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Full text of "Manual de historia de Venezuela : para el uso de las escuelas y colegios"

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MANUAL 


DE 


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PARA 


EL  USO  DE  LAS  ESCUELAS  Y  COLEGIOS 


POR 


FEL.IPS    TEJER^ 


QUINTA  EDICIÓ'M  CORREGIDA  Y  AUMENTADA 

HASTA  EL   AÑO   DE  I9OO 


^  librería  española.— caracas 
1913 -E.  57 


UNIVERSITY   OF  NCRTH  CAROLINA 


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THE  LIBRARY  OF  THE 

UNIVERSITY  OF 

NORTH  CAROLINA 

AT  CHAPEL  HILL 


ENDOWED  BY  THE 

DIALECTIC  AND  PHILANTHROPIC 

SOCIETIES 


F2321 

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1913 


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This  book  is  due  at  the  WALTER  R.  DAVIS  LIBRARY  on 
the  last  date  stamped  under  "Date  Due."  If  not  on  hold  it 
may  be  renewed  by  bringing  it  to  the  library. 

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MANUAL 


DE 


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PARA 


EL  USO  DE  LAS  ESCUELAS  Y  COLEGIOS 


POR 


FELIPE    TEJERA 


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QUINTA  EDICIÓN  CORREGIDA  Y  AljM^'P^BS'^^^ 
E    ILUSTRADA   CON   RETÍ 


HASTA   ED   ANO   DE  1 


librería  ESPAÑOLA.— CARACAS 

1913  -  E.  57 


JUAN   QUEVEDO, 


GOBERNADOR    DEL     DISTRITO    FEDERAL 


Hago  saber:  que  el  ciudadano  Felipe  Tejera  se  ha  presentado  ante 
mí  reclamando  el  derecho  exclusivo  para  publicar  y  vender  una  obra 
de  su  propiedad,  cuyo  título  ha  depositado  y  es  como  sigue: 

«Manual  de  Historia  de  Venezuela  para  el  uso  de  las  escuelas.»/ 

Y  que,  habiendo  prestado  el  juramento  requerido,  lo  pongo,  por 
la  presente  en  posesión  del  privilegio  que  concede  la  ley  de  8  de 
Abril  de  1853  sobre  producciones  Hterarias,  teniendo  derecho  exclu- 
sivo de  imprimirla,  pudiendo  él  solo  publicar,  vender  y  distribuir 
dicha  obra  por  el  tiempo  que  le  permite  el  artícolo  1.''  de  la  citada  ley. 

Dado:  firmado  de  mi  mano:  sellado  con  el  sello  de  la  Gobernación 
del  Distrito  Federal  y  refrendado  por  el  Secretario  del  Despacho,  en 
Caracas,  a  3  de  junio  de  1875.  —  Año  12.'  de  la  Ley  y  17  de  la  Fede- 
ración. 

Juan  Quevédo. 
El  Secretario, 

Velá^gue^  Leve  I . 


La  Librería  Española  de  Caracas,  editora  de  este  libro,  ha  adquirido  el  privi- 
legio exclusivo  de  publicar  y  vender  la  5.a  y  6.^  edición  de  esta  obra. 

Y  en  tanto  no  se  agoten  los  ejemplares,  nadie  podrá  vender  ni  publica 
edición,  pues  las  anteriores  están  completamente  agotadas. 


Doctor  Felipe  Tejera 


O 


eflRTas  DE  aPROBneióN 


ESTADOS  UNIDOS  DP:  VENEZUELA 


Academia  Nacional  de  la  Historia 

Caracas 

Se  cretar  ía 


Caracas  17  de  diciembre  de  1909. 
Sr,  Dr.  Felipe  Tejera. 

Presemte. 
Con  el  fin  de  contestar  el  Sr  Ministro  de  Instrucción  Pública  al  Director  de 
una  Academia  de  Michoacán,  República  de  México,  ha  consultado  a  esta  Corpo- 
ración con  qué  texto  de  Historia  Venezolana  podria  satisfacer  la  exigencia  qüa 
de  tal  hace  dicho  señor  Director.  Y  ella,  después  de  haber  oido  el  informe  del 
que  suscribe,  aprobóunánimemente  la  proposición  final  de  él,  concebida  en  estos 
términos:  «Que  se  conteste  al  Ministro  de  Instrucción  Pública  recomendándole  e 
Manual  de  Historia  de  Venezuela,  obra  del  Dr,  Tejera,  editada  repelidas  veces, 
como  el  más  exacto,  imparcial  y  bien  escrito.» 

Lo  que  me  apresuro  a  comunicar  a  Vd  ,  para  su  satisfacción  y  provecho. 

De  Vd.  atto   S.  S.  y  colega. 
El  Secretario, 
P.  Arismendi  B.  (firma) 

COLEGIO  DEL  ROSCIQ. 

Señor  Felipe  Tejera. 

Caracas:  agosto  23  de  1873. 
Estimado  amigo: 

Cediendo  gustoso  á  la  exigencia  de  usted,  he  leído  el  "Manual  de  historia'de 
Venezuela",  que  piensa  usted  publicar  "para  al  uso  de  las  escuelas".  Carezco  de 
las  dotes  necesarias  para  dar  un  juicio  crítico  sobre  el  mérito  de  la  obra;  pero  no 
por  ello  dejaré  de  decir  á  usted,  como  le  ofrecí,  el  efecto  que  en  mí  produjera  su 
lectura.  Muy  acertado  eneuentro  el  plan  de  la  obra:  la  división  que  en  ella  se  hace 
de  historia  antigua  y  moderna,  y  la  subdivisión  de  la  última  en  épocas,  las  consi- 
dero de  grande  auxilio  para  fijar  en  la  memoria  cronológicameute  los  hechos  de 
nuestra  interesante  historia.  Los  sincronismos  en  que  concluye  usted  cada  una  de  las 
épocas,  y  que  veo  como  cuadros  sinópticos  de  lo  contenido  en  ellas,  me  han  pare- 
cido también  muy  adecuados  para  el  objeto,  sirviendo  de  guías  para  buscar  en  bre- 
^^f  !i"^í^"^^^  cualquier  acontecimiento  que  quiera  recordarse.  Respecto  a  lo  princi- 
pal de  la  historia,  la  verdad  de  los  hechos  relatados  y  la  completa  relación  de  todo 
lo  conducente  al  conocimiento  de  lo  que  ha  sido  nuestra  patria,  las  tiene  usted 
comprobadas  con  las  citas  de  los  autores  que  no  han  sido  contradichos;  y  por  lo 


CARTAS  DE  APROBACrél''Í 


que  respecta  á  los  hecTios  no  referido:,  por  ellos,  f  oa  la  notoriedad  entre  testigos 
adecuados  y  vivientes,  que  estoy  cierto  pensarán  como  yo  en  este  particular. 

Contiene  lo  que  precede  mi  juicio  á  secas,  y  si  nada  más  dijera,  faltaría  al  pro- 
pósito que  hice  de  manife3tar  á  ujted  la  impresión  que  en  mí  produjo  la  lectura  de 
su  obra;  pienso,  pues,  que  por  lo  que  respecta  á  la  verdad  neta  de  los  hechos,  no 
ha  cumplido  usted  exactamente  con  los  deberes  de  un  fiel  historiador.  Creo  yo  que 
éste  debe  ser  frió  é  incapaz  de  ser  ariastrado  por  el  entusiasmo,  que  casi  siempre 
conduce  á  la  parcialidad;  y  es  sobre  este  particular  que  me  tomo  la  licencia  de  decir 
á  usted  que  no  lo  considero  bien  sesudo,  pareciándome  que  en  algunos  lugares  se 
ha  dejado  llevar  por  el  entusiasmo  patrio,  hasta  el  punto  de  la  exageración,  lo  cual 
afea  la  verdjad  é  imprime  el  carácter  de  inverosímiles  á  ciertos  pasajes  de  su  histo- 
ria; pero  afortunadamente  son  pocoi,  é  insuficientes  por  tanto  para  poner  en  duda 
el  mérito  de  la  obra. 

Tengo,  pues,  el  gusto  de  repetir  que  juzgo  buena,  muy  buena  la  historia,  y  que 
su  publicación  facilitaría  á  nuestros  jóvenes  los  medios  de  adquirir  conocimientos 
exactos  acerca  de  nuestra  historia;  y  á  los  que  antes  los  tenían,  medios  de  recordar- 
los con  brevedad. 

Su  servidor  y  amigo,  ' 

Juan  J.  A guer reveré 

COLEGIO  DE   LA  ASCENSIÓN 

Señor  Felipe  Tejera. 

Estimado  señor: 
Con  gran  interés  he  leído  el  "Manual  de  Hisioria  de  Venezuela",  que  usted  ha 
redactado  y  que  ha  tenido  á  bien  someter  á  mi  consideración. 

Me  complazco  en  reconocer  la  importancia  de  su  trabajo  como  estímulo  y 
auxilio  para  los  estudios  históricos,  desgraciadamente  muy  descuidados  entre  nos- 
otros, y  me  permito  presentar  á  usted  mis  sinceras  felicitaciones  poi  el  feliz  éxito 
de  sus  laudables  esfuerzos. 

Su  afectísimo  servidor, 

Carlos  P.  Calvo. 
Caracas:  agosto  31  de  1873. 

,  -  .  COLEGIO  DE  SANTA   MARÍA 

.  Con  el  interés  que  debe  inspirarnos  la  lectura  de  nuestra  historia  hemos  visto 
el  "Manual  de  Historia  de  Venezuela",  redactado  por  el  señor  Felipe  Tejera.  Cree- 
mos que,  debido  al  plan  metódico  y  claro  bajo  el  cual  está  escrito,  será  de  gran 
utilidad  en  los  Colegios  y  Escuela^  de  la  República. 

- ,  Aplaudimos,  por  consiguiente,  el  pensamiento  patriótico  del  señor  Tejera  y  lo 
felicitamos  por  su  realización. 

,^s:sv  ^Róiticio-j  iúihlihu  ,j;io!oT  .'íOJ^b^Ttlc  .£(9i¿s:3j!áV  ■;        A.  Aveledo. 
COLEGIO  DE  FONTES 

He  leído  los  manuscritos  de  un  Manual  de  Historia  de  Venezuela,  qne  va  á 
publicar  el  señor  Felipe  Tejera;  y  creo  que  esta  obra,  que  en  breve  espacio  compen- 
dia los  sucesos  más  notables  de  la  Historia  Pátda,  desde  la  época  del  descubri- 
miento hasta  el  año  1842,  llenará  cumplidamente  el  vacío  que  hasta  ahora  hemos 
lamentado  de  un  compendio  que,  al  alcance  de  todos,  pudiera  servir  como  texto 
de  tan  útil  enseñanza  en  Escuelas  y  colegios,  En  esta  virtud,  el  Manual  de  Histo- 
ria del  señor  Felipe  Tejera  qwedará  por  tal  en  el  plantel  de  instrucción  primaria  de 
que  soy  Director  hace  treinta  y  dos  años. 

Caracas:  junio  II  de  1875. 

- P.  P.  Fontes. 

COLEGIO  DE  GIL 

Caracas: -julio  7  de  1875. 
Señor  Felipe  Tejera. 

Muy  señor  mío:  >  \.      :\.  .'     .     1 

He  leído  el  manuscrito  que  usted  me  remitió  para  su  examen,  titulado  ?Maiiu^l 
de  Historia  de  Venezuela,,;  y  rae  es  grato  recomendarlo  porque  creo  reúne  tós  con- 
diciones que  requiere  una  obra  de  su  especie.  En  cuanto  á  la  utilidad,  ó  m^s  bten 
necesidad,  de  que  los  niños  estudien  la  historia  patria  junto  con  las  materias:  ^Ué 
cohsfituyen  la  primera  instrucción,  la  creo  demasiado  obvia  para  que  me  deten- 
ida en  demostrarlo.  Adoptaré,  pues,  como  texto  en  mi  escuela,  la  producción  de  usted. 
Soy  de  usted  atento  y  servidor, 

J.  M.  Gil. 


CARTAS  DE  APROBACIÓN 


COLEGIO  DE  SAN  VICENTE  DE  PAUL 

Caracas:  18  de  diciembre  de  1894. 
Señor  Don  Felipe  Tejera. 

Mi  estimado  amigo: 
No  sólo  con  interés,  sino  con  placer  he  leído  la  obra  de  usted  "Manual  de  His- 
toria de  Venezuela;,,  y  así  por  el  estilo  didáctico  en  que  está  escrita,  como  por  la  be- 
lleza de  la  forma,  y  las  apreciaciones  tan  justas  como  patrióticas  que  contiene,  la 
juzgo  de  gran  importancia  para  enseñar  la  historia  patria  á  nuestra  juventud;  y  desde 
luego  la  adopto  como  texto. 

El  Colegio  de  San  Vicente  de  Paúl  se  impone  el  deber  de  felicitar  á  usted  por  su 
interesante  trabajo,  y  yo  me  complazco  en  hacerlo  muy  sinceramente. 
Soy  su  afmo.  s.  y  amigo, 

Miguel  Villavicencio. 

COLEGIO  DE  SEÑORITAS  DE  NTRA.  SRA.  DEL  SOCORRO 

Caracas:  22  de  diciembre  de  1894. 
Estimado  señor  mío  y  amigo: 
Tan  favdrable  al  "Manual  de  Historia  de  Venezuela,»  escrito  por  usted,  es  el 
juicio  de  la  Dirección  de  este  Colegio,  que  creemos  debe  andar  en  manos  de  maes- 
tros y  discípulos,  no  solamente  en  Venezuela,  sino  también  en  las  demás  Repúblicas 
de  nuestra  América.  En  él  se  aprende  el  puro  lenguaje  castellano,  se  ofrece  dechado 
de  buen  estilo,  y  se  adquiere  ó  educa  el  amor  á  la  Patria.  No  de  otra  manera  lo  ten- 
dría en  tanto  este  Colegio,  que  adhiere  á  la  opinión  de  los  demás. 
Quedo  de  usted  affmo.  y  s.  s. 

Q.  B.  S.  M. 
Por  la  Dirección  del  Colegio  de  Señoritas  de  "Nuestra  Señora  del  Socorro„, 

Ricardo  Ovidio  Limardo. 
Señor  D.  Felipe  Tejera,  Correspondiente  Extranjero  de  la  Real  Academia  Española  y 
Académico  de  número  de  la  Venezolana. 

Caracas. 

COLEGIO  DE  NTRA.  SRA.  DE  LAS  MERCEDES 

Estimado  señor: 
Atentamente  he  leído  su  obra  intitulada  "Manual  de  Historia  de  Venezuela,»  y 
encontrándola  plenamente  ajustada,  así  á  la  verdad  de  los  acontecimientos  que  narra 
como  á  las  condiciones  que  debe  revestir  toda  obra  didáctica;  la  adopto  desde  luego 
como  texto  de  este  Plantel,  y  me  es  grato  manifestarle  que  ha  tiempo  lo  había  hecho 
tácitamente  impulsada  por  la  bondad  de  su  interesante  método. 

Antes  de  terminar  permítame  que  asocie  mis  parabienes  por  tan  útil  trabajo  á  los 
de  aquellos  que,  inspirados  en  el  efectivo  progreso  que  él  reprensenta  para  la  Patria, 
se  los  han  rendido  á  usted  como  tributo  de  justa  admiración. 
Soy  de  usted  atta.  s.  s. 

Teresa  Eduardo. 
Caracas:  26  de  diciembre  de  1894. 
Al  señoi  Don  Felipe  Tejera. 

DIRECCIÓN  DEL  COLEGIO  "SUCRE,, 

Caracas:  28  de  diciembre  de  1894. 
Señor. 

Harto  placentero  me  es  manifestar  á  usted  que  de  tiempo  atrás  conozco  su  Ma- 
nual de  Historia  de  Venezuela,  escrito  en  beneficio  de  las  Escuelas  y  Colegios,  y  que 
me  parece  texto  muy  conforme  á  las  necesidades  é  inclinaciones  de  los  niños,  pues 
en  él  se  juntan,  con  atractiva  lazada,  lo  útil  y  lo  agradable  requeridos  por  Horacio: 
y  á  la  par  del  método,  tan  propio,  empleado  en  el  relato  de  los  sucesos  de  nuestra 
vida  pública,  nos  llenan  de  satisfacción  y  simpatía  el  amor  á  la  verdad  y  á  la  justicia, 
como  también  el  atildado  estilo  que  han  distinguido  siempre  al  ilustrado  autor. 

Deseando  que  Dios  le  prospere  en  muchos  años,  reitero  á  usted  mi  felicitación 
por  este  trabajo,  cuanto  por  los  demás  conque  su  pluma  ha  honrado  nuestras  Letras. 

Y  aprovecho  esta  oportunidad  para  suscribirme  de  usted 
atto.  servidor  y  amigo 

Jesús  María  Sifontes. 
Al  Señor  Don  Felipe  Tejera,  etc.,  etc.,  etc. 


COLEGIO  AVELEDO 

La  obra  qiíé  hos  presenta  el  Sr.  Felipe  Tejera:  "Manual  de  Historia  de  Venezue- 
además  de  reunir  las  condiciones  de  una  obra  didáctica,  despierta  en  la  juventud 


CARTAS  DE  APROBACIÓN 


el  entusiasmo  por  la  Historia  patria  al  par  que  la  curiosidad  por  la  Historia  uni- 
versal. 

El  sinnúmero  de  sincronismos  que  con  habilidad  y  maestría  ha  sabido  esparcir 
en  ella  su  ilustrado  autor,  corroboran  nuestro  juicio  sobre  dicha  producción  y  ponen 
de  manifiesto  los  grandes  servicios  que  dicha  obra  proporcionará  á  todos  los  Cole- 
gios y  Escuelas  de  la  América  latina. 

M.  Páez  Pumar. 

Caracas:  diciembre  de  1894. 

COLEGIO  SAN  AGUSTÍN 

Caracas:  10  de  enero  de  1895. 

Señor 

Conocía  de  antiguo  su  excelente  "Manual  de  Historia  de  Venezuela",  y  está  di- 
cho con  eso  que  lo  apreciaba  en  lo  que  vale. 

En  el  plantel  educacionista  que  dirijo  lo  adoptaré  como  texto,  no  creyendo  con 
eso  que  hago  cosa  alguna  en  beneficio  de  su  laureado  autor,  sino  que  así  sirvo  á 
la  juventud  venezolana  y  honro,  aunque  sea  humildemento,  las  letras  patrias. 

Pocas  veces  se  reunirán  en  un  texto  de  enseñanza  las  bellezas  que  el  suyo 
eontiene. 

Sírvase  aceptar  el  homenaje  de  mis  respetos. 
B.S.  M. 

Su  atto.  s.  s. 

Rafael  Cruz  Guitian. 
Al  señor  don  Felipe  Tejera. 


COLEGIO  SAN  NICOLÁS 

Caracas:  13  de  enero  de  1895. 
Señor  don  Felipe  Tejera. 

Presente. 
Muy  señor  mío: 
Habiendo  leído  su  "Compendio  de  Historia  de  Venezuela"  y  encontrándolo  ba- 
jo todo  respeto  apropiado  para  la  enseñariza,  he  resuelto  adoptarlo  como  texto  en 
el  Colegio  "San  Nicolás"  de  que  soy  directora. 

S.  A.  S.  Q.  B.  S.  M. 

Octavia  de  Cocking. 

COLEGIO  DE  "EL  SAGRADO  CORAZÓN  DE  JESÚS" 

Señor  don  Felipe  Tejera. 

Muy  estimado  señor: 
Por  mucho  tiempo  ha  servido  de  texto  en  el  Instituto  que  tengo  á  honra  regen- 
tar, su  obra  intitulada  "Manual  de  historia  de  Venezuela",  y  me  es  muy  satisfac- 
torio manifestarle  que  reconozco  la  importaucia  de  dicha  obra  por  la  claridad  de 
su  exposición,  que  la  hace  verdaderamente  precisa  para  el  objeto  á  que  usted  la  ha 
destinado. 

Me  es  grato  presentar  á  usted  mis  felicitaciones  por  el  brillante  éxito  que  sus 
esfuerzos  han  alcanzado  en  pro  de  la  instrucción  de  la  juventud  de  nuestra  patria, 
y  aprovecho  la  oportunidad  para  ofrecer  á  usted  las  seguridades  de  la  considera- 
ción y  aprecio  conque  me  suscribo. 

S.  A.  S.  S. 

Manuela  M.  Chitty. 
Caracas:  13  de  enero  de  1895, 


COLEGIO  LA  VERDAD 

Caracas:  22  de  enero  de  1895. 
Señor  Felipe  Tejera. 

Señpr  y  amigo  mío. 
Me  ha  pedido  usted  un  juicio  sobre  su  "Manual  de  Historia  de  Venezuela"  y 
lo  quiere  usted  franco  y  sincero.  Y  ¿no  esta  juzgado  ya  su  laborioso  trabajo  por 
respetables,  íntegros  é  inteligentes  compatriotas  nuestios?  ¿no  bastan  á  usted  jueces 
como  don  Juan  José  Aguerrevere,  Licenciado  Agustín  Aveledo  y  Pedro  Pablo  Fon- 
íes?  y,  ¿la  sanción  pública  no  ha  corroborado  hasta  la  saciedad  el  mérito  de  su 
obra?  ¿aumentará  su  valor  siquiera  un  ápice  el  fallo  de  mi  humilde  personalidad? — 
de  ningún  modo. 


CARTAS  DE  APROBACIÓN 


Pero  he  de  complacerle  aunque,  como  amigo  de  usted,  en  buen  derecho  yo  no 
puedo  ser  juez. 

Su  libro  llena  un  vacío  que  se  hacía  notar  no  sólo  en  escuelas  y  colegios,  sino 
en  el  estante  de  todo  buen  venezolano,  pues  es  sabido  que  nuestra  juventud  conoce 
más  la  historia  de  Francia  y  de  España  que  la  historia  nacional. 

Con  su  Manual  sintético  en  que  aparece  desnuda  la  verdad  de  los  hechos,  con 
el  plan  metódico  de  la  narración  y  con  sus  sincronismos  tiene  el  estudiante  y  el  que 
quiera  refrescar  recueidos  un  Cicerone  entendido  que  le  ensena  lo  que  necesita,  sin 
quitarles  tiempo  á  otras  lecturas  ó  á  las  diarias  ocupaciones.    . 

No  le  censuro  siquiera  sus  arranques  patrióticos,  que  juzgo  en  nuestra  raza  na- 
turales, pues,  escrita  la  obra  para  la  juventud  venezolana,  descendiente  inmediata 
de  la  noble  España,  esos  arranques  son  espuela  que  la  estimula  á  continuar 
leyendo. 

Si  aquí  leemos  más  á  Drioux,  Duruy  y  Lamaitine  que  á  Gibbon,  Hume  y  Ma- 
caulay  es  porque  tenemos  más  afinidades  con  Francia  que  con  Inglaterra,  es  porque 
no  sabe  mejor  el  idealismo  de  aquélla  que  la  sequedad  de  ésta. 

Yo  le  felicito  por  su  obra  y  me  permito,  ya  que  tan  dado  es  usted  á  esta  clase 
de  estudios,  excitarle  á  acumular  documentos  que  le  faciliten  la  continuación  de  la 
historia  hasta  nuestros  días. 

Su  afmo.  amigo, 

P.  Manrique. 

COLEGIO  DE  SAN  FRANCISCO  DE  SALES 

Este  Instituto  fundado  en  1895  y  dirigido  por  Sacerdotes  Selecianos  ha  adop- 
tado como  texto  de  enseñanza  en  sus  aulas  de  Historia  Patria  el  "Manual  de  Histo- 
ria de  Venezuela"  por  Felipe  Tejera. 

Caracas:  15  de  agosto  de  1904. 

Pbro.  Enrique  Ribas. 

Caracas:  12  agosto  de  1904. 
Señor  doctor  don  Felipe  Tejera,  etc.,  etc.,  etc.  * 

Muy  respetado  maestro  y  amigo:  Con  suma  satisfacción  digo  á  usted  que,  al 
encargarme  de  la  dirección  de  este  plantel,  encontré  que  mi  insigne  maestro  y  ante- 
cesor había  aprobado  el  texto  de  historia  conque  usted  ha  enriquecido  nuestra  li- 
teratura y  hecho  brillar  los  fastos  nacionales.  Discípulo  de  usted,  y  habiendo  em- 
pezado á  conocer  en  su  libro  los  anales  patrios,  yo  no  podía  menos  que  continuar 
usándolo,  mayormente  cuando  allí,  amén  de  nuestra  historia,  los  niños  aprenden 
el  cultivo  de  la  virtud  y  del  patriotismo,  que  están  en  la  verdad,  y  dirigen  su  fanta- 
sía y  gusto  con  la  regla  de  un  estilo  tan  galano  y  ameno,  como  lo  es  el  de  usted, 
maestro  del  buen  decir. 

Yo  me  felicito  de  saber  que  ya  estará  en  manos  de  nuestros  estudiantes,  su  obra, 
con  los  honores  de  la  4,*^  edición,  lo  cual  no  es  poco  decir  en  un  país  como  el  nues- 
tro, que  tanto  se  paga  de  novedades,  y  es  tan  poco  favorecedor  del  ingenio  y  de  las 
obras  nacionales. 

Me  complazco  en  desearle  todo  éxito,  y  me  es  grato  repetirme, 
Su  amigo  y  discípulo  afmo,, 

/.  M.  Núñez  Ponte. 


Para  juzgar  bien  dé  las  revoluciones  y  de 
sus  autores,  es  preciso  observarlos  muy  de  cerca 
y  ju^garlos'muy  de  tejos, 

bolívar. 


HAliüiLDlinSTOBIOEVEmZOELA 


PROLOGO 


En  el  vasto  campo  de  la  literatura,  apenas  habrá  ningún  ramo 
que  aventaje  en  importancia  á  los  estudios  históricos  Mas,  para  cul- 
tivarlo con  buen  éxito,  se  requieren  tantas  y  tan  eximias  cualidades 
que  aún  en  los  países  de  muy  antigua  y  extendida  civilización,  por 
muchas  historias  que  se  hayan  escrito,  no  son  sino  poquísimas  las 
que  han  fijado  en  su  favor  el  unánime  consentimiento  de  los  doctos, 
Quiénes  sobresalen  por  un  concepto,  quiénes  por  otro;  en  éstos  se 
notan  faltas  de  que  carecen  aquéllos;  en  muchos  se  mezcla  la  fábula 
con  la  verdad;  cuáles  se  proponen  determinado  fin,  á  que  sujetan  el 
plan  entero  del  libro;  cuáles  toman  por  guía  el  deber,  pero  no  logran 
bastante  riqueza  de  luces.  Las  más  veces  se  mueven  los  autores  al 
impulso  de  las  pasiones,  que  desfiguran  en  bien  ó  en  mal  hechos 
trasmitidos  de  siglo  en  siglo.  Obstan  al  acierto  inconvenientes  de 
vario  linaje  Si  se  trata  de  sucesos  antiguos,  la  distancia  y  la  consi- 
guiente dificultad  de  adquirir  noticias  exactas  y  cabales  influyen  en 
la  imperfección  de  su  conocimiento,  y  de  los  juicios  que  de  él  se  de- 
rivan y  en  él  se  fundan.  La  crítica  r.istórica  demanda  la  posesión  de 
tales  prendas,  que  rara  vez  se  juntan  en  uno  solo.  Aun  para  compa- 
rar entre  sí  los  varios  testimonios,  desechar  unos  y  admitir  otros  co- 
mo fuentes  fidedignas:  no  bastan  observación,  imparcialidad,  si  no 
las  acompiañan  profunda  instrucción,  criterio  ejercitado,  ingenio  sutil 
y  familiaridad  con  los  secretos  del  corazón  humano  Ya  se  deja  en- 
tender que  los  peligros  del  fracaso  se  multiplican,  cuando  se  em- 
prende referir  fielmente  lo  acontecido  en  épocas  cercanas  á  la  del 
historiador,  y  más  si  pertenece  a  la  nación  de  que  escribe  Visto 
es  que  se  encontrará  entonces  enlazado,  por  sí  ó  sus  progenitores, 
con  los  acaecimientos  que  ceden  en  lustre  ó  daño  de  las  personas  ó 
de  la  patria.  El  amor  á  ella  ciega  como  cualquiera  otro;  nunca  pode- 
mos desnudarnos  del  interés  que  a  su  favor  nos  arrastra;  sin  saberlo, 
sin  quererlo,  y,  lo  que  más  es,  buscando  evitarlo,  sucumbimos  a  las 
tentaciones  de  su  afecto.  No  es  exagerado  afirmar  que  los  Estados 
adolecen,  unos  respecto  de  otros,  de  las  mismas,  si  nO  rnayores  debi- 
lidades, que  aquejan  á  las  fracciones  éñ  que  se  dividen  los  miembros 
de  un  solo  pueblo  Por  manera  que,  al  hablar  de  la  parte  que  dos  de 
aquéllos,  guiados  de  contrapuestas  inclinaciones,  han  tenido  en  casos 
comunes,  eí  cronista  de  cada  lado  los  presenta  a  diversa  luz,  según  la 
que  muestran  á  sus  ojos  ofuscados.  Asentirá  á  lá  aserción  quien  reco- 


PROLOGO 


nozca,  por  ejemplo,  la  historia  de  los  propios  accidentes  y  trances  de 
una  guerra,  por  parte  de  cada  cual  de  los  beligerantes.  De  donde  se 
deduce  que  se  halla  en  mejor  proporción  de  salir  con  su  intento  el 
individuo  que  sea  de  todo  en  todo  extraño  á  lo  pasad©.  Ahora  mis- 
mo, á  la  vuelta  de  más  de  diez  y  nueve  centurias,  se  están  reconstru- 
yendo historias  antiguas,  con  ayuda  de  sana  crítica  y  de  documentos 
recién  descubiertos;  y  cambiándose  opiniones  que  acerca  de  notables 
vicisitudes  y  personajes  corrían  adoptadas  y  repetidas  de  unos  en 
otros  escritores. 

Añádase  á  lo  dicho  la  diligencia,  el  afán,  el  ahinco  que  cuesta  la 
conquista  de  la  verdad  absoluta.  Nos  formaremos  de  ello  idea  con 
reflexionar  sobre  cualesquiera  acciones  pasadas  en  nuestra  presencia, 
y  advertir  cómo,  al  cundir  en  el  público,  se  mudan,  se  adulteran,  se 
trastornan.  Así  se  engaña  uno  con  frecuencia  apreciándolas.  Otras 
veces  quedan  ignorados  incidentes  que  nos  atañen  más  ó  menos  di- 
rectamente; y,  si  el  acaso  nos  los  revela  un  día,  nos  asombramos, 
menos  quizá  por  su  valor  intrínseco,  que  por  la  circunstancia  de  pre- 
sentarnos como  desalumbrados  y  juguetes  de  nuestra  pequenez  é  in- 
suficiencia. ¿Qué  mucho,  cuando  en  ciertas  ocasiones,  hasta  crímenes 
horribles  pasan  inadvertidos,  ó  nunca  se  rastrean,  á  despecho  de  las 
más  esmeradas  pesquisas  de  consultísimos  jueces,  y  del  acucioso  ad- 
minículo de  los  agraviados,  y  del  interés  de  los  ciudadanos  por  apu- 
rar la  verdad  en  aquellos  eventos?  Por  todas  partes  nos  da  en  cara  la 
ineficacia  de  los  medios  humanos,  como  más  patentemente  lo  perci- 
biremos recordando  las  causas  judiciales  en  que  agotadas  las  pro- 
banzas que  establecen  el  criterio  legal,  se  ha  privado  de  los  bienes, 
de  la  vida,  á  hombres  inocentes  de  los  crímenes  á  ellos  imputados,  y 
cuyos  verdaderos  autores  han  descubierto  la  falsedad  de  las  acusa- 
ciones en  el  temido  instante  de  la  muerte. 

Aplicando  á  nuestra  patria  las  consideraciones  generales  que  pre- 
ceden expuestas,  hallaremos  que  aún  no  se  conoce  á  fondo  el  drama 
de  que  fué  teatro  Venezuela,  principalmente  en  el  período  de  su  en- 
carnizada lucha  con  España,  Poco  ó  nada  han  dicho  nuestros  histo- 
riadores acerca  de  puntos  dignos  de  conmemorarse  Por  ejemplo,  la 
primera  constitución  federal,  los  pasos  de  los  agentes  enviados  á  los 
Estados  Unidos  y  á  la  Gran  Bretaña,  el  reconocimiento  de  Venezuela 
como  beligerante,  contratos  con  los  extranjeros  proveedores  de  armas, 
pertrechos  y  vestuarios,  tratados  de  unión,  liga  y  confederación  prime- 
ro, y  después  los  de  amistad,  comercio,  navegación  y  correos,  opera- 
ciones, buques  de  guerra  y  corsarios,  preparativos  de  la  t  xpedición 
pronta  á  salir  en  auxilio  de  Méjico,  alianza  especial  con  el  Perú  lle- 
vada á  efecto,  posteriormente  guerra  y  paz,  establecimiento  de  Lega- 
ciones en  el  Brasil,  los  Estados  Unidos  y  Europa,  tentativas  del  Li- 
bertador en  beneficio  de  Cuba,  Congreso  de  Panamá,  etc  ,  etc 

Andan  también  omisos  los  historiadores  nacionales  en  informar- 
nos de  lo  que  pasaba  entre  España  y  demás  potencias  acerca  de  no- 
sotros, así  com©  de  todo  lo  relativo  a  los  indios. 

Fueranos  dado  poseer  una  historia  de  Venezuela  tan  menuda^ 
come  la  que  de  los  Estados  Unidos  ha  escrito  el  insigne  diplomático 
Jorge  Bancroft.  Sienten  algunoe  que  raya  en  difusa;  más  no  la  gra- 
duarán de  tal  sus  conciudadanos,  para  quienes  se  destinó  particular- 
mente, y  que  han  de  tener  en  mucho  y  leer  complacidos  sus  más 
insignificantes  pormenores.  Aunque  más  llegue  a  extenderse,  nunc 
fastidiará  á  los  amigos  de  su  nación  portentosa.   En  recorrer  lo^ 


PROLOGO 


tiempos  que  antecedieron  á  la  declaración  de  la  independencia,  em- 
plea el  autor  siete  volúmenes  de  tipo  diminuto  y  muchas  páginas;^  y 
se  dice  que  ha  escrito  otros  cuatro  entrando  ya  en  las  épocas  ulterio- 
res. Pero  allí  nada  falta  de  lo  que  concierne  de  cualquier  modo  á  ese 
pueblo,  desde  el  primer  instante  del  descubrimiento  del  territorio 
septentrional  por  ingleses,  franceses  y  españoles  Capítulos  hay  en 
que  pasa  revista  casi  á  todo  el  mundo  civilizado,  señaladamente 
cuando  escudriña  los  principios  políticos  que  á  la  revolución  dieron 
origen 

Entre  las  historias  de  Venezuela  descuella  la  de  Baralt,  porque,- 
sobre  tener  un  plan  más  comprensivo  y  mejor  ordenado  que  las 
otras,  lo  realzan  el  decir  puro  y  las  otras  excelencias  que  granjearon 
al  autor  fama  de  sabio,  distinciones  y  puesto  en  Europa,  y  que  le  en- 
cumbran al  primer  orden  de  los  patrios  ingenios  Pero  varones  muy 
calificados  notan  que  no  se  dio  allí  el  desenvolvimiento  indispensa- 
ble á  hechos  de  suma  importancia,  ni  se  puso  en  la  mayor  claridad 
la  serie  de  acciones  de  algunos  prohombres;  que  no  se  ha  repartido 
con  igualdad  la  justicia  distributiva  entre  los  que  obraron  de  propio 
movimiento  y  por  su  cuenta  y  riesgo  en  pro  de  la  libertad,  prestando 
cooperación  espontánea  cuanto  útil,  sino  postergádose  tales  servi- 
cios, enalteciendo  otros  con  solícita  preferencia.  Granadinos  le  hacen 
cargo  de  haber  mostrado  escaso  aprecio  á  la  cooperación  de  su  patria 
en  favor  nuestro  En  una  palabra  se  piensa  que  no  llena  el  objeto  de 
dar  á  conocer  á  Venezuela  lo  bastante,  en  su  estado  cuando  colonia, 
y  en  todas  y  en  cada  una  de  las  causas  que  prepararon,  maduraron  y 
al  fin  produjeron  la  transformación,  sus  progresos,  atrasos,  demoras, 
su  coronamiento,  la  formación  de  la  gloriosa  Colombia  y  su  disgre- 
gación, etc  Publicado  aquel  libro,  han  salido  á  luz  diversas  rectifi- 
caciones Recientemente  hemos  visto  algunas  que  dicen  relación  al 
mariscal  Sucre,  á  los  generales  Marino  y  Zaraza.  También  hemos 
examinado  las  explicaciones  que  de  algunos  episodios  se  han  inser- 
tado en  las  gacetas,  especialmente  con  ocasión  de  los  aniversarios  del 
19  de  abril  y  5  de  julio.  Muchas  circunstancias  curiosas  recopiló  el 
General  José  Austria  en  la  historia  militar  de  Venezuela,  desgracia- 
damente aun  no  impresa  del  todo.  El  Ledo.  Juan  Vicente  González, 
relacionando  la  vida  del  General  José  Félix  Ribas,  se  internó  en 
asuntos  históricos  á  ella  respectivos.  Abundante  metería  se  halla  en 
la  de  Bolívar,  que  salió  de  la  pluma  del  Doctor  Felipe  Larrazábal. 
En  su  autobiografía  cuenta  el  General  Páez  muy  á  la  larga  los  hechos 
en  que  fue  actor,  agregando  otras  noticias  interesantes,  y  anota  y  co- 
rrige equivocaciones  del  señor  Baralt,  observando  que  nacieron  de 
haberse  atenido  á  los  apuntes  á  él  entregados  cuando  ya  se  partía  á 
luropa,  donde  no  le  era  posible  consultar  sus  dudas  con  personas 
que  se  las  aclararan. 

Hemos  oído  hablar  de  muchas  tradiciones,  apuntes,  crónicas  y 
memorias  que  se  conservan  en  poder  de  algunos  Proceres  y  de  los 
herederos  de  otros.  Allegadas  las  diversas  historias,  las  biografías,  las 
correspondencias,  todo  ese  cúmulo  de  noticias,  las  rectificaciones,  los 
esclarecimientos,  y  estudiada  con  inteligencia  y  espíritu  de  imparcia- 
lidad la  copia  de  documentos  que  atesoró  el  muy  ilustre  y  laborioso 
adalid  de  la  independencia.  General  José  Félix  Blanco,  y  consultados 
los  escritos  extranjeros  sobre  el  mismo  asunto,  sin  exceptuar  los  es- 
pañoles: será  asequible  formar  la  historia  individuada  y  concienzuda 
de  Venezuela,  y  poner  fuera  de  duda  puntos  que  no  sólo  se  contradi- 
cen, sino  hasta  se  tachan  de  apócrifos. 


VI  PROLOGO 


El  que  esto  haga,  levantará  a  la  patria  el  mayor  monumento  de 
gloria.  Porque  fué  la  empresa  de  nuestros  pasados  una  de  las  más  in- 
signes de  que  guardan  memoria  los  hombres,  cuando  se  incluyan  los 
tiempos  primitivos  y  siempre  fabulosos  de  las  naciones.  Desafiar  el 
poderío  de  España,  que  en  el  dilatado  período  de  trescientos  y  tantos 
años  había  esparcido  fortísima  raigambre  en  este  suelo;  hombrearse 
con  su  dominadora  un  pueblo  sumido  por  ella  en  la  ignorancia,  la 
esclavitud,  el  aislamiento,  y  entregado  a  la  avillantez  y  descuello  del 
último  agente  peninsular;  resolverse  a  lanzar  el  yugo  poderoso,  sin 
«^medios  de  resintencia,  sin  conocimientos  militares,  sin  plan  precon- 
certado;  principiar  luchando  esforzadamente  con  la  debilidad  é  inde- 
cisión de  algunos  de  los  mismos  venezolanos  y  hasta  con  la  oposición 
armada  de  varias  provincias;  no  desalentarse  con  las  sucesivas  con- 
trarrevoluciones, ni  con  el  hundimiento  de  la  causa  una  y  otra  vez^ 
ni  con  los  espectáculos  de  crueldad,  carnicería,  venganza  producidos 
por  el  despecho  de  los  enemigos;  sobreponerse  a  todo  obstáculo  con 
perseverancia  nunca  quebrada,  arrostrando  la  combinación  de  las  mi- 
serias, hambres,  pestes,  incendios,  asolamientos,  destierros,  emigra- 
ciones, confiscaciones,  saqueos,  matanzas,  terremotos;  echar  en  la 
hoguera  la  vida,  los  bienes,  las  comodidades,  la  dicha  y  suerte  futura 
de  sí  y  los  suyos;  caer  y  levantarse  siempre  con  redoblados  bríos;  sa- 
car de  la  nada  recursos,  de  las  derrotas  victorias,  de  la  prepotencia 
de  los  contrarios  arranques  de  valor  indomable;  y  por  premio  de  tan 
gallardos  esfuerzos,  no  sólo  arrancar  el  dominio  de  Venezuela  a  la 
pujanza,  al  tesón  de  España,  sino  proseguir  la  carrera  de  combates  y 
glorias,  después  de  haber  sido  los  primeros  en  manifestar  el  espíritu, 
y  abrir  el  camino  de  la  revolución,  y  ayudar  poderosa  y  felizmente 
con  ya  aguerridas  huestes  a  la  redención  de  Nueva  Granada,  el  Ecua- 
dor y  el  Perú:  he  aquí  la  casi  increíble  obra  que  consumaron  nuestros 
padres,  para  inmortal  renombre,  en  todo  el  orbe,  del  inspirado  genia 
que  se  sublimó  por  el  cúmulo  de  sus  perínclitas  dotes,  de  tantos  más 
como  se  engrandecieron  cerca  o  lejos  de  él  y  de  la  nación  entera  que 
de  tai  modo  se  asoció  a  sus  conatos.  ¡Qué  incontrastable  resolución!! 
¡Cuántos  ejemplos  de  virtud  republicana!  ¡Cuántos  prodigios  de  ab- 
negación, constancia,  denuedo!  ¡Qué  firmeza  de  convicciones!  ¡Cuál 
desasimiento  de  la  vida  y  sus  goces!  ¡Qué  ingenio,  qué  sabiduría,  qué 
conjunto  de  superioridad  y  triunfos  marciales!  ¡Qué  tesoro  de  gran- 
dezas! ¡Cuánto  y  cuál  amor  a  la  libertad,  a  la  justicia! 

Deber  es  común  extremarse  por  imbuir  en  cada  uno  de  los  vene- 
zolanos, siquiera  como  homenaje  de  gratitud  a  los  beneficios  de  que 
gozamos,  el  conocimiento  de  la  formación  de  la  República,  y  el  ines- 
timable precio  por  ella  pagado.  Así  aprenderán  a  idolatrarla,  a  con- 
servar sus  conquistas,  a  engrandecerla,  a  servirla  con  reverente  culto. 
Ha  de  formar  nuestra  historia  una  de  las  primeras  lecturas  de  los 
niños,  no  ignoren  lo  que  más  profundamente  les  interesa,  y  porque 
le  cobren  apego,  y,  años  adelante,  se  desvivan  por  perfeccionarse  en 
ella  y  nunca  la  suelten  de  la  mauo.  Introdúzcase  no  en  la  Universidao 
solamente,  sino  también  en  los  colegios  y  las  escuelas  de  ambos  sexos; 
ocupe  lugar  conspicuo  en  todos  los  planes  de  instrucción;  reconóz- 
case indispensable  su  estudio  en  los  que  pretendan  el  magisterio  y 
en  muchos  otros;  estimúlese  el  adelantamiento  en  ella;  ofrézcanse  a 
la  pública  discusión  sus  puntos  oscuros,  dudosos  o  que  convenga 
relevar;  hágase  la  guerra  a  la  indolente  desidia  de  los  muchos  que  no 
leen;  y  entonces  se  alcanzará  el  objeto  de  nuestro  anhelo. 


PROLOGO  VII 


A  esto  podría  contribuir  la  adopción  del  Manual  que  el  señor 
Felipe  Tejrra  ha  escrito  adrede,  y  que  ya  cuenta  con  la  aprobación 
de  sujetos  tan  conocedores  y  respetables  como  los  ciudadanos  Doc- 
tores A.  Aveledo,  C.  Pérez  Calvo,  luán  José  Aguerrevere,  P.  P  Fon- 
tes,  y  J.  M.  Gil,  antiguos  directores  de  los  Colegios  de  Santa  María, 
La  Ascensión,  Roscio,  Fontes  y  Gil.  (1) 

^  Con  laudable  empeño  el  joven  autor,  rico  de  talento  é  imagina- 
ción, y  ya  distinguido  entre  los  poetas,  se  ha  dedicado  á  trabajos  más 
serios.  Bien  se  comprenderá  que  no  se  ha  propuesto  colmar  el  vacío 
antedicho.  Se  ha  limitado  á  compendiar  lo  que  otros  han  compuesto, 
siguiéndolos  no  tan  estrictamente  que  algunas  veces  no  se  desvíe  de 
ellos  y  escriba  de  propio  marte.  Divide  la  historia,  previa  una  intro- 
ducción sobre  el  descubrimiento  de  América  su  geografía  y  los  in- 
dios, en  antigua  y  mpderna.  La  primera  se  extiende  desde  1 498,  en 
que  Alonso  de  Ojedá  recorrió  las  costas  de  Venezuela,  hasta  el  5  de 
julio  de  181  i,  fecha  de  la  declaración  de  independencia.  Pasa  rápida- 
mente por  lo  más  de  este  período;  y  se  detiene  hablando  de  los  pasos 
iniciativos  de  los  patriotas;  y  termina  con  un  apéndice  sobre  la  lite  - 
ratura,  las  ciencias,  artes,  caminos,  comercio  y  población  en  tiempos 
de  la  colonia.  Subdivide  la  moderna  en  cinco  partes,  y  queda  en  la 
tercera.  (2)  Una  llega  a  1819,  en  que  se  constituye  Colombia;  otra  a 
1830,  época  de  su  disolución,  y  otra  a  1^42,  en  que  presencia  Cara- 
cas la  entrada  de  los  restos  de  Bolívar.  También  se  introduce  la  mo- 
derna con  rasgos  geográficos,  que  esta  vez  conciernen  a  Venezuela. 
Desde  1811  a  1830,  espacio  el  más  importante,  se  descoge  el  hilo  de 
los  sucesos  año  por  año.  En  lo  ulterior  anda  más  aprisa.  Cada  sec- 
ción va  seguida  de  un  resumen  y  de  sincronismos,  y  al  fin  de  todo 
hay  un  apéndice  sobre  literatura,  ciencias,  artes  y  progreso  de  la 
patria.  (3) 

Se  verá  que,  sin  embargo  de  ser  un  epítome,  repara,  hasta  donde 
cabe  en  él,  algunos  de  las  olvidos  que  advertimos,  v.  g.  el  tocante 
al  congreso  de  Panamá  Agrega  otro  capítulo  nuevo  acerca  de  los 
efectos  generales  de  la  independencia  de  esta  parte  de  América. 

Están  allí  narrados  los  principales  acontecimientos  en  lenguaje 
por  lo  común  castizo,  y  cláusulas  cortadas  conforme  al  tipo  del  Ma- 
nual de  Historia  Universal  del  preclaro  literato  Juan  Vicente  Gon- 


(1)  Ha  encontrado  muy  buena  aceptación  en  otros  establecimientos  y  entre  el 
público  en  general,  de  modo  que  se  hizo  indispensable  una  segunda  edición,  y  en 
estos  momentos  se  prepara  la  tercera,  que  lleva  sobre  los  otros  la  ventaja  de  exqui- 
sitas exornaciones,  cuales  produce  de  día  en  día  la  acreditada  imprenta  de  El  Cojo' 
Cuenta  con  nuevas  opiniones  favorables  de  personas  calificadas,  y  que  se  están  sir- 
viendo fructuosamente  de  ella  para  la  instrucción  de  sus  alumnos.  El  autor  la  ha 
traído  hasta  tiempos  muy  cercanos  á  los  nuestros,  aunque  reduciéndose  á  señalar 
en  globo  los  acontecimientos  trascendentales.  Todo  lo  cual  aumentará  la  impor- 
tancia que  ya  logra,  y  que  se  dice  haberse  extendido  no  solo  por  varias  partes  de  la 
República,  sino  también  fuera  de  ella. 

(Tomado  de  la  Revista  "Historiadores  de  Venezuela",  escrita  por  el  autor  de 
este  Prólogo). 

(2)  En  esta  como  en  la  2.a  edición,  queda  en  la   cuarta  época.  (*)  , 

(Nota  del  autor  del  Prólogo). 

(3)  Este  apéndice  (sobre  literatura,  artes  y  progresos  de  la  Patria/  se  ha  supri- 
mido últimamente,  en  razón  de  haberse  tratado  de  la  materia,  con  más  espacio,  en 
el  libro  ilamado  "Perfiles  Venezolanos*,  obra  también  del  mismo  autor. 
(Nota  del  id.  id.) 

(*)    Esta  quinta  edición  queda  en  la  Sexta  época  que  termina,  en  el  siglo  XIX. 


PROLOGO 


zález  y  con  aspiración  á  imitar  á  Baral.  Se  emplean  parágrafos  cortos 
por  encerrar  mucho  en  pocas  palabras.  Encuéntranse  breves  des- 
cripciones, teñidas,  como  varios  otros  pasajes,  de  colores  tal  vez 
más  propios  de  la  poesía  que  de  la  historia.  El  estilo  es  siempre 
igual,  claro,  animado,  expresivo  del  entusiasmo  del  patriota.  Lo  más 
reparable  nos  parece  que  en  una  obra  en  que  no  pueden  entrar  di- 
sertaciones, el  autor  haya  pronunciado  fallos  harto  rigurosos,  algunas 
veces  mal  avenido  con  sus  predecesores,  sin  justificarse  absolutamen- 
te, y  como  si  bastara  un  epíteto  para  abonar  sus  opiniones.  Tal  sucede 
en  cuanto  á  la  guerra  á  muerte  y  ejecuciones  que  se  hicieron  por 
mayor.  Aunque  muy  para  lamentarse,"  hechos  censurables  se  han 
visto  en  todas  las  guerras;  y  el  autor  puede  leer,  por  citarle  un  solo 
ejemplo,  las  recíprocas  acusaciones  de  Francia  y  Alemania  con  mo- 
tivo de  los  excesos  cometidos  en  su  lucha  de  1870.  Y  volviendo  á 
nuestro  caso,  el  bárbaro  sistema  de  los  representantes  de  España 
en  Venezuela,  la  burla  enorme  de  las  capitulaciones,  los  refinamien- 
tos de  crueldad  de  algunos  de  ellos,  las  tramas  de  sus  compatriotas, 
las  entradas  de  las  poblaciones  á  saco,  los  incendios,  las  matanzas  en 
esas  ocasiones,  los  verdaderos  asesinatos  nocturnos,  las  alevosías,  ios 
perjurios,  los  sacrilegios,  el  exterminio  de  mujeres,  á  veces  de  niños, 
y  otras  causas  que  excitaban  á  represalias,  no  como  leyes  ordinarias 
de  la  guerra,  sino  como  medios  de  contener  con  el  talión  los  desa- 
fueros del  enemigo:  sirven  para  atenuar  los  cargos,  si  es  que  no  para 
disculpar  a  los  guerreros  de  la  independencia.  Las  naciones  se  ocu- 
pan mucho  todavía  en  celebrar  convenios  sobre  respeto  á  los  dere- 
chos de  los  neutrales,  inmunidad  y  asistencia  de  los  heridos,  prohi- 
bición de  balas  explosivas;  y  últimamente  el  emperador  de  Rusia  ha 
tomado  a  pechos  la  formación  de  una  conferencia  internacional  diri- 
gida á  codificar  los  usos  de  la  guerra.  Lógrese  ó  no,  aunque  algunos 
lo  estiman  inexequible  por  falta  de  autoridad  que  apremie  con  la 
fuerza  á  la  observancia  de  los  pactos,  la  solicitud  prueba  á  lo  menos 
que  se  palpa  la  urgencia  de  añadir  al  voto  de  los  publicistas  la  san- 
ción de  tratados  terminantes  y  obligatorios.  Hoy  es,  y  el  mundo 
acusa  á  España  de  hacer  la  guerra  á  los  cubanos  sin  miramiento  á  las 
prácticas  que,  para  mitigar  en  lo  posible  sus  males,  ha  introducido 
progresando  la  civilización;  y  nadie,  que  sepamos,  piensa  en  imputar 
á  culpa  á  los  revolucionarios  el  que  imiten  conducta  tan  opresiva. 
Sin  duda,  Bolívar  quiso  producir  efecto  con  su  proclama;  ello  es  que 
no  se  cumplió  la  amenaza  en  toda  su  latitud;  que  después  de  hecha 
se  siguió  tratando  á  los  españoles  con  blandura;  y  que,  si  se  puso  en 
vigor,  fue  al  empuje  de  repetidas  atrocidades  y  como  recurso  extremo 
en  aquellas  circunstancias.  Por  último,  el  tenor  del  convenio  de  26  de 
noviembre  de  1820  sobre  regularización  de  la  guerra  acredita,  en  el 
preámbulo  y  todos  sus  artículos,  la  participación  de  ambos  contra- 
tantes en  el  rigor  de  las  hostilidades.  (4) 

Caracas:  agosto  15  de  1875.  Rafael  Seijas 


(4)  Mas  es  bueno  advertir  a  los  que  deseen  formar  juicio  acerca  de  este  punto 
[la  guerra  a  muerte]  que  en  la  citada  obra  "Perfiles  Venezolanos,,  el  señor  Tejera  en- 
tra en  discusión  y,  haciendo  méritos  de  diversos  argumentos,  procura  vindicarse  de 
tales  críticas  y  sacar  triunfante  su  concepto.  Además  es  de  consultaise  lo  escrito  por 
el  muy  instruido  abogado  y  literato,  señor  Doctor  Cristóbal  Mendoza,  en  defensa 
de  la  misma  tesis,  con  motivo  de  un  certamen  que  se  abrió  en  1878  sobre  el  tema  de 
"si  el  decreto  de  guerra  á  muerte  expedido  por  el  Libertador  el  15  de  junio  de  1813, 
fué  ó  no  necesario  para  llevar  á  cabo  la  independencia  de  la  Patria".  El  Jurado 
elegido  para  apreciar  los  trabajos  se  decidió  por  el  del  señor  Mendoza,  añadiendo 
con  esto  el  peso  de  su  dictamen  al  de  los  que  sostienen  el  contra. 

(Nota  del  id.  al  id.) 


8888SSS88Sffi888e8eSS^S88S88S88 


MiNüiL  DE  eiSTOm  EE  VENEZ0EL4 


INTRODUCCIÓN 


CAPITULO    I 

Cristóbal    Colón. -Los    Reyes    Catóücos.       Descubrimiento    de    América 

1  Era  época  de  grandes  y  trasoeiidentales  novedades 
para  el  mundo.  La  humanidad  despertaba  de  un  sueño  de 
largos  siglos  a  la  magnífica  alborada  de  útiles  cuant9  in- 
mortales conquistas  en  los  dominios  de  la  inteligencia. 

2  La  maravillosa  imprenta,  vehículo  del  pensamiento; 
el  telescopio,  revelador  de  mundos  infinitos ;  la  brújula,  ín- 
dice que  señala  siempre  el  polo,  y  otros  no  metnos  faímosos 
inventos  dignos  de  memoria,  fueron  sucesos  precursores 
del  más  preciado  de  todos :  el  hallazgo  de  América. 

3  La  gran  visión  de  un  nuevo  mundo  ignorado  de  to- 
das las  edades,  saliendo  a  la  voz  del  Creador  de  nunca  vis- 
tas ni  exploracías  aguas,  visitó  largo  tiempo  la  mente  de  tun 
hombre  escogido  por  la  Providencia  para  bienhechor  y 
gloria  del  linaje  humano. 

4  Tal  fué  Cristóbal  Colón,  nacido  en  Genova  de 
honrados  y  laboriosos  padres,  y  que  desde  los  catorce 
años  se  dio  con  ahinco  a  la  arriesgada  profesión  náutica. 

5  Lleno  de  espíritu  divmo,  él  veía  las  cosas  desde 
una  eminencia  vedada  á  los  demias,  y  por  eso  su  mirada 


2  FELIPE    TEJERA 


.se  fijaba  en  las  tinieblas  del  horizonte  donáb  rayaba  para 
él  solio  la  grande  aurora  del  porvenir;  y  por  esoí  su  pala- 
bra parecía  venida  de  lioi  ^Itoi,  llena  de  respilandor  y  de 
verdad. 

6  Visitando  una  vez  á  Portugal,  concibió  la  extraña 
idea  de  viajar  á  la  India  .tiaVegajndo  siempre  en  el  Atlán- 
tico con  rumbo  fijo  lal  Poniente. 

7  Y  puesto  en  ello  el  deseo,  sometió:  su  plain  primero 
á  Juan  II,  ricy  á  la  sazón  de  laquel  país,  quien  le  acogió 
con  desabrimiento  y  lacaso  con  perfidia;  visto  lo  cual  del 
célebre    geno  vés,    llevó'   la  lempresa    á   su    patriaí.' 

8  Menospreciado^  ^lí  y  apellidado  por  loco,  salió  para 
España,  donde  los  famosos  Reyes  Católicos  ponían  en- 
tonces estrecho  sitio  á  Granada. 

9  No  fue  aquí  mejor  visto  por  el  pronto:  que  cuando 
la  verdad  visita  un  icspáritu  y  Je  lalza  sobre  la  esfera  ide  lois 
otros,  insensato  aparece  á  los  principios;  viéndose  luego  el 
singular  contraste  de  un  hombre  solo  que  tiene  razón  con- 
tra todo  el   universo. 

10  ¡  Cuántas  veces,  pues  habrá  sido  sacrificada  la  jus- 
ticia en  aras  del  erroír  ó  la  Sg'norancia,  causas,  que  en 
ocasiones  son  las  que  allegan  más  prosélitos! 

11  Por  largo  tiempo  creyó  Colón  mlalogrados  sus  an- 
helos; mas  la  constancia,  miadre  de  la  buena  fortuna,  y 
los  desinteresados  oficios  del  español  Frai  Juan  Pérez  de 
Marchena,  llevarotn  la  fam|osa  em[pre¡sa  á  punto  de  remlate. 

12  Y  como  la  reina  Isabel  de  Castilla  estuviese  ya 
prevenida  por  Luis  de  'San  Ángel,  que  era  es'cribanoi  de 
raciones  de  la  corona  de  Aragón,  tomiói  á  pechos  el 
asunto  y  se  interesó  en  ello  eon  su  corona  y  ricas 
joyas. 

13  Con  lo  que  decidida  la  temerosa  aventura  partió 
Colón  del  puerto  de  Palos  al  amianiecer  del  día  3  de 
agostp  de  1492,  mandando  tres  carabelas  con  ciento 
veinte  tripulantes  y  el  título  de  virrey  de  las  tierras 
qjue  llegase   á   descubrir.  .(!•-) 

14  Sigámoisle,  piueis,  €o;nio  ¡al  ienviado  del  Señor, 
por  las  procelosas  corrientes  de  mares  nunca  hollados 
del  hombre,  hasta  qUe  rinda  la  más  ínclita  jornada 
que  registran  los  anales  del  tiempp.  Auras  del  porvenir 
hinchen  en  popa  su  vela,  y  navega  con  la  brújula  de 
la  fe  que,  en  el  propio  fondo  de  las  tinieblas,  mira 
siempre  al  cielo.  ' 

15  Más  feliz  que  Moisés,  pondrá  las  tablas  de  la 
ley  en  los  altares  de  la  tierra  priometida,  coronando  bu 
obra    con    las    perpetuas    biendiciones    de   la   posteridad. 

16  Arriba  primero  á  las  islas  Canarias,  donde  por 
reparar    sus    naves    se    detiene    ¡algún    tiempo,    y    da    de 


(l.a)    Al  fin  de  la  obra  en  la  nota  1.^  véase  la  relación  de  los  que  acompañaron: 
á  Colón  en  las  tres  carabelas. 


HISTORIA    DE    VENEZUELA 


'nuevo  la  vela  el  6  'de  septiembre  con  rujmlbio  al  Occidente. 

17  Andadas  no  pocas  leguas,  un  fenómieno  ignorado 
hasta  entonces  de  los  marinos,  puso  temor  á  los  tripu- 
lantes, y  laun  el  tnismo  alrnirante  no  las  tuvo  todas 
consigo:  y  fué  qiue  la  aguja,  de  mia4*e,ar  dejói  de  ver  al 
Norte  y  declinaba  al  'Noroeste  conforme  él  se  dirigía 
;al    Occidente. 

18  ■  Tuviéronlo'  de  pronto  á  mará  villa/  los  ignoranteis 
pilotos  y  se  juzgaron  perdidos,  mas  avisado  Colón  de 
lo  que  pudiera  ser,  explicó  el  caso  como  miejor  pudo, 
y  aquéllos  parecieron  sosegados. 

19  Navegadas  llevaría  cosa  de  750  leguas  al  Oeste 
de  las  Canarias,  ctiaindo  repetidas  ocasiones  la  tripu- 
lación avasallada  de  temor  q  puesta  en  asombro,  lu- 
chaba por  volver  á  España.  Calmábala  el  almirante 
con  benevolencia  y  le  ofrecía  seguro  término^  a  la  obria, 
si  no  lera  ya  q'ue  lel  délo  le  abandonase  en  la  mitla^' 
de   su  carrera. 

20  Todo  había  desaparecido  de  la  vista  de  aquellos 
atrevidos  navegantes;  el  mismo  volcán  de  Tenerife,  días 
atrás,  se  había  escondido  como  un  gigante  amena,zia- 
dor  en  el  profundo  seno  de  las  aguas;  rodeado  el  sol 
de-  nubes  sangrientas  se  precipitabia  cada  tarde  en  los 
inmensos  abismios,  como  nna  honda  de  fuego  ^que  iba  á 
apagarse  donde  recogió  Dios  los  mares  del  Diluvio. 

21  Fuerza  era  ir  bajo  la  legida  del  cielo  para  no 
retroceder  deslumbrada  la  imaginación  con  el  formidable 
esoenario  de  la  naturaleza  en  su  más  grandioso  espec- 
táculo. 

22  Así  como  rayaba  el  día  12  de  octubre,  un  sevillano 
de  noinbre  Juan  Rodríguez,  vio  el  primiero  la  maravillosa 
tierra,  y  á  su  grito  inesperado,  volviéronse  todos  los; 
ojos  contemplándola  con  admiración  y  gratitud.  (1) 

23  Magníficas  costas  sembradas  de  corpulentos  ár- 
boles, bellísimos  palmares,  dulces  y  nemorosos  arroyos, 
flores  cuya  fragancia  recuerda  las  del  Paraíso,  auras  em- 
balsamadas que  traen  las  alegrías  del  cielo;  tal  fué, 
fen  <5ortas  pialabras,  lo  primiero  qiue  se  ofreció  á  la  vista 
de  los   descubridores. 

24  Ni  fué  menor  el  asoimbro  de  los  perplejos  indí- 
genas, q'ue  veían  el  impensado  suceso  como  cosa  de 
milagro.  ¿  Qué  hombres  eran  aquéllos  velludos  de  rostros  ? 
¿De  dónde  venían  tan  extraños  seres  por  medio  de  las 
aguas  ? 

25  El  rayo  y  el  trueno  salían  de  sus  manos  como 
cuando  sus  dioses  corrían  por  el  cielo  sobre  aladas 
tempestades;  ni  erain  míenos  los  caballos,  q'ue  divinidades 
maléficas  les  parecían. 

26  Llegaron,  pues,  lois  descubridores  á  tierra  y,  re- 
Conocido  Colón  por  virrey,  se  tornó;  posesión  de  la  islal 

(1)    Véase  la  nota  2.^  al  fin  de  la  obra. 


FELIPE   TEJERA 


qtie  nombraron  de  San  Salvador  por  la  corona  de  Castilla, 
sellando  luego  el  descubrimiento  con  la  sublime  enseñaj 
de  nuestra  redención  que,  levantada  de  toscos  maderos, 
extendió  sus  brazos,  como  para  a-brazar  los  dos  mundos. 


Cristóbal  Colón 


27  Volvió  después  Colón  á  España  en  1493.  En 
SU  tercer  viaje  descubrió  el  día  10  de  agosto  de  1498; 
leí  continente  (1)  de  la  América  Meridional  que  llamoi 
Maracapana,  como  oyó  que  lo  nombraban  los  indígenas. 
(2)  Tal  la  magna  y  heroica  empresa  acabada  por  el  in- 
mortal genovés  que  morirá  bien  pronto  en  Valladolid, 
(1506)  después  de  recibir  en  premio  de  su  obra  la  más 
negra  ingratitud   de  los   hombres.  ¡ 

28  Un  aventurero,  Américo  Vespucio,  dará  al  nuevo 
mtindo  su  nombre;  Colón,  emipero,  vivirá  en  la  me- 
moria de  los  venideros,  len  la  cual  será  confundido  coni 
los   dioses.   (3) 


(1)  Un  año  antes,  Sebastián  Cabot,  había  descubierto  la  América  Setentrio- 
nal  el  24  de  junio  de  1497. 

(2)  Frai  Pedro  Simón.  Noticias  Historiales.  Cap.  XV. 

(3)  Creen  algunos  que  la  voz  América  no  se  deriva  de  ^Immco,  sino  de  la 
frase  de  los  Caribes  "ir  á  Miracapana",  que  significa  en  su  idioma:  "ir  á  tierra  de 
Alamca",  con  que  ellos  designaban  la  Tierrafirme.  Y  de  aquí  que  los  españoles 
dijeran  primero,  siguiendo  el  uso  de  aquellos: /r  á  Maraca,  para  indicar  el  Con- 
tinente, y  que  después  por  corrupción,  se  dijese  América;  bien  así  como  á  la  Verde 
Erín,  se  dio  primero  el  nombre  de  Iraland  {tiena.  de  hierro),  que  por  fin  ha  venido 
á  ser  Ireland  ó  Irlanda. 


HISTORIA    DE    VENEZUELA 


CAPITULO    II 

Geografía  de  América 

29  La  América  form^  tin  \^a:stísimo  continente  que 
se  extiende  de  Norte  á  Sur,  y  divide  el  océano  Atlán^ 
tico  del  Pacífico,  desde  los  562  ¡at.  S.  hasta  perderse 
en  las  latitudes  boreales  con  el  polo. 

30  Ella  forma  el  continente  occidental  de  la  tierra 
sieparado  del  oriental,  al  E.  por  el  Atlántico,  y  al  O.  por 
tel  Pacífico;  y  se  divide  en  dos  grandes  partes  que  son: 
la  América  Meridional  y  la  Setentrional,  unidas  por  el 
istmo  que  decimios   Darién  ó   Panamá. 

Ql  Por  leí  O.  la  atraviesa  la  altísima  cordillera  de 
los  Andes  que,  arrancando  desde  la  Patagonia  al  S.  va 
costeando  la  marina,  hasta  terminar  con  el  monte  San 
Elias  en  lo  qtie  fué  América  rusa. 

^  32  Sus  niás  elevados  picos  son  el  nevado  dé  So- 
rata,  (6487  mets.)  el  Illimam,  (6445  mets.)  el  Antisana, 
(6000  fmets.^  el  Chimiborazo,  ,(6530  mets.)  el  Aconca- 
gua, (7248  mets.)  el  Cotopaxi,  (6500  mets.)  el  Pichinchla 
y  el  Popocatepel  ó   volcán   de  Puebla,   (64IQ0  mets.) 

33  Sus  principales  ríos  son  los  mayores  del  m'undo": 
el  Amazonas  que  nace  en  los  Andes  del  Perú  y  va  á 
desembocar  en  el  Atlántico  después  d'e  haber  recorrido 
1200  leguas;  el  Plata  que  tiene  900  leguas  de  curso; 
el  Orinoioo',  426;  y  en  la  América  Setentrionaal.  el  Missi- 
sipí  qne  desagua  en  el  golfo  de  Méjico,  1400  leguas;  el 
Macbenzie,   618,  y  el  San  Lorenzo,  414. 

34  Sus  goiflots  ison:  en  la  América  Setentrionial  el 
de  Méjico,  el  de  California,  el  de  F.?:xi  Lorenzo,  los  gol^ 
fos  ó  bahíajs  de  Hudsoln,  y  ide  Baffin;  y  lein  la  Meridional, 
el  de  Darién,  el  de  Guayaquil,  el  de  Maracaibo'  y  el  de 
Paria. 

35  Multitud  de  archipiélagos  rodean  sus  dilatadas 
costas:  entre  todos  el  más  notable  es  el  de  las  Indias 
Occidentales,  llamiado  lasí  para  diferenciaarlo:  del  de  las 
Indias  Orientales  en  Asia. 

36  Este  hermosísimio  continente  posee  todas  las  la^- 
titudes  y  por  consiguiente  la  mayor  variedad  de  climas: 
y  al  par  que  ostenta  los  más  grandes  ríos  y  los  volcanes 
más  elevados  del  globo,  ofrece  a  la  vista  dilatadísimas 
selvas  y  praderas,  opulentas  pampas  y  la  más  extraordi- 
naria y  pomposa  vegietación. 

37  No  menos  magnífico  es  en  el  reino  mineral:  sus 
minas  de  oro  y  plata  son  las  tnjás  copiosas  de  la  tierra, 
y  el  cobre,  el_  estaño,  el  hierro  etc.,  se  ofrecen  a  la 
industria  con  cierta' especie  de  prodigalidad  providencial. 

38  En   la   época   del    descubrimiiento   no    existían  en 


HISTORIA    DE    VENEZUELA 


América    laquellos    cuadrúpedos    que,    domesticados,    son 
de  tantoi  precio  para  el  hombre. 

39  Por  iel  contrario,  era  y  fes  iinfinita  la  variedad 
de  aves,  de  reptiles  y  de  insectos:  el  cÓBidor,  águüa 
gigantesca,  es  perpetuo  morador  de  los  Aindes:  enormes 
boas  atraviesan  las  iinmensas  llanuras;  nubes  de  pe- 
queñísimos insect'os  piueblan  las  orillas  de  los  ríos;  y 
pintorescos  enjambres  de  mjariposas  de  todos  los  colo- 
res, á  la  mianera  de  flores  laladas,  biaja'n  de  las  naonta-. 
ñas  y  cúbrela  coimio'  una  zoma  eispléndida  dülatiaadísiímais) 
praderías. 

40  Estupendos*  árboles,  que  cue'ntan  millares  de  años, 
se  levantan  en  medios  de  las  selvas;  el  samán  de  Güere 
(en  Venezuela)  ha  visto  desaparecer  razas  enteras  de 
aborígenes,  y  ¡auin  ostenta  su  ya  marchita  copa  bajo 
de    la   cual    puede    acampar   tm    regimieinto. 

41  Debajo  de  las  mismlas  aguas  se  nace  una  prp- 
digiosa  vegetacióin ;  en  lo  interior  del  cointinente,  se  ven 
sabianas  que  hacfen  horizonte,  de  flores  silvestres  que 
Diideain  al  soiplo  de  losi  alisios  como  'lin  océano!  de  losi 
más   preciosos   colores. 

-  42  Empero,  si  todo '  lo  bello  allí  fes  grande  y  subli- 
me, tarnbién  grandes  y  iespantosas  se  producen  las  ca- 
tástrofes;: en  sus  archipiélagos  soplan  con  furor  los  hu- 
racanes; iestupfendos  volcanes  revientan  en  los  Andes 
y  des quicbr ajan  las  montañas  asordando  con  extraor- 
dinario fragor  del  continente;  en  pocos  segundos  un  ho- 
rrible tier remoto  arruina  inn'umierables  pueblos  y  ciu- 
dades. 

43  En  invierno  los  ríos  se  desbordan  é  inundan 
las  sábanas,  y  corrompidas  por  la  influencia  solar  las 
aguas,  producen  fiebres,  paludosas.  Próviidia  la  natura- 
leza, pone  allí  tamibién  la,  quinina  que  es  su  preser:* 
vativo  y  su  antídoto. 

44  Pues  este  mundoi,  desconocido  en  todas  las  eda- 
des y  sieparado'  aptenas  deb  Asia  por  el  estrecho  de 
Behring  al  N.  O.,  estaba  habitado,  para  la  fecha  d(el 
descubrimiento,  por  una  raza  isfemiejante  a  la  malaya 
y   que   fué    denominada   india. 


CAPITULO   III 

Origen,  tradición,  religión,   costumbres,    monumentos    y    civilización    de 
l»s   indios 


45  Had'a  'qlu'é  fechaj  plasaron  del  viejo  mundo  al 
nuevo  sus  primeros  pobladores,  no  ha:  sido  posible  to- 
davía   á   la    histbriía   averiguarlo. 

46  Podría  supionersie  que  despiuési  de  la  dispersión 
de  las  razas  len  Babilolni'a,  los  mism,bs  qiue  poblaron  laJ 


FELIPE    TEJERA 


parte  oriiental  del  Asia,  por  lo  qoe  hoy  i!esi  estrec'lio  de 
Behring-  y  que  len  lo'  antig^uo  fué  segurarmente  un  istmo, 
vínieroln  la  lest'ablec'erse  en  lesta  fecundísin^a  parte  de 
la    tierra.  ^ 

47  Los  indios  conservaban  la  tradición  del  Diluvio, 
y  con  variación  de  nombres  y  lugiares  la  de  la  torre  de 
Babel :  lesperaban  también  la  vuelta  por  el  Oriente  de  una 
raza  de  hombres  superiores ;  y  contaban,  como  los  chinos, 
millares  de  años  de  existencia. 

48  Esta  desconocida  raza  poblaba  todo  el  conti- 
nente de  América,  que  se  dividía  en  imperiois  como  los 
de  Méjico  y  Perú,  y  repúblicas  como  la  de  Tlascala. 
Lo  demás  era  habitado  por  tribus  semisalvajes  ó  nó- 
¡mlades,  y  había  muchas  de  lantropóifagos  que  se  hacían  la 
guerra  para  devorarse:  la  más  feroz  era  la  de  los  caribes 
que  reinaban  bravios  en  todo  .el  archipiélago  del  mar 
que  lleva  su  nombre. 

49  En  Méjico  y  Tlascala,  que,  como  los  del  Perú 
eran  los  más  civilizados,  se  adoraban  espantosos  ídolos 
de  piedra  en  cuyos  altares  sacrificaban  millares  de  víc- 
tirnas  humanas,  devorando  luego  los  sangrientos  des- 
pojos como  una  orgía  de  fieras. 

50  La  ciudad  de  Méjicoi  era  la  capital  del  imperio, 
edificada  sobre  el  lago  Tezcuco,  con  magníficos  palacios, 
templos  y  jardines.  Ruinas  de  inmensas  pirámides  11a- 
maaas  Iheocali  demuestran,  en  lo  antiguo,  una  civi- 
lización más  ¡avanzada  qlue  la  del  tiempo  dé  Montezumia. 

51  Mandaba  este  emperador  sobre  treinta  caciques 
q'ue,  al  decir  de  algunos  historiadores,  podía  cada  nno 
presentarse  á  la  cabeza  de  cien  mil  combatientes  arma- 
dos de  flechas  y  manoplas  de  piedra,  puesto  que  el  uso 
del  hierro  no  era  conocido  de  los  indios. 

52  Con  todo  leso,  •  Hiernán  Cortés,  con  500  hombres 
redujo  a  fuerza  de  espiada  aquellos  indómitos  aborígenes, 
que  se  aterrorizaban  sin  embargo  con  la  detonación  de  los 
cañones  y  la  vista  de  los  caballos. 

53  Cuentan  los  historiadores  que  en  esta  conquista 
sin  antecedente  en  el  'mundo,  se  vieron  hazañas  mila- 
grosas. En  medio  de  un  campo  elevaron  los  cristianos 
una  cruz  de  madera,  y  como  luego  los  indios  intentaron 
ponerle  fuego,  bajó  una  nube  de  lo  alto  á  cobijarla,  y 
cuando  se  acercaban  losi  idólatras  les  atemorizaba  con 
rayos  y  truenos,  defendiendo  así  la  santa  enseña  por 
espacio  de  cuatro  años. 

54  En  la  batalla  de  Otumba  militó  en  pro  de  los 
españoles  la  espada  del  Señor.  Los  indios  vieron  en  varios 
reñidísimos  combates  una  poderosa  Señora  que  protegía 
desde  i* as  nubes  á  los  cristiiajnos,  y  el  apóstol  Santiago, 
como  el  airado  Marte,  se  n^ezclaba  en  aquellas  luchas 
verdaderamente  homéricas . 

55  Los  del  Perú  adoraban  el  sol  con  el  nombre  de 


HISTORIA    DE    VENEZUELA 


Pachacamac,  y.  sus  reyes  se  ilamaban  incas.  Manco 
Ca.pac  Que  fué  el  primero,  conquistó  el  país  y  le  dio 
leyes  y  religión.  Pasaba  por  hijo  del  sol.  : 

56  Por  medio  de  cuerdas  anudadas  trasmitían  los 
sucesos  á  la  posteridad:  dividían  el  año  en  trescientos. 
sesenta  y  cinco  días,  edifi cabían  grandes  monumentos, 
caminos  portentosos  como  lel  de  Cuzco  á  Quito,  tras- 
montando los  Andes :  pero  el  pueblo  erí^  esclavo  ée  los 
incas. 

57  Por  medio  de  correos  fijos  de  trecho  en  trecho, 
se  comunicaban  «s'us  órdenes  con  suma  celeridad.  El 
monarca  viajaba  en  :andas  de  oro  llevado  por  las  personas 
de  más   cuenta  en  el   Estado. 

58  Este  opulento  imperio  fue  conquistado  por  Pi- 
zarro.  En  los  demás  Estados  americanos  gobernaban 
caciques  id e  tribus,  como  se  ha  dicho,  bárbaras,  que  vivían 
de  la  caza  y  la  pesca.  La  agricultura  estaba  en  sus  prin- 
cipios, cultivaban  el  maíz,  el  algodón  y  otros  frutos 
menores. 

59  Infinito  es  el  número  de  dialectos  y  lenguas 
que  se  hablaban  ien  todo  el  continente;  y  tal  era  el  estado 
de  la  raza  india  cuando  los  españoles  guiados  por  Colón, 
descubrieron  y  conquistaron  para  la  civilización  el  Nusvo 
Mundo.    (1) 

(1)      SUPERFICIE   DE   LAS  AMÉRICAS 

El  cuadro  siguiente  demuestra  casi  exactamente  la  superficie  en  kilómetros  cua- 
drados de  los  países  de  las  tres  Américas. 

Kilómetros  cuadrados 

Estados  Unidos ,    '     .    .  9.212.300 

Brasil , 8.361,350 

Canadá 7.990.700 

Argentina 3.027.088 

Méjico.     .     . 1.987.063 

Bolivia.    . 1.334.200 

Colombia , 1.203.100 

Perú 1.137.000 

Venezuela ■ 1.110.059 

Chile 776.000 

Ecuador 307.343 

Paraguay 253.100 

Guayana  Inglesa 200.000 

Uruguay 178.700 

Guatemala 125.100 

Nicaragua 123.950 

Guayana  Francesa     ., 121.413 

Honduras 119.820 

Guayana  Holandesa 119.321 

Cuba 118.833 

Costa  Rica 54.070 

Santo  Domingo 48.350 

Haití 28.900 

Belize 21.475 

San  Salvador 21.070 


!!E 


DIVISIONES  DE  ESTA  OBRA 


60  El  Manuial  de  Historia  de  Vemezuela  se  divide 
en   dos    partes:  i 

61  Comprende  la  primera,  la  Historia  Antigua,  qiue 
abarca  un  período'  de  313  años,  desde  el  descubrimiento; 
del  continente,  en  1498,  hasta  la  declaración  de  Inde- 
pendencia, id   5   de  julio  de   1811. 

62  La  seg-unda  trata  de  la  Historia  Moderna,  que 
Comienza  ten  esta  última  fecha  y  se  extiende  hasta  nues- 
tros   día^. 


PRIMERA   PARTE 


HISTORIA   ANTIGUA 


CAPITULO    I 

Venezuela. —Primieiríis   pobladores.  —  El    padre   Las    Casas.— Nueva    To- 
ledo. -Civilización   de    España   para   lai  época  de  la  conquista 

63  Alonso  de  Ojieda,  compiañero  idb  Cristóbal  Colóh 
en  su  seg^undo  viaje,  fue  el  v'pTimerO'  qlue  recorrió  las, 
Costas   de  Vienezuela. 

64  El  visitó  la  isla  de  Margarita;,  y  costeando  sienl- 
pre  al  Occidente,  remiointó  el  cabo  de  San  Román,, 
y  en  üln  golfo'  que  los  naturales  llamaban  Coqaibacoa, 
vio  lin  p'ueblecito  de  indios  levantiado  isob're  estacas  en 
medio  de  las  iaguas¡,  y  así  al  golfo  como  al  puebla 
no'mbró  de  Vianecia.,  por  la  semejanza  qlue  con  ella 
tenían.    (1499)  .'  .     > 

65  Andaindo  lel  tiempio  convirtióse  laqiuel  nombre  en 
Venezuela,  ooinqjue  se  llamó  deispiuiés  el  vastOi  territorio 
de  la  Capitanía  general. 

66  Por  lo  demás,  interUmándolse  Ojeda  por  la  barra, 
descubrió  el  piuertoi  y  lago  de  Slan  Bartolomé,  que  hoy 
decimos  Mariacaibjoi ;  y  sin  otro  resultado  para  la  conquista 
partió  otra  vez  á  la  ¡Es pianola,  no  sin  haber  robado 
primuero   ¡algunas   indias    de   rara;    belleza. 

67  Siguió  sus  pasos  Pier  Alonso  Niño  que,  reco- 
rriendo la  costa,  con  gran  acopio  de  perlas  se  volvió  á 
España  en  1500;  y  tras  éste  vino  Roidrigo  de  Bastidas 
quiíen  pudo  internarse  hasta  el  g^olfo  de  Darién. 

68  Piero  eran  los  mási  de  estos  descubridores  gente 
inmoral    y  aventurera,    con    lo    que    dicho    se    está    que 


FELIPE   TEJERA  11 


triajeron  lal  país  dievastacióin  y  rapifia,  llegando  á  tal  punto 
quie   traficlabian   co|n   lios   indiois   conxo   íes  clavos, 

69  Hubo  lemperpi  ientre  laqjuellos  desnaturalizados  espia- 
ñoles,  un  viarón  de  giran  conciiencia  y  isaber  que,  movido  á 
piedad  por  los  mjansos  naturales,  tomó  á  pechos  su  causa, 
defiendiéndolps  hastia  riesgo  de  perderse. 


Las  Casas 

70  Y  fué  éste  el  célebre  padre  Las  Casas,  después 
obispo  de  Chiapa,  a  quién  al  fin  se  debió  la  introduc- 
ción de  Inegrois  esclavos,  no  sospechando  en  ello  sino 
el  bien  que  se  propionía  hacer  á  los  indios^  que  acos- 
t'umbraJdois  a  la  holganza;  de  los  nómades,  apenas  po- 
dían soportar  los  rudos  trabiajos  de  minas,  y  los  no 
mienos   fatiguéis  os'  de  agricultura. 

71  Muy  luego  íatraídos  los  españoles  con  la  pesca 
de  perlas  de  laá  islas  de  Cubagua  y  Margarita,  piensaroin 
en  fundar  establecimientois,  y  fue  el  primero  en  empren- 
derlo el  piérfido'  y  ratero  Gonzalo  de  Ocampo,  quien 
después  de  ¡ahortíar  db  sus  entenas  m'uchos  indios  q!ue 
atrajo  de  paz,  asesinó  a  Gil  Gpnzález,  dacique  de  Mára- 
ííapiana,  saqueó  bu  tierra,  y  cerca  de  la  desembocadura 
del  río  Cumaná,  fundó  'un  piueblp  con  lel  nombre  de 
Nueva    Toledp,    (en    1520. 

72  Mas  exasperados  los  indígenas,  dieron  bien  pron- 
to sobre  él  y  le  destruyeroln,  como  ta'mbién  .los  trabajosi  de 
col|Onizació|n  de  Lias  Casas. 

73  No  lera,  como  se  ve,  apropiado  el  sistema  de  Es- 
piaña  para  el  buen  éxito  de  la  c,onquista;  ni  por  otra  parte 
ella,  que jocupiabia  entoncies  el  primer  puesto  entre  las  po- 
tencias europeas,  podía  jactarse  de  poseer  los  elementos 
especiales  para  tamiaña  y  trascendental  empresa. 


12  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


74  También  íos  tiempos  eran  tumultuosos,  inmode- 
rados los  instintos,  agrias  y  encrespadas  las  costumbres; 
aun  se  conservaba  mucho  de  las  tradiciones  feudales,  y  la 
misma  religión  más  prosélitos  granjeaba  con  la  espada 
que  por  el  ministerio  de  la  palabra.  Por^  tan'^o,  fác  í  era] 
prever  poco  tino  y  ventura  en  la  colonización  española 
de  tan  vastas  cuanto  incultas  regionies,  separadas  además 
por  el  océano  de  la  metrópoli. 


CAPITULO    II 

Esclavitud    de    lo«    indios.-  Fundación   de  Coro.— Los   Belzares   6  Wel- 
seres.— Alfínger.— El    Dorado 

75  Un  decreto  de  Carlos  V,  monarca  a  la  sazón  de 
España,  concedió  derecho  para  esclavizar  los  indios  que  se 
opusiesen  a  la  conquista,  y  esto  produjo  tales  excesos  y 
extravíos,  que  hubo  de  intervenir  la  audiencia  de  Santo 
Domingo,  reservando  sólo  a  los  conquistadores  el  uso  de 
tan  infame  derecho.  I 

76  Con  este  motivo  ¡envió  a  lia  costa  coriana  a  Juan 
de  Ampies,  qiue  puesto  en  tratos  con  el  cacique  Manau- 
re,  y  aunque  sin  autor-zación  para  poblar,  fundó  la  ciu- 
dad de  Santa  Ana  de  Coro  ten  1527,  a  dos  leguas  del  puer- 
to que  decimos  de  la  Vela. 

77  Por  entonces  celebró  Carlos  V  contrato  sobre  la 
provincia  de  Vienezuela  con  los  Belzares  de  Auzburgo; 
que  se  obligaron  á  conquistar,  fundar  tres  fortalezas  y  dos 
ciudades,  gobernándola  por  medio  de  un  adelantado. 

78  Por  tal  vino  el  primero  Ambrosio  Alfínger  (1529), 
siendo  el  principal  suceso  de  su  gobierno  la  expedición 
que  condujo  bástala  laguna  de  Tamalameque,  de  donds 
envió  25  hombres  conduciendo  a  Coro  parte  de  su  cuan- 
tioso botín;  los  cuales  perdidos  en  la  salvaje  espesura, 
vinieron  al  extremo  de  comerse  uno  á  uno  los  indios  que 
llevaban;  mas  con  excepción  de  un  tal  Francisco  Martín, 
todos  perecieron  al  riqror  de  la  iate]nn.er-e  y  el  hambre.  El 
mismo  Alfínger  de  allí  á  poco  murió  á  manos  de  un  indio 
en  las  inmediaciones  de  Pamplona  (1532). 

79  Sucedióle  en  el  gobierno  Juan  Alemán  (1533), 
mas  descontentos  de  él  los  Belzares,  le  sustituyeron  con 
Jorge  Spira,  quien  trajo  por  teniente  á  Nicolás  de  Fedre- 
mán,  fundó  en  1534  la  villa  de  Araure,  expedicionó  por 
cinco  ,años  á  las  tierras  del  Sur,  y  murió  len  1540.  (1) 

(1)    Según  don  Ángel  Altolaguirre,  Juan  Alemán  no  gobernó  á  Venezuela  co- 
mo lo  asientan  los  historiadores  patrios,  sino  que  á  la  muerte  de  Alfínger  se  apode- 
ró Juan  de  Gallegos  del  gobierno,  le  sucedió  interinamente  Alonso  Vázquez  de 
Acuña  y  éste  entregó  el  mando  á  Jorge  Spira. 
(Relaciones  geográficas  de  Venezuela,  Madrid  1909.) 


FELIPE    TEJERA  13 


80  Juan  de  Villegas,  que  le  sucedió  por  corto  tiempo, 
fue  reemplazado  interinamente  por  Don  Rodrigo  de  Bas- 
tidas, primer  obispa)  de  Coro,  (1537). 

81  Sedujeron  á  éste  las  noticias  que  corrían  del  Do-, 
rado,  donde  á  la  cuenta,  había  ríos  de  argentadas  arenas, 
palacios  como  los  de  la  Fama,  de  oro  macizo,  con  pórticos 
y  columnatas  de  diamante,  lagos  sonoros  que  convidaban 
con  las  perlas  de  sus  trasparentes  ondas,  y  grutas  donde 
"inoraban  las  divinidades  indias;  por  p'^^imo,  un  rey  que  de 
mañana  y  tarde  se  cubría  el  cuerpo  con  polvos  de  oro  y  se 
bañaba  en  preciosas  resinas  aromáticas. 

82  Tal  era  la  encantada  comarca  cuya  conquista  con- 
fió Bastidas  al  atrevido  Felipe  de  Utre,  (ó  Hutten)  el  cual 
salió  en  1541:  y  cuentan  viejas  historias,  que  ya  muy 
internados,  desde  elevada  montaña  vieron  á  lo  lejos  una 
inmensa  población  toda  de  oro,  cuyo  gran  resplandor  teñía) 
por  aquella  parte  el  cielo  con  un  color  de  aurora. 

83  Todo  allí  era  grandioso  á  maravilla:  las  torres 
gigantescas  de  alabastro,  de  pórfido  los  edificios  y  resplan- 
decían las  calles  con  un  fulgor  de  esmeralda  como  si  estu- 
viesen empedradas  -de  ellas.  .   ' 

84  Pues  esta  especie  de  paraíso  americano,  con  todos 
sus  encantos  y  bellezas,  no  pasó  de  ser  visto  sino  muy  de 
lejos,  y  forjado  en  la  imaginación  de  los  avarientos  con- 
quistadores; con  lo  que  el  buen  Utre  ó  Hutten  volvió  á 
Coro,  donde  un  negro,  instigado  por  un  tal  Carvajal,  que 
ya  se  nos  vendrá  á  las  manos,  le  cortó  la  cabeza.  (1546) 

85  Variadas  andaban  en  Coro  las  cosas  para  en- 
tonces, pues  Bastidas,  promovido  á  Obispo  de  Puerto 
Rico,  dejó  el  gobierno  á  cargo  del  comendador  Diego  de 
Boica,  (1542)  á  quien  un  año  después  sustituyó  la  Au- 
diencia de  Santo  Domingo  con  Enrique  Remboldt,  factor 
de  los  Belzares,  y  éste,  viendo  que  se  despoblaba  la 
comarca,  envió  por  gente  d,e  Cumaná  á  Juan  de  Villegas 
y  Diego  I^os,ada.  f  '      ;    < , 


CAPITULO    III 

Nueva   Córdoba   ó   Cumaná. —Juan de   Carvajal.— Fin   del   Gobierno   de 
los  Belzares 


86  A  po<ío  ¡de  la  ruina  de  la  Nueva  Toledo,  resol- 
vieron las  autoridades  de  Santo  Domingo  repoblar  tanto 
en  la  isla  de  Cubagua  como  en  el  continente,  y  enviado 
para  ello  Jácome  Castellone,  fundó  en  la  primera  la 
Nueva  Cádiz,  y  en  éste,  reedificó  á  Toledo  con  el 
nombre  de  Nueva  Córdoba,  hoy  Cumaná. 

87  Mas  como  pareciera  este  territorio  comprendida 
ten  el  contrato  de  los  Belzares,  el  comisionado  Juan  d^ 
Villegas  tomó  posesi(^n  de  él  como  justicia  mayor,  hizo 


14 HISTORIA   DE   VENEZUELA 

reclutía  áe  hombries  y  caballiosi  y  se  volviói  á  Corov 
•doinde  laJndJaban  las  cpsas^  ttastorniaJíJas  con  la  minearte  de 
Remboldt. 

88  Nombii^adid,  pues,  piara  regir  jel  gobietno  el  licesi- 
ciíadb  Frías,  envió  \&n  su  luglar  á  Juan  de  Carvajal,; 
mientras  él  desempeñaba  lotras  ciomlisic^nes  en  Cubiagua, 
y  éste  f'undói  idn  1545  la  ciudaid  del  TocuyiO. 

89  Distinguíase  Carvajal  por  sus  ferocles  instintos 
y  depriedacionies :  él  fue  quien  mtodó  asesinar  al  vale- 
roso Felipe  de  Hut'teni;  m^as  en  <íastígo  niurió  ahorcado 
del  mismo  árbol  que  le  había  servido  para  colgar  á  mu- 
chos infelices.  •  - 

90  Así  vino'  á  tal  extremioi  leí  (descolntento  dé  los 
habitantes,  biajo  la  d|onii|nación  de  lois;  Bel  zares,  que  un 
grito  general  los  lac'usó  ante  el  fcnonarca. 

91  La  respetiaMe  voz  del  padre  Cajsas  tronó  indig- 
nadla comtra  ellos,  hizo  patentes  las  latrocidades  de  sus 
mandatarios,  y  tniovido  Ciarlos  V  de  senté  jantes  razones', 
declarói  terminado  lal  pu'nto!  el  contrato  qlue  con  ellos 
existía.   (1545)  '      >  ,  t 

92  De  este  moido  cesaron  en  ¡el  gobierno  los  Bel- 
zares.  Su  historiía,  cotao  la  de  lai  rnlayor  parte  de  aquellos 
donquistadoresi,  quedó'  escrita  co|n  la  sangre  que  derra- 
maron en  los  desolados  Campos. 

93  La  Américla,  en  verdad,  Ino  era:  otra  cosa  que 
«refugio  y  anlplar;0  ide  los  diesesperados  de  España,  iglesia 
de  los  alzadoisi,  salvo  iconjducto  de  los  homicidas,  pala 
y  cubierta  de  los  jugadores,  añagaza  general  de  mujeres 
libres,  engañO'  domún  'de  'mluchos  y  remedio  p'articular 
de  pocos.»  (Cervanteis). 


CAPITULO    IV 

El  Licenciado  Tolcsa— Juan   de  Villegas.— Borburata.— Nueva  Segovla. 
El  Rey  Miguel.— Valencia 

94  Destituidos  los  Belzares,  fue  (nombrado  Capitán 
General  di  licenciíado  Juan  Pérez  de  Tolosa,  quien  en  1547 
envió  desdé  el  Toic'uyo  una  expedición  á  cargo  de  su 
hermano  Aliolnso  Pérez,  que  se  internó  hasta  el  nuevo 
reino  de  GraJnada^  y  volviió  á  Coro  len  1549. 

95  Aquel  tnisrrfco  año  dondujo  Juain;  de  Villegas  otra 
que  llegó  hasta  Borburata  dn  la  marina,  donde  pensói  fun- 
dar xm  pueblof;  mas,  llan^ado  á  Coro  por  la  muerte  de 
Tolosa,  á  quien  sustituyó  como  interino,  no  pudo  verifi- 
carlo  hasta  el   iaño|  de    1549. 

96  Constituyó,  pues,  esta  ciudad  de  Borb¡urata  el  cuar- 
to Ayuntamiento  de  Venezuela,  sin  lograr  nunca  feliz 
éxito,  viéndose  lacometida  ñe  filibusteros  que  infestaban 
estonces  nuestras  costas,  .  ' 


FELIPE    TEJERA  15 


97  El  mismlo  gob'erHaJdor  Villegas  f lindó  en  1552  la 
ciudad  die  Nuievia  Segjoivia,  mas  las  vicisitudes  que  ex- 
perimentaroín  sus  mionadores  por  aausa  de  los  indígenas, 
les    hizo    trasladarla    ladonde    les    hoy    Barqjuisimeto.    (1) 

98  A  'esta  sazón  lograbiaín  grande  auge  las  minas 
de  'San  Felipe  de  Buriía,  qne  los  españoles  laboraban  con 
más  de  ochenta  íiegrios  y  muy  pocos  indios. 

99  Pues  Budédió  qlule  runo  de  aquellos,  de  nombre 
Miguel,  mal  hallado  oon  lel  trato  de  sus  amos,  allegó 
hasta  veintie  qompañenoiá,  y  daindo  por  sorpresa  tma  noche 
en  los  reales,  aprisiiotnói  algunos,  mató  otros  y  se  hizo 
duefío  del  campo, 

100  Aun  fué  ,más  adelante  su  osiadía,  pues  echán- 
dola de  noble  i^n  lides,  envió  \lem}isiario;S  á  la  'dudad  á. 
pre\^emrlos  de  su  ¡aoomietida. 

101  El  tal  Miguel  lera,  hombire  de  bríos,  y  queriendo 
llegar  con  la  manjo  ladonde  alcanzaba  la  vista,  ipiensió 
también  f ornear  um  nueViO  Estado:  proclamiósie  rfey,  tuvo 
por  reina  á  su  mujier  Guiíornlaír,  y  por  príncipe  á  su  hijo: 
á  otro  negro  hizo  obispo,  y  así  constituido  su  gobiterno, 
partió  en  son  de  conquista  sobre  la  Nueva  Segovia. 

102  Volvióle  jdmpero  su  <iana  la  fortuna,  y  el  nuevo 
rey,  perseguido  por  el  Capitán  Diego  de  Losadia,  que 
Venía  del  Tocuyo,  hubo  de  venir  m|al  su  gtado  á  tiietfal 
loon  su  imperio,  muriiendo  heroicamente  como  le  cumplía 
len  tamaña  cotntingíencia.  (1553)  i 

103  PernicioiS;0  fue,  y  sobradamieinte,  su  ejemplo,  pues 
los  esclavos  y  los  indios  j  ir  ¿harás,  movieron  después 
ci^uda  guerra  por  espado   de  setenta  años. 

104  Sustituyó  á  Villegas  el  Ledo.  Villa cinda,  qiuleii 
len  1554  etnvió  á  Alonso  Díaz  Moneno  don  encargo  de 
fundar  una  ciudad  cerca  del  lago  Tacarigaa,  y  el  año 
de  1555  fué  erigida  poír  este  Vale^ncia,  en  paraje  fértil, 
lamieno  y  deleitoso. 


CAPITULO   V 

Trujillo.— Fajardo.— Hato    de    San    Francisco.— Rodríguez    Suárez.- Vi- 
lla   de    San    Francisco.— Introducción  de  negros  esclavos 

105    Muerto  Villacinda  leín  1556,  rigieron   el  gobierno 
los    alcaldes    del    Tocuyo    y    fundó    García    Paredes    (2) 


Q)  Los  Villegas  eran  oriundos  de  las  montañas  de  Burgos,  familia  de  las  más 
noblts  y  antiguas  del  país  (hijos  dalgos  de  solar  conocido).  Descendían  de  los  go- 
dos. Pedro  Fernández  de  Villegas  contribuyó  á  la  victoria  de  las  Navas  de  Tolosa. 
El  primer  Villegas  que  pasó  á  las  Indias  fué  don  Juan  de  Villegas.  Descendiente  de 
éste  fué  don  Juan  de  Bolívar  Villegas,  que  fundó  en  1722  la  Villa  de  Cura.  Y  de  los 
Bolívares  de  Villegas  desciende  el  Libertador  Simón  Bolívar.  (Les  origines  Véné- 
zuéliennes  par  Jule  Humbert.) 

(2)  Era  hijo  natural  del  famoso  capitán  que  tanto  ilustró  su  apellido  en  las 
campañas  de  Italia,  se  distinguió  en  la  conquista  del  Perú,  desde  donde  pasó  á  Ve- 
nezuela disgustado  por  las  discusiones  que  allí  existían  entre  Pizarro  y  Almagro.. 
(Relaciones  geográficas  de  Venezuela  de  don  A.  Altolaguirre.) 


16 ' HISTORIA   DE   VENEZUELA 

lia  ciudad  de   Trujillo   q'iie,    ún   año   después,    repobló   el 
Gobernador   Gutiérrez   de  la  Peña. 

106  Sustituyó  á  éste  en  1559  Pablo  Collado,  y  fue  en- 
tonces cuando  Francisco  Fajardo,  de  extirpe  indiana, 
organizó  varias  expediciones,  en  una  de  las>  cuales  llegó 
hasta  Valencia,  siguió  por  los  Valles  de  Ara^ua,  y  en  1560 
fundó  el  hato  de  San  Francisco  en  tierras  de  los  Caracas. 

107  De  allí  partió  á  la  costa,  donde  fundó'  en  Cara- 
valle  da  la  villa  del  Colladb,  y  volviendo  por  el  territorio 
de  los   Teques,   halló   minas   de  oro   muy  preciado. 

108  Cuando  el  Gobernador  lo  supo,  le  retiró  los 
poderes  y  jenvió  en  su  lugíar  á  Pedro  Miranda,  que  le  puso 
preso  por  bu  cuentía  y  lo  remitió  al  superior. 

109  Después,  el  mismo  Miranda  abandonó  las  minas, 
y,  puesto  en  libertad  Fajardo,  volvió  como  Justicia  mayor 
del    Collado.  , 

110  A  las  minas  fué  Juan  Rodríguez  Suárez  con 
dos  hijos  pequen uelos ;  mas  para  su  desgracia  ^  velaba 
en  acecho  Guaicaipuro,  terrible  señor  de  los  Teques, 
y  como  lo  vio  alejado  de  lellas,  cayó  una  noche  d'e  sobre- 
salto,   mató  los   mineros   y   también   á   los   niños. 

111  Por  otra  parte,  Paramaconi,  cacique  de  los  ta- 
raimas,  redujo  á  cenizas  el  hato  y  caserío  de  San  Fran- 
cisco,'  donde  el  díes graciado  Rodríguez  levantó  'sobre 
las  ruinas  la  villa  del  núsmo^  nombre,  y  luchó  cuerpo  ^ 
cuerpo  con  el  valiente  indio,  saliendo  dte  resultas  leve- 
mente  herido. 

112  Por  esta  mismia  fecha,  1560,  se  con  cedió  libre 
introducción  de  200  negros  esclavos,  y  Vino  á  Coro, 
electo  obispo,  Frai  Pedro  Agreda. 


CAPITULO  VI 

Lope   de  Agukre 

113  Este  Atila  de  Venezuela,  natural  de  la  villa 
de  Oñate,  salió  del  Perú  en  una  expedición  al  mandoi  de 
Pedro  Ursúa,  con  el  intento  de  conquistar  el  fabuloso 
Dorado.  '         .il 

114  Su  persona,  dice  Oviedo,  «era  muy  despreciable 
por  ser  mal  encarado,  muy  pequeño  de  cuerpo,  flaco  db 
carnes,    grande    hablador,    bullicioso    y    charlatán.» 

115  Pues  sucedió  que  entrados  ya  en  el  río  Marañón, 
subvertiendo  la  tropa,  mató  Aguirre  al  Gobannador,  puso 
al  compañero  Fernajndo  con  título  de  príncipe,  y  días 
después,  con  una  mujer  y  el  capellán  del  ejército,  les  ,dió 
también  la  muerte.  Vt. 

116  Así  adueñado  de  la  expedición,  vino  hasta  Mar- 
garita en   1561;   púsola  á  isaco,   y   querieindo  seguir   por 


FELIPE   TEJERA  17 


Venezuela    camino    hacia    el    Perú,    hizo    otro    tanto    en 
Borburata. 

117  Luego  en  Valencia  se  robó  la  mujer  y  una  hija 
del  Justicia,  y  por  último:  el  22  de  octubre  del  mismo  año 
entró   á   Barquisimeto  con  banderas   desplegadas. 

118  Allí  co:m,o  en  todas  partes  saquea,  viola,  miata; 
mas  por  suerte  sus  esbirros  recogieron  de  las  calles 
algunas  cédulas  doinde  se  les  perdonaba  la  vida  con  tal 
que  dejara;n  al  tirano,  como  ya  le  llamaban,  y  así  lo 
hicieron  muclios. 

119  De  esta  manera  llegó  á  verse  Ag-uirre  casi  solo, 
y  ya  rodeado  die  enemigos,  presintiendo  acaso  su  fm, 
le  arrebata  de  súbito  la  ira,  le  ciega  la  soberbia,  y  en 
el  colmo  de  la  locura  cae  á  puñaladas  sobre  su  propia; 
hija  exclamando:  «Muere,  infeliz,  que  no  quiero  que  te 
llamen  la  hija  de  un  traidor.» 

l20  Y  saliendo  fuera  de  la  casa  el  parricida,  y 
aprisionado  por  las  fuerzas  de  García  de  Paredes  que  le 
venía  al  lencuentro,  murió^  allí  al  punto  arcabuceado. 
(27  de  octubre  de  1561).  (1) 

.  121  Su  ^horrible  no^mbre  ha  quedado  en  la  memoria 
de  los  pueblos,  bien  así  como  se  graba  en  los  anales; 
-del  tiempo,  con  caracteres  indelebles,  la  no  menos  es- 
pantosa de  una  gran  catástrofe. 


CAPITULO  VII 

Guaícaípuro.  -Muerte   de  Fa.'ardo.— Don   Pedro  Ponce   de  León,— Losa 
da.  — Fundación    de    Caracas.— Muerte  de  Guaícaípuro 

122  El  valor,  la  constancia,  el  patriotismo :  hé  aquí 
las    principales    doties    del    cacique    Guaicaipuro. 

123  El  cayó  sobre  Rodríguez  en  ocasión  que  se 
dirigía  á  Valencia,  llamado  por  la  invasión  de  Lope 
de  Aguirre,  y  le  destruyó  casi  por  completo;  llegada  la 
noche,  le  cercó  de  hogueras  como  al  tigre,  y  al  día  si- 
guiente, le  sacrificó  á  su  furor  con  todos  sus  compañeros. 

124  En  1562  y  bajo  la  primera  gobernación  de  Ledo. 
Bernaldez,  atacó  al  Ledo.  Narváez  que  venía  de  Barqui- 
simeto con  100  hombres,  y  sólo  tres  escaparon  en  la  rota: 
los  dos  llevaron  la  nueva  á  Fajardo,  el  otro  se  tiró  por  un 
despeñadero  y  fué  á  darla  al  Gobernador. 

125  Vista  la  destreza  y  furor  del  indio,  dejó  la 
tierra  Fajardo  para  caer  luego  á  manos  de  peores  ene- 
migos. 


(1)  Paredes  regresó  á  España  y  fué  nombrado  gobernador  de  Popagar.  En 
viaje  para  su  destino  en  1563  al  recabar  el  pueblo  de  Catia  desembarcó  con  otros 
compañeros,  y  acometidos  por  los  indioj  perecieron.  Fray  Pedro  Simón  asegura, 
que  sólo  García  de  Paredes  mató  más  de  ochenta  indios. 

3 


IM  HISTORIA   DE    VENEZUELA 


126  Con  efecto :  el  feroz  Alonso  Cobos,  como  le  vio 
llegar,  le  dio  muerte  injuriosa;  mas  indignados  del  crimen 
los  tnargari teños,  le  castigaron  atándole  á  la  cola  de  un 
caballo,  después  de  ajusticiado. 

127  Entre  tanto  falleció  Don  Alonso  Manzanedo, 
nombrado  para  sustituir  en  propiedad  á  Collado,  y  se 
encargó  por  segunda  vez  del  Gobierno  Bernáldez,  quien 
oon  Gutiérrez  de  la  Peña,  qiuie  á  la  larga  vino  á  ser  Ma- 
riscal, emprendió  de  nuevo  la  conquista  de  Caracas. 

128  El  único  resultado  que  obtuvieron  fue  dejar  el 
nombre  de  Valle  del  miedo  á  aquél  de  donde  se  volvieron, 
por  el  gran  terror  que  les  hizo  dejar  allí  la  comenzada 
empresa. 

129  Con  órdenes  de  continuarla  vino  Don  Padro 
Ponce  de  León  en  1564,  y  confirmó  á  Diego  Losada 
los  poderes  que  para  ello  tenía  de  su  antecesor. 

130  Partió,  pues,  éste  con  200  hombres,  tuvo  en- 
cuentros con  los  indios,  quedó  algunos  días  en  el  Valle 
de  la  Pascua,  y  fué  ¡luego  á  .fundar,  á  lo  que  se  cxé^. 
en  1567,  una  ciudad  con  el  nombre  de  Santiago  de  León 
de  Caracas,  la  que  en  definitiva  sólo  conservó  el  último. 

131  Llamaron  seriamente  la  atención  de  Guaicaipuro 
los  progresos  de  la  nueva  ciudad,  y  con  objeto  de  des- 
truirla,  concertó  una  gran  conjuraxión  de  caciques. 

132  Sobre  ella  debía  caer  por  asalto  im  ejército 
de  10.000  indios  (1568);  pero  malas  inteligencias  malogra- 
ron la  conjuración,  y  acobardado  Losada,  resolvió  asesinar 
á  Guaicaipuro,  encargando  del  hecho  á  un  tal  Francisco 
Infante. 

133  Era  de  noche:  Guaicaipuro,  con  22  de  los  suyos, 
reposaba  tranquilo  en  su  choza  a  la  falda  del  empinado 
monte.  Súbito  lel  estampido  de  las  armas  resuena  en 
derredor;  una  muralla  de  ballonetas  le  rodea,  está  al 
frente  de  100  forajidos,  ¿qué  hacer? 

134  En  su  mano  brilla  el  estoque  que  había  sido  de 
Juan  Rodríguez ;  la  cólera  del  salvaje  sombrea  su  sem- 
blante; ruge  como  el  toro  que  se  prepara  á  embestir  y 
parte  luego  como  él:  hiere,  mata,  destroza  y  vuelve  á 
ocupar  su  puesto. 

135  Es  el  tigre  que  lucha  con  una  jauría;  mas  el 
contrario  acobardado  pone  fuego  á  la  choza.  Entonces 
del  fondo  de  las  llamas  sale  de  nuevo  Guaicaipuro  pode- 
roso y  terriblie  como  el  incendio :  empero  traspasado  de 
heridas,  invocando  la  cólera  de  sus  dioses,  cae  y  exhala 
con  gran  clamor  el  espíritu.  Los  ecos  repitieron  su  gemido 
como  el  último  adiós  del  genio  de  la  América  que  se 
despedía  para  siempre.  A  su  lado  murieron  sus  .22  com- 
pañeros. 

136  Poco  después,  en  1569,  encausados  por  cons- 
piradores, fueron  muertos  26  caciques  más.  tal  era  la 
justicia  de  aquellos  que  se- decían  amigos  de  la  religión 
y    de   la   humanidad. 


FELIPE   TEJERA  19 


137  Sucedió  á  Losada,  Francisco^  Ponce  de^  León, 
hijo  'del  Goberinador,  y  lel  fundador  de  Caracas  faéí  á  miorir 
poco   después  (en  el   Tocuyo. 


CAPITULO  VIII 

Maracaibo.  —  Carara.  —  Tamaitaco;.  —  Sorocaima.  —  Camaco.  —  Apacuama. 
Garci    González.— La    Guaira.— Drake.—Guanar« 

138  Por  'muerte  de  Ponce  de  León,  (1568)  vino 
de  Gobernador  provisional  Juan  de  Chaves,  y  en  el 
año  de  1571  se  fundó  la  ciudad  de  Maracaibo. 

139  En  el  de  1572  llegó  á  Coro  Don  Diego  Maza- 
riego,  Gobernador  en  propiedad,  y  se  procedió  á  fundar 
la  ciudad  de  „Carora,  obteniendo  la  tenencia  de  Caracas 
Francisco  Calderón,  que  hizo  guerra  á  los   Mariches.  (1) 

140  En  ella  perdió  el  cacique  Tamanaco  contra  el 
español  Pedro  AJoniso,  lia  célebre  batalla  del  Guaire; 
y  hecho  prisionero  murió  en  estrecho  circo,  despeda- 
zado por  un  dogo  feroz,  pero  miucho  menos  feroz  que  el 
infame  vencedor  que  con  tal  escena  se  recreaba. 

141  Vióse  entonces  el  eminente  heroísmo  del  indio 
Sorocaima,  digno  por  cierto  de  entallarse  en  bronce  en 
los  fastos  americanos. 

142  Y  fue  que  hechoi  prisionero  por  Garci- Gonzalo 
de  Silva,  teniente  de  Calderón,  después  de  reñida  con- 
tienda, para  domar  su  natural  coraje,  cortáronle  una 
toano;  mas  puesto  en  libertad,  corriói  á  los  suyos  y  arro- 
jándoles al  frente  el  mutilado  mrlembro,  convidóles  de 
nuevo  á  la  guerra  ó   á  la  muerte. 

143  Corría  así  con  gran  boga  la  horrible  celebridad 
de  Calderón,  aunque  no  le  iba  en  zaga  Francisco  Carrillo, 
que  vinel  á  sncederlie  y  dio  garrote  vil  al  cacique  Araguare 
con  35  de  los  suyos,  y  al  no  'menos  infortunado  Camaco, 
que  se  le  presentó  de  paz,  hizo  cortar  las  orejas  y 
narices   para  hacer  luego  befa  miserable  de   su   fealdad. 

144  Poco  después,  en  1577,  la  india  Apacuama  alzó 
en  guerra  muchas  tribus  y  sorprendió  á  Garci- González,, 
que  á  duras  penas  pudo^  escaparse. 

145  También  Valencia  fué  amenazaca  de  los  Caribes 
á  quienes  el  mismo  Garci- González  dispersó  á  las  már- 
genes  de   Guárico. 

146  Y  en  reemplazo'  de  Mazariego   vino   á  fines   del 

(1)  Después  del  año  1S74  asoló  a  Caracas  una  p1a?a  de  langostas.  Invocada  la 
protección  de  San  Mauricio  se  edificó  una  iglesia  bajo  su  advocación,  la  cual  se 
<juemó  en  1579,  y  habiendo  por  esta  causa  colocado  la  efigie  de  San  Mauricio  en  la 
ermita  de  San  Sebastián  que  había  sido  edificada  por  Losada,  de  .de  la  fundación 
de  Caracas,  quedó  ésta  desde  luego  con  el  nomb.e  de  San  Mauricio.  Hoy  existe  en 
su  lugar  la  Santa  Capilla. 


20  HISTORIA   DE    VENEZUELA 

¡año  Don  Juan  de  Pimentel,  que  en  el  siguiente,.  (1578) 
trasladó  a  Caracas  la  capital,  arregló  la  administracián 
y  envió  á  Garci- González  para  fundar  un  pueblo  en  tierras 
de  los  Quiriquires,  lo  que  no  tuvo  efecto. 

147  En  el  de  1580  una  peste  de  viruelas  asoló  la  pro- 
vincia, y  atribuida  su  desaparición  al  Apóstol  San  Pablo, 
se  le  erigió  en  Caracas  un  templo  que  llevaba  su  nombre. 

(1)  En  el  siguiente,  Fray  Juan  Manzanillo,  Obispo  de 
Coro,  trasladó  su  .  residencia  á  Caracas,  y,  dos  años 
después,  vino  por  Gobernador  Don  Luis  de  Rojas,  bajo  el 
cual  (1584)'  se  fundó  San  Sebastián  de  los  Reyes  y  La 
Guaira  (1586).  En  este  mismo  año  los  vecinos  de  Cará- 
valleda,  no  queriendo  somieterse  á  los  alcaldes  que  les 
había  impuesto  el  Gobernador,  por  ser  prerrogativa  exclu- 
sivamente suya  el  nombramiento  de  aquéllos,  resolvie- 
ron ahandonar  la  población  y  avecindarse  en  otros  pue- 
blos. 

148  Sucedióle  Diego  Osorio  en  1587,  y  durante 
los  diez  años  de  su   Gobierno,   se  fundó   Guanare  (1593) 

(2)  y  el  pirata  inglés  Amyas  Preston  saqueó  á  Caracas 
(1595).  (3)  Sustituyóle  Gonzalo  Pina  Lidueña  que  fcidó 
en  1599  el  pueblo  de  Gibraltar  y  murió  en  1600,  año 
en  que  se  co,menzaron  á  abrir  cañerías  de  agua  limpia 
en  Caracas. — Aquí  termina  la  guerra  de  conquista  espa- 
ñola en  Venezuela;  durante  la  cual  fue  gobernada  por 
23  Gobernadores,  que  son:  Alfínger,  Juan  Alemán,  Spira, 
Juan  de  Villegas,  Rodrigo  de  Bastidas,  Diego  Bo'ca', 
Enrique  Remboldt,  el  Ledo.  Frías,  Pérez  de  Tolisa, 
Juan  de  Villegas,  Villacmda,  Gutiérrez  de  la  Peña,  P.^blo 
Collado,  Bernáldez,  Manzanedo,  Bernáldez,  reelecto,  Pon- 
ce  de  León,  Juan  de  Chaves,  Mazariego,  Juan  Piment'el, 
Luis  de  Rojas,   Diego  Osorio  y  Pina  Lidueña. 


CAPITULO  IX 

•Glo'b'emadores  y  Capitanes  Generales   de   Venezuela   en   los   siglos 
XVII  y  XVIII 


149  Para  sustituir  á  Pina  Lidueña,  nombró  la  au- 
diencia de  Santo  Domingo  á  Alonso  Arias  Bac^,  hijo 
del   Doctor   Bernáldez. 

(1)  Este  templo  fué  derruido  en  1876  y  en  su  lugar  se  construyó  el  Teatro  que 
decimos  hoy  Municipal. 

(2>  Este  Gobernador  repartió  las  tieiras  por  encomiendas;  señaló  ejidos  á  la 
ciudad;  determinó  las  rentas  del  común;  creó  archivos;  formó  ordenanzas  munici- 
pales y  sustrajo  á  los  indios  de  la  dirección  de  los  encomenderos,  continuó  las  for- 
talezns  de  la  Guaira. 

(3)  Contra  esta  piíata  (no  Drake)  como  dicen  Oviedo  y  Baños  y  otros  histo- 
riadores, salieron  Garci-Gon/álPZ  y  Francisco  Rebolledo;  pero  aquél  los  burló  y 
entró  á  Caracas  á  saco  y  lue^o  se  retiró  á  sus  naves.  (Véa^e  Leyendas-históricas 
de  Venezuela,  por  A.  Rojas.— Drake  y  los  historiadores  de  Venezuela.) 


FELIPE   TEJERA  21 

150  En  1601  le  sucedió  Sancho  de  Alquiza,  capitán, 
de  Infantería,  que  gobernó  por  diez  años.  Vino  en 
sustitución  Don  Martín  de  Robles  Villafañate,  tenido 
por  muy  acertado  hasta  su  muerte. 

151  Le  sustituyó  Don  Francisco  de  la  Hoz  Berrío, 
bajo  el  cual  la  ciudad  de  Tomé  de  Guayana,  fundada 
desde  1591  por  Antonio  Berrío,  fué  saqueada  y  destruida 
en  1618  por  los  ingleses  al  mando  de  Walter  Raleigh, 
por  cuyo  delito  lo  decapitaron  luego  en  Inglaterra. 

152  Un  año  ¡antes  (1617),  se  había  fundado  la  nueva 
Barcelona,  y  vinieron  muchos  mis'oneros  á  predicar  el 
Evangelio :  santa  tarea  que  da  en  toda  parte  preciosos  re- 
sultados, los  cuales  nunca  conocieron  los  que  llevaban 
la  conquista  con  terror  á  punta  de  espada. 

153  En  1621  se  prohibió  por  real  pragmática  que 
se  confiriesen   cargos   públicos   á   las   personas    de   color. 

154  A  La  Hoz,  que  se  ahogó  volviendo  á  España, 
sucedió  Don  Francisco  Núñez  Meleán  que  gobernó  desde 
1622  hasta  1632,  sin  que  la  historia  haya  conservado, 
en  estos  diez  años,  ningún  suceso  digno  de  memoria. 

155  A  sucederle  vino  Don  Ruiz  Fernández  de  Fuen- 
ímayor,  bajo  el  cual  se  trasladó  á  Caracas  la  Silla 
Metropolitana  de  Coro  en  1637;  se  estableció  el  papel 
sellado  en  1638  en  que  terminó  sú  Gobierno,  y  se  edi- 
ficó en  Caracas  la  iglesia  de  las  Mercedes. 

156  Sucedióle  Don  Marcos  Gelder  de  Calatayud. 
En  su  período  comenzó  el  Obispo  Fray  Mauro  da 
Tovar  la  fábrica  del  Colegio  Semanario  y  un  terremoto 
(1641)  destruyó  muchos  edificios,  entre  ellos  la  Catedral. 

157  Muerto  Gelder  de  Calatavud  en  1644,  v"no  á 
sucederle  Don  Pedro_  León  de  Villarroel,  que  gobernó 
hasta  1649.  Fue  sustituido  por  Don  Martín  de  Robles^ 
en  cuyo  tiempo  los  franceses  atacaron  á  Cu  maná  saliendo 
^derrotados;  y  ejerció  el  poder  hasta  1654. 

158  Don  Pedro  de  Porras  y  Toledo  entró  á  go 
bernar  -en  1660;  y  sucesivamente  el  Almirante  Don 
Felipe  González  de  León  (1664);  Don  P^ernando  de  Vi- 
llearas  (1666);  y  Don  Francisco  Dávila  Orejón  (1672). 
Bajo  la  gobernación  de  éste  el  pirata  Morgan  saqueó  á 
Maracaibo  en   1669. 

