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Full text of "Monografia del arbol de Santa Maria del Tule /escrita por Casiano Conzatti."

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DE EDUCACI 


PUBLICACIONES D 


TOMO VI. : NUM. 4 


MONOGRAFIA 


ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULA 


ESCRITA POR BL, 


PPOEEÉSOR GC. CONZATTI 
AA ) 


OAXACA DE JUAREZ, OAX., MARZO DE 1921 


EE 


TALLERES GRAFICOS DE LA NACION 
EDITORIAL” —MBEXICO, D. E. 


1925 


peo: S A 


Ej Tule. Oaxaca. Mex. 


EL ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULE 


CONSIDERACIONES PRELIMINARES 


A. principios de febrero del año en curso recibí orden de la Di 
rección de Estudios Biológicos, para “emprender un estudio botánico, 
1 ES Ss 


a estimación lo más aproximada posible, relativa a su edad y 
demás datos alusivos no stante r este asunto de gran 
importancia científica —agregaba la de la Dirección—, h: 


nder a su fo ié 
gancia, y lo O, para ilustrarlo” con todos los datos inherentes 
a la vida multisecular a loso. 

Con pena recono que estoy muy lejos de llenar tales requi- 
sitos, y si me atrevo a ón la a empresa, es sólo para con- 
formarme con el deber que me impone mi calidad de servidor de la 
Dirección antes mencionada. 

Considerando la necesidad que tenía de estudiar no sólo el Arbol 


“que, dicho sea en honor de ellas, me trataron con toda clase de 
atenciones, al saber el objeto que me llevaba. . 
n particular modo, el ciudadano presidente Municipal, señor don 


en la gira que me pS a por a manzanas que circunda an 


1 


al Arbol, a ee de formarme idea cabal de la Matutaleza del subsuelo 
que lo susten 
iré, de luego, que este ejemplar no es el único que se en- 
uentra en el pueblo; a poca distancia de él hay otros dos u 
corpulentos —aisladamente considerados, por más que resultan ra- 
i les compara co Giga 


la 
recha y en e o sunIO e la iglesia, y otro (el “nieto”) a la 
L es 


muy venerada en la antigúedad. y que E CO ¡TOMÁS Cambric 


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egún 
nuel Juárez, hubo un o n que pasó al pie del Arbol a camino 
carretero que va de Oaxaca a Tlacolula y que ahora atraviesa la 
región unos 400 SOS E al N arte. 

€ 


tancias, y no E los siglos que de seguro vieron desfilar ante 
sí estos gigantes de la Flora racional, continúan Ea e e 
i y año tras a in 


vida fructificando abundantemente a si men 
síntoma de decrepitud, y an bien, como si a o ape- 
nas a l de 
Yo sabía ya que los Sábinos o Ahuehuetes, como también se den 


Iminan na árboles, prosperan mucho mejor que en cualquiera de 
parte, a lo largo de ríos y arroyos, dende adquieren a veces dimen- 


siones inusitadas; r Río Gra del Tule, que nace en “el - 

trito de Tlacolula y es afluente del Atoyac, pasa or el lado Te 
el pueblo, a una ancia no 54 metros del lugar donde 

se hallan los ejemplares a qu e refiero, a pesar de al, no es 

imposible que el a q los alimenta, reconozca el mismo origen, 
1 s que sea poco probable. 

Porque es inconcuso GQ cad o de ellos, econ especialidad el 
principal, necesi u a ba d iafia, que 
forzosamente toma del subsuelo, ya que atmósfera de la comarca, 

bre todo e sta época de la floración, está bastante res 
rá pasa el RÍ rande razo o por la plaz 


del pueblo alguna vez? Entre otras razones, así parece desprenderse del 
color ceniciento que tiene el subsuelo en el centro de la población 
y que es el mismo que trae el agua de dicho río en las crecientes 
de la. a lluviosa. 

esto comencé por indagar de dónde se surtían de agua los 
a del pueblo, y entonces supe con bastante extrañeza de mi 


dl 


parte, que en el solar de cada casa hay un pozo a flor de tierra y que 
gua que se utiliza en el pueblo, lo mismo para la cocina 


ésta es el agu 


que para todos los demás usos domésticos. 


Croquis _de la porte central de 
Santa Maria cel Tule, com sus: pozos. 


Sa, 1.70 a 
qe 
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2.50 al 
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290 
2 
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| Plaza . 
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2.00 
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Estación 
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EC. de Oakalez $ Tlacjo q 
E ES e 
> 2.70 z es 60 
20 
S , yo E y) 
e ver algunos de estos pozos, a fin de tomar nota, tanto de la 


aid a que se encuentra el agua de la superficie del suelo, 


como E su espesor, a cuyo efecto di principio por el que se halla en 
la misma plaza, a pocos metros del palacio municipal, y seguí luego 
con do once más, como puede verse en el croquis que acompaño. 
La operación tuvo lugar el 15 de febrero de este año. 

Con ligeras variantes, debidas probablemente al desnivel super- 
ficial, el agua en todos ellos está tre 1 metro 60 centímertos y 2 


i v 
.desde su apertura, y estoy persuadido que si en cualquiera de ellos 
mucho 


a 
rios de ellos, de modo que es terreno de acarreo sobre el que asienta 
la a 
Así, pues, la Se de e en tiempos ya muy lejanos, el Río 
Grande haya pasado por lo que es hoy plaza del poblado, al pie de los 
¡ i B.a NO;,.8e 


a 
e pueda ser éste el q surte de agua potable a e vecinos de 1 
población. sa el a adjunto.) 


ade lo expuesto, paréceme que puede inferirse, con pro- 
habana dea acierto, que la capa acuífera actual del subsuelo del 
lla j a ic 


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a 
dudario, están en contacto O y directo con el agua od 


Distrito del Centro 


cor ef Tute Y sus alrededores 


del lugar, que le asegura así una alimentación constante y saludable, 
eficazmente secundada, sin duda, por elementos nutritivos y abun 
dantes en un 1A 


s todo favorables a la vida d bol, en ella disueltos: 
cedidos por el terreno so e se asienta TO ctor, que de 
fijo no es extraño a la gigantesca corpulencia que todo mundo ra, 
es el ambiente benignísimo que e est: jestad del reino 


m 
e la Flora, ambiente que acaso no reconozca competi dor en 
neta. 


En otras partes, como en el Bosque de Chapultepec, esta misma 
pS botánica está sujeta a enfermedades parasitarias, om- 
'ometen seriamente su existencia y que tal vez puedan id 


/ 


10 


“a la aglomeración de los muchos ejemplares confinados que la cons- 


titucional de Oaxaca, encaminado a transformar Se María del 
en el rendez-vous del tourismo universal. 


