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Full text of "Murcia que se fue"

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University  of  Toronto 


http://www.archive.org/details/murciaquesefueOOfuen 


MURCIA  QUE  SE  FUE. 


MURCIA 


QUE  SE  FUE 


POR 


JAVIER  FUENTES  Y  PONTE 


MADRID 


IMPRENTA  DE  LA  BIBLIOTECA  DE  INSTRUCCIÓN  Y  RECREO 
Calle  de  Capellanes  numero  5  principal 

1872 


^, 


AL  EXCMO.  SEÑOR 

DON  MARIANO  ROCA  DE  TOGORES, 

MARQUÉS  DE  MOLINS ,  DIRECTOR  DE  LA  REAL  ACADEMIA 
ESPAÑOLA  ,  INDIVIDUO  DE  LAS  DE  LA  HISTORIA  ,  DE  SAN 
FERNANDO  YDE  CIENCIAS  MORALES  Y  POLÍTICAS,  MUCHAS 
VECES  DIPUTADO  POR  MURCIA: 


en  testimonio  de  aprecio, 


Javier  Fuestes  y  Ponte. 


-^'^!; 


DON  AURELIANO  FERNANDEZ-GUERRA 

A  LOS  QUE  LEERÁN. 


Bien  dice  el  antiguo  castellano  poeta,  que  siem- 
pre á  nuestro  ánimo  descontentadizo ,  cualquiera 
tiempo  pasado  fué  mejor.  Pero  cuando  se  orla  de 
canas  la  arrugada  frente,  ¿cómo  no  recordar  los 
floridos  y  alegres  dias  de  la  juventud,  que  ya  no 
han  de  volver?  Leemos  historias  y  novelas  anti- 
guas, y  rara  vez  deja  de  parecemos  más  bello 
que  éste  el  siglo  que  nos  retratan ;  no  habiendo 
mayor  dolor  que  acordarse  del  tiempo  feliz  en  la 
miseria.  ¿Es  por  desgracia  que  el  hombre  se  halla 
constantemente  mal,  que  no  está  aquí  su  asiento, 
y  que  ha  menester  endulzar  la  invencible  tristeza 
con  recuerdos  brillantes,  por  la  ardorosa  fantasía 
coloridos  y  aderezados? 


Aun  cuando  la  felicidad  y  la  alegría  estén  por 
lo  común  dentro  de  nosotros  mismos,  no  se  puede 
seguramente  comparar  el  cuerpo  humano  doblado 
al  peso  de  los  años ,  acosado  y  perseguido  por  las 
enfermedades,  con  la  juventud  lozana  y  poderosa; 
ni  los  pueblos  decrépitos,  con  los  llenos  de  vigor, 
entusiasmo  y  fe,  ricos  en  virtudes  y  admirados 
por  ellas.  Fuera  de  que  también  para  el  espíritu 
hay  enfermedades,  y  lo  mismo  que  los  individuos 
las  padecen  gravísimas  los  pueblos  y  naciones. 
Suerte  y  fortuna  rien  á  veces  á  los  mortales;  amar- 
guras y  desgracias  los  acosan  á  veces-:  al  cuerpo 
social  viene  á  sucederle  lo  propio.  Tiempo  hay  de 
sembrar,  y  tiempo  de  coger:  podrá  la  siega  ser  más 
ó  menos  abundante  ;  pero  de  lo  que  se  siembra, 
se  coge.  Tiempo  hay  de  reir,  y  tiempo  de  llorar; 
pero  más  fácilmente  la  risa  puede  convertirse  en 
llanto,  que  las  lágrimas  en  alborozo. 

Desde  la  edad  remota  preocupó  mucho  á  los 
hombres  lo  que  se  llama  hado  y  fortuna,  logrando 
entrever  y  adivinar  un  insigne  historiador  gentil 
que  el  hado  y  fortuna  contrarios  pueden  ser  ven- 
cidos por  la  humana  prudencia  ,  y  trocarse  en  biexi 
y  prosperidad  casi  perpetuos.  ¿Pero  dónde  el  se- 


IX 

nado  de  los  prudentes,  dirigiendo  á  los  mancebos 
dóciles  y  valerosos?  ¿Dónde  el  piloto  sagaz,  que 
aparte  de  sirtes  y  vajíos  la  nave  y  la  engolfe  por 
favorables  y  venturosas  corrientes?  ¿Dónde  el  hé- 
roe privilegiado,  en  quien  se  ha  de  complacer  la 
Providencia  allanándole  benigna  las  dificultades, 
V  mostrándole  horizontes  hermosísimos?  ¿Dónde 
el  pueblo  digno  de  que  por  él  combatan  los  espí- 
ritus celestes  contra  las  furias  infernales? 

Observa  el  labrador  que  hay  año  y  vez  para 
todas  las  cosas  de  la  tierra,  para  los  rubios  granos, 
para  las  frondosas  vides ,  para  los  cenicientos  oli- 
vares, para  las  áureas  manzanas  de  las  Hespérides. 
Cúbrense  los  campos  á  deshora  de  flor  y  de  fruto 
opimo,  y  luego  años  y  años  descansan  en  descon- 
soladora esterilidad.  No  de  otra  suerte  sucede  con 
los  pueblos.  Siglos  de  oro  llamamos  aquellos  en 
que  aparecen  grandes  soldados,  al  par  de  sabios 
filósofos  y  soberanos  artífices,  de  valentísimos 
poetas,  de  fecundos  y  bienhechores  ingenios.  Si- 
glos síguense  luego  de  hombres  raquíticos ,  de 
generaciones  envilecidas,  de  entendimientos  fero- 
ces y  groseros.  No  parece  sino  que  la  tierra  ha 
menester  descanso,  y  también  los  siglos,  para  pro- 


ducir  exquisitos  frutos  y  hombres  admirables. 

Da  Pericles  su  nombre  á  la  centuria  maravillosa 
en  que  florecen  Apeles  é  Ictino,  Hipócrates  y 
Fídias ,  Platón  y  Sócrates ,  Empédocles  y  Demó- 
crito,  Sófocles  y  Eurípides.  Impone  Octaviano  el 
suyo  á  la  era  inolvidable  en  que  renueva  César 
los  laureles  de  Alejandro ,  y  Cicerón  rivaliza  con 
la  gloria  de  Demóstenes,  y  Virgilio  hace  revivir  á 
Homero.  Pero  edad  todavía  mucho  más  varonil 
aquella  en  que  triunfa  la  cruz  sobre  las  almenas 
de  la  Alhambra,  y  se  ostenta  Gonzalo  de  Córdoba 
terror  de  turcos  y  franceses ,  y  humilla  el  joven 
de  Austria  al  otomano  en  Lepante ;  siendo  á  la 
vez  pasmo  y  asombro  eterno  del  mundo  un  Ra- 
fael y  un  Miguel  Ángel,  un  Velazquez  y  un 
Alonso  Cano,  un  Quevedo  y  un  Doctor  Eximio, 
un  Lope  y  un  Cervantes. 

La  Providencia  entonces,  poniendo  junto  al  ve- 
neno la  triaca,  hace  que  salgan  al  encuentro  de 
la  satánica  soberbia  los  varones  excelsos,  que  han 
de  reñir  las  grandes  batallas  contra  el  mal  y  con- 
solar en  esperanza  á  los  pueblos  contristados  por 
el  azote  de  la  Divina  Justicia. 

Tres  años  antes  que  la   hechicera  ciudad  del 


XI 

Bosforo  cayese  en  la  esclavitud  de  los  turcos,  ve 
la  luz  del  dia  Fernando  el  Católico,  para  sostener 
y  restaurar  la  cristiandad  aportillando  los  muros 
de  Granada.  En  un  propio  año  vienen  á  la  vida  y 
luego  á  la  vez  se  coronan,  Carlos  V  el  Emperador 
y  Solimán  el  Califa ,  adalides  uno  contra  otro  en 
Hungría ,  cuál  por  despedazar  el  orbe ,  cuál  por 
encaminarle  á  prósperos  destinos.  A  un  tiempo 
mismo  nacen  el  inmundo  heresiarca  de  Wittem- 
berg  y  el  gran  conquistador  de  Méjico,  aquél  para 
perder  infinitas  almas ,  y  éste  para  ganar  muchas 
más,  trayéndolas  al  vivificante  yugo  de  la  univer- 
sal Iglesia.  En  fin,  dos  semanas  antes  de  saquear 
Borbon  á  Roma  y  afligir  al  Pontífice  supremo,  na- 
ció el  prudentísimo  Filipo ,  defensa  y  escudo  de 
la  verdad  y  del  Vicario  de  Cristo ,  por  quien  la 
sociedad  se  aparta  de  horrible  despeñadero. 

No  es,  pues,  mejor  cualquiera  tiempo  pasado. 
Pasados  son  los  cobardes  tiempos,  fértiles  en  trai- 
dores (cuando  los  guardas  del  ganado  le  ponen  á 
merced  del  lobo),  de  un  Mekaukes,  el  infame, 
que  vende  el  Egipto  á  las  mahométicas  huestes; 
y  de  uninsensato  Conde  Gregorio,  que  les  abre  en 
seguida  las  numídicas  puertas;  y  del  miserable 


XII 

Conde  Don  Julián ,  que  prepara  villano  el  desas- 
tre de  Guadalete.  Tiempos  pasados  son  los  de 
Mario  y  Sila ,  los  de  Nerón  y  Vitelio ,  los  de  Ala- 
rico  y  Muza.  Nadie  los  igualará  con  los  de  Tra- 
jano  y  Marco  Aurelio ,  con  los  de  Cario  Magno  y 
Godofredo  de  Bullón,  con  los  de  Fernando  el  Santo 
é  Isabel  la  Católica ,  teniendo  sanos  el  corazón  y 
el  juicio,  no  haciendo  costumbre  de  llamar  bien 
al  mal  y  malo  á  lo  bueno ,  ni  de  tomar  las  tinie- 
blas por  luz  y  la  luz  por  tinieblas. 

Para  las  almas  de  generoso  temple,  no  hay  otro 
amor  ni  estudio  que  el  de  la  verdad,  ni  otra  ocu- 
pación como  defenderla,  ni  otra  gloria  como  sus- 
tentarla. Y  si  no  á  todos  es  dada  la  pluma,  ó  la 
palabra,  ó  el  ejemplo  de  sobrenaturales  varones, 
jamás  negó  firmes  senderos  á  nadie  la  Providen- 
cia para  ir  de  buena  voluntad,  con  una  antorcha 
en  la  mano,  iluminando  al  viajante  perdido  en  in- 
tricada  selva.  Al  logro  de  tan  noble  fin  halla  el 
ingenio  siempre  maravillosos  resortes. 

Seguramente  que  es  digno  de  gratitud  y  ala- 
banza el  autor  del  libro,  cuyas  primeras  hojas 
emborrono  yo  con  estas  desaliñadas  frases  ,  sa- 
biendo como  sabe  alumbrarnos  á  los  que  andamos 


á  ciegas,  y  doctrinarnos,  trasladándonos  á  otra 
edad  y  haciéndonos  vivir  en  ella  y  conocer  porten- 
tosamente sus  hombres  y  sus  cosas.  A  la  ciencia 
arqueológica  interesan  los  restos  del  Partenon  y 
del  Pandrosio,  lastimosamente  mutilados  por  las 
bombas  venecianas  ó  por  la  británica  avaricia ;  y 
los  monumentos  de  la  griega  y  romana  civiliza- 
ción, subvertidos  por  la  barbarie  del  Norte.  Pero 
no  pueden  importarle  ni  interesarle  menos  tantos 
lamentables  despojos  de  despedazados  edificios, 
que  enriquecieron  Berruguete  y  Diego  de  Siloe, 
Covarrubias  y  Machuca,  Montañés  y  Juan  de  To- 
ledo. Quién  fija  los  ojos  en  el  árido  desierto  que 
forman  en  derredor  la  estúpida  piqueta  y  el  hacha 
taladora,  en  medio  de  las  ciudades  y  en  los  yermos 
campos  de  soledad  á  quien  la  ciencia  de  Herrera 
y  la  azada  del  monje,  y  el  sudor  del  labrador  hon- 
rado convirtieron  un  dia  en  hechiceros  vergeles; 
quién  se  acongoja  no  viendo  por  donde  quiera  sino 
intratables  y  sofocantes  arenales,  que  ahuyentan 
las  nubes  del  cielo  y  su  benéfico  rocío, — necesita 
calmar  el  duelo  del  corazón  levantando  del  polvo 
de  las  ruinas,  como  en  la  visión  de  Ecequiel,  los 
tiempos  que  pasaron. 


El  Sr.  Fuentes  y  Ponte  nos  resucita  la  Murcia 
que  se  fué,  la  Murcia  de  los  siglos  de  oro,  mons- 
trándonos  iluminados  por  sol  esplendente  sus  edi- 
ficios ,  llenos  de  vida  sus  antiguos  habitantes, 
hablando  como  hablaban ,  con  su  genio  y  cos- 
tumbres, organización  social  ,  militar  y  política, 
felicísimos  en  las  artes  y  letras.  Para  ello  no  se 
deja  llevar  de  imaginaciones  y  conjeturas  ,  fan- 
taseando pueblo  y  edad  á  su  antojo;  sino  que  re- 
vuelve y  estudia  los  archivos  de  ambos  cabildos 
eclesiástico  y  civil,  los  de  tribunales  y  escribanos, 
y  las  ordenanzas  recopiladas  en  1 695 ;  se  detiene 
largo  tiempo  delante  de  retratos  de  familia,  para 
trabar  grande  amistad  con  las  personas  á  quien 
remedan ;  y  todo  lo  encamina  para  enseñanza  de 
lo  presente  y  severa  lección  en  lo  porvenir. 

Dedicado  muy  niño  á  las  letras  y  artes,  alumno 
de  la  Academia  de  San  Fernando  ,  aficionado  á  la 
pintura  primero  ,  y  consagrado  luego  á  las  cien- 
cias exactas  y  á  la  bella  arte  de  la  arquitectura, 
no  podía  concebir  su  obra  nuestro  autor,  lleno  de 
canas  á  los  42  abriles,  sino  dándole  forma  artís- 
tica, nueva,  ingeniosa,  relacionada  con  su  carrera, 
con  sus  estudios,  con  sus  vehementes  aficiones. 


En  verdad  que  no  se  presentó  á  su  imaginación  la 
antigua  Murcia  tal  como  pudiera  á  muy  curioso  y 
rico  viajero  antuerpiense  del  siglo  xvi ,  ó  á  noble 
soldado  y  pintoresco  ingenio,  valiente  en  las  hues- 
tes de  D.  Juan  de  Austria  y  atrevido  en  los  Baños 
de  Argel.  Ofreciósele  como  uno  de  esos  inmensos 
y  peregrinos  retablos  góticos  de  las  pasmosas  ca- 
tedrales, donde  la  escultura  dio  bulto  y  expresión 
admirables  á  misterios  de  la  Redención,  á  la  vida 
y  milagros  de  los  Santos,  á  sucesos  de  historia 
profana,  atreviéndose  el  cincel  á  veces  á  mezclar 
lo  cómico  y  lo -trágico,  lo  risible  con  lo  sublime; 
sin  daño  de  barras,  antes  bien,  con  intención  muy 
sazonada  y  provechosa .  Diestro,  pues,  en  agrupar 
nuestro  autor  los  hombres  y  las  costumbres  mur- 
cianas del  siglo  de  oro,  según  los  estados  y  oficios 
de  los  ciudadanos;  y  en  unir  y  enlazar  estos  cua- 
dros y  aquellos  con  feliz  artificio , — compone  una 
historia  cabal,  no  menos  sabrosa  que  armónica:  de 
aquí  el  llamar  á  su  Murcia  que  se  fué.  Retablo  de 
imagineria.  Valiéndose  de  cervántica  ficción,  su- 
pone escrito  el  libro  en  aquella  misma  centuria, 
por  uno  de  sus  antepasados,  para  que  así  el  colo- 
rido y  lenguaje  contribuyan  á  dar  mayor  tinte  de 


verdad  y  mayor  interés  histórico  á  la  obra.  Con 
ello,  al  transladar  párrafos  de  disposiciones  reales  ó 
de  municipales  ordenamientos ,  al  obtener  joyeles 
muy  ricos  de  los  antiguos  poetas  murcianos,  con 
que  variar  y  engalanar  el  relato ,  jamás  causa  ex- 
trañeza  lo  sobrepuesto  y  ajeno ;  semejándose  por 
el  contrario,  á  recamos  de  finísimo  oro  en  tercio- 
pelo rico. 

Poco  ó  nada  sabíase  de  Murcia  desde  el  punto 
en  que  dejó  su  historia  el  insigne  licenciado  Cas- 
cales;  y  en  proseguirla  se  goza  el  Sr.  D.  Javier, 
con  noticias  de  prelados,  y  de  corregidores,  y  de 
monumentos  y  sucesos,  deslindando  cómo,  por 
quién  y  en  qué  época  se  abolieron  determinados 
usos  y  costumbres ,  se  demolieron  ó  incendiaron 
notables  edificios,  se  modificaron  ó  suprimieron 
fiestas  religiosas  y  populares.  En  esta  parte  la 
habilidad  y  mérito  consisten  en  que,  sin  descom- 
poner el  retablo  de  imaginería ,  los  datos  aparez- 
can en  notas  y  apéndices,  cual  explicación  de 
entendido  ciceroni. 

Escrita  la  obra  toda  en  lenguaje  murciano,  ha- 
bia  que  ilustrarla  forzosamente  con  un  estudio 
filológico  acerca  de  su  índole  y  fisonomía ,  de  su 


origen  y  vicisitudes,  para  venir  á  demonstrar  no 
ser  un  lenguaje  idiotice  y  bárbaro,  sino  cortesano 
y  distinguido ,  allá  en  los  dias  del  rey  D.  Jaime 
de  Aragón  y  del  sabio  hijo  del  gran  Fernando  III, 
en  aquella  edad  en  que  tan  bien  como  el  señor 
comió  y  habló  el  esclavo.  Aunque  sólo  fuera  por 
esta  ilustración,  ha  de  estimarse  desde  hoy  bene- 
mérito de  la  hispana  filología  y  de  la  historia  del 
romance  castellano,  el  Sr.  Fuentes. 

Ningún  lector  que  atentamente  desentrañe  este 
libro,  me  parece  á  mí  que  podrá  suponer  madri- 
leño á  su  autor ,  y  no  de  Murcia :  tan  identificado 
está  con  ella,  tan  pintor  es,  tan  observador  y  es- 
tudioso. Pero  quien  sepa  algo  de  su  vida,  ocupa- 
ción y  carrera ,  se  pondrá  al  cabo  de  las  causas 
que  justifican  la  viveza  del  escritor,  su  facilidad 
para  sorprender  los  rasgos  característicos  de  las 
lenguas,  y  su  amor  al  arte  antiguo.  Huérfano  en 
los  instantes  de  comenzar  la  carrera  de  Arqui- 
tectura, que  era  la  de  su  padre,  entró  como  deli- 
neante en  los  trabajos  del  ferro-carril  de  Aranjuez, 
año  de  1 848,  mereciendo  por  su  aplicación  y  buen 
ingenio  que  le  ascendiese  y  conservase  la  Em- 
presa ;  hasta  que  nueve  años  después ,  en  virtud 


XVIII 


de  prueba  suficiente ,  ingresó  como  Ayudante  en 
el  Cuerpo  Nacional  de  Ingenieros  de  Caminos, 
Canales  y  Puertos,  y  fué  destinado  á  Murcia. 

Su  habitual  permanencia  en  la  ciudad  del  Se- 
gura, y  sus  excursiones  á  varias  provincias,  desde 
el  Pirineo  al  cabo  de  Gata  ,  han  ido  enriquecién- 
dole con  el  estudio  más  eficaz  de  los  hombres  y 
las  cosas ;  y  ofreciéndole  ocasión  amplia  de  formar 
una  colección  de  antigüedades,  de  la  cual  muchos 
objetos  fueron  dignos  de  figurar,  como  figuraron, 
en  la  Exposición  Universal  de  Paris  de  1 867 ,  y 
en  las  retrospectivas  de  Barcelona  y  Murcia  que 
se  le  siguieron ;  teniendo  en  él ,  desde  1 870 ,  la 
Real  Academia  de  la  Historia  uno  de  sus  más  ac- 
tivos y  entendidos  correspondientes.  Fruto  de  ob- 
servación y  aprendizaje  tan  bien  encaminados, 
conociendo  pueblos  y  estudiando  costumbres,  apa- 
rece á  mis  ojos  la  composición  poética  El  Romero 
de  la  Patria ,  donde  un  pensamiento  felicísimo  le 
lleva  á  recorrer  en  alas  de  la  más  ardiente  fanta- 
sía, los  célebres  santuarios  marianos  de  toda  Es- 
paña, haciendo  que  resuenen  en  su  lira  los  po- 
pulares cantos  y  sentidas  plegarias  de  los  ro- 
meros gallegos ,  vizcaínos ,  castellanos  ,  catalanes 


y  andaluces,    con   deleitosa  verdad   y  colorido. 

En  ocupación  siempre  activa ,  en  continuos  y 
útiles  viajes,  que  de  suyo  enardecen  la  mente  y 
prestan  facilidad  á  la  pluma,  ha  sabido  el  señor 
Fuentes  darse  á  conocer  con  obras  arquitectónicas 
muy  aplaudidas,  y  con  trabajos  científicos  y  lite- 
rarios de  mérito  y  oportunidad  indisputable.  Le- 
vantar sin  auxilio  del  Gobierno,  y  sólo  con  medios 
indirectos,  un  monumento  público  en  la  plaza  de 
Santa  Isabel  de  Murcia  á  los  insignes  murcianos; 
escribir  la  vida  de  inspirados  artistas,  como  el  in- 
olvidable Ruiperez,  honor  de  la  pintura  de  género 
en  nuestro  siglo ;  y  cantar  las  hispanas  glorias  de 
la  Reina  de  los  Angeles,  ganando  en  abierto  cer- 
tamen la  medalla  de  oro , — timbres  son  que  entre 
otros  muchos  realzan  al  autor  de  este  libro:  aun- 
que estoy  seguro  que  ningunos  le  satisfarán  tanto 
como  haber  salvado  en  el  cabo  de  Palos  á  unas  tri- 
pulaciones náufragas,  arriesgando  la  vida ;  y  haber 
socorrido  á  murciana  aldea,  presa  de  inundación 
aterradora.  Pero  poner  todo  esto  en  su  punto,' 
quede  á  los  agradecidos  y  más  felices  ingenios  que 
del  famoso  Térebis  ilustran  las  fértiles  riberas. 

Madrid  29  de  Abril  de  1872. 


INTRODUCCIÓN. 


«  Por  no  vivir  en  Murcia  ,  pobre  entre  ricos, 
mal  conocido  entre  caballeros ,  olvidado  entre  deu- 
dos ,  y  extranjero  en  su  patria  »  fuese  á  vivir  (se- 
gún las  anteriores  y  suyas  palabras)  á  la  ciudad 
de  Cartagena  por  los  años  1  o98  un  sabio  profe- 
sor de  latinidad  del  Seminario  conciliar  del  Señor 
San  Fulgencio  de  Murcia  ,  que  habiendo  nacido 
en  esta  ciudad'  en  1  559 ,  cultivó  desde  pequeño 
el  arte  poética.  Pobre  subsistió  allí  desdeñado  de 
sus  hermanos  de  patria,  sin  que  por  estoá  ella  in- 
grato fuera ;  antes  por  el  contrario ,  dedicóla  va- 
rias obras  de  su  claro  ingenio  y  agudo  saber,  cual 
fueron  entre  otras ,  una  que  llamó  Cartas  Filoló- 
yicas,  y  á  más  la  que  intituló  Discursos  históricos 
de  Murcia  y  su  Reino.  Desengaños  llevó  con  am- 
bas y  muy  grandes ,  que  contristaron  su  ya  apo- 
cado ánimo,  hasta  que  dieron  con  él  en  la  fosa, 
dándole  caritativo  enterramiento  los  PP.  de  N.  P. 
San  Francisco  de  Cartagena  en  su  iglesia ,  y  nu- 
meroso aunque  humilde  cortejo  los  que  le  trataron 
y  de  su  sabiduría  tuvieron  pruebas  y  ejemplos, 
poniéndole  una  losa  sepulcral  que  marcó  el  sitio 

1 


2  INTRODUCCIÓN. 

donde  yacía  el  Licenciado  D.  Francisco  Cáscales, 
la  cual  conservóse  hasta  1834  en  que  se  derribó 
el  convento ,  dejando  plaza  donde  ahora  paseo  hay 
de  alameda ,  y  la  feria  celébrase  durante  la  pri- 
mera quincena  de  Agosto. 

Érase  el  tal  Licenciado ,  enjuto  y  serio  según 
píntanle ,  grave  y  respetuoso ;  y  pruébanlo  sus  es- 
critos, donde  no  se  hallan  chistes  ni  chanzonetas; 
antes  bien ,  su  lenguaje  es  elevado  y  solemne  par- 
ticularmente en  sus  Discursos ,  obra  importante  y 
de  las  mejores  de  su  clase ,  aunque  macas  y  lu- 
nares tenga,  que  sólo  las  de  Dios  libres  y  limpias 
de  ellos  están.  Amante  de  las  murcianas  glorias, 
celoso  de  la  fama  de  su  patria  y  respetuoso  á  los 
ilustres  Monarcas ,  capitanes  y  esforzados  caballe- 
ros ,  que  con  su  valor  y  hechos  heroicos  seis  ve- 
ces hasta  entonces  la  coronaron  con  repetidos 
ejemplos  de  la  más  limpia  v  clara  nobleza ,  escri- 
bió el  susodicho  libro  en  que  todas  cosas  manifes- 
tadas con  acierto  y  mucho  tino  toca,  dando  á  cada 
uno  de  los  asuntos  la  parte  que  merece;  sin  que 
por  la  presente  y  lejos  de  ello  hagamos  coro  con 
los  críticos  que  dicen  fué  corto  de  historia  y  largo 
de  lisonjas,  inventando  agradables  etimologías  y 
orígenes  en  los  primitivos  tiempos,  por  no  tener 
pruebas  de  fija  antigüedad ,  haciendo  por  el  tanto 
un  cronicón  falso  al  propio  tiempo  que ,  dando  á 


INTRODUCCIÓN.  3 

las  genealogías  de  sus  contemporáneos  noble  des- 
ahumerio  de  alhucema  en  demasía ,  lisonjeando  la 
vanidad  infundada  de  alguno  de  los  susodichos. 

«  No  tal »  (habré  yo  de  replicar);  el  erudito  Li- 
cenciado bien  hizo  al  escribir  de  este  modo.  Por 
mucho  que  se  diga  de  las  glorias  de  los  Reinos, 
nunca  es  bastante,  y  siempre  por  decir  se  deja, 
por  extenso  que  fuere  el  comentario  que  hágase 
de  cosas  que  por  falta  de  documento  hayan  de 
interpretarse ;  pues  muchas  veces  podrá  suceder  y 
fácil  será  que  las  calladas  y  más  impenetrables 
hazañas  sean  mayores  y  más  maravillosas  que  la 
imaginación,- por  excesiva  que  tengamos,  forjarse 
pueda ;  hasta  que  el  viejo  tiempo  y  estudio  de  ar- 
queología y  otras  ciencias  la  verdad  descubran. 
Bien  hizo  el  erudito  Licenciado  en  poner  muy  alta 
con  su  Discurso  XIX ,  De  los  linajes  de  Murcia , 
la  fama  de  los  grandes  y  valerosos  caudillos,  ricos- 
hombres  ,  hidalgos  y  caballeros  capitanes  que  hu- 
bieron mercedes  de  bien  conquistada  nobleza  por 
su  nunca  vistos  ni  escuchados  hechos  contra  los 
alarbes  y  otros  enemigos ;  hacerse  debe  así  de  las 
personas  que  honra  dan  á  los  Reinos  dándosela  á 
sus  sucesores ,  que  imitan  su  valor ,  y  cadena  for- 
man de  héroes  y  sabios,  cuyos  eslabones  el  tiem- 
po enlaza  y  el  historiador  encárgase  de  contar  para 
honor  del  Estado;  pues  aquel  que  á  los  suyos  no 


4  IMRODUCCION. 

honra ,  tampoco  á  los  ajenos  hacerlo  puede.  Ca- 
llen y  admiren  sus  detractores  al  Licenciado  Don 
Francisco  Cáscales ;  pónganle  norabuena  las  notas 
que  sus  Discursos  necesitaren ,  en  lo  cual  confor- 
mes estaremos ,  pues  (jue  mucho  háse  sabido  de 
dos  siglos  V  medio  acá ,  y  aclararse  puede :  prosí- 
gase en  buen  hora  la  historia  de  Murcia;  pero 
demos  al  erudito  autor  del  primer  libro  his- 
tórico de  este  Reino ,  la  honra  y  prez  que  me- 
rece. 

Tiempo  fué  aquel  (en  que  escribió  su  obra  y 
pul)licóse;  de  muy  particular  atención,  y  por  el 
tanto,  de  costumbres  dignas  de  saberse.  El  seguir 
en  la  misma  forma  la  relación  histórica  paréceme 
cosa  no  muy  propia ,  porque  no  han  sido  ni  son 
como  aquel,  los  diversos  tiempos  que  han  suce- 
dídose;  y  aunque  de  muy  ligero  paso,  habremos 
de  a|)untar  para  la  memoria  algo  de  lo  principal 
que  ocurrió  en  el  resto  del  siglo  décimo  sétimo; 
pues  quien  esto  escribe  no  sabe  hacer  historia  cual 
merece  este  Reino,  y  déjalo  á  más  bien  cortadas 
plumas.  Todo  ha  cambiado  si  por  otra  parte  obser- 
vamos; y  aunque  historia  ha  de  hacerse,  no  puede 
satisfacer  como  antes  un  severo  relato  ;  otros  ador- 
nos necesita  para  su  atavío,  y  más  minuciosida- 
des que  en  los  pasados  tiempos  no  por  cierto  se 
usaron ,  por  mucha  que   fuere  la  galanura  en  el 


INTRODUCCIÓN.  5 

vestido  de  los  sucesos  y  grandes  acontecidos.  Digo 
esto,  para  excusarme  de  la  continuación  del  tra- 
bajo que  pudiera  pedírseme ,  y  al  cual  llevaré  con 
esta  ligera  obra  un  átomo  de  crónica,  para  que  en 
los  venideros  tiempos  á  otros  pueda  servir  en  tra- 
bajo mas  grande  y  digno  de  la  madre  Murcia. 

Gústame  cuando  me  ocupo  de  noticias  para  la 
historia,  averiguar  cosas  aunque  ínfimas  fueren,  y 
despreciables  á  la  vista  parezcan ;  porque  pienso 
que  todas  forman  parte  de  la  maravillosa  máquina 
del  mundo ;  y  son  ruedas ,  aunque  pequeñas ,  los 
sucesos  de  los  pasados,  presentes  y  venideros 
tiempos ;  así-  es  que  la  historia  en  general ,  y  co- 
mo sólo  narradora  de  los  hechos,  cosas  y  hom- 
bres ,  no  da  satisfacción  de  cómo  tuvo  lugar  mu- 
chas veces  el  acto,  ni  las  costumbres  verdaderas, 
hábitos,  estados  de  los  lugares  y  demás  cosas 
donde  pasó  el  hecho  ú  esforzada  empresa.  Todo 
necesítase  y  no  me  pesa  de  hacerlo  así ,  por  ser 
conveniente ;  que  si  muchos  hiciéranlo ,  claro  es 
que  como  más  sabidores  que  yo ,  algo  menos  du- 
dosos presentáranse  los  sucedidos  ,  y  no  tacharíase 
al  Licenciado  D.  Francisco  Cáscales  de  alabador 
sin  fundamentos,  ñequiescat  in  pace,  y  vea- 
mos algo  de  lo  que  después  de  su  muerte  pasó  en 
Murcia  en  las  dos  tercias  partes  últimas  del  siglo 
décimo  sétimo. 


6  INTRODUCCIÓN. 

De  atrás  venia  en  el  reinado  del  señor  Rey  Don 
Felipe  III  el  celo  de  perseguir  herejes,  moros  y 
judíos,  según  historian  los  Discursos,  y  mucho 
contribuyó  á  los  arrojar ,  la  diligencia  de  los  obis- 
pos ,  muy  en  particular  la  de  D.  Francisco  Mar- 
tmez  de  Ceniceros  que  murió  luego  en  Jaén.  Ver- 
dad es  de  la  historia  que  el  susodicho  reinado,  con 
el  capelo  de  Cardenal  del  ministro  privado  de 
S.  M. ,  el  Duque  de  Lerma,  trajo  el  gobierno  á 
poder  de  los  Obispos,  á  causa  de  la  devoción  de 
aquel  Rey  que  pasóse  ya  de  puro  católico ;  por  el 
tanto  y  como  deba  saberse ,  diremos  los  muy  Re- 
verendos que  rigieron  la  silla  episcopal  de  Carta- 
gena en  Murcia,  de  los  años  1618  á  1700. 

D.  Fray  Antonio  Trejo  Paniagua ,  Ministro  ge- 
neral de  la  orden  de  N.  P.  San  Francisco,  que 
vino  á  Murcia  en  1618  y  partióse  á  seguida  de 
Embajador  junto  de  S.  S.  en  Roma  ,  donde 
murió:  hizo  la  obra  del  trascoro  de  la  Santa 
Iglesia  y  verificó  una  concordia  con  su  ilustre 
Cabildo  sobre  visita  y  adjunto  que  aprobó  Grego- 
rio XV. 

D.  Francisco  Manso,  Colegial  Mayor  del  de 
Santa  Cruz  de  Valladolid ,  del  Supremo  Consejo 
de  Indias,  Arzobispo  de  Méjico,  luego  Obispo  de 
Badajoz,  de  donde  vino  en  1636,  y  el  1640  tras- 
ladóse á  Burgos,  donde  murió. 


INTRODUCCIÓN.  1 

D.  Mendo  de  Benavides ,  como  el  anterior,  Co- 
legial Mayor  del  de  Valladolid ,  Ministro  de  los 
Consejos  de  Ordenes  y  de  la  Santa  Inquisición, 
Caballero  del  hábito  de  el  Señor  Santiago;  fué 
desde  1636  Obispo  de  Segovia.  Vino  á  Murcia 
como  Obispo  de  Cartagena  en  1641  ,  y  murió  en 
1644. 

D.  Juan  Velez  de  Valdivieso ,  Colegial  Mayor 
del  de  San  Ildefonso  de  la  ciudad  de  Alcalá  de 
Henares,  Magistral  de  la  Santa  Iglesia  de  Murcia, 
después  Obispo  de  Lugo  y  de  Avila ,  de  donde 
vino  á  la  silla  de  Murcia  en  1 645 ,  la  cual  gobernó 
hasta  que ,  por  no  abandonar  á  sus  diocesanos  en 
la  peste  que  afligió  á  la  ciudad ,  murió  víctima  de 
su  caritativo  celo  en  ella  el  dicho  año  de  peste  1 648. 

D.  Diego  Martinez  Zarzosa ,  que  hecho  y  pre- 
conizado Obispo,  vino  á  Murcia  en  1649,  donde 
á  consecuencia  de  la  horrorosa  riada  del  dia  sá- 
bado 1  4  de  Octubre  de  1651  ,  fiesta  de  San  Ca- 
listo  Papa ,  ejerció  su  candad  socorriendo  las  des- 
gracias y  necesidades ,  pues  que  aquella  tarde  sa- 
lió por  la  ciudad  á  caballo  después  de  sacar  para 
adoración  al  Santísimo  Sacramento.  Fué  trasladado 
ala  silla  episcopal  de  Málaga  en  1655,  donde 
murió  en  1656. 

Don  Andrés  Brabo,  humilde  prelado  que  re- 
nunció las  mitras  de  Lérida  v  Málaga,  admitiendo 


8  INTRODUCCIÓN. 

la  de  Murcia,  á  dónde  llegó  el  1 635.  Hizo  muchas 
y  varias  obras ,  entre  ellas ,  la  renovación  de  los 
retratos  de  sus  predecesores  en  el  palacio  viejo,  y 
murió  en  1661 . 

Don  Juan  Brabo  Asprilla ,  Colegial  Mayor  de  la 
Universidad  de  Salamanca,  Obispo  luego  de  Lugo 
y  de  León ,  de  donde  trasladado  fué  á  Murcia 
en  1  661 ,  á  dónde  murió  en  1 663. 

Don  Mateo  de  Sagade  y  Bogueiro ,  Colegial  Ma- 
yor de  la  Universidad  de  Valladulid,  Arzobispo  de 
Méjico,  Obispo  de  Cádiz,  luego  de  León,  y  en  1 663 
de  Cartagena  en  Murcia,  donde  murió  en  1672. 

Don  Francisco  de  Rojas  Borja ,  Colegial  Mayor 
de  la  Universidad  de  Salamanca,  Auditor  de  la 
Rota,  Arzobispo  de  Tarragona,  Obispo  de  Avila, 
y  después  de  Cartagena.  Murió  en  Murcia  en  1 684, 
y  según  su  última  voluntad,  sepultado  fué  en  el 
coro  del  Monasterio  de  Madres  agustinas  recole- 
tas de  Murcia. 

Don  Antonio  Medina  Cachón  Ponce  de  León, 
Colegial  Mayor  de  Oviedo;  Obispo,  gobernador  y 
capitán  general  de  Ceuta  ;  Obispo  y  señor  de  Lugo; 
Obispo  después  de  Cartagena,  muriendo  en  Mur- 
cia el  20  de  Julio  de  1694. 

Don  Martin  Juan  de  Echalax ,  Caballero  del 
hábito  del  Señor  Santiago,  Marqués  de  Zabalgui, 
Colegial  Mayor  del  Señor  San  Bartolomé ,  Oidor  de 


INTRODUCCIÓN.  •  9 

Sevilla,  Presidente  del  Consejo  de  Valladolid,  del 
Consejo  Supremo  de  Castilla;  murió  siendo  Obispo 
de  Cartagena  en  Murcia  el  1 7  de  Noviembre 
de  1695. 

Don  Francisco  Fernandez  de  Ángulo ,  Colegial 
Mayor  de  Santa  Cruz  de  Valladolid ,  Canónigo  de 
la  santa  iglesia  de  Toledo,  Obispo  electo  de  Ur- 
gel,  y  después,  en  1695,  de  Cartagena;  murió  en 
Espinardo  el  22  de  Setiembre  de  1704. 

Como  del  siglo  décimo  sétimo  sólo  hemos  de 
tratar,  basta  con  tales  doctos  para  hacer  ver  cómo 
cambiarian  las  cosas  en  el  Reino :  mucho  con  ellos 
adelantaron  los  bienes  eclesiásticos ,  mejoróse  el 
estado  de  las  gentes,  y  como  sabios  y  hombres  de 
letras  fueron ,  mucho  protegiéronlas ,  creciendo  á 
su  sombra  los  más  ilustres  poetas,  cuyos  nombres 
la  fama  con  su  clarin  proclama  por  el  universo,  y 
cuentan  las  historias  de  claros  ingenios,  entre 
ellas,  la  que  intituló  Academias  del  jar  din  el  fes- 
tivo cisne  murciano  Polo  de  Medina.  Asimismo, 
los  corregidores,  justicias,  señores  Murcia,  gober- 
nadores, intendentes,  y  otros  hidalgos  de  fuero  y 
mando,  hicieron  obras  como  el  Matador,  Almudí, 
Contraste,  Lonja,  Puente,  Paseos  de  Capuchinos, 
Carmen  y  Compañía  de  Jesús ;  obrándose  por  sus 
devotos  y  católicos  fundadores  la  mayor  y  gran 
parte  de  los  conventos  de  la  ciudad  y  su  contorno. 


10  INTRODUCCIÓN. 

como  podrá  verse  en  otro  lugar.  Siglo  fué  este,  en 
que  Murcia  trasformóse  con  obras  de  mejoramien- 
to, holgura  y  buen  arreglo.  Alamedas  pusiéronse, 
labraron  muchos  palacios  los  muy  altos  y  nobles 
señores  de  ilustres  casas;  ensancháronse  las  calles, 
que  falta  hacíanles,  por  muchas  haber  de  sólo 
cinco  palmos  de  ancho,  v  no  pocas  sin  salida,  lo 
cual  peligroso  era :  ordenóse  la  queda  por  la  quie- 
tud y  seguridad  del  vecindario;  estableciéronse 
devociones  del  Pecado  mortal  y  la  Penitencia  en 
la  iglesia  de  San  Ginés  de  la  Arrijaca ,  así  como 
también  formáronse  cofradías  para  sacar  las 
procesiones  del  Miércoles  y  Viernes  Santo ,  con- 
templando los  Sagrados  Misterios  de  nuestra  Re- 
dención en  tales  dias.  Sacóse  por  entonces  la  pro- 
cesión del  Sanctisimo  Corpus  Chrisíi,  con  una 
mayor  y  ostentosa  pompa ,  para  lo  cual  hiciéronse 
teatros  de  auto,  mojigangas  y  danzas  de  variadas 
formas  y  ropas.  El  muy  ilustre  cabildo  de  la  Santa 
Iglesia  costeó  y  trajo  de  Toledo,  hecha  por  el  afa- 
mado platero  Antonio  Pérez  de  Montalto ,  la  pre- 
ciosa custodia  que  aún  consérvase;  y  nunca  me- 
jor estuvo  el  culto  de  nuestra  Santa  Religión. 

Libres  ya  de  moriscos,  judíos  y  mudejares, 
pudieron  los  señores  Murcia  permitir  los  ensan- 
ches de  la  ciudad  por  fuera  de  murallas  y  para 
recreo  de  gentes ;  hízose  el  corral  de  comedias 


INTROPUCCION.  11 

junto  á  la  puerta  de  Toro,  para  las  cuales  obras 
de  mejoramiento  hubo,  entre  otros  muchos  corre- 
gidores, los  muy  altos  y  poderosos  D.  Antón  de 
Quiñones,  D.  Cristóbal  Peña  Pardo,  D.  Juan 
Chumacero  y  D.  Francisco  Miguel  de  Pueyo,  á 
quienes  mucho  la  ciudad  debe  por  su  celo  y  buen 
gobernar;  pues  á  parte  de  otras  muchas  cosas, 
como  aconteciera  que  los  tales  moriscos  ejercían  el 
labradío  de  tierras ,  como  asimismo  otras  artes  de 
industria ,  al  marcharse ,  dejaron  abandonados  sus 
trabajos,  un  mal  viniendo  á  aumentar  otro  que  de 
atrás  veníase  con  los  excesos  en  la  gala  de  vesti- 
dos ,  fiestas  V  s'ervicio  de  criados  en  las  casas  de 
grandes  y  señores,  cosas  que  empobrecieron  al 
Erario;  pues  la  falta  de  brazos  hizo  traer  cosas  ya 
labradas  en  extraña  tierra ,  como  también  vituallas 
de  natural  alimento.  A  todo  proveyeron  los  seño- 
res Murcia ;  en  arreglo  poniéndolo  por  medio  de 
acertados  autos  y  ordenanzas  para  el  mejor  regi- 
miento en  los  gremios,  mercadería  y  riegos,  como 
lo  de  policía  en  la  ciudad,  huerta  y  campo,  rati- 
ficando SS.  MM.  otras  aprobaciones  de  los  muy 
Católicos  Reyes,  como  su  nieto,  el  César  Don  Car- 
los con  su  madre  Doña  Juana ;  leyes  todas  dignas 
de  saberse  por  la  justicia  que  encierran.  Pero  dije 
al  comienzo ,  que  no  presentaría  nada  de  historia, 
sino  apuntamiento  para  ella,  el  cual  proporcionaré 


12  INTRODUCCIÓN. 

al  lector  de  un  modo  agradable,  por  medio  de  un 
Retablo  de  imaginena,  que  en  mis  manos  está,  y 
muchos  aseguran  salió  de  mi  caletre ,  figurándole 
labrado  en  pasados  tiempos.  Créanlo,  ó  sea  como 
quiera ,  voy  á  darle  á  la  estampa ,  encargando  á 
los  lectores  píos  y  benévolos ,  tengan  cuidado  en 
las  lecturas  de  él  por  la  retentiva  que  lo  tal  nece- 
sita. Como  parece  túvola  (sea  ó  no  verdad  lo  que 
sigue),  quien  de  ello  hízome  un  legado,  que  si  de 
dmeros  no  fué ,  quizá  más  que  ellos  valga. 

Sucedió,  que  un  antecesor  mió  murió  á  los 
principios  del  pasado  siglo  (la  fecha  no  recuerdo); 
seria  acomodado  ,  pues  dejó  metales,  y  además, 
modesto  y  humilde;  cultivó  las  letras  sin  que  casi 
la  ciudad  conociéralo  ésto  por  mucho  tiempo;  dejó 
muchos  papeles  escritos  en  poética  como  en  ro- 
mance ,  trastos ,  y  viejas  novedades  de  arqueolo- 
gía; y  por  testamento,  vinculado  legaba  un  arcon, 
cuya  sellada  llave  cosida  estaba  al  susodicho  ins- 
trumento público,  que  nadie  tal  mueble  podia  po- 
seer ni  abrir,  hasta  el  tercer  heredero  que  arrai- 
gase un  apellido,  fuere  el  que  fuere,  en  su  familia: 
una  hermana  suya  heredó  los  bienes;  casó,  y  su- 
cesión tuvo  en  hijas ,  las  cuales  ,  también  casán- 
dose ,  hijas  tuvieron ,  que  haciendo  lo  propio ,  en 
hijas  reprodujéronse ,  hasta  que  mi  abuelo  nació, 
luego  mi  padre  y  yo  después.  Apolilládose  habia 


INTRODUCCIÓN.  13 

el  arcon,  que  muy  labrado  con  figuras  y  hojarasca 
por  fuera  estuvo ,  cuando  yo  llegué  há  pocos  me- 
ses á  mayor  edad ,  dia  que  mucho  celebró  la  fa- 
milia que  juntóse  en  mi  casa.  Después  de  comer, 
un  escribano  leyó  el  testamento,  y  rompiendo  los 
sellos  de  cera  que  empastaban  las  guardas  de  la 
llave,  metió  ésta  en  la  cerradura:  con  cuidado,  y 
por  medio  de  una  pluma  de  palomo ,  untóse  el 
molinico  del  rodete ;  diósela  suavemente  la  media 
vuelta,  y  abrióse  el  pestillico:  todos  mis  parientes, 
creyendo  encontrar  un  tesoro ,  avalanzáronse  á  la 
tapa  alzándola,  y  sólo  salieron  algunos  ratones  que 
asustaron  á  las  señoras  presentes,  las  quienes  tre- 
paron á  las  sillas;  desojáronse  los  de  mi  familia  sin 
poder  tropezar  con  las  talegas,  sacando  sólo  tupi- 
das telarañas,  y  en  el  fondo,  en  el  rincón  delan- 
tero de  la  derecha ,  único  bulto  habia  uno  como 
códice  de  pergaminosa  y  ordinaria  cubierta,  en 
cuyo  lomo,  por  casi  rojas  letras,  leíase:  Murcia  que 
SE  FUÉ.  Abríle,  y  aunque  algo  comido  por  los  inqui- 
linos  del  arcon,  sano  quedaba  lo  escrito ;  pero  en  la 
primera  foja,  un  suelto  papelejo,  tal  tenia  escrito: 
Quien  quiera  que  seas,  ¡oh  amado  heredero! 
que  abras  este  libro,  debes  darle  á  la  estampa 
para  que  lo  vea  la  venidera  Murcia.  No  es  un 
tesoro  de  dineros,  pero  si  de  cosa  mejor  para  los 
que  aprovéchense;  con  prudencia  déjele  yuar- 


14  INTRODUCCIÓN. 

dado,  cosas  en  él  pusp  para  tocadas  con  pruden- 
cia en  la  historia.  Tú  le  abriste  cotí  prude?icia, 
hazle  imprimir  por  impresores  prudentes  que  er- 
ratas no  echen,  y  véndele  con  prudencia,  que  no 
por  muchos  compradores  tendrá  más  fama;  ten 
prudencia  en  los  gastos,  espantando  con  ella  á 
los  gorrones;  y  si  laurel  alcanzares,  ten  pruden- 
cia, y  no  te  creas  todo  aplauso  que  escuchares, 
pues  no  verdad  sino  mentira  es  la  mundana  glo- 
ria. Prudentes  lectores  tenga,  que  comparen  lo 
pasado  y  lo  presente  para  preparar  el  porvenir: 
y  si  la  palabra  prudencia  la  uso  harto,  no  lo  será 
nunca  bastante  tratándose  de  historia,  ciencia 
que  sin  prudencia  nada  puede  ser,  pues  la  ver- 
dad muy  desnuda  es  por  si  propia,  y  violento  á 
veces  rasgar  de  pronto  el  tupido  velo  que  cúbrela; 
hágase  ésto^&iempre  con  prudencia;  con  ella  todas 
las  faenas  bien  rematan,  y  la  recomiendo  á  cuan- 
tos me  leyeren  para  cuando  me  juzguen,  no  fuere 
que  apasionados  fallen. 

Cumplo  la  cláusula  testamentaria  del  papelejo, 
y  pongo  en  tus  manos  el  libro;  despójate  para  re- 
cibirle de  la  gorra...  deque  tanta  costumbre,  uso 
y  abuso  hace  la  plebeya  gente ,  no  los  distinguidos 
y  nobles  caballeros  como  tú.  Aplaude  ó  censúrale, 
mas  para  este  derecho  alcanzar,  y  de  sus  bonda- 
des ó  yerros  conciencia  tener,  paga  y  lee. 


MURCIA  QUE  SE  FUÉ. 
RETABLO  DE  IMAGINERÍA, 

DE    LA  XVII  CENTURIA, 

POR 

UN  INGENIO  EN  ESTA  CIUDAD, 

QUE  VIVIÓ  EN  ELLA 

censurado  y  no  comprendido. 


Fides  et  labor, 
omnia  vincit. 


\1 


(Pónganse  en  esta  foja  y  las  que  fuere  forzoso, 
haciéndolo  con  el  respeto  debido,  las  licencias 
necesarias,  que  al  efecto  pídanse  al  Santo  Oficio 
de  la  Inquisición,  cuanto  al  Ordinario,  en  el 
tiempo  que  esta  obra  á  la  luz  pública  salga:  Tri- 
bunal Santo  y  Autoridad  católica  que  revise,  cor- 
rija y  quite  cuanto  contrario  hubiese  á  nuestra 
religión,  como  también  á  las  buenas  costumbres; 
poniéndose  á  seguido  la  correspondiente  suma  de 
la  tasa.) 


A  LOS  QUE  EXTRÁÑENSE  DESTE  LIBRO, 

UNO  QUE  LEYÓLO  ANTES. 


¿Qué  pasa?  preguntareis 
al  repasar  el  librico 
donde  se  encuentran  sopistas, 
meso'neros,  sastres,  ricos, 
mozas  de  refajo  y  moño 
que  las  llaman  del  partido  ; 
rodrigones  que  defienden 
el  justo  precio  en  los  guisos , 
procesiones  generales , 
enterradores  y  físicos , 
tertulias  de  gentes  nobles 
y  los  frailes  que  solícitos 
junto  al  lecho  del  enfermo 
le  recomiendan  á  Cristo. 
¿Qué  pasa?,  preguntareis; 
nada :  contesto  á  seguido , 
es  el  genio  de  un  ingenio 
que  os  presenta  en  este  escrito 


20  MURCIA 

la  hermosa  ciudad  de  Murcia 
en  el  diez  y  siete  siglo , 
con  sus  costumbres ,  sus  hábitos 
y  todo  su  contenido. 

A.  G.  A. 


AL  FAMOSO  INGENIO 

AUTOR  DEL  RETABLO  DE  IMAGINERÍA 

INTITULAPO 

MURCIA  QUE  SE  FUÉ. 


EL  SOPISTA  CAÑA-EJA. 

