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MURCIA QUE SE FUE.
MURCIA
QUE SE FUE
POR
JAVIER FUENTES Y PONTE
MADRID
IMPRENTA DE LA BIBLIOTECA DE INSTRUCCIÓN Y RECREO
Calle de Capellanes numero 5 principal
1872
^,
AL EXCMO. SEÑOR
DON MARIANO ROCA DE TOGORES,
MARQUÉS DE MOLINS , DIRECTOR DE LA REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA , INDIVIDUO DE LAS DE LA HISTORIA , DE SAN
FERNANDO YDE CIENCIAS MORALES Y POLÍTICAS, MUCHAS
VECES DIPUTADO POR MURCIA:
en testimonio de aprecio,
Javier Fuestes y Ponte.
-^'^!;
DON AURELIANO FERNANDEZ-GUERRA
A LOS QUE LEERÁN.
Bien dice el antiguo castellano poeta, que siem-
pre á nuestro ánimo descontentadizo , cualquiera
tiempo pasado fué mejor. Pero cuando se orla de
canas la arrugada frente, ¿cómo no recordar los
floridos y alegres dias de la juventud, que ya no
han de volver? Leemos historias y novelas anti-
guas, y rara vez deja de parecemos más bello
que éste el siglo que nos retratan ; no habiendo
mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la
miseria. ¿Es por desgracia que el hombre se halla
constantemente mal, que no está aquí su asiento,
y que ha menester endulzar la invencible tristeza
con recuerdos brillantes, por la ardorosa fantasía
coloridos y aderezados?
Aun cuando la felicidad y la alegría estén por
lo común dentro de nosotros mismos, no se puede
seguramente comparar el cuerpo humano doblado
al peso de los años , acosado y perseguido por las
enfermedades, con la juventud lozana y poderosa;
ni los pueblos decrépitos, con los llenos de vigor,
entusiasmo y fe, ricos en virtudes y admirados
por ellas. Fuera de que también para el espíritu
hay enfermedades, y lo mismo que los individuos
las padecen gravísimas los pueblos y naciones.
Suerte y fortuna rien á veces á los mortales; amar-
guras y desgracias los acosan á veces-: al cuerpo
social viene á sucederle lo propio. Tiempo hay de
sembrar, y tiempo de coger: podrá la siega ser más
ó menos abundante ; pero de lo que se siembra,
se coge. Tiempo hay de reir, y tiempo de llorar;
pero más fácilmente la risa puede convertirse en
llanto, que las lágrimas en alborozo.
Desde la edad remota preocupó mucho á los
hombres lo que se llama hado y fortuna, logrando
entrever y adivinar un insigne historiador gentil
que el hado y fortuna contrarios pueden ser ven-
cidos por la humana prudencia , y trocarse en biexi
y prosperidad casi perpetuos. ¿Pero dónde el se-
IX
nado de los prudentes, dirigiendo á los mancebos
dóciles y valerosos? ¿Dónde el piloto sagaz, que
aparte de sirtes y vajíos la nave y la engolfe por
favorables y venturosas corrientes? ¿Dónde el hé-
roe privilegiado, en quien se ha de complacer la
Providencia allanándole benigna las dificultades,
V mostrándole horizontes hermosísimos? ¿Dónde
el pueblo digno de que por él combatan los espí-
ritus celestes contra las furias infernales?
Observa el labrador que hay año y vez para
todas las cosas de la tierra, para los rubios granos,
para las frondosas vides , para los cenicientos oli-
vares, para las áureas manzanas de las Hespérides.
Cúbrense los campos á deshora de flor y de fruto
opimo, y luego años y años descansan en descon-
soladora esterilidad. No de otra suerte sucede con
los pueblos. Siglos de oro llamamos aquellos en
que aparecen grandes soldados, al par de sabios
filósofos y soberanos artífices, de valentísimos
poetas, de fecundos y bienhechores ingenios. Si-
glos síguense luego de hombres raquíticos , de
generaciones envilecidas, de entendimientos fero-
ces y groseros. No parece sino que la tierra ha
menester descanso, y también los siglos, para pro-
ducir exquisitos frutos y hombres admirables.
Da Pericles su nombre á la centuria maravillosa
en que florecen Apeles é Ictino, Hipócrates y
Fídias , Platón y Sócrates , Empédocles y Demó-
crito, Sófocles y Eurípides. Impone Octaviano el
suyo á la era inolvidable en que renueva César
los laureles de Alejandro , y Cicerón rivaliza con
la gloria de Demóstenes, y Virgilio hace revivir á
Homero. Pero edad todavía mucho más varonil
aquella en que triunfa la cruz sobre las almenas
de la Alhambra, y se ostenta Gonzalo de Córdoba
terror de turcos y franceses , y humilla el joven
de Austria al otomano en Lepante ; siendo á la
vez pasmo y asombro eterno del mundo un Ra-
fael y un Miguel Ángel, un Velazquez y un
Alonso Cano, un Quevedo y un Doctor Eximio,
un Lope y un Cervantes.
La Providencia entonces, poniendo junto al ve-
neno la triaca, hace que salgan al encuentro de
la satánica soberbia los varones excelsos, que han
de reñir las grandes batallas contra el mal y con-
solar en esperanza á los pueblos contristados por
el azote de la Divina Justicia.
Tres años antes que la hechicera ciudad del
XI
Bosforo cayese en la esclavitud de los turcos, ve
la luz del dia Fernando el Católico, para sostener
y restaurar la cristiandad aportillando los muros
de Granada. En un propio año vienen á la vida y
luego á la vez se coronan, Carlos V el Emperador
y Solimán el Califa , adalides uno contra otro en
Hungría , cuál por despedazar el orbe , cuál por
encaminarle á prósperos destinos. A un tiempo
mismo nacen el inmundo heresiarca de Wittem-
berg y el gran conquistador de Méjico, aquél para
perder infinitas almas , y éste para ganar muchas
más, trayéndolas al vivificante yugo de la univer-
sal Iglesia. En fin, dos semanas antes de saquear
Borbon á Roma y afligir al Pontífice supremo, na-
ció el prudentísimo Filipo , defensa y escudo de
la verdad y del Vicario de Cristo , por quien la
sociedad se aparta de horrible despeñadero.
No es, pues, mejor cualquiera tiempo pasado.
Pasados son los cobardes tiempos, fértiles en trai-
dores (cuando los guardas del ganado le ponen á
merced del lobo), de un Mekaukes, el infame,
que vende el Egipto á las mahométicas huestes;
y de uninsensato Conde Gregorio, que les abre en
seguida las numídicas puertas; y del miserable
XII
Conde Don Julián , que prepara villano el desas-
tre de Guadalete. Tiempos pasados son los de
Mario y Sila , los de Nerón y Vitelio , los de Ala-
rico y Muza. Nadie los igualará con los de Tra-
jano y Marco Aurelio , con los de Cario Magno y
Godofredo de Bullón, con los de Fernando el Santo
é Isabel la Católica , teniendo sanos el corazón y
el juicio, no haciendo costumbre de llamar bien
al mal y malo á lo bueno , ni de tomar las tinie-
blas por luz y la luz por tinieblas.
Para las almas de generoso temple, no hay otro
amor ni estudio que el de la verdad, ni otra ocu-
pación como defenderla, ni otra gloria como sus-
tentarla. Y si no á todos es dada la pluma, ó la
palabra, ó el ejemplo de sobrenaturales varones,
jamás negó firmes senderos á nadie la Providen-
cia para ir de buena voluntad, con una antorcha
en la mano, iluminando al viajante perdido en in-
tricada selva. Al logro de tan noble fin halla el
ingenio siempre maravillosos resortes.
Seguramente que es digno de gratitud y ala-
banza el autor del libro, cuyas primeras hojas
emborrono yo con estas desaliñadas frases , sa-
biendo como sabe alumbrarnos á los que andamos
á ciegas, y doctrinarnos, trasladándonos á otra
edad y haciéndonos vivir en ella y conocer porten-
tosamente sus hombres y sus cosas. A la ciencia
arqueológica interesan los restos del Partenon y
del Pandrosio, lastimosamente mutilados por las
bombas venecianas ó por la británica avaricia ; y
los monumentos de la griega y romana civiliza-
ción, subvertidos por la barbarie del Norte. Pero
no pueden importarle ni interesarle menos tantos
lamentables despojos de despedazados edificios,
que enriquecieron Berruguete y Diego de Siloe,
Covarrubias y Machuca, Montañés y Juan de To-
ledo. Quién fija los ojos en el árido desierto que
forman en derredor la estúpida piqueta y el hacha
taladora, en medio de las ciudades y en los yermos
campos de soledad á quien la ciencia de Herrera
y la azada del monje, y el sudor del labrador hon-
rado convirtieron un dia en hechiceros vergeles;
quién se acongoja no viendo por donde quiera sino
intratables y sofocantes arenales, que ahuyentan
las nubes del cielo y su benéfico rocío, — necesita
calmar el duelo del corazón levantando del polvo
de las ruinas, como en la visión de Ecequiel, los
tiempos que pasaron.
El Sr. Fuentes y Ponte nos resucita la Murcia
que se fué, la Murcia de los siglos de oro, mons-
trándonos iluminados por sol esplendente sus edi-
ficios , llenos de vida sus antiguos habitantes,
hablando como hablaban , con su genio y cos-
tumbres, organización social , militar y política,
felicísimos en las artes y letras. Para ello no se
deja llevar de imaginaciones y conjeturas , fan-
taseando pueblo y edad á su antojo; sino que re-
vuelve y estudia los archivos de ambos cabildos
eclesiástico y civil, los de tribunales y escribanos,
y las ordenanzas recopiladas en 1 695 ; se detiene
largo tiempo delante de retratos de familia, para
trabar grande amistad con las personas á quien
remedan ; y todo lo encamina para enseñanza de
lo presente y severa lección en lo porvenir.
Dedicado muy niño á las letras y artes, alumno
de la Academia de San Fernando , aficionado á la
pintura primero , y consagrado luego á las cien-
cias exactas y á la bella arte de la arquitectura,
no podía concebir su obra nuestro autor, lleno de
canas á los 42 abriles, sino dándole forma artís-
tica, nueva, ingeniosa, relacionada con su carrera,
con sus estudios, con sus vehementes aficiones.
En verdad que no se presentó á su imaginación la
antigua Murcia tal como pudiera á muy curioso y
rico viajero antuerpiense del siglo xvi , ó á noble
soldado y pintoresco ingenio, valiente en las hues-
tes de D. Juan de Austria y atrevido en los Baños
de Argel. Ofreciósele como uno de esos inmensos
y peregrinos retablos góticos de las pasmosas ca-
tedrales, donde la escultura dio bulto y expresión
admirables á misterios de la Redención, á la vida
y milagros de los Santos, á sucesos de historia
profana, atreviéndose el cincel á veces á mezclar
lo cómico y lo -trágico, lo risible con lo sublime;
sin daño de barras, antes bien, con intención muy
sazonada y provechosa . Diestro, pues, en agrupar
nuestro autor los hombres y las costumbres mur-
cianas del siglo de oro, según los estados y oficios
de los ciudadanos; y en unir y enlazar estos cua-
dros y aquellos con feliz artificio , — compone una
historia cabal, no menos sabrosa que armónica: de
aquí el llamar á su Murcia que se fué. Retablo de
imagineria. Valiéndose de cervántica ficción, su-
pone escrito el libro en aquella misma centuria,
por uno de sus antepasados, para que así el colo-
rido y lenguaje contribuyan á dar mayor tinte de
verdad y mayor interés histórico á la obra. Con
ello, al transladar párrafos de disposiciones reales ó
de municipales ordenamientos , al obtener joyeles
muy ricos de los antiguos poetas murcianos, con
que variar y engalanar el relato , jamás causa ex-
trañeza lo sobrepuesto y ajeno ; semejándose por
el contrario, á recamos de finísimo oro en tercio-
pelo rico.
Poco ó nada sabíase de Murcia desde el punto
en que dejó su historia el insigne licenciado Cas-
cales; y en proseguirla se goza el Sr. D. Javier,
con noticias de prelados, y de corregidores, y de
monumentos y sucesos, deslindando cómo, por
quién y en qué época se abolieron determinados
usos y costumbres , se demolieron ó incendiaron
notables edificios, se modificaron ó suprimieron
fiestas religiosas y populares. En esta parte la
habilidad y mérito consisten en que, sin descom-
poner el retablo de imaginería , los datos aparez-
can en notas y apéndices, cual explicación de
entendido ciceroni.
Escrita la obra toda en lenguaje murciano, ha-
bia que ilustrarla forzosamente con un estudio
filológico acerca de su índole y fisonomía , de su
origen y vicisitudes, para venir á demonstrar no
ser un lenguaje idiotice y bárbaro, sino cortesano
y distinguido , allá en los dias del rey D. Jaime
de Aragón y del sabio hijo del gran Fernando III,
en aquella edad en que tan bien como el señor
comió y habló el esclavo. Aunque sólo fuera por
esta ilustración, ha de estimarse desde hoy bene-
mérito de la hispana filología y de la historia del
romance castellano, el Sr. Fuentes.
Ningún lector que atentamente desentrañe este
libro, me parece á mí que podrá suponer madri-
leño á su autor , y no de Murcia : tan identificado
está con ella, tan pintor es, tan observador y es-
tudioso. Pero quien sepa algo de su vida, ocupa-
ción y carrera , se pondrá al cabo de las causas
que justifican la viveza del escritor, su facilidad
para sorprender los rasgos característicos de las
lenguas, y su amor al arte antiguo. Huérfano en
los instantes de comenzar la carrera de Arqui-
tectura, que era la de su padre, entró como deli-
neante en los trabajos del ferro-carril de Aranjuez,
año de 1 848, mereciendo por su aplicación y buen
ingenio que le ascendiese y conservase la Em-
presa ; hasta que nueve años después , en virtud
XVIII
de prueba suficiente , ingresó como Ayudante en
el Cuerpo Nacional de Ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos, y fué destinado á Murcia.
Su habitual permanencia en la ciudad del Se-
gura, y sus excursiones á varias provincias, desde
el Pirineo al cabo de Gata , han ido enriquecién-
dole con el estudio más eficaz de los hombres y
las cosas ; y ofreciéndole ocasión amplia de formar
una colección de antigüedades, de la cual muchos
objetos fueron dignos de figurar, como figuraron,
en la Exposición Universal de Paris de 1 867 , y
en las retrospectivas de Barcelona y Murcia que
se le siguieron ; teniendo en él , desde 1 870 , la
Real Academia de la Historia uno de sus más ac-
tivos y entendidos correspondientes. Fruto de ob-
servación y aprendizaje tan bien encaminados,
conociendo pueblos y estudiando costumbres, apa-
rece á mis ojos la composición poética El Romero
de la Patria , donde un pensamiento felicísimo le
lleva á recorrer en alas de la más ardiente fanta-
sía, los célebres santuarios marianos de toda Es-
paña, haciendo que resuenen en su lira los po-
pulares cantos y sentidas plegarias de los ro-
meros gallegos , vizcaínos , castellanos , catalanes
y andaluces, con deleitosa verdad y colorido.
En ocupación siempre activa , en continuos y
útiles viajes, que de suyo enardecen la mente y
prestan facilidad á la pluma, ha sabido el señor
Fuentes darse á conocer con obras arquitectónicas
muy aplaudidas, y con trabajos científicos y lite-
rarios de mérito y oportunidad indisputable. Le-
vantar sin auxilio del Gobierno, y sólo con medios
indirectos, un monumento público en la plaza de
Santa Isabel de Murcia á los insignes murcianos;
escribir la vida de inspirados artistas, como el in-
olvidable Ruiperez, honor de la pintura de género
en nuestro siglo ; y cantar las hispanas glorias de
la Reina de los Angeles, ganando en abierto cer-
tamen la medalla de oro , — timbres son que entre
otros muchos realzan al autor de este libro: aun-
que estoy seguro que ningunos le satisfarán tanto
como haber salvado en el cabo de Palos á unas tri-
pulaciones náufragas, arriesgando la vida ; y haber
socorrido á murciana aldea, presa de inundación
aterradora. Pero poner todo esto en su punto,'
quede á los agradecidos y más felices ingenios que
del famoso Térebis ilustran las fértiles riberas.
Madrid 29 de Abril de 1872.
INTRODUCCIÓN.
« Por no vivir en Murcia , pobre entre ricos,
mal conocido entre caballeros , olvidado entre deu-
dos , y extranjero en su patria » fuese á vivir (se-
gún las anteriores y suyas palabras) á la ciudad
de Cartagena por los años 1 o98 un sabio profe-
sor de latinidad del Seminario conciliar del Señor
San Fulgencio de Murcia , que habiendo nacido
en esta ciudad' en 1 559 , cultivó desde pequeño
el arte poética. Pobre subsistió allí desdeñado de
sus hermanos de patria, sin que por estoá ella in-
grato fuera ; antes por el contrario , dedicóla va-
rias obras de su claro ingenio y agudo saber, cual
fueron entre otras , una que llamó Cartas Filoló-
yicas, y á más la que intituló Discursos históricos
de Murcia y su Reino. Desengaños llevó con am-
bas y muy grandes , que contristaron su ya apo-
cado ánimo, hasta que dieron con él en la fosa,
dándole caritativo enterramiento los PP. de N. P.
San Francisco de Cartagena en su iglesia , y nu-
meroso aunque humilde cortejo los que le trataron
y de su sabiduría tuvieron pruebas y ejemplos,
poniéndole una losa sepulcral que marcó el sitio
1
2 INTRODUCCIÓN.
donde yacía el Licenciado D. Francisco Cáscales,
la cual conservóse hasta 1834 en que se derribó
el convento , dejando plaza donde ahora paseo hay
de alameda , y la feria celébrase durante la pri-
mera quincena de Agosto.
Érase el tal Licenciado , enjuto y serio según
píntanle , grave y respetuoso ; y pruébanlo sus es-
critos, donde no se hallan chistes ni chanzonetas;
antes bien , su lenguaje es elevado y solemne par-
ticularmente en sus Discursos , obra importante y
de las mejores de su clase , aunque macas y lu-
nares tenga, que sólo las de Dios libres y limpias
de ellos están. Amante de las murcianas glorias,
celoso de la fama de su patria y respetuoso á los
ilustres Monarcas , capitanes y esforzados caballe-
ros , que con su valor y hechos heroicos seis ve-
ces hasta entonces la coronaron con repetidos
ejemplos de la más limpia v clara nobleza , escri-
bió el susodicho libro en que todas cosas manifes-
tadas con acierto y mucho tino toca, dando á cada
uno de los asuntos la parte que merece; sin que
por la presente y lejos de ello hagamos coro con
los críticos que dicen fué corto de historia y largo
de lisonjas, inventando agradables etimologías y
orígenes en los primitivos tiempos, por no tener
pruebas de fija antigüedad , haciendo por el tanto
un cronicón falso al propio tiempo que , dando á
INTRODUCCIÓN. 3
las genealogías de sus contemporáneos noble des-
ahumerio de alhucema en demasía , lisonjeando la
vanidad infundada de alguno de los susodichos.
« No tal » (habré yo de replicar); el erudito Li-
cenciado bien hizo al escribir de este modo. Por
mucho que se diga de las glorias de los Reinos,
nunca es bastante, y siempre por decir se deja,
por extenso que fuere el comentario que hágase
de cosas que por falta de documento hayan de
interpretarse ; pues muchas veces podrá suceder y
fácil será que las calladas y más impenetrables
hazañas sean mayores y más maravillosas que la
imaginación,- por excesiva que tengamos, forjarse
pueda ; hasta que el viejo tiempo y estudio de ar-
queología y otras ciencias la verdad descubran.
Bien hizo el erudito Licenciado en poner muy alta
con su Discurso XIX , De los linajes de Murcia ,
la fama de los grandes y valerosos caudillos, ricos-
hombres , hidalgos y caballeros capitanes que hu-
bieron mercedes de bien conquistada nobleza por
su nunca vistos ni escuchados hechos contra los
alarbes y otros enemigos ; hacerse debe así de las
personas que honra dan á los Reinos dándosela á
sus sucesores , que imitan su valor , y cadena for-
man de héroes y sabios, cuyos eslabones el tiem-
po enlaza y el historiador encárgase de contar para
honor del Estado; pues aquel que á los suyos no
4 IMRODUCCION.
honra , tampoco á los ajenos hacerlo puede. Ca-
llen y admiren sus detractores al Licenciado Don
Francisco Cáscales ; pónganle norabuena las notas
que sus Discursos necesitaren , en lo cual confor-
mes estaremos , pues (jue mucho háse sabido de
dos siglos V medio acá , y aclararse puede : prosí-
gase en buen hora la historia de Murcia; pero
demos al erudito autor del primer libro his-
tórico de este Reino , la honra y prez que me-
rece.
Tiempo fué aquel (en que escribió su obra y
pul)licóse; de muy particular atención, y por el
tanto, de costumbres dignas de saberse. El seguir
en la misma forma la relación histórica paréceme
cosa no muy propia , porque no han sido ni son
como aquel, los diversos tiempos que han suce-
dídose; y aunque de muy ligero paso, habremos
de a|)untar para la memoria algo de lo principal
que ocurrió en el resto del siglo décimo sétimo;
pues quien esto escribe no sabe hacer historia cual
merece este Reino, y déjalo á más bien cortadas
plumas. Todo ha cambiado si por otra parte obser-
vamos; y aunque historia ha de hacerse, no puede
satisfacer como antes un severo relato ; otros ador-
nos necesita para su atavío, y más minuciosida-
des que en los pasados tiempos no por cierto se
usaron , por mucha que fuere la galanura en el
INTRODUCCIÓN. 5
vestido de los sucesos y grandes acontecidos. Digo
esto, para excusarme de la continuación del tra-
bajo que pudiera pedírseme , y al cual llevaré con
esta ligera obra un átomo de crónica, para que en
los venideros tiempos á otros pueda servir en tra-
bajo mas grande y digno de la madre Murcia.
Gústame cuando me ocupo de noticias para la
historia, averiguar cosas aunque ínfimas fueren, y
despreciables á la vista parezcan ; porque pienso
que todas forman parte de la maravillosa máquina
del mundo ; y son ruedas , aunque pequeñas , los
sucesos de los pasados, presentes y venideros
tiempos ; así- es que la historia en general , y co-
mo sólo narradora de los hechos, cosas y hom-
bres , no da satisfacción de cómo tuvo lugar mu-
chas veces el acto, ni las costumbres verdaderas,
hábitos, estados de los lugares y demás cosas
donde pasó el hecho ú esforzada empresa. Todo
necesítase y no me pesa de hacerlo así , por ser
conveniente ; que si muchos hiciéranlo , claro es
que como más sabidores que yo , algo menos du-
dosos presentáranse los sucedidos , y no tacharíase
al Licenciado D. Francisco Cáscales de alabador
sin fundamentos, ñequiescat in pace, y vea-
mos algo de lo que después de su muerte pasó en
Murcia en las dos tercias partes últimas del siglo
décimo sétimo.
6 INTRODUCCIÓN.
De atrás venia en el reinado del señor Rey Don
Felipe III el celo de perseguir herejes, moros y
judíos, según historian los Discursos, y mucho
contribuyó á los arrojar , la diligencia de los obis-
pos , muy en particular la de D. Francisco Mar-
tmez de Ceniceros que murió luego en Jaén. Ver-
dad es de la historia que el susodicho reinado, con
el capelo de Cardenal del ministro privado de
S. M. , el Duque de Lerma, trajo el gobierno á
poder de los Obispos, á causa de la devoción de
aquel Rey que pasóse ya de puro católico ; por el
tanto y como deba saberse , diremos los muy Re-
verendos que rigieron la silla episcopal de Carta-
gena en Murcia, de los años 1618 á 1700.
D. Fray Antonio Trejo Paniagua , Ministro ge-
neral de la orden de N. P. San Francisco, que
vino á Murcia en 1618 y partióse á seguida de
Embajador junto de S. S. en Roma , donde
murió: hizo la obra del trascoro de la Santa
Iglesia y verificó una concordia con su ilustre
Cabildo sobre visita y adjunto que aprobó Grego-
rio XV.
D. Francisco Manso, Colegial Mayor del de
Santa Cruz de Valladolid , del Supremo Consejo
de Indias, Arzobispo de Méjico, luego Obispo de
Badajoz, de donde vino en 1636, y el 1640 tras-
ladóse á Burgos, donde murió.
INTRODUCCIÓN. 1
D. Mendo de Benavides , como el anterior, Co-
legial Mayor del de Valladolid , Ministro de los
Consejos de Ordenes y de la Santa Inquisición,
Caballero del hábito de el Señor Santiago; fué
desde 1636 Obispo de Segovia. Vino á Murcia
como Obispo de Cartagena en 1641 , y murió en
1644.
D. Juan Velez de Valdivieso , Colegial Mayor
del de San Ildefonso de la ciudad de Alcalá de
Henares, Magistral de la Santa Iglesia de Murcia,
después Obispo de Lugo y de Avila , de donde
vino á la silla de Murcia en 1 645 , la cual gobernó
hasta que , por no abandonar á sus diocesanos en
la peste que afligió á la ciudad , murió víctima de
su caritativo celo en ella el dicho año de peste 1 648.
D. Diego Martinez Zarzosa , que hecho y pre-
conizado Obispo, vino á Murcia en 1649, donde
á consecuencia de la horrorosa riada del dia sá-
bado 1 4 de Octubre de 1651 , fiesta de San Ca-
listo Papa , ejerció su candad socorriendo las des-
gracias y necesidades , pues que aquella tarde sa-
lió por la ciudad á caballo después de sacar para
adoración al Santísimo Sacramento. Fué trasladado
ala silla episcopal de Málaga en 1655, donde
murió en 1656.
Don Andrés Brabo, humilde prelado que re-
nunció las mitras de Lérida v Málaga, admitiendo
8 INTRODUCCIÓN.
la de Murcia, á dónde llegó el 1 635. Hizo muchas
y varias obras , entre ellas , la renovación de los
retratos de sus predecesores en el palacio viejo, y
murió en 1661 .
Don Juan Brabo Asprilla , Colegial Mayor de la
Universidad de Salamanca, Obispo luego de Lugo
y de León , de donde trasladado fué á Murcia
en 1 661 , á dónde murió en 1 663.
Don Mateo de Sagade y Bogueiro , Colegial Ma-
yor de la Universidad de Valladulid, Arzobispo de
Méjico, Obispo de Cádiz, luego de León, y en 1 663
de Cartagena en Murcia, donde murió en 1672.
Don Francisco de Rojas Borja , Colegial Mayor
de la Universidad de Salamanca, Auditor de la
Rota, Arzobispo de Tarragona, Obispo de Avila,
y después de Cartagena. Murió en Murcia en 1 684,
y según su última voluntad, sepultado fué en el
coro del Monasterio de Madres agustinas recole-
tas de Murcia.
Don Antonio Medina Cachón Ponce de León,
Colegial Mayor de Oviedo; Obispo, gobernador y
capitán general de Ceuta ; Obispo y señor de Lugo;
Obispo después de Cartagena, muriendo en Mur-
cia el 20 de Julio de 1694.
Don Martin Juan de Echalax , Caballero del
hábito del Señor Santiago, Marqués de Zabalgui,
Colegial Mayor del Señor San Bartolomé , Oidor de
INTRODUCCIÓN. • 9
Sevilla, Presidente del Consejo de Valladolid, del
Consejo Supremo de Castilla; murió siendo Obispo
de Cartagena en Murcia el 1 7 de Noviembre
de 1695.
Don Francisco Fernandez de Ángulo , Colegial
Mayor de Santa Cruz de Valladolid , Canónigo de
la santa iglesia de Toledo, Obispo electo de Ur-
gel, y después, en 1695, de Cartagena; murió en
Espinardo el 22 de Setiembre de 1704.
Como del siglo décimo sétimo sólo hemos de
tratar, basta con tales doctos para hacer ver cómo
cambiarian las cosas en el Reino : mucho con ellos
adelantaron los bienes eclesiásticos , mejoróse el
estado de las gentes, y como sabios y hombres de
letras fueron , mucho protegiéronlas , creciendo á
su sombra los más ilustres poetas, cuyos nombres
la fama con su clarin proclama por el universo, y
cuentan las historias de claros ingenios, entre
ellas, la que intituló Academias del jar din el fes-
tivo cisne murciano Polo de Medina. Asimismo,
los corregidores, justicias, señores Murcia, gober-
nadores, intendentes, y otros hidalgos de fuero y
mando, hicieron obras como el Matador, Almudí,
Contraste, Lonja, Puente, Paseos de Capuchinos,
Carmen y Compañía de Jesús ; obrándose por sus
devotos y católicos fundadores la mayor y gran
parte de los conventos de la ciudad y su contorno.
10 INTRODUCCIÓN.
como podrá verse en otro lugar. Siglo fué este, en
que Murcia trasformóse con obras de mejoramien-
to, holgura y buen arreglo. Alamedas pusiéronse,
labraron muchos palacios los muy altos y nobles
señores de ilustres casas; ensancháronse las calles,
que falta hacíanles, por muchas haber de sólo
cinco palmos de ancho, v no pocas sin salida, lo
cual peligroso era : ordenóse la queda por la quie-
tud y seguridad del vecindario; estableciéronse
devociones del Pecado mortal y la Penitencia en
la iglesia de San Ginés de la Arrijaca , así como
también formáronse cofradías para sacar las
procesiones del Miércoles y Viernes Santo , con-
templando los Sagrados Misterios de nuestra Re-
dención en tales dias. Sacóse por entonces la pro-
cesión del Sanctisimo Corpus Chrisíi, con una
mayor y ostentosa pompa , para lo cual hiciéronse
teatros de auto, mojigangas y danzas de variadas
formas y ropas. El muy ilustre cabildo de la Santa
Iglesia costeó y trajo de Toledo, hecha por el afa-
mado platero Antonio Pérez de Montalto , la pre-
ciosa custodia que aún consérvase; y nunca me-
jor estuvo el culto de nuestra Santa Religión.
Libres ya de moriscos, judíos y mudejares,
pudieron los señores Murcia permitir los ensan-
ches de la ciudad por fuera de murallas y para
recreo de gentes ; hízose el corral de comedias
INTROPUCCION. 11
junto á la puerta de Toro, para las cuales obras
de mejoramiento hubo, entre otros muchos corre-
gidores, los muy altos y poderosos D. Antón de
Quiñones, D. Cristóbal Peña Pardo, D. Juan
Chumacero y D. Francisco Miguel de Pueyo, á
quienes mucho la ciudad debe por su celo y buen
gobernar; pues á parte de otras muchas cosas,
como aconteciera que los tales moriscos ejercían el
labradío de tierras , como asimismo otras artes de
industria , al marcharse , dejaron abandonados sus
trabajos, un mal viniendo á aumentar otro que de
atrás veníase con los excesos en la gala de vesti-
dos , fiestas V s'ervicio de criados en las casas de
grandes y señores, cosas que empobrecieron al
Erario; pues la falta de brazos hizo traer cosas ya
labradas en extraña tierra , como también vituallas
de natural alimento. A todo proveyeron los seño-
res Murcia ; en arreglo poniéndolo por medio de
acertados autos y ordenanzas para el mejor regi-
miento en los gremios, mercadería y riegos, como
lo de policía en la ciudad, huerta y campo, rati-
ficando SS. MM. otras aprobaciones de los muy
Católicos Reyes, como su nieto, el César Don Car-
los con su madre Doña Juana ; leyes todas dignas
de saberse por la justicia que encierran. Pero dije
al comienzo , que no presentaría nada de historia,
sino apuntamiento para ella, el cual proporcionaré
12 INTRODUCCIÓN.
al lector de un modo agradable, por medio de un
Retablo de imaginena, que en mis manos está, y
muchos aseguran salió de mi caletre , figurándole
labrado en pasados tiempos. Créanlo, ó sea como
quiera , voy á darle á la estampa , encargando á
los lectores píos y benévolos , tengan cuidado en
las lecturas de él por la retentiva que lo tal nece-
sita. Como parece túvola (sea ó no verdad lo que
sigue), quien de ello hízome un legado, que si de
dmeros no fué , quizá más que ellos valga.
Sucedió, que un antecesor mió murió á los
principios del pasado siglo (la fecha no recuerdo);
seria acomodado , pues dejó metales, y además,
modesto y humilde; cultivó las letras sin que casi
la ciudad conociéralo ésto por mucho tiempo; dejó
muchos papeles escritos en poética como en ro-
mance , trastos , y viejas novedades de arqueolo-
gía; y por testamento, vinculado legaba un arcon,
cuya sellada llave cosida estaba al susodicho ins-
trumento público, que nadie tal mueble podia po-
seer ni abrir, hasta el tercer heredero que arrai-
gase un apellido, fuere el que fuere, en su familia:
una hermana suya heredó los bienes; casó, y su-
cesión tuvo en hijas , las cuales , también casán-
dose , hijas tuvieron , que haciendo lo propio , en
hijas reprodujéronse , hasta que mi abuelo nació,
luego mi padre y yo después. Apolilládose habia
INTRODUCCIÓN. 13
el arcon, que muy labrado con figuras y hojarasca
por fuera estuvo , cuando yo llegué há pocos me-
ses á mayor edad , dia que mucho celebró la fa-
milia que juntóse en mi casa. Después de comer,
un escribano leyó el testamento, y rompiendo los
sellos de cera que empastaban las guardas de la
llave, metió ésta en la cerradura: con cuidado, y
por medio de una pluma de palomo , untóse el
molinico del rodete ; diósela suavemente la media
vuelta, y abrióse el pestillico: todos mis parientes,
creyendo encontrar un tesoro , avalanzáronse á la
tapa alzándola, y sólo salieron algunos ratones que
asustaron á las señoras presentes, las quienes tre-
paron á las sillas; desojáronse los de mi familia sin
poder tropezar con las talegas, sacando sólo tupi-
das telarañas, y en el fondo, en el rincón delan-
tero de la derecha , único bulto habia uno como
códice de pergaminosa y ordinaria cubierta, en
cuyo lomo, por casi rojas letras, leíase: Murcia que
SE FUÉ. Abríle, y aunque algo comido por los inqui-
linos del arcon, sano quedaba lo escrito ; pero en la
primera foja, un suelto papelejo, tal tenia escrito:
Quien quiera que seas, ¡oh amado heredero!
que abras este libro, debes darle á la estampa
para que lo vea la venidera Murcia. No es un
tesoro de dineros, pero si de cosa mejor para los
que aprovéchense; con prudencia déjele yuar-
14 INTRODUCCIÓN.
dado, cosas en él pusp para tocadas con pruden-
cia en la historia. Tú le abriste cotí prude?icia,
hazle imprimir por impresores prudentes que er-
ratas no echen, y véndele con prudencia, que no
por muchos compradores tendrá más fama; ten
prudencia en los gastos, espantando con ella á
los gorrones; y si laurel alcanzares, ten pruden-
cia, y no te creas todo aplauso que escuchares,
pues no verdad sino mentira es la mundana glo-
ria. Prudentes lectores tenga, que comparen lo
pasado y lo presente para preparar el porvenir:
y si la palabra prudencia la uso harto, no lo será
nunca bastante tratándose de historia, ciencia
que sin prudencia nada puede ser, pues la ver-
dad muy desnuda es por si propia, y violento á
veces rasgar de pronto el tupido velo que cúbrela;
hágase ésto^&iempre con prudencia; con ella todas
las faenas bien rematan, y la recomiendo á cuan-
tos me leyeren para cuando me juzguen, no fuere
que apasionados fallen.
Cumplo la cláusula testamentaria del papelejo,
y pongo en tus manos el libro; despójate para re-
cibirle de la gorra... deque tanta costumbre, uso
y abuso hace la plebeya gente , no los distinguidos
y nobles caballeros como tú. Aplaude ó censúrale,
mas para este derecho alcanzar, y de sus bonda-
des ó yerros conciencia tener, paga y lee.
MURCIA QUE SE FUÉ.
RETABLO DE IMAGINERÍA,
DE LA XVII CENTURIA,
POR
UN INGENIO EN ESTA CIUDAD,
QUE VIVIÓ EN ELLA
censurado y no comprendido.
Fides et labor,
omnia vincit.
\1
(Pónganse en esta foja y las que fuere forzoso,
haciéndolo con el respeto debido, las licencias
necesarias, que al efecto pídanse al Santo Oficio
de la Inquisición, cuanto al Ordinario, en el
tiempo que esta obra á la luz pública salga: Tri-
bunal Santo y Autoridad católica que revise, cor-
rija y quite cuanto contrario hubiese á nuestra
religión, como también á las buenas costumbres;
poniéndose á seguido la correspondiente suma de
la tasa.)
A LOS QUE EXTRÁÑENSE DESTE LIBRO,
UNO QUE LEYÓLO ANTES.
¿Qué pasa? preguntareis
al repasar el librico
donde se encuentran sopistas,
meso'neros, sastres, ricos,
mozas de refajo y moño
que las llaman del partido ;
rodrigones que defienden
el justo precio en los guisos ,
procesiones generales ,
enterradores y físicos ,
tertulias de gentes nobles
y los frailes que solícitos
junto al lecho del enfermo
le recomiendan á Cristo.
¿Qué pasa?, preguntareis;
nada : contesto á seguido ,
es el genio de un ingenio
que os presenta en este escrito
20 MURCIA
la hermosa ciudad de Murcia
en el diez y siete siglo ,
con sus costumbres , sus hábitos
y todo su contenido.
A. G. A.
AL FAMOSO INGENIO
AUTOR DEL RETABLO DE IMAGINERÍA
INTITULAPO
MURCIA QUE SE FUÉ.
EL SOPISTA CAÑA-EJA.
SONE-
Revuelve mamotretos á milla-
Quita el polvo á amarillos pergami-
Tú , que resucitar has consegui-
Lo que duerme en las sombras del passa,-
Pregunta á dueñas , pages y cana-
Indaga, busca, husmea, con sigi-
De cuentos haz acopio , y racioci-
Sollozando ó ri yendo á carcaja;-
Y después de correr con travesu-
QUE SE FUE. 21
Pescando enrredos y formando jui-
Para narrar asunto tan curio-
¿Hallastes algo bueno por ventu-
Mejor que lo que hoy ves en tu cami-?
No... ¿Pues á qué cansarte, laborío-?
A. R. G.
EL Lie. JOAN DE MENA
Á su FIJO EN EL TIEMPO É APRENDIZ DE COSTUMES
AUCTOR DEL RETABLO DE IMAGINERÍA
INTITULADO
MURCIA QUE S'E FUÉ.
Homilde Der Lerhling: tu peñóla sciente
Sutiles añuda poetales inventos
con riso é por puntos trementes lamentos
dulzísona é triste , pascible é furente
ansi d'heliconeo licor murmuriente
la délphica linfa con azentos divos
asaz jubilosos ó asaz atlictivos
abreba al humano de bien meresciente.
22 MURCIA
Cobdizia tu esprito guirlanda Laurea
d'auriferas frondas de evicterno atuendo
tus mentes ardidas al home fellendo
sabrosa membran^a , celícola tea.
Con mil galardones veráse tu idea
complida , é si á miles también merescidos,
que linos escuros del tiempo texidos
ansi clarificas con llama febea.
Mas , pero sepades ; que non embargante
que el fado te brinde corona é loores
fazed homildosso fuir sus honores
non trueque en soberbia templado talante
si non : como cates limosna homillante
lo que es yustiprezio de gaya sapiencia ,
veredes viscoso por fadal falencia
el ampio sendero por do vas triomphante.
E lluego á la postre catedes rompida,
la carzel que agora tu espricto aprisiona ,
hollando al llevarse lumínica zona
do cabe la muerte comienza la vida ;
Allí , non ganoso oiredes cubrida
la vuesa manzilla por voz falagueña
que verás liciones, la eternal enseña
é non á tus plantas por ende movida.
QUE SE FUÉ, 23
Non endes mi parla : sopor de homildanga
catad non vos tome del triumpho dubdoso
non tanto se homille tu labro que hontoso
vacile temiente, de dubda á semblanza.
Tus mentes engendren donosa esperanza
si bien repetosso , los oios abiertos
la non bien oliente zeniza de muertos
escara, que hiede, mas guarda ensenianga.
R. G. G.
AL LECTOR.
Pásale al ingenio pobre , lo que al belon con
mecha ética , que por más aceite que póngasele
no conseguiráse mas luz. Dígote todo esto por mí
que trato de alumbrarme con aceite de sabiduría,
sin que por mucha que ponga dentro de mi cele-
bro , nunca me luzca ni aproveche ; pero á falta
de pan, buena la torta es, digo á mis amigos cuando
pídenme cosas de mi caletre. Hice para la imprenta
este libro amanoso con rebusca de novedades vie-
jas ; y allá va para que tú discurras lo que por
cierto yo hacer no quiero en mis obras según al-
gunos dicen; y hágolo asi he de contestarles, por-
que no soy doctor de Salamanca, ni definidor de
orden, ni misionero de placea, que son los que más
aprovechan para sacar etimologías y consecuencias
de escritos ajenos, ya que como no los hacen pro-
pios, nada desmenuzan destos. Yo escribo mis
26 MURCIA QUE SE FUE.
papeles como ahora pinto las tablas de este reta-
blo, para que se contemplen y examinen por los
que ojos tengan y leer sepan. El que esto no tenga
y no los entienda, no se queje, y si lo hace,
tampoco por ello saldré yo en ofensa ; digo mesmo,
que aceite no tengo ni mediano en mis luces , y
nmgun cuidado han de dar á nadie mis obras , ni
á mí que lo que el negro del sermón saco dellas,
dáseme tampoco de los críticos que pudieran po-
nerles la maca de que son poco explicadas; mo(;'o de
pala no soy en horno, para meterles significados,
ni ama de cria montañesa para dar papilla de ar-
gumentos con cuchara. Lea y estudie con segunda
retentiva, mis locas obras, de ingenio pobre, el
que quiera; búsquelas el intríngulis que puse, la-
brándolas á intento para en futuros tiempos, com-
paración formar; y si no le halla, prevéngase de
paciencia que menester le será. Perdona lector
que benévolo eres, y escudriña bien Murcia que
se fué, y te voy á mostrar por si puedes sacar
algo en limpio. — Vale.
MURCIA QUE SE FUÉ.
TABLA I.
EL SOPISTA CAÑA-EJA.
Representa un sopista, que siendo pobre, carrera seguía, //
enséñala el circuito desta ciudad de Murcia, sus calles
y acomodos.
V
iviA en mil seiscientos y tantos en una bar-
raca, no lejos de Espinardo, un matrimonio, que
como muchos , hizo el diablo para se burlar del
tal sacramento; cañilabada y enjuta era la mujer,
y zanquilargo y espelirido érase él , que cultivaba
en arriendo tierras de un hijo-dalgo de allí : es-
trechados vivian , sin poder con los esquilmos pa-
gar nunca el rento , sino cuando los gusanos de la
seda no se colgaban , colgando á los pobres : tenia
este matrimonio un hijo que iba á tirar de la igle-
sia', según las trazas que á ello hacia ; y mientras
sus padres comian bollo y tomate para almorzar,
sémola á medio dia y bollo con una sardina por la
noche, él con el fin de ser Obispo, ya que no cosa
28 MURCIA
más holgada , buscábase vida mejor, durmiendo en
la barraca , y diligenciándose algún más regalo
fuera de sus padres, viviendo á la gandaya.
Largo fué siempre , y Caña-Eja pusiéronle desde
pequeño : en unos zapatos que reíanse de sí mis-
mos por lo rotos, metia sus dos pies de lanceta,
en que levantábanse dos hilos envueltos en me-
dias que habían sido de estambre en otro tiempo,
y que habían pasado ya las viruelas, según lo pi-
cadas; cubríale, colgando de los hombros, una
sotana recortada , que tanto habíalo sido , que por
una ropilla sin cintura debíase tomar; asomábale
un rosario de cuentas gordas, y mal tapábase todo
con una capa vieja y raída , llena de sietes como
pizarra de algebraico, y guarnecida de sebo en el
cuello que al sol relucía ; del de la capa salía el
suyo que no era sino limpio guajero con una nuez
que apretaba una gola roñosa; y la cabeza se
componía de una barba afeitada cada mes, nariz
de apaga-candiles, ojos cadavéricos, y una boca,
que ni la del infierno seria mayor ni más traga-
dora; caíanle largas melenas peinadas con hor-
queta y empolvadas de caspa, sujetándolas con un
baleo, que no sombrero podía llamarse aquel
ruedo negro sin toca ni cordoncicos de presas.
Era de ver la vida que dábase para seguir su
carrera: apenas cantaban los primeros gallos, al-
QUE SE FUÉ. 29
zaba de un cañizo mullido de paja, y se lavaba en
la cieca no más que las manos, parecidas á rama-
les de deciplinas franciscanas ; besaba las suyas á
sus padres, y hacia Murcia veníase golpeando las
puertas de las barracas ; y por dos cuartos cada
mes V algún remijon cada cosecha, cantaba en
cada una , copla á la Virgen de la Aurora , de
chiste ó réquiem , según era menester , al son de
una esquilica que tocaba ínterin. Cuando trasponía
la puerta de Molina ya clareaba , y entrando en la
ciudad , descansábase en un portal que ocupaba
una vieja vendiendo bollos de alfajor y leche de
anís, la que de balde tomaba Caña-Eja á cambio
de rezarla una oración á San Caralampio y otras
devociones : enderezaba luego á la puerta del Be-
neficiado Medrano , y dando golpes con un alda-
bón que hacia retemblar el zaguán en eco de jui-
cio, esperaba á que le abriese el ama; subíanse,
y hmpiaba los zapatos y ropa del reverendo, sa-
caba á pasear por la calle á un galgo de carrera,
y traia de la plaza los menesteres para la comida
que compraba y sisaba , probando cada cosa por
su calidad saber, almorzando con tal estratajema.
Llamábale la campana de la Catedral , y oia
Misa , pasando después á las aulas en hora de cá-
tedra ; y concluida , volvía á casa del Beneficiado
que pasábale la lición; marchándose á seguida á la
30 MURCIA
librería de Palacio á estudiar en libros, que pocos
tenia, y éstos prestados, y amen de la lición ano-
taba cosas provechosas para las tardes, hasta que
tocando el campanon de las doce, se iba á San
Francisco, del cuyo convento era muy amigo y
leal parroquiano; y sacando de las faltriqueras una
escudilla y una cuchara de palo , tomaba en ella
y de ella la sopa de los pobres frailes, que para
los pobres pedian á^ los pobres , más pobres que
ellos, en los pobres puestos de la plaza; y royendo
algún hueso poco vestido de casa del Beneficiado
con acompañamiento de mendrugos , comía sobre
las piedras de la obra de la Santa Iglesia ; mar-
chaba después á la calle de Mesones ó á la Puerta
del Sol á tomar éste barato , en la enza de topar
con caballeros viajantes ó forasteros para guiarles
si querían por la ciudad, con agasajo (según las
monedas), en lo que pasaba la tarde, y después
de recoger en casa del Reverendo despojos de co-
mida para su cena, enderezaba á su barraca por
los mesmos pasos que trujo de mañana; rezando
oraciones , enseñando el cristus á los zagales , la
doctrina á los mozos y mozas casaderas, ó pasando
partes de rosario, responsos y otras devociones en
las barracas de la huerta. Desta manera había vi-
vido desque un dómine habíale enseñado tal traza
después de la gramática y las cuatro reglas, y
QUE SE FUE. 31
pensaba ser Obispo ó Papa, si en una hora buena
habia nacido; tenia ingenio, y conocimiento hizo
con mucha gente ; amigo era de noticias que del
licenciado Cáscales y otros apuntaba en un libro
de pergamino de colecturía que proporcionóse ; y
cuando algún caballero hacia que le acompañara,
sacábale, y como salmista en coro, ó saludador de
encantamiento, marchaba con él por los principa-
les sitios y murallas de la ciudad, así diciendo con
grandes voces y aspavientos :
«Aquí tiene v. m. la antesala del cielo; la muy
celebrada ciudad , templo y alcázar de las bonda-
des de Dios Nuestro Señor que abrió sus manos
para formar el nuevo paraíso (i ). Un cuarto de legua
antes de entrar en esta vega de las delicias, hay
una gran pieza de piedra de más de doscientas
cincuenta varas de larga y cincuenta de pié , para
atajar las aguas que la riegan por las acequias de
Alkibla y Alxufia, y mover molinos de harina; tiene
de riego cuatro leguas y media , y legua y media
al través; encharcando setenta y tres mil ochocien-
tas noventa y siete tahullas , que según la cuenta
del geómetra medidor Pedro Casquer, tienen tres-
cientas cincuenta y cinco mil quinientas moreras,
que con sus hojas crian cuatrocientas mil onzas
de simiente de seda, produciendo luego doscien-
tas diez mil libras de la calidad de joyante , y
32 MURCIA
ciento sesenta y cinco mil de la redonda , que no
sólo quédase en esta tierra, sino que también llé-
vanse á Toledo, Sevilla, Córdoba y otras partes,
dejando aquí los mercaderes de fuera en sus com-
pras , más de un millón de reales de á ocho cada
año : aquí se emplean en terciopelos de pelo y me-
dio llanos, fondos de raso, gorgoranes, catalufas y
demás telas. Da además en frutos la tierra , ciento
por uno con trigos, naranjas, limones, acimbogas,
zatalíes y pimenticos ; la plaza es muy surtida de
hortalizadura y pescados de sardinas, atunes y
otros mariscos de Cartagena y Mazarron, así como
pollos, gallinas, capones y gallipabos que crian los
panochos de más de dos mil casas de la huerta.
El Rey Don Jaime Conquistador, en capítulo
ciento cincuenta y dos de sus Comentarios , ase-
gura es la mejor ciudad de Andalucía , después y
excepto Sevilla.
D. Enrique Cuarto, en mil cuatrocientos cin-
cuenta y nueve , dió por Real carta la renta de
las salinas de Sangonera para reparar estas mura-
llas de treinta codos que ve v. m. ; en algunos
puntos han tenido noventa y cinco torres con al-
menas y matacanes , y por el pié corría foso de
agua que es el Val ; para entrar habia las puertas
que voy á relatar , según vayamos llegando por el
orden y tenor siguiente :
QUE SE FUÉ. 33
(2) La puerta antigua del León, porque hasta la
conquista hubo allí un bulto de piedra amena-
zando al Reino de Aragón con la nuestra fiereza;
ahora se llama de Orihuela , y el León está junto á
la puerta del Rio ; sigue el cigarral con sus famo-
sos jardines hasta
La puerta Nueva , que se abrió por Real privi-
legio, y es la mejor salida de la ciudad con un
grande recreo.
La puerta del Mercado ó de Bib-Almuñem, so-
bre la cual después de la conquista se hizo cárcel de
caballeros y sala de armas , sirviendo además para
presidir ferias y mercados, un Regidor y un Alcalde.
La puerta de Santo Domingo en la placeta del
Esparto, junto á los vinaderes.
La puerta del Porcel , con salida á la Compañía
de Jesús, que en mil quinientos sesenta y uno
fundó aquí el Obispo Almeida , allí enterrado; des-
de la puerta hay una hermosa alameda.
La puerta del Azoque , que hoy es de Santa
Florentina con ermita, y se llama asi por haber
entrado por ella el dia dos de Enero de mil qui-
nientos y noventa y cuatro , las reliquias de los
santos de Cartagena que trajo con grandes fiestas
desde Berzocana el prior de San Francisco, Fray
Diego de Arze, que luego fué Obispo de Casano
en Ñapóles.
3
34 MURCIA.
La puerta de San Ginés , con salida á la ermita
deste santo , San Agustin, la Arrijaca y San Antón,
La puerta antigua de Bib-Segura , hoy de Vi-
drieros ó del Pilar , con ermita de la Virgen , pro-
piedad del Ayuntamiento.
La puerta de la Verónica, antes de la Aduana,
que sólo es un arco hoy junto el Almudí y Almo-
jarifazgo Real.
La puerta de la Puente que estriba en el Alcá-
zar para el adelantado que mandó hacer D. Enri-
que Tercero en mil cuatrocientos y uno, y ce-
dido luego, fué para el Santo Tribunal de la In-
quisición al aquí ponerla en mil cuatrocientos
setenta y ocho ; en el patio habia una poterna con
rastrillo y una plaza fuera , en que se celebraban
por los moros los juegos de cañas y sortija , ferias
y mercados concedidos por D. Alfonso , la cual
llamóse de la Almenar.
La puerta del Sol , con antepecho sobre el rio,
y cerca está la casa de los Corregidores que lla-
man Darxarife , y luego estaba la torre de Cara-
majul en la fortaleza que dio D. Alfonso á los frai-
les caballeros Templarios , y labraron N. S. de
Gracia y Buen Suceso, con hospital. Tenia esta
torre ocho torreones unidos en cuadro.
La puerta del Toro al entrar en la calle que ya
es, y fué el Val que corria á Levante.
QUE SE FUÉ. 35
La puerta de las Siete Puertas en Santa Olaya,
por donde entró D. Jaime en Murcia el dia de la
conquista , y por las alfarerías siguió la muralla á
la puerta del León ó de Orihuela como dije antes.
Ahora , por el tanto de que no se extravíe por
la ciudad, diré á v. m. las calles mayores y prin-
cipales : la de San Antonio que viene de la puerta
de Orihuela á la catedral ; la de Trapería que va
hacia Norte desde la catedral á la plaza de Santo
Domingo; á su comedio hay un hermoso triunfo,
con altar de piedra en el cantón de San Cristóbal,
con efigie deste santo ; en esta calle están los mal-
teses, ginoveses y catalanes mercaderes; del su-
sodicho cantón parte hacia Poniente la calle Pla-
tería por la placeta del Señor de lufre hasta la
plaza de San Bartolomé y Santa Catalina, donde
hay tiendas de finas telas , argenteros ó plateros
que hacen filigranas en botonaduras , joyas y ve-
neras como en Córdoba , y los sastres ocupan una
parte ; cerca está la tal parroquia , la casa contraste
y en frente della la Lonja; se va á Vidrieros ó puerta
del Pilar por la Lencería , en que están el gremio
de toquería y pasamaneros ; cerca , entre esta calle
y la del Adelantado , que es donde está la Santa In-
quisición , hállase el cantón de la Puridad y bra-
queta de San Pedro con parroquia, en la cuya
plaza están los tejedores de felpas y montereros, y
36 MURCIA
no lejos la real carnecería y calle de Bodegones;
de ésta á la catedral va la Frenería , donde viven
los pasteleros y talabarteros. Siguiendo por Vi-
drieros , antes del arco del Pilar , están los herre-
ros y caldereros napolitanos que vienen para
apañar sartenes. Junto á la plaza , que es á la iz-
quierda , está la calle de Mesones , en que hay
buenas posadas de caballeros y pueden caber co-
ches de collera (en alguna , no en todas). A otro
lado de ciudad junto la plaza de Santo Domingo,
está la Pellejería donde se adoban y zurran las ba-
danas y pieles, y por la parte de la ciudad de su
medio hacia Trasmontana , están situadas las casas
y palacios de las personas de distinción y nobleza,
aunque algunos hijo-dalgos lábranlas fuera mura-
lla , y algunos marqueses y señores de título en
la huerta , como al otro lado el Val junto la puerta
del Toro , se ha hecho su gran casa y huerto Don
Nicolás de Villazis, rico hacendado, y persona
muy hábil en pintar santos y cosas de historia (3).
(4) Esos como pedestales que topará v. m. con
figuras de imagen de bulto , en medio calles ó ca-
minos , triunfos llaman ; si en cuadros ó medio
bulto que cada casa uno tiene , dícenlos capilla del
santo casero; sobre lo cual diremos que nuevo
esto no es, que los athenienses y romanos genti-
les eran , y teníanlos en sus. casas con capillas
QUE SE FUÉ. 37
como estas que Lararios intitulaban. ¿Qué hacer
nosotros siendo hijos de la luminosa y más verda-
dera religión? Cuando tengan puertecicas y cor-
tina además , es que estación harán las procesiones
cuando por allí pasen. Y estas cruces de marmó-
rea piedra sobre columnas y pedestales de basa-
mento que hay comedio las plazas frente á las
puertas de Iglesia , decir quieren que santa tierra
es aquella de la cual nacimos y á ella hemos de
tornar muertos , enterrando allí si atrio no hubiere
á drehede. También frente todas las puertas dichas
para entrar en la ciudad, otras cruces hay, pero
aquellas llámanlas de humilladero ; algunas de
tiempo atrás y de conquista vienen que son co-
lumnas de moros con cruz de hierro de buena
obra de rejería , á las cuales el traginero cami-
nante encomiéndase; tiempos atrás un San Cris-
tóbal habia pintado de bulto en cada una , por
dar buena suerte , según devoción de los antiguos
tiempos de caballerías (o).
Basta por hoy, si le parece á v. m., y deján-
dole á la puerta de su mesón , recemos las Aves
Marías, que las campanicas tocan á oraciones. A?i-
(jelus Domine... etc Buenas noches.
38 MURCIA.
TABLA II.
EL CUCO BERMEJO.
Represe7ita el mesón deste intitulo, con su mesonero, vida y
milagros, gne hombre de ellos era, y dase razón de las
ordenatizas de tales casas.
c
ALLE de una aljama de moros fué una calleja
estrecha como faja de mfante , y de casas negras
y acarbonadas, que no tenian muchas ventanas y
éstas como troneras en los altos; y las entradas,
que como gateras serian , guardaban la forma de
herradura , alquitrabadas con leyendas de garra-
pato : podíanse tomar señales de las casas contando
los montones de estiércol que el paso quitaban,
en que las gallinas, conejos y marranos (hablando
conmigo solo) revolcábanse como canónigos en
colcha de seda. A comedio la calle habia dos al-
béitares martillando con repiquete de vísperas clá-
sicas en unas vigornias vizcaiznas , y cuando no
se oia este ruido y se olia el chamusqueo de her-
rar á fuego , sentíase algazara de pasacalles y par-
randas , que dentro de las casas sonaban con gui-
tarrones algunos rufianes ó mozas del partido,
faltando á las premáticas de la justicia. Como evan-
gelio pasaba que las tales casicas habíalas dado
QUE SE FUÉ, 39
D. Alonso en fundación con otras rentase los mo-
nasterios de frailes de Santo Domingo y monjas
de Santa Clara la Real , cuando fundólos en mil
tresciefstos veintidós ; pero vendiéronse por mor
de escrúpulo á un hijo-dalgo, que hijo de algo
sena, cuando sm tener padres conocidos, pero sí
dmeros , habiase hecho con la ayuda destos de un
pergammo que dióle progenie en Adam , y escudo
de armas que en azulejos hizo poner cabe lo alto
de las puertas de sus casas ; y no era otro sino un
cuco bermejo en campo dorado; dándolas en ar-
riendo á honrados pobres , que hab.an venido de
galeras, ó á otros parroquianos de la garduña.
Sirvióle de muestra al primero (que morisco era y
ladrón) que allí en una puso mesón con licencia
del ilustre Corregidor , y cuando otros pusieron
muestras en otros , por se distinguir y no perder
parroquia aquel , hízose fabricar por el tio Lima-
Roja, rejero afamado y veedor de su gremio, una
como bandera de hierro con muchos gavilanes y
alicatados, y encima á moa de veleta un pájaro
bermejo , que así era cuco como yo Preste Juan
de las Indias : por añadidura y recalcamiento pintó
con almagra y aceite un letrero en la pared desta
suerte (6)
^ Me<SoN pa Cauayerros i Aryeros der Cwco.
40 MURCIA
Había dentro un zaguán que tenia una arca
para la cebada , más grande que la de Noé , llena
de clavos y astillazos, como adarve de justas, te-
niendo la tal una cerradura de molinillo , con más
recorticos que pastel ojaldrado. Encuna, y porque
fuera encubridor de maldades, habia un santo de
yeso en un abujero de la pared, y una luz en un
vaso de vidrio verde , (jue tan acostumbrado estaba
á servir el vino aguado, que no extrañaba la com-
paña del agua con el aceite , sirviendo para lám-
para; un rosario formado con cascaras de nueces,
unas deciplinas de torzal y una alcancía de barro
junto al santo, para recogerlos picos de las cuen-
tas que gastábanse en dar luz al patrono , comple-
taban aquel santuario. Una escalera con barandal
de madera, comprada de un patíbulo, que siem-
pre así cuando hay ajusticiado de alta nota salen
baratas, subía á las cámaras. A la derecha mano
estaba la cocina , con una campana mayor que la
de Toledo , que si en ésta caben un zapatero y siete
sastres , en aquella estarían holgados dos tercios
flamencos con sus banderas, cajas y trompeteros;
mesas también habia á la redonda con poyos de
aljezon y ruedos encima de pleita fina crevillen-
tera. El techo era de alfargías que en sus tiempos
entreguardaron un artesonado, y después habíanse
cubierto de colgaduras pero no de tapiz, sino de
OUE SE FUÉ. 41
filahiz de araña , que tales las habría que pudieran
pelear en descomunal batalla con el cancervero
de los infiernos. Las paredes habían estado atau-
ricadas, y luego de enjalvergo , pero negro ha-
bíase tornado por el humo, y sólo blanqueaban
unas rayas que eran las cuentas de paja , cebada
y demás gastos. Por una puerta pasábase al para-
dor en que podían estar algunos carros ; y luego
veíanse las cuadras, que no sólo servíanse dellas los
brutos, sino también las personas para brutales
casos no consentidos por las justicias en parajes
públicos.
Era el mesonero un amigo de guardar lo ajeno,
que conocimientos había hecho con los cuadrille-
ros de la Santa muchas veces , los que amarrado
para no dejar sin premio su caridad , le recomen-
daron á la justicia, quien hízole servidor de S. M.
por muchos años en las Reales Galeras, de que
escapó con traza á los moros, renegando, y tor-
nándose luego cristiano otra vez , para con regalo
partirse él y otro moro manchego amigo suyo, el
importe de la fingida venta de rescate por los frai-
les mercenarios que aquí le trujeron. Cautivando
la atención este cautivo, cautivó asimesmo algu-
nas dádivas de grandes señores, á quienes con-
taba estupendas relaciones de malos tratamientos
sufridos por la religión, y puso el mesón del Cuco
42 MURCIA
Bermejo : llamábase Mojama de mote y sólo aten-
día por él , aunque decian que muchos conocíanle
por el de Juan Garra ó Garriga , que venia de
agarrar en su ilustre progenie. Vestía zaragüelles
anchos, esparteñas de cara estrecha con cintas
anchas, y sujetábase la cintura ó el cuerpo, que
era como costal de lana, con una faja morisca en
que guardaba los dineros, amen de una daga de
gracia que habíala quitado el guardamano por el
disimulo ; montera de Albudeite sobre el pañuelo
traia en la cabeza y un rosario al cuello , así como
algunas reliquias y escapularios. Sólo tenia en su
compaña siempre dos que llamaba sobrinas ; y
grande seria su familia cuando á menudo se vian
caras nuevas , que muy caras costaban según el de-
cir, las cuales caras siempre teníanlas de agasajo
para los dadivosos, y esquivas para los agarrados
de bolsa ; jugaban de palabras y de obras con los
huéspedes y estos con ellas y por ellas , tanto que
los corchetes venían á menudo á enterrar el
muerto, hospitalar á los heridos ó desplumar á
los combatientes que salian sanos ; sin que hubie-
ran de castigar al tio Mojama , porque era hombre
de buenas costumbres, hermano de la caridad de
los ajusticiados , que confesábase á menudo en San
Francisco , y no podíanle agarrar corchetes porque
él teníalos agarrados con salario secreto , por sus
yUE SE FUÉ. 43
buenos oficios. Allí paraban los caballeros en las
cameras, los comediantes y otras personas de su
prez en la cocina , y en el descargador los arrieros
de reata que venían de paso para el Reino. A to-
dos acudía el mesonero y las mozas , viniendo los
jueves de mercado otras amigas que mozas eran y
del partido , con una vieja zurcidora de voluntades
que llamaban la tía Rasca-moño, por no tenerle;
estos dias eran de trabajo, como así las vísperas
de Noche-buena, Semana. santa y feria; bullia la
gente, hablaban más que bebían, y no era poco, y
en la confusión perdíanse cosas , bolsillos y caba-
llerías mayores y menores que otros encontraban
antes de perderse, sin que al parecer de la justi-
cia nada tuviera de culpa el mesonero; por la no-
che ó de tarde, algunos comediantes de la legua
y hasta la hora de queda hacían pasillos y autos
en el corral; y de día no faltaban bailes, que á
ser honestos nada valieran. Pero trazas tenían peo-
res otros mesoneros para su beneficio y fraude,
que anteriormente en ayuntamiento para remediar
lo conveniente, en consejo ordinario de siete de
Enero de mil quinientos ochenta y cinco años, se
hizo y mandó promulgar la ordenanza siguiente,
con bando público de atabales y pregón en los
cantones y puertas de la ciudad.
44 MURCIA
ORDENANCAS DE MESONEROS.
» Que los mesoneros tengan en sus mesones
ropa y servicio dellos limpios y bien, aderezados,
de manera que los huespedes y personas que á
ellos fueren se les dé buen recado , tanto para la
comida, como para en todo lo demás de su hos-
pederia y alojamiento sin (pie falte cosa alguna
y la Justicia y Fieles Executores tengan cuy dado
de visitar los dichos mesones y hazer que se cum-
pla en todo asi.
y) ítem: que los dichos mesoneros tengan buena
cozina. con chimenea y fuego co?tuenible, poyos ó
bancos d la redonda, según la calidad requiere,
con mesas publicas, comunes á todos servicios de
manteles, platos y escudillas, saleros, tacas, jar-
ros, tinajas de agua, todo con mucha limpieva y
pulida ; y si asi no lo hizieren , sean competidos
por la dicha Justicia y Executores á ello, impo-
niéndoles moderadas penas para lo de adelante,
y aquellas se ayan de executar comunicadas pri-
mero con la ciudad.
» Y porque es muy justo que en los aposentos,
y camas que los dichos mesoneros dieren á los
huespedes que fueren á los dichos sus mesones
sean qual les combiene: Ordenamos, y mandamos,
QUE SE FUÉ. 45
que las cámaras y aposentos tengan puertas con
cerraduras y llaves, las quales den á los que en
ellos se alojaren y aposentaren , y por dentro al-
davas de manera que se puedan cerrar, y lo que
alli se pusiese y metiere esté seguro, y las camas
que en ellos huviere ayan de tener, y tengan dos
bancos, cinco tablas, dos colchones de lana, ó por
lo menos lo sea el uno, y el otro de aristas, dos
savanas , una inania fracada y dos almoha-
das, vna silla, mesa y servicio della, y en ano-
checiendo servicio; so pena que por cualquiera
cosa de las susodichas que faltare tengan de pena
por cada una vez cien maravedís; pero aunque
falten todas las cosas juntas en vna cama y apo-
sento no puedan exceder ni exceda la dicha pena
de dúdenlos maravedís por cada uno de los apo-
sentos donde faltare.
»Item: que por vn aposento y cama en la
forma y manera dicha no puedan llevar mas de
vn real de posada por dia y noclie que en ella
estuviere con cavalgadura , ó sin ella so pena de
trecientos maravedís que lo contrario hiziere.
í)Item: que los dichos mesoneros ayan de tener
y tengan siempre proveídos los dicJios mesones de
paja y cevada, la cual ayan de vender y vendan
con postura de los Executores , como es costum-
bre, y no de otra manera de lo que se le pusiere,
46 MURCIA
y teniendo la cédula que se les diere de la dicha
postura fijada en parte publica dó se pueda leer
y ver de todos , so pena de seiscientos maravedís
por cada vez que excediesen del dicho precio, y
diicientos la que ?w se le hallare cédula según
dicho es, ó estuvieren sin la dicha paja y cevada
pudiendo ser ávida.
y>Item: que los dichos mesoneros y cado uno
dellos ayan de tener y tengan medio celemí y
quartillo para medir la dicha cevada, refirién-
dose como conviene, harneros con que dan la di-
cha paja del tamaño que los dichos Executores
se les señalaren , so pena de trecientos marave-
dís de cada cosa de las susodichas en que exce-
dieren, aunque si en todas huvieren incurrido
juntas no pase la pena de seiscientos maravedís.
r>Item: que los dichos harneros que tuvieren
estén sanos y no rotos y oradados, so pena que
si faltare algún esparto, solo tenga de pena du-
cientos maravedís, y si faltare mas de cada es-
parto un real, con que toda la dicha pena no
exceda de seis reales, aunque aya mas espartos
rotos, entendiéndose como ha de entenderse, que
si faltaren dos espartos ha de ser la pena dos
reales y 7io mas.
»Ttem: que los mesoneros tengan los pesebres
de los dichos mesones sanos, no rotos, ni aguje-
QUE SE FUÉ. 47
reacios; y si lo estuvieren, tengan de pena cien
maravedís de cada pesebre y aunque pasaren de
tres los que juntamente se les denunciare, no sea
mas de trecientos maravedís toda la dicha pena,
aunque aya mas que los tres dichos pesebres, en
qualquier cantidad que se aya fecho la denuncia-
ción y tengan tres días para aderecar los dichos
pesebres; pero si estuvieren desportillados ó ro-
tos, como sea un palmo de vara en alto del suelo
del dicho pesebre, no incurra en pena alguna, ni
puedan ser denunciados por ello, aunque han de
quedar obligados á los adobar.
»Item: que en cada uno de los dichos pesebres
ayan de tener y tengan atadores, y por el que
faltare tenga de pena dos reales en que si pasa-
ren de tres, toda la dicha pena fio exceda de
seis reales, y tengan después de denunciados tres
dias para aderecarlos.
»Item: que sien un aposento huviere dos camas
cumplan con tener la dicha mesa, y vn servicio
con que aya tantas sillas como camas huviere,
por las quales no puedan llevar por día y noche
mas de veinte y cinco maravedís por cada vna,
aunque las dichas personas que durmieren en
ella tengan cavalgaduras so pena de seiscientos
maravedís, y si en aposentos no huviere huespe-
des los tengan como quisieren.
48 MURCIA
»ltem: que si por tener umchos huespedes no se
les pueda dar ramas en la jorma y manera de-
susodicha , y los tales huespedes quisieren les
hayan camas en el suelo, no puedan llevar por
ellas mas de medio real de cada cama , la qual
aunque no tenya las cosas dichas en la de arriba,
no incurra en pena alyuna.
y) ítem: y ¡)or que se ha de atender principalmente
al servicio de Dios nuestro Señor, y escusar todo
pecado, y mal exemplo: Ordenamos, y mandamos,
que en los dichos mesones los dichos mesoneros, no
acojan hombres de mala vivienda, y tratos de ru-
fianes, y muyeres publicas, ni deshonestas, aun-
que sea socolor, y titulo de criadas, ni en aposen-
tos, ni en camas donde se comuniquen ; ni con-
sientan que los dichos huespedes que tuvieren las
lleven y se eticierren con ellas, eon achaque de
qualquier otra cosa , ni consientan tablas de
jueyo ni de tahurerías, so pena de seiscientos
maravedís de cada una cosa qne se les denun-
ciare.
»Item: que los dichos mesoneros ayan de tener
y tenyan en las puertas principales de los dichos
sus mesones, cerraduras con llaves, y cada noche
las cierren con ellas, y si el mesonero abriere las
dichas puertas muy de mañana para que salyan
algunos huespedes, amoneste primero d los demás
QVE SE FUÉ. 49
que pongati en recaudo lo que tuvieren , so pena
que si asi no lo hizieren, pague lo que faltare á
las personas cuyo fuere, por aver dexado de ha-
zer la dicha diligencia.
y)Que en los dichos mesones fio puedan tener
gallinas, ni puercos, so pena de perdidos, y de
seiscien tos m ara vedis .
y) ítem: que si los dichos mesoneros tuvieren
cavalgaduras en los dichos mesones, ora sean su-
yas, depositadas, ó dadas á guardar , en qual-
quiera manera que sea, como las tales estén á su
cargo, las ayan de tener, y tengan atadas de
suerte que no' puedan comer el pienso á las age-
nas, so pena que si fueren halladas sueltas de
qualquier manera que sea, tengan de pena seis-
cientos maravedís.
y) Las quales dichas ordenanzas y cada vna
dellas mandaron que los dichos mesoneros guar-
den y cumplan , so las penas en cada vna dellas
contenidas, aplicadas por tercias partes, Ciudad,
Juez y Denunciador, y que se pregonen publica-
mente y dello venga noticia á todos; y que si
cada vno de los dichos mesoneros quisieren vn
traslado autorizado dellas; firmado de la Justi-
cia y del Escribano publico para poner en los
dichos mesones, pagando los derechos se les dé. »
«Si no dispone Dios nuestro Señor de mi hasta
4
50 MURCIA
que yo pida las ordenanzas, mucho he de vivir,»
decia una noche del verano, Mojama á un amigo
de tomar lo ageno como él, y amigo suyo, ladrón
con tijeras (sastre quiero decir), el cual hacíale
compaña cada dia en posturas del sol , y entendia
los cartones de baraja , los que jugaba con des-
treza, sin ofender á Dios; pasaba por hombre de-
voto y preciso será, lector, le conocer.
TABLA III.
LA PIEZA DE EXAMEN.
Representa la plaza de Santa Catalina ; el taller y vida
de los sastres; examen de uno; y razón se da de las orde-
nanzas de su gremio.
Vs^oMO digo de mi cuento (y coronica es), la par-
roquia de Santa Catalina , parroquia comenzada de
filigresía en el año del Señor mil quinientos veinte,
tiene una capilla mayor con patronato y enter-
ramiento de los muy altos señores Zarandonas:
igualmente lo tienen los Saurines en la capilla de
la Sacra familia: los de Gaitero en la capilla del Re-
QUE SE FUÉ, 51
poso; y en la de San Ildefonso una noble familia
<le canónigos , que tienen casa solariega del Valle,
y con el tiempo habrán merced de intitulo. Di-
cen tradiciones que la manzana que de la calle
del Trinquete viene por la iglesia á la calle
Platería , fué monasterio de Templarios ; pero no
sabemos sino que hubo convento de Padres claus-
trales de N. P. S. Francisco, de esos que no son
pobres , pueden tener haciendas y zapatos , y en
reino de Andalucía llaman Angelinos. Como ga-
lerías , hánse conservado unas columnas dentro las
casas que al comienzo de la trasera centuria
se fabricaron, y para cuyos cimientos sacaron
debajo de tierra cuencos , escudillas y otros
menesteres de peltre y de obra de los moros,
como también una como losa con señalajos , que
consérvanse y quieren decir que allí enterraron á
una Doña Fátima que hacia coplas , y fué hija de
un arráez déla morisma (8). Cabe la iglesia habia
uno como á semejanza de zaguán que servia de
taller de sastre ; daba á la plaza del Contraste y á
la calle de Platería por estar la casa haciendo el
cantón frente á la Lonja que , por se derribar la
puerta del mercado ó de Bib-Almuñem al ex-
tremo de Trapería , se hizo en mil seiscientos veinte
frente al susodicho contraste , para la venta de co-
mestibles y cárcel de caballeros fijo-dalgos. Era la
52 MURCIA
tal casa de piedra tabaire, con un balcón de gan-
chos como tabla de carnicero , matacán sobre la
puerta principal y una alacena con una santa
imagen del Corpus á su lado para muestra de que
allí hacia paso la procesión, taní mientras en la
plaza farsaban el auto sacramental del dia los co-
mediantes y las danzas en aquella festividad. Ace-
soria de la casa era el taller, que pared por medio
y debajo de la torre del relox tenia una como lo-
bera por lo tenebrosa, cueva cuasi soterránea,
donde poníase á los difuntos, hasta que dicho
su funeral , enterrábanlos en la iglesia ó el atrio
según sus dineros , que menester son para canto
de sochantres , celo de muñidores y descanso del
cuerpo después de muerto.
Abríase al alba la puerta del taller, y allí
aguardaba esto un zagalote envuelto en un hara-
poso ferreruelo, dando tormento á un pedazo de
bollo más duro que pecado de galeote y negro
que alón de cucala ; era crecido, con larga zanca,
con calzas de regula por lo agujereadas como gar-
villo garbancero, montera para mayor cabeza , y
greñas de torcida de candilon por lo grasicntas; que
no era otro sino el deprendiz. Parecía el maestro
que abría, ni viejo ni joven, ni alto ni bajo , ni
gordo ni flaco ; coleto y calzas de estameña esta-
ban sujetas á su cuerpo por un ancho cinto, que
QUE SE FUÉ. 53
hacia percha á un rosario de cuentas de haba-san-
ta con cruz de aljófar, la cual besaba el zagal, que
tomaba de manos de aquel un cesto y algunos ma-
ravedís para la compra que hacia como galgo de
carrera, viniendo á seguida de carniceria y plaza;
aderezaba el maestro Sisa sus menesteres, que tal
mote dábale el gremio de retaleros por fundado
motivo, y veedor era en aquel año. Rodnguico
llamábase el deprendiz , que abriendo los postigos
sacaba y ponia, avanzando hacia la calle, puestos
en una caña , algunos pedazos de paños y unos
gregüescos usados. Habia dentro alguna que otra
silla vieja con asiento de vendos, y desparramados
por los rincones los útiles muebles del oficio, amen
de dos espuertas que contenian las piezas de ropa
en costura , manteos y sotanas , mezcladas con co-
letos de las guardias de S. M. ; así como casullas
y ropas de coro colgando de las paredes ; y pe-
gados en éstas con hostias habia multitud de car-
teles de novenas y autos , sumarios de indulgen-
cias , patentes de cofradías y estampas de santos,
como pintadas en lo alto de tales paredes varias
figuras vestidas á modas distintas , la cuya pin-
tura venídose há conservando.
Poco deprendía, como los demás de su rango,
Rodriguejo, que no hacia sino recados de ir por
hilo, barrer la casa, traer agua de la acequia de
'54 MURCIA
madres Isabelas , tener el mañaco hijo de su maes-
tro, ó ir con la alcuza por aceite á los graneros del
Cabildo para su maestra y para la lámpara que
alumbraba en el taller las estampas de Santa Lucia
y San Gerónimo, patrones de los gremios: pasaba el
dia además quitando hilvanes, y nocheciendo salia
con un farol de ojalata y cuerno, mayor que el del
Puerto de Mesina, y una campana (9) , pidiendo
para las ánimas de la parroquia, con diezmo y
primicia de ochavos para él , que los invertia en
polvos de suelo de bizcocho ú alcorza en el horno
del Paso que habia junto el cantón del Águila:
echando lo demás en la casa de aquellas por la
reja del cepillo. Venian más tarde por mañanica
dos que eran oficiales ; cubrían sus cuerpos la en-
voltura de unas capas telicebolleras que el tiempo
habia tornado de color bermeja , y dando los
buenos dias y rezando padres nuestros y ora-
ciones á la santa patrona , con cuyo susurro bos-
tezara un gato que dormido aún estaba sobre
la ceniza de un brasero de hierro , aguja en ris-
tre y tafanario en silla poníanse á trabajar. Largo
y estrecho, de cuello acigüeñado era el de más
edad , que se llamaba Mateo Pespunte por lo
perfectos que habíanle salido unos ; tenia hecho su
aprendizaje en la casa , y ya oficial examinado,
casó con la hija del mandadero de las pobres ma-
QUE SE FUÉ. 55
dres franciscanas de Santa Clara la Real, tan po-
bres , que mantenian más empleados en su servi-
cio que mantenía S. M. en la invencible armada.
Meses antes del caso concluyó la pieza que bien
aderezada habia, para con ella probar su desamen,
y no sabia el dia fijo que su maestro y los veedo-
res de los gremios de sastres , calceteros y jube-
teros vendrian en probarle. El otro estaba ha-
ciendo el último tiempo para oficial, y le llamaban
Hondillos por lo bien que poníalos en los zara-
güelles; y era hijo de un pregonero de la ciudad:
faltábale poco á salir á oficial , y hasta que lo fuera
no podia casarse , aunque tuviera preparado lo que
necesitaba. Cortaba el maestro, y recibiendo re-
cado de casas de señores , entraba y salia á tomar
medidas, mercar paños y efectos, y en su ausencia
ocupábase la maestra trabajando también en las
piezas de costura con los oficiales; si solos estaban,
y á fin de no pecar con murmuraciones, cantaban
al unísono y al semitonado los cuatro, las coplas
de la aurora, la letanía lauretana compuesta de
música por el P. Regoldoni, dominico italiano de
fama , ó rezaban partes de rosario por vivos y di-
funtos de mayor obligación.
La maestra parecía la muerte por lo tiesa y lar-
guirucha, con tocas echadas á la cara; jubón de
estameña, refajo de sayalejo y zapatos de oreja
56 MURCIA
completaban el forro de aquel esqueleto ambulante,
que para muchos tenia gancho, como decian algu-
nos señores que á ratos tomaban asiento en el taller
con ella y otros padres de San Diego y Santo Do-
mingo ,^ tertulia pasajera de media hora ó una por
mañana y tarde. Desde el campanon de las doce
hasta que la campanica del sueño de la catedral
sonaba (10), cerrábase el taller (como todos) para
comer la gente sin testigos, y la tarde pasábase
como la mañana , un dia como otro , las semanas
como las anteriores , los meses como los acabados,
y un año como el último. Por Pascuas ó Corpus ve-
lábase á la luz de un candil almazareño con tan
grandes gavilanes como espada de comediante; y
entre las oraciones y la queda salía el maestro á la
tertulia de su amigo el mesonero del Cuco Berme-
jo, á echar vuelos con cartones de lo ancho y de lo
largo, haciendo garrotes de moros y ballestilla con
muchas fullerías para sacar dineros, sin dar ofensa
al Señor: ó á la casa de su compadre, el maestro
Tixereta, veedor como él en tal año, á tratar cosas
tocantes á la profesión, porque oficio llamarle, pa-
labra era villana.
Una tarde que solos estaban , vino el maestro
con priesa de agonizante , y dijo á Pespunte que
tomara con cuidado la pieza rematada y le siguie-
se ; é hízolo así como perro de muestra , cogiendo
QUE SE FUÉ. 57
SU capa y un bulto en una escusa baraja de caña:
callejas y callejones travesaron hasta frente la
barbacana del rio, frente la casa de los corregido-
res que Daraxarife llámase; y subieron á una sala
en que entró Sisa cerrando la puerta al cuidado
de un portero de vara que tenia chambergo ne-
gro , gola tiesa , espadín largo , varilla de junco
y peluca de polvos. Un campanillazo sonó, y abrió
el corchete la puerta como la del chiquero en to-
ros reales , por la que entró Pespunte perdida la
color por miedo y vergi|enza : Ave María , dijo
al entrar ; y Gratia plena , contestaron cinco
maestros sastres retaleros y tres acompañados que
habia detrás una mesa con tapiz, tintero y dos
velas encandeleradas ante un Santo Cristo de cobre,
sobre dos libros de Evangelios y ordenanzas. Pre-
guntado por su edad , estado , aprendizaje y ofi-
cialaje , contestó con una voz como de ajusticiado,
según lo tétrica y dificultosa ; y habiéndoselo pe-
dido, enseñó la pieza de ropa que consigo traia para
aquel caso. Era un capisayo para el limo. Señor
Obispo , el que su maestro habíale dejado hacer
solo , y revisáronle como si á descoserle fueran
puntada por puntada : preguntáronle por el mé-
todo de traza de Sebastian de Alcega (que libro del
oficio es), algunas cosas; y sobre una mesa cortó
en papeles unas calzas, una ropilla y un jubón
58 MURCIA
con faldetas , á la satisfacción de los maestros ; ha-
ciendo su geometría y pitapié como reza libro tal,
impreso por Guillermo Drouy en el año de mil
quinientos ochenta y nueve con privilegio del
Señor Rey D. Felipe Segundo : examináronle de
doctrina cristiana y retiróse fuera con el corchete.
En el ínterin los veedores de los gremios de sas-
tres , calceteros y jubeteros, que para todas cosas
era el desamen , fallaron según su leal saber y en-
tender, que la tal pieza de Mateo Pespunte era
pieza maestra , nombrándole tal para en adelante;
llamáronle con campanica y entró con el corchete,
á quien el maestro Sisa dio razón al oido , y
salló como aguilon de armas, según extendía las
alas de su capilla negra á la calle de Bodegones;
abrazaron con cerimonia los maestros á Pespunte,
haciéndole jurar puesto de rodillas , y luego sen-
tarse frente á ellos , tembloroso y enternecido de
gozo ; entonces el maestro Tixereta , que era del-
gado como lino flamenco , calóse unos espejuelos,
y leyendo un libro , le enteró para su gobierno
deste modo (11) :
ORDENANZAS
DEL OFICIO DE SASTItES.