11 


EL ALBUM DEL TULE 


n de evitar el deterioro del Arbol, por las persistentes depre- 


daciones e inscripciones practicadas en s Y O, ramas orteza, 
de cuya labo ún veremos más adelante, debe excluirse al Barón de 
Humboldt, tan injustamente calumniado; a otivo, el 
no del señor Castr rohibió esos abusos, poni il isposición 
de viajeros y o un Album, llevado por el Municipio, do 
sisharan sus 1 Ss po álbum se Eno ES con las 


en, 
imeras hojas del primero, sin embargo, desaparecieron 
1 año de 


pronto, por ato que recibiera, y rTranca 
1875, como tuve oportunidad de co a personal 

a generalidad de los pensamientos 'escritos en él, por los milla- 
res de visitantes que desde tonces acudieron, bien admirar 
aqu rodigio, o simplemente para satisfacer legítima curiosidad 
vale m oco, y sólo uno que otro, por su grave o humorismo, me- 


O, , POr s 
rece ser reproducido. Entre éstos permítome citar los siguientes: 


“Si queréis comprender a la grandeza, 
admirad de este arbusto la belleza.” 
_ Marzo 19 de 1880. 
Francisco Villanueva Francesconi. 


a 1 


“Producto de feraz naturaleza, y 
Sabino colosal, árbol gigante, 
Ya no sigas a te lo ruego, 
Porque quizás la tierra no te aguante.” 
Noviembre 19 de 1889. 


Ricardo Cassani. 


iS qué Pompa a. la vista te presentas, 
e estas risueñas soledades! 
Si aa tu pompa las a 

Sollozan en tus ramas las edades 


Yada puedo decirte, inspiras tanto, 
e a mí sa aaa recoger tu nombre 5 
Y darte mi n smo como canto 
Junto a un a así, nada es el hombre.?* 
Noviembre 14 de 1892. 


Juan de Dios Peza. 
“Dos gigantes ha dado el Estado 


Juárez y el árbol que aquí admiro.” 
Agosto 19 de 1877. 


Castillo. 


'Tú, que no habías oído hasta hoy sino el gemido del viento entre 
mas ii e no habías o o el silbido de las balas a 
contiendas intestinas; a hac 


ificante, E más bien que de la 
Te regocíj el silbido de la loco- 
motora $ al rodaje as e Eo que traerá eS bajo tu ronda tu- 
ristas civilizados que te admiren y bendigan el poder de la naturaleza.” 
Santa María del Tule, Octubre 3 de 1905 


E. Pimentel. 


“pú, árbol, a orgullo de esta tierra 
i sola darte pudo 


rra que estos hombres 
Y árbol tan eo como tú produjo!”” 


Agosto 31 de 1905. 


Joaquín D, Casasús. 


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| 
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TIL 


x 


DATOS HISTORICOS 


Por extraño que parezca, los datos históricos sobre el Arbol del 
lugar 


le; en gran manera limita El lu or excelencia donde 
debería haberlos y en abundancia, tenida cuenta de la celebri uni- 
versal del Arbol, es, sin ero das, en 1 iblioteca pública 
stado, muy rica, so E pergaminos religiosos ues 

bien, m asé últi ente rios días enteros buscando datos 
alusivos en este centro cultural, a secundado por bo- 
rioso director actual, don Arcadio Ortega Domínguez, y con pena 


confieso que los esfuerzos hechos no correspondieron, ni con mucho, 
al éxito alcanzado. 

De preferencia consulté los istoraaores regionales y extran 
ros que escribieron acerca de Oaxaca, únicas fuentes donde E 
er en 


ambis 
imprecisa, exagerada O olaa ea no o hallar cosa. 
de provecho 

quí en Oaxaca, v. g., es creencia comunísima, que tanto el 
Conquistador Cortés, como el célebre viajero Barón de Humboldt, 
conocieron el Arbol del Tule,'y sin embargo, nada más problemático 
segundo, como que nunca tuvo lugar, a no ser en la fantasía de a 
escritor de buen hum 


Destruir errores así, divulgados en letras de molde, es en extre- 
mo trabajoso, a pesar de lo cual me esforzaré por intentarlo, a fin 


ad. 
e cómo s roduce a este respecto el tomo IL, pág. 723, de 


as e produce 
la “Enciclopedia Universal Europeo - Americana:” “Ahuehuete (del 
mexicano ahuehuetl, de atl, agua, y huehue, viejo). rma este árbo 


de ellos que son mayores que los baobales de más talla 


(1) Santa María del Tule se halla a la misma altura que Oaxaca, sobre el 
nivel del mar, esto es, a 1,550 metros.—Nota del autor. 


13 
encuentran en Africa. De Candolle les supuso una edad de 6,000 
años.” 


n los últimos renglones del párrafo O hay varias apre- 
adas s que ameritan algunos comentar A“í s firma e los 


Tehua 
sin decir que haya pasado por el Tule, siendo, por tanto, Ponle que 
sólo se trata de una gratuita suposición de articulista. 
Tampoco he podido encontrar nada respecto de los 6,000 años 
e edad que les supuso De Candolle, ni E los 4,000 en que, según 


mi parte, dudo bastante que el dato sea exacto, o que yo sepa, nin- 
ún e a ha estado jamás en el Tule, r lo que me resisto 
a cre botánicos tan a On aBIGAS de la edad 
del a sin haberlo visto n 
Por lo demás, consulté E O Político sobre el Reino de la 
Nueva España,” tomo IL, pág. 45-47, de Humboldt, y he aquí lo que 
ne 


teca y de la Zapoteca, más que o y gn 
“En toda la provincia de Oajaca, la Ron es hermosa y 
lozana, sobre todo el comedio de la pendiente del terreno en la región 
mplada, en la cual son muy abundantes las lluvias desde el mes 
h ubre.” 


tal, se halla un enorme tronco de sabinó (Cupressus isa que 
tiene eS metros: E circunferencia. Este árbol antiguo es aún más 
ri 


(Adansonia) del Africa. Pero examinándolo de cerca, el señor Anza 


14 


ha observado que aquel sabino, que sorprende a los viajonos, no es 


un solo individuo, sino un grupo de tres troncos reunidos. 
intento cité íntegro el texto anterior, porque me interesaba 
hacer ver qu 'boldt en ninguna parte de él habla de la edad de: 


ar 
estos árboles, y que lo que la Enciclopedia “dice de ellos” parece ha- 
berse a do de aquí. 

úrome, sin embargo, a manifestar que no he tenido de 
a E consultar las “Descripciones de la e del m 
autor, no siendo imposible que allí se encuentre el dato a que me 
contraigo. (Véase la nota 1.* del fin. 

r otra parte a ate que si Humboldt hubiese estado en 

ve 


o ade de Naturaleza como el suyo, no hubiera podido sustraerse 
su 


e oda EL oa ar el Arbol, escripción qu 

te ca os hubiese dejado de él, habría resultado, sin duda, digna 
de ambos colesos; pues co dice Parlatore, en logi 
Humboldt,” pág. 1 $ ca abí do el caso, en la historia, de 
una expedición científica, representada por un solo hombre, acompa- 
ña LE /uáa solamente en la recolección y estu- 


el astrónomo, el físico, el geógrafo, el geólogo, el mineralogista, el 
j l anticuario.” 


botánico, .-el zoólogo, el etnógrafo, el economist: el anticu: 
or mi parte, estoy bien persuadi da que-de haber visto Humboldt 
el Arbol en 1 oca en que ES el país—11803 y principios 
no estaríamos en la incertidumbre e nos encontramos acerca 
su naturaleza íntima, tanto por la (0) ida pericia del sagaz ob- 
servador, com en a tonces el tronco presentaba sin 
da, un pecto sensiblemente distinto del que prese 
evidente que, por e del erecimiento, el tronco debe haber expe- 
rimentado profundas modificaciones en 1 13 años que han transcu- 
i aquel tiempo la feckra, por 1 s 1 le qu 


o que no mposi 
numerosas abras o grietas, más o menos anchas, hayan desaparecido. 
y se encuentren ahora reemplazadas por la madera de hoy 

El fidelísimo amigo de Humboldt, mencionado más a es el 
naturalista francés Amado Bonpland, de quien jamás se habla aquí 
a 


la ciencia, y a pesar de su característica de inseparable compañero: 
del docto alemán. 

