DE EDUCACI
PUBLICACIONES D
TOMO VI. : NUM. 4
MONOGRAFIA
ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULA
ESCRITA POR BL,
PPOEEÉSOR GC. CONZATTI
AA )
OAXACA DE JUAREZ, OAX., MARZO DE 1921
EE
TALLERES GRAFICOS DE LA NACION
EDITORIAL” —MBEXICO, D. E.
1925
peo: S A
Ej Tule. Oaxaca. Mex.
EL ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULE
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
A. principios de febrero del año en curso recibí orden de la Di
rección de Estudios Biológicos, para “emprender un estudio botánico,
1 ES Ss
a estimación lo más aproximada posible, relativa a su edad y
demás datos alusivos no stante r este asunto de gran
importancia científica —agregaba la de la Dirección—, h:
nder a su fo ié
gancia, y lo O, para ilustrarlo” con todos los datos inherentes
a la vida multisecular a loso.
Con pena recono que estoy muy lejos de llenar tales requi-
sitos, y si me atrevo a ón la a empresa, es sólo para con-
formarme con el deber que me impone mi calidad de servidor de la
Dirección antes mencionada.
Considerando la necesidad que tenía de estudiar no sólo el Arbol
“que, dicho sea en honor de ellas, me trataron con toda clase de
atenciones, al saber el objeto que me llevaba. .
n particular modo, el ciudadano presidente Municipal, señor don
en la gira que me pS a por a manzanas que circunda an
1
al Arbol, a ee de formarme idea cabal de la Matutaleza del subsuelo
que lo susten
iré, de luego, que este ejemplar no es el único que se en-
uentra en el pueblo; a poca distancia de él hay otros dos u
corpulentos —aisladamente considerados, por más que resultan ra-
i les compara co Giga
la
recha y en e o sunIO e la iglesia, y otro (el “nieto”) a la
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muy venerada en la antigúedad. y que E CO ¡TOMÁS Cambric
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nuel Juárez, hubo un o n que pasó al pie del Arbol a camino
carretero que va de Oaxaca a Tlacolula y que ahora atraviesa la
región unos 400 SOS E al N arte.
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tancias, y no E los siglos que de seguro vieron desfilar ante
sí estos gigantes de la Flora racional, continúan Ea e e
i y año tras a in
vida fructificando abundantemente a si men
síntoma de decrepitud, y an bien, como si a o ape-
nas a l de
Yo sabía ya que los Sábinos o Ahuehuetes, como también se den
Iminan na árboles, prosperan mucho mejor que en cualquiera de
parte, a lo largo de ríos y arroyos, dende adquieren a veces dimen-
siones inusitadas; r Río Gra del Tule, que nace en “el -
trito de Tlacolula y es afluente del Atoyac, pasa or el lado Te
el pueblo, a una ancia no 54 metros del lugar donde
se hallan los ejemplares a qu e refiero, a pesar de al, no es
imposible que el a q los alimenta, reconozca el mismo origen,
1 s que sea poco probable.
Porque es inconcuso GQ cad o de ellos, econ especialidad el
principal, necesi u a ba d iafia, que
forzosamente toma del subsuelo, ya que atmósfera de la comarca,
bre todo e sta época de la floración, está bastante res
rá pasa el RÍ rande razo o por la plaz
del pueblo alguna vez? Entre otras razones, así parece desprenderse del
color ceniciento que tiene el subsuelo en el centro de la población
y que es el mismo que trae el agua de dicho río en las crecientes
de la. a lluviosa.
esto comencé por indagar de dónde se surtían de agua los
a del pueblo, y entonces supe con bastante extrañeza de mi
dl
parte, que en el solar de cada casa hay un pozo a flor de tierra y que
gua que se utiliza en el pueblo, lo mismo para la cocina
ésta es el agu
que para todos los demás usos domésticos.
Croquis _de la porte central de
Santa Maria cel Tule, com sus: pozos.
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e ver algunos de estos pozos, a fin de tomar nota, tanto de la
aid a que se encuentra el agua de la superficie del suelo,
como E su espesor, a cuyo efecto di principio por el que se halla en
la misma plaza, a pocos metros del palacio municipal, y seguí luego
con do once más, como puede verse en el croquis que acompaño.
La operación tuvo lugar el 15 de febrero de este año.
Con ligeras variantes, debidas probablemente al desnivel super-
ficial, el agua en todos ellos está tre 1 metro 60 centímertos y 2
i v
.desde su apertura, y estoy persuadido que si en cualquiera de ellos
mucho
a
rios de ellos, de modo que es terreno de acarreo sobre el que asienta
la a
Así, pues, la Se de e en tiempos ya muy lejanos, el Río
Grande haya pasado por lo que es hoy plaza del poblado, al pie de los
¡ i B.a NO;,.8e
a
e pueda ser éste el q surte de agua potable a e vecinos de 1
población. sa el a adjunto.)
ade lo expuesto, paréceme que puede inferirse, con pro-
habana dea acierto, que la capa acuífera actual del subsuelo del
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dudario, están en contacto O y directo con el agua od
Distrito del Centro
cor ef Tute Y sus alrededores
del lugar, que le asegura así una alimentación constante y saludable,
eficazmente secundada, sin duda, por elementos nutritivos y abun
dantes en un 1A
s todo favorables a la vida d bol, en ella disueltos:
cedidos por el terreno so e se asienta TO ctor, que de
fijo no es extraño a la gigantesca corpulencia que todo mundo ra,
es el ambiente benignísimo que e est: jestad del reino
m
e la Flora, ambiente que acaso no reconozca competi dor en
neta.
En otras partes, como en el Bosque de Chapultepec, esta misma
pS botánica está sujeta a enfermedades parasitarias, om-
'ometen seriamente su existencia y que tal vez puedan id
/
10
“a la aglomeración de los muchos ejemplares confinados que la cons-
titucional de Oaxaca, encaminado a transformar Se María del
en el rendez-vous del tourismo universal.
11
EL ALBUM DEL TULE
n de evitar el deterioro del Arbol, por las persistentes depre-
daciones e inscripciones practicadas en s Y O, ramas orteza,
de cuya labo ún veremos más adelante, debe excluirse al Barón de
Humboldt, tan injustamente calumniado; a otivo, el
no del señor Castr rohibió esos abusos, poni il isposición
de viajeros y o un Album, llevado por el Municipio, do
sisharan sus 1 Ss po álbum se Eno ES con las
en,
imeras hojas del primero, sin embargo, desaparecieron
1 año de
pronto, por ato que recibiera, y rTranca
1875, como tuve oportunidad de co a personal
a generalidad de los pensamientos 'escritos en él, por los milla-
res de visitantes que desde tonces acudieron, bien admirar
aqu rodigio, o simplemente para satisfacer legítima curiosidad
vale m oco, y sólo uno que otro, por su grave o humorismo, me-
O, , POr s
rece ser reproducido. Entre éstos permítome citar los siguientes:
“Si queréis comprender a la grandeza,
admirad de este arbusto la belleza.”