SONE- 

Revuelve  mamotretos  á  milla- 
Quita  el  polvo  á  amarillos  pergami- 
Tú ,  que  resucitar  has  consegui- 
Lo  que  duerme  en  las  sombras  del  passa,- 
Pregunta  á  dueñas ,  pages  y  cana- 
Indaga,  busca,  husmea,  con  sigi- 
De  cuentos  haz  acopio ,  y  racioci- 
Sollozando  ó  ri yendo  á  carcaja;- 
Y  después  de  correr  con  travesu- 


QUE  SE  FUE.  21 

Pescando  enrredos  y  formando  jui- 
Para  narrar  asunto  tan  curio- 
¿Hallastes  algo  bueno  por  ventu- 
Mejor  que  lo  que  hoy  ves  en  tu  cami-? 
No...  ¿Pues  á  qué  cansarte,  laborío-? 

A.  R.  G. 


EL  Lie.  JOAN  DE  MENA 

Á    su    FIJO    EN    EL    TIEMPO    É    APRENDIZ    DE    COSTUMES 

AUCTOR  DEL  RETABLO  DE  IMAGINERÍA 

INTITULADO 

MURCIA  QUE  S'E  FUÉ. 

Homilde  Der  Lerhling:  tu  peñóla  sciente 
Sutiles  añuda  poetales  inventos 
con  riso  é  por  puntos  trementes  lamentos 
dulzísona  é  triste ,  pascible  é  furente 
ansi  d'heliconeo  licor  murmuriente 
la  délphica  linfa  con  azentos  divos 
asaz  jubilosos  ó  asaz  atlictivos 
abreba  al  humano  de  bien  meresciente. 


22  MURCIA 

Cobdizia  tu  esprito  guirlanda  Laurea 
d'auriferas  frondas  de  evicterno  atuendo 
tus  mentes  ardidas  al  home  fellendo 
sabrosa  membran^a ,  celícola  tea. 
Con  mil  galardones  veráse  tu  idea 
complida ,  é  si  á  miles  también  merescidos, 
que  linos  escuros  del  tiempo  texidos 
ansi  clarificas  con  llama  febea. 

Mas ,  pero  sepades ;  que  non  embargante 
que  el  fado  te  brinde  corona  é  loores 
fazed  homildosso  fuir  sus  honores 
non  trueque  en  soberbia  templado  talante 
si  non :  como  cates  limosna  homillante 
lo  que  es  yustiprezio  de  gaya  sapiencia , 
veredes  viscoso  por  fadal  falencia 
el  ampio  sendero  por  do  vas  triomphante. 

E  lluego  á  la  postre  catedes  rompida, 
la  carzel  que  agora  tu  espricto  aprisiona , 
hollando  al  llevarse  lumínica  zona 
do  cabe  la  muerte  comienza  la  vida ; 
Allí ,  non  ganoso  oiredes  cubrida 
la  vuesa  manzilla  por  voz  falagueña 
que  verás  liciones,  la  eternal  enseña 
é  non  á  tus  plantas  por  ende  movida. 


QUE   SE  FUÉ,  23 

Non  endes  mi  parla :  sopor  de  homildanga 
catad  non  vos  tome  del  triumpho  dubdoso 
non  tanto  se  homille  tu  labro  que  hontoso 
vacile  temiente,  de  dubda  á  semblanza. 
Tus  mentes  engendren  donosa  esperanza 
si  bien  repetosso ,  los  oios  abiertos 
la  non  bien  oliente  zeniza  de  muertos 
escara,  que  hiede,  mas  guarda  ensenianga. 

R.  G.  G. 


AL  LECTOR. 


Pásale  al  ingenio  pobre ,  lo  que  al  belon  con 
mecha  ética ,  que  por  más  aceite  que  póngasele 
no  conseguiráse  mas  luz.  Dígote  todo  esto  por  mí 
que  trato  de  alumbrarme  con  aceite  de  sabiduría, 
sin  que  por  mucha  que  ponga  dentro  de  mi  cele- 
bro ,  nunca  me  luzca  ni  aproveche ;  pero  á  falta 
de  pan,  buena  la  torta  es,  digo  á  mis  amigos  cuando 
pídenme  cosas  de  mi  caletre.  Hice  para  la  imprenta 
este  libro  amanoso  con  rebusca  de  novedades  vie- 
jas ;  y  allá  va  para  que  tú  discurras  lo  que  por 
cierto  yo  hacer  no  quiero  en  mis  obras  según  al- 
gunos dicen;  y  hágolo  asi  he  de  contestarles,  por- 
que no  soy  doctor  de  Salamanca,  ni  definidor  de 
orden,  ni  misionero  de  placea,  que  son  los  que  más 
aprovechan  para  sacar  etimologías  y  consecuencias 
de  escritos  ajenos,  ya  que  como  no  los  hacen  pro- 
pios, nada  desmenuzan  destos.    Yo   escribo  mis 


26  MURCIA   QUE   SE   FUE. 

papeles  como  ahora  pinto  las  tablas  de  este  reta- 
blo, para  que  se  contemplen  y  examinen  por  los 
que  ojos  tengan  y  leer  sepan.  El  que  esto  no  tenga 
y  no  los  entienda,  no  se  queje,  y  si  lo  hace, 
tampoco  por  ello  saldré  yo  en  ofensa  ;  digo  mesmo, 
que  aceite  no  tengo  ni  mediano  en  mis  luces ,  y 
nmgun  cuidado  han  de  dar  á  nadie  mis  obras ,  ni 
á  mí  que  lo  que  el  negro  del  sermón  saco  dellas, 
dáseme  tampoco  de  los  críticos  que  pudieran  po- 
nerles la  maca  de  que  son  poco  explicadas;  mo(;'o  de 
pala  no  soy  en  horno,  para  meterles  significados, 
ni  ama  de  cria  montañesa  para  dar  papilla  de  ar- 
gumentos con  cuchara.  Lea  y  estudie  con  segunda 
retentiva,  mis  locas  obras,  de  ingenio  pobre,  el 
que  quiera;  búsquelas  el  intríngulis  que  puse,  la- 
brándolas á  intento  para  en  futuros  tiempos,  com- 
paración formar;  y  si  no  le  halla,  prevéngase  de 
paciencia  que  menester  le  será.  Perdona  lector 
que  benévolo  eres,  y  escudriña  bien  Murcia  que 
se  fué,  y  te  voy  á  mostrar  por  si  puedes  sacar 
algo  en  limpio. —  Vale. 


MURCIA  QUE  SE  FUÉ. 


TABLA  I. 

EL  SOPISTA  CAÑA-EJA. 

Representa  un  sopista,  que  siendo  pobre,  carrera  seguía,  // 

enséñala  el  circuito  desta  ciudad  de  Murcia,  sus  calles 

y  acomodos. 


V 


iviA  en  mil  seiscientos  y  tantos  en  una  bar- 
raca, no  lejos  de  Espinardo,  un  matrimonio,  que 
como  muchos ,  hizo  el  diablo  para  se  burlar  del 
tal  sacramento;  cañilabada  y  enjuta  era  la  mujer, 
y  zanquilargo  y  espelirido  érase  él ,  que  cultivaba 
en  arriendo  tierras  de  un  hijo-dalgo  de  allí :  es- 
trechados vivian ,  sin  poder  con  los  esquilmos  pa- 
gar nunca  el  rento ,  sino  cuando  los  gusanos  de  la 
seda  no  se  colgaban  ,  colgando  á  los  pobres  :  tenia 
este  matrimonio  un  hijo  que  iba  á  tirar  de  la  igle- 
sia', según  las  trazas  que  á  ello  hacia  ;  y  mientras 
sus  padres  comian  bollo  y  tomate  para  almorzar, 
sémola  á  medio  dia  y  bollo  con  una  sardina  por  la 
noche,  él  con  el  fin  de  ser  Obispo,  ya  que  no  cosa 


28  MURCIA 

más  holgada  ,  buscábase  vida  mejor,  durmiendo  en 
la  barraca ,  y  diligenciándose  algún  más  regalo 
fuera  de  sus  padres,  viviendo  á  la  gandaya. 

Largo  fué  siempre ,  y  Caña-Eja  pusiéronle  desde 
pequeño :  en  unos  zapatos  que  reíanse  de  sí  mis- 
mos por  lo  rotos,  metia  sus  dos  pies  de  lanceta, 
en  que  levantábanse  dos  hilos  envueltos  en  me- 
dias que  habían  sido  de  estambre  en  otro  tiempo, 
y  que  habían  pasado  ya  las  viruelas,  según  lo  pi- 
cadas; cubríale,  colgando  de  los  hombros,  una 
sotana  recortada ,  que  tanto  habíalo  sido ,  que  por 
una  ropilla  sin  cintura  debíase  tomar;  asomábale 
un  rosario  de  cuentas  gordas,  y  mal  tapábase  todo 
con  una  capa  vieja  y  raída ,  llena  de  sietes  como 
pizarra  de  algebraico,  y  guarnecida  de  sebo  en  el 
cuello  que  al  sol  relucía ;  del  de  la  capa  salía  el 
suyo  que  no  era  sino  limpio  guajero  con  una  nuez 
que  apretaba  una  gola  roñosa;  y  la  cabeza  se 
componía  de  una  barba  afeitada  cada  mes,  nariz 
de  apaga-candiles,  ojos  cadavéricos,  y  una  boca, 
que  ni  la  del  infierno  seria  mayor  ni  más  traga- 
dora;  caíanle  largas  melenas  peinadas  con  hor- 
queta y  empolvadas  de  caspa,  sujetándolas  con  un 
baleo,  que  no  sombrero  podía  llamarse  aquel 
ruedo  negro  sin  toca  ni  cordoncicos  de  presas. 

Era  de  ver  la  vida  que  dábase  para  seguir  su 
carrera:  apenas  cantaban  los  primeros  gallos,  al- 


QUE   SE    FUÉ.  29 

zaba  de  un  cañizo  mullido  de  paja,  y  se  lavaba  en 
la  cieca  no  más  que  las  manos,  parecidas  á  rama- 
les de  deciplinas  franciscanas ;  besaba  las  suyas  á 
sus  padres,  y  hacia  Murcia  veníase  golpeando  las 
puertas  de  las  barracas ;  y  por  dos  cuartos  cada 
mes  V  algún  remijon  cada  cosecha,  cantaba  en 
cada  una ,  copla  á  la  Virgen  de  la  Aurora ,  de 
chiste  ó  réquiem ,  según  era  menester ,  al  son  de 
una  esquilica  que  tocaba  ínterin.  Cuando  trasponía 
la  puerta  de  Molina  ya  clareaba ,  y  entrando  en  la 
ciudad ,  descansábase  en  un  portal  que  ocupaba 
una  vieja  vendiendo  bollos  de  alfajor  y  leche  de 
anís,  la  que  de  balde  tomaba  Caña-Eja  á  cambio 
de  rezarla  una  oración  á  San  Caralampio  y  otras 
devociones :  enderezaba  luego  á  la  puerta  del  Be- 
neficiado Medrano ,  y  dando  golpes  con  un  alda- 
bón que  hacia  retemblar  el  zaguán  en  eco  de  jui- 
cio, esperaba  á  que  le  abriese  el  ama;  subíanse, 
y  hmpiaba  los  zapatos  y  ropa  del  reverendo,  sa- 
caba á  pasear  por  la  calle  á  un  galgo  de  carrera, 
y  traia  de  la  plaza  los  menesteres  para  la  comida 
que  compraba  y  sisaba ,  probando  cada  cosa  por 
su  calidad  saber,  almorzando  con  tal  estratajema. 
Llamábale  la  campana  de  la  Catedral ,  y  oia 
Misa ,  pasando  después  á  las  aulas  en  hora  de  cá- 
tedra ;  y  concluida ,  volvía  á  casa  del  Beneficiado 
que  pasábale  la  lición;  marchándose  á  seguida  á  la 


30  MURCIA 

librería  de  Palacio  á  estudiar  en  libros,  que  pocos 
tenia,  y  éstos  prestados,  y  amen  de  la  lición  ano- 
taba cosas  provechosas  para  las  tardes,  hasta  que 
tocando  el  campanon  de  las  doce,  se  iba  á  San 
Francisco,  del  cuyo  convento  era  muy  amigo  y 
leal  parroquiano;  y  sacando  de  las  faltriqueras  una 
escudilla  y  una  cuchara  de  palo ,  tomaba  en  ella 
y  de  ella  la  sopa  de  los  pobres  frailes,  que  para 
los  pobres  pedian  á^  los  pobres ,  más  pobres  que 
ellos,  en  los  pobres  puestos  de  la  plaza;  y  royendo 
algún  hueso  poco  vestido  de  casa  del  Beneficiado 
con  acompañamiento  de  mendrugos ,  comía  sobre 
las  piedras  de  la  obra  de  la  Santa  Iglesia ;  mar- 
chaba después  á  la  calle  de  Mesones  ó  á  la  Puerta 
del  Sol  á  tomar  éste  barato ,  en  la  enza  de  topar 
con  caballeros  viajantes  ó  forasteros  para  guiarles 
si  querían  por  la  ciudad,  con  agasajo  (según  las 
monedas),  en  lo  que  pasaba  la  tarde,  y  después 
de  recoger  en  casa  del  Reverendo  despojos  de  co- 
mida para  su  cena,  enderezaba  á  su  barraca  por 
los  mesmos  pasos  que  trujo  de  mañana;  rezando 
oraciones ,  enseñando  el  cristus  á  los  zagales ,  la 
doctrina  á  los  mozos  y  mozas  casaderas,  ó  pasando 
partes  de  rosario,  responsos  y  otras  devociones  en 
las  barracas  de  la  huerta.  Desta  manera  había  vi- 
vido desque  un  dómine  habíale  enseñado  tal  traza 
después  de  la  gramática  y  las   cuatro   reglas,  y 


QUE   SE    FUE.  31 

pensaba  ser  Obispo  ó  Papa,  si  en  una  hora  buena 
habia  nacido;  tenia  ingenio,  y  conocimiento  hizo 
con  mucha  gente ;  amigo  era  de  noticias  que  del 
licenciado  Cáscales  y  otros  apuntaba  en  un  libro 
de  pergamino  de  colecturía  que  proporcionóse ;  y 
cuando  algún  caballero  hacia  que  le  acompañara, 
sacábale,  y  como  salmista  en  coro,  ó  saludador  de 
encantamiento,  marchaba  con  él  por  los  principa- 
les sitios  y  murallas  de  la  ciudad,  así  diciendo  con 
grandes  voces  y  aspavientos : 

«Aquí  tiene  v.  m.  la  antesala  del  cielo;  la  muy 
celebrada  ciudad ,  templo  y  alcázar  de  las  bonda- 
des de  Dios  Nuestro  Señor  que  abrió  sus  manos 
para  formar  el  nuevo  paraíso  (i ).  Un  cuarto  de  legua 
antes  de  entrar  en  esta  vega  de  las  delicias,  hay 
una  gran  pieza  de  piedra  de  más  de  doscientas 
cincuenta  varas  de  larga  y  cincuenta  de  pié ,  para 
atajar  las  aguas  que  la  riegan  por  las  acequias  de 
Alkibla  y  Alxufia,  y  mover  molinos  de  harina;  tiene 
de  riego  cuatro  leguas  y  media ,  y  legua  y  media 
al  través;  encharcando  setenta  y  tres  mil  ochocien- 
tas noventa  y  siete  tahullas ,  que  según  la  cuenta 
del  geómetra  medidor  Pedro  Casquer,  tienen  tres- 
cientas cincuenta  y  cinco  mil  quinientas  moreras, 
que  con  sus  hojas  crian  cuatrocientas  mil  onzas 
de  simiente  de  seda,  produciendo  luego  doscien- 
tas diez  mil  libras  de  la  calidad    de  joyante ,  y 


32  MURCIA 

ciento  sesenta  y  cinco  mil  de  la  redonda ,  que  no 
sólo  quédase  en  esta  tierra,  sino  que  también  llé- 
vanse  á  Toledo,  Sevilla,  Córdoba  y  otras  partes, 
dejando  aquí  los  mercaderes  de  fuera  en  sus  com- 
pras ,  más  de  un  millón  de  reales  de  á  ocho  cada 
año :  aquí  se  emplean  en  terciopelos  de  pelo  y  me- 
dio llanos,  fondos  de  raso,  gorgoranes,  catalufas  y 
demás  telas.  Da  además  en  frutos  la  tierra  ,  ciento 
por  uno  con  trigos,  naranjas,  limones,  acimbogas, 
zatalíes  y  pimenticos ;  la  plaza  es  muy  surtida  de 
hortalizadura  y  pescados  de  sardinas,  atunes  y 
otros  mariscos  de  Cartagena  y  Mazarron,  así  como 
pollos,  gallinas,  capones  y  gallipabos  que  crian  los 
panochos  de  más  de  dos  mil  casas  de  la  huerta. 
El  Rey  Don  Jaime  Conquistador,  en  capítulo 
ciento  cincuenta  y  dos  de  sus  Comentarios ,  ase- 
gura es  la  mejor  ciudad  de  Andalucía  ,  después  y 
excepto  Sevilla. 

D.  Enrique  Cuarto,  en  mil  cuatrocientos  cin- 
cuenta y  nueve ,  dió  por  Real  carta  la  renta  de 
las  salinas  de  Sangonera  para  reparar  estas  mura- 
llas de  treinta  codos  que  ve  v.  m. ;  en  algunos 
puntos  han  tenido  noventa  y  cinco  torres  con  al- 
menas y  matacanes ,  y  por  el  pié  corría  foso  de 
agua  que  es  el  Val ;  para  entrar  habia  las  puertas 
que  voy  á  relatar ,  según  vayamos  llegando  por  el 
orden  y  tenor  siguiente : 


QUE    SE    FUÉ.  33 

(2)  La  puerta  antigua  del  León,  porque  hasta  la 
conquista  hubo  allí  un  bulto  de  piedra  amena- 
zando al  Reino  de  Aragón  con  la  nuestra  fiereza; 
ahora  se  llama  de  Orihuela  ,  y  el  León  está  junto  á 
la  puerta  del  Rio ;  sigue  el  cigarral  con  sus  famo- 
sos jardines  hasta 

La  puerta  Nueva ,  que  se  abrió  por  Real  privi- 
legio, y  es  la  mejor  salida  de  la  ciudad  con  un 
grande  recreo. 

La  puerta  del  Mercado  ó  de  Bib-Almuñem,  so- 
bre la  cual  después  de  la  conquista  se  hizo  cárcel  de 
caballeros  y  sala  de  armas ,  sirviendo  además  para 
presidir  ferias  y  mercados,  un  Regidor  y  un  Alcalde. 

La  puerta  de  Santo  Domingo  en  la  placeta  del 
Esparto,  junto  á  los  vinaderes. 

La  puerta  del  Porcel ,  con  salida  á  la  Compañía 
de  Jesús,  que  en  mil  quinientos  sesenta  y  uno 
fundó  aquí  el  Obispo  Almeida  ,  allí  enterrado;  des- 
de la  puerta  hay  una  hermosa  alameda. 

La  puerta  del  Azoque ,  que  hoy  es  de  Santa 
Florentina  con  ermita,  y  se  llama  asi  por  haber 
entrado  por  ella  el  dia  dos  de  Enero  de  mil  qui- 
nientos y  noventa  y  cuatro ,  las  reliquias  de  los 
santos  de  Cartagena  que  trajo  con  grandes  fiestas 
desde  Berzocana  el  prior  de  San  Francisco,  Fray 
Diego  de  Arze,  que  luego  fué  Obispo  de  Casano 
en  Ñapóles. 

3 


34  MURCIA. 

La  puerta  de  San  Ginés ,  con  salida  á  la  ermita 
deste  santo ,  San  Agustin,  la  Arrijaca  y  San  Antón, 

La  puerta  antigua  de  Bib-Segura ,  hoy  de  Vi- 
drieros ó  del  Pilar ,  con  ermita  de  la  Virgen ,  pro- 
piedad del  Ayuntamiento. 

La  puerta  de  la  Verónica,  antes  de  la  Aduana, 
que  sólo  es  un  arco  hoy  junto  el  Almudí  y  Almo- 
jarifazgo Real. 

La  puerta  de  la  Puente  que  estriba  en  el  Alcá- 
zar para  el  adelantado  que  mandó  hacer  D.  Enri- 
que Tercero  en  mil  cuatrocientos  y  uno,  y  ce- 
dido luego,  fué  para  el  Santo  Tribunal  de  la  In- 
quisición al  aquí  ponerla  en  mil  cuatrocientos 
setenta  y  ocho ;  en  el  patio  habia  una  poterna  con 
rastrillo  y  una  plaza  fuera ,  en  que  se  celebraban 
por  los  moros  los  juegos  de  cañas  y  sortija ,  ferias 
y  mercados  concedidos  por  D.  Alfonso ,  la  cual 
llamóse  de  la  Almenar. 

La  puerta  del  Sol ,  con  antepecho  sobre  el  rio, 
y  cerca  está  la  casa  de  los  Corregidores  que  lla- 
man Darxarife ,  y  luego  estaba  la  torre  de  Cara- 
majul  en  la  fortaleza  que  dio  D.  Alfonso  á  los  frai- 
les caballeros  Templarios ,  y  labraron  N.  S.  de 
Gracia  y  Buen  Suceso,  con  hospital.  Tenia  esta 
torre  ocho  torreones  unidos  en  cuadro. 

La  puerta  del  Toro  al  entrar  en  la  calle  que  ya 
es,  y  fué  el  Val  que  corria  á  Levante. 


QUE    SE    FUÉ.  35 

La  puerta  de  las  Siete  Puertas  en  Santa  Olaya, 
por  donde  entró  D.  Jaime  en  Murcia  el  dia  de  la 
conquista ,  y  por  las  alfarerías  siguió  la  muralla  á 
la  puerta  del  León  ó  de  Orihuela  como  dije  antes. 

Ahora  ,  por  el  tanto  de  que  no  se  extravíe  por 
la  ciudad,  diré  á  v.  m.  las  calles  mayores  y  prin- 
cipales :  la  de  San  Antonio  que  viene  de  la  puerta 
de  Orihuela  á  la  catedral ;  la  de  Trapería  que  va 
hacia  Norte  desde  la  catedral  á  la  plaza  de  Santo 
Domingo;  á  su  comedio  hay  un  hermoso  triunfo, 
con  altar  de  piedra  en  el  cantón  de  San  Cristóbal, 
con  efigie  deste  santo ;  en  esta  calle  están  los  mal- 
teses,  ginoveses  y  catalanes  mercaderes;  del  su- 
sodicho cantón  parte  hacia  Poniente  la  calle  Pla- 
tería por  la  placeta  del  Señor  de  lufre  hasta  la 
plaza  de  San  Bartolomé  y  Santa  Catalina,  donde 
hay  tiendas  de  finas  telas ,  argenteros  ó  plateros 
que  hacen  filigranas  en  botonaduras ,  joyas  y  ve- 
neras como  en  Córdoba ,  y  los  sastres  ocupan  una 
parte ;  cerca  está  la  tal  parroquia ,  la  casa  contraste 
y  en  frente  della  la  Lonja;  se  va  á  Vidrieros  ó  puerta 
del  Pilar  por  la  Lencería ,  en  que  están  el  gremio 
de  toquería  y  pasamaneros ;  cerca ,  entre  esta  calle 
y  la  del  Adelantado ,  que  es  donde  está  la  Santa  In- 
quisición ,  hállase  el  cantón  de  la  Puridad  y  bra- 
queta  de  San  Pedro  con  parroquia,  en  la  cuya 
plaza  están  los  tejedores  de  felpas  y  montereros,  y 


36  MURCIA 

no  lejos  la  real  carnecería  y  calle  de  Bodegones; 
de  ésta  á  la  catedral  va  la  Frenería ,  donde  viven 
los  pasteleros  y  talabarteros.  Siguiendo  por  Vi- 
drieros ,  antes  del  arco  del  Pilar ,  están  los  herre- 
ros y  caldereros  napolitanos  que  vienen  para 
apañar  sartenes.  Junto  á  la  plaza ,  que  es  á  la  iz- 
quierda ,  está  la  calle  de  Mesones ,  en  que  hay 
buenas  posadas  de  caballeros  y  pueden  caber  co- 
ches de  collera  (en  alguna  ,  no  en  todas).  A  otro 
lado  de  ciudad  junto  la  plaza  de  Santo  Domingo, 
está  la  Pellejería  donde  se  adoban  y  zurran  las  ba- 
danas y  pieles,  y  por  la  parte  de  la  ciudad  de  su 
medio  hacia  Trasmontana  ,  están  situadas  las  casas 
y  palacios  de  las  personas  de  distinción  y  nobleza, 
aunque  algunos  hijo-dalgos  lábranlas  fuera  mura- 
lla ,  y  algunos  marqueses  y  señores  de  título  en 
la  huerta ,  como  al  otro  lado  el  Val  junto  la  puerta 
del  Toro ,  se  ha  hecho  su  gran  casa  y  huerto  Don 
Nicolás  de  Villazis,  rico  hacendado,  y  persona 
muy  hábil  en  pintar  santos  y  cosas  de  historia  (3). 
(4)  Esos  como  pedestales  que  topará  v.  m.  con 
figuras  de  imagen  de  bulto ,  en  medio  calles  ó  ca- 
minos ,  triunfos  llaman ;  si  en  cuadros  ó  medio 
bulto  que  cada  casa  uno  tiene ,  dícenlos  capilla  del 
santo  casero;  sobre  lo  cual  diremos  que  nuevo 
esto  no  es,  que  los  athenienses  y  romanos  genti- 
les eran ,   y  teníanlos  en  sus.  casas  con  capillas 


QUE    SE   FUÉ.  37 

como  estas  que  Lararios  intitulaban.  ¿Qué  hacer 
nosotros  siendo  hijos  de  la  luminosa  y  más  verda- 
dera religión?  Cuando  tengan  puertecicas  y  cor- 
tina además ,  es  que  estación  harán  las  procesiones 
cuando  por  allí  pasen.  Y  estas  cruces  de  marmó- 
rea piedra  sobre  columnas  y  pedestales  de  basa- 
mento que  hay  comedio  las  plazas  frente  á  las 
puertas  de  Iglesia ,  decir  quieren  que  santa  tierra 
es  aquella  de  la  cual  nacimos  y  á  ella  hemos  de 
tornar  muertos ,  enterrando  allí  si  atrio  no  hubiere 
á  drehede.  También  frente  todas  las  puertas  dichas 
para  entrar  en  la  ciudad,  otras  cruces  hay,  pero 
aquellas  llámanlas  de  humilladero ;  algunas  de 
tiempo  atrás  y  de  conquista  vienen  que  son  co- 
lumnas de  moros  con  cruz  de  hierro  de  buena 
obra  de  rejería ,  á  las  cuales  el  traginero  cami- 
nante encomiéndase;  tiempos  atrás  un  San  Cris- 
tóbal habia  pintado  de  bulto  en  cada  una ,  por 
dar  buena  suerte ,  según  devoción  de  los  antiguos 
tiempos  de  caballerías  (o). 

Basta  por  hoy,  si  le  parece  á  v.  m.,  y  deján- 
dole á  la  puerta  de  su  mesón ,  recemos  las  Aves 
Marías,  que  las  campanicas  tocan  á  oraciones.  A?i- 
(jelus  Domine...  etc Buenas  noches. 


38  MURCIA. 


TABLA   II. 

EL  CUCO  BERMEJO. 

Represe7ita  el  mesón  deste  intitulo,  con  su  mesonero,  vida  y 

milagros,  gne  hombre  de  ellos  era,  y  dase  razón  de  las 

ordenatizas  de  tales  casas. 


c 


ALLE  de  una  aljama  de  moros  fué  una  calleja 
estrecha  como  faja  de  mfante ,  y  de  casas  negras 
y  acarbonadas,  que  no  tenian  muchas  ventanas  y 
éstas  como  troneras  en  los  altos;  y  las  entradas, 
que  como  gateras  serian ,  guardaban  la  forma  de 
herradura ,  alquitrabadas  con  leyendas  de  garra- 
pato :  podíanse  tomar  señales  de  las  casas  contando 
los  montones  de  estiércol  que  el  paso  quitaban, 
en  que  las  gallinas,  conejos  y  marranos  (hablando 
conmigo  solo)  revolcábanse  como  canónigos  en 
colcha  de  seda.  A  comedio  la  calle  habia  dos  al- 
béitares  martillando  con  repiquete  de  vísperas  clá- 
sicas en  unas  vigornias  vizcaiznas ,  y  cuando  no 
se  oia  este  ruido  y  se  olia  el  chamusqueo  de  her- 
rar á  fuego ,  sentíase  algazara  de  pasacalles  y  par- 
randas ,  que  dentro  de  las  casas  sonaban  con  gui- 
tarrones algunos  rufianes  ó  mozas  del  partido, 
faltando  á  las  premáticas  de  la  justicia.  Como  evan- 
gelio pasaba  que  las  tales  casicas  habíalas  dado 


QUE    SE    FUÉ,  39 

D.  Alonso  en  fundación  con  otras  rentase  los  mo- 
nasterios de  frailes  de  Santo  Domingo  y  monjas 
de  Santa  Clara  la  Real ,  cuando  fundólos  en  mil 
tresciefstos  veintidós ;  pero  vendiéronse  por  mor 
de  escrúpulo  á  un  hijo-dalgo,  que  hijo  de  algo 
sena,  cuando  sm  tener  padres  conocidos,  pero  sí 
dmeros ,  habiase  hecho  con  la  ayuda  destos  de  un 
pergammo  que  dióle  progenie  en  Adam ,  y  escudo 
de  armas  que  en  azulejos  hizo  poner  cabe  lo  alto 
de  las  puertas  de  sus  casas ;  y  no  era  otro  sino  un 
cuco  bermejo  en  campo  dorado;  dándolas  en  ar- 
riendo á  honrados  pobres ,  que  hab.an  venido  de 
galeras,  ó  á  otros  parroquianos  de  la  garduña. 
Sirvióle  de  muestra  al  primero  (que  morisco  era  y 
ladrón)  que  allí  en  una  puso  mesón  con  licencia 
del  ilustre  Corregidor ,  y  cuando  otros  pusieron 
muestras  en  otros ,  por  se  distinguir  y  no  perder 
parroquia  aquel ,  hízose  fabricar  por  el  tio  Lima- 
Roja,  rejero  afamado  y  veedor  de  su  gremio,  una 
como  bandera  de  hierro  con  muchos  gavilanes  y 
alicatados,  y  encima  á  moa  de  veleta  un  pájaro 
bermejo ,  que  así  era  cuco  como  yo  Preste  Juan 
de  las  Indias :  por  añadidura  y  recalcamiento  pintó 
con  almagra  y  aceite  un  letrero  en  la  pared  desta 
suerte  (6) 

^  Me<SoN  pa  Cauayerros  i  Aryeros  der  Cwco. 


40  MURCIA 

Había  dentro  un  zaguán  que  tenia  una  arca 
para  la  cebada ,  más  grande  que  la  de  Noé ,  llena 
de  clavos  y  astillazos,  como  adarve  de  justas,  te- 
niendo la  tal  una  cerradura  de  molinillo ,  con  más 
recorticos  que  pastel  ojaldrado.  Encuna,  y  porque 
fuera  encubridor  de  maldades,  habia  un  santo  de 
yeso  en  un  abujero  de  la  pared,  y  una  luz  en  un 
vaso  de  vidrio  verde ,  (jue  tan  acostumbrado  estaba 
á  servir  el  vino  aguado,  que  no  extrañaba  la  com- 
paña del  agua  con  el  aceite ,  sirviendo  para  lám- 
para; un  rosario  formado  con  cascaras  de  nueces, 
unas  deciplinas  de  torzal  y  una  alcancía  de  barro 
junto  al  santo,  para  recogerlos  picos  de  las  cuen- 
tas que  gastábanse  en  dar  luz  al  patrono  ,  comple- 
taban aquel  santuario.  Una  escalera  con  barandal 
de  madera,  comprada  de  un  patíbulo,  que  siem- 
pre así  cuando  hay  ajusticiado  de  alta  nota  salen 
baratas,  subía  á  las  cámaras.  A  la  derecha  mano 
estaba  la  cocina ,  con  una  campana  mayor  que  la 
de  Toledo ,  que  si  en  ésta  caben  un  zapatero  y  siete 
sastres ,  en  aquella  estarían  holgados  dos  tercios 
flamencos  con  sus  banderas,  cajas  y  trompeteros; 
mesas  también  habia  á  la  redonda  con  poyos  de 
aljezon  y  ruedos  encima  de  pleita  fina  crevillen- 
tera.  El  techo  era  de  alfargías  que  en  sus  tiempos 
entreguardaron  un  artesonado,  y  después  habíanse 
cubierto  de  colgaduras  pero  no  de  tapiz,  sino  de 


OUE  SE    FUÉ.  41 

filahiz  de  araña ,  que  tales  las  habría  que  pudieran 
pelear  en  descomunal  batalla  con  el  cancervero 
de  los  infiernos.  Las  paredes  habían  estado  atau- 
ricadas,  y  luego  de  enjalvergo ,  pero  negro  ha- 
bíase tornado  por  el  humo,  y  sólo  blanqueaban 
unas  rayas  que  eran  las  cuentas  de  paja  ,  cebada 
y  demás  gastos.  Por  una  puerta  pasábase  al  para- 
dor en  que  podían  estar  algunos  carros ;  y  luego 
veíanse  las  cuadras,  que  no  sólo  servíanse  dellas  los 
brutos,  sino  también  las  personas  para  brutales 
casos  no  consentidos  por  las  justicias  en  parajes 
públicos. 

Era  el  mesonero  un  amigo  de  guardar  lo  ajeno, 
que  conocimientos  había  hecho  con  los  cuadrille- 
ros de  la  Santa  muchas  veces ,  los  que  amarrado 
para  no  dejar  sin  premio  su  caridad ,  le  recomen- 
daron á  la  justicia,  quien  hízole  servidor  de  S.  M. 
por  muchos  años  en  las  Reales  Galeras,  de  que 
escapó  con  traza  á  los  moros,  renegando,  y  tor- 
nándose luego  cristiano  otra  vez ,  para  con  regalo 
partirse  él  y  otro  moro  manchego  amigo  suyo,  el 
importe  de  la  fingida  venta  de  rescate  por  los  frai- 
les mercenarios  que  aquí  le  trujeron.  Cautivando 
la  atención  este  cautivo,  cautivó  asimesmo  algu- 
nas dádivas  de  grandes  señores,  á  quienes  con- 
taba estupendas  relaciones  de  malos  tratamientos 
sufridos  por  la  religión,  y  puso  el  mesón  del  Cuco 


42  MURCIA 

Bermejo :  llamábase  Mojama  de  mote  y  sólo  aten- 
día por  él ,  aunque  decian  que  muchos  conocíanle 
por  el  de  Juan  Garra  ó  Garriga ,  que  venia  de 
agarrar  en  su  ilustre  progenie.  Vestía  zaragüelles 
anchos,  esparteñas  de  cara  estrecha  con  cintas 
anchas,  y  sujetábase  la  cintura  ó  el  cuerpo,  que 
era  como  costal  de  lana,  con  una  faja  morisca  en 
que  guardaba  los  dineros,  amen  de  una  daga  de 
gracia  que  habíala  quitado  el  guardamano  por  el 
disimulo ;  montera  de  Albudeite  sobre  el  pañuelo 
traia  en  la  cabeza  y  un  rosario  al  cuello ,  así  como 
algunas  reliquias  y  escapularios.  Sólo  tenia  en  su 
compaña  siempre  dos  que  llamaba  sobrinas ;  y 
grande  seria  su  familia  cuando  á  menudo  se  vian 
caras  nuevas ,  que  muy  caras  costaban  según  el  de- 
cir, las  cuales  caras  siempre  teníanlas  de  agasajo 
para  los  dadivosos,  y  esquivas  para  los  agarrados 
de  bolsa ;  jugaban  de  palabras  y  de  obras  con  los 
huéspedes  y  estos  con  ellas  y  por  ellas ,  tanto  que 
los  corchetes  venían  á  menudo  á  enterrar  el 
muerto,  hospitalar  á  los  heridos  ó  desplumar  á 
los  combatientes  que  salian  sanos ;  sin  que  hubie- 
ran de  castigar  al  tio  Mojama  ,  porque  era  hombre 
de  buenas  costumbres,  hermano  de  la  caridad  de 
los  ajusticiados ,  que  confesábase  á  menudo  en  San 
Francisco ,  y  no  podíanle  agarrar  corchetes  porque 
él  teníalos  agarrados  con  salario  secreto ,  por  sus 


yUE  SE  FUÉ.  43 

buenos  oficios.  Allí  paraban  los  caballeros  en  las 
cameras,  los  comediantes  y  otras  personas  de  su 
prez  en  la  cocina ,  y  en  el  descargador  los  arrieros 
de  reata  que  venían  de  paso  para  el  Reino.  A  to- 
dos acudía  el  mesonero  y  las  mozas ,  viniendo  los 
jueves  de  mercado  otras  amigas  que  mozas  eran  y 
del  partido ,  con  una  vieja  zurcidora  de  voluntades 
que  llamaban  la  tía  Rasca-moño,  por  no  tenerle; 
estos  dias  eran  de  trabajo,  como  así  las  vísperas 
de  Noche-buena,  Semana. santa  y  feria;  bullia  la 
gente,  hablaban  más  que  bebían,  y  no  era  poco,  y 
en  la  confusión  perdíanse  cosas ,  bolsillos  y  caba- 
llerías mayores  y  menores  que  otros  encontraban 
antes  de  perderse,  sin  que  al  parecer  de  la  justi- 
cia nada  tuviera  de  culpa  el  mesonero;  por  la  no- 
che ó  de  tarde,  algunos  comediantes  de  la  legua 
y  hasta  la  hora  de  queda  hacían  pasillos  y  autos 
en  el  corral;  y  de  día  no  faltaban  bailes,  que  á 
ser  honestos  nada  valieran.  Pero  trazas  tenían  peo- 
res otros  mesoneros  para  su  beneficio  y  fraude, 
que  anteriormente  en  ayuntamiento  para  remediar 
lo  conveniente,  en  consejo  ordinario  de  siete  de 
Enero  de  mil  quinientos  ochenta  y  cinco  años,  se 
hizo  y  mandó  promulgar  la  ordenanza  siguiente, 
con  bando  público  de  atabales  y  pregón  en  los 
cantones  y  puertas  de  la  ciudad. 


44  MURCIA 

ORDENANCAS  DE  MESONEROS. 


»  Que  los  mesoneros  tengan  en  sus  mesones 
ropa  y  servicio  dellos  limpios  y  bien,  aderezados, 
de  manera  que  los  huespedes  y  personas  que  á 
ellos  fueren  se  les  dé  buen  recado ,  tanto  para  la 
comida,  como  para  en  todo  lo  demás  de  su  hos- 
pederia  y  alojamiento  sin  (pie  falte  cosa  alguna 
y  la  Justicia  y  Fieles  Executores  tengan  cuy  dado 
de  visitar  los  dichos  mesones  y  hazer  que  se  cum- 
pla en  todo  asi. 

y) ítem:  que  los  dichos  mesoneros  tengan  buena 
cozina.  con  chimenea  y  fuego  co?tuenible,  poyos  ó 
bancos  d  la  redonda,  según  la  calidad  requiere, 
con  mesas  publicas,  comunes  á  todos  servicios  de 
manteles,  platos  y  escudillas,  saleros,  tacas,  jar- 
ros, tinajas  de  agua,  todo  con  mucha  limpieva  y 
pulida ;  y  si  asi  no  lo  hizieren ,  sean  competidos 
por  la  dicha  Justicia  y  Executores  á  ello,  impo- 
niéndoles moderadas  penas  para  lo  de  adelante, 
y  aquellas  se  ayan  de  executar  comunicadas  pri- 
mero con  la  ciudad. 

»  Y  porque  es  muy  justo  que  en  los  aposentos, 
y  camas  que  los  dichos  mesoneros  dieren  á  los 
huespedes  que  fueren  á  los  dichos  sus  mesones 
sean  qual  les  combiene:  Ordenamos,  y  mandamos, 


QUE  SE  FUÉ.  45 

que  las  cámaras  y  aposentos  tengan  puertas  con 
cerraduras  y  llaves,  las  quales  den  á  los  que  en 
ellos  se  alojaren  y  aposentaren ,  y  por  dentro  al- 
davas  de  manera  que  se  puedan  cerrar,  y  lo  que 
alli  se  pusiese  y  metiere  esté  seguro,  y  las  camas 
que  en  ellos  huviere  ayan  de  tener,  y  tengan  dos 
bancos,  cinco  tablas,  dos  colchones  de  lana,  ó  por 
lo  menos  lo  sea  el  uno,  y  el  otro  de  aristas,  dos 
savanas ,  una  inania  fracada  y  dos  almoha- 
das, vna  silla,  mesa  y  servicio  della,  y  en  ano- 
checiendo servicio;  so  pena  que  por  cualquiera 
cosa  de  las  susodichas  que  faltare  tengan  de  pena 
por  cada  una  vez  cien  maravedís;  pero  aunque 
falten  todas  las  cosas  juntas  en  vna  cama  y  apo- 
sento no  puedan  exceder  ni  exceda  la  dicha  pena 
de  dúdenlos  maravedís  por  cada  uno  de  los  apo- 
sentos donde  faltare. 

»Item:  que  por  vn  aposento  y  cama  en  la 
forma  y  manera  dicha  no  puedan  llevar  mas  de 
vn  real  de  posada  por  dia  y  noclie  que  en  ella 
estuviere  con  cavalgadura ,  ó  sin  ella  so  pena  de 
trecientos  maravedís  que  lo  contrario  hiziere. 

í)Item:  que  los  dichos  mesoneros  ayan  de  tener 
y  tengan  siempre  proveídos  los  dicJios  mesones  de 
paja  y  cevada,  la  cual  ayan  de  vender  y  vendan 
con  postura  de  los  Executores  ,  como  es  costum- 
bre, y  no  de  otra  manera  de  lo  que  se  le  pusiere, 


46  MURCIA 

y  teniendo  la  cédula  que  se  les  diere  de  la  dicha 
postura  fijada  en  parte  publica  dó  se  pueda  leer 
y  ver  de  todos ,  so  pena  de  seiscientos  maravedís 
por  cada  vez  que  excediesen  del  dicho  precio,  y 
diicientos  la  que  ?w  se  le  hallare  cédula  según 
dicho  es,  ó  estuvieren  sin  la  dicha  paja  y  cevada 
pudiendo  ser  ávida. 

y>Item:  que  los  dichos  mesoneros  y  cado  uno 
dellos  ayan  de  tener  y  tengan  medio  celemí  y 
quartillo  para  medir  la  dicha  cevada,  refirién- 
dose como  conviene,  harneros  con  que  dan  la  di- 
cha paja  del  tamaño  que  los  dichos  Executores 
se  les  señalaren ,  so  pena  de  trecientos  marave- 
dís de  cada  cosa  de  las  susodichas  en  que  exce- 
dieren, aunque  si  en  todas  huvieren  incurrido 
juntas  no  pase  la  pena  de  seiscientos  maravedís. 

r>Item:  que  los  dichos  harneros  que  tuvieren 
estén  sanos  y  no  rotos  y  oradados,  so  pena  que 
si  faltare  algún  esparto,  solo  tenga  de  pena  du- 
cientos  maravedís,  y  si  faltare  mas  de  cada  es- 
parto un  real,  con  que  toda  la  dicha  pena  no 
exceda  de  seis  reales,  aunque  aya  mas  espartos 
rotos,  entendiéndose  como  ha  de  entenderse,  que 
si  faltaren  dos  espartos  ha  de  ser  la  pena  dos 
reales  y  7io  mas. 

»Ttem:  que  los  mesoneros  tengan  los  pesebres 
de  los  dichos  mesones  sanos,  no  rotos,  ni  aguje- 


QUE  SE  FUÉ.  47 

reacios;  y  si  lo  estuvieren,  tengan  de  pena  cien 
maravedís  de  cada  pesebre  y  aunque  pasaren  de 
tres  los  que  juntamente  se  les  denunciare,  no  sea 
mas  de  trecientos  maravedís  toda  la  dicha  pena, 
aunque  aya  mas  que  los  tres  dichos  pesebres,  en 
qualquier  cantidad  que  se  aya  fecho  la  denuncia- 
ción y  tengan  tres  días  para  aderecar  los  dichos 
pesebres;  pero  si  estuvieren  desportillados  ó  ro- 
tos, como  sea  un  palmo  de  vara  en  alto  del  suelo 
del  dicho  pesebre,  no  incurra  en  pena  alguna,  ni 
puedan  ser  denunciados  por  ello,  aunque  han  de 
quedar  obligados  á  los  adobar. 

»Item:  que  en  cada  uno  de  los  dichos  pesebres 
ayan  de  tener  y  tengan  atadores,  y  por  el  que 
faltare  tenga  de  pena  dos  reales  en  que  si  pasa- 
ren de  tres,  toda  la  dicha  pena  fio  exceda  de 
seis  reales,  y  tengan  después  de  denunciados  tres 
dias  para  aderecarlos. 

»Item:  que  sien  un  aposento  huviere  dos  camas 
cumplan  con  tener  la  dicha  mesa,  y  vn  servicio 
con  que  aya  tantas  sillas  como  camas  huviere, 
por  las  quales  no  puedan  llevar  por  día  y  noche 
mas  de  veinte  y  cinco  maravedís  por  cada  vna, 
aunque  las  dichas  personas  que  durmieren  en 
ella  tengan  cavalgaduras  so  pena  de  seiscientos 
maravedís,  y  si  en  aposentos  no  huviere  huespe- 
des los  tengan  como  quisieren. 


48  MURCIA 

»ltem:  que  si  por  tener  umchos  huespedes  no  se 
les  pueda  dar  ramas  en  la  jorma  y  manera  de- 
susodicha  ,  y  los  tales  huespedes  quisieren  les 
hayan  camas  en  el  suelo,  no  puedan  llevar  por 
ellas  mas  de  medio  real  de  cada  cama ,  la  qual 
aunque  no  tenya  las  cosas  dichas  en  la  de  arriba, 
no  incurra  en  pena  alyuna. 

y)  ítem:  y  ¡)or  que  se  ha  de  atender  principalmente 
al  servicio  de  Dios  nuestro  Señor,  y  escusar  todo 
pecado,  y  mal  exemplo:  Ordenamos,  y  mandamos, 
que  en  los  dichos  mesones  los  dichos  mesoneros,  no 
acojan  hombres  de  mala  vivienda,  y  tratos  de  ru- 
fianes, y  muyeres  publicas,  ni  deshonestas,  aun- 
que sea  socolor,  y  titulo  de  criadas,  ni  en  aposen- 
tos, ni  en  camas  donde  se  comuniquen ;  ni  con- 
sientan que  los  dichos  huespedes  que  tuvieren  las 
lleven  y  se  eticierren  con  ellas,  eon  achaque  de 
qualquier  otra  cosa ,  ni  consientan  tablas  de 
jueyo  ni  de  tahurerías,  so  pena  de  seiscientos 
maravedís  de  cada  una  cosa  qne  se  les  denun- 
ciare. 

»Item:  que  los  dichos  mesoneros  ayan  de  tener 
y  tenyan  en  las  puertas  principales  de  los  dichos 
sus  mesones,  cerraduras  con  llaves,  y  cada  noche 
las  cierren  con  ellas,  y  si  el  mesonero  abriere  las 
dichas  puertas  muy  de  mañana  para  que  salyan 
algunos  huespedes,  amoneste  primero  d  los  demás 


QVE  SE  FUÉ.  49 

que  pongati  en  recaudo  lo  que  tuvieren ,  so  pena 
que  si  asi  no  lo  hizieren,  pague  lo  que  faltare  á 
las  personas  cuyo  fuere,  por  aver  dexado  de  ha- 
zer  la  dicha  diligencia. 

y)Que  en  los  dichos  mesones  fio  puedan  tener 
gallinas,  ni  puercos,  so  pena  de  perdidos,  y  de 
seiscien tos  m ara  vedis . 

y)  ítem:  que  si  los  dichos  mesoneros  tuvieren 
cavalgaduras  en  los  dichos  mesones,  ora  sean  su- 
yas, depositadas,  ó  dadas  á  guardar ,  en  qual- 
quiera  manera  que  sea,  como  las  tales  estén  á  su 
cargo,  las  ayan  de  tener,  y  tengan  atadas  de 
suerte  que  no' puedan  comer  el  pienso  á  las  age- 
nas,  so  pena  que  si  fueren  halladas  sueltas  de 
qualquier  manera  que  sea,  tengan  de  pena  seis- 
cientos maravedís. 

y)  Las  quales  dichas  ordenanzas  y  cada  vna 
dellas  mandaron  que  los  dichos  mesoneros  guar- 
den y  cumplan ,  so  las  penas  en  cada  vna  dellas 
contenidas,  aplicadas  por  tercias  partes,  Ciudad, 
Juez  y  Denunciador,  y  que  se  pregonen  publica- 
mente y  dello  venga  noticia  á  todos;  y  que  si 
cada  vno  de  los  dichos  mesoneros  quisieren  vn 
traslado  autorizado  dellas;  firmado  de  la  Justi- 
cia y  del  Escribano  publico  para  poner  en  los 
dichos  mesones,  pagando  los  derechos  se  les  dé. » 

«Si  no  dispone  Dios  nuestro  Señor  de  mi  hasta 

4 


50  MURCIA 

que  yo  pida  las  ordenanzas,  mucho  he  de  vivir,» 
decia  una  noche  del  verano,  Mojama  á  un  amigo 
de  tomar  lo  ageno  como  él,  y  amigo  suyo,  ladrón 
con  tijeras  (sastre  quiero  decir),  el  cual  hacíale 
compaña  cada  dia  en  posturas  del  sol ,  y  entendia 
los  cartones  de  baraja ,  los  que  jugaba  con  des- 
treza, sin  ofender  á  Dios;  pasaba  por  hombre  de- 
voto y  preciso  será,  lector,  le  conocer. 


TABLA  III. 

LA  PIEZA  DE  EXAMEN. 

Representa  la  plaza  de  Santa   Catalina ;  el  taller  y  vida 
de  los  sastres;  examen  de  uno;  y  razón  se  da  de  las  orde- 
nanzas de  su  gremio. 

Vs^oMO  digo  de  mi  cuento  (y  coronica  es),  la  par- 
roquia de  Santa  Catalina ,  parroquia  comenzada  de 
filigresía  en  el  año  del  Señor  mil  quinientos  veinte, 
tiene  una  capilla  mayor  con  patronato  y  enter- 
ramiento de  los  muy  altos  señores  Zarandonas: 
igualmente  lo  tienen  los  Saurines  en  la  capilla  de 
la  Sacra  familia:  los  de  Gaitero  en  la  capilla  del  Re- 


QUE   SE    FUÉ,  51 

poso;  y  en  la  de  San  Ildefonso  una  noble  familia 
<le  canónigos ,  que  tienen  casa  solariega  del  Valle, 
y  con  el  tiempo  habrán  merced  de  intitulo.  Di- 
cen tradiciones  que  la  manzana  que  de  la  calle 
del  Trinquete  viene  por  la  iglesia  á  la  calle 
Platería ,  fué  monasterio  de  Templarios ;  pero  no 
sabemos  sino  que  hubo  convento  de  Padres  claus- 
trales de  N.  P.  S.  Francisco,  de  esos  que  no  son 
pobres ,  pueden  tener  haciendas  y  zapatos ,  y  en 
reino  de  Andalucía  llaman  Angelinos.  Como  ga- 
lerías ,  hánse  conservado  unas  columnas  dentro  las 
casas  que  al  comienzo  de  la  trasera  centuria 
se  fabricaron,  y  para  cuyos  cimientos  sacaron 
debajo  de  tierra  cuencos ,  escudillas  y  otros 
menesteres  de  peltre  y  de  obra  de  los  moros, 
como  también  una  como  losa  con  señalajos ,  que 
consérvanse  y  quieren  decir  que  allí  enterraron  á 
una  Doña  Fátima  que  hacia  coplas ,  y  fué  hija  de 
un  arráez  déla  morisma  (8).  Cabe  la  iglesia  habia 
uno  como  á  semejanza  de  zaguán  que  servia  de 
taller  de  sastre ;  daba  á  la  plaza  del  Contraste  y  á 
la  calle  de  Platería  por  estar  la  casa  haciendo  el 
cantón  frente  á  la  Lonja  que ,  por  se  derribar  la 
puerta  del  mercado  ó  de  Bib-Almuñem  al  ex- 
tremo de  Trapería ,  se  hizo  en  mil  seiscientos  veinte 
frente  al  susodicho  contraste ,  para  la  venta  de  co- 
mestibles y  cárcel  de  caballeros  fijo-dalgos.  Era  la 


52  MURCIA 

tal  casa  de  piedra  tabaire,  con  un  balcón  de  gan- 
chos como  tabla  de  carnicero ,  matacán  sobre  la 
puerta  principal  y  una  alacena  con  una  santa 
imagen  del  Corpus  á  su  lado  para  muestra  de  que 
allí  hacia  paso  la  procesión,  taní  mientras  en  la 
plaza  farsaban  el  auto  sacramental  del  dia  los  co- 
mediantes y  las  danzas  en  aquella  festividad.  Ace- 
soria  de  la  casa  era  el  taller,  que  pared  por  medio 
y  debajo  de  la  torre  del  relox  tenia  una  como  lo- 
bera por  lo  tenebrosa,  cueva  cuasi  soterránea, 
donde  poníase  á  los  difuntos,  hasta  que  dicho 
su  funeral ,  enterrábanlos  en  la  iglesia  ó  el  atrio 
según  sus  dineros ,  que  menester  son  para  canto 
de  sochantres ,  celo  de  muñidores  y  descanso  del 
cuerpo  después  de  muerto. 