(iEn el ayuntamiento que la muy noble y muy
Leal Ciudad de Murcia tuvo siete días del m^s
de Diziembre de mil seiscientos y tres años se
(¿VE SE FUÉ. 59
hizo una ordenanza del tenor siguiente. Por
quanto deseando poner orden en la forma de tra-
bajar los oficiales de sastre con los maestros del
dicho oficio, se hizo ordenanza, para que no se
pudiese dar á coser ningún genero de ropas por
piecas, partiendo con los oficiales el precio y va-
lor de la costura dellas, ni por tasación , sino
que se diese por jornales, en la forma y manera
que se contiene en la dicha ordenanza; donde
asimismo se ordenó lo que avian de hazer de su
parte los oficiales: y la experiencia ha mostrado
trae incombinientes en obligar se trabaje por pie-
cas como pvr jornales. Por tanto , proveyendo lo
que pareze mas combiniente. Ordenamos y man-
damos por via de ordenanza, y como mejor ha
lugar, que los dichos maestros y oficiales de sas-
tres libremente se puedan concertar, y concierten
á su voluntad á jornal ó por piecas de la manera
quemas bien se avinieren, sin estar obligados á
tratar de jornal, ni por piecas, sino á su volun-
tad, sin que por lo vno ni por lo otro incurran
en pena alguna no embargante la ordenanza que
antes de ahora avia tocante á esto, la qual re-
vocamos, y damos por ninguna, y de ningún va-
lor ni efecto, como si fecha no huviera sido. Y
mandamos que qualquier oficial que comenzare
qualquier obra con qualquier maestro, en qual-
60 MURCIA
qiíier manera que se aya conzertado con el no
pueda dexarlo s{?i acabar la dicha obra, sino que
prosiga en hacerla hasta averia acabado sin to-
mar otra ropa alguna, sopefia de seiscientos ma-
ravedís, aplicados conforme á la ordenanza de-
mas de que sea apremiado á que la acabe como
dicho es. Y asimismo, qualquier oficial que es-
tuviere trabajando con qualquier maestro por
qualquier de los dichos conziertos quinze días an-
tes de Pascua del Nacimiento de nuestro Señor
lesuchristo, y otros quinze dias antes de la fiesta
del Corpus Christi ?io pueda dexar al dicho
maestro sino que precisamente los dichos quinze
dias asista á su tienda á trabajar por la mesma
forma en que trabajara el tiempo que llegó el
dia de quifize dias antes de las dichas fiestas; so
pena que demás de apremiarle á ello pague de
pena otros seiscientos maravedís, repartidos con-
forme á la ordenanza, según dicho es y que esta
ordenanza se pregone publicamente , para que
venga á notizia de todos é se guarde, ¿cumpla.
Don luán de Sahavedra y Avellaneda, Gines
Ruiz de Quiros, Francisco Ximenez de Aguilar. »
ORDEXANZAS
TOCAXTES AL OFICIO DE ROPEROS Y CALCETEROS.
Primeramente : Ordenaron y mandaron , que
el oficio de Calceteros sea obligado á tener, y
QUE SE FUÉ 61
tenga siempre Pendo7i según lo ha vsado, y es
costumbre, y al presente lo tienen como los demás
oficios y gremios serlalados por esta Ciudad, para
mas buen adorno, y acompañamiento de las Pro-
cesioíies; y si no lo tuvieren ayan de ser y sean
compelidos á ello, según, y como siempre se ha
hecho lo pasado, y presente, y vsa, y acos-
tumbra.
»Item, se pone por ordenanza: que conformán-
dose con el vso y costumbre vsada, é guardada
de tiempo inmemorial á esta parte, que se ha
tenido y tiene á la elección, y nombramie?ito de
Vehedores -del dicho oficio: ordenan y mandan
que todos los oficios , los maestros examinados
que tuvieren tienda, no estando justamente im-
pedidos, sea?i obligados á se juntar en las casas
de la Corte, donde esta Ciudad tiene su Ayun-
tamiento ordinario, el primer Cabildo que se hi-
ziere después del dia del Señor San luán en cada
vn año, porque con asistencia de todos los dichos
oficiales se saquen dos Vehedores y vn acompa-
ñado del dicho oficio, para las cosas que en el se
ofreciere, los quales lo sean vn año hasta la vis-
pera del Señor San luán de lunio siguiente,
teniendo como han de tener considerado)! que los
que huvieren sido vn año, no han de poder ser el
que le sigue ni otro adelante, los cuales han de
62 MURCIA
jurar de hazer , y vsar el dicho oficio de Vehe-
dores, y acompañado bien, y fielmente, según
Dios, y sus conciencias, quedando el dicho nom-
bramiento escrito , y asentado en el dicho libro
capitular del dicho Ayuntamiento , como siem-
pre se ha hecho, so pena de ducientos maravedís,
á qualquiera, que faltare, la mitad para la Cá-
mara, y la mitad para gastos de la Cofradía.
r>Item\ se pone por ordenanza: que por quanfo
el dicho gremio y oficio está constituido á inbo-
cacion del Bienaventurado San Gerónimo cele-
brando como siempre se celebra, y han celebrado
los oficiales su fiesta, por voto, y devozion par-
ticular cada vn año en la Iglesia, y Monasterio
del Señor Santo Domingo desla Ciudad: Orde-
naron y mandaron, que de aqui adelante, se
haga, y continué asi por todos los oficiales exa-
minados del dicho oficio, y cada vno dellos , so
pe?ia de el que no lo guardare y dexare de ir y
hallarse en la Misa y Sermón de la dicha Cofra-
día, pague de pena, y limosna vna libra de cera
para la Misa y Sermón.
nltem: se pone por ordenanza: Que por cuanto
es vso, y costumbre, que todas las vezes que el Pen-
dón Real ó seña de esta Ciudad sale en las pro-
cesiones le han de acompañar los Pendones de los
gremios, y oficios, saliendo con ellos de las casas
QUE SE FUÉ. 63
de la Corte donde están, hasta bolver y dexaren
ella, y algunas vezes los dichos Pendones van des-
acompañados, llevándolos y bolviendolos solos:
Ordenaron y mandaron, de aqui adelante cada
vno de los oficiales maestros examinados del di-
cho oficio, sean obligados á juntarse en casa del
Vehedor á cuyo cargo estuviere el Pendón, é ir
con el hasta las casas de la Corte donde los di-
chos Pendones Real, y seña de la Ciudad salen,
y acompañarles toda la procesión y buelta á las
dichas casas de la Corte , y tornar con el suyo,
hasta la casa del Vehedor donde salió, so pena
de trescientos maravedís al que faltare, y no cum-
pliere con esta ordenanza, aplicados para la Co-
fradía.
»Item: Se pone por ordenanza: Que fiinguna
persona de nifigun genero 7Ú condición que sea,
sea osado de hazer calcas, ni otro genero de cal-
cado, ni tenerlo, ni ve?iderlo, sin ser maestro
examinado del todo en el dicho oficio de Calce-
tero, y el que lo contrario hiziere tenga perdidas
las calcas ú otra costura que le tomaren tocante
al dicho oficio de calcetero, y mas seiscientos ma-
ravedís de pena, aplicados por tercias partes,
Cámara de Su Magestad, justicia y denunciador.
y>Item: que ninguna persona sea osado de po-
ner tienda del dicho oficio de calcetero en esta
64 MURCIA
Ciudad, ni cortar calcas de obra ni hazerlas, ni
otro genero de calcado tocante al dicho oficio sin
ser maestro examinado por los Vehedores, y per-
sonas á cuyo cargo estuviere el dicho examen en
esta Ciudad: y si acaso alguno viniere de fuera
parte examinado, no pueda poner ?ii ponga tienda,
ni vsar el dicho oficio sin mostrar informado?! de
tres años de aprendiz y tres de oficial, con la qual
información ha de traer como ha tenido tienda
publica año, y día en la parte do se huviere exa-
minado; y v>ista por los dichos Vehedores se pre-
sente en el dicho Ayuntamiento desta Ciudad,
como es costumbre, para que por el se provea y
mande guardar con la relazion, y vista de los
Vehedores ; y si asi no lo hiziere no valga la di-
cha carta, y sea obligado á examinarse de nuevo
en esta Ciudad lo qual se haze porque muchas
vezes algunos que no son oficiales ni deven ser
examinados se van desta Ciudad á donde les co-
nocen, y tienen notizia de su poca suficienziay
abilidad en el dicho oficio como es Lorca y Carta-
gena, y otras partes, como se entiende que es ne-
cesario han de residir alli, ni van mas que á
examinarse, fácilmente los examinan sin vsar
con ellos de la razón, y rigor del examen; y exa-
minados buelven luego á esta Ciudad, y ponen
tienda diziendo son maestros examinados del di—
QUE SE FUÉ. 65
cho oficio; con lo qual echan á perder la obra
que les dan d hazer.
y) ítem: que ninguna persona, que no estu-
viere examinado de el dicho oficio de calcetero,
no pueda cortar ningún genero de calcado to-
cante al dicho oficio so pena de tres mil mara-
vedís, [repartidos por terzias partes, la vna
para la Cámara de Su Magestad, tercia parte
para la lusticia, y la otra para el denun-
ciador.
y) ítem: Que ningún oficial de medida ni de
retaleria pueda dar ningún genero de ropa to-
cante al dicho oficio, para que ningún oficial
fuera del lo pueda hazer, so pena de tres libras
de cera para la Cofradía.
»Item: Que ninguna persona pueda vsar mas
de vn oficio sastre ó calcetero, sino fueren los
retaleros que hazen de toda ropa, so pena de
trescientos maravedís , aplicados por tercias par-
tes. Cámara de Su Magestad , Justicia y denun-
ciador.
ítem: Que el que se examinare se examine
por estas ordenanzas guardando lo en ella con-
tenido como está arriba, no pidiéndoles mas de
lo que en el tiempo que se examinare se vsare,
por que cada día se van usando frayes nuevos.
»Item: Que ningún retalero sea osado á hazer
5
zaragüelles ajustados ni coserlos sin llevar afor-
rada la pretina en Heneo por dentro, y fuera en
la delo?itera, entiéndese en los zaragüelles por
aforrar, y asi mismo las medias de cordellate
vayan á pelo y cordón, y las de estameña vayan
á su cordón, y las costuras de los quadrados con
seda, so pena de seiscientos maravedís repartidos
según dicho es.
»Item: Las sayas han de tener dos cuchillos
hijuelas que llevaren á su pelo y cordón, con
vara, y terzia de largo , y catorce palmos de
ruedo , é las que tuvieren menos largo lleven me-
nos ruedo.
»Item: Las ropillas que vayan cortadas á pelo,
y las mangas á pelo, y no puedan ir atravesadas.
y)Ltem: Los capotes vayan cortados al pelo, y
las mangas asimismo lo vayan.
y>Item: Los corpinos vayan al hilo , y no al
través.
y>Item: Los mantos vayan á hilo y cordón, y
no puedan ir al través.
»Item: Las capas y ferreruelos vayan corta-
dos á pelo y las camas que llevaren, vayan á
pelo asi mismo.
y)Ltem: Los faldellines vayan cortados á pelo,
y conforme el largo lleve el ruedo.
y) ítem: Las monteras se puedan aforrar de
QUE SE FUÉ. 67
viejo porque la gente pobre quiere vna montera
por dos reales, ó real, y medio porque aforrada
de nuevo cuesta quatro ó cinco reales.
»Item: Los balones por aforrar han de llevar
su fuerza de Heneo en la abertura de la delan-
tera , y las pretinas vayan aforradas con vn
aforro de Heneo por fuera, y puedan ir cortados
al través como siempre se han cortado por ser de
paño estrecho, y no poderse cortar de oirá suerte,
y se puedan dar dos, y quatro reales menos que
si fueran cortados al pelo, y durarán tanto de
vna manera como de otra, y es de vtilidad , y
provecho de la gente pobre.
y) ítem: Los balones aforrados ayan de llevar la
pretina aforrada por dentro y fuera.
y>Item: Las cairas de estameña, y cordellate
han de ir corladas al sesgo, y cordón y los qua-
clrados de las medias de estameña han de ir co-
sidos con dos costuras de seda, y los talones han
de ir aforrados, y las calcas de cordellate han de
ir cosidas con hilo.
»Item: Que los Vehedores de Roperos y Cal-
ceteros han de examinar á los de dicho oficio.
^)Item: Que qual quiera persona que se exami-
nare del dicho oficio de Roperos y Calceteros,
aya de pagar, y pague d cada Vehedor ocho
reales, y á cada acompañado quatro reales.
68 MURCIA
y) ítem: Que por qiianto el dicho oficio de Ro-
peros y Calceteros tiene por devoción de hazer
fiesta en cada vn año al Glorioso San Gerónimo;
y para que esta vaya adelante, y se pueda cele-
brar con puntualidad , cada vna persona que fuere
examinada del dicho oficio pague d los Vehedo-
res que le examinaren tres ducados para ayudar
hacer la dicha fiesta.
y) ítem: Que los Vehedores que de nuevo en-
traren en el dicho oficio, puedan pedir quenta á
los Vehedores que salieren, del dinero que hu-
viere entrado en su poder para la dicha fiesta; y
ellos tengan obligación á la dar; y los puedan
apremiar judicialm,ente á que den la dicha quen-
ta, y que paguen el alcance que les fuere fecho.
yyitem: Que sin embargo de qualquier orde-
nanza que esté hecha, se provee por esta orde-
nanza , que los Vehedores de sastre ni alguno
dellos no puedan hazer visitas ellos ni sus acompa-
ñados, ni ninguno de su oficio á los dichos Ro-
peros y Calceteros, acofnpañando á la Justicia,
ó sin ella, so pena de seiscientos maravedís, re-
partidos conforme á la ordenanza; y se separa el
vn gremio del otro; para que los vnos no tengan
que ver con los otros y los Calceteros tengan
obligación de dar vna danza para el Santisime
Sacramento cada vn año.
QUE SE FUÉ. 69
^■>En la muy Noble y muy Leal Ciudad de
Murcia, doce del mes de Noviembre de mil y
seiscientos y treze años, en la placa publica de
Santa Catalina con toque de trompeta por voz
de Domingo Blanco, pregonero publico, se pre-
gonaron estas ordenanzas tocante al oficio de
Calceteros y Roperos, siendo testigos Damián de
Alvornoz, y Francisco Alvornoz, Escrivanos de-
mas de mucha gente que estuvo presente. Alonso
Enriquez. «
Acabado que hubo Tixereta la lectura, oliéronse
todos las manos y llamáronle Su Merced á Pes-
punte, saliendo de las casas de la Corte hacia la
calle de Bodegones para celebrar en uno la fiesta;
y al dia siguiente se confesaria poniéndose bien
con el Señor el nuevo maestro, para ser presen-
tado alas justicias según ley y costumbre. Al sa-
lir cruzáronse con caballeros que á pasear iban,
y traian hábitos del Señor Santiago; parroquianos
eran de los maestros, quienes hiciéronles grave
reverencia, diciéndoles la novedad y dando á co-
nocer á Pespunte , quien mostróles la pieza de su
examen; diéronle la enhorabuena, y despidiéronse
de los tan magníficos señores, que has de cono-
cer, lector, en la Tabla siguiente.
70
TABLA IV.
PASEO DE SOLAZ Y HONESTO TRATO.
Representa lo que al otro lado la puente había: allí conó-
cese á caballeros que leen cosas de ingenio, tj se da noticia
de los conventos de tal parte.
N,
üBARRiBLANCA entre crespones de nubes de
grana mediaba la tarde, y la sierra caravaqueña
tiraba del sol por el Poniente , cuando un sábado
de otoño, así como de ordmario acontecia diaria-
mente , salían las gentes de prosapia y gerarquía
al esparcimiento que necesita el cuerpo que hol-
gado está y vive del regalo, sin tener que se man-
tener con un real de á ocho como soldada. Era de
costumbre se reunir en la Plaza de la Almenar,
que es la formada por las tapias de la cárcel del
Santo Oficio (12) y casas de los Parejas y La Ca-
nales, tras las que hay Frenería , y luego la casa
que dicen del Baño del Rey Moro (13) con ca-
lleja que hoy consérvase, y fabricó de ataurica-
dos , albohacinerías y azulejos , amen de cisterna
con cuatro arcos y cloaca, Abrahen Ezcandari,
que se coronó Rey de Murcia después de muerto
en Morería Miramamolin Jacob Almanzor, y des-
pués de dar , año setecientos treinta y uno de
QVF. SE FUÉ. 71
Nuestro Señor, la batalla de Guadharbuala en Ori-
huela , donde como en Monte-Agudo labró y re-
mendó castillo, hizo el riego de ciecas de la huerta
y aljives de agua lluvia entre Cartagena y Mur-
cia , en el campo de Jahzarraheh ; y cuentan del
Baño del Rey , que allí murió por mandato de
otro moro Miramamolin , en mazmorra y sortile-
gio , una sultana ; que por cristiana y no se con-
vertir , estrellaron á su hijo , v allí se ve la san-
gre ; pero digo yo á esto último , que vivo está
quien lo cuenta.
La otra parte de la plaza es el rio y la puerta
de la Puente, -cu ya puente es nueva, fabricada en
el año mil quinientos setenta y nueve por el se-
ñor corregidor D. Pedro Ribera (14): en la otra
orilla han empezado á formar algunas viviendas y
corrales para ganado de ferias y mercados ; junto
á una alameda á la izquierda hay un triunfo como
trono de piedra , con un bulto de piedra en ima-
gen de Nuestra Señora de Fuen-Santa , entre las
dos puentecicas de la Paciencia y el Almohajar.
Sobre un cementerio de moros, y eo la Mezquita
que algunos creen hubo y no saben si fué la de
Alhariella, cábela carrera de Aljabeca que antaño
dedicaron á San Benito en ermita , concedido há
en mil quinientos ochenta y seis el Illmo. Obispo
Comontes, sitio para convento de Padres Carmeli-
72 MURCIA
tas ; pero pequeño y pobre le fabricaron : han em-
pezado obra nueva, y el año mil seiscientos treinta
y cuatro levantaron el claustro de columnas que
trujeron de Carra ra en Italia con gastos. Habién-
dose puesto alameda de cipreses y de álamos en el
paseo que empieza de la Cruz de la Puente al tal
convento del Carmen y Capuchinos , por acuerdo
de la ciudad en Cabildo ordmario del sábado vem-
tinueve de Julio de mil seiscientos setenta y nue-
ve, y veintiséis de Abril del ochenta y uno.
En carrozas iban las señoras luciendo sus fal-
das y faldellines; el su escote adornado de piedras,
tal estrenaba mejor encaje de Almagro ó de Ma-
linas, entrometiendo no sólo modas de lazos en el
tocado de su marañada cabellera , sino joyas : de
caballeros era, si jóvenes, pasear en hacas, reve-
renciando al paso con aquellas damas, sin hablar-
les aunque de sus familias fueran ; ó si ya de en-
trada edad y de ilustre casa , venir con algún
Padre Provincial, seguidos del hermano acompa-
ñante, y detrás los criados y lacayos de librea
con golilla de piojos , sombrero de galones y es-
pada de cazoleta. Así marchaban con mesurado
paso y solemne ceremonia , que aunque por sus
prendas muchos no fueren caballeros, no consiste
en ser señores, sino en parecerlo ser por el aire y
traza : parábanse á las puertas del Carmen las car-
QUE SE FUÉ. 73
rozas; y por la alameda de Capuchinos á pié pa-
seaban, las señoras á un lado y á otro los caballe-
ros, descansando en los dos conventos ó en los
aquijeros de las ciecas sobre reposteros de tapiz
que los criados traían á la mano. Amigos iban
aquella tarde, y como siempre lo eran de la deli-
ciosa gloria del jardin de Espinardo en que cada
árbol tenia una copla y en cada pared un libro de
trovas ó pinturas galanas , acompañando al Mar-
qués D. Juan Fajardo, sus cisnes diarios D. Pedro
de Tizón, D. Juan Marin, D. Gerónimo, D. An-
tonio y D. Alvaro Tomás, Jacinto Polo de Medi-
na ^ Silvio, 'Lauro y otros con sus pajes; y detrás
del camarin nuevo del Carmen, cabe la tapia de su
huerta sentáronse; al mismo tiempo casi se llega-
ron el Sr. Alcalde de Corte D. Francisco Valcár-
cel con el P. Gerónimo de Ribera de la Compañía
de Jesús y fray Gaspar Jiménez, ministro de la
Santísima Trinidad ; saludáronles estos á aquellos
á la moda de Borgoña con arqueo de cuerpos; que
moda habia en saludo y cortesías , pues al pasar á
poco rato Doña Sinforiana Usodemar y su hermana
postiza Doña Mencía Fajardo, se lo hicieron á nueva
moda de Francia , ellos al arrastra piés , y ellas ba-
jándose á coclillas , tan bajas , que pareció tragá-
banlas sus guarda-infantes.
Todos hombres de brillantes letras, recayó lacón-
74 MURCIA
versación, después de una AveMaria al sonar la
hora de un reloj, en los adelantos de ellas en Mur-
cia , que ha sido patria de ruiseñores de golilla y
de grandes ingenios: hablaron del aljezareño patri-
cio ilustre D. Diego Saavedra Fajardo, que siendo
enviado en vanas Cortes , ha llegado á ser valido
del Rey y su Consejero, dando su ingenio famosos
libros de gobierno: tratóse luego de la unción v
sabiduría con que predica para edificación de los
fieles el señor licenciado D. Andrés Salvatierra
(que sólo cuenta veinticinco años) , y muy particu-
larmente del sermón á nuestro patrono San Patricio
en su fiesta que en memoria de la batalla de los
Alpurchones predicó años zagueros en la Catedral,
que vallóle un vistoso vítor que le pintaron dia se-
guido en las paredes de su casa; así como de la sa-
biduría y virtud del muy ilustre Sr. D. Gerónimo
Santa Cruz, Dean de Astorga y Juez de la Capilla
Real de S. M. Alabando asimismo al sabio Don
Diego Beltran Hidalgo , joven picaresco : hablóse
de poetas por Jacinto Polo de Medina , y dijo que
él traia pruebas de la agudeza de ingenio de los li-
cenciados D. Francisco de Cáscales vD. Bartolomé
Ferrer, como de D. Pedro Diaz Navarro: rogá-
ronle que mostrase tesoro tan apreciable, y leyó
primero este
QUE SE FUÉ. 75
SONETO.
Veloz si triste, rompe, el aire vago
Progne y Atracia, por España trueca
Cruzada el pecho de sangrienta veca ,
Llorando canta el miserable estrago
Almas que escuchan el sonoro halago,
Riegan ya fuentes de arena seca.
¡ Oh Cielos ! dijo , á quien tan fiero peca
Mal se dilata su debido pago.
El gran Tonante oyó su oración breve,
Y un rayo arroja su furor divino
Con que Atereo y su palacio abrasa.
Pecador olvidado. ¿No te mueve
El duro caso? Pues de tu vecino
Ucaleon , ardiendo está la casa.
Complacidos quedaron de esta obra de D. Fran-
cisco de Cáscales, y prometió D. Juan Fajardo es-
cribirle el parabién á Cartagena , donde ya viejo
vivia ; seguidamente Jacmto Polo leyó el siguiente
SONETO
EN EL TÚMULO DE LA REINA MARGARITA, MUJER DEL
SEÑOR REY DON FELIPE III .
Repara cuerdo si curioso miras
Máquina sola contra el tiempo fuerte,
Huésped errante , y lo primero advierte
Que eres tan mármol cuando no suspiras.
Este milagro cuya alteza miras
Que iguala el hombro á Atlante de esta suerte
Es alcázar funesto de la muerte.
76 MURCIA
Verdad universal de mil mentiras.
Yace aquí Margarita, el celo santo
La joya de Filipo en más tenida
Que el Orbe que pacifico gobierna,
En lágrimas rompiste, enfrena el llanto,
Sucedió á muerte breve, larga vida,
Y á breve Majestad , Corona eterna.
Celebróse mucho esta poesía del licenciado Don
Bartolomé Ferrer, quien la compuso y la colocó
en el frente principal del túmulo de las exequias
de S. M. en la Santa Iglesia Catedral : á seguida
nuevamente, Jacmto sacó de las faltriqueras de su
ropilla un otro papel, leyendo este muy curioso y
agudo
SONETO
Á UNA DAMA QUE SE TAPABA LA CARA SIEMPRE QUE VIA
Á SU AMANTE.
Levanta el manto de la noche fria
La mano blanca de la roja aurora,
Y el planeta que nunca para , dora
Las cumbres que primero ven el dia;
La oscuridad confusa se desvia ,
La forma de las cosas se mejora,
Y el alba rie , que aunque perlas llora ,
Lágrimas ¡ay! que nacen de alegría.
Solo el alma á quien niegan su luz pura
Los ojos que cubrís , en caos profundo
Habita triste, y caridad desea:
Deshaga, pues, su luz la nube oscura;
Y amaneced siquiera porque el mundo
El Mediodía en el Oriente vea.
QUE SE FUÉ, 77
Vítores y alabanzas dieron, satisfechos de la
galanura de este soneto de D. Pedro Diaz Navar-
ro, hijo predilecto de las musas murcianas, y al-
záronse todos, recogiendo los tapices los criados;
mas como á la sazón dejasen su carroza los Con-
des de Albatera, dispuso D. Juan Fajardo que su
mayordomo hiciérale fineza de su parte á S. E.
la señora , el cual criado tomó de un cesto que allí
traían con vituallas, una excusa-baraja de plata
con torrados garbanzos v pasas de Denia , saliendo
al encuentro de los Condes á quienes ofrecióselo
hincada una rodilla en tierra llamándoles al nom-
bre del su amo sus señores y dueños. A esto y
más de zaga presentóse D. Juan; cortesía les hizo
y acatamiento; gracias diéronle los Condes, y des-
pidiéronse á la moda de pasamano tocadedos, y si-
guieron los amigos y sus criados hacia la alameda
de Capuchinos, en cuyo convento he de serte lec-
tor tan preciso para le comprender , como le son
al dómine los diccionarios de Nebrija para que se-
pan latín los estudiantes.
Antaño y muy antaño, á poco de conquista,
vinieron á Murcia los primeros Padres Capuchi-
nos, y labraron pobre un convento á San Félix de
Cantalicio en las hericas de Belchi; pero cuando
habia nada, llenábase de agua y amenazábale,
hasta que alzaron de allí, viniendo detrás de San
Benito, donde diéronles un huerto entre los dos
caminos de Aljezares y la Fuensanta del Monte:
hicieron alameda con árboles frontera de sus por-
tadas y asientos de obra, cercándole de tapia, y la-
brando convento en el año mil seiscientos diez y
seis á San Antonio de Padua: presenta dos porto-
nes de entrada; el mayor que resistirá por más
tiempo y siempre será permanente aunque ven-
gan herejes de Alemana v derríbenlo todo , es la
puerta falsa ó del carretero que dicen, y junto de
ella, ya en la clausura, está la cuadra, pajar, le-
ñera, y allí dan lección de doctrina á los zagales
del partido; junto y á la derecha, está la puerta
del atrio que es espacioso, y en que hay al entrar
ocho cipreses; es como á guisa de pasadizo con
paredes, habiendo en ellas, hechas con manises
valencianos de azulejo pinturas de Santos de la
Orden, con coplas como esta debajo del viejo beato
Bernardo de Ofida, italiano de nación:
Ayunando sin cesar
Llegó á una edad tan crecida,
Y es , que acorta más la vida
El comer que el ayunar.
También hay otras que no digo, porque un bo-
tón basta para muestra; pero entre santo y santo,
recordaré una de las otras muchas que hay, pro-
ducto de claros y distinguidos poetas, que dice así:
QUE SE FUÉ. 79
Muerte cierta ,
Cuenta estrecha,
Pena eterna ,
Juez riguroso ,
Tema aún el santo y virtuoso.
Un alma tienes no más,
Si esta la pierdes , ¿ que harás?
Haz ahora lo que quisieras
Haber hecho cuando mueras,
Porque cuanto el mundo alaba
Para todo en sepoltura ;
No quieras bien que no dura ,
Ni temas mal que se acaba.
La pared frontera del atrio tiene dos puertas; la
izquierda és la de la iglesia con retablo de San
Antonio y un farol siempre con lamparica ; den-
tro en un solo cuerpo hay tres capillas : á la iz-
quierda con San Félix, la Purísima y la Sacra
Familia (ésta en un paranínfico camarin), á la de-
recha con la Divina Pastora, N. P. San Francisco
y San Serafín de Monte-Granario. En una capilla
colateral ahora puesto han comulgatorio, con la
verdadera Virgen de la Fuen-Santa en un cua-
dro que trujeron cuando de la Catedral lleva-
ron la de las Fiebres al Monte ; dando aquel
nombre de la Fuen-Santa á aquella de las Fie-
bres que es de devanaderas ó alcuza con ves-
tidos, aunque tiene cuerpo de talla antigua. En el
vistoso nicho del altar mayor , está un devoto y
80 MURCIA
bien labrado San Antonio. A derecha mano de la
iglesia hay en el atrio la portería con campanica
y camera para visitas; había á la sazón, señoras de
nobleza tomando agua y esponjados de azúcar fino;
de aquí no pueden pasar dentro mujeres por evi-
tar tentaciones; en la tal camera hay en la pared,
dentro de nicho, un Niño Jesús en cueros, de
acabada talla con esta copla :
Jesús y que lindo estás,
Siendo la suma riqueza,
Mucho amas la pobreza,
Cuando tan desnudo vas.
Pasando el corredor hay claustro de arcos con
pinturas de la vida del Seráfico Patriarca y sonetos
á las postrimerías : en medio está la cisterna que
hace muy sabrosa y fresca el agua , que por brocal
de piedra y por arcos de hierro que sostienen la
garrucha , sácase con la ayuda de una caldereta de
aljófar con cadena limpia como el oro. Albérganse
sesenta religiosos en el convento , que ocupa el
Mediodía de la hacienda , que son dos huertos de
Levante y Poniente : dan sopa todos los días á las
doce, un dia á hombres y otro á mujeres. La co-
fradía de la Divina Pastora, que celebra con fun-
ciones y fuegos de pólvora su fiesta en la Domi-
nica segunda de Noviembre, y tiene dos imágenes,
trae una á Murcia todos los domingos por la tarde
QUE SE FUE. 81
en procesión, cantándola coplas; y con el P. Vi-
sitador va á cada uno de los conventos de mon-
jas., por la suerte, y el P. Visitador susodicho
predica una plática devota , marchándose luego al
convento ; pero antes de oraciones por no perder
derecho al pasar la puente (I 5).
A el convento y claustro pasaron los caballeros,
quedando en el atrio los criados, menos dos que
entraron vianda y los tapices que pusieron cerca
el algive sobre bancos de piedra : sentáronse los
caballeros, pero como la campana anunciado habia
gente principal, y D; Juan Fajardo primer Marqués
de Espinardo era Capitán general del mar Océano
y gobernador de la Coruña , salió la comunidad
agasajando á S. E. : hablaron de la guerra de Ca-
taluña y de las cosas de Francia , así como de la
pérdida del Rosellon que Dios permitió; y siervién-
doles del huerto melocotones aragoneses, y agua
de la caldereta bebida en ella , que no permitido
era más, y por devoción teniase esta humildad;
salieron, dando á todos el Superior agua bendita al
dejar los tales seglares la clausura.
Entretuvieron con gracioso chiste y cortesana
conversación la vuelta, hablando de nuevo de los
hombres de valer y de nota , y dijo Jacinto Polo
que habia muchos; pero que habia hecho mención
alabancera de algunos en su obra Academias del
6
83 MURCIA
jardín, y eran de nobleza D. Jorge Bernal, Don
Francisco Contreras , D. Francisco Valcárcel , Don
Francisco Berastegui el Arrogante, D. Bernardo
Pedriñan, D. Juan Aviles Ortega y D. Antonio
Prieto, grande músico: como hombres de letras y
ciencias, P. Fray Diego Fajardo, el Maestre-
escuela D. Dionisio Esquibel y Otrazo, D. Geró-
nimo de Roda , Presidente de los Estados de Flan-
des, y otros; poniendo como pintores, Artos-Tizón,
Orrente, Suarez, y Cristóbal Acevedo: llegaron por
la calle de Pusmarina á San Bartolomé y casas de
aquellos que dicen en su escudo que «Mucho de-
manda quien bien sirve y calla , » que son los
Manfredi , y viven en las Jabonerías : salieron á
Santo Domingo , entrando en la capilla del Rosa-
rio, y separándose en la puerta por no entrar jun-
tos, que muy grande irreverencia hubiera sido en
la casa del Señor. Tocó á poco la oración , y for-
maron como dia de sábado la procesión del Rosa-
rio para caballeros, saliendo por la puerta de la
capilla de Nuestra Señora que cae á la plaza del
Mercado; abrióse para ello la reja que hay en el
atrio afuera frente á Trapería, y venían los músi-
cos con bajoncicos y piporros, melodizando un vio-
lin y dos esquilas pequeñas ; luego los hermanos
cantando las Ave Marías; dos reverendos padres
Dominicos rezando y rigiendo por el orden y com-
QUE SE FUÉ. 83
postura; los caballeros luego delante del estandar-
te, rodeado de faroles grandes como cajas de guer-
ra llevados por criados de librea , pues cada farol
tenia en los vidrios las armas de su amo ; los de
la cofradía iban delante , v cerrábase la procesión
con rodrigones jubilados, dueñas pedigüeñas,
doncellas menesterosas , gente del mercado y za-
gales mocosos (16), pasando por los cantones de
costumbre , como San Cristóbal y otros , sacando
los devotos vecinos por puertas y ventanas los
candiles , velones y candelicas , y parábase á cada
Gloria Patri , donde mandado tenian las consti-
tuciones y regla: vuelta dieron, quedando los mú-
sicos citados para antes del alba dar el pasacalle
de la aurora como domingo, con coplas que acom-
pañadas de violin, vigüelas, pandera y campanica,
tocan y cantan en las tiendas de aguardiente: es-
cándalo es que debe callarse , como yo lo hago
hasta ver otra tabla deste Retablo.
84
TABLA V.
TERTULIA DIáTINGüIDA DE GENTE DESCOJIDA.
Representa una ])rinci'[)al y noble casa, donde tertulia
tenían gra7ides y nobles señores; y conócese la Riada de
San Calixto, que muchos daños hizo (17).
c,
íosTUMBRE, USO y gala es de muy añejo tiempo
en los hidalgos caballeros y nobles de ilustre casa
vivir en una como castillo de moros fabricada de
piedra sillar, con el aquel de que manténgase más
tiempo y sírvales á los tataranietos v más todavía,
porque puedan decir que de casa solariega y anti-
gua vienen : si es en plazas ó reales calles (que así
las apellidan por ser algo más anchas que las calle-
jas, V pasar por ellas procesiones y otros cortejos),
hácenlas porches con columnas de mármol y cha-
piteles de labor para sostener los balcones , que á
ellos pueden asomarse los señores y no los cria-
dos, porque son de la plebe. Puerta foral y de en
medio tienen en los zaguanes, quedando fuera de
esta última los de escalera abajo por ser de bajo
oficio, y bajos han de estar por lo bajo de su ba-
jeza, que lo es bajarse por hacer cortesías, la ca-
beza bajando , hasta tocar con bajuna reverencia
QUE SE FUÉ. 85
el suelo. Tras la puerta de en medio, que ábrese
por arte de encantamiento y sólo después de oirse
un campanazo que no toca el que llega , están los
de escalera arriba con los entretenidos , escuderos,
lacayos de patio, rodrigones y algún bufón sin aco-
modo. Cortesía rinden al entrar á las señoras y ca-
balleros; sostienen á aquellas la cola del vestido,
por haberles entrado tela mucha , que nunca lo-
gran la que desean; y á ellos el manto, si de ór-
denes fueran ; limpiándoles antes el ruedo de los
vestidos á unas y las calzas á los otros , para no
pasar á las cámaras y salas con desaseo. Ovese
otro campanazo , ó más tres y cuatro , según la
calidad de los vinientes; y al pié de la escalera,
que tiene barandal de bronce, retratos de los ser-
vidores y alféreces de guerra de la casa en caba-
llos ó en armas de los tercios (que por muy vale-
rosos que fueren no pueden de la escalera pasar
ni en imagen, por no haber sido de noble familia
y mantenídose en su oficio con ración y soldada);
recíbenles los pajes , que son como fideos de
monja, según lo larguiruchos y entecos, vistiendo
zapato de cordobán con quitapón de seda , calzas
de filahiz, ropilla de catalufa y greñas amechona-
das sobre una gorgnera de toquería con picadi-
cos y puntilla noveldera. Arriba ya, topan con dos
porteros de saleta y dos dueñas relamidas , como
86 MURCIA
pesarosas de serlo, que aligeran de sombreros,
capas y armas, si estas pesadas fueren, porteros á
señores; ó de los mantos , dueñas á damas; ade-
rezándolas el tocado con poco tocamiento, lo cual
siendo mucho no es cortés ni digno á las que no-
bles y distinguidas lo sean ; saliendo á todos ellos
con agasajo y cara de pascua el maestre-sala, que
es viejo y corcobado , trae coleto de los guardias
tudescos en que sirvió á S. M. con su señor;
manco está de engarrotada mano, á causa , no de
guerra , sino de un espadazo que diéronle al echar
garrotes de moros en juegos prohibidos , por fu-
llero; y acuchillada tiene la cara, no en batalla,
sino en mancebías y bodegones; adelántase, y
abriendo con aire de Te Deum laudamus una
puerta, anuncia en voz hueca los nombres, ape-
llidos, títulos, progenie, señoriazgo, y mercedes,
cuanto órdenes, de los que á entrar van; retírase
á un lado de puerta , levanta el tapiz , reverencia
hasta el suelo les hace, salúdales por su trata-
miento , alzando la voz si excelencias fueren ; y
éstos pasan á un salón que tiene el aderezo, guisa
y compaña que relataremos.
Verdaderamente digno y justo es el desmenu-
zar la vida señorial: levantibanse al alba, y reci-
biendo á sus hijos, dábanles á besar la su mano;
oian luego misa en el oratorio, acabada la cual.
QVE SE FUÉ. 87
acompañaban al capellán de la casa ó al padre
confesor los domingos, en que comulgaban, como
en las fiestas mayores de N. S. Madre Iglesia,
tomando luego chocolate ; vestíanse después más
tarde, saliendo á visitar conventos ó asistir á fun-
ciones devotas hasta las once, en que hora era de
comer y á la casa venian ; cerrábanse para esto
todas las puertas de casas , mercaderías y oficios
de la ciudad, y á lodo y piedra las de señores; y
luego de comer , era hora de siesta ; paseábanse
los dias de trabajo, y los feriados tertulia de visi-
tas hacían hasta la hora de queda, que tocaba de
noche, recogiéndose cada cual. Una de estas era
la que diremos había en la sala llamada de fami-
lia, casa de la ilustre de Molinas, primeros mar-
queses de Corvera , sala que paraíso semejaba .
Ornadas las paredes estaban con tapices de los
Países Bajos, con la historia de la bella Esther de
figurones grandes y orlas verduleras, con las ar-
mas de la familia ; y encima su bohardilla había
un centenar de retratos de valerosos antepasados,
entre que veíanse obispos, abades y canónigos^
como así Reyes y Papas, aunque mentira fuere de
bajo servicio de reyes de armas y coronistas , para
lograr dineros y finezas engañando, y engordar
vanidades ajenas; arrimadero pintado al aceite por
Cristóbal Acevedo daba respaldo á un estrado de
88 MURCIA
sillones de nogal entallado con aforros de baque-
tas cordobesas y clavos de estrella ; mesa grande
habia en comedio , y en cerco á la mesma tenian
poltronas de terciopelo moruno con blasones; y
blasones tenia una papelera de concha sosteniendo
un Santo Cristo de marfil ; como blasones una
chimenea en frente , el cobertor de la mesa , el
belon de bronce con leones que habia sobre un
ruedo de llanda para no se derramar; y blasones
tenian las cuadernas de los libros allí encima, sin
que faltasen en los guarda-polvos de los tapices y
en la alfombra morisca del suelo.
Cuando entraron en la sala D. Rodrigo Pux
Marín, mayorazgo de la Raya, y su señora mujer
Doña Aldonza Dávalos, señora de Cepti, rezábase
el Rosario Santo, que siguióse sin les hacer caso,
ni del maestre-sala que anunciólos, arrodillándose
como los demás sobre cojines que ociosos estaban,
y una dueña púsoles; llevaba la cuenta el mesmo
señor marqués, que á su lado tenia el crecido ya
rapaz heredero, rubio de cabellos como su padre;
detrás, entre dos niñas, seguia la señora mar-
quesa Doña Francisca de Guevara , no tan lus-
trosa y graciosa como ellas, y vestian faldas y fal-
dellines de porpelí á ramos, arracadas y collares
de perlas, y jaulilla para el aumento del suelto
cabello adornado de lazos trenzados á la usanza
QUE SE FUE. 89
de pasamaneado de seda; á seguida estaban los pa-
dres de la Santísima Trinidad Fr. Juan Pacheco
y Fr. Nicolás Jiménez; D. Pedro Valibiera y
D. Gregorio Ortiz, noble valenciano, con sus no-
bles matronas de nobleza y saber, y el muy reve-
rendo y sabio beneficiado y cura propio de Torre-
Pacheco y Segura de Molina D. Pedro Villácis,
los deudos por su orden y edades, D. Participio,
dómine de la enseñanza, mayordomos y criados
principales de los Estados y covachuela de la casa;
las dueñas á seguida con el velo echado, y cuatro
doncellas de labores. El Rosario, Letanía y Tri-
sagio acabáronse, besaron los niños las manos á
sus padres y personas de respeto allí presentes,
y acatamiento se hizo á los señores de Pux Marin,
y éstos á los otros, acomodándose en redor la
mesa; anocheció á poco, rezó el P. Fr. Juan las
Ave-Marías, puestos mirando todos á poniente, y
entraron luces al belon, que era como una fogata
sanjuanera su luminaria de diez candilazos de tor-
cida como el dedo; así como anunciado con solem-
nidad por un criado el chocolate, sacaron éste otros,
repartiendo de unas bandejas de peltre bizcochos
de Madre de Dios, azucarillos de florete, y jicaras
de chocolate de Caracas en marcelinas de loza de
Alcora, que traían en salvillas de plata, asi como
agua en vidrios venecianos ó jarricasde búcaro, se-
90 MURCIA
gun para todos gustos ; tomado que fué todo , un
polvo de rapé cucarachero dio de su caja de fili-
grana el señor marqués á sus amigos; v tani-
mientras sentóse en una poltrona sobre dos cojmes
el heredero , y arrimáronla á la mesa dos criados
porque mejor alcanzara ; los criados marcharon
fuera de la sala , y la criatura , santiguándose an-
tes, leyó (en un libro de mística , compuesto por
Francisco Santos), como dia de domingo, de este
modo:
«Meditación para el domingo: — San León Papa
habla de las grandezas del día del domingo ; en
este día domingo tuvo principio el mundo. En
éste murió la muerte con la Resurrección de Je-
sucristo y empezó la vida á esplayar sus rayos. En
este día dió poder el Señor á sus Apóstoles para
que predicasen el Evangelio por todo el mundo y
diesen el sacramento del bautismo. En éste, como
dice San Juan Evangelista, estando Jesucristo en-
cerrado con sus Apóstoles, les dijo: «Recibid el
Espíritu Santo, prometido de Dios,» y en este dia
vino. San Juan en su Apocalipsis, San Pablo á los
de Corinto y San Agustín dicen que los Apóstoles
ordenaron que se celebrase estedia de domingo, y
por ser día tan misterioso y haber obrado en él Dios
tan admirables cosas, deben alabarle, como dice
San Clemente Papa, dándole gracias por los bienes
QUE SE FUÉ. 91
recibidos, y para hacerlo mejor, juntarse en las
iglesias á oír sus divinos loores y asistir en la ce-
lebración de los Santos Misterios que en las mi-
sas se celebran y oír la palabra de Dios. San Jus-
tiniano mártir, contemporáneo de los Apóstoles,
amonesta que se atienda con devoción á la misa,
y que habiendo recibido la bendición del preste,
se lleguen á recibir el cuerpo de Jesucristo. El
Emperador Constantino mandó que en el dia de
domingo solamente se ocupen los fieles en hacer
oraciones, y así tiene la Iglesia ordenado que en
este dia oigan misa entera los fieles, y se ocupen
solamente en orar, y en el Concilio Agatenense,
tratando en qué se deben ocupar los fieles este
día , se proveyó que se junten en las iglesias , y
estén atentos á los himnos y alabanzas que se can-
tan á Dios y á sus Santos ; que santo es el que
está en el altar de Dios , que como fué amigo de
Dios , venerándole en la tierra y siguiendo sus
pisadas, se huelga de tenerle junto á sí , para que
reparemos que en esta vida mortal vivieron si-
guiendo á Cristo, y nos animemos á imitarlos,
que hombres fueron como nosotros. En los tem-
plos debemos tener mucha reverencia , que son
consagrados á Dios , y creer muy de cierto que
son lugares santos y que en ellos hemos de en-
trar temblando por su gran santidad y porque es-
92 MURCIA
tan los ángeles haciendo la misma reverencia que
en el cielo. El venerable Beda, declarando las
palabras del Evangelio de aquellas santas mujeres
que vinieron de mañana á la sepultura de Jesu-
cristo Nuestro Señor, dice: que nos enseña Dios
con este ejemplo que debemos siempre que en-
tremos en la iglesia, por la reverencia del Santí-
simo Sacramento y la presencia de los ángeles, en-
trar con humildad y temor puestos los ojos en
tierra. Clemente Alejandrino, tratando como se
debe entrar en los templos, dice: «El hombre y
mujer deben venir á la iglesia honestamente ves-
tidos, graves y compuestos en el andar, castos en
el cuerpo y el corazón. » En algunos concilios está
prohibido que no puedan entrar los seglares al
templo con espada ni cuchillo, sino fuere el Rey.
Olao Magno, en su Historia septentrional, dice,
que se usaba para entrar en los templos, quitarse
las armas y dejarlas en los portales para cuando
saliesen luego. El Emperador Juliano Apóstata
mandó, según refiere Casiodoro, que sus ma-
gistrados y jueces cuando viniesen á los templos,
no llevasen delante de sí soldados ni oficiales.
Es el sacrificio de la misa tan grande, que en él
hace gala el mismo Dios de su sangre vertida y
de su sagrado cuerpo , ofrecido en su pasión por
librar al género humano; y con el vellón santísimo
QUE SE FUÉ. 93
que tomó carne en el purísimo vientre de María,
salpicado de sangre , baja al purgatorio y saca las
almas y las sube al cielo ; y los sufragios que por
medio de María han, son muy gratos á los ojos de
Dios, pues la da licencia para que, rompiendo los
cerrojos del purgatorio por medio de la sangre de
su hijo , saque las almas y con la libertad suban
al descanso eterno.»
Habíasele abierto en bostezo vanas veces la
boca por causa de sueño al menino lector, y aquí
le interrumpió con agasajo y plática de plácemes
por lo bueno déla lectura el P. Fr. Nicolás Jimé-
nez , exhortando á todos con modo breve y pia-
doso á celebrar el domingo como la Iglesia manda,
en honor y gloria del Señor ; pues de católicos
antiguos y rancios venían todos los presentes, sa-
cando con esto á colación grandes merecimientos
de los pasados, de las familias, para que tomando
ejemplo los presentes, fuesen dechado para los futu-
ros; el cual modo de decir alabó el dómine D. Par-
ticipio con gesto y mirada de satisfacción por lo
bien hablado con este motivo. D. Pedro Valibiera,
para dar al forastero noble valenciano grandor de
la grandeza de los señores presentes y sus pren-
das, dijo, que la familia de Molinas antigua era de
nobleza, pues en el testamento de Garci lufre de
Loaisa , alcalde del alcázar de Murcia , hecho en
94 MURCIA
• trece de Agosto de mil doscientos ochenta y cinco,
consta que fué testigo de aquel instrumento pú-
blico,.D. Gonzalo Pérez de Molina, hombre de
valer y caballero principal , y que hasta el finado
D. Francisco Molina Alemán de Valibrera , paje
del señor príncipe D. Filiberto, todos habian sido
famosos por su religión, como nobleza y hazañas
campales ; habiendo fundado en mil seiscientos
treinta años la capilla de la Arrijaca , que sobre
la ermita vieja costeó en San Agustin el nuevo; á
que el señor marqués contestó con una cortesía
de cabeza por la lisonja; también celebró con
perdón de la señora Doña Aldonza Dávalos , á su
antecesora como esposa de D. Rodrigo Pux Ma-
rín, la ya difunta virtuosa Doña Constanza Aviles,
singular hermosura y noble hija de Macias-Coque,
ilustre señor de Guadalupe; el cual recuerdo hizo
lágrimas forzadas á su memoria al D. Rodrigo su
viudo, que no dábale ya tan fuerte, pues habíase
casado para que verdad fuere lo de « Tocas y pe-
nas pronto se cuelgan ; » el cual habló de las mu-
chas limosnas y dones que repartió el día de San
Calixto á los pobres , porque rogaran por el alma
de aquella su esposa. Atento de ello la señora
marquesa, sabidora que D. Pedro Villácís, allí pre-
sente, compuesto había una carta en libro del cas-
tigo de Dios en aquel día á esta ciudad, y las cosas
QVE SE FUÉ. 95
que hubo de historia, pidióle que relatara algo de
tal, y buenamente viniere en recuerdo; holgóse y
agradecióselo el beneficiado por tan buen respeto
á sus obras, comenzando así en la esencia del su
papel , por no acordarse de las propias palabras
que en él tenia puestas.
«Sábado catorce de Octubre de mil seiscientos
cincuenta y uno, dia de wSan Calixto Papa y vís-
pera de Santa Teresa , á las tres de la noche em-
pezó la tormenta con horrorosos truenos; y anun-
ciaron riada al venir el dia las trompetas y cam-
panas de la ciudad, que tan fuerte era, por salir
de madre los nos Segura, Lorca, Muía y las ram-
blas de Nogante y Sangonera tan de repente, que
no dio tiempo para que se apercibiesen los habi-
tantes de los campos, la huerta y la ciudad. Digo
en el libro que di á la estampa en aquel año para
su ilustrísima el Sr. D. Juan Francisco Pacheco,
deán y canónigo de la Santa Iglesia de Jaén , su-
miller de cortina de S. M. y electo obispo de Cór-
doba (18), que rompiendo la fuerza de la cor-
riente los malecones y diques, entró por las calles
de la ciudad , arruinando totalmente el convento
de San Agustín , frente á San Antón , estudio y
clase de los más floridos ingenios de España ; de-
molió la parroquia de San Antolin , la de Santa
Eulalia, San Juan, San Laurencio, San Andrés,
96 MURCIA
San Miguel, todas las casas de la Trinidad, Mer-
ced, San Antolin, San Miguel y arrabales de San
Juan; destruyó los conventos de Capuchinas des-
calzas, y fuéronse éstas nadando á la Compañía,
y luego lleváronlas á los Teatinos, sobre la Fuen-
Santa del Monte; el de Madre de Dios y Veróni-
cas, marchándose éstas á San Francisco y San An-
tonio ; derribó más de novecientas casas ; costó
mil personas ; la pérdida subió más de cuatro mi-
llones; se perdió el vino cogido, los arroces ya
sembrados, salitres de la fábrica de la pólvora,
los estancos del aceite que abastecia la ciudad, el
trigo y cebada del almudí , la ropa de los merca-
deres, los papeles de los escribanos y documen-
tos; pereció en el campo mucho ganado.
» Rompió la pared de cantería de San Francisco
á la puente, dejando muchas roturas en el paso de
la Inquisición al rio. En la Aduana del Almojari-
fazgo Real, hizo gran destrozo entrando por la
puerta que mira al convento de Verónicas tres va-
ras en alto, y dos por la que mira al malecón; en
ella desfalijó seda v lios de ropa, llevándose sillas,
bancos y maderas : rompiéronse los azudes , y se
cegaron las acequias , brazales y vales : cayó una
casa en una sima en la calle de San Diego junto
al convento de frailes descalzos de San Francisco,
sin que tocase á éste por gracia del Señor, y pe—
«JUE SE FUE. 97
réciendo algunas personas , que subía una vara
sobre la entrada del convento : entrando en San
Antón, arrastró la imagen á una milla de allí,
junto con la campana y el cepillo; y fué milagro
patente librarse un P. Agustino sobre un trozo de
muralla que fué al huerto de la Trinidad.
»Se llevó el no Sangonera una barraca en que
habia en una camilla de tablas un niño y su ma-
dre, y habiendo ésta por devoción encendido una
bela bendita, al entrar en el rio Segura, vino la tal
barraca sobre el agua , y esta la arrojó media le-
gua fuera en el huerto de D. Francisco Tomás,
que es el de las Bombas, camino de Santiago. So-
bre un zarzo arrastró á la senda de casillas una
mujer y dos niños , dejando al tal cañizo sobre un
granado, todo esto por el poder de Dios Nuestro
Señor.
y Entró en la Catedral cuando se estaba diciendo
misa á la Virgen, y el sacerdote tomó en sus ma-
nos el Santísimo Sacramento , y le llevó á la
torre para le salvar: desfojó en el coro todos los
liijros, y echólos á perder; como además otras co-
sas: subió cuatro dedos la tablica de los descomul-
gados, dejando ileso el papel que contenia los
nombres. Como habia comenzado á llover á las
nueve de la mañana, salió S. Illma. D. Diego
Martínez Zarzosa á la galería con el Santísimo en
7
98 MURCIA.
las manos, y repentinamente, de milagro, esclare-
cióse el dia y salió el sol , habiendo seguido cre-
ciendo el rio hasta las tres de la tarde.
«También allí hago corónica de cómo se des-
truyó el piso por simas que estorbaban el paso: á
riesgo de esto, salió D. Juan Zarzosa, sobrino
de S. Illma., con D. Manuel Vergara y Monte-
Resa Provisor, y el confesor del Sr. Obispo Don
Diego Reinoso , por las calles repartiendo pan y
comestibles y limosnas; repartiendo S. Illma. so-
corros de trigo á los conventos, á pesar de su ca-
restía , y luego salió á caballo por la tarde á visi-
tar y limosnar pobres ; así como el cabildo que
repartió más de cien fanegas de grano. Estaba em-
peñada por caso de obras la Compañía de Jesús, y
al pesar de esto socorrió á más de mil personas,
amen de los religiosos de San Agustín y monjas
Capuchinas. Noticioso S. M., hizo venir á S. E.
el Conde de Castro , Gobernador suyo y general
de sus armas en estas fronteras , para renovar los
socorros, evacuándolos estos con celo y mucha
caridad.
«Para confusión de los incrédulos , escribí y allí
está impreso , que dos meses antes de la peste , y
dos también de la riada , vino un hombre á Mur-
cia á predecirlo en Agosto; vestido de pieles, co-
pioso el cabello crespo y enmarañado , tostada la
QUE SE FUÉ. 99
color del rostro , un báculo en la mano , v con
paso presuroso llegó á la plaza de Santa Catalina,
en que fijando el bastón en tierra, dijo: De parte
de Dios omnipotetife os aviso, ciudadanos de
Murcia, que enmendéis vuestras vidas, porque el
castigo de S. D. M. se acerca más riguroso que
el primero ; y si queréis saber las culpas princi-
pales porque Dios ha de destruiros, escuchadlas:
))1.° Por el poco respeto que todos tenéis al
sacerdocio, y el desprecio grande con que tratáis
sus núnistros.
»2l.° Por la poca atención que tenéis á la
justicia, viviendo los poderosos á rienda suelta,
alimentándose de la sangre de los pobres.
»3.° (Aquí entendieron muchos que desva-
riaba , pero el desvarío estuvo de parte de quien
no quiso entenderle. ) Por el sacrificio antiguo
que renováis del cordero. Dijo, y salió por la
puerta de la Puente , sm haber tomado sustento en
la ciudad; algunos caballeros le siguieron pregun-
tándole; y contestó sobre ello cosas de mucho
fondo, y otras disparatadas; pero la experiencia
acredita que es verdad , pues lo del sacrificio del
cordero indica la fuga que unos fingidos portu-
gueses han hecho á Liornia y Salónique; viniendo
todo con la profecía de San Vicente Ferrer , que
en su tiempo y aquí en Murcia , en misión , dijo:
100 MURCIA
Tragardse este lobo á esta ovejuela ; por el rio y
la ciudad. También recuerdo que por entonces, y
sin razón, corrió entre la baja gente, que aquel
hombre era un judío, que errante, habia estado
ya en la corte de Madrid y otras , anunciando la
fin del mundo.»
Aquí llegaba de su relato el Beneficiado,
cuando sonaron las esquilas de conventos, que to-
caban un cuarto antes de la queda , como señal
para el último rezo antes de ésta : escucháronse
asimesmo en la calle ruidos de carrozas y rumor
de gente, con lo cual levantáronse los señores:
cumplido hiciéronse de cortesanía besando todos
las manos y rosarios de los Reverendos ; despi-
diendo los señores en la puerta de la sala á los de
afuera, y pasando al comedor con toque antes de
campana; la de la puerta de medio sonó para avi-
sar á los criados y lacayos, y al tomar la escalera
los forasteros para bajar, toparon con los pajes
que hachas de cera tenían encendidas para les
alumbrar, como hiciéronlo hasta la puerta, en que
reverenciándolos retiráronse. A las carrozas su-
bieron unos , y los otros á pié marcharon á sus
conventos y casas ; pero como oscura lo mesmo
que Noruega estaba la noche , iban delante las
carrozas dos criados con hachones de viento des-
cubriendo terreno; con cada uno délos Padres un
QUE SE FUÉ. 101
donado que daba luz con una linterna de cucuru-
cho, y otra tal llevaba con el Beneficiado un es-
tudiante que con él albergábase de fámulo, echando
por distintas callejuelas á sus viviendas. A lo lejos
oíase ya el ruido de las ruedas y las pisadas, que-
dando en silencio á poco rato; que como á la queda
recogidos los vecinos todos han de ser por orden
de la justicia y como Dios manda, dejóte, lector,
ya en tu camera, rezando tus oraciones para luego
desnudarte y dormir á lo lirón. Reposa tranquilo,
que yo, sin ser Montero de Espinosa, guardar hé
tu sueño , y te diré á otro dia lo que entre la
queda y el alba pase.
TABLA VI.
ENTRE LA QUEDA Y EL ALBA.
Representa al claro y oscuro, los amores, penitencias, casos
y cuchilladas que hay entre tal y cual campaneo.
L
A vida es sueño ; toda ella es una pavesa so-
ñada : quien sueña no vive ; quien vive sólo se
enseña á morir, y la muerte es oscura noche de
sueño eterno : capilla ardiente es la camera por
102 MURCIA
magnificencia que tuviere , y de luto negro aunque
colgaduras haya de vivos colores en costoso dosel,
como sepulcros inmundos son en la noche las ciu-
dades más opulentas y grandes , porque en tinie-
blas quedan como aquellos. Tórnanse como panteón
las calles , que si bien se miran son enterramien-
tos las casas , según lo tapiadas de ventanas y
portones : óyese mejor y claro el eco de los vien-
tos, el murmullo de las acequias y el canto de las
aves nocturnas como lechuzas , morciguillos y
bubos que con la enza de chupar el aceite de las
lámparas de iglesias, según la gente errada dice,
en las torres dellas viven escondidas de la luz que
daño les hace, como á los herejes y los incrédulos
la luz de las eternas verdades de nuestra santa re-
ligión; ronceando las pareticas y enrejados de los
atrios de las parroquias y conventos van los per-
ros, fateando la muerte que allí reina, y como gente
canina es , hambre tal tienen , y arañan la tierra
por sacar que comer y roer huesos de alguno que
vanidoso fué y por justicia divina vino á los dien-
tes de sus propios perros. Al reedor de la real
carnecería andan á centenares como si colmena
fuere; y aullan, ladran, gruñen y muérdense;
y con lamento de alarido platican de cómo con
el olor han de se contentar, que muy caras las
tajadas valen ; sólo escúchase la campana del
(¿UE SE FUÉ. 103
reloj de Santa Catalina que de la ciudad es propio,
y los trompetazos de los cuernos en la huerta, que
son del comienzo de las tandas del riego ; como
boca de infierno por lo cavernosa está la noche, sin
que las rutilantes y diamantinas estrellas véanse
en el cielo que acresponado de negros nubarrones
hace miedo y pavor mete á los más valerosos. A tre-
chos vense lucecicas de lámpara en faroles guarda-
das, que arden á devoción de los dueños de las casas
de gente del estado llano; pues los grandes hidalgos
y señores han dado años atrás en ponerlas en los
zaguanes, aunque muchos consérvanlas afuera. Los
triunfos de Nliestra Señora de la Fuen-Santa (19)
(otro lado la puente) , el de la Purísima (en San
Francisco cabe el malecón), de San Cristóbal (en
sus cantones) y del Rosario (en comedio la placeta
del Esparto, frente á los Vinaderes) tienen faroles
en luminaria, como asimesmo las cruces de Humi-
lladero de la puerta del León, ahora de Orihuela,
la de San Benito y la del camino de Molina; sin
que olvidado hayase así , el paso de los pasos di-
chos de San Diego ó el calvario de la Arboleja
que há poco pusiéronle ; ni que hayan quedado á
oscuras los nichos de las puertas de conventos, ó
de los porches del Socorro en la Trapería, y San
Antonio en la trasera del Señor lufre que cae al
callejón del Cabrito ; como el de Verónicas , junto
104 MURCIA
al Almojarifazgo real de la Aduana. Pocos años
há que costumbre es á la queda tocar el reloj de
Santa Catalma ya dicho, el cuyo chapitel y reloj,
vista la queja del licenciado D. José de Torre-
blanca, cura de la tal parroquia, se reparó como
ruinoso por el caballero obrero mayor , según
acuerdo y auto de los señores Murcia del ordina-
rio cabildo de siete de Octubre de mil seiscientos
setenta y tres; y suena su campana con clamor
triste Y acompasado al tenor y por cumplir lo que
sigue :
« En el cabildo ordinario de veinticuatro de
Abril de mil seiscientos ochenta y cuatro años, se
propuso por el muy ilustre Sr. D. Francisco Ma-
nuel , Corregidor desta muy noble y leal ciudad
de Murcia é fué aprobado que desde dicha noche se
tocase á la queda con la campana del reloj de Santa
Catalina, para que los vecinos se retiren á la quietud
de sus casas como en diferentes ciudades destos
reinos , conformándose con las leyes dellos etc.»
Hacia poco que tocó la queda ; algunos aldabo-
nazos percibíanse de lejos, y por la calle de Zam-
brana oyóse una campanica con lastimero toque,
cuando á rato y rebujado en un saco baquero en
hábito largo de color pardo, comd á moa de ba-
landrán, vino calle abajo un bulto que un farol
de cuerno claro traía en una mano, y apoyaba la
QUE SE FUÉ. 105
otra en un bastón alto y gordo con regatón de
hierro, causando con él tal estrépito en las piedras
como si desenclavase las losas de una sepultura:
andaba con mesurado paso y grave cerimonia , y
sacando de rato en rato voces de agonizante de
ajusticiado por lo angustiosas y semitonadas, decia
muy tristemente esto (jue llamaban saeta las gentes:
«El que mortalmente peca
mortalmente se condena.»
« Para hacer bien y decir misas por los que
están en pecado mortal ó camino del.» Acabada la
cual dicha saeta, rezaba un Padre nuestro de ré-
quiem y daba tres golpes fuertes con la vara en el
suelo : y como en toda la calle no le hubiesen lla-
mado, quiso aguardar por si recordábale algún ve-
cino , y en la piedra descargadora ó apeamiento
que habia cabe la puerta de la ilustre casa de doña
Luz de Zambrana, sentóse; no aguardó mucho, que
un chirrido de goznes oyendo, levantóse á sentir
una voz de tiple corista que dijo: Ave-BIaria. —
Grafía plena, contestó la del bulto; y bajó de la
ventana un papel encendido , para marcar el sitio
dó habia de al caer encontrarse; el cual papel con-
tenia monedas: abajóse á cogerlo y dijo con la voz
mesma de agorero :
«Por la limosna que das
de fijo te salvarás.»
106 mOrcia
Amen, replicó la de la ventana al cerrarla; y el
otro examinó las monedas que viejos ochavos se-
govianos eran según su verdete y picotazos ; he-
chólos dentro el farol por una raja que abierta tenia
á tal caso, y siguió la calle de Aljezares que dicen,
y estrecha es que no caben sino dos personas en-
tre las paredes, el cuyo hueco con su bulto llená-
bale, y á lo lejos dijo:
«Por un gusto pecador ,
cuanto tiempo de dolor. »
Quedóse otra vez en silencio aquella parte, y
por la del Trinquete venian ecos como alaridos
lastimeros , de profundo y grande sentimiento, que
atemorizaban al pronto ; y de los terrados altos de
la noble morada de los de preclaro nombre de Pa-
reja de Alarcon , salían : era el tal caso extraordi-
nario; que así como Dios crió al hombre, hízolo
con los demás animales dándoles instintos , y allí
en el susodicho terrado, habian tramado fuerte
disputa y descomunal batalla por namoramiento ó
por otra causa de intemperancia (que no dícenlo
las coronicas) otros dos bultos , dándose tan fuer-
tes acometidas y carreras tan de violencia , que
parecia juego de justas y torneos de Reales feste-
jos ; quejábanse mucho al propio tiempo , riñendo
cada uno sobre si era mió ó no era mió ^ si habia
renegao ó no rencgao : sobre si del Rey Mizifuz
QUE SE FUÉ. 107
venia su progenie , ó alcuzcuz dábanles á comer
en sus casas ; recordándose que en otra vida ha-
bian sido moros, aunque ahora tuvieren pelo de
dominicos , romanos ó de Angola ; llamándose feo
y refeo el uno al otro: al acometer con fuerte
combate que fuerte debió ser , enmarañáronse y
cayeron á la calle blasfemando según parecia por
sus vociferaciones , esclafándose antes en otros
bultos que dentro y fuera una reja comunicando
amor estaban por entre los garranchos , gavila-
nes , alicatados y cresterias de labor fina de aque-
lla secretaria , que á fuerza de martillazos forjá-
dose habia con primor, y á la violencia de los
afectos debia ceder algún dia con terneza con-
certando boda. Asustáronse los amantes y á risa
tomáronlo , tanimientras los amorosos gatos coman
callando ; pero hizo el diablo que vela y no duer-
me, que al volver la esquina de la calle de Pux
Marin vinieran dos corchetes de golilla tiesa, ne-
gra ropilla, negra capa, negros calzón y medias,
sombrero de canal negro, y todo negro debe ser
en quienes negro el corazón tienen , y no enseñan
más cosa blanca y pelada que el cuello por el que
devoran , y las uñas con que agarran y no suel-
tan. Al tanto decia que á la violencia agarráronse
los gatos á sus pantorrillas , sacaron ellos las tizo-
nas, y dando gritos de «favor al Rey,» las venta-
108 MURCIA
ñas abriéronse en los terminados altos , asomando
candiles los vecinos , creyéndose que algarada de
moros habrian levantado en las Arrijacas: y ga-
tos y corchetes huyeron espantados , unos del
ruido y otros de su vergüenza y cobarde susto,
(juedando á seguida en silencio la calle. Mediaba
ya la noche , pues campaneaban las doce con pa-
vorosa campana , y otra tocó á vuelecico en el
convento de Madres Capuchinas , cuando por la
puerta del Porcel salió una visión coja y rara , de
blanco vestida : cubríala una capa del cucuru-
cho al suelo , y las manos ocupaba con una vela,
que por librar del aire su luz, tapábala con un fa-
rolico de papel de bulas , una calavera y unas de-
ciplinas largas de torzal de tres cabos con pesicas
de plomo ; caminaba de prisa , y allegóse al por-
tal de la iglesia , dentro el que habia vapuleo y
ruido como de lluvia , y éralo de azotes que las
monjas daban á su cuerpo , no en descargo de pe-
cados propios que son pocos, sino de ajenos y
grandes que son muchos en ofensa á Dios Nuestro
Señor (20). Arrodilló la visión y dióse fuerte deci-
plina , tanimientras el miserere rezaban y golpea-
ban dentro ; acabado el cual , sin se alzar hizo á
la media voz el acto de contrición , pero por lo fino
della dió á entender que pecadora era y no peca-
dor quien tal traza traia, marchándose luego por
QUE SE FUÉ, 109
junto á la olma y puentecica á la portería del con-
vento de Santa Isabel, en la cuya puerta ponién-
dose ágatas y en cruz , besó el suelo y estuvo re-
zando; al enderezar dejó ver un chapin de raso
bordado con oro , de un pié calzado , trayendo el
otro descalzo , causa del cojeo que mucho había
cojeado , cuando el andar coja habíanla dado de
penitencia , y de bailes y otros excesos seria, que
refrán antiguo es aquel de «Bailarines, en cojos
paran ; » hacia el Contraste marchóse perdiéndose
de vista, cuando á poco aparescieron, y camino
llevaban para la catedral , dos figuras que hacían
luz de un hachón de viento: sobre los hombros
porteaban una larga escalera como de horca , y una
olla con unas brochas dentro ; cuando hubieron
llegado al pié de la torre aderezaron la escalera y
subióse el mas viejo á lo alto ; era un pinta-ven-
tanero que llamábanle de mote Pinta-Tinto , y tanto
gustábale según coronicas , que hizo un día por
estar de broma lo de acabársele las colores , y en
lugar de renovarlas tomó en la taberna una azum-
bre de vino con que pintó una puerta , mamándose
á ratos la brocha ; vestía valones y ropilla de ba-
yeta llena de manchas del oficio, escarpines de
lana en zapatos fraileros y un sombrero sin toca;
parecía en lo alto de la escala que á nidos andaba,
pero no tal , que pintando ocupábase su caletre y
lio MURCIA.
manos de uno como letrero que Vitor, dicen y era
como los que en el Contraste hay pmtados á los
predicadores de nota , á los canónigos que ganaron
su silla , ó definidores de las órdenes que bien lo
hicieran en las cáncanas ; y por no poder las gen-
tes vitor les dar en los santuarios , hácenlo poner
en las paredes de pública presencia para fama;
puso con aceite y almagra señalajos y letras que
él no entendia (ni algunos dellos motes nosotros
después) , el apellido con la marca de Doctor ó
Licenciado si lo fuere , y el trofeo de la Santa
Inquisición si tratárase de familiar suyo (21). En
lo mejor de la su obra estaba , cuando de la calle
Trapería salieron tocando á todas las puertas con
sus varas v escuchando á las cerraduras , una
grapada de corchetes con linternas de mano que
no de tal , sino de dos manos debiéranlas llamar,
y detrás una ronda completa que amarradas traian
en medio á dos brujas que para la Santa Inquisi-
ción eran el encargo aquella noche. A\ divisar la
luz del hachón sacaron todos los arcabuzes y pis-
toletes , hiciéronse pina como si á entablar batalla
fueran , y uno de ellos gritó : ; Alto ahí por el Rey
Nuestro Señor! ¿Quién va? Dios y Rey, con-
testó Pinta-Tinto desde la escalera ; acercáronse
los garduñas , y mostróles aquel un permiso , se-
llado por el ordinario para la tal obra , y orden
QUE SE FUÉ. 1 1
para repintar el rétulo de excomunión ; despi-
diéndose , tomaron su cammo hacia la cárcel , y
el maestro concluido que hubo , puso á otro lado
la torre la escalera , y con la propia color bermeja
puso este letrero :
«Esta Excom*^" de Excom°° m" la pers*
q^ echase mandase Opermitiese
echar Basura u otra qualquiera mmundi^
oseorinase Ento" el lambito d'* la S^ Igl^
pena de 4 ducados.» (22)
Y menester éralo decir prohibiendo tales sucie-
dades , porque no debe ser á la puerta de los tem-
plos , y adréhede hacíanlo allí pudriendo los ci-
mientos y dejando malas olores nocivas al olfato; y
como el maestro quedara pintando , vaya la aten-
ción á dos bultos que por la Merced al Cigarral
marchaban al tiento casi , buscando los cantones
para no se perder ; paráronse en comedio la pla-
ceta de las Pellejerías , y cambiaron de palabras
de honra y ofensa , llamándose malos caballeros y
follones , villanos y rufianes , desvergonzados y
galopos, cobardes y bellacos, tahúres y fulleros,
hipócritas y bajos, así como herejes, renegados,
ladrones y trapalistas , sin otros que la decencia
calla y no debe nombrar, porque óyense mucho,
y seria en ofensa grande al Señor el repetirlos,
que bastante lo son : de dama tratábase , que
112 MURCIA
traíanla en lenguas á menudo , poniéndola de modo
que ni ella misma conociérase á poder mirar su
retrato, que hacían sin pintura, que falta no hace,
cuando saliva sobra en lenguas de serpiente, y
baba es , que mancha los limpios cristales del ho-
nor; á defensa deste que mucho es encontrar ya
paladines que favorézcanle, salió el uno y tiró de
su espada sin quitar embozo; lo propio hizo el
contrario, y cruzáronse los aceros chispas levan-
tando de sus brillantes fojas toledanas ; pero Dios
trujo por la Puerta Nueva un pelotón de borricos
que andando en cuatro piés , llevaban á otros de
dos que al nacer equivocádose habían , cayendo
derechos; y no eran otros que basureros madru-
gadores de los que á rascar vienen las calles de la
ciudad , haciendo simas porque menos trabajo en
abrir sepolturas haya en tiempos de epidemia; los
cuales basureros , chicos y grandes , mozos y vie-
jos , gordos y flacos , debiéranles por sus hazañas
dar plaza eterna en las Reales Galeras de S. M.
como premio de su limpieza , que no sólo limpian
el suelo , sino que también alguna ropa si olvídase
en los balcones , las cortinas destos y los hierros
que pueden y flojos están en las rejas de las casas.
Venían ya los claros del espléndido Febo por el
Oriente , y los dos bultos metiéronse por los ca-
ñares para les dejar paso y no dar sospecha ; allí
QUE SE FUÉ. 113
ya libres trabáronse de nuevo en cuchilladas , y á
poco salió corriendo el uno como si persiguiéndole
vinieran ; atravesó las placetas de la Pellejeria y
de Santo Domingo á la calleja de Santa Clara , y
dióse tan fuerte golpe contra la puerta del tal con-
vento , que hasta estrellarse pudo ; y alzando un
aldabón de sortijones que colgado habia , dio seña-
les con estrépito, mientras miraba una losa que ha-
bia debajo la imagen de la Santa fundadora , y que
en letrero ponia : SALVAGUARDIA REAL; (23)
á las voces de ¡Sagrado! ¡Sagrado!, un mandadero
salió á poco con el Padre Reverendo de la casa,
quienes reconociéronle y entráronlo en la iglesia,
do se confesó cristianamente. Una campanica so-
naba lejos como hacia el Carmen otro lado la
Puente , y seria á misa primera ; y todas las calles
que á la plaza daban, ocupáronse en rilera de gen-
tes que á vender venian sus esquilmos y produc-
tos; sonaban los cuchillos en la Real Carnecería,
los hornos abríanse , pudiendo ya salir dellos los
guardas y cuadrilleros de la Santa Hermandad
que amagados habían estado allí toda la noche, de-
jando la ciudad guardarse sola , que mejor es ; y
en las tabernas tomaban leche de anís de Aspe
para matar el gusano de sus gargantas , ya que los
Reinos no pueden matarles á ellos, que son los
gusanos mas roedores que hay, menos valen y
114 MURCIA
más cuestan ; sonaban los goznes de los portones
de posadas, mesones y mercaderías, barrían las
portadas los deprendices de los oficios , surtían
por las calles los capellanes para sus iglesias , ca-
minaban los albañiles á las obras del maestro ala-
rife Picoleta , maestro conocido , del que hablare-
mos cuando haya lugar pronto ; y cuando el cam-
panon de la Catedral tocó al alba , comprendí de
nuevo que la vida, como dije al comienzo, es un
sueño ; y que para cuando llegue la hora de des-
pertar para morir, conforme despertamos encon-
trándonos cada día que el sol amanece , sm lim-
piarnos de culpas , hagamos por lavarlas y porque
alcancemos en un día de alba felicísima , la luz
del sol de la eterna gloria. Amen.
TABLA VIL
EL ALARIFE PICOLETA.
Representa la vida de alhamíes: querellas y desaguisado
que armaron , y que hizo menester la repetición de su
ordenanza.
D,
E muy mañanica , tomando la tempranera y
los menesteres del oficio después de primera
misa, juntábanse todos los días del año, excepto
QUE SE FUÉ. 115
los domingos y feriados, junto al rincón de la pa-
red de la Santa Inquisición, placeta del Almenar,
todos los albañiles de vaga , por demandar tra-
bajo, costumbre que de moros desde conquista
viene. Allí acuden asimesmo los pollinos de los
yeseros de Aljezares (que no debieran sino cerca
del Matador, según lo mandado), por el tanto de
venderlo , y de tal parte van donde menester son
con yeso, para obrar ó hacer apaños en casas y
viviendas , que si menester son los manobres,
también lo son los burros (hablando con perdón).
Era por entonces el alarife más afamado en todo
el reino, uno que hijo de yesero habia sido; y de
zagalico, andando el tiempo, hacia recados y man-
dados á los tajos de obra; siendo luego deprendiz,
manobre, oficial y maestro examinado cuando
tuvo el tiempo y saber conforme se requeria ; lla-
mábanle Picoleta , porque ende chiquitejo vicióse
en picotear piedras y aprendido había después con
brava traza en entallar figuras para escusones de
las casas de nobles y de hidalgos , labrándolos con
lambrequines de hojarasca; formaba cortes de ala-
veo en piedras de las escaleras de caracol , seme-
jando la famosa de la capilla del Marqués de los
Velez en la Catedral , y habia tomado asimesmo
mucha idea de los tracistas que de tierras de Ita-
lia y Castilla á la Catedral venian. Veedor de su
116 MVRCIA
gremio ó acompañado era cuasi siempre , y lo era
á la fecha del caso que relataremos; el cual maes-
tro dio aquel dia con su ingenio y saber la orden
y compostura que perdió el gremio por meter el
diablo en ello la pata. Juan, Barraca de mote, lla-
mábase otro alarife intruso, que siendo panocho y
sin deprender jota, tomado habia práctica de obrar
haciendo partidores de las aciecas, y barracas en
la huerta; pero como algunos moros dismiulados
dábanle botijuela en gordo porque les marcase con
cruces de madera las que fabricaba (y no era lí-
cito sino en las de los cristianos), hizo con tal he-
rejía algunos dineros, y amigos que le dieron alas
y mote : se metió en la ciudad con perjuicio del gre-
mio, y aunque no hay hombre sin hombre, fuélo
él sm hombre, pero con mujer, y con una moza
de que trataremos en otro lugar. De añejo tienen
los señores de obra , obrar á su antojo , aunque
vean que mal obran obrando mal; pero si obrasen
mejor, no caeríaseles pronto lo obrado, para bene-
ficio de los manobres, lo que permite Dios Nues-
tro Señor porque se gasten los dineros, y estén
siempre manos á la obra ; y como Juan Barraca ha-
cíales lisonja á los amos (trabajando de chapuza y
repello, aunque fuese tente mientras cobro, y ba-
rato, que es lo que los amos quieren por codicia),
hízose de fama, parroquianos lloviéronle, y en el
QUE SE FUÉ. 117
rincón del Santo Oficio, era en el suyo, como si fué-
ramos al decir, un Adelantado de los Reinos. Llo-
vido habia y secádose muchas veces, desque el gre-
mio de albañiles punchaba porque aprobárase de
nuevo la mesma ordenanza de mil quinientos no-
venta y dos ya sin uso, sin que adelantaran paso;
denunciado v con multas estuvo Juan Barraca por
sus metiduras en obrar; fuese á Lorca un viaje,
examinándose allí jJe maestro con la ayuda de algu-
nos ducados , por agradecido de presente ; y vino á
Murcia haciendo gala de tal, con tanta fantesía,
que púsose en malas con los demás maestros, hasta
que aconteció lo que sabrá el curioso lector. Como
y á causa de la nada de San Calixto , la peste v la
carestía por hambre , habían venido de hacia mu-
chos años á menos las cosas y casas de la ciudad
y huerta , nada hízose en otros tantos por faltar lo
principal , que sabido es que » por dinero canta
el ciego y baila el perro » ; pero Dios abrió después
camino con su misericordia , y cosechas ha dado
para se arreglar humor y bolsas , con que empe-
záronse obras muchas y buenas : las de señores
teníalas Juan Barraca ; y de Catedral , conventos y
de iglesias , otros alarifes enemistados del , que
cierto es lo de «el peor enemigo es el de tu oficio» .
Sucedió que un día tomó Barraca todos los ma-
nobres y albañiles tan pronto como vinieron al
118 MURCIA.
Santo Oficio , y también los zagales y pollinos sin
dejar más que al fiel del yeso junto al Matador;
prisa tenian otros maestros para tapar goteras en
casas de señores, que tantas tienen en su hacienda y
bolsillos , que no basta el yeso á las tapar por com-
pleto , así como calzar tapias de conventos y otras
rendijas en iglesias y viviendas quebrantadas; y
al verse sin hombres de obras , pusiéronse hechos
unos basiliscos, y más todavía cuando el fiel del
yeso, hombre incapaz de calumnia ni superflujo,
díjoles que Barraca habíalos llevado no á trabajar
sino á Churra, á borrachera á drehede, por perjuicio
les causará los maestros de Murcia. Tocó á junta-
mento la campana de cabildos , juntáronse los maes-
tros en casa del maestro Picoleta , y allí hubo alari-
dos y voces , gritos y juramentos , votos á mil de-
monios, pataleos v rabietas, injurias y amenazas,
maldiciones y blasfemias, dando fin con marchar
los veedores á las casas de la corte y su corregidor,
á pedirle justicia , que mucho pedir es en los tiem-
pos que corren , y tan alta está que anda fuera de
tiro de culebrina : recibiólos con afecto , que barato
sale y no cuesta mostrarle, y después de enterado
y visto el desacato por la holganza , dispuso que
buscáraseles , y de pena tuvieren mil maravedís
el Barraca y cuatrocientos los holgazanes por ter-
cias partes. Como « las malas nuevas corren las
QUE SE FUÉ. 119
leguas más que las buenas , » supiéronlo á seguida,
y viniendo Barraca con los suyos á casa de Pico-
leta (á poco de entrar éste en ella con los acompa-
ñados), sitióla como plaza de guerra, con el ánimo
y fin de magullarlos los huesos , rompiendo los
vidrios de la casa con piedras y palos; pero como
el que no es agradecido no es bien nacido, algu-
nos acordáronse de que mucho debian á Picoleta,
y traición verdadera de justa causa hicieron á
Barraca , entrando por la puerta falsa de la casa
de aquel por le favorecer; (estaba ésta en la calle
de Santa Quiteria , junto á la ermita desta San-
ta (24), con trasera á la rambla del Cuerno), su-
biéronse á las ventanas y terrados , y tiráronles
á los de abajo legones, amasaderas, picazas, pica-
cicas, picoletas, corbillas, talochas y palustres, y
desde los terminados más bajos, ladrillos, ato-
vas, capazos de tierra, aljezones, tejas, canales,
tarugos , regles , puntales y terrajas , como ca-
moncicos de bóvedas; perniquebrados de ambas
partes hubo, y la justicia mandó gente de ar-
mas, que aquietáronlos, zampando en la cárcel
á los de más culpa: entretanto juntóse juntamento
para tratar del caso, el cual hizo venir entre cor-
chetes , por le defender de mano y piedra , al
maestro Picoleta ; pasó allí lo que pasase , y ante
él y por el escribano mayor, reaprobáronse las
120 MURCIA
ordenanzas con que habían de se regir en ade-
lante los del gremio; á seguida diéronse al prego-
nero, sacaron por un rato de la cárcel los reos
para las oir, y la voz pública, desde la ventana
mayor de las casas de la corte, frente al no, des-
pués de tocar la trompeta, dijo así:
ORDENANZAS DE ALBAÑILES.
«Primeramente: Ordenaron y acordaron: Que
el primer Domingo próximo al dia de San Juan
de Junio, cada un año se junten todos los oficia-
les del dicho oficio en las casas del Ayuntamiento
desta Ciudad, y juntos traten, y confieran las
cosas necesarias á el dicho oficio para en lo to-
cante á el bien común y particular , y lo que
acordaren se tome por resoluzion, y se asiente
en el libro de su cabildo, para que aquello se
ponga en execuzion y las cosas que fueren de su
particular tocante á sus oficios los Vehedores las
hagan guardar y poner en execucion acudiendo
á la justizia, para que lo haga poner en execu-
zion y las que fueren del bien común darán no-
tizia á esta Ciudad, para que determinen lo que
mas convenga.
»Item: En el dicho Cabildo se tomará razan
de los oficiales que andan en la rueda para ser
Vehedores, y acompañados del dicho oficio, y los
que cofiforme á la rueda huvieren de ser Vehe-
QUE SE FUÉ. 121
dores, y acompañados para el año siguiente, se
presenten! en el primer Cabildo que esta Ciudad
tuviere después del dia de San Juan á jurar que
harán sus oficios con ¡a fidelidad que convenga.
nltem: Que los oficiales que se huvieren de
admitir á la rueda para poder ser Vehedores y
acompañados, no se puedan admitir, sin ser pri-
mero examinados y aver pasado seis años que lo
han vsado después de exmninados, y sea tal qual
conviene para ello y ayan hecho las obras que á
los Vehedores y ofiziales de la rueda lespareziere
son nezesarias para entrar en ella; y si de otra ma-
nera lo admitieren, la elección sea en si ninguna,
y los que en ello intervinieren, cada uno incurra en
pena de seiscientos maravedís, la terzia parte para
la Ciudad, y la otra terzia parte para elJuez que
lo sentenziare y la otra parte para el denunziador.