159  Le  siguieron:  Don  Francisco  de  Alverro  (1677); 
Don  Diego  Meló  Maldonado  (1682),  durante  el  cual  los 
franceses,  al  mando  del  pirata  Francisco  Gramont,  sa- 
cnearon  á  La  Guaira  y  la  costa  de  los  Caracas  en  1680; 
fl)  el  marones  del  Casal  (1688);  el  Maestre  de  CimnO 
Don  Francisco  Berroterán  (1693);  el  ídem  Don  Nicolás 
de   Ponte   (1699);   (2)  el   miarqués   del   Valle   de   Santiago 


(t)  Rojas. — "Leyendas-históricas".  Jnles  Hnmbert.  Les  Documents  des  archi- 
ves de  Guipüzcoa  relatives  á  la  colonizatión  Espa^nole  eti  Amerique. 

(1)  En  1696  se  edificó  en  Caracas  la  iglesia  de  Santa  Posalía  de  Palermo.  En 
1697  la  Corte  española  hace  hidalgos  á  los  descendientes  de  los  Caaques. 


22  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


(1705);  Don  Fernando,  de  Rojas  (1706);  Don  AntonTijq 
Alvarez  de  Abreu,  marqués  de  la  Regalía,  que  gobemp 
hasta  1716.  Se  edjificó  en  su  tiempo,  la  iglesia  de  Nuestra 
Señora  de  la  Candelada  de  Caracas.  Don  Diego  Por- 
tales, que  sostuvo  reqia  porfía  con  el  Virrey  de  Nueva 
Granada,  y  fue  puesto,  en  prisión  y  se  le  embargaron 
los  bienes,  hasta  que,  por  reales  cédulas,  se  le  devolvip 
la   libertad    y   lel    libre   'uso^    de   tsus    propiedades    (172% 

160  Durante  su  gobáierno,  se  creó  la  Compañía  Gui- 
puzcoana  por  real  cédula  de  25  de  Septiembre  de  1728. 

161  Don  Sebastián  García  de  la  Torre,  coronal  de 
¡infantería,  que  ejerció  el  Gobierno  de  1730  á  1733: 
en  su  gobierno  fue  creada  la  Capitanía  General  de 
Venezuela  en  1731 ;  Don  Martín  Sardizábal,  alcalde  del 
crimen  de  la  real  audiencia  de  Aragón,  que  vino  destinado 
á  oír  las  quejas  contra  la  Compañía  Guipuzcoana.  En 
1735,  Fray  Juan  Moro  fundó  la  Villa  de  Aragua  de  Bar- 
oelona. 

162  El  Mariscal  de  Campo  Don  Gabriel  de  Zuloaga, 
Conde  de  Torre  Alta,  bajo  el  cual  atacaron  los  inglese^ 
á  La  Guaira  en  1739,  y  á  Angostura  en  1740,  con 
fracaso-  para  ellos;   gobernó   hasta    1742. 

163  El  Mariscal  de  Campo  Don  Luis  de  Castellanos* 
en  su  tiempo  los  ingleses  atacaron  á  La  Guaira  y  á 
Puerto  Cabello  (1743)  con  igual  resultado;  y  Juan  Fran- 
cisco León  amenazó  á  Caracas  con  6.000  hombres,  el 
20  de  abril  de  1749,  pidiendo  la  supresión  y  expulsión 
de  los  factores  de  la  Compañía  Guipuzcoana.  Mas  el 
Capitán  General  que,  con  el  obieto  de  aplacar  la  revuelta, 
ofreció  cumplir  lo  que  aquéllos  exigían,  se  fué  á  La 
Guaira  y  se  embarcó  para  la  Península,,  sin  llevar  á 
cabo   su   promesa    (1749). 

¡164  Fray  Julián  Arriaga  y  Ribera  Bailío,  jefe  de  la 
escuadra  real,  que  fue  promovido  á  presidente  de  la 
Contratación  (1752);  Don  Felipe  Ricardos  (1760);  Don 
Felipe  Ramírez  de  Estenor  (1763);  Don  José  Solano 
(1771),  bajo  el  cual  siendo  Gobernador  de  Guayana  Don 
Joaquín  Moreno  de  Mendoza  en  1764,  se  mandó  tras- 
ladar la  ciudad  de  Santo  Tomás  al  lugar  que  ocuo-a  hoy 
Ciudad  Bolívar;  y  se  introdujo  en  Venezuela  la  inocula- 
ción, por  Juan  Perdomo,  en  1769.  Tres  años  antes  unU 
pragmática  prohibió  contraer  matrimonio  e^tre  la  gente 
blanca  y  la  de  color,  y  sie  sancionó  que  las  mujeres  de  estia 
última  oondición  no  podían  usar  joyas  de  oro  ni  diaman- 
•tes,  ni  trajes  de  seda  y  chales,  ni  arro.chllarse  sobre  alr 
fombras  en  el  templo,  ni  educarse  en  las  escuelas. 

165  El  margues  de  La  Torre  (1772)  que  fue  oromovi- 
do  al  Gobierno  de  La  Habana;  Don  José  Carlos  de  Agüa- 
ro,  ten  cuvo  tiempo  (1777)  una  real  cédula  sep-^ró  del  Vi- 
rreinato de  Nueva  Granada  las  provincias  de  Maraca^bo, 
Cum,aná  y  Guayana,  y  las  agregó  con  las  is'as  de  Margá- 
is)   En  el  año  siguiente,  vino  don  Lope  Carrillo  á  sustituirle. 


FELIPE   TEJERA  23 


rita  y  TrMidad,  á  la  capitanía  general  de  Venezuela;  (1) 
se  creó  el  Obispado^  de  Mérida  (1777),  y  ujn  reglamento  de 
comercio  libre,  anuló'  las  prerrogativas  de  la  Compañía; 
Guipuzcoana  (1778);  sustituyéndola  otra  que  se  llamó  de 
Filipinas,  la  cual  cesó  en  1780,  siendo  Capitán  Gsneral 
Don  Luis  U;nzaca  y  Amezaga,  que  gobernó  hasta  1784, 
En  estos  días  (1783)  visitó  á  Caracas  el  Conde  de  Seg^ur. 

166  Don  Manuel  González,  interino,  a  quien  sustitu- 
yó el  Coronel  Don  Juan  Guillelmi  (1786  a  1792).  Durante 
su  gobiermo'  se  llamaron  intendentes  los  Gobernadores  de 
Provincia  y  se  estableció  en  Caracas  la  Real  aud.encla  y 
Cancillería  de  Venezuela  que  ngió  el  primero  Don  Anto- 
nio López  de  Quintana,  y  se  creó  (1790)  el  Obispado^  de 
Guayana]. 

167  Veremos  en  seguida  con  más  detención  los  suce- 
sos políticos  acaecidos  bajo  el  Gobierno  de  Don  Pedro 
Carbonell,  len  cuyo  tiempo  (1797)  fue  ocupada  la  isla  de 
Trinidad  por  los  ingleses;  y  los  que  le  subsiguieron  en 
tiempos  de  Guevara  Vasconcelos,  Don  Juan  de  Casas  y 
Vicente  Emparan,  últimos  Capitanes  Generales  de  Vene- 
zuela, hasta  el   19  de  abril  de  1810. 


CAPITULO  X 

R>eivoIuici6n  ds  Gual  y   España 

168  Era  á  la  sazón  Gobernador  de  Venezuela  Don 
Pedro  Carboniell.  Un  profundo  y  sordo  rumor  comenzaba 
a  resonar  en  las  lentrañas  de  la  sociedad',  dejándose  oír  a 
intervalos  en  medio»  del  silencio  de  la  colonia!. 
^_,169  Los  ánimos  parecían  despertar  de  un  largo  estu- 
por al  destello  de  grandes  claridades,  y  la  humanidad  en- 
tera emiprender  de  nuevo  su  marcha  titánica  hacia  los  des- 
Inm^bradores   confines  del  destino. 

170  La  revolución  francesa  había  roto  con  los  diques 
de  las  sociedades  antiguas,  y  a  la  cabeza  de  los  pueblos 
parecía   guiarles    a  una   nueva   tierra   prometida. 

171  No  lera  emlpiero  aquella  libertad  cubierta  de  sangre 
la  que  inspiraba  en  Venezuela  ideas  regeneradoras;  era, 
sí,  el  sentimiento  de  la  dignidad  nacional  que  germinaba 
en  su  seno,  la  sublime  idea  de  la  independencia,  acaricia- 
da de  todos  los  pueblos. 

.172  Ya  en  la  noche  del  4  de  junio  de  1797,  se  habíaín 
fugaido  de  las  prisiones  de  La  Guaira,  Picornell,  Cam^o- 
ímanes  y  Anidrés,  primeros  reos  para  España,  de  esta  no- 
ble   cruzada. 

(1)    La  Capitanía  General  de  Venezuela  la  constituía  anteriormente  la  provin- 
a  de  Caracas. 


24  HISTORIA   DE   VENEZUELA 

,  173  Y  por  último,  entre  los  vecimcs  ide  Caracas!  y  La 
Guaira  se  tramaba  la  famosa  conspiración  republicana  de 
que  eran  principales  corifeos  Don  Ma.nuel  Gual  y  Don 
José  María  España;  pero  delatada  el  13  de  julio  por  dos 
eclesiásticos,  fueron  vivamente  perseguidos  sus  autores : 
logró  el  primero  escapar  y  el  segundo,  como  muchos  de 
los  comprometidos,  fue  luego  ajusticiado  en  la  horca 
(1799). 

174  Cuando  subió'  al  patíbulo  «el  pueblo  humano,  sen- 
cillo, no  acostumbrado  á  hacer  un  espectáculo  de  la  miuer- 
te,  quedó  por  algún  tiempo  atónito,,  iamoble:  los  niños 
espantados  se  apretaban  unos  .  á  otros  alrededor  de  sus 
maestros».  (Biografía  de  José  Félix  Ribas,  por  J.  V.   G.) 

175  En  presencia  del  cadáver  tomió  el  sacerdote  la  pa- 
labra: «Dejadme  llorar,  dijo,  como  David,  al  nuevo  Ab- 
salón  que  ha  perecidoi  colgado  de  este  árbol  funesto. 
Absalon  fili  miy>. 

176  ¿«Qué  importa  la  manera  conque  murió  al  que 
está  en  el  cielo?  Quizá  aun  á  los  ojos  del  mundo,  en  estos 
mjalqs  días  en  que  la  sangre  de  los  reyes  mancha  las  ma- 
nos del  verdugo,  el  patíbulo  venga  á  ser  un  título  de  glo- 
ria   Mi  fe  es  de  'ni!i  rey;  dejadme  mis  lágrimas  para  :mis 

amúgos» 

177  De  en  'medio  de  la  multitud  conmovida  á  estas 
palabras,  se  vio  salir  un  joven  de  gallarda  estatura,  pálido 
el  semblante,  y  recorrer  len  su  caballo  como  el  espíritu  de 
la  venganza  las  solitarias  calles.  Este  joven  era  José  Fé- 
lix   Ribas. 

178  Desde  la  altura  de  aquel  cadalso  vería  Espa- 
ña el  primer  albor  del  siglo  iXIX,  y  oiría  quizá  ^el 
formidable  grito  de  independencia  conque  iba  á  desper- 
tarse la  América.  Su  espíritu  subió  al  cielo:  saludando 
los  horizontes  del  miundo  que  rayaban  ya  con  la  albío- 
borada  de  un  nuevo  sol:  la  libertad. 

179  Sucedió  esto  bajo  la  domnación  dte  Don  Manuel 
Guevara  Vasconcelos :  y  así  con  el  suplicio  de  España  y 
otros  miás,  y  la  expatriación  de  no  pocos,  terminó  esta 
primera   y  desgraciada   tentativa. 


CAPITULO  XI 

Invasiones    de    Miraníía.-'Muerte    de    Vasconcelos.   -Sucesos    de    España. —Don 
Vicente  Emparan 


180  Preparábanse  los  sucesos  para  un  rompimiento 
inminente.  Francisco  Miranda,  protegido  de  los  ingleses, 
invadió  por  Ocumare  el  25  de  marzo  de  1806 ;  mas  preve- 
nido Vasconcelos,  le  obligó  á  huir  con  pérdida  de  dos 
buques  á  la  isla  de  Trinidad. 


FELIPE   TEJERA  25 


181  Su  retrato  fue  quemado  en  público  por  mano  del 
verdugo  y  puesta  á  talla  su  cabeza  por  (30.000)  treint4 
mil  pesos.  Con  todo  eso,  invadió  de  nuevo  Miranda  por 
Coro  el  2  de  .agosto,  pero  tuvo  que  reembarcarse  otra  vez. 

182  Murió  luego  Vascoincelos  en  1807,  (1)  y  ya  para 
el  siguiente,  se  agravaron  en  extremO'  los  males  de  la 
Península.  Carlos  IV  había  renunciado  la  Coroiía  el  19 
de  marzo  en  favor  de  su  hijo  Fernando,  príncipe  de 
Asturias;  más  el  emperador  Napoleón,  negándose  á 
reconocer  el  hecho,  cobróla  para  sí  y  la  puso  en  las  sienes 
de   su   hermano   José.  - 

183  Reaccionada  muy  en  breve  aquella  altiva  nación 
se  crearon  Juntas  de  Gobierno  que  reconocían  al  legítimo 
monarca  Fernando  VII;  y  se  alió  á  Inglaterra  parai 
derrocar  al  usurpador.  - 

184  Tan  desastrosas  nuevas  vinieron  aún  más  abulia- 
das  á  Venezuela  (1808),  y  con  ellas  unos  comisionados 
de  Murat,  lugar-teniente  del  reino,  para  hacerle  reconocer 
por  tal  en  esta  parte  de  América. 

185  Era  Capitán  General  interino  Don  Juan  Casas, 
que  al  conferenciar  con  ellos  hizo  un  misterio  del  asunto; 
mas  revelóisi3  al  fin  al  verdadero  estado  de  las  cosas 
y  los  franceses  tuvieron  que  irse  á  hurtadillas  ante  la 
actitud  que  tomó  el  pueblo  victoreando  á  Fernando  VII. 

186  Visto  lo  cual  por  Casas,  que  no  hallaba  qué 
proceder  adoptar  en  tamaña  coyuntura,  convocó  las  per- 
sonas   más    notables    de    Caracas    para    oír    su    opinión. 

187  Y  tenida  la  Junta  el  17  de  julioi,  propusieron 
muchos  quedase  constituida  comxO  las  dle  España,  mientras 
se  restablecía  en  el  trono  el  legítimo  mionarca.  Al  cab[o 
se  pensó  de  otro  modo  y  se  convino  un  miomento  eni 
obedecer  los  despachos  del  real  y  supremo  consejo  de 
Indias;  luego  dejar  las  cosas  como  estaban. 

188  Así  en  vacilaciones  y  tardanzas  se  estuvo  Casas 
hasta  que,  venidos  el  5  de  agosto  comisionados  de  la 
Junta  de  Sevilla,  le  prestó  obediencia  á  la  suprema  autori- 
dad de  España. 

189  Y  gobernada  en  su  nombre  quedó  Venezuela 
hasta  el  13  de  enero^  de  1809,  que  fue  reconocida  Ja  ,so/ 
beranía  de  la  Junta  Central. 

190  En  tiempo  de  Casas  se  estableció  la  imprenta 
en  Caracas,  y  la  primera  Gaceta  se  publicó  el  2^  de  oc- 
tubre de  1808,  por  Mateo  GaFagher  y  Jaime  Lamb,  ingle- 
ses venidos  de  la  isla  de  Trinidad.  Le  sucedió  el  miariscal 
de  campo  Don  Vicente  Emparan  (19  de  mayo  de  1809). 


(1)  Bajo  su  gobernación,  se  erigió  en  Metropolitano  el  Obispado  de  ""aracas, 
quedando  bajo  la  dependencia  de  éste  los  Obispados  de  Coro,  de  Mi^ida  y  de  Gua- 
yana,  que  dependían  antes,  el  seguudo,  dé  Santa  Fe  y,  el  tercero,  del  Arzobispado 
de  Santo  Domingo. 


26  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

CAPITULO  XII 

.  19  áe  abril  de  1810 


191  Con  la  míuerte  del  inforturiado  España  y  el  fra- 
caso de  su  obna,  parecieron  por  el  pronto  acallarse  los  co- 
natos revolucio!narios :  á  lo  menos  podía  decirse  que  an- 
dabia  todavía  rebozada  la  idea  de  la  independencia. 

192  Ello  es  qfue  bajo  el  gobierno  de  Emparan  toma- 
ron otro  sesgo  las  cosas  y  la  opinión  excitada  (í^iuizá  por  la 
suerte  de  los  reyes  católicos,  se  mostraba  dondequiera 
mny  á  su  favor,  tanto  como  pudiera  en  la  Península. 

193  Femando  VII,  sea.  dicho  en  verdad,  era  t^ 
querido  entonces  de  los  pueblos,  como  aborrecido  fue  des- 
pués. Errores  é  impolítica  de  los  gobernantes  y  más  que 
toido  de  la  propia  madre  patria,  serán  la  causa  inme- 
diata de  lo  demás. 

194  Los  horribles  episodios  de  la  antigua  colonia,  la 
crasa  ignorancia  á  que  ise  quería  reducir  los  puebltos, 
cuantos  abusos  cometiera  aquella  mala  administración, 
olvidábanlo  estos  buenos  vasallos  .  si  se  trataba  de  la 
independencia  de  la  Metrópoli  y  de  la  desgracia  de  sus 
reyes.  ^ 

195  No  liabíia  distinción  de  venezolanos,  que  todos 
eran  españoles  y  debían  contribuir  con  vida  y  fortuna; 
al   restablecimiento',  de  aquella   gloriosa   monarquía. 

196  Así  en  efectos  Venezuela  había  protestado  contra 
la  invasión  trancesa,  y  enviado^  á  las  Juntas  españolas 
copiosos  recursos  monetarios. 

197  Y  contribuyó  muchos  á  la  caída  de  Emparan,  el 
creerle  adicto  á  los  frajnceses;  con  lo  que,  llegadas  el  19 
de  abril  noticias  que,  con  excepción  de  Cádiz,  daban  por 
perdida  la  Península,  apresuróse  el  desenlace  de  la  tramia 
que  fue  el  mismoi  19.  „  ' 

198  Y  sucedió  que,  convocado  el  Cabildo  para  asistir 
en  la  mañana  de  este  día  á  J{as  ceremonias  del  Judve-sj 
Santo  en  la  Metropolitana,  estuvo  sin  embargo  á  pique 
de  abortar  el  proyecto,  puesto  que  Emparan,  calmando 
los  temores  del  Cabildo,  satisfizo  además  cumplidamente 
las  interpelaciones  que  le  hicieron  sobre  las  cosas  de 
España.  i 

199  Mas  ya  en  camino  de  la^  iglesia  el  patriota  Fran- 
cisco Saldas,  acompañado  del  capitán  Arévalo,  toma  por  el 
brazo  á  Emparan  y,  dando  voz  de  alarma,  hace  que  vuel- 
van todos  á  la  sala  capitular. 

200  Dado  así  el  primer  paso,  los  demás  la  secun- 
daron, el  pueblo  se  amotina  y  grita,  la  tropa  sugestip- 
nada  depone  las  armas  y  se  'mezcla  con  los  conjurados. 


FELIPE   TEJERA  27 


201  Llegados  á  la  sala  capitular,  acepta  Emparan  la 
formación  de  una  Junta  Suprema  propuesta  por  los 
'doctores  Juan  Germán  Roscio  y  Félix  Sosa;  pero  éstos 
á  su  vez  le  reconocen  como  su  presidente. 

202  Por  suerte  el  canónigo  Madariaga  (chileno)  que 
lo  supo,  voló  al  lugar  y  dándose  como  representlante  del 
clero,  restableció  con  irresistible  elocuencia  el  éxito  de 
la  conjuración. 

203  Visto  lo  cual  "de  Emparan,  quiso  apelar  al  pue- 
blo que  se  hallaba  reunido  en  la  calle,  y  saHdo  al  balcón, 
en  tanto  que  hacía  su  pregunta,  el  astuto  Madariaga  á  sus 
espaldas  con  señas  indicaba  la  respuesta;  y  el  pueblo 
contestó:  no  lo  queremos. 

204  Yo  tampoco  quiero  mandó,  dijo  con  despecho 
Emparan;  y  estas  palabras  se  pusieron  como  su  renuncia 
en  el  acta  que  le  despojó  del  poder.— Tal  fué  la  me- 
morable conjuración  del  19  de  abril  de  1810,  que  con  el  l.Q 
•de  agosto  de  1498,  constituyen  las  dos  fechas  más  notables 
de  la  América  Española.  El  l.e  de  agosto  de  1498  se  des- 
cubre el  continente  meridional  del  Nuevo  mundo ;  y  su  co- 
rolario natural  fue  la  dominación  de  España  desde  la 
Patagonia  hasta  el  imperio  de  los  Aztecas :  el  19  de  abril 
de  1810  se  despoja  en  Caracas  de  la  suprema  autoridaid 
al  Capitán  General  Emparan;  y  corolario  de  ésta  empresa 
fue  la  emancipación  definitiva  y  absoluta  del  Nuevoi 
Mundo  de  la  dominación  española. 


CAPITULO  XIII 

Primeros   resultados    del    19    de    abril 

205  El  primer  acto  del  Ayuntamiento  fue  consti- 
tuir un  gobierno  que  ejerciese  la  soberanía  en  nombra 
de  Femando  VII,  que  se  hallaba  cautivo  del  emperador 
de  los  franceses. 

206  Este  nuevo  Gobierno  (que  fue  el  propio  Ayun- 
tamiento), expulsó  al  Capitán  General  con  otros  emplea- 
dos más;  organizó  la  administración  pública;  envió  co- 
misionados á  las  provincias  para  que  reconocieran  el 
becho  consumado  en  Caracas  y  una  misiva  á  los  Ayun- 
tamientos de  las  capitales  suramericanas  convidándolas 
con  su  ejemplo. 

207  Concedió  recompensas  á  los  militares,  encargó 
el  mando  de  las  tropas  al  Marqués  del  Toro,  y  pasando 
á  materias  de  no  menor  importancia,  libertó  del  derecho 
de  alcabala  los  artículos  de  primera  necesidad,  abolió  el 
infame  tributo  de  los  indios,  prohibió  la  introducción  de 
esclavos  (14  de  agosto),  y  creó  por  último,  la  Academia 
de  matemáticas. 

208  Todas    las    provincias,    si    se    exceptúa    á    Coro 


28 HISTORIA   DE    VENEZUEI^A 

y  Maracaibo,  aplaudiendo  lo  sucedido,  enviaron  diputa^ 
'dos  á  la  Junta.  Guayana  poco  después  se  desdijo,  ry 
mandó  presas  á,  Puerto  Rico  á  los  que  habían  tomado  par- 
te en  el  primer  acuerdo:. 

209  Por  su  parte  Don  José  Ceballos,  desde  Coro, 
exhortaba  á  la  rebelióm  los  otros  pueblos;  y  contra  él 
fueron  tropas  al  mando  del  ya  citado  Marqués  del  Toro, 
que   puso   su   cuartel   general  en   Cárora. 

210  La  Junta,  entre  tanto,  participaba  á  la  regencia 
cómo,  usando  de  los  mismos  derechos  de  los  españoles, 
se  había  procedido  en  Venezuela  á  aquellas  novedades, 
y  que  asumía  la  soberanía  de  estas  provincias,  mientras 
no  se  estableciese  en  la  Península  <el  legítimo  gobierno. 

211  JMo  bien  hubo  llegado  esto  á  sus  oídos,  cuando  el 
l.Q  de  agosto,  declaró  vasallos  rebeldes  á  los  venezolanos 
y  en  estado  de  bloqueo  la  provincia. 

212  Así  las  cosas,  un  hecho  incalificable  vino  á 
romper  defi!nitivan±ent€  los  lazos  de  la  colonia:  el  asesi- 
nato de  los  americanos  en  Quito  (2  de  agosto  de  1810). 

213  A  la  infanda  noticia,  bandas  de  pueblo  tumultua- 
ban por  las  calles  protestando  contra  aquel  horroroso 
asesinato :  era  la  primera  onda  de  la  revolución  que 
bi-en  pronto  iba  á  dar  por  tierra  con  el  antiguo  régimen 
español.  *  ^ 

.  214  Caracas  vistió  de  lutO'  por  sus  hermanos  dego- 
llados en  Quito,  mientras  que  la  guerra  civil  estallaba, 
en  Coro,  en  Maracaibo,  en  Guayana,  y  el  Marqués  del 
Toro,  desavisado  en  el  arte  de  la  guerra,  se  volvía 
dejando  vencedor  al  enemigo. 

215  Faltaba,  pues,  un  general,  en  ocasión  que  Fran- 
cisco Miranda,  no  obstante  la  prohibición  de  qiue  desem- 
barcase (para  parecer  así  consecuente  el  Gobierno  con  sus 
primeros  propósitos),  lo  hizo  en  La  Guaira  con  grande 
aplauso   de  la  gente   (5   de  diciembre   de   1810). 

216  La  necesidad  y  el  prestigio  de  su  nombre  hicieron 
lo  demás.  Miranda  fue  nombradlo  Teniente  General  y 
puesto  al  frente  del  ejército. 

217  Mas  un  suceso  esperado  de  todos  con  viva  ansia, 
importantísimo  y  extraordinario  en  la  insurrecta  colonia, 
absorbió  por  completo  la  atención  pública:  y  fue  la 
instalación  del  prim'er  Congreso  de  Venezuela,  el  día  2 
de  marzo  de  1811.  '  '^ 

218  Al  llegar  aquí,  un  nuevo  horizonte  se  descorre 
en  nuestra  historia,  nuevos  cielos  se  divisan,  ^  hay  algo 
Q'ue  sobrecoge  y  maravilla:  es  la  resurrección  de  un 
pueblo  á  la  vida  de  la  independencia ;  es  la  cqron(a| 
de  la  libertad  que  vaj  á,  oolocar  el  Creador  sobre  las,  sienes 
•de  un  mundo. 


FELIPE   TEJERA  29 


CAPITULO  XIV 

Los  hombres  del  Congreso  » 

219  Las  elecciones  practicadas  con  aquel  candor  y 
rectitud  que  se  observa  en  los  primeros  instintos  de  los 
pueblos  no  avezados,  á  los  'arnaños  de  las  revueltas,  ni 
envilecidos  por  las  dscorc^i^s  c'viles,  trajeron  al  congreso 
los    hombres    eminentes   del    país    en    todos    ramos. 

220  Allí  había  algo  del  antiguo  areópago  de  Atenas, 
grandes  inteligencias  y  á  la  par  severas  v'rtudes:  el  ancia- 
no próvido  en  sanos  consejos,  el  joven  émnlo  del  progreso 
y  de  las  ideas  generosas;  y  en  el  fondo  de  todos,  el 
más  puro  amor  á  la  patria,  y  el  más  santo  respeto  á  la 
libertad  y  al  porvenir  que  ya  alboreaban. 

221  Allí  estaban  Roscio,  gran  pensador  del  partido 
republicano;  Francisco  Javier  Yanes,  rico  de  estudios 
y  de  prendas;  Javier  Ustáriz,  que  hablaba  poco,  pero 
cuyo  silencio,  según  la  expresión  de  J.  V.  González,  estaba 
lleno  de  pensamientos. 

222  El  elocuente  Manuel  del  Palacio;  Martín  Tovar, 
de  porte  grave  y  severo ;  Manuel  V.  -  Maya,  sacerdote! 
rico  de  fe  y  de  virtudes;  Juan  Nepomuceno  Quintana, 
varón  de  grandes  méritos  en  la  Iglesia. 

223  Estaba  allí,  con  ellos,  el  abogado  Antonio  Ni- 
colás Briceño,  que  no  parecía  tan  bien  en  medio  de 
aquellas  lumbreras:  cegábale  oidi;0  implacable  á  la  raza 
de  sus  mayores. 

'  224  Y  entre  niüchos  otros  no  menos  dignos  de  buen 
recuerdo,  estaba  el  General  Miranda  cuya  vida  vamos 
pronto  á  conocer;  elocuente  en  el  discurso,  fino  de 
porte,  agradable  de  maneras. 

225  Qué  tnagnífico  concurso  de  aptitudes,  d^  ta- 
lentos, de  hombres,  en  fin,  que  parecía  traer  á  la 
memoria  el  antiguo  Senado  de  los  dioses  !....  Cuan  pocos 
años  los  separan  de  nosotros,  y,  sin  embargo,  esos  hom- 
bres, con  sus  ideas,  sus  virtudes,  su  gran  amor  á  la 
patria,  nos  parecen  mitos.  Son  como  los  primitivos  pa- 
triarcas que  se  confunden  con  las  divinidades  entre 
las  brumas  de  los  tiempos. 

226  El  primer  acto  de  este  memorable  Congreso 
fue  nombrar  una  comisión  que  ejerciese  el  Poder  Eje- 
cutivo, compuesto  de  tres  miembros,  que  fueron :  Bal- 
tazar  Padrón,  Juan  Escalona  y  el  abogado  Cristóbal 
Mendoza. 

227  Ganaba  por  entonces  gran  prestigio  la  Junta 
Patriótica  que  presidía  Miranda,  y  que  era  propiamente 
el  fpco  de  la  revolución:  ella  reunía  en  su  seno  hombres| 
de  acción  y  de  palabra;  y  era,  por  decirlo  así,  la  fragua 
donde  se  elaboraba  el  porvenir. 


30  HISTORIA   DE    VENEZUELA 


228  Reunida  para  conmemorar  el  19  de  abril,  parece 
levantarse  como  un  gigante  de  poderosas  fuerzas  y  dar  el 
grito  de  alarma  á  la  patria.  Pero  cedamos  un  momento 
la  palabra  al  Titoi  Livioi  Venezolano. 


CAPITULO  XV 

La  Junta  PatríMica 

229  «I  Qué  tempestad  de  gritos,  de  aplausos,  de  aclia- 
maciones!  Es  la  voz  unísona  del  océano  formada  del 
ruido  de  todas  las  ondlas.  Miranda  preside;  notad  &u 
figura  dramática,  Imponente.  Enciende  aquí  la  llama 
que  agita  en  el  Congreso.» 

230  ^Pero  ¿quién  es  ese  joven  de  admirable  ma^ 
durez,  de  tan  militar  apostura  que  se  adivina,  al  mirarlle 
su  osadía  y  valor?».  ■; 

231  «Ojos  azules  y  color  blanco  que  ennegrecerán  los 
riayos  de  la  g-uerra,  músculos  de  acero,  mirada  soberbiial 
y  terrible,  las  formas  elegantes  y  varoniles  del  dios  db 
las  batallas.  Le  llaman  Simón  Bolívar».  (1) 

232  «Se  habla.  Es  Muñoz  Tébar....  ¿Quién  enseñó  el 
arte  de  conmover  y  persuadir  á  ese  niño  que  aun  no  ha 
dejado  las  aulas?...  ¿Cómo  ha  caído  esa  abeja  de  Helicón 
en  el  cáliz  de  ajenjo  de  los  partidos  ?». 

233  «Hoy  les,  di>0',  el  natalicio  de  la  revolución. 
Termina  un  año  perdido  en  sueños  de  amor  por  el  esclava 
die  Bonaparte.  i  Que  principie  ya  el  año  primero  de  la  in- 
diependencia  y  de  la  libertad.» 

234  «Un  hombre  se  levanta  y  usurpa  la  palabra; 
pero  no  es  un  hombre  ese  cíclope  con  dos  agujeros  por 
ojos,  afeado  por  la  viruela,  de  cabeza  enorme  cubierta  de 
erizadas  cerdas,  de  ideas  febriles  servidas  por  una  voz  de 
trueno.» 

235  «La  anarquía,  exclama,  esa  es  la  libertad  cuando 
para  herir  la  tiranía  desata  el  cinto  y  desanuda  la  cabe- 
llera ondosa.»  ( 

236  «La  anarquía!  Cuando  los  dio_ses  de  los  débiles, 
la  desconfianza  y  el  pavor  la  fmaldice|n,  yo  caig-o  (d'e) 
rodillas  á  su  presencia.»  ' 

237  «Señores!  que  la  anarquía  con  la  antorcha  de 
las  furias  en  la  mano»  nios  guíe  al  Congreso  para  que  sui 
humo  embriague  á  los  facciosos  del  orden  y  la  sigan 
por  las  calles  y  plazas  gritando  libertad.» 

(1)  Juan  Vicente  González  conoció  al  Libertador  el  año  de  27,  cuando  ya  éste 
tenia  los  ojÓ3  ne^iOs;  pero  por  la  tradición  de  los  que  le  conocieron  de  niño  y  de 
joven  y  por  el  t-stimonio  de  sus  parientis  más  allegados,  sabía  que,  como  casi  to- 
dos los  d2  su  familia,  tambiin  Bolívar  los  tenía  azules;  por  eso  dice  "o]os  azules 
que  ennegrecerán  los  rayos  de  la  guerra". 


FELIPE   TEJERA  31 


238  Para  reajnimar  el  mJar  muerto  del  Congresoí  esta- 
mos aquí,  estamios  laquí,  en  la  alta  montaña  de  la  sanitia| 
demiagogia.» 

239  «Cuando  ésta  haya  destruido  lo  presente  y  espec- 
tros ¡sangrientos  hayan  venido  por  nosotros,  sobre  el 
campo  que  haya  labradío  la  guerra  se  alzará  la  liber- 
tad...» (Biografía  de  José  Félix  Ribas  por  J.  V.  G.) 

240  H abríase  ereído'  oír  á  Dantón  sobre  la  tribuna  de 
la  revolución  francesa  evocando  las  furias  de  los  pueblos. 

241  Aquel  tremendo  orador  era  Coto  Paúl:  especie 
de  hombre  pavoroso  y  siniestro  como  los  arcángeles) 
del  apocalipsiis.  Su  palabra  suena  sobre  la  cabeza  de  la 
colonia,  con  algo  extraordinario  y  fatídico  parecido  al 
rumor  de  una  catástrofe. 

242  Por  su  parte  Simón  Bolívar  había  dicho:  «La 
Junta  patriótica-  respeta  como'  debe  al  Congreso  de  la 
Nación,  pero  el  Congreso  debe  oír  á  la  Junta  Patrió- 
tica centro  de  luces  y  de  toidos  los  intereses  ravoluciona-i 
rios. 

243  «Pongamos  sin  temor  la  piedra  fundamental  de 
la  libertad  suramericana :  vacilar  es  perdernos.  Que  una 
comisión  del  senO'  de  este  cuerpo  lleve  al  soberano  Con- 
greso estos  sentimientos.» 

244  He  aquí  el  hombre  del  porvenir:  su  voz  tiene  un 
sonido  misterioso  y  recóndito  como  la  palabra  de  los 
.aintiguos  profetas ;  él  es  también  un  enviado  del  Señor. 

245  Coto  Paúl,  Francisco  Carabaño  y  Javier  Yanes, 
van  á  desempeñar  aquella  Comisión.  Es  una  nube  que 
lleva  comprimido  el  trueno. 


CAPITULO  xvr 

Declaración  de  independencia 


246    El    Congreso^   se  halla   reunido. 

247_  Aquellos  severos  dipiutados  vestidos  de  negro,, 
en  actitud  solemne  y  pensativa,  parecen  abstraídos  ante 
una  suprema  visión:  la  gran  visión  de  la  conciencia. 

248  En  efecto,  si  se  nos  permite  decirlo,  aquel  Con- 
greso era  la  conciencia  de  Venezuela  ilum'nada  entonce;si 
con  las  claridades  del  cielo,  y  en  presencia  de  un  Juez  in- 
exorable y  terrible:  la  posteridad. 

249  Estaban  á  la  orilla  del  Rubicón,  y  la  imagen  de 
la  Patria,  levantándose  del  sen(o  de  las  aguas,  les  decía,  3 
no  pasaréis  á  la  otra  encantada  margen  sin  que  me  llevéis 
á  cuestas;  si  mi  peso  os  agobia,  si  la  corriente  os  arrasa 
tra,  no  temáis :  soy,  como   el  Cristo,  la  esperanza. 

250  El  silencio  era  profundo,  solemne,  religioso:  cada 


32  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

•uno  podía   contar  los  latidos  d'e  su  pecho  y  el  zumbidoj 
•extraño  de  las  ideas  en  su  cabeza. 

251  ¿Qué  pasaba  entonces  por  la  .tnente  de  aquellos 
severos  ancianos?  ¿Qué  grandioso  relámpago  encendía  el 
cerebro  de  los  jóvenes?  ¿Quien  lo  sabe?  ¿Quién  podía 
descifrarlo  ?  Aquella  era  la  hora  suprema  del  dest'no.    . 

252  El  Coingreso  parecía  inclinado  á  la  orilla  de  un 
abismo;  su  vista  estaba  fija  en  las  profundidades,  y 
el  zumbido  de  una  mosca  sobre  su  cabeza  habría  reso- 
nado como  el  vuelo  del  arcángel  bíblico  pronunciandjo 
al  oído  de  los  ncLuertos  el  Surgíte  )de  Jehová. 

253  Pues  este  inisteriosoí  vuelo,  este  zumbido,  esta 
gran  voz  del  cielo>,  saliói  de  la  Junta  Patriótica. 

254  Y  en  efecto,  ellos  se  agitaban  rebramando  en  tor- 
no del  Congreso,  como  las  olas  del  mar  cuando  azotan  im- 
petuosas los  altos  promontorios. 

255  Esa  es  la  multitud  que  llena  las  barras,  que  ame- 
naza €on  los  puños  airados,  que  grita  y  retumba  como  el 
trueno  de  una  tempestad. 

256  No  parece  sino'  que  sobre  ellos  brillan  extrañas 
sombras,  visiones  aladas:  son  los  manes  de  Guaicaipuro 
y  Tamanaco  que  agitan  el  aire  sus  arcos  irritados ;  es  la 
libertad  ciue  los  cobija  bajo  sus  alas;  ella  ha  dado  ya  el 
grito  de  independencia  desde  la  cumbre  de  los  AndesL 
«Levantaos,   les   ha  dicho',  sed  al   fin  hombres.»; 

257  ¿  Qué  hace  entre  tanto  el  Congreso  ?  Medita,  pien- 
sa: su  eabeza  está  llena  de  maravillas;  vamos  á  asistir  á 
im  nuevo  génesis,  á  la  creación  política  de  un  mundo. 

258  Todos  se  ponen  de  pie:  va  á  pronunciarse  un  ju- 
Tamento:  la  conciencia  se  entreabre,  se  ilumina Si- 
lencio  Dios  baja  á  la  tierral 

259  «En  el  nombre  de  Dios  Todopoderoso.  Nosotros 
los  representantes  de  las  Provincias  Unidas  de  Caracas, 
Cumaná,  Barinas,  Margarita,  Baroelona,  Mérida  y  Tru- 
jillo,  que  forman  la  confederación  amiericana  de  Venezue- 
la, en  el  continente  meridional,  reunidos  en  Congreso  y 
eonsiderando  la  plena  y  absoluta  posesión  de  nuestros  de- 
rechos que  recobramos  justa  y  legítimamente  desde  el  19 
de  Abril  de  1810,  etc. 

260  «Poniendo  por  testigo  al  Ser  Supremo  de  la  justi- 
cia de  nuestro  proceder  y  de  la  rectitud  de  nuestras  Inten- 
ciones; implorando  sus  divinos  y  celestiales  auxilios,  y 
ratificándole  en  el  momento  que  engacemos  á  la  dignidad 
que  su  providencia  nois  restituye,  el  deseo  de  vivir  y  de 
morir  libres,  creyendoi  y  defendiendo  la  santa,  católica  y 
apostólica  religión  de  Jesucristo.» 

261  «Nosotros,  pues,  á  nombre  y  con  la  voluntad  y 
autoridad  que  t-enemos  del  virtuoso  pueblo  de  Venezuela, 
declaramos  solemnemente  al  mundo :  que  sus  Provincias 
Unidas  son:  y  deben  ser  desde  hoy,  de  hecho  y  de  dere- 
cho, Estados  libres,  soberanos  é  independientes » 


FELIPE   TEJERA  33 


262  «Que  cduío  tal  Estado  Ibre  é  "ndeFendiente,  teñe 
un  pleno  poder  para  darse  la  forma  de  gobierno  que  sea 

conforme  á  la  voluntad  de  los  pueblos » 

265  «Dada  en  el  Palacio  Federal  de  Caracas,  firmada 
de  nuestra  mano,  sellada  con  el  gran  sello  provisional  de 
la  confederación  y  refrendada  por  el  Secretario  del  Con- 
greso, á  cinco  días  del  mes  de  julio  del  año  1811,  primero 
de  nuestra  independencia.» 

264  Cerrei.ios,  pues,  aquí,  la  puerta  de  la  Historia 
Antigua;  esta  iiimortal  acta  nos  ha  abierto  la  del  por- 
venir. 

265  Tras  de  aquélla  se  esconderá  la  colonia  con  su 
ignorancia,  sus  cadenas,  su  pena  de  muerte;  se  esconde- 
rán todas  las  afrentas,  las  miserias,  los  espectros  de  la  con- 
<;uista,  y  aquella  raza  inocente  que  sorprenQÍ5  Colón,  mue- 
lle, adormecida,  voluptuosa,  suspirando  á  la  orilla  de  los 
grandes  ríos,  adorando  el  sol  á  la  sombra  de  las  monta- 
ñas, sobre  los  altares  de  los  Andes. 

266  Dentro  de  la  otra  aparece  la  República  ceñida 
de  laureles,  la  libertad  sobre  sus  trofeos,  la  gloria  en  el  co- 
razón de  los  liéroes,  y  esa  muchedumbre  prodigiosa  que 
tremola  las  banderas  del  progreso,  que  mata  al  verdugo, 
derriba  los  cadalsos  y  proclama  la  inviolabilidad  de  la 
vida,    es    decir:   el   pueblo,   el   género  humano.  ' 

267  Entremos,  pues,  por  ella  como  el  pueblo  escogido 
en  la  tierra  de  promisión.    (1) 

(1)  El  historiador  Torrente,  español  y  enemigo  implacable  de  los  suramerica- 
nos,  habla  de  Caracha  y  del  carácter  di  los  hombies  de  la  Revolución  de  Venezuela 
en  lOo  siguientes  térininos: 

"La  Cipital  de  las  Piovincias  da  Venezuela,  Caracas,  ha  sido  la  f/agua  principal 
de  la  inourrecCíón  americana.  Su  cLmi  vivificador  ha  producido  loi  hombrea  más 
políticoj  y  Ooadoó,  Ioj  mái  emprendedores  y  esforzadoj,  Ioj  mis  ViCOoOs  é  int/igan- 
te3,  y  lo3  mái  diá  intuidos  por  el  piecoz  desarrollo  de  sus  facultades  intelectuales. 
La  viveza  de  estos  iiacuialeá  compite  con  su  voluptuosidad,  fl  geiiO  con  la  travesura, 
el  disimulo  con  la  astucia,  el  vi^or  d¿  su  pluma  con  la  precisión  de  sus  conceptos! 
los  estímulos  de  la  gloria  con  la  ambición  de  mando  y  la  sagacidad  con  la  mal.c.a.  Con 
tales  elem.-ntos  no  es  de  ext/añar  que  este  país  haya  sido  el  más  "marcado  en  todos 
los  anales  de  la  revolución  moderna.» 


APÉNDICE 


CAPITULO  I 

L!teraiturai.j  —  C(¡eaiiciais.   —  Artes.   —  Inidustrias.   —  Caminos.   —  Camecdo  y 
poblaidfiín  durante  la  Colonia 

268  Allá  (ein  los  principiíoe,  cincuenta  años  después  de 
la  conquista,  comienzo  á  rayar  para  Venezuela  una  visluml- 
bre  de  educación.  El  Obispo  Don  Diego  de  Baños  fundó 
en  Caracas  en  1696  el  Seminario  de  Santa  Rosa,  dondei 
empezó  á  estudianse  latinidad,  teología,  cánones,  filosofía 
aristotélica  y  música  llana;  pero  aquí  sólo  estudiaban  los 
jóvenes   que  seguían  la  carrera  eclesiástica. 

269  Los  demás  que  podían  hacerlo,  iban  á  las  Uni- 
versidades de  Santo  Pomingo,  Méjico,  ó  Santa  Fe  de 
Bogotá. 

270  Dicho  Semin,ario  quedó  convertido  en  Univer- 
sidad real  por  cédula  de  Felipe  V'el  año  1721,  aumentíá^- 
dose  las  clases,  con  un  curso  de  medicina  y  otro  de  dere- 
cho civil. 

271  Mérida  pidió  una  gracia  semejante  para  su  Semi- 
nario, y  le  fué  negada:  «porque  S.  M.  no  consideraba! 
conveniente  lel  que  se  hiciese  general  la  ilustración  en 
América.» 

272  Así  que,  la  generalidad  dJel  pueblo  no  sabía  leer, 
otros  ni  hablar  sabían,  y  pocos  habrían  oído  en  su  vida  el 
Padre  Nuestro. 

273  Cuando  acertabia  á  existir  algún  maestro  en  un 
pueblo,  lo  era  el  sacristán  de  la  parroquia  que  enseñaba 
cosas  divertidas.  Nadie  por  otra  parte  estaba  obligado  á 
saber  más  que  su  maestro:  que  había  brujas  y  duendes, 
que  nuestra  señora  de  la  Copacabana  era  más  milagrosa 


FELIPE   TEJERA  38 


que  nuestra  señorra  die  Cor  o  moto :  que  S.  M.  el  rey  de  Es- 
paña 'era  hijo  úniooi  del  Padre  Eterno.    (1) 

274  ^  Por  lo  demtás,  no  había  run  profiesor  de  física,  ^li  ée 
matemáticas,  ni  de  histooria,  ni  de  mecánica,  ni  por  último, 
de  la  leng-ua  castellana. 

275  El  profesorado  era  visto  como  ocupación  de  gente 
óe  'menos  valer;  la  única,  carrera  que  no^  desdoraba  era  la 
del  sacerdote;  ser  miódüco',  poseer  un  oficio,  vivir,  en  fin), 
de  algún  trabajo  personal,  argüía  baja  alcurnia,  poca  no- 
bleza ó  corrupción  de  costumíbres. 

276  Bajo  Carlos  III  se  logró  algún  respiro  en  la 
enseñanza  y  se  introdujo  en  América  el  arte  de  la 
tipografía.  Bogotá  tuvo  im  observatorio,  Méjico  un  jardín 
Botánico;  pero  Venezuela  quedó  en  sus  misiraas  tinieblas. 

277  Apiesar  de  todo,  hao'ian  grandes  esfuerzos  los 
hijos  del  país  para  ilustrarla,  y  fueron  sus  principales 
lumbreras  Don  Pedro  Sojo,  sacerdote  que  inició  en 
Caracas  el  ¡arte  divino  de  la  música;  los  cléricos  Rafael 
Escalona  y  Alejandro  Echezuría,  que  leyeron  las  pri- 
meras lecciones  de  filosofía  moderna,  y  el  sabio  dbctor 
José  Antonio  Montenegro,  vicerrector  del  colegio  de 
Santa  Rosa.  v 

278  «Enttie  todos  ellos  por  su  elevada  capacidad, 
tanto  como  por  los  servicios  que  hizo  á  su  patria,  desco- 
llaba  el    Ldo.   Sianz,   honor   del   foro   venezolano era 

jurisconsulto,  literato,  filólogo,  economista  y  poeta;  tenía 
lo  que  es  mejor  qne  lei  saber,  la  honradez,  y  en  grado 
superior  aquel  don  precioso  del  cielo  sin  el  cual  valen 
poco  para  la  felicidad  de  la  vida  la  ciencia  del  sabio  y  el 
ingenio  del  poeta,  es  á  saber,  el  don  de  gentes.» 

279  El  promovió  «la  formación  y  organización  del  co- 
legio de  abogados,  con  el  fin  de  dar  á  su  profesión  (elí 
lustre  que  tiene  en  todas  las  naciones:  consiguiendo  la 
erección  de  una  clase  de  derecho  público....  arreglando 
los  pesos  y  medidas....  redactando  con  general  acepta- 
ción y  aplauso  las  ordenanzas  municipales  de  Caracas 
y  en  fin,  consagrando  todos  sus  desvelos  y  trabajios, 
todos  sus  pensamientos  y  escritos  al  fin  que  se  había  pro- 
puesto de  miejorar  en  su  patria  la  ilustración  primaria  y 
la  académica.»  / 

280  «Tal  lera  Sanz,  á  quien  más  adelante  encontrare- 
mos otra  vez,  noi  ya  bajo  la  forma  de  un  literato  laborit)iSío, 
promovedor  de  las  artesi  de  la  paz,  sino  bajo  la  de  un 
patriota   lanzadO'  en  medio   de   las    revueltas:   populares.». 

(1)  La  religión  es  la  ley  de  la  conciencia.  Toda  ley  sobre  ella  la  anula,  porque 
imponiendo  la  necesidad  al  deber,  quita  el  mérito  á  la  fe,  que  es  la  base  de  la  Reli- 
gión. Los  preceptos  y  los  dogmas  sagrados  son  útiles,  luminosos  y  de  evidencia  me- 
tafísica; todos  debemos  profesarlos,  más  este  deber  es  moral,  no  político.  Por  otro 
lado  ¿cuáles  son  los  derechos  del  hombre  hacia  la  religión?  'Estos  están  en  el  Cielo; 
allá  el  tribunal  recompensa  el  mérito  y  hace  justicia  según  el  Código  que  ha  dictado 
el  Legislador^  Siendo  esto  de  jurisdicción  divina,  me  parece  á  primera  vista  sacrilego 
mezclar  nuestras  ordenanzas  con  los  mandamientos  del  Señor.  (Discurso  de  Bolívar 
al  Congreso  de  Bolivia.) 


HISTORIA   DE   VENEZUELA 


281  «Acabamos  de  co'ntemplarle  ilustrando  á  su  país 
con  -el  ejemplo  y  la  doctrina:  lue^o  le  veremos  deíenf- 
diéndolo  con  la  pluma,  -el  consejo  y  la  esr^ada;  siempre 
cumpliendo  las  más  grandes  y  nobles  obligaciones  del 
Jiombre  sobre  la  tierra:  la  de  engrandecer  á  su  patria  y 
libertarla.»  (Baralt  y  Díaz). 


CAPITULO    II 

(Continuación).  , 

282  Hemos  vistO'  el  triste  y  desalentador  estado  de 
la  enseñanza  pública  bajo  el  régimen  colonial;  pues  no 
lo  era  menos  el  de  las  industrias.  ! 

283  Al  principio  de  la  oonqu'sta  repartiéronse  por 
•encomiendas  las  tierras  entre  los  conquistadores,  pe^o  la 
agricultura  no  tomó  algún  incremento  has  la  el  siglo  XVII 
en  Qiie  los  holandeses  de  Curazao,  introdujeron  próvida- 
mente c\  cultivo  del  cacao,  primer  fruto  que  se  exportó 
de  Venezuela. 

284  Esta  pobre  colonia  no  llamaba  en  ninguna  ma- 
nera la  a:ención  de  su  metrópoli,  como  que  era  escasa 
de  metales  preciosos ;  única  y  deslumbradora  producción 
que  atraía  ix)r  entonces  sus  miradas,  de  suerte  que  de 
1700  á  1723  sólo  cinco  navios  vinieron  á  ella,  y  de  1706 
á  1721,  no  fué  de  aquí  ni  uno  solo  para  España. 

285  A  fines  del  siglo  XVIII  se  introdujo  el  cultivo 
del  añil,  y  bien  pronto  los  ricos  valles  de  Aragua  fueron, 
el  emporio  de  esta  industria,  prosperando  á  su  sombn'í 
La  Victoria,  Turmero,  Maracay,  Cagua,  Guacara  y  otros 
pueblos    comarcanos. 

286  El  algodón,  que  había  sido  cultivado  por  los 
indios  desde  tiempo  inmemorial,  vino  á  ser,  en  1782, 
nuevo  y  pingüe  ramo  de  exportación,  extendiéndo<Sie 
su  cultivo  por  las  provincias  de  Aragua,  Barquisimeto, 
Maracaibo,    Cumaná    y    Harinas. 

287  En  1783,  Don  Antonio  Mohedano  introdujo  en 
Chacao  el  del  café,  siendo  tal  su  propagación  que  compitiói 
en  breve  ventajosamente  con  los  otros  frutos  exportables, 
y  fué  tenido  en  país  extranjero,  casi  en  tanto  precio 
com.o  el  de  Arabia. 

288  Cultivóse  también  por  entonces,  no  como  objeto 
de  exportación,  la  caña  de  azúcar:  lo  misrno  el  tabaco, 
que  restringido  odiosamente  por  el  monopolio  de  la  com- 
pañía guipuzcoana,  daba  poco  sobrante  para  el  comer- 
cio extenor. 

289  Era  por  lo  demás  fecundo  el  país  en  todos  los 
frutos  de  la  zona  tórrida ;  el  maíz,  el  plátano,,  la  papa,  el 
trigo  en  Trujillo  y  en  otras  provincias  el  olivo,  la  vid,  el 
¡nopal,  la  quina,  h?  zarzaparrilla,  etc. 


FELIPE   TEJERA  37 


290  La  cría  no  lo'  era  menos:  inmensas  llanuras 
coronadas  ^-e  pastos  se  poblaban  de  toda  suerte  de 
ganados;  numerosos  rebaños  atronaban  con  melancólico 
balido  los  desiertos;  el  mugido  de  los  toros  se  perdía 
resonando  en  la  profundidad  de  las  sabanas,  donde  el 
potro  salvaje,  como  len  el  Asia,  salva  de  un  salto  un 
ancho   río.  ,'  ^  ' 

291  Las  costas  eran  ricas  de  salinas;  Margarita  de 
perlas  y  corales;  Maracaibo  de  minas  de  carbón  de 
piedra  y  asfalto;  Barcelona  daba  azufre;  Cumaná  era 
fecunda  en  azabaches  y  en  guano  qué  se  extrae  de  la 
portentosa  Cueva  del  Guácharo-,  Caracas  lo  era  de 
cristales  de  roca,  pizarra,  mármol,  granito,  yeso,  y  en 
los  tiempos  de  la  conquista  daba  oro. 

292  Así,  pues,  la  tierra  era  rica  y  privilegiada  de 
la  naturaleza;  pero  la  mala  política  colonial,  las  trabas 
que  tenía  toda  industria  y,  lo  íque  es  más  todavía,  la  gran 
despoblación  de  tan  vasto  país,  le  manteinían  en  un 
estado  de  languidez  y  atraso  sumos. 

293  En  cuanto  al  com.ercio,  era  casi  nulo ;  como  qne 
estaba  restringido  á  sólo  el  de  la  metrópoli.  NingunJíl 
otra  nación  podía  traer  sus  mercaderías  ni  llevarse  en 
cambio  nuestras  proiducciones :  Venezuela  era  como  un 
estanco  de  España. 

294  Con  respjecto  á  poblacicn,  prohibida  como  es- 
taba la  inmigración  extranjera,  debía  ser  muy  escasa. 
Para  1811  Venezuela,  según  los  censos  de  la  época, 
tenía  •  800.000  habitantes  que  se  dividían  en  españoles, 
criollos,  gentes  de  color  libres,  esclavos  é  iadios.  De  los 
primjeros  se  contaban  12.000;  de  los  segundos,  blancos 
hispano-americarLOS,  200.000;  de  los  terceros  430.400; 
de  esclavos  negros   52.000;  indios  de  raza  pura   120.000. 

295  Había  cuatro  puertos  de  mar  bien  fortificados: 
Puerto  Cabello,  La  Guaira,  Maracaibo  y  Cumaná.  En 
el  interior  se  veían  algunos  castillejos  aislados,  el  prin- 
cipal en  La  Cabrera,  á  orillas  de  la  laguna  de  Tacarijua. 

296  Ni  era  menor  el  atraso  en  cuanto  á  vías  de 
comimicación :  sólo  uno  que  otro  cammo  de  recuas  se  ha- 
bía hecho,  ninguna  carretera:  entre  Caracas  y  La  Guaira 
tramontaba  uno  de  aquellos  la  serranía  del  Avila,  y 
otro  comunicaba  á  Valencia  con  Puerto  Cabello.  Cara- 
cas tenía  algunos  buenos  puentes  como  el  de  A^nauco, 
un  acueducto  público,  y  entre  pocos  edilicios  de  regular 
construcción,  el  cuartel  de  San  Carlos  y  el  palacio  de 
San   Lázaro,   habitación   de  los   Capitanes   Generales. 

297  Con  lo  que,  si  se  exceptúa  la  religión  católica, 
la  hermosa  habla  castellana  y  alguna  otra  cosa  de  menor 
importancia,  en  su  larga  dominación  de  tres  siglos,  no 
nos  legó  España  otro  presente  que  moviese  nuestra  gra- 
titud. 

298  Sin  prensa,  sin  teatros,  ni  relaciones  con  el  resto 
del  nnindoi;  la  ignorancia  más  ciega,  la  esclavitud,  mezcla* 


38 ■    HISTORIA   DE   VENEZUELA 

de  todas  las  razas,  latrasoí  lem  las  industrias,  monopolio  len 
lel  -coniercio,  el  tornuento  en  las  cárceles,  la  horrible  pena 
de  muerte,  y  la  espattxtosa  condición  de  los  parias  en 
la  India;  he  ahí  el  testamento  de  la  madtre  patria  cuandlo 
la  inación  se  levantó  como  tm  hombre  qiuie  se  emandpal 
y  pide  c'ueintas  á  sus  guardadores. 

299  Coín  tbdo,  fuerza  es  convenir  'en  que  tales  errores 
mo  eran  iexclusivos¡  del  Gobliierno  español,  representanta 
para  lentonoes  de  la  primera  Potencia  Europea;  sino  que 
lo  eran  de  la  época  en  gienieral  y  del  espíritu  dte  conquistttai 
y  de  represión  que  isie  habiía  enseñoreado  del  m'unído'. 
En  cambio,  la  Es]pafia  dejaba  civilizado  el  Nuevo  Con- 
tinente. 

300  Y  debiemJo®  agregar  con  un  escritor  venezolano: 
«La  América  tuvo  virreyes  probos  que  fueron  á  mendigar 
á  España  despuési  de  haber  mandado  sobre  opulentOisi 
pueblos;  gobernadores  bondadosos  que  tomaron  el  par- 
tido de  las  qoloniasi  contra  el  gobiemoi  de  las  indias ;  prelaj- 
dos  sabios  y  virtuosos  cuya  memoria  debe  florecer  entre 
tnosotros;  oidores  incorruptibles  que  honraron  la  mlagistra- 
tura.»  (J.  V.  Qoinzále^,  Historia  del  Poder  civil).» 


RESUMEN  CRONOLÓGICO 


DE  LA 


HIJ^TO^IA  ANTIGPUA 


AÑOS 


SINCRONISMOS  (*) 


1492  12  de  octubre.  Cristóbal  Go- 
lfín descubre  las  Indias  Occi- 
dentales. Se  funda  la  primera 
población  en  la  Española  con 
el  nombre  de  la  Navidad  (28 
de  diciembre). 


Los  Reyes  Católicos  totaan  á  Gra- 
nada, con  lo  cual  queda  estable- 
cida la  unidad  política  de  España. 


1498  1.0  de  agosto.  Cristóbal  Co- 
lón, en  su  tercer  viaje,  des- 
cubre el  continente  de  Amé- 
rica. 


Descubrimiento  de  las  islas  de  Tri- 
nidad y  Margarita.  Se  imprimen 
por  primera  vez  las  obras  de  Aris- 
tóteles. Revolución  mercantil  en  el 
Viejo  Mundo. 


1500  Per  Alonso  Niño,  que  siguió 
los  pasos  de  Ojeda,  después 
de  recorrer  las  costas  de  Ve- 
nezuela,  vuelve  á  España. 


Descubrimiento  del  Brasil  por  Pe- 
dro Alvarez  Cabra!.  Invención  del 
primer  reloj  de  faltriquera.  Arte 
de  hacer  el  alambre. 


(*)  Se  encarece  á  los  profesores  el  ejercicio  de  estos  Sincronismos,  en  la 
clase,  pues,  la  concordancia  de  fechas  es  de  mucho  auxilio  para  fijar  la  me- 
moria de  los  hechos. 


40 


HISTORIA    DE    VENEZUELA 


1520  Gonzalo  de  Ocampo  funda  la 
ciudad  de  Cumaná  con  el 
nombre  de  Nueva  Toledo, 
primera  población  de  Vene- 
zuela. 


El  Papa  León  X  fulmina  bula  de 
excomunión  contra  Martín  Lule- 
ro, autor  de  la  Reforma.  Hernán 
Cortés  prosigue  la  conquista  de 
Mé.ico.  El  Consejo  de  Castilla 
propone  al  Emperador  Carlos  V 
que  se  de  á  las  Indias  Occidenta- 
les el  nombre  de  Colón,  y  así  la 
resolvió  el  monarca  sin  éxito  plau- 
sible. 


1527  Ampies  funda  la  ciúdacl  de 
Santa  Ana  de  Coro.  Carlos  V 
arrienda  á  Ips  Belzares  ce 
Auzburgo  la  provincia  de  Ve- 
nezuela. 


La  Dinamarca  suprime  los  tribuna- 
les eclesiásticos  y  abraza  la  Re- 
forma. El  condestable  de  Borbón 
Imuere  en  el  primer  asalto  á  Roma. 
Nace   en   Valladolid   Felipe   II. 


1528  Ambrosio  Alfínger  viene  de 
primer  Gobernador  de  los 
Belzares. 


La  Suecia  abraza  la  Reforma.  Ex- 
pedición de  Francia  para  tomar  á 
Nápolcs.  Andrés  Doria  deserta  de 
las  armas  francesas. 


1534  Jorge  Spira  funda  la  villa  de 
Araure. 


En  este  año  el  ejército  francés, 
mandado  por  Bonivet,  fué  derro- 
tado en  Biaguas,  y  perdió  al  fa- 
moso caballero  Bayard,  que,  según 
es  fama,  él  sólo  valía  por  un  ejér- 
cito. 


1540  Muere  Jorge  Spira. 


Ignacio  de  Loyola  funda  la  Compa- 
ñía de  Jesús  (Ponti'icado  de  Pau- 
lo III)  para  oponerse  á  la  Re- 
forma. 


1541   Sale    Felipe    de    Utre    á    con- 
íjuistar  el  Dorado. 


El  conquistador  Bizarro  muere  ase- 
sinado en  Lima  por  los  partida- 
rios de  Almagro. 


1545  Fundación  del  Tocuyo  por 
Juan  de  Carvajal.  Destitución 
de  los  Belzares, 


Los  delegados  de  Paulo  1 11  abren 
las  sesiones  del  Concilio  ecumé- 
nico  de   Trento, 


1647  El  Licenciado  Juan  Pérez  de 
Tolosa,  Gobernador,  envía  una 
expedición  que  se  interna  has- 
ta Nueva  Granada. 


Erección  de  la  Capitanía  General 
de  Nueva  Granada,  que  fué  luego 
virreinato.  Muere  Hernán  Cortés 
en  Sevilla  de  63  años.  Muerte  de 
Francisco  I   Rey  de  Francia. 


1549  Juan  de  Villegas  funda  la  ciu- 
dad  de   Borburata. 


El    Protestantismo    se    establece    en 
la  mayor   parte   de   Inglaterra. 


1552  El  mismo  funda  la  Nueva  Se- 
govia,    hoy    Barquisimeto. 


Caupolicán  I,  el  Grande,  se  apresta 
á  atacar  la  fortaleza  de  Tucapel 
que  destruye  un  año  después. 


FELIPE   TEJERA 


41 


1555  Alonso  Díaz  Moreno  funda  la 
ciudad   de   Valencia. 


Fundación  del  puerto  de  Arcángel 
en  el  mar  Blanco.  Abdicación  del 
emperador  Carlos  V.  Le  sucede 
en  el  trono  de  Alemania  Fernan- 
do  I. 


.556  García  Paredes  funda  la  ciu- 
dad de  TruJ-lo. 


Sucede  á  Carlos  V  en  el  trono  de 
España  Felipe  IL  En  tiempo  de 
este  monarca  se  i.ii^ió  el  proyec- 
to de  abiir  el  Canal  de  Panamá; 
proyecto  que  fué  abandonado  por 
lo  diacil  de  la  empresa  para  aque- 
llos  tismpos. 


1559  Sale    Fajardo    con   una   expe- 
dición para  el  interior. 


Sube  al  pontificado  Pío  IV.  Paz. 
de  España,  Ftancia  é  Inglaterra^ 
por  el  tratado  de  Chateau  Cam- 
bresis. 


1560  Funda   el"  mismo   el   hato   de 

San    Francisco.  Lo    destruye 

Guaicaipuro.    Se  concede     la 

introducción     de  200    negros 

esclavos.     Viene  Fray    Pedro 

Agreda      electo  Obispo     de 
Coro. 


Ruptura  de  la  antigua  alianza  en- 
;'  tre  Francia  y  Escocia.  Pío  IV 
reúne  de  nuevo  el  Concilio  de 
Trento.  Felipe  II  traslada  su  cor- 
te á  Madrid.  Muere  A.  Doria  en 
Genova. 


1561   Invasión  de  Lope  de  Aguirre. 


El  Rey  Erick  XIV,  hijo  de  Gusta- 
vo Vasa,  introduce  en  Suecia  los 
títulos  de  nobleza. 


1562  Guaicaipuro     derrota     y 
truye  á  Narváez. 


des-  Guerra  de  religión  en  Francia.  San- 
ta Teresa  de  Jesús,  reforma  la 
orden  de  Frailes   Carmelitas. 


1564  Viene    de    Gobernador    Ponce 
de  León, 


Nace   en   Pisa   el   insigne   Galileo   y 
muere   Miguel  Ángel. 


1567  Diego  de  Losada  funda  la 
ciudad  de  Santiago  de  León 
de  Caracas. 


Felipe   II  declara  guerra  á  los  ma- 
riscos de  Granada. 


1568  Asesinato  de  Guaicaipuro. 
Muerte  de  Ponce  de  León,  á 
quisn  sustituye  en  el  Gobier- 
no  Juan   de    Chaves. 


Concluye  en  Francia  la  segunda  gueí- 
rra  de  religión.  El  duque  de  Alba 
penetra  con  un  ejército  en  los 
Países  Bajos. 


1569   Enjuiciamiento    y    muerte    de 
-     20    caciques    por   conspirado- 
res. 

1571  Fundación    de    Maracaibo. 


Muerte  de  Luis  de  Conde  en  la' 
batalla  de  Jarnac  contra  los  ca- 
tólicos. 

Don  Juan  de  Austria  gana  la  ba- 
talla de  Lepanto,  que  libra  á  Eu- 
ropa del  poder  otomano. 


42 


HISTORIA   DE   VENEZUELA 


1572  Fundación  de  Carora.  Gue- 
rra de  los  Mariches.  Muerte 
de  Tamanaco.  Heroísmo  de 
Sorocaima. 


Sube  al  Pontificado  Gregorio  XIII 
autor  de  la  reforma  del  calenda,- 
rio  llamada  Gregoriana.  Matanza 
en  la  San  Bartolomé,  producida 
en  París  por  las  guerras  religio- 
sas. Descubrimiento  de  la  Siberia. 


1577  La    india    Apacuama    subleva 
muchas  tribus. 


Enrique   III    firtna    la   paz   de   Poi- 
tiers. 


1578  El  Gobernador  Juan  de  Pi- 
mentel  traslada  á  Caracas  la 
capital. 


Don  Juan  de  Austria  combate  sin. 
éxito  por  dohiinar  la  revolución 
de    independencia    en    los    Países 

Bajos. 


1580  Una  peste  de  viruela  asuela 
la  provincia.  Erección  del 
templo  de  San  Pablo  en  Ca- 
racas. 


Enrique  de  Navarra  sitia  á  Cahors. 
Felipe    II    conquista    el    Portugal. 


1581  Fray  Juan  Manzanillo,  Obis- 
po de  Coro,  traslada  su  resi- 
dencia á  Caracas. 


Muere  Fray  Luis  de  León. 


1586  Fundación   de    La    Guaira. 


El    Rey    de    Francia    firma    con    la 
Liga  el  tratado  de  Nemours. 


1587  Rige  el  gobierno  Diego  Oso- 
rio. 


María  Stuardo  muere  decapitada  en 
Londres. 


1591  Antonio  Berrío  funda  la  ciu- 
dad de  Santo  Tomé  de  Gua- 
yan a. 


Gregorio  XIV  fulmina  anatema  con- 
tra Enrique  IV. 


1593  Fundación  de  Guanare. 


Enrique    IV   sitia    á    París,    después 
de  abrazar  la  religión  católica. 


1617  Fundación  de  Barcelona. 


Estalla  en  Francia  la  guerra  civil 
siendo  Ministro  de  Luis  XIII  el 
cardenal  Richelieu. 


1618  Los   ingleses   saquean   á  Gua- 
yana. 


Estalla  en  Alemania  la  guerra  de 
Treinta  años.  El  Brandeburgo  se 
une   á  la   Prusia   Oriental. 


1637  Se  traslada  á  Caracas  la  Igle-        La    compañía    portuguesa    de    Occi- 
sia  Metropolitana  de  Coro.  dente  queda  adueñada  del  Brasil. 


1638  Se  establece  el  papel  sellado.        Sublevación  de  Escocia  para  soste- 
ner  el  culto   presbiteriano. 


FELIPE  TEJERA 


43 


1641  Terremoto  en  Caracas. 


V.enecia  eínpieza  contra  los  turcos 
una  guerra  que  duró  treinta 
años. 


1848  Viene  de  Gobernador  don  Pe- 
dro   L.    de   Villarroel. 


Paz  de  Wesfalia.   Fin  de  la  guerra 
de  30  años. 


1680  Los  franceses  saquean  la  cos- 
ta de  los  Caracas. 


Se  decreta  en  Inglaterra  el  Habeos 
corpas.  Abálese  la  censura  y  se 
decreta  la  libertad  de  imprenta. 


1696  El  Obispo  Don  Diego  de  Ba- 
ños fimda  en  Caracas  el  Se- 
minario de  Santa  Rosa. 


Las  potencias  coligadas  de  Europa, 
por  el  tratado  de  Turíh,  firman, 
la  paz  con  Luis  XIV,  Rey  de 
Francia. 


1721  Felipe    V    erige   la    Universi- 
dad Central  de  .Caracas. 


Pedro  el  Grande,  emperador  de  Ru- 
sia, por  la  paz  de  Neptad,  llega 
al  apogeo  de  su  poder.  Invención 
de  las  bombas  para  apagar  los 
incendios. 


1728  Contrato     con     la     Compañía 
Guipuzcoana. 


Se  comienzan  á  nombrar  las  calles 
de  las  ciudades  en  Europa. 


1731  Se  crea  la  Capitanía  General 
de  Venezuela. 


El  ¡médico  Renaudot  publica  la  Ga- 
ceta de  Francia,   primer  periódico 
^  que  se  da  al  público. 


1735  Fray  Juan  Moro  funda  la  vi- 
lla de  Aragua  de  Barcelona. 


Don  Jorge  Juan  y  don  Antonio  de 
Ulloa  salen  de  Cádiz  para  Car- 
tagena de  Indias,  á  practicar  ob- 
servaciones astronómicas  para  la 
¡medición    del   meridiano    terrestre. 


1739  Los  ingleses  atacan  La  Guai- 
ra y  salen  vencidos. 


El  Abate  Lacaille,  empleado  en  la 
comprobación  del  meridiano,  de- 
Imuestra  que  los  grados  crecen 
desde  el  ecuador  al  polo. 


1743  Con  igual  resultado  atacan 
los  mismos  á  La  Guaira  y  á 
Puerto   Cabello. 


Muere  el  Ministro  Fleury  dejando 
á  Francia  comprometida  en  gue- 
rra peligrosa.  Luis  XV  se  pone  á 
la  cabeza  del  ejército. 


1778  Un  reglamento  de  comercio 
libre  anula  las  prerrogativas 
de  la  Compañía  Guipuz- 
coana. 


Se  funda  el  virreinato  de  Buenos 
Aires.  Alianza  de  Francia  con  las 
colonias  inglesas  dé  América  con- 
tra la  Gran  Bretaña.  Los  ingleses 
son  derrotados  por  los  norteame- 
ricanos en  la  batalla  naval  de 
Ouessant.  Muerte  de  Voltaire  y  de 
Rousseau. 


41 


HISTORIA    DE   VENEZUELA 


1783  Nace    Simón    Bolívar   en    Ca- 
racas,   24  de  julio. 


La  Gran  Bretaña  reconoce  la  Inde- 
pendencia de  los  Estados  Unidos 
de  la  Améiica  del  Norte. 


1787  Se  establece  en  Caracas  la 
Real  Audiencia  de  Vene- 
zuela. 


El  Congreso  de  los  Estados  Unidos 
decreta  en  Filadelfia  una  nueva 
Constitución. 


1797  13  de  ju'io.  Dos  eclesiásti- 
cos delatan  la  revolución  de 
Gual  y  España. 


Napoleón  Bonaparte  triunfa  de  los 
cnemijos  de  la  Francia  en  la  ba- 
talla de  Rívoli  y  termina  la  cam- 
paña de  Jta"ii.  Jenner,  naturalista 
inglés,  después  de  veinte  años  de 
observaciones,  publica  el  descubri- 
miento de  la  inoculación  de  la  va- 
cuna, que  había  hecho  tlesde  1776. 


1806  Mi"anda  invade  por  Ocuma- 
re  el  25  de  marzo.  Repite  su 
ataque  el  2  de  agosto,  tam- 
bién  sin  resultado. 


El  Emperador  Napoleón  vence  en 
Jena  los  ejércitos  de  la  cuarta 
coalición  y  entra  á  Berlín.  Con- 
cluye el  imperio  germánico  que 
había    fundado    Otón    el    Grande. 


1807  Muerte  del  Capitán  General 
Don  Manuel  Guevara  Vas- 
concelos. 


El  Rey  Don  Juan  de  Portugal  se 
traslada  con  su  corte  á  Río  Ja- 
neiro. Roberto  Fulton  hace  el  pri- 
mer ensayo  de  navegación  i>or  el 
vapor    en    el    Río    Hudson. 


1808  Llega^i  á  Venezuela  los  co- 
misionados de  Mu  at,  Lugar- 
teniente de  España. 


El  emperador  Napoleón  usurpa  la 
corona  de  España  y  la  da  á  su 
hermano   José  Bonaparte. 


1809  Se    reconoce  en   Venezuela   la 
soberanía    de    la    Junta    Cen- 
tral y  viene  de  C.i|  i   .  • 
ral   Don    Vímiut    i 


Los  peruanos  triunfan  de  los  es- 
pañoles en  la  ciudad  de  la  Paz. 
Los  franceses  ocupan  á  Zaragoza 
(España) . 


1810  Se  desconoce  la  autoridad  de 
Emparan  y  S3  establece  un 
gobierno  que  e.erza  la  sobe- 
ranía en  nombre  de  Fernan- 
do   Vil    (19   de   abii.). 


El  cura  Hidalgo  entra  en  la  ciudad 
de  ValladoIiJ  (Méjco)  y  á  la  ca- 
beza de  60,000  hombres,  derrota 
á  los  españoles. 


1811  Reunión  del  primer  Congre- 
so de  Venezuela  en  Caracas 
(2  de  marzo).  Declaracijn  de 
la  Indepence.itia  de  Venezue- 
la   (5   de   julio). 


Quito  se  declara  independiente  y  lo 
miimo  hace  Buenos  Aires,  bajo 
la  iliección  del  General  San  Mar- 
tín. El  Congreso  de  Chile  prohibe 
la  introducción  de  esclavos  y  de- 
clara libres  los  que  nazcan  en  su 
territorio. 


MANUAL  DE  HISTORIA  DE  VENEZUELA 


SEGUNDA  PARTE 


HISTORIA  MODERNA 


División»   di  esta  obra 

301  La  Historia  Moderna  de  Venezuela  se  divida 
en  seis  épocas. 

302  La  prim-era  se  extiende  desde  el  5  de  julio  de 
1811,  en  que  se  declaró  la  independencia,  hasta  el  17 
de  diciembre  de  1819,  que  se  constituyó  la  gran  repú- 
blica d€  Colombia. 

303  Se  extiende  la  segunda  desde  esta  fecha  hasta; 
que  se  disolvió  Colombia  en  tres  nacionalidades  sobera,- 
nas,  el  año  de  1830. 

304  La  tercera,  desde  este  año  hasta  el  de  1842, 
en  que  se  decreta  la  traslación  de  los  restos  del  Libera 
'tador. 

305  La  cuarta  desde  1842  hasta  1864,  que  S3  cons- 
tituye la  República  federal;  la  quinta  que  corre  desda 
1864  hasta  la  promulgacióai  de  la  nueva  Carta  federal 
en  1881 ;  y  la  sexta,  desde  esta  fecha  hasta,  finalizar  fú 
siglo   XIX,  /  / 


INTRODUCCIÓN 


GEOGRA^FIA   DE  VENEZUELA. 

306  La  República  de  Veinezuela,  for miada  de  las 
provincias^  que  oonstituyeron  bajo  el  dominio  español 
la  Capitaníia  General,  abarca  un  territorio  de  35.951  leguas 
cuadradas  de  20  lal  grado;  oomprendido  entre  los  612 
733  de  loingitud  occidental:  y  los  IQ  8'  y  12^  16"  de  latitud 
boreal.  Esta  vasta  extensión  se  divide  en  151  leguas  d!e 
páramos;  8.934  de  serranías;  1.530  de  mesas;  22.OI8V2 
de  llanuras;  722  de  lagos;  180  de  ciénagas;  2.36OV2  de 
tierras  anegadizas  y  55  de  islas.  (1) 

307  Linda  por  lel  norte,  con  el  océano  Atlántico  y  el 
toar  de  Colóin  ó  de  las  Antillas;  por  el  Sur,  con  la  Re- 
pública del  Brasil,  de  qiue  la  separa  la  gran  sierra  de 
Pariraa;  por  el  Este,  con  el  mismo  océano  Atlántico  y  la 
Guayama  inglesa;  por  el  Oeste  con  la  Nueva  Granada, 
hoy  República  de  Nueva  Colombia. 

308  Este  inmiensoí  territorio  se  divide  en  tres  zonas 
Intiy  marcadas:  la  primera,  de  las  mointañas,  formada 
por  el  ramal  derecho  de  los  Andes  que,  internánidoso 
por  el  Táchira  y  Trujillo,  va  costeando  la  marina  hasta 
la  península  de  Paria:  la  segunda,  la  forman  las  llanuras 
que  S3  extienden  hasta  las  márgenes  del  Orinoco;  y  la 
tercera,  la  de  las  selvas,  que  se  dilatan  desde  la  orillla 
derecha  del  Orinoco  hasta  los  confines  con  el  Brasil. 

309  Ein  la  primera  de  estas  zonas  hay  todos  los  cUmas, 
desde  el  glacial  de  la  Sierra  Nevada,  hasta  el  más 
benigno  y  templado  de  las  colinas;  y  exceptuando  la 
costa,  que  es  enfermiza  y  cáhda,  el  resto  de  ella,  que 
forma  la  gran  faja  agríicola,  es  sano,  da  todos  los  frutos 
de  Europa:  la  manzana,  la  pera,  el  trigo,  en  fin,  todas 
las  produc coinés  de  las  tierras  frías. 


(1)    El  territorio  de  la  República  ha  sido  después  disminuido,  por  virtud  de  los 
laudos  que  sellaron  la  cuestión  de  límites  con  Nueva  Colombia  y  la  Guayana  inglesa. 


FELIPE  TEjERA  47 


QIO  En'  la  'd|e  las  llan'uiiais,  cuyO'  climla  es  cálidoi,  son 
abim'dantes  lo|s  paJstjqs.  Allí  sie  cría  tqd'a  suerte  ée  ganados  3 
el  vacuno,  id  lanar,  el  cabrío,  el  "de  cerda,  cabiallois', 
millas,  ajsnos,  y  una  infinita  viarieidad  die  aves  aoniiésti<2asi. 
Vense  en  esta  zona,  á  trechiOiS,  sabanas  inmiensias  id'e 
flores  silvestres,  16  pobladas  de  innumera^bles  pájaros 
q'ue  ostentan  maravillosos  plunuajes  de  mil  var'iados  co- 
lores. ,  ♦ 

311  En  la  de  las  selvas  hay  toda  clase  de  maderas 
die  oonstrucciión  y  de  tinte,  plantas  medicinalesi,  etc., 
y  se  ven  aves  gigantescas,  enormes  cocodrilos,  boas  comió 
las  del  Asia.  Su  clim¡a,  por  lo!  gen,eral,  es  cálido^  y  mal 
sano.  L 

312  En  todo  el  país  abundan  los  rniamíferos,  los  prin- 
cipales son:  el  monoi,  el  oso,  el  jaguar,  la  pantera,  la. 
onza,  el  león,  lel  perros  de  agiua,  el  Obigüire,  el  mjanat;í,(  jel 
venado  y  (miuclhos  otros. 

•313  Se  cuentan  en  Venezuela  1047  ríos,^  sin  incluir 
los  que  vienen  de  la  Nueva  Colombria;  el  principal  es  el 
Orinoco,  die  los  rnayores  del  Imundlo.  nace  en  la  zona  de  lias 
selvas  y,  por  medio  del  braizo!  \Casiquiare,  se  une  con 
el  río  NegrO',  que  cae  en  lel  Amjazonas;  corre  luég^o  jal 
Norte,  después  lai  Este,  y  va  á  desaguar  por  ochenta] 
bocas  len  el  océano  Atlántico.  Su  curso  es  de  426  leguas. 
(2.130  kilómetros). 

1314  Este  c^audaloBO  río,  descubierto  por  Vicente  Yáñetz 
Pinzón  y  visitado  primero  por  Ordaz,  es  capirichosioi 
é  imponente  en  su  cjarrera:  precii^ita  á  veces  su  caudal 
en  prodigiosa  catarata,  cuyo  solemne  rumor  es  la  música 
de  las  selvas;  hunde  otras  su  álveo  por  entre  enorm'eS 
farallones,  azotándolos  con  encrespadas  olas  que  parecen 
bramar  desde  las  entrañas  die  la  tierra;  ya  fo^rmia  pin- 
torescas cascadas  de  vistosos  colores,  ahora  corre  en  rau- 
dales que  sólo  el  indio  salvaje  puede  atravesar  á  nado,  ó, 
se  interna  majestuoSiO  y  profundo  por  bajo  de  estupendos 
árboles  que,  entretejiendo  sus  ramasi,  le  forman  al  pare- 
cer gigantescas  cúpulas  y  pórticos,  como  las  catedrales 
que  la  naturaleza  levantara  allí  al  dios  de  las  aguas. 

315  Y  laconteoe  ver  alzarse  del  seno  del  río  unía; 
verde  colina  que  parece  bogar  sobre  las  solitarias  ondas, 
ooimo  una  encantada  nave  cuyas  velas  son  de  primorosas 
flores,  rodeada  la  proa  de  argentadas  espumas. 

316  Sus  márgenes  son  otros  tantos  panoramas:  aves 
de  rico  plumaje  bajan  á  las  arenas,  cantan,  revoltean  y 
forman  la  música  eterna  del  desierto;  lia  onza  salta  un 
iancho  caño»;  el  jaguar  bi^amja  con  horror  sobre  la  puntai 
de  un  peñascoi,  y  el  cocodrilo  falaz  llora,  oomo'  la  yosola, 
en  su  profunda  cueva.  Tal  es  el  grande  Orinoco :  su  delt[al 
tiene  60  leguas  de  ancho.. 

317  Los  otros  ríos  principales  son:  el  Apure,  el  Me- 
ta, el  Cuyuní,  el  Guaviare,  el  Arauoa,  el  Guárico,  el  Oaura, 
el  Puruní,   etc. 


48  HISTORIA   DE   VENEZUELA 

318  Hay  'en  Venezuela  dos  grandes  lagos:  el  de  Ma- 
racaíbo  y  'el  de  Valencia;  204  lagunas,  entre  las  cuales 
se  cuentan  la  de  Tacarigua,  cerca  de  Río  Chico,  la  de 
Sinamaica  y  la  de  Guasaconíca.  Tres  son  sus  principa- 
les golfos :  el  de  Maracaibo,  el  Triste  (*)  y  el  de  Paria, 

319  Los  picos  más  elevados  de  la  cordillera  son  la 
Sierra  Nevada,  que  tiene  16.437  pies  de  altura,  el  de  Nai- 
guatá  coin  10.500,  «el  de  Maraguatá  con  9.000. 

320  E:n  Venezuela  no  hay  volcanes.  Suelen,  sí,  versa 
en  el  cerro  del  Duida  grandes  metéoros  luminosos  que) 
parecen  emanaciones   volcánicas. 

321  En  la  gruta  Cuchivano  también  se  observan  fenó- 
menos análogos  que  espantan  á  los  viajeros;  en  el  lago 
de  Maracaibo  brilla  perpetuo  un  'inmenso  relámpago  que 
ilumjna  de  noche  las  aguas  como  un  grandioso  faro;  y 
así  le  llaman  les  navegantes;  en  la  cueva  de  Monay  se  ven 
emanaciones  inflamables  y  se  oyen  ruidos  sordos  como 
lejanos  truenos, 

322  Hay  también  aguas  termjalcs.  Las  más  notables; 
son  las  de  las  Trincheras  en  Cárabo bo,  las  de  Caiva  en 
Coro   y  las   de   Guárame  en  el   Guárico.; 

323  Existen  minas  de  cobre  en  Aroa,  de  oro  en  Mé- 
rida,  de  carbón  de  piedra  en  Coro,  Barcelona  y  Marai 
caibo,  de  mene  en  Cumaná;  salinas  en  la  costa  de  Barce- 
lona, Carabobo,  Margarita  y  Maracaibo;  últimamente  se 
han  descubierto  riquísimas  minas  de  oro  en  Guayana  (1)  y 
de  asfalto  en  el  Oriente. 

324  En  Maturín,  se  ostenta  la  enorme  cueva  del  Guá- 


(*)  Este  golfo,  que  no  debe  confundirse  con  el  de  Paria,  se  extiende  desde  el 
Cabo  Codera  hasta  Punta  de  lanza  ó  Chichiriviche. 

(1)  Há  aquí  las  minas  existentes  en  Venezuela,  casi  todas  ellas  por  explotar 
para  el  año  1894. 

Distrito  Federal:  1  de  amatiste,  1  de  antimonio,  1  de  caliza  2  de  granate,  1  de 
plata,  una  de  plomo.  Total  7. 

Los  Andes:  1  de  almagre,  5  de  alquit.án,  2  de  alumbre,  1  de  asfalto,  3  de  azufre, 
9  de  carbón,  I  de  cobre,  2  de  cristal  de  loca,  1  de  gailussita,  2  de  granate,  4  de  hierro, 
1  de  magneiia,  1  de  oro,  2  de  petróleo,  2  de  pizarra,  2  de  plata,  1  de  plomo,  1  de  sa- 
litre, 1  di  talco,  1  da  troma  y  urao,  1  de  yeso,  2  de  mármol.— Total  46. 

Bermúiez:  4  de  azafre,  3  de  ca.bón,  I  de  carbonato  de  cal,  1  de  cristal  de  roca, 

1  de  hierro,  1  de  magneiia,  1  de  oro,  1  de  petróleo,  1  de  piedra  de  siUeiía,  1  de 
plata.— Toral  15. 

Bol' jar:  1  de  asfalto,  1  de  cristal  de  roca,  1  de  fosfato,  1  de  guano,  2  de  mer- 
curio. 41  de  oro,  1  de  sal  gema.— Total  51. 

Carabobo:  4  de  oro,  1  de  cobre,  1  de  fosfato,  1  de  plomo.— Total  7. 

Falcan:  1  de  asfalto,  1  de  b*ea,  4  de  carbón,  2  de  cobre,  1  de  o/o,  1  de  plata,  2 
de  hierro.- Total  12.  ' 

Lara:  1  de  ámbar  amarillo,  1  de  cal  sulfurada,  6  de  cobre,  1  de  estaño,  1  de  oro, 

2  de  plata,  2  de  platino,  4  de  plomo,  1  de  talco.— Tofal  19. 

Miranda:  1  d¿  caparroja,  1  de  áspero i,  2  de  azabache,  4  de  carbón,  1  de  cristal 
de  roca,  1  de  cuarzo,  1  de  diamante,  1  de  estaño,  1  de  fosfato,  1  de  gran  to.  2  de 
hierro,  2  de  kaolín,  1  de  majnes  a,  3  de  mármol,  1  de  oc.e,  8  de  oro,  1  de  óxido  de 
hierro,  1  de  plata,  1  de  sfeno,  2  de  yeso,  1  de  carbonato  de  Cdl,  4  de  cobre.— Total  41. 

Zamora:  1  de  caparrosa,  2  de  alumbre,  2  de  brea,  1  de  colombina,  1  de  cristal 
de  roca,  1  de  cianíto,  1  de  hierro.  1  de  ópalo,  2  de  oro,  1  de  petróleo,  1  de  pizarra 
1  de  pla'a,  2  de  saht.e,  1  de  talco,  1  de  yeso.— Total  19.  * 

Zulla:  1  de  ámbar  amarillo,  3  de  asfalto,  4  de  ca;bón,  1  de  petróleo.— Total  9. 

Del  año  Citado  á  la  fecha,  son  innumerables  las  acusaciones  de  minas  que  se 
han  hecho. 


FELIPE   TEJERA 


charo,  ¡qiue  se  ttóne  por  la  'rruás;  estupenda  miaravilla  de  la 
naturaleza ;  en  lel  llanoi  se  ven  laltísirnias  rodas  aisladas  que 
tienen  en  la  cimia  gerioglífioos  indios,  cabezas  de  dioses  ya 
olvidados. 

325  Soin  los  teistigos  del  exterminio  de  una  raza  que 
se  levantan  para  impoiner  silencio^  en  aquellas  soledades. 
Especie  de  ConvidadoSi  de  Piedra  que  aparecen  en  miedio 
de  (nuestra  civilizacióin,  marcada  la  frente,  así  con  las  ca- 
tástrofes de  los  tiempos,  como  con  las  atrocidades  de  los 
hombres. 


SEGUNDA   PARTE 


HISTORIA  MODERNA 


DE   1811  A    1819 


CAPITULO  I 

Tentativas  reaccionarias.— 1811 

326  La  declanaciótti  formial  de  la  Indiependencia  tuvo 
desde  luego  contrastes.  El  primiero  fue  de  los  canarios,  ^or 
prendios  en  mial  coincertada  conjuración  la  noche  del  11 
de  juliiO'. 

327  «Estabian,  dice  el  historiador  Baralt,  cabialleros  en 
mjulas,  armados  de  trablucois  y  de  sables ;  el  pecho  llevaban 
algunos  defendido  con  hojais  de  lata  y  tremolaban  entre 
ufanos  y  medrosos  una  bandera  en  que  estaban  pintados 
la  Virgen  del  Rosario  y  el  .Rey  Fernando  VIL» 

328  Lios  más  fueron  allí  al  punto  aprisionados  y  rin- 
dieron poco  después  la  vida  en  el  patíbulo;  desplegando» 
len  esta  ocasión  el  gobierno  una  energía  que  rayó  en 
crueldad,  visto  que  todo  aquello,  más  que  otra  cosa,  pa- 
'•ecía  una  aventura  quijotesca. 

329  De  'mayor  trasceindencia  y  peligro  fue  la  que 
dirigieron  en  Valencia  los  agentes  de  Cortabarría,  en- 
viado de  España  para  bloquear  á  Venezuela  y  f  o  mental* 
la  reacción,  pues  que  se  ladueñaron  de  la  ciudad  y  procla- 
maron á    Fernando  VIL 

330  Contra  ellos  marchó  lel  general  Toro,  mas  con 
suceso  desgraciado,  y  al  peligro  tuvo  que  acorrer  el  ge- 
neral Miranda,  hiaciéndolos  capitular  el  13  de  julio. 

331  Por  falta  de  precaución  inconcebible  en  un  capi- 
tán experto  como  éste,  quedaron  los  rendidos  con  sus  ar- 


FELIPE   TEJERA  51 


[mas ;  ¡y  isalrdnido  ünia  inoche  de  cuarteles,  dieron  sobre  los 
patriotas  y  los  derrotaron ; 

332  No  hubiera  parado  laqluí  <el  desastre  si,  rebecho 
iaceleradamieinlie  Miranda,  nO'  toimiara  con  empeño  la  ofensi- 
va, obligá:ndoles  de  nuevo  á  capituliar  el  13  de  agosto. 
;  333  A  iniuerte  los  coindenaron  los  tribunales,  pero  el 
íCoingreso  les  conmutói  la  pena;  resaltando  así  aún  más  el 
rigor  de  qiue  se  había  us¡ado>  para  con  los  canarios,  cuyo 
iaturdimjieinto  no  era  comparable  á  la  contumacia  de 
esotros. 

334  Debelados,  pues,  estos  conatos,  y  sancioinada  por 
el  Coingreso  la  Constituciótn  Federal  el  20  de  diciembre, 
creyóse  por  el  pirplnto  isereinado  el  país ;  |no  obstantie  qiue  tes 
provincias  de  Coro,  Maracaibo  y  Guayáná,  se  miántuvierá|n 
e'n  actitud  amienazadora. 

335  En  la  primiera,  sobre  todo,  se  preparaba  á  to- 
mar vuelo  un  monstruo  de  torpeza  que,  por  una  de  tantas 
inexplicables  aberraciones  de  la  naturaleza,  iba  de  siúbi- 
to  á  cambiarse  en  un  niionstruo  de  fortuna:  era  Monte- 
verde. 


CAPITULO    II 

Terreinoto   de   Caracas.— Guerra   Civíí.— 1812 

336  «El  26  de  marzo  era  Jueves  Santo:  todos  los  tem^ 
píos  se  hallaban  henchidos  de  gente  qiue  acudía  según  cos- 
tumbre á  las  poímposas  ceremonias  del   culto  católico.» 

337  «El  día  estaba  puroi  y  serenoi:  una  luz  brillantlQ 
hacía  más  qiue  nunca  hermosiOi  el  cielo  no  siempre  alegre 
de  Caracas Ȓ 

338  «A  las  4  y  7  minutos  de  la  tarde  se  estremece  re- 
pen^tinamente  la  tierra  con  nna  violencia  espantosa:  p'ocos 
segundos  después  los  templos,  los  edifidios  públicos  más 
importantes  crujen,  se  desquebrajan  y  caen  con  fragor  te- 
Imeroso  sepultando  debajo  de  sus  ruinas  millares  de  habi- 
tantes.»! 

339  »Fue  aquelloi  como  lel  efecto  del  rayo  pronto,  te- 
rrible,   inevitable La    Guaira,    Barquisimeto    y  Méri- 

da,  no  ofrecían  á  la  vista  sino  lun  montón  de  escombrois  y 
despojos  humanos.»  (Baralt  y  Díaz  i  v.) 

340  Un  hoimbre  de  mirada  torva,  demiudaido  el  sent- 
blante  temblorosa  la  voz,se  levanta  comiO  el  espiritu 
de  la  catástrofe  de  en  medio  de  nn  montón  de  ruinas,  y 
•dntre  una  nuve  de  piolvO'  suena  su  palabra  semejante  al 
eco  pavoroso  de  'una  voz  de  otro  mundo. 

341  La  multitud  estupefacta  escucha  sus  palabras: 
«5/  se  opone  la  naturaleza,  lacharemos  contra  ella  y  ha- 
remos que  nos  obedezca.» 

342     sY    llena    de    terror   se  desbandiaba   sombría   y 


52  HISTORIA   DE   VENEZUELA 

sileUciiOBia    por   las    derruidas    calles.    Aquel    hombre   era 
Simón  Bolívar.  r 

243  Los  faínáticois.  sacerdotes  sacabian  por  otra:  parte 
todo  'el  partido  que  podían  de  aquella  catástrofe,  vién- 
dola como  un  castigo  del  cielo  por  la  rebelión  de  la 
colonia  que  por  una  coincidencia  extraña,  había  acaecido 
el  mismo  día,  doisi  años  antes. 

344  Doce  niil  personas  perecieron  en  Caracas  sola:- 
tmiente;  y  en  tan  triste  coyuntura  vinieron  á  rematar  su 
infortunio  funestas  nuevas   del  Occidente. 

345  L;a  guerra  civil  había  estallado  con  furia:  reforza- 
do en  Coro  Ceballos  por  Don  Manuel  Cajigal,  meando 
entre  otros  á  Domingo  Monteverde,  que  era  capitán  de 
fragata,  con  250  hombres  piara  recorrer  parte  de  la  pro- 
vincia; miás  éste,  vanidoiso  en  ¡extremo,  insubiordiniaidb; 
y  loco  de  ambición,  ise  internoi  por  su  cuenta  y  riesgo,  y 
de  lallí  i^n  adelante  sonrióle  la  fortuna. 

346  'Después  de  algunos  encuentros  con  los  patrio- 
tas ise  entró  á  Barquisimetoi,  obtuvo  prestigio  y  armJas,  y 
traído  en  alas  de  la  victoria,  vino  el  astuto  canario^  hiastál 
San   Carlos.  \ 

347  Tan  afort'unado  era  que  las  tropasi  que  le  iban 
al  encuentro  de  Caracas,  ya  'en  caimino  de  Valencia,  pye- 
ron  recias  y  estupendas  descargas  y,  teimiend'o  fuese  ün 
bo;mbardeo  á  Lia  Guaira,  se  volvieron:  era  un  volcán  qtie 
reventaba  en  la  isla  de  San  Vicente. 

G48  A  ieste  tieniipoi  siguieron  la  causa  del  canario 
Mérida  y  Trujillo,  y,  vistoi  ¡el  peligro  de  la  situación  por 
leí  Congreso  que  estaba  reunido  en  Valencia,  y  había  ya 
sustituido  los  prinneros  'miiembros  del  Ejecutivo  con  los 
ciudadanos  Fiernando  Toro,  Fnancisco  Javier  Uztáriz  y 
Francisco  Conde;  autorizóles  con  facultades  extraordina- 
rias y  sie  disolvió . 

349  El  Ejedutivo  por  su  parte  delegó  aqjuellos  poderes 
en  el  marqués  del  Toro,  y  do'mio  éste  no  aceptasie,  con*^ 
firieron  la  Dictadura  lal  General  Miranda  con  el  título  de 
Generalísimo.  Tiemlpo  es,  pues,  de  haóer  una  breve 
reseña  biográfica  de  tan  célebre  como  desgraciado  ve- 
nezolano. V 


CAPITULO   III 
Miranda 


350  Nació  Francisco  Miranda  ien  Caracas  el  año 
de  1750,  de  padi^es  acoimbdados ;  y  desde  su  témt)rawaj 
juventud  fué  miuy  ,amigO'  de  las  armas. 

351  Su  vida  ti^ene  desde  entonces  algo  romlanoesco. 
Visitó  primero  la  Peníns  'la,  militó  como  oficial  español  en 


FELIPE   TEJERA 


53 


la  guerra  de  independ'enlcia  niorteamíericana,  y  más  des- 
pués en  Cuba.  ^ 

352  Pi'asíói  á  Jlnglaterrla] ;  y  Íaim¿g0i  Idje  viajeisi  y  aventuras', 
necorriQ  Casi  toida  Europa  tratando  con  reyeis. 

353  Galán  de  persona  y  culto  de  maneras,  cautivaba 
con  su  trato  á  cuantos  le  conocían :  «era  de  figura  distin- 
guida, de  facciones  regulares  y  animadas,  de  presenci/^ 
autorizada  y  gallarda,  de  voz  enfática  y  sonora.»  (Biogra- 
fía de  José  Félix  Ribas  J.  V.  G.). 


Miranda 


354  Seducido  por  las  ideas  del  siglo,  sirvió  á  la 
causa  de  la  Revolución  francesa,  militando  con  grado 
'eminente  al  lado^  del  célebre  Dumiouriez;  más  no  fué 
lafort uñado  len  la  guerra,  y  se  le  imtpntó  mialamente  la  de- 
rrota de  Nervinide. 

355  Denunciado  luégoi  como  cómiplice  de  la  traición 
de  Dumiouriez,  cotmlpareció  ante  el  excecrable  tribunal 
revolucionario:  su  palabra  elocuente  y  serena  desarmJó 
la  injusta  acusación,  y,  cosa  extrañísima  en  aquellojs) 
tidmpos  y  com  lac^uellos  ho'mjbres:  Miranda  fué  absueltol... 

356  Pensó  entonces  seriamente  en  la  independencia  de 
su  patria,  y  auxiliadoi  de  Inglaterra,  tentói  en  1806  las  dos 
expediciones  de  qiue  se  habla  en  el  capí.  XI  d^e  la  H,.  A,. 

357  Después  le  hemos  visto  llegar  á  su  patria  á 
despecho  de  las  órdenes  del  propio  Gobierno,  y  ahora  le 
veremos  regirla  como  Dictador^  La  suerte  le  abandonará, 
domo  siempre,  al  principio  de  su  carrlera;  la  patria  mori- 
rá -en  sus  brazos,  y  él,  cargad oi  de  ¡años  y  de  pesarle'S!,^ 
solo  y  desencantado  de  la  vida,  terminará  sus  días,  como 
insigne   nialhechor  en   los    calabozos   de   la    Carraca. 


54  HISTORIA   DE   VENEZUELA 


CAPITULO    IV, 

Dictadura  de  Miranda.— 1812 

3'58  Por  lel  prointb  'el  Generalísimo  puso  su  cuarltél 
Geineral  len  Maracai.  Uztáriz  fué  no'mbradoi  Gobernador  db 
Valencia. 

'359  Lia  situación  eria  en  extremo  critica:  mienospreciá- 
base  el  papel  moineida  decretlaldíÓ!  por  el  Congneso,  y  el 
•soldado  (siin  racionesi  diesertiabia  de  Valencia;,  cuando;, 
laproximándosie  Monteverde,  la  ocupió^  isin  riesistencia  el  3 
de    miayoi.  ■  '  i 

360  Coin  todo,  tal  era  el  entusiasimo  de  la  provincia 
de  Caracas,  qlue  en,  breve  íse  hallói  Miilanda:  al  frentleí' 
de  '5.000  hoímbres,  tropa  'mjás  qjue  suficiente  paria  ano- 
nadar 'al  contrariioi,  que  apenas  tenía  3.000. 

361  Mas  no  se  sabie  qjué  pusiilanimiidad  incompren- 
sible, qjué  misteriosoí  tensor  le  obligaba  á  ponerse  á  la 
defeinsjiva,  no  obistante  c^ue  hubiera  logrado  algunos  aisla:- 
dos  triunfois  qjue,  aunque  no  de  miucha  imiportancia  en  ge- 
neral, sí  la  tenían  müradolsi  colmio  ensayos. 

362  Pnes  leti  eistia  situación,  en  esta  profunda  inactivi- 
dad, ajeína  por  otra  piarte'  diel  caráctier-  de  Miranda,  vino 
á  cqlrnjar  su  lestupior  y  descoínfianza;  la  sublevación  del 
Castillo  de  Puerto!  Cabello(,  á  despecho  de  los  esfuerzíos^ 
Que  hiciera  su  jefe  el  corprnel  Simón  Bolívar ;  perdiendcr 
así  el  graln  parque  de  reserva  y  la  miás  importante  pla,zía] 
estratégica  de  Veneizuela. 

363  Con  lo  qiue  desconcertado  Miranda,  anduvo  desde 
eíntonces  comío  a  ciegaJsi;  toido  era  dudas,  temlor,  irreso- 
i'Vición,  in,movihdad.  Más  qiue  enérgico  mostróse  cruel 
ajusticiaindo  á  los  presbíteros  Don  Martín  González  y 
N'.   López,   coln  una  mera  apariencia  de  juicio. 

364  Ni  ¡acertó  tampocoi  eln  lo  demás :  descontentó,  á 
los  agricultores,  cotn  siu  rara  ley  de  enganche,  y  autori- 
zó medidas  radicales  inconsultas  y,  niás  qiue  todo,  desas- 
trosas. 

365  Quería  ejércitos;,  pero  no  era  eso  lo  qiue  le  fal- 
taba, sino  decisión,  actividad,  concierto,  en  fin,  nn  pen- 
samiento recto,  nn  programiai  qlue  seguir.  Miranda,  como 
Ajníbal,  se  detuvo^  don  no  sé  qiué  temor  supersticioso',  y 
qomlo  él  debía  perderse. 

366  Coniducta  tan  indecisa  y  timiorata,  acabó  de  arre- 
batarle la  confianza  de  sus  compañeros  y  amigos;  y  hubo 
de  s^aborsar  la  horrible  amlargurá  de  parecer  traidor  á  la 
patria,  aunque  realmente  fuese  ella  el  objeto  más  caro 
de   sus  pansamientois.' 

367  Otro  golpe  decisivo  debía  consumar  su  perdición : 
los  negros  ,de  Barlovento  se  sublevan,  cometen  tropelías 
y  ponen  en  ¡inminente  riesgo  á  Caracas. 


FELIPE   TEJERA  55 


368  Para  tales  iociasiolnes  suele  haber  hombres  que 
nada  temen,  todiO'  lo  arrostran  y,  ó  perecen  en  la  con- 
tienda, ó  se  miagniftcian  con  el  triunfo.  Miranda  no  era 
die    esois    hombres:    había   nacido   desgracia  do. 

369  Así  teste  célebre  Gdneralísimo,  poderoso  en  armas, 
alabiado  por  la  fania,  recibe  del  imbécil  Monteverde  órde- 
nes apremiantes;  ide  rendirse  en  24  horas. 

370  Y  sin  ¡arrliesgar  una  batalla,  sin  haber  sido^  de- 
rrotado, delante  d'e  un  enemigo  osado  sí,  pero  escaso  de 
fuerzas,  Miranda  doblegó  laTaltiva  frente.  El  corpulento 
samán  sie  iabatíia  á  la  vo^  de  la  t)ruga  miserable. 

371  La  República,  co^mlO'  virgdn  púdica  qiue  se  ha  dor- 
mido len  la  confianza  de  su  guardador  y  despierta  entre 
los  brazos  lascivos  de  espantoso  hotentote,  despertó  tami- 
bién  en  el  regazO'  de  ün  'mlojnstruo,  porcjue  no  era  ptra 
cosa  Mionte verde, 

372  Selláronse  las  capitulaciones  el  12  de  julio,  que- 
dando bajo  la  fe  del  vencedor  la  inviolabilidad  de  los 
pactos  y  las  ;ga:rajntías  de  los  sometidos.  Bien  pronto  el 
mismno  Miranda,  como  muchos  otros,  será  encerrado 
en  un  calabozo  de  la  Carraca ;  mas  la  corona  del  míair^ 
tirio  salvará  ^su  memoria  de  las;  sombras  que  pudierain 
disputarle   las  bendiciones  de   la  posteridad. 

373  Perdonemos  al  'venerable  anciano  su  error  de 
entendimiento,  ya  "ique  fue  presa  de  mala  ventura,  yi  hon- 
remos las  'canasi  de  aquel  que  tuvo  un  corazón  bneno  y 
patriota.  A  las  veces,  los  grandes  hombres  son  como  los 
árboles :  no'  se  conoce  su  verdadero  tamaño  sino  cuandb 
están  ;c¡aídos,  (1) 


CAPITULO    V 
UltJnfos  días  del  año  de  1812 

374  Este  año,  'fatídico  para  la  República,  iba  á  ter- 
minar cornio  'había  comenzado. 

375  (Dominado  el  occidente  y  el  centro  por  las  ar- 
mas del  Pacificador,  como  se.  decía  Monteverde,  lo  fue 
también  el  sur  donde  volaba  ya  en  alas  de  la  fa- 
ma  la  liorrible    celebridad   de   Antoñanza. 

376  Qué  especie  de  demonio  presidiera  los  pensa- 
mientos de  este  hombre,  no  es  fácil  apuntarlo :  el  incen- 
dio, la  devastaciión,  el  roboi  y  la  sangre  seguían  sus  pa- 
sos :  caminaba  como!  las  catástrofes. 

377     Pero  si  t;al  hombre  devastaba  las  provincias  del 

(1)  Miranda  padeció  seis  prisiones:  la  Conserjería  y  la  Forcé  en  París,  las  for- 
talezas de  la  Guaira  y  Puerto  Cabello  en  Venezuela;  la  del  Morro  en  Puerto  Rico,  y 
la  prisión  de  la  Carraca  en  España.  (Rojas,  Leyendas  Históricas). 


56  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


Sur,    no   .menos    feroices    que  Sel, ,  s-e   levantaron    otros    len 
el  Oriente,  presididois  por  el  mismo  Monte  ver  de. 

378  Y  por  lo  qiue  hace  á  este  vanidoso  y  afortu- 
nado^ canario,  torpe  y  avieso  de  miras,  que  escribía  co- 
mo á  sus  iguales  á  lord  Wellington,  y  otros  personaje^ 
célebres  de  Europa,  uisurpó'  como  era  de  esperarse  el 
irni'ajndo  ¡de  Capitán  General  que  corresponidía  en  pro- 
piedad á  Millares;  y  España,  tan  atinada  para  errar 
aprobó   su   conducta  nomibrándole  por  tal    en   Venezuela. 

379  ¿  Cuál  fue  lentonces  su  política  ?  ¿  Debería  él  cum- 
plir los  pactos  firmadosi  en  la  capiitulación  de  Miranda? 
¿Tenían  derecho  á  ello'  los  venezolanos?  Cuestiones  fue- 
ron éstas  que  él  resolvió  como  Alejandro,  con  un  tajo 
de    sable. 

380  Según  su  parecer,  no  podía  existir  tratos  ni 
obligaciones  con  Vasallos  rebeldes,  y  por  tanto,  todo 
lo  hecho  ,y  dicho  en  este  particular  era  de  rimgún  va- 
lor. De  aquí  que  al  terminar  el  año,  las  cárceles  estuvie- 
sen llenas  de  personas  estimables,  y  su  voluntad  im- 
perara lomnipotente  como  la  Ide  un  Júpiter  Tonante. 

381  «Nio  habían  pasaído  24  horas  del  sometimiento 
de  Caracas  (30  de  julio),  idice  el  mismo  A'ntoñanza,  cuando 
al  paso  ide  proclamiar  Beguridad  se  llenaban  de  luto  las 
principales  famiilias  conduciendo  á  las  bóvedas  padres, 
hijos   y  esposos   cargados    de   grillos». 

382  «En  el  país  de  los  cafres,  escribía  Don  José 
Costa  Gali,  Fiscal  de  la  Audiencia,  no  podrían  tratarse 
los    hombres   co:n    ímiás   desprecio   y    vilipendio». 

383  «Hallábanse  allí  (en  las  cárceles)  reos  sin  cau- 
sa; otros  cuya  procedencia  se  ignoraba;  otros  que  no 
se  sabía  quién  los  mandó  lá  prender;  y  otros  que  el 
que  los  prendió  no^  sabía  dar  razón  del  motivo  de  su 
prisión».   (Biografía  de  J.   F.   Ribas,   por  J.   V.    González). 

384  Otra  voz  salida  de  las  tinieblas,  triste  y  amar- 
ga como  la  de  la  virtud  .menospreciada,  se  levanta» 
ba  también  para  acusar  á  aquellos  hombres :  era  la 
del  espectro  de  la  Carraca:  era  la  moribunda  voz  de 
Miranda  resonando  |al  compás  de  sus  cadenas. 

385  «He  visto  con  espanto,  decía,  repetirse  en  Ve- 
nezuela las  imisraas  escenas  de  que  mis  ojos  fueron  testi- 
gos   en    Francia». 

386  «Vi  llegar  á  La  Guaira  recuas  de  hombres  de 
los  más  ilustres  y  distinguidos,  tratados  como  unos  fa- 
cinerosos :  los  vi  sepultar  junto  conmigo  en  aquellas 
horribles    miazmorras...     y    perecer    casi    repentmamente». 

387  Al  llegar  aquí  la  pluma  se  detiene  como  po- 
seída de  vértigo:  estamos  asistiendo  á  las  tragedias  del 
Dante...  Pero  ¿qué  ruido  es  éste  que  viene  de  los  An- 
des? ¿Será  acaso  el  ángel  del  Señor  que  conduce  ala 
tierra  sus  ejércitos?...  Es  Bolívar,  agitando  sobre  su  vo- 
lador caballo  las  tempestades  de  la  libertad!  ¿Qué  será 
de    Monteverde   en    presencia   de   este   nuevo    Macabeo  ? 


FELIPE    TEJERA  57 


CAPITULO   VI 

Causas  principales  d'e  la  pérdida   de  la    República  el   año   de    1812 

388  El  coroinel  Simón  Bolívar,  que  después  de  la 
capitulacióin  de  Mirianda  había  logrado  salir  ds  Ca- 
racas, por  lois  buenos  oficios  de  un  español  ^migo 
suyo,  trataindo  sobre  el  particular  se  expresa  desde  Nue- 
va Grama  da  en  estos  términos. 

389  «Los  códigos  que  consultaron  nuestros  magis- 
trados, tUiO  eran  los  que  podían  eíiseñarles  la  ciencia 
práctica  del  gobierino,  sino  los  que  han  formado  ciertos 
buenos  visi|Onarios  qiue  imaginándose  repúblicas  aéreas 
han  procuraido  ;alcanzar  lá  perfección  política,  presupo- 
niendo   la    perfectibilidad    del    linaje    humano». 

390  «Por  'manera  que  tuvimos  filósofos  por  jefes, 
filantropía  por  legislación,  dialéctica  por  táctica  y  so- 
fistas  por   soldados». 

^391  «Decíase  que  Grecia,  Roma,  Venecia,  Genova, 
'Suiza,  Holanda...  vencieron  á  sus  contraríos  sin  el  auxi- 
lio  de   tropas...»       ; 

'  '392  «Ellas  íes  verdad  que  no  pagaban  ejércitos  per- 
imanentes;  mas  era  porque  en  la  antigüedad  no  los  había 
y  sólo  confiaban  la  salvación  y  gloría  de  los  Estados  en 
sus  virtudes  políticas,  costumbres  severas  y  carácter  mili- 
tar, cualidades  q!ue  nosotros  estamos  muy  distantes  de  po- 
seer». 

'393  «El  resultado  probo  severaniente  á  Venezuela  el 
error  de  su  cálculo;  pues  los  milicianos  que  salieron  al 
encuentro  del  enemigo^,  ignorando  hasta  el  míanejo  del 
arma...  fueron  arrollados...» 

394  «El  soldado  bisoño  lo  cree  todo  perdido,  desde 
que  es  derrotado  nna  vez;  porque  la  experiencia  no 
le  ha  probado  que  el  valor,  la  habilidaid  y  la  co'nst(an'cl;ai 
corrigen  la  míala  fortuna». 

395  «Pero  lo  que  debilitó:  más  al  gobierno  de  Vene- 
zuela fue  la  forma  federal  que  adopto...» 

396  «El  sistema  federal,  bien  que  sea  el  miás  per- 
fecto, y  más  capaz  de  proporcionar  la  felicidad  huma- 
na en  sociedad,  es  noi  obstante  iel  más  opuesto  á  los 
intereses  de  nuestros  nacientes  Estados». 

397  «El  terremoto  de  26  de  marzo  trastornó  cierta- 
mente tanto  loi  físico  corrto  lo  moral,  y  puede  llamarse 
propiamiente  la  Causa  in'mediata  de  la  ruina  de  Vene- 
zuela». 

398  Recopilando,  pues,  tendremos  que  la  pérdida  de 
la  República  provino  en  primier  término:  de  la  na- 
turaleza de  la  Co:nstitución ;  en  segundo :  del  esparitu 
de    filantropía    'que    se    apoderó    de    nuestros    gobernan- 


Simón  rolivar 


FELIPE   TEJERA  59 


tes ;  eín  teroeroi :  de  la  jo  posición  al  establecimiento  da 
un  cuerpo  'militar,  y  por  ultimo :  del  terremoto  acom- 
ñado  del  fanatismo;  c|ue  logró  sacar  de  este  fenó'meno 
los  tnás  importantes  resultados. 


CAPITULO  VII 

Bolívar 

399  Simón  Bolívar  ^ació  en  Caracas  el  día  24  de 
julio  de  1783.  Fueroin  sus  padres  Don  Juan  Vioentlei 
Bolívar  y  Doña  María  de  la  Concepción  Palacio,  So- 
jo   y   Elanco. 

400  Su  primier  maestro  fué  Doin  Simlón  Rodríg'uez. 
A  los  15  años,  ya  huérfano,  le  envió  á  España  su  tutor 
Doín   Carlos    Palacio. 

401  ;Die  paso  'visitó  á  Méjico,  la  Habana  y  otras 
ciudades  americanas;  y  llegado!  á  Madrid,  se  conexiona 
en  la  corte  de  la  reina  María  Luisa,  dond'e  jugando  una) 
ocasión  al  volante  con  el  príncipe  Femado,  le  dio  un 
golpe  en  la  cabeza  derribándole  la  gorra,  presagio  de 
q^ue,  andando  el  tiempoi,  le  quitaría  también  la  corona 
de  las  Américas. 

402  Pasó  después^  á  Francia,  y  de  vuelta  contrajo 
matrim^oniíO  len  Madrid  con  la  señorita  Teresa  Toro  y 
Alaysa;  con  lo^  que  volvióse  á  Venezuela  á  fines  del 
año  de  1801,  y  len  1804  enviudó  quediando  sin  Sucesión, 
y  tornó   a  España. 

403  Hallábase  en  Francia,  donde  presenció  la  co- 
ronación de  Napoleón  I :  trató  con  Humboldt  y  en 
1805,  se  fué  á  Italia  atravesando  .  á  pie  los  Alpes. 
"Allí  vio  la  huella  que  había  dejado  Aníbal. 

404  Ávido  de  'impresiones,  visitó  casi  todo  este  país 
y  nutrió  su  espíritu  con  los  grandes  recuerdos  de  la 
Señora  del  mundo.  En  Roma,  musa  de  todos  los  siglos, 
contempló  el  grandioso  espectáculo  del  mundo  antiguo 
que  ocultaba  la  frente  entre  las  ruinas  del  giganteseo, 
Coliseo,  y  el  mundo  moderno  levantándola  con  la  cruz 
del  eristianismoi  sobre  la  imponente  basílica  de  San  Pedro. 

405  Sobre  el  ,Monte  Sacro  jura  la  independencia  de 
su  patria  que  era  América,  y  -pareció^  que  al  eco  de 
su  voz  resonando  en  iel  fondo  d'e  aquellas^  tumbas  glo- 
riosas, despertaron  los  antiguos  héroes,  y  saludándole 
con  respeto  se  dijeron :  «Ahí  va  el  hombre  de  la  pos- 
teridad». .'    ^ 

406  Con  efecto,  él  llevará  á  cabo  «el  acontecimiento 
más  insigne  'de  los  tiempos  modernos :  la  independen- 
cia de  la  América  Meridional».  (César  Cantú.  Cien  años). 

407  «Sus    maneras    eran    vivas    y  resueltas :    sus    ojos 


60  HISTORIA   DE    VENEZUELA 

rasgados :  su  mirada  eléctrica  y  penetrante :  su  frente 
levantada,  reveladora  'de  un  espíritu  superior:  el  habla 
presta:  la  voz  aguda:  el  color  tostado  por  la  intemperie 
y  los  trabajos  de  la  guerra...  el  cuello  derecho:  el  andar 
pronto:  el  aspecto  franco  y  de  un  ascendiente  irresisti-» 
ble».  (Vida  del  Libertador  Simón  Bolívar,  por  F.  La- 
rrazábal    vol.    l.Q). 

408  Era  orador  elocuentísimo,  literato,  político  pro- 
fundo, guerrero  incomparable,  legislador  y  poeta:  ami- 
go de  la  libertad;  pero  no  de  aquella  de  que  alardean: 
tanto  los  modernos  demagogos,  sino  de  aquel  princi- 
pio santo,  incorruptible,  emanación  piura  del  cielo,  su- 
prema dispensación  :q'ue  á  los  ¡mortales  plugo  hkcer  la 
providencia.  A  esa  libertad,  hija  del  cristianis'mjoi,  ren- 
día él  sus  homenajes,  tributaba  honores,  y  ella  encendía 
sus  ideas,  vibrabia  en  sus  palabras  y  rieílejaba  en  su  espada. 

409  Al  eco  de  su  voz,  como  de  un  acento  venidlo 
de  lo  alto,  van  á  despertarse  los  pueblos.  Asistamos, 
pues,  á  la  riesurrección  de  este  nuevo  mundo,  grandioso 
mito  de  las  edadtes  paganas,  pasmiO'  de  la  presenitie, 
gloria  y  ladmiración  de  la  posteridad. 


CAPITULO    VIII 

Preparativos  uara  la  caünpaña  de  1813 

410  Habíamos  dejado  a  Bolívar  len  Italia:  pues  de 
allí  volvió  por  Alemania,  siguiói  á  los  Estados  Unü-' 
dos,  y  íinalmentie  á  Caracas  en  1806. 

411  Fue  aqiuí  de  los  fundadores  de  algunas  socie- 
dades revolucionarias.  Enviado  en  1810  á  Londres  con 
encargo  diplomlático,  volvió  de  allí  en  unión  de  Mi« 
randa,  y  entrambos  crearon  la  Junta  Patriótica.  Lo 
hemos  visto  después  en  Puerto  Cabello,  donde  hizo 
esfuerzos  inauditos  para  sofocar  la  insurrección  del  cas- 
tillo, y  luego  de  la  capitulación  de  Miranjda,  salir  para 
Nueva  Granada;  expedir  allí  el  célebre  manifiesto  que 
se  ha  mencionado,  y  ofrecer  a  la  República  hermlanai 
sus    servicios,   ,q¡ue    fueron    acogidos    de    buena    voluntad. 