Abríase  al  alba  la  puerta  del  taller,  y  allí 
aguardaba  esto  un  zagalote  envuelto  en  un  hara- 
poso ferreruelo,  dando  tormento  á  un  pedazo  de 
bollo  más  duro  que  pecado  de  galeote  y  negro 
que  alón  de  cucala  ;  era  crecido,  con  larga  zanca, 
con  calzas  de  regula  por  lo  agujereadas  como  gar- 
villo  garbancero,  montera  para  mayor  cabeza  ,  y 
greñas  de  torcida  de  candilon  por  lo  grasicntas;  que 
no  era  otro  sino  el  deprendiz.  Parecía  el  maestro 
que  abría,  ni  viejo  ni  joven,  ni  alto  ni  bajo  ,  ni 
gordo  ni  flaco  ;  coleto  y  calzas  de  estameña  esta- 
ban sujetas  á  su  cuerpo  por  un  ancho  cinto,   que 


QUE    SE   FUÉ.  53 

hacia  percha  á  un  rosario  de  cuentas  de  haba-san- 
ta con  cruz  de  aljófar,  la  cual  besaba  el  zagal,  que 
tomaba  de  manos  de  aquel  un  cesto  y  algunos  ma- 
ravedís para  la  compra  que  hacia  como  galgo  de 
carrera,  viniendo  á  seguida  de  carniceria  y  plaza; 
aderezaba  el  maestro  Sisa  sus  menesteres,  que  tal 
mote  dábale  el  gremio  de  retaleros  por  fundado 
motivo,  y  veedor  era  en  aquel  año.  Rodnguico 
llamábase  el  deprendiz ,  que  abriendo  los  postigos 
sacaba  y  ponia,  avanzando  hacia  la  calle,  puestos 
en  una  caña  ,  algunos  pedazos  de  paños  y  unos 
gregüescos  usados.  Habia  dentro  alguna  que  otra 
silla  vieja  con  asiento  de  vendos,  y  desparramados 
por  los  rincones  los  útiles  muebles  del  oficio,  amen 
de  dos  espuertas  que  contenian  las  piezas  de  ropa 
en  costura  ,  manteos  y  sotanas ,  mezcladas  con  co- 
letos de  las  guardias  de  S.  M.  ;  así  como  casullas 
y  ropas  de  coro  colgando  de  las  paredes  ;  y  pe- 
gados en  éstas  con  hostias  habia  multitud  de  car- 
teles de  novenas  y  autos  ,  sumarios  de  indulgen- 
cias ,  patentes  de  cofradías  y  estampas  de  santos, 
como  pintadas  en  lo  alto  de  tales  paredes  varias 
figuras  vestidas  á  modas  distintas  ,  la  cuya  pin- 
tura venídose  há  conservando. 

Poco  deprendía,  como  los  demás  de  su  rango, 
Rodriguejo,  que  no  hacia  sino  recados  de  ir  por 
hilo,  barrer  la   casa,  traer  agua  de  la  acequia  de 


'54  MURCIA 

madres  Isabelas ,  tener  el  mañaco  hijo  de  su  maes- 
tro, ó  ir  con  la  alcuza  por  aceite  á  los  graneros  del 
Cabildo  para  su  maestra  y  para  la  lámpara  que 
alumbraba  en  el  taller  las  estampas  de  Santa  Lucia 
y  San  Gerónimo,  patrones  de  los  gremios:  pasaba  el 
dia  además  quitando  hilvanes,  y  nocheciendo  salia 
con  un  farol  de  ojalata  y  cuerno,  mayor  que  el  del 
Puerto  de  Mesina,  y  una  campana  (9) ,  pidiendo 
para  las  ánimas  de  la  parroquia,  con  diezmo  y 
primicia  de  ochavos  para  él ,  que  los  invertia  en 
polvos  de  suelo  de  bizcocho  ú  alcorza  en  el  horno 
del  Paso  que  habia  junto  el  cantón  del  Águila: 
echando  lo  demás  en  la  casa  de  aquellas  por  la 
reja  del  cepillo.  Venian  más  tarde  por  mañanica 
dos  que  eran  oficiales  ;  cubrían  sus  cuerpos  la  en- 
voltura de  unas  capas  telicebolleras  que  el  tiempo 
habia  tornado  de  color  bermeja  ,  y  dando  los 
buenos  dias  y  rezando  padres  nuestros  y  ora- 
ciones á  la  santa  patrona  ,  con  cuyo  susurro  bos- 
tezara un  gato  que  dormido  aún  estaba  sobre 
la  ceniza  de  un  brasero  de  hierro ,  aguja  en  ris- 
tre y  tafanario  en  silla  poníanse  á  trabajar.  Largo 
y  estrecho,  de  cuello  acigüeñado  era  el  de  más 
edad ,  que  se  llamaba  Mateo  Pespunte  por  lo 
perfectos  que  habíanle  salido  unos ;  tenia  hecho  su 
aprendizaje  en  la  casa ,  y  ya  oficial  examinado, 
casó  con  la  hija  del  mandadero  de  las  pobres  ma- 


QUE   SE   FUÉ.  55 

dres  franciscanas  de  Santa  Clara  la  Real,  tan  po- 
bres ,  que  mantenian  más  empleados  en  su  servi- 
cio que  mantenía  S.  M.  en  la  invencible  armada. 
Meses  antes  del  caso  concluyó  la  pieza  que  bien 
aderezada  habia,  para  con  ella  probar  su  desamen, 
y  no  sabia  el  dia  fijo  que  su  maestro  y  los  veedo- 
res de  los  gremios  de  sastres ,  calceteros  y  jube- 
teros  vendrian  en  probarle.  El  otro  estaba  ha- 
ciendo el  último  tiempo  para  oficial,  y  le  llamaban 
Hondillos  por  lo  bien  que  poníalos  en  los  zara- 
güelles; y  era  hijo  de  un  pregonero  de  la  ciudad: 
faltábale  poco  á  salir  á  oficial ,  y  hasta  que  lo  fuera 
no  podia  casarse ,  aunque  tuviera  preparado  lo  que 
necesitaba.  Cortaba  el  maestro,  y  recibiendo  re- 
cado de  casas  de  señores ,  entraba  y  salia  á  tomar 
medidas,  mercar  paños  y  efectos,  y  en  su  ausencia 
ocupábase  la  maestra  trabajando  también  en  las 
piezas  de  costura  con  los  oficiales;  si  solos  estaban, 
y  á  fin  de  no  pecar  con  murmuraciones,  cantaban 
al  unísono  y  al  semitonado  los  cuatro,  las  coplas 
de  la  aurora,  la  letanía  lauretana  compuesta  de 
música  por  el  P.  Regoldoni,  dominico  italiano  de 
fama ,  ó  rezaban  partes  de  rosario  por  vivos  y  di- 
funtos de  mayor  obligación. 

La  maestra  parecía  la  muerte  por  lo  tiesa  y  lar- 
guirucha, con  tocas  echadas  á  la  cara;  jubón  de 
estameña,   refajo  de  sayalejo  y  zapatos   de    oreja 


56  MURCIA 

completaban  el  forro  de  aquel  esqueleto  ambulante, 
que  para  muchos  tenia  gancho,  como  decian  algu- 
nos señores  que  á  ratos  tomaban  asiento  en  el  taller 
con  ella  y  otros  padres  de  San  Diego  y  Santo  Do- 
mingo ,^  tertulia  pasajera  de  media  hora  ó  una  por 
mañana  y  tarde.  Desde  el  campanon  de  las  doce 
hasta  que  la  campanica  del  sueño  de  la  catedral 
sonaba  (10),  cerrábase  el  taller  (como  todos)  para 
comer  la  gente  sin  testigos,  y  la  tarde  pasábase 
como  la  mañana  ,  un  dia  como  otro ,  las  semanas 
como  las  anteriores  ,  los  meses  como  los  acabados, 
y  un  año  como  el  último.  Por  Pascuas  ó  Corpus  ve- 
lábase á  la  luz  de  un  candil  almazareño  con  tan 
grandes  gavilanes  como  espada  de  comediante;  y 
entre  las  oraciones  y  la  queda  salía  el  maestro  á  la 
tertulia  de  su  amigo  el  mesonero  del  Cuco  Berme- 
jo, á  echar  vuelos  con  cartones  de  lo  ancho  y  de  lo 
largo,  haciendo  garrotes  de  moros  y  ballestilla  con 
muchas  fullerías  para  sacar  dineros,  sin  dar  ofensa 
al  Señor:  ó  á  la  casa  de  su  compadre,  el  maestro 
Tixereta,  veedor  como  él  en  tal  año,  á  tratar  cosas 
tocantes  á  la  profesión,  porque  oficio  llamarle,  pa- 
labra era  villana. 

Una  tarde  que  solos  estaban  ,  vino  el  maestro 
con  priesa  de  agonizante  ,  y  dijo  á  Pespunte  que 
tomara  con  cuidado  la  pieza  rematada  y  le  siguie- 
se ;  é  hízolo  así  como  perro  de  muestra  ,  cogiendo 


QUE    SE    FUÉ.  57 

SU  capa  y  un  bulto  en  una  escusa  baraja  de  caña: 
callejas  y  callejones  travesaron  hasta  frente  la 
barbacana  del  rio,  frente  la  casa  de  los  corregido- 
res que  Daraxarife  llámase;  y  subieron  á  una  sala 
en  que  entró  Sisa  cerrando  la  puerta  al  cuidado 
de  un  portero  de  vara  que  tenia  chambergo  ne- 
gro ,  gola  tiesa  ,  espadín  largo  ,  varilla  de  junco 
y  peluca  de  polvos.  Un  campanillazo  sonó,  y  abrió 
el  corchete  la  puerta  como  la  del  chiquero  en  to- 
ros reales  ,  por  la  que  entró  Pespunte  perdida  la 
color  por  miedo  y  vergi|enza  :  Ave  María  ,  dijo 
al  entrar  ;  y  Gratia  plena ,  contestaron  cinco 
maestros  sastres  retaleros  y  tres  acompañados  que 
habia  detrás  una  mesa  con  tapiz,  tintero  y  dos 
velas  encandeleradas  ante  un  Santo  Cristo  de  cobre, 
sobre  dos  libros  de  Evangelios  y  ordenanzas.  Pre- 
guntado por  su  edad  ,  estado  ,  aprendizaje  y  ofi- 
cialaje  ,  contestó  con  una  voz  como  de  ajusticiado, 
según  lo  tétrica  y  dificultosa  ;  y  habiéndoselo  pe- 
dido, enseñó  la  pieza  de  ropa  que  consigo  traia  para 
aquel  caso.  Era  un  capisayo  para  el  limo.  Señor 
Obispo  ,  el  que  su  maestro  habíale  dejado  hacer 
solo  ,  y  revisáronle  como  si  á  descoserle  fueran 
puntada  por  puntada  :  preguntáronle  por  el  mé- 
todo de  traza  de  Sebastian  de  Alcega  (que  libro  del 
oficio  es),  algunas  cosas;  y  sobre  una  mesa  cortó 
en  papeles  unas  calzas,  una  ropilla  y  un  jubón 


58  MURCIA 

con  faldetas ,  á  la  satisfacción  de  los  maestros ;  ha- 
ciendo su  geometría  y  pitapié  como  reza  libro  tal, 
impreso  por  Guillermo  Drouy  en  el  año  de  mil 
quinientos  ochenta  y  nueve  con  privilegio  del 
Señor  Rey  D.  Felipe  Segundo  :  examináronle  de 
doctrina  cristiana  y  retiróse  fuera  con  el  corchete. 
En  el  ínterin  los  veedores  de  los  gremios  de  sas- 
tres ,  calceteros  y  jubeteros,  que  para  todas  cosas 
era  el  desamen  ,  fallaron  según  su  leal  saber  y  en- 
tender, que  la  tal  pieza  de  Mateo  Pespunte  era 
pieza  maestra  ,  nombrándole  tal  para  en  adelante; 
llamáronle  con  campanica  y  entró  con  el  corchete, 
á  quien  el  maestro  Sisa  dio  razón  al  oido  ,  y 
salló  como  aguilon  de  armas,  según  extendía  las 
alas  de  su  capilla  negra  á  la  calle  de  Bodegones; 
abrazaron  con  cerimonia  los  maestros  á  Pespunte, 
haciéndole  jurar  puesto  de  rodillas  ,  y  luego  sen- 
tarse frente  á  ellos  ,  tembloroso  y  enternecido  de 
gozo  ;  entonces  el  maestro  Tixereta  ,  que  era  del- 
gado como  lino  flamenco  ,  calóse  unos  espejuelos, 
y  leyendo  un  libro ,  le  enteró  para  su  gobierno 
deste  modo  (11) : 

ORDENANZAS 

DEL    OFICIO    DE    SASTItES. 

(iEn  el  ayuntamiento  que  la  muy  noble  y  muy 
Leal  Ciudad  de  Murcia  tuvo  siete  días  del  m^s 
de  Diziembre  de  mil  seiscientos  y  tres  años  se 


(¿VE  SE   FUÉ.  59 

hizo  una  ordenanza  del  tenor  siguiente.  Por 
quanto  deseando  poner  orden  en  la  forma  de  tra- 
bajar los  oficiales  de  sastre  con  los  maestros  del 
dicho  oficio,  se  hizo  ordenanza,  para  que  no  se 
pudiese  dar  á  coser  ningún  genero  de  ropas  por 
piecas,  partiendo  con  los  oficiales  el  precio  y  va- 
lor de  la  costura  dellas,  ni  por  tasación ,  sino 
que  se  diese  por  jornales,  en  la  forma  y  manera 
que  se  contiene  en  la  dicha  ordenanza;  donde 
asimismo  se  ordenó  lo  que  avian  de  hazer  de  su 
parte  los  oficiales:  y  la  experiencia  ha  mostrado 
trae  incombinientes  en  obligar  se  trabaje  por  pie- 
cas  como  pvr  jornales.  Por  tanto ,  proveyendo  lo 
que  pareze  mas  combiniente.  Ordenamos  y  man- 
damos por  via  de  ordenanza,  y  como  mejor  ha 
lugar,  que  los  dichos  maestros  y  oficiales  de  sas- 
tres libremente  se  puedan  concertar,  y  concierten 
á  su  voluntad  á  jornal  ó  por  piecas  de  la  manera 
quemas  bien  se  avinieren,  sin  estar  obligados  á 
tratar  de  jornal,  ni  por  piecas,  sino  á  su  volun- 
tad, sin  que  por  lo  vno  ni  por  lo  otro  incurran 
en  pena  alguna  no  embargante  la  ordenanza  que 
antes  de  ahora  avia  tocante  á  esto,  la  qual  re- 
vocamos, y  damos  por  ninguna,  y  de  ningún  va- 
lor ni  efecto,  como  si  fecha  no  huviera  sido.  Y 
mandamos  que  qualquier  oficial  que  comenzare 
qualquier  obra  con  qualquier  maestro,  en  qual- 


60  MURCIA 

qiíier  manera  que  se  aya  conzertado  con  el  no 
pueda  dexarlo  s{?i  acabar  la  dicha  obra,  sino  que 
prosiga  en  hacerla  hasta  averia  acabado  sin  to- 
mar otra  ropa  alguna,  sopefia  de  seiscientos  ma- 
ravedís, aplicados  conforme  á  la  ordenanza  de- 
mas  de  que  sea  apremiado  á  que  la  acabe  como 
dicho  es.  Y  asimismo,  qualquier  oficial  que  es- 
tuviere trabajando  con  qualquier  maestro  por 
qualquier  de  los  dichos  conziertos  quinze  días  an- 
tes de  Pascua  del  Nacimiento  de  nuestro  Señor 
lesuchristo,  y  otros  quinze  dias  antes  de  la  fiesta 
del  Corpus  Christi  ?io  pueda  dexar  al  dicho 
maestro  sino  que  precisamente  los  dichos  quinze 
dias  asista  á  su  tienda  á  trabajar  por  la  mesma 
forma  en  que  trabajara  el  tiempo  que  llegó  el 
dia  de  quifize  dias  antes  de  las  dichas  fiestas;  so 
pena  que  demás  de  apremiarle  á  ello  pague  de 
pena  otros  seiscientos  maravedís,  repartidos  con- 
forme á  la  ordenanza,  según  dicho  es  y  que  esta 
ordenanza  se  pregone  publicamente ,  para  que 
venga  á  notizia  de  todos  é  se  guarde,  ¿cumpla. 
Don  luán  de  Sahavedra  y  Avellaneda,  Gines 
Ruiz  de  Quiros,  Francisco  Ximenez  de  Aguilar. » 

ORDEXANZAS 

TOCAXTES  AL   OFICIO  DE  ROPEROS  Y  CALCETEROS. 

Primeramente  :  Ordenaron  y  mandaron ,  que 
el  oficio  de  Calceteros  sea  obligado  á  tener,  y 


QUE    SE   FUÉ  61 

tenga  siempre  Pendo7i  según  lo  ha  vsado,  y  es 
costumbre,  y  al  presente  lo  tienen  como  los  demás 
oficios  y  gremios  serlalados por  esta  Ciudad,  para 
mas  buen  adorno,  y  acompañamiento  de  las  Pro- 
cesioíies;  y  si  no  lo  tuvieren  ayan  de  ser  y  sean 
compelidos  á  ello,  según,  y  como  siempre  se  ha 
hecho  lo  pasado,  y  presente,  y  vsa,  y  acos- 
tumbra. 

»Item,  se  pone  por  ordenanza:  que  conformán- 
dose con  el  vso  y  costumbre  vsada,  é  guardada 
de  tiempo  inmemorial  á  esta  parte,  que  se  ha 
tenido  y  tiene  á  la  elección,  y  nombramie?ito  de 
Vehedores  -del  dicho  oficio:  ordenan  y  mandan 
que  todos  los  oficios ,  los  maestros  examinados 
que  tuvieren  tienda,  no  estando  justamente  im- 
pedidos, sea?i  obligados  á  se  juntar  en  las  casas 
de  la  Corte,  donde  esta  Ciudad  tiene  su  Ayun- 
tamiento ordinario,  el  primer  Cabildo  que  se  hi- 
ziere  después  del  dia  del  Señor  San  luán  en  cada 
vn  año,  porque  con  asistencia  de  todos  los  dichos 
oficiales  se  saquen  dos  Vehedores  y  vn  acompa- 
ñado del  dicho  oficio,  para  las  cosas  que  en  el  se 
ofreciere,  los  quales  lo  sean  vn  año  hasta  la  vis- 
pera  del  Señor  San  luán  de  lunio  siguiente, 
teniendo  como  han  de  tener  considerado)!  que  los 
que  huvieren  sido  vn  año,  no  han  de  poder  ser  el 
que  le  sigue  ni  otro  adelante,  los  cuales  han  de 


62  MURCIA 

jurar  de  hazer ,  y  vsar  el  dicho  oficio  de  Vehe- 
dores,  y  acompañado  bien,  y  fielmente,  según 
Dios,  y  sus  conciencias,  quedando  el  dicho  nom- 
bramiento escrito  ,  y  asentado  en  el  dicho  libro 
capitular  del  dicho  Ayuntamiento  ,  como  siem- 
pre se  ha  hecho,  so  pena  de  ducientos  maravedís, 
á  qualquiera,  que  faltare,  la  mitad  para  la  Cá- 
mara, y  la  mitad  para  gastos  de  la  Cofradía. 

r>Item\  se  pone  por  ordenanza:  que  por  quanfo 
el  dicho  gremio  y  oficio  está  constituido  á  inbo- 
cacion  del  Bienaventurado  San  Gerónimo  cele- 
brando como  siempre  se  celebra,  y  han  celebrado 
los  oficiales  su  fiesta,  por  voto,  y  devozion  par- 
ticular cada  vn  año  en  la  Iglesia,  y  Monasterio 
del  Señor  Santo  Domingo  desla  Ciudad:  Orde- 
naron y  mandaron,  que  de  aqui  adelante,  se 
haga,  y  continué  asi  por  todos  los  oficiales  exa- 
minados del  dicho  oficio,  y  cada  vno  dellos ,  so 
pe?ia  de  el  que  no  lo  guardare  y  dexare  de  ir  y 
hallarse  en  la  Misa  y  Sermón  de  la  dicha  Cofra- 
día, pague  de  pena,  y  limosna  vna  libra  de  cera 
para  la  Misa  y  Sermón. 

nltem:  se  pone  por  ordenanza:  Que  por  cuanto 
es  vso,  y  costumbre,  que  todas  las  vezes  que  el  Pen- 
dón Real  ó  seña  de  esta  Ciudad  sale  en  las  pro- 
cesiones le  han  de  acompañar  los  Pendones  de  los 
gremios,  y  oficios,  saliendo  con  ellos  de  las  casas 


QUE  SE  FUÉ.  63 

de  la  Corte  donde  están,  hasta  bolver  y  dexaren 
ella,  y  algunas  vezes  los  dichos  Pendones  van  des- 
acompañados,  llevándolos  y  bolviendolos  solos: 
Ordenaron  y  mandaron,  de  aqui  adelante  cada 
vno  de  los  oficiales  maestros  examinados  del  di- 
cho oficio,  sean  obligados  á  juntarse  en  casa  del 
Vehedor  á  cuyo  cargo  estuviere  el  Pendón,  é  ir 
con  el  hasta  las  casas  de  la  Corte  donde  los  di- 
chos Pendones  Real,  y  seña  de  la  Ciudad  salen, 
y  acompañarles  toda  la  procesión  y  buelta  á  las 
dichas  casas  de  la  Corte  ,  y  tornar  con  el  suyo, 
hasta  la  casa  del  Vehedor  donde  salió,  so  pena 
de  trescientos  maravedís  al  que  faltare,  y  no  cum- 
pliere con  esta  ordenanza,  aplicados  para  la  Co- 
fradía. 

»Item:  Se  pone  por  ordenanza:  Que  fiinguna 
persona  de  nifigun  genero  7Ú  condición  que  sea, 
sea  osado  de  hazer  calcas,  ni  otro  genero  de  cal- 
cado, ni  tenerlo,  ni  ve?iderlo,  sin  ser  maestro 
examinado  del  todo  en  el  dicho  oficio  de  Calce- 
tero, y  el  que  lo  contrario  hiziere  tenga  perdidas 
las  calcas  ú  otra  costura  que  le  tomaren  tocante 
al  dicho  oficio  de  calcetero,  y  mas  seiscientos  ma- 
ravedís de  pena,  aplicados  por  tercias  partes, 
Cámara  de  Su  Magestad,  justicia  y  denunciador. 

y>Item:  que  ninguna  persona  sea  osado  de  po- 
ner tienda  del  dicho  oficio  de  calcetero  en  esta 


64  MURCIA 

Ciudad,  ni  cortar  calcas  de  obra  ni  hazerlas,  ni 
otro  genero  de  calcado  tocante  al  dicho  oficio  sin 
ser  maestro  examinado  por  los  Vehedores,  y  per- 
sonas á  cuyo  cargo  estuviere  el  dicho  examen  en 
esta  Ciudad:  y  si  acaso  alguno  viniere  de  fuera 
parte  examinado,  no  pueda  poner  ?ii  ponga  tienda, 
ni  vsar  el  dicho  oficio  sin  mostrar  informado?!  de 
tres  años  de  aprendiz  y  tres  de  oficial,  con  la  qual 
información  ha  de  traer  como  ha  tenido  tienda 
publica  año,  y  día  en  la  parte  do  se  huviere  exa- 
minado; y  v>ista  por  los  dichos  Vehedores  se  pre- 
sente en  el  dicho  Ayuntamiento  desta  Ciudad, 
como  es  costumbre,  para  que  por  el  se  provea  y 
mande  guardar  con  la  relazion,  y  vista  de  los 
Vehedores ;  y  si  asi  no  lo  hiziere  no  valga  la  di- 
cha carta,  y  sea  obligado  á  examinarse  de  nuevo 
en  esta  Ciudad  lo  qual  se  haze  porque  muchas 
vezes  algunos  que  no  son  oficiales  ni  deven  ser 
examinados  se  van  desta  Ciudad  á  donde  les  co- 
nocen, y  tienen  notizia  de  su  poca  suficienziay 
abilidad  en  el  dicho  oficio  como  es  Lorca  y  Carta- 
gena, y  otras  partes,  como  se  entiende  que  es  ne- 
cesario han  de  residir  alli,  ni  van  mas  que  á 
examinarse,  fácilmente  los  examinan  sin  vsar 
con  ellos  de  la  razón,  y  rigor  del  examen;  y  exa- 
minados buelven  luego  á  esta  Ciudad,  y  ponen 
tienda  diziendo  son  maestros  examinados  del  di— 


QUE   SE   FUÉ.  65 

cho  oficio;  con  lo  qual  echan  á  perder  la  obra 
que  les  dan  d  hazer. 

y) ítem:  que  ninguna  persona,  que  no  estu- 
viere examinado  de  el  dicho  oficio  de  calcetero, 
no  pueda  cortar  ningún  genero  de  calcado  to- 
cante al  dicho  oficio  so  pena  de  tres  mil  mara- 
vedís,  [repartidos  por  terzias  partes,  la  vna 
para  la  Cámara  de  Su  Magestad,  tercia  parte 
para  la  lusticia,  y  la  otra  para  el  denun- 
ciador. 

y) ítem:  Que  ningún  oficial  de  medida  ni  de 
retaleria  pueda  dar  ningún  genero  de  ropa  to- 
cante al  dicho  oficio,  para  que  ningún  oficial 
fuera  del  lo  pueda  hazer,  so  pena  de  tres  libras 
de  cera  para  la  Cofradía. 

»Item:  Que  ninguna  persona  pueda  vsar  mas 
de  vn  oficio  sastre  ó  calcetero,  sino  fueren  los 
retaleros  que  hazen  de  toda  ropa,  so  pena  de 
trescientos  maravedís ,  aplicados  por  tercias  par- 
tes. Cámara  de  Su  Magestad ,  Justicia  y  denun- 
ciador. 

ítem:  Que  el  que  se  examinare  se  examine 
por  estas  ordenanzas  guardando  lo  en  ella  con- 
tenido como  está  arriba,  no  pidiéndoles  mas  de 
lo  que  en  el  tiempo  que  se  examinare  se  vsare, 
por  que  cada  día  se  van  usando  frayes  nuevos. 

»Item:  Que  ningún  retalero  sea  osado  á  hazer 

5 


zaragüelles  ajustados  ni  coserlos  sin  llevar  afor- 
rada la  pretina  en  Heneo  por  dentro,  y  fuera  en 
la  delo?itera,  entiéndese  en  los  zaragüelles  por 
aforrar,  y  asi  mismo  las  medias  de  cordellate 
vayan  á  pelo  y  cordón,  y  las  de  estameña  vayan 
á  su  cordón,  y  las  costuras  de  los  quadrados  con 
seda,  so  pena  de  seiscientos  maravedís  repartidos 
según  dicho  es. 

»Item:  Las  sayas  han  de  tener  dos  cuchillos 
hijuelas  que  llevaren  á  su  pelo  y  cordón,  con 
vara,  y  terzia  de  largo ,  y  catorce  palmos  de 
ruedo ,  é  las  que  tuvieren  menos  largo  lleven  me- 
nos ruedo. 

»Item:  Las  ropillas  que  vayan  cortadas  á pelo, 
y  las  mangas  á  pelo,  y  no  puedan  ir  atravesadas. 

y)Ltem:  Los  capotes  vayan  cortados  al  pelo,  y 
las  mangas  asimismo  lo  vayan. 

y>Item:  Los  corpinos  vayan  al  hilo ,  y  no  al 
través. 

y>Item:  Los  mantos  vayan  á  hilo  y  cordón,  y 
no  puedan  ir  al  través. 

»Item:  Las  capas  y  ferreruelos  vayan  corta- 
dos á  pelo  y  las  camas  que  llevaren,  vayan  á 
pelo  asi  mismo. 

y)Ltem:  Los  faldellines  vayan  cortados  á  pelo, 
y  conforme  el  largo  lleve  el  ruedo. 

y) ítem:  Las  monteras  se  puedan  aforrar  de 


QUE   SE  FUÉ.  67 

viejo  porque  la  gente  pobre  quiere  vna  montera 
por  dos  reales,  ó  real,  y  medio  porque  aforrada 
de  nuevo  cuesta  quatro  ó  cinco  reales. 

»Item:  Los  balones  por  aforrar  han  de  llevar 
su  fuerza  de  Heneo  en  la  abertura  de  la  delan- 
tera ,  y  las  pretinas  vayan  aforradas  con  vn 
aforro  de  Heneo  por  fuera,  y  puedan  ir  cortados 
al  través  como  siempre  se  han  cortado  por  ser  de 
paño  estrecho,  y  no  poderse  cortar  de  oirá  suerte, 
y  se  puedan  dar  dos,  y  quatro  reales  menos  que 
si  fueran  cortados  al  pelo,  y  durarán  tanto  de 
vna  manera  como  de  otra,  y  es  de  vtilidad ,  y 
provecho  de  la  gente  pobre. 

y) ítem:  Los  balones  aforrados  ayan  de  llevar  la 
pretina  aforrada  por  dentro  y  fuera. 

y>Item:  Las  cairas  de  estameña,  y  cordellate 
han  de  ir  corladas  al  sesgo,  y  cordón  y  los  qua- 
clrados  de  las  medias  de  estameña  han  de  ir  co- 
sidos con  dos  costuras  de  seda,  y  los  talones  han 
de  ir  aforrados,  y  las  calcas  de  cordellate  han  de 
ir  cosidas  con  hilo. 

»Item:  Que  los  Vehedores  de  Roperos  y  Cal- 
ceteros han  de  examinar  á  los  de  dicho  oficio. 

^)Item:  Que  qual quiera  persona  que  se  exami- 
nare del  dicho  oficio  de  Roperos  y  Calceteros, 
aya  de  pagar,  y  pague  d  cada  Vehedor  ocho 
reales,  y  á  cada  acompañado  quatro  reales. 


68  MURCIA 

y) ítem:  Que  por  qiianto  el  dicho  oficio  de  Ro- 
peros y  Calceteros  tiene  por  devoción  de  hazer 
fiesta  en  cada  vn  año  al  Glorioso  San  Gerónimo; 
y  para  que  esta  vaya  adelante,  y  se  pueda  cele- 
brar con  puntualidad ,  cada  vna persona  que  fuere 
examinada  del  dicho  oficio  pague  d  los  Vehedo- 
res  que  le  examinaren  tres  ducados  para  ayudar 
hacer  la  dicha  fiesta. 

y) ítem:  Que  los    Vehedores  que  de  nuevo  en- 
traren en  el  dicho  oficio,  puedan  pedir  quenta  á 
los  Vehedores  que  salieren,  del  dinero  que  hu- 
viere  entrado  en  su  poder  para  la  dicha  fiesta;  y 
ellos  tengan   obligación  á  la  dar;  y  los  puedan 
apremiar  judicialm,ente  á  que  den  la  dicha  quen- 
ta, y  que  paguen  el  alcance  que  les  fuere  fecho. 
yyitem:  Que  sin  embargo  de  qualquier  orde- 
nanza que  esté  hecha,  se  provee  por  esta  orde- 
nanza ,  que  los   Vehedores  de  sastre  ni  alguno 
dellos  no  puedan  hazer  visitas  ellos  ni  sus  acompa- 
ñados, ni  ninguno  de  su  oficio  á  los  dichos  Ro- 
peros y  Calceteros,    acofnpañando  á  la  Justicia, 
ó  sin  ella,  so  pena  de  seiscientos  maravedís,   re- 
partidos conforme  á  la  ordenanza;  y  se  separa  el 
vn  gremio  del  otro;  para  que  los  vnos  no  tengan 
que   ver  con   los  otros  y  los  Calceteros   tengan 
obligación  de  dar   vna  danza  para  el  Santisime 
Sacramento  cada  vn  año. 


QUE   SE   FUÉ.  69 

^■>En  la  muy  Noble  y  muy  Leal  Ciudad  de 
Murcia,  doce  del  mes  de  Noviembre  de  mil  y 
seiscientos  y  treze  años,  en  la  placa  publica  de 
Santa  Catalina  con  toque  de  trompeta  por  voz 
de  Domingo  Blanco,  pregonero  publico,  se  pre- 
gonaron estas  ordenanzas  tocante  al  oficio  de 
Calceteros  y  Roperos,  siendo  testigos  Damián  de 
Alvornoz,  y  Francisco  Alvornoz,  Escrivanos  de- 
mas  de  mucha  gente  que  estuvo  presente.  Alonso 
Enriquez. « 

Acabado  que  hubo  Tixereta  la  lectura,  oliéronse 
todos  las  manos  y  llamáronle  Su  Merced  á  Pes- 
punte, saliendo  de  las  casas  de  la  Corte  hacia  la 
calle  de  Bodegones  para  celebrar  en  uno  la  fiesta; 
y  al  dia  siguiente  se  confesaria  poniéndose  bien 
con  el  Señor  el  nuevo  maestro,  para  ser  presen- 
tado alas  justicias  según  ley  y  costumbre.  Al  sa- 
lir cruzáronse  con  caballeros  que  á  pasear  iban, 
y  traian  hábitos  del  Señor  Santiago;  parroquianos 
eran  de  los  maestros,  quienes  hiciéronles  grave 
reverencia,  diciéndoles  la  novedad  y  dando  á  co- 
nocer á  Pespunte ,  quien  mostróles  la  pieza  de  su 
examen;  diéronle  la  enhorabuena,  y  despidiéronse 
de  los  tan  magníficos  señores,  que  has  de  cono- 
cer, lector,  en  la  Tabla  siguiente. 


70 


TABLA  IV. 

PASEO  DE  SOLAZ  Y  HONESTO  TRATO. 

Representa  lo  que  al  otro  lado  la  puente  había:  allí  conó- 
cese á  caballeros  que  leen  cosas  de  ingenio,  tj  se  da  noticia 
de  los  conventos  de  tal  parte. 


N, 


üBARRiBLANCA  entre  crespones  de  nubes  de 
grana  mediaba  la  tarde,  y  la  sierra  caravaqueña 
tiraba  del  sol  por  el  Poniente ,  cuando  un  sábado 
de  otoño,  así  como  de  ordmario  acontecia  diaria- 
mente ,  salían  las  gentes  de  prosapia  y  gerarquía 
al  esparcimiento  que  necesita  el  cuerpo  que  hol- 
gado está  y  vive  del  regalo,  sin  tener  que  se  man- 
tener con  un  real  de  á  ocho  como  soldada.  Era  de 
costumbre  se  reunir  en  la  Plaza  de  la  Almenar, 
que  es  la  formada  por  las  tapias  de  la  cárcel  del 
Santo  Oficio  (12)  y  casas  de  los  Parejas  y  La  Ca- 
nales, tras  las  que  hay  Frenería ,  y  luego  la  casa 
que  dicen  del  Baño  del  Rey  Moro  (13)  con  ca- 
lleja que  hoy  consérvase,  y  fabricó  de  ataurica- 
dos ,  albohacinerías  y  azulejos ,  amen  de  cisterna 
con  cuatro  arcos  y  cloaca,  Abrahen  Ezcandari, 
que  se  coronó  Rey  de  Murcia  después  de  muerto 
en  Morería  Miramamolin  Jacob  Almanzor,  y  des- 
pués de   dar ,   año   setecientos   treinta  y  uno  de 


QVF.   SE   FUÉ.  71 

Nuestro  Señor,  la  batalla  de  Guadharbuala  en  Ori- 
huela ,  donde  como  en  Monte-Agudo  labró  y  re- 
mendó castillo,  hizo  el  riego  de  ciecas  de  la  huerta 
y  aljives  de  agua  lluvia  entre  Cartagena  y  Mur- 
cia ,  en  el  campo  de  Jahzarraheh ;  y  cuentan  del 
Baño  del  Rey ,  que  allí  murió  por  mandato  de 
otro  moro  Miramamolin ,  en  mazmorra  y  sortile- 
gio ,  una  sultana ;  que  por  cristiana  y  no  se  con- 
vertir ,  estrellaron  á  su  hijo ,  v  allí  se  ve  la  san- 
gre ;  pero  digo  yo  á  esto  último ,  que  vivo  está 
quien  lo  cuenta. 

La  otra  parte  de  la  plaza  es  el  rio  y  la  puerta 
de  la  Puente, -cu ya  puente  es  nueva,  fabricada  en 
el  año  mil  quinientos  setenta  y  nueve  por  el  se- 
ñor corregidor  D.  Pedro  Ribera  (14):  en  la  otra 
orilla  han  empezado  á  formar  algunas  viviendas  y 
corrales  para  ganado  de  ferias  y  mercados ;  junto 
á  una  alameda  á  la  izquierda  hay  un  triunfo  como 
trono  de  piedra ,  con  un  bulto  de  piedra  en  ima- 
gen de  Nuestra  Señora  de  Fuen-Santa ,  entre  las 
dos  puentecicas  de  la  Paciencia  y  el  Almohajar. 
Sobre  un  cementerio  de  moros,  y  eo  la  Mezquita 
que  algunos  creen  hubo  y  no  saben  si  fué  la  de 
Alhariella,  cábela  carrera  de  Aljabeca  que  antaño 
dedicaron  á  San  Benito  en  ermita  ,  concedido  há 
en  mil  quinientos  ochenta  y  seis  el  Illmo.  Obispo 
Comontes,  sitio  para  convento  de  Padres  Carmeli- 


72  MURCIA 

tas ;  pero  pequeño  y  pobre  le  fabricaron :  han  em- 
pezado obra  nueva,  y  el  año  mil  seiscientos  treinta 
y  cuatro  levantaron  el  claustro  de  columnas  que 
trujeron  de  Carra ra  en  Italia  con  gastos.  Habién- 
dose puesto  alameda  de  cipreses  y  de  álamos  en  el 
paseo  que  empieza  de  la  Cruz  de  la  Puente  al  tal 
convento  del  Carmen  y  Capuchinos  ,  por  acuerdo 
de  la  ciudad  en  Cabildo  ordmario  del  sábado  vem- 
tinueve  de  Julio  de  mil  seiscientos  setenta  y  nue- 
ve, y  veintiséis  de  Abril  del  ochenta  y  uno. 

En  carrozas  iban  las  señoras  luciendo  sus  fal- 
das y  faldellines;  el  su  escote  adornado  de  piedras, 
tal  estrenaba  mejor  encaje  de  Almagro  ó  de  Ma- 
linas, entrometiendo  no  sólo  modas  de  lazos  en  el 
tocado  de  su  marañada  cabellera ,  sino  joyas :  de 
caballeros  era,  si  jóvenes,  pasear  en  hacas,  reve- 
renciando al  paso  con  aquellas  damas,  sin  hablar- 
les aunque  de  sus  familias  fueran ;  ó  si  ya  de  en- 
trada edad  y  de  ilustre  casa ,  venir  con  algún 
Padre  Provincial,  seguidos  del  hermano  acompa- 
ñante, y  detrás  los  criados  y  lacayos  de  librea 
con  golilla  de  piojos ,  sombrero  de  galones  y  es- 
pada de  cazoleta.  Así  marchaban  con  mesurado 
paso  y  solemne  ceremonia ,  que  aunque  por  sus 
prendas  muchos  no  fueren  caballeros,  no  consiste 
en  ser  señores,  sino  en  parecerlo  ser  por  el  aire  y 
traza  :  parábanse  á  las  puertas  del  Carmen  las  car- 


QUE   SE    FUÉ.  73 

rozas;  y  por  la  alameda  de  Capuchinos  á  pié  pa- 
seaban, las  señoras  á  un  lado  y  á  otro  los  caballe- 
ros, descansando  en  los  dos  conventos  ó  en  los 
aquijeros  de  las  ciecas  sobre  reposteros  de  tapiz 
que  los  criados  traían  á  la  mano.  Amigos  iban 
aquella  tarde,  y  como  siempre  lo  eran  de  la  deli- 
ciosa gloria  del  jardin  de  Espinardo  en  que  cada 
árbol  tenia  una  copla  y  en  cada  pared  un  libro  de 
trovas  ó  pinturas  galanas ,  acompañando  al  Mar- 
qués D.  Juan  Fajardo,  sus  cisnes  diarios  D.  Pedro 
de  Tizón,  D.  Juan  Marin,  D.  Gerónimo,  D.  An- 
tonio y  D.  Alvaro  Tomás,  Jacinto  Polo  de  Medi- 
na ^  Silvio, 'Lauro  y  otros  con  sus  pajes;  y  detrás 
del  camarin  nuevo  del  Carmen,  cabe  la  tapia  de  su 
huerta  sentáronse;  al  mismo  tiempo  casi  se  llega- 
ron el  Sr.  Alcalde  de  Corte  D.  Francisco  Valcár- 
cel  con  el  P.  Gerónimo  de  Ribera  de  la  Compañía 
de  Jesús  y  fray  Gaspar  Jiménez,  ministro  de  la 
Santísima  Trinidad  ;  saludáronles  estos  á  aquellos 
á  la  moda  de  Borgoña  con  arqueo  de  cuerpos;  que 
moda  habia  en  saludo  y  cortesías ,  pues  al  pasar  á 
poco  rato  Doña  Sinforiana  Usodemar  y  su  hermana 
postiza  Doña  Mencía  Fajardo,  se  lo  hicieron  á  nueva 
moda  de  Francia ,  ellos  al  arrastra  piés ,  y  ellas  ba- 
jándose á  coclillas ,  tan  bajas ,  que  pareció  tragá- 
banlas sus  guarda-infantes. 

Todos  hombres  de  brillantes  letras,  recayó  lacón- 


74  MURCIA 

versación,  después  de  una  AveMaria  al  sonar  la 
hora  de  un  reloj,  en  los  adelantos  de  ellas  en  Mur- 
cia ,  que  ha  sido  patria  de  ruiseñores  de  golilla  y 
de  grandes  ingenios:  hablaron  del  aljezareño  patri- 
cio ilustre  D.  Diego  Saavedra  Fajardo,  que  siendo 
enviado  en  vanas  Cortes ,  ha  llegado  á  ser  valido 
del  Rey  y  su  Consejero,  dando  su  ingenio  famosos 
libros  de  gobierno:  tratóse  luego  de  la  unción  v 
sabiduría  con  que  predica  para  edificación  de  los 
fieles  el  señor  licenciado  D.  Andrés  Salvatierra 
(que  sólo  cuenta  veinticinco  años) ,  y  muy  particu- 
larmente del  sermón  á  nuestro  patrono  San  Patricio 
en  su  fiesta  que  en  memoria  de  la  batalla  de  los 
Alpurchones  predicó  años  zagueros  en  la  Catedral, 
que  vallóle  un  vistoso  vítor  que  le  pintaron  dia  se- 
guido en  las  paredes  de  su  casa;  así  como  de  la  sa- 
biduría y  virtud  del  muy  ilustre  Sr.  D.  Gerónimo 
Santa  Cruz,  Dean  de  Astorga  y  Juez  de  la  Capilla 
Real  de  S.  M.  Alabando  asimismo  al  sabio  Don 
Diego  Beltran  Hidalgo ,  joven  picaresco :  hablóse 
de  poetas  por  Jacinto  Polo  de  Medina  ,  y  dijo  que 
él  traia  pruebas  de  la  agudeza  de  ingenio  de  los  li- 
cenciados D.  Francisco  de  Cáscales  vD.  Bartolomé 
Ferrer,  como  de  D.  Pedro  Diaz  Navarro:  rogá- 
ronle que  mostrase  tesoro  tan  apreciable,  y  leyó 
primero  este 


QUE   SE   FUÉ.  75 

SONETO. 

Veloz  si  triste,  rompe,  el  aire  vago 
Progne  y  Atracia,  por  España  trueca 
Cruzada  el  pecho  de  sangrienta  veca , 
Llorando  canta  el  miserable  estrago 
Almas  que  escuchan  el  sonoro  halago, 
Riegan  ya  fuentes  de  arena  seca. 
¡  Oh  Cielos !  dijo ,  á  quien  tan  fiero  peca 
Mal  se  dilata  su  debido  pago. 
El  gran  Tonante  oyó  su  oración  breve, 
Y  un  rayo  arroja  su  furor  divino 
Con  que  Atereo  y  su  palacio  abrasa. 
Pecador  olvidado.  ¿No  te  mueve 
El  duro  caso?  Pues  de  tu  vecino 
Ucaleon ,  ardiendo  está  la  casa. 

Complacidos  quedaron  de  esta  obra  de  D.  Fran- 
cisco de  Cáscales,  y  prometió  D.  Juan  Fajardo  es- 
cribirle el  parabién  á  Cartagena ,  donde  ya  viejo 
vivia ;  seguidamente  Jacmto  Polo  leyó  el  siguiente 

SONETO 

EN    EL    TÚMULO    DE    LA  REINA    MARGARITA,     MUJER     DEL 
SEÑOR   REY  DON  FELIPE  III  . 

Repara  cuerdo  si  curioso  miras 
Máquina  sola  contra  el  tiempo  fuerte, 
Huésped  errante ,  y  lo  primero  advierte 
Que  eres  tan  mármol  cuando  no  suspiras. 
Este  milagro  cuya  alteza  miras 
Que  iguala  el  hombro  á  Atlante  de  esta  suerte 
Es  alcázar  funesto  de  la  muerte. 


76  MURCIA 

Verdad  universal  de  mil  mentiras. 
Yace  aquí  Margarita,  el  celo  santo 
La  joya  de  Filipo  en  más  tenida 
Que  el  Orbe  que  pacifico  gobierna, 
En  lágrimas  rompiste,  enfrena  el  llanto, 
Sucedió  á  muerte  breve,  larga  vida, 
Y  á  breve  Majestad ,  Corona  eterna. 

Celebróse  mucho  esta  poesía  del  licenciado  Don 
Bartolomé  Ferrer,  quien  la  compuso  y  la  colocó 
en  el  frente  principal  del  túmulo  de  las  exequias 
de  S.  M.  en  la  Santa  Iglesia  Catedral :  á  seguida 
nuevamente,  Jacmto  sacó  de  las  faltriqueras  de  su 
ropilla  un  otro  papel,  leyendo  este  muy  curioso  y 
agudo 

SONETO 

Á  UNA  DAMA    QUE   SE   TAPABA   LA  CARA    SIEMPRE   QUE  VIA 
Á  SU  AMANTE. 

Levanta  el  manto  de  la  noche  fria 
La  mano  blanca  de  la  roja  aurora, 

Y  el  planeta  que  nunca  para ,  dora 
Las  cumbres  que  primero  ven  el  dia; 
La  oscuridad  confusa  se  desvia , 

La  forma  de  las  cosas  se  mejora, 

Y  el  alba  rie ,  que  aunque  perlas  llora , 
Lágrimas  ¡ay!  que  nacen  de  alegría. 
Solo  el  alma  á  quien  niegan  su  luz  pura 
Los  ojos  que  cubrís ,  en  caos  profundo 
Habita  triste,  y  caridad  desea: 
Deshaga,  pues,  su  luz  la  nube  oscura; 

Y  amaneced  siquiera  porque  el  mundo 
El  Mediodía  en  el  Oriente  vea. 


QUE   SE   FUÉ,  77 

Vítores  y  alabanzas  dieron,  satisfechos  de  la 
galanura  de  este  soneto  de  D.  Pedro  Diaz  Navar- 
ro, hijo  predilecto  de  las  musas  murcianas,  y  al- 
záronse todos,  recogiendo  los  tapices  los  criados; 
mas  como  á  la  sazón  dejasen  su  carroza  los  Con- 
des de  Albatera,  dispuso  D.  Juan  Fajardo  que  su 
mayordomo  hiciérale  fineza  de  su  parte  á  S.  E. 
la  señora ,  el  cual  criado  tomó  de  un  cesto  que  allí 
traían  con  vituallas,  una  excusa-baraja  de  plata 
con  torrados  garbanzos  v  pasas  de  Denia  ,  saliendo 
al  encuentro  de  los  Condes  á  quienes  ofrecióselo 
hincada  una  rodilla  en  tierra  llamándoles  al  nom- 
bre del  su  amo  sus  señores  y  dueños.  A  esto  y 
más  de  zaga  presentóse  D.  Juan;  cortesía  les  hizo 
y  acatamiento;  gracias  diéronle  los  Condes,  y  des- 
pidiéronse á  la  moda  de  pasamano  tocadedos,  y  si- 
guieron los  amigos  y  sus  criados  hacia  la  alameda 
de  Capuchinos,  en  cuyo  convento  he  de  serte  lec- 
tor tan  preciso  para  le  comprender ,  como  le  son 
al  dómine  los  diccionarios  de  Nebrija  para  que  se- 
pan latín  los  estudiantes. 

Antaño  y  muy  antaño,  á  poco  de  conquista, 
vinieron  á  Murcia  los  primeros  Padres  Capuchi- 
nos, y  labraron  pobre  un  convento  á  San  Félix  de 
Cantalicio  en  las  hericas  de  Belchi;  pero  cuando 
habia  nada,  llenábase  de  agua  y  amenazábale, 
hasta  que  alzaron  de  allí,  viniendo  detrás  de  San 


Benito,  donde  diéronles  un  huerto  entre  los  dos 
caminos  de  Aljezares  y  la  Fuensanta  del  Monte: 
hicieron  alameda  con  árboles  frontera  de  sus  por- 
tadas y  asientos  de  obra,  cercándole  de  tapia,  y  la- 
brando convento  en  el  año  mil  seiscientos  diez  y 
seis  á  San  Antonio  de  Padua:  presenta  dos  porto- 
nes de  entrada;  el  mayor  que  resistirá  por  más 
tiempo  y  siempre  será  permanente  aunque  ven- 
gan herejes  de  Alemana  v  derríbenlo  todo ,  es  la 
puerta  falsa  ó  del  carretero  que  dicen,  y  junto  de 
ella,  ya  en  la  clausura,  está  la  cuadra,  pajar,  le- 
ñera, y  allí  dan  lección  de  doctrina  á  los  zagales 
del  partido;  junto  y  á  la  derecha,  está  la  puerta 
del  atrio  que  es  espacioso,  y  en  que  hay  al  entrar 
ocho  cipreses;  es  como  á  guisa  de  pasadizo  con 
paredes,  habiendo  en  ellas,  hechas  con  manises 
valencianos  de  azulejo  pinturas  de  Santos  de  la 
Orden,  con  coplas  como  esta  debajo  del  viejo  beato 
Bernardo  de  Ofida,  italiano  de  nación: 

Ayunando  sin  cesar 
Llegó  á  una  edad  tan  crecida, 
Y  es ,  que  acorta  más  la  vida 
El  comer  que  el  ayunar. 