_ Marzo 19 de 1880.
Francisco Villanueva Francesconi.
a 1
“Producto de feraz naturaleza, y
Sabino colosal, árbol gigante,
Ya no sigas a te lo ruego,
Porque quizás la tierra no te aguante.”
Noviembre 19 de 1889.
Ricardo Cassani.
iS qué Pompa a. la vista te presentas,
e estas risueñas soledades!
Si aa tu pompa las a
Sollozan en tus ramas las edades
Yada puedo decirte, inspiras tanto,
e a mí sa aaa recoger tu nombre 5
Y darte mi n smo como canto
Junto a un a así, nada es el hombre.?*
Noviembre 14 de 1892.
Juan de Dios Peza.
“Dos gigantes ha dado el Estado
Juárez y el árbol que aquí admiro.”
Agosto 19 de 1877.
Castillo.
'Tú, que no habías oído hasta hoy sino el gemido del viento entre
mas ii e no habías o o el silbido de las balas a
contiendas intestinas; a hac
ificante, E más bien que de la
Te regocíj el silbido de la loco-
motora $ al rodaje as e Eo que traerá eS bajo tu ronda tu-
ristas civilizados que te admiren y bendigan el poder de la naturaleza.”
Santa María del Tule, Octubre 3 de 1905
E. Pimentel.
“pú, árbol, a orgullo de esta tierra
i sola darte pudo
rra que estos hombres
Y árbol tan eo como tú produjo!””
Agosto 31 de 1905.
Joaquín D, Casasús.
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TIL
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DATOS HISTORICOS
Por extraño que parezca, los datos históricos sobre el Arbol del
lugar
le; en gran manera limita El lu or excelencia donde
debería haberlos y en abundancia, tenida cuenta de la celebri uni-
versal del Arbol, es, sin ero das, en 1 iblioteca pública
stado, muy rica, so E pergaminos religiosos ues
bien, m asé últi ente rios días enteros buscando datos
alusivos en este centro cultural, a secundado por bo-
rioso director actual, don Arcadio Ortega Domínguez, y con pena
confieso que los esfuerzos hechos no correspondieron, ni con mucho,
al éxito alcanzado.
De preferencia consulté los istoraaores regionales y extran
ros que escribieron acerca de Oaxaca, únicas fuentes donde E
er en
ambis
imprecisa, exagerada O olaa ea no o hallar cosa.
de provecho
quí en Oaxaca, v. g., es creencia comunísima, que tanto el
Conquistador Cortés, como el célebre viajero Barón de Humboldt,
conocieron el Arbol del Tule,'y sin embargo, nada más problemático
segundo, como que nunca tuvo lugar, a no ser en la fantasía de a
escritor de buen hum
Destruir errores así, divulgados en letras de molde, es en extre-
mo trabajoso, a pesar de lo cual me esforzaré por intentarlo, a fin
ad.
e cómo s roduce a este respecto el tomo IL, pág. 723, de
as e produce
la “Enciclopedia Universal Europeo - Americana:” “Ahuehuete (del
mexicano ahuehuetl, de atl, agua, y huehue, viejo). rma este árbo
de ellos que son mayores que los baobales de más talla
(1) Santa María del Tule se halla a la misma altura que Oaxaca, sobre el
nivel del mar, esto es, a 1,550 metros.—Nota del autor.
13
encuentran en Africa. De Candolle les supuso una edad de 6,000
años.”
n los últimos renglones del párrafo O hay varias apre-
adas s que ameritan algunos comentar A“í s firma e los
Tehua
sin decir que haya pasado por el Tule, siendo, por tanto, Ponle que
sólo se trata de una gratuita suposición de articulista.
Tampoco he podido encontrar nada respecto de los 6,000 años
e edad que les supuso De Candolle, ni E los 4,000 en que, según
mi parte, dudo bastante que el dato sea exacto, o que yo sepa, nin-
ún e a ha estado jamás en el Tule, r lo que me resisto
a cre botánicos tan a On aBIGAS de la edad
del a sin haberlo visto n
Por lo demás, consulté E O Político sobre el Reino de la
Nueva España,” tomo IL, pág. 45-47, de Humboldt, y he aquí lo que
ne
teca y de la Zapoteca, más que o y gn
“En toda la provincia de Oajaca, la Ron es hermosa y
lozana, sobre todo el comedio de la pendiente del terreno en la región
mplada, en la cual son muy abundantes las lluvias desde el mes
h ubre.”
tal, se halla un enorme tronco de sabinó (Cupressus isa que
tiene eS metros: E circunferencia. Este árbol antiguo es aún más
ri
(Adansonia) del Africa. Pero examinándolo de cerca, el señor Anza
14
ha observado que aquel sabino, que sorprende a los viajonos, no es
un solo individuo, sino un grupo de tres troncos reunidos.
intento cité íntegro el texto anterior, porque me interesaba
hacer ver qu 'boldt en ninguna parte de él habla de la edad de:
ar
estos árboles, y que lo que la Enciclopedia “dice de ellos” parece ha-
berse a do de aquí.
úrome, sin embargo, a manifestar que no he tenido de
a E consultar las “Descripciones de la e del m
autor, no siendo imposible que allí se encuentre el dato a que me
contraigo. (Véase la nota 1.* del fin.
r otra parte a ate que si Humboldt hubiese estado en
ve
o ade de Naturaleza como el suyo, no hubiera podido sustraerse
su
e oda EL oa ar el Arbol, escripción qu
te ca os hubiese dejado de él, habría resultado, sin duda, digna
de ambos colesos; pues co dice Parlatore, en logi
Humboldt,” pág. 1 $ ca abí do el caso, en la historia, de
una expedición científica, representada por un solo hombre, acompa-
ña LE /uáa solamente en la recolección y estu-
el astrónomo, el físico, el geógrafo, el geólogo, el mineralogista, el
j l anticuario.”
botánico, .-el zoólogo, el etnógrafo, el economist: el anticu:
or mi parte, estoy bien persuadi da que-de haber visto Humboldt
el Arbol en 1 oca en que ES el país—11803 y principios
no estaríamos en la incertidumbre e nos encontramos acerca
su naturaleza íntima, tanto por la (0) ida pericia del sagaz ob-
servador, com en a tonces el tronco presentaba sin
da, un pecto sensiblemente distinto del que prese
evidente que, por e del erecimiento, el tronco debe haber expe-
rimentado profundas modificaciones en 1 13 años que han transcu-
i aquel tiempo la feckra, por 1 s 1 le qu
o que no mposi
numerosas abras o grietas, más o menos anchas, hayan desaparecido.
y se encuentren ahora reemplazadas por la madera de hoy
El fidelísimo amigo de Humboldt, mencionado más a es el
naturalista francés Amado Bonpland, de quien jamás se habla aquí
a
la ciencia, y a pesar de su característica de inseparable compañero:
del docto alemán.