^)Item: Que los que se huvieren de examinar
para maestros del dicho oficio, sepan hazer vn
arco de ladrillo descubierto bien hecho, y vn
portal de ladrillo descubierto bien labrado y vna
escalera de dos bueltas bien hecha, y bien re-
partida y descubiertas las ruedas que parezca el
ladrillo, y vn pilar de ladrillo quadrado de diez
palmos en alto que este' esempto; y hechas las
tales obras á vista de los Vehedores, y acompa-
ñados de el dicho oficio, con dos maestros viejos
122 MURCIA
sabidores de dicho oficio todos seis juntos, viendo
que el tal pretendiente es avil y sufiziente, lo
den por examinado, y le den titulo de ello por
ante Escrivano.
y) ítem: Los Vehedores, y acompañados, y los
demás oficiales del dicho oficio examinados apren-
dizes y manobres, harán otro ayuntamiento el
primer Domingo después de San Juan en cada
vn año en las casas del Cabildo desta Ciudad,
llamándolos por el muñidor que el dicho oficio
tiene para ello , y alli les leerán las ordenanzas
del dicho oficio, para que las sepan y guarden,
y alli platiquen y confieran las cosas tocantes á
su oficio en lo que mas convenga; y lo que toma-
ren por resoluzion se escriba en el libro de su
ayuntamiento , para que se guarde; y el que no
fuere al dicho ayuntamiento, el examinado pa-
gue quatro reales, los demás á dos reales apli-
cados para los Vehedores , los quales puedan
prender por ellas.
^^Item: Que todas las vezes que se sacare el
Pendón del dicho oficio, lo lleven los Vehedores
del dicho oficio, y no lo puedan dexar, ni entre-
garlo á otra persona que lo lleve, si no fuere á
su compañero, ó á vno de los dos acompañados,
so pena de seiscientos maravedís aplicados según
dicho es.
QUE SE FUÉ. 123
fíltem: Que todos los oficiales aprendizes y
manobres del dicho oficio, todas las veces que el
dicho Pendón saliere, sean obligados d lo acom-
pañar, desde que salga de casa del Vehedor que
lo llevare, hasta que lo buelva sin dexarlo, so
pena que los oficiales examinados paguen quatro
reales, y los no examinados á dos reales aplica-
dos para los Vehedor es, según dicho es, y que
los tales Vehedores les puedan sacar prendas
por ello.
)yltem: Que atento que los Vehedores del dicho
oficio han de llevar el Pendón del dicho oficio
acompañando el Pendón Real, y el de la Ciudad
en los acompañamientos acostumbrados, no pueda
ser Vehedor del dicho oficio ni acompañado ni
entrar en la dicha rueda, ningún berrendo, mu-
lato, ni negro, so pena que la elección sea en si
ninguna, y los que lo eligieren incurran en pena
de seiscientos maravedís, cada uno que lo con-
trario hiciere, aplicados según dicho es.
nltetn: Que los Vehedores que fueren cada
año del dicho oficio, se les entreguen las orde-
nanzas, para que las tengan en su poder, y con-
forme á ellas hagan lo que fuere á su cargo; y
quando dexaren los dichos oficios sean obligados
á las dar, y entregar á los Vehedores nuevos,
según y como las rezibieron, sin quitar ni poner
124 MURCIA
cosa alguna en ellas, y que se asiente por auto
en el libro, el recibo y entrego deltas con todas
las ajas, lepara que aya quenta y razón de las di-
chas ordenanzas.
y) ítem: Que los aprendizes ni manobres, ni
otra persona que ?io fuere examinado fio vse el
oficio en manera alguna, sino fuere que los maes-
tros examinados, teniendo en su casa aprendizes
con orden de sus maestros, y visitándolos em~
biaren hazer algunas obras, que en tal caso las
puedan hazer estos tales sin pena alguna, y no
otro alguno de los que no fueren examinados so
pena de seiscientos maravedís, por cada vez que
lo hizierejí, aplicados como dicho es.
y) ítem: que si algún maestro albañil viniese á
esta Ciudad que no sea osado hazer obra algufia
sin mostrar á los Vehedores y acompañados su
carta de examen, y la den por buena y sin que
den fianzas antes y primero de que las obras,
(pie hizieren serán conforme ó las ordenanzas
desta Ciudad, y sino que pagarán lo que contra
ellos fuere juzgado, y sentenziado conforme á las
dichas ordenanzas, so pena de lo contrario ha-
ziendo, de seiscientos maravedís aplicados según
dicho es.
vitan: Que los maestros albañiles, las obras
que hizieren las hagan de buena labor á justo
QUE SE FUÉ, 125
peso, y á justo hilo, y si no lo hizieren, los Ve-
hedores del dicho oficio la manden derribar ó
enmendar á su costa del tal oficial, demás que
incurra en pena de seiscientos maravedis apli-
cados según dicho es.
))Item: Que qualquier maestro que comencare
qualquier obra en casa de qualquier vecino desta
Ciudad, sea obligado á la acabar , sin dexarla,
ni irse á otra parte hasta que la dicha obra sea
acabada, sin la voluntad del dueño de la obra,
so pena de pagar el daño que vi?iiere al señor de
la obra por la dilazion, y mas seiscientos mara-
vedis aplicados por terzias partes según dicho es.
y>Item: Que ningún oficial sea osado hazer, ni
acabar obra que otro maestro empezare, sino
fuere enfermado, ó estando ausente ó pagado el
dicho oficial que asi la empezó, so pena de seis-
cientos maravedis aplicados según dicho es.
'»Item: Que los tales oficiales del dicho oficio
no hagan obra encamarada es á saber, si entre
vezinos hizieren pies, que los pasen toda la pa-
red de parte á parte, y el que lo contrario hiziere
tenga de pena de seiscientos maravedis aplicados
según dicho es, y que á su costa se torne hazer
la dicha obra y que el vezino medianero sea obli-
gado á pagar la mitad de la costa que en la
dicha obra se hiziere, con sola la declaración
12(5 MURCIA
del tal oficial y que le puedan executar por ello.
i) ítem: Que si entre vezinos se aya de hazer
tapia en patio, ó en corral, ó en otro qualqiiier
lugar, se haga por mitad hasta tres tapias en
alto d costa de los dos vezinos; y de ai arriba el
que quisiere mas alear que lo haga á su costa; y
cuando el otro vezino quisiere cargar en qual-
quier tiempo, que antes y primero pague la mi-
tad de la obra , y que por ello sea executado el
vezino con sola la declaración de los alarifes y
Vehedores.
y) ítem: Que ningún vezino sea osado en pared
medianera de abrir, ni abra ventana, ni forado,
ni agujero, ni fumero á casa de ningún vezino; y
si lo hiziere, que de hecho lo buelvan á cerrar á
costa del que lo hiziere, é hiziere, demás que in-
curra en pena de seiscientos maravedís, aplica-
dos según dicho es; y lamesma pe?ia tenga el que
en calle publica sacare chimenea rompida la pa-
red aunque sea suya , por el daño que dello re-
ciben los vezüios, y que se torne á cerrar á costa
del ofizial que la hiziere.
y>Item: Si en la ciudad se cayeren ó derriba-
ren paredes en algunas calles que tuvieren me-
nos de veinte palmos de ancho que bolviendolas á
levantar y hazer las metan adentro dos palmos
Ideales, hasta que la calle tenga veinte palmos
QUE SE FUÉ. 127
reales de ancho; empero si el cimiento de las ta-
les paredes pareciere encima de la tierra un pal-
mo, no sea tenido de meterse los dichos dos pal-
mos; y el que lo contrario hiziere incurra en pena
de tres mil maravedís, conforme al tenor del pri-
vilegio que esta ciudad tiene del Rey Don Alon-
so: y que el ofizial que lo contrario hiziere no
use de su oficio en seis meses, y que á su costa se
torne d hazer , y edificar la tal pared, y obra
conforme al dicho privilegio.
» ítem : Que todas las aguas de la dicha ciu-
dad, asi como alhellones, y canales maestras, y
terrados, y tejados, que vayan por donde solían
ir; empero si algún terrado ó tejado ó canal
maestra se huvieren de adobar, que lo puedan
tomar por aquel lugar mesmo que avian acos-
tumbrado, y que no lo alcen ni abajen, so pena
que pierdan la jwsesion; y si algún maestro vi-
niere á hazer las tales obras, que haga?i testigos
de como las halla, porque los señores de las ta-
les obras no pierdan su posesión: y el maestro que
lo contrario hiziere incurra en pena de seiscien-
tos maravedís aplicados según dicho es.
»Item: Que los Vehedores del dicho oficio sean
obligados dos vezes cada un año á visitar la ciu-
dad, y las paredes, y aleras, y cerramientos de
cámaras, y aposentos que afrentan con las calles;
128 MURCIA
ij lo que les pareziere convenir y ser nezesario
derribarse porque no haga daño den notizia á la
Justicia ante Escrivano que tome la razón dello,
para que la dicha Justizia con su declarazion sin
otra averiguazion lo manden derribar, sin em-
bargo de qualquier apelazion ; y si no lo hizieren
incurra en pena de seiscientos maravedís por cada
vez que no hizieren las dichas visitas, aplicados
según dicho es, y paguen el daño que dello resul-
tare.
i) ítem : Qualquier maestro que hiziere qual-
quier obra ó derribare paredes, ó las apuntalare
demanera que en ello embarace las calles, que
sea obligado dentro de veinte dias á dexarlas
desembaracadas y libres, según que antes que hi-
ziera las dichas obras estacan , so pena de seis-
cientos maravedis dándoles el señor de la obra el
recado necesario; y si no lo diere, que el señor de
la obra incurra en la dicha pena, aplicados como
dicho es.
y>Item: Que todas las vezes que los Vehedores
del dicho oficio fueren llamados para hazer qua-
lesquier visitas, y declaraziones, lo hagan luego
como sean llamados, y que se les de salario por
ello dos reales á cada uno por la parte que los
llamare y no mas; y si mas llevaren, que sea
visto ser cohecho, y paguen la pena del, y mas
QUE SE FUÉ. 129
seiscientos maravedis aplicados según dicho es.
y) ítem: Que todas las paredes medianeras en-
tre vezinos que sean de tres tapias en alto, y si
hizieren daño adobarse, aviniéndose las dichas
partes, que las buelvan á hazer de aquel vitum-
hre que solían ser; y si no se avinieren las partes,
á pedimento de qualquier dellos declaren lo que
se deve hazer, ó verlo los Vehedores y por su de-
claración se determine.
y>Item: Que no se puedan hazer aleras de ma-
dera á la parte de la calle , si no fueren de la-
drillo, ú de piedra; y si de otra manera las hi-
zieren las derriben, y las hagan de nuevo á su
costa del que lo contrario hiziere; demás que in-
curra en pena de seiscientos maravedis aplicados
según dicho es.
y>Item: Que todas las calles desta ciudad, y
sus arravales no se puedan hazer ni hagan pare-
des de tierra, ni de atochas, ni de cuarto ladri-
llo, sino fuere de costra por lo menos; y el que
lo contrario hiziere incurra en pena de seiscien-
tos maravedis aplicados según dicho es.
y) ítem: Que los Vehedores sean obligados, si
supieren que algunas personas obran sin ser exa-
minados, ó contra el tenor de las ondenanzas á
dar notizia dello á la Justizia para que lo casti-
gue, y remedie la pena contenida en la ordenan-
9
130 MURCIA
za, so pena de seiscientos maravedis aplicados se-
gun dicho es.
»Item: Que ningún oficial sea osado de car-
gar en pared medianera, ni obrar sobre ella, que
no estuviere pagada la inedianeria , y el que lo
contrario hiziere incurra en pena de seiscientos
maravedis aplicados según dicho es.
))Ile?n: Que el oficial que hiziere obra falsa
pague el daño al señor de la tal obra, y que in-
curra en pena de seiscientos maravedis aplicados
según dicho es.
nltem: Que ningún oficial que no sea exami-
nado, no pueda tomar, ni hazer obra á destajo,
so pena de seiscientos maravedis, aplicados según
dicho es; y que siendo examinado pueda hazer
obras á destajo, con que la haga de muchos ma-
teriales y á vista de los Vehedores; y que sino
fuere tal la derriben y buelban hazer á costa del
oficial por el prezio del concierto del tal destajo,
y mas incurra, en pena de seiscientos maravedis
aplicados según dicho es.
))Item: Que los que hizieren los tales destajos,
acabados sean obligados á manifestarlos á los Ve-
hedores dentro de segundo di a; y que los tales
Vehedores sean obligados á visitar la tal obra
luego como sean requeridos, sin llevar cosa al-
guna por ello; y si asi no lo hizieren, y cumplie-
QVE SE FUÉ. 131
ren, ambos paguen seiscientos maravedis de pena
aplicados segiin dicho es; y si el que tomare el di-
cho destajo fuere Ve hedor de el dicho oficio, á
su compañero para que haga el dicho oficio.
i) ítem: Que el primer dia de fiesta después que
fueron elegidos los Vehedores, lo hagan pregonar
en la plaza de Santa Catalina desta Ciudad á
hora que venga á notizia de todos, como son ele-
gidos por Vehedores, y Alarifes del dicho oficio,
so pena de seiscientos maravedis, aplicados según
dicho es.
y>Item: Que .en paredes medianeras no se pue-
dan hazer chimeneas franzesas cavadas en la pa-
red medianera, sin dar noticia á los vezinos con
quien confrentan las tales medianerías, so pena
que á su costa se mazice lo que cavare, é incurra
en pena de seiscientos maravedis, aplicados según
dicho es; pero que con consentimiento de los tales
vezinos la puedan hazer sin pena alguna.
y) ítem: Que no puedan hazer necesarias arri-
madas á pared medianera, sino fuere haziendo
contra pared de vn ladrillo de ancho con mano-
bra de cal, pena que á costa del tal oficial se
haga la tal contrapared, é incurra en pena de
seiscientos maravedis, aplicados según dicho es.
y) ítem: Que no puedan hazer pozo metido en
la pared medianera, sino fuere haziendo contra
132 MURCIA
pared con consentimiento del vezino so pena de
seiscientos maravedis, y que á costa del tal ofi-
cial se desbarate y mazice; pero que lo puedan
hazer arrimado á la tal pared medianera, sin
caer por ello en pena alguna.
y>Item: Que ninguno sea osado de ver, ni apre-
ziar obra ninguna, sin los dichos Vehedores A la-
rifes del dicho oficio de A Ibañil; y el que lo con-
trario hiziere cayga en pena de mil maravedis,
aplicados según dicho es.
y) ítem: Que por cuanto ay ordenanza, y es muy
justa, que el maestro que herrare alguna obra ora
sea de tapieria, ladrillo ú de otra qualquiera ma-
nera, la pague. Y porque algunos tapiadores y pi-
sones sin ser examinados ni llevar oficiales que lo
estén, en gran daño y perjuizio de las tales obras,
hazen tapias sin darles el hilo, fundamento y ma-
gisterio que conviene, de manera que quedan fal-
sas, tuertas, y defectuosas: Por tatito para reme-
dio dello, se ordena y manda que ningún tapia-
dor ni pisón pueda tapiar en manera alguna
qualquiera obra que sea donde no huviere maes-
tro examinado que la tenga á su cargo y la vea
y se halle presente al tapiar, para que vaya con
la perfección que conviene, so pena de seiscientos
maravedis á cada pisón que tapiare por cada vn
dia; y los Vehedores que tuvieren notizia dello,
QUE SE FUÉ. 133
y no lo executaren tengan la misma pena, y pri-
vados de oficio, de no poder trabajar un 7nomento
de partido según dicho es.
^)Item: Por quanto algunos Albañiles acostum-
bran embiar á hazer algunos reparos de obras al-
gunos oficiales, que no están examinados de maes-
tros, pretenden llevar el mismo jornal que si lo
fuesen, lo qual no es justo: Por tanto, ordena-
mos y mandamos que ningún oficial que no sea
maestro examinado del dicho oficio de Albañil,
aunque haga oficio de tal maestro, pueda llevar,
ni lleve mas jornal que de manobre, so pena por
cada vez que hiziere lo contrario de seiscientos
maravedís, aplicados conforme la ordenanza.
y) Las quales dichas ordenanzas fueron vistas,
aprovadas y mandadas guardar por el Ayunta-
miento de sábado veintinueve de Agosto de mil
y quinientos y noventa y dos, y se mandaron pre-
gonar y pregonaron el dicho dia, como pareze del
original; de que yo Tomás Pérez, Escrivano ma-
yor del dicho Ayuntamiento doy fe, y me remito
á él, en cuyo testimonio lo signé. — Tomás Pérez. »
Seguidamente y después de mandar: — Que na-
die ha osado hacer ni causar ruina en las Mura-
llas para tomar ladrillo ni tierra dellas , bajo pena
de tres mil maravedís. — Que los ladrillos sean del
marco de la ciudad y estén bien cocidos y firmes,
134 MURCIA
bajo pena de seiscientos maravedís. — Que el mor-
tero sea de costra y no véndase á más de medio
ducado el cahiz y catorce maravedís cada carga de
arena bajo igual pena, según dicho es. — Y que
la cal véndase asimismo medida con el cahíz que
la ciudad tiene , bajo igual pena quien lo contra-
rio hiciere ; recordóse de nueva aprobación, como
para de adelante estas que son.
ORDENANZAS DEL PESO DEL YESO.
ííJuan de Morales, Fiel del peso del yeso, besa
ü V. S. las manos y dize: Que respecto de pa-
rarse los yeseros en el rincón de la pared del
Santo Oficio, y no pararse junto al Matador, en
el Ínterin que se les viene á comprar el yeso, ha-
zen muchas cosas mal hechas y por dar doce ar-
rovcis dan nueve; y asi teniendo quenta con esto,
he tomado dos costales que pesaron nueve arro—
vas, que es carga y media, y los echaron en dos
pollinos, y lo vendieron por dos, y los tengo en
mi poder hasta que V. S. provea en esto de re-
medio: Y para que esto cese y que cada vno lleve
lo que es justo, jñdo á V. S. mande se pregone
publicamente, imponiéndoles penas á los yeseros,
no paren en ninguna parte sino junto al peso,
como solian hazer de antes, para que yo vea lo
que cada vno vende; y en ello V. S. proveerá lo
que fuere servido.
QUE SE FUÉ. 135
y)Otro-si digo: Que los dichos yeseros traen cos-
tales rotos, y se les va cayendo el yeso, y algu-
nas personas se qiiexan de que se van derramando
por las calles: Pido á V . S. mande que el que
llevare los costales rotos, corra por su quenta si
diere el yeso falto; que llevándolos sanos, yo
tomo á mi quenta la falta que en ello huviere. Y
para ello, etc. — Juan de Morales.
»En el Ayuntamiento, que la Muy Noble y
muy Leal Ciudad de Murcia tuvo Martes once
dias del mes de Febrero de mil y seiscientos y
tres años, se leyó esta petizion y se acordó se pre-
gone publicamente, los dichos yeseros paren donde
se dize en esta petizion, y que traigan los costa-
les sanos, so pena de seiscientos maravedis, apli-
cados conforme la ordenanza. — Alonso Enri-
QUEZ.»
Tocaron la trompeta , cerróse la ventana, todos
cubriéronse las cabezas , y metieron en la cárcel á
los reos que presos habían hecho por desacato,
para les juzgar la justicia. No hablóse todo el dia
de otra cosa que de tal desaguisado , y del orden
y penas de la ordenanza que por todo penas apli-
caba ; y cuando la noche vmo, reforzáronse los
guardias, salieron las rondas en armas armadas,
voces de alerta dábanse por callejas y cantones,
por si tornaba el gallo-matías de la mañana; y
136 MURCIA
Picoleta después de haber formado gremio en hom-
bres de razón y forma , fuese á descansar como
yo ahora lo hago.
TABLA VIII.
MARTA CARANTOÑERA.
Representa una conocida casa de mariceberias donde ofen-
díase mucho á Dios con malos tratos: también conócese un
ingenioso romance y otras cosas dignas de saberse.
X oR los años del Señor mil quinientos sesenta
y uno á sesenta y tres, más afuera de la puerta
del Porcel trujo el limo. Sr. Obispo Almeida los
PP. de San Ignacio de la Compañía de Jesús, y
fabricólos casa que colegio es y ellos así le intitu-
lan, cabe la Acieca mayor de la Aljufia ; la cuya fá-
brica que es de piedra sillar con iglesia á San Es-
teban aún consérvase : para más vistoso el camino
plantado han alameda de álamos, y algunos seño-
res que allí tienen tierras y casas morunas de la
Arrijaca,que allí era, hanlas dado en alquiler; pero
con el tiempo ha venido á ser barrio de pecados y
mal vivir, en particular toda la calle que de la
Acequia llaman , por detrás de las Madres Capu-
QUE SE FUÉ. 131
chinas desde Santa Clara la Real hasta el cantón
la susodicha Compañía , donde casi frente labrado
há buena casa con balconaje , un señor de los de
Avellaneda como déjase ver en los escudos del
portón y ventanas. Yo quisiera, lector, que tú
cogiendo las colores que adobadas tengo para pin-
tar este cuadro de mi retablo de imaginería , pu-
siéraslas sm que ofensa dieren al Señor y mal
ejemplo de doctrina , atento de que tratándose de
gente perdida y deshonesta, fácil es que la pin-
tura tan verde sea y picante , que avergüence á
los ojos y al oido escandalice , que si verdad fué
la de
Con mancebas y amancebados
cumplimientos son excusados,
también justo es que yo te trate como quien
eres , cristiana y honestamente , porque familia
tienes y no debes tapar esta tabla á tus hijos, que
también la privación causa el apetito de curiosi-
dad. Asqueroso ha sido, es y será siempre el pe-
cado; sólo he de pintarle desde fuera su asque-
rosa caverna de condenación , y perdóname , pío
lector, si la color mancha, por cuidado que ponga
y tientico que pinte. Sobre campo alguno poner
hé á las imágenes, y campo harán estos decumen-
tos que autos de cabildos de los señores Mur-
cia son:
138 MURCIA
« En el cabildo ordinario de veintitrés de No-
viembre de mil seiscientos y treze años, entró en
el Ayuntamiento el P. Rector de la Compañía
de lesus y propuso á esta ciudad: Que bien sa-
bían que las casas de las mancevias estavan cer-
canas al colejio y aulas y la juventud se perdía,
y asi lo representava ser cosa nezesaría y conve-
niente que las dichas casas se quiten de aquella
parte, y el que por nuestros pecados se permitía,
que haría se pasasen ó mudasen á otra parte qtie
no causare tanto daño y perjuizio como en la que
estavan, y que esto la ciudad lo debía hazer por
muchas razones alguna de las quedes fue dezir
que los muchachos y jente moza que acudían al
estudio, luego se ivan á dichas casas, y con la
fazilidad de su hedad y ocasión tan peligrosa con
fazilidad caían en la mala inclinación de aquel
pecado, que es de calidad que permanezca decli-
nando á el: de manera que resultan sobre la lim-
pieca y pulizia que se deve á la buena gravedad
y pulizia que se devía d la buena conducta de los
religiosos que la deseavan con su doctrina, y que
casi todos los estudiantes que se han separado del
camino de la virtud , pjor cuyas razones y otras
no se devía permitir que tales casas estuvieren en
aquel lugar y sitio, sino apartadas del trato y
comunicazion de la gente, pues de lo contrario
QUE SE FUE. 139
resultarían muchos daños y la ciudad quedó en-
terada . »
«En el cabildo ordinario de diez y seis de
Mayo de mil seiscientos y quince años: Se acordó
que siendo esta casa de D. Rodrigo Pux Marin,
conveniente á esta república, y buena orden para
la juventud que se le mande á otra parte, y la
de menos daño que la ciudad ha hallado, y que
esta manzevia hera de los mayorazgos de dicho
Señor, y que la ciudad no se halla con fondos
para edificar otra y comprar el sitio para ella
que se ha tasado en mil quinientos ochenta du-
cados, que S. M. dispusiese de que fondos si se
llevase á efecto su traslazion.»
v.En el cabildo ordinario de sábado onze de
Diziembre de mil seiscientos veinti siete años. Los
señores de la Comisión nombrada para examinar
y contestar sobre la Real Providenzia ganada
por el convento de Santa Clara la Real acerca
del Molinillo que llaman de Pacheco, entregaron
su parezer que es el siguiente: Que la relazion
hecha d S. M. por dicho convento de Sa?ita Clara
la Real desta ciudad en quanto dize que junto á
las paredes y huerto de dicho convento hay un
despoblado que llaman el Molinillo de Pacheco,
y que en el se echan inmimdizias y basuras por
estar como descubierto sin puertas, y que alli
140 MURCIA
asisten algunas personas á jugar á los volos: Que
ordinariamente se llega alli jente de mal vivir á
jugar y á otros vizios, y que con las tnuchas vo-
zes que dan se sigue mucho escándalo ¿inquietud á
las religiosas es cierto y verdadero: pero en quanto
questá arrimado tí las paredes del convejito y edi-
fizio digo: Entre sitio y molino hay calle publica
de quinze pies de ancho por donde se sale á la
huerta, campos y demás terrenos desta ciudad, y
tí ciertos particulares cercados y cerrados que no
tienen ni pueden tener otra entrada sino es por
dicha calle: Que es justo no escuse el muladar
que alli hay, y el daño que dello se puede seguir
al citado convento: y asi en cuanto á que S. M.
mande cerrar el dicho sitio para incorporarle á
su convento pagándose su valor no se puede per-
mitir la tal cosa porque seria quitar dicha calle
y salida siendo de tanta importanzia, no pudién-
dose dar otra entrada para los huertos, huertas
y haziendcis que alli hay, antes seria quitar tí los
dueños el hueco y aprovechamiento para sus ha-
ziendas, pues es imposible darles otra, salida y
entrada. Y sobre el muladar basura y juegos, se
ponga el ser que antes estaba. ))
Fronteros á la puentecica de la portada de la
iglesia de la Compañía y medianero á la grande
casa ya susodicha, habian los terrenos de Pux
QUE SE FUÉ. 141
Marín que son como cercados : entrábase por un
portón que cerrado estaba con sólo abierto el pos-
tigo, que clavos tenia de caladico rejero, y visa-
grotes de labores á todo lo ancho: al entrar estaba
el corral que guardaba pinocha y leña en el rin-
cón de la mano smiestra ; frontero estaba uno co-
mo muladar para hacer estiércol , y otra como
barraca moruna en que de noche metian ovejas.
A la derecha mano entrábase en las viviendas que
eran formadas por dos termmados ó pisos ; el pri-
mero tenia de zaguán la guisa , negras las pare-
des como zorrera (usando como propio este nom-
bre), y más dentro otro zaguancico que servia de
pasadizo á la escalera. Como cancerbero de puerta
de los infiernos habia una vieja de raido vestido,
con zagalejo corto, manto negro, manos de látigo
y cara de baqueta , allí en espera como aquel para
tragarse á los pecadores. Marta llamábase, y Ca-
rantoñera de mote pusiéronla por las muchas ca-
rantoñas que hacíales á los que amigos suyos eran
antes de entrar, y enemigos tornábanse maldición
echándoles á escaparse las presas si atrás volvían-
se: sentada estaba en una arca; calentaban á sus
zapatos de orejeta pocas ascuas de una lebrilla ro-
ta; tenía en la mano un rosario de cuentas gor-
das con crucQta de Caravaca , y sobre su cabeza
habían pegado con gachas en la pared romances.
143 MURCIA
villancicos, estampas y la bula de las indulgen-
cias, que todo y más necesitaba ; hacianla siempre
tertulia algunos rufianes de alquiler, que son cria-
dos sin acomodo, y ladraba un perro chiquitejo y
rollizote á sentir pasos, que echado habiase bajo de
una mesica bufete , en que estaba picando con se-
ñales de fullería en los naipes de una baraja un
mozo con capa negra y caida á un lado , y el otro
lado tan sin ella que se vian las faldillas de un mal
coleto de badana; un sombrero viejo calábase,
calzando medias amarillas y zapatos blancos muy
picados. Casa de mala vida érase aquella, y vida
mala era la que hacían ; alzábase al toque de alba
la tia Marta, y sin ruido salia á oir la primera
misa , no por devoción , sino por aparentar con
los PP., que devota era, y no tan mala como la
decian ; á seguida ibase á la plaza por conocer ca-
ras nuevas , que rendimientos pudieran causar y
rendimientos ella tener para su bolsa luego tra-
yéndolas á casa : tomaba recadicos de señores,
como citas peligrosas, buscamientos ilícitos y de-
mandas de pecadoras, por medio de criadas y
criados, que públicas hacian las vergüenzas de sus
amas y amos, por ilustres y grandes que fueren,
resultando lo de
Ruñan, manceba y criados '
son enemigos pagados.
QUE SE FUÉ. 143
Daba luego la vuelta y tomaba chocolate con
un covachuelo del ¡lustre señor corregidor , que
paraba (y jugaba al parar), las quejas y reclamados
que contra aquel reclamo hacíanse por causa de
escándalos y otras, sm que nada alcanzase cor-
regir las malas costumbres : luego que aquel ibase
á las casas de la corte, ella sacaba de un cuarto
excusado como cuadra algunos muchachicos y za-
galas que á dormir venían , y repartíales en en-
cargos del oficio : estudiantes venían después,
para cuyo trabajo de balde rabiaba la tia Marta;
dejábalos entrar pocas veces y sólo cuando blan-
cas enseñaban, que sabido es que no las habían
de sacar otra vez á la calle, habiendo arriba aves
de rapiña y abajo perros de presa con tizona; más
tarde venían las gentes de la garduña y arriba
subíanse, á lo del manoseo con las manos de las
mozas , y luego con las monedas que hubieran
hurtado la noche antes en tahuerías, caminos , ca-
llejones y barracas mal guardadas , como en la
plaza de trampa y estafa; amen del reparto de
todo y traza para el día , concertando puñaladas,
cintarazos ó palizas de todos precios y clases, se-
gún los peligros, echando luego guante entre to-
dos para limosna á San Antonio que en la pared
de la cámara .alta había en lienzo, tan mal en pin-
tura como le ponían aquellos juradores maldicien-
1 44 MURCIA
tes cuando salíales mal su lucrativo trabajo. Sa-
lían á poco las mozas al zaguán , peinábanse unas
á otras en rilera, con moño de picaporte ó cabe-
lleras crespas ; jubón y pañuelo bordado sobre ar-
mador y zagalejo totanero poníanse las que de
baja estofa parecer debieran , y las otras calzá-
banse chapines, vestíanse de grandes señoras, po-
níanse lazos en la sujaulica de peinado empolva-
do, y á paseo marchaban para enebrar cada una su
aguja con el hilo que la fortuna le diere , hilando
cada cual su copo y ande el uso, con tal desver-
güenza y tan grande descoco que no podía ser
más, con el fin de prender al paso en sus agui-
landeros y lascivos ojos al que primero pudieren
y dejárase : jugaban á todos los juegos en los al-
tos con grande algazara de maldiciones y blasfe-
mias , entraban y salían mucho en la casa ó en
los juegos de bolos de junto á Santa Clara la Real
en el Molinillo, y nadie allí comía marchándose á
los bodegones, de donde algún zagal traía á la tía
Marta condumio de carne ó pescado según los di-
neros. Quedo todo quedaba á las oraciones y en-
tonces empezaba el entrar y el salir de mujeres
tapadas, solas y en compaña , embozados galanes,
y viejos en disfraz , á los que Marta hacia caran-
toñas con acatamientos; y usías y excelencias lla-
mábales aunque basureros fueren con tal que
QUE SE FUÉ. 145
pagaren en fuerte; cerrándose á las ánimas el pos-
tigo que no abierto era sino á gente muy necesi-
tada de refugio, ó los justicia y cuadrilleros que
allí dormian muchas veces, juntos con los mismos
á quienes traían orden de les prender y sueltos
dejaban. Así aparroquianado habíase aquella ser-
piente después de gastar su mocedad en malos
tratos; guardosa fué siempre, y carantoñas ha-
ciendo conocida era de las justicias á quienes ser-
via para menesteres de nuevas y engañadoras
Proserpinas , dando apoyo á cierto alarife pano-
cho intitulado Barraca de mal nombre, intruso y
de malas acciones, y con él puso el trato de ga-
nado y leña , que ocultaba otro con el cual ganaba
almas para el infierno y leña para atizar las eter-
nas hogueras de Pedro Botero,
Dia era aquel de grande regocijo, y parroquia-
nos esperábanse, cuando tan de trabajo andabe
el mozo con los cartones de baraja; barrido habían
la entrada , y motivólo que venido había la noche
antes una nueva alhaja Lorquina, que á la sazón
bailando parrandas hallábase en el terminado alto,
al son de guitarrones y malas palabras. Moza era
y afamada del partido: llamábase Panderetica por
lo retocada , boquirrisueña , caríredonda y deci-
dora ; con más afeites que calafateos una galera
de mar: meneaba la cintura á menudo, la que
10
146 MURCIA.
oprimía un corpino bordado de lentejuelas, y
suelto el escote traia : ojos bailarines y un lunar
en un labio templaban la música de aquel ins-
trumento de pecados, que saltaba con demasiado
garbo con sus desnudos pies entre escudillas de
vino llenas , que al acabar la copla bebíanse los
presentes á su salud , con grande vocería de que
hablar no puedo. Tanimientras hablaban abajo cele-
brándola los dos rufianes; y dijo la tia Marta, que
no servia ni para descalzar á una compañera suya,
que Catalina la Embustera habíase llamado, y de
cuyas hazañas impreso tenia un romance allí en la
pared pegado que habíala escrito un amo que fué
suyo hacia años, y le decían D. Jacmto Polo de
Medina, coplero y cura de chiste , el cual dejó á
Catalina doncella inocente cuando él fuese á Ma-
drid; y cuando á unos cuantos años dió la vuelta,
encontróla ya remendada y corrida por todas las
calles de Murcia , por lo que la compuso el suso-
dicho romance ; levantóse uno de ellos, buscóle
con la vista entre las estampas y demás papeles
que pegados habia en la pared , topándole por úl-
timo ; y destelarañándolo con el embozo del fer-
reruelo, leyó deste modo (25).
Catalina la Embustera,
La que en Murcia mereció
Nombre de linda su cara,
QUE SE FUÉ. 147
De falsa su condición.
La que por su hermosura
Vivió en la Puerta del Sol,
y en la Plazuela de Gracia
Por las gracias de su humor.
La que dicen que en su casa
Es Molino del Amor,
Y sino la dio maquila
La Posada del León.
Quien vive en el Paraíso
Para el Ángel que la dio ,
Y al sañuelo de su escudo
Es del Águila el Cantón.
La que es calle de Cadena
Para quien se la ferió ,
Y es calle de Adelantado
En los gustos y el favor.
Por la rica Lencería
La Trapería dejó,
Y por tener puerta falsa
A La Merced se pasó.
Y al que más franco la sirve
Y con lealtad la amó,
En el Cantón del Cabrito
Le da por manso mansión.
Guárdense della y su amante
Después que viven los dos ,
_É1 en la puerta del Toro,
Ella en la de la Traición.
Mas por registrar los dientes
Para sus hechizos hoy,
Junto á los Descabezados
Me dicen que se mudó.
La Plazuela de los Gatos
Es cierto que la parió,
148 MURCIA
Pues luego le dice mío
En columbrando un doblón.
Es su amor tan quebradizo
Que este vicio la trocó
En puerta de Vidrieros
En la más fuerte ocasión.
En la calle Alta vive
Si del que la enamoró
En el Cantón de la Muerte
Su dinerillo espiró.
Pero ya no la pasean
Que el tiempo la paseó,
Y en la Corredera vive
Corredera del amor.
Y aunque nos vende sus labios
Por guinda, clarín su voz
La plaza del Almenar
Su boca y sus dientes son.
Y como todos registran
En su libro por mayor,
Es Puerta de la Aduana
Al rico , que al pobre, no.
Mas después de sus trabajos,
Para pasarlo mejor
Vivió en La Pellejería
Y en La Puridad bebió.
Celebraron mucho el donaire y saber con que
trataba aquel papel de la vida de Catalina la Em-
bustera, y diéronla prez, que honra no puédese
dar ya á quien la pierde , que vidrio quebradizo
es que no admite pegaduras ; y estando en esto,
vinieron dos mozuelas contando con desenfado su
QUE SE FUÉ. • 149
vida y milagros; una de ellas con medias pajizas,
la mantilla rodeada á la cintura , y el pelo atado
con una cinta que de añusca se habia vuelto ne-
gra ; trayendo la otra un brial rayado de azul y
blanco, pañizuelo de ramos y mantico por el pes-
cuezo : casadas eran y mal de sus mandos habla-
ban , achacándoles su estado, porque poco gana-
ban ellos de jornal, y más necesitaban ellas cuando
menester las era buscarlo en picos pardos ; di-
ciendo de ellos que eran chulampos , tinosos y
tuertos pelados: blasfemando saludos de Ave Ma-
ría y tapándose las caras subiéronse á las cáma-
ras ocultas, y detrás entraron dos embozados que
siguiéronlas por la escalera sin hablar palabra. A
poco vinieron cuatro mujeres de medio arte entre
manticoy mantillota: en cuanto á lo acicalado del
rostro hojitas toledanas eran, y en lo desgarrado y
desenvuelto, ni las Hericas ni la calle de los Moros
las igualaba; empezaron á echar de la gloriosa v á
enseñar unas á otras las arracadas y manillas, pa-
sando á enseñar las enaguas en todo aquello que
permitió la desvergüenza, diciendo que Juana
habia pasado cuatro cursos en la galera, v de que
á Celedonia tratábala bien su amo, aunque no te-
nia propina señalada ; que á la Jarrica dábala el
suyo dos reales y luz, y la Triguera no tenia con
su amante cuentas sino de medio partir en ajuste
150 MURCIA
ganando por entero , añadiendo una (que llevaba '
la mantilla á lo de la Chaves) que ella por más
que trabajaba, no podia desempeñar su ropa que
buena era, y de que por empeño debía mil reales;
y dijo que no mentia , pero gordo fué su em-
bustí.
Inquietaron esta conversación cuatro guapos de
los de: «Cuerpo de Cristo con mi alma».. Uno era
soldadico y no digo más , un golilla , otro parecía
lacayo, y otro estudiante de prendas ; recibiéron-
los con el desenfado de pedirles merienda al mos-
trarles que ya el sol no estaba en las bardas del
corral , y jugando de palabras y obras siguieron
con requiebros de querer copas y oros , tornán-
dose bastos y espadas , que á lo mejor dos hom-
bres vinieron y sin decir golpes van ni en guardia
pónganse , sacando las tizonas con gallardo brio y
esgrima, el polvo sacudian: dos de los cuatro hu-
yeron por imitar á los otros dos; á las mozas los va-
lerosos acometiendo luego, pusiéronlas en huida,
y á los gritos salieron los rufianes: batalla trabóse;
la esquilica de la Compañía tocó á rebato, acu-
diendo de fuera muchos corchetes , los cuales con
tono espantoso de «Ténganse á la justicia» los apa-
ciguaron ; cuerda hicieron con todos y todas por
escándalo (que el Ilustre señor corregidor habia
también acudido por estar á la sazón en visita en
QUE SE FUÉ. 151
el colegio de los Padres), pues no podia negarse
con dádivas el hecho , y con sus pecadores cuer-
pos en la cárcel dieron , probándose con ello que
«quien mal anda, mal acaba,» como dijo un Ro-
drigón que viólos pasar por la calle de Bodegones,
donde hemos luego de le conocer: descansa tani-
mientras, y perdona pió lector.
TABLA IX.
.RODRIGÓN DE BODEGÓN.
Representa calle de Bodegones : conócese á una rara per-
sona , como á noblezas de Murcia ; y á más de una cuestión
de dineros, las ordenanzas.
D,
E ricas y hermosas tierras venido há siempre
lo rico cuanto hermoso, y de lejanas lo que más
lejano de nuestro ánimo ha estado , como costum-
bres caen cada día de nuevo dignas de saberse
en los venideros tiempos guardadas en el arca de
los escritos, por aquello del que guarda halla, y
aprovecharse puede dos veces y más si guardador
fuere. Es ella una costumbre que trujeron tiempo
há no de lejana tierra sino de lejanas aguas, por-
que éstas sostienen una ciudad rica y hermosa:
152 MURCIA
de agua son sus calles y plazas , vase de parte á
parte, no en carros, carrozas ni sillas volantes,
sino en barcos que nombran góndolas, y poca
tierra se pisa por su intrincado laberinthio de pa-
sadizos y puentecicas , mayor y más revesado que
el que coronicas dicen de otra ciudad que Creta
llamaron en otra parte , y toda en tierra en atra-
sado tiempo. Venecia intitulan ésta del agua, y
celebrada fué por poetas y grandes ingenios por
su gobierno, que ni Rey ni Roque tiene, sino
unos señores (jue consejo forman con otro como
medio rey y medio general, que matrimonia con
la Mar cada año con fiestas y regocijos, desde un
hermoso barco como galera que nombre revesado
tiene, y al agua tira un anillo en arras de boda.
República dicen á este desgobierno, con el que
desastres y descontentados hubo, así cual pasa-
jes como el del año del Señor novecientos treinta
y dos, en que como costumbre habian de se casar
los nobles y ciudadanos principales en un mismo
dia , víspera de la Purificación , hiciéronlo éstos
llevando cofres de alhajas , músicas y convidados
en la iglesia del Olivólo que llaman : cuando en la
cerimonia estaban, vinieron con ratera y malévola
traza unos Istriotas , sacaron della con pelea y
matanza á las novias amen de sus galas y jo-
yas; pero si placer lograron, luego pagáronlo caro,
QUE SE FUÉ. 153
pues los venecianos rescatáronlas á aquellas, dán-
doles muerte á todos el Dux Pedro Candiano II,
en el mismo dia ; y función hacen á Nuestra Se-
ñora que dicen de las Marías , todos los años, á la
que van doce doncellas con cirios (26). En esta
hermosa ciudad tiénese por gala no querer los
maridos á sus mujeres , y asimesmo no dejar de
ser celosos, con la cual manía, modo raro y sin-
gular estratagema sacaron hace tiempo , dando
sus veces por celar las mujeres y señoras, á un
criado que caballero es y acompáñalas , empleo de
calidad en las casas en comedio el amigo y el
ayuda de camera; llámanlos Sigisveos, con particu-
lar encargo de cabe la señora estar y la servir en
compaña al desayuno, en el tocador, la iglesia, el
paseo y á los corrales de comedias ; arreglan de
ingenio fiestas y diversiones , y de la señora teso-
reros lo son: desaire sena no convidar al princi-
pal dellos, si á la señora convidárase á un sarao; si
muy rica y noble, cuando sale, muchos guárdanla;
para el brazo derecho y el siniestro , traer uno el
abanico, otro la mantellina, los guantes otro; y
uno dellos el Bravo llámanle , porque encargado
es de asesinar á los amantes, andar á cuchilladas
con pretendientes de amor, y cortar la cara á las
esposas infieles para las conocer. Como lo malo
pégase más que lo bueno por bueno que sea,
154 MURCIA
traído han á nuestras Españas los ricos hombres
que de Italia vienen esta costumbre ; teniendo
abates que hasta visten y peman las señoras,
acompáñanlas siempre como si eunucos fueren , y
otros, sin duda porque Rodrigo y gordo fué el
primero para muestra de valentía , llámanlos Ro-
drigones ; y detrás embozados van guardando se-
ñoras , dueñas y doncellas , armados como si á em-
bestir fueren á toda hora en sangrienta batalla:
soldados de los tercios fueron algunos destos va-
lientes del voto va, que aficionados se han mucho
á blasfemar de Dios N. S., aechar por vidas,
jurando á las cosas más sagradas que fueren, á em-
bozarse amenudo en la capa y en las copas ; y
echando la lengua de valientes ó huyen á los pri-
meros espadazos, ó dan razón al refrán de «Caen
pronto los valientes y el buen vino.» Por gala
hánlos tenido á su servicio los señores hijo-dalgos
de Murcia á tales guapos , y siéntanse en los za-
guanes bajo los mataluces de las hachas , que son
unas como coberteras de llata á la pared y en co-
medio della sujetas: allí en espera están contando
valentías que sueñan la noche antes, ó que en al-
gún romance ó libro de caballería toparon ; para
ellos todos los generales de mar y tierra Rodri-
gones fueron de los señores Reyes , y hasta
blasfeman diciendo, que si doña Eva hubiera Ro-
QUE SE FUÉ. 155
drigon para confundir la serpiente, don Adán no
padeceria de la indigestión de la manzana con
grande pecado y perdiciones. Cuando alguien de
calidad en la familia á salir va , acompáñales el
Rodrigón que mal gesto pone á los amantes; pero
detrás quédase olvidado en la iglesia puesto en
cruz ante un altar, si á la entrada tropezado sehá
con un doblón que el paje de otro señor le diere
al tomar agua bendita por hablar su amo á las se-
ñoras algunas palabras , saliendo que verdad fué
siempre: «Que hasta el hablar dineros cuesta. » Por
estas y otras fechurías más gordas y no muy ho-
nestas con la's que doncellas han dado en llamar
sin que propiedad el instituto tenga, ó por alzar el
codo, échanlos pronto de las casas, tomándolos en
otras por probar , y andando el tiempo dejándose
va poco á poco esta costumbre de tales criados que
de nada sirven , mucho gastan y poco trabajan,
teniendo ellos que tomar sombra en manceberías,
tabernas y casas de trato , cuando no de valien-
tes tienen ganada fama, que plaza dánles las
gentes de la garduña : conóceseles por calidades
de Rodrigones Corambres, Rodrigones Badanas,
y Rodrigones Baquetas , los que de haraganes y
mosquitos , de habladores y cobardes , y de va-
lentones y espadachines con suerte , son reputa-
dos (2¡7). Conocido fué de mucha gente por ser
156 MURCIA
de origen de ilustre casa uno Badana en Mur-
cia, cuyas prendas y trazas estas fueron. Vene-
ciano era y de alcurnia, viniendo en progenie del
Gran Dux Marco Antonio Mem-mo, el que alzóse
en guerra con los Üscocos que llaman, y asi mesmo
con el Austria en los años del Señor mil seiscien-
tos doce : memo y rememo era como sus parien-
tes , y dióle por hacer genealogías , buscar noble-
zas, fabricar fijo-dalgos, y encontrar familias con
trabajo , mostrando así lo memo , pues que sin he-
raldos ni reyes de armas , ni rebuscadores de eje-
cutorias , matrimoniando el hombre y la mujer,
hácese pronto todo ello con la ayuda de Dios N. S.
Trujáronle á Murcia los de la familia Pinelo; con
los Fontana estuvo luego , y después pasó con los
de ilustre casa de Gaitero, que provienen de
Francia, valientes fueron ganando batallase moros
y tienen hoy dia, á más de nobleza limpia, mu-
chos dineros , que aunque sean roviñados, hácen-
les valer; de casa los Gaitero despidiéronle á causa
de ser italiano, finos ademanes teniendo y trazas
de mujer, que dicen que en aquella tierra muchos
que son hombres por mujeres pasan , pareciendo
ambas cosas , y como valiente no era , diéronle la
cuenta de su soldada: en mancebías pasó algún
tiempo y á escobazos echáronle las mozas del
partido, tomando asilo, luz, escaño, cama y es-
QUE SE FUÉ. 157
cudilla en una casa de bodegón , en la que calle
de Bodegones llaman entre la Real Carnecería y
la calle del Adelantado , la cuya calle estrecha y
barrizosa es, y á más nunca limpia por echar en
ella á más de las aguas de los albellones, las aguas
menores ó las de vómito, que aguas todas fueron
y son: montoncicos de cascaras, raeduras, plu-
mas, escamas de pescados y huesos, guárdanse por
perros en rebusca, que aparroquianándose vienen
de sol á sol en la calle, y de luz á luz de noche,
junto á Carnecerías , en amenazas siempre de las
pantorrillas de quien cerca de ellos pasare (28).
Bodegones hay en todas las casas que altas y es-
trechas como torres figuran, y parécense como un
huevo á otro; tienen en la entrada y en torno el za-
guán, que grande es como sala de concejo, poyos
y mesas delante , con manteles que lávanlos cada
San Juan de Junio, y saleros de barro encima, sin
otros menesteres ; cabe la puerta está uno como
altar de retablo sobre tres tinajones de Espinardo
llenos de agua , cubiertos de no limpios paños
con guarnición ; y colgadas algunas jarras que al-
karrazas los moros llaman , y fabrícanse en los
hornos déla ermita de San Ginés de la Arrijaca;
sobre basares de lejas, luego con simetría y traza
de arquitectura, formando castillos en tanganicas
álzanse escudillas y platos, tazas y cazuelas, va-
158 MURCIA
SOS y jicaras, saleros y salvillas, así como morte-
ricos para especias y botijoncicos para la vinagre,
los cuales menesteres sin uso están , ni cómese
con ellos, que cómeselos el polvo de no limpiár-
seles en años , que mucha honra y antigüedad
denota la casa de trato, á ser más negra su pared,
y más puerco todo su menaje. En la pared fron-
tera, las hornillas están bajo una campana de ho-
llín y telarañas ; y junto tienen el sartenero que
sartenes y perolas guarda , asf como encima lo de
obra de cobre que tanto verdete cria ya , que pin-
tado parece de cardenilla color, como chavos de
tesoro de usurero : dos mozas en los hogariles y
otras dos para servir y andar por pan y vino, (que
allí no es permitido le vender), andan y tornan,
platican y murmuran , rien y enfádanse ; con
garbo, de ganas atrevidas , cara pedigüeña, ojos
pecadores y ajustadicas de jubón para abultar co-
sas que suyas no son , pero la atención llaman.
Un mozo de zaragüelles, faja y montera, para el
trabajo tienen; y allí, como amigo y gancho de
parroquianos , arreglador de cuentas y de prendas
en empeño por gastos, tenían tiempo há dando
respeto á la tal casa , que de todos tratos y no bue-
nos ninguno era, áD. Laurencio Barbarígo Mem-
mo. Por Junio era y la calor sentíase un día en
que muchas gentes en el bodegón estaban engu-
QUE SE FUÉ. 159
llendo y encomendaban pitanza , si la hecha no
gustábales : sonaba el son de timpliquios y posti-
zas , que castañuelas en Castilla intitulan ; ruido
hacian los platos y escudillas; mayaban los gatos
bajo las mesas ó reñian con los forasteros perros;
sintiéndose el bullir de los guisos , el chirrido de
los asados y fritos, los hachazos de medio partir
carne, ó los rechinazos de los dientes al partirla
por entero, que casi viva tomábala siempre casi el
parroquiano; y como la oveja que bala bocado
pierde, todos callaban, que comer y callar sabe
que rabia; sólo se oian de vez en cuando los sor-
bitones al caldo y las relaciones de valentías, ba-
tallas y noblezas que con ellas ganaron los gran-
des señores , los cuyos méritos , tanimientras
comían los parroquianos, contaba D. Laurencio
enredando unos en otros, como si cerezas fueren
para no se concluir, que costumbre viene en re-
ntónos rezar un fraile ó les predicar, ó leer á los
demás ínterin engullen; y como hubieren entrado
tres lacayos de los de calzas de colores de librea,
medias rayadas , coleto aleonado , y chambergo
sombrero de galones, y de las casas deCisneros,
Ceballos y Leyvas fueran, holgóse mucho D. Lau-
rencio, y díjolos en pro de sus amos que venían
aquellos de antiguas hidalguías y noblezas : que
él sabia por el coronista de Murcia, D. Francisco
160 MIRCIA
de Cáscales, lo mucho del valer de los Cisneros,
la cual casa hubo nobleza en D. Rodrigo de Cis-
neros, cuando al señor rey D. Alonso VI le dió
su caballo para salir de la batalla , y le quitó un
girón del mantelete para que luego conociérasele;
por eso el doctor Gerónimo Gudiel dice :
«Fama en Cisneros pusistes
De leal generación
Pues vuestro rey socorristes
Cuando el caballo le distes
Y ganastes el girón.»
Como asimismo que fué desta familia el Carde-
nal D. Fr. Francisco Jiménez de Cisneros, grande
ministro v conquistador de Oran á los moros ; y
que lustre la dan los últimos D. Andrés de Cis-
neros, Regidor de Murcia, Procurador de Cortes
en mil seiscientos doce, y casado con Doña Jus-
tina Caja y Tauste, como también el licenciado
D. Antonio de Cisneros, canónigo hoy desta santa
iglesia. Alabó luego á los Ceballos descendientes de
las montañas de Vizcaya, de los que el primero
que vino fué uno en tiempo de los muy Católicos
Reyes, y gozóse de que últimamente ganado hu-
biere el pleito de hidalguía D. Juan Ceballos Mon-
tefur por propiedad pronunciada por la Real Chan-
cillería de Granada á veintiocho dias de Setiembre
de mil seiscientos y cuatro, añadiendo que las
QUE SE FUÉ. 161
armas suyas eran tres bandas negras en campo
de plata, con dos órdenes de jaqueles de oro y
rojo; y que después de la conquista de Alarzon,
cuyo presidio le fué encomendado á D. Fernán
Martinez de Ceballos, ponen sobre estas armas, en
memoria de aquella victoria, una cruz de oro hueca
floreteada en campo de sangre, y por orla esta
letra: «Ce-ballos para Ven-cellos.» Ponderó luego
la progenie de los de Leyva, que vienen de Lorca
y Muía desde mil cuatrocientos treinta y seis
años, y ganaron ejecutoria en mil quinientos y
doce en Toledo por sus hazañas y nobleza , ha-
blando hasta kis nubes de los últimos astros fa-
llecidos ya desta casa, D. Alonso de Leyva y su
ilustre señora la Doña Constanza de Saavedra y
Fajardo, cuyas armas como testimonio son un
castillo con trece estrellas de oro en contorno en
campo verde, y la orla de veros rojos y de oro;
á las cuyas armas compusieron tiempos atrás estos
versos de ingenio:
«Un castillo militar
De veros todo verado,
De trece estrellas cercado
Por valer á Salazar.
De Leyva es este blasón.
Ley vas son los que lo tienen ,
Leyvas los que ley mantienen,
Leyvas los que de ley son.»
11
162 MURCIA
Victor diéronle , cuando ruido de voces inter-
rumpiólos, que enzarzádose había una moza por la
cuenta con un mercader indiano (de hilo negro) en
plazas, que cara decia y no justa, pues de una ta-
jada dé abadejo ponianle de cuatro onzas , cinco
maravedis, y él cuatro daba no más: soliviantá-
ronse los ánimos creyendo que estafa de la bode-
gonera seria; y D. Laurencio aplacólos como pu-
do, tomó una tabla en que pegadas estaban las
ordenanzas y habia junto á un Santo Cristo á que
una lamparica daba luz , y subiéndose sobre una
mesa leyó así :
ORDENANZAS DE BODEGONEROS.
« Porque á lo que principalmente se ha de
atender en todas nuestras acciones, es al servicio
de Dios N. S. procurando que los pecados pú-
blicos, y todo genero de mal exemplo, en cuanto
fuere posible se prevenga y evite: Ordenamos y
mandamos que en los dichos bodegones no puedan
acoger ni teíier para servicio, ni en otra manera
hombres vagabundos, rufianes ó sospechosos de
mal vivir, ó mugeres enamoradas, ó desonestas,
so pena de seiscientos maravedis por la primera
vez que se les hallaren, y por la segunda la pena
doblada, aplicados conforme la ordenanza.
» Y por que somos informados que los dichos
Bodegoneros con su codicia de su propio interés
QUE SE FUÉ. 163
y ganancia, las Pasquas, Domingos y Fiestas de
guardar, antes de la Misa mayor dan de comer
y. bever efi sus bodegones, de cuya causa muchos
dexan de oir Misa, y se siguen otros i?icombi-
nientes de consideración demás del mal exemplo:
Para cuyo remedio, ordenamos y mandamos, que
ninguno de los dichos Bodegoneros sea osado de
abrir bodegón, ni dar de comer, ni bever á nadie
hasta aver tocado á alear á Dios la campana de
la Iglesia Bíayor, so pena de quatrocientos ma-
ravedís, aplicados conforme la ordenanza. Pero
bien se les permite, que si algún caminante pa-
sare de camino, y por no detenerse les viniere á
comprar de comer se lo puedan vender y dar para
que lo lleve á su posada, con que no coma en los
dichos bodegones, ni les acoger, so la dicha pena.
» Y desde primero de Marco, hasta fin de
Agosto, no incurra en pena el bodegonero que
diere de comer antes de Misa, atento lo mucho
que importa en esta Ciudad, por el gran concurso
) de trabajadores que asisten á la cria de seda,
que son cosas tan precisas que aun las Fiestas se
permite trabajar, aunque sean de las mas prin-
zipales.
»Por experiencia se ha visto, que de dar de
comer en los dichos bodegones, y bever á escla-
vos y acogerlos á dormir en ellos de noche, se si-
] fi4 MURCIA
guen grandes incombinientes; Y para escusarlos,
ordenamos y mandamos: que en manera alguna
no se íes pueda dar ni den de comer, ni bever en
los dichos bodegones, ni los acoger á dormir, ses-
tear, reposar, ni en otra manera, ni les puedan
comprar leña, fruta, yerba, ni otra cosa depren-
das ni prestar dineros sobre ellas, porque el fin
desla ordenanza es proibir, como se proibe, todo
genero de trato y comunicazion con los dichos es-
clavos, so pena de mil maravedís por cada cosa
de las susodichas en que excedieren, aplicados se-
gún dicho es.
))Z>e mucha considerazion es, que en los dichos
bodegones no se dé de comer, ni bever sobre pren-
dis, y asi está proveído por muchos acuerdos, y
ordenanzas antiguas; pero porque desta provisión
general pareze se sigue incombíniente , se les per-
mite que hasta en cantidad de quatro reales, y
no mas, ni dende arriba lo puedan hazer, y con
que las prendas sean de personas seguras y co-
nozidas, so pena de quatrocíentos maravedís apli-
cados según dicho es.
»Por quanto muchas personas suelen dar su
ropa, prendas y cosas empeñadas ó á (guardar en
los dichos bodegones, ó los criados, ó criadas, é
gente que los dichos bodegoneros tienen en ellos,
teniéndolos por confianza, como es justo lo sean.
QUE SE FUÉ. 165
los quales se las trasportan, revenden, y van con
ellas; y quando después los dueños las piden, los
dichos bodegoneros se escusan con dezir, que ellos
no las rezibieron: Ordenamos y mandamos, que
los bodegoneros sean obligados á tener criados y
personas fieles en sus casas y bodegones, y á dar
quenta con pago de lo que á tales se les entre-
gare á guardar, ó empeñada, y no se puedan es-
cusar de pagarlo con depr que no se les dio y
entregó á ellos; para lo qiial tengan obligazion de
dar fianzas el tiempo que pusieren los dichos bo-
degones y después en cada vn año por el dia de
Señor San Juan de Jimio, conforme nuestras or-
denanzas so la pena dellas.
y>Ordenamos y maridamos, que no puedan ven-
der vino, ni hazer oficio de Panaderos amasando
pan para vender, so pena de seiscientos marave-
dis, aplicados conforme la ordenanza; pero em-
biar por ello, y traerlo de do se ve?idiere para
los que comieren en su bodegón lo puedan hazer,
con que no les quenten, ni lleven por ello mas de
lo que se vendiere, y costare conforme á la pos-
tura de la ciudad so la dicha pena.
y>Ordenamos y mandamos, que en los dichos
bodegones no puedan tener , ni vender cozido , ?ii
aderecado mujol, oradas ni otro ningún pescado
de lo que se pesca y mata en la cañicada de esta
166 MURCIA
Ciudad, ni salir á los caminos y trochas, á tomar
de los otros géneros de pescados que los tragine-
ros truxeren á vender á esta Ciudad, ni lo com-
prar dellos, ni de otro para provisión de sus bo-
bodegones fuera de la rexa ó corbos donde se
venden.
^Ordenamos y mandamos, que en los dichos
bodegones no puedan tener, ni dar camas para
que se acueste y duerma nadie; y que si de no-
che acogieren á dormir alguno sea en esteras, y
con que los que asi rezibieren no sean pordiose-
ros, ni de mal vivir, sino gente pazifica de bien,
travajadores, y personas semejantes, á los quales
no puedan llevar mas de quatro maravedís de
posada cada noche; y con que de ni?iguna ma-
ncipa acojan á dormir mugeres, aunque sean ho-
nestas, casadas, y vayan con sus maridos, so
pena de seiscientos maravedís, aplicados confor-
me la ordenanza.
»Por que se ha dado notizia que muchas ve—
zes entre año y particularmente por el tiempo la
seda, á buelta de amicho concurso de gente que
de ordinario acude á esta Ciudad, vienen algu-
nos hombres y mugeres de mal vivir, los quales
para cubrir sus disinios y amanzevamientos, y
mala vida, hazen que las dichas mugeres pongan
bodegones, y casas publicas de trato para dar de
QUE SE FUÉ. 167
comer el tiempo que dura la seda y acabada se
van, las guales no solo vienen mal de sus cuer-
pos, si no que recetan y acogen otras que hazen
lo propio, y lo que peor es ladrones y los hurtos
que hazen. Para remedio de lo qual: Ordenamos
y mandamos, que ninguna mujer soltera pueda
tener, ni poner bodegón en esta ciudad de aqui
adelante, ni dársele lizencia para ello, sino fuere
de las avezindadas en ella, honestas, y de buena
fama y vida, so pena de dos mil maravedís, apli-
cados conforme la ordenanza, y ser competidas á
no tener bodegones.
» Ordenamos y mandamos, que los dichos Bo-
degoneros no puedan ser roperos, ni tener en sus
bodegones ningún genero de ropa y mercaderia
para vender, so pena de seiscientos maravedís, y
la tal ropa perdida, aplicado todo según desuso.
y>Por que es justo, que los dichos Bodegoneros
sepan los prezios que han de llevar por la comida
que dieren en los dichos bodegones á los que fue-
ren á comer á ellos: Ordenamos y mandamos,
que de la tajada que dieren de carne cocida,
pese, y tenga media libra, y puedan llevar, y
lleven doze maravedís y no mas.
y) De cada tajada de avadexo cocido, frito ú
aderecado que pese quatro onzas, cinco mará—
vedis.
168 MURCIA
y) De cada sardina arancadá, asada, ó frita,
dos maravedís.
)yQue el pescado caramel , ó alacha, sardineta,
toñina, bonitol, melca, y demás pescados fres-
cos, dándolos aderecados puedan ganar la quarta
parte de lo que les tuviere de costa, contados de
compra á como se vendiere por postura, y no á
mxis, ni exceder de los dichos prezios, ni llevar
cosa alguna por razón del servizio y mesa, ni en
otra manera, so pena de seiscientos maravedís,
aplicados conforme la ordenanza.
))Que sean obligados á tener estas ordenanzas
en partes acomodadas, y publicas donde puedan
ser vistas, y leidas de todos, so pena de quatro-
cientos maravedís, por cada vez que fueren visi-
tados, y no se les hallaren, aplicados conforme
la ordenanza.^)
Tanimientras que estuvo D. Laurencio haciendo
la lectura desto, parecia sobre la mesa según lo
tieso, el Convidado de piedra de la comedia así
intitulada; pero si en los corrales sale de blanco
el comendador, éste se asemejaba á un loro inglés
de los que de las Américas traen con vestimenta
de colores, pues asomaba la cara barbiroja por
una gorguera sucia de rizadura, traia coleto ama-
rillo con mangas verdes acuchilladas, calzas de
bombacho y botas de gamuza ya muy traidas y
QUE SE FUÉ. 169
distraidas de suelas y tacones, sombrero baleo con
presas de seda, capa grande y espadón de cazo-
leta con gabilanes largos. Luego que acabó, ba-
jóse haciendo cargo al mercader; la bodegonera,
que viuda era con hijas, doncellas al decir, salió
de junto los hogariles, y la cuenta le hizo que
bien antes estaba: perdón pidió á todos el tal mer-
cader por ignorancia, y pagó saliéndose; pero á
la sazón entró un lacayo de la casa de Pinelo,
cartas y nuevas trayendo á D. Laurencio, de Ve-
necia su patria; y de que heredado había por
muerte de un deudo y pariente de allí, que pirata
corsario muchos dineros hizo, llamando por tales
papeles al D. Laurencio su familia. Alegróse mu-
cho éste, mandó luego por vino, por los codos ha-
blaba y estos empinaba muy á menudo, dando
convite por ello á la bodegonera, mozas, mozo,
lacayo y parroquianos. Turbósele poco á poco la
vista y el habla ; flojeáronle las piernas ; luego
sentóse; y dejando caer la cabeza sobre la mesa
ya con mareo sin haberse aun á la mar dado, de-
járonle dormir al tal Rodrigón, como yo á la péñola
que preparada hé para luego á seguida; pues di-
cen que la Voz Pública á lo lejos pregona.
170
TABLA X.
LA VOZ PÚBLICA.
Representa al pregonero y su iio, su casa y vida: saliendo
luego Pregón Real de ordenanzas de la seda, que cosa es de
saberse muy útil.
-L^N la manzana de San Julián (29), frontis ha-
ciendo á sol saliente entre la calle del Pilar y la
que intitulan de las Pilas , está dando vista á la
plaza de la Verdura una como jaula ó prisiones
que llaman la Reja de la plaza, donde venden los
pescados de la Encañizada y otras cosas. Para
otros más menesteres sirven otros casucos media-
neros , y muy junto dellos está una como barraca
en lo mal fachada desde el pié al terrado de alero
ancho, y pared tiene ya en meses mayores por
lo abultada y ruinosa que miedo impone ; venta-
nas altas y negras le sirven de troneras , como el
portón desvencijado y comido de los corcones por
lo viejo, y las armas de la ciudad márcanla como
de los propios della en azulejo. Vivian dentro dos
precisos operarios de la ciudad, que si ópera es
la de los covachuelos en garrapatear papeles con
escritos, los curiales con procesos y las salas de
QUE SE FUÉ. 171
chancillería con sentencias ; ópera grande, y de
ruido es por el tanto , la de ahorcar y la de dar
azotes con la penca , como pregonar con voz de
misionero los autos de S. M., de los señores Jus-
ticia y de los señores Murcia, así como las penas
que á los mfractores pénense por sus faltas. Eranse
los tales el' verdugo y su cuñado , pregonero de la
ciudad , que á más de su colación por los empleos
é otros gajes, tenian de balde la casa, aunque cara
saliérales en resfriados, pasmos y tabardillos por
parecer su terrado un parral, á través del cuyo á
gotera corrida caian las aguas , y lleno el sol en-
traba en e'l verano. Termmado alto y bajo tema,
con escalera que en la horca sirvió una vez, y bajo
ella colgadas de unos clavos madejas de cordeles,
esposas, y no de matrimonio, mordazas, lazos, ha-
chas y cuchillos, ganchos de garabato, como tam-
bién unos grillos que callados estaban y no hacían
canto sino al calor de los pies de los reos , como
los grillos del campo al calor de la tierra. También
colgadas estaban pencas de clases varias , anchas
y estrechas, sencillas y dobles, de una, dos y tres
suelas, para bien y como amigo tratarles á según
sus afectos y dineros, dando zurriagazo fuerte, si
aguardiente no pagado habia el parroquiano, y
sirviéndole con mamolas y tientico sencilla penca
con mucho ruido y poca roncha , así como agui-
172 MURCIA
jonar el burro para tornar á la cárcel presto (30).
Ambos á dos ya dichos todo el dia pasábaseles ó
en la cárcel jugando á las tabas ó en las antesalas
de afuera del Darajarife , esperando las órdenes y
autos que pregonar; así como pregones echar de
mercaderes que venidos eran, de perdidas cosas
que antes otros encontrado habían en bolsillo
ajeno , y bombas de función y cita para el corral
de comedias.
Voz Pública llamaban las Justicias al ministro
que teniendo limpio gaznate y bofe desahogado,
dando voces de vocerío voceaba lo que público de-
biera ser y á noticia de todos llegar ; y si en la-
tín dícese vox populi , vox coelí, pudiérase llamar
á menudo según los excesos desta vox populi,
vox vinum et agiiardetitem , por lo escabrosa y
carrasperada. Derechos cobraba por ir voceando
de plaza en placeta por las calles que al efecto se-
ñaládose habían de antiguo y costumbre ; si tratá-
rase de pregón particular tambor llevaba sólo ; si
de justicia fuere trompeta con gualdrapa ; cami-
nando delante del pollino de los reos si en ver-
güenza , emplumados ó azotados fueren , como
también si ahorcados ; llevando el ramal de la ali-
maña, que cortadas las orejas tenia por no las voces
oir de la sentencia que repetía la Voz Pública pa-
labra por palabra, con tonadíca de doctrina ó za-
QUE SE FUÉ, 173
gal deprendiendo el Cristus (31). Dias había
señalados en que Bando Real publicábase, y era de
.ver como de temprano vestiase con zapatos de la-
zos, medias coloradas, bombachos negros de fra-
nela, coleto amarillo con golilla tiesa de lienzo; sin
el sombrero se poner por mucho respeto , aunque
solo y por la calle fuera y no en oficio.
Achaque , vicio , costumbre y genio es de mur-
cianos la máxnna de «no hay peor sordo que el
que oír no quiere;» y por más que ha voceado
siempre y á menudo la Voz Pública , poco la es-
cuchan y la espalda vuelven , sino al revés lo ha-
cen cuanto' mandase; digo todo esto por atento de
que como hacia tiempo aconteciese que los mer-
caderes y corredores de seda no querian ser oyen-
tes en oir los autos y acuerdos á sí tocantes, ha-
ciéndose cuenta de decir: «tenemos oidos de mer-
cader y al negocio vamos,» resolvieron los señores
Murcia recordarse para remediar superflujos y
quebrantos, y mandaron echar Bando Real con la
cerimonia de costumbre. Érase un dia del princi-
piado mes del Señor Santiago y Señora Santana;
ya entrado y mucho habia la mañanica, que calu-
rosa era de sol picante más que Ñora ; el cual
Febo sentábase en las costillas como si cantárida
de medecina fuere ; quemaba el pellejo de las caras
y manos hasta saltarle como el de las culebras,
174 MURCIA
que en tales tiempos también el suyo mudan ; y
hacia la puerta trasera que de las Casas de la corte
da á la placeta de la Catedral (la cuya puerta de
los Carros llámanla), enderezaban todos los cova-
chuelos, corchetes, ministriles y criados de los
muy ilustres señores Murcia y Justicias; vino
luego por la calle Frenería fuerte guardia de los
tercios con atambores , pífanos y bandera; y aca-
badas que fueron las horas canónicas en la Santa
Iglesia , marejada y no de mar sino de carne , le-
vantóse con la mucha gente que acudido habia;
salieron v venian delante espantando zagales y
abriendo paso cuatro soldados, más detrás los ata-
bales y trompetas de la ciudad con gualdrapas de
sus armas; seguian los alguaciles y corchetes, así
como los escribanos junto á que venia el prego-
nero; más ministriles rodeaban los pendones del
gremio de la seda con los alamines y veedores, y
adetrás los señores Murcia , cerrando el cortejo
los guardias de Castilla . Plaza hicieron á comedio
la plaza. «Por el Rey nuestro señor,» gritó un
escribano, que ave de rapiña parecia por lo largo
de zancas y uñas ; descubrieron todos sus cabe-
zas, adelantóse el cuñado del verdugo, saludó á
los señores con reverencia de acatamiento, y plan-
tado como espárrago triguero, repetia lo que le-
yendo iba por lo bajo el escribano, y deste modo,
QUE SE FUÉ. 175
con voz que, por lo de sochantre en lo solemne, era
la Voz Pública (32).
ORDENANZAS
DE CORREDORES DE SEDA.
Ordenamos y mandamos: Que ningún corredor
de seda pueda rezihir, ni reziba ningún merca-
der della en su casa por huésped, que la venga á
comprar á esta Ciudad, ó trate de comprarla,
ó que se entienda de él que la podia comprar ó
comprará; y que el que lo contrario hiziere,
por la primera vez cayga, é incurra en pena de
seis mil maravedis y esté diez días en la carzel; y
por la segunda vez incurra en pena de doze mil
maravedis, y esté veinte dias en la carzel, y por
la terzera vez en veinte y quatro mil maravedis
y quarenta días de prisión , aplicados conforme
la ordenanza, y en dos años de destierro prezisos
de Murcia y su jurisdicion.
»Ordenamos, y mandamos, que ningún corre-
dor de seda que lo sea, ni aya sido, la reziba en
su casa en arcas, ni en otra manera algwia, para
que se venda en ellas por el ó por su orden;
y el que lo contrario hiziere incurra en las
dichas penas de susOreferidas, aplicadas como
dicho es.
» Para que los dichos corredores puedan libre-
mente vsar sus oficios, y acudir, y ayudar igual-
176 MURCIA
mente á el vendedor, y á el comprador de la di-
cha seda: ordenamos y mandamos que ningún
corredor delta reziba dones, ni presentes de nin-
gún mercader, ni ningún mercader de ningún
corredor de seda, ni coman los unos con los otros
en las casas, ni posadas de los vnos, ni de los
otros, ni en otra parte ninguna, so pena de tres
mil maravedís y privación de oficio de corredor
de seda por vn año, aplicados por terzias partes
conforme á la ordenanza.
NO COÜPfíES SEDA PARA SI LOS CORREDORES.
» Por quanto la seda es el prinzipal caudal
desta tierra, y en la venta della intervienen cor-
redores, en cuya terzeria consiste el buen nom-
bre, y prezio de ella que es de mucha considera-
ción; y de comprar para si los tales corredores
algunas partidas, resulta gran daño y perjuizio
á la república: Ordenadnos y mandamos, que
ninguna persona que sea corredor de seda pueda
comprar para si ninguna partida della por si, ni
por Ínter posita persona, so pena de seis mil ma-
ravedís aplicados conforme la ordenanza, por
cada vez que comprare seda.
NO rSEN OFICIO DE CORREDOR SIS TITULO.
Ordenamos y mandamos que ninguna persona
pueda vsar, ni vse oficio de corredor de seda,
carretería, ni otra cosa sin titulo, y lízencía
gUE SE FUÉ. 177
nuestra, so pena de dos mil maravedis repartidos
conforme á la ordenanza.
. NO SE COMPRE SEDA SIN PESAR EN EL CONTRASTE.
Don Carlos, por la divina clemencia. Empe-
rador semper Augusto, Rey de Alemania, Doña
Juana su madre, y el mesmo Don Carlos por la
gracia de Dios Reyes de Castilla, de León , de
Aragón, de las dosCizilias, de Jerusalem, de Na-
varra, de Granada: de Toledo, de Mallorcas, de
Sevilla, de Cerdeña, de Cordova, deCorzega, de
Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algecira,
de Gihraltar, Condes de Flandes é de Tirol, etc.
Por quanto por parte de vos el Conzejo, Justizia
y Regimiento de la Ciudad de Murcia nos fue
fecha relazion diziendo, que por razón que los
vezinos dellaeran francos de Almoxarifazgo , y
el prinzipal trato, y grangeria que en la dicha
Ciudad avia ávido, é ay es la seda que se cria
en ella é muchos mercaderes estrangeros , por
defraudar el dicho A Imoxarifazgo , por sus per-
sonas, ni por sus factores no embiavan á com-
prar, ni compravan la dicha seda, antes, como
se ha visto por experiencia, los mesmos merca-
deres avezindados en la dicha Ciudad compravan
seda con dineros ágenos para otros mercaderes
estrangeros, y en sus nombres, é por mercade-
rías suyas las manifestavan en la aduana de la
12
178 MURCIA
dicha Ciudad, y se las despachavan francas del
dicho A Imoxarifazgo lo qual hazian tan secreta
y encubiertamente, que por Jiinguna via, se po-
día saver el dicho fraude, é cautela, é por excu-
sar los daños é incomhinientes ¿fraudes que avia
en ello, y en la compra, ó venta de la dicha seda;
é por que no se defraudasen los derechos á Nos
pertenezientes, aviades hecho ciertos capi lulos, é
ordenanzas de los que ante los del nuestro Con-
sejo, fue fecha representazion , por ende que nos
suplicarades, que para que se cumpliesen y guar-
dasen las mandásemos ver, é confirmar, ¿pro-
veyésemos como la nuestra merzed fuere, su tenor
de las dichas ordenanzas es como sigue.
^} En la muy Noble, ¿muy Leal Ciudad de
Murcia, Sábado diez y nueve dias del mes de
Setiembre año del Nacimiento de nuestro Sal-
vador Jesu-Cristo de mil y quinientos y cin-
quenta y vn años, la dicha Ciudad estando jun-
tos en su Cabildo ¿Ayuntamiento , según que lo
han de vso y costumbre , combiene á saber: El
Licenciado Castellano, Alcalde mayor de la di-
cha Ciudad; el muy magnifico Señor Luis de
Rueda, Corregidor de la dicha Ciudad, ¿ las de
florea, ¿ Cartagena por sus Magestades , y el
Licenciado Bustamanfe, ¿ Pedro Faxardo , é
Melchor de Balibrera, ¿Alvaro Lñiguez de Santa
QUE SE FUÉ. 179
Cruz, é Maclas Coque y Estevan Guil , é Diego
López de Anaya, é Pedro Riquelme, é D. Nofre
Riquelme, é Diego Martinez Cáscales , é Gon-
zalo Pagan , que son los Cavalleros R egidores
que han de ver é ordenar los hechos é hazienda
del dicho Cabildo seyendo, é Juan de León,
mayordomo , é Francisco Guil, é Gregorio de
Aunion é Gregorio Salad, é Francisco Tomás,
Diego Riquelme , Tomás Ratón, Gaspar Rola,
Salvador Navarro, Jurados de la dicha Ciudad,
tratando de la buena governacion de la república
della, hizieron , é ordenaron ciertas ordenanzas
del tenor siguiente.
Los dichos Señores Murcia, dixeron que por
razón que los vezinos desta Ciudad son francos
de A Imoxarifazgo, por provisión confirmada por
sus Magestades é por sentencia é carta executo-
ria de los señores contadores mayores , y muchos
se han avezindado en esta Ciudad, y gozan de la
dicha franqueza, y como el priirzipal trato, é
grangeria que en esta Ciudad ha ávido , y ay es
la seda que se cria en ella, muchos mercaderes
estrangeros, por defraudar el dicho Almoxari-
fazgo, por sus personas, ni de sus factores no em-
bian á comprar, ni compran la dicha seda, antes,
como se ha visto por experienzia, los mesmos mer-
caderes avezindados en esta Ciudad , compran
180 MTJRCIA
seda con dineros ágenos, para otros mercaderes
estrangeros, y en sus nombres, é por mercaderías
suyas las manifiestan en la A duana desta Ciudad
dicha , é se las despachan francas del dicho Al-
moxarifazgo, lo qual hazen tan secreta, y encu-
biertamente, que por ninguna via se puede oviar
el dicho fraude y cautela: por tanto, ordenaron
y mandaron, que qiialquiera mercader ú otra
qualquiera persona que fuere vezino de la dicha
Ciudad no compre seda en ella, tu en su juridi-
zion, sin que antes, y primeramente haga postura
en el Cabildo, é Ayuntamiento desta dicha Ciu-
dad, y jure solemnemente que la dicha seda que
quisiere comprar, que la compra para si mesmo,
y que no la comprará para otra persona alguna,
so pjena que la persona que lo contrario hiziere
pierda toda la seda, que de otra manera huviere
comprado, la mitad para la Cámara de Su Ma-
gestad, y la otra se haga dos partes, la vna para
el Juez que lo sentenziare y ejecutare, y la otra
para la persona que lo denunziare, y que no se
puedan remitir, ni componer la dicha pena ni
parte de ella.
nOtro si: los señores Murzia dixeron que por
quanto se ha visto por experienzia que pesan la
seda que los mercaderes, asi desta Ciudad, como
estrangeros , compran fuera del contraste en sus
QUE SE FUÉ. 181
propias casas con pesos y pesas suyos propios, se
hazen grandes engaños, y cautelas, y la gente
pobre que la traen é vender é dan en pago ; y el
mayor daño que desto se sigue es que no se puede
tener quenta en la cantidad de la seda que com-
pran, é la saca?i de noche, é por lugares ocultos,
que no se puede aver ni saber entender , é desto
el Almoxarifazgo se pierde, y el alcabala de la
dicha Ciudad se defrauda, y encubre , é deja de
cobrar, é no se puede tener notizia , ni saber el
verdadero valor de la dicha alcabala; esta dicha
Ciudad, por escusar los dichos fraudes, é incom-
binientes , de tiempo inmemorial á esta parte
tiene su casa de Contraste , y Fiel asalariado de
los propios de la Ciudad , el qual tiene pesos é
pesas, é libro en que asienta toda la seda que
alli se vende, é compra, y por el dicho libro se
cobra la dicha alcabala, y se da notizia á los
Almoxarifes de la casa de la Aduana desta di-
cha Ciudad, para que por la dicha quenta, é
razón, se cobre el dicho Almoxarifazgo: por
tanto, ordenaron y mandaron, que de aquí ade-
lante ninguna persona sea osado de pesar la seda
que comprare, é rezibiere e?i peso , sino fuere en
el dicho contraste, é por el peso publico de el, so
pena, que la seda que fuera de alli se pesare sea
perdida, aplicada de la dicha forma: y mandaron
182 MURCIA
que ¡as dichas ordenanzas se embien ante Su
Magestad, para que se suplique las mande con-
firmar, por ser combinientes d su servizio, é al
bien publico desta Ciudad. E yo Garci Pérez
Escribano, é Notario Publico de Sus Magesta-
des en su Corte , Rey nos, y Señorios, Teniente
de Escribano mayor del Cabildo de Murcia , fui
presente con la dicha Ciudad á lo susodicho, y
en testimonio de verdad ¡ice aqui este mi acos-
twnbrculo signo á tal. Garci Pérez. Escribano.
y)Las quales dichas ordenanzas, vistas por los
del nuestro Consejo, mandaron , dar, é fue dada
nuestra carta, é provisión en forma, para que
el Conzejo de la dicha Ciudad platicasen é con-
firiesen, é oviesen información , é supiesen si las
dichas ordenanzas eran vtiles, ¿provechosas para
los vezinos de la dicha Ciudad, é si las penas en
ellas contenidos eran excesivas, é si se devian
añadir, ó menguar , según que largamente en la
dicha nuestra carta, é Provisión se contiene: en
cumplimiento de lo qual pareze que platicaron,
é confirieron lo susodiclio ; é ovieron las dichas
informaziones; por la qual pareze las dichas or-
denanzas ser vtiles, é muy provechosas para que
cesen los dichos daños, incombinientes, é fraudes
que avia en la compra y venta de la dicha seda,
é derechos á Nos pertenezientes ; é para que se
gUE SE FUÉ. 183
guardasen nos suplicó las mandásemos confirmar;
é siendo todo visto por los de nuestro Consejo,
fue acordado que deviamos mandar dar esta
nuestra carta para vos en la dicha razón, é Nos
tuvimoslo por bien. É por la presente, sin per-
juizio de nuestra Corona Real, ni detrimento
alguno, por el tiempo que nuestra merzed é vo-
luntad fuere, confirmamos y aprovamos las di-
chas ordenanzas que de suso van incorporadas y
para que lo que en ellas contenido se guarde,
cumpla, y execute, mandamos á los de nuestro
Consejo, Presidente y Oidores de las nuestras
Audiencias,' Alcaldes Alguaziles de la nuestra
Casa é Corte, é Chanzillerias, é á todos los Cor-
regidores é Asistentes , Gobernadores, Alcaldes,
Alguaziles é otros Juezes, éJustizias qualesquier;
asi desta dicha Ciudad de Murcia, como de to-
das las otras Ciudades, Villas, é Lugares de los
nuestros Rey nos é Señoríos que guarden , cum-
plan, y ejecuten, y hagan guardar, cumplir, y
ejecutar las dichas ordenanzas , é lo que en ellas
se contiene, é contra el tenor é forma deltas . no
vayan, ni pasen, ni consientan ir, ni pasar por
alguna manera, so pena de la nuestra merzed, y
de diez mil maravedís para la nuestra cámara.
Dada en la Villa de Madrid, á veinte dias del
mes de Enero de mil y quinientos y cinquenta y
184 MURCIA
dos años. El Lie. Mercado de Peñalosa. El Li-
cenciado Galarca. Doctor A naya. El Licenciado
Arrieta. Yo Francisco Vallej o Escribano de Cá-
mara de sus Cesares y Católicas Magestades , la
fice escrivir por su mandado, con acuerdo de los
del su Consejo. Registrada. Martin de Vergara.