412  Veámosle  ahora  solicitando  auxilios  para  libertar 
á  su  patria,  al  misrdoi  tiempo  que  redimir  con  gloriosas 
proezas    algunas    provincias    granadinas. 

413  Con  él  está  José  Félix  Ribas,  aquel  héroe  de 
leyenda  cjue  vimos  salir  del  cadalso  de  España,  como 
esas  sombrías  Inubes  que  surgen  de  algún  abismo  con 
el  relámpago  ;dn  la  frente  y  el  trueno  sordo,  amenaza- 
dor bajo  sus  alas;  Rafael  Urdameta,  Fabio  moderno, 
siempre  sobre  las  alturas  coimo  las  tempestades  sobre 
los  Andes:  gran  patriota  y  el  más  leal  y  constante 
de  los  tenientes   de   Bolívar. 


FELIPE   TEJERA  _  61 


414-  Vieincedor  este  'de  lois  realistas  en  Ocaña,  liberta 
á  SaHita  JMarta,  ¡ahuyenta^  á  Don  Ramón  Correa  y  lo 
derrota  por  completo  en  San  José  de  Cúcuta :  ■  de  allí 
se  ¡acerca  al  territorio  venezolano,  y,  al  respirar  las 
auras  de  la  pattia,  exclama:  «Hoy  ha  resucitado  Vene- 
zuela.  (l.Q  de   Marzo). 

'  415  Pide  entonces  permiso  al  Cong"reso  Granadmo 
para  seguir  en  la  'mlarcha;  y  conjsíg-uelo:  á  despecho  de 
cuantos  ardides  le  opusieran  el  temor,  la  inalevolencia  y 
la  lenvidia.   '(7   de   Abril). 

416  Quinientos  hombres  ha  podido  conseguir:  sus 
oficiales  ison   Ribas,    Urdaneta,    Giraldot,   Ricaurte.    ¡  Qué 

hombres  y  'qué  destinos! Tales  los  qne  mlurieron  con 

Leónidas   en  la®  inmortales   Termopilas. 

417  Al  solo  ruido  de  isus  armas,  Correa  q'ue  mianio- 
braba  len  Mérida,  huye  hiacia  Escuque,  como  el  humo  á 
la  primiera  ráfaga  de  viento.  Bolívar  la  ocupa  el  23 
de    Mayo. 

418  «Al  llegar  aquí  la  plumJa  se  detieine  espantada 
como  si  oyese  lamientosi  de  otro  siglo  ói  la  disputasen 
manos  de  fantasma.  Es  el  pórtico:  de  la  Guerra  á 
muertey>.  (Biografía  de  J.  F.  R'.  por  J.  V.  G.)  ; 

419  ¿  Quién  es  'el  qjue  pide  la  sangre  de  sus  víc- 
timas para  ¡escribir  con  ella  á  sus  parciales  ? 

420  Horror!......  Es  !aquel  abogado  Nicolás  Brice- 
ño,   que  vimos  ¡dn  'el  primer   Congreso.    Oigámosle: 

421  «Se  considera  ¡sier  íun  niérito  suficiente  para  ser 
premiado  y  obtener  grados  en  el  ejército,  el  presentar 
un  número  'de  cabezas  de  españoles  europeos  inclusos 
los  isleños,  y  así  el  soldado  que  presentase  veinte  ca- 
bezas de  dichoBi  españoles,  será  ascendido  á  alférez  vi- 
vo y  efectivo;  el  que  presentare  treinta  á  teniente;  el 
que  cincuenta  á  capitán,  etc». 

422  ¿Por  qué  manchar  las  páginas  de  nuestra  his- 
toria con  tan  horribles  pensamientos? 

423  La  guerra  á  muerte,  que  bien  ,  pronto  devo- 
rará centenares  de  millares  de  inocentes,  de  mujeres, 
de  laincianos,  de  niños,  cíeme  ya  sus  fatídicas  alas  so- 
bre tel  seno»  laoeradíoi  de  la  patria. 

424  Liegado  Briceñ-oi  a  San  Cristóbal,  corta  allí  la 
cabeza  á  dos  espanolesi  y  remite  la  una  á  Bolívar,  la 
otra  á  Castillo  «con  cartas  cuya  primiera  línea  estaba 
escrita    con    teangre    de    las    víctimas».    (Restrepp). 

425  Castillo  devplvió  la  suya  con  una  carta  llena 
de  noble  indignación.  Bplívar,  horrorizado,  le  depone 
inmediatamente  dd  cargoi  qu,^  tenía  en  el  ejércitp,  y 
le  mianda  traer  preso  á  Cúdutia  para  juzgarle. 

426  Pero  Briceño  huye  de  San  Cristóbal  y  va  á 
caer  ^sx  inlanos  del  español  Don  José  Yañes  quien, 
después  de  derrotarle,  le  hace  prisiionero. 

427  t)on    Antonio    Tíscar,    comiandante    de    Barinas 


62  HISTORIA   DE   VENEZUELA 


le^  mandó  fusilar  con  mjuchios  de  los  suyos;  y  así  aca^ 
bó  su  vida  este  hoimibre.  (15  de  ju:rti{0).  Compadeízcamos, 
empero,  la  humanidad  qiue  puede  llegar  á  tales  ex- 
travíos, í  ,  p^'i 


.CAPITULO   IX 

Guerra  á  tauerte.— 1813  ^ 

428  (Desacordes  ¡anidan  spbre  tan  grave  materia  los 
historiad|ores. 

429  El  elocuente  Baralt  celebra  la  medida  redentora^ 
las  palabras  del  hombre  fuerte. 

430  «El  decreto  de  Trujillio  reconoció  causa  sufi- 
ciente y  justa;  y  Bioiívar  lo  basó  en  consideraciones 
de  verdad  y  de  lógica  irresistible».  (Vida  del  Liberta- 
dor   S.    Biolívaf.    Larrazábal). 

431  «La  guerra  á  muerte,  ó  llámese  el  terror  de  los 
años  de  13  y  14,  lejiois;  de  ser  un  medio  de  victoria^, 
fue  un  obstáculiOi  insuperable  para  conseguirla :  ella  creó 
á  la  República  millares  de  enemigos  en  lo  interior,  le 
arrebató  las  simpatías  exteriores;  hizio.  bajar  al  sepul- 
cro en  dos  ,anos  á  60.000  venezolanos,  formó  á  Bo- 
ves,  fué  causa  de  los  desastres  de  la  Puerta  y  Urica7>, 
(Biografía  de  J.   F.   Ribas,  pior  J.  V.   G.) 

432  Habíamos  dejado^  á  Bolívar  en  Mérid'a,  de  donde 
pasa  á  Trujillo,  y  el  15  de  junio  expide  el  tremenjdlo 
decreto :  ,  ( 

433  «Españoles    y    canarios,    contad    con    la    muerte 

aun    siendo    indiferentes Americanos,    contad   con    la 

vida   aunque  seáis    culpables » 

434  Alaben  en  buena  hora  Baralt  y  Larrazábal  este 
edicto  formidable;  la  historia  imparcial  y  la  moral  cris- 
tiana lo  'condenarán  como  absurdo  en  todo  tiemipoi; 
más  aún  en  el  siglo  XIX  .cuando  el  cristianiísmo  ha 
puesto  en  manos  de  la  civilización  moderna  el  cetro 
inmortal  de  la  jusdcia,  los  santos  derechos  del  género 
humano. 

435  Jamiás  puede  ser  redentora  una  medida  que 
condena  á  los  hombres  aunque  sean  inocentes;  ni  justa, 
ninguna  sentencia  que  haga  de  la  culpa  una  virtud. 

«¿Cómo    puede    ser    justicia, 
Ni  cómo  verdad  ser  puede 
Ley   que  perdona  al   culpado 
Y    castiga    al    inocente?» — (Calderón,    El    Josef 
de    las    Mujeres). 

436  Condenemios,  pues,  el  celebrado  decreto  de  Tru- 


í^ELIPE   TEJERA  (.3 


jillo    como    una    calamidad    d'e    aquellos    tiempos,    fruto 
de  grandes  pasiones. 

437  Por  lOtra  parte  el  curso  de  los  acontecimientos 
nos  va  á  demostrar  el  "error  de  los  historiadores,  pues 
la  atroz  medida,  lejos  d|e  salvar  á  Venezuela,  contribuirá 
á  perderla;  la  Re  guiar  ización  de  la  guerra  vendrá  des- 
pués  á  salvarla.    (*) 


CAPITULO  X 

PaBa   ífe   los    libertadoires.  — 1813 


438  Vamos  á  asistir  á  una  de  las  prodigiosas  cam- 
pañas de  qiue  hay  raros  iejemplos  en  la  historia.  Bo- 
lívar marchando  desde  los  Andes  de  Trujillo  hacia  Ca- 
racas, es  semejainte  al  Orinoco  cuando  acrecido  por  el 
invierno  se  precipita  bramador  é  imponente,  cubriendo 
las  más  altas  cumibres  coin  sus  pndas,  arrastrarido  peñascos 
iinmensos  en  la  impetuosidad  de  su  carrera.  Su  voz 
resuena  en  los  ámbitos  del  continente  como  el  fra- 
caso de  'una  catarata  diluviana;  extiende  entonces  uno 
de  sus  'brazos,  y  saluda  coronado  de  espuma  al  Amazonas. 

439  Manda  la  Vanguardia  Giraldbt,  especie  de  héroe 
osiánico:  son  '500  hombres;  cubre  la  retaguardia  con 
340  soldados,  José  Félix  Ribas :  hombre  de  hierro,  in- 
vulnerable, templado  al  fuego  de  los  dioses  como  |él  lescudo 
de    Aquiles. 

440  Mas  con  todo  eso,  ¿cómo  podrá  escapar  un 
puñado  de  valientes  oercad^O'  de  tantos  y  tan  pode- 
rosos enemigos  ?  Tíscar  los  amenaza  con  más  de  2.600- 
realistas  en  Barinas ;  á  la  izquierda  Maracibo ;  por  otra 
parte  Corp,  donde  manda  Ceballos;  al  frente  un  muro 
de  ciudades,  Mionteverde,  en  fin,  todo  el  poder  peninsular. 

441  Nada  detiene,  emperoi,  á  Bolívar:  al  empren- 
der la  campaña  habla  á  los  pueblos^  de  independencia,' 
de  libertad,  de  gloria,  y  sus  pensamientos  vuelan  hacia 
Venezuela  á  la  manera  de  arcángeles,  llenos  de  resplandor 
y  claridad.  Sigámosle  en^  ese  camJino  como  á  Alejandro 
en  el  Asia:  la  tierra  también  enmudecerá  en  su  presencia. 

442  El  engaña  estratégicamente  al  enemigo  sesga  la 
marcha,  divide  sus  fuerzas,  y  estalla  como  la  bom- 
Da  esparciendo  sus  estragos.  Urdaneta  y  'Ribas  fulmii- 
nan  en  Niquitao  y  con"  500  hombres  destruyen  800  es- 
pañoles, 450  prisioneros  quedan  en  su  poder  (2  de  Julio). 

443  Bolívar  va  sobre  Barinas,  pero  Tíscar  huye  á 
Nutrias;  Giraldot  loi  persigue  y  aquél  se  embarca  des- 
pavorido para  Angostura;  Yañes  corre  á  encerrarse  en 
San  Fernando  de  Apure. 

(*)    Véase  el  Apéndice  de  esta  Época. 


64  HISTORIA    DE    VENEZUEi 


444  A  la  sazón  ocupaba  á  Barquisimeto  el  Coronel 
Francisco  Oberto  con  1.500  hombres,  á  San  Carlos 
el  Coronel^  Julián  Izquierdo  con  1.200.  Contra  el  pri- 
miero  envió  Bolívar  a  Ribas,  que  trabó  con  él  ba- 
talla lel   22   de  julio  en  la  llanura  ,á^  los   Horcones.    ' 

445^  Ribas  lera  m;uy  inferior  en  númiero,  más  al  cabo, 
diespués  de  haber  sidb  rechazado  dos  veces,  fusiles, 
cañones,  banderas,  todo  cae  en  su  poder,  y  esta  bata- 
lla, con  la  de  Niquitao,  aseguran  el  bue|n  éxito  de  la 
campaña.  >. 

446  Cuando  lo  supo  Izquierdo,  evacuó^  á  San  Carlos, 
que  fue  ocupado  por   Bolívar  el   28   de  julio. 

447  En  cuantió  á  Monteverde,  que,  como  después 
veremos,  había  sido  derrotado  len  el  Oriente,  perdió 
la  cabez'a,  si  alguna  vez  la  tuvo,  y  se  quedó  perpile- 
jo.  'El  grande  edificio^  de  su  vanidad  venía  á  tierra. 

448  Bolívar,  que  concentrabla  su  ejército  en  San 
Carlos,  siguió  luego  sobre  Izquierdo,  que  se  hall;ablal 
en  las  alturas  de  los  Pegones.  Contaba  el  primero  2.500 
hombres;   2.800  tenía  el  segundo,  (*) 

449  Por  seis  horas  sostiene  allí  batalla  Izquierdo 
con  gran  denuedo  y  coraje,  y  como,  siempre  en  forma- 
ción, al  ifin  se  retirase  á  Valencia,  monta  Bolívar  so- 
bre las  ancas  de  lois:  caballos  gran  número  de  infantlesiq 
parteen  y  ya  cercia  del  contrario-  caen  en  tierra,  disparan:, 
huellan    y    todo    lo    destrozan. 

450  Grande  y  terrible  es  el  estrago^,  el  sangriento 
sable  siega  l^s  cabezas  como,  espigas :  rotas  y  ven- 
cidas las  esplañolas  legiones,  deponen  las  armas.  Iz- 
Q'uierdo  herido  va,  á  morir  á   San  Carlos. 

451  Espantado  Monteverde  de  tían  rudos  golpes,  or- 
dena á  Fierro  qjue  defienld'a  á  Caracas,  abandona  (á 
.Valencia   y   corre   á  refugiarse  en    Puerto    Cabello. 

452  Bolívar  «entra  á  Valencia  el  2  de  agosto,  manda 
á  Giraldot  ,sobre  Puerto  Cabello  y  sigue  para  Caracas; 
en  Lia  Victoria  recibe  comjsioniados  de  Fierro  para  ca- 
pitular; pero  tan  miedoso  como  Monteverde,  aband'ona 
sus  tropas  'en  la  qapital,  donde  se  nombra  Gobernia- 
dor  á  Coto  Paúl,  y  se  embarqa  en  La  Guaira.  Bolívar 
ocupa  á  Car[acas  el  día  7  len  medio  dé  una  (mult'jjfcíuldl 
entusiasmadla  que  le  aclamla  Libertador  de  la  Patria. 
Tal  fué  la  inmortal  campaña  del  año  de  13.  Así  Bolír 
var  con  500  hombres  conquistabia  la  libertad  de  su  patria, 
«precis amiente  cuando  Bonaparte,  con  qiuinientos  mil,  la 
dejaba    perecer   en    Europa», — (César    Cantú). 

(*)    Esta  batalla  es  la  misma  que  otros  denominan  de  los  Faguanes. 


FELIPE   TETERA  65 


CAPITULO  XI 

Los  libertadores  de  Oriente.  —  1 8 1 3 

453  Tiempo  es  ya  de  que.  veamos  lo  que  había  acon- 
tecido  en  las  provincias   orienta-les. 

454  Después  que  el  afortunado  Monteverde  se  hizo 
dueño  de  toda  la  República,  la  primera  provincia  que 
alzó  el   grito   de  reacción  fue   Cumaná. 

455  Aquí,  corno  ^en  el  Occidente,  un  puñado  de  hé- 
roes reconquistará  la  independencia,  inmortalizando  sus 
nombres  con  homéricas  haz,añas.  Marino,  hombre  de 
notables  prendas  'militares;  Bermúdez,  indómito  é  im- 
petuoso como  Diomedes;  Piar,  sereno  en  el  peligro, 
pronto  en  la  concepción,  orgulloso^  en  el  triunfo ;  hé 
aquí   los    grandes    corifeos    de  la    cruzada   oriental. 

456  Estos  valerosos  caudillos,  desembarcaron  por  Güi- 
ria,  escasos  de  toda  provisión  de  guerra,  sorprenid:|e-< 
ron  un  destacamento  de  300  realistas,  y  cobrando  con 
tan  singular  fortuna  nuevos  bríos,  volviéronse  á  m^ayor 
empresa. 

457  Santiago  Marino,  que  era  el  Jefe,  para  ocupar 
á  Maturín,  destinó  á  Bernardo  Bermúdez,  y  á  José 
Francisco,  hermano  de  éste,  mandó  situar  con  75  hom- 
bres en  I  rapa. 

458  Este  último  derrotó^  á  Cerveris,  que  mandaba 
300,  y  á  principios  de  febreroi  ocupó  Bernardo  sin  re- 
sistencia á  Maturín,  poniendo^  lasí  pasmo  y  admiración 
en  los  perplejos  habitantes,  que  tales  triunfos  veían 
como  cosa  de  milagro.- 

459  Aquel  feroz  Amtoñanza,  que  ya  hemos  visto  en 
otra  parte,  'mandaba  á  la  sazón  en  Cumaná:  viene  aho- 
ra á  sucederle  el  más  abominable  de  todos  los  nacidos. 
No  es  "un  hombre,  no,  esa  hiena  de  Vizcaya  que  llaman 
Antonio    Zuazola;   !su   nombre   debería  ser    Asesinato. 

460  Oigamos  cómo  el  historiador  Baralt  refiere  sus 
atrocidades :  «Hombres  y  mujeres,  ancianos  y  niños,  fue- 
ron desorejados  ;ó  desollados  vivos.  A  quienes  hacía  qui- 
tar la  -cutis  de  los  pies  y  xamjinar  sobre  cascos  de 
vidrios  ó  guijarros:  á  quienes  hacía  mutilar  de  uno  ó 
dos  miembros:  ú  de  las  facciones  del  rostro,  hacienh 
do  mofa  después  de  su  fealdad:  á  quienes  mandaba  coser 
espalda   con  espalda », 

461  «Sucedió    entonces    que   un   niño  de    12    años    se 

le  presentó. ofreciendo  su  vida  por  salvar  la  de  su  padre 

Hízolos    matar  á   entrambos,   antes  el   hijo». 

462  Por  tan  insignes  crueldades  este  espantoso  viz- 
caíno, especie  <ie  tigre  con  rostro  humano,  fue  califi^ 
cado  de  valeroso  y  buen  vasallo  español;  «muchos  cajo^ 


66  HISTORIA   DE   VENEZUELA 


mes  de  'orejas  qiue  envió,  á  Cumianá  fueron  recibidos  con 
salvas    y   :algazaras    por    los   catalanes». — (Bralt    y    Díaz). 

463     Cerveris,    Antoñanza,    Zuazola! ¡Qué    horrible 

trinidad  de   demonios!   ¿Y  eran  esos  los   buenos  y   vale- 
rosos  vasallos   que  tenía   en  América  la   Madre   Patria^ 


CAPITULO  XII 

(Continuación)  - 

464  El  día  20  de  marzo  atacó  Zuazola  á  Maturín 
con  1.500  hombres.  Piar  que  la  defendía  con  500,  se 
retiraba  en  buen  orden,  y  como  lo  vieron  aquéllos, 
se  engolfaron  en  su  persecución,  pero  en  completo  des- 
barate. Volvió  entonces  cara  el  patricio  y  allí  los  puso 
al  punto  en  desastrosa  derrota. 

465  La  Hoz,  que  con  1.600  los  acometió  de  nuevo 
el  11  de  abril,  salió  aún  peor  parado  que  Zuazola,  sa- 
bido lo  cual  por  Monteverde,  que  se  decía  grande 
y  experto  capitán,  trajo  en  persona  al  Oriente  una  fuer- 
te   expedición.    \ 

466  «Con  la  misma  fatuidad  conque  se  disipa  el 
humo  al  impulso  del  viento,  así  desaparecerán  los  fac- 
ciosos de  Maturín,  por  el  valor  y  la  fortaleza  de  los 
soldados  del  r,ey  que  tengo  leí  honor  de  conducir  á  la 
victoria». 

467  Esto  dijo  ¡en  una  proclama  y  atacó  la  plaza  con 
2.000  soldados  de  sus  mejores  tropas,  provisto  de  cuan- 
to era  necesario   para  el  éxito   prometido. 

468  Mas  Dios  'se  complace  en  abatir  la  frente  de 
los  soberbios  y  confunde  la  vanagloria  de  los  necios. 
Oigamos  por  boca  del  mismo  Monteverde  el  resultado 
de   esta  magna   aventura. 

469  «Atacamos  á  .Maturín  con  una  intrepidez  asom- 
brosa ;  se  rechazó  su  caballería  tres  veces ;  pero  por 
último  los  enemigos  arrollaron  la  nuestra  y  ambas  el 
cuerpo  de  reserva,  lo  que  causó  una  dispersión  general. 
Yo  escapé  de  milagro  y  he  pasado  trabajos  que  nadie  se 
poidrá    figurar;    pero    felizmente    lo    cuento». 

470  Así  perdió  el  Oriente,  ya  hemos  visto  cómo 
perdió  después  á  Caracas  y  con  ella  tO-d;a  la  República. 
A  poco  andar  los  mismos  suyos  le  quitarán  en  Puertp 
Cabello   el  'mando   de   Capitán  General. 


FELIPE   TEJERA  67 


CAPITULO  XIII 

Últimos  acontecimientos  del  año   13 

471  Simultá'njeamente  se  liabían  verificado'  en  unio 
y  otro  ¡extremo  del  país  los  más  inotables  hechos  de 
este    año.    ,;  '     , 

472  Cumaná  fue  'cvacuadaa  por  Antoñanza  el  3  de 
agosto,  un  día  después  de  la  fuga  de  Fierro  á  Puerta) 
Cabello,  y  ■aquel  azote  de  la  humanidad  murió  en  Cu- 
razao de  resultas  de  una  herida  l  el  19  ocupó  Marino 
á    Barcelona.    * 

473  El  26  revienta  en  San  Francisco  de  Yare  una 
sublevación  de  negros  en  favor  de  Fernando  VII,  y 
el   30  los   destruye  por  completo    Campo   Elias. 

474  Bolívar,  que  estrechaba  cada  vez  más  el  sitiO' 
de  Puerto  Cabello,  hizo  prisionero  el  31  á  Zuazola, 
que  se  descolgó  del  mirador  de  Solano,  y  como  se  nié- 
gase Monteverde  ;á  canjeare  por  el  General  Jalón,  fue 
ahorciada    aquella   'fiera    al    frente    de    la    sitiada    plaza. 

475  Por  último,  'el  13  de  setiembre  surgió  en  La 
Guaira  una  'expedición  españoila  que  hacía  tiempo  se 
esperaba,  y  con  el  objeto  ¡de  apresarla,  dispuso  el  Gei- 
neral  Ribas  ;un!a  trama  que  estuvo^  á  pique  de  reali- 
zarse; mías  'cautelosos  los  Jefes  españoles  que  habían 
ya  desembarcado,  tornaron  prontamente  á  sus  buques, 
y  descubierto  el  plan,  dieron  la  vela  con  sus  1.200  homi- 
bres,  á  despecho  de  los  fuegos  que  de  las  fortaleízias! 
desatinadamente   les   hacían. 

476  Reforzado  con  ellos  Monteverde  en  Puerto  Ca- 
bello, intentó  invadir  el  Centro,  y  el  30  de  setiembre! 
fue  derrotado  en  Bárbula.  Allí  murió  el  intrépido  Giral- 
dot,  al  acto  de  coronar  con  su  bandera  la  altura  enemi- 
ga. El  corazón  de  este  célebre  patriota  fue  conducido 
en  pompa  fúnebre  á  la  Catedral  de  Caracas. 

477  En  esta  ocasión  Francisco  Tomás  Morales,  de 
la  escuela  de  Antoñanza,  con  otro  que  le  había  acom- 
pañado desde  'Barcelona,  de  nombre  José  Tomás  Bo- 
ves,  vino  'en  son  de  conquista  por  las  llanuras  del 
Sur;  mas  el  14  de  octubre  el  famoso  Campo  Elias  le 
derrotó  en  la  acción  de  Mosquiteros. 

478  Este  mismo  día  los  Magistrados  y  la  Munici- 
palidad de  Caracas  conceden  á  Bolívar  el  título  de 
Libertador  de  Venezuela,  y  el  16  crea  él  mismo  la  or- 
den militar   de   Libertadores. 

479  Monteverde,  que  no  estaba  escarmentado,  envía, 
al  Coronel  -Salomón  con  1.700  hombres  á  caer  sobre  los 
valles  de  Aragua;  y  Ribas,  que  le  va  al  encuentro  con 
los    estudiantes   y    seminaristas    de   Caracas,    después    de 


6S  HISTORIA  DE    VENEZUE-^A    " 

f      ■         ■        '      ' 

tres  días   de  batalla,   le  derrota  ¡el   25   de  noviembre  en 
la  memorable  accióin  de  Vijirima. 

480  Bolívar,  que  súpola  salida  da  Salomón  en  San 
Carlos,  fué  á  su  encuentro,  pero  se  volvió,  noticioso; 
del    triunfo    de    Ribas. 

481  Llegó  por  fin  el  celebrado  5  de  diciembre.  Los 
más^  numerosos  y  .aguerridos  cuerpos  de  "realistas  y 
patriotas  se  encuentran  en  los  campos  de  Araare.  VIsíxi-í 
da  los  primeros  el  Brigadier  Ceballos,  que  había  ob- 
tenido recientes  Ventajas  sobre  Bolívar  en  Barquisimc- 
to,  y  Yañes,  de  gran  coraje  y  valor.  El  Libertador  pre- 
side los  segundos.   Son  de  ambas  partes  7.000  hombres. 

482  Con  grande^  algazara  se  traba  la  pelea :  el  cho- 
que es  horrendo;  la  carnicería  espantosa,  el  cañón  asorda 
el  espacio,  el  humo  cubre  la  sabana;  pero  en  medio 
de  aquella  temipestad,  al  pálido  relámpago  de  cien  des:- 
cargas,  se  ve  cruzar  al  Libertador  sobre  su  bridón 
hervoroso,  dominando  la  batalla,  presidiendo  la  victoria 
como  el  dios  de  la  guerra. 

483  Mas  ¡ai!  un  río  de  sangre  corre  de  este  carñpo 
glorioso:  son  centenares  de  prisioneros  que  condena  el 
decreto  de  Trujillo.  Entre  tanto  se  escucha  ya  el  galope 
de  una  horda  de  cosacos,  la  tierra  se  estremece  en  sui 
•presencia:  es  Boves  con  sus  legiones  llaneras. 

484  La  guerra  á  muerte  ha  engendrado  este  mino^ 
tauro  y  la  República  será  hollada  por  los  cascos  de  su 
caballo.   ' 

485  El  cae  el  día  8  sobre  Aldao  y  le  despedaza  con 
sus  1.000  hombres,  en  el  pasO'  de  San  Marcos. 

486  El  28  desconocen  las  tropas  de  Puerto  Cabello  á 
Monteverde.  Bolívar  entre  tanto  pide  en  A^'ano  á  Marino^ 
fuerzas  marítimas  para  rendir  aquella  plaza;  éste  las 
retarda  cuando  no  las  había  menester  para  nada  en  el 
Oriente. 

487  Comienzaba  entonces  en  Margarita  la  celebridad 
de  Juan  Bautista  Arismendi. 


CAPITULO  XIV 

1814 


488  Bolívar  viene  ante  la  historia  .con  esos  decretos 
len  el  pecho,  con  esa  sangre  en  las  manos ;  ¿  quién  osaríaj 
llamearle  cruel  y  condenarle?  i  Cosa  extraña!  Ningún 
hombre  en  la  revolución  habló  lenguaje  más  formidable; 
ninguno  dictó  medidas  más  aterradoras,  y  sin  embargo, 
todo  corazón  que  le  juzga  se  desarma  ante  la  voluntaria 
simpatía    que    inspira...» 

489  «Vedle  allí  tan  duro  como  el  destino,  dictar  al 
galope   de   su    caballo,    listas   inmensas    de   proscripción. 


FELIPE   TEJERA  '  69 


Hele  aq'uí  lordenando  en  el  frenesí  de  la  rabia  la  muerte  ;dle 
800    hombres,   inocentes   la   mayor  parte...» 

490  «¿  Qué  le  importa  ?  El  dejará  sus  órdenes,  ni 
verá  caer  las  víctimas,  ni  escuchará  los  sollozos  de  los 
hijos  y  esposas.  Que  si  de  paso,  en  la  noche  que  vuelve  á 
los  combates,  una  mujer  afligida  g'mie  á  sus  ojos,  desár- 
mase repentinamente,  se  enternece  y  ordena  la  librtad 
del  c'ue  iba  á  morir.»  {Biografía  de  T.  F.  Ribas,  por 
J.    V.    G) 

491  La  Providencia,  empero,  que  juzga  en  lo  culto 
las  acciones  humanas,  iba  á  descargar  sobre  el  héroe  y 
laquellos   'malos   tiempos    su    brazo   justiciero. 

492  La  República  pasará  este  año  como  un  sueño 
horrible,  lleno  con  las  más  espantosas  tragedias  de  la 
Guerra  á  muerte.  Caerán  por  tierra  las  glorias  de  Bo- 
lívar, de  Ribas,  de  Marino,  de  Urdaneta;  y  espectros! 
sangrientos  venarán  de  las  abrasadas  llanuras  clamando 
sin  cesar  muerte  y  venganza! 

493  Hé  aqiuí  que  Venezuela,  patria  de  tantos  héroes, 
Qiuedará  yerta  y  desolada :  incendiadas  sus  ciudades,  muer- 
tas ó  violadas  sus  vírgenes,  derruidos  los  templos,  pi- 
rámides de  huesos  humanos  esparcidos  por  el  suelo. 
Como  q'ue  había  pasado  sobre  ella  una  orgía  de  demoniois. 


CAPITULO  XV 

(Continuación) 

494  ¿Cuál  era  á  principios  de  este  año  funesto  la 
situación  de  la  República?  Trujillo  había  sido  invadido 
por  el  canario  Pedro  González.  Barinas  por  Yáñez  y  Pui. 

495  Bandas  de  guerrillas  infestan  el  Occidente  y  lo 
dominan;  el  Sur  hierve  como  la  gigantesca  fragua  en 
que  se  confunden  y  concentran  todos  los  odios,  todos  los 
furores  humanos. 

'496  Puerto  Cabello  en  el  mismo  estado  de  sitio: 
Marino  ha  ofrecido  venir  del  Oriente,  pero  ya  será  tarde; 
Caracas,  Valencia  y  las  principales  poblaciones  que  los 
patriotas  dominan,  exhaustas  de  hombres  y  recursos. 

497  Un  frío  glacial  paraliza  todos  los  ánimos,  el 
cansancio  y  el  temor  se  pintan  en  los  semblantes,  el 
aire  está  lleno  de  vapores  de  sangre  y  die  muerte. 

498  iDe  noche,  las  ciudades  son  teatro  de  escenas 
indescriptibles.  La  moral,  la  religión,  el  orgullo  mismo  y 
hasta  el  santo  pudor  de  la  mujer  parecen  haber  huido 
de   la  tierra.  •■ 

499  Lamentos  de  huérfanos  y  de  viudas,  gritos  de 
agonía    desesperada,    tOidas    las    miserias,    todas    las    ca- 


70 HISTORIA   DE   VENEZUELA 

la'mjidades,    se   mezclaba    y    confimdlen   en    esta    horrenda 
biacainal  de  pasiones  y  de  furiosa  demencia. 

500  El  hambre,  coai  su  rostro  lívido,  recorre  las 
solitarias  calles,  y  furia-s  infernales  abren  en  la  miedia 
moche  el  bogar  de  las  familias,  ebrias  de  satánicos  pla- 
ceres. 

501  Días  de  horror  y  locura!  El  almla  se  detiene  per- 
pleja ante  vosotros  comió  si  viese  algo  de  las  visiones 
apocalípticas,  .    ' 

502  En  el  fondo  de  este  cuadro,  sólo  Bolívar  aparece 
soinreídO',  como  un  rayo  del  sol  en  medio  de  la  tempestad. 
Su  caballo  respira  el  humo  de  los  combates  y  atravies.aí 
las  heladas  llanuras,  impetuoso'  y  frenético  como  el  hu- 
racán. ■  fii' 


CAPITULO  XVI 

Juan  Bautista  Arismendi 


503  Allá  por  lel  año  de  10,  había  sido  sargento  de  la 
guarnición  de  Margarita  un  tal  Pascual  Martínez,  que  he- 
cho luego  realista,  militó  con  Monte  verde  largo  tiempo'. 
Nombróle  éste,  el  año  de  12,  Gobernador  dé  Caracas,  y 
desde  entonces  la  trompa  de  la  fama  predica  sus  atroci- 
dades, i 

504  El  fué  quien,  expuso  en  afrentoso  cepo,  con 
otros  ciudadanos,  al  respetable  Doctor  Roscio;  y  de 
vuelta  _á  la  isa  como  Gobernador,  dejó  allí  perdurabllel 
mlemoria  de  sus  iniquidades. 

505  Huyendo  á  su  rigor,  Juan  Bautista  Arismendi  mo- 
ría de  hambre  en  los  montes,  cuando  á  ellos  fué  á  sor- 
prenderle la  prisión  de  -  sus  dos  hijos  peqíueñuelos,  que 
amenazabia  Martínez  fusilar  si  no  declaraban  su  retiro. 
La  madre,  horrorizada  ante  tan  inaudita  barbarie,  abán- 
domla  el  lugar  loca  de  dolor  y  Arismendi  por  fin  caie  presoi. 

506  Pero  el  3  de  mayo  de  1813,  cuando  José  Rafael 
Guevara  subleva  la  isla  y  Martínez  se  refugia,  cobarde, 
en  el  castillo  de  Pampatar,  del  fondo  de  su  calabozo  sale 
Arismendi,   puñal   en  mano.,   y  preside  la  venganza. 

507  Un  mar  de  sangre  corre;  los  prisioneros  caen 
á  su  furor;  y  sobre  aquella  horrible  escena,  sobre  aquél 
tmontón  de  cadáveres,  se  fija  la  mirada  de  Arismendi,  so- 
berbia y  formidable  como  la  del  ángel  exterminador. 

508  El  verá  después  impávido  ó  quizá  atiormentado 
de  espantoso  recuerdo,  las  ejecuciones  de  millares  de 
españoles.  En  tres  días,  por  orden  de  Bolívar,  matará 
800  prisioneros. 


FELIPE   TEJERA  71 


CAPITULO    XVII 

Boves 

509  Cosa  íes  qiue  hace  caer  la  pluma  de  la  mano  haber 
de  pintar  en  cada  lunoi  de  estos  buenos  vasallos  españo- 
les_,  primero  lun  Breno,  luég^o  un  Gensérico,  ahora  Un 
Atiia.   Hénois,  pues,  en  presencia  de  Boves. 

510  Teínía  por  nombre  José  Tomás  Rodríg-uez  Boves, 
fué  Inaturai  de  Oviedo  (1783)  (1)  y  de  profesión  pirata. 
Por  tal  -se  le  ooíidenói  á  presidio  en  Puerto  Cabello  el  año 
de  8;  mias  patrocinado  de  los  Joves,  honrados  comer- 
cia^ntes  de  aqiuella  plaza,  se  le  conjmlutói  la  pena,  con- 
finánidolel  á  la  ciudad  de  Calabozo. 

511  Iginórase  por  qlue  razón  le  encarcelaron  allí,  pero 
ello  es  q'ue  estuvo  presO'  hasta  su  ocupación  por  Antoñan- 
za  el  añoi  de  12.  ^ 

512  Era  de  «cuerpo  mediano  y  ancha  espalda,  de 
cabeza  enormie,  de  ojos  azulete  y  turbios  como  el  mar,  te- 
nía la  frente  espaciosa  y  chata,  la  barba  escasa  y  roja, 
la  ¡nariz  y  la  boca  oo^mo  las  del  ave  de  rapiña». 

513  «Um  fraile,  Márquez,  contó  una  vez  desde  el 
púlpitoi,  cómio  fué  'engendrado  en  un  súbcubo,  cómo  lo 
crió  Dios  en  una  isla  apartada».  (Biografía  de  J.  F. 
Ribas,  por  J.  V.  G.)  ' 

514  Bolívar  le  llama  «la  cólera  del  cielo  que  fulmina 

rayos  contra  la  patria Un  demonio  en  carne  humana, 

qlue  sumerge  á  Venezuela  en  la  sangre,   en  el  luto  y  la 
servidumbre». 

515  La  fantasía  y  el  terror  le  pintan  como  un  ser 
excepcional,  mezcla  de  héroe  y  de  bandido,  feo,  deforme, 
atroz:  de  sus  ojos  salen  llamas,  su  palabra  fascinia, 
mira  como  boa.  En  la  leyenda  tiene  cuernos  como  Sata-, 
nás,  y  sopla  á  los  oídos  de  Vienezuela  aquellos  sueños 
tentadores    de    la   serpiente    de    Milton. 

516  Admira  ooinsiderar  cómo  en  tan  corto  espacio 
hemos  visto  ya  ta'ntos  hombres  desprovistos  de  los  me- 
jores atributos  de  la  humanidad;  Monteverde,  Pui,  Yáñez, 
A'ntoñanza,  Zuazola,  Cer veris,  y  ahora  éste  qiue  les  igua- 
la á  todos  idn  crueldad  y  les  sobreipuja  en  audacia!  :i 
Boves!...... 

517  Ellos  hain  pasado  sobre  nuestra  patria  como  esas 
horribles ^  pestes  que  se  desencadenan  del  Asia  para  de- 
solar la  itierra.  Deberíain  lla'mjarse  Azotes  \ 

(1)    L&uresino  y aXiemUaLanz  "La  Revolución  democrática,,. 


72  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


CAPITULO  XVIII 

Bolívar    Dictadlor.— La    Puerta.— Occidente.— Batalla    de    la    Victoria.   -  Fusila- 
mientos.—Derrota  de  Rósete.— 1814 

518  La  guerra,  coino  hemos  dicho,  se  había  enseño- 
reado del  país.  Bolívar  era  dictador  desde  el  2  de  enero: 
un^  toes  después  3.000  hombres  al  mando  de  Campo 
Elias,  son  despedazados  por  Boves  en  el  sitio  de  la 
Puerta;  'mientras  qne  Pui  había  hecho  huir  á  García  de 
Sena  y  entrado^  á  Barinas  al  toque  de  degüello. 

519  Por  su  parte  Yáñez,  con  igual  número  de  fuerzas 
invade  el  Occidente,  pone  sitioi  á  Ospino  y  sólo  su  muerte 
decide  el  triunfo  de  los  patriotas.  Su  cadáver  fué  descuar- 
tizaldo  por  el  pueblo.  No  toenos  feroz  que  él  le  sucede) 
en  el  'mando  Don  Sebastián  de  la  Calzajdiali,     > 

520  Boves  entre  tanto  envía  á  ¡su  teniente  Rósete,  con 
1.000  hotobres  á  inyadir  pior  el  Tuy.  Este  Rósete,  émulo  de 
Zuazola,  había  sido  pulpero;  queriendo  cambiar  de  oficio 
se  dedicó  á  la  guerra  que  hizo  como  saben  hacerla  los 
bandidos  de  Sierra  Morena. 

521  Sabido  por  el  Libertador  el  desastre  de  la  Puer- 
ta, preparóse  á  la  defensa:  mandó  ocupar  por  Campo 
Elias  la  Cabrera,  por  Ribas  La  Victoria ;  y  dejando  á  car- 
go del  intrépido  D'Eluyar  el  sitio  de  Puerto  Cabello,  si- 
guió á  VaLencia  y  exigió  auxilios  de  Urdaneta  que  obraba 
en   el    Occidente.' 

522  El  12  de  febrero  atacó  Boves  la  Victoria.  Increí- 
ble serenidad  y  ardimiento  desplegó  Ribas  en  la  defensa; 
tres  caballos  tuvo  muertos,  á  su  lado  caían  sus  mejores  ofi- 
ciales, la  sangre  corría  por  las  calles.  De  repente  una  nuba 
de  polvo  se  levanta  en  el  horizonte:  es  Campo  Elias  que 
vi'ene  en  su  socorro.  Ribas  sale  á  protegerle,  y  entonces 
Boves  huye  dejando  en  el  Campo  mil  cadáveres.  Cara 
compraron  el  triunfo  los  patriotas,  pues  allí  murió  el  vale- 
roso Ribas  Dávila  que  tantos  servicios  prestara  á  su 
patria. 

523  Este  mismo  día  comenzó  en  Caracas  y  La  Guaira 
una  horrorosa  hecatombe  de  850  canarios.  Diga  lo  que 
quiera  Muñoz  Tébar  en  su  Manifiesto  del  año  de  14,  estai 
atroz  medida  jamás  podrá  ser  justificada.  Por  lo  qne  toca 
á  nosotros,  no  creemos  en  los  asesinatos  necesarios. 

524  Rósete  entre  tanto  saqueaba  á  Ocum'are  y  amena- 
zaba la  capital ;  Ribas  le  derrotó  el  20 :  300  cadáveres,  de 
niños  y  ancianos  la  mayor  parte,  cenizas,  escombros,  sa- 
crilegios, hé  ahí  la  obra  de  aquel  bárbaro.  En  su  equipaje 
se  halló  un  hierro  figurando  una  P  conque  debían  ser 
marcados  los  patriotas  en  la  frente,  y  el  hilo  de  la  conjura- 
ción tramada  con  aquellos  850  presos  que  habían  sido 
fusilados.    ^ 


FELIPE   TEJERA  73 


CAPITULO    XIX 

San   Mateo.  — 1814 


525  Desde  el  día  20  había  establecido  Bolívar  su  cuar- 
tel general  en  San  Mateo,  dejando  al  coronel  Juan  Escalo- 
na el  mando  en  Valencia. 

526  Tenía  el  Libertador  1.200  infantes  y  600  jinetes, 
y  estaban  con  él  Lino  Clemente,  cuanto  modesto  sereno*; 
Martín  Tovar  de  valor  probado ;  los  dos  Montillas,  osados 
é  inteligentes;  el  severo  Campo  Elias ;  er  valeroso  Villa- 
pol;  Florencio  Palacio;  Hermógenes  Maza  y  el  inmortal 
granadino^  Ricaurte. 

527  Allí  debía  sostenerse  Bolívar  á  todo  trance,  mien- 
tras Marino  venía  en  su  auxilio  por  el  Sur. 

528  Pues  sucedió  que  al  nacer  del  día  28  con  grands 
estruendo  y  vocería  le  atacó  en  sus  posiciones  el  formi- 
dable Boves,  al  frente  de  7.000  llaneros  impetuosos. 

529  El  choque  fué  tremendo,  frenético;  la  resistencia 
corneo  el  acero,  dura  desastrosa.  Por  primera  vez  se  en- 
contraba Boves  al  frente  de  Bolívar. 

530  La  brega  y  la  carnicería  duraron  hasta  la  noche 
len  que  herido  aquél  y  rechazado,  como  un  aluvión,  de 
tioidas  partes,  se  retiró  á  las  alturas  del  lugar  y  luégO'  á 
Villa  de  Cura,  á  donde  fué  á  curarse.  Dejó  el  mando  á 
Morales  cuyo  carácter  damos  á  conocer  con  esta  trova 
popular  de  aqlu ellos  tiempos: 

Entre    Boves    y    Morales 
!     La  diferencia   no  es   más, 
Que  el  uno  es  Tomás  José, 
Y  el  otro  José  Tomás. 

531  Y  en  efecto,  ambos  campeones  se  disputaban  la 
palma  en  lo  sanguinarios  y  feroces,  aunque  Morales  no  se 
llamaba  sino  Francisco  Tomás. 

532  Quedaron  en  el  campo  de  los  patriotas  gran  nú- 
mlero  de  heridos  y  de  muertos,  entre  los  primeros  Campo 
Elias,  comi>arable  á  un  ejército,  q'ue  rnurió-  á  poco,  y 
entre  los  segundos  Villapol,  verdadero  tipo  del  carácter 
español,    caballeroso,   valiente  y   honrado. 

533  Pues  en  tan  crítica  situación,  al  frente  de  un 
enemigo  poderoso  en  armaiS  y  denuedo,  supo  el  Libertiador 
(9  de  marzo)  que  Rósete  había  vuelto  á  ocupar  á  Ocu- 
niare  y  amenazaba  la  capital;  y  en  tal  trance  y  riesgo! 
prefirió  sacrificarse  antes  que  ver  hollada  á  Caracas  por 
tan  atroz  bandido. 

534  En  su  auxilio,  logrando  engañar  al  enemigo,  en- 
vió á   Mariano  Montilía  con  300     soldados  de  su  mejor 


74 ^ HISTORIA    DE    VENEZUELA 

tropa.  Creyérplnle  al  piunto,  y  con  razón,  desmledrado  los 
oontr arios,  y  así  el  día  11  de  nuevo  le  atacaron,  más  con 
horrible  fracaso  para  ellos.  Repuesto  ya  Boves  de  su  he- 
rida, repitiólo  el  25  con  poderoso  é  irresistible  ímipetu, 
poniendo  todo  su  conatO'  len  íapoiderarse  del  iparQ'ue  que  con 
escasa  tropa  y  fortialecido  en  luna  casa  del  Libertador,  so- 
bre luna  altura,  mlandaba  el  bravoi  Ricaurte.  ; 

535  A  puntio  iestuvoi  de  conseguirlo  por  su  coraje  ein  leí 
ataque,  pues  ya  gran  parte  de  sus  soldados  entraban  con 
mincha  grita  en  la  casa,  dominando  los  demás  la  cresta  de 
la   colina.  ,    '      ¡     ^ 

536  Bolívar,  desensillando  su  cabiallo,  cruzó  los  bra- 
zos, y^  'estándose  á  ver  lo  qiue  ^aquello  sería,  dijo :  ac/uí 
moriré  el  primero.  ' 

537  Pintábase  el  temor  en  la  cara  de  los  patriotas,  lai 
alegría  en  la  de  los  realistas ;  cuando  de  súbito  bramia  y 
se  estremece  la  tierra,  densa  y  sangrienta  nube  de  humol 
preñada  de  cadáveres  se  levanta  y  (oíscureoe  el  cielov 

538  Hondo  pavor  sobrecoge  á  los  realistas,  pasmo  y 

admiración   á   los   patriotas Era    Ricaurte  que,    pistola 

en  mano,  al  ver  invadida  la  casa,  grita:  viva  lá  Patria!..,... 
dispara  y  vuela  con  amigos  y  enemigos  en  una  tempestad 
de    fuego.  ,  f  > 

539  La  gloria  de  este  insigne  patriota  parecerá  un  mi- 
to de  nuestra  indepenidiencia,  pero  íes  porque  á  semejan- 
za del  carro  de  Elias,  centellea  en  el  espacio  y  se  inmorta- 
liza en  el  cielo.  .     -  -  i 

540  Despavorido  con  tan  ¡eminente  heroismo,  sombrío^ 
como  la  desesperación,  mudo  y  tétrico  como  la  muerte, 
huyó  Boves  del  campo,  atronado  por  el  fragor  de  aquellai 
gloria  que  resonanldo  len  la  tierra  y  en  lo:s  aires,  sie 
repetía  á  sus  oídos  estridente  como  el  clarín  del  juicio', 
y  para  los  patriotas,  sonorosa  como  la  trompa  de  Home- 
ro. A  sus  espaldas  quedaban  un  toar  de  sangre  y  800  ca- 
dáveres. '  !■  i   .  I      '  ■■-;  ■■■•  ;'■ 


CAPITULO  XX 

Derrota    de   Rósete.— Vanguardia   de   Marino. —Bocachica.— 1814 


541  Poco  ajntes  de  estos  sucesos,  temblaba  Caracas  á 
la  aproximiación  de  Rósete.  Arismendi  que  le  había  sali- 
do al  paso,  fué  derrotado;  mías  por  fortuna  llega  Mon^ 
tilla  con  sus  300  soldados,  y  Ribas,  aunque  enfermo,  se  po- 
ne al  frente  de  las^  tropas,  se  hace  conducir  en  camilla  ¡y 
lleva  consigo,  á  la  juventud  de  Caracas. 

542  Aq'uel  hombre  tenía  un  espíritu  de  bronce :  nadie 
como  él  en  el  coraje  de  las  -  batallas, ;  nadie  como  él  en 
lo  activo  y  afortunado;  moderno  Ayiax,  su  voz  espanta  al 


FELIPE   TEJERA  75 


etnemigo  y  jamás  le  abiandoinia  la  victoria.  «Contra  él,  decía 
Bolívar,  la  adversidad  no-  puede  nada», 

Ahora  va  á  pelear  en  una  camilla,  como  Carlos  XII 
letn  la  batalla  de  Narva;  así  tamibién  los  antiguos  soldados 
^españoles  tomabatn  las  ciudades  llevando  el  cadáver  del 
Cid  sobre  sus  hombros. 

544  Etn  tefecto,  el  día  20  de  marzo  derrota  de  nuevo' 
á  Rosiete  ^eln  Ocumare,  persíg-uele  hacia  los  Pilones  y 
de  allí  revuelve  á  Caracas  justamieinte  aclamado  el  inven- 
cible. I 

545  Persiguiéindolo  qiuedaron  Montilla  y  el  coronel 
LieaJndro  Palacios,  los  cuales  el  día  22  por  la  tard^e,  vieron 
desde  elevada  moíntaña  un  cuerpo  de  tropajs  a  lo  lejos :  era 
la  vajuiguairdiia  de  Mariñjo!.  , 

546  Tlraía  cjosa  de  3.500  hombres,  los  más  de  caballe- 
ría, y  'mialnidados  por  Vialdési,  Bermúdez,  Arrioja,,  et'o. 
Le  cupo  tajmbié'n  buena  parte  en  la  ¡destrucción  de  Ro- 
siete,  !  >    V 

547  Ilnoorporado  Palacios  lal  lejército,  rig-ió  entonces  la 
vanguardia,  y  Marianoi  Montilla  fué  Jefe  de  Estado  Ma- 
yor. \ 

548  Pues  Bucedió  qiue,  apelnas  supo  Boves  la  aproxi- 
Imiacióin  de  Mariño!,  abandonói  el  sitio  de  San  Mateo  con 
el  objeto  de  venirle  al  encuentro  y  derrotarle  antes  que 
se  feulniera  con  Bolívar.  Hallóle  en  efecto,  y  trabaron 
reñida  biatalla  en  Bocachica  el  día  31 ;  pero  mal  su  grado 
y  á  idespeicho  de  sus  ¡aguerridias:  h-uestes,  superiores  en  nú- 
toero,  hubo  de  retirarse  contrastado  ante  la  impetuosidad 
de  los  lorientalesi.  i  ^ 

549  Mariño,  sin  embargo  de  esta  victoria,  anduvo 
desavisado^^y  flojo  en  aprovecharla,  perdiendo  malamentb 
en  Ja  inaxfción  mlomentos  tan  preciosos.  Boves  se  retiró 
á  Valencia,  sitiada  á  la  isazón  por  Ceballos,  no  sin  sufrir 
la  piersecución  de  Toimiás  Montilla,  enviado  al  caso  por  el 
Libertador  desde  San  Mateío. 

550  Veamos,  pues,  qué  había  pasado  para  entonces 
en  la  heroica  Valencia. 


CAPITULO  XXI 

HeroisliTiio   de   Urdaneta.— 1814 

551  Sabido  es  que  este  esforzado  y  simipático  adalid 
hacía  frente  en  el  Occidente  á  las  partidas  realistas.  El 
supo  en  Barq'uisimetiO'  la  muerte  de  Yáñez,  acaecido  en 
Ospino ;  lenvió  400  hombres  de  refuerzo  á  Bolívar,  y  al  fin 
se  retiró  de  aquella  plaza,  atacado  de  improviso  por 
Ceballos  con  1.000  hombres  el  11  de  marzo;  y  burlandoi 
la  vigilancia  de  Calzada,  que  sitiab'a^  á  'San  Carlos,  penetrói 
en  esta  ciudad  idonde  luégoi  hizo  prodigios^  de  resistencia'. 


76  HISTORIA   DE   VENEZUELA 

552  Al  cabo  fué  preciso  evacujarla,  y  tres  días  después 
llegó  Urdaneta  á  y,alencia,  doiude  recibió  de  Bolívar  ór- 
denes de  resistir  hasta  perecer,  imientras  llegaba  Ma- 
rino. 

553  Por  todo  le  quedaban  ya  280  hombres,  con 
los  cuales  se  atrincheró  en  la  plaza  mayor.  Era,  como  se 
ha  dicho  antes,  Gobernador  de  Valencia  Juan  Escalona,  y 
estaba  con  él  el  Arzobispo  de  Caracas  Don  Narciso 
Coll  y  Prat,  que  había  salido  á  su  visita  episcopal. 

554  Unido,  pues,  Calzada  con  Ceballos,  pusieron 
sitio  á  la  ciudad  con  4.000  hombres  de  famosa  tropa;  y  á 
poco  se  hizo  tan  estrecho,  que  faltó  á  los  sitiados  el  agua, 
los   comestibles,  en  una  palabra,  toda  clase  de  sustento. 

555  Mujeres  y  niños  morían  de  hambre  y  miseria 
por  las  calles, com¡o  sucedía  en  Nurnancia:  otras,  por 
aplacar  la  sed  se  embriagaban  con  licores  espirituosos 
y  corrían  de  uno  al  otro  lado  dando  alaridos  de  dolor 
Q'ue  desgarraban  el  alma;  el  soldado  muerto  de  fatiga^ 
ennegrecido  el  rostro  por  la  pólvora,  sediento  é  iracundov 
buscaba  la  mnerte  con  furor  sombrío  y  silencioso. 

556  Si  grande  y  célebre  por  la  resistencia  fué  el 
sitio  de  Zaragoza,  no  imenos  lo  será  éste  de  Valencia; 
que  antes  de  capitular  ise  habría  reducido  á  escoimbros. 
Maravilla  considerar  coimo  200  soldados  hambrientos,  en- 
fermos,  casi  moribundos,  rechazaban  a  4.000  realistlas/ 
que  los  acoimetían  bravamente. 

557  En  tainlaña  conyuntura  supo  Urdaneta  la  incor- 
poración de  Boves  á  Ceballos,  y  recibió  de  ambos  nue- 
vas y  apramiantes  ófdenes  para  rendirse;  mas   Urdaneta 

^  no  era  militar  de  los  que  capitulaban,  y  así  se  ápercibiiói 
con  duplicados  bríos  para  muy  pujante  acometida. 

558  Pero,  lejos  de  eso,  se  retiró  al  jDunto  Boves,  y  el 
mismo  día  3  de  abril,  entró  Bolívar  á  Valencia  cort 
mucho  aplauso  de  la  gente,  i  Loor  eterno  á  Urdaneta] 
que  siempre  leal,  serenoi  y  valeroso,  sabía  defender  la 
patria! 


CAPITULO   XXII 
\  Últimos   sucesos    del    año   de    1814 

559  Por  lun  tnjomento  aparecieron  las  cosas  hala- 
güeñas y  se  creyó  salvada  la  República;  mas  desaciertos 
y  tardanzas  complicaron  en  breve  el  éxito  de  todas  aque- 
llas legendarias  hazañas. 

560  Así  vemos  que  el  denodado  Marino,  el  vencedor 
ein  Bocachica,  es  derrotado  el  16  de  abril  en  el  Arao,  sin 
poderse  saber  á  puntoi  fijo  la  causa  positiva  de  tamaño 
y  trascendental  desastre;  y  aunque  Bolívar,  siempre  igual 
á  los  acointecimientos,  más  fuerte  y  terrible  cuanto  más 


FELIPE  TEJERA  77 


desesperado,    hag^a    esfuerzos    sobreh'u miarnos    para    enca- 
rrilar las  ooisas,  todo  al  cabo  será  ^n  vano. 

561  Veamos,  siin  embargo,  ese  nuevo  Atlante  que 
lleva  sobre  sus  hercúleos  hombros  el  peso  de  un  mundo. 
¿  Quién  se  oponie  á  su  q^uerer  ?  ¿  quién  ya  á  detener  ese  to- 
rrente impetuoso  y  desbordado  ? 

562  Vedle  allí  á  la  cabeza  de  5.000  hombres  ag-ue- 
rridos,  pasearse  por  las  áridas  llanuras  de  Cárábobo.  Se- 
mejante al  Eolo  de  la  fábula,  su  voz  resuena  en  medio 
de  las  tempestades,  y  camina  como  el  trueno,  coronadlo 
de  relámpagos. 

563  Coin  él  están  sus  mejores  oficiales,  los  iq^ueridos  de 

la   fama:   Ribas,    Marino,    Urdaneta Cajigal   le  opone 

6.000   soldados ;  son  Las  mejores  tropas   realistas :   era  el 
28  de   mayo.  < 

564  A  la  voz  de  carga  se  aproximan  enttátnbosi 
combatientes,  como  (se  ven  _  dos  íiubes  procelosas  cuan- 
do contrarios  vientos  las  impelen  una  sobre  otra.  El 
choque  de  las  armas  resuena  en  el  espacio,  los  caballos 
galopan,  se  estrellan  contra  las  espesas  columnas,  y  de  sus 
cascos  brotan  chispas  radiosas  dentro  de  una  nub/e<  de 
polvo. 

565  Muerden  los  unos  la  estremlecida  tierra  y  la  arro- 
jan sangrienta  lal  espacio,  los  otros  caen  desvancidos 
y  se  ahogan  en  su  propia  sangre;  y  sobre  todas  aquellas 
cabezas  erizadas  y  lívidas,  se  oye  la  voz  de  Bolívar,  fría  y 
severa,  que  pasa  como  el  resplandor  de  una  espada,  y  el 
estruendo  del  cañón  que  retumba  en  las  espesas  filas  como 
el  ruido  de  las  ondas  estrelladas. 

566  Victoria!  claman  los  patriotas,  y  á  esta  voz  arre- 
batadora la  República  se  levanta,  al  parecer,  invencible. 
Con  todo,  aquello  era  una  burla  del  destino.  Cajigal 
estaba  derrotado,  en  efecto,  el  mejor  ejército  español  allí 
destruido;  pero  Boves,  el  formidable  Boves,  volvía  ya 
por  el  Sur  con  8.000  llaneros.  A  la  vuelta  de  un  mesl 
todo  habrá  concluido,  y  hordas  de  bárbaros  insultarán 
muestras  ciudades. ' 

567  Marino  va  á  situarse  en  Villa  de  Cura;  Urdane- 
ta sigue  al  Occidente;  Bolívar  está  en  todas  partes.  Sin. 
embargo,  el  hambre,  la  miseria,  el  desaliento,  la  postra-* 
ción  natural  que  sucede  á  los  grandes  esfuerzos,  van  á 
oponerse  á  (su  obra.        i 

568  El  grito  de  la  nitierte  ha  resonado  otra  vez  en  la 
Puerta.  En  las  malezas,  en  los  profundos  barrancosi, 
aqní,  allá,  ha  escondido  Boves  sus  legiones. 

569  Marino,  incauto,  le  sale  al  encuentro  sin  saber  el 
número  de  fuerzas  que  trae ;  Bolívar  llega  el  mismo  día  ya 
comenzada  la  batalla;,  era  el   15   de  junio:  la   fecha  del 

^decreto  de  Trujillo. 

570  Indecisa  parecía  al  principio  la  jornada,  cuándo 
de  súbito  aquellos  hondos  barrancos,  los  boscajes  y  grie- 


78 


HISTORIA   DE   VENEZUELA 


tas  de  la  rierra,  vomiitan  ■una  leg-ión  de  demonios,  los  es- 
pantosos llaneros  de  Boves. 

571  La  derrota  fué  completa:  1.000  republicanos  ca- 
yeron bajo  la  cuchilla  del  vencedor.  Allí  murió  Muñoz 
Tébar,  ■  esperanza  de  la  Patria ;  y  el  bravo  general  An- 
tonio María  Fneites,  cuando  vio  perdida  la  batalla,  aco- 
mietido  de  insano  furor,  se  dio  la  muerte. 

572  Bolívar  y  Marino  con  pocos  que  lograron  esca- 
par, siguieron  á  Caracas.  Boves  llega  el  16  á  La  Victoria', 
el  17  á  La  Cabrera,  sigue  á  Valencia  el  19,  y  la  rinde 
luego.  Allí,  ante  el  sacrificio  de  la  misa,  jura  respetar 
las  capitulaciones;  un  día  después  mueren  asesinados  los 
patriotas  por  las  calles. 

573  D'Eluyar,  al  saber  el  desastre,  deja  el  sitiO'  de 
Puerto  Cabello  y  se  embarca  para  La  Guaira;  Urdáneta 
len  el  Occidente  huirá  hacia  Nueva  Granada. 

574  Boves,  por  último,  ocupa  á  Caracas  el  16  de  julio. 
Al  aproximarse,  una  emigración  de  18.000  peraonas,  huye 

con    Bolívar   para  el    Oriente.    Casi   todas   perecieron! ., 

La  sola  presencia  de  Boves  hizo  en  Caracas  más  estragos 
que  el  terremoto. 


CAPITULO  XXIII 

(Continuación) 

575  En  vano  con  refuerzos  del  Oriente  pensaba  el 
Libertador  recuperar  lo  perdido :  este  año  lo  presidía  la 
fatalidad. 

576  Aquel  feroz  Morales,  segundo  de  Boves,  después 
de  encarnizada  brega,  les  hace  abandonar,  á  él  y  á  Ber- 
múdez,'  la  villa  de  Aragua,  que  ya  mútilmente  defendían. 
(18  de  agosto). 

577  Allí  murió  el  hercúleo  Carvajal  {el  tigre  encara- 
mado), valeroso  llanero  que  hacía  prodigios  vibrando  una 
lanza  en  cada  manoi  y  rigiendo  con  la  boca  la  brida  de  su 
caballería. 

578  Morales  entró  á  Aragua  y  degolló  1.500  personas 
por  patriotas.  En  el  propio  altar  del  Señor  corrió  la  sangre 
de  1.000  infelices!  ¿Qué  especie  de  hombre  es  ése  que  no 
se   sacia  de   sangre,   como  la  guillotina? 

579  Bolívar  abandona  el  10  á  Barcelona  y  se  va  á 
Cum.aná,  de  donde  sigue  el  25  á  Margarita  para  salvar 
las  ricas  joyas  de  la  Catedral  de  Caracas,  que  había  lle- 
vado consigo  y  pensaba  apropiarse  el  italiano  Bianchi,  co- 
mandante de  la  flotilla  patriota. 

580  Algo  pudo  conseguir  de  este  extranjero;  mieif- 
tras  tanto,  se  urde  en  el  continente  contra  él  la  más 
aviesa  trama. 


FELIPE   TEJERA  79 


581  Ribias  y  Piar  lia  iacaudill.a,n  con  asomblro  de  cuan- 
tos neoonocían  en  ambos,  bellas  partes  morales  y  arran- 
ques del  más  noble  patriotismo.  Desconocen  á  Bolívar 
(2  de  setiemibre),  y  quedan  ellos-  como  primero  y  segundo 
Jefe;  prenden  en  Carúpanoi  á  Mariño',  mas  los  reclamo;sJ 
de  Bianchi  le  salvan  y  sale  con  Bolívar  para  Cart^-gená. 

582  Rota  estaba,  pues,  la  disciplina  militar;  con  ella 
idesaparece  siempre  lia  ¡fortuna  de  las  jar  mas.  ) 

583  Así  vaino  fué  qiue  Bermúdez  (lel  día  12)  derrotara 
á  Morales  e'n  Barcelona:  Boves  se  le  incorporó  luégO'  en 
Úrica.  V  ■', 

584  Y  coímo  era  de  esperar,  los  patriotas  andaban  en- 
cointrados  en  opiniones  desde  que  les  faltaba  aquella 
cabeza  que  habían  tronchado!  com,o  'de  una  cuchillada,  y 
el  gran  prestigioi  del  Libertador  de  Venezuela. 

585  En  disputas  y  altercados  estaban  Ribas  y  Bermú- 
dez, cuando  vino  á  apaciguarlos  comiO  el  iris,  aquel  varón 
venerable  que  redactó  las  leyes  municipales  de  Caracas, 
aquel  Licenciado  Don  Miguel  José  Sanz,  cuya  palabra 
tenía  algo  irresistible,  y  bajo  cuya  paternal  sentencia  en- 
treambos  se  avinieron  y  determinaron  dar  á  Boves  bata- 
lla en  el  sitio  de  Úrica  (5  de  diciembre). 

586  Estaban  entre  los  patriotas  Cedeño,  Zaraza,  José 
Tadeo  Monagas,  Paz  del  Castillo,  Rojas  y  otros  caudillois 
orientales. 

587  Por  último,  rómpense  los  fuegos:  Zaraza  hace 
prodigios ;  Ribas  corre  el  campo  como'  un  dragón  de 
fuego;  Bermúdez  es  Aquiles;  mas  todo  inútilmente:  el 
enemigo  arrolla  nuestras  columnas,  las  dispersa  y  vence ;  á 
costa,  empero,  de  Boves,  que  allí  quedó  tendido  en  el 
campo,  abierto  el  velloso  pecho  de  ,ancha  herida  de  lanza 
por  donde  bajó  el  alma  del  monstruo  á  los  infiernos. 

588  Ribas  y  Bermúdez  siguen  en  fuga  para  Maturín 
Idonde  el  11  de  diciembre  Morales,  que  sucedió  á  Boves 
en  el  mando,  cae  sobre  ellos  y  los  despedaza.  Allí  muere 
el  Licenciado  Sanz  cuya  historia  vamos  á  trazar  en  cor- 
tas líneas,  miientras  Ribas  huyendo  por  los  montes,  caerá 
al  fin  en  poder  del  enemigo^  el  31  de  enero  de  1815  en^ 
Tu  cupido. 

589  Su  cabeza  frita  ein  aceite  y  encerrada  en  una  jau- 
la de  hierro,  será  llevada  á  Caracas,  y  allí  se  estará  so- 
bre el  palo  de  la  horca  con  imienosprecio  de  la  justicial 
que  ha  huido  de  la  tierra,  esperando  la  venganza,  cuyo 
caballo  desbocado  piafará  bien  pronto  en  las  llanuras  de 
la  patria. 


80  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


CAPITULO  XXIV 

El   Licenciado   Miguel   José   Sanz 

590  Nació  este  célebre  letrado  venezolano  en  Va- 
lencia^ el  año  de  1754,  y  desde  temprana  edad  se  de- 
dicó á  las  tareas  del  estudio:  que  enriquecieron  su  miente 
con  iin  caudal  de  ciencia  y  de  doctrina  poco  común  en- 
tre los  mismos  sabios  de  su  época. 

591  Con  gran  trabajo  y  disimulo  lograba  hacerse  de 
libros,  pues  que  los  más  de  entonces  estaban  prohibidos, 
y  de  esta  suerte  pudo  penetrar  en  el  sagrado  recinto  de 
las  ciencias  físicas,  morales  y  políticas,  llegando  á  ser 
con  el  tiempo  jurisconsulto  de  nota,  estadista,  historia- 
dor, poeta  y  orador  sobresaliente  en  la  tribuna  del  foro. 

592  Leía  lein  las  altas  horas  de  la  noche  á  Rousseau, 
á  Voltaire  y  otros  filósofos ;  mas  no  por  eso  menoscabó 
•en  nada  sus  primeras  creencias  religiosas,  ni  rayó  jamás 
su  palabra  en  los  términos  díe  la  demagogia. 

593  Hombre  de  gran  conciencia  y  de  espíritu  piadoso, 
te'nía  la  virtud  por  ejercicio,  la  honradez  por  blasón,  el 
amor  á  la  patria  por  objeto  de  sus  conatos;  ni  le  ce- 
gaba la  ira,  ni  la  ^vanidad  velaba  las  grándesi  claridades 
'de  su  mente.  ^ 

594  El  redactó  á  principios  del  siglo  las  leyes  mjuni- 
cipales  de  Caracas  y  sus  coetáneos  le  llamaron  el  Li- 
curgo de  Venezuela,  justo  y  meracido  título  conque  le 
han  destinguido  muchas  veces  en  el  extranjero. 

595  Redactó  también  «El  Seminario»  que  fue  uno 
de  los  primeros  periódicos  que  defendieron  la  causa  de 
la  independencia.  «Aunque  reservado  y  íen  apariencia 
tímido,  le  agitaba  un  entusiasrno  febril ;  y  en  él  y  en 
el  belicoso  ardor  de  Isus  convicciones,  tomó  aquel  es- 
tilo decidido  y  libre,  colorido,  abundante,  desigual,  enér- 
gico,   que   caracterizaba   sus   escritos», 

596  «Hombre  de  religión  y  fe,  aunque  de  espíritu 
losado  y  valeroso  carácter,  su  palabra  circunspecta  y 
hábil  difirió  .muchas  veces  las  tempestades  que  arne- 
mazaban  á  la  Iglesia.  Fue  humJano  en  tiempos  de  vio- 
lencia, honrado  len  uria  época  ¡de  intrigas  y  venalidad!, 
activo  y  fecundo  en  recursos,  en  medio  de  inminentes! 
peligros». 

597  «Su  espíritu  previsivo  adivinó  á  Monteverde  y 
los  funestos  resultados  de  la  (Capitulación  de  Miranda: 
«las  protestas  de  clemiencia  y  lolvido  de  ío  pasado,  decía 
en  el  número  21  de  '«El  Semanario»,  servirán  de  em- 
boscada á  los  ¡suplicios,  proscripciones  y  destierros;  y 
seréis  victimas  ide  la  furiosa  venganza  de  una  tiranía 
irritada».   (Biografía  de  José  Félix  Ribas  por  J.  V.   G.) 

598  El    célebre    Depotns    que    en    su    viaje    á  Costa 


FELIPE    TEJERA  81 


Firme  le  trató  muy  'de  cerca,  alabói  sus  prendas  y  virtu- 
des. Trató  con  el  sabio  Humboldt  de  quien  se  cuenta 
haber  dicho:  «Puede  hacerse  viaje  á  Tierra  Firme  por 
coinocer    y   tratar    á  un    Licenciado    Mig'uel    José    Sanz». 

599  El  fue  el  fuindador  del  Colegio  de  Abogados, 
gue  ino  pudo  al  cabo  sostenerse:  creó  en  la  Universi- 
dad la  clase  de  Derecho,  público;  arregló  los  pesos  y 
medidas  de  Caracas  y  dedicó,  por  último,  todo  su  afán 
á  promover  la  enseñanza  en  su  país  tanto  primaria  como 
aca.lémica. 

600  Patriota  de  co'nvicción,  desterróle  de  Caracas 
el  Capitán  General  Emparan;  y  después  del  19  de  abril 
abogó  en  la  defensa  de  los  condenados  por  la  conjura- 
ción de  Valencia.  Fue  Secretario  de  Estado  el  año  de 
1811,    y   firmió    como   tal  jel   acta   de   Independenciiaj. 

601  Contóse  luego  entre  las  víctimas  de  la  persecu- 
ción de  Monteverde;  y  percijda  la  segunda  batalla  de 
la  Puerta,  lemigró  á  Margarita  donde  le  llamó  Ribas 
para   oír   sus   consejos  antes   de   la  batalla  de   Urica.^ 

602  En  aquella  emigración  perdió  el  equipaje  don- 
di;  llevaba  todos  sus  escritos,  y  la  historia  de  Venezuela! 
q.ic  había  redactado  con  precioso  acopio  de  materiajesí.. 
Mario  después,  segiín  se  ha  dicho,  en  Maturín,  bajo  el 
cuchillo  lexterminador  de  Morales.  (*)  Con  él  puede 
decirse    que   exhaló    el    últimio^  suspiro    la    República.. 

603  Es  teste  el  m^omento  de  hacer  una  observación. 
Todas  las  oelebridades  patrias  han  logrado  siempre  más 
ó  menos  alguna  gratitud,  grabando  de  cierto  modo  su 
recuerdo  en  la  memoria  de  los  pueblos.  Tenemos  insti- 
tutos, ciudades,  calles,  plazas,  con  (el  nombre  de  nues- 
tros   primeros    varones Sólo    Sanz,    sólo    el    Licurgo 

de  Venezuela,  ha  caídO'  idn  olvido  miserable.  He  ahí  las 
ingratitudes  de  los  tiempos. 

604  Cuántos  gioriosos  nombres  no  se  habrán  per- 
dido  así  entre   la  oscura  bruma  [de   las  edades Hay 

astros  solitarios  que  relumbran  alguna  vez  en  el  zenit, 
y  luego  se  pierden  para  isiempre  en  las  nebulosas  del  es- 
pacio*; ni  el  mejor  telescopio  ^os  alcanzará  en  las  lonto- 
nanzas  infinitas!  Han  desaparecido  como  si  fueran  ilusio- 
nes  del   cielo 

605  Cerremos,  pues,  con  la  muerte  de  tan  preclaro 
patricio,  esta  época  luctuosa:  todo  ha  concluido  en  aqucí' 

lia  patria,   amada,  libertad,   honor,   ejército Los  trinos 

de  Jeremías  parece  que  se  escuchan  en  la  media  noche 
suspirando  al  compás  de  las  cadenas.  Hé  ahí  la  obra  de 
la  guerra  á  muerte 


(*)    Baralt,  pone  su  muerte  en  la  batalla  de  Úrica. 


^2 HISTORIA   DE   VENEZUELA 

CAPITULO    XXV 

Expedición   de   Morillo.— Margarita.— 1815 

606  Entre  tanto  caía  Venezuela  bajo  el  poder  de  las 
huestes  de  Boves  y  Morales,  más  feliz  España  escapa- 
ba, en  reñida  y  gloriosa  contienda,  de  la  dominación 
francesa;  y  volviendo  los  ojos  á  la  Amiérica  pensabia 
enviar   á  ella  una  expedición. 

607  Partió  ésta,  en  efecto,  de  Cádiz,  el  17  de  febre- 
ro, constando  de  60  buques  de  trasporte  y  otros  menores, 
con  el  gran  navio  San  ^Pedro,  de  74  cañones ;  trayen- 
do por  todo  15.000  hombres  de  aquellas  tropas  ven- 
cedoras de  Napoleón,  al  mando  del  Teniente  General 
Don    Pablo    Morillo.     (1) 

608  Y  dio  fondo  en  Puerto-Santo,  costa  de  Cuma- 
ná,  el  3  de  abril,  para  cuando  ya  florales  dominaba 
todo  el  país,'  Sólo  en  Margarita  Juan  Bautista  Arismendi 
hacía   resistencia.    (2) 

609  Pues  á  ella  enviaron  Morillo  y  Morales  3.C00 
hombres  al  mando  de  Don  Juan  Gabazo,  quien  por 
un  momento  sometió  la  isla,  dejando  de  Gobernador 
á  Don    Antonio    Hernaiz. 

610  Siguió  entonces  Morillo  para  La'  Guaira,  y  el 
11  de  mayo  entró  en  Caracas,  encargándose  de  allí  á  poco 
del    Gobierno    como    Capitán    General. 

611  Mas  no  tardará  en  fracasar  su  empresa  de  pa- 
cificación coinpleta,  y  aquel  famoso  ejército  empezará 
á  desmedrarse,  priincipiando  por  el  incendio  del  navio 
San  Pedro  (3)  (21  de  /abril),  que  le  dejó  casi  sin  armas, 
pertrechos  ni  recursos :  el  menosprecio  en  que  puso  las 
tropas  de  Morales  hará  lo  demás. 

612  El  proyecta  y  lleva  á  remate  una  expedición 
contra  la  Nueva  Granada,  y  deja  por  Capitán  General 
al  Brigadier  Ceballos.  (4)  Un  consejo  d3  guerra  perma- 
nente, presidido  por  Moxó,  juzgará  los  delitos  de  in- 
fidencia. 

613  Este  Moxó,  célebre  por  sus  exacciones  y  tropelías, 
quedó  al  cabo  con  aquel  cargo,  pues  Ceballos  se  fué 
para  la  Península. 

(1)  Véase  la  nota  3.^  al  final  de  la  obra. 

(2)  "í.leíamo3  felizmente  a  las  cootas  orien^-a'es  de  Cumaná  á  principios  del 
mej  de  ab/il,  y  sobre  ellas  eacontramos  al  ejército  que  acubüba  de  destiUir  el  cuerpo 
p.incxpal  á¿  los  disidentes,  en  U.^ca,  en  Matiuí'i  y  en  um.ia:  aquel  ejéiCito,  que 
compacoto  de  machos  milla.es  de  pa;,(ios,  zambos  y  nebros,  y  mny  pocos  c¿  itenares 
de  blincos,  había  sido  en  toda  la  campaña  el  error  de  los  eiemi:íos.„— (Manifiesto 
del  üenen.l  D.  Pablo  Monllo,  á  la  Nac.ói  Española.)    (MDCCCXX) 

C^)     Vjase  la  no:a  4. '  al  fia  de  la  obra. 

(4)  "hl  6  de  diciembre  ocu  ^ó  la  plaza  ái  Carta  :ena,  perdiendo  en  esta  empresa 
1.82"^  peninsulares  y  1,^01  soldados  del  país,  entíe  maertos,  he. idos  y  desertoies.„  — 
{Memorias  del  Coronel  Sevilla). 


FELIPE   TEJERA  83 


614  Viéronse  entonces,  como  nunca,  vejadas  y  vilipen- 
diadas las  costumbres,  y  aquellos  lexpedic.onarios  se  fi- 
guraroin  á  Caracas  su  serrallo;  con  lo  que  ardió  de  nuevo 
-en  los  etticolerizados  pechos  el  enojo  del  org-uUo  y  el  coraje 
•de  la  venganza. 

615  Ya  por  el  Orieinte  y  el  Sur  numerosas  guerrillas 
pululaban:  Cedeño,  Zaraza,  los  Monagas,  recorrían  con 
más  ó  menos  éxito  aquellas  regiones;  y  en  los  confines 
con  Casanare  guerreaba  Francisco  Olmedilla,  y  comen- 
zaba á  hacer  prodigios   de  heroísmo  José  Antonio  Páez, 

616  Pero  fué  en  Margarita  donde  los  patriotas  mani- 
festaron entonces  épica  grandeza.  Acaudillada  por  Aris- 
mendi, la  isla  se  levantó  como  un  solo  homore,  é  h  zo  mila- 
-gros  de  valor  y  de  constancia.  Sin  embargo,  continuó 
allí  la  guerra  á  muerte,  y  sin  acontecim.entos  decisivos 
terminó  el  año.  Veamos  ahora  lo  que  había  sido  del  Liber- 
tador. 


CAPITULO  XXVI 

Expedición  de   los   Cayos.— 1816 


617  Bclvar,  que  había  pasado  casi  todo  el  a~o  anterior 
luchando  en  la  Nueva  Granada,  no  ya  sólo  con  los  ene- 
migos ide  América,  sino  tamb.én  con  los  suyos  propios, 
después  de  someter  su  conducta  al  Congrego  de  aquella 
República  y  obtener  su  aprobación,  renuncó  el  mando  del 
ejercito  y  se  fué  para  Jamaica.  Allí  estuvo  á  punto  de 
perecer  asesinado  por  un  negro,  esclavo  suyo,  instigado 
por  un  esbirro  del  Capitán  General  Moxó ;  y  ya  á  pr.nci- 
pios  de  este  año  meditaba  con  mayor  tesón  ía  reconquista 
de   su  patria. 

618  Pues  á  tiempo  que  Margarita  se  sublevaba  y  por 
otra  parte  Morillo  sometía  la  Nueva  Granada,  preparó  él 
la  célebre  expedición  que  zarpó  de  los  Cayos  de  Haití, 
puerto  de  Acquín,  el  30  ide  marzo. 

619  Doscientos  cincuenta  hombres  con  escasos  recursos 
■formaban  esta  expedición  que  debía  desinteresado  apoyo  á 
Petión,  Presidente  de  Haití.  Venían  en  elia  Marino,  como 
Jefe  de  Estado  Mayor;  Carlos  Soublette,  el  escocés  Mag- 
Gregor,  Pedro  Briceño  Méndez,  el  gr^nadiao  Docior  Fran- 
cisco A.  Zea,  y  como  Almirante,  Brion. 

620  Arribaron  al  puerto  de  Juan  Griego  en  Margarita 
(3  de  mayo),  y  la  sola  nueva  del  LibertaJor  en  tie.ra  puso 
tal  miedo  en  los  reali;s:as,  que  s  n  más  ni  más,  dejaron  en 
poder  de  Arismendi  el  castdlo  de  Santa  Rosa. 

621  De  allí  siguió  el  Libertador  para  el  continente, 
locupó  á  Carúpano  y  el  10  üe  jan  o  e.iv.ó  á  Manno  á orga- 
nizar fuerzas  en   G diría,  y  ,á  Piar   en  Maturín. 

622  Y   pensando   luego   invadir   por  ¡el    Centro,    trajo 


84  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

á  Ocumare  de  la  Costa  lu'ila  lexpedición  el  6  de  julio ;  majs, 
Ino  siendo  á  medida  de  su  deseo,  dejó  allí  á  M^g-Gre- 
gor  coíi  la  empresa  de  internarse  hasta  donde  se  incor- 
porara coin  las  guerriillas  del  Sur,  y  él  siguió  para  Güiria.. 

623  Coin  notable  fortuna  puso  término  Mag-Grsgor! 
á  laquel  aventurado  proyecto;  y  'después  de  unirse  con 
Zaraza  el  3  de  ¡agosto  'en  Santa  María  de  Ipire,  ganada 
la  batalla  de  Alacrán  (6  de  setiembre),  entró  en  Barce- 
lona junto  con  Monagas,  quedando  allí  todas  las  fuerzas 
al  mando  de  Piar,  que  venía  de  Cumaná.  Entonces  triun- 
fó éste  el  27  en  la  batalla  del  Juncal,  de  Morales,  que) 
tenía  3.000  hombres.  " 

624^  A  la  sazón  nuevas  amlarguras. esperaban  á  Bolivan 
en  Güiria,  donde  el  22  del  mismo  agosto,  había  sido  des- 
conocido   por   Marino   y   Bermúdez,    como   Jefe. 

625  Así  las  cosas,  tomo  el  partido  de  reembarcarse 
para  Haití;  mías  los  Generales  Urdaneta  (que  había  vuel- 
to de  Nueva  Granada),  y  Monagas,  manteniéndose  fieles, 
»dnviaron  allá  por  él  al  Doctor  Zea.  De  este  modo  tornó  el 
Libertador  á  Juan  Griego  el  i28  de  diciembre,  y,  siguiendc^ 
á  Barcelona,  se  puso,  el  31  al  frente  de  las  fuerzas!. 

626  Entre  tanto,  el  país  se  insurreccionaba  en  todas 
partes:  Margarita  estaba  aririscada;  el  Oriente  en  armiás; 
el  Sur  invadido  de  numerosas  g'uerrillas.  Las  esperanzias 
die  la  patria  renacieron  al  lexpiriar  este  año,  como  el  fénix, 
de  sus  cenizas. 


CAPITULO  XXVII 

José   Antonio.  Páez— 1816 

627  Nació  ^esíe  afortunado,  guerrero  en  la  villa  de 
Araure,  el  año  de  1790,  y  fué  dado  desde  bu  niñez  al  rudo 
oficio  de  nuestros  hatos,  durmiendo  á  la  intemperie,  dói- 
mando  potross  y  adquirienido  len  ello  la  complexión  robusta 
y  el  ánimo  fuerte  que  tanto  le  valieron  después. 

628  Era  bajo  de  cuerpo,  ancho  de  espalda,  de  mirar 
astuto,  y  en  el  manejo  del  caballo  como  en  jugar  la 
lanza,  ninguno  le  igualaba.  Así  cobró  gran  prestigio  entre 
los  suyos;  y  entrado  el  año  de  13  en  las  filas  patriotas ,\ 
inmortalizó  su  nombre  con  hazañats  pasmosas. 

629  Pui  le  había  puesto  en  capilla  varias  veces;  m'as 
no  le  abandonó  la  Providencia,  ¡que  para  mayores  casos,  le 
guardaba;  y,  andando'  el  tiempo,  yino  á  ser  jefe  de  losi 
llaneros. 

630  Atrevido  de  genio,  y  enamorado  siempre  de  las 
empresas  arduas,  acometió  el  16  de  febrero  de  este  año 
al  Jefe  realista  López,  qne  tenía  1,600  hombres  en  el 
lugar  llamado  Mata  de  la  Miel,  y  destrozándole  por 
complí^^,  le  tomó  3.500  caballos,  400  prisioneros  y  casi 


felipp:  tejera  85 


todo  el  armamento.  El  Gobierno  de  Bogotá  le  nombró  en- 
tonoes  coronel,  considerando  sus  tropas  como  depen- 
dientes de  Casanare. 

631  Volvió  'el  mismo  López  con  igual  número  de 
fu-erzas,  cuatro  meses  después,  y  tornó  Páez  á  derrotarle 
'Sn  lel  sitio  del  Mantecal. 

632  Al  cabo  vinieron  á  riefugiarse  en  Venezuela  nili- 
chos  patriotas  granadinos^  perseguidos  por  el  Brigadier 
La  Torre,  ya  perdida  aquella  República;  y  celebraro;n  en 


José  Antonio  Páez 

Guasdualito  una  Junta,  á  q'ue  ;asistió  Páez,  de  la  cual  vino 
á  salir  electo  Francisco  de  Paula  Santander  por  Jefe  del 
Ejército,  constituyendo  también  una  forma  de  Gobierno 
que  allí  mismo  se  desbaratói,  y  Páez  fue  reconocido  en 
lugar  de  Santander. 

633  Después  de  lo  cual  su  primera  acción  fué  la  del 
Yagual  (8  de  octubre),  en  donde  por  tercera  vez  puso 
'en  lastimoso  estado  á  López,  que  traía  1.700  infantes  y 
400  ginetes. 

634  El  12  de  noviembre  llegó^  á  Nutrias,  donde  di- 
vidió sus  fuerzas;  puso  al  mando  de  Urdaneta  dos  escua- 
drones de  caballería  y  él  ise  dirigió  á  sitiar  á  San  Feman- 
do, y  supo  entonces  que  Morillo  y  La  Torre  venían  de 
la  Nueva  Granada.  Urdaneta,  coímo  vimos,  fué  á  dar  á 
Barcelona.  En  adelante  hallaremos  á  Páez  descollando 
con  gr,an  créditO'  y  fortuna  en  los  principalas.  acontecí? 
ñrientos  patrios. 


86  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


CAPITULO  XXVIII 

Año   de    1817 

635  Menos  felices  para  la  República  serán  los  sucesos 
militares  de  este  año.,  sin  embargo  de  que,  abierta  la 
campaña,  comenzaron  con  buen  éxito  las  operciones 
en  el  Oriente. 

636  El  Coronel  Antonio  José  Sucre,  tan  célebre  más 
tarde,  mandaba  la  provincia  de  Cumaná;  Marino  en 
Barcelona,  y  en  esta  ocasión  penstS  el  Libertador  adue- 
ñarse de  Guayana,  punto  muy  estratég-ico,  donde  á  la 
sazón  obraba  Piar,  mientras  que  Zaraza  y  los  Monágas  mi 
litaban  en  la  de  Caracas. 

637  Y  dejando  en  Barcelona  700  hombres,  puso  ma- 
nos á  la  obra;  desgraciadamente  esta  importante  plaza 
fué  ocupada  por  Aldama,  matando  cuantos  pudo  haber 
á  su  alcance  (7  de  abril).  ; 

638  Por  su  parte,  Páez  combatía  á  La  Torre,  que 
con  4.000  hombres  había  aparecido  el  28  de  enero  en 
las  llanuras  de  Mucuritas;  y  allí  con  sólo  1.100  patrio- 
tas le  derrotó  por  completo,  logrando  el  realista  escapar 
Á  los  cenegales  y  pantanos  que  le  preservaron  del  incen- 
dio que,  con  el  objeto  de  destruirle,  puso,  el  terrible  lla- 
nero á  la  sabana.  (1) 

639  Más  con  todo  y  con  leso,  al  día  siguiente  se  in- 
corporó á  aquél  el  G-sneral  Morillo,  y  pudo  entonces 
salir  de  San  Fernando  en  defensa  de  Guayana,  donde  el 
11  de  abril  perdió  contra  Piar  la  célebre  jornada  de  San 
Félix.  «Aquello  fué,  dice  el  Coronel  Sevilla,  un  verdadero 
exterm.inio.  A  nadie  se  dio  cuartel.»  (Memorias). 

640  Y  sabido  esto  por  Bolívar,  ordenó  á  Brion  que 
viniera  á  reunírsele  con  la  escuadrilla  para  rematar  la  co- 
menzada empresa ;  más  al,  cabo  todo  se  complicó,  no  sólo 
por  la  noticia  de  que  Morillo  unido  á  Aldama  con  6.000 
hombres  pasaría  el  Orinoco;  sino  también  porque  el 
General  Marino,  con  otros  más,  formó  lo  que  se  ha  llama- 
do Congreso  de  Cariaco,  y  desconociendo  al  Libertador, 
se  dijo  general  en  jefe  del  Ejército. 

641  El  Jefe  realista  cambió  entonces  de  propósito  y 
en  vez  de  ir  á  Guayana,  navegó  la  vuelta  de  Margarita; 
con  lo  que  Bolívar,  despreciando  por  una  parte  lo  de 
aquél  Congreso  y  armándose  por  otra  de  más  actividad, 
hizo  al  fin  venir  la  escuadra,  y  obligó  á  La  Torre  á  eva- 
cuar la  plaza  de  Angostura  que  ocupó  al  punto  Ber- 
múdez,  el  17  de  julio.  ' 


(1)  "Catorce  cargas  consecutivas  sobre  mis  cansados  batallones  (que  mandaba 
La  Torre)  me  hicieron  ver  que  no  eran  u^a  gavilla  de  cobardes  poco  numerosa,  como 
me  habíin  míoimado.„— {Manifiesto  del  General  Moúllo,  1820). 


FELIPE   TEJERA  87 


642  Mientras  tanto,  Morillo  se  estrellaba  contra  la 
heroica  Margarita,  aunque  al  principio  pareció  que  se  le 
mostraba  risueña  la  suerte  con  el  oportuno  auxilio  de 
3.000  peninsulares  que  traía  el  brigadier  Don  José  de 
Canterac.        -  .  >'  ' 

643  Con  ellos  ocupó  á  Cariaco  y  Carúpáno  haciendo 
gran  'matanza  de  prisioneros,  y  fué  á  desembarcar  des- 
pués en  V erales,  donde  el  General  Francisco  E.  Gómez, 
á  la  sazón  Gobernador  de  aquella  isla,  le  disputói  con  400 
hombres  la  entrada  (17  de  julio). 

644  El  éxito  de  esta  expedición  nos  lo  dice  el  mismo 
Morillo,  al  describir  el  combate  de  Matasiete. 

645  «Estos  malvados»,  escribe,  «llenos  de  rabia  y 
orgullo  con  su  primera  ventaja  en  la  defensa,  parecían 
tigres  y  se  presentaban  al  fuego'  y  á  las  bayonetas  con  un 
ánimo  de  que  hay  pocos  ejemplos  en  las  mejores  tropas 
del  miundo » 

646  «No  contentos  con  el  fuego  infernal  que  hacían, 
arrojaban  piedras  de  gran  tamaño,  y  como  eran  hombru- 
dos  y  agigantados,  se  les  veía  arrojar  una  piedra  enorme 
con  la  misma  facilidad  que  si  fuese  muy  pequeña». 

647  Un  mes  'después,  espantado  de  aqiiel  eminente 
heroismo,  evacuó  la  isla,  y  degolló  á  bordo  de  sus  buques 
300  prisioneros  que  habían  sido  indultados  en  Barce- 
lona (17  de  agosto). 

648  Pero  "<;  qué  había  sido  para  entonces  del  Con.(?reso 
de  Cariaco  ?  En  vano  Marino  solicitó  la  cooperac'ón  de 
otros  Jefes  patriotas;  Antonio  José  de  Sucre,  Rafael 
Urdaneta,  Francisco  Portero  y  otros  más,  le  negaron  obe- 
diencia, y  se  fueron  á  Angostura.  El  tuvo  que  retirarse 
á  Maturín,  después  que  aquél  se  había  disueltO'  el  9  de 
m^ayo.  '     . 


CAPITULO  XXIX 
Fusílaimiento  de  Piar.— 1817 

649  El  ejemplo  de  insubordinación  estaba  dado.  Piar, 
valiente  hasta  el  heroísmo,  de  grandes  dotes  militares  y 
rica  inteligencia,  era  sin  embargo,  por  su  mal,  ambicioso  é 
indómito. 

650  Irritóse  su  carácter  con  la  toma  de  Angostura  en 
la  cual  no  había  tenido  parte,  y  guió  por  mal  camino 
su  resentimiento.  Creyó  que  Bolívar  había  utilizado  sus 
ainteriores  trabajos  en  beneficio  de  la  propia  gloria  y  en 
menoscabo  de  la  suya.  Con  lo  que  pidió  su  baja  en  el 
ejército,  y  la  obtuvo  á  despecho  de  cuantas  consideracio- 
nes le  opuso  el   Libertador  (30  de  junio). 

651  Iba,  pues,  con  ¡el  horrible  coraje  del  orgullo  dentro 


88;  HISTORIA    DE    VENEZUEtA 


corazóin:   visitaron  su   miente  deslumbradoras   ideas,   y  se- 
dujéronle   vanos  fantasmas   de  gloria. 

652  P'ensó  en  la  ruina  del  Libertador',  sin  sospechar 
en  ella  la  de  la  amia  da  patria;  ni  paró  la  conside- 
ración en  los  medios,  ni  siquiera  en  su  propio  deoqroi  y  j^jn- 
tigua  bueina  fama.  El  demonio  de  la  vanidad  le  cegaba,  y 
la  fortuna  le  traía  ya  á  m/altraer:  así  anduvo  desgra- 
ciado len  las  tinieblas  de  la  perdición. ' 

653  Su  ;raayor  falta  estuvo  en  querer  resucitar  la 
olvidada  idea  de  colores,  en  dividir  los  Jefes,  an  insubordi- 
nar la  tropa.   (1) 

654  Mas  si  Piar  era  varón  de  gran  talento  y  valía, 
tenido  en  mncho  del  ejército  y  temible  por  sus  circunstan- 
cias ;  éralo  todavía  más  el  Libertador  que  á  semejanza 
del  rayo,  hería  siempre  las^  empinadas  eminencias. 

655  A  la  verdad,  atento  aquél  á  sus  hechos,  se  fué 
á  Maturín  donde  se  unió  con  Marino,  y  comenzó  á 
allegar  prosélitos.  Difícil  por  extremo  era  la  situación  de 
Bolívar;  bien  que  en  tales  ocasiones  sabía  él  mostrarse  sin 
rival  y  dueñoi   de   la  fortuna. 

656  Mandó,  pues,  prenderle,  y  le  dio  á  Cedeño.  el  en- 
cargo. Le  halló  éste  en  la  villa  de  Aragua,  escoltado 
por  lun  escuadrón  de  caballería  que  mandaba  Francisco 
Carmona,  quien  enterado  de  la  orden,  obedeció  al  punto, 
y  Piar  qluedó  preso. 

657  Un  tribunal  de  oficiales  generales,  compuesto  de 
los  generales  Pedro  León  Torres,  José  A.  Anzoátegui  y 
el  fiscal  Carlos  Soublette ;  ^  Coroneles  José  Ucroz  y  José 
María  Carreño,;  los  Tenientes  Coroneles  Judas  Tadeo  Pi- 
ñango  y  Francisco  Conde;  el  Almirante  Brion  que  pre- 
sidía, y  el  defensor,  Coronel  Fernando  Galindo,  pronun- 
ció sentencia  de  mnerte  y  degradación  contra  él,  por  los 
delitos  de  conspiración,  sedición,  deserción  é  inobediencia, 
el  día  15  de  octubre. 

658  Confirmóla  el  Libertador  en  la  primera  parte;  y 
el  valeroso  Piar,  el  héroe  de  San  Félix,  fué  ejecutado  al 
siguiente  día,  mostrando^  allí,  como  siempre,  gran  ente- 
reza de  láJnimo  y  idesprecio  á  la  muerte. 

659  Cuando  Marino  tal  supo,  se  dio  á  partido;  y 
Bermúdez,  que  había  salido^  á  prenderle,  interpuso  con 
Bolívar  su  valimiento  para  que  le  dejase  en  Margarita 
donde  sin  mando  alguno  se  había  refugiado. 

660  Estos  fueron  los  principales  sucesos  del  año  17, 
sin  hacer  casoí  del  éxitoi  dudoso  y  de  poca  monta  que  ob- 
tuvieron las  armas  en  el  resto  del  país. 

(1)  "Piar,  que  es  mulato,  dice  Morillo,  y  el  de  más  importancia  entre  las  castas 
tiene  relaciones  muy  estrechas  con  Alejandro  Petión,  mulato  rebelde  que  se  titula 
Presidente  de  Haití,  y  ambos  se  proponen  formar  un  establecimiento  en  Guajira  que 
asegure  su  dominación  en  América.^ — Laureano  Vallenilla  Lanz.  La  evolución  de- 
mocrática, 


FELIPE   TEJERA  89" 


CAPITULO    XXX 

Ton^a    dje    las    Flecheras.— Retirada    de    Morillo.—La    de    Bolívar. —Rincón    de 
los  Toros.— Término  de  la  campaña.— 1818 


661  Después  de  la  evacuación  de  Margarita,  vino  Mo- 
rillo! á  Caracas  á  principios  de  setiembre  del  año  anterior, 
siendo  á  la  sazón  Capitán  General  Don  Juan  B.  Pardo, 
Q'ue  sustituyó  á  Moxó,  el  cual  se  había  ido  á  España 
colmado  de  riquezas. 

662  Y  atento  Morillo  á  los  progresos  del  Libertador, 
reunió  para  fines  de  aquél  año  el  grueso  de  sus  fuerzas: 
len  Calabozo,  después  de  destruir  á  Zaraza  en  el  sitio  de 
la  Hogaza. 

663  Y  fué  el  caso  q'ue,  al  comenzar  el  enero  de  1818, 
salió  Bolívar  de  Angostura  con  2.000  hombres,  y  unién- 
dose cOn  Páez,  que  en  vano  intentaba  rendir  á  San  Fer- 
nando, erdprendió  ya  con  3.500  su  marcha  sobre  Cala- 
bozo. 

664  Se  vio  entonces  como  imposible  atravesar  el  río 
Apure,  puep  ni  había  en  qué,  ni  por  otra  parte  lo  permi- 
tían las  flecheras   españolas   que  tenían  al   frente. 

665  Pero  allí  estaba  el  más  osado  de  los  hombres: 
Páez,  y  lalnzándose  en  el  río  con  25  llaneros  á  caballo  y 
otros  talntos  carabineros,  la  lanza  en  la  boca,  arremetió 
de  sobresalto  á  los  pasmados  contrarios,  que  al  verlos 
salir  de  las  aguas,  amiainaron. 

666  En  esas  flecheras  pasó  el  ejército  el  Apure  (6  de 
febrero);  y  tales  eran  las  milagrosas  hazañas  de  nuestros 
héroes  de  la  independlencia. 

667  Coimio  lo  supo  Morillo  en  Calabozo,  se  puso  en 
retirada  hacia  Caracas  y  aunque  alcanzado  el  15  en  el 
Sombrero  por  el  Libertador,  continuó  su  marcha  hasta  lle- 
gar á  Vialencia.  (1) 

668  Después  del  choque  del  Sotabrero,  había  dividi- 
do Bolívar  sus  fuerzas,  enviando  á  Páez  á  sitiar  á  San 
Fernando,  á  Cedeño  para  Calabozo,  mientras  él  quedaba 
en  Ortiz,  donde  se  le  incorporó  Urdianeta.  De  allí  saliló 
el  8  de  miarzo  y  |no  paró  hasta  adueñarse  dé  muchos  pue- 
blos   de   los    yalles    de   Aragua,    inclusa   la   Victbri,á,. 

669  Pero  ^a  en  ej  Consejo  juzgó  arriesgada  la  emipresá 
de  ir  adelante,    y  ordenó  la   retirada   en   que   dio  la   ba- 


(1)  "No  es  de  este  lugar,  dice  Morillo  en  su  Manifiesto  de  1820,  referir  los  suce- 
sos de  aquella  memorable  retirada:  ni  el  heroico  valor  y  constancia  de  los  batallones 
para  atravesar  á  la  vista  del  enemigo  30  leguas  de  una  llanura  cubierta  de  ceniza,  sin 
agua,  y  en  medio  del  sol  abrasador  de  ia  Zona  Tórrida». 


■99  HISTORIA   DE   VENEZUELA 


tíalla  de  Semen,  donde  salió  herido   Morillo  (16  de  mar- 
zo).   (1)   i 

670  En  el  Rastro  se  le  incorporó  de  nuevo  Páez,  to- 
mada ya  San  Fernando^,  y  viendo  ál  cabo  perdida  la  pri- 
mera campaña,  disolvió  el  ejército  en  guerrillas;  y  para 
destruir  al  realista  López  se  situó  en  el  Rincón  de  los 
Toros,  cerca  de  San  José  de  los  Tiznados  (13  de  abiril). 
,  671  Allí  fué  sorprendido  el  real  por  el  Capitán  Tomás 
Renovales  que,  sabiendo  el  santo  y  seña  por  un  desertor, 
llegó  hasta  disparar  á  quema  ropa  sobre  la  hama- 
ca del  Libertador  (16  de  abril). 

672  Por  esta  suerte  hallábase  és^e  á  la  sazcn  lejos  de 
allí,  y  no  embargante  la  dispersión  natural  de  sus  tropas 
en  aquel  máximo  conflicto,  pudo  escapar  á  Calabozo. 

673  Páez  también  volvió  á  San  Fernando  después  ^e 
la  acción  de  Cojedes,  donde  el  2  de  mayo  le  derrotara; 
La  Torre;  y  así  terminó  esta  desgraciada  campaña. 


CAPITULO    XXXI 

El   Oriente.— Convocatoria  del  Congreso. —Manifiesto  de   Bolívar.— 1818 

674  Entre  tanto,  Margarita  gozaba  de  tranquilidad; 
pero  no  sucedía  así  en  Cumaná  y  Barcelona  que  eran 
víctimas  de  la  guerra  y  la  anarquía,  pues,  vuelto^  Marino 
al  ejército,  se  armió  entre  él  y  Bermúdez  disputa  sobre 
quién  debería  ser  Jefe. 

675  Mas  llegado  que  hubo  Bolívar,  tornaron  las  cosas 
á  caja.  Marino  fué  nombrado  Jefe  de  Mat'urín  y  Bermúdez 
destinado   á  una   expedición   contra   Güiria. 

676  Por  otra  parte  Brion  y  el  Doctor  Zea  que  habían 
salido  con  el  objeto  de  enganchar  tropas  en  las  Antillas, 
no  trajeron  sino   armamento   (12   de   julio). 

677  También  en  _  Apure  á  instigaciones  del  Coronel 
Wilson,  se  desconoció  la  autoridad  de  Bolívar,  aunque 
sin  mayor  resultado',  pues  allí  al  punto  tornaron  á  la 
obediencia. 

678  Marino  que  atacó  á  Cariaco  (12  de  marzo),  fué 
completamente  derroitado ;  y  en  esta  situación,  cuando  todo 
parecía  venir  por  tierra,  el  Libertador,  que  brillaba  como 
el  rayo  en  medio  de  las  tempestades,  convocó  un  Con- 
greso para  Angostura  el  10  de  octubre. 


(1)  Refiriéndose  á  esta  batalla  dice  el  General  Morillo:  "Yo  le  perseguí  (á  Bo- 
lívar) vivamente  hasta  la  Puerta,  en  donde  reforzado  con  nuevos  cuerpos  que  venan 
de  Calabozo  atacó  á  mi  vanguaidia;  la  desordenó  y  la  pubO  en  dispersión.  En  esos 
críticos  momentos  llegué  al  campo  de  batalla...  y  á  la  cabeza  del  escu^d.ón  de  aitti- 
Ueríd  de  á  caballo  me  arrojé  sobre  3.000  enemigos  v.ctoaosos.  Su  impetuosa  y  desor- 
denada carrera  fué  detenida:  la  muerte  volaba  poi  todas  paites;  y  en  medio  de 
aquella  terrible  escena  yo  fui  atravesado  por  el  vientre  con  una  lanza.  Pero  ya  mi 
intento  estaba  conseguido...  el  enemigo  fué  batido  y  disperso  en  todas  direcciones, 
(Manifiesto  á  la  Nación  Española  1820). 


FELIPE   TEJERA  91 


679  A  la  par  circularon  entonces  alarmantes  noticias 
de  lo  exterior,  y  se  daba  por  cierto,  que  Europa,  cediendoi 
á  insinuaciones  de  España,  tramaba  volverle  de  mano 
poderosa    el    dominio    de    sus    antig"uas    colonias. 

680  Con  lo  que  expidió  el  Libertador  (20  de  noviembre) 
"un  famoso  manifiesto,  en  que  declaraba  que  Venezuela^ 
sería  libre  aun  á  despechó'  de  todos  los  poderes  de  la 
tierra,   ó  se  abisniaría  en  sus   propias   cenizas. 

.681  Por  último,  al  terminar  este  año  tan  lleno  de  zo- 
zobras dejaba  á  Guayana,  y  seg'uíá  camino  de  las  llanu- 
ras de  Apure.  ¿  Cuáles  eran  sus  miras  ?  ¿  Adonde  iba 
aquel  varón  predestinado?  Vamos  á  verlo. 


CAPITULO  XXXII 

Reunión  del  Congreso.— Proyecto  de  Colon^bía.— Las  Queseras  del  Medio.— 1819 

682  Dos  fines  primordiales  se  proponía  el  Libertador: 
cerrar  el  paso  á  Morillo,  y  consolidar  el  poder,  del  Go- 
bierno en  Apure. 

683  Ambas  cosas  logró  su  constancia  y  buen  deseo. 
En  breve  puso  frente  á  aquél  4.000  hombres  agush 
rridos,  y  su  grande  ascendiente  obtuvo  de  Páez  lo  se- 
gundo. 

684  Por  lo  demás,  no  andaba  Morillo  desapercibido, 
pues  desplegaba  en  San  Femando  grande  aparato  militar, 
y  contaba  allí  con  6.500  plazas. 

685  Para  hacerle  frente  quedó  el  astuto  Páez,  mien- 
tras Bolívar  fué  á  Guayana,  próxima  ya  la  reunión  del 
Congreso  (16  de  enero). 

686  Veía  el  aguerrido  Morillo  con  no  sé  qué  linaje  de 
asombro  recorrer  á  Páez  con  isu  caballería  /aquellas 
vastas  llanuras  y  aparecer  y  desaparecer  siempre  terrible 
y  de  súbito  como  una  sombra,  burlando  de  continuo  sus 
mejores  previsiones  y  aterrando  á  sus  más  valerosos  ada- 
lides  con  impetuosas   cargas   de   ellos   nunca  imaginadas. 

687  Así  con  temor  y  sobresalto  le  tuvo  -  hasta  el  me- 
morable combate  de  las  Queseras  del  Medio;  pero  an- 
tes nos  llama  otro  suceso  importante,  á  saber:  la  reunióin 
del  segundo  Congreso  de  Venezuela  en  Angostura,  el  15 
de    febrero'. 

688  Célebres  y  acreditados  varones  lo-  componían: 
Zea,  Urbaneja,  Juan  Martínez,  Roscio',  Juan  J.  Méndez, 
Urdaneta,  Conde,  Montilla,  J.  J.  Peñalver,  y  otros  más. 
,  689  De  lo  primero  que  conoció  fue  de  la  renuncia  de 
Bolívar,  mas,  lejos  de  admitirla,  lo  eligió  Jefe  Supremo 
de   la   República. 

690  Traía  este  entre  manos  de  largo  tiempo  atrás^  la 
idea  de  una  famioisa  Repúbliaa  con  el  nombre  de  Colombia, 


92  HISTORIA    DE    VENEZüELyV 


lein  lioin-or  'del  descübridbr  de  America,  y  la  cual  sería  for- 
mada de  Venezuela,  Nuevia  Giianada  y  Quito,  y  lo  expuso 
al  Coingresio  con  otrois  planes  de  gobierno  y  reglas  de 
oosit'umibries. 

691  Aoepíado  fue  p(Or  el  Congreso  su  proyecto,  aun- 
q'ue  coin  leves  variaciones,  y  así  sancionó  una  Constitu- 
ción cjjuie  establecía  el  poder  Ejecutivo,  confiado -á  una 
sola  perisoina  con  'el  título  de  Presidente,  y  el  Legislati-) 
vo,  compuesto  de  dosi.  Cámaras,  la  primera  el  Senado, 
vitalicio;    la   segunda,    de    Representantes,    reeligibles. 

692  El  26  de  febreroi  se  organizó  el  Ministerio  de 
Estado:  el  doctor  Manuel  Palacio  en  la  Hacienda;  el 
corolnel  Pedro  Briceño  Méndez  len  la  Guerra  y  Marina, 
el  doctor  Diego  Ba^utista  Urbalneja  en  lo  Interior  y  Jus- 
tiícia. 

693  Para  este  tiém^po  habían  llegado  tres  cuerpos  de 
reclutas  ingleses,  el  unoi  á  Angostura,  los  dos  á  Marga- 
rita. Por  Jefe  de  éstois  fué  .Urdaneta,  quien  auxiliado  del 
Almirante  Brion,  debía  invadir  las  costas  de  Caracas, 
mientras  Miariñoi  y  Bermúdez  obraban  por  el  Oriente-. 

694  En  estoi  salió  el  Libertador  el  mismo  26  dejando 
el  puesto  al  Vi cep residente  Zea,  y  el  17  de  miarzoi  llegó  á 
Cunaviiche. 

695  Fue  entonces  cuando  Páez,  unido  á  él,  dio  la 
celebra  acción  de  las  Queseras  del  Medio. 

696  Estabain  frente  á  frente,  divididas  por  el  río 
Arauca,  las  fuerzas  de  Bolívar  y  las  de  Morillo.  Páez  con 
150  jinetes  pasa  el  ríoi  y  engaña  ,al  enemigo  que,  creí 
yendo  en  un  ¡ataqiue  general,  mueve  todas  sus  fuerzas,  y 
desplega  sobre  aquel  grupo  1.000  hombres  de  caballería. 
Repliega  lentotnoes  el  llanero,  y,  como  los  ve  alejados  de 
la  infantería,  .vuelve  cara  de  improviso,  y  cae  sobre  ellos 
como  'un  huracán   desencadenado. 

697  Incontrastable  fue  el  choque,  horroroso  el  desas- 
tre. Caballeríias  é  infanterías  hubieran  perecido,'  y  aun  la 
artillería  caído^  en  manos  del  héroe,  si  la  noche  ya  cer- 
cana ino  suspendiese  el  ataque,  salvando  así  Morillo  los 
restos  de  su  ejército^  (2  de  abril). 

698  Bolívar  condecoró  aquella  invicta  legión  el  día  si- 
guiente con  la  cruz  de  libertadores. 


CAPITULO  XXXIII 

qampiañía   die   la   Nueva  Granada.— Vuelta   del  Libertador.— Fin   de  esta    Época 

1819 

699  Había  pelnsado  el  Libertador  invadir  la^  provincia 
de  Barinas,  mas  cambiando  de  dictamen,  reunió  una  Jun- 
ta de  Guerra,  propuso  libertar  la  Nueva  Granada  y  así 
fue   aceptado.' 


FELIPE    TEJERA  93 


700  Si  graln'de  por  suis  proiezas  fue  la  rápida  campaña 
del  año  de  13,  noi  ímlenos  lo  será  ésta  y  trascendental. 
Asiomlbra,  pasma,  la  actividad  díe  -esté  ge:nio  incompara- 
ble que  piensa  y  ejecuta  maravillas,  que  atraviesa  los  he- 
lados Andes  con  llaneros  habituados  á  un  ^  clima  tórrido, 
por  vías  intransitables  y  escarpadas,  semejante  á  Aníbal 
en  los  Alpes;  pero  rnás  grande  q'ue  Aníbal,  porque  fue 
más   afortunado!. 

701  Después  de  los  mjemorables  combates  de  Ga- 
meza  y  Pantano  de  Vargas  (11  y  25  de  julio),  encuen- 
tra a  los  realistas  el  7  de  agosto  en  el  sitio  de  Boyacá: 
eran  3.000  hombres  al  mando  de  Barreiro;  un  tercio  me- 
nos teñía  Bolívar. 

702  Cruda  ;y  reñida  fue  la  lucha.  Prisioneros  queda- 
ron 1.620  realistas,  su  seg'undo  Jefe,  todo  el  parque  y 
cuantas   eran  las    caballerías. 

703  Esta  imiportante  jornada  en  que  ganó'  prez  y  fa- 
mla  iel  General  Anzoiátegui  que  mandaba  el  ala  derecha 
de  los   patriotas,    dio   libertad   á  Nueva    Granada. 

704  El  Virrey  Sámainoi,  con  todo  su  tren,  huyó  de 
Bogotá  lel  9,  dejando  $  1.000.000  un  millón  de  pesos  en 
la  casa  de  la  moneda,  y  fue  ocupada  por  el  Libertador  el 
día  siguiente  en  medio'  de  los;  entusiastas  Víctores  del 
pueblo  alborozado. 

705  Para  entonces  ¿qué  había  pasado  en  Venezuela? 
El  (espíritu  de  insubordinación  dominaba  en  Guayaná.  Di- 
vulgóse iqiue  el  Libiertador  había  sido  derrotado  y,  supe- 
ditando. Mariñoi  y  Arismendi  el  Congreso,  se  hicieron  due- 
ños 'de  la  situación  y  fueton  electos  el  primiero,  Jefe  del 
ejército;;   Vicepresidente  el  Siegundo. 

706  Pero  inopinadamíentie  para  lellos  llega  |el  Liberta- 
dor el  11  de  diciembre;  preséntase  el  mismoi  día  ants 
el  CongresiO',  y  después  de  hacer  esta  breve  reseña  de 
aquella  proidigiosa  campaña:  «Cuatro  batallas  campales 
ganadas,  cuatro  millones  de  hombres  idevueltos.  á  la  li- 
bertad y  cuatroi  mállones  en  las  cajas  del  Ejército:  tal  ha 
ha  sido  el  motivo  de  ñiii  ausencia»;  refiriéndose  al  esta^ 
blecimiento  de  Colombia: 

707  «Legisladores»,  exclama,  «el  tiempoi  de  dar  una 
base  fija  y  eterna  á  nuestra  República  ha  llegado^.  A 
vuestra  sabiduría  pertenece  decretar  este  :grande  acto  so- 
cial y  establecer  los  principios  del  pacto  sobre  el  cual  va 
á    fundarse   esta   vasta   República.» 

708  «Procla'madla  á  la  faz  del  mundo  y  mis  servicios 
q'uedarán    recompensados.» 

709  El  día  17  lo'  declara  así  el  Congreso,  y  q'ued'a 
establecida  la  'República  de  Colombia  compuesta  de  Ve- 
nezuela,  Nueva  Granada  y  Quito. 

710  Aquí  termina  la  Primera  Época  de  nuestra  Histo- 
ria Moderna. 


APÉNDICE 

Á  LA 

s 


LA.  GUERRA  A   MUERTE 


Es  preciso  que  demos  en  la  His- 
toria su  libertad  á  los  actores,  su 
moral    á    los    acontecimientos. 

J.    V.    González. 


711  Creemos  llegado  el  tiempo  de  que  al  estudiar  los 
trascendentales  acontecimientos  de  la  Historia  patria,  ce- 
dan las  pasiones  encendidas  el  puesto  á  la  serena  in- 
vestigación de  los  hechos,  para  que  pueda  así  proyectar- 
se sobre  nuestros  fastos  la  luz  esplendorosa  de  la  filo- 
sofía. 

712  Creemos  que  ha  pasado  ya  la  época  de  vanas  de- 
clam-aciones,  en  que  sólo  se  procuraba  sacar  ilesos  de  toda 
sombra  y  como  incapaces  de  error,  los  varones  memora- 
bles de  la  independencia,  justificándolos  aún  de  aquellos 
actos  que  ellos  mismos  reputaron  prematuros  ó  nocivos 
á  la  nobilísima  empresa  que  enrostraron.  Parcialidad  ésta 
que  puede  ser  atenuada  en  el  rigor  de  la  contienda; 
pero  de  la  cual  ha  de  sustraerse  el  historiador  cuyo  aus- 
tero sacerdocio  no  debe  tener  loores  sino  para  la  virtud, 
ni  incienso  sino  para  el  bien,  ni  adoración  para  otra  dio- 
sa que  la  augusta  verdad.  : 

713  Lejos,  pues,  de  nosotros,  asentir  con  los  que  no 
admiten  ley  más  justa  que  la  de  los  hechos  consumados, 
y,  reputando  necesario  lo  que  pudo  ser  contingente, 
por  la  nobleza  del  intento  acredtm  la  sinrazón  de  los 
medios.  La  fatalidad  no  es  dogma  de  la  historia, 

714  De  la  Revolución  francesa  á  esta  parte  del  siglo, 
los  más  de  sus  historiadores  han  difundido  la  máxima  fu- 


FELIPE   TEJERA  95 


nesta  de  que  la  humanidad  no  adelanta  un  paso  en  la 
senda  del  progreso  sino  por  entre  charcas  de  sangre. 
Aserción  de  todo  punto  falsa  que  vulnera  la  ley  de  la 
justicia  y  atenta  á  los  designios  de  la  Providencia.  Se- 
mejante máxima  daría  por  resultado  un  progreso  de  ani- 
quilamiento, una  civilización  contradictoria:  taño  valdría 
arrojar  sobre  los  hombros  de  la  humanidad  la  ensangren- 
tada túnica  de  Neso;  tanto,  figurarnos  la  creación  origii 
naria  de  un  genio  como  Saturno,  ávido  de  matanza  y  de 
exterminio.  ■'  > 

715  Estas  consideraciones  se  ajustan,  en  c'erto  modo, 
ial  temí  que  ns  rrop^'^emos  dil  cidir  en  e'  p  esnte  Apén- 
dice como  que  ellas  dicen  relación  con  la  época  que  el 
mismo  Libertador  calificó  de  horrores  y  de  crímenes,  y 
que  nombramos  de  la  Guerra  á  muerte. 


n 

716  Entre  los  motivos  que  tuviese  aquel  para  expedir 
la  tremenda  proclama  de  Trujillo  el  año  de  1813,  se 
lapuntan,  como  primordiales,  los  desafueros  y  atroces  ho- 
tric'd'os  perpetrados  por  los  real'stas  después  de  las 
Capitulaciones  del  General's'mo  M'randa;  y,  por  último, 
el  suplicio  del  abogado  Don  Antonio  Nicolás  Briceño, 
ocurrido  el  mismo  año. 

717  Es  oportuno  rectificar  lo  segundo,  como  error 
patente  de  algunos  narradores,  ya  que  lo  pimero  es  de 
todo  en  todo  conforme  á  la  verdad.  Briceño  fué  ajus- 
ticiado en  Barinas  el  día  15  de  junio,  (1)  que  es  también* 
la  fecha  de  la  proclama  de  Trujillo;  y  no  se  conciba  por 
cuál  medio  pudo  el  Libertador  tener  not'cias  de  ello  el 
mismo  día  quince,  sendo  considerable  la  distancia  que  se- 

.para  á  Barinas  de  Trujillo,  y  s'n  otros  recursos  de  comu- 
nicación que  los  de  postas.  Algunos  historiadores  equi- 
vocan con  el  15  de  julio,  la  fecha  de  la  proclama  meni 
cionada,  para  cuando  sí  sabía  el  Libertador  la  muerte 
de  BriceñO';  y_ acaso  provenga  de  este  anacronismo  aquel 
supuesto  ya  que,  según  la  precedente  aclaración,  ambos 
hechos  fueron  simultáneos  ó  smcrón'cos.  Lo  ún'co  que 
llegó  á  conocimiento  del  Libertador  fué  la  derrota  de 
Briceño  el  15  de  mayo  anterior,  en  San  Camilo,  donde 
cayó  con  casi   todos  los  suyos  prisionero.   (2) 

718  Ni  fué  la  guerra  á  muerte  una  idea  particular 
de  Bolívar,  sino  un  pensamiento  .general  de  la  época  im- 
buida en  los  exagerados  princip'os  conque  iníiconaba  al 
mundo  la  Revolución  francesa.  La  guillotina  era  el  últi- 
mo rem.edio  de  la  salud  pública.  Robespierre,  Dantón^ 
Marat,  etc.,  formaban   el  tipo  ideal   de  las  revoluciones: 

(1)  Recue.do  sqbre  la  rebelión  de  Caracas  por  J.  D.  Díaz,  pág.  133. — Biografía 
de  Jooé  F.  Rivaj,  ¡-oí  J.  V.  Gon-alez. 

(2)  Documentos  rara  la  Historia  de  la  vida  pública  del  Libertador,  por  Blanco,. 
Azpurúa,  vol.  4,  pág.  602. 


^6  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


la  diOiSa  Razóin  estaba  sobre  el  trono  y  presidía,  sin  traba 
alguna,  en  nombre  del  bien  humano,  aquella  edad'  de 
hierro. 

719  Entre  nosotros,  Coto  Paúl  evocaba  á  la  anarquía 
como  la  verdadera  libertiadi,  y  agitaba  la  tea  de  la  revo- 
lución sobre  la  alta  montaña  de  la  santa  demagogia. 