Este da con todo y ser negativo, arguye en favor de e tesis. 
que sostengo, eo es, que Humboldt nunca estuvo en Oaxac 


mejanza de los 


ares que y 
sitaron estos dos: as- 
S la istoria 


o del 
de H 


ne con la ins- 


ción es crifa, sin 
apelación posible 
a erficie en 


diseño del mai- 


n. 
Pero se ve bien cla- 


en cuanto al texto, 


Y 


Inscripción 2 vel 

Arbol del Tie, 
injustamente atribuida al 
Barón ae hurt dl 


16 


hasta donde puede juzgarse de a es decididamente demasiado... 
poético para considerar que Humboldt pueda ser su autor. Esta E sin 
duda, la obra de algún id en. e que absolutamente nada tiene 
que ver el esclarecido hijo de Berlín 

uedo citar dos hechos en 0 o de esta a a rO% 
“El coronel Echegaray arrancó corteza y leño, hasta obtener un cua- 
dro de cerca de cero metros 60 espe os donde grabó, es verdad 

ue a 


en seis añ 4 a julio de » 
había adelantado 13 centímetros en circunferencia sobr alla des- 
nuda del árbol.” (Manuel Ortega R “La leza,” Sociedad 
Mexicana de Historia Natural. VI. 110, 1884, éX.); Dn Ei 


se hace su corteza, desaparecen al cabo de a i 
Charnay, pág , 1882, en “Las inas de y la Arquitectura.”) 
reza una lápida nmemorativa, incrust en la Tr: 
de la casa número 5 de la 1.* calle de la Libertad, inaugurada el 15 de 
septiembre de 1920 por el tercer Municipio Libr e la d, 
dedi E memoria del ilustre viajero que los albores del 


ria 
siglo E o dicha casa,” el Barón Alejandro 2 Humboldt vivió 
en Oaxa por los años de 1803-1804, esto es, justamente 118 
años ha h > 

En el mismo error incurre igualmente la leyenda puesta al calce 
de un magnífico grabado del Arbol, perteneciente al “Méxi n el 
I aunqu 


muy acertada, y tanto po sto, como por contener a ON curiosas 
Dice as 


sivas. igant 
bol del agua, según su os azteca (Ahuehuete), tiene 31 metros 
j m 1 


pudiendo apenas abrazarlo 24 personas con los brazos extendidos. 


AAA AÑ 


1 Y et 
Sr. D. Ernesto Carpy, con dodo empeño busqué en el Libro de Actas del H. o nta: 
miento las razones que tuvo el tercer o Libre, E haber optado por la 
casa núm. de la 1.2 de la Libertad, mejor q por cualquiera, como resi- 
dencia del Barón A. de Humboldt ''en los boro de co XIX,'* y nada he 
podido hallar que justifique siquiera remotamente aquel proceder. 


17 dl 


Las ramas tienen en diversas direcciones un alcance de más de 50 
metros.” 


e súpone que este colosal ciprés es milenario. Sin duda los 
enviados de Cortés lo contemplaron admirados, y el mismo Conquis- 
tador tal vez descansó bajo su sombra, si tocó este sitio, en su larga 


sim 
sin duda, a los tiempos ino sino que os tal vez a 18 
Aé a a 


e Mm la e n 
eriguar si estos aUBOlES son nada ra ás la unión os arios OS 


a se vió antes que la inscripción que aparece en el árbol, con 


prue SS ello es lo que at Sn literato don Andrés 
I 


dito Dr. D. S a 
sus numerosos escritos, lo mismo científicos que históricos, demos- 


más obras E H oldt, que este celebrado naturalista no pu 
ocer se lo que e a este su obra “Bi- 

bliot Botánica - Mexicana,” págs. -342, publicado en México 

el año de 1895. e marzo de 1803 desembarcaron (Humboldt 


y Bonpland) en Acapulco, dirigiéndose a México por el antiguo ca- 
mino del actual Estado de Guerrero. El mismo Humboldt nos ha. 
dejado trazado un mapa de su itinerario entre Acapulco y México, 


4 


0 


18 


con , notici las de las producciones naturales del camino, su altura y 
formación geológica. Su permanencia en la Ciudád de México (don- 
de Óó en 


pl en abril) fué de to más fru sa la ciencia y p: el 
adelanto la juv 5 ntonces fué cuando se relacionó con los 
modestos cuanto profundos naturalistas Cervantes, Cal, Velázquez de 
León, Le a adr: ichardo, del , Alzate y otr 

se rió casi todo lle de México, visitando y estudiando 
el Desa , los N dos los lagos uebla y sus caminos fueron 
estudiados, lo mismo que Cholula. De México marchó a Tula, Que- 
rétaro Salamanca, hasta llegar Gua De aquí siguió a 
Morelia, pasando por e lle de Santiago, Salvatierra y Zinapécua- 
ro iguió de Morelia a Tantzícuaro; de Tacámbaro y Ario, 
hast Jorullo, cuyo volcán estudió con minuciosidad el 19 de 
septiembre Por el ismo camino regresó a ico PO 


4 e las Cruces. 
de 21 mineral de Taxco, a LS na de Morán y de 
am. 


“La mayer parte del año que pasó en Nueva España permaneció 
México. De México se dirigieron ambos viajeros a Veracruz, ex- 


AN de paso Orizaba, Perote y Jalapa.” 

“Rectificaré- (concluye el Dr. León), ya que la oportunidad lo 
permite, gun noticias erróne e corren bo y escritos de 
er; as torizada stuvieron Humbol 7” Bonpl en Oaxa- 
ca, onsiguiente no conocieron el colosal sabino de Santa María 
del Tule; igual cosa pasó con Tantzítaro, Uruápam y Tzaráracua, en 
a E 


o lo anterior está en completo acuerdo con lo que enseña el 
tomo E pág. 449 del Larousse (en el artículo correspondiente), quien 
reg 


De México (Veracruz) nuestros viajeros pasaron a la Habana 
(esto parece que tuvo lugar en febrero de 1804) y de allí a los Esta: 
dos Unidos, donde visitaron Filadelfia y Washington, y ya en posesión 


u viden n 
que Humboldt no pudo haber estado en Oaxaca al sa a que 


a me sunto. 
edactado lo anterior, me disponía ya a este capítulo, 
cuando el caballeroso Director de la Bi Polea de e do puso en 
mis manos un tomo de “Antigiiedades” titulado s Ruinas de Mitla 
la Arquitectura,” ca arez, en el cual a MESS a 
ch 


santes y escritos por otros tantos autor 
Yo teni i i p nt 
limitaré a reseñar las ideas sobresalientes de cad de os, 


uno de 
acompañadas de los comentarios que me- parezcan OS con- 
seryardoles la misma numeración que presentan 


EL ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULE, POR EL DR. JUAN 
N, BOLAÑOS 


