco uno de sus más hermosos monumentos, el Colegio
mayor de Santa Cruz de Valladolid, construido entre 1480-1492.
Si Enrique Egas se formó al lado de su padre, y de éste no salió
gótico sino plateresco, como fué Pedro Diez el Catalán quien
indudablemente trajo á Toledo el principio nuevo, Pedro Diez el
Catalán ha de constar como el primer maestro, como el iniciador
del nuevo estilo en Castilla.
¿Diez regresó de Toledo á Barcelona? No me consta; pero
cuando leo el acuerdo tomado en 1480 por el gremio de Plateros
de Barcelona, por el cual se dispone que el agremiado que perma-
nezca ausente de la ciudad por más de tres años no podrá ejer-
cer de nuevo su arte sin probar de nuevo su capacidad, origen
esta disposición, sin duda alguna, del Libro de Pasantía de que
i) Muentz: Les arts á la cour des Papes pevdant le XV* el le XVI* siecles (París, 1 878),
lomo I, págs. 204, 205 y 206.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 37
antes hemos hablado, por principiar en dicha fecha y verse en el
mismo algunos casos de esa rehabilitación profesional, he de
pensar si no fueron los viajes de Diez á Roma y á Toledo, con
regreso á Barcelona, los que decidieron al gremio á precaverse
contra el regreso de los emigrantes.
Como influencias indirectas claro está que han de estimarse
las de Diez y las de Pérez de las Celles. Su posición en Roma
y Toledo era de mucha vista, y lo que en Italia pasaba era lo
más trascendental, porque siendo la Arquitectura la madre de
las Bellas Artes, todas sus variaciones afectan profundamente
á sus hijas. Así, Diez y Pérez de las Celles habían de tener á los
de aquí al corriente de los avances del nuevo arte arquitectónico,
de su definitivo triunfo, produciendo, por consiguiente, un
movimiento de renovación artística en consonancia con el que
se dejó muy pronto ver en toda Francia, que, amiga siempre de
novedades, se apresuró á adoptar un estilo que se llamaría en sus
primeros pasos, de seguro, del porvenir. Lo cierto es que ya
antes de acabar el siglo XV se llama bárbaro el estilo gótico.
Viendo, pues, á nuestros plateros metidos desde un princi-
pio en el círculo de la arquitectura del Renacimiento, siendo
ellos los que nos permiten señalar la fecha de su triunfo, pues
Balaguer no había, en 1510, de proyectar un jarrón Renaci-
miento sin haber triunfado este estilo, tratándose de un dibujo
de pasantía, Pedro Diez el Catalán ha de merecernos á todos
todo el cariño y respeto que se debe tener por los iniciadores.
Diez, por su apellido tal vez aragonés, pudo ser padre de
otro Diez, del escultor barcelonés Martín Diez, de quien tengo
noticias interesantísimas para los años 1 525-1 534. Sólo diré aquí
que, llamado para dar su peritaje sobre el altar mayor de Poblet,
junto con Pedro Núñez, lo dio en sentido desfavorable, y esto
que era obra de un hombre de grandes prestigios, de Damián
Forment. Y que Diez hubo de ser artista de gran consideración
nada me lo prueba tanto como el haberle tachado Forment, acu-
sándole de ser «grande enemigo suyo»^, que para ser grande
i) Madrid: Archivo Histórico nacional: Papeles de Pohltt. Proceso contra el maestro
Forment y 2$ b,
o l8
«38
SANPERE Y MIQUEL
enemigo de Forment era casi indispensable que Diez se pudiera
creer un rival del gran valenciano.
Como lo que acabo de decir es desconocido para el común
de los lectores, pues yo no sé que de ello se haya escrito antes
de ahora, añadiré que no conozco aún hoy las causas de la riva-
lidad entre Forment y Diez.
En suma. Bermejo, Pablo Vergós y Huguet pudieron apren-
der arquitectura del Renacimiento en Barcelona, ya en su direc-
ción romana ó plateresca, cuando aun el gótico imperaba ea
toda Gitaluña, y al servirse de ella en sus cuadros no hadan
más que imitar á los pintores de su tiempo y de todas partes,
que fueron los grandes propagandistas del arte nuevo.
n
1
J
I
I
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I
t
CAPÍTULO VIII
PABLO VERGÓS
1473 A 1495
PARA la historia de la escuela catalana es deplorable no conocer
de Jaime Huguet otra obra que el retablo de San Abdón
y San Senén, pues quedando al frente de ella sin rival al desapa-
recer Dalniau y en la plenitud de su vida y de su carrera, es, lo
repito, de lo más deplorable no saber cuál fué su ulterior des-
arrollo y cuál filé el efecto que hubo de causarle la aparición de
un maestro como Alfonso.
Huguet, he dicho, puede considerarse como uno de los
maestros de Pablo Vergós, y Huguet pudo formar asimismo á su
lado á Alfonso, ya que sólo lo que es privativo de éste, el poner
el color y el sombrear, no impide su filiación dentro de la
escuela expresiva, por Huguet bien representada.
Desconocida ó perdida la obra de Huguet, me parece que
les ha de pasar á los que se interesen en el conocimiento de
nuestros Cuatrocentistas lo que me ha pasado á mí, por no decir
que aun me pasa: la duda de que el consorcio Huguet- Vergós
que he señalado no hubiese continuado para otras obras que el
retablo de San Pedro de Tarrassa.
Indicado queda que este consorcio se manifiesta, á mi enten-
der, en el retablo de San Víante de Sarria, hoy en el Museo de
Bellas Artes de Barcelona. Este retablo no nos ofrece, para seña-
larle tiempo, indicaciones precisas. Por su arquitectura ya hemos
140 SANPERE Y MIQUEL
dicho que hasta se había bajado en parte al siglo XVI; pero como
hemos visto de cuan antiguo databa ó podía datar en Barcelona
el conocimiento del nuevo estilo de arquitectura, este dato no
resulta de ningún modo preciso.
Otra indicación he hecho, y es la de encontrar, en la tabla
que representa el A:¡^otamiento de San Vicente, el caballero ó el
modelo del caballero de nariz aguileña de la tabla de Alfonso.
Siendo esta tabla de 1473, no puedo admitir que se trate de un
modelo que, después de haber plantado en el taller de Huguet
ó de Vergós, plantara en el de Alfonso, porque para antes de
1473 me parecerían inaceptables los avances arquitectónicos del
Renacimiento de las tablas de San Vicente, Dejándolas para des-
pués de dicha fecha, se me adelantan las tablas del retablo del
gremio de Revendedores.
Carece para mí también este retablo de indicaciones de
tiempo, y en él no puedo ver más que una obra de los Vergós.
De este retablo repito que el cuadro de la Virgen rodeada de
cuatro santas lo estimo obra de Pablo, porque la Virgen y Santa
Lucía salieron del modelo de la Virgen de la Epifanía del Con-
destable. Pero ¿qué decir de la tabla representando á San Miguel
defendiendo el castillo de Roma de su nombre, y en el Catálogo de
la Exposición de Arte antiguo de Barcelona de ipo2 convertido
en un San Miguel defendiendo las puertas ó murallas de esta
ciudad ?
He notado en esta tabla, en primer lugar, el San Miguel,
que no es otro que el paje atisbando la escena de la adoración de
los Reyes de la Epifanía del Condestable. Trátese ó no del propio
retrato é imagen de Pablo Vergós, su identidad es indiscutible.
Pero, en cambio, ¡qué inmensa distancia no separa entrambas
tablas! ¿Cuál es el alcance de esta distancia? Hamlet mismo
diría, al estudiar este punto: That is the question.
Yo no puedo ver en esta tabla la mano gótica de Jaime
Vergós II. Si es de éste la tabla de la Resurrección del retablo del
Condestable, como por tal la tengo, su mano no se ve en esta tabla
de los Revendedores, Tal vez se puede señalar en otras que no
reproduzco por su falta de condiciones artísticas, pero en modo
alguno en la tabla en cuestión.
S CUATROCENTISTAS CATALANES
Rafael VergOs(?) segOn Pablo Vekgús: Sak Miguel
Retibla de los Reven dedotcs ¿e B^rcelaiii
Creo que á quien es de ver en esta tabla es i Hafiíel Vergós,
quien, de seguro discípulo de su hermano, reprodujo sus tipos,
sus estudios, cuando no pintara lo que le dibujaran, porque
Jas cabezas parecen de Pablo, y son cabezas de cuadros de
142
SANPERE Y MIQUEL
éste, como veremos; de donde sale aumentada la dificultad de
colocar en su tiempo el retablo de los Revendedores.
Para explicar la presencia del paje de la Epifanía, conver-
Pablo Vercós: El Calvario
Gifniio de los Kercndcdorcs de BircsIoD.
tido ahora en San Miguel, he dicho que no se reprodujo sino
un cartón del estudio de los Vergós. Asimismo he de creer que
las cabezas conocidas de la tabla de San Miguel de que hablo no
tienen otro oritjen. Pero, sea de ello lo que quiera, sea el reta-
S. Sanpere y Miquel: toi Cuairec
Pablo VergÓs: El Calvario (retablo del Con:
Muse» de AiidgUolailcs de BaKcIoni
S. Sjiipere y Miquel: Los Cita.
Pablo Vi:bcós; La Vjiígiín v Sa-ítas LucIa, Bakbaha, Inés y Petronila (?)
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 43
blo una obra de antes ó de después de Alfonso, el retablo de los
Revendedores es de los Vergós, y sí á Pablo damos el cuadro del
Calvario y el de la Virgen con las cuatro santas, á Rafael le pode-
mos dar el de San Miguel defendiendo el castillo de su nombre en
Roma.
Fija el Calvario por sí solo el retablo de los Revendedores en
la obra de los Vergós. El Cristo y los dos ladrones son creacio-
nes suyas, como lo son la María Cleofé y Longinos.
No hay para qué repetir todo lo dicho ya sobre los Calva-
rios de los Vergós. Convencido estoy de que han de compararlos
todos cuantos lean estas páginas, pues les ha de interesar la com-
paración, que ha de revelar á la postre un gran maestro, que se
repetía por la misma razón que en sus mismos días tenía Mem-
ling para repetirse, por forzársele á la continua repetición de
unos mismos temas, por faltarle tiempo para atender á los
encargos. Sin embargo, en el Calvario de los Revendedores
Pablo Vergós ha introducido la variante del sacerdote que,
á caballo y de espaldas, habla con la consagrada fígura del que
declara ser el Crucificado verdadero hijo de Dios. Vestido dicho
sacerdote mitrado de rica capa azul claro y oro, da á la entera
composición una vida que no abunda en las obras de su misma
clase. Mí imperfecto fotograbado no causará el efecto que pro-
duce esta tabla; pero, imperfecto y todo, revela á la simple vista
ser de la mano del autor del Calvario del Condestable, pues uno
son el Cristo y los ladrones, uno el Longinos, una la Cleofé, en
uno y otro Calvario colocados en el mismo sitio. Pero Pablo
Vergós, en el Calvario de los Revendedores, está en avance sobre
el del Condestable: nos lo prueba que ya en la representación
del caballo ha hecho un gran progreso. Por ahí se prueba lo
distante que hemos de estar de la Epifanía, y lo prueba también
el fondo. Compárese el dibujo y relieve de las palmas de uno
y otro. Véase la colección simétrica y cuidada en el retablo de los
Revendedores, que revela como nos vamos acercando á la época
del manierismo, que no es sólo italiano, y que lo mismo se puede
señalar en la escuela flamenca que en la nuestra.
Cuanto debía hacer notar de la tabla de la Virgen y las cuatro
santas queda casi dicho. Añadiré que cuando vamos buscando la
144 SASfPERE Y MIQL'EL
filiación del retablo de Santa Tecla j de San Sebastián de la Cate-
dral de Barcelona no es de pasar por alto el tipo de Santa Bár-
bara, que puede y debe recordarse á propósito del de la Virgen
Madre del cuadro de Jesús disputando con los dcctores del dicho
retablo de la Catedral. No quiero decir que se trate de un mismo
modelo: quiero sólo señalar una filiación, una escuela; pues, no
hay que olvidarlo, ésta sólo existe cuando los discípulos repro-
ducen á su manera los tipos y tópicos de la escuela.
Volvamos, esto dicho, al retablo de San Vicente de Sarria.
Tengo indicado que en esta gran tabla se ven tres manos, esto
es, que el retablo lo pintaron tres maestros, y éstos fueron, en
mi opinión, Jaime Huguet, Jaime Vergós 11 y Pablo Vergós.
Corresponden :
A Jaime Huguet : El a:^otamientOy San Vicente en las parrillas
y la muerte de San Vicente.
A Jaime Vergós II : San Vicente en la hoguera y los Angeles
confortando á San Vicente.
A Pablo Vergós: La ordenación de San Vicente, San Vicente
exorcisando á los ídolos. El tnartirio de hacer tiritas de la piel de
San Vicente, San Vicente cotfio exorcista.
En la página 23 de este segundo tomo he puesto trente por
fi^ente al Verdugo de Santa Juliía y al Verdugo de San Vicente
para probar por su identidad que el retablo de Santa Julita de San
Quirse de Tarrassa era de Jaime Huguet, y ahora doy la tabla
en que aparece el verdugo de San Vicente á Pablo Vergós. No
he dicho, porque no venía antes al caso, que al citar á dicho pro-
pósito el Verdugo de San Vicente para filiar el retablo de Santa
Julita era porque Jaime Huguet se me presentaba unido á los
Vergós en el retablo de Sarria. Pintando unidos, se comprende
la comunicación de estudios hechos y aplicados á conveniencia
de los artistas. De la misma manera que Pablo Vergós aceptaba
de Huguet el tipo del dicho verdugo, también aceptaba el del
cónsul Licias de la tabla del Degüello de los Sanios Médicos del
retablo de San Pedro de Tarrassa, en el de San Vicente nuevamente
por él reproducido. Como, siendo tan evidentes tales adopciones,
no doy á Huguet lo que por ellas parece evidentemente suyo,
vamos á verlo.
S. Sinperc i^ Miqueh Loi CvatTectntitba catalanei
Fablo Vergós: Martirio i>k San Vicrnte (retablo de San Vicrnte, Sarria)
Mineo Je Bellas Arles Je B.icelona
S. Sanperc y Miguel; Ldi Cualrocaliilai catalam:
Jaime Hucuet: Muerte de San Vicente
(retablo de San Vicente, de Sarria)
Museo Je BclUs Arles de Barcclom
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J
S. Sanpere y Miqíieh Lm CoalnviHUil.
E Hcguet: A/.otamíento dh S. Vicen-
Musco de Bellas Actci
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k
J
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I45
Para distinguir las tres manos tenemos para los tres maes-
tros una figura decisiva: la figura desnuda, la academia, digá-
moslo así, de San Vicente. La academia de Huguet es anatómica
y no varía en sus dos cuadros en lo más mínimo. La academia
de Jaime Vergós es gótica. La academia de Pablo Vergós es
purista. I^ oposición no puede ser, entre los tres maestros, ni
más notoria ni más radical.
Tenemos en segundo lugar, en las dichas academias, un
detalle que las distingue. En el nimbo de San Vicente de las
tablas de Huguet hay una faja de adorno entre los filetes. Esta
faja falta en los nimbos de los Vergós, que andan, en esto, de
acuerdo padre é hijo.
Distinguen de manos, la arquitectura de las tablas de
Huguet, que es del Renacimiento, mientras continúa siendo
gótica en los Vergós.
Muestran los fondos dorados y estofados dos procedimien-
tos distintos y dos estilos diferentes. En las tablas de Huguet se
produj.^ el fondo por estampación: en las de los Vergós es el
resultado de un dibujo á mano libre. En las tablas de Huguet el
dibujo es geométrico y simétrico: en las tablas de los Vergós es
libre y consiste en la repetición de sus típicas palmas y bellotas,
salvo er la tabla de los Angeles confortando á San Vicente de Jaime
Vergós, en que el estofado es estampado como el de Huguet.
Una mera ojeada á las láminas bastará, aun para el menos
iniciado, para distinguir por su estilo las tres manos, los tres
maestros. Correcto, pero castigado, es el dibujo de Huguet; rígido,
duro, anguloso, gótico, el de Jaime Vergós; amplio, gracioso
y naturalista, el de Pablo Vergós. No hay para qué decir más:
ya he dicho que al menos inteligente se le hará visible por mis
láminas la presencia de tres maestros en el retablo de San Vicente
de Sarria,
¿ Huguet es ó no es el autor de las tablas que le atribuimos?
Desde el momento en que su creación, el tipo del cónsul Licias,
lo reproducen dos manos diferentes en el retablo de San Vicente de
Sarria, no he de negar que se puede sacar de ello argumento en
contra de Huguet; y como aun podrá decirse que parece extraño
que no imprimiera en su San Vicente aquella superior expresión
« 19
146 SANPERE Y MIQUEL
de éxtasis que como modelo nos ha dejado lo mismo en San
Abdón. y San Senén que en los Santos Médicos, á mí no me
extrañaría que se concluyera en contra de Huguet. Si no soy de
esta opinión es porque es sobrado típica la figura del cónsul
creada por Huguet para que la pudieran copiar en vida otros
pintores. Como los Vergós le sobreviven y las tablas de San Vicente
bien pudieran ser posteriores á su fallecimiento, podría explicarse
por dicha circunstancia la adopción de su tipo; pero yo no me
explicaría satisfactoriamente la aparición del tipo del caballero de
nariz aguileña de Alfonso en un cuadro posterior á la muerte de
Huguet, ó sea para después de 1483: la repetición de ese tipo á
diez años de distancia no se explica tratándose de la obra de un
forastero ó de un extranjero, como entonces se diría.
Que no sean dignas de Huguet las dos tablas que le atribui-
mos, nadie lo negará, y que en éstas no esté en progreso tampoco
se contestará. Compárense los Santos Médicos de la tabla de su
martirio con el San Vicente; compárense sus desnudos, y severa
el inmenso avance de Huguet en el San Vicente. Ya no se trata de
cuerpos sin huesos, sin nervios y sin venas: lo real aparece, y, si
aparece sobrado, tal vez esto se deba á la obra de los siglos, que
han podido borrar las medias tintas. De todos modos, el cuerpo
bien construido de San Vicente y bien modelado con mayor ó
menor sentido realístico, es superior á aquellos cuerpos faltos de
interior de 1460.
Hice notar, al hablar del retablo de San Pedro de Tarrassa,
ej virtuosismo de Huguet. Esta cualidad también está en progreso
en las tablas de San Vicente, en donde la costumbre del tiempo,
que parecen indicar las armaduras fantásticas puestas de moda en
Italia entrada la segunda mitad del siglo, y muy pronto adoptadas
en Flandes y Alemania, exigían del virtuoso una aplicación supe-
rior á la de los tiempos pasados.
Una figura llama la atención en la tabla de la muerte de San
Vicente (y cuidado que la figura del santo muerto es notable, como
dibujo, como. modelado y trabajo, como expresión de la muerte
de ese santo, pues en su rostro han dejado huellas los dolores
del martirio, dominados, pero no vencidos, por la resignación
y la esperanza en la recompensa fiítura), y la tal figura es la
iii(>ere y Miqnel: Lo¡ Cunlrocrtili
(retablo de San Vicente, Sabría)
Musco de Bcll>; Arles de Barceloi»
^
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J
S. SiDpcre ; Miqud: Lm Cmtnttidiilaj lalalaati
Jaime Veroós II: Detalle de la tabla de Saü Vicente en la hogueka
(retablo de San Vicekte, SahriA)
Museo Je Bell» Artes de Barceloaii
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Iaimr VbbgOs II: Los Angeles coni-ürtando a San Vicente
(hetablo de San Vicente, Sarria)
Mu^eo de Bellas Altes de B;ir«Ioui
1
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I47
del caballero que aparece á su lado. Sus melenas deberán tomar-
las en cuenta los que quieran bajar las tablas que examinamos
dentro del último quinto del siglo. Ese caballero es un retrato,
seguramente del laico que hizo pintar el retablo, pues para ser el
retrato de Huguet es demasiado joven. Esta figura planta con una
naturalidad y aplomo superior á las otras, porque indudable-
mente ha plantado delante del maestro el retratado. Compárese
con el cónsul, procónsul ó prefecto, que nos dice sólo en el ple-
gado que ha sido pintado de memoria, amén de convencernos de
que dentro del talar que viste no hay el cuerpo de un hombre.
Huguet se mantenía, pues, como retratista, á la altura en que le
hemos visto en el retablo de San Abdón y San Senén,*pues los
caballeros que plantaron para tales santos tienen la misma
maestría.
Que los cuadros que damos á Jaime Vergós II son las obra^
de un pintor de la antigua escuela lo dice la simple comparación
de dichas tablas con las de Huguet, que le están más cerca que las
de su hijo, en marcha siempre progresiva.
Tiene la tabla de San Vicente en la hoguera todo el aire de
una miniatura, no por su virtuosismo, que es extremado, sino por
el rigor de su dibujo, digno de un grande estilista; de modo que
no podemos llamar fanfarrón á Jaime Vergós II cuando les dice á
los de Cervera que les «pintó bellamente unos pendones». Ahora
bien: esa tabla y su compañera no sólo no son miniaturas, sino
cuadros con figuras que se acercan al natural. Y si queremos
darnos cuenta de lo acabado del trabajo, véase el detalle de la
dicha tabla, véanse aquellas cabezas parlantes y fuertes dentro de
una técnica simplicista propia de los grandes góticos del siglo XV.
Gótico hemos dicho que se nos presenta Jaime Vergós II, y
si tal le vimos en el retablo del Condestable^ y en la tabla anterior-
mente descrita confirma su estilo, en la de los Angeles socorriendo á
San Vicente en la cárcel todavía su estilo queda más fuertemente
caracterizado. Aquí el pesado pincel ha cargado más firme, y al
querer detallar, en vez de pintar, ha dibujado. Luego la falta de
idealidad en los ángeles, sus feas cabezas, sus abigarradas alas, le
clavan en el puesto que llenaba no sin distinción ni mérito real,
porque, lo repetimos, el grupo que hemos dado en detalle no
I4tt SANPERE Y U1QUEL
sufre de la comparación con ninguna de esas tablas alemanas de
cuyas tan alto se pone su sentido realístico.
¿Pablo Vergós puede ser el amor de las cuatro tablas que le
atribuimos? Digo que sí, porque se forma mi opinión por encon-
trar en el retablo de Grano-
¡les y en el de San Vicente
de Sarria la tabla del santo
en su sepulcro como exor-
cista, que también se da en
el retablo de San Antonio
Abad. Confirma luego mi
modo de ver la aparición
de Jesucristo en el cuadro
de San Vicente escarpiado,
que se repite en el retablo
de San Antonio Abad, como
aquí es de ver, saliendo uno
y otro Cristo del Cristo re-
sucitado del retablo del Con-
destable. Robustece mi dictamen, si no me equivoco, el aparecer,
como ya he dicho más arriba, en la clerecía tipos que encon-
tramos en la del retablo de San Antonio Abad y Curtidores; y,
finalmente, me convencen las palmas con las bellotas de los
fondos dorados y estofados.
La escena doméstica del cuadro de San Fícente escarpiado ¿no
se explica viendo en ella al padre de Vergós, con su segunda
esposa y al hijo de ésta del primer lecho ? ¿ Puede de esta escena
darse otra explicación? ¿El marido, cuando menos, no recuerda
el tipo del que en la escena de la Epifanía del retablo del Condes-
table asoma por la ventana?
Cuanto he dicho de las cabezas de expresión de los Apósto-
les de la Pascua del retablo del Condestable ¿ no puedo repetirlo,
no con no menor, sino con mayor motivo á propósito de la
tabla de la Ordenación de San Vicente? He querido dar de las
cabezas de los cantores un detalle grande para que se apreciara
toda su belleza, toda su expresión, y la genial sencillez con que
están pintadas, cualidad siempre eminente en Pablo Vergós;
Pablo Vkrgús: Retablo d
Museo de BellM i
E Sak Vicente, de Sarria
•1
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L*"
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S.' SaSpítc y Miquel: Ij-i Ciialroctnlhlas calaUm
Pablo Vebgós: Ordenación de San Vicente
Retablo de San Vicente, SarríA
Museo de Bellas Artw de Bjrceloni
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I49
pero mi fotograbado no ha correspondido á mi deseo : aun defi-
ciente, hará ostensible todo lo dicho. Aquí está el gran pintor
catalán entero. Y en esta tabla se verá el obispo, que se conser-
vará en San Agustín en el retablo de los Curtidores.
Esta tabla y la de San Vicente como exorcisante, las dos mejo-
res del retablo, bastarían á la reputación de Pablo Vergós ; porque
lo que hoy se pide á gritos, y en todos tiempos se ha pedido
con voces más ó menos acompasadas, la expresión y represen-
tación natural de la figura humana, está llevada á una altura
que no ha sido sobrepujada por nadie, cuando se atiende á su
valor técnico, á la parquedad de los medios empleados para
modelar y dibujar rostros y cuerpos; cuando el pincel es capaz de
todo virtuosismo, como lo demuestran las capas pluviales y dal-
máticas de la clerecía, uno se siente lleno de admiración por una
maestría llevada á toda la plenitud.
Que Pablo Vergós, en estas tablas tan hermosas, es todavía
un compositor frío, de la antigua y no de la nueva escuela, esto
es, de la escuela del renacimiento italiano, es cierto. Ya hemos
dicho que la escuela catalana en esto hace pocos progresos: la
tradición se le impone y no sabe sacudirla, ni un solo ejemplo
nos dará de esas composiciones libres, de franco, natural y des-
envuelto movimiento, gloria inmortal de los Cuatrocentistas
itaüanos.Pero, con todo y este defecto, cuando el asunto implica
esa frialdad de que hablamos, ó no exige por su naturaleza gran
movimiento como en la Ordenación de San Vicente, y en la de los
lisiados ante su tumba, la composición nos parecerá perfecta. Y
en la Ordenación le vemos todavía penetrando por el campo de
las sombras, de la perspectiva aérea, que también no ha de alcan-
zar, como no la alcanzó un solo maestro catalán. Cerca estaba ya
con estas tablas Pablo Vergós de solidar su reputación, que firme
quedó al pintar el retablo de San Antonio Abad.
Puede hoy verse este monumento de la pintura catalana en
la iglesia de su nombre en Barcelona. En la Exposición de Arte
antiguo de 1902 se presentaron todas sus tablas, excepto la del
Calvario, que estaba en un estado lamentable; pero, cuidadosa-
mente restaurada por D. Tomás Moragas, que ya años antes
había restaurado las otras, hoy se puede con éstas admirar, pues
1 5o
:re y uiquel
^' •■:■-. , --^ jjQ desdice de sus gran-
'S'^ I des cualidades.
Tenemos el retablo de
I San Amonio Abad por
' obra exclusiva de Pablo
Vergós. Quizás erí las
6guras de santos del
bancal tuvo una mano
auxiliar, pero no más
que auxiliar, porque las
figuras están todas sóli-
damente construidas,
como se podrá juzgar
por el San Jorge aqui re-
producido.
Estimo esta grande
obra como posterior al
retablo de San Fícente di
Sarria, porque creo que
Vergós, si no sintió la
influencia de Alfonso,
sintió la de su manera
de pintar. Ya, nada de
aquel miedoso modela-
do tradicional : las som-
bras, con todas sus pro-
fundidades y trasparenr
das, aparecen en todas
partes. A bien seguro
que, de no tener la pin-
Pablo Vergós: San Jorge tura catalana que arras-
Retiblu Je Sin Amonio Abad, Bircclona trar los fondoS dotadoS
y estofados, como el
presidiario su cadena hasta el cumplÍmiento?de su pena, Vergós
llenara sus cuadros de aquel ambiente que ya hemos dicho parece
desconocido en nuestra escuela, para mi indudablemente por
dicha circunstancia.
S. Suipeie y Miqíiet: La Cuatracrnh'tlat calahm
Pablo Vergús: San Antonio comunicando su poder de exorcista
Iglesiü de üaa Antonio Abad de Birceloni
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES ]5l
Casi nada ha quedado del Archivo de los An toninos, que se
supone pasaría á Roma al ser extinguidos, por donde acercamos á
la época del retablo por la de la construcción de la iglesia. Asi,
todo lo que sabíamos era que se estaba construyendo la iglesia
en 1444'. Pero D. Ramón Piera, rector de los Escolapios, á
cuyo celo por los monumentos de su iglesia y amor á las bellas
artes debemos la restauración de la tabla del Calvario, me comu-
nica, con referencia á su archivo, que: «El dia 15 de Desembre
de 143 1 se compra '1 terrer y algunes cases pera la construcció»
— de la iglesia — «(en Guillem Duran, hostaler, es el comprador
a pública subasta, 10.000 sous), Fra Berenguer de Biancha, pre-
ceptor de la Casa de Sant Antoni Abat de Cervera, degudament
autorisat per Tabat Joan, firma'l compromís pera la fiíndació, ab
el canonge arcediá de Barcelona, reverent Felip de Medalla, el dia
30 de Mar^ de 143 1, y ab el senyor rector del Pi'l dia 24 d' Abril
de 1432, davant del notari públic Gabriel Canyelles. Confirma
aquests compromisos Tabat Joan el dia 18 de Juliol de 1433,
firmant aquesta confirmado '1 seu secretari fra Nicolau Ponciato
y el referit notari, ab els deguts testimonis, y es procedeix a la
construcció.
))En aquest arxiu obra un concordat entre '1 reverent senyor
vicari del Pi, Bernat Planes, y Jaume Bisanyes, beneficiat de la
mateixa iglesia, d'una part, y fra Gingo de Veanchia, adminis-
trador perpetual de la Casa de Sant Antoni Abat de Barcelona, y
fra Antoni Montseny, preceptor de la casa de Sant Antoni de
Cervera, datat a 3 de Setembre de 1448, en el qual aquests últims
s'obliguen a satisfer a l'iglesia del Pi tots els drets que'ls perto-
quen d'oferta, cándeles, etc., per rao de les misses que se cele-
bren en riglesia de Sant Antoni. Diu textualment el convenir
))Et primo, cum venerabilis Praeceptor Domus praedicta^
Sti. Antonii daret, et daré et tradere teneretur dicto venerabili
Rectori Successoribusque suis, in dicta Ecclesia de Pinu, seu Pro-
curatori eorum, medietatem integraliter, fideliter atque bene
omni fraude cessante Omnium et singulorum Oblationum in
quavis specie consistant, quse ad manus Prsesbyteri seu Prsesby-
z) Pi t Arimon: Barcelona antigua y moderna (Barcelona, 1854), tomo I, pág. 517.
I 52 SANPERE Y MIQUEL
terorum missas Celebrantis seu Celébraritium in dicta Capella seu
Ecclesia Sti; Ahtonii et quibusvis altaribus ejusdem venient omni
tempore, et de candelis, qua^ in missa seu missis accenduntur seu
etiam de alus candelis, quae offeruntur in. dicta Ecclesia per Chris-
tifideles quacumque hora diei vel noctis, medietatemque inte-
graliter de ómnibus quae in pelvim veniunt seu mittuntur pro
adoratione Crucis quinta et sexta feria proxime praecedentibus
celébrationem Doniinicae Passionis, fuit conventum, quod de
cetero in compensationem omnium et singulorum pra^dictorum
quae amodo cessabunt dari et solvi, dictus Venerabilis Frater
Gingo et sui Successores dent et solvant dicti Venerabili Rectori, et
suis Successoribus infesto Sancta Crucis tnensis Maji próximo triginta
solidos, et in festo omnium Sanctorum post dictum festum Sancta
Crucis proxifne sequnturum alios triginta solidos, et sic deinceps,
quolibet anno...
«D'aquí's dedueix ab tota claretat que ja abans del 3 de
Setembre de 1448 se celebra ven misses en aquesta iglesia. »
Dicho se está que el que se dijera misa en 1448 implica
que el retablo estuviera pintado; pero el dato anterior ya fija
un término para buscar su tiempo. Por la indumentaria, sin em-
bargo, puede aproximarse el tiempo en que fué pintado el retablo
de. San Antonio Abad, del cual creo que me dio la fecha Puiggarí,
fijándose ep un detalle indumentario que tiene doble importancia,
esto es, porque de un lado me puede señalar la época del retablo
de San Antonio, y del otro como en realidad Rafael Vergós plagió
la obra de su hermano en el retablo de Granollers.
Señala el Sr. Puiggarí el rocadero con que adornan sus
cabezas la reina y la princesa ya citadas de los retablos de San
Antonio y de Granollers, como tipo « del usado por nuestras damas
en el período de 1460-70» ^ .
En efecto, como moda del año 1470, se ve en todas partes
el uso del rocadero ó capirote, moda flamenca, circunstancia que
creo es de notar tratándose del siglo de la pintura flamenca,
difundida por toda Europa, por cuanto era opinión corriente la
1) PuiGGARt: Motiografia histórica é iconográfica del Traje (Barcelona, 1886), página
283, número 326.
í. Sírtpere y Miqíiel; Los Cnatroefnti'ih
Pablo VergOs: San Antonio Abad
Iglesia de San Amonio Abad de Barcelona
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I 53
de Duclercq, que decía «ser las burguesas de Gand, Brujas y
Lille las mujeres mejor vestidas de su tiempo». Véase en Quiche-
rat una dama vestida á lo flamenco de una miniatura de 1470^ .
Pero ¿hasta cuándo se continuó usando el capirote? Esta es
la cuestión para poder fechar el retablo de San Antonio Abad.
Viollet-le-Duc, estudiando este punto, dice: «Es entre 1470
á 1475 cuando los capirotes desaparecen. Cuando Luis XI muere
en 1483, hacía ya mucho tiempo que las damas no los llevaban
en Francia 2; pero como las modas es en el centro en donde
aparecen, en donde primero desaparecen reemplazadas por otras
modas, si contamos para París el año de 1475, no para cuando
desaparecen, sino para cuando dejan de ser de moda, conside-
rando que en 1483 ya hacía tiempo que no se llevaban, podre-
mos señalar el año 1480 como el de su completa desaparición, y
por lo dicho podremos creer que aun aquí, después del 1480, se
continuaron llevando por algún tiempo; y, aplicando las cuentas
hechas para París, digo que aquí se dejarían de llevar sobre el
año 1483. Si se admite esta cuenta, como el retablo de Granollers
consta que se estaba pintando en 1495 por Jaime Vergós II y Rafael
Vergós, por fallecimiento de Pablo, que lo dejó sin concluir, está
claro que ó se trata de un plagio ó de un anacronismo, ó de que
aun se llevaría el rocadero cuando Pablo Vergós dibujó aquella
tabla que no llegó á pintar. Y como ahora vemos concedérsele
plazos de seis años para pintar un retablo, plazo que, de habér-
sele concedido, nos remontaría al año 1489, la prolongación de
la moda del rocadero, su explicación en el retablo de Granollers,
no se haría en absoluto imposible. Pero no sabemos ver en el
retablo de San Antonio Abad por dónde llegar á su fecha, y, si no
queremos pecar, será fuerza sólo decir que fué pintado por los
años 1480 y tantos.
He dicho que, constando ser el retablo de Granollers obra
de los Vergós, lo que de dicho retablo viera en otros serviría
para la filiación de éstos. En seguida he notado la idéntica com-
posición del Calvario, con la repetición del mismo Cristo y
i) Q.U1CHERAT: Histoiredu Costume en France (París, 1877), pig. $09.
2) Obra citada, tomo III, pág. 242.
« 20
I
I
1^4 SANPEBE Y HIQUEL
buen ladrón; la 6gura del legionario disputando por tas vestidu- '
ras del Cristo, igual á la del caballero de la tabla de San Agustín
predicando del gremio de Curtidores de Barcelona; el paralelismo
de las. tablas de San Esteban y San Vicente exorcistas; la clerecía y
caballeros de la In-
vención del cuerpo de
San Antonio Abad,
igual á ta del Santo
Ángel defendiendo en
Roma el castillo de su
nombre del gremio
de Revendedores, y
la de la Ordenación
de San Vicente, las
palmas y bellotas;
la Aparición del
Crisloá San Antonio
y a San Vicente, etc.
Fuera, pues, de
toda duda el maes-
tro, lo que primero
se echa de ver, sa-
biendo de quien se
trata, es el progreso
que en este retablo
demuestra en la
energía del mode-
lado. De no conc^-
cerse el retablo de
Pablo Vergüs ^"^ -^""^'^ ^^"^^
San Antonio visitando A Saíj Pablo ermitaño sena imposible ex-
IgletU de San Antonio Abíd.Barcdoiií plicarSC los Profetas
de Granollers. Ca-
mino de éstos se encuentra Pablo Vergós en la figura de San
Antonio Abad. En la tabla de este santo visitando á San Pablo
ermitaño, asunto tratado también por Velázquez, sin que sea en
modo alguno de admitir que el primer maestro de la pintura en
S. Saiipere y Miguel : Los Ciiai
Pablo Vercós: Retablo de San Antonio Abí
IgleíiA de San Antonio AbiJ, Barcelona
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I 55
España tuviera por qué acordarse de Pablo Vergós, pero tampoco,
por qué no recordarlo, en esta tabla la cabeza de San Antonio es
un verdadero prodigio de modelado y de expresión : es el maestro
de la Pentecostés del retablo del Condestable, llegando al punto más
alto de su carrera artística. Si: cabezas como la dicha pueden y
deben ponerse al lado de las de Alfonso y de Bermejo, y añadir
que, á no ser por las que pintó el Greco en el siglo XVI, sería
preciso llegar á los días de Velázquez, Zurbarán y Cano para
encontrar en España otras tan bellas y enérgicas.
Tratada esta cabeza con toda la frialdad de una imagen en
el San Antonio sentado en una silla abacial, tabla hoy colocada,
no en su altar, sino en el coro de la iglesia, dentro de su seve-
ridad benigna, es de comparar con la anterior. Toda su figura
revela el estudio del natural y la repugnancia de la escuela para
el plegado flamenco franconiano, con razón por los nuestros
rechazado. Las dimensiones de esta tabla, 2*40 X i'éo metros,
permítenle que tome un carácter verdaderamente imponente, y,
colocada en su altar, había de causar un efecto grandioso.
Pero si de las alturas de lo sublime bajamos á las de lo bello,
yo no sé si pueden darse figuras más hermosas que las de las
tablas llamadas, en el Catálogo de la Exposición de Arte antiguo de
Barcelona de 1902, Despedida de San Antonio para el desierto,
núm. 216, y Muerte de San Antonio, núm. 219, tablas de 1*50 y
i'8o X 0*95 metros.
No hay tal Despedida de San Antonio para el desierto en el
núm. 216; pues, como se puede ve^en nuestra lámina, de lo
que se trata es de la transmisión por el santo de su potestad de
exorcizar á un magnate, que la emplea — escena partida — para
sacarle á una princesa el espíritu maligno por la cabeza.
Preséntanos en esta tabla Pablo Vergós una princesa arrodi-
llada, de una hermosura clásica, académica. Diríase que, cansado
de oir que todas sus mujeres eran feas, quiso probar que también
le era á él dado, á expensas de lo natural, crear una mujer her-
mosa. Será la única, aun cuando en esta tabla, y lo mismo en la
que llamamos San Antonio. exorcista, los tipos de las mujeres son
pasaderos. Pero la tabla 216 no se impone sólo por la belleza de
dicha princesa, sino por la purista del dibujo, por la extremada
j56 sanpere y miquel
corrección y elegancia de todas las figuras, que recuerdan.por estas
circunstancias las de la Epifanía del Condestable, probando ser
esta cualidad natural y propia del culto espíritu de Pablo Vergós.
En esta tabla, como en todas las demás del retablo, el grande
artista, por su extremada corrección, imprime en sus obras
aquella gracia juvenil que hemos llamado natural en el retablo del
Condestable, y que ahora llamaremos adquirida por el trato y
ejercicio de la gracia.
Lo que resalta en la tabla de la Invención del cuerpo de San
Antonio, que de esto se trata y no de lo que se leía en el Catá-
logo, es aquella extremada y sencilla expresión de gratitud de los
que salieron guiados por una paloma al hallazgo del cuerpo del
santo. Todas las cabezas nos son conocidas. Es la clerecía de los
retablos de los Revendedores y de Sarria, Ahora no cantarán como
en la Ordenación de San Vicente, pero no importa : por esto están
también haciendo algo, pues en los cuadros de Pablo Vergós la
impasividad es corporal, no anímica.
Toda esta maravilla de dibujo, realzado por una técnica
franca y poderosa, dan realmente grima al encontrarlo todo
dominado por el influjo que, para darle un mal nombre, llamaré
gótico. Sin el paisaje gótico, sin el fondo dicho de oro estofado, —
aquí con palmas y bellotas, — sin aquella aparición ahora de San
Antonio, en el cuadro de las Tentaciones de este santo del Cristo
dentro de un cuarto de círculo, como lo hubiera podido hacer
Borrassá en su tiempo, y como si se tratara de un tópico de la
escuela catalana, sin nada de todo esto que Pablo Vergós hubo
de poner y pintar porque su sociedad se lo exigiría, la obra de
Pablo volaría, al ser hoy conocida, sin auxilio de las alas de la
Fama, por su propio y gran mérito.
La tabla de San Antonio suspendiendo por el cabello á un
ahorcado para salvarlo de la extrangulación, la reproducimos
para que se vean una vez más los tipos que aparecen en otras
tablas de otros retablos.
Prefiero la tabla de San Vicente exorcista á la de San Antonio
Abad exorcista. El grupo de populares del primero, dentro de su
vulgaridad, es acabado: Velázquez no los pintara mejor. Si ahora
quiero admirar al virtuoso, entonces es otra cosa: un pincel
S. Supere y Miqnel: La Cualnceiillilat calalaMtt
Pablo Vercós: Invención del cuerpo de San Antonio Abad
IgleiU de Sau Antonio Abad de Bitceloiia
S SanpcK y Miquel La CHtlreanliilai alalam
Pablo Vergós: Un milagro de San Antonio Abad
[glesii de San Adiohío Abad de Barcelona
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES ibj
flamenco se necesita para los brocados del emperador y de la
princesa. A falta de telas de dicha época ¡guales, su reproducción
gráfica supliría su modelo. Esta nimia perfección, llevada á los
rostros y barbas del emperador y de la emperatriz, hace que
resulten fatigados, y no quiero decir que no lo sean: tal vez aun
no le era dado en todas ocasiones á Pablo Vergós pintar cabezas
como la de San Antonio, que la índole de los tipos cohibe aún á
los más acostumbrados á tratarlo todo con distinción. Los tipos
vulgares, ínfimos ó no, son los que mejor pintaron Velázquez y
Goya. Son los más enérgicos y contrastados, como bien se com-
prende, los más fáciles y de mayor lucimiento.
Vergós, con su retablo de San Antonio Abad, hubo de hacerse
una gran reputación, hubo de convertirse en la celebridad de la
época, y, de no ser tan abundantes los retablos de otras manos
secundarias de sus días, casi diríamos que su celebridad, eclip-
sando á Alfonso, nos ocultó á éste para siempre. Pero Pablo
Vergós tuvo que combatir con todos los cordobeses. Apenas salía
victorioso de Alfonso, le amenazaba ya Bermejo, aun en el
supuesto de que éste se hubiese completado dentro de la escuela
de Barcelona.
Hubo Pablo Vergós de pintar en los últimos diez años de
su vida tres grandes retablos: el de San Agustín ó de los Curtidores,
el de los Perayres y el de Granollers.
Desconocemos la fecha del retablo de los Blanquers ó Curti-
dores, y nada he sabido ver en el mismo que me la revelara,
siquiera fuera aproximadamente. Si lo coloco detrás de los reta-
blos de San Vicente de Sarria y de San Antonio Abad, es porque
ya el fondo de oro estofado es estampado. Las palmas que en
dichos retablos aun perduran y triunfan de los estampados han
desaparecido: el mecanismo ha triunfado.
Si acertamos en la explicación de la cláusula ya citada del
contrato entre Vergós y los Perayres, para la pintura del retablo
de éstos (Documentos XXX y XIJV), cuando le exigen que «todos
los brocados se hagan según el retablo de San Agustín mayor»,
como este contrato es del año 1493, el de los Curtidores ha de
tomar puesto entre esta fecha y la de 1485, que provisionalmente
se puede señalar al de San Antonio Abad, es decir, este retablo
1 38 SANPERE Y MIQUEL
hubo de pintarse ó pudo pintarse á la vez que Bermejo pintaba
La Piedad de Despiá.
Largos años pasaría Pablo Vergós pintando el retablo de San
Agustín, del cual nos han quedado íntegras sólo cuatro tablas,
que con dos medias tablas más se guardan en la Sala de Juntas del
gremio de Curtidores, y parte del bancal, que está en el Museo
de Bellas Artes, Museo Provincial de esta ciudad. Lo que ha
quedado representa á lo sumo una tercera parte de la obra según
de tradición se cuenta; y como las tablas tienen 2*40 X i'93
metros, las figuras son por lo menos de tamaño natural.
Para juzgar de esta pintura se ha de tener presente. que
tratamos del altar mayor de una iglesia de gran nave, y así se
explica perfectamente que los detalles, como los famosos bro-
cados, estén tratados un poco grosso niodo, pues se atendió desde
luego al efecto escenográfico. Sólo para hacerlo constar para el
no inteligente que podría notarlo, diremos que los vestidos de los
personajes sentados en primer término de la tabla San Agustín
predicando fueron, á mediados del pasado siglo, desdichadamente
repintados por un pintor de brocha gorda, y, aunque en las otras
tablas también ejerció su arte de destructor, sinónimo de restau-
rador, con perdón sea dicho de los que merecen este nombre,
-sus atrevimientos no fueron tan grandes. A la visu de las tablas
no se necesita ser conocedor para notar lo que decimos : es para
que no se juzgue por las reproducciones por lo que lo adverti-
mos. En donde, por fortuna, no hay repintos es en las caras;
pero algunas de ellas, como lo indican los fotograbados, han
sufrido por abrirse las juntas de las tablas, ó por haberlas chamus-
cado algún cirio.
Todas las buenas cualidades de Pablo Vergós encuentro en
estas tablas, pero sólo en la de la Consagración de San Agustín
aparece el grande artista en las cabezas de los obispos. ¿Serian
retratos? Esas cabezas, que ganan infinito cuanto de más cerca se
miran, á causa de la suavidad de su modelado, son todas tan indi-
vidualistas que admiran por su contraste fisionómico. Aquel
pincel vigoroso empleado en pintar San Antonio Abad, pinta en
esta tabla el obispo de la derecha de San Agustín que le pone la
mitra. Con decir que esta cabeza puede ponerse al lado de la de
S. Saiipere y Míqucl : lot Cvalroctutiün
(retablo del gremio de Curtidores)
I
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES iSq
San Antón, está hecho todo su elogio. La figura del que lee las
preces rituales es de una solidez y de un naturalismo sorpren-
dente. Pero esta tabla, aun con estar hoy perdidos los rojos y los
azules^ hoy negros, de los brocados, da pena por tanta imagi-
nería bordada y por tanto ramaje de oro. A mí me produce el
mismo desastroso efecto que me causan las imágenes de nuestras
iglesias metidas todavía dentro de los tontillos del siglo XVII,
demostrando que en esto de ser tradicionalistas lo somos en arte
aun de lo rematadamente malo. Hay que saber abstraerse para
admirar las cabezas, cuyo estudio nunca será bastante recomen-
dado para los que quieran pintar no á gusto de los fabricantes de
colores, sino como pintaron todos los grandes artistas del cuatro-
cientos, como en el quinientos pintó Rafael. No hay avaricia de
color, ni ninguno de estos excesos en más ó en menos de nuestro
tiempo, sino un empleo racional del mismo, y un modelado
simple y seguro, alcanzado sin martirizar la paleta.
Bien pudiera ser que en estas tablas Pablo Vergós hubiese
tenido un auxiliar que le preparara, digámoslo así, las cabezas
secundarias, pintando él sólo las de San Agustín y las de la
dama de la tabla que no sé si representa la Confusión de los Mani-
queos, doctrina que San Agustín había profesado antes de conver-
tirse al catolicismo. En las demás, lo que me parece es que sobre
una preparación hábil imprimía su pincel el carácter de su perso-,
nalidad artística. De esta particularidad exceptúanse las figuras
de la Consagración de San Agustín.
Quizás, puestos ya á dudar, dudaríamos de que fuera suya
la tabla de la Conversión de San Agustín. Esta tabla, falta de carác-
ter y de individualidad, de una gran monotonía de color, pues su
entonación general es violácea, nos parece acusar no una mano
inexperta, sino la mano de un maestro secundario, como creo lo
fué Rafael Vergós; y como, tratándose de San Agustín, natural-
mente he de recordar aquello de «en la duda, libertad», aprove-
chándome de ésta, ¿no podría dar la tabla á Rafael Vergós?
Fijando un poco la atención en la tabla de San Agustín pre-
dicando delante de su madre Santa Mónica, y comparando esta
tabla con la anterior, se verá esta diferencia de manos dentro del
grupo de oyentes. Los dos caballeros sentados en primer término.
l6o SANPEBE Y MIQUEL
son muy superiores á los demás en dibujo y carácter. Recuérdese
que son- dos tipos conocidos. El doctor, el del bonete, no es otro
que San Damián del retablo de San Pedro de Tarrassa. El otro, ora
el sayón, ora el caballero de los Calvarios de Granollers y de San
Antonio Abad, Las cabezas de estas dos figuras están tratadas con
mayor vigor y mejor dibujo que las restantes, sin llegar, empero,
á la de San Agustín, que es una cabeza parlante. Tiene esta tabla
mejor -colorido, aun á pesar de lo bermellonado del caballero
sentado y del que sigue al doctor.
Insignificante es en la tabla la figura de Santa Mónica, que
ya veremos en el Calvario de Granollers, y por esto nos resisti-
mos á ver en ella una obra del mismo pincel que pintó la dama
de la tabla conocida con el nombre de Encuentro de San Agustín
con su madre, pero que yo creo se trata de la Confusión de los
Maniqueos; pues, de estar en dicha tabla Santa Mónica, no estaría
sin limbo. Ni Vorágine ni Rivadeneyra me dan razón del asunto,
y éste es tan poco interesante que no me convence de la nece-
sidad de buscar su explicación en algún santoral catalán de la
Edad Media, lo que espero me perdonará Justus de Vich.
Compárese esta tabla con las dos anteriores, y se reconocerá
en ésta de preferencia la mano de Pablo Vergós. La cabeza de.
Sari Agustín es buena, y en la de la dama anciana se nota todo
el cariño de un artista prendado de la modelación á la moderna
de sus días; que Pablo Vergós ya hemos visto, y lo acredita en
este mismo retablo que nos ocupa, en la tabla át la Consagración,
no repudiaba ni rechazaba el arte nuevo, que consistía en llenar
de sombras las caras.
Siguió al retablo deis Blanqtiers el retablo deis Perayres, y ya he
dicho que de estos dos retablos tengo del uno aquello de que
carezco del otro, y aun algo más para los Perayres, pues tengo toda
su historia, que no puedo pasar por alto, por lo mismo que, mal
conocida ó entendida, ha dado pie para quitarnos un puñado de
honra, conforme á la antigua moda de desacreditamos sin ayuda
de nuestros vecinos.
Reunido en Concejo General el gremio de los Perayres de
Barcelona en el campo de los Tiradors jusans, que poco más ó
menos correría por debajo del actual Palacio de Bellas Artes de
S. Siiipere y Miquel: l^s Caá
(retaklo del ghemio de Curtidores)
S. Saiipete y Miquel ; La Cuati acenlisías eaíaUua
Pablo Vehgós: San AgustIn fre^dicando (retablo del cbemío de Curtidores)
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LOS CUATROCENTISTAS CATALANES l6l
Barcelona, el miércoles 23 de enero de 1489, por sus honorables
administradores, fué propuesto que «com lo retaula de Sent
Anthoni stiga a gran cárrech e vergonya de la dita confraria per
la gran antiquitat de aquell, e no s mostra en aquell la invocació
de Sent Anthoni ; e attés per vuy se ha gran mercat de les fay tu-
res per causa deis Alamanys quins son, que es necessari per
honor de Deu e de Mossen Sent Anthoni que lo dit retaule sie
fet de nou, atteses les moltes oíFertes que hi son fetes».
En su consecuencia se nombró una comisión para que reco-
giera los fondos ofrecidos para la obra del nuevo retablo y enten-
diera en todo cuanto tocara á su inmediata renovación ^ .
En virtud, pues, del acuerdo citado, el Domingo de Ramos
del año 1489, que cayó en el día 12 de abril, contrataron los Peray-
res con el « Maestro Miquel Longuer, alamany, fuster e ymagi-
nayre, ciutadá de la dita Ciutat» de Barcelona, sobre «la cons-
tructió per lo dit mestre Miquel del retaula de la capella del Cos
de Jesucrist o de Sent Anthoni dins la sglesia del monestir de
Sent Agustí de Barchinona».
Comprometíase Longuer á tener terminada su tarea para la
próxima y venidera fiesta de Santa María de agosto, siendo sus
dimensiones la del ancho de la capilla de los Perayres, y su altura
la de 27 palmos, y esto cuando se obligaba, además, « a fer tres
ymatges a cada un costat del retaule, cascuna de cinch palms en
sus, segons la proporció del camper, ab ses pasteres e tabernacles
entallats en la millor manera que fer se puxa». Y debían estas
imágenes ser las de San Pedro, San Pablo, San Juan evangelista,
la Magdalena, la Salutación de Nuestra Señora, la Resurrección de
Jesucristo y San Antonio, Las otras imágenes que debía talUr ya se
le indicarían en el transcurso de la obra. De modo que Longuer
se obligaba nada menos que á tallar dos imágenes por mes. El
precio convenido era de 60 libras.
Extractó este documento el Sr. Puiggarí, que entero puede
leerse en nuestros documentos (Documento XXI), y i continua-
I) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Bartolomé Costa^ núm. i6.
Escritura de dicho día. AI mismo manual corresponden todas las escrituras relativas al
retablo en cuestión, algunas ya dadas á conocer por Puiggarí.
21
102 LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
ción dijo: «A pesar del compromiso, demoróse la obra y no
tuvo complemento hasta el año 1493, en cuya fecha hubo de
mediar una sentencia arbitral para que se pagase al autor el
precio convenido. (¿Si aun les parecería excesivo á los ladinos
Peraires?)» ^, lo que escribía sugestionado por lo que Piferrer
había escrito á propósito de los doseletes de las sillas del coro de
la Catedral de Barcelona, de lo que al concluir hablaremos.
Un documento que se encontrará entre nuestros documen-
tos, el de número XXII, íntegro, sin fecha, pero del año 149 1,
nos enterará que, mientras estaba ocupado Longuer en su trabajo,
falleció, y los Perayres, respetando el contrato y en consideración
á la obra hecha, fueron esperando que los albaceas de Longuer
vieran lo que debía hacerse, esto es, la liquidación de los traba-
jos hechos por Longuer; y, como esto se fuera demorando, se les
requirió como era debido. En su consecuencia declararon los
albaceas que estaban dispuestos á dar por terminado el contrato
para la construcción del retablo mediante el justiprecio y abono
de lo labrado hasta aquel momento, y, esto acordado, los Peray-
res celebraron nuevo contrato para terminar la obra con el escul-
tor Juan de Alemania, ciudadano de Barcelona, el día 3 de
febrero de 1491 (Documento XXII),
Juan de Alemania se comprometía á dar por terminada la
obra para la inmediata fiesta de la Quincuagésima, haciendo «en
lo dit retaule les coses qui manquen a compliment de aquell, ^0
es, lo Jesuchrist segons la mostra que dada li será a coneixensa
del honorable en Berenguer de Palau, mestre argenter», á quien
ya hemos visto por estos mismos días nombrado, con Bermejo,
peritos de la estatua ó imagen que para las monjas de Junqueras
labraba Adriano de Suydret. Del contrato con Juan de Alemania
resulta que la mayor parte de la obra estaba hecha al morir Lon-
guer, como lo prueba no sólo el estimarse el valor de lo que tenía
que hacer en sólo 15 libras, y en no citarse otro grupo escultórico
que el Crucificado; grupo que hubo de principiar y no terminar,
ya que se pactó que « li hagen a donar lo Jesuchrist, e les tubes del
bancal e del front de la pastera, fets per lo dit mestre Miquel»
i) Puiggakí: Artistas catalanes inéditos, etc., pág. 94.
LOS CL'ATROCENTISTAS CATALANES 1 63
Con esto no se consiguió llevar rápidamente adelante la
conclusión de la obra; pues, como ad longutn se puede ver en los
documentos (Documento XXVII) convocando el gremio en dicho
Campo deis Tiradors jusans el día 22 de enero de 1493, hicieron
saber á sus administradores como Pedro Pinol y Pedro. Castell,
que por ellos y como administradores suyos en años anteriores,
habían corrido con la obra de escultura de dicho retablo, se
habían abandonado tanto que era «una gran vergonya que lo dit
retaule no haie son degut compliment». Así, se acordó revocar-
los y nombrar otros en su lugar.
Viéronse los nuevos administradores con los antiguos, se
puso en claro lo que había pasado, y se nombraron amigables
componedores con la obligación de decidir dentro de ocho días;
pero anticiparon su dictamen, pues habiendo sido nombrados en
II de marzo, dieron aquél el viernes día 15. Lo que había suce-
dido era que Pinol había distraído, como hoy se dice, parte de
los fondos que tenía para la obra del retablo, por cuyo motivo
el librero Conrat, albacea de Longuer, se había retenido parte
del retablo ó se lo había empeñado. Este dictamen se pagó dando
á los arbitros un pajel á cada uno (Documento' XXIX).
Con esto se pudo recobrar todo lo que estaba en poder de
Conrat, y, terminada la obra de escultura, se capituló en ii de
mayo de 1493 con Pablo Vergós para la pintura (Documento XXX).
Resulta, pues, de los documentos, que estuvo de desgra-
cia el retablo de los Perayres, primero por fallecimiento de los
obrers, — que hoy llamamos artistas, — luego por la dudosa mora-
lidad de Pedro Pinol, de quien nos consta, por documento ins-
crito en el Manual de Costa del sábado i.** de junio de 1493,
que á la sazón estaba en la cárcel por su conducta con los de su
oficio; y, finalmente, por la mayor de las desgracias, por el
fallecimiento de Pablo Vergós, que lo dejó sin concluir.
¿Qué hay en todo lo que precede de irregular por parte de
los Perayres? Nada, como ya hemos dicho: ni Longuer ni sus
albaceas tuvieron, que sepamos, de ellos motivo alguno de
queja. Conocida la historia, pasemos á la novela.
Piferrer, enamorado de los pináculos de las sillas del coro
de la Catedral de Barcelona, obra del año 1483, de Longuer y de
164 SANPERE Y MIQUEL
SU oficial Juan Frederic, dice que «muerto aquél, la rivalidad
ó el espíritu nacional y odio á los extranjeros, tan marcado en
aquellos tiempos, quiso empañar el lustre de su obra. Preten-
dióse que sus para siempre célebres pináculos contenían graves
defectos. El Cabildo nombró arbitros, que, después de exami-
narlos, los declararon defectuosos, y rebajaron al buen alemán
buena parte del precio concertado; de modo que en 1493 su
viuda cobraba del Cabildo, por medio de los marmesores de su
esposo, fray Erasmo, de la orden de San Agustín, y el honora-
ble mercader Juan Conrat, la cona recompensa que el artífice no
acabó de percibir » ^ . Es decir, Piferrer, sin antecedentes, sin
conocimiento alguno de la cuestión, enmienda la plana á los
peritos de los pináculos de Longuer, y, no contento con acusarles
de ignorantes, les denuncia como unos malos hombres, acusán-
doles de haber fallado por odio al extranjero. No creo que el
ecpbrasista tenga derecho para injuriar á su patria, pues lo que
en conclusión viene á decir es que aquí somos capaces de estafar
á los extranjeros que con nosotros traten.
Por aquello de que un español, para desacreditarse, no tiene
necesidad de ayuda de vecino, Puiggarí, perezoso en la lectura de
los documentos del retablo de los Perayres, ya hemos visto como
los acusa de ladinos para no llamarles estafadores, cuando no hay
en todo lo que pasó entre Longuer y los Perayres ni la más leve
cuestión. Pero Puiggarí conocía la historia de los pináculos que
cita, y esto le bastó para hacer á Longuer por segunda vez víc-
tima de los catalanes.
Como nos gusta, repetimos, que nos den con la badila en
los nudos de los dedos, y por esto nos damos nosotros, don
R. Casellas también se aplica y nos aplica el castigo de lo que por
tercera vez protestamos, porque no lo merecemos, ni nos hace
gracia la badila.
Puiggarí, al transcribir el motivo que tuvieron los Perayres
para construir su nuevo retablo, que fué por haber «gran mercat
de les fay tures, per causa deis Alemanys, quins son», añadió.
i) Pifekker: Recuerdos y bellezas de España, 4.' edic. (Barcelona, 1884), tomo I,
pág- 335'
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 65
nuevo ejemplo de la concurrencia de aquellos artistas alemanes»
(lugar citado, pág. 94). Pero ¿ por dónde la concurrencia de ale-
manes á esta plaza para el negocio de las lanas supone concu-
rrencia de pintores y escultores ? Si hubiese conocido á nuestros
pintores portugueses metidos en la fabricación de aguardiente,
diríamos que Puiggari había de ello deducido que los tallistas
alemanes eran traficantes en lanas; pero yo no lo diré ni lo
supondré, falto de pruebas.
D. Raimundo Casellas, tan necesitado de alemanes para
acreditar el todo teutónico del arte catalán, no podía dejar esto
de lado, y así escribe en La Veu de Catalunya de 23 de cfctubre
de 1902: «Cap a les acaballes del sigle XV es tant considerable
finvasió de pintors alemanys, probablement baraters y abandona-
dors de Tofici, que'ls pintors de la térra se'n ressenten y s'origi-
nen dificultats entre uns y altres, y fins sembla que les corporacions
se prevalen de la competencia pera fer baixar el preu de les obres.
Se'n sab un cas que es molt curios. Peí ¡aner de 1489, el gremi
de Pellaires, etc.» El Sr. Casellas no recordó el segundo caso
curioso, el del Cabildo de la Catedral de Barcelona. Véase cómo,
gracias á Piferrer y al mal concepto que de nosotros mismos nos
tenemos, hemos dado motivo para que, mediante informes de
personas autorizadas, se tache la moralidad catalana.