720  Briceño  los  excedió  á  todos,  convidando  con  gra- 
dos de  ascenso  militar  al  que  presentase  cierto  número 
de  cabezas  de  españoles  ó  canarios,  y  la  sangre  de  sus 
primieras  víctimas  le  sirvió^  de  tinta  para  escribir  sendas 
cartas  á  Bolívar  y  á  'Gastillo;  demasía  por  la  cual  fué, 
como  antes  dijimos,  m'andado  someter  á  juicio^. 

721  Por  su  parte  los  realistas  sofocaban  á  los  prisio- 
neros en  las  cárceles,  los  despalmaban  ó  desorejaban  con 
inaudita  ferocidad,  y  hacían  gala  de  abominaciones  seme- 
jantes, reproduciendo  así  los  escarnios  de  la  primera  con- 
quista. 

722  «Es  preciso  (se  lee  en  la  Biografía  de  J.  F.  Ribas) 
que  demos  también  su  parte,  no  corta,  á  la  sangre  espa- 
ñola que  hervía  en  las  venas.  Realistas  y  republicanos, 
todos  pertenecían  a  esa  nación  caballeresca  y  valiente, 
pero  obstinada  y  cruel,  endurecida  en  doce  siglos  de 
co¡mbates,  ejército  voluntario  en  todas  las  guerras  de  re- 
ligión, que  asombró  á  los  lansqaenets  en  el  saco  de  Ro- 
ma, que  espantó  con  su  ferocidad  heroica  á  la  Francia 
guerrera,  que  dividida,  ayer  no  más,  en  Cristinos  y  Car- 
listas, dispuso  de  la  vida  del  prisionero  y  del  rendido. 
¡  Peleaban  los  españoles  y  sus  hijos !». 

723  Toidavía  de  más  atrás,  las  leyes  coloniales  conde- 
naban á  muerte  a  los  sediciosos  como  reos  de  lesa  ma- 
jestad. Así  se  vio  len  la  desgraciada  conjuración  de  Gual 
y  España,  y,  poco  después,  en  las  invasiones  de_  Miran- 
da, se  puso  á  talla  su  cabeza.  Si  tal  era  el  rigor  \de 
los  peninsulares,  no  les  iban  en  zaga  los  independientes 
que  el  15  de, julio  de  1811,  ajusticiaron  á  los  atolond^a^ 
dos  canarios,  que,  con  petos  de  latón  y  victoreandb  al 
rey  y  á  la  Virgen  del  Rosario,  entre  m^edrosos  y  ufanos 
rastreaban  en  son  de  guerra  algunos  de  los  suburbios  de 
Caracas. 

724  Existía,  pues,  la  guerra  á  muerte,  de  ambas  par- 
tes en  el  hechoi;  y  ambos  contendores  se  asediaban  y  se 
combatían  con  acérrima  enemiga.  Así,  la  proclama  de 
Trujillo,  no  era,  si  se  quiere,  sino  la  expresión  escritfal 
del  derechO'  de  represalia;  la  voz  de  la  época  traducida 
en  una  fórm'ula  de  guerra;  la  apelación  á  un  principio! 
constituido  por  el  derecho   público  de  las  naciones. 

725  Si  hay  que  lamientar  sus  resultados  funestos  para 
la  humanidad  y  la  noble  causa  de  la  independencia',  lel 
veredicto  no  debe  recaer  sobre  Bolívar,  sino  sobre  aque- 
llos tiempos  tumultuosos  concitados  por  la  mayor  exalta- 
ción de  las  pasiones. 

726  Ni  tampoco,  siguiendo  el  sesgo  juicio  de  muchos 


FELIPE    TEJERA  97 


croíiistas  en  la  ofuscación  de  un  exagerado  patriotismo, 
podremos  tributar  loores  á  Bolívar  cuando  en  el  furor 
de  la  batalla  ordeina  pasar  á  cuchillo  los  presos  de  Ca- 
racas y  La  Guaira,  porque  dirige  nuestra  causa;  y  vitu- 
perar arreo  las  degiollaciones  de  Boves  y  Antpñanzá,  por- 
gue presiden  las  huestes  españoLas.  Serne jante  lógica  pue- 
de ser  la  de  revolución  armada;  pero  nunca  la  de  la 
historia  imparcial  y  justiciera. 

727  Lo  repetimios :  tales  son  los  engendros  asoladores 
de  una  épv  ^a  enferma,  tocada  por  el  caduceo  de  la  de^ 
sesperación  d?  la  muerte. 

III 

728  Una  vez  aqiuí  estudiemos  no  solamente  los  resulta- 
dos que  produjo  aquel  linaje  de  guerra,  más  también  los 
que  se  derivaron  del  tenor  en  que  estaba  concebidla  la 
Proclarna : 

729  «Españoles  y  canarios !  contad  con  la  muerte  aún 
siendo  indiferentes.  Venezolanos!  contad  con  la  vida 
aunque  seáis  culpables)>. 

730  No  hagamos  por  el  pronto  reparo  de  la  inmorali- 
dad que  resulta  en  una  sentencia  que  galardíonla  con  el  pre- 
mio de  la  /ida  á  los  culpables,  y  castiga  con  el  último 
suplicio  á  lus  inocentes.  Por  más  que  se  apuren  las  de- 
clamaciones y  sofismas  para  atenuar  tamaño  absurdo 
filoisófico-político,  éste  insólito  apotegma  atraerá  siempre 
sobre  sí  la  reprobación  más  absoluta  de  la  historia. 
Nadie  en  el  m;undo  está  fuera  de  la  ley  moral;  su  sanción? 
podrá  reta/darse  algunas  veces ;  pero  nunca  perderá  efi- 
<:acia  por  alto  que  sea  el  transgresor  de  su  canon  in- 
falible. 

731  Contrayéndonos  á  los  prirneros  resultados  ¡de  aque- 
lla declaración,  resolvamos  el  siguiente  dilema  que  de 
ella  se  deriva: 

732  Pronunciado  el  fallo  de  muerte  inapelable;  p 
se  contaba  para  despedazar  al  enemigo  y  libertar  á  Ve- 
nezuela con  suficiente  y  probado  poderío ;  ó  no  se  tuvo 
en  miientes  sino  amilanarlo  eon  la  terrible  i^imfenaza ;  decidir 
en  ¡favor  nuestro  á  los  indiferentes ;  y  poniendo  una  valla 
insalvable  entre  venezolanos  y  extranjeros,  traer  á  los 
nativos  al  obligado  trance  de  afiliarse  sin  reserva  á  las 
banderas  tricolores. 

733  Si  lo  primero:  el  exterminio  del  adversario  so- 
n:etido  por  la  pujanza  de  las  armas,  ni  era  honorable  ni 
"podía  ser,  política  ni  racionalmete  provechoso;  supuesto 
<;ne  bajo  aquella  implacable  cuchilla  iban  á  caer  las 
cabezas  de  inocentes  y  culpados  y,  en  sun^a,  de  los  que, 
si  bien  eran  nuestros  enemigos  políticos,  formaban  tal 
vez  una  parte  muy  considerable  de  la  sociedad  en  cuyo 
senoi,  como  suele  en  guerras  fratricidas,  podrían^  ha- 
llarse los  padres,  hijos  ó  hermianos  de  los  mismos  vence- 

8 


98  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

dores.  Siemrpre  será  de  más  momento  conquistarle  á 
muestra  causa  el  partido  destronado,  que  degollar  sus' 
restos  sobre  el  altar  de  la  victoria.  Pasado  el  triunfoy. 
'miejor  está  en  manos  del  vencedor  la  oliva  que  la  espada,, 
nrientras  que  de  la  pira  del  sacrificio  surge  la  idea  con 
aquel    olor   de   santidad    que   siempre    da   el   mártir i|0.' 

734  Si  lo  segundo,  esto  es :  si  la  causa  repiublicana  es- 
taba, cotmio  vamos  luego  á  idiémostrar,  eín  completa  minoría, 
y  por  donde  el  buen  éxito  de  la  empresa  era  asaz  contin- 
gente ;  la  proclama  de  Trujillo  pudo  ser  un  rasgo  de  he- 
roísmo eminentísinío,  como  el  de  Hernán  Cortés,  al  que- 
mar sus  naves  para  empeñarse  de  todo  punto  en  la  con- 
quista del  imperio  Mejicanoi;  pero  mucho  más  peligroso 
en  sus  consecuencias  qlue  las  que  arrostraba  Cortés,  el 
cual  no  exponía,  con  tan  sublime  atrevimiento,  sino  sus 
valerosos  compañeros  y  su  propia  vida;  mientras  que 
Bolívar  arriesgabia  á  más  de  eso,  la  independencia  de  la 
patria  y  comprometía  en  tan  máxima  aventura  hasta 
las  últim'as  reservas,  que,  en  el  caso  de  un  desastre,  pendie- 
ran volver  en  adelante  por  el  logro  de  la  causa..  Y  cuandio 
no  quedase  la  revolución  completamente  aniquilada,  es 
racional  que  si  tardara  nlucho  para  recobrarse,  y  que 
fuera  al  cabo  más  laboriosa  ;y  dilatada  su  victoriía. 
Aquello,  pues,  era  el  reto  heroico  de  una  minoría  exas- 
perada que  provocaba  todas  las  iras  de  su  pujante  adver- 
sario, pronto:  á  descargarse  sobre  ella  con  ánimo  de  con- 
sumarla;   era   la   sublime    inmolación    de    la    impotencia. 

IV 

735  Abonan  este  parecer  los  siguientes  conceptos 
que  copiamos  de  las  memorias  del  General  Urdanetá- 
actor  conspicuo  en  las  campañas  de  los  años  de  13  y  14. 

736  «Era  necesario  (dice)  una  decisión  tan  completa 
como  la  de  Bolívar  y  fsus  compañeros  de  armas,  para 
continuar  una  campaña  que,  aunque  se  había  abierto  con 
fehces  auspicios,  parecía  deber  tragarse  hombres  y  re- 
cursos cantes  de  llegar  á  término  dichosoy>. 

731  Y  más  adelante  agrega :  «La  victoria  de  Aráure 
había  derrotado  y  dispersado  las  masas  enemigas,  y 
los  Jefes  españoles  se  habían  retirado  á  sus  antiguas, 
líneas,  como  se  ha  dicho;  pero  los  pueblos  pronuncia- 
dos por  la  causa  del  rey  hacían  más  ó  menos  es- 
fuerzos para  sostenerla,  y  por  todas  partes  se  levan 
taban   guerrillas   animadas    con    la,    esperanza    de    que 

los  realistas   volvieran   á   triunfar... no   teniendo   el 

ejército  de  dónde  sacar  recursos  sino  de  la  provincia 
(de  Caracas,  apenas  bastaban  éstos  para  atender  a  las 
íniecesidades  de  Valencia  y  Puerto  Cabello,  y  ya  se: 
hacía  necesario'  que  los  pueblos  á  quien  se  intentaba 
dar  la  libertad  y  que  tan  obstinadamente  la  resis- 
tían,   mantuvieran    siquiera    los    ejércitos». 

738     Y    Bolívar   en   su    proclama   de    13    de   abril    de 


FELIPE    TEJERA  99 


1814:  «La  guerra  se  hace  más  cruel,  y  están  disipadas 
las  promesas  de  pronta  victoria  conque  os  había  exci- 
ta'do.  Nuestros  propios  hermanos  unidos  por  siglos  de 
esclavitud  á  nuestros  tiranos,  dilatan,  Dios  sabe  por 
cuanto  tiempo,  la  época   de  la  libertad». 

V 

739  Por  otra  parte,  aqtuella  ámeinazá  de  muerte  contra 
lois  españoiláfe  y  Sainarlos,  (a'un  contra  los  ique  per'manecieran 
i'njdiferentes  en  la  lucha,  si  arredró  por  el  momento  á  los 
Que  estaban  en  pié  de  guerra,  enardeciólos  más  tarde  y 
sublevó  con  mayor  braveza  su  espantosa  cólera  y  enojos. 
Y,  por  lo  que  hace  á  los  indiferentes,  lejos  de  afiliarse  fá 
Jos  republicanos,  se  armaron,  como  era  natural,  en  res- 
guardo de  su  vida,  y  fueron  á  vigorar  las  filas  de  los 
s'uyos  así  con  sus  personas  como  con  sus  intereses  é  iin- 
fl'uencias.  Luego  por  este  respecto  fué  también  contrapro- 
ducente el  edicto  de  Trujillo. 

740  Ni  tuvo  mejor  eficacia  para  con  los  venezolanos 
qiue  procuraba  atraer  á  sus  banderas,,  pues,  en  pirimer 
término,  los  soldados  de  la  colonia,  según  se  ha  visto, 
eran  por  hábito  realistas.  Y  en  segundo :  los  que  podía 
haber  irresolutos  para  decidirse  á  campear  en  uno  ú  otro 
bando,  sabían  que  por  el  mismo  decreto  se  les  perdonaba 
la  vida,  si  caían  militando  contra  los  patriotas ;  mientras 
era  sin  remisión  la  muerte  si  se  les  aprisionaba  en  armas 
cdntra  el  Rey.  De  ahí  qiue  hasta  los  dudosos  ó  tímádosi 
para  tomar  partido^  iban,  por  consecuencia  del  decreto, 
á  formar  en  las  líneas  castellanas.  Los  siempre  numero- 
sos ejércitos  de  Boves,  Antoñanza,  etc.,  lo  comprueban 
hasta  la  evidencia. 

VI 

741  Para  mayor  claridad,  corramos  de  un  vuelo  aqué- 
lla   época.  , 

742  Bolívar  lle^a  hasta  Caracas,  ceñida  la  frente  con 
la  aureola  del  geniO',  precedido  de  la  fama  que  predica 
por  el  mundo  los  hazañosos  combates  de  Horcones,  Ni- 
cnitao,  Araure  y  los  Taguanes.  Había  recorrido  la  mitad 
del  territorio  y,  sin  embargo,  no  lo  había  dominadlo. 

743  Brilla  en  su  diestra  la  espada  redentora,  y  en  la 
siniestra,  el  lábaro  ide  su  proclama  de  Trujillo  flamea  sobre 
sus  invictas  legiones  como  la  crin  de  una  serpiente 
ó  el  pendón  pavoroso  de  la  muerte. 

744  El  grito  de  i  viva  el  Libertador !  resuena  en  las  ca- 
banas, lo  repiten  las  crestas  de  los  montes,  despierta  el 
eco  de  los  antiguos  bosques,  estremece  de  alegría  los 
desiertos,  retumba  por  ios  valles  y  laderas,  acrece  en  la 
voz  de  los  tofrentes  y  lo  dilata  el  océano  en  el  magnífico 
tumbo  de  sus  olas  y  el  bronco  ritmo  de  las  tempestades. 
Pero  de  en  medio  dJe  estas,  f alan  jes  que  vitorean  á  la  Li- 


100  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

bertad  del  fondo'  de  esas  ciudades  que  visten  los  arreos 
del  triunfo,  y  de  entre  el  tniarcial  estruendo^  de  tamboresi 
y  clari'nes,  de  salvas  y  reg-ocijios,  sube  ;al  cielo  el  clamor  de 
los  prisioineros  degollados,  el  alarido  de  las  víctimas  in- 
moladas e¡n  los  campos  y  mazmorras,  el  sollozo,  de  lá 
viuda  inconsolable,  el  grito  empapado  en  lágrimas  de.^ 
huérfanos  y  miadres  fulminados  por  el  dolor.  Y  todo  eso 
se  mezcla,  se  comoentra,  se  confunde,  va  y  viene,  y  al 
fin  estalla  en  el  rugido  vengador  que  saeude  y  levanta 
el  ^joIvo  ardiente  de  las  llanuras,  para  arrojarlo  luego  so- 
brf:  t    centro  de  la  República  como '  una  tromba  diluviana. 

745  Em  esa  nube  amienazante  viene  Boves,  sobre  el 
caballo  pálido  del  x\pocalipsis':  su  lanza  está  mojada  en 
la  copa  de  todos  los  rencores,  de  todos  los  enojos  de  su 
raza.  El,  prende  las  sabanas,  entra  á  saco,  en  las  ciu- 
dades, reposa  sobre  los,  osarios  y  hace  temblar  la  tierra 
al  escape  estrepitoso  de  sus  bridones  salvajes.  La  pre- 
sencia de  este  bárbaro   se  anuncia  como  las  catástrofes. 

746  Bolívar  le  resiste  en  San  Mateo,  confiado  más 
q'ue  ein  la  fuerza,  en  la  esperanza. 

747  Boves,  la  ola  combatieinte ;  Bolívar,  el  escollo 
im .  movible.  La  ola  brama,  hierve,  se  encrespa,  escupe 
amarga  espuma,  revuelve  las  arenas,  se  arremolina,  crece 
sol  erbia  y  lo  arropa;  firme  el  escollo  la  quebranta,  la 
quiebra,  la  repele,  hace  que  lama  sus  pies  la  qué  osi6 
tocar  sus  sienes,  y,  con  desdén,  la  huella.  El  viento  orea; 
luego  la  frente  del  escollo  victorioso,  mientras  la  ola  se 
precipita  al  turbulento  abismo   rebramando. 

748  Pero  en  vano  el  Libertador  rechaza  allí  las  trein- 
ta cargas  de  los  ocho  mil  llaneros  de  Boves ;  en  vana 
Ricaurte  consuma  el  más  ge'neroso  sacrificio,  entre  cuya 
pira  gigantesca  el  héroe  Ise  transforma  en  mito,  y  lá 
hoguera  en  astro. 

749  En  vano  Marino  asorda  los  llanos  con  el  clarín 
de  Boca  chica;  y  Urdaneta,  como  armado  con  la  égida 
de  Palas,  contrasta  en  Valencia  los  asaltos  de  Cajigal 
y  de  Ceballos ;  y  Rivas,  sobre  una  camilla,  combate  y 
desbarata  á  Roisete,  con  la  juventud  imberbe  de  Cara- 
cas, renovando  los  prodigios  de  Carlos  XII  en  la  historia, 
de  los  Proteois  en  la  Fábula. 

750  Por  sobre  todos  ellos,  por  sobre  aquél  encendi- 
do eampo  de  proezas  y  portentos,  flota  y  gravita  con  es- 
pantosa pesadumbre  alguna  sombra  abortada  del  infier- 
no; y  en  miedio  de  tan  lúgubre  tiniebla,  presagio  db 
inminente  cataclismo,  se  ve  pasar,  hundirse,  volver,  su- 
bir y  presentarse  de  improviso  el  Libertador,  siempirs  con 
el  rayo  en  la  mano,  el  trueno  en  la  palabra  y  el  relám- 
pago en  la  frente. 

VII 

751  A  la  derrota  del  Arao  opone  él  la  victoria  ée 
Carabobo,    (1814);   pero   todo   en   balde.    Los    camt>eones 


FELIPE    TEJERA  101 


realistas  han  sido  combiatidos,  sus  ejércitos  acuchillados, 
sus  lanzas  rotas;  y,  sin  embargo,  el  horizonte  continua 
tempestuoso.  Boves  vuelve  del  Sur  con  otra  legión  venezo- 
lana incontrastable;  bajo  los  pies  de  su  corcel  parece 
que  resucitan  los  soldados  para  combatir  contra  Bolívar; 
y  qUe  surgein  de  las  húmedas  sabanas,  como  evocados 
por  su  horrible  trompa,  aquellos  llaneros  desnudos,  ama- 
rillentos com¡o  la  tierra  que  los  nutre,  tendidos  haciai 
adelante  sobre  el  caballo  rapidísimo,  enristrado  el  laazón 
comió  una  vívora,  y  la  melena  desgreñada  á  las  espaldas, 
como  una  sombra  del  odio  que  llevan  en  la  mente;. 

752  i  Quién  puede  contener  ese  aluvión  de  foragi- 
dos  ?  Vanamjente  se  le  opone  Bolívar  en  la  Puerta :  Boyes 
le  obliga  á  retirarse;  pero  él  se  retira  como  el  águila 
caudal,  nunca  abatida  por  el  suelo,  siempre  fatigando  las 
cumbres  con  sus:  alas  poderosas,  señoreando  los  ámbitos 
con  el  pardo  vellón  de  su  corona. 


VIH 

753  Perdido  con  esta  jornada  el  centro  de  la  Repú- 
blica, lleg'a  Bolívar  á  Caracas  y  arraiStra  en  pos,  la  vía 
del  Oriente,  una  emigración  de  veinte  mil  personas,  d'e  lo 
más  granado  de  la  sociedad  venezolana,  que  casi  todas 
perecieron.  Boveis  co:mio  el  exterminio  le  seguía.  D'Elu- 
yar  abandona  el  sitio  de  Puerto  Cabello,  Urdaneta  huye 
hacia  el  Occidente.  Morlaies  derrotia  á  Bolívar  y  Bermúdez 
en  la  villa  de  Aragua,  y  degüella  1.500  patriotas;  y  mien- 
tras el  Libertador  se  dirige  á  Margarita,  Rivas  y  Piar  lo 
desconocen,  prenden  á  Marino  en  Carúpano  y  lo  destie- 
rran  oom  él  á  darta,gie|n,ai.  Por  último  el  5  ide  diciembre  que- 
dan despediazados  los  patriotas  en  Úrica,  y  el  12  es  redu- 
cida á  cenizas  la  fortaleza  de  Maturín,  refugio  postrero 
de  la  patria. 

754  «El  fuego  y  el  hierro  acabaron  allí  por  en- 
tolnces  la  rebelión  de  Venezuela.  Allí  perecieron  mu- 
chas de  lias  principales  familias,  desde  sus  cabezas  has- 
ta sus  esclavos.  Allí  quedaron  en  poder  del  vencedor 
las  armias,  las  municiones  y  los  restos  de  sus  fortunas 
que  aquellas  habían  podido  llevar  consigo.  {Recuerdo 
sobre  la  rebelión  de  Caracas  por  J .  Díaz,  pág.   135). 

755  A  sesenta  mil  venezolanos  asciende,  según  J. 
V.  González,  el  númiero  de  los  muertos,  en  aquelFosi 
dos  años;  y  el  citado  Díaz  dn  un  estado  de  población 
icn  1816,  lo  hace  subir  á  doscientos  veintiún  mil  cuatro- 
cientos ochenta  y  siete,  exclusive  las  víctimas  del  te- 
rremoto. 

756  ¿Qué  restaba  ya  de  tanto  sacrificio,  de  tanto  es- 
fuerzo generoiso,  de  tan  intensas  esperanzas?  La  patria 
se  había  convertido  en  funeral  os.ario  sobre  el  cual  graz- 
naban todavía  famélicos   los   buitres   carniceros. 

757  El   Libertador,  en  presencia  de  aquella  gran  cá- 


102 HISTORIA    DE    VENEZÜE:.A 

tástrofe,  idecía  á  lois   veiruezolanos  desde   Carúpiano',  en  su 
manifiesto   ide  7   de  setiembre: 

758  «Yo  be  sido  eleg-ido  por  la  suerte  de  las  armJas 
para  quebrantar  vuestras  cadenas,  como  también  he  sido, 
digámoslo  así,  el  instrumento  de  que  se  ha  valido  la 
Providencia  para  colmlar  la  medida ,  de  vuestras  aflic- 
(ciones.  Sí,  yo  os  he  traído  la  paz  y  la  libertad;  pero 
en.  pios  de  estos  inestimables  bienes  han  venido  conmigO' 
la    guerra   y   la   ■esclavitud». 

759  Vieinezuela,  en  efecto,  habiía  caído^  exánime  bajo 
el  yugo  de  sus  propios  hijos  al  servicio  de  la  Españíal. 
Así  coincluía  el  segundo  período  de  nuestra  Indepem 
de'ncia.  \ 


IX 

760  Oigamos  de  seguida  la  opinión  del  Libertador 
sobre  los  resultados  de  la  guerra  á  [miuerte: 

761  «Bolívar  i6n  su  larga  y  gloriosa  carrera  militar, 
se  distinguió  más  bien  pior  indulgente  que  por  severo,  y 
lamentándose  siempre  de  las  consecuencias  que  ha  traí- 
do la  guerra  á  muerte,  que  se  hizo  en  la  guerra  de  la 
independencia,  nos   decía : 

762  «Esa  guerra  ha  sido^  tanto  más  cruel  cuanto  que 
los  hombres  que  morían  en  ella  eran  los  más  civiliziai 
djos  de  la  raza  cáucasa.  A  ellos  fue  á  quienes  degollaron 
los  españoles  de  preferencia,  y  los  patíbulos  que  erigieron 
los  pacificadores,  se  regaron  con  la  sangre  de  los  hom- 
bres más  ilustres  del  país,  cuyas  virtudes  sólo'  pueden 
ooímpararse  á  las  de  los  filósofos  que  honran  la  historia 
de  las  naciones;  y,  al  ejecutar  la  pena  del  tallón,  los 
r^epublicanos  hemos  tenido  que  hacerlo  sobre  los  euro- 
peos y  calnariois,  de  la  raza  que  debía  civilizar  los  de- 
siertos de  Coloiribiaj»  {Memorias  sobre  la  vida  del  Li- 
bertador por  el  General  T.  C.  Mosquera,  primer  voL 
pág.    149).   ; 

763  Cointray endose  á  este  mismo  punto  á  la  página 
47,  se  ¡expresa  el  Gelneral  Moisquera  como  sigue:  «Si, 
Bolívar,  como  dejamos  referido,  quería  con  este  paso 
(con  el  DecretO'  en  cuestión)  traer  á  los  justos  procederes 
al  enemigoi,  y  á  qlue  regularizase  sus  operaciones  poco' 
consideró  el  carácter  español,  y  este  paso  produjo 
tremendas  consecuencias,  y  la  matanza  que  hicieron  los 
españoles  y  canarios  formó  en  todos  lois  campos  de 
batalla  un  vasto  oemienterio,  mal  harto  grave  que  pro- 
dujo semejante  declaratoria,  y  de  que  los  historia- 
dones  de  Qolombia,  tdndi-án  que  ocuparse  al  referir  el 
^lúmlero  de  víctimas  que  han  sido  sacrificadas  en  una 
guerra  de  15  años,  y  cuyas  consecuencias  tienen  aún  sus- 
pendido el  arregloi  definitivo  de  relaciones  entre  Es- 
rjañ;i  y  la  República   de   la   Nueva   Granada». 


FELIPE    TEJERA  103 


X 

764     Resumiiendo,    pues,    loi   expuesto,    resulta: 

Primlerb :  que  la  proclama  de  Trujillo,  lejos  de  atemo- 
rizar á  los  realistas  y  lobtener  la  reg-ularizacióin  de  lá 
g^uerra;  sublevó,  por  el  contrario,  sus  pasioines,  enarde- 
ció sus  venganzas  é  hizo  más  cruel  y  sang-uinaria  la  con- 
tienda; 

Segundo :  q'ue  no^  se  consiguió  el  objeto  de  separar  á 
lois  venezolanos  de  las  filas  de  los  españoles,  pues  todos 
los  ejércitos  qne  combatían  por  el  rey,  en  los  años  13  y 
14,  eran  formiadois  casi  en  su  totalidad  de  criollos; 

Tercero:  qiue  las  represalias  fueron  incomit)arablemeQte 
más  funestas  para  los  patriotas  que  para  los  contrarios ; 
pues  éstos  contaban  con  la  Península  para  rehacerse,  ímilen- 
tras  Qiue  los  otros  no  ¡tenían  m'ás  recursos  que  los  que 
allí  expusieron; 

Cuarto :  qiue  durante  aquellios  ¡años,  la  guerra  fué  de  crí- 
menes y  horriores  de  ambas  partes,  y  el  resultado  final, 
la  pérdida  coiml>leta  de  la  República; 

Quinto :  qiue  pereció  en  la  lucha  lo  mías  selecto  de  la 
sociedad  velnezolana,  y  desapareció  casi  por  comt)leto  la 
ricjueza  nacional ;  y  k 

Sexto :  q'üe  por  todo  esto  ise  retardó  largos  años  el 
triunfo  de  la  revolución,  pues  para  volver  por  ella  se  ne- 
cesitaban iguales,  sino  mayores  sacrificios ;  y  levantar  el 
arrjeng'uado  prestigio'  de  una  causa  que,  aun  por  muchos 
de  sus  más  íntegroiS  partidarios,  se  pudo  tener  como  de- 
finidamente  rematada;  y  en  la  cual,  fuera  dé  los  impor- 
tantes auxilios  de  la  Nueva  Granada,  se  había  empieñado 
todo  el  caudal  ée  dinero,  de  hombres,  de  patriotisimo 
y  virtud  de  nuestra  independencia. 


Xt 

765  No  queremos  cerrar  este  cuadro  sin  comparar  dos 
épocas  de  la  revolución,  miuy  semejantes,  porque  en  am- 
bas, auinque  por  distintas  causas,  el  remate  fue  el  triunfo 
de    los    adversarioisí; 

766  Monteverde  con  250  hombres  parte  de  Coro  en 
son  de  reconquista  en  1812.  Domina  el  Occidente,  ocu- 
pa- á  Valencia,  y,  después  de  la  capitulación  de  Miran- 
da, entra  victorioso  en  Caracas  y  queda  dueño  del  po- 
der dictatorial  que  había  asuraido  á  su  salida  de  Carora. 
Sabido  es  que  violó  pactos,  atropello  y  escarneció  á  los 
rendidos  y  legó  así  con  mancha  indeleble  de  infamia  su 
mjemoria.  Pero  también  es  sabido  que  la  revolución  no 
quedó  impotente  y   mucho   menos  anonadada. 

767  No  sucedió  lo  mismo  el  año  de  14.  Hemos  visto 
los  estragos  de  la  guerra  en  el  Occidente  y  el  Sur,  el  des- 
trozo de  los   ejércitos  republicanos  y,  al  aproximarse  Bo- 


104  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


ves  á  Caracas,  la  emigración  de  18.000  personas  cuyos 
últimos  restos  perecierom  después  bajo  el  cuchillo  impla- 
cable en  Aragua,  en  Úrica,  len  Maturín.  Y  el  árbol  de  la 
libertad  quedó  como  desarraigado  por  completo  del  suelo 
de  la  patria.  La  causa,  pues,  de  esta  notable  difereincia. 
entre  los  efectos  de  la  rendición  de  Miranda  y  el  desas- 
tre del  año  de  14,  tuvo,  en  su  mayor  parte,  por  origen  el 
decreto  de  guerra  á  muerte,  qiue  había  legalizado  el 
furor  de  la  represalia  y  atraído,  sin  remedio,  sobre  la  ca- 
beza de  los  patriotas,  la  exterminadora  venganza  de  los 
vencedores,  sobre  todo,  cuando  esos  vencedores  los  acau- 
dillaba un  azote :   Boves ! 

768  ¿  Sobre  qiuién  debe  recaer  la  imayor  suma  de  res- 
ponsabilidad de  tamañas  consecuencias?  Seguramente  no 
será  sobre  el  Libertador  que  \áio  el  d!  ecreto ;  sino  sobre  la 
época  cuyo  pensamiento  y  obras  allí  fueron  confirmados. 
Y  tanto  íes  as',  que  Biodívar,  por  grande  que  fuera  su  ascen- 
diente, no  hubiera  podido  cambiar  el  espíritu  de  tales 
días ;  y  á  haberlo  pretendido  es  casi  evidente'  que  sus 
propios  com'piañeros  le  hubieran  quitado  la  dirección  de  la 
empresa  cuyo  triunfo^  se  fincaba,  singularmente,  en  aque- 
llas ideas  y  en  aquella  pauta  de  guerra  asoladora.  El  no» 
podía  sustraerse  de  la  borrascosa  atmósfera  en  que  respi- 
raba ;  venía,  presidiendo  la  Revolución :  la  guerra  era  su  he- 
raldo, la  Libertad  su  presencial. 


XII 

769  Prosigamos  esclareciendo  esta  importante  mate- 
ria con  la  luz  que  van  á  'prestarnos  los  hechos  sub- 
siguientes. 

770  Co,mo  es  notorio,  el  país  había  quedado  someti- 
do por  los  ejércitos  venezolanos  que  defendían  el  cetro 
de  Fernando  VII;  y  ya  para  él  3  de  abril  de  1815  llegó 
á  Puerto  Santo,  en  la  provincia  de  Cumaná,  la  expedi- 
ción de  Morillo,  compuesta  de  15.000  veteranos  penin- 
sulares, vencedores  de  las  miejores  huestes  napoleónicas, 
en  la  guerra  de  España;  y  provistos  de  cuanto  era  menes- 
ter para  el  buen  éxito;  de  una  tropa  europea  en  las  comar- 
cas   del  nuevo   mundo'. 

771  ¿Quién  podía  concebir  entonces  lisonjeras  espe- 
ranzas para  la  causa  de  nuestra  independencia?  Bolívar 
sin  embargo  nO'  desespera,  no  se  arredra;  y  secundado' 
por  sus  impertérritos  conmilitones,  trae  el  año  siguiente 
la  hljemorable  expedición  que   decimos  de  los   Cayosi. 

772  Si  la  guerra  á  muerte  era  una  necesidad  insu- 
perable de  la  causa  independiente,  nunca  como  entonces 
pudo  ser,  esa  necesidad,  más  perentoria.  Había  llegado 
el  caso  de  arrebatar  la  patria  no  de  manos  de  los  criollos 
realistas,  sino  de  las  propias  españolas.  Aquélla  pudiera 
haber  sido  la  oportunidad  para  establecer  la  valla  de 
separación   entre  venezolanos   y   extranjeros;  ése,   el   mo- 


FELIPE   TEJERA  105- 


'miento    de    la    inaudita    amenaza;    tal    la    ocasión    para 
arriesgarlo  todo. 

773  Empero  el  Libertador  aleccionado  por  las  ense- 
ñanzas del  año  de  14,  y  ¡anteviendo  la  postrimería  de  su 
obra  gloriosísima,  inició  entonces  un  proceder  contrario 
al  ainterior.  La  época  empezaba  á  cambiar  y  su  genio,, 
que  ya  la  doiminaba,  le  trazó  el  rumbo  conveniente  para 
Que  no  ¡se  extraviase  otra  vez  en  los  medios  ni  expu- 
siese más,  ¡aguijonada  por  la  impaciencia,  el  triunfo  de  la 
República. 

774  Desde  aquí,  el  heroísmo  solo,  no  preside,  ni  el 
arrojo  impremeditado-  lo  pone  todo  al  trance  de  una  ha- 
zaña. Hay  en  Bolívar  más  que  un  héroe :  hay  un  polí- 
tico ;  hay  más  que  Un  Igeneral :  hay  uji  diplomático,  un  ad- 
ministrador, un  estadista.  El  arte  va  á  suplir  á  la  rudeza; 
la  ciencia  al  empirismo'.  Se  ha  encontrado  el  filósofo 
guerrero  que  puede  conducir  e]  carro  de  la  revolución 
al  apogeo  de  la  gloria.  'Su  época  le  ha  reconocido  y  se 
deja  dirigir  por  él  confiada  en  el  acierto. 

775  Comenzaba  el  tercer  período  de  la  independen- 
cia. Bolívar  lo  abre  con  Una  proclama  fechada  en  Ocuma- 
re  á  6  de  junio,  de  1816.  Se  expresa  en  ella  así: 

776  La  guerra  á  muerte  que  nos  han  hecho  nues- 
tros enemigos  .cesará  por  nuestra  parte:  perdonaremos 
á  los  que  se  rindan  aunque  sean  españoles.  Los  que 
sirvan  á  la  causa  de  Venezuela  serán  considerados  comió 
amigois,  y  empleados  según  su  mérito  y  capacidad.  Las 
tropas  pertenecientes  al  leneimligo  que  se  piasicn  á  nosotros, 
gozarán  de  todos  los  beneficios  que  la  patria  con- 
cede á  sus  bienhechores.  Ningún  español  sufrirá  la 
muerte  fuera  del  campo  de  batalla.  Ningún  ameri- 
i:aJno  sufrirá  el  menor  perjuicio  por  haber  seguido  el 
partido  del  rey  ó  cometido  ,'actos  de  hósdlidad  contra 
sus  conciudadanos.  Esa  porción  desgraciada  de  nuestros 
hermanos  que  han  gemido  bajo  las  miserias  de  la  es- 
clavitud, ya  es  libre.  La  (naturaleza,  la  justicia  y  la 
política  piden  la  emancipación  de  los  esclavos :  de  aquí 
len  adelante  sólo  h'abrá  (en  Venezuela  una  clase  de 
hombres :   todos   serán   ciudadanosy>. 

111  Esta  proclama  hacía  cambiar  la  faz  de  la  política 
y  el  género,  de  guerra  establecido  por  la  anterior  de 
Trujillo.  ¿  Cómo,  pues,  si  el  talión  no  había  resultado  im- 
procedente, explicarnos  este  cambio  total  y  repentino^ 
sobre  toido  cuando  se  empeñaba  nueva  lucha,  no  ya  sólo 
contra  los  venezolanos  que  regía  el  sucesor  de  Boves,  si- 
no contra  los  españoles  transmarinos  que  habían  venido 
con  la  expedición  de  Morillo  ?  El  argumento  contra  la 
guerra  á  muerte  noi  puede  ser  más   concluyente. 

778  A  tan  hábil  conversión  en  la  política  de  Bolívar 
vino  á  favorecer  también  la  impolítica  manifiesta  del  Ge- 
neral español,  que  Comenzó  á  menospreciar  como  indig- 
nos de  prez  en  la  causa  de  Castilla,  aquellos  harapientos 
soldados  d!el  feroz   Morales;   y  aun   su   misma  oficialidad 


106  HISTORIA    DE    VENEZUE -A 

y  tropa,  fuera  del  ¡alto  idesd'én  con  que  los  afrentabian, 
se  atrevieroln  á  desrñlanes  y  tropelías  contra  sus  haberss 
y  el  hoinor  de  sus^  famülias,  fig-urándose  á  los  venoedbres 
colmo  en  la  misma  condición  de  los  vencidos.  De  aguí 
qiue  eulndiese  el  descontento  entre  los  primieros,  y  que 
corrJe'nzaran  a  despegarse  de  sus  filas  para  tomar  el  des- 
quite reco;nciliándoise  coin  loSi  patriotas. 

779  Esta  proclamia  salv,ajdora  producía,  por  otra  parte, 
sus  ¡naturales  benéficos  oficios,  pues  qiue  convidaba  con 
la  emancipación  á  los  qiue  yacían  en  cutiverio,  y,  con- 
sagrando como  un  dogma  irrevocable  de  la  República  la 
ig^ualdad  política,  :no  reconocía  en  los  venezolanos  siñO' 
tuna  clase  de  hombres :  todos  ciadadarws.  Demás  de  eso, 
su  influencia  se  extendía  hasta  obrar  en  favor  de  la  pa- 
tria ein  el  mismo  campo  de-  los  españoles,  atrayéndolos  á 
su  partido  con  la  promesa  de  gialardones  estimables.  Mu- 
chos casos  comprobaroin  la  eficacia  de  tan  coinsultísima 
'medida,  y  los  republicanos  contaron,  más  tarde  entre  sus 
g-loriosos  adalides,  algunos  de  los  mejores  que  habían  ve- 
uido  ,á  combatirlos '  desde  la  Península 

XIII 

780  El  ¡nuevo  rumbo  de  los  acontecimientos  era  cada 
vez  .miás  favorable  á  los  patriotas  qtie,  presididos  por  el 
Libertador,  comenzaban  á  rehacerse  de  los  pasados  que- 
brantos y  á  cobrar  mayores  certezas  de  buen  éxito,  aun 
cuando  ¡nunca,  como  en  la  ocasión,  hubieran  sido  más  po- 
derosas ,en  América,  ni  más  aventajadas  las  huestes  de 
Castilla.  '  ^    : 

781  Sin  embargo.,  y  á  despecho  de  la  citada  procla- 
ma, la  guerra  á  muerte  continuó  en  algunos  lugares  del 
Óriiente,  pero  ya  nO'  considerada  como  un  derecho^,  sino 
en  :el  concepto  de  un  abuso  y  como  aisladas  reticencias 
de  la  antigua  zana.  '     . 

782  Tres  años  después,  viendo  que  los  españoles  pro- 
seguían el  desastroíso  sistema,  inició  el  Libertador,  de 
propio  movimiento,  los  tratos  de  re  guiar  ización  de  la 
guerra  que  fueron  definitivamente  concluidos  en  1820, 
en  lel  memorable  sitio,  de  Santa  Ana. 

783  Para  acabar  está  obra  nobilísima,  escribió,  á  Mo- 
rillo con  fecha  3  de  inovie'mbre,  invitándole  á  celebrar  un 
convenio  «verdaderamente  santo,  decía,  que  regularice  la 
g-uerra  de  horrores  y  de  crímenes  que  hasta  ahora  ha 
inundado  á  Colombia  en  sangre  y  lágrimas.» 

X[V 

784  «Por  su  parte,  dice  Baralt,  el  Libertador  se  goza- 
ba al  ver  borrada  por  su  propia  mano  la  sang-rienta  pági- 
na que  en  Trujilloi  escribió  él  'mismo,  el  año  aciago  de 
1813». 

785  Y,    como    se    verá    más   adelante,    al    abrirse   la 


FELIPE   TEJERA  107 


campaña  el  lano  de  21 :  «Sabied,  dijoi  Bolívar  al  Ejér- 
cito,   q'ue    ;el    Gobierlno    os    ümipone    la    obligación    rigo- 

roisa   de   ser   más    piadosos    qiue    valieinfes Sufrirá 

pena  capital  el  que  infringiere  cualquiera  de  los  ar- 
tículos de  la  re  guiar  ización  de  la  guerra.  Aun  cuan- 
do nuestros  enemigos  los  quebranten,  nosotros  debe- 
mos cumplirlos  para  qiue  la  gloria  de  Colombia  no  se 
amia'ncille    con    sangre». 

786  «Vosotros,  (los  españoles),  venís  á  degollarnos, 
y  mosotros  os  perdonamos:  vosotros  habéis  convertido  ©n 
horrorosa  isoledad  á  nuestra  lafligida  patria,  y  nuestro  más 
ardiente  ianheloi  es  volverolsi  á  la  vuestra». 

787  Es  la  ooütififmlación  explícita  de  los  buenos  resul- 
tados producidoBi  por  la  proclama  de  6  de  junio'  de  1816. 
A  este  felicísimio  remate  le  trajo  la  mencionada  proclama, 
y  jno  la  de  Trujillo,  como  se  ha  dicho  sin  ra^ón  por 
algunos  escritores.  La  política  fué  más  fructuosa  qiue  el 
terror;  la  mIagUianimidad  más  benéfica  qUe  el  enconoi;  y  si 
la  ameinaza  de  Trujilloi  sublevó  la  cólera  del  Lieón  y  encen- 
dió sus  apetitoisi  cailnioerosi,  el  abrazo  de  Santa  Ana  éo- 
minó  su  zana,  y  le  dierribÓ!  impotente  á  lois  pies  de  la 
República.  .  '.  ' 

788  Desde  luego  la  talla  de  Bolívar  se  agiganta ;  á  su 
ambición  de  gloria  noi  es  bastante  Venezuela,  necesita 
espaciarse  pior  toído  el  continente;  necesita  oír  el  trueno 
de  Bolmbomá,  excitarse  con  los  clarines  de  Junín  y  ador- 
taieoerse  con,  lasi  victoriosas^  descargas  de  Aya  cucho.  El 
descuella  por  sobre  todos  los  einemigos  porque  los  ha 
sobrepujado  dn  la  batalla  con  lel  triunfo;  y,  ahora,  en 
el  cam^^o  de  la  diplomacia  con  la  superioridad  de  la  hi- 
dalguía; y  aujn  excede  a  ,los  grandes  hombres  histíóri^ 
eos,  porqiue  no  persiste  en  !el  error  una  vez  reconoció 
do,  y  confiesa  ¡ante  los  Igiglos  sus  faltas  como'  hombre, 
sus  deliriois  ooimoi  geinio. 

789  Sobrre  el  sol  de  Colombia  tanibién  hay  manchas 
q;ue  ¡es  vajnoi  pretender  borrar  con  una  eisponja,  cuando 
ellas  ,flotan  ooimo-  lasi  del  astro  del  día  entre  los  mis'mos 
esplendores  de  su  discoi.  Bolívar,  como  el  sol  no  las  ocul- 
ta, sijno  (|ue  al  través  de  ellas  alumbra  el  universo. 


RESUMEN    CRONOLÓGICO 


DE  LA 


PRIMERA   ÉPOCA 


SINCRONISMOS 


1811  Revolución  de  los  canaii>s. 
Pronunciamiento  de  los  rea- 
listas en  Valencia.  La  ocupa 
el  General  Miranda. 


Casi  toda  la  España  cae  en  poder 
de  los  franceses.  El  doctor  Fran- 
cia se  proclama  Dictador  del  Pa- 
.raguay.  Guerra  civil  en  Nueva 
Granada. 


1812  El  terremoto  de  26  de  marzo 
arruina  á  Caracas,  La  Guaira, 
Barquisimeto,  Mérida,  etc. 
Monteverde  sale  de  Coro,  en- 
tra á  Barquisimeto,  sigue  á 
Valencia  y  ocupa  á  Caracas 
después  de  la  capitulación  de 
Miranda ;  viola  las  capitula- 
ciones y  comete  todo  género 
de  abusos. 


El  Emperador  Napoleón  emprende 
la  campaña  de  Rusia  con  500,000 
hotabres  y  ocupa  su  capital,  Mos- 
cow,  incendiada  por  los  rusos. 
Guerra  de  Inglaterra  y  los  Esta- 
dos Unidos.  DerroíS  de  los  ar- 
gentinos que  sitiaban  la  plaza  de 
Montevideo. 


1813  Bolívar  sale  de  Nueva  Gra- 
nada con  500  hombres,  de- 
creta en  Trujillo  la  guerra  á 
muerte,  y  después  de  las  ba- 
tallas de  Niquitao,  los  Horco- 
nes y  los  Pegones,  ocupa  á 
Caracas  el  7  de  agosto.  Ma- 
rino, Piar  y  Bermúdez  liber- 
tan el  Oriente. 


Napoleón  pierde  el  Gran  Ej¿r,ilo 
en  Rusia  y  se  retira  á  Francia. 
España  invade  á  Francia  por  el 
Sur.  El  Congreso  de  Anahuac, 
reunido  en  Chilpacingo,  declara  la 
independencia  mejicana  del  trono 
Español. 


FELIPE   TEJERA 


109 


1814  Derrota  de  Calnpo  Elias  en 
La  Puerta.  De  Boves  en  La 
Victoria.  Rósete  totna  á  Ocu- 
mare.  Sitio  de  San  Mateo. 
Batalla  de  Bocachica.  Se  le- 
vanta el  sitio  de  Valencia. 
Marino  es  derrotado  en  el 
Arao.  Triunfa  Bolívar  en  Ca- 
f abobo.  Derrota  de  Bolívar  y 
Marino  en  La  Puerta.  Entra 
Boves  á  Caracas.  Desconoci- 
miento de  Bolívar  por  Rivas 
y  Piar.  Triunfo  y  muerte  de 
Boves  en  Úrica.  Le  suce<le 
Morales. 


Napoleón  pone  en  libertad  á  Fer- 
nando VII  y  retira  sus  tropas  de 
la  Península.  Fernando  VII  vuel- 
ve al  trono  y  declara  atentatoria 
á  la  Corona  la  Constitución  que 
habían  dado  las  Cortes.  Napoleón 
abdica  el  trono  francés  y  le  suce- 
de Luis  XVIII,  bajo  la  protíc- 
ción  de  las  potencias  coligadas. 
Se  aplica  en  Londres  el  vapor  para 
la  imprenta  del  «Times».  Los  in- 
gleses Cochrane  y  Ros  incendian 
á  Washington  (24  de  diciembre). 
El  General  Nariño  triunfa  en  Cabo 
de  los  españoles   (Nueva  Granada) . 


1815  Viene  la  expedición  de  ]\3o- 
rillo.  Se  encarga  éste  de  la 
Capitanía  General.  Deja  .  en 
este  puesto  á  Moxó  y  sigue 
á  reconquistar  la  Nueva  Gra- 
nada. 


El   Brasil   se   declara   Reino.    Inven- 
ción   del    buque    de    vapor    por    el 

■     americano  Fulton.   Napoleón  vuel- 
ve á  Francia  y  es  derrotado  luego      / 
en    Water  loo. 


1816  Expedición  de  los  Cayos.  In- 
vasión de  Mac  Gregor.  Ba- 
tallas de  Alacrán,  Juncal,  Ma- 
ta  de   Miel  y  Manteca!. 


El  sabio  Francisco  José  de  Caldas 
y  Francisco  A.  Ulloa,  son  fusila- 
dos en  Bogotá  por  orden  de  Mo- 
rillo. Buenos  Aires  expide  paten- 
tes de  corso  contra  los  buques  es- 
pañoles . 


1817  Aldama  toma  á  Barcelona. 
Páez  derrota  en  Mucuritas  á 
La  Torre.  Piar  le  derrota 
luego  en  San  Félix.  Morillo 
expediciona  á  Margarita.  Ocu- 
pación de  Angostura  por  los 
patriotas.  Morillo  evacúa  á 
Margarita.  Fusilamiento  de 
Piar. 


El  Coronel  argentino  Don  Juan  G. 
de  Heras  ataca  el  fuerte  de  Tal- 
cahuano  (Chile)  y  es  rechazado. 
El  Congreso  de  Tucumán  (Bue- 
nos Aires)  publica  un  manifiesto 
sobre  las  causas  que  habían  mo- 
tivado la  declaración  de  indepen- 
dencia. 100,000  chinos  mueren  en 
la   inundación   del   río   Amarillo. 


1818  Páez  toma  las  flecheras  en  el 
río  Apure.  Morillo  se  retira 
de  Calabozo.  Le  persigue  Bo- 
lívar hasta  La  Victoria.  Re- 
tirada de  éste.  Atentado  en 
el  Rincón  de  los  Toros.  Mar- 
garita libre  de  los  realistas. 
Bolívar  convoca  un  Congreso 
para  Angostura  y  da  im  ma- 
nifiesto contra  las  potencias 
de  Europa. 


Es  abolida  en  el  reino  de  Wurtem- 
berg  la  servidumbre.  Declaración 
de  independencia  de  Chile.  San 
Martín  derrota  á  los  españoles  en 
Maipó.  Se  introduce  en  FraacLa 
el  estudio  de  la  Historia  en  los 
Colegios  Reales.  i>!uerte  de  Pe- 
tión,  Presidente  de  Haití.  Muer- 
te del  Rey  Carlos  XIII  de  Sue- 
cia.  Le  sucede  Bernardotte,  con 
el  título  de  Carlos  XIV.  Visitla 
las  costas  de  Paria  el  primer  bote 
de  vapor,  después  del  invento  de 
Fulton, 


lio HISTORIA   DE  VENEZUELA 

1819   Reunión  del  segundo  Congre-  Los  Estados   Unidos   obtienen  de  la 
so  de  Venezuela  en  Angostu-  España  las  dos  Floridas.  San  Mar- 
ra. Proyecto  de  Colombia.  Lo  tín    y    el    almirante    Cochrane    se 
acepta   el    Congreso.    Páez   da  apoderan   del    Callao    y    de   Lima, 
la  batalla  de  las  Queseras  del  El    dinamarqués    Oertter    descubre 
Medio.    Campaña  de  la  Nue-  que    la    electricidad    influye    sobre 
va    Granada.    Batalla   de    Bo-  el    imán.    Se    hacen    exploraciones. 
yaca.    Entra    Bolívar    en    Bo-  en  el  Océano  Ártico, 
gota.    Torna    á    Venezuela    y 
se    decreta    la    República    de 
Colombia. 


SEGUNDA   PARTE 


HISTORIA   MODERNA 


ÉPOCA   SEGUNDA 


COLOMBIA 

{De  1820  a  1830) 
CAPITULO  I 

Regularizacíóin  de   la  guerra.— 1820 

790  Los  sucesos  militares  de  'este  primer  año  de  Co- 
lombia fueroin  en  general  de  escasa  trascendencia,  y  el 
único  notable,  la  campaña  que  emprendió  el  g-eneral  Mon- 
tilla,  saliendo  de  Margarita  y  Aportan  do  el  12  de  mayo 
en  Río  Hacha,  con  fuerzas,  la  mayor  parte,  de  auxiliares 
ingleses.    ' 

791  Este  intrépido  general  recorrió  gran  parte  de 
la  Nueva  Granada,  casi  siemlpre  vencedor  sufrió  luego 
bastamte  por  insurrección  de  las  tropas  inglesas  que  sa- 
quearon é  inoend'iarom  á  Río  JHacha  antes  de  reembárcársie 
(4  de  junio) ;  y  lal  cabQ  puso  leistrecho  sitio'  á  la  importante 
y  amuralladja  plaza  de  Cartagena. 

792  Como  él,  Córdova  y  otros  granadinos  no  menos 
valerosos  y  patriotas,  dieron  este  año  memorable  lustre  á 
su   nombre. 

\  793  Tam|>oco  sirvió  de  teatro  á  mayores  cosas  el 
departamento  de  Quito,  donde  á  la  sazón  gobernaba  á  los 
realistas  el  Presidente  Don  Melchor  Aymerich. 


112  HISTORIA    DE    VENEZü'E   A 


794  Lo  mismo'  pasaba  -en  Venezuela:  Morillo,  cercado 
de  g-uerrillas,  se  estaba  á  la  'defensiva;  Páez  dominaba  el 
Apure;  Urdajneta,  por  miuerte  del  heroico  Anzoátegui,  ocu- 
rrida en  Pamplona  el  15  de  noviembre  del  año  anterior, 
hacía  frente  á  La  Torre  en  la  línea  de  San  Cristóbal  y 
Táriba;  y  por  lo  qiue  hace  al  Orielnte,  estaba  plag-ado  de 
g-uerriUas   patriotas.  i 

795  Ein  estas  circunstancias  .envió  Bolívar  á  Europa 
a,l  Doctor  Zea,  Vicepresideinte  de  Colombia,  á  quien  sus- 
tituyó el  Doctor  Roscio,  reemplazado  de  allí  á  poco  cotí 
«el   Geineral  Carlos   Soublette. 

796  Por  otra  parte,  uln  suceso  grave  ocurrió  este 
año  '6n  la  Península,  que  redundó  en  provecho  de  Colom- 
bia; y  fué  que  el  primiero  de  einero  se  proclamó  allí  las 
Coinstitución  de  1812,  que  dividía  el  poder  real  entre  el 
Rey  y  las  Coirtes,  y  reunidas  á  principio  de  julio,  hicie- 
rotn  de  modo  que  viniesen  jsus  revueltas  colonias  da  paz 
al  senoi  de  la   Madre  Patria. 

797  Ajnduvo  Morillo  no  poco  dudoso  en  esta  senda; 
más  juró  al  fin  la  cons:titucióin  (7  de  junio),  pidió  sujs^ 
pensión  de  hostilidades  y  envió'  comisionados  á  Guayana 
ooin  el  objeto  de  proponed  ítratados. 

798  Para  daf  una  idea  de  cómo  se  veía  todo  esto 
por  el  pueblo,  y  de  la  ^ue  éste  tuviese  de  la  jurada  Cons- 
titución lespañola,  copiamos  aquí  una  cuarteta  que  apáte- 
ció  en  las  paredes  de  Caracas  el  mismo  día  de  la  jura: 

Ya  teil  real  se  partió  en   dos   medios ; 
Mas  sepa  cualquier  virote. 
Que  testa  es  la  misma  jeringa 
Cíon.  idiferente  palote. 

799  Reunido  el  Congreso  para  conocer  de  la  materia, 
comestó :  «Que  deseoso  de  establecer  la  paz,  oiría  con 
g-usto  todas  las  proposicioins  que  se  le  hiciesen  de  parte  del 
gobierno  español,  siempre  que  tuviesen  por  base  el  recono- 
cimiento de  la  soberanía  é  independencia  de  Colombia» 
(11  de  julio). 

800  Mas  ino  era  eso  lo  que  pretendía  España,  sino 
el  sometimiento  puro  y  p^erfecto  de  su  antigua  colonia ;  por 
lo  que  hablar  [mlás  sobre  lel  caso  rayaba  en  lo  excusado'.  Sin 
e:mbargo,  hubo  iiuevas  comisiones.  Bolívar,  con  fecha  3  de 
noviembre  escribió  al  Jefe  español,  excitándole  á  concluir 
un  tratado:  «verdaderamlente  santo,  decía,  que  regularice 
la  guerra  de  horrores  y  crímenes  que  hasta  ahora  ha  inun- 
dado á  Colombia  'Cin  sangra  y  lágrimas.»  Y  el  25  de  no- 
viembre, por  la  noche,  se  firmó  en  Trujillo  un  armisticio 
por  seis  meses. 

801  Manifestó  entonces  Morillo  deseos  de  conferen- 
ciar personalmente  con  el  Libertador,  y  así  se  verificó  el 
27  del  mismo  tín  el  célebre  sitio  de  Santa  Ana. 

802  De   esta   oonferencia   data    la   regularización    de 


FELIPE   TEJERA  113 


la  g^uerra  y  Go'miie'nza  una  nueva  era  esclarecida  por  los 
principios  del  cristianismo. 

803  Quedan  atrás  los  años  de  la  Guerra  á  Muerte, 
en  lo  que  no  'hubo  delito  que  no  se  cometiese,  y  los  hom- 
bres y  las  coisas  parecen  (sumerg-idas  en  un  océano  de  san- 
gre. • 

804  Pero  al  llegar  aquí  el  historiador,  como  que 
respira  etro  ambiente.  Detengámonos,  pues,  y  saludem.os 
con  una  sonr'sa  la  gran  República  que,  nueva  Minerva, 
sale  de  la  men.,  de  Bolívar  transfig-urada  por  la  gloria.  (1) 

805  Tu  histeria,  ¡oh  Colombia!  será  de  hoy  más 
la  gran  epopeya  (íel  siglo  XIX.  ¿  Dónde  está  el  Homero 
que  deberá   divinizarla  ? 


CAPITULO  II 

Ruptura    del    armisticio.  -Soublette   y    Bermíidez.— Batalla    del    Calvario.- 1821 

806  La  provincia  de  Maracaibo  que,  corno  la  de 
Coro,  se  había  manifestado  eminentemente  realista  desde 
1810,  tuvo,  'Lmpero,  quienes  rebosando  de  patriotismo, 
abrazaran  con  calor  la  causa  de  la  independencia. 

807  Tales  fueron  Domingo  B.  Briceño,  Francisco  Ló- 
pez, José  A.  Almarza  y  Üos  hermanos  Baralt;  pero  sus 
tentativas  fracasaron  hasta  que  Briceño,  que  había  estado 
preso  seis  ?  ios,  siempre  á  caza  de  la  mejor  coyuntura, 
hizo  la  revoi.-'ción  en   éste. 

808  Pronuncióse  Maracaibo  el  28  de  enero;  y  fuer- 
zas de  Urdaneta  que  acechaban  en  Trujillo,  ocuparon  lá 
ciudad  ccn  evidente  violación  del  tarmisiicio. 

809  Lo  cual  motivó  justas  reclamaciones  y  acalora- 
das disputas  entre  La  Torre  y  el  Libertador;  mas  sin 
éxito  ninguno  en  favor  del  primero,  y  se  señaló  al  cabo  el 
28  de  abril  para  volver  á  las  hostilidades. 


(1)  Nadie,  dice  Morillo  en  carta  al  Comandante  de  Armas  Pino,  nadie,  ni  no- 
sotros mismos,  somos  capaces  de  concebir  lo  interesante  de  esta  Entrevista,  y  la 
cordialidad  y  amor  que  animaba  á  los  que  estábamos  en  ella;  nuestra  alegría  estaba 
mezclada  con  la  locura,  y  parecía  un  sueño  vernos  reunidos  allí  como  españoles, 
como  hermanos  y  como  amigos.,, 

"Tan  singulares,  tan  puros  y  extraordinarios  fueron  los  transportes  á  que  se  en- 
tregaron, que  convinieron  en  inmortalizai  la  memoria  de  aquel  día  erigiendo,  un 
monumento  á  la  Amistad.  Dos  oficiales  de  Ingenieros  deben  encargarse  de  la  obra 
que  sus  Excelencias  mismas  han  empezado,  plantando  con  sus  manos  la  piedra  fun- 
damental de  é1„  (Pedro  Briceño  Méndez.  Oficio  en  que  participa  la  Entrevista  de 
Santa  Ana  28  de  noviembre  de  1820). 

„En  el  extre.no  de  la  calle  principal  de  la  población,  hacia  el  Sur,  tenemos  la 
piedra  en  que  se  ¿entaron  Bolívar  y  Morillo.  Su  figura  es  cuadrada  por  dos  lados, 
la  base  y  el  asiento:  considerámosla  en  su  situación  actual.  Es  un  cuad.ado   que 

tiene  por  lado  727  nnlímetros con  un  espesor  de  100  milímetros.  La  materia  es 

bruta,  pe. o  tan  dura  como  el  tiempo  y  las  glorias  de  Bolívar.» 

,  Apuntes  Estadísticos  del  antiguo  Estado  Trujillo  publicados  en  1876). 

Últimamente,  con  motivo  del  Centenario,  se  erigió  en  eite  mismo  sitio  un  mo- 
numento conmemorativo  decretado  por  el  Presidente  General,  Juan  Vicente  Gó- 
mez. 


114  -  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

810  También  se  había  enviado  á  España  una  comi- 
sión compuesta  de  Tiburcio  Echeverría  y  Jcse  Rahel  Re- 
venga; más  ya  se  ve  que  no  estaban  las  cosas  para  tra- 
tados, 

811.  La  Torre  que  regía  la  CaDitanía  General,  por 
haberla  renunciado  Morillo  y  embarcándose  para  la  Penín- 
sula (10  de  diciembre  de  1823),  contaba  todavía  con 
10.000  soldados  de  famosa  tropa. 

812  Al  abrirse  la  cam.paña,  proclamó  BoLVar  ál  ejér- 
cito:-— «Sabed,»  les   dijo,   «que   el  Gobierno   os   impone  la 

obligación  rigorosa  de  ser  más  piadosos  que  valientes: 

Sufrirá  pena  capital  el  que  infringiere  alguno  de  los  ar- 
-tículos  de  la  regularización  de  la  guerra.  Aún  cuando 
nuestros  enemiigos  los  quebranten,  debemos  cumplirlos 
para  que  la  gloria  de  Colombia  no  se  amancille  con 
sangre.» 

813  Santas  y  dulcísimas  palabras  que  la  posteridad 
recoge  con  aplamsic/ é  inmortalza  con  amor,  y  q'ue  salví:n  la 
•memoria  de  Bolívar  de  aquella  auréola  funesta  con  que  la 
cercaba  su  decreto  de  Guerra  á  Muerte. 

814  Con  tan  hermosas  máximas  estaba  salvada  la  Re- 
pública, y  ellas  sí  que  ison  dignas  del  grande  hombre, 
que  no  es  terror,  sino  égida  de  los  mortales. 

815  Soublette,  que  obraba  en  el  Oriento,  recibió  ór- 
denes de  llamar  la  atención  hacia  Caracas,  mientras  el  Li- 
bertador, uniéndose  con  Páez,  marchaba  sobre  La  Torre. 

816  Así  lo  hizo  con  sumo  acierto  el  Vicepresidente 
y  envió)  á  Bermúdez  á  ocupar  la  capital,  que  había  sido 
evacuada  el  14  de"  mayo,  mientras  que  Zaraza  auxiliadlo 
por  Monagas,  con  un  escuadrón  de  caballería  marchaba 
á  las  comarcas  de  Calabozo  y  de  Orituco. 

817  Desconcertó  esto  á  La  Torre  obiigándole  á  des- 
m.embrar  sus  fuerza^;  y  como  el  intrénido  cumanés  se  ade- 
lantara al  Consejo  derrotando  allí  á  Correa  el  23,  y  siguie- 
se á  la  Victoria,  envió  contra  él  á  Morales  que  le  hizo 
retroceder  hasta  reunirse  con  Souble^te;  y  ambos  se  en- 
caminaron al  Rodeo,  sin  pasar  por  Caracas. 

818  Ocupóla  al  punto  Morales,  y  dejando  en  ella  al 
coronel  Pereira,  siguió  para  Valencia  á  incorporarse  con 
La   Torre. 

819  Volvió  Bermúdez  muy  pronto  sobre  Pereira,  que 
había  tomado  posiciones  en  la  Colina  del  Calvario,  y  allí 
trabó  hatada  con  él  el  23  de  junio,  no  obstante  que  es  e 
sesudo  militar  le  propusiese  suspensión  de  armas  mien- 
tras se  decidían,  como  todos  esperaban,  las  cosas  en  Ca- 
rabobo. 

820  Pagó  allí  bien  caro  su  temeñdad  Bermúdez,  sa- 
liendo derrotado  con  rec"o  estrago  de  Caracas;  más  por 
suerte,  Bolívar  triunfará  de  La  Torre  en  Carabobo. 


FELIPE   TEJERA  '  H^ 


CAPITULO   III 

Batalla  de  Carabobo.— 1821 

821  Desde  principies  de  junio  el  general  La  Torre 
había  ocupado  posiciones  en  la  llanura  de  Caraoobo,  que 
demiora  al  Sur  de  Valencia.  Montaban  sus  f ue  z  is  á  5.L0p 
hombres  de  todas  armas,  resto  de  aque.la  famosa  expedi- 
ción que  trajo  Morillo  y  que  se  llamaban,  con  orgullo,, 
vencedores  de  Napoleón    en  Europa. 

822  Mandaba  la  caballería,  Morales,  digno  sucesor 
de  Boves  en  coraje  y  crueldad.  La  infantería  se  desplegó 
por  líneas  en  Batalla,  flanqueada  con  bueiás  masas  de 
caballería;  un  batallón  coronó  la  cresta  de  c'.ertO  cerro  que 
domina  el  camino  del  Pao;  al  frente  una  abra  y  el  desfi- 
ladero de  Buena  Vista,  barridos  por  los  fuegos  de  cañón; 
tal  era   la   formidable    posición    del    avisado    La    Torre. 

823  Por  su  parte,  el  Libertador  ocupó  el  des:dadero 
el  día  24,  despejado  como  había  sido  el  tránsito  por  el 
coronel  Laurencio  Silva,  y  desde  allí,  ei  midiendo  la  pu- 
janza de  su  contrario,   resolvió   darle   batalla. 

824  Su  ejército  contaba  hasta  6.000  combatientes; 
sin  embargo,  no  todos  podrán  tomar  parte  en  la  acción. 
Mandaba  la  primera  división,  Páez;  la  segunda,  Cedeño; 
Plaza  la  tercera. 

825  Temerario  era  el  ataque  por  el  cam'no  natural. 
Viéndolo  así  el  Libertador,  envió  á  Páez  por  una  vereda 
oculta  que  desembocaba  á  la  derecha  de  los  reiii:tas,  é 
inopinadamiiente  salió  por  allí  el  impetuoso  llanero.  Al  ca- 
bo, repuestos  de  la  sorpresa  cjue  esto  les  cais  ira,  como  la 
gente  de  Páez  avanzaba  á  la  deshilada  por  el  estrecho  sen- 
dero, dieron  con  ímpetu  sobre  él,  y  ya  le  arroyaban  cuan- 
do llega  el  batallón  británico,  al  mando  del  coronel  Fá- 
rriar,  hinca  rodilla  en  tierra  bajo  un  fuego  horroroso,  y, 
á  despecho  de  todo,  restablece  el  combate. 

826  Al  combinado  esfuerzo  de  los  patrotrs,  ccj-^n  los 
realistas,  y  más,  cargados  por  la  caballería;  y  al  advertir 
(^iie  Morales,  cobarde  ó  traidor,  vuelve  espaldas,  huyen 
desbandados  por,  aquella  inmensa  llanura. 

827  Todo  quedó  en  poder  de  Bolívar,  con  excep- 
ción del  batallón  Valencei  que,  estando  de  reserva  coa  La 
Torre,  ahora  en  cuadro,  ahora  en  columna  ce-'r  ida.  se 
retiró  heroicamente  por  el  camino  de  Valencia,  rechizan- 
do con  sin  igual  coraje  las  repetidas  cargas  de  la  cajaLe- 
ría  patriota. 

828  Altas  y  nunca  vistas  proezas,  dsciplina,  genero- 
sidad y  valor  eminente,  hé  aquí  las  preciarás  virtudes  que 
demostraron  los   patriotas   en   esta   inmortal   jornada   que 


116     ^HISTORIA   DE   VENEZUELA 

coronó  la  independencia   de   Venezuela,  afianzó   lá   de  la 
Nueva  Grantada,  y  preparó  lá  del  Perú  y  Boliviá.  (1) 

829  Allí  el  intrépido  y  leal  Cedeño,  intentando  romt 
per  la  columna  Valencei,  «murió  'cn  medio  de  ellos  del 
modo  heroico  como  debía  terminar  su  carrera  el  bravo  de 
los  bravos  de  Colombia ;»  y  Ambrosio  Plaza,  «acreedor  á 
los  honores  de  un  heroísmo  eminente,»  cayó  por  tierra 
cuando  se  abalanzaba  él  solo  á  rendir  un  batallón.  Tales 
son  las    >alabras  del  libertador  en  su  parte  al   Congreso. 

830  Jt.  cunido  éste  á  la  sazón  en  el  Rosario  de  Cu- 
cuta,  deci'jtó!  á  Bolívar  los  honores  del  triunfo,  y  le  con- 
firió el  títuk  de  Libertador  de  Colombia ;  confirmo  á  Páez 
en  el  grado  de  'General  en  Jefe  que  aquél  le  dier¿ai 
en  el  campo  de  batalla,  y  'mando/  á  erigir  una  columna  áti- 
ca, conm.emorativa  de  esta  victoria,  en  la  propia  llanura 
de  Carabobo.  (*) 

831  El  mismo  día  24  entró  el  Libertador  en  Valencia, 
^iguió  después  con  Páez  y  llegó  el  29  á  Caracas.  Pereira, 
que  se  había  retirado  á  La  Guaira,  capituló  el  4  de  julio. 

832  Caracas  fué  entonces  declarada,  bajo  la  dirección 
de  Se  Mctte,  capital  del  departamiento  de  Venezuela,  la 
cual  se  dividió  en  tres  distritos  militares:  el  primero, 
comput  sto  de  Coro,  Méridí  y  Trujillo,  á  cargo  de  Marino ; 
el  segm  Ío  de  Caracas,  Carabobo,  Bárquisimeto,  Apure  y 
Barinaf;,  coníieridoi  á  Piáezi,  y  el  tercero,  compuesto  de  Bar- 
celona, Cumaná,  Margarita  y  Guáyana,  ál  mando  de  Ber- 
múdez.    . 

831:.  Así  las  cosas,  partió  el  Libertador  para  la  Nueva 
Grana 'a  el  i.Q  de  agosto,  dejando  ya  libre  su  patria,  aun- 
que toa^ivía  resisitese  Coro,  y  La  Torre,  encerrado  jen 
Puerto  Cabello,  intentase  luego  desquitarse. 


CAPITULO    IV 

Departamianto    de    Nueva   Granada   y    Quito.  — 1821 

834    Al  mismo  tiemp©   que  en   Venezuela   abrióse   en 
Nueva  Granada  la  campaña  el  28  de  abril,  y  fué  el  su- 


(1)  El  día  6  d2  julio  escribió  La  Torre  desde  Puerto  Cabello  á  Bolívar:  "Exce- 
lentísLno  Se  ion  ría  llegado  á  mí  noticia  que  por  V.  E.  han  sido  tratados  con  toda 
conjide;aciói  loj  individuos  del  ejército  de  mi  mando  que  han  tenido  la  desgracia 
de  ser  pns.one.os  di  guerra.  Doy  á  V.  E.  las  debidas  gracias  por  este  rasgo  de  hu- 
manidad que  me  hace  disminuir'  el  sentimiento  de  la  suerte  de  dichos  individuos 
etc.,  etc. 

(*)  Cupo  al  general  Hermógenes  López,  durante  su  gobernación,  la  gloria  de 
volver  prv  tan  noble  idea,  y  de  que  se  erigiese  la  columna  en  la  plaza  mayor  de 
Valencia,  En  1901  el  Presidente  de  Carabobo,  decretó  y  llevó  á  cabo  la  erección  de 
ot.a  columna  en  el  campo  de  Carabobo,  según  lo  dispuesto  por  el  Congreso  del  Ro- 
sario de  Cú':uta;  mas  sin  ceñirse  en  todo  á  las  leyendas  conque  d.cho  Congreso 
mandó  que  se  exornara  el  monumento.  Con  fecha  5  d¿  julio  de  1904  el  General  Ci- 
priano Castro  decretó  la  erección  de  una  nueva  columna  conmemoiativa  de  la  ba- 
talla magna  en  el  propio  campo  de  Carabobo,  y  en  1909  el  General  Gómez  decretó, 
que  este  monumento  que  se  const.uia  en  París,  se  colocara  en  el  Paseo  Iniepen-' 
denclcL  en  Caracas,  haciéndole  alguna  variante.  Luego  se  acordó  colocailo  en  la 
Avenida  19  de  Dxiemb; .,   '  así  se  hizo  con  ocasión  del  Centenario. 


FELIPE   TEJERA  IH 


cesó  tnás  importaJnte  de  este  año  la  rendición  de  Carta- 
gena, primer  baluarte  de  los  españoles  en  el  continente! 
(11  de  octubre).  Tenía  la  plaza  35  morteros,  293  caño- 
nes de  grueso  calibre;  150  'montajes;  el  tren  completo  de 
artillería  jque  llevó  Morillo;  5.500  quintales  de  pólvora, 
2.000  fusiles,  1.200  sables  y  muchos  almacenes  repletos  de 
municiones  de  guerra. 

835  El  General  Mariano  Montilla  que  tuvo  esta  gloria, 
•envió  de  presente  al  Libertador  las  llaves  de  la  ciudad, 
y  éste  ise  las  volvió  para  que  las  conservase  como  pre^ 
ciado  galardón  iq'ue  él  sólo -merecía  por  su  celo  y  cons- 
tancia en  la  alta  empresa. 

836  De  menos  importancia  fueron  los  sucesos  en  Qui- 
to: Guayaquil  que  había  proclam-ado  la  independencia  á 
fines  del  año  anterior,  expedicionó  sobre  la  capital,  pero 
fracasó  el  intento^  con  la  batalla  de  Gaachí,  que  perdió 
el  General  Luis  Urdaneta  el  12  de  noviembre. 

837  Con  todo,  á  principios  de  este  año  comenzaba  á 
crecer  en  fama  el  General  Antonio  José  Sucre,  cumanés 
de  nacimiento,  derrotando  en  Vaguachi  a  los  realistas;  y 
aunque  no  fuese  tan  venturoso  en  Guachi,  el  12  de  se- 
tiembre, atacado  por  fuerzas  quíntuplas  á  las  suyas,  le 
veremos  en  breve  siendo  el  primer  capitán  de  Bolívar  y 
ima  de  las  glorias  más  puras  de  Colombia. 

838  Dos  meses  después  celebró  un  armisticio  con  el 
Presidente  Aimerich,  con  lo  que  terminaron  en  aquellas 
regiones  los  sucesos   militares. 

839  PerO'  un  acontecimiento  notable  registran  los  ana- 
les de  esta  época;  y  fué  la  reunión  del  primer  Congre^ 
so  colom.biano,  verificado  el  6  de  mayo  en  el  Rosario 
de   Cúcuta.   i  '  '       '    ^ 

840  En  sus  míanos  dimitió  Bolívar  el  poder;  mjás  qui- 
so el  Congreso  que  las  cosas  continuasen  como  estaban 
hasta  la  definitiva  organización   del   país,    y   así  se   hizo. 

841  Su  principal  acto  fué  sellar  la  unión  de  la  gran 
República  de  Colombia  (12  de  julio),  bajo  el  pacto  ex- 
preso de  un  gobierno  popular  y  representativo;  y  la 
Constitución  que  decretó  el  30  de  agosto,  divergente  en 
algo  de  la  del  Congreso  de  Angostura. 

842  Por  ella  no  hab'a  Senadores  vital'cios,  todo  em- 
pleado era  temporal.  Tres  poderes  compartían  el  Gobier- 
no:   Ejecutivo,    Legislativo    y    Judicial. 

843  Duraba  el  Presidente  cuatro  años;  lo  mismo  los 
representantes  y  ocho  años  los   Senadores. 

844  El  territorio^  se  dividía  en  departamentos,  provin- 
cias, cantones  y  parroquias;  y  por  último,  para  revisar 
este  Código  político,  después  d^e  diez  años  de  práctica, 
debí¿i  convocarse  una  Gran  Convención  Colombiana  que 
podría  reformarlo  hasta  en  su  totalidad. 

845  El  7  de  setiembre  eligió  para  Presidente  de  la 
República  al  Libertador;  para  Vicepresidente,  al  General 
Francisco  de  Paula  Santander;   facultó  á  aquél  para  ne- 


"•^^  HISTORIA    DE   VENEZUELA 


gociar  un  empréstito  de  3.000.000  tres  millones  de  pesos, 
y  cerró  sus  sesiones  el  día  14  de  octubre.  Bogotá  fué 
declarada   capital  de  la    República. 


CAPITULO    V 

Sucesos  de  Venezuela,— 1822 

846  El  l.Q  de  enero  se  publicó  en  Caracas  la  Consti- 
tución de  Covom.bia  y  fué  jurada  el  día  siguiente,  aun- 
que generalmente  sin  el  agrado  de  los  venezolanos. 

847  Por  lo  demás,  Coro  se  mantenía  en  poder  de  los 
realistas,  y,  efecto  de  rencillas  de  las  autoridades,  la  gue- 
rra se  hizo  floja  y  ,sln  resultados  eficaces  para  los  pa- 
triotas. 

843  Tam.bién  hubo  disidencias  entre  Soublette  y  Páez, 
El  país  se  había  dividido  en  tres  departamentos :  Vene- 
zuela, al  mando  de  Páez;  Orinoco,  al  de  Bermúdez,  .y 
Zulia,  al  de  Lino  Clemente.  S'oublette  era  Intendentel 
del   prim.ero    y    Director    de   la    guerra. 

849  Pues  sucedió  que  al  cabo  de  infructuosas  tenta- 
tivas, tomó  este  último  personalmente  la  dirección  de 
las  cosas,  y,  ya  'en  territorio  de  Coro,  se  encontró  en  el 
sitio  de  Dahajuro  con  Morales  el  7  de  junio;  y  hubo 
de  retirarse  á  Carora  dejando  prisionero  de  los  rea- 
listas   al   coronel   Judas   Tadeo   Piñango. 

850  Pronto  rehecho  de  esté  revés,  volví S  con  2O0O 

honj_',es,  y  el  23  ae  julio  ocupó  á  Coro,  evacuado  por 
Morales  que  se  fué  á  Puerto  Cabello;  y  dejando  en  paz 
la  provincia,  tornó  á   Valencia. 

851  La  marcha  de  Morales  debiese  á  que  La  To- 
rre, prom.ovido  al  gobierno  de  Puerto  Rico,  dejaba  á 
su  cargo  la  Capitanía  General,  y  así  lo  confirmó  des- 
pués  el  inombramiento   de    España. 

852  Astuto  y  no  escaso  de  dotes  militares,  abrió 
Morales  atrevidas  operaciones  saliendo  de  Puerto  Ca- 
bello con  1.200  hombres  el  24  de  agosto,  y  llegando 
el  2&  á  la  costa  Goajira.  El  7  de  setiembre,  después  de 
arrollar  á  Castelli,  ocupó  á  Maracáibo  y  dominó  el  lago.^ 

853  Desde  Cartagena  vino  contra  él  Montilla  y  ade- 
lantó 1.000  hombres  á  las  órdenes  de  Sarda;  pero  Mo- 
rales le  derrotó  en  las  llanuras  de  Garabulla.  Con  lo 
que,  viéndose  protegido  de  la  suerte,  invadió  á  Coro 
y    se    hizo    dueño    otra    Vez    de    la    provincia. 

854  Los  patriotas  compensaron  estas  pérdidas  con 
el  apresamiento  de  una  corbeta  de  guerra,  procedente  de 
Cuba,  que  traía  250  hombres,  %  30.000  treinta  mil  pesos 
y  gran  acopio  de  víveres  para  Puerto  Cabello  (16  de 
diciembre). 


FELIPE   TEJERA  119 


CAPITULO   VI 
Nueva   Granada  y   Quito.— Bombona.— Pichincha.— 1822 

855^  A  principios  de  enero  se  hallataj  el  Libertador 
«n  Cali,  y  abriendo  la  campaña  sobre  Quito,  dio  el  día 
7  'de   abril   la    célebre  batalla   de   «Bom1:)oná». 

856  Mandaba  los  real-stas  don  Bas  lio  García,  y  eran 
tal-es  y  tan  bien  defendidas  las  posiciones  que  ocupa- 
ban, cjue  para  escalar  las  alturas  los  escuadrones  pa- 
triotas clavaban  sobre  el  cerro  las  bayonetas  y  subían 
bajo    un    fuego    horroroso. 

857  A  pesar  de  todo,  fueron  despedazados  los  rea- 
listas y  este  magnífico  ^triunfo  abrió  al  Libertador  las 
puertas  do  la  ciudad  de  Pasto.,  donde  se  le  rindió  García 
con  el   resto  de   sus   tropas    (8   de  junio). 

858  Por  otra  parte  el  General  Sucre,  que  había 
tom-ado  la  ¡ofensiva  contra  Aimerich,  ocupó  el  22  de 
abril  á  Riobamba  y  se  lencaminó  el  23  sobre  Quito. 

859  Estúvose  amenazando  al  enemigo  hasta  que  el 
24  de  mayo,  sobre  la  montaña  que  forma  el  volcán 
<ie  Pichincha,  le  dio  la  memorable  batalla  de  este  nom- 
bre; y  al  día  siguiente,  capituló  Aimerich  en  la  ciudad 
de    Quito.  '       i 

860  A  ella  llegó  el  Libertador  el  15  ds  junio,  y 
siguiendo  para  Guayaquil,  tuvo  en  esta  ciudd,  el  26 
de  julio,  con  el  General  San  Martín,  libertador  de  Chi- 
le, la  misteriosa  conferencia  de  que  poco  sabe  la  historia. 

861  Trasladóse  en  seguida  á  Cuenca  y  ofreció  al 
Perú  un  auxilio  de  ,4.000  colombianos ;  terminando  aquí 
los  principales  sucesos  militares  en  esta  parte  de  Co- 
lombia. 

862  El  Libertador,-  dando  cuenta  de  ellos  á  sus 
conciudadanos,  se  expresa  así:  «Ya  toda  vuestra  her- 
mosa patria  es  libre.  Las  batallas  de  Bombona  y  Pi- 
chincha,  han  completado   la  obra  do   vuestro   heroísmo». 

863  «Desde  las  riberas  del  Orinoco  hasta  los  Andes 
del  Perú,  el  ejército  Libertador  marchando  de  triunfo 
en  triunfo,  ha  cubierto  con  sus  armas  protectoras  toda 
la  extensión  de  Colombia.  Una  sola  plaza  resiste,  pero 
caerá». 

864  Por  lo  demás,  y  mientras  las  Cortes  españolas 
autorizaban  al  mjonarca  para  obrar  con  mayor  ener- 
gía   en    su    lucha    con    América,    la    Inglaterra    admitía 

"en  sus  puertos  la  bandera  de  las  nuevas  repúblicas,  y  los 
Estados  Unidos  trataban  de  reconocerlas  como  inde- 
pendientes. 


120  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


CAPITULO  VII 

,   La   escuadra    de   Colombia. —Padilla— Rendición   de   Morales.— 1823 

865  La  fortuna,  iqiu-e  liabía  protegido  los  primeros  pa- 
sos de  Morales  desdle  que  ise  llamaba  Capitán  GeneraL 
iba  á  tornársele  adversa  en  breve  tiempo. 

866  Y  con  efectO',  después  de  la  invasión  dte  Coro, 
logró  internarse  hasta  Mérida,  amenazando  con  no  poco 
aparato  militar  todo  el  Occidente  de  Venezuela;  mas 
las  operaciones  combinadas  de  Soublette,  Montilla  y  Man- 
rique, sucesor  de  demiente,  le  obligaron  á  retirarse  á 
Maracaibo.  i  ' 

867  Preparábase  ¡mlientras  tanto  en  Cartagena  la  fa- 
mjosa  escuadra  colombiana,  cuyo  almirante  era  el  va- 
leroso Padilla,  y  Jque  tanta  gloria  debía  en  adelante  gran- 
jearse. 

868  Sin  etabargo,  Laborde  q'ue  mandaba  la  Espa- 
ñola, apresó  el  l.Q  de  mayo  dos  corbetas  al  frente  die 
Borburata;  y  aun  el  mismo  comandante  Beluche  á  duras 
penas  logró  salvar  su  bajel,  llevando  la  nueva  ál  apos- 
tadero  de  los   Taques. 

869  Con  lo  cual  preponderó  al  principio  la  escuadra 
española;  pero  m'uy  en  breve  reorganizado  Padilla,  aco- 
metió la  más  atrevida  empresa  en  mares  de  Venezuela: 
y  fue  que,  forzando^  el  8  de  mayo  la  barra  de  Maracai- 
bo defendida  por  los  fuegos  del  castillo  que  la  domina^ 
tremiólo  vencedoras  sus  banderas  en  aquel  hermoso  lago, 
con  admiración  de  amigos  y  contrarios  que  juzgaban  el 
hecho  asaz  impondeirable. 

870  Ya  para  entonces  se  rendía  Coro,  y  los  restos 
realistas,  perseguidos  por  Reyes  González,  se  retiraron 
á  Maracaibo,  poniendo  así  en  gran  peligro  la  situación 
de    Morales. 

871  El  cual  de  una  parte  amenazado  por  el  Gene- 
ral Gómez,  de  Margarita;  de  otra  por  Montilla,  Reyes 
González  y  Manrique,  dejó  al  punto  la  plaza  con  -direc- 
ción al  Sucuy ;  mías  viendO'  la  retirada  de  Gómez,  por  lá 
Goajira,    tornó    á    ocuparla    de    nuevo. 

872  En  esta  coyuntura  activó  Soublette  las  opera- 
ciones, y  en  concertado  plan  marcharon  todas  las  fuer- 
zas de  tierra:  las  de  íiniar,  dieron  vista  á  la  escuadra  es- 
pañola en  Punta  de  Piedra,  y  allí  el  24  de  julio  se 
fueron   á   las  imanos. 

.  873  Orgullosos  los  unos  con  la  rota  de  la  Borbu- 
rata, se  mostrábanla  la  altura  de  su  triunfo:  ganosos  del 
diesquite  los  otros,  con  alto  y  hunca  visto  enojo  lo  bus- 
caban. 

874     Vano  fué  el   coraje  y  poder   de  las  armas  espá- 


FELIPE   TEJERA  121 


ñolas   en   tan   señalada   locasión:    la    Victoria,    amiga   de 
Colombia,   protegió'   sus   naves. 

875  Al  verse  tal  Morales,  perdida  la  escuadra,  cer- 
cado de  enemigos,  capituló  el  3  de  agosto,  yéndose  el 
15   la   vuelta  de    Cuba. 

876  Así  cayó  Maracaibo,  posición  militar  la  mejor 
de  Colombia,  coin  prez  y  tama  de  sus  libertadores. 


CAPITULO    VIII 
Toma  de  Puerto  Cabello.— Rendición  del  Castillo.— 1823 

877  No  toenos  afortunadas  y  heroicas  anduvieron  por 
esta  parte  las  operacioines  del  .aíamado  Páez. 

878  Ya  para  el  24  de  ,abril  se  había  rendido  el  Mi- 
rador de  Solano,  castiUo  que  dom.na  á  Puerto  Cabello 
por  el    Sur. 

879  Esta  plaza  es  todavía,  desmaíitelada  como  se 
halla,  la  más  fuerte  de  Venezuela;  ¿cuál  no  sería  entonces 
que  formaba  una  cindadela  con  imponentes  murallas,  pro- 
vista de  cuantos  aparejos  de  guerra  son  necesarios,  y  de- 
fendida  por    veteranas    tropas    españolas  ? 

880  Temeraria  parecía  por  lo  tanto  cualquier  tenta- 
tiva de  asalto;  y  !muy  lejos  andaba  de  todos,  smo  de  Páez, 
que  con  la  astucia  del  llanero  y  la  inspiración  del  genio, 
la   meditaba   hacía  largo    tiempo. 

881  Y  como  fuese  tan  presto  en  concebir  como  ac- 
tivo en  ejecutar  sus  planes,  bajo^  la  egida  de  su  fortuna 
puso  manos  á  la  obra,  y  el  7  de  noviembre,  cerrada  la 
temerosa  noche,  con  gran  sigilo  y  concierto  acometió  el 
peligroso  trance. 

882  Obedeciendo  sus  órdenes,  400  fusileros  y  100 
lalnoeros  al  mando  del  oíicial  Cala,  con  tácito  rodeo  lle- 
gan á  la  marina,  se  arrojan  al  agua,  y  por  un  vado  co- 
rren largo  trecho  del  manglar,  dando  con  singular  ventura 
sobre  aquella  parte  de  If  ciudad  que  estaba  abierta. 

883  Pásmanse  los  españoles  con  el  no  visto  atrevi- 
miento; y  embestidos  por  la  espalda  y  asacados  al  fin 
por  todas  partes,  después  de  heroica  y  desesperada  ba- 
talla, rinden  las  ya  inútiles  armas. 

884  .  Restaba  sólo  el  formidable  castillo,  que  hoy  de- 
cim.os  Libertador;  mas  viendo  lo  infructuoso  cjue  sería 
resistir  cuando  todo  estaba  perdido,  depuso  el  vano  enojo 
y,   dos    días    después,    capituló. 

885  Tertnina '  aquí  la  magna  y  épica  guerra  de  la 
Em^ancipación  de  Colombia.  í  Cuánta  rara  virtud,  cuan 
eminentes  hazañas  no  hemos  presenciado!  Pregón eias  la 
faina  por  el  mundo,  mientras  la  Victoria,  cuál  si  fuese 
egida,  cubre  con  su  manto  de  oro    La  República.  Ella  le 


122 HISTORIA   DE   VENEZUELA 

dio  sabios  por  legisladores,  héroes  por  soldados  y  el  más 
santo  de  todos  los  dones,  la  libertad:  astro  precioso  por 
quien  suspiran  desde  la  cuna  los  mortales. 


CAPITULO   IX 

Segundo   Congreso    de   Colombia.— Principio   de   la   campaña   dsl   Perú.— 1823 

886  Mientras  esto  sucedía  en  Venezuela,  desplegaba 
miras  muy  trascendentales  el  hombre  providencial,  eterno 
orgullo    de    América. 

887  Pensaba,  pues,  en  libertar  al  Perú  que  gemía 
aún  bajo  el  poder  peninsular,  y  ello' era  de  grande  incen- 
tivo á  sus  afanes.  Nacido  de  la  libertad,  era  como  ella 
impetuoso  en  su  carrera,  formidable  en  sus  obras ;  tenía 
la  energía  del  destino  y  (en  su  mente  brillaban  esas  gran- 
des claridades  que  el  cielo  derrama  sobre  sus  predesti- 
nados. 

888  Poseía  la  visión  del  Porvenir.  Para  algunos  pu- 
silánimjes  esta  camapaña  parecía  temeraria;  para  otros 
era  lo  contrario:  brillaba  como  ítiunca  milagrosa  lá  es- 
pada   del    año    de    14. 

889  Habíase  reunido  el  8  de  abril  el  segundo  Con- 
greso Colombiano,  y  su  principal  acto  fue  la  autoriza- 
ción ciue  dio  el  Libertador  para  abrir  la  campaña  en 
auxilio    del    Perú. 

890  Esta  parte  de  la  América  meridional,  que  t'em- 
po  atrás  había  sido  protegida  por  el  general  San  Martín, 
habiendo  él  renunciado  al  mando  y  salido  del  país  des- 
pués de  la  conferencia  de  Guayaquil,  estaba  ámenazádiá 
de    muerte    en    su    independencia. 

891  Mas  abierta  la  camapaña  por  Bolívar,  salieron 
en  m.arzo  las  primeras  fuerzas  auxiliares  de  Guayaquil, 
y  á  fines  del  m'ismo  mes  llegó  el  general  Sucre  como 
su  enviado!  á  Lim.a,  de  donde  hubo  de  retirarse  con  3.000 
colomibianos  al  Callao,  por  la  aproximación  de  Canterác 
que   traía    9.000    realistas. 

892  Y  en  dichas  circunstancias,  'el  general  Santa 
Cruz,  que  amibicionaba  el  mando  {del  Peni)  y  que  des- 
preció con  vano  orgullo  los  auxilios  de  Sucre,  fue  derro- 
tado   varias    veces    por    el    mismo    Canterác. 

893  Tal  era  la  situación  del  Perú  cuando,  llegó  el 
Libertador  á  Lima  el  l.Q  de  setiembre. 


FELIPE   TEJERA  123 


CAPITULO  X 

Batalla  de  Junín.  — 1824 

894  Revestido  el  Libertador  de  los  poderes  de  la 
Dictadura  que  le  confirió  el  Congreso  del  Perú  al  disol- 
verse, desplegando  la  actividad  de  su  genio,  uniformó 
la  opinión,  creó  recursos,  y  en  breve,  con  asombro  de 
propios,  y  extraños,  se  hallaba  á  la  cabeza  de  6.000 
colombianos   y   4.000   peruanos. 

895  Y  marchando  de  Huaras  sobre  Pasco  por  nunca 
imaginadas  vías,  atravesó  «los  horribles  desfiladeros  de 
los  Andes»,  según  la  expresión  de  Torrente ;  y  enton- 
ces pudo  decirse  de  él  como  de  Alejandro :  ida  tierra 
enmudeció  en  su   presenciay>. 

896  Con  efecto,  Canterac  que  le  venía  al  encuentro, 
orgulloso  de  las  derrotas  que  había  dado  á  Santa  Cruz, 
trabó  con  él  cruda  batalla  en  la  pampa  de  los  Reyes  6 
de  Junín  (6  de  agosto).  El  choque  fue  sólo  de  caballerías» 
y  contaba  el  realista,  sobre  todo,  con  la  superioridad! 
numérica  de  la  suya;  mas  con  Bolívar  estaban  los  terri- 
bles llaneros  de  Venezuela,  vencedores  en  cien  combates, 
y  los   denodados  granaderos    de   San    Martín. 

897  Al  principio  .halagó  la  fortuna  á  los  realistas 
que  al  parecer  triunfaban,  aunque  fue  un  engaño  y  nada 
más.  El  chileno  Nccochea,  que  m.an daba  de  cerca  á  los 
patriotas,  cayó  herido  y  prisionero;  mas  dos  escuadronea 
al  mando  de  Brown  y  Suárez  acometen  por  la  espalda  á 
los  españoles,  á  cuyo  favor  los  coroneles  Laurencio  Silva, 
Carvajal,  y  el  General  Miller  levantándose  á  un  grado 
eminente  de  heroísmo,     restablecen  el  combate. 

898  La  voz  del  Libertador  los  arrebata  en  la  in- 
mortal llanura.  (1)  No  son  hombres  los  que  entonces 
riñen;  tanto  coraje  y  denuedo  es  sobrehumano;  sorprende 
el  ánimo,  pasma  la  imaginación  y  nos  hace  testigos  de 
las  luchas  portentosas  que  pinta  Milton  en  el  cielo. 

899  Olmedo,  describe  esta  magnífica  batalla  con  pin- 
celadas maestras.  ¿Quién  es  el  que  espoleando  el  impe- 
tuoso corcel  discurre  sin  cesar  por  todas  partes  ? 

Preñada  .en   tempestades    le    rodea 
Nube  tremenda:  el  brillo  de  su  espad'a 


(1)  Canterac  en  carta  al  general  Rodil,  gobernador  del  Callao,  describe  así  la 
batalla:  "Los  escuadrones  enemigos  que  estaban  en  columna,  al  ver  la  carga,  vol- 
vieron grupas  y  se  desoidenaron  completamente...  y  estaban  ya  en  desoíden, "cuando 
en  este  mismo  instante  sin  poder  imaginarme  cuál  fuese  la  razón,  volvió  grupas 
nuestra  caballería  y  se  dio  á  una  fuga  vergonzosa,  dando  al  enemigo  una  victoria 
que  era  nuestra,  y  que  decidía  en  nuestro  favor  la  campaña,  pues  io  ios  los  gene" 
rales  enemigos  estaban  á  la  cabeza  de  su  caballería,  y,  batida  ésta,  caían  indis  en- 
sablemente  en  nuestio  poder,  en  razón  al  desfiladero  que  tenían  á  retaguardia... 
Los  jefes  enemigos  La  Mar,  Necochea,  Soler  y  Placencia  han  muerto,"  y  Bolívar  fuá 
ligeramente  heiido  en  una  mano." 


124 HISTORIA   DE   VENEZUELA 

Es   el    vivo   reflejo    de    la    gloria; 

Su  voz  un  trueno,  su  mirada  un  rayo! 

900  Es  Bolívar  que  rompe  allí  las  cadenas  que  desdé 

tres    siglos    sujetaban    el    imperio    de    los    Incas..: Las 

puertas  del  templo  del  sol  se  abren,  se  iluminan  las  cmti- 
guas  aras,  y  alados  querubines  entonan  un  nuevo  cántico : 
los  salmos  de  la  libertad! 

901  «La  nativa  constancia  española  se  ha  estrellada 
contra,  sí  misma  en  la  ¡ingénita  constancia  de  los  hijos  de 
España.  El  instinto  de  España  reveló  su  existencia  á  los 
pechos  americanos,  y  reprodujo,  los  prodigios  de  Numan- 
cia  y  Zaragoza.  Los  capitanes  y  las  legiones  veteranas 
de  la  Iberia  trasatlántica  fueron  vencidos  y  humillados 
por  los  taudillofj  y  los  ejércitos  improvisados  dle  otra  Iberia 
joven  que,  abjurando  el  nombre,  conservaba  el  aliento  in- 
domable de  la  .antigua  en  d^efensa  de  sus  hogares»  (An- 
drés   Bello),   s 

902  Canterac  perseguido  siempre  de  los  patriotas,  fue 
á  refugiarse  en  Cuzco-  con  pérdida  de  2.000  hombres; 
Rodil  abandonó  la  ciudad  de  Lima  á  los  patriotas  y  se 
refugió  en  el  Callaoi;  y  el  Libertador  se  detuvo  un  mes 
en    Huamanca.   ■> 


CAPITULO  XI 

Batalla  de  Ayacucho.— 1824 

903  Llegado  que  hubo  el  invierno,  dejó  el  Libertador 
el  mando  al  General  Antonio  José  Sucre,  mientras  él 
seguía  al  norte  del  Perú,  con  el  objeto  de  organizar  el 
Gobierno    y   de    arbitrar    recursos. 

904  Mas,  sabiendo  el  Virrey  Laserna  la  rota  de  Ju- 
íiín,  reconcentró  todas  sus  fuerzas,  y  á  la  cabeza  de 
ellas  salió  ganoso  de  vengar  contra  Sucre  aquel  tre- 
mendo  desastre,   i  -  ■ 

905  En  efecto  se  puso  á  su  alcance,  y  con  no 
poca  fortuna  ¡á  los  principios,  pues,  retirándose  Sucre, 
perdió  el  parque,  un  cañón  de  los  dos  que  tenía,  y  al^ 
gunos  soldados  hechos  prisioneros  en  la  quebrada  de 
Gorpahuaico.  i 

906  Con  lo  ique  cobraron  mayor  ánimo  los  orgu- 
llosos realistas,  y  siguiendo  siempre  de  cerca  á  los  pa- 
triotas, los  daban  por  perdidos  muy  de  veras,  cuando,  lie- 


(1)  Sucre  había  recibido  carta  del  Libertador  donde  le  decía:  "Expóngase  us- 
ted, üeneral,  á  todas  las  contingencias  de  una  batalla,  antes  que  á  los  peligros  de 
una  retirada."  "La  oiden,  conieota  Suc.e,  que  me  trajo  Medina  para  librar  una  ba- 
talla, me  ha  sacado  de  apuros,  pues  en  la  iet>rada...  al  Lenie  del  eremigo,  y  tenien- 
do que  p.esentar  un  combate  cada  día,  ha  suLido  mucho,  mucho  mi  espínm,  he 
tenido  mucho  que  pensar,  y  ha  padecido  mi  cabeza  mas  que  demasiado".  (Carta 
al  Libertador  dándole  cuen;a  de  la  terminación  de  la  gueira). 


FELIPE   TEJERA  125 


gando  Sucre  al  sitio  de  Ayacucho,  se  les  encaro  y  con- 
vidó á   batalla.   (1) 

907  Rayó  el  9  de  diciembre  y  aparecieron  en  el 
bampo  9.310  españoles,  engreídos  y  confiados,  con  el 
Virrey  á  la  cabeza.  Eran  5.780  los  patriotas:  Sucre 
resplandece  á  su  frente  como  la  luz  de  la  gloria. 

908  A  la  voz  de  ¡carga!  bajan  los  realistas  de  sus  al- 
turas como  los  veloces  raudales  de  los  Andes.  Mas  al 
oír  los  estruendosos  A^íctores  al  Libertador  que  resuenan 
en  las  filas  patriotas,  (2)  creyeron  que  Bolívar  había 
llegado  la  noche  anterior,  y  se  dieron  por  perdidos. 

I  909  i  Qué  paso  toco  ?  preguntó  un  tambor  á  su  Jefe, 
j  Paso  de  vencedores !  dijo  el  patriota  Córdova ;  'y  abalan- 
zándose al  enemigo,  dispara  á  quema  ropa,  carga  á 
la    bayoneta   y    se    adueña    del    campo. 

910  En  vano  llega  á  restablecer  el  combate  Cante- 
rae.  Todo  está  en  poder  de  Sucre.  El  Virrey  con  todasi 
sus  tropas,  bagajes  y  artillería  se  encuentra  prisionero. 
Así  cayó  el  último  y  (más  poderoso  ejército  de  España 
en    América. 

911  Honor  eterno  y  lauro   inmarcesible  al   vencedor 

de  Ayacucho Su  nombre   vivirá  en   la   memoria  de 

los  siglos  .siempre  grande  y  respetado,  bien  así  como 
se  veneraba  en  las  edades  paganas"  el  antiguo  recuerdb 
de    los    dioses.  ^ 

912  Con  esta  célebre  batalla  quedó  sellada  la  Inde- 
pendencia 4e  la  América  Meridional.  El  Congreso  del 
Perú  mandará  erigir  al  Libertador  una  estatua  en  la 
plaza  de  Lima;  que  disfrute  en  todo  tiempo  los  honores 
de  Presidente;  ,que  se  pongan  á  su  disposición  2.000.000 
de  pesos:  ,uno  para  sí,  que  no  admitió  el  Libertador,  y 
otro  para  el  ejército,  y  que  lleve  por  título :  Padre  y  Sal- 
vador del  Perú;  y  Gran  Mariscal  de  Ayacucho  al  Ge- 
neral Antonio  José  Sucre  (Decreto  de  12  de  Febrero 
de   1825.  (3)  / 

913  Volvamos,  pues,  una  mirada  de  satisfacción  á 
la  obra  de  la  Providencia.  Desde  las  cumbres  del  Avila 
hasta  el  nevado  de  Soratá,  la  libertad  ha  llevado  de 
triunfo   en    triunfo    sus    perínclitas    legiones. 

914  Bolívar  ha  tremolado  con  orgullo  sobre  los  An- 
des las  enseñas  de  Colombia,  y  la  Europa  saluda  -con 
asombro  la  poderosa  Rí^pública.  ¿Qué  nueva  Roma  es 
ésta  que  se  enseñorea  de  nn  nuevo  mundo  y  lleva  en 
sus   labios  el  acento    profetice   del    Porvenir. 

915  Dos  grandes  océanos  la  defienden,  loj  Andes 
iCon  su  diadema  de  hielos  levantan  la  cabeza  hasta 
el  cielo  para  vigilar  la  tierra ;  y  las  tempestades  se  disipan 


(2)  Lo3  vivas  al  Libertador  y  á  la  República  resonaban  por  todas  partes.  (Su- 
cre, parte  oficial  de  la  baialla  de  Ayacucho). 

(3)  Mientras  las  armas  de  Colombia  triunfaban  en  Ayacucho,  el  ingeniero 
Stephenson,  concebía  en  Caracas  la  idea  de  atravesar  la  cordiUeía  de  los  Ande¿  por 
medio  de  la  locomotora. 


126  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

'en  su  frente,  como  las  sombras  de  la  noche  á  la  presen- 
cia €ternanrjente  milagrosa  del   padre  de   lá  luz. 

916  ¿  Cual  sería  en  efecto,  el  porvenir  de  esta  joven 
República,  dotada  con  tan  pecuLar  excelencia  de  la  pró- 
vida naturaleza;  nacida  á  los  primeros  a'bores  del  siglo 
XIX,  fecunda  en  ideas  generosas  como  en  grandes  hom- 
bres en  todos  ios  ramos  del  saber  humano;  y  cuyo  in- 
menso territorio,  .sembrado  ya  de  florecienres  ciudades» 
cruzado  de  pequeños  y  de  cauda'osos  ríos,  está  llamado  á 
ser,  "andando   el   tiempo,   el  emporio   del   comercio  ? 

917  Por  otra  parte,  sus  sabias  instituciones  que  con- 
vidarán de  jnil  modos  á  la  emigración  extranjera;  §u. 
crédito  interior  y  exterior,  y  lo  que  es  más  que  todo, 
la  índole  suave  y  apacible  de  sus  moradores,'  le  presagia- 
ban un  puesto  prominente  al  lado  de  las  otras  nacio- 
nes, y  sin  disputa  el  primero  entre  las  jóvenes  Repúbli- 
cas del  nuevo  mundo. 


CAPITULO  XII 

Conato   de   reformas.— Reclamos   francesas.— El   Doctor   Miguel   Peña. —Gratitud 
del    Perú.— Bolivia.— Trofeos.- Reconaclmi.nto    de   Colombia.- 1825 

918  No  obstante  las  glorias  militares  que  habla  adqui- 
rido Colombia  dentro  y  fuera  del  país,  la  situación  eco- 
nómica y  poLtlca  era  poco  halagüueña. 

919  Consumían  les  ejércitos  sus  escasas  rentas,  el 
empréstito  estaba  ya  agolado,  había  c.erto  deia:os.cgo 
en  el  cuerpo  social,  y,  por  último,  circularon  propa- 
gandas pernicicsas  encaminadas  á  disolver  el  pacto  po- 
-lítlco. 

920  Fue  Venezuela  la  primera  que,  descontenta  con 
la  Constitución,  pidió  reformas,  y  malos  consejeros  pre- 
pararon á  Colombia  los  días  funestos  que  pronto  vamos 
á  alcanzar. 

921  Por  lo  demás,  de  poca  trascendencia  son  los 
sucesos  de  este  año   dignos  de  referirse. 

922  El  10  de  enero  vino  á  Puerto  Cabello  en  son 
de  reclamante  una  división  nival  francesi,  qus  e.iardec.6 
no  poco  los  espíritus  con  sus  apincncias  hostiles,  preo- 
cupados como  estaban  ya  con  mot.vo  dei  e.tablecimicn.o 
en  Europa  de  la  Santa  Alianza:  suceso  éste  que  por 
sí  solo  daba,  y  con  razón,  mucho  en  qué  pensar  á 
la   América. 

923  Pero  sucedió  que,  zanjado  el  negocio  con  arreglo 
al  derecho  público  de  las  naciones,  dejaron  aqueLos 
buques   nuestras   costas   el    10   de   marzo. 

924  Más  notable  fue  la  S3ntencia  pronunciada  des- 
pués por  el  Senado  de  Colombia  contra  e.  Mnistro  -e 
la    Alta    Corte    Doctor    Miguel    Peña,    que    le    suspendía 


FELIPE   TEJERA  127 


durante  un  año  del  empleo,  por  haberse  negado  á  suscribir 
un  acuerdo  de  aquel   Supremo  Tribunal. 

925  Pues  lleno  de  vano  orgullo,  Peña  juró  odio 
eterno  á  sus  jueces,  é  imaginó  desde  luego  la  diioluc.ón 
de  Colombia. 

926  Bolívar,  eso  más,  había  presentado  su  renuncia^ 
que  no  le  tue  admitida,  y  recibió  ea^oaces  las  más  ex- 
presivas muestras  de  gratitud  con  que  le  satisfizo  el 
tercer  Congreso   de   Co.omoia. 

927  Por  decreto  de  11  de  febrero  se  le  tributaron 
á  él  los  honores  del  triunfo  de  Ayacucho,  á  Sucre 
se  le  dio  una   espada  de   oro,   y  un   escudo  ai   ejércAb.. 

928  Autorizó  tamibicii.  al  Liben  acor  para  coercer  lá 
Presidencia  de.  Perú,  y  prohibió,  por  otro  memoruole  de- 
creto, el  tráiico  de  esclavos  en  sus  coscas  (18  de  feorero). 

929  Después,  el  10  de  julio,  se  instaló  en  el  Alto 
Perú  la  asamblea  convocada  por  Sucre  con  autoriza- 
ción de  Bolívar;  y  como  'se  disputase  entre  Buenos  Ai- 
res y  el  Perú  la  posesión  de  este  país,  se  dec.aró,  ei  día.; 
6  de  agosto,  aai versarlo  de  la  bataib.  de  Juaía,  Repúoli- 
ca  in dependiente  con  el  no;mbre  de  BoliVia,  y  bajo  la 
protección    del    Libertador. 

930  Cerró  después  sus  sesiones  el  6  de  octubre, 
convocando  una  Constituyente  para  el  próximo  ano,  des- 
pjaés  de  encargar  a^  Lloertador  un  proyecto  de  Consa- 
tución;  y  Sucre,  cjue  rigió  e.  mando  inmediato  de  los 
departamentos,  envió  á  Colombia  los  troieos  de  la  úl- 
tima   campaña. 

931  Entre  ellos  se  contaban  el  estandarte  real  de 
Castilla,  que  trajo  Pizarro  á  la  ,conquis:a,  y  los  pendo- 
nes   que   indicaban    el    vasallaje    de    las    provmci^s. 

932  Por  lo  demás,  la  República  fue  reconocida  co- 
mo nación  soberana,  primero  por  los  Estados  Unidos,, 
y   después  por   la   Inglaterra. 


CAPITULO  XIII 

Acusación    contra    Páez.  — Desorden    en    Valencia.— Anarquía. -Proyecto    de    dí- 
solují6n    —  Convocatoria  di  un  Constituyante.  —  Vuelta  d. I,  Libertador.  — 1826. 

933  Con  m.otivo  de  la  reunión  de  milicias,  ordenada 
por  el  Gabinete  de  Bogotá  á  fin  de  mantener  á  Cclcmoia 
apercibida  para  cualqui-cí  evento  de  par.e  de  aiuera,  se 
cansumaron  abusas  que  hicieron  en  es.e  aña  más  alarxiían- 
te   la  situación   de   Venezuela. 

934  Con  efecto,  Páez  colmó  hasta  el  extremo  la 
medida;  en  una  paiabra,  abusó  del  poder,  excitando  así 
justas  protestas  de  los  pueblos. 

935  Con  anuencia  de  la   Municipalidad  de   Caracas,, 


128  HISTOKIA    DE    VENí:ZLn¡:i,A 


el  Intendente  General  Escalona  acudió  en  queja  al  Go- 
bierno Supremo,  y  declarada  con  lugar  la  acusación  en 
el  Senado  de  la  República  (30  de  marzo),  fue  Páez 
suspendido  de  su  empleo  y  llamado   á   Bogotá. 

936  Al  parecer  disponíase  éste  en  Valencia  á  par- 
tir, dimitiendo  el  mando  en  ¡manos  de  Escalona,  cuando 
el  29  de  abril,  solevantada  por  el  Doctor  Miguel  Peña, 
una  turba  se  aboca  á  la  Municipalidad  que  estaba  reuni- 
da, y  como  se  megas e  á  la  violación  de  las  leyes  que 
se  le  pedía,  derramároinse  esotros  con  grande  algaza- 
ra por  las  calles,  d  ieiora  fuerte  á  los  primeros  infelices 
que  encontraron,  y  se  los  arrojaron  á  sus  puertas  como 
una    atroz    amenaza. 

937  Ello  es  que  cometiendo  desacatos,  violando  todo 
fuero,  liiciéronla  reunir  de  nuevo  el  día  30  y,  compe- 
lida  por  el  terror,  repuso  á  Páez  eia  el  poder,  no  em- 
bargante los  esfuerzos  del  Gobernador  de  la  provincia 
Don    Fernando    Penal  ver. 

938  Páez,  si  no  por  malos  instintos,  obedeciendo! 
«sí  á  sus  dañados  concejeros,  aceptó  los  ,  hechos  man- 
chando con  indeleble  sombra  su  antigua  buena  fama;  y 
aunque  más  tarde  confesara  su  pecado,  nunca  pudo  llorar 
bien  tan  fea  culpa  que  emponzoñó  muy  luego  la  Re- 
pública. 

939  Dado  estaba  el  pernicioso  ejemplo,  y  Caracas 
lo  siguió  el  5  de  imayo,  á  despecho  de  cuantas  protest^á 
hizo  el  Intendente  Cristóbal  Mendoza,  varón  de  gran  saber 
y  probidad,  tenido  en  mucho  por  el  Libertador.  Con  ello, 
visto  es  que  el  resto  del  país,  llevado  de  igual  im- 
pulso, se  precipitará  por  el  mismo  camino. 

940  Ya  para  el  29  de  junio,  reunida  en  Valencia 
la  Diputación,  declaró  injusto  el  enjuiciamiento  de  Páez, 
y  pidió  por  último   la  reforma   del   Código  Nacional. 

941  Mas  esto  no  debía  parar  aquí,  sino  que  el  7 
de  noviembre  hubo  una  reunión  en  Caracas,  y  aunque 
m'uy  contados  ciudadanos  firmaron  el  acta,  quedó  en 
ella  propuesta  la  separación  de  Venezuela  de  Colom- 
bia; y  Páez,  nomjbrado  jefe  civil  y  militar,  convocó^  u^ 
Constituyente   para  el   10    de   diciembre. 

942  Si  tales  excesos  se  cometían  en  esta  parte,  no 
les  iban  en  zaga  los  ide  Guayaquil  y  Quito,  en  el  otro 
extrem.o  del  país,  de  modo  que  una  asombrosa  anarquía 
devoraba   la    República. 

943  Ni  eran  menos  fatales  en  la  Nueva  Grana- 
da, dondic  Santander  comienzaba  á  idesplegar  aquella  ne- 
fasta ingratitud  ¡que,  más  tarde,  debía  conducirle  ál  ex- 
travío. 

944  Por  lo  que  hace  al  Libertador,  que  había  logra- 
do'desde  el  23  de  lenero  la  rendición  del  Callao,  (1)  don- 

(1)  "Las  banderas  castellanas  que  flotaron  en  el  continente  americano  sobre  el 
último  palmo  de  tierra  ocupado  por  los  sucesores  de  Pizarro,  fueron  arriadas  ca- 
balmente tres  siglos  deipués  que  el  afortunado  aventurero  descubrió  las  costas  del 


FELIPE   TEJERA  129 


de  adquirió  impereoedero  renombre  el  colombiano  gene- 
ral Salóin;  no  bien  supo  los  sucesos  de  Venezuela,  salió 
de  Lima  el  4  de  ¡setiembre,  deja'ndo  allí  el  mando  al 
General  Santa  Cruz,  y  después  de  pasar  por  Guayaquil, 
vino  €l  14  de  noviembre  á  Bogotá  y  se  encargó  del  Go- 
bierno. 

945  «Colombiainos !  dijo.  Cinco  años  hace  q'ue  salí 
de  esta  capital  á  la  (cabeza  del  Ejército  Libertador,  desde 
las  riberas  del  Cauca  ihasta  las  cumbres  argentinas 
del  Potosí.  Uin  mállóin  de  colombianos  y  dos  Repúblicas 
hermanas,  han  obtenido  la  independencia  á  la  sombra 
de  muestras  banderas,  y  lel  Imiundo  de  Colón,  ha  dejado 
de  ser   español.   Tal   ha  ¡sido  nuestra   ausencia». 

946  Eran  Ministros  del  Despacho,  J.  M.  Castillo, 
de  hacienda:  José  Manuel  Restrepo,  de  lo  interior  y 
justicia;  Carlos  Soublette,  de  guerra  y  miarina;  y  José 
R.  Revenga,  de  relaciones  exteriores,  los  cuales  renun- 
ciaron én  cuerpo,  mas  no  les  fue  admitida  la  renuncia. 

947  Declaróse,  en  fin,  el  Presidente  revestido  de  las 
facultades  extraiordiinarias  que  le  otorgaba  la  Constitu- 
ción en  circunstancias  tales,  y  después  de  tomiar  me- 
didas de  orden  piúblico,  dejó  en  su  lugar  á  Santander  y 
siguió    para  Venezuela. 

948  Detúvose  en  .Maracaibo  algún  tiempo,  y  pa- 
sando por  Coro,  vino  á  jPuertO'  Cabello  á  la  sazón  "que 
estaba  Páez  en  Valencia.  Entre  tanto  veamos  qué  ideas 
pululaban    presagiíando    días    amargos    á    la    patria. 


CAPITULO  XIV 
Ideas  de  monarquíai.  — 1826 

949  Fecundo  fue  y  con  demasía  este  año,  en  di- 
solventes y  desgraciadas  propagandas.  Ni  se  respeta- 
ron siquiera  las  glorias  del  Libertador,  pretendiendo  eclip- 
sarlas hasta  cierto  punto,  con  atribuirle,  no  ya  sólo 
tentaciones,  sino  proyectos  de  coronarse  emperador  de  las 
Repúblicas  qiue  su  espada  había  redimido. 

950  Circularon,  pues,  en  todo  el  país,  tan  nefandas 
novedades :  y  unos  por  demasiado  vidriosos,  y  otros,  ami- 
gos de  revueltas  y  de  escándalos,  porque  convenía  3, 
sus  miras,  exagerándolo  todo,  levantaron  recia  alharaca 
y  grande  alarmja  en  los  pueblos. 

951  Nada,  empero,  se  halla  que  justificase  tales 
alborotos  ni,  por  otra  parte,  el  Libertador  aprobó  jamás: 
estois  propósitos  ¡que,  si  bien  es  verdad  existieron  en  la 
mjente  de  algunos  desavisados  patriotas,  túvolos  siempre 
como  temerarios  y  quiméricos.  El  dijo  al  Congreso  de 
B  Olivia : 


Perú  en  el  reinado  del  duodécimo  Inca.  Por  una  coincidencia  singular,  también 
fueron  doce  los  monarcas  españoles  que  reinaron  en  los  trescientos  años  de  su  do- 
minación en  el  Perú."    {Memorias  del  General  O'Leary  Tomo  II,) 

10 


130  HISTORIA    DE    VENEZUE^.A 


952  «Liegisladores !»  «La  libertad  de  hoy  más  será 
indestructible  en  América.  Véase  la  naturaleza  salvaje 
de  este  Continente,  que  expele  por  sí  sola  el  orden 
monárquico:  los  desiertos  convidan  á  la  independen- 
cia... Si  algunos  ambiciosos  se  empeñan  en  levantar  mi- 
perios :  Desalines,  ^Cristóbal,  Iturbide,  les  dicen  lo  que 
deben  esperar...  ¿quién  alcanzara,  en  América,  fundar  mo- 
inarquías,  en  un  suelo  encendido  con  las  brillantes  lla- 
mas de  la  Libertad  y  que  devora  las  tablas  que  se  le  po- 
ne para  lelevar  esos  cadalsos  regios  ?  No,  legisladores,, 
ho  temáis  á  los  pretendientes  de  coronas;  ellas  setán 
para  sus  cabezas  la  espada  pendiente  sobre  Dionicio. 
Los  príncipes  iflamantes  que  se  obcequen  hastia  construir 
tronos  encima  de  los  escombros  de  la  Libertad,  erigirán 
túmulos  á  sus  cenizas,  que  digan  á  los  siglos  futuros 
cómo  prefirieron  su  fatua  ambición  á  lá  libertad  y  á  la 
gloria». 

953  Y  en  este  mismo  respecto  escribía  á  Páez  en  6 
de  marzo,  en  contestación  á  una  carta  de  10  de  diciem- 
bre del  laño  anterior. — «Usted  no  ha  juzgado,  me  pa- 
rece, bastante  imparcialmente  del  estado  de  las   cosas  y 

los  hombres.  ,Ni  Colombia  es  Francia,  ni  yo  Napoleón 

Yo  no  soy  Napoleón,  ni  quiero  serlo:  tampoco  quiero 
imitar  á  César,  menos  aún  á  Iturbide.  Tales  ejemplos 
son  indignos  de  mi  gloria.  El  título  de  Libertador  es 
superior  á  todos  los  que  ha  recibido  el  orgullo  humano». 

954  Deducimos  de  aquí  que,  si  Páez,  por  'conduc- 
to de  A.  L.  «Guzmán,  como  otros  caudillos,  entre  ellos 
Marino,  Flores,  .Mosquera,  Valdéz,  Carreño,  Valero  y 
muchos  notables  del  clero,  convidaban  con  el  trono  al 
Libertador,  él  no  lo  aceptó,  ni  de  ningún  instrumento  pú- 
blico  aparece   que   lo   hubiera  aceptado    jamás.    (1) 

955  Con  todo,  sus  adversarios  le  motejaban  de  am- 
bicioso, denigrándole  á  todas  horas,  y  con  el  espantajo 
del  trono  amedrentaban  á  los  incautos._  Cuando  menos, 
decían,  en  el  fondo  de  su  mente  lo  prohija;  pero  «feliz  el 
hombre»,  exclama  César  Cantú,  «de  quien  no  se  pue- 
den  calumniar  más    que  ías    intenciones». 