Págs. 2-3, 1840, Sta Lee 


En este estudio, por todos CONCEBrOS recomendable, el autor, des- 
y ta del A y del lu en 


S: 
“En esta última aserción, comienza el a ES no me engaño, 
se equivocó el Barón de E el Sr. Anza.” Y para demos- 
que a 8 a se subió Sd árbol 


ie 
cos secundarios, en o lugar encontró un ámbito espadioso que po- 
ría servir en caso o de habitación. 
Fué aquí donde el autor adquirió la certeza de que el tronco es un 
solo individuo y que las divisiones que al pie del mismo se consideran 
1 


como troncos se s, no son sino partes de un solo tallo 
ma 8 rechazar por el momento este punto capital, 

permitirme man tar que aso de soldadura o fusi íntitua 
de dos tallo ramas es bastante frecuente en esta , y el mis- 
Tao Arbol! del Tule ofrece un ejemplo clarísimo de ello en su lado orien- 
tal n este lugar se ven dos gra costillas verticales, entera- 
mente separadas una de otra, Y o en su rte media, e se 
encuentra a unos 6 metros de altura sob 1 O, s no as 
e rte super (de 8 metros de alto en adelante) donde llegan 


ecuadan rio al forman, como el producto de dos partes un prin- 
ta.) 


a, 
entrada ya no permite hoy el paso de una gente por el o 
que han -experimentado sus pies derechos, en la mera entrada, 


Abertura meridional del Arbol, 


por 


donde es posible escalarlo hoy 


Otro ejemplo mucho más pa- 


bi ro localidad, 
ubicado en el solar de don Mar- 
cial Vázquez, d unas 
tres cuadras hacia el Oriente 
del gulo S. E e la jglesia. 
Aquí se trata dos ramas 
Co: 2 entímetros de 


diámetro, situadas a una altu- 
a de 8 ó 10 metros sobre el 
«suelo, muy distanciadas entre 


sí en la base (2 Ó6 3 metros), 


«COmo que pertenecen a troncos 
“secundarios diferentes, pero 


luego convergentes en su me- 
«dianía hasta tocarse y fusio- 
Darse en estrechísimo  abra- 
ZO, para constituir en segui- 
da una sola y única rama sin- 
gular. (Véase la fotografía de 
la página número 28.) 


acceso a una rampa de 5 me- 
tros de largo por 50 centíme- 


rizontal y que a mide me- 


de eno as qu 90 usa, se: 


qu 
por el lado meridional. 


El abra que antes daba acceso al 


“Ambito Bolaños.” Las costillas 
que lo forman abiertas aún en 
medianía, están hoy fusionadas 
en la parte superior. 


ho 
e a ; 


A 


Taxodium mucionatum, Ten. 


Notabilísimo ejemplo de fusión en el propio Arbol del Pule, 
lado meridional, a 15 metros sobre el suelo, entre dos troncos 


unidos medijant 


e una rama arqueada a manera de puente. 


SUL EL Euuongua 25 onb 


<< SOBEJOEJ OJL1Guity >» 


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“Ez61 80 1 0Z4ELU 
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20) y 
YO L40/9, 
“7E4Goy ey espeor onb 29417 


EL GIGANTE DE LA FLORA MEXICANA, O SEA EL SABINO 
DE SANTA MARIA DEL TULE 
Págs. 7-13, por el Sr. Dr. Manuel Ortega Reyes, 1 c. 
interesantísimo trabajo corre tambi én impreso en “La Na- 


Este 
SA Sociedad. Mexicana de Historia Natural, tomo VI, pág. 
110. México 1884. 


an 


Corte ¡des! del Arbol 


por Manuel Orteaga Reyes. 


Notable estudio que merece leerse íntegro. Como Bolaños, Orte- 
a Reyes también rechaza con energía el juicio que Humboldt atribu- 
Anza, acerca de la naturaleza tripersonal del Sabino; -pero n 
aL ce ninguna prueba en favor de su rsfutación 
apoyarse en lo que antes dijo sobre el nas su maestro el señor 
olaños. 
Este estudio está acompañado del corte ideal del Arbol, a la al- 
tura de 1 - Hnetro, mismo que reproduzco más aba ajo: 


E E 


A A A A AA 


e: A a A A pe 


25 

Las aaa del sujeto en la época cada son las siguien- 
tes, a as metro de altura sobre el suelo 

ab a del tronco, con es y ts: 51 metros 
88 coptimetro 

. Cordel: ER en los puntos más salientes, 85 metros 25 conos 

Mao y 

3. Diámetro mayor de P. a E. NE,, 12 metros 16 centímetros. 

4. Dirección 
. Radio que desprendido del tronco hacia el O. termina hasta 
donde se extienden las ramas, 17 metros 83 centímetros 

6. Rad 


au 


S C 
8. Radio hacia al N., 15 metros 46 ros 


EL ARBOL DEL TULE E 
Por Desiré Charnay, pág. 14, 1 c. 
2 de dos páginas, con la idea capital que copio textual- 


te: 

“Algunos iGióros atribuyen este fenómeno de vegetación, a la 
reunión 2 tres troncos diferentes. o lo he examinado con a 
y no he dido descubrir en €l más que un tron cuyo or le 
promete aún a enteros de- existencia.” (Desiré a Se : 


- 


UN ARBOL GIGANTESCO O SABINO DE MEXICO EN EL TULE . 


Por Leopoldo Batres, Conservador de lós Monumentos Arqueológicos Nacionales. 


Págs. 15-16. México, 1.c. 


Después de la filiación botánica del Anuchusto los conceptos ca- 
da de o estudio, estriban en considerar 
ue el follaje del árbol es de una ona frescura, lo que 
ES cuán ESOO es todavía su vigor, a pesar de los millares de 
años que han transcurrido desde su nacimiento 
b). Que para el señor Batres, los beni del e son OS 


mixtecos; 
ue la destilación seca de la madera del Sabino produce un 


o a nbrreamátismal. muy parecido al del Enebro. 


EL ARBOL DE SANTA MARIA DEL TULE EN OAXACA 
o YAA-YITZ, en zapoteco. 
Por el Lic, Alejandro Villaseñor, pág. a 1 c. (Escrito para “El Tiempo.”*) 
las curiosas a que contiene el trabajo del señor 
lo 


Po 
Lic. Villaseñor, es uno os más interesantes de la seri Como 
alguno de los autores eras critica al misterioso Anza, citado 
de éste 'o a 


n obs 
vaciones posteriores de D. Juan Bolaños, en 1840, y ES oy personas, 
han venido a demostrar la falsedad de la suposición 
“En cuanto a su ramaje, es muy o terso conta o 

espeso y abundante, con una latitud de 36 metros de O. a 35 de 
N. a S. Las ramas son a extensas, gruesas, encorvadas y lle- 
nas de n s; una situada al lado Norte, semeja muy bien la cabeza 
de un ciervo colosal, con aa sus detalles de ojos, nariz, hocico y 

ia. éa junta.) 

terminar la eda e ese milenario, agrega el Sr. A 
es cuestión más propia del naturalista que del viajero. e si 


qu 
no es contemporáneo del diluvio a (hace 4,849 O sí por: 
lo menos tiene más de tres mil a: 


REAU CAMPBELL 
Pág. 26.—1894, 1 e. 