Este da con todo y ser negativo, arguye en favor de e tesis.
que sostengo, eo es, que Humboldt nunca estuvo en Oaxac
mejanza de los
ares que y
sitaron estos dos: as-
S la istoria
o del
de H
ne con la ins-
ción es crifa, sin
apelación posible
a erficie en
diseño del mai-
n.
Pero se ve bien cla-
en cuanto al texto,
Y
Inscripción 2 vel
Arbol del Tie,
injustamente atribuida al
Barón ae hurt dl
16
hasta donde puede juzgarse de a es decididamente demasiado...
poético para considerar que Humboldt pueda ser su autor. Esta E sin
duda, la obra de algún id en. e que absolutamente nada tiene
que ver el esclarecido hijo de Berlín
uedo citar dos hechos en 0 o de esta a a rO%
“El coronel Echegaray arrancó corteza y leño, hasta obtener un cua-
dro de cerca de cero metros 60 espe os donde grabó, es verdad
ue a
en seis añ 4 a julio de »
había adelantado 13 centímetros en circunferencia sobr alla des-
nuda del árbol.” (Manuel Ortega R “La leza,” Sociedad
Mexicana de Historia Natural. VI. 110, 1884, éX.); Dn Ei
se hace su corteza, desaparecen al cabo de a i
Charnay, pág , 1882, en “Las inas de y la Arquitectura.”)
reza una lápida nmemorativa, incrust en la Tr:
de la casa número 5 de la 1.* calle de la Libertad, inaugurada el 15 de
septiembre de 1920 por el tercer Municipio Libr e la d,
dedi E memoria del ilustre viajero que los albores del
ria
siglo E o dicha casa,” el Barón Alejandro 2 Humboldt vivió
en Oaxa por los años de 1803-1804, esto es, justamente 118
años ha h >
En el mismo error incurre igualmente la leyenda puesta al calce
de un magnífico grabado del Arbol, perteneciente al “Méxi n el
I aunqu
muy acertada, y tanto po sto, como por contener a ON curiosas
Dice as
sivas. igant
bol del agua, según su os azteca (Ahuehuete), tiene 31 metros
j m 1
pudiendo apenas abrazarlo 24 personas con los brazos extendidos.
AAA AÑ
1 Y et
Sr. D. Ernesto Carpy, con dodo empeño busqué en el Libro de Actas del H. o nta:
miento las razones que tuvo el tercer o Libre, E haber optado por la
casa núm. de la 1.2 de la Libertad, mejor q por cualquiera, como resi-
dencia del Barón A. de Humboldt ''en los boro de co XIX,'* y nada he
podido hallar que justifique siquiera remotamente aquel proceder.
17 dl
Las ramas tienen en diversas direcciones un alcance de más de 50
metros.”
e súpone que este colosal ciprés es milenario. Sin duda los
enviados de Cortés lo contemplaron admirados, y el mismo Conquis-
tador tal vez descansó bajo su sombra, si tocó este sitio, en su larga
sim
sin duda, a los tiempos ino sino que os tal vez a 18
Aé a a
e Mm la e n
eriguar si estos aUBOlES son nada ra ás la unión os arios OS
a se vió antes que la inscripción que aparece en el árbol, con
prue SS ello es lo que at Sn literato don Andrés
I
dito Dr. D. S a
sus numerosos escritos, lo mismo científicos que históricos, demos-
más obras E H oldt, que este celebrado naturalista no pu
ocer se lo que e a este su obra “Bi-
bliot Botánica - Mexicana,” págs. -342, publicado en México
el año de 1895. e marzo de 1803 desembarcaron (Humboldt
y Bonpland) en Acapulco, dirigiéndose a México por el antiguo ca-
mino del actual Estado de Guerrero. El mismo Humboldt nos ha.
dejado trazado un mapa de su itinerario entre Acapulco y México,
4
0
18
con , notici las de las producciones naturales del camino, su altura y
formación geológica. Su permanencia en la Ciudád de México (don-
de Óó en
pl en abril) fué de to más fru sa la ciencia y p: el
adelanto la juv 5 ntonces fué cuando se relacionó con los
modestos cuanto profundos naturalistas Cervantes, Cal, Velázquez de
León, Le a adr: ichardo, del , Alzate y otr
se rió casi todo lle de México, visitando y estudiando
el Desa , los N dos los lagos uebla y sus caminos fueron
estudiados, lo mismo que Cholula. De México marchó a Tula, Que-
rétaro Salamanca, hasta llegar Gua De aquí siguió a
Morelia, pasando por e lle de Santiago, Salvatierra y Zinapécua-
ro iguió de Morelia a Tantzícuaro; de Tacámbaro y Ario,
hast Jorullo, cuyo volcán estudió con minuciosidad el 19 de
septiembre Por el ismo camino regresó a ico PO
4 e las Cruces.
de 21 mineral de Taxco, a LS na de Morán y de
am.
“La mayer parte del año que pasó en Nueva España permaneció
México. De México se dirigieron ambos viajeros a Veracruz, ex-
AN de paso Orizaba, Perote y Jalapa.”
“Rectificaré- (concluye el Dr. León), ya que la oportunidad lo
permite, gun noticias erróne e corren bo y escritos de
er; as torizada stuvieron Humbol 7” Bonpl en Oaxa-
ca, onsiguiente no conocieron el colosal sabino de Santa María
del Tule; igual cosa pasó con Tantzítaro, Uruápam y Tzaráracua, en
a E
o lo anterior está en completo acuerdo con lo que enseña el
tomo E pág. 449 del Larousse (en el artículo correspondiente), quien
reg
De México (Veracruz) nuestros viajeros pasaron a la Habana
(esto parece que tuvo lugar en febrero de 1804) y de allí a los Esta:
dos Unidos, donde visitaron Filadelfia y Washington, y ya en posesión
u viden n
que Humboldt no pudo haber estado en Oaxaca al sa a que
a me sunto.
edactado lo anterior, me disponía ya a este capítulo,
cuando el caballeroso Director de la Bi Polea de e do puso en
mis manos un tomo de “Antigiiedades” titulado s Ruinas de Mitla
la Arquitectura,” ca arez, en el cual a MESS a
ch
santes y escritos por otros tantos autor
Yo teni i i p nt
limitaré a reseñar las ideas sobresalientes de cad de os,
uno de
acompañadas de los comentarios que me- parezcan OS con-
seryardoles la misma numeración que presentan
EL ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULE, POR EL DR. JUAN
N, BOLAÑOS
Págs. 2-3, 1840, Sta Lee
En este estudio, por todos CONCEBrOS recomendable, el autor, des-
y ta del A y del lu en
S:
“En esta última aserción, comienza el a ES no me engaño,
se equivocó el Barón de E el Sr. Anza.” Y para demos-
que a 8 a se subió Sd árbol
ie
cos secundarios, en o lugar encontró un ámbito espadioso que po-
ría servir en caso o de habitación.