También  hay  otras  que  no  digo,  porque  un  bo- 
tón basta  para  muestra;  pero  entre  santo  y  santo, 
recordaré  una  de  las  otras  muchas  que  hay,  pro- 
ducto de  claros  y  distinguidos  poetas,  que  dice  así: 


QUE   SE    FUÉ.  79 

Muerte  cierta , 

Cuenta  estrecha, 

Pena  eterna , 

Juez  riguroso , 
Tema  aún  el  santo  y  virtuoso. 
Un  alma  tienes  no  más, 
Si  esta  la  pierdes ,  ¿  que  harás? 
Haz  ahora  lo  que  quisieras 
Haber  hecho  cuando  mueras, 
Porque  cuanto  el  mundo  alaba 
Para  todo  en  sepoltura ; 
No  quieras  bien  que  no  dura , 
Ni  temas  mal  que  se  acaba. 

La  pared  frontera  del  atrio  tiene  dos  puertas;  la 
izquierda  és  la  de  la  iglesia  con  retablo  de  San 
Antonio  y  un  farol  siempre  con  lamparica ;  den- 
tro en  un  solo  cuerpo  hay  tres  capillas  :  á  la  iz- 
quierda con  San  Félix,  la  Purísima  y  la  Sacra 
Familia  (ésta  en  un  paranínfico  camarin),  á  la  de- 
recha con  la  Divina  Pastora,  N.  P.  San  Francisco 
y  San  Serafín  de  Monte-Granario.  En  una  capilla 
colateral  ahora  puesto  han  comulgatorio,  con  la 
verdadera  Virgen  de  la  Fuen-Santa  en  un  cua- 
dro que  trujeron  cuando  de  la  Catedral  lleva- 
ron la  de  las  Fiebres  al  Monte ;  dando  aquel 
nombre  de  la  Fuen-Santa  á  aquella  de  las  Fie- 
bres que  es  de  devanaderas  ó  alcuza  con  ves- 
tidos, aunque  tiene  cuerpo  de  talla  antigua.  En  el 
vistoso  nicho  del  altar  mayor ,  está  un  devoto  y 


80  MURCIA 

bien  labrado  San  Antonio.  A  derecha  mano  de  la 
iglesia  hay  en  el  atrio  la  portería  con  campanica 
y  camera  para  visitas;  había  á  la  sazón,  señoras  de 
nobleza  tomando  agua  y  esponjados  de  azúcar  fino; 
de  aquí  no  pueden  pasar  dentro  mujeres  por  evi- 
tar tentaciones;  en  la  tal  camera  hay  en  la  pared, 
dentro  de  nicho,  un  Niño  Jesús  en  cueros,  de 
acabada  talla  con  esta  copla : 

Jesús  y  que  lindo  estás, 
Siendo  la  suma  riqueza, 
Mucho  amas  la  pobreza, 
Cuando  tan  desnudo  vas. 

Pasando  el  corredor  hay  claustro  de  arcos  con 
pinturas  de  la  vida  del  Seráfico  Patriarca  y  sonetos 
á  las  postrimerías :  en  medio  está  la  cisterna  que 
hace  muy  sabrosa  y  fresca  el  agua ,  que  por  brocal 
de  piedra  y  por  arcos  de  hierro  que  sostienen  la 
garrucha ,  sácase  con  la  ayuda  de  una  caldereta  de 
aljófar  con  cadena  limpia  como  el  oro.  Albérganse 
sesenta  religiosos  en  el  convento ,  que  ocupa  el 
Mediodía  de  la  hacienda ,  que  son  dos  huertos  de 
Levante  y  Poniente :  dan  sopa  todos  los  días  á  las 
doce,  un  dia  á  hombres  y  otro  á  mujeres.  La  co- 
fradía de  la  Divina  Pastora,  que  celebra  con  fun- 
ciones y  fuegos  de  pólvora  su  fiesta  en  la  Domi- 
nica segunda  de  Noviembre,  y  tiene  dos  imágenes, 
trae  una  á  Murcia  todos  los  domingos  por  la  tarde 


QUE   SE   FUE.  81 

en  procesión,  cantándola  coplas;  y  con  el  P.  Vi- 
sitador va  á  cada  uno  de  los  conventos  de  mon- 
jas.,  por  la  suerte,  y  el  P.  Visitador  susodicho 
predica  una  plática  devota  ,  marchándose  luego  al 
convento ;  pero  antes  de  oraciones  por  no  perder 
derecho  al  pasar  la  puente  (I  5). 

A  el  convento  y  claustro  pasaron  los  caballeros, 
quedando  en  el  atrio  los  criados,  menos  dos  que 
entraron  vianda  y  los  tapices  que  pusieron  cerca 
el  algive  sobre  bancos  de  piedra  :  sentáronse  los 
caballeros,  pero  como  la  campana  anunciado  habia 
gente  principal,  y  D;  Juan  Fajardo  primer  Marqués 
de  Espinardo  era  Capitán  general  del  mar  Océano 
y  gobernador  de  la  Coruña  ,  salió  la  comunidad 
agasajando  á  S.  E. :  hablaron  de  la  guerra  de  Ca- 
taluña y  de  las  cosas  de  Francia  ,  así  como  de  la 
pérdida  del  Rosellon  que  Dios  permitió;  y  siervién- 
doles  del  huerto  melocotones  aragoneses,  y  agua 
de  la  caldereta  bebida  en  ella ,  que  no  permitido 
era  más,  y  por  devoción  teniase  esta  humildad; 
salieron,  dando  á  todos  el  Superior  agua  bendita  al 
dejar  los  tales  seglares  la  clausura. 

Entretuvieron  con  gracioso  chiste  y  cortesana 
conversación  la  vuelta,  hablando  de  nuevo  de  los 
hombres  de  valer  y  de  nota ,  y  dijo  Jacinto  Polo 
que  habia  muchos;  pero  que  habia  hecho  mención 
alabancera  de  algunos  en  su  obra  Academias  del 

6 


83  MURCIA 

jardín,  y  eran  de  nobleza  D.  Jorge  Bernal,  Don 
Francisco  Contreras ,  D.  Francisco  Valcárcel ,  Don 
Francisco  Berastegui  el  Arrogante,  D.  Bernardo 
Pedriñan,  D.  Juan  Aviles  Ortega  y  D.  Antonio 
Prieto,  grande  músico:  como  hombres  de  letras  y 
ciencias,  P.  Fray  Diego  Fajardo,  el  Maestre- 
escuela D.  Dionisio  Esquibel  y  Otrazo,  D.  Geró- 
nimo de  Roda ,  Presidente  de  los  Estados  de  Flan- 
des,  y  otros;  poniendo  como  pintores,  Artos-Tizón, 
Orrente,  Suarez,  y  Cristóbal  Acevedo:  llegaron  por 
la  calle  de  Pusmarina  á  San  Bartolomé  y  casas  de 
aquellos  que  dicen  en  su  escudo  que  «Mucho  de- 
manda quien  bien  sirve  y  calla , »  que  son  los 
Manfredi ,  y  viven  en  las  Jabonerías :  salieron  á 
Santo  Domingo ,  entrando  en  la  capilla  del  Rosa- 
rio, y  separándose  en  la  puerta  por  no  entrar  jun- 
tos, que  muy  grande  irreverencia  hubiera  sido  en 
la  casa  del  Señor.  Tocó  á  poco  la  oración ,  y  for- 
maron como  dia  de  sábado  la  procesión  del  Rosa- 
rio para  caballeros,  saliendo  por  la  puerta  de  la 
capilla  de  Nuestra  Señora  que  cae  á  la  plaza  del 
Mercado;  abrióse  para  ello  la  reja  que  hay  en  el 
atrio  afuera  frente  á  Trapería,  y  venían  los  músi- 
cos con  bajoncicos  y  piporros,  melodizando  un  vio- 
lin  y  dos  esquilas  pequeñas ;  luego  los  hermanos 
cantando  las  Ave  Marías;  dos  reverendos  padres 
Dominicos  rezando  y  rigiendo  por  el  orden  y  com- 


QUE   SE   FUÉ.  83 

postura;  los  caballeros  luego  delante  del  estandar- 
te, rodeado  de  faroles  grandes  como  cajas  de  guer- 
ra llevados  por  criados  de  librea ,  pues  cada  farol 
tenia  en  los  vidrios  las  armas  de  su  amo ;  los  de 
la  cofradía  iban  delante ,  v  cerrábase  la  procesión 
con  rodrigones  jubilados,  dueñas  pedigüeñas, 
doncellas  menesterosas ,  gente  del  mercado  y  za- 
gales mocosos  (16),  pasando  por  los  cantones  de 
costumbre ,  como  San  Cristóbal  y  otros ,  sacando 
los  devotos  vecinos  por  puertas  y  ventanas  los 
candiles ,  velones  y  candelicas ,  y  parábase  á  cada 
Gloria  Patri ,  donde  mandado  tenian  las  consti- 
tuciones y  regla:  vuelta  dieron,  quedando  los  mú- 
sicos citados  para  antes  del  alba  dar  el  pasacalle 
de  la  aurora  como  domingo,  con  coplas  que  acom- 
pañadas de  violin,  vigüelas,  pandera  y  campanica, 
tocan  y  cantan  en  las  tiendas  de  aguardiente:  es- 
cándalo es  que  debe  callarse ,  como  yo  lo  hago 
hasta  ver  otra  tabla  deste  Retablo. 


84 


TABLA  V. 

TERTULIA  DIáTINGüIDA  DE  GENTE  DESCOJIDA. 

Representa  una  ])rinci'[)al  y  noble  casa,  donde  tertulia 

tenían  gra7ides  y  nobles  señores;  y  conócese  la  Riada  de 

San  Calixto,  que  muchos  daños  hizo  (17). 


c, 


íosTUMBRE,  USO  y  gala  es  de  muy  añejo  tiempo 
en  los  hidalgos  caballeros  y  nobles  de  ilustre  casa 
vivir  en  una  como  castillo  de  moros  fabricada  de 
piedra  sillar,  con  el  aquel  de  que  manténgase  más 
tiempo  y  sírvales  á  los  tataranietos  v  más  todavía, 
porque  puedan  decir  que  de  casa  solariega  y  anti- 
gua vienen  :  si  es  en  plazas  ó  reales  calles  (que  así 
las  apellidan  por  ser  algo  más  anchas  que  las  calle- 
jas, V  pasar  por  ellas  procesiones  y  otros  cortejos), 
hácenlas  porches  con  columnas  de  mármol  y  cha- 
piteles de  labor  para  sostener  los  balcones ,  que  á 
ellos  pueden  asomarse  los  señores  y  no  los  cria- 
dos, porque  son  de  la  plebe.  Puerta  foral  y  de  en 
medio  tienen  en  los  zaguanes,  quedando  fuera  de 
esta  última  los  de  escalera  abajo  por  ser  de  bajo 
oficio,  y  bajos  han  de  estar  por  lo  bajo  de  su  ba- 
jeza, que  lo  es  bajarse  por  hacer  cortesías,  la  ca- 
beza bajando ,  hasta   tocar  con  bajuna  reverencia 


QUE   SE  FUÉ.  85 

el  suelo.  Tras  la  puerta  de  en  medio,  que  ábrese 
por  arte  de  encantamiento  y  sólo  después  de  oirse 
un  campanazo  que  no  toca  el  que  llega ,  están  los 
de  escalera  arriba  con  los  entretenidos ,  escuderos, 
lacayos  de  patio,  rodrigones  y  algún  bufón  sin  aco- 
modo. Cortesía  rinden  al  entrar  á  las  señoras  y  ca- 
balleros; sostienen  á  aquellas  la  cola  del  vestido, 
por  haberles  entrado  tela  mucha ,  que  nunca  lo- 
gran la  que  desean;  y  á  ellos  el  manto,  si  de  ór- 
denes fueran ;  limpiándoles  antes  el  ruedo  de  los 
vestidos  á  unas  y  las  calzas  á  los  otros ,  para  no 
pasar  á  las  cámaras  y  salas  con  desaseo.  Ovese 
otro  campanazo ,  ó  más  tres  y  cuatro ,  según  la 
calidad  de  los  vinientes;  y  al  pié  de  la  escalera, 
que  tiene  barandal  de  bronce,  retratos  de  los  ser- 
vidores y  alféreces  de  guerra  de  la  casa  en  caba- 
llos ó  en  armas  de  los  tercios  (que  por  muy  vale- 
rosos que  fueren  no  pueden  de  la  escalera  pasar 
ni  en  imagen,  por  no  haber  sido  de  noble  familia 
y  mantenídose  en  su  oficio  con  ración  y  soldada); 
recíbenles  los  pajes  ,  que  son  como  fideos  de 
monja,  según  lo  larguiruchos  y  entecos,  vistiendo 
zapato  de  cordobán  con  quitapón  de  seda ,  calzas 
de  filahiz,  ropilla  de  catalufa  y  greñas  amechona- 
das  sobre  una  gorgnera  de  toquería  con  picadi- 
cos  y  puntilla  noveldera.  Arriba  ya,  topan  con  dos 
porteros  de  saleta  y  dos  dueñas  relamidas  ,   como 


86  MURCIA 

pesarosas  de  serlo,  que  aligeran  de  sombreros, 
capas  y  armas,  si  estas  pesadas  fueren,  porteros  á 
señores;  ó  de  los  mantos ,  dueñas  á  damas;  ade- 
rezándolas el  tocado  con  poco  tocamiento,  lo  cual 
siendo  mucho  no  es  cortés  ni  digno  á  las  que  no- 
bles y  distinguidas  lo  sean ;  saliendo  á  todos  ellos 
con  agasajo  y  cara  de  pascua  el  maestre-sala,  que 
es  viejo  y  corcobado ,  trae  coleto  de  los  guardias 
tudescos  en  que  sirvió  á  S.  M.  con  su  señor; 
manco  está  de  engarrotada  mano,  á  causa ,  no  de 
guerra ,  sino  de  un  espadazo  que  diéronle  al  echar 
garrotes  de  moros  en  juegos  prohibidos ,  por  fu- 
llero; y  acuchillada  tiene  la  cara,  no  en  batalla, 
sino  en  mancebías  y  bodegones;  adelántase,  y 
abriendo  con  aire  de  Te  Deum  laudamus  una 
puerta,  anuncia  en  voz  hueca  los  nombres,  ape- 
llidos, títulos,  progenie,  señoriazgo,  y  mercedes, 
cuanto  órdenes,  de  los  que  á  entrar  van;  retírase 
á  un  lado  de  puerta ,  levanta  el  tapiz ,  reverencia 
hasta  el  suelo  les  hace,  salúdales  por  su  trata- 
miento ,  alzando  la  voz  si  excelencias  fueren ;  y 
éstos  pasan  á  un  salón  que  tiene  el  aderezo,  guisa 
y  compaña  que  relataremos. 

Verdaderamente  digno  y  justo  es  el  desmenu- 
zar la  vida  señorial:  levantibanse  al  alba,  y  reci- 
biendo á  sus  hijos,  dábanles  á  besar  la  su  mano; 
oian  luego  misa  en  el  oratorio,   acabada  la  cual. 


QVE   SE    FUÉ.  87 

acompañaban  al  capellán  de  la  casa  ó  al  padre 
confesor  los  domingos,  en  que  comulgaban,  como 
en  las  fiestas  mayores  de  N.  S.  Madre  Iglesia, 
tomando  luego  chocolate ;  vestíanse  después  más 
tarde,  saliendo  á  visitar  conventos  ó  asistir  á  fun- 
ciones devotas  hasta  las  once,  en  que  hora  era  de 
comer  y  á  la  casa  venian  ;  cerrábanse  para  esto 
todas  las  puertas  de  casas ,  mercaderías  y  oficios 
de  la  ciudad,  y  á  lodo  y  piedra  las  de  señores;  y 
luego  de  comer ,  era  hora  de  siesta ;  paseábanse 
los  dias  de  trabajo,  y  los  feriados  tertulia  de  visi- 
tas hacían  hasta  la  hora  de  queda,  que  tocaba  de 
noche,  recogiéndose  cada  cual.  Una  de  estas  era 
la  que  diremos  había  en  la  sala  llamada  de  fami- 
lia, casa  de  la  ilustre  de  Molinas,  primeros  mar- 
queses de  Corvera ,  sala  que  paraíso  semejaba . 
Ornadas  las  paredes  estaban  con  tapices  de  los 
Países  Bajos,  con  la  historia  de  la  bella  Esther  de 
figurones  grandes  y  orlas  verduleras,  con  las  ar- 
mas de  la  familia ;  y  encima  su  bohardilla  había 
un  centenar  de  retratos  de  valerosos  antepasados, 
entre  que  veíanse  obispos,  abades  y  canónigos^ 
como  así  Reyes  y  Papas,  aunque  mentira  fuere  de 
bajo  servicio  de  reyes  de  armas  y  coronistas ,  para 
lograr  dineros  y  finezas  engañando,  y  engordar 
vanidades  ajenas;  arrimadero  pintado  al  aceite  por 
Cristóbal  Acevedo  daba  respaldo  á  un  estrado  de 


88  MURCIA 

sillones  de  nogal  entallado  con  aforros  de  baque- 
tas cordobesas  y  clavos  de  estrella ;  mesa  grande 
habia  en  comedio ,  y  en  cerco  á  la  mesma  tenian 
poltronas  de  terciopelo  moruno  con  blasones;  y 
blasones  tenia  una  papelera  de  concha  sosteniendo 
un  Santo  Cristo  de  marfil ;  como  blasones  una 
chimenea  en  frente ,  el  cobertor  de  la  mesa ,  el 
belon  de  bronce  con  leones  que  habia  sobre  un 
ruedo  de  llanda  para  no  se  derramar;  y  blasones 
tenian  las  cuadernas  de  los  libros  allí  encima,  sin 
que  faltasen  en  los  guarda-polvos  de  los  tapices  y 
en  la  alfombra  morisca  del  suelo. 

Cuando  entraron  en  la  sala  D.  Rodrigo  Pux 
Marín,  mayorazgo  de  la  Raya,  y  su  señora  mujer 
Doña  Aldonza  Dávalos,  señora  de  Cepti,  rezábase 
el  Rosario  Santo,  que  siguióse  sin  les  hacer  caso, 
ni  del  maestre-sala  que  anunciólos,  arrodillándose 
como  los  demás  sobre  cojines  que  ociosos  estaban, 
y  una  dueña  púsoles;  llevaba  la  cuenta  el  mesmo 
señor  marqués,  que  á  su  lado  tenia  el  crecido  ya 
rapaz  heredero,  rubio  de  cabellos  como  su  padre; 
detrás,  entre  dos  niñas,  seguia  la  señora  mar- 
quesa Doña  Francisca  de  Guevara ,  no  tan  lus- 
trosa y  graciosa  como  ellas,  y  vestian  faldas  y  fal- 
dellines de  porpelí  á  ramos,  arracadas  y  collares 
de  perlas,  y  jaulilla  para  el  aumento  del  suelto 
cabello   adornado  de  lazos  trenzados  á  la  usanza 


QUE  SE  FUE.  89 

de  pasamaneado  de  seda;  á  seguida  estaban  los  pa- 
dres de  la  Santísima  Trinidad  Fr.  Juan  Pacheco 
y  Fr.  Nicolás  Jiménez;  D.  Pedro  Valibiera  y 
D.  Gregorio  Ortiz,  noble  valenciano,  con  sus  no- 
bles matronas  de  nobleza  y  saber,  y  el  muy  reve- 
rendo y  sabio  beneficiado  y  cura  propio  de  Torre- 
Pacheco  y  Segura  de  Molina  D.  Pedro  Villácis, 
los  deudos  por  su  orden  y  edades,  D.  Participio, 
dómine  de  la  enseñanza,  mayordomos  y  criados 
principales  de  los  Estados  y  covachuela  de  la  casa; 
las  dueñas  á  seguida  con  el  velo  echado,  y  cuatro 
doncellas  de  labores.  El  Rosario,  Letanía  y  Tri- 
sagio  acabáronse,  besaron  los  niños  las  manos  á 
sus  padres  y  personas  de  respeto  allí  presentes, 
y  acatamiento  se  hizo  á  los  señores  de  Pux  Marin, 
y  éstos  á  los  otros,  acomodándose  en  redor  la 
mesa;  anocheció  á  poco,  rezó  el  P.  Fr.  Juan  las 
Ave-Marías,  puestos  mirando  todos  á  poniente,  y 
entraron  luces  al  belon,  que  era  como  una  fogata 
sanjuanera  su  luminaria  de  diez  candilazos  de  tor- 
cida como  el  dedo;  así  como  anunciado  con  solem- 
nidad por  un  criado  el  chocolate,  sacaron  éste  otros, 
repartiendo  de  unas  bandejas  de  peltre  bizcochos 
de  Madre  de  Dios,  azucarillos  de  florete,  y  jicaras 
de  chocolate  de  Caracas  en  marcelinas  de  loza  de 
Alcora,  que  traían  en  salvillas  de  plata,  asi  como 
agua  en  vidrios  venecianos  ó  jarricasde  búcaro,  se- 


90  MURCIA 

gun  para  todos  gustos ;  tomado  que  fué  todo ,  un 
polvo  de  rapé  cucarachero  dio  de  su  caja  de  fili- 
grana el  señor  marqués  á  sus  amigos;  v  tani- 
mientras  sentóse  en  una  poltrona  sobre  dos  cojmes 
el  heredero ,  y  arrimáronla  á  la  mesa  dos  criados 
porque  mejor  alcanzara ;  los  criados  marcharon 
fuera  de  la  sala  ,  y  la  criatura ,  santiguándose  an- 
tes, leyó  (en  un  libro  de  mística  ,  compuesto  por 
Francisco  Santos),  como  dia  de  domingo,  de  este 
modo: 

«Meditación  para  el  domingo: — San  León  Papa 
habla  de  las  grandezas  del  día  del  domingo ;  en 
este  día  domingo  tuvo  principio  el  mundo.  En 
éste  murió  la  muerte  con  la  Resurrección  de  Je- 
sucristo y  empezó  la  vida  á  esplayar  sus  rayos.  En 
este  día  dió  poder  el  Señor  á  sus  Apóstoles  para 
que  predicasen  el  Evangelio  por  todo  el  mundo  y 
diesen  el  sacramento  del  bautismo.  En  éste,  como 
dice  San  Juan  Evangelista,  estando  Jesucristo  en- 
cerrado con  sus  Apóstoles,  les  dijo:  «Recibid  el 
Espíritu  Santo,  prometido  de  Dios,»  y  en  este  dia 
vino.  San  Juan  en  su  Apocalipsis,  San  Pablo  á  los 
de  Corinto  y  San  Agustín  dicen  que  los  Apóstoles 
ordenaron  que  se  celebrase  estedia  de  domingo,  y 
por  ser  día  tan  misterioso  y  haber  obrado  en  él  Dios 
tan  admirables  cosas,  deben  alabarle,  como  dice 
San  Clemente  Papa,  dándole  gracias  por  los  bienes 


QUE    SE   FUÉ.  91 

recibidos,  y  para  hacerlo  mejor,  juntarse  en  las 
iglesias  á  oír  sus  divinos  loores  y  asistir  en  la  ce- 
lebración de  los  Santos  Misterios  que  en  las  mi- 
sas se  celebran  y  oír  la  palabra  de  Dios.  San  Jus- 
tiniano  mártir,  contemporáneo  de  los  Apóstoles, 
amonesta  que  se  atienda  con  devoción  á  la  misa, 
y  que  habiendo  recibido  la  bendición  del  preste, 
se  lleguen  á  recibir  el  cuerpo  de  Jesucristo.  El 
Emperador  Constantino  mandó  que  en  el  dia  de 
domingo  solamente  se  ocupen  los  fieles  en  hacer 
oraciones,  y  así  tiene  la  Iglesia  ordenado  que  en 
este  dia  oigan  misa  entera  los  fieles,  y  se  ocupen 
solamente  en  orar,  y  en  el  Concilio  Agatenense, 
tratando  en  qué  se  deben  ocupar  los  fieles  este 
día ,  se  proveyó  que  se  junten  en  las  iglesias  ,  y 
estén  atentos  á  los  himnos  y  alabanzas  que  se  can- 
tan á  Dios  y  á  sus  Santos ;  que  santo  es  el  que 
está  en  el  altar  de  Dios ,  que  como  fué  amigo  de 
Dios ,  venerándole  en  la  tierra  y  siguiendo  sus 
pisadas,  se  huelga  de  tenerle  junto  á  sí ,  para  que 
reparemos  que  en  esta  vida  mortal  vivieron  si- 
guiendo á  Cristo,  y  nos  animemos  á  imitarlos, 
que  hombres  fueron  como  nosotros.  En  los  tem- 
plos debemos  tener  mucha  reverencia ,  que  son 
consagrados  á  Dios ,  y  creer  muy  de  cierto  que 
son  lugares  santos  y  que  en  ellos  hemos  de  en- 
trar temblando  por  su  gran  santidad  y  porque  es- 


92  MURCIA 

tan  los  ángeles  haciendo  la  misma  reverencia  que 
en  el  cielo.  El  venerable  Beda,  declarando  las 
palabras  del  Evangelio  de  aquellas  santas  mujeres 
que  vinieron  de  mañana  á  la  sepultura  de  Jesu- 
cristo Nuestro  Señor,  dice:  que  nos  enseña  Dios 
con  este  ejemplo  que  debemos  siempre  que  en- 
tremos en  la  iglesia,  por  la  reverencia  del  Santí- 
simo Sacramento  y  la  presencia  de  los  ángeles,  en- 
trar con  humildad  y  temor  puestos  los  ojos  en 
tierra.  Clemente  Alejandrino,  tratando  como  se 
debe  entrar  en  los  templos,  dice:  «El  hombre  y 
mujer  deben  venir  á  la  iglesia  honestamente  ves- 
tidos, graves  y  compuestos  en  el  andar,  castos  en 
el  cuerpo  y  el  corazón. »  En  algunos  concilios  está 
prohibido  que  no  puedan  entrar  los  seglares  al 
templo  con  espada  ni  cuchillo,  sino  fuere  el  Rey. 
Olao  Magno,  en  su  Historia  septentrional,  dice, 
que  se  usaba  para  entrar  en  los  templos,  quitarse 
las  armas  y  dejarlas  en  los  portales  para  cuando 
saliesen  luego.  El  Emperador  Juliano  Apóstata 
mandó,  según  refiere  Casiodoro,  que  sus  ma- 
gistrados y  jueces  cuando  viniesen  á  los  templos, 
no  llevasen  delante  de  sí  soldados  ni  oficiales. 
Es  el  sacrificio  de  la  misa  tan  grande,  que  en  él 
hace  gala  el  mismo  Dios  de  su  sangre  vertida  y 
de  su  sagrado  cuerpo ,  ofrecido  en  su  pasión  por 
librar  al  género  humano;  y  con  el  vellón  santísimo 


QUE    SE   FUÉ.  93 

que  tomó  carne  en  el  purísimo  vientre  de  María, 
salpicado  de  sangre ,  baja  al  purgatorio  y  saca  las 
almas  y  las  sube  al  cielo ;  y  los  sufragios  que  por 
medio  de  María  han,  son  muy  gratos  á  los  ojos  de 
Dios,  pues  la  da  licencia  para  que,  rompiendo  los 
cerrojos  del  purgatorio  por  medio  de  la  sangre  de 
su  hijo ,  saque  las  almas  y  con  la  libertad  suban 
al  descanso  eterno.» 

Habíasele  abierto  en  bostezo  vanas  veces  la 
boca  por  causa  de  sueño  al  menino  lector,  y  aquí 
le  interrumpió  con  agasajo  y  plática  de  plácemes 
por  lo  bueno  déla  lectura  el  P.  Fr.  Nicolás  Jimé- 
nez ,  exhortando  á  todos  con  modo  breve  y  pia- 
doso á  celebrar  el  domingo  como  la  Iglesia  manda, 
en  honor  y  gloria  del  Señor ;  pues  de  católicos 
antiguos  y  rancios  venían  todos  los  presentes,  sa- 
cando con  esto  á  colación  grandes  merecimientos 
de  los  pasados,  de  las  familias,  para  que  tomando 
ejemplo  los  presentes,  fuesen  dechado  para  los  futu- 
ros; el  cual  modo  de  decir  alabó  el  dómine  D.  Par- 
ticipio con  gesto  y  mirada  de  satisfacción  por  lo 
bien  hablado  con  este  motivo.  D.  Pedro  Valibiera, 
para  dar  al  forastero  noble  valenciano  grandor  de 
la  grandeza  de  los  señores  presentes  y  sus  pren- 
das, dijo,  que  la  familia  de  Molinas  antigua  era  de 
nobleza,  pues  en  el  testamento  de  Garci  lufre  de 
Loaisa ,  alcalde  del  alcázar  de  Murcia ,  hecho  en 


94  MURCIA 

•  trece  de  Agosto  de  mil  doscientos  ochenta  y  cinco, 
consta  que  fué  testigo  de  aquel  instrumento  pú- 
blico,.D.  Gonzalo  Pérez  de  Molina,  hombre  de 
valer  y  caballero  principal ,  y  que  hasta  el  finado 
D.  Francisco  Molina  Alemán  de  Valibrera ,  paje 
del  señor  príncipe  D.  Filiberto,  todos  habian  sido 
famosos  por  su  religión,  como  nobleza  y  hazañas 
campales  ;  habiendo  fundado  en  mil  seiscientos 
treinta  años  la  capilla  de  la  Arrijaca ,  que  sobre 
la  ermita  vieja  costeó  en  San  Agustin  el  nuevo;  á 
que  el  señor  marqués  contestó  con  una  cortesía 
de  cabeza  por  la  lisonja;  también  celebró  con 
perdón  de  la  señora  Doña  Aldonza  Dávalos  ,  á  su 
antecesora  como  esposa  de  D.  Rodrigo  Pux  Ma- 
rín, la  ya  difunta  virtuosa  Doña  Constanza  Aviles, 
singular  hermosura  y  noble  hija  de  Macias-Coque, 
ilustre  señor  de  Guadalupe;  el  cual  recuerdo  hizo 
lágrimas  forzadas  á  su  memoria  al  D.  Rodrigo  su 
viudo,  que  no  dábale  ya  tan  fuerte,  pues  habíase 
casado  para  que  verdad  fuere  lo  de  « Tocas  y  pe- 
nas pronto  se  cuelgan ; »  el  cual  habló  de  las  mu- 
chas limosnas  y  dones  que  repartió  el  día  de  San 
Calixto  á  los  pobres ,  porque  rogaran  por  el  alma 
de  aquella  su  esposa.  Atento  de  ello  la  señora 
marquesa,  sabidora  que  D.  Pedro  Villácís,  allí  pre- 
sente, compuesto  había  una  carta  en  libro  del  cas- 
tigo de  Dios  en  aquel  día  á  esta  ciudad,  y  las  cosas 


QVE   SE    FUÉ.  95 

que  hubo  de  historia,  pidióle  que  relatara  algo  de 
tal,  y  buenamente  viniere  en  recuerdo;  holgóse  y 
agradecióselo  el  beneficiado  por  tan  buen  respeto 
á  sus  obras,  comenzando  así  en  la  esencia  del  su 
papel ,  por  no  acordarse  de  las  propias  palabras 
que  en  él  tenia  puestas. 

«Sábado  catorce  de  Octubre  de  mil  seiscientos 
cincuenta  y  uno,  dia  de  wSan  Calixto  Papa  y  vís- 
pera de  Santa  Teresa ,  á  las  tres  de  la  noche  em- 
pezó la  tormenta  con  horrorosos  truenos;  y  anun- 
ciaron riada  al  venir  el  dia  las  trompetas  y  cam- 
panas de  la  ciudad,  que  tan  fuerte  era,  por  salir 
de  madre  los  nos  Segura,  Lorca,  Muía  y  las  ram- 
blas de  Nogante  y  Sangonera  tan  de  repente,  que 
no  dio  tiempo  para  que  se  apercibiesen  los  habi- 
tantes de  los  campos,  la  huerta  y  la  ciudad.  Digo 
en  el  libro  que  di  á  la  estampa  en  aquel  año  para 
su  ilustrísima  el  Sr.  D.  Juan  Francisco  Pacheco, 
deán  y  canónigo  de  la  Santa  Iglesia  de  Jaén  ,  su- 
miller de  cortina  de  S.  M.  y  electo  obispo  de  Cór- 
doba (18),  que  rompiendo  la  fuerza  de  la  cor- 
riente los  malecones  y  diques,  entró  por  las  calles 
de  la  ciudad ,  arruinando  totalmente  el  convento 
de  San  Agustín ,  frente  á  San  Antón ,  estudio  y 
clase  de  los  más  floridos  ingenios  de  España ;  de- 
molió la  parroquia  de  San  Antolin ,  la  de  Santa 
Eulalia,  San  Juan,  San  Laurencio,    San  Andrés, 


96  MURCIA 

San  Miguel,  todas  las  casas  de  la  Trinidad,  Mer- 
ced, San  Antolin,  San  Miguel  y  arrabales  de  San 
Juan;  destruyó  los  conventos  de  Capuchinas  des- 
calzas, y  fuéronse  éstas  nadando  á  la  Compañía, 
y  luego  lleváronlas  á  los  Teatinos,  sobre  la  Fuen- 
Santa  del  Monte;  el  de  Madre  de  Dios  y  Veróni- 
cas, marchándose  éstas  á  San  Francisco  y  San  An- 
tonio ;  derribó  más  de  novecientas  casas ;  costó 
mil  personas ;  la  pérdida  subió  más  de  cuatro  mi- 
llones; se  perdió  el  vino  cogido,  los  arroces  ya 
sembrados,  salitres  de  la  fábrica  de  la  pólvora, 
los  estancos  del  aceite  que  abastecia  la  ciudad,  el 
trigo  y  cebada  del  almudí ,  la  ropa  de  los  merca- 
deres, los  papeles  de  los  escribanos  y  documen- 
tos; pereció  en  el  campo  mucho  ganado. 

» Rompió  la  pared  de  cantería  de  San  Francisco 
á  la  puente,  dejando  muchas  roturas  en  el  paso  de 
la  Inquisición  al  rio.  En  la  Aduana  del  Almojari- 
fazgo Real,  hizo  gran  destrozo  entrando  por  la 
puerta  que  mira  al  convento  de  Verónicas  tres  va- 
ras en  alto,  y  dos  por  la  que  mira  al  malecón;  en 
ella  desfalijó  seda  v  lios  de  ropa,  llevándose  sillas, 
bancos  y  maderas :  rompiéronse  los  azudes ,  y  se 
cegaron  las  acequias ,  brazales  y  vales :  cayó  una 
casa  en  una  sima  en  la  calle  de  San  Diego  junto 
al  convento  de  frailes  descalzos  de  San  Francisco, 
sin  que  tocase  á  éste  por  gracia  del  Señor,  y  pe— 


«JUE  SE   FUE.  97 

réciendo  algunas  personas ,  que  subía  una  vara 
sobre  la  entrada  del  convento :  entrando  en  San 
Antón,  arrastró  la  imagen  á  una  milla  de  allí, 
junto  con  la  campana  y  el  cepillo;  y  fué  milagro 
patente  librarse  un  P.  Agustino  sobre  un  trozo  de 
muralla  que  fué  al  huerto  de  la  Trinidad. 

»Se  llevó  el  no  Sangonera  una  barraca  en  que 
habia  en  una  camilla  de  tablas  un  niño  y  su  ma- 
dre, y  habiendo  ésta  por  devoción  encendido  una 
bela  bendita,  al  entrar  en  el  rio  Segura,  vino  la  tal 
barraca  sobre  el  agua ,  y  esta  la  arrojó  media  le- 
gua fuera  en  el  huerto  de  D.  Francisco  Tomás, 
que  es  el  de  las  Bombas,  camino  de  Santiago.  So- 
bre un  zarzo  arrastró  á  la  senda  de  casillas  una 
mujer  y  dos  niños  ,  dejando  al  tal  cañizo  sobre  un 
granado,  todo  esto  por  el  poder  de  Dios  Nuestro 
Señor. 

y  Entró  en  la  Catedral  cuando  se  estaba  diciendo 
misa  á  la  Virgen,  y  el  sacerdote  tomó  en  sus  ma- 
nos el  Santísimo  Sacramento  ,  y  le  llevó  á  la 
torre  para  le  salvar:  desfojó  en  el  coro  todos  los 
liijros,  y  echólos  á  perder;  como  además  otras  co- 
sas: subió  cuatro  dedos  la  tablica  de  los  descomul- 
gados, dejando  ileso  el  papel  que  contenia  los 
nombres.  Como  habia  comenzado  á  llover  á  las 
nueve  de  la  mañana,  salió  S.  Illma.  D.  Diego 
Martínez  Zarzosa  á  la  galería  con  el  Santísimo  en 

7 


98  MURCIA. 

las  manos,  y  repentinamente,  de  milagro,  esclare- 
cióse el  dia  y  salió  el  sol ,  habiendo  seguido  cre- 
ciendo el  rio  hasta  las  tres  de  la  tarde. 

«También  allí  hago  corónica  de  cómo  se  des- 
truyó el  piso  por  simas  que  estorbaban  el  paso:  á 
riesgo  de  esto,  salió  D.  Juan  Zarzosa,  sobrino 
de  S.  Illma.,  con  D.  Manuel  Vergara  y  Monte- 
Resa  Provisor,  y  el  confesor  del  Sr.  Obispo  Don 
Diego  Reinoso ,  por  las  calles  repartiendo  pan  y 
comestibles  y  limosnas;  repartiendo  S.  Illma.  so- 
corros de  trigo  á  los  conventos,  á  pesar  de  su  ca- 
restía ,  y  luego  salió  á  caballo  por  la  tarde  á  visi- 
tar y  limosnar  pobres  ;  así  como  el  cabildo  que 
repartió  más  de  cien  fanegas  de  grano.  Estaba  em- 
peñada por  caso  de  obras  la  Compañía  de  Jesús,  y 
al  pesar  de  esto  socorrió  á  más  de  mil  personas, 
amen  de  los  religiosos  de  San  Agustín  y  monjas 
Capuchinas.  Noticioso  S.  M.,  hizo  venir  á  S.  E. 
el  Conde  de  Castro ,  Gobernador  suyo  y  general 
de  sus  armas  en  estas  fronteras ,  para  renovar  los 
socorros,  evacuándolos  estos  con  celo  y  mucha 
caridad. 

«Para  confusión  de  los  incrédulos ,  escribí  y  allí 
está  impreso ,  que  dos  meses  antes  de  la  peste ,  y 
dos  también  de  la  riada ,  vino  un  hombre  á  Mur- 
cia á  predecirlo  en  Agosto;  vestido  de  pieles,  co- 
pioso el  cabello  crespo  y  enmarañado ,  tostada  la 


QUE  SE  FUÉ.  99 

color  del  rostro ,  un  báculo  en  la  mano ,  v  con 
paso  presuroso  llegó  á  la  plaza  de  Santa  Catalina, 
en  que  fijando  el  bastón  en  tierra,  dijo:  De  parte 
de  Dios  omnipotetife  os  aviso,  ciudadanos  de 
Murcia,  que  enmendéis  vuestras  vidas,  porque  el 
castigo  de  S.  D.  M.  se  acerca  más  riguroso  que 
el  primero ;  y  si  queréis  saber  las  culpas  princi- 
pales porque  Dios  ha  de  destruiros,  escuchadlas: 

))1.°  Por  el  poco  respeto  que  todos  tenéis  al 
sacerdocio,  y  el  desprecio  grande  con  que  tratáis 
sus  núnistros. 

»2l.°  Por  la  poca  atención  que  tenéis  á  la 
justicia,  viviendo  los  poderosos  á  rienda  suelta, 
alimentándose  de  la  sangre  de  los  pobres. 

»3.°  (Aquí  entendieron  muchos  que  desva- 
riaba ,  pero  el  desvarío  estuvo  de  parte  de  quien 
no  quiso  entenderle. )  Por  el  sacrificio  antiguo 
que  renováis  del  cordero.  Dijo,  y  salió  por  la 
puerta  de  la  Puente ,  sm  haber  tomado  sustento  en 
la  ciudad;  algunos  caballeros  le  siguieron  pregun- 
tándole; y  contestó  sobre  ello  cosas  de  mucho 
fondo,  y  otras  disparatadas;  pero  la  experiencia 
acredita  que  es  verdad ,  pues  lo  del  sacrificio  del 
cordero  indica  la  fuga  que  unos  fingidos  portu- 
gueses han  hecho  á  Liornia  y  Salónique;  viniendo 
todo  con  la  profecía  de  San  Vicente  Ferrer ,  que 
en  su  tiempo  y  aquí  en  Murcia ,  en  misión ,  dijo: 


100  MURCIA 

Tragardse  este  lobo  á  esta  ovejuela ;  por  el  rio  y 
la  ciudad.  También  recuerdo  que  por  entonces,  y 
sin  razón,  corrió  entre  la  baja  gente,  que  aquel 
hombre  era  un  judío,  que  errante,  habia  estado 
ya  en  la  corte  de  Madrid  y  otras ,  anunciando  la 
fin  del  mundo.» 

Aquí  llegaba  de  su  relato  el  Beneficiado, 
cuando  sonaron  las  esquilas  de  conventos,  que  to- 
caban un  cuarto  antes  de  la  queda ,  como  señal 
para  el  último  rezo  antes  de  ésta :  escucháronse 
asimesmo  en  la  calle  ruidos  de  carrozas  y  rumor 
de  gente,  con  lo  cual  levantáronse  los  señores: 
cumplido  hiciéronse  de  cortesanía  besando  todos 
las  manos  y  rosarios  de  los  Reverendos ;  despi- 
diendo los  señores  en  la  puerta  de  la  sala  á  los  de 
afuera,  y  pasando  al  comedor  con  toque  antes  de 
campana;  la  de  la  puerta  de  medio  sonó  para  avi- 
sar á  los  criados  y  lacayos,  y  al  tomar  la  escalera 
los  forasteros  para  bajar,  toparon  con  los  pajes 
que  hachas  de  cera  tenían  encendidas  para  les 
alumbrar,  como  hiciéronlo  hasta  la  puerta,  en  que 
reverenciándolos  retiráronse.  A  las  carrozas  su- 
bieron unos ,  y  los  otros  á  pié  marcharon  á  sus 
conventos  y  casas ;  pero  como  oscura  lo  mesmo 
que  Noruega  estaba  la  noche ,  iban  delante  las 
carrozas  dos  criados  con  hachones  de  viento  des- 
cubriendo terreno;  con  cada  uno  délos  Padres  un 


QUE   SE   FUÉ.  101 

donado  que  daba  luz  con  una  linterna  de  cucuru- 
cho, y  otra  tal  llevaba  con  el  Beneficiado  un  es- 
tudiante que  con  él  albergábase  de  fámulo,  echando 
por  distintas  callejuelas  á  sus  viviendas.  A  lo  lejos 
oíase  ya  el  ruido  de  las  ruedas  y  las  pisadas,  que- 
dando en  silencio  á  poco  rato;  que  como  á  la  queda 
recogidos  los  vecinos  todos  han  de  ser  por  orden 
de  la  justicia  y  como  Dios  manda,  dejóte,  lector, 
ya  en  tu  camera,  rezando  tus  oraciones  para  luego 
desnudarte  y  dormir  á  lo  lirón.  Reposa  tranquilo, 
que  yo,  sin  ser  Montero  de  Espinosa,  guardar  hé 
tu  sueño ,  y  te  diré  á  otro  dia  lo  que  entre  la 
queda  y  el  alba  pase. 


TABLA  VI. 


ENTRE  LA  QUEDA  Y  EL  ALBA. 

Representa  al  claro  y  oscuro,  los  amores,  penitencias,  casos 
y  cuchilladas  que  hay  entre  tal  y  cual  campaneo. 


L 


A  vida  es  sueño  ;  toda  ella  es  una  pavesa  so- 
ñada :  quien  sueña  no  vive ;  quien  vive  sólo  se 
enseña  á  morir,  y  la  muerte  es  oscura  noche  de 
sueño  eterno  :  capilla  ardiente  es    la  camera  por 


102  MURCIA 

magnificencia  que  tuviere ,  y  de  luto  negro  aunque 
colgaduras  haya  de  vivos  colores  en  costoso  dosel, 
como  sepulcros  inmundos  son  en  la  noche  las  ciu- 
dades más  opulentas  y  grandes ,  porque  en  tinie- 
blas quedan  como  aquellos.  Tórnanse  como  panteón 
las  calles ,  que  si  bien  se  miran  son  enterramien- 
tos las  casas  ,  según  lo  tapiadas  de  ventanas  y 
portones  :  óyese  mejor  y  claro  el  eco  de  los  vien- 
tos, el  murmullo  de  las  acequias  y  el  canto  de  las 
aves  nocturnas  como  lechuzas  ,  morciguillos  y 
bubos  que  con  la  enza  de  chupar  el  aceite  de  las 
lámparas  de  iglesias,  según  la  gente  errada  dice, 
en  las  torres  dellas  viven  escondidas  de  la  luz  que 
daño  les  hace,  como  á  los  herejes  y  los  incrédulos 
la  luz  de  las  eternas  verdades  de  nuestra  santa  re- 
ligión; ronceando  las  pareticas  y  enrejados  de  los 
atrios  de  las  parroquias  y  conventos  van  los  per- 
ros, fateando  la  muerte  que  allí  reina,  y  como  gente 
canina  es ,  hambre  tal  tienen ,  y  arañan  la  tierra 
por  sacar  que  comer  y  roer  huesos  de  alguno  que 
vanidoso  fué  y  por  justicia  divina  vino  á  los  dien- 
tes de  sus  propios  perros.  Al  reedor  de  la  real 
carnecería  andan  á  centenares  como  si  colmena 
fuere;  y  aullan,  ladran,  gruñen  y  muérdense; 
y  con  lamento  de  alarido  platican  de  cómo  con 
el  olor  han  de  se  contentar,  que  muy  caras  las 
tajadas    valen  ;   sólo    escúchase    la   campana   del 


(¿UE  SE  FUÉ.  103 

reloj  de  Santa  Catalina  que  de  la  ciudad  es  propio, 
y  los  trompetazos  de  los  cuernos  en  la  huerta,  que 
son  del  comienzo  de  las  tandas  del  riego  ;  como 
boca  de  infierno  por  lo  cavernosa  está  la  noche,  sin 
que  las  rutilantes  y  diamantinas  estrellas  véanse 
en  el  cielo  que  acresponado  de  negros  nubarrones 
hace  miedo  y  pavor  mete  á  los  más  valerosos.  A  tre- 
chos vense  lucecicas  de  lámpara  en  faroles  guarda- 
das, que  arden  á  devoción  de  los  dueños  de  las  casas 
de  gente  del  estado  llano;  pues  los  grandes  hidalgos 
y  señores  han  dado  años  atrás  en  ponerlas  en  los 
zaguanes,  aunque  muchos  consérvanlas  afuera.  Los 
triunfos  de  Nliestra  Señora  de  la  Fuen-Santa  (19) 
(otro  lado  la  puente)  ,  el  de  la  Purísima  (en  San 
Francisco  cabe  el  malecón),  de  San  Cristóbal  (en 
sus  cantones)  y  del  Rosario  (en  comedio  la  placeta 
del  Esparto,  frente  á  los  Vinaderes)  tienen  faroles 
en  luminaria,  como  asimesmo  las  cruces  de  Humi- 
lladero de  la  puerta  del  León,  ahora  de  Orihuela, 
la  de  San  Benito  y  la  del  camino  de  Molina;  sin 
que  olvidado  hayase  así ,  el  paso  de  los  pasos  di- 
chos de  San  Diego  ó  el  calvario  de  la  Arboleja 
que  há  poco  pusiéronle ;  ni  que  hayan  quedado  á 
oscuras  los  nichos  de  las  puertas  de  conventos,  ó 
de  los  porches  del  Socorro  en  la  Trapería,  y  San 
Antonio  en  la  trasera  del  Señor  lufre  que  cae  al 
callejón  del  Cabrito ;  como  el  de  Verónicas ,  junto 


104  MURCIA 

al  Almojarifazgo  real  de  la  Aduana.  Pocos  años 
há  que  costumbre  es  á  la  queda  tocar  el  reloj  de 
Santa  Catalma  ya  dicho,  el  cuyo  chapitel  y  reloj, 
vista  la  queja  del  licenciado  D.  José  de  Torre- 
blanca,  cura  de  la  tal  parroquia,  se  reparó  como 
ruinoso  por  el  caballero  obrero  mayor ,  según 
acuerdo  y  auto  de  los  señores  Murcia  del  ordina- 
rio cabildo  de  siete  de  Octubre  de  mil  seiscientos 
setenta  y  tres;  y  suena  su  campana  con  clamor 
triste  Y  acompasado  al  tenor  y  por  cumplir  lo  que 
sigue  : 

«  En  el  cabildo  ordinario  de  veinticuatro  de 
Abril  de  mil  seiscientos  ochenta  y  cuatro  años,  se 
propuso  por  el  muy  ilustre  Sr.  D.  Francisco  Ma- 
nuel ,  Corregidor  desta  muy  noble  y  leal  ciudad 
de  Murcia  é  fué  aprobado  que  desde  dicha  noche  se 
tocase  á  la  queda  con  la  campana  del  reloj  de  Santa 
Catalina,  para  que  los  vecinos  se  retiren  á  la  quietud 
de  sus  casas  como  en  diferentes  ciudades  destos 
reinos  ,   conformándose  con  las  leyes  dellos  etc.» 

Hacia  poco  que  tocó  la  queda  ;  algunos  aldabo- 
nazos  percibíanse  de  lejos,  y  por  la  calle  de  Zam- 
brana  oyóse  una  campanica  con  lastimero  toque, 
cuando  á  rato  y  rebujado  en  un  saco  baquero  en 
hábito  largo  de  color  pardo,  comd  á  moa  de  ba- 
landrán, vino  calle  abajo  un  bulto  que  un  farol 
de  cuerno  claro  traía  en  una  mano,  y  apoyaba  la 


QUE  SE  FUÉ.  105 

otra  en  un  bastón  alto  y  gordo  con  regatón  de 
hierro,  causando  con  él  tal  estrépito  en  las  piedras 
como  si  desenclavase  las  losas  de  una  sepultura: 
andaba  con  mesurado  paso  y  grave  cerimonia ,  y 
sacando  de  rato  en  rato  voces  de  agonizante  de 
ajusticiado  por  lo  angustiosas  y  semitonadas,  decia 
muy  tristemente  esto  (jue  llamaban  saeta  las  gentes: 

«El  que  mortalmente  peca 
mortalmente  se  condena.» 

«  Para  hacer  bien  y  decir  misas  por  los  que 
están  en  pecado  mortal  ó  camino  del.»  Acabada  la 
cual  dicha  saeta,  rezaba  un  Padre  nuestro  de  ré- 
quiem y  daba  tres  golpes  fuertes  con  la  vara  en  el 
suelo  :  y  como  en  toda  la  calle  no  le  hubiesen  lla- 
mado, quiso  aguardar  por  si  recordábale  algún  ve- 
cino ,  y  en  la  piedra  descargadora  ó  apeamiento 
que  habia  cabe  la  puerta  de  la  ilustre  casa  de  doña 
Luz  de  Zambrana,  sentóse;  no  aguardó  mucho,  que 
un  chirrido  de  goznes  oyendo,  levantóse  á  sentir 
una  voz  de  tiple  corista  que  dijo:  Ave-BIaria. — 
Grafía  plena,  contestó  la  del  bulto;  y  bajó  de  la 
ventana  un  papel  encendido ,  para  marcar  el  sitio 
dó  habia  de  al  caer  encontrarse;  el  cual  papel  con- 
tenia monedas:  abajóse  á  cogerlo  y  dijo  con  la  voz 
mesma  de  agorero : 

«Por  la  limosna  que  das 
de  fijo  te  salvarás.» 