Menos mal si al fin y al cabo fuera exacta esa « considerable
invasión de pintores alemanes», sólo conocida del Sr. Casellas,
«barateros y abandonadores de su oficio» por añadidura; que
gente tan baja y ruin, venida para comerse el pan de los que les
daban hospitalidad, bien merecían ser tratados como en el dicho
supuesto lo fueron. Pero conste que nada de lo dicho es exacto.
Ni el Cabildo Catedral estafó á Longuer, ni fueron ladinos los
Perayres con él, ni corporación alguna explotó la invasión de
pintores alemanes barateros y abandonadores de su oficio, porque
no hubo tal invasión de pintores, sino de escultores tallistas, que
fueron tan bien recibidos y tratados que Longuer y Juan de Ale-
mania se nacionalizaron, pues constan «ciudadanos de Barcelona».
Contiene el Documento XXX el contrato firmado por Pablo
Vergós en 1493 para pintar el retablo de los Perayres. He de
creer, en vista de que ni una sola de sus tablas es conocida, que
1 66 SANPERE Y MIQUCL
el retablo perecería en la semidestrucción que sufrió el monaste-
rio de San Agustín con motivo del bombardeo y sitio de Barce-
lona de 1 71 3-17 14. Por si así no fuera, por si en parte se hubiese
salvado, es bueno saber, para su identificación, que en el bancal
había de pintar la Cena, la Oración al Huerto y la Prisión de Jesu-
cristo sobre fondos dorados, con todos los relieves de costumbre
en diademas, brocados, etc. Para la punta del retablo, en lugar
del consabido Calvario, tenía que pintar la Procesión del Corpus,
no constando los demás asuntos del retablo, siendo mucho de
sentir cuáles eran esas seis imágenes que debía pintar en el guar-
dapolvo «ben arressades dor embotit, e les cares ben differen-
ciades la una del altre», por lo mismo que pronto veremos las
que hubo, en mi sentir, de pintar para el guardapolvo del retablo
de Granollers y bien diferentes de cara una de la otra.
La primera de estas condiciones es de retener, por constar
impuesta por los Perayres; pues, como veremos, el Sr. Casellas
acusa á los Vergós de ser los responsables de esos feroces relieves
dorados, cuando tantos motivos tenía para creer que su sentido
estético fué la gran víctima de esa pasión por los fondos de oro,
que no llegó á desarraigarse hasta muy entrado el siglo XVI
entre nosotros.
Tiene la recomendación de la individualización tal vez el
carácter de una reprensión, si recordamos que esta nota no se dio
por Vergós muy fuerte en el retablo de San Agustín, indudable-
mente por haber dejado á su hermano buena parte del mismo.
No se exige ahora tampoco de él que el entero retablo sea de su
mano, y quien sabe si por temerse que no podía llevarlo á cabo
por el estado de su salud. Que ésta no había de ser buena se me
figura que lo dice la insólita cláusula de que, en el caso de morir
sin poder terminarlo, se proceda al justiprecio de lo que hubiese
pintado en relación á lo que tuviese percibido. Esto de contar
con la posibilidad de que la muerte no le permitiese cumplir el
compromiso que contraía, me parece decir que, si no estaba á la
sazón Pablo Vergós moribundo, viviría á expensas de una enfer-
medad mortal.
¡Qué grande artista, qué gran concepto se había de tener
de Pablo Vergós cuando con él se contrata teniendo sobre su
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES : 67
cabeza la muerte su espada! ¡Una obra para cuyo término se le
daban nada menos que seis años de plazo! ¿Podía la enfermedad
que padecería Vergós esperar tanto tiempo? He de creer que fué
sólo el querer de su mano lo mucho ó poco que aun pudiera dar
lo que hubo de llevar á los Perayres, digámoslo así, á firmar un
contrato con la muerte.
Pablo Vergós, ya lo he dicho, falleció sin terminar el retablo
de los Perayres; pero, en el año y medio ó en los dos años que
aun vivió después de la firma de su contrato con los Perayres,
¿suscribió con los prohombres de Granollers el relativo á la pin-
tura de su retablo de San Esteban ?
Desconocemos el compromiso firmado para esa obra: sólo
sabemos que, por causa del fallecimiento, su padre y hermano se
encargan de acabarlo (Documento XXXIl), y esto en 25 de
noviembre de 1495, cuando aun nos consta la presencia de Bar-
tolomé Bermejo por dicho año en Barcelona. Así, no podemos
decir si empezó á pintarlo antes ó después de pactar la pintura
del retablo de los Perayres,
Tiene, como ya sabemos, el retablo de Granollers, una grande
importancia para el conocimiento de la obra de los Vergós, por
ser la única que consta, documentada, pintada por ellos, esto es,
por Jaime Vergós II, naturalmente en su ocaso, por Pablo Vergós,
en el zenit de su carrera, y por Rafael Vergós, á quien ya por este
tiempo hemos de creer que había recorrido buena parte de la suya.
Como el retablo de Granollers nos consta terminado, por el
Documento XXXVII, en 4 de marzo de 1500, contando cinco
años desde el fallecimiento de Pablo, y sabiendo que á éste se le
habían concedido en 1493 seis años para pintar el retablo de los
Perayres, hemos de creer que por los años 1493- 149 5 Pablo lleva-
ría una y otra obra adelante por igual, de seguro con ayuda de su
hermano. Esto nos lo prueba el que los Perayres le acepten para
reemplazar á su hermano, por cuanto les consta su suficiencia,
pues nada significa que por lo que pinte se le declare sujeto al
dictamen de revisores, pues esta cláusula, si no era de rigor en
los contratos, era bastante acostumbrada.
Llevando, pues, Pablo Vergós, en el retablo de Granollers, su
parte, ¿ésta se hará difícil ó imposible de distinguir? No, cierta-
l68 SANPEBE Y MIQUEL
mente, en lo que dejó terminado, pero sí en lo que tal vez sólo
principió á pintar ó dejó dibujado.
Tuvimos en la Exposición de Arte antiguo d^ Barcelona
todas las tablas del cuerpo del retablo, números éi. Nacimiento
de San Esteban; 62, Ordenación al diacanato de San Esteban; 63,
Invención del cuerpo de San Esteban; 64, Sepulcro del santo; 63,
Glorificcu:ión de San Esteban y San Esteban librando de la cárcel al
señor de Pinos y compañeros.
Estas seis tablas, de i'yé X 1*22 metros, entiendo que iban
encerradas dentro de un guardapolvo en el cual estaban en cada
lado dos profetas. De los cuatro profetas, en la Exposición, sólo
tuvimos tres, Moisés, Abraham y David, números 71, 69 y 70.
En el Catálogo se hizo de David un ¡ Daniel !, y el halas se quedó
en GranoUers en la casa rectoral, en donde se guardan dichas
tablas junto con las del bancal, de las cuales en la Exposición sólo
comparecieron tres, la Cena, la Oración en el Huerto, y el Encuen-
tro de Jesús con su madre camino del Calvario, Teníamos, además,
en la Exposición, el Calvario.
Para creer que los Profetas estaban en el guardapolvo para
encuadrar el retablo me fundo no sólo en que por fortuna en esta
disposición los veo en el retablo de San Pedro de Vilamajor, sino
en la" diferente factura de los mismos, pues su vigorosa entona-
ción y sus grandes relieves, contrastando fuertemente con las
tablas del retablo y bancal, les da, en comparación con éste, un
carácter decorativo. Pero si en el retablo de San Pedro de Vilamajor
tenemos á los profetas, tenemos á los mismos cuatro profetas de
GranoUers y no otros; pero son reminiscencias tan vivas que,
de probarse haber sido pintado dicho retablo en vida de Rafael
Vergós, á éste deberían concederse. Que los Profetas solían colo-
carse en el guardapolvo, ya veremos luego más de un ejemplo,
y, si esta costumbre fué uno de los tópicos de los Vergós, recuér-
dese que lo hemos indicado en el primer ejemplo conocido, en
la Virgen de la Gloria, de Pablo Vergós * .
«Quan un passa — dice el Sr. Casellas — per davant deis
Profetas de GranoUers, y s'atura, com parat d'admiració, davant
i) Véase pág. 59.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES tÓQ
de la presencia majestuosa d'aquell Moisés, d'aqueli Abrahatn,
d'aqueli David, IÍ sembla veure ais propris Reys d'Orient y ais
cavallers del seguid que Lochner va pintar pera la famosíssima
Retablo de Sam Pedro de Vilamajor
Adorado deis Reys de la Catedral de Colonia, Si: aquells Profetas
de Granollers son veritables reminiscencies de les efigies deis
burgmestrcs y senadors de la Iliure ciutat del Rhin, que'l mestre
del Dombild prenia per models seus» ' .
Siento tener que rebajar del grande elogio que de los Profetas
\\ La Vru dt Calalvnya, m, etc.
170 SANPERE y MIQUEL
de Granollers hace el Sr. Casellas lo que dice de ser reminiscen-
cias de los Reyes Magos y de su séquito en la Epifanía de la
Catedral de Colonia, la gran obra de Lochner, pintada entre 1440-
1450. Suponer que Pablo Vergós, en las postrimerías de su vida
E. Lochser: Adoración i>e los Revks
Catedral Je Colonia
y carrera, fuera allá sobre los años 1493 ó 94 á recordar lo que
de seguro no había visto nunca, es de lo más aventurado que
puede darse. Pero ¿es que, en efecto, son de ver los Profetas en
tos Reyes Magos y caballeros de su séquito de Colonia? Díganlo
los que lean por la comparación que podrán liacer de una y otra
obra, pues aquí les ofrezco la obra citada de Lochner.
Pablo Vergós había prometido unos Profetas de la fuerza de
los de Granollers desde el día en que pintó su San Antonio Abad;
pero ahora, pintándolos al lado de Bermejo, ¿cómo no había de
sentirse con ganas de emular al insigne cordobés?
Si se me hubiese ocurrido comparar nuestros profetas con
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
Otros célebres extran -
jeros, lo hiciera con
los de Sluter. Nues-
tro Moisés podría
ser una reminiscen-
cia del Moisés de la
Cartuja de Dijón,
pero nunca de rey ni
caballero alguno de
Lochner. Los Profe-
tas de Pablo Vergós
no tienen anteceden-
tes en nuestra pintu-
ra. En todo caso, por
su grandiosidad, por
su en'ergía y fuerza,
los tienen, repito, en
los Profetas de Claus
Sluter.
Dejémonos de
comparaciones ; sea-
mos modestos. Claro
está que el Sr. Case-
llas dijo lo que trans-
crito queda como
prueba del teutonis-
mo atalán. Tal vez,
de saber que se tra-
taba de la última obra
de Pablo Vergós, no
lo hubiera dicho.
Pablo Vergós lle-
ga con sus Profetas
hasta donde había
prometido llegar des-
de el comienzo de su
Naturalista
17a SAHPERE Y MIQUEL
eminente, había de caer del lado del realismo tan pronto se apode-
rara de la técnica de la pintura al óleo, la cual, permitiendo los
empastes, habla de dar para la modelación las más sorprendentes
&cilidades. Dueño de su pincel y de su paleta, Pablo acaba legán-
donos tres cabezas, las que
publicamos, pues el Isaías no
sabemos si, tal como hasta
nosotros ha timado, es entero
de su mano, que sí dentro de
nuestra escuela están á la mis-
ma altura que las que pinta-
ban Alfonso y Bermejo, com-
paradas con las que salieron
por su tiempo de las escuelas
extranjeras, pueden consentir
toda discusión. Que tan so-
berbias cabezas vayan sosteni-
das por cuerpos encerrados
dentro de los estrechos lindes
de un guardapolvo y recarga-
dos de relieves y fílacterías,
¿qué le vamos á hacer? De
seguro que los prohombres de
Granoliers también estipula-
rían, como los Perayres, que
fueran las figuras del guarda-
polvo de su retablo ben arrisa-
des d or embotit, y ¡es cares ben
diferendades la una del altra.
Estas condiciones de los Pe-
rayres, delante de los Pro/e-
Cartuii de nijftn i .-. n _
tas de Granoliers, ¿ no parecen
escritas para estas soberbias figuras? Como era Pablo Vergós capaz
de cumplir tales condiciones, acabamos de verlo. Así, nada de
extraño qup se le impusieran para obtener de él todo lo que la
pintura catalana estaba en el caso de dar al final del siglo XV.
He dicho que Pablo Vergós, pintando sus Profetas cuando
S. SilDpBR J Uqnel: Lti CmtmtKHtbu tülalanu
Pablo VergOs: Profeta David (retablo de Granollers)
5. SiQpCM y M!i]ucl: la Ciatnantislas catalmus
Pablo Vergós: Profeta Abraham (retablo de Granolleks)
1
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I73
Bermejo pintaba sus Piedades y Eccehomos, podía sentirse con
ganas de emular al maestro cordobés. Pero si ahora recordamos
que los antecedentes de Bermejo nos son desconocidos, que no
sabemos de él hasta 1490, y si Pablo Vergós era hombre en este
año para los Profetas, y lo era porque ya antes había pintado el
San Antonio Abad, ¿ Bermejo tuvo necesidad de otro maestro que
de Pablo Vergós para elevarse á la altura inmensa en que se coloca
con su Canónigo Desplá? Es ahora cuando se podrá discutir si
Bermejo, viniendo de Córdoba á Barcelona, ó de otra parte, pudo
traernos algo nuevo, algo aquí desconocido, algo aquí no practi-
cado. Yo quiero á Bermejo dentro de la escuela catalana, lo con-
fieso; no sé de dónde puede venir si viene de afuera; si tiene
necesidad de maestros, aquí puedo dárselos, y, siendo esto posi-
ble, ¿ cómo he de consentir que vaya á aprender fuera de Barce-
lona lo que luego vino aquí á practicar al lado de maestros ya
encanecidos en la práctica de lo que no es dudoso que él había
ido á aprender lejos de Córdoba ?
Queda aún otra grande obra de Pablo Vergós como indis-
cutiblemente suya, pues gracias al retablo de Granollers por sí
misma se descubrió. Ahora vamos á ver demostrado lo que suce-
día en la pintura de los bancales, de lo que tantas veces hemos
hablado al encontrarnos con la disparidad que generalmente existe
entre las tablas del mismo y las del retablo.
Expúsose en 1902, en nuestra Exposición de Arte antiguo,
procedente de la «iglesia parroquial de Granollers, núm. iié,
una tabla de 0*75 X i'io metros, representando á Jesús llevando
la Crw^^ en el momento de una de sus caídas, hermosa tabla de
detalles en relieve en las cenefas y coronas (siglo XV)», y á la
vez se expuso por el Sr. Carreras y Auriach una tabla gótica
de 1*63 X i'6o metros representando el Camino del Calvario. Y
añadíase en el Catálogo: «de marcado sabor alemán». ¿Por qué
no se dijo esto de la primera } Porque el autor del Catálogo no
reparó que se trataba, no de un mismo asunto, sino de una repe-
tición mediante toda la distancia que va de una tabla de bancal á
una tabla de retablo.
Pintóse en el bancal de Granollers el Camino del Calvario,
núm. lié, y este cuadro, como es de ver en mayor tamaño, es
¡74 SANPERE Y MIQÜEL
el del Sr. Carreras y Auriach. Para que la composición sea idén-
tica no falta más que una figura: la del sayón de espaldas que
está en primer término. Y no sólo la composición es la misma,
sino que el Jesús es el mismo, una misma su madre, y uno
mismo el Cirineo, Y ese Cirineo no es otro que el Longinos del
Calvario del retablo en cuestión de Granollers, y asimismo no.
es otra la Virgen madre de ese Calvario que la dicha del Camino
del Calvario. No puede, pues, cabernos ningún género de duda :
el Camino del Calvario del Sr. Carreras y Auriach es original de
Pablo Vergós.
No por venir en el centro del cuadro se nos impone la bellí-
sima figura de Jesús con la cruz á cuestas, sino por su real her-
mosura y perfección: dibujo, expresión, pintura, todo es en esta
figura superior, y cuantos aun la recuerdan hablan de ella con
entusiasmo. Delante de esa bella cabeza tan noble, tan seria, tan
dolorida, sin terribile alguno, tengo derecho á preguntar no ya si
la escuela catalana ha producido otra que la supere, sino si se
conoce en el extranjero otra que la aventaje. ¡Cuan fácilmente
podría reclamarse para Bermejo, de no venir tan bien documen-
tada gráficamente como de Pablo Vergós! Y ¡cuánto más fácil no
sería lo dicho si al emanciparnos de la sugestión de la cabeza de
Jesús nos fijásemos en la del Cirineo, que parece salida del pincel
y de la paleta de donde nació la del canónigo Desplá! Cuando
he dicho que tal vez Pablo Vergós pudo sentir la emulación de
Bermejo, no he de negar que tenía presentes esas dos cabezas, y
particularmente la del Cirineo. Es que yo creo que el retrato de
Desplá hubo de hacer, como hoy se dice, gran sensación en Bar-
celona, dejando á un lado su parecido, por su claro oscuro,
por la entonación y vigor de su modelado. Y es esa cabeza la
que me figuro que, obsesionando á Pablo Vergós, reaparece en su
Camino del Calvario, para probar la primacía de su pincel, salvo
lo contrario. Sea de esto lo que quiera, esas dos figuras, sin excluir
la de la Virgen madre, constituyen una obra maestra.
Pero en ninguna otra tabla el relieve y el oro han hecho
más estragos. Es de un mal gusto y de una impropiedad deses-
perante. Hasta los clavos con que se clavara á Jesús son de oro.
¡Qué desdicha! Pero, como dice el Sr. Casellas, es «el cas parti-
Rafael Vergós, según Pablo Vercós: Cauiko del Calvario
Reublo lie SiD Esteban de Granollcrs
V Miqíieh Lia CunlrxeHlisl.
fABLO' VEKGOS: (^MINO DEL CALVAKIO
Coletcün de D. BjudLlio Carretas
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 77
cular de nostra pintura histórica», el cual «consisteix en que aixís
com les demés escoles, tant com mes caminen cap al seu desen-
rotllament, mes van desterrant la lluissor del ric metall, pera
donar lloc al naixement del paisatge, els pintors catalans ho ente-
nen al revés y, boy a mida que avencen en Tevolució, mes y
mes compliquen Tobra de pintura ab auríferes aplicacions. Hi ha
ocasions, en el sigle XV, en que Tabús del metall invadeix el terrer
de la pintura, com si volgués acabar per desterrar-la»^. Y en
otro artículo dice que «a n'aquests Vergós devem, ademes, la
rebrotada deis ors excessius que tant s'havien aminorat en ante-
riors periodes » ^ .
¿De dónde ha sacado el Sr. Casellas que á los Vergós se
deba la vuelta á los excesos del relieve y del oro en la pintura?
¿De las tablas de Granollers? Mucho oro y relieve hay en los
Profetas y en el Camino del Calvario, pero en las de Santa María
del Mar hay quien las aventaja. Pero yo no admito que sea un
tópico de la escuela catalana, es decir, de sus maestros, esa profu-
sión del oro y del relieve : yo lo considero como el resultado de
un estado de cultura de la sociedad catalana mal avenido con los
perfiles de la sencillez y modestia. Yo veo que en todas las con-
tratas se exige á los pintores oro y relieve. ¿ Podían negarse éstos?
Ya he explicado el cómo pudo negarse Dalmau y se negó. No
de que otros no pudieran hacerlo, se ha de hacer un cargo á su
estética. A Vergós se le pide por los Perayres imágenes ben adres-
sades d'or y embotit, y con estas condiciones hubo de pintarlas.
Se le pidieron brocados como los del San Agustín de los Curtido-
res, y cómo eran éstos ya lo hemos visto. Por consiguiente,
podemos figurarnos cómo serían los de los Perayres. Si ahora se
me quiere convencer de que fueron los pintores catalanes los que
corrompieron en este punto el buen gusto catalán, diré que los
artistas del siglo XV, á quienes se les llama obreros, no las gasta-
ban como los del día, que se creen autorizados para dar la lección
á todos. Aquellos obreros no pertenecían, como nuestros artistas,
á la clase directora, no alcanzaron personalidad hasta 1503, y
z) La Veu de Calalunya, II, etc.
2) ídem Ídem, número de 3 de agosto de 1905.
23
IjH SANPERE Y MIQUEL
esto aun gracias á los Vergós, en quien acabó por honrarse al
arte y á ios artistas al entregar la gramalla al padre de los Vergós.
Pero ¿ nuestro grande artista no pintó para GranoUers más
que los tres ó cuatro Profetas! Creo también suyo el. Calvario
del cual tantas veces he hablado, pero en las demás tablas no
puedo ver su mano, aun cuando no me extrañaría que alguna de
ellas la hubiera dejado más ó menos preparada. Aludo á la tabla
de la Exaltación y glorificación de San Esteban, cuyo estado de
conservación, como todas las demás tablas, deja mucho que
desear. Pregunto de esta tabla: ¿es posible que quien dibujara
las cabezas y manos de San Esteban y santos que le rodean les
diera los pies que allí se ven? ¿Estos pies no revelan dos manos?
¿Aquel plegado del brazo derecho del santo de la izquierda, tal
como se mira, no indica que el autor de aquellos pliegues no los
entendía? Comparadas las cabezas con todo lo demás, resultán
tan superiores que uno no puede explicárselas sino suponiéndolas
á lo menos dibujadas por Pablo Vergós. Imposible me es, por
otra parte, convenir en que aquellos pies sean obra de Rafael
ni de su padre. No tengo motivo alguno para suponer á Rafael
Vergós un artista sin mérito, sino todo lo contrario: los encargos
que se le hacen lo justifican. Por consiguiente, en esta tabla se
puede considerar que un auxiliar puso aquellos pies que tanto
rebajan su mérito, que lo tiene positivo, pues las cabezas, lo
mismo que la dalmática de San Esteban, y aun todas las figuras
de este cuadro, están tratadas con gran cariño, inteligencia y
virtuosidad.
Otra tabla, la de San Esteban exorcista, la creo de Rafael. El
asunto es bien conocido, lo mismo que la composición: es un
tema vergosiano. El estado de la tabla hace que su reproducción
no sea simpática y aun deforme. El mal gusto del vestido de la
princesa, que ya hemos comparado con el de la Virgen de Cór-
doba, debe servir para probarnos que aquella exhibición del dibujo
del brocado del mismo no podía ser sino una exigencia de los
prohombres de GranoUers, que también pedirían ricos brocados
á Vergós. Esta tabla permite juzgar bien de Rafael Vergós: el
mismo Sr. Casellas la llama «preciosa» en La Veu de Catalunya
del 15 de octubre de 1902.
S, Sanpere y Miquel : üa Cimiraetnliiias calahim
Rafael Vkrgós: Exaliación de San Esteuas (rktaiílo ije San Estebak)
Granollcrs
S. Sanperc y Miqíiel: Les Ctiai
jAiMt Vi^KGÓs II: San Esíkuah sacando i>\¡ i.acAkcki, A i.ossbÑuuES [>k Pinos
(RtriABLO DE San Hstkkan)
Grano) le rs
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES J79
Como de Jaime Vergós 11 tengo la tabla de San Esteban
sacando de la cárcel á los señores de Pinos, porque esta tabla me
recuerda, por la dureza y carácter de los ángeles y legionarios, la
tabla de los Angeles asistiendo á San Vicente del retablo de Sarria.
Todo en esta tabla es viejo, composición, dibujo y factura; y por
esto al viejo Jaime creo que se ha de referir desde el momento
que consta que fueron él y su hijo quienes terminaron el retablo
principiado por Pablo Vergós.
No he acabado con Rafael Vergós, pero ya ni de éste ni de
su hermano y padre puedo presentar otras pinturas. Ahora, pues,
que conocemos toda su obra, debemos hacernos cargo del juicio
que á última hora ha hecho de los Vergós D. Raimundo Casellas.
Escribió dicho señor, en La Veu de Catalunya de 3 de agosto
de 1905, que «els Vergós, tant si hem de judicar per les taules
que ab mes o menys fonament s'atribueixen al pare, com per les
que s'atribueixen a Tun o a Taltre fill, els Vergós son els verita-
bles representants a Barcelona de Testacionament o, millor, del
retrocés perqué passava la pintura catalana durant Tirreparable
decadencia de la darrera década del sigle XV». Sólo suponiendo
que el Sr. Casellas tiene de la obra de los Vergós un conoci-
miento diferente del mío es como me explico que llame á los
Vergós los representantes del estacionamiento primero y de la
decadencia después. Pero el Sr. Casellas formaba parte de la Junta
Municipal de Bellas Artes de 1902, y como miembro de la misma
intervino en el voto de mi trabajo. Por consiguiente, he de creer
que dicho señor no se hizo ni poco ni mucho cargo de mi trabajo,
que no alude á mis atribuciones en las líneas anteriores y á las
cuales contesto; pues de seguro que, de haberme leído, digo mal,
de haberse hecho cargo de sólo los documentos que acompa-
ñaban mi estudio, hubiera sabido que los Vergós eran los auto-
res del retablo de San Esteban de Granollers, Y ¿son ó pueden ser
representantes del estacionamiento y de la decadencia los hombres
de quienes tan grandemente ha ponderado los Profetas y la tabla
de San Esteban exorcistalY siendo cierto, ciertísimo, documental-
mente probado, que Pablo Vergós termina su carrera pintando
los Profetas, ¿ cómo llamar estacionario ni representante de la deca-
dencia al autor de esos Profetas, sólo comparables, dentro de
1 8o SANPERE Y MIQUEL
nuestra escuela, con los que pintaron Alfonso y Bermejo, repre-
sentantes del modernismo, del arte nuevo del Renacimiento,
según el Sr. Casellas, lo que no niego? Si cuanto hemos señalado
como de Pablo Vergós es realmente suyo, ¿no le hemos visto
siempre en constante progreso, progreso que sólo interrumpe la
muerte, que le arrebata de las manos el pincel con que estaba
pintando los Profetas?
Prosiguiendo el examen del juicio crítico de los Vergós
hecho por el Sr. Casellas, éste continúa diciendo, después de lo
copiado, para probar su afirmación, que: «No mes cal parar
esment ab els tipos iconográfics que tota la familia Vergós esti-
lava, sobre tot quan havia de figurar personatges nobles, pera
teñir idea de la rutina en que havia vingut a caure. Son els tipos
que gasten els convencionals de la tradició, magnats exótics,
carregats de barbes fluvials (no usades aquí a la nostra térra),
que, descendint del Dombild d'Esteve Lochner, passen per VAnyell
Mistic deis van Eyck y arriben ais nostres retaules, perpetúan t-s'hi
com a actors obligats pera representar papers de príncep o de
patriarca o de procónsul, en les histories de Sant Esteve, de Sant
Antoni o Sant Vicens». Confiesa aqui el Sr. Casellas la atribución
de las tres historias que cita á los Vergós. Si, pues, tenía la de
Sant Esteve como vergosiana, ¿por qué no la ha recordado á
propósito de sus Profetas y de la tabla de la princesa, que califica
de «preciosa», y acusa á los Vergós de representantes del estacio-
namiento y de la decadencia? Porque ahora necesita las barbas del
emperador de la dicha tnbla de la princesa para hacer de ellas unas
barbas fluviales, que, aunque lo fueran, que no lo son, pues no pa-
san de unas barbas largas, como éstas no se repiten en ningún otro
personaje, para ningún otro magnate, no ha lugar á la acusación
que hace de ese tipo barbudo, que sólo aparece en el dicho empe-
rador, por aquello de que las barbas dan dignidad, por lo cual
nadie ha pintado ni esculpido á Moisés y Abraham sin ellas; y en
el tipo de ese príncipe ó procónsul de las tablas de San Vicente, tipo
que ya hemos visto no era propio de los Vergós, pero que lo acep-
taron, sino de Huguet, hemos dicho que por esta circunstancia
eran de ver las manos de Huguet en el retablo de San Vicente, En
cuanto al retablo de San Antonio, en éste no hay más barbudos
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES l8l
que el emperador y el santo; pero ¿iba Vergós á pintar un San
Antón sin barbas? ¿No figura precisamente por ellas en nuestra
categoría deis barbuts? Si no tiene, pues, fundamento la acusación
del Sr. Casellas, menos fundamento tiene su historia. Sólo por
su preocupación respecto de los orígenes teutónicos de la pintura
catalana ha podido escribir que las barbas que pintan los Vergós
proceden de Lochner pasando por los van hyck, esto es, que pro-
ceden del Dombild pasando por el Cordero Místico, Pero ¿es que el
Sr. Casellas sabe, y, si lo sabe, por qué no lo dice, que el Dombild
sea de otra fecha de la que hemos dicho, esto es, que sea anterior
á 1440, ni posterior á la fecha de 1451?^ ¿O es que ha averi*
guado, sin hacérnoslo saber, que el Cordero Místico apareció en
la iglesia de San Juan, después San Bavo, de Gand, años después
del Dombild^ cuando por lo menos le precedió de ocho años, pues
desde 1432 consta conocida la obra magna de los van Eyck y de
la escuela flamenca? Siendo esto incontestable, ¿cómo las barbas
de Lochner fueron copiadas por los van Eyck para tomárselas á
éstos Pablo Vergós ? Todo, todo resulta infundado en lo que dice
el Sr. Casellas.
Dice luego el Sr. Casellas lo que ya hemos recogido de
deberse á los Vergós el recrudecimiento de los fondos dorados, y
cita La Piedad de Bermejo y «fins la Verónica». Y ¿por qué
«fins la Verónica»? ¿Es que aquel estupendo nimbo caracterís-
tico de Bermejo no está de oro sobre azul? ¿Es que la inscrip-
ción en letras griegas figuradas del manto no son de oro ? ¿En
dónde iba á poner más oro Bermejo en la Verónica de Vich ?
Si era un «art nou» el arte del cordobés, ¿era un arte muerto el
arte de los Profetas? Y si el arte nuevo de Bermejo «pot-ser
hauria empeltat sava fresca a la pintura aturada y estantissa deis
Vergós; si l'esperit del país s' bagues sentit abprou farsa pera semblant
evolució», ¿por qué acusa á los Vergós, cuando éstos, como lo
prueban sus Profetas, no fueron sino las víctimas del estado del
i) Philippi, el último de los historiadores de la pintura alemana, dice: «Es ist
die jetzt im Dom beñndiiche Anbetung der Kónige, das Dombild, und der Meister ist
Stephan Lochner aus Meersburg am Bodensee der etwa seit 1440 in Kóln angegessen,
Hauseigtümer und sogar Rats herr war und 145 1 daselbst starba. Die Kunst des 1$ und
16 Jabrbunderis in Deutscbland und den NiederJanden (Leipzig, 1898), pág. 87.
l82 SANPERE Y MIQUEL
espíritu catalán, que no les dejó evolucionar? ¿Cómo decir nada
menos de Pablo Vergós, pues lo dice de los Vergós, que «eran
grans practicons y grans industrialisadors de la pintura»^ cuando
al morir Pablo Vergós nos lega la pintura de más fuerza, más
genial, la más saturada de espiritu nuevo que hubiese hasta enton-
ces producido la pintura catalana ?
Cuando tantas y tantas veces he señalado en la obra de los
Vergós la repetición de unas mismas figuras; cuando, si estoy en
lo cierto, en el retablo de Jaime Huguet de San Pedro de Tarrassa
del año 1460 aparece una figura que veinte y tantos años después
encontramos en las tablas de los Curtidores; cuando hemos
notado en la pintura de los Calvarios una ordenación general
constante, dicho se está que me ha impresionado lo que se podría
llamar falta de invención, falta de fantasía, ó sobra de mecanismo,
como he dicho, y en ese caso he citado el ejemplo de Memling,
que también tanto y tanto se repitió. El mecanismo es el resul-
tado en todos tiempos de la repetición de los mismos temas y de
las condiciones económicas de la obra artística. Cuando ésta se
nos presenta como resultado de un contrato, es al contrato en
donde hay que buscar la razón del mecanismo: no hay que contar
con la capacidad del artista: el más genial tenía y tendrá que
sucumbir á las condiciones pactadas. Cuando á Pablo Vergós se
le exige por los Perayres que individualice bien las figuras, se le
dice claramente dos cosas: que no lo haría siempre, y que era
hombre para hacerlo. ¿Por qué no lo hacía siempre? Porque de
seguro que, de la misma manera que hemos visto como se le
pedían por los Perayres la reproducción de los brocados del reta-
blo de San Agustín ó de los Curtidores, de la misma manera se le
debía pedir que repitiera el santo como exorcista, es decir, aquella
tabla de la que podemos decir que tenemos tres ediciones. ¿No
hemos visto hacer tales recomendaciones á Marlorell, á Huguet
y á Sans ?
Estudíense los documentos que presentamos antes de pro-
nunciarse sobre el mecanismo de nuestros Cuatrocentistas. Aque-
llos documentos, minuciosos hasta lo imposible, pesando como
losas de plomo sobre la fantasía de nuestros artistas, al impedir
su vuelo, al impedir que mirasen para arriba, les obligaban á
LOS CUATROCENTISTAS CATALANKS 1 83
mirar abajo, esto es, á sus carteras, en donde encontraban preci-
samente pronto y dispuesto aquello que se les pedia.
Pero no exageremos tampoco esta nota. Vergós se repite en
los Calvarios, se repite en los santos como exorcistas, en este
segundo caso indudablemente por exigencias, en el primero
porque aquellos Calvarios, colocados en lo más alto de los reta-
blos, indiscutiblemente sin luz ni vista, se encontraban en la
misma situación secundaria de los bancales, los cuales, por estar
más ó menos cubiertos con graderías, candeleros, sacras, flores,
iníágenes, desaparecían á la vista; pues, de lo contrario, por lo
mismo que más cerca se hubieran tenido aquellas pinturas, más
acabadas se hubieran presentado. ¿Vergós pudo emanciparse de
su tiempo y no lo hizo? Esto no se puede contestar. Dalmau
encontró un LluU que cubrió las responsabilidades de su eman-
cipación: el LluU de Pablo Vergós no lo hemos conocido. No
comparemos, pues, á Dalmau con Vergós, y no digamos por
qué los prohombres de Montnegre le pidieron á Huguet fondos
de paisaje y no de oro estofado, que Pablo Vergós sea responsa-
ble de que estos fondos se mantengan : si no los pintó fué por no
haber dado con prohombres como los de Montnegre: sus pro-
hombres son los de los Perayres, que le exigen no sólo fondos de
oro de relieve, sino también imágenes bien guarnecidas de oro.
Estoy muy lejos de creer que no sea discutible la parte que
he hecho á los tres Vergós, y creo que lo más prudente hubiera
sido hablar de la obra de los Vergós; pero, cuando en ésta resultan
contrastes tan grandes, no era posible pasarlos por alto ni señalar
sus manos. La confusión nazca tal vez sólo de la parte de la obra
común á los dos hermanos; pero siempre, á mi ver, se destaca
la parte de Pablo como la de su padre.
CAPITULO IX
LOS CASTELLANOS EN LA ESCUELA CATALANA
HE dicho anteriormente que, en vez de la l^ón de pintores
alemanes imaginada pot el Sr. Casellas para la última
década del siglo XV en Barcelona, lo que resultaba cierto, pues
de aquélla no conocemos un solo representante, era una legión
de castellanos; legión que, de no comparecer en su hora, de
faltar, hubiera dado motivo para que se nos tachase de patrioteros
al afírmar la misión docente de la escuela catalana; pues, ¿cómo
no habían de venir los castellanos á nuestra escuela si habían ya
venido portugueses y cordobeses? Dada la superioridad de nuestra
escuela sobre todas las peninsulares, Barcelona había de ser y era,
los hechos lo prueban, el gran centro artístico de la península, y
ese centro, representado en los últimos veinte años del siglo XV
por Huguet, Bermejo y Pablo Vergós, tenía prestigios más que
sobrados para llamar á si á cuantos, no pudiendo pasar al extran-
jero, quisieran perfeccionarse en su arte.
Verdad es que para dicho tiempo los países, llamémoslos
así, de lengua castellana, tenían en Sevilla Sánchez de Castro, en
Castilla Rincón y en Aragón Aponte, esto sin contar flamencos
como Sithium' y otros; y aun podemos añadir para los últimos
i) Véase mi estudio de Sithium, pintor flamenco, desconocido de los flamencos,
con haber sido pintor de cámara de los Reyes Católicos, de sus hijos y nietos, y haber
fallecido en Flandes. — Sanpere y Miquel : Miguel Sitbium, pintor de cámara dt Isabel la
Católica y Carlos V, en la Revista critica de Historia y Literatura (Madrid, 1902), p¿gs. 5 á 22.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES l85
tiempos, en Castilla, Berniguete y Gallegos. Pero como sólo de lo
que hacía Sánchez de Castro podemos hablar, y ya hemos dicho lo
que era la Firmen de la Hiniesta, sin dudar del mérito de los otros,
se habrá de sufrir que queden de lado por cuanto no podemos
deducir de su obra, casi desconocida, su puesto enfrente de la
escuela catalana.
«
Si, como hemos dicho y creemos. Bermejo vino de Córdoba
á nuestra escuela en busca de maestros que aquí podía encontrar,
pero no en otra parte de la península; si aquí se formó y elevó su
vuelo Bermejo, por cuanto en medio de nosotros se mantiene
castellano, cordobés, pues no se naturaliza, había por sí solo de
ejercer una grande atracción sobre sus paisanos; de modo que yo
veo en nuestro gran cordobés el centro á cuyo alrededor se irían
agrupando los pintores castellanos ávidos de formarse ó comple-
tarse en su escuela.
Nada tan sensible en este punto como desconocer la obra
hecha por los maestros castellanos, pues á nuestro fin no suple lo
perdido lo que suplen para ellos nuestros documentos. Cuando
conocemos en nuestra escuela á un Girón para los años 1482-84,
á Rodríguez de Sanctes para 1486, á Camargo para 149 1, á Gas-
par Gurrea para 1493, á Pedro Vello para 1494, á Ruíz para
1497, y á Berenguer Gurrea para 1498, de quienes naturalmente
he de suponer que de años dataría su residencia entre nosotros
cuando reciben encargos de consideración y de prestigio, pues no
se había de encargar un retablo para la iglesia de Santa María del
Mar, de tanta categoría, á quien no la tuviera en su arte; cuando
tantos maestros castellanos, digo, conocemos, sin poder señalar
lo que pintaron y decir cómo lo pintaron, es un contratiempo de
verdadera consideración; pues ¿á qué no da motivos para pensar
el ver que en los mismos días en que Bartolomé Bermejo pinta
La Piedad de Barcelona, Fernando Camargo pinta dos Piedades
para Vich? ¿Cuando aparecen en Madrid dos Santas Faces de
desconocido origen, sin que se pueda sospechar que fueran á
dicha ciudad de no importa qué punto de Cataluña, cómo no
recordar que en Vich, en donde aparece la Santa Fa^^ de Bermejo,
Camargo pintaba el cuerpo de Jesús en el regazo de su Madre?
Veamos lo averiguado de los pintores citados. Consta en el
« 24
l86 SANPERE y MIQUEL
Libro de Actas de 1479-80 del gremio de Freneros, para i.° de
agosto de 1482, la admisión del pintor Bernardo Xirón, á quien
encontramos asimismo citado en una escritura particular de 14
de enero de 1484» conservada en el Manual de Bartolomé Lunes,
Otro notario de nuestro Archivo de Protocolos nos ha dejado
memoria de Rodríguez de Sanctes para el 26 de junio de 1486,
Manual de Juan Antonio. Este mismo notario nos ciu en Barce-
lona, en 22 de marzo de 149^9 Gaspar Gurrea.
En el Libro de Actas del gremio de Freneros citado de 1479-
148O9 consta, para i.'' de agosto, que fué Nicolás Leonart recibido
de nuevo en el gremio, y el Manual de Esteban Soley nos entera
que en 25 de oaubre de 1494 alquilaba una tienda en la Fusteria
vella de Barcelona. Galcerán Balaguer, en su Manual, nos ha
guardado una escritura del lunes 23 de diciembre de 1497» en la
cual Nicolás Leonard y Juan Rois, pintores y ciudadanos de
Barcelona, confiesan y reconocen haber recibido en varias parti-
das, del convento de la orden de frailes predicadores de Barce-
lona, 60 libras, que debían pagarles por la pintura de un retablo
para la iglesia de dicho convento, de conformidad con los capí-
tulos pasados entre ellos en 5 de mayo del año anterior, los
cuales no hemos tenido la suerte de descubrir.
En Vich pintó, en 1479, aquel maestro valenciano Pedro
Girard, que se encargó del trabajo encomendado á Domingo
Sans, y que éste tuvo que abandonar, como hemos dicho (Docu-
mentos XVII y XFIII). Y también para Vich, desde Barcelona,
aparece el maestro de retablos, castellano, Fernando Camargo,
pintando, en 7 de febrero de 1491, el bancal del retablo de la
Capella Rodona; retablo que debía contener en el centro La Pie-
dad, — lo que acababa de hacer Bermejo, — teniendo á un lado
San Juan y en el otro la Magdalena, — como en la Piedad de
Villeneuve-les-Avignon. En otra tabla, la Concepción de Nuestra
Señora (como San Joaquín abraza á Santa Ana en la Puerta
Dorada). Además, tuvo que pintar la Presentación de Jesús al
Templo, Jesús en la columna y Jesús con la cruTi ^ cuestas (Docu-
mento XXI F). Con la misma fecha contrató también para Vich la
pintura del retablo de la capilla de la Piedad de los Curtidores
(Documento XXV), y ya ésta es la segunda Piedad; y en 17 de abril
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 87
del mismo año Camargo, pintada para la capilla de San Bartolomé
de las afueras de Vich^ y en su retablo, un Descendimiento de la
Cru[, cop las tres Marías al pie de la Cruz, José de Arímathea y
Nicodemus bajando el cuerpo de Jesús, que había de estar « mitg
devallat», debiendo vestir á los dichos personajes aab aquelles
vestidures com pus honradament pora», lo que quería decir de
brocado. En una de las tubas, el Noli tne tangere «e 1 ort ab arbres
y verdura, e vestirá aquelles» — figuras, Jesús y la Magdalena —
«bé e degudament, e com mils pora». Y con esta misma reco-
mendación de riqueza en los vestidos debía pintar igualmente los
doctores de la Iglesia, San Agustín, San Ambrosio, San Gerónimo
y San Gregorio (Documento XXVI),
Para Vich también, y para la capilla de la Piedad de la
ciudad, pues los que contratan son sus Concelleres, se pactaba
con Pedro Vello, pintor del reino de Castilla, en 15 de noviem-
bre de 1494, que pintaría con oli de linos (primera mención, á mi
conocimiento, de tablas pintadas al óleo), para su retablo, la Salu-
tación angélica, la Natividad, la Epifanía, la Resurrección, el Noli
me tangere y los cuatro Doctores (Documento XXXI),
Berenguer Gurrea y Joan del Pont, en 4 de enero de 1498,
contrataban con los procuradores de la cofradía de San Eloy la
pintura de su retablo, debiendo pintar en el guardapolvo algunos
profetas. Léase ese contrato en el Documento XXXV, que debería-
mos aquí reproducir íntegro, pues no cabe extractarlo, para que
se vea hasta qué punto se ataba corto á los pintores en la inven-
ción, y hasta qué punto se les exigía la mayor magnificencia y
el empleo del oro.
Queda con los documentos citados confirmado lo que deja-
mos dicho de que se puede reputar á nuestros castellanos como
hombres de mérito, sobre todo Camargo, y asimismo su residen-
cia más ó menos larga en Barcelona con antelación á la fecha en
que los conocemos. Suponer, pues, que esos hombres emigraran
de Castilla, Aragón y Portugal, que los Gurreas podían ser ara-
goneses y portugués el Rodríguez de Sanctes, para venir á explo-
tar sus conocimientos en Barcelona, en donde había por el tiempo
maestros de primera línea y otros maestros secundarios de nota
que luego conoceremos, y esto de mucho tiempo, puesto que al
l88 SANPERE Y MIQUEL
entrar el siglo tienen ya grandes encargos, sería una aberración.
Grandes ó medianos los pintores citados, creo que debemos
verlos en Barcelona atraídos por el renombre de su escuela, por
el renombre de los grandes maestros que la ilustran desde los
días de Luis Dalmau. Como mi patriotismo no sufre ni poco ni
mucho al conceder que fuera la personalidad de Bermejo lo que
atrajera aquí sus paisanos, acepto este punto de vista.
Pero, sabida la presencia de tantos pintores castellanos en
Barcelona, y en esta cuenta bien pueden ponerse Alfonso y Ber-
mejo, ¿quién desee conocer y estudiar la pintura castellano-
andaluza del siglo XV podrá dejar de lado la acción de los maes-
tros de dichos países que frecuentaron la escuela catalana? No
queremos ni siquiera insinuar una relación entre las dos escuelas:
pretendemos sólo señalar una dirección para el conocimiento del
desarrollo de la escuela castellana.
CAPITULO X
EL FRESCO DE LA PÍA ALMOYNA
SE hubiera encontrado á faltar en la historia de la pintura
catalana, tan rica en toda clase de manifestaciones, la pin-
tura al fresco que en el siglo anterior nos había dejado en el
monasterio de Pedralbes ejemplos de su cultivo por los pintores
catalanes, si no pudiéramos decir que este procedimiento, del que
se puede escribir su historia entre nosotros desde los primeros
tiempos de la reconquista, había dejado también en el siglo XV
una bella muestra de su gallardía, hoy desgraciadamente perdida,
pues sólo por los que la vimos de jóvenes es recordada; pero,
gracias al malogrado Jaime Serra, que sacó de la misma una her-
mosa acuarela, hoy podemos casi decir que todavía poseemos el
fresco de la Almoyna.
Piferrer puso dicho fresco nada menos que á fines del
siglo XVI ^, pues aun cuando dice «quizás», con ser de poco
posterior al fin de dicho siglo, nada se adelantaba. Calló Piferrer
los motivos que tuvo para dar á fines del siglo XVI un fresco de
cuya atribución protestaban con su indumentaria las figuras del
mismo, pues es de toda evidencia que aquellos vestidos corres-
ponden á la que solemos llamar época de los Reyes Católicos,
época que comprende también los primeros años del siglo XVI.
Figúraseme que Piferrer, en vista de la arquitectura del fresco.
i) Piferrer: Barcelona, etc., tomo I, pág. 235.
igo SANPERE Y MIQUEL
hubo de decir lo dicho; pero ya hemos visto la antigüedad del
arte del Renacimiento en nuestros retablos.
Deseando aclarar este punto y fijar la cuestión, he procurado
enterarme, en vano, de la época de la construcción de la Casa de
la Almoyna, edificio sin carácter, que lo mismo puede ser de
fines del XV que de entrado el XVI. Todo lo que de caracte-
rístico tiene, el letrero de la esquina de la bajada de la Canonja
con la plaza de la Catedral, en el cual se lee Casa de la Almoyna,
está escrito en los caracteres de la época dicha. Toledo y Zara-
goza guardan los modelos, y en los Profetas de Pabl9 Vergós
también podrían verse.
Todo lo que podemos decir sobre la fecha probable de su
construcción es que «en 14 12 el Refectorio de los pobres, llamado
de la Canonja, estaba en donde hoy se levantan las dos alas del
claustro de la Catedral correspondientes á la Sala Capitular y á la
calle del Obispo. Prueba ser esto así el que lo que hoy es Sala
de la Capbrevación fué antes comedor de la Canonja, la Sala Capi-
tular actual era la cocina del referido comedor, v en el solar de la
capilla de Santa Lucía un día hubo el lugar de la Pía Almo3ma» ^ .
Sabemos también por Mosén Mas que en 142 1 perseveraba
en la ala del claustro de la calle del Obispo el Refectorio de los
pobres, pues consta de la visita pasada por el patriarca Sapera, y
también de la misma resulta que no tenía retablo el Refectorio,
sino en su lugar « una cortina de tela negra, y en ella la imagen
de San Sebastián y la de los verdugos que le asaetaban». Hoy
tenemos en su solar la capilla de Santa Tecla y San Sebastián de
que hemos hablado.
Cree el Sr. Mas que, construida por Sapera la ala del claus-
tro de la calle del Obispo, la Almoyna se concentró en la Sala de
la Capbrevación, por cuanto en las claves de la bóveda se ve á
Jesús lavando los pies á sus discípulos. Esto me parece bien
observado; pero cuándo salió de dentro de la Catedral la Canonja,
esto en definitiva no consta: por los datos aducidos, se ve que
ocurriría en la s^unda mitad del siglo XV.
x) Mas: Notas históricas del Obispado dé Barcelona, en la Revista Po/>tt/ar (Barcelona,
1906), pág. 40.
3|
a
8
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES I9I
Respecto del fresco, ya hemos dicho que nos queda, si la
cromolitografía es exacta, una fiel reproducción, pues la acuarela
que para aquélla sirvió la hizo nada menos que el nunca bastante
llorado Jaime Serra, de quien se puede decir que tenía en sus
dedos una máquina de fotografiar. Publicóse en el jomo V del
Museo español de Antigüedades con un artículo de Pedro de Ma-
drazo, del que transcribimos lo siguiente :
«El refectorio» — de la Pía Almoyna — «debió estar deco-
rado con pinturas al fresco en sus cuatro lienzos. La de la única
pared que menos mal conserva aquel noble arreo es la reproducida
por nuestra litocromía. Represéntase en ella un vasto cenáculo
ó galería abierta, sostenida por columnas corínticas, y limi-
tado al fondo por un muro bajo de piedra de sillería, por encima
del cual asoman algunos graciosos arbolillos, en torno de cuyas
copas revolotean las aves. Las columnas, que son dos solamente,
tienen los fustes de mármol blanco, y los capiteles como de
bronce dorado. Corre sobre éstos un arquitrabe pintado y deco-
rado con palmetas de bello estilo italiano del primer Renaci-
miento. Sobre el marmóreo pavimento descansa una mesa larga
y angosta, á la cual están sentados, unos mirando al espectador
y otros dándole la espalda, hombres y mujeres de diferentes
edades, y también un muchacho. Los comensales son trece, con-
tando este último; y todos, por lo modesto de su» continente y
por el humilde atavío de sus personas, denotan ser pobres soco-
rridos por la Pía Almoyna. »
« De los nueve comensales que dan la cara al espectador, el
que ocupa el centro de la mesa es un anciano, vestido con ropa
talar amarilla, esclavina verdosa, sombrero encarnado, calzas
grises y botas negras. Tiene la barba luenga y blanca, y con las
manos juntas, en aaitud reverente, parece dar gracias á Dios por
el sustento que le envía. A su derecha está el muchacho. En la
actitud de éste, menos compuesta, se ve el abandono propio de
la infancia: con ambos codos sobre la mesa, y la mejilla apoyada
en la mano derecha, está representado en acción de alargar la
otra mano para coger un pedazo de pan. »
192 SARPCRe T MIQOEL
« Sobre el hombro derecho del mnchacho pone sa mano ona
majer de edad provecta vestida de verde, con toca ceñida al
cacito, de las qae llamaban alfaremes ó tocas moriscas, de color
amarillo, y cou ó peto blanco. Algo separado de ella, y mis á la
izquierda del cspecudor, está un hombre joven, cuyo traje es
una ropa de baríel, gris, con medias mangas verdosas, por debajo
de las oules asoman las mangas encarnadas de sa jubón. Lleva
* un birrete (cohricap) de paño colorado, parecido al gorro frigio;
pone una mano sobre un pan redondo y muestra un pedazo de
otro en la otra mano.
»A la izquierda del anciano sentado en el centro está un
hombre de 30 á 40 años de edad, barbudo y con la cabeza descu-
bierta, vestido de gramalla encamada, el cual, teniendo en la
mano izquierda una botella de elegante forma, echa nno en una
copa. Sigúele en la mbma ñla una mujer joven, que viste una
icilla gonella verde de escote cuadrado, con cenefa de galón
laríllo, y cuyo rubio cabello sujeta una cinta blanca con graves
mentas de vidrio imitando perlas. A la izquierda de ésta, y
;o separada, vemos i otra joven vestida de gonella amarilla,
n toca ceñida ó alfareme blanco, teniendo en la mano derecha
pan grande. Más allá, hacia la derecha del espectador, hay
'a mujer, joven y hermosa, con gonella de color rojizo amora-
lo y velo blanco que apenas cubre su cabello, la cual toma de
mesa un cuchillo para partir un pan que tiene en la mano
|uierda arrimado al pecho. Inclina graciosamente la cabeza
mo hablando con un joven que está á su izquierda. Éste vuelve
cia ella la cara, y aparece arrebujado en un manto azul, cubierta
cabeza con un birrete como de paño encarnado, que deja libre
negra y rizosa c^ibellera.
o En la banda opuesta de la mesa, y dando la espalda al
ícctador, están sentados cuatro hombres. El más caracterizado
un anciano de luenga barba nevada, cuyo indumento se reduce
ina ropa talar roja, una cofia ó albanega amarilla y un manto
rde. Levanta en la mano derecha un pan redondo y empuña
n la izquierda un cuchillo. Este personaje del cuadro no mira
la mesa, sino que está vuelto hacia la izquierda y presentado
perfil. Su asiento es un banquillo de madera blanca con un
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 1 93
lindo arquito conopial que adorna el espacio entre pie y pie.
Forma euritmia ó equilibrio estético con esta figura, otra de un
joven sentado á la opuesta mano, ó sea hacia la izquierda del
espectador, vestido con el traje tan característico de fines del
siglo XV en España durante el reinado de los Católicos Fernando
é Isabel. Tiene el rostro todo afeitado, larga melena, gramalla
verde, adornada de velludo oscuro en los hombros y la espalda,
formando muceta ó esclavina, bonetillo de mortero, amarillo,
con galón verde en el ruedo de la cabeza, y manteo rojo. Pone
éste las dos manos sobre la mesa y vuelve la cara á la derecha,
como para mirar al anciano de la albanega. Su asiento es otro
banquillo de madera cuyo vano inferior entre los pies adorna un
arquito trebolado. En los dos extremos de este lienzo de pintura
mural, á derecha é izquierda, hay otras dos figuras de hombre,
sentadas en la misma fila que las precedentes; pero el color medio
desprendido forma un conjunto borroso que no perrtiite ver deta-
lles. Sólo se advierte por el movimiento general de estas figuras
que ambas son extrañas, sino á la escena que representan las otras,
al menos á su grupo. »
« Si juzgamos de la época de la pintura mural de la Almoyna
por lo que se hacía en Castilla á fines del siglo XV, seguramente
que no atribuiríamos esta obra á esta centuria. Nuestros pintores
castellanos de entonces eran incapaces de concebir la escena de
un cenáculo de gente pobre con tan apacibles y risueñas líneas.
Ni ese cielo abierto, ni ese luminoso fondo amenizado con arbo-
lillos y pájaros, ni esa columnata soportando un arquitrabe de
gusto italiano, tan sencillo, ni esos tipos, tan nobles y venerables
en los ancianos, tan simpáticos en los personajes jóvenes, ni, por
último, esa grandiosa manera de plegar los ropajes, son caracte-
res propios de otra escuela que de la toscana del siglo XV. Si el
que pintó el refectorio de la Almoyna fué catalán, de seguro estu-
dió en Italia las obras de Masaccio, de Filipo Lippi y del Pesellino. »
Las figuras de esta composición eran algo menores que el
natural, pues el fresco tenía 2*30 metros de alto por 4 de ancho.
¿Fué catalán el autor del fresco de la Almoyna? Si la con-
194 SANPERE Y MIQUEL
clusión ha de ser negativa, sólo porque no sepamos á quien
atribuir la pintura, si planteamos la cuestión á la inversa, esto es,
si preguntamos si fué italiano el autor del fresco, la conclusión
será la misma, porque de italiano en Barcelona no creo que ten-
gamos ninguno. ¿ Y Fray Paulus de Senis ? Cierto : el latino Senis se
traduce por Siena; pero cuando tenemos en la provincia de Huesca,
en la de Almería y en la de Granada pueblos llamados Senes, no sé
si puedo admitir el sienes en perjuicio del oscense ó del andaluz.
Todo lo que sabemos de Pablo de Senis es lo que dijo Villanueva
en la nota latina, que en el texto no dijo tanto.
El prior del convento de Santo Domingo de Barcelona reci-
bió en su orden á un joven de 24 años llamado Pablo de Senis el
día 7 de julio de 1476. Era este «expertísimo en el artificio ima-
ginario, y de él eran las tablas de la Natividad y de la Resurrección
y muchas otras que estaban á la entrada y á la derecha del coro ».
Al año siguiente, esto es, el día 10 de agosto de 1477, hizo
Pablo de Senis renuncia del hábito ^ .
Villanueva cita como existente en su tiempo, y teniéndolo á
la vista, un Noli me tangere que se encontraba colgado en la ca-
pilla de la Comunión. Esto debieron decírselo los compañeros de
hábito por tradición. ¿Era, pues, Senis pintor? Por lo del Noli
me tangere sí ciertamente; pero yo no doy á esta referencia tradi-
cional la importancia que concedo al texto latino publicado por
Villanueva y sacado del libro de entradas y salidas del convento,
y en este texto yo no sé si el expertissimum in artificio ymaginaris
puedo traducirlo por «expertísimo en el arte de la pintura»,
cuando, como lo acreditan mis documentos, ni una sola vez re-
sultan sinónimos pintor é imaginero. Paréceme que debo enten-
der que se trata de un tallista.
Por lo demás, el que un joven pintor sienes tomara en Bar-
i) « Anno 1476, VII Julii in Dominica die recepi OFr.'Franc. Vitalis) ad ordinem
Fr. Paulum de Senis in clericum, et erat iam viginti quatuor annorum, expertissimum
In artiñcio ymaginario; nam ipse operatus est tabulas Nativitatis et Resurrectionis, quae
sunt in introhitu chori, et mulu alia, et positus est in choro dextro. Recessit de ordine,
anno MCCCCLXXVI, ego supra dictus Prior recepi ad profesionem, X. Angustí Fr. Pau-
lum de Senis, et diniissit habitum ». — Villanubva : Viaie lilerario á las iglesias dé España
(Madrid, 185 1), tomo XVIII, pig. 180.
vj 1 ■ r»
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
195
celona á los 24 años de edad el hábito dominicano me parece algo
extraordinario. En fin, si no ha de prevalecer Senes sobre Senis, y
si como pintor y no como tallista hemos de considerarle, deplo-
remos que del hombre que mereció el superlativo de experto en
su arte no sepamos más que lo dicho por Villanueva, y menos
todavía que no encontremos tabla alguna que poder atribuirle.
Sobre concederle el fresco de la Almoyna, creo que antes
sería necesario hacer otra concesión, esto es, la de que Pablo de
Siena se quedó en Barcelona una vez abandonó el convento de
Santo Domingo. Pero, ya una vez voy tras un italiano fresquista,
¿cómo olvidar á los italianos Francisco Pagano ó Francisco de
Ñapóles, con los dos nombres conocido, y Pablo de San Leoca-
dio, natural de Reggio, en Lombardía, llamados á Valencia para
pintar al fresco la capilla mayor de la Catedral, según convenio
firmado en 28 de julio de 1472, todo lo cual sabemos por inves-
tigación propia del canónigo archivero de la Catedral de Valencia
D. Roque Chabás?^. Acabaron su obra, ó, mejor, cobraron el
importe de su obra, los pintores italianos en 148 1, y desde esta
fecha no sabemos qué fué de Pagano: no así de San Leocadio,
que se quedó en Valencia y fundó escuela.
Ahora bien: si Pablo de Siena le vemos en Barcelona, cuando
San Leocadio de Reggio y Francisco de Ñapóles pintaban al fresco
en Valencia, ¿ no parece natural creer que Pablo de Siena vendría
con sus compatriotas para ayudarles en su trabajo? Que después
el sienes se separara del napolitano y del lombardo y se viniera á
Barcelona, en donde, desvalido, se refugiara en el convento de
Santo Domingo, para salir al año convencido de su falta de vo-
cación ó por haber encontrado otra manera de que vivir, todo
esto me parece imposible. Por consiguiente, de admitirse Pablo
de Siena, podría ser el autor del fresco de la Almoyna, que poner
en Barcelona á Pagano de regreso á Italia para pintarnos el dicho
fresco sería quizás algo forzado: italiano por italiano, me quedo
con el sienes.
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n«.
x) Teixidor: Antigüedades de Falencia, adiciones de Roque Chabás (Valencia,
1895), tomo I, pág. 240 y siguientes.
á
CAPITULO XI
CO\TINUACI(':)N DE L.\ ESCUELA NAQONAL
HASTA 71 X DE SIGLO
LLHGAMR á tiempo un docaraento, que se íeera al final de los
mismos, numero XLI, cjue me Ja i conocer, finalmente,
un pintor del campo de Tarragona, de esa región que por conte-
ner ia metropolitana de Cataluña y Los monasterios reales de
Poblet y Santas Creus, a priori debía ser considerada como rm
centro artístico; pero, la destmcdón de Pobiet por un lado y el
imperio del barroquismo por otro, acabaron con las grandes
obr^s que un día hubieron de contener la metropolitana y los
reaies cenobios.
De retablos de los siglas XI\' y XV no son pocos los que se
conservan en pueblos pequeños; pero, á tales pueblos, tales reta-
hU/>. Una sola tabla, fras^mento de un cuadro, procedente de
PoSiet, seci^'m se asetruró al Sr. Bosch, pero conocidamente de la
vecindad de Tarragona, destácase de un modo notable de esa
m<ídiocridad. Trátase, a>mo es de ver en mi fotograbado, de la
coron.iciAn, á lo que parece, de San Agustín. Esa tabla, comparada
con todas las d'.más que hemos reproducido, no tiene parecido.
(^ar llana fn^ra de KKh duda por los tipos, éstos provienen de
otra TVinnrij de otro centro, son desconocidos de los artistas de la
ísíjicla (le l'iHrccIona; de modo que parece suponer un centro artís-
tico iíidependiente hasta cierto punto del barcelonés, y digo hasta
íicfto punto porque técnicamente entrambos no se distinguen.
S. Sínpere y Miquel: Im Cuoirai
JUAK I.LUVS, DE VaLLS (?)
Fragmekto de la CoBONAaóN DE San Agustín
Coleccün ie D. Píblo Bosch y Baruu. MjJHa
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES ¡97
Quien pueda ser el autor de la pintura, no puedo suponerlo
siquiera por la grande escasez de datos de la región tarraconense,
lo mismo que de la antigua tortosina; pues si de ésta sólo conozco
á Montoliu, de aquélla, como ya he dicho, me llega á última
hora, gracias á la buena amistad de D. Fausto de Dalmases, la
noticia de un Juan Luis de Valls. (Documento XLI).