Fué aquí donde el autor adquirió la certeza de que el tronco es un
solo individuo y que las divisiones que al pie del mismo se consideran
1
como troncos se s, no son sino partes de un solo tallo
ma 8 rechazar por el momento este punto capital,
permitirme man tar que aso de soldadura o fusi íntitua
de dos tallo ramas es bastante frecuente en esta , y el mis-
Tao Arbol! del Tule ofrece un ejemplo clarísimo de ello en su lado orien-
tal n este lugar se ven dos gra costillas verticales, entera-
mente separadas una de otra, Y o en su rte media, e se
encuentra a unos 6 metros de altura sob 1 O, s no as
e rte super (de 8 metros de alto en adelante) donde llegan
ecuadan rio al forman, como el producto de dos partes un prin-
ta.)
a,
entrada ya no permite hoy el paso de una gente por el o
que han -experimentado sus pies derechos, en la mera entrada,
Abertura meridional del Arbol,
por
donde es posible escalarlo hoy
Otro ejemplo mucho más pa-
bi ro localidad,
ubicado en el solar de don Mar-
cial Vázquez, d unas
tres cuadras hacia el Oriente
del gulo S. E e la jglesia.
Aquí se trata dos ramas
Co: 2 entímetros de
diámetro, situadas a una altu-
a de 8 ó 10 metros sobre el
«suelo, muy distanciadas entre
sí en la base (2 Ó6 3 metros),
«COmo que pertenecen a troncos
“secundarios diferentes, pero
luego convergentes en su me-
«dianía hasta tocarse y fusio-
Darse en estrechísimo abra-
ZO, para constituir en segui-
da una sola y única rama sin-
gular. (Véase la fotografía de
la página número 28.)
acceso a una rampa de 5 me-
tros de largo por 50 centíme-
rizontal y que a mide me-
de eno as qu 90 usa, se:
qu
por el lado meridional.
El abra que antes daba acceso al
“Ambito Bolaños.” Las costillas
que lo forman abiertas aún en
medianía, están hoy fusionadas
en la parte superior.
ho
e a ;
A
Taxodium mucionatum, Ten.
Notabilísimo ejemplo de fusión en el propio Arbol del Pule,
lado meridional, a 15 metros sobre el suelo, entre dos troncos
unidos medijant
e una rama arqueada a manera de puente.
SUL EL Euuongua 25 onb
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20) y
YO L40/9,
“7E4Goy ey espeor onb 29417
EL GIGANTE DE LA FLORA MEXICANA, O SEA EL SABINO
DE SANTA MARIA DEL TULE
Págs. 7-13, por el Sr. Dr. Manuel Ortega Reyes, 1 c.
interesantísimo trabajo corre tambi én impreso en “La Na-
Este
SA Sociedad. Mexicana de Historia Natural, tomo VI, pág.
110. México 1884.
an
Corte ¡des! del Arbol
por Manuel Orteaga Reyes.
Notable estudio que merece leerse íntegro. Como Bolaños, Orte-
a Reyes también rechaza con energía el juicio que Humboldt atribu-
Anza, acerca de la naturaleza tripersonal del Sabino; -pero n
aL ce ninguna prueba en favor de su rsfutación
apoyarse en lo que antes dijo sobre el nas su maestro el señor
olaños.
Este estudio está acompañado del corte ideal del Arbol, a la al-
tura de 1 - Hnetro, mismo que reproduzco más aba ajo:
E E
A A A A AA
e: A a A A pe
25
Las aaa del sujeto en la época cada son las siguien-
tes, a as metro de altura sobre el suelo
ab a del tronco, con es y ts: 51 metros
88 coptimetro
. Cordel: ER en los puntos más salientes, 85 metros 25 conos
Mao y
3. Diámetro mayor de P. a E. NE,, 12 metros 16 centímetros.
4. Dirección
. Radio que desprendido del tronco hacia el O. termina hasta
donde se extienden las ramas, 17 metros 83 centímetros
6. Rad
au
S C
8. Radio hacia al N., 15 metros 46 ros
EL ARBOL DEL TULE E
Por Desiré Charnay, pág. 14, 1 c.
2 de dos páginas, con la idea capital que copio textual-
te:
“Algunos iGióros atribuyen este fenómeno de vegetación, a la
reunión 2 tres troncos diferentes. o lo he examinado con a
y no he dido descubrir en €l más que un tron cuyo or le
promete aún a enteros de- existencia.” (Desiré a Se :
-
UN ARBOL GIGANTESCO O SABINO DE MEXICO EN EL TULE .
Por Leopoldo Batres, Conservador de lós Monumentos Arqueológicos Nacionales.
Págs. 15-16. México, 1.c.
Después de la filiación botánica del Anuchusto los conceptos ca-
da de o estudio, estriban en considerar
ue el follaje del árbol es de una ona frescura, lo que
ES cuán ESOO es todavía su vigor, a pesar de los millares de
años que han transcurrido desde su nacimiento
b). Que para el señor Batres, los beni del e son OS
mixtecos;
ue la destilación seca de la madera del Sabino produce un
o a nbrreamátismal. muy parecido al del Enebro.
EL ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULE EN OAXACA
o YAA-YITZ, en zapoteco.
Por el Lic, Alejandro Villaseñor, pág. a 1 c. (Escrito para “El Tiempo.”*)
las curiosas a que contiene el trabajo del señor
lo
Po
Lic. Villaseñor, es uno os más interesantes de la seri Como
alguno de los autores eras critica al misterioso Anza, citado
de éste 'o a
n obs
vaciones posteriores de D. Juan Bolaños, en 1840, y ES oy personas,
han venido a demostrar la falsedad de la suposición
“En cuanto a su ramaje, es muy o terso conta o
espeso y abundante, con una latitud de 36 metros de O. a 35 de
N. a S. Las ramas son a extensas, gruesas, encorvadas y lle-
nas de n s; una situada al lado Norte, semeja muy bien la cabeza
de un ciervo colosal, con aa sus detalles de ojos, nariz, hocico y
ia. éa junta.)
terminar la eda e ese milenario, agrega el Sr. A
es cuestión más propia del naturalista que del viajero. e si
qu
no es contemporáneo del diluvio a (hace 4,849 O sí por:
lo menos tiene más de tres mil a:
REAU CAMPBELL
Pág. 26.—1894, 1 e.