Dos conceptos capitales campean en este escrito: uno relativo 
al tamaño del Arbol, y otro dizque a la plancha formada por Hum- 
z o) e 


a gnado más a a. 
a de que ambos no carecen de a permítome 


nte 
a n términos del país, se necesita levantar dos veces la vista 
para apreciar la elevación del árbol y para dar mayor idea de su 


>. Rama septentrional del Arbol con el aspecto de un ciervo colosal, 
provisto de su cornamenta 


29 
tamaño, diré que si 28 personas con los, brazos extendidos, tocándose 
los extremos de los dedos, se colocan debajo de él, apenas podrán 
abrazarlo.” 
b). Al lado de este gigante de la selva, está una plancha de ma- 
ri 


dera, con una ins ció ma por Hu t, el gran viajero aie- 
mán, y probablemente colocada allí por é Pp rden suya a 
estado allí por tanto ti , que la co a ha crecido so ella y 


7 mel 
inscripción, que las primeras y últimas palabras nc se pueden leer.” 
. El autor presenta de a una buena fotografía 


LA EXCURSION A MITLA 
Por Olavarría y Ferrari, pág. 27.—1895, 1 c. 
en gran parte cosas conocidas y sólo difiere en un 


Repite e con 
cepto de la generalidad, cuando asienta que: “Algunos naturalistas 
opinaban que esa O avilla estuviese formada por dos árboles uni- 


a e 
otros Hélio le consagraron los indígenas y de las medidas que se 
tomaron para su conservación. > 


8. 


ANTIGUEDADES, 1 c. 
Por Manuel F. Mes arquitecto e ingeniero civil, págs. de:29 a 35.21895-1898. 


Este es sin duda el estudio más completo de la cecdon acerca 
del Arbol del Tule, y de el me propongo extractar algunas de las mu- 
j n bu 


edade á 
varios croquis de los Ahu Huete notables de la República, de los 
: d mpañ 
Habla el Ing. Alvarez: “La sección del tronco dE árbol (a 1 me- 
tro de altura) la a a en un rectángulo y toman- 


enada 
e 48 metros 58 tos cuadrados, lo que nos permite juzgar 
de su magnitud; pues nos hace comprender aos si el árbol estuviera 
hueco, pudieran caber dentro de él 200 personas.” 


| 


t 
$ 
| 
j 
| 


0 
seguida manifiesta que tres años después (1898) midió con 


En 
nta métrica el perímetro del tronco, a cordel tirante, con un 
d e idi 


d mp: 
obteniendo 48 metros 50 centímetros. A viajeros —agrega—se 


Ahuehuetes notables de la República Mexicana 
Sección del Grgarte medida á 1 mí sobre el sivelo, por, 
Manuel Francisco Alvarez, E E Ingeriero Clutl 


1895. pe 3. . 


¿S2 IS mis? 48.58. 

777 ds cordel tirante ó 
Perimmefro del. contorno 48.50 
AE vel órbo!, 21 mAs. 


Temperatura del lugar 26" C. 
Wow. 10 oe 1895 
MEF. Alvarez, 


refieren en sus escritos a una o que alguno atribuye a Fum- 
boldt y otro al Coronel Echagaray 

n poco más lejos (pág. da observa que estos árboles son difí- 

ciles de reproducirse, puesto que apenas ha podido lograrse la re 

producción por semillas de ocho de ellos en un siglo. 

Los datos q C e á también son dig- 


e a (0) 
ciprés, situado en el cementerio de Santa María de Tesla (1), en 
México, los botánicos le atribuyen 4,000 años de existencia.” ' 


(1) Seguramente por un error tipográfico no dice Tule. 


31 


- 


n viajero citado por el autor—Mr. A. F. Bandelier, 1881—emite 


un metro del suelo y encontré que tiene 40 metros 2 centímetros. 
Pero por una atenta observación se nota que este a vegetal 
no es un solo árbol, sino 


Crogurs oe/ Hijo un grupo o por lo 
, menos de tres muy jun- 
é 1 1m?. de altura sobre el suelo e ciprés e 
pant: us Compo- 
. nentes simpl reci 

Marnuel F ÁNarez. a 
cerca ero de 
, E : a E agua fres que todavía 
Arquitectos Ingeriero civ1/(1895-1898) aparentemente o: 
( orazón 

al árbol.” 

El ve (2) 

álude el Sr. Bandelier, 


UDErÍIcI1e MESE /ASS 


Perímetro é cordel 
Hrante, MS. 16.40 
Gr erqperatara 26" C. 

Nor ECAEGISM FANArez. 


una hendedura rtical 
de uno o dos centímetros 
de ancho, no ex- 


guran ue hasta hace poco, bastaba meter la mano por lena. hende- 
E : E 


dura para tocar el agua ie cierto, podría acaso atribuirse el 
hecho a un simple fenómeno de capilaridad, pu n el agua 

poca profundidad de la superf exterior, como lo tengo demostrado 
má riba, no es na j obable que por el desarrollo de alguna 


raíz, se haya formado en ese lugar una grieta natural en el o 
quedando el resto a cargo de la capilaridad. 
Enteramente opues al juicio expuesto por el señor Bandelier, 


es el consignado por E naturalista mexicano, Dr. José Ramírez, en 


da 


32 o 


una carta que éste dirigió e autor del o que comento y que 
SOLO 


ada 

gurarle una existencia inmortal. su masa un ser, es un 

colonia, una familia, una muchedumbre, que, hque silenciosa, im- 
re 


is 
Médico Nacional. El resultado e este On es la ldentidad de to- 


especie en todo el país, la mue da 
“Respecto a la aserción el señor Aosa (así, como está escrito), 
(0) el A -d 


do no excluye la posibilidad que varios individuos n germinado 
junto. de un principio, y que por efec 1 crecimiento se hayan 
oldado más tarde en olo, com odría hacerlo creer el esquema 
adjunto, en el cual cada individuo conserva la forma irregular que 
le es propia en tod perímetro; p o el de llo de su 
grosor es periférico, claro está qu ila d cia que separa a uno 
de otro no es ande, algún día llegarán a tocarse los tres en el 
centro común, desde este instante la presión mutua hará que la 
soldadura pueda tener a in más inconvenientes 
y vista es ta s verosímil, cua que, segú 


verifiquen soldaduras espontáneas, provocadas únicamente 
contacto de dos partes adyacentes. 
bsérvese, además, que cada porción del Arbol así considerado, 
a ser sensiblemente igual en superficie a sus pretendidos des- 
a E e 


Esto, por ocioso que parezca, no lo es en realidad, porque si por algún 
medio se llegara a comprobar la Pd de semejante consideración, 


/ 


$ 


A O 


EPS E EE AE 


mental, expresada en formas diversas: “¿Qué edad tendrá? 0 
puede ser su edad? ¿Qué edad puede tener? 


Iv 


CONSIDERACIONES BOTANICAS 


La Edad del Coloso. 