Valls tenía su importancia en la Edad Media, y su situación
intermedia entre Poblet y Santas Creus, y el no estar distante de
Tarragona, podía favorecer la formación en dicha villa de un
centro artístico. Desconocemos la obra del hijo ó vecino de Valls;
pero considerando que el documento nos llega de Cervera y que
por cerverina se ha de tener á Madona Isabel Martorella, que con
él contrata, fuerza es creer que Juan Luis gozaría de buena repu-
tación, cuando de tan lejos recibía encargos, siendo, además,
preferido á los pintores de Tarragona, que hubo de tenerlos, y á
los de Barcelona, cuya alta categoría conocemos; pues el contrato
en cuestión es de 2 de julio de 1469, y por este tiempo Cabrera,
Huguet y Pablo Vergós eran ya maestros en toda la plenitud de
la palabra.
Pidiósele á Juan Luis, para la tabla principal, la de en medio,
una «Imatie de la Verge María de Gracia acompanyada de gents
ab son mantell stis axi com es de costum», Santa María de Gracia ó
Santa María de la Gloria creo que es todo uno, pues con los dos
nombres encuentro citadas á varias imágenes de tales invocaciones,
entre ellas la tan discutida de Evora, que vino no sé por qué á
recordarme la de igual nombre expuesta por D. Alejandro Pons
en la Exposición de Arte antiguo de Barcelona de 1902, cuya
autenticidad recuerdo también que me pareció dudosa.
Teníamos en la dicha Exposición la Virgen de la Gloria de
Pablo Vergós, obra anterior al año 1469, pero posterior á la
Virgen del retablo de los Concelleres de Dalmau. Si de ésta hay
motivo para hablar de cómo está extendido su manto, no veo
que de la otra haya el por qué; y cuando se pide á Johan Lluis
«un manto extendido conforme á la costumbre», lo que yo
entiendo es que se trata de un manto plegado á la flamenca, un
manto de pliegues rebuscados, circunstancia que merece notarse
para explicar la introducción de ese plegado estrafalario, del que^
198 LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
por tener tan pocos ejemplos, hasta se ha creído que pudiera ser
su introductor Bermejo. La indicación que ahora conocemos nos
obliga á reconocer que el plegado flamenco, introducido induda-
blemente por Luis Dalmau, fué más ó menos gustado por la socie-
dad catalana y por sus artistas. Esto innegable, el desarrollo de
ese plegado conforme á las extravagancias no sólo de Schongauer,
sino de los tallistas flamencos, explica que fray Pablo Rossell
pudiera tener á su lado un maestro alemán para tallar el retablo
del convento de los Angeles de Barcelona.
Johan Lluis de Valls había de pintar asimismo para la punca
del retablo el Crucifijo con Santa María y San Juan, la Salutación
angélica, la Natividad de Jesús, la Epifanía, la Resurrección, y en
el bancal había de poner la consabida Piedad, la Virgen, San Juan,
San Andrés, San Loretv^o, Santa Catalina y Santa Tecla, La pre-
sencia de Santa Tecla me hace creer que la Isabel Martorell sería
de Tarragona ó de su campo, pues se trata de su patrona.
Pasando ahora de uno á otro extremo de Cataluña, tenemos
desde hace dos años noticia documentada y gráfica de un pintor
de Bañólas, Francisco Solibes, de quien consta haber pintado en
17 de julio de 1480 el retablo de La Piedad de la capilla de este
nombre, hoy propiedad de D. José de Rovira y Gabanes, situada
junto al pueblo de San Llorens deis Morunys^ .
Dije de este pintor, en la pág. 288 del tomo I, si podría
ser hijo del pintor Nicolás ees Olives del año 1447, porque el
apellido es el mismo con diferente forma ortográfica; y en otro
lugar indiqué la posibilidad de que Honorato Borrassá, genin-
dense, hubiese dejado una de sus obras en San Llorens; de modo
que hube de concluir, de pintar por dicho pueblo Luis Borrassá,
Honorato Borrassá y Francisco Solibes, en favor de la existencia
de un vínculo familiar entre vecinos de San Llorens y Gerona,
cuando los pintores de esta región, á pesar de la gran distancia
que la separa del mencionado pueblo, concurrían al mismo con
sus obras. Posible es esa relación. ¡Quién sabe si el mercader Juan
Piquer, que mandó pintar el retablo y que con su esposa está
i) Butlleti del Centre Excursionista de Catalunya.-— Pagíís t Ruroa: Excursió al
Ripolles y Alts Bergadhy Cardoner (Barcelona, año XIV, 1904), pág. 356.
S. Sanpere j Miqacl: £di Cualroítallslas cahbiit!
Francisco ces Olives: La Piedad
Capíllii de la PJcdid, propicdiul de D. Josí de Rovirg
San Lloreas dcU Morunya
LOS CÜATROCeNTISTAS CATALANES I99
de rodillas en la tabla central, no tenía establecido en Bañólas ó
Gerona un comercio de las tan celebradas capuchas de Piteus, —
San Llorens también se llama deis Piceos, — cuya fabricación no
se ha extinguido por completo, y si no son esas relaciones comer-
ciales las que lleva-
ron 3 los pintores de
la diócesis de Gerona
á San Llorens!
Poca cosa sabemos
del movimiento ar-
tístico de Gerona y
su obispado, pero la
familia ilustre de los
Borrassá hubo indu-
dablemente de tener
allí una escuela de
consideración, y de
esa escuela saldría el
bañolense Francisco
Solibes.
Consta el retablo
de una gran tabla
central representan-
do La Piedad, coro-
nada en la punta por
el Calvario, za^onát Gabriel Guardia: La Visitación
se ofrece un nuevo RtUlilt di li SinUilu Trltldid. S» Llonm deis iDriiajt
ejemplo de jugarse
ios sayones las vestiduras del Cristo á la paja larga, Al lado
izquierdo, tal como se mira, tenemos en dos cuadros la Saluta-
ción angélica y la Visitación; en la derecha, la Coronación de la
Virgen y su muerte. En el bancal, principiando por la izquierda,
tenemos la Natividad, Jesús adorado por los Angeles; la Epi/a
nía, la Resurrección, la Ascensión y la Pascua.
Prueban mis fotograbados que Francisco Solibes no era un
pintor de primera fuerza, y que era mejor dibujante que pintor.
Cuando vemos como ha llegado hasta nosotros un retablo que
aOO SANPERE Y NÍQUEL
tanto era de temer su pérdida por los gravísimos trastornos de
las guerras habidas en Cataluña, esto es, en un estado de cooser-
vación completa, hasta parece increíble, — tan grande es la frescura
del color, debido, sin duda, al aire seco del país y á lo muy
soleada que es esta
capilla en tan eleva-
das regiones, — ¿por
qué no hemos de do-
lemos de que en tan
mal estado hayan lle-
gado á nuestros días
las obras de los Bo-
rrassá de la iglesia pa-
rroquial? £1 estudio
de esa pintura puede
hacerse con toda co-
modidad, pues entra
la luz en la capilla co-
mo en campo abier-
to. No era el pintor
Solibes, á quien he-
mos llamado mejor
dibujante que pintor,
hombre reñido con la
paleta, no; pero mez-
clando constante-
Gabriel Guardia; Muerte de la Virgen mente el blanco con
ReuUodt liIamiiimiTrlDldaí.iinLitngidgliKanDTi sus colores no pro-
duce uno solo claro
y limpio : todos salen enharinados (enfarimts), y esta circunstancia
en donde naturalmente se echa de ver con mayor desventaja para
la obra y el artista es en La Piedad: el cuerpo de Cristo es pura
y simplemente mantecoso. Como color no hay otro cuadro pare-
cido en toda la escuela catalana.
Aun tratándose de un pintor secundario, he de llamar la
atención el sobre plegado del manto de la Virgen en el cuadro de
La Piedad. ¿No habia llegado aún á Gerona la moda del plegado
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 201
que tres años después, como hemos visto, se encarga a fray Pablo
Rossell no descuide, dándolo por moda corriente? Nada de hel¡
gest en el plegado del manto dé la Virgen de la Piedad. Sólo en
la tabla de la Coronación de ¡a Virgen nos descubre Solibes que,
en efecto, el plegado á ta moda, bien que mal, — mal ciertamente,
— le era conocido. El
plegado del manto en
esta tabla quiere ser á
lo flamenco, pero no
tiene su gracia, que
ésta sólo entre nos-
otros consiguió po-
seerla Luis Dalmau.
Reproducimos
otras dos tablas, la
Visitación y la Muerte
de la Virgen, para que
se forme concepto de
la valia de Solibes.
En esta segunda tabla
no hay amontona-
miento y buena dife-
renciación en las
caras, como se reco-
mendaba. En la pri-
mera el gesto de San
José saludando es sencillo y un natural como simpático. Esta
tabla es de una gran dulzura. En la Coronación la figura del Dios
padre no carece de gravedad, pero no llegó Solibes i la altura
de Guardia, otro pintor regional que fué de mayor empuje.
En suma, ese retablo, del que se ha hablado con excesivo
electo, es una obra estimable que nos hace deplorar que no
conozcamos otras del mismo autor, pues no tenemos por qué
creer que ésta (iiera la mejor obra de su pincel. Tal vez por los
alrededores de Bañólas se pudiera encontrar otra obra suya, que,
de no haberse modificado, sería fácil de reconocer por su colorido.
Otros artistas han sido menos afortunados que Solibes, pues
a 26
Gabriel Guardia: Cokonacióm de la Virgen
■euklo úe li S»(lilai TriDMid. Ua li«rt» dili lornnii
202 SANP£RE Y MIQUEL
si sé algo de lo que hicieron, no puedo decir cómo pintaron.
Puiggarí conoció á Esteban Alsamora, pintor barcelonés, quien
«en 6 de marzo de 1482 convino con la obra de San Martin de
Viladrau la pintura de un retablo de lien:^o, de 24 palmos por 25,
representando en el bancal cinco imágenes de medio cuerpo, y
en los altos tantos pasos de la vida de San Martín cuantos cupieren,
sin olvidar el de la partición del manto con el pobre; todo de
buenos colores, las diademas y franjas de oro, y en la cumbre ó
espiga un grupo del Calvario «ab alguns aivallers de la Pnssió».
Los guardapolvos debían pintarse con estrellas blancas y amarillas,
sobre fondo azul » ^ .
De otro Alsamora, Juan, tengo noticias de haber pintado ó,
mejor, estar pintando — «quod de presenti dipingo» — el retablo
de la capilla de Santa Lucía de Santa María del Mar, en 30 de
junio de 1494*, lo cual le supone, por pintar en la capital y para
iglesia de tanta gerarquía, artista distinguido. Rafael Carbó, como
nuevo pintor, le encuentro en 6 de julio de 1476; como pintor
de tapiñes en 18 de enero de 1483 3. Francisco Micael vivía en
23 de mayo de 1478 (Manual de Galcerán Balaguer), y de Marcos
Quatre Casas consta lo mismo en el Libro de Actas de 14J8 del
Archivo del gremio de Freneros. De Bartolomé Pons consta asi-
mismo su existencia entre 23 de mayo de 1478 y 15204. Gabriel
Balester ó Ballester vivía entre 4 de abril de 1478 y 26 de junio
de 1495, como es de ver en los Manuales de Juan Matas y Antonio
Palomeres. Francisco Mestre, pintor de Cervera, hijo de Antonio,
y Catalina, su esposa, nos consta en escritura del notario Fogas-
sot para 7 de mayo de 1479. Bartolomé Pons y Juan Domenech
son pintores inscritos en la cofradía de Freneros en su Libro de
Actas de i4jp'8o. En el Manual de Francisco Terrasa aparecen
Salvador Mitjá, Marcos Cases y Juan Martí, éste comprándole
una casa á su colega Antonio Dalmau 5 . Mestre Peris, pintor.
i) Obra citada, pág. 93.
2) Archivo de Protocolos de Barcelona : Manual de Galcerán Busquéis, lugar citado.
3) Id. id.: Manuales de Francisco Terrasa y Pedro Triter.
4) Id. id.: Manual de Galcerán Balaguer, núni. 15. Archivo de Freneros: Gran libro
de cuentas de i$20.
5) 31 marzo, 31 mayo y 7 junio de 1480.
J
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 203
oriundo de' Valencia, citado en una escritura del notario Jaime
Denis para 20 de septiembre de 1515, se nos presenta antes
entrando de aprendiz en casa de Pablo de Montpeller en 21 de
octubre de 1480 (Manual de Antonio Viñas). Este contrato de
aprendizaje lo damos en el Documento XIX y merece leerse para
que se vea como tales contratos hacían del aprendiz un esclavo,
pues daban al amo la facultad de poder capturarlos y retenerlos
á la viva fuerza si los rompían sin su consentimiento. Un Juan
Asemort, también pintor barcelonés, aparece en la cofradía de
Freneros para 1490-96 en el Libro de Actas de 147^-80,
En el de Pedro Triter, Francisco Nicholau, en 23 de septiem-
bre de 1489, y Antonio Lobet, que consta en el Manual dicho
para el 26 de mayo de 1489, reaparece á 19 de julio de 1496, y en
esta fecha libra recibo al célebre Luis de Santángel por 79 libras
y 5 sueldos por haber pintado y dorado para la reina Isabel dos
armarios de madera. Lo que eran los armarios pintados del
siglo XrV puede verse en Viollet-le-Duc. Si de los pintados por
Lobet ó Llovet tuviéramos algún detalle, sabríamos si era para
nosotros cierto que hubieran pasado de moda los armarios pin-
tados desde últimos del XIV.
Presentaremos ahora Raimundo Isern, á quien creemos
sucesor de aquel Isern cuyos albaceas tuvieron que reclamar de
los heredergs de Benito Martorell lo que quedó á deber á su
padre ^ .
Triter, en su Manual, y en escritura de 5 de mayo de 1492,
nos ha conservado memoria de Antón Johan, y de Jaime To-
nyols para 18 de diciembre de dicho año. En Esteban Soley apa-
recen en 19 de marzo de 1493 Martín Luch, y en 3 de junio
de 1494 Pedro Pregnos (?).
Al gerundense Antonio Homell se le encargó la pintura de
dos tablas para el santuario de la Gleva (cerca de Vich), en las
cuales había de representar la Epifanía, la Quincuagésima, la Nati-
vidad y la Ascensión de Nuestra Señora, cuyas cuatro historias, se le
decía, «pintará de bones colors, daurará, fresará, parará bé e com-
i) Archivo de Protocolos de Barcelona: Maiual de Galcerán Balaguer, escritura
de 7 de noviembre de 1491.
204 SANPERE Y MIQUEL
plidament, e com los personatges requerran així e en la manera
com están en lo retaule de Nostra Dona de la Capella Rodona de
la Verge María de la present ciutat» de Vich, la obra de Fernando
Camargo.
No como remate de nuestra escuela cuatrocentista, ni como
muestra de nuestra escuela del Renacimiento, que bien merecería
renacer para que Cataluña ocupase un puesto honroso en la
historia de la pintura española, de la cual nos hemos excluido
por haber abandonado su estudio, sino como del último pintor
del cuatrocientos de quien conocemos las obras, vamos á ocupar-
nos del pintor manresano Gabriel Guardia, de quien se conserva
en el Archivo de la Basílica de Manresa el retablo de la Santísima
Trinidad, antes existente en una de las capillas de la dicha iglesia.
Firmóse el contrato para la pintura del retablo en 24 de
septiembre de 1501, y todo cuanto se previene en los capítulos
otro tanto se ve en la obra. Así vemos á la Santa Trinidad sen-
tada «en cadira copiosa e bella, e ben daurada». Ya hemos dicho
que en esta tabla se hubiera visto la escuela de Molouel ó Mael-
wael, de ser una obra de los primeros tiempos del cuatrocen-
tismo. ¿Es sencillamente fortuita la semejanza, ó bien es el efeao
de una difusión del tipo que se dice creado por Molouel, lo que
no todos admiten? Imposible responder: lo cierto es que en
Manresa aparece un tipo extranjero conocido y sin antecedentes
en el solar de la escuela catalana.
Terminaba la tabla central del retablo con la Coronación de
■
la Virgen, y en las tablas de los lados se pintaron la Creación del
Mundo, el Bautismo, la Aparición de los tres Ángeles á Abraham y
la Transfiguración,
Reproducimos de estas tablas la Creación del Mundo, que se
convirtió en la creación de Eva, sin duda por ser la madre del
mundo humano terrenal.
No hay más que comparar el Adán y la Eva de esa tabla con
el Adán y la Eva de Guimerá del Museo de Vich^ para compren-
der lo que había sido la evolución pictórica entre nosotros dentro
del siglo XV. Habíamos, como en todas partes, marchado de lo
i) Tomo I, pág. 112.
S. Sanpere y Míquel : La CualroaiiHilns ci
Gabkiel Guardia : Cseación de Eva (retablo de la SaniIsima I
Archivo de U Büsflíc) de Mantesa
f Miqíicl: L«s 0.«,
iuia: Rbtablu db la Trinidad
a de U B'sili» ¿t M^iitesi
i
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 205
convencional y tradicional á lo real, y el estudio del desnudo
había entrado por completo en la técnica pictórica.
Prueba Guardia con esta tabla que si no era un gran pintor,
en la historia de nuestra escuela merecía ser recordado, y si aun
en su obra perduran las tradiciones góticas, yo me guardaré
muy mucho de decir que Guardia contribuyó á mantenerlas con
sus simpáticas pinturas : creeré mejor que debía deplorar para su
arte tener que padecerlas, pues se compaginan mal con su Adán
y Eva condiciones como las que se le imponen de tener que
emplear mil paños de oro en dorar el retablo, escultura, orna-
mentos «y signatament en la cadira de Déu lo pare», y que allí
en donde «no haurá a posar panys dor, haya a vestir les himages
e istories de bones colós, so es, assur, carmini, verts, blanchs,
que sian bons, de Pisa, massicot, vérmelo e com millor los pora
haver». Esta nimia particularización de las condiciones materiales
de la obra nos indica que el concepto de la obra artística no
había entrado en la sociedad catalana.
Hoy en la ciudad de Manresa no podría vivir un artista de
la importancia de Guardia si hubiera de vivir de su trabajo.
Hago notar esto, que se explica por la riqueza de la iglesia de
Manresa y de los conventos y villas comarcanas, para que no se
deje de mano la investigación de las obras de aquellos pintores
que hemos conocido y de los que aún se conocerán pintando en
Cervera, Tárrega, Valls, Bahyolas, etc., pues podían haber pro-
ducido obras como la de Guardia, recomendables por su dibujo,
composición y elegante colorido.
Acaba la historia de nuestros Cuatrocentistas con un pro-
blema parecido al de su principio. Hubiéramos querido conocer
el legado artístico del siglo XIV, no en obras de ese siglo, sino
en obras de los artistas que habían de presidir y empujar la evo-
lución artística del siglo XV, en Jaime Cabrera, Verdera, Ramón
de Mur, etc., pues hubiéramos sabido como el arte catalán se
había emancipado de las tradiciones de los siglos medios. Cierto
que Luis Borrassá nos ha enseñado el camino de su evolución,
pero es Borrassá un artista demasiado genial para creer que sus
camaradas siguieron su vía. Ahora, al terminar el siglo XV,
cuando uno tras otro desaparecen Huguet, Bermejo y Pablo
206 SANPERE.Y MIQUEL
Vergós, como para dejar el puesto á una nueva escuela, á una
escuela fin de siglo, nos encontramos con una serie de maestros
de quienes hemos de repetir aquello de que si sabemos algo de
lo que pintaron, desconocemos cómo lo pintaron.
De tales maestros sólo de uno que capitula con el convento
de la Merced de Barcelona, en 3 de abril de 1503, doy el docu-
mento, porque habiéndose desecho el altar gótico de dicho
convento en la segunda mitad del siglo XVIII, no me puedo
convencer de que sus tablas se echaran al fuego, ni sus imágenes,
obras de los tallistas flamencos, sufrieran igual suerte. Por esto,
para que se sepa lo que pintó Antonio Marqués, á quien no hago
ciertamente el honor de ser el continuador de nuestra escuela
de los Cuatrocentistas en el siglo XVI, porque no conozco su
obra, pero á quien he de considerar forzosamente como artista
de categoría cuando pintaba para la Merced, por si se pudiera
encontrar en alguna iglesia secundaria de la diócesis barcelonesa
ó en otro convento de su orden, digo que, según su contrata
(Documento XXXIX), se comprometió á pintar en el guardapolvo
seis imágenes en cada lado, grandes y bien proporcionadas, ves-
tidas de oro fino y de finos colores, «ab pavinients t campers dar
fi, etnbotits e picháis, e fresadures per les robes emboiides e daurades
dor fi» . Esta condición hubo de seguro de imponerse á Pablo
Vergós á propósito de las imágenes del guardapolvo de Grano-
llers, ó sea para la pintura de los Profetas; y repetimos la obser-
vación porque, cuando ya el grande artista hacía ocho años que
había muerto, todavía se imponían á los pintores condiciones
que á él se le han reprochado como propias de su estilo. No
sabemos cuáles eran esas seis imágenes que habían de pintarse en
el guardapolvo; y para el cuerpo del retablo sólo consta que habían
de figurarse los siete gOT^os de la Virgen María, y en el bancal
había de poner dos tablas con asuntos de San Juan Bautista, y
otras dos con asuntos de San Juan Evangelista. Sólo creemos
que para el bancal se cita particularmente la Resurrección de Jesu-
cristo, tabla que dio como prueba de su pericia y piedra de toque
del resto de su trabajo, pues se capitula que, de no pintarse las
demás como la dicha, le serán devueltas.
Parece ser el año de la firma del contrato de Marqués con el
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 207
maestro general de la Merced, el año del fallecimiento de Jaime
Vergós n^y de su hijo Rafael, sobreviviéndoles todavía Gabriel
Alemany, de quien la última noticia que tenemos es la ya cono-
cida de 1509, fecha de aquel recurso en que reclama se le con-
serven las prerrogativas ó, mejor, los gages de su cargo de pintor
municipal «de les coses tocants a festes, sepultures reals, alima-
res, armades, entrades de reys ab carro triumfal, etc.», que le
había sido conferido en 3 de enero del año 1450.
No es este el primer Alemany conocido en nuestra historia
artística: Puiggarí nos dio á conocer para 1389 un Alemany
entre los artífices de la Catedral de Barcelona. Un Tomás Ale-
many nos citó igualmente para 1449, y de éste dijo constar, por
los documentos de referencia, que fué padre del dicho Gabriel
Alemany, y por los mismos se puede comprender que si éste
entró en el servicio pictórico municipal de Barcelona fué á causa
del fallecimiento de su padre, ocurrido en 29 de diciembre
de 145 1, pues para en adelante se le confía «la custodia y con-
servación de los entremeses de la ciudad » ' .
No me ha sido posible conceder ni á Tomás ni á Gabriel
Alemany la consideración de maestros retableros, porque no he
logrado averiguar que lo fueran, ni les he visto nunca empeñados
en ninguna obra artística. ¿Quiere esto decir que en definitiva se
les tenga que borrar de la lista de nuestros Cuatrocentistas? Creo
que no: creo que su empleo municipal les distingue, les da cierta
categoría; pero el silencio que reina aun hoy alrededor de su obra
no me autorizaba ni aun para indicarles como posibles autores
de obras secundarias no traídas á colación en este libro. Todo lo
que yo he logrado averiguar de Gabriel Alemany es que en 23 de
mayo de 1478 firmó capítulos matrimoniales con Juana, hija de
un pintor difimto llamado Tomás, — ¿Tomás Alemany? ¿Serían,
entonces, primos?, — la cual vivía á la sazón con la viuda de
otro pintor llamado Bernardo Peris; pero éste sería segundo ma-
trimonio, pues le vemos en 24 de abril de 1477, junto con su
hija Isabel, cancelar una deuda ^.
i) Puiggarí: Artistas inédiios, etc., pág. 291.
2) Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Galcerán Balaguer, núm. 15.
Dicho dia. Manual dé Pedro Clariafta. Dicho día.
f
r
*
208 SANPERE Y MIQUEL
Puedo aumentar la lista de los Alemanys con un maestro de
casas de este nombre para el año 1482',, y con un pintor, Pedro
Alemany, que hubo de tener su celebridad, como nos lo prueba
el encontrarle casi siempre unido con Rafael Vergós, anteponién-
dose en las contratas algunas veces su nombre al de éste, lo que
^ no sé si indica precedencia por edad ó por categoría artística.
i Aparece esta asociación de Pedro Alemany y Rafael Vergós,
; á mi conocimiento, en ocasión de firmar, en 31 de enero del
año 1492, los capítulos para pintar el retablo ó un retablo para la
Capella Rodona de la Virgen María de la ciudad de Vich (Docu-
mento XXFII). No es el retablo ahora contratado por el cerrajero
Antonio Robi y el perayre Pedro Sala en 7 de febrero de 1491,
el mismo que se contrató con Fernando Camargo (Documen--
to XXIV), de quien consta que cobró un pactado anticipo para
su obra.
Lo cierto es que Robi y Sala son quienes en 31 de enero
de 1492 firman nueva capitulación para la pintura de un retablo
para la Capella Rodona con Pedro Alemany y Rafael Vergós, y
en los capítulos firmados con éstos aparece una cláusula tan rara
que da motivos á creer que Camargo tuvo cuestiones graves
sobre la recepción de su obra. La citada cláusula dice: «ítem:
Els dits Anthoni Robi e Pere Sala prometen donar e paguar ais
dits pintors, en continent hauran acabada la primera taula de la
Verge María del Roser, segons mes o menys els han haver de lot
lo dit retaule, encare que no fossen contents de llur pintura» ^ . Si el
tema pictórico fuera el mismo para los retablos de Camargo y de
Pedro Alemany y Rafael Vergós, claro está que habría lugar á
duda; pero desde el momento que la tabla principal era para
Camargo una Piedad y para P. Alemany y R. Vergós una Virgen
del Rosal, es de toda evidencia que se trata de dos retablos dife-
rentes, y no se crea que la diferencia esté sólo en la tabla central,
pues con la Virgen del Rosal habían de acompañarse la Epifanía,
la Salutación angélica, la Ascensión de Nuestra Señora y el consabido
Crucifijo, acompañado de San Juan y las dos Marías. Mas aun en
i) ídem: Manual de Pedro Pascual^ escritura de 12 de enero de 1482.
2) Docuinento XXVII, pág. XL.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 209
el guardapolvo habían de pintar aqttelles imatges de profetes y otros
santos de los cuales se les daría nota. Resulta, pues, que la dicha
cláusula sólo puede interpretarse como una garantía que tomaron
Pedro Alemany y Rafael Vergós contra las exigencias ó preten-
siones de los dichos administradores de la Capella Rodona.
Motivada ó no la condición pactada por lo que pudiera
ocurrir con Camargo, cuando unos artistas pactan que su obra
queda fuera de toda discusión, que se recibirá tal como salga de
sus manos, que se reputará buena, pues para ellos lo es, induda-
blemente una tal condición, una tal exigencia, indica que dichos
artistas estaban ó se reputaban estar fuera de toda contestación
crítica, y esto cuando aún viven en Barcelona Bartolomé Bermejo
y Pablo Vergós. Que éstos se hubiesen puesto fuera de discusión
se comprendería; pero Rafael Vergós no tenía su cartel. Y ¿qué
diremos de ese Pedro Alemany, que al presentarse ya se señala
indiscutible? Notemos todavía que en la contrata precede el
nombre de P. Alemany al de Rafael Vergós, caso que se repite
para éste y para otro pintor. Y aun cuando en otra contrata que
ya veremos, como las que acabamos de recordar, Rafael Vergós
es quien va delante, es lo cierto que Pedro Alemany no podía
ocupar dicho puesto como no fuera por su mayor edad, mayor
importancia artística, ó por ser á él en primer término á quien
se encargaran las obras, adjuntándose como compañeros ó auxi-
liares ora á Rafael Vergós, ora á «mestre Francesch». Si descuento
el primer caso, Alemany me resultaría colocado delante de Rafael
Vergós en su arte, y, dentro de este supuesto, yo no sé si vengo
ó no obligado á reconocer la posibilidad de la mano de Pedro
Alemany en los retablos de Santa Tecla y San Sebastián y de la
Visitación, de la Catedral de Barcelona. Otras pinturas de catego-
ría y de maestro desconocido no conozco fuera de las citadas.
He llamado la atención sobre ellas, indicando lo que pudiera
acercarlas ó distanciarlas de Bermejo. Ahora, al encontrarme
delante de una personalidad artística anónima para mí, no creo
que fuera critico dejar de atribuirle los dichos retablos, que la
critica no es negación ni afirmación sistemática, sino en todos
momentos discusión. Por esto no he vacilado en llevar á discu-
sión atribuciones tanto más ó menos discutibles de las que me
« 27
2IO SANPERE Y HIQUEt
decido ahora hacer, dando á Pedro Alemany los retablos de Sania
Tecla y San Sebastián, y ya veremos si todavía puedo adelantar
algo respecto de éste y el de la Visitación.
é Debo la segunda noticia que tengo de P. Alemany, como
asimismo la primera, á la buena amistad de Mosén Gudiol y
Cunill. El extracto del documento que me envió dice asi : «Mestre
Francesc, ab en Pere Alemany, abdós pintors retrotabulorum
altaris cives Barchinone, pintaren el retaule de l'Almoyna del pa
beneyt en Tiglesia de la Rodona, a 15 d'Agost de 1493. Cobraren
20 Iliures. A 31 de Mar? de 1495 cobraren 37 Iliures 4 sous per
Tobra feta de dit retaule dempto frede sive lo bancal o frontal. Se
veu que's donaven per completament satisfets » * .
Quien fuera ese maestro Francesch, no he podido averi-
guarlo, ni tampoco ha podido decirmelo el meritisimo conserva-
dor del Museo de Vich. Yo no sé si seria de ver en él un maestro
local llamando en su auxilio á Alemany, ya acreditado por su
anterior trabajo en la Rodona.
Pedro Alemany y Rafael Vergós aparecen ahora de nuevo
unidos para pintar, en ir de febrero de 1497, el retablo de la
iglesia parroquial de Teyá (Documento XXXIII). Para esta obra
Alemany y Vergós no se declaran indiscutibles: por lo contrae,
aceptan por adelantado, caso de haber discusión, un arbitraje,
que habrían de dar dos representantes de cada parte' .
Esto es lo que nos ha llevado á indicar la posibilidad de
cuestiones entre Camargo y los administradores de la Capella
Rodona de Vich, contra las cuales quisieron prevenirse P. Ale-
many y R. Vergós.
Tuvieron nuestros artistas que pintar en los cinco cuadros
del bancal, en el del centro el Eccehomo, <(La Pietat ab les armes de
Jesuchrist en lo camper datzur, e les armes, dor tuat, E lo moni-
ment jaspiat de carmini». A la derecha, San Gerónimo, de medio
cuerpo, como cardenal, y con medio león, y la capa del santo
i) Vich, Curia Fumada: Manual de Pere Joan Francb. Dicho dit. Junio con esu
noticia, comunicada durante k impresión de este tomo, me envió otra el Sr. Gadi^ y
Cunill, la de un pintor zaragozano llamado Joan Durros, que como hostalero estaba esta-
blecido en Vich en 1453. ^^^^ ídem: Manual de Jaitne Valls, núm. 3, fol. 246.
2) Documento XXXIII, pág. XLIX.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 211
había de ser «decarmini
ab ]a iabradura datzur.
£ lo camper d or fí » . Al
otro lado, San Agustín,
también de medio cuer-
po, con capa de brocado
y campo de oro ñno.
ídem para la imagen de
San Lupo, del extremo
derecho, y en el extremo
izquierdo debían pintar
Santa Barbara.
En el cuerpo del reta-
blo se pintó á San Sebas-
tián asaetándole, y debajo
de éste á San Roque como
peregrino. Y aqui he de
reproducir, por la coin-
cidencia, la tabla del re-
tablo de Sania Tecla y
San Sebastián, en que se
repiten por su orden di-
cho los asuntos citados.
¿Qué es de ver en esa
coincidencia? ¿Una ca-
sualidad ? Y ¿ lo casual
no podría ser ese retablo
de la Catedral, hasta
aquí sólo adjudicado á
Pedro Alemany por la
signiñcación artística
con que aparece á nues-
tro estudio? Es muy de
¡.entir que así como se
f" •i"" ™ '» ■*'» 1"= Po,» ALE»™,- : Sah S..«st,A» v S»» Roa»,
también pintaron de la . , , . .
. ., , , ., ReUbKKdiiiUTgelDitnEtbuillii, CiMnldebretlgia
Natividad de Nuestra
212 SANPERE Y MIQUEL
Señora está la divina familia con los «pastors, ab semblantgent
qui son en lo retaule de Sant March de la Seu de Barcinona», no
se hiciera igual referencia para las tablas de San Sebastián y San
Roque; pues, de hacerse, se podría discutir si como para la ubla
de la Adoración de los Pastores ó Natividad se pedían las mismas
figuras en número, de igual suerte se pedía algo de lo represen-
tado en las tablas de San Sebastián y San Roque del retablo de Sania
Tecla y San Sebastián. El silencio nos autoriza, porx:onsiguiente,
á ver en este retablo á Pedro Alemany.
Pintóse también en la punta del retablo de Teyá la Corona-
ción de Nuestra Señora.
Ahora es para la pintura del retablo de la parroquial de
Calella cuando aparece el nombre de Rafael Vergós delante de
Pedro Alemany.
Firmóse el contrato en 15 de febrero de 1498 (Documento
XXXIV), y lo que pintaron los dichos fué en la tabla central á
San Miguel armado de punta en blanco, y en la punta de ésta el
Crucificado en medio de la Virgen y de San Juan, En las tablas de los
lados se pintaron cuatro episodios del Arcángel, que no se espe-
cifican. También se callan los asuntos del bancal, salvo para la
tabla central, que constantemente ocupa el Eccehomo ó Piedad,
No se descuida de capitular que « los campers del dit retaule e les
diademes e fressadures » serán «embotides e daurades» ^ .
Desaparece, á partir del contrato de 1498, para mí, Pedro
Alemany. Rafael Vergós, como es dicho, suena vivo y liquidando
con su padre el retablo de Granollers en 4 de marzo de 1500. El
no encontrarle como sucesor de su padre en el oficio de pintor
municipal me obligó á creer que fallecería entre 1500-1503, pues
en dicho cargo, y en este año, sucede á su padre Jaime Vergós II,
de quien tampoco no sé más á partir de 5 de agosto de 1503, su
hermanastro Clemente Domenech; y como en 1509 es Crehensa
quien ocupa su puesto, y es con éste con quien disputa Gabriel
Alemany, que debía ya morirse de viejo, aun cuando le encuen-
tro cobrando en 6 de octubre de dicho año 1509 la pintura de
una. tienda de campaña y unos escudos para el mercader Juan
1) Documento XXXIV, pág. 4.
fEDRO ALEHANY: bMiJ\ TECLA Y SAN SEBASTIAX
Retablo de Santa Tkci.a y San Sebastian
Clausiro de U Otclral de Barcflon.i
S. Sanprrc y Míquel ; Lci Cuai
Pedro Alemanv: Jesüs dispuiando cox los doctores
Retablo de Santa Tecla y San Sebastian
Claujtro de ti Catedral de Baiceloni
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 21 3
Steve ' , podemos concluir de todo lo dicho que los maestros del
siglo XV, los que dieron nombre á nuestra escuela, hablan des-
aparecido todos en 15 lo.
Continuadores suyos en el siglo XVI fuéronlo los ya citados
Domenech, Guardia, Marqués y Crehensa, y quién sabe si no es
uno de éstos el autor de las tablas de San Eloy del gremio de
Plateros conservadas hoy en nuestro Museo Provincial de Bellas
Artes, de las cuales me consta que se estaban pintando en 1524.
Este y el ciudadano de Barcelona Pedro Núñez, llamado el Portu-
gués, autor conocido de los retablos de Vilassar de Dalt y de
Capella, éste pintado en 1527, son los continuadores de nuestros
Cuatrocentistas, á quienes durante tantos siglos ha tenido en
olvido el pueblo catalán.
La filiación del autor de las tablas de San Eloy y de Pedro
Núñez bastaría sólo á demostrarla el carácter aun cuatrocentista
de sus obras. Bermejo y Pablo Vergós no se emanciparon por
completo de las tradiciones de su siglo, y, si fueron más góticos
de lo que lo fueron italianos, flamencos y alemanes, cúlpese de
esto al espíritu eminentemente tradicionalista del antiguo pueblo
catalán que aun perdura.
Dar á conocer al mundo nuestros Cuatrocentistas podrá
reputarse una empresa patriótica; pero el verdadero patriotismo
consistiría en dar á conocer nuestros pintores del Renacimiento.
No basta á la gloria de la nación catalana poder decir y sostener
que filé la escuela catalana la única y grande escuela pictórica de
la península hispánica en el siglo XV: de esta escuela se conocía
á Luis Dalmau y bastaba este nombre y su cuadro para poder
decir que no se había producido pintura superior á la suya por
cuatrocentista alguno peninsular. Es cuando con el siglo XVI
aparecen las escuelas valenciana, sevillana y castellana, que tan
gran renombre habían de alcanzar, cuando parece que en Cata-
luña se cierran los talleres de nuestros pintores. No es cierto : yo
no he de decir que en Cataluña se conservó en el siglo XVI la
hegemonía pictórica peninsular del siglo XV. Alejo Fernández,
i) Archivo de Protocolos de Barcelona : Manual de Luis Carlos Mir, número 8
Dicho dia.
^~^
214 SANPERE Y MIQUEL
juaa de Juanes y Gallegos fueron grandes maestros; pero el
autor de las tablas de San Eloy de los Plateros, el autor del retablo
de Capella, el autor de las mamparas del árgano de Tarragona,
fueron también grandes maestros. Yo no he de cesar en el des-
cubrimiento del nombre del autor de las tablas de San Eloy; y
cuando i su lado me es posible colocar á Pedro Núñez y Pedro
Serafi^ más conocido por sus poesías, por ser el representante
de la poesía catalana en el siglo XVI, que no por sus obras
pictóricas, de las que nadie se había ocupado hasta hacerlo yo' ,
entonces podré decir, si otros no se me adelantan ó han ade-
lantado, que todavía en el siglo XVI ocupaba Gitaluña en las
Bellas Artes bn puesto digno del que con tanta gloria había ocu-
pado en el siglo XV, y con esto acabará la canción de que en el
siglo del Renacimiento abandonó Gitaluña el estudio de lo bello,
y no se nos presentará como los Beocios de la nueva España.
Dígase si no exige el patriotismo catalán la divulgación de nues-
tros pintores del Renacimiento; pero conste que si de mí puede
esperarse que no descuide su estudio, no se debe confíar que
sea obra mía su sistemática divulgación, que, aun contra mis
deseos y esperanzas, puede sonar, porque ya el tiempo es llegado,
la hora de la partida. Si asi sucediera, yo no quiero creer que se
olvide lo que haya hecho para vindicar el renombre artístico de
la nación catalana.
i) Sanpekb t Miquel: Pedro el Greco (Pere Serafi), en el Boletín dé la Real Acade-
mia de Buenas Letras de Barcelona (Barcclont, 1901), tomo I, pág. i$7 y úgs-, con dos
fototipits.
APÉNDICE
n
J
ADICIONES Y RECTIFICACIONES
FUENTES
DURANTE la impresión de este libro se han enriquecido las
Fuentes del estudio de la pintura en la Corona de Aragón
de una manera considerable y trascendente, gracias á una impor-
tante contribución de D. E. Aguiló publicada en el Bolletí de la
Societat Arqueológica luliana (Palma, 1905): se trata de unas Notes
y documeftts per una llista d'artistes mallorquins deis sigles XIV y XV,
destinada no sólo á darnos á conocer los artistas mallorquines y
sus obras, sí que también los de Cataluña y Valencia que pasaron
á trabajar en las más bellas islas del mar Mediterráneo. Lo que no
comprendemos es cómo ha podido transcurrir ya tanto tiempo
sin haberse hecho aplicación alguna de los documentos dados al
público con rara generosidad por el Sr. Aguiló. ¿Es que no se
han conservado en la isla de Mallorca obras de los pintores de
dichos siglos? ¿Es que, por desgracia, las obras á que se refieren
los documentos publicados han desaparecido todas, sin dejar el
menor rastro ?
Para mí los documentos publicados por el Sr. Aguiló tienen
gran precio. A contar ya del VII de la colección, primero de los
relativos al siglo XV, encuentro un testimonio auténtico de
un hecho que desde los días de Luis Borrassá á los últimos de
Pablo Vergós, ó sea del principio al fin del siglo XV, se me pre-
senta de toda evidencia sin posibilidad de justificación más que
para el retablo de Granollers, hecha excepción de aquellos otros
a 28
2l8 SANPERE Y MIQUEL
que ya constan contratados por dos pintores, como los que pin-
taron Pedro Alemany y Rafael Vergós, Berenguer Gurrea y
Juan del Pont. Cierto que estos casos legitiman lo que la crítica
pone de toda evidencia, pero no siempre ésta se hace de tal suerte
que no quede resquicio para pasar la duda. Cónstanos para
GranoUers que Jaime Vergós II y Rafael Vergós acaban la obra
que por fallecimiento de Pablo dejó éste sin concluir; pero no
se encuentra en mis documentos la sustitución de un pintor por
otro, y este caso aparece en el de número VII de los publicados
por el Sr. Aguiló. Francisco Comes, pintor, contrata en 27 de
marzo de 1415, con el pintor Nicolás Marsoll, para la pintura de
un retablo dedicado á San Antonio de Viana, que el primero le
abandona por sus ocupaciones después de haber pintado una de
sus tres tablas; de modo que Marsoll tuvo que pintar otras dos
tablas, la punta y el bancal ^ .
Supóngase conocido el retablo en cuestión y desconocido el
documento, y dígase lo que se podría objetar al que denunciara
las dos manos, como éstas no fueran incontestables. Este caso,
que ocurre en 141 5, en los mismos días en que Luis Borrassá
pinta el retablo de Santa Clara de Vich, ha de servirnos no para
justificar la presencia de dos manos en varias de las obras de
Borrassá que hemos denunciado en las páginas 142, 148, 154,
166, 167 y 168 del primer tomo, porque esas segundas manos
hemos conseguido, al fin, conocerlas documentalmente, sino para
dejar fuera de toda duda la intervención de dos ó más manos en
una obra, caso corriente, ya que no general, para el siglo XV.
Publico en Documentos, número XL, el X de los dados á
conocer por el Sr. Aguiló, por cuanto éste entra de llano en mi
trabajo, como luego veremos.
Creo innecesario hacer constar aquí el incremento que ha
tenido mi lista de pintores catalanes, ya que ésta sólo la presenté
con el objeto de que de una vez se acabara con lo de no haber
tenido pintores Cataluña en el siglo XV, aventajándonos Valen-
cia. Hoy mismo la lista del Barón de Alcahali puede ser grande-
mente aumentada. Pero lo que creo indispensable añadir aquí
i) «... duas restantes tabulas, cum punta et bancali » Loe, át.. Vil, 9.
j
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 219
*la justificación de aquellos pintores que he dejado de mencionar
en su lugar, figurando en «li lista con arreglo á los documentos
que me los han dado á conocer, no fuera que la malevolencia
creyera que los había inventado.
Digo, pues, que Albanell suena casado ya en 1 1 de marzo
de 1504 con Beatriz, en protocolo de Triter; Asemort figura en
los Libros de actas y cuentas del gremio de Freneros de los años 1490,
96, 1503, 12, 20 y 25; Bo había ya fallecido en 11 de septiembre
de 1503, como es de ver en el Manual 10 de Pedro Pascual;
Collansans aparece también en el Gran libro de cuentas de los Fre-
neros para el año 15 12; Jaime Alberto Desplá, como se puede ver
en Puiggarí (280), vendió un esclavo suyo en 1408, y esto deberá
recordarse al encontrarnos con Lucas ó Lluch el esclavo de Luis
Borrassá, hecho un maestre de la pintura catalana. Jaime Ferrer
pintaba paveses en 6 de julio de 1436, constándonos por escritura
de Fangar, Manual núm. i. Font sólo lo conocemos por el Gran
libro de ciuntas de los Freneros del año citado de 1 5 24. Guaran pin-
taba en Perpinyá en 19 de diciembre de 1505, como es de ver en
Palomeres, Manual núm. i. De Gabriel Jener nos consta su pri-
mera fecha para 30 de diciembre de 1463. Luego le vemos pin-
tando blasones en 17 de julio de 1471, y en 1478 hizo instancia
para ingresar en el gremio de Freneros. Admitido ya figura en
sesión de i.** de agosto de 1482. Por último, dimos con él en
24 de octubre de 1489. Pero de ninguno de estos documentos
se desprende su personalidad artística ^
Johan Antonio se cita en escritura privada del Manual de
Triter, núm. 6. Martí, Bernardo, aparece como colaborador de
Tarrinus ó Thierry de Metz, pintando vidrieras en 1464-70, en
el Manual de Ginebret Dalmau, núm. i. Juan Martorell presen-
tóseme en una sesión de los Freneros del dicho año 1496, Libro
de actas. Por esto no me ha sido posible filiarlo con los Marto-
rells, Benito; y Bernardo Matalí, Francisco, conocido por Puig-
garí. Montoliu, Luis, pintaba en Tortosa en 1494, según nota
comunicada por el Sr. Hurtebise; Mulet pintaba en Vich en el
i) Manuales de Esteban Mir y Malet; Libro de Actas de Freneros de los años 1478, 79
y 80; Juan Antonio, núm. 8.
220 SANPERE Y MIQUEL
año I44i> según escritura del mismo de 31 de agosto en Manual
de Pi, núm. 2; Oliver, Pedro, en Puiggarí; Juan Oliver, si es el
mismo que Oliver el Mallorqui, lo tenemos conocido desde 1453
i 1477, y en escritura de este año, de 20 de septiembre, en poder
deTarrassa, consta ya difunto; su esposa se llamaba Eufrasina, y
tuvo dos hijas, Leonor y Elisabeth. En el mismo notario, escri-
turas privadas de 2 de agosto de 1465 y 14 de mayo de 1467; en
Soley, escritura de 3 »de marzo de 1469; Olzina, Ortoneda y
Pagés, en Puiggarí; Perellada lo encontré en escritura de 9 de
diciembre de 141 1, en poder de Belmunt, Manual núm. 5; Pinalt,
en otra de 23 de junio de 1492, del Manual 6 de Triter; y Palou
en otra de 2 de enero de 15 17 del notario Anglés; en todas sin
especificar nada interesante. No se encuentra en mi lista de pin-
tores Guillermo Félix, Phelicis, hijo de Berenguer y de su esposa
Bernarda, ya difunta en la escritura en poder de Belmunt, de 8 de
octubre de 1409, y esposo de Constancia Jordi. Era de la villa
Duyteel, de la diócesis de Gerona. Pou en Puiggarí, como Pheliu
Luis Ribes, le veo en escritura de 20 de septiembre de 1515, en
poder de Denis, y Rich en el Gran libro de cuentas de los Freneros
para el año 15 17. Romeu, en el Manual de Pi, núm. 10, para
16 de agosto de 1437. Nicolás Sans era hijo de Domingo y de
Celestina. No consta que su padre fuera pintor, en cuyo caso sería
ciertamente de ver un hijo de Domingo Sans el leridano. Cóns-
tame que vivía en 21 de abril de 1506 y en 20 de septiembre
de 1 5 1 5 , escrituras respectivamente de los Manuales de Palomeres
V Denins. En otro del notario Pi encontré á Trico en escritura
de 7 de marzo de 143 1, y Terre ha comparecido en Manuales de
L. C. Mir, para 12 de abril de 15 10 y 28 de abril de 1522. Travé
dejó su nombre para 15 12 en el Gran libro de cuentas de los Fre-
neros, Talarn, en Puiggarí (83), para 6 de febrero de 1449, pintor
de vidrieras, quien trabajaba en dicho año con Thierry Denies,
que no es otro evidentemente que el Tarrinns de Mes citado más
arriba, de quien me consta, además, que era alemán, que su
esposa se llamaba Catalina, y que aun vivía en 28 de agosto de
1470, pero había ya fallecido en 27 de febrero de 1491. Es de
sentir que de este maestro de vidrieras, que vivió y trabajó entre
nosotros de 1449 á 1471, no conozcamos obra alguna para poder
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 221
sacar en claro si era un industrial ó un pintor. Gregorio y Jaime
Valmanya aparecen en el gremio de Freneros, y en su Gran libro
de cuentas, para los años respectivamente de 1513 y 1515. Vall-
pera suena en el Manual de Pi, núm. 11, para el 30 de enero de
141 3, constando habitante en Tortosa. Otro pintor castellano que
debe agregarse al capítulo IX del tomo II es Alfonso de Vallado-
lid, hijo de Juan y de María Alvarez. Cónstame su presencia en
escritura de Juan Antonio, Manual núm. 9, fecha 19 de marzo
de 1491. En el Manual de Busquets, núm. 3, tenemos sus capí-
tulos matrimoniales para el 6 de mayo de 1505; su esposa Mar-
garita Abella; Pedro Vallebriga en Puiggarí (82), para los años
1404 á 1406, y otro Pedro Vallebriga para fines de siglo, pero
sin especificar, cita igualmente Puiggarí en la página 89. Bona-
nat Vidal surge en Manual de Roig, núm. 3, para 2 de mayo de
1421, y Juan Vidal en los de Bellmunt, núm. 5, para 27 de
noviembre de 1406, y Pi en 14 de rpayo de 1408. Vicens aparece
ya difunto en 11 de mayo de 1502 en el Manual de Lunes; era
natural de Gerona, y su esposa se llamaba Juana. Para el capí-
tulo IX del tomo II, ó sea el de los castellanos en la escuela cata-
lana, Pedro Ximeno, que aparece en el Libro de Acias de 1490 y
en el Gran libro de cuentas de los Freneros para 15 10 y 1524.
LUIS BORRASSA
Tiene este pintor tan grande importancia en nuestra escuela;
le corresponde tan de lleno y de derecho el glorioso título de
fundador de la escuela catalana de los Cuatrocentistas; es tanto lo
que hemos logrado saber de esa gran figura, hasta hoy apenas
conocida de nombre, que no hemos perdonado medio para poder
suplir lo que aun nos falta saber de su vida y de sus obras.
Molestando un día y otro á amigos y conocidos, á quienes
debo público testimonio de gratitud por su cortesía y concurso,
he conseguido para Luis Borrassá datos inapreciables. Débolos al
patriótico concurso que me han prestado el Dr. Fraginals y el pres-
bítero de Cervera D. Ramón Pinos, á quien igualmente se debe
332 SANPEfie y MtQUEL
!a conservación de los restos del antiguo Archivo de Protocolos
de dicha ciudad.
Grande excursionista e! Dr. Fraginals, no hace excursión sin
traerse buen acopio de datos con que enriquecer los fondos del
^ muy benemérito « Centre Excur-
sionista de Catalunya». De su
gran fondo sacó pata mi una foto-
grafía tomada al pasar, hace ya
años, del retablo del castillo de
Santa Coloma de Queralt. Hoy
ese retablo no se encuentra en
su sitio. Vendido el castillo sola-
riego por sus titulares, se llevó
el retablo á Madrid, en donde no
pude verlo en diciembre de 1905,
cuando pasé allí para estudiarlo,
por encontrarse en Niza sus po-
seedores, como me dijo el señor
Marqués de Portago, que me
honró haciendo todas las dili-
gencias necesarias para que no
resultara infructuoso mi viaje.
Recogido el retablo de los San-
tos Juanes Bautista y Evangelista
de Santa Coloma de Queralt por
el Dr. Fraginals, como dato, no
como reproducción de tan inte-
resante obra, lo ofrezco, porque,
á mi entender, nos revela al Luis
Borrassi del siglo XIV por mi
iscado inútilmente con todo mi empeño. No es sólo en las
blas laterales del retablo en cuestión en donde Borrassá se da
conocer, abriendo en el fondo dorado aquel segmento desti-
ido á presentarnos el cielo azul, ventana destinada á dar paso á
intervención divina en favor de los mártires de la fe cristiana,
no en la misma tabla central, en donde pintó los dos Santos
lanes, grandes figuras cuyo parecido con otras ya conocidas de
Ltis BoRRASsA
.Eliblo de SiQti Coli
«Ji..
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 22¡
nosotros sirven admirablemente para la filiación de la obra.
La época del retablo creo que se puede fij»v para la última
década del siglo XV, y se podría ver en los personajes arrodi-
llados á los pies de los dos Juanes á Pedro VI de Queralt, á su
madre Constanza y á su esposa Clemencia. Pedro VI heredó
el señorío de Queralt, de su padre,
en 1491- Nada sé que pueda expli-
car la devoción del Conde á los dos
Santos Juanes, cuando precisamente
el nombre de familia preferido era
el de Pedro. Mi buen amigo el pres-
bítero D. Juan Segura y Valles,
autor de una muy interesante y do-
cumentada Historia de ¡a villa de
Santa Coloma de Queralt (Barcelo-
na, 1S79), no ha podido darme ní
del retablo ni de los orantes noticia
alguna.
Visto el retablo en las proyec-
ciones que del mismo hice en el
«Centre Excursionista», las figuras
de la tabla central, dentro de su
tiempo, de gran corrección en su
dibujo, nos revelan el buen dibu-
jante que fué Luis Borrassá. Nada
valen en contra de lo dicho los de-
formes pies del San Juan Bautista lvis BorrassA
por lo largos. He dicho, á propósito Escims na. haktikio i>e s.n Ju*n
del San Juan Bautista de! retablo de! b*utistí
Museo de Artes decorativas de París, Retiblo de Sauw Coiomi de auenii
que, por lo mismo que tal desdibujo
sólo se nos presenta en dichas extremidades, debía reputarse como
una exigencia de la moda del tiempo, como un resultado de la
moda de los zapatos de larguísima punta. A los que esto les pare-
cía encantador, les había de parecer horriblemente feo la forma
natural, corta y apiñada del pie humano.
Que todavía estamos en pleno dominio de la composición
224 SANPEKE Y MIQUEL
desligada propia de los siglos anteriores y vigente entre nosotros
en el XIV, lo dice este retablo, y en particular las escenas del
martirio de San Juan Bautista, que no dejarán de compararse
con otras de retablos de este titular de Luis Borrassá y de su
escuela: aludimos á los de París y Barcelona.
Si el retablo de Santa Coloma de Queralt es de Luis Borrassá
y de la época dicha, la cual corresponde á los primeros años de la
viudez de Borrassá, y lo colocamos en su lugar, y á su lado el
bancal del Museo de Solsona, notaremos el esfuerzo de Borrassá
para producir en sus grandes figuras el efecto del natural. Siendo
incuestionable que en los cuadros de composición el modelo no
existía en aquellos tiempos, las fórmulas rutinarias de la figura hu-
mana de siglos aceptada se conservan ; pero en las grandes figuras,
cuando el natural humano se presenta como retrato, el artista,
aun sin que se plantara delante de su tabla, que yo creo que se
plantaría, procuraba construir sus figuras con vistas al modelo y
no á las formas tradicionales. Es por esto que las cabezas esféricas
de Solsona no las vemos tan pronunciadas en Santa Coloma, ni
en los dos Juanes ni en los orantes.
De otra índole es la contribución que al estudio de Borrassá
ha pagado el presbítero Pinos. Escribióme el día 6 de noviembre
del año 1905, contestando á unas preguntas que le había hecho:
«Entre los volúmenes desaparecidos del notario Pere de Solanelles
se cuentan, desgraciadamente, los de lósanos 1417 y 1419. Úni-
camente en el Llibre Major de esta Reverenda Comunidad se lee,
tratando de la entonces importantísima cofradía de San Nicolás,
10 siguiente :
))Item se posa a recort com lo any 14 19, essent Priors de la
Cofraria los venerables Mossén Nicolau de Cornellana y Mossén
Bernat Lop, preberes, se posa en dita capella lo retaule de San
Nicolau, lo cual sefeu en Barcelona per niestre Lluis Borrará y Luch,
sclau de dit Borraba, pintors, per preu de IIII millia y XI sous, 90
es, per CC Iliures 11 sous; apar per acte e apocha feu dit pintor
de rebuda de 40 Iliures en poder de Pere de Solanelles, notari, a
11 de Janer any predit.
)>Item costa lo coto que ere vengut stibat lo retaule y pelle-
res y trenelles, X Iliures.
S. Sínpere y Miqíiel: Lo¡ Cualioetuliil.
Luis BoRRASsA: San Pablo Evakgelisia y San Pablo I
Retablo de Santa Coloma de Queralt
.J
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 225
))Item costa de port dit retaule, que vingué ab nou cárre-
gues, VI Iliures VI sous.
»Item dit any posaren les cortines del retaule. Costaren de
pintar y tela, fenles fer a dit pintor Borrará en Pere de Roqueta,
mercader, y pagaren los Priors, XIV Iliures y XV sous, y costa
lo posar lo dit retaule y cortines mes de X Iliures. »
Este altar de San Nicolás ha desaparecido. Por su fecha se
coloca entre el retablo de San Cugat del Valles (141 6) y el de
San Llorens deis Morunys (1419). Se le puede, pues, fijar en
1418. Juzgando de lo que sería el retablo por su precio, no pode-
mos decir que se haya perdido una grande obra de Borrassá, ya
que por el retablo de Santa Clara de Vich se le pagaron 1.500
libras; pero como un grande maestro se deja ver siempre en todas
sus obras, es de lamentar que no se haya salvado tabla alguna del
retablo de Cervera.
ESCUELA DE BORRASSÁ
LLÜCH BORRASSÁ, L'ESCLAU
Pero la grande, trascendental noticia que me comunicó el
Sr. Pinos fué la de que el retablo de San Nicolás de Cervera lo
habían pintado Luis Borrassá y Lucas, su esclavo. Esto consta
para 1419, cuando la última noticia que tengo de Luis alcanza á
1424. Es decir, que en sus días el nombre del esclavo de Borrassá
figuraba al lado en las cuentas de su amo, esto es, se consignaba
el nombre del hombre servil al lado del hombre libre. Lo que
esto significa no se esconde á cuantos conocen lo que era el estado
servil en los siglos medios, y lo que había de ser y era en Cata-
luña, país de esclavos y de remensas.
Borrassá no había, seguramente, en 14 19, emancipado á su
esclavo Lucas, pero éste formaba su peculio trabajando en el
mismo taller de su amo y de su mismo arte, hx emancipación no
había de estar lejos. Desgraciadamente no conocemos su fecha.
Tal vez Lucas no recobró su libertad sino con la muerte de su amo.
Cuando podían ser reducidos á esclavitud en la Edad Media
a 29
226 SANPERE Y MIQUEL
los mismos cristianos, y cuando de esclavos griegos y sardos
conocemos multitud en la Cataluña medieval, yo no he de n^ar
que al conocer el esclavo de Borrassá no pensara en un esclavo
sardo, en un esclavo que hubiese aprendido la pintura en la
escuela de Siena, habiendo su mala fortuna hecho que cayera en
manos de un corsario catalán, que lo vendió á Borrassá, y que
éste, si como esclavo lo tenía á su lado, y como á tal lo explotaba,
no por esto le negaba la consideración que debía al desventurado
compañero de profesión.
Revéase cuanto he dicho y dejo aquí arriba recordado de las
dos manos que desde muy pronto aparecen en la obra de
Borrassá, y se verá que Lucas hubo de pintar para su amo ya
desde los primeros años del siglo XV. Pero recuérdese también
como hemos ido siguiendo el proceso del desenvolvimiento
artístico de Borrassá, para que no se vaya á caer ahora en que fué
el esclavo el maestro del amo. El Borrassá de Santa Coloma, de
Cardona, de Manresa, de San Cugat, va marchando de progreso
en progreso, y, sin negar que no progresara su esclavo, la segunda
inferior mano señalada ya en el retablo de Manresa, no alcanza
nunca las alturas á que subió Luis Borrassá.
Pero el Sr. Aguiló publica el documento X, — entre los
míos el XL, — y por él vengo en conocimiento de que un pintor
valenciano, Alcanyís, vende un crédito que tenía contra los jura-
dos de Sóller, al curador del hijo y heredero del pintor Lucas
Borrassá, fallecido en Sóller, y esto en 4 de marzo de 1434. Que
ese Lucas Borrassá fuera natural de Sóller no consta. Tampoco
se dice en el documento cuál era su patria; pero el esclavo de
Borrassá del año 14 19 se llamaba Lucas, y el pintor que murió
en Sóller en 1434, ó algún tiempo antes, Lucas también se
llamaba; y por apellidarse Borrassá, nombre incontestablemente
catalán, y por ser de rigor que el esclavo, al ser emancipado por
su amo, adoptase el nombre de éste, yo he de ver en la concor-
dancia del nombre y del apellido, en el Lucas Borrassá de 1434,
el Lucas esclavo de Borrassá del año 1419; y por cuanto Lucas
adopta el nombre de su amo, dicho se está que es forzoso creer
que no se trata de un hombre reducido á esclavitud por un cor-
sario, sino de un muchacho á tal condición venido por venta.
LOS CUATROCENTISTAS CATALAI4E!
sin poder decirse hoy ni cómo ni cuándo, y al lado de Borrassá
criado y formado para el arte: el amo, pues, fué el maestro de su
esclavo y discípulo. Recuérdese, finalmente, lo que decimos más
arriba, pág, 219. Desplá vende en 1408 un esclavo suyo; su
nombre no consta, su profesión menos, ¡Quién sabe si no vendió
también un esclavo pin-
tor formado en su taller!
¿Emancipóse Lucas
así del amo como del
maestro? La obra del
Escliivo, pues sabemos
que aun lo era en 1419,
debemos buscarla en
cuantas obras conoce-
mos de Luis Borrassá,
esto es, en Manresa, en
Vich, en San Cugat, en
San Llorens deis Mo-
runys, para no citar más
que las documentadas.
Al hablar de la primera
de las de esta clase, del
retablo del Sant Esperíl,
dije, como puede leerse
en la pág. 142 del t. I,
que era para mi de toda
evidencia el haber pinta-
do un auxiliar, un dis-
cípulo, — lo que no dije
fué un esclavo, ^en
dicho retablo al lado del
maestro; «sólo así — escribí — se explicaría la desigualdad que casi
siempre se echa de ver entre los varios cuadros de un retablo,
sino los verdaderos adefesios que con gran frecuencia se presentan
en un solo cuadro, acusando manos y procedimientos diferentes.