106  mOrcia 

Amen,  replicó  la  de  la  ventana  al  cerrarla;  y  el 
otro  examinó  las  monedas  que  viejos  ochavos  se- 
govianos  eran  según  su  verdete  y  picotazos  ;  he- 
chólos  dentro  el  farol  por  una  raja  que  abierta  tenia 
á  tal  caso,  y  siguió  la  calle  de  Aljezares  que  dicen, 
y  estrecha  es  que  no  caben  sino  dos  personas  en- 
tre las  paredes,  el  cuyo  hueco  con  su  bulto  llená- 
bale, y  á  lo  lejos  dijo: 

«Por  un  gusto  pecador  , 
cuanto  tiempo  de  dolor. » 

Quedóse  otra  vez  en  silencio  aquella  parte,  y 
por  la  del  Trinquete  venian  ecos  como  alaridos 
lastimeros ,  de  profundo  y  grande  sentimiento,  que 
atemorizaban  al  pronto ;  y  de  los  terrados  altos  de 
la  noble  morada  de  los  de  preclaro  nombre  de  Pa- 
reja de  Alarcon ,  salían :  era  el  tal  caso  extraordi- 
nario; que  así  como  Dios  crió  al  hombre,  hízolo 
con  los  demás  animales  dándoles  instintos ,  y  allí 
en  el  susodicho  terrado,  habian  tramado  fuerte 
disputa  y  descomunal  batalla  por  namoramiento  ó 
por  otra  causa  de  intemperancia  (que  no  dícenlo 
las  coronicas)  otros  dos  bultos ,  dándose  tan  fuer- 
tes acometidas  y  carreras  tan  de  violencia ,  que 
parecia  juego  de  justas  y  torneos  de  Reales  feste- 
jos ;  quejábanse  mucho  al  propio  tiempo ,  riñendo 
cada  uno  sobre  si  era  mió  ó  no  era  mió  ^  si  habia 
renegao  ó  no  rencgao :  sobre  si  del  Rey  Mizifuz 


QUE    SE    FUÉ.  107 

venia  su  progenie ,  ó  alcuzcuz  dábanles  á  comer 
en  sus  casas ;  recordándose  que  en  otra  vida  ha- 
bian  sido  moros,  aunque  ahora  tuvieren  pelo  de 
dominicos ,  romanos  ó  de  Angola ;  llamándose  feo 
y  refeo  el  uno  al  otro:  al  acometer  con  fuerte 
combate  que  fuerte  debió  ser ,  enmarañáronse  y 
cayeron  á  la  calle  blasfemando  según  parecia  por 
sus  vociferaciones ,  esclafándose  antes  en  otros 
bultos  que  dentro  y  fuera  una  reja  comunicando 
amor  estaban  por  entre  los  garranchos ,  gavila- 
nes ,  alicatados  y  cresterias  de  labor  fina  de  aque- 
lla secretaria ,  que  á  fuerza  de  martillazos  forjá- 
dose  habia  con  primor,  y  á  la  violencia  de  los 
afectos  debia  ceder  algún  dia  con  terneza  con- 
certando boda.  Asustáronse  los  amantes  y  á  risa 
tomáronlo ,  tanimientras  los  amorosos  gatos  coman 
callando ;  pero  hizo  el  diablo  que  vela  y  no  duer- 
me, que  al  volver  la  esquina  de  la  calle  de  Pux 
Marin  vinieran  dos  corchetes  de  golilla  tiesa,  ne- 
gra ropilla,  negra  capa,  negros  calzón  y  medias, 
sombrero  de  canal  negro,  y  todo  negro  debe  ser 
en  quienes  negro  el  corazón  tienen  ,  y  no  enseñan 
más  cosa  blanca  y  pelada  que  el  cuello  por  el  que 
devoran ,  y  las  uñas  con  que  agarran  y  no  suel- 
tan. Al  tanto  decia  que  á  la  violencia  agarráronse 
los  gatos  á  sus  pantorrillas ,  sacaron  ellos  las  tizo- 
nas, y  dando  gritos  de  «favor  al  Rey,»  las  venta- 


108  MURCIA 

ñas  abriéronse  en  los  terminados  altos ,  asomando 
candiles  los  vecinos ,  creyéndose  que  algarada  de 
moros  habrian  levantado  en  las  Arrijacas:  y  ga- 
tos y  corchetes  huyeron  espantados ,  unos  del 
ruido  y  otros  de  su  vergüenza  y  cobarde  susto, 
(juedando  á  seguida  en  silencio  la  calle.  Mediaba 
ya  la  noche ,  pues  campaneaban  las  doce  con  pa- 
vorosa campana ,  y  otra  tocó  á  vuelecico  en  el 
convento  de  Madres  Capuchinas ,  cuando  por  la 
puerta  del  Porcel  salió  una  visión  coja  y  rara ,  de 
blanco  vestida :  cubríala  una  capa  del  cucuru- 
cho al  suelo ,  y  las  manos  ocupaba  con  una  vela, 
que  por  librar  del  aire  su  luz,  tapábala  con  un  fa- 
rolico  de  papel  de  bulas ,  una  calavera  y  unas  de- 
ciplinas  largas  de  torzal  de  tres  cabos  con  pesicas 
de  plomo ;  caminaba  de  prisa ,  y  allegóse  al  por- 
tal de  la  iglesia ,  dentro  el  que  habia  vapuleo  y 
ruido  como  de  lluvia ,  y  éralo  de  azotes  que  las 
monjas  daban  á  su  cuerpo ,  no  en  descargo  de  pe- 
cados propios  que  son  pocos,  sino  de  ajenos  y 
grandes  que  son  muchos  en  ofensa  á  Dios  Nuestro 
Señor  (20).  Arrodilló  la  visión  y  dióse  fuerte  deci- 
plina  ,  tanimientras  el  miserere  rezaban  y  golpea- 
ban dentro ;  acabado  el  cual ,  sin  se  alzar  hizo  á 
la  media  voz  el  acto  de  contrición ,  pero  por  lo  fino 
della  dió  á  entender  que  pecadora  era  y  no  peca- 
dor quien  tal  traza  traia,  marchándose  luego  por 


QUE  SE  FUÉ,  109 

junto  á  la  olma  y  puentecica  á  la  portería  del  con- 
vento de  Santa  Isabel,  en  la  cuya  puerta  ponién- 
dose ágatas  y  en  cruz ,  besó  el  suelo  y  estuvo  re- 
zando; al  enderezar  dejó  ver  un  chapin  de  raso 
bordado  con  oro ,  de  un  pié  calzado ,  trayendo  el 
otro  descalzo ,  causa  del  cojeo  que  mucho  había 
cojeado ,  cuando  el  andar  coja  habíanla  dado  de 
penitencia ,  y  de  bailes  y  otros  excesos  seria,  que 
refrán  antiguo  es  aquel  de  «Bailarines,  en  cojos 
paran ; »  hacia  el  Contraste  marchóse  perdiéndose 
de  vista,  cuando  á  poco  aparescieron,  y  camino 
llevaban  para  la  catedral ,  dos  figuras  que  hacían 
luz  de  un  hachón  de  viento:  sobre  los  hombros 
porteaban  una  larga  escalera  como  de  horca ,  y  una 
olla  con  unas  brochas  dentro ;  cuando  hubieron 
llegado  al  pié  de  la  torre  aderezaron  la  escalera  y 
subióse  el  mas  viejo  á  lo  alto ;  era  un  pinta-ven- 
tanero que  llamábanle  de  mote  Pinta-Tinto ,  y  tanto 
gustábale  según  coronicas ,  que  hizo  un  día  por 
estar  de  broma  lo  de  acabársele  las  colores ,  y  en 
lugar  de  renovarlas  tomó  en  la  taberna  una  azum- 
bre de  vino  con  que  pintó  una  puerta  ,  mamándose 
á  ratos  la  brocha ;  vestía  valones  y  ropilla  de  ba- 
yeta llena  de  manchas  del  oficio,  escarpines  de 
lana  en  zapatos  fraileros  y  un  sombrero  sin  toca; 
parecía  en  lo  alto  de  la  escala  que  á  nidos  andaba, 
pero  no  tal ,  que  pintando  ocupábase  su  caletre  y 


lio  MURCIA. 

manos  de  uno  como  letrero  que  Vitor,  dicen  y  era 
como  los  que  en  el  Contraste  hay  pmtados  á  los 
predicadores  de  nota ,  á  los  canónigos  que  ganaron 
su  silla ,  ó  definidores  de  las  órdenes  que  bien  lo 
hicieran  en  las  cáncanas ;  y  por  no  poder  las  gen- 
tes vitor  les  dar  en  los  santuarios ,  hácenlo  poner 
en  las  paredes  de  pública  presencia  para  fama; 
puso  con  aceite  y  almagra  señalajos  y  letras  que 
él  no  entendia  (ni  algunos  dellos  motes  nosotros 
después) ,  el  apellido  con  la  marca  de  Doctor  ó 
Licenciado  si  lo  fuere ,  y  el  trofeo  de  la  Santa 
Inquisición  si  tratárase  de  familiar  suyo  (21).  En 
lo  mejor  de  la  su  obra  estaba ,  cuando  de  la  calle 
Trapería  salieron  tocando  á  todas  las  puertas  con 
sus  varas  v  escuchando  á  las  cerraduras ,  una 
grapada  de  corchetes  con  linternas  de  mano  que 
no  de  tal ,  sino  de  dos  manos  debiéranlas  llamar, 
y  detrás  una  ronda  completa  que  amarradas  traian 
en  medio  á  dos  brujas  que  para  la  Santa  Inquisi- 
ción eran  el  encargo  aquella  noche.  A\  divisar  la 
luz  del  hachón  sacaron  todos  los  arcabuzes  y  pis- 
toletes ,  hiciéronse  pina  como  si  á  entablar  batalla 
fueran  ,  y  uno  de  ellos  gritó :  ;  Alto  ahí  por  el  Rey 
Nuestro  Señor!  ¿Quién  va?  Dios  y  Rey,  con- 
testó Pinta-Tinto  desde  la  escalera ;  acercáronse 
los  garduñas ,  y  mostróles  aquel  un  permiso ,  se- 
llado por  el  ordinario  para  la  tal   obra ,   y  orden 


QUE  SE  FUÉ.  1 1 

para  repintar  el  rétulo  de  excomunión ;  despi- 
diéndose ,  tomaron  su  cammo  hacia  la  cárcel ,  y 
el  maestro  concluido  que  hubo ,  puso  á  otro  lado 
la  torre  la  escalera ,  y  con  la  propia  color  bermeja 
puso  este  letrero : 

«Esta  Excom*^"  de  Excom°°  m"  la  pers* 
q^  echase  mandase  Opermitiese 
echar  Basura  u  otra  qualquiera  mmundi^ 
oseorinase  Ento"  el  lambito  d'*  la  S^  Igl^ 
pena  de  4  ducados.»  (22) 
Y  menester  éralo  decir  prohibiendo  tales  sucie- 
dades ,  porque  no  debe  ser  á  la  puerta  de  los  tem- 
plos ,  y  adréhede  hacíanlo  allí   pudriendo  los  ci- 
mientos y  dejando  malas  olores  nocivas  al  olfato;  y 
como  el  maestro  quedara  pintando ,  vaya  la  aten- 
ción á  dos  bultos  que   por  la  Merced  al  Cigarral 
marchaban  al  tiento  casi ,  buscando  los  cantones 
para  no  se  perder ;  paráronse  en  comedio  la  pla- 
ceta de  las  Pellejerías ,  y  cambiaron  de  palabras 
de  honra  y  ofensa ,  llamándose  malos  caballeros  y 
follones ,    villanos  y  rufianes ,   desvergonzados    y 
galopos,  cobardes  y  bellacos,  tahúres  y  fulleros, 
hipócritas  y  bajos,  así  como  herejes,  renegados, 
ladrones  y  trapalistas ,  sin  otros  que  la  decencia 
calla  y  no  debe  nombrar,  porque  óyense  mucho, 
y  seria  en  ofensa  grande  al  Señor  el  repetirlos, 
que    bastante  lo   son :    de  dama    tratábase ,    que 


112  MURCIA 

traíanla  en  lenguas  á  menudo ,  poniéndola  de  modo 
que  ni  ella  misma  conociérase  á  poder  mirar  su 
retrato,  que  hacían  sin  pintura,  que  falta  no  hace, 
cuando  saliva  sobra  en  lenguas  de  serpiente,  y 
baba  es ,  que  mancha  los  limpios  cristales  del  ho- 
nor; á  defensa  deste  que  mucho  es  encontrar  ya 
paladines  que  favorézcanle,  salió  el  uno  y  tiró  de 
su  espada  sin  quitar  embozo;  lo  propio  hizo  el 
contrario,  y  cruzáronse  los  aceros  chispas  levan- 
tando de  sus  brillantes  fojas  toledanas ;  pero  Dios 
trujo  por  la  Puerta  Nueva  un  pelotón  de  borricos 
que  andando  en  cuatro  piés ,  llevaban  á  otros  de 
dos  que  al  nacer  equivocádose  habían ,  cayendo 
derechos;  y  no  eran  otros  que  basureros  madru- 
gadores de  los  que  á  rascar  vienen  las  calles  de  la 
ciudad ,  haciendo  simas  porque  menos  trabajo  en 
abrir  sepolturas  haya  en  tiempos  de  epidemia;  los 
cuales  basureros ,  chicos  y  grandes ,  mozos  y  vie- 
jos ,  gordos  y  flacos ,  debiéranles  por  sus  hazañas 
dar  plaza  eterna  en  las  Reales  Galeras  de  S.  M. 
como  premio  de  su  limpieza ,  que  no  sólo  limpian 
el  suelo ,  sino  que  también  alguna  ropa  si  olvídase 
en  los  balcones ,  las  cortinas  destos  y  los  hierros 
que  pueden  y  flojos  están  en  las  rejas  de  las  casas. 
Venían  ya  los  claros  del  espléndido  Febo  por  el 
Oriente ,  y  los  dos  bultos  metiéronse  por  los  ca- 
ñares para  les  dejar  paso  y  no  dar  sospecha ;  allí 


QUE    SE    FUÉ.  113 

ya  libres  trabáronse  de  nuevo  en  cuchilladas ,  y  á 
poco  salió  corriendo  el  uno  como  si  persiguiéndole 
vinieran ;  atravesó  las  placetas  de  la  Pellejeria  y 
de  Santo  Domingo  á  la  calleja  de  Santa  Clara ,  y 
dióse  tan  fuerte  golpe  contra  la  puerta  del  tal  con- 
vento ,  que  hasta  estrellarse  pudo ;  y  alzando  un 
aldabón  de  sortijones  que  colgado  habia  ,  dio  seña- 
les con  estrépito,  mientras  miraba  una  losa  que  ha- 
bia debajo  la  imagen  de  la  Santa  fundadora ,  y  que 
en  letrero  ponia :  SALVAGUARDIA  REAL;  (23) 
á  las  voces  de  ¡Sagrado!  ¡Sagrado!,  un  mandadero 
salió  á  poco  con  el  Padre  Reverendo  de  la  casa, 
quienes  reconociéronle  y  entráronlo  en  la  iglesia, 
do  se  confesó  cristianamente.  Una  campanica  so- 
naba lejos  como  hacia  el  Carmen  otro  lado  la 
Puente ,  y  seria  á  misa  primera ;  y  todas  las  calles 
que  á  la  plaza  daban,  ocupáronse  en  rilera  de  gen- 
tes que  á  vender  venian  sus  esquilmos  y  produc- 
tos; sonaban  los  cuchillos  en  la  Real  Carnecería, 
los  hornos  abríanse ,  pudiendo  ya  salir  dellos  los 
guardas  y  cuadrilleros  de  la  Santa  Hermandad 
que  amagados  habían  estado  allí  toda  la  noche,  de- 
jando la  ciudad  guardarse  sola ,  que  mejor  es ;  y 
en  las  tabernas  tomaban  leche  de  anís  de  Aspe 
para  matar  el  gusano  de  sus  gargantas ,  ya  que  los 
Reinos  no  pueden  matarles  á  ellos,  que  son  los 
gusanos  mas  roedores  que  hay,   menos  valen  y 


114  MURCIA 

más  cuestan ;  sonaban  los  goznes  de  los  portones 
de  posadas,  mesones  y  mercaderías,  barrían  las 
portadas  los  deprendices  de  los  oficios ,  surtían 
por  las  calles  los  capellanes  para  sus  iglesias ,  ca- 
minaban los  albañiles  á  las  obras  del  maestro  ala- 
rife Picoleta ,  maestro  conocido ,  del  que  hablare- 
mos cuando  haya  lugar  pronto ;  y  cuando  el  cam- 
panon  de  la  Catedral  tocó  al  alba ,  comprendí  de 
nuevo  que  la  vida,  como  dije  al  comienzo,  es  un 
sueño ;  y  que  para  cuando  llegue  la  hora  de  des- 
pertar para  morir,  conforme  despertamos  encon- 
trándonos cada  día  que  el  sol  amanece ,  sm  lim- 
piarnos de  culpas ,  hagamos  por  lavarlas  y  porque 
alcancemos  en  un  día  de  alba  felicísima ,  la  luz 
del  sol  de  la  eterna  gloria.  Amen. 


TABLA  VIL 

EL  ALARIFE  PICOLETA. 

Representa  la  vida  de  alhamíes:  querellas  y  desaguisado 

que  armaron ,  y  que  hizo  menester  la  repetición  de  su 

ordenanza. 


D, 


E  muy  mañanica  ,  tomando  la  tempranera  y 
los  menesteres  del  oficio  después  de  primera 
misa,  juntábanse  todos  los  días  del  año,  excepto 


QUE   SE   FUÉ.  115 

los  domingos  y  feriados,  junto  al  rincón  de  la  pa- 
red de  la  Santa  Inquisición,  placeta  del  Almenar, 
todos  los  albañiles  de  vaga ,  por  demandar  tra- 
bajo, costumbre  que  de  moros  desde  conquista 
viene.  Allí  acuden  asimesmo  los  pollinos  de  los 
yeseros  de  Aljezares  (que  no  debieran  sino  cerca 
del  Matador,  según  lo  mandado),  por  el  tanto  de 
venderlo ,  y  de  tal  parte  van  donde  menester  son 
con  yeso,  para  obrar  ó  hacer  apaños  en  casas  y 
viviendas ,  que  si  menester  son  los  manobres, 
también  lo  son  los  burros  (hablando  con  perdón). 
Era  por  entonces  el  alarife  más  afamado  en  todo 
el  reino,  uno  que  hijo  de  yesero  habia  sido;  y  de 
zagalico,  andando  el  tiempo,  hacia  recados  y  man- 
dados á  los  tajos  de  obra;  siendo  luego  deprendiz, 
manobre,  oficial  y  maestro  examinado  cuando 
tuvo  el  tiempo  y  saber  conforme  se  requeria ;  lla- 
mábanle Picoleta ,  porque  ende  chiquitejo  vicióse 
en  picotear  piedras  y  aprendido  había  después  con 
brava  traza  en  entallar  figuras  para  escusones  de 
las  casas  de  nobles  y  de  hidalgos ,  labrándolos  con 
lambrequines  de  hojarasca;  formaba  cortes  de  ala- 
veo  en  piedras  de  las  escaleras  de  caracol ,  seme- 
jando la  famosa  de  la  capilla  del  Marqués  de  los 
Velez  en  la  Catedral ,  y  habia  tomado  asimesmo 
mucha  idea  de  los  tracistas  que  de  tierras  de  Ita- 
lia y  Castilla  á  la  Catedral  venian.   Veedor  de  su 


116  MVRCIA 

gremio  ó  acompañado  era  cuasi  siempre  ,  y  lo  era 
á  la  fecha  del  caso  que  relataremos;  el  cual  maes- 
tro dio  aquel  dia  con  su  ingenio  y  saber  la  orden 
y  compostura  que  perdió  el  gremio  por  meter  el 
diablo  en  ello  la  pata.  Juan,  Barraca  de  mote,  lla- 
mábase otro  alarife  intruso,  que  siendo  panocho  y 
sin  deprender  jota,  tomado  habia  práctica  de  obrar 
haciendo  partidores  de  las  aciecas,  y  barracas  en 
la  huerta;  pero  como  algunos  moros  dismiulados 
dábanle  botijuela  en  gordo  porque  les  marcase  con 
cruces  de  madera  las  que  fabricaba  (y  no  era  lí- 
cito sino  en  las  de  los  cristianos),  hizo  con  tal  he- 
rejía algunos  dineros,  y  amigos  que  le  dieron  alas 
y  mote :  se  metió  en  la  ciudad  con  perjuicio  del  gre- 
mio, y  aunque  no  hay  hombre  sin  hombre,  fuélo 
él  sm  hombre,  pero  con  mujer,  y  con  una  moza 
de  que  trataremos  en  otro  lugar.  De  añejo  tienen 
los  señores  de  obra ,  obrar  á  su  antojo ,  aunque 
vean  que  mal  obran  obrando  mal;  pero  si  obrasen 
mejor,  no  caeríaseles  pronto  lo  obrado,  para  bene- 
ficio de  los  manobres,  lo  que  permite  Dios  Nues- 
tro Señor  porque  se  gasten  los  dineros,  y  estén 
siempre  manos  á  la  obra ;  y  como  Juan  Barraca  ha- 
cíales lisonja  á  los  amos  (trabajando  de  chapuza  y 
repello,  aunque  fuese  tente  mientras  cobro,  y  ba- 
rato, que  es  lo  que  los  amos  quieren  por  codicia), 
hízose  de  fama,  parroquianos  lloviéronle,  y  en  el 


QUE  SE   FUÉ.  117 

rincón  del  Santo  Oficio,  era  en  el  suyo,  como  si  fué- 
ramos al  decir,  un  Adelantado  de  los  Reinos.  Llo- 
vido habia  y  secádose  muchas  veces,  desque  el  gre- 
mio de  albañiles  punchaba  porque  aprobárase  de 
nuevo  la  mesma  ordenanza  de  mil  quinientos  no- 
venta y  dos  ya  sin  uso,  sin  que  adelantaran  paso; 
denunciado  v  con  multas  estuvo  Juan  Barraca  por 
sus  metiduras  en  obrar;  fuese  á  Lorca  un  viaje, 
examinándose  allí  jJe  maestro  con  la  ayuda  de  algu- 
nos ducados ,  por  agradecido  de  presente ;  y  vino  á 
Murcia  haciendo  gala  de  tal,  con  tanta  fantesía, 
que  púsose  en  malas  con  los  demás  maestros,  hasta 
que  aconteció  lo  que  sabrá  el  curioso  lector.  Como 
y  á  causa  de  la  nada  de  San  Calixto ,  la  peste  v  la 
carestía  por  hambre ,  habían  venido  de  hacia  mu- 
chos años  á  menos  las  cosas  y  casas  de  la  ciudad 
y  huerta ,  nada  hízose  en  otros  tantos  por  faltar  lo 
principal ,  que  sabido  es  que  » por  dinero  canta 
el  ciego  y  baila  el  perro » ;  pero  Dios  abrió  después 
camino  con  su  misericordia ,  y  cosechas  ha  dado 
para  se  arreglar  humor  y  bolsas ,  con  que  empe- 
záronse obras  muchas  y  buenas :  las  de  señores 
teníalas  Juan  Barraca  ;  y  de  Catedral ,  conventos  y 
de  iglesias ,  otros  alarifes  enemistados  del ,  que 
cierto  es  lo  de  «el  peor  enemigo  es  el  de  tu  oficio» . 
Sucedió  que  un  día  tomó  Barraca  todos  los  ma- 
nobres y  albañiles  tan  pronto  como  vinieron  al 


118  MURCIA. 

Santo  Oficio ,  y  también  los  zagales  y  pollinos  sin 
dejar  más  que  al  fiel  del  yeso  junto  al  Matador; 
prisa  tenian  otros  maestros  para  tapar  goteras  en 
casas  de  señores,  que  tantas  tienen  en  su  hacienda  y 
bolsillos ,  que  no  basta  el  yeso  á  las  tapar  por  com- 
pleto ,  así  como  calzar  tapias  de  conventos  y  otras 
rendijas  en  iglesias  y  viviendas  quebrantadas;   y 
al  verse  sin  hombres  de  obras ,  pusiéronse  hechos 
unos  basiliscos,  y  más  todavía  cuando  el  fiel  del 
yeso,  hombre  incapaz  de  calumnia  ni  superflujo, 
díjoles  que  Barraca  habíalos  llevado  no  á  trabajar 
sino  á Churra,  á  borrachera  á  drehede, por  perjuicio 
les  causará  los  maestros  de  Murcia.  Tocó  á  junta- 
mento  la  campana  de  cabildos ,  juntáronse  los  maes- 
tros en  casa  del  maestro  Picoleta  ,  y  allí  hubo  alari- 
dos y  voces ,  gritos  y  juramentos ,  votos  á  mil  de- 
monios, pataleos  v  rabietas,  injurias  y  amenazas, 
maldiciones  y  blasfemias,  dando  fin  con  marchar 
los  veedores  á  las  casas  de  la  corte  y  su  corregidor, 
á  pedirle  justicia  ,  que  mucho  pedir  es  en  los  tiem- 
pos que  corren ,  y  tan  alta  está  que  anda  fuera  de 
tiro  de  culebrina  :  recibiólos  con  afecto ,  que  barato 
sale  y  no  cuesta  mostrarle,  y  después  de  enterado 
y  visto  el  desacato  por  la  holganza ,  dispuso  que 
buscáraseles ,  y  de  pena  tuvieren  mil  maravedís 
el  Barraca  y  cuatrocientos  los  holgazanes  por  ter- 
cias partes.  Como  « las  malas  nuevas  corren  las 


QUE   SE   FUÉ.  119 

leguas  más  que  las  buenas , »  supiéronlo  á  seguida, 
y  viniendo  Barraca  con  los  suyos  á  casa  de  Pico- 
leta (á  poco  de  entrar  éste  en  ella  con  los  acompa- 
ñados), sitióla  como  plaza  de  guerra,  con  el  ánimo 
y  fin  de  magullarlos  los  huesos ,  rompiendo  los 
vidrios  de  la  casa  con  piedras  y  palos;  pero  como 
el  que  no  es  agradecido  no  es  bien  nacido,  algu- 
nos acordáronse  de  que  mucho  debian  á  Picoleta, 
y  traición  verdadera  de  justa  causa  hicieron  á 
Barraca ,  entrando  por  la  puerta  falsa  de  la  casa 
de  aquel  por  le  favorecer;  (estaba  ésta  en  la  calle 
de  Santa  Quiteria ,  junto  á  la  ermita  desta  San- 
ta (24),  con  trasera  á  la  rambla  del  Cuerno),  su- 
biéronse á  las  ventanas  y  terrados ,  y  tiráronles 
á  los  de  abajo  legones,  amasaderas,  picazas,  pica- 
cicas,  picoletas,  corbillas,  talochas  y  palustres,  y 
desde  los  terminados  más  bajos,  ladrillos,  ato- 
vas,  capazos  de  tierra,  aljezones,  tejas,  canales, 
tarugos ,  regles ,  puntales  y  terrajas ,  como  ca- 
moncicos  de  bóvedas;  perniquebrados  de  ambas 
partes  hubo,  y  la  justicia  mandó  gente  de  ar- 
mas, que  aquietáronlos,  zampando  en  la  cárcel 
á  los  de  más  culpa:  entretanto  juntóse  juntamento 
para  tratar  del  caso,  el  cual  hizo  venir  entre  cor- 
chetes ,  por  le  defender  de  mano  y  piedra ,  al 
maestro  Picoleta ;  pasó  allí  lo  que  pasase  ,  y  ante 
él  y  por  el  escribano  mayor,   reaprobáronse  las 


120  MURCIA 

ordenanzas  con  que  habían  de  se  regir  en  ade- 
lante los  del  gremio;  á  seguida  diéronse  al  prego- 
nero, sacaron  por  un  rato  de  la  cárcel  los  reos 
para  las  oir,  y  la  voz  pública,  desde  la  ventana 
mayor  de  las  casas  de  la  corte,  frente  al  no,  des- 
pués de  tocar  la  trompeta,  dijo  así: 

ORDENANZAS  DE  ALBAÑILES. 

«Primeramente:  Ordenaron  y  acordaron:  Que 
el  primer  Domingo  próximo  al  dia  de  San  Juan 
de  Junio,  cada  un  año  se  junten  todos  los  oficia- 
les del  dicho  oficio  en  las  casas  del  Ayuntamiento 
desta  Ciudad,  y  juntos  traten,  y  confieran  las 
cosas  necesarias  á  el  dicho  oficio  para  en  lo  to- 
cante á  el  bien  común  y  particular ,  y  lo  que 
acordaren  se  tome  por  resoluzion,  y  se  asiente 
en  el  libro  de  su  cabildo,  para  que  aquello  se 
ponga  en  execuzion  y  las  cosas  que  fueren  de  su 
particular  tocante  á  sus  oficios  los  Vehedores  las 
hagan  guardar  y  poner  en  execucion  acudiendo 
á  la  justizia,  para  que  lo  haga  poner  en  execu- 
zion y  las  que  fueren  del  bien  común  darán  no- 
tizia  á  esta  Ciudad,  para  que  determinen  lo  que 
mas  convenga. 

»Item:  En  el  dicho  Cabildo  se  tomará  razan 
de  los  oficiales  que  andan  en  la  rueda  para  ser 
Vehedores,  y  acompañados  del  dicho  oficio,  y  los 
que  cofiforme  á  la  rueda  huvieren  de  ser  Vehe- 


QUE    SE    FUÉ.  121 

dores,  y  acompañados  para  el  año  siguiente,  se 
presenten!  en  el  primer  Cabildo  que  esta  Ciudad 
tuviere  después  del  dia  de  San  Juan  á  jurar  que 
harán  sus  oficios  con  ¡a  fidelidad  que  convenga. 

nltem:  Que  los  oficiales  que  se  huvieren  de 
admitir  á  la  rueda  para  poder  ser  Vehedores  y 
acompañados,  no  se  puedan  admitir,  sin  ser  pri- 
mero examinados  y  aver  pasado  seis  años  que  lo 
han  vsado  después  de  exmninados,  y  sea  tal  qual 
conviene  para  ello  y  ayan  hecho  las  obras  que  á 
los  Vehedores  y  ofiziales  de  la  rueda  lespareziere 
son  nezesarias  para  entrar  en  ella;  y  si  de  otra  ma- 
nera lo  admitieren,  la  elección  sea  en  si  ninguna, 
y  los  que  en  ello  intervinieren,  cada  uno  incurra  en 
pena  de  seiscientos  maravedís,  la  terzia parte  para 
la  Ciudad,  y  la  otra  terzia  parte  para  elJuez  que 
lo  sentenziare  y  la  otra  parte  para  el  denunziador. 

^)Item:  Que  los  que  se  huvieren  de  examinar 
para  maestros  del  dicho  oficio,  sepan  hazer  vn 
arco  de  ladrillo  descubierto  bien  hecho,  y  vn 
portal  de  ladrillo  descubierto  bien  labrado  y  vna 
escalera  de  dos  bueltas  bien  hecha,  y  bien  re- 
partida y  descubiertas  las  ruedas  que  parezca  el 
ladrillo,  y  vn  pilar  de  ladrillo  quadrado  de  diez 
palmos  en  alto  que  este'  esempto;  y  hechas  las 
tales  obras  á  vista  de  los  Vehedores,  y  acompa- 
ñados de  el  dicho  oficio,   con  dos  maestros  viejos 


122  MURCIA 

sabidores  de  dicho  oficio  todos  seis  juntos,  viendo 
que  el  tal  pretendiente  es  avil  y  sufiziente,  lo 
den  por  examinado,  y  le  den  titulo  de  ello  por 
ante  Escrivano. 

y) ítem:  Los  Vehedores,  y  acompañados,  y  los 
demás  oficiales  del  dicho  oficio  examinados  apren- 
dizes  y  manobres,  harán  otro  ayuntamiento  el 
primer  Domingo  después  de  San  Juan  en  cada 
vn  año  en  las  casas  del  Cabildo  desta  Ciudad, 
llamándolos  por  el  muñidor  que  el  dicho  oficio 
tiene  para  ello  ,  y  alli  les  leerán  las  ordenanzas 
del  dicho  oficio,  para  que  las  sepan  y  guarden, 
y  alli  platiquen  y  confieran  las  cosas  tocantes  á 
su  oficio  en  lo  que  mas  convenga;  y  lo  que  toma- 
ren por  resoluzion  se  escriba  en  el  libro  de  su 
ayuntamiento ,  para  que  se  guarde;  y  el  que  no 
fuere  al  dicho  ayuntamiento,  el  examinado  pa- 
gue quatro  reales,  los  demás  á  dos  reales  apli- 
cados para  los  Vehedores ,  los  quales  puedan 
prender  por  ellas. 

^^Item:  Que  todas  las  vezes  que  se  sacare  el 
Pendón  del  dicho  oficio,  lo  lleven  los  Vehedores 
del  dicho  oficio,  y  no  lo  puedan  dexar,  ni  entre- 
garlo á  otra  persona  que  lo  lleve,  si  no  fuere  á 
su  compañero,  ó  á  vno  de  los  dos  acompañados, 
so  pena  de  seiscientos  maravedís  aplicados  según 
dicho  es. 


QUE  SE  FUÉ.  123 

fíltem:  Que  todos  los  oficiales  aprendizes  y 
manobres  del  dicho  oficio,  todas  las  veces  que  el 
dicho  Pendón  saliere,  sean  obligados  d  lo  acom- 
pañar, desde  que  salga  de  casa  del  Vehedor  que 
lo  llevare,  hasta  que  lo  buelva  sin  dexarlo,  so 
pena  que  los  oficiales  examinados  paguen  quatro 
reales,  y  los  no  examinados  á  dos  reales  aplica- 
dos para  los  Vehedor  es,  según  dicho  es,  y  que 
los  tales  Vehedores  les  puedan  sacar  prendas 
por  ello. 

)yltem:  Que  atento  que  los  Vehedores  del  dicho 
oficio  han  de  llevar  el  Pendón  del  dicho  oficio 
acompañando  el  Pendón  Real,  y  el  de  la  Ciudad 
en  los  acompañamientos  acostumbrados,  no  pueda 
ser  Vehedor  del  dicho  oficio  ni  acompañado  ni 
entrar  en  la  dicha  rueda,  ningún  berrendo,  mu- 
lato, ni  negro,  so  pena  que  la  elección  sea  en  si 
ninguna,  y  los  que  lo  eligieren  incurran  en  pena 
de  seiscientos  maravedís,  cada  uno  que  lo  con- 
trario hiciere,  aplicados  según  dicho  es. 

nltetn:  Que  los  Vehedores  que  fueren  cada 
año  del  dicho  oficio,  se  les  entreguen  las  orde- 
nanzas, para  que  las  tengan  en  su  poder,  y  con- 
forme á  ellas  hagan  lo  que  fuere  á  su  cargo;  y 
quando  dexaren  los  dichos  oficios  sean  obligados 
á  las  dar,  y  entregar  á  los  Vehedores  nuevos, 
según  y  como  las  rezibieron,  sin  quitar  ni  poner 


124  MURCIA 

cosa  alguna  en  ellas,  y  que  se  asiente  por  auto 
en  el  libro,  el  recibo  y  entrego  deltas  con  todas 
las  ajas,  lepara  que  aya  quenta  y  razón  de  las  di- 
chas ordenanzas. 

y) ítem:  Que  los  aprendizes  ni  manobres,  ni 
otra  persona  que  ?io  fuere  examinado  fio  vse  el 
oficio  en  manera  alguna,  sino  fuere  que  los  maes- 
tros examinados,  teniendo  en  su  casa  aprendizes 
con  orden  de  sus  maestros,  y  visitándolos  em~ 
biaren  hazer  algunas  obras,  que  en  tal  caso  las 
puedan  hazer  estos  tales  sin  pena  alguna,  y  no 
otro  alguno  de  los  que  no  fueren  examinados  so 
pena  de  seiscientos  maravedís,  por  cada  vez  que 
lo  hizierejí,  aplicados  como  dicho  es. 

y) ítem:  que  si  algún  maestro  albañil  viniese  á 
esta  Ciudad  que  no  sea  osado  hazer  obra  algufia 
sin  mostrar  á  los  Vehedores  y  acompañados  su 
carta  de  examen,  y  la  den  por  buena  y  sin  que 
den  fianzas  antes  y  primero  de  que  las  obras, 
(pie  hizieren  serán  conforme  ó  las  ordenanzas 
desta  Ciudad,  y  sino  que  pagarán  lo  que  contra 
ellos  fuere  juzgado,  y  sentenziado  conforme  á  las 
dichas  ordenanzas,  so  pena  de  lo  contrario  ha- 
ziendo,  de  seiscientos  maravedís  aplicados  según 
dicho  es. 

vitan:  Que  los  maestros  albañiles,  las  obras 
que  hizieren  las  hagan  de  buena  labor  á  justo 


QUE   SE  FUÉ,  125 

peso,  y  á  justo  hilo,  y  si  no  lo  hizieren,  los  Ve- 
hedores  del  dicho  oficio  la  manden  derribar  ó 
enmendar  á  su  costa  del  tal  oficial,  demás  que 
incurra  en  pena  de  seiscientos  maravedis  apli- 
cados según  dicho  es. 

))Item:  Que  qualquier  maestro  que  comencare 
qualquier  obra  en  casa  de  qualquier  vecino  desta 
Ciudad,  sea  obligado  á  la  acabar ,  sin  dexarla, 
ni  irse  á  otra  parte  hasta  que  la  dicha  obra  sea 
acabada,  sin  la  voluntad  del  dueño  de  la  obra, 
so  pena  de  pagar  el  daño  que  vi?iiere  al  señor  de 
la  obra  por  la  dilazion,  y  mas  seiscientos  mara- 
vedis aplicados  por  terzias  partes  según  dicho  es. 

y>Item:  Que  ningún  oficial  sea  osado  hazer,  ni 
acabar  obra  que  otro  maestro  empezare,  sino 
fuere  enfermado,  ó  estando  ausente  ó  pagado  el 
dicho  oficial  que  asi  la  empezó,  so  pena  de  seis- 
cientos maravedis  aplicados  según  dicho  es. 

'»Item:  Que  los  tales  oficiales  del  dicho  oficio 
no  hagan  obra  encamarada  es  á  saber,  si  entre 
vezinos  hizieren  pies,  que  los  pasen  toda  la  pa- 
red de  parte  á  parte,  y  el  que  lo  contrario  hiziere 
tenga  de  pena  de  seiscientos  maravedis  aplicados 
según  dicho  es,  y  que  á  su  costa  se  torne  hazer 
la  dicha  obra  y  que  el  vezino  medianero  sea  obli- 
gado á  pagar  la  mitad  de  la  costa  que  en  la 
dicha  obra  se  hiziere,  con  sola  la  declaración 


12(5  MURCIA 

del  tal  oficial  y  que  le  puedan  executar  por  ello. 

i) ítem:  Que  si  entre  vezinos  se  aya  de  hazer 
tapia  en  patio,  ó  en  corral,  ó  en  otro  qualqiiier 
lugar,  se  haga  por  mitad  hasta  tres  tapias  en 
alto  d  costa  de  los  dos  vezinos;  y  de  ai  arriba  el 
que  quisiere  mas  alear  que  lo  haga  á  su  costa;  y 
cuando  el  otro  vezino  quisiere  cargar  en  qual- 
quier  tiempo,  que  antes  y  primero  pague  la  mi- 
tad de  la  obra ,  y  que  por  ello  sea  executado  el 
vezino  con  sola  la  declaración  de  los  alarifes  y 
Vehedores. 

y) ítem:  Que  ningún  vezino  sea  osado  en  pared 
medianera  de  abrir,  ni  abra  ventana,  ni  forado, 
ni  agujero,  ni  fumero  á  casa  de  ningún  vezino;  y 
si  lo  hiziere,  que  de  hecho  lo  buelvan  á  cerrar  á 
costa  del  que  lo  hiziere,  é  hiziere,  demás  que  in- 
curra en  pena  de  seiscientos  maravedís,  aplica- 
dos según  dicho  es;  y  lamesma  pe?ia  tenga  el  que 
en  calle  publica  sacare  chimenea  rompida  la  pa- 
red aunque  sea  suya ,  por  el  daño  que  dello  re- 
ciben los  vezüios,  y  que  se  torne  á  cerrar  á  costa 
del  ofizial  que  la  hiziere. 

y>Item:  Si  en  la  ciudad  se  cayeren  ó  derriba- 
ren paredes  en  algunas  calles  que  tuvieren  me- 
nos de  veinte  palmos  de  ancho  que  bolviendolas  á 
levantar  y  hazer  las  metan  adentro  dos  palmos 
Ideales,  hasta  que  la  calle  tenga  veinte  palmos 


QUE   SE    FUÉ.  127 

reales  de  ancho;  empero  si  el  cimiento  de  las  ta- 
les paredes  pareciere  encima  de  la  tierra  un  pal- 
mo, no  sea  tenido  de  meterse  los  dichos  dos  pal- 
mos; y  el  que  lo  contrario  hiziere  incurra  en  pena 
de  tres  mil  maravedís,  conforme  al  tenor  del  pri- 
vilegio que  esta  ciudad  tiene  del  Rey  Don  Alon- 
so: y  que  el  ofizial  que  lo  contrario  hiziere  no 
use  de  su  oficio  en  seis  meses,  y  que  á  su  costa  se 
torne  d  hazer ,  y  edificar  la  tal  pared,  y  obra 
conforme  al  dicho  privilegio. 

» ítem :  Que  todas  las  aguas  de  la  dicha  ciu- 
dad, asi  como  alhellones,  y  canales  maestras,  y 
terrados,  y  tejados,  que  vayan  por  donde  solían 
ir;  empero  si  algún  terrado  ó  tejado  ó  canal 
maestra  se  huvieren  de  adobar,  que  lo  puedan 
tomar  por  aquel  lugar  mesmo  que  avian  acos- 
tumbrado, y  que  no  lo  alcen  ni  abajen,  so  pena 
que  pierdan  la  jwsesion;  y  si  algún  maestro  vi- 
niere á  hazer  las  tales  obras,  que  haga?i  testigos 
de  como  las  halla,  porque  los  señores  de  las  ta- 
les obras  no  pierdan  su  posesión:  y  el  maestro  que 
lo  contrario  hiziere  incurra  en  pena  de  seiscien- 
tos maravedís  aplicados  según  dicho  es. 

»Item:  Que  los  Vehedores  del  dicho  oficio  sean 
obligados  dos  vezes  cada  un  año  á  visitar  la  ciu- 
dad, y  las  paredes,  y  aleras,  y  cerramientos  de 
cámaras,  y  aposentos  que  afrentan  con  las  calles; 


128  MURCIA 

ij  lo  que  les  pareziere  convenir  y  ser  nezesario 
derribarse  porque  no  haga  daño  den  notizia  á  la 
Justicia  ante  Escrivano  que  tome  la  razón  dello, 
para  que  la  dicha  Justizia  con  su  declarazion  sin 
otra  averiguazion  lo  manden  derribar,  sin  em- 
bargo de  qualquier  apelazion ;  y  si  no  lo  hizieren 
incurra  en  pena  de  seiscientos  maravedís  por  cada 
vez  que  no  hizieren  las  dichas  visitas,  aplicados 
según  dicho  es,  y  paguen  el  daño  que  dello  resul- 
tare. 

i) ítem :  Qualquier  maestro  que  hiziere  qual- 
quier obra  ó  derribare  paredes,  ó  las  apuntalare 
demanera  que  en  ello  embarace  las  calles,  que 
sea  obligado  dentro  de  veinte  dias  á  dexarlas 
desembaracadas  y  libres,  según  que  antes  que  hi- 
ziera  las  dichas  obras  estacan ,  so  pena  de  seis- 
cientos maravedis  dándoles  el  señor  de  la  obra  el 
recado  necesario;  y  si  no  lo  diere,  que  el  señor  de 
la  obra  incurra  en  la  dicha  pena,  aplicados  como 
dicho  es. 

y>Item:  Que  todas  las  vezes  que  los  Vehedores 
del  dicho  oficio  fueren  llamados  para  hazer  qua- 
lesquier  visitas,  y  declaraziones,  lo  hagan  luego 
como  sean  llamados,  y  que  se  les  de  salario  por 
ello  dos  reales  á  cada  uno  por  la  parte  que  los 
llamare  y  no  mas;  y  si  mas  llevaren,  que  sea 
visto  ser  cohecho,  y  paguen  la  pena  del,  y  mas 


QUE   SE   FUÉ.  129 

seiscientos  maravedis  aplicados  según  dicho  es. 

y) ítem:  Que  todas  las  paredes  medianeras  en- 
tre vezinos  que  sean  de  tres  tapias  en  alto,  y  si 
hizieren  daño  adobarse,  aviniéndose  las  dichas 
partes,  que  las  buelvan  á  hazer  de  aquel  vitum- 
hre  que  solían  ser;  y  si  no  se  avinieren  las  partes, 
á  pedimento  de  qualquier  dellos  declaren  lo  que 
se  deve  hazer,  ó  verlo  los  Vehedores  y  por  su  de- 
claración se  determine. 

y>Item:  Que  no  se  puedan  hazer  aleras  de  ma- 
dera á  la  parte  de  la  calle ,  si  no  fueren  de  la- 
drillo, ú  de  piedra;  y  si  de  otra  manera  las  hi- 
zieren las  derriben,  y  las  hagan  de  nuevo  á  su 
costa  del  que  lo  contrario  hiziere;  demás  que  in- 
curra en  pena  de  seiscientos  maravedis  aplicados 
según  dicho  es. 

y>Item:  Que  todas  las  calles  desta  ciudad,  y 
sus  arravales  no  se  puedan  hazer  ni  hagan  pare- 
des de  tierra,  ni  de  atochas,  ni  de  cuarto  ladri- 
llo, sino  fuere  de  costra  por  lo  menos;  y  el  que 
lo  contrario  hiziere  incurra  en  pena  de  seiscien- 
tos maravedis  aplicados  según  dicho  es. 

y) ítem:  Que  los  Vehedores  sean  obligados,  si 
supieren  que  algunas  personas  obran  sin  ser  exa- 
minados, ó  contra  el  tenor  de  las  ondenanzas  á 
dar  notizia  dello  á  la  Justizia  para  que  lo  casti- 
gue, y  remedie  la  pena  contenida  en  la  ordenan- 

9 


130  MURCIA 

za,  so  pena  de  seiscientos  maravedis  aplicados  se- 
gun  dicho  es. 

»Item:  Que  ningún  oficial  sea  osado  de  car- 
gar en  pared  medianera,  ni  obrar  sobre  ella,  que 
no  estuviere  pagada  la  inedianeria ,  y  el  que  lo 
contrario  hiziere  incurra  en  pena  de  seiscientos 
maravedis  aplicados  según  dicho  es. 

))Ile?n:  Que  el  oficial  que  hiziere  obra  falsa 
pague  el  daño  al  señor  de  la  tal  obra,  y  que  in- 
curra en  pena  de  seiscientos  maravedis  aplicados 
según  dicho  es. 

nltem:  Que  ningún  oficial  que  no  sea  exami- 
nado, no  pueda  tomar,  ni  hazer  obra  á  destajo, 
so  pena  de  seiscientos  maravedis,  aplicados  según 
dicho  es;  y  que  siendo  examinado  pueda  hazer 
obras  á  destajo,  con  que  la  haga  de  muchos  ma- 
teriales y  á  vista  de  los  Vehedores;  y  que  sino 
fuere  tal  la  derriben  y  buelban  hazer  á  costa  del 
oficial  por  el  prezio  del  concierto  del  tal  destajo, 
y  mas  incurra,  en  pena  de  seiscientos  maravedis 
aplicados  según  dicho  es. 

))Item:  Que  los  que  hizieren  los  tales  destajos, 
acabados  sean  obligados  á  manifestarlos  á  los  Ve- 
hedores  dentro  de  segundo  di  a;  y  que  los  tales 
Vehedores  sean  obligados  á  visitar  la  tal  obra 
luego  como  sean  requeridos,  sin  llevar  cosa  al- 
guna por  ello;  y  si  asi  no  lo  hizieren,  y  cumplie- 


QVE   SE  FUÉ.  131 

ren,  ambos  paguen  seiscientos  maravedis  de  pena 
aplicados  segiin  dicho  es;  y  si  el  que  tomare  el  di- 
cho destajo  fuere  Ve  hedor  de  el  dicho  oficio,  á 
su  compañero  para  que  haga  el  dicho  oficio. 

i) ítem:  Que  el  primer  dia  de  fiesta  después  que 
fueron  elegidos  los  Vehedores,  lo  hagan  pregonar 
en  la  plaza  de  Santa  Catalina  desta  Ciudad  á 
hora  que  venga  á  notizia  de  todos,  como  son  ele- 
gidos por  Vehedores,  y  Alarifes  del  dicho  oficio, 
so  pena  de  seiscientos  maravedis,  aplicados  según 
dicho  es. 

y>Item:  Que  .en  paredes  medianeras  no  se  pue- 
dan hazer  chimeneas  franzesas  cavadas  en  la  pa- 
red medianera,  sin  dar  noticia  á  los  vezinos  con 
quien  confrentan  las  tales  medianerías,  so  pena 
que  á  su  costa  se  mazice  lo  que  cavare,  é  incurra 
en  pena  de  seiscientos  maravedis,  aplicados  según 
dicho  es;  pero  que  con  consentimiento  de  los  tales 
vezinos  la  puedan  hazer  sin  pena  alguna. 

y) ítem:  Que  no  puedan  hazer  necesarias  arri- 
madas á  pared  medianera,  sino  fuere  haziendo 
contra  pared  de  vn  ladrillo  de  ancho  con  mano- 
bra de  cal,  pena  que  á  costa  del  tal  oficial  se 
haga  la  tal  contrapared,  é  incurra  en  pena  de 
seiscientos  maravedis,  aplicados  según  dicho  es. 

y) ítem:  Que  no  puedan  hazer  pozo  metido  en 
la  pared  medianera,  sino  fuere  haziendo  contra 


132  MURCIA 

pared  con  consentimiento  del  vezino  so  pena  de 
seiscientos  maravedis,  y  que  á  costa  del  tal  ofi- 
cial se  desbarate  y  mazice;  pero  que  lo  puedan 
hazer  arrimado  á  la  tal  pared  medianera,  sin 
caer  por  ello  en  pena  alguna. 

y>Item:  Que  ninguno  sea  osado  de  ver,  ni  apre- 
ziar  obra  ninguna,  sin  los  dichos  Vehedores  A  la- 
rifes  del  dicho  oficio  de  A  Ibañil;  y  el  que  lo  con- 
trario hiziere  cayga  en  pena  de  mil  maravedis, 
aplicados  según  dicho  es. 

y)  ítem:  Que  por  cuanto  ay  ordenanza,  y  es  muy 
justa,  que  el  maestro  que  herrare  alguna  obra  ora 
sea  de  tapieria,  ladrillo  ú  de  otra  qualquiera  ma- 
nera, la  pague.  Y  porque  algunos  tapiadores  y  pi- 
sones sin  ser  examinados  ni  llevar  oficiales  que  lo 
estén,  en  gran  daño  y  perjuizio  de  las  tales  obras, 
hazen  tapias  sin  darles  el  hilo,  fundamento  y  ma- 
gisterio que  conviene,  de  manera  que  quedan  fal- 
sas, tuertas,  y  defectuosas:  Por  tatito  para  reme- 
dio dello,  se  ordena  y  manda  que  ningún  tapia- 
dor  ni  pisón  pueda  tapiar  en  manera  alguna 
qualquiera  obra  que  sea  donde  no  huviere  maes- 
tro examinado  que  la  tenga  á  su  cargo  y  la  vea 
y  se  halle  presente  al  tapiar,  para  que  vaya  con 
la  perfección  que  conviene,  so  pena  de  seiscientos 
maravedis  á  cada  pisón  que  tapiare  por  cada  vn 
dia;  y  los  Vehedores  que  tuvieren  notizia  dello, 


QUE    SE    FUÉ.  133 

y  no  lo  executaren  tengan  la  misma  pena,  y  pri- 
vados de  oficio,  de  no  poder  trabajar  un  7nomento 
de  partido  según  dicho  es. 