Con motivo de esta mal geñada monografía, en numerosas 
ocasiones he tenido e rtaidan o examinar minuciosamente el Ar- 
ol del Tule, Ea aspectos muy diversos, y. aunque no fuera más 
que por esta circunstancia, con toda atención permítome solicitar 
permiso para consignar mis a ne 

nte a lo que ha 2 hasta hoy, en mi sentir, la 
edad del Titán no va más E de dos mil años; en otros términos, 
pertenece a nuestra era y puede considerársele, cuando mucho, como 


ús. 

azones de índole disímbola, pero ante todo botánicas, apoyan esta 
manera de a LE cuestión : 

Es así como s de una ocasión he hecho ver en las páginas 


de investigar O ía edad aproximada de 
estos a e su grosor con las as concéntricas de su 
m m E 


elia me traje a la casa un tronco, junto con 
otros varios más delgados. Practicadas en tres trozos distintos las 
secciones de rigor, obtuve el siguiente resultado 
Para el primero un diámetro de 67 milímetros y 12 años de ed d. 
a 


1 
Para el segundo un diámetro de 94 milímetros y 17 años de ds 
Para el tercero un diámetro, de 20 centímetros y 40 años de Sded 


Como se recordará, el Ing. M. F, Alvarez calculó la superficie de 
la sección del Arbol del Tule, a un metro del suelo, en 48 metros cua- 


A 


Sección de una rama de sabino (2 del tamaño natural). 
, xodium mucronatum, Ten, 


37 


drados; de entonces a la fecha han dle Oe años, 
lo que no considero exagerado calcular ho 


por 
oy esa mism perficie en 50 5 
metros cuadrados, a la cual le corresponde un ida tro la 8 metros en 
números redondos. (Véase la nota 3.* 
Con est 


del fin. 
datos, ya es posible establecer las siguientes propor- 
ciones. 


Diáms. Años Diáms. Años * Promedi 
oa a a ES Y 
Mbs: OL06'7. 3:19 
Mts. 0.094 : 17 
Mts. 0. 20 : 40 


de las tres edades: 1493 

1 y esto en el supuesto de un tronco único, 
: 1433 E Porque si se E atara de un agreg 
: 1447 | rios, o cifra tendría que ser 
1600 ) te men 


neces Jariamen- 


mismas condiciones, considerando que el diámetro del 
tro del suelo, es aproximadament 


me 
tros, la edad de cualquiera de ellos no pasaría de u milenio. 
¡XCuso decir q estoy muy lejos de ds sacar conclusio- 
nes definitivas de los resultados anteriores, que únicamente presento 
a simple indicación. lguna nclusión satis- 
o O ecesario a en ramas, sino en troncos de 1 
mi , lo más gruesos posible, y aun así habría de ser bas- 
tante ble ner io: aceptables. 
» Como caso curioso—y sólo 


, 
o curioso lo cito—nótese, además, 
está en un todo conforme con la 
tradición, la cual enseña que ha e taco por la mano del profeta 


ha en el de nuestra era. 

ás convincente es la consideración de que si el Arbol del Tule 
hubiese si época de la e: el coloso e algunos pre- 
enden, los conquistadores Bernal Díaz del Castillo en su Historia, el 
mismo Cortés en sus Cartas al R 


e importancia 
y esta omisión me induce a pensar que en aquel tiempo t: ez 
pasaría de tener el gro ue hoy ofrece el' Sabino del Marquesado, y 
por mismo pasó inadvertido La omisión del Arbol del Tule, 
los Códices locales—que yo sepa, no hay ninguno que lo señalé—debe 
atribuirse a la mis ón. 

De las tablas de Cotta, destinadas a proporcionar una idea del 
crecimiento medio i 


progresivo de algunos árboles, comparado con su 
edad, reproduzco o datos correspondientes al Pino doméstico por 
ser el más afine del Sabin 

Allí se ve que:cuando el Pino doméstico tiene: 


50 centímetros de diámetro, su edad es de 120 años. 
60 » » 2 150 :, 


70 :ó ÍS 4 00 
80 - A > » 250, 
Pero yo no creo equivocarme asegurando que el Pino doméstico 
crece con mucha más lentitud, en un tiem dado, el Ahuehuete, 
el cual, según vimos, es imi 


e 
capas leñosas son comparativamente más anchas que en a 


38 


En las tablas de Cotta que menciono, hay e ejemplos que se 
refieren al crecimiento medio progresivo de algunos árboles, compa- 
rado con su edad, y de ellos permítome citar los Eos a 
otras dos Coníferas, para que puedan equipararse con el Pino domés- 
tico y cuyo crecimiento a su vez parece más lento que el de éste. 


Diámetro del tronco expresado 
en centímetros 


Nombres de los árboles 0.50 0.60 -0.70 0.80 
¡Pinos doméstico, amOS oe 120 150 200 250 
Pino marítimo, años.. 80 100 125 160 
Abeto común, años 85 110 14 180 


Tomando. por base el único dato exacto que poseo acerca de. la 
edad del Arbol! del Tule, a sab que un diámetro de centímetros 
da para él 40 años de edad, da entrar en el cuadro e or con las 
siguientes cifras: 


'Arbolídel Tule anos lee in ts 100 120 140 160 
términos generales, e o o la naturaleza ha fija- 


E 
do límites extremos de crecimiento mín: máximo, a todos los 
séres del mun A Lo austio ar gue animalos. Fuera de 
S . 


fenómeno que observamos. ste es el caso para los árboles enanos 
y para los árboles gigantes. El a e es casi siempre pro- 
vocado por una poda sistemática de Y s y raíces, y una falta con- 
tinua de alimentación, en tanto que el tad se debe de preferencia 


co 
bles de ambiente y suelo, muy difíciles de determinar; pero no por 
mm nt 


S 
turalíimas que se consideren y el único consuelo que nos queda, es 
señalar 


EL VOLUMEN DEL GIGANTE 


S leu na vez se a tratado de obtener el crecimiento medio 
progresivo anual del Taxodium mucronatum, cuyos representantes ge- 
nuinos son los ae o Sabinos, entre los cuales cuella el 
Arbol del Tule, acaso se te ía hoy la clave para averiguar la edad 


E 
Este O a no creo que se haya hecho nunca, y caso de 
j ado. 


as porque a últimas fechas se me ocurrió cubicar 


| 
| 


El Arbol y la Iglesia 


2 
e 
e 
E 


41 


modo grosso—el Arbol, por la simple curiosidad de investigar el 
prome edio de la ca o: on adera diaria que se ha formado desde 
u ia hasta el momento actual, en los 2,000 años de exis- 
tencia a yo supongo 

Exc e que la o de este Arbustito no es cosa tan 
sencilla, e otras razones, por su pronunciada irregularidad, y más 


que ea o no se presta para ser medido más allá de dos me- 
tros de 
El as o más serio de error, sin embargo, es el relativo a sus 
raíces, que por ocultarse a nuestra vista, sólo cabe suponerlas en una 
cantidad a la masa E 
De lo a se despren e que los números que esto oy 
(o) 


y od asistido en esto por. mi buen hijo, 
ugo. 

cálculo al que aludo, es el siguiente: 

Metros cúbicos. 