Dos conceptos capitales campean en este escrito: uno relativo
al tamaño del Arbol, y otro dizque a la plancha formada por Hum-
z o) e
a gnado más a a.
a de que ambos no carecen de a permítome
nte
a n términos del país, se necesita levantar dos veces la vista
para apreciar la elevación del árbol y para dar mayor idea de su
>. Rama septentrional del Arbol con el aspecto de un ciervo colosal,
provisto de su cornamenta
29
tamaño, diré que si 28 personas con los, brazos extendidos, tocándose
los extremos de los dedos, se colocan debajo de él, apenas podrán
abrazarlo.”
b). Al lado de este gigante de la selva, está una plancha de ma-
ri
dera, con una ins ció ma por Hu t, el gran viajero aie-
mán, y probablemente colocada allí por é Pp rden suya a
estado allí por tanto ti , que la co a ha crecido so ella y
7 mel
inscripción, que las primeras y últimas palabras nc se pueden leer.”
. El autor presenta de a una buena fotografía
LA EXCURSION A MITLA
Por Olavarría y Ferrari, pág. 27.—1895, 1 c.
en gran parte cosas conocidas y sólo difiere en un
Repite e con
cepto de la generalidad, cuando asienta que: “Algunos naturalistas
opinaban que esa O avilla estuviese formada por dos árboles uni-
a e
otros Hélio le consagraron los indígenas y de las medidas que se
tomaron para su conservación. >
8.
ANTIGUEDADES, 1 c.
Por Manuel F. Mes arquitecto e ingeniero civil, págs. de:29 a 35.21895-1898.
Este es sin duda el estudio más completo de la cecdon acerca
del Arbol del Tule, y de el me propongo extractar algunas de las mu-
j n bu
edade á
varios croquis de los Ahu Huete notables de la República, de los
: d mpañ
Habla el Ing. Alvarez: “La sección del tronco dE árbol (a 1 me-
tro de altura) la a a en un rectángulo y toman-
enada
e 48 metros 58 tos cuadrados, lo que nos permite juzgar
de su magnitud; pues nos hace comprender aos si el árbol estuviera
hueco, pudieran caber dentro de él 200 personas.”
|
t
$
|
j
|
0
seguida manifiesta que tres años después (1898) midió con
En
nta métrica el perímetro del tronco, a cordel tirante, con un
d e idi
d mp:
obteniendo 48 metros 50 centímetros. A viajeros —agrega—se
Ahuehuetes notables de la República Mexicana
Sección del Grgarte medida á 1 mí sobre el sivelo, por,
Manuel Francisco Alvarez, E E Ingeriero Clutl
1895. pe 3. .
¿S2 IS mis? 48.58.
777 ds cordel tirante ó
Perimmefro del. contorno 48.50
AE vel órbo!, 21 mAs.
Temperatura del lugar 26" C.
Wow. 10 oe 1895
MEF. Alvarez,
refieren en sus escritos a una o que alguno atribuye a Fum-
boldt y otro al Coronel Echagaray
n poco más lejos (pág. da observa que estos árboles son difí-
ciles de reproducirse, puesto que apenas ha podido lograrse la re
producción por semillas de ocho de ellos en un siglo.
Los datos q C e á también son dig-
e a (0)
ciprés, situado en el cementerio de Santa María de Tesla (1), en
México, los botánicos le atribuyen 4,000 años de existencia.” '
(1) Seguramente por un error tipográfico no dice Tule.
31
-
n viajero citado por el autor—Mr. A. F. Bandelier, 1881—emite
un metro del suelo y encontré que tiene 40 metros 2 centímetros.
Pero por una atenta observación se nota que este a vegetal
no es un solo árbol, sino
Crogurs oe/ Hijo un grupo o por lo
, menos de tres muy jun-
é 1 1m?. de altura sobre el suelo e ciprés e
pant: us Compo-
. nentes simpl reci
Marnuel F ÁNarez. a
cerca ero de
, E : a E agua fres que todavía
Arquitectos Ingeriero civ1/(1895-1898) aparentemente o:
( orazón
al árbol.”
El ve (2)
álude el Sr. Bandelier,
UDErÍIcI1e MESE /ASS
Perímetro é cordel
Hrante, MS. 16.40
Gr erqperatara 26" C.
Nor ECAEGISM FANArez.
una hendedura rtical
de uno o dos centímetros
de ancho, no ex-
guran ue hasta hace poco, bastaba meter la mano por lena. hende-
E : E
dura para tocar el agua ie cierto, podría acaso atribuirse el
hecho a un simple fenómeno de capilaridad, pu n el agua
poca profundidad de la superf exterior, como lo tengo demostrado
má riba, no es na j obable que por el desarrollo de alguna
raíz, se haya formado en ese lugar una grieta natural en el o
quedando el resto a cargo de la capilaridad.
Enteramente opues al juicio expuesto por el señor Bandelier,
es el consignado por E naturalista mexicano, Dr. José Ramírez, en
da
32 o
una carta que éste dirigió e autor del o que comento y que
SOLO
ada
gurarle una existencia inmortal. su masa un ser, es un
colonia, una familia, una muchedumbre, que, hque silenciosa, im-
re
is
Médico Nacional. El resultado e este On es la ldentidad de to-
especie en todo el país, la mue da
“Respecto a la aserción el señor Aosa (así, como está escrito),
(0) el A -d
do no excluye la posibilidad que varios individuos n germinado
junto. de un principio, y que por efec 1 crecimiento se hayan
oldado más tarde en olo, com odría hacerlo creer el esquema
adjunto, en el cual cada individuo conserva la forma irregular que
le es propia en tod perímetro; p o el de llo de su
grosor es periférico, claro está qu ila d cia que separa a uno
de otro no es ande, algún día llegarán a tocarse los tres en el
centro común, desde este instante la presión mutua hará que la
soldadura pueda tener a in más inconvenientes
y vista es ta s verosímil, cua que, segú
verifiquen soldaduras espontáneas, provocadas únicamente
contacto de dos partes adyacentes.
bsérvese, además, que cada porción del Arbol así considerado,
a ser sensiblemente igual en superficie a sus pretendidos des-
a E e
Esto, por ocioso que parezca, no lo es en realidad, porque si por algún
medio se llegara a comprobar la Pd de semejante consideración,
/
$
A O
EPS E EE AE
mental, expresada en formas diversas: “¿Qué edad tendrá? 0
puede ser su edad? ¿Qué edad puede tener?
Iv
CONSIDERACIONES BOTANICAS
La Edad del Coloso.