— Martin de Vergara por Chanziller.n
QUE EL CAPILLO DE ALÜEXDRA SO SE HILE CO!f EL OCAL.
n Porque la seda es la cosecha y caudal inas
importante de esta tierra y es justo que en la
hilaca della vaya dividido lo que es seda joyante
de la redonda, porque aunque todo es seda ay
mucha diferenzia de la vna á la otra, y no se
pueden hazer las telas, y texidos como conviene
ye?ido todo mezclado por ende ordenamos , y
mandamos, que no se pueda hilar ni hile todo
junto, sino la seda joyante del capillo almeti-
dra de por si limpio sin mezcla alguna del ocal,
y el ocal por si so pena de seiscioitos maravedis,
repartidos conforme la ordenanza.»
SIMIENTE DE SEDA A'O SE COMPRE PARA REVEffDER.
«Por escusar los daños, é incombinientes que
se siguen en daño de la república, de comprar
en esta Ciudad simiente de seda para tornar á
revender: Ordenamos y mandamos, que ninguiia
persona lo pueda hazer, so pena de simiente
perdida , aplicada conforme la ordenanza.»
QVZ SE FUÉ. 185
Acabado lo tal, dijo el golilla por lo bajo una
como oración de responso, la cuya última palabra
fué decir: «Doy fe»; aunque algunos por lo de-
prisa que la dijo entendieron: «No hay fe»; á
seguida sonaron las trompetas y los atabales, mar-
chándose todos despacio, como procesión, por San
Antonio , á Santa Eulalia , donde leyeron y vo-
ceáronle otra vez ; siguieron por la calle que de
Victorio dicen, á la Merced y Puertas del Mer-
cado, voceándole de nuevo; por la Trapería, cua-
tro esquinas de San Cristóbal y Platería, fueron á
la plaza de Santa Catalina y Contraste , en que
tornaron á' vocear ; siguiendo por la Lencería,
calle de San Nicolás ^¡ Santa Teresa , donde hi-
cieron lo propio; enderezando por el Val, á la
puerta del Pilar, voceando una vez más; metién-
dose por la estrechura de la calle del Pilar ya di-
cha, á la Zapatería y Bolsería para la plaza de San
Pedro, en la que se oyó nuevamente la voz; mar-
chándose de prisa por la Frenería al Arenal y
Puerta Grande de las Casas de la Corte, en la que
acatamiento hicieron los escribanos y demás mi-
nistriles á los Señores; y todos retiráronse. La
Voz Pública acarrasperádose habia, y como topara
con unos otros pregoneros de oficio propio, que
para uno nuevo , según el mandato ciento diez y
ocho de las ordenanzas , habían ido á prestar su
186
fianza, mojaron la nueva del corredor y pregonero
con vino viejo , en una pastelería que acreditada
mucho lo era, y en la siguiente tabla veremos, si
Dios lo permite.
TABLA XI.
LA pastelería.
Representa una casa tal, con su guisa de menesteres, fama
de todo, y ordenanzas de esta materia degusto y gasto.
F
A AMA ganaron y celebrada desde añejos tiem-
pos las piezas de pasta que hácense en esta ciu-
dad; y por más que el caletre revuélvase, no dará
en quién primero hízolos ; condumio igual pudie-
ran ponerlos en otras partes, como en Orihuela y
algunas otras vecinas ciudades cuanto villas; pero
allí nunca saben con tan buen sabor, ni se sabo-
rean hasta el caso no limpio de lamerse los dedos
de gusto, amen de las uñas, que por tenedores
hacen las veces, y comida es del más cumpli-
mentado decálogo, pues con los diez mandamien-
tos va de la mano á la boca, sin que la sopa piér-
dase; porque quien para pasteles tiene , sopas no
le son menester. De donde trujeron esta costum-
QUE SE FUÉ. 187'
bre , nada traslucídose há por más tiempos que
pasan; y los italianos y flamencos dícense los
inventores del modo y manera de hacer con ha-
rina y manteca , estas cataplasmas , y no de me-
dicina, que cuecen al horno, después de embu-
charlas picadico de carne, sesos y huevo en rajas,
á similitud de unos que en aquellas fabrican con
tuétanos de masa fría, que macarrones intitulan,
los cuales tragan á sorbiton, después de arrastrar-
los por queso rallado. Corónicas cuentan que en
unas ínsulas lejanas, que Ingalaterra son, y en que
la fruta cara es , mótenla ésta en unas como cajas de
pasta con azúcar de caña, de esa que afinan con hue-
sos de caballerías en las Américas, las cuyas cajas
tapan; en el horno cuécenlas , y cómense luego
ardiendo en llamas de aguardiente, con peligro
de se abrasar las tragaderas, que forradas para ello
han de las tener con hierro de cotas milanesas.
Cierto parece que los pasteles hayan de comerse
en todas partes conservando la calor poca ó mu-
cha , cuando las noticias de extrañas y lejanas
tierras donde úsanse así convienen ; como asi-
mesmo otras pastas de masa , que por viernes de
Cuaresma, Adviento y vigilias hacen con aceite,
poniéndolas picadico ó tajadas de atún, melva,
pescada ó anguilas, según lo caro que el pescado
en la reja de la plaza resulta de la postura de los
188 MURCIA
fieles de ella en aquel dia. Maña y mucha es la
de fabricar pasteles, bien que Murcia dio siempre
pasteleros de todas especies y trazas, unos con
pastelería y otros sin la tener; como un amigo mió
dijo años atrás con ingenio , en chistosa copla de
que hablar no es prudente; si las historias no
muy zagueras de murcianas historias, abriéramos,
cierto seria el topar en cualesquiera folio con
generales, golillas, ministros así como de Dios
como del diablo , adelantados y corregidores , así
como curiales del Almoxarifazgo Real , de la
Aduana y Casas de la Corte , que aficionados al
oficio fueron y fabricáronlos cuando la gente más
descuidádose há, viniendo en raza tal de depren-
dices, que á los maestros atrás dejan en esto de
los amasar, unos con ojaldra, carne perdigada,
manteca y flor de harina en las casas de sus hor-
nos; y los otros con premáticas y leyes, ordenan-
zas y privilegios , órdenes y mandatos , bulas y
breves, autos y diligencias, acuerdos y memo-
riales, cuanto mandatos de pulicía, orden y com-
postura en los tribunales de S. M. y chancille-
rías, curias y covachuelas, como escribanías y
procuras ; haciendo estos tales últimos masas de
pastas con las letras y procesos , que lo de Juan
Palomo sucede en lo de guisar los tales y engu-
llir ellos propios los pasteles ; pero siempre con
QUE SE FUÉ, 189
ajena sustancia y pringue. En cuanto á ser de
socorro, por si comedores de fuera entran á comer
en el comedor de las casas, es muy verdadero; que
pronto tráese por un criado media docena de
pasteles de á real , que los de más precio y cali-
dad son ; así calientes, con buena olor y sazón,
cuanto dorada ojaldra , abrir hacen el apetito á los
difuntos, por difuntos que fueren ; saliendo cum-
plido el convite del obsequio , satisfecho el pala-
dar de los gorrones y beneficiado el bolsillo del
huésped. Si apuestas pónense, el que llega á las
ganar pasteles pide. Celébranse los grados de se-
minario y colegios de letras: « Pastelem post Ca-
thedra.^) En las pastelerías ciérranse los tratos de
negocios de ganancia que los corredores arreglan
por la enza del almuerzo ahorrarse.
No hay boda, bautizo y duelo
Sin pastel relleno.
Y verdad es que en cualesquiera desas tres
maniobras de la vida, pasteles hay de amigos que
acuérdanse de los otros cuando sucédeles otras
tantas tres desgracias; pues no ha de estar la su
cabeza y entendimiento para pensar que han de
comer, si con las glorias se les van las memorias;
si ven abrirse una boca más cuando no son mellizas;
ó si llévase la muerte á persona de sus propias per-
sonas; la cuya costumbre buena y santa es. Tam-
190 MURCIA
bien á los viajantes y trajineros viene en acomodo
llevar pasteles para el camino, como á los que en
giravánsede romería al monte, cuando llévase en
retorno de rogativas la Virgen Nuestra Señora de la
Fuensanta á su Ermita de la sierra; por lo cual y
tanto, siendo cosa de provecho y conveniente á este
Reino y á los Reales Estados de S. M., debiérase
haber dado por su Consejo al que la inventó esta
traza de hacer pasteles, una merced de enco-
mienda en el hábito del Señor Santiago con ilus-
tre nobleza; que otras y muchas habrá expedidas
con menos y escaso motivo ; pero no menester ha
sido le premiar atento al estímulo , pues acrecen-
tádose há tal oficio sólo por la fama , que con lu-
cido clarín pregona las excelencias de los pasteles
desta ciudad, y el preclaro mérito y saber de sus
pasteleros, que cada dia que pasa mejor amásanlos
y cosas nuevas les añiden para más gusto y se
acreditar cada cual en su horno, cuya guisa dire-
mos, para que sépanlo las gentes de venideros
tiempos. Repartidas están las pastelerías por los
barrios de la ciudad ; pero las más dellas tienen
abiertas puertas en las callejas y calles más cerca-
nas á los barrios de la plaza de San Pedro y Santa
Catalina , estando algunas entre la Zapatería y
Bolsería, ó en la Frenería, cabe los talabarteros
, que allí trabajan en los vestidos de los anima-
QUE SE FUÉ. 191
les : parecen las pastelerías como bodegones en la
guisa de sus más menesterosos menesteres para la
gente, y algunas hay de mejor acomodo y lugar,
como la que acreditádose há poco en la calle del
Contraste, pared por medio del convento de mon-
jas que Justinianas dicen de la Madre de Dios;
puerta de coche tiene , y poyos á la redonda con
esterado fino tras de unas mesas cocineras de
morera vieja carcomida , que pringue chorrean y
lagrimones cáenles de gota coral; encima hay jar-
ras de Lorca para refrescar agua , lo que nunca
lógrase , y más dentro , en la pared frontera á la
puerta, una mesa grande y grasicnta, que de ama-
sador sirve en un lado, y caja como tolva de
molino tiene; á el lado siniestro hay una artesa de
pino de la Puebla de D. Fadrique , ya vieja y re-
mendada con lata, en laque están los cernedores,
que un deprendiz menea; junto á lo que hay un
tajo de tronco de álamo con cuchilla corva, como
alfange de moro comediante, con la cual hace un
oficial el picadico. Rodeando la mesa por encima
y debajo, hay una celosía de cuadrado estrecho,
como locutorio de convento, á través de los cuales
agujeros vénse en el suelo tinajas y orzícas vidria-
das llenas de aceite y manteca, amen de unas
garbas de leña de romero, y sobre la tabla unas ca-
zuelas para ojaldrar, raedores, cucharas y cuchi-
192 MURCIA
líos, como también un salero de piedra, y unas
ollicas especieras con azafrán y otros aderezos;
entre la mesa y la boca del horno están los oficia-
les, y sobre el susodicho hay compuesto de azule-
jos de Valencia un Patriarca San Francisco en
pintura de azul , con la cuya color hanle puesto
llagas, calavera y deciplinas que un ángel trae
por los aires, que más que ángel, conejo parece
de los que parécense á tales animales y ásanse
dentro aquel infierno encendido , cuyo humo, ne-
gro ha tornado al Santo Patriarca , y á una como
corona de baladre seco que verde fué cada año en
el dia del Santo, que del maestro es asimesmo.
Una caja para los dineros en la pared hay : sin que
¡cosa rara! haya gato ni perro en la casa, ni apor-
ten por ella en cien varas , temerosos , y no sin
razón , de caer en algún pastel , y ser comidos
entre las preces religiosas de rezo de un refitorio,
ó devorados por blasfemas tragaderas en las man-
ceberías ú otras casas de ilícito trato ; habiendo á
la parte afuera un zagal que va á por vino y viene,
por no ser permitido venderlo en las pastelerías
sino en las tabernas, de orden superior. Miérco-
les era de Cuaresma un día que mucha gente hizo
venida por el trato de pedir simiente de seda en
casa de mercaderes y corredores , para tomarla al
cuarto y al tercio del producto luego del capillo
QUE SE FUÉ, 193
de Mayo, y con pasteles cerraban los tratos. Sen-
tado estaba en un sillón viejo, de nogal con pellejo
de toro, claveteado con clavos de roseta, el maes-
tro pastelero, que aunque nombre tenia como cada
nacido cristiano, nadie conocíale sino por el mote
del Tio Pebre, por lo bien que aliñaba ; ya viejo
y gordo como barraco , roncaba en algunos
muy duraderos ratos del día ; trujáronle los de-
prendices el picadico , porque viera si bueno es-
taba , y entretúvose luego en enseñar el Santo
Dios á una merla que en una jaula de caña en la
puerta colgada tenia. A poco entraron dos huer-
tanos con la capa al hombro , y pidieron pasteles
de cuatro maravedís ; negóselos el Tío Pebre por
ser miércoles y vigilia, sirviéndoles empanadas.
Tanimientras calentólas el oficial de pala, estuvie-
ron aquellos platicando del bueno y lucido entierro
de su amo , al cual venidos eran ; y díjoles el
maestro e|ue ningunas exequias de funeral viéronse
ni veránse como las que á él contáronle estando
de cocinero en el palacio de S. I. el Señor Obispo;
en las cuales honras de réquiem (para las que hi-
cieron un vistoso teatro de negro , con luminarias
y coplas de ingenio) D. Juan Antonio Usodemar,
regidor desta ciudad y esposo de la muy ilustre
señora Doña María Faxardo , en el domingo y
lunes dias 1 2 y 1 3 del mes de Marzo de mil y
13
194 MURCIA
quinientos y sesenta \ uno, recibió por primera
vez en persona (por no ser como hasta entonces,
y mal hecho, cosa de criados) á los convidados
en las exequias que por el alma de los muy altos
y poderosos marqueses de Los Velez celebraron
los Padres de N. S. Seráfico Patriarca San Fran-
cisco, en la capilla su^a del marquesado en la
catedral; pagaron y marcháronse. A poco entró
una moza alegre y respinguera , de boca provo-
cativa y ojos pedigüeños ; pisaba de talón , con
unos chapines de rásete rosado, con lentejuelas,
las que lentejuelaban el zagalejo y delantal , como
así también el pañuelo que cubría unos hombros
de mucho bulto; moño de picaporte peinaba, y en
la mano traía un pañuelo de filaíz ; la cual moza
comendó para el dia siguiente un pastel , y dejó
del tal pañuelo seis palomos desplumados, pero no
tanto como ella dejado habría con su garbo á cuan-
tos tratáronla. En esto estaban, cuando un «Deo
gracias, » acompañado de otro tono mayor de
flato sonó á la puerta , y aparecióse el padre pro-
vincial de San Gerónimo, que bien lo mostraba, á
más de su hábito, su cerviguillo y su vientre, que
pudiera pasar por embarazo de mes mayor, así
como la color arremolachada de sus mofletes; vi-
niendo de acompañante otro Reverendo gordo y
coloradote como Nora, y nada tiene esto de ex-
QUE SE FUÉ. 195
traño, estando en la Nora el su convento. Cruza-
ron sus miradas con la moza , la vista bajaron
luego que conocido hubieron la urdimbre de aquel
trapo, y enderezaron al Tío Pebre, que besólos
las manos y hábito , descubriéndose para ello;
despachóla moza, y fuese; sentáronse un rato;
presente hízoles el maestro con dos pasteles de
carne, pues bula tenían para en casos tales no
despreciar finezas; y marcháronse á confesar mon-
jas, según dijeron; cerrándose la casa á las doce,
como costumbre, y se abrió á las tres, cuando la
segundilla de la catedral tocó á coro; entonces
encendieron un candil, que colgaron de una es-
carpia cabe los azulejos del Santo, y rezó el Tío
Pebre el rosario, contestado por los oficiales y
deprendices, así como por los que á comprar en-
traron y salieron. Concluyóse aquel rezo, y entra-
ron dos bellacos de los que de gorra viven, aun-
que sombrero lleven , y parecían ministriles que
multa ó prendas de boca buscaban: conociólo el
maestro, y ofrecióles asiento; tomáronle y dijeron
que de visita en oficio venían; demandaron las
ordenanzas, que descolgó uno al verlas en un
cartón pegadas entre la pared y la puerta ; y con-
forme un ministril fué mirando con los ojos y na-
rices á cada cual de los menesteres , el otro leyó
desta manera:
196 MURCIA
ORDENANZAS DE PASTELEROS.
«Ordenamos y mandamos: Que los dichos pas-
teleros sean obligados á cerner la harina para
los dichos pasteles con cedacos que no sean muy
espesos, ni muy claros, y la harina que asi saca-
ren que la buelvan á cerner con cedacos floreados
espesos, de tal manera que tan solamente quede
la flor de la harina, de la cual ayan de hazer,
y hagan la ojaldra con que se cubre el pastel y
no exceda desto, so pena de seiscientos marave-
dís, aplicados conforme la ordenanza.
y> Ordenamos y mandamos, que los pasteles de
á real, y de medio real, y los que les fueren
mandados hazer, sean todos de la flor de harina,
amasados con su manteca, tnuy bien aderezados,
so la dicha pena de seiscientos maravedis.
^) Mandamos, que los pasteles de á quatro, y
de á ocho maravedis, sean de la segunda harina,
metidos en el suelo con sus cortes de ojaldrado,
amasado el ojaldrado de la flor de la harina, y
con manteca, so la dicha pena de seiscientos ma-
ravedís aplicados conforme la ordenanza.
y> Ordenamos , y inundamos: que si los dichos
oficiales quisieren hazer los pasteles de á ocho
maravedis aparados, ayan de ser, y sean de la
flor como los de á real , so pena de seiscientos
maravedis repartidos conforme la ordenanza.
QUE SE fup:, 197
y>Ordenamos, y mmidamos: Que en los llanos
de los pasteles de flor que hizieren, como está
referido, ayan de echar, y echen manteca, so la
dicha pena de seiscientos maravedis aplicados
conforme la ordenanza.
^) Ordenamos, y mandamos : Que sea?i obliga-
dos los pasteleros á gastar en los dichos pasteles
carne de vaca ó macho y no otra ninguna, lo
qiial echen perdigada, y con su manteca, y lleve
el suelo de carne cruda, para que la perdigada
tenga jugo y no contravengan á esto, so la pena
de seiscientos maravedis repartidos conforme la
ordenanza .
))Ordenamos, y mandamos: Que la dicha carne
perdigada sea sazonada con buenas especias y
agro de limón, ó naranja, y quando esto no hu-
viere, con vn poco de agraz, y con espezias que
son pimienta, clavos, gengibre, y azafrán, lo
qual cumplan, so la dicha pena de seiscientos
maravedis aplicados según dicho es. Y por quanto
está mandado, que no se gaste otra carne sino
vaca y macho: Ordenamos, y mandamos, que
ninguno sea, osado de gastar carne de cabra , ni
oveja, ni carne mortezina de ninguna cosa, so
pena de dos años de destierro precisos, y de que
serán castigados conforme á derecho , y tres mil
maravedis, aplicados cofi forme á la ordenanza.
198 MÚKCIA
í) Ordenamos, y mandamos: Que la carne que
se gastare en los dichos pasteles , sea fresca, no
gastada, ni olorosa, so pena de dos mil marave-
dís, repartidos conforme á la ordenanza.
"Ordenamos , y mandamos: Que los dichos
pasteleros siempre y de ordinario ayan de tener
el amasador, y el picador, y el cernedor, y la
cazuela de ojaldrar, y los ceda ros todo ello lim-
pio, raido aderecado, so pena por cada vez que
hallaren cada vna de las dichas cosas sucias,
de seiscientos maravedis, aplicados conforme á la
ordenanza.
y> Ordenamos, y mandamos: Que los dichos
pasteleros sean obligados á tener estas ordenan-
zas en sus casas, colgadas donde puedan ser vis-
tas y leídas de lodos, firmadas del Escrivano
mayor del Ayuntamiento y selladas con el sello
de la Ciudad, so pena de seiscientos maravedis,
por cada vez que fueren visitados y no se las ha-
llaren aplicados según de suso, y)
Concluido lo cual , pidieron dos pasteles que
por la olor buenos pareciéronles , y á pagar fue-
ron ; no dejólos el Tio Pebre hacerlo, y largo
tiempo estuvieron al tira y afloja , jugando de pa-
labras, pero de obras no , que no aprontaban di-
neros, hablando dellos sin sacar blanca de sus
faltriqueras; cumplimiento hicieron saliéndose,
eUE SE FUÉ. 19^
y á luego, entró el demandadero de las Madres
Agustinas, encargando seis docenas y media de
pasteles de á real para el que mongío celebraban
de dama principal el entrante día. Puesto habíase
ya el sol, y preparando entonces los oficiales los me-
nesteres que habian de menester para la siguiente
mañana de mercado en jueves , pues cargados de-
bieran ser de parroquianos, cerraron el portón
de golpe, como yo esta tabla (33).
TABLA XII.
MERCADO PRIVILEGIADO.
Representa el dia de jueves, con sus privilegios, costumbres^
práticas y noticias , saliendo al vivo algunas flguras , y
otras cosas que verá el curioso lector.
Bien lo entiende
el que merca y vende.
p
i- OR tanto de lo cual , como rica esta tierra
desde remotos tiempos fué , vinieron muchos mer-
caderes, judíos negros, malteses morenos y ru-
bios ginoveses, con cobre, plata y oro en sus bol-
sas, para rodar los dineros en tratos, y que tocán-
dose unos con los otros , los metales péguenseles.
200 MURCIA
y más valgan cuando á la bolsa otra vez tornen.
Mucha desta familia hallado habria el rey Don
Jaime cuando para su yerno D. Alonso tomó la
Ciudad , entrando en ella el dia del mes de Fe-
brero trece de mil y ducientos y sesenta y cinco
años, por la que intitulan puerta de las Siete
puertas de la muralla, frente á Santa Eulalia; las
cuyas llaves entrególe el rey moro Albo-Haques,
en aquella placeta mesma que viene teniendo
unas como carnecería, pescadería y verduras,
con mesas y tablas para lo despachar ; con mucho
y más toparia D. Alonso cuando vino , pues
«Conzedioles también que tengan tres carneze-
rias, y tres pescaderías , y tres herzerias en las
tres collaziones en la de Santa Cathalina, la de
Santa Olalla, y en la de Santiago de la Arri-
xaca, y en ellas ayan tantas tablas y tiendas
como fuere menester. Otrosi : Que el trigo , ze-
bada y harina, que se venda en el lugar donde
solían parar los frailes predicadores cerca de la
Puente Nueva y alli sea el Almudi.y> Por otro
privilegio, «conzedió el Rey D. Alonso el Sabio
á los vezinos y moradores de la Ciudad de Mur-
cia para hazer mercado en ella cada semana
el dia de Jueves, y que los que traxeren qua-
lesquier mercadurias vayan y vengan, salvos
y seguros, y sean francos. Su fecha en Sevilla
QUE SE FUÉ. 201
martes diez y ocho dias andados del mes de Mayo
Era de mil y Ireszientos y cuatro años, y)
A este privilegio dióle confirmación la reina
muy católica Doña Isabel, en Valladolid, á cuatro
dias de Junio año mil cuatrocientos setenta y seis
de Nuestro Señor Jesucristo; y vése en una lápida
que en la puerta de Bib-Almuñem hubo , hasta
que demolióse ésta en las puertas del mercado
extremo la Trapería, la cuya puerta cárcel era de
caballeros , y balcón tenia , para cuidar de las
ferias y mercados un regidor y un alcalde; dicha
lápida, que estaba sobre el arco de herradura, y
desde el año de mil seiscientos cuatro puesto la
han en comedio la pared del Contraste, pone así:
«■Qualquiera que á esta Ciudad truxere á ven-
der qualquier mercadurias y mantenimientos,
entrando miércoles, vendiendo jueves, saliendo
viernes son francos de alcabala : Otrosi no pue-
den ser presos ni embargados ellos ni sus vienes
por maravedis que deban aunque sea á Su Ma-
gestad. »
Asimesmo D. Alonso, nEn Sevilla miércoles
diez y nueve del mes de Mayo Era de mil tres-
cientos cuatro años concedióles feria cada vn año
una vez para siempre, que comienze el dia de
San Miguel que dure hasta quinze dias después
y todos los que á esta feria viniesen, cristianos,
203 MURCIA
moros, y judias mercaderes etc. que vengan sal-
vos y seguros etc., sin embargo ninguno, libres y
francos de portazgos, y de otro qualquier derecho
por entrada y salida. y)
Y andando el tiempo concedió otro á este tenor:
((Otrosí que los que compraren mercadurías en
esta feria que las puedan sacar cuando quisieren
pasada la feria, y que no paguen derecho, y el
A Imoxarífe que le de A Ibalá de lo que conpraren
en la feria quando se lo pidieren: pero si las qui-
sieren revender despmes de la feria pasada que
paguen el derecho según es costumbre : Y para
hazer esta feria ó el mercado les dio la plaza
que es junto á la plaza de las casas del Rey
de la Arrixaca que va hasta el muro de la
Arrixaca de los Cristianos; y de este muro va
por la acequia mayor que pasa ante las casas de
los Frailes menores, y echa por el huerto de Don
Gregorio, y viene hasta el muro de la Ciudad y
va el muro arriba hasta las puertas nuevas que
están en la rúa de la Pellejería, y pasa por las
tiendas que se tienen con el huerto de la de Pre-
dicadores y van hasta la plaza que es ante las
casas del Infante D. Fernando hijo del Rey, y
mandó que no se contradiga á este privilegio el
otro que fue fecho antes deste que dice que el
mercado y feria fuesen á esotra parle de la
QUE SE FUÉ. 203
Puente Mayor de Murcia y defendió que nin-
guno sea osado etc. fecho en Murcia jueves cinco
de Mayo. Era de mil y trescientos y diez años. »
Asimesmo, y como zacatín hiciesen de cual-
quier ancho hueco de la Ciudad , y en particular
de la plaza de la Almenar, donde hacian los mo-
ros los juegos de sortija y cañas , dio D. Alonso
otro privilegio para que los mercados en verano
fuesen á la plaza de la Arnjaca en Santo Domingo
el Real; pero si todos los muy altos y poderosos
reyes privilegios dieron , hay otro destos en el
esquinazo de poniente de la Casa-contraste , que
en piedra- así está grabado:
iiPor Real Privilegio de Su Magestad cada
vezino desta muy Noble y muy Leal Ciudad de
Murcia, podrá pasar al Rey no de Valenzia diez
ducados sin registrar ni pagar derecho alguno,
y la Magestad del Rey D. Felipe III N. S. á
suplicazion de la dicha Ciudad, siendo Corregi-
dor D. Gaspar Davila de Ralniaseda Re.ridor
de la de Toledo, Comisario general D. Juan Ma-
rín Valde's Alguazil mayor de la Santa Inqui-
sición Rexidor y Miguel Pérez, Jurado, hizo
merzed que fuesen veinte ducados, por su Real
Cédula de veinte y ocho de Junio de mil seiscien-
tos diez y nueve . »
Con plumas tales en sus alas . que tomádose
204 MIRCIA
han, los justicias no pueden por más que cortarlas
con afiladas tijeras de premática y autos quieren;
ni logran que abajen el alto vuelo que tomado há
la bandada de aves de rapiña que comprar quiere
á diez y vender por cuarenta , teniendo toda la
ciudad como casa propia ; ejemplo dando con po-
ner mesas de tienda, tinglados y garabitos en co-
medio el paso de las gentes; á que los oficiales de
oficios saquen sus bancos , menesteres y materia-
les, sin dejar andar por las calles; pero mal se han
visto ahora por estas ordenanzas del número cua-
renta siete y cuarenta y ocho, autos de los seño-
res Murcia:
MESAS: NO ESTEIV Eff LAS CALLES.
«Por quanto es justo que las plazas y calles
desta Ciudad estén desocupadas y libres sin im-
pedimento alguno, asi para el paso de los coches,
carros, cavallos y otras bestias, como para el
adorno, y policia, y paso de sus gentes, y escusar
la fealdad, y estorvo que causan bancos y mesas:
Ordenamos y mandamos; Que ningún mercader,
platero, carpintero, capatero, cordonero, alpar-
gatero, espadero, latonero, cerrajero, ni otros
ofíziales ni vendedores de pan, fruta, turrones,
carne, pescado, tii otras cosas, tengan bancos ó
mesas de dia, ni de noche en las calles, sino den-
tro de sus casas, so pena de seiscientos marave-
QUE SE FUÉ. 205
dis repartidos conforme la ordenanza : Pero bien
permitimos que las dichas tiendas y bancos los
pueda aver en la plaza de Santa Catalina Ven-
dedoras de Carniceria, mercado , y puerta de la
Puerta los Vedrieros, Puerta Nueva, plaza de
Santa Eulalia, Carreteria, plaza del ArenaL
Puerta del Toro y Puerta del Sol. »
MADERA E\ LA TRAPERÍA.
«Por ser la calle mas principal desta Ciudad
la de Trapería, donde es carrera de cavallos, y
el paso ordinario, á la Iglesia mayor, mercado
y otras partes, combiene que este libre y desem-
baracada no solo de los bancos de carpinteros y
m£sas de tiendas y otros oficios sino de lo demás
que la pueda ocupar: Ordenamos y mandamos,
que los carpinteros no puedan tener madera al-
guna labrada ni por labrar en la calle, ni puerta
que salga de dentro de su casa , so pena de seis-
cientos maravedís aplicados conforme la orde-
nanza.^)
Con esto, en arreglo pónese á los de oficio y
mercaderes, aunque no tanto como debiéralo, por
aquello de
Poderoso caballero
es Don Dinero.
Y como ellos crian este tal caballero, y con él
Dádivas quebrantan peñas
y justicias por más señas,
206 . MURCIA
poco el arreglo adelanta; pero algo hízose de algún
tiempo acá, habiendo en pretina metido á cada
gremio, dándoles barrios y placetas donde traba-
jen, vendan y trafiquen sus tratos; arregládose há
mucho asimesmo la plaza de Santo Domingo con
la casa que fabricaron los de la familia de Almo-
dovar, con arco y tribuna á la capilla del Rosario;
arcos abriendo los padres Predicadores y el Santo
Oficio en la pared foral de la tal capilla , para ver
los autos de fe de la Santa Inquisición, ejecuciones
de reos v demás funciones, como proclamación real
de Reyes y otras , en que pénense dos tablados
alto y bajo para la comitiva y justicias, desde los
quetremólanse los pendones. Ejemplo tomando van
los vecinos, y labrado han también casas con mu-
chas ventanicas y balcones para que mucha gente
haiga y puédalo ver, estando las casas sobre por-
ches de columnas en toda la redor de la plaza, y
habiéndose hecho al efecto tal , casas en el lado
de Trasmontana, en lugar de las del Infante Don
Fernando, cabe orilla la acequia de Caravija. Hile-
ras hay de mesas y tablas de tienda con toldos, y
véndese allfcomo en la placeta que del Esparto
intitulan ; quedando hasta poco la costumbre de
juntarse gente en lo que Zoco como nombre con-
serva , con calle así llamada , y es otro descam-
piado en la rambla del Cuerno, al que dan las ca-
QUE SE FUÉ. 207
sas del granero y almazara del Cabildo ; el cual
nombre de Zoco, en lengua latma Zocus, es un
lugar arábigo para tratar de negocios , como en la
ciudad de Toledo la plaza de Zocodover ; refranes
hay que dicen: «Andar de Zocos en Colodros,» á
salir de un negocio peligroso y en otro entrarse
de riesgo mayor; el vulgo llama: «Andar de Zoca
en Colodra,» lo cual toma como «Andar de Zeca
en Meca;» y también en varias ciudades de moros
llaman á estas placetas Zacatin, como en Granada
y otras. Muchas y necesarias cosas traen y sacan
á vender, todo con postura de los ejecutores, se-
gún las oixlenanzas, y por separado pénenlo. La
obra de barro, jarras de San Ginés de la Arri-
jaca, y los tinajones de Espmardo, entre Santa
Clara la Real y los frailes menores, en que van á
hacer iglesia de Santa Ana las Monjas Dominicas;
el arroz al lado Trasmontana ; los tejedores de
lana, sayaleros, que mantas traen y zagalejos de
Totana, Molina y Lorca, están á Levante; bajo de
los porches del Mediodia ponense los cordoneros
y los lienzos, como todo lo que Toqueria llaman;
y junto la reja de la capilla del Rosario, pénense
los armeros, cerrajeros y los napolitanos de las
calderas, así como también donde estaba antes la
puerta que llamaron de Bib-Almuñem ó del Mer-
cado, los pañeros del Reino, y los buhoneros, que
208 MURCIA
cintas, botones, agujetas y otros menesteres para
los vestidos traen ; bajo del arco de Almodovar
pónense los jubeteros con armadores, delantales y
pañizuelos de obra de oro lentejuelada; los zapa-
teros en la plazuela del Esparto, como los calce-
teros con sus piezas, como así los de oficio de al-
pargateros, esparteñeros y cordoneros de cáñamo
y esparto. Frente á ellos traen los carpinteros ar-
cas de novia, agua-maniles, cuchareros y espe-
cieros de madera , cuelga-candiles, tablados de
cama, tapas de tinaja y jarreros, amen de artesas
para el amasijo del pan, y cedazos los que los ha-
cen; poniéndose á comedio ambas plazas las tablas
de berceria ó verdura y frutas de cada tiempo,
sin que por más que los ministriles trabajen y pe-
nen con penas fuertes, que aplican los ejecutores,
puedan quietos tener á los que recoveros y recove-
ras mtitulan, que el paso estorban, vendiendo caza
de conejos y liebres del pinar y sierra de Carras-
coy; así como también huevos, francolines, palomas
torcaces, pichones, fojas, ánades, gansos, pollos,
gallinas, capones, gallipavos y pavos reales. En
la plaza de Santa Catalina andan los corredores de
la seda en su tiempo; así como los que legumbres
ya secas venden en la Casa-Lonja , frente al Con-
traste; como los de los cabritos, que según orde-
nanza no pueden revenderse , ni venderse sin li-
QUE SE FUÉ. 209
cencia, bajo pena, y marcádoseles há sitio por la
ordenanza esta.
CABRITOS SE VENDAN EN LA PLAZA.
((Ordenamos y mandamos, que los cabritos que
se vendieren en esta Ciudad en pelo ó por me-
nudo, se vendan en la plaza de Santa Catalina,
y no en otra parte, so pena de seiscientos mara-
vedis repartidos conforme la ordenanza. r>
Por la parte fuera las Carnicerías, en las tablas
para esto señaladas por ordenanza , véndese la
carne Rafalí, con provicion en la Cuaresma y pena
al questo hiciere de mil maravedis y cien azotes.
Véndese la saladura en laque dicen Plaza Nueva,
donde también pónense los rejeros y herreros de
viejo con aldabas y cerrajas; así como en el Are-
nal los del agro en limones y naranjas, los que
venden yesca y sus artes , y los talabarteros de
usado, con los aperadores; estando los ganados y
toda clase de animales otro lado la Puente. Como
lo de comer pan primero es, y dicho hemos que
el rey D. Alonso mandó que el Almudí ó pósito de
granos fuere junto á la Puente tal, donde paraban
los padres Predicadores dentónces , allí la Ciudad
erigió casas medianeras al Almoxarifazgo Real,
para el de susodicho Almudí, las cuales, en la su
fachada al rio, hecha con vistosos ladrillos, rejas
espesas y cabás de escribanías, tienen un escuson
14
210 MURCIA
de piedra con figurería, que sostienen dos mance-
bos ángeles; por cuarteles hay las seis coronas, y
en medio la Madre Murcia, que una mujer apa-
renta gallarda, quitándose á su hijo del pecho, para
compartir el alimento con otro niño extraño y fo-
rastero: matrona y zagalicos que, entallados con
alegórica traza de piedra muy al vivo, mucho
decir quieren; en lo alto del escudo una aguda
tiene como volando, y no representará sino cuan
alto el vuelo es de la imperial casa de Austria;
que si aquella reina es de las aves , ésta es rema
de la tierra; habiendo encima, con góticas letras,"
esto en lápida grande: a Los muy Illusíres Seño-
res Justicia y patrones del pósito del pan mandó
hazer esta obra siendo Correjidor el Illustre
Canal lero don pedro de Ribera de Vargas vz" y
Rexidor de Madrid. Año 1573.»
En el cual pósito la lápida que hay también, de
negro mármol sobre la portada de vistosa arqui-
tectura y la cuya leyenda omito, marca que la
tal obra acabóse por el año md seiscientos y
diez y ocho. Dentro y fuera, arriba y abajo, yendo
y viniendo , allí están los molineros, panaderos,
carreteros , arrieros , y cuantos logreros hacen
dineros, vendiendo y comprando grano de gra-
neros.
Aún mañana no era la de un jueves de vera-
QUE SE FUE, 211
nico; no venían aún los claros cuando andaban
las gentes por las calles , topándose con sus ma-
deras y mercadurías para tener sitio antes del to-
que del alba, que campaneó alas cuatro; entrando
por las puertas de la ciudad los arrieros con sus
recuas, los huertanos con sus pollinos y carretas,
los mercaderes con sus fardos y cajas, así como
otros con petates al hombro: arreglólos á cada
cual la justicia (de la que los feriantes enemigos
lo son), pero con harto trabajo y diligencias de
razón y palabras : acrecióse por grado el rumor,
que ruido hízose, murmullo fué luego como zum-
bido de colmena , y éralo , pues zánganos había
muchos ; hasta que tornóse en tumulto y luego en
liornia, que no era cosa de se entender: los curas
cruzaron para ir á decir su temprana misa, reci-
tando sus preces matutinas ; y en los cantones de
San Cristóbal hal)ia plantadas en la hora del tra-
bajo, gentes del oficio , murmurando de todo
cuanto pasaba ; y más hiciéronlo de una señora
beata , que cubierta de velo espeso y acompañada
de rechoncha dueña y Rodrigón barbudo, habia
pasado á poco antes , seguida de un caballero que
á distancia espiábales.
Entró muy más el día, y por bajo los porches á
pasear vinieron muchos caballeros, al parecer, de
ilustre prosapia , acompañados de otros también
212 MURCIA
que hacian con ellos por delante el papel de es—
pulsadores de sus ropillas y capas , á que amenudo
quitaban las motas del polvo con respeto, y des-
pués por lo bajo y detrás llamábanles bellacos y
follones , lo cual enseña á no se fiar de alabanzas
de adulación: por entre los corvos de brevas, al-
baricoques y otras frutas, andaban unos ropa-
viejeros que colgadas traian en unas como perchas
de aleones de cetrería , muchas prendas de ropa
raida y tinosa, sombreros pringados , calvas mon-
teras sin tener de tontas pelo, y zapatos usados,
pero tanto éranlo, que su figura habíase perdido,
á puro de remiendos y remontas de zapateros la-
tinos y romancistas; así como también vendíanlos
tales otras cosas cosechadas por la industria de la
garduña. En el quicio la puerta del Rosario había
un hermano vendiendo rosarios ya benditos, como
escapularios y evangelios de monjas; y bajo del
balcón de la iglesia, donde hay de piedra hecho
un San Vicente Ferrer en memoria de cuando
este santo predicó en tal sitio misión en el año del
Señor mil cuatrocientos y once, había un ciego
con lazarillo y perro, que cantaba al son de una
guitarra con más parches que veterano flamenco,
un horroroso caso y estupendo milagro que la Vir-
gen hizo; teniendo en tanto el tal zagalote una
caña con bandera, que pintada tenia á la Virgen
QUE SE FUÉ. 213
en lo alto, y bajo ella un hombre que echaba fue-
go, y al que agarraban dos demonios con uñas,
cuernos y rabo largo; el cual triste caso enterne-
cia corazones y bolsillos de grande corro de gen-
te. Muy fuertes voces y exclamaciones daban en
medio de otro corro mayor, dos fantasmas descal-
zos, con hábitos hediondos y podridos, como si
fueran de cadáveres desenterrados, y de puro
agujero pasar pudieran por enredes de pajera;
cubrian su cabeza con capuruchones de mortaja,
á los que llevaban cosidas muchas pechinas y
conchas de la mar, así como también huesos de
muerto y medallas de indulgencias ; tenian col-
gando de una soga de pozo ceñida á la cintura,
unas cadenas de hierro muy gordas y pesadas,
como en penitencia, (aunque algunos creyeren que
acostumbrado se habrian á ellas en las Reales ga-
leras); y con alaridos lastimeros contaban que
venian de tierra de moros, á quienes habian ido
á convertir, y los que habíanse comido á sus com-
pañeros, cuyos huesos traían como reliquia; que
habiéndolos hecho á los dos esclavos, y rescatados
luego, en tempestad en el mar dijeron tales blas-
femias que sus confesores diéronles penitencia de
así vivir con tales penas; daban, á cambio de li-
mosnas, tierra del Monte Calvario, que llevaban en
la faltriquera, y con echar un polvo della á cule-
214 MURCIA
bras y víboras, morían á seguida: traian muchas
culebras muertas, á las que habían pintado de
verde su lomo para más venenosas y malignas pa-
recer; pero ninguna dellas era viva , que harto cu-
lebrones y dañinos eran ellos para aquel caso y
lucrativa socaliña. Fué el caso que una vieja que
admirábase , hizo atención á otras gentes que las
culebras que en el suelo estaban revivido habían,
y que movian la cola ; con lo cual dieron en cor-
rer los del corro en atropello , como si hubiere lle-
gado á cada cual su hora ; y hubo con tal huida
muchos chichones, aporreamientos, y santigüe-
ñazos de los corchetes , que vinieron á poner paz
donde guerra no habia, acudiendo á los gritos de
«¡Favor á la religión!» que daban los picaros hi-
pócritas; y no fué otra cosa que en el corro es-
taba un pastelero que, habiendo comprado anguilas
del rio, en un cesto traíalas; pero como salíérase
una, temerosa de hacer vida eterna en pastel de
gato y perro, fuese al suelo con las culebras
muertas, como pudo verse por los ministriles y
penitentes. Viniendo al poco por la Trapería la
Yoz Pública; y entre cuatro corchetes caballera en
un pollino tan matado por el hambre como por las
pupas y sarna, venia una vieja desnuda de medio
cuerpo, en que tenia con miel pegadas muchas
plumas de aves , las cuales habíanla añadido por
QUE SE FUÉ. 215
serlo de rapiña y mal agüero; que á más de alca-
buz de amores y otras cosas con las uñas , pico-
tazos habia dado con hechicerías y embrujamien-
tos, encanijando zagales, y haciendo á los gusa-
nos de la seda mal de ojo; por ladrona y tales
cosas habíanla sacado; y el verdugo con penca de
amigo dábala de cuando en cuando golpes en su
cuerpo; que si pelleja la decían las gentes al pasar,
éralo y pellejo puro, con más cuerdas que la arpa
que al Rey David ponen (35); sacaba la lengua, y
gestos hacía escupiendo á los qne algo decíanla;
y detrás y de largo tirábanla los zagales , bre-
vas y tomates, amen de cascaras, verduras y otras
suciedades, el cual su jugo chorreábale por las es-
paldas, cara y cabeza, á la que pelona habían de-
jado, como memoria de aquel paso de paseo. Ya el
sol calentaba; los PP. Limosneros de órdenes men-
dicantes y hermanos de monjas no sólo llenado
habían sus alforjas, sino además cargado algunas
bestias, que haciendo esfuerzo, andaban con el
peso de las limosnas ; los ermitaños de la sierra,
también de puesto en puesto y tabla en tabla, re-
vista dejaban pasada , cambiando padres nuestros
baratos por comestibles que el dinero cuestan; y
aclarándose las plazas fuese retirando la gente
del mercado y la huerta; caballeros, mercaderes
y panochos dejaron los porches, el zoco y las pía-
216 MURCIA
cetas, llevándose unos las falsas adulaciones, otros
muchos dineros que ensilar, y otros jerga por
paño , plomo por plata , y alimañas por caballe-
rías: mesas y tablados, telas y calderos, cañizos
y paños, como las demás cosas de mercaduría,
tornáronse á las casas y corrales para pasar por
nuevas; y que no choque por ser «cosas de otro
jueves,» según el dicho antiguo. Dijeron luego
que hubo un gitano muerto de desgracia en San
Benito: que en Santa Eulalia puñalaron á un hom-
bre de la huerta por cuestión de media libra de
brevas que á maravedí estaban; y en los pasos del
Señor Santiago dos habíanse muerto por culpas de
una moza de enmozada vida y milagros: también en
tertulia de casa de platería dijeron á más, que ha-
bían corridas dado en la Plaza Nueva por estrepi-
toso chasco uno de Milicias ó los Tercios con un
estudiante de los de la tuna, que vagabundos han
sido siempre y viven de ingenio y trazas de vida,
que ahora que á colación ha salido, después de
un rato de descanso , he de mostrar.
QUE SE FUÉ. 217
TABLA XIII.
ESCOLASTICI VIT^ BAGABUNDL
Representa iin desván de una casa , donde cuatro estu-
diantes de la tuna con un vestido vivían ; y trazas de
gandaya.
B
*AJO de la torre que con material de otra
hízose á costa de Jacobo de las Leyes , y derri-
baron , se comenzó en diez y nueve de Octubre
de mil y qumientos veinte y uno la torre de hoy,
con traza de" adornación de Berruguete; y siguióse
por el maestro Jerónimo Quijano en mil y qui-
nientos y cuarenta, sin que podido se haya con-
cluir, que un tercio fáltale; placeta pequeña tiene
al frontis por Levante, y puertecica de falsa que
del pozo dícenla , porque en las casas que á ella
caen está el pozo de la nieve de ilustre cabildo de
la Santa Iglesia, del que solamente sácanla los ca-
nónigos y racioneros, y aquellos á quienes el señor
Dean conceda boleta; al mesmo esquinazo hay un
callejón estrecho , quebrado en eses y efes , como
apellido tártaro, el que culebrea tanto que calle-
jón de las Siete Revueltas dicen ; y al doblar la
tercera dellas, traviscornada hay una casa alta y
estrecha como minarete de moros, de color co-
218 MURCIA
briza la su fachada , por la (¡ue , como asimesmo.
por las paredes colaterales , adivinarse deja por sus
picos altos y bajos de figurería , que intención
llevaba quien empezó la tal obra , á poco de con-
quista de la acabar , y no así quedarse ; pues las
paredes labráronlas de piedra sillar , con anchura
de fortaleza castellana ; mampostería de cantos
gordos fórmanla en tabiques, y terminados ó pisos
de vigas, con zapatas de talla mudéxar y con en-
camonados en las del zaguán , sin que balcones
tengan á la calle las cámaras, solamente ventanas
de ajimez con coronisas , y al descuido puertas
donde hicieron falta, sin simetría, todo lo cual á
palomar semeja. En la más alta parte y región
vecina del cielo , déjase ver una como galería de
claustrico, con columnas de retortijón y arcos
floreados á guisa de azotea, sin ventanas tener,
sino algún pedazo de enrejado de madera , que
celosía fué. Entrase por el zaguán, que sin piso
ni repellar estuvo siempre; con escalera de tres-
pól , con marchapiés y pasamano de pino cor-
eado súbese á los terminados altos , en que
viven como en pocilga , y por moradores en-
tiéndense, algunas familias de alarifes, carpin-
teros y herreros en oficialaje; las cuales tienen,
por ayuda de pagar el resto de la vivienda,
á estudiantes de los pueblos deste Reino, que
QUE SE FUÉ. 219
holgadamente pagan cuando tienen , y hácenlo
con ocho y doce maravedises , amen la comida,
que una sola es, por tener y mantener despejado
el entendimiento. Digamos de la azotea de lo alto
que allí recogídose habían unos amigos que no
tenian blanca, sino la dentadura y los ojos; y como
vividera no estaba la estancia , habianla tomado
como plaza en asalto, sin atreverse los vecinos
bajos á nada decir, por temor de algún quebranto
y manteaje ; pocas veces asomábase alguno á los
arcos , y SI lo hacia , era embozado en una que
manta morellana fué, con que enfermo parecía; y
nunca viértínse salir de casa más que dos, y ve-
ces muchas uno solo ; entrábase por un agujero,
que puerta debió tener , sirviendo de techo uno
que empezó en terrado y en garvillo quedóse, pu-
diendo llamar, no goteras , sino chorreras las de
aguas cuando llovia, loque obligábales entonces á
bajar á la escalera y zaguán para no se mojar;
estando á trechos , en uso de alcatifa , unos cañi-
zos viejos de embojar gusanos , ya desechados
deste trabajo ; algunos hazes de anea y hojas de
panocha servían de cama en el lado derecho, y en
el izquierdo estaban colgadas de tres estacas, al-
gunas que de haber sido prendas de ropa olvidá-
ronse ; así como haciéndoles compaña , una gui-
tarra de mandolina, un timpliquio de puente corto.
220 MURCIA
una panelera y unos ferrecicos; grande pedazo de
viga caída del techo servia de asiento; y á come-
dio habia una mesa de tres patas estevadas como
de hornero, y la otra añadida era por una acibara
atada con tomiza para se tener; quedando á un
rincón arrimada una tinaja pequeña , como de
orza de olivas con roto festón en el gollete , y
pegadas en la pared con papilla de algún niño
vecino varias conclusiones teológicas. Sobretenia
la mesa un jarro desportillado , una alcuza de
barro, hermana de un candil como ella , y éste de
un tintero, cuatro pedazos de una flauta, La Sum-
ma Teológica del angélico doctor Santo Tomás
de Aquino, su otra Summa adversus gentes, la
gramática y diccionario de Nebrija, con el Artis
Retorici, como asimesmo un tomo de fray Luis
de Granada ; y tapando un vaso de vidrio , otro
tomo de autores latinos ; de peana sirviéndole otro
del Altieri, habiéndose entrometido de registro
naipes varios de una baraja picada para fullerías
hacer, como garroteras y amarres de ballestilla
por lo alto. Rodadas por el suelo habia algunas
bobeas de papel hechas de fojas de libros, única
moneda allí de valor real , sin tener del Rey nues-
tro señor la efigie , no allí conocida hacia tiempo,
en buen tiempo , por poco tiempo , por aquellos
que tanto y tanto saber han de los tiempos. Al
QUE SE FUÉ. 221
Santus habia tocado la campana mayor de la Ca-
tedral una mañana , cuando sólo se habían levan-
tado de aquello que cama decían , dos de los tres
que allí estaban , de los cuatro amigos de gan-
daya ; al que tendido estaba , llamábanle Antífona
por hijo ser del sacristán de Molina , el cual des-
nudo parecía, y á medio cubrir con un pedazo de
jerga rota ; el que menos vestido , ya alzádose ha-
bia, arropándose en la manta morellana, é intitu-
lábanle Larga-Zanca , y teníalas como grulla , ó
esos pájaros que flamencos dicen y tan largo el
pico tienen, como los de tierra hereje las tizonas;
siendo el dtro uno como plañidera de entierro,
con cara triste, ojos hundidos, dientes de lanceta,
y látigos por dedos de unas manos cordeleras,
parte de unas mangas de camisa mugrosa, que
salían de una sotana vieja con tiras de remiendos
blancos, por igualar la color del paño; calzábase
con esparteñas de mortaja, y llamábanle Distingo,
porque holgazán era y distinguía siempre , por-
que pareciese saber la lición sin verdad ser. Li-
cenciados llamábanse, sin serlo mas que en ham-
bre ; y ocupados estaban , Antífona en estudiar y
Distingo y Larga-Zanca paseándose en meditación.
Una voz que pregonó en la calle «Peros de Blanca»
sacóle á éste de su éxtasis, y dándose una palmada
en la frente, sacó tras la tinaja un ovillo de hilo-
222 MURCIA
palomar, ó bramante que otros dicen, y del cajón
de la mesa un trozo de yesca , que encendió con
artes de piedra , la cual yesca ató al extremo del
ovillo; dió voces Larga-Zanca, llamando al tío por
dentro la casa , y vino por la calle éste , arreando
un pollino que traia una sarria con fruta; por detrás
de una celosía echó Distingo el hilo con la yesca,
mientras el huertano acudió á las voces del de la
escalera, dejando el burro en la puerta de la calle;
este animal, molestado con el fuego de la tal es-
tratagema en una parte que decencia calla, de re-
lincho en relincho, y de bocado en coces, como
alma endemoniada, echó al galope, por el suelo
desparramando la fruta ; salió el huertano , pero
no tan pronto como Distingo y Larga-Zanca , que
con ella bajó en dos saltos la escalera , corriendo
como por favor á detener al burro y recoger la
fruta del suelo: el hombre pegó sendos palos al
poUinejo, que más fruta derramaba , y los dos
amigos recogíanla del suelo; aquietáronse los dos
animales de dos y cuatro patas ; agradecióles la
ayuda el hombre á los estudiantes , y á casa vi-
nieron; dió aquel voces de nuevo, nadie llamóle,
dió en enfado y echó calle adelante ; tanimientras
Larga-Zanca y Distingo avocaron en el suelo el
cujon de la manta y el faldón de la camisa , en
que traian peros hurtados con el favor hecho al
QUE SE FUÉ. 223
huertano; guardaron unos cuantos para el compa-
ñero, y almorzaron así los tres; que según Antí-
fona, aficionado á cosa de medecina , nocivas eran
las grasas y sustancias fuertes, porque la econo-
mía destruyen del individuo. Cansado, y mucho,
ya el encamado estaba , y alzarse quería ; pero
como sólo un vestido y malo teman para cuatro,
lamentóse de la tardanza del licenciado Anzuelo,
que en exámenes era aquella mañana , llevando
por tanto los enteros hábitos ; y echando mal ha-
yas á la carrera , dijo Antífona que así no hu-
biera tenido en los tiempos lugar el año mil qui-
nientos noventa y dos, en que se fundó el Semi-
nario de Murcia bajo la advocación de San
Fulgencio, por el limo. Sr. D. Sancho Dávila,
de acuerdo con el Dean y Cabildo de la Santa
Iglesia y Ayuntamiento de la Ciudad , concedién-
dole para su mantenimiento algunos beneficios y
otras rentas eclesiásticas, ni hubiesen dado licen-
cia los Señores Murcia para el de la Purísima.
Extraño parecióles á los otros esto de que la Ciu-
dad ver tuviera en ello, y contestóles que ente-
rado estaba de cómo desde tiempos traseros los
padres priores y procuradores de las Ordenes,
cuando preséntanse á el Ayuntamiento, siéntanse
en el derecho banco del estrado , contando sitio á
tres regidores; así fué que en cabildo ordinario de
224 MURCIA
cuatro de Diciembre de mil seiscientos sesenta y
seis, el padre definidor de San Francisco hizo
presente desde tal sitio que por testamento de
D. Juan Ruiz de Alarcon , fundación dejaba éste
con sus casas de Santa Catalina, con cláusula de
no se poner en otra parte sino es en San Fran-
cisco, un colegio á la Purísima , para que los pa-
dres allí enseñasen á los estudiantes , siendo pa-
trono el Ilustre Ayuntamiento; votos varios hubo
en favor y á la contra, aprobándose por todos que
fundárase, según el del Sr. D. Francisco de Beras-
tegui, y nombrando para su ejecución al R. Padre
Fray Juan Navarro, y comisarios á D. Juan de
Alarcon y D. Pedro Pacheco, en el cabildo ordi-
nario del siete del mismo mes y año de Nuestro
Señor Jesucristo, lo cual se hizo. Ladridos en la
calle oyéronse , y una voz que dijo al perro:
« Perriquis miquis , ¿non me cognoscis , qui sum
amico tuo, qui recolectahitur calahacis?^) Desma-
yáronse los tres licenciados al oir esto, que si
Evangelio era, no buena nueva de verdades; por-
que habiendo sido perdigones todos aquel año,
esperaban algo del examen del licenciado Anzuelo,
que buen latino era y casi en latín hablaba siem-
pre. Apareciendo éste en el agujero , dejó ver la
más formal figura de aquellas ; traia en la cabeza
un sombrero chambergo de ala caida y quebrada
QUE SE FUÉ. 225
con repiquetes y cuchilladas, amen de la grasa;
la cara era larga y descolorida , con nariz aguileña
como de armas austríacas y rematando en punta,
cejas pobladas, ojos hundidos, y unas mejillas
que huesos forrados eran. Estaba sin afeitar de
veinte días, y bajo la barba oprimía el cuello un
alza-pescuezo que limpio fué ; á la sotana estaban
cosidas mangas de un coleto viejo de otra color,
y traía el manteo terciado por tapar una grande
clara , que mejor ninguna fuera , pues pedazo
faltábale; medias zurcidas de blanco y zapatos de
oreja veíanse como completo, que no éralo, pues
que ni camisa "ni calzas honestas debajo vestíanle.
iiNon asustavis, qui si perdevant anno. gana-
vit amicum , » dijo entrando con otro estudiante
gordo y rechoncho como nabo recalcado , que de
nuevos hábitos y limpios vestíase, y cara de tonto
mostraba, el cual buen examen habia hecho, según
Anzuelo, porque contestó bien y consueta logró
en éste , que detrás leíale las oraciones : cuya
traza valióle al uno, que rico era, el Nemine dis-
crepanti, y al otro, por sopista de Tuna, la nota
de Beprobatum; obligándole por favor tal á le
proteger, y por esto traíale. Llamábase Traga-
Obispos, por los que muchos comia en su hospe-
daje; hijo era de un hidalgo de Albacete, y agudo
talento tenia como punta de traspuntin de per—
15
226 MURCIA
follas, que no menester es nunca para concluir
carrera, teniendo dineros y ejecutoria, unos para
dejar ciegos y sordos, y otra para dar luz, ya que
el genio con su candil no alumbre, (que para mu-
chos falta no hace). Holgáronse los tres amigos
de la visita ; y alegre y divertido díjoles Anzuelo
que un ángel era aquel por Dios enviado para les
favorecer en su extrema necesidad, que ofrecído-
selo á él habia; compadecióse el licenciado Traga-
Obispos, y sacando una pieza de á cuatro, díjoles
que para almorzar era todos juntos, y dábala para
que á buscarlo uno fuera; saltó como liebre enca-
mada el Antífona, que estando en cueros, de rana
parecían sus ancas ; en cueros quedóse Larga-
Zanco , pues faltóle la manta; y al esfuerzo, ras-
góse la sotana de Distingo, que arrebatarle los
tres querian la moneda á el licenciado Anzuelo,
batalla tramando por quien á compra de plaza de-
biera ir, la cual apaciguóse por las razones del
amigo nuevo, quien propuso fuese Antífona, que
más desnudo estaba ; vistióse éste con las hopa-
landas de Anzuelo, y fuese con un cestico bajo el
manteo; para cuando viniere limpiaron de libros
la mesa , y metiéndolos en el cajón decia este
licenciado :
Cuando Sol est in Leone,
pone libros in cajone.
QUE SE FUÉ. 227
Mucho gustó á Traga-Obispos Larga Zanca , y
á él acercóse preguntando por cosas de la ganda-
ya y vida que llevaban , atento de lo cual contes-
tóle: que hacian la plaza por suerte cada una de
las cuatro horas de las seis á las diez de mañanica,
probando cosas que no compraban ; atando hilos á
las sardinas que dejaban por caras , y á un revuelo
de vista del tendero tiraban y traíanse ; recogiendo
pan de las tablas que porteaban los horneros (sin
estos lo advertir), y aligerando de algún par de za-
patos á los zapateros, ó de prendas á los ropa-vieje-
ros, echando tanimientras dentro la tienda algún
perro con llatti en el rabo para que aquellos salieran
persiguiéndolo' : preguntó cómo luz tenian de no-
che, y enseñóle á este fin para respuesta la alcuza
que sin nada al volcarla parecía estar; pero con una
como aguja saquera con gancho sacó de dentro
unos algodones de tintero que aceite empapaban,
y dijo que á las tiendas y almazaras iban ; servian-
les aceite ; y al oir de fiado , por nunca el tendero
á seguida barruntaba; teniendo que volcar el aceite,
el cual no todo salia por agarrarle los algodones
que con la botija de alcuza en casa entraban , y
exprimidos eran luego para el candil ó ensaladas,
si por milagro podíanlas cenar; siendo parroquia-
nos de la sopa de San Francisco donde iba uno;
y guardábanles también para la tarde gazofia,
228 MURCIA
chanfaina ó potajes en San Diego y Capuchinos,
dos Padres con quienes confesábanse ; que los h-
bros prestados eran , como la mesa , la tmaja y
cacharros; como las mantas y paja venídose ha-
bian á la casa , de la de un vecino que á galeras
fué y á guardar dióselas. Lástima hizo á Traga-
Obispos la traza de sus compañeros , y díjole An-
zuelo que aquello era un modus vivendi qui fun-
dacionis tenehant in agarrantibiis, ad mayorem
Dei yloriam et provechum corporem; dióse á pen-
sar en ello el licenciado Distingo , y no encontraba
ya, según su decir, nuevas cosas de ingenio para
el verano pasar, lo que no afligió á Larga Zanca,
que práctico era en haber corrido en vacaciones
la tuna ; preguntóle Traga-Qbispos qué tal esto era,
y así dijo aquel su historia.
«Nací en Calasparra, y Larga-Zanca pusiéronme,
como el fiel de fechos que fizóme su hijo, el cual
con mi madre murió en epidemia, huérfano deján-
dome. Único en familia tuve á un tio fraile que
cuando fui zagalón me puso á fámulo en el convento
de San Francisco de Hellin, donde lleváronme; le-
vantaba de mañana y ayudaba misas consumiendo
vinajeras, chocolate tomando luego; lecciones es-
tudiaba; á medio dia aderezaba las jaulas de cana-
rios y los palomares ; servia por semanas con otros
cinco de acólito en el coro y el rezo ; lición de tarde
QUE SE FUÉ. 229
dábamos , y de noche haciamos cordones finos que
bendecian los Padres para regalar á los devotos
á cambio de fanegas de trigo que baratas al con-
vento salian. Un día díjonos el Padre Guardian que
ya edad teniamos para tomar hábito; sm vocación
sentíme con otros dos; dijimos de pensarlo; y
asaltando de la despensa vituallas en gordo , como
algunos reales del despensero que hallamos tras
las horzas, sin despedir de mi tio ni de nadie
salimos por la puerta del huerto mientras estiér-
col sacaban; en Tobarra dormimos, y ajustándo-
nos á media carga con unos arrieros del Reino,
fuimos en compaña de comediantes que á Valen-
cia iban , amigos dellos tornándonos , los que á po-
cos días enseñaron á mis compañeros Limpio Gaz-
nate y Prosodia á tocar la flauta y el guitarrón,
tomando yo tal maña en la pandera , que maestro
fui pronto ; autos de moros y cristianos hacíamos
con los comediantes en los mesones ; con ellos ju-
gábamos al parar con que apararon nuestros dine-
ros, y con pocos á Valencia Hegamos , riñendo
una noche allí ya que ganádoles habiamos , de-
jando su vida para tomar la de licenciados, que la
universidad á abrirse iba en tales dias ; jugamos y
divertímonos en aquel curso, mal salimos de exá-
menes, y atrevime con otros dos mas, y fuimos
cinco á formar compañía de tuna como hicímoslo.
230 MURCIA
Enderezamos hacia la Mancha , y andábamos poco
cada día para pueblos probar, enterándonos si
fiesta hubiere en los venideros, y cuando no, bo-
das y bautizos y buenas cosechas con la enza de
cosechar también sin haber sembrado , asistiendo
á entierros si hubiéralos , ó cantando misas de ri-
tual si pagábanlas; acuerdóme que á uña de caba-
llo tuvimos que salir de Ontiniente por prometer
al cura que Prosodia organista era de fama ; des-
pués de cobrar adelantado empezamos el Introito
á canto llano como así los Kiries ; pero al entonar
el Gloria armóse tal estrépito de pitos, flautado y
trompetería , que pareció á la gente que abajo la
. bóveda de la iglesia veníase ; voces dábamos los
tres cantando fuerte et in térra pax hojninibus,
y como no era tal si no llamada de guerra , vínose
el cura del altar, revestido como estaba, armado
de una vara de estandarte ; tumulto alzóse ; dimos
á correr fuera del pueblo y no supimos el resto.
En otros estuvimos , pero el chasco mayor y pe-
sado en Albacete fué , que á la noche nos llama-
ron para acompañar un bateo ; tocamos cosas cho-
cantes que agradaron á los padrinos, comimos
mucho, bebimos más, y á más de regalarnos
vuelta dimos al mesón ya tarde ; pero tal fué el
vino, que ínterin dormimos, dejáronme sin blanca
á mí que el tesorero era , y desperté á mis com-
eUE SE FUÉ. 231
pañeros con tan infausta nueva. Allí era de ver al
licenciado Limpio-Gaznate armarla con todos para
reñir con el Rey que fuera ; al Bachiller Prosodia
rasgarse los hábitos y contra la pared mojiconarse;
y á mí que tomando un palo , con él rompí los
pucheros, más cuantas ollas y escudillas pude;
blasfemó y juró el mesonero ; le dejamos venir, y
cargamos sobre él á guijarrazos hasta que se me-
tió en casa , apostándonoslas con sacar la escopeta ;
apretamos el paso y noche hicimos en la Gineta,
casa de un estudiante con padres mercaderes , á
quienes Limpio-Gaznate limpió el cajón aquella
noche como pago de hospedaje y cena , alzando al
despuntar el alba diciendo que á Valencia íbamos
porque no dieran con nosotros. Por Madrid, corte
nunca bien ponderada, pasamos, ganando allí mu-
chos reales , que aficionados los cortesanos eran á
bailes , fiestas y jaleos , y quisimos empezar con
formalidad en Alcalá el curso á donde fuimos; es-
tudiamos poco y tradujimos con trabajo el San
Pió V, estando idóneos para «oír ciencia» según
rezaban las matrículas. Perdimos año ; en Sala-
manca dimos el siguiente perdiéndole , y el otro
que empezamos en Sevilla concluimos en Granada
sin aprobarnos. Como el refrán dice «á tu tierra
grulla,» de Granada salimos enderezando á Mur-
cia ; pero en Velez sucediónos que habiéndose ca-
232 MURCIA
sado un hijo del mayordomo mayor del Marqués,
tener sarao quiso ; hicímonos presentes con mú-
sica de muestra en su calle ; bajaron y con agasajo
nos ajustaron; pedimos de adelantado tomándolo,
y empezó el baile explicando antes Prosodia los
bailes nuevos de La Pavana y La Facara-Zara-
banda ; acudió mucha gente ; fingió un entripado
Prosodia al ver un gato y adentro fuese, pero así
que fué pasado como un cuarto de hora, oímos gran
ruido de caer platos y vidrios ; sobresaltáronse los
del baile , y fué que nuestro compañero oliendo la
despensa, donde habia empanadas y pemiles como
demás cosas , ató su faja á una pata del gato , y
por listones que rompió en la celosía metióle, y
sacar pudo con el animal, que agarraba sm soltar,
cuatro empanadas y una sarta de embutido blanco,
hasta que cayó una leja de la que fué el ruido, al
que acudieron ; cogiendo infraganti á nuestro co-
lega, que acompañado de nosotros fué á la cárcel,
donde dos dias pasamos , hasta que compasión ha-
ciendo nos llevó la justicia una legua fuera para
que no volviéramos. En Totana fué mayor el con-
tratiempo: un rico mozo diónos dos piezas de á
cuatro por cantar á su novia , y sabida la su casa,
en la calle y puesto á las nueve de la noche á
tocar y cantar comenzamos coplas de «Blanca Pa-
loma» y «Corazón Amante», cuando un otro no-
QUE SE FUÉ. 233
vio acompañado de cuatro amigos con sus caya-
das, cargó sobre nosotros moliéndonos á palos
hasta quedar por muertos : al dia siguiente nues-
tro parroquiano pagónos unos pollinos de bagaje
y andadura, y aquí vinimos: de los cinco yo sólo
quedo y heredero soy de los instrumentos que aquí
veis colgados , pues unos metiéronse de hospitale-
ros en San Juan de Dios, y Prosodia murió de
hambre y frió el año pasado : por el tanto creo
que debiéramos aprovechar el verano , y formando
tuna, acompañar á Traga-Obispos hasta Albacete,
siguiendo á donde Dios fuere servido.»
Acabó Larga-Zanca su relación , y Traga-Obis-
pos ofrecióles dos hábitos usados que tenia ; apro-
báronlo , y como cuatro eran menester, hízose
tierno éste y salió á la ropería de la Gitana á mer-
carles uno más que fuera en proporción ; topán-
dose al salir con Antífona, que cargado venia de
vituallas, al que saludó Anzuelo con un Benedic-
tus qui venit en tono de salmista ; pidieron pres-
tadas á los vecinos una sartén y algunas escudillas,
encendieron paja y perfollas en medio la camera en
que humo levantaron como de alfarería , haciendo
frito de sardinas y ensalada , pues de un bodegón
venia en una orzica condumio de macho en esto-
fado : zapatetas y brincos , zalemas y reverencias
daban en torno redondo la mesa, oliendo el pan,
234 iwuRciA
y lamiendo las cascaras de la fruta, hasta que vino
Traga-Obispos con algunas piezas de ropa , man-
gas usadas, sombreros descopados, calzas raidas,
capas de tabardo , y más medias y zapatos ; co-
mieron ante todo, dando el Benedicite Anzuelo
que en todo lo de mesa prendia; Larga-Zanca al-
canzaba de un lado á otro ; Antífona comia y ca-
llaba, y Distingo no distinguía de cosas que mez-
claba de carne, sardinas, fruta y ensalada, lo cual
reir hacia á Traga-Obispos: la última sopa de la
comida en el plato quedóse , nadie alargó la mano,
y jugóse á las pajas que echó éste, y ganóla Lar-
ga-Zanca. A seguida comenzó el aderezo de sas-
tre para las prendas; á una vecina pidieron hilo y
agujas; y dejando sin espalda una sotana para de-
lantero poner á otra , recortando un manteo para
añadir el más corto, remendando unas calzas con
parte de unas medias, allí quedaron, concierto for-
mando de como al dia siguiente al ser la del alba
saldrían para Molina donde comeriase allí empe-
zando la tuna; y después de decirles Traga-Obispos
que á despedirse iba de un primo que Alférez era de
los tercios, salió en derechura del Contraste donde
las Milicias la sala de armas tienen, lo cual á seguida
veremos. Dícese que la tuna formóse haciendo
viaje , y dijo Anzuelo al salir por la puerta de Mo-
lina : Procedamus in pace, in nomine Cristi {36 1.
QUE SE FUE. 235
TABLA XIV.
BANDERA Y BANDOLERA.
Representa cómo vínose de tiempo M en servicio de S. M.:
conócese á varios capitanes, y hacen de nuevo á un alférez,
con otras cosas de historia.
G
lELEBRÁDOSE há Siempre el arrojo de los hom-
bres, como asimesmo su destreza y sabiduría con
que véncense cuando pelean , dando la patria
honra y prez al que gana en la batalla , aunque
fuerza de razón no tuviere en la empresa que lle-
vare, triunfando la razón de la fuerza, con ayu-
das de astucia; de antiguos y traseros tiempos vi-
nieron las artes que de guerra llaman; los muy
sagrados y santos libros más de guerra tratan que
de paz ; muchas ingeniosas machinas fabricado
han los hombres para se aniquilar , aunque no
tanto como ellos aniquílanse para que hombres no
falten , sebo poniendo así , con el aquel de que
ruede la carroza del tiempo ; el cual cada vez tor-
nado há y mucho, á los hombres en avarientos,
envidiosos y soberbios, con las cuales cosas en-
cendido estuvo siempre de la discordia el ardiente
fuego, sin se acabar todavía la costumbre mala de
más valiente y noble ser el que más gente mate,
236 MURCIA.
haciénd )le esto como en oficio , sin ordenanza de
gremio, ni sacando la borla en Salamanca. Salva-
guardia de los principes fué siempre la gente que
de las armas vive, y tienen á gala ser criados de
Imperadores y Reyes , los que dejan en su casa
otros muchos criados; v van á la guerra, porque
á más del medro, honor de vanidad sacan , que
carrera es la de soldados muy alta, y Marco Tulio
dice que el arte militar es más excelente que los
demás; añadiendo á más desto el texto de Sé-
neca: uFortior miles ex con fragoso venit:y> así
es que los romanos todos eran hombres de armas
tomar, pues nunca soltábanlas para la conquista
del mundo, metiendo bajo su Imperio reinos,
provincias v ciudades extranjeras , por lo cual
dábanles la honra del triunfo de entrar en Roma
en procesión , de pié sobre un carro blanco,
tirado por cuatro caballos juntos á la par , acom-
pañados de grandísima multitud del pueblo, v de-
lante del carro iban atados y encadenados los es-
clavos, y sobre el carro de los triunfos, delante y
detrás, iban pintados los castillos, fortalezas, rios
y las ciudades por el triunfador ganadas; como así
labraban arcos de triunfo, bajo que pasaban, v
palacios para colocar las armas ganadas en guerra.
Andando el tiempo , ley de godos fué no sentarse
á la mesa del Rey hasta conseguir alguna hazaña.
QUE SE FUE. 237
y tener destas coronada la su sien más que de ca-
bellos; mas viniendo perros moros á ser destos rei-
nos los dueños, el Sr. D. Pelayo (Rey) enseñó
con su pujanza y valentía á los arrojar , como los
demás capitanes cristianos, reyes y señores, siendo
por el tanto soldados aguerridos los españoles , y
por ello á las armas dados, con ejemplos nunca
vistos y oidos que cuentan las coronicas. Desde
conquista hubo adelantados en este Reino, que
picadico hicieron de moros cada vez que con ellos
toparon , para castigar sus algaradas ; y como si
en la vecindad que hacer no hubiere, húbolo den-
tro casa con ios que Manueles y Fajardos llaman,
en banderías y otros tumultos, como el que trujo
á D. Ruy López Dávalos, que cortando por lo
sano la cabeza que sana tenia el adelantado Daza,
tiróla por la ventana del palacio de Su Ilustrísima,
la cual ventana consérvase en el del señor Obispo.
Costanera la mar es deste Reino , y por se librar
de moros corsarios , mandó S. M. el Rey D. Fe-
lipe II labrar castillos de atalaya , con bocas de
fuego que culebrinas llaman , y enviar hombres
de artillería á las Águilas, Mazarron , Portrhan,
Cabo-Palos, Estacio y la Encañizada ; guardias de
Castilla puso en las ciudades mayores , y muy
particularmente en la parte frontera de los reinos
de Valencia y Andalucía , para celar de cerca los
238 MURCIA
moros , hasta que determinóse pasaporte dar-
les (37). Encomendada á D. Luis Fajardo la co-
misión de expulsar los moros por S. M.. en trece
de Enero de mil seiscientos diez, desde el diez y
ocho que se publicó el bando hasta el veintidós
de Marzo , hizo salir por el puerto de Cartagena
seis mil quinientas cincuenta y dos personas;
desde veintiséis de Abril del mesmo año al diez v
seis de Agosto de mil seiscientos once , salieron á
más quince mil ciento ochenta y nueve , cesando
ya la presecucion por piadosos respetos ; pero
cuando en mil seiscientos diez y ocho vino el
conde de Salazar, arrojó á los que quedaban, así
como á los Mudejares del valle de Ricote , que-
mándose sus libros , como anteriormente hízose
en mil cuatrocientos cincuenta y cuatro en la
Plaza del Almenar, para no dejar ni memoria de
lo que tales infieles llaman sus sciencias y sabi-
dorias; que gran montón, como una casa, hízose
con manuscritos arábigos y judaicos, al que nues-
tros soldados prendieron fuego para escarmiento.
Fama grande tuvieron las armas en Murcia,
primero con los Caballeros Templarios, y zaga
destos con la que como maestranza es de nobleza,
cofradía del Señor Santiago de la Espada , en la
Iglesia de tiempo de conquista en la Arrijaca, que
techumbre mudejar tiene de lacería de maderas
yuE SE FUÉ. 239
con primor labradas (38) ; como digo , allí está la
cofradía tal de caballeros fijodalgos, sin que pueda
serlo ninguno que no sea hijo y nieto de cofrade
mayordomo , con que en ella se conserva ejecuto-
riada y acrisolada su nobleza ; no obstante , pue-
den admitirse caballeros cruzados de todas las
órdenes militares. Tiene un Alférez mayor, que
en las funciones acompaña los pendones Real y
de la Ciudad con el suyo , que es de seda blanca
con una cruz roja de Santiago, que todo cógele,
y borlas como del habito del orden , de colores
ambos (39); su patronato ha quedado en la Ciu-
dad y su Real Ayuntamiento, con acta que los
mayordomos se elijan por mitad de caballeros fijo-
dalgos de dicho Ayuntamiento, siendo cofrades y
mayordomos de dicha cofradía; la cabeza es siem-
pre el muy Ilustre Caballero Corregidor que fuere
de la Ciudad, y como tal presídela, trayendo su
fundación desde á poco de conquista, como grueso
ejército contra moros, y antigua era ya en mil cua-
trocientos diez y ocho según instrumentos de ar-
chivos.
Guardias de Castilla ha tenido y tiene destaca-
das S. M. para mejor proveer; y en el año mil
seiscientos noventa y cuatro ha instituídose ade-
más un cuerpo de Milicias , con mil trescientos
sesenta y siete soldados , con once compañías de
240 MURCIA
milicianos desta Ciudad, y residentes en las once
parroquias, los cuales tienen sus capitanes, tenien-
tes, alféreces, sargentos y cabos de escuadras, di-
putados para socorro de Cartagena, Almazarrón, y
toda la marina, desde el reino de Valencia al de
Granada, como ya dijmios: además del costanero
en rebatos de moros, júntanse á la señal del relox
de la Ciudad, que es también campana del rebato
en la plaza de Santa Catalina , para esperar órde-
nes; y dichas compañías se ausentan cuando pí-
delo la necesidad, y á donde se han menester con
gente de la Ciudad, la huerta y sus lugares, y
mucha parte del Reino , cuando más aprieta ; di-
chas compañías tienen una bandera de tafetán do-
ble blanco , con cruz al través cada una , y las
armas reales por un lado y por el esotro las de la
Ciudad, que llevan y baten los alféreces respecti-
vos. Agrégase á ellas la juventud de los lugares y
habitaciones de la huerta citados, uno de cada una
casa ; así los unos como los otros con coleto de
ante y demás avíos de uniformidad ; y en fiesta
con la gala correspondiente, en lo general jubo-
nes de damasco , capotillos sembrados de botones
de plata, calzones de terciopelo, media de seda,
zapato blanco con hebilla, y sombrero con serení,
plumajes y escarapelas; bandas encarnadas y cor-
dones encarnados para los frascos de la pólvora,
QUE SE FUÉ. 241
fúsiles , escopetas y arcabuces al hombro ; y con
la gala, lo crecido y bien dispuesto de sus cuer-
pos, soltura en los miembros, llevándose la aten-
ción de los que míranlos en las fiestas y proce-
siones , acompañan coii sus banderas al Pendón
Real y de la Ciudad , haciendo continuas salvas
con los arcabuces y gastando mucha pólvora ; y
por ellos un poeta dijo :
El bélico furor que en su persona
cada cual , de sus armas ostentaba,
en los gritos del bronce publicaba
ser soldados de Marte y de Belona.
El orden uniforme que guardaba ,
de su valor fué noble corona,
siendo el juego de cuerpo, armas y manos
lección de los más diestros veteranos.
A la sazón acuartelados hállanse en el Contraste,
sobre la cual casa algo saber débese. Como á prin-
cipios de esta centuria décimo sétima acudido hu-
bieron á este Reino gruesos cuerpos de guardias y
gentes de los tercios para de reserva estar y pre-
venir lo conviniente contra la guerra que en las
Alpujarras levantádose había, forzoso fué cobijar-
los como sus armas en céntrico paraje. Al efecto,
convínose por el Ilustre Ayuntamiento en mil seis-
cientos uno en hacerles casa para lo tal , con la
decencia y para la pulicía que merécense; y em-
pezó aquel año la obra con piedra sillar toda ella
16
242 MURCIA
en la plaza de Santa Catalina, á la cuya plaza la
fachada principal cae, con puerta de grande traza
y magnificencia, de vistosas pilastras mensuladas,
airoso cornisamiento y uno como románate en li-
neas curvas graciosas, sobre las cuales está en re-
lieves con primor hecho el escudo real de S. M.:
esta portada no por cierto hiciéronla en el centro de
la tal fachada, sino en el tercio Levante ; y por la
simetría, en el tercio Poniente, sobre una reja, si-
tio hay despejado donde vítores pintan á los doc-
tores y dignidades de iglesia y religiones; también
tiene en este primer cuerpo tres escudos con las
armas de la Ciudad, rodeados de una como guir-
landa de frutas y flores; como peras, granadas,
rosas y amapolas, labradas en piedra muy al vivo
que cogerse parecen. Terminado alto fórmanle
tres balcones de barandal de hierro , con sobre-
puertas bien trabajadas en piedra; y más alto hay
galería de columnas con arcos muchos y bien aca-
bados en forma de azotea con mucha maña en su
labor (40). Por el costado de Levante puerta pe-
queña hay, pero por la de Poniente tiénela mejor
Y más primorosamente trabajada, cuya traza y la-
bor de pilastras, ménsulas, pirámides y coronisa
de picos déjase ver por lo bien hecho de su can-
tería, teniendo en lo alto una marmórea losa con
leyenda de grabado que así pone muy claro:
QUE SE FUÉ. 243
ií Murcia ma?idó hacer esta obra para sala de
armas, siendo Corregidor Don Diego Sandoval
Capitán principal de hombres de armas de los
Guardas de Castilla por Sn Magestad. Año
1604.»
Sin que olvidemos esta otra que en la principal
fachada puesta hay y dice con abreviaturas:
«Lrt muy noble y muy leal ciudad de Murcia
mandó hacer esta obra siendo alcaldes ordinarios
en virtud de Reales Privilegios el Capitán Alonso
Pagan de Oria y D. Pedro Lázaro de Monter-
real, y Alguacil mayor D. Gregorio de Lison.
Año de leÓ'l.»
Estando, además destas, puestas dos de pri-
vilegios de mercado y otras cosas; y una dellas
trujóse de la puerta de Bib-Almuñen cuando la
tiraron á tierra. Dentro en los bajos, como por-
che, todo una sala es muy grande, con tres
pilares y una puerta muy bien labrada (con ar-
quitectura como las de fuera), que á la escalera
pasa, en cuvo peldaño primero sobre pedestal, un
león con escudo de la ciudad tiene de mármol ne-
gro, y á siniestra mano una bóveda de calabozo
para los soldados en castigo, allí puesta por es-
carmiento de los que entran y salen: de manises
de Valencia los escalones marchapié tienen ; á la
su mitad y derecha la cámara real de banderas,
244 MURCIA
donde guárdense, parando en ella los capitanes y
demás gente de mando; la cocina está antes de
entrar en la sala de armas, que tres balcones tiene
á Santa Catalina y uno á la calle del Contraste, en
la cual sala duermen los soldados y están; asi como
en la azotea de encima aderézanse las dichas ar-
mas y limpian los vestidos para mejor pulicía;
pero desde principios del año mil seiscientos
treinta y ocho á los fines del nueve dejaron la di-
cha sala á los señores Murcia al tenor desto : uEn
el cabildo ordinario del martes veinticuatro de
Noviembre de mil seiscientos treinta y siete el
Sr. D.Nicolás de Avellaneda, Rejidor, dijo los in-
convinientes que havia, de tener la sala de Ayun-
tamientos en las casas de la vivienda de los señores
Corregidores y que varias veces se habia tratado de
mudar d la plaza publica y casas del Contraste
adonde es parte mas publica que tiene una sala
muy capaz, y conviene al buen gobierno desta ciu-
dad se lleve á efecto la mencionada mudanza su-
plicando se haga acuerdo para que se adereze la
dicha sala y mude el Ayuntamiento á ella y
nombre Comisarios para que lo pongan en execu-
cion; y la ciudad habiendo tratado y conferido
sobre esta proposición , acordó que la sala de
Ayuntamiento se mude inmediatamente á la
plaza publica desta ciudad y sala del contraste
QUE SE FUÉ. 245
dando comisión para ello. ^) Desde el año mil seis-
cientos y sesenta hasta poco há mudóse el dicho
Ayuntamiento á la Gasa Lonja, que es en la propia
plaza y frente del Contraste, según de archivos
consta. Cuando las mdicias formáronse, hicieron
armarios de conveniente modo para en ellos guar-
dar las armas y vestidos en custodia, y en el za-
guán se ha puesto el peso público donde se pesa
la seda cruda, según las ordenanzas.