En el Sant Esperil de Manresa son de ver los ridículos soldados
de la tabla de la Resurrección, lo que no puede explicarse sino
Ketiblo del Sant Esperit, Bisllica de Mantesa
228 SANPERE Y MIQUEL
diciendo que Borrassá abandonaría la tabla á un discípulo después
de pintada la figura de Cristo y la de la Magdalena»^ esto es,
después de cumplir la condición que por la contrata se le impuso
de fer los encarnaments, assí com cares e mans e peus, quis mostren
nos, tots de sa mí. Como los dichos soldados van de punta en
blanco, Borrassá entregó dichas figuras á su Esclavo.
Dejé en el lugar de la cita de reproducir la dicha tabla de la
Resurrección, que ahora presento para que se juzgue de lo que
decia y de la facilidad de averiguar en la obra de Borrassá la de
su Esclavo; pero claro está que no siempre el contraste de las
dos manos es tan notorio. En el retablo en cuestión no se daría
otro ejemplo igual. Hoy creo que el cuadro del bancal del
retablo de Manresa representando el sacerdote en el acto de
levantar la hostia (tomo I, pág. 140) no es de Luis, sino de
Lucas, por faltarle á las figuras la elegancia característica del
maestro. Este defecto claro está que lo noté en su tiempo; pero,
siéndome desconocido entonces el auxiliar de Borrassá, no podía
adelantar distingos fáciles de tachar de alambicados.
Al hablar del gran retablo de Santa Clara (tomo I, pág. 150)
dije del Calvario, ó sea del cuadro de la punta, como entonces
se decía, que «era el más flojo en todos sentidos». Omití tam-
bién su reproducción, que ahora presento por no dudar que las
manos del Esclavo lo pintaron, que lo dudoso puede darse á la
intervención ó corrección del maestro. Véanse en esta tabla los
caballos, imposibles para un maestro de la talla de Luis Borrassá.
Compárese la Magdalena, con su cabeza cubierta por un velo, con
la Nuestra Señora de la Esperanza (ídem, pág. 146), que es su
modelo, y se verá cómo deben distinguirse en el retablo de Santa
Clara las dos manos del amo y del Esclavo,
Esta figura precisamente de Santa Magdalena es como piedra
de toque para descubrir en el bellísimo retablo de San Cugai la
parte del Esclavo. En la página 157 del tomo I pregunto: «¿Es
de Borrassá la tabla del Calvario?» Yo no di contestación. Mi
silencio no podía implicar mi afirmación, pues nada me impedía
hacerla. Dudaba, al parecer; en verdad, no lo creía. Hoy digo
que también aquella tabla es del Esclavo. Y en la página 154 del
mismo tomo decía : « Ya se entiende que al calificar la obra de
LOS CUATROCENTISTAS
Luis BoRRASsA Y Lucas BorrassA bei. Esclavos: Calvario
Rcublo de San» CUn, Museo Episcopal de Vich
hermosa por todo lo aleo, hemos de descontar igualmente el
bancal, en donde lo que haya de Borrassá no es bastante á
disimular la impericia de su discípulo».
Reproduzco ahora de ese bancal las imágenes de Jesús, la
Virgen, San Juan y Santa Clara. La Virgen de ese bancal es la
330 SANPEBE Y MlQUEL
Santa Magdalena del Calvario de Vich.
Luego veremos el Jesús y San Juan. Doy
la Santa Clara, no para que se compare
con la Santa Clara del retablo de este
nombre de Vich (lomo I, página 148),
sino para la comparación de un mismo
cipo según el amo y el esclavo, el maestro
y el discípulo en ese mismo retablo de
San Cugat, Véase en el tomo 1, página 54,
lámina II, la Santa Clara de Borrassá, que
se distingue de la del bancal por el dibujo
lo mismo que por la modelación.
Recordaré asimismo que, una vez
terminado mi estudio de Luis Borrassá,
decía, como es de ver en la página 170
del tomo I: «¿Tuvo Borrassá discípulos?
¿Tuvo su estilo imitadores? Nos hacemos
esta pregunta delante del retablo de Bada-
lona, hoy en el Museo de Bellas Artes de
Barcelona. Este retablo, dedicado á San
Juan Bautista y á San Esteban, ¿es de
Borrabsáó es de un discípulo?» «Obra de
Borrassá, no sabemos como explicarlo ni
dónde colocarlo», etc. Y concluíamos, del
conocimiento para 1413 de un Francisco
Borrassá, pintor de Gerona, que éste podía
ser el autor del relabio de Badalona. No:
B.Nc.L utL KtT.Bi.o ^^^^ Tetablo es del Esclavo.
DE S.N CucAT OHL Vallés De la místna manera que éste procu-
raba, fiel i las enseñanzas de su amo,
hacerse con el estilo de Borrassá, cuando éste, dejando su anti-
gua técnica, atento á los progresos de la de sus últimos años,
emprende la nueva dirección de la técnica italiana, la del fuerte
y contrastado modelado de Masaccio y los Venecianos, y pinta
el retablo del Museo de Artes decorativas de París, el Esclavo
toma también esta dirección y pinta el retablo de Badalona ó
del Museo de Bellas Artes de Barcelona, Esto entendemos que
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 33)
es incontestable, á menos de dar los
dos retablos citados al Esclavo. No he
podido decidirme á esto en vista de lo
mucho que aun hay del estilo de Luis
Borrassá en el retablo de París; y como
éste, en el dicho supuesto, debería
venir tras del de Badalonn, no se po-
dría, á mi ver, explicar de un modo
satisfactorio el empleo de dos técnicas
contradictorias. Esta y otras dificulta-
des por el estilo tal ve?, no lleguen á
tener resolución, faltos de cronolt^in
para las obras del Esclavo; pues ¿no se
nos revela éste en otras obras, en obras
independientes, es decir, en obras ex- _ _ _ _ _ :
elusivas de su mano, pintadas durante
su condición servil?
¿Quién puede resolverse por h
negativa cuando conocemos al Esclavo
pintando con su amo y cuando I.is
leyes le autorizaban para trabajar para
su liberación ?
Desde el momento que me fué
conocida la existencia del Esclavo, tan
pronto le vi trabajando al lado de su
amo, disfrutando de la consideración
artística que supone el reconocimiento
4e su cooperación en la obra de su
amo, no dudé ni un momento que Banol del HErjisLo
tales obras habían de existir. Las bus- "^ ^'" ^1"=" "l v.ués
qué. ¿Las encontré? Como no me
equivoque, del Esclavo ha de ser el gran retablo de San Martín
Sarroca,
Véase ¡a Pentecostés del discípulo. Li composición de ésta
es la primitiva del maestro: el mismo segmento de cielo azul,
la misma colocación de la paloma, !a ordenación del colegio
apostólico, todo nos recuerda la Pentecostés de Cardona. Las varían-
S33 SANfEltE y MIQL El-
res, sin ser ¡déncícas en idea, las tenemos en las Pentecostés de Man-
resa, San Líorens y Barcelona. La Virgen no planta como la de Luis
Borrassá. Todo lo que hay de personal en esa tabla de San Martin
Sarroca se distingue per-
fectamente; todo lo que
hay de la influencia del
maestro salta á la vista,
no sólo en la composi-
ción, sino en los tipos,
en las cabezas.
Tenemos en ese re-
tablo de San Manín Sa-
rroca otro cuadro, la
Aicensión del Señor, y
este asunto lo tenemos
también en el retablo de
Manresa. Véanse aquí
los dos reproducidos
para notar los puntos de
contacto. Tenemos tam-
bién en ese retablo una
Resurrección con unos le-
f-ionarios no menos in-
verosímiles para ia obra
que los de dicha tabla
I u , t 1 i <■ - Píira Manresa. Esiiman-
Luis BoRRAssA; La Ascensión DEL Señor ,
do esta obra como del
KciablodílSaxlEsperit, Basílica de MmicesJ r- i J - ' J j
tsclavo, adquirí desde
luegoei convencimiento
de que había sido pintada en el taller del amo, al notar que, al
revés lie lo que siempre hemos hecho notar, el bancal era superior
á las-tablas del retablo.
Bien conocidas son cierumenie las imáfíenes de dicho bancal:
proceden directamente del retablo de San Cugatdel Valles, tienen
su n>isnía gracia y donosura. ¿Son del pincel de Luís, que quiso
emplearse, en ob.sequio de su discípulo, en !a parte á éste reser-
vada en sus trabajos; hermosa distinción, digna de un espíritu
S. Sjiipíte y Miqíit'l: Ui Oíalioceitl
Lluch BorbassA sel kscLAvo»: ketabi.o dk bAN MartIm Barroca
J
Lucas BokrassA «el Esclavos: La Pentecostés
Retablo de San Mirlln Suioca
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 2^b
superior, y honrosísima para el que era de ella objeto, como
prueba de buena correspondencia, y quien sabe si no para realzar
y abrir camino al discípulo, llamado por primera vez á crear
una obra independiente ? No lo creo : lo que me parece es que
en ese bancal Luis Borrassá guió la mano del discípulo, le hizo
Lucas Borhassa «el Esclavo»: La Ascensión del SeSor
KetablQ de Saa Manía Sarrou
revenir á su escuela, de la que se había apartado, dejando su
gracioso dibujo, tal vez por su amaneramiento, quizás por ir
en busca de una más exacta reproducción de lo real y, por consi-
guiente, de lo individual.
Siendo esas imágenes del bancal de San Martín Sarroca, á
mi entender, del Esclavo, y debiendo ser luego comparadas con
las del bancal de la capilla de San Jorge de la iglesia del Hospital
de Vilafranca del Penadés, creo conveniente reproducir aquí
236 SANPEKE Y MIQUEL
algunas de las imágenes del bancal de Santa Clara del Museo de
Vich, para que se conozca la verdadera manera de Luis Borrassi.
El San Jorge de dicho
¡ retablo no es otro que
I el San Miguel del mis-
mo, reproducido en la
página 146 del tomo I.
Resultaría, pues, ociosa
la representación de esa
media figura si no la ne-
cesitáramos como mo-
delo de la escuela, como
luego veremos. Pero
ahora conviene todavía
fijarnos en esa bella me-
dia figura para damos
buena cuenta de la ex-
tremada corrección de
lineas y proporciones,
en lo que resulta maes-
tro Luis Borrassá, y ade-
más para su contraste,
como modelado del ros-
tro, comparada con las
imágenes de San Ibo y
de Santa Maria Egip-
ciaca. El San Jorge no
hace pareja más que con
la Santa Petronila, que
también, como la Sanu
Luis Borrassá : San Jorge ¡^.,^3 Egipciaca, repro-
Retíblo de SinU CUr.. Mu»o Epiícopal de Vich duzCO. En CStas doS imá-
genes Borrassá, domina-
dojpor la idea de exaltar su hermosura y juventud, se detiene,
asustado, al tener que modelar sus rostros: prefiere dejarlos
dibujados mejor que pintados. No tiene confianza en su pincel.
Atrévese á modelar las cabezas de San Ibo y de Santa María
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 237
Egipciaca; el primero, por tratarse de un hombre religioso; la
segunda, por tratarse de una anciana. En uno y otro caso modela
con tintas grises, hoy
verdosas, repitiendo
para darles intensidad
en donde lo necesitan;
de modo que estamos
lejos del empleo de las
medias tintas para dar
una representación del
natural. Como sucede
todavía en el San Juan
del Museo de Artes de-
corativas de París, pinta
Luis Borrassá según el
arte antiguo, esto es, de
una manera tradicional
y convencional. Inútil
repetir que el cabello, lo
mismo el que, conveni-
do en larga cabellera de
Santa María Egipciaca,
le sirve de vestido, que
en el ensortijado pelo
de la cabeza redonda de
San Jorge, que en el del
liso y modesto peinado
de Santa Petronila, todo
es de un ocre franco,
dibujado con otro ocre
mis claro. Todo ese con- ^^'^ Borrassa: Saíjta María Egipciaca
vencionalismo pasa á su '*<"'''° ''* ^'"" ^^"'- ^'""'' Epi""!"! ^' Vkh
discípulo, pero sin la
robustez del dibujo y de la pincelada del maestro. Cuando aquél
querrá imitar á éste, como en el retablo de Vilafranca del Pena-
dés, resultará no sólo duro, sino rayano i la caricatura, como
resulta en el retablo de Badalona.
338 SANPERE T níquel
Queda con esto dicho cuan interesante es el estudio del reta-
blo de San Martin Sarroca, por presentársenos precisamente en el
bancal la nota más firan-
camente borrsssana.
Es el retablo de San
Martin Sarroca una obra
considerable por sus di-
mensiones y número de
sus cuadros. Son éstos
doce, y es singular la
confusión con que están
colocados, lo que no me
explico sino diciendo
que dicho retablo estaría
en otro tiempo colocado
en otro lugar de la bellí-
sima iglesia románica en
donde se encuentra, y
que al ser trasladado al
sitio que hoy ocupa, y
de su traslado no se pue-
de dudar, pues resultan
impracticables las puer-
tas del altar, se trastocó
el orden de las tablas,
que resulta ser el si-
guiente: Anundación,
Natividt.á, Reyes Magos,
Resurrección, Ascensión,
Pascua, Coronación de la
Luis BokrassA: Sakta Petronila f,,y^^^ Cena, Prisión de
Rcubio de Siina ci.r;.. Museo Epiícop.i de vich y„^_ Acotamiento, Cal-
vario, Piedad.
Apenas sí en cada uno de esos cuadros se puede dejar de
señalar por lo menos una cabeza digna del pincel de Luis Bo-
rrassá; pero, en general, como es de ver en nuestras reproduc-
ciones, carecen las ñguras de la distinción, gracia y dulzura que
S. Síiiperc y Mjquelt Im Cao.
Lucas BorrassA (ei. esclavo)
Retablo de Sam Juan Bautista y San Esteban
Musca de Bellas Artes ic Bntcdona
5. SiDpere y Mi<]uel: Im Cuairacfalislas cahk
Lucas BorrassA (el ksclavo)
Retablo de San Juan Bautista y San Esteban
Mu«o de Bell» Artes de Bircclom
^
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■'"■•5*
• 31
^ .<
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 239
caracterizan las del maestro, y de sus esbeltas proporciones. El
colorido es» el mismo, siendo de notar que en este retablo el color
se empleó sin gluten alguno.
Fijándonos en algunos detalles indumentarios, en el vestido
de Santa Filomena del bancal que encontramos en el retablo de
Santa Úrsula de Cardona, parece que esta obra se ha de colocar
no muy lejos de ésta; pero como también vemos figuras que nos
recuerdan el retablo de San Cugat del Valles, podríamos bajar la
época en que pudo ser pintado al año 141 5; mas, por lo que
decimos del traje de Santa Filomena, resultaría ser del tiempo del
retablo de Badalona, y para explicarnos su diferencia de factura
sería preciso decir que la de éste era la propia, la genial del Esclavo,
que abaldonaba cuando pintaba con el maestro, ó cuando éste le
abandonaba uno de los trabajos á él confiados.
Tal vez los detalles indumentarios no tengan la fuerza que
les concedo, ya que no puedo asegurar que los cuellos altos no
continuaran llevándose en los últimos años de Luis Borrassá. En
14 19, en el retablo de San Llorens deis Morunys, veo todavía las
mangas en forma de embudo de los años 1408, del retablo de
Manresa. Considerando luego que el cambio de factura á que
aludimos es un progreso de la época, no un progreso, una mo-
dalidad propia de la pintura catalana, no hay razón para negar que
un maestro de la antigua escuela como por la factura resultaban
serlo Borrassá y su esclavo, no pudieran uno y otro abrazar la
nueva dirección de la pintura ó la expresión de lo real por medio
de los contrastes de la luz de una manera independiente.
Hacia esa nueva dirección señala su camino el Esclavo en el
retablo de Vilafranca, pues lo primero que en esa obra se nota
como nuevo, como desconocido dentro de la escuela borrassana,
es la entonación general de los cuadros, fuerte, vigorosa, tanto
por la tonalidad de los colores como por la intervención de las
sombras. Y esto es tanto más de notar en esta obra, pues en
ninguna otra el Esclavo se acerca tanto á su maestro en el dibujo,
bien que en el acentúe la nota de su personalidad artística.
Sorprende desde luego, en esta magnífica obra, el bancal. En
ningún otro por mí conocido, exceptuando el bancal del retablo
de Santa Clara de Vich, se pintaron imágenes de tal tamaño; pero
^
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 24I
de Santa María Egipciaca, y del otro San Francisco recibiendo la
impresión de las llagas, es en donde vemos, y más en esa última
tabla, el avance considerable del Esclavo; avance tal vez incons-
ciente, por lo mismo que en el resto del retablo todavía continúa
siendo el esclavo de Luis Borrassá.
Encántame ese retablo de Vilafranca, porque creo descubrir
las huellas de la lucha del Esclavo para alcanzar las regiones del
espíritu del arte moderno de su tiempo. Estimo ese retablo pos-
terior al año 1424, contando éste como el último de Borrassá, es
decir, lo creo pintado después de su muerte : nótese la influencia
de Luis en el San Jorge, figura de un doncel de sus días que
encontramos en el retablo del Sant Esperit de Manresa. Aquel
caballerete no era para medirse con araña alguna capaz de picar.
No se explica esa figura, que se impone por su tamaño, sino como
un retrato del que hizo pintar el retablo. Carece de todo carácter
el tal San Jorge; pero, si prescindimos del santo y nos atenemos
al retrato, entonces esa figura nos interesa por su elegante vestido,
por su pulcra pintura, por la extremada naturalidad de su plantar.
De modo que ya no es sólo el San Francisco el que nos revela la
marcha del Esclavo por el camino del naturalismo. En este sentido
el San Francisco resulta superior; pero esto entiendo que se debe
tanto al modelo como el sentirse el Esclavo más libre al produ-
cirlo. En el San Jorge creemos ver aquel temor de deslucir por el
modelado la hermosura humana; de aquí que éste sea débil, teme-
roso; de aquí que el San Francisco supere como expresión de uñ
tipo, de una individualidad.
En el resto del retablo es la escuela, el dibujo de Borrassá,
el que domina, habiéndonos convencido ese retablo de Fila-
franca que no estábamos en lo cierto al acusar al restaurador de
los retablos de Manresa y San Cugat del Valles de haber sacado
fuera de sus casillas á los santos de los montantes de dichos
retablos (tomo I, pág. 155). Esto mismo sucede en Vilafranca,
y hasta para alguno de sus cuadros que no han sido restaurados.
Prueba el Esclavo, en ese retablo, que no le asustaban los caba-
llos, pues los pinta con profusión; mas, por desgracia, no le acre-
ditan y son causa de que á primera vista el retablo parezca más
antiguo. Como cuadro de composición se distingue sobre todos
a 31
242 SANPERE Y MIQUEL
el del Casamiento de la Virgen, Pero de ese cuadro lo que resalta
es el amare con que está pintado. Todo lo que el Esclavo pudo
sacar de su maestro está en esa tabla y en los dos santos del mon-
tante extremo, San Jaime como peregrino y Santa Filomena.
Notable por su novedad es la tabla superior, la de las Presen-
tallas á la Virgen, El grupo de Vírgenes cantando en coro es de
verdadero valor indumentario; pero en el segundo grupo, en el
de las vírgenes mostrando sus regalos ó presentes de boda á la
Virgen, es para mí más interesante, por presentarme en el bordado
que ofrece la que va á la cabeza una representación de la Fuente
de vida, única que conozco en el arte catalán. La fuente ó surti-
dor está representado en medio de un jardín, que es lo que sig-
nificarán los arbolillos. A cada lado, de perfil uno encima de otro,
paralelos y volando, dos ángeles; de frente viene otro sobre la
fuente tocando una bocina.
No hay para qué detallar más, ya que la reproducción de
este hermoso retablo, que no es la sola joya artística de Vilafran-
ca, da de si lo bastante para que el iniciado, mucho más el inte-
ligente, vaya notando todo lo que es digno de consideración; y en
verdad no hay nada que no lo sea en la última obra que conoce-
mos ó creemos conocer del Esclavo.
Posible es que quede ya con lo dicho conocida la obra
entera del Esclavo; pero yo no puedo dejar en el olvido una tabla
que vi en la primera Exposición que en Barcelona se celebró de
Arte antiguo, ó sea la celebrada por la Academia de Bellas Artes
de Barcelona en la Lonja en 1867; tabla que después ha desapa-
recido, y que se expuso como procedente de un colegio fundado
por Raimundo Lulio en Mallorca, en aquel entonces propiedad
de mi amigo el numismático balear Campaner y Fuertes, habiendo
antes pertenecido á Ramón Ginescá.
Conservónos de esa tabla Jaime Serra un dibujo, que es el
que reproduzco; y Carderera, en su Iconografía española, dio en
colores el grupo de los beatos, empeñándose en ver en ellos á
Fernando I de Aragón, su esposa, el papa Benito XÜI, etc.,
siendo, en su opinión, dicha tabla, del primer tercio del siglo XV.
Es por proceder esa tabla de Mallorca y haber fallecido en
Sóller Lucas Borrassá por lo que creo que éste pudo pintarla.
^^=^^3^^%
Lucas BorrassA «el Esclavo»: El Ji
UlCIO FIHAL
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 2^5
y, además, porque concurre la circunstancia de no conocerse en
Palma, en las Baleares, pintor de la fuerza que hubo de tener el
autor de El Juicio final del colegio luliano; creo que, conocida la
presencia de Lucas Borrassá, por mi identificado con Lucas el
esclavo de Borrassá, ^en Mallorca, ya no es posible ver en dicha
tabla un maestro italiano, cosa corriente en los días de mi juven-
tud, cuando apenas apuntaba la escuela catalana en los comienzos
de Pablo Milá y Fontanals y Puiggarí, que no se atrevieron á
arrancar de la superstición italiana la reivindicación para la
escuela catalana de tan hermosa tabla.
Verdad es que el dibujo de Jaime Serra no revela la mano
del Esclavo; pero á esto respondo que de dicho álbum y de la
misma mano he reproducido, en la pág. 121 de este tomo, la
Piedad de Bermejo, dibujo que está bastante lejos de darnos una
nota del estilo del pintor cordobés. El estilo de Borrassá era aún
más difícil de reproducir, por lo mismo que carece de rasgos enér-
gicos y salientes, que todo en él son delicadezas de perfiles y de
contornos, fáciles de desaparecer en un dibujo que se hizo direc-
tamente del cuadro. En cuanto al dibujo del grupo publicado por
Carderera, claro está que no lo he de reputar exacto : se conven-
cerá de ello quien compare el dibujo de Carderera con el de
Jaime Serra. No es la libertad que se tomó de colocar las figuras
dentro de un recinto cerrado, una iglesia, sino el haber supri-
mido figuras y cambiado la expresión de las caras, como resulta
de presentar al cardenal afeitado de sus barbas, que las tendría
cuando las vemos en el dibujo de Serra. No podemos, pues, sacar
de ninguno de los dos dibujos un indicio de que en realidad se
trate de una tabla del Esclavo, pero tampoco indicio en contra,
ya que, por lo reducido del primero y la libertad con que se trazó
el segundo, no tenemos medios de comparación. Reproducidos
los dichos dibujos, espero que un día ú otro han de darnos á
conocer una tabla que los viejos recordamos con tanta satisfac-
ción como pena, ya que no podemos menos de creer que habrá
salido de España. Sepan, pues, los que la posean, que era nuestra,
y que la reivindicamos para el arte catalán y para el Esclavo.
Debo todavía, para hacer resaltar el valor artístico y lo sensi-
ble de la pérdida de la tabla de Lucas Borrassá, explicar su asunto.
346 SANPERE y MIQUEt.
Lucas Borrassa cel Esclavo»: Detalle del Juicio Fikal
No conozco otro ejeniplo en nuestra escuela de la representación
del Juicio final, asunto que sólo han tratado los grandes maestros
por la dificultad de la composición. Tal vez esto pudiera dar lugar
á pensar si dicha tabla era, como se creia allá por los tiempos de
Carderera, cuando él copió el grupo de los bienaventurados en
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 247
casa de Ginescá, una obra italiana. A eso responderé que
tampoco abundan los Juicios finales en Italia por el motivo dicho;
de modo que no por habernos precedido hay que darle El Juicio
final en Mallorca. Y nótese que digo en Mallorca porque yo creo
que el artista quiso significarlo asi al colocar en el íondo el mar
y una nave que no puede ser la de Carón, ya que tratamos de un
cuadro católico. Si se regara bien en esta singularidad, para mi
fuera de la explicación dada inexplicable, esto es, fuera de la idea
de representar el hecho en la isla, desvanecida la idea de que se
trate de una obra italiana, y teniendo enterrado en Sóller á Lucas
Borrassá, no creo que se pueda negar en absoluto á éste la pater-
nidad de la obra.
Y aun hay que añadir que, revelándonos el Documento XL
la compra de un crédito contra los jurados de Sóller á favor del
hijo de Lucas Borrassá, esto nos prueba que Lucas hubo de
avecindarse en Sóller. Quién sabe si no fué su esposa mallor-
quina. De modo que, como no se quiera que la esposa de Lucas
se retirara á Sóller muerto su esposo en Cataluña, lo que no me
parece consentir la presencia de los curadores del menor en dicha
villa, del establecimiento de Lucas en el emporio de la isla de
Mallorca se ha de sacar un nuevo indicio en favor de ser suya la
tabla El Juicio final.
Por último, como no inquiero nunca para afianzar una hipó-
tesis ó un supuesto, sino para el esclarecimiento de la verdad,
diré que nada he encontrado, en la tan voluminosa como bien
documentada Historia de Sóller, del presbítero Rollan, que dé luz
alguna sobre la pintura balear ó en las Baleares. Pero en dicha
historia se me ha hecho presente que, siendo los curatos de Ma-
llorca de nombramiento pontificio, siendo el de Sóller, por su
riqueza, «codiciado por los italianos»^, aquí se ofrece camino
para el origen y procedencia italiana de El Juicio final.
i) Rollan: Historia dé Sóller (Palma, 1875), tomo II, pág. 217.
248 SANPERE Y MIQUEL
RAMÓN DE MUR
Luis Borrassá tuvo en Lucas un imitador, y no podía ser de
otra manera dada la relación de estricta subordinación que existe
entre amo y esclavo. Pero Luis tuvo otro discípulo, y cierta-
mente un discípulo de nota, de quien conocemos las obras, pero
no su nombre, y á quien será preciso llamar el maestro de Pena-
fel, como no s^a de ver en él Ramón de Mur.
Todo lo que sé de Ramón de Mur queda dicho en el tomo I,
páginas 120 á 122, esto es, en resumen, que pintó dos reta-
blos con la historia de San Miguel, en 1421 uno, y el otro
antes de esta fecha. El primero nos consta por el Documento VIII y
el segundo por la referencia que en éste se le hace. Dar, pues,
á un pintor un retablo de San Miguel por haber pintado otros
dos, sin más ni menos, es de lo más aventurado. Esto confesado,
diré que, no estimando práctico, lo he dicho varias veces, la
creación de maestros por las obras, porque, á mí á lo menos, la
creación del maestro de la historia de la Virgen, distinto del
maestro de la vida de la Virgen, diferente del de la muerte de la
Virgen, ó la creación del maestro de Merode, que luego pasa á
ser el de Flémalle por cambiar el cuadro de propietario, no me
dice nada, ni me recuerda nada, por la inconstancia ó generali-
dad del nombre, en cambio, una atribución provisional á un
maestro, por lo mismo que se trata de la obra de un maestro
conocido, por ser un nombre y un hecho sustantivos, se fijan
en mi memoria y me sirve su recuerdo para nuevas investiga-
ciones. Es por esta razón que no me decido á crear un maestro
de Penafel: otros podrán hacerlo.
Verdad es que ahora no se trata de adjudicar una obra á un
maestro de quien sean conocidas otras obras por esta ó aquella
liviana relación que se crea descubrir, sino que vamos á decir de
un maestro que no sabemos cómo pintó que tal obra puede ser
suya. Desde el momento en que todo será en honor suyo y de
su nombre, no creo que tenga motivo para quejarse. Así, pues,
la atribución de los dos retablos de Penafel á Ramón de Mur, no
.'<á
.. .. J
il
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 249
envolviendo nada en desprestigio de su nombre, creo que puede
aceptarse como recurso mnotécnico.
Ramón de Mur no tiene para mi otra fecha conocida que la
de 142 1, esto es: Mur vivía en tiempo de Luis Borrassá. Los
retablos de Penafel son indiscutiblemente de la escuela borrassana,
del tiempo de Borrassá; de modo que la concordancia de tiempo
existe. ¿Se pintaron los retablos de Penafel en vida de Luis ó
después de su muerte ? No tenemos dato alguna para decidir este
punto: á lo menos yo no he sabido sacar ni de la indumentaria
civil del retablo de Santa Lucía, ni de la militar del retablo de San
Miguel, indicación alguna para fijar su tiempo.
Hay, sin embargo, en el retablo de San Miguel, una compo-
sición, la lucha de los arcángeles con los diablos, que por su com-
posición nos lleva á lejanas épocas. Es una composición arcaica,
casi estaríamos tentados á decir que se trata de la, reproducción
modernizada de una miniatura de los siglos XIII y XIV. Pero
observaré que si en Penafel tenemos á Cristo dentro de una
aureola ó gloria elíptica rodeado de rojos querubines, esa gloria
elíptica también la pintó Borrassá, como es de ver en la tabla de
la Transfiguración del gran retablo de la Basílica de Manresa.
Por la época de la construcción de la capilla de Penafel nada
tampoco puede adelantarse. Esta capilla, sencillísima y románica,
creo que sería la del castillo que un día se levantó para la defensa
del Penadés, á tres cuartos de hora de Vilafranca, hacia el sud,
en una altura ó peña (penna), que ha conservado el nombre del
fiel (fidelis) que tuvo dicho castillo en propiedad ó en enco-
mienda. Con esto queda dicho que nuestra capilla de Peñafiel no
puede darnos razón de los retablos del cuatrocientos que guarda
empotrados en las paredes de la capilla á manera de cuadros
decorativos, esto es, sin culto, sin mesa de altar.
Dos, como he dicho, son los retablos: uno consagrado á
Santa Lucía, otro á San Miguel. Creo éste anterior al de Santa
Lucía, por razón de su arquitectura y lo desligado de la compo-
sición. Sin embargo, es el retablo de San Miguel el que más se
impone, y esto se debe á la magnífica figura del arcángel y á la
magnifica composición de la tabla de la lucha de los arcángeles con
el diablo: su técnica no es superior á la del retablo de Santa Lucia.
« 32
25o SANPERE Y MIQUEL
Es esta técnica tan vigorosa y tan refinada á veces, que me
hace creer que dichos retablos se hubieron de pintar cuando ya
en Cataluña se tenía noticia del pintar flamenco. Es de notar en
este particular la Hidra contra la que combate San Miguel, de un
verde esmeralda, que el propio Bassano no repudiara. Pero no
es sólo el color: es el detalle, el rasgueo de la misma, de un ver-
dadero flamenquismo, lo que fuerza creer que se habían ya con-
seguido en Cataluña, al pintarse los retablos de Penafel, los días
desconocidos de Luis Dalmau, ó sea de la introducción del arte
flamenco en Cataluña.
Por no haberme esta vez mi fotógrafo servido con fotogra-
fías bastante claras para que resulten vistas las cabezas de la
Hidra, animada por el ardiente fuego de sus bocas, no se podrá
estimar la significación de ese detalle técnico, el más sobresa-
liente y que tendré que recordar al hablar de nuevo del San
Jorge, que atribuí provisionalmente á Benito Martorell. Menos
todavía resulta la composición de la lucha de los arcángeles con
los diablos, ora en forma más ó menos humana ó animal. Y, por
ser rojos, tampoco se ven los que yacen vencidos en medio de las
llamas. Sin embargo, como no sea por haberlas visto, creo que
la tonalidad rica y vigorosa de esas tablas sabrá verla y compren-
derla el inteligente á la vista de mis reproducciones. Si Ramón
Mur mereció que se le pidiera una y otra vez su San Miguel; si
no es autor del San Miguel de Penafel, mereciera serlo, porque
este San Miguel era de los que también se podía pedir la repeti-
ción. Compárese éste con el San Miguel de Cruilles^y éste con
alas de pavo real, como el San Miguel de Luis Borrassá del reta-
blo de Santa Clara de Vich ^ , y se verá como el San Miguel de
Penafel, de alas de águila, sale de la escuela del gran maestro
catalán. La evidencia se hace con la simple comparación de las
láminas.
No he de negar que, á no ser porque en los dos retablos de
Penafel los bancales son de una insignificancia desesperadora y
de un mismo aire, por lo mismo que en la Santa Lucia del reta-
i) Tomo I, pág. 294.
2) ídem ídem, pág. 146.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 33l
blo de este nombre le podemos ver en el retablo de Lucas Borrassá
el Esclavo, ó sea en el bancal del retablo de San Martín Sarroca,
dudara, por la mayor corrección del dibujo y simplicidad de la
Rahóm de Mur: Sam Juan Bautista
Reublo de Cibreri
pincelada, de si son entrambos de una misma mano. Es nece-
sario ver y comparar esas tablas una puesta al lado de otra,
como he podido hacerlo por habérseme permitido arrancarlas de
la pared, para comprender las diferencias técnicas de las dos
tablas. En el San Miguel no tenemos el procedimiento pictórico
a53 5ANPERE Y MIQUEL
de Borrassá, simple, claro y luminoso. Los rostros todos, excepto
el San Miguel, son trabajados con varías tintas; hay mayor mode-
lación. ¿Es que no se había fijado aún la manera del maestro I"
Cuestiones artísticas
tenemos que, resueltas para
maestros de quienes se han
conservado buen número
de obras que dan razón de
su desenvolvimiento pictó-
rico, no se pueden resolver
tratándose de maestros de
quienes tenemos pocas
obras y las más de las veces
sin cronología.
Véase en ese retablo de
Santa Luda la escena de
su viático, y se admirarán
aquella serie de cabezas de
un naturalismo unto más
sorprendente cuanto que se
consigue sólo su expresión
por la extremada correc-
ción de su dibujo.
Respecto á que Ramón
de Mur, sonando como tar-
Ramón de Mur: Bautismo de JesOs ganno, debería dejarlo á
Retíbio d< Cbr». Tárre^ y no traerlo á Bar-
celona para pintar para
Penafel, recuérdese que Cirera era solsonense y que, a la vez que
pintaba para los pueblos de su origen, pintaba en y por Barce-
lona. Huguet ya hemos visto cómo era probablemente hijo de
Puigtinyós, Que Ramón de Mur pintó, de ser el autor de los
retablos de Penafel, el pequeño retablo de Cabrera dedicado i
San Juan Bautista, hoy en su rectoría, lo probarán la adjunta
reproducción de su cuadro central, San Juan Bautista, y el Bau-
tismo de Jesúij únicos semiaprovechables de la fotografía que he
podido procurarme. El Bautismo, á la vez que pone fuera de
i
ií
II
WJ^ti.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 263
cuestión que su autor es de la escuela de Borrassá, demuestra
como son de su mano los retablos de Penafel, porque no hay más
que comparar la figura de Jesús del Bautismo con la del Cristo
triunfante en la gloria de la escena de la lucha de los arcángeles
con los diablos para hacer la prueba evidente.
En Cabrera no se presenta al artista tan adelantado como en
Penafel, pero ya se revela marchando por los nuevos caminos
que habían de conducir la escuela catalana á esa, llamémosla asi»
su segunda modalidad informada por las obras de Martorell y
Huguet.
JACOMARD
Cuanto hemos dicho, indicado ¿ insinuado sobre la persona-
lidad artística de Jacomard (págs. 218 á 226 del tomo I), se viene
abajo con los descubrimientos que de su vida y obras ha hecho
últimamente el Sr. Tramoyeres, todo publicado en el Almanaque
de «Las Provincias», diario de Valencia, de este año 1906.
Publicar una tan importante contribución al estudio de los
Cuatrocentistas valencianos como la de referencia en un almana-
que apenas si destinado á no franquear las fronteras del reino de
Valencia, es gran pecado, del que no podemos absolver al señor
Tramoyeres sino á condición de que no ha de reincidir, á menos
que antes ó después, ó á un tiempo, no publique en alguna revista
española sus contribuciones artísticas; pues ¿ qué revista provin-
cial ó nacional no estaría orguUosa de dar á conocer noticias tan
peregrinas como las contenidas en el articulo del Almanaque de
mIms Provincias»? A mí el conocimiento de dicho artículo, ó sea el
descubrimiento de un retablo de Jacomard en Cati, me hubiera
obligado á la excursión á dicho pueblo para conocerlo, al pasar por-
Valencia en los primeros días de diciembre de 1905, y así supiera
de cierto la acción de Jacomard en la pintura catalana, que no
existió por lo que se desprende y me recuerda el interesante
trabajo del Sr. Tramoyeres.
Cree mi estimado y viejo amigo que Jacomard, como se le
llama en los documentos de la cancillería real, es contracción de
34 SANPBRE T MIQUBL
aime Marco; apero el propio interesado, — añade, — en docu-
lento tan solemne como lo es su testamento, otorgado en
'^alencia el 15 de julio de 1461, dice: «Yo, en Jaume Ba^o, alias
mestre Jacomart». «Pero todavía escribe á continuación de lo
opiado: «En otros documentos anteriores, también particulares,
e 1453, autorizados en Valencia, se llama njacomardus Ba^oo,
n uno, y en otro «Jacomar dictem Baso». Es indiscutible que
u verdadero y legitimo nombre era el de Jaime, y su apellido
tasoo' .
Cierto, Jacomard se llamaba Jaime ó Jacques Bn^ ó Baso;
ero que Jacomard sea contracción de Jaime Marco, ni lo creo ni
luede serlo. La t final, por sí sola, ya lo declaraba imposible;
Liego las formas latinas comprueban la imposibilidad . Los notarios
!e la época nunca hubieran podido hacer de un Jacme Marc un
acomardus: siempre hubieran dicho, puestos á latinizar, Jacomar-
US. Es la t de Jacquemart la que se convierte en d en el texto
atino, y t Y d no han sustituido nunca la c de Marc. Que es
acquemard ó Jacquemart el sobrenombre, no resulta sólo de
[amársele Jacomart en los documentos reales, sino de lo que
ice el Sr. Tramoyeres pocas lineas más abajo de las copiadas:
Según nuestras investigaciones, el padre de Jaime era también
intor, pero de origen borgoñón. Siendo, pues, Jaime Baso, de cri-
en borgoñón, es incuestionable que su alias debe escribirse á lo
noderno Jacquemardu .
Resulta, por lo tanto, que es nada menos cuando sé que
acquemard era de origen borgoñón, cuando doy por nula su
nfluencia en la escuela catalana, cuando borro cuanto he dicho
obre la posibilidad de haber iniciado Jacquemard á Dalmau en
1 estilo flamenco. Claro está que si ahora rechazo la acción de
acquemard cuando más probable se presenta, débolo á lo que el
ir. Tramoyeres ha escrito del retablo de Cati,
Tiene, sin embargo, el Sr. Tramoyeres, á Jacomart por
latural de Valencia, por haber fallecido en dicha ciudad sus
ladres, tener él casa y sepultura propias en la misma, y otras
1) T»*MOTfKií: S'olai de arli, en e] Almanaqiu del diario • Lat Prañnci^ • it Vtíat-
íaroíioiw 1906, pig. 156.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 255
propiedades dentro y fuera de la ciudad. Todo esto tiene mucha
fuerza; pero cuando conocemos á Jacomard en Valencia en 1442,
y consta su fallecimiento en 16 de julio de 1461, dicho se está
que ha transcurrido un lapso de tiempo más que suficiente para
convertir al borgoñón en un valenciano de hecho.
Consta por documento que fué en 23 de enero de 1460
cuando Jacomard se comprometió á pintar el retablo de Cati, en
aquel entonces aldea de Morella; retablo que, comparando fechas,
el Sr. Tramoyeres estima, con razón, como su posible última obra.
Resulta, de las fechas conocidas de Jacomard, que éste pin-
taba en Valencia, con gran fama, en 1442; que en 1442- 1444
estuvo en Ñapóles con título de pintor del rey Alfonso; que en
1453 estaba ya, no sabemos desde cuándo, de regreso en Valen-
cia; quien sabe si al fallecer aquél no regresó á su patria de adop-
ción, falleciendo en la misma en 1461. De modo que las fechas
conocidas de Jacquemard concuerdan con las que conocemos de
Dalmau. Esta igualdad por sí sola, de haberla conocido antes, nos
hubiera impedido ver en Jacquemard un posible maestro de Dal-
mau, porque resultaba demasiado discípulo para un maestro de
tan larga é ignorada residencia en Valencia, esto es, considerada
su residencia como expresión de su ignorada labor artística. Vea-
mos lo que nos revela de éste el Sr. Tramoyeres con relación á
su última obra, á la de Cati. Dice:
«Compónese de dos cuerpos: el retablo propiamente dicho
y el banco ó pradela: En el compartimiento central se hallan
representados, de pie, San Lorenzo y San Pedro Mártir; en el
lado derecho, pasajes de la vida del mártir dominico, y en el
opuesto otros de San Lorenzo; en la cúspide, la consabida escena
de la Crucifixión, San Juan, la Virgen y la Magdalena, cerrando
todo el retablo las polseras con imágenes de los Profetas. El banco lo
forman siete compartimientos. En el central, Jesús en la sepultura,
y á los lados San Agustín, San Jerónimo, Santa Lucía y Santa
Catalina Mártir; San Mateo y San Vicente Ferrer en ambos extre-
mos. La traza del retablo es la característica en el segundo período
del estilo ojival, que en los altares subsiste hasta fines del siglo XV,
para adquirir mayores proporciones arquitectónicas en los comien-
zos del inmediato.
256 SANPERE Y MIQUEL
» El examen del retablo nos permite colocar á su autor como
cabeza de la escuela que siguió inmediatamente á la iniciada en
Valencia por el maestro Marzal, y continuada por sus discípulos
ó compañeros, Pedro Nicolau, Antonio Pérez y otros, que flore-
cen hasta los primeros años del siglo XV, educados, no obstante,
en el arte de la segunda mitad de la centuria anterior. El ciclo
marzalista lo constituyen esa gran serie de retablos mal llamados
aragoneses, sin duda por haberse conservado en casi todas las
iglesias situadas de Segorbe á Teruel, caracterizados por el uso
del oro en los fondos y en parte de las telas, predominando las
tintas claras de la témpora. Baso aun mantiene algo de la antigua
técnica; pero ya es más parco en el dorado, limitándolo en el
retablo de Cati, que fué su última obra conocida, al fondo de la
tabla central y á los trajes recamados. Para los fondos utilizó la
arquitectura y el paisaje, demostrando los progresos hechos en
la perspectiva. En el dibujo es más firme y seguro que sus pre-
decesores, aunque en las manos y pies no es tan correcto como
en los rostros, cuyas tintas de carmín dan á las imágenes una
tonalidad muy simpática y característica del maestro. Podemos,
pues, fijar desde luego la personalidad artística de Baso en el
grupo de los precursores del Renacimiento en Valencia, pero sin
filiación determinada. Su influencia debió ser grande, tanto aquí
como en Ñapóles. Las huellas de este influjo se ven en muchas
obras conservadas en esta región y en la ciudad del Vesubio;
obras que se clasifican hoy, modo grosso, por críticos é historiado-
res del arte en el mediodía de Italia, de arte aragonés, aportado
y desarrollado en Ñapóles por los artistas españoles al servicio de
Alfonso V y sus inmediatos sucesores.
» El hallazgo del retablo de Cati abre el camino para fijar la
paternidad de muchas obras hoy anónimas, unas originales de
Baso y otras de sus discípulos ó imitadores. De ellas existen
ejemplares en el Museo de Valencia, en Segorbe y otros puntos.
Dado el primer paso, fácil es continuar explorando el campo
artístico de Jacomart y su escuela.
»La excursión á Cati dio origen á una visita á Segorbe. Al
contemplar el retablo de Baso, recordamos otro de arte similar
existente en la iglesia de San Martín de aquella ciudad. Procede
j
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 257
de la regia cartuja de Valdecristo, fundación del infante D. Mar-
tín, luego rey, en 1401.
«Varias veces había sido objeto de nuestro examen, pero
siempre con escaso fruto. Faltaba hallar su exacta filiación. El
altar de Cati nos dio la clave: el enigma dejaba de serlo. La obra
anónima pasaba á la categoría de conocida. El retablo está dedi-
cado á San Martín, obispo de Turs, representado en actitud
sedente en la tabla central. Pasajes de la vida del propio Santo y
de la Virgen completan el altar, que ostenta en su parte superior
las armas de Aragón y Sicilia. Seguramente procede de la Car-
tuja de Valdecristo, aunque en el convento creen perteneció á
una antigua iglesia de San Martín, existente antes de construirse
la actual en el siglo XVII. Poco importa la procedencia. Para
nosotros su importancia estriba en considerarlo obra juvenil de
Baso, pintado probablemente después de 141 7. Adviértense aún
en este retablo rasgos peculiares de los artistas formados ó deri-
vados de la escuela de Marzal, y detalles que Baso perfeccionó
más tarde, como son la forma de los azulejos que cubren los
pavimentos, cierto adorno arabesco no visto en otros retablos, la
disposición de los grupos, y otros elementos característicamente
personales, que no han podido nacer al acaso, y que en el reta-
blo de Cati, obra de edad madura, adquieren mayor amplitud y
seguridad de ejecución » ^ . "
Nada, pues, de flamenquismo en la obra de Jacomard. Si en
14 1 7 pintaba ya en Valencia, como cree el Sr. Tramoyeres; si se
formó en su patria de origen, como aventajado discípulo, no como
gran maestro, hubo de llegar al Turia. Si vino mozo con su padre,
fué, dice el Sr. Tramoyeres, en la escuela de Marzal en donde se
formó Jacomart.
Deseamos que el Sr. Tramoyeres tenga ocasión para llegarse
á Barcelona y decirnos si es de Jacomard el gran tríptico que
posee en esta ciudad D. Matías Muntadas, que creo se tiene de
procedencia aragonesa. El cuadro central de ese tríptico corres-
ponde exactamente con el descrito por el Sr. Tramoyeres como
cuadro central del retablo de Cati. De este cuadro central dará
x) ídem Ídem, págs. i$7 i 159.
« 33
258 SANPERB Y MIQUEL
una idea la Virgen de la gloria de Pablo Vergós, pág. 57, sólo
que no tiene su mérito, y que en el fondo, detrás de los brazos
del sillón, no hay más que un ángel á cada lado.
Claro está que no hemos de pasar por alto, pues hemos sub-
rayado el texto del Sr. Tramoyeres, lo que éste nos dice de estar
pintadas en las polseras del retablo de Cati los Profetas, No hemos
de sacar de esta concordancia relación alguna entre Jacomart y
Pablo Vergós. Hemos de creer que era un tópico de la época, á
menos de que, una vez sean conocidos los Profetas de Cati, vié-
ramos si dan razón de los Profetas de Pablo Vergós.
Si Jacomard, juzgado por su obra de Cati, representa el pre-
cursor del Renacimiento valenciano, lo que ahora sé de la escuela
cuatrocentista valenciana para 1460, ó sea para los días de Dal-
mau, Huguet y Pablo Vergós, me confirma en lo que dejo dicho,
en la hegemonía artística de la escuela catalana en el siglo XV en
la península ibérica.
Líbame, al corregir las galeradas del presente pliego, el
número segundo (mayo) de Cultura Española, que contiene un
artículo de D. Elias Tormo ' , muy interesante para mi trabajo,
como es de ver por su sumario.
Dice el Sr. Tormo haberle participado el Sr. Tramoyeres
que por documentos le consta que Jacomard pintó para el castillo
de Castelnuovo de Ñapóles una Virgen de la Pas^ (1444), y, para
la famosísima entrada del rey Alfonso V en dicha ciudad, divisas
y banderas (1447). Tengan esto presente los que aun llaman á
Jaime Vergós I pintor banderer. Y> con referencia á otro docu-
mento, éste valenciano, creen dichos señores que, por leerse en él
Jacomardus Baso ymaginator, que también practicaría la escultura.
Otro documento comunica el Sr. Tramoyeres al Sr. Tormo,
y por éste consta que en 19 de diciembre de 141 5 había en
Valencia un sastre llamado Jacobus Baso, alias Jacotnar, civis Va-
lentie, y dice el Sr. Tormo que ahora « cabe una duda, consistente
1) Tormo: Miscdánea de nuestros pintores del siglo XV, Jacomart, ugim los estudios de
Tramoyeres y Burguera. Un nuevo tDalmau» del Louvre, que parece un ^Gallegos», Bartolomé
Ruheus y Bartolomé Bermejo... y Juan Nuñei el de Sevilla; en Cultura Españoia, antes
Revista de Aragón (Madrid, 1906), págs. 509 á 520.
LOS CUATROCKNTISTAS CATALANES 269
en si el sastre municipal de 141 5 pudo ser el padre del gran pintor,
que falleció en 1461, ó si (como yo creo también posible) fué la
misma y única persona» (loe. cit., 514). Pero el Sr. Tormo no
se ocupa ni poco ni mucho en probar «lo que cree posible»,
sino que hace toda su fuerza en demostrar la posibilidad de que
fuera el padre de Jacomard el gran miniaturista flamenco Jaco-
mart de Hesdin, lo que dice había comunicado al Sr. Tramo-
y eres hacia ya varios años. Esto me convence de que lo dicho
por el Sr. Tramoyeres de si seria borgoñón y pintor el padre de
Jaime Baso no tiene otro fundamento que lo que sobre esta
posibilidad le comunicó el Sr. Tormo. «¿Esta atrevida suposi-
ción— son palabras de este señor (loe. eit.', 515) — puede tener
contestación?» De ningún modo, pues sólo hace posible la pre-
gunta del Sr. Tormo la circunstancia de no saberse nada más de
Jacquemart de Hesdin á contar del año 1409. Pues ¿cómo vamos
á consentir una pregunta que si no nos convierte al de Hesdin en
sastre, nos hace de su hijo, gran pintor, un sastre ? Para mí lo más
natural, ya que de la otra suposición de que Jacquemart de Hesdin
fuera el propio autor del retablo de San Martín de Segorbe no
me he de ocupar; lo más natural, digo, es creer al Jacomard sastre,
padre del pintor, y pues flamenco es el nombre y su apellido es
Baso, estimar posible su origen de la flamenca villa La Bassée,
del distrito de Lille.
Como el Sr. Tormo repite lo dicho por el Sr. Tramoyeres
(loe. eit.j 5 10, nota 2), que « el primero en publicar el nombre de
Jacomart fué el Conde de la Vinaza », diré que esto no es exacto:
el primero fué Puiggarí. Véase Notieias de algunos artistas cata-
lanes inéditos en Memorias de la Academia de Buenas Letras de
Barcelona (Barcelona^ 1880), pág. 85, líneas i á 4. Véase lo que
dejamos dicho en el tomo I, pág. 218.
DALMAU
Han publicado los Sres. GuifFrey y Chenneviéres noticia de
las adquisiciones hechas por el Louvre en 1904 en materia de
cuadros, y uno y otro, á propósito de la Imposición de la Casulla
\
26o SANPERE Y MIQUEL
a San Ildefonso, se han hecho portavoz de una estupenda atribu-
ción hecha á Dalmau por quien tiene hoy el cetro de la crítica y
de la erudición artística. Antes de ocuparnos de este particular
diremos que ninguno de los dichos señores ha puesto en duda la
atribución á Dalinau de dicho cuadro. El Sr. Guiffrey confirma
lo que ya dejo dicho en la pág. 265 del tomo I sobre haber sido
la obra retocada, y es fácil que otro maestro de la crítica francesa
diga «retocado á la manera de Berlín, esto es, á lo imperial», ó
sea á lo brillante, lo que es exacto. Ahora que puedo decir con
el adjunto al Sr. Lafenestre que la obra de Dalmau «ha sido
desgraciadamente restaurada con una desdichada energía en Ale-
mania» S verán cuantos se extrañan del esmaltado color de la
obra de Dalmau, cómo precisa distinguir la obra nuestra de la
del enérgico restaurador.
Termina el Sr. Guiffrey el párrafo dedicado á la compra del
cuadro de Dalmau diciendo: «El nuevo cuadro del Louvre
permitirá la atribución de varios cuadros del Museo del Prado,
entre otros la famosa Fuente probática, durante tanto tiempo
atribuida á van Eyck» (lugar citado). Y el conservador del
Louvre, D. Enrique Chenneviéres, dice á su vez que el señor
Dvoerak, conocedor de la adquisición hecha por el Louvre, «se
apresuró el primero en aplaudirla, y á publicar en el Jahrbuch de
los Museos imperiales de Viena (año 1904, fascículo V, pág. 246)
un sabio artículo en honor de Dalmau» ^. Como pudiera creerse
que es en el citado artículo en donde el Sr. Dvoerak felicita al
Louvre por su adquisición, diremos que no hay tal cosa: la
felicitación la haría el Sr. Dvoerak en carta particular. Decimos
esto para que no se extrañe que no demos á conocer la opinión
del sabio austríaco sobre la Imposición de la Casulla á San Ildefonso.
Quiero creer que mi amigo el Sr. Guiffrey, que revio en
diciembre último La fuente probática, sugestionado por la alta
autoridad del Sr. Dvoerak, repitió lo que éste había opinado
i) Guiffket : Les accroissements des Musées. Musie du Louvre, Departement des peintu-
res, en Les Arts (París, enero de 1904), pág. 4.
2) Chenneviéres: Les recentes acquisiiicns du Louvre, en U Ga^ette dsBeasix Arts
(París, abril de 1906), pág. 296.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 201
sobre el autor de dicha tabla. Si no fuera así, si no hay más que
una coincidencia de opiniones, siento que el Sr. GuifFrey, á
quien he dado ocasión para ello, no me haya comunicado las
razones que tiene para dar á Dalmau la obra hasta aquí atribuida
con motivo á Juan van Eyck.
Si el Sr. GuifFrey no cita á D. Max Dvoerak, en cambio el
Sr. Chenneviéres lo hace con gran inexactitud, puesto que dicho
señor no podía jactarse de haber descubierto la firma del cuadro
de los Concelleres de Dalmau, por lo mismo que conoce de sobra
la obra de Crowe y Cavalcaselle, en la cual aparece ya citado el
cuadro de Dalmau con la inscripción que guarda su nombre^.
Luego, diciendo el Sr. Chenneviéres que «por medio de la
firma de Dalmau ha podido el Sr. Dvoerak autentificar el cuadro
similar del Prado » (lugar citado), parece creer, ó por lo menos
da motivos para creer, que el cuadro del Museo del Prado está
firmado, no estándolo. Pero si el Sr. Chenneviéres cita el artículo
del Sr. Dvoerak, no por esto nos da á conocer las razones que
éste tuvo para hacer lo que hemos calificado de «estupenda atri-
bución», no sin algna irreverencia.
No he leído el artículo del Sr. Dvoerak publicado en una
revista austríaca de gran lujo que no viene á Barcelona; artículo
que no está consagrado á Dalmau, sino á los van Eyck, y se
intitula El enigma del arte de los hermanos van Eyck ^ ; pero mi
amigo D. Emilio Bertaux me ha hecho el obsequio de resu-
mírmelo.
Es en la página 243 del Anuario citado en donde principia
el Sr. Dvoerak el estudio de la Fons vitae, Der Lebensbrunner,
titulo que da á su capítulo.
Discute primero y combate la atribución á Humberto van
Eyck de dicha obra hecha por Waagen y Weale, y las de Crowe,
Cavalcaselle, Justi y Tschudi, á su hermano Juan. Haré notar,
pues, que el Sr. Dvoerak desconoce el artículo de Pedro Madrazo,
i) Crove t Cavalcaselle: Les Ancienrus peinira flamands {P^riSt 1862), tomo II,
pdg. 107.
2) Dvoerak : Das Raetsel der Kunst der Brueder van Eyck, en el Jabrhuch der Kunst
Sammlungen der Allerhocbsten Kaiserbauses, t. XXIV ( Viena-Leipzig, 1904 ).
202 SANPERK Y MIQUEL
quien también lo tenia por una obra de Juan van Eyck ^, y el
del Sr. Moreira Freiré, que lo estima obra de Memling '.
Sin embargo, el Sr. Dvoerak afirma que el autor de la Fotu
vitae del Prado, por su técnica y estilo, está bajo la más estricta
dependencia de Juan van Eyck.
Pregúntase luego si el cuadro de Madrid no sería una copia
del cuadro de Palencia citado por Ponz. De haber leído el articulo
de Madrazo hubiera podido preguntarse igualmente si no era el
cuadro de Palencia una copia del cuadro del Parral, pues el de
Madrid proviene del convento del Parral, vecino de Segovia, en
donde consta documentada su presencia para el año 1454 (Ma-
drazo, pág. 39); y, de haber conocido este artículo el Sr. Moreira
Freiré, no escribiera la impertinencia de la página 130 de su
libro, pues supiera entonces que Madrazo no podía equivocarse
al decir que el cuadro de Madríd procedía del Parral, constando
documentalmente la procedencia segoviana de dicha tabla, pues
se incautó el Estado de ella en 1838, al suprimirse los conventos
(Madrazo, lugar citado, pág. 8). Desconocido hoy ó perdido el
cuadro de Palencia, no hay modo de resolver la cuestión que
replantea el señor Dvoerak.
Hace á continuación una crítica de las proporciones de los
tres grupos de figuras de la tabla, encontrando fiíera de propor-
ción el grupo de los Angeles, y declara que la arquitectura del
cuadro es de pura fantasía, en lo que estoy conforme, salvo para
el templete central ó del Padre Eterno; pero lo que me parecería
imposible de desconocer el caso de Homero es que viera en los
cuerpos arquitectónicos de los lados el arco ultracircular ó de
herradura de los moros, efecto que hubo de producirle los arcos
de dichos cuerpos por defecto de perspectiva. Pero si de su error
puedo dar la dicha explicación, no comprendo en modo alguno
cómo, publicando una fotografía del cuadro de los Concelleres de
Dalmau, folio 246, figura 36, puede ver en la arquitectura del
r) Madrazo: £/ Triunfo de la IgUsia sobre la Sinagoga en el Museo español de Anti-
güedades (Madrid. 1875), tomo IV.
2) Moreira Fklike: Vn probleme d'Art (L« Fons vitae del Hospital de Pono)
(Lisboa, 1898), págs. 129 y siguientes.
Luis Dalhau (según D. M. Dvoerak): Füekte de la Vida
Mu»o ad Pndo, Madrid
n
I
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 265
cuadro catalán asimismo los dichos arcos de herradura. Insiste
con este motivo de nuevo sobre las extravagancias arquitectóni-
cas de entrambas tablas, y de esta concordancia saca ya una
prueba para la atribución á Dalmau de la Fons Vitat.
Participara yo de la opinión del Sr. Dvoerak, y entonces
haría notar que en la Fons Viiae, su autor, como Dalmau para
sus Vírgenes, ha sentado ahora al Salvador en un trono arqui-
tectónico; de modo que la procedencia de este particular en la
obra de Dalmau bien pudiera ser flamenca.
Entra después el Sr. Dvoerak en una comparación de los
caracteres eyckianos de los dos cuadros, y de su conformidad saca
que las dos obras no son sólo el producto de una sola y misma
escuela provincial, sino de un solo artista (pág. 247). Quiero
conceder que esa correspondencia entre la manera de tratar los
cabellos y el modelado, como el arreglo de los partidos de los
pliegues, el dibujo de los ojos y manos de los ángeles, etc., sea
exacto, ¿qué resultaría de todo esto? Lo que ya consta por el
cuadro de los Concelleres: que Dalmau era un eyckiano. Así
el Sr. Dvoerak se ve obligado á concluir que de lo que se trata
para el cuadro del Prado es de una variante de un cuadro de
Juan van Eyck, ejecutada por Dalmau, lo cual dice está de
acuerdo con su arte de compilador. (Depi compilaierichen tvesm
seiner Kunst, pág. 248).
Sin esta conclusión no hubiéramos podido negar que Dal-
mau no hubiese podido hacer una copia de un cuadro de Juan
van Eyck; pero caracterizada la esencia del arte de Dalmau, lla-
mándole creador por compilación, no podemos admitir la atribu-
ción de la Fons Vitae del Parral al pintor catalán.
Dalmau, en la tabla de las Concelleres, podrá merecer con
razón el calificativo de compilador. En ella están compilados la
Virgen y las doncellas cantoras del retablo de Gand, y no tengo
reparo en añadir « y el trono del Salvador de la Fons Vitae del
Parral». Posible será á un tan gran conocedor de la obra de los
van Eyck como es D. Max Dvoerak señalar todo lo que Dalmau
compiló en la Imposición de la Casulla á San Ildefonso; pero
como dicho señor no me cite qué es lo que pudo compilar
ó compiló Dalmau para la composición de su Fons Vitae, no po-
» 34
a66 SANPERE Y MIQUEL
ré convenir en que sea compilación nuestra, aun según Juan van
yck, la preciosa obra del Museo del Prado.
Tengo para ello una razón de principio: la imposibilidad
ara todo artista natural de la Península Ibérica de concebir una
imposición un sabia y tan complicada. EI<]ue quiera saber todo
I que hay de teología en la Fons Vitat lea las muchas y sendas
aginas en folio que para explicarlo escribió Madrazo. Y de aquí
0 he de moverme. Para que yo admitiera que un ibérico es
ipaz de escribir, esto es, de concebir, la segunda parte del Fattsi,
:ria preciso que se me demostrara como se demostró al escép-
co el movimiento.
Sólo desconociendo el Sr. Dvoerak en absoluto la historia
e la pintura española ha podido decir que es la Fons Vitae
(presión de una escuela provincial. No hay en la Península, ni
1 Portugal ni en España, provincia artística capaz de dar razón
el cuadro de la Fons Vitae. La Fons Vitae del hospital de Porto
ada tiene de común con la del Museo del Prado; y si de ella
ubiese dicho con toda su autoridad el Sr. D\'oerak que era ó
odia ser obra de Dalmau, yo no hubiera calificado de estupenda
! atribución, porque esta obra cae dentro del circulo de com-
osición propio de la escuela catalana, en general de grandes
guras, ya que tiene la dicha tabla 2*25 m. de ancho X 2*70 de
to. No se alarme el Sr. Moreira Freiré por lo dicho, pues no
oy á reclamar para Dalmau la Fons Vitae de Porto, y aun añado
ue, dando por exacto lo que él dice de encontrarse en el Cal-
irio de Vizeu dos figuras iguales á otras dos de la Fons Vitae
el Parral, tampoco admitiría que esta obra pudiera atribuirse á
uestro pintor, á causa de la composición y de los tipos, todo lo
lal, además, me parece estar fuera de toda compilación.