Con motivo de esta mal geñada monografía, en numerosas
ocasiones he tenido e rtaidan o examinar minuciosamente el Ar-
ol del Tule, Ea aspectos muy diversos, y. aunque no fuera más
que por esta circunstancia, con toda atención permítome solicitar
permiso para consignar mis a ne
nte a lo que ha 2 hasta hoy, en mi sentir, la
edad del Titán no va más E de dos mil años; en otros términos,
pertenece a nuestra era y puede considerársele, cuando mucho, como
ús.
azones de índole disímbola, pero ante todo botánicas, apoyan esta
manera de a LE cuestión :
Es así como s de una ocasión he hecho ver en las páginas
de investigar O ía edad aproximada de
estos a e su grosor con las as concéntricas de su
m m E
elia me traje a la casa un tronco, junto con
otros varios más delgados. Practicadas en tres trozos distintos las
secciones de rigor, obtuve el siguiente resultado
Para el primero un diámetro de 67 milímetros y 12 años de ed d.
a
1
Para el segundo un diámetro de 94 milímetros y 17 años de ds
Para el tercero un diámetro, de 20 centímetros y 40 años de Sded
Como se recordará, el Ing. M. F, Alvarez calculó la superficie de
la sección del Arbol del Tule, a un metro del suelo, en 48 metros cua-
A
Sección de una rama de sabino (2 del tamaño natural).
, xodium mucronatum, Ten,
37
drados; de entonces a la fecha han dle Oe años,
lo que no considero exagerado calcular ho
por
oy esa mism perficie en 50 5
metros cuadrados, a la cual le corresponde un ida tro la 8 metros en
números redondos. (Véase la nota 3.*
Con est
del fin.
datos, ya es posible establecer las siguientes propor-
ciones.
Diáms. Años Diáms. Años * Promedi
oa a a ES Y
Mbs: OL06'7. 3:19
Mts. 0.094 : 17
Mts. 0. 20 : 40
de las tres edades: 1493
1 y esto en el supuesto de un tronco único,
: 1433 E Porque si se E atara de un agreg
: 1447 | rios, o cifra tendría que ser
1600 ) te men
neces Jariamen-
mismas condiciones, considerando que el diámetro del
tro del suelo, es aproximadament
me
tros, la edad de cualquiera de ellos no pasaría de u milenio.
¡XCuso decir q estoy muy lejos de ds sacar conclusio-
nes definitivas de los resultados anteriores, que únicamente presento
a simple indicación. lguna nclusión satis-
o O ecesario a en ramas, sino en troncos de 1
mi , lo más gruesos posible, y aun así habría de ser bas-
tante ble ner io: aceptables.
» Como caso curioso—y sólo
,
o curioso lo cito—nótese, además,
está en un todo conforme con la
tradición, la cual enseña que ha e taco por la mano del profeta
ha en el de nuestra era.
ás convincente es la consideración de que si el Arbol del Tule
hubiese si época de la e: el coloso e algunos pre-
enden, los conquistadores Bernal Díaz del Castillo en su Historia, el
mismo Cortés en sus Cartas al R
e importancia
y esta omisión me induce a pensar que en aquel tiempo t: ez
pasaría de tener el gro ue hoy ofrece el' Sabino del Marquesado, y
por mismo pasó inadvertido La omisión del Arbol del Tule,
los Códices locales—que yo sepa, no hay ninguno que lo señalé—debe
atribuirse a la mis ón.
De las tablas de Cotta, destinadas a proporcionar una idea del
crecimiento medio i
progresivo de algunos árboles, comparado con su
edad, reproduzco o datos correspondientes al Pino doméstico por
ser el más afine del Sabin
Allí se ve que:cuando el Pino doméstico tiene:
50 centímetros de diámetro, su edad es de 120 años.
60 » » 2 150 :,
70 :ó ÍS 4 00
80 - A > » 250,
Pero yo no creo equivocarme asegurando que el Pino doméstico
crece con mucha más lentitud, en un tiem dado, el Ahuehuete,
el cual, según vimos, es imi
e
capas leñosas son comparativamente más anchas que en a
38
En las tablas de Cotta que menciono, hay e ejemplos que se
refieren al crecimiento medio progresivo de algunos árboles, compa-
rado con su edad, y de ellos permítome citar los Eos a
otras dos Coníferas, para que puedan equipararse con el Pino domés-
tico y cuyo crecimiento a su vez parece más lento que el de éste.
Diámetro del tronco expresado
en centímetros
Nombres de los árboles 0.50 0.60 -0.70 0.80
¡Pinos doméstico, amOS oe 120 150 200 250
Pino marítimo, años.. 80 100 125 160
Abeto común, años 85 110 14 180
Tomando. por base el único dato exacto que poseo acerca de. la
edad del Arbol! del Tule, a sab que un diámetro de centímetros
da para él 40 años de edad, da entrar en el cuadro e or con las
siguientes cifras:
'Arbolídel Tule anos lee in ts 100 120 140 160
términos generales, e o o la naturaleza ha fija-
E
do límites extremos de crecimiento mín: máximo, a todos los
séres del mun A Lo austio ar gue animalos. Fuera de
S .
fenómeno que observamos. ste es el caso para los árboles enanos
y para los árboles gigantes. El a e es casi siempre pro-
vocado por una poda sistemática de Y s y raíces, y una falta con-
tinua de alimentación, en tanto que el tad se debe de preferencia
co
bles de ambiente y suelo, muy difíciles de determinar; pero no por
mm nt
S
turalíimas que se consideren y el único consuelo que nos queda, es
señalar
EL VOLUMEN DEL GIGANTE
S leu na vez se a tratado de obtener el crecimiento medio
progresivo anual del Taxodium mucronatum, cuyos representantes ge-
nuinos son los ae o Sabinos, entre los cuales cuella el
Arbol del Tule, acaso se te ía hoy la clave para averiguar la edad
E
Este O a no creo que se haya hecho nunca, y caso de
j ado.
as porque a últimas fechas se me ocurrió cubicar
|
|
El Arbol y la Iglesia
2
e
e
E
41
modo grosso—el Arbol, por la simple curiosidad de investigar el
prome edio de la ca o: on adera diaria que se ha formado desde
u ia hasta el momento actual, en los 2,000 años de exis-
tencia a yo supongo
Exc e que la o de este Arbustito no es cosa tan
sencilla, e otras razones, por su pronunciada irregularidad, y más
que ea o no se presta para ser medido más allá de dos me-
tros de
El as o más serio de error, sin embargo, es el relativo a sus
raíces, que por ocultarse a nuestra vista, sólo cabe suponerlas en una
cantidad a la masa E
De lo a se despren e que los números que esto oy
(o)
y od asistido en esto por. mi buen hijo,
ugo.
cálculo al que aludo, es el siguiente:
Metros cúbicos.