^)Item:  Por  quanto  algunos  Albañiles  acostum- 
bran embiar  á  hazer  algunos  reparos  de  obras  al- 
gunos oficiales,  que  no  están  examinados  de  maes- 
tros, pretenden  llevar  el  mismo  jornal  que  si  lo 
fuesen,  lo  qual  no  es  justo:  Por  tanto,  ordena- 
mos y  mandamos  que  ningún  oficial  que  no  sea 
maestro  examinado  del  dicho  oficio  de  Albañil, 
aunque  haga  oficio  de  tal  maestro,  pueda  llevar, 
ni  lleve  mas  jornal  que  de  manobre,  so  pena  por 
cada  vez  que  hiziere  lo  contrario  de  seiscientos 
maravedís,  aplicados  conforme  la  ordenanza. 

y) Las  quales  dichas  ordenanzas  fueron  vistas, 
aprovadas  y  mandadas  guardar  por  el  Ayunta- 
miento de  sábado  veintinueve  de  Agosto  de  mil 
y  quinientos  y  noventa  y  dos,  y  se  mandaron  pre- 
gonar y  pregonaron  el  dicho  dia,  como  pareze  del 
original;  de  que  yo  Tomás  Pérez,  Escrivano  ma- 
yor del  dicho  Ayuntamiento  doy  fe,  y  me  remito 
á  él,  en  cuyo  testimonio  lo  signé. — Tomás  Pérez.  » 

Seguidamente  y  después  de  mandar: — Que  na- 
die ha  osado  hacer  ni  causar  ruina  en  las  Mura- 
llas para  tomar  ladrillo  ni  tierra  dellas ,  bajo  pena 
de  tres  mil  maravedís. — Que  los  ladrillos  sean  del 
marco  de  la  ciudad  y  estén  bien  cocidos  y  firmes, 


134  MURCIA 

bajo  pena  de  seiscientos  maravedís. — Que  el  mor- 
tero sea  de  costra  y  no  véndase  á  más  de  medio 
ducado  el  cahiz  y  catorce  maravedís  cada  carga  de 
arena  bajo  igual  pena,  según  dicho  es. — Y  que 
la  cal  véndase  asimismo  medida  con  el  cahíz  que 
la  ciudad  tiene ,  bajo  igual  pena  quien  lo  contra- 
rio hiciere  ;  recordóse  de  nueva  aprobación,  como 
para  de  adelante  estas  que  son. 
ORDENANZAS  DEL  PESO  DEL  YESO. 
ííJuan  de  Morales,  Fiel  del  peso  del  yeso,  besa 
ü  V.  S.  las  manos  y  dize:  Que  respecto  de  pa- 
rarse los  yeseros  en  el  rincón  de  la  pared  del 
Santo  Oficio,  y  no  pararse  junto  al  Matador,  en 
el  Ínterin  que  se  les  viene  á  comprar  el  yeso,  ha- 
zen  muchas  cosas  mal  hechas  y  por  dar  doce  ar- 
rovcis  dan  nueve;  y  asi  teniendo  quenta  con  esto, 
he  tomado  dos  costales  que  pesaron  nueve  arro— 
vas,  que  es  carga  y  media,  y  los  echaron  en  dos 
pollinos,  y  lo  vendieron  por  dos,  y  los  tengo  en 
mi  poder  hasta  que  V.  S.  provea  en  esto  de  re- 
medio: Y  para  que  esto  cese  y  que  cada  vno  lleve 
lo  que  es  justo,  jñdo  á  V.  S.  mande  se  pregone 
publicamente,  imponiéndoles  penas  á  los  yeseros, 
no  paren  en  ninguna  parte  sino  junto  al  peso, 
como  solian  hazer  de  antes,  para  que  yo  vea  lo 
que  cada  vno  vende;  y  en  ello  V.  S.  proveerá  lo 
que  fuere  servido. 


QUE   SE    FUÉ.  135 

y)Otro-si  digo:  Que  los  dichos  yeseros  traen  cos- 
tales rotos,  y  se  les  va  cayendo  el  yeso,  y  algu- 
nas personas  se  qiiexan  de  que  se  van  derramando 
por  las  calles:  Pido  á  V .  S.  mande  que  el  que 
llevare  los  costales  rotos,  corra  por  su  quenta  si 
diere  el  yeso  falto;  que  llevándolos  sanos,  yo 
tomo  á  mi  quenta  la  falta  que  en  ello  huviere.  Y 
para  ello,  etc. — Juan  de  Morales. 

»En  el  Ayuntamiento,  que  la  Muy  Noble  y 
muy  Leal  Ciudad  de  Murcia  tuvo  Martes  once 
dias  del  mes  de  Febrero  de  mil  y  seiscientos  y 
tres  años,  se  leyó  esta  petizion  y  se  acordó  se  pre- 
gone publicamente,  los  dichos  yeseros  paren  donde 
se  dize  en  esta  petizion,  y  que  traigan  los  costa- 
les sanos,  so  pena  de  seiscientos  maravedis,  apli- 
cados conforme  la  ordenanza. — Alonso  Enri- 

QUEZ.» 

Tocaron  la  trompeta ,  cerróse  la  ventana,  todos 
cubriéronse  las  cabezas ,  y  metieron  en  la  cárcel  á 
los  reos  que  presos  habían  hecho  por  desacato, 
para  les  juzgar  la  justicia.  No  hablóse  todo  el  dia 
de  otra  cosa  que  de  tal  desaguisado ,  y  del  orden 
y  penas  de  la  ordenanza  que  por  todo  penas  apli- 
caba ;  y  cuando  la  noche  vmo,  reforzáronse  los 
guardias,  salieron  las  rondas  en  armas  armadas, 
voces  de  alerta  dábanse  por  callejas  y  cantones, 
por  si  tornaba  el  gallo-matías  de  la  mañana;  y 


136  MURCIA 

Picoleta  después  de  haber  formado  gremio  en  hom- 
bres de  razón  y  forma ,  fuese  á  descansar  como 
yo  ahora  lo  hago. 


TABLA  VIII. 

MARTA  CARANTOÑERA. 

Representa  una  conocida  casa  de  mariceberias  donde  ofen- 
díase mucho  á  Dios  con  malos  tratos:  también  conócese  un 
ingenioso  romance  y  otras  cosas  dignas  de  saberse. 


X  oR  los  años  del  Señor  mil  quinientos  sesenta 
y  uno  á  sesenta  y  tres,  más  afuera  de  la  puerta 
del  Porcel  trujo  el  limo.  Sr.  Obispo  Almeida  los 
PP.  de  San  Ignacio  de  la  Compañía  de  Jesús,  y 
fabricólos  casa  que  colegio  es  y  ellos  así  le  intitu- 
lan, cabe  la  Acieca  mayor  de  la  Aljufia ;  la  cuya  fá- 
brica que  es  de  piedra  sillar  con  iglesia  á  San  Es- 
teban aún  consérvase :  para  más  vistoso  el  camino 
plantado  han  alameda  de  álamos,  y  algunos  seño- 
res que  allí  tienen  tierras  y  casas  morunas  de  la 
Arrijaca,que  allí  era,  hanlas  dado  en  alquiler;  pero 
con  el  tiempo  ha  venido  á  ser  barrio  de  pecados  y 
mal  vivir,  en  particular  toda  la  calle  que  de  la 
Acequia  llaman ,  por  detrás  de  las  Madres  Capu- 


QUE   SE  FUÉ.  131 

chinas  desde  Santa  Clara  la  Real  hasta  el  cantón 
la  susodicha  Compañía ,  donde  casi  frente  labrado 
há  buena  casa  con  balconaje ,  un  señor  de  los  de 
Avellaneda  como  déjase  ver  en  los  escudos  del 
portón  y  ventanas.  Yo  quisiera,  lector,  que  tú 
cogiendo  las  colores  que  adobadas  tengo  para  pin- 
tar este  cuadro  de  mi  retablo  de  imaginería ,  pu- 
siéraslas  sm  que  ofensa  dieren  al  Señor  y  mal 
ejemplo  de  doctrina ,  atento  de  que  tratándose  de 
gente  perdida  y  deshonesta,  fácil  es  que  la  pin- 
tura tan  verde  sea  y  picante ,  que  avergüence  á 
los  ojos  y  al  oido  escandalice ,  que  si  verdad  fué 
la  de 

Con  mancebas  y  amancebados 
cumplimientos  son  excusados, 

también  justo  es  que  yo  te  trate  como  quien 
eres ,  cristiana  y  honestamente ,  porque  familia 
tienes  y  no  debes  tapar  esta  tabla  á  tus  hijos,  que 
también  la  privación  causa  el  apetito  de  curiosi- 
dad. Asqueroso  ha  sido,  es  y  será  siempre  el  pe- 
cado; sólo  he  de  pintarle  desde  fuera  su  asque- 
rosa caverna  de  condenación ,  y  perdóname ,  pío 
lector,  si  la  color  mancha,  por  cuidado  que  ponga 
y  tientico  que  pinte.  Sobre  campo  alguno  poner 
hé  á  las  imágenes,  y  campo  harán  estos  decumen- 
tos  que  autos  de  cabildos  de  los  señores  Mur- 
cia son: 


138  MURCIA 

«  En  el  cabildo  ordinario  de  veintitrés  de  No- 
viembre de  mil  seiscientos  y  treze  años,  entró  en 
el  Ayuntamiento  el  P.  Rector  de  la  Compañía 
de  lesus  y  propuso  á  esta  ciudad:  Que  bien  sa- 
bían que  las  casas  de  las  mancevias  estavan  cer- 
canas al  colejio  y  aulas  y  la  juventud  se  perdía, 
y  asi  lo  representava  ser  cosa  nezesaría  y  conve- 
niente que  las  dichas  casas  se  quiten  de  aquella 
parte,  y  el  que  por  nuestros  pecados  se  permitía, 
que  haría  se  pasasen  ó  mudasen  á  otra  parte  qtie 
no  causare  tanto  daño  y  perjuizio  como  en  la  que 
estavan,  y  que  esto  la  ciudad  lo  debía  hazer  por 
muchas  razones  alguna  de  las  quedes  fue  dezir 
que  los  muchachos  y  jente  moza  que  acudían  al 
estudio,  luego  se  ivan  á  dichas  casas,  y  con  la 
fazilidad  de  su  hedad  y  ocasión  tan  peligrosa  con 
fazilidad  caían  en  la  mala  inclinación  de  aquel 
pecado,  que  es  de  calidad  que  permanezca  decli- 
nando á  el:  de  manera  que  resultan  sobre  la  lim- 
pieca  y  pulizia  que  se  deve  á  la  buena  gravedad 
y  pulizia  que  se  devía  d  la  buena  conducta  de  los 
religiosos  que  la  deseavan  con  su  doctrina,  y  que 
casi  todos  los  estudiantes  que  se  han  separado  del 
camino  de  la  virtud ,  pjor  cuyas  razones  y  otras 
no  se  devía  permitir  que  tales  casas  estuvieren  en 
aquel  lugar  y  sitio,  sino  apartadas  del  trato  y 
comunicazion  de  la  gente,  pues  de  lo  contrario 


QUE    SE  FUE.  139 

resultarían  muchos  daños  y  la  ciudad  quedó  en- 
terada . » 

«En  el  cabildo  ordinario  de  diez  y  seis  de 
Mayo  de  mil  seiscientos  y  quince  años:  Se  acordó 
que  siendo  esta  casa  de  D.  Rodrigo  Pux  Marin, 
conveniente  á  esta  república,  y  buena  orden  para 
la  juventud  que  se  le  mande  á  otra  parte,  y  la 
de  menos  daño  que  la  ciudad  ha  hallado,  y  que 
esta  manzevia  hera  de  los  mayorazgos  de  dicho 
Señor,  y  que  la  ciudad  no  se  halla  con  fondos 
para  edificar  otra  y  comprar  el  sitio  para  ella 
que  se  ha  tasado  en  mil  quinientos  ochenta  du- 
cados, que  S.  M.  dispusiese  de  que  fondos  si  se 
llevase  á  efecto  su  traslazion.» 

v.En  el  cabildo  ordinario  de  sábado  onze  de 
Diziembre  de  mil  seiscientos  veinti  siete  años.  Los 
señores  de  la  Comisión  nombrada  para  examinar 
y  contestar  sobre  la  Real  Providenzia  ganada 
por  el  convento  de  Santa  Clara  la  Real  acerca 
del  Molinillo  que  llaman  de  Pacheco,  entregaron 
su  parezer  que  es  el  siguiente:  Que  la  relazion 
hecha  d  S.  M.  por  dicho  convento  de  Sa?ita  Clara 
la  Real  desta  ciudad  en  quanto  dize  que  junto  á 
las  paredes  y  huerto  de  dicho  convento  hay  un 
despoblado  que  llaman  el  Molinillo  de  Pacheco, 
y  que  en  el  se  echan  inmimdizias  y  basuras  por 
estar  como  descubierto  sin  puertas,   y  que  alli 


140  MURCIA 

asisten  algunas  personas  á  jugar  á  los  volos:  Que 
ordinariamente  se  llega  alli  jente  de  mal  vivir  á 
jugar  y  á  otros  vizios,  y  que  con  las  tnuchas  vo- 
zes  que  dan  se  sigue  mucho  escándalo  ¿inquietud  á 
las  religiosas  es  cierto  y  verdadero:  pero  en  quanto 
questá  arrimado  tí  las  paredes  del  convejito  y  edi- 
fizio  digo:  Entre  sitio  y  molino  hay  calle  publica 
de  quinze  pies  de  ancho  por  donde  se  sale  á  la 
huerta,  campos  y  demás  terrenos  desta  ciudad,  y 
tí  ciertos  particulares  cercados  y  cerrados  que  no 
tienen  ni  pueden  tener  otra  entrada  sino  es  por 
dicha  calle:  Que  es  justo  no  escuse  el  muladar 
que  alli  hay,  y  el  daño  que  dello  se  puede  seguir 
al  citado  convento:  y  asi  en  cuanto  á  que  S.  M. 
mande  cerrar  el  dicho  sitio  para  incorporarle  á 
su  convento  pagándose  su  valor  no  se  puede  per- 
mitir la  tal  cosa  porque  seria  quitar  dicha  calle 
y  salida  siendo  de  tanta  importanzia,  no  pudién- 
dose dar  otra  entrada  para  los  huertos,  huertas 
y  haziendcis  que  alli  hay,  antes  seria  quitar  tí  los 
dueños  el  hueco  y  aprovechamiento  para  sus  ha- 
ziendas,  pues  es  imposible  darles  otra,  salida  y 
entrada.  Y  sobre  el  muladar  basura  y  juegos,  se 
ponga  el  ser  que  antes  estaba. )) 

Fronteros  á  la  puentecica  de  la  portada  de  la 
iglesia  de  la  Compañía  y  medianero  á  la  grande 
casa  ya  susodicha,  habian  los  terrenos  de  Pux 


QUE   SE  FUÉ.  141 

Marín  que  son  como  cercados :  entrábase  por  un 
portón  que  cerrado  estaba  con  sólo  abierto  el  pos- 
tigo, que  clavos  tenia  de  caladico  rejero,  y  visa- 
grotes  de  labores  á  todo  lo  ancho:  al  entrar  estaba 
el  corral  que  guardaba  pinocha  y  leña  en  el  rin- 
cón de  la  mano  smiestra ;  frontero  estaba  uno  co- 
mo muladar  para  hacer  estiércol ,  y  otra  como 
barraca  moruna  en  que  de  noche  metian  ovejas. 
A  la  derecha  mano  entrábase  en  las  viviendas  que 
eran  formadas  por  dos  termmados  ó  pisos ;  el  pri- 
mero tenia  de  zaguán  la  guisa ,  negras  las  pare- 
des como  zorrera  (usando  como  propio  este  nom- 
bre), y  más  dentro  otro  zaguancico  que  servia  de 
pasadizo  á  la  escalera.  Como  cancerbero  de  puerta 
de  los  infiernos  habia  una  vieja  de  raido  vestido, 
con  zagalejo  corto,  manto  negro,  manos  de  látigo 
y  cara  de  baqueta ,  allí  en  espera  como  aquel  para 
tragarse  á  los  pecadores.  Marta  llamábase,  y  Ca- 
rantoñera de  mote  pusiéronla  por  las  muchas  ca- 
rantoñas que  hacíales  á  los  que  amigos  suyos  eran 
antes  de  entrar,  y  enemigos  tornábanse  maldición 
echándoles  á  escaparse  las  presas  si  atrás  volvían- 
se: sentada  estaba  en  una  arca;  calentaban  á  sus 
zapatos  de  orejeta  pocas  ascuas  de  una  lebrilla  ro- 
ta; tenía  en  la  mano  un  rosario  de  cuentas  gor- 
das con  crucQta  de  Caravaca  ,  y  sobre  su  cabeza 
habían  pegado  con  gachas  en  la  pared  romances. 


143  MURCIA 

villancicos,  estampas  y  la  bula  de  las  indulgen- 
cias, que  todo  y  más  necesitaba  ;  hacianla  siempre 
tertulia  algunos  rufianes  de  alquiler,  que  son  cria- 
dos sin  acomodo,  y  ladraba  un  perro  chiquitejo  y 
rollizote  á  sentir  pasos,  que  echado  habiase  bajo  de 
una  mesica  bufete ,  en  que  estaba  picando  con  se- 
ñales de  fullería  en  los  naipes  de  una  baraja  un 
mozo  con  capa  negra  y  caida  á  un  lado ,  y  el  otro 
lado  tan  sin  ella  que  se  vian  las  faldillas  de  un  mal 
coleto  de  badana;  un  sombrero  viejo  calábase, 
calzando  medias  amarillas  y  zapatos  blancos  muy 
picados.  Casa  de  mala  vida  érase  aquella,  y  vida 
mala  era  la  que  hacían ;  alzábase  al  toque  de  alba 
la  tia  Marta,  y  sin  ruido  salia  á  oir  la  primera 
misa ,  no  por  devoción ,  sino  por  aparentar  con 
los  PP.,  que  devota  era,  y  no  tan  mala  como  la 
decian ;  á  seguida  ibase  á  la  plaza  por  conocer  ca- 
ras nuevas ,  que  rendimientos  pudieran  causar  y 
rendimientos  ella  tener  para  su  bolsa  luego  tra- 
yéndolas  á  casa :  tomaba  recadicos  de  señores, 
como  citas  peligrosas,  buscamientos  ilícitos  y  de- 
mandas de  pecadoras,  por  medio  de  criadas  y 
criados,  que  públicas  hacian  las  vergüenzas  de  sus 
amas  y  amos,  por  ilustres  y  grandes  que  fueren, 
resultando  lo  de 

Ruñan,  manceba  y  criados    ' 
son  enemigos  pagados. 


QUE   SE   FUÉ.  143 

Daba  luego  la  vuelta  y  tomaba  chocolate  con 
un  covachuelo  del  ¡lustre  señor  corregidor ,  que 
paraba  (y  jugaba  al  parar),  las  quejas  y  reclamados 
que  contra  aquel  reclamo  hacíanse  por  causa  de 
escándalos  y  otras,  sm  que  nada  alcanzase  cor- 
regir las  malas  costumbres :  luego  que  aquel  ibase 
á  las  casas  de  la  corte,  ella  sacaba  de  un  cuarto 
excusado  como  cuadra  algunos  muchachicos  y  za- 
galas que  á  dormir  venían ,  y  repartíales  en  en- 
cargos del  oficio :  estudiantes  venían  después, 
para  cuyo  trabajo  de  balde  rabiaba  la  tia  Marta; 
dejábalos  entrar  pocas  veces  y  sólo  cuando  blan- 
cas enseñaban,  que  sabido  es  que  no  las  habían 
de  sacar  otra  vez  á  la  calle,  habiendo  arriba  aves 
de  rapiña  y  abajo  perros  de  presa  con  tizona;  más 
tarde  venían  las  gentes  de  la  garduña  y  arriba 
subíanse,  á  lo  del  manoseo  con  las  manos  de  las 
mozas ,  y  luego  con  las  monedas  que  hubieran 
hurtado  la  noche  antes  en  tahuerías,  caminos  ,  ca- 
llejones y  barracas  mal  guardadas  ,  como  en  la 
plaza  de  trampa  y  estafa;  amen  del  reparto  de 
todo  y  traza  para  el  día  ,  concertando  puñaladas, 
cintarazos  ó  palizas  de  todos  precios  y  clases,  se- 
gún los  peligros,  echando  luego  guante  entre  to- 
dos para  limosna  á  San  Antonio  que  en  la  pared 
de  la  cámara  .alta  había  en  lienzo,  tan  mal  en  pin- 
tura como  le  ponían  aquellos  juradores  maldicien- 


1 44  MURCIA 

tes  cuando  salíales  mal  su  lucrativo  trabajo.  Sa- 
lían á  poco  las  mozas  al  zaguán ,  peinábanse  unas 
á  otras  en  rilera,  con  moño  de  picaporte  ó  cabe- 
lleras crespas ;  jubón  y  pañuelo  bordado  sobre  ar- 
mador y  zagalejo  totanero  poníanse  las  que  de 
baja  estofa  parecer  debieran ,  y  las  otras  calzá- 
banse chapines,  vestíanse  de  grandes  señoras,  po- 
níanse lazos  en  la  sujaulica  de  peinado  empolva- 
do, y  á  paseo  marchaban  para  enebrar  cada  una  su 
aguja  con  el  hilo  que  la  fortuna  le  diere ,  hilando 
cada  cual  su  copo  y  ande  el  uso,  con  tal  desver- 
güenza y  tan  grande  descoco  que  no  podía  ser 
más,  con  el  fin  de  prender  al  paso  en  sus  agui- 
landeros  y  lascivos  ojos  al  que  primero  pudieren 
y  dejárase :  jugaban  á  todos  los  juegos  en  los  al- 
tos con  grande  algazara  de  maldiciones  y  blasfe- 
mias ,  entraban  y  salían  mucho  en  la  casa  ó  en 
los  juegos  de  bolos  de  junto  á  Santa  Clara  la  Real 
en  el  Molinillo,  y  nadie  allí  comía  marchándose  á 
los  bodegones,  de  donde  algún  zagal  traía  á  la  tía 
Marta  condumio  de  carne  ó  pescado  según  los  di- 
neros. Quedo  todo  quedaba  á  las  oraciones  y  en- 
tonces empezaba  el  entrar  y  el  salir  de  mujeres 
tapadas,  solas  y  en  compaña  ,  embozados  galanes, 
y  viejos  en  disfraz ,  á  los  que  Marta  hacia  caran- 
toñas con  acatamientos;  y  usías  y  excelencias  lla- 
mábales  aunque  basureros  fueren   con    tal   que 


QUE    SE    FUÉ.  145 

pagaren  en  fuerte;  cerrándose  á  las  ánimas  el  pos- 
tigo que  no  abierto  era  sino  á  gente  muy  necesi- 
tada de  refugio,  ó  los  justicia  y  cuadrilleros  que 
allí  dormian  muchas  veces,  juntos  con  los  mismos 
á  quienes  traían  orden  de  les  prender  y  sueltos 
dejaban.  Así  aparroquianado  habíase  aquella  ser- 
piente después  de  gastar  su  mocedad  en  malos 
tratos;  guardosa  fué  siempre,  y  carantoñas  ha- 
ciendo conocida  era  de  las  justicias  á  quienes  ser- 
via para  menesteres  de  nuevas  y  engañadoras 
Proserpinas ,  dando  apoyo  á  cierto  alarife  pano- 
cho intitulado  Barraca  de  mal  nombre,  intruso  y 
de  malas  acciones,  y  con  él  puso  el  trato  de  ga- 
nado y  leña ,  que  ocultaba  otro  con  el  cual  ganaba 
almas  para  el  infierno  y  leña  para  atizar  las  eter- 
nas hogueras  de  Pedro  Botero, 

Dia  era  aquel  de  grande  regocijo,  y  parroquia- 
nos esperábanse,  cuando  tan  de  trabajo  andabe 
el  mozo  con  los  cartones  de  baraja;  barrido  habían 
la  entrada ,  y  motivólo  que  venido  había  la  noche 
antes  una  nueva  alhaja  Lorquina,  que  á  la  sazón 
bailando  parrandas  hallábase  en  el  terminado  alto, 
al  son  de  guitarrones  y  malas  palabras.  Moza  era 
y  afamada  del  partido:  llamábase  Panderetica  por 
lo  retocada ,  boquirrisueña  ,  caríredonda  y  deci- 
dora ;  con  más  afeites  que  calafateos  una  galera 
de   mar:    meneaba   la    cintura  á  menudo,  la  que 

10 


146  MURCIA. 

oprimía  un  corpino  bordado  de  lentejuelas,  y 
suelto  el  escote  traia :  ojos  bailarines  y  un  lunar 
en  un  labio  templaban  la  música  de  aquel  ins- 
trumento de  pecados,  que  saltaba  con  demasiado 
garbo  con  sus  desnudos  pies  entre  escudillas  de 
vino  llenas  ,  que  al  acabar  la  copla  bebíanse  los 
presentes  á  su  salud ,  con  grande  vocería  de  que 
hablar  no  puedo.  Tanimientras  hablaban  abajo  cele- 
brándola los  dos  rufianes;  y  dijo  la  tia  Marta,  que 
no  servia  ni  para  descalzar  á  una  compañera  suya, 
que  Catalina  la  Embustera  habíase  llamado,  y  de 
cuyas  hazañas  impreso  tenia  un  romance  allí  en  la 
pared  pegado  que  habíala  escrito  un  amo  que  fué 
suyo  hacia  años,  y  le  decían  D.  Jacmto  Polo  de 
Medina,  coplero  y  cura  de  chiste  ,  el  cual  dejó  á 
Catalina  doncella  inocente  cuando  él  fuese  á  Ma- 
drid; y  cuando  á  unos  cuantos  años  dió  la  vuelta, 
encontróla  ya  remendada  y  corrida  por  todas  las 
calles  de  Murcia  ,  por  lo  que  la  compuso  el  suso- 
dicho romance  ;  levantóse  uno  de  ellos,  buscóle 
con  la  vista  entre  las  estampas  y  demás  papeles 
que  pegados  habia  en  la  pared  ,  topándole  por  úl- 
timo ;  y  destelarañándolo  con  el  embozo  del  fer- 
reruelo, leyó  deste  modo  (25). 

Catalina  la  Embustera, 
La  que  en  Murcia  mereció 
Nombre  de  linda  su  cara, 


QUE   SE   FUÉ.  147 

De  falsa  su  condición. 

La  que  por  su  hermosura 
Vivió  en  la  Puerta  del  Sol, 
y  en  la  Plazuela  de  Gracia 
Por  las  gracias  de  su  humor. 

La  que  dicen  que  en  su  casa 
Es  Molino  del  Amor, 

Y  sino  la  dio  maquila 
La  Posada  del  León. 

Quien  vive  en  el  Paraíso 
Para  el  Ángel  que  la  dio , 

Y  al  sañuelo  de  su  escudo 
Es  del  Águila  el  Cantón. 

La  que  es  calle  de  Cadena 
Para  quien  se  la  ferió , 

Y  es  calle  de  Adelantado 
En  los  gustos  y  el  favor. 

Por  la  rica  Lencería 
La  Trapería  dejó, 

Y  por  tener  puerta  falsa 
A  La  Merced  se  pasó. 

Y  al  que  más  franco  la  sirve 

Y  con  lealtad  la  amó, 

En  el  Cantón  del  Cabrito 
Le  da  por  manso  mansión. 

Guárdense  della  y  su  amante 
Después  que  viven  los  dos , 
_É1  en  la  puerta  del  Toro, 
Ella  en  la  de  la  Traición. 

Mas  por  registrar  los  dientes 
Para  sus  hechizos  hoy, 
Junto  á  los  Descabezados 
Me  dicen  que  se  mudó. 

La  Plazuela  de  los  Gatos 
Es  cierto  que  la  parió, 


148  MURCIA 

Pues  luego  le  dice  mío 

En  columbrando  un  doblón. 

Es  su  amor  tan  quebradizo 
Que  este  vicio  la  trocó 
En  puerta  de  Vidrieros 
En  la  más    fuerte  ocasión. 

En  la  calle  Alta  vive 
Si  del  que  la  enamoró 
En  el  Cantón  de  la  Muerte 
Su  dinerillo  espiró. 

Pero  ya  no  la  pasean 
Que  el  tiempo  la  paseó, 

Y  en  la  Corredera  vive 
Corredera  del  amor. 

Y  aunque  nos  vende  sus  labios 
Por  guinda,  clarín  su  voz 

La  plaza  del  Almenar 

Su  boca  y  sus  dientes  son. 

Y  como  todos  registran 
En  su  libro  por  mayor, 
Es  Puerta  de  la  Aduana 
Al  rico  ,  que  al  pobre,  no. 

Mas  después  de  sus  trabajos, 
Para  pasarlo  mejor 
Vivió  en  La  Pellejería 

Y  en  La  Puridad  bebió. 

Celebraron  mucho  el  donaire  y  saber  con  que 
trataba  aquel  papel  de  la  vida  de  Catalina  la  Em- 
bustera, y  diéronla  prez,  que  honra  no  puédese 
dar  ya  á  quien  la  pierde  ,  que  vidrio  quebradizo 
es  que  no  admite  pegaduras ;  y  estando  en  esto, 
vinieron  dos  mozuelas  contando  con  desenfado  su 


QUE  SE    FUÉ.  •  149 

vida  y  milagros;  una  de  ellas  con  medias  pajizas, 
la  mantilla  rodeada  á  la  cintura ,  y  el  pelo  atado 
con  una  cinta  que  de  añusca  se  habia  vuelto  ne- 
gra ;  trayendo  la  otra  un  brial  rayado  de  azul  y 
blanco,  pañizuelo  de  ramos  y  mantico  por  el  pes- 
cuezo :  casadas  eran  y  mal  de  sus  mandos  habla- 
ban ,  achacándoles  su  estado,  porque  poco  gana- 
ban ellos  de  jornal,  y  más  necesitaban  ellas  cuando 
menester  las  era  buscarlo  en  picos  pardos ;  di- 
ciendo de  ellos  que  eran  chulampos ,  tinosos  y 
tuertos  pelados:  blasfemando  saludos  de  Ave  Ma- 
ría y  tapándose  las  caras  subiéronse  á  las  cáma- 
ras ocultas,  y  detrás  entraron  dos  embozados  que 
siguiéronlas  por  la  escalera  sin  hablar  palabra.  A 
poco  vinieron  cuatro  mujeres  de  medio  arte  entre 
manticoy  mantillota:  en  cuanto  á  lo  acicalado  del 
rostro  hojitas  toledanas  eran,  y  en  lo  desgarrado  y 
desenvuelto,  ni  las  Hericas  ni  la  calle  de  los  Moros 
las  igualaba;  empezaron  á  echar  de  la  gloriosa  v  á 
enseñar  unas  á  otras  las  arracadas  y  manillas,  pa- 
sando á  enseñar  las  enaguas  en  todo  aquello  que 
permitió  la  desvergüenza,  diciendo  que  Juana 
habia  pasado  cuatro  cursos  en  la  galera,  v  de  que 
á  Celedonia  tratábala  bien  su  amo,  aunque  no  te- 
nia propina  señalada ;  que  á  la  Jarrica  dábala  el 
suyo  dos  reales  y  luz,  y  la  Triguera  no  tenia  con 
su  amante  cuentas  sino  de  medio  partir  en  ajuste 


150  MURCIA 

ganando  por  entero  ,  añadiendo  una  (que  llevaba  ' 
la  mantilla  á  lo  de  la  Chaves)  que  ella  por  más 
que  trabajaba,  no  podia  desempeñar  su  ropa  que 
buena  era,  y  de  que  por  empeño  debía  mil  reales; 
y  dijo  que  no  mentia  ,  pero  gordo  fué  su  em- 
bustí. 

Inquietaron  esta  conversación  cuatro  guapos  de 
los  de:  «Cuerpo  de  Cristo  con  mi  alma».. Uno  era 
soldadico  y  no  digo  más  ,  un  golilla ,  otro  parecía 
lacayo,  y  otro  estudiante  de  prendas ;  recibiéron- 
los con  el  desenfado  de  pedirles  merienda  al  mos- 
trarles que  ya  el  sol  no  estaba  en  las  bardas  del 
corral ,  y  jugando  de  palabras  y  obras  siguieron 
con  requiebros  de  querer  copas  y  oros ,  tornán- 
dose bastos  y  espadas ,  que  á  lo  mejor  dos  hom- 
bres vinieron  y  sin  decir  golpes  van  ni  en  guardia 
pónganse  ,  sacando  las  tizonas  con  gallardo  brio  y 
esgrima,  el  polvo  sacudian:  dos  de  los  cuatro  hu- 
yeron por  imitar  á  los  otros  dos;  á  las  mozas  los  va- 
lerosos acometiendo  luego,  pusiéronlas  en  huida, 
y  á  los  gritos  salieron  los  rufianes:  batalla  trabóse; 
la  esquilica  de  la  Compañía  tocó  á  rebato,  acu- 
diendo de  fuera  muchos  corchetes ,  los  cuales  con 
tono  espantoso  de  «Ténganse  á  la  justicia»  los  apa- 
ciguaron ;  cuerda  hicieron  con  todos  y  todas  por 
escándalo  (que  el  Ilustre  señor  corregidor  habia 
también  acudido  por  estar  á  la  sazón  en  visita  en 


QUE   SE   FUÉ.  151 

el  colegio  de  los  Padres),  pues  no  podia  negarse 
con  dádivas  el  hecho ,  y  con  sus  pecadores  cuer- 
pos en  la  cárcel  dieron ,  probándose  con  ello  que 
«quien  mal  anda,  mal  acaba,»  como  dijo  un  Ro- 
drigón que  viólos  pasar  por  la  calle  de  Bodegones, 
donde  hemos  luego  de  le  conocer:  descansa  tani- 
mientras,  y  perdona  pió  lector. 


TABLA  IX. 

.RODRIGÓN  DE  BODEGÓN. 

Representa  calle  de  Bodegones :  conócese  á  una  rara  per- 
sona ,  como  á  noblezas  de  Murcia ;  y  á  más  de  una  cuestión 
de  dineros,  las  ordenanzas. 


D, 


E  ricas  y  hermosas  tierras  venido  há  siempre 
lo  rico  cuanto  hermoso,  y  de  lejanas  lo  que  más 
lejano  de  nuestro  ánimo  ha  estado ,  como  costum- 
bres caen  cada  día  de  nuevo  dignas  de  saberse 
en  los  venideros  tiempos  guardadas  en  el  arca  de 
los  escritos,  por  aquello  del  que  guarda  halla,  y 
aprovecharse  puede  dos  veces  y  más  si  guardador 
fuere.  Es  ella  una  costumbre  que  trujeron  tiempo 
há  no  de  lejana  tierra  sino  de  lejanas  aguas,  por- 
que éstas  sostienen  una    ciudad   rica  y  hermosa: 


152  MURCIA 

de  agua  son  sus  calles  y  plazas ,  vase  de  parte  á 
parte,  no  en  carros,  carrozas  ni  sillas  volantes, 
sino  en  barcos  que  nombran  góndolas,  y  poca 
tierra  se  pisa  por  su  intrincado  laberinthio  de  pa- 
sadizos y  puentecicas ,  mayor  y  más  revesado  que 
el  que  coronicas  dicen  de  otra  ciudad  que  Creta 
llamaron  en  otra  parte ,  y  toda  en  tierra  en  atra- 
sado tiempo.  Venecia  intitulan  ésta  del  agua,  y 
celebrada  fué  por  poetas  y  grandes  ingenios  por 
su  gobierno,  que  ni  Rey  ni  Roque  tiene,  sino 
unos  señores  (jue  consejo  forman  con  otro  como 
medio  rey  y  medio  general,  que  matrimonia  con 
la  Mar  cada  año  con  fiestas  y  regocijos,  desde  un 
hermoso  barco  como  galera  que  nombre  revesado 
tiene,  y  al  agua  tira  un  anillo  en  arras  de  boda. 
República  dicen  á  este  desgobierno,  con  el  que 
desastres  y  descontentados  hubo,  así  cual  pasa- 
jes como  el  del  año  del  Señor  novecientos  treinta 
y  dos,  en  que  como  costumbre  habian  de  se  casar 
los  nobles  y  ciudadanos  principales  en  un  mismo 
dia  ,  víspera  de  la  Purificación ,  hiciéronlo  éstos 
llevando  cofres  de  alhajas ,  músicas  y  convidados 
en  la  iglesia  del  Olivólo  que  llaman :  cuando  en  la 
cerimonia  estaban,  vinieron  con  ratera  y  malévola 
traza  unos  Istriotas  ,  sacaron  della  con  pelea  y 
matanza  á  las  novias  amen  de  sus  galas  y  jo- 
yas; pero  si  placer  lograron,  luego  pagáronlo  caro, 


QUE  SE  FUÉ.  153 

pues  los  venecianos  rescatáronlas  á  aquellas,  dán- 
doles muerte  á  todos  el  Dux  Pedro  Candiano  II, 
en  el  mismo  dia ;  y  función  hacen  á  Nuestra  Se- 
ñora que  dicen  de  las  Marías ,  todos  los  años,  á  la 
que  van  doce  doncellas  con  cirios  (26).  En  esta 
hermosa  ciudad  tiénese  por  gala  no  querer  los 
maridos  á  sus  mujeres  ,  y  asimesmo  no  dejar  de 
ser  celosos,  con  la  cual  manía,  modo  raro  y  sin- 
gular estratagema  sacaron  hace  tiempo ,  dando 
sus  veces  por  celar  las  mujeres  y  señoras,  á  un 
criado  que  caballero  es  y  acompáñalas ,  empleo  de 
calidad  en  las  casas  en  comedio  el  amigo  y  el 
ayuda  de  camera;  llámanlos  Sigisveos,  con  particu- 
lar encargo  de  cabe  la  señora  estar  y  la  servir  en 
compaña  al  desayuno,  en  el  tocador,  la  iglesia,  el 
paseo  y  á  los  corrales  de  comedias  ;  arreglan  de 
ingenio  fiestas  y  diversiones ,  y  de  la  señora  teso- 
reros lo  son:  desaire  sena  no  convidar  al  princi- 
pal dellos,  si  á  la  señora  convidárase  á  un  sarao;  si 
muy  rica  y  noble,  cuando  sale,  muchos  guárdanla; 
para  el  brazo  derecho  y  el  siniestro ,  traer  uno  el 
abanico,  otro  la  mantellina,  los  guantes  otro;  y 
uno  dellos  el  Bravo  llámanle ,  porque  encargado 
es  de  asesinar  á  los  amantes,  andar  á  cuchilladas 
con  pretendientes  de  amor,  y  cortar  la  cara  á  las 
esposas  infieles  para  las  conocer.  Como  lo  malo 
pégase  más  que    lo    bueno  por    bueno   que  sea, 


154  MURCIA 

traído  han  á  nuestras  Españas  los  ricos  hombres 
que  de  Italia  vienen  esta  costumbre ;  teniendo 
abates  que  hasta  visten  y  peman  las  señoras, 
acompáñanlas  siempre  como  si  eunucos  fueren ,  y 
otros,  sin  duda  porque  Rodrigo  y  gordo  fué  el 
primero  para  muestra  de  valentía ,  llámanlos  Ro- 
drigones ;  y  detrás  embozados  van  guardando  se- 
ñoras ,  dueñas  y  doncellas ,  armados  como  si  á  em- 
bestir fueren  á  toda  hora  en  sangrienta  batalla: 
soldados  de  los  tercios  fueron  algunos  destos  va- 
lientes del  voto  va,  que  aficionados  se  han  mucho 
á  blasfemar  de  Dios  N.  S.,  aechar  por  vidas, 
jurando  á  las  cosas  más  sagradas  que  fueren,  á  em- 
bozarse amenudo  en  la  capa  y  en  las  copas  ;  y 
echando  la  lengua  de  valientes  ó  huyen  á  los  pri- 
meros espadazos,  ó  dan  razón  al  refrán  de  «Caen 
pronto  los  valientes  y  el  buen  vino.»  Por  gala 
hánlos  tenido  á  su  servicio  los  señores  hijo-dalgos 
de  Murcia  á  tales  guapos  ,  y  siéntanse  en  los  za- 
guanes bajo  los  mataluces  de  las  hachas ,  que  son 
unas  como  coberteras  de  llata  á  la  pared  y  en  co- 
medio della  sujetas:  allí  en  espera  están  contando 
valentías  que  sueñan  la  noche  antes,  ó  que  en  al- 
gún romance  ó  libro  de  caballería  toparon  ;  para 
ellos  todos  los  generales  de  mar  y  tierra  Rodri- 
gones fueron  de  los  señores  Reyes ,  y  hasta 
blasfeman  diciendo,  que  si  doña  Eva  hubiera  Ro- 


QUE   SE   FUÉ.  155 

drigon  para  confundir  la  serpiente,  don  Adán  no 
padeceria  de  la  indigestión  de  la  manzana  con 
grande  pecado  y  perdiciones.  Cuando  alguien  de 
calidad  en  la  familia  á  salir  va ,  acompáñales  el 
Rodrigón  que  mal  gesto  pone  á  los  amantes;  pero 
detrás  quédase  olvidado  en  la  iglesia  puesto  en 
cruz  ante  un  altar,  si  á  la  entrada  tropezado  sehá 
con  un  doblón  que  el  paje  de  otro  señor  le  diere 
al  tomar  agua  bendita  por  hablar  su  amo  á  las  se- 
ñoras algunas  palabras ,  saliendo  que  verdad  fué 
siempre:  «Que  hasta  el  hablar  dineros  cuesta. »  Por 
estas  y  otras  fechurías  más  gordas  y  no  muy  ho- 
nestas con  la's  que  doncellas  han  dado  en  llamar 
sin  que  propiedad  el  instituto  tenga,  ó  por  alzar  el 
codo,  échanlos  pronto  de  las  casas,  tomándolos  en 
otras  por  probar ,  y  andando  el  tiempo  dejándose 
va  poco  á  poco  esta  costumbre  de  tales  criados  que 
de  nada  sirven ,  mucho  gastan  y  poco  trabajan, 
teniendo  ellos  que  tomar  sombra  en  manceberías, 
tabernas  y  casas  de  trato ,  cuando  no  de  valien- 
tes tienen  ganada  fama,  que  plaza  dánles  las 
gentes  de  la  garduña :  conóceseles  por  calidades 
de  Rodrigones  Corambres,  Rodrigones  Badanas, 
y  Rodrigones  Baquetas ,  los  que  de  haraganes  y 
mosquitos ,  de  habladores  y  cobardes ,  y  de  va- 
lentones y  espadachines  con  suerte ,  son  reputa- 
dos (2¡7).  Conocido  fué  de  mucha    gente  por   ser 


156  MURCIA 

de  origen  de  ilustre  casa  uno  Badana  en  Mur- 
cia, cuyas  prendas  y  trazas  estas  fueron.  Vene- 
ciano era  y  de  alcurnia,  viniendo  en  progenie  del 
Gran  Dux  Marco  Antonio  Mem-mo,  el  que  alzóse 
en  guerra  con  los  Üscocos  que  llaman,  y  asi  mesmo 
con  el  Austria  en  los  años  del  Señor  mil  seiscien- 
tos doce :  memo  y  rememo  era  como  sus  parien- 
tes ,  y  dióle  por  hacer  genealogías ,  buscar  noble- 
zas, fabricar  fijo-dalgos,  y  encontrar  familias  con 
trabajo ,  mostrando  así  lo  memo ,  pues  que  sin  he- 
raldos ni  reyes  de  armas ,  ni  rebuscadores  de  eje- 
cutorias ,  matrimoniando  el  hombre  y  la  mujer, 
hácese  pronto  todo  ello  con  la  ayuda  de  Dios  N.  S. 
Trujáronle  á  Murcia  los  de  la  familia  Pinelo;  con 
los  Fontana  estuvo  luego ,  y  después  pasó  con  los 
de  ilustre  casa  de  Gaitero,  que  provienen  de 
Francia,  valientes  fueron  ganando  batallase  moros 
y  tienen  hoy  dia,  á  más  de  nobleza  limpia,  mu- 
chos dineros ,  que  aunque  sean  roviñados,  hácen- 
les  valer;  de  casa  los  Gaitero  despidiéronle  á  causa 
de  ser  italiano,  finos  ademanes  teniendo  y  trazas 
de  mujer,  que  dicen  que  en  aquella  tierra  muchos 
que  son  hombres  por  mujeres  pasan  ,  pareciendo 
ambas  cosas ,  y  como  valiente  no  era  ,  diéronle  la 
cuenta  de  su  soldada:  en  mancebías  pasó  algún 
tiempo  y  á  escobazos  echáronle  las  mozas  del 
partido,  tomando   asilo,  luz,  escaño,  cama  y  es- 


QUE   SE    FUÉ.  157 

cudilla  en  una  casa  de  bodegón ,  en  la  que  calle 
de  Bodegones  llaman  entre  la  Real  Carnecería  y 
la  calle  del  Adelantado ,  la  cuya  calle  estrecha  y 
barrizosa  es,  y  á  más  nunca  limpia  por  echar  en 
ella  á  más  de  las  aguas  de  los  albellones,  las  aguas 
menores  ó  las  de  vómito,  que  aguas  todas    fueron 
y  son:  montoncicos  de   cascaras,   raeduras,  plu- 
mas, escamas  de  pescados  y  huesos,  guárdanse  por 
perros  en  rebusca,  que  aparroquianándose  vienen 
de  sol  á  sol  en  la  calle,  y  de  luz  á  luz  de  noche, 
junto  á  Carnecerías ,  en  amenazas  siempre  de  las 
pantorrillas  de  quien  cerca  de   ellos  pasare  (28). 
Bodegones  hay  en  todas  las  casas  que  altas  y  es- 
trechas como  torres  figuran,  y  parécense  como  un 
huevo  á  otro;  tienen  en  la  entrada  y  en  torno  el  za- 
guán, que  grande  es  como  sala  de  concejo,  poyos 
y  mesas  delante ,  con   manteles  que  lávanlos  cada 
San  Juan  de  Junio,  y  saleros  de  barro  encima,  sin 
otros  menesteres ;    cabe  la  puerta   está  uno  como 
altar  de  retablo  sobre  tres  tinajones  de  Espinardo 
llenos  de  agua ,    cubiertos  de    no    limpios    paños 
con  guarnición ;  y  colgadas  algunas  jarras  que  al- 
karrazas  los  moros  llaman ,  y  fabrícanse    en    los 
hornos  déla  ermita  de  San  Ginés  de  la  Arrijaca; 
sobre  basares  de  lejas,  luego  con  simetría  y  traza 
de  arquitectura,   formando  castillos  en  tanganicas 
álzanse  escudillas  y  platos,   tazas  y  cazuelas,  va- 


158  MURCIA 

SOS  y  jicaras,  saleros  y  salvillas,  así  como  morte- 
ricos  para  especias  y  botijoncicos  para  la  vinagre, 
los  cuales  menesteres  sin  uso  están ,  ni  cómese 
con  ellos,  que  cómeselos  el  polvo  de  no  limpiár- 
seles en  años ,  que  mucha  honra  y  antigüedad 
denota  la  casa  de  trato,  á  ser  más  negra  su  pared, 
y  más  puerco  todo  su  menaje.  En  la  pared  fron- 
tera, las  hornillas  están  bajo  una  campana  de  ho- 
llín y  telarañas ;  y  junto  tienen  el  sartenero  que 
sartenes  y  perolas  guarda  ,  asf  como  encima  lo  de 
obra  de  cobre  que  tanto  verdete  cria  ya ,  que  pin- 
tado parece  de  cardenilla  color,  como  chavos  de 
tesoro  de  usurero  :  dos  mozas  en  los  hogariles  y 
otras  dos  para  servir  y  andar  por  pan  y  vino,  (que 
allí  no  es  permitido  le  vender),  andan  y  tornan, 
platican  y  murmuran ,  rien  y  enfádanse ;  con 
garbo,  de  ganas  atrevidas ,  cara  pedigüeña,  ojos 
pecadores  y  ajustadicas  de  jubón  para  abultar  co- 
sas que  suyas  no  son  ,  pero  la  atención  llaman. 
Un  mozo  de  zaragüelles,  faja  y  montera,  para  el 
trabajo  tienen;  y  allí,  como  amigo  y  gancho  de 
parroquianos  ,  arreglador  de  cuentas  y  de  prendas 
en  empeño  por  gastos,  tenían  tiempo  há  dando 
respeto  á  la  tal  casa  ,  que  de  todos  tratos  y  no  bue- 
nos ninguno  era,  áD.  Laurencio  Barbarígo  Mem- 
mo.  Por  Junio  era  y  la  calor  sentíase  un  día  en 
que  muchas  gentes  en  el  bodegón   estaban  engu- 


QUE  SE   FUÉ.  159 

llendo  y  encomendaban  pitanza ,  si  la  hecha  no 
gustábales :  sonaba  el  son  de  timpliquios  y  posti- 
zas ,  que  castañuelas  en  Castilla  intitulan  ;  ruido 
hacian  los  platos  y  escudillas;  mayaban  los  gatos 
bajo  las  mesas  ó  reñian  con  los  forasteros  perros; 
sintiéndose  el  bullir  de  los  guisos ,  el  chirrido  de 
los  asados  y  fritos,  los  hachazos  de  medio  partir 
carne,  ó  los  rechinazos  de  los  dientes  al  partirla 
por  entero,  que  casi  viva  tomábala  siempre  casi  el 
parroquiano;  y  como  la  oveja  que  bala  bocado 
pierde,  todos  callaban,  que  comer  y  callar  sabe 
que  rabia;  sólo  se  oian  de  vez  en  cuando  los  sor- 
bitones  al  caldo  y  las  relaciones  de  valentías,  ba- 
tallas y  noblezas  que  con  ellas  ganaron  los  gran- 
des señores ,  los  cuyos  méritos ,  tanimientras 
comían  los  parroquianos,  contaba  D.  Laurencio 
enredando  unos  en  otros,  como  si  cerezas  fueren 
para  no  se  concluir,  que  costumbre  viene  en  re- 
ntónos rezar  un  fraile  ó  les  predicar,  ó  leer  á  los 
demás  ínterin  engullen;  y  como  hubieren  entrado 
tres  lacayos  de  los  de  calzas  de  colores  de  librea, 
medias  rayadas  ,  coleto  aleonado ,  y  chambergo 
sombrero  de  galones,  y  de  las  casas  deCisneros, 
Ceballos  y  Leyvas  fueran,  holgóse  mucho  D.  Lau- 
rencio, y  díjolos  en  pro  de  sus  amos  que  venían 
aquellos  de  antiguas  hidalguías  y  noblezas :  que 
él  sabia  por  el  coronista  de  Murcia,  D.  Francisco 


160  MIRCIA 

de  Cáscales,  lo  mucho  del  valer  de  los  Cisneros, 
la  cual  casa  hubo  nobleza  en  D.  Rodrigo  de  Cis- 
neros,  cuando  al  señor  rey  D.  Alonso  VI  le  dió 
su  caballo  para  salir  de  la  batalla ,  y  le  quitó  un 
girón  del  mantelete  para  que  luego  conociérasele; 
por  eso  el  doctor  Gerónimo  Gudiel  dice : 

«Fama  en  Cisneros  pusistes 
De  leal  generación 
Pues  vuestro  rey  socorristes 
Cuando  el  caballo  le  distes 
Y  ganastes  el  girón.» 