956  «Los  historiadores  en  su  preocupación  recono- 
cen como  centro  de  .todas  las  ambiciones  el  aspirar  á 
un  trono;  pero  los  varones  ilustres  pueden  tener  otras 
muchas   cuya  nobleza  es    superior». 

957  «Un  cetro  no  habría  hecho  tan  grande  á  Bolívar 
como  su  propia  espadaí,  á  la  que  debía  su  libertad  un  con- 
tinente entero.  .«¿  Me  ereerán»,  decía,  «tan  insensato  que 
aspire    á   degradarme  ?» 

958  «El  título  de  Libertador  ¿no  es  más  glorioso 
que  el  de  Soberano?  {Historia  de  cien  años). 


(1)    La  Municipalidad  de  Quito  resolvió  (julio  19  de  1826): 

1.0  Que  S.  n.  el  Libe.tadoi  PiCóideate  de  Colombia  se  perpetué  en  el  gobierno 
supremo  bien  sea  como  Pre3id¿nte  vitahcio,  ó  cono  sea  de  su  superior  adrado. 

2.^  Que  t>i  no  se  ha  estampado  en  el  Acta  esta  decisió.i  es  porque  no  se  cuenta 
todavía  con  el  consentimiento  de  S.  t..  y  no  porque  haya  opo^^icón. 


FELIPE   TEJERA  131 


959  No  obstaaite,  valiéndose  de  ello  como  de  un 
arma  los  revolvedores,  excitaron  la  ¡atención  pública,  y  así 
mantuvieron  el  país  en  constante  y  peligrosa  zozobra  has- 
ta el  año  de  30,  en  que  vieron  logrados  sus  conatos. 


CAPITULO   XV 

Congreso  de  Panamá.  — 1826 

960  Asegurada  ya  con  la  batalla  de  Ayacucho  lá  in- 
dependencia del  continente  meridional,  pensó  el  Liberta- 
dor darle  aún  mayor  estabilidad,  estableciendo  en  esta 
parte  del  mundo  una  ímaravillosa  confederación  de  Re- 
públicas. 

961  «La  grande  idea  de  Bolívar  era  reunir  en  una  sola 
familia  de  las  naciones  creadas  por  su  espada :  santa 
alianza  de  Repúblicas,  opuesta  á  la  de  los  reyes  de  Eu- 
ropa. 

962  «Desde  1824  hab'a  invitado  á  los  diputados  de 
los  Estados  Unidos,  de  Méjico,  de  Guatemala,  de  Colom- 
bia, del  Perú,  de  Chile,  de  Buenos  Aires,  para  unirse  en 
el  istmo  de  Panamá,  «centro  del  globo,  que  mira  al  Asia 
por  una  parte,  y  por  otra  al  iVfrica  y  á  la  Europa». 

963  «Era  su  intento  mantener  la  confederación,  fijar 
los  puntos  del  derecho  público  entre  los  países  confede- 
rados y  las  demás  potencias,  y  tratar  también  de  abrir 
un  paso  al  través   del  istmiO.» 

964  «Los  representantes  de  los  13.000,000  de  hom- 
bres que  habían  sacudido  el  yugo  de  España,  se  reunie- 
hieron  finalmente  el  22  de  junio  de  1826  para  ratificar  la 
resolución  de  conservar  la  libertad  é  independencia  na- 
cionales. Pero  inexpertos  en  los  negocios,  celosos  de  una 
libertad  que  no  sabían  todavía  lo  que  era,  ignorando 
cuánta  prudencia  requiere  su  uso,  y  no  pudiendo  sufrir 
un  estado  social  que  enfrenase  las  pasiones  impetuosas, 
á  nada  pudieron  dar  cima. 

965  «Los  norte-americanos  asistieron  á  este  Congre- 
so, pero  no  tomaron  parte  en  sus  deliberaciones.  Chile 
se  hallaba  agitado  por  turbulencias  interiores ;  Buenos 
Aires  rechazó  la  idea  de  la  confederación;  el  Alto  Perú 
ó  sea  la  Bolivia,  no  estaba  aún  reconocido  como  Estado 
Independiente ;  el  Paraguay  vivía  aislado ;  el  Brasil,  que 
se  había  hecho  libre  de  distinta  mianera,  no  fue  invitado 
á  intervenir;  y  así  solamente  los  diputados  de  Méjico, 
de  Guatemala,  de  Colombia  y  del  Perú,  juraron  mante- 
ner la  confederación  perpetua,  la  República  popular,  re- 
presentativa y  'federal,  y  una  constitución  como  la  de  los 
Estados  Unidos,  á  excepción  de  la  tolerancia  religiosa» 
(César  Cantú — Cien  años). 

966  Desesperanzado  de  los  trabajos  de  esta  corpora- 
ción, el  Libertador  escribía   desde  Lima  con  fecha  8  de 


132       HISTORIA    DE    VENEZUELA 

agosto :  «El  Congreso  de  Panamá,  institución  que  debe- 
ría ser  admirable  si  tuviera  más  eficacia,  no  es  otra  cosa 
que  aquel  'loco  griego  que  pretendía  dirigir  desde  una 
roca  los  buques  que  navegaban.  Su  poder  será  una  som- 
bra y  sus  decretos   mJeros   consejos,    nada   más.» 

967  Sin  embargo,  lacaso  en  lo  porvenir  se  volverá 
á  la  grandiosa  idea  del  Libertador,  y  los  pletiipoten- 
ciarios  de  este  nuevo  continente  deliberarán  allí  con  más 
acierto  sobre  lel  destino   del   m'undo. 


CAPITULO  XVI 

Reconciliación  de  Venezuela.— 1827 

968  El  grande  ¡alarma,  el  desasosiego  que  reiaabá 
en  Venezuela,  calmóse  por  completo  con  la  oportuna  lle- 
gada del  Libertador,  á  quien  habíamos  dejado  en  Puerto 
Cabello ;  y  el  olvido  que  impuso  de  los  pasados  trastornos. 

969  «Ahoguemos»  dijo,   «en  los    abismos   del   tiempo 

el  año  de  1826 yo  no  he  sabido  lo  que  ha  pasado»   (8 

de   enero). 

970  Quizá  tú  lexistieras,  oh  Colombia,  si  en  vez  de 
esta  magnanimidad,  lun  ejemplar  castigo,  terrible  cuanto 
justo,  hubiera  servido  de  te-mleroso  escarmiento  en  lo  fu- 
turo. 

971  El  pretenso  Constituyente  vino  á  tierra:  todas 
las  'mjedidas  iseparatistas  fueron  ál  punto  revocadas,  y 
Bolívar  salió  de  Valencia  para  Caracas,  donde  el  10  de 
enero  fue  recibido  con  suntuoso  aparato  de  prestigio  y 
reconoci'mjiento  del  pueblo.  El  salvaba  otra  vez  á  su 
patria,  auJnqiue  isólo  por  aquel  'momento,  de  los  furores 
de  la  anarquía. 

972  Mas  no  anduvo  inuy  acertado  en  el  trato  para 
con  sus  verdaderos  a'niigos :  les  dio  de  mano  y  mostró 
preferencia  á  los  contrarios,  concitándose,  como  ha  dicho 
lin  autor,  'en  aquéllos,  lenem^igos;  y  en  éstos  verdaderos 
hipócritas.' 

973  Después  de  lo  cual,  organizó  la  administración 
pública,  dotó  de  rentas  y  estatutos  la  Universidad  de  Ca- 
racas (que  era  muy  dado  fá  proteger  la  enseñanza),  es- 
tableció la  Facultad  Médica  {25  de  junio) ;  y-  en  estO'  se 
hallaba  cuajndo  vinieron  malas  nuevas  de  Bogotá,  donde 
también  cundía  'el  desorden  que  ya  el  mismo  Vicepresi- 
dente prohijaba.  •  ^, 

974  Con  efecto,  'Bius tañíante  que  se  hallaba  de  guarni- 
ción en  Lima,  con  fuerzas  colombianas,  so  pretexto  de 
que  se  hacía  fuerza  á  la  forma  republicana,  acáudillói 
lina  revuelta,  y  len  son  de  guerra  vino  al  Ecuador. 

975  El  General  Juan  José  Flores,  comandante  dé 
estas  provincias,  ^e  puso  á  la  defensiva,  y  al  cabo  habría 


FELIPE    TEJERA  133 


debelado  la  facción,  si   noi  hubiese   estado   defendida  por 
Santander;  y  así  se   retiró   á   Quito. 

976  Habría  querido  lel  Libertador  los  cien  ojos  de  Ar- 
gos para  \^er  á  un  mismoí  tiempo  en  todas  partes.  Salió, 
pues,  el  5  de  julioi  ipara  Bogotá  dejando  á  Venezuelia^ 
tranquila  al  parecer,  y  ofreciéndole  reformias  en  la  Cons- 
titución. 

977  Ya  para  entonces  se  había  reunido  el  quinto  Con- 
greso de  Colombia  (2  de  mayo)  y  conocido  de  la  re- 
nuncia que  desde  Caracas  hiciera  Bolívar,  la  cual  no  fué 
aceptada. 

978  Mas  en  este  honorable  cuerpo  dominaba  ya  el 
espíritu  faccioso,  de  miodo  que  vino  á  ponerse  casi  en  coli- 
sión con  el  Poder  Ejecutivo;  y  ante  él,  convocado-  extra- 
ordinariamente, prestó'  el  Libertador  la  promesa  legal  el 
10  de  setiembre.  / 

9,79  Flores,  por  último,  que  no  andaba  ocioso,  des- 
pués de  miuchas  vicisitudes,  ocupó  el  29  la  ciudad  de 
Guayaquil,  y  así  cesaron  los  trastornos  de  Bustamante.,, 

980  Entretanto  otra  cosa  sucedía  en  Venezueia:  Cis- 
neros,  Herrera  y  vCenteno,  bajo  la  dirección  de  don  José 
Arizábal,  comisionado  de  España  para  reaccionar  el  país, 
daban  no  poco  ique  hacer  á  las   autoridades. 

981  De  todos  el  más  terrible  era  Cisneros,  especie  de 
guerrillero  de  leyenda  que  aparecía  y  desaparecía  de  esta 
á  la  otra  miontaña,  como  pomlbra:  caía  de  sobresalto  en  los 
pueblos  y  burlaba  de  continuo  la  atención  de  los  militares 
más   expertos.   ■, 


CAPITULO  xvn 

Perú  y  Bolivia.  — 1827 

982  Dos  días  después  del  suceso  de  Bustamante. 
ocurrido  el  28  de  enero,  convocó  el  General  Santa  Cruz 
un  Congreso  Constituyente  para  el  l.Q  de  mayo,  con  el  fin 
de  considerar  nuevamente  la  Constitución  Boliviana,  que 
había   sido   adoptada   desde    el    año    anterior.    (1) 

983  Reunido  aquél  la  derogó  el  11  de  junio,  y  nonl- 


(1)  Síntesis  de  la  Constitución  Boliviana,  Gobierno  popular-representativo.— 
Poder  supremo:  Electoral,  Legislativo,  Ejecutivo  y  Judicial. — Legislativo  tres  cá- 
maras: de  tribunos,  de  senadores  y  de  censores;  los  primeros  duraban  4  años,  8  los 
segundos,  y  eran  vitalicios  los  Censores.  El  Ejecutivo  lo  componía:  un  Presidente 
vitalicio;  un  Vicepresidente  y  tres  Secretarios  de  Estado.  El  judicial  era  indepen- 
diente. Él  poder  Electoral  presentaba  los  candidatos  al  Legislativo  y  éste  elegía  los 
jueces  de  entre  los  presentados.— "El  Presidente  de  nuestra  Constitución,  dice  Bo- 
lívar, viene  á  ser  como  el  Sol,  que,  firme  en  su  centro,  da  vida  al  Universo...  ade- 
más: no  nombra  los  Magistrados,  los  jueces,  ni  las  dignidades  eclesiásticas...  Los 
sacerdotes  mandan  en  las  conciencias,  los  jueces  en  la  propiedad,  el  honor  y  la 
vida;  y  los  magistrados  en  todos  los  actos  públicos.  No  debiendo  éstos  sino  al  pue- 
blo sus  dignidades,  su  gloria  y  su  fortuna,  no  puede  el  Presidente  poder  cumpli- 
carlos  en  sus  miras  ambiciosas," — {Discurso  al  Congreso  de  Bolivia.) 


134 HISTORIA   DE   VENEZUELA 

bró  para  Presidente  de  la  República  al  gran  mariscal 
don  José  Lámar,  con  lo  que  dejaba  de  serlo  el  Liber- 
tador,  á  quién  se  colmJunicó   el   caso. 

984  Efectos  era'n  estos  de  anteriores  mlanejos,  y  obra 
d'e  inq  pocos  ambiciosos,"  qiue  siempre  dieron  los  tales  en 
desaciertos  y  perfidias  para  el  propio  deshonor  y  desdoro 
de   su   patria. 

985  El  22  de  agosto  tomó  Lámar  posesión  de  su  des- 
timo,  y  'com¡o  temiese  algo  por  parte  del  Libertador,  cubrió 
de  tropas  las  frointeras  de  Colomibia  y  Bolivia.  ( 

"986  Coin  lo  cual  cundió  el  mjal  ejemplo  en  esta 
última,  é  instigados  varios  batallones  en  la  ciudad  de 
la  Paz  de  Ayacucho,  victoriaron  lel  25  de  diciembre 
al   Picrú  y  al    General    S;anta    Cruz. 

987  Mas  ino  escasean  en  las  buenas  causas  espí- 
ritus altivos  que  defiendan  con  verdadero  heroísmo  las 
prerrogativas    de   la    justicia    majicillada. 

988  De  éstos  lera  el  coroinel  Brown,  cuyo  valor 
ip'miinente  «digno  íes  de  las  alab¡anzas  de  la  fama.  Y 
fue  'que,  inoticioso  de  lo  ocurrido,  con  singular  arrojoi 
se  presentó  ;al  frente  de  aquellas  tropas  que  estaba  acos- 
tumbrado a  mandar  en  los  campos  de  batalla;  pregun- 
tó por  lel  jefe  y  eoimiOi  iéste  se  le  presentase,  descarrióle 
á  quema  ropa  su  pistola,  pero  sin  causarle  por  acaso, 
el  xnenor  dañoi;  visto  lo  cual,  con  gran  entereza  de 
ánimio,  mandó  Brown  á  las  fuerzas  que  al  punto  le  si- 
guiesen, y  pasmadas  de  lasombro'  le  siguieron. 

989  Por  lo  diemás,  el  Mariscal  de  Ayacucho  que 
anhelaba  volverse  á  Colombia,  donde  á  la  sazón  era 
mu^^  necesaria  sn  presencia,  convocó  el  31  de  diciembra 
el  Congreso,  ante  el  cual  ansiaba,  más  que  todo,  renun^ 
ciar  el  miando.  Con  «ello  tierminaron  los  más  importanteiS 
sucesos  del  Perú  y  Bolivia. 


CAPITULO  XVIII 

La  Gran  Convención  de  Ocaña.— Canal  de  Panatná.  — 1828 

990  El  primer  acontecimiento  miemorable  de  ests 
año  fue  la  instalación,  el  9  de  abril,  en  la  ciudad  de 
Ocaña  de  esta  Gran  Convención,  convocada  por  el  Con- 
greso anterior  para  tratar  de  las  reformiás  á  que  as- 
piraban los  piueblos!. 

991  Tal  suceso  llamo  la  atención  de  todos  cuantos 
esperaban  de  su  tinO'  la  calma  de  las  revueltas  pasiones. 
y  el  establecimiento  definitivo  de  la  República  sobre 
bases  fijas  de  orden  y  prosperidad. 

992  Pero  de  allí  á  poco  dividióse  en  dos  partidos 
que  se  juraron  hasta  el  fin  acérrima  enemiga.  Mili- 
taban en   el   uno   los  arraigos    del    Libertador;  én   el   otro 


FELIPE   TEJERA  ,  1 3rS 


los  de   SaJntander,    Quien,    para  lentonces,   era   cabeza  d's 
la   oposición.    , 

993  Desde  luego  decayeron  las  esperanzas  en  los 
ánimos  patriotas,  y  lejos  de  las  soñadas  venturas,  se 
^ug-uró  mal  término^  á  una  ¡asamblea  qiue,  así  dividida  y 
desacordada  lal  cabo  con  el  Libertador,  que  se  hallaba 
á  la  sazón  en  Bucaramianga,  apenas  podía  producir  co- 
sa alguna  q'ue  noi  fuese  en  daño  de  Colombia. 

994  Con  efecto:  lo  primero  fue  manifestarse  par- 
cial por  Padilla  'dn  el  lasunto  que  había  traído  á  este  be- 
nemérito marino  á  la  cárcel;  y  cuando  debiera  repren- 
derle, le  decretó  acción  de  gracias,  notorio  como  era  el 
delito  cometido  por  aqnél  en  la  sublevación  de  Carta- 
gena   á    principios   del    año, 

995  Y  lo  segundo:  la  exclusión  del  Doctor  Miguel 
Peña,  diputado  por  Valencia,  del  seno  de  la  Asamblea, 
so  pretexto  de  haber  contra  él  una  causa  criminal  como 
defraudador    de   lois    caudales    públicos. 

996  Sin  duda  este  acto  era  excusado,  una  vez  gue 
ella  admitía  y  tenía  en  mucho  al  general  Santander,  en 
quien  no  .menos  afrentableis  cargos  recaían;  pues  con 
razón  estaba  .«acusado',  dice  Baralt,  por  todos  los  pue- 
blos, de  haber  malversado  los  tondbs  públicos  y  de 
ser   el   jefe  de   la   facción   liberticida».    (1) 

,997  A  tal  desacuerdo  llegaron  los  partidos,  que  la 
Asamblea,  lejos  de  parecer  un  cuerpo  constituido,  según 
las  universales  .reglas  parlamentarias,  antes  parecía  pa- 
lenque de  odios  y  rencillas  miserables :  verdadero  pan- 
demoniam  político  donde  se  fraguaban  detestables  pro- 
yectos y  hervíain  las  más  ¡atroces  pasiones. 

998  Los  partidarios  del  Libertad'or,  no  exentos  de 
culpa,  quedaron  en  minoría,  de  donde  juzgándose  perdi- 
dos, imaginaron  fuera  de  toda  buena  lógica,  disolver  ]a 
Convención  con  ausentarse  de  Ocaña,  y  así  lo  hicieron; 
de  modo  que  el  13  de  junio,  falta  de  quorum,  la  Asamblea 
se  declaró   disuelta.   , 

999  Así  terminó  su  tempestuosa  existencia  este  cuer- 
po, llamado  á  la  salvaciójn  de  la  República.  Y  sin  ex- 
ceptuar al  .Libertador,  todos  los  funcionarios  de  la  época 
tuvieron  'más  ó  menos  parte  en  semejante  mialandanza. 
Sobre  todos,  pues,  gravita  la  respo:nsabilidad  de  aque- 
llos días  aciagos  fat¡alme¡nte  precursores  de  más  terribles 
co¡nflictos. 

1000  En  cambio,  iun  mes  después  de  estos  tristes  su- 
cesos el  14  de  julioi,  presente  en  el  ánimo  del  Liberta- 
dor, el  (gran  problema   de  la  apertura   del  Istmo   de   Pá- 


(1)  "Sin  responsabilidad,  sin  represión,  el  Estado  es  un  caos.  Me  atrevo  á  ins- 
tar con  encarecimiento  á  los  legisladores  para  que  dicten  leyes  fuertes  y  termi- 
nantes sobre  esta  importante  materia...  los  magistrados,  jueces  y  empleados  abusan 
de  sus  facultades,  porque  no  se  contiene  con  rigor  á  los  agentes  de  la  Administra- 
ción, siendo  entre  tanto  los  ciudadanos  víctimas  de  este  abuso.  Recomendara  yo 
una  ley  que  prescribiera  un  método  de  responsabilidad  anual  para  cada  emplea^ 


do. "    {Discurso  al  Congreso  de  Bolivia.) 


136  HISTURIA    DE    VENEZUELA 

namá,  obra  trascendental  para  las  relaciones  políticas  y 
comierciales  del  imündo,  com!unicó  su  proyecto  á  M.  Ja- 
mes Heinderson,  Cóinsul  Getneral  de  S.  M.  B.  en  Bogo- 
tá, y  la&eguró  por  su  colnducto  á  los  capitales  británicos 
las  mayores  facilidades  para  la  reálizacióin  de  dicha 
obra,  ofrecieindo  'si  fuere  necesario,  declarar  neutral  el 
territorio  de    Panamá. 


CAPITULO    XIX 

Conjuración   de   25   de  septiembre.  — 1828 

1001  ¿Quién  nos  hiciera  volver  los  ojos  de  las  tristes 
escenas  de  leste  añoi  de  luto  y  de  dolor  ?   ¡  Cuánta  gloria» 

vamos  á  ver  amaincillada! ¡Cuánto  corazón  puro  lleno 

de  tristeza  iinconsolable ! Parece   que  hemos  llegado  á 

la  puerta  'horrorosa  de  donde  el  dedo  del  Dante  borró 
toda  esperanza.  ¡Qué  de  miserias  disfrazadas  de  virtudes  1 
i  Cuánto  asesino  con  la  máscara  de  Bruto! 

1002  Ya  'no  es  Colombia  la  patria  de  los  héroes,  lá 
maravilla  de  lo-  presente,  el  porvenir  de  América!  Sen- 
tada ésta,  como  Jobi,  sobre  lun  estiércol ;  ella  gime  tam- 
bién en  la  amargura  de  su  alma,  y  visitanlá  de  noche  fan- 
tasmjas  homicidas. 

1003  La  gra'n  visión  de  la  gloria  ha  desaparecido  de 
sus  ojos  como  el  sol  larrebatado  entre  las  nubes.  Su  cie- 
lo se  ha  oscurecido  y  espantosos  cometas,  cual  espadas  de 
fuego,  amenazan  su  cabeza,  i  Cómo  ha  caído,  oh  Dios,  la 
tierra  de  las  proezas  inmoí tales! 

1004  Como  en  la  antigua  Roma,  los  partidos  ss  han 
jurado  exterminio  y  echan  mano  de  todas  las  armas.  La 
prensa,  oprimida  de  terror,  enmudece ;  abusos  del  poder 
agrian  y  encrespan  los  ánimos,  hierven  represadas  las  pá- 
siojnes,  y  la  situación  'mludia  y  tétrica,  parece  alumbrada 
por  el  resplandor  de  las  armas. 

1005  Campea  sin  rival  la  Dictadura,  arrojando  negras 
sombras  sobre  los  laureles  del  Libertador  que,  por  aquel 
m.edio  violento,  piensa  dominar  el  caos  que  amenaza  con  el 
naufragio   de  la   República. 

1006  La  Vicepresidencia  se  ha  eliminado,  una  sola 
es  lia  voluintbad  que  impera;  muchos  serán  los  que  eonspá- 
ren  en  lo  oculto.  Santander  ha  ido  á  esconderse  en  la 
sombra  con  el  odio  en  el  alma. 

1007  En  el  ifondo  de  todas  esas  miserias  se  desen- 
vuelve algo  fatídico  que  sobrecoge  de  espanto :  es  la  re- 
belión; pero  larmada  como  las  furias  con  el  puñal  del 
asesinato.' 

1008  Allí  están  Luis  Vargas  de  Tejada,  que  ha  cam- 
biado el  arpa  del  poeta  por  la  horrible  daga  del  hbmi- 
cida  calabrés ;  jóvenes  escolares  ,y  catedráticos  de  ciencias 


FELIPE    TEJERA  137 


q'ue,  dejaindo  las  estrechas  aulas,  arrojan  la  toga  para 
embozarse  eln  la  moche  con  el  manto  de  los  bandoleros ; 
militares  que  hain  revolcado  su  honor  en  el  cieno  de  las 
traicioínes,  que  han  vendido  la  espada  que  blandieron  en 
Ayacucho,  como  vende  sus  gracias  la  mujer  envilecida.: 

1009  Y  detrás  de  todos  ellos,  lúgubre  como  la  noche, 
está  el  espíritu  que  preside  los  consejos  tenebrosos,^  el 
árbrito   del  ¡crimein:    Francisco    de   Paula    Santander. 

1010  Todo  está  ímiinado  por  los  conjuradt)s :  fracasa., 
si'n  embargo,  su  tentativa  el  11  de  agosto,  y  lo  mismio 
sucede   el   21  'ein   Soacha,   cerca   de    Bogotá. 

1011  Era  la  jnoche  del  25  de  setiembre.  ¿Qué  som- 
bras soin  las  que  vagan  como  espectros  alrededor  de  esa 
morada  ?  ¿  Qué  buscain,  qué  quieren,  de  dónde  han  veni- 
do á  Bogotá?  Soin  lo'  conjurados;  buscan  al  Libertador: 
Q'uieren  matarle ! 

1012  El  duerme  trainguilo  bajo  el  seguro  de  la  con- 
ciencia,   confiado    en  el    amor    de    sus    guardias Súbito 

asaltan  su  palacio;  los  oentinelas  mueren;  el  edecán 
Aindrés  Ibarra,  defendiendo  el  paso  de  la  escalera,  cas, 
herido  en  la  mano;  dispérsanse  los  otros,  y  los  puñales 
levantados  relumlbran  en  la  propia  estancia  del  grande 
homibre.  Pero  ya  no  estaba  allj,  pues  como  oyó  el  primer 
ruido,  receloso  de  lo  que  fuese,  saltó  por  la  ventana  á  la 
calle  y  corrió  á  la  plaza  á  ponerse  en  cobro  entre  los 
suyos. 

1013  Cegó  la  ira  á  los  asesinos  viendo  escapar  la 
presa,  y,  en  hallando  al  coronel  Fergunson,  que  venía  en 
auxilio  de  Bolívar,  le  rindió  muerto  de  un  pistoletazo  el 
abominable  Pedro  Garujo,  que  salvó  después  la  vida  dela- 
tando á  los  comprometidos. 

1014  De  su  parte  Padilla,  puesto  en  libertad  por  los 
esbirros  como  su  director  inmediato,  dejó  matar  al  coro- 
nel José  Bolívar,  en  su  lecho;  pagando  así  la  confianza. 
de  este  jefe  que  dormía  en  el  mismo  recinto  de  su  priw 
sionero. 

1015  Tal  fue  la  incalificable  conjuración  del  25  de 
setiembre.  Días  después,  aprisionados  muchos  de  los 
asesinos,  rindieron  la  vida  en  el  patíbulo,  entre  ellos  Pa- 
dilla. 

1016  Salvóla  Santander,  mas  su  memoria  pasara  á 
la  posterioridad  imianchada  con  tan  atroz  delito;  y  sal- 
drá para  el  destierro,  como  Caín,  con  un  borrón  en  la 
frente. 

1017  Dichoso  el  Libertador,  si  más  sereno  en  esta 
oCasión  coimo  ya  lo  fuera  en  otras,  hubiera  coronado  sus 
glorias  con  el  perdón  de  sus  enemigos  y,  como  Temís- 
tocles,  retirádose  al  hogar  extranjero  después  de  haber 
salvado  su  patria! 


13-^  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


CAPITULO  XX    ^ 

Vwaíta    de   Sucre.^DtócIaracián    de   Guerra    al    Perú.— Hostilidades    de   Lámar 

1828 


1018  Practicábáinsq  centre  tanto  las  elecciones,  en  Bo- 
livia,  para  el  CoingresO'  que  el  Mariscal  de  Ayacucho  h'a- 
'hÍB,  convocado,  cuando  el  18  de  abril  una  asonada  mili- 
tar llenó  de  consternación  la  ciudad  de  Chuquisacá,  hoy 
Sucre. 

1019  Y  fué  en  ocasión  en  que  eran  escasas  las  fuer- 
zas auxiliares  de  Colombiía  que  allí  quedaban.  Sucre,  al 
saber  lo^  ocurrido,  acometió  en  persona  á  los  amotinados 
con  el  ánimo  de  volverlos  á  la  obediencia;  lo  que  hu- 
biera logrado,  si  una  herida  en  el  brazo,  que  recibió  en 
el  acto,  no  le  obligara  á  retirarse  á  su  morada. 

10^0  Triunfante,  pues,  la  facción,  dio  pretexto  al  Ge- 
neral Gamarra,  qiue  mandaba  las  fuerzas  peruanas  de 
1a  frointera,^  para  invadir  el  territorio  con  no  poco  es- 
cándalo y  violación  de  los  derechos  de  Bolivia.  Entró  en 
la  Paz  el   8  de  maya. 

1021-  Y  una  vez  acometido  el  abuso,  ordenó  qiue  salie- 
sen las  fuerzas  colombianas ;  que  se  reuniera  el  Congreso 
para  admitir  la  renuncia  de  Sucre,  y  convocar  un  Cons- 
tituyente que  modificara  la  Constitución  dada  por  el 
Libertador. 

Si  1022  Por  lel  pronto  Sucre  puso  en  manos  de  algu- 
nos diputados  su  renuncia,  miientras  se  reunía  el  Congre- 
so, y  tomando,  llena  el  alma  de  amargura,  camino  de 
su   patria,    llegó'  á  Guayaquil    el    17   de    septiembre. 

1023  Así  volvía,  después  de  seis  años  de  ausencia, 
el  vencedor  de  Ayacucho;  pero  en  ocasión  en  que  necesi- 
taba de  su  ilustre  espada  la  República. 

1024  La  invasión  á  ,mlano  armada  de  Bolivia,  que  es- 
taba bajo  la  protección  del  Libertador;  la  prisión  en 
Lima  de  un  Ministro^  diplomático  de  Colombia,  y  otras  no 
míenos  poderosas  razones,  motivaron  la  declaración  de 
guerra  al  Perú,  firmada  por  aquél  el  3  de  julio. 

1025  Abrió  primiero  las  hostilidades  Lámar,  que  man- 
daba el  ejército  peruano,  bloqueando  las  costas  del  Sur 
de  Colombia,  é  invadiendo  con  vano  orgullo  su  territorio 
por  las  prov'ilncias  de  Lojia  y  Cuenca  con  8.400  sol- 
dados. I. 

1026  Esto  coimiplicó  ein  extremo  la  situación  del  Li- 
bertador que  había  de  hacerle  rostro  por  una  parte  y 
por  otra  sojuzgar  á  José  María  O  bando,  quién  se  ha- 
bía siublevado  y  domlinabla  á  Popayán,  y  el  cual,'  aunque 
derrotado  por  Flores  cobró  nuevos  bríos  aliándose  al 
Perú. 


FELIPE   TEJERA 


139 


1027  Tales  feram^  al  terminar  el  año,  los  azares  que 
corría  Bolívar;  'mas,  como  hemos  dicho  ein  otra  parte,  se- 
toejantes  oicasiones  hacían  más  fecundo  su  gienio:  era  en- 
tonces cuando  cercado  de  peligros,  puesto  en  conflicto 
dWminente  de&einvainaba,  llena  de  relámpagos,  «lá  espa- 
da redemtora  de  los  humanos».   (1) 


CAPITULO  XXI 

Guerra   de  Colombia  y  Perú.— 1829 


1028  ^  En  vano  para  evitar  el  supremo  conflicto  entre 
dos  ilaciones  hertaanas,  mterpusieron  su  generosa  me- 
'dáación  Chile  y  Buenos  Aires;  ya  era  tarde  para  con- 
tenier    iel    torrente    de    los    ¡sucesos    desbordado. 


Sucre 

1029  Guayaqiuil  capituló  lel  21  de  enero  y  los  inva- 
sores ganaban  cada  día  terreno,  estando  ya  sobre  Cuenca, 
donde  se  organizaba  el  ejército  de  Colombia,  montante 
lentonces  á  3.800  peones  y  800  ginetes,  á  las  órdenes 
inmediatas   del   general    Flores.  ^ 

1030  Dirigía  la  campaña  Sucre,  y  ya  en  marcha 
se  preparaba  á  librar  batalla,  cuando  recibió  órdenesi 
*del  Libertador,  para  no  aventurarse  con  fuerzas  infe- 
riores hasta  qiue,  debeladas  las  facciones  de  Pasto,  fuese 
él  mismo  á  reforzarle. 

1031  Así  lo  hizo  Sucre,  y  entre  tanto  promovié- 
rolnse  de  ambas  partes  tratados;  pero,  estando  en  confe- 


(1)    Expresión  del  General  José  Antonio  Páez. 


140 HISTORIA    DE    VENEZUELA 

reoicia  los  reispectivos  emisarios,  que  lo  eran  por  parte 
de  Sucre,  el  getneral  Toimiás  Heres  y  el  coronel  O 'Lear  y, 
el  12  de  febrero,  se  halló  ser  todo  aqiuello  una  perfidia  de 
Larnar,  que  por  este  medio  pensaba  distraer  á  su  con- 
trario. 

1032  Rotos  desde  luego  los  tratos,  abriéronse  las 
hostilidades,  'y  1.300  peruanos  fueron  derrotados  en 
Saxag-uro:  siguiéndolos,  se  situó  Sucre  en  el  Pórtete  de 
Tarqui,  después  de  21  días  de  maniobras  que  desme- 
draron mucho  al  enemigo. 

1033  Y  lallí  el  26  del  propio  mes,  á  las  cinco  de  la 
mañana,  se  trabó  la  batalla.  Sesgaban  ya  los  peruanos, 
cuando  sobre  la  cresta  de  la  colina  que  domina  el  campo 
apareció    Lámar   coin   refuerzo,   y   restableció  el   combate. 

1034  Mil  quinientos  colombianos  bregaban  entonces 
cointra  5.000  peruanos;  dudoso  era,  pues,  el  trmnfo  para 
aquéllos ;  por  fortuna,  la  segunda  división  ds  Sucre  llega 
á  tiempo  y  decide  la  victoria  por  Colombia. 

1035  Dos  mil  quinientos  hombres  dejó  allí  Lámar 
eintre  <m]uertos,  heridos  y  prisioneros.  Por  último,  ca- 
pituló el  28  en  Girón,  firmiándose  tratados  por  los  cuales 
entregaría  el  Perú  á  Colombia  la  corbeta  «Pichincha»; 
150.000  pesos  de  indemnización,  y  la  ciudad  de  Guaya- 
quil ;  y  se  dejó  á  un  Congreso  de  Plenipotenciarios  la  ce- 
lebración  definitiva   de  la  paz. 

1036  Así  cotncluyó,  en  30  días  de  campaña,  esta  gue- 
rra len  qUe  desplegó  LamJar  tal  aparato  de  orgullo  y  de 
fuerzas.  El  11  de  miarzoi  los  que  habían  pensado  dominar 
por  las  armlas  á  Qolomíbiía,  volvíian  á  sus  hogares  vencidos, 
pero  tratados  gelnerosaimente  por  los  vencedores. 


CAPITULO   XXII 

Bolívar  en  campaña.— Tratado®  de  paz.— Sublevación  y   muerte   de  Córdova    - 
Sometimiento  de  Arizábalo.  — 1829 

1037  Sin  embargo  ¿cuándo  fueron  leales  las  almas 
ambiciosas  ?  Mientras  ¡el  Libertador,  después  de  sellar  la 
paz  interior  del  país,  recibía  en  Quito,  el  22  de  miarzo,  de 
manos  de  Sucre,  las  banderas  tomadas  en  la  campaña,  el 
vanidoso  Lámar  velando  las  capitulacionies,  volvía  á 
las  ar'mlas  y  aprestaba  oitro  ejército. 

•  1038  El  Libertador  en  persona  abrió  entonces  la 
campaña  y  avalnzó  sobre  Guayaquil.  Una  escuadra  co- 
lombiana doblando  el  Cabo  .de  Hornos,  llegaría  bien  pron- 
to  á  las  aguas  del  Perú.  Por  suerte.  Lámar  fué  descono- 
cido de  los  suyos  y  'puesto  eli  su  lugar  el  General  Gutié- 
rrez de  la  Fuente.  Visto  lo  cual  por  el  Libertador,  suspen- 
dió las  hoistihdadles  y  ocupó  a  Guayaquil,  el  21  de  julio, 
por  medio  de  un  tratado. 


FELIPE    TEJERA  141 


1039  Reudiióse  el  31  de  agosto  el  nuevo  Congreso  pe- 
ruaino  'qiue  debía  tratar  de  la  paz,  y  lenvió  por  comisionado^ 
al  iseñor  Joisé  de  Larredaj  y  Lorego,  qüié^n  se  viói  en  Gua- 
yaqiuil  coin  Don  Pedro  Gual  que  lo  era  del  Libertador,  y 
allí  ajustaron  las  negociaciones  definitivas  el  22  de  septieml- 
•bre. 

1040  Por  ellas  reconocía  el  Perú  los  verdaderos  lími- 
tes de  Colombia,  liquidaría  con  ésta  su  deuda;  y  ambas 
(naciones  se  coimipromletían  á  cooperar  en  favor  de  la 
aboilicióln  de  esclavos  y  contra  su  tráfico;  las  dudas  que 
pudieram  ocurrir  sobre  aqiuel  pacto  serían  resueltas  por 
el  arbitramientoi  de  potencia  amiga. 

1041  Bolívar,  por  su  parte,  revocói  el  decreto  de  Su- 
cre qiue  'malndaba  erigir  un  monumento  en  el  campo  de 
Jarqui,    coinmemorativo   de    aquella    jornada. 

1042  Mieintras  lasí  se  salvaba  el  honor  de  la  Repú- 
blica en  loi  exterior,  Córdova,  aquel  valeroso  guerrero 
de  Ayacucho,  desvanecido  por  el  orgullo,  y  so  pretexto 
de  que  traía  el  Libertador  proyectos  de  cambiar  el  siste- 
ma político  de  Colomíbia,  se  insurreccionaba  el  12  de 
setiemlbre  en  la  provincia  de  Antioquía,  proclamando 
la  Constitucióin  de  Cúcuta. 

1043  Y  !no  paró  esto  hasta  la  muerte  del  tenaz  cau- 
dillo gralnadino  en  reñida  lucha  con  las  fuerzas  del  Go- 
bierlno,  que  mandaba  O'Lieary,  muerte  la^mentable,  acae- 
cida e!n  el  sitio  del  Santuario  el  17  de  octubre. 

1044  No  inietnos  dichosa  Venezuela,  vio'  al  cabe- 
cilla Arizábalo  solmleterse  á  la  clemencia  de  las  autorida- 
des., el  18  de  agosto,  quedajndo  sólo  de  salteador  por  los 
mointes  el   temerario   Cisneros. 


CAPITULO  XXIII 
proyectos    de   Aíonarquía.— 1829 


1045^  Ajenia  ya  de  inquietudes  la  República  surgió 
muy  luego  'una  nueva  dificultad.  Y  fué,  que  el  Consejo 
de  Estado,  cdmpiuesto  de  los  señores  General  Rafael 
Urdaneta,  Secretarioi  de  Guerra  y  Marina;  Estanislaoi 
Vergara  de  Reliaciones  Exteriores;  Nicolás  M.  Tanco,  de 
Hacienda;  y  José  Mianuel  Restrepo,  de  lo  Interior  y  Jus- 
ticia, concibió  el  proyecto  de  lestablecer,  sin  la  anuencia, 
del  Libertador  que  estaba  ausente,  una  Monarquía  en 
Colmbia. 

1046  Y  al  efecto  el  3  de  setieimbre  entablaron  nego- 
ciaciones con  los  agentes  'diplomáticos  de  Inglaterra  y 
Francia,  bajo  cuya  protección  se  llevaría  á  calDo  la  empre- 
sa, siendo  el  primer  rey  Simjón  Bolívar  con  el  Título  de 
Libertador,  mientras  que,  para  sucederle,  se  tendría  pre- 
sente un  príncipe  francés. 


142  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


1047  Probado  está  qiue  el  Libertador  se  opuso  á 
tales  novedades:  con  todo,  grave  responsabilidad  le  afec- 
ta por  no  haber  sornietida  á  juicio  á  los  autores  de  aquel 
atentado  contra  las  instituciones  patrias,  limitándose  ape- 
nas á  Ideisaprobar  su  conducta  (22  de  noviembre).  (1) 

1048  La  Constituyente  convocada  para  este  tiempo 
iba  á  reunirse,  por  lo>  cual  se  autorizó  á  todos  los  pue-f 
blos  para  pedir  libremente  la  forma  de  gobierno  que  qui- 
sieran. 

1049  Error  este  de  trascendencia,  pues  que  suponía 
poderse  cambiar  la  forma  republicana,  y  ello  trajo  nuevos 
desórdenes  y  lu^ia  coimpleta  anarq^uía  de  ideas  y  proyectos^ 

1050  Cual  provincia  estaba  por  la  monarquía,  cual 
por  la  República  bajo  íel  'presidente  vitalicio,  y  por  último 
Venezuela,  llevada  de  malos  consejeros,  pidió  su  sepa- 
ración de  Colombia. 

,1051  Valencia  fué  la  primera  en  apuntar  la  idea, 
Caracas  la  siguió  el  24  de  noviembre,  y  desconoció'  la  au- 
toridad de  Bolívar.  Páez  fué  comisionado  para  convo- 
car un  Constituyente  y  aunque  anduvo^  á  los  principios 
remiso  en  este  trance,  al  fin  vinoj^á  íde'cidjirsp  .y  lo  participio 
así  al  Gobierno  de  Colombia. 

1052  Al  terminar,  pues,  este  año,  todo  pTesagiaba 
la  ruina  de  la  República,  y  no  faltó  quién  dijese  que  el 
inglés  sir  Carlos  Elpbinstone  Fleming,  agente  de  la 
Santa  Alianza  y  que  estaba  en  Venezuela,  tuvO'  en  todo 
ello  la  "mayor  parte. 


CAPITULO  XXIV    i 

Desmembración  de  Colombia.— 1830 

1053  Llamado  el  Libertador  á  Bogotá  por  estos  suce- 
sos, instaló  en  persona  el  20  de  enero  la  Representación 
nacional,  y  haciendo  renuncia  del  mando,  dijo  entre  otras 
cosas  estas  palabras  notables : 

1054  «Si  un  hombre  fuera  necesario  para  sostener  un 
Estado,  tal  Estado  no  debería  existir  y  al  fin  no  existiría.... 
Yo  lo  juro,  legisladores,  yo  lo  prometo  á  nombre  del  pue- 
blo y  !del  ejército  eolombiano :  la  República  será  feliz,  si  al 


(1)  Respecto  á  la  ambición  que  imputaban  al  Libertador  sus  adveisarios,  dice 
O'Leary: 

"A  la  cabeza  del  más  numeroso  y  mejor  disciplinado  ejército  de  los  nuevos 
Estados,  adicto  á  su  persona  coa  entusiasmo,  en  p0oe3ión  de  poderes  omnímodos  y 
con  dinero;  acompañado  de  los  votos  de  la  porciói  más  rejpe^able  de  los  habitan- 
tes de  los  diferentes  Estados  que  le  sostenían,  cansado  de  los  desó.denes  de  la 
anarquía  y  de  la  preponderancia  de  la  plebe  inconsciente;  estimulado  por  el  apoyO' 
que  le  blindaban  los  Gabinetes  europeos,  por  inclinación  natural  y  por  su  propio- 
interés:  ¿qué  se  oponía  á  la  lealización  de  los  proyectos  que  se  le  atribuían?  ¿Quéf 
sino  el  amor  á  la  verdadera  gloria  fundada  sobie  los  principios  republicanos?" — 
Memorias  del  General  O'Leary.— Tomo  Secundo. 


FELIPE   TEJERA  143 


admitir  mi  renuncia,  nombráis  de  Presidiente  á  un  ciuda- 
•dajno  Qiuerido  d'e  la  N,ación:  ella  sucumibiría,  si  os  obs- 
tinaseis en  Qiue  yoi  la  miandara.  Oíd  mis  súplicas,  salvad 
la  República;  salvad  nú  gloria  Que  es  de  Colombia.» 

1055  Hermiosas  y  'magníficas  palabras,  llenas  de 
virtud  y  de  verdad;  ellas  eran  el  grito  de  una  gran  con- 
ciencia satiisfecha,  de  'un  espíritu  profundo  que  poseía 
la  visión  de  lo  futuro  y  (estaba  siempre  lleno  de  claridades 
inmortales. 

1056  ¿  Por  qué  las  desoyó  el  Congreso  ?  ¿  En  qué 
sombra  funesta  vagabia  lá  mente  de  aquellos  diputados; 
Q'ue  nO'  vieron  el  temporal  que  azotaba  la  República  ? 
Si  se  hubiese  aoeptadoi  la  renuncia,  jamás  viera  el  mun- 
do gloria  miás  pura  qiue  la  tuya,  gran  bienhechor  de  los 
hombres ! 

1057  Erróse  pues,  ahora  como  muchas  otras  veces, 
y,  aunqiue  el  Congreso  hirió  de  muerte  los  proyectos 
mQinárQiuicos  declarando  basas  de  gobierno  harto  reou- 
blicano^democráticas,  ya  era  inminente  la  ruina  del  Es- 
tado. 

1058  Nombró  en  seguida  una  comisión  que  zan- 
jase las  dificultades  con  'Venezuela,  y  el  Mariscal  de 
Ayacucho,  el  Obispo^  de  Santa  Marta  y  el  licenciado' 
Francisco  Aranda,  de  su  parte;  y  Martín  Tovar,  el  Ge- 
neral Marino,  y  el  Doctor  Ignacio  Fernández  Peña  por 
la  de  Venezuela,  se  reunieron  el  18  de  abril  en  el 
Rosario   de    Cúcuta. 

1059  Ni  el  sumo  ascendiente  de  aq'uella  gran  fi- 
gura colombiana,  del  Mariscal  de  Ayacucho,  eterno  honor 
de  América,  ni  el  santo  amor  á  la  patria;  nada,  en  fin, 
fué  parte  á  qlue  sesgasen  en  su  propósito  los  emisarios  ve- 
nezolanos.  \ 

1060  Lástima  da  ver  cómo  en  la  inmensa  niebla  de 
inmoderadas  'ambiciones  se  eclipsan  tantas  glorias ;  como' 
se  olvidan  los  hombres  públicos  de  que  por  encima  de 
ellos  hay  un  juez  inexorable  que  allá  en  el  porvenir,  arran- 
cándolies  la  máscara,  los  hará  ver  tales  como  fueron :  ese 
juez  es  la  historia. 

1061  Ello  fue  que  los  comisiolnados  se  separaron  sin 
éxito  ninguno  favorable,  aferrados  los  unos  en  su  terque- 
dad, opreso  el  corazón  de  los  otros  por  las  desgracias  de 
la   patria. 

1062  Cuál  no  sería  tu  dolor  ¡oh  Sucre!  viendo  herida 
ya  de  muerte  á  Colombia,  patria  de  tus  proezas  y  de  tu 
amor  infinito!  Mas,  ay,  ¡tú  no  la  verás  morir! 

1063  Bolívar  entre  tanto,  alterada  su  salud,  se  había 
retirado  del  mando,  reemplazándole  el  2  de  marzo  el  gene- 
ral Doimingo  Caceio.  El  cual  manifestó  al  Cor^^greso,  el 
15  de  abril,  lo  infructuoso  que  era  trabajar  ya  en  una 
Constitución  que  no  iba  á  regir  un  solo  día;  y  aconsejó 
convocar  un  constituyente  de   Nueva  Granada. 

1064  Por  cierto,  cumplió  su  objeto  el  Congreso  (que 


144 HISTORIA    DE    VENEZUE  .A 

se  llamió  iaidm4r,able),  y  tel  29  de  abril  saíicioinói  el  n*uevo  Có- 
digo político  cotnformje  siempre  á  las  ideas  republicanas. 
Reinovó  el  Libertador  irrevocablemente  su  renuncia,  y, 
aceptada  por  primera  vez,  se  inombró  para  Presidente  á 
JoaQiuin  Mosquera,  y  Vicepresidente  á  Domingo  Caicedo, 
con  lo  qiue  el  11  ide  (mayo  cerró  sus  sesiones,  no  sin  pro- 
hibir antes  que  la  'unión  de  Colombia  se  intentase  por  las 
armas. 

1065  El  Ecuador,  á  ejemplo  de  Venezuela,  colmó  la 
miedida  de  tantos  infortunios  declarándose  el  13  de  mayo 
sus  provincias  Estado  libre  y  soberano,  bajo  el  Gobierno 
del  General  Flores. 

1066  Por  su  parte  el  Libertador,  desengañado  de  los 
hombres,  ein  presencia  de  aquella  inmensa  catástrofe  que 
volvía  al  caos  la  obra  de  todos  sus  esfuerzos,  se  prepara^b'á 
á  retirarse  á  Europa,  como  el  águila  que  abandona  su  ni- 
do despedazado  por  las  tempestades. 

1067  «Me  ruborizo  al  coinfesarlo,  había  dicho  al  Cons- 
tituyeinte,  pero  la  independencia  es  el  único  bien  que  he- 
imios    coinquistado    á  despecho    de    toados    los   demás.» 


CAPITULO    XXV 

Reconstitución   de  Venezuela.  — 1830 

1068  La  actitud  tomada  por  Venezuela  para  defen- 
der su  soberanía  era  respetable.  Tratóse  de  la  organiza- 
ción del  ejército',  y  Marino  ocupó  el  puesto  de  vanguardia, 
mientras  se  escalonaban  otras  divisiones  en  Tocuyo,  Bar- 
qiuisimeto  y  San  Carlos, 

1069  Reunióse  el  6  de  mayo  el  Constituyente  en  Va- 
lencia, y  fue  su  primier  acto  encargar  al  general  Páez  del 
de   Colonibia,   creyéndole   todavía   reunido. 

.  1070  En  este  oficio  ise  decía  entre  otras  cosas,  que 
Venezuela  no  podría  entrar  en  tratos  de  ninguna  especie, 
ímientras  el  Libertador  «permaneciese  en  el  territorio  de 
Colomjbia;»  palabras  duras  y  amargas,  eterno  baldón  dé 
sus  autores,  que  resonaron  en  el  corazón  del  grande  hom»- 
bre  como  el  grito  horroroso  de  la  muerte.  (1) 

1071  ¡  Cuál  no  será  el  asombro  de  la  posteridad  al 
oír  estas  palabras  que  retumban  todavía  en  el  aire,  como 
un  grito  de  demencia  ó  una  horrible  carcajada  de  locu- 
ra!  Los  muertos  oyen;  y  ellas  sonarán  en  los  oídos  del 

Libertador  oomjo  un  eco  espantoso  del  mundo  que  le  per- 
sigue hasta  en  la  tumba! 

1072  Varios   patriotas  se   sublevaron   entonces  en  di- 

(1)  En  bi;gve  se  cumplieron  las  palabras  de  Páez  en  carta  anterior  á  Bolívar: 
"Y  el  fundador  de  la  República  sería  insultado  por  los  hombres  más  viles  el  día 
jque  volviese  al  recinto  de  su  casa."  (O'Leary.  Correspondencia,  T.  II,  pág59.) 


FELIPE    TEJERA  145 


versos  lugares  proclamiaindio  la  integridad  de  Colombia,  y 
al  fiín,  sin  Los  fatales  sucesos  qiue  subsiguieron  lo  habrían 
logrado,    comió    lo'   demostraremos    m;ás   adelante. 

1073  Por  otra  parte,  la  provincia  granadina  de  Casá- 
nare  quiso  incorporarse  á  Venezuela  y  envió  su  dipiutación 
al  Coingreso;;  mlás  éste  feíe  negói  á  recibirla  como  Q|ue  no  'mi- 
raba á  la  desmembración  de  lois  Estados  vecinos. 

1074  Dicho  proceder  obró  no  poco  en  el  ánimo  del 
comisionado  granadino  señor  Juan  de  Dios'  Aranzazu, 
Quien  lo  mranifestó  lasi  a  su  Gobierno  desde  Caracas,  comoi 
preciosa  prenda  de  la  rectitud  conque  su  hermana  obraba. 

1075  Decretóse  el  10  de  julio^  la  organizaciión  pública, 
y  días  después,  temiendo  'un  rompiimiento  con  la  Nueva 
Granada,   se  dispusoí  la  leva   de  10.000  hombres. 

1076  La  Constitución  se  sanciono  el  22  de  septiembre, 
y  por  ella  el  territorio  de  la  :nueva  República  comprende 
lOiS  mismos  límites  qiue  cuando  su  incorporación  á  Co- 
lombia, y  se  divide  en  provincias,  cantones  y  parroquias. 

1077  Ella  creó  cuatroi  grandes  Poderes :  el  Ejecutivo, 
desempeñado,  por  el  Presidente,  electo  cada  cuatro  años; 
el  Legislativo,  compiuesto  de  dos  Cámaras,  la  de  Senado- 
res y  la  de  Representantes ;  el  Judicial,  cuyo  último  grado 
es  la  Corte  Suprema;  y  íel  Municipal,  que  se  divide  tam- 
bién en  Liegislativoi  y  Ejecutivo.  Así  se  estableció  una 
forma  de  gobierno  que  participa  de  ios  dos  sistemas.  Cen- 
tral  y   Federativo.  .      - 

1078  Todos  los  lempleados  son  responsables  y  amo- 
vibles, los  unos  en  término  prescrito,  los  otros  á  voluntad 
de  sus  isuperiores.  Los  venezolanos  tienen  iguales  derechos 
y  están  sometidos  á  los  mismos  deberes. 

1079  Entre  las  varias  materias  sobre  las  cuales  legisló 
el  Coingreso,  merece  mencionarse  la  de  manumisión  de 
esclavos;  y  cerró  sus  sesiones  el  14  de  octubre. 

1080  Se  cuetnta  entre  los  últimos  sucesos  de  este  año, 
pues  fue  el  14  de  ínoviembre,  la  expulsión  del  Arzobispoi  de 
Caracas,  por  haberse  negado  á  prestar  el  juramento  re- 
querido  por  las   leyes. 


CAPITULO   XXVI 

Asesinato    del    Mariscal    de    Ayacucho.     1830 

1081  Mientras  tales  escenas  pasaban  en  Venezuela, 
preparábanse  en  Nueva  Granada  trag  dias  horrorosas, 
i  Cuan  indebles  huellas  deja  este  año  funeGi-:-  en  los  fastos 
de  Colombia 

1082  El  patriotism-o,  el  amor  á  la  gloria,  las  nobles 
virtudes  de  los  héroes,  todo  ha  desaparecido  como  en  no- 
che  tempestuosa. 

U 


194  HISTORIA   DE   VENEZUELA 


1083  Según  la  lexpresión  de  un  célebre  autor  moder- 
no, no  había  falta  gue  mo  se  hubiese  cometido,  ni  camino 
de  perdicióln  que  no  fuera  transitado.  ¡  Quién  podrá  ver 
claro  en  este  caos  sombrío  donde  no  hay  un  rayo  de  luzl... 

1084  Algo  fatídico  pasa  sobre  esta  época  como  una 
inmensa  tiniebla,  donde,  si  hay  algún  destello,  es  como 
el    lívido   relámpago    de    una   espada  exterminadora. 

,  1085  Desde  el  26  de  setiembre  de  1828,  germinaban 
e'n  algunos  espíritus  ideas  espantosas :  el  crimen  no 
cesaba  de  tentarlos,  y  aún  'más  los  alentaba  en  estos 
días  la  situacióín  emánentemente  ti;ágica  de  la  República. 

1086  Si    lentonces   maquinaron    la    muerte   del    Liber- 
tador, ahora  premeditan  la  del  Gran  Mariscal  de  Ayacu-  • 
cho.  El  crimen,  como  el  rayo,  cae  sobre  las  mayores  al- 
turas. : 

1087  Sucesos  de  importancia  política  llevaban  á  Su- 
cre á  los  Departamentos  del  Sur.  Mas,  confiado  en  su 
buena  fortuna  "ó  acaso  sin  dar  asenso  á  las  voces  que  le 
.presagiaban  el  peligro,  con  la  serenidad  de  una  concien- 
cia justa  siguió  su  caminO'  por  la  tenebrosa  montaña 
de    Berruecos. 

1088  Allí  le  acechaban  los  enemigos  de  la  patria 
que  lo  eran  suyos;  viéronle  llegar  solo;  el  resplandor  de 
la  gloria  orlaba  su  cabeza,  la  virtud  y  el  honor  refle- 
jaban  en    su   semblante ¿Dónde   estaba   aquel    día   la 

mano  luminosa  que  detuvo  en  el  sagrado  monte  la  espada 
de    Abrahán? 

1089  ¡Arcanos  son  del  cielo! Una  descarga  de  fu- 
silería le  derribó  allí  muerto  el  día  4  de  junio.  Tendida 
por  id  suelo  quedó  aquella  frente  que  solo  tuvo  pensa- 
mientos de  gloria,  cargada  de  laureles  inmortales;  y 
aquella  mano  que,  como  la  del  Dios  de  los  Ejércitos, 
había    fulminado    en    Ayacucho.    (1) 

1090  El  dedo  justiciero  de  la  opinión  pública  señaló 
como  su  asesino  al  general  José  María  Obatido.  \  Lpor 
inmortal  y  preces  á  la  noble  víctima!!  ¡  ¡  Execracioin 
eterna  al   victimario!! 


CAPITULO  XXVII 

Últimos    días    de    Colombia.— Muerte    del    Libertador.  — 1830  ^ 

1091  Hemos  dicho  que  el  Libertador,  después  de  re- 
nunciar al  mando,  pensaba  retirarse  del  país.  Preparan- 
do su  viaje  hallábase  en  Cartagena,  afligido  cuanto  cabe 
al  ver  el  desmoronamiento  de  aquella  obra  magna,  fruto 
precioso  de  tan  caros  sacrificios. 

(1)    Antonio  José  de  Sucre,   nació  en   Cumaná  el  3  de  febiero  de  1795.  Tenía 
pues  apenas  35  años  cuando  muñó. 


I 


FELIPE   TEJERA  147 


1092  Por  primiera  vez,  jen  el  espacio  de  veinte  años, 
aquel  hombre  de  hierro  que  había  atravesado  los  Andes 
tremolando  las  enseñas  de  la  Libertad,  cuya  espada  era 
el  símbolo  de  la  independencia  de  un  mundo,  cuyo  pen- 
samiento, activo  siempre  y  luminoso,  irradiaba  como  un 
sol  inmenso  destellos  de  gloria;  aquel  hombre  extraordi- 
mario  que  se  había  adormecido  sobre  los  amantes  brazos 
del  Chimborazo,  imagen  de  su  genio  que  hunde  la  frente 
en  los  abismos  del  cielo ;  que  había  dado  remate  ál  hecho' 
más  insigne  de  los  tiempos  modernos,  ahora,  y  sólo 
ahora,  parece  contenido  por  una  mano  invisible  de  lo  alto. 

1093  Con  efecto,  Bolívar,  después  de  correr  su  in- 
toensa  órbita,  debía  declinar,  ó  más  bien,  como  una  idea 
gigantesca  nacida  en  la  mente  del  Eterno,  después  de 
iluminar  al  mundo,  debía  abismarse  de  nuevo  en  la  Su- 
prema   Inteligencia. 

1094  Declinaba,  pues,  allí,  si  se  q;uiere,  el  grande 
hombre,  lleno  de  fatales  presentimientos,  consumido  de 
pesares,  entre  sujetos  interesados  que  se  decían  sus 
amigos ;  bien  aJsí  como  el  sol,  cuando  en  siu  lo'caso,.  se  cubre 
de  sombras  y  de  nubes. 

1095  Y  en  tal  ocasión  vino  á  sorprenderlo  un  eco 
fatídico  que  él  tuvo  por  el  último  grito  de  la  patria  cla- 
mando por  su  ayuda.  Los  grandes  hombres  también  se 
engañan. 

1096  Y  fué  que  una  injustificable  conspiración  de  las 
tropas,  después  de  postrar  al  Gobierno  legítimo,  le  pro- 
clamaba de  nuev(¡>  Jefe  Supremo,  so  pretexto  de  ser  el 
único  hombre  capaz  de  sostener  la  ya  imposible  inte- 
gridad de  Colombia. 

1097  Decaído  empero  de  ánimo  y  de  fuerzas,  enfer- 
mo y  triste  de  corazón,  apenas  podía  el  Libertador  mo- 
verse á  cosa  que  no  fuese  desgraciada;  tal  le  había  pa- 
rado la  veleidosa  fortuna. 

1098  Los  que  se  decían  sus  amigos,  llevábanle  á 
aceptar  el  hecho  consumado,  colmando  así  su  despres- 
tigio y  oscureciendo  su  nombre. 

1099  Volvería,  pues,  Bolívar  .al  mando,  no  ya  por 
la  voluntad  de  los  pueblos,  sino  por  la  infidelidad  de  las 
tropas.  Aquello  sería  la  inusitada  aparición  del  sol  en 
medio  de  la  noche;  los  ánimos  quedarían  de  súbito  ce- 
gados como  si  se  hubiera  arrojado  sobre  ellos  un  manojo 
de  rayos.  Porque  la  presencia  de  Bolívar  en  el  Gobierno 
significaba  la  reaparición  de  Colombia:  brillaba  todavía 
en  su  mano  aquella  terrible  espada  que,  como  la  vara 
de  Moisés,  ilumrinaba  en  las  tinieblas  y  resucitaba  las 
naciones.   Con  todo,   no  aceptó   Bolívar  el  poder. 

1100  Pasado  aquel  gran  deslumbramiento,  vueltos 
los  espíritus  á  su  aplomo,  el  resultado  inmediato  de 
todo  fué  la  más  tremenda  anarquía;  el  caos  es  entonces 
la  imagen  de  la  República:  Venezuela  y  el  Ecuador  se 
arman ;  se  han  desenfrenado  como  demonios  las  más  atro- 


148  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


oes  pasioines,  el  oonflicto  es  inminente,  la  guerra  es  la 
diosa  que  todos  invocan,  cuando  suena  la  últimiá  campana- 
da del  destino  y  el  astro,  de  Colombia  va  á  surtiergirse 
oo!n  ella  en  los  abismos  de  la  eternidad. 

1101  Postrado  y,a  el  Libertador,  le  coindujeroin  á 
Sabanilla  y  después  á  Santa  Marta  (l.Q  de  setiembre), 
donde  en  la  quinta  de  San  Pedro,  abandonado  de  Ja 
fortuna,  pobre,  y  lleno  de  inconsolable  tristeza,  debía 
reclinar  aquella  frente  de  semidiós  que  había  desafiádoi 
taintas    veces    á  la   niuerte. 

1102  ¿Dó'nde  estaban  entonces  aquellos  veteranos 
que  él  había  guiado  siempre  en  los  campos  del  honor,  y 
el    séquito    de    admiradores    que   antes   por   todas    partes 

llevaba? ¿Qué    hacía    en    esos    momentos    Venezuisla, 

la  hija  predilecta,  cuya  rdemona  venía  á  visitar  su  cora- 
zón moribundo  como  una  visión  celestial,  que  velaba  á 
la  cabecera  de  su  lecho  y  qiue  regaría  lagrimas  y  flores 
en   la   soledad   de  su   sepulcro? 

1103  Ah!  los  veteranos,  como  los  sucesores  de  Ale- 
jaJndro,  despedazaban  su  obra;  sus  admiradores  volvían 
el    rostro    á  nuevos    ídolos;    y  Venezuela le   maldecía! 

1104  «El  cura  de  la  laldea  de  Mamatoco,  cerca  de 
San  Pedro,  acompañado  de  sus  acólitos  y  unos  pobres 
indígenas,   vino  de  noche  á  pie,  llevando  el  Viático  á  Si- 

imón    Bolívar.    ¡Qué    contraste!    Un    humilde  sacerdote 

sin  séquito  ni  aparatos  pomJpiosos  propios  de  la  Iglesia, 
llegarse  con  los  consuelOiS  de  la  religión  al  primicr  hombre 
de  Sur  América,  al  ilustre  Libertador  y  fundador  de 
iColombia!  ¡Qué  lección  para  confundir  las  vanidades  de 
este  mundo!» 

1105  «Estábamos  todos  los  circunstantes  impresiona- 
ídós  por  la  gravedad  de  tan  imponente  acto.  Acabada  la 
oeremjonia  religiosa,  se  puso  el  escribano  notario,  Cata- 
lino  Noguera,  en  miedlo  del  círculo  formado^  por  los  ge- 
nera ks  Mariano  Montilla,  José  -  María  Carreño,  Lauren- 
cio Silva,  militares  de  alto  rango;  los  señores  Joaquín 
de  Mier  Manuel  Ujueta  y  varias  personas  de  respetabi- 
lidad, para  leer  la  íalocución  dirigida  por  Bolívar  á  los 
colombianos.»  .  ^ 

1106  «Apenas  pudo  llegar  á  la  mitad,  su  conmoción 
íno  le  permitió  continuar  y  le  fué  preciso  ceder  al  puesto 
al  Doctor  Malnuel  Becuero,  (1)  á  la  sazón  auditor  de  gue- 
rra, quien  pudo  concluir  la  lectura;  pero  al  acabar  de 
pronunciar  las  últimas  palabras  yo  bajaré  tranquilo  al 
sepulcro,    Bolívar,    desde    su    butaca,    en    donde    estaba 

sentado,    dij^    con    voz    ronca:    «Sí,   aJ    sepulcro es    lo 

Qiue    me   han    proporcionado    mis    rr^i ciudadanos pero 

yo    los    perdono » 

1107  «Al   oír  estas   palabras   que   precian  salir  de  la 


(1)  El  auditor  de  Guerra,  según  el  Escribano  señor  Noguera,  se  llamaba  Ma- 
nuel Pérez  Romero,  y  no  Becuero,  como  tal  vez  por  error  de  copia  aparece  en  el  es- 
crito de  Reverend. 


FELIPE    TEJERA  149 


tumba,  se  me  cubrió  el  corazón:  y  al  ver  la  consternacióin 
pintada  en  el  rostro  de  los  circunstiantes  á  cuyos  ojos  se 
asomaban  las  lágrimas,  tuve  que  apartarme  del  círculo 
para  ocultar  las  miáis,  que  Ino  me  habían  arrancado 
otros^  cuadros  muy  patéticos.»  {Ultima  enfermedad  de 
Simón  Bolívar,  por  su  miédico  de  cabecera  el  Doctor  A. 
P.    Révéreind). 

1108  Ya  oerca'no  á  su  término,  dio  sus  postreras  dis- 
posiciiomes,  entre  las  cuales  se  cuenta  la  de  qüe  sus  restios 
mortales   fuerain   deposiitados   en  la   ciudad  de  Caracas;   y 
exhaló  su  últimio  aliento  el  17  de  diciembre  á  la  una  de  • 
la  tarde.  El  mismo  día  que  había  fundado  á  Colombia. 

1109  Eíitre  las  varias  piezas  que  se  trajeron  al  Doc- 
tor Révére'nd  para  vestir  el  cadáver,  advirtió^  que  la  cami- 
sa estaba  rota. 

1110  «No  pude  contener  mi  despecho,  y  tirando  la 
'Camisa,  exclamé:  Bolívar,  aun  cadáver,  no  viste  ropa 
rasgada;  si  no  hay  otra,  voy  á  'mandar  por  una  de  las 
mías.» 

1111  Tales  soin  las  palabras  del  propio  Révérend.  El 
Libertador  de  un  Cointinente  no  tenía  con  que  cubrir 
la  espantosa  desnudez  de  la  muerte!  ¡Cuan  grandes,  y  á 
la  par  cuan  terribles  son  los  arcanos  de  la  Providencia ! ! 

1112  En  el  transcurso  de  los  siglos  aparecen  hombres 
qUe  brillan  oomo^  soles,  inmensos  areolitos  que  pasan  por 
la  noche  de  la  historia,  viajeros  arcángeles  que,  al  cruzar 
ix>r  la  tierra,  dejan  caer  como  lenguas  de  fuego  las  plumas 
luminosas  de  sus  alas. 

1113  Empero,  cuando  desaparecen,  como  esos  astros 
extraordinarios  q;ue  se  abisman  para  siempre  en  lo  infi- 
nito, algo  también  de  prodigioso  hace  estremecer  el 
mundo  como  si  el  brazo  de  Dios  hubiese  derribado  al- 
guna de  las  columnas  que  sostienen  el  Universo. 

1114  Así,  al  delscelnder  á  la  tumba  Bolívar,  la  Amé- 
rica sintió  del  uno  íal  otro  extremo,  el  espantoso  rumor 
de  una  catástrofe:  era  'qlue  con  él  desaparecía  también 
del  concierto  de  las  naciones  la  República  de  Colombia!.... 


CAPITULO  XXVIII 

De  la  disolución  de  Colombia.  — 1830 

1115  Muchas,  perO'  mtuy  fútiles  razones,  han  aducido 
hasta  hoy  algunos  de  los  historiadores  que  han  dejado 
correr  la  pluma  sobre  esta  importante  materia,  tratan- 
do de  justificar  la  ruptura  de  aquel  gran  pacto  nacio- 
nal que  fué  mirado  coimo  el  acontecimaento  más  porten- 
toso de  la  Emlancipación  americana,  y  que  llamó  por  su 
importancia  de  tal  suerte  la  atención  del  Viejo  Mundo, 
que  todavía  allí  el  (noimbre  de  Colombia  se  pronuncia 
oon  respeto  y  con  'veneración. 


150  HISTORIA   DE    VENEZUELA 

1116  Entre  las  v^arias  causas  que  se  exponen,  lá 
que  se  ha  tenido  comió  principal  es  aquella  que,  supo- 
niendo la  escasa  población  de  este  país,  cuyo  dilatado 
territorio  podría  dar  cabida  con  holgura  á  una  población 
como  la  del  imperio  ruso,  y  por  otra  parte,  la  falta  casi  to- 
tal de  vías  de  comunicación,  demuestra  la  imposibilidad 
de  que  fuese  tan  efectivo'  y  duradero  el  lazo  que  debía 
ligar  los  apartados  pueblos,  como  eficaz  y  trascendental 
la  acción  legítima  del  Gobierno  nacional. 
-^^.1117  Otros  quieren  alegar  la  diferencia  de  costumí- 
bres  y  hasta  la  índole  distinta  de  las  tres  secciones  colom- 
bianas; otros,  en  fin,  se  atienen  á  que  semejant'e  unió,n 
era  no  sólo  contraria  al  interés  de  cada  una,  sino  que 
también  al  querer  de  los  mismos  pueblos,  principial- 
rrjente  al  de  Venezuela.  ' 

1118  Si  examinamos  la  primera  de  estas  causas, 
veremos  que  es  uno  de  los  argumentos  que  por  probar 
derrjasiado  nada  prueban.  Pues  si  en  efecto,  lá  escasez 
de  población,  diseminada  en  un  territorio  tan  vasto,  fue- 
ra legítimo^  pretexto  para  la  disolución  de  Colombia,  lo 
sería  también  para  la  de  las  tres  Repúblicas  que  de 
ella  se  formlaron,  pues  que  las  mismas  circunstancias  de 
población  se  presentan  respectivamente  en  ellas. 

1119  La  segunda  parece  no  menos  arbitraria  que  lá 
precedente.  ¿Cóimo  puede  concebirse  tal  antagonismo  de 
costumbres  y  de  índole  en  pueblos  que  reconocen  un 
mismo  origen,  que  tuvieron  unas  mismas  enseñanzas,  que 
,duentan  igual  historia,  idéntica  religión,  y  que,  fuera 
de  perteneder  á  la  ¡misma  raza  hispano-ámericána,  há- 
(bitan  una  misma  zona  y  ¿oseen  todos  igualmente  el 
idioma  de  Castilla?  Que  Ise  note  una  que  otra  variación 
en  los  usos  de  -ciertas  provincias  distantes  entre  sí,  esto 
nada  prueba;  que  en  toda  nación,  por  pequeña  que  se 
la  suponga,  habrá  tales  insignificantes  diferencias,  no 
ya  sólo  de  provincia  á  pronncia,  sino  de  un  lugar  ,á 
Otro    lugar. 

1120  Y  por  lo  que  hace  á  la  tercera,  que  es  la  que 
parece  traer  más  fuerza,  le  lopondremos  ciertos  hechos 
Iqlue  no  revelan  nuestros  historiaclores,  y  que  afirman 
qiue  por  lo  menos  en  Vienezuela,  los  pueblos  defendían 
más  bien  la  integridad  de  Colombia. 

1121  Refiriéndose  á  este  punto  el  señor  Antonio 
Leocadio  Guzmán,  testigo  muy  ilustrado  de  los  sucesos 
del  año  30,  se  expresa  así: 

1122  «La  integridad  die  aquella  gran  patria,  rota 
en  1830,  estaba  casi  restablecida  cuando  la  muerte  lo  arre- 
bató (al  Libertador).  El  heroico  Ber mudez  en  el  Orien- 
te; Tadeo  Monagas  en  sus  llanos;  el  bravo  Infante, 
desde  Calabozo  hasta  el  V,alle  de  la  Pascua  y  el  Orinoco ; 
el  malogrado  Inchauspe  en  los  llanos  del  Sur  y  del 
Occidente;  otros  valientes  en  Trujillo  y  parte  de  la 
Cordillera;  los  Mármioles,  Castañeda  y  varios  jefes  dis- 
tinguidos   en   todo    el    Occidente;    Parejo    y    Bustillos   en 


FELIPE    TEJERA  151 


Guarelnas,  á  media  legua  de  la  capital  intimando  lá  ren- 
dicióin,  y  Alcántara  en  Arag^ua,  tenían  reducido  el  ám- 
bito del  Gobierlno  que  residía  en  Valencia,  al  camino  de 
Puerto  Cabello  y  las  distancias  que  medían  hasta  San 
Carlos  y  la  Cabrera.  OchO'  días  después,  qui'nce  á  lo 
más,  Colombia  habríia  lestado  reiinteg"rada.» 
^  1123  «Y  el  Geineral  Páez  habíia  previsto  la  posibili- 
dad de  tales  resultados.  Muy  de  antemiano  había  procu- 
rado tener  una  solución  como^  la  del  año  de  1827  al  acer- 
carse el  Libiertador,  coin  qnien  estaba  resuelto  á  no  em- 
plear las  armas.  Si  esto  ba  sido  un  secreto  hasta  aho- 
ra, del  cual  no  haya  hoy  tojas  testigos  que  él  y  yo,  puestio 
que  la  mluerte  arrebató  ¡al  benernérito  é  ilustre  General 
Beluche,  comisionado  de  Valencia  cerca  de  S.  E.  Li- 
bertador, es  tiempo  ya  de  consignarlo  en  la  historia »; 

(Evangelio  Liberal  número   2). 

1124  Con  semejantes  datos,  podemos  concluir  que 
los  pueblos  de  Venezuela  eran  contrarios  al  intento  de 
su  Gobierno.  ¿  Cuál  fué,  pues,  la  causa  de  la  disolución  de 
Colombia?  ¿Quiénes  debían  ser  los  verdugos  de  esta  gran 
nacionalidad?  No  iremos  muy  errados,  no,  si  declaramos 
oomo  tales  á  Páez  y  feus  consejeros  en  Venezuela;  á 
Flores  y  los  suyos  lein  el  Ecuador. 

1125  Por  otra  parte,  cuando  los  partidarios  de 
Colombia,  como  se  ha  visto,  se  reaccionaban  contra  el 
Gobierno  de  Valencia,  la  infausta  noticia  de  la  muerte 
del  Libertador  vino  á  abiatir  todos  los  ánimos  y  arre- 
bató de  todos  los  corazones  patriotas  las  miás  caras  es- 
peranzas. \ 

1126  «i  Soldados !».  exclamaba  desde  Cartagena  el  Ga- 
ñera! Ignacio  Luque:  «¡Murió  el  sol  de  Colombia!  ¡Sus 
rayos  bienhechores  dejan  ya  de  alumbrar  está  tierra  des- 
graciada 1 !».... — ¿Quién  creyera  que  una  misma  losa  debía 
sellar  la  tumba  del  Libertador  y  de  la  Patria? 

1127  Dividióse  aquella  vasta  República  en  tres  na- 
cionalidades diferentes:  Venezuela,  Nueva  Granada,  hoy 
Nueva   Colomibia,   y   Ecuador. 

1128  Veamos  ahora,  para  terminar  la  época  segun- 
da de  nuestra  historia  moderna,  qué  beneficios  trajo  al 
mundo  la  independencia  del  continente  sur-iamericano. 


CAPITULO  XXIX 

Efectos    umiversaites    de    la   ém¡aincipaci6n    Sur-amiericana 


1129  Con  la  lemlancipación  definitiva  de  la  América 
Meridional,  sonó  'una  hora  nueva  para  el  mundo ;  y  el 
vasto  continente  que  durante  tres  siglos  había  sido  en- 
cantado con  los  prestigios  de  la  poderosa  Marfisá,  apa- 
reció  de  súbito    coronado   de   gloria,   resplandeciente   de 


152  HISTORIA    DE    VENEZUE'-A 


bellezas  á  la  faz  atóinita  del  Universo;  como  si  á  lá  voz 
de  otro  Mesías,  este  Lázaro-mundo,  surgiera  del  sepul- 
cro proclamando  los  imprescriptibles  derechos  del  hom- 
bre y  la  inimíortalidad  de  las  naciones. 

1130  Atenta  Europa  á  aquella  voz  que  había  reso- 
nado en  Caracas  el  19  de  abril,  seguía  con  visible  interés 
los  progresos  de  la  libertad  en  el  Nuevo  Continente,  si 
bien  temerosos  los  monarcas  con  sus  triunfos,  emulados 
los  pueblos  de  ellos  qiue  levantaban,  par  decirlo  así,  las 
yá    abatidas   esperainzas    del    linaje    humano. 

1131  Soinó  por  fin  la  hora  capital  de  los  tiempos 
mjotdernos;  y  la  trompa  de  la  fama  anunció  por  todas  las 
gemtes  qiue,  con  las  victorias  de  Boyacá,  Caraboblo, 
Junín  y  Ayacuchio,  quedaba  libre  de  hecho  y  de  derecho 
la  Amierica  iMeridional;  estO'  es,  que  surgían  de  repente 
á  la  vida  de  la  República  nueve  naciones  enarrdecidias 
en  los  camipos  de  batalla,  arrebatadas  por  el  formidable 
aliento  de  la  libertad.  '  ( 

1132  De  aquí  que  la  idea  de  la  República,  tan  aba- 
tida en  Europa,  launqne  conservada  gloriosamente  en 
los  Estados  de  la  Amíérica  del  Norte,  como  un  grandioso 
'faro,  tornó'  á  aparecer  m'ás  viva,  más  fecunda  y  poderosa 
en  los  novísimas  Estados,  y  fué  á  mover  otra  vez  con 
irresistible  encanto  el  corazón  de  los  europeos,  y  á  minar 
con  la  omnipotencia  de  sus  ideas  los  viejos  tronos  de 
bronce  de  la  Monarquía. 

1133  Además  de  esto,  todos  los  puertos  Sur-ameri- 
canos, cerrados  hasta  entonces,  fueron  abiertos  en  ab- 
soluto al  comercio  universal.  De  ahí  el  aumento  progresi- 
vo y  extraordinario  de  las  industrias  y  comiercio  euro- 
peos en  nuestros  días :  de  ahí  la  'movilización  de  cuan- 
tiosos tesoros;  el  desarrollo  nunca  visto  de  la  marina, 
y  esos  lazos  casi  indisolubles  con  que,  intereses  de  común 
provecho,   haJn  ligado   á  los   dos  mnndos. 

1134  Por  otra  parte,  rebosada  la  Europa  de  habi- 
tantes, desbordó  sobre  la  América  el  inmenso  sobrante 
de  su  población ;  y  Ise  creyó  que  había  aparecido  de  nuevo 
el  fab'uloso  Dorado.  Tierra  de  maravillas  era  ésta  para 
los  de  fuera:  el  oro,  de  tan  difícil  acceso  allende,  aquí 
piiarecía  él  propdo  venirse  á  las  manos ;  la  riqueza  nunca, 
bien  ponderada  de  los  bosques,  la  fertilidad  de  los 
suelos,  la  benignidad  del  clima,  los  caudalosos  rjos  que 
arrastran  esmjeraldas,  los  lagos  llenos  de  tesoros  indios, 
los  inmensos  mares  cuajados  de  perlas  y  corales ;  y  lo 
que  es  sobre  toido,  las  mstituciones  democrático-liberalesi 
de  los  nadientes  estados,  convidaban  con  mil  hechizos  á 
las  idelicias  del  hogar  americano,  verdadero  paraíso  del 
rrjundo.  Esto  por  lo  qlue  hace  á  las  industrias,  al  comer- 
cio, á  la  forma  republiciaJna  y  á  la  inmigración.  Pero  de- 
bemos ooinsiderar  asimismo,  bajo  otro  respecto,  las  in- 
fluencias de  nuestra  independencia. 

1135  Con  ella,  puede  decirse  que  quedó  abolido 
para  siempre  el  tráfico  de  esclavos  africanos.  Colombia  lo 


FELIPE    TEJERA  153 


prohibió  por  coropleto ;  esperanza  de  que  pronto  sería 
oada  lein  labsoluto  la  libertad'  de  aquellos  infelices  en  todo 
el  Colnti'nente,  consagrando  .así  los  sublimes  fueros  de  la 
naturaleza    y    la    dig-nidad   humana. 

1136  El  propio  Derecho  de  Gentes,  sufrió^  trascen- 
dentales imodificaciones,  y  no  sería  aventurado  decir 
Que  es  de  (esta  época  que  (puede  llamarse  ci-encia,  y  sirve 
de  mioderadior  y  juez  supremo  len  las  reLaciones  de 
Piotencia  á   Potencia. 

1137  Por  último,  con  la  independencia  de  América 
oesó  el  derecho  de  conquista;  terminó,  como  derecho, 
el  poder  de  la  fuerza;  recobraron  los  pueblos  sus  prerroga- 
tivas; se  abrieron  caudalosas  venas  de  riqueza  y  de  pro- 
greso, y  apiareciió  una  nueva  raza,  lá  raza  latino-amleri- 
cajna,  para  obrar  providencialmente  en  las  más;  profundas 
cuestiones  hümianas.  ■ 

1138  Y  el  pensamáiento.  dilató'  sus  alas  por  más  sere- 
nos ciielois,  aspirando'  el  éter  puro  de  las  altas  ideas,  y 
se  descorrió  para  la  hunwanidad  el  horizonte  infinito  del 
Porvenir,  sobre  cuya  tnieta  se  columbra  la  gloria  del 
[hombre  y  la  transfiguración  del  Universa. 


RESUMEN, CRONOLÓGICO 


DE  ImA. 


ÉPOCA    SEGUNDA 


SINCRONISMOS 


1820  El  General  Montilla  llega  á 
Río  Hacha  con  las  fuerzas 
auxiliares.  Incendian  éstas 
aquella  ciudad.  Pone  Mon- 
tilla sitio  á  Cartagena.  El 
Doctor  Zea  sale  en  comi- 
sión diplomática  para  Eu- 
ropa. Pide  Morillo  suspensión 
de  hostilidades.  El  Congreso 
Colombiano  reunido  en  Gua- 
yana,  se  ofrece  á  tratar  con 
España  con  tal  que  reconoz- 
ca la.  independencia  de  la  Re- 
pública. Conferencia  de  Mo- 
rillo con  Bolívar  en  Santa 
Ana.  Regularización  de  la 
Guerra. 


El  Ejército  proclama  en  España  la 
Constitución  de  1812.  La  ciudad 
de  Guayaquil  se  proclama  inde- 
pendiente. Lord  Cochrane,  almi- 
rante de  la  escuadra  chilena,  apre- 
sa la  fragata  española  «Esmeral- 
da» bajo  las  baterías  del  Callao. 
El  Marqués  de  Torretagle  declara 
independiente  á  Trujillo,  prote- 
giendo así  la  libertad  del  Perú. 
E]  General  Arenales  aprisiona  al 
Brigadier  O'Reilly,  destacado  de 
Lima  por  el  Virrey  á  cortar  la 
comunicación  con  el  General  San 
Martín,  en  el  sitio  Cerro  de  Pasco. 


1821  Fuerzas  del  General  ürdane- 
ta  ocupan  á  Maracaibo.  La 
Torre,  por  haberse  ido  Mo- 
rillo á  España,  queda  de  Ca- 
pitán general.  Ruptura  del 
armisticio.  Soublette  y  Ber- 
múdez  obran  sobre  Caracas. 
Derrota  de  Bermúdez  en  el 
Calvario.  Batalla  de  Carabo- 
bo.    El    Congreso    reunido    en 


Muere  el  Emperador  Napoleón  en 
Santa  Elena.  Se  proclama  en  la 
Isla  de  Santo  Domingo  la  ane- 
xión á  Colombia,  que  duró  51 
días.  La  República  de  Centro 
América  se  anexa  á  Méjico.  La 
Asamblea  Constituyente  del  Bra- 
sil proclama  la  independencia  del 
país.  San  Martín  derrota  al  Vi- 
rrey del  Perú  y  es  nombrado  Pro- 


FELIPE   TEJERA 


155 


el  Rosario  de  Cúcuta  da  á 
Bolívar  el  título  de  Liberta- 
dor de  Colombia.  Sale  Bolí- 
var para  Nueva  Granada.  Ba- 
talla de  Yaguachi  en  el  Ecua- 
dor. Armisticio  entre  Sucre  y 
Aimerich.  Dimite  el  Liberta- 
dor el  mando  ante  el  Con- 
greso. No  se  le  admite  la 
renuncia.  El  Congreso  con- 
firma el  Pacto  de  Colombia. 
Sale  electo  para  Presidente  el 
Libertador  y  para  Vicepresi- 
dente el  General  Francisco  de 
Paula  Santander. 


tector  del  país.  Conatos  de  esta- 
blecer la  República  en  Barcelona 
y  Zaragoza  de  España.  Don  Pa- 
blo Morillo  es  nombrado  Capitán 
General  de  Castilla  la  Nueva.  Mal- 
te Brun  funda  en  Francia  la  so- 
ciedad de  Geografía.  Coronación 
solemne  de  Jorge  IV  en  ^Vesf- 
minster. 


1822  Se  publica  en  Caracas  la  Cons- 
titución de  Colombia.  Disi- 
dencias entre  Páez  y  Sou- 
blette.  Derrota  de  éste  en 
Dabajuro.  Vuelve  con  refuer- 
zos y  ocupa  á  Coro.  Morales, 
Capitán  General  por  renun- 
cia de  La  Torre,  ocupa  á  Ma- 
racaibo.  Batalla  de  Bombona 
en  el  Ecuador.  Batalla  de 
Pichincha. 


El  Emperador  de  Méjico  disuelve 
ilegalmente  el  Congreso.  El  Ma- 
yor Soulanges  del  ejército  perua- 
no, con  27  hombres  de  caballería, 
derrota  y  acuchilla  una  división 
española  en  el  sitio  de  Caucalo. 
Terremoto  en  Copiapó  (Chile). 
Guerra  del  Brasil  y  Buenos  Aires 
por  la  posesión  del  Uruguay.  De- 
claración |de  independencia  de  ¡Gre- 
cia. 


1823  El  almirante  Padilla  domina 
el  lago  de  Maracaibo.  Bata- 
lla naval  en  Punta  de  Pie- 
dra. Capitulación  de  Morales. 
Asalto  de  Puerto  Cabello  por 
el  General  Páez.  Rendición 
del  Castillo.  El  segundo  Con- 
greso de  Colombia  autoriza  á 
Bolívar  para  auxiliar  al  Pe- 
rú. Llega  á  Lima  el  l.s  de 
diciembre. 


Se  declara  Imperio  el  Brasil  y  el 
Portugal  reconoce  su  independen- 
cia. Las  Cámaras  del  Brasil  son 
disueltas  ilegalmente  por  el  Empe- 
rador. El  Presidente  de  los  Esta- 
dos Unidos,  M.  Monroe  declara  no 
permitir  que,  fuera  de  España,  in- 
tervenga otra  potencia  en  la  gue- 
rra con  sus  colonias,  y  que  había 
pasado  el  tiempo  de  venir  á  colo- 
nizar en  América.  Invasión  de  los 
franceses  en  España  al  mando  del 
Duque  de  Angulema.  Muerte  de 
Jesner  inventor  de  la  vacuna  con- 
tra la  viruela. 


1824  Batalla  de  Junín.  Batalla  de 
Ayacucho.  Queda  sellada  la 
independencia  del  continen- 
te meridional.  Congreso  de 
Panamá.  Al  pie  del  Avila  idea 
Stephenson  atravesar  por  me- 
dio de  la  locomotora  la  cor- 
dillera  de   los    Andes. 


Centro  América  se'  divide  en  tres 
Estados  Soberanos  é  independien- 
tes. Iturbide,  Emperador  de  Mé- 
jico, cae  prisionero  y  muere  fu- 
silado. 


1825   Conatos    de   Reforma   en   Ve- 
nezuela.   Reclamos   franceses. 


El    Congreso    de    Buenos    Aires    de- 
clara y  decreta  que  el  derecho  que 


156 


HISTORIA    DE    VENEZUELA 


Creación  de  Bolivia.  Sucre 
envía  los  trofeos  de  la  Cam- 
paña. Los  Estados  Unidos  y 
la  Gran  Bretaña  reconocen  la 
República   de   Colombia. 


pertenece  á  todo  hombre  de  ado-' 
rur   á   Dios   es   inviolable.    Inven- 
ción   del    Ferrocarril.    Ocupan    los 
tnejicanos  el  Castillo  de  San  Juan 
de  Ulloa. 


1826  Acusación  al  General  Páez. 
Proyectos  de  disolución  de 
Colombia.  Vuelta  del  Liber- 
tador á  Venezuela.  Ideas  de 
monarquía.  El  ^teamboat,  va- 
por de  ruedas,  es  destinado  á 
la    navegación    del    río    Zulia. 


Guerra  de  Prusia  contra  Persia.  Los 
austríacos  evacúan  la  Sicilia  y  el 
reirio  de  Ñapóles.  El  Congreso  de 
Méjico  declara  abolidos  los  títulos 
de  nobleza. 


1827  Con  la  llegada  del  Liberta- 
dor cesan  en  Venezuela  los 
trastornos.  Lámar,  Presiden- 
te del  Perú.  Revueltas  en 
Bolivia.  Heroísmo  del  Coro- 
nel Broun.  Sucre  convoca  el 
Congreso   de   Bolivia. 


Desastre  de  los  Brasileros  en  la  gue- 
rra con  la  República  Argentina. 
Champolión  descubre  el  alfabeto 
geroglífico.  Batalla  de  Navarino. 
Tropas  inglesas  mandadas  por 
Clinton  sostienen  á  los  '  constitu- 
cionales en  Lisboa. 


1828  Se  reúne  la  gran  Convención 
de  Ocaña :  divídese  en  dos 
partidos  y  al  fin  se  disuelve 
sin  llenar  su  objeto.  Conju- 
ración del  25  de  septiembre. 
Ajusticiamiento  de  los  conju- 
rados. Destierro  de  Santan- 
der. Declaración  de  guerra  al 
Perú.  Hostilidades  de  Lámar. 
Facción   de  José  M.   Obando. 


El  Brasil  y  Buenos  Aires  reconocen, 
la  independencia  del  Uruguay. 
Muerte  de  D.  L.  F.  de  Moratía 
en  París.  Se  abren  de  nuevo  en 
la  Sorbona  los  cursos  de  Guizot,^ 
Cusín,  y  Villemain.  O'Conell  con- 
mueve con  sus  discursos  la  Ir- 
landa. Los  Rusos  declaran  guerra 
á  la  Puerta  Otomana. 


1829  Derrota  de  los  peruanos  en 
Tarqui.  Capitulación  de  La- 
mar.  Bolívar  en  campaña. 
Ocupa  á  Guayaquil.  Trata- 
dos de  paz  con  el  Perú.  Su- 
blevación y  muerte  de  Cór- 
dova.  Sometimiento  de  Ari- 
zábalo  en  Venezuela.  Proyec- 
tos de  monarquía.  Valencia, 
y  Caracas  desconocen  la  au- 
toridad del  Libertador,  y  pro- 
mueven la  separación  de  Co- 
lombia. 


Méjico  expulsa  gran  número  de  es- 
pañoles y  derrota  una  expedición 
de  cinco  hiil  hombres  que  envió 
España.  Nicolás,  Emperador  de 
Rusia,  se  corona  Rey  de  Polonia. 
Goethe  publica  á  los  80  años  la 
2.3  parte  del  Fausto.  O'Conell,^ 
primer  miembro  católico  del  Par- 
lamento Inglés,  pide  la  separación 
de   Irlanda  de   Inglaterra. 


1830  Bolívar  renuncia  al  mando 
ante  el  Congreso,  y  no  le 
es  admitida.  Entrevista  de  los 
comisionados  de  Venezuela  y 
Colombia.  Se  disuelven  sin 
avenirse.  Nueva  renuncia  de 
Bolívar,   que  le  fué  aceptada. 


Méjico  se  prepara  á  resistir  por  la 
fuerza  la  influencia  absorbente  de 
los  Estados  Unidos  en  Tejas.  Con- 
quista de  Argel  por  los  franceses. 
Revolución  en  Francia.  Luis  Fe- 
lipe, de  la  casa  de  Orleans,  sube 
al    trono.    Muerte    de    Jorge    IV, 


FELIPE   TEJERA 


157 


El  Congreso  notnbra  otro 
Presidente  y  decreta  una 
Constitución  republicana.  El 
Ecuador  se  separa  de  la  unión 
colombiana.  Bolívar  se  pre- 
para para  irse  al  extranjero. 
Venezuela  se  aparta  de  la 
Unión  Colombiana  y  el  Con- 
greso reunido  en  Valencia  le 
da  una  Constitución.  Expul- 
sión del  Arzobispo  de  Caracas. 
Asesinato  del  Gran  Mariscal 
de  Ayacucho.  Muerte  del  Li- 
bertador el  17  de  diciembre 
en  la  quinta  de  San  Pedro. 


Rey  de  Inglaterra.  Creación  de 
la  escuela  de  tauromaquia  en  Se- 
villa. Primer  concilio  de  los  mor- 
mones,  bajo  la  presidencia  de  José 
Smith  (E.  E.  U.  U.).  Muerte  de 
Benjamín  Constant.  Debate  zooló- 
gico entre  Cuvier  y  Geffroi  Saint 
Hilaire.  Muerte  de  Pío  VIII  en 
Roma.  Levantamiento  de  Polonia 
contra  Rusia.  Insurrección  de  Bél- 
gica y  derrota  de  las  tropas  ho- 
landesas. 


SEGUND.l  PARTE 


HISTORIA    MODERNA 


REPÚBLICA    CENTRAL 


LA  REPÚBLICA   CENTRAL   ABARCA   LAS   DOS  ÉPOCAS    QUE  SE  EXTIENDEN 

RESPECTIVAMENTE  DESDE  EL  AÑO  DE  1831    HASTA  EL  AÑO  DE  1842, 

CUANDO.  SE  INICIA  LA  FORMACIÓN  DE  LOS  PARTIDOS  POLÍTICOS 

Y  SE  TRASLADAN  Á  CARACAS  LOS  RESTOS  DEL  LIBERTADOR; 

Y  DESDE  1842  HASTA  LA  PROMULGACIÓN  DE  LA  CARTA 

FEDERAL   EL   AÑO   DE    1864 


ÉPOCA  TERCERA. 

(De  1831  á  I842) 


CAPITULO  I 

Páez.  — 1831   á    1834 

1139  Como  se  ha  visto  anteriormente,  la  muerte  del 
, Libertador  no  pudo  saberse  con  la  celeridad  que  hubiera 
sido  deseada  en  Venezuela  para  evitar  nuevos  conflictos, 
y  SUS  partidarios  habían  apelado  ya  al  último  recurso 
de  las  armas,-  apellidando  la  integridad  de  Colombia, 
y  descoinociendo  al  Gobierno  de  Venezuela  en  un  acta 
que  celebraroin  el  15  de  enero  de  1831  en  Aragua  de 
Barceloina. 

1140  Acaudillóla  el  general  Jsé  Tadeo  Monagas,  y 
bien  pronto  la  reacción  se  extendió  á  todas  las  provincias 
orientales, 

1141  El  Gobierno  por  su  parte  confió  la  dirección  de 
la  campaña  al  Ministro  de  la  Guerra,  que  lo  era  el  general 


FELIPE   TEJERA  159 


Marino;  rnas  ya  al  abrirla,  se  supo^  la  muerte  de  Bolívar  y* 
ello  bastó,  corruo  se  ha  dicho,  para  desalentar  los  ánimos  y 
desbaratar  la  comenzada  empresa.  Así  el  General  Moná- 
gas  pidió  una  entrevista  con  el  Presidente. 

1142  Autorizado  éste  por  el  Congreso,,  reunido  desde 
el  18  de  marzo,  salió  de  la  capital  el  19  de  abril,  mientras 
que  Marino  por  su  cuenta  había  estipulado  con  los  alza- 
dos organizar  en  Venezuela  una  coniederación  colombia- 
na, compuesta  de  los  Estados  orientales,  quedando  él  cor 
mo  primer  jefe,  Monagas  por  segundo. 

1143  Tan  descabellada  conducta  desaprobó  el  Con- 
greso, y  el  Presidente  se  avistó  con  Monagas  en  el  Valle 
de  la  Pascua,  dando  término  a  tan  ingratos  sucesos  el  24 
de  junio,  con  un  indulto  general  para  los  comprometi- 
dos en  dicha  exótica  ¡aventura. 

1144  Más  peligrosa  por  su  carácter  y  tendencias  fue 
la  revolución  que  entre  tanto  había  estallado  en  Caracas; 
la  noche  del  11  !de  mayo,  pues  pretendía  nada  menos  que 
al  exterminio  de  la  parte  más  alta  de  lá  sociedad  para  re- 
partirse sus  propiedades,  y  hacer  su  agosto  de  placeres  ne- 
fandos. 

1145  En  inminente  riesgo  se  vio  algunas  horas  la  ciu- 
dad desprovista  como  estaba  de  fuerza  pública;  y  ya  los. 
conjurados  qne  habían  asaltado  la  cárcel  y  puesto  en  Lbcr- 
tad  á  los  presos  daban  el  triunfo  como  hecho,  cuando 
por  fortuna  é  impensadamente  seis  hombres  valerosos  los 
embisten  y  profieren  voces  de  mando  como  si  acometiesen 
'con  nn  ejército,  y  aquéllos,  medrosos,  quizá  de  su  propio, 
crimen  sobrecogidos,  toman  la  fuga  y  se  dispersan. 

1146  De  allí  á  poeos  días,  aprisionados  casi  todos, 
fueron  sentenciados  á  muerte  y  ejecutados;  volviendo  así 
la  sociedad  del  gran  temor  y  sobresalto  en  que  tan  desca- 
radas  y  aviesas   miras  la   habían   puesto. 

1147  Por  lo  demás,  practicado  en  el  Congreso  el 
escrutinio  de  las  elecciones,  resultó  electo  Presidente 
coinstitucional  el  General  José  Antonio  Páez,  y  Vicepresi- 
detnte,  por  dos  años,  el  Doctor  Diego  Bautista  Urbaneja. 

1148  En  seguida  se  acordó  enviar  emisarios  á  la 
Nueva  Granada,  para  que  se  formase  una  convención  co- 
lombiana que  conociera  de  los  comunes  intereses.  (22  de 
abril.) 

1149  En  otro  decreto  de  25  de  mayo  se  designó  á 
Caracas  por  capital  de  lá  República,  y  cerró  sus  sesiones 
después  de  expedir  varios  otros  en  materias  de  menor  im- 
portancia. 

1150  En  cuanto  al  orden  público,  sólo  el  empecinado 
Cisneros  lo  perturbaba  todavía  en  los  vahes  del  Tuy;  pero 
movido  al  fin  á  gratitud  por  Páez,  que  había  tomado  bajo 
su  protección  y  educádole  un  hijo  suyo  psqueñuelo,  nego- 
'ció  con  él  su  sometimiento  el  22  de  noviembre;  terminan- 
do  así  el   año   31. 

1151  En  el  siguiente  reconoció'  Nueva  Granada  la  so- 


160  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

beraliía  de  yenezuelia,  y  el  Congreso  de  ésta  propuso  una 
ooiníeder ación  de  los  tres  países  qíue  habían  formlado  á 
Colombia,  proyiecto  qlue  vino  muy  pronto  á  tierra. 

1152  El  mismoi  dividió  el  territorio  en  tres  distritos 
judiciales:  de  Oriente,  Centro  y  Occidente;  y  Cumianá, 
Valen cia  y  Maracaibo,  fueron  la  .residencia  de  las  tres 
Cortes  superiores  respectivas.  (18  de  abril.) 

1153  Terminó  el  año  con  la  vuelta  del  Arzobispo 
de  Caracas  y  del  Obispo  ídle  Trícala,  que  juraron  la  Cons- 
titución; y  el  establecimientoi  de  la  Academia  de  Matemá- 
ticas, dirigida  por  el  sabio  ingeniero  venezolano  Don  Juan 
Manuel  'Cajigal,  seg^ún  el  decreto  de  13  de  octubre  de 
1830. 

1154  En  el  de  33  se  reunió  el  tercer  Congreso  ordi- 
nario (25  de  emeroi),  y  inombró'  para  Vicepresidente  al 
Doctor  Andrés  Narvarte. 

1155  Por  decretoi  de  6  de  febrero  incorpora  al  ejér- 
cito y  en  la  Imiarina,  á  los  militares  venezolanos  que  expul- 
sos de  Nueva  Granada,  erraban  en  extranjeras  playas. 
Extinguió  el  estanco  del  tiabaco  (20  de  marzo) ;  anuló  los 
diezmios  (2  de  abril),  disponiendo  el  sostenimiento  del  cul'tio 
por  el  tesoro  público ;  y  ¡ajeno  ya  á  toda  idea  de  Confede- 
ración oolombiana,  autorizó  el  Ejecutivo  para  iniciar  con 
Nueva  Granada  y  Ecuador  el  arreglo  de  la  deuda  común 
y  tratados  Ínter  nacional  es. 

1156  Con  esta  comisión  partió  á  Bogatá  el  ilustre 
Don  Santos  Michelena,  Ministro  de  ¡Hacienda,  (1)  y  termi- 
nó el  año  sin  otro^  ¡suceso  imlportante,  á  no  considerar  tal 
la  infructuosa  revuelta  promiovida  por  el  Coronel  Gabante, 
que  seta  debelada  en  el  siguiente. 

1157  Reunióse  el  cuartoi  Congreso,  y  sus  principales 
actos  fueron:  el  decreto^  de  libertad  de  cultos  (18  de  febre- 
ro de  1834) ;  el  de  libertad  de  contratos ;  la  habilitación 
de  algunos  puertos  y  régimien  de  aduanas;  y  la  declara- 
ción de  los  días  19  de  abril  y  b  de  julio,  grandes  fies- 
tas nacionales. 

1158  Notable  fue  leste  año^  por  las  luchas  elecciona- 
rias. Cuatro  eran  los  candidatos  para  Presidente,  en  el  se- 
gundo período:  el  General  Marino;  el  General  Soublette; 
el  Doctor  Diego  Bautista  Urbaneja;  y  el  Doctor  José 
María  Vargas. 

1159  Mas,  oomo'  ¡no  lograse  ninguno  la  mayoría  de 
votos,  el  Congreiso  reunido  el  20  de  enero  d'e  1835,  perfec- 
cionó la  elección,  y  iel  6  de  ¡febrero  quedó  por  tal  el  sabio 
y  venerable  Doctor  José  María  Vargas,  que  se  juramentó) 
el  9;  y  Vicepresidente  el  Doctor  Narvarte. 

1160  Por  últirdo  disolvióse  el  Congreso,  después  de 
convenir  en  las  eslipul aciones  acordadas  entre  Venezuela 
y  Nueva  Granada  sobre  arreglos  fiscales  de  Colombia;  y 


(1)  El  señor  A.  L.  Guzmán  dijo  respecto  de  don  Santos  Michelena:  "verdadero 
fundador  de  la  hacienda  y  del  crédito  (de  Venezuela),  y  de  los  inmensos  bienes  que 
de  aquí  se  deriban." — (bl  Venezolano.) 


FELIPE    TEJERA  161 


sin  admitir  La  renuncia  qiue  había  hecho  de  su  cargo  el 
nuevo  Presidente. 


CAPITULO    II 

Presidencia  del  Doctor  José  MaiTía  Vargas.  — 1835  á  1838 

1161  Descoincertados  quedaron  con  el  nombramiento 
<ie  e^te  célebre  patricio,  honra  eterna  de  Venezuela,  no 
pocos  militares,  lastimados  acaso  de  que  por  primera  vez 
rigiese  á  la  República  un  raagistrado  que  no  terciaba  la 
espada,  mías  ceñía  á  sus  venerables  sienes  la  diadema 
preciosa  de  las  ciencias.  (2) 

1162  Del  descointento  pasaron  á  la  rebelión  armada, 
y  así  en  efecto  proclamiaron  la  federación  en  Maracaibo  y 
por  jefe  a  Mariño^  (7  de  junio) ;  por  fortuna  fueron  al 
punto  debelados,  no  pudiendo  ¡decirse  lo  mismo  de  los  de 


J.  M.  Varg-es 

Caracas,  ^d onde,  revuelta  la  'escasa  guarnición  que  había, 
dieron  por  tierra  con  las  ¡autoridades  (8  de  julio  de  1835) 
coimjo  cabeza,  Miariño  primero,  y  el  segundo  aquel  Pedro 
Carujo,  insigne  entre  los  conspiradores.. 

1163  Con  todo,  ¡aprovechando  un  m'omento  en  tan 
ardua  coyuntura,  había  logrado  Vargas  reunir  su  Consejo 
y  nombrar  General  en  Jefe  de  las  fuerzas  á  Páez,  que  se 
hallaba  entonces  en  el  hato  de  San  Pablo. 


(2)  "Páez,  dice  don  A.  L.  Guzmán,  quería  que  le  sucediese  el  general  Soublet- 
te,  y  los  Ministros  queríamos  que  fuera  el  señor  Urbaneja,..  Y  el  pueblo  de  Vene- 
zuela, teniéndose  por  soberano,  como  lo  era,  por  una  gran  mayoría  elevó  á  la  Pre- 
sidencia al  ilustre  Vargas."    (Luis  Ruiz — Historia  Patria.) 

12 


162  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


1164  Nombramiento  este  que,  á  ser  aceptado,  iba  á 
berir  de  muerte  la  revolucicín,  pues  Quieren  decir  que  Páez 
■embozadamente' la  prohijaba,;  y  no  era  lo  de  m'e:.03  arreba- 
tarle por  aquel  medio  el  inÜujo  del  astuto  Jefe  limero. 

1165  Cuéntase  qu3  ei  el  acto,  ce  a  ris'cnar  los  co  ju  a- 
dos  al  legítimo  Gobierno,  CaruJD,  encarándose  al  Presi- 
dente, le  dijo:  nDoctor  Vargas:  el  mando  es  de  loi  va- 
lietitesh  Y  aquel  sabio  varen  respondió  con  ja  serenidad 
majestuosa  de  una  gran  conciencia:  nEl  mundo  es  del 
hombre  jastoh)  Sublimjes  é  immortaks  palíbrcs  que  en- 
vidiarían en  sus  labios  los  semr.dioses  de  la  aitigüedad. 
■  1166  Estas  dos  opuestas  máximas  por  sí  sol:s  c^r'c- 
terizan  no  sólo  aquellas  dos  personalidades,  sino  tám;- 
bién  la  época.  La  una  era  el  dogma  de  todas  las  revolucio- 
nes arrnadas:  la  fuerza;  la  otra,  la  ley  inex:orable  de 
la  legalidad,  el  evangelio  de  los  corazones  nobles  y  gene- 
rosos:  la  virtud Vargas,  el  orden;  Garujo,  la  asechan- 
za.  ¡  Qué  lucha ! 

11167  En  esta  horrible  lucha  triunfó  Garu'o;  pero 
su  triunfo  debía  ser  efímero,  momentáneo,  como  lo  serán 
siemjpre  los  del  error  y  la  perfidia. 

1168  Una  vez  asaltado  el  poder,  los  conjurados  des- 
terraron al  Gobierno  legítimo;  y  mientras  Varg  s'o 'reso» 
el  corazón,  aunque  esperanzado  en  la  ceitera  dei  proxi- 
rno  veredicto  nacional,  pisaba  playa  extranje  "a,  la  revolu- 
ción, que  se  hacía  soi  pretexto  de  ciertas  refo''mas,  ex- 
tendía bajo  este  lema  isu  pernicioso  contagio  á  otras 
provincias.  ' 


CAPITULO   III 

(Continuación) 


1169  Imlpensadamente  ^para  Páez  Pegaron  los  emi- 
sarios del  Gobierno  con  ¡el  nombramiento  referido.  Lar- 
gas horas  de  duda  acaloraron  su  mente;  pero,  vuelto  el 
ánimo  al  sendero  del  deber,  resolvió  admilir  el  encargo^ 
y  voló  al  punto,  con  los  pocos  peones  que  pulo  sacar  de 
su   hato,    en  socorro  del    Gobierno. 

1170  Sin  que  nadie  fuese  osado  á  oponérsele,  l'ega 
el  23  del  mismo  julio  á  Valencia :  sigue,  y  el  28  entrando 
á  Caracas,  que  había  sido  abandónala  ya  por  los  refor- 
mistas, convoca  al  Consejo  de  Gobierno. 

1171  Por  su  parte  aquellos  habían  seguido  con  Ga- 
rujo por  el  Oriente,  donde  el  General  José  Taleo  Mo.'^a- 
gas,  despreciando  el  mando  legitimo  de  aquellas  provin- 
cias conque  le  convidaba  Páez,  acaudilló  lá  revuelta 
volviendo  siempre  por  la  ya  casi  olvidada  integridad  de 
Colombia.  ' 

1172  A  dicha,  todo  termiinó  ial  fin,  en  esta  parte  de 


FELIPE    TEJERA  U\^ 


la   República,    con   el  decreto   dictado  por   Páez   el   3   de 
¡noviembre  en  el  Pirital,  Que  indultaba  á  los  trristornadores. 

1173  De  allí  volvió  Páez  y  puso  sitio  á  Puerto  Ca- 
bello, fuerte  asilo  de  los  reformistas,  logrando  someter- 
los en  febrero  de  1836,  con  lo  que  dio  punto  la  revolu- 
ción. Durante  el  asedio  de  la  plaza  fué  mortalmente  herido 
Garujo. 

1174  Por  lo  denlas,  Vargas,  que  había  vuelto  des- 
de el  20  de  agosto  del  año  anterior,  hizo  nueva  y  formal 
renuncia  de  la  Presidencia,  y  le  fué  aceptada  por  el 
Congreso  (24  de  abril  de  1836).  Le  sustituyó  el  Vice- 
presidente. 

1175  Los  principales  actos  de  este  Congreso  fueron: 
el  señalamiento  de  nn  nuevo  escudo  de  armas  (13  de 
abril);  la  aprobación  del  tratado  de  amistad,  comercio 
y  navegación,  con  los  Estados  Unidos  de  la  América 
del  Norte;  reforma  del  decreto  de  elecciones  de  1834; 
sanción  de  un  código  de  procedimiento,  elaborado  por  el 
Licenciado  Francisco  Aranda;  y  la  concesión  d:l  título 
de  Esclarecido  Ciudadano  con  que  premiió  á  Páez. 

1176  Concluyó  el  de  36  con  el  sometim'ento  del 
Coronel  Farfán  que  merodeaba  en  Apure,  y  el  destierro 
del  Arzobispo  de  Caracas  Doctor  Ignacio  Méndez,  por 
negarse  á  obedecer  la  ley  de  patronato  vigente. 

1177  Más  azaroso  corrió  el  de  37.  Habiendo  ce- 
sado en  sus  funciones  de  Vicepresidente  el  Doc.or  Nar- 
varte,  fué  nombrado  para  sustituirio  el  General  Souolet  e; 
y  mñentras  llegaba  éste  de  España,  donde  con  encargo 
diplomático  trataba  sobre  el  reconocimiento  de  Ve^.ezuela, 
presidió  el  Ejecutivo ,  el  General  José  María  Carreño, 
Vicepresidente  del  Consejo  de  Gobierno.  Ei  23  de  fe- 
brero del  mismo  año  se  declararon  extingui  los  los  con- 
ventos de  hombres,  y  por  decreto  de  10  de  marzo  se 
autorizó  á  los  Colegios  nacionales  para  conceder  grados 
de  Bachiller  en  filosofía. 

1178  Vuelto  Soublette  sin  fruto  alguno  de  su  en- 
cargo, rigió  la  Presidencia  (11  de  mayo),  debelada  ya  la 
facción  que  había  alzado  de  nuevo  en  Apure,  Farfán; 
mientras  que  los  reformistas  hacían  esfuerzos,  desde 
las  vecinas  Antillas,  por  envolver  en  mayores  trastor- 
nos el   país.  .   ' 

1179  Y  fué  que  Páez,  dio  á  aquel  tenaz  guerrillero 
batalla  en  el  sitio  de  Payara,  donde  le  derrotó  por  com- 
pleto, siendo:  ésta  una  de  sus  más  notables  hazañas 
militares,  pues  con  sólO'  100  hombres  de  caballería,  rom- 
pió los  1.000  de  Farfán  (26  de  abril). 

1180  Cuéntase  que,  al  dar  el  faccioso  la  voz  de 
¡carga!  uina  bala  rompió  la  charnela  de  su  caballería, 
la  cual,  'encabritándose,  revolvió  por  la  llanura  á  todo  es- 
cape, cual  si  huyese;  lO'  que,  visto  por  los  suyos  á  quienes 
ya  Páez  cargaba,  se  desbandaron,  dejando  el  campo 
cubierto  de  cadáveres. 


164 HISTORIA   DE   VENEZUELA 

capitulo' IV 

^  -f  Segunda   Presidencia  de  Páez.— 1839   á    1842 


1181  Termilniado  el  añoi  de  38  sin  otro  suceso  no- 
table, el  períoldo  de  Vargas,  las  eleccioinies  trajeron  se- 
g-uinda    vez    al    poder   ¡al    Ciudadano   Esclarecido.    (1) 

1182  Sus  Secretarios  fueroln:  de  lo'  Interior  y  Justi- 
cia 'el  Doctor  Diego  Bautista  UrbaWeja;  de  Guerra  y 
Miariina  el  General  Rafael  XJrdainetá;  de  Hacienda  y 
Relaciiolnes  Exteriores,  interino,  el  coromel  Guillermioi 
Smith. 

1183  A  la  sombra  de  la  paz  y  protegido,  de  sus 
ilnstituciioneis  florecía  el  país,  prosperaban  las  artes,  el 
coimiercio,  la  agricultura,  etc.,  de  suerte,  qiue  Venezuela, 
sin  embargo  de  'la  escasa  iniciativa  progresiva  de  sus 
Gobiernos,  lera  feliz  len  loi  interioir  y  tenida  en  lo  exterior 
coimo  la  primjera  die  las    Repúblicas  hispaino-americanas. 

1184  Och(Ocie|nt|0!S  ¡hoimbres  para  la  custodia  de  par- 
Iqlujes  inacioinales,  ooinstituían  la  fuerza  armada,  y  con 
todo,  lel  ordein  y  la  pública  tranC[juilidad  eran  inalterables. 

1185  Fué  'dntonces  cüandoi  se  construyó  la  carretera 
de  Caracas  á  Lia  Guaira,  primier  obra  de  su  género,  que 
se  hiciera  en  el  país,  bajo,  la  dirección  del  ingeniero^  Juan 
José  Aguerrevere;  se  comenzó  la  de  Puerto  Cabello  á 
Valencia,  dirigida  por  el  ingeniero  polaco  Alberto  Lu- 
towski,  y  llegó  á  La  Guaira  el  F lamer,  primjer  paq'uete 
de  vapor  que  abrió  el  tráfico  entre  Europa  y  la  Amé- 
rica  Meridional. 

1186  El  Congreso  legisló  amípliando  la  libertad  de 
la  prensa  (27  de  abril),  y  .calificó  sus  abusos.  Al  mismo 
tiemipo  el  señor  Antonio  Leocadio  Guzmán,  «vigoroso 
escritor,  el  primero  qlue  siupo  dar  al  periodismo,  entre 
nosotros,  estro  de  apostolado,  sabor  y  corte  literarios», 
(2)  ifundó  El  Venezolano,  periódico  que  obtuvo  grande 
boga  é  hizo  mny  viva  oposición  al  Gobierno.^  Datan  del 
fin  de  esta  época  dos  partidos,  llamados:  Oligarca  uno, 
Liberal  el  otro. 

1187  Practicada  en  Bogotá  la  división  de  la  deuda 
colombiana,  tocó  á  Veniezuela  reconocer  como  propia 
la  cantidad  de  siete  millones  doscientos  diez  y  siete 
mil  novecientos  quince  pesos  y  doce  centavos. 

1188  El  año  de  40  se  cedió  á  la  Facultad  Médica  de 


(1)  Célebres  personajes  contemporáneos  honraron  por  vario  modo  las  virtudes 
heroicas,  políticas  y  civiles  del  General  Páez,  entre  los  cuales  figuran:  Guillermo  IV 
de  Inglaterra,  el  Rey  Luis  Felipe  de  Francia,  Bernardote,  de  Suecia,  el  Duque  de 
Welington,  los  Lores  Aberdeen,  Palmerston  y  Clarendon,  los  Condes  de  Ragneval 
y  Mole,  el  Duque  de  Descazes,  Mr.  Guizot,  Toreno  y  Martínez  de  la  Rosa. 

(2)  Discurso  pronunciado  por  el  Ledo.  J.  M.  Morales  Marcano  en  la  Academia 
de  Literatura  venezolana,  en  1872. 


FELIPE    TEJERA  165 


Caracas  el  edificio  del  exting-uido  convento  de  las  Mer- 
cedes; se  fundó  len  la  capital  un  coleg"io  nacional  dje 
niñas;  y  se  trajo  á  los  Valles  de  Aragua  una  emigra- 
ción de  alemianes  que  se  llamó  Colonia  Tovar. 

1189  En  tel  de  41  decretó  el  Congreso^  el  estableci- 
miiento  de  un  Banco  nacional,  con  dos  millones  y  medio 
d'e  capital ;  firmáronse  tratados  de  amistad  con  Sueciá ; 
y  se  'decretaron  tres  Penitenciarías,  en  Caracas,  Cumana 
y   Maturín,  las   cuales  mo  tuvieron  nunca  efecto'. 

1190  El  Ejecutivo  fué  .autorizado  para  promover  la 
civilización  de  los  indígenas,  santa  y  m,agníficá  tarea 
qiue  ha  sido  luego  olvidadla  por  nuestros  Gobiernos ;  y 
se  dio  á  luz  pública  la  Geografía  y  la  Historia  de  Vene- 
zuela, escritas  respectivamiente  por  el  ingeniero  Agustín 
Godazzi,   y   Rafael    María   Bárált   y  Ramón   Díaz. 

.1191  Un  incidente  notable  llamó  este  año  la  aten- 
ción pública:  Don  Santos  Michelena,  Vicepresidente,  ejer- 
cía por  .ausencia  de  Páez  l:i  primiera  magistratura  y  con- 
denado al  último  suplicio  por  los  tribunales  un  reo,. anti- 
guo enemiigo  personal  de  aquel,  usó  Michelena  del  de- 
recho conmiutatorio  que  le  acordaba  la  Ley.  Tan  reco- 
mlendable  como  liberal  medida  fué  tachada,  con  ex- 
trañeza  de  los  mlás,  de  escandalosa,  perjudicial,  in- 
justa é  impolítica,  por  el  Doctor  Ángel  Quintero,  Se- 
cretario de  los  despachos  diel_  Interior  y  Justicia.  Mi- 
chelena, empero,  sabía  como  Cicerón,  q'ue  quitar  la  vida, 
es  propio  de  animales  feroces;  mientras  que  otorgarla  es 
atributo  de. la  Divinidad  y  de  los  hombres  superiores.» 

1192  En  el  de  42,  qlue_  concluyó  este  período,  decre- 
tó el  Congreso  (30  de  abril)  honores  públicos  á  la  me- 
moria del  Libertador,  y  la  traslación  de  sus  restos  á 
Caracas.  Así,  justo  es  decirlo,  reparaba  Venezuela  su 
pasada  ingratitud  para  con  aquel  hijo  esclarecido,  pro- 
digio de  su  tiempo  y  timbre  excelso  del  linaje  humano. 

1193  En  el  propio  seno  de  la  paz,  miuertas  ya  las 
vulgares  pasiones,  acallada  la  vocería  de  los  odios  é 
iniciada  la  formiación  de  los  partidos  políticos,  la  memoria 
del  Libertador  visitaba  la  míente  de  todos  con  el  inmenso 
y  misterioso  prestigio  de  la  tumba.  Contraste  singular; 
conforme  nos  acercamos  á  los  Andes  nos  parecen  más 
altos  y  soberbios ;  sucede  lo  contrario  con .  los  grandes 
hombres,  que  ise  confunden  con  los  dioses  á  proporción 
que  el  tiernpo  nos  Isepara  de  ellos.  No  parece  sino  que  lo 
Presente  mira  á  lo  Paislado  por  un  vidrio  d'e  aumento. 