Domingo era y dia por tanto de revista y con-
fronta; tocaron las campanas á primera misa, y
los alambores y pífanos á la diana dentro la sala,
en la plaza;"y por todas las calles y cantones fue-
ron después dando redobles y toques de llamada;
tanimientras algunos que soldados eran, barrieron
y rociaron la plaza de Santa Catalina , los que de
cerca celaba un otro distinguido , con coleto sin
mangas, valones aún sin atacar, y que armábase
con una vara: tenia bigotes de brocha, muy su-
bida la color, y decíanle el cabo Abanico por mote
en lo de hacer aire con zurriagazo limpio; que á
gala y mucha tiénese entre soldados conocérseles
por sus hazañas , y de tiempo atrás de caballeros
andantes viene lo de mote ; como Vargas de mote
Machuca, por esto hacer con un palo de rama
de olivera en las cabezas de moros un D. Diego
en el cerco y batalla de Jerez, reinando el señor
246 MURCIA
Don San Fernando; y otros cuyas hazañas callo
por no molesto ser. En la puerta, arriba y abajo,
de un lado á otro habia un centinela paseando con
marcial donaire, y en la cámara de banderas ha-
bia á semejanza de funeral y entierro por lo
de tener luces, cosa de túmulo, formado de mos-
quetes , fusiles , arcabuces y cajas , sosteniendo
echada el asta, y colgando la tela de una bandera
nueva con reales cuarteles de los tercios, y delante
seis blandones de cera que desde la víspera y toda
la noche pasada ardido habian y estábanlo: frente á
éste como teatro fúnebre, velando debia estar, mas
era dormido, un soldado con vestimenta de sar-
gento; y sobre él, en percha colgado un vestido
nuevo de alférez. Tenia el hombre una cuchillada
en la cara, y gafa de cuchillada la siniestra mano;
era joven y de anchas espaldas como un molinero;
roncaba y movíase dormitando como si batalla so-
ñase. Por el aquel de atizar las velas y hurtar su
cera, entró un ranchero; despertóse el que dor-
mido estaba, levantándose con presteza al ver ya
salido el sol, y sacó entre la ropilla un librico de
actos de contrición y devociones cuando en la
puerta aparecióse un P. Dominico , alto y colora-
do, gordo y reluciente que en el sillón sentóse, pre-
guntando al sargento si examen de conciencia hecho
habia; y contestando que sí éste, arrodillóse con-
QUE SE FTJE. 247
fesion haciendo de cosas que no sabennos; pero de
marca serian, según los extremos del reverendo,
que absolvió al sargento dicho, saliendo á poco y
después de exhortarle para el fuerte trance del dia
y nueva vida á que pasar iba. Sin mucho caso ha-
cer un rato estuvo; mas luego entrando fueron
oficiales de armas, y cuando un capitán vino, que
lo era D. Juan de Portocarrero, de famosa familia,
reverencia hiciéronle todos cuando sentóse : des-
nudaron á el sargento dos á él iguales; y dos al-
féreces pusiéronle el vestido que colgado estaba,
y como SI para él se hiciese así veníale ; arrodi-
llóse ante su capitán, quien ciñóle la espada del
Rey nuestro señor en el augusto nombre, y de
merced dióle trato llamándole Sr. Juan de Villaes-
cusa, prohibiendo á los demás decirle ya el sar-
gento Cintarazo. Tanimientras habiase ruido sen-
tido y mucho por afuera en la sala y la plaza,
tocaban las campanas á misa mayor , y á una or-
den del capitán se oyó un clarin (41); arrollaron
la bandera, y tomándola así el alférez novicio, sa-
lieron bajando todos la escalera adelante, llevando
un soldado en azafate una como cincha en oro bor-
dada sobre terciopelo de pelo de morada color.
Marcha batieron los atambores , y con regular y
mesurado paso enderezaron por las calles de Pla-
tería y Trapería al monasterio de Santo Domingo,
248 MURCIA
que como Real allí debíanse hacer las fiestas de los
ejércitos de S. M. Pusieron la bandera y azafate
cabe la mesa del altar mayor junto con los pendo-
nes del Señor Santiago, Real y de la Ciudad; y sa-
lió la comunidad al coro , y á un estrado el Ilus-
tre Sr. Corregidor con comisión de Regidores y
Alcaldes, deputada para ello; diciéndose á seguida
la misa de tres muy solemne; al ofertorio bendi-
cieron la bandera ciñendo antes aquella cincha el
alférez, quien tomóla de manos del preste des-
pués del juramento, sosteniéndola desplegada
toda la misa y comulgando en ésta. Te Deum
cantaron luego de acabada y un responso después,
saliendo á poco á la plaza del Mercado, donde ta-
blados puestos había en medio; al salir la bandera
tocaron las esquilas, redoblaron los atambores,
pitaron los pífanos con el aire de la marcha aus-
tríaca (42), y los arcabuces dispararon al aire en
señal de alegría, hasta que tan lucida comitiva á
los tablados subióse, que rodeados estaban de to-
das las once compañías de milicias con sus ban-
deras y planas mayores. Levantando su bastón el
Ilustre Sr. Corregidor, callaron todos, y el al-
férez mayor de la maestranza leyó lo siguiente:
«Papel de noticias de todo crédito, publicado
martes primero de Agosto de mil seiscientos no-
venta en Madrid por Sebastian de Armendariz, ,
QUE SE FUÉ. 249
librero de Cámara de S. M. y curial de Roma,
con las licencias fiecesarias para este Decreto
Real.y>
(íEn consideración del valor con que procedió
el Barón de Huby tiniente general de la caballe-
ría del ejército de los Países Bajos en el combate
de Florú y de sus méritos y antecedentes le ha
hecho S. M. merced del titulo de Marques de
Grignie, ademas de haberle mandado dar las
gracias por un Real Despacho y aumentado su
sueldo de tiniente general de dúdenlos escudos
al mes. — Imprenta de Antonio Román. y>
A seguida dijo el capitán Portocarrero de cómo
el enemigo tomó una bandera de aquel su regimiento
en Flandes, matando al alférez Sr. Antonio Perale-
ja; pero que el presente y entonces sargento al cos-
tado estaba herido encara y mano; y corrió detrás
los vencedores de la tal bandera , tomándosela ya
muy rota su asta, perdida la lanza, y hecho en pe-
dazos el paño en la pelea ; lo cual visto por el ti-
niente general Barón de Huby ya á la esta fecha
Marqués de Grignie, quedó en proponerle á S. M. ,
como hízolo y aprobóse, para la bandera y bando-
lera ganada : que venido luego el reguniento á
Murcia, interina bandera tenido há, hasta que bor-
dada fué una nueva, y recibió la gracia de bando-
lera el susodicho alférez, quien cumplido habia en
250 MLRCIA
lo de velar sus armas y cumplir con la Iglesia y
S. M. tocante á juramento. Un P. Reverendo hizo
plática devota á los fieles exhortándolos á pelear
contra herejes, con lo que á más de la prez de la
patria y del Rev la merced, gánase la gloria eter-
na. Vítores dio á seguida el capitán por S. M. y
el Ilustre Corregidor que diólos al regimiento, to-
mando á seguida las dos banderas del Señor San-
tiago y la nueva, como los pendones Real y de la
Ciudad; formaron con todas vistoso pabellón, bajo
el cual, con salvas, repiques y redobles, pasaron
las demás banderas, y grueso de soldados y mili-
cias, jurando así defender la nueva. Por tres veces
tremoló «Por el Rey nuestro señor» con garbo y
valentía su bandera el alférez Villaescusa, y con
majestad y pompa condujéronla á la sala de armas
por las dichas calles en que colgados habia los
balcones en casas con tapices y cortinajes vistosos,
así como á ellos asomadas muchas damas que ce-
lebráronlo.
En la cámara de banderas hablóse por todos de
los muy valerosos generales que también Murcia
tuvo, y acordándose el Ilustre Sr. Corregidor de
la merecida alabanza que Polo dellos hizo, dijo
estas sus mismas palabras: a Pues ya que habla-
mos de las armas, ¿donde florece mas la valen-
tía? Digalo la ilustre casa de Faxardo, casa de
QUE SE FUÉ. 251
generales, y sus valerosos sucesores que con su es-
pada pretendieron sus blasones y con su valor los
alcanzaron; buen testigo es desta verdad el miedo
que los enemigos tienen al nombre de Faxardo,
y los moros granadinos lo confiesan, y los que vi-
vieron Mamora, donde á costa de su vida con-
quistó D. Luis Faxardo á su Rey tan gran for-
taleza con sus ilustres y valerosos hijos D. Alonso
Faxardo que murió sirviendo d S. M. siendo go-
bernador de Filipinas, á cuyo gobierno deben
aquellos reinos su conservación, y el segundo hijo
D. Juan Faxardo, primer Marqués de Espinar-
do, capitán general del mar Occéano y Gober-
nador de la Cor uña. Y si nos acordamos de los
primeros Faxardos, Marqueses de los Velez, ¿no
es gloria de nuestra patria? Un Marqués D. Pe-
dro; un Marqués D. Luis. ¿Pues de estos cuan-
tos otros capitanes tiene nuestra Murcia? Un
D. Juan Usodemar y Narvaez, que en la jor-
nada que nuestro gran Monarca D. Felipe II
juntó para Argel con tanta costa y ostentación
de su liberalidad, llevó á su costa vestidos de
una misma librea trescientos hombres. Un Don
Juan de Verastegui. El capitán Pagan. El ca-
pitán D. Francisco de Ribera, general de las ga-
leras de Dunquerque. El capitán A ledo. El ca-
pitán D. Francisco Montijo. El capitán Chaves,
252 «MURCIA
y otros muchos cuyos sugetos olvido.^) Habló tam-
bién del licenciado D. Juan Chumacero v Carrillo,
caballero de la orden del Señor Santiago, del Con-
sejo del Rey nuestro señor, el que dióle su Real
Cédula , fecha en Madrid á veintidós de Abril de
mil seiscientos veintinueve, como á los demás se-
ñores que salieron fuera de la corte en el particu-
lar servicio de los soldados, archivada en el nú-
mero 34 de las Ordenanzas, por ser el encargado
para este reino, la cuya comisión desempeñó con
agrado general y mucho saber cuanto lealtad y di-
ligencia; añadiendo que para sólo se librar del
real servicio de las armas habia una condición,
pues iiEn cabildo que la mvy noble y mvy leal
ciudad de Murcia tuvo veintiséis dias del mes de
Abril de mil seiscie?itos once años, se acordó lo
siguiente: Reservanse de soldados á los oficiales
de tejedores de sedas, atento hay necesidad deste
arte en esta ciudad, y las exenciones que para
conservar este oficio tienen, se les guarde. » Des-
pidiéronse todos (saludando á los principales al
salir los atambores, clarines, pífanos y guardias),
y deseando larga vida y medro al alférez desfilá-
ronse, pidiendo éste al señor capitán Portocarrero,
en cuya mesa á comer luego iba, merced de cuar-
telaje libre y juegos en tal dia, que concedió aquel
encargando mesura y miramiento v no escándalo
QUE SE FUE. 253
Vítores por ello dieron al alférez los sargentos,
cabos y soldados que aderezaron los tablados de
camas con mantas dellas para jugar á los dados con
cubilete los unos, y los otros á los naipes de mó-
cente guisa en el comienzo, para luego darles ai-
res de garrotes y ballestilla (43). Abrazó el señor
tiniente Barrientos á su protegido de tiempo el
alférez Villaescusa, y convidóle á salir á una pas-
telería para luego al mundo y nueva vida le dar,
como asimesmo que irian tras vísperas vistas al
convento, donde tal tiniente su amor tenia dentro
locutorios v rejas monjiles, lo cual á seguida ve-
remos.
TABLA XV.
TRAS vísperas, VISTAS.
Representa los co7iventos de frailes y monjas, con su histo-
ria, costumbre ya pasada de vistas, y escándalo por tal
causa.
c,
'ON tu amparo, Madre mia de misericordia,
vida, dulzura y esperanza; amparándome por tu
soberana intercesión el Padre, el Hijo y el Espí-
ritu Santo, tres personas diferentes en unomesmo,
254 MURCIA
de las que Hija , Madre y Esposa eres coronada
Reina de las gracias; arca del santuario, causa de
nuestra salud, remedio del linaje humano, y á más
de Reina de los Angeles éreslo de los Patriarcas,
de los. Profetas, de los Apóstoles, de los Mártires,
de los Confesores y de las Vírgenes ; por ser la
más principal Señora y espejo claro destas de
quien á tratar voy después y á la postre , bajo tu
manto póngome, para que ofensa no den al Señor
mis palabras en lo que á decir fuere de sagradas
vírgenes á él consagradas en el santo retiro del
claustro, zaguán avanzado del cielo y escalera
suya. Dale, Señora, á mi memoria adelantado
vuelo, á mi voluntad fuego ardiente, á mi enten-
dimiento limpia y muy clara luz , así como á mi
pluma tu soberana bendición con el conque de lo
quella escriba sea en honor del Señor, alabanza
tuya y bien de mi alma, que asunto y empresa la
mia difícil y ardua es , tratándose de vírgenes á
que ofender pudiéraseles.
Piadoso lector, para Santo y Santa ser, como
sucia es la carne y pecadora en lo de parte for-
mar del cuerpo, mortificada ha de pasar por el
fuego de la penitencia en el crisol del sufrimiento,
para limpia quedar en el rico metal de la gracia;
porque malo es el enemigo infernal, y asechan-
zas, lazos y resbalamientos con la enza de en la
QUE SE FUÉ. 255
tentación hacernos caer, pone; la oración y el re-
tiro son las dos medecinas más eficaces para curar
los males del alma combatida por la enfermedad
mundana; entendiéndolo bien así aquel siervo de
Dios, Antonio, que habiendo nacido el año dos-
cientos cincuenta y uno del de N. S. J. enCona,
ciudad de la Heráclea del alto Egipto , y sintién-
dose llamado su pecho por los aldabones de la
gracia, contestóla dando sus bienes á los pobres y
retirándose á la ribera Levante del rio Nilo, bus-
cando la soledad para la contemplación , lo cual
visto por otros piadosos varones, movióles á lo
propio, formando entre las piedras del monte con
las fieras en compaña, familia de bienaventurados
no nunca concluyendo sus hijos , que llamándose
Benito, Francisco, Domingo, Simón, Bernardo,
Pedro Nolasco, Ignacio, Félix y otros fundadores
y reformadores de tropas de mdicia cristiana can-
tan en el santo retiro noche y día alabanzas á
Dios, mortificando sus carnes, y también ejer-
citan la más abrasadora candad , como un sol-
dado que en la ciudad de Granada fundado há
hospital y en otras partes, el que llamándose Juan,
de Dios apellídanle; sin que olvidemos á un pobre
cura de un pueblo de la Francia que ha muerto
en la ciudad de Paris años atrás en el de mil seis-
cientos sesenta, que padre fué de pobres, como asi-
256 MURCIA
mesmo de los niños huérfanos, y si mal no re-
cuerdo, dícenle Vicente de Paul. Trasplantado
árbol tan excelente á todas las naciones, agarró
siempre la su raíz, frondosos y productivos na-
ciendo renuevos en donde Dios quiere que los
cristianos la planta pongan; así es que en Murcia
mesma opimos frutos da con los que á relatar
vamos.
Santa María de Gracia y Buen Suceso. Fundada
por D. Alonso X, quien la dotó en mil trescien-
tos ocho con privilegio para hospital de caballe-
ros Templarios en la conquistada torre de Cara-
majúl (44).
Santo Domingo el Real en el palacio del Rey*
Moro ^Alkazar Seguir), en la hoy plaza del Mer-
cado, donde predicó San Vicente, para la cuya
propiedad dióles á los Padres el Rey D. Jaime
privilegio en mil trescientos ocho años, habiéndole
luego dado rentas y dotación Doña Luz de Zam-
brana, que vivió en la calle que así nombran: han
empezado á labrar un claustro redondo con mu-
cha magnificencia, y sus huertos caen á la cequia
y plaza del Esparto (45).
San Francisco, que estuvo junto á Santo Do-
mingo por privilegio de D. Alonso X en mil tres-
cientos diez, trasladándose luego á Santa Catalina
y después frente á Verónicas en la plaza , donde
QUE SE FUÉ. 257
hoy siguen labrando suntuosa fábrica de piedra
sillar (46).
La Trinidad, cerca de la puerta de Orihuela que
fué del León , el cuyo convento fuera estaba de la
muralla y dentro metióse por causa de avenidas
del rio, poniéndose junto á la ermita que arruiná-
dose há de San Blas ; á cuyo Santo y en la pared
de la iglesia pintado há con artificio de imagi-
nería, columnas y barandas un altar, que cuerpo
y bulto aparenta con bella traza, el caballero Don
Nicolás de Villácis , que grande amigo es de la
comunidad (47).
San Agustin , fundado en mil trescientos no-
venta y siete entre la puerta de Molina y la er-
mita de San Antón frente desta , hasta que en el
año de mil quinientos setenta y nueve pasáronse
los Padres á la ermita de Nuestra Señora de la Ar-
rijaca, en la que dícese fueron bautizados los cua-
tro Santos de Cartagena , y es patronato de los
nuevos Marqueses de Corvera con enterramiento
propio. Sigúese labrando la mayor iglesia que
desde que el mundo es mundo conocióse en Mur-
cia, que sólo es una nave con capillas, siendo una
dellas la de San Sebastian, que como ermita antes
era con cofradía ; pleito llevado han y tratádose
desto en los capítulos ordinarios de los señores
Murcia de sábado diez y seis de Marzo de mil
17
258 MURCIA
seiscientos setenta y cinco, y sábado diez de Fe-
brero de mil seiscientos setenta y seis, por cuyo
último dióse licencia para obrar la capilla de
N. P. Jesús Nazareno allí junto á la anterior:
todo lo cual aprobado fué (y con escritura ante
Juan de Azcoitia fecha dos) por el ordinario de
siete de Marzo de mil seiscientos setenta y seis,
al R. P. Prior F. Joan de la Cruz (48).
Nuestra Señora de la Merced. Fundado cerca
Santa Olalla junto al rio, pero cuando por éste
vino la milagrosa imagen de Nuestra Señora , la
sacaron, y haciéndole capilla, por sus milagros y
protección la llamaron de los Remedios; pero como
sucediera un caso de honra entre una doncella y
un mancebo, preguntada la Santa Imagen, mo-
vió ésta la cabeza para la contestar, por cuyo mi-
lagro llámala el vulgo Nuestra Señora del Cuello
Tuerto: los Padres empezaron á labrar casa donde
hoy está cerca la Puerta Nueva en las Adoberías
ó Pellejerías, y vinieron á ella en mil quinientos
sesenta á diez del mes de Julio (49).
San Diego. Fundado fuera, lejos de la puerta de
Santa Florentina y detrás de San Antón , en el
año mil quinientos noventa y ocho por los Padres
Franciscanos descalzos (oO).
Santa Catalina del Monte. En la sierra, á una
legua de la ciudad, y fundáronlo Padres Francis-
QUE SE FUÉ, 259
eos observantes, por donación de Juan Mercader,
que hízolos merced de las tierras con otros cen-
sos y privilegios en el dia veinte y seis de Agosto
de mil cuatrocientos cuarenta y uno ; en el de mil
seiscientos por el Padre Provmcial Vargas hízose
un devoto via crucis, según la mapa de Jerusalen
allí hecha por Pedro Potens, á cuya devoción con-
cedidas hay gran copia de indulgencias y per-
dones (oí).
Nuestra Señora del Carmen. Sobre la ermita de
San Benito por el Ilustre Sr. Obispo Comontes,
quien licencia dio en mil quinientos ochenta y
seis (52).
San Antonio de los Capuchinos. Más allá del
Carmen (del cuyo convento hemos tratado en lo
de atrás desta obrita) (o3).
San Gerónimo de la Añora. Hízose en mil qui-
nientos setenta y nueve por manda del testamento
del capitán Alonso Vozmediano de Arroniz, here-
dando los Monjes de San Gerónimo la mitad de
dicho lugar y sus tierras , fundando hermosa fá-
brica que aún no está terminada; lo cual consá-
grase para jubilación de los Padres graves de la
provincia con gran recreo (o4).
Santa Teresa. Frente á la puerta de Santa Flo-
rentina, el cuyo convento pretendióse como es de-
bido en forma, y en el cabildo ordinario del martes
2G0 MURCIA
veinte de Febrero de mil seiscientos ochenta los
Señores Murcia dieron licencia y consentimiento
para fundar en tal sitio el convento de Carmelitas
descalzos (oo).
San Esteban. Fundado por el Ilustrísimo señor
Almeida: allí está la Compañía de Jesús (como ya
hemos hablado en otro lugar) (56).
Antes que el hombre, pecadora fué la mujer,
tentada por la infernal serpiente , causando nues-
tra perdición eterna ; y buscando los caminos de
la gracia para se aprovechar della con ayunos,
penitencias , oración y santo retiro , encerrádose
há con reglas muy estrechas en clausura, votos
haciendo y consagrándose á esposa ser del Señor,
á quien su virginidad le ofrece, siguiendo las
aprobaciones de las que órdenes llaman bajo de
los padres generales de las tales congregaciones.
Señoras principales dejado han el mundo to-
mando el hábito de religiosas, labrando con sus
bienes los monasterios, dote dándoles para se man-
tener, y haciendas, como de igual suerte donación
los Muy Poderosos Príncipes y Reyes dieron para
la tal cosa en tierras de sus conquistas. Monjas
llámanse, porque Monjes llamáronse los que pri-
mero en penitencia fueron, haciendo familia santa
bajo de un mismo techo de casa del Señor, que
monasterio y convento por tal entiéndenlo; en los
QUE SE FUÉ. 261
de monjes y frailes, hombres entrar pueden, pero
en los de monjas , ni hombres ni mujeres ponen
su planta de puertas adentro, smo los que en-
tren á oficios, por lo cual muchos no saben lo que
allí hay, sino muy pocos que á menesteres de lo
tal entraron como yo, que lo diré con licencia del
Ordinario.
Portería llaman á lo de afuera que zaguán es,
con torno, locutorios y puerta reglar siempre cer-
rada, que sólo un postigo como de fortaleza ábrese,
y toda cuando la religiosa entra para nunca jamás
atravesarla ni aun muerta después; como zaguán
hay tras la puerta, y sigue el claustro que galería
con terminado alto y bajo tiene de columnas, y á
comedio un pozo que decir quiere que la vida
eterna, con las aguas de la gracia, inagotable como
aquel es para quien sácalas con el trabajo y la ora-
ción; imágenes en lienzo pintadas en las paredes
hay muchas para siempre tener la devoción mo-
vida; y dan al claustro bajo las oficinas de princi-
pal menester como sacristía, coro de verano, con-
fesonarios, lo cual vistas de reja ala iglesia tiene;
cocina y despensa para guardar vituallas; refitório
donde cómese y collación hacen, ínterin una no-
vicia desde un pulpito lee meditaciones y la vida
del santo del dia; cámara para labor v escuela de
novicias y pisaderas; también hay sala capitular y
262 MURCIA
otras cámaras para guarda de ropas y otros me-
nesteres, el arca y monumento del Jueves Santo,
los candeleros y cosas de altares ; teniendo luego
huerto y corral con aves, así como lavadero y un
jardín con trozo que cada monja cuídase, haÍDÍendo
bóveda para enterrar las difuntas. Escaleras llevan
arrilja que terminado alto es con claustro asimes-
mo, por el cual á las celdas éntrase, pequeñas cá-
maras que como prisión parecen, con un tablado,
una silla, un reclinador que como banco es, donde
arrodíllanse frente á una cruz entallada con los atri-
butos y signiiicados de la pasión de Nuestro Señor
Jesucristo; estampas vense pegadas á la pared con
cintas adornadas y flores contrahechas de lienzo;
colgando de unas escarpias hay deciplinas, cili-
cios, coronas de espinas y escapularios de hierra
en alambre punchoso para la carne mortificar
cuando la tentación y el pecado aprieta , y sobre
una mesica libros hay de rezo y labores de aguja
para no en pecado caer por causa del ocio ; en
este terminado alto otra cocina hay, enfermería,
cámaras de novicias y pisaderas, coro alto con ór-
gano (si la regla permítelo), y torreta con vistas á
la calle para las procesiones ver las monjas y las
que no lo son , á la gente más á menudo.
Fecundo es el jardín murciano, porque semi-
llas dejó en él sembradas la flor mejor de las flo-
QUE SE FUE. 263
res y en el más florido terreno por el Señor ben-
decido, la cual floreció en tiempos de atrás una
Santa siendo como sus tres hermanos, y Florentina
llamándose ; pauta dió con su vida á otras que cre-
cen y multiplicanse con la ayuda de Dios, paraíso
tornando esta vega de las delicias, en la cual
vense brotar monasterios de religiosas de que adór-
nase la ciudad , como en un rosal las rosas en ra-
maje verde, y decir debámoslo por gloria de la
Religión al tenor siguiente:
Santa Clara la Real. Fundado cuando la conquista,
por el Rey Don Alonso en losjardines del serrallo
del Rey moro (Alkazer Seguir) para monjas de
Nuestro Padre San Francisco con el título de Me-
noretas; dándoles el Rey, como asimesmo los Prín-
cipes y Princesas muy grandes dotes en rentas y
tierras, según cartas de Privilegio Real de trece de
Agosto de mil trescientos y veintidós y treinta de
Junio de mil cuatrocientos tres con « seguro sa-
grado y Salvaguardia Real» (o7).
San Antonio. En la calle así llamada, por fun-
dación de Antonia Mercader y UsendaRuiz su hija,
conforme se va á Santa Olalla y cabe la Rambla del
Cuerno, dotándolo con haciendas, casas y tierras
para su mantenimiento, la cuya fundación aprobada
fué por Bula de Eugenio IV, fecha 7 de Agosto
del año mil cuatrocientos treinta y cinco (58).
264 MURCIA
Santa Ana. Establecióse esta comunidad por el
Dean desta Santa Iglesia D. Martin de Selva, y no
admitiendo las condiciones que el tal púsolas, me-
tiéronse bajo la obediencia del Padre Prior de
Santo Dommgo , empezando á obrar casa cerca de
las monjas de Santa Clara en el año mil cuatrocien-
tos noventa, pero ensanchando viénensede enton-
ces con vecinas casas que añiden , como también
grande huerto , por el que la acequia pasa ; ahora
siguen labrando grande iglesia (39).
Madre de Dios. En la calle que del Contraste
intitulan, el cuyo convento fundóle el mesmo Se-
ñor Dean D. Martin de Selva el susodicho año
mil cuatrocientos noventa frente á los Baños del
Rey moro Abrahen Ezcandary , para las monjas
de San Laurencio Justiniano , las cuales muy há-
biles han sido siempre (60).
Las Verónicas. Este convento lo fundó la Señora
Doña Isabel de Alarcon con el título de Santa Ve-
rónica, y dote que montó á catorce mil ducados
en bienes, casas, tierras y taullas, con beneficios
para entrar doce monjas de su familia; labrado
han grande fábrica con iglesia en la plaza junto á
la Aduana del Almoxarifazgo Real, el año mil qui-
nientos veintinueve (61).
Las Madres Agustinas. Doña Brígida Pinelo, de
familia ginovesa , casó con D. Pedro Fajardo, del
QUE SE FUÉ. 265
cuyo marido tuvieron seis hijas; yá consecuencia
de muerte de una dellas, (Doña María Fajardo de
Mendoza), fundaron con título y advocación de
Corpus Christi un monasterio para Madres Agusti-
nas sujetas al ordinario, habiendo empezado en el
año mil seiscientos diez, y terminádose en el mil
seiscientos treinta y cuatro, como en una losa en
la pared léese; al cual dotáronle con sus bienes
que muchos y pingües eran , de hacienda de ma-
yorazgo, y allí vivieron las demás hermanas con
las religiosas, dando muy gran ejemplo de santi-
dad. Este monasterio en que hay niñas nobles, está
frente á frente á la casa de Palacio y huerto del
Protonotario Apostólico Sr. Junteron, la que di-
cen de Cadena por tenerla en la puerta como si
Real Casa fuere, junto á la acequia, más acá de
San Antón (62).
Madres Capuchinas. Grandes fiestas hubo en el
año mil seiscientos cuarenta y cinco para recibir
á las Religiosas Capuchinas del Santísimo Sacra-
mento, que con la Madre Fundadora Sor María An-
gela Astorch, vinieron á fundarle fuera déla mu-
ralla entre la puerta de Santo Domingo junto á los
Vinaderes y la del Porcel junto á la acequia; cuya
obra sigúese aún , á devoción de muy nobles fa-
milias, como asimesmo un conventico enfrente
para hermanos donados de la casa y otras oficinas
266 MtRCIA
de vivienda; esta Madre Fundadora que hizo mu-
chos milagros, murió en opinión de santa en el
año mil seiscientos sesenta y cinco sin que hayase
corrompido, por lo cual y otras piadosas causas,
canonizarla quieren , pues avisa á sus devotos la
muerte con golpes en su ataúd, como en las casas
con ruidos de gran sobresalto , golpeando asimes- •
mo en su ataúd en guerras, hambres, pestes, dis-
turbios y desgracias. Hacen estas religiosas vida
muy estrecha, sin gastar camisa (63).
Santa Isabel. Cerca de la plaza del Contraste y
madres Capuchinas, el cual fundóle Doña Juana Pe-
rea, esposa de D. Juan Porcel, con grandes be-
neficios y hacienda de mucho censo y renta en el
año mil cuatrocientos cuarenta y tres en que empe-
záronle á labrar en muy grande sitio que entre ca-
llejas metido queda, y muchas casas de moros
derribaron para ello, haciéndole de piedra sillar y
cantería de muy altas paredes. En forma de ataúd
sus fachadas, tiene una, la principal á la calle
estrecha de Santa Isabel á Poniente , con placeta
á la izquierda; y por un escalón en una puerta
grande apilastrada con coronisas partidas, que en-
comedian una imáeen de la Santa v dos redondas
ventanas, pásase á la iglesia, mandada hacer por
el Ilustrísimo Obispo D. Esteban de Almeida, de
una sola nave, con altar de Santa Rita á la iz-
guE SE FUÉ. 267
quierda, que como alambor su camarín abulta y es-
trecha por fuera la calle; entre la iglesia y por-
tería pared hay con tres rejas grandes que luz dan
adentro al coro bajo; y frente á la puerta de la
iglesia , una portería con torno á la izquierda
y frente deste, banco de yeso y palometas para
las tablas de horno. Un cuadro hay déla Santa,
y bajo del hay junto al torno la puerta reglar que
da dentro á una pieza que á un huerto sale hacia
la parte Mediodía ó el Contraste ; siguiendo por
Levante hay un grande tinajero con vemtiocho
tinajas, y encima las celdas y vistas á la placeta de
las Palmas, que fórmanla dos casas de los señores
Saurín con pasadizo de portones de clavería gor-
da, que por dentro de las casas va á la placeta de
los Gatos. Por lado Norte tiene el convento pe-
gadas casícas pequeñas que estrecho dejan el ca-
llejón en que hay por dentro claustrico con cis-
terna y huerto no grande cabe medianería de las
mismas; temprano hay que pasar por tales calle-
jones y antes de queda en mucho, pues amenudo
piérdense por ellos capas y bolsillos , que no ca-
ben en sitios dos personas á se cruzar andando,
atento de lo que tratado se há de muchas veces
tirar el convento, y sí por sí fuera el primero que
á tierra fuese, por á otra parte mudar la comuni-
dad, idea damos de cómo se halla (64). Ahora y
268 MURCIA
como las vistas á la sazón téngalas tapiadas, dire-
mos el por qué dallo, que la causa namoramiento
fué (del cual líbrenos el Señor). Como sabidorfué
D. Alonso, y nobles tenia con ingenio y gaya cien-
cia á su vera, vino de su tiempo lo que hasta él
no acontecía, y era el se instruir los grandes se-
ñores y señoras de noble casa, por lo cual de ni-
ñas en conventos entraban , que fundaron sus
familias para ellas ser monjas ó se aficionar en
piedad, recogimiento y labor de manos, y méritos
de bordados, loquería, amen de confituras, que bien
las hacen las madres, nata, bizcochadas y melindres
(los cuales también fuera del convento aprenden
pronto á hacerlos de toda suerte): á las tales seño-
ras jóvenes llamanlas pisaderas, porque si no be-
neficio de fundación tuvieren , el piso pagan que
pisan á más de su ración refitolera ; hacen vida
monjil y hábitos como las monjas traen ; asisten al
coro con la cruz, incensario, ciriales como de mo-
nagos haciendo, rezando á las propias horas que la
comunidad; y viene de costumbre antigua salir á
las celosías de la torreta de rejilla de las vistas de
la calle á ver á sus familias , criados y otros que
no son ni lo uno ni lo otro, acabado que han en
el coro las vísperas. Invierno sea ó verano, siem-
pre gente hay á tales horas y llena la placeta como
si función en la iglesia hubiere, dejando á la
QUE ^E FUÉ. 269
gente sin pasar poder; cuál pasea tanimientras,
otros bostezan como gato en sueño , y las dueñas
dan suspiros porque dueño no encontraron , aun-
que señor sí.
Aconteció un dia que de año nuevo era, pri-
mero de año y primero de vistas después del Ad-
viento en cuyos todos sus dias como en los de
cuaresma vistas no hay ni locutorio, que ya desde
las ocho empezó en la plaza de las Palmas el mur-
mullo de zumbido que colmena parecia según los
zánganos , pues abejas laboriosas había dentro y
agraciadas con naturales gracias por la graciosa
voluntad de Dios que á su gracia teníalas conser-
vadas: habían acudido golillas y soldados de mando
con joyas y veneras, damas de vestidos de sayo
glosado de seda , con prietas cotillas y arracadas
finas; y los quemas había eran devotos de ropi-
llas cuchilladas, sombreros con plumas, cuellos
de Flandes como los remates de las mangas, ador-
nándose de cadenas, sortijas y dijes; habiendo
cantidad de galas y libreas , gente de capa negra
y caballeros. Como al que madruga Dios le ayuda,
quien fué primero mejor púsose ; y cuando de
misa mayor salieron de la Catedral y fuéronse allí
las personas de más copero, sitio no había; escan-
dalizábanse las almas piadosas ; amohinábanse las
señoras diciendo que aquello desvergüenza era;
270 MURCIA
santiguábanse las viejas con su rosario y juraban
los guapos y lindos, por atento de apreturas. Mur-
mullo armóse grande como vocerío, cuando una
campanica adentro á vuelo tocó, y á poco llená-
ronse los abujeros de las celosías de manecicas y
cosas vanas; quién sacaba los dedos, quién aso-
mando un ojo abierto y luego cerrado; otra un
listón de color y luego otros de varias colores;
papel ICOS de recorte, pañizuelos y tiricas de ve-
llorí ó filahiz que señas todas eran ; así como una
de toses perrunas de dentro y fuera , que parecía
que pimientos de Nora picantes hubiesen echado
de intento: en esto estaban, cuando delante dedos
chulillos de mucha valona, cabello atrás atado,
capa caída, lazos y toquilla y estoque largo, ha-
ciendo palitroques de señas con los dedos, habia
un lindo más refinado que azúcar cande, con capa
clarísima de Venecia y con cabeza tal. que la vista
quitábales; uno dijo: «todo el pelo que contemplas
es postizo, trae debajo jaulica como las mujeres
para el moño; estando vestido llega un criado con
una cervatana y le cisca la cabeza con polvos ijiie
de Roma, dicen, traen y se hacen en Madrid de
harina de habas y raíz de lirio muy perfumado.»
Como díjolo en muy alta voz y risotó de la verdad
dello una tánica \ galana moza, corta de basquina
para descubrir los chapines y larga de garbo y
QUE SE FUÉ. 2T1
miradicas, que á su lado estaba, subiósele al tal la
color al rostro, acometiendo á seguida á los chu-
los con el espadón; tumulto armóse; dio en correr
la gente; vino la justicia y nada encontró, ni luego
por más inquisitorias, nada saberse pudo. Por la
tarde su Ilustrísima el Sr. Obispo fué de extraor-
dinaria visita al tal convento, capítulo celebróse;
la curia escribió muchas fojas de pliego, resul-
tando del proceso que como el abuso en todo no-
civo fué y siempre menester es le corregir, que
mandáronse tapiar todas las vistas deste convento
por el Ordinario; haciéndose lo cual con piedra de
mampostería de la cantera del tio Higuerica, pa-
nocho del campo y huerta, hombre leído y escri-
bido, que Relator era de riego y Abogado de se-
cano como pocos; lo cual veremos á seguida, des-
pués de descansar y la foja volver.
TABLA XVI.
RELATOR DE RIEGO Y ABOGADO DE SECANO.
Representa la vista des la huerta de Murcia y su sierra;
conócese en el fondo á un panocho, que relata en su habla
las ordenanzas de labraduria.
L-/N esta comarca. Dios nuestro Señor al criar el
mundo , debió dejar caer de lleno su bendición
272 MURCIA
soberana, según lo que vemos; el cielo es de ter-
ciopelo azul ; pabellones de gasas cúbrenle pocas
veces, y de acontecer esto, es para descender un
rocío de perlas , que cubren el raso de las hojas,
el nácar de las pintadas flores y el cristal de las
uvas, que cuelgan trasparentes entre pámpanos
que son su quitasol ; siempre sacudiendo está éste
su hermosa desplegada cabellera de rayos de oro,
como si aureola del trono del Señor fuere, y hace
crecer la morera que cria el más misterioso gu-
sano, que vistiéndose luego, da con su vestido
para vestirnos tela ; madura con su calor frutas
de sabroso gusto , levanta y seca doradas mieses,
grana panochas y abulta hortalizas, con lo cual
todo asemeja este valle á prado de piedras esme-
raldas matizado de oro, el que cruzado es por
cauce de plata, que si ésta rico haceá quien guár-
dala, también si con ella riégase y fecúndase la
tierra, plata los esquilmos prestan; rico siendo
este valle de promisión cristiana , con la ayuda y
auxilio de Dios el Señor nuestro; alfombran el
suelo clavellinas, rosas, alelíes, lilas, pensamien-
tos, diamelas y jazmines, olor despidiendo muy
grata por su aroma", los naranjos con las flores de
azahar, que á gloria huelen y á nada parécense,
como la olor de los jacintos , de las violetas , la
albahaca y el sándalo; las viñas, que muchas hay,
QUE SE FUÉ. 273
prestan con sus racimüs el bienhechor jugo; y
Cülúmpianse las palmeras, que subir al cielo pare-
cen, luciendo el ancoso penacho de su verde copa,
á'la par que dan ricos y dulces dátiles que, como
de Palma son, la palma gánanles á todas las fru-
tas que desgajar hacen las ramas de un bosque de
frutales, que toda esta huerta eslo, bordada de
cañares que festonean como de verde pasamane-
ría las acequias y brazales, regadoras de los lau-
reles y terevintos. Manantial poderoso obrar debe
tan grande fecunda maravilla, y si á otras huer-
tas riégalas manantial de fuente , ésta tiene ma-
nantial de inagotables y cristalinas aguas de una
que Fuente Santa es, y Fuensanta por ello nom-
bran á la Reina de los ángeles y Señora de los
hombres, que habita y su santuario tiene en la
sierra á que dase tal nombre en el lado mediodía
de la Ciudad, á tres millas desta, más alto que
Aljezares. Milagroso raudal de milagros fué desde
muy traseros tiempos un cañico que allí mana, y
desde conquista sin se secar conócenle ; los cris-
tianos labraron una muy chiquiteja ermita , que
entre iglesia y mezquita era, con bóvedas á lo gó-
tico , con arco de herradura para entrar , y techo
de madera con pinturas de garrapato de muy vis-
tosas colores , teniendo un altar sólo de retablo
con la Virgen María, la cuya pintura en cuadro
18
274 MURCIA
tendrá una vara en alto, por tres palmos de ancho,
y no representada está sino hasta las rodillas ; el
niño Jesús en los brazos tiene ; como toca cáele
sobre la cabeza el manto; y al estilo y guisa de «la
centuria décima cuarta labrado tiene el manto
susodicho, Y el campo de la tal pintura con labo-
res doradas de muy enredosa y visual traza esto-
fada (66) ; cuida del su aseo y recoger ex-votos y
limosnas persona escogida por el limo. Señor
Obispo y Cabildo de la Santa Iglesia, porque mu-
chas llevan; pues devoción muy antigua traen,
no en Murcia sólo y su Reino, sino también de
lejanas tierras, de donde vienen muchas gentes en
peregrinación y romería , como en penitencia,
acampándose á la sombra de un espeso pinar que
toda la sierra cubre , y en algunas como cuevas
que allí junto hay, sobre lo cual trataron los Se-
ñores Murcia en sus actas de Cabildo de diez y
nueve de Febrero de mil cuatrocientos veintinueve,
de veintidós de Noviembre de mil cuatrocien-
tos ochenta y cinco y otras , en que proveyeron
lo mejor de arreglo; pues han acudido pocos años
há unos ermitaños á el sitio de olivar que la Luz
llámase , y dan que hacer , según aparece de las
actas del Cabildo, y ha echádoseles ya varias ve-
ces, poniéndose aquello en arreglo (67). Hízosehá
mucho tiempo corta de pinos para abrir un ca-
QUE SE FUÉ. 275
mino de cuestéi por subir mejor á la ermita, y á la su
mitad labraron vistosa obra para la fuente, de piedra
sillar, con balsa de lo mismo para que no se per-
dieran ni destraviasen las aguas que salen por tres
caños de bronce, con otras tantas caras de leones;
encima dellas, y bajo nicho con imagen de piedra,
así grabado letrero hay en una marmórea lápida:
«Gregorio XIII Pont. Max. Philip. II Hisp Rege
Cat. Invict Preatore D. Petro Ribera
de Vargas. Novdi mantua Carpentanae Se-
natore Regia familia. Assiduo Fonten de
Ave Matri Virgmi Salutiferum Bene Ex Havs-
tum: Murtia Triplo Mayoribus Fluentem A
quis. Ex Mre Publico Reticiendum ovra-
vit. Anno Dñi MDLXXVII (68).»
Cambiando ahora va la cosa en la sazón ; pues
habiendo en el año mil seiscientos diez venido
Francisca de Gracia, rica y muy famosa come-
dianta de la Corte, varió de vida, retirándose por
aquel sitio con su mando, comediante asimesmo,
llamado Joan Baptista Gómez , los cuales habitado
han una cueva quede la Comedianta dicen, junto
la fuente , viviendo allí y muriendo con ejemplo
de santidad; pues dio ella los muy ricos vestidos
que trujo, y á más dos mil ducados en dineros;
asimesmo recogieron muchas limosnas , todo lo
cual dejaron , después de costear dos retablos para
276 MURCIA
Nuestra Señora y para el Santo Cristo ; mucho
hacer deberían , que en testamento del adminis-
trador de allí, D. Gabriel Valcárcel, penitenciario
de la Santa Iglesia en mil seiscientos veintiséis
dice, «que antes de los comediantes allí estar, no
hubo cosa ni alhaja de provecho.» Muertos los
tales , con sus dineros , en mil seiscientos no-
venta y cuatro principiádose há la obra nueva, de
suntuosa fábrica de iglesia, con crucero, capillas
y camarín para colocar la Virgen de las Fiebres
que había en la Catedral , trayéndose de secreto
el cuadro del retablo antiguo á los Capuchinos; y
se está haciendo un hospicio capitular, con casa de
colegiales ; y rentas va teniendo la Santísima Vir-
gen en olivares y pinada ; abajo antes de comen-
zar la cuesta, que aún penosa es, hay la casa que
del Labrador así llaman, que propia es de los Se-
ñores Murcia , y danla en uso á la mejor persona
de su parecer por mejor prestados méritos y ser-
vicios (69). Cerca de allí hay alguna que otra
casa de campo, como también en los Teatinos,
donde hacienda , convento y grande iglesia para
verano tienen los Padres .íesuitas; asimesmo grande
labor hay en la Cresta del Gallo, que así intitulan
á lo alto de la sierra por los picos que tiene. Can-
teras de piedra y de hacer yeso para obrar, allí
hay, lo cual !)ien |)roduce y rico al pueblo ha
QUE SE FUÉ. 277
hecho, que el nombre arábigo del tul yeso lleva,
pues Aljezares le intitulan ; al salir del susodicho
pueblo, y frente á la ermita de San Roque, hay
una buena casa de labor, con puerta á los hornos
de yeso, y allí vivia el tio Higuerica (de mal nom-
bre) hombre muy leido y escribido , que estudió
gramática en San Fulgencio, y no teniendo voca-
ción , y sí algún por qué de metales que dejá-
ronle sus padres, á su pueblo fuese; tenia reten-
tiva , y con la gramática latina sabida , aprendió
pronto la parda ; en la uña tenia todos los discur-
sos de D. Francisco Cáscales y el extracto de las
actas del Cabildo, atento délos riegos y cosas to-
cantes á la huerta y campo ; venia de mañana á
la Ciudad á cosas de piedra y yeso, para el cual
menester mantenía muchas gentes, zagales, car-
retas y pollinos; íbase á medio día, arreglaba de
tarde trabajo en las canteras , y en tierras que de
campo y huerta su patrimonio eran , y al caer el
sol , íbase á la Fuen-Santa , que devoto era de la
Virgen , á quien el rosario rezaba arrodillado bajo
de una olivera, sm subir á la ermita más que los
domingos, y luego hablando estaba hasta la ora-
ción con alguno que acudía como él , ó también
con ermitaños, si bajaban á la casa del Labrador.
Era el primer viernes de Marzo , y de añeja
costumbre viene al monte ir á ofrecerle en devo-
278 MURCIA
cion y romería á la Virgen la simiente del gusano
de la seda , que por entonces y á poco revive , por
lo cual, y atento van muchas personas , aunque de
calidad sean, descalzas, con velas y votos de cera,
como milagros en tabla de pintura , que cada
cual su cosa ofrece por la mañana ; la perola de
arroz con pollo hacen luego bajo un pino cabe
alguna cueva de ermitaño , para hacerle á la pos-
tre caridad de lo quedado; y la tarde pásanla bai-
lando parrandas los mozos y zagalas al son de los
timpliquios y postilas ; lo cual , como mucha
gente en carretas , cárneos , hacas y polhnas
acude, y siémbrase por tal sitio, que ameno es y
una vista descubre maravillosa , ventana parece de
la gloria. Como deciaraos, viernes primero de
Marzo vino y bueno el dia. Topáronse muy de
mañana dos amigos panochos del partido de Churra
con el tio Higuerica, que amigo suyo era, y cum-
plióles lo de prometer que de Murcia tornaba á
seguida, como hizolo, comiendo con ellos, y tra-
tándoles con fineza de olivas del Cuquillo, que
aliñado habia con gracia que aprendió, y tuvo fama
para lo tal; baile armaron los jóvenes y jóvenas,
pujando parrandas á bailar con las más apuestas
y galanas, cuyas limosnas sacadas para la Virgen
eran , y un ermitaño por los corros de bailadores
recolectaba; y los tres amigos enderezaron á la
QUE SE FUÉ. 279
puerta de la casa que del Labrador dicen ; extra-
ñáronse en lo de hallarla cerrada , y preguntando
á un muchacho zagal, que en la barda del huerto
á mujeriegas montado estaba, creyéndola de burra,
pues á la pared con una vara pegaba con arrea de
voces, contestóles que á Murcia ídose habia, por-
que al dia siguiente, sábado, trataria el Cabildo
de Señores de allí echarle , para traer á un sol-
dado de los tercios que para nada valerse podía,
pues heridas tenia muchas de guerra , así como
hijos, y á más de la casa, pensión de renta á
darle iban por se mantener; que como esto razón
ni justicia era, su padre, que hijo de moros fué y
venido de galeras , derecho á ello tenia más que
nadie, pues limpio era su pellejo, sm más que
los callos del remo en las manos, y alguna cica-
triz en las espaldas y posaderas de cuando le pa-
searon por encubridor (71). Carcajaron dello los
tres amigos y sentáronse en los poyos de la
puerta, bajo el parrado, llevándoseles la vista el
aquel de la tal que forma la huerta desde allí.
Eran los otros amigos: uno el tío Birollo, arren-
dador de muchos y nobles caballeros, y el otro
el tio Plantonero, que gracia tenia para lo de co-
sas de árboles en lo de ingerirlos de varia y ex-
traña suerte. Todos tres á la usanza de la huerta
vestidos eran , con esparteñas de cara estrecha,
280 MURCIA
medias de talón , zaragüelles limpios y jubón de
porpelí , con tales botones de plata que rematar
pudieran medias naranjas de iglesia por lo gran-
des y labrados , camisón de pechera con caladico
de taquería de labor abierta y estrella que de Ve-
nus llaman , pañuelo de filahíz á la cabeza y mon-
tera de felpa; mantas al hombro traian BiroUo y
Plantonero, en el cuyo cujon guardaban la si-
miente bendita ya , y el tío Higuerica un cayado
gordo con listón de seda , pues jurisdicción en el
partido ejercia por el Rey Nuestro Señor ; arrodi-
llados rezaron el rosario con mucha gente, que aca-
bado luego se fué, dejándolos. Recayó la con-
versación en las cosechas, la tierra y la huerta;
sobre dello el tio Birollo sebo puso á Higuerica,
diciéndole que nadie como éste tocante á historias,
alabanza con lo tal dándole: como cuando olo-olo
á los pavos hácese , sentóle la lisonja ; tercióse la
montera , arregló la faja , y poniéndose asentado
sobre los talones para mejor estar que en el poyo
alto de aljezon, tosió, mangote como los gallos
hizo, escupió luego, pasóse la mano por la cara,
rascó las corvas á seguida, y así dijo:
(72) aCavalleros y amigos leales; salu que no
estolva: Esto es mú gueno : naiquia como la
huella é Muida de can habrao mas paperes, cay
estrellase?! er cielo azul, y mú á quedico sin que
gUE SE FUÉ. 281
naide lo din tienda ni penetre ús voy á izil mun-
cho sin reyomello: toos estos alreores rezan las
lellendas de mas decumentacion que la Blihlia
que naiquia fueron en er comienzo er mundo,
quando los hombres como alimales eran, no pla-
ticando , y en coclillas y quatro patas andavan,
asi trozeándose y comiéndose, causando esfalija-
ciones y gallomatias; pero zancaás dando er
tiempo vino esto á paral á poer del moro, con er
quar viniero7i munchos savijondos, tocante á lo é
regal tierras y plantallas de tuisqiiio lo güeña;
arrepretraron la corriente é las aguas en la con-
traparaá; y ende alli la repaltieron en dos ciecas
mayores: Trajillaron la tierra é los bancales, y
á zaga impues de caballos, pusieron las morcas
paá er busano é la sea: proves eran toos mas que
las ánimas, y trevejando siempre sin ejar la pi-
caza é la mano, regolvieron darto en bajo dis-
quia los cornijales mas chiquitejos; muncho meo-
llo y prenzipios é labrauria tenian aunque argu-
nos los izen bálbaros , pero con la tunanta é no
perdel tierra que produja hizieron las viviendas,
al reor de lo regao en bancales der campo é se-
cano; y como naá tenia nombre, pusieron unos
muú revesaos á sus puebros como Zenita. Benia-
jan, Aljuzer, Beni-Potrox, Alquibla, Beniel,
Aljezares, Aljufia, Alcantarilla, Alberca Zarai-
282 MURCIA
che, intitulándolas ciecas der mesmo moó . Cuan-
do pol guerra vino un Rey que izen savio pal
que tenia tratos damistaá con las estrellas, trujo
una polcion dambrones que toó lo metieron á ba-
rato, intruziendo moas y lley de vasallos, hazién-
dose los amos y tiraron juera or moro sin ejar vé-
lica denguna repaltie'ndose toó el averio que lle-
vavcL po elante, sin regomello ni conzencia ; en-
tonces pací dalle gustiquio á la vista y ar cuelpo,
los amos, obraron en comedio é los bancales los
puebros como la Raya, Non duermas y la Era
arta: Y no queándose sasti fechos, en los años da-
zaga er señal Rey Don Zelipe segundo, trujo por
enza é sacal pací er campo er agua é los rios
Castrily Guardardal, á dos c¡ue sigun mis pape-
liquios eran Don Juan der Tejao der Consejo
mas arto y elevao é Castilla, y er Catredatico
Muñoz é la Unibresidaá é Salamanca que co-
menzaron la ópjera, y pol supre flujo y hablaurias
se la ejaron echándolo toó á estremo. Cavalle-
ros: no hay peol cosa Cjue muchos amos arrejun-
taos; ainsi c¡ue caá dia se sonava de peleas y bu-
chillazos por atento é las tandas deriego : á cací
paso andavan á tiros con almas de juebo sui-
ziendo munchas esgrazias, disquia que los Justi-
zias metieron su mangote y su buchara paá es-
moñigal lo mejol, y arrearon á los atrevios con
QUE SE FUÉ. 283
murtas, no ejándolos ni hazer sus menesteres, y
paá dalles susto, y metelles mieo, se tiraron ar
poerio é la muú Católica Reyna, y su mario
er Sr. Rey de Aragón, y ¿u hija Doña Juana
la destraviaá, y ar Sr. Rey D. Zelipe que con
la jiielza é su mando han confilmao tuisquias las
penas que rezan las Plemánticas de oldenanca é
la Vuelta y Campo, que pa quel enemigo no se
ria é la mentira aquí las traibo á toa hora en la
faja para devifar cust iones, y esfilusar endeprin-
zipio á remate, y que caá qual se atienga á su
erecho sin regomello: aqui lo rezan mas clariquio
quer agua er previlegio é los Católicos Relies en
Árcala á seis dias der mes dabril año der nazi-
miento de N. Sarvaor de mir quinientos y tres:
Como asimesmo er de Don Calrros y su maere
Doña Joana á veintinueve dermes é Julio der
año der Señol é mir quinientos treinta y tres,
tamien ratiflicando la danteriol, é sus agüelos y
paeres en Segovia á nueve dias pasaos de Noviem-
bre é mir quinientos trenta dos, ansi comotras é
los mesmos y otros Relies.
Poó eso izen atigunos impróquitas, m,urmurao-
res, pantomineros, que lio soy Relatol de riego,
y Abogao é secano: y tengo dello muncho arbullo
y vanidá, que por atento é sabel coigos , mayan
dao esta densinia, como ansi mesm,o min titulen
284 MURCIA
Azequiero é los SS. Muida, paá que ravien dis-
qiiia er hueso esos emholismaores cá lo mejor se
encorvillcm y tieen cacudil á mi presona: rema-
niente á la juelza é la Lley veréis lo cá quireza
en aquestas Olde?iancas é campo y huelta sigun
estas dintitulaziones.
No se puá regal sin pagal aziecaje.
No hulten agua é las ciecas aqui contenias.
Benetuzer, Venize, Rahal, Casillas, Beniajan,
A Ixada, Caravija, Turvedal, Churra la vieja y
nueva que izen é San Cristovar, La Dava, Ar-
querias y Zeneta.
No atraviesen ganaos poó el azud y atochal.
Escorreores: no satraviese pol ellos.
No jueven en er malecón pol no descandalicar
á los Flaires de San Francisco y er que jueve,
tres días é calcer y pielda los herrones y bolos.
No se cobre aciecaje pasao un año.
No sagan poltillos en las ciecas de Alquibla y
Aljufia.
No se haga daño en las ciecas y d escorreores.
No se erriben erifizios antiguos ni se hagan
nuevos.
No anden puelcos (hablando conmigo solo)
añades ni otras aves pol Caravija y Var é la
lluvia.
No echen inmundizias en er Var.
QUE SE FUÉ. 285
No se haga daño en erAzudciecasy descorreores.
No se hagan rafas en las ciecas.
Nosehaga rafa enlacieca é las lumbreras abajo.
No se pesque en er Azud.
Puentes en los caminos (que tus hagan paápa-
sal carretas).
Quixeros en er brazal Rear (que le ejen su
ancharla).
Maera y Atochad der Azud (que no se causen
prejuizios).
Riegos nuevos (que naide satreva á intruzilse
ni hazellos).
Desenfablal, los descorreores (que no troceen
las ciecas pol quel agua se va al rio).
Alvellones como han de tomal agua (sin parad
y d flol de agua).
Fronteras é los quijeros, estén limpios (que no
halla broza y esteen mondaos).
Puentes é brazales catraviesan los caminos
(que sean de ladrillo).
Tablachos en los molinos (que los tengan he-
chaos) .
Tnmundizias en er partiol del Rabal é San
Joan (que no las echen en er catraviesa pol la
puelta er Toro).
Tomal er agua á la cieca (que impues é regal
la echen d la cieca maere).
286 MURCIA.
Rafas en la cieca er Turbedal (que no hagan
enrroñamiento ni paraas pací regal los herea-
mientos é Sango?ieraJ.
Plantal junto al Riacho é la lluvia (que no
pongan mor eas ni otro albor en su quijero).
Roqueras é las ciecas^ cuándo san de cerral
(naá mas quen tiempo é la mo?idaJ .
Ganaos en la alamea el Azud (que no pastu-
ren ni se coman er cerriche y los álamos) .
Ganaos en er Malecón (que no pasturen los é
calnizeros).
Abreval en los alcos é la cieca rnayol de Al-
quibla (que no se pueépol er daño).
Maljenes (que naide se meta ?ii ifitrouja en er
ageno) .
Caminos (aquí reza lo conviniente remaniente
á su ancharla, y á que esteén ahitaos).
Plantal álboles (que los pongan á diezparmos
é su linde y regueras).
Sorregal caminos (que no se haga pol devital
despresiones ocenas y brasfemias, perdia é bestias
y otros perjuizios) .
Mudal hitas (que ?io se premita pol devitar
custiones, balamios y muelles).
Abrevaol der Azalve é Montagú (que no ve-
van allí los ganaos pol auto der Cavirdo é trenta
y vno é Oltvbre é mir quinientos cinque?ita) .
QUE SE FUÉ. SST
No se entre fluta sino fuere con Sor fpol devi-
tal hurtos, ladrojierias y galopcscasj .
Bueyes y vestíales no entiben en la huella fpol
que se comen las morcas).
Ganao de quien compra millares pague solo er
daño (atento é melcal llervas en las dehesasj.
Como sáa é tomal agua en los caminos er
campo (náa mas que la tajen la mita).
Dexen pasal las sobras der agua faqui reza lo
remaniente á las tandas).
No se saque lentisco é cuajo (por el atento é
las virtientes).
Tengan arfarfa los que tuvieren muías (que
pranten lo menos una tahulla por devitar la to-
men agena).
Carboíi (que ende Junio á Sitiembre entreme-
tios no se queme con atocha sino con tierra).
Paraás en las boqueras (que naide las ponga
en er desagüe é las Rambras).
No pesquen en er A zud, paraás y contrapa-
raás (con pena de mir maravedis) .
No colten álboles en er Azud (pol que se des-
trulle y dis fortifica).
Cural Esparto (que no se puea cural en el
Rio, ó paite cael escurra).
Maera poo el Azud (que fio se pase sin li-
zencia).
288 MURCIA
Puentes parí pasal ganao (que no se pongan:
pena de dos mil maravedis) .
Pastores, no lleven almas fpol muelles, herías
y otros daños que causan J.
Ganao dun raiguero á otro (que no se pase ni
se saque der télminoj.
Puelcos en las eras (que no anden ozando
quando hay trilla).
Moreas de plantel no se revendan (que no se
puee bajo pena de tres mil maravedis) .
Leña paá revendel (que dinguna presona la
melque).
Canalaos {que los molineros los levanten).
Ganaos en rastrojos (que no entren de Toos
Santos disquia Xavidaá).
No planten álholes en pocos, aljives ni balsas,
ni los corten (por justa causa) .
Huecos y su prezio (que ninguna presona los
venda mas que á quarto).
Buelles de carretas (que no anden sueltos pal
la huelta dia y noche).
Ganaos; travcsal el Azud y ciecas (pol paites
ningunas bajo pena).
Quemal pinos y atochas (bajo pena pol caá,
pie mir maravedis).
Paraás en los Azarves (que los ejen libres pa
que corra er agua é riego).
QUE SE FUÉ. 289
Molino der Dean (que tenga siemjyre abieltos
los tres ojos).
Oldenanca é bestiales (con filmación padalle
mas j lie ha é coigoj.
Fuego en que tiempo sa de ponel (ende pri-
mero é Mayo disquia San Miguel).
Puelcos y aves, onde no las ha de hahel (en
los molinos, mesones y ventas, sean perdías y
penaás).
Oldenanca ¿ganaos en la huelta Cconfilmacion
y remachaura é penasj.
Tarahes paá cel caleras, no se colten (jjol que
destrulle lo§ almajares y es mu menestel paá la
cria é la seaj.
Chalco é Santa Maria (que no bañen en er los
aliénales der campoj.
Que no sagan zajas en los caminos (^bajo pena
de seis mil maravedisj.
Y no hay mas: con iziros que sigun traaizio-
nes dun Ilibro Er plimero que dio en metelle la
reja á los bancales jue er que dioó la plimera
zancaá en la cebrizacion, he rematao: Dios y luz
que ya no quea desta paá espulgalse : lia sabéis
que somos viejos amigos leales, y á mandal en lo
que seamos güenos, y farte, pus tengo mas vo-
luntad y querel que ineros. »
Caia ya el dorado sol , y rojo tornábase á su
19
290 MURCIA
crepúsculo , cuando con guitarreo y relinchos, da-
ban la vuelta á Murcia y á sus barracas los pano-
chos; al despedirse, como recordara el tio Higue-
rica que aquella mañana oyó que un zagal del
pueblo (como él, que ya viejo era y amigo del za-
gal) venido á Murcia habia después de correr mu-
chas cortes al servicio de política de S. M. , y
queria darle un abrazo; al pasar por su casa apa-
rejó una pollina, viniendo con sus amigos dicién-
doles lo que según nuevas venidas medrado estaba
mucho tal zagal á que nombraba Diego, y era uno
de los buenos ingenios murcianos. Oscuro se hizo
luego, y el camino de Murcia tomaron (que pol-
vareda tenia), como yo la caja del rapé (que tam-
bién la tiene) para decirte: lector, vaya un polvo
y descansemos.
TABLA XVII.
INGENIOS MURCIANOS.
Representa el pueblo de A Ijezares , á donde á comer van
algunos conocidos , que coplas de verso y cosas buenas
dicen, gue saberse deben.
c,
(OMO el puede ser nadie niégalo, bien pudiera
haber pasado lo que á relatar vamos , por el año
QUE SE FUÉ. 291
del Señor mil seiscientos cuarenta y seis ú siete
años ; mucho tiempo hace , y no me acuerdo de
nadie que yo conozca de entonces para lo recti-
ficar , si equivocado fuere ; creámoslo , « que todo
lo que no se ve , es de fe,» según el refrán dice.
Por feria de San Miguel era una mañana , cuando
el puente pasaron , después de última misa en
San Francisco, un cortejo de carricos y tartanas,
galeras de cuatro ruedas, carrozas, coches y sillas
de camino, tiradas por gallardas, lucidas y muy
bien adornadas muías , que al mundo tragarse pa-
recian, tomando de Aljezares el camino; más que
el viento iban ligeras , como si Eolo su cochero
fuere, hasta que al entrar al pueblo, detúvolas
un balamido de voces y vítores que daban más
muchachos que hombres , y más hombres que
muchachos; que siempre como su palabra de nom-
bre mucha es , mucha es también su algazara , y
metiendo ésta venían, trayendo en las manos ca-
ñas largas y ramas de baladre ; paróse una tarta-
nica que primero iba , habló un señor con aquella
gente , y pasaron los coches todos por medio della
y del pueblo , atronado por voces , campaneo y
cohetones que en el aire reventaban. Tanimientras
tomaron los que de viaje andaban el camino de la
Fuensanta; en la plaza quedáronse las gentes sin
se haber dado cuenta del zagal que los viejos del
292 MURCIA
pueblo dijeron que venia, y no fué columbrado por
nadie al pasar; y algunos cocineros y criados des-
cargaban viandas y canastos con repostería, lo
cual entraban en una casa, que á la tal plaza en su
frente cerraba , con puerta redonda , sostenedora
de un escuson labrado, azotea de pretil de recorte
y ventanas con rejería espesa (73); zaguán grande
tenia, al que adornando con tapices de historia cua-
tro criados estaban , y otros dentro de la sala baja
limpiaban sillas y sillones de damasco floreado,
para rodear la mesa, que afuera más luego pusie-
ron; en el corral y cocina pelaban y guisaban
aves y otras cosas, embotellaban vinos y adereza-
ban cuanto menester fuere á la comida. Una hora
pasada fué cuando la vocería acrecentóse; la mu-
cha gente el paso forzaba á los coches; el tio Hi-
guerica, que en el banquillo de uno dellos venia,
tiró al aire su montera , parando á seguida la car-
roza frente á la casa ; entre dos criados bajó un
señor gordo y viejo, con peluca larga y blanca, no
de polvos ciscada, bigote blanco, cual si lino fue-
re, gola tiesa, negro vestido de terciopelo, sobre
cuya larga capa y ropilla, bordada traia en rojo la
Encomienda del Señor Santiago, así como al cuello
su muy brillante y dorada venera ; el brazo dióle
Higuerica para entrar, pero el señor desmayóse,
yagua trujéronle ; llorando lágrimas, entró con
QVE SE FUK. 293
trabajo , acordándose de como en aquella casa na-
cido habia el seis de Mayo de mil quinientos
, ochenta y cuatro; y señalóle el tio Higuerica una
piedra grande sillar en (jue á la puerta jugaban
cuando zagales eran ; dióle un abrazo , entender
haciendo con tal cosa á los panochos que aquel
señor el zagal fué cuando él en sesenta ya pasados
años.
Damas y caballeros , con vestidos de galas con
joyas adornados y cintas, como de fiesta, bajaron
de las carrozas , entrando con gran compostura y
reverencia ; las campanadas de medio dia dieron
á poco , y colocáronse todos , á una seña de un
maestresala, que en italiana lengua hablaba, y de
aquel señor la orden recibido habia para lo tal.
Sentados eran á la mesa casi todos de edad avan-
zada, personas de distinción muv alta, como ca-
balleros de las órdenes , hidalgos de cuna , como
D. Pedro y D. Diego Balibiera, D. Ginés de Ro-
camora y D. Gregorio Castor, hombre elocuentí-
simo; D. Francisco Tomás y D. Salvador Carrillo,
que rico fué y fastuoso, vistiendo aquel dia ves-
tido de raso acuchillado color de mora con oro; algu-
nos Padres de San Francisco y Santo Domingo ; los
Capitanes Aledo y Chaves, á más de otros señores
de golilla. También ocuparon sitio los poetas y
hombres de ingenio D. Francisco Yañez Tomás,
294 MURCIA
D. Pedro Tenza y Aledo, D. Diego Beltran Hidalgo
y D. Alonso Pux Marin, y entre los dos her-
manos Gaspar y Nicolás de Ávila pusieron á Don
Nicolás de Villacis y su señora, junto con su her-
mano el beneficiado D. Pedro , habiendo algunos
clérigos, de los cuales uno por lo menos luego co-
noceremos (74). El Benedicite rezaron los Pa-
dres, y una cosa como tuétanos cocidos, los cria-
dos en la mesa á comedio pusieron en cosa tal
cual sopera; alegráronse al verlos D. Nicolás y su
esposa, y sirviéronse con marcado gusto, interés
despertando en el tio Higuerica , que ojos abría,
como asimesrao boca y nariz, por saber si aquello
comíase; reia de veras el Comendador contem-
plando cara tal, y díjoles á todos que aquello
traíalo por fineza nueva , que comida napolitana
era que él á diario usaba , y sólo pasta fria era
cocida luego ; al verlo comer cogido con los de-
dos risotaba hasta encanarse el susodicho tio , de
diversión sirviendo y bufonada la tal gracia, cuando
supo que macarroni llamábase aquello. Sacaron
una perola de arroz con pollos y conejos , lo cual
el Comendador dijo que más de cuarenta años no
mejor otra comido habia, y por otras tierras esto
no úsase. Sirvieron á seguida perdices estofadas,
luego frito de mujol, que el Comendador sirvióse
por si fuere de probarlo la úllinia vez, y á luego
yUE SE FUÉ. 295
sacaron pavos asados, para con ensalada de cama-
rojas verdes del campo ; pasteles y dulces , vinos
de toda clase, de Bullas y Plan de Cartagena,
como asimesmo para quitarse el gusto de la boca,
después de las frutas, una tortada de monjas, que
rueda de molino parecia, con un dulce nomjare
de Jesús labrado sobre la bizcochadura y el azú-
car (75) , con que sirvióse leche de anís de Aspe
con mezcla de agua , por lo de que la comida bien
obrare. Dieron gracias con oración , y á una sala
pasaron todos, que de mapas y lienzos llena las
paredes tenia, así como un estrado de chamelote
antiguo , uñ armario de nogal adornado de talladas
figuras, mesa de salomónica y un Santo Cristo de
marfil (obra de maestro) encima. Sentáronse, y
algunos caballeros, con reverencia de acatamiento,
al señor Comendador pidieron dijese algo de su
vida, en tanto tiempo como á lejanas tierras mar-
chado habia en servicio de Secretaría de S. M.,
y holgóse mucho él de hacer poderlo para los
agradar; comenzó á decir de como á los veintidós
años diéronle el hábito de Santiago, siendo fami-
liar y secretario de S. E. el Emmo. Cardenal Don
Gaspar de Borja , á quien acompañó muchos años
en Roma, nueva Jerusalen, remedo de gloria, de
donde vino luego á Ñapóles con aquel príncipe de
la Iglesia en Embajada del Rey Nuestro Señor
296 Murcia
como allí; que nombráronle canónigo de Santiago
de Galicia, sin que vocación á cantar misa nunca
tenido hubiera; que luego sirvió la agencia de em-
bajada en Roma por S. M. en mil seiscientos treinta
y tres; que después nombróle S. M. como ministro
de España en la Baviera, y por tal fué al trato de
paz á Munster, en Congreso que celebróse en mil
seiscientos cuarenta y tres para la pacificación de
la Cristiandad; ponderó su muy antigua catedral,
que data de los años de Jesucristo setecientos
ochenta y cinco, fundada por H. Ludger y el
obispo Donon , siguiendo varias trazas por causa
de hundimientos y quemas los años novecientos
noventa y tres , mil noventa , y mil ducientos se-
senta y uno, habiéndose concluido en la décima-
sexta última centuria ; que si San Pedro Vaticano
de Roma obra suntuosa de la griega-romana traza
es, la de Munster eslo de la gótica muy bella, con
vidrieras de las más brillantes colores. No pasar
en silencio quiso el chasco que al ir allá pasóle
en la corte de París , donde ver quiso á los mi-
nistros de la Francia por tratar de convenientes
cosas de Estado, por lo que (sabido por la gober-
nadora Reina) hízosele salir sin más tiempo dejado
que para oír una misa en el convento de Padres
Cartujos; lo cual , llegándole á pesar hondo, hizo
caerle en enfermedad al á Bruselas llegar , y de
QUE SE FUÉ. 297
muy peligro, que si no hubiera sido por cuidados
que por él tuvo el proto-médico de S. M. el Rey
alb', Joan Jacobo Chifflet, no lo contara, que bien
siempre agradeciaselo; que ya viejo , y no pu-
diendo más hacer ni servir, solicitado habia de
Su Majestad licencia para su tierra ver (lo que
llorando dijo); y que el magnánimo Filipo, gracia
y honor habíale dado de camarista suyo en treinta
y uno de Enero, lo cual agradeció, pero pareciale
no debiera servir por desengaños recibidos, acerca
lo cual recordó y dijo las palabras de una su obra
Empresas políticas , en la que ix empresa , pá-
gina XXX, pone desta manera: ((No siempre roe
la envidia los cedros levantados, tal vez rompe
sus dientes y ensangrienta sus labios en los espi-
nos humildes, más injuriados que favorecidos de
la naturaleza, y le arrebatan los ojos y la indig-
nación las miserias y calamidades agenas , ó ya
sea que desvarié su malicia, ó ya que no puede
sufrir el valor y constancia del que padece ^ y la
fama que resulta de los agravios de la fortuna, i)
Añadió que él creía haber servido bien á S. M.
en las embajadas y otros negocios del Estado,
además de haber empleado el tiempo en bien de
las letras , habiendo hecho en Viena en Julio de
mil seiscientos cuarenta un libro, que dedicóle
á S. A. el Príncipe, intitulado Empresas politi-
298 MURCIA
cas, para su educación; también La corona gótica,
La república literaria, Las locuras de Europa,
que diálogo fingia en ella de Mercurio y Luciano;
como también otro libro, que intituló: Política y
razón de Estado del Rey Católico D. Fernando.
Acabó de decir de sí propio, sin alabanza darse,
porque esto envilece según cierto sabio, y deseó
que dijéranle cómo las letras y artes en Murcia ade-
lantado habian en tanto tiempo; que saber de poetas
quisiera por los presentes, así como de pintores,
diciendo que dejado en Madrid ya muy enfermo
había, aunque con buen humor siempre, al Capi-
tán de caballos, D. Joan de Toledo, á quien en
Italia alguna vez encontró , y á la sazón , después
que aquí en Murcia pintó el cuadro de la Batalla
de Lepanto que hay en la capilla del Rosario, y
el de la Asunción en la Compañía , estaba en Ma-
drid pintando cuadros para el colegio de Padres
Dominicos , y otro grande para el retablo de las
monjas de D. Joan de Alarcon , en la calle de
Valverde; como también habianle dicho que muerto
era en Toledo, en mil seiscientos cuarenta y cua-
tro , el célebre y nunca bien ponderado pintor de
ovejas y nacimientos, el murciano Pedro Orrente,
que habíanle enterrado en la imperial ciudad,
parroquia de San Bartolomé, junto y en propia
sepoltura (jue el Grccco, su maestro.
QUE SE FUÉ. 299
Alzóse á esto D. Gregorio de Castor, que pico
de oro tenia , y comenzó con que centuria muy
lucida habíalo sido, pues cosas muy grandes y
costosas eran hechas, labrándose buenas y útiles
fábricas, á más de seguirse la Catedral, sus capi-
llas y conventos varios; siendo aquellas: el Almudí
ó pósito de granos , que agrandóse en mil seis-
cientos diez y ocho por el Sr. D. Antón de Qui-
ñones; el Contraste para sala de armas en md
seiscientos cuatro, y en el de mil seiscientos doce
el Corral de las comedias; la Lonja y Real Car-
necería, toda de piedra sillar, como así en mil
seiscientos veintidós la Cárcel Real cabe el Daraxa-
rife en la casa del Marqués del Villar, á quien
por ello pagaba Murcia seis diarios reales de ve-
llón ; á más de otras fábricas que labráronse para
señores. Que con esto ganado hubo mucho la ciu-
dad, los gremios poniéndose además en buen ar-
reglo. Que de las cátedras y seminario salido ha-
bían hombres de grande valer , á cuya cabeza iba
el Comendador, y luego D. Francisco de Cáscales,
quien escribió los Discursos históricos sobre Mur-
cia y su reino, y otras muchas obras, tales como
sus Cartas filológicas, el cual murió en Cartagena!
tras él viniendo agudos ingenios , citando al Que-
vedo murciano D. Salvador Jacinto Polo de Me-
dina, entre ellos á la sazón presente, á quien
300 MURCIA
suplicaba que algo recitase de sus celebradas,
impresas y corridas obras. Levantóse de su sillón
el tal D. Salvador, que ya clérigo era, y tenia
mediana estatura, carnes pocas, cabello castaño y
algo cano, larga nariz, poca barba, grandes pies,
cargado de espaldas , cuanto estevado , con la ca-
beza baja y mirando al suelo ; vistiéndose un ba-
landrán muy llevado; cuyo clérigo dio gracias, y
excusóse de hacerlo por no en memoria tenerlas
ni libro dellas á mano; lo cual socorrió el señor
cura del pueblo yendo por ellas , que todas en su
casa tenia ; en el entanto , y como deseaba el se-
ñor Comendador saber la vida que llevado habia,
rogóle la dijese ; D, Salvador explicó á eso y agra-
decido , que todos sabían cómo , habiendo nacido
en mil seiscientos siete, amigo de los más allí pre-
sentes, con ellos estudió en San Fulgencio, pro-
tegido por el primer marqués de Espinardo, árbol
frondoso que dio sombra á las letras y á artes, de
cuya liberalidad escribió cuanto sucedía en su pa-
lacio de Espinardo en funciones de ingenio y
poesías, cuyo libró intituló Academias del jardín;
que aun en su estado afición á comedias conser-
vaba, de cuando antes de marchar desta ciudad
comedias hizo, en las cuales vítor dábanle, parti-
cularmente en el papel de D. Carlos Osorio,en la
comedia No hay vida como la honra, del Doctor
QUE SE FUÉ. 301
D. Joan Pérez de Montalban, á cuyo autor, que
muy amigo era, escribió en su muerte, el de mil
seiscientos tremta y ocho, Lágrimas paneyiricas
á la muerte de Montalhan. Que en año de treinta
sabian que á Madrid fué, dando á la estampa Las
Academias del jardín, y que á tremta y un años
ya fué clérigo y secretario del limo. Sr, Obispo
de Lugo por la amistad que le profesaba su amigo
el Doctor D. Antonio de Solísy Ribadeneira, ho-
nor de las musas españolas , el v^uyo cargo de be-
neficio eclesiástico disfrutó hasta la muerte de
aquel su amo prelado, viniendo retirado á Murcia
para corregir- y aderezar mejor sus obras: El buen
humor de las Musas, Fábula de Pan y Siringa,
El hospital de incurables , Viaje deste mundo al
otro, Fábula de las tres Diosas, Universidad de
amor y escuela de interés , primera y segunda
parte, con otras. En esto entró el señor cura con
el libro Academias del jardin, impreso en Ma-
drid en mil seiscientos treinta, según leyó, y en-
tregóselo á D. Salvador, rogándole que leyera las
dos, décima y epigrama chistosos, que señal tenian
puesta; deseo el Comendador mostró, y fué com-
placido, leyendo D. Salvador lo siguiente:
DÉCIMA Á UN BORRACHO QUE HACIA COPLAS.
Señor Alonso Escudero,
si mandáis para el Parnaso
302 MURCIA
alguna cosa de paso,
hoy se parte un mensajero;
mas vos iréis más ligero,
que aunque es áspero Elicona,
subirá vuestra persona
como tan veloz y activa,
que por una cuesta arriba
mejor camina una mona.
Vítor, vítor dieron á tal chiste , y siguió con
este otro tal :
EPIGRAMA.
Entré, Lauro, en tu jardín
y vi una dama, ó lucero,
y una vieja, ó cancerbero,
que era su guarda y mastin.
Es todo tan excelente,
que me pareció el vergel
que Adán perdió, viendo en él
fruta, flor, Eva y serpiente.
Palmadas y nuevos vítores saludaron tal epi-
grama, y D. Salvador presente hizo , que dentre
los poetas de que obras puso en aquel libro , allí
presentes dos habia , nombrando á D. Francisco
Yañez Tomás y D. Diego Beltran Hidalgo ; instá-
ronles las damas y el Comendador para que algo
que hubiesen hecho relatasen , á lo cual excusá-
ronse, que la modestia y fina vergüenza hermana
fué siempre del ingenio verdadero; el Comendador
que lo era en edad y méritos viejo , díjoles que
él, si malos fueren, no nunca mejor los hizo;
QUE SE FUÉ. 303
venció su reparo, y el licenciado D. Francisco
Yañez Tomás, que fino aficionado era á cosas de
flores, buscó en Academias este su
ROMANCE.
Varias catalufas visten
amenos prados alegres ,
librea que les dio Majo
y desnudará Diciembre.
Borda el tiempo muchas flores
en tiras de raso verdes,
que sobre estrados de arena
sus ricas alfombras tiende.
El monte saca las galas
que en sus recámaras tiene,
con que al jardin más ameno
envidia apacible ofrece.
Si de peñasco se viste
le da picaduras breves,
para que galán por todas
de grama entretelas muestre.
Trencillas dieran de plata
para guarnición las fuentes,
á no pensar que más llano
viste el más curioso siempre.
Lo vano de sus lisonjas
la curiosa Adelfa advierte,
indicio de un amor falso
que engaña con lo aparente.
Que si sale á darles vida,
Rosaura, es razón celebren
lo grave de la visita
con los aplausos que pueden.
Para la vuelta, el jazmin
304 MURCIA
rasillos blancos previene,
mientras la murta da cuadros
que en calle de álamos cuelguen.
Entonces podrán deseos
prevenidos por corteses,
pagar en albricias nobles
lo que á su presencia deben.
Plácemes le fueron dados por toda la gente
que allí había, levantándose á seguida D. Diego
Beltran Hidalgo, el cual buena presencia tenia y
alegre cara (que para dos damas que al oído con
poca cortesía de tal hablaron , del más enamorado
Cupido era); con .perdón que pidió antes por las fal-
tas de su obra, buscó en el libro, y así leyó éste:
ROMANCE.
Valientes matan tus ojos
y diestros hieren, Marica,
de punta á quien tú los vuelves
y de filo á quien los mira.
Amorosos amenazan
y severos desafian,
con que á temerlos y amarlos
tiernos y airados obligan.
Espadachines los llaman,
porque rompen y derriban,
de revés á quien desdeñan,
de tajo á quien acarician.
Arrogantes cuanto hermosos
dardos gigantes fulminan,
dando en amagos de muerte
cédulas dulces de vida.
QUE SE FUÉ. 305
No hay alguacil que los prenda,
que como en tu rostro habitan ,
de la belleza el sagrado
los respeta la justicia.
Nadie los pide sus daños,
porque los que martirizan,
por lo dulce con que matan
les perdona lo homicida.
La cura de sus agravios
consiste en la ofensa misma,
que á los que mirando matan,
mirando los resucitan.
Con los mios se encontraron
por no sé que niñería
de atreverme á contemplar
luz mortal su luz divina.
Metieron mano á sus armas
de invencible gallardía,
dando á mi culpa por pena
larga gloria en breves iras.
Vítores y muy repetidos diéronle por el gra-
cejo y aguda intención de las palabras figuradas,
y mucho gustó al Si'ñor Comendador, el que, como
se hallase á el lado de D. Nicolás Vdlácis y de
su esposa, la Ilustre Señora Doña Antonia Torriani,
cuya dama, mdanesa, en italiano, galante lengua,
con él hablado habia , preguntóle á D. Nicolás, á
quien en Roma conoció, qué fué de entonces acá
en sus adelantos ; contestóle que, casado en Milán,
retirádose hubo á Murcia, sin quedella hubiérale
sacado la merced de S. M. para pintor de Cáma-
20
306 MURCIA
ra , merced pedida por mano y gusto de su amigo
de Roma y maestro, D. Diego Velazquez de Silva,
quien rogóle admitiese y á la Corte fuera ; que aquí
en Murcia vínculo tema, y cuidarle de cerca era me-
nester; no siendo á más desto aficionado á fausto ni
riqueza; obrando humilde cómoda casa, con huerto,
fuera la puerta del Toro , donde á ratos por afición
pintado habia asuntos varios en imágenes, como á
la sazón un San Félix, para regalar en fineza á
un amigo, y un San Lorenzo, para Santo Domingo;
como también en el convento de la Trinidad á
pintar iba por devoción, al estilo fresco, un altar
de perspectiva figurada , donde á más de matronas,
virtudes y ángeles, representaba de retablo la vida
y milagros de San Blas, siendo los principales
cuando este Santo áfilas fieras predica, cuando está
en las cárceles, cuando el milagro del rio, y otro;
añadiendo que con buen humor y por conservar
memoria de la costumbre de los rosquetes que en el
dia deste Santo, así como cordones de seda para el
cuello, benditos vendian, los cuyos rollos dulces
eran, pintar quería algunos zagales comiéndolos y
asomados á las balaustradas, así como religiosos,
licenciados y caballeros, retratándose á sí propio
junto con un Fontes, comendador también, y otro
amigo asomados á un balcón del remate (76); aña-
diendo que mucha falta sentía con la muerte de
QUE SE fui':. 307
SU maestro Lorenzo Suarez; pero cjue ahora tenia
un discípulo, que lo era el caballero D. Gerónimo
Zavala, el cual ya pintado un cuadro habia , con
mucho fervor y mística , para una capilla de la
Catedral; añadiendo que su amigo Cristóbal Ace-
bedo había pintado buenas obras: para la 3íerced
de Murcia un San Andrés Corsino y el Rescate de
cautivos, Y á la sazón pintaba un San Fulgencio
para la capilla del Seminario. Pidieron á D. Anto-
nio Prieto que hiciese música, lo cual bien sabia,
que buen músico y de fama era; excusóse, sin
que valiérale, y tocó cosas de muchp donaire y
gracia, así como de danzas de sarao de la corte,
demostrando ejecución y fácil manejo en uno como
arpa, que sobre las rodillas pónese, con cuerdas
de hierro templadas á tono; raro instrumento, que
con uñas de acero tócase, y psalterio intitulan;
repitió varias y muy difíciles tocatas, y muy bien
hízolo; mas como el Señor Comendador ver su casa
quisiera y todos los oficios de labor della, con pena
y trabajo, acompañado del tio Higuerica, andúvolo
todo, saliendo al huerto, y allí haciéndose coger
cuanta fruta madura fué; por la puerta falsa salióse
á la iglesia, sentándose donde zagal acostumbraba;
tornando á casa despacio, pues fatigábase, lo cual
fuerte trabajo era y molestia. El sol poníase, ca-
yendo fresco y humedad, con lo cual hora de tor-
308 MURCIA
nar ya era ; aderezáronse las carrozas y coches
en que habían venido todos, ocupándose presto; y
á la puerta salió el Señor Comendador, que lágri-
mas haciendo en sus ojos , en arenga dijo á sus
paisanos: «Que no sin verlos morir queria, y como
SI último fin de vida fuese, despedíase; que el tio
Higuerica encargado quedaba de socorrer á los
que más menester fuere , perdonando un año de
renta á los que aún lo debieran , y el venidero á
los que aquel pagado hubieren; y añadió que á la
Corte de Madrid íbase pronto á vida hacer con los
Padres Recoletos, con quienes queria morir y en-
terrarse, llevando siempre grabado en su corazón
el nombre de Aljezares, su pueblo (77).» Acon-
gojado al coche subiéronle; oscuro hacíase,
cuando en el boquete del camino que á Murcia
sale , viéronse luces de hachón y una danza que
con música, postizas y cohetes alternaba. La co-
mitiva en marcha púsose, y delante bailando iban
zagalas y zagales alrededor de un palo con cintas
y una tarjeta en un pendón, que decia: «Vítor por
D. Diego Saavedra Fajardo», la cual era como las
que sacan los comisarios de fiestas cuando hay
Procesión (jeneral y Bendición papal, de lo que
á seguida tratar debemos.