1.—Un tronco o o de 50 metros cuadra- 
dos de base y 7 a a 350 


2.—Un tronco central, des a 7 za 
MO a O NEO Nro OIE Sol. 90 
imaria, en el lado Norte 50 

ira en el lado a ES 40 

Ea primaria, en el lado Poniente.... E 30 

Pal Ao dae Tea a 50 

7 Brutos. A sdosos producidos en 2,000 años... 95 
O O ETS oo UE O col 390 
SUMA DOTA a 1,095 


o sean 1.095,000 decímetros cúbicos 

Ahora bien, distri o O cantidad de decímetros cúbicos 
o 130,000 días que tie ,000 años, se obtiene un cociente de 
1,500 centímetros a como promedio del crecimiento diario en el 
Arbol del Tule 

Acepta: o el cálculo anterior y considerando que un decímetro 


n (E 
os imado de 549,000 kilogramos, o a 549 toneladas mé- 


LA EXPLOTACION DEL SABINO 


Se me asegura que en el vecino Distrito de Zimatlán, a lo largo 
del Atoyac, hay una considerable cantidad de Sabinos, cuyo dueño 
pensó alguna vez en explotar para convertir su madera en tablazón. 


42 4 z 


Aparte de que el tronco de esta esencia forestal en avanzada edad 
está expuesto a ahuecars o e o sado, Ahuehuete 


ol, de a a esta 
venido mirando que a medida que pierde algo de humedad natural, la 
madera se agrieta con la mayor facilidad, en ambas dire ad a 
gitudinal y transversalmente. sta crernstancia, caso ns- 
tante, haría la is del Sabino impropia pa ser eo la en 
tablazón; así, según entiendo, para ser aa como esencia, 
primero, ña la destilación, y como combustible despu 


LA GERMINACION DE -LOS AHUEHUETES 


Sinceramente lamento que no me sea posible decir nada sobre 
la germinación en los ooo USiES como era mi deseo; pues habiendo 
8 eb 


po 
existentes en el pueblo reconozcan este or 


LA FILIACION BOTANICA DEL ARBOL DEL TULE 


grupo de las Coníferas a que renieness esta especie, llamada 
(0) los lo) 
tal, má 
y Cicadáceas, al a formar la interesante clase de las Gimnos- 
difere Ó 


S nu 

o a más sou hoy día, para la especie que 

cupa, e Taxodium muc natum, .aplicado EL Tenore; pero 

ha sido o sucesivamente a distichum por Humboldt y 
Bonpland; Taxodium Montezumee, por Dec caisne; A mexica- 


| 
| 
| 
«| 
| 
| 
| 
| 


45 
num, por Carriére; eE que deben considerarse ahora como sim- 
ples o os del pri 
S nfusión resultante de aplicar tantos nombres científicos a 
le 


=] 
So 
es 
cs 
S 
sa 
171 
cn 
o 
ESA 
Ss 
3 
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Lo) 
o 
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lao) 
(e) 
5 
D 
eS 
¡Q 
0 
o 
(q) 


mejante a la especie mexicana, parece ser específicamente oO 
e ella. 
Es el ciprés de los pantanos, llamado también Cyprés chauve Dos 


j a uanto y 
¡Según lo h o el naturalista mexicano, Dr. José Ramí- | 


la puntita muy aguda en que terminan sus hojas; pero, ade 
parece que nel otra especie en Asia y una cuarta en la América del 


carácter distintivo de todas ellas, es el de ofrecer una corpu- 
lencia gigantesca, ocupando a este respecto el número uno el ejem- 
plar mexicano, que se encuentra en el Tule y cuya descripción in- 
tentaré en las líneas siguientes. 


DESCRIPCION BOTANICA DEL ARBOL DEL TULE 


xodium mucronatum. Ten. Osserv. su di una paria Conif. del 


odium distichum, H. B. K.,, non Rich. Nov. Gent. et Sp. IL. 4; 
ai Montezumee, Dcne in Bull. Soc. Bot. de France. 71. 


Taxedium mexicanum, Carr. Conif. 147. 
Es Arbol excelso, probablemente el ejemplar actual más corpu- 
lento del reino vegetal, de 43 metros de alto y e perímetro a un 
tro del suelo, de tronco áspero, agrietado en su corteza parduzca, 
e mi 1 i 


pe 
ES) 
E 
2) 
2 
a 
o 
(7 
o 
3 
EU 
ES] 
5 
o 
du) 
ES 
2 9 
tE 
[o) 
ko) 
(o) 
3 
Y 
al 
h 
(o) 
E 
ES) 
o 
le) 


nos extendidas: de sus extremidades cuelgan las ramas y ramitas 


46 


s tiernas, cupiertas estas últimas de Lo poco persistentes, semi- 


lineales, verdes, re o ligeramente encorvaditas, terminadas 
una cortísima puntita aguda, recorridas por un solo nervio central 
y como de 10 milímetros de larg or o de ane 


un cho. 
El Arbol florece a fines de febrero, para madurar sus frutos seis 
meses después. Tiene flores monoicas, o sea de sexos separados, aun- 
que en la misma planta; las masculinas, A son espigado- 


e por u camita nte p 
brácteas aguditas, peltadas, a y espir e alre- 
e n eje a 


ria Ss ren por a 
dinal, E de gránulos nico sencillos, pequeñísimos, globulosos 
rillos. 


ias flores femeninas son mucho más escasas que las masculinas, 
y se en On debajo de éstas, esparcidas en pan más grue 
ient 1 añ i n 


a 


n recto 
el centro » abundante clbumen oa ordenadas e dedor 
de un eje O > form 
1 fruto es un son acrecido, globuloso y endurecido, que 
alcanza 2% centímetros de largo por 2 ó algo menos 


cu OS. urez 
abren las escamas para permitir el paso, de las semillas, pudiendo 
eS por algún tiempo o al estípite que les sirye de 
sostén o bien desprenderse junto con 

Es especie que se encuentra en OS odalidados del país 
sido colectada por numerosos naturalistas, en San Luis P Í 
€ Palmer); Sierra Madre (Seemann); Coahuila y Nuevo León (Ber- 

nal 5 


jebmann a de San Pedro 
(Jurgensen); Tehuantepec (Scherz o o as (Linden); Santa 
ría del Tule (muestras auténticas a Gigante). (Conzatti, in meo . 


23 47 


. 694, enero 1. de 1892; número 4,039, agosto 22 es es núm. 
o a 15 de 1921; núm. 4,103, marzo 1. de 192 
* 
-S *k 


El Taxodium mucronatum a que corresponde el Ahuéhuete me- 
xicano, se distingue del Taxodium distichum de Richard (non H. B 
K.) o Ciprés de los pantanos, de la Florida y Luisiana, por varios Ca- 
racteres entre los cuales apuntaré los a entes 

Nuestr i j 


huehuete tiene hojas ás ies más verdes, 
más larga (5 nervio central menos promin el envés; 
aumentos masculinos mucho más grandes, de anteras con m Ú- 


e m a a 
mero de cavidades; estróbilos femeninos con más escamas y raíces 
<on excrecencias mucho más pequeñas y plan 


Oaxaca de Juárez, marzo de 1921. 


Prof. C. CONZATTI. 


9) 


Otra sección a un decímetro de distancia de la anterior 


(Yo del tamaño natural) 


=p 
NOTAS SUPLEMENTARIAS. 
NOTA PRIMERA. 


(Vease La Pa. 14.) 