Como  asimismo  que  fué  desta  familia  el  Carde- 
nal D.  Fr.  Francisco  Jiménez  de  Cisneros,  grande 
ministro  v  conquistador  de  Oran  á  los  moros ;  y 
que  lustre  la  dan  los  últimos  D.  Andrés  de  Cis- 
neros, Regidor  de  Murcia,  Procurador  de  Cortes 
en  mil  seiscientos  doce,  y  casado  con  Doña  Jus- 
tina Caja  y  Tauste,  como  también  el  licenciado 
D.  Antonio  de  Cisneros,  canónigo  hoy  desta  santa 
iglesia.  Alabó  luego  á  los  Ceballos  descendientes  de 
las  montañas  de  Vizcaya,  de  los  que  el  primero 
que  vino  fué  uno  en  tiempo  de  los  muy  Católicos 
Reyes,  y  gozóse  de  que  últimamente  ganado  hu- 
biere el  pleito  de  hidalguía  D.  Juan  Ceballos  Mon- 
tefur  por  propiedad  pronunciada  por  la  Real  Chan- 
cillería  de  Granada  á  veintiocho  dias  de  Setiembre 
de  mil  seiscientos  y  cuatro,  añadiendo  que  las 


QUE  SE  FUÉ.  161 

armas  suyas  eran  tres  bandas  negras  en  campo 
de  plata,  con  dos  órdenes  de  jaqueles  de  oro  y 
rojo;  y  que  después  de  la  conquista  de  Alarzon, 
cuyo  presidio  le  fué  encomendado  á  D.  Fernán 
Martinez  de  Ceballos,  ponen  sobre  estas  armas,  en 
memoria  de  aquella  victoria,  una  cruz  de  oro  hueca 
floreteada  en  campo  de  sangre,  y  por  orla  esta 
letra:  «Ce-ballos  para  Ven-cellos.»  Ponderó  luego 
la  progenie  de  los  de  Leyva,  que  vienen  de  Lorca 
y  Muía  desde  mil  cuatrocientos  treinta  y  seis 
años,  y  ganaron  ejecutoria  en  mil  quinientos  y 
doce  en  Toledo  por  sus  hazañas  y  nobleza ,  ha- 
blando hasta  kis  nubes  de  los  últimos  astros  fa- 
llecidos ya  desta  casa,  D.  Alonso  de  Leyva  y  su 
ilustre  señora  la  Doña  Constanza  de  Saavedra  y 
Fajardo,  cuyas  armas  como  testimonio  son  un 
castillo  con  trece  estrellas  de  oro  en  contorno  en 
campo  verde,  y  la  orla  de  veros  rojos  y  de  oro; 
á  las  cuyas  armas  compusieron  tiempos  atrás  estos 
versos  de  ingenio: 

«Un  castillo  militar 
De  veros  todo  verado, 
De  trece  estrellas  cercado 
Por  valer  á  Salazar. 
De  Leyva  es  este  blasón. 
Ley  vas  son  los  que  lo  tienen , 
Leyvas  los  que  ley  mantienen, 
Leyvas  los  que  de  ley  son.» 

11 


162  MURCIA 

Victor  diéronle ,  cuando  ruido  de  voces  inter- 
rumpiólos, que  enzarzádose  había  una  moza  por  la 
cuenta  con  un  mercader  indiano  (de  hilo  negro)  en 
plazas,  que  cara  decia  y  no  justa,  pues  de  una  ta- 
jada dé  abadejo  ponianle  de  cuatro  onzas ,  cinco 
maravedis,  y  él  cuatro  daba  no  más:  soliviantá- 
ronse los  ánimos  creyendo  que  estafa  de  la  bode- 
gonera seria;  y  D.  Laurencio  aplacólos  como  pu- 
do, tomó  una  tabla  en  que  pegadas  estaban  las 
ordenanzas  y  habia  junto  á  un  Santo  Cristo  á  que 
una  lamparica  daba  luz ,  y  subiéndose  sobre  una 
mesa  leyó  así : 
ORDENANZAS  DE  BODEGONEROS. 

« Porque  á  lo  que  principalmente  se  ha  de 
atender  en  todas  nuestras  acciones,  es  al  servicio 
de  Dios  N.  S.  procurando  que  los  pecados  pú- 
blicos, y  todo  genero  de  mal  exemplo,  en  cuanto 
fuere  posible  se  prevenga  y  evite:  Ordenamos  y 
mandamos  que  en  los  dichos  bodegones  no  puedan 
acoger  ni  teíier  para  servicio,  ni  en  otra  manera 
hombres  vagabundos,  rufianes  ó  sospechosos  de 
mal  vivir,  ó  mugeres  enamoradas,  ó  desonestas, 
so  pena  de  seiscientos  maravedis  por  la  primera 
vez  que  se  les  hallaren,  y  por  la  segunda  la  pena 
doblada,  aplicados  conforme  la  ordenanza. 

»  Y  por  que  somos  informados  que  los  dichos 
Bodegoneros  con  su  codicia  de  su  propio  interés 


QUE   SE   FUÉ.  163 

y  ganancia,  las  Pasquas,  Domingos  y  Fiestas  de 
guardar,  antes  de  la  Misa  mayor  dan  de  comer 
y.  bever  efi  sus  bodegones,  de  cuya  causa  muchos 
dexan  de  oir  Misa,  y  se  siguen  otros  i?icombi- 
nientes  de  consideración  demás  del  mal  exemplo: 
Para  cuyo  remedio,  ordenamos  y  mandamos,  que 
ninguno  de  los  dichos  Bodegoneros  sea  osado  de 
abrir  bodegón,  ni  dar  de  comer,  ni  bever  á  nadie 
hasta  aver  tocado  á  alear  á  Dios  la  campana  de 
la  Iglesia  Bíayor,  so  pena  de  quatrocientos  ma- 
ravedís, aplicados  conforme  la  ordenanza.  Pero 
bien  se  les  permite,  que  si  algún  caminante  pa- 
sare de  camino,  y  por  no  detenerse  les  viniere  á 
comprar  de  comer  se  lo  puedan  vender  y  dar  para 
que  lo  lleve  á  su  posada,  con  que  no  coma  en  los 
dichos  bodegones,  ni  les  acoger,  so  la  dicha  pena. 

» Y  desde  primero  de  Marco,  hasta  fin  de 
Agosto,  no  incurra  en  pena  el  bodegonero  que 
diere  de  comer  antes  de  Misa,  atento  lo  mucho 
que  importa  en  esta  Ciudad,  por  el  gran  concurso 
)  de  trabajadores  que  asisten  á  la  cria  de  seda, 
que  son  cosas  tan  precisas  que  aun  las  Fiestas  se 
permite  trabajar,  aunque  sean  de  las  mas  prin- 
zipales. 

»Por  experiencia  se  ha  visto,  que  de  dar  de 
comer  en  los  dichos  bodegones,  y  bever  á  escla- 
vos y  acogerlos  á  dormir  en  ellos  de  noche,  se  si- 


]  fi4  MURCIA 

guen  grandes  incombinientes;  Y  para  escusarlos, 
ordenamos  y  mandamos:  que  en  manera  alguna 
no  se  íes  pueda  dar  ni  den  de  comer,  ni  bever  en 
los  dichos  bodegones,  ni  los  acoger  á  dormir,  ses- 
tear, reposar,  ni  en  otra  manera,  ni  les  puedan 
comprar  leña,  fruta,  yerba,  ni  otra  cosa  depren- 
das ni  prestar  dineros  sobre  ellas,  porque  el  fin 
desla  ordenanza  es  proibir,  como  se  proibe,  todo 
genero  de  trato  y  comunicazion  con  los  dichos  es- 
clavos, so  pena  de  mil  maravedís  por  cada  cosa 
de  las  susodichas  en  que  excedieren,  aplicados  se- 
gún dicho  es. 

))Z>e  mucha  considerazion  es,  que  en  los  dichos 
bodegones  no  se  dé  de  comer,  ni  bever  sobre  pren- 
dis,  y  asi  está  proveído  por  muchos  acuerdos,  y 
ordenanzas  antiguas;  pero  porque  desta  provisión 
general  pareze  se  sigue  incombíniente ,  se  les  per- 
mite que  hasta  en  cantidad  de  quatro  reales,  y 
no  mas,  ni  dende  arriba  lo  puedan  hazer,  y  con 
que  las  prendas  sean  de  personas  seguras  y  co- 
nozidas,  so  pena  de  quatrocíentos  maravedís  apli- 
cados según  dicho  es. 

»Por  quanto  muchas  personas  suelen  dar  su 
ropa,  prendas  y  cosas  empeñadas  ó  á  (guardar  en 
los  dichos  bodegones,  ó  los  criados,  ó  criadas,  é 
gente  que  los  dichos  bodegoneros  tienen  en  ellos, 
teniéndolos  por  confianza,  como  es  justo  lo  sean. 


QUE    SE    FUÉ.  165 

los  quales  se  las  trasportan,  revenden,  y  van  con 
ellas;  y  quando  después  los  dueños  las  piden,  los 
dichos  bodegoneros  se  escusan  con  dezir,  que  ellos 
no  las  rezibieron:  Ordenamos  y  mandamos,  que 
los  bodegoneros  sean  obligados  á  tener  criados  y 
personas  fieles  en  sus  casas  y  bodegones,  y  á  dar 
quenta  con  pago  de  lo  que  á  tales  se  les  entre- 
gare á  guardar,  ó  empeñada,  y  no  se  puedan  es- 
cusar  de  pagarlo  con  depr  que  no  se  les  dio  y 
entregó  á  ellos;  para  lo  qiial  tengan  obligazion  de 
dar  fianzas  el  tiempo  que  pusieren  los  dichos  bo- 
degones y  después  en  cada  vn  año  por  el  dia  de 
Señor  San  Juan  de  Jimio,  conforme  nuestras  or- 
denanzas so  la  pena  dellas. 

y>Ordenamos  y  maridamos,  que  no  puedan  ven- 
der vino,  ni  hazer  oficio  de  Panaderos  amasando 
pan  para  vender,  so  pena  de  seiscientos  marave- 
dis,  aplicados  conforme  la  ordenanza;  pero  em- 
biar  por  ello,  y  traerlo  de  do  se  ve?idiere  para 
los  que  comieren  en  su  bodegón  lo  puedan  hazer, 
con  que  no  les  quenten,  ni  lleven  por  ello  mas  de 
lo  que  se  vendiere,  y  costare  conforme  á  la  pos- 
tura de  la  ciudad  so  la  dicha  pena. 

y>Ordenamos  y  mandamos,  que  en  los  dichos 
bodegones  no  puedan  tener ,  ni  vender  cozido ,  ?ii 
aderecado  mujol,  oradas  ni  otro  ningún  pescado 
de  lo  que  se  pesca  y  mata  en  la  cañicada  de  esta 


166  MURCIA 

Ciudad,  ni  salir  á  los  caminos  y  trochas,  á  tomar 
de  los  otros  géneros  de  pescados  que  los  tragine- 
ros  truxeren  á  vender  á  esta  Ciudad,  ni  lo  com- 
prar dellos,  ni  de  otro  para  provisión  de  sus  bo- 
bodegones  fuera  de  la  rexa  ó  corbos  donde  se 
venden. 

^Ordenamos  y  mandamos,  que  en  los  dichos 
bodegones  no  puedan  tener,  ni  dar  camas  para 
que  se  acueste  y  duerma  nadie;  y  que  si  de  no- 
che acogieren  á  dormir  alguno  sea  en  esteras,  y 
con  que  los  que  asi  rezibieren  no  sean  pordiose- 
ros, ni  de  mal  vivir,  sino  gente  pazifica  de  bien, 
travajadores,  y  personas  semejantes,  á  los  quales 
no  puedan  llevar  mas  de  quatro  maravedís  de 
posada  cada  noche;  y  con  que  de  ni?iguna  ma- 
ncipa acojan  á  dormir  mugeres,  aunque  sean  ho- 
nestas, casadas,  y  vayan  con  sus  maridos,  so 
pena  de  seiscientos  maravedís,  aplicados  confor- 
me la  ordenanza. 

»Por  que  se  ha  dado  notizia  que  muchas  ve— 
zes  entre  año  y  particularmente  por  el  tiempo  la 
seda,  á  buelta  de  amicho  concurso  de  gente  que 
de  ordinario  acude  á  esta  Ciudad,  vienen  algu- 
nos hombres  y  mugeres  de  mal  vivir,  los  quales 
para  cubrir  sus  disinios  y  amanzevamientos,  y 
mala  vida,  hazen  que  las  dichas  mugeres  pongan 
bodegones,  y  casas  publicas  de  trato  para  dar  de 


QUE  SE  FUÉ.  167 

comer  el  tiempo  que  dura  la  seda  y  acabada  se 
van,  las  guales  no  solo  vienen  mal  de  sus  cuer- 
pos, si  no  que  recetan  y  acogen  otras  que  hazen 
lo  propio,  y  lo  que  peor  es  ladrones  y  los  hurtos 
que  hazen.  Para  remedio  de  lo  qual:  Ordenamos 
y  mandamos,  que  ninguna  mujer  soltera  pueda 
tener,  ni  poner  bodegón  en  esta  ciudad  de  aqui 
adelante,  ni  dársele  lizencia  para  ello,  sino  fuere 
de  las  avezindadas  en  ella,  honestas,  y  de  buena 
fama  y  vida,  so  pena  de  dos  mil  maravedís,  apli- 
cados conforme  la  ordenanza,  y  ser  competidas  á 
no  tener  bodegones. 

» Ordenamos  y  mandamos,  que  los  dichos  Bo- 
degoneros no  puedan  ser  roperos,  ni  tener  en  sus 
bodegones  ningún  genero  de  ropa  y  mercaderia 
para  vender,  so  pena  de  seiscientos  maravedís,  y 
la  tal  ropa  perdida,  aplicado  todo  según  desuso. 

y>Por  que  es  justo,  que  los  dichos  Bodegoneros 
sepan  los  prezios  que  han  de  llevar  por  la  comida 
que  dieren  en  los  dichos  bodegones  á  los  que  fue- 
ren á  comer  á  ellos:  Ordenamos  y  mandamos, 
que  de  la  tajada  que  dieren  de  carne  cocida, 
pese,  y  tenga  media  libra,  y  puedan  llevar,  y 
lleven  doze  maravedís  y  no  mas. 

y) De  cada  tajada  de  avadexo  cocido,  frito  ú 
aderecado  que  pese  quatro  onzas,  cinco  mará— 
vedis. 


168  MURCIA 

y)  De  cada  sardina  arancadá,  asada,  ó  frita, 
dos  maravedís. 

)yQue  el  pescado  caramel ,  ó  alacha,  sardineta, 
toñina,  bonitol,  melca,  y  demás  pescados  fres- 
cos, dándolos  aderecados  puedan  ganar  la  quarta 
parte  de  lo  que  les  tuviere  de  costa,  contados  de 
compra  á  como  se  vendiere  por  postura,  y  no  á 
mxis,  ni  exceder  de  los  dichos  prezios,  ni  llevar 
cosa  alguna  por  razón  del  servizio  y  mesa,  ni  en 
otra  manera,  so  pena  de  seiscientos  maravedís, 
aplicados  conforme  la  ordenanza. 

))Que  sean  obligados  á  tener  estas  ordenanzas 
en  partes  acomodadas,  y  publicas  donde  puedan 
ser  vistas,  y  leidas  de  todos,  so  pena  de  quatro- 
cientos  maravedís,  por  cada  vez  que  fueren  visi- 
tados, y  no  se  les  hallaren,  aplicados  conforme 
la  ordenanza.^) 

Tanimientras  que  estuvo  D.  Laurencio  haciendo 
la  lectura  desto,  parecia  sobre  la  mesa  según  lo 
tieso,  el  Convidado  de  piedra  de  la  comedia  así 
intitulada;  pero  si  en  los  corrales  sale  de  blanco 
el  comendador,  éste  se  asemejaba  á  un  loro  inglés 
de  los  que  de  las  Américas  traen  con  vestimenta 
de  colores,  pues  asomaba  la  cara  barbiroja  por 
una  gorguera  sucia  de  rizadura,  traia  coleto  ama- 
rillo con  mangas  verdes  acuchilladas,  calzas  de 
bombacho  y  botas  de  gamuza  ya  muy  traidas  y 


QUE  SE  FUÉ.  169 

distraidas  de  suelas  y  tacones,  sombrero  baleo  con 
presas  de  seda,  capa  grande  y  espadón  de  cazo- 
leta con  gabilanes  largos.  Luego  que  acabó,  ba- 
jóse haciendo  cargo  al  mercader;  la  bodegonera, 
que  viuda  era  con  hijas,  doncellas  al  decir,  salió 
de  junto  los  hogariles,  y  la  cuenta  le  hizo  que 
bien  antes  estaba:  perdón  pidió  á  todos  el  tal  mer- 
cader por  ignorancia,  y  pagó  saliéndose;  pero  á 
la  sazón  entró  un  lacayo  de  la  casa  de  Pinelo, 
cartas  y  nuevas  trayendo  á  D.  Laurencio,  de  Ve- 
necia  su  patria;  y  de  que  heredado  había  por 
muerte  de  un  deudo  y  pariente  de  allí,  que  pirata 
corsario  muchos  dineros  hizo,  llamando  por  tales 
papeles  al  D.  Laurencio  su  familia.  Alegróse  mu- 
cho éste,  mandó  luego  por  vino,  por  los  codos  ha- 
blaba y  estos  empinaba  muy  á  menudo,  dando 
convite  por  ello  á  la  bodegonera,  mozas,  mozo, 
lacayo  y  parroquianos.  Turbósele  poco  á  poco  la 
vista  y  el  habla ;  flojeáronle  las  piernas ;  luego 
sentóse;  y  dejando  caer  la  cabeza  sobre  la  mesa 
ya  con  mareo  sin  haberse  aun  á  la  mar  dado,  de- 
járonle dormir  al  tal  Rodrigón,  como  yo  á  la  péñola 
que  preparada  hé  para  luego  á  seguida;  pues  di- 
cen que  la  Voz  Pública  á  lo  lejos  pregona. 


170 


TABLA  X. 

LA  VOZ  PÚBLICA. 

Representa  al  pregonero  y  su  iio,  su  casa  y  vida:  saliendo 

luego  Pregón  Real  de  ordenanzas  de  la  seda,  que  cosa  es  de 

saberse  muy  útil. 

-L^N  la  manzana  de  San  Julián  (29),  frontis  ha- 
ciendo á  sol  saliente  entre  la  calle  del  Pilar  y  la 
que  intitulan  de  las  Pilas ,  está  dando  vista  á  la 
plaza  de  la  Verdura  una  como  jaula  ó  prisiones 
que  llaman  la  Reja  de  la  plaza,  donde  venden  los 
pescados  de  la  Encañizada  y  otras  cosas.  Para 
otros  más  menesteres  sirven  otros  casucos  media- 
neros ,  y  muy  junto  dellos  está  una  como  barraca 
en  lo  mal  fachada  desde  el  pié  al  terrado  de  alero 
ancho,  y  pared  tiene  ya  en  meses  mayores  por 
lo  abultada  y  ruinosa  que  miedo  impone ;  venta- 
nas altas  y  negras  le  sirven  de  troneras ,  como  el 
portón  desvencijado  y  comido  de  los  corcones  por 
lo  viejo,  y  las  armas  de  la  ciudad  márcanla  como 
de  los  propios  della  en  azulejo.  Vivian  dentro  dos 
precisos  operarios  de  la  ciudad,  que  si  ópera  es 
la  de  los  covachuelos  en  garrapatear  papeles  con 
escritos,  los  curiales  con  procesos  y  las  salas  de 


QUE    SE   FUÉ.  171 

chancillería  con  sentencias ;  ópera  grande,  y  de 
ruido  es  por  el  tanto ,  la  de  ahorcar  y  la  de  dar 
azotes  con  la  penca ,  como  pregonar  con  voz  de 
misionero  los  autos  de  S.  M.,  de  los  señores  Jus- 
ticia y  de  los  señores  Murcia,  así  como  las  penas 
que  á  los  mfractores  pénense  por  sus  faltas.  Eranse 
los  tales  el'  verdugo  y  su  cuñado  ,  pregonero  de  la 
ciudad ,  que  á  más  de  su  colación  por  los  empleos 
é  otros  gajes,  tenian  de  balde  la  casa,  aunque  cara 
saliérales  en  resfriados,  pasmos  y  tabardillos  por 
parecer  su  terrado  un  parral,  á  través  del  cuyo  á 
gotera  corrida  caian  las  aguas ,  y  lleno  el  sol  en- 
traba en  e'l  verano.  Termmado  alto  y  bajo  tema, 
con  escalera  que  en  la  horca  sirvió  una  vez,  y  bajo 
ella  colgadas  de  unos  clavos  madejas  de  cordeles, 
esposas,  y  no  de  matrimonio,  mordazas,  lazos,  ha- 
chas y  cuchillos,  ganchos  de  garabato,  como  tam- 
bién unos  grillos  que  callados  estaban  y  no  hacían 
canto  sino  al  calor  de  los  pies  de  los  reos ,  como 
los  grillos  del  campo  al  calor  de  la  tierra.  También 
colgadas  estaban  pencas  de  clases  varias  ,  anchas 
y  estrechas,  sencillas  y  dobles,  de  una,  dos  y  tres 
suelas,  para  bien  y  como  amigo  tratarles  á  según 
sus  afectos  y  dineros,  dando  zurriagazo  fuerte,  si 
aguardiente  no  pagado  habia  el  parroquiano,  y 
sirviéndole  con  mamolas  y  tientico  sencilla  penca 
con  mucho  ruido  y  poca  roncha ,  así  como  agui- 


172  MURCIA 

jonar  el  burro  para  tornar  á  la  cárcel  presto  (30). 
Ambos  á  dos  ya  dichos  todo  el  dia  pasábaseles  ó 
en  la  cárcel  jugando  á  las  tabas  ó  en  las  antesalas 
de  afuera  del  Darajarife ,  esperando  las  órdenes  y 
autos  que  pregonar;  así  como  pregones  echar  de 
mercaderes  que  venidos  eran,  de  perdidas  cosas 
que  antes  otros  encontrado  habían  en  bolsillo 
ajeno ,  y  bombas  de  función  y  cita  para  el  corral 
de  comedias. 

Voz  Pública  llamaban  las  Justicias  al  ministro 
que  teniendo  limpio  gaznate  y  bofe  desahogado, 
dando  voces  de  vocerío  voceaba  lo  que  público  de- 
biera ser  y  á  noticia  de  todos  llegar ;  y  si  en  la- 
tín dícese  vox  populi ,  vox  coelí,  pudiérase  llamar 
á  menudo  según  los  excesos  desta  vox  populi, 
vox  vinum  et  agiiardetitem ,  por  lo  escabrosa  y 
carrasperada.  Derechos  cobraba  por  ir  voceando 
de  plaza  en  placeta  por  las  calles  que  al  efecto  se- 
ñaládose  habían  de  antiguo  y  costumbre ;  si  tratá- 
rase  de  pregón  particular  tambor  llevaba  sólo ;  si 
de  justicia  fuere  trompeta  con  gualdrapa  ;  cami- 
nando delante  del  pollino  de  los  reos  si  en  ver- 
güenza ,  emplumados  ó  azotados  fueren ,  como 
también  si  ahorcados ;  llevando  el  ramal  de  la  ali- 
maña, que  cortadas  las  orejas  tenia  por  no  las  voces 
oir  de  la  sentencia  que  repetía  la  Voz  Pública  pa- 
labra por  palabra,   con  tonadíca  de  doctrina  ó  za- 


QUE    SE   FUÉ,  173 

gal  deprendiendo  el  Cristus  (31).  Dias  había 
señalados  en  que  Bando  Real  publicábase,  y  era  de 
.ver  como  de  temprano  vestiase  con  zapatos  de  la- 
zos, medias  coloradas,  bombachos  negros  de  fra- 
nela, coleto  amarillo  con  golilla  tiesa  de  lienzo;  sin 
el  sombrero  se  poner  por  mucho  respeto ,  aunque 
solo  y  por  la  calle  fuera  y  no  en  oficio. 

Achaque ,  vicio ,  costumbre  y  genio  es  de  mur- 
cianos la  máxnna  de  «no  hay  peor  sordo  que  el 
que  oír  no  quiere;»  y  por  más  que  ha  voceado 
siempre  y  á  menudo  la  Voz  Pública ,  poco  la  es- 
cuchan y  la  espalda  vuelven ,  sino  al  revés  lo  ha- 
cen cuanto' mandase;  digo  todo  esto  por  atento  de 
que  como  hacia  tiempo  aconteciese  que  los  mer- 
caderes y  corredores  de  seda  no  querian  ser  oyen- 
tes en  oir  los  autos  y  acuerdos  á  sí  tocantes,  ha- 
ciéndose cuenta  de  decir:  «tenemos  oidos  de  mer- 
cader y  al  negocio  vamos,»  resolvieron  los  señores 
Murcia  recordarse  para  remediar  superflujos  y 
quebrantos,  y  mandaron  echar  Bando  Real  con  la 
cerimonia  de  costumbre.  Érase  un  dia  del  princi- 
piado mes  del  Señor  Santiago  y  Señora  Santana; 
ya  entrado  y  mucho  habia  la  mañanica,  que  calu- 
rosa era  de  sol  picante  más  que  Ñora  ;  el  cual 
Febo  sentábase  en  las  costillas  como  si  cantárida 
de  medecina  fuere ;  quemaba  el  pellejo  de  las  caras 
y  manos  hasta  saltarle  como  el  de  las  culebras, 


174  MURCIA 

que  en  tales  tiempos  también  el  suyo  mudan ;  y 
hacia  la  puerta  trasera  que  de  las  Casas  de  la  corte 
da  á  la  placeta  de  la  Catedral  (la  cuya  puerta  de 
los  Carros  llámanla),  enderezaban  todos  los  cova- 
chuelos, corchetes,  ministriles  y  criados  de  los 
muy  ilustres  señores  Murcia  y  Justicias;  vino 
luego  por  la  calle  Frenería  fuerte  guardia  de  los 
tercios  con  atambores ,  pífanos  y  bandera;  y  aca- 
badas que  fueron  las  horas  canónicas  en  la  Santa 
Iglesia ,  marejada  y  no  de  mar  sino  de  carne ,  le- 
vantóse con  la  mucha  gente  que  acudido  habia; 
salieron  v  venian  delante  espantando  zagales  y 
abriendo  paso  cuatro  soldados,  más  detrás  los  ata- 
bales y  trompetas  de  la  ciudad  con  gualdrapas  de 
sus  armas;  seguian  los  alguaciles  y  corchetes,  así 
como  los  escribanos  junto  á  que  venia  el  prego- 
nero; más  ministriles  rodeaban  los  pendones  del 
gremio  de  la  seda  con  los  alamines  y  veedores,  y 
adetrás  los  señores  Murcia ,  cerrando  el  cortejo 
los  guardias  de  Castilla .  Plaza  hicieron  á  comedio 
la  plaza.  «Por  el  Rey  nuestro  señor,»  gritó  un 
escribano,  que  ave  de  rapiña  parecia  por  lo  largo 
de  zancas  y  uñas ;  descubrieron  todos  sus  cabe- 
zas, adelantóse  el  cuñado  del  verdugo,  saludó  á 
los  señores  con  reverencia  de  acatamiento,  y  plan- 
tado como  espárrago  triguero,  repetia  lo  que  le- 
yendo iba  por  lo  bajo  el  escribano,  y  deste  modo, 


QUE    SE   FUÉ.  175 

con  voz  que,  por  lo  de  sochantre  en  lo  solemne,  era 
la  Voz  Pública  (32). 

ORDENANZAS 

DE     CORREDORES     DE     SEDA. 

Ordenamos  y  mandamos:  Que  ningún  corredor 
de  seda  pueda  rezihir,  ni  reziba  ningún  merca- 
der della  en  su  casa  por  huésped,  que  la  venga  á 
comprar  á  esta  Ciudad,  ó  trate  de  comprarla, 
ó  que  se  entienda  de  él  que  la  podia  comprar  ó 
comprará;  y  que  el  que  lo  contrario  hiziere, 
por  la  primera  vez  cayga,  é  incurra  en  pena  de 
seis  mil  maravedis  y  esté  diez  días  en  la  carzel;  y 
por  la  segunda  vez  incurra  en  pena  de  doze  mil 
maravedis,  y  esté  veinte  dias  en  la  carzel,  y  por 
la  terzera  vez  en  veinte  y  quatro  mil  maravedis 
y  quarenta  días  de  prisión  ,  aplicados  conforme 
la  ordenanza,  y  en  dos  años  de  destierro  prezisos 
de  Murcia  y  su  jurisdicion. 

»Ordenamos,  y  mandamos,  que  ningún  corre- 
dor de  seda  que  lo  sea,  ni  aya  sido,  la  reziba  en 
su  casa  en  arcas,  ni  en  otra  manera  algwia,  para 
que  se  venda  en  ellas  por  el  ó  por  su  orden; 
y  el  que  lo  contrario  hiziere  incurra  en  las 
dichas  penas  de  susOreferidas,  aplicadas  como 
dicho  es. 

» Para  que  los  dichos  corredores  puedan  libre- 
mente vsar  sus  oficios,  y  acudir,  y  ayudar  igual- 


176  MURCIA 

mente  á  el  vendedor,  y  á  el  comprador  de  la  di- 
cha seda:  ordenamos  y  mandamos  que  ningún 
corredor  delta  reziba  dones,  ni  presentes  de  nin- 
gún mercader,  ni  ningún  mercader  de  ningún 
corredor  de  seda,  ni  coman  los  unos  con  los  otros 
en  las  casas,  ni  posadas  de  los  vnos,  ni  de  los 
otros,  ni  en  otra  parte  ninguna,  so  pena  de  tres 
mil  maravedís  y  privación  de  oficio  de  corredor 
de  seda  por  vn  año,  aplicados  por  terzias  partes 
conforme  á  la  ordenanza. 

NO  COÜPfíES  SEDA  PARA  SI  LOS  CORREDORES. 

» Por  quanto  la  seda  es  el  prinzipal  caudal 
desta  tierra,  y  en  la  venta  della  intervienen  cor- 
redores, en  cuya  terzeria  consiste  el  buen  nom- 
bre, y  prezio  de  ella  que  es  de  mucha  considera- 
ción;  y  de  comprar  para  si  los  tales  corredores 
algunas  partidas,  resulta  gran  daño  y  perjuizio 
á  la  república:  Ordenadnos  y  mandamos,  que 
ninguna  persona  que  sea  corredor  de  seda  pueda 
comprar  para  si  ninguna  partida  della  por  si,  ni 
por  Ínter posita  persona,  so  pena  de  seis  mil  ma- 
ravedís aplicados  conforme  la  ordenanza,  por 
cada  vez  que  comprare  seda. 

NO  rSEN  OFICIO  DE  CORREDOR  SIS  TITULO. 

Ordenamos  y  mandamos  que  ninguna  persona 
pueda  vsar,  ni  vse  oficio  de  corredor  de  seda, 
carretería,  ni  otra  cosa  sin  titulo,  y  lízencía 


gUE   SE  FUÉ.  177 

nuestra,  so  pena  de  dos  mil  maravedis  repartidos 
conforme  á  la  ordenanza. 

.    NO  SE  COMPRE  SEDA  SIN  PESAR  EN  EL  CONTRASTE. 

Don  Carlos,  por  la  divina  clemencia.  Empe- 
rador semper  Augusto,  Rey  de  Alemania,  Doña 
Juana  su  madre,  y  el  mesmo  Don  Carlos  por  la 
gracia  de  Dios  Reyes  de  Castilla,  de  León  ,  de 
Aragón,  de  las  dosCizilias,  de  Jerusalem,  de  Na- 
varra, de  Granada:  de  Toledo,  de  Mallorcas,  de 
Sevilla,  de  Cerdeña,  de  Cordova,  deCorzega,  de 
Murcia,  de  Jaén,  de  los  Algarves,  de  Algecira, 
de  Gihraltar,  Condes  de  Flandes  é  de  Tirol,  etc. 
Por  quanto  por  parte  de  vos  el  Conzejo,  Justizia 
y  Regimiento  de  la  Ciudad  de  Murcia  nos  fue 
fecha  relazion  diziendo,  que  por  razón  que  los 
vezinos  dellaeran  francos  de  Almoxarifazgo  ,  y 
el  prinzipal  trato,  y  grangeria  que  en  la  dicha 
Ciudad  avia  ávido,  é  ay  es  la  seda  que  se  cria 
en  ella  é  muchos  mercaderes  estrangeros  ,  por 
defraudar  el  dicho  A  Imoxarifazgo ,  por  sus  per- 
sonas, ni  por  sus  factores  no  embiavan  á  com- 
prar, ni  compravan  la  dicha  seda,  antes,  como 
se  ha  visto  por  experiencia,  los  mesmos  merca- 
deres avezindados  en  la  dicha  Ciudad  compravan 
seda  con  dineros  ágenos  para  otros  mercaderes 
estrangeros,  y  en  sus  nombres,  é por  mercade- 
rías suyas  las  manifestavan  en  la  aduana  de  la 

12 


178  MURCIA 

dicha  Ciudad,  y  se  las  despachavan  francas  del 
dicho  A  Imoxarifazgo  lo  qual  hazian  tan  secreta 
y  encubiertamente,  que  por  Jiinguna  via,  se  po- 
día saver  el  dicho  fraude,  é  cautela,  é  por  excu- 
sar los  daños  é  incomhinientes  ¿fraudes  que  avia 
en  ello,  y  en  la  compra,  ó  venta  de  la  dicha  seda; 
é  por  que  no  se  defraudasen  los  derechos  á  Nos 
pertenezientes,  aviades  hecho  ciertos  capi lulos,  é 
ordenanzas  de  los  que  ante  los  del  nuestro  Con- 
sejo, fue  fecha  representazion ,  por  ende  que  nos 
suplicarades,  que  para  que  se  cumpliesen  y  guar- 
dasen las  mandásemos  ver,  é  confirmar,  ¿pro- 
veyésemos como  la  nuestra  merzed  fuere,  su  tenor 
de  las  dichas  ordenanzas  es  como  sigue. 

^} En  la  muy  Noble,  ¿muy  Leal  Ciudad  de 
Murcia,  Sábado  diez  y  nueve  dias  del  mes  de 
Setiembre  año  del  Nacimiento  de  nuestro  Sal- 
vador Jesu-Cristo  de  mil  y  quinientos  y  cin- 
quenta  y  vn  años,  la  dicha  Ciudad  estando  jun- 
tos en  su  Cabildo  ¿Ayuntamiento ,  según  que  lo 
han  de  vso  y  costumbre ,  combiene  á  saber:  El 
Licenciado  Castellano,  Alcalde  mayor  de  la  di- 
cha Ciudad;  el  muy  magnifico  Señor  Luis  de 
Rueda,  Corregidor  de  la  dicha  Ciudad,  ¿  las  de 
florea,  ¿  Cartagena  por  sus  Magestades ,  y  el 
Licenciado  Bustamanfe,  ¿  Pedro  Faxardo  ,  é 
Melchor  de  Balibrera,  ¿Alvaro  Lñiguez  de  Santa 


QUE  SE    FUÉ.  179 

Cruz,  é  Maclas  Coque  y  Estevan  Guil ,  é  Diego 
López  de  Anaya,  é Pedro  Riquelme,  é  D.  Nofre 
Riquelme,  é  Diego  Martinez  Cáscales ,  é  Gon- 
zalo Pagan ,  que  son  los  Cavalleros  R egidores 
que  han  de  ver  é  ordenar  los  hechos  é  hazienda 
del  dicho  Cabildo  seyendo,  é  Juan  de  León, 
mayordomo ,  é  Francisco  Guil,  é  Gregorio  de 
Aunion  é  Gregorio  Salad,  é  Francisco  Tomás, 
Diego  Riquelme ,  Tomás  Ratón,  Gaspar  Rola, 
Salvador  Navarro,  Jurados  de  la  dicha  Ciudad, 
tratando  de  la  buena  governacion  de  la  república 
della,  hizieron ,  é  ordenaron  ciertas  ordenanzas 
del  tenor  siguiente. 

Los  dichos  Señores  Murcia,  dixeron  que  por 
razón  que  los  vezinos  desta  Ciudad  son  francos 
de  A  Imoxarifazgo,  por  provisión  confirmada  por 
sus  Magestades  é  por  sentencia  é  carta  executo- 
ria  de  los  señores  contadores  mayores ,  y  muchos 
se  han  avezindado  en  esta  Ciudad,  y  gozan  de  la 
dicha  franqueza,  y  como  el  priirzipal  trato,  é 
grangeria  que  en  esta  Ciudad  ha  ávido ,  y  ay  es 
la  seda  que  se  cria  en  ella,  muchos  mercaderes 
estrangeros,  por  defraudar  el  dicho  Almoxari- 
fazgo,  por  sus  personas,  ni  de  sus  factores  no  em- 
bian  á  comprar,  ni  compran  la  dicha  seda,  antes, 
como  se  ha  visto  por  experienzia,  los  mesmos  mer- 
caderes avezindados  en  esta  Ciudad ,   compran 


180  MTJRCIA 

seda  con  dineros  ágenos,  para  otros  mercaderes 
estrangeros,  y  en  sus  nombres,  é  por  mercaderías 
suyas  las  manifiestan  en  la  A  duana  desta  Ciudad 
dicha  ,  é  se  las  despachan  francas  del  dicho  Al- 
moxarifazgo,  lo  qual  hazen  tan  secreta,  y  encu- 
biertamente, que  por  ninguna  via  se  puede  oviar 
el  dicho  fraude  y  cautela:  por  tanto,  ordenaron 
y  mandaron,  que  qiialquiera  mercader  ú  otra 
qualquiera  persona  que  fuere  vezino  de  la  dicha 
Ciudad  no  compre  seda  en  ella,  tu  en  su  juridi- 
zion,  sin  que  antes,  y  primeramente  haga  postura 
en  el  Cabildo,  é  Ayuntamiento  desta  dicha  Ciu- 
dad, y  jure  solemnemente  que  la  dicha  seda  que 
quisiere  comprar,  que  la  compra  para  si  mesmo, 
y  que  no  la  comprará  para  otra  persona  alguna, 
so  pjena  que  la  persona  que  lo  contrario  hiziere 
pierda  toda  la  seda,  que  de  otra  manera  huviere 
comprado,  la  mitad  para  la  Cámara  de  Su  Ma- 
gestad,  y  la  otra  se  haga  dos  partes,  la  vna  para 
el  Juez  que  lo  sentenziare  y  ejecutare,  y  la  otra 
para  la  persona  que  lo  denunziare,  y  que  no  se 
puedan  remitir,  ni  componer  la  dicha  pena  ni 
parte  de  ella. 

nOtro  si:  los  señores  Murzia  dixeron  que  por 
quanto  se  ha  visto  por  experienzia  que  pesan  la 
seda  que  los  mercaderes,  asi  desta  Ciudad,  como 
estrangeros ,  compran  fuera  del  contraste  en  sus 


QUE    SE  FUÉ.  181 

propias  casas  con  pesos  y  pesas  suyos  propios,  se 
hazen  grandes  engaños,  y  cautelas,  y  la  gente 
pobre  que  la  traen  é  vender  é  dan  en  pago ;  y  el 
mayor  daño  que  desto  se  sigue  es  que  no  se  puede 
tener  quenta  en  la  cantidad  de  la  seda  que  com- 
pran, é  la  saca?i  de  noche,  é  por  lugares  ocultos, 
que  no  se  puede  aver  ni  saber  entender ,  é  desto 
el  Almoxarifazgo  se  pierde,  y  el  alcabala  de  la 
dicha  Ciudad  se  defrauda,  y  encubre ,  é  deja  de 
cobrar,  é  no  se  puede  tener  notizia ,  ni  saber  el 
verdadero  valor  de  la  dicha  alcabala;  esta  dicha 
Ciudad,  por  escusar  los  dichos  fraudes,  é  incom- 
binientes ,  de  tiempo  inmemorial  á  esta  parte 
tiene  su  casa  de  Contraste ,  y  Fiel  asalariado  de 
los  propios  de  la  Ciudad ,  el  qual  tiene  pesos  é 
pesas,  é  libro  en  que  asienta  toda  la  seda  que 
alli  se  vende,  é  compra,  y  por  el  dicho  libro  se 
cobra  la  dicha  alcabala,  y  se  da  notizia  á  los 
Almoxarifes  de  la  casa  de  la  Aduana  desta  di- 
cha Ciudad,  para  que  por  la  dicha  quenta,  é 
razón,  se  cobre  el  dicho  Almoxarifazgo:  por 
tanto,  ordenaron  y  mandaron,  que  de  aquí  ade- 
lante ninguna  persona  sea  osado  de  pesar  la  seda 
que  comprare,  é  rezibiere  e?i  peso ,  sino  fuere  en 
el  dicho  contraste,  é  por  el  peso  publico  de  el,  so 
pena,  que  la  seda  que  fuera  de  alli  se  pesare  sea 
perdida,  aplicada  de  la  dicha  forma:  y  mandaron 


182  MURCIA 

que  ¡as  dichas  ordenanzas  se  embien  ante  Su 
Magestad,  para  que  se  suplique  las  mande  con- 
firmar, por  ser  combinientes  d  su  servizio,  é  al 
bien  publico  desta  Ciudad.  E  yo  Garci  Pérez 
Escribano,  é  Notario  Publico  de  Sus  Magesta- 
des  en  su  Corte ,  Rey  nos,  y  Señorios,  Teniente 
de  Escribano  mayor  del  Cabildo  de  Murcia ,  fui 
presente  con  la  dicha  Ciudad  á  lo  susodicho,  y 
en  testimonio  de  verdad  ¡ice  aqui  este  mi  acos- 
twnbrculo  signo  á  tal.  Garci  Pérez.  Escribano. 
y)Las  quales  dichas  ordenanzas,  vistas  por  los 
del  nuestro  Consejo,  mandaron ,  dar,  é  fue  dada 
nuestra  carta,  é  provisión  en  forma,  para  que 
el  Conzejo  de  la  dicha  Ciudad  platicasen  é  con- 
firiesen, é  oviesen  información ,  é  supiesen  si  las 
dichas  ordenanzas  eran  vtiles,  ¿provechosas  para 
los  vezinos  de  la  dicha  Ciudad,  é  si  las  penas  en 
ellas  contenidos  eran  excesivas,  é  si  se  devian 
añadir,  ó  menguar ,  según  que  largamente  en  la 
dicha  nuestra  carta,  é  Provisión  se  contiene:  en 
cumplimiento  de  lo  qual  pareze  que  platicaron, 
é  confirieron  lo  susodiclio ;  é  ovieron  las  dichas 
informaziones;  por  la  qual  pareze  las  dichas  or- 
denanzas ser  vtiles,  é  muy  provechosas  para  que 
cesen  los  dichos  daños,  incombinientes,  é  fraudes 
que  avia  en  la  compra  y  venta  de  la  dicha  seda, 
é  derechos  á  Nos  pertenezientes ;  é  para  que  se 


gUE  SE  FUÉ.  183 

guardasen  nos  suplicó  las  mandásemos  confirmar; 
é  siendo  todo  visto  por  los  de  nuestro  Consejo, 
fue  acordado  que  deviamos  mandar  dar  esta 
nuestra  carta  para  vos  en  la  dicha  razón,  é  Nos 
tuvimoslo  por  bien.  É  por  la  presente,  sin  per- 
juizio  de  nuestra  Corona  Real,  ni  detrimento 
alguno,  por  el  tiempo  que  nuestra  merzed  é  vo- 
luntad fuere,  confirmamos  y  aprovamos  las  di- 
chas ordenanzas  que  de  suso  van  incorporadas  y 
para  que  lo  que  en  ellas  contenido  se  guarde, 
cumpla,  y  execute,  mandamos  á  los  de  nuestro 
Consejo,  Presidente  y  Oidores  de  las  nuestras 
Audiencias,'  Alcaldes  Alguaziles  de  la  nuestra 
Casa  é  Corte,  é  Chanzillerias,  é  á  todos  los  Cor- 
regidores é  Asistentes  ,  Gobernadores,  Alcaldes, 
Alguaziles  é  otros  Juezes,  éJustizias  qualesquier; 
asi  desta  dicha  Ciudad  de  Murcia,  como  de  to- 
das las  otras  Ciudades,  Villas,  é  Lugares  de  los 
nuestros  Rey  nos  é  Señoríos  que  guarden  ,  cum- 
plan, y  ejecuten,  y  hagan  guardar,  cumplir,  y 
ejecutar  las  dichas  ordenanzas ,  é  lo  que  en  ellas 
se  contiene,  é  contra  el  tenor  é  forma  deltas .  no 
vayan,  ni  pasen,  ni  consientan  ir,  ni  pasar  por 
alguna  manera,  so  pena  de  la  nuestra  merzed,  y 
de  diez  mil  maravedís  para  la  nuestra  cámara. 
Dada  en  la  Villa  de  Madrid,  á  veinte  dias  del 
mes  de  Enero  de  mil  y  quinientos  y  cinquenta  y 


184  MURCIA 

dos  años.  El  Lie.  Mercado  de  Peñalosa.  El  Li- 
cenciado Galarca.  Doctor  A  naya.  El  Licenciado 
Arrieta.  Yo  Francisco  Vallej o  Escribano  de  Cá- 
mara de  sus  Cesares  y  Católicas  Magestades ,  la 
fice  escrivir  por  su  mandado,  con  acuerdo  de  los 
del  su  Consejo.  Registrada.  Martin  de  Vergara. 
— Martin  de  Vergara  por  Chanziller.n 

QUE  EL  CAPILLO  DE  ALÜEXDRA  SO  SE  HILE  CO!f  EL  OCAL. 

n  Porque  la  seda  es  la  cosecha  y  caudal  inas 
importante  de  esta  tierra  y  es  justo  que  en  la 
hilaca  della  vaya  dividido  lo  que  es  seda  joyante 
de  la  redonda,  porque  aunque  todo  es  seda  ay 
mucha  diferenzia  de  la  vna  á  la  otra,  y  no  se 
pueden  hazer  las  telas,  y  texidos  como  conviene 
ye?ido  todo  mezclado  por  ende  ordenamos ,  y 
mandamos,  que  no  se  pueda  hilar  ni  hile  todo 
junto,  sino  la  seda  joyante  del  capillo  almeti- 
dra  de  por  si  limpio  sin  mezcla  alguna  del  ocal, 
y  el  ocal  por  si  so  pena  de  seiscioitos  maravedis, 
repartidos  conforme  la  ordenanza.» 

SIMIENTE  DE  SEDA  A'O  SE  COMPRE  PARA   REVEffDER. 

«Por  escusar  los  daños,  é  incombinientes  que 
se  siguen  en  daño  de  la  república,  de  comprar 
en  esta  Ciudad  simiente  de  seda  para  tornar  á 
revender:  Ordenamos  y  mandamos,  que  ninguiia 
persona  lo  pueda  hazer,  so  pena  de  simiente 
perdida  ,  aplicada  conforme  la  ordenanza.» 


QVZ   SE  FUÉ.  185 

Acabado  lo  tal,  dijo  el  golilla  por  lo  bajo  una 
como  oración  de  responso,  la  cuya  última  palabra 
fué  decir:  «Doy  fe»;  aunque  algunos  por  lo  de- 
prisa que  la  dijo  entendieron:  «No  hay  fe»;  á 
seguida  sonaron  las  trompetas  y  los  atabales,  mar- 
chándose todos  despacio,  como  procesión,  por  San 
Antonio  ,  á  Santa  Eulalia ,  donde  leyeron  y  vo- 
ceáronle otra  vez  ;  siguieron  por  la  calle  que  de 
Victorio  dicen,  á  la  Merced  y  Puertas  del  Mer- 
cado, voceándole  de  nuevo;  por  la  Trapería,  cua- 
tro esquinas  de  San  Cristóbal  y  Platería,  fueron  á 
la  plaza  de  Santa  Catalina  y  Contraste ,  en  que 
tornaron  á'  vocear  ;  siguiendo  por  la  Lencería, 
calle  de  San  Nicolás  ^¡  Santa  Teresa  ,  donde  hi- 
cieron lo  propio;  enderezando  por  el  Val,  á  la 
puerta  del  Pilar,  voceando  una  vez  más;  metién- 
dose por  la  estrechura  de  la  calle  del  Pilar  ya  di- 
cha, á  la  Zapatería  y  Bolsería  para  la  plaza  de  San 
Pedro,  en  la  que  se  oyó  nuevamente  la  voz;  mar- 
chándose de  prisa  por  la  Frenería  al  Arenal  y 
Puerta  Grande  de  las  Casas  de  la  Corte,  en  la  que 
acatamiento  hicieron  los  escribanos  y  demás  mi- 
nistriles á  los  Señores;  y  todos  retiráronse.  La 
Voz  Pública  acarrasperádose  habia,  y  como  topara 
con  unos  otros  pregoneros  de  oficio  propio,  que 
para  uno  nuevo ,  según  el  mandato  ciento  diez  y 
ocho  de  las  ordenanzas ,  habían  ido  á  prestar  su 


186 


fianza,  mojaron  la  nueva  del  corredor  y  pregonero 
con  vino  viejo ,  en  una  pastelería  que  acreditada 
mucho  lo  era,  y  en  la  siguiente  tabla  veremos,  si 
Dios  lo  permite. 


TABLA  XI. 

LA  pastelería. 

Representa  una  casa  tal,  con  su  guisa  de  menesteres,  fama 
de  todo,  y  ordenanzas  de  esta  materia  degusto  y  gasto. 