QUE SE FUE. 309
TABLA XVIII.
PROCESIÓN GENERAL Y BENDICIÓN PAPAL.
Representa, en el fondo, algxmas procesiones, y en término
'primero, con vivas colores y expresión, la del SS. Corpus,
con su acompañamiento entonces.
Mayo y Junio, haciendo un mes,
el meior del año es.
c,
lUANDO chiquitejo , ya oía como antiguo este
castellano refrán , y verdad, como todos, ha salí-
dome luego; que si con los dias últimos de Mayo
y con los de Junio primeros tal siempre viviéra-
mos, paraíso más desear gollería fuera : fragancia
por toda parte; sol que alumbra y no quema; ro-
cío sin lluvias; largo dia ; azul cielo; gala nueva
en los árboles, v alfombra de flores en los cam-
pos. Natura pródiga es por tal tiempo, que bien
merécelo el asunto , pues <|ue si cada uno de los
fieles su santo del dia tiene, el Señor debe su dia
celebrar, que dia del Señor la gente llama , y por
tal tiempo cae para mejor lo solemnizar : llega el
santo de nuestro nombre, y no trabájase nada en
las haciendas de casa, viniendo amigos á nuestro
estrado ; prepárase gran mesa , con manjar de lo
mejor y vino del más bueno, saliendo luego á pa-
seo dar para completo de alegría ; pero en pecado
310 MURCIA
cayendo, que por vanidad hacérnoslo. Ved al Se-
ñor; su dia es llegado, y muéstrase con el sacrificio
de su Pasión; hace pan su cuerpo y vino su san-
gre, por siempre manjar divino; en augusta mesa
pénese , dándose á comer por alimento espiritual
del pecador; y de paseo sale para alegría dar á éste
con su soberana presencia, así como al universo
inefable gozo. Fiesta es de las mayores y grandes
de la Santa Madre Iglesia , é instituyóla el Ilus-
trísimo Roberto , Obispo de Lieja , en Westfalia,
el año mil doscientos cuarenta y seis, lo cual
aprobóse por Urbano IV en el de mil doscientos
sesenta y dos años, por Breves á toda la cristian-
dad , como fiesta dándola de primera clase , con
Procesión general, porque mucho rogóselo Santa
Juliana, madre religiosa cisterciense; para la cual
fiesta, el angélico Doctor Santo Tomás de Aquino,
del orden de Predicadores, su rezo compuso de ofi-
cio divino y misa, lo que aprobóse, confirmación
dándolo en Trento el Concilio, habiéndose conce-
dido dos mil cuatrocientos dias de indulgencias,
amen de otros perdones, por asistir á las tales horas
canónicas; la cuya festividad celébrase en Murcia
con magnificencia y devoción , que siempre cris-
tiana y católica esta ciudad fué de añejo, pues di-
cen coronicas que día mesmo de conquista dijo y
celebró San Pedro Nolasco misa por primera vez en
QUE SE FUÉ. 311
la mezquita mayor, que estaba en la plaza de Ca-
denas, y luego hicieron los caballeros á Santiago en
Arrijacas, celebrándole función con velada á vein-
ticinco de Julio, y Procesión lucida, que siempre y
luego lo fueron las Procesiones como veremos.
Siendo Obispo D. Sancho Dávila y Toledo, queluego
fuélodeSigüenza, por carta deS.M. el Rey D.Feli-
pe II de doce de Octubre de mil quinientos noventa
y dos, se entregaron á Fr. Diego de Arce, guardián
de N. P. S. Francisco (y Obispo después de Gas-
sano), concedidos ala ciudad de Murcia, dos hue-
sos, uno de San Fulgencio y otro de Santa Flo-
rentina; c'uyo Reverendo trujólos de Berzocana,
obispado de Plasencia, en un cofrecico de madera,
tumbado , con aforro de terciopelo carmesí con
guarnición de plata; dejándolo en Espinardo, ínte-
rin funciones Murcia preparó algunos meses, hasta
que aquellas celebró en el dia dos de Enero de
mil quinientos noventa y cuatro de feliz memoria,
con Procesión general, arcos de artificio con ver-
dura de ramas, altares adornados, máscaras, bailes
de danza y autos de representación, en que el Señor
Obispo mostraba las reliquias al pueblo, llevándo-
las á la Catedral á la capilla que hízose en el presbi-
terio, lado déla epístola, frente al sepulcro del Rey;
hubo toros, cañas y alegrías, así como sermones
y justas poéticas, fuegos, luminarias y vaga de
312 MURCIA
dos semanas; como también celebróse con Proce-
sión y fiestas la llegada del Santo Lignum Crucis
cuando trujáronle de Roma. En mil seiscientos
tres instituyóse la Procesión del Santísimo Cristo
de la Sangre, en el Carmen, para dias de Miér-
coles Santo; y para los de Viernes Santo estable-
cióse asimesmo la de N. P. Jesús Nazareno, que
de San Agustin sale al alba, por personas de mu-
cha hidalguía y nobleza, hasta que termínese una
capilla que labran cabe la tal iglesia (78). A San
Roque tráenle en su dia, función haciéndole con
asistencia de Cabildos, con sermón de mañana, y
llévase su imagen con Procesión á la ermita, que
abierta todo el día sigue á la gente piadosa ; pero
no debe olvidado quedar cómo fué lo de haberse
fundado la ermita del Pilar, por causa de una no-
che de ronda ir el limo. Sr. Corregidor Pueyo, y
allí ser por malhechores atacada su persona y
amenazada su vida, la cual salvó invocando á
Nuestra Señora del Pilar, deque muv devoto era,
en cuyo medallón de imagen que al cuello llevaba
quedáronse las balas de un trabucazo. Favor tal
pagóle labrándola una ermita y hospital de pere-
grinos y llevando su imagen con fiesta suntuosa, á
tenor deste auto: ^Ordinario de Martes cinco de
Diciembre de mil seiscientos ochenta y cuatro:
En este cabildo se trató de la función para la
QUE SE FUÉ. 313
colocación de Nuestra Señora del Pilar en su
nuevo templo, que le erigió en la Puerta de Vi-
drieros el Sr. D. Francisco Miguel de Pueyo,
Corregidor que fué dcsta Ciudad , llevándose la
imagen á la Catedral, celebrmidose e?i ella el
tercer día de Pascua de Navidad próxima la
fiesta con sermón, asistiendo ambos cabildos, y á
la tarde Procesión General, con la misma asis-
tencia, llevando á Nuestra Señora y colocán-
dola en su capilla; y que para mayor celebridad
se pregonase que todos los vecinos por donde pa-
sare cuelguen las calles, y todos generalmente
pongan luminarias aquella noche, previniejido
dos danzas que acompañen á la Procesión y una
compañia de soldados en la forma ordinaria, lo
que se ejecutóy) (79). ¿Si funciones tales hácense
á imágenes, qué será al Rey de Reyes? Siempre
celebróse con grande pompa y majestad la fiesta
del Corpus; pero cuando salió mejor, el año fué de
mil seiscientos cuarenta y cuatro, cosa nunca
vista ni oida, pues un vítor de la Ciudad pintaron,
que aún léese en la pared del Contraste, y dice así
en letra abreviada: «D. S. DE TUDELA.=
D. R.° DE CASTILLA. COMISS- DEL SS""»
AÑO 1644;» pero pasados cuatro años, en el de
mil seiscientos cuarenta y ocho, afligió el Señora
esta Ciudad con epidemia como nunca , para cas-
314 MURCIA
tigo de culpas, y fuélo tan grande que, en dia de
Corpus, salió sólo la Procesión con trece personas,
y eran : Eclesiásticos, D. Joaquin Sánchez, Don
Ciro de Murcia, D. Pedro Rizo, Fr. Pedro Zúñi-
ga, guardián de San Diego, y D. Sebastian Gal-
tero; Seglares, D. Tomás Balboa, D. Joan Tor-
nero, D. Joan Fabián, Isidoro Peñas, Diego Huer-
tas; Mujeres, Ana Pérez (doncella), Inés Ros y
Francisca Ros (viuda); habiéndose llenado de
yerba, de no pisar gente, la plaza de Santa Cata-
lina, pues no quedaron personas sino pocas, ha-
biendo muerto miles, y entre otras, un dia nueve
escribanos , el Señor Corregidor , el Señor Obispo
y el P. Prior de Santo Domingo , lo cual dolor
fué; por cuya epidemia, en función de gracias que
hace el Ayuntamiento , va éste en Procesión á
las monjas de San Antonio, el dia deste Santo todos
los años. Años vinieron de siguiente tiempo en que
celebróse con mejora , larga la Procesión y mu-
cho , durando hasta muy alto el sol , y como el
Señor Obispo á su balcón entrar viérala, auto hubo
así: a En el ordinario de treinta de Julio de mil
seiscientos sesenta y siete se acordó que pusiérase
toldo al Seíior Obispo el dia del Señor Corpus-
Cristi junto á su palacio.» Pero mucha devoción
la de los Cabildos fué cuando encomendaron á To-
ledo una custodia para en andas y tabernáculo
QUE SE FUÉ. 315
llevar al Santísimo Sacramento en Procesión , la
cual fabricó en dicha Imperial Ciudad Antonio
Pérez de Montalto, y concluida que fué, trujóse á
diez de Noviembre de mil seiscientos y setenta y
ocho, estrenándose al siguiente día del Señor del
setenta y nueve, de la cuya joya luego diremos;
pero como decreto muy alto prohibiese luego lle-
var en andas al Señor , tratóse dello , por cosa
grave ser, como reza este auto: (^ En el ordinario
de sábado veintidós de Setiembre de mil seiscien-
tos ochenta y cinco años, vióse papel de los Serio-
res Dean y Cabildo de la Santa Iglesia de Car-
tagena , suplicando d la Ciudad dé su carta de
favor para Su Santidad pidiéndole se sirva so-
breseer en el Decreto expedido para que el dia
del Corpus se lleve á Cristo Sacramentado en
las manos de los sacerdotes, y no en andas, como
se acostumbra en este país, representando el des-
consuelo que causaria en esta Ciudad esta nove-
dad, con todas las demás expresiones que en or-
den á este fin pareciesen á esta Ciudad, y ha-
biéndolo oido , acordó que los señores D. Diego
Rejón de Silva y D. Gregorio de Paz, escriban
todas las cartas que por parte del Cabildo se pi-
dieren, para cuyo efecto y su mejor dirección
vean á los Señores Comisarios del Cabildo p) hí-
zose lo conveniente , rogóse á la Santa Sede , y á
316 MURCIA
luego tornó á salir el Señor en su hermoso trono,
que de la gloria venido parece, atrayendo alredor
gente tanta, que por años mil seiscientos noventa,
í^ Acordó el Ilustre Cabildo de la Santa Iglesia,
que los canónigos no llevasen capas pluviales,
por ser tanta la muchedumbre que acudia por
ver los autos y las danzas, que estropeábanles
los ricos ornamentos sagrados, como el del Pon-
tifical de Su lima. elSr. Obispo cuando salia.y)
Viniendo los Comisarios en celoso empeño de quien
mejor ha de cumplir , la Procesión sacando con
la ayuda de los Señores Murcia , que obligados á
ello vienen por vecinos, y católicos mucho lo ser.
(80) Vecina de la Catedral es la casa de los
Corregidores, que Daraxarife desde conquista llá-
mase, con fachadas al rio (la principal), á Levante y
á Trasmontana; tiene nueve capacísimas ventanas
al Mediodía, con balcones volados, y sobre ellos
en correspondencia otras nueve ventanas meno-
res; y la que á Levante mira, es de igual seme-
janza, con grande portada; y todo cae y domina
al espacioso Arenal y rio de Segura; puerta de los
carros á la plaza de la Catedral da , con zaguán,
como la otra de la portada, con poyos en ambos;
y en éste de la de los carros, bodega frente á la
puerta tiene, donde hay pósito del aceite, con
muchas y capaces tinajas; luego á derecha patio
QUE SE FUÉ. 317
con fuente hay, así como casa de cárcel y cocheras
de carros; y en el contrazaguan puerta que á la
otra principal y escalera comunica, con un vistoso
escuson labrado en piedra, de gótico trabajo, con
hojarasca que contiene las armas de noble blasón
de la Ciudad, y todos conócenle por célebre fama,
la que dió lugar á esta décima que D. Francisco
de Cáscales pone:
De seis coronas compuesta,
Murcia su lealtad mantiene;
del Rey Sabio, cinco tiene;
del Rey Don Pedro, la sexta;
y su gloria insigne es esta,
que -las coronas doradas,
en campo rojo asentadas,
para más dignos blasones,
de castillos y leones,
están ceñidas y orladas.
Súbese la escalera holgada, y antecámaras gran-
des hay ; á siniestra mano para la casa del Ilustre Se-
ñor Corregidor y su estrado de oficios (que camino
cubierto é invisible desde su mesa fuera conduce);
á derecha cámaras suntuosas los Señores Murcia
tienen, labradas con primor en tiempo de conquista
por hábiles moros , y más mejor cuando el señor
Imperador D. Carlos; también los covachuelos de
oficinas arreglados están en cámaras de curia , y
en albergue arriba los criados, maceros y corche-
tes de justicia. Parte y mucha tomado há siempre
318 MIJRCIA
el muy Ilustre Ayuntamiento en fiestas de reli-
giosidad , y de sus Casas de Corte sale siempre
ayuntado en ceremonia, con más particular para la
del dia del Señor. Dia de víspera , á las tres ho-
ras del alba , repican con aviso antes de la cam-
pana nona todas las campanas de la Ciudad , ha-
ciendo cosa igual á las once del dia , que como
todos los de Cruz de Mayo á Cruz de Setiembre,
igual que á las cinco de la tarde, conjuro tocan; á
tal hora de once salen los timbales y trompeteros
de las Casas de la Corte, con alguaciles, música
de oboes, gigantes, enanos, tarasca, y una danza;
vanse á la plaza de Cadenas , donde toman á los
Comisarios del SS. que á caballo van con los Co-
misarios Regidores, convidando á la fiesta con
Bando parado donde los teatros para los autos sa-
cramentales ya empezados á forjar tienen los car-
pinteros (como los altares , así como luego los tol-
dos cuelgan do son menester) ; dando paseo este
noble cortejo por la carrera toda. Con faroles de
vistosos papeles, luminaria por la noche hacen en
la torre; antes de queda repique hay, que una
hora retárdase aquella noche , luminados ponen
los altares, y las danzas y música otra vez salen;
en la torre algunos años ponen y disparan un vis-
toso castillo de fuego de pólvora, haciendo figuras
de geométrica traza , á semejanza de estrellas.
QUE SE FUÉ. 319
palmas, pirámides y remates, que con la oscuri-
dad más brillante parece su colórica luz ; y ruido
hacen los morteretes, triqui-traques , bombas de
crugido, y los cohetones, que imperiales dicen,
y parecen llevan á los enemigos dentro , los cua-
les fuegos échanlos con vitor al Señor Santísimo,
Virgen, Santos, y también á Comisarios, Justi-
cias y otros Señores, como en los toros y cañas;
en la mañana de la dicha víspera sácase de su
caja la custodia por dos artífices plateros , que
con examen y estudio límpianla á la pauta de un
libro único que hay hecho por quien hízola (el
cual todo copiado tengo) (81), intitulado:
(iForma que se ha de guardar en desarmar la
custodia desta Santa Iglesia para mayor facili-
dad y para que no cause confusión ni suceda al-
guna quiebra cada y cuando que sea ?iecesario el
limpiarla. La cual custodia se hizo en la ciudad
de Toledo, año de m,il y seiscientos y setenta y
siete; y se trajo á esta Santa Iglesia el año de
mil y seiscientos y setenta y ocho en diez y siete
dias del mes de Noviembre , siendo Comisarios
para dicho efecto por el limo. Cabildo D. Pedro
Ortiz de Moneada, Arcediano de Lorca; Don
Francisco Lucas M a rin. Chantre; D. Bernardino
Garda, Canónigo Magistral; y D. Ginés Guer-
rero, Racionero y fabriquero. Ejecutóla Antonio
320 MURCIA
Pérez de Montalto, Familiar del Santo Oficio,
Marcador de la platería de la Ciudad de Toledo,
Platero de la Reina Nuestra Señora Doña Ma-
riana de Austria y Alcalde ordinario en dicha
Ciudad de Toledo, y su hijo Miguel Pérez de
Montalto, ambos artífices de plata y oro.» Ya
limpia y aderezada sobre una mesa , por la
tarde á la veneración en el crucero está.
La susodicha custodia es de plata de fina ley,
labrada con prmior; sobre un basamento con es-
cudos del Cabildo al comedio, y cajas porque pa-
san las varas de las andas, asienta otro menor
con dos cartelas caladas en cada un frente, rema-
tadas por unos niños que tañen instrumentos de
música, teniendo en los ángulos desta peana cua-
tro pedestales con figuras enteras y sentadas de
los Evangelistas; dentre ellos sale, sobre otro ba-
samento de zócalo, el primer cuerpo, formado
por tres columnas labradas de salomónico, con
guirnaldas en cada un ángulo, con capiteles y cor-
nisamento del orden compuesto, sosteniendo un
arco en cada frente, y á cima las columnas hay
sentados ocho angelitos con atributos de la Pasión
como en las claves con ramos de flores. Dos gran-
des y hermosos ángeles mancebos dorados hay
dentro, en adoración á un cáliz, rodeado de espi-
gas y pámpanos; cuya copa sostiene un viril,
QUE SE FUÉ. 321
donde pónese la hostia, en que asiste con presen-
cia propia el Santísimo cuerpo y sangre del Se-
ñor: de cuyo \ iril sale un sol de oro, con muchas y
vistosas piedras preciosas , rubíes , amatistas , to-
pacios y esmeraldas; grandioso remate dando á
este prnner cuerpo unos tímpanos bien labrados,
con balaustrada, en que hay cuatro Apóstoles de
pié sobre pedestales. Templete gracioso es el se-
gundo cuerpo octógono, de plata forjada, de cua-
tro arcos y cornisamentos mantenidos por ocho
columnas salomónicas compuestas, dentro del cual
vése un piadoso y bien acabado grupo de talla
en plata maciza, que fórmanle una cama con cuatro
pies de columna , en que está Santa Ana , y de-
lante lavan á la Niña Nuestra Señora dos muje-
res, y hay además otras figuras; viniendo colgada
de la bóveda la paloma del Espíritu Santo , que
muévese y volar parece; terminando este tal
cuerpo una balaustrada con otros cuatro Apóstoles
de pié sobre pedestales como el primero. El tercer
cuerpo, que octógono es asimesmo, sencillos arcos
tiene, sostenidos por ocho columnas de igual or-
den, y dentro una bien labrada ave de pelícano,
dando, como Dios Nuestro Padre, su sangre para
alimento de sus hijos : corónase con tímpanos y
cornisamento, en que balaustrada hay; y de pié,,
sin pedestal, en sus cuatro ángulos, los cuatro
21
322 MURCIA
Santos de Cartagena , San Leandro , San Fulgen-
cio, San Isidoro y Santa Florentina; rematando
todo con una cúpula de aperaltada forma, labrada
de gallones y estrias, dentro de la cual está con
misterio y buen artificio atornillada una mvisible
campana, que suena sola cuando la custodia mué-
vese, término dando último á esta maravilla una
figura con peana, que la Fe ciega es, con cáliz en
la derecha mano, y en la siniestra una bandera de
giraldillo. Todo lo cual, cuando en hombros llé-
vase, tiene sobre éstos siete palmos en elevación
y cuatro y cuarto de ancho cada lado. Pocos años
atrás quisiéronla poner sobre carroza, pero no
permítenlo por ahora los Cabildos por irreveren-
cia y pieza profana ser. Ogaño, si memoria no me
faltare, fué asila Procesión.
De temprano arregláronse las casas, tapizáronse
los balcones, ventanas, azoteas y terrados, lo cual
todo llenóse de damas , caballeros y familias á su
deuda y servicio; por las calles andar no podiase,
llenas de zagalas, tias, tios, panochos y zagalicos
que la Procesión venan no una vez sola ; pues
por callejas travesando , á carrera de liebre irian
á atajalla : los mercaderes y gentes de tienda y
oficio á sus puertas estaban, después de haber
echado hojas de caña ó flores de baladre por el
suelo , rociando para ello hasta el arroyo ; y los
QUE SE FUÉ. '323
alojeros valencianos del Reino refrescos de gar-
rafa voceaban y vendian. Campaneo extraordina-
rio aviso dio para la misa mayor primera, é ínterin
díjose allí ésta en la Santa Iglesia , cruzábanse
los gremios, que cada cual su pendón llevaba,
acompañados de los oficiales de su tal oficio , con
tamboril y charamita, de casa del Veedor á las
Casas de la Corte. La cofradía del Señor Santiago
de la Espada el suyo traia á caballo, con guardias
y vistosos como ricos jaeces de argentería y listo-
nería que lucían los mayordomos ; de las parro-
quias traían las cofradías sus titulares imágenes,
con sus pendones y los del SS.""", con el clero de
cada cual, á los que, avistados que desde la torre ya
eran, señal de repique hacíanles , como asimesmo
á las Comunidades , que con levantada cruz , en
dos filas venían á la Catedral. Las danzas, gigan-
tes, enanos y tarasca, que artificiosa figura pre-
sentan, vinieron luego de tocadas las tres cam-
panadas de alzar (al cuyo eco todos siempre en
calles y campo descúbrense , rezan y callan)
ante de los Señores Murcia, con sus pendones,
cofradía y gremios, cuando tal señal overon. Aca-
bada misa, la solemne celebróse con general asis-
tencia. Tanimientras las milicias y guardias, for-
mando hilera, por las calles del paso pusiéronse,
luciendo sus armas y gala; y dando fin la misa
324 MURCIA
mayor, anunciada por grande repique y ruido de
cohetones, con traca de cien morteretes, salió la
Procesión por la puerta que de Cadenas dicen,
lado del Evangelio, siguiendo por las calles de
Trapería, Platería, plaza de Santa Catalina, calle
del Contraste y de Frenería , á la plaza de la Ca-
tedral, parándose el Santísimo en estación en los
altares y teatros de auto de San Cristóbal , San
Bartolomé, Santa Catalina, San Pedro y Frenería.
Daban principio seis soldados y un cabo de es-
cuadra á caballo, con espada en mano, como bati-
dores para despejo de las calles de la carrera; y de
los balcones y ventanas de casas colgaban tapices
flamencos, paños de repostero y colgaduras; se-
guían seis alguaciles de la Real Justicia montados;
los gigantes, enanos y la danza fiera, trayendo al
medio de sus parejas la ingeniosa máquina de
monstruo artificio , que Tarasca es, y menea las
siete cabezas y la cola; por las siete bocas á ratos
fuego hecha, con que pavor mete y en miedo pone
á los zagales: cabalgando en jacas, los dos clari-
nes de la Ciudad, con vestidos de paño azul fran-
jeados de plata, y las armas de la Ciudad en ellos
y las gualdrapas: los timbaleros de la Ciudad con
libreas ó ropajes encarnados: las guardias de Cas-
tilla haciendo salvas con sus arcabuces : los víto-
res de los Señores Comisarios , en bastones ador-
QUE SE FUÉ. 325
nados de listonerías, que tejen bailando las danzas:
los gremios por el orden de aprobación antigua,
con sus pendones : las Cofradías de Murcia con
sus pendones y Santos: las órdenes de Religiosos
y Monjes, cantando: los tamborileros y charami-
tas, con una danza de la Huerta : las mangas y
cruces de parroquias, con sus cleros detrás: los
pertigueros de la Santa Iglesia á los lados de la
cruz y ciriales: la urna de las Reliquias en andas
llevadas por capellanes: una danza de infantes,
á la usanza vestidos, con galas, bailando al son de
postizas y de un armonioso concierto de música de
oboes, trompas, clarines, balones y flautas dulces:
los acólitos tocando campanicas de plata : la ca-
pilla de música y los chantres de coro , con los
infanticos de la Santa Iglesia: seis incensarios:
los Beneficiados y Racioneros : la Custodia con
el Santísimo en andas llevada por diez y seis
presbíteros con casullas (82) y rodeada de ocho
alabarderos de los Señores Murcia con su librea:
el palio por cubrirla si necesario fuere: el muy
ilustre Cabildo Catedral con su nunca bien pon-
derado terno que de los Santos dicen: los porte-
ros de vara con vestidos de golilla : los porteros
de sala con gramallas ó vestidos de terciopelo y
damasco carmesí, y los cetros ó mazas de rueca
en plata sobredorada: los Pendones Real y de la
326 MÚBCIA
Ciudad, con el del Señor Santiago de la Espada,
con su cofradía de caballeros mayordomos : los
cuatro Reyes de Armas, con las de S. M. escul-
pidas en el pecho en oro y plata: los Señores Jus-
ticia y Murcia, Regidores, Alcaldes, Tribunales,
Ilustre Corregidor con mantos arrastrando sosteni-
dos por pajes: el Alguacil mayor: el Mayordomo: el
Escribano mayor del Ayuntamiento, y su teniente
para dar fe: los alguacdes y mmistros: las guar-
dias de Castilla haciendo salvas con sus arcabu-
ces y dos compañías con sus alambores, pífanos y
bandera. Paróse el Santísimo en estación, hacién-
dola en los altares y teatros; en éstos bailaron una
danza delante la custodia ; salieron los comedian-
tes que hacían farsas de la Concepción, figurando
San Miguel y el Diablo, con otros personajes, como
también Adán y Eva ; letrilla echaron de ingenio
repentino á las imágenes : cantóse el Tantum
Ergo , y oración leyeron, andando á seguida.
Buenas eran y son las que echaron letrillas los
comediantes de San Cristóbal, que apunté por me-
moria tener, y así dicen á la Virgen:
Se destruyó la armería ,
que en la fragua de Vulcano
aflló el odio inhumano
contra la pura María.
De Jessé tú eres la vara
que el medico celestial
guE SE FUÉ. 327
contra el veneno infernal
divina triaca prepara.
El alto, el bajo, el tenor,
sostenido, agudo y grave,
me dan reglas con que alabe
tu pureza y tu candor (83).
Los comediantes de Santa Catalina oí decir que
cuando pasó San Sebastian del convento de San
Agustin , tiráronle la siguiente jacarandilla á lo
divino.
Glorioso San Sebastian,
Santo bienaventurado,
que fuisteis asaeteado
sin prenderos la hermandad.
Sois abogado de aquel,
y de aqueste,
y de la peste,
pero no del neguijón.
Clarin que toco al albor
no suena mejor (84).
Como también los de la Frenería la siguiente:
Por la calle abajico
va la Custodia,
todos los angélicos
cantan su gloria.
Viva el salero
con que Procesión sacan
del Sacramento (85).
Llegados al saliente del palacio de Su Ilustrí-
sima el Señor Obispo, que desde un balcón viola
pasar con su eclesiástica servidumbre, bajó ado-
328 MURCIA
rando al Señor, incensóle luego y detrás de él á la
Catedral fué. Reservaron la Sagrada Hostia Divina,
mientras músicas, danzas y órganos retemblaban
las bóvedas dentro; como fuera los aires con las
campanas, trazas de fuegos y salvas reales ; y á se-
guida, subiendo al altar, un breve de Su Santidad
leyeron en latin, para no entenderlo ; la confesión
general cantaron luego en tono de epístola , y dio
Su Ilustrísima la Bendición Papal en el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; pues por
pregón y editos venia ya en aviso á los fieles, con
suma de indulgencias y perdones. Autos hubo
toda la Octava en las plazas, como pasacalles de
músicas y danzas, y el dia que ésta remató, media
Procesión hicieron en reedor de la Catedral , á donde
pusieron los altares y teatros de farsa. Tal dia de
Corpus, caída que la tarde fué, la gente toda á
pasear salió al Arenal, y los panochos anduvieron
subiendo á la torre , el reloj descomponiendo por
le tocar en asombro ; alojeros hubo en lo alto de
las campanas vendiendo agua de espejiquios (86);
al ponerse el sol hubo juegos de sortija , gallina
ciega con olla, y cucañas de sartén y sebo, con
conejos y gallinas, amen de dineros. La gente
de nobleza retiróse, porque fueron picadas al-
gunas en hacer comedia , cena y sarao; y mucho
estas fiestas arruinan , y no dan decencia ni res-
QUE SE FUÉ. 329
peto; por lo que oí yo á uno que convidaron á ellas
en tal tarde, que dijo: «Sarao, comedia y cena,
en casa ajena;» que refrán muy verdadero es, y
sabrémoslo pronto.
TABLA XIX.
SARAO, COMEDIA Y CENA, EN CASA AJENA.
Representa, con decoración , el teatro de la historia destas
diversiones en Murcia ; conócese á un autor , comediante
de fama, y á un giiiovés con dineros, que de un
sofocón enferma.
M.
ísicos y danzantes siempre húbolos ; come-
diantes todos lo sernos, que teatro el mundo es,
donde farsa representamos , y cena más lucida
será, cuantos más cenadores con hambre haya;
de todo lo tal diremos en Murcia separada cada
cual cosa en el comienzo , para las juntar en el
remate. Danzaron los israelitas al pasar el Mar
Rojo; David delante de la sagrada arca; la hija de
Jephté al ver á su padre; los celtíberos asimesmo
hacían danza por las noches en familia , cuando
sacrificaban en lunas llenas á las puertas de sus
casas á un Dios sin intitulo. Siempre los atenien-
ses y romanos danzaron en sus triunfos y circos;
330 MURCIA
y en pergaminos de pintadas colores de tiempos
de conquista, atento de costumbre de moros, ve-
mos figuras de los tales danzando al son de instru-
mentos de rara traza, los cuales danzantes llama-
ron Tunicados. Viniendo el tiempo, en el de Don
Juan II, Rey, sacaron para se divertir en bodas y
bautizos, la Zambra; como en el nacimiento del
Condestable de Castilla, en que «se fizo vna buena
cambra morisca é otros bailes é una cianea fran-
zesa, é se dio colazion de pasta á todos muy am-
plamente.y> A la sazón de entrar los muy Católi-
cos Reyes en Toledo, danzantes y cantadoras
delante iban del cortejo, como luego en Murcia
al entrar el Imperador y Rey D. Carlos, con danza
de moros y huertanos; junto á la custodia y san-
tos en las procesiones costumbre hízose la danza,
que de seises en Sevilla y de infantes en otras
partes dicen. A principios desta centuria. Su Ma-
jestad el Rey D. Felipe III danzó de máscara ves-
tido en las calles de Valencia cuando allí casóse;
y por tal escribiéronse libros para reglas dar á la
danza, como éste: «Discursos sobre el arte del
danzado, de Juan Esquivel Navarro, en Sevi-
lla, 1642,» llamando á las moviciones del cuerpo
accidentales, extrañas, trasversales, violentas y
naturales; y á sus mudanzas floretas, campanelas,
cabriolas, carretillas, voleos y otras; saliendo
QUE SE FUÉ. 331
desto los bailes que ahora úsanse , intitulados:
folias, torneo, pié degibado, alemanda, el villano,
la pavana, la gallarda, el canario, el rey Don
Alonso (en Murcia sacado), y otros, como la chas-
cona, que jácara zarabanda es. Danzase á la sazón
erguidos y con descuido , sin mirar al techo ni á
los pies de los otros, con los brazos caidos, y junto
á las faltri(|ueras las manos; al empezar se hace
con piés y cuerpo reverencia, quitándose el som-
brero con la derecha mano, pasándolo á la izquierda,
por aquella no ocupada tener; esto en la gallarda,
pues las otras con él puesto bailanse ; la danza de
mujeres tiene otras mudanzas, y también las dan-
zas que en las calles y campos intitulan de casca-
bel, como malagueñas, seguidillas, parrandas y
fandango, que no acostumbran á ellas los señores
y gentes de cuenta, quienes sólo por chuscada bai-
lan por Pascuas el Haya con villancicos. Policía ha
héchose ya atento de los desafíos de danza , con
apuestas de quien mejor danzare; pónense carte-
les de desafio en las escuelas de danza , como si
justas fueren; y porque muchas enemistades re-
sultan, allí bailase con las armas al lado. Los hom-
bres y mujeres separados danzan por decencia
sm darse las manos; en las escuelas tales, las mu-
jeres aparte son de los hombres , acomodadas por
el maestro en una tarima. Cuando más principal
332 MURCIA
el sarao fuere, danza en él lia de haber, que los
Príncipes acostumbran á tal; dígalo la máscara y
fiesta del Real Palacio de Madrid, el veintiuno de
Diciembre de mil seiscientos cuarenta y siete, en
que «salió la Infa?ita Doña Margarita, seyídda
de su menina , guiando sus damas y meninas de
dos en dos, hasta diez y ocho, y danzaron infini-
tas danzas de las que se celebran en Europa por
mejores, en presencia de S. M. » Aunque psalte-
rios ya úsanse, lo que tocase sólo es vigüelas,
como también guitarras, y en danza de palacios
algún violin ; decimos esto para que no cométase
yerro si sarao se diere por cualquiera (88).
Juntos anduvieron desde los gentiles las farsas
de teatros con las danzas , como los cantadores y
farsantes, que coloquios semejaban ya en el año
del Señor mil trescientos noventa y cuatro en la
Ciudad de Valencia, con la que tragedia dicen : El
hombre enamorado y la hembra satisfecha, por
mosenDomingo Mascó, cuyo uso una centuria des-
pués enseñó en Castilla Juan de la Encina con las
Églogas, el cual romance dellas relataron danza-
dores y cantadoras con su entremés El auto de
Repelón, y otras cosas por las plazas; mas por
mejor en arreglo lo poner, en mil quinientos dos
las ordenanzas de Sevilla mandaron (jue tuviesen
gracia en sus personas las de aquellos, á causa de
QUE SE FUÉ. 333
los ingenios haber hecho en escrito epitalaniios
para festejar bodas. También hubo juegos de al-
bardanes, visajes, momos y entremeses; que no
sólo los poetas escribieron, que también hiciéronlo
otros, como el Marqués de Santillana, en Bias
contra Fortuna, por aquel entonces. Autos de
Corpus ó Sacramentales, muchos hicieron , á más
de en las placetas, como Els Milacres de San
Vicente en Valencia , dentro de iglesias , como
en Elche acontece, en donde tramoya de vue-
los ponen para un auto de la Asunción de Nues-
tra Señora. En Semana Santa, por procesiones,
pasillos ponen de la pasión y muerte de Nues-
tro Señor Jesucristo, y por tiempo de difuntos
venídose há en costumbre en los enterramientos
de parroquias farsar la Danza de la Muerte , que
hizo impresa, en mil quinientos veinte, Juan
Várela de Salamanca , en Sevilla , para la cual
salen , hablan , cantan y danzan con la muerte
muchas personas de todos estados, clases y ofi-
cios. Autores y comediantes anduvieron como gi-
tanos sin tener asiento en los mesones, farsando
encima y sobre tablado de cama, con detrás
manta colgada para se vestir, hasta que un ba-
tidor de oro, que llamaron Lope de Rueda, me-
tiólo en forma, haciéndose autor y comediante, en-
derezando entremeses de negro, ó rufián, ó bobo,
334 MURCIA
ó vizcaino, cuando no artilugios de figuras de
palo con vestidos; fama en esto de decir comedias
tenido han Alonso de Vega , un tal Morales y
otros, como un tal Avendaño, que en Madrid ví-
tores grandes ganó haciendo La noche de San
Juan, del Fénix de los ingenios Lope de Vega,
que escribió mil ochocientas comedias y cuatro-
cientos autos, en sesenta años de vida. Autores
muchos con éste venido han luego de la muerte de
D. Felipe II, que en el año mil quinientos noventa
y ocho las comedias prohibió; y son dellos: Calde-
rón, Quevedo, Tirso, Moreto, Monta! ban, con más,
y un ingenio de la Corte, (que fué S. M. Felipe IV),
en Madrid: Miguel Sánchez, Alonso Ramón,
licenciado Grajales, y licenciado Mejías, castella-
nos : Joan Timoneda , Andrés de Artieta , Lu-
percio Argensola, Cristóbal Virues y otros, valen-
cianos : Damián del Poyo, Gaspar de Avila, y
Mira de Amescua, andaluces. Lo cual ya hizo po-
ner corrales fijos en Valencia, en mil quinientos
ventiseis; en Sevilla, en mil quinientos cuarenta
y uno, y en Madrid los de la Cruz y la Pacheca,
en mil quinientos ochenta, labrando tablados para
los comediantes y cámaras , dejando patio en me-
dio para los mirones.
Murcia en esto adelantada estuvo, que fiestas
de diversión tales hacia en un corralazo, entre
guE SE FUK. 335
Santa Catalina y el convento de Madre de Dios
(en que juégase al trinquete), con patio, cámaras
y gradas ; pero en md cuatrocientos trece , como
tantas gentes cargado habíanse á ver la farsa,
hundiéronse aquellas y perecieron muchas perso-
nas; por la cual cosa luces ponen y responsos can-
tan dias tal y de ánimas, por las de los tales
muertos (89) ; luego con solo patio y ventanas de
casas representádose há , y deste corral salió el
gran ingenio murciano , que toda España corrió
con su grande comedia, que fama dióle ; tal fué
Andrés de Claramonte y Corroy , autor y repre-
sentante de la compañía de comediantes desta
Ciudad, donde nació, y compuso muchos autos
de Corpus , los cuales representaba él mismo,
como Rojas, escribiendo á más: Ataúd para el
vivo y tálamo para el difunto. — Católica prin-
cesa Leopolda. — De Alcalá á Madrid. — Deste
agua no beberé. — De lo vivo á lo pintado. — De
los méritos de amor, el silencio es el mejor. —
Dote del Rosario (auto). — Favores de la Virgefi
(auto). — Gran Rey de los desiertos. — Honrado
con su sangre. — Infelice Dorotea. — Inobediente,
ó la Ciudad de Dios. — Infante de Aragón. —
Jura de Raltasar. — Mayor Rey de los Reyes. —
Púsoseme el sol, salióme la luna, Santa Teodora.
— Rey D. Pedro en Madrid. — El rigor y la
336 MURCIA
inocencia. — Tan de San Antón; las cuales come-
dias dividió en jornadas, sin escenas tener, como
pusiéronlas divididas Lope de Vega y otros. Céle-
bre y mucho hízole su grande comedia en tres
jornadas El valiente negro en Flanees , en que
retrató á un negro Juan de Mérida , que por sus
hazañas á ser general sube y lugarteniente del
gran Duque de Alba , y pone veintinueve perso-
najes, á más músicos y alabarderos; versos de
poética muy lucidos tiene, y así comienza la
primera jornada:
u Salen el Capitán, D. Agustín de Estrada, un Alférez,
el Sargento Barrientos y Juan de Mérida (negro).
Don Agustín. ¡Vaya el perro!
Juan.
No está el yerro
en la sangre ni el valor.
Alférez.
Estarálo en la color.
Juan.
Ser moreno no es ser perro;
quese nombre se le da
á un alarve, á un moro.
Sargento.
Bueno.
¿Pues dígame, el ques moreno
lo que vendrá ser?
Juan.
Será
un borrón de la fortuna
puesto en la plana del mundo
con vituperio profundo ,
aunque es cierto que ninguna
falta recibe el color.
siendo la naturaleza
una misma, y su belleza
QUE SE FUÉ. 337
con la variedad mayor ;
blancos y negros proceden
de un hombre; un ser los anima;
sólo la región ó el clima
los diferencia: y si exceden
los blancos en perfección
á los negros, es por ser
desdichados, y tener
sobre ellos jurisdicion,
y del mismo modo fueran
abatidos é imperfectos
los blancos, como sujetos
entre los negros vivieran ;
y pues nos diferenciamos
sólo en color, y tenemos
un ser, bien decir podemos,
que aunque negros , no tiznamos.
Rematando así la jornada tercera.
AN. Esto, señora, es volver
por tu honor, que si te diera
Don Agustin con engaño
la mano, quedaras necia
y burlada, y si aquí yo,
aunque sin razón te quejas,
te he quitado esposo, elige
en Mérida, el que en tu idea
fabricares, que ese al punto,
con mi aumento y con mi renta,
te ofrezco.
Doña Juana. Yo te agradezco
la noble correspondencia.
Juan. Por tal suceso, han tenido
tan buena fortuna, sean
22
338 MURCIA
las bodas aquesta noche.
El Gobern. y el regocijo y la fiesta
comiencen desde mañana.
Juan. Reservando á otra comedia
deste Negro las hazañas,
cuya historia verdadera
largamente las aclara
y largamente las cuenta.»
Comedia en tres jornadas, suya es: De lo vivo
á lo pifitado, y cerca delfín de la segunda:
«3ÍÚSÍC0S cantan.
Guárdese el mundo de incendios
que dellos armada va,
haciendo dulces las muertes
y piadosa la crueldad.
La gloria de Italia,
el sol de Milán.
Con ella el aplauso sale,
gallardo, hermoso y gentil,
á beber fuego en sus ojos
y sus mejillas carmin.
La gloria de Francia,
el soldé Paris.»
Deste agua no beberé, que tiene tres jornadas
de aventuras del Rey D. Pedro; en la primera:
KSale un villano.
Villano. ¿Qué es lo que mandáis?
D. Fernando. ¿Quién sois?
Villano, Jardinero que cultivo
en esta apacible huerta
cuadros , con que el tiempo admiro ,
I
QUE SE FUÉ. 339
. pues compongo de arrayanes
y de olorosos tomillos,
en estos curiosos lazos,
intrincados laberintos,
donde la naturaleza
á Atlante deja vencido,
brotando Dafnes de murta
en aqueste paraíso.
(A 2>oco sale una vüla?ia.)
Key. ¿Quién eres, mujer?
Villana. Señor,
por Sierra Morena guio
un ejército de ovejas,
cuyos blancos vellocinos
considerados de lejos,
ensortijados y limpios
copos de peinada nieve
parecen entre los riscos.»
Anduvo por los Reinos Andrés de Claramonte,
tomando vítores y dineros con su gran comedia El
valiente negro en Flandes, de Madrid con él vi-
niendo Francisca de Gracia y su marido Juan Bau-
tista Gómez, ricos comediantes, los que penitencia
luego hicieron en la sierra y ermita de la Fuen-
santa , después de muerto Andrés en el año del
Señor mil seiscientos diez, sin ver acabado el cor-
ral nuevo de la Puerta del Toro, que estrenólo
Vicente Guerrero , su heredador en la compañía
de comediantes, el año mil seiscientos doce, con
la segunda parte de aquella famosa comedia, en
que el Negro logra merced de título v encomienda
340 MURCIA
de Santiago; la que no tan buena es como aquella
su primera. Tal corral nuevo con casa de come-
dia hízose como los de la Corte de Madrid, y con-
sérvase; con vestuarios para comediantes y come-
diantas apartados por decencia, maquinaria de
vuelos y descotillones el su tablado , para cerrar
el cuál pintado hay un teleton de cortinajes con
esta cuarteta:
«Nuestros vicios representa
de la comedia el solaz,
y lo ques fábula en ella ,
ea nosotros es verdad.»
Tiene patios, senos, retretes, retiros (con celo-
sías para gentes de estado en órdenes) , gradas y
barandillas para señoras y mujeres (apartadas és-
tas de los hombres), ventanas y desvanes, para la
cual obra derribaron alguna muralla y casas,
como dice este auto:
(i En el Cavildo ordinario de Martes quinze de
Octubre de mil seiscientos setenta y cinco. La
Ciudad acuerda que el Comisario Procurador
Sindico el Sr. D. Manuel Montenegro dijo: Que
en vna plazuela que hay junto la casa de come-
dias que es muy nezesaria para la entrada y sa-
lida de los coches, tiene entendido que se ha ven-
dido por el Señor Provisor á titulo de dezir es
Pia Memoria que la hazian las casas que habia
QUE SE FUÉ. 341
en ella, y por questo es de gran perjuizio porqne
si se hazen en ella vnas cocheras que pareze se
han dado prinzipio, no podrán dar vuelta los
coches, y otros inconvenientes que se seguirán y
esperimentarian de que da quenta á la Ciudad
para que si fuese excesivo no dé lugar á dicha,
venta, y en caso que se haga sea preferida la
Ciudad, y)
Temporadas de años estuvo cerrado el corral
viejo, y también el nuevo de comedias por Premática
Real de mil seiscientos cuarenta y cuatro, que dijo:
« se queda prohibido representar á lo adelante,
comedias de inventiva propia de los que las ha-
zen; sino de historias y vidas de Santos; ^^ y mu-
chas gentes cosa nueva quieren, con la cuya or-
den los comediantes no ganan y vanse. Años atrás,
por los de mil seiscientos sesenta y ocho, si mala
memoria no tengo, S. M. la Reina Doña Mariana
premática dio por medio de su Señor Ministro el
Muy Reverendo Padre Everardo, así: (^^ Mando que
las comedias cesen enteramente hasta que el Rey
mi hijo tenga edad para gustar deltas.» Y aun-
que S. M. el Rey ocupa felizmente el trono desde
mil seiscientos sesenta y cinco, en que acabó su me-
nor edad, no se hacen sino pocas, y éstas piadosas
en los domingos por la tarde , para concluir antes
de oraciones; pero como el último Rey D. Felipe
342 MURCIA
haya escrito y representado comedias de auto, y
asimesmo de capa y espada en su Palacio del Buen
Retiro, de costumbre años atrás viene por algu-
nos hidalgos y grandes caballeros tener en la su
casa sarao con comedia, que hacen ellos , como
Jacinto Polo de Medina, que aficionado fué (91);
ó comediantes traen por la representar, cenando á
seguida con inmoderación y gula, todo lo cual
para el infierno almas gana; que tanimientras sá-
canse y consúmense manjares y \mos , haciendo
finezas provocativas los galanes á las damas , que
tales con afición peligrosa reciben al tocar los de-
dos de la mano, siendo esto demasiada licencia y
desvergüenza ; van por las calles los hermanos
para el Pecado mortal pidiendo; como las Reli-
giosas y Religiosos mortifican su carne con ayunos
y deciplmas, porque Dios tanta maldad perdone,
lo que no conseguiráse, que ya los Reinos de
España á menos van , como castigo de tanta
culpa.
Lazos el enemigo pone con toda esta enre-
dadora de gustos á los que en el Señor estar de-
bieran, y ovejas descarrianse del aprisco y redil
de su gracia , sin le atender cuando como Buen
Pastor llámalas con dulces palabras y consuelo,
sordas haciéndose, y de limpias que estaban de
culpas, ensúcianse con afeites, polvos, arreboles,
QUE SE FUÉ. 343
y otras postizas hechicerías , vistiéndose de galas
osten tosas y vanas, como haciendo costosos gastos
en fiestas, bien que como el Señor castiga sin
palo ni piedra, encuentran en ellas los pecadores
el castigo, y veremos si equivocados en esto an-
damos, con el ejemplo siguiente.
No há mucho tiempo ni años, á media centuria
pasada , servia en la imperial , grande , opulentí-
sima y soberbia Ciudad de Toledo, casa del mer-
cader Pedro Cuenca , un zagal que de tierras de
Italia vino con sus padres , que á poco huérfano
dejáronle de doce años , no sin acomodo en la tal
casa, que lo era de vender, después de salir de la
escuela, consumado en las tres reglas de leer, es-
cribir y contar ; fué creciendo en la humildad y
amor de sus amos; y para questos dones se glo-
riasen, dióle la naturaleza buen cuerpo, aunque
gordo y no alto, como galán y hermoso rostro, si
coloradote. Servia para barrer la tienda, atizar las
lámparas de los Santos dentro y fuera della , ha-
cer paquetes después de vístolos la gente , y lle-
var y traer telas á casa de tejedores é mercaderes,
como ayudar en la de sus amos en lo que la su
edad permitía. Un día fué á pedir socorro de di-
neros á casa de otro mercader que confusión con
un comprador en cuenta tenia, y desató el zagal
duda que importaba dineros, y estos valen sin
344 MURCIA
duda. Estaba sentado junto al mostrador de la
tienda un caballero del Señor Santiago, que de
partida íbase para Indias, y así que vio tal desem-
barazo, se aficionó al horterica ; preguntó luego
cuyo era y dónde paraba; dijéronselo, y fué á casa
de su amo, y pidiólo para una fortuna darle, si en
acompañarle consintiera ; llamáronle , díjole su
amo que bien sentíalo , y con la poca edad y ga-
nas de tierras ver, fuese con el caballero, que un
gobierno allí llevaba, amen de ganas de dmeros,
que todos tienen los que á gobernar deseo mues-
tran; tomando cartas de recomienda el zagal para
otros mercaderes, por si posible ser anudar trato,
aunque no lícito fuere ; á breves días marchó á
Cádiz, donde embarcaron á poco tiempo para In-
dias. En la mitad del camino dióle al caballero el
mal de la muerte ; ordenó su alma , dejando á
Paolo Pagotti, su tal zagalote, por único heredero
de dos baúles, en que habia joyas de valor, vene-
ras, galas Y ropa blanca, como algunos doblones;
murió, y sintiólo Paolo, que pasó á Indias, y des-
cansó en Méjico; buscó posada, hallóla buena en
casa de un recomendado mercader , quien al ver
su porte, agradóle, y tomándolo, quedó del satis-
fecho. Sin sacar cosa de los baúles, vivió con hu-
mildad algunos meses , hasta que amor sintiendo
por la hija del muy rico mercader, que bella era,
i
QUE SE FUÉ. 345
hizo un agujero en la puerta de su cuarto , dejó
luz una noche después de acostados todos y ruido
hizo; una criada curiosa acudió, y por agujero
viole vestido de gala con joyasy díjoselo ásu ama
joven; hizo lo propio la noche venidera, y juntas
admiráronse de lo galán que con tal atavío estaba;
el ama enamoróse del, declarándolo á su padre, que
violo asimesmo otra noche que muchos vestidos
sacaba con tal traza; entendiéronse los amantes, y
casáronse, con gran contentamiento de padre y
deudos; decláreselo todo Paolo á su amo y padre,
que vio en ello ingenio grande y trastienda , lo
cual agradóle más. Quiso probar fortuna en Es-
paña, y viniéronse todos; pero tal tempestad ar-
móse, que perecieron muchos de la embarcación,
con ellos el padre, que dejólos su hacienda, que
montaba más de quinientos mil pesos. La esposa
de Paolo enfermó de pesar, y murió al desem-
barcar en Cartagena; de aquí pasó Paolo á la Ciu-
dad de Murcia, dónde labróse casa, y holgada-
mente vivia en delicias, llamándole las gentes por
su porte el Ginovés Indiano.
Dan algunas gentes, aunque nada Den de su
mucho Din , en anteponer á su nombre sonoro
Don, como si nobles fueren, y la tal su hidalguía
no encontrárase ni en Dun, ciudad de Francia, que
mucho eslo, según decir, pues tantas casas tiene
346 MURCIA
como vocales el abecedario, y así Don Paolo Pagotti
era; como vejiga inflado iba, dándose V. S. por sus
criados y arrendadores; vestido de muy vistosas y
fuertes colormes, á toda hora con bordado traje,
rica encajería y muy ancha, grande cadena de oro,
joya de topacios y oro en el cinto, con piedras
finas la guarnición de su espada , que muy larga
era: ancho sombrero, con toca de palillos y otra
joya, y hebillas de oro y piedras en los zapatos,
cubrian aquel raro cuerpo, que albóndiga con pa-
tas semejaba en lo recalcado y gordo; aficionado
era á cosas en que del se hablase con fama, y al-
gunos días del año convidaba gentes á su casa,
que puestas (aunque viudo) bien tenia sus cáma-
ras, y muchos bellacos iban á ella al tacto de co-
mediantas, olor y gusto de los manjares y vinos;
como á ver hechiceras caras y garbos , y 6ir los
acordes de las músicas. Dia de fiesta era, y gente
acudia : lleno de criados el zaguán estaba , y lle-
gando fueron carrozas y sillas con damas y caba-
lleros; á cada cual carroza que parada era, exten-
dían del zaguán al su banquillo de estribo una
alfombra morisca dos negritos, que arrodillados
estábanse ínterin bajaban las gentes, no sin truha-
nería, mirando á las señoras los chapines, y más
que alcanzare la vista ; en el patio , con galería
de arcos, árboles y plantas de jardín habia , y al
QUE SE FUÉ, 347
centro un estanque con pescados de nacarada co-
lor , algunos ánades y dos cisnes de largo pes-
cuezo , al cual estanque agua caia de los picos de
dos águilas, que un escuson agarraban. Muebles y
de muy rica labor los aposentos teman; vestianse
sus paredes con tapicerías de los Países Bajos, re-
presentando el Rapto de las Sabinas y la Apoca-
lipsis de San Juan ; y sillerías habia cubiertas de
terciopelo, y otras de Damascos y de sedas de Ve-
necia, como también la principal de brocado tole-
dano de oro. Oro habia en la escalera con baranda
dorada ; las puertas doradas eran ; de oro corlado
tenían el tectio los aposentos ; de cobre dorado y
cristal dorado las arañas eran, y guarnición de oro
en los armarios y arcas lucíase.
A más, como gala de señores fuese el proteger
letras y artes, grande salón aderezado al entrar
topábase, con estantes bajos llenos de libros no
leídos, y en la pared cuadros de pintura buena ó
mala , armaduras y cotas de roña llenas , como
los arneses, por más mérito, á más de otras ar-
mas , jarros de porcelana y vidriados , estampas y
cosas, que si el dueño no entendía, halagaban su
vanidad, que aquello acreditábale de rico, y según
todos estos, los dineros dan saber sin estudios, y
sin más que el deleite de moral recreativa. Lle-
nóse todo pronto de personas ; sonó la música de
348 MURCIA
vigüelas, y Don Paolo rompió el baile con una
gallarda, acompañándole otros caballeros, que del
burlaban detrás, y otras damas que hacian lo pro-
pio, delante con melindres y gestos galanes; pero
Dios, ó mejor el diablo, quiso que al hacer mu-
danza extraña , tropezara en el ruedo de vestido
de una señora, que tan mal sujeto traiale como el
guarda-infante , que cayéronseles los tales , en
paño menor quedando; desmayóse la dama, corro
la hicieron otras , retiráronse los caballeros á otra
sala ; excusas dio Don Paolo, á que el esposo ofen-
dido salió, disputa trabóse, acudieron amigos y
en paz pusiéronlos; bailóse luego un Rey Don
Alonso, y detrás unas Folias; pausa hubo, no ha-
blóse más del caso, y pidió perdones Don Paolo á
la dama, quien dióselos, como la mano de amigo
su esposo, ínterin toda la gente reia, de burla sir-
viendo, que no sabemos si aquello tramado por
chuscos habría sido. Tanimientras, muchos criados
un tablado con forros al comedio de la sala saca-
ron, sonó la música con vigüelas, á más pífanos y
oboes, y cantaron los músicos detrás de una
puerta , saliendo al tablado todos los comediantes
de la compañía de Rosendo el Yeclano , que co-
mediantas tenia de fama, más que en el recitado,
en el citado de sus galanes, y no de comedia, que
á los corrales acudían á la cita, con dádivas y di-
QUE SE FUÉ. 349
ñeros para tales Citereas, en sus vestuarios, que
siempre estaban, como panal cortado en plato, de
moscas lleno (9,2). Cortesía hicieron al concurso,
y representaron algunos pasajes de La vida es
sueño, comedia famosa por D. Pedro Calderón de
la Barca, la cual comienza en la pelea que arman
el día de la creación los cuatro elementos, tierra,
fuego, aire y agua, por cada cual llevarse una
corona, á que agarrados fuertemente salen. Poder
sepáralos ; Sabiduría puesto les da , y Amor les
adorna. Cuentan caso de cómo cayó Luzbel, y
otro ser formar quieren , que el primero del uni-
verso sea; püuta el Poder da al hombre que fabri-
quen, prometiéndole paraíso, y júranle los ele-
mentos defender si bien lo hiciere , ó sino aban-
donarle, diciendo:
Tierra.. Y yo en fe de que lo admito,
de los limos de la tierra
con este polvo te sirvo
para su formación.
Agua. Yo
para amasar ese limo
te daré cristal.
Aire. Yo luego
porque cobre el quebradizo
barro en su materia forma,
te daré el vital suspiro,
que hiriendo su faz le anime.
Fuego. Yo aquel fuego negativo,
que con natural calor,
350 MURCIA
siempre le conservo vivo.
Todos. Venid, pues, y al hombre hagamos
Vino después aquello de...
«Apurar, cielos, pretendo,
, yaque me tratáis así,
qué delitos cometí
contra vosotros, nasciendo.»
Con un entremés concluyóse la comedia , y á
un salón los convidados pasaron , en que mesa
larga, bien guarnecida de mantelerías, en él ha-
bia , con sillones á su ruedo , donde asiento las
damas tomando fueron ; armarios de ébano llenos
de platos, salvillas, vidriado y botellas cubrian las
paredes, y pronto la mesa vióse ocupada por pla-
tos de asado de codornices, guiso ¡de lebratillos
con patatas , capones estofados ; los lacayos y ne-
gros presentaban á menudo unos grandes vasos
de copa llenos de vinos de la Mancha , de Cari-
ñena de Aragón y Monóvar del Reino , agrios y
generosos, según los gustos (93); pavos asados,
con relleno de una ensalada de camarojas, truje-
ron después ; y por último, como lluvia , cubrióse
la mesa de tortadas, bizcochadas, de nata, pellas,
pasteles de ojaldrades y de pasta real , frutas , y
dulce almibarado y seco ; para lo cual tragar todo,
en salvillas de plata y copas venecianas sirvióse
por lustrosos negros una ronda de aloja con vino
QUE SE FUÉ. 351
italiano frio y bizcochos de serení, y finezas hubo.
D. Paolo corria, como si en todo estar quisiere,
y en todo faltando; los comediantes, que en otra
cámara y mesa estaban , quejáronse de no comer
sino poco, avergonzando al dueño, los que apoya-
dos fueron por los galanes caballeros , que escur-
rídose habían con disimulo junto á las comedian-
tas, con queja de las señoras y damas de calidad,
que decian desvergüenza todo aquello era ; mala
cara todos al Señor de Pagotti ponian, después de
comérsele muy sendos doblones y convidados hubo
que mancháronle las sillerías con arrojamientos
de puro haitos. Los vinos efecto hicieron y pro-
ducto en risas, escarnios, burlas , malas palabras
y desafios, liornia formando aquella , que comen-
zada en cena, merienda de negros tornóse; gran
parte "de cenadores sin despedir fuéronse, repleta
bien la su faltriquera; agravio formando las damas
por lo que poca cortesía del amo de la casa toma-
ron, y él, jadeando, como perro cansado, arreba-
tada la color , sudando á mares llenas el su pe-
llejo, dejóse caer en un sillón, diciendo que andá-
basele todo. Acudieron los comediantes, la gente,
los muchos mayordomos, criados y lacayos, sin
lograr que en sí volviera , á lo cual doctor necesi-
tábase; corrieron por él, y tan malo viole una co-
medianta , que dijo : « Doctores y enterradores
352 MURCIA
cuenta darán. » Ala cama lleváronle; pareció algo
más mejor y descansado, y descansó, como nos-
otros ahora lo hacemos aquí.
TABLA XX.
DOCTORES Y EísTERRADORES.
Represéntanla algunos intitulados X'C''i'<^ curar, malar y
enterrar , lo cual ejercen con una rica persona que iafln,
como la España , la Dinastia , el Rey , la Centuria
y esta obra.
H
.Á pocas noches concillé mi sueño pensando
en hacer la presente tabla que á mi retablo de
imaginería fáltale, sin contar otras cosas que
faltarán á seguida para los críticos como liebres
encamadas, pero que ocúltanse á mi vista y poco
saber ; si ambas dos tuviera , voluntad no falta—
rame para lo arreglar de mejor guisa ; pero decir
tengo que no traté de algunas materias por muy
motivos justos y varios , como : de la Santa Igle-
sia y su Ilustre Cabildo, que mejor (jue yo, el su
gloriosa historia y preeminencias atesora ; de los
Señores Murcia y Justicia, que muy altos, justi-
cieros y magníficos fueron y son de pública voz y
fama, la que no puede salir de mi clarín, el cual
QUE SE FUÉ. 353
cantando sus glorias , pitico seria de feria , amen
de otras cosas que mucho he reparado para no
decir, por ser cosas muy santas y venerables, de
que hablar prudente no habia de ser.
Traspuesto habíame rezando mis oraciones,
cuando retembló el portón de mi casa con aldabo-
nazos de salva pavorosa ; desperté con ella , y re-
quiriendo mi tizona y un pistolete allí á mano, tal
como en faldón estaba , abrí la ventana de mi cá-
mara; preguntando (después que Ave María dije;
y sin pecado, etc., añadieron), contestóme un
criado de mi amigo D. Ambrosio Herzel Amalfi,
que su amo tan enfermo de súbito estaba , que
asustado habia á toda su familia y servidumbre.
Vestíme de priesa , y tanimientras hícelo , y á su
casa enderecé á seguida , pensaba en el tal , que
rico tornádose habia sin grandes negocios, trabajo
ni saber; como tampoco por las artes de má-
gica , pues conocíle cuando buscaba entre sus co-
nocidos , conocimientos para que conociesen su
falta de dineros , que conocíasele por sus vestidos
y estrechez de estómago, en cuyo pasadizo de
gaznate conocíanse señales de telarañas cuando
abria la boca para su palabra dar á conocer al mi-
nistro de la Francia Colbert , que conoció bien lo
de manejar dineros; aficionado á esto era, y siem-
pre de memoria cuentas hacia de millones , cuen-
23
354 MURCIA
tos de cuentos, pesos y ducados, relamiéndose,
hasta que de la noche á la mañana casóse con
viuda joven , agraciada y muy rica , con lo que
tiró ropillas polilladas, calzas de celosía, capa con
ventanaje y sombrero alicaído, dándose á seguida
porte de caballero, mudando también en más gra-
tos apellidos del que hasta entonces traia de Pé-
rez , pues vulgar ya parecióle : desprecio hizo de
sus amigos , medrar quiso y ser persona hasta
Regidor perpetuo, Agente en la corte, y cosas más,
con que perdiólos, no á mí, que siempre y de ca-
llado respetóle mucho, que paréceme bien así ha-
cerlo por el ten con ten guardar del mundo , que
si tal no sucediera , olla de grillos tornárase á me-
nudo, si tomaran muchos la no cuenta de lo mise-
rable de nuestra condición.
Llegado que fui á su casa , á que acompañóme
un criado con linterna , sin rondas encontrar al
paso , en ella puse mi pié con mal pié , que den-
tro el zaguán pude caer á la causa de otro de una
muía enzarracinada con otras ; que como coz tiró-
me (94), sin que de lleno me cogiera, por lo que al
cielo di gracias , como siempre vengo en costum-
bre, aunque mal me sucediere, con tal de no su-
cederme cosa peor; poco entrado habia desque
obraron la casa , y la cámara de negocios creí seria
una puerta con mucho cerrojo y barronaje de hier-
QUE SE FUÉ. 355
ro, la cual tenia sobre sus cabeceros esta copla:
Dios de los libros te libre ,
Deja estudios, busca haciendas,
No tengas cuenta de libros,
Sino ten libros de cuenta (95)
con que á comprender veníase el arrepentimiento
de D. Ambrosio que literato fué antes de rico, v ya
siendo esto, púsola. Subíme á las cámaras, por
las cuales corrian como atolondrados palominos los
criados ; pasando á ver al paciente que postrado
estaba en su lecho, no pareciéndome de cuidado
por la cara, salime fuera con la señora y los hi-
jos, quienes pucheros hicieron sin barro, aunque
la su casa barro á mano tenia según su dinero; y
al olor del tal tópeme al otro extremo de la sala del
estrado en una retirada cámara, con tres figuras de
grave aparato, cerca de una mesa sentadas. Doc-
tores eran, uno gordo como cabo padre, y los otros
parecían espárragos con ropillas, que traíanlas muy
nuevas y limpias, á más cinto bordado, en que col-
gaban los guantes, y en los dedos ceñían sortija de
piedra cada cual; privilegio de ricos hombres tienen
los tales en lo de cubiertos estar (96), y estábanlo
con sombreros de bacinete por la concomitancia de
los muchos que olían: el que rollizo era, parecióme
de más peso : al cuello rodeábale una gorguera
llana de lino; colgábale largo manteo de lana merina
356 MURCIA
de negra color, y á través de unos espejuelos ver-
des leia en un libro que sobre un paño de amari-
lla color de oro, signo de medicina, y entre dos
velas de cera de la tal color, puesto en un atril
estaba como para rezo de Iglesia : entramos y aco-
modo fuimos tomando á un lado de la tal mesa,
que arsenal era de armas ofensivas á los ojos, y por
alguno de ellos entran*paraayudar alas tripas, por
lo cual ayudas llámanlas ; redomas y frascos de la
Cava, ampolletas, copas y vasos acaparado habian
para cuando menester fuere ; y levantando la ca-
beza el Doctor gordo tomó un D. Pedro Cómmodo
(sin tener de aquel Imperador imagen), metió las
narices, los orines oliendo y luego mirando, lo pro-
pio repitieron los otros dos disfrutando las aromas,
y dijo: Quibiis urince pellucidce , alhce, malee: y
siguió diciendo á nosotros: «La orina blanca y
trasparente es mala;» son palabras de Hipócrates
en su aforismo setenta y dos , sección cuarta : y
hubo un rato de silencio, que acabóse, pues uno de
ellos que, aunque muy joven, corcovado era como
camello beduino, así dijo:
«Repito como antes , amados compañeros:
cuando la sangre se acumula en la vena porta,
malum siynum: palabras del moderno y actual
Doctor Gregorio Ernesto Sthal, que habiendo na-
cido en mil seiscientos sesenta en Auspach, y
QUE SE FUÉ. 357
Doctor fué á los veintitrés años!, una doctrnia
nueva enseña , y es : Que el cuerpo como tal no
tiene la facultad de moverse y ser movido por
sustancias materiales : todo movimiento es un
acto inmaterial y espiritual. ¿Qué diremos de
Boerhave el sabio Doctor de Voorhout en Holan-
da , que hijo del Corregidor de allí , habiendo na-
cido en mil seiscientos sesenta y ocho , á los once
años sabia griego y latin , curándose á sí propio
una llaga que hacia siete años padeció? Sabe
árabe , hebreo y caldeo ; y es Doctor desde md
seiscientos noventa y tres: botánico es y químico
con fama por sus Aforismos, amen de sus Institu-
ciones. Ha establecido el alma en el cerebro y el
principio del sensorio en los nervios, conductos
invisibles que dánles paso á los espíritus animales:
causa de las obstrucciones la mucha sangre fué,
y su evacuación prescribe ; yo sigo su plan y se-
guiré aunque el Doctor Cajanes Valenciano hace
ya más de cien años apellida á los que en evacuar
hallamos remedio, atrevidos sangradores; pero el
calor de España en la sangre hácelo necesario.»
«Téngase, amigo y compañero — dijo el otro
que ya canoso estaba con barba corrida como
cabrío de ganado. — Veo de contrario modo
que V. m.; estudiado tengo cómo la escuela em-
pírica comenzó en esta centuria por corto número
358 MURCIA
de practicadores de diferentes sectas , uno de los
cuales ha sido Santono, que defiende los princi-
pios de Hipócrates y Galeno ; como la regla de al-
teración de los humores inventando con grande
ingenio y artificiosa maña , una como columna de
vidrio que marca la calor del cuerpo. También
asimismo Ponce, Stupani, Hoffman, MarineliyZa-
cunos, con otros médicos, sostienen la tal regla
de los dos dichos antiguos maestros de traseros
tiempos; pero me hará la gracia v. m. de que
añada que no esto es. Veo aquí una fiebre alta
que paréceme otra cosa , para la cual tenemos
grande remedio, la Quinina , que desde mil seis-
cientos treinta y dos está llenando de asombro á
España por un escrito de Barva, quien diez años
después de ello escrito há con vítor á los médicos
españoles que usáronla contra otros libros de atre-
vidos que impugnación hacen ; cuyo remedio los
PP. Jesuítas le rechazan y no le dan á sus enfer-
mos, quitándole fama por le rebajar: tampoco sír-
veles á los mercaderes de drogas adulterar esta me-
dicina por su descrédito , pues Tabor, há treinta
años, en mil seiscientos sesenta y ocho y mil
seiscientos setenta y uno á conocer dióla con re-
glas y recetas por que mejor se ministre ; así fué
que este Doctor tan famoso héchose há con curas,
(jue llamóle á París el Rey Cristianísimo , donde
QUE SE FUÉ. 359
obtuvo la curación del Delfín ; por la cuya cura
dióle el gran Rey dos mil luises y otros tantos
para el camino. Zaga de tal cosa con otras reglas
y mixturas cura la disentería , la hemoptisia , la
gangrena, la melancolía, y es, por acabar, la pa-
nacea del orbe : podríamos recetarla , pero ya que
platicamos de gangrena , despacio andemos , no
fuere que luego caso tuviéremos de una epidemia
que no sé si pestilente puede ser, que Angina di-
cen , y la gente oscura garrotillo ; y que describe
Ñola.»
«Todo puede ser — añadió el gordo tomando un
polvo y estornudando seguidamente. — Aunque yo
el de cabecera soy y conozco el natural tempera-
mento del paciente , híceles llamar por mejor ade-
rezo de la cura. Desque aquella cabra ella mesma
sangróse, la sangría buena es, yerbas da la Botá-
nica, y los antiguos bien curaron mediante los
dioses ; pero cuando ha sido el comienzo del saber
es en los monasterios, en que hasta finada la cen-
turia catorce allí estuvieron las escuelas médicas,
como en seminarios , de donde Reyes y Obispos
sus médicos descogían , y llamóse Medicina Mo-
nacal , hasta que el Cardenal Estonville reforma
hizo de conceder licencia para se casar los médi-
cos que en orden religiosa estuvieren sin ordenar-
se. A la conquista de moros, los médicos, que de
360 MURCIA
estos fueron discípulos, siguieron la lección de los
Alarves que no conocieron, sino las obras de Hipó-
crates y de Galeno, y comento hicieron de las tales
librerías , Avizena , Alí-abas , Mesne , Averroes
y Aven-Zoar, á los cuales á más llamáronles Sa-
bios , que asimesmo éranlo ya en cosas de las estre-
llas, ya en adivinar, como en artes de encanta-
miento y mágica negra; pero como intrusiones hubo
y curanderías, Carlos V en Alemania publicó con
trompetas la Comtitutio Criminalis Carolina para
voto y orden dar para exámenes de médicos, par-
teras y cirujanos latinos : como asimesmo que los
Monjes y Clérigos no ejerzan sino en los conven-
tos ó casas de caridad. Descubrióse y descríbese
la circulación de la sangre por nuestros muy afa-
mados médicos. Montana, en mil quinientos cin-
cuenta. Gimeno en mil quinientos cuarenta y
nueve. Luis Lobera de Avila, médico del Sr. Im-
perador, en mil quinientos cuarenta y cuatro ; y
Laguna en mil quinientos treinta y uno; la cual
cosa (si bien pretenden los de Inglaterra gloria tal
para su paisano Harvey) descubrióla Miguel Servet
de los Reyes, natural de Villanueva de Aragón, en
mil quinientos treinta y uno , al cual quemáronle
en veintisiete de Octubre de mil quinientos cin-
cuenta y tres por causa de sus libros. Al Doctor
Francisco Valles, médico de cámara de D. Felipe II,
QUE SE FUÉ. 361
por las curaciones que obró con maravilla dijéronle
«El Divino;» y no de hombres cosa la medicina
fué sólo, que Doña Oliva Sabuco Barrera, vecina y
natural de Alcaráz , escribió y dedicó al susodicho
Rey un libro intitulado: « Vera medicina y vera
filosofía oculta á los antiguos. » De todo hay, digo
á vv. mm. : evacuaciones parecen lo primero in-
dicadas ; fiebre hay maligna y menester será la
combatir; tenemos la vida en mucha cantidad en
la cabeza, hay terciana, y aquí debo decirles algún
problema de los de Francisco López de Villalobos,
médico del Sr. Imperador y del Rey su hijo. Trac-
tado III. Metro I.
¿ Por qué viene la terciana
Sencilla al tercero dia
Y responde la cuartana
Al cuarto con gran porfía ,
Y en la huelga ya quitada
Dó se fué ? ¿ dó se escondió ?
Y después cuando volvió
¿Quién le mostró la posada ?
Observo la intención pestilente de la natura y ve-
remos lo que mejor fuere para todo , seguro que-
dando de la razón de cuanto escogido tengo:
oigan esto que de veneno trátase natural: «Libro
DE PESTILENZIA, CURATIVO Y PRESERVATIVO, COM-
PUESTO POR EL INSIGNE Y AFAMADO DoCTOR LüIS Lo-
BERA DE Ávila, Médico de S. M.
362 MURCIA
CAPÍTULO IV. — De la triaca, como se ha dk vsxr.
Dize Avizena « In di Viribus Cordisy> que la
triaca en quantidad de vna haba tomada vna
vez en la semana , y con cumo de granadas , es
muy buena, y contra todo veneno, no comiendo
enzima por tres ó quatro horas : lo mismo se dize
del metridato y de la tierra sigillata y del bolo
armenico que son medizinas contra veneno y
mandase traer vna poma al cuello la qual se
haze de cierta manera, metiéndola en láudano
con corteza de zidra , ámbar , almizcle , aloes,
sándalos, malva rosas bermejas, flor de higos de
rio, y de lengua de buey, y toronjil , con polvos
de jazinto molido en agua de azederas.y>
Dijo á seguida que á recetar iba, y escribió así
con garrapatos algebraicos:
«i?. De agua rosada vna libra. De agua de
yerva moza y de lengua de buey , de cada vna
media libra. De vinagre blanco dos onzas. De
sándalos blancos y colorados de cada vno inedia
onza. De coral dos onzas. De Espodio dos dra-
mas. De Canphora una drama. Mézclese y dado
un hervor, aplicado sea en paños (mojándoles)
sobre el hígado á tener un calor grande.
» Ha de se procurar cada día, cámara, por si
ó por arte. — Dr. Mala Espina.»
Hablaron en voz baja, y fuéronse á la alcoba,
QUE SE FUÉ. 363
en que habia cuatro cirujanos echando planes de
su oficio, afilando herramientas; al médico de ca-
becera chocóle la cara de uno, y preguntado que
fué, contestó temeroso, que de Valencia era, y no
aún cirujano de aprobación ; sus compañeros de
carnicerías falsario llamáronle , que engañado ha-
bíales al entrar, y el médico joven sacó unas or-
denanzas de los Señores Murcia, que así leyó:
«24 Por quanto es ?iezesario que los Médi-
cos, Cirujanos, y Barberos, que vsan de las di-
chas facultades y ofizios en esta Ciudad, se sepa,
y entienda los titulos con que los vsan para que
se vea si son bastantes , y qual convienen, como
negozio de tanta importanzia: ordenamos y man-
damos, que no se pueda vsar, ni vse de las dichas
facultades y ofzios, sin primero presentar ante
Nos los titulos, y examenes detlos; y el que los
vsare incurra en p)ena de seiscientos maravedís,
aplicados conforme la ordenanza. Y lo mismo
sea, y se entienda con los Boticarios, Albey tares
y Herradores.»
Confesó que sólo barbero era de pasacalles de
vigüela, de nuevas de guerras y de jácaras cantadas
por el acallar del repelo, habiendo allí entrado por
ver cosas de más oficio; y de vergüenza corrido,
corrió corriendo á la calle, sin reparar en una
como trabilla, pero no de perros, sino de unos
864 MURCIA
como aves de mal agüero , según la color de las
plumas que traian tras la oreja , los cuales , ha-
blando todos á un tiempo , como en su rosario los
moros , y muy á quedo y somormujo , quedaron
en la segunda sala aguardando la vez; aprove-
chando la suya estaban los pesquisidores de la
vida, que sangraron, según Boerhave, á un tiempo
de la frente, brazo y pié á D. Ambrosio, reba-
jándosela hasta que perdió color y fuerza, y des-
mayóse; lo cual visto por el Doctor déla Quinina,
comenzó á dar voces y decir que aquello un homi-
cidio era , y su medicina en tiempo obrado hu-
biera un milagro, pero que ya no alcanzábale; los
otros embistieron con él á palabras, llamándose
de nombres, y muy propios, matasanos, cómplices
de sepoltureros, cofrades de ánimas, asesinos con
título, guadañas de la muerte, parcas masculinas
y huertanos de cementerios ; alzaron los bastones
y sacudiéronse , rodando por la sala guantes y
sombreros. El Sangriento y el Quininador salié-
ronse enzarzados (aunque después de montados en
sus muías , ya por la calle , amigos fuéronse , cu-
chicheando, que verlos pude desde una ventana
que abrí, pues ya clareaban los claros del dia).
El de cabecera vino á mí como á la familia , y
exordio echando, dijo que veía mal á el enfermo,
con muchas cosas de sabida práctica, según el
QUE SE FUÉ, 365
Tractado de presagianda vita et marte cegro-
tantium, de Próspero Alpino , y según Hipó-
crates, aforismo XII, section VIII, aUngües ni-
gri, et digiti manuum et pedium frigidi, con-
tracti , vel remisi , mortem in propinquo esse
ostendwit;y) que decir quiere: «Las uñas negras,
y los dedos de las manos y de los pies frios, con-
traidos ó flojos, indican muerte próxima;» y ad-
vertíalo, porque como cristiano prepárasele, como
asimesmo, si testamento no tuviere hecho, me-
nester seria le otorgar ; llorando á lo tal la señora
y los hijos; pero á seguida entraron el Cura de la
Parroquia y dOs Padres Carmelitas con dos de San
Francisco (que no sé si escondidos estuvieran
dentro ó casualidad fué); tomaron asiento y un
polvo por lo pronto, para tomar luego lo que toma-
dero fuere, pues en lo de ir tomando engaño no
hay; aconsejaron lo del testamento, y Cura y Pa-
dres disputáronse quién tomaria la delantera, que
como de mayor fuerza tomó un Padre. Avisados
enfermo y escribanos, que no eran otros aquellas
aves de pluma travesada , entraron en tropel por
ver quién antes debiera ser, y querella interpu-
sieron; apacigüeles y, preguntando quién más an-
tiguo era dellos, y resultando Salvador Burruezo,
cuyo protocolo habia abierto antes que los otros,
que muy nuevos y de ogaño eran en práctica, hí-
366 MURCIA.
cele comenzar lo que instrumento público llámanlo
mal, pues lo más de secreto hácese con reserva,
y fué con esta capitulación, ante un Santo Cristo
que sacó uno de aquellos gavilanes bajo de su
ropilla.
« En el nombre de ¡a Santisima Trinidad,
Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espirita Santo,
tres personas realmente distintas, y una divina
esencia , que vive y reina por eternidades , sea
siempre notorio como yo , D. Ambrosio Herzel
Amalfi, vecino que soy de la muy noble y muy
leal Ciudad de Murcia, Parroquia del Señor Sa?i
Bartolomé, estando atacado de enfermedad mor-
tal y postrado en cama, pero conservando, á Dios
gracias, el uso de mis potencias y sentidos; de-
claro y creo en el misterio de la Safitisima Tri-
nidad, y en todo lo demás que tiene, cree y con-
fiesa la Santa Madre Iglesia Católica de Roma,
bajo cuya fe y creencia he vivido, y protesto vi-
vir y morir como católico y fiel cristiano , eli-
giendo, como elijo, por mi intercesora, protectora
y abogada á la Reina de los Angeles, para que
ponga á mi ánima en camino de salvarse, cuando
deste mundo salga, para el cual caso hago y or-
deno Testamento , y en su cumplimiento nombro
por mis albaceas (aquí pausa hubo) al Señor Cura
de mi Parroquia y á los RR. PP. Provinciales
QUE SE FUE. S&l
de ¡as Órdenes del Carmen y de N. P. San
Francisco, instituyendo por único y universal
heredero de todos 7nis bienes á (aquí la voz baja-
ron, y yo puertas de afuera sólo escuchaba mur-
mullo, y algún Otrosi digo, que eran creo tantos
noes profundos del abatido enfermo). En cuyo
testimonio asi le otorgo en la Ciudad de Murcia
á ocho de Noviembre de mil setecie?itos años.
Siendo testigos los dichos albaceas , que con el
otorgante, firman que admiten su encargo, el que
promete?! cumplir con la ayuda de Dios Nues-
tro Setior, á presencia de Francisco Martínez
Yedrós, Jurado* desta Ciudad, y Ramón de la
Pedraja, Escribano de S. M., como los de tal
titulo Sebastian de Pina, Ignacio Camacho y
Fraticisco Rodríguez, de que doy fe bajo mi
signo de uso , y ante la imagen de Dios Nuestro
Señor Crucificado. Amen. — Salvador Rur-
ruezo (97).»
Fuerzas perdía D. Ambrosio, y confesóse antes
que faltáranle por completo; su familia lloraba;
caleguala de yerbas cocidas sacaron los criados,
que de un insulto la señora acometido habíase;
frió fué quedándose el que horas antes bueno es-
taba ; y á poco después murió aniquilado entre el
Señor Cura y los Padres , que á bien morir ayu-
dáronle con agonizantes pláticas de alarido, y sin
368 MURCIA
tiempo para darle S. M. en público. Carreras por
la casa hubo para retirar á la señora y familia , y
no supe por dónde ni cuándo despareció el Doc-
tor ni sus sicarios; vinieron los criados y con ellos
algunos hombres con coletos y rosarios camal-
duleros al cinto y mujeres con negro zagalejo y
tocas , las cuales personas promesa tenian hecha
(según su decir) de amortajar (por dineros) (98);
y tal hicieron con D. Ambrosio, al que, después
de lavado, órdenes dieron de N. P. San Fran-
cisco, poniéndole su santo hábito y esparteñas de
cara ancha, soga basta, y una cruz de cerilla ama-
rillenta en las sus cruzadas manos, con lo cual un
Reverendo semejábase , ínterin oí que las campa-
nas de la Parroquia tocaron triste son de agonía,
cuyo aviso llevó por las señas correo cojo. Del
entierro encargo tomaron el Señor Cura y los Pa-
dres, y del convite de personas de nota oficio me
dieron ; consolé á la viuda , y fuíme á las Casas
de la Corte, á ver al Ilustre Señor Corregidor, el
cual amigo del difunto era, que de quien dineros
deja, amigos muchos la familia tiene; alzado ya
encontróle y de ocupada reserva, con papeles que
por la posta habíanle traído , y los alguaciles cor-
rían para cita dar á los Señores Murcia y Cabildos.
Saludóle al Ilustre Señor y díjele mi diligencia;
sintiólo al parecer, autorizándome con su aproba-
gUE bE FUÉ. 369
cion cuanto necesario fuere; y muy reservada
leyóme una carta de Estado que, liabiendo Su
Majestad muerto, por disturbios causar el enviado
de Ingalaterra, pública en Madrid y fuera por pro-
pios la hacia este enviado, la que intríngulis contra
la sucesión de Francia mucho encerraba, dirigida
al Ministro en la Qjudad de Londres; la cual sen-
tenciada era, por el Real Consejo, á prohibición con
penas al que la leyere á gentes, amen de prisión
sin fijo tiempo, de la cuya carta, con su permiso,
tomé una copia de secreto, porque curiosa es,
como sigue :
<iMr. Schoneneerg al Honor. A. Stanhope. —
Madrid á quatro de Noviembre de mil y sete-
cientos.— Nada diré del fatal resultado de la
enfermedad del Rey Católico, pues no dudo re-
zíbireis la notizia por los diferentes correos que
todos los Embaxadores hemos hecho salir , no
oslante la provizion de suministrar caballos de
posta sin espreso permiso. Añadirele solo que su
testamento se abrió la misma noche, y que en el
se nombra al Duque d'Anjou por suzesor vniver-
sal, y estinguida su rama, la del Duque de
Berri deviendo por el tanto volver la corona á la
casa de Austria por la rama del Archiduque
Carlos y suzesivamente á la casa de la Saboya,
pero como saveis « del dicho al hecho hay gran
24
370 MURCIA
trechoyy según los Espa fióles. Sin embargo, la
Junta del Gobierno ha enviado estracto dése ar-
ticulo á S. M. Cristianisima sin se comprometer
mas en la materia, aunque desease aquisu cum-
plimiento, y como infalible mírasele. Alrezibirse
la notizia de que reunianse tropas franzesas en
los Pirineos, esta Corte ha ominado tres mil do-
blones al Gobernador de la Navarra y cinco mil
al de la Guipouzcoa y algunos oficiales reforza-
dos para que acusen los movimientos y la con-
ducta de aquellas tropas. ¿No diriase que abunda
aqui el dinero y que no savese que hazer con el,
pues emplease tan infructuoso y fuera de propo-
sito? pero ya conozeis el saver desta gente; por lo
demás todo permaneze tranquilo , y con tal que
el vientre no sufra, lo demás marchará como á
la Providenzia plázcale. El cuerpo del difunto
Rey ha sido avierto y embalsamado ayer, y ma-
ñana por la noche se le trasladará al Escorial.