Terminado el trabajo he antecede tuve Se A a 
a Na Bar 


recibir los “Cuadros de turaleza'” por n A. de 
Humboldt, traducción de o Giner, que e dde des- 
principio a seoso de saber si e os podía ver 
comprobado el dato alusivo a 00 añ que estimaba el 
r,-al decir de alg la edad del Arbol del Tule; pero a 
pesar de haber leído con la atención debida la parte conducente 
“Fisonomía de las Plantas”, no p hallar sino lo que 
transcribo a continuación: E c pág de “£l célebre Taxo- 


á 
los 
ticha de Linneo, Senubértia: sra de Mir 'bel), que existe en 
Santa María del Tule, enel Estado de Oaxaca, no tiene 19 me- 
tros de diámetro como. pretende De Cua olle, sino 12 tan'solo. 
Lo SO) 1 


dín de Moctezuma,-no miden, según el interesante viaje de 
Burtkart, sino 11-012 metros a circunferencia, y no de diáme- 


ich 

Más lejos, en el Capítulo ¿Conftoras” de la misma obra, 

pág 446 se lee: “En las planicies de ico he visto, con sin- 

gular placer, el pas follaje, ro o poco persistente del 

Áhue ehuete e dium distichum, Rich (2) Cupressus disti- 
cha, Lin )cu iz enc an 
b 


Ja rbo 

dose ero un cas or muy considerable, y cuyo nombre az- 

teca significa tambor de agua (de atl agua y huehuetl, tambor), 

vive en estas q tropicales a una altura de 1745 a 2340 me- 
mar, mi 


Améric 1 Norte, como ee la hio==a de Méxio a el Taxo- 

dium distichum o ciprés calvo, llega a tener ca del suel 

e e espes al? tros de diámetro con 39 de altura” 
ampoco en este libro me ha sido posible encontrar elme- 


e O ni de as edad del Arbol del Tule, ni de la visita del 
Autor a Oaxaca 


Vimos o e el a real del Arbol del Tule a un metro 
del suelo es poco más o menos de 8 metros únicamente, y no de 19 ni 12, lo 
que demuestra e ninguno dee SS 6 nunca el Arbol. 

(2) Como se habrá be servado, da el párrato transcripto, el Autor in-. 
curre en la distracción de confundir Aa ehuete mexicano con el Ciprés 
calvo de aa América del Norte, que lo inicie considerados son especies 


distintas a 


By, 
NOTA SEGUNDA. 


(Vrase LA Pac. 34.) 


: Después de eserito el gd que motiva la presente nota, - 
tuve oportunidad de leer en los o adros de la a a por 
Humbo e o de Gia ÁS. 365 — e el 


emplos, dice, parecen e 
existen aún en el globo árboles de una antigivedad prodigiosa y 
testigos acaso d últimas revoluciones físic 
mi n árbol como una agregación de tantos individuos unidos 
entre sí, como yemas han ace en su superficie, no 
hay de que asombrarse, si añadiendo nuevas y as anti- 


y ue si añ uev emas a an 
guas, no tiene la “agregación resultante, término necesario de 
stencia. 

Agardh, continúa el Autor, se expresa en el mismo sentido: 
omo cada año solar añade nuev 
ea las partes e y endurecidas por vástagos tiernos, 

n los:que circula libremente la savia, nos ofrecen hos S£holes el 

ejemplo. de un O rolaento que sólo causas exteriores pueden 
limitar 


“O 


En el contenido as las a cl episcodó pe por 
mi A laprición . la pág. 34 q s dió m tal vez se Jle- 
gue a OLEA r aloún dis la dd del o grosor del Ar- 
bol del Tul 


NOTA TERCERA. 
(Vease La Pac. 37.) 


uperficie de 50 metros da considerada por mí, 
para e bal del Tule, a un metro de altura sobre el piso, está 
en un todo conforme con los hechos. a se recordará, el Ing: 


. E. Alvarez encon 
metros 45 centímetros a cordel tirante, y una superficie de 4 
metros 58 centímetros cuadrados a uno de altura, habiendo So 
obtenido 23 años desp ea (febrero de 1921), en igualdad de cir- 
cunstancias, un perímetro de 33 metros 46 centímetros, con cu- 
yos datos ya es posible ul: la siguiente proporción: 


1898 : 1921 


AS yO 
y 


Perímetro Superficie Perímetro Superficie 
324 y: 48.58 E 33:46 0 50.09 


otes a los o se: 
2 


—II— 


NOTA CUARTA. A 


(VEASE LA Pac. 45.) 


sombra proyectada en el suelo por el Arbol del Tule, su- 

a el sol en el cenit, no es un círculo como podría hacerlo 

creer la expresión de “16 metros de radio” que da lugar a esta 

nota, sino una elipse o mejor todavía, un a irregular cuya 

n dos diámetros, uno 

or. omo de 14; yo tomé 

el promedio de 16, resu ltando de esto que la obra del Arbol, 

con el sol vertical, protege un ¿terreno como de 800. metros cua- 
drados de superficie. 


Oaxaca de Juárez, marzo de 1921. 
Prof. C. CONZATTI. 
CORRECCIONES. 


Página Linea Dice Léase 
$. d di Í 
8 6 a centímetros 
8 1 rofundiza profundizara 
8 DO , Sonia se asienta 
15 la Flora ora 
10 20 tourismo turismo 
10 26 calumniado calumniado 
13 40 el comedio al comedio 
15 il á pócrifa apócrifa 
il 8 OS OS 
17 > 44 publicado publicada 
18 6 León Gama León, Gama 
lo 43 interesantes interesante 
20 44 2 
21 mucionatum mucronatum 
23 penúltima Hogo Hugo 
32 10 génreo género 
2 14 Aosa usa 
42 41 el el de 
46 10 aumento amento 
46 del subsésil subsesil 
46 23 éstas, sésiles éstas sesiles 
46 26 encorvado encorvado, 
46 última - in meo n mi 
47 9 aumentos amentos 


INDICE 
Págs. 
El Arbol de Santa Maria del Tule ....... 3 
I. —Consideraciones preliminares--.... A 5 
11.—El Album del Tule...... A a 10 
o —Datos históricos....:=.. +. 12 
- El Arbol de Santa María del Tule 19 
ds 1 Gigante de la Flora Mexicana —.omorrocrnonnnenconenecanes 24 
3.—El Arbol del a aa O OO AS OOO 29 
4.-—Un Arbol gigantesco ...emerrccorenano oo renronarnormenn ero armes 95 
5.—-El Arbol de o Ea del Túle > to ono 26 
6. —Reau Campbell...oooo cooonorenenoo aecrnrnnnnecinnnrnno rreer 26 
T. La excursión a Mitla codi o 929 
8.—Antigúedades 29 
IV.—Consideraciones botánicas ¿oooomoemernoanes eerreneo E 34. 
Earecdad del Coloso e a E 34. 
El volumen del Gigante .-....- ; 5. 38 
La explotación del Sabino. A A cad dat lolo 41 
La germinación de los Ahuehuetes...ooommooo sonsoreneenero persones 42 
La filiación botánica del Arbol del Tule..>.... omoono oo eros 42 
Descripción botánica del Arbol del Tule ..oooemionnoono ornorrrenes 45 
Nota PTÍMEOTa > .cmooiocenmaso cormnnnon contennes pen danen dia dnnando Deseztós 51 
Notas segunda y rca a 52 
, Nota cuarta y Correcciones ........ o SÓN OS 53 


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