Ignoro si se ha dado por resuelta la discusión sobre el autor
i ta Fons Vitae de Porto, cuadro que el Sr. Paculiy, también un
istriaco, reclama para Gerardo David y van Orley. Cerrada ó
jíerta esta discusión, lo que no se ha solucionado es la proce-
encia de bastantes cuadros flamencos ó por tales tenidos en Es-
aña y Portugal de maestros desconocidos, y los más pintados
il vez en los días de Dalmau; y como éste, en 1442, le procla-
lau los Concelleres el mejor pintor catalán, y lo que le valiera
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 267
esta fama nos es completamente desconocido, yo no he de negar
que el Sr. Dvoerak no haya abierto camino á los que quieran
buscar en la Península y fuera de ella la obra primitiva de Dal-
mau. A los que se sientan á ello impulsados les he de decir que
yo no creo que Dalmau dejara de ser en todo tiempo eyckiano :
por lo que hay de van Eyck en la Imposición de la Casulla es por
lo que acepto dentro de las ordenadas propias de la escuela cata-
lana que dicho cuadro sea de Dalmau. He de advertirles igual-
mente que si Dalmau se había ya conquistado la &ma de ser el
primero de nuestros pintores en 1442, por este tiempo sería ya
un hombre hecho, y no creo que se me pueda rechazar el supues-
to de que contaría á lo menos 30 años, y que es incuestionable,
por ponerlo fuera de toda discusión mis documentos, que Dal-
mau vivió en Barcelona de 1442 á 1459 inclusive; de modo que
al desaparecer de Barcelona Dalmau iría á lo menos para viejo.
Presentes las fechas, podrán buscar esas obras de compilación
capaces de ser atribuidas á Dalmau lo mismo para los días de su
juventud que para los de su vejez, y determinar las influencias
que sobre él hubieron de producir las variaciones de la escuela
flamenca, á la cual se había dado. ¡Pero que no se haga á Dalmau
capaz de pintar á lo flamenco, hombre capaz de pensar á lo fla-
menco! Que aun con regresar de Flandes á Barcelona con la
cabeza llena de los trascendentalismos septentrionales, su estancia
de diez y siete años seguidos entre nosotros se la hubieran vuelto
de nuevo hacia la simplicidad catalana.
Añado, por lo que dejo dicho más arriba, que el Sr. Tormo,
ocupándose de la Imposición de la Casulla á San Ildefonso, refirién-
dose al Sr. Guiffrey, escribe, conociendo ó no lo dicho por el
Sr. Chenneviéres, á quien no cita, que «el crítico austrohúngaro
Dvoerak había sostenido la atribución atrevida, aunque verosímil
y bien halagüeña para nuestro patriotismo, de la Fontana i Dal-
mau». Aun teniendo por a verosímil» el Sr. Tormo la opinión
del Sr. Dvoerak, no puedo sacar la punta á esa verosimilitud.
¡Qué más quisiera yo que creer á Dalmau, á la escuela catalana,
con fuerzas para componer la Fontana de la Gracia del Parral,
como dice el Sr. Tormo! Pero mi catalanismo no llega á tanto, ni
siquiera llega á ver, como el Sr. Tormo, en la Fontana, una obra
268 SANPERE Y MIQUBL
del «arte bispanoflamenco». No hay en la Fons Vitae una sola
figura de aire español, y por ser españolas, castellanas, las figuras
de la Imposición de la Casulla^ está bien decir « obra que obedece á
una corriente de arte hispanoflamenco».
Pero el Sr. Tormo ha dicho, en el sumario de su articulo,
«un Dalmau que parece un Gallaos». Veamos si da razón de su
parecido.
Leo: «La extraña contextura ósea de las cabezas del «Dalmau»
de París delatan á un pintor español, pariente de Dalmau; pero,
en mi opinión, castellano viejo, hermano ó primo de Femando
Gallegos (el retablo de San Ildefonso de la Catedral de Zamora lo
demuestra), secuaz del arce de van Eyck, y acaso discípulo de
Cristus y Ouwater, s^ún lo indican, con mayor vaguedad, los tres
cuadros del uno (Museo de Francfort, Anunciación, Natividad) y
del otro (Museo de Berlín, Resurrección de Lá:(aro), que antes
estuvieron en España» ^ .
O falta de lógica el párrafo copiado ó no es exacto que el San
Ildefonso de Zamora «demuestre» el parentesco de éste con el de
Dalmau. La demostración en todo caso ha de ser «vaga», pues
de otro modo no podría haber escrito que era mayor la vaguedad
con la obra de Cristus ó de Ouwater.
Luego ¿cómo se ha de entender lo de que el autor de la
Imposición de la Casulla sea « pariente de Dalmau, pero castellano
viejo, hermano ó primo de Fernando Gallegos, y acaso discípulo
de Cristus y de Ouwater»? Imposible sacar de aquí á qué maestro
quiera el Sr. Tormo conceder el honor de haber guiado el pincel
del autor de la Imposición de la Casulla. Cierto, lo he dicho, ó,
mejor, he repetido, lo que es corriente : sólo Cristus conserva la
Virgen de los van Eyck dentro de la escuela flamenca. Pero ahora
digo que Dalmau consérvala mejor, consérvala con toda su gracia
y dulzura, y por estas características el maestro de la Imposición
de ¡a Casulla podrá ser « pariente » de Dalmau ó de los van Eyck,
no de Cristus. No creo que el Sr. Dvoerak hubiese podido ver á
Dalmau en la Fons Vitae, de no haber allí una Virgen que pudo
pintarla Dalmau.
i) Tormo, en CuUurh Española, etc., pág. 518
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 269
Poner luego á un castellano viejo al lado de Cristus ó de
Ouwater, no creo que se le haya ocurrido al Sr. Tormo; que
obras de estos maestros despertaran en un artista español el gusto
por el estilo flamenco, no es posible negarlo. Pero sacando de la
cuenta á Ouwater, de quien leo que el cuadro citado por el señor
Tormo, si vino á España, fué á causa del saqueo, destrucción é
incendio de Haarlem (año 1573),. cuando las guerras de Flandes,
apareciendo en Genova después, para pasar á Berlin en 1889',
por todo esto no queda autorizada la referencia al cuadro de la
Resurrección de Lás¡aro, Queda la obra de Cristus, pero es con-
temporánea de la obra de Dalmau, pues para Cristus se señala
como años de su actividad artística en Brujas los transcurridos
entre 1444 y 1472, y para 1444 Dalmau era ya conocido por los
Concelleres de Barcelona como el mejor pintor de la tierra cata-
lana. Por consiguiente, teniendo ya tan gran maestro en Barce-
lona, no hay para qué quedar esperando las obras del que á la
sazón principiaba á ser conocido en Brujas.
Resulta, pues, que hoy por hoy nadie ha indicado el maes-
tro español de la escuela flamenca á quien se puede atribuir el
cuadro del Louvre. Dalmau continúa dándole su nombre^ y si
contra nuestra opinión prevaleciera la del Sr. Dvoerak, que acep-
tan ó creen verosímil los Sres. Guiffrey, Chenneviéres y Tormo,
esto es, que la Fons Vitae del Museo del Prado es de Dalmau,
entonces sería indiscutible que es también suya la Imposición de
la Casulla á San Ildefonso.
1) «HAarlera hatte im spanischen Kri«ge furchtbtr gelitten, wurde 1575, ganz
veroedet und veramt, eingenommen und obendrein noch bald dartuf von einem gros-
ten Brande heinigerucht. So konnte iii Ouwater Vaterstadt keine Spur von ihu bleiben.
Maoder melimt cine Auferweckung des Laxarus in einer Architektur, hinten mit herein-
blickendeu KoepfeD, die Spanier batten das Bild damals xnitgenommeDf und erst iu ]ieu>
ester Zeit wurde es in Genua wieder entdeckt (seit 1889 in Berlin). — Philippi : Di¿
Kunst <Us 1$ und 16 Jabrhunderts in Detitscbland und in den Niederlanden (Leipzig, 1898),
pág. $6.
SANPEtte Y NÍQUEL
BERMEJO
Permíteme este Apéndice justificar la procedencia del San
\iguel indicada por el Sr. Cook (tomo I, pigs. 122 y 123).
iciendo este señor que tenía por cierto que procedía de las
mediaciones de Valencia, no había de serme dtíicil averiguar
do lo que es posible averiguar de una venta de tapadillo. Mis
formantes han sido los Sres. Tramoyeres y Burguera.
Un corredor de antigüedades valenciano apodado el Boni-
let tenia en venta el cuadro allá por los años 1900. Fuéá verlo
Sr. Burguera, y por la nota del cuadro tomada d la sazón, que
e ha hecho el obsequio de enviarme, no hay duda alguna de
le se trata del San Miguel de Ruheus, convertido en un Rubeta
ir el dicho corredor. Vista la importancia de la obra, se apala-
ó su adquisición; pero ausente en aquel momento el Sr. Tra-
oyeres de Valencia, no pudo cerrarse el trato, y al regreso de
te ya se había vendido, yendo á parar á Berlín, circunstancia
stante para el Sr. Casellas para hacer, como se recordará, de
irmejo, un maestro de Nuremberg. ¿De dónde procedía ei
adro? Metióse en esa averiguación mi inteligente amigo y
naz investigador de la pintura valenciana Sr. Tramoyeres, y
sus indagaciones sacó la posibiÜdad de que la tabla en cuestión
ibiese salido del pueblo de Tous, próximo i la ciudad de
.cira, de cuya iglesia parroquial resulta, en efecto, ser ei titular
n Miguel.
Sin tiempo para entrar en averiguaciones sobre los Tous
talanes y valencianos, ¡se quiere cosa más singular después de
que hemos dicho acerca de Per de Tous el Mo^o (págs. 80 y
), como impulsor de la venida i Cataluña de los cordobeses?
il cordobés Bermejo fué, á impulsos del Tous ya castellanizado,
parar al lado de los Tous valencianos? ¿Será todo meramente
!ual ? En este caso fuerza es convenir en que la casualidad gasta
omas pesadas á la investigación, pues encontrarse uno con los
fonsos de Baena en San Cugat y San Gerónimo de la Valí de
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 27 1
Hebrón, construyendo este monasterio para los Tous catalanes, y
encontrarse al lado de los barones de Tous valencianos á Bermejo,
y ser todo casual, es de lo más peregrino que puede ocurrir. Pero
yo no sé, desde el momento que no se trata sino de explicar
el paso de los cordobeses á Cataluña y la presencia de un cuadro
de Bermejo en Tous valenciano, si no se puede admitir que no
es la casualidad lo que ha dispuesto asi las cosas, sino el hallazgo
de las relaciones arriba apuntadas.
Suponer que Bermejo saliera de Córdoba ó de Sevilla para ir
á Tous á pintar el San Miguel, no es posible, porque este cuadro
es una obra de tan bella factura y tan imbuida de principios de
escuela pictórica de abolengo, que Bermejo no la podía haber
aprendido ni estudiado en su patria: esto obliga á creer que pudo
pintar en Barcelona para los Tous de Valencia el San Miguel,
impulsado por los Tous que levantaban á las puertas de Barcelona
el monasterio de la Valí de Hebrón, y también, como éste, como
despedida ahora de los Tous valencianos, fundación de los recon-
quistadores de su familia.
Si con esta averiguación n© hemos dado un paso para escla-
recer el que también podría llamar « enigma )> del arte de Bermejo,
á lo menos creo que habremos conseguido consolidar la presencia
en Barcelona de Bermejo, pintando ora cuadros patéticos como
La Piedad y el Eccehomo de Vich, sus obras indubitables, ora
obras tan tranquilas y bellas como el San Miguel de Tous; de
modo que hay que tomar en seria consideración el hecho de
haberse pintado en Barcelona el San Miguel, como se quiera
explicar sin soluciones de continuidad nuestra pintura en el pri-
mer tercio del siglo XVI.
Tal vez la relación de los Tous andaluces con los valencia-
nos pueda servir para que germine la duda de si en realidad
hemos de traducir Bartholomeus Rubeus por Bartolomé Bermejo,
y no por Bartolomé Ros, Roig, Rubio ó Rojo. Digo esto porque
un eminente crítico francés que no quiero citar porque ya él en
caso hará pública su opinión y procurará justificarla, me declaró
que él no estaba convencido de que, en efecto, Rubeus fuera Ber-
mejo, aun admitiendo que el cuadro es español. Para mi, como
dejo dicho, la prueba la veo en la identidad de factura — por
272 SANPERE Y MIQUEL
todo lo que puedo juzgar de la fotografía inglesa — entre el
caballero orante y el canónigo Desplá. De no ser así, por cuanto
en el San Miguel es imposible reconocer el autor de La Piedad,
comprendería que se sustentara la opinión de que Rubeus no debe
traducirse por Bermejo, y justificaría este particular recordando
que si la firma del San Miguel dice Rubeus, la inscripción puesta
al pie del marco de La Piedad dice Vermejo (pág. 120), y en verdad
no se explicaría que Bermejo, al latinizar su nombre, escribiera
ora Vérmelo, ora Rubeus. Esta contradicción no me ha decidido á
distinguir por su nombre á dos maestros, á un Bermejo y á un
Ros ó Roig, ó Rubio ó Rojo, primero por lo que dejo dicho de la
factura realística de las cabezas del caballero orante y de Desplá,
y en segundo lugar porque no estoy convencido de que la ins-
cripción del marco de La Piedad sea de mano de Bermejo. Escrita
en caracteres romanos mayúsculos, debo por esta circunstancia
estimarla posterior á la obra de Bermejo. Es muy posible que su
redacción fuera obra de Desplá, ya que éste no falleció hasta el
día 6 de febrero de 1523, fecha que da la losa de su tumba en la
Sala Capitular de la Catedral de Barcelona, á cuyo lado cuelga
La Piedad. Desplá pudo, pues, muy bien y en un tiempo en que
ya eran pasados de moda los caracteres góticos, recordar en carac*
teres romanos que el cuadro que en efigie pictórica — además de
la escultórica — lo ha conservado á la posteridad, él lo hizo pintar
y lo pagó, y que fué Bermejo su autor, y, traduciendo ó latini*
zando su nombre, puso Vermeio.
I Prevalece en contra de lo que yo creo la opinión de que
hay que distinguir entre Rubeus y Vermeio? En este caso reclamo
para el arte, para la escuela catalana y para su filial la dalmaciana,
á Rubeus, que traduciría por Rubio ó Rojo, y no sería sino
un cordobés más en nuestra escuela, añadiendo que Bartolomé
Rubio ó Rojo no es sólo el autor del San Miguel, sino el autor
de la Imposición de la Casulla á San Ildefonso; y como se quiera
dejar á España la Fuente de la Vida, autor de esta obra, y aun de
otras que no quiero citar, pues desde el momento que viera»
mos en Bartolomé Rojo ó Rubio un discípulo directo de Luis
Dalmau, nada de lo que dejamos dicho en favor de las atribu-
ciones hechas á Dalmau disconviene para Bartolomé Rojo ó Rubio,
k
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 273
y en cambio se podría aceptar lo que el señor Max Dvoerak ha
dicho para dar á Dalmau la Fuente de la Vida, como conviniendo
mejor á un discípulo.
Tal vez no parezca bien á la crítica patriótica que yo mismo
dé pie á los críticos por la crítica para negar á Bermejo el San
Miguel de Tous. Contestaré que á mí sólo me preocupa el conoci-
miento de la verdad, y que no creo que perdiéramos, sino todo lo
contrario, caso de que se admitiera al lado de Bartolomé Bermejo
á Bartolomé Rojo ó Rubio. Y cuan cierto es que sólo del conoci-
miento de la verdad me preocupo, voy ahora á demostrarlo de
una manera indubitable.
Estimando, como dejo dicho más arriba, una característica
de Bermejo las glorias ó nimbos que planta en las cabezas de sus
Cristos, he procurado por todos lados saber si los tales nimbos
eran conocidos en otras escuelas que la catalana. Sin duda por
ser el más interesado en este esclarecimiento mi amigo D. Pablo
Bosch y Barran, á él debo la comunicación del solo dato que tal
vez venga á quebrantar la fe en la característica en cuestión del
arte de Bartolomé Bermejo.
El adjunto grabado es la reproducción de una cabeza de
Jesús del Museo de Berlín, dada á Juan van Eyck. Que sea de
mano de éste la cabeza que aquí es de ver, lo niego en redondo,
por más que lo digan en Berlín. Por salvar todos los respetos no
califico esa cabeza: diré sólo que todo lo que le falta de realista
y le sobra de cabellera, la clasifican para últimos del siglo XV,
como no sea mejor de ver una obra del siglo XVI. Nada diría si
el cuadro de Berlín lo reclamara el Sr. Fry para Adriano Isen-
brant, que yo no quiero ni para Bermejo ni para su escuela ese
cuadro de Berlín tan desprovisto de caracteres de verdadero arte.
¿El nimbo? Cierto, como es de ver, que lleva la cabeza de
Jesús un nimbo cruciforme, nimbo del que podría presentar otros
ejemplos; pero el caso es que los nimbos de Bermejo no son sólo
cruciformes, sino radioformes ó glorioformes. Esta falta de los
radios intermedios entre los brazos de cruz es lo que distingue la
corona de Berlín de las coronas de Bermejo. Continúa siéndome,
pues, desconocida el que he llamado, de acuerdo con el Sr. Case-
llas, característico nimbo de Bermejo.
« 35
374 SAMPERE T UQÜEL
Debo añadir que el Sr. Tormo, en su citado anidilo, pági-
nas ;i8 ¿ ;20, admite que no sean más que uno Bermejo y
Rfibtus; y poi aquello de la rodela de! San. Miguel, que fuera
J. VAK Eyck (?): El Cristo
Masta de fieclin
Bermejo condiscípulo de Niinez, y entrambos «quí^ condiscí-
pulos en la enseñanza de Juan Sánchez de Qstro» (520), sobre
esre último extremo me ratifico en lo dicho en las páginas 1 12 y
siguientes.
S. Sinpeit y Mlqacl: Loi dulrecmlisti
Jame Hugubt: Ketablo de üaü Jorge
Escenas de su martirio
Mujeodel Louvrc, Parlí
^
b
JAIME HUGUET
i) José Puiggakí: Estudios de indumentaria española concreta y comparada {Biict-
lona, 1890), |>ág. 580, Um. 40.
-^v,'
n^—
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
275
■ ^._-j
«No hay, — dejamos dicho en la página 194 dd tomo I, — en
la tabla de San Jorge de Pedralbes, signo cierto para la filiación <ie
la misma á la obra de Martorell; pero yo no creo que lo mexios
provisionalmente no se le pueda adjudicar.» Esto escrito é im-
preso, mi último viaje á París y la amabilidad de D. J. Guiffuey,
que me mostró cuatro tablas del martirio de San Jorge como
procedentes de Barcelona ó de sus cercanías, me plantearon de
nuevo la cuestión del maestro de San Jorge.
Las cuatro tablas del Louvre resultaban desde luego de pro-
cedencia conocida por haber publicado Puiggarí la que representa
el arrastre de San Jorge. Malo es el dibujo, pero evidente la
copia', y á su pie escribió: «Fué de casa Rocabrunai». Esta
preciosa indicación me puso en camino de averiguar si entre
estas tablas y la tabla de San Jorge de Pedralbes existia una rela-
ción, y, en efecto, no tardamos mucho en averiguar que las
cinco tablas en cuestión habían formado el retablo de San Jorge,
en poder de D.* Josefa de Rocabruna hasta su fallecimiento,
pasando por un laudo arbitral pronunciado en 1872 con motivo
del reparto de sus bienes, la tabloide San Jorge, i su albaceazgo, y
las otras cuatro á su señora hermana, madre del barón de Albi,
que las vendió cinco años atrás al anticuario barcelonés señor
Dupont, y éste á un anticuario francés de quien las adquirió la
Sociedad francesa de Amigos del Louvre, que las regaló á ese
gran Museo. Aquí nuestros museos, por ser pobres, no tienen
«amigos». ¡Cuan cierto es que sólo se da á los ricos!
Ahora debemos explicar lo que hemos dicho de que proce-
diera de Pedralbes la tabla de San Joige.
Dijimos que la tabla procedía de una familia de no£nJ>re
aristocrático, nombre que sonaba en una calle ;de Barcelona,
aunque no con tal carácter: aludíamos á la calle de Dou. Nació
/I
.1;; I
• >7
.t.
VI
yM
r*
276 SANPERE Y MIQUEL
el error de haber sido el Marqués de Dou uno de los albaceas de
D.* Josefa de Rocabruna, por cuyo intermediario adquirió el
Sr. Ferrer- Vidal y Soler, á instancias del pintor Sr. Moragas, la
preciosa tabla de San Jorge (tomo I, pág. 194).
Lo que á consecuencia de todas esas averiguaciones resulta
ahora del papel pegado á la tabla de San Jorge, en el cual se leía
AlbeSy es que el retablo fué á. parar á dicho monasterio con
motivo de la última guerra civil, para sustraerle á sus furores,
enviándolo la familia Rocabruna, desde la provincia de Lérida;
pero de qué punto, de qué pueblo ó ciudad, no hemos conse-
guido averiguarlo; de modo que el dicho papel no era más que
un resto de la etiqueta del envío.
Dicho se está, pues, que ya no es posible, ni aun provisio-
nalmente, averiguado todo lo que antecede, continuar dando á
Benito Martorell la tabla de San Jorge, á lo que me había decidido
el dicho letrero, y el encontrar á Benito Martorell pintando para
el monasterio de Pedralbes.
El autor de la tabla de San Jorge tal vez se nos revela en las
tablas del Louvre ó de la familia Rocabruna. Yo creo que se
trata de una obra de Jaime Huguet, y fundo mi opinión en ser
incontestablemente una sola figura la de San Jorge en el cuadro
de su azotamiento, y la de San Damián del cuadro del martirio
de los Santos Médicos del bancal del retablo de San Abdón y
San Senén de San Pedro de Tarrassa (pág. 31). A esta identi-
dad se añade otra, la de la guillotina empleada para la decapita-
ción de los Santos Abdón, Senén y Jorge (pág. 28).
Semejanzas en las facciones de varios personajes creo que
también son de ver. Señalaré sólo un caso que me parece muj»^
claro. La cabeza que sale por encima de la del caballo del pre-
fecto Daciano, según Vorágine, no es otra que la del magnate
que asiste al emperador. en la tabla del juicio de San Abdón y
San Senén (pág. 26). Otras similitudes podríamos añadir, si en
las tablas de San Jorge, por tratarse de gente africana, no hubiese
el artista exagerado las facciones propias del pueblo judaico,
encargado de representar á aquél, hasta llegar á la caricatura.
El mulo blanco de la conducción de los restos de San Abdón
y San Senén (pág. 28), á juzgar por la factura, es el mismo que
S. Supere y Mlquel: Leí Cuiii
Jaime Hücuet: Retablo de Sak Jorge
escehas de su martirio
MuMo del LouTre, Piris
S. Sinpeie J Miqud: Im Ciialrxenlistas ailaimus
Jaime Huguet: Retablo de Sak Jorge
Escenas de su martirio
Museo del Uuvre, París
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 277
arrastra ai suplicio á San Jorge. Imposible dejar de notar en este
particular de la técnica la concordancia entre el retablo de San
Jorge y el de Tarrassa en punto á la supresión de los fondos
dorados y su sustitución por los de paisaje, ó sea la sustitución
de los cielos de luz por los azulados.
Conocemos la obra de Huguet por su dicho retablo de Ta-
rrassa, obra de los años 1458-1460, es decir, para un tiempo en
que nos consta la presencia de Luis Dalmau en Barcelona. Que
Huguet era capaz del virtuosismo ñamenco ó dalmaciano, su
retablo de Tarrassa, de una ejecución pulquérrima y de un colo-
rido caliente, lo atestiguan. ¿Se dejó Huguet ganar por las finu-
ras y los tonos vivos del flamenquismo? Todo lo que hay de
finura de ejecución y de contrastes doy que sea de la escuela de
Dalmau. La concordancia de tiempo explicaría que Huguet hu-
biese adoptado una técnica que había de tener forzosamente
admiradores en la escuela catalana á lo menos mientras viviera
Dalmau.
Si hay algo que sorprenda, para no decir que desoriente, en
el retablo de San Jorge, es el movimiento de las composiciones de
las tablas. Hasta en la figura bellísima del San Jorge hay toda la
magnificencia del gesto militar de un guerrero de la época. El
caballo mismo tiene un movimiento adecuado. Pero este mayor
movimiento no puede ser motivo para que no se dé á Huguet el
retablo de San Jorge.
Pasando del movimiento general de las composiciones al de
las figuras, Huguet, el hombre que tan alto se nos ha presentado
en la representación del misticismo de los mártires en las escenas
de su martirio, se nos revela ahora como maestro en la expresión
del dolor físico. Su San Jorge no cabe dudar que siente el dolor
material aun dentro de su exaltación religiosa. En este particular
casi me atrevo á decir que la pintura no presentará una figura
superior á la de San Jorge arrastrado. Es de aquellas que se dice,
para explicarlas, que se han tomado del natural. La rigidez de los
miembros y su exteriorización anatómica es de un realismo que
haría honor al propio Ribera.
Dejamos con todo esto dicho lo bastante para que se com-
prenda que dentro de la misma escuela catalana tiene el retablo J
27^ SANREEE Y HIQUEL
de Sao Jorge un valor excepcional. Sin salirse dé nuestra escueb,
se distingue de todo lo que oonocemos, como para enseñamos lo
distantes que aun estamos del conocimiento completo de nuestra
pintura. La dificulud de precisar para cada maestro sus variacio-
nes y su tiempo, <os de cronología muchas veces, cuando de
ellas conocemos más de tma obra, aumentan, como para el caso
de Huguet de quien no tenemos conocida más que una obra
indubitable y está para el año 1460, cuando nos consta en plena
actividad artística desde 1448. ¿Cuándo se pintó ei retablo de
San Jorge ó de los Rocabruna ?
Figuraron en la Exposición de los primitivos franceses las
cuatro tablas que hoy posee el Louvre, y figuraron, ó fueron
admitidas, sólo para probar la acción ó influencia de la escuela ó
pintores del duque de Berry, lo que sé por habérmelo escrito
D« J. Guiffrey. ¿En dónde, pues, iríamos á colocar el retablo de
San Jorge, si quisiéramos ponerle en condiciones de poder sentir
lo que se quiere llamar escuela nacional francesa? ¿Cómo esa
influencia pudo penetrar en Cataluña sin dejarnos rastro en el
primer cuarto del siglo XV? De haber penetrado, hubiera bastado,
de seguro, que Luis Borrassá se atravesara para contenerla
primero, para rechazarla después. Admitir que los miniaturistas
del duque de Berry, fueran quienes fueran, pintores de obras
desconocidas, ó de las atribuidas sin correlación posible con
las producidas por el autor del retablo de San Jorge, pudieron ins-
pirar á Jaime Huguet, sólo es posible en la hipótesis de que á
conocimiento de éste llegase un día un manuscrito iluminado por
dichos maestros.
Recuérdese que necesitamos, para explicar el fracaso de Dal-
mau, de maestros que por la importancia de sus obras puedan
justificar ó dar razón siquiera del desvio de los contemporáneos
de Luis Dalmau por su pintura flamenca.
Sólo hemos podido en esta dirección señalar lá obra de
Benito Mártorell, y de aquí nuestra atribución de la tabla d¿ San
Jorge i su mano, por cuanto esta tabla, si no supera, no desme-
rece en prolijidad de ejecución y riqueza de color lo más hermoso
de la escuela flamenca* Pero ahora, con Jaime Huguet al lado de
Benito Mártorell, ¿ya tenemos conocidas fuerzas bastantes á
S, Sinp«re y Miquel: Los Cualnjetnllslat tafalaita
Jaime Hügdet: Ketablo de bAU Jorge
Escenas de su martirio
Multo dtl Lóame, París
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 279
explicar el jaquemate de nuestra escuela á la intrusión flamenca ?
Este estado de nuestra {untura resistiendo al formidable
empuje del maestro proclamado el mejor de sus días por los
concelleres barceloneses, se puede ir concretando prescindiendo
de toda atribución á los maestros, ateniéndonos á las obras que
llevamos conocidas, al retablo de San Marcos de Manresa, al
retablo de la Transfiguración de Barcelona, al retablo de San
Jorge de los Rocabruna, Pues bien: este grupo de obras tiene
todavía otra, que es la intermediación, el eslabón del enlace de
las mismas con la obra de los discípulos de Luis Borrassá.
Guarda hoy para la venta en sus depósitos artísticos el señor
Dupont una parte de un altar ó retablo de la colegiata de Car-
dona, del cual no queda en la misma otro recuerdo, y ni en Sol-
sona ni en iglesias vecinas he encontrado lo que falta, á saber, la,
tabla central y otra tabla lateral, la derecha. En la tabla central
indudablemente estaba representada la Virgen con el niño Jesús,
tal vez acompañada de San José, como lo indica de un modo
cierto el cuadro de la Adoración de los Reyes de la tabla conser-
vada, en la cual sólo se ven á los tres Magos en adoración acom-
pañados de un paje. La pérdida de esta tabla central es una gran
pérdida, por lo mismo que sería de dimensiones capaces para una
Virgen de tamaño natural ; y como en la tabla conservada tene-
mos la Anunciación, en donde es de ver una Virgen realmente
notable por su dibujo y modelado, aunque ferozmente retocada,
como el ángel y otras figuras, la presencia de ésta, si puede
hasta cierto punto suplir la falta de aquélla, no basta á consolar-
nos de su pérdida. Tendríamos, de haberse conservado, una conti-
nuación de la historia de la Virgen catalana, pues aun cuando no
sea de ver en la Anunciación la Virgen de Borrassá, para mí es
indudable que aquella cabeza varonil procede de la Virgen sienesa,
que, á mi entender, ofrece aquí, como en Italia, en Bellini, el
tipo de la Virgen por los venecianos á tan hermosas alturas
levantado.
Cierto estoy que los que admitieron en la Exposición de los
Primitivos franceses las tablas de San Jorge como muestra de la
acción ó influencia de los pintores ú obreros, que también así se
les llamaba entre nosotros, que iluminaron dos magnos libros
28o SANPERE Y MIQUEL
de rezos (Libros de Horas) del duque de Berry, Juan de Francia,
con mayor motivo aceptarían la tabla de la Anunciación, porque
Virgen y Ángel parecen haber salido de la escuela de miniatu-
ristas que ilustró dichos libros. Compárese, sino, la Anunciación
de Cardona con la de Les belles Heures de Jean de France, duc de
Berry, hoy en poder del barón de Rothschild, antes en poder de
la familia de Ailly ^
Esta relación viene á dar realce á la cuestión planteada y dis-
cutida, aun no resuelta, por el Sr. Bouchot, de lo que debe enten-
derse por «obra de Lombardía», expresión con que se designa la
manera de un grupo de pintores y miniaturistas lombardos em-
pleados por el Duque de Berry ^. Y en esta dirección de prevale-
cer no creería que la « manera lombarda » no fuera de ver en las
tablas de San Jorge y en las de Cardona, no por influencia directa
de los maestros empleados por el Duque de Berry, sino como una
manera deducida de la difusión y progreso de la escuela sienesa
en su tendencia naturalista más acentuada. Que no hay relación
directa lo prueba lo muy superiores que son en perspectiva los
maestros lombardos del Duque de Berry con relación á los
maestros catalanes. Si no se olvidara por los historiadores de la
pintura la relación de causa á efecto, no se empeñarían en buscar
contactos que no pueden demostrarse, pero que parecen ciertos
en virtud de dicha relación.
Llegando á tiempo el segundo número á^Zultura Espa-
ñola "^ , diré que Jacquemard de Hesdin, Houdin, Jacquemart
Hodin en los documentos de su referencia, ilustró, en efecto. Les
Grandes Heures du Duc de Berry, manuscrito latino número 9 19 de
la Biblioteca Nacional de París, pero no Las Horas de Chantilly,
como todavía repite el Sr. Tormo. El' de Hesdin no pertenece á
la escuela de Las Horas de Chantilly y Rothschild, no pertenece
á la escuela, manera ó ouvrage lombarda. Asi, peca de toda exac-
i) Gaxette des Beaux Arts (París, abril de 1906).
2) Bouchot: Les Primitifs f raneáis (P^ítís^ 1904). págs* 196 á 224.
3) Tormo: Miscelánea de nuestros pintores del siglo XV, Jacomart según los estudios ie
Tramoyeres y Burguera. Un nuevo xDalmau» del Louvre, que parece wi trGalUgos», BarMomé
Rubeusy Bartolomi Bermejo.:, y Juan Núñei el de Sevilla (Madrid, mayo de 1906, pági*
na 515).
k
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES 28 1
litud la referencia del Sr. Tormo con el retablo anónimo de Fray
Bonifacio Ferrer del Museo de Valencia, antes atribuido á Fra
Angélico, después á Spinelli, á la obra de Hesdin, no en cuanto
á lo que antes se creía de Hesdin, hoy indiscutible como de la
manera lombarda.
Pero el Sr. Tormo se pone dentro de aquella relación de
causa ó efecto que he dicho explica, lo que no explican los con-
tactos supuestos, cuando dice :
«Sabido es que Tomás de Muttina (de Módena) es, con Teo-
dorico de Praga, uno de los dos patriarcas de la pintura alemana,
habiendo sido llamado desde Italia por los emperadores de la casa
de Luxemburgo por 1357. Pero no es tan conocido el hecho que
los franceses no saben de que Carlos V de Francia (hermano del
Duque de Berry y de Felipe el Atrevido), otro gran Mecenas del
arte de la iluminación de manuscritos, compró en 1378 la céle-
bre Biblia de Gerona, trabajada por Bernardino de Mutiina, que
después adquirió en París el arzobispo Mur, que la dejó en testa-
mento á Ja sede gerundense, primera que regentó.
))La escuela de Módena en esa época se parece más al gio-
tismo sienes que al florentino; la Trinidad del pintor franco-
flamenco Malouel (rondo del Museo del Louvre) no obedece á
otro influjo» (loe, cil,, 515).
Como pudiera creerse por lo dicho que el giotesco sienes
Bernardino de Módena pudo influir en Luis Borrassá, he de decir
que la Biblia en cuestión no estuvo en Gerona hasta el día 10 de
octubre de 1456, por donación de Mur á su fallecimiento, quien
la compró á mediados de siglo en París al pasar á esta ciudad como
embajador de Alfonso V ^ .
¿Quién puede ser el autor del fragmento del retablo de Car-
dona? Si, como creo por lo dicho, que el de San Jorge lo pintó
Jaime Huguet, éste pudiera ser asimismo autor del retablo de la
Colegiata de Cardona, éste, de mucho, también anterior á aquél,
por sus antecedentes de dibujo y factura. Como indicio ó dato de
filiación, son de comparar el primero de los tres reyes con el
sayón de la derecha — en segundo lugar — del cuadro del azota-
i) Villanukva: r/j;V ///¿rrtrio, etc. (Madrid, 1850), X, pág. 109.
« ?6
S2 SANPERE V MIQl'EL
liento de San Jorge. Sin estas reminiscencias viera gustoso una
iribución á Jaime Cirera '-
Fué este incuestionablemente pintor de categoría; y como
-a á la vez natural de Solsona y cuadra su tiempo conocido con
I presumible del retablo de la Colegiata de Cardona, siendo la
^cindad tanta, como atribución provisional no se discutiría
entro de nuestra repugnancia por los maestros anónimos.
Todo cuanto ahora dejamos dicho á propósito de Jaime
[uguet nos hace más lamentable e¡ no tener seguridad en las
ribuciones que le hacemos como anteriores á su retablo de San
edro de Tarrassa del 1460. Cuando en la tabla hermosísima del
in Jorge notamos franco su fondo azulado, y las armas del
iballero y nervios de las alas de relieve del endriago como
igando todavía contribución al estilo de la época, contra el que
otestan los maestros que entonces se llamarían los modernos,
)ncluimos que no era sólo Dalmau el maestro innovador;
icontramos la aparición de éste más justificada, y nos damos,
)mo liemos dicho, razón de su fracaso por contar la escuela cata-
na dentro de su escuela histórica maestros de tanta fuerza como
¡me Huguet.
JUAN LUIS DE VALLS
Nada tan curioso, como prueba de la confusión producida
)r el imperio de una idea, como el convertir Nuestra Señora de
Misericordia, que hubo de pintar Juan Luis de Valls, en una
irgen de la Gracia ó de la Gloria, todo por aquello del grsto del
egado del vestido de la Piedad del portal de su nombre de la
atedrnl de Barcelona, y esto cuando de la Virgen de la Gloria
ibia hablado i propósito de la que creo obra de Pablo Vergós,
lera de esta singular confusión, producida indudablemente poi
1 error de vista, al hergesl por genis, aun escribiendo esto, claro
tá, maquinalmente, nada más hay que advertir, pues dicho se
ta que Nuestra Señora de la Misericordia no viene á justificar lo
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
283
que decíamos sobre la introducción del plegado franconiano, que
continúa como introducción propia de los escultores en madera
ó tallistas. Tarde para ampliar la acción de los maestros flamen-
cos tallistas en la escuela catalana de pintura con nuevos datos
recientemente recogidos, me ha de ser permitido afirmar -una vez
más mi convicción de que á ellos se deben todas las reminis-
cencias flamencas que en los maestros de fin de siglo en nuestra
escuela se presentan.
ALGUNAS ERRATAS
TOMO
I
Págs.
Línea
Dice
Debe decir
II
9
120. Piralt
120. Pinait
II
36
1299
1499
12
7
Vallahiga
Vallebriga
12
2ü
Bernardo
Bonanat
45
23
Van Evck
•
van Eyck
46
17
Massolino, Massaccío
Masolino, Masaccio v los van
V los \'an Evck
Eyck
90
31
Schaasse
Schaase
99
17
Borra ssá
Bórrese este nombre
123
35
Agbar
Abgar
158
2
laiita
SaiiUi
199
grabado
La Transfiguración
La oración en el Huerto
201
ultima
flamenquizado Luis
flamenquizado por Luis
Daimau
Daimau
205
27
de Jesús
y el de JesiU
215
14
fué á ver
fué ver
246
21
para
por
\
284 SANPERE Y NÍQUEL
ñau 3
Tí
r/jí
7
Eych
Evck
nota 1
(París)
(Lisboa)
4
unidos los veo
unidos veo sus apellidos
17
Borán
Borau
de su
de la
^
docunieiiiadas , e\isiieran para
los Femindíz v .Mfonso del
siglo XV, dígase si
36
LX
IX
5Í
1}
Buchot
Bouchot
cuadro
18 y 21
'S
Phillips
Phillipi
grabados
Gabriel Guardia
Francisco Solibes
grabado
San Pablo Evange-
San Jcax Evangelista v San
lista V Sak Pablo
Juan Bautista
Bautista
21
Cuyraliis
CumiUrs
2K
Camargno
Camarguo
J
DOCUMENTOS
DOCUMENTOS
Dimecres iS Agost de ¡400,
En nom de nostra senyor es avengut entre lo molt honorable
Mi^er Pon^ dAmbru, doctor en decrets e cabiscol de Vich, duna part,
e Mestre Jacme Cabrera, pintor, ciutadá de Barchna., daltre part,'quel
dit mestre Jacme Ü faga un retaule de la forma sagüent :
Primerament que I dit mestre Jacme faga al dit honrat Miger Pong
un retaule de bona fusta dalber, apte e sofficient a retaule a fer, lo
qual sia tot una post ben barrada de XII. palms d ampie e de XV. palms
de larch, ab un peu deiús e ab sos guardapols.
ítem que en lo dit retaule lo dit mestre Jacme haia a pintar la
istoria tota de la passió, go es, del Jeshús devallat de la creu, per la forma
e manera que es pintada la dita istoria en lo retaule ja fet e posat en
lesgleya de Sancta Maria de Montosion en la Ciutat de Barcelona,
e ab totes les armes de Jeshu xpist e ymages e altres coses pintades e
posades en lo dit retaule.
ítem que lo dit retaule aia a pintar de bones e fines colors e
daurar de aur ñ de Florenga, e ferhi o bestir la on master será, ymages
vestides de fin atzur dAcre, e la deuradura ab fullatges e altres obres
pertanyents a obra ñna embona de retaule.
ítem que los guardapols sien pintats d atzur d Alamanya, ab texels
p senyals de roses o altres obratges de fulla dargent, sagons es acos-
tumat de fer.
ítem en los costats de la dita post o retaule ferá radorxes e capi-
tells daurats de ñna aur e ratens rahó a la dita obra, e tot agó aia a
donar acabat lo dit mestre Jacme del primer dia de satembre prop
vinent a i. any primer venidor, sotspena de C. Iliures, guanyadores la
i
IV SANPERE Y MIQUEL
meytat al senyor rey e laltre meytat al dit honorable Mi^er Pon^,
eucars, empero, que la dita pena per ell fos acusada e no en altre
manera.
Ítem que per preu del dit retaule lo dit honorable Mi^er Pon^
sia tengut de dar al dit mestre Jacme vuytanta florins dAragó, ^o es,
de present vint e cinch florins, e com deurará altres XXV. florins, e
com posará lo dit retaule los restants XXX. florins, al qual retaule
a posar aia venir lo dit mestre Jacme a messió del dit Mi^er Pon^,
en lo temps que ell lo fará venir el volrá posar.
Fuerunt firmata prescripta capitula etc, die mercurii XVIII augusti
anno M.CCCC. presentes testes.
Vich: Curia Fumada, Manual 1400-1403, del notario Berenguer
de Vila.
N. B. El día de firmada la contrata, el pintor recibió la primera paga.
II
14 Abril de 1404.
En nom de Deu sia amen.
ítem com yo Jacme Cabrera, pintor, aia a fer 1 reretaule ais promens
de Sent Joliá de Sorba de laytarca, de xvi palms dalt, ha d ampie xvi,
ab lo tabernacle he ab lo bancal petit que aia ii imagges, la i de Madona
Sánela Maria, he laytra de mosseyer Sent Johan, he lo dit reretaule aura
gardapols en torn, lo qual aura i palms.
ítem mes lo dit reretaule son iii peires, lo qual deu esser de mos-
seyer Sent Joliá he de madona Sancia Bissilicia, esposa sua, horen monges
negres ab dos. ítem en la pessa migana deu aver íi estories, sos assa-
ber, alt, a la punta, deu esser lo crucifiy, he a lastoria maior deu esser
de la i i part mosseyer Sent Joliá, he de laytra part madona Sancta Besse*
licia, esposa sua. ítem en les pesses foranes deu aver ii estories de
cascun daquest ii beneits sants.
ítem cum yo son tengut de fer lo dit reretaule de bona fusta
dalber, bona he segua, ab redortes he piyades ab espigues he nasses,
e son contengut de colar, deu drapar, deu guiyar tot asó de bona
aygua cut he de bon drap, he de boguis que sia bo he fi.
ítem cum yo son tengut de fer al dit retaule de daurar, s.os asaber,
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES V
•
les redortes he piyades eyugues he uasses he tot loe hon niia mester
de bon hor de Florensa, bo he fi, he bon atzhur d Acre, bo he fi, en tot
loe on si nesesari, ha daltres colós bones he fines.
Itera detz fer lo guardapols del dit reretaule en botitz he dauratz
d argent colrat he d atzhur d Alamaia.
ítem eum los ditzs promes de Sent Joliá son tengutz de donarme
Ixv floris dAragó, sos asaber, en tres pagues, la primera xx floris, la
segona eom lo dit reretaule será en eamp de daurar, laytra cant será
acabat.
ítem eum yo, Jaeme Cabrera, sia tengut de anar possar lo dit
reretaule a lur mesió anat he vinent,
ítem eum yo aia acabat lo dit reretaule a tems sert a les festes de
Passca primer vinent, sot pena de xxv Uiures, goyadora per la mitat
al senyor rey, he laytra mitat ais ditz promes, feta per ho per los
dits promes primerament requesta.
Fuerunt firmata per dictum Jacobum es una parte Et Franciseum
de Briquideres Rectorem ecclesie sancti Juliani sa Sorba, Berengarium
Savall, Bernardum Coll, Jacobum sa Cudina et Jacobum sa Salada
dicte parochie nominibus eorum propriis et tocius universitatis die
XIIII aprilis Anno domini M.° Quadringentesimo Quarto. Fuerunt
testes discretus Petrus de Solerio presbitero beneficiato, Anthonio
^oliba bracerio vicensi, et Alexio de Codonyano eum dicto Jaeobo
Comoranti dieta die.
Dietus Jacobus Cabrera firmavit apocham dictis Rectori et homi-
nibus de viginti florenis.
Pro testibus Petro de Bruno et dicto Alexio de Codonyano,
Vich: Curia Fumada, Manual del notario Galcerán de Vila, 1401-
1404.
III
Dimecres XXVII Agost 1404.
En Nom de Deu &.
Traetats e avenguts son capitols entre los honorats lo Sr. en Pere
RigolfF e en Jaume Rigolft, mercaders, ciutadans de Barchinona; en
Romeu Pastorellas, el Senyor en Ramón Montgros, de la part de
Gordiola, bisbat de Vich, duna part; en Luis Borrassá^, pintor, ciutadá
VI
SANPERE Y MIQUEL
de Barcinona, de laltra part, sobre un retaule, lo qual, Déu volent, se
complirá sots invocado de SJ Salvador, en la sgleya del dit loch de
Gordiola, so es, per laltar major.
ítem lo dit Luis sie tengut de eudrapar e enguixar de bon guix
gros e de guix prim bé e complidament tot aquell retaule que los
dits promens li han ja liurat, fet de fusta, lo qual a d ampie demunt
1 6 palms de cana de Barchinona e 15 dait, compranent lo tabernacle
e banchal, e lo dit es fet dalt a forma redona retent volta; es empero
construit de tres taules e banchal e tabernacle, e ab redorsas al mig e
tot entorn, perqué tota aquesta obra promet lo dit Luis que enguixará
be e complidament e a profít de la obra, segons que en altres bels
retaules es acostumat.
ítem lo dit Luis sie tengut de pintar en la taula mitjana la Sede
magestaíis, so es, Satit Salvador saeni en Sede magestatis, ab los quaire
evangelistes, e dalt la historia del Crociffix ab les Maries, Sant Johan e
juheus armáis, axi com se pertany a la istoria. En la taula primera fará
duas historias: la Transfigurado e la Cena, En laltra altres, com Jhudas
besa a Jesuchrisl, e los juheus lo preseran, e com resussita e aparech a ¡a
Magdalena.
ítem en lo banchal tres histories, so es, de la una part duas, con
Jesuchrisl sen puga al cel, laltra passió imaginis, so es, com los juheus
bateran la ymage del Cruciffix e daquela ymage isqué gran multitut de
sanch, e en laltre part del banchal fará la istoria, so es, lo juy, e aprés
pintará lo portal, so es, que daurará lo bossell del portal sant, com
sen lo banchal, e lo sobre pus del portal pintará de algunes colors ab
alguns fullatges o alguna altre obre que stiga gentilment.
ítem promet que aquesta obra el fará dor fi, so es, les redortas,
arxets, diademas e aquels campers que necessaris hi sien, axi del
banchal com del retaule. Axl mateix lo tabernacle promet que fará dor
fi, so es, tant com se demostren les tres cares, e de azur dAcre, e dins
pintará lo dit tabernacle vérmelo, ab algunes obres, e encara promet
que en quiscuna istoria fará una ymage dazur dAcre bo e fi, e les
altres ymages de bon carnojsis e d altres bones e fines colors, segons
que en altres bels retaules es acustumat.
ítem promet lo dit Luis que tota aquesta obra el aura acabada
de ^i a la festa de Nadal de Nostre Senyor primer vinent, o huit jorns
avans, per tal que aquela puga esser posada e assegurada en la dita
sgleya en la dita festa.
E per totes aqüestes coses demunt ditas, los demunt dits promens
prometen a dar al dit Luis Borrassá, axi per massions com per sos
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES VII
trebayls, setanta florins dor dAragó, deis quals li donen a present
dotze, los que conf^s aver auts e rascebuts, e a la festa Domni-Sancto-
rum vint florins ; lo restaut cont Deu vuyla que sia acabat e ans de
posar.
ítem lo dit Luis Borní ssá promet que coni lo dit retaula será
acabat e los dos promens aquell sen portaran, lurs trametrá e liurará
un jove o macip seu que sen vaja ab ells per aydar lurs a seura e
posar lo dit retaula, per ^o que milis e ab menis perill pucha esser
mes, posat e assegut, e los dits prohoms son tenguts de fer la provisió
o messió del dit macip, anant e retornant sens algún salari. — Et ideo
nos dicte partes laudantes, &.
Comunicado, y en mi poder, por el Sr. Puiggarí.
IV
Diumenge 2^ Agost de 1406.
En nom de Deu e de la Verge María e del beneventurat messenyer
Sent Luis e de madona Senta Lucia.
Capitols fets e fermats entre los promes e comfrares de la confraria
del beneventurat mossenyer Sent Luis e de madona Seta. Lucia de una
part, e en Nicholan Verdera, pintor, ciutadá de Vich, daltre part, sobre
un rerataule, lo qual los dits promes e comfrares fan fer en la
capella e sobre 1 altar deis dits sants e sa construhida en lEsgleya
deis frares menors, sots la invocació de mossenyer Sent Luis e de madona
Senda Lucia,
Primerament promet lo dit Nicholau Verdera de fer lo dit retaule
de bona fusta dalber blanch, bona e ben sequa, de mesura d ampie
XV palrns de cana de Vich, de color, e de XX palms dalt de la demunt
dita cana, comprenent hi lo banchal, ab redortes dobles, per sem-
blant forma que aqueles del retaule de Sent Gabriell qui es dins la
casa deis frares menors de la ciutat de Vich.
Ítem promet lo dit Nicholau Verdera de andrepar lo dit retaule
de bon canamas nou, so es, de bri de canem de Burgunya, e daurar-
lo de hor fi de flori de Florensa, e pintar de atzur dAcre bo e fi e
daltres colors bones e fines. Axí com es acostumat en altres bones
hobres.
VIII SANPERE r MIQUEL
ítem promet lo dit Nicholau Vertiera de íer hi pintar, ^o es, en U
una taula forana üi islories de Sent Luis e en laltre laule forana altres
::. :.i.^:.. j. f...i. r..,: ^j^ j^j ^g^yor de Gordia, deis frares
I del mig dues ymages, la una de Seiil
1 ymage do Sent Luis que sia vcstit com
ossa, e vestit dezur dAcre sembral ab
a punta de la matexa pessa fará e pin-
nblant forma e manera que es pintat en
es dins la seu de Vich. E la ymage de
:one(xe)nsa del gordiá de frares menors
nfraria quals que sien.
. Nicholau de fer hi pintar en lo banchal
i, asaber, en mig Joch del banqual la
U Ih¡. e vi. angelí, üi a cascuna pan qui
les altres iiü ísiories, la Nunciació, la
Doraci¿ deis Reys, la iiü la Resunecció;
laquel de Sent Nicholau qui es dins la
u Vetdera que fará e pintará lo guarde
1 dargent cojrat e de azur dAlamanya
u que lo dit retaule fará en la manera
;nsa de ii mestres i per part del dil
1 dits confrares elegidors, declarant,
d los dits dos mestres elegidors decía-
ell en la manera demuní dita, que la
;s do* mestres lo salari e despeses quels
neis pertanyeria. E si declaraven no
;muiit dita, lo dit Nicoiau haia estar,
:aule. Axi que a conexensa deis dits
el preu devall scrit, qui )i es promés,
en lo prop dit cars lo dit Nicolao, a
iri qui per axóls pertanya, e tes des-
ricu feís los dits tí mestres.
romet lo dit Nicholau Verdera de aver
unt dits promes e confrares dins tal
esser posar ab tot compliment del dia
un any pus prop esdevenidor, e dassó
era e dona fermansa en Francesch de
'ich, Pero que lo dit Nicholau no aia
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES IX
a posar lo dít retaule a cost ni a massió sua, mas que aministrerá
aquels quil posaran.
ítem convenen e prometem los demunt dits promes e comfrares
de donar e paguar al dit Nicholau Verdera, per preu del dit retaule,
Iv. lUures barchinoneses, pagadores entre iii pagues, ^o es, de pre-
sent XVI IHures VIII sous, e con lo retaule sia deboxat e en cunsa de
deurar, altres XVI Uiures VIII sous, e les remanent XXII. Iliures com
lo retaule sia fet e acabat dins Vich, dintre lo temps de demunt dit.
Fuerunt jurata et laudata hujusmodi capitula etc, die dominica
XXIX Augusti anno M.CCC.VI.
Vich: Curia Fumada, Manual 1405-1408, del notario Bartolomé
Escayó.
V
Divendres 21 Navembre de 14 10,
En nom de Deu, &.
Sobre lo retaule fahedor per en Luis Borrassá, pintor e ciutedá de
Barcelona, a obs del altar de S, Anthoni, construhit en la iglesia de la
ciutat de Mendresa, son estats fets, concordats e convenguts entre los
honrats en J. Desglayoles, en P. de Torroella e Marti de Bojons, en
Francesch Benetes, confrares de la confraria del dit S. Anthoni, tots
de la ciutat de Mandresa, de una part, e lo dit L. Borrassá de laltra, los
capitolls seguents :
ítem: lo dit Luis. Borrassá convé pintar lo dit retaule. qui vuy es
ja fet de fusta en poder del dit Luis, a fer en aquell e pintar les histo-
ries segons e per la forma que son dades o posades en la vida del Sant
en la manera que li donaren en scrit en un full de paper; lo qual pro-
met daurar de aur ñ de Florensa, e les colors de que vestirá les dites
ystories sien de atzur bo e ffi d Acre e de altres colors bones, e lo guar-
dapols dargent colrat o d atzur d Alamanya e d altres bones e fines colors,
segons se acostume fer semblants guardapolls; empero que si los con-
frares damunt nomenats o mossén lo prior deis frares deis sachs e lo
discret en Benet Bojons, preveré, vulran alegir o variar alcunes istories,
que ells ho puxen fer dins espay de dos mesos.
ítem : lo dit Luis sie tengut e age a fer los encarnaments axi com cares,
e mans, e peus quis mostren nuus, tots de sa má.
II
X SANPERE Y MIQUEL
ítem : com lo dit retaule será acabat ell age anar en Mandresa per
possar e mostrar lo dit retaule a cost e mació deis confrares.
ítem : lote istoria en que es mostré S. Anthoni com Abbat age a vestir
ab capa qui reta drap daur metiíade daur dAcra e picade.
ítem: en ¡es istories hon age aver rey, semblantment sie vestit drap
daur,
ítem: en totes altres vestadures hon age aver brots e perfills
d aur, que sie ñ, axi com damunt es dit.
ítem : sie tengut a tota reparació del dit retaule com sie possat,
axi com de mal enguixat e de colors qui sabeladasen e de fenaduras
quis fessen per culpa sua, en a^ó sie tengut dins dos anys aprés que
será posat.
ítem: sie tengut dins un any aver splaguat lo dit retaula e possat
comensador lo die de Nadal primer vinent a un any saguenl. Empero
mes, que age a fer ¡os diabtes de diverses colors, que nofossen tots negres,
avans ni agués de vermeys e veris e d altres colors fines. E con vé que les
coses damunt dites haurá perfetas e acabadas dins lo dit temps, pri-
merament sots pena de 50 sous barchinonins, e obligue sos bens, ell
jura per Nostre Senyor e los sants quatre evangelis.
Los dits confrares prometen fer preu de les dites coses 294 florins
dor dAragó, ara de present 50, quant lo retaula será a punt de daurar
150, e los restants quant será acabat e en la dila-capela posat.
ítem: diu lo dit Luis que no se acostuma de fer les vestadures
deis reys, ne capes, ne brots, ne perfills, sino daur partit; mes tots
los campes e arxets e altres coses qui y sien daur fi; e los vestits se fan
daur partit.
ítem: sie tengut quant lo dit retaula será splaguat avia naguna
falta per colpa sua, que no saguis la manera que le darán en scrit, ^o
es, de les vides que aura a fer que pogués a conexer per altre son par me^
nestrall.
ítem : deis presents capitolls sien fetas aytantes cartes com ne serán
demanades, &. &.
(Este contrato lo publicó traducido al castellano Puiggarí en el Museo Uni-
versal (Madrid, 1860), pág. 44. El original catalán copia de su mano nos lo
entregó en diciembre de 1902. Procede de un manual de nuestro Archivo de
Protocolos, pero no consta de cuál, por haberse extraviado una hoja, la pri-
mera del cuaderno de copias de Puiggarí.)
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XI
VI
22 SepUmhre de 1412.
Noverint universi. Quod nos Jacobus Vib, Jacobus Graellis merca-
lor, Galcerandus de Rafechs el Bernardus Solerii coriaterii cives Mino-
rise, Confratres confratrie Sancti Spiritus ordinate in Capella Sancti
Spiritus constructa in ecclessia beate Marie de Minorisaac ipsam unna
regentes confratriam agentes in hiis nomine dicte confratrie ex una
parte, et ego Ffranciscus Feliu pictor civis Minorise ex parte altera.
Attendentes quod ratione seu pretextu abtacionis fíende per me dictus
pictorem in retrotabulo dicte capelle fuerunt ínter nos dictas partes
inhita et conventa capitula subsequentia.
En nom de Deu. Qpitols fets entre los regidors de la Confraria
del Sant Esperit, ordenada en la capella del Sant Sperit, situada en
l'esgleya de Madona Sancta Maria de Manresa, de la una part, e en
Ffrancesch Feliu, pintor, de la ciutat de Manresa, de la altra part,
sobre la reparació per lo dit pintor faedora de algunes fenedures e
rasures qui son fetes en lo retaule de la dita capella.
Primerament lo dit pintor promet de spolsar lo dit retaule, e de
tornar e adobar lo mantell de la ymage de Jesús del Coronament, e aprés
de adobar totes fenedures qui en lo retaule sien dintre les ystories,
e de adobar totes blancures de guix qui si apareguen, e axi mateix de
posar sisa en les fresedures que no blanqueyen en tot allá on adobar
facen, e alcuns mantells axi mateix qui blanqueyen de posar un poch
de color semblant d aquella mateixa, qui si es e per semblant de adobar
perfectament tota la obra del dit retaule de fines colors, segons la
obra qui ja hi es, les quals coses promet haver acabades daci a la festa
de Omnium-Sanctorum prop esdeven idora.
ítem promet que si dins sis anys primer vinents los dits adops o
aigú o alguns daquells venien a menys, que ell a ses propries messions
ho tornará tot Uá hon ell hagués adobar.
ítem las dits regidors prometen donar al dit pintor, per son
salari e treballs de les dites coses, VIH florins dor d Aragó de just pes.
Idcirco laudantes, appobantes, ratificantes et confirmantes predicta
capitula et omnia et singula in'eis et quolibet ipsorum contenta gratis
et ex certa sciencia, promittimus pars scilicet parti adjuncte et vicissim
ac convenimus bona fide et per francam validam et solemnem stipula-
XII SANPERE Y MIQUEL
tionem quod attendemus et complevimus pars scilicet parti adjuncte
et vicissim omnia et singula in dictis capitulis et quolibet eorum con-
tenta juxta ipsorum capitulorum et cuius libet eorum mentem seriem
et tenorem. Et per predictis ómnibus et singulis attendendis firmiter et
complendis obligamus pars scilicet parti adjuncte et vicissum videlicet
nos dicti regentes omnia et singula bona dicte confratrie, et ego dictus
pictor me et omnia bona mea mobilia et inmobilia habita et habenda
ubique. Renuncians quantus ad hec omni juri racioni et consuetudini
contra hec venieniibus. Et ad maiorem predictorum ñrmitatem, ego
dictus Ffranciscus Feliu juro sponte in anima mea per dominum Deum
et cuis Sancta quator evangelia manibus meis corporaliter tacta, pre-
dicta omnia et singula attendere et coraplere tenere, et inviolabiliter
observare, el non in aliquo contrafacere vel venire jure aliquo causa
vel etiam ratione. Actum est hoc Minorice XXII die Septembris anuo
de Nativitate Domini Millessimo CCCC» duodécimo. Sig Qg num
Jacobus Corb, Sig |^ num Jacobus Graells, Sigj^ num Galcerandi de
Rafechs, Sig j^ num Bernardi Solerii regencium dictam confratriam,
Sig j^ num Francisci Feliu jurantes predictorum qui hec facimus et
firmamus; testes hujus rei sunt discretus Petrus de Rochafort prior et
Romeus de Caullis ebdomadarius dicte ecclessie.
■
Archivo Municipal de Manresa : Llibre deis Cuyralers,
Comunicado por el oficial primero de dicho archivo D. Joaquín Sarret
V Arbós.
VII
ij Juliol de 141^.
Ego Ludovicus Borraba pictor civis Barchinona confíteor et rego-
nosco bobis venerabili Bartholomeo dé Solerio licenciato in legibus
civi vicens presenti, quod solvistis michi et ego a bobis habsit et recepi
numeranda ducentos florenos auri comunes de Aragonia, pro quibus
construxi et pincli vobis reíroiahulum ad opus monasteri Sancie Clare
Vid, Et ideo renunciando exceptioni non numérate pecunie et non
recepte et dolo, fació bobis de predictis ducentis florenis per vos michi
ut predicitur ea solutis presenta apocam de soluto et ponum et perpe-
tuum finem et partitum de ulterius non petendo voló tamen quod
onnes alie apoce per me vobis predictis vel absqua eorum pacte
__j
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XIII
íacte sint casse et bone et subtus presentí comprehendantur (Vich
17 Juliol 1415).
Vich: Curia Fumada, Manuales 11-12, de Pedro Artigues, 141 5-
1417, fol. 85.
VIII
Diumenge a XV de Juny, any MCCCCXXL
Avinenga estada feyta entre los honrats Jurats del loch de la Guar-
diolada dun retaule de monsenyer Sent Michel,
Primerament: Loren^ Barbera, Arnau Mas, Jaume Fiter, Johan
Lado, Jurats lany present, ab mi, Ramón de Mur, pintor de la vila de
Taraga, sobre lo, Deu volent, dit retaule de mon senyer Sent Michel,
lo preu del qual son trenta e tres florins dor dAragó e de bon pes;
deis quals trenta e tres florins me prometen de donar de present sinch
florins, e de ci a Santa María d Agost los altres sinch ; e lo restant de
tota la quantitat com lo dit retaule será acabat. Axi metex promet lo
dit Ramón de Mur dar acabat lo dit retaule de ci a sinchquagesema
primer vinent.