1.—Un tronco o o de 50 metros cuadra-
dos de base y 7 a a 350
2.—Un tronco central, des a 7 za
MO a O NEO Nro OIE Sol. 90
imaria, en el lado Norte 50
ira en el lado a ES 40
Ea primaria, en el lado Poniente.... E 30
Pal Ao dae Tea a 50
7 Brutos. A sdosos producidos en 2,000 años... 95
O O ETS oo UE O col 390
SUMA DOTA a 1,095
o sean 1.095,000 decímetros cúbicos
Ahora bien, distri o O cantidad de decímetros cúbicos
o 130,000 días que tie ,000 años, se obtiene un cociente de
1,500 centímetros a como promedio del crecimiento diario en el
Arbol del Tule
Acepta: o el cálculo anterior y considerando que un decímetro
n (E
os imado de 549,000 kilogramos, o a 549 toneladas mé-
LA EXPLOTACION DEL SABINO
Se me asegura que en el vecino Distrito de Zimatlán, a lo largo
del Atoyac, hay una considerable cantidad de Sabinos, cuyo dueño
pensó alguna vez en explotar para convertir su madera en tablazón.
42 4 z
Aparte de que el tronco de esta esencia forestal en avanzada edad
está expuesto a ahuecars o e o sado, Ahuehuete
ol, de a a esta
venido mirando que a medida que pierde algo de humedad natural, la
madera se agrieta con la mayor facilidad, en ambas dire ad a
gitudinal y transversalmente. sta crernstancia, caso ns-
tante, haría la is del Sabino impropia pa ser eo la en
tablazón; así, según entiendo, para ser aa como esencia,
primero, ña la destilación, y como combustible despu
LA GERMINACION DE -LOS AHUEHUETES
Sinceramente lamento que no me sea posible decir nada sobre
la germinación en los ooo USiES como era mi deseo; pues habiendo
8 eb
po
existentes en el pueblo reconozcan este or
LA FILIACION BOTANICA DEL ARBOL DEL TULE
grupo de las Coníferas a que renieness esta especie, llamada
(0) los lo)
tal, má
y Cicadáceas, al a formar la interesante clase de las Gimnos-
difere Ó
S nu
o a más sou hoy día, para la especie que
cupa, e Taxodium muc natum, .aplicado EL Tenore; pero
ha sido o sucesivamente a distichum por Humboldt y
Bonpland; Taxodium Montezumee, por Dec caisne; A mexica-
|
|
|
«|
|
|
|
|
45
num, por Carriére; eE que deben considerarse ahora como sim-
ples o os del pri
S nfusión resultante de aplicar tantos nombres científicos a
le
=]
So
es
cs
S
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cn
o
ESA
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(e)
5
D
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¡Q
0
o
(q)
mejante a la especie mexicana, parece ser específicamente oO
e ella.
Es el ciprés de los pantanos, llamado también Cyprés chauve Dos
j a uanto y
¡Según lo h o el naturalista mexicano, Dr. José Ramí- |
la puntita muy aguda en que terminan sus hojas; pero, ade
parece que nel otra especie en Asia y una cuarta en la América del
carácter distintivo de todas ellas, es el de ofrecer una corpu-
lencia gigantesca, ocupando a este respecto el número uno el ejem-
plar mexicano, que se encuentra en el Tule y cuya descripción in-
tentaré en las líneas siguientes.
DESCRIPCION BOTANICA DEL ARBOL DEL TULE
xodium mucronatum. Ten. Osserv. su di una paria Conif. del
odium distichum, H. B. K.,, non Rich. Nov. Gent. et Sp. IL. 4;
ai Montezumee, Dcne in Bull. Soc. Bot. de France. 71.
Taxedium mexicanum, Carr. Conif. 147.
Es Arbol excelso, probablemente el ejemplar actual más corpu-
lento del reino vegetal, de 43 metros de alto y e perímetro a un
tro del suelo, de tronco áspero, agrietado en su corteza parduzca,
e mi 1 i
pe
ES)
E
2)
2
a
o
(7
o
3
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ES]
5
o
du)
ES
2 9
tE
[o)
ko)
(o)
3
Y
al
h
(o)
E
ES)
o
le)
nos extendidas: de sus extremidades cuelgan las ramas y ramitas
46
s tiernas, cupiertas estas últimas de Lo poco persistentes, semi-
lineales, verdes, re o ligeramente encorvaditas, terminadas
una cortísima puntita aguda, recorridas por un solo nervio central
y como de 10 milímetros de larg or o de ane
un cho.
El Arbol florece a fines de febrero, para madurar sus frutos seis
meses después. Tiene flores monoicas, o sea de sexos separados, aun-
que en la misma planta; las masculinas, A son espigado-
e por u camita nte p
brácteas aguditas, peltadas, a y espir e alre-
e n eje a
ria Ss ren por a
dinal, E de gránulos nico sencillos, pequeñísimos, globulosos
rillos.
ias flores femeninas son mucho más escasas que las masculinas,
y se en On debajo de éstas, esparcidas en pan más grue
ient 1 añ i n
a
n recto
el centro » abundante clbumen oa ordenadas e dedor
de un eje O > form
1 fruto es un son acrecido, globuloso y endurecido, que
alcanza 2% centímetros de largo por 2 ó algo menos
cu OS. urez
abren las escamas para permitir el paso, de las semillas, pudiendo
eS por algún tiempo o al estípite que les sirye de
sostén o bien desprenderse junto con
Es especie que se encuentra en OS odalidados del país
sido colectada por numerosos naturalistas, en San Luis P Í
€ Palmer); Sierra Madre (Seemann); Coahuila y Nuevo León (Ber-
nal 5
jebmann a de San Pedro
(Jurgensen); Tehuantepec (Scherz o o as (Linden); Santa
ría del Tule (muestras auténticas a Gigante). (Conzatti, in meo .
23 47
. 694, enero 1. de 1892; número 4,039, agosto 22 es es núm.
o a 15 de 1921; núm. 4,103, marzo 1. de 192
*
-S *k
El Taxodium mucronatum a que corresponde el Ahuéhuete me-
xicano, se distingue del Taxodium distichum de Richard (non H. B
K.) o Ciprés de los pantanos, de la Florida y Luisiana, por varios Ca-
racteres entre los cuales apuntaré los a entes
Nuestr i j
huehuete tiene hojas ás ies más verdes,
más larga (5 nervio central menos promin el envés;
aumentos masculinos mucho más grandes, de anteras con m Ú-
e m a a
mero de cavidades; estróbilos femeninos con más escamas y raíces
<on excrecencias mucho más pequeñas y plan
Oaxaca de Juárez, marzo de 1921.
Prof. C. CONZATTI.
9)
Otra sección a un decímetro de distancia de la anterior
(Yo del tamaño natural)
=p
NOTAS SUPLEMENTARIAS.
NOTA PRIMERA.
(Vease La Pa. 14.)