CAPITULO    V 

Sattda    de    los   restos    del   Libertador.— Noviembre    de    1842 

1194     Era    á   la   sazón   Presidente    de  la    Nueva    Gra- 
nada el  señor  Pedro  A.   Herrán.  Los  buques  venezolanos 


1^'6  HISTORIA    DE    VENEZUE,  A 


Constitución  y  Caracas,  el  bergantín  Albastros  de  S, 
M.  B.,  la  Venus,  'bergaint-n  do  guerra  holandés,  y  la 
fragata  de  guerra  francesa  Circe,  q'ue  conducía  á  los  seno- 
res  Dr.  José  María  Vargas,  General  José  Máríá  Carreño 
y  Mariano  Uztáriz,  comisionados  de  Venezuela  para  re- 
cibir los  restos  del  Libertador,  dieron  fondo  el  16  de 
noviembre  en  el  puerto  de   Santa  Marta. 

1195  Famosa  y  muy  significativa  muestra  de  cor- 
tesía y  distinción  para  la  América  toda:  aquellos  bu- 
ques extranjeros  hab'an  sido  enviados  por  sus  respectivos 
Gobiernos  para  convoyar  los  restos  del  Libertador  hasta 
La    Guaira. 

1196  En  tierra  los  comíisionados,  fueron  hospedados 
con  distinguidas  señales  de  afecto  en  caáa  del  señor  Don 
Joaquín  de  Mier,  el  mismo  resoetable  sugeto  que  dio 
sincera  hospitalidad  a^  Padre  de  la  Patria,  cuando  caído 
de  la  eminencia  de  su  fortuna,  no  podía  esperar  de  él 
sino  la  última  lágrima  de  nna  amistad  verdadera  derra- 
tnada  en  presencia  de  la  tumba. 

1197  El  cadáver  de  Bolívar  había  sido  sepultado 
en  la  iglesia  Catedral,  en  la  bóbeda  de  la  familia  Díaz 
Granados;  más  como  si  la  naturaleza  quisiese  recordar 
á  los  hombres  que  aquel  frágil  monumento  no  correspon- 
día á  la  grandeza  del  que  encerraba,  un  terremoto  le 
destruyó  por  compileto  el  año  de  1834. 

1198  El  día  20  en  presencia  del  General  Joaquín 
Gutiérrez  Posada,  Gobernador  de  Santa  Marta,  presi- 
dente de  la  comisión  granadina  para  la  entrega  de  los 
restos;  el  Tilmo.  Obispo  de  la  diócesis;  el  señor  Joaquín 
Mier;  los  de  la  comisión  de  Venezuela;  los  capitanes  de 
los  buques  de  guerra  extranjeros,  que  ocupaban  el  ala 
derecha  del  templo;  y  el  L  Concejo  Municipal,  el  Cón- 
sul de  los  Estados  Unidos;  los  Vicecónsules  de  Francia  y 
de  la  Gran  Bretaña,  que  ocupaban  la  izquierda;  y  gran 
tnúmjero  de  espectadores  de  todas  condiciones,  se  dió 
principio   á  la  imponente   ceremonia. 

1199  El    silencio    era    profundo....    la    tapa   sepulcral 

se    alzó Extraordinaria    y    suprema    emoción    la    del 

momento!    Aquello    tenía   algo   de   una  resurrección   glo- 
riosa    Cualquiera  hubiera  creído  oír  la  formidable  voz 

del  Ángel  del  Sepulcro  que  decía  á  los  presentes:  el  que 
buscáis  no  está  aquí  ya. 

1200  Apareció  por  último  el  esqueleto,  como  el  ha- 
rapo mis'erable  que  deja  el  hombre  al  penetrar  por  la 
puerta  triunfal  de  la  turaba  en  el  templo  de  la  inmortali- 
dad. Reconocióle  el  médico  A.  P.  Révérénd,  y  los  circuns- 
tantes se  apresuraron  á  recoger  de  la  roída  urna  fune- 
raria pequeños  trozos,  en  reliquia  veneranda  del  Liber- 
tador de  nn  mundo. 

1201  Levantada  el  acta  de  exhumación,  depositadosi 
los  restos  en  la  'urna  que  les  consagraba  lá  Nueva  Gra- 
nada,   puesta    luego    sobre    digno    catafalco,    celebráronse 


FELIPE   TEJERA  167 


exequias   el    21,   oficia'ndo   el    Obispo:   y   terminadas    qu3 
fueron  se  trasladó  la  urna  á  la  Constitución. 

1202  Ya  é'n  la  playa,  en  medio  de  solemne  s'lencio, 
el  señor  General  Posada,  pronunció  un  sentido  discurso 
de    despedida,    concluyendo    con   estas    elocuentes   frases : 

1203  «Tomad,  señores,  el  precioso  tesoro  que  buscá'S ; 
llevadlo'  á  esa  tierra  privilegiada  por  el  acaso;  y  sabed, 
y  sena  ella,  q'ue  sólo  el  respeto  que  el  Gobierno  y  el 
pueblo  granadino  tienen  á  la  última  voluntad  del  Héroe, 
es  la  única  fuerza  capaz  de  hacer  á  la  Nueva  Granada 
resignarse  al  sacrificio. 

1204  «Y  vosotras,  cenizas  ilustres,  que  habéis  repo- 
sado en  paz  por  Imás  de  ^una  década  en  este  suelo  que  no 
qfuisisteis  que  os  sirviera  de  asilo  eterno,  admitid  los 
votos  que  los  granadinos  todos  elevan  al  Cielo  por  vuestro 
descanso    perdurable». 

1205  Corrían  las  silenciosas  lágrimas  de  los  esDecta- 
dores.  Nueva  Graznada  lloraba  la  ausencia  de  áqnel  ve- 
nerando tesoro;  pero,  si  no  posee  los  restos,  guarda  á  lo 
róenos  en  preciado  cofre  el  corazón  de  su  Liberta -lor,  y 
la  Quinta  de  San  Pedro  donde  exhaló  el  último  al'ento. 

Í206  «Concluidos  los  honores,  puestos  á  bordo  los 
restos,  y  despedida  la  comisión,  el  convoy  se  hizo;  á  la 
vela   el    23   de  tioviembre.    (Toro). 


CAPITULO   VI 

Entrada  de   los  restos   del   Libertador  á   Caracas— 1842 


1207  Entre  tanto,  grande  pompa  y  aparato,  cual  no 
recuerdan  habeT  visto  semie jante  nuestros  padres,  des- 
plegaba la  ciudad  de  Caracas  para  recibir  en  su  seno  de 
mjadre   las  ilustres  reliquias  del  Libertador. 

1208  El  Gobierno  había  hecho  de  antemiano  cuanto 
estuvo  á  isu  alcance  para  dar  mayor  realce  é  importancia 
á  este  lacto,  por  tantos  títulos  memorable  y  patético  en 
los  anales  patrios. 

1209  Así  las  calles  de  la  carrera,  que  se  dilataba 
desde  la  capilla  de  la  Santísima  Trinidad  (1)  hasta 
San  Francisco,  luiosamente  decoradas,  semejaban  el  in- 
terior imonumental  de  grandioso  templo  que  ostentaba 
á  los  atónitos  mortales   su  gran  magnificencia. 

1210  Los  adornados  temnletes  de  las  bocas-calles;  lá 
profusi'óin  de  festones  qtie  cubrían  las  fachadas  de  las  ca- 
sas; las  columnas  salomónicas  que  á  trechos  se  alzaban 
como  otros  tantos  obeliscos ;  las  suntuosas  trínodes  que, 
en  cristalinas  urnas,  suaves  ondas  de  perfumados  aromas 
exhalabain;    las    elevadas    y    agudas    astas    que    flamea- 


(1)    Hoy  Panteón  Nacional. 


168  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

ban  como  las  ,ala:s  del  cuervo  sus  negros  guiones  de  tercio- 
pelo; las  flores  tan  lamiigas  de  la  cuna  como  del  sepulcro; 
y  cuantos  adornos  alegóricos  inventara  la  más  rica  fan- 
tasía, era  grande  parte  para  suspender  la  admiración  de 
propiios  y  de  extraños,  que  Inunca  tan  majestuosa  pompa 
en   nuestra  patria   imaginaron. 

1211  El  templo  de  San  Francisco  estaba  ornamen- 
tado á  maravilla :  allí  todo  era  grave,  solemne,  arro- 
bador. ¿  Cuándo  no  fué  tal  el  aparato  de  lá  muerte  en  la 
Iglesia  Católica?  '  '  > 

1212  Levantábase  en  el  fondo  un  soberbio  catafalco 
con  todo  el  religioso  horror  que  tienen  en  sí  los  mlisterios' 
de  la  tumba;  y  desidle  luego,  en  torno,  parecían  vagar  las 
extraordinarias  visiones  de  los  tiempos  pasados.  Rem_átabá 
su  cúpula  con  una  gran  cruz  escarchada,  bien  así  como 
suele  en  medio  de  la  noche  culminar  la-  luna  sobre  la  ne- 
gra Silla  de  Caracas. 

1213  En  la  base  se  veían  por  único  trofeo  las  anti- 
guas bainderas  de  Pizarro>;  y  al  pie  también  diel  túmulo, 
las  cinco  Repúblicas  qne  libertara  aquel  genio  portentoso, 
como  indianas  y  llorosas  musas,  copiosa  fuente  de  lágri- 
mas Isobre  la  fría  tierra  derramaban. 

1214  Al  frente  del  túmiulo,  sobre  sencillo  pero  digno 
altar,  se  :alzaba  un  hermloso  crucifijo  de  plata.  Símbolo  de 
muestra  Redención,  así  brilla  siempre  como  el  faro  de  la 
eternidad  sobre  las  negras  riberas  de  la  muerte. 

1215  Y  se  corolnaba  la  severidad  de  tan  sombrío  apa- 
rato con  la  lespada  del  Libertador,  tendida  ál  pie  del  túmu- 
lo, la  cual  parecía  cobájadá  por  las  gloriosas  alas  del 
ángel  de  Colo'mbáa. 

1216  Eso  fueron,  en  breves  palabras,  cuales  cumplen 
á  nuestra  obra,  los  preparativos  de  la  ciudad  de  Caracas, 
cuando  se  tuvo  nueva  de  haber  surgido  en  La  Guaira  los 
restos,   el  13  de  diciembre. 


CAPITULO  VII 

(Continuación) 

1217  Practicadas  en  este  puerto  las  ceremonias  que 
habían  sido  dispuestas,  y  traídos  los  restos  á  Caracas, 
fueron  depositados  el  16  en  la  Iglesia  de  la  Trmidad. 

1218  Rayó  el  alba  del  17,  saludada  por  el  cañón 
qiue,  envuelto  en  su  inpenetrable  nube  de  humo,  simbo- 
lizaba con  su  estamipido  el  funeral  lamento  de  la  patria. 
Y  á  intervalos  resonaba  de  nuevo,  y  se  perdía  de  uno  en 
otro  eco  cada  vez  Más  sombrío  y  terrible,  trayendo  á  la 
imaginación  la  voz  dulce  y  melancólica  de  las  Repúblicas 
herm^ainas  que,  acaso  desde  los  Andes,  volvían  los  llorosos 


FELIPE   TEJERA  16*^' 


ojos  á  esta  mueva  Belén,  donde  había  nacido  tan  pequeño 
y  volvía  ooin  toda  la  grandeza  de  lá  inmortalidad  su  Re- 
dentor político. 

1219  Puesta  la  miagínífica  urna  sobre  el  famoso  carro, 
abrió  la  miarcha  á  las  10  á.  m.  lun  trozo  de  ca'ballería,  al 
cual  seguía  un  regimiento  de  artillería. 

1220  El  caballo  de  batalla  continuaba  envuelto  en  un 
velo  de  gasa  sembrado  de  estrellas  de  oro.  Después,  por 
su  orde'n:  el  Comiandante  General  Rafael  Urdanetá  y  el 
Estado  Mayor;  la  milicia  inacional;  el  colegio  Seminario; 
los  colegios  particulares;  el  Rvdo.  Arzobispo  y  el  clero 

1221  Vietnía  en  seguida  el  carro,  que  tiraban  más  de 
cieln  ciudadanos,  y  á  sus  lados  la  Guardia,  q'ue  ál  sordo 
oomipás  de  los  tambores,  marchaba  con  las  armas  á  lá 
funerala. 

1222  Proseguíaln  el  Presidente  y  Vicepresidente  de- 
la  República;  los  Secretarios  del  Despacho,  y  los  Conse- 
jeros de  Estadoi;  los  Senadores  y  Representantes;  las 
Cortes  de  justicia;  el  Gobernador  y  el  Concejo  Municipal ; 
el  cuerpo  Diplomático ;  la  Dirección  de  Estudios ;  la  Uni- 
versidad; la  Eacultad  Médica;  lá  Academia  de  Matemiá- 
ticas. 

1223  Y  después  de  mlultitud  de  ciudadanos,  todos  de 
riguroso  luto,  cerraban  la  marcha  la  infantería  veterana 
y  la  cabiallería. 

1224  Por  otra  parte,  la  concurrencia  de  espectadores 
qiue  llenaba  las  calles  y  plazas,  que  subía  á  los  tejados  y 
se  desgajaba  de  los  vecinos  cerros,  daban  á  la  escena  el 
más  extraordinario  aparato  de  grandeza.  Parecía  que  no 
una  ciudad,  ni  una  nación,  sino  que  á  presenciar  aquella 
gloriosa  apoteosis  había  ocurrido   el  género  humano. 

1225  Pasó  pues,  la  proeesión,  por  debajo  del  grande 
arco  triunfal  (1)  qiue  se  levantaba  después  del  puente  de  la 
Trinidad  sobre  el  fondo  del  Avila;  mientras  del  seno  de 
aquella  atónita  miuchedumbre  salía  un  rumor  prodigioso 
bomo  el  unísono  estruendo  de  todas  las  ondas  del  océano. 

1226  Y  acontecía  ocultarse  el  carro  en  el  denso  humo 
de  los  que'mados  aromlas,  y  perderse  á  la  vista  mucha  par- 
te de  la  esceina,  haciendo'  recordar  aqiuellás  inmensas  nu- 
bes conque  solía  cubrir  Horriero  las  mag-nificencias  del 
Olim^po,  ó  como  del  dotnjoi  del  Chimborazo  encapotado  por 
las   temipestades. 

1227  Contraste  singular!  En  medio  de  aq'uel  camoo 
de  vida,  ilumjinado'  con  el  resplandor  de  todas  las  glorias 
hum.lanas,  avanzaba  con  feu  terrible  majestad,  con  toda 
su  pompa  tétrica,  el  carro  de  la  muerte :  sus  fúnebres  fal- 
dones tenían  algo^  de  sombrío  y  portentoso  como  las  ne- 
gras alas  de  la  eternidad  que,  siempre  impenetrables,  cu- 
bren los  sagrados  misterios  del  sepulcro ;  y  traía  no^  sé  por 


T — \ — r— j 
(1)    Construido  en  París  bajo  la  dirección  del  ingeniero  Agustín  Codazzi. 


170 


HISTORIA   DE   VENEZUELA 


<;iié  á  la  miente,  aquella  gloriosa  columna  de  humo  que 
guiaba  á  los  israelitas  en  el  desierto. 

1228  A  la  una  llegó  la  procesión  á  San  Francisco,  y 
dio  principio  al  augusto;  sacrificio  el  Reverendo  Ariobig- 
po  vestido  de  Pontifical. 

1229  Entonces  llegó  la  escena  á  su  apogeo  de  gran- 
deza :  las  terribles  armonías  de  Mozart  llenron  de  solemne 
rumior  las  bóvedas  del  templo,  mientras  que  á  intervalos  pe 
oían  dobles  de  campanas  que  como  lenguas  de  bronce 
salían  de  las  sombrías  torres  y  herían  los  corazones  con- 
movidos, semejando  la  voz  de  los  tiempos  pasados,  ó  un 
eco  melancólico  de  arpas  tañidas  en  la  fúnebre  salmodia 
de  los  muertos. 

1230  TermrJnados  los  oficios,  el  orador  sagrado  su- 
bió á  la  santa  cátedra  y  con  celebrada  elocuencia  hizo  si 
panegírico  del  Libertador,  recordando  á  cada  paso  de  su 
discurso   gloriosos   nombres   y   fechas    memorables. 

1231  Y  acabadas  las  ceremonias  del  templo,  el  Poder 
Ejecutivo  con  todo  el  acompañamiento  siguió  al  Palacio 
de  Gobierno,  donde  breve  rato  después,  se  despidió  la 
ooncurrencia. 

1232  El  23  fueron  trasladados  los  restos  á  la  Cate- 
dral con  la  mdsma  solernjnidad,  y  allí,  en  lá  capilla  de  lá 
Santísima  Trinidad,  destinada  ál  efecto,  fueron  consagra- 
dos al  reposo  eterno,  en  el  propio  seno  de  la  tierra  que  le 
vio  nacer.  (1) 

1233  Sobre  ella  se  levantó,  á  vuelta  de  algunos  años, 
el  digno  cuanto  honroso  monumento  que  la  gratitud  de  la 
patria  ha  eregido  á  la  memoria  del  mejor  y  más  grande 
de  sus  hijos,  y  que  fue  ejecutado  en  Roma  por  el  distin- 
guido artista  Tenerari.^  Aquí  damos  remate  á  la  Época 
Tercera   de  nuestra   Historia   Moderna. 


(1)    Reposan  hoy  en  el  Panteón  Nacional. 


RESUMEN  CRONOLÓGICO 


DE  LA 


ÉPOCA    TERCERA 


SINCRONISMOS 


1831  El  General  José  Tadeo  Mo- 
aagas  proclama  la  integridad 
de  Colombia,  mas  sabida  la 
muerte  del  Libertador,  se  avis- 
ta con  Páez  en  el  Valle  de  la 
Pascua,  y  se  somete  al  Go- 
bierno; entretanto'  se  debela 
en  Caracas  la  conjuración  del 
11  de  mayo.  Páez  es  electo 
Presidente  constitucional.  Se 
envían  emisarios  á  Nueva  Gra- 
nada. Desígnase  á  Caracas 
capital  de  la  República.  So- 
metimiento  de  Cisneros. 


Los  europeos  hacen  excursiones  en 
Abisinia.  Leopoldo  de  Coburgo  es 
saludado  Rey  de  Bélgica.  Fran- 
cia reconoce  la  República  de  Bo- 
livia.  Queda  abolida  en  el  Bra- 
sil la  trata  de  negros.  Víctor  Hugo 
publica  Nuestra  Señora  de  Pañs. 
Polonia  cae  otra  vez  bajo  el  po- 
der de  los  Rusos.  Don  José  To- 
rrijos  da  el  grito  de  libertad  en 
España   y   á   poco    es    fusilado. 


1832  Reconoce  Nueva  Granada  la 
soberanía  de  Venezuela.  Vuel- 
ta del  Arzobispo  de  Caracas  y 
del  Obispo  de  Trícala.  Se  es- 
tablece la  Academia  de  Mate- 
máticas 


Sube  al  Pontificado  Gregorio  XVL 
El  General  Santa  Ana,  de  Mé- 
jico, es  derrotado  por  el  General 
Houstón.  Muerte  de  Goethe.  Muer- 
te del  Duque  de  Reinstadt,  hijo 
de  Napoleón  I,  en  Austria.  Pro- 
yecto de  asesinato  contra  Luis  Fe- 
lipe. Canal  de  Gotta  que  une  el 
■mar  Báltico  al  mar  del  Norte. 


1833   Extinción    del    estanco    de    ta- 
baco.   Abolición    de    diezmos. 


La  Regente  María  Cristina  ocupa 
el  trono  de  España  por  muerte 
del  Rey  Fernando  VIL 


172 


iíISTORIA    DE    VENEZUELA 


1834  Se  decreta  la  libertad  de  cul- 
tos. Los  días  19  de  abril  y 
5  de  julio  son  declarados 
grandes  fiestas  nacionales. 


Celebridad  en  España  de  D.  M.  J. 
de  Larra.  Muerte  del  General  La- 
fayette. 


183  5  Elección  del  Dr.  José  María 
Vargas  Presidente  constitu- 
cional. Revolución  de  las  Re- 
formas. 


Gran  terremoto  en  Chile.  Aplica- 
ción de  la  ley  de  Linch  en  los 
EE,  UU.  Aparición  del  cometa 
llamado   dé    Halley. 


1836  Renuncia  Vargas  la  Presiden- 
cia. Se  decreta  un  nuevo  es- 
cudo de  armas.  Sornetimien- 
to  de  Farfán.  Destierro  del 
Arzobispo   Méndez. 


El  cólera  morbo  hace  estragos  en 
España  y  la  isla  de  Sicilia.  Se  re- 
presenta en  España  El  Trovador, 
drama  de  D.  A.  García  Gutiérrez. 
Nuevo  agentado  contra  Luis  Fe- 
lipe. 


1837   Nuevo    alzamiento    de    Farfán. 
Batalla   de   Payara. 


Muerte  del  Rey  Guillermo  ÍV  de 
Inglaterra.  El  cólera  hace  estragos 
en  Italia. 


1838  Concluye  el  período  presiden- 
cial de  Vargas  y  se  practican 
nuevas    elecciones. 


España,  Cracovia  y  Bélgica  evacúan 
á  Ancona,  dejando  á  Italia  tajo 
el  protectorado  de  Austria. 


1839   Reelección   del   General   J.    A. 
Páez  Presidente. 


Viaje  del  capitán  Ross  al  Polo  Aus- 
tral. 


1840  Fundación  del  Colegio  nacio- 
nal de  niñas  en  Caracas.  Se 
trae  á  los  Valles  de  Aragua 
la-  Colonia  Tovar. 


Federico  Guillermo  IV  se  corona 
Rey  de  Prusia.  Muerte  del  Doc- 
tor Francia  en  el  Paraguay.  Te- 
jas se  declara  República  indepen- 
diente. 


1841  Establecimiento  de  un  Banco 
nacional.  Publicación  de  la 
Geografía  é  Historia  de  Ve- 
nezuela .Llega  á  La  Guaira 
el  F lamer,  primer  paquete  de 
vapor  que  abre  el  tráfico  en- 
tre   Europa    y  América. 


Los  Plenipotenciarios  de  Inglaterra, 
Rusia,  Prusia,  Austria  y  Turquía, 
declaran  cerrado  á  todo  buque  de 
guerra  extranjero  el  estrecho  de 
los  Dardanelos. 


Formación  de  los  partidos 
conservador  y  liberal.  Decre- 
ta el  Congreso  honores  fú- 
nebres á  la  memoria  del  Li- 
bertador y  la  traslación  de 
sus  restos  á  Caracas.  Salida 
de  los  restos  de  Santa  Marta, 
escoltados  por  buques  de  gue- 
rra extranjeros.  Entrada  triun- 
fal de  los  mismos   á.  Caracas. 


El  Presidente  de  Méjico,  general  An- 
tonio López  de  Santa  Ana,  en- 
vía á  Venezuela  un  Plenipotencia- 
rio para  renovar  la  idea  del  Con- 
greso de  Panamá.  Muerte  de  don 
José    de    Espronceda. 


SEGUNDA    PARTE 


REPÚBLICA    CENTRAL 


ÉPOCA  CUARTA 

(De  1843  a  1864) 
CAPITULO  I 

Presidencia  del  ^General  Carlos  Soublette.— 1843  á  1846 


1234  Escribir  coln  la  debida  iirypiarcialidad  la  historia 
conterapioráneía  es,  sobre  dificilísimia  tarea,  peligrosa  ade- 
más. Que  |no  compreíiderrios  el  cargo  del  historiaidor  si  no 
ha  de  ser  justo  en  sus  fallos,  preciso  en  sus  conclusiones, 
subliniado  -ein  sus   tendencias   filosóficas. 

1235  Ni  lo  ILtína  cumplidamente  el  que  atenúa  los 
errores  de  los  propios  para  ¡negar  ó  combatir  los  aciertos 
de  los  oointrarios.  La  gloria  no  tiene  patria:  ella  brilla 
ídoinde  quiera  que  respiran  los  pechos  generosos,  los  varo- 
nes hidalgos.  _Por  eso  todas  las  causas  cuentan  héroes, 
por  eso  todas  las  derrotas  cuentan  mártires ;  por  eso  todos 
los  partidos  qtue  buscajn  el  bien  social  ó  político,  tienen 
una  página  que  deslumhra  con  el  resplandor  de  la  epo- 
peya. 

1236  Y  así  como  pierde  autoridad  la  pluma  que  exá^ 
gera  en  pro  ó  en  loontra  los  acontecimientos  pasados  ó 
coetáneos;  00  alcanza  tampoco  aplauso  el  que,  ál  narrar 
hazañas  ejemplares  ó  vituperables  demasías,  se  muestra 
tatn  tibio  para  el  einooimio  de  quien  lo  requiere  por  justicia, 
ooimo  pusilámine  para  enrostrar  los  abusos  del  poder  ó 
•de  la  tiranía. 

1237  Por  lo  qiue  hace  a  inosotros,  tejeremios  en 
compelndio  el  hilo  de  (esta  Época,  invocando  para  ello  la 
musa  severa  y  soberaina  de  la  verdad,   que  es  alternáti- 


174  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

vamje'nte  la   postrimera  iesperanza   de   los  oprimidos   y   lá 
^eterna  y  providencial  acusadora  de  los  opresores. 

^  1238  Comienza,  pues,  la  Época  Caa^ta  de  nuestra 
Historia  Moderna,  con  la  elección  del  benemérita  Ge- 
meral  Carlos  Soublette  para  la  '  Presidencia  de  lá  Repú- 
blica, term-inado  que  hubo  el  período  constitucional  del 
Esclarecido   Ciudadano,   el   año  de   1842. 

1239  Anduvo  Soublette  en  la  misma  senda  q'ue  su 
antecesor.  Y  durante  su  Gobierno  reconoció'  Francia  la 
República  de  Venezuela  (25  de  marzo  de  1843);  se  es- 
tablecieron escuelas  náut'cas  en  Margarita  y  Maracaibo 
(26  de  junio);  se  libertó  el  ganado  vacuno  de  los  derechos 
de  exportación,  y  se  organizó  la  instrucción  pública  en 
las   Uiniversidades.  ■ 

1240  ^\  Jurado  de  Imprenta  al  coinocer  de  una  cau- 
sa de  su  atribucióm,  fué  coaccionado  por  turbas  de  pue- 
blos amotinados  (9  de  febrero  de  1844).  (1) 

1241  Cuéntase  que  sclicitada  del  general  Soublette 
la  orden  para  emplear  la  fuerza  pública  en  áq'uel  teniido 
trance  contestó:  Decid  al  Presidente  del  Jurado  qué 
haga  uso  de  la  campanilla. 

1242  Frase  que  por  sí  sola  caracteriza  lá  rectitud 
de  aquel  Gobierrio.  No  era  la  autoridad  que  se  imponía 
por  el  temor  de  la  fuerza;  sino  antes  bien,  por  el  minis- 
terio de  la  ley  y  la  poderosa  virtud  de  la  palabra. 

1243  Felices  tiempos  aquellos  en  que  el  -p^ reblo  tu- 
multuoso obedecía  á  la  campanilla  del  magistrado,  i  Ven- 
drán los  días  aciagos  en  que  la  revolución  y  la  tiranía  de- 
rribarán por  el  suelo,  alternativamente,  los  mejores  bla- 
sones   de   la    República!  • 

1244  Bajo  la  presidencia  de  Soublette,  reconoció'  Es- 
paña la  independencia  y  soberanía  de  Venezuela  (26  de 
marzo  de  1845).  Se  lestableció  el  montepío  militar  (27 
-de  marzo);  y,  en  el  de  46,  se  dieron  45.003  Pe^os  de 
empréstito  para  la  carretera  de  Lá  Guaira  y  20.000  en 
5*ecom.pensa  al  señor  Feliciano  Montenegro,  rector  del 
Colegio  de  la  Independencia,  por  su  consagración  á 
la  enseñanza  pública.  Se  decretó,  además,  un  Código 
de  Comercio  y  se  nombró  Ciudad  Bolívar  á  la  de  Angos- 
tura, capital  de  la  provincia  de  Guayaná  (31  de  ma- 
yo).   (2) 

1245  El  estado  ecoinómico  del  pa's  podía  estimarse 
hasta  este  año  por  su  texportacióin  é  importación  que  en 
el  espacio  de  15  se  había  trip^.icado;  y  en  el  mismo  tiem- 
po «se  había  reducido  una  deuda  de  9.372.488  pesos  y 
44   centavos   á   2.085,595   pesos   72  centavos....   y  amorti- 


(1)  La  casa  del  Jurado,  está  situada  entre  las  esquinas  de  la  Pedrera  y  Marcos 
Parra. 

(2)  "De  diez  y  ocho  reos  políticos  condenados  á  sufrir  la  pena  de  muerte  bajo 
su  gobierno  sólo  d«s  fueron  ejecutados,  y  ^sto  por  no  hallar  en  la  consulta  de  los 
respectivos  tribunales  motivos  de  pública  conveniencia  para  decretar  la  conmuta- 
ción." 


FELIPE   TEJERA  175 


zado  12  356.594  pesos  do  capital,  interesas  y  comis  ones». 
{Autobiografía  del  General  J .  A.  i-^uj^.)  (1) 

1246  Sin  embargo,  dividida  -en  bandos  la  opinión 
pública,  los  titulados  partidos  Oligarca  y  Liberal  se 
veían  ya  con  mortal  enemiga,  presagio  de  que  pronto  la 
guerra  civil  estallaría,  para  mayor  encono  de  pasiones 
políticas   y  ruina   y  lasolación   de  la  República. 

'1247  En  efecto,  el  cabecilla  Ringel  se  puso  en 
arm.as  y,  al  cabo,  murió  decapitado.  Era  quccomenízabaní 
ya  á  cernerse  sobre  nuestro  cielo  nubes  sombrias,  funes- 
tos   am^agos    de   la   tempestad. 

1248  Durante  la  gobernación  de  Soublette,  se  pensó 
•elegir  en  el  siguiente  período  al  benemérito  General  Ra- 
fael Urdaneta,  y  para  cumipilir  un  deber  de  i-^ualdad  demo- 
crática y  más  que  todo  humana,  y  aqu'latár  con  este 
nuevo  lauro  las  prendas  del  candidato  oficial,  se  envió' 
al  General  Urdaneta  á  Londres  entre  otras  cosas  á 
/concluir  las  negociaciones  de  un  gran  empréstito,  co- 
m'cnzadas  por  el  representante  de  VeneTuela  señor  For- 
tique,  con  una  casa  inglesa;  á  fin  de  aolicár  su  totalidad 
á  la  'em,ancipación  completa  de  los  esclavos  en  Venezue- 
la.   (2) 

1249  ÍH abría  logrado  Urdaneta  el  objeto  de  su  co- 
misión bajo  muy  favorables  condiciones;  pues  la  más 
apremiante  que  la  casa  prestamista  había  establecido 
con  Fortiq'ue,  era  que  los  fondos  fuesen  aDlicados  ínte- 
gros á  la  libertad  de  los  esclavos.  Empero,  la  muerte  de 
Urdaneta  en  París  el  año  de  1845,  frustró  la  noble  em- 
presa, y  los  sucesos  políticos  posteriores  hicieron  olvi- 
darla por  completo.  Pocos  años  después,  el  General  José 
Gregorio  Monagas  inmortalizará  su  Gobierno  con  aquella 
insigne  medida  redentora. 


CAPITULO    II 

Presidencia    del   General   José   Tadeo    Monagas.— 1847   á    1850 

1250  El  23  de  -dnero  de  1847  fué  electo  Presidente 
el  General  José  Tadeo  Monagis,  de  los  famosos  adali- 
des de  la  Independencia:  elecci5n  que,  vdT^  la  verdad, 
más  se  debió  á  los  influjos  del  General  Páez,  que  al 
prestigio   nacional  del   favorecido  en  competencia  con  el 

(1)  "Venezuela  es  el  Estado  de  América  mejor  gobernado,  y  con  Soubleí^te  por 
Presidente  Co  e.o  que  realirará  nuevoo  pi^ogre^Oi." — Londres  1°  di  noviembre  1842. 
Lord  Abejdeen  á  Lord  Cla.endon. 

(21  "El  crédito  da  la  Nació  t,  dijo  Soublette  en  otra  ocasión,  siendo  una  pro- 
piedad de  todos  los  venerolano-s  no  puede  usaibe  sino  en  beneficio  de  todos  y  con 
la  más  rigurosa  economía."  Enelp»e.ente  caso,  la  emancipac-ón  de  los  esclavos, 
no  era  un  ^ien  exclusivo  para  ello. ;  sino  medida  benérca  por  humana  y  justa,  para 
toda  la  comunidad  y  el  complem  nto  natu.al  de  la  igualdad  civil  y  política  de  laa 
razas,  proclamada  por  la  Revolución  americana  desde  1810. 


176  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


redactor    de    El    Venezolano    quien,    por   su    propaganda 
perioidística,   lograba  lentonces   mucha   boga. 

1251  El  21  de  marzo  de  1847  recayó  sentencia  ds 
rnuerte  contra  el  señor  Antonio  L.  Guzmán,  que  había 
sido  Secretario  de  Estado  en  la  primera  Gobernación  de 
Páez,  el  año  de  30;  sentencia  acarreada  entre  otras  cosas, 
por  las  doctrinas  que  propagaba  en  El  Venezolano;  más 
el  Presidente,  inspirado  en  las  doctrinas  de  la  política 
moderna,  la  conmutó  en  extrañamiento  perpetuo  del  país 
(12  de  junio  c'3  1847). 

1252  Leyes  erradas,  contrarias  al  derecho  humano, 
serájn  siempre  las  que  establezcan  el  último  suplicio  para 
el  reo  político.  La  pana  de  muerte  no  es  un  castigo  sino- 
una  represalia;  y  en  to^rno  del  cadalso  brilla  una  auréola 
de    fuego    comió   el  'resplandor    del   martirio. 

1253  CualesQiuiera  que  hubiesen  sido  los  abusos  impu- 
tados al  redactor  de  El  Venezolano,  aqnella  sentencia  era 
deplorable;  y  el  decreto  del  Presidente  Monagas  que  la 
conmJutó  será  á  nuestros  ojos  un  título  de  gloria. 

1254  En  este  año  decretó  el  Congreso  el  estableci- 
miento de  consulados  y  agentes  de  la  República  en  lo 
exterior;  y  erigió  los  obispados  de  Barquisimeto  y  Ca- 
labozo. 

1255  Desoontento  al  cabo  el  partido  Oligarca  con 
el  Presidente  y  ya  en  ímanifiesta  discordancia  con  su 
sistema  gubernativo,  promovió  la  Diputación  provincial 
de  Caracas  acusación  contra  él,  por  causas  á  la  verdad 
sobrado  fútiles.  Y  la  Cámiara  de  Representantes  pasó 
la  acusacióm  á  la  comlisión  encargada  de  abrir  concep'- 
tos  fí)Obre  las  infracciones  de  la  Consitución  y  leyes  (23 
de  enero  de  1848);  con  lo  que  movióse  recia  alarma  así 
en  el  Gobierno  como  en  el  pueblo,  aficionado  siempre  á 
novedades    y  revueltas. 

1256  En  semejante  estado  de  cosas,  el  Presidente 
lejos  de  somieterse  a  las  contingencias  de  un  juicio,  ame- 
!nazó,  lo  primero,  al  Congreso,  con  fuerte  aparato  militar, 
y  luego  el  Imismo  día  24  de  enero,  lo  dlisolvió  por  medio  de 
las  armas. 

1257  Perecieron  en  el  mOimento  algunos  diputados^ 
y  quedó  mortalmente  herido  Don  Santos  Michelena:  va- 
rón de  acrisolada  honra  diez  y  universal  nombradla,  de 
gran  nota  ooiño  hacendista  y  diplomático  y,  por  sobre 
toido  leso,  incorruptible  repúblico. 

1258  Tan  ingrato  é  insólito  suceso,  sin  ejemplo  en  los 
fastos  nacionales,  fue  achacado  ál  pueblo ;  (1)  con  lo  que 
constreñidos  los  diputados,  obedecieron  al  siguiente  día 
la  orden  imperiosa   de   reunirse  de   nuevo.     (2) 


(1)  "Las  muertes  que  hubo  fueron  hechas  todas  á  arma  blanca  por  Ips  agentes 
del  gobierno,  porque  de  lo  que  en  propiedad  se  llama  pueblo,  sólo  llegaron  á  mí 
noticia  hechos  de  magnanimidad  y  de  heroísmo."  (Don  Valentín  Espinal  en  carta  al 
Dr.  Ancízar.  en  Bogotá). 

(2)  Entre  los  congresantes  que  protestaron  contra  esta  orden  se  cuenta  don 


FELIPE    TEJERA  177 


1259  Túvose  aquello,  por  el  pronto  como  un  gran 
golpe  de  estado;  pero  inosotros  debemos  lamentarlo  así 
en  sus  escandalosos  fines,  como  en  los  nimios  fundamen- 
tos Que,  por  otra  piarte,  lo  motivaron. 

1260  Desde  ento,n<:es  la  Legislatura  Nacional  no  go- 
za de  la  independiencia  qiue  le  corresponde  en  el  justo 
eqiuilibrio  de  los  poderes  públicos,  sino  que  ha  venido  so- 
rrjetida,  por  mucho  tiempo,  á  una  como  tutoría  del  Gabi- 
nete Ejecutivo. 

1261  Como  era  de  esperarse,  estalló  en  breve  la  gue- 
rra fratricida,  miedio  ilegítimo  de  que  abusajn  los  partidos 
para  escalar  el  Poder  aun  por  sobre  los  escombros  de  lá 
patria;  esta  vez  justifi cable,  pues,  como  quiera  que  fuese, 
la  Soberanía  Nacional  había  sido  violada  en  sus  más 
sagrados  fuenote,  y  sidmipre  será  punible  la  espada  que  lejos 
de  escudarlos,  se  vuelva  ootntra  ellos. 

1262  Páez  «quien  había  contribuido  á  que  Monagas 
fuese  elevado  á  la  Presidencia,  tenía  cierta  responsabili- 
dad en  sus  actos,  y  la  lindiferencia  en  aquellas  circunstan- 
cias hubiera  sido,  más  que  la  aprobación  del  hecho,  m- 
disculpable  connivencia»,  (li  En  efecto,  se  alzó  en  Cala- 
bozo, (28  de  enero)  apellidando  guerra,  y  Maracaibo  se 
declaró  en  rebelión  (6  de  febreroi) :  ello  sin  embargo  con 
éxito  funesto,  pues  aquél,  después  del  primer  hecho  de 
armas,  se  fué  por  la  Nuev^a  Granada  al  extranjero,  y  Ma- 
racaibo recayó  en  poder  del  Gob-erno  al  terminar  el  año. 

1263  En  el  siguiente  (abril  3)  se  abolió  la  pena  de 
muerte  por  los  delitos  políticofs(,  y  en  (abril  9)  se  decrettó 
la  contribución  extraordinaria  de  importacióin  y  exporta- 
ción, é  invadido  de  nuevo  Páez  (2  de  julio)  por  Coro;  mas 
hubo  de  capitular  con  el  General  Laurencio  Silva  en  el 
sitio  de  Macapo  (15  de  agosto).  Violando  la  capituM- 
ción,  se  le  trasladó  preso  á  Valencia,  y  por  último  al 
castillo  de  San  Antonio  en  Cumaná,  donde  permaneció 
hasta  el  mes  de  mayo  de  1850,  cuando  salió  para  el  des- 
tierro. (2) 

1264  En  este  año  se  dio  la  ley  de  espera  y  quita,  de 
resultados  desfavorables  para  el  comercio :  y  el  Presiden- 
te, que  había  subidoi  al  poder  bajo  los  auspicios  diel  bando 
Oligarca,  inculpado  por  éste  del  24  de  enero,  y  de  otros 
abusos  gubernativos,  terminó  su  período  en  brazos  del 
Liberal  que  si  miraba  á  Guzmáin  (3)  como  su  apóstol, 
teñía  en  Moinagas  una  espada  probada  en  lides  y  que  fi- 
nalmente le  había  llevado  al  Palacio  de   Gobierno. 

Fermín  Toro,  "que  al  ser  requerido  por  el  Presidente  de  la  República  para  que  con- 
curriera á  la  instalación  de  las  Cámaras,  contestó:    "Decid  al  General   Monagas  que 
mi  cadáver  podrán  llevarlo,  pero  que  Fermín  Toro  no  se  prostituye." 
^^(1)    Palabras  del  generalPáez. 

(2)  Contra  la  violación  de  las  capitulaciones  de  Macapo,  protestó  el  general 
Silva  en  su  elocuente  Manifiesto  "A  la  Nación". 

i  g(3)    Guzmán  había  vuelto  el  49,  electo  Vice-presidente  de  la  República,  circüns- 
íancia  que  alzó  de  hecho  la  sanción  al  decreto  de  extraiíamiento    perpetuo  del  país' 


12 


178  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

CAPITULO    IIÍ 

F^resíífencia   del  General   Jo«é  Gregorio   Monagas.~1851   á    185  4 

1265  Para  suceder  al  General  José  Tadeo  Monagas, 
fue  electo  Presideinte  constitucional  su  hermano  el  Gent^ral 
José  Gregorio  que,  como  aquél,  era  de  los  famosos  caudi- 
llos   orientales   de   la    Independencia. 

1266  Era  éste  varón  de  índole  apacible,  de  alma  ge- 
nerosa,  capaz  de  acciones  ilustres. 

1267  Fecundo  fue,  no  obstante,  su  período  en  revo- 
luciones q'ue  estallaban  casi  en  sucesión  no  interrumpida; 
y  entre  las  cuales  'merece  mencionarse  la  promovida  el  53 
en  Cumaná,  y  en  los  pueblos  de  Occidente,  por  el  partido 
Conservador.  Mas  el  horrible  terremoto  que  el  15  de  julio 
del  mismo  año  redujo  á  escombros  aquella  hermosa  clu- 
idad,    sepultó    también    á  la    revolución    bajo    sus    ruinas. 

1268  Descuella  sobre  todos  los  actos  de  su  Gobierno 
el  memorable  decreto  de  Abolición  de  Esclavos,  promul- 
gado el  24  de  marzo  de  1854,  siendo  Secretario  de  lo  In- 
terior y  Justicia  el  señor  Simón  Planas.  Esta  nobilísima 
idea,  que  de  atrás  germinaba  en  la  mente  de  los  mejores 
repúblicos,  como  antes  hemos  dicho,  venía  también  invo- 
lucrada en  los  altos  consejos  de  la  revolución  que  acababa 
de  fracasar,  el  año  anterior  en  Cumaná.  (1) 

1269  Desacordes  anduvieron  en  la  ocisión  les  parece- 
res sobre  esta  gran  medida  liberal,  alabándola  los  unos 
como  eminentemente  filantrópica;  mirándola  los  otros  c> 
mo  asaz  inconsulta  y  tomada  ex-profeso  con  fines  parti- 
culares' y  políticos. 

1270  Sea  corno  quiera,  este  famoso  decreto  forma 
época  culminante  en  nuestros  fastos,  y  bastará  él  solo, 
para  que  sea  venerable  é  inmortal  el  nombre  de  José 
Gregorio  Monagas,  y  se  borren  d(e  la  memoria  los  erro- 
res en  que  pudo  incurrir,  pues  á  la  sombra  de  los  grandes 
laureles   apenas  se   columbran  los  insectos. 

1271  Sin    duda,   algún    interés    político    favoreció    no 


(1)  "Lejisladoie'^;  la  infracció:;  de  todas' la.í  ley qí  es  la  es:luvi.tu  i:  la  que  la 
consagrara  sería  la  más  sacrilega...  Mírese  este  delito  por  todos  aspectos,  y  no  me 
persuado  de  que  haya  un  solo  boliviano  tan  depruvado,  que  pretenda  legitimar  la 
más  insigne  violación  de  la  dignidadl  humana.  ¡Un  hombre  poseído  por  otro!  ¡Un 
hombre  propiedad!  ¡Una  imagen  de  Dios  puesta  al  yugo  como  el  bruto!  Dígasenos: 
¿Dónde  están  los  títulos  de  los  usurpadores  del  hombre?  La  Guinea  nos  los  ha  man- 
dado, pues  el  Afiica  debastada  por  el  fratiicidio,  no  ofrece  más  que  crímenes.  Tras- 
plantadas aquí  las  reliquias  de  aquellas  tribus  africanas,  ¿qué  ley  ó  potestad  será 
capaz  de  sancionar  el  dominio  sobre  estas  víctimas?  Trasmitir,  prorrogar,  eternizar 
este  crimen  mezclado  de  suplicios,  es  el  ultraje  más  chocante...  Nadie  puede  rom- 
per el  santo  dogma  de  la  igualdad...  Si  no  hubiera  un  Dios  protector  de  la  libeitad 
y  de  la  inocencia,  prefiriera  la  suerte  de  un  león  geneíoso,  dominando  en  los  de- 
-siertos  y  en  los  bosques,  á  la  de  un  cautivo  al  servicio  de  un  infame  tirano  que 
cómplice  de  sus  crímenes,  provocara  la  cólera  del  cielo.  Pero'nó!  Dios  ha  destinado 
el  hombre  á  la  libertad:  El  lo  píotege  para  que  ejerza  la  celeste  función  del  albe- 
drío."  (Disairso  del  Libertador  al  Congreso  de  Bolivia). 


FELIPE   TEJERA  179 


poco  la  medida.  Empero,  no  obsta  eso  para  que  sea  acree- 
dora á  íjos  más  "calurosos  aplausos  de  la  histroirla  y  á  la  tuás 
espléndida    apoteosis    en  la   posteridad. 

1272  Por  el  momanto  los  esclavos  interpretando  mal 
el  santo  derecho  que  se  les  devolvía,  pusieron  odio  mor- 
tal á  sus  antiguos  amos,  lo  que  no  reconocía  otro  origen, 
por  cierto,  -que  la  profunda  ignorancia  de  los  derechos  y 
•deberes    del  hombre   en   que  yacían. 

1273  Pues  sin  otro  suceso  de  importancia,  si  no  ha- 
blarrios  de  la  inauguración  del  Teatro  Caracas,  prmiero 
que  mereciese  este  nombre  en  la  capital,  terminó  el  año 
de  1854  su  período  constitucional  el  Libertador  de  los 
esclavos  en  Venezuela. 


CAPITULO    IV 

Segunda  Presidencia  del  General  José  T.  Monadas.     18  55  á  1858 

1274  Sucedióle  electo  segunda  vez  Presidente,  el  Ge- 
neral José  Tadeo  Monagas,  bajo  las  afectuosas  demos- 
traciones de  ambos  partidos  que  le  vieron  entonces  como 
el  más  á  propósito  para  consolidar  en  el  país  el  orden 
y  el  reposo  verdaderos,  que  desde  tanto  tiempo  venían 
perturbados. 

1275  Per  decreto  del  Congreso  (1856 j  una  nueva,  divi- 
sión territorial  constituyó  en  veinte  provincias  la  Repúbli- 
ca que  fueron:  Margarita,  Cumaná,  Barcelona,  Cara- 
cas, Guárico,  Aragua,  Caraboho,  Cojedes,  Yaracuy, 
Barqiiisimeto,  Coro,  Maracaibo,  Trajilló,  Mérida,  Tá- 
chira,  Barinas,  Portuguesa,  Apure,  Guayama  y  Ma- 
tar íri. 

121 Q  La  Constitución  del  año  30,  fue  luego  derogada 
por  la  de  1857  que  decretó  el  Congreso  y  la  cual  aven- 
tajaba muy  poco   á  la  primera.  (1) 

1277  Por  último,  otros  abusos  del  poder  y  vagas  no 
ticias  que  le  atribuían  imiras  de  vender  la  Güayana,.  des- 
contentó á  los  partidos  que,  uniéndose  al  fin  para  derri- 
bar al  tirano,  como  ya  le  apellida bn,  promov^ieron  la  re- 
volución que  estalló  en  Valencia  el  5  de  marzo  de  1858, 
acaudillada  por  el  General  Julián  Castro,  Gobernador  de 
la  provincia  dé  Carabobo. 

Í278  Pero  antes  de  proseguir  debemos  mencionar 
dos  sucesos  de  importancia:  el  establecimiento  en  Vene- 
zuela del  Telégrafo  eléctrico,  cuyo  primer  hilo  se  ten- 
dió de  Caracas  á  La  Guaira;  y  la  desaparición  del  có- 
lera  horrible  peste   desencadenadia   del  Asia   que   asolaba 


(1)  "Se  reformó  la  Constitución  que  prohibía  reelegir  al  Presidente;  se  refor- 
mó, sí,  para  permitirlo,  es  d^cir  para  llevarlo  incuestionaalemente  á  efeccto". — Luis 
G.  Alfonzo.- 1^72.^ 


180  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

por  prirrtera  vez  al  país,  y  elntre  cuyas  numerosas  vícti- 
-mas  se  cointó  al  señor  José  María  Rojas,  hombre  de  dis- 
ting'uidas    cualidades,   redactor    de    El   Liberal. 

1279  Así  como  llegó  la  moticia  inesperada  del  alzá- 
iriietnto  de  Castro,  tembló  en  su  silla  el  Gabinete  de  Cara- 
cas; y  viieindo  qiue  las.  demias  provincias,  seguían  el  mo- 
vimiento de  Valencia,  entró  Monagas  en  'tratos  con  los 
revolucionarios    de  la    capital. 

1280  Bajo  la  promesa  de  no  ser  inquietado,  dimitió 
el  miando  iante  el  Congreso  qiue  se  hallaba  reunido  (15  de 
marzo  de  185a),  y  se  asiló  m  la  Legación  francesa  que. 
juntamente    con   la    inglesa,    le   brindaron    garantías. 

1281  Así  cayó  antes  de  completar  su  segundo  pe- 
ríodo el  General  José  T.  Monagas,  y  entró  á  Caracas 
la  Revolución,  sm  derramiar  una  gota  de  sangre,  con  el 
famoso  lema  de  Unión  de  los  partidos,  y  olvido  de  ló 
pasado. 

1282  Memiorables  días  aquellos  de  entusiasmo  y  ale- 
gría nacional.  Tumiultuaban  con  atronadores  víctores  las 
ínluchedumbres  por  las  calles,  y  los  ecos  de  Avila 
parecían  despertarse  para  arrojar  á  los  vientos  la  gran 
palabra  de  la  libertad  con  cuyo  nombre  se  abrieron  nues- 
tros amales  y  dilató  la  famlá  por  toda  la  tierra  el  esplendor 
de  nuestra  gloria. 

1283  Aún  había  corazones  levantados  que  se  emula- 
ban con  el  ejemplo  de  hazañas  ilustres ;  almas  templadas 
al  calor  de  nuestra  zona,  capaces  de  renovar  la  epopeya 
de  nuestros  mayores;  esclarecidos  repúblicos  que  se  ha- 
brían encumbrado  en  el  Areópago  de  Atenas,  ó  vestido 
con  honor  la  to^a  en  el  Capitolio  de  Romia;  militares,  en 
fin,  que  no  habían  traficado  con  la  sangre  de  los  pueblos, 
ni  puesto  en  la  balanza  la  espada  á  precio  de  oro. 

1284  En  breve  se  estremecerá  nuestro  suelo  al  paso 
de  los  ejércitos  armlados,  y  una  generación  entera  prodi- 
gará su  sangre  en  los  campos  de  batalla.  ¡Si  á  lo  menos 
con  ella  se  hubiera  asegurado  la  paz  de  la   República! 


CAPITULO    V 

Presidencia    provisional    del   General   Julián    Castro.  — 1858    á    185  9 

1285  Con  mncho  aplauso  y  prestigio  entró  á  Caracas 
el  General  Julián  Castro^;  y  constituido  el  Gabinete  con- 
vocó ima  Gran  Convención  Nacional  que  debía  dar  al 
país  un  nuevo  Código  político. 

1286  Entretanto  los  Ministros  de  Francia  y  de  Ingla- 
terra obtuvieron  del  Gobierno  la  promesa  de  dejar  en  ple- 
na libertad  al  ex-Presidente  Monagas,  como  consecuencia 
del  programa  de  la  Revolución.  A  poco,  sin  embargo,  se 


^?  r:- 


FELIPE    TEJERA  181 


faltó    á  lo   prorruetido,    atrayendo    así    un    grave    conflicto 
internacional   con  aquellas    dos   potencias. 

1287  Instalóse  la  Convención  en  Valencia  el  5  da 
julio  ,de  1858.  Contaba  en  su  seno  los  hombres  prominen- 
tes de  ambos  partidos  y  procedió  al  nombramiento  de 
Castro,  Presidente  provisional.  Creó  luego  un  Consejo  de 
Estado  en  que  figuraron  Manuel  Felipe  Tovar  y  Pedro 
José  Rojas;  y  diputó  una  comisión  que  fuese  á  los  Esta^ 
dos  Unidos  de  la  Amlérica  del  Norte,  por  el  General  José 
Antonio  Páez. 

1288  El  19  del  mismoi  se  trasladó  á  Valencia  el  Go- 
bierno, y  acaloró  luego  las  sesiones  de  aquel  Cuerpo  el 
Protocolo  angló-f ranees  por  haber  llamado  á  juicio  al 
General  Monagas  con  flagrante  violación  de  los  pactos, 
y  de  aquel  santoi  olvido  de  lo  pasado  que  formaba  el  le- 
ma de  la  Revolucióln. 

1289  Terminó  aquéllo,  con  la  humillación  de  Vene- 
zuela, y  la  excarcelación  de  Monagas  que  partió  allí  al 
punto    para  el    extranjero. 

1290  Libre  ya  de  tan  enojoso  asunto,  discutió  en  se- 
guida las  dos  formas  de  gobierno  republicano^democrá- 
ticas  que  desde  1811  venían  siendo^  el  tema  favorito  de 
nuestros  miejores  políticos,  á  saber:  la  centralista  y  la 
federativa;  la  primera,  que  traía  de  tiernpo  atrás  en  su 
abono,  la  mluy  ilustrada  y  concienzuda  opinión  del  Liber- 
tador, y  una  práctica  de  veinte  y  seis  años  consecutivos ; 
la  segunda,  que  se  avalora  con  el  ejemplo  maravilloso  de 
los    Estados   Unidos   de  la  América   del    Norte. 

1291  Campeaban  por  la  primera  en  su  mayor  parte 
los  conservadores,  y  por  la  segunda  casi  en  su  totalidad 
los  liberales.  Alegaban  los  unos  que  no  podía  aducirse 
con  eficacia  el  ejemiploi  de  los  Estados  Unidos,  por  no  ha- 
ber paridad  posible  en  las  condiciones  políticas  y  de  raza, 
de  ambos  pueblos,  pues  aquéllos  en  realidad  no  eran 
sino  varios  Estados  que  se  diferenciaban  por  el  origen, 
idioma,  religión  y  costumbres,  y  que,  mediante  un  pacto 
político,  se  habían  reunido  para  formar  una  sola  entidad 
nacional ;  pero  que  en  Venezuela  no  existía  sino  un  solo 
pueblo,  y  por  coinsiguiente  faltaban  los  fundamentos  cons- 
titutivos de  la  verdadera  federación,  á  saber:  las  entida- 
des federales. 

1292  Al  cabo  de  largas  y  acaloradas  discusiones  pre- 
dominó definitivamente  la  forma  centro-federal,  y  quedó 
establecida  en  la  Constitución  que  se  promulgó  á  fines 
de  este  mismoi  año,  modelada  según  la  del  año  de  30,  con 
varias  modificaciones,  y  más  amplitud  para'  el  Poder 
Municipal. 

1293  Cuando  cerró  las  sesiones  la  Convención,  los 
dos  bandos  se  hallaban  de  nuevo  divididos,  con  suprema- 
cía en  el  poder  de  los  conservadores.  Pues  entrado  el  de 
59  (20  de  febrero),  varios  caudillos  liberales  se  pusieron 
en  armas  y  proclamaron  la  federación ;  entre  los  más  dis- 


1.^2      -.  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


tinguidos  el  Genieral  Ezequiel  Zamora,  de  relevantes  dotes 
militares.  El  24  de  julio  desembarcó  el  General  Falcón 
por    Coro,   proclamiado   ya   Jefe   de   los   revolucionarios. 

1294  Vuelto  el  Gobierno  á  Caracas,  y  viendo  el  mal 
éxito  que  alcanzaban  las  comfeiones  de  paz  enviadas  á  los 
federalistas,  resolvió  cambiar  de  política  y,  al .  efecto, 
nombró  un  Gabinete  escogido  entre  los  liberales.  Además, 
en  una  proelamia  del  Presidente  se  diaban  prendas  q;ue  eran 
amagos  de  muerte  para  la  reciente  Constitución  de  la 
República. 

1295  Visto  lo  cual  por  los  conservadores  que  tengan 
en  su  favor  la  guarnición  de  la  plaza,  pusieron  preso  ál 
General  Castro  (10  de  agosto),  con  la  misma  guardia  que 
custodiaba  su  morada.  Así  terminó  su  cortísimo  período 
el  Presidente  provisional  á  quien  la  Convención  había 
conferido   el  título   de  Eminente  Ciudadano. 


CAPITULO    VI 

Desii^atirra    de   don    Pedro   Guial.    —   Vioepresidencia    de   don    Manuel    Felipe 

Tovar.  — 1859   á    1860 

1296  Aprisionado  Castro,  los  dos  partidos  dispután- 
dose la  preeminencia,  formaron  por  separado  dos  gobier- 
nos provisionales,  y  el  mJismo  día  10  de  agosto  las  tropas 
de  los  conservadores  proclarriaron  por  bando  li  federación. 

1297  Por  su  parte  los  liberales  llamaron  los  suyos  á 
las  armas,  contando  además  con  el  auxilio  del  general 
Agvv^do  que  hab'a  respondido  al  grito  r';volucionario  en 
La    Guaira. 

1298  Difícil  era  la  ocasión  para  un  avenimiento;  y 
así,  en  desacuerdo  los  dos  gobiernos,  excitados  los  espí- 
ritus y  movidos  por  la  palabra  tribunicia  de  Don  Francis- 
co iMichelena  y  Rojas,  en  favor  de  la  legalidad,  el  gobier- 
no de  los  conservadores  proclamó  de  nuevo  la  Constitu- 
ción, encargóse  de  la  Presidencia  el  Designado  Don  Pedro 
Gual,   é  intimió  de  los   contrarios  el   sometimiento. 

1299  El  masmo  día  2  pccisenció  Caracas  el  horrible  es- 
pectáculo de  un  combate  fratricida  en  sus  calles,  y  en 
un  manto  de  sangre  ise  envolvieron  desde  entonces  Jos 
partidos . 

1300  Cupo  la  peor  parte  á  los  liberales,  y  el  General 
Aguado,  militar  de  la  Independencia  y  que  había  manda- 
do la  batalla  por  el  bando  d^  aquéllos,  huyó  á  La  Guaira 
donde    hizo    después    esforzada    resistencia. 

1301  Peligrosísima  era,  sin  embargo,  1 1  situación  del 
Gobierno  triunfador,  que  apenas  podía  moverse  dentro 
del  circuito  de  la  capital,  acosado  en  las  afueras  de  nume- 
rosas guerrillas  que  dominaban  las  Provincias  de  Caracas 
y  de  Aragua,  y  hervían  en  toda  la  vasta  extensión  de  lá 
República. 


FELIPE    TEJERA  183 


.  1302  El  27  de  setiembre,  ya  recuperada  La  Guaira 
por  el  Coronel  Casas  y  el  comandante  Rubín,  y  comba- 
tidos en  Barlovento  los  revolucionarios  por  el  Coronel 
Capó,  comandantes  M.  Vallenilla  y  M.  Garrido,  se  encar- 
gó del  Ejecutivo:  el  Vicepresidente  Don  Manuel  Felipe 
Tovar,  hombre  de  acrisolada  honradez  y  raras  prendas 
morales,  pero  no  hecho  á  las  revueltas  civiles.  Varón 
justo  y  patrota,  habría  labrado  lá  felicidad  de  sus  ciuda- 
danos  en   época    menos   aciaga  y   turbulenta. 

1303  La  revolución  federal  hacía  entre  tanto  más 
prosélitos,  y  levantándose  poderosa  á  despecho  de  cuan- 
tos rudos  golpes  recibiera,  hizo  bambolear  un  punto  al 
Gobierno,  derrotándole  su  mejor  y  más  lucido  ejército 
después  de  encarnizada  y  prolongadísima  batalla  en  los 
cam.pos    de   Santa    Inés    (10   de   diciembre    de    1859). 

1304  Aunque  el  General  Juan  Crisóstomo  Falcón  era 
el  Caudillo  Federal,  no  mandó  aquella  lid  sino  el  General 
Zamora:  después"  de  la  cual  puso  sitio  á  San  Carlos, 
mientras  eí  Gobierno  nombraba  Jefe  de  sus  ejércitos  al 
General  León  de  Febres  Cordero,  de  la  guerra  magna, 
que    se  encontraba   en   Valencia. 

1305  El  17  de  enero  del  año  siguiente,  después  de  he- 
roica resistencia,  capituló  San  Carlos;  más  la  revolución 
tuvo  ciue  lamentar  allí  la  muerte  de  Zamora,  su  mejor 
Jefe   y  más   temible   espada,  ocurrida   el   día   10. 

1306  El  20  se  aproximó  Falcón  á  Valencia,  é  intimó 
su  rendición;  mas  cambiando  luego  de  parecer,  torció  la 
vuelta  de  los  llanos  y,  seguido  muy  de  cerca  por  Cordero 
que  ya  podía  tomar  la  ofensiva,  se  combatieron  al  ,fin  en 
la  llanura  de  Copié  el  17  de  marzo  de  1830. 

1307  Tenía  Falcón  hasta  8.000  (1)  hombres;  cerca  de 
7.000  Cordero.  El  choque  fue  rudo  y.  decisivo;  de  ambas 
partes  hubo  hechos  de  extremado  valor :  ni  faltaron  mues- 
tras señaladas  de  verdadera  pericia  militar,  como  que  allí 
canjeaban  los  más  aguerridos  tenientes  de  los  bandos 
contendores.  Decidióse  al  cabo  la  victoria  por  Cordero,  y 
con  este  triunfo  pareció  consolidarse  el  Gobierno  Cen- 
tralista; mientras  los  principales  jefes  revolucionarios  te- 
nían que  refugiarse  en  Nueva  Granada,  no  sin  que  ¿dgu- 
nos  tenaces  guerrilleros  en  diferentes  puntos,  sostuvieran 
los  pendones  federales. 

1308  Bajo  estos  halagadores  auspicios  fué  electo  Pre 
sidente  constitucional  Don  Manuel  Felipe  Tovar  (10 
de  mayo),  y  Vicepresidente  el  Doctor  Pedro  Gual,  los 
cuales  prestaron  el  juramento  el  12. 

1309  En  esta  ocasión  promovió  el  representante  espa- 
ñol Don  Eduardo  Romea,  reclamaciones  iaiperiiosas  á  con- 
secuencia   del   asesinato   de    dos   españoles,    cometido    por 

(1)  El  hecho  fué  que  en'el  Tinaco  se  reunieron  sus  ejércitos  del^Centro  y  de 
Occidente  con  él  general  Sotillo  y  el  ejército  de  Oriente,  formando  una"masa  desm 
á  ocho  mil  hombres  aguerridos.— Gu2mán  Blanco.— ^Refutación  déla  Historia  Con- 
temporánea por  Level  de  Goda.) 


184  HISTORIA    DE    VENIZZUELA 

alguna,  de  las  facciones  políticas;  y  no  siendo  oídas  por 
el  Gobierino  pidiiói  y  obtuvo  su  pasaporte.  La  República  sn- 
vió  entonces  á  Madrid  en  calidad  de  Ministro  plenipo- 
tenciario al  señor  Fermiín  Toro,  ventajosamente  conocido 
en  España  como  diplomático ;  y,  no  obstante  la  prevención 
de  los  ámimos,  y  lo  encrespado  del  asunto,  pudo  hábilmen- 
te zanjar  todas  las  dificultades  y  dejó  restablecidas  las 
buenas  relaciones  entre  las  dos  Potencias,  sin  menoscabo 
de  la  honra  nacional  de  tninguna  de  las  partes. 

1310  El  Cong-reso  derogó  este  mismo  año  la  ley  de 
espera  y  Quita,  la  ley  de  1856  sobre  régimen  de  Adua- 
nas, y  aprobó  un  tratado  de  comercio  y  navegación  con 
Bélgica  y  otro  sobre  lí'mütes  y  navegación  fluvial  con 
el    Brasil. 


CAPITULO   VII 
'  Divisidn    del   partido    conservador.- 1861 

1311  Si  con  la  batalla  de  Copié  se  había  despejado 
de  facciones  gran,  parte  del  territorio,  no  fué  eso  bastante 
eficaz  para  volver  á  la  Gobernación  de  Tovar  la  unidad 
tan  necesaria  que  había  perdido  desde  que  un  influjo 
poderoso  logró  minar  su  prestigio  y  dividir  al  cabo  en  dos 
fracciones    impotentes   al    partido    centralista. 

1312  Este  influjoi  fué  el  del  General  Páez  que,  lla- 
mado como  se  ha  visto,  por  la  Convención  de  58,  vino 
entonces  al  país  entre  las  jubilosas  aclamaciones  de  un 
pueblo  entusiasta,  ávido  de  tener  en  su  seno  al  insólito 
caudillo  del  año  16.  Sus  proezas  mitológicas  formaban 
el  tema  inagotable  de  patrióticos  romances,  cantados 
en  plazas  y  calles  poír  los  viejos  soldados  Que  las  recor- 
daban con  fruición,  y  por  las  nuevas  generaciones  que 
los  repetían  como  un  eco  glorioso  de  aquellos  días  de 
grandeza   nacional. 

1313  Recelos  del  Poder  le  hicieron  retirarse  al  extran- 
jero; miás  después  de  los  sucesos  del  2  de  agosto  volvió 
á  A^eineznela  y  fué  noimbrado'  general  en  jefe  de  los 
ejércitos  del  gobierno. 

1314  Hacía  entretanto^  la  oposición  á  Tovar  el  señor 
Pedro  José  Rojas,  que  redactaba  El  Independiente,  y  no 
faltó  quien  sospechara  que  el  mismo  General  Páez,  tra- 
bajaba  por  su  exaltación   al   Palacio   de    Gobierno. 

1315  Convencido  Tovar  de  que  ya  le  era  imposible 
devolver  al  país  la  anhelada  tranquilidad,  resolvió  des- 
asir el  mando  dimitiéndolo  en  manos  del  Congreso  el  20 
de  mayo  de   1861. 

1316  Rigió  entonces  la  Presidencia  el  Vicepresidente 
Gual,  que  nombró  jefe  del  ministerio  al  Designado  doc- 
tor Ángel   Quintero;  hombre  éste  de  carácter  encrespado 


KELIPE    TEJERA  185 


y  tíe  pasiones  ardentísimas.  Su  primer  paso  fué  declarar 
en  asamblea  la  Repúblida,  y  fuera  de  la  ley  los  revolto- 
sos. 

1317  Semejantes  medidas  trajeron  á  tierra -el  minis- 
terio, con  lo  que  Gual  trató  de  llegar  por  medios  pací- 
ficos al  más  pronto  avenimiento  con  los  hombres  de  la 
revolución  federal. 

1318  Hubiéralo  acaso  conseguido,  si  una  asonada  mi- 
litar promivida  por  los  amigos  de  Páez,  no  le  prendiera  en 
su  ímoirada  el  27  de  ¡agosto,  exigiéndole  en  vano  la  re- 
nuncia 'del  Poder. 

1319  Por  su  parte  Quintero  creyó  subir  al  mando 
como  Designado;  Páez  sin  embargo,  rompió  con  su  an- 
tig^uo  amiigo^  y  ImlejntOir  y  se  techó  en  brazos  del  señoT  Pedro 
José  die  Rojas. 

1320  Rjecie^venido  de  Valencia,  fué  proclamadio  Jefe 
civil  y  Militar  die  la  República,  y  conducido  en  triunfo 
die  su  casa  al  Palacioi  de  Gobiiemo  por  jóvenes  qrue,' 
dn.  nn  rapto  de  'entusiasmio  deplorable,  tiraban  de  su 
carro   (10  de  setiemJbre). 

1321  Desde  entonces  el  partido  conservador  quedó 
formando  pequeñas  agrupaciones,  sin  dirección  ni  pro- 
grama é  incapaz  por  tanto  de  establecer  lá  regular  com- 
pensación que  en  la  balanza  política  le  correspondía 
llenar;  visto  que  en  el  sistema  republicano  los  partidos 
conservadores  y  liberales  formlan  como  las  dos  ruedas  para- 
lelas que  mantienen  en  perfecto  equilibrio  la  máquina  del 
orden  político.  Faltando  una  de  aquellas  no  es  presumtible 
la  m.iarcha  regular  del  todo^  y  el  carro  de  la  sociedad  irá 
comiO  en  peligro  de  volaarse  á  cada  paso. 

1322  Andando  el  tiempo,  quizá  con  los  restos  del 
partido  conservador  confundidos  en  el  seno  de  la  mayoría 
libera]  tambión  ya  fraccionada,  se  venga,  á  formar  una  to- 
talidad de  cuyo  seno  renazcan  aquellos  primitivos  ban- 
dos ;  no  empero  á  la  vida  militante  de  los  campamentos , 
sinoj  á  labrar  lel  bien  de  la  República  en  el  legítimoi  campo 
de  la  discusión  doctrinaria  para  afianzar  la  paz,  y  con  este 
don  inmarcesible  la  dicha  y  prosperidad  de  Venezuela. 


CAPITULO    VIII 

Dictadura  del  Generaí  J.   A.   Páez.  — 1862  á   1863 

1323  Por  el  pronto  pensó  el  Dictador  traer  también 
de  paz  á  lois  caudillos  federales ;  rota  empero  la  legalidad, 
desmoralizado  el  ejército,  y  divididos  los  centralistas, 
^eron  los  revolucionarios  el  triunfo  irrecusable;  y  no  era 
esa  por  cierto  la  ocasión  de  negociar  su  somletimiento. 

1324  Hubo,  no  obstante,  conferencias  en  Carabobo  al 
espirar   el  de  61;  sin  resultados,  por  supuesto;   y  el   Die- 


1%  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

tador,  vuelto  á  la  capital,  por  la  pluiiiá  de  su  secretario 
general.  Pedro  José  Rojas,  proclamio  á  los  pueblos:  «Ve- 
nezolanos, decía,  la  guerra  toca  de  nuevo  á  las  puer- 
tas de  nuestros  hogares:  A  las  armas!» 

1325  Ya  no  se  iba  á  comíbatir  por  un  sistema  polí- 
tico, sino  por  un  Caudillo  que,  no  obstante  su  renombre 
glorioso,  había  empuñado  las  riendas  de  lá  Dictadura. 

1326  Y  la  guerra  azotó  de  nuevo  los  camoós,  enlutó 
las  farnilias  y  tiñó  con  sangre  hermana  aquella  antigua 
y  formidable  espada,  terror  de  los  enemigos  de  la  Pa- 
tria; pero  que  de  macho  antes  debía  haber  sido  coloca- 
da sin  mancilla  en  el  museo  de  la  gloria. 

1327  Se  inauguró  el  de  62  (l.Q  de  enero)  con  un  de- 
creto orgánico  de  la  Repúblioai;  y  entre  otros  más,  se  creó 
un  Consejo  de  Estado,  y  se  eligió  un  Sustituto  que  lo 
fué  el  mismo  señor  Pedro  José  Rojas.  Contratóse  un 
•empréstito  de  un  millón  de  Libras  e:i  Londres;  y  quebró 
el   Banco  de  Venezuela. 

1328  Más  no  fué  eso  todo :  el  21  de  mayo,  en  re- 
presalia do  abusos  cometidos  por  parte  de  las  tropas  re- 
volucionarias en  el  camino  de  Petare,  {\)  se  fusilaron  en 
Caracas  los  prisioneros  de  guerra  generales  Herrera  y 
Paredes.  A  semejante  proceder  respondió  el  General 
Luciano  Mendoza  devolviendo  libres  los  prisioneros  que 
había  hecho  en  la  jornada  del  día  20  en  Chupulún, 
contra  el  valeroso  coronel  Torres,  que  rindió  (el  21) 
la  vida  luch.indo  cuerpo  á  cuerpo  contra  la  fuerza  de 
Mendo/.a.  Este  al  fin,  quedó  derrotado  por  el  General 
Garrido.  • 

1329  AnduNO  así  el  Gobierno  del  Dictador,  sin  en- 
contrar 'la  senda  anhelada  que  pudiese  restablecer  el  or- 
den tan  profundamente  perturbado;  y  al  cabo,  después 
de  ia  defección  de  algunos  militares  y  de  los  consiguien- 
tes desastres,  entabló  conferencias  con  el  General  Guzmán 
Blanco,  jefe  de  las  fuerzas  federales  del  Centro,  el  24  de 
abril  ¡de  1863;  y  el  22  de  mayo  se  firmó  el  Convenio 
de  Coche,  por  el  cual  entregaría  Páez  el  mando  á  una 
Asamblea  Nacional  nombrada  de  por  mitad  entre  el  Dic- 
tador y  el  General  Juan  Crisóstomo  Falcón. 

1330  El  6  de  junio  convoca  Páez  la  Asamblea  y  nom- 
bra los  40  diputados  que  le  correspondían,  y  el  15  del 
mismo  expide  un  decreto  general  de  amnistía,  y  da  fin, 
de  este  modo,  á  su  Gobierno. 

1331  Digamos,  para  terminar,  que  en  los  dos  años 
que  duró  la  Dictadura  hizo  algo  en  favor  del  progreso 
material  del  país:  mejoró  las  calles  de  Caracas,  puso  el 
alumbrado  de  gas,  inició  el  ferrocarril  de  Petare,  con- 
cluyó el  faro  de  Puerto  Cabello  y  expidió  varios  Códigos 
que  no  tuvieron  más  vida  que  la  de  su  Gobierno.  Tam- 
bién   funcionó    en    Caracas    (1862)    el    Conservatorio    de 

(1)  Concúlíeje  en  este  punto  la  Historia  Contemporánea,  del  General  Luis  Le- 
vel  de  Goda. 


FELIPE   TEJERA  187 


miúsica,   que  presidió  el   doctor  Felipe   Larrazábal,   y  qu2 
dio  notables  conciertos. 

1332  Resigmadoi  el  miando,  y  triunfante  en  Caracas  la 
Revolución,  tomló  de  nuevo  Páez  la  vía  del  extranjero  y 
dijo  adiós  á  la  patria,  para  ir  á  mforir  á  vuelta  de  pocos 
años  (1873)  ein  la  grati  República  del  Norte  que  le  ha- 
bía en  otro  tieWpo  colmando  de  honores.  (2) 


CAPITULO  IX 

Federación  Venezolarta.— Fin   de  esta   Época.— 1863   á    1864 

1333  Triunfante  la  Federación,  quedaron  algunos  mi- 
litares del  pasadoi  Go'biemo  en  armias,  é  hicieron  princi- 
palm^ente  en  Puerto^  Cabello  resistencia  por  algún  tiempo  ; 
mas  obligados  á  evacuar  aqiuella  plaza,  los  unos  siguie- 
ron para  el  extranjero  y  los  otros  reconocieron  el  nuevo 
régimein  de  cosas. 

1334  Entre  tanto  la  Asamblea  de  la  Victoria  (reuni- 
da desde  el  17  de  junio)  había  nombrado  Presidente  pro- 
visional al  General  Falcón  y  Vicepresidente  al  General 
Antonio  Guzmián  Blanco;  con  lo  que  hizo  el  primero 
su  entrada  triunfal  en  Caracas  el  24  de  julio  de  1863, 
y  constituyó  su  Ministerio  con  los  señores  doctor  M.  de 
Brioeño,  generales  Guzmán  Blanco,  Manuel  E.  Bruzual, 
titulado  el  Soldado  sin  miedo,  y  Guillermo  Iribarren.  El 
29  de  julio  expidió  un  decreto  por  el  cual  se  modifica  el 
escudo  y  la  bandera  nacional. 

1335  Creó,  además,  un  Consejo  de  Estaclo,  arregló  la 
administra cióli  -de  justicia,  convocó  (12  de  agosto)  una 
Asamblea  Constituyente,  y  el  18  expidió  un  famoso  de- 
creto de  garantías,  perpetuo  honor  de  aquella  época. 

1336  Reunióse  la  Constituyente  el  24  de  diciembre  de 
1863,  y  el  General  Guzmián  Blanco,  vuelto  de  una  co- 
misión que  le  había  llevado  á  Europa,  rigió  el  Ejecu- 
tivo por  ausencia  de  Falcón. 

1337  Entre  los  principales  actos  de  aquel  Cuerpo 
descuella :  el  título  de  Gran  Ciudadano  Mariscal  que 
confirió  á  Falcóp;  las  Exequias  que  acordó  á  los  restos 
del  General  Ezequiel  Zamora;  y  la  autorización  para  que 
el  Ejecutivo  contratase  fuera  un  empréstito  de  millón  y 
medio  de  libras,  y  recompensase  á  los  militares  de  la 
Federación. 

1338  A  la  vez,  se  proimo vieron  obras  públicas,  repo- 
nenido  las  vías  telegráficas,  continuando  la  carretera  del 
Occidente  comenzando  un  mercado  en  Caracas,  y  una 
alameda  en  la  ruinosa  plázá  Bolívar. 

(2)  Al  deseender  del  Poder  "estaba"  tan  pobre  que  tuvo  que  aceptar  del  gene- 
ral Falcón  mil  pesos  para  pagar  cuentas  en  Caracas  y  hacer  viaje  á  los  Estados 
Unidos." 


183 HISTORIA    DE    VENEZUELA 

1339  Por  últimio,  el  28  de  marzo  de  1864^  se  promul- 
gó la  CcHnstitución  qiu©  dabla  á  la  República  el  nombre 
de  Estados  Unidos  de  Venezuela,  coin  veinte  Estados 
soberanos,  y  el  22  de  abril  refrendó  el  Ejecutivo. 

1340  El  Poider  Legislativo  quedó  dividido,,  como  an- 
tes, en  dos  Cámaras  fqlue  deben  reunirse  el  20  de  febrero; 
el  Ejecutivo  confiado  á  un  Presidente  con  seis  Ministros 
respoaisables;  y  la  Alta  Corte  Federal,  tribunal  supremo 
que  conoce  en  la  comjpetencia  de  los  poderes,  asuntos 
diplomáticos    y   colisióin    de   los    Estados.  ¡ 

1341  Además  este  nuevo  Código  abolió  la  pena  de 
muerte,  la  prisión  por  las  deudas,  y  estableció  la  libert'ad 
de  la  preínsa  sin  restricción  ¡alguna :  el  derecho  de  asocia- 
ción, la  libertad  de  enseñanza  etc.,  etc.,  y  reconoció  como 
venezolanos  todos  los  nacidos  en  territorio  de  Venezuela. 

1342  Para  Presidente  se  re^qniere  ser  venezolano  de 
nacimiento  y  tener  31  años  de  edad,  lo  mismo  para  Sena- 
dor, y  21  para  Diputado. 

1343  Acallado  ya  el  estruendo  de  aqiuella  guerra  de 
cinco  años,  moderadas  las  pasiones  banderizas,  vuelto^  el 
país  al  amor  de  la  paz,  se  íabre  para  Venezuela  una  nueva 
era  política. 

1344  Como  los  antiguos  romanos,  al  terminar  la  gue- 
rra, deberíamos  cerrar  aqiuí  las  puertas  del  templo  de 
Jano.  Em^pero,  ¿es  cierto  'qlue  hemos  alcanzado  los  días 
felices  de  reposo^  y  de  estabilidad  nacional?  ¡Qué  de 
nubarrones  no  vemois  acumularse  sobre  nuestro^  cielo  al 
dar  remate  con  estas  líneas  á  la  Época  Cuarta  de  nues- 
tra Historia  Modieilnla!. 


RESUMEN  CRONOLÓGICO 


DE  i;a 


ÉPOCA     CUARTA 


SINCRONISMOS 


184  3  Sube  á  la  Presidencia  e!  gene- 
ral Carlos  Soublette.  Francia 
reconoce  la  República  de  Ve- 
nezuela. Establecimiento  de 
escuelas  náuticas  en  Margari- 
ta y  Maracaibo.  Se  liberta  el 
ganado  vacuno  de  los  dere- 
chos  de    exportación. 


Guerra  de  Rosas  contra  Kiveru,  Pre- 
sidente del  Uruguay.  Interveación 
inútil  de  Francia  y  de  Inglaterra. 
Bloqueo  de  Montevideo.  Primera 
exposición  de  la  industria  nacio- 
nal en  Pesth  (Austria).  Disolu- 
ción de  las  Cortes  eri  España. 
Pjoyecto  de  acusación  en  los  Es- 
tados Unidos  contra  el  Presidente 
Taylor  por  malversación  y  de- 
lito de  traición.  TerremotQ  de  la 
Guadalupe.  Mr.  Aragó  habla  en 
la  Academia  de  Ciencias  de  Pa- 
rís sobre  el  contrato  celebrado  por 
los  señores  Boring  y  Compañía  de 
Londres  en  la  Nueva  Granada  para 
abrir  el   Canal   de   Panamá. 


1844   El   pueblo  amotinado  coaccio- 
na ai  Jurado  de   imprenta. 


Vuelta  de  la  Reina  Cristina  á  Es- 
paña. Primer  telégrafo  eléctrico  en 
los  Estados  Unidos.  O'Couell  es 
condenado  por  el  Jurado  de  Du- 
biín.  Muerte  de  Rernadotte,  rey 
de  Suecia. 


1845  España  reconoce  la  indepen- 
dencia y  soberanía  de  Ve- 
nezuela. Establecímit-nto  del 
montepío   militar. 


Flores  abdica  la  Presidencia  en  el 
Ecuador.  .Anexión  de  Tejas  á  los 
Estados  Unidos.  Salida  de  Fran- 
klin    para    los    mares    polares    del 


190 


HISTORIA    DE    VENEZUELA 


Norte.    Elección    del    General    He- 
rrera  Presidente  de  Méjico. 


!46  Se  auxilia  la  carretera  de  La 
Guaira  con  48,000  posos  d<; 
empréstito.  Se  recompensa  con 
20,000  p  sos  al  Sr.  Feliciano 
Montenegro  por  su  consa¿rra- 
ción  á  la  enseñanza  pública. 
Promulgación  de  un  Códi.^') 
de  comercio.  Se  nombra  Ciu- 
dad Bolívar  la  capital  íde  Gua- 
yana.  Conatos  de  guerra  in- 
testina. 


Incorporación  de  la  República  de 
Cracovia  al  imperio  de  Austria. 
Práctica  de  la  eterización  para  ía 
cilitar  las  operaciones  quirúrgicas 
inventada  en  los  Estados  Unidos 
por  Horacio  Wels  y  Jackson.  Gue- 
rra entre  Méjico  y  los  Estados 
Unidos  por  la  ane\i<>n  de  Tejas. 
Evasión  del  Príncipe  Napoleón  del 
Castillo  de  Ham.  rJcsrubrc  Le\e- 
rrier  el  planeta  Xe pruno.  Descu- 
brimiento de  la  p(')h()ra  de  algo- 
dón, debido  á  M.  Schoenbein,  quí- 
mi(  o  de  Basilea.  Muerte  de  Gre- 
jíorio  NVJ.  Elección  de  Pío  LX. 
La  primera  máquina  de  coser  es 
patentada   por   Elias    Ihonc. 


1847  Elección  dé  Presidente  en  c' 
Gral.  José  Tadeo  i\Iúna;ja3. 
Sentencia  de  muerte  contra 
Don  Antonio  Leocadio  Gu.?- 
mán.  La  conmuta  el  Pr.esi 
dente  en  destierro  perpetuo 
del  país. 


Batalla  librada  en  Méjico,  cerca  de 
Saltillo,  aJ  Oeste  de  Monlerr'-y. 
entre  el  General  Santana  y  el  Ge- 
neral Taylor.  Toma  de  Mé.iri)  por 
los  norteamericanos.  Publicación 
de  la  Historia  de  los  Girondinos 
por  Lamartine.  Muerte  de  O'Co- 
nell. 


La  Diputación  pro\incial  de 
Caracas  promueve  acusación 
contra  el  Presidente  José  Ta- 
deo Monagas.  El  Presidente 
disuelve  el  Congreso  por  me- 
dio de  las  armas.  Muerte  de 
don  Santos  Michelena.  ]í!sta- 
lla    lí»    guerra    ci\  il. 


Desrt>embración  de  Méjico  por  los 
Estados  Unidos.  Muerte  del  filó- 
sofo Balmes  y  del  literato  don  Al- 
berto Lista.  Pío  IX.  condena  á 
los  que  predican  una  Repúlilica. 
italiana  de  la  cual  se  quiere  que 
el  Papa  sea  Jefe.  Iniciativa  to- 
mada por  España  en  las  Cortes- 
Católicas  en  favor  del  Papa.  Clau- 
sura de  las  Cortes  de  Portugal. 
El  cólera  en  Rusia.  Con  motivo^ 
de  la  anexión  de  Tejas  y  de  los 
auxilios  pedidos  por  Flores  á  Es- 
paña, para  recui>erar  el  poder  en 
el  Ecuador,  se  firmó  en  Lima  el 
8  de  febrero  el  pacto  que  se  lla- 
mó  Tratado  de  Confederación. 


1849  .Se  decreta  la  contribución  ex- 
traordinaria de  exportación  y 
de  jmpir.tación.  Páez  invade 
la  provincia  de  Coro.  Su  ca- 
pitulación en  Marapo.  Lic- 
ita á  Angostura  el  prim*r  bu- 


Abdicación  de  Rosas  en  Buenos  .Ai- 
res. Nueva  organización  civil  \- 
militar  de  las  provincias  Italianas. 
Expedición  española  enviada  á  Ita- 
lia para  el  restablecimiento  del 
Papa   en    Roma.    El   General    San- 


FELIPE    TEJERA 


lU 


que    de    vapor    y    sr    Ir- 
nombre  do  Venrzueíi!. 


tan.i,  doniinicano,  derrota  ni  hai 
tiano  Soulouque  que  se  haro  nom. 
brar  Emperador. 


1850  /.í'.v  de  espera  y  Qiiita.  Ter- 
mina el  Presidente  su  período 
constitucional  dejando  en  el 
Poder  triunfante  al  Partido 
Piber^l. 


iJimisión  del  General  Castro,  funda- 
dor y  Presidente  de  la  Repúbli- 
ca de  Costa  Rica.  Expulsión  dé- 
los jesuítas  de  Nueva  Granada. 
Muerte  del  General  San  Martín 
en  Francia.  Muerte  de  Luis  I"c 
lipr,    rey    de    Erancia. 


1851    Sube   á   la   Presidencia   el   Ge- 
neral  Tose  Gresrorio  Monadas. 


Expedicióu  de  Narciso  Lópe.r  á 
Cuba.  Luis  Napoleón  electo  por 
diez  años  Presidente  de  P'rancia. 
Muere,  el  novelista  norteamerica- 
no   Eenimore    Cooper. 


18' 2    Conatos  de    revo'.uri 'n  que    so.i 
debelados   inn>e  liatamente. 


Ürquiza,  jefe  uruguayo,  derrota  á' 
Rosas  que  se  acoge  fugitivo  á  uu 
buqin-  inglés  y  sisue  para  ]'"u- 
rojir. .  Declaración  de  guerra  de- 
.Vuív,'  Granada  contra  el  l'^cua- 
dor.  Pro;:¡araari('>n  de  Napoleón  1 11 
J'^rnpf. .'ilor    de-    Francia. 


1853  Revolución  de  lo-  oligaicas  en 
Cumaná  y  otros  puntos  y  que 
termina  con  la  ruina  de  aque- 
lla ciudad  á  causa  del  terre- 
moto de    15  de   julio. 


(iuerra  entre  el  Pei;ú  y  Holivia.. 
Muerte  de  D.  Juan  Nicasio  Galle- 
go, secretario  perpetuo  de  la  Aca- 
demia Espaiñola  y  del  marqués, 
de  Valdegamas,  don  Juan  Donoso. 
Cortés.  Traslación  á  Madrid  de 
los  restos  de  don  Leandro  Fer- 
nández Moratín.  La  máquina  ca- 
lórica del  suet:o  Ericton  hace  an- 
dar en  la  bahía  de  Nueva  York, 
UJ1  navio  con  \elocidad  de  14  mi- 
llas  por  liora. 


5>4  Decreto  de.  Abolición  de  Es- 
flavos.  Concluye  su  período 
el  General  J.   G.   Monagas. 


Guerra  de  Oriente.  Sitio  de  Sebas- 
topol. Carrera  se-  hace  nombrar 
emperador  en  Centro  .América. 
Muerte  del '  abate  Lamennais.  El! 
capitán  Mack  Chute  descubre  el. 
paso  del  Noroeste  de  Am.érica. 
Promulgación  de  la  bula  que  es- 
tablece corrijo  c^ogma  el  mistérica 
deki  Inínaculada  Concepciíw  de 
la  Virgen  María. 


Reeleccjóra  del  general  José 
Tadeo  Mona-ga-s  Pnpsi. lente  de 
la  Re^póbUca. 


Bombardeo  de  Sebastopol.  Asalto» 
y  toma  de  la  torre  de  Malakoff 
por  la^  divisiones  de  los  Genera- 
íes   BosKjuet  y  Mac   Mahon.   Aban- 


192 


HISTORIA    DE    VflNEZUE  ,A 


donan  los  Rusos  á  Sebastopol. 
Apertura  del  ferrocarril  de  Cha- 
gres  á  Panamá.  Muerte  del  em- 
perador Nicolás  de  Rusia.  Con- 
greso internacional  en  París  para 
tratar  de  la  paz   ron  Rusia. 


18  56  Nueva  división  territorial  cons- 
tituye en  veinte  provincias  la 
República,  que  fueron :  Mar- 
garita, Cumaná,  Barcelona, 
Caracas,  Guárico,  Aragua,  Ca- 
rabobo,  Cojedes,  Yaracuy, 
Barquisimeto,  Coro.  Maracai- 
bo,  Trujillo,  Méiida,  Táchira, 
Barinas,^  Portuguesa.  Apure, 
Guayana  y  Maturín. 


Nacimiento  de!  Príncipe  iini)eriíil, 
iinico  hijo  del  Emperador  NajJO- 
león  III  y  la  Emperatriz  iCu,.>o- 
nia.  Se  firma  en  Santiago  de  Chi- 
le el  15  de  septiembre  un  tratado 
de  unión  continental  cutre  Chi- 
le, el  Perú  y  el  Ecuador;  y  el  9 
de  diciembre.  Méjico,  Venezuela, 
Nueva  Granada,  Guatemala,  Sal- 
vador y  Costa  Rica,  suscribieron 
en  Washington  una  convencí* mi  de 
«A]ianz;í  y  Confederación».  So 
inaugur;;  en  Madrid  el  teatro  de 
la  Zarzuela. 


1857  El  Congreso  deroga  la  Cons- 
titución del  año  30  y  decre- 
ta la  de  este  año.  Estableci- 
miento del  Telégrafo  eléctri- 
.  co.  PeSíiparición  del  cólera 
que  por  primera  vez  azotaba 
al  país. 


Establecimiento  de  la  federación  en 
la  Nueva  Granada.  Muerte  del 
gran  poeta  don  Manuel  José  Quin- 
tana. .Asesinato  del  Arzobispo  de 
París.  Muerte  de  los  poetas  Al- 
fredo   de    Musset    y    Reranger. 


18  58  Revolución  de  los  dos  par- 
tidos políticos  que  unidos  dan 
el  grito  en  \'alencia,  contra  el 
Gobierno  de  Monagas.  Re- 
nuncia éste  el  poder  ante  el 
Congreso.  Entrada  triunfal 
de  los  revolucionarios  en  Ca- 
racas. Con\t)case  una  Gran 
Convcnciódr  Nacional.  Pro'o- 
colo  Anglo-r ranees.  Se  insta- 
la aquélla  el  5  de  julio  en 
Valencia  y  nombra  {'residente 
provisional  al  general  fuliáir 
Castro,  y  decreta  al  fin  una 
nueva   Constitución. 


Triunfa  en  el  Perú  el  General  Cas- 
'tilla  y  es  elevada  á  la  Presidencia. 
Se  arreglan  las  desavenencias  en- 
tre el  Brasil  y  el  Paraguay.  Pri- 
mera comunicación  telegráfica  en- 
tre América  y  Europa.  Tratado 
de  paz  entre  Francia,  Inglaterra 
y  China.  Viaje  del  Conde  de  Ca- 
vour  á  Saboya  y  Francia  y  su 
entrevista  con  Napoleón  en  Pom- 
bliéres.  Caída  de  Cómonfort  en 
.Méjico  y  triunfo  de  Zuloaga.  Be- 
nito   Juárez    Presidente    interino. 


1859  Se  di\iden  los  ]iarli(!o>  y  se 
levantan,  proclamando  la  fe- 
deración, varios  caudillos  li- 
berales. Los  oligarcas  pren- 
den al  Presidente  Castro,  y 
encargan  del  poder  al  Desig- 
nado Pedro  Gu§l..  Batalla  del 
2   de   agosto  en    Caracas     To 


Guerra  entic  .\ustri:i  y  I-'i'aniii.  Ha- 
talla  de  Mag.-iua  t-n  qu.-  salen 
derrotados  los  austríacos.  Entra- 
tla  de  Napoleón  en  Milán.  Eva- 
cuai^iíHi  de  Bolofíia  y  de  Ancona 
por  los  austríacos.,  Batalla  de  Sol- 
ferino ganada  por  los  franceses  é 
italianos   contra   el   Austria.    Entre- 


FELIPE  TEJERA 


193 


i»a  de  La  Guaira.  El  Vice- 
presidente don  Manuel  F.  To- 
var  en  la  Presidencia.  Bata- 
lla de  Santa  Inés, 


vista  de  Napoleón  y  el  emperador 
de  Austria  en  Villaf ranea.  Trata- 
dos de  paz.  Trabajos  para  la  uni- 
dad italiana.  Guerra  del  Ecuador 
y  Perú.  Bloqueo  de  Guayaquil  por 
los  peruanos.  Convención  de  am- 
bos beligerantes  por  intervención 
del  representante  español  don  He- 
riberto  García  de  Quevedo. 


1860  Batalla  de  Copié.  Destruccióai 
del  ejército  federal.  Elección 
constitucional  de  M.  F.  To- 
var.  Presidente  de  la  Repú- 
blica. 


Agitación  y  progresos  del  j)artida 
unitario  entre  los  alemanes.  Ba- 
talla de  Castillejos,  ganada  por 
los  españoles  contra  los  marro- 
quíes. Toma  de  Tetuán  por  los 
españoles.  Paz  entre  España  y  Ma- 
rruecos. Toma  de  Pekín  por  el 
ejército  anglo- francés. 


1861  Oposición  á  Tovar  por  el  re- 
dactor de  «El  Independien- 
te». Se  fracciona  el  partido 
conservador.  Renuncia  de  To- 
var. Rige  la  Presidencia  el 
Designado  Pedro  Gual.  Pri- 
sión |de  éste  ipor  los  amigos  de 
Páez.  Exaltación  á  la  Dicta- 
dura  del  General  Páez. 


Anexión  de  la  República  de  Santo 
Domingo  á  España.  Ensayo  ofi- 
cial del  Ictíneo,  inventado  por 
Monturiol  en  Alicante.  Interven- 
ción en  Méjico  de  las  escuadras 
de  España,  Francia  é  Inglaterra 
al  mando  del  General  Prim.  Gue- 
rra de  separación  en  los  Estados 
Unidos.  Lincoln  toma  posesión  de 
la  Presidencia  y  declara  bloquea- 
dos los  Estados  del  Sur.  Jefferson 
Davis,  Presidente  de  los  separa- 
tistas. Batalla  de  Manasas,  gana- 
da por  ios  del  Sur.  Muerte  del 
autor  dramático  Mr.  Scribe.  Los 
españoles    desembarcan    en    Vera- 


1862  Decreto  orgánico  de  la  Repú- 
blica. Creación  de  un  Coase 
jo  de  Estado.  Se  contrata  en 
Londres  un  empréstito  de  un 
millón  de  libras.  Quiebra  el 
Banco  de  Venezuela.  Fusila- 
miento de  los  Generales  He- 
rrera y  Paredes.  Se  constru- 
y»  el  Ferrocarril  del  Este. 


Muerte  de  don  Francisco  Martínez 
de  la  Rosa.  Prifn  se  retira  con 
las  tropas  españolas  de  Méjico, 
y  los  franceses  abren  las  hostili- 
dades contra  la  República.  En- 
vío de  refuerzos  franrcses  á  Mé- 
jico al  mando  del  General  Forey. 
Los  confederados  del  Norte  to- 
man á  Nueva  Orleans.  Combato 
entre  <é\.  Monitor  y  la  fragata  Meri- 
mac.  Batalla  de  Richmond  gana- 
da por  los  del-  Sur.  Lincoln  decro- 
ta  la  emancipación  de  los  escla- 
vos. Los  Estados  Unidos  dan  sa- 
tisfacción á  Inglaterra  por  la  cap- 
fura  de  ciertos  comisarios  del  Sur 
mu.  «I   TAi^r   m&Msi   Fraat. 

14 


194 


HISTORIA    ÚE    VENEZUELA 


1863  Tratado  de  Coche.  Convoca 
ción  de  una  Asamblea  para  la 
Victoria.  Término  de  la  Dic- 
tadura de  Páez.  Entrada 
triunfal  de  Falcan  en  Caracas. 
Promulgación  de  un  de.:re*o 
(le  garantías.  Reunión  de  la 
Asamblea  constituyente  de  la 
Federación,  que  decreta  ho- 
nores áFalcón  y  autoriza  pa- 
ra contratar  un  empréstito  en 
el  extranjero  de  un  ntillón  y 
medio   de    libras. 


-Se  instaki  en  Lima  el  Congreso 
Americano  (28  de  octubre).  Sube 
á  la  Presidencia  del  Paraguay  el 
Mariscal  Francisco  Solano  I^pez 
que  impulsa  al  país  por  las  v¡a< 
del  progreso,  y  envía  treinta  jíV 
\ene3  paraguayos  á  -educarse  en 
l'Air(jpa  en  diferentes  raines  del 
saber. 


1864  Se  decreta  la  Constitución  Fe- 
deral que  establece  veinte  Es- 
tados soberanos,  ab,ole  la  pe- 
na de  muerte,  la  prisión  por 
deudas,  y  declara  venezolanos 
á  todos  los  nacidos  en  territo- 
rio   de    la     República. 


Proclamación  de  Maxnniliano  Em- 
perador de  Méjico  auxiliado  por 
un  ejército  francés.  Con  motivo 
de  la  cuestión  de  límites,  estalla, 
la  gvierra  entre  el  Paraguay  y 
los  aliados  Brasil,  la  República 
Argentina  y  el  Uruguay.  El  ma- 
riscal López  se  apodera  de  un  pa- 
quebote brasilero  é  invade  con 
10,000  hombres  la  provincia  de 
Matto  Grosso.  Con  ocasión  de  la 
incorporación  de  -Santo  Domingo 
á  España,  de  la  expedición  fran- 
cesa á  Méjico,  la  presencia  de  la 
escuadra  española  en  el  Pacífico 
y  la  ocupación  de  las  Islas  Chin- 
chas, se  reunió  en  Lima  un  Con- 
greso de  las  Repúblicas  hispano- 
americanas de  donde  emanaron  dos 
tratados  :  uno  de  «unión  y  alian- 
za » ,  y  otro  de  « conservación  de 
la  paz  i.  entre  las  Repúblicas  allí 
representada». 


SEGUNDA   PARTE 


HISTORIA  MODERNA 

REPÜBLICA   FEDERAL 

LA  REPÚBLICA  FEDERAL    ABARCA  LAS  DOS    ÉPOCAS  QUE    SE    EXTIENDEN 
RESPECTIVAMENTE  DESDE    EL  AÑO   DE  1865    HASTA  LA  PROMUL- 
GACIÓN DE  LA  NUEVA  CARTA  FEDERAL  EL  AÑO  DE  1881;  Y 
DESDE  ESTA  FECHA  HASTA  EL  TRIUNFO  DE  LA  RES  - 
TAURACIÓN  LIBERAL  Á  FINES  DEL  SIGLO  XIX 


EPOO.».     GITJI1SIT.A. 

(De    1865   á    1881) 


CAPITULO  I 

^ímea-a  Presidencia  Constitucional  de  la  Federación.— Guzmán  Blanco  Pri 
mer  Designajdo  en  el  ejercicio  del  Poder.-  Expulsión  del  Dr.  Batista  del  Se 
nado. —Atropello  á  la  imprenta  de  Manrique.— Desórdenes  en  Maracaib».— 
Acuiediucfto    de    Caujarao.— Teiriblor    en    Caracas. —Muerte    de    Fermín    Toro. 

1345  Promiulgada  la  Carta  Federal,  constituidas  las 
veinte  Entidades  Federales  y  contratado  el  erripréstito  de 
1.500.000  libras  para  gratificar  á  los  servidores  de  la  causa 
triunfante,  se  practicar oin  elecciones  para  Presidente  de 
los  Estados  Unidos  de  Venezuela  y  para  el  primer  Con- 
greso   Constitucional  del   nuevo   régimen  político. 

1346  Reunido  a:qiuél  en  Caracas  el  11  de  marzo  de 
1865,  practicó  el  18  el  escrutinio  presidencial  y  resultó 
electo,  casi  por  unanimidad,  el  General  Juan  Crisóstomo 
Falcón  á  quien,  como  antes  digimos,  se  había  conferido 
el  -título  de   Gran   Ciudadano  Mariscal. 

1347  Ausente   á  la  sazón  en   Coro  el    Mariscal   ejer- 


196  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


cía  la  Presideincia  Güzman  Blanco  con  el  siguiente  Ga- 
binete: Juan  Vicente  Silva,  Ministro  del  Interior;  José 
Dolores  Landaeta,  de  Hacienda;  Doctor  Rafael  Seijas, 
de  Relacicwies  Exteriores  y  José  M.  Alvarez  de  Lugo,  de 
Fomiesnto, 

1348^  No  fueron  del  agrado  de  muchos  correligiona- 
ríos  políticos  los  pirooedimientos  del  Encargado  del  Po- 
der Públicoí,  y  de  ahí  'que  coin  ahinco  requiriesen  de  Fal- 
cón  'que  se  pusiese  al  frente  del  gobiernoi;  y  vino  en  efecto, 
el  Presidente  y  presttól  a]  7  de  junio^  la  promesa  legal  ante 
el  Congreso ;  pero  tuvo  (qiue  ausentarse  de  nuevo  por  tras- 
tornos locales  que  habían  ocurrido  en  Maracaibo,  y  cuan- 
d.o  ya  el  Congreso  había  elegido  desde  el  13  de  mayo  de- 
signados l.Q  y  2.2  respectivamente  á  los  Generales  Guz- 
nián  BlancOi  y  Desiderio  Trías. 

1349  Desde  entonces  empezó  á  manifestarse  la  re- 
pugnancia del  Presidente  á  permanecer  largo  tiempo  en 
Caracas,  asientOi  de  los  Poderes  Públicos,  hostigado  q^uizá 
con  las  desapoderadas  exigencias  de  dinero  con  que  cons- 
tantemente le  asediaban  algunos  amigos  que  imaginaron 
que  al  triunfo  de  la  causa  estaba  vinculada  su  fortuna. 

1350  Y  para  mlayor  motivo  de  desabrimiento  en  el 
público,  el  Señor  Don  Antonio  Guzmán,  Presidente  del 
Senado,  había  arrebatado  al  Dr.  Eusebio  Batista,  que 
hacía  la  oposición  al  Gobierno,  el  derecho  de  palabra  y  al 
día  siguiente,  á  propuesta  de  varios  colegas,  el  indepen- 
diente   Senador  fue   expulsado   de  la    Cámara. 

1351  A  lo  que  se  agrega  que  habiendo  salido  de  la 
imprenta  de  «El  Loico»  periódico  de  J.  F.  Manrique, 
tíos  hojas  volantes  relacionadas  con  el  empréstito  de 
1864,  que  no  dejaban  bien  puesto  el  nombre  del  Desig- 
nado encargado  de  la  Presidencia,  en  pleno  medio  día  y 
al  !ma|ndo  del  Coronel  Patrullo,  una  turba  en  la  que  no 
pitaron  agentes  de  orden  público,  acometió  á  la  imprenta 
y  la  arrojó  á  la  calle. 

1352  Don  Juan  Vicente  González,  vecino  de  Man- 
rique y  testigo  de  aquél  insólito  atropello,  cuando  vio  que 
el  Prefecto  á  caballo  acudía  á  toda  prisa  con  muchos  po- 
lizontes, le  dijo  len  son  de  burla  desde  la  puerta  de  siu;  casa: 
«Amigo  Manzo,  si  no  acude  usted  tan  pronto  le  arrojan  la 
imprenta   á  Manrique  á  la  calle». 

1353  Veamos  ahora  lo  que  pasaba  en  Maracaibo: 

1354  Era  que  Southerland  y  Venancio  Pulgar,  Jefes 
del  Centralismio,  que  durante  la  Dictadura  de  Páez,  ha- 
bían cambiado  de  opinión,  se  disputaban  el  mando  del 
Estado  Zulia.  Southerland,  que  lo  gobernaba,  contaba 
con  el  apoyo  de  Falcón,  y  Pulgar,  que  infructuosamente 
le  había  acometido  en  noviembre  de  1864,  al  promediar 
el  mayo  de  1865  le  atacó  con  más  denuedo;  y  ya  se  daba 
por  vencedor,  cuando  refuerzos  de  Coro,  al  mando  del 
mismo  Mariscal,  le  hicieron  tomar  la  fu^a  y  refug^iarse  en 
la  Nueva  Grabada,  hoy  Colom,bia. 


FELIPE   TEJERA  197 


1355  En  ieste  propio  año  alarmó  al  público  la  tiran- 
tez de  relacioities  de  España  con  las  Repúblicas  del  Pací- 
fico; comenzó  á  construirse  un  acueducto  en  Caujarao, 
para  surtir  de  iag"ua  á  la  ciudad  de  Coro;  publicó^^  Don 
Felipe  Larrazabal  el  primer  tomo  de  su  Vida  Pública 
del  Libertador  \  murió  en  Chile  el  eminente  Don  Andrés 
Bello:  hubo  el  15  de  diciembre  un- fuerte  temblor  en  Ca- 
racas, y  feneció  en  la  misma  el  ilustre  Do,n  Fermín  Toro, 
preclaro    literato    é  insigne    orador    venezolano. 

1356  Cuanto  á  la  paz,  qfuedaba  este  año  seriamente 
ameinazada,  pues  muchos  prohombres  federales  fragua- 
ban en  sigilo  una  conspiración  para  derribar,  decían,  el 
mal  gobierno  de  Falcón  y  de  Guzmán  Blanco,  su  teniente 
favorito.  Por  Jefe  reconocían  al  General  PedrO'  Manuel 
Rojas,  Presidente  del  Estado  Zamora,  y  como  colabora- 
dores contaban  en  Oriente  con  los  Generales  José  T.  Mo- 
ínagas  y  Loreto  Arismiendi;  en  el  Centro  con  el  General 
Manuel  E.  Bruzual,  (1)  Urrutia,  Gutiérrez  y  Guillermio 
Tell  Villegas;  en  Carabobo!  con  Don  Rafael  Arvelo.  y  en 
otros    Estados   con   militares  de  prestigio. 


CAPITULO    II 

NiomltyraimlSaníío  de  nuevos^  Designaidos.— Oposición  al  Gobierno  en  ei  Con- 
greso.—Progresos  revolucíoniarios.— Pedro  Manuel  Rojas  en  armas.— Evolu- 
icíóin  política  del  Presidente.— Tratados  de  paz.— Disturbios  en  Ciudad  Bo- 
livaB".— Crisis  Fiscal.— Suispensión  de  poderes  á  Guzmán  Blanco.- Colina  en 
el  poder,  sie  los  restituya.,- Carta  de  Guzmián  Blanco.— Nuevo  asalto  de 
Pulgar  á  Maracaibo.— !FuBÍlantiento  de  Capó  y  otros  sucesos  importantes. 
—  1866. 

1357  Reunido  el  Congreso  procedió  á  la  elección 
anual  de  nuevos  Designados,  y  lo  fueron :  Primlero,  el  Ge- 
neral León  Colina  y  Segundo,  el  General  Rafael  Márq'ues: 
(2  de  mayo). 

1358  Ya  para  terminar  el  lescrutinio  que  dio  por  re- 
sultado la  elección,  del  General  Colina,  uno  de  los  escruta- 
dores-dijo en  voz  recia: — Señor  Presidente:  Aquí  hay 
im  voto  en  verso! 

— Léalo    usted,!    contestóle   el  .  Presidente. 

1359  Entonces  en  medioi  .de  la  excitada  curiosidad 
y  solemne  silencio  del  Congreso,  el  escrutador  puesto  de 
pies  y  'en  alta  voz  leyó^ 

(1)  Bruzual  en  el  aflo  64  había  sido  el  corifeo  de  una  revuelta  contra  el  Maris- 
cal Falcón,  pero  tan  mal  urdida,  que  cuando  se  preparaba  para  salir  á  los  Valles  d^ 
Aragua  á  ponerse  al  frente  de  los  revoltosos,  fué  aprisionado  en  el  Teatro  Caracas 
el  25  de  agosto  del  propio  año,  quedando  así  fracasada  la  primera  revolución  que 
se  tramó  en  el  seno  de  los  caudillos  federales  apenas  corrido  el  primer  año  del 
triunfo  definitivo  de  la  causa.  El  general  Trías  que  ejercía  la  Presidencia  le  puso  en 
libertad  el  28  de  octubre. 


198  HISTORIA   DÉ   VENEZUELA 


Dijo   la^  Cañamiona 
A    sus   hijitos : 

«I  Qué  bien  hemos   quedado, 
Cañamloincitios !» 

Con  lo  que  las  barras  prorrumpieron  en  prolongados! 
y  estrepitosos  api!,a;usos 

1360  Falcóm  que  había  vuelto  de  Coro,  se  encargó 
del  Gobierno  y  coinstituyói  su  Gabinete  así:  Ministro  del 
Interior,  el  General  Jacinto  Regino  Pachano ;  de  Gue- 
rra interino,  el  General  Juan  Francisco  Pérez;  de  Hacien- 
da, el  Señor  Rafael  Arvelo;  de  Relaciones  Exteriores,  él 
Dr.  Rafael  Seijas;  de  Fomento,  el  Señor  José  M.  Alvarez 
de  Lugo  y  de  Crédito  Público,  el  Licenciado  José  Dolores 
Landaeta.  Guzm!án  Blanco  ocupó  su  puesto  en  el  Congre- 
so y  a  poco  fué  nombrado  por  Falcón  Ministro  Plenipo- 
tenciario en  Europa. 

1361  No  obstante  eso,  en  el  seno  mismo  del  Gongresoi 
se  inicia  la  oposición  al  Gobierno  que  traía  ya  en  miras  re- 
formar la  Coinstitucióín.  (1)  El  Diputado  F.  Barberi,  qlíe 
propuso  un  voto  de  censura  al  Miinisterio.  fue  apaleado 
en  las  calles  de  Caracas  por  un  oficial  en  servicio  activo. 

1362  Entre  tanto  la  proyectada  revolución  adelan- 
taba, y  ya  el  Dr.  Villegas  había  comprometido  á  varios' 
Jefes  influyentes  en  Carabobo,  Cojedes  y  Barquisimeto. 
En  est3  Estado  mandaba  desde  el  triunfo  de  la  Federa- 
ción el  General  Patiños  hombre  analfabeto  y  semi-bárba- 
ro,  asesorado  por  el  Dr.  Eduardo  Ortíz. 

:  1363  Así  las  cosas,  un  incidente  vino  á  precipitar 
los  sucesos,  y  fue  qlue  !el  General  Quintero,  el  3  de  junio, 
se  alzó  proclamlando  la  separación  de  Portuguer^a  del  Esta- 
do Zamora  y,  en  consecnencia^  y  aparentemente  para  so- 
meterlo, se  puso  el  General  Pedro  Manuel  Rojas,  Jefe  de 
la  Revolución,  sobre  las  armas. 

1364  Falcón,  empero,  que  no  andaba  del  todo  desa- 
visado de  sus  proyectos,  dispuso  entonces  que  Don  Ra- 
fael Arvelo,  Ministro  de  Hacienda,  se  encargase  de  lá 
Presidencia;  y  al  General  Bruzual  teje  de  la  Revolución 
en  el  Centro)  lo  nombró  Jefe  del  Estado  Mayor  del  Ejér- 
cito que  miandaría  en  persona  el  propio  Mariscal :  dispo- 
siciones éstas  q^ue,  aceptadas  como  fueron,  trastornaron 
radicalmente  los  propósitos  revolucionarios. 

1365  A  fines  de  agosto  ya  estaba  en  Barquisimeto  el 
Ejército  del  Gobierno,  y  así  á  Pedro  Manuel  Rojas  no  le 
quedó  otro^  camino  que  tratar,  como  en  efecto  lo  hizo 
con  Falcón,  y  al  terminar  septiembre  la  paz  qnedó  sellada. 

1366  Por  otra  parte,  el  21  de  junio  había  sido 
preso  en  Ciudad  Bolívar,  por  su  propia  guardia,  eL  Gene- 

ÉT- r-í 

(1)  "La  Asamblea  constituyente  nos  colocó  al  borde  de  la  anarquía.  No  nos  he- 
mos precipitado  en  ella  por  el  poder  de  un  resorte  extraño  á  esas  instituciones  (el  pres- 
tigio personal  del  Gran  Ciudadano).  Os  pido,  pues,  como  lo  tienen  pedido  los  Es^ 
tados,  como  lo  aclámala  mayoría  délos  venezolanos,  una  reforma  sustancial  de 
las  instituciones."  (Mensaje  al  Congreso  por  A.  Guzmán  Blanco,   1866.) 


FELIPE   TEJERA  19^ 


ral  José  Loreto  Arismjendi  y  inotn'brádose  un  Gobierno  pro- 
visional;  y  practiciadas  len  seguida  las  elecciones  resultó 
electo  Presidente  el  Señor  Dalla-Costa,  quien  con  anuen- 
cia del   Gobierno  Central,   ocupó   su  puesto. 

1367  Luchaba  entre  tanto  Don  Rafael  Arvelo,  en- 
cargado del  Poder,  con  arduas  é  insolubles  dificultades 
fiscales,  provenientes  en  su  mayor  parte  de  la  liberalidad 
conque^  á  costa  del  Erario  Público,  atenuaba  Falcón  la 
ambición  de  sus  amigos;  y  como  consecuencid,  hubo  de 
suspender  el  pago  de  los  intereses  del  empréstito  de  la 
Federación,  por  lo  cual  protestaron  los  acreedores  ingle- 
ses. Y  como  Guzmán  Blanco  desde  las  columnas  del 
«Times»  censuraba  la  resolución,  inmediatamente  Arvelo 
le  suspendió  de  sus  funciones  (8  de  setiemibre). 

1368  Disgustado  por  semejante  medida  el  General 
Pachano,  escribió  á  Falcón  sobre  el  asunto,  y  éste  llamó 
á  Colina  á  que,  como  Designado,  se  encargase  del  Po- 
der. Dejó  Colina  el  mismo  Ministerio  con  excepción  del 
Señor  Landaeta,  pero  no  repuso  á  Guzmán  en  su  destino. 
Entonces,  (6  de  noviembre).  Pachano  parte  para  Coro, 
recaba  de  Falcóin  la  orden  perentoria  y  Guzmán  queda 
frepuesto.  Mas  no  por  eso  el  Señor  Arvelo  dejó  de  ser 
Ministro! 

1369  Recibió  Guzrnán  Blanco  en  París  la  noticia  de 
su  destitución  postrado  en  cama  por  el  cólera,  y  escri- 
bió á  Falcón  la  carta  qiue  copiamos :  «Próximo  ya  á  mo- 
rir pedí  á  mi  médcio  unos  instantes  para  arreglar  unos 
asuntos  de  familia  y  consagrarle  á  usted  mi  última  des- 
pedida ;  peroi  el  buen  Dios  quiso  conservar  mi  existencia, 
y,  al  volver  á  la  vida,  mi  primera  palabra  es  para  usted, 
á  quien  consagro  esta  segunda  \qda,  como  consagré  la 
primera». 

1370  Pulgar,  que  no  se  hallaba  ocioso  asalta  en  la  noche 
del  15  de  nox'iemibre  el  Castillo  de  San  Carlos,  y  queda 
herido  de  gravedad  y  prisionero;  y  el  25  de  diciembre  los 
Generales  Capó  y  Eduardo  Pérez  atacan  la  ciudad  de 
Maracaibo,  mas  con  tari  mala  fortuna,  que  fueron  derro- 
tados. Al  día  siguiente  el  General  Capó,  antiguo  y  riguro- 
so Jefe  contralista,  fué  fusilado  por  la  guardia  qrue  le  hizo 
prisionero  y  le   conducía   á  Maracaibo. 

1371  En  este  año.  ter'mina  el  acueducto  de  Caujarao, 
se  erige  una  estatua  pedestre  al  Libertador  en  Ciudad  Bo- 
lívar; el  Arzobispo  Guevara  y  Lira  refacciona  y  consa- 
gra de  nuevo  la  Catedral  de  Caracas ;  prosiguen  los  tra- 
bajos de  ornato  de  la  Plaza  Bolívar,  que  habían  comen- 
zado el  año  anterior;  llega  á  Caracas  el  Señor  Mata,  co- 
misionado de  Chile,  y  consultado  el  Congreso  sobre  la 
actitud  que  debía  asumir  la  República,  en  la  contienda  de 
Chile,  y  España,  acuerda,  (9  de  ñiayo),  dejar  al  Ejecutivo 
en  libertad  para  declarar  la  guerra  á  ésta  cuando  hubiere 
hecho  desembarco  de  tropas  en  cualesquiera  de  las  Re- 
públicas aliadas;  se  co'mpra  el  vapor  de  guerra  «Bolívar» 
y  mueren  en  Caracas  Don  Juan  Vicente  González,  grande 


200  HISTORIA   DE  ví:nezuela 


y  apasionado  escritor,  polemista  formidable,  liistoriádor 
no  siempre  veraz  y  político  siempre  vehemienté  y  fulmi- 
nante, el  Dr.  Ángel  Quintero,  el  Obispo  Fortique  y  Va- 
lentín Espinal. 


CAPITULO  III 

Nuevos  Designados.  — Desordenes  en  la  adminisfa-ación.— La  Genuína.- -Alianza 
de  Io6  partidos.— El  Congreso  de  1868.— Renuncia  del  Ministerio.— Nobte 
conducta  de  Falc6n.— Bruzual  en  el  Poder.— La  Revolución  Azul.  -Tratado 
de  Aníímiano'.— El  General  J.  F.  Monagas,  Jefe  de  la  revolución.- Cambias 
políticos  en  Valencia— La  revolución  en  Coro.  -Falcón  en  Curazao.  Toma 
de   Caracas.- 1867-1868. 

1372  Para  Designados  en  el  año  de  1867  fueron 
telegidos,  2  de  mlayo,  el  General  Miguel  Gil  y  el  General 
Luis  R.  Cáspers.  El  primleroi  rigió  la  Presidencia  el  25  por 
Ihaber  tenido  el  Mariscal  que  ausentarse  para  Coro.  El 
mismo   día  clausuró   el    Congreso   sus    sesiones. 

1373  Según  Level  de  Goda:  «los  desórdenes  de  la 
Adm.iinistración,  muy  particularmente  en  el  manejo  de  las 

Rentas,   llegaron   á  su   n^ayor   altura Se   despachaban 

los   asuntos  oficiales  hasta   en  las   Cantinas.   (1) 

1374  Contribuyó  también  al  descrédito  del  Gobier- 
no haber  burlado  las  esperanzas  íjiue  el  mismo  despertó  -de 
recompensas  militares.  La  deuda  exterior  creció  conside- 
rablemente, y  el  país  sin  saber  q'ué  se  había  hecho'  el 
empréstito,  supo  sí  que  lo  estaba  pagando»  (2) 

1375  Ello  es  que  en  setiembre  estalla  en  el  Estado 
Bolívar  la  Revolución  que  se  llamó  genuina,  acaudillada 
por  el  General  Luciano  Mendoza,  y  concluye,  después 
de  la  acción  de  la  Esperanza,  por  un  pacto  con  'el  General 
Guzmán  Blanco,  recién  vuelto  de  Europa  y  Jefe  de  las 
fuerzas  del  Gobierno. 

1376  Continúa  sin  embargo  el  descontento  público 
y  los  restos  del  partido  conservador  se  alian  con  la  mayor 
parte  del  partido  liberal  para  tramar  la  Revolución  Azul, 
como  se  caracterizó  después  este  movimiento  político 
por  el  color  de  su  divisa,  al  estallar  en  diciembre  del  mis- 
mo  año. 

1377  Reunido  el  2  de  abril  del  año  siguiente  el 
Congreso,  resultó  elegido  Presidente  del  Senado  el  Doc- 
tor Urrutia  y  de  la  Cámara  de  Diputados  el  Dr.  G.  Tell 
Villegas,  éste  calificado  personaje  de  la  oposición.  Fal- 
cón de  encargado,  del  pojder  el  7,  y  -ya  para  el  15,  se  aprue- 
ba en  la  Cámlara  una  proposición  por  la  cual  los  Diputados 

(1)  Historia  Contemporánea  de  Venezuela. 

(2)  Pasado  de  Venezue¡a.~(Liús  Gerónimo  Alfonzo). 