ítem promet lo dit pintor de fer lo dit retaule dalt la pe^a del
mig, comprenent hi lo banch, dotze palms, e a^ó palms del dit mestre;
e les foranes dalt, comprenent hi lo banch deu palms e mig, e d ampie
nou palms ; he assó son les dites mides del retaule dalt e d ampie.
ítem promet lo dit pintor de fer lo dit retaule tal com lo que yo
fiu an Arbones de Verdú, ab filóles planes, e arxets, e remplants; tot
labre ques segueix peruia de tala, e de colors e dor, e datzur dAcre
bo e fi.
ítem promet lo dit pintor de fer lo dit retaule de bona fusta de pi,
bona e secha. Axi metex promet de fer en mig la ymaya de mon senyer
Sent Michel; dalt en la punta lo Crucifix, María e Joan; en les foranes,
tres storíes a cada part de mon senyer Sent Michel, que los dits Jurats
voldran; hi en lo banch promet de fer miges hymayes set: la Pietai,
Maria e Johan, en les altres cares Sent Pere, Sent Pau, Senta Catherine,
Senta Pellonia,
ítem promet de daurar lo dit retaule de bon or de flori de Flo-
ren^a e de bon adzur dAcre bo e fi, e totes les colors bones e fines.
ítem sia la ymaya de Sent Michel armat, lo meniel datzur dAcre
XIV SANPEKE Y MIQUEL
ponpolat daur; en tot loch hont Sent Michel será, sia armat ab son
mentel del dit adzur; empero si per ventura hi havia loch que Sent
Miquel nos mires ques dañar armat, que sia remes al dit pintor de
ferio de aquesta color que vist será faedor a el.
ítem vol lo dit pintor que quant lo dit retaule será acabat, Ips dits
yurats lo sen ayen a dur a lur cost e messions e son risch ; e lo dit
pintor aya eser al posar del dit retaule; empero que los demunt dits
yurats ayen a pagar les coses que necesari serán a posar lo dit retaule.
ítem promet lo dit pintor de fer guardapols cntorn lo dit retaule
ab fulodyes de colors, ab les senyals que los dits yurats voldran.
£ per aqüestes coses atendré e acomplir aseguran totas las parts,
primerament lo dit pintor en aprés promet que fará firmar sa muler, e
axi metex yurant totes les dites coses e per consemblant metex yurar
en e fermaren los desús dits yurats.
ítem rebi yo Ramón de Mur, lo dia metex, sinch florins per la'
demunt dita rahó.
Testes huius rei sunt discretus Berengarius Venrel, et J. Carbonell,
et Bonanatus... et Jacobus Boras.
Publicado por Mosén Juan Segura en hi Veu de Montserrat, año 1895,
página 27.
IX
Dimars 29 Octubre de 144).
En nom de nostre senyor Deu Jhuxst., e de la sagrada verge
mará sua, e de la verge Sta. Eulalia cors sanct de Barchna.
Sobre lo retaule dejús scrit faedor en la capella de la Gisa del
Convelí de la Ciutat de Barchna., son fets e concordats los capitols
devall scrits entre los honorables mossen Johan Lull, mossen Ramón
Savall, mossen Ffrancesch Lobet, mossen Anthoni de Vilatorta e
mossen Johan de Junyent, Consellers lany present de la dita ciutat de
una part, e en Luis Dalmau, pintor, de la part altra.
E primerament lo dit Luis Dalmau convé e en sa bona fe promet
ais dits honorables Consellers e ais honorables successors lurs en la
Consellaria, que de la ferma deis presents capitols a j. any primer
vinent e continuament seguidor ell haurá fet, mes he posat lo dit
retaula dins la dita capella ab tot son degut acabament, sots la talla.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XV
forma, tnasura e manera de la paret interior de la dita capella vers lo
altar, e sots lo exemplar ¡a mostrat ais dits honorables Consellers, lo
qual retaula e lo guarda pols fará e haie esser de bona fusta de roure
de Flandres, ben endrapat e enguixat segons de sumptuós retaule se
pertany.
ítem lo dit en Luis Dalmau pintará en deguda proporció e mesura
en lo nUg del dit retaula la imatge de noslra dona Sta. Maria beent en una
sumptuosa cadira, ab linfant Jhn, al hrag, effigiada e vestida de varietat
de colors vives altes e ben exints, pero lo mantell sie e haie esser
colorat de adzur dAcre lo pus fi ques puxe trobar, ab sollepna fresa-
dura dor fi de Floren^ sembrada en semblanza de perles e pedrés.
E en lo costat dret e part dreta del dit retaula pinterá la imatge
de la verge sta, Eulalia, patrona e singular advocada de la dita ciutat,
ienint en la ma lo Eculeo del seu martiri. E aprés en la part dreta matexa
pinterá tres deis dits honorables Consellers, ^o es, mossen Johan Lull,
mossen Ffrancesch Lohet e mossen Johan de Junyent agenoUats ab les mans
junctes drenan ts los uylls vers la imatge de la Verge Maria. E serán
los dits Consellers effigiats segons proporcions e habituts de lurs cos-
sors, ab les fa^s axi propries com ells vivents les han, formades vestits
de sengles samarres e caperons de color ver mella, axi bella que apparega
esser de grana, ab les portes e les lengues apparents esser folrades de bells
vays.
Ítem es avengut que a la part esquerra del dit retaula sie pintada
la imatge del benhuirat apóstol Sanct Andreu, ab son mantell e ab la creu
del seu martiri, E aprés en la dita part esquerra matexa sien pintats e
effigiats los dos Consellers, ^o es, mossen Ramón Savall e mossen nAn-
thoni de Vilatoria, axi proporcionats com son e segons les habituts de
lurs cossors, e ab lurs samarres e caperons, e stants agenoUats en e per la
forme e manera que es dit dessús deis dits mossen Johan Lull, mossen
Ffrancesch Lobet e mossen Johan de Junyent.
ítem es emprés que en lo mig del banchal del dit retaula sie
pintada la Pietat stant en mig del Sepulcre e i. ángel qui tenga lo cors
de Jhs, per les espatles. E ai costat dret de la dita pietat haie a pintar la
imatge de Sanct Johan Evangelista. E en lo costat esquerra de Sta, Maria
Magdalena, del dit banchal haie a pintar la imatge ab lo alabaustre
apparent ab lo contenent trist per occasió de la passió de Jhx. E en
cascú cap del dit banchal sie pintat lo senyal de la ciufat, acompanyat
de fullatges en deguda proporció.
ítem es avengut que toi lo camper del dit retaula, exceptáis los lochs
hon serán pintades les dites imatges e altres pintures propries a les dites
XVI SANPERB Y MIQUEL
imatges, sie tot daurai de bona e bella dauradura de or fi deflori de FJUh
renga,
Semblantment es avengut que en la púnela del guarda pols del dií
reiaula sia pinlat lo setiyal rey al de la Corona dAragó, e a cascun lats del
dit guarda pols sie pintat i. ángel ienint a cascun llat lo senyal reyal des-
susdit. E per ios costats del dit guarda pols sien diverses fullatges tots
daurats.
£ per tot lo retaule dessusdit, acabat, daurat, mes e posat dins la
capella dessusdita, segons dit es, haurá lo dit Luis Dalmau, e los dits
honorables Consellers li prometen fer donar e pagar realment e de fet
^inch milie sois barchns. per les pagues seguents, ^o es, de present
mil e cinchcents sois. E com lo dit retaula será mig fet, peí altres mil
e cinchcents sois. E com lo dit retaula será acabat, mes, posat segons
dit es, les restants dos milie sois.
E lo dit Luis Dalmau donerá bones e segures fermanses a cone-
xensa deis dits honorables Consellers de restituir e tornar qualsevol
quantitat o quantitats que haie haudes e reebudes deis dits ginch milie
sois, si e en cas que per malaltia, mort o per absencia, deffalliment o
altre qualsevol cas, ell dins lo dit temps de i. any o de mes temps per
los honorables Consellers prorogador, no hauie acabat, mes e posat en
la forma dessusdita dins la capella dessusdita lo retaula dessusdit.
Die Martis XXIX mesis octobr. anno a nat dni. M.^CCCCLX
tercio fuerunt firmata Capitula supradicto per honorls. dnos. Johannem
Lull, Raymundum de Valle, Ffranciscum Lobet, Anthonium de V^ila-
torta et Johannem de Junyent, Consiliarios hoc anno Civitatis Barcne.
Et eciam firmata et jurata per dictum Ludovicum Dalmau pictorem
promittentem ipsa Capitula tenere et servare juxta eorum seriem et
tenorem. Et dicti hono. Consiliarii obligarunt bona dicte Civitatis, et
dictus Ludovicus omnia bona sua habita et habenda et juravit.
Testes venerabilis Johannes Carreres mercator, discretus Bnus.
Monserrat not. et subsindicus Ba. Pns. Cabal virgarius dictorum hon.
Consiliariorum et Bnus. Rotlan scriptor.
Die Sabaili XV mefis novembris anno predicto firmarunt et jurarunt
Fferrarium Bertrandi, Phelipum de la Cavalleria fidejussores dati per
dictum Ludovicum Dalmau obl. etc. jur. etc. renu. etc. et quemlibet
ipsorum insolidum.
Testes sunt discretus Anthonius Brocard nol. et Ludovicus Car-
dona mercator cives Barchne.
Die Martis XVIII dictorum mensis et anni firmavit et juravit
Manuel Dalmau fidejussor datus per dictum Ludovicum Dalmau.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XVll
Testes sunt Ffranciscus de Molis notarius et Bernardus Retían
scriptor.
Archivo Municipal de Barcelona: Papel suelto.
Dimecres 19 Setemhre de 14 j).
Noverint üniversi quod die mercurii qui fuit XVIII I mensis Sep-
tembris anno a nativitate Domini M^CCCOLo tercio, venerabilis
Ludovicus Mayol et Johannes Prohia jurati anni presentí villse Sancti
Ffelicis Guixelensis, una cum Antonio Mercader, absenté ex una parte
et Honoraius Borrasa pinctor civis Gerunde ex altera parte facerunt,
tractarunt et crearunt Capitulo et evinencia super quadam tabula fienda
in spacio que est inter beatae Virgine Mariae et Sanctu Felice in modum
contentum in dictis capitulis que sunt tenoris sequentis:
En nom de Deu sia e de la Verge Maria, com sia stat, pactat e
convengut entre los honorables senyors de Jurats de la villa de Sant
Ffeliu de Guixols de una part, e Honorat Borrassá, pintor, ciutedá de
Gerona, de la part altre, presents e entervenits los honorables Ffran-
cesch Spital, Johan Ramón e Bernat de Pau, de la dita vila, e los
venerables frares Ffrancesch Castell, prior, Ffrancesch Vidal, mongos,
los discrets Pere Jofre, preverá de la dita Vila, en e sobre una pessa
del rerataula major del cap del Monastir qui sha a ífer, la qual pessa sa
a fíer star en lo spay entre la Verge Maria e Sant Ffeliu, la qual pessa
sa a fer ab la manera e storias seguents :
Primo que lo dit Borrasá hage e sia tingut a ñer la dit taula qui
ha de estar en lo spay entre la Verge Maria e Sent Ffeliu, ten gran e
ten ampie que tap lo espay qui es entre la Verge Maria e Sant Feliu.
ítem mes que lo dit Borrasá hage a íFer un pilar semblant de
aquells qui ja son possats ab la dita pessa e son a dins la dite taula
hage e sia tengut de pintar dues stories segens, 90 es, una, quani
mossen Sent Ffeliu preicava en una plaga ab grans gents qui escoltavan lo
seu sermó, e laltra istoria quant lo rosegaven tol nu per los peus dos mulls
jovens per les places e carrers, e entre les dues histories hage a ffer dues
tubes, qo es, una al mig e altra al cap, e baix la dita ctaravola les
dites tubes, em'peró tales com aquells qui ja son al rerataula, ^o es, ab
iii
IJI SANPEHE V UJQUEL
Is pilos e fulles e que agen esser les diles lubes dabans pus ampies
le pus stretas, e que tingan las tubes de pitar a pilar.
ítem mes que sobre tot la díte taule sage a ffer un gardepols, lo
al sia dargent coirat e corcat lo camp de colós de atsur o de car-
.11, o de aquelles colors qui al dit pintor sembleran esser belles ab
gardepols.
ítem mes que sobre tot la dita taula hage esser las camps enboiiis
'aurats dor fi, e totes les coses necesaries esser daurades que sien
ir fi de fines colors e de bon atsur de Llamaye, e les ymayes ben
|ues vestides.
ítem que lo d¡t pilar sta semblant com los altres que ja son, 50 es,
I gran e tal matex.
Ítem que los dits honráis ¡urats donen he hagen a dar per lemps
fer la dita taula al dit Borrasá de cí a Sent Pere, Sent Ffelíu prop
nidor, e lo dit Borrasá dins lo temps promet de feria sots la pena
val escrita. £ así matex que lo dit Borrasá hage haver de la díte taula
íintar per son salari sesantesinch florins dor dAragó, pagadors en
uesta manera, ^o es, de pressen XXI ñori, e aprés, quan será per
eurar, hage haver altres XXI florí, e los restants XXIII ñorins hage
ver quant haurá acabada o felá la dita pessa e possade. Empero es
nvingut que lo dil Borrasá hage a ffi la dita taula ajudar e posar de
a Senl Pere, Sant Ffeliu, e los dits ¡urats aportarle de Gerona e
^ar lo port. E les dites coses prometían tan los dits juráis com lo
Borrasá cumplir sots pena de XXV Iliuras barcelonesas, la qual
na sia gonyade lantes voltes será comesa, gonyadora les dues pans
dits reratauks, e la ter^a part a la Cort qui fui a la exequció.
Que capitula & &.
Archivo Municipal de San Feliu de Guixols: Manual de Acuerdos
i4;;-i455-
Después van ñgurando en distintos plazos !as apocas de los plazos.
Comunicada por el oficial del .^r^ivo de la Corona de Aragón, D. Eduardo
Lo nom de Nostre Senyor humilment imploran!.
Nosalires, en Pere (a Closa e Cuillem Ferli, pínctors, ciutadans de
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XIX
BarchÍDona, consols lany present de loíHci deis pinctors de la dita
ciutat de Barchinona. Attenent nosaltres, per rahó de nostre art e
offici de consols, haven píen poder de declarar e de termeuar tots
debats e questíons quis moguen en lo dit nostre offici de pinctor, e
com ara novament sia devant nosaltres preposada una certa questió
o debat per en Jacme Torner Fuster, ciutadá de la dita ciutat, mar-
messor e executor unich e insolidum den Ramón Isern, quondam,
ciutadá de la dita ciutat, axi per rahó e ocasió de la soldada que lo
dit Ramón Isern quondam, dementre vivia, prenia en lo obrador den
Benet Martorell, quondam, pinctor, ciutadá de la dita ciutat, com
encara deis jornals de obrar e pintar per ell dit quondam Ramón
Isern en lo dit obrador, cora per rahó de diíFerencia de comptes com
al per qualsevol altre rahó, dret, titol, scrits e consernits lo die del
obit del dit Ramón Isern quondam, fets e pertanyents en qualsevol
manera. E per la dita rahó sia en un altre stat fet la instancia del dit
marmesor un manament de part del magnifich regent virrey que la
dita questió e debat nosaltres per tota la present setmana haguesem a
decessir, sots certa pena en lo manament, ab tot efecte, segons som
tenguts e sobre les dites coses nostre conciencia purgar, e la dita
questió e debat decesir e determinar, e en aquella ffi perpetual imposar,
axi en vertut del dit manament com per lo poder que nosaltres
havem en las questions e debats quis moven en lo dit art e offici per
rahó e per ocassió de aquell, e per major expedient nostre e conformació
hagam aiustat Consell de prohomens del dit art e offici, en lo cual
Consell sian stats presents los senyors en Jacme Vergas, Luys Dalmau,
Johan Squella, Johan Oliver e Guillem Plana, pinctors, ciutadans
de la dita ciutat, prohomens, de part nosaltres en aquest acta presents
e a nos associats. Qiii en temps en nosaltres an vist privadamcnt e
reconagut un full de paper scrit per lo dit Ramón Isern, quondam, en
lo qual se nombren tots los jornals de obrar e pintar fets per ell dit
Ramón Isern en casa e obrador e fóra casa del dit quondam Benet
Martorell, en el cual full de paper en part es escrit e verifficat de má
del dit Benet Martorell, quondam, mitgensant lo qual full de paper
denota que netre la dita soldada lo dit Benet Martorell dava e pagava,
e dar e pagar era tengut al dit Ramón Isern, quondam, los dits
jornals, ^o es, per quiscun jornal IIII sous VI. La qual cosa, segons
las nostras consciencias, e dits deis dits prohomens, era molt condeceint
e de gran equitat, car sens aquells dits jornals de la dita soldada lo dit
Ramón Isern quondam bonament no y poguera viura ne mantenir
casa axi com feya. Per ^o nosaltres dits consols, ensemps ab los dits
XX SANPERE Y MIQUEL
prohomens e altres en semblants actes experts e savis, haven vist e
reconagut, remirat e mirat lo dit full de paper, com altres comptes de
e per los quals trobariem lo dit Benet Martorell e ho sos hercus o
succehidors, o debens destinadors, enertomadors al dit Ramón Isern
vint Iliuras barchinoninas, e ultra en agut Deus en aqüestes coses
devant nostres ulls declaram e la ínterin e motiu nostra e deis dits pro-
homens manifestam que los dits hereus e succehidors del dit quondaoi
Benet Martorell hagen e sien tenguts, dar e pagar al dit Jacme Torner,
marmessor demunt dit, axi per rahó e ocassió de la dita soldada e
jornals, com defferencies de comptes e deutes deguts de temps passats,
com per altres qualsevols rahons e causes en las quals lo dit Benet
Martorell e o sos hereus fosien tenguts ne obligats al dit Ramón Isern
ñns lo dia del seu obit las dites vuit Uiures barchinonenses, les quals ab
la present al dit Jacme Torner, marmessor demunt dit, adjudicam e
ab lo pressent los dits hereus o succehidors o debens detenidors del
dit Benet Martorell en aquelles vint liiures en dar e pagar al dit mar-
messor condempnam.
Encara mes nosaltres dits consols ab la present nos aturam e
retenim píen poder de interpretar o corregir e finenar totes e sengles
coses antigües e dumptoses o de correctió dignes de si algunes en la
present nostra declaració no appareran ara o en sdevenidor una vegada
e moltes, e aytants com per les dites parts o per la une de aquelles ne
serem com sens sequesta de aquellas segons a nosaltres sia vist fahedor.
Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Antonio Vinyes, en
la bolsa del manual de los años 145 3-1454.
XII
Dimecres 26 Novemhre de 14JJ.
Capitols fets, firmats, concordats e convinguts entre lo raverend
frare B. Abbat de Ripol, de una part, e en Jacme Huguet, pinctor,
ciutedá de Barchinona, de la part altre, de e sobre les istorias que sian
a pinctar en lo bancal del retaule de Madona Santa Maria del Monastir
de Ripol.
Primerament: lo dit Jacme Huguet, pintor, convé e en bona fe
promet a lo dit ravarend mossen lo Abbat, que en las ystorias primeras
de la part dreta del dit banchal, so es, en la primera casa, pintará la
IPJJt
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
XXI
istoria de ¡a Sena, stant Jesuchrist en la taule ab los dotze Apostols.
E en la segona casa pintará con fesuchrist feu oració en lo hori de Gericó.
E aprés en les altres dues ystories de la part esquerra del dit banchal,
en la primera casa pintará com portaren a crucificar fesuchrist ab la
Creu al colt, acompanyat de Juexes, demostrant com la Verge María, Sent
Johan e Sent Pere lo acompayaban, E en la segona e darrera casa del dit
bancall sie asseguda la Verge Marta al peu de la Creu ab lo Jhesús mort
a lafalde e ab totes les Maries, e ¡oseph e Nicodemus, Mes avant promet
lo dit Jacme Huguet al dit mossen lo Abbat que en las tres cases del
tabernacle (pintará la Verge Maria ab lo Jhesús), qo es, en la casa del
mig se pintará lo Crucifix hi la Verge Maria e Sent Johan, En la casa
de la pastoreta del dit tabernacle (pintará la Verge Maria ab lo Crucifix)
Jhesús al bras. E en la part squerra del dit Tabernacle sie mossen Sent
Benet assegut. Mes avant es convengut entre los dits mossen lo Abbat
e Jacme Huguet promet en tots los campes e diademes de les imatges
qui necesari hauran de les dites ystories totes aquelles embotirá de
guix e daurará dor fi com se pertany, E per semblant deura dor fi
tota lobra de taula qui acompanyarálobra de les dites ystories. E mes
promet fer es quiscuna ystoria una imatge vestida de fin atzur d Ala-
manya e mes fi mester será. Mes avant lo dit Jacme Uguet haurá a fer
en las sinch casas qui son en lo detras del dit bancal sinch mitges
imatges com nos pugnen mostrar molt, ^o es, en la casa del mitg
Jhesu-Chrisi tenin lo calger ab la ma, demostrant la ostia dins lo calfer, e
en les quatre cases restants haya a pintar quatre mitges ymatges de pro-
fetes, e aquelles qui millor fassen el fet de la consagrado e que les haia
acabar de blanch e de negre. E, per tant, que les dites sinch cases, ab
les dites sinch mitges ymatges, isquen, e si mostran milor sie pintada
la obra de talla qui las sinch dites cases acompanyen al detrás del dit
bancal de groch perqué don semblanza dor e perqué la (blanco) isque
deis campers. E totes les dites coses lo dit Jacme Huguet promet fer
ab tota aquella perfectió ques pertany.
ítem lo dit mossen lo Reverent Abbat, per sguard e contemplació
e remuneració deis traballs e despeses que lo dit Jacme Uguet a de fer
en totes les desús dites coses o per preu o salari de tota la dita obre,
con vé e promet al dit Jacme Uguet li dará e pagará en la forma
seguent: vuytanta florins corrents valents onse sois flori, ^o es, ara de
present vint e quatre florins e sis sois, e los restants cinquanta sinch
florins e sinch sois en sie dues aguáis pagues, ^o es, la una meytat
com lo desús dit retaula será enguixat e deboxat e a punt pera daurar,
e laltre meytat com será de tot acabat.
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XXII SANPERE V M[QUEL
ítem mes es convingut entre lo dit mossen lo Abbaí e lo dit
icme Uguet, que ell lo dit Jacme Uguet hau e haver acabadas totas
s desús dites cosas, sots la pena desússcrita, deci a la festa de Madona
ima Maria del mes dagost primer víneni.
ítem mes son dacort les dites parts (]ue en cas «jue lo dit Jacme
guet no fes la obra ques pertany en lo dii retaula e bancall, e to dit
lossen lo Abbat no y sie contení, que sobre lo ber acabar de la dita
[>re es entre las ditas parts alguna diferencia o debat que sobre la dita
ilTerénda o debat, cascuna de las dites parts haian starse a la pena
;sLis scrita, haian a starse a dita determinado del senyor en Malias
onafi, ymaginarius, lo qual cascuita de les dites parts de present
eges.
Totas las ditas coses per la una e laltre promeses convenen e
rometen les dites parts, i;o es, la una a laltre e endessemps de teñir,
implir e observar, sois pena de vint y sinch Iliuras barchínonenses,
inyadores les dites parts per la part obedient e per qui no stará de
>mplir les dites coses. E per la restant ter^a part al ofHcial qui n fará
exequció, ab restitució de messions e obligació de bens mobles e
imobles, haguts e bauradós. Quod juramus, &,
Volen les dites parts que deis presents capilols e de cascuna de
{uells sien fetes una e moltes cartes ab totes e sengles clausulas,
nunciacions e juraments a coneguda del notari deis presents capitols
ibstancia del fet no mudada.
Archivo di Protocolos de Barcelona: Manual del t
I Antonio
Die sabbali XXVIIl predklis metists Februari, anno a Nalivilale
'omitió MCCCCLVI.
Ego Guillelmus Martiiii pinctor civis Barchinona. Attendens que-
im capitula facisse inhita (?) concordatum et firmatum ínter me ex
la pariem et juratos probihommes locorum di Sado e di Riber pre-
intís ex altera iu et super quodam retabulum per me faciendo in
xlcssix parrochiali Sancti Donaii IocÍ de Sado quorum capitulorum
noris talis est.
En nom de Nostre Senyor Jcsuchrist e de la humil Vergc María
■f- «¿I
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LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
XXIII
mare sua, he de lo gloriós mon senyor Sanct Donat, patró e advocat
de la iglesia he rectoria de Sadao, hon sia notori a tothom com
disabte XXI del mes de Febrer del any de la nativitat de Nostre Senyor
Jesuchrist M.CCCC.LVI foren concordáis he fets capitols entre los
homens jurats e prohomens de Sadao e de Riber, de una part, e den
Guillem Marti, pinctor, ciutadá de Barchinona, de altra part, per un
retaula, lo cual ha fet lo Jacme Reig, esmaginayre, de fusta, per la
iglesia de Sadao, sots la invocado de Sanct Donat, segons la forma deis
capitols seguents:
Primo que los dits jurats e prohomens han a donar al dit Guillem
lo retaule acabat ab tot son cumpliment, tant com toque la fusta.
ítem lo dit Guillem Marti promet pintar la itnatge de Sanct
Donat, 90 es, tota la casulha de or ñ brunit he la crossa he mitra, he
lá hon menester será, e lo camis blanch los enversos de la casulha
datzur d Alamanya; lo restant de la dita imatge, segons se partany a la
fresadura, sino entallada, aya embotir e metre daurar dor ñ, e lo dit
Guillem ha pintar la casa de la dita imatge vermella e verda brocada
dor fi.
ítem fará lo cel dor bronit fi; la claudor bronit ab los verduchs.
ítem pintará en los costats.del dit retaula, 90 es a saber, en los
espays de cada post, tres historias de montsenyer Sanct Donat aquelles
que los dits prohomens deliberaran, pero los camps serán dor fi.
ítem pintará en los dos espays del banqual dos himatges, ^o es,
en la una Sent Macari, en 1 altra Sent Bcrnardi, En lo tabernacle, en
mig lo Crucifix, a la part dreta la Verge Maria, a 1 altra San Joan, com
se pertany.
ítem pintará en las portas del dit retaula dos imatges, ^o es a
saber, en la una Sant Pera de las claus, en la altra montsenyor Sant Pau
de la spasa, los campes dor fi, e los campes embotides.
ítem promet e obliga lo dit Guillem daurar lo tabernacle e los
portáis e laspiga, tubes, pilas, xampanyes e tota lobra entretallada e
campes e diademes, e allá on menester será, dor fi brunit, axi com se
acostuma en retaulas, e fóra en cascuna istoria una imatge datzur
d Alamanya, e totas les altres colós fines, e totes los camps embotits en
tot llá hon serán menester e picats.
ítem mes fará los guardapolvos embotits e argentats e colrats
segons la costuma en retaulas.
ítem promet e s obliga lo dit Guillem donar lo dit retaula acabat
ab tot son compliment, axi com sapartany, daci a la festa de Nadal
primer vincnt, sots pena de XX Iliuras moneda Barchinona, aplicadera
m
■A
/
XIV SANPERE y níquel
I meyut en aquell official real que será seynat executar la diu pena,
iltra meyíat sia guanyada a la pare acusant.
ítem mes promet lo dit Guitlem e sobllga donar bou complimeat
n las cosas demunt dites ha coneguda e ha juy, (o es, deis consols
els pintas de la ciutat de Barchinona.
ítem mes, i en pres tes dites parts, qui sis fallís en la dita obra que
o fos specilScat en los capitols demunt scrits, que dos homens hi
gen a dir a consell deis pintors de Barchinona per part de Sadao
de Riber.
ítem es convengui entre las parts que lo dit Guillem aie a donar
onas fermences e bastants dintre Barchinona.
ítem sobligan ios dits jurats e promens donar e pagar lo dit
iuillem Marti, per preu del dit retaula, <;o es, a saber, C.L. florins
e moneda corrent en Barchinona, tos quals 1Í haien a dar en quatre
agas, <;o es, de com X.L. florins.
ítem con lo retaula será euguixat e diboxat e aparellat pera
aurar, li haien a dar XXX. florins.
ítem con lo retaula será acabat laurar portar a la iglesia de Sadao
lagen posat, ti haien a dar XL, florins,
ítem lo restant, que son XXXX., florins, a cumpliment de pago
el dit preu, 1Í halen a pagar da^i a la festa de Tots Sants de lany
ICCCCLVII.
Ítem es enpr¿s entre les dites parts li haien a fer les pagues axl
om es enprés sots les penes demés contingudes.
Cancelóse el martes 7 de diciembre del año 1457.
Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Juan Anihoni.
Die Sabbati XV Decembris 14Í9.
Sit ómnibus noium quod ego Ludovico Dalmaci pinctor civis
ircinone confíteor et recognosco vobis venerabili Bernardo Ferrari
ille de Matarone et Anthonio Mas dey Casteller prohomines eiusdem
ills operis anuo presentí una cum alus ecclesix eiusdem villie.
luod in diversas vices sive soluciones dedisiis el solvistis mihi
ene el plenam ad meam voluntatem omnes illas Quinquaginta
LOS CUATHOCENTISiAS CATALANES XXV
. ^ i
1
^
quinqué Iliuras Barchinonenses quas vos in operam jam dictam juxtam
formam capitulorum inter me et vos super his in posse Bartholomei
Agelli notarius infrascripti, die XXIII Marcii anno a nativitate
Domini M.CCCC.L. séptimo ñrmata mihi daré et solvere teneabamini
por depingendo quoddam retabulum per me factum in Capella sive
altare Sánete Cecilie constructa in ecclesia parrochiali dicte ville de
Matarone. £t ideo renuntiando excemptionem, &.
Archivo de Protocolos de Barcelona: Manual de Bartolomé Agell.
XV
Disiapte ) de Febrer de 1460.
En nom de deu capitols fets, inhits, concordats e fermats per e
entre en Joan Collell, Jacme Cornelles e Anthonii CoIIell, de peroquia,
de Sant Miquel dOrdeig, de una part, e Jacme Mesquero, pintor,
ciutedá de Barchinona, de la part altre, de e sobre lo retaule fahedor
per lo dit Jacme Mesquero en la dita sglesia de Sant Miquel dOrdeig,
en la forma e manera de valí scrites.
Primo lo dit Jacme Mesquero promet de fer fabricar e pintar un
retaula de fust de larch e altura de deu palms e de ampia de vuyt
palms de cana, ab son bancal e tabernacla de tres taules, ab pilars
deurats, guardapols e altres coses necessarias, sots invocado de Sant
Miquel, de bona fusta e secha, bo e rebedor.
ítem que lo dit Jacme Mesquero hage e sie tengut pintar e levorar
lo dit retaula de bonos colors e ymatges, segons la mostra que lo dit
Jacme ha liurada ais dits parroquians, e en la post del mig hage a fer
e pintar en la punta lo Crucifix, la Verge María e Sant Johan, e en la
post del mig h ymage de Sant Miquel, ab una figura de diable ais peus
e en les dues posts deis costats fer e fabricar en quescuna dues ystorias
de Sant Miquel acustumades de pintar.
ítem que lo dit Jacme Mesquero hage metra en totes les diademas
de les ymages or fi, e en lo tabernacle, e en la entalla o merlers hage
metra e daurar dor íH; e en lo camp del retaula bones colors.
ítem que lo dit Jacme Mesquero hage haver fet e acabat lo dit
retaula bo e rebedor da^i en la festa de Sant Miquel del mes de Setem-
bre prop vinent, e a liurar aquell ais dits perroquians dins la ciutat de
IV
SANPERE Y MIQUEL
¡nona, e que lo dít Jacme hage a venir a la dita sglesia de Saat
el per fer posar lo dít retaula, empero que la fusta e mestra
saris en posar lo dit retaula hagen a pagar los díts perroquians.
tem es convengut e concordar entre les dites parís que ios dits
quians hagen e sien lenguts douar e pagar al dit Jacme Mes-
', per preu del dit retaula, triginta octo florenos en la moneda cor-
n la present ciutat, per les pagues seguenis, ;o es, de present tres
, e quatre liures daciamigany coresma prop vinent, c set liures
festa de Santa Maria dagost prop vinent, e tota la resta en la festa
)ts Sants primer vinent.
tem es convengut e concordat entre les dites parts que si to dit
la no era ben levorat e acabat e obrat de boiia fusta, que los dits
quians no sien tenguls rebre ne acceptar lo dit retaula, baos
I puxen repudiar, e en aquell cars lo dit Jacme Mesquero hage
ituir totes les quaniitats que per lo dit retaule se mostrarla haver
Íes.
ítem es convengut e concordat entre les dites que si ans mig any
ia que lo dit retaula sÍ3 post comptador enien malfeynadures en
retaula o la fusta se torsia e les pintures jornrien en fore, que lo
icme Mesquero hage aceptar e adobar les dits malfeynadures
messions e despeses.
[tem per les dites coses en los presenls capitols contengudes
rcecomplir, lo dit Jacme Mesquero dona en fermances en Gabriel
ui, sastre, ciutadá de Vich, qui in soiilum ab lo dit principal e
ell sie tengut e obligat ab totes clausules renunciat iones neces-
Die sabbati vicessima tertia februarii anno a nativiíate domini
XC.LX., etc., laudarunt firmarunt et jurarunt dicta capitula.
Wch: Curia Fumada, Manual i459-i46i,del notario Juan Selles.
Du vtneris XX mensis Dtcembris anno a Nativilale Domini
CCC.LXX
En nom de Deu sía, e de madona Sancta María, Amen.
Sobre lo pinciar e acabar lo retaula desús scrit e menciona!, son
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XXVII
stats fets e concordats entre lo honorable mossen Francesch Johan de
Sancta Coloma, patró del altar desús scrit, de una part, e lo senyer
Jacme Uguel, pinctor, ciutedá de Barcelona, de la part altra, sots los
capitols segueuts a fíer e cumplir las coses desús scritas.
Primerament es stat convengut e concordat entre les dites parts
que lo dit Jacme Uguet sie tengut de pinctar un retaula ja fet y acabat
de fusta nova de XXII (?) palms dample e XVII. dalt, lo cual li
será liurat per lo dit mossen Coloma a ses despeses dins casa la habi-
tació den Jacme Uguet e acabador e degudament segons se pertany
axi dor et datzur e de altres colors, e de guix les ystories qo es, la
casa que es en lo mig feta e en la taula del costat de la part dreta
será pintat (la imatge) de Sancta Catheritia, e en la taula del costat
esquert la imatge de Sancta Magdalena; en les iii puntes del dit retaula
sobre imatges pintat en la casa primera lo Crucifix e en la
punta o casa de la part dreta la ystoria de Sanct Bartomeu o punta
squerra la ystoria de Sancta Magdalena, £ en lo banchal en lo cual hi
a sinch cases sie pintat, qo es, en la casa del mig la Pietat, ab les
armes, e en les dues cares pus prop de la dita Pietat, ^o es, una e
cascuna part, serán pintadas dues ystories de Santa Anna, qo es, cascuna
casa una ystorie, e en la casa darrera de la part dreta la dita ystorie de
Sant Bartomeu, e en la dita casa darrera de la part squerra la dita
ystorie de Santa Magdalena, e tots los guarda polsos e obres de talla e
diademas, pilans e altres coses sobre possades serán deurades e acaba-
des dor ñ. Axi que lo dit retaule sie pintat, acabat en la manera
demunt dita, be e prestament aprcs myls dor se pot, e entendre a sa e
bon entendiment, dací a la festa de Sant Barthomeu del mes dagost
prop vinent, e lo dit mossen Coloma sie tingut donar e pagar realment
de fet al dit Jacme Uguet per son salari e travall, or e altres
coses necesaries per lo dit retaula e perfecció de aquell, segons
demunt es dit, setanta sinch Iliures barceloninas, qo es, XXV Iliuras
de continent, o en el principi del dit pintar, e altres XXV Huras de
continent lo dit retaula sia enguixat e deboxat per daurar, e les restants
XXV liuras de continent lo dit retaula sia acabat perfetament, segons
dit es, perqué les dites parts lohant e aprovant conformats
concordia, convenen e prometen la una a la altre de las endesemps, qo
es, a dit Jacme Uguet, de pintar, deurar e acabar lo dit retaula, segons
demunt dit es e largament especificat; e lo dit Ffrancesch de Johan de
Santa Coloma, de pagar e satisfer les dites LXXV liuras per lo dit
retaula e pagues dins la present ciutat de Barchinona. E per maior
seguretat lo dit Jacme Uguet sois pena agradablement de XXV liu-
ZVIII SANPERE Y MIQUEL
is, guanyadoras dít Mossen Coloma, en quanl es la tercera part, a
:s corto official <]ui ñrmará la exequció, obligaiitse una pan e laltre
E volen les diies parts, &.
Ffirmata et jurata fuerint huiusmodi Capitula per dictes partes
resentibus pro testibus dlscretí jacme Cardona presbiteio bencficiato in
:clesix Santa Maride Je Mari Barchinone et Raphaele Baster paratore
anum cive dicte Civitatem,
Apoca; Die lune XV mensis Madii anno a nativitate Domini
l.CCCC.LXXX." dictum Petrus Uguet firmat apoca de dictas LXXV
uras quas fuit per salario et laboríbus suis quas recepit per manum
)h3nes Pinol presbilenim beneñciati dictum beneñcii &, &. et ideo
inuntiando enceptioni fació vobis presentem apocha de dictis LXXV
bris.
Testes Benedictus Feu mercator el Johanem Palomares scripior et
etrus RiíFos carnicerus civis Barchinona.
Archivo de Prolocolos de Barcelona: Manual de Antonio Palo-
leras.
XVII
? Octubre de 14^^.
En nom de Deu sia e de la gloriosa Verge María e de monsenyer
aut Miquel Arcángel,
Capitols fets, juhiis, concordats e fermats per e entre lo honorable
lossen Johaii Alamany, xanonge de la Seu de Vich e rector de Sanl
[iquel, d'una parí, « lo venerable mesire Domingo San(, pintor, habitant
1 la ciutai de Barchinona de la part alire, de e sobre lo bancal del
:tau]a de la capella Je Sant Miquel.
Primerameni es convengut e concorda! entre les dites parts que
' dit mestre Domingo hage e sia tengut pintar lo dit bancal, ^o es, en
' mig lo Devallameni de la Creu, e en laltra part la Resurreclió, e en
iltra part lo Noli me tangiré, e en ks portas del dit bancal, a la una
irt langel Gabriel, e en lalira Sattt Raphel, e que lo canip sia loi dar
a hon se perlanyara baver or brunit, e picat allá hon se pertaiiyara. E
íes sia tengut ha obrar tol lo bancal fíns a les claravoyes be e compli-
iment ab colors bones, pertauyents segons es acabal lo bancal del relaula
• Sonda Maria dr la Mar de Barchinona.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XXIX
ítem mes es concordat entre les dites que ans que lo dit mestre
Domingo Sang procehesque en fer lo dit retaula, hage a fFer un Noli
me tangere ab tota aquella perfectió que pora e aquella sia mostrada
al dit mossen Alamany e ais honorables mossen Sabestiá Sala e mestre
Pera Buada, canonges de la Seu de Vich, e aquella vista e reconeguda
per ells tots tres si appara a ells tots tres esser bona e passadora, que
lo dit mestre Sang procehesque en pintar lo dit bancal segons demunt
es contengut. Declarant, empero, que si les fredors del yvern qui
molts anys sesdevenen en aquesta patria qui eran forts, lo dit mestre
Domingo no procehesque en fer dita obra fins en lo Marg primer
vinent.
ítem es convengut e concordat que tant com lo dit mestre
Domingo Sang obrará la dita obra, lo dit honorable mossen Johan
Alamany sia tengut provehir e fer la despesa a ell e a un altre com-
panyó seu, e ha un mussó de pa e de vi e de companatge be e rehona-
blement, e encara sia tengut ferlos un lit dins casa sua.
ítem es concordat entre les dites parts que lo dit honorable
mossen Alamany hage sia tengut donar per salari de la dita obra al dit
mestre San^ trenta sinch lliures, ^o es, deu Iliures dins vuyt jorns
aprés haurá principiada la dita obra e altres deu lliures feta la meytat
de aquella, e les restants quinze lliures acabada tota la dita obra.
Die sabbati nona obtobris anno predicto MccccLxxviiij, etc., lau-
darunt ñrmanint et jurarunt dicta capitula et omnia et singula in eis
contenta.
Postea die iiii novembris anno predicto presentibus testibus dis*
creto Johanne dstell presbytero beneficiato vicensi et Anthonio Pers
presente dictus Dominicus Sans fecit et ñrmavit apocam dicto honora-
bili Paulo Alamany de decem libres pro prima solucione dictarum
triginta quinqué librarum.
Die duodécimo novembris anno presentibus testibus etc. dictus
honorabilis Johannes Alamany ex una parte, et dictus magister Domi-
nicus San^ parte ex altera desistentes se a dictis capitulis et voluerunt
et mandarunt dicta capitula cancellari et anullari.
Vich: Curia Fumada, Manual del notario Juan Selles, 1478-1480,
folio 193.
SANPERE T MtQL'EL
XVI II
12 Nirvemhre áe 1479.
Ed Dom de Nosiro Senyor Deu Jeshu Xjust. e de la gloriosa
madona Sancta Mana, mare sua.
Capitoli fet5, inhiis, concordats e fermais per e entre lo honora-
ble mossen Johaa Atamany, canooge e rector de Saot Miqucl de la
Seu de Vich, de una pan, e mtilre Pere drard, pintor, natural de b
ciutat de Valencia, habitant en la ciutat de Barchna., de la pan alira,
de e sobre lo bancal del retaula de la capella de Saat Miquel de dita Seu.
Primerament es convengut e concordat entre tes dites pans que
lo dit mestre Pere Girard hage e sie tengut pintar lo banca) de dit
retaula, ^o es, en lo mig )o Devallament de la Creu, c en laltra part la
Reíurrecáó, e en laltra pan lo Noli me laiigere, e en les pones, a la una
pan Sant Pere, e en laltra pan Sanl Pau, e que lo camp sia dor ñ allá
hon se pertaiiyara haver or brunit, e pical allá on se pertanyara. E mes
sia tengut obrar be e complidement lo dit bancal fins a les claravoyes
be e complidement ab colors bones perunyents, segons la mostra es
stada feta, la qual es en poder del dit mossen Alamany, en la qua] es
pintat lo Noli me tangere.
ítem es convengut e concordat que tant com lo dit mesire Pere
Girard fará la dita obre del dit bancal, lo dit honorable mossen Johan
Alamany sia tengut provehir e fer la despesa a ell, e a un altre
companyó, o mosso seu, de pa e de vi e de companatge be e rahona-
blemeni, e encara sia tengut ferlos un lit dins casa sua.
Ítem es convengut e concordat entre les dites parts que lo d¡t
mossen Johan Alamany hage e sia tengut donar e paguar al dit mestre
Pere Girard irenta sinch lliures barchinoneses, i;o es, deu Iliures de
present e altres deu liures pera la meytat de la dita obre, e les restanis
quinze Iliures acabada tota la dita obre.
Die duodécimo mensis novembris auno M.'>ccccLxx nono pre-
seniibus tesiibus discreto Cipriano Camps presbytero beneficiato sedis,
et Anthonío Perers scriplore vicensi dictus honotabilis Paulus Alamany
ex una parte et dictus Petrus Girard ex altera laudarunt aprobarunl et
fírmaruut et jurarunt dicta Capitula et omnia et singula in eis contenta.
Et promisseruní et jurarunt.
Vich : Curia Fumada, Manual de Juan Salles, 1478-1480, fol. 208.
f —
</£:
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
XXXI
■ f ;
XIX
Dissapie 21 Octubre de 1480,
Ego Michxl Peris oriundus civitatis Valentiae die XIII presentís
mensis Octobris ad ununí annum primum et continué venturum pro-
mete stare vobiscum Paulum de MonlpeUer pictore cive Barchinone
causa ad distüdi et continuandi dictum oíBcium de pintor et alia
servendi vobis et domum vestri in ómnibus mandatis vestris licites et
honestis de die notumque.
Promitteus vobis quod dicto durante tempore ero vobis fidelis
solicitus et intentus per vobis procurando et inutilia per viribus expe-
liendo. Et quod per dictum tempus non recedam a vobis nec ser-
vitio vestro absque vestris licentiae et permissu. Quodquem si con-
trario fecero dono vobis plenum posse quod possitis me capere seu
capi faceré et in vestrum servitium reduirem et tornare per dictum
tempus ad quod in fine dicti tempus emendabo vobis omnes dies et
horas quibus absens fuero a domo et servitium vestrum quamcumque
rationis sive causa et siquid malitiarum. Et per his obli. persona et
bona mea eorum juramus &. Ad haec ego Paulus Montpeller predictum
aceptans vos dictum Michael Peris in discipulum promitto vobis quam
per tempus predictum porvidevo vobis in cibo etpotu quodque tenebo
vos et sanum et egrum juxta consuetudinem Barchinonae, et dabo
vobis per dictum tempus in remunerationem servicii per vos faciendi
novem libras barchinonensis sine aliqua videlicet dilationem; et &.
■i"
Archivo de Protocolos de Barcelona, Manual de Antonio Viñes.
XX
Dimecres 2^ Janer de 1489.
Convocatio generali Consilio in campo deis Tiradors ¡usans civi-
tate Barchinone demandato Petri Pujol, Petri Castell, Anthonii Botey
et Bernardi Morera Administratorum anni presenti Confraria Sancti
Anthonii peratorum dicte civitatis.
i
XXXIi SANPERE Y MIQUEL.
hem per los díts honorables AdminUuadors fou proposat i^ue
com lo retaula de Sent Anthoni stiga a gran carrech e vergonya de
la diía Confraria e per la gran anti(]uetar daquell, e un mostra en
aquell la invocatio de Sent Anthoni. E attés que vuy se ha gran mercal
de tes faytures per causa deis alamanys quins son, que es neccsari per
honor de Deu e de Mossen Sent Anthoni que lo dit relauia sie fet de
ñau mes les moltes ofertas qui hí son fetes.
E per lot lo dit general Consell fon deliberat que lo dit retaula sie
fet segons la mostra qui es en poder den Johan Miralles. E que h¡ siaa
elegides persones per exhigir les ofertas que hi stan stades fetes segons
hun memorial qui es stat fet en lo dit Consell, del cual teneu los díts
Administradors e les persones devall dites una copia. E que los dits
Administradors ensemps ab los devall scríts, hagen poder de fer fcr lo
dit retaula e exhigir les dites pecunies. Dar les píen poder tant quaut
ha lo present Consell sens refertmeut. E son les persones dites les
seguents: Berthoineu Bonyuem, Johan Míralles, Jauchme Puynilgó,
Andreu Bertrán, Mutra Vinyes, Julio Spitol, Anthoni Pía, Pere Vaíls,
Anthoni Vidal.
Capitols inhibtls, fets e concordáis entre lo senyor Pere Pinol,
Pera Caslell, Anthoni Botey e Bartomeu Morera, perayres, ciutadans
de Barchinona, administradors lany present de la Confraria del Cos de
Jssuchrisi e de Sent Anthoni deis perayres, de una pan, de la dita
ciutat, c niesire Miquel Longuer, alamany, fusler e yniagínayre,
ciutadá de la dita ctutal, de la part allre, sobre la constructió per dit
mestra Miquel fahedora del retaula en la capella del Cos de Jesuchríst
o de Sent Anthoni, dins la iglesia del monasiir de Sent Agustí de Bar-
chinona, segons se segueix:
Primerameni: lo dit mestre Miquel Longuer, alemany, e fusler,
ciutedá de Barchinona, convó e en bona fe promet ais dits honnora-
bles Administradors de la confraria del Cos de Jesuchrist e de Sent
Anthoni, que de ci a la festa de Sania Maria d Agost propvinent ell fará
e construirá un retaula de bona fusta dalber neta, barres e pílans. E lo
reslant pilars, tubes e altres obres de talla fará de bona fusta de pi de
quarente, segons la mostré, de les mides seguents, ^o es, de la ampiaría
de la capella deis perayres en la iglesia de Sent Agnsti, construida, e
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XXXI II
de altaría de XXX.VII. palms, per prcu de sexanta üures, ab tal pacte
e condició que a cascun costat del dit retaula hage de fer tres imatges,
cascuna de sinch palms en sus, segons la proporció del caraper, ab ses
pasteres e tabernacles entallats en la millor manera que ferse puxa.
Les imatges faga lo dit mestre Miquel de aquells sants o santes
que los dits honnorables Administradors volran e elegirant e de
present elegesen les seguens, 90 es, en los mes baixos tabernacles
Sent Pere e Sent Pau, en los del mig Sent fohan evangeliste e la Magda-
lena, e en los mes alts la salutació de Nostra Dona, e en lo camper del
mig la resurrecció de Jesuchrist e Sent Anihoni, tot embotit. Lo qual
preu se hage a pagar en aquesta manera, 90 es, de present sis liures, e
acabat e posat lo dit retaula en la dita capella vuyt jorns aprés la res-
tanta quantitat.
E lo dit mestre Miquel convé e promet ais honnorables adminis-
tradors demunt dits, sots pena de XX liures, que dins lo dit temps
compliria les dites coses en la manera e forma desús dita e segons
mils pora, sens tota dílació, ab restitució de totes messions e despeses,
e la qual pena sie guanyada la meytat a la part obedient.
E los dits honorables administradors convenen e prometen cum-
plir les coses desús dites per ells promeses sens tota dilació, ab resti-
tució de messions e despeses, obligantne los bens de la dita confraria.
— E tots lo juren.
XXII
Com vosaltres frare Erasme del monastir de Sant Agusti, e
Joan Conrad, librater, marmessors e excequtors del testament e ultima
voluntat de mestre Miquel Longuer, quondam, ymaginayre, fossin
tenguts e obligats deis bens de la dita marmesia en dar cumpliment en
la construcció del retaula per lo dit mestre Miquel fahedor en la
capella del Cors de Jesuchrist e de Sent Antoni en lo monastir de Sent
Agusti de Barchinona, en la cual la confraria deis perayres es fundada,
segons firma de uns capituls fets e firmats entre els administradors de
la dita confraria de una part, e lo dit mestre Miquel de la part altre, e
fins a^i vosaltres no us siats curats en fer e cumplir les coses contengu-
des en los dits capitols, ans hage convengut les persones qui de
aqüestes coses han píen poder recorrer altre mestre ymaginayre qui do
cumpliment en lo dit retaule. Per ^o en Pera Castell e Pera Pinol,
^
XXXIV SANPERE Y HIQLEL
havens de aquestas coses plenameat potestat, requereixcD a vosaltres
dits marmessoTS que restituyau e tornau ais desús dits Pera Castell e
Pera Pino), eo lo dit noro, les tubes, les quals havets fetes \evar del
retaula, oferintse venir a compte ab vosaltres e pagarvos tot ;o que
saderaoient vos sia degut. En altre manera proiestan contra vosaltres e
cascú de vosaltres e bens de la dita marmessoria, de tots messions e
5 e de totes coses licites de prestar. Requerínt a vos notan, &.
XXIII
} Febrer ie 1491
Capitols inhibits, feís e cancordats entre los senyors ea Pere
Castell e Guillem Feliu, consols, e dii Pere Castell, Pere Pinol, com
ivens de aquestas coses plena polestat, ab consetl de prohomeas del
lit offici e confraria sobre la consiniccíó de retaula qui fa en la
:apeHa del Cor de Jesuchrist e de Sent Anthoni, instituida en lo
monastir de Sent Agusti de Barchinona. E los senyors en Pere Valls,
(acmé Sadó, Nofre ^ Font, Francesch de Guirart, administradors
I any present de la dita Confraria, per cer hi volrao de una part, e niestre
lohan de Alemanya, ymaginayre, ciuiedá de Barchinona, de la part
ittre, sobre lo acabament del retaula comensal per el mesire Miquel
Longuer, quondam, ymaginayre, en la dita capella, sots la forma
ieguent:
Primeramem : lo dit mestre Joan Alemanya convé e en bona fe
jromet a)s dits consols e administradors e altres desús nomenats de
iquestes coses, havenl píen poder, que de a;! a la festa de cinquage-
lima primer vinent ell fará en lo dit retaula les coses que manquea a
:iimpliment daquell, <;o es, lo Jesuchrist, segons la mostra que dada
lí será, a conexensa del honorable en Berenguer Paiau, mesire argen-
er, de bona fusta de alber, e de Granesa, que lo dit camper del dil
Ítem mes que lo front de la pastera sobre lo Jesuchrist hage a
:sser de les mostres e entretalladas segons son les altres deis costats
jel dil retaula, ab lur cumpliment.
ítem mes, que hage a fer les tubes del bancal de tres quarts
lalc, axi envesaltades segons les moslres del dil retaule, e millor si
ítem mes, que si neguues coses mancaren en lo dit retaule per
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XXXV
haver compliment lo dit retaule, que lo dit mestre Joan se obligua
en adobar aquelles e acabarles segons ho havia comensal lo mestre
Miquel.
En lo preu de les coses desús dites per lo dit mestre Johan
quinze liures, las quals los dits consols e administradors qui forman y
volran hageu a pagar Joan en los termens a paguar seguents, ^o
es, de present sinch lliures, e la resta acabat que sie lo dit retaule, e
aquell mes ab son compliment.
£ mes havant li hagen a donar lo Jesuchrist e les tubes del bancal
e del front de la pastera, fets per lo dit mestre Miquel.
£ les dites parts loants, aprovants e rattiñcantse, confírmants^
con venen e prometen la una part a laltre endesemps, sots pena de
vint lliures per la part contraria faents, conmesedores e adquisidores,
^o es, la meytat a la part obedient e les dites coses complir volent,
qual pena comesa e no graciosament remesa. No resmenys les dites
parts sien tengudes obligades en fer e cumplir les coses desús dites. E
per qo les dites parts ne obliguen, ^o es, los consols e administradors
e altres desús nomenats qui fermar hi volran e lo dit mestre Johan tots
lurs bens mobles e inmobles, haguts e havedors, o juren.
Die jovis III mensis Februarii anno a Nativitate Domini millessimo
quadrigentessímo nonagessimo primo fuerunt ñrmata infrascripta capi-
tula per dictas partes.
Testes &.
XXIV
7 Febrer de 149 1,
En nom de Deu.
Sobre lo pintar del bancal del retaule de la capella rodona de la
Verge María de la ciutat de Vich, entre en Fferrando Camargo, del regne
de Castella, mestre de retaules, duna part, e nAnthoni Robi, manya,
e Pere Sala, parayre, obrers del dit retaule, son estats fets los capitols
seguents :
E primerament lo dit mestre Fferrando promet pintar lo dit
bancal e fer e pintar en la casa del mig del bancal la Pietat, ^o es,
com la Maria te lo ñll en la falda mort, e en la un costat Sant Joan,
e a laltre part la Maria Magdalena. E en la casa forana de má dreta la
concepció de Nostra Dona, qo es, com Joachim abrassa Sancta Anna
a la Porta daurada. £ a laltre casa forana de ma squerra com la Maria
XXXVl SANPCRE Y MIQUEL
presenta lo fiU al temple e com Sant Simeón lo pres ais brassos, e en
les dues altres cases, en la una con assotaven lo Jeshüs a ¡a columpita.
e a laltre com ¡eshús porlava la creu al coll. E lo dit bancal pintara,
e acabará, e daurará, e picará, e vestirá les ymages de bones colors ab
fresadures e brocadures dor, en tal manera que lo dit mestre Ffer-
rando dona aquell bo e rebedor a conaguda de aquelles persones <}ue
ais dits obrers será vist en tais coses esperts, e aquell promet acabar
de qui a la festa de Pasca de la Resurrecció de Nostro Senyor primer
venidora, e dit bancal lo dii mestre seu promet aportar a Barchinona,
e aprés de Barchinona assí en Vich, e posar e metre aqueli en dit
retaule bo e acabat a ses messions e despeses.
ítem los dits Anthoni Robi e Pere Sala, obrers demunt dits, pro-
meten al dit mestre Fferrando haver acabat t posat dit banchal, e
aquell vist e reconegut, e hagut per rebedor, pagarli de contínent
devuyt pacíñchs dor, o XVIII Iliures barchinoneses.
E les dites coses totes e sengles prometen les dites parís la una
a la altre e endessemps attendre e complir, teñir e observar ab totes
clausules e renunciaclons necessaries, e ab restilució e estnena de
tutes messious, damnaiges e interessos, obligants ne la una pan a
laltre, e endessemps tots, e sengles bens llurs mobles e immobles,
haguts e per haver, e de quascú dells acabat, e per lo toe, a tot útil
de quascuna de les dites parts.
Ffuerunt ñrmata et ¡urata predicta capitula et omnia et singula
in eis contenta et promisserunt et jurarunt ea et in eis contenta atten-
dere et complere etc. die Lune VII Ffebruarii anno a nativitate domini
M.CCCC.Lxxxx primo.
Postmodum vero die dominica XVII mensis Aprilis anuo pre-
dicto presentes testes etc. dictus Fferdiuandus Camargno fecit apocam
dictis Gabreli Robi et Petro Sala de XVIll líbris barchinonensibus sibi
debitis raiione de pintar e acabar dit banchal quod eis tradidil pictum,
et dauratum et perfectum. Et eciam de XIII solidis sibi promissis de
moncta currenti in Vico ultra dictas XVIII libras el de lili solidis pro
logerio cujusdam lodicis in qua involuium fuic diclum banchale adeo
non devastaretur.
Vich : Curia Fumada, XI-XIl, Manual del notario Benito de Prat,
1490-1494.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XXXVII
XXV
7 Febrer de 14^1.
En nom de Deu.
Sobre lo pintar del bancal del retaule del altar de la Capella de la
Verge María de Pietat, entre en Ff errando Camarguo, del regne de
Qstella, mestre de pintar retaules, duna part, e en Jacme Losada,
assaonador, e en Jaume Portella, blauquer, Pere Roca, texidor, e
Pere Clors, torner, obrers del retaule de la dita capella, son estats fets
e concordats los capitols seguents:
E primerament lo dit mestre Fferrando, tostemps que per los
dits obrers dit bancal li será aportat, o fet aportar en la ciutat de Bar-
chinona, protnet pintar, daurar e acabar dit bancal, ^o es, en quascuna
casa la istoria que per los dits obrers li será tremesa scrita e conti-
nuada en un tros de paper on stan deboxades les cases del dit bancal.
E lo dit bancal pintará, daurará e acabará, e picará, bruñirá e vestirá
les ymages de bones e condecents colors, ab fresadures e brocadures
dor, en tal manera que lo dit mestre Fferrando donará aquell bo e
rebedor a conaguda de aquelles persones en semblants coses expertes
que ais dits obrers será vist, e aquell promet haver acabat de qui a la
festa de Sincogesma primer vinent, e aquell a ses messions e despeses
fer aportar de la ciutat de Barchinona assi en la ciutat de Vich, e
posar e metre aquell en lo dit retaule.
ítem es concordat entre les dites parts que acabat e pintat per lo
dit mestre Fferrando lo dit bancal e aquell esser estat vist e reconegut
e hagut per bo, suficient e rebedor, prometen los dits obrers donar
e paguar de continent al dit mestre Fferrando setze Iliures e deu sous
barchinonesos. Axi entes e declarat que per quant lo dit bancal es ya
enguixat e en alguna part daurat, que del dit preu de XVI Iliures
X sous barchinonesos se hage a defalcar e levar lo que degudament
per persones espertes será declarat pertanyer, e deure haver per dit
enguixament e daurament fet en dit bancal.
E les dites totes o sengles prometen les dites parts la una a la
altre, e endessemps atendré e complir, teñir e servar ab totes clausules
e renunciacions necessaries e ab restitució e esmena de totes messions,
damnatges e interessos obligants, ne la una part a la altre, e endes-
semps tots e sengles bens llurs mobles e immobles, haguts e per haver,
e de quascun dells acabal, e per lo tot de quascuna de les dites parts.
XXXVIIl SANPEHE Y MIQUEL
Ffuerunt firmata et jurata predicta Capitula et omnia et singula
in eis contenta etc, die Lune VII mensis Ffebruarii anno a nativitate
dómini Millesimo CCCCLxxxx primo,
Vich: Curia Fumada^ XI-XII, Manual del notario Benito de Prat,
1490-1994.
XXVI
77 Abril 14^ I .
Sobre pintar lo bancal enfront e portes del retaule de fusta obrat
e entretallat en la capella de Sant Bartomeu, fora los murs de la ciutat
de Vich, entre mestre Fferrando Camarguo, pintor, del regnede Castella,
de una part, e en Pere Collell, Jaume Losada e Pereioan de Fabregues,
blanquers e assauuador, ciutadans de Vich, havent ne carrech de la
dita confraria, son estats fets e concordats entre les dites parts los
capitols seguents:
E primerament lo dit mestre Fferrando, pintor, promet de pintar
lo dit bancal enfront, e portes del dit bancal, ^o es, en les tres tubes
del mig pintará, ^o es, en la tuba del mig pintará lo devallameni de
/a Creu, <;o es, les III Maries al peu de la creu, e lo Josep Abarimatia
e Nicodemus, qui ab sengles scales devallen lo Jeshús de la creu, e lo
Jeshús esiigue mig devallat, e que los dits personatges pintará e ves-
tirá ab aquelles vestidures com pus honradament pora. E en la tuba
de ma dreta pintará la Resurrecció, <;o es, lo moniment obert, e lo
Jeshús ab III o quatre homens armats. E en laltre tuba de ma esquer-
ra, lo Noli me tangere, 90 es, lo Jeshús, qui aparech a la Magdalena,
e lort ab arbres e verdura, e vestirá aquelles be e degudament, e com
mils pora. E en les quatre cases petites pintará los quatre doctors de
la sancta mare Sglesia, go es, Sant Agusti, Sant Ambrós, Sant Gero-
nim e Sant Gregori, vestits com a doctors be e honradament, e com
millor pora. E en la una porta pintará Sant Ffrancesch e en Taitre
Sant Bartomeu, e que Sant Bartomeu stigua en la porta de ma dreta.
E la resta daurará e picará com millor pora, e que tot agó ell donará
acabat e pintat de qui a XV del mes de agost primer vineni. E dit
bancal ell metra, posará e clavará en lo dit retaule, e aquell de si sen
aporterá a Barchinona, e de Barchinona lo fará tornar e portar en
Vich a ses messions, despeses e a risch e perill seu.