El corazón no era mayor que vn huevo de palo-
ma, y eslava fofo; el higado encontrosele casi po-
drido y dentro el, vna piedra como tamaño de
un hava y negro corno café del tostado. Rezibid
Honorable, etc. » Despedíme del Ilustre Señor
Corregidor , aplazados quedando para más tarde
en el entierro ; dejé Casa de la Corte , y fuíme á
la mia, donde dispuse por medio de mis criados y
yUE SE FUÉ. 371
los de Su Ilustrísima el convite; tomé alimento, y
concilio un poco el sueño perdido, pero no en
completa calma.
Despertóme la segundilla (99) de coro de la
Catedral ; las dos eran de la tarde ; hice sacar
vestidos negros ; pósemelos , que antes de mi
tocado hacer las campanas de los conventos del
Carmen y San Francisco, como las de Parroquia,
tañian funeral; no cisquéme de polvos la peluca,
que luto denota no peinado ir , y enderecé á casa
de Fray Ambrosio , donde acudiendo fueron per-
sonas de sangre y de limpia nota de hidalguía,
por el tanto no de amigos, que nunca serlo
quieren sino de quien azul como ellos la sangre
tiene, sino porque dineros debíanle al difunto,
con la idea de presentes haciéndose que no re-
pretáraseles. Allí el Ilustre Señor Corregidor y
otros, con la viuda y con los hijos estaban en un
oculto estrado de la casa que á oscuras quedado
habia por el cerramiento del ventanaje , para más
triste parecer ; y cuando vuelecico de clamor
gordo las campanas tocaron , bajáronse al zaguán
el ataúd con el difunto, que al comedio del tal za-
guán, que vestido de bayetas estaba, sobre una
mesa dejáronle, con blandoncicos á la redonda
puestos y ardiendo de cera amarilla en arandelas; á
los pies una caldereta habia con hisopo; y cuando
372 MURCIA
haj.iinos, ;is[)er>ion tiró cada vivo y presente al
muerto, á quien burlas y momos hacían de su
tiesura desvergonzadas mujeres y churretosos za-
gales desde la puerta de la calle, la que paño te-
nia, y tendria colgado el novenario todo. Sintióse
rumor en la calle dicha , y vino y siguió á poco
una como procesión ; formábanla los muñidores de
las Cofradías, ruido metiendo con sus campanicas,
tocando como para pedir ánimas de nochecido,
los que vestimenta cubríanse de bayetón con más
claras que bujeros, más bujeros que cera gotosa,
y désta más que roña en los capuces, que era
más que la falta de pelo y raimiento de la trama,
que más á tela de araña parecíase. Compañeros
seguíanles los lloradores pobres, que oficio lu-
crativo es; y si los ojos con cebolla úntanse.
por mejor parecer contristados por la muerte del
difunto, no embárgales tanto la pena, que las ga-
nas quíteles de plomos echar en los pábilos de sus
hachas, para que éstas lloren por ellos y córrase
su cera, los muy galopos, que bien corridos lo
son. Los arrendadores tras-venian con capas, que
sólo pónense para boda , bautizo y entierro , los
quienes velas en la mano traían ; como Plantones
fila formaban á comedio unos tras otros y en tre-
cho los estandartes de cofradías , que cuantos más
fueren, y cuéntelos la gente por lo tal, tanto más
QUE SE FUÉ. 373
vanidad muéstrase y riqueza, pues de alquiler son
y de costa tiene cada uno un peso duro. Las dos
órdenes del Carmen y San Francisco en hileras
largas asimesmo venian, con caras tristes y alegre
sentimiento interior de la gloria que gozaba ya el
difunto, que dejábales misas y memorias pias; vi-
niendo á seguida cruz y ciriales, piporros, bajones
y bajoncicos, junto con los sochantres, que rumor
de bóveda con sus voces lastimeras hacían , á los
cuales acompañábales el coro de clérigos y mona-
gos, murmurando estos últimos de la poca limosna
ó de la pequenez de las velas, la cual irreverencia y
falta de respeto en los entierros vese á menudo.
Como derecho de arrendadores , portear á el amo
es en Murcia, haciendo piernas con el ataúd, seis
dellos fuéronse detrás de los Parroquiales, después
de responso echar el Preste con pausa , y asper-
sión hacer desde la puerta; siguiendo al Ilustre Se-
ñor Corregidor, que tras de nuestro amigo iba con
las personas del duelo, todos nosotros los amigos,
arrastrando paño, que de moda y gala triste es lo
de la cola en los manteos , como la cabeza echar
sobre el pecho, por figurar pena, aunque regocijo
haya por la herencia.
Llegados á la Parroquia , y puesto á Fray Am-
brosio en la tumba, cantáronle todo el grave oficio
de difuntos; concluido el cual, á una capilla con
374 MURCIA
él fuimos, donde su familia enterramiento de bó-
veda tenia con patronato ; que á no así ser , se le
hubiera , con largueza de dineros , enterrado á
dentro la iglesia; y de no tener tantos, á puerta
fuera en el atrio de cementerio; bajáronlo bajo
tierra, echáronle la losa, cantaron el Requiescat in
pace, y el duelo á la puerta de la iglesia en sillones
púsose, por delante del cual los caballeros pasa-
ron cabezadas dando y diciendo: « Lo mismo digo, »
sin se saber por qué, ni qué dijeron primero,
aguardando el acompañamiento en la calle. A la
casa fuimos, y en el zaguán mesas tenian como
arriba en las cámaras de los estrados altos, sir-
viendo en ellas al cortejo, y abajo á los arrenda-
dores y cofalandros, chocolate en salvillas, con
bizcochos y aloja ; como un pastel de carne y una
escudilla de vino á los de baja condición. Acabado
lo cual, en la antecámara sentóse la viuda con lar-
gas, negras, monjiles y dueñosas tocas, suspiros
dando por alguno de los que despedíanse de ella
diciendo: «Lo mismo digo;» tanimientras otros
suspiros un año pasado, daria con voluntad en el
altar, pues no todos los (pie ^ indos quedan, siem-
pre viudos así mueren (100), que ya el refrán
dice: «A Rey muerto. Rey puesto,» de lo cual
hablar debemos ahora.
De la muerte dice Juan Oven:
QUE SE FUÉ. 375
Tal vez la hacienda robada
vuelve el ladrón con fiel modo;
húrtalo la muerte todo ,
pero restituye, nada.
lo cual cierto y verdadero es, porque para el
muerto no vuelve más vida que la vida eterna, ó
el eterno infierno, según lo bueno y malo que hu-
biere hecho, dejando aquí todo, como si dijera:
«Ahí queda eso;» tal como (y de secreto diré-
moslo) el Rey Nuestro Señor D. Carlos II , que
Doctores tuvo ala cabecera de sus gobiernos, que
sangrías y muchas á los Estados dieron de dine-
ros y sangre con los^autos de fe y guerras, las
cuyas medicinas achicar hicieron el círculo de las
venas de la España, que mucho enfermó por fies-
tas, galas y guerras, con que aniquilada ética tor-
nóse, calentura lenta agarrando á la cabeza della,
que el Rey fué , y visiones de brujas , encanta-
mientos y hechicerías todo figurábasele ; no le bas-
taron epitbimias, como que muy enfermo de chico
el corazón tenia; y por nada saber, no hizo ni
supo hacer heredero de su solio tampoco ; por todo
lo cual, si desangrado el Estado murió, tal suce-
dióle al Rey de calenturiento, y á la Monarquía y
Real Casa de Austria, por falta de fuerzas viriles,
cuando la Centuria vieja ya de cien años decima-
sétima murióse al tiempo propio.
376 MVRCIA
Traza de muerte y tintas de gori-gori esta tabla
de mi retablo tiene, como último, pues lo de morir
para lo postrero dejar debemos ; la España verda-
dera murió, y sus haciendas á manos irán de otra
Raza , que tornaráse vieja y enfermiza acaso más
en el poder y regimiento. Con la ya pasada murió
el Rey Católico , que su cabeza era ; con el año
pasado murió la Centuria ya chocha ; con esta
última tabla, remate y fin este librico tiene. La
historia , que por eterno tiempo el suyo abierto
muestra , juicio hará de las cosas pasadas de los
Príncipes y Reinados, como la crítica ojeará este
retablo de imaginería, que aquí muere. Aquella
fuerte Nación , Monarquía , Raza y Centuria que
hombres Doctos y de saber hicieron , matáronla
Doctores de Estado... Este librico, que yo nacer
hice (Deo gratias), mátele (á Dios sean dadas) sin
más medicinas y sangrías que las que achicaron
el círculo de la paciencia tuya, caro lector. Pón-
gole de cuerpo presente; al su entierro convidóte;
que si los que van á entierros Enterradores dícen-
les , porque sepoltura dan en tierra á cuerpos
muertos; los que leen, débenlo ser por el tanto de
sepultar en su memoria cosas ya que acabaron
y fin tuvieron, como este susodicho librico; échale
tierra. Si buenas obras con él hice, dale premio
de gloria eterna en tu memoria y bibliotecas; si
guE SE FUÉ. 377
malas, con rigor infernal tratado sea en especie-
rías ó tiendas liando sardinas, como en excusado
sitio de cámaras. Saquéle á la luz para que vieras
lo que Murcia que se fué adelantada estaba cuando
se escribió por mí , en oscuridad , según algu-
nos, y luego puédase ver á la más luz de otra lu-
minosa centuria , al decir de casi toda la muchí-
sima gente sabidora del tiempo futuro. No es-
cribí mucho por no matarte ni matarme, y como
la vida sólo tiene un solo último suspiro, esta
obra un solo último pensamiento tendrá de un solo
último verso desta última ya conocida
DÉCIMA.
A todo la muerte hiere;
la obra que más se dilata
á su propio lector mata,
y su autor en ella muere;
y aun el libro que más quiere
de la fama el gran poder
eternizar, y extender
y dar vida en su clarin,
al cabo tiene su fin
cuando acaba su leer.
Ya rematado queda este librico ; yerros tiene
muchos; perdónalos. Una palabra ciérrale; ésta es:
FIN.
TRAZA Y ADEREZO
TABLAS CONTENIDAS EN ESTE RETABLO DE IMAGINERÍA.
Introducción 1
Poesías 19
Al lector 25
TABLA I. — El sopista Caña-Eja. — Representa
un sopista que, siendo pobre, carrera seguia, y
enseñaba el circuito desta ciudad de Murcia,
sus calles y acomodos 27
TABLA IL — El Cuco Bermejo. — Representa el
mesón deste intitulo con su mesonero, vida y
milagros,, que hombre de ellos era; y dase ra-
zón de las ordenanzas de tales casas 38
TABLA IIL — La pieza dr examen. — Representa
la plaza de Santa Catalina ; el taller y vida de
los sastres; examen de uno; y razón se da de las
ordenanzas de su gremio 50
TABLA IV. — Paseo de solaz y honesto trato. —
Representa lo que al otro lado la puente habia:
allí conócese á caballeros que leen cosas de
ingenio, y se da noticia de los conventos de tal
parte 70
TABLA V. — Tertulia distinguida de gente desco-
gida.— Representa una principal y noble casa,
donde tertulia tenian grandes y nobles señores;
y conócese la Riada de San Calixto, que mu-
chos daños hizo 84
TABLA VI. — Entre la queda y el alba. — Repre-
senta al claro y oscuro, los amores, penitencias,
casos y cuchilladas que hay entre tal y cual
campaneo 101
TABLA VIL — El Alarife Picoleta. — Representa
la vida de albañiles: querellas y desaguisado
que armaron, y que hizo menester la repetición
de su ordenanza 114
380 MURCIA
PÁGIXAS.
TABLA VIH. — Marta Carantoñera. — Repre-
senta una conocida casa de manceberías, donde
ofendíase mucho á Dios con malos tratos: tam-
bién conócese un ingenioso romance y otras
cosas dignas de saberse 136
TABLA IX. — RoPRiGO\ de Bodegón. — Representa
calle de Bodegones: conócese auna rara persona,
como noblezas de Murcia; y á más de una cues-
tión de dineros, las ordenanzas 151
TABLA X. — La Voz Pública. — Representa al
pregonero y su tio, su casa y vida: saliendo lue-
go Pregón Real de ordenanzas de la seda, que
cosa es de saberse muy útil 170
TABLA XI. — La pastelería. — Representa una
casa tal , con su guisa de menesteres , fama de
todo, y ordenanzas desta materia de gusto y
gasto 186
TABLA XII. — Mercado privilegiado. — Represen-
ta el día de jueves con sus privilegios, costum-
bres, práticas y noticias, saliendo al vivo algu-
nas figuras y otras cosas que verá el curioso
lector 199
TABLA XIII. — Escolastici Vit.í Bagabuxdi. —
Representa un desván de una casa donde cuatro
estudiantes de la tuna con un vestido vivían; y
trazas de gandaya 217
TABLA XIV. — Bandera y bandolera. — Repre-
senta como vínose de tiempo há en servicio
de S. M.; conócese á varios capitanes, y hacen
de nuevo á un alférez , con otras cosas de his-
toria 235
TABLA XV. — Tras vísperas, vistas. — Repre-
senta los conventos de frailes y monjas con su
historia, costumbre ya pasada de vistas, yes-
cándalo por tal causa". 253
Tabla XVI. — Relator de riego y abogado de
SECANO. — Representa la vista desta huerta de
Murcia y su sierra; conócese en el fondo á un pa-
nocho que relata en su habla las ordenanzas de
labraduría 271
TABLA XVII. — Ingenios murcianos. — Representa
el pueblo de Aljezares, á donde á comer van al-
2UE SE FUÉ. 381
gunos conocidos , que coplas de. verso y cosas
buenas dicen, que saberse deben 290
TABLA XVIII. — Procesión General y Bendición
Papal. — Representa en el fondo algunas proce-
siones, y en término primero con vivas colores
y expresión, la del SS. Corpus , con su acom-
pañamiento entonces 309
Tabla XIX. — Sarao, comedia y cena en casa
AJENA. — Representa con decoración el teatro
de la historia destas diversiones en Murcia;
conócese á un autor comediante de fama , y á
un ginovés con dineros que de un sofocón en-
ferma 329
TABLA XX. — Doctores y enterradores. — Repre-
séntanla- algunos titulados para curar, matar
y enterrar, lo cual ejercen con una rica persona,
que da fin como la España, la Dinastía, el Rey,
la centuria y esta obra 352
FIN DE LA TRAZA.
LO QUE OLVIDÓSEIVIE.
Intenciones tuve de interrumpir el Retablo pe imaginería
varias veces para hacer ver algo sobre la manera de escri-
birle según antiguos tiempos; pero sólo Dios sabe por qué no
hícelo, y ahora á la memoria viene: tratar debo de ello, que
muy necesario es cuando vemos que en este tiempo corren
las obras cuanto peores, insultantes, obscenas, inmoralesy
hasta heréticas fueren , teniendo estas ruidosa fama , y pro-
vecho sus cínicos autores; así pues, creyendo que este libro
traspasa los límites de la ciudad, la provincia, el Reino y la
Nación (que no es vana gloria pensar así cuando más corrió
un otro libro que su autor intituló: (ilSo hay Dinxn), fuerza
es que tratemos algo sobre la manera de hablar de los mur-
cianos, del cuyo extraño lenguaje repetidas pruebas tenemos
en el libro del Retablo; pues chasco y no flojo seria que fuera
de la provincia tomáranse las palabras como bárbaras é idió-
ticas : en Murcia se escribió el susodicho librico, en ella ar-
reglé su publicación, y debí usar un lenguaje murciano en
toda la obra que fuera el usado en los tiempos del buen hablar,
prefiriendo que se me toche de exagerado, á incurrir en los
galicismos de los que hoy escriben con tinta española locu-
ciones extranjeras y palabras indefinibles.
Decia y repito que es preciso hacer ver á los críticos la
natural y franca pronunciación de las voces murcianas , razo-
nando el uso del, para algunos, extraño lenguaje: á este fin
consagro la última parte de esta obra para indicar del modo
más breve y compendioso un ensayo filológico histórico, ter-
minado por un léxico de las voces más usuales, pues (si el Se-
ñor de nuestra vida no dispusiere pronto) tenemos intención
de emplear algunos ocios en una obra más ordenada , aunque
no tanto como fuera de desear y mis lectores merecen : ma-
nifestado esto, allá va lo que prometo y no sé si podré cum-
384 MURCIA
plir, advirtiendo que tengo á la vista cuando esto escribo las
obras de los Doctores Monlau y Borao, cuanto de los licen-
ciados Cáscales y Ponzoa , así como otras de consulta , que
para tomar y dejar sírvenme.
Remate un autor antiguo y el moderno comience.
Sabido es de muchos que acabada la guerra de Troya, mil
cuatrocientos años antes de J. C. fué cuando los avaros mer-
caderes y navegantes, fenicios y griegos, colonizaron en
formas pacíficas y amistosas con los naturales las ricas y fér-
tiles costas del Mediterráneo; pero su influencia no debió sen-
tirse sino en el litoral , como obsérvase en Cartagena , cuyas
minas ellos abrieron, labrando casas y hornos, los que des-
cúbrense á menudo, no pasando tierra adentro: poco ó nada
podrían variar el lenguaje ; mas dejaron señalados algunos
puntos con nombres griegos , como : Denia , Sagunto, Rosas,
Pirineo, Teucria (Cartagena) , etc. , y la Península quedó co-
nocida con un nombre griego, España ; comprendiéndose que
Murcia no pudo tener en el sitio actual población alguna, pues
debiera ser la vega de su rio un fértil bosque virgen , acasa
mal sano , en que no se conocieron las Colonias Helénicas, si
bien se quiere suponer que el nombre Murcia es derivado del
griego ixupxta-mirto. por los mirtos ó arrayanes de sus cerca-
nías; mas¿estaria dónde hoy? sea como quiera, y no muy tarde,
la dominación romana extendióse por toda la Península , y
pudo entonces , por los primeros pobladores de la orilla del
rio , hablarse el idioma del Lacio. Cartagena con sus conti-
nuos y sangrientos sitios que hicieron acudir ejércitos nume-
rosos dio luego pobladores latinos que aprovechasen la ri-
queza de las tierras y las beneficiasen; éstos debían hablar
un lenguaje greco-latino, corrompido por voces de los natu-
rales; de él no quedan restos: las lápidas, único documento
arqueológico filológico , no dan sino una idea de la expresión
latina prevenida legalmente, no del lenguaje vulgar; pero de-
jaron pueblos, cuyos nombres indican lo expresado: Libralla^
QUE SE FUE, B85
Librilla; Cepti, Ceuti; Adeo, Aledo; Tiirbula, Tobarra; Ili-
num, Hellin; YeUazo. Yecla ; Ilorcis, Lorqui; Mons Acu-
tus. Monte Agudo, los cuales, como se ve, han conser-
vado su radical á través de los tiempos.
. El idioma latino, en medio de su lastimosa decadencia, si-
gwió siendo el usado en toda la Península á pesar de la domi-
nación goda , que no impuso su lenguaje, pero que le dejó
sentir: Cornelio Tácito se lamenta de la mala latinidad, San
Gerónimo siente su decaimiento, y el ilustre Cartago-Noven-
se, San Isidoro, llama «mixto» al idioma militar, corrompido,
entre latino y bárbaro por las conquistas; y tanto lo debió
ser , que los antiguos Báslulos y Contéstanos , á la caida de
Rodrigo en el Guadalete , cuando alzaron á su pariente Teu-
dimero, señor Godo de Tadmir (región Tadmira ó de las
Palmas, Múrcia),á pesar de la sabiduría y elocuencia de éste,
como de sus grandes dotes de gobierno, no han dejado nom-
bres godos ni pn pueblos ni en lugares de campo, sino algu-
nos, como Tutana , Giomala, y estos dudosos, como también
Thader, con que conocieron al rio.
Desde 743 , la región Tadmira ó de las Palmas se ocupó
por los árabes después de las discordias de Córdoba, quienes
por entonces más agricultores que hombres de letras, repar-
tiéronse los terrenos de las orillas del Thader ya dicho, á que
llamaron Wad al Abiat, poniendo á la ciudad por nombre
Mursiat, corrompido del que antiguo traia : á consecuencia de
nuevas labores en los campos y fundaciones de Alxamas y
Alkerias, tomaron estas nombres variados, así como los nue-
vos cauces de riego; aquellas: Cantarac^ Alcantarilla;
Almazarrón j Mazarron ; Alacant, Alicante; Wad-Aix,
Guadix; Cara-Wac, Caravaca; Se/íegíin, Cehegin; MulaL
Muía ; Oriola , ürihuela ; /sso> Yso; Xecura , Segura ; Zieza,
Cieza ; Alxelab, Aljezares; Alxuzer, Aljucer; y los dichos
riegos tomaron los nombres de sus dueños ó jefes de tribus,
como Beni-Hajan, Zaraiche, Alfande, Bene-Tuzer , Rabal,
Cara-Yija, Alkerias, Beni-Ale, Zeneta, Beniel , Al-Wazas,
25
386 MURCIA
Alfietami: resultando que realmente el árabe, uno de los
idiomas afines al hebreo, fué el que dio origen en esta co-
marca á una manera regular de expresión, puesto que no hay
pueblo ni partido en que no se conserven locuciones arábigas
en abundancia, que trasmiten á través de los tiempos un rasgo
particular , un accidente fonético que lo acredita : la adición
del artículo Al, arábigo , al nombre, formando con éste una
sola palabra, como Al-caide, Al-cali, Al-ferez es muy común;
y no es posible enumerar los casos en que las vocesse pronun-
cian con tal artículo ó con su sinónimo or, ó ya perdidos
ambos usos, como en A-cequia , A-cibar que en un principio
se pronunciaron Al-cequia , Al-cibar.
Mucho debió perfeccionarse el idioma , pues por diversos
autores sabemos cuántos y grandes de letras ílorecieron du-
rante la dominación árabe ; hé aquí algunos de los princi-
pales:
Abd el Malek , poeta filósofo.
As-cher Ben Margia , sublime escritor.
Abul Fadal , sabio y poeta.
Fahtima, poetisa.
Shan Sedin , Perfecto de la Academia de Granada.
Abdalla Abdarra , matemático ilustre.
Mohamad Altagib, sabio poeta y escritor de derecho.
Al-Katani, poeta distinguido.
Abu-Rojial-Ben Galbo, poeta y wizir.
Albok-Hari, poeta y distinguido literato.
Inútil será buscar escritos de estos y otros muchísimos
¡lustres literatos, por los cuales viniéramos en conocimiento
de los adelantos de un buen hablar y de lasjoyas que dejaron,
producto de su fogosa inteligencia, de la inspiración de sus
pensamientos, expresados con extraños y bien trazados giros
en ese idioma en que cada frase es un eco armónico , cada
alabanza á su Dios un poema; el Cardenal Giménez de Cis-
neros, después de otras pesquisas , mandó quemar todos los
escritos árabes; después siguieron otras persecuciones, y
QUE SE FUK. 387
por último, poco ó nada queda de ellos para apreciar su bella
literatura, que muy adelantada estarla al aparecer por las
fronteras del reino de Aragón, en pié de conquista, Don
■Jaime 1 amenazando al Reino de Murcia. Ocioso es detenernos
á seguir paso á paso la guerra que preparó la entrega de
Murcia por Al-Boaques, y pasáramos á considerar lo impor-
tante de este suceso con relación á la parto filológica.
El valiente autor do Lo libre de la Saviesa, el Rey que
hizo su Crónica ó Comentari, á fin de conquistar á Murcia
para su sabio yerno, habia levantado en Mallorca, Cataluña,
Aragón y Valencia una de esas cruzadas de que no hay ejem-
plo, para la cual recibió expresa Bula de Clemente VI, que
publicó en Tarragona y Valencia, formando un poderoso ejér-
cito de nobles, y ricos infantes, y caballeros , no sólo valero-
sos, sino también sabios y grandes hombres de letras; en su
mnyor parte aragoneses, catalanes, valencianos y mallorqui-
nes; y algunos franceses é italianos: los apellidos Moneada,
Cervellon, Alexandri,Anglesola, Busaldú, Bardají, Benvengut
de Lizana, Claramonte, Dosca, Despuig, Juglar, Provenzal,
Xufré , RocafuU , y todos cuantos otros cita el erudito Cas-
cales en los linajes, prueban que los verdaderos capitanes
conquistadores que lograron repartimiento y mercedes de
tierras y feudos, fueron aragoneses, en la natural expresión,
por ser servidores de aquel Rey; por tanto, estos caballeros
impondrían desde luego su idioma para entenderse con
los vencidos ; el provenzal seria el primero que para los
tratos agrícolas y domésticos usasen, y aunque para los efec-
tos legales tuviese fuerza en los documenlos el romance cas-
tellano, obsérvase, no obstante, en algunos relativos á Murcia,
cierta intención á los giros del provenzal, y también palabras
que indican el poco uso vulgar del romance, fuera de la esfera
elevada de saber desde la cual el Rey D. Alfonso escribió
sus Cánticas, Cartas, etc.
Si. pudiéramos juntar las cenizas de los quemados docu-
menlos relativos ala rendición de Murcia, no vacilamos en ase-
388 MURCIA
giirnr que enconlrririomos párrafos como este del «capitol CLI
»de la Conquesta del Regna de Murcia. E quaní vench al
«tercer dia faem venir devant nos nostres filis : é el bisbe de
»Burceloua é els richs homens de Calhalunya e Daragó qui
McreB ab nos.» O bien esta del «capitol CLIU. E haguem dos
«adaüls é trameten los al Rey de Caslella ab noslres cartas
«con faes emparar la ciutat de Murcia é els altres castells en-
»tre Murcia e Lorca, é els allres castells eren XXVIII castells
«squells que nos los rendem. Esempere dematinent retem la
«ciutat de Murcia á D. Alfonso Garcia é ell pres Lal-cazer , é
»mes hi les guaytes sues.»
Comprobemos este lenguaje con otro coetáneo; pero antes,
séanos permitido repetir una nota marginal de Ambrosio de
Morales en la Crónica de D. Alfonso X: «Tuvo el Rey D. Al-
«fonso para hacer estas Partidas , por muy principal letrado
«entre otros, á micer Jacobo, natural ds... que después, por
«estas Partidas que hizo, le llamaron Jacobo de las Leyes.
«Fué muy heredado en Murcia, y dejó allí su casa, y los que
«hoy hay allí del linaje de los Paganos , dicen que son sus
«descendientes.» Supone Cáscales que los de dicho apellido
provienen de Genova , y siendo ésto así, Jacobo de las Leyes,
que se estableció en Murcia y labró capilla de enterramiento
en la antigua Catedral , cuya capilla se demolió para cons-
truir la actual torre, pudiera ser quizá él ó su padre uno de
tantos caballeroscatalanes, que trajo el Rey D. Jaime; y aun-
que usa en la Suma y La Margarita de un lenguaje castella-
no, al parecer correcto, también podemos creer que el tal
Jacobo en sus primeros tiempos, antes de conocer á los demás
escritores castellanos, escribió en algún estilo aragonés, como
lio sé si equivocados nos figuramos que revelan algunos pe-
ríodos de tal Código. B. R. 3, antes de la Ley XVIII, Par-
tidal.», título XVII, dice: «Cutianamiente deben estar losPer-
«lados en sus eglesias para servirlas, et otro sí los clérigo*
«que han tales beneficios porque son tenudos de facer eso
«mismo, et si lo non ficiesen, non les deben dar las rendas
QUE SE FUÉ. 389
»dellas. Pero razones h¡ ha en que las pueden lomar maguer
»no las sirvan por sí mismos, el eslo seria como si el Apos-
)ítoligo diese privilegio á alguno en quel olorgase que pu-
»diese haber sus rendas maguer non serviese la eglesia , ó si
» fuese costumbre que los que non fuesen présenles levasen
))sus rendas. Otro sí, habiendo algunt clérigo personaje ó ca-
«longia, etc.» En la Partida 3.^, título XVIH, ley XXVH,
léese: «Quien debe judgar ios previllejos el las cartas si al-
»guna dubda hi acaesciere, querérnoslo mostrar por esta lev:
»onde decimos que previllejo de donadío de Rey non lo debe
«judgar ninguno sinon el mesmo, ó los otros que regnaren
«después del, etc.» O también en la Partida expresada, tí-
tulo XX, ley III: «Verdal el lealtat es cosa que deben los ho-
»mes mucho guardar en todos sus fechos.»
Aparecen los documenlos antedichos (en el supuesto que
las Partidas se empezaron , ó se hizo parte de ellas en Mur-
cia), manifestando que la mezcla de gentes que paulatina-
mente hubo en tal ciudad, produjo un lenguaje romanceado
en aragonés para las personas de valer y de ilustres noblezas
de tiempo de conquista, resultando que, según Monlau en su
Diccionario elimológico : (f Aragón contribuyó á pulir el ro-
«mance castellano, dándole voces cuya eufonía llegó á embe-
«llecerle,» dejando por mucho tiempo á los árabes dedica-
dos al cultivo de la huerta, con su lenguaje, que al mezclarle
para contestar y hacerle inteligible á los señores, produjo
una verdadera Aljamia, conservándose hasta hoy por los
huertanos, que más corrompen las frases, cuanto más
delicadas quieren pronunciarlas con objeto de aparecer ins-
truidos.
Este es nuestro humilde juicio acerca del lenguaje mur-
ciano, revelado en la forma y dicción de sus escritos por el
¡lustre hijo de Murcia , general y cronista de los Reyes de
Castilla D. Pedro hasta D. Enrique III , Pero López de Ayala
en su Primado de Palacio y su traducción de Tito-Livio:
que se deja conocer en el Valerio de las hestorias, escrito
390 MURCIA
en 1462, como Las victorias campales, en 1480 por el sabio
Diego Rodríguez Almela , murciano distinguido y Arcipreste
de Valde Saniibañs (Burgos), cuyas obras fueron las primeras
impresas en Murcia en 1487; en ellas se observan los adelan-
tos del buen hablar, aunque muy paulatinamente. Ginés Pé-
rez de Hita,, poeta murciano, dio el paso de presentar la no-
vela en este reino con la célebre Guerras civiles de Grana-
da, Zegries y Abencerrajes^ publicada en Zaragoza en 1589
y IbOo, con ficciün descriptiva por Aben-Haraet, como Cer-
vantes en su Cide-Hainete Den Engeli: tanto en la primera
como en la segunda parte, publicada en Alc-ilá en 1604 con
argumento análogo sobre La rebelión de las Alpujarras, se
observan nombres, períodos, giros y formaciones de un estilo
particular y extraño, adelantando en la finura de la dicción á
el anterior Arcipreste; pero en el siglo de oro para las letras
españolas, ellicenciado D. Francisco de Cáscales, en su obra
Discursos históricos de Murcia y su reino , la más acabada
en lenguaje, en su discurso 9.°, capítulo IV, manifiesta un
rasgo especial y notable de expresión literaria en estas pala-
bras: «i él acudió allá con grande acompañamiento de amigos
»i gente popular, con poco recelo del caso que !e sucedió;
»porque cómelos demás medianeros de paz que el Rey abia
«erabiado hasta entonces, abian sido tan blandos i boquimue-
»lles, pensó Laza que esto i esotro seria todo uno , i asi , en-
))tró animosamente donde Rui López Davalos estaba, i entrado
»que fué, cerraron con él seis hombres que estaban apresta-
»dos para este efecto, i uno dellos le cortó la cabeza súbi-
«tamente, etc.;» como en el mismo capítulo, las siguientes:
«Mal hacen los coronislas de oir cuentos de viejas, ó de viejas
«idiotas para gastar la verdad i destruir el fin de la historia,
»de que debieran ser constantes profesores. I mal hacen tam-
»bieu de aplausar las narraciones, i sin fundamento, que la
»traen de sus antecesores los interesados en la crónica que se
»escribe, etc.» Presentamos, entre otras muchas que pudiéra-
mos, estas citas, para hacer observación sobre las palabras:
gUE SE FUÉ, 391
«gen te popular, medianeros, blandos y boquimuelles , viejas
idiotas»: como también la acción del verbo en, «aplausar»,cosa
muy extraña por cierto, en obra tan seria y estudiada como
ésta, y mucho más, estando escrita por un catedrático de la-
tinidad del ilustre y famoso seminario de San Fulgencio; nada
diremos de la formación de las oraciones, ni de otras circuns-
tancias retóricas que marcan un estilo especiaL el cual pugna
por conservarse, habiendo una muestra de ello en las palabras
que se citan en la Tabla XVII, ingenios murcianos, tomadas de
las obras de D. Diego Saavedra Fajardo en sus Empresas poli-
ticas.
Tales son los documentos que ligeramente presentamos á
la consideración de los lectores como ensayo filológico histó-
rico del habla murciana hasta el siglo xvii, á más de las varias
Ordenanzas de gremios citadas á la letra en el Retablo de ima-
ginería, pretendiendo probar el grado de adelanto que des-
pués de la mezcla del aragonés, árabe y castellano, pudo éste
alcanzar, después de modificarse las distintas y variadas fra-
ses de los dos primeros idiomas para someterse al influjo del
romance. Muchos barbarismos debieron cometerse en la pro-
nunciación por la gente del estado llano, pues aun en
obras y documentos, hasta del siglo xvii, se hallan palabras
como, metad, millas, niervos, abellotas, pidir, sastifaicion,
naide, alifunli, agora, escuro, estruir y mandurria, usadas por
el Arcipreste de Hita, empues, rábano, asparrago, inconvi-
nientes, riguridad , por Tirso de Molina ; y mesmamente , por
el P. Isla ; pero no deben tenerse como barbarismos otras
como ajoarriero, alicortado, apañacuencos, entrecavar, cara-
sol , zabacequias.
Entre las palabras derivadas, hay éstas : adinerar, agüera,
apavilado, apenar, asolarse, calorina, crugida, chorrada, des-
gana, encerrona, escorredor, estribera, manifacero, parejo,
picoleta, saquera, volantero. Vocablos hay alterados por antí-
tesis, tales como achacarse, albellon, alcorzar, almadía, an-
ganillas ó tanganillas, bofo, enjundia, furrufalla, gayata.
392 MURCIA
lezna, margual, restrojera, rugiada, tamborinazo; distinguién-
dose Ciros por anteponerse la sílaba inicial es, primitiva del
des, al nombre, como escrimar , encanarse , esgarrar, espa-
tarrarse, astral, estrévedes, esvararse, espalmar, espelirido,
estajo, cuyas voces son aragonesas, tomadas de documentos
antiguos, y las cuales aún se conservan en aquel reino como
en el de Murcia, sin que olvidemos las de origen limosin y
catalán, adovar, amostazado, baga, bragas, brescar, corear,
escalfador, esclafar, esponjado, falca, garrofa, garba, garras-
pa, golfo, garrampa, ginjol, máscara, manifacero, milocha,
panoxa ó panoja y traspontín , ni otras que se leen en las
Partidas, tales como las terminaciones en í sustituyendo á
la d en grant, bondat, falsednt, virlut, el, etc., cuanto las
palabras, viespera, Alexandri, camios, miercas, empreslidos,
fuyeren, loguero y aina; pero el idioma que realmente enri-
queció al lenguaje murciano, fué el árabe; cerca de mil seis-
cientas voces pudieran coleccionarse, y citaremos algunas:
adalid, alacrán, alazor, alamin, albacea, albergue, albaran, al-
cohol, alcaide, alcantarilla, alcoba, aldaba, algazara, alguacil,
almanaque, almenara, arroba, arráez, azafrán, aturar, badajo,
bailio, bigornia, barreño, carcajada, dibuxo, elixir, escarlata,
fulano, gaya, gafete, genjibre, hígado, jabalí, jadear, jaqueca,
jarope , jalapa , jarcia , lechuza , lapo , lilaila , marga , marras,
maula, noria, ñora, ojalá, pazcualo, pizca, quilate, quintal,
quitar, rafa, rob, robar, rueca, serrallo, sobar, tábano, tabi-
que, taracea, turbante, zagal, zambra, zaratán, zumaque, zur-
ra, zurrón.
Tratemos ahora, aunque ligeramente, de la parte sintáxica;
en el reino de Aragón, como en el de Murcia, se oyen estos di-
chos y refranes: « Campar por sus respetos.» « Hacer duelo,»
(por dar lástima). «Siento el quebranto. > «El Juan y la Isabel,»
(cuya anteposición del artículo al nombre es de notar). «Es
peor que Ceta.» «Más feo que Tito.» «Sabe más que Briján.»
«Más célebre queBarceló por la mar,» (aludiendo al famoso
marino mallorquín de aquel apellido). «Dios y luz.» «Cada co-
QUE SE FUÉ. 393
chino á SU camino.» «Para cuestas arriba quiero mi mulo.»
«Como los perros en misa.» «Más vale sudar que estornudar.»
«O te se pasa el asado, ó te se pega el arroz.» «Donde Cristo
dio las tres voces.» «Tiene más peros en su linaje que Aragón
en sus árboles.» «Por dos dicen que vale el prevenido.» «Hacia
ti acusas cuando murmuras.» «Mucho duele oir sus follas.»
«Verdades y rosas espinas tienen, recíbelas por la flor, que así
no punchan.» «Sumisiones anticipadas, pretensión parecen.»
«E! rio, por donde habla se vadea.» «Más vale un toma que
dos te daré.» Cuyas nueve últimas sentencias, de origen ara-
gonés, las usa el murciano Polo de Medina en sus obras. Tam-
bién se dice: «Costar un sentido.» «Valer un ojo.» «Ya viene
Martinico,» (cuando uno se duerme). «Más duro que los pies
de Cristo.» «Pesado como el arroz,» (por su difícil digestión).
«Que llame á Cachano con dos tejas.» «Estése el trigo en
el orón, que v.o faltará comprador; pero sin corcon.» «Si
te ofrecen la cabrica, acude con la soguica;» respecto de
cuyo diminutivo, corrompido con vafiedad, debemos ocu-
parnos.
Rico en diminutivos es nuestro idioma, más que el hebreo,
el árabe, el griego y el latin , pues que reúne más de treinta
diversas terminaciones, habiendo palabra que permite ella sola
doce desinencias (Borao); pues bien, el diminutivo importado
por la generalidad de los aragoneses, fué el ico de que hicie-
ron los padres del buen hablar tanto uso en sus inmortales
obras; los antiguos trovadores, y luego los poetas Lúeas Fer-
nandez, Castillejo, Rodrigo de Cota, .Juan de Mena , Roxas , el
murciano Claramente, Fray Luis de Granada, Mendoza, Santa
Teresa, Guevara, el maestro Avila, Lope de Vega, Cervantes,
Calderón, Quevedo, el Brócense, Covarrubias y otros, usan
con la mayor frecuencia en sus mejores obras este diminutivo
aragonés, como bolsico, doselico, farandulica, sonetico, fue-
llecico, pañuelico, vientecico, que luego ha ido perdiéndose en
castellano, quedando como nombre natural en acerico , pelli-
co, villancico; pero los labradores en la huerta de Murcia, que
394 MURCIA
por corruptela, el ico le convierten para darle mayor gracia
en ¿7M10 diminutivo, y que por lo prodigado, les ha dado
fama con el conocido cantar:
En la huerta de Murcia
Por un chaviquio,
Me llenan la capaza
De pimientiquios.
cuando deben pronunciar Reliquia, dicen sólo Relica, y por
Acequia , Cieca , lo cual es digno de notarse por los eruditos
cuando hagan un estudio más acabado que el presente , el
cual sólo ha tenido por objeto llamar su atención sobre los
orígenes del lenguaje murciano , basado en voces latinas y
antiguas españolas , que muy poco se han conservado des-
pués de la dominación árabe, terminada la cual los conquis-
tadores aragoneses, según tratamos de probar, fueron los que
obligaron á usar su lenguaje, mezclado de voces iimosinas y
aun extrañas; pero al imponer Castilla su romance y modifi-
car á fuerza de tiempo el idioma, no pudo hacerlo sino con
los hombres de letras, no con los moriscos, judíos y mude-
xares : los descendientes de ésLos últimos , los huertanos de
hoy , no dejan sus frases, locuciones y modismos antiguos:
frases con que á nuestro juicio deben envanecerse ; locucio-
nes que algunas veces admiran los hteratos por su origina-
lidad, y modismos, que cada uno de ellos es una máxima
oriental.
Quien esto escribe quisiera ser un mediano hombre de le-
tras para tratar este ensayo como su objeto merece ; pero se
considera por ahora satisfecho con indicar lo expuesto, y s¡
para la tan debatida averiguación de en donde se escribieron
hs Leyes de Partida, creemos que pueden servir nuestras hu-
mildes razones , diremos que sólo en Murcia pudo por Micer
Jacobo de las Leyes , empezarse este famoso Código , el cual
revela en su frase y formación estar hecho en un principio
por un letrado , al que muy común era el provenzal y poco
QUE SE FUE. 395
relativamente el romance castellano, que pudo muy bien
él ó alguno de los suyos en familia ser de la nobleza ilustre
en la conquista, formada de setenta y dos caballeros arago-
neses, catalanes y extranjeros que impusieron su idioma ; y
si con el tiempo se han ido eliminando de la lengua espa-
ñola los elementos de él para fundirse en romance castellano
al sufrir la necesaria transición, ha quedado otro inme-
morial componente , el árabe , dando con su pronunciación
de h aspirada, s muda, ch fuerte, z y (;; y con los
sonidos guturales úe g y j , cuanto con el uso de la antigua
X, que sonaba lo mismo que hoy la ch del francés, tomada
por nosotros del catalán en xabon, dexar, madexa , quixada,
quixote, daraxarife, almoxarifazgo, relox y demás voces que
hoy llevan la j en vez de x, un conjunto de inexplicable
gracia y belleza.
Al oir á correctos hablistas murcianos, como D. Joaquín
María López, Martínez Monroy (glorias ya en el sepulcro),
cuanto á los distinguidos Excmo. Sr. Marqués de Molins, Ex-
celentísimo Sr. D. Lope Gisbert, D. Félix Ponzoa, y otros
muchos, como también á los floridos poetas Selgas y Arnao,
nos encanta la armonía de su lenguaje variado, rico y sonoro,
al par que majestuoso, tierno y poético.
Por fortuna, aún no se han perdido las principales fra-
ses aragonesas y árabes que sirvieron de base al lenguaje
murciano, en tanto que las de otros reinos se han confun-
dido en el idioma general que por medio de galicismos , á su
vez, va perdiendo la magnificencia que alcanzara en sus mejo-
res tiempos ; abdiquen los españoles las glorias que ganaron
las letras con la lengua de Berceo , las Ccuiticas de D. Alfon-
so, El Cnncioncro de Bacna , Don Quijote, Las Obras de
Quevedo, El Teatro de Calderón , Lope , Tirso y Moreto;
pero scpín que un rincón de España guarda como su mejor
tesoro un lenguaje español más ó menos correcto, pero cora-
puesto de los idiomas de los pueblos y reinos que más en-
grandecieron con sus hechos y sabiduría las comarcas meri-
396 MURCIA
dionsles. En este rincón de la Península aún se oye hablar,
como hace cinco siglos, á personas que por sus hábitos, traje
y costumbres parecen trasmigradas á la vista del filólogo y
del anticuario, aunque para los culteranos de periódico, como
para los eruditos á la violeta sean bárbaras y hablen un len-
guaje idiótico. Quizá para algunos murcianos demasiado des-
cuidados, cuanto para otros exageradamente humoristas sirva
de mofa este ensayo filológico y le presten su procaz ridícu-
lo. Sea como quiera , les dispenso anticipadamente las faltas
de atención y de patriotismo ; pero al finalizar este ligero tra-
bajo, le someto al examen y juicio de la Real Acade-
mia Española para que se digne admitirle sin cuidar de
su forma y defectos, como una pequeña piedra que la-
brada luego por sus hábiles manos , sea un escalón sobre que
dicho alto cuerpo se apoye para ofrecer obra más acabada.
Al efecto queda formado á continuación un Vocabulario de las
principales voces murcianas que, ya derivadas del aragonés
cuanto del árabe , se conservan en documentos y son de uso
común entre las gentes, no sólo dedicadas al cultivo de la
huerta, sino también las correspondientes á la clase media y
aun entre las distinguidas en las principales carreras litera-
rias y científicas cuando hablan en sentido familiar y franco.
Respecto del grandísimo número de voces no castellanas
que hay en uso, es insignificante el presentado, pues arroja
sólo quinientas ochenta y dos, recogidas al azar, sin cuidado
ni prolijidad , no como haya de hacerse al tratar de un ver-
dadero estudio; de las cuales se desprende una prueba más
sobre las aducidas en este ensayo ; pues doscientas setenta
y nueve aragonesas puramente, á más de cuarenta y dos
modificadas ó acepcionadas en el reino de Murcia ; esto es,
trescientas veintiuna las marca el limo. Sr. D. Gerónimo
Borao en su Diccionario de voces aragonesas publicado
en 1859 , á cuya amabilidad debemos un ejemplar de tan in-
teresante, curiosa y erudita obra literaria que, á más de otras,
tanto le honra , resultando doscientas diez voces de provin-
QUE SE FUÉ. 397
cialismo, siendo el resto ái-nbes locales que aún so conservan
puras; como algunas castellanas que sólo se han interca-
lado para comparación. En vano seria dentro de los escasos
límites de este apéndice tratar de un examen etimológico; es
obra superior á nuestras fuerzas y sólo hemos consultado y
hecho convenientes extractos en el Diccionario Etimológico
por el Doctor D. Pedro Felipe Monlau, libro de un sin igual
valor por la riqueza de saber y datos que atesora y que unido
á un sin número de obras suyas para texto y consulta , tan
alta y merecidamente han levantado la fama de su autor.
Terminado el trabajo que nos impusimos , debemos añadir
que para ampliarle y hacer un verdadero estudio se necesitan
datos ¿e difícil cuanto de casi imposible adquisición, y mucho
tiempo dedicando, parte de éste á vivir con los antiguos ára-
bes, mudejares después, como ahora huertanos de algunos
puntos de esta provincia, estudiando prácticamente su alja-
miado lenguaje, sus eufonías, aspiraciones, vocalización y ca-
dencia cuanto el ritmo verdaderamente oriental de sus canta-
res: quien complete un estudio del lenguaje murciano, tendrá
para nosotros el mayor y relevante mérito con haber contri-
buido á la gloria de este antiguo y noble reino.
INDICACIONES DEL VOCABULARIO.
a. Aragonesas , según Peralta y Borao.
Árabes.
P. Provincialismos ó modificadas en la provincia,
a p. Aragonesas acepcionadas en Murcia.
C. Castellanas.
O. Ordenanzas (usadas en las).
Monlau. Tomadas de sus obras.
398
YOCABULARIO.
ABABOL, a. Amapola.
ABAJICO,-inUIO. p. El punto más
bajo con relación al en que se está.
ABARATAR, a Se usa en la frase
«abarata canciones,» indicando el
bajo precio de las mercancías.
A-BmijUACIO."<. p. Pesquisa ó in-
quisitiva sobre algún caso.
AB0ISIC0,-1QUI0. a. Bajito, con
tiento.
ABORRECER, -SE. a. Molestar,
cansar, importunar. «Me aborreció
con sus preguntas.» «Me aborrezco
con tanto limpiar la casa.»
ABUSIONES, p. Supersticiones, te-
mores infundados , preocupación del
mal.
ACACHARSE, a. Agacharse.
ACLARADURA,-CION. p. Expli-
car las cosas para venir en conoci-
miento de la verdad.
ACEiVA. Noria de cajones para
riegos de poca altura sobre el cauce.
ACEQUIAJE. * Derecho por la
conservación de los riegos y buen ar-
reglo de ellos.
ACIBARA, p. La planta llamada
Aloes ú Pilera ; conociéndose también
por Acibara la caña que brota en su
centro, la cual, después de florecer,
puede por su dureza servir como
palo de resistencia en construcciones
rústicas.
ACIMBOGA. p. Árbol y fruto cono-
cido antiguamente por Toronxa.
A-COMISIONAO. p. El que lleva ó
está encargado de una comisión.
ADuBAB. a. Preparar y componer
con esmero ó en adorno; lo mismo
que aderezar ó poner en buena
guisa.
ADOVEBIAS. p. La fábrica de cur-
tir pieles y arreglarlas á varios usos.
AFLICION. p. Afligirse, con pena y
angustia por ¡a desgracia.
AGÜERA, a. Zanja ó acequia para
conducir agua llovediza en riego.
AJO ARRIERO, a. Guiso particular
de bacalao, hecbo á rajas, y servido
con ajo y especias.
AJOLIO, ALl-OLI. a. Salsa de ajos
y aceite, á que se agregan yemas de
huevo.
Á JUSTO PESO Y JUSTO HILO.
p. \ plomo y cordel, como ahora se
entiende en albañilería.
ALA.MlN. a. Guarda de aguas; como
también ministro de justicia cerca de
los gremios. Entre los árabes, algua-
cil que podia terminar causas verba-
les ú pleitos que no excedieran de
dos sueldos.
ALBAHA Ó ALBOLADA. a. Toque
de campanas en las fiestas solemnes
la madrugada de anterior dia. Mú-
sica á tales horas.
ALBAHACA. * Planta anua con ho-
jas verdes y olorosas. Alávega.
ALEARAN, a. Recibo ó papel de
alquiler y compromiso.
ALBARDIN. p. Planta parecida al
esparto, y que se usa para relleno
de ciertos almohadillados desde anti-
guos tiempos.
ALBELLON. a. Lo mismo que alba-
ñal ó condurto de piedra, etc., para
dar salida á las aguas.
ALBERGA, p. Foso grande, ó hueco
aliierto en la tierra para reunir
aguas con que pueda regarse alguna
tierra inmediata.
AL-CABOR. * Alkabor. Hueco que
forma la campana del horno para
que tenga respiración el fuego. Deri-
vado del árabe Gobba, bóveda, cú-
pula que cubre la pieza para dormir.
ALCACEL, -ER. * La caña verde
de la cebada que se vende como for-
raje en manojos ó por cargas.
QUE SE FUE.
399
ALCANCÍA, p. Vasija de barro para
guardar los ahorros ; lo mismo que
Aliucha.
ALCANTARILLA, p. Acueducto parr.
pasar aguas por encima 6 debajo.
Como derivado de Cantarac ó Alcan-
■ tarac, pudo llauíarse asi el pueblo de
Alcantarilla , en raiou al vado que
hay cerca de él, con facilidad de po-
ner un puente li otra clase de artificio.
ALCATIFA, p. Tejido de cañas y to-
miza para forjar los terrados con
yeso, etc. Alfombra lina y de costosa
labor, que se usaba como asiento
durante la dominación árabe.
ALDABA, p. Llamador. Se llama
tamliien aldaba morisca á un cierre
de hierro con forma especial. «Agar-
rarse á buenas aldabas.»
ALEGRARSE, a. Gozar de una cosa,
como del fuego, etc.
ALFÉIZAR, c. * El derrame de la
pared en puerta 6 ventana para dar
más luz íi la habitación.
ALFAJOR. Alajú, pasta hecha con
almendras, miel y pan tostado, que
usaron los árabes , y hoy se usa por
Pascuas.
ALGORÍN Ó ALFORIN. a. Ataja-
dizo para colocar la aci-ituna con se-
paración de clase ó dueño hasta
prensarla. Sitio para tener á mano la
harina, cebada, etc.
AL-GUAZAS Ó AL-WAZAS. * Vi-
sagra , gozne ó herraje que gira.
Sitio en que el rio hace gran recodo.
AL-HANIA. Dormitorio ó cámara
para dormir. Alcoba.
AL.IEZARKS. * Sitios donde se des-
cubren canteras de yeso.
ALJKZOiN. Yesón ó trozo de yeso.
ALJIBE, p. Depósito cubierto de
bóveda para recogeraguas llovedizas.
Antiguamente asi se llamaron las
cárceles ú mazmorras de los moros.
ALKUZA Ó ALCUZA, p. Aceitera.
ALIZAR, -ES. p. Las fajas de azule-
jos conque se adornaban las cámaras
y estancias de los alcázares; también
fueron de estuko, en que con relieves
y colores variados, se leian precep-
tos y oraciones del Koran 6 alaban-
zas á los principes orientales.
AL-CAIDIA. p. El lugar donde mo-
raba el alcaide. Labor de loquería,
llamada también Toqueria de Paris.
AL-MAJAR,-AS. p. Sitio pantanoso
del cual tienen difícil salida las aguas
y se cria almaja ó barrilla. El ter-
reno estercolado para que germinen
las simientes.
ALMARCHES,-CHAS.p. Caseríos si-
tuados en los puntos bajos de las tier-
ras, tales como las praderas y sotos.
ALMAZARA, p. Molino de aceite.
ALMENARA. * Zanja que conduce
al rio el agua de las acequias. Torre
de señales para entenderse con el
auxilio de hogueras. Candilero sobre
el cual se ponían candiles de muchas
mechas, para alumbrar los aposen-
tos, ó en las iglesias en sufragio de
liis difuntos.
ALMOXARIFAZGO. p. Cargo y casa
para la cobranza de los derechos que
correspondían antiguamente al Rey,
y se llauKi Almoxarifazgo Real.
ALMOTACÉN, p Fiel de pesos y me-
didas. El ministro de los tesoros de
los antiguos Reyes. También se ha
llamado Almotacén al encargado de
los mercados y su aseo cuanto buen
gobierno.
ALMUDI. Albóndiga para los gra-
nos, tomado de la propia palabra,
que era una medida de seis cablees.
ALUM. a. Alumbre.
x\M ASADERA, p. Artesa de madera
pura preparar los amasijos, ya fue-
ren de yeso en la albañilerla, ya para
la uiasa del pan ú otros usos domés-
ticos.
A.VIF.RAR. a. Mezclar agua con vino
u otro liquido. Se dice amerado al
hombre ya insensible á la embria-
guez.
AMURGONAR. a. Tender los sar-
mientos ó tallos bajo de tierra para
que arraiguen.
ANADONES, p. El ánade ó ave acuá-
tica siendo joven.
ANCHARÍA, a. Anchura; la de las
telas, entre los mercaderes.
ANDADOR, a. Anden, calle ó paseo
en los jardines ó huerta. Muñidor en
las cofradías.
400
MURCIA
ANGEO. p. Lienzo ordinario para
forrar las costuras de los vestidos in-
teriormente (según las ordenanzas).
APANDAR, a. Procurar 6 conseguir
la posesión de alguna cosa ó cantidad.
APAÑA-CUENCOS, a. El que com-
ponía cuencos, amasaderas y escudi-
llas de madera y barro; aún quedan
algunos que se anuncian á gritos
por las calles.
APAÑO. APAÑAR, a. El remiendo
ó el acto de remendar lo que está roto.
AP AVILADO, -DI(^UIO. a. Decaido,
desmerecido, alicaído.
APERCANZAR. a. Coger con algu-
nas dificultades.
APERO, a. Los de labranza. Se usa
también respecto de lo que está des-
trozado y no sirve, 6 también de ia
persona que está inútil.
APETEJA. p. Apetezca.
APEZONaR. a. Chocar dos carruajes
por el pezón.
APLEGAR, a. Recoger lo perdido 6
extraviado.
ARBULLOSO. p. Orgulloso. Se usa
de la palabra Arbull(iS0 para hacerla
más expresiva tratándose de una per-
sona vana.
ARCAZA8A. p. La caña seca del
maíz ü panizo.
ARGUALEJA. p. Acequia que surtía
en 1695 á la cárcel de espaldas del
antiguo Daraxarife.
ARMADOR, p. Justillo. Prenda de
ropa en el veslido de mujer, la que
se borda de oro y lentejuelas de piala
y oro, como los pañuelos, refajos y
delantales.
ARO, (Echar por el.) a. Comer, en-
gullir y embaular con gula.
ARTES, p. Piedra de lumbre, eslabón
y yesca para producir fuego.
ARRACLÁN, a. Alacrán.
ARRÁEZ. Encargado, capataz ó
jefe de los trabajoso faenas agrícolas,
fabriles y marítimas. Jefe.
ARRAMBLAR, a. Llenar de arena
los arroyos <5 torrentes; una avenida.
Cargar uno con todos los intereses ó
ganancias del negucio.
ARREA, a. Anda, marcha, parte á
allá y acullá.
ARREBOZAO. p. Dícese al que se
envuelve en la manta sin que se le
vea el rostro.
ARRECUPERÁS. p. Dicese de las
cosas que se habían perdido y se ha
tenido la fortuna de recoger.
ARRECUJONÁS. p. Lo mismo que
recogidas en un rincón, por analogía
al cnjon 6 cosido de la manta.
ARREJUNTAOS, p. Lo mismo que
reunidos. También entiéndese por
reunión repetida.
ARREMATAR, a. Rematar, dar tér-
mino ó fin de alguna cosa. «Cuan-
tas cosas comenzares , arremátalas
con tu mano.» Crónica rimada del
Cid, V, o7o.
ARREMETER, c. Acometer con ím-
petu y furia.
ARROBETA. p. Serón de pleita que
contiene una arroba de higos ó pasas
ya en seco.
ARROBINAO,-DO. a. La parte oxi-
dada del arma (robín). El hombre
empobrecido, cuanto falto de salud.
ASEGURANZA. p. Seguridades de
teuer alguna cosa ó lograr lo que se
desea.
asín. ASINA, a. Así.
ASNERÍA, a. Borricada; burrada.
ASTRUCIA. p. Lo mismo que astu-
cia, pero intercalan la r, creyendo
expresarlo mejor.
ATAJO a. Rezago del ganado más
endeble , al cual se lleva á mejor
pasto.
ATARACEA. * Labor embutida con
maderas de varios colores y trace-
rías, usada en los techos, puertas,
ventanas y muebles.
AT.\UR1QUE. p. * Labor hecha en
yeso, formando trenzados y varios
caprichosos dibujos, con la cual los
árabes adornaron las paredes de sus
obras.
ATOBA. a. Adobe.
ATOCHADAS. * Presas hechas en
los ríos con atochas ó cepas de es-
parto.
QUE SE FUE.
401
ATRAITIVA,-0. p. Lo que tiene ó
que ejerce la virtud de atraer por
su gracia y belleza como por su he-
chizo.
AULLIO. p. Grito de personas para
hacer señales de alarma, ú alegría.
Ladrido de perros.
AVERIO, a. Bestia ó bestias y vacu-
nos, para el cultivo y labor de las
tierras.
AVISPADO, a. Agudo, vivo, enten-
dido y diligente.
A-ZAGA, p. Quedarse atrás, ó reser-
varse para luego.
A-ZARBE. Cauce por donde vier-
ten las aguas sobrantes del riego.
A-ZARJA, p. Trama ó capillejo de
seda.
A-ZOFRA.a. Correa ancha que sos-
tiene sobre el sillin las varas del
carro. Turno antiguo de aguas.
AZUD. a. Presa para contener y sacar
en distribución Jas aguas de un rio.
AZULEJO, a. * Ladrillo vidriado
con distintos relieves, labores y colo-
rido para decorar paredes, represen-
tar figuras ó marcar inscripciones.
B.
CACON. a. Hoja de tocino después
de sacados los pemiles.
BALEO, p. Piuedo hecho con plei-
ta, para sobre suelo en las habitacio-
nes, como para limpiar granos y
otras operaciones y faenas.
BANCO DE OFICIO, o. Común ó re-
trete.
BANDEARSE, a. Pasarlo con de-
cencia.
BARANDAL,-LIQUIO. c. El listón
de yeiro que sostiene Jos barrotes ó
balaustres.
BARDIZA. a. El cierre de tapia cu-
bierta de barda ú paja, espinos, albar-
din, etc., romo también la celosía ó
enrejado de caña para impedir el
paso.
BARRACA. * a. Casa rústica hecha
con atobas y cubierta de yerba seca,
muy en uso en las huertas de Va-
lencia y Murcia.
BARREDERA, a. Se usa la expre-
sión de echar la barredera , indi-
cando la solución brusca de las cues-
tiones.
BAXOCAS Ó BAJOCAS. a. p. La
judía verde. El gusano de seda que
enferma y queda muerto dentro de
una vaina como la judia; también se
llama Mona.
BELÉN, a. Piepresentacion del naci-
miento de N. S. J. , con (¡guras de
bulto, que se destacan del peñasco
artificial 6 paisaje. Desurden; Tu-
multo.
BELCHI. p. Barrio extramuros de
Murcia, donde desde tiempo de su
conquista estuviéronlos judíos, mer-
caderes al por menor, y hoy le ocu-
pan los gitanos.
BENIAJAN. p. Alkeria de tiempo de
conquista, que tomó el nombre del
jefe de su tribu cerca de Murcia. Ti-
túlase asi también & una de las ace-
quias de su huerta.
BlSguE. BESQUE. p. Liga ó mate-
ria viscosa.
BLANCA, a. p. El ave doméstica lla-
mada urraca.
BOFO. a. Fofo.
BOLETA,-TIQUIA. p. Cédula de alo-
jamiento. Tómase por cada trago
que los borrachos toman, y particu-
larmente de mañana. Llamim tam-
bién matar el busano 6 gusano á
fuerza de boletas.
BOQUERA, p. Boca 6 puerta artifi-
cial de piedra que se hace en el
cauce para regar ¡as tierras.
BORRAR, a. p. Lo mismo que brotar;
dicese de los árboles y arbustos al
manifestar la formación de su botón.
También se entiende por la aparición
de las enfermedades cut.^neas.
BOZO. a. p. Bozal para que no muer-
dan ni puedan comer los animales.
También se dice de las personas, que
necesitan cadena y bozo, por lo des-
templado de su carácter y pasiones.
BRAZAL, a. Cauce ú sangría que se
saca de un rio ó acequia para riego
de huertas y sembrados.
BRESCA, a. Panal de miel. Se usó
este vocablo por los poetas proven-
26
402
MURCIA
zales. Entiéndese por bresca ó bres-
car, el revestinaiento de albañilería
hecho con granzas de yeso, de modo
que resulta como los agujeros del
panal.
BROZA, a. p. Despojo de vegetales ó
desperdicios de ellos. Llámanse tam-
bién broccrias las sustancias dulces
de que gustan los niños, y que sue-
len ser nocivas.
BUCHILLO. * El cuchillo 6 puñal
grande. Quizá estará den'vailo de
este nombre el antiguo y boy gitano
que se da al verdugo: buchl.
BUENA LABOR, o. Obra bien hecha
de carpintería, albañilería, herre-
ría, etc.
BUFÍO, BUFIDO, p. La voz del ani-
mal al sentirse castigado. E^ presión
de enojo. Tiénese por bufío el acto
de castigar á los animales con láti-
go, palo , 6 con la llamadera al ga-
nado vacuno. «Le metí un bufio,»
es lo mismo que tirar una puñalada.
CABALLEROS DE CIERRE, o. Crée-
se fueran autoridades de campo y
huerta en antiguos tiempos.
CABALLÓN, a. Lomo de tierra que
divide las labores en las huertas á
plantío?.
CABERNERA,-RI^LIA. p. Pájaro
conocido en otras partes con el nom-
bre de jilguero.
CABEZADA, (Dar la), a. Desfilar
saludando delante de las personas
que presiden un acto.
CABO PADRE, p. Cerdo destinado á
la procreación; los derechos general-
mente son el de un lechoncillo por
cada cria.
CADARZO, c. La seda basta de ca-
pullos enredados que no se hila á
torno, ó la misma tela del capullo.
CAENA Y BOZO. p. Véase Bozo.
CALADO, -IQUIO. p. Labor en hier-
ro, madera, etc., taladrada eoniple-
tamenle, 6 también llamábanse asi
las lacerías y otros trabajos filigra-
nados. Caladico rejero; los festones 6
adornos de rejería. Encajes ú galo-
nes para adornos antiguos del ves-
tido, hechos con pasamanería y lo-
quería.
CALORINA. a. Calor fuerte y seco.
CALZETA. p. Trozo de embutido de
picadura de carne de cerdo, con el
nombre de Blanco.
CALZETERO, -RA. a. p. El que
hace (i compone calzas , cuyo gremio
hubo hasta mediados del siglo xviii.
CAMBALACHE, a. Confabulación 6
acuerdo en mal sentido. Cambio de
cosas.
CAMPAR, a. Solazarse, descollar,
sobresalir. Lucir el garbo. «Campar
por sus respetos.»
CAMPERO, -RA. a. Se dice de los
que no obedecen ley, ni son sumisos
á autoridad ni lazo alguno social.
CAMPICO.-PIQUIO. a. p. Diminu-
tivo de campo. También se dijoeam-
petieo.
CANALADO,-DOS. p. Cavidad de
los aciieduclos. Llamáronse así los
desagües de las piedras de molino.
CANDILERO, p. Percha vertical de
madera, sostenida sobre un trípode
délo mismo; en ella hay muchos
barrenos, donde se meten los gara-
bitos de los candiles. (Véase Alme-
nara.)
CA.ÑUTO. a. AlQletero.
CAPACEAR. a. Conducir con capa-
zos tierra y otras cosas.
CAPÍTULO, a. Cabildo.
CAPAZA, -Z0,-Z10UI(i. a p. Es-
portilla formada con pleilas. En cas-
tellano espuerta y esportilla.
CAItRIZO. p. Caña crecida en ter
reno liümedo, que se usa para cubrir
techos; desde antiguo cada carga te-
nia seis haces, y cada haz cien cañas.
G.\SERO. a. El que habita una casa
de campo, al propio tiempo que cui-
da las haciendas.
CAUZA,-ZlQt lA. p. * La cesta ó
canastilla donde se guarda la si-
miente de gusanos de seda para que
aviven. Parece derivada esta voz de
la de cautela, precaución «5 preven -
cion para sacar á alguien á paz y
salvo de un caio cualquiera.
yUE SE FUK.
403
CHAMORRO, -RIQUIO. a. p. Cerdo
pequeño y gordo. Trigo cuya espiga
no tiene aristas.
CHERRO,-A,-RRI0UIA. p. Las crias
del ganado vacuno. Becerra.
CENCEÑO, -A. p. El pan ó torta sin
levadura. También se dice de cierta
clase de trigos.
CEÑO. a. Arco ó cerco para ceñir al-
guna cosa.
CERRICHE. p. Lo mismo que yerba
cizañosa, que brota con abundancia
en los sembrados y bancales.
CIECA. p. Acequia.
CISCA, p. (Véase Carrizo.)
ClTORA. p. * Cítara , instrumento
oriental parecido á la guitarra , pe-
queño y más redondo; tiene las cuer-
das de alambre, y tócase con una
pluma cortada, ú púa.
COCER. (^Maldito de), a. Se dice del
muchacho travieso.
COCIÓ, a. Cuenct). También se dice
del vasijon de cierto tamaño y forma
para poner en legias la ropa.
COFÍN, p. Envase formado con plei-
tas para llevar fruías ú otras cosas.
Sirve generalmente para contener
higos V pasas ya secas, en cantidad.
(Arróbela.)
COLLERERO. a. El que hace y vende
las colleras. Collar relleno de borra
6 paja, que se pone á los animales de
tiro.
CONSTRIÑAR. c. Constreñir, pre-
cisar, apremiar , obligar por fuerza.
COPERO. a. p. Tomar copete. Ele-
varse una cosa ó tomar proporciones.
El que se hace altanero y presu-
mido. Alta dignidad en los palacios,
que sólo servia la copa al señor.
CORAMBRE, a. El bebedor extre-
mado por el solo acto de consumir íi
contener bebidas.
CORCA. a. Carcoma.
CORCARSE. a. Se dice déla madera
cuando la roe el gusano ó corcon.
CORDEL, a. Se lia distinguido en
cordel valenciano y de azote á dos
géneros de cuerda de buena elabo-
ración y resistencia por su torcido.
CORNIJAL, -LIQUIO. o. La punta,
ángulo ó esquina del colchen, here-
dad, edificio , etc.
CuRRENTILLA. p. Paso muy ligero
que se toma, figurando una carrera.
CORRER BURRO, a. Extraviarse ó
perderse una cosa con malicia.
COSCALETAS. p. Llevar á hombros
(j sobre las espaldas á una persona.
COSCÓN, a. Hombre ya entrado en
dias. Viejo marrullero.
CORVEJONES, a. p. Articulación
que une y forma la flexión de las
piernas.
CORVILLA,-LL0N,-LLIQUIA. p.
Hoz de mano para segar. Este dimi-
nutivo nunca es en ica.
COX-COJ. a. p. Andar á saltos sobre
un pié ó cuclillas. .luego de niños
conocido por la pata coja.
CRUJIDA, a. Pasar enfermedad grave
que tiene feliz término.
CUCAR, a. Guiñar ó cerrar un ojo
para indicar señas.
CUJON. a. p. Bolsa formada por el
ángulo del cosido de las mantas que
se usan como prendas de abrigo,
las cuales han dado origen al alqui-
cel morisco.
CULAR (morcilla), a. Morcón. ((Mor-
cilla cular, á muchos la ofrecen, y á
pocos la dan.i)
CUTIANO, a. Diario, frecuente, cons-
tante.
CUTIMAÑAS. p. Se dice del hombre
que pasa el dia en inquirir, brujulear
6 descubrir con reserva noticias y
y cosas para bien propio.
CH.
CHAFAR, a. Machucar. Dejar á nno
burlado con una salida inesperada.
CHALAN. 9. Quien compra y vende
con artificio engañoso. Es impor-
tado del provenzal y catalán. Xautar
6 Xaulant.
CHANADA, a. Percance, desgracia
causada por hombres ó cosas.
CHANCHARAS, MÁNCHARRAS,
a. Rodeos y pretextos para excusarse
de algo.
40é
MURCIA
CHANCHULLO, a. Enredo y confu-
sión para ocultar <5 estafar intereses
6 cosas.
CHARRAR. a. Charlar, hablar con
indiscreción.
CHEPA, -DO, -IQUIO. a. Lo mismo
que joroba ú hombre jorobado.
CHORRADA,-IQUIA, a. Caida 6 ex-
ceso gratuito en la medida de los
líquidos.
CHOKRETON. a. Mancha producida
por un líquido vertido. El acto de
verterse fortuitamente.
CHULLA ,-LLIQUI A. a. Lonja 6 pe-
queña tajada de tocino, carne ó pes-
cado desprendida á la fuerza y sin
corlarla sus filamentos.
DARAXARIFE. p. Casa de ciudad ó
ayuntamiento en Murcia, que con-
servó su nombre arábigo mucho
tiempo después de la conquista.
DARLLE BUSTO AR DEO. a. p.
Expresión del vulgo y gente chan-
cera para indicar el movimiento del
gatillo en las armas de fuego.
DEXAMIiN. p. Examen, tomado por
el que se examina, no por aquellos
ante quien se hace.
DEFISAR. a. Como divisar , colum-
brar, fijar la vista y percibir un ob-
jeto. DeCxar (catalán).
DELEGAR, a. Hacer entrega de una
jurisdicción. También se lomij como
la aci:ion de administrar justicia.
DES-AGENAS. a. p. Indignas, tra-
tándose de personas & quien no se
les debe género alguno de aten-
ción.
DES-AKSIADO. a. p. El hombre sa-
tisfecho de sí mismo por no pasar
ansia, y á más creyéndose que todo
lo merece.
DESFACHATEZ, a. Insolencia, des-
vergüenza. En italiano « Sfaccia-
mento »
DESIGNIAS. a. Lo que sirve de se-
ñal ; parece mejor dicho como ex-
presando la persona adornaila. De
signo.
DESPEPITARSE, a. Desarrollarse,
soltarse en la conversación, ambicio-
nes ó negocios.
DER. a. Contracción de la preposición
De y el articulo El, pero corrompida
en las comarcas meridionales.
DE VANO. a. p. En vano.
DICIR. DIR. p. m. Decir, frase anti-
cuada , con derivación de Dies (dia,
poner á la luz), como también de
Dei-kó (hacer ver).
DOBLERO, a. Lo fuerte y doble,
cuanto resistente, de una tela ú otra
materia.
DUELO, a. Hacer duelo ó lástima,
cuanto inspirar compasión.
E.
EMBOJAR. p. Poner sobre los zarzos
de los gusanos de seda filas de haces
de la planta llamada Boxa ú Boja
(Abrotanum), á fin de que suban á
formar en ellos el capillo.
EMPALUSTRAR. p. Trabajar el
yeso con el palustre. Disimulará tra-
tar de ocultar defectos propios ó aje-
nos con excusas. Acicalarse para
parecer más joven y hermosa la mu-
jer fea y vieja.
E.MPELl AR. p. Ingertar los árboles
para que puedan producir varios
brazos, y éstos frutos distintos.
EIVIBATIR. p. Preparar el cuero para
una de las operaciones de curtir.
ENCAMARADA, p. Obra de albañi-
leria que indica medianería suelta en
las casas ; prohibida por las anti-
guas ordenanzas.
ENCANARSE, a. Detenerse dema^
siado en li> conversación. Eternizarse
hablando. Pasmarse á la fuerza del
llanto ó risa.
ENCAÑIZAR. a. Cubrir las bovedi-
llas li otra cualquiera obra con ca-
ñizos.
ENCOBANAR. p. Guardar, encerrar,
ocultar de la vista de los demás al-
guna cosa.
ENCORVILLAR,-SE. p. Torcer,
agarrotar. Tropezar en el lenguaje ó
discurso, equivocando las frases ó
ideas.
QUE SE FUE.
405
ENDE, p. Además, ó también Desde.
ENGARAB1TAR,-SE. a. Encorvarse
y entumecerse los dedos á impulso
del frió.
ENJARETAR, a. Intercalar, ¡ocluir y
aun confeccionar ú componer.
ENMANTADO, a. Hombre cubierto
con la manta, que forma parte del
traje.
ENRONA. H. Escombros de una
obra.
ENRRüÑAR. p. Ensuciar, llenar de
roña ó grasa una cosa.
ENTRECAVAR, a. Limpiar de yer-
bas los bancales de borlaliza.
ENVISIVILAO. p. Persona que ve
los visivilos; nombre que los buerta-
nos dan & ver visiones.
ESBALUAMIENrO. a. p. Desbalija-
miento, desliacer, destrozar, despo-
jar. También se loma por la ruina
ó contratiempo do casas y personas.
ESBARARSE. a- Resbalarse. Tam-
bién se dice escullirse.
ESCACHUFLAR. a. Despachurrar, ó
mejor, aplastar , machucar, chas-
quear , dejar burlado.
ESCLAFAR. a. Mpchucar , chafar,
quebrantar. Cascar, partir 6 abrir los
huevos.
ESCAMPAR, a. Tender el estiércol.
Desparramar granos ú semillas.
ESCARABAJO PELOTERO, a. In-
secto de los coleópteros.
ESCORNARSE. a. Se usa en las fra-
ses: «Escuérnale como puedas.» «Me
he escornado estudiando.» «Deja
que se escuerne.»
ESCORREDOR. p. La canal ó zanja
por donde escurren las aguas.
ESFILUSAR. p. Interpretar, analizar
con minuciosidad algún nombre,
texto ó cosa para muchos incom-
prensible. Sacar hilo por hilo los de
una tela.
ESMOMGAR, p. Desmofiigar, poner
en claro los asuntos, separando la
parte que no hace falta.
ESPARTERAS, p. Calzado hecho con
esparlo preparado. «Con cara ancha
y estrecha.» Se dice también de las
alpargatas, pero con poca propiedad
ó ninguna.
ESPATARRAGARSE, a. Despatar-
rarse. Del mismo modo en Aragón y
Murcia suprimen la D en voces aná-
logas.
ESPAUTACION. p. Espantajo. Fi-
gura extravagante con que se asusta
á las gentes medrosas. Fantasma.
ESPIC.4ZAR. p. Dar golpes repeli-
dos con la picaza. Picar la carne en
menudos trozos. Causará uno heri-
das con arma blanca.
ESPICH.VR. a. Morir.
ESPOLSADOR. p. Palo guarnecido
de vendos li orillos , con los cuales
se sacude el polvo á ropas, muebles
y paredes. La generalidad en Cas-
tilla lo mal titula «zorros.»
ESPONJADO ,-IQUIO. a. Azucarado,
panal. Azucarillo.
ESTANCO, -CAR. p. Acaparar, guar-
dar productos y demás para lu-
crarse.
ESTRAL,-LI(}UIA, a. Hacha pe-
queña de mano ú estraleja.
ESTROPICIO, a. Desperfecto, des-
urden.
EXCUSADO, a. Retrete, secreta.
EXCUSON. p. Escudo grande con los
blasones de familia que adornú parte
de las fachadas ó paredes. El uso de
la X en esta palabra vendrá de la de-
rivación Executoria ó Ejecutoria de
nobleza.
EXPORGAR, a. Espulgar, soltar lo»
árboles y vides el fruto naciente.
F.ZAGA. p. A zaga ú de zaga. Quedar
vencido ó en segundo lugar.
F.
FAJO. a. Haz de armas , cañas y ra-
mas, ele.
FALCA, a. Cuña.
FALSA, a. Desván.
FANDANGO, a. Pendencia, riña, des-
orden, confusión. Dicese «se armó
buen fanilango.»
FARINETAS. a. Puches 6 gachas,
que se hacen con harinas de varisis
clases.
406
MIRCIA
FAROLERO, a. Se usa la frase «Me-
terse á farolero,» por el que se ocupa
de cosas ajenas.
FILA,-I.ETA. a. Madero, viga. Ros-
tro , semblante en sentido familiar.
Hilo de agua.
FILAHÍZ. p. Filadiz. Seda sacada
del capillo roto. Rácense de ella al-
gunas telas para pañuelos y colga-
duras. Tiénese por filahiz á la per-
sona endeble.
FORADO, a. Agujero ó hueeo. (De
Forat, voz catalana.)
FRKGAZA. p. La reunión de vajilla
y vasijas que han de fregarse.
FRITADA, a. Pisto, conjunto de co-
sas fritas.
FULERO, a. Se aplica á lo que no es
de recibo, principalmente ;í la mo-
neda defectuosa 6 de baja ley. Per-
sona de malas mañas y equivoca
conducta , usándose generalmente
esta frase para deprimir á la mujer.
La prenda de vestir que no es de
buen gusto.
FUMERO. a. Hueco en los techos
ó paredes de las viviendas por el
cual sale el humo. Incensario y
perfumador. (Fumeret.)
FURRUFALLA. a. p. Bornifalla, ho-
jarasca que arde pronto , levanta
llama y no calienta.
FUTESA, a. Bagatela, cosa de poca
entidad.
G.
GAFETE, c. Corchete.
GAJO. a. Porción de una manzana,
naranja, etc.
GARB-A. a. Gavilla ú haz de leña,
raieses, leñas, ele.
GARBERA, a. Montón de muchas
garbas.
GÁRGOL, a. Batueco ó huevo huero.
GAL«PO,-PTN. p. Hombre taimado,
de talento y no buenas intenciones.
GALLO-MATÍAS, m. Discurso ó
relación embrollada. Dlcese bien asi
por tradición francesa 6 provenzal,
que manifiesta el caso de un pleito,
(según el obispo de Avranches) que
un tal Matías llevó sobre hurto de un
gallo; el abogado tanto se enredó
con las palabras ya dichas, que desde
entonces se llama asi á los enredos
del lenguaje. (Monlau.)
GARRAMPA. a. Calambre.
GARRANCHOS, p. El tronco roto 6
desgajado. El gancho de hierro con
labores caprichosas en las obras de
rej ería .
GARRAPATA, a. Sección más joven
y desaplicada en las escuelas. La
parte menos distinguida de la reunión
ó concurso.
GARRAS, a. Piernas delgadas. A los
patituertos se les llama garrosos.
GARRES. Sitio conocido por alber-
garse en úl gente de mal vivir, y
allí ocultar los hurtos.
GARROFA. * El fruto del algarrobo;
derivase del árabe, Jarrub ó Al-
jarrub.
GARRÓN, a. Calcañar ó calcañal. Al
que lleva las medias caldas se le dice
«que las lieva al garrón».
GAYATA, a. Cayado grueso.
GETA. a. Labios gruesos y salientes.
«Hinchar á uno la geta,» darle de
mojicones ú getazos.
GINJOL. a. Azofaifa.
GOLFO, -FIQUIOS. a. Guarnición de
herraje para que gírenlas puertas y
ventanas.
GORRINO, a. Puerco 6 cochino.
GRANDARIA. a. Grandor, magnitud.
GRA^JERIA. p. El beneficio de los
cultivos de las haciendas, producto
de los frutos, etc.
GRILLA, a. Mentira.
GRILLARSE. Empezará perderse al-
gunos frutos vegetales. Brotar las
patatas sin haberse plantado.
GRIS. a. Tiempo frió. Viento fresco.
GUIJA, -XA. a. Amosta, legumbre.
GUIPAR, a. Atisbar, divisar, bruju-
lear. Apercibirse de algo. «Le he
guipado la seña.»
GUITARRA, -RIOUIA. m. Créese
corrupción del latín Cithara , ó del
árabe Kinuar. (Monlau.)
QUE SE FUE.
407
GUSANADO. a. Lo que está dañado
6 agujereado por los gusanos.
GUSANERA, a. Herida hecha en la
cabeza.
GURBIONADOS. p. c. Botones he-
chos con torzal grueso de seda, lla-
mado Gurbión.
H.
HABLAR. (Por bajo de cuerda.) p. *
Tomar la palabra en nombre de otro
ó por comisión suya. Interpretar un
lenguaje extraño que otro está ha-
blando.
HACIENUA FALSA, p. * Tejido ü
obra mal hecha de seda como de las
diferentes labores que con ella se
preparan. Obra con malas condi-
ciones.
HALA. a. Exclamación 6 interjección
equivalente ala de Vamos... Arriba...
HALDETA, a. Pieza que general-
mente rompe en Ta cintura y no baja
mucho de ella.
HERtDAMIENTO. p. Reunión 6
agrupación de los propietarios que
tienen derecho á regar por un cauce
(5 acequia, como «Heredamiento de
la acequia de Alfande, ele.»
HERRONES. * Discos ó disco de
hierro, con agujero en medio, que
en juego antiguo , llamado Herrón,
se tiraba de lejos para calarlo en un
clavo hincado en tierra ; después
estos clavos se sustituyeron con pa-
las de metal.
HIJUELA, p. Cuerda como de gui-
tarra , formada con el ventrículo
del gusano de seda que no llega á
hilar. Sirve á los pescadores para
sujetar los anzuelos.
HILO. o. «Hilo, fundamento y magis-
terio ,» condiciones para la buena
obra de albañileria, según las orde-
nanzas.
HILO PALOMAR, c. p. Bramante.
HISTORIADO, a Lo que está muy
adornado , ya sea mueble como
prenda de vestir.
HORNO, a. La casa ú establecimiento
en que estando aquel se amasa y
vende el pan. Tahirna.
IVIERNO, a. Invierno. Conforma me-
jor con la etimología latina, asi como
las voces anticuadas Ivernal é Iver-
nar (Ibernum).
INDAGADURA. p. Lo que ha resul-
tado de las averiguaciones y de lo
discurrido en consecuencia de ellas.
INDAÑARSE. a. Indignarse. Enco-
narse las llagas ó heridas.
INFA1NTE,-TIQUI0. a. Corista de
corta edad en las catedrales y cole-
giatas. Seise.
INTELIGENCIADO, p. El que ha te-
nido inteligencia de una cosa, ó
queda enterado de ella. El do-
cumento por el cual quedan muchos
acordes.
JACULATORIA, a. Se usa en len-
guaje familiar como equivalente á
la frase castellana : «¡Vaya una em-
bajada!» También se tema como
amonestación á un individuo, re-
prendiéndole.
JAllAPOTEAR. a. Jaropear ó dar
jaropes, como también tomarlos.
JARCIA, a. p. Jauría de perros.
«Hombre de jarcias,» ó persona de
arraigo. Grupo numeroso de gente
dispuesta á la broma.
JAUDO. a. Insípido, sin sal. En
Aragón Jauto.
JENCIBHE Ó GENJIBRE. p. Planta
y raíz medicinal , que importada de
las Indias , se ha aclimatado en las
comarcas meridionales; picada, sirve
para condimentar pasteles , como
también guisos.
JERIFlí. p. Xerife, nombre déla dig-
nidad que se da entre los moros á
los descendientes del Profeta.
JETA. a. Lo mismo que Geia, etc.
(Véase Geta y Getazü.)
JONJOLI. p. Planta y simiente lla-
mada alegría, que sirve para las tor-
tas y otras pastas por Pascua.
408
JÓV'ENO,-NA. a. Persona joven en
ambos sexos , y se explica así para
cada uno mejor que en castellano.
JULEPE, a. Se dice llevar julepe , á
sufrir una tunda (i descalabro en el
juego; ó haberse dado mal rato ca-
minando, ú desempeñando algún
negocio, cuanto trabajando mucbo.