FELIPE   TEJERA  201 

qu€  habían  aceptado  emiplieos  del  Ejecutivo,  quedaban 
de  hecho  fuera  del  Congreso,  según  precepto  Constitu- 
cional. 

1378  Lo  cual  da  por  resultado  que  los  Diputados 
falconcistas  se  retiren  del  Salón  y  falta  de  qiwriim  se  di- 
suelva la  Cámara.  Los  Ministros  entooces  ren uncían  sus 
Carteras  y  éstas  quedan  á  cargo  de  los  respectivos  se- 
cretar ios. 

1379  Con  motivo  del  estado  trágico  de  los  ánimos 
en  el  Congreso,  el  General  Falcón,  levantándose  esta  vez 
á  la  altura  de  un  hombre  de  Estado,  escribe  al  Señor  Car- 
los Engelk:  «No  tema  usted_  un  24  de  enero,  Nól  Mil  ve- 
oes  no !  Maldición  al  círculo  ó  partido  que  echara  sobre 
mi  nombre  tan  infamie  manchal  (1) 

1380  El  28  de  abril  nombra  el  Presidente  nuevo  Mi- 
nisterio en  el  cual  desemipeña  el  de  la  Guerra,  el  General 
Manuel  E.  Bruzual,  apellidado  justamiente  el  Soldado  sin 
miedo;  y  el  20  queda  éste  ejerciendo  la  Presidencia  por 
asumir  Falcóin  el  in;ando  del  ejército,  y  no  haber  sido  lla- 
mado á  ocuparlo  el  Designado. 

1381  Era  Bruzual  denodado  en  el  combate,  y,  como 
Falcón,  en  la  victoria,  generoso;  mas  no  parecía  socorrido 
con  aquellas  preciadas  dotes  que  le  fueran  menester  para 
&alir  airoso  en  tan  peregrina  circunstancia:  sus  manos  he- 
chas al  manejo  de  la  espada  en  la  contienda,  no  acertaban 
á  dirigir  con  tino  las  poderosas  riendas  del  Estado,  miáxi- 
me  en  aquellos  momentos  en  que  los  horizontes  políticos 
estaban  encapotados  con  nubes  tempestuosas.  A  q'ue  se 
añade  que  Bruzual  noi  era  venezolano  de  nacimiento  y,  por 
tanto,  su  nombramiento  para  tal  cargo  era'  inconstitu- 
cional. 

1382  Mientras  tanto  la  revolución  se  había  propaga- 
do por  los  Valles  de  Araguai  y  Carabobo;  muere  el  Doctor 
Gonzalo  Cárdenas  sorprendido  por  las  fuerzas  del  Gobier- 
no en  la  acción  del  Pao;  surgen  guerrillas  en  otros  Esta- 
dos, y,  después  de  algunos  triunfos,  se  entablan  las  confe- 
rencias de  «Belis.a>>  y  hay  un  arniisticio  por  15  días.  Falcón 
se  había,  como  siempre,  retirado  á  Coro.   (4  de  mayo). 

.  1383  Roto  luego  el  armisticio,  los  azules  triunfan  el 
5  de  mayo  de  las  fuerzas  del  Gobierno  mandadas  por  Co- 
liria en  Las  Adjuntas,  cercanías  occidentales  de  Caracas; 
y  esta  rota  da  por  r lesultado  el  «Tratado  de  Antímano»,  por 
el  cual  el  16  de  mayo  entra  el  ejército  «reconquistador» 
á  la  capital  pero  á  poco  se  sabe  qiue  el  General  José 
fradeo  Monagas,  Jefe  de  los  revolucionarios  orienta- 
les, no  acepta  aquel  tratado  ni  se  acomoda  á  ningún 
otro  si  previamente  no  se  aparta  Falcón  de  la  Presidencia. 
1384  Sombrías  inconsecuencias  de  los  hombres!  El 
General  Juan  Crisóstorrio  Falcón  no  quiso  aceptar  en 
1858,  la  Jefatura  de  la  Revolución  con  que  le  convidaron 


(1)    Carta  fechada  ^1  4  de  marzo  de 


202  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


los  dos  partidos  aliados  para  derribar  del  Poder  al  Gene- 
rar José  Tadeo  Moruagas ;  y  ahora  (en  1868)  el  General  Jo^ 
sé  Tadeo  Monagas,  se  pone  á  la  cabeza  de  la  Revolución 
que  los  mismos  partidos  fraguan  para  derrocar  al  Maris- 
cal Falcón! 

1385  Por  su  parte  el  pueblo  ae  Carabobo  había  ele-- 
vado  al  Poder  á  los  revolucionarios  Isidro  Espinoza  y 
Ramón  Montilla  Troanes,  lo  que  iio  aceptó  el  General 
Loreto  Arismendi,  Inspector  del  Ejército;  y,  para  evitar 
un  conflicto,  Espinoza  se  retira  y  vuelven  al  Gobierno  de 
Carabobo  los  Señores  Dr.  Paz  Sandoval,  Gregorio  Paz, 
Ortega  Martinez  y  Miguel  García  Meza  (3  de  junio). 

1386  Ni  andaban  mejor  las  cosas  en  el  Estado  Coro, 
donde  con  poderoso  impulso  cunde  la  Revolución,  y  obli- 
ga al  Mariscal  á  pedir  refuerzos  á  Caracas.  Fuéronle 
al  mando  del  Gdneral  Gil  y  trabaron  batalla  en  la  serriajiia 
'de  Mataruco  cerca.de  La  Vela;  más  después  de  8  horas 
de  combate,  se  suspenden  los  fuegos  para  entrar  en  tra- 
tos (l.Q  de  junio). 

1387  Noticioso  Falcón  de  los  sucesos,  se  fue  á  La 
Vela  el  3  y  se  embarcó  precipátamente  para  Curaza^o 
desde  donde  escribió  al  encargado  del  Ejecutivo  con  el  fin 
de  esplicar  su  conducta  y  manifestarle  que  se  retirabíá 
definitivamente  del  país,  ámenos  que  asaltasen  el  Go- 
bierno «los  enemigos  del  derecho  y  la  libertad»,  que  á  la 
cuenta  lo  eran  los  azules. 

1388  En  tanto  marcha  hacia  el  centro  el  General  Mo- 
nagas  ya  recoinocido  por  Jeife  de  la  Revolución;  y  luegoi  d!e| 
unas  infructuosas  conferencias  en  Sans-Souci,  se  rompen 
las  hostilidades,  y  ganada  lá  batalla  que  dura  desde  el 
24  hasta  el  26  de  junio,  ocupa  la  ciudad  de  Caracas. 

1389  Así  termina,  sin  concluir  su  período,  el  Gobierno 
del  Gran  Ciudadano  Mariscal,  Primer  Presidente  Cons- 
titucional de  la  Federación  Venezolana,  y  á  quien,  á  des- 
pecho de  sus  errorels  y  defectois^  distinguirá  la  postleñdald 
con  el  justiciero  cognomiente  de  Magnánimo;  porque  él 
supo  tender  sobre  el  sangriento  campo  de  la  civil  discor- 
dia, como  un  iris  respilandeciente  de  hermosura,  aquél 
famoso  «Decreto  de  garantías»  que  puso  silencio  en  los 
campos  de  batalla  y  paz  y  contento  en  los  corazones  en- 
conados por  el  odio. 


FELIPE   TEJERA  203 


CAPITULO    IV 

(Continuación) 

£1    Gobüesmío    Plural    de    los    Azules.— Sus    primerais    notaciones.  -Bruzual    en 

Puerto    Cabello.— Su    viaje    al    Occidente. —Asedio    de    Puerto    Cabello  — Re 

tirada  y  muerte   de  Bruzual.— Pacificación   del   país.— Trabajos  eleccionarios. 

»-Muerte  del  General  José  T.   Monagas.— Rehabilitación  de  éste.  — 1868. 


1390  Ocupada  la  capital  por  el  ejército  de  los  azules, 
el  General  Monagas  constituye  el  18  de  junio  un  Gobier- 
no Plural  compuesto  de  los  Señores :  Miateo  Guerra 
Marcano,  Ministro  de  lo  Interior  y  Justicia;  Marcos  San- 
tana,  de  Hacienda;  General  Domingo  Monagas,  de  Guerra 
y  Marina;  Dr.  Guillermo  Tell  Villegas,  de  Relaciones 
Exteriores;  Dr.  Nicanor  Borges,  de  Fomento,  y  Doctor 
Antonio  Parejo,  de  Crédito  Público;  los  cuales  eligieron  al 
Dr.  Villegas  para  presidirlos.  El  General  Monagas  quedó 
de  Jefe  del  Ejército.  c 

1391  Este  Gobierno  declaró  vigente  la  Constitución 
de  1864,  en  cuanto  no  se  opusiese  al  prograrna  de  la  Re- 
volución, sintetizada  en  la  «unión  de  los  partidos,  la  rei- 
vindicación de  los  derechos  ciudadanos,  la  práctica  del 
derecho  federal  genuino  y  el  derrocamiento  del  régimen 
establecido  por  Falcón»;  y  decretó  una  ampia  y  general 
amnistía  C30  de  junio).  ,. 

1392  Entretanto  Bruzual,  que  había  podido  salir  de 
Caracas  por  los  buenos  oficios  del  General  Luciano  Men- 
doza, se  traslada  á  Puerto  Cabello  y  allí  organizó  de 
nuevo  su  Gabinete  así:  Ministro  de  Guerra  y  Marina, 
el  General  José  Loreto  Arismendi;  de  lo  Interior  y  Justi- 
cia, el  Señor  Gregorio  Paz;  de  Hacienda,  el  Dr.  Pedro 
Bermúdez  Cousín;  de  Relaciones  Exteriores,  José  G. 
Ochoa;  de  Crédito  Público,  el  Señor  Milá  de  la  Roca, 
y  de  Fomento  el  General  Juan  Tomás  Pérez. 

1393  Pedro  Manuel  Rojas  y  León  Colina  fueron 
nombrados  l.s  y  2.Q  Jefes  del  Ejército  Constitucional; 
Falcón  continuaba  en  Curazao,  de  donde  siguió  después 
para  Europa.. 

1394  Organizado  de  este  modo  el  Gobierno,  se  diri- 
gió Bruzual  á  los  Estados  Yaracuy  y  Barqiuisimleto  y  re- 
cabó de  los  Generales  Colmenarez  y  Patino  la  promesa 
de  auxiliarle  con  sus  tropas  en  el  empeño  de  reconquistar 
la  Capital,  promesas  que  aquellos  señores  no  cumplieron. 

1395  Así  las  cosas,  el  Ejército  azul  se  mueve  sobre 
Garabobo.  Enfermo  empero  el  General  Monagas,  pone 
á  su  hijo  José  Ruperto  al  frente  de  las  tropasi,  y  el  5  de 
agosto  acampan  3500  hombres  á  su  mando  cerca  de  la 
plaza  de  Puerto  Cabello,   perfectarnente  atrincherada. 

1396  Comenzó  el  asalto  al  día  siguiente  y  continuó  sin 


204  '  HISTORIA   DE   VENEZUELA 

oesar  hasta  el  14  en  que  herido  ya  Bruzual,  abandona  la 
plaza  qu'e  fue  ocupiada  el  15  por  los  azulea;  y  va  á  miorir 
el  16  de  la  miañana,  en  Curazao,  devorado  por  el  desen- 
gaño más  quizá  que  por  la  sed  de  la  gangrena,  aquel  ca- 
balleresco soldado  sin  miedo  de  la  Federación  á  quien 
parecía  haber  halagado  un  momento  lá  fortuna  para 
luego  traicionarlo. 

1397  Pacificado  á  poco  -el  Oriente  y  el  Occidente,  se 
declaró  libre  la  exportación,  se  convocó  el  Congreso  piara 
el  l.e  de  enero,  y  se  comenzaron  los  trabajos  eleccioq.a- 
rios;  pero  el  General  Monagas,  candidato  presidencial, 
muere  en. El  Valle  el  18  de  noviembre,  y  esto  engendra 
al  cabo  la  división  en  aq'uél  nuevo  partido  que  se  había 
formado  mayormente  por  la  juventud  de  los  antiguos 
bandos,  con  el  loable  propósito  de  llevar  á  la  practica 
las  nuevas  instituciones  que  á  costa  de  tan  invaluables  sa- 
crificios llegó  á  darse  la  República.  Antes,  el  14  de  no- 
viembre, había  aparecido  «La  Opinión  Nacional»  y  pro- 
puesto la  división  de  Venezuela  en  tres  Repúblicas.  Tal 
era    ya    la    anarquía    que    reinaba    en    las    ideas! 

1398  Conviene  advertir  por  lo  insólito  del  caso,  q¡ue  al 
fallecimiento  del  General  Monagas,  se  mandó  por  orden 
superior  parar  el  reloj  de  la  Catedral,  cual  si  se  hubiera 
pronunciado  sobre  la  consternada  ciudad  el  formidable 
«fno  habrá  ya  más  tiempo»  del  Apocalipsis. 

1399  Extraordinario,  por  lo  patéticos  y  solemnes, 
fueron  los  funerales  consagrados  al  Ilustre  Procer,  ya 
rehabilitado  por  los  mismos  dos  partidos  políticos  que, 
diez  años  atrás,  se  habían  ñiancomunado  para  derro- 
carlo del  Poder. 

1400  Tanto  habían  cambiado  los  tiempos,  que  el  acu- 
sado en  la  Convención  de  Valencia,  pudo  impunemente 
en  su  manifiestoi  de  25  de  marzo,  después  de  confesar 
contritamente  sus  pecados,  arrojar  á  la  faz  de  sus  conciu- 
dadanos aquél  tremendo  reto  bíblico: 

«El    que   de   vosotros    esté    sin    pecado 
Lance  contra  el  reo  la  primiera  piedra». 

1401  Y,  coincidencia  extraña :  este  mismo  año  el 
«Ciudadano  Esclarecido»  publica  en  New  York  su  famosa 
«Autobiografía»  en  la  cual  hace  también  pública  confe- 
sión de  sus  errores. 

1402  El  11  de  febrero  de  1870  morirá  en  Caracas  el 
General  Soublette  profiriendo  estas  patéticas  palabras: 
¡Perdona    Oh    Dios    á  este    insigne    pecador!» 

1403  i  Todos  habían  pecado! ¡Pasen  estos  au- 
gustos arrepentidos  bajo  el  sagrado  palio  de  la  miuerte, 
á  ocupar  el  puesto  que  les  corresponda  ejn  el  temiplo  de  loe 
inn-jortales ! 


FELIPE   TE j ERA  205 


CAPITULO    V 

Diputada  elecci6ni  de  Designados— Disturbios  en  Aragua.— Se  fija  día  para 
la  elección  Presidencial— Circular  del  Ministro  del  Interior.— Insurrección 
del  Zulia.— Expedición  contra  Maracaibo.— Fiesta  del  14  da  agosto.— Muer 
te  del  Dr,  Urrutia.— Reacción  liberal.— Ocupación  de  Maracaibo.— Expulsión 
de  Guzmán  Blanco  de  Curazao.— Desembarco  de  este  General.— Batalla  del 
Guay.— Disputa  de  peajes.- Esteban  Palacio  en  la  Designatura.  -Toma  de 
Caracas— 1869-1870. 


1404  Reunido  el  Congreso,  fue  muy  disputada  la 
elección  de  Designados  por  los  círculos  en  que  á  la  muerte 
del  General  Monagas  se  habían  dividido  los  azules.  Unos 
estaban  por  José  Ruperto  y  otros  por  Domingo  Monagas, 
sobre  que  ninguno  en  realidad  representaba  la  opinión 
pública,  sino  apenas  «la  posición  sobresaliente  que  el  in- 
terés de  familia  había  movido  al  Jefe  de  ella  á  señalar- 
les».  (1^ 

1405  Hubo  en  Aragua  una  conferencia  de  los  dos  pri- 
mos hermanos  que  aparentemente  se  avinieron  y  el  Con- 
greso eligió  en  seguida  (20  de  febrero)  primer  Designado 
á  José  Ruperto  Monagas  y  segundo  al  Dr.  Guillermo  Téll 
Villegas ;  mientras  el  General  Arana  que  mandaba  el  Esta- 
do fue  depuesto,  y  al  cabo,  colocado  en  su  lugar  el  Gene- 
ral Esteban  Palacio. 

1406  Fijó  luego  el  Congreso  día  para  hacer  la  elec- 
ción de  Presidente  de  la  República,  lo  que  por  la  conmo- 
ción general  del  país  no;  pudo  al  fin  tener  efecto.  Y  el  Mir 
nistro  del  Interior  dirigió  á  los  Presidentes  de  los  Estados 
una  circular  que  vinoi  á  colmar  el  descontento  de  los  libe- 
rales, pues,  contrayéndose  á  la  revolución  que  con  sigilo 
ya  se  urdía,  habló  de  los  excesos  del  Brigandage  á  que 
era  fuerza  oponerse  á  toda  costa,  y  «poner  el  orden  públi- 
co á  cubierto  de  tentativas  proditorias  ó  conjurarlas  con 
escarmiento  de  sus  autores». 

1407  A  esta  sazón  la  Legislatura  del  Zuliá  reasume 
el  21  de  juniO'  la  soberanía  del  Estado,,  y  el  Ejecutivo  Nar 
cional  lo  declara  en  sublevación  contra  las  instituciones 
de  la  Unión,  y  resuelve  someterlo  por  la  fuerza, 

1408  El  primer  Designado  quiere  dirigir  personal- 
mente la  campaña,  y  dejan do^  el  mando  al  segundo  De- 
signado, Villegas,  se  encamina  á  Puerto  Cabello  (28  de 
julio),  ,  _^  -J0 

1409  En  tanto  se  apresta  allí  la  expedición  para  some- 
ter  á  Maracaibo,   ofrece  el   General    Guzmán    Blanco  én 


(1)    Pagado  dg  V^«fl«?#«^'-Alíonz»» 


206  HiSTaKIA   DE   VENEiiUELA 


SU  casa  una  fiesta  político-social  que  fue  interrumpida  por 
grupos  de  pueblo    am,otinados.   (1) 

Y  con  este  motivo  el  susodicho  hombre  público,  sale 
de)  país  para  ponerse  al  frente  de  la  reacción  Hberal, con- 
tra aquél  Gobierno  visiblemente  dividido  por  la  anarquía 
que  la  rivalidad  de  los  dos  Monagas  había  introducido  en 
sus  filas  y  ya  sin  autoridad  moral  ninguna. 

1410  En  vano  con  tres  mil  hombres  el  primer  De- 
signado ocupa  á  Maracaibo,  toma  prisionero  á  Pulgar 
y  ^se  sustituye  en  laj'Presidencia  con  el  General  J.  M.  Her- 
nández; y  vuelto  á  Caracas  se  reencarga  del  Gobierno, 
pues  á  poco,  atento  á  las  guerrillas  liberales  alzadas  en 
el  Centro,  Oriente  y  Occidente,  tiene  que  ponerse  de 
nuevo  á  la  cabeza  del  Ejército. 

1411  También  consigue  en  vano  el  Gobierno  la  ex- 
pulsión de  Curazao  del  General  Guzmán  Blanco,  pues, 
ocupado  al  fin  Barquisimieto  por  los  revolucionarios,  con- 
movido el  Centro  por  Matías  Salazar  y  reconocido 
por  todos  como  Jefe,  desembarca  aquél  en  Curamichate 
(costas  de  Coro,  14  de  febrero.)  con  un  copioso  parque. 
Fuerzas  de  Coro  salen  á  apresarlo,  pero  se  les  interpone 
el  General  J.  I.  Pulidoi,  y  después  de  la  recia  batalla  del 
Guai  (el  27 1  se  retiran  las  fuerzas  del  Gobierno,  y  con  la 
salvación  del  parque,  asegura  Pulido  el  triunfo  de  su 
causa. 

1412  Es  de  admirar  que  en  presencia  de  tales  sucesos, 
se  intrincase  el  Designado  Villegas  con  el  Presidente 
del  Estado  Bolívar  en  la  enmarañada  controversia  sobre 
si  correspondía  á  la  Nación  ó  al  Estado  el  cobro  del 
peaje  establecidoi  en  la  alcabala  de  La  Vega,  llamado 
peaje  de  Occidente.  Pues  viendo  que  desatendían  el  má- 
ximo peligro  de  Guzmán  por  aquél  asunto  baladí,  Ri- 
cardo Becerra,  Redactor  de  «El  Federalista»,  les  insertó 
la  fábula  de  los  dos  conejos  (de  Iriarte)  que  disputaban  si 
eran  galgos  ó  podiQncos  los  perros  que  los  perseguían :  . 

Y  en  esta  disputa 
Llegando  los   perros 
Pillan    descuidados 
A    mis    dos    conejos. 


(1)  El  general  Guzmán  Blanco  con  otros  liberales  no  azules  todavía,  trató 
de  incrustarse  en  aquella  situación:  el  general  sería  nombrado  Ministro  y  enseguida 
sus  colegas  le  eligirían  para  que  presidiese  la  República.  Con  este  fin  dio  el  general 
Guzmán  su  famosa  fiesta  del  14  de  Agosto  de  1869„  Allí  estaba  congregada  la  flor  y 
nata  de  la  oligarquía  junto  con  algunas  familias  liberales;  fiesta  que  fué  interrumpi- 
da por  un  escandaloso  atentado  contra  la  sociedad  de  Caracas,  en  aquel  recinto 
representada  por  sus  partes  más  distinguidas.  (Luis  Raíz. — Historia  Patria. — Dé- 
cimo estudio  histórico  político. — Apéndice  1895'. 

—"Si  la  buena  fá  existía,  de  aquella  reunión  hubiera  podido  salir  formulado  el  pro- 
grama de  la  común  salvación.  El  quince  de  agosto  pudo  marcar  una  época  que  se- 
ría el  reverso  de  la  que  ha  quedado  marcando.  El  general  Guzmán  Blanco,  identi- 
ficado con  los  grandes  temas,  asegurando  al  Partido  liberal  sus  legítimos  derechos, 
como  mayoría  nacional,  y  respetando  al  Partido  conservador  los  que  jamás  le  ha 
disputado,  porque  son  su  propiedad,  quizás  hubiera  podido  prestar  á  su  Patria  ser- 
vicios altamente  honrosos  para  él  con  universal  ventaja  de  sus  compatriotas.  ('A.  L. 
Gttzmán. — Datoshistóricos  Sur  Americanos.  Tomo  II,  páS'  392.) 


FELIPE    TEJERA  207 


1413  Sátira  que  se  remataba   coa  la   coTiocida  filoso 
fica  máxima  que  encierra  la  posfabuiación : 

Los    que   por    cuestiones 
De    pooo    momento 
Dejan    lo    que    importe 
Llévense  este  ejemplo. 

1414  Para  el  año  70  fue  nombrado  designado  el  Ge- 
neral Esteban  Palacio  y  segundo  el  Dr.  González  Del- 
gado, Constituyó  Palacio  su  Gabinete  así:  Ministro  del 
Interior,  Domingo  A.  Olavarría,  que  no  aceptó;  de  Gue- 
rra, General  José  Austria;  de  Hacienda  el  Señor  Miguel 
Arestiguieta ;  del  Exterior,  Hilarión  Antich;  de  Fomento 
él  Licenciado  Ángel  Fermín  Ramírez,  y  de  Crédito  Pú- 
blico, Ángel  Delfín   Ramos. 

1415  Vista  la  gravedad  de  las  cosas,  ordenó  que  el 
ejército  que  estaba  en  Puerto  Cabello  al  mando  de  J.  L. 
Martínez,  pues  su  Jefe  el  General  Manuel  Herrera  había 
sido  enviado  en  comisión  -á  Maracaibo,  se  pusiere  en 
seguimiento  de  Guzmán.  Pere^  éste,  sm  detenerse  en 
ocupar  á  Valencia,  sigue  por  los  Valles  de  Aragua  hacía 
á  Caracas,  á  la  cabeza  de  ocho  mil  hombres  y  después 
de  tres  días  de  coimbate  le  ocupa  el  27  de  abril,  mientras 
que  las  fuerzas  de  Míartínez  llegan  tarde  y  se  ven  wbl'igadas 
á  retirarse. 

1416  Quedaron  prisioneros  de  Guzmán  y  puestos 
en  la  cárcel,  Ruperto  Monagas,  candidato  á  la  Presi- 
dencia, Esteban  Palacio  y  muchos  otros  jefes  y  oficiales. 

1417  Así  terminó  el  Gobierno  emanado  de  la  Revo- 
lución Azul,  en  quien  el  país  cifró  tan  halagüeñas  espe- 
ranzas; pero  que  falto  de  una  dirección  inteligente,  enér- 
gica y  honrada,  fracasó.  Dejó  no  empero  su  corta  estada 
en  el  Poder,  algunas  obras  meritorias:  pues  abolió  los 
derechos  de  Exportación,  creó  un  Instituto  de  Bellas  Ar- 
tes .y  un  Museo  Nacional  á  cargo  del  Dr.  Felipe  La- 
rrazabal;  permitió  la  libre  navegación  de  los  lagos  y  ríos; 
autorizó  á  los  extranjeros  para  pertenecer  á  los  Conse- 
jos Municipales,  sin  perder  su  nacionalidad;  dejó  en  dis- 
cusión en  el  Congreso  la  Ley  de  Importación,  por  el  peso. 
y  por  la  clase;  y  lia  Ley  isobre  el  establecimiento  de  la,  Ins- 
trucción Popular  obligatoria  y  á  cargo  de  la  Renta  Na- 
cional en  concurrencia  con  la  de  los  Estados  y  Munici- 
pios; redujo  el  Distrito  Federal  á  la  Casa  de  Gobiernp  y 
aemás  edificios  •  públicos  nacionales  en  Caracas,  Capital 
del  Estado  Bolívar;  auxilió  al  Ingeniero  Lutovvski  en 
la  realización  de  su  inventoi  (d^ez  Voladon^  buque  de  vapor 
para  resguardo  de  las  costas  con  un  andar  ide  30  millas  por 
hora;  levantó  el  planO'  y  presupuesto  de  un  nuevo  acue- 
ducto para  Caracas;  compró  los  vapores  «Federación» 
y  «Monagas»,  y  una .  Comisión  presidida  por  el  General 
Soublette  concibió  el  proyecto  de  erigir  por  suscripción 
nacional  una  estatua  ecuestre  al   Libertador. 


208  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


CAPITULO    VI 

El  Septenia.  — 1870-1877 
Orgaiüzacíto  del  nuevo  Gobierno.— Sus  i>r¡nieros  actos.— Conrocación  de  un 
Congreso  de  Plenipotenciariots.- Prepáranse  los  Azules  al  desquite. —Herrera 
en  Puerto  Cabello.— Sus  planes  de  campaña.— El  Ceneral  Olivo.— Desocupa- 
cüfin  de  Puerto  Cabello.— El  «Meteoro».- Hernández  se  pone  á  la  cabeza  de 
^^j  Az/icles.-  El  ejército  de  Herrera  en  Coro.— Salida  de  Olivo  para  Orien 
te.— Destecha  Hernández  el  plan  de  Herrera,  y  emprende  la  campaña  de 
Coro.— SiB  triunfos  y  reveses.  — Pulgar  se  apodera  del  Castillo  Libertador, 
r  iCapítuJiací&n  de  Hernández  en  Maracaibo.  — La  obra  del  Congreso  de  Ple- 
nipotenciarios. —  1 8  7  O  - 1 8  7 1 . 


1418  Triunfante  en  la  Capital  de  la  República  la  reac- 
ción^ liberal  angarilla,  que  se  denominó  Revolución  de 
Abril,  su  caudillo  el  General  Guzmán  Blanco,  organizai 
el  nuevo  Gobierno  con  el  siguiente  Ministerio:  del  Exte- 
rior, Do;n  Antonio  Guzmián ;  de  Guerra  y  Marina,  el  Ge- 
neral José  I.  Pulido;  de  Hacienda,  Don  Jacinto  Gutié- 
rrez; de  Jo  Interior,  Dr.  Diego  Bta.  Urbaneja;  de  Fomen- 
to,  Dr.  Martín  Sanabria;  de  Crédito  Público,  Licenciado 

•Francisco   Pimentel  y   Roth. 

1419  Declara  enseguida  vigente  la  Constitución  del 
64,  nulo  y  de  ningún  valor  todo  lo  hecho  por  el  Gobierno 
anterior,  embargados  todos  los  bienes,  de  los  que  desde 
aQ'uel  imomento  continuasen  en  armas  contra  la  Revolu- 
ción de  Abril;  y,  finalmente,  convoca  para  Valencia  un 
Congreso  de  Plenipotenciarios  de  los  Estados,  y  se  apres- 
ta para  la  camlpaña  contra  los  restos  de  los  Azules  que  to- 
davía imperaban  en  casi  toda  la  República,  y  que  también 
se  preparaban  al  desquite. 

1420  En  efecto,  ¡el  General  Manuel  Herrera  llega  dje 
Maracaibo  á  tiempo  que  el  General  Leandro  Martínez 
tentra  lá  Puerto  Cabello  con  el  ejército  que  había  salido 
en  auxilio  de  Caracas;  y  reconocido  allí  por  Jefe  Civil  y 
Militar,  convida  al  General  Galán,  que  estaba  en  Coro,  á 
concurrir  con  sus  fuerzas  á  Puerto  Cabello,  á  fin  de  poder 
presentar  batalla  á  Guzmán  en  «La  Cabrera»  con  obra 
de   4000  hombres   y   10   piezas   de  artillería. 

1421  La  negativa  de  Galán  coincidió  con  la  llegada 
al  Puerto  del  General  Adolfo  Olivo,  que  venía  en  el  «Fe- 
deración» después  de  haber  ocupado  á  Barcelona;  y  el 
cual  le  propiuso  á  Herrera  abrir  juntos   operaciones  por 

^\  Oriente  contra  el  Centro  á  la  vez  que  lo  hicieran  por  el 
Occidente  los  Generales  Hernández  y  Galán. 

1422  Y  partieron,  en  efecto,  dejando  el  Castillo  Li- 
"bertador  armado  ^n  guerra  para  bloquear  la  plaza,'  a 
tiempo  que  abandonados  por  los  azules  Aráguá  y  Cárabo- 
bo,  acamj>aba  Guzmán  ©1  20  det  mayo  en.  El  Palito. 


FELIPE    TEJERA  209 


1423  El  mial  estado  del  «Bolívar»  obligó  á  Herrera 
á  desembiarcar  á  biarlovento  del  Puerto  en  la  isla  del 
Alcatrás,  á  donde  otro  día  arribó  el  vapor  de  guerra 
prusiano  el  «Meteoro»,  á  solicitar  con  apremio  de  la 
fuerza,  se  devolviese  á  un  subdito  alemán  500  pesos, 
valor  de  la  leña  que,  para  combustible  del  «Federación», 
le  había  tomiado  el  General  Olivo. 

1424  Protestó  Herrera  contra  aquellas  amenazas,  sa- 
tisfizo la  deuda  y  procedía  á  reparar  la  armiada  pa- 
ra seguir  viaje,  cuandoi  se  avistó  una  goleta  qiue  conducía 
al  Dr.  Pedro  José  Coronado  en  comisióin  del  General 
Hernández,  con  ordein  de  q'ue  partiesen  todas  las  fuer- 
zas para  Coro,  donde  se  pondría  él  á  la  cabeza,  como 
Jefe   de  la   Reacción. 

1425  Procedió  Herrera  á  cumplirla  incointinenti,  y 
dos  días  después  hacía  su  des  embarco  en  La  Vela  de 
Coro.  A  poco  torna  á  presentarse  otra  vez  el  «Meteoro», 
mjas  esta  vez  iba  de  paz  |á  dar  satisfacción  á  nombre  del 
Ministerio  Alemán  qbe  supo  lo  ocurrido',  y  á  devolverle 
los  500  pesos.  Estos  no  fueron  aceptados  por  Herrera, 
pero   si   las    excusas. 

1426  Combinó  entonces  con  Galán  nuevo  proyecto 
de  campaña,  y  lo  sometió  á  Hernández,  qiue  estaba 
en  Curazao,  mientras  Olivo  se  embarcaba  para  abrir, 
en    combinación,    operaciones    por    Oriente. 

1427  Proponía,  pues.  Herrera  que  se  hiciese  por 
mar  lo  que  con  tan  buen  éxito  había  logrado  hacer  Guz- 
mlán  por  tierra,  es  decir:  qlue  se  concentrasen  en  Coro 
todas  las  fuerzas  del  Centro,  y  cuando  el  caudillo  libe- 
ral abriese  de  oerca  operaciones  sobre  aqiuellás,  se  las 
emJbarcase  en  la  escuadra,  qiue  se  coimponíá  de  cinco  va- 
pores y  trece  buqlues  de  vela,  y  fuesen  á  dese'mblarcar 
de  noche  en  «Catia  de  la  mar»,  para  amanecer  asal- 
tando á  Caracas  y  pidiendo  la  escuadra  la  rendición  de 
La    Guaira. 

1428  Hernández  empero  que  no  tenía  mayores  al- 
cances en  el  arte  militar,  si  bien  era  muy  hábil  oirganizia- 
dor,  no  hizo  caso  de  este  plan,  y  á  la  cabeza  de  las 
tropas  emprendió  desde  Coro  una  campaña  sem'ejante  á 
la  de  Miranda  en  1806,  qlue  apenas  fué  iniciada;  á  la 
de  Páez  que  terminó  en  Macapo  (1849);  y  últimamente 
á  la  de  lo.s  Generales  Rupertto  Monagas  y  Galán  q'ue 
terminó,  como  vimios,  en  el  Guai. 

1429  Por  cierto  fué  la  suya  tan  desgraciada  como 
aq'uellas.  Partió,  comió  se  ha  dicho,  de  Coro,  y  se  acercó 
á  BarqtuisimJeto  defendido  por  Colina  y  Arestiguieta,  á 
cjuienes  puso  isitio;  pero  reforzados  primlero  por  Daboín 
con  mil  hombres  y  con  otros  tantos  después  por  Salazar, 
los  sitiados  eran  ya  en  mayor  número  que  los  sitiadores. 
Con  lo  qlue  estos  concibieron  un  plan  qtie  les  dio  brillante 
resultado. 

1430  Y    fué    que    Herrera    con    parte    de    las    tropas 

15 


210.  HISTORIA    DE    VENP:ZüELA 


partió  como  si  huyera  sobre  Trujillo,  y  Hernández,  con  la 
otra'  parte,   siguió   corno  hacia   Coro. 

1431  DiesGoncertado  Matías  Salazár  con  aquella  ma- 
niobra, miando  á  Daboín  á  perseg-uir  á  Herrera,  quien, 
engañándole,  le  dejó  seguir  para  Trujillo,  miientras  él  daba 
la  vuelta  y  se  Isituaba,  seg-ún  lo  convenido  co;n  Hernández, 
al  frente  de '  Barquisimieto.  Hizo  lo  mismo  Hernández, 
á  quién  perseguía  Salazar;  de  modo  que  éste  para  volver 
á  entrar  á  la  plaza,  tenía  que  dar  batalla,  mas  ya  sin 
las  fuerzas  de  Daboín. 

1432  Esta  batalla  fué  la  de  «La  Mora»,  (14  de  se- 
tiembre) que  resultó  ganada  por  Hernández;  pero  que  no 
la  supo  aprovechar,  pues,  lejos  de  perseguir  á  Salazar, 
se  estuvo  en  Barqiuisimeto  algunos  días,  en  tanto  que 
aquél  socorrido  por  Guzmán  desde  Puerto  Cabello,  tomó 
pronto  la  ofensiva,  y  cuando  se  movía  Hernández  sobre 
San  Felipe,  le  sorprendió  y  le  venció  en  Ciitíima  í20 
de  setiembre)  con  triunfo  decisivo. — «Matías,  escribió 
entonces  Guzmán  á  Salazar,  te  tengo  envidia;  yo  soy 
tiu    mejor   amigo,    tu   admirador». 

1433  Anteriormente  el  3  de  Agosto,  Pulgar,  que  es- 
taba preso  en  el  Castillo  Libertador,  subvirtiendo  parte 
ile  la  guarnición,  se  había  apoderado^  de  lá  fortaleza. 
Y  el  General  Hernández,  quién  después  de  la  rota  de 
Guama  se  había  retirado  á  Coro,  siguió  de  allí  para  Ma- 
racaibo  y  el  7  de  diciembre  entró  en  tratos  con  los 
Generales    Urdaneta  y   Pulgar  y   capituló   con  ellos. 

1434  Esto  por  lo  que  hace  á  los  principales  sucesos 
ocurridos  en  el  Occidente ;  por  lo  demrás,  el  Congreso  de 
Plenipotenciarios,  que  se  había  reunido  en  Valencia  el 
12  de  Julio,  y  nombrado  á  Guzmán  Blanco  Presidente 
interino  de  la  República,  por  4  años  (á  contar  desde  el 
71),  y  Designados:  primero  al  General  José  I.  Pulido, 
y  segundo  al  General  Matías  Salazar,  ordenó  que,  res- 
tablecida la  paz,  se  procediese  á  elecciones  para  la  Pre- 
feidencia  Constitucional ;  y  cerró  con  la  quinta  Confe- 
rencia sus  sesiones,  después  de  expedir  un  Manifiesto 
á  los  pueblos,  el  15  de  Julio,  no  sin  investir  antes  ai 
Presidente  de  facultades  extraordinarias,  que  se  supo- 
nían estaban  entrañadas  en  el  artículo  120  de  la  Carta 
Federal. 

1435  En  este  mismo  año,  muere  el  29  de  Abril 
en  Fort  de  France  el  General  Falcón ;  la  escuadra  ho- 
landesa que  había  venido  á  La  Guaira  en  son  de  recla- 
mante, se  retira  de  aquel  puerto  á  causa  de  la  guerra 
Franco-Prusiana;.  Guzmán  expide  su  famoso  decreto  de 
27  de  Junio  sobre  instrucción  pública  gratuita  y  obliga- 
toria y  crea  la  renta  respectiva;  sale  expulso  de  lá  Re- 
pública (29  de  septiembre)  el  Arzobispo  Guevara  y  Lira 
(l!  por  haberse  negado  á  cantar  un  Tedeum  con  motivo 

(1)    En  la  alta  moral  republicana  no  cabe  rendir  piadosas  gracias  al  cielo  por 
el  vencimiento  de  un  hermano,  pues  estos  triunfos  fratricidas  siempre  serán  más 


FELIPE  tp:jera  211 


de  la  batalla  de  Guama,  y  aoaso  mlás  que  por  eso,  por  Já 
antigua  enemiga  que  le  guardaba  el  Dr.  Diego.  B. 
Urbaneja,  Ministro  del  Interior;  se  establece  una  Com- 
pañía de  Crédito  q!ue  produce  brillantes  resultados  al 
Gobierno,  como  recaudadora  general  de  las  rentas  na- 
cionales (2);  !se  extinguen  los  derechos  de  importacióíi: 
se  crea  el  Territorio  Colón;  se  reorganizan  la  Alta 
^  Corte  Federal  y  la  Universidad  Central,  y  principia 
oon  la  vehemente  impugnación  del  Padre  Sucre  al  Go- 
bierno, la  complicada  cuestión  eclesiástica  que  extremó 
la   tirantez   de   las   relaciones   de   Venezuela   con   la   Cortfcei 


Pontificia. 


CAPITULO  VII 

Herrera  y  OHvo  reaccio,nan. — Ocupaci|6in  die  Ciudad  Bolívar  y  de  San  Fer- 
nandí».— Invasión  de  Barinas  y  del  Centro.— Deserción  de  Salazar.  -Su  sa- 
lida del  país.— Plan  de  campaña  de  Hernández.— Guzmán  abre  operaciones 
Botore  Apure.— Retirada  de  los  Azules.— Muerte  de  01Ivo.--El  parte  de  Guz- 
mán.— Invasión  de  Salazar.— Su  ataque  á  Tinaquillo.-  -Su  captura.  — Un  Con- 
sejo de  Gugeirra  le  condena  á  muerte.— Ejecucióji  de  la  sentencia.— Convoca 
Guzmán  á  eleccioinies.— Su  labor  en  otros  ramos  de  la  Administracióif.— Ho- 
nores  á   la  memioria   de  Juan   Vicente  Camacho.— 1871-1872. 


1436  Después  de  la  capitulación  de  Hernández  en 
Maracaibo,  los  Generales  Olivo,  en  el  Oriente,  y  He- 
rrera en  el  Occidente,  soistuvieron  la  guerra  de  reacción 
contra  Guzmián  coin  vario  éxito.  Y  aunque  el  primero 
fué  sorprendido  por  Pulido  en  San  Isidro,  sitio  del 
:Eistado-  Maturín, levantando  luego  la  consideración  iá  mayo- 
res empresas,  reoirganizóse  Olivo  del  impensado  descalabro 
y  pudo  ocupar  á  Ciudad  Bolívar  y  á  San  Fernando  de 
Apure;  mientras  Herrera,  por  su  parte,  se  posesiona  de 
Trujillo,  invade  á  Barinas  y  pone  en  jaque  al  Gobierno 
en  Cojedes,   Barq'uisimeto  y  Carabolpo. 

1437  Tenía  Guzmán  además  de  tamañas  dificulcades. 
qiue  atender  perentoriamente  á  otra  mayor,  como  lo 
fué  la  deserción  de  Matías  Salazar,  segundo  Desig- 
nado, ocurrida  en  Valencia,  la  noche  de  San  Bernardino, 
que   le   puso  en    trance   de   perder   la   mejor   parte    die  su 

para  lamentarse  que  para  celebrarse.  Allá  en  el  siglo  XVI  el  Emperador  Carlos  V  or- 
denó fervientes  rogativas  en  Madrid  por  la  desgracia  de  su  Majestad  el  Rey  cristianí- 
simo caido  prisionero  de  sus  tercios  en  la  gran  batalla  de  Pavía,  Y  lo  que  cumplía 
en  el  caso  que  nos  ocupa,  era  seguir  la  cristiana  y  patriótica  insinuación  del  IIus- 
trisimo  Dr.  Guevara  y  Lira,  para  que  se  cantase  el  Tedeum,  el  día  que  fuese  anun- 
ciado públicamente  por  el  Gobierno  el  restablecimiento  de  la  paz.  Lo  otro  sería 
constreñir  al  Ilustrísimo  Prelado  á  mostrarse  parcial  por  uno  de  los  bandos  conten- 
dores, siendo  así  que  él,  como  jefe  de  la  Iglesia  venezolana,  era  el  padre  espiritual 
de  todos. 

(2)    De  esta  Junta  de  Crédito  surgirá  después  el  "Banco  de  Venezuela". 


212 HISTORIA    DE    VENEZUELA 

ejército.  Más,  su  enérgica  entereza  y  buena  suerte  con- 
juraron  el  peligros  y  Salazar  salió  fuera  del  país  acom- 
pañado del  Dr.   Felipe  Liarrazábal. 

1438  ComiO  Pulgar  hubiese  recuperado  á  Trujillo; 
Herrera  y  Olivo  se  reooncentran  en  San  Fernando  de 
Apure  con  2.400  hombres,  en  tanto  q'ue  el  General  Her- 
nández, vuelto  del  extranjero,  dirije  las  operaciones  desde 
la  Capital  de  Guayania. 

1439  Quieren  decir,  que  su  plan  era  atraer  á  Guz- 
rrián  y  entretenerlo  en  el  Apure,  reconcentrar  en  aquella 
plaza  el  miayor  número  de  fuerzas,  y  enií)irender  enton- 
ces, por  el  Oriente,  la  camípiaña,  para  recuperar  á  Caracas. 

1440  Guzmián,  empero,  sale  de  esta  ciudad  con  obra 
de  6.000  hombres,  y  deja  el  Poder  Ejecutivo  á  cargo 
del  General  Juan  Bautista  García:  Llega  frente  á  San 
Fernando,  logra  pasar  el  río;  más  después  de  un  recio 
batallar,  y,  según  lo¡  dispuesto^  por  Hernández,  losi  Azules 
desocupan  la  plaza.  Se  retiran,  pasa  Herrera  el  Araucá; 
Olivo  no  puede  hacerlo,  y  alcanzado  por  los  General  efe 
Crespo  y  Quevedo,  resiste  el  duro  empuje,  tiene  al 
cabo  que  ceder,  arrójase  á  las  crecidas  aguas  y  sucumbe 
herido  en  ellas. 

1441  «La  parte  soez  de  la  Oligarquía  ha  perecido 
en  las  torrentoisas  y  caimanosas  aguas  del  río  Aráucá; 
incrustare'mjois  la  otra  parte  en  nuestras   filas». 

1442  Esto  escribe  Guzmán  al  Gobierno  de  Caracas, 
en  ocasión  q!ue  se  fraguaba  en  su  seno  una  conjuración 
contra  el ;  y  de  la  qiue,  por  suerte,  le  puso  á  cubioirltlp 
sti  ruidosa  victoria. 

1443  Perdida  la  campaña,  abandona  Hernández  á 
Ciudad  Bolívar  con  rumbo  de  nuevo  al  extranjero  y  He- 
rrera toma  la  vía  de  Nueva  Grianadá. 

1444  Ya  parecía  qiue  la  anhelaída  paz  iba  á  tender 
sobre  el  combatido  hogar  venezolano  su  iris  bienhechor, 
cuando  por  desgracia,  nuevo  estrago  de  guerra  viene 
de  la  frontera,  y  á  poco  Matías  Salazar,  comloi  un  con- 
juro  apocalíptico,   aparece  terrífico   en  el   centro. 

1445  Acomete  á  Colina  en  Tinaquillo  (29  de  abril), 
le  hiere  luchandoi  cuerpo  á  cuerpo  en  el  rostro  con  su 
espada;  mas  vencido,  huye  y,  al  fin,  el  10  de  mar^o, 
cae  toncado  prisionero. 

1446  Soniétele  Guzmán  á  un  Consejo  de  Guerra  pre- 
sidido por  el  General  J.  L  Pulido,  compuesto  de  todos 
los  Jefes  del  Ejército  Constitucional  de  la  Federación; 
y  este  le  condena  á  sufrir  la  pena  de  degradación  ^ 
muerte,  con  flagrante  violación  de  la  Carta  Fundamental 
de  la  República.  ¡ 

1447  Refiérese  (^ue  al  solicitar  del  Dr.  Manuel  An- 
tonio Diez,  Médico  Cirujano  del  Ejército,  su  firma  para 
pedir  la  mluerte  del  temidoi  prisionero,  contestó:  «Yo- 
be  venido  aqiuí  para  salvar  la  vida  de  los  hombres,  no 
para  quitajlas.  >  .  '  ' 


FELIPE    TEJERA  213 


1448  CíOinfirraada  la  senteincia  por  el  Presidente  de 
la  República,  Matías  Salazar,  el  Seg'undo  DesignádíO', 
á  qiuién  despuési  de  la  ioicupación  de  Caracas,  se  le 
había  puesto  á  las  nubes,  y  ahora  con  el  apodo  de  «en- 
carbonado»  se  le  arrastraba  por  los  suelos,  fué  pasado 
por  las  arrdas  el  17  'de  miayo',  en  TinaqmilloJ,  y  á  pireseincilal 
del  Ejército  Constitucional  de  la  Federación,  al  frente 
del  cual  había  él  tantas  veces  conquistado  la  victoria! 
Mandó  la  ejecucióin  el  General  Julián  Castro!! 

1449  Resonaba  aún  el  tambor  Ci¡ue  anunciaba  su 
muerte,  cuando  alzándose  sobre  el  cadáver  del  enemigo 
derribado  por  el  suelo :  «El  tremiendo  deber  está  cumplido» 
dijo  Guzmián  á  su  GioMerno.  Y  vuelto,  á  Caracas  convoca 
los  pueblos  á  elecciones  y  declara  restablecida  la  paz 
en  la  República 

1450  No  descuidó  el  Presidente  importantes  ramos 
de  la  Administración  en  estos  dos  anos  de  incesante  y 
icruda  guerra ;  sino  que  poT  el  contrario',  les  dedicó  asidua  é 
inusitaoa  preferencia;  siendo  así  que,  en  breve  tiemipo', 
y  con  el  comJún  aplauso,  terminó  la  carretera  del  Sur,  dejó 
ím'uy  adelantadas  la  de  loiSi  Vialles  del  Tuy,  la  del  Este, 
y  la  de  los  Mariches;  inició  los  trabajos  de  exploración 
del  Ferrocarril  á  la  Guaira;  reorganizó  el  Distrito  Fe- 
deral, construyó  y  amiueblói  el  Palacio  Legislativo;  mandó 
fundir  en  Europa  la  estatua  ecuestre  del  Libiertador  y 
nombró  Comisiones  redactoras  de  los  Códigos  Nacionales. 

1451  Más  no  con  tan  universal  aceptación  susti- 
tuyó los  peajes  con  las  Aduanas  terrestres,  y,  comió  me- 
dida de  combate  contra  el  Poder  Eclesiástico,  dictó  Ja 
Ley  de  Matrimonioi  Civil,  sin  especial  restricción  para 
los  ordenados  in   sacris,  y   extinguió  los  Seminarios. 

1452  Este  imismo  año  celebra  la  Academia  de  Li- 
teratura de  Caracas  solen^tLes  honores  á  la  memoria  del 
poeta  venezolano  Dr.  Juan  Vicente  Camacho,  recién  muer- 
to en  la  ciudad  de  París. 


214  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


CAPITULO  VIII 

Reunión  del  Congriesio.— Aprueba  los  actos  de  GuzMán  dufa;nte  la  Dictadura.— 
Su  elección  de  Presidente  Constitucional.'— Su  propuesta  de  reformas  á  la 
Constítucidn.— El  título  de  Ilustre  Ahiericano.— Su  estatua.— Vacancia  de  la 
Sede  Arzobispal.  -  Destíetrro  del  Pbro.  B  arat.  —Obras  publicáis.  — Ceiniso  tíei  la  Repú- 
blica.—El  Panteón  nacional— La  primera  Opera  de  uin  venezolano.— Extin- 
ción de  los  conventos  de  monjas— El  acueducto  de  Macarao.— Revoluciónf 
del  74.- Su  término.— Asesinato  de  Ducharme. ^Ardid  de  Unceín— Exequias 
á    varioá   Generales    de   la   Federación.  -La    nueva   Constitución.  -1873-1874. 


1453  En  el  Palacio  legislativo  que  al  efecto  se  ha- 
bía ciOinstruído  perbntoriamieinte  en  la  parte  sur  del  Con- 
vento de  las  Monjas  Coinoepciones  reunióse,  el  Primier 
Congreso  Constitucional  del  Septenio ;  recibe  la  cuenta 
<;ne  en  especial  Mensaje  le  presenta  el  Presidente  inte- 
rino, y  aprueba  su  conducta  en  los  tres  años  de  su  Dicta- 
dura. 

1454  Practica  luego  el  escrutinio  y  le  declara  electo 
Presidente  Constitucional  por  cuatro  años.  Este  presta 
la  promlesa  de  Ley  el  27  de  abril  y  constituye  su  Gabi- 
nete comjo  sigue:  Ministro  de  lo  Interior,  General  José 
G.  Ochoa ;  de  Guerra,  General  Miguel  Gil ;  de  Hacienda, 
Santiago  Goiticoa;  de  lo  Exterior,  Jacinto  Gutiérrez; 
de  Fomiento,  Dr.  Modesto  Urbaneja ;  de  Crédito  Público, 
Francisco  Pimientei  y  Roth  (30  de  junio). 

1455  Antes  de  cerrar  sus  sesiones,  conoce  el  Con- 
greso de  las  reformias  constitucionales  propuestas  por 
Guzmán  en  su  Mensaje,  y  ordena  Que  sigan  sus  trámi- 
trámites  legales;  otórgale  el  dictado  de  Ilustre  Americano 
Reg'enerador  y  Pacificador  y  le  manda  erigir  una  estatua 
ecuestre  en  la  Plaza  del  Capitolio;  declara  vaca.nte  lá 
Sede  Arzobispal,  cjue  con  el  benepilácito  general  desem- 
peñaba el  Ilustrísimio  Dr.  Silvestre  Guevara  y  Lira,  y 
nom.bra  para  ocuparla  al  Pbcro.  Dr.  Barált,  quién  no  lá 
acepta  y  sale  extrañado!  por  eso  del  país. 

1456  Este  mismo  año  73  se  promulgan  los'  Códigos 
Civil,  de  Hacienda,  de  -Colmlercio,  de  Procedimiento  Pe- 
nal y  Militar  se  construyen,  reparan  ó  comienzan  obras 
públicas  de  vario  linaje,  coímo  carreteras,  x\duanas  ma- 
rítimas, puentes,  faros,  muelles,  baños  de  mar  y  terma- 
les; ó  de  ornato,  como  alamedas,  paseos  y  jardines;  p 
de  Culto  como  la  continuación  de  la  fábrica  de  San  Felipe 
Ñeri,  la  del  Temiplo  Masónico;  ó  de  Estadística,  como 
d.  Censo  general  que  da  á  la  República  una  poblacióln 
de  1.700,000  habitantes,  por  todo:  ciento  veinte  obras 
que  cuestan  al  Tesoro.  Nacional  cosa  de  1.500,000  du- 
ros. 

1457  El    General    Juan    B.    Batista    obtiene    del    Cxo- 


FELIPE    TEJERA  215 


bierno  un  auxilio  de  1000  pesos  para  practicar  en  los 
Estados  Unidos  La  experiencia  de  un  invento  suyo  sobre 
navegación  ípor  biuqlue  'de  vapor  sin  hélices  ni  rueidiajsi  y  go- 
bernado por  un  timióin  .nuevoi;  y  se  representa  en  el  Teiatíro 
Caracas  la  prinnera  ópera  compuesta  por  un  venezolano, 
titulada   «Virginia»,    de   José   Ángel    Montero. 

1458  En  el  siguiente  de  74  se  destina  la  Iglesia  de 
la  Santísima  Trinidad  para  servir  de  Panteón  Nacional: 
se  elije  para  la  Silla  Arzobispal  (24  de  marzo)  al  Presbíte- 
ro Dr.  José  Manuel  Arroyo ;  se  extinguen  los  conventos 
de  monjas;  se  inaugura  el  Acueducto  de  MiaraoaQ,  y  se 
construye,  con  el  no'mibre  de  Guzmán  Blanco,  un  paseo 
ei;  la   colina  del   Calvario . 

1459  Mas  disgustados  muchos  caudillos  liberales  y 
antiguos  oligarcas  con  los  procedimientos  que  denomi- 
naron autocráticos  del  Ilustre  Americano,  se  alzaron  en 
Occidente  y  en  Oriente  apellidando  nuevamente  guerra, 
con  lo  que  se  suspendieron  de  hecho  los  trabajos  públi- 
eos  y  fueron  llamados  á  las  armas  doce  mil  soldados,  á 
cuyo  mando  se  puso  el  mismo  Presidente,  llevando  consi- 
go al  General  Luciano  Mendoza  y  algunos  otros  Jefes, 
que  estaban,  se  decía,  comprometidos  en  aquella  rev^o- 
lución. 

1460  Colina  q;ue  el  primero  había  dado  intempestiva- 
naente  len  octubre)  el  grito  en  Coro,  con  4000  hombres, 
sitia  len  Barquisimleto;  al  General  Rafael  Márquez ;  mas 
éste  resiste  impertérrito  la  poderosa  embestida  del  im- 
petuoso coriano,  quiebra  sus  bríos  y  le  obliga  á  retirarse 
á  sus    anteriores    posiciones. 

1461  Allí  le  cerca  Guzmán  con  numerosas  tropas  y 
le  constriñe  á  celebrar  con  él  un  pacto  por  el  cual  Colina 
le  entrega  las  armas,  dispersa  sus  soldados  y  sale  fuera 
del   país. 

1462  Entretanto  el  General  Pulido  es  aprisionado  en 
Oriente,  y  el  General  Ducharme,  del  antiguo,  bando 
Conservador  hecho  prisionero  por  el  General  Quevedo 
también  antiguo  conservador,  es  fusilado  en  una  encru- 
cijada   del    camino. 

1463  Por  un  ardid  feliz  salvóse  su  compañero  Ge- 
neral Unceín,  q:ue  adivinandoi  la  intención  ño  sana  de 
Quevedo,  cuado  le  preg'untaron  donde  estaba  el  General 
Pedro  Unceín,  contestóles:  «él  va  ya  delante  con  el  Ge- 
neral José .  Rafael  Piacheco»,  caballero  que  era  incapaz 
^d.e  asesinar  á  nadie  (1).  Así  concluye  esta  revolución, 
<que  dura   cuatro^  meses. 

(1)  El  general  Pedio  Ducharme  que  había  ocupado  antes  el  pueblo  de  Irapa, 
donde  pereció  el  general  José  Loreto  Arismendi,  hizo  allí  fusilar  al  general  Rausoe, 
-no  obstante  que  tuviese  de  compañero  en  sus  filas  á  un  hijo  de  éste.  Así  se  eslabc» 
nan  los  crímenes  con  espantosa  lenidad  en  las  guerras  fratricidas.  El  mismo  gene- 
ral Juan  Quevedo  morirá  también  asesinado  en  el  pueblo  de  Los  Teques  el  año  de 
1892.  Lástima  que  en  estos  máximos  conflictos,  cuando  se  levantan  armados  los 
brazos  homicidas,  no  se  atienda  siempre  á  la  Suprema  Voz  que  dice:  "Volved  la 
aspada  á  la  vaina,  porque  los  que  á  hierro  matan  á  hierro  morirán." 


216  HISTORIA    DE    VENEZUELA 

1464  Finalmiente,  este  año  se  establecen  sjete  Mi- 
nisterios para  el  despacboí  federal;  se  promlueve  la  inmi- 
gración ;  se  tributan  exeQiuias  á  los  restos  de  los  Gene- 
rales José  G.  Molnagas,  Falcón,  Zamora  y  Bruzual,  en 
el  recién  inaugurado  Pianteón  Nacioinal,  á  donde  fueron 
consagradlos  al  perpetuo  descanso;  se  sanciona  la  nueva 
Constitucional  Federal  que  establece  el  sufragio  directo 
público,  escrito  y  firmado,  suprime  los  designados,  re- 
duce á  dos  años  el  período  constitucional  y  prohibe  la 
reelección  del  Presidente,  y  Se  erige  la  estatua  écuéstr:é 
del  Libertador  Simón  Bolívar  en  la  plaza  que  en  Cara- 
cas lleva  el  mismo;  noímibre  (7  de  noviembre).  Con  este 
motivo   se   celebra   un   Certamen    Poético. 


CAPITULO  IX 

Fin  del  primer  período  constitucional.— Continuación  de  Guzmán  en  el  Po- 
^T:  —  Certamen  Literario.— Cuestión  de  límites  con  Nueva  Colombia. —Es- 
cuadra holandesa. —Fortificación  de  puertos. —Continúan  las  obras  de  pro- 
greso.—ETsitaituia  de  Guz^mlán  Blanco  en  la  Plaza  del  Capitolio.— Concierto  de 
ía  Qaridlaá.,- Esitatua  de  Guz'mján  Blanco  en  el  Calvario.— Ferrocarril  dé 
Osiiaips  al  mi^.— Líos  resitos  de  Bolívar  en  el  Panteón.— Nuevo  Palacio  Fe- 
deral.—Gastos  de  representaiciión.— Fin  de  la  cuestión  eclesiástica.-  Teatro* 
Guzmán  Blanco.— La  Iglesia  de  San  Felipe  Neri— El  antiguo  Seminario. - 
Termina    el    Septenio.  — 1875-1876. 


1465  El  año  de  1875  debía  terminar  el^  primer  pe- 
ríodo constitucional  después  de  la  Rev^olución  de  abriL 
al  tenor  de  lo^  dispues'to  por  el  Congreso  de  Plenipot'eSni- 
ciarios  de  Valencia  (1).  Y  así  lo  confirma  el  propio  Gene- 
ral Guzmán  Blanco  cuando  dice  al  Congreso  de  1876 
«que  le  felicita  por  su  cuarta  reunión,  que  es  la  última 
de  aquél  período»»  y  que  «es  su  miitua  despiedida»  (2). 

1466  Eso  no  obstante,  el  Ilustre  Americano  que  en 
dicho  Mensaje  asegura  «que  estaban  practicando  religi- 
giosamjente  las  instituciones»,  continúa  en  la  Presidencia 
por    dos    años    más. 

1467  Caso  extraño  que  podría  tildarse  de  evidente 
usurpación;  pero  se  alegó:  que  el  Congreso  de  1873,  le 
declaró  según  el  escrutinioi  de  las  eleccioines,  Presidente 
Constitucional  por  cuatro  años,  á  contar  desde  aquella 
misma  fecha;  y  por  tanto  no  vendrían  á  terminar  sus 
poderes    sino    precisamlente    el    77. 

1468  Por  donde  resultó  un  coinflicto  irresoluble  en- 
tre las  disposiciones  contradictorias  de  aquellos  dos  Con- 
gresos,   sobre   un   mismo   punto   de    Derecho   Constitucio- 


(1)  Primera  conferencia.— Acuerdo.— Prevención  6.'^ 

(2)  Mensaje  al  Congreso  de  1876. 


FELIPE    TEJERA  217 


nal ;  y  hubo^  dede  lueg'O!  por  esta  causa  intrincada  discu- 
sión, sobre  que  el  resultado^  fue  que  el  Caudillo  de  la  Re- 
volución de  abril,  contilnüó  ejerciendo  el  Gobierno  hasta 
que  de  propio  movimiento  lo  dejó,  después  ds  haber  sido 
el   árbitroi   del   país   durante  siete   años. 

1469  Por  aquellos  días  promovióse  un  «Certamen 
Literario»  con  la  adjudicación  de  800  venezolanos  para 
cada  premio,  y  los  tem^s  siguientes :  para  el  verso  El 
poder  de  la  ¿dea;  para  la  prosa:  La  gloria  de  Guzmán 
Blanco. 

1470  Obtuvo  el  premio  de  verso,  el  poeta  Francisco 
Guacaipuro  Pardo;  y  el  de  prosa  Nicanor  Bolet  Peraza, 
q'uien  sustentó  que  la  Gloria  mayor  de  Guzmán  Blanco, 
sería   su   separación   del   Poder   Público. 

1471  Recibió  Bolet  su  premio,  y  cuando  se  le  habló 
á  Guzmán  del  correspondieinte  á  Pardo,  dicen  que  con- 
testó :  «que  le  pague  Gaüleo».  Lo'  que  se  atribruyó,  á  que 
en  la  obra  premiada  noi  se  hace  meinción  siquiera:  del  novcír 
bre  de  Guzmán,  qlue  era  el  Mecenas;  mielntras  que  á 
Galileo  se  le  lisonjea.  El  gTan  Demócrata,  como  veremos 
adelante,   reparó  aqíuella  injusticia  en   su   Adminisitracióin. 

1472  Por  lo  demás,  graves  acontecimientos  alarma- 
ron la  atencióin  pública  en  el  añO'  75,  pues  se  recrude- 
ce la  cuestión  de  límites  con  la  Nueva  Colombia,  y  el  Go- 
bierno declara  que  se  coinsiderará  casus-belli  cualquiera 
intervencióin  de  aq'uella  nación  hermlana  en  los  márge- 
nes   del    Orinoco. 

1473  La  Holanda,  por  su  parte,  disgustada  entre 
otras  coisas,  por  habérsele  expedido  pasaporte  á  su  Re- 
presentante en  Caracas,  manda  una  escuadra  á  Curazao, 
para  ver  si  logra  qiue  Venezuela  reabra  los  Puertos  del 
Occidente,  qiue,  con  excepción  de  Puerto  Cabello,  habían 
sido    cerrados    al    comicrcio    ultramarino. 

1474  Esto  obligó  al  Gobierno  á  prepararse  para  cual- 
quier eventO'  y  puso  por  obra  la  fortificación  de  los  princi- 
pales puertos  con  artillería  moderna. 

1475  Y  como  fuese  Guzmán  apasionado  por  el  fo- 
mento del  país  en  todos  los  ramos,  dispuso  vieran  la  luz 
pública  entre  otras  obras,  la  Recopilación  de  las  leyes 
de  Venezuela  y  de  Colombia  hasta  1830;  la  de  los  De- 
cretos ejecutivos  desde  estia  fecha  hasta  1873,  y  los  Do- 
cumentos de  la  Vida  Pública  del  Libertador  recapitíul'a- 
dos  por  el  Ilustre  procer  José  Félix  Blanco. 

1476  Al  propio  tiemlpo  se  abren  concursos  para  textos 
de  Instrucción  Primiaria  y  en  la  Universidad  Central 
cursos  de  Historia  Universal,  de  Ciencias  Naturales,  y 
clases  de  griego,  alemlán  y  francés;  se  envían  18  jóvenes 
á  Europa  y  á  la  América  del  Norte  para  adoctrinarse 
en  varias  ciencias  y  artes.  Se  inaugura  el  Ferrocarril  de 
Tucacas;  se  hacen  arreglos  ventajosos  de  la  Deuda  Pú- 
blica; se  construye  el  Hospital  de  Lázaros,  el  Matladero 
y   varias    obras   de  ornato ;   se   erige  al    General   Guzm'án 


218 HISTORIA    DE    VENEZUELA 

Blanco  una  estatua  ecuestre  ein  la  Plaza  del  Capitolio;  se 
inaugura  el  puente  de  Hierro,  sobre  el  Guaire,  y  la  fa- 
chada Norte  de  la  Univ^ersidad;  y  se  celebra  un  Concier- 
to de  Caridad  para  faivorecer  las  víctimas  del  terremoto 
de  Cúcuta  que  había  arruinado  varios  .  pueblos  del  Occi- 
dente; y,  con  una  medalla  de  oro  ¡alusiva  se  premian  á 
las  señoritas  y  caballeros  q'ue  tomiaron  parte  en  dicha 
fiesta. 

1477  Entrado  el  de  76,  erígese  á  Guzmán  Blanco 
una  estatua  pedestre  de  piroporciones  gigaíitescas,  decre- 
tada por  el  Municipio  de  Caracas,  en  la  Colina  del  Calva- 
rio; continúan  las  obras  públicas;  se  contrata  el  ferroca- 
rril de  «Caracas  al  miar»;  comienza  á  circular  lá  moneda 
venezolana  acuñada  en  Francia ;  se  trasladan  cow  cere- 
moniosa pompa  los  restos  del  Libertador,  que  reposaban 
en  la  Catedral,  al  Panteó^n;  se  consí-ruye  ún  nuevo  Pala- 
cio Federal,  qiue  complenienta  el  Capitolio;  se  amuebla 
el  antiguo  para  residencia  presidencial,  y  el  Congreso 
decreta  gastos  de  representación  para  los  altos  emplea- 
dos públicos. 

1478  Por  último,  después  de  grande  excitación  por 
la  cuestión  Eclesiástica,  el  Congreso  aprueba  en  pirimera 
discusión  un  decreto  que  crea  la  Iglesia  Venezolana  y 
la  separa  de  la  Iglesia  Católica ;  mas  el  Obispo  Roqne 
Cochia,  Delegado  Romano,  recibe  del  Arzobispo  Guevara 
y  Lira,  á  la  sazón  desterrado  en  Trinidad,  la  renuncia 
del  Arzobispado,  y,  declarada  la  Silla  vacante  por  el 
Sumo  Pontífice,  eí  Congreso  re^'Oca  lo  hecho  ainterior- 
mente  y  elige  al  Pbro.  Dr.  José  Antonio  Ponte  Arzobispo 
de  Caracas  y  /enezuela,  el  cual  fue  aceptado  por  la 
Santa  Sede.  Así  terminó  este  gran  conflicto  con  la  Igle- 
sia   (30    de    noviembre). 

1479  Entre  tanto  fueron  derruidos  en  Caracas  los 
templos  de  vSan  Jacinto  y  de  San  Pablo,  para  levantar, 
en  lugar  del  primiero,  la  fachada  del  Mercaado,  y  en 
lugar  del  Segundo  el  «TeatrO'  Guzmán  Blanco»;  y  se  con- 
tinúa la  Fábrica  de  San  pviipe  Neri,  que  había  comenzado 
desde  principios  del  siglo,  mientras  la  Capilla  del  Semi- 
nario y  este  mismo  edificio  quedan  transformados  en 
Oficinas    Públicas   y   se   refacciona  el    Palacio   Episcopal. 

1480  En  febrero  de  1877  el  General  Guzmán  Blanco, 
que  había  sido  electo  Presidente  de  varios  Estados, 
y  quién  por  decreto  anterior  Legislativo  gozaba  de  sueldo 
y  honores  vitalicios  de  Presidente  de  la  República,  y  de 
íma  gxiardia  de  100  hombres,  entrega  solemnemente  el 
poder  al  General  Jacinto  Gutiérrez,  Presidente  de  la  Alta 
Corte  Federal,  con  lo  cual  concluye  el  período  llamado 
'del  Septenio.  Era  la  primtera  vez,  después  de  20  años, 
qiue  un  Presidente  de  la  República  de  Venezuela  ,en- 
tregaba  en  paz  el   Poder  á  su  legítimo  sucesor. 

1481  No  sujeto  el  General  Guzmán  Blanco,  según 
propia  Confesión,  al  imperioso  mandato  de  las  Institucio- 
nes,   por    cuya    soberana    implantación    había    combatido 


FELIPE    TEJERA  219 


SU  partido;  hubo  neoesaria miente  que  incurrir  ©n  gTaiidjs 
abusos  y  pernicioisos  errores  qiue,  al  caboi,  convertidos 
en  sistema,  de  jaron  entromizado  en  el  país  el  sugerente  y 
pérfido  ejemplo  de  los  Gobiernos  personales.  (1) 

1482  Empero,  si  todo  esto,  por  desgracia,  es  cierto; 
también  es  de  absoluta  justicia  consignar  qiue  Guzmán 
comunicó  ferviente  y  desusado  impulso  al  progreso  ma- 
terial é  intelectual  de  la  República:  que  organizó  la  Ha- 
cienda; restableció  el  Crédito  Público;  unificó^  la  Deuda;- 
levantó  á  una  altura  de  mutua  equidad  y  respeto  las 
Relaciones  Exteriores ;  promovió  la  emigración ;  promulgó 
Códigos;  echó  puentes;  construyó  caminos  y  acueductos: 
oontrató  ferrocarriles  y  telégrafos ;  erigió  estatuas ;  alzó 
teinlplos  al  culto;  fundó,  len  suma,  la  Instrucción  Popular 
Oibligatoria  y  la  dotó  de  rentas,  imprimiendo  á  estos 
actos  como  á  todos  los  qiue  le  sugerían  su  poderosa  inte- 
ligencia en  hondo  sello  de  su  carácter  audaz  é  impera- 
tivo. 


CAPITULO  X 

GENERAL  FRANCISCO  LIN  \RES  ALCÁNTARA 
Su  elecc¡6n  PresidenciaL— Su  Gabinete. —Bolet  Peraza  en  el  Congreso.  E^ 
llevado  en  Triunfo  hasta  su  casa.  — «La  Tribuna  Liberal». -Plenipotencia 
de  Guzmán  en  Europa.'— Eexquias  de  los  restos  de  Vargas. —Reacción  con- 
tra el  Gobierno  anterior.— El  título  de  Gran  Demócrata.— Decreto  de  am- 
nistía.—Vuelta  del  Arzobispo.- Reorganización  del  Colegio  de  Ingenieros. 
-Obrai  Públicas.— Certalmen  poético  histórico.  —  Los  premiados.— El  poeta 
Pardo   y  el  Gran  Demócrata,— 1877. 

1483  Vigente  para  este  nuevo  período  la  nueva  Cons- 
titución, y  reunido,  el  Congreso,  es  disputada  la  elección 
Presidencial  entre  los  Generales  Francisco  Linares  Al- 
cántara y  Hermenegildoi  Zavarse.  Resulta  electo  el  pri- 
mero, el  cual  se  encarga  de  la  Presidencia,  presta  la 
promesa  legal,  y  nombra  Ministro  del  Interior,  al  Doc- 
tor Laureano  Villanueva;  de  Guerra,  al  General  José  E. 
Acosta;  de  Hacienda,  Adolfo  Urdaneta;  del  Exterior, 
al  Dr.  Raimundo.  Andueza  Palacio;  de  Fomento,  Gene- 
ral Vicente  Amengual;  de  Crédito^  Público,  Dr.  Juan 
de  Dios  Mion^ón ;  y  de  Obras  Públicas,  al  Dr.  Manuel 
Hernández   Sosa. 

1484  No  bien  se  había  instalado  el  nuevo  Gobierno, 
cuando  un  acontecimiiento  insólito  se  verifica  en  el  seno 
de  la  Cámara  de  Diputados.   El   Diputado   Nicanor  Bolet 

(1)  "Los  que  á  mí  me  sirvan,  deben  romper  todos  sus  vínculos  de  atrás,  para 
contraerlos  sólo  conmigo,  que  represento  la  Patria  de  ahora  y  del  porvenir..." 

"Yo  no  necesito  ni  quiero  sino  Ministros  escribientes,  que  no  piensen,  pues 
quien  piensa  y  sólo  puede  pensar  soy  yo".  (Relato  del  señor  Luis  Gerónimo  Alfon- 
zo  en  su  libro  de  1892  citado  por  Luis  Ruiz.) 


220 HISTORIA    DE    VENEZUELA 

Peraza,  uno  de  los  Redactores  de  «La  Opinióiii  Nacional» 
cjiue  se  había  visto  en  la  miañana  sustituido  de  su  puesto 
por  la  influencia  de  Guzmlán  Blanco,  penetra  á  las  .3  de 
la  tarde  len  el  recinto:  y  se  impoine  de  qiue  allí  también  se 
le  había  sustituido  de  la  'Secretaría  qlue  á  la  sazón  de- 
sempeñaba. 

1485  Entonces  mointando  en  ira,  escala  la  tribuna; 
habla,  y  su  palabra  tomante  se  dirige  como  una  espada  ál 
pecho  del  Autócrata,  qlue  aún  se  creía  omnipotente;  pro- 
duciendo desde  luegoi  su  trerdenda  improvisacióin  estrepi- 
tOisa  rasoinaticia  lasí  en  las  íapiñadas  barras  como  en  el 
propio  se'no  ya  tumlultuoso  de  la  Cámara.  Era  el  hura- 
cán que  ooncitaba  las  profuíndidades  antes  tranquilas  . 
del    Océano. 

1486  Terminado  aqiuel  impetuoso  arranque  tribunicio, 
desciende  el  orador  de  la  'tribuna,  entre  los  entusiastas 
aplausos  de  una  miultitud  delirante  q'ue  le  victorea  por  las 
calles  y  le  conduce  en  triunfo  hasta  su  casa. 

1487  La  reacción  contra  Guzmáin  Blanco  era  ya  un 
hecho.  Así  lo  comprendió  éste  que  se  hallaba  á  la  sazón 
en  Atímiano;  y  lo  ¡advirtió  lasí  al  General  Alcántara  que  ge 
había  trasladado  con  su  guardia  á  El  Valle.  Ya  en  la 
ínoche,  numerosa  ge'nte  de  la  oposición  le  llev^a  á  Bolet 
Peraza  una  serenata  qiue  tratan  de  impedir  los  agentes  del 
orden  público  encabezados  por  el  Goberinador,  qiue  era 
g'uzmiancista ;  más  una  ordeln  oportuna,  emanada  de  El 
Valle,   lo   prohibe. 

1488  Días  después  el  mismo  Diputado,  que  había 
sido  antes  ferviente  guzmalncista,  propaga  la  reacción 
contra  el  Caudillo'  de  Abril,  desde  las  columnas  de  «La 
Tribuna  Liberal»,  donde  inicia  un  juicio  de  acusación 
contra  el  Septemo',  y  :aq;uél,  nombrado  con  cargo  diplo- 
mático en  Europa  se  vé  constreñido  á  separarse  rápida- 
m_ente  del  país,  piara  ir  á  presenciar  desde  lejos  el  curso; 
precipitado  de  los  acontecimientos  que .  no  terminarán 
sino  con  la  reunión  de  una  Convenciión  Nacional  que  de- 
clarará en  vigencia  de  nuevo,  la  Carta  del  64  y  mandar^^ 
á  demoler  las  estatuas  qne  se  le  habían  erigido  á  él 
en   el    Septenio.  '^ 

1489  Asistamos  á  esta  rápida  obra  reaccionaria,  se- 
ñalando siquiera  sus  puntos  culminantes.  Fué  lo  pri- 
mjero,  las  pomposas  exceqnias  celebradas  en  la  Iglesia 
de  San  Franciscoi,  á  las  veneradas  reliquias  del  Ilustre 
Dr.  J,  M.  Vargas,  á  quien  con  ocupar  tan  descollante 
puesto  entre  lo®  egregios  varones  de  que  puede  ufanarsje 
Venezuela,  calificaba  sin  érribargo  el  ilustre  americano 
oo'mjo  un  personaje,  cuando  más,  de  quinto  orden. 

1490  Deróganse  enseguida  varios  decretos  de  la  Ad- 
ministración; la  «Prensa  Libre»  de  Puerto  Cabello  asesta 
formidables  golpes  de  masa  sobre  la  obra  del  Septenio, 
que  parecía  inconmiovible ;  el  Congreso  blasona  al  Pre- 
sidente Alcántara  coln  el  título  de  «Gran  Demócrata»  y 
destina  para  su  miorada  la   antigua   «Casa   de  Gobierno» 


FELIPE   TEJERA  221 


oon  el  nombre  de  «Casa  x\marilla».  Y  por  su  parte  el 
Gran  Demócrata  iacuerda  una  Amnistía  general,  y  tornan 
al  país  los  Generales  Colina,  Pulido,  Pulg:ar  y  otros. 

1491  Y  el  antiguo  Arzobispo,  señor  Guevara  y  Lira, 
q'ue  había  sido  galardonado  por  la  Santidad  de  Pío  Notno, 
oon  el  título  de  Máximo  Prelado,  vuelve  á  pisar  la 
ciudad  de  Caracas  que  le  recibe  con  indecible  regocijo 
y  veneración  y  le  regala  una  hermosa  casa,  mientras  el 
Gobierno  le  acuerda  un  sueldo  correspondiente  á  su 
categoría. 

1492  Al  propio  tiempo  se  organiza  la  Academia  de 
Matemáticas  y  el  Colegio  de  Ingenieros,  anulados  por 
^el  anterior  Gobierno:  se  declara  rescindido  por  oneroso 
•el  co'ntrato  del  ferrocatril  á  la  Guaira;  se  funda  un  Institiu- 
to  de  Ciencias  Sociailesi;  comiénzase  un  teatro  en  el  lugar 
del  Oratorio  de  Saín  Felipe  Neri,  y  se  acuerdan  20.000  pe- 
sos de  auxilio  para  coinstruir  una  Capilla  Católica  en  el 
área  del  aintiguoi  templo  de  San  Pablo,  sobre  cuyas  ruinas 
se  había  dado  principio  á  la  fábrica  del  Teatro  Guzmán 
Blanco. 

1493  Proimruévese  también  un  Certamen  sobre  «El 
Porvenir  de  Amiérica»  para  el  verso,  y,  para  la  prosa : 
«Si  es  ó  no  el  19  de  Abril  fiesta  nacional».  Esto  con  oca- 
sión de  qlue  antes;,  y  por  'decreto  especial,  había  orde'nado 
el  General  Falcón,  una  modificación  en  las  leyendas 
del  Escudo  Nacional,  por  el  cual  desaparecía  de  éste  la 
relativa  al  19  de  abril  de  1810,  como  ha  quedado  hasta  el 
presente. 

1494  Obtuvo  el  premio  de  verso  Pardo,  y  el  de  prosa 
la  disertación  del  Dr.  Rafael  Seijas,  quién  sostiene  que 
dicha  fecha  fué  la  inaugural  de  la  emiancipáción  de  la 
Amjérica  Española.  El  accésit  lo  alcalnzó  el  Dr.  Arístides 
Rojas  que  fué  de  la  misma  opinión;  siendo  de  advertir 
que  tiempo  atrás  había  sostenido  éste  lo  contrario. 

1495  Ni  cerraremos  la  narración  sin  recprdar  que  el 
Gran  Demócrata,  q;men,  como  aiites  dijimos,  entregó 
al  poeta  PardjO  el  valor  del  premio  que  le  había  esqui- 
vado Guzmián  Blanco,  mandóle  luego  á  proponer  al 
mismo  Pardo  una  Dirección  en  uno  de  los  Ministerios; 
á  lo  qlue  el  laureado  poeta  contestó  «que  acepitaba  pero 
con  una  condición». 

— Dígala   usted,   le  dijo   el    Presidente. 
— Pues  la  comdición  es,  añadió  Pardo,  que   el  General 
Alcántara   conve'nga  en   que   yo    reciba    sueldo,    pero  sin 
desenipeñar   el    cargoi. 

— Aceptado,  dijo  el  Presidente,  y  agregó:  Dejaría  de 
ser  poeta  si  nO'  lo  hiciese  así. 

1496  Todo  lo  cual  da  simpático  realce  al  carácter  de 
ambos    distinguidos   personajes. 

1497  Terminan  los  principales  sucesos  de  este  año, 
con  la  vuelta  del  Presidente  del  Oriente  á  donde  le  ha- 
bían  llevado   asuntos   de    política    local    y    la   entrada   al 


222  ■     HISTORIA    DE    VENEZUELA 


Gabinete  de  los  señores  Dr.  Trino  Celis,  como  MinistriO 
de  Crédito  Público;  General  J.  Pachano,  de  Fomento; 
Dr.  Carlos  Arvelo,  de  Instrucción  i'ública;  y  por  muerte 
del  Dr.  Adolfo  Urdaneta,  pasó  Andueza  Palacio  á  desem- 
peñar la  Hiaciendia  y  Marco  Antonio  Saluzzo  las  Relacio- 
nes Exteriores.  También  se  establece  una  línea  de  vapores 
entre  la  La  Guaira  y  New  York. 


CAPITULO   XI 

(Continuaciósn) 
Síntesis    de    la   situación.  — Convocatoria    de   elecciones.— El    candidato    popular. 

— Terremioíto  de  Cúa.— El  grito  de  reformas.— Renuncia  de  Saluzzo  y  del 
General  J.  E.  Acosta.— Revolución  de  Pulido.— Su  prisión. —Se  convoca  una 
Constituyente.— Crisis  de  la  Hacienda.— Apertura  de  los  Puertos  de  Occiden- 
te.—Lluvia    torrencial    en    Caracas.— Enfermedad    y    muerte    de    Alcántara  — 

El  Dr.  J.  Gutiérrez  en  la  Presidancia.— Reunión  de  la  Constituyente.— Sus 
actos.— El  Presidente  del  Estado  Bolívar  en  armias.— Pronunciamiento  de  Ma- 
racay  por  Guzmán  Blanco.  — El  palo  en  que  se  rascó  el  berraco.  Cedeño  en 
Valencia.  — 1878. 

1498  Reunida  la  Legislatura  Nacionial,  la  congratula 
el  Presidente  de  la  República  con  estas  palabras  de  su 
Mensaje,  que  resaltan  como  una  síntesis  de  su  política:. 

— Las  prisiones  de  Estado  desiertas,  ni  una  voz  en  el 
(extranjero  que  suplique  la  vuelta  á  la  Patria,  ni  un  cons- 
pirador contra  esta  actualidad,  ni  un  hombre  solo'  que  re- 
niegue de  esta  paz  que  todois  estamos  gozando  como  resul- 
tado de  la  libertad». 

1499  Y  así  era  en  efecto  la  verdad;  mas,  por  desgra- 
cia, ésta  debía  dejar  bien,  prointo  su  puesto  á  la  me'ntira'. 
Abrióse  el  período  eleccionario  y  no  'muy  tarde  se  vio-  q'ue 
la  opinión  se  pronunciaba  para  la  próxima  Presidencia 
por   el    Dr.    Raimundo    Andueza   Palacio. 

1500  El  12  de  Abril,  coimo  á  las  nueve  de  la  noche, 
luna  fuerte  conmoción  terráquea  pone  espanto  en  los 
habitantes  de  Caracas :  era  el  terremioto  de  Cúa  que  derri- 
bó, con  esta  prótspiera  villa,  muchos  pueblos  comarcanos. 
AQ'uella  conmoción  de  la  tierra  era  presagio  de  otra  no 
menos    tremenda    conmoción  política. 

1501  Lanzóse  á  la  publicidad,  con  la  incoihsulta  pa- 
labra de  refoi^mias,  la  nO'  'menos  estrafalaria  de  que  «las 
elecciones  eran  la  guerra»,  y  con  este  mnotivo  hubo  con- 
siguiente alarma  y  descontento^  de  muchos,  Saluzzo  re- 
nuncia su  cartera;  el  General  José  E.  Acosta,  Jefe  Mi- 
litar del  Oriente,  renuncia  también  este  cargo  y  se 
retira  á  Trinidad ;  Crespo,  que  había  sustituido  al  Ge- 
neral Acosta  en  el   Ministerio  de  Guerra,   vá  á  fijarse  en 


FELrPE    TEJERA.  223» 


Curazao ;  y  ante  los  proiiunciamientüs  de  la  revalidacióiir. 
de  la  Carta  del  64,  cesan  los  trabiajos  eleccionarios  y  se 
presienten   nuevos    disturbios   intestinos. 

1502  Era  el  socorrido  pretexto  de  cambiar  Constitu- 
ciones, que  ya  antes  hemyos  visto  y  que  veremos  adelante; 
con  el  deliberado  au'nqiue  encubierto  propósito  de  pro- 
longarse en  el  Poder  por  algunos  años  más. 

1503  Por  el  pronto,  fracasa  la  revolución  de  Pulido, 
que  es  capturado  por  el  Presidente  del  Estado  Bolívar, 
General  Ramón  Ayala;  y  son  ya  visibles  los  conatos  de 
reacción  guzmancista;  mas,  con  todo  eso,  se  convoca 
una  Constituyente  para  conocer  de  las  Reformas :  á  la 
vez  que  se  paralizan  las  obras  públicas,  prodúcese  crisis 
en  la  Hacienda;  Andueza  Palacio  sale  con  Sebastián 
Casañas  para  Europa ;  se  abren  los-  puertos  de  Occidente 
y  una  lluvia  torrelncial  ocasiona  en  Caracas  el  derrumbe 
del  Puente  Nuevo|  y  la  inundación  de  mtichas  casas. 

1504  No  obstante  tener  el  Gobierno  la  atención  fija 
principalmente  en  las  Reformas,  decretó-  un  Instituto  de 
Bellas  Artes  y  se  lestableció  un  tranvía  entre  La  Guaira  y 
Maiquetía  y  se  reabrieron  los  puertos  de  Occidente  ce- 
rrados al  Comercio  Exterior,  por  Guzmán  Blanco,  con  mo- 
tivo de  la  cuestión  de  Holanda. 

1505  Un  hecho  empero,  inesperado,  que  debía  llesar 
al  colmo  la  tirantez  de  los  acontecimientos  en  aquellos 
días  trágicos,  puso  súbita  consternación  en  todos  los  áni- 
mos :  y  fue  la  improvisa  enfermedad  y  muerte  del  General 
Alcántara,  acaecida  en  la  Aduana  de  La  Guaira  el  30  de 
no^-iemibre. 

1506  Trasladado  el  cadáver  del  Presidente  á  Cara- 
cas, se  le  tributan  solemines  funerales  y  se  le  da  honrosa 
sepultura  en  el  Panteón,  en  tanto  que  se  eíicarga  de  la 
Presidencia  el  Dr.  Laureano  Villanueva,  Ministro  de 
Relaciones    Interiores. 

1507  Reunida  el  11  de  diciembre  la  Constituyente, 
■decreta  la  inmlediata  demolición  de  las  estatuas  de  Guz- 
mán Blanco,  y  deroga  todos  los  decretos  anteriores  qiue  le 
conferían  honores  y  títulos.  Tócale  á  Don  Jacinto  Gu- 
tiérrez, Presidente  de  la  Alta  Corte  Federal,  y  que  había 
sido  el  orador  nombrado  antes  para  celebrar  ía  inaugura- 
ción de  aquellas  mismas  estatuas,  como  un  acto  de  alta 
justicia  nacional ;  derribarlas  ahora,  encargado  de  la  Pre- 
sidencia,  como  necesaria  sanción   de   la   vindicta  pública. 

1508  El  Dr.  Carlos  Arvelo  declara  en  la  Constitu- 
yente que  «con  la  propia  conciencia  con  que  había  votado 
Una  vez  por  la  erección  de  las  estatuas,  con  esa  misma 
coínciencia   votaba  en  la  ocasión,   por  que   fueran  demoli- 

(1)  Desconcertado  Belet  Peraza  con  la  muerte  del  Presidente  Alcántara,  se  tué 
á  La  Victoria,  y  allí  al  creer  descubrir  en  el  general  José  Gregorio  Valera,  el  hom- 
bre de  las  circunstancias,  escribió  á  Caracas,  diciendo:  "Ya  descubrí  el  palo  en  que 
se  rascó  el  berraco".  Así  fué  como  aquel  general  cobró  pública  notoriedad,  y  pudo 
llegar  á  la  Designatura. 


224  HISTORIA    DE    VENEZtJE 


das».  Se  le  llamió  por  eso,  «el  hombre  de  las  dos  concielnr 
cias».  No  era  empero  él  sino  la  expresión  palpitante  de 
la  época;  propiamiente,  era  Venezuela  la  que  parecía  allí 
■con  dos  conciencias . 

1509  La  Constituyente,  que  había  declarado  en  vi- 
gencia la  Constitución -del  64,  nombra  de  Primer  Desig- 
nado al  General'  Gregorio  Valera,  hermano  natural  del 
Presidente  miuertoi;  y  el  cual  era  ni  mas  ni  Menos  que  el 
«palo  en  que  se  rascó  el  berraco»  que  había  en  contriado  len 
La  Victoria  el  General  Nicanor  Bolet  Perasa,  para  servir 
de  mástil  á  la  bandera  que  iba  á  ser  desplegada  jal 
formidable  impiulsoí  de  los  acontecimielntos.  (1)  Para  se- 
gundo Designado  se  nordbró  al  General  Gregorio  Cedeño, 
Presidente   de   Cara^bobo. 

1510  Al  propio  tiempo  se  ponen  en  libertad  los  presos 
políticos ;  el  Presidente  de  Bolívar  revista  3000  hombres 
en  Petare  y  proim^eve  conferencias  con  el  Primer  Desig- 
nado, qne  resultan  infructuosas :  pronunciase  el  General 
Udis  en  Mará  cay,  donde  estaba  el  Parque  Nacional, 
en  favor  de  Guzmán  Blancoi;  y  á  poco  el  segundo  Desig- 
Inado  encabeza  en  Valencia  esta  nueva  revolución  que  se 
llamó   Rei vindicadora. 


CAPITULO   XII 

-  (Continuación) 
LoiS  que  siguen  el  movim'ienito  de  Valencia. —Valera  al  frente  de  las  tropas.— 
Derrota  de  Ayala  y  Pulido.— jExpedición  á  Carabobo.— El  Guárico.— Com- 
bate y  sitio  de  la  Victoria— Su  ocupación —Entra  el  Ejército  revolucionai- 
rio  en  la  Capital —Guzmán  Blajnco,  Jefe  Superior  de  la  República— Su 
vuelta  de  Europa.— Distritos  militares.— Contratos  de  ferrocarriles.  -Congreso 
de  Plenipotenciarios.- Decretos  de  elecciones.— Reerección  de  las  estatuas.— 
El  Bolívar.— Sale  Guzmán  para  Europa.— Contrato  Rojas  Pereira.— Renun- 
cia del  Ministerio.— Vuelta  de  Guzmán. —Nuevo  Gabinete. -^-Prisiones  polí- 
ticas—Sarao  de  Año  nuevo. 

1511  Por  lel  mlovimiento  de  Valencia  (1879)  se  deci- 
den los  Presidentes  de  Barquisim'eto,  Yaracuy,  Cojades, 
Portugueza  y  Maracaibb,  mi  entrar  que  la  Constituyente 
irripugna  la  conducta  del  General  Gregorio  Cedeño,  y 
nombra  en  su  lugar  al  General  Eleazar  Urdaneta.  Este 
se  lencarga  del  Ejecutivol  y  [el  General  Valera  se  pone  á  la 
cabeza  de  las  tropas. 

1512  Líbrase  á  poco  recio  combate  entre  las  fuerzas 
Üel  Estado  Bolívar  al  miando  de  los  Generales  Ayala  y 
[Pulidoi,  y  las  del  Gobierno  al  imlando  del  General  Desiderií^ 
Escobar  en  El  Rincón  del  Valle.  Salen  derrotadas^  lasi 
primieras   y   enseguida,  la  ocupacióm  de   Guarañas   por  el 


FELIPE   TEJERA  225 


General  Natividad  Me'ndoza,  da  por  resultajaido  la  pre- 
sentacióín  al  Goibierno  de  ¡aquellos  Generales;  con  lo  que 
pudo  salir  el  Ejército  reconcemtrado  en  Caracas  soibre 
Cara^bobo 

1513  En  tatito  varios  Jefes  guzmancistas,  que  des- 
pués de  rendido  el  Ca^tilloi  Libertador  á  las  fuerzas  de 
Cedeño  habían  logrado  subvertir  el  Guárico,  avanzan 
ahora  en  comlbinación  con  lel  mismo  Cedeñoí  á  poner  cerco 
á  La  Victoria,  donde  estaba  ya  Valera  atrincherado. 

1514  Con  dudoso  éxito  ise  sostiene  por  varios  días  el 
asedio  de  la  plaza,  hasta  qtue  la  defección  de  la  Guardia 
al  'mando  de  Apoíiinario  Herrera  y  la  negada  al  campo 
revolucionario  del  General  Crespo,  obligan  á  los  sitiados 
á  capitular. 

1515  Incontinenti  el  ejército  triunfadorsigue  á  Ca- 
racas y  proclamla  en  ella  á  Guzmán  Blanco,  Supremo  Di- 
rector de  la  República.  Este,  vuelto  de  Europa,  se  en- 
carga el  26  de  febreroi  del  Gobierno,  convoca  el  27  un 
Congreso  de  Plenipotenciarios,  á  qiuien  propondrá  se, acep- 
ten para  Venezuela  las  Instituciones  Suizas,  y  la  divi- 
sión territorial  en  siete  Estados  federales;  y  constituye 
en   el  país  ciincoi  Distritos   Militares. 

1516  Al  propio  tiempo  celebra  contratos  de  ferroca- 
rriles entre  Caraqa|s:  y  La  Guaira,  Valencia  y  Puerto  Ca- 
bello, Caracas  y  Carenero;  ordena  la  reconstrucción  del 
Teatro  Guzmán  Blainco  en  el  mismo  sitio  de  San  Pablo; 
establece  un  IinstitutOi  Nacional,  y  expide  acuerdos  espe- 
ciale.s  sobre  la  venta  de  licores  espirituosos  y  la  deuda 
pública. 

1517  Reunido  el  Coingreso  de  Plenipotenciarios  el 
27  de  abril  en  Caracas,  confirma  á  Guzmán  el  nombra- 
mjiento  ^e  Jefe  del  Ejecutivo  Nacional  y  Supremo  Direc- 
tor de  la  Reivindicación ;  declara  írritos  y  destituidos  de 
todo  valor  y  fuerza  legal,  los  actos  emanados  del  ante- 
rior Constituyente ;  ordena  la  reposición  de  las  estatuas 
derribadas;  reduce  á  siete  los  veinte  Estados  de  Unión; 
crea  el  Consejo  Federal  y  le  designa  sus  atribuciones ; 
aprueba  los  contratos  celebrados  por  el  Jefe  Supremo; 
declara  vigente  la  Colnstitucióln  del  74,  en  lo  que  no  se 
oponga  en  lo  acordadoi  en  sus  Conferencias;  recibe  la 
pronrjesa  legal  del  General  José  R.  Pacheco  que,  como 
Presidente  de  la  Alta  Corte  Federal,  se  eíicarga  acci- 
dentalmente de  la  Presidencia  de  la  República;  nombra 
Presidente  Provisional  al  General  Guzmlán  Blanco;  re- 
cibe la  aceptación  de  éste  y  presta  su  consentimiento 
para  que,  comb  lo  solicita,  pueda,  después  que  hay¿ 
prestado  el  juramento^  legal,  separarse  del  país,  con  el 
objeto    de   trasladar  á  la   patria  su   familia. 

1518  El  12  de  m|ayo  se  verifica  este  acto,  y  ratifica- 
dos por  el  Pnesidente  Provisiolnal  los  acuerdos  del  Congre- 
so de  Plenipotenciarios,  declara  éste  el  dia  13  clausura- 
das 'sus  sesiones,  y  expide  Un  Manifiesto  á  la  nación  en 
que  da  cuenta  de  sU'  obra. 

16 


226  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


1519  Coinvocado  luego  extraordinariamiente,  manda 
á  someter  á  juicio  al  General  Valera  por  la  muerte  del 
General  Gualdróin,  ^ejecutada  por  orden  de  aquél  durante 
su  Designatura;  y  ordeina  la  emisión  de  hasta  ochocientos 
mil  venezolaíios  en  títulos  del  uno  por  ciento,  para  satis- - 
facer  la  deuda  cointraída  por  la  Revolución  Reivindica- 
dora. 

1520  Y,  contraste  singular,  mientras  el  Presidente 
del  Estado  Cumianá  promueve  un  Certamen  poético  para 
conniemorar  la  gloria  del  Gran  Mariscal  de  Ayacucho, 
á  quién  Venezuela  no  había  aún  consagrado  ningún  mo- 
Inumjento  que  testificara  su  gratitud  y  admiración;  se 
repone  en  Caracas,  el  5  de  julio,  la  estatua  de  Guzmán 
Blanco  &n  el  Calvario,  y  se  recolectan  fondos  entre  los 
particulares  para  reparar  y  reerigir  la  ecuestre  de  lá  Plaza 
del   Capitolio. 

1521  Pu'es  sucedió,  que  sobre  •  el  medio  derruido 
pedestal  de  esta  estatua  subrreticiam'ente  se  colocó  un 
busto  bronceado  del  Ilustre  Amiericano,  y  otro  día,  apa- 
reció debajo  de  él,  el  siguieinte  epigrama  escrito  i,en 
letras   de   carbón : 

«Ese   de   rostro   cobrizo 
Que    está    mirando    al    soslayo. 
Unos   dicen  ;que  es.Olayo,   (1) 
Otros  dicen  que  es  el  Suizo». 

Con  lo  cual  parecía  querer  satirizar  el  pueblo  la  reco- 
njendación  qiue  acababa  de  hacer  el  Presidente  de  la  for- 
ma   del    Gobierno    Suizo    para    Venezuela. 

1522  Ello  es  que  después  de  fijar  el  bolívar,  p'eza  de 
plata  equivalente  al  franco  por  unidad  de  moneda  nacio- 
nal, en  vez  del  venezolano,  qiue  antes  él  mismo  había  de- 
cretado, y  de  convocar  los  pueblos  á  elecciones,  sale  Guz- 
mián  Blanco  en  visita  presidencial  para  el  extranjero,  y 
queda  encargado  del  Ejecutivo  el  Dr.  Diego  Bta.  Urba- 
neja,    Ministro    de    Relaciones    Interiores. 

1523  A  poco  comienzan  á  cundir  de  nuevo  el  des- 
contento con  motivo  del  «Protocolo  ó  contrato  Rojas- 
Pereira»,  que,  por  miedio  de  su  Plenipotenciario,  celebró 
en  París  el  Jefe  Supremo  de  la  República;  contrato  que 
es  impugnado  en  Caracas,  entre  otros,  por  su  propio^  pa- 
dre, Don  Antonio  L.  Guzmán,  y  en  Valencia  por  el  Doc- 
tor Sebastián  Casañas. 

1524  Y  no  bien  lo'  sabe  el  Presidente,  escribe  desde 
París  una  carta  á  su  señor  padre,  en  la  que  se  hace  'él 
único    responsable    de    aquél    pacto.    (2)    Y    á  causa    de 

(1)  Olayo  era  un  pobre  hombre  Que  había  nacido  sin  brazos  ni  piernas,  y  á 
quien  cargaban  en  el  hombro  sus  amigos,  para  pedir  limosnas. 

(2)  "Es  mala  fé,  dice  en  ella,  atribuir  el  proyecto  á  -Rojas;  infamia  y  cobardía. 
Lo  atacan  porque  no  tiene  el  poder  como  lo  tengo  yo...  No  hay  en  Venezuela  quien 
crea  que  en  mis  planos  influye  persona  alguna...  Si  hay  alguien  en  el  país  que  re- 
chace estos  mis  grandes  esfuerzos,  tan  acertados  como  patrióticos  (su  padre  era  uno 


FELIPE   TEJERA  227 


ciertas  frases  incoinvenientes  que  se  le  escapan  en  dicha 
carta  y  su  publicación  por  la  prdnisia,  los  Ministros  reniun- 
cian  sus  respectivas  Carteras,  cunde  la  desconfianza  pá- 
blica,  y  en  esta  coyuntura  hace  el  Presidente  su  entralda 
en  la  Capital,  coinstituye  nuevo  Gabinete ;  y  los  miovimien- 
tos  revolucionarios  qiue  estabajn  á  punto  de  estallar,  pa- 
recen revocados  para  ocasióin  miás  oportuna. 

1525  Al  termjniar  el  año,  comienza  el  Gobierno  á  en- 
earcelar  á  los  Jefes  de  la  oposición,  entre  ellos  á  los  Ge- 
nerales Luciano  Mendoza,  Cuervo,  Martín  Vegas,  y 
otros,  mientras,  afecto  á  los  regocijos  sociales,  se  pro- 
mete el  Presidente  obsequiar  en  la  Casa  Amarilla  á  sus 
amigos   con  un   sustuoso  sarao   de   Año  nuevo. 


CAPITULO    XIII 

(Continuación) 
Elección  de  Presidlentle.  -Alzamiento  de  varios  Generales.  Sublevación  en  Ciu- 
dad Bolívar. — Su  recuperación  por  el  Gobierno.-  Degradación  de  Revollo.— 
Sospechas  de  Guz'mán  Blanco  respecto  de  Urbaneja.-  El  proyecto  de  Re- 
formo en  las  Legislaturas.  — Disturbios  locales.— Impuesto  de  estampillas.  - 
Ensayo  die  eíeccioneis  libres  en  la  Univerjpidad. — Resumen  da  los  trabajos  pú- 
blicos en  este  año.  — Consideraciones  filosóficas  del  historiador.-  Fin  de  esta 
Época.  — 188Q, 


1526  A  tiempo  q'ue  la  Legislatura  Nacional  elige  á 
Guzmán  Blanco  Presidente  Constitucional  de  la  Repú- 
blica por  dos  años,  según  la  Carta  Política  del  74,  los 
Generales  Natividad  Mendoza,  Arana,  Ricart,  Urdaneta 
y,  otros  más,  proclamaln  la  revolución  contra  el  electos  en 
los  Estados  Bolívar,  Aragua  y  Yaracuy;  mientras  el 
General  Pío  Revollo  se  subleva  en  Ciudad  Bolívar,  con 
la  guarnición  de  la  plaza,  y  muere  en  el  acto  su  Jefe  el 
General   Castrillo. 

1527  Coimo  consecuencia,  los  asilados  en  las  vecinas 
Antillas  se  disponen  á  desenabarcar  en  son  de  guerra; 
mas  reaccionado  el  Estado  Guayana  contra  Revollo, 
ocupan  sus  tropas  á  Ciudad  Bolívar  por  capitulación,  visto 
lo  cual  por  los  demias  Jefes  del  Centro  y  de  Occidente, 
deponen  también  las  armas  y  salen  extrañados  .del  país 
c,!uedando   así   restablecido^  el   orden. 

de  los  que  los  rechazaban),  eso,  aunque  tome  la  forma  de  la  opinión  pública,  lo 
despreciaría  como  desprecio  lo  que  quiera  que  estén  pensando  los  indios  de  la  Goa- 
gira  ó  del  Caroní...  Ese  falso  alboroto  con  motivo  de  mi  contrato  con  Pereira,  es, 
después  de  todo,  una  osada  agresión  contra  mi  autoridad  moral...  Yo  debo  y  quiero 
rechazar  la  intentona,  mientras  medito  el  escarmiento  que  merecen  los  hombres 
inmorales  que  me  tratan  así,  al  mismo  tiempo  que  les  estoy  colmando  de  honores, 
y  contribuyendo  á  que  ganen  grandes  sueldos  en  Tesorería.  Por  eso  quiero  que  de- 
jes publicar  esta  carta,  quedando,  desde  ahora,  notificados,  para  que  á  mí  llegada 
sepa  cada  uho  á  que  atenerse."  (Esta  carta  es  de  octubre  del  79). 


228 HISTORIA    DE    VENEZUELA 

1528  No  obstante  haber  capitulado  Revollo  con  ga- 
raintías^  para  su  personia  y  la  Úe  los  suyos,  fué  reducido 
á  prisión,  juzgado  en  Caracas  por  un  Consejo  de  Guerra, 
y  degradado  públicamiante  en  la  Plaza  de  la  Trinidad,  en 
presencia  del  Ejércitoi,  de  los  altos  funcionarios  de  los  Po- 
deres   Nacionales   y  de   todo    el   tren   de  empleados. 

1529  Sospecbas  luego  de  Guzm'án  sobre  la  conducta 
política  de  su  Ministro  el  Dr.  Diego  Bta.  Urbaneja,  mo- 
tivan el  cruzamiento  de  cartas  entre  amb¡os,  que  dan 
margen  á  comentarios  críticos  en  la  opinión  pública, 
que  redundan  en  míenos  cabo  del  prestigio  y  autoridad 
del  Gobierno.  Como  César  á  su  hijo,  dijoi  Guzmán  á 
su   Ministro:  Et  toi  aussi  BrutusW 

1530  Por  lo  ddmlás,  el  proyecto  de  Reforma  Consti- 
tucional, que  era  el  caballo  de  batalla  de  la  situacióni, 
y  que  el  Congreso  había  somletido  á  la  consideración  de 
las  Legislaturas  locales,  es  recom'endado  de  nuievo  á  ellas 
por  el  presidente,  con  algunas  modificaciones,  sin  que 
obstasen  á  su  curso  legal  los  disturbios  qiue  se  suscitaron 
en  varios  Estados  por  virtud  de  las  elecciones. 

1531  No  fue  míenos  eficaz  la  labor  del  Gobierno  en 
otros  rambs,  pues,  reglamentó  la  circulación  de  la  mo- 
neda de  plata  de  varias  Repúblicas  Americanas,  dándo- 
les un  20  por  100  Ide  'mléritO';  construyó'  varios  puentes  len 
Caracas,  y  varias  líneas  telegráficas  en  el  resto  del  país; 
creó  el  imlpuestOi  de  sellos  (ó-  estampillas)  para  todos  los 
ra'mios  del  conüercio  y  |actof5i  civiles;  dividió  el  antiguo  Te- 
rritorio Amazonas  en  dos,  con  los  nombres  de  Amazonas 
y  Alto  Orinoco ;  restableció  al  estado  normal  la  Admi- 
nistración fiscal  loi  qiue  elevó  la  renta  á  28.912.869-70 
bolívares;  redujo  la  deuda  interior  de  342.110.292-51 
á  35.513.043-50;  y  la  Exterior  de"  267.737.576,  á  menos 
de  la  cuarta  parte  y  (el  interés  de  5  á  6  por  100  á  3 
por  100 ;  propnso  establecer  un  derecho  diferencial  entre 
las  mercancías  provenientes  de  las  Antillas  y  de  las 
Qiue  vienen  directamente  de  Europa;  inauguró  con  gran 
suntuosidad  el  templo  de  San  Felipe  Neri,  con  el  nombre 
de  Basílica  de  Santa  Ana,  en  la  nueva  Parroquia  que  se 
llamó  de  Santa  Teresa,  con  lo  cual  se  conmemoraba  el 
íaoimbre  de  la  señora  del  Presidente ;  y  terminó  la  fábrica 
del  Teatro  Guzmán  Blanco. 

1532  Por  último  declaró  exenta  la  Universidad  Cen- 
tral de  la  tutela  del  Ejecutivo^;  pero  comió  las  elecciones 
libres  de  este  Instituto,  no  resultaron  del  agrado  del 
Poder,  se  expidió  incontinente  un  decreto  derogatorio  del 
anterior. 

1533  Recomiéndose,  eso  más,  al  Congreso,  la  venta 
de  las  propiedadesi  de  la  Universiidad  para  emplear  su 
valor  en  Deuda  Pública  Consolidada,  como  se  había  ya 
dispuesto  hacer  con  los  haberes  y  valores  de  los  Colegios 
Nacionales,  so  pretexto  de  Que  así  acrecerían  sus  rentas. 

1534  También  continuó  la  fachada  Sur  de  la  propia 
Universidad,  y  la  fábrica  del  temiplo  de  Antímano;  piactó 


FELIPE   TEJERA  229 


la  ejecucióm  definitiva  del  ferrocarril  de  Caracas  á  La 
Guaira;  y  del  de  Puerto  Gabiello  á  Valencia;  mientras  em- 
presas particulares  acolmetían  el  de  Trujillo  y  el  Táchira 
y  daban  aug'e  á  las  lemípresan  mineras  de  la  región  giiá- 
yanesa. 

1535  La  coimisión  encargada  de  demarcar  con  la 
del  Brasil  la  línea  divisoria  de  la  República  com  el  Im- 
perio, rindió  á  su  regreso,  este  año,  cuenta  de  sus  t¡r,al- 
bajos;  y  se  acreditó  un  ienviado  especial,  que  lo  fué  el 
mismo  Jefe  de  la  Coimisióin,  al  Imperio,  para  corregir 
ciertos  errores  y  celebrar  nuevo  tratado.  Compionía  la 
Comisión  venezolana  los  señores  Miguel  Tejera  q'ue  la 
presidía,  el  Ingeniero  Miguel  G.  Oropeza,  y  Don  Ra- 
fael  Rojas,    como  Secretario. 

1536  Antes  de  cerrar  -  la  Época  Quinta  de  nuestra 
Historia  Moderna,  cumple  al  historiador  observar  filo 
sóficamtínte,  qiue  la  opinión  piública  desde  1858  hasta 
1880,  muestra  en  Venezuela  un  criterioi  por  extremo 
versátil  y  acoimodaticio :  vemos,  por  cierto,  qiue  al  Ge- 
neral José  T.  Monagas,  á  quién  se  derroca  por  tirano 
en  la  primera  fecha;  10  años  después  se  le  reh'abilita  como 
Jefe  Supremo  de  la  RevolucióüQ.  Azul :  que  á  Guzmán  Blan- 
co á  quién  se  le  /derrumban  las  estatuas  en  1878,  por  iau- 
tócrata,  se  le  eincumbra  el  año  siguiente  como  Reivin- 
dicador  de  las  Instituciones ;  y,  más  adelante  veremos, 
que  pasado  el  triste  bienio  del  General  Joaquín  Crespo, 
el  mismo  Guzrrtán  Blanco  es  aclamado  por  todos  los  par- 
tidos; mientras  que  Crespo,  á  quién  había  considerado 
el  país  después  de  su  Administración  como  un  deplo- 
rable desengañoi,  viene  acogido  el  92  comió  una  gran  es- 
peranza, por  la  clase  directora, de  los  cambios  de  Go- 
bieiHO  en  Venezuela. 

1537  Todo  lo  cual  acusa  la  gran  versatilidad  de 
¡nuestro  pueblo  incapaz  todavía  de  procurarse,  por  el 
libre  ejercicio  del  sufragio  en  los  comicios,  el  Gobierno 
que  realice  el  ideal  soñado  por  el  Libertador;  es  á 
saber:  «La  miayor  suma  de  felicidad  posible;  la  mayor 
suma  de  seguridad  social,  y  la  mayor  suma  de  estabilidad 
política». 

1538  A  este  supremo  ideal  político  y  social  no  se 
llegará  por  medio  de  las  conimociones  intestinas,  pues, 
parece  demostrado  entre  nosotros  qUe  la  mejor  de  las 
revoluciones  acarrea  mayores  males  que  el  peor  de  los 
Gobiernos;  sino  por  las  prácticas  civilizadas  de  las  na- 
iciones  cultas ;  prácticas  que  se  acendran  en  la  paz  y 
constituirán  al  caboi  gobernantes  que  no  se  mancillen 
con  el  perjurio,  ni  atenten  á  las  garantías  de  los  ciuda- 
danos; y  educarán,  por  otra  parte,  ciudadanos  que  no 
confundan  la  libertad  con  la  licencia  y  sepan  respetar  y 
prestar  acataimiento  al  principio  de  autoridad  que  el  Ma- 
gistrado represeínta.  Solamente  así  se  logrará  lo  que  nun- 
ca se  ha  podido  ver  ien,  Venezuela:  la  mutua  confianza 
y  cordialidad  entre  los  gobernantes  y  los  gobernados. 


RESUMEN   CRONOLÓGICO 


DE  £A. 


ÉPOCA  QUINTA 


SINCRONISMOS 


Para  regir  la  Presidencia  cons- 
titucional, primera  de  la  Fe- 
deración, resultó  electo  el 
Gran  Ciudadano  Mariscal 
Juan  C.  Falcón  (febrero  de 
186  5),  y  para  primero  y  se- 
gundo Designado,  los  Geieci- 
les  Guzmán  Blanco  y  Deside- 
rio Trías. 

— Por  ausencia  de  Falcón, 
ocupó  la  Presidencia  el  pri- 
mer Designado  y  nombró  Mi- 
nistro de  lo  Interior  al  señor 
J.  V.  Silva;  de  Hacienda  y 
Crédito  Público,  al  Licenciado 
José  D.  Landaeta;  de  Rela- 
ciones Exteriores,  al  Doctor 
Rafael  Seijas,  y  de  Fomento 
al  señor  José  M.  Alvarez  de 
Lugo. 

—Varios  disturbios  locales 
en  diferentes  "Estados  inte- 
rrumpen la  paz  por  algún 
tiempo. 

—Alármase  la  opinión  pú- 
blica con  motivo  de  la  tiran- 
tez de  relaciones  entre  Espa- 
ña y  las  Repúblicas  del  Pací- 
fico. 

—  Crisis  de  la  Hacienda  Pú- 
blica. 


Concluye  la  guerra  de  Secesión  de 
los  Estados  Unidos,  con  el  so- 
metimiento de  los  rebeldes  del 
Sur. 

—Asesinato  del  Presidente  Lincoln 
en  el  teatro  de  Washington  (14 
de  abril) . 

— El  Mariscal  López  toma  las  for- 
talezas de  Alburquerqtie,  Cnr tim- 
ba y  Dorado;  apresa  dos  navios 
argentinos  y  ocupa  á  Corrientes ; 
pero  en  el  combate  naval  con 
la  armada  brasileña  es  derrotada 
la    escuadra    paraguaya. 

—Ruptura  de  relaciones  y  declara- 
ción de  guerra  entre  España  y 
Chile. 

— Alianza  del  Perú  á  Chile. 

—Bloqueo  de  los  puertos  chilenos 
por  la  escuadra  Española  al  man- 
do del   Almirante   Pareja. 

— La  «Esmeralda»,  nave  "de  guerra 
chilena,  apresa  á  la  «Covadonga», 
lo  que  da  por  resultado  el  suici- 
dio   del    Almirante    Pareja. 

—  Se  encarga  Méndez  Núñez  del 
mando    de    la    escuadra    española. 

— La  Reina  de  España  dicta  laudo 
arbitral  confirmatorio  de  la  sobe- 
ranía dé  Venezuela  sobre  la  Isla 
de   Aves;    terminando   así  las  pre- 


FELIPE   TEJERA 


231 


—Cambios  repetidos  del  Mi- 
nisterio Federal. 
—  Comienza  á  construirse  el 
acueducto  de  Caujarao  par.v 
surtir  de  agua  potable  á  la 
ciudad    de    Coro. 

—  Publica  el  Doctor  Felipe 
Larrazábal  su  Vida  Púj'ica 
del   Libertador . 

—Fuerte  temblor  de  tierra 
en  Caracas  el  15  de  diciembre 
á    las    5  de    la    tarde. 

— Muerte  de  Don  Fermín 
Toro,  preclaro  literato  é  in- 
signe   orador    venezolano. 

1866  El  Mariscal  Falcón  se  encar- 
ga del  Poder  y  nombra  Mi- 
nistro de  lo  Interior  al  Gene- 
ral Jacinto  R.  Pachano;  de- 
Guerra,  al  General  J.  F.  Pé- 
rez ;  de  Hacienda,  al  señor 
Rafael  Arvelo ;  de  Relaciones 
Exteriores,  al  señor  Rafael 
Seijas;  de  Fomento,  al  señor 
José  M.  Alvarez  de  Lugo,  y 
de  Crédito  Público  al  Licen- 
ciado José  Dolores   Landacta. 

— Termina  la  construcción 
del   acueducto   de   Caujarao. 

— Se  erige  una  estatua  pe- 
deste  al  Libertador  en  la 
plaza  principal  de  Ciudad 
Bolívar. 

— Muerte  de  Don  Juan  V. 
González,  gran  escritor,  pole- 
mista,   historiador    y    político. 

— El  Arzobispo  Guevara  re- 
facciona y  consagra  de  nue- 
vo la  Catedral  de  Caracas. 

— Prosiguen  en  la  Plaza  Bo- 
lívar de  Caracas  los  trabajos 
de  ornato  que  habían  comen- 
zado en  el  año  anterior. 

— Llega  á  Caracas,  comi- 
sionado de  Chile,  el  señor 
Matta  y,  consultado  el  Con- 
greso sobre  la  actitud  que  de- 
bía asumir  la  República  en 
la  contienda  de  Chile  y  Es- 
paña, acuerda  dejar  al  Eje- 
cutivo en  libertad  para  de- 
clarar la  guerra  á  ésta  cuan- 
do hubiese  hecho  desembarcos 


tensiones  que  sobre  dicha  isla 
abrigaba  desde  1854  eP  Reino  de 
los   Países  Bajos. 


Guerra  de  Prusia  é  Italia  contra 
él  Austria.  Después-  de  la  bata- 
lla de  Sadova,  ganada  p¿>r  la  Pru- 
sia, y  en  la  cual  se  usan  por  pri- 
mera vez  los  fusiles  de  aguja,  que- 
dan excluidas  de  la  confederación 
Germánica  el  Austria  y  la  Holan- 
da. 

—Muere  en  París  Don  Manuel  F. 
Tovar,  y  Abigaíl  Lozano  en  Nue- 
va  Yo  ríe. 

—  Progresos  de  los  Mejicanos  para 
derrocar  el  Imperio  de  Maximi- 
liano. 

—El  Mariscal  López  derrota  en  Ha- 
maitá  á  los  argentinos  comanda- 
dos   por    Mitre. 

—  Se  establece  el  telégrafo  subma- 
rino   entre    Europa    y    América. 

— Prosigue  la  guerra  de   Cuba. 

—  El  Almirante  Méndez  Núñez  bom- 
bardea á  Valparaíso  .Combate  des- 
pués las  fortalezas  del  Callao  de 
Lima  con  once  buques  de  guerra, 
y  retorna  á  España. 

—  Muere  el  historiador  español  Don 
Modesto   Lafuente. 


232 


HISTORIA   DE   VENEZUELA 


de  tropa  en  cualesquiera  de 
las  Repúblicas  aliadas. 

—  Compra  del  vapor  de  gue- 
rra  Bolívar. 

— Nuevos  disturbios  políti- 
cos en  el  Occidente,  acaudi- 
llados por  el  general  P.  M. 
Rojas,  terminan,  luego  por  un 
arreglo. 

— Don  Rafael  Arvelo,  en- 
cargado del  Ejecutivo,  retira 
los  poderes  que  tenía  Guz- 
mán  Blanco  para  representar 
á    Venezuela    en    Europa. 


Estalla  en  el  Estado  Bolí- 
var la  revolución  que  se  lla- 
mó genuino,  acaudillada  por 
el  General  Luciano  Mendo- 
za, y  concluye  después  de  la 
acción  de  la  Esperanza,  por 
un  pacto  con  el  General  Guz- 
mán  Blanco,  recién  vuelto  de 
Europa,  y  jefe  ya  de  las  fuer- 
zas del  Gobierno.  Continúa,  sin 
embargo,  el  descontento  pú- 
blico, y  los  restos  del  partido 
conservador  se  alian  con  la 
mayor  parte  del  partido  li- 
beral para  tramar  la  revolu- 
ción azul,  como  se  caracterizó 
después  este  movimiento  po- 
lítico por  el  color  de  su  di- 
visa al  estallar  en  diciembre 
de  este  año. 


Triunfa  Juárez  en  Mé.xico. 

—  Fusilamiento  del  emperador  Ma- 
ximiliano y  de  los  Generales  Me- 
jías   y   Miramón   en    Querétaro. 

— Gran  temporal  y  terremoto  en  la 
isla   de   San   Tomás. 

—  Guerra  de  independencia  en  Cuba. 

—Prisión  en  Bogotá  del  Presiden- 
te General  Mosquera,  por  el  jefe 
del    ejército.  General    S.    Acosta. 

—El  cólera  hace  estragos  en  los 
ejércitos  beligerantes  .  del  Para- 
guay. 

— Exhibición   universal   en   París. 