ítem los dits Pere Collell, Jacme Losada e Pere Joan de Fabre-
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XXXIX
gues prometen donar e paguar al dit raestre Fferrando, per pintar lo
.dit bancal, e per port, or, colors e altres coses necessaries a acabar
aquell, trenta sinch Iliures barchiuoneses, pagadores en'tres pagues, ^o
es, per tot lo present mes de Abril la ter^a part. E altre ter^a part de
qui per tot lo mes de Juny primer vinent. E lallre ter^a part quant
per lo dit mestre Fferrando lo dit bancal será acabat.
ítem es concordat que perqué lo dit mestre Fferrando no es cone-
gut per la ciutat de Vich, que ans que lo dit Fferrando rebe alguna
part de les dites XXXV Iliures do e sia tengut donar caució e segu-
retat per totes les dites XXXV Iliures e per lo dit bancal, a restituir e
tornar ais dit Collell, Losada e Fabregues.
ítem es concordat que ans que los dits Losada, Collell e Fabre-
gues reben o sian for^ats de rebre lo dit bancal, aquell hage esser vist
e reconegut per aquelles persones que ells volran e elegirán, e si será
rebedor hagen aquell per rebut, e on no fos rebedor lo dit mestre
Fferrando los bagues a restituir e tornar lo que n bagues rebut.
E totes les dites coses prometen e juren les dites parts attendre
e complir, teñir e servar segons demunt se conté la una a Taltre e
endessemps, obligantsne tots llurs bens haguts e havedors largament
e bastant.
Ffuerunt fírmala et jurata predicta capitula et dmnia in ea contenta
per predictos eic, dit lune XVIII Aprilis anno a Nativitate Domino
millessimo CCCCLxxxxi.
ViCH : Curia Fumada, Libro de Sentencias Arbitrales del notario
Benito de Prat.
XXVII
^i Janer de 14^2.
En nom de Deu.
Sobre lo pintar del retaule de la capella rodona de la Verge
Maria de la ciutat de Vicb, entre en Pere Alamany e Raphel Vergas,
pinlors, ciutedans de Barchinona, de una part, e lo senyer nAnthoni
Robi, ferrer, e Pere Sala, parayre, obrers e administradors de dit
retaule, son estats feís, inhits, concordáis, fermats e jurats los capi-
tols seguents:
E primerament los diis Pere Alamany e Raphel Vergós, pintors,
prometen pintar lo dit retaule en la forma e manera devall scrits, ^o
i
XL SANPERE Y MIQUEL
es, que ells primerament pintaran lo dit retaule, ^o es, la taula iusana
qui es devers lo portal que ix al palau pintaran la ymage de Nostra
Dona del Roser, de la mostra per los dits pintors donada. £ en la
taula qui es sobre dita taula de Nostra Dona del Roser pintará la ado-
roció que ¡os tres reys f aeren. E en laltre taula de la part dreta pin-
tará la salutació de Nostra Dona, E en laltre taula cussana la assumpció
de Nostra Dona, E en la taula qui es al mig sobirana sobre la ymage,
pintará lo Cruáfix ab lo Joan, e ah la Marta, e ah la Magdalena, E tot
pintará de aquelles millors colors ques pora, competint aquelles, e
dauraran, e vestirán los personatges ab brocadures, fresadures e dau-
radures e picadures. E tot a^ó prometen fer que passades carnestoltes
vinents comentaran fer dita obra, e fíns que aquella sia per acabada
no metran mans en neguna altre obra.
ítem los dits Anthoni Robi e Pere Sala prometen donar e paguar
ais dits pintors, encontinent hauran acabada la primera taula de la
Verge Maria del Roser, segons mes o menys els han haver de tot lo
dit retaule, encare que no fossen contents de llur pintura.
ítem es convengut que los dits Robi e Pere Sala hagen a donar
e paguar ais dits pintors, per pintar tot lo dit retaule, trenta sis Iliures
barchinoneses, pagadores la una pagua esser feta la mostra de la Verge
Maria del Roser, lalfre pagua com tot lo retaule será enguixat, e laltre
com lo dit retaule será acabat.
ítem que los dits pintors, a llurs propries messions e despeses,
hagen a pintar lo dit retaule, he haver tot ^o, e quan hagen necessari
axi que ios dits obrers nols hagen a donar ne paguar sino les dites
trenta sis Iliures, e loch on pinten, e loch on dormen.
ítem que los dits pintors pintaran la pastera on está la ymage de
Nostra Dona ab domas vermell, ab porpres dor, e los guardapohos
ab aquelles ymages de profetes e de sants quels será dit, e lo camper
daurat e picat.
E totes les dites coses prometen fer attendre e complir la una
part a laltre, e endessemps sens tot dan e messions de negunes parts,
obligants ne tots llurs ben mobles e inmobles, haguts e havedors.
E juren.
Ffuerunt firmata et jurata predicta capitula etc. die sabbati XXI
mensis Januarii anno a Nativitate Domini M.CCCC.Lxxxx secundo.
Vich: Curia Fumada, Manual XI-XII, del notario Benito de Prat,
1490-1494.
LOS cuatroceniistas catalanes xli
XXVIII
22 Janer de 14^^.
Die XXII mensis Jannuarij anno a Nativitate Domini millessimo
quadrigentessimo LXXXXIII.
Convócalo Generali Consilio iii campo tiradorum jusanorum
civitatem Barchinone per Jacobum Colomer, Bartholomeum Ferri,
Jacobum et Benediclum Masdeu administratores anno presentís con-
fraria Sancti Anthoni paratorum Barchinone fuerunt expósita per
dictos administratores in dicto generali Consilio haec verba in efFectu.
Honorables senyors: hoyt havem dir que lo senyor en Pere
Pinol e en Pere Castell havien carrech per tota la confraria ensemps
ab los administradors en dar cumpliment en la constitució del retaule
de Sent Anthony, ^o que no haviem trobat continuat en lo libre del
offici, e perqué es una gran vergonya que lo dit retaule no haie son
degut cumpliment en la construcció del dit retaula sens apellar hi los
dits Pinol e Castell, los cuals, ocupats en llurs faenas, ab gran treball
se porien haver.
E per lo dit Consell, concordablement fou dada potestat ais dits
administradors que, sens appellar hi los dits Pinol e Castell, puxen
demanar de compte a tots aquelles qui hagen rebudes ni administrades
pecunies del tall del dit retaule e aquella puxen rebra e convertir en la
construcció del dit retaula, donantlos dagó plena potestat quanta ha
lo dit present consell, sense referir qualsevulla potestat donada ais dits
Pere Pinol e Pere Castell si alguna sen trobara, no contrastant com
aquella, ab la present hagen per revocada.
Archivo de Protocolos de Barcelona, Manual de Bartolomé Costa,
núm. 16.
XXIX
ij Mar 5 de 149J.
Die Veneris XV mensis Marcii anno a Nativitate Domini milles-
simo CCCCL.XXXXIII.
Nosaltres Anthoni Pía e Franci Camps, perayres, ciutedans de
Barchinona, arbitres e arbitradors, loados e amicables composadors
VI
XLIl SANPERE Y MIQUEL
communment e concordable deis entre los administradors lany present,
de la confraria deis perayres de Barchinona, de una part, e lo senyer
en Pere Pinoll, perayre, de la dita ciutat, de la part altre. Vist prime-
rament lo compromís per les dites parts en nosaltres fermat, e la potes-
tat en aquell a nosaltres atribuyda, vista la demanda verbal feta per los
dits administradors al dit Pere Pinoll de XII Uiures, les quals ell ha
confesades teñir de la dita confraria, per rahó de la dite construcció
del retaule, fet per mestre Miquel Luch, alemany, en la capella del
Cors de Jesuchrist e de Sent Anthoni, en lo monastir de Sent Agusti,
hoydes les escepcions devant nosaltres allegades per lo dit Pere Pinol,
e fínalment vistes totes coses vehedores e attesses las atcnedores, sia
de amigable composició, elegints, pronunciants, sentenciara, arbitral-
ment declarara en e sots la forma seguent :
E com a nosaltres dits arbitres claramenl hage constat lo dit Pinol
haver confessades haver rebudes les dites XII Iliures, e de aquelles
haver fet algunes despeses per causa del dit retaule, per ^o ab la present
nostra arbitral sentencia pronunciara, sentenciara e arbitralraent decla-
rara que lo dit Pere Pinol hage a pagarais dits administradors, dins sis
mesos, VII iliures XII sous VIIII. E raes avant hage a pagar lo dit
Pere Pinoll IIII Iliures XII sous III per quitar les tubes, las quals
stant en penyora en poder de niestre Conrat, les quals son de perti-
nencies del dit retaula, fetes per lo dit mestre Miquel Luch. E mes
avant hage a pagar lo dit mestre Pere Pinol totes despeses qui son
stades fetes per la causa de la contenció qui es stada entre lo dit
mestre Conrat, com a marraessor del dit raestre Miquel Luch, axi
individualraent cora arbitral, e en les dites coses lo dit Pere com
degurara axi per la part de la dita confreria cora del dit raestre Conrat.
Itera pronunciara, sentenciara e arbitralraent declarara que lo Pere
Pinoll hage a fer carta debitoria ais dits adrainistradors de les dites
VII Iliures XII sous VIIII, ab totes clausulas necessarias e ab scri-
tura de ter^ en la cort del veguer de Barchinona, ab obligado de per-
sones e de bens.
Itera pronunciara, sentenciara e arbitralraent declarara que paga-
des les VII Iliures XII sous VIIII ais dits adrainistradors, los dits
adrainistradors li hagen de fer al dit Pere Pinol apocha, ab defínició a
cancellació del dit debitori.
£ tant quant la nostra present arbitral sentencia ab condempnació
he una part e I altre conderapnan e tant quant sab absolució la una
part e 1 altre absolera.
Itera pronunciara, sentenciara e arbitralraent declarara que les
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XLIII
dites parts hagen a donar a nosaltres dits arbitres, per salari de la
present nostra arbitral sentencia, sengles sagells qui cascú valega un
real, e al notari lo salari del compromés e de la present nostra arbitral
sentencia.
£ mes condempnam les dites parts que hagen amologar la present
nostra arbitral sentencia dins tres dias primers vinents sots les penes
del compromís. — Anthoni Pía, Ffrancesch Camps.
Archivo de Protocolos Jí Barcelona, Manual de Bartolomé Costa,
núm. 20.
XXX
Any 14^),
En nom de Deu sia e de la gloriosa Verge Maria, e de mossen
Sent Anthoni, e a honor de la qual los presents capituls e pactes son
stats concordats.
Capitols fets e concordats per e entre los honorables en Jacme
Colomer, Bartholomeu Ferrer, Jacme Par e Benet Masdeu, perayres,
ciutedans de Barchinona, lany present administradors de la Confraria
de Sent Anthoni de la present ciutat de Barchinona, de una part, e
lo senyor en Pau Vergas, pintor, ciutedá de la dita ciutat de Barchi-
nona, de la part altre, sobre la pintura del retaula de fusta situat en
lo monastir de Sent Agusti de la dita ciutat, en la capella deis peray-
res, sobre la qual son stats fets los capitols seguents:
Primerament es concordat entre les dites parts que en lo banchal,
(;o es, entre cases o spays, <;o es, en la primera casa de man dreta, sie
la Cena, e en 1 altre la oració del Hort, e en 1 altre la Presa de Jesuchrist,
ben fornides de imatges e ben acompanyadas, e ben endrapat e ben
enguixat, diademas, fresadures, campers, brochats en los lochs perta-
nyents, e que sie tot dor brunit e picat de belles colors, ^o es, datzur,
carmesí e altres colors fines, aixi com se pertany de retaules. Mes que
les tubes de dit bancal, e pilars retorxats e revestits, e vases copades
pertanyents, tot sia dor fi bronit.
ítem mes es concordat que en la casa del mig, ^o es, en la de Deu,
tot lo detras sie de enbrochat dor e datzur, e totes les guies e claus e
la vora del portal hont sia Sent Anthoni e peranys del Deu e tabernacle
e diadema del Deu, fresadures, e unes carxoffes dor fi en lo suari del
Deu, allá hont mester será e de bons colors pintat.
Á
A
XLIV SANPEBE Y MIQUEL
ítem es concordat que en lo retaula de la punta, sobre lo Deu,
hage une ystorie de la profesió del Corpus Xistri, molt ben acompa-
nyada e fornide e acompastada ab bons colors.
ítem es concordat que en sis taulas restants de dit retaule, ^o es,
tres de cascun costat, hagen les ystories que ells volran e delliberaran
e aquelles promet lo dit pintor fer en la forma e manera que ells
elegirán.
ítem mes es concordat que totes les sis imatges del guarda-
polvo sien ben arresades dor embotit en lo loch hont seguirá o será
mester, e les cares ben diferenciades Ja una del allre, debuxats divi-
sats de colors, e per lo semblant dites imatges e tabernacle e tubeus e
pilars e tota la obra de tall, e campers, diademas, fressadures, brocats,
tot dor fi com dit es, e de bons colors.
E totes les dites coses per los dits administradors largament expre-
sades, promet Pau Vergós fer ab aquella perfecció que ferse pora,
donant en aquell bon esperit, fornint aquell com per dits administradors
es demanat, axi lo banchal com tot lo retaule, de bo e fin or, ab tota
aquella perfecció que la obra requer, e que tots los brocats sien fets
segons lo retaula de Sent Agusti major.
ítem lo dit Pau Vergós convé c promet alb dits administradors
que ell haurá pintat e acabat lo retaula de tot cumpliment e de tota
perfecció daci a sis anys, del dia present que los presents capitols se
firmaran en avant, comptadors en la forma devall scrita.
ítem es stat concordat que, si go que Deu no vulle, lo dit Pau
Vergós moria ans que lo retaule sie fos acabat, que lo haurá pintat de
pintura e obra en aquell, sie judicat per tres bons pintors elegidors per
abdues parts, abils, entesos en tais coses, e lo qui será judicat per tots
aquells o per los dos sie servat per les dites parís, ^o es, que si será
judicat lo dit Pau Vergós deurá ha ver mes de lo que bestret e pagat li
seria, lo qual demés será los dits administradors qui ara sont o per
avant serán, hagen a donar e pagar a sos hereus. E si mes del que
haurie obrat en dit retaule lo dit Pau Vergós haurá rebut aquella
dcmesia, los hereus seus hagen a pagar e tornar ais dits administradors
qui ara sont e per avant serán.
ítem es stat concordat e convengut entre les dites parts que lo
dit Pau Vergós sie. tengut en lo desfer, fer, tornar posar lo dit retaule
axi per pintar aquell e aportar en la sua casa com entornar en son loch
aprés que será pintat a tot son risch.
ítem es concordat entre les dites parts que lo dit Pau Vergós
hage pintar lo dit retaule dins sis anys primers vinents, comptadors del
i
ra
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XLV
dia present en avant, per preu de doscentas trenta sinch Iliures barchi-
nonenses, pagadores en las pagues e formes seguents, ^o es, de present
quinze Iliures, e acabat lo banqual de pintar altres quinze Iliures, la
restant quantitat a cumpliment de quaranta e sinch Iliures acabat de
pintar lo Deu e la pastera, ab totes ses pertinencias. Lo qual Deu,
banqual e pastera sia pintat daci a Nadal primer vinent. E les restants
sinch parts del dit preu, qui son cent noranta Iliures, li sian pagades
en sinch pagues de aquesta manera: que fetas sinch parts del restant
del retaula, que comensant a pintar la una de les dites sinch parts, li
sia donada la sexta part del que li tocará a pagar per la dita sinquena
part de les cent norante Iliures restantes a pagar del dit preu. E com
sien pintadas (mig) la sinquena part, li sie donat laltre ter<;, e acabada
de pintar la sinquena part del dit retaule li agen a donar la restanta
ter^a part a compliment de la dita sinquení'part de las dites CLXXXX
Iliures. E semblantment sie fet de les restantes quatre parts del dit
retaule.
E mes avant es concordat entre les dites parts que si sobre
les desús dites coses insurtien algunes difFerencies, aquelles hagen esser
determinades e declarades per quatre persones elegidores, dues per
cascuna part, a determinació de las quals e de la major part de aquelles
les dites parts hagen star.
E les dites parts loants, aprobants, rattifficants e confirmants les
dites coses, convenen e prometen la una part al ahre endesemps, sots
pena de cent Iliures barchinonenses, comesedora la meytat a la part
obedient e laltre part a la cort, o al Jutge qui de aquella fará la exe-
qució, la qual pena comesa e no graciosament remesa no resmenys les
dites parts sien tengudes en cumplir e servar les dites coses. E per
major de les dites coses dit Pau Vergós dona per fermenta los
honnorables Manuel Pía, ara conceller, Johan Peller, mercader, e
Jacme Vergós, pinctor, pare seu, los quals aceptants de bon grat la
dita fermenta, convenen e prometen que ab los dits principáis lurs e
seus ells serán tenguts en les dites coses. E tots axi principáis com per
ferman<;es obliguen tots lurs bens mobles e inmobles, haguts e havedors,
renunciant e jurant largament.
Archivo de Protocolos de Barcelona, Manual de Bartolomé Costa,
núm. i6.
y
i
XLVl SANPERE Y MIQUEL
XXXI
j j Novembre de 14^4,
En nom de Deu.
Sobre lo pintar del retaule de la capella de Nostra Dona de Pieíat
de la ciutat de Vich, entre los honorables nAnthoni Ferrament e Gal-
ceran Grau, consellers, lany present, de la dita ciutat, ensemps ab los
honorables en Joan Costa e Pere Rusquelles, absents, administradors
de la dita capella, e los venerables en Gabriel Beulo e Joan Toro,
parayre, obrers de la dita capella, duna part, e mestre Pedro Vello,
pintor del regne de Castella, de part altre, son estats fets, concordáis,
fírmats e jurats los capitols^eguents;
E primerament que lo dit mestre Pedro Vello promet que ell
pintará e acabará dit retaule bé, complidament e deguda ab oli de linos,
E que pintará en una taula la salutació de la Verge Maria, e en una
altre tauU la Nativitat e adorado deis tres reys, E en 1 altre taula la
Resurrección E en 1 altre taula lo Noli me tangere de la Magdalena, e
pintará en los costats del dit retaule los quatre doclors de sánela mare
Sglesia, e en lo mig, dalt, dos angells qui teñen lo senyal de la ciutat.
E vestirá e acabará los personatges be e complidametlt, e de aquelles
colors, a coneguda deis dits honorables consellers. E daurará ab bro-
cats, fresadures e picadures, e ab aquelles insignies que los dits perso-
natges requeren. E daurará tot lo dit retaule de or per totes aquelles
parts aon será necessari. E que lo dit mestre hage a fer a^ó a tota
messió a despesa sua, exceptat de or, que los dits administradors e
obrers li hagen a donar. E que la dita obra hage a comen^r de qui
a per tot lo mes de Janer primer venidor, e que ell no fará ni metra
mans en altre obre fíns aquesta sia acabada.
ítem lo dit Joan Toro promet lexar al dit mestre una cambre e
un lit pera dormir en la sua casa, aon lo dit mestre puxa fer dita obra.
ítem los dits honorables administradors e obrers prometen paguar
al dit mestre, per pintar e acabar dit retaule, vint e set Iliures e deu
sous barchinonesos, les quals li prometen paguar en aquesta manera,
^o es, que quant lo dit mestre haurá feta la quarta part de dit retaule,
li pagaran la quarta part del preu, e quant haurá feta la meytat, per
semblant la meytat del preu. E quant haurá acabat lo dit retaule, li
pagaran tot lo restant. Empero entre tant lo dit Joan Toro promet
bestraure al dit mestre per despesa ^o que haurá mester tot jorn.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XLVII
E les dites coses prometen e juren les dites parts, ^o es, la una
e laltre, e endessemps fer attendre e complir e contra aquelles no fer
o venir sots obligació de tots llurs bens ab totes clausules e renuncia-
cions necessaries.
E volen les dites parts que deis presents capitols sien fetes a dites
parts e a quascuna delles tantes cartes com ne serán demenades subs-
tancia en res no mudada.
Die sabbadi XV Novembris anno a Nativitate Dominis M.CCCC.
Lxxxxiiij fuerunt fírmala et jurata predicta capitula et in eis contenta.
Vich: Curia Fumada, Manual XIII -XIV, del notario Benito de
Prat, 1494-1497.
XXXII
2j Novembre de 149J,
Die mercurij XXV mensis Novembre anno a Nativitate Domini
M.CCCC.LXXXX quinto.
Los honorables Pere Claret, Mateu Jover, Johan Seguer e Salva-
dor Monts, administradors lany present de la dita confraria, faent a^ó
ab consell e delliberació de prohomens de la dita confraria, veent lo
dit Pau Fergós que havia a fer la dita obra del dit reiaule esser defunct
e per consequencia se age haver altre obrer qui acab la dita obra, es
stat concordat que en Rafael Vergas, pintor, germá del dil Pau Vergós,
acap e emprenya la dita obra com aquell qui es agut per sufícient. E
per ^ó los dits Administradors de una part e lo dit Rafael Vergós de la
part altra, convenen e prometen luna part a laltre endessemps que
servaran los capitols demunt dits segons en aquells son continuats,
retenguts ais dits administradors, segons desús es dit, que si la obra
no se exia segons se pertany que a coneguda de mestres comun-
ment elegidors la dita obra, li puga esser levada, pagantli lo que fíns en
aquella hora hauria fet, e lo dit Rafael Vergós age renovar las ferman-
^as damunt donades.
Archivo de Protocolos de Barcelona ^ Manual de Bartolomé Costa,
núm. 16.
SANPERE Y HIQUEL
Dijous II Febrtr de 1497-
En notn de Deu e de la gloriosa Verge Madona Sancta Maria,
mare sua. Amen.
Sobre la concordia de la pintura faedora en lo retaula de la Verge
María, en la iglesia parrochial de Senl Marti de Theyá, del bisbat
de Barcelona, concordada e tractada entre en Jacme Cotbeu, alias
Armengol del Masnou, e en Pere Noguere, menor de dies, abdosos
de la dita parrochia de Sancta Maria de Theyá, obres de la dita iglesia,
de una part, e en Pere Alemany e Raftl Vergas, pintos, ciutadans de
Barcelona, de la part altrc, son estats fets e concordats los capíioU
següents :
Primo: que los demunt dits Pere Alemanj' e Rafel Vergós, ptn-
tors, facen e ofer facen les obres de dita pintura ab la forma següeni:
Primo : en la pastera stará la ymage de Noslra Dona de Althaya, e
que sie separada en la cara e nuins, e alli ont será mester que la dita
pastera síe pintada ab aquesta forma, ^o es, daurada e enporprada de
alzur e carfoxas dor los arquets, e la volta daurats dor fi. E los pan-
denis de la volta de atzur, ab stellas dor ñ. E los campells dor
En lo banchal, en lo qual lia sinch cases en la care del mig, la
Pieial ab les armes de Jesuchrist en lo camper d atzur, e les armes
dor tuat. E lo moniment jaipiat de carmini.
En la segona cara al costat de la Pietat a part dreta, ha de haver
fflt^a ymatge de Sanct Hieronim un cardenal e mig ¡eó. £ que )a jmatge
de Sant Híeroním hage la capa de carmini ab la labradura datzur. £
lo camper dor 6.
En laltra cara, a part sinestra, al costat de la Pietat, mige ymatge
de Sancl Agusti, com a bísbe, ab la capa a brocat. E lo camper dor fi.
En la casa forana, a pan dreta, es la ymatge de Sant Lop, com a
archebisbe, ab la capa de brocat e lo camper d'or ñ.
E en la forana, a part sinestra. Sánela Barbera ab lo camper
En la casa del retaula baixa a part dreta, la imatge de Sanct Sebos-
tia, com aflagellat ab los sarjants qui asagetan ab lo camper dor 6, e
que les images sien de bones colors qui saiisfassen segons lo retaule.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XLIX
En la casa baxa, a part sinestra, la imaige de Sani Roch coni a
pelegrí, en lo camper d or fi.
En la casa alta del dit retaula la Anunciado de N ostra Dona,
vestida datzur lo mantell, o la roba de carmini, e 1 angelí que hage lo
manto de carmini, ab lo cetre ab Uiris, segons se pertany.
En la casa alta, a part sinestra, la Nativiiat de N ostra Dona, E
que lo Jesuchrist sia en lo pesebre, e al un cap sia la imatge de Nostra
Dona integra, e altre cap la ymatge de Joseph, ab los pastors, ab sem-
blant gent qui sont en lo retaule de Sani Match de la Seu de Barcinona, ab
tota la ystoria pertinent.
E en la cara subirana alta la Coronado de Nostra Dona, ab la sem-
blant forma, ^o es, que a la part dreta sia la ymatge de Deu lo pare, e
a la sinestra lo Jesuchrist, e al mig la ymatge de Nostra Dona, e que
los dos, ^o es, que Deu lo pare e lo Jesuchrist, qui la coronen. E sobre
lo Sanct Esperit. E allí ont satisferá dos gerobins, tota obra de talla,
<;o es, sembranas, pilars, tubes, arxets dor fi brunyit. Los campers,
fresadures e diademes embotits dor fi alli ont se pertany, guarda
polvos de or fi enbotits e picats; les quals coses demunt dites totes
e sengles prometen fer los demunt dits Pere Alemany e Rafael
Vergós, e qui sen dells de si per tot lo mes de maig primer vinent les
e degudament, e que feta lobra, sino ais dits obrers, que en tal cars
sia vist per quatre persones abtes en les dites coses, elegidors per les
dites parts, ^o es, duas per quiscuna part. Es lo preu de tota lobra
demunt dita XXXII Iliures barcinonines, pagadores en aquesta manera,
^o es, la ter^a part de continent comensaran lobra, e laltra ter^a part
quant será deboxat lo dit retaula, e la restant ter<;a part quant será
acabada la obra.
ítem lo dit en Jacme Corbera, alias Armengol del Masnou, e
Pere Noguere, menor de dies, obrers demunt dits, convenen e pro-
meten ais dits Pere Alemany, Raphael Vergós, quels pagaran les dites
XXXII Iliures qui son preu de dita obra, forma e manera desús dites.
E les coses demunt dites, totes e sengles prometen les dites parts
atendré e complir, teñir e servar, sots pena de XV Iliures de la dita
moneda, adquisidora per la ter^a part al honorable Veguer de Barci-
nona, e a qualsevol altre oñicial quin faria la exequció, e per les dites
restants parts a la part obedient, qui solia teñir e complir la dita con-
cordia, e pagadora per la part qui contrafora e no res menys les dites
coses totes e sengles se hagen a complir ab tot eíFecte. E la qual pena
sia comesa tantes vegades quantes en dites coses seria contrafet. E per
a^ó ne obliguen dites parts la una al altra e a ells endesemps tots e
VII
i
L SANPERE Y MIQUEL
sengles bens llurs, e de qui son dells per lo tot ab totes reiiunciacions
necessaries e oporiunes, e axí ho juren.
Finita e jurata fuerunt predicta capitula et omnia per omnes
dictas partes die sabbati XI Februari anno a Nativitati Domini milles-
simo quadrigentessimo nonagessimo séptimo. Presentibus testibus
discreto Michaele Serra notario habitatore et Joanne Aróles paratore
pannorum lene cive Barcinone.
Apoca. Lunes 4 Septiembre 1497. Testes Bernardo Mathoses,
beneficiado de San Miguel del Pino.
Archivo de Protocolos de Barcelona, Manual de Marcos Busquets,
núm. 5.
XXXIV
ij Febrer de 149S.
Die jovis XV mensis Februarij anno a Nativitate Domini millessi-
mo CCCC.LXXXXVIII».
En nom de Deu sia y de la gloriosa Verge Madona Sancta Maria
y de mossenyer Sanct Miquel Archangel. Amen.
Capitols fets y concordats per entre lo honorable en Bernat Roger,
baile de la pobla de Calella, del terme de Montpalau, de una part, e lo
senyer en Rafael Vergas e Pere Alemany, pintors, ciutedans de Barchi-
nona, de la part altra, sobre lo pintar lo retaule, lo qual lo dit Bernat
Roger fer fer en la forma devall scrita :
Primerament: los dits Rafael Vergós y Pere Alemany prometen
pintar e fer pintar al dit Bernat Roger un retaule del qual ell los hage
donar lo fust, e a^ dins la present ciutat de Barchinona en aquesta
forma, ^o es, en la pesa mijana del dit retaule ha haver pintar la image
de Sanct Miquel, armal en blanch, ab spasa y lan^a, lo diable ais peus,
e en la punta dalt del dit retaule prometen pintar Jesuchrist crucificat,
e al costat dret la image de la Verge Maria, e al altre costat que sie la
ymage de Sant Joan Evangelista. En les peces deis costats, en que
hauran dues cases, en quascun costat cuatre istories de Sent Miquel,
aquelles que los dits Rafael Vergós e Pere Alemany volran e conexeran.
E en lo banqual del dit retaule, 90 es, en lo mig del dit banqual, la
ymage de la Pietat, e en les altres cases del dit banchal aquelles ymages
que lo dit Bernat Roger volrá. Los campers del dit retaule e les
diademes e fressadures embotides e daurades, los pilars e xambrans,
I i
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES Ll
tubes e crohers, tots daurats dor fi brunyit. Les polseres de arget
cobrat, ab los senyals que lo dit Bernat Roger volrá. E a^ó prometen
de pintar los dits Rafael Vergós e Pere Alemany a tot llur cost e
messions e despeses, axi de or com dargent, e altres colors bé e cora-
plidament da^i a la festa de Nadal primer vinent, ^o es, lo bancal e la
pessa mijana da^i per tot lo mes de Juliol primer vinent, e lo resta
del dit retaule a compliment dad a la festa de Nadal primer vinent,
cumplidament e ben acabat, axi com se pertany, a coneixensa de dos
piators, aquells que lo dit Bernat Roger volrá e elegirá.
ítem lo dit Bernat Roger promet donar e pagar ais dits Rafael
Vergós e Pere Alemany, per preu de tota dita obra, XXXI Iliures
X sous, ^o es, ara de present X Iliures XX sous, quan sian acabats de
pintar los dits pe^a mijana e bancal, e les restants XI Iliures X sous,
quant sie acabada tota la dita obra, e a^ó sens alguna dilació, ab obli-
gació de tots sos bens.
ítem los dits Rafael Vergós e Pere Alemany confessen e reco-
neixen al dit Bernat Roger haver agut e debut de comptants les dites
X Iliures de la dita primera paga, a solució de les quals le sie fermen
apoca.
E les dites coses totes e sengles, segons damunt son contengudes,
con venen e en bona fe prometen les dites parts, ^o es, la una part al
altre atendré e cumplir, teñir e servar, e contra aquelles no fer ne
benir per alguna causa o rahó, sots pena de XXV Iliures barchinonines,
guanyadores per lo tor a la part observant, e perdedora a la part
contrafahent. La qaal pena, pagada o no graciosament remesa, no
restituenys les coses en los presents capitres contengudes, se haien a
cumplir, teñir e observar la una part e laltra se obliguen tots sos bens,
e de quiscú dells insolidum renunciant a totes leys contrafaents e lo
juren.
£ volen les dites parts que deis presents Capitols e de les coses
en aquelles contengudes sien fetes a les dites parts, e a quiscuna de
elles, tantes cartes o demandes e req uestes serán ab totes clausules de
scrits opurtunes e necessaries a coneixensa del notari de los presents
capitres subscritura nonimada.
Testes magnificus Joannes de Avinyó milites populatis e Vicens
Petrus Bonay mercatores Barcinone.
Archivo de Protocolos de Barcelona, Manual núm. 2, de Carlos Mir.
^
á
LlI SANPERE Y MIQUEL
XXXV
4 Janer de 149S.
En nom de Nostre Senyor Deu, e della sua gloriosa mare, e dells
beiieventurats Sant Aloy e Sant Honorat, e della gloriosa Sancta
Eulalie.
Capitolls fets e concordáis entre los honorables en Jacme Casa-
bona, Joan Soler, Jaume Ribes, Anthoni Robi, procuradors, lany
present, della Confreria de S. Aloy, S. Honorat e de Santa Eularie,
ab consentiment de dita ConfFreria, e mestre Berenguer Gurea e Joan del
Pont, pintor s, vuy abitan ts en le ciutat de Vich.
E primerement es stat concordat que los dits procuradors, ab lo
dit consentiment, donan a pintar a dit mestre Gurea tot lo restant del
retaule ab los gordapolls vuy dita G)nfFreria te de fusta, en le qual se
contenen set istories, ^o es, tres a cascuna pesse dells costats, e una en
le pesse del mig, sobre les ymages de 5. Aloy e S. Honorat, Lo preu
de pintar dites set istories son trenta liures de moneda corrent en le
ciutat de Vich, les qualls XXX liures dits procuradors prometen pagar
a dit mestre en aquesta forma e condició.
Es stat concordat entre los demunt dits, per quant dits procura-
dors vuy no teñen sino cerca de quinze liures, les qualls son solls le
meytat de dites XXX liures, e preu de dita obra, que no obstant acó
dit mestre se metra en obra, e pintar de present fflns le meytat de les
dites Vil istories, o per lo valor de dites XV liures. E per que le can-
titat de tot lo preu de dites XXX liures se ha haver de caritats e
offertes voluntarles deis confrares, per si per ventura nos podien haver
compliment a tot lo preu de dites XXX liures.
Ítem es stat concordat per quan les dites XV liures stan vuy en
oífertes que lo dit mestre pren a tot son carech e despeses haver e fer
levar dites offertes de aquelles qui les ha promesses tos temps que
volrá.
E aii aquesta menera, fforma e condició los dits procuradors, ab
obligació de bens de dita Conffraria, prometen a dit mestre Gurea dar
an continent, a el o al qui volrá, lo mamoriall hon son contengudes
les dites XV liures, o cerca de offertes, e prestar lur nom, o en altre
manere dar loch e cesió de dita cantitat a dit mestre, e tot so, e quant
sia mester en exhigir dites XV liures largament, e bastant. E si mes
avant de dites XV liures per avant se trobaran, com ab le ajuda de
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES UII
Deu se creu que dits procuradors se obliguen e prometen dar a dit
mestre tot lo ques troba en diners, o les ofFertes en e per lo modo
fins a compliment de dites XXX liures, qui es lo preu ab lo dit retaula
ho haver tot son compliment de pintar.
ítem es stat concordat entre los demunt dits que si en dites
offertes havia algú o alguns qui per miseria, o per qualsevol altre
manere, no podían pagar que fetes forses degudes per dit mestre, o
per son procurador, o en altre manere concordat de tais deutes ab
dits procuradors que dits procuradors en nom de dita Confraria se
obligan de star de eviciió en tal cars a dit mestre de tais deutes.
Mes avant es stat concordat que dit mestre Gurea sia tengut e
obligat pintar a totes ses despeses axí de or, colors, e inclusivement
de totes altres coses dites set istories, ab los gordallpos ab alguns pro-
fetes e ab lo senyal de dita confraria. E promet metre en aquelles axí
en los campers com pilars, com personatges, com de or, e de collors
quant milor no menys justa forma, e modo que sta lo retaule vell qui
era de dita Confrerie. Le qual íForma e modo es aquesta:
En le primera taula de ma dreta en le estorie es com Sani Aloy es
nat en le segada. Son los personatges, le mare e lo inffani qui mama, dos
seguadors que seguen, lo Rey ab corona, ab dos scuders a caval qui casan
portan t cans, e falcons, ab una aguilla. Los abilements son le mare vestida
de atiur, lo Rey ab un abilemeni de at^ur ab flors de lir de or, lo caval del
Rey ab le celia daurada, lo inffant ab diedema.
En le segona istorie es quant f o beteyat Sant Aloy con tais perso-
natges. Lo infant, o Sant Aloy, ab diadema, tot nuu, un bisbe qui I bateya
vestit ab capa pontifficall, ab hu vestit com a diacha, ab dos capellans. Lo
Rey e le Reyna, ab un ciri quilfan xpistiá, ab una doncella, dos scuders.
Lo Rey e Reyna, ab corones, vestit lo Rey de ai^ur ab floreyement dov, le
reyna vestida de armini o vermell, abffulles dor peí veslil.
En le matexa istorie es Sant Aloy vestit de at^ur passamanat dor, ab
fornal, enclusas e manxes usant de ojffici defarer, e un jova qui li a manat
un cavall, e Sant Aloy a li arencada le cama, e fero lo peu a le encluse.
En la tersa istorie es quant Sant Aloy es elegit en bisbe, sient en una
cadira pontiíHcall, ab III bisbes ab luis capes e amitres daurades, e quo-
tra capellans, a ni hu qui te una j^ alta daurada ab una panna en le ma.
En le metexa istorie es S, Aloy sentat com a bisbe, ab se capa
e amitre tal com le demunt dite, ab un altar a modo de dir misa, ab
hu capellá quil serveix, e hun homa qui stá ayenolat devant Sant
Aloy, e Sant Aloy quil pren per le ma, e quotra homes qui stan ab
gest de admaravellats.
^•- LfV SANPERE Y MIQUEL
Tí V
fa: En le altre taule de ma squerra es lo naxement de Sant Honorat,
cu
6:
>&..
es le Reyna asegude al lit, vestíde de vermell, ab fules de or en le
I' roba, e una donzella ben abilada qui li dona a menyar ab quotra don-
zelles, e bax una donzella ab una basina, e un pitxell e una dona qui
anbolcha Sant Honorat, qui stá ab diadema. E lo Rey al sol del lit
vestit de atzur ab or mesclat, qui fa gest de admirado.
En le segona istorie es quant S, Honorat, ananl a case, seguex
^l un servo, descavalcat del caval, ab 1 espase en le ma; ariba ais III armi«
tans en le cova, e lo servo qui nos mou deis peus dells armitans.
E com los armitans instruexen Sant Honorat, e Sant Honorat, stant
admirat, stá vestit de atzur ab diadema, e los armitans ab diademes.
En le matexa ístoria es Sant Honorat, qui denuncia e le Reyna
se mare lo cars que li es sdevengut. Stá le Reyna ab quolre o sínch,
caygude elle en térra, e Sant Honorat es son abilement com dalt, e le
Reyne de atzur ab pasamá dor.
En le tersa istoria es quant dos cosariis, ib una fusta de retns,
preñen Sant Honorat, els baten, e aprés lo lansan en una illa deserta
en que ha grans serps e salvatgines, e Sant Honorat com armitá, ab
diedeme, román aquí ayonolat.
En le setene istoria qui es en le pessa del mig, sobre Sant Aloy,
e Sant Honorat, es le Pastó, 90 es, Nostre Senyor stant en larbre de la
veré j^ amunt hi cal vari, ab le Marie, Sant Johan e dues Maries qui
le teñen en le falde asmortide, e le Magdelena stant al peu della j^,
ab hun jueu qui posa le sponge ais labis de Jeshu Xpist, e Sant Orió,
ab II o III de caval armats, e altres coses per acompenyar, les qualls
axi de aquesta istoria com delles altres sian remesses, a le discreció
del mestre.
Pero ab los presents capitolls es concordat que per quant en le
concordie qui ere ffeta delles XXX Uiures ab dites VII istories en
aquesta derrera e setena no havia fer dit mestre sino lo Cruáfix e Sant
Johan, e le Marie, e per que es stat vist per los procuradors, e encare
per alguns confrares que ere cosa molt conffussa, e descompenyada
ates lo gran spay qui es dite istorie, es stat ap mutat que dit mestre
fassa della forma demunt continuade, e que los procuradors per lo
mes dit mestre, hi afeges hi apliqui li donen a lur bon arbitre e segons
lurs bones consiencies, lo que conexeran, e a^ó mes delles XXX Uiu-
res, e que lo dit mestre se age acontentar del que li darán, o no mes.
Los camps e carevoyes quis mostren en dit retaule de Sant Aloy
e Sant Honorat, son de or. Les corones e diademes per lo semblant.
Ítem es stat concordat que per lo retaule age son degut compli-
tH
■'«.■^"
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
LV
V^iCH : Curia Fumada, Tomo de Capítulos Matrimoniales y Con-
cordias del notario Benito de Prat.
XXXVI
<5
ment de diteu set istories gordapolls, pilgrets e carevoyes e de tot lo
que mester sia, que prenent dit mestre a carech dites XV Iliures, coni
demunt es dit, les altres XV Iliures qui resten a compliment de pintar
dit retaulle, prometen e se obligan de pagar los deiús anomenats con-
frares de dita ConíFraria, e ajustant ab so de aquella com es acostumat
en lo monestir della Verge María della Mercé, los quals prometen
cascú per sí, o lo que tocará a lur porció de dites XV Iliures pegar
a dit mestre Gurea, qui seria XVI sous per cascú.
Anthoni Robi fuit IIII Januarü anno LXXXXVIll fuit Bertrandus
Riera et Joannes Petrus Prat.
>v
,vi
i8 Juny de 1499.
En nom de Deu.
Sobre lo pintar de les dues taules del retaule fet en la capella de
la Verge Maria de la Gleva, entre lo honorable mossen Jaume Rovi-
rola, canonge e rector de la sglesia parroquial de Sant Ypolit de Vol-
traguá e administrador de la dita capella, duna part, e mestre Anthoni
Hontell, pintor, de la ciutat de Gerona, es estada inhida e concordada
la capitulació seguent:
E prímerament lo dit Anthoni Homell proraet pintar les dites
dues taules e en aquelles quatre istories de Nostra Dona, ^o es, en la
una la istoria de la adorado deis tres reys e en la altra istoria de Sinco-
gesima, e en laltre la istoria de la Nativitat, e en laltre la istoria de
la Assumpció de Nostra Dona. E les dites quatre istories pintará de
bones colors, daurará, fresará, parará bé e complidament, e com los
personatges requeiran axi e en la manera com están en lo retaule de
Nostra Dona de la capella rodona de la Verge Maria de la present
ciutat, e a ses propries messions e despeses, de or, colors, oli e altres
coses necessaries a pintar e acabar les dites dues taules, e aquelles
promet donar pintades e acabades de qui a la festa de Nostra Dona
dAgost primer vinent.
E per que lo dit mossen Rovirola entén a administrar la despesa
ais dits mestre Anthoni Homell e aquells qui li aiudaran, promet lo
LVI SANPERE Y UIQUEL
dit Anthoni Homell paguar al dit mossen Jacitie Rovirola, per la diu
deiipesa, casa e lit, XXij sous per quiscuna persona quiscuii mes.
ítem lo dit mossen Jaume Rovirola promel paguar al dít meslre
Anthoiii Homell, per les dítes dues taules piniades e acabades, vint
e una Itiura e deu sous barcelonesos.
E les dítes coses [otes e sengles coses prometen les dites dues
parts, la una al altre e endessemps attendre, e complir, teñir e servar
sots obligació de sos bens haguts e haudors.
Ffuerunt fírmala et jurata predicta Capitula et omnia et singula
in eis contenta e/c, die mercurii xviü) mensis Junü annoaNat. Domini
Miüesstmo CCCCLxxsxviüj, etc.
Vich: Curia Fumada, Manual del notario B. de Prat, 1499-1502.
XXXVII
4 Man de ifoo.
Dte lunne lili mensis Madü anno a Nalivitate Domini milkssimo
qutncuagessimo.
Jacobus Vergas pinctor civis Barchinone in nome meo propio et
nomine etiam e pro pane Raphaeli Vergós filii mei de cuius ralihabi-
tione teneri promito sub bonorum meorum omnium obligationem
nominibus predictum. Confíteor et recognosco vobis honorabilis jura-
tis el Universitati et singularibus presentís ville Granullariorum dió-
cesis barchinone. Quammodo infrascripto dedislis el solvistis mihi et
dicti Raphaelis Vergós filio meo quinqué libris et sexdecím solidos
Barchinonensis pro complemento e finali solutione sexaginla librarum
barchinone uses mihi et dicto Raphaelis Vergós filio meo debitorum
pro Universilate dicti Ville ad complememum illarum quingenlarum
dicte monete pro quibus ¡uxta forma concordie et Capítulorum inde
facturum et firmatorum Ínter júralos et universitatem dicte VíIIjc ex
una parte et Paulum Vergós quoiidam pictore cive dicte cívitatis
filium meum ex parte altera cuius ego dictus Jacobus Vergós suis
heres universalís dictus Paulus Vergós filius meus et ego dícius jaco-
bus et dictus Raphael Vergós filius meus depinximus ¡uxta forma díc-
torum C.ipitulorum retratabulum sanctis ccclessia; parrochlaüs dicte
Villx Granullariorum, predictos autem quinqué libras et sexdecim
solidos solvistis hoc modo quoniam ipsas de mei et díctí Raphaeli
LOS cuatroí:entistas catalanes lvii
Vergós filii mei voluntatis vobis remissimus et penes vos retiunistis
pro quibuscumque esmendis sive smenes quas racione dicte picture
ego et dictus Raphael Vergós filius meus vobis seu dicti Universitati
faceré &. et tenemur renunciandi.
Testes honorabilis Joannes Ganei domicellus domiciliatus et
Peirus Calmoler quondam doctor civis Civitate Minorise.
Archivo de Protocolos de Barcelona, Manual de Pedro Triter, núm. 12.
XXXVIII
24 Septemhre de ijoi.
Die xiiij Septembris anno milésimo quingentésimo primo.
Capitols fets e concordats entre los venerables religiosos mossen
Andreu Seguí, sagristá, e Bernat Molió, tots canonges de la sglesia
de Sancta Maria de Manresa, administrados deis bens de venerable
mossen Bernat Massadella, quondam, canonge e prior de la dita sgle-
sia, duna part, e mestre Gabriel Guardia, pintor, natural de la dita
ciutat de Manresa, ara habitant en la ciutat de Vich, nabot del dit
mossen Bernat Massadella, de la part altre, en e sobre lo retaula manat
fer per lo dit venerable mossen Bernat Massadella en la capella sua e
deis seus de la Sancta Trinitat, construida en la dita Seu de Manresa,
juxta forma de la ordinació del dit defunt, feta ab licencia, consenti-
ment e voluntat del reverent paborde.
E primerament es convengut e concordat entre les dites partsque
lo dit senyer, en Gabriel Guardia, fassa lo dit retaula sots invocado de
la Sancta Trinitat, per obs de la dita capella,- lo qual retaula haya esser
de quatre pesas, so es, bancal e pesa del mitg e dos costats, lo qual
retaule haya de ampie dotse palms e devuit palms de alt entre bancal
e pesas, e haya haver repolsos per tot.
ítem es convengut que en lo dit bancal del dit retaula haya V spays
o sinch casas per pintar en cascuna de aquellas, aquellas himages
o istorias que ais dits venerables administradors serán vistas e deter-
menades deutes pintar, les quals ell dit Gabriel Guardia haya a pintar
ab tot compliment.
ítem en la taula migana haya esser pinta la Sancta Trinitat, so
es, Deu lo pare ab una cadira copiosa e bella e ben daurada, tenint lo
Crucifixi en les mans, e lo Sant Sperit precehint deis dos. E en la
Tin
i
LVIIl SANPERE Y MIQUEL
punta de la dita taula del mig sia pintada la coronado de la Verge
Maria.
ítem e.n las ditas taulas del dit retaula serán pintades en cascun
de aquellas, duas istorias de la Sancta Trinitat per acompanyar la taula
del mig, les quals serán en la part dreta la creació del mon e lo bap-
tisme. En laltre, la apparició deis tres angelsfeta a Ahraham e la Transfi-
gurado,
ítem es concordat que en la dita obra del dit retaula lo dit mestre
Gabriel Guardia haya e sia tingut de metre entre tota dita obre, alli
hon mes conexerá, e signantmen en la cadira de Deu lo pare e en les
diademas e canipes e freseduras mil panys dor.
Ítem es contengut que en totes les altres parts del retaula hon no
haurá a posar panys dor, haya a vestir les himages e istories de bonas
colós, so es, assur, carmini, verts, blanchs, que sian bons, de pisa,
massicot, vérmelo e com millor los pora haver.
Ítem es convengut que lo dit mestre Gabriel Guardia haya e sia
tengut haver a tot son carrech tota fusta que sia bona de pollanca e
claus e totas altres cosas necessaries a dit retaula, axi com drap, aygua
cuit, guix. £ que aquell haya fer obrar entretellat a conexensa deis
dits administrados e del dit mestre Gabriel Guardia.
ítem es convengut e pactat que per paga e satisfacció de la dita
obra del dit retaula e de totas las cosas demunt ditas, les quals lo dit
mestre Gabriel haya fet e dat compliment, haya haver e 11 prometen
donar los dits administrados cinquanta sinch Uiures o cent florins
corrents valents aquellas, las quals li hayan a donar e pagar en aquesta
forma, ^o es, que dins quatre anys li hayan haver dadas aquellas e ell
haya haver acabat lo dit retaula. £ que ara de present li hayan a bes-
traure, a bestraure per obs de comprar la fusta e faysonar aquella, tanta
quantitat com será menester. £ si habans deis dits quatre anys la dita
quantitat de les Lv. Uiures se podia haver per poder pagar aquella al
dit mestre Gabriel Guardia que ell axi mateix hay abans acabat e dat
compliment a la dita obra del dit retaula.
Presens nos dictus Andreas Sagiui et Bernardus Molió adminis-
tratores, etc.
Archivo de la Basílica de Manresa: Pliego de Capilulacions de obras.
Comunicado por el oficial primero del Archivo Municipal de Manresa
D. Joaquín Sarret y Arbós.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES LIX
XXXIX
) Abril de ijo^,
Die tertio mensis Aprilis anno a Nativitate Domini millessimo
D. terlio.
En nom de Nostre Senyor Deu Jesucrist sia, e de la Purissima
Verge Nostra Dooa Santa María, mare sua. Amen.
dpitols fets e concordáis per entre lo reverendissim frare mossen
foan Ürgell, en Sacra Theologia profesor, per la gracia de Deu e
Apostólica de tot lo sagrat ordre de la Verge Maria de la Mercé de la
Redempció deis calius cristians en potestat infels detenguts, mestre
general, de una part, e lo senyer nAnthoni Marqués, pinctor, ciutedá
de Barcelona, de la part altre. Sobre la pintura del retaula de la iglesia
de la Verge Maria de la Mercé de la present ciutat de Barcelona, ^o
es, del altar maior de la dita iglesia, del qual retaula lo dit Anthoni
Marqués, pintor, ne ha pintada una taula del dit retaula e dorades les
tubes de aquella ab tot compliment, e la restant pintura de tot lo dit
retaula te a pintar lo dit pintor, seguint la dita obra de la dita taula en
que es pintada la Resurrecció de Nostre Senyor Jesuchrist, e millor si
millor pora, en e per le forme e pactes seguents :
Primerament lo dit pintor promet al reverendissim senyor Mestre
General, que ell pintará dit retaule be e degudament, e aquella dita
pintura fará, e acabará be e degudament com de bona obra e de bou
mestre se pertany, seguint com dit es la obra de la dita taula ja per ell
pintada e daurada, e millor si millor pora, dins sis anys del dia de la
ferma deis presents capitols en havant comptadors, ^o es, que la obra
de talla promet be encular de bona aygua-cu3rta e be e degudament
enguixar de guix bo e prim, e ben raura e metre de bollo per lo sem-
blant he; e degudament axi com de bona obra e de bon mestre se
pertany.
ítem que tota la obra de talla, ^o es, pilars, tubes, amortiments
e tabernacles, axi lo tabernacle del mig ahont stá la imatge de la Verge
Maria Senyora Nostra com lo tabernacle de la part dreta ahont stá
Sant Johan Batista, com lo tabernacle de la part sinestra ahont stá la
ymage de Sant Joan Evangelista, be e degudament promet daurar dit
pintor dor fi e be e degudament bronir, com de bona obra e de bon
mestre se pertany.
Encare mes promet lo dit pintor al dit senyor Mestre General,
LX
SANPERE Y MIQUEL
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que pintará totes les ymatges de tots los dits tres tabernacles de bones
e fines colors, ^o es, de or fi, carmesí, e de vert de fines colors, com
millor pora star. £ les cases o pasteres de les dites tres tabernacles
ahont stan dites imatges pintará de brocat dor e de carmesí e atzur,
e dits colors e or compartirá de manera que trague molt les dites tres
imatges cada una per si, compartint lo un ab lo altre be e degudament,
com de bone obra se pertany e de bon mesire.
E mes promet al dit senyor Mestre General que totes les taules
del dit retaula calafatará be e degudament, e encerará los claus e enco-
lará de aygua-cuyta, e empastrírá de guix gras ab paleta, e endrapará
a part devant cascuna taula, e lo detras de aquella totes les pintures
e grops de bons draps ab aygua-cuyta fort e degudament, e tornera
empastir e enguixar de guix prim, e daurará degudament com de bone
obre e de bon mestre se pertany.
ítem mes promet lo dit pintor al dit senyor Mestre General que
en les pokeres del dit retaule pintará sis imatges, ^o es, tres imatges
en cascuna part, grans e ben proporcionades, segons les pora compor-
tar lo spay de cascuna polcera, vestides de or fi e de fines colors, ab
paviments e campers dor fi, embotits e pichats, e fregadures per les
robes embotides e daurades d'or fi. Les quals imatges pintará, ^o es,
aquelles que per lo dit senyor Mestre General li serán ordenadas e
manades de pintar.
ítem lo dit pintor promet al dit senyor Mestre General que en
les taules del dit retaula pintará, 90 es, aquelles que per lo dit Mestre
General li serán ordenades e manades de pintar.
ítem lo dit pintor promet al dit Mestre General que en les taules
del dit retaula pintará les ysiories deis set goigs de la gloriosa Vtrge
Mana, aquelles que per lo senyor Mestre General li serán manades e
ordenades, exceptat dues ystories ais strems de cada part del banchal,
promet pintar a la part dreta, sota Sant Johan Batista, unz ystorie del dit
Sanl Johan Bultsiu, e a 1 altre part, sola Sant Johan Evangelista, una ysto-
rie del dit Sant Johan Evangeliste, 90 es, aquelles ystories deis dits dos
sants, las quals ordenará lo dit senyor Mestre General, li serán deman-
dades e degudament com de bona obra e de bon pintor se pertany.
E mes promet lo dit pintor al dit senyor Mestre General que les
dites ystories pintará de la forme seguent, ^o es, de bones e fines colors
e de brocat dor fi, de carmesi de atzur e altres fines colors, e totes les
imatges de les dites Istories fará frizades totes les coses de les robes
de or fi embotit e pichat de alguna bona obra, com se pertany de bon
mestre.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES LXI
E mes promet lo dit pintor al dit senyor Mestre General que totes
les coses qui serán necessaries per fer la dita pintura del dit retaula,
^o es, de or fi, colors carmesí et atzur, guix, aygua-cuyla e totes les
altres coses per la dita pintura de tot lo dit retaula, ñns sia acabat be
e degudament necessaries, com se pertany de bona obre e de bon
pintor, pagará de pecunies suas propias.
ítem lo dit pintor promet al dit senyor Mestre General que totes
les ystories que ell pintará en lo dit retaule, segons li serán dits per
lo senyor Mestre General, fará la pintura de cascuna de aquelles con-
semblant a la taula ja pintada de la Resurrecció de Jhesu-Christ , e
millor pintura e no pijor de la dita taula pintada. E en cas que la pin-
tura de cascuna taula no ere tan bona pintura com de la dite taula de
la Resurrectió, sia en liberiat del dit senyor mestre de no pendre ne
acceptar tal taula no conforma a la dita pintada de la Resurrectió, abans
en tal cas lo dit pintor la hage a tornar pintar de tant bona pintura,
^o es, de la dita Resurrectió, a totes ses despeses.
ítem lo reverendissim senyor Mestre General convé e en bona fe
promet al dit Anthoni Marqués, pintor, que per los treballs de pintar
en la forma sobre dita lo dit retaula, e per les despeses faedores per lo
dit pintor, ses obligat metre en la pintura fahedora en dit retaula,
segons stensament e clara demunt se conté, le donará e pagará per
totes les dites coses o per tote le dite pinture e per les dites coses e
aquelles necessaries per la perfectió de aquella, siscentas Uiuras bar-
chinoninas, en lo modo e forma e per les pagues seguents, ^o es^
que per le pinture de lo banchal e per totes coses per cause de aque-
lles necesaries, e per le pintura del Secrari e coses a aquella necesa-
ries, noranta lliuras, ^o es, la meytat de aquellas en lo comen^ament
de la dita obra, e laltre meytat acabade de pintar lo dit banchal e sacrari
ab tot compliment.
ítem per lo pintar e daurar lo tabernacle del mig de Nostre Dona,
ab sos pilars de cascun costat dalt abaix, cent Iliures, 90 es, la meytat
al comen^ament, e laltre meytat com será acabat ab tota perfectió.
ítem per los dos tabernacles de les dues Imatges de Sant Joan
Batista o de Sant Joan Evangelista ab llurs pilars. Imatges, ^o es, per
cascum tabernacle e Imatge, vuytante e cinch Iliures, <;o es, la meytat
al principi e laltre meytat al acabament ab tota perfectió de cascun
deis dits dos tabernacles.
ítem per les taules, que son tres de la part dreta, ab ses tubes e
amortiments, vuytanta Iliures, ^o es, la meytat al principi e laltre
meytat acabades de pintar e daurar ab tota perfectió de les tres taules.
(
LXll SANPERE Y MIQUCL
ítem per les altres tauJes de la part sinistra del dit retaula, ab ses
ubes e amortimcnts, altres vuytanta Iliurcs, <;o es, la meytat ai prin-
:ipi e laltre meytat acabades de pintar e daurar dites taules, tubes e
imortiments.
ítem per les polveres, ab sos püars e tubes e amortimeni, altres
ruytanta lliures, (o es, la meytat al principi e laltre meytat acabat de
lintar e daurar dites polveres, pilars, tubes e amoniments.
Et ideo nos dicte partes &..
Archivo de Protocolos de Barcelona, Manual de Pedro Triter, nú-
nero 17.
DELS PINTORS
Die sabati XVIIII Septembris atino a Nativitate Domíni Mtliesimo
ZCCCL* Bernardus Gidireta preco publicus et ¡uratus Civitatis Bar-
hioone diiit quod ipse de mandato bouorabilis Johaanis ^bastida
nilitis regentis vicaria Barchinone preconitzavit palam et publice per
oca assueta ipsis civítates e a los Banys Nous e al carrer Ampia sonó
luamni tubarum per eum primum emisso preconilzacione seguentem :
Ara hoiats tot hom generalracnt per manament deis honorables
t^eiit la Vagueria e batle de Barchinona, (o es, de <)uascun dells
ant con se pertaoy a sa ¡urisdicció, ordooaren los honorables Conse-
lers e promens de la dita Ciucal, per utilitat de la dita Outat e per
«ssarfraus e incovenients qui en e per les coses devall contengudes
e porien seguir si no y era provehit, 50 es, que de presen! e per avant,
ina vegada e moltes, e tantes quantes se volran, ab licencia, empero,
irimer demanada c obtenguda, del honorable vaguer de Barchinotia
I regeni la vagueria de aquella, los dits pintors se pujen aiustar e
ongregar en tots e seiigles lochs licits e honests, e a ells plasents per
omunicar e contrectar de totes e sengles coses tocants e contenents
o bé, utilitat de llur art o offici. E no resmenys que cascun any en lo
endemá de la festa de Cinquogesma liaien facultat e poder los dits
intors e sien tenguts de elegir de si mateix quatrc persones de les
lillors e pus aprovals e de mayor sublilitat de la dita art a llur cone-
uda, los quals quaire prohomes serán presentáis ais honorables Con-
eilers, qui daquells ne elegirá dos per esser consols lany prop
sgüenl e per regir e governar aquell any lo dit art o offici, E axi sien
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES LXIII
elegits los dits consols quascun any, los quals quant serán elegits sien
tenguts de jurar en poder del honorable Mosta^af de la dita ciutat que
be e leyalment se hauran en lo dit offici e aquell del dit offici o art
qui no complirá la dita ordinatió encorregua per quascuna vegada
que será contrafet en ban de cinquanta sous. E no resmenys los dits
consols sien tenguts e strets per virtut del sagrament que hauran
prestat que tota vegada que sabrán o trobaran esser fets fraus per
algún o alguns del dit art o offici en les coses devall expressades
aquells denunciaran e haien a denunciar al dit Mosta^af qui de consell
deis dits Consols e daltres del dit oíHci que lo dit Mosta^af si volrá
applicar haie aiutiar lo dit Mosta^af sobre los dits fraus e punir pecu-
niariament aquells qui hauran comesos los dits fraus e fa^a fer esmena
e restitució a aquells a qui serán fets los dits fraus e dampnatges daqui
seguits.
ítem ordonaren los dits consellers e promens que daqui avant
algún ¡ove pintor dymatges, retaules, cortines, panons e ganfanons
no gos emparar alguna obre ni comentar a teñir obredor del dit art o
ofüci fins a tant que sia examinat de les dites coses per los consols del
dit art o offici, e trobat abil e sufficient en aquelles de les dites coses
que ha acostumades de fer e usar del dit art o offici, sojts ban de cent
sous, en lo qual encorregua quascun dells per quascuna vegada que
fará lo contrari. Empero en lo dit examen no y sien enteses ne com-
preses sino aquells qui hauran stat ab pintor.
ítem ordenaren los dits Consellers e promens que qualsevol
pintor ciutedá de la dita ciutat de Barchinonavuy casa tinent no sia
compres ne obligat en lo dit examen, sino solament los qui per anavant
serán sdevenidors.
Deis quals bans, en cas que sien comeses, sien fetes tres parts
eguals, de les quals la una part sia de la cort qui ferá la exequció, e
laltre terga part de les obres deis murs e valls de la dita ciutat, e la
restant ter^a part del dit offici, la qual servescha en despeses e neces-
sitats del dit offici.
Retenense, empero, los dits Concellers e promens, poder de inter-
pretar, declarar, corregir e smená tot ^o qui en les dites coses apparará
esser scur e dubtós, tota vegada quels será ben vist fahedor.
Archivo Municipal de Barcelona: Bans e ordinacions de 144)'! 4jS,
fol. 97.