Terminado el trabajo he antecede tuve Se A a
a Na Bar
recibir los “Cuadros de turaleza'” por n A. de
Humboldt, traducción de o Giner, que e dde des-
principio a seoso de saber si e os podía ver
comprobado el dato alusivo a 00 añ que estimaba el
r,-al decir de alg la edad del Arbol del Tule; pero a
pesar de haber leído con la atención debida la parte conducente
“Fisonomía de las Plantas”, no p hallar sino lo que
transcribo a continuación: E c pág de “£l célebre Taxo-
á
los
ticha de Linneo, Senubértia: sra de Mir 'bel), que existe en
Santa María del Tule, enel Estado de Oaxaca, no tiene 19 me-
tros de diámetro como. pretende De Cua olle, sino 12 tan'solo.
Lo SO) 1
dín de Moctezuma,-no miden, según el interesante viaje de
Burtkart, sino 11-012 metros a circunferencia, y no de diáme-
ich
Más lejos, en el Capítulo ¿Conftoras” de la misma obra,
pág 446 se lee: “En las planicies de ico he visto, con sin-
gular placer, el pas follaje, ro o poco persistente del
Áhue ehuete e dium distichum, Rich (2) Cupressus disti-
cha, Lin )cu iz enc an
b
Ja rbo
dose ero un cas or muy considerable, y cuyo nombre az-
teca significa tambor de agua (de atl agua y huehuetl, tambor),
vive en estas q tropicales a una altura de 1745 a 2340 me-
mar, mi
Améric 1 Norte, como ee la hio==a de Méxio a el Taxo-
dium distichum o ciprés calvo, llega a tener ca del suel
e e espes al? tros de diámetro con 39 de altura”
ampoco en este libro me ha sido posible encontrar elme-
e O ni de as edad del Arbol del Tule, ni de la visita del
Autor a Oaxaca
Vimos o e el a real del Arbol del Tule a un metro
del suelo es poco más o menos de 8 metros únicamente, y no de 19 ni 12, lo
que demuestra e ninguno dee SS 6 nunca el Arbol.
(2) Como se habrá be servado, da el párrato transcripto, el Autor in-.
curre en la distracción de confundir Aa ehuete mexicano con el Ciprés
calvo de aa América del Norte, que lo inicie considerados son especies
distintas a
By,
NOTA SEGUNDA.
(Vrase LA Pac. 34.)
: Después de eserito el gd que motiva la presente nota, -
tuve oportunidad de leer en los o adros de la a a por
Humbo e o de Gia ÁS. 365 — e el
emplos, dice, parecen e
existen aún en el globo árboles de una antigivedad prodigiosa y
testigos acaso d últimas revoluciones físic
mi n árbol como una agregación de tantos individuos unidos
entre sí, como yemas han ace en su superficie, no
hay de que asombrarse, si añadiendo nuevas y as anti-
y ue si añ uev emas a an
guas, no tiene la “agregación resultante, término necesario de
stencia.
Agardh, continúa el Autor, se expresa en el mismo sentido:
omo cada año solar añade nuev
ea las partes e y endurecidas por vástagos tiernos,
n los:que circula libremente la savia, nos ofrecen hos S£holes el
ejemplo. de un O rolaento que sólo causas exteriores pueden
limitar
“O
En el contenido as las a cl episcodó pe por
mi A laprición . la pág. 34 q s dió m tal vez se Jle-
gue a OLEA r aloún dis la dd del o grosor del Ar-
bol del Tul
NOTA TERCERA.
(Vease La Pac. 37.)
uperficie de 50 metros da considerada por mí,
para e bal del Tule, a un metro de altura sobre el piso, está
en un todo conforme con los hechos. a se recordará, el Ing:
. E. Alvarez encon
metros 45 centímetros a cordel tirante, y una superficie de 4
metros 58 centímetros cuadrados a uno de altura, habiendo So
obtenido 23 años desp ea (febrero de 1921), en igualdad de cir-
cunstancias, un perímetro de 33 metros 46 centímetros, con cu-
yos datos ya es posible ul: la siguiente proporción:
1898 : 1921
AS yO
y
Perímetro Superficie Perímetro Superficie
324 y: 48.58 E 33:46 0 50.09
otes a los o se:
2
—II—
NOTA CUARTA. A
(VEASE LA Pac. 45.)
sombra proyectada en el suelo por el Arbol del Tule, su-
a el sol en el cenit, no es un círculo como podría hacerlo
creer la expresión de “16 metros de radio” que da lugar a esta
nota, sino una elipse o mejor todavía, un a irregular cuya
n dos diámetros, uno
or. omo de 14; yo tomé
el promedio de 16, resu ltando de esto que la obra del Arbol,
con el sol vertical, protege un ¿terreno como de 800. metros cua-
drados de superficie.
Oaxaca de Juárez, marzo de 1921.
Prof. C. CONZATTI.
CORRECCIONES.
Página Linea Dice Léase
$. d di Í
8 6 a centímetros
8 1 rofundiza profundizara
8 DO , Sonia se asienta
15 la Flora ora
10 20 tourismo turismo
10 26 calumniado calumniado
13 40 el comedio al comedio
15 il á pócrifa apócrifa
il 8 OS OS
17 > 44 publicado publicada
18 6 León Gama León, Gama
lo 43 interesantes interesante
20 44 2
21 mucionatum mucronatum
23 penúltima Hogo Hugo
32 10 génreo género
2 14 Aosa usa
42 41 el el de
46 10 aumento amento
46 del subsésil subsesil
46 23 éstas, sésiles éstas sesiles
46 26 encorvado encorvado,
46 última - in meo n mi
47 9 aumentos amentos
INDICE
Págs.
El Arbol de Santa Maria del Tule ....... 3
I. —Consideraciones preliminares--.... A 5
11.—El Album del Tule...... A a 10
o —Datos históricos....:=.. +. 12
- El Arbol de Santa María del Tule 19
ds 1 Gigante de la Flora Mexicana —.omorrocrnonnnenconenecanes 24
3.—El Arbol del a aa O OO AS OOO 29
4.-—Un Arbol gigantesco ...emerrccorenano oo renronarnormenn ero armes 95
5.—-El Arbol de o Ea del Túle > to ono 26
6. —Reau Campbell...oooo cooonorenenoo aecrnrnnnnecinnnrnno rreer 26
T. La excursión a Mitla codi o 929
8.—Antigúedades 29
IV.—Consideraciones botánicas ¿oooomoemernoanes eerreneo E 34.
Earecdad del Coloso e a E 34.
El volumen del Gigante .-....- ; 5. 38
La explotación del Sabino. A A cad dat lolo 41
La germinación de los Ahuehuetes...ooommooo sonsoreneenero persones 42
La filiación botánica del Arbol del Tule..>.... omoono oo eros 42
Descripción botánica del Arbol del Tule ..oooemionnoono ornorrrenes 45
Nota PTÍMEOTa > .cmooiocenmaso cormnnnon contennes pen danen dia dnnando Deseztós 51
Notas segunda y rca a 52
, Nota cuarta y Correcciones ........ o SÓN OS 53
iS