JU CUESCA, a. Partida de juego, ge-
neralmente improvisada y tumul-
tuosa.
JUNTAMENTO. p. P.eunion de varias
personas que representan dereclios
y á quien se les convoca para tomar
acuerdos. (Yuntamento ó Ayunta-
miento.)
JUSTILLO, a. Armador 6 corsé; ajus-
tador en los vestidos de las mu-
jeres.
LL.
LLAGA, a. p. Desunión de la carne,
causada por corrosión 6 herida. Se
llamó plaga, xaga y chaga, que-
dando en el nombre catalán Llaga.
LLiVMADERA. p. Vara larga y ar-
mada de pequeña púa en uno de sus
extremos , con la cual el carretero
molesta al ganado vacuno para que
ande.
LLATA. p. Caja de hoja de lata
usada en distintas formas para los
asados, bizcochadas, etc. Se dice asi-
mismo de todo envase de metal,
como á todo desperdicio de hojas
metálicas, 6 vasijas hechas con ellas.
LLORADERA, a. Especie de pasión
de ánimo que se resuelve en copioso
llanto, imposible de contener.
LABORANTE, o. OQcial de la seda,
que habiendo hecl.o aprendizaje, te-
nia que estar dos años como tal
laborante en casa de su maestro.
LACHA, a. Se usa de la expresión
tener poca lacha , para manifestar
poca aprensión, poco fundamento.
LAMINERO, a. Goloso en demasía.
LAPO. a. Bofetón, golpe dado más
bien que con fuerza, por venganza ó
desprecio.
LECHOS, d. Hoja de morera , so-
brante de las que se les echan á los
gusanos de seda para su alimento, y
que ellos dejan bajo sí en los zarzos.
LKXA,-JA. p. Vasar adornado de
calados y recortes en yeso paia colo-
car loza, etc. También se dice de las
diferentes tablas de un armario.
LEÑAZO, a. Garrotazo fuerte.
LI'.ZNA. a. Lesna.
LONJA, a. Edificio piiblico para de-
positar artículos de comercio. Tira de
tocino.
LURCA. a. Nombre antiguo para in-
dicar el sitio donde crian los conejos.
LUCIAR. a. Apuntar la reja del arado,
como también las herramientas de
cantería ó albañilería.
M.
MACERAR, a. Sobar ó apretar la
masa para el pan.
MAJADOR. p. Maza de madera fuerte
para quebrantar el esparto.
MALEANDO, p. Se dice que venia
maleando q lien estaba ya delicado
de salud. También es venir á menos
en fortuna.
MAL-TRABAJA, a. Haragán; pe-
rezoso en el trabajo.
MANCHA, -AR,-DOR. a. Fuelle de
fragua. Manejar ó dar aire con los
fuelles. El que da aire con ellos.
MANDURRIA. a. Bandurria.
MANDRIA, a. Haragán , hombre
egoísta.
MAKUOTE. p. Acción triste de los
gallos y demás aves domésticas.
Hacer mangote, dejar caer la cabeza
como apesadumbrado.
MANOBRE, p. El que amasa el yeso
y le da á la mano del oficial.
MANTA, a. La prenda que completa
el traje del hombre del pueblo , cu-
briendo todo el cuerpo á manera de
capa ; viene i ser una tira ancha de
grueso tejido de lana, la cual tiene
doblada por igual y cosida por uno
de los lados, forma bolsa ó cujon.
gUE SE FUE.
409
MANTOS, p. Las cubiertas de las bar-
racas.
MANTUDO (Pollo), a. Persona muy
sensible al frió, 6 que busca el abrigo.
MAQUILA, p. Correspondia anti-
guamente al molinero por su tra-
bajo medio celemín por fanega; otras
ordenanzas marcan seis libras por
fanega.
MARGUAL. p. Disco , antes hecho
con marga , y hoy con pleita para
avivar el fuego. Lo mismo que aven-
tador.
MAS. a. Tan , como se ve en las mu-
chas y vulgares locuciones. «¡ Qué
pan más blanco ! » «Ni más ni man-
gas.»
MASCARA,-DO-. a. Tizne, 6 aquel
que va tiznado.
MAZACOTE, a. Se dice de cual-
quiera objeto dearte.no bien con-
cluido, y en que se ha procurado
más la solidez que la elegancia y li-
gereza.
MELÓN DE AGUA. a. Sandia.
MERALLA. p. Medalla, venera, dis-
tinción, condecoraciones.
MERCAR, p. Comprar.
MERCELANA. p. Antigua tela para
vestidos de mujer.
MIAJA, a. p. Migaja, miga. Se dice
de todo fragmento pequeño de una
cosa , como también aplicado al
tiempo. «Espérate una miaja.»
MICER. a. Titulo de alguna distinción,
que se djú un tiempo á los letrados.
MILOCHA, a. Cometa, Apodo auna
persona demasiado alta y delgada.
MIKCHIRONES. p. Granos de haba,
que durante el verano se venden ya
cocidos por las calles y plazas de
Murcia. Esta voz parece derivada del
catalán, Minchar (comer).
MIRAMAR. a. Mirador, solana, azo-
tea, particularmente en las casas de
campo.
MOA,-IQUIA, a. Estilo, modo , uso.
MOCAR, p. Sonar. Al pañuelo de los
niños se le llama moquero, derivado
del catalán; Mocador.
MOCO. p. Se dice que «Va de moco,»
á la persona que se ha embriagado
con extremo.
MOLLA, p. La miga del pan. La
abundancia de carne, y se dice
«Tiene buenas mollas.»
MOMOS, a. Gestos 6 visajes con que
se hace burla de algo.
M0N.4. a. p. Torta usada por Pascua
florida , á cuya masa se ponen hue-
vos con cascara. Embriaguez. Juego
de naipes. Quedar corrido por las
razones y oposición de otro.
MONDA, a. p. Mondadura; limpieza
de los taludes y fondo de las ace-
quias durante un periodo fijo del
año. que toma este nombre.
MONICIONES, p. Amonestaciones.
Tómase como la publicación de los
nombres de los conti-ayentes al ma-
trimonio.
MORAL, p. Se dice que tienen moral
los escritos ó reflexiones cuando en-
cierran un doble sentido laudable y
verdadero.
MORCIGUILLO, p. Murciélago.
MORGÓN, a. Mugrón de la viña. El
tallo enterrado para que arraigue.
(Véase A.iiorgo.var.)
MORROCOTUDO, a. Grande, formi-
dable, terrible ; se usa , y sólo vul-
garmente, con algunos sustantivos,
como en: «Hay cuatro leguas mor-
rocotudas.» «Es un capital morroco-
tudo.» «Es un juego morroco-
tudo.»
MORTICHUELO. a. Mortixuelo 6
mortijuelo. Párvulo muerto. Tam-
bién se dice de la matanza de un ave.
MUELLES, a. p. Por flojo de muelles
se entiende , no sólo al suelto de
vientre, sino al fácil de lengua. Cas-
cales usa en sus Discursos de la pa-
labra aragonesa Boquimuelles.
MULETA, p. Nombre cariñoso que
dan los moíos á las mozas , como se
desprende de este conocido diálogo:
— ¿Te cautivo. Muleta? — Lo mesmo
que á una provetiquia coberniz.
MUÑID0,-D0R. a p. Avisado. El
que antiguamente era emplazado ó
citado á concejo. Llámanse aún mu-
ñidores los avisadores ó citadores de
cofradías 6 corporaciones.
27
410
MURCIA
N.
NAYA. a. Galería, ó andador en ga-
lería de palacio 6 iglesia. Descanso
en las escaleras de las casas.
NECESARIA, a. p. Retrete.
NÍSPOLA, -LERO. p. El fruto del
árbol níspero.
NUCLA. p. Nuca. Usa el vulgo con
frecuencia de la redundancia: «Nu-
cía der cuello.»
Ñ.
ÑORA. p. Noria. Máquina hidráulica
de una ó más ruedas para elevar
aguas. Pimiento de cierta clase, que
se cultiva y produce en abundancia
en el pueblo llamado as! , en la huer-
ta de Murcia, donde hay una gran
rueda hidráulica de las ya dichas.
O.
Obrero, a. p. E1 que está encargado
de la conservación de edificios, ren-
tas y cosas eclesiásticas. También
se dice fabriquero al administra-
dor, etc.
OJALÁ. * Oxallab. ¡Quiera Dios!
Interjección muy usada en los países
meridionales para expresar buen de-
seo de alguna cosa.
ORILLOS, a. Lo mismo que Vendos.
OTRI, OTRIE. a. Otro. En E! conde
LiiC'ivnr se lee: «Olvidan mucho
aina lo que otri ha fecho por ellos.»
«Hacienda de otri, ropa ajena.» La
voz aragonesa otri se encuentra muy
usada eu el libro de Lus siete Par-
tidas.
P.
PAJUZ,-JUZO. a. Paja medio podri-
da, desechada de las eras y los pe-
sebres.
PALKRA. p. La planta como también
la hoja que cria los higos chumbos,
que llaman vulgarmente higos de
pala.
PALETA, a. Kl trabajador dealbaBil
que maneja la paleta. Herramienta
del dicho oficio.
PALUSTRK. p . Herramienta de al-
bañil para usar las mezclas de yeso
y de cal, como para unir desigual-
dades y defectos de las superficies
labradas con aquellas.
PANES DE LA HUERTA, p. Anti-
guamente se entendían así los ban-
cales que tenían la mies ya crecida.
PANIZO, a. Maíz.
PANOCHA, a. Panoxa , panolla <5
panoja, derivado del catalán, y equi-
vale á Mazorka ú Mazorca.
PANTASMA. a. Fantasma. Es voz
vulgar, que se usa también metafó-
ricamente.
PANTOMINA. p. Espectro, acciones
extrañas ó mímicas en las personas.
PAPELERO, a. Hazañero. Finge ne-
gocios.
PARAULA. a. Palabra, tomada en
Murcia íntegramente del catalán Pá-
ranla.
PAREJO, -JA. p. Entiéndese por
piso, superficie ó labor de tierra, que
queda á una misma altura sin acci-
dentes.
PARRA (Subirse á la), a. Ofenderse,
picr.rse de alguna alusión. Encoleri-
zarse.
PARRANDAS, a. p. Baile usado en
el Reino de Murcia, parecido á las
seguidillas. Díeese «ir de parrandas»
al que va de jolgorio , diversión,
ociosidad y pasatiempo.
PARVADA, a. Gran cantidad 6 mu-
cho bulto que hacen las cosas exten-
didas, 6 las gentes en romería.
PEGALOSO,-SA. p. Quien se acerca
demasiado á las personas para alcan-
zar algo.
PELELE, a. Pobrete, falto de inteli-
gencia y fortuna.
PELINDUSCA. a. Ramera. Mujer de
mala vida. También se le llama Pe-
lleja, según Rosal.
PENPONEAR. a. Dícese de la vida de
las rameras. Disipar el tiempo. Ca-
llejear. Concurrir á todo lo que sea
distracción.
QUE SE FUE.
411
PENEQUE, a. p. Borracho.
PERCANZAR, c. Alcanzar, tocar,
comprender.
PERDIGADA (Carne), p. Picadillo
especial para relleno de los pas-
teles.
PERETERO. p. Peral de fruías más
menudas; á éstas las llaman Peretas;
en Castilla Peras de San Juan.
PERJUCIOSO. a. Periudicioso ó per-
judicial.
PEROLA. a. Cazo de cierto tamaño y
forma.
PERRANEO. p. Pedáneo. Alcalde
rural.
PERRERA, a. Berrinche ú rabieta.
PICAJOSO, a. El que se pica 6 re-
siente sin gran motivo y con fre-
cuencia.
PICAPORTE (Moño de), p. Llámase
asi al que las huerlanas y mujeres de
campo se hacen con el pelo tren-
zado y en forma de aspa ó muletilla.
PICAZ0,-Z1QU10. p. Picotazo. El
golpe que dan las aves conelpicc,
como también la molestia que cau-
san los insectos, pulgas, etc.
PICOLETA, p. Herramienta de al-
bañil.
PICO, -COTA. a. Herramienta de al-
bañil.
PINGO, a. Se dice de los demasiado
sueltos , haraganes y desaseados,
particularmente de las mujeres.
PIPIRIJAINA, a. Compañía reducida
de malos comediantes. Pieunion de
poco pelo , ó menor importancia de
la conveniente.
PIRULO, a. Perinola pequeña.
PISADERA, a. p. Se dice de la reja
que se pisa en la acera de la calle
para luz y ventilación de sótanos.
Antigua ediicanda en los conventos,
donde pagaba un tanto por el piso,
ó pisar dentro de clausura.
PIULAS, p. Carretillas ó triquitra-
ques de pirotecnia, para juego de
muchachos.
PIZCO, a. Pellizco 6 repizco.
PLANTAJE, p. Planta acuática que
nace espontáneamente en las ace-
quias , conocida en Castilla por
Llantén ó Llantel. Plantaje es usado
en Murcia con más propiedad , to-
mándose del nombre botánico Plan-
tago.
PLATICAR, p. Hablar en serio, tra-
tando de asuntos varios. Cosas 6 es-
tilo de plática.
P0CH0,-CHIQU10. a. Pálido , des-
colorido.
PODER, a. Usase de la frase «á mf
me puede,» como «que me incomo-
da,» etc.
POSO. a. Parte espesa de los líqui-
dos, que queda en el fondo de la va-
sija.
PORCHE, a. Postes, soportal, arco,
como pórticos.
PORRILLO, p. Llamaron asilas pe-
queñas boqueras de riego.
PORTADERA, a. Vasija de madera,
para llevar las uvas en la vendimia.
POSTIZAS, p. Castañuelas.
POTREAR, a. Molestar, aburrir,
cansar, apurar á uno.
POZAL, a. Cubo de pozo.
POZALEAR. a. Revolver el agua de
un pozo, subiendo y bajando los po-
zales.
PREMOVER. p. Promover, instigar.
PRENDAS MUERTAS, p. Lo que se
deja empeñado por valor de cosa to-
mada.
PRESTO, p. Pronto. Aprestarse para
algo.
PRIETO, a. Mezquino, mísero , ta-
caño.
PROBAR, a. Catar los guisos , vi-
nos, etc.
PROCURA, a. El ejercicio de procu-
rador.
PUGNICION. p. Pena. Voz usada en
las Ordenanzas de Murcia, 1695.
PUNCHA, -CHON. a. Punzón ó her ■
ramienta de punta. También se lla-
ma así á la espina. Hay un refrán
que dice: «El que tenga la puncha
que se la saque.»
PUNCHAR, a. Punzar, herir con'
punta.
PUNCHAZO. a. Punzada.
412
Q.
QUEBRAR. (El dia ó la noche), p. El
momento de espirar las doce horas.
Vulgarmente se dice : «medio dia,
media noche.»
QUEXEaOS Ó QUIJEROS, p. Cos-
tados, taludes y motasen declive na-
tural, que limitan las acequias ó pa-
sos de aguas.
QUEJÓN, a. Quejumbroso.
QUEMA, p. Incendio de cdiCcios,
mieses, leñas, etc.
QUIJAL, a. p. Quijada, dientes. De-
rivase en Murcia del catalán Quixals
ó Caivals. Se dice tener buen quijal,
6 quijal sano, al que come mucho
sin reparar en la calidad ni dureza.
QUITAPONES, p. Adornos de seda y
lana en las cabezadas de las caballe-
rías. Los excesivos adornos que en el
traje llevan las sentes, ú la guarni-
ción exagerada de cualquier objeto.
QUIZA, -AS. p. Tiénese por eufoni-
zacion árabe ó corrupción del catalán
¿Qui sab? ¿Quién sabe?
R.
RABAL, a. Arrabal.
RAFA. o. Corte de aguas fuera de
tanda, que se prohibió en las ace-
quias.
RAFALI. o. Cierta clase de carnes,
cuya venta estuvo prohibida en cier-
tos casos.
RAFE. a. Rape. Alero de un tejado.
Extremidad de algo, como: «Al rafe
de la mesa.» «Al rafe del papel.»
RAMPA, a. Calambre. Dieese en
Murcia , como en Aragón, sin cor-
romper la palabra catalana Rampa.
RAMUJA,-XA. p. Producto de la
limpia ó poda de árboles y ramas
pequeñas que resultan de esta opera-
ción.
RASERA, a. Rasero. Cuchilla de ama-
sar.
RASPAJO, p. El escobajo de los ra-
cimos. El niño pequeño y precoz.
RASPA, a. p. Lo mismo que cosa ás-
pera. Escofina.
RAUTA, p. Ruta, camino, vía.
REBLIR. a. p. Elevarse el fondo de
las acequias hasta obstruirse el curso
de las aguas.
RECIENTE, a. Creciente. Levadura.
REFITOLERO, a. Indiscreto, impru-
dente, curioso.
REGOMELLO, p. Reparo en decir 6
manifestar lo que se siente ó quiere.
RELIGA, p. Reliquia. Diminutivo que
altera el vulgo , por usar el iquia
como constante en casi todas las pa-
labras, y creerlo mal dicho en ésta
y en acequia (cieca).
REMANIENTE, p. Lo que corres-
ponde <5 tiene conexión con asuntos
dados.
RENTO, p. El alquiler 6 estipendio
que se paga por una cosa. Arriendo
de casas ú tierras durante un año.
REPONSALID.Á. p. Responsabilidad.
Los que pronuncian tal frase , creen
decir bien asi , que ellos responden
á todo, y que salen fiadores del com-
promiso.
REPROPIAR. a. p. Resistir al freno.
Comprender lo que se dice ó hace
mal.
REVOLTINA. a. Motin , conmoción
popular.
REZAR., p. Lo que puede explicar
un documento en su texto.
RIACHO, p. Rio pequeño y con poco
caudal de aguas.
Rolde, a. Círculo de gente.
RONCADOR, p. El cohete que se
eleva haciendo gran ruido por inter-
valos.
ROSIGAR, a. Roer poco á poco al-
guna cosa. Murmurar por lo bajo.
«Rosigar altares,» pasar mucho
tiempo en la iglesia.
ROYA. p. Tierra especial que sirve
para hacer impermeables las capas
de tierras que cubren las casas en
Murcia.
RUCHE, a. p. Pollino pequeño. Se
dice de la persona que se halla sin
fortuna ó está escasa de intereses.
QUE SE FUE.
413
RUJIAR O RUXIAR. a. Rociar.
Llámase rujiada al golpe de lluvia.
Rujada, rujazo. Regar.
RULO, -LAR. p. Cilindro de piedra,
madera y otras materias. Peinado de
cierta forma. El acto de rodar el ci-
lindro. Caer y rodar las personas y
objetos.
s.
SABENAS. p. Sábanas. Redes de es-
parto para conducir la hoja de las
moreras, la paja, hortaliza, etc., sir-
viendo como medida, y se dice: «Una
sabena de hoja.» «Una sabena de
paja.»
saín. p. Cebo, grosura artificial, de-
rivado del catalán Sagi. Dlcese «Sa-
carle á uno el sain,» á utilizarse de
su trabajo é intereses.
SALMORRAfiA. a. p. Agua cargada
de mucha sal. También se llama á
ciertos medicamentos para el ga-
nado.
SALSERO, -RA,-R[QUIA. p. El
tomillo y plantas aromáticas para las
salsas. Las personas que en todo
quieren intervenir y figurar dando
su opinión.
SAN JUANERO, a. Endeble, deli-
cado á que da origen el dicho de
«Gato San Juanero,» por nacer fuera
de tiempo y raquítico.
SANTIGÜEKAZO. p. Golpe dado en
dos sentidos, como santiguando.
SAQUE, a. Se dice que «Tiene buen
saque,» á todo el que come ó bebe
bien.
SAQUERÍO, p. La colección de sacos
que tiene cada labrador , moline-
ro, etc.
SARRIA, a. Esportón. Serón de dos
senos para conducir basuras , tier-
ras, etc., en caballerías.
SAZONADORES. a. p. Los que lim-
pian, arreglan y preparan algunos
frutos cogidos y que han de secar-
se, etc., como pasas, higos.
SENTIDO (Costar un), a. Costar mu-
cho una cosa, ó sea á mucho precio.
SERRETA, -TIQUIA. a. Cadenilla
para refrenar caballerías.
SOBRE ACEQUIERO, p. El mayor-
domo, juez ú ministro en cuestiones
de riego.
SOBRE CARGA, p. Soga gruesa des-
tinada, como más fuerte que la lia,
á sujetar O tirar de alguna coea 6
carga.
SOPAPO, a. Revés. .
SOPORTALES, a. Porches. Galería
que forman las fachadas de plazas y
calles, bajo los cuales pasea ó circula
gente.
SORRA, p. Zorra. Carne de estos
animales ya salada y en cierto adobo.
SORRIEGO, p. El exceso de aguas
de un riego que rebosa por los limi-
tes de las tierras é invade sendas v
caminos.
SOTA. a. Mujer deslenguada y sin
vergüenza.
SUMIDOR. a. p. Sitio dispuesto de
modo conveniente, donde se sumen
en la tierra todas las aguas, tanto
inmundas como llovedizas.
SUPEKFLUJO. p. Misterio que se
hace en ciertos asuntos.
TABACOQUES. p. Desigualdades,
hoyos y desperfectos en el piso.
TABANQUE, a. Poyo. Macizo ó mos-
trador levantado á la altura de una
vara en las puertas de las tiendas, y
asi se dijo; «mudar el tabanque,» á
trasladarse de un lado á otro.
TABLACHERO. p. El que cuidó de
los tablachos y del orden de las tan-
das de riego.
TABLACHO. TABLAXO. TABLA-
JO. p. Tablero fuerte que pasa por
dos muros 6 piedras acanaladas que
le sujetan, llamadas Brencas, el cual
dejado caer impide el paso de agua
por las acequias. Se dice calar el ta-
blacho , á ensimismarse una per-
sona.
TABLAS, a. p. Las mesas de venta
para carne y otras mercancías.
TACA. a. Mancha, defecto.
TACHOLADOS. p. Llámanse asi
cierta clase de botones de seda.
414
MURCIA
TAHULLA. p. Espgcio de tierra,
cuya unidad de superficie es la usada
para el cultivo de la liuerta de Mur-
cia, y corresponde próximamente á
la sexta parte de una fanega ; la
forma un cuadrado de cuarenta va-
ras de lado.
TAJO. a. p. Tarea ó trabajo abun-
dante. Sitio dendo se ha de trabajar,
diciéndose: «Acudir al tajo.» Tajada
6 buena presa de carne ú pescado.
Grupo de albañiles, compuesto de
cierto número de ellos. En caste-
llano, cuadrilla.
AMBALIQUIO. p. Tinglado muy
alto, formado con ramas, cañas y
atocha en medio de las propiedades,
para vigilar desde él y guardar los
frutos y ahuyentar con señales á los
pájaros.
TAMBORINAZO, a. Caída, golpe.
TARUMBA, a. Volverse uno tarumba
es quedar mareado , anonadado,
confundido por ruidos y otras cau-
sas.
TEJA DE AGUA. a. Medida de los
caudales de agua para los repartos
del riego.
TEMBLORINA. p. Temblor. Se dice
también del miedo que alguno tiene
y le ocasiona movimientos extraños.
TEMPRANERO, a. El fruto temprano
ü adelantado de sazón.
TENOR, p. Guitarra mediana , que
armonizada con otras , se templa
convenientemente.
TERRETREMO Ó TERRETIEM-
BLO. a. Terremoto. La palabra
terretremo se encuentra usada en
las ordenanzas de Pedro VI de Ara-
gón.
TESTERAZO. a. Trompazo , golpe
con la cabeza.
TIBERIO, a. Bulla, escándalo, confu-
sión, desurden.
TIENDA, c. La cubierta de aros y ca-
ñas forradas de lona, que cubre los
carros y galeras.
TIERRA BLANCA, a. La de sem-
bradura de cereales, y que no es de
arbolado.
TIMBA, a. Juguesca. Comilona. Di-
versión tumultuosa y prohibida.
TIMPLIQUIO O TIPLIQUIO. p.
Guitarra pequeña diferente de las
bandurrias templada como tiple. El
vulgo llama Timpliquio á una guitar-
ra mal arreglada y que valga poco.
TINGLADO, a. Tablado que se arma
in alto y á la ligera.
TIRARSE (4 las personas), p. Diri-
girse á ellas y rogarlas, poniéndolas
por empeño para alcanzar empleos,
gracias ó socorros. Tirar á extremo,
es abandonar caballerías inútiles.
También se dice de las personas que
se encenagan en vicios, ó abandonan
la vida regular y arreglada.
TOCATA, a. Sonata. Tunda. Cada
una de las piezas de música que
constituyen un concierto.
TONGADA, a. Capa de tierra. Paja
alternando con frutas embaladas.
«En una tongada» quiere decir «de
una vez.»
TONTÓN, -TIQUIO. a. Aumentativo
de tonto. (Usado por el P. Isla.)
TOÑINA, a. Tollina. Paliza. Zurra.
Tunda.
TORMO, -MIQUIO. a. Terrón de tier-
ra ó también de azúcar.
TORNO, a- El que sirve en los carrua-
jes para impedir la velocidad en las
bajadas.
TORRK. a. Quinta, granja, carmen.
Casa de recreo en el campo ó la
huerta, cuyo edificio toma el nom-
bre del que la construyó para sf.
TRAPERA, a. Herida de más anchu-
ra que peligro.
TRASPUNTINES, a. Colchones. Usa
entre otras esta palabra Fabio Cli-
mente en sus Escirmienlos de Ja-
cinto. Gergon relleno de paja.
TRENQUE a. p. Portillo. Abertura
en la cabeza, ocasionada por algún
golpe.
TRESPOL. p. Voz importada del ca
talan según parece, y que indica el
guarda-polvo de algo, quedando hoy
como voz de albañileria, mareando
la obra de yeso que guarnece los te-
chos y pisos.
TRIFULCA, a. Gran bulla, diversión,
contienda, inquietud ó movimiento
popular.
QUE SE FUE.
415
TBOCEArO O TRONZADO, a. Can-
sado. Tullido & consecuencia de una
marcha penosa.
TüISQÜIO. p. Voz abreviada una
sílaba de «Todico» paia la mejor
pronunciación por los que creen ex-
presarlo mejor.
TURMtNTA. p. Tormenta. Parece
espresar Turmenta, lo temible de un
recio temporal, si se atiende á la
significación. «Turbatio.»
te cuando se toman entre amigos
corriendo tabernas cual si mudaran
de alojamiento.
YERBA, a. Se toma el género por la
especie.
YESO. a. p. Usase la expresión de
«Lavar el yeso» á cubrir la pared y
fretarla con paños liümedos ó moja-
dos: como también «Palustrar el ye-
so» á bruñirle con el palustre.
VALAMIO. p. El balido de las ove-
jas y cabras. Vocerío tumultuoso,
como también el estrépito de aguas
torrenciales.
VENDEDERAS, o. Tablas 6 puestos
de venta en las plazas ó mercados.
VENDOS, p. Orillos ú orilla de las
piezas de paño, con los que se forma
el espolsador (véase).
VENTANO, -NIQUIO. a. Ventanico.
Postigo superior de la boja de ven-
tana. También se toma por la ven-
tana de una hoja.
VETA. a. Trenzadera 6 lista de algo-
don.
VERGA DE PELOS, o. Pieza espe-
cial de los antiguos tornos de los tor-
cedores de seda.
VERGÜENZA PUBLICA, o. Pena.
Astiguamente entre las varias, era
impuesta á los ocultadores de los
derechos al Almoxarifazgo, y se le
aplicaba & la plebe; A la gente de
privilegio se le conmutaba con pena
de seis mil maravedís y pérdidas de
la ocultación.
VISIVILOS. p. Visiones 6 figuras ex-
trañas que uno cree ver en su fan -
tasia.
VITUMBRE. o. Mezcla escogida y re-
sistente para obras de albañileria.
VOLADA, a. Ráfaga de viento. Sali-
da 6 vuelo de una cosa. Llámase vo-
lada al vuelo corlo de las aves do-
mésticas, vuelo al de las extrañas y
campesinas que se elevan á gran al-
tura.
VOLETAS. p. Tragos; particularmen-
ZABA-CEQUIAS. a. El que cuidaba
de los turnos en el riego antigua-
mente, multando á los contravento-
tores de la ordenanza.
ZABORRA, a. Piedra pequeña; tiene
alguna conexión con el «Saburra»
latino y «Sorra» español, que signi-
fica arena gruesa para lastrar em-
barcaciones. Se llamó zaborrero al
albañil poco entendido y no diestro
que trabajaba con zaborras grosera-
mente.
ZACACHO. p. Llámase Puerto del Za-
cacho á cierta divisoria de montañas
en la provincia de Murcia. En árabe
es zacatín la guarnición ó guarnicio-
nes de frenos y espuelas, y puede que
alguna derrota de moros allí tuviese
lugar.
ZAFA. p. Aljofaina. Aljevena.
ZAFRAN. a. Azafrán; en los fueros
de Aragón se lee «Zafran.»
ZAGAL, -LIQUIOS. p. El muchacho
ó los muchachos; comprendiéndose
el sentido de esta voz como por los
menores en edad ó estar á zaga de
los demás en edad y consideración.
ZAHORI. p. La persona que adi-
vina á otras los pensamientos al pa-
recer y con suma suspicacia, como
también la que tiene buen deseo y
los satisface con respuesta oportuna.
Adivino.
ZAMARRAZO, a. Golpe con cuero,
correa, etc. Desgracia que uno sufre
en su salud, su carrera ó su fortuna,
y así se dice de uno que queda ce-
sante.
416
MURCIA
ZAMBOA O ACIMEOGA. p. Espe-
cie de Toronxa ú Toronja con escre-
cencias en su cascara.
ZAMBUDIO. p. Se ha ilamado anti-
guamente asi á los saltarines ó dan-
zantes, que al propio tiempo cantan.
Esta voz conexiona con Zambra,
danza morisca con música de soplo ó
silbo. Zambudio quedú primero usa-
da como un mote, y Inepo como
apellido entre algunas familias de
los huertanos en Murcia.
ZAPATKRO,-RA. p. Se dice de las
cosas, frutas y a;iiisados, cuando se
ponen en estado correoso y úspero,
como al tratar de aceitunas «Eslún
ya zapateras.»
ZAPO,-PtyUIO. a. Persona obesa,
torpe y desmañada. Rosal dice que
los antiguos llamaban Zapo al Sapo
y Zapicü al hombre chico.
ZARAliÜELLES, -LLIQUIOS. M.
Voz de or¡(;en caldeo , latinizada en
Sarahalla, Sarahallorum, y roman-
ceada al fin en zaragüelles. Especie
de calzones anchos y follados en
pliegues que se usaban antigua-
mente, y ahora llevan los campesi-
nos en Murcia y Valencia. En el ca-
pítulo III. Daniel, vers. 21, se lee
que los mancebos metidos en el hor-
no por mandato de Nabucodonosor
«cum braccis suis» salieron ilesos
sin haberse quemado los cabellos ni
sus zaragüelles «etiam Saraballa,
etcétera.»
ZARANDA, -DIQUIA. p. Utensilio
de cocina, com» amero hecho de
hoja de lata agujereada para limpiar
ú cerner arroz. Rejilla grande para
pasar arenas minerales y tierras, á
fin de que no resulten del mayor ta-
maño que se necesite , 6 sólo el
polvo.
ZARANGOLLO. p. Fritada de pi-
mientos, tomate y cebolla, con carne
6 pescados; generalmente se sirve
solo. Pisto.
ZARPA, a. p. «Andar 4 la zarpa, á
la greña» se dice de los que buscan
riñas ó de los matrimonios desave-
nidos.
ZENETA. ACENETA. ZENETES.
p. Nombre de un término rural en
el campo y huerta de Murcia. Se
llamaron Zenetes varios moros afri-
canos que vinieron i guerrear en fa-
vor de Abdalla el año 815.
ZOTE. a. Ignorante, lerdo.
ZULLIRSE. p. Movérsele á uno el
vientre. Se dice de los que corren
muy asustados. «Van zuUidos de
miedo.»
ZUR0,-RIOUI0. a. p. Corcho. Tam-
bién se las califica de tal cosa á las
frutas que no están en sazón <5 á
otras que se han helado.
APÉNDICE.
NOTAS.
TABLA PRIMERA.
(1) Extracto de la descripción de Murcia por Cáscales, de
su primera ediciop. Discurso XVI, póginas 2G4, 265 y 266,
habiendo hecho en él las adiciones oportunas para mejor acla-
ración.
(2) Cáscales en la descripción de las murallas, que es la
que dejamos extractada con adiciones, se refiere sin duda á
las murallas y puertas de su tiempo, conocidas con nombres
cambiados de las árabes; mas para mayor aclaración ha-
remos constar lo que sobre este asunto marca el erudito mur-
ciano D. Félix Ponzoa en su cap. I de su Historia délos ára-
bes en Murcia, pág. 22. «La posición de la ciudad árabe fué
«la siguiente: Próxima al puente que hoy existe, estuvo la
"Puerta de África, desde la q'ue corria la muralla con direc-
»cion á Oriente hasta la Puerta de Alquibla ó de Bibalmunen,
)>que estuvo junto al actual teatro (el que habia en 1845
"Cuando el Sr. Ponzoa publicó su obra). Entre estas dos
«puertas estaba el Alcázar Nasir, donde habitaron un tiempo
«los gobernadores y reyes moros. Desde la Puerta de Alqui-
» bla seguia la muralla con la misma dirección á la de Auriola,
«que estaba donde ahora está la Plaza de Santa I'Ulalia, y
» continuaba volviendo más adelante con dirección al Norte y
» á Poniente hasta cerca de la Merced. En las Puertas del
» Mercado (extremo de la Trapería) hubo una casa fuerte que
» llamaron Darsaguir, y otra puerta pequeña titulada de Ben-
)) Amadi. Desde este punto seguia la muralla á la calle de
» Porcel , donde estuvo la Puerta de Aljufla , y siguiendo tam-
418 MURCIA
))bien por Santa Teresa volvia al Mediodía hasta la Puerta de
»Xecura , que estuvo en el mismo sitio que ahora ocupa el
«Arco del Pilar (184S, fecha por Ponzoa) , continuando y tor-
"Ciendo al Oriente á unirse con la Alcazaba principal, llamada
«Alcázar Quivir, morada ordinaria de los reyes, que se apo-
»yaba con la Puerta de África.»
Sea cual fuere la verdadera posición de estas puertas, y su
verdadero título por los caminos que á ella viniesen ú otras
causas , manifestaremos las épocas de su demolición.
La Puerta de Oríhuela ha sufrido varias reconstrucciones
en distintos sitios , demoliéndose á causa de la revolución
de 1868 sin dejar señales ni indicaciones.
La Puerta Nueva que se reconstruyó en 1837, mudando á
ésta la conocida por Portillo de Garay , fué demolida en 1868
sin dejar señales ni indicaciones.
La Puerta del Mercado fué demolida en 1604, y desde en-
tonces se marcó el sitio por medio de una lápida en la pared,
la cual ha desaparecido sin haber hoy señales.
La Puerta de Sanio Domingo fué destruida á consecuencia
de la construcción de casas en la Plaza del Esparto á media-
dos del siglo próximo pasado.
En el sitio que ocupó la Puerta del Porcel , y en la fachada
de una casa hay una pequeña lápida en que se lee grabada
esta inscripción :
Aquí estubo
La Puerta del
Porcel. Año de
172S.
La Puerta del Azoque ó de Santa Florentina debió ser de-
molida por los años 1714 á 1718 á causa de la construcción
del colegio de Huérfanas, fundado por el limo. Sr. D. Luis de
Belluga y de Moneada, Obispo de esta Diócesis, y desde
1720 Cardenal con el título de Santa Práxedes. No quedan
señales ni indicación del sitio que ocupó dicha puerta, pero
entre las fachadas de las dos últimas casas del lado izquierdo
de la calle de San Nicolás , aparecen aún restos de la antigua
muralla : en la prolongación debió estar la puerta citada.
Entre las Puertas del Porcel y del Azoque ó Santa Floren-
tina, fundó en 1618 el M. limo. Regidor perpetuo D. Fran-
cisco Quirós una casa de albergue para mujeres arrepentidas
de la mala vida , bajo el título de Recogidas de la Magdalena,
cuyo nombre tomó y conserva la calle conocida hoy por
«Cuesta de la Magdalena.» El Cardenal Belluga, ya dicho, al
QUE SE FUÉ. 419
establecer el colegio de las Huérfanas, llevó las Recogidas á
un convento que fundó al efecto junto á la Rambla del Cuerno
cerca de Santa Quiteria, cuyo edificio sirve hoy de correccio-
nal para detenidos.
La Puerta de San Ginés debió desaparecer á mediados del
pasado siglo , si bien quedándose como calle de salida con
portillo, el cual, como muchos ha desaparecido, quizá ocu-
pándose con casas modernas el verdadero emplazamiento de
la antigua puerta ; habiéndose demolido la iglesia del Santo
que estaba en la plazeta hoy del mismo nombre, no hace mu-
chos años por el Sr. Cura Clemencin para hacer casas que
hoy existen: de aquel templo, y hasta 1834, han venido sa-
liendo las devociones de penitencias públicas y pecado mortal,
saliendo en otras ocasiones de la ermita del Pilar.
La Puerta del Pilar constaba últimamente de un solo arco
bajo el cual y en uno de sus estribos estaba una reja de la
ermita: fué destruida para mejoramiento de la calle en 1863
y se mudó la puerta de dicha ermita al sitio que antes ocu-
paba la reja.
La Puerta de Verónicas, hoy de la Aduana, aún queda;
pero ya muy modificada como arco de paso, sobre el cual tie-
nen vistas las religiosas del mismo nombre.
La Puerta de la Puente se ha derribado varias veces ocu-
pando distintos emplazamientos: la última que se conoció
con dicho nombre fué derribada en 1859.
La Puerta del Sol debió derribarse al modificar el arenal,
como también al construir los muros de encauzamiento del
rio, ya en el episcopado del más tarde Cardenal Beiluga, año
de 1714, ya cuando se construyó el Palacio Nuevo bajo los de
los limos. D. Juan Mateo López y D. Diego de Rojas y Con-
treras hacia los años 1760: no quedan indicios de ella.
La Puerta del Toro fué derribada probablemente al cons-
truir el antiguo teatro en 1610, conservándose luego como
portillo hasta su desaparición completa á causa de nuevas
construcciones. Hoy no queda más vestigio que un trozo de
muralla, el cual puede verse desde la plaza de Ceballos, cuyo
resto existe en el solar de la casa que ha empezado á sacar
de cimientos el Exmo. Sr. D. Lope Gisbert ; la antigua
puerta debió ocupar el sitio que hoy sirve de calle frente á la
casa de D. José Mazon.
La Puerta délas siete Puertas de Santa Eulalia, se recuerda
respecto de un emplazamiento , además de varios trozos de
mamposlerías en paredes y piso de la plaza de San Felipe, por
una gran lápida de mármol blanco empotrada en una fachada
420 MURCIA
frente á la iglesia de San José, en cuya lápida se lee lo si-
guiente :
EN ESTE SITIO ESTUBO LA ULTIMA DE LAS QUE LLAMA-
RON SIETE PUERTAS DE LA MURALLA POR DONDE HIZO SU
ENTRADA EL REY DON JAIME DE ARAGÓN DESDE EL REAL
DE SAN JUAN QUANDO RECONQUISTÓ Á MURCIA PARA SU
YERNO EL REY DON ALONSO EL SABIO DE CASTILLA, RIN
DIÉNDOLA SU GOBERNADOR POR EL REY MORO ALBOA
QUES, EN 13 DE FEBRERO DE 1265.
SE DEMOLIÓ Y AMPLIÓ Á BENEFICIO PUBLICO AÑO DE Í803.
(3) La casa construida por Villacis en la plaza de Ceba-
Uos, se conserva sin moditicaciones en el mismo estado que
acabada de construir, y se conoce hoy con el título de Casa de
Buitr.igo.
(4) Los triunfos se han conservado hasta 1820 en que al
proclamar la Constitución se derribaron; restableciéronse en
1823 y estando en pié hasta 1834 en que definitivamente des-
aparecieron. Los nichos de santos en las fachadas de las ca-
sas han ido desapareciendo cuando aquellas han necesitado
reformas, y quedan aún bastantes sin embargo de la prohi-
bición impuesta á poco de la revolución de 1868 y de haber
desaparecido una noche la devola imagen de San Antonio de
su nicho en el porche de su nombre, cuya imagen se halló
luego bajo las mesas de un café.
(5) Las cruces que habia en medio de las plazas indicando
frente á las iglesias el lugar sagrado de cementerio, fueron
retiradas á las fachadas de estas últimas ó de algunas casas
particulares á consecuencia del estudio de nivelación de la
ciudad por el distinguido arquitecto D. Juan Bautista Lacorte,
en 1830. Por medida sanitaria, y desde 1811 que se hicieron
los cementerios de la puerta de ürihuela y la de Castilla
cuando la epidemia de fiebre de aquel año, ya no se han per-
mitido los enterramientos dentro de la ciudad, exceptuándose
los correspondientes á monasterios que han tenido, y tienen
para sus religiosas , bóvedas especiales ó una parte dé huerto
destinada á este uso. La única cruz que hoy queda es la de la
Plaza de las Cadenas , donde estuvo la Mezquita mayor, ha-
biendo desaparecido las de Humilladero que habia á las puertas
de la ciudad ó en las encrucijadas de los caminos.
QUE SE FUE. 421
TABLA II.
(G) Desde la Edad Media , é importada de Alemania , ha
venido la costumbre de señalar los establecimientos públicos
por medio de símbolos ó figuras , representando en banderas
de hierro, ó por medio de cuerpos salientes, en tableros, etc.,
el objeto y alegorías ; generalmente se usó la representación
de animales de varias especies, cambiando de colores, como
el halcón dorado ó el cisne verde, buscando el color más in-
verosímil é impropio, con lo cual habia de llamarse la aten-
ción; ya quedan muy pocos de estos anuncios en ios estable-
cimientos, y se conocen sólo por el apellido úA propietario ó
comerciante.
(7) Por medio de azulejos con blasones, moles ó anagra-
mas ingeniosos, conocíanse los propietarios de cada casa ó los
patronatos de los monasterios y santuarios.
TABLA in.
(8) Hace pocos años, cuando se hicieron obras en las ca-
sas medianeras á la parroquia de Santa Catalina, aparecieron
también otros enseres al verificar las escavaciones de nuevos
cimientos, y la lápida de Falhima á que se hace mérito, que
se conserva en el Museo provincial , y ha sido traducida por el
entendido y erudito Académico de la Española y la Historia,
D. José Amador de los Rios. Del taller de sastre á que se alude
inmediatamente en el relato, se han conservado hasta 18S0
las paredes, enque aún se conocían algunas figuras pintadas,
representando las modas de final del siglo xvii.
(9) Aún se conserva esta costumbre, sin que se haya in-
terrumpido desde entonces; ahora piden los cofrades de Ani-
mas de cada parroquia por el más riguroso turno.
(10) Se ha llamado la campanica del sueño á una de las
déla Catedral, que está repitiendo un seguido toque como á
misa durante un cuarto de hora, para llamar ácoro alas tres
de la tarde.
(11) La práctica de estos exámenes y organización de
gremios, ha estado en vigor hasta 1836, desde cuya fecha es
libre el ejercicio de todos ios oficios y artes mecánicas; los
sastres, no obstante, y desde aquella fecha, tienen cofradía á
Santa Lucía en la parroquia de San Bartolomé; la de ro-
peros y calceteros se disolvió á mediados del siglo próximo
pasado.
422 MURCIA
TABLA IV.
(12) La antigua Cárcel y Tribunal del Santo Oficio, que
estuvo en el antiguo Alcázar del Adelantado, junto al Puente
(véase Puerta de la Puente, Tabla I) , se conservó dedicada á
lo propio hasta que se derribó por primera vez una parte el
memorable dia 7 de Marzo de 1820, al proclamarse la Cons-
titución. Volvió en 1823 á rehabilitarse para Inquisición, mu-
dándose la cárcel más tarde al colegio de San Isidoro, hoy
Instituto Provincial, y en 18b9 se trasladó al edificio Miseri-
cordia nueva, el cual, sin concluir, se conoce hoy por Cárcel
Nacional, y está situado en la Plaza de las Barcas.
Aún se conservan las casas de los Parejas y los Canales.
El Santo Oficio celebraba sus funciones religiosas con toda
solemnidad en Santo Domingo y en la parroqnia de San Pe-
dro, eu cuya fachada fueron picadas en 1823 las lápidas de
mármol que marcaban los principales artículos de la Consti-
tución de 1820.
(13) En la calle de Madre de Dios, se conserva aún parte
de este edificio destinado á casas de vecindad. Entrase por una
pieza donde hay un horno concejil, y como patio , se ve un
cuadrado de b metros de lado de eje á eje de las cuatro
columnas que sostenían cada uno de los arcos de herradura,
cuyos frentes forman otras tantas paredes que debieron sos-
tener asimismo una cúpula semiesférica , quizá con celosías
para facilitar la ventilación: la fábrica, de ladrillo con grandes
espesores, es inmejorable, y estuvo cubierta con una capa de
mortero muy fina y brillante ; las columnas eran de mármol
negro; ésto que hoy es palio, debió ser la piscina, pues corren
alrededor cuatro galerías paralelas de 4 metros de espacio,
y labradas por medio de gruesos muros de argamasa ú hor-
migón fino ; hay varias habitaciones de 3 metros de largo
por l,oO metros de ancho, ya destruidas ó terraplenadas por
las muchas obras que se han hecho alterando la forma del
edificio; quedando en la parte superior, que hoy sirve de casa
de moradores, una puerta caprichosa que debió servir de en-
trada principal y bajada á la piscina y galerías.
(14) Fué destruido por una avenida, y con variación de
plano y emplazamiento, se hizo el actual, que tenia dos triun-
fos con estatuas de los Angeles Custodios , cuyos pedestales
fueron demolidos por ofrecer poca solidez, á juicio de! arqui-
tecto Sr. Bolarin (D. Francisco). El primer ensanche del
puente se hizo en 1848 por el celoso Corregidor D. Salvador
QUE SE FUÉ. 423
Marín Baldo,yel segundo, ó sea el que hoy se conserva, siendo
Corregidor dicho señor en 1865 bajo el proyecto y dirección
del ilustre Sr. Inspector general del cuerpo de ingenieros de
caminos, canales y puertos, D. Juan Moreno RocafuU, nues-
tro, distinguido paisano, á quien , además, se debe la red de
caminos que hoy cruza la provincia.
(15) Debemos algunas de las anteriores interesantes noti-
cias, á nuestro muy querido amigo el Reverendo Padre Maes-
tro Fray Blas García Mico, uno de los últimos padres capuchi-
nos que formaron la comunidad al disolverla en 1835.
Aún se conservan todas las palmeras de! huerto, y sus dá-
tiles tienen fama; el convento é iglesia fueron derribados en
1836, y sobre la superficie que ocupaban, se han hecho plan-
taciones, respetando sólo el magnifico algibe del patio claus-
tral; la única puerta hoy de entrada para el huerto, es la anti-
gua puerta falsa ó del carretero, y en lo que era cuadra,
pajar y leñera , así como cámara para escuela , ha hecho una
modesta y reducida casa de veraneo su actual propietario se-
ñor Guerra.
Las imágenesque habia en la iglesia, están ahora en la del
Carmen; y la procesión dominical de la Divina Pastora dejó
de saUr cuando la expulsión tie los religiosos ; no obstante,
queda el afán inmotivado de pasar con cualquiera procesión
por el puente antes de oraciones.
(16) El rosario cantado, cuya procesión recorríalas prin-
cipales calles, ha seguido saliendo hasta 1836; habiéndose
modificado mucho el orden y acompañamiento de él; los gran-
des faroles fueron achicándolos, hasta quedar en un tamaño
pequeño; como recuerdo de aquello , y con el propio objeto,
esto es, preservar las luces de las corrientes de viento , se
conservan en algunas parroquias de ciudad , campo y huerta
para acompañar el Santo Viático, el cual, la mayor parte de
las veces, se administra como Su Majestad en público, siendo
acogido el sacerdote bajo palio, que precisamente llevan sa-
cerdotes también; al marchar hacia casa del enfermo, va can-
tando un coro de voces é instrumentos el Tantum Ergo, y al
regresar á la parroquia el Te Dcum, como también en la
puerta de la casa, y durante la ceremonia, un motete.
También hasta 1840 ha venido saliendo la Aurora, especie
de procesión para despierta, con música y letrillas de albada
(práctica de los árabes en ciertos dias, y que siguieron los
mudejares, sustituyendo la letra. Los gitanos usnn aún de al-
badas como éstas en las madrugadas del dia de bodas de sus
más distinguidos jefes), con cuyo canto se despertaba á los co-
424 MURCIA
frades del mismo título , para asistir á la misa del alba en el
altar de Nuestra Señora de la Aurora en Santo Domingo; úni-
camente queda de aquella costumbre cierto coro de voces
acompañadas por el loque de una campanilla, cuyo coro can-
tan los cofrades, y la música conserva un original gusto y
ritmo árabe; á consecuencia de excesos, ha sido prohibida va-
rias veces por las autoridades , quienes la permitieron en 3
y 4 de Febrero de 1872 para que la oyese nuestro eminente
paisano D. Mariano Soriano Fuertes.
TABLA V.
(17) No resta ninguna de las costumbres descritas en la
tabla V, pero tanto ellas como la etiqueta y personas que apa-
recen en su acción, están estudiadas hislóricamenteen retra-
tos, documentos y noticias de aquel tiempo.
(18) Son raros ya los ejemplares de la edición citada, uno
de los cuales que tenemos á la vista nos da casi á la letra y
con muy poca variación en los períodos y frases las noticias y
datos puestos en forma de discurso que suponemos pronun-
ciado por su autor D. Pedro Viliacis.
TABLA VL
(19) Esta imagen esculpida en piedra, que sobre un
triunfo estaba en la Alameda, (donde hoy y levantado en
tiempo del Corregidor Marin Baldo el año 1848, existe el
monumento y estatua á Floridablanca); actualmente se con-
serva en la iglesia parroquial del Carmen , cuarta capilla del
lado izquierdo.
(20) Estas penitencias han desaparecido desde tiempo de
Carlos III, quedando hasta nuestros dias(y como recuerdo de
que con su aspecto se amedrentaban los niños y gente sen-
cilla) la humorada de usar artiücioy traje gigantesco, algunas
personas para ahuyentar á otras de su paso por ciertas calles
que no les convenia á sus propósitos: cuéntase que una señora
á quien se conoció mucho en la ciudad, tenia por costumbre
vestirse de fantasma (por los años 1830 al 1840): perseguida
á media noche por dos caballeros á fin de descubrir suincóg-
nito, loimpidió ellaabriendo la puerta de la casica deánimasde
Santa María en la portada de los Apóstoles en la Catedral,
dentro la cual casica estaban siempre los ataúdes y se depo-
sitaban de noche los cadáveres :á la sazón habia uno, (siem-
pre fué costumbre dejar sin llave la puerta, por negligencia
QUE SE FUÉ, 425
y otras causas), alzó el picaporte, y se dice que les dirigió
estas palabras con voz solemne: «Señores, pueden ustedes pa-
sar, les ofrezco mi casa.»
(21) Ei autor de esla obra conserva una colección com-
puesta de todos los que hasta hoy están casi borrados en la
Catedral, San Antonio, y el Contraste, estos últimos han sido
renovados hace pocos años.
(22j Aún se conservan, si bien algo mutiladas, estas ins-
cripciones.
(23) El derecho de sagrado en los monasterios é iglesias
está sin vigor desde la supresión del Tribunal del Santo Ofi-
cio, durante cuya existencia tenia valor y razón de ser por
la competencia de las dos jurisdicciones religiosa y civil : aún
se conserva en Sania Clara la lápida de « Salvaguardia Real»
cuya salvaguardia ó sagrado era el atrio.
TABLA VII.
(24) Hasta mediados del siglo próximo pasado se con-
servó con culto público la ermita de Sania Quileria, que fué
demolida por los años 1820 ai 18.30, quedando hoy sólo como
recuerdo el nombre de la calle.
TABLA VIII.
(25) (Véase en las obras de Jacinto Polo. Zaragoza, 1670,
pág. 187.)
Catalina la hace figurar aquí el autor del Retablo como una
moza del partido, afamada en aquella época, pero sin poder
precisar la exacta fecha.
TABLA [X.
(26) Conócese este episodio en la historia de Venecia con
el titulo de El Rapto de las Novias. Historia de Venecia por
Galibert ; cap. IV, pág. 39.
(27) Desde fin del siglo xvii se perdió la costumbre de
los Rodrigones, pero en el siguiente, durante los reinados de
Felipe V á Carlos HI estuvieron sustituidos por los abales,
que fueron los amigos de confianza de las señoras como los
Sigisveos venecianos.
(28) Siempre ha tenido fama de sucia la calle de Bodego-
nes, que por ser foco de infección, y morir en ella mu-
cha gente en tiempo de epidemias, se'hizo desalojar, tapián-
28
426 MURCIA
dose sus bocas calles y dejándola como corral cerrado durante
la fiebre amarilla en 1811. Los Bodegones han ido perdiendo
su carácter de tal desde la abolición de las ordenanzas ; éstas
prohibían vender pan ni vino en los bodegones, que ya sin esa
traba se han convertido en tabernas donde se guisa de comer.
TABLA X.
(29) En la casa núm. 7 de la calle del Pilar, ocupada aún
por los caldereros, hay en la pared y formada por seis azule-
jos de á palmo , una lápida que así expresa :
En este Sitio estubo la
Yglesia del Hospital de
San Julián hasta el año de
1527, Y EL Documento que
LO ACREDITA ESTÁ EN LA CaSA
DE D. Manuel Arcayna y Alaman.
(30) Se han conservado algunas de estas casas, así como
la reja de la plaza hasta hace pocos años.
(31) El pregonero acompañaba siempre al verdugo en los
castigos y ejecuciones, y era quien primero recibia entonces
de mano del verdugo una bofetada tan pronto como el reo
habia muerto, diciéndole: «Toma para que te acuerdes:» la
gente repetía lo propio de unos en otros, y aún los gitanos
como una reminiscencia judaica ó árabe de los antiguos tiem-
pos, y de los castigos que se les impusieron, cuando en el ser-
món de Viernes Santo dice el orador: «Ya murió Jesús» hacen
lo mismo, aunque otros también lo repiten cuando aquel re-
fiere la escena de la bofetada que el criado del Pontífice dio
al Señor.
Aún en 1829, en la ejecución de Jaime el Barbudo, que
tuvo lugar en Murcia se conservó aquella costumbre.
(32) Estas ordenanzas, como todas las de gremios, están
tomsdas á la letra de la edición hecha por los Señores Murcia
eul695.
TABLA XL
(33) Las pastelerías son los establecimientos que mejor
conservan su antiguo carácter, si bien algún tanto perfeccio-
nadas por haberse dado á sas locales algunas comodidades,
siendo hosterías en el siglo xviii, y hoy, á más de pastelería,
QUE SE FUÉ. 427
alguna es confitería , teniendo salas con mesas donde se co-
men los pasteles y otras viandas y guisos que preparan ; par-
ticularmente estos son cabritos ó carnes asadas.
TABLA XII.
(34) Aún se conservan perfectamente el Contraste, el Al-
moxarifazgo ó Aduana , el Almudí , el Matador y la Carnice-
ría , construida en 16i2 ; colocándose ahora casi en los mis-
mos sitios que entonces los vendedores en los mercados
durante el verano.
(35) Desde 1835 no se ha emplumado ni sacado á la ver-
güenza , ni han recaído estos sentencias que desde tiempo de
conquista y hasta fines del siglo próximo pasado se hacían los
jueves para que fuera más público el escarmiento.
TABLA Xin.
(36) Desde que se planteó el nuevo plan de estudios
de 1836 organizaiKJo de otro modo los Seminarios, Universi-
dades é Institutos , y suprimidas las Universidades de Sala-
manca y Alcalá, que fueron tan célebres, no hay costumbre
de ir los estudiantes en tuna , quedando sólo como recuerdo
algunas comparsas de estudiantes que tocan y cantan jotas, y
postulan por las calles durante el Carnaval; habiéndose abolido
el uso del traje talar, ya estudia ntil externo ya interno ó de
beca, en la Revolución de Setiembre de 1868.
TABLA XIV.
(37) En el Museo Provincial de Murcia , empotrada en la
pared de la escalera , se conserva una lápida conmemorativa
de la construcción de uno de estos castillos, titulado de San
Gil situado en la costa de Cartagena.
(38) Aún se conserva el techo del presbiterio, y aunque ya
abolida la Maestranza del Señor Santiago, es su iglesia la más
antigua de Murcia y sirve de auxiliar de la parroquia de San
Miguel : las veladas de la fiesta han caido ya en desuso . pero
resta la costumbre de ser la función de misa mayor y sermón
al toque de alba, no á las diez de la mañana.
(39) Se conserva el Pendón del Señor Santiago que sólo
salía en funciones solemnes ó entierros de caballeros.
(40) Los arcos de la galería de la azotea del Contraste,
antigua sala de armas, y su cubierta se derribaron en 1827 ,
428 MURCIA
siendo Corregidor D. Rafael Garfias Laplana , y arquitecto
municipal D. Francisco Bolarin, habiéndose sustituido con ter-
rado, el tejado que hubo que quitar por ser peligroso en 1866.
En el salón principal pintó el lecho del actual teatro en 1861
y murió en 1866 el ilustre artista murciano D. José Pascual
Wals.
En 1868 se celebró la Exposición Provincial de Bellas artes
y Retrospectiva , y en él se ha formado el Museo Provincial á
cargo de la Comisión de monumentos.
(41) Los toques ó puntos de clarines, se vienen usando
desde tiempo de Isabel la Católica sin modificación alguna,
hasta la hecha en 1866 y 68.
(42) La marcha real ausiriaca, que durante dicha dinastía
estuvo en uso, fué com[)ues!a por San Ignacio de Loyola. Fe-
lipe V, fundador de la dinastía de Borbon, la prohibió para
sustituirla con la conocida hasta hoy, si bien Carlos III, al ve-
nir de Ñapóles á ser Rey de Flspaña y formar de nuevo su
ejército con su famosa Or<Jenanza, introdujo otras marchas,
distinguiéndose más tarde con los títulos de marchas grana-
dera y fusilera, que tienen un carácter tudesco.
(43) Hacer trampas, amarres y fullerías con la baraja.
TABLA XV.
(44) Fué demolida por su estado ruinoso, y se construyó
así como el hospital, á mediados d^l siglo próximo pasado,
conservándose la imagen demuestra Señora.
(45) Fué incendiado la noche del 2 de Agosto de 183a, en
la que le abandonó la comunidad ; habiéndose acabado de de-
moler en 1862 para construir el actual teatro; queda la igle-
sia y la capilla de Nuestra Señora del Rosario, todo de pro-
piedad de su archicofradía , que conserva en la sacristía el
famosísuno cuadro La batalla de Lepanto^ obra del murciano
célebre, el capitán Juan de Toledo; durante la guerra civil,
sirvió la iglesia para parque de artillería y encerrar los caño-
nes; el coro para celebrar juntas los fracmasónes y otras so-
ciedades secretas; y la iglesia ya dicha , como alguna de sus
dependencias, para alojamiento de tránsito á varias cuerdas
de presidiarios.
(46) Fué incendiado la noche del 2 de Agosto de 1835,
en la que le abandonó la comunidad; derribada en 1838 la
iglesia, fué aprovechado su matofial en construir la muralla
que se ha demolido en 1809; la parle del convenio que hoy
queda en pié, sirve de Posada del Malecón. Queda la iglesia de
QVK SE FUÉ. 429
la Purísima á cargo de su antigua cofradía de caballeros, pa-
tronato de los señores Fon tes, Marqueses de Ordeño. El con-
vento de la Purísima lo ocupan las religiosas de Santa Isabel
desde 1849, las cuales tienen habilitada una pequeña iglesia.
(47) Le abandonó la comunidad el dia de la exclaustra-
ción, 1S de Agosto de 1835. Inutilizado y ya en ruina, sólo
queda parte de la iglesia , el claustro y algunas antiguas de-
pendencias que sirven hoy para cuartel de infantería, donde
tuvo lugar un conocido alzamiento publico de la localidad; los
frescos pintados porVilIacis (según se dirá en otro lugar) se
conservan en el Museo provincial.
(48) Intentaron incendiarle la noche del 2 de Agosto de
1833, al propio tiempo que Santo Domingo, San Francisco y
la xMerced; pero lo impidió el P. José García, único religioso
qué quedó en el convento desde el dia anterior. Fué derri-
vado dicho convento en 1852 para hacer la actual plaza de
toros; la magnífica iglesia y capilla de Nuestra Señora de la
Arrijaca, fundación y enterramiento de los primeros Marque-
ses de Corijera, fué profanada el í 5 de Noviembre del mismo
año, habiendo mutilado las momias de los fundadores y sus
hijos (que figuran en la Tabla V), así como la del venerable
padre Casquete, cuya cabeza se conserva en el convento de
Agustinas; los soldados del Regimiento de la Princesa, que
hicieron la profanación, tuvieron su inmediato fin ; el uno se
volvió loco aquella misma tardo; el otro, un mes después, mu-
rió á puñaladas al pié del nicho de Nuestra Señora de las An-
gustias en Granada.
La igK'sia sirvió en alquiler para almacén de leña y carbón,
hasta que fué abierta al culto público en 1850 por el Excnio. é
Illmo. Obispo Sr. Barrio Fernandez, hoy digno Metropolitano
de Valencia, y está su culto á cargo del Excmo. Sr. Dean Don
Gerónimo Torres y Casanova; celebrándose en ella suntuosas
funciones.
(49) Fué incendiado dos veces antes de la exclaustración,
que tuvo lugar el 15 de Agosto de 1835, y vendido luego por
la Haciendaal Sr. Starico, su actual poseedor; el edificio le
ocupan varios vecinos, habitando las celdas; los demás de-
parlamentos están destinados ó alquilados para almacenes, ó
cria de seda en tiempo de su cosecha; la iglesia está abierta al
culto como dependiente de la parroquia de Santa Eulalia.
Se conserva entre la gente el dicho de, por tarde que va-
yas á la Merced siempre hallarás misa, como recuerdo del
cuadro que había en la perlería representando á San Pedro
Nolasco en el acto de decir la primera misa el dia de la Con-
430 , MLRCIA
quista de Murcia dentro de su Mezquita y en el sitio que hoy
ocupa la cruz de la Plaza de Cadenas en la Catedral ; cuyas
cadenas, que rodeaban tal sitio sagrado , fueron robadas una
noche por los años de 1840.
(50) Fué derribado en 1836, y utilizados los escombros en
la muralla que se ha demolido en 18G9.
(51) Se conserva como á titulo de propiedad del Obispado
para ejercicios eclesiásticos; allí tiene S. E. el lUnio. Sr. Obispo,
un palacio con vistoso y ameno jardin. El antiguo huerto ha
sido vendido en la desamortización.
(52) Inutilizado y demolido en 1837; sólo queda la iglesia
y portería , en cuya última st verillca, según antiguamente,
desde oraciones hasta las diez de la noche, y sin descanso, el
rezo de novenas durante la de la patrona , del 8 al 16 de Ju-
lio, devoción muy concurrida y tradicional. La iglesia, desde
1869 es parroquia agregada á Santa María, haciéndose fun-
ciones suntuosas por su digno párroco, el antiguo Padre Car-
melita, Fray Pablo Costa, hoy diputado provincial de Murcia.
En el ejido del convento iiay una ¡¡osada ó corral de carre-
tería, y en el del huerto, ha hecho jardin y casa el actual
propietario Sr. Lozano.
(53) (Véasela nota 15.)
(54) Está en pié y en buen estado , á cargo de S. E. el
Illmo. Sr. Obispo, conservándose en su iglesia el magnífico
San Gerónimo, obra del célebre escultor Sarcillo.
(55) Fué demolido en 1835 y 36 para construir murallas
que luego se han derribado en 1809. Alguno de los cuadros é
imágenes fueron trasladados y se conservan en la parroquia
de San Nicolás, en la cual está el célebre San Antonio, escul-
tura firmada en Granada por Alonso Cano.
(56) Se conserva en buen estado; la iglesia está sirviendo
para parroquia de San Miguel, y el colegio de la Compañía
para Casa de Misericordia, en la cual ha hecho reformas im-
portantes su ex-director D. Julio Meseguer, como D. Juan
José Belmonte en el tiempo que fué arquitecto provincial; en-
tre ellas, la restauración de la magnífica portada de mármol
negro, escuela de Juan de Herrera.
(57) Conserva este monasterio toda su extensión de fun-
daciones en edificio y huerta.
(58) Conserva este convento toda su extensión de funda-
ciones en edificio é iglesia; pero siendo uno de los que se
amenazaban demoler en 1868, se quitaron algunos objetos de
decoración así como el órgano, que no han vuelto á colo-
carse.
QUE SE FUÉ. 431
(59) Conserva este monasterio toda su extencion de fun-
daciones en el edificio y huerta ; se concluyó la obra de la
iglesia á mediados del siglo próximo pasado, y hasta 1889 no
se ha dorüdo el altar mayor.
(60) Conserva este convento toda su extensión de funda-
ciones; habiendo protegido mucho á esta comunidad con im-
portantes legados y obras de conservación y mejoramiento, el
Illmo. Sr. D. Joaquin González del Castillo, último Dean de
esta Santa Iglesia.
(61 ) Conserva este convento su antigua extensión de fun-
daciones; pero siendo uno de los que amenazaban demoler en
1868, se quitaron algunos objetos de decoración como alta-
res, cuadros, etc., sin que hayan vuelto á colocarse.
(62) Conserva este monasterio su antigua extensión de
fundaciones ; cerca de él estuvo la Puerta de iMolina , que se
mudó varias veces, y fué demolida en 1869, conociéndose úl-
timamente como Puerta de Castilla; el palacio del Sr. Junte-
ron fué mutilado para quitarle su antiguo carácter arquitec-
tónico V tener mas comodidades, por el actual propietario
Sr. Pelíicer, en .1869.
La ermita de San Antón, que con su hospedería fué ven-
dida por desamortización, tiene el mayor culto, y aún se con-
serva la costumbre de romería el dia del santo y su víspera,
(63) Conserva este monasterio toda su extensión de fun-
daciones en el edificio y huerto, cuya obra se ha concluido ya
en este siglo.
(64) Este convento fué demolido de 1836 al 1840, para
dejarlo como plaza, donde hoy se ha erigido el Monumento á
los xVrtistns Murcianos Célebres. Las casas y pasadizo de los
Sres. Saurín fueron derribadas, y construyó uno de los de la
tal familia, Vizconde de Huerta, varias casas de vecinos, dis-
tribuidas como las de las grandes capitales , cuyo sistema de
construcción introdujo en esta ciudad el arquitecto director
de las obias.
La comunidad de religiosas de Santa Isabel, fué expulsada
de su convento á las doce de la noche del 3 de Abril de 1836,
siendo gobernador eclesiástico U. Anacleto Meorum , y civil
el Sr. Chacón, cuyo apellido se dio por título á la plaza que
resultó después de derribado el convento; habiendo estado la
comunidad en el convento de San Antonio hasta las tres déla
madrugada del 24 de Abril de 1849 , que bajo la protección
del Excmo. é Illmo. Sr. Obispo Barrio, fué trasladada al co-
legio de la Purísima, donde hoy se halla.
En algunas escavaciones que inciden talmente se hicieroa
432 MURCIA
en la susodicha plaza de Santa Isabel ó de Chacón, aparecie-
ron varios trozos de obras y atauriques murales, uno de los
cuales, en que se leen algunas palabras árabes, fué depositado
por el autor de esta obra en el Museo provincial.
(65) La costvunbre de vistas, muy usada en el siglo xvii,
concluyó definitivamente en Murcia bajo el episcopado del
Cardenal Belluga.
TABLA XVL
(66) Debemos aclarar la contradicción que aparece entre
ésto y lo expresado en la Tabla IV, respecto á la imagen de
la Fuensanta; lo que de ella se dice es lo cierto y verdadero,
haciendo sólo aqui la descripción de cómo estaba la antigua
ermita antes de ser sustituido el cuadro por la Virgen actual;
este cuadro que cuando se derribó el convento de Capuchinos
de Murcia, lo depositó la comunidad en una casa de confianza
en el barrio del Carmen, se conserva con todo esmero.
(67) Los eremitas de Nuestra Señora de la Luz, autoriza-
dos canónicamente por el Cardenal Belluga en el primer ter-
cio de! siglo xviii, durante su episcopado, bajo el patronato del
Excmo. Ayuntamiento de Murcia; esta comunidad es la única
que hoy se conserva, gracias al patriotismo y celo del muni-
cipio.
El pinar que cubria la sierra fué acotado en el siglo próximo
pasado.
(68) La fuente de solo un caño se conserva con todo es-
mero, y asimismo la lápida é imagen de piedra , como tam-
bién, no lejos de allí, la famosa quiebra del terreno , que ta-
bicada por algún lado y ya en ruina , se la conoce por la
Cueva de la cómica.
(69) Se conserva aún y reconstruida varias veces la Casa
del labrador, frente á la cual se hizo un bellísimo arco pro-
visional para que pasase S. M. la Reina Doña Isabel II con su
familia, cuando visitaron el santuario en 1862.
(70) Aún se conserva esta costumbre, y hay mucha con-
currencia cuando la Virgen está en su camarín y no en Mur-
cia, para rogativas, cuya procesión para conducir á la imagen
á la ciudad ó al monte, es un acontecimiento importante y
digno de verse, no sólo por el ceremonial á que asisten toda§
las autoridades, cabildos, etc., sino también por el entusias-
mo con que la gente aclama á su patrona ; quedando la cos-
tumbre de venir delante de la imagen una multitud de mu-
chachos llevando en sus manos cañas verdes, y dando vivas á
QUE SE FUÉ. 433
la Virgen, cuanto pidiendo el auxilio de las lluvias en tiempo
de grandes sequías, para cuya rogativa se conduce la imagen á
la Catedral.
(71) Esta cuestión de empleo es histórica.
(72) El autor de esta obra puso esta relación en el verda-
dero lenguaje de los huertanos de Murcia en el siglo xvii,más
aljamiado que hoy, sin que hayan adelantado mucho, come-
tiendo en la locución bastantes solecismos , y queda escrito
cómo ellos acostumbran á alterar la parte ortográfica en sus
documentos, refiriéndonos en las frases para ello á uno de
aquella época, aunque extraño á este asunto.
TABLA XVII.
(73) D. Diego Saavedra Fajardo tuvo acordada una enco-
mienda que sólo disfrutó honoraria, y en su último tiempo le
llamaron comunmente Comendador: de su casa en Aljezares
no existe sino la puerta falsa de salida al campo que sirve
hoy para entrada á una pequeña casa situada en la calle del
Carmen núm.-2, conocida por Casa de las Fajardas.
El dia 6 de Mayo de 1872, aniversario del nacimiento de
D. Diego en 1584, el autor de este libro inició y obtuvo con
varios amigos permiso para colocar una lápida en una casa
de la plaza, en cuya lápida se lee:
EL día 6 DE MAYO DE 1584
NACIÓ EN ESTE PUEBLO
D. DIEGO SAAVEDRA
FAJARDO
cuya colocación tuvo lugar después de celebrado un solemne
funeral, con oración fúnebre que pronunció el eminente ora-
dor murciano Dr. D. Félix Martínez Espinosa , en presencia
de representantes de las primeras corporaciones.
(74) Todos los personajes de este cuadro, están consulta-
dos con la relación que de ellos hace Jacinto Polo de Medina
en su obra Academias del jardín.
(75) Consérvase aún la costumbre de adornar asi con azú-
car y canela las Tortadas ó bizcochadas , siendo las que más
fama tienen, las que hacen las monjas de Madre de Dios, dis-
tinguiéndose también éstas por sus finos bizcochos que titulan
Cubiletes.
(76) El bellísimo fresco mural de los pies de la iglesia del
convento de la Trinidad, que pintó Villacis sobre los arcos de
434 MURCIA
frente al órgnno, y que durante algunos años después de la
exclaustración sirvió para tirar al blanco, en razón á estar des-
tacadas de color sus principales figuras, fué revertido déla
pared al lienzo, y luego de éste á otros lienzos, por el distin-
guido artista y licenciado en medicina D. Joaquín Rubio, y el
actual profesor de dibujo en la clase de la Sociedad Econó-
mica, D. Juan Albacete, cuyos lienzos se conservan en el Mu-
seo provincial.
La feria, que desde la demolición de la ermita de San Blas
junto la Puerta de Orihuela , se celebraba en la plaza de la
Trinidad la víspera y dia del Santo, se celebra hoy en la plaza
de Sania Eulalia los propios dias; vendiéndose los tradiciona-
les cordones, así como pitos, figuras del Santo, naranjas, tor-
rados, pasas, etc.; pero se ha perdido la costumbre de los ros-
quetes, y sólo se venden como en la romería de San Antón,
lus panecillos benditos en pago de limosnas por adorar las re-
liquias de los Santos.
(77) D. Diego Saavedra Fajardo murió en el convento
de PP. Recoletos de Madrid , donde fué enterrado, conser-
vándose su lápida funeraria hasta la demolición de aquel con-
vento en 1838 para la construcción de una fábrica de coches,
que luego ha sido demolida para construir el palacio del
Éxcmo. Sr. Marqués de Salamanca.
TABLA XVIIl.
(78) Se terminó dicha iglesia ó capilla el año 1792, pin-
tándose su rotonda con decoración arquitectónica por el fres-
quista D. Pablo Sislori , sufragando los gastos el Ulmo. Señor
Bailó de Lora , Fr. D. Francisco Abellaneda. Tanto la proce-
sión del Cristo de la Sangre que salía del Carmen en Miérco-
les Santo como la de Jesús el Viernes antes de amanecer,
continúan saliendo aún, si bien la última con menos aparato,
pues faltan los antiguos escuderos y criados de señores, que
acompañando á los pasos de N. P. Jesús y el Prendimiento,
lucían magníficas armaduras de batalla, que fueron luego sus-
tituidas por otras de hoja de lata, y hoy ya no salen «Arma-
dos,» cuyo nombre tomaron, y los mandaba un centurión:
delante y tocando un tambor iba un hombre que el vulgo ha
conocido con el apodo de Juan de la Zorra.
Las efigies nuevas, son la obra más acabada del inmortal
escultor D. Francisco Sarcillo.
No quedan restos de la ermita de San Roque ni se hace
función especial , aunque hay imágenes en varias iglesias, te-
guE SE FUÉ. 435
niendo cofradía este Santo en In parroquia de San Andrés.
(79) Se construyó y se conserva esta ermita junto al arco
del Pilar ó antigua Puerta de Vidrieros ó Bib Xecura, por la
que hizo su entrada el lunes 5 de Diciembre de 1551 á las
seis de la tardecí Emperador Carlos V, en memoria de lo
que dicho arco tenia encima los escudos de aquel y de la
ciudad, los cuales se conservan en la fachada de dicha iglesia
desde que se derribó el arco , como lo expresan allí también
en dos lápidas de mármol blanco estas inscripciones.
AQUÍ ESTUVO LA ANTIGUA PUERTA
LLAMADA DE VIDRIEROS,
SUSTITUIDA DESPUÉS CON UN ARCO LLAMADO DEL PILAR,
QUE POR SU ANGOSTURA
FUÉ NECESARIO DESTRUIR
EN 1863.
ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR,
CUYO PATRONATO EJERCE
EL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE ESTA CAPITAL ,
EL QUE MANDÓ CONSTRUIR DE NUEVA PLANTA
ESTA FACHADA
EN JULIO DE 1863.
(80) El Daraxarifefué modificailode su forma primitiva y
decoración mudejar y ojival en 1500, conservándose aún res-
tos góticos en 1802, época en que fué modificado nueva-
mente por D. Lorenzo Alonso, arquitecto de la ciudad, para la
venida de Carlos IV y María Luisa. Fué derribado completa-
mente en 1848, habiéndose hecho en el mismo sitio !a ac-
tual Casa Consistorial bajo la simultánea dirección de D. Juan
José Belmonte y D. Sanios Ibañez, arquitectos de la ciudad,
en dos distintas épocas; sin que aún se haya terminado.
(81) El autor de esta obra ha hecho, en efecto, una copia
completa del único ejemplar impreso, que consérvase en la
Catedral, y fué hecho por el platero Pérez de Montallo: es
cosa muy curiosa por el tecnicismo que usó dicho artífice,
(82) Ha venido saliendo conducida á hombros hasta el
episcopado del Sr. Borja, cuya época la indica la forma del re-
gistro ó rejilla de plata maciza que tiene el frontal del actual
carro, para que vean los que le hacen rodar, y ocultos van
debajo de dicho frontal. En cuanto al orden de la procesión
436 MVRCIA
estñ deducido é interpretado de los varios y diferentes pape-
les, cuanto de noticias y datos que hay de aquella época.
La extraña costumbre de ir haciendo salvas las tropas en
las procesiones y regocijos públicos viene sin duda alguna de
los árabes , que aun en África üsí van en sus cortejos y gran-
des cabalgatas. En Murcia se conservó hasta el episcopado
de S. Erna, el Cardenal Belluga que, como ésta, corrigió
muchas. Se conserva aún en algunos pueblos del reino
de Valencia , como Alcoy y Agost , cerca de Alicante , en las
procesiones y fiestas á San Jorge y San Pedro Apóstol, con
mogigangas de moros y cristianos, en que ambos bandos
marchan en hileras haciendo salvas , ya acompañando á los
predicadores y ayuntamientos, cuanto en toda la carrera de la
procesión , de la cual forman parte.
(83) Estas composiciones están tomadas de un curioso
papel y son dignas de conservarse.
(84) Esta jacarandina á lo divino puede verse en las obras
de Jacinto Polo de Medina. { Academia segunda.)
(8b) La seguidilla expresada la conserva el autor de esta
obra entre varios documentos autógrafos de un aficionado
coplero del siglo xvn, cuyo nombre se ignora.
(86) Aún se conserva la costumbre de subir los huerta-
nos á la torre y descomponer el reloj , pero no la de poner
alojerías en el piso llamado de las campanas como en otro
tiempo.
(87) Como recuerdo de las fiestas populares del dia del
Corpus queda únicamente el de haber mucha concurrencia en
el paseo y tocar la banda municipal algunas piezas musica-
les ; como de los antiguos saraos no queda en este dia más
recuerdo que el baile que da el Casino á primeras horas de
la noche.
TABLA XIX.
(88) Extractos hechos por el autor sobre los eruditos ar-
tículos del distinguido anticuario Sr. Janer, á quien tanto de-
ben las letras españolas.
(89) Ha seguido la costumbre de echar responsos en el
trinquete hasta fines del siglo próximo pasado, y hoy está
ocupado el sitio del antiguo y primer teatro por un espacioso
taller de coches y diligencias.
(90) Fué derribado en 1856 y trasladado al antiguo gra-
nero situado desde antiguos tiempos en la Rambla del Cuerno,
cerca de la Merced , teniendo allí el carácter de teatro provi-
QUE SE FUÉ. 437
sioual , hasta que el 25 de Octubre de 1862 se inauguró por
S. M. la Reina Isabel lí el teatro nuevo que se construyó en
el solar del convento y huerto de Santo Domingo, bajo los
planos y dirección de los arquitectos D. Diego Manuel Molina
y D. Carlos Mancha ; habiendo pintado el bellísimo techo de
la sala, nuestro célebre artista murciano D.José Pascual Vals.
Para la inauguración vinieron expresamente de Madrid los ilus-
tres paisanos Julián y Florencio Romea, que ejecutaron en
medio de estrepitosos aplausos la comedia de Eguilaz, titu-
lada La Cruz del Matrimonio y la pieza en un acto de Bretón
Mi secretario y yo.
(91) Véase en la tabla XVII.
(92) Ha venido sienJo costumbre en ciertos dias celebrar
tales fiestas los señores en sus casas y palacios, y recordare-
mos las que tuvieron lugar en la casa, hoydeCanipo Hermoso,
junto al Casino, donde a principios del siglo vivia D. Antonio
Lucas, que á su costa trajo á Murcia una compañía de ópera,
cosa hasta entonces desconocida, la cual dio funciones varia-
das á que concurría la más brillante sociedad de entonces:
últimamente, y en 1806 se dieron en casa del comandante
Gómez Angeler, tomando parte en la ejecución de comedias,
aquel conocido militar cuanto su señora y otros amigos, ante
un concurso escogidísimo : al efecto se construyó en una de
las salas de la casa de los Descabezados, donde vivían, un bo-
nito y bien decorado teatro.
(93) La costumbre de servir los vinos dulces al final de
las comidas, se ha perdido casi: sustituyéndola con la de
servir el vino de Champagne, que con otras variaciones en
la forma de presentar los platos, cuanto condimentar los gui-
sos , han hecho olvidar la antigua apaiñencia y etiqueta de
Huestras mesas.
TABLA XX.
(94) Hasta el primer tercio del siglo xvm han ido los
médicos de fama, en muías, que dejaban atadas en unas argo-
llas ó ataderos que había en los zaguanes de grandes casas,
lo cual n.o habia de faltar, pues no denotaría ser casa distin-
guida si las muías estaban atadas en alguna de las rejas y en
la calle.
(95) Hasta mediados del siglo próximo pasado ha venido
la costumbre de imitar á los conventos, poniendo sobre la
puerta de cada departamento de las casas, algunas cuartetas
que indicaban á qué uso estaban dedicados.
438 MURCIA
(96) Hasta por los años 1830 á 1840 han venido usando
los médicos, sortija con gran piedra , guantes, aunque no
puestos, y bastón con borlas.
(97) Extracto de varios documentos correspondientes á
curia y fórmulas de ella.
(98) Aún se conserva esa manera de ganar dinero : algu-
nos que apenas saben la muerte de alguien, se presentan en
la casa diciendo es promesa el aaiortajar, y además de lle-
varse algo aprovechando la confujion y angustia de la fami-
lia, exigen luego una cantidad no pequeña como limosna ó
en pago de su trabajo.
(99) Campana de la torre de la Catedral que toca á coro
por la tarde.
(100) E! orden de los entierros , según queda expresado,
refiriéndonos á documentos y noticias del siglo xvii,se fué mo-
dificando á medida de los adelantos é introducción de modas,
tanto en el vestir como etiqueta de las casas: las ceremonias
de la iglesia también han sufrido modificaciones, como puede
verse al comparar las ceremonias de hoy: desde 1836 no se
permite absoluLamenle enterrar en las iglesias ni en las pla-
zas, para lo cual se hicieron en 1811 cementerios extramu-
ros , así es que la clerecía acompaña al cadáver. En vez de ir
el clero, como antes á la casa por el cadáver, se le lleva este
sin pompa alguna y se deposita en la iglesia parroquial, donde
contraviniendo á las Reales órdenes de 28 de Agosto de ISfiS
y 13 de Febrero de 1872 que prohiben los funerales de
cuerpo presente, se les hacen los dichos funerales , acom-
pañando después al cadáver la clerecía y el duelo, despidién-
dose ambos cortejos, ó en la plaza donde estuvo la Puerta de
Orihuela ó en frente de la parroquia de San Andrés en la es-
quina del monasterio de Madres Agustinas. Tampoco hay
costumbre do dar de comer ó refrescar á los convidados , ni
recibe la familia, sino que en el zaguán ó portal se pone una
mesa cubierta de bayeta, sobre la cual hay recado de escri-
bir, con el que cada uno firma como presente al acto , dando
ssí el pésame que antes se daba saludando al duelo. Sólo
queda la costumbre de llevar el cadáver los arrendadores,
quienes se dispulan este puesto sin permitir que el carro
fúnebre conduzca á su amo ; tal carruaje sigue al cortejo
como objeto de lujo en los entierros de grandes señores: asi-
mismo asisten, como antiguamente los estandartes de las
Cofradías, ostentando las más ricas familias mayor número
de ellos para demostrar su r¡i}uezn , pues cuesta todo esto
grandes sumas ; habiendo sustituido los Misericordiosos, á
QUE SE FUÉ. 439
los muñidores cuanto á los lloradores pobres de antiguos
tiempos.
Sólo queda como recuerdo do la antigua mesa de duelo, la
costumbre de enviar los amigos íntimos á las familias del di-
funto, grandes pasteles ó viandas ya condimentadas, bajo pre-
texto de que la familia á causa del natural dolor no puede
ocuparse de preparar los alimentos en aquel dia.
ADVERTENCIA.
El repetido empleo de la z usada como c ó p en la copia
de documentos, es intencional para suponer un error grama-
tical en alguno, como si lo hubiese copiado mal en razón á
tener dicha persona la costumbre árabe muy arraigada aúij
en Murcia, no sólo escribiendo, sino hablando, de sustituir
la c con z en principio de dicción y en medio de ella como
Zapo, Zerrucho, Zafio, Zarrazina, Zilizio y otras, en lugar de
Sapo, Serrucho, Safio, Sarracina, Silicio, etc.
Es propiedad del autor.
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