LXIV SANPERE Y MIQUEL
DE PINTORS
Díssapte, a 30 de Maig del any MCCCCLXXXVIIIlo, los honora-
bles Concellers e concell ordinari de XXXII promens de la ciutat
de Barchinona, a supplicació e instancia deis Consols e ofHci deis
pintors de la dita ciutat, delliberaren, faeren e extatuhiren les coses
següents :
Que com entre los altres oíEcis d aquesta ciutat, en loffici deis
pintors haie raester persones de molta disposició e subtil ingeni per
ben exercir aquell, a ffi que les obres lurs no sien trobades males,
frauduloses e ffalsifícades segons diverses vegades son judicades, per la
qual rehó se segueixen grans dans a la cosa publica. Per tant, los ho-
norables Consellers e promens de la dita ciutat, per apartar tots damp-
natges e posar lo dit offici en degut ordre, aiustant e en millor con-
mutant les coses en lo passat ordonades sobre lo exhamen deis dits
pintors, ordonaren e statuhiren: Que daqui avant tots e qualsevols
pintors, o altres persones qui del dit offici volran usar e parar o teñir
botigua o obredor en la dita ciutat, e en qualsevol manera haien aprés
aquell, se haien e sien tenguts exhaminar en poder deis Consols del
dit offici, e de aquells qui per ells hi serán deputats, daquelles obres o
coses que sabrán exercir e íFer, e demanat los será per dit exhamen.
E si serán trobats abils e sufficients, lavors puixen parar e teñir obrador
de aquelles obres de que serán stats exhaminats e trobats aptes e ex-
perts e no en altre manera. E que no puixen e haien a pagar per rehó
de dit exhamen quescú mes avant de trenta sous, ans si els dits consols
de dit offici será vist puixen passar aquells per menys quantitat, havent
sguart a la possibilitat de quescú deis qui exheminar se volran a la
bona coneguda. Les quals quantitats haien esser convertides e dis-
tribuhides per dits Consols en les coses pies e necessaries del dit
offici. E axi la dita ciutat será poblada e fornida de bons e aptes
mestres pintors, a gran honor de aquella e benefici del publich e en-
dre(;a del dit offici.
Mes avant ordonaren los dits Concellers e promens que daqui
avant algú deis dits pintors no puixe esser elegit en Consol del dit
offici si donchs primer no será stat exhaminat com dit es e haut per
sufficient en dit exercici, per tant que millor sapia judicar les obres
quels serán portades o mostrades si serán bones o males e en altre
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES LXV
manera. Exceptats, empero, aquells pintors, los quals ja per altres ordi-
nacions per la ciutat fetes de dit exhamen son stats fets exems e quitis.
ítem ordonaren los dits Concellers e promens que daqui avant
quiscana vegada que los pintors serán demanats o appelats per part de
dits Consols a consell per coses tocants dit oñici haien a venir e esser
en aquell.
Totes les altres coses per altres ordinacions statuhides e ordenades
sobre dit oífici de pintors, les quals no sien vistes contrariar an aqües-
tes stants e romanents en lur for^a, eíficacia e valor.
Archivo Municipal de Barcelona : Crides, ordinacions e hans, años
1481-1499, fol. lOI V.
DEL OFFICI DE PINTORS
Divendres, a XXVII de Noembre del any MCCCCLXXXXIII,
los honorables consellers, ab lo Consell ordinari de trenta, aiustats dins
la casa del Consell de la Ciutat de Barchinona, en lo apartament de
trenta, a la suplicado e instancia deis consols del offici deis pintors, en
nom lur e de tot lo dit offici, delliberaren, faheren e ordonaren les
coses següents:
Primerament per quant ab les ordinacions en lo passat per la
dita Ciutat fetes e al dit offici de pintors atorgades, es disposat que les
quantitats que prehexen deis exhamens d aquells qui volen usar e
teñir casa en la dita Ciutat haie a servir en les coses necessaries del
dit offici, corregint, smenant e en millor aquells conmutant, ordena-
ren los dits Consellers e promens que daqui auant de les quantitats
dessús dites qui precehirá deis dits exhamens e judicis sien fetes dues
parts eguals^ les quals sien la una de la caxa de dit offici, qui ser-
vescha a les coses pies e necessaries d aquell, e 1 altre part sia deis
consols qui serán del dit offici, com partidora entrells per ^uals parts
per lurs treballs,
ítem com diverses vegades se seguesca que los jovens pintors,
stant ab los del dit offici, sien indisposts de malalties, no han manera
de esser axí ajudats e socorreguts com menester seria pera prevehir a
semblants necessitats, ordonaren los dits Consellers e promens que
d aquí avant tot jove o obré que stará a soldada de pintor e será fora
IX
LXVI SANPERE Y MIQUEL
de aprenedi^, haie a pagar quascun dissabte un diner ais consols del
dit oíHci o al qui deputat hi será de rebuts, la qual quantítat sia con-
servada e guardada per servir a les malalties e necessitats deis dessús
dites deis dits jovens e obres, e que en altres usus no s puixen con-
vertir en manera alguna. £ que los dits consols haien e sien tenguts
de dites quantitats teñir compte axi d aquelles com altres que reebrán
e liurerán, e reirán lo dit compte en poder deis consols qui elegits
serán dins .VIII. dies aprés lur elecció, comptedors sots ban de
.XX. sous e de la infricció del dit jurament. Entes, empero, e declarat
que los filis deis pintors no sien en la present ordinació compresos,
co es, en pagar lo dit diner ne de la dita quantitat esser en dit cas
socorreguts. E si per inadvertencia o en altre manera se seguirá que
dits jovens o obrers no pagaran com dit es lo dit diner, que llurs
mesters ab que obressen los se haien a teñir de la soldada e liurarlos
aprés el dit censal, e, si fará lo contrari, que ho haie a pagar del seu
propi.
Ítem com alguns jovens e obrers pintors qui serán afiermats o
hauran promés star per obrar ab pintor o pintors per algún temps, e
durant aquell leixen e desempre la dita obra en gran dan del pintor
a qui haurá feta la dita promesa, per ^ó ordenaren los dits consellers
e promens que d aquí avant tot jove o obrer qui haurá promés d estar
o obrar ab algún pintor no gos lexar o desemperar lo exercici que
comen^at haurá en alguna manera ffins a tant que lo temps offert o de
paraula en qualsevol manera ho haurá promés sia integrament complit,
sots ban de perdre la soldada que promesa li será stade, ne algún
pintor no 1 gos pendre per obrar ne donar los feyna, sots ban de
.C. sous. E si cas será que la dita promesa o per la dita causa se segui-
rán deíFerencies algunes que los consols del dit offici haien esser
conexedors d aquelles, applicanthi, si vist los será, aquells promens
quels semblará del dit offici.
Mes avant ordonaren los dits consellers o promens per qo que
les coses píes del dit offici sien augmentades, que d aquí auant tot
pintor qui entrevindrá en judicaments alguns tocants lo dit offlci, a
voluntat de les parts d aquí será lo interés, e d a^ó reebrá alguna
quantitat de diners, que dit pintor sia tengut liurar aquella ais consols
del dit offici sens dilació alguna, e los dits consols haien a metre
aquella en la dita caixa per servey de les coses pies del dit offici,
donant compte d a^ó semblantment de les altres, com dit es.
E per que les quantitats qui ha a servir per acorriment e adjutori
deis jovens malalts com dessús es mencionat e no esser convertides
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES LXVII
en altres usus, sino en la caritat dita, ordenaren, per tant, los dits
consellers e promens, que tota vegada e quant los dits consols hau-
ran a donar e distribuhir alguna quantitat per la dita causa, que no la
puixen donar sino presents quatre pintors e que y aie un jove o obrer
del dit offici, affi que tot frau o pensament mal sie foragitat sots los
ban e jurament dessús dits, e que ^o qnie haurien donat contra la dita
forma no Is sie pres en compte.
Deis quals bans, en cas que sien comesos, ne sien fetes tres
parts: la una sia del oficial qui n fará Texecució, e la segona de la
dita caixa, e la ter^a part deis cónsols del dii offici.
Les altres ordinacions fetes per la dita Ciutat sobre lo dit offici,
les quals no sien vistes derogar periudicar an aqüestes, sien e roman-
guen en lur for^a e efficacia e valor.
Archivo Municipal de Barcelona: Crides, ordinacions e bans, años
1481-1499, fol. 150.
Rubrica de Bruniquer :
Cap. XCIII: «Collegis, confraries, officis y arts, y ordinacions
de ellas». Pág. 268: «A 31 de Maig 1499, perqué los Pintors y altres
officis no tenien bosses de Concell de Cent, de hont se havien de
traure los promens, per ^o deliberaren los fossen fetes bosses per
traure los promens. »
XL
MiQUEL DE Alcanyis, pinlor, nadiu del regne de Valencia y ciutadá
de Mallorca, ven al curador del fill y hereu de Lluch BorrassA, pintor,
morí a Soller, un credit que té contraéis Juráis de dita vila per rao d^un
retaule que havia pintat en aquella parroquia, — 4 de Marg de 14)4,
Sit ómnibus notum quod ego Michael Dalcanyis, pictor, oriun-
dus regni Valensie, nunc vero civis Majoricarum, gratis et scienter
confíteor et in veritate recognosco vobis Raymundo Arbona, habita-
tori parrochie de Soller, presenti, curatori bonorum et filii heredis
Luche Borrassá, pictoris, in dicta villa de Soller deffuncti, quod
dedistis et solvistis michi de bonis dicte curationis quadraginta unam
libras septem solidos et octo denarios regalíum Majoricarum minuto-
i-
LXYIll SANPERE Y MIQUEL
rum, seu pro eb tradidistis michi diversas raupas et bona mobilia ad
dictam quaatitatem ínter nos extimata, et illas michi tradidistís in
solntum prorrata illius quantitatis in qua jurati dicte parrochie Sulla-
ris michi tenebantur pro pretio cujusdam retrotabuli per me depicti
pro ecclesia dicte parrochie. Unde renunciando exoeptioni pecunie
seu dictorum bonorum a vobis non habitorum et non receptorum et
dolí, fació vobis bonum fínem de dictis quadraginta una libris septem
solidis et octo denariis, ac etiam presentera apoclia de soluto. £t quia
ante et post dicte quantitatis solutionem fuit aauui et conveatum inter
me et vos curatorio nomine predicto ut vobis fiícerem sessionem
infrascríptam, id circo gratis et scienter, sine tamen evictione et bono-
rum meorum obligatione, dono et cedo vobis eodem nomine omnia
loca et jura mea, omnesque voces, vices, ratiooes et acciones, reales
et personales, útiles mixtas et directas reique persecutorias, et alias
quascumque michi dicto nomine pertinentes et pertinere debentes ac
competentia adversus et contra prefatos juratos dicte parrochie Sulla-
ris occassione dictarum quadraginta unius librarum septem solidorum
et octo denariorum per ipsos michi predicta ratioue debitorum. Quibus
juribus etc. Actum est hoc in ci vítate Majoricarum die jovis
quarta mensis martii anno a natívitate Domini millesimo quadringen-
tesimo tricessimo quarto. Sig j^ num mei Michaelis Delcanyis pre-
dicti, qui hec laudo et ñrmo.
Testes inde sunt: Jacobus Bertrandi et Anthonius Geraldi, habí-
tatores villa Inche, et Thomas Palegri, scriptor Majoricarum.
Palma: Archivo de Protocolos: Manual de Gabriel Abeyar. — Publi-
cado por D. E. Agüiló en Notes y documents per una llista d^artisies
malUrquins deis sigles XIV y XV, en el Bolleti de la Socielal Arqueoló-
gica Luliana (Palma, 1905), tomo XI, pág. 27, X.
XLI
Jhs. M. Filius.
Capitols fets, iníFormats entre la honorable Madona Isabel Marte*
relia e maestre Johan Luys sobre la obra del retaule fahedora en la
capella de la dita honorable Madona Isabel e deis seus:
E primerament lo dit mestre sie tengut de endrapar e encokr
tota la fusta que hi es del dit retaule, la on mester será ab perfecció.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES LXIX
ítem que sie tengut de enguixar de guix prlm e gros lá on
requerrá, e raure e fer la obra ab tota perffecció.
ítem que sie tengut daurar tots los píiicolls e tubes, e tota la obra
de tall ja neta, e totes les diademes, specialment de la María, en
cascuu loch e ystoria on será, de bou or e ffi, lo dit mestre donant lo
dit or e totes les altres colors bones e fines e ab perüecció.
En la principal taula dd mig lo dit mestre obrará e pintará Ymatit
de la Vtrgt Marta de (rrada, ac(nnpanyada de genis, ab son manteil stés,
axi com es de cesLum, ab tota aquella perfecció que s pertany, e sobre
la dita ymatge, ab la altra ystoria, pinurá lo Cruáffix, e la Maria, e sent
Johati.
£n la taula de la man dreta pintará en la primera ystoria la salu*
iodo de la Vtrge Maria ab lo angelí setit GrahneL
En la segona ystoria pintará la Naliviiat de ¡esuchrist, ab tot son
acabament.
ítem en la taula de la má sinestra pintará, en la primera ystoria
la Adorado deis tres reys, ab tota sa perfFecció.
£n la segona ystoria pintará la resurrecció e totes les dites ysto-
ries, pilars, tubes e pinacles, acabará de or ÍB, de atzur e de totes les
altres colors ab tota perfecció.
ítem mes lo dit mestre sie tengut fer, obrar e acabar de pintar lo
bancal del dit retaule de or e de miges ymages ab colors, ^o es, en
mig la Pietat, a la part dreta la Maria, a la sinestra Seni Johan a la
primera ystoria, Sent Andreu a la segona, Sent Loren^ a la part sines-
tra, Santa Colerina e Santa Tecla, e a^ó fará de colors vives, bones e
ab tota períFecció.
E totes les dites obres fará e obrará, e promet Üer hi acabar lo
dit mestre de aci a Santa Maria de Setembre primer vinent, sots ban
de XX lliures, aplicadors la meytat a la part obedient, 1 altra al official
a qui s pertangue, la qual pena de bon grat se impose si donchs legi-
tima excusatió no avie o empatx o ab voluntat de la sobre dita
Madona Isabel.
Lo preu de la dita obra del dit retaule es vint e sis lliures, pagua-
dores en la íforma segúent, ^o es, la una ter^a ara de present, de la
qual dará la seguretat que voldrá la dita Madona Isabel, 1 altra ter^a
quant lo dit retaule será endrapat e enguixat e cubert de cisa pera
daurar, la ter^a hi darrera pagua será quant lo dit retaule aura com-
pliment hi será acabat de pintar ab tota la perífecció, de la qual vol
star a coneguda de dos pintors o homens de bé qui en lo dit art se
entenen, prometent star a tota esmena que tengut ffos; e axi o jura
K SANPEBE y HIQUEL
cuna de les dites parts, ^ó es, lo dit mesue de der la dita obra, e U
a Madona de fíei les diies pagues.
ítem mes es convengul e concordat entre les dites parís e de boa
it lo dit mestre se imposa la dita pena de viot Iliures en la forma
nunt dita, que no oblará neguna altra obra fins lo dit retaula sie
ibat en la forma sobre díta, seos licencia de la sobre dita Madonx
bel o altra causa de necessitat e for^a, &.
Die domenica secunda Julü anno a Nativitate domtni MCCCC-
'IIII fuerunt firmata et ¡urata presentis capitula, pacta et conventio-
; predictam dominam Isabeiem ex una et magistrum Jchannem
dovicum pictorem locí de Valls pariibus ex altra ¡uxta illorum
iem et tenorem ; convenientes et promitentes et volentes quod fiant
trumenta sub iliis pactis et accionibus superius contentis salarüs,
ssionibus earumque resiitutionibus ¡ura et alus clausulis et capitulís
notitiam nolari hujus modí actus preseutibus.
Testibus honorabilis G. de Massonis domicello, Gabriele Rialp
Petro Artalis.
ítem dictus magistrum Johannis Ludovicum firmavit apocham de
:em floreaorum auri presentibus.
ítem quibus supra.
ÍNDICES
ÍNDICE DE ARTISTAS
Abella, Bartolomé, 8.
Abrill, escultor, 64.
AfFonso, Jorge, II, 14, 70.
Agosti, Juan, 8.
Albanell, Pedro, 8.
Albareda, Lorenzo, 8.
Alhcrúy arquitecto, II, 133, 134.
Albinyana, Antonio, 8, 180.
Alemania, Juan de, taüisia, II,
124, 162, 165, XXXIV.
Alemanys, los, 281.
Alcmany, Bernardo, cerrajero,
73.
Alemany, Gabriel, 8.
— II, 21, 42, 45, 46, 115,207,
212.
Alemany, Pedro, 8.
— II, 47, 48, 208, 209, 210,
211,212,218, XXX1X,XLVIII,L.
Alemany, Tomás, 8.
— II, 207.
Aleu, 8, 290.
Alexandri, Pedro, 8.
Alfonso, 8, 92, 97.
Alfonso, II, 14, 35, 66, 70, 72,
74,78,83,85, 139, 140, 143,
146, 155, 172, 180, 188.
Alfonso de Baena, II, 72, 73, 81 .
Alfonso, Jaime, II, 72, 73, 81.
Alsamora, Esteban, 8.
— II, 202.
Alsamora, Juan, 8, 202.
Anfós, II, 71.
Angélico, 48, 201, 202, 264,
313» 314.
Aponte, II, 184.
Arabot, Pedro, 8.
Arcayna, Pedro, 8, 73, 95.
Asemort, A. P., 8, 203.
— ÍI, 219.
Asemort, Juan, 8.
Amigo, Juan, 8.
Antonello de Mesina, 37.
— II, 83, 223.
Baerse, 208.
Bsihguer y platero, II, 134.
Ballcster, Gabriel, 8.
Ballester, Juan, 8, 180, 202.
Barata, Antonio, 8, 177, 180.
Barata, Gabriel, 114, 177.
Bardaxi, Francisco, 8.
Barre, de la, II, 67.
Basa, 8.
- n, 37.
Basco Fernández, 9.
— II, 5,7, II, 12, 13, 15, 42,
71-
Ba taller, Tristán, 8.
LXXIV
SANPERE Y MIQUEL
Bellini, los, 97, 202.
- II, 83.
Bellini, Jaime, 201.
Bergers, Francisco, 8, 288.
Bergncs, picapedrero, 37.
Bermejo, Bartolomé, 8, 92, 97,
264.
— II» 35» 74, 79, 83,91 á 106,
III, 112, 11$, 117 á 121,
124, 128 á 132, 138, 155,
158, 162, 167, 170 á 174,
180, 181 á 188, 198, 205,
209, 213, 270 á 272.
Berruguete, II, 185.
Birbar, escultor, 226, 227.
Bo, Antonio, 8.
— II, 219.
Bonafé, escultor, II, 19, xxii.
Bonet, Francisco, 8.
Bordado, Frontal del abad Villal-
ha, 74.
Bordadores hrahau\oues, 76.
Bordadores de la casa real catala-
nes, 46.
Bordadores extranjeros de Juan I,
Bonafé, imaginero, 268.
Borrassá, Francisco, 172, 292.
Borrassá, Guillermo, 122.
Borrassá, Honorato, 292, 293,
295.
— 8, 122, 294, XVII.
Borrassá, Luis, 8, 35, 40, 88,
93, 97 a 133, 190, 192, 193,
198, 201, 2$3, 259, 295.
— II, 24, 58, 59, 60, 61, 205,
217, 218, 221 á 232, 236 á
241, 248, 250, 281, V, IX, XII.
Borrassá, Lucas, 293.
— II, 219, 225 á 247, 251.
Borrassá, Narciso, 122.
Borrassá, Pedro, 122.
Bosco, 213.
Bosser, Fernardo, 8.
Bosser, Jerónimo, 8.
Boticelli, 48.
Bourdíchon, 229.
Bouts, 48.
Broederlam, Gj. 78, 99, 100,
103, 114, 208.
Brunelleschi, flrjtt//«:/í7, II, 134.
Bruxelles, Nicolás., 30, 91.
Bruxelas, Juan, tallista, 8.
— II, 124.
Buitrago, 266.
Bustamante, Pedro, 8.
Gabanes, Martin, 8.
Gabanes, Pedro, 8.
Gabrera, Jaime, 8, 73, 113, iré
á 121, 303, III, IV.
Gabrera, Juan, 8, 67, 97, 147,
205, 284, 292, 297, 300 á
303.
— 11,5, 16,42,85,87,95,197,
205.
^aclom, Pedro, 287.
^lom, 244.
Glosa, Pedro Qa, 9, 204, xviii.
Galbo, Tomás, 8, 287, 290.
Gallausans, 8.
Gamargo, Fernando, 8.
— II, 185, 187, 204, 208, 210,
XXXV, xxxvii, xxxviii,
Gamps, p/a/^ro, 8, 114.
— II, 134.
Gantó, 308.
Ganyes, platero, 68.
Garanyena, bordador, 76.
Garbo, Rafael, 9.
— II, 202.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
LXXV
Carbonell, Juan, platero, 32, 78.
Carbonell, Nicolás, 9, 287.
Carrasquilla, II, 73.
Casanova, 9, 290.
Casel, Juan de, tallista, II, 124.
Cases, Marcos, 9.
— II, 202.
Castell, Pedro, 9, 114.
Catz, 230.
Cerda, Pedro, 8.
Cerasola, Fernando, 9.
Ces Olives, Nicolás, II, 198.
Cimabue, 202, 207.
Cirera, Juan, 172.
Cirera, Jaime, 9, 172, 177 a 179.
— lí, 281, 282.
Claver, 9, 115.
Clerk, de, 229, 230, 277,
Colantonio del Fiore, 224.
Colom, Bernardo, 8.
Colomer, Poncio, 9, 177.
Comes, Francisco, II, 218.
Copi, bordador, jé.
Coppin de Delft, 229, 230.
Córdoba, Pedro, II, 74, 75, 79,
80.
Cort, de la, 231.
Cortinas y Cortineros, 306 á 308.
Crehen^a, Nicolás, 9.
— 11,47, 212, 213.
Changenet, II, 88.
Charton, II, 67, 68, 69, 88.
Chapus, 231.
Christus, 48, 173, 201.
— II, Í268, 269.
Dalmau, Antonio, 9.
— lí, 202.
Dalmau, Luis, 9, 45, 67, 73, 92,
97, 100, 119, 190, 192, 197,
201 á 205, 219, 226, 231 á
267, 279, 283, 284, 287, 290,
291, 302, 312.
— II, 5, II, 16, 57, 58,60,67,
69» 70» 74» 81, 82, 84, 103,
113,177,183,188,2593269,
XIV, XIX, XXIV.
Daulesa, Pere, II, 40.
Desfeu, Raimundo, 115.
Desplá, Jaime, 9.
— n, 219.
Desplá, Luis, 9.
Desplá, Pedro, 8.
D'Enna, Pedro, 9, 179.
Diez, Martin, escultor, II, 137,
138.
Diez, Pedro, platero, II, 135,
136, 137.
Diumer, Pedro, 9.
Doménech, Juan, 9.
— II, 48, 49, 202, 212, 213.
Donzelli, 224.
Duccio di Buoninsegna, 102,
103, 134, 140, 261.
Dufeu, Ramón, 9.
Dürer, 261.
— II, 105, 124.
Egas, Annequin, arquitecto, II,
136.
Egas, Enrique, arquitecto, II,
lOI.
Erbol, bordador, 76.
Escuela de Bermejo, II, 109.
Escuela de Brabante, II, 102.
Escuela de Colonia, 201, 202.
Escuela Flamenca, 201, 202.
— II, 102.
Escuela de Franconia, 201, 202.
— II, 102, 123, 124.
Escuela de Suabia, 201, 202, 261,
276.
SANPERE y MIQUEL
- II, 102.
Gaffer, Bernardo, 9, 91, 92,
Esperandeu, Roger, 8,
267, 278, 279, 282.
Esteve, Miguel, 8.
- II, 42.
Esiopiaa, Jaime, 8.
García, Domingo, 8.
Estremberc, ají.
Gallegos, II, 185, 214, 268.
Eyck, los van, 48, 94 á 96
99.
Geri Lapi, 40 á 45 .
loé, 111,114, i7J,ao7,
276.
Gentil da Fabiano, 201.
— 11, 180.
Ghibeni, «cuí/or, éj.
Eyck, Juaa van, 156, 202
208
Gil, bordador,», 311.
á 216, 120 á 328, 134,
256.
Giouo, 101, 102, 149.
24i.25i,2j4á2éj,267,
27S.
Girard, II, 186, xxx.
— II. 6á8, 45, 2S9, 274.
Girbes, Martin, 8.
Eyck, Humberto van, 100
id6
Girón, II, 185, 186.
k lio.
Goes,25S.
Farriol, Guillermo, 8.
Gomar, escultor, 2)7, 238.
Félix, Guillermo, II, 220.
Goiizalbo, Ramón, 9, 179.
Feliu, Francisco, 9, 114,
i}J.
Goya, II, 157.
XI.
Grabusset, II, 67, 70.
Flemalle, moeUro. 267.
Gras, Berenguer, 8.
Fernández, Alejo, II, 75
80,
Grec. Vide Serafi.
8}, 116.
Greco, 152, 168, 264, 266.
Fernández, Francisco, 8.
Gregorio, Juan, 9.
— II, 12, 15, 260.
Gual, Gaspar, 9, 42, 64, 288.
Ferrer, Miguel, 8, 180.
Guarau, Benedicto, 9.
Ferrer, Jaime, 9.
Guardia, Gabriel, 9, 100.
- n, 219.
— II, 204, 205, 2IJ, LVII.
Fiésole. Vide Angélico.
Guerau, Domingo, 8.
Florensa, Francisco de, 9.
Guillen, Juan. 8.
- n, 42.
Guinicelli, Guido, 101.
Font, Gabriel, 9.
Gurrea, Berenguer, 9.
Fontanei, vidriero, II, ijo
— II, 185, 187, 2(8, LIl.
Forment, Damián, escultor
. II.
Gurrea, Gaspar, 9, 185, 186.
iJ7, 138.
Hans,2íi.
Fouquel, II, 45, loj, 112,
229.
Herlen, 261.
Francisco, alemán, 2}r.
Heredia, Lorenzo, 8.
- incescht, Pedro de los.
202.
Hertsnabel, 230.
incisco, tapicero, 2j, 25
Hesdin, II, 2J9, 280.
rderik, lallisla, II, 124,
164.
Holbein, 200.
.raent, Nicolás, 68, 69
70,
Homell, il, 20J, Lv.
¡4, 8í, roj.
Huerta, Juan de la, escultor, 66
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
LXXVll
Huguet, Jaime, 12, 85, 97, 117,
129, 154,275, 281, 309.
— II, 5, 16 á 31, 35, 36,42, 56,
74, 83, 138 a 140, 144 a 147,
153, 167, 180, 182, T84, 197,
205, 275 á 282, XX. XXVII.
Huguet, Pedro, II, 17.
Inglés, 266.
Isenbrant, II, 107.
Isern, Ramón, 9, 204.
— II, 203, XIX.
Janer, carpintero, 268.
— n, 42.
Jacomart, Jaime, 8, 219, 221 á
226.
— lí, 253 ¿259.
Jacopo de Valencia, 220.
Jener, 10.
— II, 219.
Joan lo Cofrer, II, 40.
Joan, Francisco, 8.
Joan Macip, Vicente, 8.
Joan, Pere, bordador, II, 42.
Joan, Antonio, 10.
Johan, Antón, II, 203, 219.
Johan, Jordi, escultor, 57, 58,
64 á 66.
Johan, Pere, escultor, 58, 64 á
66, 78.
Juan, Pedro, 10.
Juanes, II, 214, 267.
Kraft, II, 124.
La porta, 8.
Laupart, Berenguer, 10, 73.
Lawelin. Vide Ruesch.
Leonart, Nicolás, 10, 186.
Lippi, Felipe, 48, 201, 202.
— lU 193-
Lobet, Antonio, 10.
— II, 203.
Lochner, 48, 84, 90, 98 á 100,
201, 261, 276.
— II, 170, 180.
Longncr, tallista, 10, 124, 130.
— I!, 161, 162, 163, 164, 165,
XXXIII, XXXIV, XLII.
Lop, carpintero, 178.
Llouye, 284, 311, 312, 313.
Luch, Juan, 10.
— II, 42.
Luch, Martin, 10, 40 á 42.
— II, 203.
Maestro castellano de Avinyó, II,
84.
Maestro catalán de Avinyó, II, 84.
Maestro de San Eloy de los píate'
ros, II, 214.
Maestros senyalers, 24.
Maelweel, 99, 100, 103, 114,
208.
— II, 6, 204, 281.
Mallorqui, lo, II, 40.
Mantegna, 202.
Marqués, Antonio, 10.
— II, 206, 213, LIX.
Marti, Bernardo, 10.
— II, 219.
Marti. Juan, 10.
Marti, Guillermo, 10, 288, 289.
— II, 202, XXII.
Martini, Simón, 100 á 103, 125,
133, 134, 140, 260, 261.
Martorell, los, II, 123.
Martorell, Benito, 2, 97, 99, 154,
181 á 205, 246, 275.
— II, 5, i6, 82, 90 492, 203,
275, 276, 278, XXIX.
Martorell, Bernardo, 10, 193.
— n, 92.
Martorell, Juan, 10.
LXXVIII
SANPEKC Y MIQUEL
i ,
— II, 219.
Marsal, 8.
Marsoll, Nicolás, II, 218.
Masaccio, 48, 99, 107 á 109,
lio, 114, 156, 170, 176.
— II, 193.
Masolino, 48, 107 á lio, 114,
170, 176.
Matali, Domingo, 10.
— II, 219.
Matali, Francisco, 10, 287.
Mateo, Jacobo, 8.
Mateo de Viterbo, loi.
Mateo Giovanetti de Viterbio,
102.
Mathes, Bernardo, 10.
Matsys, II, 107.
Mayiiés, Domingo, 10, 114.
Memling, 48, 255.
— n, 7» 32.
Mesquero, II, 42, xxv.
Mestre, Francisco, 10.
— II, 202.
Micael, Francisco, 10.
— II, 202.
Michelozzi, arquitecto, II, 134.
Miravent, 10, 287.
Miró, Antonio, 8.
Miquel, Pedro, 8, 10, i8o, 267.
Mitjá, Salvador, 10.
— II, 202.
Moreno, Juan, 8.
Mota, Guillermo de la, escultor,
58, 61, 64 á 67, 227.
Montoliu, Luis, 10.
— II, 219.
Montpeller, Pablo, 10, xix.
Montpeller, Vicente, 10, 288.
— II, 203.
Morer, 201.
Mulet, Arnaldo, 10.
— II, 219.
Mulner, Fr., 91, 92,
Mur, Ramón de, 10, 120.
— II, 205, 248 á 252, XIII.
Murano, hermanos, 261.
Murillo, 133, 140, 266.
Múrices, Juan de, 22.
Muttina, II, 281.
Ñapóles, Francisco, II, 195.
Neri, 224.
Nicolau, tapicero, 26.
Nícolau, Francisco, 10.
— II, 203.
Nicolás, Pedro, 8, 40.
Náñez, Juan, II, 112, 113, 115,
274.
Núñez, Miguel, II, 14.
Núñez, Pedro, 10.
— II, 14, 15, 137, 214.
Oliver, Arnaldo, 287.
Oliver, Juan, 10, 204.
— II, 220, XIX.
Oliver, lo Mallorqui, II, 40, 41,
220.
Oliver, Nicolás, 10.
Oliver, Pedro, 10.
— II, 220.
Olives (ees), Nicolás, 10, 288.
Oltzina, Antonio, 10.
— II, 220.
OUer, Pedro, escultor, 62 á 66,
71, 78.
Orabona, Pedro, 9.
Oriol, bancalero, 227.
Ortoneda, Mateo, 1 1 .
— II, 220.
Ouwater, II, 268, 269.
Pagano, II, 195.
Pagés, Mariano, 11.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
LXXIX
— II, 220.
Palaci, Juan, 9.
FsAzu, platero, II, 129, 162.
Palou, Pedro, 11.
— II, 220.
Pallarques, Pedro, 11.
Parellada, Juan, 11, 114.
— II, 220.
Papa, Sinione, 224.
Payva, Antonio, II, 14.
Payva, Heliodoro, II, 14.
Payva, Miguel, II, 14.
Payva, Juan, 11.
— II, 5, II á 14,42.
Pere Joan, pintor, II, 42.
Pérez, Antonio, 39.
Pérez de las Celles, II, 135, 136,
137.
Pérez, Juan, 9.
Perris Mestre, 11.
— II, 202, 207, XXXI.
Perreal, Colombo, 229.
Pesellino, II, 193.
Phelicis, II, 220.
Pheliu, Luis, II.
Picón, Alexandri, 114.
Pintores, Estatutos de los, II, lxii,
LXIV, LXX.
Pinalt, Francisco, 11.
— II, 220.
Pisa, los, escultores, 65.
Pistoia da Ciño, loi.
Pía y Ros, Guillermo, 11.
— n, 4.
Plana, Guillermo, 11, 204, xix.
Planes^ Jaime, 11, 287.
Plata, II, 40, 41.
Plateros de Barcelona, II, 134.
Pleydenwurff, II, 124.
Pons, Bartolomé, 11.
Pont, II, 187.
Pous, II, 202.
Port, Domingo, 9.
Port, Jaime, 9.
Pou, Antonio, 11.
Puer, Antonio, 9.
Puer, Gonzalo, 9.
Puig, Bernardo, 11, 177 á 179.
Pujol, II, 40, 41.
Pregnos (?), Pedro, n.
Quatrecases, Marcos, 11.
— II, 202.
Querol, Nicolás, 9.
Rafael, 140, 152, 264, 287.
Rambla, Domingo, 9.
Ramón, Pedro, 9.
Rane, 230.
Reig, imaginero, 289.
Reixets, Pedro, 9.
Renau, Nadal, 9.
Revell, Bernardo, 9.
Rexac, carpintero, 268.
Rexach, escultor, 178.
Ribes Albes, Antonio, 9.
Ribes, Francisco, 11.
Ribes, Luis, II, 220.
Rich, Antonio, 11.
— II, 220.
Riera, Gabriel, 9.
Rincón, II, 184.
Rizo, Pablo, 9.
Rodrigo, Mestre, 9.
Rodríguez de Sanctes, II, 185,
186, 187.
Rogel, 252.
Roger de la Pasture. Vide Van
der Weyden.
Rois. Vide Ruiz.
Romeu, Jaime, 11.
— II, 220.
LXXX
SANPERE Y MIQUEL
Ros, Jaime, escultor, 183.
Rosi, Juan, 11.
Rosell, Antonio, 11, 114.
Rossell, Antonio, 114.
Rossell, Pablo, tallista, II, 125,
á 128, 130, 201.
Rovira, Pedro Juan, 11, 177.
— II, 41.
Rubeus, Bartolomeus, II, 99,
100, 102, 270 á 272.
Rull, Juan, 9.
Ruesch, 276.
Ruiz, II, 75, 185, 186.
Rousset, Honorat, II, 89.
Roux, Bartolomé, II, 91.
Sadorni, Antonio, 310, 311.
Sadorni, Francisco, 310, 311.
Sadorni, Miguel, bordador, 76.
— II, 284, 300, 310 á 312.
Sala, Ramón, 11.
— II, 41.
Salset, Bartolomé, 9.
Salvador, Antonio, 11.
Sánchez de Castro, 260.
— II, 74, á 77, 80, 116, 122,
184, 274.
Sánchez, Rodrigo, 11.
S. Leocadio, II, 195.
San Marti, Baltasar, 9.
San Marti, Martin, 9.
Sans, Nicolás, 11.
— II, 220.
Sans, Ramón, 11.
Sans, Domingo, 11.
— II, 42, 186, 220, 267, 279 á
282, XXVIII.
Scaparra, 285, 287.
Schongauer, 48, 198, 199,
— II, 123 á 125.
Senis, Fray Pablo, 11, 313.
— II, 194, 195.
Serafl, Pedro, II, 214.
Sevilla, Diego, 115.
Sibilia, Jaime, II, 42.
Sibilia, Pedro, 11.
— II, 42.
Sisante, Juan, 9.
Sithium, II, 174.
Sluter, escultor, 65, 66, 78.
— II, T71, 172.
Sola, Raimundo, 11.
Solario. Vide Zingaro.
Soler, 9.
Solibes, Francisco, 11, 288.
— II, 198 á 201.
Squella, Juan, 11, 204, 290, xix.
Stoda, 9.
Suydret, Antonio, tallista, 11,
— II, 124, 129, 130, 162.
Talarn, Guillermo, 11.
— II, 220.
Talens, Bernardo, 9.
Tapiceros maestros catalanes, 24.
Tapices del Condestable, II, 9.
Tapices de Cruilles, 23, 25.
Tapices de Juan /, 23.
Tapices del rey Martin, 46, 47.
Tapicería pintada, 27.
Tapices pintados, 27.
Tarrago, fray Lorenzo, 1 1 .
Tarrinus. Vide Thierry.
Telas pintadas, 305.
Telles, Andrés, 9.
Terré, Pedro, 11.
— II, 220.
Thierry, II, 219, 220.
Thors, Domingo, 9.
Ticiano, II, 61/
Till, bordador, 76.
Tonyols, Jaime, 11.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
LXXXI
— II, 203.
Tosell, Antonio, 11, 115.
Touno, Jaco, 3.
Traini, 149.
Travé, Pedro, 12.
— II, 220.
Tries, Francisco, 12, 115.
Trico, Francisco, 12.
— II, 220.
Ucello, 273.
Uexell, Guillermo, 220, 221.
Utrecht, Guillermo, de, tallisia,
II, 124.
Vaills, Raimundo, 9.
Valmanya, Gregorio, 12.
— II, 221.
Valmanya, Jaime, 12.
— II, 221.
Valladolid, Alfonso, 12.
— II, 221.
Vaildebriga, Pedro, 115.
— II, 221.
Vallahigo, Pedro, 12.
Valleras, escultor, 64.
Vallfogona, Pedro Juan, escul-
* tor, 58, 61, 227.
Vallpera, Antonio, 12.
— II, 220.
Vallpera, Jaime, 12, 15.
Valls, II, 197, 198, 282.
Valireva, Antonio, 115.
Var, II, 14.
Verdera, Nicolás, 118, 119.
— II, 205, VII.
Velázquez,II,82, 130, 154, 156,
157.
Vello, II, 185, 187, xLvi.
Vendrell, Bernardo, 9.
Vendrell, Gabriel, 12.
Vergós, los, 85, 103, 177 á i8i.
— II, 22, 58 á 62, 145, 146,
166.
Vergós, Francisco, 12.
— 11,45, 46» 49> 55» 61.
Vergós I, Jaime, 12, 205, 278.
— II, 43 446, 48, 49, 55, XIX.
Vergós II, Jaime, 12,21,40,41,
144 á 150, 155, 156, 159 á
162.
— II, 115, 140, 179, 207, 212,
278, 218, LVI.
Vergós, Pablo, 12, 93, 97, 119.
— II, 29 a 39,44 a 51, 55, 56,
59 a 64, 74, 82, 83, 95, 13.2,
138 á 149, 153 á 159, 163,
165 á 167, 170 á 174, 178,
182 á 184, 190, 197, 205,
213, 217, XLIII, XLVII, LVI.
Vergós, Rafael, 12.
— 11,47451,55, 59, 141, 153,
159, 167, 175, 178, 207 á
209, 212, 2X8, XXXIX, XLVII,
L, LVI.
Verti, Guillermo, 12, 204, 288.
— II, XVIIl.
Vidal, Bonanat, 12.
— II, 221.
Vidal, Juan, 12, 114, 115.
— II, 221.
Vicens, Bernardo, 12.
— II, 221.
Vidrieras de Flandes, 71.
Vilar, Bonanat, 12, 115.
Vilardell, /)/fl/í?rí7, 71.
Villalba, Jacobo, 9.
Villanueva, Sancho, 9.
Villate, II, 67.
Vinci, 48, 152.
Vischer, tallista, II, 124.
Wers, 276.
XI
SANPERE Y UJQUEL
Weit Stosz, II, 124, 125.
Weydeii, van der, ji, 48, no,
III, 166, 173, 202, 213, 241,
251 á 254, 257, 264, 287,
301.
-11,64, 117.
Vilhelm, 114.
Viiz, Conrado, go, 124, 232,
276, 277.
Vohlgemuth, 270, 271, 275.
-11,12), líj.
Ximeno, Pedro, 12,
— 11,221.
Xiron. Vide Girón.
Xulbe, Juan de, escuUor, 64,
Xulbe, Pascual de, esciillor. 64.
Zingaro, 224, 226,
Zamora, Martín, 9.
Zeitblom, 48.
r
ÍNDICE DE LUGARES
Aix, 276, 277.
— II, 68.
Albaterrech, 5.
Arbeca, II, 17.
Arras, 23 á 25, 103, 222, 30).
— II, 9, 10, II.
Avinyó, loi, 102, 103, 133,
134, 149, 220, 226, 228, 229,
231, 233, 288.
— II, 67, 68, 69, 70, 84 á 86,
88,90,95,99, 102, 104, 105,
112, 117.
Badalona, 170 á 172.
— II, 237.
Bagur, 5.
Bañólas, II, 201, 205.
Barbastro, II, 71.
Barcelona, 5,12, 24, 30^ 36, 53,
54, 59,67,71,73,78,82,84,
87, 88, 91, 99, 100, loi, 103,
114, 115, 116, 118, 121, 124,
155, 159, 163, 171, 172, 183,
184, 186, 189, 196, 200, 201,
222, 230,233, 235,237,246,
275,2774279,289,290,296,
298, 300, 303.
— II, 5, 9, II, 15, 17, 20, 37,
52, 55, 72, 73, 90, 92, 93,
loi, 104, 106, III, 116, 119,
120, 122, 123, 125, 128, 129,
130, 131, 132, 133, 134, 136,
139, 160, 162, 163, 173, 184,
186, 187, 206, 209, 230, 242,
XIV, XIX, XXVII, XLII, XLIII,
LIX.
Basilea, 276.
Berlín, II, 273, 274.
Brujas, 100, 103, 173, 207, 209,
215, 230, 233, 235.
— II, 8, 107.
Bruselas, 24, 109, 173, 222.
Burgos, 50, 123, 125, 128, 250.
Calella, 4.
Cabrera, II, 251 á 253.
Cardona, 125, 127, 129 á 131,
133, 136, 137, 141, 157, 159,
163, 170, 171.
— II, 231, 281.
Castellar, San Pedro de, 178.
Cati, II, 254, 255.
Cervera, II, 47, 147, 202, 20$,
224, 225.
Colmar, II, 124.
Colonia, 82, 83, 88, 90, 91, 98,
99, 100, 103, 207, 208, 243,
249, 253, 261, 276.
— II, 169, 170.
Córdoba, 260.
— II, 173.
Cracovia, II, 124.
LXXXIV
SANPERE Y MIQUEl.
Darmstaedt, 124.
Daroca, 66.
Dijón, 65, 66^ 99, 100.
— II, 171.
Elna, 179.
Evora, II, 8, 197.
Florencia, 67, 102, 107, 108,
118, 134, 163, 176, 211, 261.
— II, 68.
Gand, 100, 109, 207, 209, 216,
236, 242 á 244, 251, 262.
— II, 8, 57,79, i8í.
Gandia, 39.
Gerona, 5, 6, 12, 15, 58, 63.
— II, 198, 200.
Gleva (Vich), II, 203.
Ginebra, 276, 277.
GranoUers, 5, 6, 85.
— II, 31^ 32, 35, 47, SI, 53 a
56, 58,59,79,152,153,154,
160, 167, 168, 169, 170, 172,
173,175, 177^179,206,212,
217, LVI.
Guardiola, 120, 123, 125, 128, v.
Guardiolada, 120.
— II, XIII.
Guimerá, iii, 112, 113.
— II, 204.
Guixós, II, 41.
Huesca, 81.
Jérica, 39.
Lérida, $, 6, 89, 279 á 281.
Lisboa, 209, 213 á 215.
— II, 8, 12.
Londres, II, 102.
Louvre, 131, 229, 237, 246,
248, 251,254,256,257,270.
— II, 67, 88, 130, 259.
Madrid, 110, iii.
— II, 262 á 266, 275.
Manresa, 5, 6, 12, 41, 44, 50,
64, 82, loi, 124, 125, 127,
131, 133, 134, 135 á 137,
139 á 142, 149, 153, 155,
159, 160, 163, 170, 181, 184,
188, 189, 191, 192, 195, 198,
201, 258.
— II, 21, 204, 205, 226 á 228,
232, 241, IX, XI, LVII.
Mataró, 246.
— II, XXIV.
Miraflores, 251.
Ñapóles, II, 37, 211, 212, 217
á 219, 223, 225, 226, 231,
232, 255.
Nordlingen, 261.
Nuremberg, 103, 264.
— 11, 123, 124.
París, 123, 134, 138, 161, 163,
165, 166, 167, 169, 171, 213,
248.
— II, 237, 280.
Parral (Segovia), II, 265.
Pedralbes, 5, 193, 194.
— II, 189.
Penafel, II, 249, 250.
Piera, II, 37.
Pisa, 67.
Poblet, 64.
— II, 137, 196.
Porto, II, 8, 266.
Praga, 103.
Reims, 27, 28.
Ripoll, II, 18, XX.
Roma, II, 135 á 137.
Sadó y Riber, 288.
— II, XXII.
San Cugat del Valles, 82, loi,
124, 125, 131, 152, 153, 156,
160, 166 á 168.
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES
LXXXV
— 11,31,32,72^74,78,81,83,
225, 228, 230, 231, 239, 241.
San Fausto de Capcentellas, 289.
San Feliu de Guixols, 12, 292.
— II, XVII.
San Gervasio, 123, 125, 143.
San Hipólit de Voltregá, lv.
San Juan de las Abadesas, 74,
75j 77.
San Llorens deis Morunys, 123
á 125, 157 á 160, 171, 292 á
295.
— II, 198 á 201, 225, 239.
San Marti Sarroca, II, 231 á 233,
235> 251.
Sarria, 52, 53, 62, 133.
— II, 139, 144, 145, 157, 179.
Sarrión, 39.
San Miguel de Cruilles, 294.
— II, 250.
San Miguel de Ordeig, II, xxv.
San Martin de Monegre, II, 19,
183.
San Martin de Proveníais (Bar-
celona), 315, 314.
San Mateo, 115.
San Pedro de Tarrassa, 6, 82,
85, 154.
.— II, II, 13, lé, 19 á 23, 25,
26, 28, 29, 31, 32, 33, 144,
146, 160, 276.
San Pedro de Vilamajor, II, 19,
168, 169.
San duirse de Tarrassa, 5.
— II, lé, 21 á 23.
San Vicente de Junqueras, 5.
Santa Coloma de Queralt, II,
222 á 224.
Santas Creus, II, 196.
Seo de Urgell, 64, 179.
Segorbe, II, 256, 259.
Sevilla, 260.
— II, 112, 113.
Siena, 102, 103, 125, 134.
Solsona, 113, 116, 129, 132,
133. 170, 177.
Sóller, II, 247, XL.
Sorba, 117.
— II, IV.
Tarragona, 6, 50, 58, 61 a 66^
78, 123.
Tárrega, 120.
— II, 205, 251.
Teruel, 39.
Teyá, II, 212, xlviii.
Toledo, 50.
— II, 136, 137.
Tortosa, 6, 64, 115.
Tournay, 24, 103, 110, 222,
305.
Ullastret, 114.
Valencia, 38, 39, 81, 220 á 226.
— II, 123.
Valenciennes, 24.
Valladolid, 237, 246, 247, 250,
251, 254, 258, 262 á 266, 284.
Valladolid, II, loi, 136.
Valls, 6, 123, 125, 127.
— II, 205.
Venecia, 261.
Verdú, 120, 121,
Vich, 5, 6, 32 á 35, 62 á 66,
69. 75, 77, 78, 87, 88, III,
112, 116 á 119, 121, 123,
125, 144, 146 á 148, 153,
164, 170, i8o.
— lí» 37, 97, 98, 104 á 106,
III, 185 á 187, 203, 204,
208, 210, 218, 229,2364238,
VII, XII, XXVIII, XXX, XXXV,
LXXXVI SANPERE V MIQUEL
XXXV, xxxvu, xxxviii, XXXIX, Viu, 245.
XLVí, Lii. Viu de Llévala, 245.
Vilafraiica del Panadés, n, 237, Vizeu, [l, 8, n, 12,
2J9, 241. Yprcs, 79, loj.
Villeneuve-les-Avignon , II, 67, Zaragoza, 62, 66.
87, 89, 91, 95, 186. — 11, loo, loi, loa.
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91, 98.
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— Madrid, 1902. — lí, 183.
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Archivo de la Corona de Aragón. — 23, 47, 58, 219, 220.
Archivo del Gremio de Freneros de Barcelona. — 279, 282; II, 18,
41, 42, 45, 46, 47, 91, 186, 202, 221.
Archivo de la iglesia de San Antonio Abad de Barcelona. — II, 151.
Archivo Histórico nacional, Madrid. — II, 137.
Archivo Histórico portugués. Lisboa. — II, 12.
Archivo Municipal de Barcelona. — 24, 25, 57, 68, 71, 73, 74, 'jG^
95, 96, 114, 204, 206, 227, 238, 309; II, u, 42, 44, 48, 134.
Archivo Municipal de Manresa. — 184.
Archivo Parroquial de Cardona. — 126.
Archivo de Protocolos de Barcelona. -29, 76, 114, 115, 143, 157,
164, 177, 178, 179, 180, 189, 226, 268, 279, 289, 290, 291, 306,
307, 308, 310, 312; II, 13, 17, 18, 19, 20, 41, 42, 44, 45,4^, 47»
72, 74, 91, 125, 127, 129, t6i, 163, 202, 203, 207, 213, 219.
""Ti
LXXXVIII
SANPERE Y MIQUEL
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11,38.
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1901. — II, 214.
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229 á 231; II, 45, 67, 69, 79, 84, 87 á 91, 280.
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213, 229, 230, 233, 248, 250, 252 á 254, 258, 262 á 270, 302.
— II, 22, 46, 57, 67, 83, 94, 97, 98, I02, 103, 105, 108, 122,
127, 128, 130, 131, 164, 165, 168, 169, 174, 177 á 181, 184.
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295*, 297; II, 23, 54, 56, 57, 82, 90, 149, 155, 168, 197.
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— II, 105.
Catálogo del Museo Arqueológico artístico episcopal de Vich» — Vich, 1893.
— I, 31, 74, 147.
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— Vide Thode.
Jahrbuch der Knnst Sammlungen der Allerhochlen Kaiserhauses, tomo
XXIV. — Viena-Leipzig, 1904. — 11, 261.
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en Zeilschrift für bildende Kunst, en Estudios sobre el Renacimiento en
España, — Barcelona, 1892. — 81, 83 á 86, 90, 92, 98, 100, 103,
173, 233 á 235, 243, 245, 265; II, 6, 81.
Juromenha, Vizconde de. — II, 12.
Justus, — II, í6o.
Laborde, Conde de: Les Ducs de Bourgogue. — Paris, 1849. — 213, 215.
Lafenestre: Les Primitifs a Bruges et á Paris. - Paris, 1904. — II, 68,
69, 84, 88, 103, 213, 215, 260.
Lccoy ách Mar cht: Le roi Rene, — Paris, 1875. — 53, 103 ; 1 1, 84, 85.
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París. — 107, 222, 256; II, 68, 136.
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Nevé: L. Dalmau, peintre espagnol, eleve de J. van Eyck. — Amberes,
1899. — I, 235, 243.
Pacully. — II, 7.
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Philippi: Die Kunst des ij and 16 Jahrunderts in Deutschland und der
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Piferrer: Recuerdos y belleías de España, Cataluña. — Barcelona, 1884.
189, 247; II, 120, 130, 163, 164, 189.
Pinchan: Histoire genérale de la Tapisserie. VArt. — París, 1876. —
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Pleyán de Porta. — 280.
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ÍNDICE DE LÁMINAS Y GRABADOS
Jaime Huguet:
Retablo de Santa Julita (San Quirse de Tarrassa) . . 21
San Abdón y San Senén (San Pedro de Tarrassa) . . 25
San Abdón y San Senén ante él emperador (id. id.) 26
San Abdón y San Senén arrojados á las fieras (id. id.) . 27
Transporte de los restos de San Abdón y San Senén (reta-
blo en San Pedro de Tarrassa) 28
Suplicio de San Abdón y San Senén (id. id.) ... 29
Degüello de San Cosme y San Damián y de sus herma-
nos (iglesia de San Miguel de Tarrassa) ... 31
Muerte de San Vicente (retablo de San Vicente de Sarria,
Museo de Bellas Artes de Barcelona) . . . . 145
Azotamiento de San Vicente (id. id.) 145
Verdugo de Santa Julita 23
Verdugo de San Vicente 23
Pablo Vergós:
San Cosme (retablo de la iglesia de San Miguel en San
Peciro de Tarrassa) 29
San Damián (id. id.) 33
El Calvario (en el retablo de Jaime Huguet, San Pedro
de Tarrassa) 35
Santa Isabel 39
San Antonio Abad exorcista (iglesia de San Antonio Abad,
Barcelona) 53
San- Vicente exorcista (retablo de San Vicente de Sarria,
Museo de Bellas Artes de Barcelona) .... 55
El Calvario (retablo de San Esteban, Granollers) S5
El Calvario (iglesia de San Antonio Abad, Barcelona) . 55
Nuestra Señora de la Gloria (viuda de Rius y Badia,
Barcelona) 57
« XIII
'III SANPEBE y MIQUEL
La Adoración de los Reyes (retablo del Condestable,
Museo de Aniigüedades de Barcelona) ... 59
Retablo del Condestable (retratos del Condestable y de
los pintores Pablo y Jaime Vergós II). ... 61
La Pentecost¿s (retablo del Condestable, Museo de Anti-
güedades de Barcelona) 65
El Calvario (gremio de tos Revendedores de Barcelona). ¡42
El Calvario (retablo del Condestable, Museo de Antigüe-
dades de Barcelona) 143
La Virgen y Santas Lucia, Bárbara, Inés y Petronila (?)
(gremio de los Revendedores de Barcelona) . 14;
Martirio de San Vicente (retablo de San Vicente de Sarria,
Museo de Bellas Artes de'Bareelona) .... i.()
Retablo de San Vicente de Sarria (Museo de Bellas Artes
de Barcelona) 149
Ordenación de San Vicente (id. id.) 149
San jorge (retablo de San Antonio Abad, Barcelona) . ijo
San Antonio comunicando su poder de exorcista (iglesia
de San Antonio Abad, Barcelona) , . . i)i
San Antonio Abad (id. id.) ij}
San Antonio visitando á San Pablo ermitaño (id. id.) 1 54
Retablo de San Antonio Abad (id. id.) .... 155
Invención del cuerpo de San Antonio Abad (id. id.) . IJ7
Detalle de la Invención del cuerpo de San Antonio Abad
(id. ¡J.) iS?
Un milagro de San Antonio Abad (id. id.). . . . 157
Coronación de San Agustín (retablo del gremio de Cur-
tidores, Barcelona) 159
Conversión de San Agustín (Id. id.) 159
Conversión de Santa Mónica (id. id.) 161
San Agustin predicando (id. ¡d.) 161
Moisés (retablo de San Esteban, Granollers) ... 171
Profeta David (id. id.) 17}
Profeta Abraham (id. id.) 17}
Camino del Calvario (colección de D. Baudilio Carreras,
Barcelona) 177
lE Vekgós II:
La Resurrección (retablo del Condestable, Museo de
Antigüedades de Barcelona) 65
LOS CUATROCENTISTAS CATALANES XCIX
Págs.
San Vicente en la hoguera (retablo de San Vicente de
Sarria, Museo de Bellas Arles de Barcelona) . . 147
Detalle de la tabla de San Vicente en la hoguera (id. íJ.). 147
Los ángeles confortando á San Vicente (id. id.) . . 147
San Esteban sacando de la cárcel á los señores de Pinos
(retablo de San Esteban, Granollers) . . . . 179
Aparición de Jesucristo en el retablo de San Antonio
Abad 148
Alfonso :
Martirio de San Medín (San Cugat del Valles) . . . 75
Su retrato en el retablo Martirio de San Medín (id. id.). 83
Rafael Vergós :
Retablo de San Esteban. — San Esteban exorcista (retablo
de San Esteban, Granollers) 51
Exaltación de San Esteban (retablo de San Esteban,
Granollers) 179
Rafael Vergós (?), según Pablo Vergós:
San Miguel (retablo de los Revendedores, Barcelona) . 141
Camino del Calvario (retablo de San Esteban, Granollers) 175
Juan Cabrera:
San Liborio (Sala Capitular de la Catedral de Barcelona) 87
Bernardo Martorell, según Benito Martorell:
Adoración del cuerpo de Jesucristo (propiedad de don
Alejandro Cerda, Barcelona) 91
Bartolomé Bermejo :
La Piedad de Villeneuve-les-Avignon (Louvre, París) . 93
Cabeza del caballero del San Miguel (colección del señor
Warnher, Londres) 99
San Miguel (colección del Sr. Warnher, Londres) . . loi
Santa Engracia (colección del Sr. Gardiner, Boston,
E. U.) 103
San Miguel (Museo de Avinyó, Francia) .... 103
La Anunciación- (Museo de Avinyó, Francia) . . . 103
Santa Faz (Museo Episcopal de Vich) 105
La Santa Faz I (colección de D. Pablo Bosch y Barran,
Madrid) 107
Eccehomo (de Abyssinia) (colección de D. Ricardo Hol-
mes, Londres) 109
La Piedad (en la Sala Capitular de la Catedral, Barcelona) 121
C ' SANPERE Y MIQUEL
La Piedad (id. id.) lai
La Virgen del retablo de la Piedad (Catedral de Barcelona) 123
Retrato del canónigo Desplá (retablo de la Piedad, Cate-
dral de Barcelona) 123
Vidriera 131
Escuela de Bermejo: La Santa Faz 11 (colección de D. Pablo
Bosch y Barran, Madrid) 109
Juan NtiÑEz: La Piedad (Catedral de Sevilla) . . 113
Francisco ces Olives: La Piedad (capilla de ja Piedad, pro-
piedad de D. José de Rovira, San Llorens deis Mo-
runys) 199
La Visitación (retablo de la Piedad, San Llorens deis
Morunys) 199
Muerte de la Virgen (Id. id.) 200
Coronación de la Virgen (id. id.) 201
Gabriel Guardia :
Creación de Eva (retablo de la Santísima Trinidad, Ar-
chivo de la Basílica de Manresa) 205
Retablo de la Trinidad (Archivo de la Basílica de Man-
resa) 205
Pedro Alemany:
San Sebastián y San Roque (retablo de Santa Tecla y
San Sebastián, Catedral de Barcelona). . . . 2ri
Santa Tecla y San Sebastián (id. id.) 213
Jesús disputando con los doctores (id. id.). . . . 213
Luis BorrassA:
Escenas del martirio de San Juan Evangelista (retablo de
Santa Coloma de Queralt) 222
Escenas del martirio de San Juan Bautista (id. id.) . . 223
San Juan Evangelista y San Juan Bautista (id. id.) . . 225
La Ascensión del Señor (retablo del Sant Esperit, Basí-
lica de Manresa) 232
San Jorge (retablo de Santa Clara, Museo Episcopal de
Vich) 236
Santa María Egipciaca (id. id.) 237
Santa Petronila (id. id.) 238
Bancal del retablo de San Cugat del Valles .... 230
Bancal del retablo de San Cugat del Valles . . . 231
los cuatrocentistas catalanes . cl
Luis Borrassá y Lucas Borrassá « el Esclavo » :
La Resurrección (retablo del Sant Esperit, Basílica de
Manresa) 227
Calvario (retablo de Santa Clara, Museo Episcopal de
Vich) 229
Lucas Borrassá « el Esclavo » :
Retablo de San Martín Sarroca 233
La Pentecostés (retablo de San Martín Sarroca). . . 233
La Ascensión del Señor (id. id.) 235
Retablo de San Juan Bautista y San Esteban (Museo de
Bellas Artes de Barcelona) 239
Retablo de San Jorge (Vilafranca del Penadés) . . . 239
Bancal del retablo de Vilafranca del Penadés . . . 240
El Juicio Final 243
Detalle del Juicio Final 246
Ramón de Mur :
Fragmento del retablo de San Miguel (Penafel, Vilafranca
del Penadés) 249
San Juan Bautista (retablo de Cabrera) . . . . 251
Bautismo de Jesús (id. id.) 252
Retablo de Santa Lucía (Penafel, Vilafranca del Penadés) 253
Luis Dalmau (según D. M. Dvoerak): Fuente de la vida
(Museo del Prado, Madrid) 263
Juan Lluys, de Valls (?): Fraonienio de Coronación de San
Agustín (colección de D. Pablo Bosch y Barran, Madrid). 197
E. Lochner: Adoración de los Reyes (Catedral de Colonin) . 170
Claus Sluter: Moisés (c*irtu ja de Dijón) 172
San Siffreiti (Seminario de Avinyó) 86
La Piedad de la puerta de su nombre de la Catedral de Bar-
celona 93
Firma latina de Bartholomeus Rúbeas 98
Retablo de San Pedro de Vilamajor 169
Fresco de la Pia Almoyna 191
ÍNDICE
Págs.
Capítulo I. — Los portugueses en la escuela cata|ana. — Basso
Fernández. Juan Payva. — Hasta 1460 5
Capítulo II. — Continuación de la escuela nacional. — Jaime
Huguet. — Hasta 1460 16
Capítulo III. — Continuación de la escuela nacional. — De
1460 a 1472. — Los Vergós 37
Capítulo IV. — Los cordobeses en la escuela catalana. —
I. Alfonso de Baena 66
Capítulo V, — La escuela catalana en Avinyó 84
Capítulo VI. — Los cordobeses en la escuela catalana. — II.
Bartolomé Bermejo 96
Capítulo VIL — Arquitectura del Renacimiento 133
Capítulo VIII. — Pablo Vergós. — De 1473 á 1495 .... I39
Capítulo IX. — Los castellanos en la escuela catalana . . . 184
Capítulo X. — El fresco de la Fia Almoyna 189
Capítulo XI. — Continuación de la escuela nacional. — Hasta
fin de siglo 196
Apéndice. — Adiciones y rectificaciones.
Fuentes ...» 217
Luis Borrassá 221
Escuela de Borrassá.
Lluch Borrassá, l'Esclau 225
Ramón de Mur 248
Jacomard 253
Dalmau 259
Bermejo 270
Jaime Huguet 275
Juan Luis de Valls 282
Algunas erratas 283
Documentos . i
Índices:
De artistas lxxiii
De lugares lxxxiii
De autores lxxxvm
De láminas y grabados. . , xcvii
-"•i
•■ :/.■
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