1868  Continúa  la  revolución  azul  en 
los  Valles  de  Aragua,  acaudi- 
llada por  el  Geneiral  Miguel 
A.  Rojas,  y  muere  el  Doctor 
Gonzalo  Cárdenas  sorprendí 
do  por  las  fuerzas  del  Go- 
bierno en  la  acción  del  Pao; 
mientras  que  el  movimiento 
revolucionario  se  extiende  á 
otros  Estados,  y,  después  de 
algunos  triunfos,  se  entablan 
las  conferencias  de  Belisa  y 
hay  un  armisticio  por  quince 
días.  Al  cabo  el  Presidente 
Falcón  se  retira  de  Coro  á 
Curazao,  y  queda  encargado 
del  Ejecutivo  el  General  Ma- 
nuel E.  Bruzual.  Mas  los  azu- 
les triunfan  el    5  de  mayo  de 


— El  Mariscal  López  abandona  las 
posiciones  de  Humaitá;  persegui- 
do por  los  aliados  combate  du- 
rante seis  días  en  Angostura,  y 
derrotado  al  cabo,  cae  la  capital 
Asunción    en    poder    del    enemigo. 

— El  emperador  del  Bra^l  levanta 
nuevas  tropas  y  pone  al  frente 
del  ejército  á  su  yerno  el  conde 
de    Eu,    nieto   de    Luis    Felipe. 

—Estalla  en  España  la  revolución 
que  de  años  atrás  venía  minan- 
do el  trono  de  Isabel  II,  con  el 
Mariscal  Serrano  y  el  General 
Prim  como  principales  corifeos ; 
y  extendiéndose  por  toda  la  Pe- 
nínsula, Doña  Isabel  se  ve  obli- 
gada á  dejar  á  Madrid  y  refugiar- 
se  en   Francia;    con   lo  cual   triun- 


FELIPE   TEJERA 


233 


las  fuerzas  del  Gobierno  al 
mando  del  General  Colina,  en 
las  cercanías  occidentales  de 
Caracas    (Las  Adjuntas) . 

— Fírmase  el  tratado  de  An- 
tímano.  por  el  cual  entra  el 
ejército  reconqiiistador  á  la 
capital ;  pero  á  poco  se  rom!- 
pen  las  hostilidades,  y  el  Ge- 
neral José  T.  Monagas,  que 
al  frente  de  tropas  orientales 
invade  al  Estado  Bolívar,  es 
reconocido  como  jefe  de  la 
revolución. 

— Después  de  la  batalla  del 
24,  25  y  2.6  de  junio  dada  en 
Caracas,  ocupa  la  ciudad,  y 
constituye  el  27-  un  gobierno 
plural  compuesto  de  los  se- 
ñores Mateo  Guerra  Marcano, 
Guillermo  Tell  Villegas,  Mar- 
cos Santana,  Doctor  Nicanoir 
Borges  y  General  Domingo 
Monagas :  debiendo  ser  el 
gabinete  presidido  por  uno 
que  eligieran  de  su  seno,  y 
que  lo  fué  el  Doctor  Guiller- 
mo Tell  Villegas,  quedando 
el  General  Monagas  de  Jefe 
del  Ejército.  Este  Gobierno 
declaró  vigente  la  Constitu- 
ción |de!l864,  ten  cuanto  no  se 
opusiera  al  espíritu  de  la  Re- 
volución, sintetizado  en  este 
letaa  :  Unión  y  Libertad.  En- 
tre tanto  Bruzual  se  atrinche- 
ra en  Puerto  Cabello  ;  mas 
atacado  también  allí,  al  cabo 
de  15  días  de  asedio  y  herido 
gravemente,  abandona  la  pla- 
za ( 1 5  dei  ¡agesto)  y  va  á  mo- 
rir á  poco  en  Curazao.  Paci- 
ficado el  Oriente  y  el  Occi- 
dente, y  declarada  libre  la  ex- 
portación, comienzan  los  tra- 
bajos eleccionarios ;  pero  el 
General  Monagas,  candidato 
presidencial,  muere  en  El  Va- 
lle el  19  de  noviembre  y  esto 
engendra  la  división  del  par- 
tido   triunfante. 

—  Publica  el  General  José 
A.  Páez  su  Autobiografía,  en 
Nueva  York. 


fante  la  revolución  en  la  capital,^ 
queda  el  Mariscal  Serrano  como. 
Regente  y  Prim  de  primer  mi- 
nistro. 

-Comienzan  desde  lu^go  las  nego- 
ciaciones en  Portugal  é  Italia  en, 
so*licitud  de  nuevo  monarca  para 
España,  mientras  que  los  republi- 
canos, ya  mejor  organizados,  tra- 
bajan por  inutilizar  aquellos  pro- 
yectos y  constituir  definitivamen- 
te la  República.  Al  mismo  tiem- 
po Don  Carlos  reorganiza  su  par- 
tido y  aspirando  á  la  corona,  se 
prepara  á  obtenerla  por  medio  de 
las  armas.  Todo  esto  hace  la  si- 
tuación de  España  de  las  más  crí- 
ticas,, y  fija  sobremanera  la  aten- 
ción de  Europa,  pues  de  ella  va 
á  depender  tal  vez  la  paz  ó  la 
guerra  continental. 


234 


HISTORIA    DE   VENEZUELA 


1869  Electo  el  general  José  R. 
Monagas,  primer  Designado, 
se  encarga  del  Ejecutivo,  á 
tiempo  que  se  insurreccionan 
el  Estado  Zulia  y  surgen  fac- 
ciones en  Carabobo  y  el  Occi- 
dente. Organizada  en  Puerto 
Cabello,  y  al  tnando  del  mis- 
mo Designado,  que  dejó  el 
Poder  al  ■  Doctor  Guillermo 
Tell  Villegas,  sale  una  expe- 
dición de  tres  mil  hombres 
contra  Maracaibo  y,  ocupada 
la  ciudad,  queda  prisionero  el 
general   Venancio   Lutowski. 

^El  ingeniero  Lutowski. 
con  los  auxilios  del  comercio 
y  de  la  Junta  de  Fomento  dfc 
Puerto  Cabello,  construye  un 
buque  de  vapor  de  invención 
suya,  que  llamó  Pez  volador, 
para  resguardo  de  las  costas, 
con  un  andar  calculado  en  30 
millas  por  hora. 

—  Al  propio  tiempo  se  le- 
vanta en  Caracas  el  plano  y 
presupuesto  para  un  «nuevo 
acueducto  público,  y  una  Co- 
misión, presidida  por  el  ge- 
neral Soublette,  recauda  fon- 
dos entre  los  particulares  pa- 
ra erigir  una  estatua  ecuestre 
al  Libertador;  pero  los  acon- 
tecimientos políácos  paralizan 
todos   estos    proyectos. 

—Elecciones  para  Presiden- 
te  Constitucional. 

—  Compra  de  los  vapores 
«  Federación  »    y    «  Monagas  »  . 

—El  general  Guzmán  Blan- 
co celebra  en  su  casa  el  14  de 
agosto  una  fiesta  político-so- 
cial, que  fué  interrumpida 
abusivamente  por  turbas  de 
pueblo  amotinadas,  y  con  este 
motivo,  días  después,  el  suso- 
dicho hombre  público  se  au- 
senta   del   país. 

— En  este  año  se  creó,  por 
Decreto  del  Ejecutivo,  un  Ins- 
tituto de  Bellas  Artes  y  un 
Museo  Nacional  que  presidió 
el   Doctor    Felipe   Larrazábal. 


Reunión  del  Gran  Concilio  Vati- 
cano   en    Roma. 

— La  Internacional,  que  va  cundien- 
do en  toda  Europa,  comienza  á 
manifestar   sus    ideas    socialistas. 

—Derrotado  el  Mariscal  López  en 
las  cercanías  de  Caragnatai,  los 
aliados  establecen  en  la  Asun- 
ción un  Gobierno  provisiotiaJ  y  por 
decreto  del  Etnperador  del  Bra- 
sil queda  fuera  de  la  ley  el.  Pre- 
sidente paraguayo. 

—Apertura  del  canal  de  Suez,  por 
el  ingeniero  M.  Lesseps,  obra,  que 
poniendo  en  comunicación  el  mar 
Rojo  con  el  Mediterráneo,  abre 
nueva  y  !más  segura  vía  al  comer- 
cio de  Europa  y  el  Asia.  El  em- 
perador Napoleón  III  y  la  emue- 
ratriz  Eugenia,  presiden  la  inau- 
guración   de    dicha    obra. 

— Prosiguen  en  España  las  ne.go- 
ciaciones  sobre  candidato  para  el 
trono. 

—El  General  Gran  es  electo  Pre- 
sidente en  los  Estados  L-nidos  de 
la  América  del  Norte. 


1870   Ocupan      los      revolucionarios         El   reino   de   Holanda  envía   una   es- 


Felipe:  tejera 


235 


la  ciudad  de  Barquisimeto  y 
otros  puntos  del  centro  y  del 
occidente;  mientras  el  Gobier- 
no consigue  la  expulsión  de 
Curazao  del  General  Guzmán 
Blanco,  reconocido  ya  por 
aquéllos  como  jefe. 

— Desembarco  de  éste  por 
las  costas  de  Coro. 
^Batalla  del  Guai  entre  las 
fuerzas  del  Gobierno  y  las  del 
General  José  I.  Pulido,  cuyo 
triunfo  se  atribuyen  ambos 
contenedores. 

—El  Congreso  elige  primer 
Designado  al  General  Este- 
ban Palacio,  quien  nombró 
Ministro  de  lo  Interior  al  se- 
ñor Domingo  A.  Olavarría, 
que  no  aceptó;  de  Guerra,  al 
General  José  Austria;  de  Ha- 
cienda, al  señor  Miguel  Aris- 
teigueta;  del  Exterior,  al 
doctol-  Hilarión  Antich:  de 
Fomento,  al  Licenciado  A. 
Fermín  Ramírez ;  y  de  Cré- 
dito Público,  al  señor  Ángel 
D.   Ramos. 

— Concentradas  por  Guz- 
mán Blanco  todas  las  fuer- 
zas revolucionarias,  ataca  la 
ciudad  de  Caracas  con  8,000 
soldados,  y  después  de  tres 
días  de  asedio  la  ocupa  el  27 
de  abril,  en  ocasión  que  las 
fuerzas  del  Gobierno,  que 
venían  en  su  auxilio  desde 
Puerto  Cabello,  al  mando  dol 
General  L.  Martínez,  llegan 
tarde    y  tienen    que    retirarse. 

— Guzmán  organiza  su  Go- 
bierno con  el  siguiente  Mi- 
nisterio :  del  Exterior,  Anto- 
nio L.  Guzmán;  de  Guerra, 
General  José  I.  Pulido;  de 
Hacienda,  Jacinto  Gutiérrez ; 
de  lo  Interior,  Doctor  Diegor 
B.  Urbaneja;  de  Fome.ito, 
Doctor  Martín  Sanabria ;  de 
Crédito  Público,  Licenciado 
Francisco  Pimentel  y  Roth; 
y  convoca  un  Congreso  de 
Plenipotenciarios  para  Valen - 


cuadra  de  guerra  en  son  de  re- 
clamaciones á  La  Guaira. 

— Muerte  del  Mariscal  López  y  tér- 
mino de  la  guerra  en  el  Para- 
guay. 

— El  Consejo  de  Ministros  en  Es- 
paña, acepta  al  príncipe  alemán 
Leopoldo  Hohenzollern  como  can- 
didato al  trono,  y  esto  motiva  que 
el  Emperador  Napoleón  III,  por 
medio  de  su  ministro  en  Berlín, 
exija,  la  renuncia  de  aquél;  lo- 
grado lo  cual,  reclama  que  el  Rey 
de  Prusia  se  comprometa  á  no 
apoyar  en  lo  sucesivo  ninguna  can- 
didatura para  ei  trono  de  España; 
mas  no  acomodándose  á  ello  el 
Rey  Guillermo,  declárase  la  gue- 
rra, y  sale  el  propio  Emperador 
á  la  campaña  con  400,000  liom- 
bres.  Mejor  apercibida  la  Alema- 
nia y  con  doble  ejército,  gana  las 
batallas  de  Wissemburgo,  Forback, 
Voerth ;  y  el  Mariscal  Mac  Mahon 
se  retira  á  Nanci,  mientras  Pa- 
rís se  prepara  á  la  defensa.  Re- 
cios combates  de  Bazaine  en  Metz. 
Después  de  nuevos  desastres  el 
Emperador  se  rinde  en  Sedan  y 
los  ejércitos  prusianos  avanzan  á 
sitiar  á  París  en  donde  al  saberse 
estas  noticias,  se  proclama  la  Re- 
pública. La  emperatriz  se  retira  á 
Bélgica.  El  general  Trochu  pre- 
side el  Gobierno  de  la  Defensa, 
Nacional.  Sitiada  la  capital,  el  Go- 
bierno se  comunica  con  los  De^ 
partamentos  por  medio  de  palo- 
mas mensajeras  y  Gambeta  sale 
en  un  globo  para  dirigir  las  ope- 
raciones en  el  Mediodía,  dondei 
logra  levantar  300,000  hombres 
que  al  mando  de  Aurelles  de  Pa- 
ladines, toman  á  Orleans  y  avan- 
zan en  auxilio  de  París.  Pero  Ba- 
zaine capitula  en  Metz  y  luego 
se  rinde  Strasburgo.  Con  lo  que 
aumentadas  las  fuerzas  sitiadoras, 
derrotado  Palladines,  y  conmovi- 
do el  mismo  París  por  la  dis- 
cordia civil,  se  reúne  la  Asami- 
blea  Nacional  y  se  abren  tratos 
para  concluir  la  paz. 

—Aprovechándose    de    la     caída     de 


236 


HISTORIA    DE    VENEZUií   A 


—La  escuadra  holandesa  que 
había  venido  á  La  Guaira  en 
son  de  reclamante,  se  retira 
de   aquel   puerto. 

— Los  generales  Herrera, 
Olivo  y  Galán,  emprenden 
operaciones  para  reconquis- 
tar la  capital,  y  reconocen. 
por  jefe  al  General  José  Ma- 
ría Hernández. 

— Abandonan  los  Valles  de 
Aragua  y  Carabobo  y  se  re- 
tiran á  Coro,  dejando  en  pie 
de  guerra  el  Castillo  Liberta- 
dor que  bloquea  á  Puerto 
Cabello,  á  tiempo  que  orga- 
nizan la  escuadra  compues- 
ta de  5  vapores  y  13  buques 
de  vela. 

— El  General  Olivo  invade 
por  el  Oriente,  y  Hernández, 
Herrera  y  Galán  ¡abren  Jacam'- 
paña  por  el  Occidente;  ob- 
tienen varios  triunfos,  y  se 
aproximan    á    Barquisimeto. 

— Retínese  en  Valencia  el 
Congreso  de  Plenipotencia- 
rios de  los  Estados. 

— El  General  Pulgar,  preso 
en  el  Castillo  Libertador,  lo- 
gra subvertir  parte  (de  la  ^guar- 
nición y  se  posesiona  de  la 
fortaleza. 

—Sale  el  General  Matías  Sa- 
la zar  como  jefe  de  las  fuer- 
zas del  Occidente  y  abre  ope- 
raciones desde  Barquisin>;to 
contra  Hernández :  pero  éste 
le  derrota  en  la  acción  de  Ce- 
r ritos  Blancos  ó  la  Mora,  y 
ocupa  la   ciudad.  ^ 

—Reforzado  muy  luego  Sa- 
lazar,  tomja  la  ofensiva  y  gana 
la  batalla  de  Guama  que  po- 
ne al  Occidente  en  su  poder, 
en  tanto  que  el  General  Da- 
voín    se    adueña    de    Trujillo. 

—Los  Generales  X^rdaneta. 
Ciojina  y  Pulglar  ocupian  á  Co- 
ro y,  más  después  capitula 
con  ellos  Hernández  en  Ma- 
racaibo  y  entrega  la  escuadra. 

— Decreto  sobre  instrucción 


Francia,  consuma  Víctor  Manuel 
la  unidad  de  Italia  con  la  ocu- 
ción  de  Roma;  y  así  termina  el 
Poder  temporal  de  Pío  IX,  quien 
protesta  y  se,  encierra  en  su  Pa- 
lacio. 

-El  Concilio  Vaticano  había  ya  de- 
clarado la  infalibilidad  del  Sumo 
Pontífice  en  materia  de  dogmas 
y  costumbres  y  suspendido  sus  se- 
siones. 

-Apertura  del  Monte  Cenis  por  me- 
dio de  un  túnel  que  pone  en  co- 
municación   á    Italia    y    Francia. 

-Muerte  del  célebre  novelista  Ale- 
jandro   Dumas. 


FELIPE   TEJERA 


237 


gratuita  y  obligatoria,  27  de 
junio. 

—Expulsión  del  Arzobispo 
Guevara. 

— Establecimiento  de  una 
Compañía  de   Crédito. 

—Muerte  del  Mariscal  Fal- 
cón  en  Martinica. 

—Principio  de  la  cuestión 
eclesiástica. 

—El  padre  Sucre  impugna 
con  vehemencia  la  conducta 
del  Gobierno  y  sale  del  país 
para  excitar  desde  fuera  la 
reacción  de  los  azules  que 
tomaron  por  suya  la  defensa 
de  la  Iglesia. 

1871  Sorpresa  y  derrota  del  Gene- 
ral Olivo  por  el  General  Pi.- 
lido  en  San  Isidro  (Maturín) . 

—Se  organiza  la  Estadística 
Nacional. 

—Decreto  sobre  acuñación 
de  moneda. 

—Defección  del  General  Sa- 
lazai',  segundo  Designado,  en 
Valencia,  y  su  salida  para  el 
extranjero  con  el  Doctor  Fe-- 
Upe  Larrazábal. 

—Creación  del  Terri  'ario 
Colón,  formado  por  las  islas 
marítimas    de    Venezuela. 

—Reorganizado  Olivo,  ocu- 
pa á  Ciudad  Bolívar  y  á  San 
Fernando   de   Apure. 

— Triunfos  de  Herrera  en  el 
Occidente.  Ocupa  á  Trujillo 
é  invade  á  Barinas,  Cojedes, 
Barquisimeto  y  Carabobo. 

— Abre  Giizlnán  Blanco  la 
campaña  contra  Apure,  que- 
dando encargado  del  Poder 
Ejecutivo  el  General  Juan  B. 
García ;  y  mientras  que  Pul- 
gar recupera  á  Trujillo,  He- 
rrera y  Olivo  se  reconcentran 
en  San  Fernando  con  2,400 
hombres,  y  Hernández  queda 
en   Ciudad  Bolívar. 

1872  Guzmán  Blanco  con  8,000 
soldados  pasa  el  río  Apure  y 
entra  en  San  Fernando,  ya 
abandonado  por  Olivo  y  He- 


Fírmanse  las  capitulaciones  de  paz, 
ya  rendido  París,  por  las  cuales 
cede  Francia  al  Imperio  Alemán 
casi  toda  la  Alsacia  y  la  Lo  re  na 
y  satisfará  una  contribución  de 
guerra  de  cinco  mil  millones  de 
francos. 

—Mientras  se  paga  ésta,  los  ejérci- 
tos prusianos  ocuparán  parte  del 
territorio  francés. 

—Proclámase  en  París  la  Coniii  '.a 
y  el  Gobierno  se  traslada  á  Ver- 
salles. 

—Los  comuneros  incendian  las  Tu- 
llerías,  derriban  la  columna  Van- 
doma  y  fusilan  al  Arzobispo  de 
París. 

^Toma  de  la  ciudad  por  las  tro- 
pas  del   Gobierno. 

— Asesinato  de  Prim  en   Madrid. 

—Amadeo  de  Saboya,  hijo  del  Rey 
de  Italia,  es  elegido  Rey  de  Es- 
paña. 

— Castelar,  jefe  de  los  republicanos, 
encabeza  la  oposición  en  las  Cor- 
tes. 

— Armisticio  entre  España  y  las  Re- 
públicas del   Pacífico. 


Degüello  en  Litaa  de  los  hermanos 
Gutiérrez,  llevado  á  cabo  por  el 
pueblo  en  represalia  de  la  muerte 
del    Presidente   Baltá. 


238 


HISTORIA    DE    VENEZUELA 


rrera,  que  se  retiran  hacia  el 
Sur.  Pero  sorprendido  Olivo 
en  el  paso  del  río  Arauca  por 
los  Generales  Urdare.a  y  Cres- 
po, muere  en  la  contienda; 
muchos  se  ahogan  en  las 
aguas  y  otros  quedan  prisio- 
neros de  Guzmán  que  ( on 
esta  completa  victoria  asegu- 
ra su  Gobierno. 

— Rendida  poco  después 
Ciudad  Bolívar,  el  General 
Matías  Salazar  imadc  por  la 
Nueva  Colombia  y  llega  á  Ca- 
rabobo ;  pero  cercado  por  el 
ejército  de  Guzmán,  y  des- 
pués del  asalto  infructuoso  de 
Tinaquillo,  cae  prisionero  en 
la  persecución.  Sometido  á  un 
Consejo  de  Guerra,  resulta 
condenado  á  muerte  y  se  le 
eiecut.i    al    día   siguiente. 

-  \'uf-lto  Guzmán  á  Caracas 
convoca  á  elecciones  y  decre- 
ta la  extinción  de  los  Semi- 
narios y  de  los  heajes,  crea 
las  Aduanas  Terrestres  y  es- 
tablece   el    matrimonio    civil. 

— Honores  ala  memoria  del 
poeta  Juan  V.  Camacho,  tri- 
butados por  la  Academia  de 
Literatura  en   Caracas. 


-Sube  á  la  Presidencia  del  Perú 
Don  Manuel  Pardo. 

-Pronunciamiento  de  las  Provincias 
V^ascongadas  en  España  por  la 
causa  de  Don  Carlos. 

-El  Rey  Amadeo  I  renuncia  la  co- 
rona de  España.  Las  Cortes  pro- 
claman la  República  y  decretan  la 
abolición  de  la  esclavitud  en  Puer- 
to  Rico. 

-Principian  en  la  Península  los  mo- 
vimientos de  los  comuneros  y  Don 
Carlos  aumenta  sus  fuerzas  y  con- 
quista  territorio. 

Sr:    establece    el    telégrafo    subma- 
rino entre  Europa  y  Asia. 


1873  Se  funda  un  Museo  en  la  Uni- 
vergidad  Central  y  se  pro- 
mulgan los  Códigos  Civil,  de 
Hacienda,  de  Comercio,  de 
Procedimiento  Penal  y  Mili- 
tar. 

—  Construcción  del  Palacio 
Legislativo. 

-  Reunido  el  Congreso  en 
dicho  palacio,  aprueba  los  ac- 
tos de  Guzmán  Blanco,  le 
confiere  el  título  de  Ilustre 
Americano  y  le  proclama  Pre- 
sidente de  la  República  por 
4  años.  Este  constituye  su 
Gobierno,  así :  Ministro  de 
lo  Interior,  General  José  G. 
Ochoa ;  de  Guerra,  General 
Miguel  Gil ;  de  Hacienda, 
Santiago  Goiticoa ;  de  lo  Ex- 
terior, Jacinto  Gutiérrez;  de 
Fomento,  Doctor  Modesto  Ur- 


El  General  J.  A.  Páez,  después  de 
visitar  varias  repúblicas  del  Pa- 
cífico que  le  tributan  los  hono- 
res merecidos  como  invicto  pro- 
cer de  la  Independencia  Ameri- 
cana, retorna  á  los  Estados  l^ni- 
dos  donde  había  ya  dado  al  pú- 
blico su  interesante  autobio(j,raj¡ii, 
y   á   poco  muere   en   Nue\a   York. 

—Muere  en  Inglaterra  Napoleón  III. 

—  Sube  á  la  Presidencia  de  la  Re- 
pública española  el  célebre  ora- 
dor y  literato  Don  Emilio  Cas- 
telar,  en  ocasión  que  se  han  adue- 
ñado los  comuneros  de  Cartagena 
y  de   parte  de  la  escuadra. 

—  Mucre  el  Mariscal  Concha  en  un 
encuentro    contra    los    carlistas. 

-Disidencia  entre  España  y  los  Es- 
tados Unidos  por  motivo  del  apre- 
samiento del  «Virginius»,  vapor 
cubano. 


FELIPE   TEJERA 


239 


baneja ;  de  Crédito  Público, 
Licenciado  Francisco  Pimen- 
tel   y    Roth^  (30   de    junio). 

— Declara  el  Congreso  xa- 
cante  la  Sede  Arzobispal  y 
nombra  para  ocuparla  al  Pbro, 
Baralt,  quien  no  acepta  y 
sale  extrañado  del  país. 
^  — Practicado  el  censo  de  la 
República  resulta  una  pobla- 
ción de   1.700,000  habitantes. 

—  Se  auxilia  con  1,000  pe- 
sos al  señor  General  Juan  B. 
Baptista,  para  que  haga  en 
los  Estados  L'^nidos  la  expe- 
riencia, de  su  invento  sobre 
navegación  sin  hélices  ni  rue- 
das   y   un    nuevo    timón. 

— Se  representa  en  Caracas 
la  primera  ópera  escrita  por 
un  venezolano,  titulada  Vir- 
ginia, de  José  Ángel  Mon- 
tero. 

1874  Destínase  la  iglesia  de  la  San- 
tísima Trinidad  para  servir 
de    Panteón    Nacional. 

—  Extinción  de  los  conven- 
tos   de    Monjas. 

—  Apertura  del- acueducto  de 
Macarao  y  construcción  de 
un  paseo  en  la  colina  del 
Calvario. 

— Estalla  en  Coro  la  re\'olu- 
ción  acaudillada  por  los  Gene- 
rales Colina  y  Pulido.  Aquél, 
después  de  atacar  infructuo- 
samente la  plaza  de  Barqui- 
simeto,  se  retira  á  Coro  y  me- 
diante un  parto  entrega  las 
armas  á  Guzmán,  que  llexaba 
contra  él  un  ejército  de 
12,000   hombres. 

— Entre  tanto.  Pulido  es 
aprisionado  en  el  Oriente,  y 
el  General  P.  Ducharme  mue- 
re prisionero  de  las  fuerzas 
del   Gobierno. 

— Establécense  siete  minis- 
terios para  el  despacho  fede- 
ral y  se  hacen  exequias  á  los 
restos  de  los  generales  J.  G. 
Monagas,  Falcón,  Zainora  y 
Bruzual   en   el    Panteón. 

— Sanciónase  la  nueva  Cons- 


— El  Mariscal  Mac  Mahon,  es  ele- 
gido Presidente  de  la  República, 
francesa,    por   siete   años. 

-Exhibición   de   Viena. 

--Reelección  de  Gran  en  lo.s  Es- 
cados'  Unidos  de  la  América  del 
Norte. 


Muere  en  Paríb  el  Doctor  Pedro- 
José   Rojas. 

— Disueltas  las  Cortes  por  el  jefe 
de  la  guarnición  en  Madrid  y  de- 
rrocado el  Gobierno  republicano- 
de  Don  Emilio  Castelar,  se  les- 
taura  al  fin  la  monarquía  espa- 
ñola y  sube  al  trono  Alfonso  XII, 
hijo  de  Isabel  II,  con  Cánovas 
del  Castillo  de  Presidente  del  Con- 
sejo  de    Ministros. 

-Organizado  en  sus  diferentes-  ra- 
mos el  Gobierno  y  nombrado  Di- 
rector de  la  Guerra  contra  Don 
Carlos  el  General  Martínez  Cam- 
pos, se  ordena  levantar  un  ejér-  - 
cito  de  300,000  soldados  para  em- 
prender con  mejor  éxito  las  ope- 
raciones sobre  las  varias  provin- 
cias  sublevadas. 

• — A  la  vez  se  envían  refuerzos  de 
tropa  á  la  Isla  de  Cuba  donde 
los  independientes  prosiguen  la 
guerra  con  tesón  y  encarniza- 
miento; mas  dominada  al  cabo 
por  ÍVYartínez  Campos  la  insu- 
rrección carlista,  y  pacificada  la 
Península,  la  independencia  de  la 
Isla   se   hac«    ya    casi    iluposible. 


240 


HISTORIA    DE-  VENEZUELA 


titución  que  establece  el  su- 
fragio directo  público,  escrito 
y  firimado,  suprime  los  Desigr- 
nados,  reduce  á  dos  años  el 
período  constitucional  y  ]iro- 
hibe  la  reelección  del  Presi- 
dente. 

— Erección  de  la  estatua 
ecuestre  del  Libertador  en  la 
Plaza  Bolívar  (7  de  novieiii- 
bre) .  Certamen  poético  con 
este  motivo. 


1875  Abrense  en  la  Universidad 
Central  cursos  de  historia  uni- 
versal, de  ciencias  naturales 
y  clases  de  griego,  alemán  y 
francés;  y  se  ordena  la  publi- 
cación de  los  «Docutnentos 
para  la  vida  pública  del  Li- 
bertador y> ,  coleccionados  por 
Blanco   y   Azpurúa. 

— Concurso  para  textos  de 
instrucción    primaria. 

— Continúa  la  cuestión  ecle- 
siástica. 

— Terremoto  de  Cúcuta  que 
arruina  muchos  pueblos  de  la 
I   cordillera." 

— Constrúyense  el  nuevo 
Hospital  de  Lázaros,  el  Mata- 
dero y  varias  obras  de  or- 
nato. 

— Erección,  de  una  estatua 
ecuestre  al  General  Gu;ímán 
Blanco  en  la  Plaza  del  <"api- 
tolio,  é  inauguración  del  puen- 
te de  hierro  sobre  el  Guaire 
y  de  la  fachada  norte  'le  la 
Universidad. 

— Certamen  poético  decre- 
tado por  una  comisión  cel 
Congreso. 

—Concierto  de  la  carilla! 
para  favorecer  las  víctimas 
del  terremoto  de  Cúcuta  y 
creación  de  una  medalla  de 
oro  para  premiar  las  señori- 
tas y  caballeros  que  tomaron 
parte  en  el  referido  concierto. 

1876  Erección  de  una  estatua  pe- 
destre á  Guzmán  Blanco  en 
la  colina  del  Calvario,  denomi- 
,nada  «Paseo Guzimán  Blanco»  . 


Asesinato  de  García  Moreno,  Pre- 
sidente de  la  República  del  Ecua- 
dor,  en  su   propio   Palacio. 

—  Celébrase  en  Santiago  de  Chile 
la  primera  exposición  mternacio- 
nal  que  tiene  lugar  en  América, 
y  en  ella  sobresale  Chile  por  los 
adelantamientos  de  sus  artes  é  in- 
dustrias. 

— Comienzan  en  Inglaterra  y  Fran- 
cia los  estudios  para  construir  \xn 
túnel  por  debajo  del  canal  de  la 
Mancha,  desechado  ya  el  proyec- 
to de  unir  ambas  naciones  por 
medio  de  un  istmo  artificial,  co- 
mo el  que  se  cree  existiera  en  otro 
tiempo. 

—Invención  del  telégrafo  automá- 
tico para  evitar  el-  choque  de  los 
buques  en  el  mar. 

^Perfeccionamiento  de  las  chalu- 
pas de  yapof-  para  usos  de  gue- 
rra. 

—  Sale  en  París  (19  de  abril)  el 
Mundo  Americano  redactado  por 
el  señor  Miguel  Tejera,  primer  pe- 
riódico ilustrado  que  publica  un 
venezolano    en    Europa. 

—Exhibición  internacional  en  FiLa- 
delfia  para  conmemorar  el  cen- 
tenaiio  de  la  independencia  de  los 
Estados   Unidos. 


Algunos  Estados  se  insurreccionan 
en  Turquía  y  comienza  de  nuevo 
la  cuestión  del  Oriente  cuyo  in- 
mediato    resultado    es     la     guerra 


FELIPE   TEJERA 


241 


-  Continúan  las  obras  pú- 
blicas ;  mejoras  de  las  calles 
de  Caracas;  apertura  de  ca- 
rreteras y  acueductos  en  \a- 
rios  Estados. 

— Contrato  y  exploración 
para  el  ferrocarril  de  Cara- 
cas al  Mar. 

—  Comienza  á  circular  la 
moneda  de  o'ro  y  plata  vene- 
zolana, acuñada  por  decreto 
del   Gobierno,   en   Francia. 

— Grande  excitación  pú'jli- 
ca  por  la  cuestión  con  el 
Poder    eclesiástico. 

El  Congreso  aprueba  en 
primera  discusión  un  decre- 
to que  crea  la  Iglesia  Vene- 
zolana. >-  la  separa  de  la  Igle- 
sia, católica;  mas  el  Obispo 
Roque  Cochia,  Delegado  Ro- 
mano, recibe  del  xArzobispo 
Guevara  y  Lira,  á  la  sazón 
desterrado  en  Trinidad,  la  re- 
nuncia del  Arzobispado  y,  de- 
clarada la  Sede  \'acante  por 
el  Simio  Pontífice,  el  Con- 
greso revoca  ¡o  hecho  ante- 
riormente y  elige  al  Doc.or 
J.  A.  Ponte  Arzobispo  de  Ca- 
racas y  Venezuela.  Así  ter- 
mina este  gran  conflicto  ecle- 
siástico    (30    de    noviembre). 

-  Entre  tanto  fueron  de- 
rruidos los  templos  de  San 
Jacinto  y  de  San  Pablo  para 
levantar  en  el  primero  la  fa- 
chada del  Mercado  y  en  el 
segundo  el  Teatro  «Guzmán 
Blanco»  ;  y  se  continúa  la  fá- 
brica de  la  iglesia  de  San  Fe- 
lipe Neri. 

—  La  Capilla  del  Seaiuiario 
y  este  hiismo  edificio  quedan 
transformados  en  Oficinas  pú- 
blicas, y  se  refacciona  el  Pa- 
lacio   Episcopal. 

-  -  Trasládanse  con  gran 
pompa  al  Panteón  los  restos 
del  Libertador  que  reposaban 
en   la   Catedral. 

Se  construye  un  ;i'.ie.'0 
Palacio  Federal  y  se  amue- 
bla el  antiguo  como  para  vi- 
vienda  presidencial. 


Turco -Rusa  que  amenaza  envol- 
ver en  sus  consecuencias  á  toda 
Europa. 

"Aprestos  militares  entre  los  be- 
ligerantes, mientras  con  vario  éxito 
sostienen  la  guerra  las  provincias 
sublevadas.  Los  intereses  de  la 
Gran  Bretaña,  en  el  Oriente,  que- 
dan desde  luego  amtenazádos  ;  pero 
caída  la  influencia  continental  de 
Francia,  su  aliada  natural  en  este 
asunto,  acrecen  cada  día  las  pro- 
babilidades del  triunfo  de  la  Ru- 
sia, su  antigua  rival,  contra  los 
ejércitos  del  Imperio  Otomano. 
Mr.  Siemens,  de  Londres,  inven- 
ta el  Catómetio,  instrumento  que 
detennina,  sin  sonda  alguna,  las 
profundida.des    del    mar. 

-Mr.     Edisson,     inventa     la     plti-iui 
eiécirica. 

Invención  del  pirótono.  instrumen- 
to músico  cuyas  notas  se  produ 
cen  por  •  llamaos  de  gas  conteni- 
das en  tubos  de  vidrio. 
Nuevo  envío  de  tropas  españolas 
para  sofocar  la  insurrección  de 
Cuba,  nuevamente  propagada  en 
la  grande  Antilla  por  los  ^epu.- 
blicanos. 


17 


242 


HISTORIA   DE    VENEZUELA 


— El  Cohgreso  decreta  este 
año  gastos  de  representación 
para  los  altos  empleados  pú- 
blicos. 


1877  Üuzmái;  Blanco  entrega  el 
rodet  al  señor  Jacinto  Gu- 
tiérrez, Presidente  de  la  Alta 
Corte  Federal,  y  termina  el 
período  llamado  del  Septenio. 
Vigente  para  el  siguiente  pe- 
ríodo la  nueva  Constitución 
y  reunido  el  Congreso,  se  dis- 
puta la  elección  presidencial 
entre  los  generales  Francis- 
co L.  Alcántara  y  H.  Zavar- 
se.  Resulta  electo  el  pri- 
mero, el  cual  se  encarga  de 
la  Presidencia,  y  nombra  Mi- 
nistro de  lo  Interior,  al  JJoc- 
tor  Laureano  \'illanue\a ;  de 
Guerra,  al  General  José  E. 
Acosta ;  de  Hacienda,  Adol- 
fo Ürdaneta ;  del  Exterior, 
Doctor  Raimundo  Andueza 
Palacio;  de  Fomento,  General 
\'icentt  Amengual ;  de  Cré- 
dito Público,  Doctor  Juan  de 
Dios  Monzón;  de  Obras  I  ú- 
blicas  Doctor  Manuel  rlsr- 
nández  Sosa. 

—  Grandes  exequias  á  los 
restos  del  Doctor  J.  M.  \'ar- 
gas  conducidos  al  Panteón. 

— Se  derogan  varios  decre- 
tos   del   anterior   Gobierno. 

—  La  pi-ensa  de  puerto  Ca- 
bello hace  cargos  al  General 
Guzmán  Blanco ;  y  el  Dipu- 
tado Bolet  Peraza  impugna 
su  conducta  en  el  mismo  seno 
del    Congreso. 

—  Confiere  éste  el  título  de 
«Gran  Demócrata»  al  Pre- 
sidente Alcántara,  y  destina 
para  su  morada  la  antigua 
casa  de  Gobierno  con  el  nom- 
bre   de    «Casa    .Amarilla). 

Declarada  la  oposición  á 
Guzmán  Blanco,  que  había  sida 
electo  Presidente  de  varios  Es- 
tados y  quien,  por  decreto  an- 
terior, gozaba  del  sueldo  y 
honores  vitalicios  de  Presi- 
dente   de    la    República    y   de 


Un  millón  de  Rusos  pasan  el  Da- 
nubio, aunque  defendido  por  la 
escuadra  acorazada  turca,  y  pe- 
netran en  el  propio  territorio  ene- 
migo. 

— Los  Estados  vecinos  se  arman  en 
previsión  de  los  acontecimientos  y 
la  escuadra  inglesa  se  sitúa  en  el 
puerto    de   -Constantinopla. 

—  Crecen  los  temores  de  guerra  en- 
tre  Rusia    é   Inglaterra. 

—Muere  el  célebre  astrónomo  tran- 
ces M.  Leverrier,  descubridor  del 
planeta  Neptuno. 

—Muere  M.  Thiers,  orador,  histo- 
riador, político  y  célebre  hombre 
de  Estado  que  había  regido  la 
Presidencia  de  la  República  y  ce- 
lebrado la  paz  con  el  Imperio  Ale- 
mán. Satisfaciendo  en  breve  es- 
pacio la  enorme  contribución  de 
guerra,  libertó  á  su  país  de  la 
ocupación  extranjera,  y  reorganizó 
al  mismo  tismipo  el  ejército  fran- 
cés. 

—  El  Obispo  Roque  Cocliia  asegura 
haber  descubierto  en  la  Catedral 
de  Santo  Domingo  los  restos  de 
Cristóbal  Colón  y  lo  hace  ^ras- 
cendental  al  mundo.  Esta  nueva 
motiva  discusiones  en  pro  y  en 
contra  del   suceso. 

— Consultada  la  Academia  de  la 
Historia  de  iNIadrid,  falla  en  con- 
tra y  asienta  que  los  verdaderos 
restos  del  Almirante  reposan  en 
la   Catedral   de   ki   Habana. 

—  Prosigue  sin  embargo  la  discu- 
sión de  la  cual  todavía  no  ía 
result.ido    esclarecida    la    verdad. 

—  Recio  temblor  de  tierra  en  el 
Perú,  sus'  estragos  se  extienden 
hasta  Chile. 

—  Estalla  una  revolución  en  Nue- 
va Colombia  y  varios  Estados  se 
declaran  contra  el  Gobierno  y  le- 
vantan poderoso  ejército.  Pero  las. 
fuerzas  federales  más  numerosas 
y  al  mando  del  general  Trujillo, 
después   de   reñidas   batallas   en   eí 


FELIPE   TEJERA 


243 


una  guardia  de  100  hombres;, 
se  le  nombra  con  cargo  di- 
plomático en  Europa,  y  sale 
en  mayo  para  el  extranjero ; 
mientras  que  Bolet  Peraza 
da  al  público  «La  Tribuna 
Liberal»,  periódico  que  enca- 
beza la  oposición  y  acusación 
de  aquél  por  su  conducta 
en  el  Septenio.  Alcántara  de- 
■  creta  una  amnistía  general,  y 
vuelven  al  país  los  Genera- 
les Colina,  Pulido,  Pulgar, 
Valdez    y  muchos    otros. 

-  Espléndido  recibimiento 
del  Arzobispo  Guevara  á  su 
vuelta  del  destierro. 

La   ciudad    de    Caracas    le 

regala  una  casa  de  habitación 
y  el  Gobierno  le  decreta  un 
sueldo  correspondiente  á  su 
categoría. 

-  Se  reorganiza  la  Acade- 
mia de  Matemáticas  y  el  Co- 
legio de  Ingenieros  anulados 
por  el  anterior  Gobierno ;  y 
se  declara  rescindido  por  one- 
roso ei  contrato  de  ferroca- 
rril á  La  Guaira. 

— Se  establece  un  Instituto 
de    Ciencias    Sociales. 

— Comiénzase  un  Teatro  en 
el  antiguo  oratorio  de  San 
Felipe  y  se  decretan  20,000 
pesos  de  auxilio  para  cons- 
truir una  Capilla  Católica  en 
el  área  del  antiguo  templo 
de  San  Pablo. 

-  Certamen  poético  sobre 
el  «Porvenir  de  América)  y 
«Si  es  ó  no  el  19  de  abril 
fiesta  nacional  ) ,  esto  con  oca- 
sión de  que  antes  y  por  de- 
creto especial,  había  ordena- 
do el  General  Falcón  una  n:o- 
dificación  en  las  leyendas  del 
escudo  Nacional,  por  la  cual 
desaparecía  de  éste  la  relati- 
va al  diez  y  nueve  de  abril 
de  1810,  com.o  ha  quédalo 
hasta  hoy^. 

—Obtuvo  el  premio  la  di- 
sertación del  Dr.  R.  Seijas, 
que  sostiene  que  dicha  fecíia 
fué  la   inaugural  de   la  eman- 


Estado  Antioquía,  centro  princi- 
pal de  la  rebelión,  ocupan  su  ca- 
pital y  se  restablece  la  paz  en  la 
República. 

El  norteajnericano  Edisson  descu- 
bre el  teléfono  y  el  fonógrafo. 

-Experiencias  felices  en  París  sO' 
bre  el  alumbrado  eléctrico. 

-Erupción     del     Cotopaxi. 


244 


HISTORIA   DE    VENEZUELA 


cipacióu  de  la  América  espa- 
ñola. El  accésit  lo  alcan/íó  el 
Doctor  Arístides  Rojas  que 
fué  de  la  misma  opinión ; 
siendo  de  advertir  que  üem- 
po  atrás  había  escrito  lo,  con- 
trario. 

— Contrato  y  establecimien- 
to de  una  línea  de  vapores 
entre  Nueva  York  y  Vene- 
zuela. 


/ 


1878  Terremoto  de  Cúa  que  arrui- 
na esta  ciudad  y  pone  ex- 
traordinario pánico  en  Cara- 
cas   (12  de  abril) . 

-  Reuniones  eleccionarias 
para    Presidente. 

—Pronunciamientos  por  la 
Revalidación  de  la  Constitu- 
ción de  1864.  Cesan  los  tra 
bajos  eleccionarios. 

— Revolución  fracasada  del 
General  Pulido  y  prisión  de 
éste  por  .  el  Presidente  del 
Estadt.  Bolívar,  General  R. 
Ayala. 

— Conatos  de  revolución 
Guzmancista. 

-  Convocatoria  de  una  Cons- 
tituyente. 

— Se  establece  un  tranvía 
entre  La  Guaira  y   Maiquetía. 

-^Paralización  de  obras  pú- 
blicas. 

-  Crisis   de  la  Hacienda. 

— Lluvia  torrencial  en  Cara- 
cas, que  ocasiona  el  derrum- 
be del  Puente  Nuevo  y  la 
inundación   de   muchas    casas. 

— Reapertura  de  los  puer- 
tos del  Occidente  cerrados  al 
Comercio  exterior  por  el  Go- 
bierno de  Guztnán  Blanco 
con  motivo  de  la  cuestión  de 
Holanda. 

-  Certamen  nacional. 

— Enfermedad  y  muerte  del 
Presidente  Alcántara  en  La 
Guaira    (30  de   novieímbre) . 

-  Exequias   en    Caracas. 

—Se  encarga  de  la  Presi- 
dencia el  señor  Jacinto  Gu- 
tiérrez Presidente  de  la  Alta 
Corte  Federal. 


Muerte  del  Pontífice  Pío  IX  y  elec- 
ción de  León  XIII  para  ?\icq- 
derle. 

—La  Reina  Mercedes  tnuere  á  los 
pocos  meses  de  su  matrimonio  con 
Alfonso   Xn. 

— Ricardo  Palma,  escritor  peruano, 
publica  en  Lima  un  folleto  titu- 
lado «Sánchez  Carrión  y  Moa.e 
agudo»  con  el  objeto  de  vilipen- 
diar la  memoria  del  Libertador; 
pero  su  obra  es  refutada  victorio- 
,  saínente  por  los  primeros  escrito- 
res  de   hispano-américa. 

— Exhición   universal   en    París. 

— Martínez  Campos,  nombrado  Ca- 
pitán General  de  la  isla  de  Cuba, 
termina  por  un  arreglo  con  los 
republicanos  la  guerra  de  inde- 
pendencia de  la  Antilla,  la  cual 
queda  unida  á  España  como  una 
Provincia  y  estará  representada  li- 
bremente en   las   Cortes. 

—Triunfantes  los  Rusos  y  ya  sobre 
Constantinopla,  las  grandes  Poten- 
cias, reúnen  un  Congreso  en  Ber- 
lín para  resolver  sobre  los  asun- 
tos   del    Oriente. 

—  De  este  Congreso  resulta  el  tra- 
tado de  Berlín  que  termina  la 
gruerra  Turco -Rusa. 

—Muerte    del    Rey    Víctor    Manuel. 

— Le  sucede  su  hijo  Humberto. 

— Atentado  contra  la  vida  del  Em- 
perador Guillermo  de  Alemania. 
Los  nihilistas  ó  comuneros  acep- 
tan el  asesinato  como  medio  de 
concluir  con  los  monarcas  euro- 
peos. 

-  Prosiguen  las  negociaciones  entre 
el  Pontífice  Católico  y  la  Alema- 
nia para  arreglo  de  los  asuntos 
religioso.s    iniciados    por   el    prime- 


FELIPE   TEJERA 


245 


—  Reunida  la  Constituyen- 
te, antes  convocada,  decreta 
la  inmediata  demolición  de 
las  estatuas  de  Guzmán  Blan- 
co y  deroga  todos  los  decre- 
tos anteriores  que  le  confe- 
rían honores   y  títulos. 

-Liberación  de  los  presos 
políticos  por  el  Presia  Mite 
Gutiérrez,  y  derrumbe  de  las 
estatuas    de    Guzmán    Blanco. 

—  La  convención  declara  vi- 
gente la  Constitución  de  64, 
y  nombra  Primer  Designado 
al  General  Gregorio  Valera  y 
Segundo  al  General  Gregorio 
Cedeño,  Presidente  de  Cara- 
bobo. 

— El  Presidente  del  Estado 
Bolívar  revista  3,000  hombres 
en  Petare  y  promueve  con- 
ferencias políticas  con  el  Pri- 
.     mer    Designado. 

—Pronunciamiento  de  Ma- 
racay,  en  donde  estaba  ©1 
parque  nacional,  en  favor  de 
Guzmán    Blanco. 

— El  Segundo  Designado 
General  Cedeño,  encabeza  en 
Valencia  esta  revolución  que 
se  llamó   Reivindicadora. 

1879  Se  pronuncian  por  el  n>ovi- 
miento  de  Valencia  los  Presi- 
dentes de  Barquisimeto,  Ya- 
racuy,  Cojedes,  Portuguesa  y 
Maracaibo,  mientras  que  la 
Convención  impugna  la  con- 
ducta de  Cedeño  y  nombra  en 
su  lugar  al  General  Eleazar 
Urdaneta.  Este  se  encarga  del 
Ejecutivo  y  Valera  se  pone 
á    la    cabeza   de    las    tropas. 

—  Combate  de  las  fuerzas  de 
Ayala  y  Pulido,  con  las  del 
Gobierno  al  mando  del  Ge- 
neral Desiderio  Escobar,  en 
el  Rincón  del  Valle. 

Ocupación  de  Guarañas 
por  las  segundas  al  mando  del 
General  N.  Mendoza  que  da 
por  resultado  la  presentación 
al  Gobierno  de  los  generales 
Ayala  y   Pulido. 

—  Salida    del    Ejércit  o  con- 


ro    desde    su    exaltación    al    Pon- 
tificado. 


Monsieur  de  Grevi  sustituye  al  Ma- 
riscal Mac  Mahon,  en  la  Presi- 
dencia  de    la    República    francesa. 

^^Martínez  Campos  ;es  llaín^ajdoi  á  Es- 
paña y  nombrado  primer  Minis- 
txo  en  sustitución  de  Cánovas  óé 
Castillo 

--Chile  declara  la  guerra  á  las  re- 
públicas de  Bolivia  y  Perú,  p-'o- 
clama  la  reivindicación  de  territo- 
rios en  las  fronteras  de  Bolivia, 
y  ocupa  militarmente  á  Aníofa- 
gasta. 

—Guerra  de  Inglaterra  en  el  Asia 
y   en   el   África. 

—El    príncipe    Napoleón    muere    en 

-  esta  última  militando  en  las  ban- 
deras  inglesas   contra   los    zulús. 

— Muere  en  París  el  Doctor  Elíseo 
Acosta . 

—El  Papa  León  XIII  propone  su 
mediación  á  las  Repúblicas  be- 
ligerantes   del    Pacífico. 


HISTORIA   DE   VENEZUELA 


centrado  en  Caracas  sobre  Ca- 
rabobo. 

—Varios  generales  guzman- 
cistas,  después  de  rendido  el 
Castillo  Libertador  á  las  fuer- 
zas de  Cedeño,  logran  inter- 
narse  y   sublevar  el    Guárico. 

— Combate  y  sitio  de  La 
Victoria  que  se  sostiene  con 
éxito  dudoso  hasta  la  defec- 
ción de  la  guardia  al  mando 
del  General  Apolinario  He- 
rrera, y  la  llegada  al  campo 
revolucionario  del  General 
Crespo  que  obliga  á  los  si- 
tiados   á   capitular. 

—Entrada  de  los  ejércitos 
revolucionarios  á  Caracas. 

— Proclamado  Guzmán  Blan- 
co. Supremo  Director  de  la 
República,  vuelve  de  Europa 
y  se  encarga  en  Caracas  el 
26   de   febrero   del    Gobierno. 

— Convoca  un  Congreso  de 
Plenipotenciarios  y  propo.ie 
se  acepte  para  Venezuela  la 
Constitución   Suiza. 

-—Divide  el  país  en  cinco 
distritos  militares,  y  promue- 
ve la  división  territorial  en 
siete    Estados    federales. 

—  Contratos  de  ferrocarril 
entre  La  Guaira  y  Caracas, 
Valencia  y  Puerto  Cabello, 
y   Caracas    y   el    Carenero. 

-•-Reconstrucción  del  Tearro 
«Guzmán»  en  el  mismo  sitio 
de  San  Pablo. 

— Decreto  sobre  Instituto  Na- 
cional. 

—Patentes  especia-es  para  la 
venta    de   licores   espirituosos. 

—Decretos  sobre  la  deuda 
pública. 

— Reúnese  el  Congreso  de 
Plenipotenciarios  y  refirma  el 
nombramiento  de  Guzmán  Jefe 
de  la   RepúblipCa. 

—Decreto    de    elecciones. 

— Prisión  del  General  G. 
\'alera,  y  su  sometimiento  á 
juicio  por  la  muerte  del  Ge- 
neral Gualdrón,  ejecutada  por 
orden  de  aquél,  durante  su 
Designatura. 


—Combates  parciales  de  las  escua- 
dras  peruana  y  chilena. 

—El  Presidente  boliviano  sale  á 
campaña  á  la  cabeza  de  4,000 
hombres,  mientras  se  pone  en  pie 
de  guerra  la  milicia  nacional  y 
abre  operaciones  el  ejército  pe- 
ruano. 

—•Disturbios  eleccionarios  en  Nue- 
va Colombia,  los  cuales  terminan 
con  la  elección  del  Doctor  Núñez 
para   la    Presidencia. 

— Las  escuadras  pei^uana  y  chilena 
se  combaten,  y  perece  heroicamen- 
te sobre  el  mismo  puente  del 
«Huáscar/),  el  chileno  Prado,  hun- 
dida ya  la  Esmeralda  que  man- 
daba. El  Perú  también  pierde  allí 
el  blindado  Independencia  roto  en 
una  sirte  en  el  acto  de  mover  su 
arpón  contra  La  Covadonga.  Pro- 
siguen luego  las  expediciones  aven- 
tureras del  Huáscar  y  la  Unión 
en  aguas  chilenas  y  apresan  al 
transporte  Riinac  con  pertrechos 
y  un  regimiento  entero  de  Chile ; 
mas  al  cabo  cuatro  acorazados  de 
la  marina  chilena  cercan  en  la 
bahía  de  Mejillones  á  los  dos  bu- 
ques poderosos  del  Perú,  logrando 
escaparse  la  Unión,  pero  que<ló 
capturado  el  Huáscar,  después  de 
muerto  el  Almirante  Grau  en  la 
defensa.  Destruida  la  potencia  pe- 
ruana en  el  mar,  Chile  invadel 
con  diez  mil  combatientes  en  40 
bajeles  de  guerra  la  costa  del 
Perú,  y  ocupa  en  seguida  á  Pi- 
sagua  é  Iquique,  sellando  con  la 
batalla  de  Dolores  la  ocupación 
perfecta  de  la  provincia  de  Tara- 
pacá:  mientras  que  el  General 
Daza,  que  faltó  á  la  combinación 
de  los  aliados  en  aquella  batalla, 
destruye  con  sus  hechos  la  alian- 
za, y  se  retira  con  sus  tropas. 
Estas,  empero,  le  desconocen  y 
deponen  del  m;mdo,  proclaman  de 
nuevo  la  seguridad  de  la  alianza 
y  reconocen  por  jefe  de  Bolivia 
al  General  Campero,  y  por  inme- 
diato del  ejército  al  Coronel  Ca- 
macho.  Entretanto  el  General  Pra- 
do, vuelto  á  Lima,  se  retira  sigi- 
losamente   al    extranjero,    y    deseo- 


FELIPE   TEJERA 


247 


-  Se  proniueve  en  Cunianá 
un  certanifii  para  conmemo- 
rar   la    gloria    de    Sucre. 

-Reerección  de  la  esta- 
tua de  GuzHián  Blanco  en 
la  colina  del  Calvario  (5  de 
julio)  á  la  vez  que  se  leco- 
lectan  fondos  entre  los  par- 
ticulares para  reparar  y  re- 
poner la  ecuestre  de  la  plaza 
Guzmán   Blanco. 

-  Se  fija  el  «Bolívar»  mo- 
neda equivalente  al  « Franco;) 
por  unidad  de  moneda,  en 
vez  del  venezolano. 

—El  General  Guzmáai  Blan- 
co sale  con  gran  séquito  en 
visita  presidencial  para  el  ex- 
tranjero, y  queda  encargado 
del  Ejecutivo  Nacional  el  Doc- 
tor  Diego   Bautista   Urbana  ja. 

— Comienza  á  cundir  el  des- 
contento con  motivo  del  Pro- 
tocolo ó  Contrato  Rojas  Pe- 
reire,  que  celebra  en  París  el 
General  Guzmán  Blanco  por 
medio  de  su  Plenipotenciario 
J.    M.    Rojas. 

-Impúgnase  en  Caracas  el 
contrato,  entre  otros  por  Don 
Antonio  L.  Guzmán  y  en  \n- 
lencia  por  el  Doctor  Sebastián 
Casañas.  Sabido  lo  cu.-.l  por 
el  Presidente  en  París,  escri- 
be una  carta  en  que  se  liace 
él  único  responsable  de  aquel 
pacto.  Con  motivo  de  ciertas 
frases  inconvenientes  que  se 
lo  escapan  al  general  Guzmán 
en  esta  caita,  y  su  publica- 
ción por  la  prensa,  los  Minis- 
tros renuncian  sus  respecti- 
vas carteras,  cunde  la  descon- 
fianza pública;  y  en  e=ta  co- 
yuntura hace  el  Presidente  su 
entrada  en  Caracas,  constitu- 
ye nuevo  Gabinete,  y  los  mo- 
vimientos revolucionarios  pa- 
recen revocados  para  otra 
ocasión.  Al  terminal"  el  «ño 
comienza  el  Gobierno  á  en- 
carcelar los  jefes  de  la  opo- 
sición, entre  ellos  á  los  Ge- 
nerales L.  Mendoza,  Cuervo, 
Martín   ^'egas   y  otros;    mion- 


nocidü  luego  por  el  pueblo  v  el 
ejército,  surge  á  la  Dictadura  del 
Perú  el  General  Piérola,  quien  re- 
comienza  la  organización  adminis- 
trativa, y  los  preparativos  para  la 
defensa    del    territorio. 

—  Fírmanse  en  París  tratados  de 
amistad  y  comercio  entre  España, 
Perú  y  Bolivia,  y  se  inician  en 
el  mismo  sentido  los  de  Chile  con 
España. 

— El  Congreso  internacional  inter- 
oceánico, reunido  en  París,  deci- 
de la  apertura  del  istmo  de  Pa- 
namá, y  queda  nombrado  Mr.  Les- 
seps,    presidente   de   la   empresa. 

— Atentados    de    los    nihilistas    ccn- 

"  tra  el  Zar. 

— Reunión  en  Roma  de  más  de  600 
periodistas  católicos  á  quienes, 
aconseja  el  Papa  la  defensa  del 
poder  temporal  y  la  libertad  del 
Sumo    Pontífice. 

— Se  anuncia  en  España  el  matri- 
monio de  Alfonso  XII  con  María 
Cristina,    archiduquesa  de   Austria. 


248 


HISTORIA    DE    VENEZUE-A 


tras  que  el  Presidente  se  pre- 
para á  obsequiar  á  sus  ami- 
gos con  un  suntuoso  sarao  de 
Año  Nuevo  en  la  Casa  Pre- 
sidencial. 


1880  El  Congreso  elige  á  Guznián 
Blanco  Presidente  Constitu- 
cional   por   dos   años. 

— Los  Generales  Natividad 
Mendoza.  Arana,  Ricart,  Ur- 
daneta  y  otros  más,  procla- 
man la  re\olución  contra  el 
electo  en  los  Estados  Bolí- 
var, Aragua  y  Yaracuy.  á 
tiempo  que  el  General  Pío 
Revollo  se  subleva  por  la 
misma  causa  en  Ciudad  Bolí- 
var con  la  guarnición,  y 
muere  su  Jefe  el  General 
Castrillo.  En  consecuencia  los 
asilados  en  las  Antillas  se 
disponen  á  desembarcar  en 
son  de  guerra,  mas  reaccio- 
nado el  Estado  Guayana  con- 
tríi  Revollo,  ocupan  sus  tro- 
pas á  Ciudad  Bolívar  por  ca- 
pitulación, y  los  de'más  Jefes 
del  Centro  deponen  también 
las  armas  y  salen  extraña- 
dos del  país,  quedando  así 
•  restablecido  el  orden.  No  obs- 

tante haber  capitulado  Revo- 
llo con  garantías  para  su  per- 
sona y  la  de  los  suyos,  fué 
reducido  á  prisión,  juzgado  en 
Caracas  por  un  Consejo  de 
Guerra,  y  degradado  pública- 
mente en  la  Plaza  de  la  Tri- 
nidad, en  presencia  de  los  Al- 
tos Poderes  nacionales  y  todo 
el   tren  de  ehi'pleados. 

—  Decreto  sobre  circulación 
de  moneda  de  plata  de  va- 
ria; Repúblicas  americanas, 
dándoles  un  20  por  100  de 
demérito. 

—Sospechas  de  Guzmán  so- 
bre la  conducta  política  del 
Doctor  Diego  B.  Urbaneja, 
motivan  el  cruzamiento  de 
cartas  entre  ambos. 

—El  Proyecto  de  Reforma 
constitucional  que  el  Congre- 
sc     sometió     á     la     considera- 


Continúan  con  encarnizamiento  las 
hostilidades  entre  Chile  y  las  Re- 
públicas aliadas  del  Pacífico.  Re- 
ñida batalla  de  Tacna,  en  la  cual 
18,000  chilenos,  combaten  y  des- 
truyen á  12,000  aliados  mandados 
por  el  General  Campero,  Presiden- 
te de  Bolivia.  Como  consecue;!- 
cia  de  esta  rota  pierden  los  pe- 
ruanos, después  de  nuevo  com- 
bate, la  plaza  de  Arica,  muriendo 
allí  el  coronel  Bolognesi  que  la 
mandaba . 

— Proyectan  eii  seguida  los  Chile- 
nos la  invasión  á  Lima,  y  el  Dic- 
tador Piérola  se  prepara  á  la  de- 
fensa, mientras  lá  escuadra  ene- 
miga bloquea  al  Callao  y  otros 
puertos  peruanos,  no  sin  sufrir  al- 
gunos desastres,  pues  un  torpedo 
hace  volar  al  Loa  y  otro  á  la 
Qovadonga;  escapando  empero  la 
escuadra  de  terribles  tentativas, 
entre  otras  de  un  formidable  tor- 
pedo que  costó  50,000  soles  y 
cuya  explosión  oportuna  hubiera 
hundido   toda   la   escuadra    chilena. 

— Conferencias  infructuosas  en  Arica 
de  los  plenipotenciarios  de  las  tres 
Repúblicas,  promovidas  por  los 
Ministros  de  la  América  del  Norte. 

—  Los  chilenos  invaden  \  arrasan  las 
provincias  del  Norte  del  Perú  y 
adquieren  en  el  extranjero  mayores 
pertrechos    de    guerra. 

-Matrimonio  de  Alfonso  XII  con 
la  archiduquesa  Cristina  de  .-Vus- 
tria. 

—  Cánovas  del  Castillo  vuelve  á  pre- 
sidir  el    Consejo   de    Ministro  i. 

—  Recepción  .  de  Don  Emilio  Gaste- 
lar  en  la.  Real  Academia  Espa- 
ñola de  la  Lengua. 

Expulsión  en  Francia  de  los  Je- 
suítas y  atimistía  para  los  Comu- 
neros. 

Muerte   de   Don   Eugenio   Hartzcn- 
busch. 
-Nuevos  conatos  de  insurrección  en 


FELIPE   TEJERA 


249 


ción  de  las  Legislaturas,  es 
recomendado  á  ellas  por  el 
Presidente  con  algunas  modi- 
ficaciones. 

— Disturbios  locales  en  \  i 
rios  Estados  por  virtud  de 
elecciones. 

—  Inscripción  de  tiiilicias  en 
el  Distrito  sin  resultado  eficaz. 

— \'uelta  feliz  de  la  comi- 
sión de  Límites  entre  \'ené- 
zuehí  y  el  Brasil,  despides  tie 
terminar  cumplidamente  su  di- 
fícil   encargo. 

— Inauguración  del  Templo 
de  Santa  Ana. 

—  Construcción  de  varios 
puentes  en  Caracas. 

—  Creación  del  impuesto  de 
estampillas  para  todos  los  ta- 
mos del  comercio  y  actos  ci- 
viles. 

—  Decreto  que  independiza 
la  Universidad  Central  del 
Ejecutivo. 

—  Elecciones  libres  de  este 
Cuerpo,  y  decreto  que  dero- 
ga el  anterior  por  no  haber 
salido  aquéllas  del  agra- 
do del  Poder.  Fin  de  esta 
Época. 


Cuba   debelados   en   breves    dia>. 
-Guerra   de   Inglaterra   en    .A.si,i. 
El   Brasil   rechaza   varias    actas   de 
la    Comisión    de    Límites    con    \'e- 
nezuela. 

Llegada  á  Caracas  del  señor  Jus- 
to Arosemena  como  agente  confi- 
dencial de  Nueva  Colombia  en  \'e- 
nezuela. 


SEGUNDA   PARTE 


HISTORIA  MODERNA 


REPÚBLICA   FEDERAL 


BPOOA  SEXTA  d) 


Ojeada  General.  — 1881    á    1900 


1539  El  añoi  de  1881  promúlgase  nueva  Carta  Po- 
lítica, calcada  sobre  la  de  la  Confederación  Suiza,  y  por  la 
cual  los  Estados  quedan  reducidos  á  nueve;  el  Consejo 
Federal,  formado  por  un  Senador  y  un  Diputado  de 
'Cada  Entidad  política,  elige  de  su  seno  el  Presidente 
de  la  República,  por  dos  años.  También  se  crea  un  tribu- 
nal de  los  Estados  con  lel  nombre  de  Corte  de  Casación. 

1540  Reunido  el  Consejo  Federal  en  1882,  designa 
al  General  Guzmán  Blanco  para  presidir  la  República  en 
el  período  prirnero.  Notable  fué  el  año  siguiente  (1883) 
por  la  celebración  del  Centenario  del  Libertador,  fiesta 
■que  revistió  la  miayor  esplendidez,  conforme  á  la  gran- 
diosidad de  su  programa.  Entre  los  números  de  éste, 
se  cuenta  la  instalación  pública  de  la  Academia  Veneizola- 
na  correspondiente  de  la  Real  Academáa  Española,  el 
27  de  julio  del  propio  año ;  la  inauguración  del  Ferrocarril 


(1)  El  juicio  crítico  de  los  acontecimientos  de  una  época,  no  es  dado  hacerlo 
■con  entera  imparcialidad  á  los  contemporáneos;  poi  eso  nos  limitamos  únicamente 
á  exponer  sin  comentarios  los  hechos  culminantes  que  han  señalado  la  vida  de  la 
República,  en  el  período  que  abarca  la  Sexta  Época  de  nuesíra  Historia  Moderna. 
"En  la  serie  de  errores  que  han  sido  comunes  á  todos  los  partidos,  diremos  con  Ce- 
<ilio  Acosta,  la  posteridad  tendrá  que  ser  muy  indulgente  y  ejercer  muchos  perdo- 
nes". (Deberes  del  patriotismo), 


FELIPE   TEJERA  '2.')1 


de  Caracas  á  la  Guaira,  y  la  Exposición  regional  cele- 
brada con  éxito  brillante  en  el  actual  Palacio  de  las 
Academias. 

1541  Y  como  tributo  intelectual  de  la  República  en 
honor  del  Padre  de  la  Patria,  se  publicaron  por  cuanta 
del  erario 'nacional,  minchas  obras  interesantes  de  ciencias, 
letras  y  artes,  la  mayor  parte  inéditas;  entre  las  cuáles 
citaremos  ^  los  Ensayos  sobre  el  Arte  en  Venezuela, 
por  Ramón  de  la  Plaza,  y  las  Memorias  del  General 
O'Leary  que  constan  de  31  volúmenes  de  Documentos 
y  dos  más  de  narración.  (1) 

1542  Al  terminar  el  84  su  período  el  General  Guz- 
mán  Blanco,  había  gobernado  cinco  años  seguidos  la 
nación,  y  este  lapso  se  llamó  el  Quinquenio. 

'1543  Para  el  período  segundo,  resultó  electo  el  Ge- 
neral Joaquín  Crespo.  Derramóse  en  estos  días  sobre  el 
país  una  voraz  plaga  de  langostas  que  asoló  las  semen- 
teras y  trajo  la  consiguiente  ruina  de  los  agricultores ; 
á  lo  que  se  agregó  la  baja  del  precio  del  café,  principal 
fruto  de   exportación  de  Venezuela. 

1544  También  por  estos  días  se  resolvió  la  permuta 
de  las  propiedades  de  la  Universidad  Central,  de  la  de 
Los  Andes  y  del  antig'uo  Colegio  de  Guayana  por  valoras 
de  la  deuda  pública,  quedando,  la  hacienda  Chuao  adjudi- 
cada al  General  Guzmán  Blancoi  por  la  suma  de  750  mil 
bolívares  en  deuda  nacional  consolidada  al  5  por  100 
anual.  . 

1545  Aclamado  el  General  Guzmán  Blanco  para  el 
tercer  período,  y  elegido  por  el  Consejo,  tornó  de  Eu- 
ropa y  rigió  el  Poder  que,  durante  su  ausencia,  había 
desempeñado  en  su  calidad  de  Consejero  Federal,  núme- 
ro  l.e   el  Doctor   Manuel  A.    Diez. 

1546  En  febrero  de  1847,  y  por  motivo  de  la  cues- 
tión límites  de  Guayana,  despidió  el  Presidente  al  Mi- 
nistro de  la  Gran  Bretaña,  quedando  así  rotas  las  re- 
laciones con  esta  Potencia.  Celebró  un  contrato  para  la 
construcción  de  las  alcantarillas  de  Caracas,  y  la  de  una 
gran  rambla  sobre  el  embovedado  del  cauce  de  Catu- 
che; y  sin  completar  el  bienio  constitucional,  separóse 
del  mando  el  8  de  agosto,  sustituyéndole  el  Consejero 
General  Hermlógenes  López,  por  haber  sido  cambiada 
la   numieración   anterior    del    Consejo    Federal. 

1547  Este  gobernante  celebró  con  inusitada  magni- 
ficencia la  apoteosis  del  Esclarecido  Ciudadano,  cuyos 
restos  mortales  fueron  traídos  de  los  Estados  Unidos 
y  depositados  en  el  Panteón  Nacional,  entre  los  extra- 
ordinarios festejos  que  se  decretaron  para  que  el  acto 
revistiese    toda    la   solemnidad    con    que    la    Patria   debía 


(1)  Susurrase  con  visos  de  verdad  que  la  parte  narrativa  de  esta  obra  constaba 
de  tres  volúmenes;  y  que  por  orden  del  Gobierno  fué  destruido  el  tercero  después 
de  impreso,  salvándose  según  se  dice,  algunos  pocos  ejemplares. 


252  HISTORIA    DE    VENEZUELA 


recoger  en  su  seño  las  venerandas  cenizas  de  uno  de  sus 
más  ilustres  hijos.  < 

1548  El  másmo  fuincionario  erigió  en  Valencia,  una 
columina  monolita  en  conmemoración  de  la  segunda  ba- 
talla de  Caraboibof,,  y  creó  en  1888  la  cátedra ,  de  Litera- 
tura en  la  Universidad  Central. 

1549  Elejido  para  el  cuarto  bieno  el  Doctor  Juan 
Pablo  Rojas  Paúl,  alzóse  contra  su  gobierno  el  General 
Joaquín  Crespo,  más  aprisionado  éste  en  el  mar  por  el 
General    Francisco^   de   P.    Páez,    fracasó    su    empresa. 

1550  Las  estatuas  de  Guzmán  Blanco,  fueron  luego 
derribadas  de  sus  pedestales  y  derruidas ;  y  reaccionando 
el  Presidente  contra  la  política  de  su  antecesor,  deno- 
minó la  suya  de  Concordia,  é  improbóse  en  el  Congreso 
el    contrato   sobre   alcantarillas    de    Caracas. 

1551  Rojas  Paúl  construyó  el  Hospital  Vargas  y  la 
Iglesia   de    San  José;   hizo   venir   del    extranjero  las   Her- 

'  manas  de  la  Caridad  para  el  servicio,  de  los  hospitales; 
sustituyó  con  tubería  de  hierro  la .  acequia  que  surtía 
los  estanques  del  Calvario;  creó  la  Academia  Nacional 
de  la  Historia,  y  dejó  el  mando  al  Doctor  Raimundo 
Andueza  Palacio,  electo  para  el  quinto  bienio  de  1890 
á    1892. 

1552  No  había  empero  terminado  su  período,  cuando' 
el  gobierno  de  España  arbitro  para  dirimir  la  cuestión  de 
límites  entre  Venezuela  y  la  Nueva  Colombia,  publicó 
su  laudo,  en  todo  desfavorable  á  la  primera. 

1553  De  mucha  prosperidad  en  los  negocios  así  pú- 
blicos como  privados,  fué  el  bieno  del  Doctor  Andueza 
Palacio,  entre  otras  causas  por  el  alza  en  e1  precio  del 
café  y  la  abundancia  de  las  cosechas.  Y  se  terminaron 
obras  de  importancia,  como  el  Ferrocarril  de  Barquisi- 
meto,  un  suntuoso  edificio  en  íel  Paraíso,  hoy  Avenida 
Castro,  para  Colegio  de  señoritas,  el  pavimento  de  mosaico 
en  la  Plaza  Bolívar  y  el  ladoquinado  de  piedra  de  asfalto 
en  la  Avenida  Este  de  Caracas. 

1554  Más  ya  al  finalizar  su  gobierno,  hubo  deli- 
berados propósitos  de  continuar  el  Presidente  en  el 
Poder,  y  una  gran  revuelta  que  se  llamói  el  LegalismOy 
capitaneada  por  el  General  Crespo,  tras  porfiadísima 
contienda,   se  adueñó  del  mando  en  octubre  de  1892. 

1555  Gobernó  Crespo  como  Dictador,  hasta  .1894, 
dn  que  una  Constituyente  expidió  otra  Constitución  y 
resultó  aquél  electoi  para  el  período  de  cuatro  años  que 
esta  nueva  Carta  estatuía,  y  que  terminó  en  1898,  cuan- 
do por  directa  influencia  del  Poder,  quedó  electo  el  Gene- 
ral   Ignacio  Andrade. 

1556  En  esta  Administración  de  Crespo  se  inauguró 
el  Ferrocarril  de  Caracas  á  Valencia,  se  contrató  en  Ale- 
mania un  empréstito  por  50  tnillones  de  bolívares;  y  por 
obra  diplolmjática  de  los  Estados  Unidos,  se  sometió  la 
cuestión  de  límites  con  la  Guayana  inglesa,  al  fallo  de  un 


FELIPE    TEJERA  253 


tribunal  arbitral  (1897)  que  en  1899  dictió  en  París  su 
laudo,  por  virtud  del  cual  perdió  Venezuela  casi  todo  el 
territorio  que  dispiutaba;  mías  conservó  la  posesión  de  las 
bocas  del  Orinocot,  y  la  lestación  de  Amacuro,  lug^areisi 
en  donde  fue  arriada  la  bíandera  de  la  Gran  Bretaña. 

1557  No  gozó  Ajndrade  de  un  instante  de  reposo  desde 
su  elevacióin  al  Capitolio;  y,  después  de  dos  diversas  re-' 
volucioines  fracasadas,  que  acaudillaron  respectivámiente 
la  primiera,  el  Goneral  José  Mianusl  Hernández,  en  la  que 
el  General  Joaquín  Crespoi,  Jefe  de  las  fuerzas  del  Go- 
bierno, pereció  en  la  batalla  de  la  Car  melera;  y  la  seh 
guinda  el  General  Riamión  Guerra,  debelada  en  el  Lam- 
bedero\  fue  despoBeído  del  Gobierno  por  la  reiVólución 
que  promovió  en  Los  Andes  y  condujo  triunfante  hasta 
Caracas  el  General  Cipriano  Castro,  al  finalizar  el  año  de 
1899,   fecha  hasta  que  alcanza  la  presente   Historia. 

1558  Andrade  creó  en  la  Universidad  Central  la 
Facultad  de  Filosofía  y  Lietras,  y  aumentó  con  dos  ca- 
ñoneras la  mjarina  de  guerra  nacional. 

1559  Diremos  para  terminar,  que  durante  las  épocas 
Quinta  y  Sexta  de  nuestra  Historia  Moderna,  descuella 
entre  sus  contemíporáneos,  así  por  sus  aciertos  como  por 
sus  errores;  por  su  poderosa  iniciativa  comió  por  su  so- 
berbia arrogancia;  por  susí  notables  dotes  de  admmistra- 
dor  y  de  guerrero,  como  por  sus  actos  severos  y  despóti- 
cos, la  figura  del  Generial  Antonio  Guzmán  Blanco. 

1560  Como  casi  todos  los  hombres  que  resaltan  en 
el  escenario  de  la  historia,  presenta  dos  faces :  la  una  lu- 
minosa,   que  lo  esclarece;   opaca  la  otra,   que  loi  eclipsa. 

1561  Corresponde  ala  posteridad  impartir  la  defi- 
nitiva reprobación  ó  el  aplauso  qiue  imerezca  su  obra, 
y  iseñalarle  el  puesto;  que  debe  ocupar  entre  los  áeVvidores 
de  la   Patria.  (1) 


(1)    Véanse  las  notas  5.^  y  6;^  al  fin  de  la  obra. 


NOTAS 


Relación  de  los  individuos  que  acompañaron  á  Cristóbal  ColÓxM 

EN  EL  viaje  primero  DEL  DESCUBRIMIENTO  DEL  NuEVO  MuNDO, 
SALIENDO  DE  PaLOS  EL  VIERNES  3  DE  AGOSTO  DE  1492,  Y  REGRE- 
SANDO AL  MISMO  PUERTO  EL  VIERNES   15  DE  MARZO  DE  1493 


I 

NAO  SANTA  MARÍA 
Cristóbal  Colón,  Capitán  General 


Juan  de  la  Cosa,    maestro,    de 

Santoña. 
Sancho  Ruiz,  piloto. 
Maestre  Alonso,  físico,  de  Mo- 

guer. 
Maestre  Diego,  contramaestre 
Rodrigo    Sánchez    de    Segovia, 

veedor 
Pedro   Gutiérrez,   repostero    de 

estrados  del  Rey.  (Quedó  en 

la  isla  Española) 
Rodrigo  de  EscovedO;  escribano 

de  la  armada  de  Segovia  (idem.) 
Diego  de  Arana,  Alguacil  mayor 
de  Córdoba,  (idem.) 


Terreros,  Maestresala. 
Rodrigo  de  Jerez  de  Ayamonte. 
Ruiz  García  de  Santoña. 
Rqdrigo  de  Escovar. 
FranDisco  de  Huelva. 
Pedro  de  Bilbao,  de  Larrabezúa. 
Pedro  de  Villa,  de  Santoña. 
Diego    de    Salcedo,    criado    de 

Colón. 
Pedro  de  Acevedo,  paje. 
Luis  de  Torres,  judío  converso, 

intérprete. 


CARABELA  PINTA 
Martín  Alonso  Pinzón,  Capitán,  de  Palos 


Francisco  Martín  Pinzón,  maes-      Gómez  Rascón,  de  Palos. 


tre,  de  Palos. 

Cristóbal  García  Xalmiento,  pi- 
loto. 

Juan  de  Jerez,  merino,  de  Palos. 

Bartolomé  Garda,  contramaes- 
tre, de  Palos. 


Cristóbal  Quintero,  de  Palos. 
Juan  Quintero,  de  Palos. 
Diego  Bermúdez,~de  Palos. 
Juan  Bermúdez,  descubridor 
la  isla  Bermuda,  de  Palos. 


FELIPE   TEJERA 


255 


Juan  Pérez  Vizcaíno,  calafate,  de 
Palos 

Rodrigo  de  Triana,  de  Lepe. 

Juan  Rodríguez  Bermejo,  de  Mo- 
linos. 

Juan  de  Sevilla. 

García  Hernández,  despensero, 
de  Palos. 

García  Alonso,  de  Palos. 


Francisco  García  Gallego,  de 
Moguer. 

Francisco  García  Vallejo  de  Mo- 
guer. 

Pedr(>  Arcos,  de  Palos. 


CARABELA  NIÑA, 
Vicente  Yañfz  Pinzón,  Capitán,  de  Palos 


Juan  Niño,  Maestre,  de  Moguer. 
Pedro  Alonso  Niño,  piloto,  de 

Moguer.. 
Bartolomé    Roldan,    piloto,    de 

Palos. 
Francisco  Niño,  de  Moguer. 


Gutiérrez  Pérez,  de  Palos. 

l,uan  Ortiz,  de  Palos 

Alonso    Gutiérrez   Querido,,  de 

Palos. 


Los    que   se    quedaron   en    la    Isla    Española  y  mu/hron  á  m"n:s  de  los   indios, 
á    más    de    los    tres    ya    mencionados   de    la    «Nao   Santa  María» 


Alonso   Vélez  de   Mendoza,   de 

Sevilla. 
Alvar  Pérez  Osorio,  de  Castro- 

jeriz. 
Antonio  de  Jaén,  de  Jaén. 
El  Br.   Bernardino  de  Tapia,  de 

Ledesma. 
Cristóbal  de  Álamo,  de  Niebla. 
Castillo,    platero  ensayador,   de 

Sevilla. 
Diego  García,  de  Jerez. 
Diego  de  Tordoya,  de  Cabeza  de 

Vaca. 
Diego  de  Capillo,   de  Almadén. 
Diego  de  Torpa. 
Diego  de  Mables,  de  Mables. 
Diego  de  Mendoza,  de  Guada- 

lajara. 
Diego  de  Montalbán,  de   aén. 
Domingo  de  Bermeo. 
Francisco  Fernández 
Francisco  de  Godoy,  de  Sevilla. 
Francisco  de  Arana,  de  Arana. 
Francisco  de  Henao,  de  Avila. 
Francisco  Jiménez,  de  Sevilla. 
Gabriel  Basaona,  de  Belmonte. 


Gonzalo  Fernández  de  Segovia, 
de  León. 

Gonzalo  Fernández,  de  Segovia. 

Guillermo  Ires,  de  Galney,  (Ir- 
landa). 

Fernando  de  Porcuna. 

Jorge  González,  de  Trigueros. 

Maestre  Juan,  Cirujano. 

Juan  de  Uruiga. 

Juan  Morcillo,  de  Villanueva  de 
la  Serena. 

Juan  de  Cueva,  de  Costuera. 

Juan  Patino,  de  la  Serena. 

Juan  del  Barco,  del  Barco  de 
Avila. 

Juan  de  Villas,  del  Villar. 

Juan  de  Mendoza. 

Martín  de  Logrosán,  de  Lo- 
grosán. 

Pedro  Corbacho,  de  Cáceres. 

Pedro  de  Talavera. 

Pedro  de  Foronda. 

Sebastián  de  Mayorga,  de  Ma~ 
yorga. 

Tallarte  de  Sarges,  de  Inglaterra. 

Tristán  de  San  Jorge. 


256  HIST(3RIA    DE    VENEZUELA 


(Tomiado  de  un  artículo  de  La  Provincia  de  Huelva, 
España,^  y  reprodueido  en  el  número  286  úq  La  Revista 
de  Carúpaino,  y  en  la  Apoteosis  de  Colón  etc.,  etc.,  por 
Tulio    Febres    Cordero.)    (Mérida,    1890). 


II; 

Alg-unos  historiadores  comio  el  Inca  Garcilaso,  Ber- 
nardo Alderete,  Rodrigo  Caro,  Juan  de  Solórzano,  F ar- 
mando Pizarro  y  otros  posteriores,  refieren  que  «^/  pri- 
mero que  descubrió  el  Nuevo  Muindo  ím  Alonso  Sánchez, 
de  Huelva,  natural  de  Andalucía,  que  comerciaba  entre 
España,  las  Canarias  y  la  isla  de  Madera;  y  por  los  años 
de  1484  recia  borrasca  lo^  arrebató  por  mares  desconocidos 
y  al  cabo  de  28  días  llegó¡  á  una  isla  que  se  cree  fuesd  La 
Española.  Tomó  ia,llí  la  altura,  escribió  lo  que  había  ob- 
servado, y  'se  volvió  á  la  mar  arribando  al  fin-  á  lá  Ter- 
cera, apeinas  fcon  cincoi  hombres  de  los  17  que  habíian» 
salido  de  Eispiaña  coin  él.  Hospedóles  allí  Cristóbal  Co- 
lón, á  quien  Sánchez  comunicó  todo  lo  que  había  aconte- 
cido y  le  entregó  sus  papeles,  muriendo'  todos  por  fin,  á 
causa    de    los    trabajos    padecidos». 

Y  el  Padre  Las  Casas,  amigo  y  compañero  de  Colón, 
dice :  «Eintre  otras  cosas  antiguas  de  que  tuvimos  relación 
los  que  fuimos  al  primer  descubrimiento  de  la  tierra  y 
poblacióin  de  la  isla  de  Cuba,  fue  una,  ésta :  que  los  indios 
de  ella  tuvieron  ó  tenían  noticia  de  haber  llegado  á 
esta  isla  Española  otros  hombres  blancos  y  barba- 
dos como  nosotros,  antes  que  nosotros  no  muchos  anos.». 
{Descubrimiento  Precolombino  de  la  América.  Ensayo 
crítico  histórico  por  Baltasar  Vélez,  París,  1894.) — Acerca 
•de  esto  dice  don  Paulo  E.  Villar  en  carta  ial  ¡autor  de  dicha, 
obra.  «Si  esto  últimio  es  'así,  si  Colón  fue,  en  efecto,  el  úni- 
co depositario  de  aquel  secreto,  se  presenta  est^e  dilema: 
él  lo  reveló,  ó  no  lo  reveló.  Si  lo  último,  la  anécdota  ca- 
rece de  todo  fundamento-  si  lo  primero,  ¿á  quién,  cuándo 
y  cómo  lo  reveló?  Ninguno  de  sus  biógrafos,  m  aun  los 
más  allegados  al  Almirante,  habla  del  suceso  con  refe- 
rencia directa  á  su  persona,  sino,  de  un  modo  indirecto, 
colateral    y    como    por    referencias». 

Mas,  cuando  fuese  cierta  la  obra  casual  de  Alonso 
'Sánchez,  cabría  decir,  con  el  cronista  Franciscano  Fray 
José    Torrubia: 

«El  desgraciado  Alonso  Sánchez  quedó  en  la  región 
del  olvido  en  una  común  sepultura  en  aquella  isla  (Ma- 
dera) de  que  no  hay  imemoria,  después  de  habernos  dado 
un  mundo  entero.  Yo  admiro  y  no  puedo  olvidar  en  su 
invención  (aunque  casual)  una  notable  especie  de  heroi- 
cidad que  se  refunde  en  sus  fieles  observaciones.  Aquiel 
derrotero  que  hizo  del  primer  viaje  de  la  América,  ese 
fue  el  que  la  descubrió  ;á  Colón,  y  este  Almirante  el  que 
con   ánimo  intrépido,  si'blime   espíritu,   pecho   generoso  y 


FELIPE   TEJERA 


257 


corazón  rdagnánimo,  sadió,  navegó,  buscó,  hialló  y  dio  á 
León  y  Castilla  el  Nuevoi  Muncío,  que  será  lustre  eterno 
de  su  memioria  y  blasón  distinguido  de  su  familia»!. 

(Crónica  de  la  Seráfica  Religión  de  San  Francisco 
de  Asís,  escrita  por  el  M.  R.  P.  Fray  Joseph  TorrubiLaL 
Roma— 1756).  : 


III 


«A  las  locho  de  la  ímiaña'n'a  del  17  de  febrero,  un  espec- 
táculo con^movedor,  análogo  al  de  Trafalgar,  se  presen- 
ciaba desde  las  mjurallas  de  Cádiz.  Dieciocho  buques  de 
guerra  y  cuarenta  y  dos  trasportes  levaban  ancla,  obe- 
deciendo á  la  señal  del  navio  San  Pedro,  poniéndose  en 
niarcha  en  'dirección  al  placer  de  Rota,  que  está  tres! 
leguas  de  la  ciudad 

Comjponían  esta  formidable  expedición  los  buques  de 
guerra  siguientes:  navíoi  San  Pedro;  fragatas  Efigenia  y 
Diana  \  corbeta  Diamante ,  goleta.  Patriota,  barca  Gadi- 
tana y  doce  cañoneras  desarmadas;  y  los  buques  tras- 
portes que  á  continuación  se  expresan:  La  primera, 
San  Ildefonso  El  Guatemala,  Daoiz  y  Velarde,  Ensa- 
yo, Eugenia,  Júpiter,  Cortes  de  España,  Numantina, 
La  Vicenta,  Salvadora^  La  Palma,  Socorro,  San  Eran- 
cisco  de  Paula,  Providencia,  Héroes  de  Navarra,  San 
Pedro  y  San  Pablo,  La  Joaquina,  La  Nueva  Empresa, 
La  Empecinada,  San  Ignacio  de  Loyola,  Los  buenos 
hermanos.  La  Preciosa,  San  Fernando,  La  Apodaca, 
La  Elena  La  Venturosa,  La  Coro.  La  Pastora,  La 
Gertrudis,  La  Ar apiles,  El  Águila,  La  Parentela,  La 
Unión  La  Piedad,  La  Carlota,  San  José,  Segunda 
Carlota,  La  Belona,  San  Enrique,  San  Andrés  y  La 
Alianza.    En    estos  sesenta   buques    íbanios    291    Jefes   y 

oficiales  y  10,006  soldados Los  regimientos  organizados 

qiue  ibian  a  bordio  además  de  losi  de  artillería  é  ingenierosi 
zapadores,  era^n  liqs  siguientes :  Dragones  de  la  Unión, 
Usares  de  Fernando  VII,  León,  Barbastro,  Victoria, 
Castilla  y  Legión.y>  {Memorias  de  un  Militar,  sacadas 
de  ttn  libro  inédito  y  larregladas  por  Don  José  Pére'z 
Moris.  Esta  obra  contiene  las  Me'morias  autobiográ- 
ficas del  coronel  Don  Rafael  de  Sevilla,  muerto  en  Puerto 
Rico  el  año  de  1856.) 


IV 


«Vimos    sobre    el   navio    un    relámpago    inmenso,    in- 

f      descriptible,   después^  una  colosal  nías  a  negra  y  roja  qUe 

se  lelevó  colmo  el  cráter  de  un  volcán  á  las  nubles :  luego 

un  ruido  espantoso,  prolongado,  inaudito.  La  mar  tembló, 

18 


258 HISTORIA    DE    VENEZUELA 

las  aguas  se  arreiriolinarioin  en  forma  de  olas  oomcéntricás. 
Una  especie  de  inube  cual  globo  gigantesco  qiue  rasgó'  los 
aires,    parecía   aimeiniazar  al    cielo-  y  aplastar   lá  tierra 

—¿Qué   es  la  nube?  preguntó   un  capitán. 

—La  nube  qlue  se  nos  viene  encima  son  cañones,  fu- 
siles, balas,  palos,  cadáveres  y  mil  otros  cuerpos  pesados 
qne  nos  aplastarán  si  caen  sobre  nosotros. 

Y  lera  así :  según  se  iba  abriendo  la  nube  caían  cuerpos 
negros  qlue  se  sumiergían  con  grande  estrépito  en  el  agua... 
Además  del  buqlue,  que  era  excelentie,  fueron  á  parar  al 
fondo  del  niar  600,000  pesos  del  Ejército  y  500,000 
de  la  Marina,  en  lefectivo;  un  magnífico  tren  de  artillería 
de  campaña  y  dé  plaza,  ocho  mil  fusiles,  é  ig'ual  número 
de  monturas,  espadas  y  pistolas ;  ocho  mil  vestniariojS 
ooimpletos  de  paño,  infinidad  de  útiles  de  ingenieros,  cua- 
tro mil  qnintales  de  pólvora,  un  sin  número  de  bombas, 
granadas  y  balas,  todos  los  eqlüipajes  de  los  Jefes  y 
oficiales  y  otros  artículos  de  valor  qiue  sería  cainsado 
relacionar.»  {Memorias  del  coronel  Sevilla.  Obra  citada. 


Refiriéndose  á  la  causa  de  las  revoluciones  qiue  han 
asolado  al  país  desde  los  días  de  su  emancipación  po- 
lítica hasta  los  términos  de  la  pasada  centuria,  dice  el  se- 
ñor Domingo  Antonio  Olavarría: 

— «Vivía  la  República  vida  tranquila  y  próspera,  cuán- 
do las  mialditas  revoluciones  á  mano  armada  vinieron  á 
iniciar  las  perturbaciones  del  trabajo  honrado.  Ninguna 
de  esas  revoduciioines  ha  tenido  miotivb  ó  pretjextlo  en  cansas 
ecoinómácas  sino  siernpre  en  causas  políticas.  La  de  1835, 
rivalidades  de  los  militares  con  los  civilistas;  la  del  46, 
para  que  fuera  Presidente  Guzmán  en  vez  de  Monagasi; 
las  del  48  y  (49,  para  vengar  el  ultraje  hecho  á  la  Repre- 
sentación nacional ;  las  de  (53  y  54,  para  derrocar  «lá  di- 
nastía»; la  de  58,  ¡con  lel  mlismoi  objeto;  la  del  5>9,  para  prio- 
cla'mar  la  Federación;  la  ¡de  61,  para  establecer  lá  Dic- 
tadura; la  de  68,  para  derroicar  á  Falcón;  la  de  70,  piará 
establecer  la  AutOicracia;  las  de  72,  74  y  siguieintfes, 
para  derrocar  á  Guztóán;  íla  ide  78,  para  restablecer  á 
Guzmán;  las  poisteriores  hasta  da  de  1888,  para  volverlo 
á  derrocar;  la  de  i92,  para  derrocar  el  continuismo....  Y)n 
parte  alguna  de  los  mianLifiestos,  proclamas,  participa- 
ciones de  coimlbiates  y  demás  documentos  revolucionarios, 
se  ha  leídoi  ni  luna  ¡sola  frase  referente  á  necfe'sidades  leco- 
tnólmicas  del  país,  ni.  siquiera  de  los  sublevados,  sino  que 
siénipre  se  ha  aludidoi  á  los  atropellos  de  los  mandatarios 
y  demias  razones  políticas.» 

«Ademiás,  ninguna  de  ellas  lia  emánadoi  de  las  clases 
más  necesitadas,  sino  siempre  de  las  clases  acoimlodadas^  • 


FELIPE  TEJERA  259 


los  odmierciaiiites,  capitalistas,  empleados  y  agricultores  y 
criadores  (no  comió  financistas,  sino  como  políticos).») — 

Y  para  terminar  el  cuadroi  de  las  revoluciones  durante 
el  siglo  XIX,  añadiremos  nosotros :  la  de  1898  acaudilladaJ 
por  el  General  José  Manuel  Hernández,  tuvo  por  origen 
la  imposición  de  Andrade;  y  la  presidida  por  el  general 
Cipriano  Castro  en  1899,  la  violación  del  pacto  Constitu- 
fcional  por  el  Congreso.  Esta  revolución  trajo  por  lema: 
<<nuevos  hombres,  nuevos  ideales  y  nuevos  procedimien- 
tos», y,  con  el  nombre  de  Restauración  Liberal,  abre  la 
Época  Séptima  de  nuestra  Historia  Moderna. 


VI 


Los  perniciosos  efectos  qiue  en  el  orden  econólmico 
diel  país,  han  producido  las  contiendas  intestinas,  podrán 
verificarse  por  loi  qiue  revelan  los  siguientes  datos :  (*) 

En  1831,  Venezuela  envió  al  extranjeroi  productos  por 
valor  de  $  2.169,000  La  diferencia  por  exceso  sobre  las 
importaciones'  favoreció^  á  Venezuela  en  $   122,000 

^  En  1860,  año  segundo  de  la  guerra  federal,  la  exporta- 
ción alcanzó  á  pesar  de  todo,  á  $  8.628,000,  con  un  exce- 
dente sobre  la  importación  de  %   1.821,000. 

Así,  pues,  en  30  años,  la  exportación  se  multiplicó  más 
de  cuatro  veces. 

Treinta  años  más  tarde'  en  1890,  las  cifras  demuestl-an 
en  ¡el  desenvolvimlientO'  díel  comercio  internacional  una 
actividad  halagadora.  Ese  año,  las  exportaciones  alcan- 
zaron á  $  23.665,000,  siendo  de  $  6.992,000  la  diferencia 
tín  provecho  del  país. 

El  año  siguiente,  1891,  la  exportación  sube  de  pronto 
á  $  26.118,000,  con  un  exceso  en  pro  de  miás  de  doce 
millones;  pero  este  año  es  excepcional,  y  tanto,  qiue  no 
Vuelve  á  repetirse  ni  siquiera  aproxi'mlada^mente  en  los 
iaños  posteriores,  los  cuales  ?e  mantienen  en  una  alterna- 
tiva descendente  que  va  desde  $  21.015,000  hast'a^ 
$  14.900,000  en  1898.  De  21  millones  en  1898,  ha  bajado 
cointínu amiente  lel  termónietroi  del  comercio  ext'etior  hasta 
no  ser  ya  en  1903  sino  de  $  7.930,315,72, 

(*)  Tomados  del  volumen  "Venezuela"  de  N.  Veloz  Goitlcoa,  publicado  por  la 
International  Bureau  of  the  American  Republics.— Washington— D.  C— 1904— y 
del  Statistical  Abstract  of  the  World.— Washington;— 1904. 


ÍNDICE 


Cartas  de  aprobación . 

Prólogfo I 


INTRODUCCIÓN 


Capítulo  I. -Cristóbal  Colón.— Los  Reyes  Católicos.— Descu- 
brimiento de  América  .      ^      .      .      .      s      ,      ?  1 

Capítulo  II.— Geografía  de  América 5 

Capítulo  III.— Origen,  tradición,  religión,  costumbres,  monu- 
mentos y  civilización  de  los  indios 6 


MANUAL  DE  HISTORIA  DE  VENEZUELA 
Divisiones  de  esta  obra.  .      .      «     ^     .      .     .     s     i     «         9 

PRIMERA  PARTE 
HISTORIA  ANTIGUA 


Capítulo  I. —Venezuela.— Primeros  pobladores. — El  padre. — 
Las  Casas.— Nueva  Toledo.—  Civilización  de  España 
para  la  época  de  la  conquista Iq 


índice 


Capítulo  II.— Esclavitud  de  los  indios.— Fundación  de  Coro. 

— Los  Belzares.— Alfinger.    El  dorado  ....        12 
Capítulo  III.— Nueva  Córdoba  ó  Cumaná  —Juan  de  Carva- 
jal —Fin  del  Gobierno  de  los  Belzares  ....        13 
Capítulo  IV. — El  Licenciado  Tolosa.— Juan  de  Villegas— Bor- 
burata.  —  Nueva  Segovia.— El    Rey   Miguel.— Va- 
lencia   14 

Capítulo  V.—Trujillo.— Fajardo. — Hato  de  San  Francisco.— 
Rodríguez  Suárez.  -  Villa  de  San  Francisco,  — Intro- 
ducción de  negros  esclavos \5 

Capítulo  VI.— Lope  de  Aguirre 16 

Capítulo  VIL— Guaicaipuro.  -  Muerte  de  Fajardo.— Don  Pe- 
dro Ponce  de  León  —  Losada.—  Fundación  de  Ca- 
racas. —Muerte  de  Guaicaipuro       ,      .      •      .      .        17 
Capítulo  VIII— Maracaibo.  -  Carora.—  Tamanaco.—  Sórocai- 
ma.— Camaco.— Apacuama.-  Garci  González.  — La 

Guaira.-  Preston.    Guanare 19 

Capítulo  IX  Gobernadores  y  Capitanes  Generales  de  Vene- 
zuela en  los  siglos  XVII  y  XVIII 20 

Capítulo  X.— Revolución  de  Gual  y  España 23 

Capítulo  XI.— Invasiones  de  Miranda  — Muerte  de  Vasconce- 
los -  Sucesos  de  España.  -  Don  Vicente  Emparan.  .        24 

Capítulo  XII.— 19  de  abril  de  1810 26 

Capítulo  XIII  —Primeros  resultados  del  19  de  abril.  ...        27 

Capítulo  XIV. — Los  hombres  del  Congreso 29^ 

Capítulo  XV.— La  Junta  patriótica 30 

Capítulo  XVI.— Declaración  de  independencia 31 


APÉNDICE 


Capítulo  I.— Literatura.— Ciencias  —Artes.     Industrias.— Ca- 
minos.— Comercio  y  población  durante  la  Colonia.        34 
Capítulo  II,— Continnación 36 


Resumen  cronológico  de  la  Historia  Antigua 


Sincronismos. 39 


índice  III 


SEGUNDA  PARTE 


HISTORIA  MODBRNTA 


Divisiones  de  esta  obra 45 


INTRODUCCIÓN 


Geografía  de  Venezuela 46 


HISTORIA  MODCRNA 


ÉPOCA   PRIMERA 


Capítulo  I. -Tentativas  reaccionarias.  — 1811 50 

Capítulo  II.— Terremoto  de  Caracas.— Guerra  civil.  -  1812.    .  51 

Capítulo  III.— Miranda 52 

Capítulo  IV.— Dictadura  de  Miranda.     1812.       ....  54 

Capítulo  V.— Últimos  días  del  año  de  1812 55 

Capítulo  VI. — Causas  principales  de  la  pérdida  de  la  Repú- 
blica el  año  de  1812 57 

Capítulo  VII      Bolívar.  .      .      ■ *     .  59 

Capítulo  VIII.— Preparativos  de  la  campaña  de  1813       .      .  60 

Capítulo  IX, -Guerra  á  muerte.     1813 62 

Capítulo  X.— Paso  de  los  Libertadores.— 1813     ....  63 

Capítulo  XI.     Los  libertadores  de  Oriente. —  1813      ...  65 

Capítulo  XII —Continuación ■     .      .      .      .  66 

Capítulo  XIII      Últimos  acontecimientos  del  año  13  .       .      .  67 

Capítulo  XIV.     1814  ........  68 

Capítulo  XV.— Continuación 69 


índice 


Capítulo  XVI.— Juan  Bautista  Arismendi 70 

Capítulo  XVII.— Boves 71 

Capítulo  XVIII.— Bolívar  Dictador. — La  Puerta.— Occidente. 
—Batalla  de  La  Victoria.— Fusilamientos.— Derrota 

de  Rósete.- 1814 72 

Capítulo  XIX.— San  Mateo.     1814 73 

Capítulo  XX.—  Derrota  de  Rósete.    Vanguardia  de  Marino. 

— Bocachica,— 1814 74 

Capítulo  XXL— Heroísmo  de  Urdaneta. -1814.      ...  75 

Capitulo  XXII —Últimos  sucesos  del  año  de  1814.     ...  76 

Capítulo  XXIII. -Continuación 78 

Capítulo  XXIV.— El  Licenciado  Miguel  José  Sanz.     ...  80 

Capítulo  XXV.— Expedición  de  Morillo.— Margarita.— 1825  .  82 

Capítulo  XXVL- Expedición  de  iQS  Cayos.— 1816.    ...  83 

Capítulo  XXVII.-José  Antonio  Páez.— 1816.      ....  84 

Capítulo  XXVIII. -Año  de  1817. 86 

Capítulo  XXIX. -Fusilamiento  de  Piar. -1817    ....  87 
Capítulo  XXX.  -Toma  de  las  Flecheras.    Retirada  de  Mori- 
llo.—La  de  Bolívar.— Rincón  de  los  Toros.— Térmi- 
no de  la  Campaña.- 1818   . 89 

Capítulo  XXXL— El  Oriente. -Convocatoria  del  Congreso.— 

Manifiesto  de  Bolívar.— 1818 90 

Capítulo  XXXIL— Reunión  del  Congreso.— Proyecto  de  Co- 
lombia.—Las  Queseras  del  Medio —1819.   ...  91 
Capítulo  XXXIII. -Campaña  de  la  Nueva  Granada.— Vuelta 

del  Libertador.— Fin  de  esta  Época.  — 1819  ...  92 


Apéndice  á  la  Época  Primera 

La  Guerra  á  Muerte 94 


Resumen  cronológico  de  la  Primera  Época 

Sincronismos. 108 


índice 


SEGUNDA  PARTE 


HISTORIA  MODBRNA 


ÉPOCA   SEGUNDA 


COLOMBIA 


Capítulo  I.— Regularización  de  la  guerra.— 1820  .       .      .      .      111 
Capítulo  II.— Ruptura  del  armisticio.— Soublete  y  Bermúdez. 

Batalla  del  Calvario.— 1821 113 

Capítulo  III.— Batalla  de  Carabobo.- 1821 115 

Capítulo  IV.— Departamento  de  Nueva  Granada  y  Quito. — 

1821 116 

Capítulo  V.- Sucesos  de  Venezuela.— 1822 flS 

Capítulo  VI.— Nueva  Granada  y  Quito.  — Bombona. -Pichin- 
cha 1822 119 

Capítulo  VII.     La  escuadra  de  Colombia.—  Padilla.     Rendi- 
ción de  Morales.— 1823.      .      ......      120 

Capítulo  VIII. — Toma  de  Puerto  Cabello.  —  Rendición  del 

Castillo.- 1823 121 

Capítulo  IX. — Segundo  Congreso  de  Colombia.— Principio  de 

la  campaña  del  Perú.— 1823 -122 

CapítuloX.— Batalla  de  Junín.— 1824 123 

Capítulo  XI.— Batalla  de  Ayacucho. -1824 124 

Capítulo  XII  — Conato  de  reformas. — Reclamos  franceses.— 
El  Doctor  Miguel  Peña— Gratitud  del  Perú. — Boli- 
via.— Trofeos— Reconocimiento  deColombia.  — 1825  126 
Capítulo  XIII.  Acusación  contra  Páez.— Desorden  en  Va- 
lencia. Anarquía.  -  Proyecto  de  disolución.— Con- 
vocatoria de  una  Constituyente.— Vuelta  del  Liberta- 
dor.—1826  127 

\29 
131 
132 
133 
134 
135 


Capítulo  XIV.— Ideas  de  monarquía.— 1826.  . 
Capítulo  XV.— Congreso  de  Panamá.— 1826. 
Capítulo  XVI.— Reconciliación  de  Venezuela.— 1827 
Capítulo  XVII. -Perú  y  Bolivia.-1827.  .... 
Capítulo  XVIII.— La  Gran  Convención  de  Ocaña. 
Capítulo  XIX.— Conjuración  de  25  de  setiembre.— 1828 
Capítulo XX. — Vuelta  de  Sucre.-  Declaración  de  guerra  al 

Perú.— Hostilidades  de  Lámar.— 1828    . 
Capítulo  XXL— Guerra  de  Colombia  y  Perú.— 1828 


138 
139' 


VI  índice 


Capítulo  XXII. — Bolívar  en  Campaña.— Tratados  de  Paz.— 
Sublevación  y  muerte  de  Córdova.— Sometiendo  de 

Arizábalo.  -  1829 140 

CapítuloXXIII— Proyectos  de  Monarquía— 1829.    .      .      .  141 

Capítulo  XXIV.  -  Desmembración  de  Colombia.  - 1830    .      .  142 

Capítulo XXV.— Reconstitución  de  Venezuela— 1830       .      .  144 

Capítulo  XXVI. — Asesinato  del  Mariscal  de  Ayacucho.— 1830.  145 
Capítulo  XXVII —Últimos  días  de  Colombia.— Muerte  del 

Libertador.- 1830 '.146 

Capítulo  XXVIII.— De  la  disolución  de  Colombia.— 1830.      .  149 
Capítulo  XXIX. — Efectos  universales  de  la  emancipación  Sur- 
americana 151 


Resumen  cronológico  de  la  Época  Segunda 

Sincronismos •  .      .      .      .      .      154 


SEGUNDA  PARTE 


HISTORIA  MODERNA 


RElPü":eiL.TOA.     <DE^I^TFtA.Ta 


ÉPOCA    TERCERA 


Capítulo  I.-Páez.— 1831  á  1834 158 

Capítulo  II.— Presidencia  del  doctor  José  María   Vargas.— 

1835  á  1838 161 

Capítulo  III. -Continuación 162 

Capítclo  IV.-Segunda  Presidencia  de  Páez.  -  1839  á  1842.    .  164 
Capítulo  V.- Salida  de  los  restos  del  Libertador.  -  Noviem- 
bre de  1842 165 


índice  VíT 


Capítulo  VI.— Entrada  de  los  restos  del  Libertador  á  Cara- 
cas.-1842 167 

Capítulo  VIL— Continuación 168 


Resumen  cronológico  de  la  Época  Tercera 

Sincronismos. 171 


SEGUNDA  PARTE 


:r:b:e*xjbtí.zc!A.  OEisr'X'R.A.ri 


ÉPOCA    CUARTA 


Capítulo  L— Presidencia  del  General  Carlos  Soublette.  — 1843 

á  1846 173 

Capítulo  IL— Presidencia  del  General  José  Tadeo  Monagas. 

1847  á  1850 175 

Capítulo  III.  -Presidencia  del  General  José  Gregorio  Mona- 
gas. -1851  á  1854 178 

Capítulo  IV. — Segunda  Presidencia  del  General  José  Tadeo 

Monagas.— 1855  á  1858.      . 179 

Capítulo  V.— Presidencia  Provisional  del  General  Julián  Cas- 
tro.—1858  á  1859 .180 

Capítulo  VL— Designatura  de  Don  Pedro  Gual. — Vicepresi- 

dencia  de  Don  Manuel  Felipe  Tovar.  - 1859  á  1860,       182 

Capítulo  VIL— División  del  partido  conservador.— 1861.      .       184 

Capítulo  VIII  —Dictadura   del    General  J.  A.   Páez.  — 1862 

á  1863  .      .      .  • 185 

Gapítulo  IX. -Federación  Venezolana. — Fin  de  esta  época.— 

1863  á  1864.      .      • .       187 


VIH  índice 


Resumen  cronológico  de  la*  Época  Cuarta 
Sincronismos. 189» 


TERCERA  PARTE 


HISTORIA  MODBRNA 


RBPTTJBLIO-A.    FBIDBIiAL 


ÉPOCA  QUINTA. 


Capítulo  I.— Primera  Presidencia  Constitucional  de  la  Federa- 
ción.— Guzmán  Blanco  Primer  Designado  en  ejerci- 
cio del  Poder.-  Expulsión  del  Dr.  Batista  del  Se- 
nado.—Atropello  á  la  Imprenta  de  Manrique. — 
Desórdenes  en  Maracaibo.— Acueducto  de  Caujarao. 
Temblor  en  Caracas.— Muerte  de  Fermín  Toro.— 
1865  a  1881 195 

Capítulo  II.— Nombramiento  de  nuevos  Designados.-  Opo- 
sición al  Gobierno  en  el  Congreso.— Progresos 
revolucionarios.- -Pedro  Manuel  Rojas  en  armas. — 
Evolución  política  del  Presidente.— Tratados  de 
paz.— Disturbios  en  Ciudad  Bolívar.— Crisis  Fiscal. 
—Suspensión  de  poderes  á  Guzmán  Blanco.— Co- 
lina en  el  Poder,  se  los  restituye.  -  Carta  de  Guz- 
mán Blanco.  -Nuevo  asalto  de  Pulgar  á  Maracaibo. 
—Fusilamiento  de  Capó  y  otros  sucesos  impor- 
tantes.—1866 197 


índice  IX 


Capítnlo  III.— Nuevos  Designados.- Desórdenes  en  la  admi- 
nistración.—La  Genuina.— Alianza  de  los  partidos. 
—El  Congreso  de  1868.— Renuncia  del  Ministerio. 
Noble  conducta  de  Falcón.— Bruznal  en  el  Poder. 
— La  Revolución  Azul— Tratado  de  Antímano.— 
El  General  J.  F.  Monagas  Jefe  de  la  revolución. — 
Cambios  políticos  en  Valencia.— La  revolución  en 
Coro.— Falcón  en  Curazao. — Toma  de  Caracas.— 
1867  á  1868 200 

Capítulo  IV.— El  Gobierno  Plural  de  los  Azules.— Sus  prime- 
ras notaciones.  —  Bruzual  en  Puerto  Cabello.— Su 
viaje  al  Occidente.— Asedio  de  Puerto  Cabello- 
Retirada  y  Muerte  de  Bruzual— Pacificación  del 
país.— Trabajos  eleccionarios.— Muerte  del  General 
José  T.  Monagas.— Rehabilitación  de  éste. — 1868     .      203 

Capítulo  V.  Disputada  elección  de  Designados-  Disturbios 
en  Aragua  —Se  fija  día  para  la  elección  Presiden- 
cial. -  Circular  del  Ministro  del  Interior.— Insurrec- 
ción del  Zulia  —Expedición  contra  Maracaibo.— 
Fiesta  del  14  de  Agosto  —Muerte  del  Dr  Urrutia. 
—Reacción  liberal —Ocupación  de  Maracaibo  — 
Expulsión  de  Guzmán  Blanco  de  Curazao.  — Des- 
embarco de  este  General  —Batalla  de  Guay.— Dis- 
puta de  peajes  —  Esteban  Palacio  en  la  Designatura. 
—Toma  de  Caracas  —1869  á  1870.      ...       .      ,      205 

Capítulo  VI  —Organización  del  nuevo  Gobierno —Sus  pri- 
meros actos.  Convocación  de  un  Congreso  de 
Plenipotenciarios  ^Prepáranse  los  Azules  al  des- 
quite.—Herrera  en  Puerto  Cabello  — bus  planes  de 
Campaña.— El  General  Olivo— Desocupación  de 
Puerto  Cabello,— El  «Meteoro»/  —Hernández  se  po- 
ne á  la  cabeza  de  los  Azules. —El  ejército  de  Herrera 
en  Coro.— Salida  de  Olivo  para  Oriente,-  Desecha 
Hernández  el  plan  de  Herrera,  y  emprende  la  Cam- 
paña de  Coro.— Sus  triunfos  y  reveses  —Pulgar  se 
apodera  del  Castillo  Libertador.— Capitulación  de 
Hernández  en  Maracaibo.— La  obra  del  Congreso 
dePlenipotenciarios.— 1870  á  1871.     .       .       .  208 

Capítulo  VIL- Herrera  y  Olivo  reaccionan.— Ocupación  de 
Ciudad  Bolivia  y  de  San  Fernando.  — Invación  de 
Barinas  y  del  Centro  —Deserción  de  Salazar. — Su 
salida  del  país.— Plan  de  Campaña  de  Hernández. 
—  Guzmán  abre  operaciones  sobre  Apure  —Retirada 
de  los  Azules  —Muerte  de  Olivo.— El  parte  de 
Guzmán. —  Invasión  de  Salazar.— Su  ataque  á  Ti- 
naquillo  -  Su  captura  —Un  Consejo  de  Guerra  le 
condena  á  muerte.-  Ejecución  de  la  sentencia  — 
Convoca  Guzmán  a  elecciones.— Su  labor  en  otros 
ramos  de  la  Administración — Honores  á  la  memo- 
ria de  Juan  Vicente  Camacho.— 1871  á  1872.    ,       .      211 

Capítulo  VIII  —Reunión  del  Congreso.— Aprueba  los  actos 
de  Guzmán  durante  la  Dictadura.— Su  elección  de 
Presidente  Constitucional  —Su  propuesta  de  refor- 
mas á  la  Constitución, — El  título  de  Ilustre  Ame- 


índice 


ricano.— Su  estatua.— Vacancia  de  la  Sede  Arzo- 
bispal — Dest'.erro  del  Pr  sbitero  Baralt.  —  Obras 
públicas  -  Censo  de  República.— El  Panteón  na- 
cional- La  primera  Opera  de  un  venezolano.— 
Extinción  de  los  conventos  de  monjas.  — El  acue- 
ducto de  Macarao. — Revolución  del  74  — Su  término. 
—Asesinato  de  Ducharme.— Ardid  de  Unceín.— 
Exequias  á  varios  Generales  de  la  Federación. — 
LanuevaConstitución.— 1873  á  1874 214 

Capítulo  IX. — Fin  del  primer  período  constitucional— Conti- 
nuación de  Guzmán  en  el  Poder. — Certamen  Lite- 
rario.—Cuestión  límites  con  Nueva  Colombia  — 
Escuadra  holandesa.  —  Fortificación  de  puertos  — 
Continúan  las  obras  de  progreso.  —  Estatua  de 
Guzmán  Blanco  en  la  Plaza  del  Capitolio.— Con- 
cierto de  la  Caridad —Estatua  de  Guzmán  Blanco 
en  el  Calvario  -  Ferrocarril  de  Caracas  al  mar,— 
Los  restos  de  Bolívar  en  el  Panteón.— Nuevo  Palacio 
Federal.  —  Gastos  de  representación  — Fin  de  la 
cuestión  Eclesiástica.— Teatro  Guzmán  Blanco  —La 
Iglesia  de  San  Felipe  Neri.— El  antiguo  Seminario. 
—Termina  el  Septenio  —1875  á  1876  ....      216 

Capttulo  X.— Su  elección  Presidencial,— Su  Gabineie,- Bolet 
Peraza  en  el  Congreso. — Es  llevado  en  triunfo 
hasta  su  casa  —  «La  Tribuna  Libre«.-  Plenipotencia 
de  Guzmán  en  Europa  — Exequias  de  Jos  restos  de 
Vargas.  — Reacción  contra  el  Gobierno  anterior.— 
El  título  de  Gran  Demócrata.— Decreto  de  amnistía. 
Vuelta  del  Arzobispo. —Reorganización  del  Cole- 
gio de  Ingenieros  —Obras  Públicas.  —  Certamen 
poético  histórico. — Los  premiados. — El  poeta  Pardo 
y  el  Gran  Demócrata  —1877 

Capitulo  XI  — Síntesfs  de  la  situación  —  Convocatoria  de  elec- 
ciones. -  El  candidato  popular. — Terremoto  de  Cúa.  21^ 
— El  grito  de  reformas.  -  Renuncia  de  Saluzzo  y  del 
Gral  J.  E  Acosta —Revolución  de  Pulido.- Su  pri- 
sión —Se  convoca  una  Constituyente  —Crisis  de 
la  Hacienda  -  Apertura  de  los  Puertos  de  Occiden- 
te Lluvia  torrencial  en  Caracas.-  Enfermedad  y 
muerte  de  Alcántara.— El  Dr.  J.  Gutiérrez  en  la 
Presidencia  —  Reunión  de  la  Constituyente— Sus 
actos. — El  Presidente  del  Estado  Bolívar  en  armas. 
—Pronunciamiento  de  Maracay  por  Guzmán  Blan- 
co.—El  palo  en  que  se  racó  el  berraco  —  Cedeño  en 
Valencia -1878      ..;.....  222 

Capítulo  XII.— Los  que  siguen  el  movimiento  de  Valencia.— 
Valera  al  frente  de  las  tropas.— Derrota  de  Ayala  y 
Pulido  -  Expedición  á  Carabobo.  — El  Guárico. — 
Combate  y  sitio  de  La  Victoria.  Su  ocupación  — 
Entra  el  Ejército  revolucionario  en  la  Capital  Guz- 
mán Blanco  Jefe  Superior  de  la  República  -  Su 
vuelta  de  Europa.  -  Distritos  Militares  —Contratos 
de  ferrocarriles  —Congreso  de  Plenipotenciarios.— 
Decretos  de  elecciones.— Reerección  de  las  estatuas. 


ÍNDICE  XI 


—  El  Bolívar.  -  Sale  Guzmán  para  Europa.— Contra- 
to Rojas  Pereira.— Renuncia  del  Ministerio.— Vuelta 
de  Guzmán  —  Nuevo  Gabinete, — Prisiones  políticas. 
Sarao  de  Año  nuevo  —1 879 224 

Capítulo  XIII.— Elección  de  Presidente,— Alzamiento  de  va- 
rios Generales.— Sublevación  en  Ciudad  Bolívar. — 
Su  recuperación  por  el  Gobierno  —Degradación  de 
Revollo.—  Sospechas  de  Guzmán  Blanco  respecto  de 
Urbaneja,— El  Proyecto  de  Reforma  en  las  Legisla- 
turas —Disturbios  locales. — Impuesto  de  Estampi- 
llas—Ensayo de  elecciones  libres  en  la  Universidad, 
= Resumen  de  los  trabajos  públicos  en  este  año  — 
Consideraciones  filosóficas  del  historiador. — Fin  de 
tsta  Época.— 1880 , 227 

Resumen  cronológico  de  la  Época  Quinta.— Sincronismos  .    .      230 


SEGUNDA  PARTE 


HISTORIA  MODERNA 


HEI^ÜEXilO^A.    rEIDER-A^X. 


ÉPOCA  SEXTA 


Ojeada  general  .      .      ..........      250 


índice 


NOTAS 


1/ 254 

2/ .      .      256 

3/ 257 

4.' .257 

5- 258 

6.'  .      . 259 


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I 


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LITERÁTÜBA 


por  FEI^IPE  TEJERA 

Miembro  correspondiente  de  la  Real  Academia  Española. 
Individuo  de  número  de  la  Venezolana.  Vocal  de  la  Academia 
Nacional  de  la  Historia  y  Catedrático  de  Literatura  en  la  ilus- 
tre Universidad  Central  de  Venezuela. 

Texto  atoptailo  por  el  Mierno  nacional  gara  la  clase  ie  Literatura 
estatleclia  en  ia  í.  U.  central 

Edición  moderna,  rerormada,  corregida  y  aumentada;  im- 
presa en  papel  satinado,  pasta  elegante  12  reales;  rústica  10 
reales  (Rebaja  importante  ¡oor  docenas). 


HISTORIA 
UNIVERSAL 

PARA  NIÑOS 
por   LUIS   FELIPE   MANTILLA 

Profesor  de  la  lengua  y  literatura  española  en  la  Universi- 
dad de  Nueva  York,  miembro  corresponsal  de  la  Sociedad 
Mejicana  de  Geografía  y  Estadística.  Refundida,  adornada  con 
más  de  200  grabados  y  mapas  y  considerablemente  aumenta- 
da, por  Nicolás  Estévanez. 

Edicíóii  moderna,  de  1912  Texto  adoptado  en  varias  repú- 
blicas Sud -Americanas  y  en  algunos  colegios  de  Venezuela 
Un  tomo,  de  elegante  forma,  tamaño  21  x  14  centms  de  400 
páginas,  pssta  fina  12  reales  -  (Docena:  nota bte  rebaja). 

Depósito  único:  Librería  Española  L.  Puig  Ros  &  Parra 
Almenar,  —Caracas.