F 

A  AMA  ganaron  y  celebrada  desde  añejos  tiem- 
pos las  piezas  de  pasta  que  hácense  en  esta  ciu- 
dad; y  por  más  que  el  caletre  revuélvase,  no  dará 
en  quién  primero  hízolos ;  condumio  igual  pudie- 
ran ponerlos  en  otras  partes,  como  en  Orihuela  y 
algunas  otras  vecinas  ciudades  cuanto  villas;  pero 
allí  nunca  saben  con  tan  buen  sabor,  ni  se  sabo- 
rean hasta  el  caso  no  limpio  de  lamerse  los  dedos 
de  gusto,  amen  de  las  uñas,  que  por  tenedores 
hacen  las  veces,  y  comida  es  del  más  cumpli- 
mentado decálogo,  pues  con  los  diez  mandamien- 
tos va  de  la  mano  á  la  boca,  sin  que  la  sopa  piér- 
dase; porque  quien  para  pasteles  tiene ,  sopas  no 
le  son  menester.  De  donde  trujeron  esta  costum- 


QUE   SE    FUÉ.  187' 

bre ,  nada  traslucídose  há  por  más  tiempos  que 
pasan;  y  los  italianos  y  flamencos  dícense  los 
inventores  del  modo  y  manera  de  hacer  con  ha- 
rina y  manteca ,  estas  cataplasmas ,  y  no  de  me- 
dicina, que  cuecen  al  horno,  después  de  embu- 
charlas picadico  de  carne,  sesos  y  huevo  en  rajas, 
á  similitud  de  unos  que  en  aquellas  fabrican  con 
tuétanos  de  masa  fría,  que  macarrones  intitulan, 
los  cuales  tragan  á  sorbiton,  después  de  arrastrar- 
los por  queso  rallado.  Corónicas  cuentan  que  en 
unas  ínsulas  lejanas,  que  Ingalaterra  son,  y  en  que 
la  fruta  cara  es ,  mótenla  ésta  en  unas  como  cajas  de 
pasta  con  azúcar  de  caña,  de  esa  que  afinan  con  hue- 
sos de  caballerías  en  las  Américas,  las  cuyas  cajas 
tapan;  en  el  horno  cuécenlas ,  y  cómense  luego 
ardiendo  en  llamas  de  aguardiente,  con  peligro 
de  se  abrasar  las  tragaderas,  que  forradas  para  ello 
han  de  las  tener  con  hierro  de  cotas  milanesas. 
Cierto  parece  que  los  pasteles  hayan  de  comerse 
en  todas  partes  conservando  la  calor  poca  ó  mu- 
cha ,  cuando  las  noticias  de  extrañas  y  lejanas 
tierras  donde  úsanse  así  convienen ;  como  asi- 
mesmo  otras  pastas  de  masa  ,  que  por  viernes  de 
Cuaresma,  Adviento  y  vigilias  hacen  con  aceite, 
poniéndolas  picadico  ó  tajadas  de  atún,  melva, 
pescada  ó  anguilas,  según  lo  caro  que  el  pescado 
en  la  reja  de  la  plaza  resulta  de  la  postura  de  los 


188  MURCIA 

fieles  de  ella  en  aquel  dia.  Maña  y  mucha  es  la 
de  fabricar  pasteles,  bien  que  Murcia  dio  siempre 
pasteleros  de  todas  especies  y  trazas,  unos  con 
pastelería  y  otros  sin  la  tener;  como  un  amigo  mió 
dijo  años  atrás  con  ingenio ,  en  chistosa  copla  de 
que  hablar  no  es  prudente;  si  las  historias  no 
muy  zagueras  de  murcianas  historias,  abriéramos, 
cierto  seria  el  topar  en  cualesquiera  folio  con 
generales,  golillas,  ministros  así  como  de  Dios 
como  del  diablo ,  adelantados  y  corregidores ,  así 
como  curiales  del  Almoxarifazgo  Real  ,  de  la 
Aduana  y  Casas  de  la  Corte ,  que  aficionados  al 
oficio  fueron  y  fabricáronlos  cuando  la  gente  más 
descuidádose  há,  viniendo  en  raza  tal  de  depren- 
dices,  que  á  los  maestros  atrás  dejan  en  esto  de 
los  amasar,  unos  con  ojaldra,  carne  perdigada, 
manteca  y  flor  de  harina  en  las  casas  de  sus  hor- 
nos; y  los  otros  con  premáticas  y  leyes,  ordenan- 
zas y  privilegios  ,  órdenes  y  mandatos ,  bulas  y 
breves,  autos  y  diligencias,  acuerdos  y  memo- 
riales, cuanto  mandatos  de  pulicía,  orden  y  com- 
postura en  los  tribunales  de  S.  M.  y  chancille- 
rías,  curias  y  covachuelas,  como  escribanías  y 
procuras ;  haciendo  estos  tales  últimos  masas  de 
pastas  con  las  letras  y  procesos ,  que  lo  de  Juan 
Palomo  sucede  en  lo  de  guisar  los  tales  y  engu- 
llir ellos  propios  los  pasteles ;  pero   siempre   con 


QUE  SE  FUÉ,  189 

ajena  sustancia  y  pringue.  En  cuanto  á  ser  de 
socorro,  por  si  comedores  de  fuera  entran  á  comer 
en  el  comedor  de  las  casas,  es  muy  verdadero;  que 
pronto  tráese  por  un  criado  media  docena  de 
pasteles  de  á  real ,  que  los  de  más  precio  y  cali- 
dad son  ;  así  calientes,  con  buena  olor  y  sazón, 
cuanto  dorada  ojaldra ,  abrir  hacen  el  apetito  á  los 
difuntos,  por  difuntos  que  fueren ;  saliendo  cum- 
plido el  convite  del  obsequio ,  satisfecho  el  pala- 
dar de  los  gorrones  y  beneficiado  el  bolsillo  del 
huésped.  Si  apuestas  pónense,  el  que  llega  á  las 
ganar  pasteles  pide.  Celébranse  los  grados  de  se- 
minario y  colegios  de  letras:  « Pastelem  post  Ca- 
thedra.^)  En  las  pastelerías  ciérranse  los  tratos  de 
negocios  de  ganancia  que  los  corredores  arreglan 
por  la  enza  del  almuerzo  ahorrarse. 

No  hay  boda,  bautizo  y  duelo 
Sin  pastel  relleno. 

Y  verdad  es  que  en  cualesquiera  desas  tres 
maniobras  de  la  vida,  pasteles  hay  de  amigos  que 
acuérdanse  de  los  otros  cuando  sucédeles  otras 
tantas  tres  desgracias;  pues  no  ha  de  estar  la  su 
cabeza  y  entendimiento  para  pensar  que  han  de 
comer,  si  con  las  glorias  se  les  van  las  memorias; 
si  ven  abrirse  una  boca  más  cuando  no  son  mellizas; 
ó  si  llévase  la  muerte  á  persona  de  sus  propias  per- 
sonas; la  cuya  costumbre  buena  y  santa  es.  Tam- 


190  MURCIA 

bien  á  los  viajantes  y  trajineros  viene  en  acomodo 
llevar  pasteles  para  el  camino,  como  á  los  que  en 
giravánsede  romería  al  monte,  cuando  llévase  en 
retorno  de  rogativas  la  Virgen  Nuestra  Señora  de  la 
Fuensanta  á  su  Ermita  de  la  sierra;  por  lo  cual  y 
tanto,  siendo  cosa  de  provecho  y  conveniente  á  este 
Reino  y  á  los  Reales  Estados  de  S.  M.,  debiérase 
haber  dado  por  su  Consejo  al  que  la  inventó  esta 
traza  de  hacer  pasteles,  una  merced  de  enco- 
mienda en  el  hábito  del  Señor  Santiago  con  ilus- 
tre nobleza;  que  otras  y  muchas  habrá  expedidas 
con  menos  y  escaso  motivo ;  pero  no  menester  ha 
sido  le  premiar  atento  al  estímulo ,  pues  acrecen- 
tádose  há  tal  oficio  sólo  por  la  fama ,  que  con  lu- 
cido clarín  pregona  las  excelencias  de  los  pasteles 
desta  ciudad,  y  el  preclaro  mérito  y  saber  de  sus 
pasteleros,  que  cada  dia  que  pasa  mejor  amásanlos 
y  cosas  nuevas  les  añiden  para  más  gusto  y  se 
acreditar  cada  cual  en  su  horno,  cuya  guisa  dire- 
mos, para  que  sépanlo  las  gentes  de  venideros 
tiempos.  Repartidas  están  las  pastelerías  por  los 
barrios  de  la  ciudad ;  pero  las  más  dellas  tienen 
abiertas  puertas  en  las  callejas  y  calles  más  cerca- 
nas á  los  barrios  de  la  plaza  de  San  Pedro  y  Santa 
Catalina ,  estando  algunas  entre  la  Zapatería  y 
Bolsería,  ó  en  la  Frenería,  cabe  los  talabarteros 
,  que  allí  trabajan  en  los   vestidos  de  los  anima- 


QUE    SE    FUÉ.  191 

les :  parecen  las  pastelerías  como  bodegones  en  la 
guisa  de  sus  más  menesterosos  menesteres  para  la 
gente,  y  algunas  hay  de  mejor  acomodo  y  lugar, 
como  la  que  acreditádose  há  poco  en  la  calle  del 
Contraste,  pared  por  medio  del  convento  de  mon- 
jas que  Justinianas  dicen  de  la  Madre  de  Dios; 
puerta  de  coche  tiene ,  y  poyos  á  la  redonda  con 
esterado  fino  tras  de  unas  mesas  cocineras  de 
morera  vieja  carcomida ,  que  pringue  chorrean  y 
lagrimones  cáenles  de  gota  coral;  encima  hay  jar- 
ras de  Lorca  para  refrescar  agua ,  lo  que  nunca 
lógrase ,  y  más  dentro ,  en  la  pared  frontera  á  la 
puerta,  una  mesa  grande  y  grasicnta,  que  de  ama- 
sador sirve  en  un  lado,  y  caja  como  tolva  de 
molino  tiene;  á  el  lado  siniestro  hay  una  artesa  de 
pino  de  la  Puebla  de  D.  Fadrique  ,  ya  vieja  y  re- 
mendada con  lata,  en  laque  están  los  cernedores, 
que  un  deprendiz  menea;  junto  á  lo  que  hay  un 
tajo  de  tronco  de  álamo  con  cuchilla  corva,  como 
alfange  de  moro  comediante,  con  la  cual  hace  un 
oficial  el  picadico.  Rodeando  la  mesa  por  encima 
y  debajo,  hay  una  celosía  de  cuadrado  estrecho, 
como  locutorio  de  convento,  á  través  de  los  cuales 
agujeros  vénse  en  el  suelo  tinajas  y  orzícas  vidria- 
das llenas  de  aceite  y  manteca,  amen  de  unas 
garbas  de  leña  de  romero,  y  sobre  la  tabla  unas  ca- 
zuelas para  ojaldrar,  raedores,  cucharas  y  cuchi- 


192  MURCIA 

líos,  como  también  un  salero  de  piedra,  y  unas 
ollicas  especieras  con  azafrán  y  otros  aderezos; 
entre  la  mesa  y  la  boca  del  horno  están  los  oficia- 
les, y  sobre  el  susodicho  hay  compuesto  de  azule- 
jos de  Valencia  un  Patriarca  San  Francisco  en 
pintura  de  azul ,  con  la  cuya  color  hanle  puesto 
llagas,  calavera  y  deciplinas  que  un  ángel  trae 
por  los  aires,  que  más  que  ángel,  conejo  parece 
de  los  que  parécense  á  tales  animales  y  ásanse 
dentro  aquel  infierno  encendido ,  cuyo  humo,  ne- 
gro ha  tornado  al  Santo  Patriarca ,  y  á  una  como 
corona  de  baladre  seco  que  verde  fué  cada  año  en 
el  dia  del  Santo,  que  del  maestro  es  asimesmo. 
Una  caja  para  los  dineros  en  la  pared  hay :  sin  que 
¡cosa  rara!  haya  gato  ni  perro  en  la  casa,  ni  apor- 
ten por  ella  en  cien  varas ,  temerosos ,  y  no  sin 
razón ,  de  caer  en  algún  pastel ,  y  ser  comidos 
entre  las  preces  religiosas  de  rezo  de  un  refitorio, 
ó  devorados  por  blasfemas  tragaderas  en  las  man- 
ceberías  ú  otras  casas  de  ilícito  trato ;  habiendo  á 
la  parte  afuera  un  zagal  que  va  á  por  vino  y  viene, 
por  no  ser  permitido  venderlo  en  las  pastelerías 
sino  en  las  tabernas,  de  orden  superior.  Miérco- 
les era  de  Cuaresma  un  día  que  mucha  gente  hizo 
venida  por  el  trato  de  pedir  simiente  de  seda  en 
casa  de  mercaderes  y  corredores ,  para  tomarla  al 
cuarto  y  al  tercio  del  producto  luego   del  capillo 


QUE   SE   FUÉ,  193 

de  Mayo,  y  con  pasteles  cerraban  los  tratos.  Sen- 
tado estaba  en  un  sillón  viejo,  de  nogal  con  pellejo 
de  toro,  claveteado  con  clavos  de  roseta,  el  maes- 
tro pastelero,  que  aunque  nombre  tenia  como  cada 
nacido  cristiano,  nadie  conocíale  sino  por  el  mote 
del  Tio  Pebre,  por  lo  bien  que  aliñaba  ;  ya  viejo 
y  gordo  como  barraco ,  roncaba  en  algunos 
muy  duraderos  ratos  del  día  ;  trujáronle  los  de- 
prendices  el  picadico ,  porque  viera  si  bueno  es- 
taba ,  y  entretúvose  luego  en  enseñar  el  Santo 
Dios  á  una  merla  que  en  una  jaula  de  caña  en  la 
puerta  colgada  tenia.  A  poco  entraron  dos  huer- 
tanos con  la  capa  al  hombro ,  y  pidieron  pasteles 
de  cuatro  maravedís ;  negóselos  el  Tío  Pebre  por 
ser  miércoles  y  vigilia,  sirviéndoles  empanadas. 
Tanimientras  calentólas  el  oficial  de  pala,  estuvie- 
ron aquellos  platicando  del  bueno  y  lucido  entierro 
de  su  amo ,  al  cual  venidos  eran ;  y  díjoles  el 
maestro  e|ue  ningunas  exequias  de  funeral  viéronse 
ni  veránse  como  las  que  á  él  contáronle  estando 
de  cocinero  en  el  palacio  de  S.  I.  el  Señor  Obispo; 
en  las  cuales  honras  de  réquiem  (para  las  que  hi- 
cieron un  vistoso  teatro  de  negro ,  con  luminarias 
y  coplas  de  ingenio)  D.  Juan  Antonio  Usodemar, 
regidor  desta  ciudad  y  esposo  de  la  muy  ilustre 
señora  Doña  María  Faxardo ,  en  el  domingo  y 
lunes  dias  1 2  y  1 3  del  mes  de  Marzo  de  mil  y 

13 


194  MURCIA 

quinientos  y  sesenta  \  uno,  recibió  por  primera 
vez  en  persona  (por  no  ser  como  hasta  entonces, 
y  mal  hecho,  cosa  de  criados)  á  los  convidados 
en  las  exequias  que  por  el  alma  de  los  muy  altos 
y  poderosos  marqueses  de  Los  Velez  celebraron 
los  Padres  de  N.  S.  Seráfico  Patriarca  San  Fran- 
cisco, en  la  capilla  su^a  del  marquesado  en  la 
catedral;  pagaron  y  marcháronse.  A  poco  entró 
una  moza  alegre  y  respinguera ,  de  boca  provo- 
cativa y  ojos  pedigüeños ;  pisaba  de  talón ,  con 
unos  chapines  de  rásete  rosado,  con  lentejuelas, 
las  que  lentejuelaban  el  zagalejo  y  delantal ,  como 
así  también  el  pañuelo  que  cubría  unos  hombros 
de  mucho  bulto;  moño  de  picaporte  peinaba,  y  en 
la  mano  traía  un  pañuelo  de  filaíz ;  la  cual  moza 
comendó  para  el  dia  siguiente  un  pastel ,  y  dejó 
del  tal  pañuelo  seis  palomos  desplumados,  pero  no 
tanto  como  ella  dejado  habría  con  su  garbo  á  cuan- 
tos tratáronla.  En  esto  estaban,  cuando  un  «Deo 
gracias,  »  acompañado  de  otro  tono  mayor  de 
flato  sonó  á  la  puerta  ,  y  aparecióse  el  padre  pro- 
vincial de  San  Gerónimo,  que  bien  lo  mostraba,  á 
más  de  su  hábito,  su  cerviguillo  y  su  vientre,  que 
pudiera  pasar  por  embarazo  de  mes  mayor,  así 
como  la  color  arremolachada  de  sus  mofletes;  vi- 
niendo de  acompañante  otro  Reverendo  gordo  y 
coloradote  como  Nora,  y  nada  tiene  esto  de  ex- 


QUE   SE   FUÉ.  195 

traño,  estando  en  la  Nora  el  su  convento.  Cruza- 
ron sus  miradas  con  la  moza ,  la  vista  bajaron 
luego  que  conocido  hubieron  la  urdimbre  de  aquel 
trapo,  y  enderezaron  al  Tío  Pebre,  que  besólos 
las  manos  y  hábito  ,  descubriéndose  para  ello; 
despachóla  moza,  y  fuese;  sentáronse  un  rato; 
presente  hízoles  el  maestro  con  dos  pasteles  de 
carne,  pues  bula  tenían  para  en  casos  tales  no 
despreciar  finezas;  y  marcháronse  á  confesar  mon- 
jas, según  dijeron;  cerrándose  la  casa  á  las  doce, 
como  costumbre,  y  se  abrió  á  las  tres,  cuando  la 
segundilla  de  la  catedral  tocó  á  coro;  entonces 
encendieron  un  candil,  que  colgaron  de  una  es- 
carpia cabe  los  azulejos  del  Santo,  y  rezó  el  Tío 
Pebre  el  rosario,  contestado  por  los  oficiales  y 
deprendices,  así  como  por  los  que  á  comprar  en- 
traron y  salieron.  Concluyóse  aquel  rezo,  y  entra- 
ron dos  bellacos  de  los  que  de  gorra  viven,  aun- 
que sombrero  lleven ,  y  parecían  ministriles  que 
multa  ó  prendas  de  boca  buscaban:  conociólo  el 
maestro,  y  ofrecióles  asiento;  tomáronle  y  dijeron 
que  de  visita  en  oficio  venían;  demandaron  las 
ordenanzas,  que  descolgó  uno  al  verlas  en  un 
cartón  pegadas  entre  la  pared  y  la  puerta ;  y  con- 
forme un  ministril  fué  mirando  con  los  ojos  y  na- 
rices á  cada  cual  de  los  menesteres ,  el  otro  leyó 
desta  manera: 


196  MURCIA 

ORDENANZAS  DE  PASTELEROS. 

«Ordenamos  y  mandamos:  Que  los  dichos  pas- 
teleros sean  obligados  á  cerner  la  harina  para 
los  dichos  pasteles  con  cedacos  que  no  sean  muy 
espesos,  ni  muy  claros,  y  la  harina  que  asi  saca- 
ren que  la  buelvan  á  cerner  con  cedacos  floreados 
espesos,  de  tal  manera  que  tan  solamente  quede 
la  flor  de  la  harina,  de  la  cual  ayan  de  hazer, 
y  hagan  la  ojaldra  con  que  se  cubre  el  pastel  y 
no  exceda  desto,  so  pena  de  seiscientos  marave- 
dís, aplicados  conforme  la  ordenanza. 

y> Ordenamos  y  mandamos,  que  los  pasteles  de 
á  real,  y  de  medio  real,  y  los  que  les  fueren 
mandados  hazer,  sean  todos  de  la  flor  de  harina, 
amasados  con  su  manteca,  tnuy  bien  aderezados, 
so  la  dicha  pena  de  seiscientos  maravedis. 

^) Mandamos,  que  los  pasteles  de  á  quatro,  y 
de  á  ocho  maravedis,  sean  de  la  segunda  harina, 
metidos  en  el  suelo  con  sus  cortes  de  ojaldrado, 
amasado  el  ojaldrado  de  la  flor  de  la  harina,  y 
con  manteca,  so  la  dicha  pena  de  seiscientos  ma- 
ravedís aplicados  conforme  la  ordenanza. 

y> Ordenamos ,  y  inundamos:  que  si  los  dichos 
oficiales  quisieren  hazer  los  pasteles  de  á  ocho 
maravedis  aparados,  ayan  de  ser,  y  sean  de  la 
flor  como  los  de  á  real ,  so  pena  de  seiscientos 
maravedis  repartidos  conforme  la  ordenanza. 


QUE  SE  fup:,  197 

y>Ordenamos,  y  mmidamos:  Que  en  los  llanos 
de  los  pasteles  de  flor  que  hizieren,  como  está 
referido,  ayan  de  echar,  y  echen  manteca,  so  la 
dicha  pena  de  seiscientos  maravedis  aplicados 
conforme  la  ordenanza. 

^) Ordenamos,  y  mandamos  :  Que  sea?i  obliga- 
dos los  pasteleros  á  gastar  en  los  dichos  pasteles 
carne  de  vaca  ó  macho  y  no  otra  ninguna,  lo 
qiial  echen  perdigada,  y  con  su  manteca,  y  lleve 
el  suelo  de  carne  cruda,  para  que  la  perdigada 
tenga  jugo  y  no  contravengan  á  esto,  so  la  pena 
de  seiscientos  maravedis  repartidos  conforme  la 
ordenanza . 

))Ordenamos,  y  mandamos:  Que  la  dicha  carne 
perdigada  sea  sazonada  con  buenas  especias  y 
agro  de  limón,  ó  naranja,  y  quando  esto  no  hu- 
viere,  con  vn  poco  de  agraz,  y  con  espezias  que 
son  pimienta,  clavos,  gengibre,  y  azafrán,  lo 
qual  cumplan,  so  la  dicha  pena  de  seiscientos 
maravedis  aplicados  según  dicho  es.  Y  por  quanto 
está  mandado,  que  no  se  gaste  otra  carne  sino 
vaca  y  macho:  Ordenamos,  y  mandamos,  que 
ninguno  sea,  osado  de  gastar  carne  de  cabra  ,  ni 
oveja,  ni  carne  mortezina  de  ninguna  cosa,  so 
pena  de  dos  años  de  destierro  precisos,  y  de  que 
serán  castigados  conforme  á  derecho ,  y  tres  mil 
maravedis,  aplicados  cofi forme  á  la  ordenanza. 


198  MÚKCIA 

í) Ordenamos,  y  mandamos:  Que  la  carne  que 
se  gastare  en  los  dichos  pasteles ,  sea  fresca,  no 
gastada,  ni  olorosa,  so  pena  de  dos  mil  marave- 
dís, repartidos  conforme  á  la  ordenanza. 

"Ordenamos ,  y  mandamos:  Que  los  dichos 
pasteleros  siempre  y  de  ordinario  ayan  de  tener 
el  amasador,  y  el  picador,  y  el  cernedor,  y  la 
cazuela  de  ojaldrar,  y  los  ceda  ros  todo  ello  lim- 
pio, raido  aderecado,  so  pena  por  cada  vez  que 
hallaren  cada  vna  de  las  dichas  cosas  sucias, 
de  seiscientos  maravedis,  aplicados  conforme  á  la 
ordenanza. 

y> Ordenamos,  y  mandamos:  Que  los  dichos 
pasteleros  sean  obligados  á  tener  estas  ordenan- 
zas en  sus  casas,  colgadas  donde  puedan  ser  vis- 
tas y  leídas  de  lodos,  firmadas  del  Escrivano 
mayor  del  Ayuntamiento  y  selladas  con  el  sello 
de  la  Ciudad,  so  pena  de  seiscientos  maravedis, 
por  cada  vez  que  fueren  visitados  y  no  se  las  ha- 
llaren aplicados  según  de  suso,  y) 

Concluido  lo  cual ,  pidieron  dos  pasteles  que 
por  la  olor  buenos  pareciéronles ,  y  á  pagar  fue- 
ron ;  no  dejólos  el  Tio  Pebre  hacerlo,  y  largo 
tiempo  estuvieron  al  tira  y  afloja ,  jugando  de  pa- 
labras, pero  de  obras  no ,  que  no  aprontaban  di- 
neros, hablando  dellos  sin  sacar  blanca  de  sus 
faltriqueras;    cumplimiento    hicieron    saliéndose, 


eUE  SE    FUÉ.  19^ 

y  á  luego,  entró  el  demandadero  de  las  Madres 
Agustinas,  encargando  seis  docenas  y  media  de 
pasteles  de  á  real  para  el  que  mongío  celebraban 
de  dama  principal  el  entrante  día.  Puesto  habíase 
ya  el  sol,  y  preparando  entonces  los  oficiales  los  me- 
nesteres que  habian  de  menester  para  la  siguiente 
mañana  de  mercado  en  jueves ,  pues  cargados  de- 
bieran ser  de  parroquianos,  cerraron  el  portón 
de  golpe,  como  yo  esta  tabla  (33). 


TABLA  XII. 

MERCADO   PRIVILEGIADO. 

Representa  el  dia  de  jueves,  con  sus  privilegios,  costumbres^ 

práticas  y  noticias ,  saliendo  al  vivo  algunas  flguras  ,  y 

otras  cosas  que  verá  el  curioso  lector. 

Bien  lo  entiende 
el  que  merca  y  vende. 

p 

i-  OR  tanto  de  lo  cual ,  como  rica  esta  tierra 
desde  remotos  tiempos  fué ,  vinieron  muchos  mer- 
caderes, judíos  negros,  malteses  morenos  y  ru- 
bios ginoveses,  con  cobre,  plata  y  oro  en  sus  bol- 
sas, para  rodar  los  dineros  en  tratos,  y  que  tocán- 
dose unos  con  los  otros  ,  los  metales  péguenseles. 


200  MURCIA 

y  más  valgan  cuando  á  la  bolsa  otra  vez  tornen. 
Mucha  desta  familia  hallado  habria  el  rey  Don 
Jaime  cuando  para  su  yerno  D.  Alonso  tomó  la 
Ciudad ,  entrando  en  ella  el  dia  del  mes  de  Fe- 
brero trece  de  mil  y  ducientos  y  sesenta  y  cinco 
años,  por  la  que  intitulan  puerta  de  las  Siete 
puertas  de  la  muralla,  frente  á  Santa  Eulalia;  las 
cuyas  llaves  entrególe  el  rey  moro  Albo-Haques, 
en  aquella  placeta  mesma  que  viene  teniendo 
unas  como  carnecería,  pescadería  y  verduras, 
con  mesas  y  tablas  para  lo  despachar ;  con  mucho 
y  más  toparia  D.  Alonso  cuando  vino ,  pues 
«Conzedioles  también  que  tengan  tres  carneze- 
rias,  y  tres  pescaderías ,  y  tres  herzerias  en  las 
tres  collaziones  en  la  de  Santa  Cathalina,  la  de 
Santa  Olalla,  y  en  la  de  Santiago  de  la  Arri- 
xaca,  y  en  ellas  ayan  tantas  tablas  y  tiendas 
como  fuere  menester.  Otrosi :  Que  el  trigo ,  ze- 
bada  y  harina,  que  se  venda  en  el  lugar  donde 
solían  parar  los  frailes  predicadores  cerca  de  la 
Puente  Nueva  y  alli  sea  el  Almudi.y>  Por  otro 
privilegio,  «conzedió  el  Rey  D.  Alonso  el  Sabio 
á  los  vezinos  y  moradores  de  la  Ciudad  de  Mur- 
cia para  hazer  mercado  en  ella  cada  semana 
el  dia  de  Jueves,  y  que  los  que  traxeren  qua- 
lesquier  mercadurias  vayan  y  vengan,  salvos 
y  seguros,  y  sean  francos.    Su  fecha  en  Sevilla 


QUE   SE    FUÉ.  201 

martes  diez  y  ocho  dias  andados  del  mes  de  Mayo 
Era  de  mil  y  Ireszientos  y  cuatro  años,  y) 

A  este  privilegio  dióle  confirmación  la  reina 
muy  católica  Doña  Isabel,  en  Valladolid,  á  cuatro 
dias  de  Junio  año  mil  cuatrocientos  setenta  y  seis 
de  Nuestro  Señor  Jesucristo;  y  vése  en  una  lápida 
que  en  la  puerta  de  Bib-Almuñem  hubo ,  hasta 
que  demolióse  ésta  en  las  puertas  del  mercado 
extremo  la  Trapería,  la  cuya  puerta  cárcel  era  de 
caballeros ,  y  balcón  tenia  ,  para  cuidar  de  las 
ferias  y  mercados  un  regidor  y  un  alcalde;  dicha 
lápida,  que  estaba  sobre  el  arco  de  herradura,  y 
desde  el  año  de  mil  seiscientos  cuatro  puesto  la 
han  en  comedio  la  pared  del  Contraste,  pone  así: 

«■Qualquiera  que  á  esta  Ciudad  truxere  á ven- 
der qualquier  mercadurias  y  mantenimientos, 
entrando  miércoles,  vendiendo  jueves,  saliendo 
viernes  son  francos  de  alcabala :  Otrosi  no  pue- 
den ser  presos  ni  embargados  ellos  ni  sus  vienes 
por  maravedis  que  deban  aunque  sea  á  Su  Ma- 
gestad. » 

Asimesmo  D.  Alonso,  nEn  Sevilla  miércoles 
diez  y  nueve  del  mes  de  Mayo  Era  de  mil  tres- 
cientos cuatro  años  concedióles  feria  cada  vn  año 
una  vez  para  siempre,  que  comienze  el  dia  de 
San  Miguel  que  dure  hasta  quinze  dias  después 
y  todos  los  que  á  esta  feria  viniesen,   cristianos, 


203  MURCIA 

moros,  y  judias  mercaderes  etc.  que  vengan  sal- 
vos y  seguros  etc.,  sin  embargo  ninguno,  libres  y 
francos  de  portazgos,  y  de  otro  qualquier  derecho 
por  entrada  y  salida. y) 

Y  andando  el  tiempo  concedió  otro  á  este  tenor: 
((Otrosí  que  los  que  compraren  mercadurías  en 
esta  feria  que  las  puedan  sacar  cuando  quisieren 
pasada  la  feria,  y  que  no  paguen  derecho,  y  el 
A  Imoxarífe  que  le  de  A  Ibalá  de  lo  que  conpraren 
en  la  feria  quando  se  lo  pidieren:  pero  si  las  qui- 
sieren revender  despmes  de  la  feria  pasada  que 
paguen  el  derecho  según  es  costumbre :  Y  para 
hazer  esta  feria  ó  el  mercado  les  dio  la  plaza 
que  es  junto  á  la  plaza  de  las  casas  del  Rey 
de  la  Arrixaca  que  va  hasta  el  muro  de  la 
Arrixaca  de  los  Cristianos;  y  de  este  muro  va 
por  la  acequia  mayor  que  pasa  ante  las  casas  de 
los  Frailes  menores,  y  echa  por  el  huerto  de  Don 
Gregorio,  y  viene  hasta  el  muro  de  la  Ciudad  y 
va  el  muro  arriba  hasta  las  puertas  nuevas  que 
están  en  la  rúa  de  la  Pellejería,  y  pasa  por  las 
tiendas  que  se  tienen  con  el  huerto  de  la  de  Pre- 
dicadores y  van  hasta  la  plaza  que  es  ante  las 
casas  del  Infante  D.  Fernando  hijo  del  Rey,  y 
mandó  que  no  se  contradiga  á  este  privilegio  el 
otro  que  fue  fecho  antes  deste  que  dice  que  el 
mercado  y  feria   fuesen  á  esotra  parle  de  la 


QUE   SE   FUÉ.  203 

Puente  Mayor  de  Murcia  y  defendió  que  nin- 
guno sea  osado  etc.  fecho  en  Murcia  jueves  cinco 
de  Mayo.  Era  de  mil  y  trescientos  y  diez  años. » 

Asimesmo,  y  como  zacatín  hiciesen  de  cual- 
quier ancho  hueco  de  la  Ciudad ,  y  en  particular 
de  la  plaza  de  la  Almenar,  donde  hacian  los  mo- 
ros los  juegos  de  sortija  y  cañas  ,  dio  D.  Alonso 
otro  privilegio  para  que  los  mercados  en  verano 
fuesen  á  la  plaza  de  la  Arnjaca  en  Santo  Domingo 
el  Real;  pero  si  todos  los  muy  altos  y  poderosos 
reyes  privilegios  dieron ,  hay  otro  destos  en  el 
esquinazo  de  poniente  de  la  Casa-contraste ,  que 
en  piedra- así  está  grabado: 

iiPor  Real  Privilegio  de  Su  Magestad  cada 
vezino  desta  muy  Noble  y  muy  Leal  Ciudad  de 
Murcia,  podrá  pasar  al  Rey  no  de  Valenzia  diez 
ducados  sin  registrar  ni  pagar  derecho  alguno, 
y  la  Magestad  del  Rey  D.  Felipe  III  N.  S.  á 
suplicazion  de  la  dicha  Ciudad,  siendo  Corregi- 
dor D.  Gaspar  Davila  de  Ralniaseda  Re.ridor 
de  la  de  Toledo,  Comisario  general  D.  Juan  Ma- 
rín Valde's  Alguazil  mayor  de  la  Santa  Inqui- 
sición Rexidor  y  Miguel  Pérez,  Jurado,  hizo 
merzed  que  fuesen  veinte  ducados,  por  su  Real 
Cédula  de  veinte  y  ocho  de  Junio  de  mil  seiscien- 
tos diez  y  nueve . » 

Con  plumas  tales   en  sus  alas .  que  tomádose 


204  MIRCIA 

han,  los  justicias  no  pueden  por  más  que  cortarlas 
con  afiladas  tijeras  de  premática  y  autos  quieren; 
ni  logran  que  abajen  el  alto  vuelo  que  tomado  há 
la  bandada  de  aves  de  rapiña  que  comprar  quiere 
á  diez  y  vender  por  cuarenta ,  teniendo  toda  la 
ciudad  como  casa  propia ;  ejemplo  dando  con  po- 
ner mesas  de  tienda,  tinglados  y  garabitos  en  co- 
medio el  paso  de  las  gentes;  á  que  los  oficiales  de 
oficios  saquen  sus  bancos ,  menesteres  y  materia- 
les, sin  dejar  andar  por  las  calles;  pero  mal  se  han 
visto  ahora  por  estas  ordenanzas  del  número  cua- 
renta siete  y  cuarenta  y  ocho,  autos  de  los  seño- 
res Murcia: 

MESAS:  NO  ESTEIV  Eff  LAS  CALLES. 

«Por  quanto  es  justo  que  las  plazas  y  calles 
desta  Ciudad  estén  desocupadas  y  libres  sin  im- 
pedimento alguno,  asi  para  el  paso  de  los  coches, 
carros,  cavallos  y  otras  bestias,  como  para  el 
adorno,  y  policia,  y  paso  de  sus  gentes,  y  escusar 
la  fealdad,  y  estorvo  que  causan  bancos  y  mesas: 
Ordenamos  y  mandamos;  Que  ningún  mercader, 
platero,  carpintero,  capatero,  cordonero,  alpar- 
gatero, espadero,  latonero,  cerrajero,  ni  otros 
ofíziales  ni  vendedores  de  pan,  fruta,  turrones, 
carne,  pescado,  tii  otras  cosas,  tengan  bancos  ó 
mesas  de  dia,  ni  de  noche  en  las  calles,  sino  den- 
tro de  sus  casas,  so  pena  de  seiscientos  marave- 


QUE    SE   FUÉ.  205 

dis  repartidos  conforme  la  ordenanza :  Pero  bien 
permitimos  que  las  dichas  tiendas  y  bancos  los 
pueda  aver  en  la  plaza  de  Santa  Catalina  Ven- 
dedoras de  Carniceria,  mercado ,  y  puerta  de  la 
Puerta  los  Vedrieros,  Puerta  Nueva,  plaza  de 
Santa  Eulalia,  Carreteria,  plaza  del  ArenaL 
Puerta  del  Toro  y  Puerta  del  Sol. » 

MADERA  E\  LA  TRAPERÍA. 

«Por  ser  la  calle  mas  principal  desta  Ciudad 
la  de  Trapería,  donde  es  carrera  de  cavallos,  y 
el  paso  ordinario,  á  la  Iglesia  mayor,  mercado 
y  otras  partes,  combiene  que  este  libre  y  desem- 
baracada  no  solo  de  los  bancos  de  carpinteros  y 
m£sas  de  tiendas  y  otros  oficios  sino  de  lo  demás 
que  la  pueda  ocupar:  Ordenamos  y  mandamos, 
que  los  carpinteros  no  puedan  tener  madera  al- 
guna labrada  ni  por  labrar  en  la  calle,  ni  puerta 
que  salga  de  dentro  de  su  casa ,  so  pena  de  seis- 
cientos maravedís  aplicados  conforme  la  orde- 
nanza.^) 

Con  esto,  en  arreglo  pónese  á  los  de  oficio  y 
mercaderes,  aunque  no  tanto  como  debiéralo,  por 

aquello  de 

Poderoso  caballero 
es  Don  Dinero. 
Y  como  ellos  crian  este  tal  caballero,  y  con  él 
Dádivas  quebrantan  peñas 
y  justicias  por  más  señas, 


206  .  MURCIA 

poco  el  arreglo  adelanta;  pero  algo  hízose  de  algún 
tiempo  acá,  habiendo  en  pretina  metido  á  cada 
gremio,  dándoles  barrios  y  placetas  donde  traba- 
jen, vendan  y  trafiquen  sus  tratos;  arregládose  há 
mucho  asimesmo  la  plaza  de  Santo  Domingo  con 
la  casa  que  fabricaron  los  de  la  familia  de  Almo- 
dovar,  con  arco  y  tribuna  á  la  capilla  del  Rosario; 
arcos  abriendo  los  padres  Predicadores  y  el  Santo 
Oficio  en  la  pared  foral  de  la  tal  capilla  ,  para  ver 
los  autos  de  fe  de  la  Santa  Inquisición,  ejecuciones 
de  reos  v  demás  funciones,  como  proclamación  real 
de  Reyes  y  otras  ,  en  que  pénense  dos  tablados 
alto  y  bajo  para  la  comitiva  y  justicias,  desde  los 
quetremólanse  los  pendones.  Ejemplo  tomando  van 
los  vecinos,  y  labrado  han  también  casas  con  mu- 
chas ventanicas  y  balcones  para  que  mucha  gente 
haiga  y  puédalo  ver,  estando  las  casas  sobre  por- 
ches de  columnas  en  toda  la  redor  de  la  plaza,  y 
habiéndose  hecho  al  efecto  tal ,  casas  en  el  lado 
de  Trasmontana,  en  lugar  de  las  del  Infante  Don 
Fernando,  cabe  orilla  la  acequia  de  Caravija.  Hile- 
ras hay  de  mesas  y  tablas  de  tienda  con  toldos,  y 
véndese  allfcomo  en  la  placeta  que  del  Esparto 
intitulan  ;  quedando  hasta  poco  la  costumbre  de 
juntarse  gente  en  lo  que  Zoco  como  nombre  con- 
serva ,  con  calle  así  llamada ,  y  es  otro  descam- 
piado  en  la  rambla  del  Cuerno,  al  que  dan  las  ca- 


QUE   SE   FUÉ.  207 

sas  del  granero  y  almazara  del  Cabildo ;  el  cual 
nombre  de  Zoco,  en  lengua  latma  Zocus,  es  un 
lugar  arábigo  para  tratar  de  negocios ,  como  en  la 
ciudad  de  Toledo  la  plaza  de  Zocodover  ;  refranes 
hay  que  dicen:  «Andar  de  Zocos  en  Colodros,»  á 
salir  de  un  negocio  peligroso  y  en  otro  entrarse 
de  riesgo  mayor;  el  vulgo  llama:  «Andar  de  Zoca 
en  Colodra,»  lo  cual  toma  como  «Andar  de  Zeca 
en  Meca;»  y  también  en  varias  ciudades  de  moros 
llaman  á  estas  placetas  Zacatin,  como  en  Granada 
y  otras.  Muchas  y  necesarias  cosas  traen  y  sacan 
á  vender,  todo  con  postura  de  los  ejecutores,  se- 
gún las  oixlenanzas,  y  por  separado  pénenlo.  La 
obra  de  barro,  jarras  de  San  Ginés  de  la  Arri- 
jaca,  y  los  tinajones  de  Espmardo,  entre  Santa 
Clara  la  Real  y  los  frailes  menores,  en  que  van  á 
hacer  iglesia  de  Santa  Ana  las  Monjas  Dominicas; 
el  arroz  al  lado  Trasmontana  ;  los  tejedores  de 
lana,  sayaleros,  que  mantas  traen  y  zagalejos  de 
Totana,  Molina  y  Lorca,  están  á  Levante;  bajo  de 
los  porches  del  Mediodia  ponense  los  cordoneros 
y  los  lienzos,  como  todo  lo  que  Toqueria  llaman; 
y  junto  la  reja  de  la  capilla  del  Rosario,  pénense 
los  armeros,  cerrajeros  y  los  napolitanos  de  las 
calderas,  así  como  también  donde  estaba  antes  la 
puerta  que  llamaron  de  Bib-Almuñem  ó  del  Mer- 
cado, los  pañeros  del  Reino,  y  los  buhoneros,  que 


208  MURCIA 

cintas,  botones,  agujetas  y  otros  menesteres  para 
los  vestidos  traen ;  bajo  del  arco  de  Almodovar 
pónense  los  jubeteros  con  armadores,  delantales  y 
pañizuelos  de  obra  de  oro  lentejuelada;  los  zapa- 
teros en  la  plazuela  del  Esparto,  como  los  calce- 
teros con  sus  piezas,  como  así  los  de  oficio  de  al- 
pargateros, esparteñeros  y  cordoneros  de  cáñamo 
y  esparto.  Frente  á  ellos  traen  los  carpinteros  ar- 
cas de  novia,  agua-maniles,  cuchareros  y  espe- 
cieros de  madera  ,  cuelga-candiles,  tablados  de 
cama,  tapas  de  tinaja  y  jarreros,  amen  de  artesas 
para  el  amasijo  del  pan,  y  cedazos  los  que  los  ha- 
cen; poniéndose  á  comedio  ambas  plazas  las  tablas 
de  berceria  ó  verdura  y  frutas  de  cada  tiempo, 
sin  que  por  más  que  los  ministriles  trabajen  y  pe- 
nen con  penas  fuertes,  que  aplican  los  ejecutores, 
puedan  quietos  tener  á  los  que  recoveros  y  recove- 
ras mtitulan,  que  el  paso  estorban,  vendiendo  caza 
de  conejos  y  liebres  del  pinar  y  sierra  de  Carras- 
coy;  así  como  también  huevos,  francolines,  palomas 
torcaces,  pichones,  fojas,  ánades,  gansos,  pollos, 
gallinas,  capones,  gallipavos  y  pavos  reales.  En 
la  plaza  de  Santa  Catalina  andan  los  corredores  de 
la  seda  en  su  tiempo;  así  como  los  que  legumbres 
ya  secas  venden  en  la  Casa-Lonja ,  frente  al  Con- 
traste; como  los  de  los  cabritos,  que  según  orde- 
nanza no  pueden  revenderse ,  ni  venderse  sin  li- 


QUE   SE    FUÉ.  209 

cencia,  bajo  pena,  y  marcádoseles  há  sitio  por  la 
ordenanza  esta. 

CABRITOS  SE  VENDAN  EN  LA  PLAZA. 

((Ordenamos  y  mandamos,  que  los  cabritos  que 
se  vendieren  en  esta  Ciudad  en  pelo  ó  por  me- 
nudo, se  vendan  en  la  plaza  de  Santa  Catalina, 
y  no  en  otra  parte,  so  pena  de  seiscientos  mara- 
vedis  repartidos  conforme  la  ordenanza.  r> 

Por  la  parte  fuera  las  Carnicerías,  en  las  tablas 
para  esto  señaladas  por  ordenanza  ,  véndese  la 
carne  Rafalí,  con  provicion  en  la  Cuaresma  y  pena 
al  questo  hiciere  de  mil  maravedis  y  cien  azotes. 
Véndese  la  saladura  en  laque  dicen  Plaza  Nueva, 
donde  también  pónense  los  rejeros  y  herreros  de 
viejo  con  aldabas  y  cerrajas;  así  como  en  el  Are- 
nal los  del  agro  en  limones  y  naranjas,  los  que 
venden  yesca  y  sus  artes  ,  y  los  talabarteros  de 
usado,  con  los  aperadores;  estando  los  ganados  y 
toda  clase  de  animales  otro  lado  la  Puente.  Como 
lo  de  comer  pan  primero  es,  y  dicho  hemos  que 
el  rey  D.  Alonso  mandó  que  el  Almudí  ó  pósito  de 
granos  fuere  junto  á  la  Puente  tal,  donde  paraban 
los  padres  Predicadores  dentónces  ,  allí  la  Ciudad 
erigió  casas  medianeras  al  Almoxarifazgo  Real, 
para  el  de  susodicho  Almudí,  las  cuales,  en  la  su 
fachada  al  rio,  hecha  con  vistosos  ladrillos,  rejas 
espesas  y  cabás  de  escribanías,  tienen  un  escuson 

14 


210  MURCIA 

de  piedra  con  figurería,  que  sostienen  dos  mance- 
bos ángeles;  por  cuarteles  hay  las  seis  coronas,  y 
en  medio  la  Madre  Murcia,  que  una  mujer  apa- 
renta gallarda,  quitándose  á  su  hijo  del  pecho,  para 
compartir  el  alimento  con  otro  niño  extraño  y  fo- 
rastero: matrona  y  zagalicos  que,  entallados  con 
alegórica  traza  de  piedra  muy  al  vivo,  mucho 
decir  quieren;  en  lo  alto  del  escudo  una  aguda 
tiene  como  volando,  y  no  representará  sino  cuan 
alto  el  vuelo  es  de  la  imperial  casa  de  Austria; 
que  si  aquella  reina  es  de  las  aves ,  ésta  es  rema 
de  la  tierra;  habiendo  encima,  con  góticas  letras," 
esto  en  lápida  grande:  a  Los  muy  Illusíres  Seño- 
res Justicia  y  patrones  del  pósito  del  pan  mandó 
hazer  esta  obra  siendo  Correjidor  el  Illustre 
Canal lero  don  pedro  de  Ribera  de  Vargas  vz"  y 
Rexidor  de  Madrid.  Año  1573.» 

En  el  cual  pósito  la  lápida  que  hay  también,  de 
negro  mármol  sobre  la  portada  de  vistosa  arqui- 
tectura y  la  cuya  leyenda  omito,  marca  que  la 
tal  obra  acabóse  por  el  año  md  seiscientos  y 
diez  y  ocho.  Dentro  y  fuera,  arriba  y  abajo,  yendo 
y  viniendo ,  allí  están  los  molineros,  panaderos, 
carreteros ,  arrieros ,  y  cuantos  logreros  hacen 
dineros,  vendiendo  y  comprando  grano  de  gra- 
neros. 

Aún  mañana  no  era  la  de  un  jueves  de  vera- 


QUE    SE  FUE,  211 

nico;  no  venían  aún  los  claros  cuando  andaban 
las  gentes  por  las  calles ,  topándose  con  sus  ma- 
deras y  mercadurías  para  tener  sitio  antes  del  to- 
que del  alba,  que  campaneó  alas  cuatro;  entrando 
por  las  puertas  de  la  ciudad  los  arrieros  con  sus 
recuas,  los  huertanos  con  sus  pollinos  y  carretas, 
los  mercaderes  con  sus  fardos  y  cajas,  así  como 
otros  con  petates  al  hombro:  arreglólos  á  cada 
cual  la  justicia  (de  la  que  los  feriantes  enemigos 
lo  son),  pero  con  harto  trabajo  y  diligencias  de 
razón  y  palabras :  acrecióse  por  grado  el  rumor, 
que  ruido  hízose,  murmullo  fué  luego  como  zum- 
bido de  colmena  ,  y  éralo ,  pues  zánganos  había 
muchos  ;  hasta  que  tornóse  en  tumulto  y  luego  en 
liornia,  que  no  era  cosa  de  se  entender:  los  curas 
cruzaron  para  ir  á  decir  su  temprana  misa,  reci- 
tando sus  preces  matutinas ;  y  en  los  cantones  de 
San  Cristóbal  hal)ia  plantadas  en  la  hora  del  tra- 
bajo, gentes  del  oficio  ,  murmurando  de  todo 
cuanto  pasaba ;  y  más  hiciéronlo  de  una  señora 
beata ,  que  cubierta  de  velo  espeso  y  acompañada 
de  rechoncha  dueña  y  Rodrigón  barbudo,  habia 
pasado  á  poco  antes ,  seguida  de  un  caballero  que 
á  distancia  espiábales. 

Entró  muy  más  el  día,  y  por  bajo  los  porches  á 
pasear  vinieron  muchos  caballeros,  al  parecer,  de 
ilustre  prosapia ,  acompañados  de    otros  también 


212  MURCIA 

que  hacian  con  ellos  por  delante  el  papel  de  es— 
pulsadores  de  sus  ropillas  y  capas ,  á  que  amenudo 
quitaban  las  motas  del  polvo  con  respeto,  y  des- 
pués por  lo  bajo  y  detrás  llamábanles  bellacos  y 
follones ,  lo  cual  enseña  á  no  se  fiar  de  alabanzas 
de  adulación:  por  entre  los  corvos  de  brevas,  al- 
baricoques  y  otras  frutas,  andaban  unos  ropa- 
viejeros  que  colgadas  traian  en  unas  como  perchas 
de  aleones  de  cetrería ,  muchas  prendas  de  ropa 
raida  y  tinosa,  sombreros  pringados ,  calvas  mon- 
teras sin  tener  de  tontas  pelo,  y  zapatos  usados, 
pero  tanto  éranlo,  que  su  figura  habíase  perdido, 
á  puro  de  remiendos  y  remontas  de  zapateros  la- 
tinos y  romancistas;  así  como  también  vendíanlos 
tales  otras  cosas  cosechadas  por  la  industria  de  la 
garduña.  En  el  quicio  la  puerta  del  Rosario  había 
un  hermano  vendiendo  rosarios  ya  benditos,  como 
escapularios  y  evangelios  de  monjas;  y  bajo  del 
balcón  de  la  iglesia,  donde  hay  de  piedra  hecho 
un  San  Vicente  Ferrer  en  memoria  de  cuando 
este  santo  predicó  en  tal  sitio  misión  en  el  año  del 
Señor  mil  cuatrocientos  y  once,  había  un  ciego 
con  lazarillo  y  perro,  que  cantaba  al  son  de  una 
guitarra  con  más  parches  que  veterano  flamenco, 
un  horroroso  caso  y  estupendo  milagro  que  la  Vir- 
gen hizo;  teniendo  en  tanto  el  tal  zagalote  una 
caña  con  bandera,  que  pintada  tenia  á  la  Virgen 


QUE  SE  FUÉ.  213 

en  lo  alto,  y  bajo  ella  un  hombre  que  echaba  fue- 
go, y  al  que  agarraban  dos  demonios  con  uñas, 
cuernos  y  rabo  largo;  el  cual  triste  caso  enterne- 
cia  corazones  y  bolsillos  de  grande  corro  de  gen- 
te. Muy  fuertes  voces  y  exclamaciones  daban  en 
medio  de  otro  corro  mayor,  dos  fantasmas  descal- 
zos, con  hábitos  hediondos  y  podridos,  como  si 
fueran  de  cadáveres  desenterrados,  y  de  puro 
agujero  pasar  pudieran  por  enredes  de  pajera; 
cubrian  su  cabeza  con  capuruchones  de  mortaja, 
á  los  que  llevaban  cosidas  muchas  pechinas  y 
conchas  de  la  mar,  así  como  también  huesos  de 
muerto  y  medallas  de  indulgencias  ;  tenian  col- 
gando de  una  soga  de  pozo  ceñida  á  la  cintura, 
unas  cadenas  de  hierro  muy  gordas  y  pesadas, 
como  en  penitencia,  (aunque  algunos  creyeren  que 
acostumbrado  se  habrian  á  ellas  en  las  Reales  ga- 
leras); y  con  alaridos  lastimeros  contaban  que 
venian  de  tierra  de  moros,  á  quienes  habian  ido 
á  convertir,  y  los  que  habíanse  comido  á  sus  com- 
pañeros, cuyos  huesos  traían  como  reliquia;  que 
habiéndolos  hecho  á  los  dos  esclavos,  y  rescatados 
luego,  en  tempestad  en  el  mar  dijeron  tales  blas- 
femias que  sus  confesores  diéronles  penitencia  de 
así  vivir  con  tales  penas;  daban,  á  cambio  de  li- 
mosnas, tierra  del  Monte  Calvario,  que  llevaban  en 
la  faltriquera,  y  con  echar  un  polvo  della  á  cule- 


214  MURCIA 

bras  y  víboras,  morían  á  seguida:  traian  muchas 
culebras  muertas,  á  las  que  habían  pintado  de 
verde  su  lomo  para  más  venenosas  y  malignas  pa- 
recer; pero  ninguna  dellas  era  viva  ,  que  harto  cu- 
lebrones y  dañinos  eran  ellos  para  aquel  caso  y 
lucrativa  socaliña.  Fué  el  caso  que  una  vieja  que 
admirábase ,  hizo  atención  á  otras  gentes  que  las 
culebras  que  en  el  suelo  estaban  revivido  habían, 
y  que  movian  la  cola ;  con  lo  cual  dieron  en  cor- 
rer los  del  corro  en  atropello ,  como  si  hubiere  lle- 
gado á  cada  cual  su  hora ;  y  hubo  con  tal  huida 
muchos  chichones,  aporreamientos,  y  santigüe- 
ñazos  de  los  corchetes ,  que  vinieron  á  poner  paz 
donde  guerra  no  habia,  acudiendo  á  los  gritos  de 
«¡Favor  á  la  religión!»  que  daban  los  picaros  hi- 
pócritas; y  no  fué  otra  cosa  que  en  el  corro  es- 
taba un  pastelero  que,  habiendo  comprado  anguilas 
del  rio,  en  un  cesto  traíalas;  pero  como  salíérase 
una,  temerosa  de  hacer  vida  eterna  en  pastel  de 
gato  y  perro,  fuese  al  suelo  con  las  culebras 
muertas,  como  pudo  verse  por  los  ministriles  y 
penitentes.  Viniendo  al  poco  por  la  Trapería  la 
Yoz  Pública;  y  entre  cuatro  corchetes  caballera  en 
un  pollino  tan  matado  por  el  hambre  como  por  las 
pupas  y  sarna,  venia  una  vieja  desnuda  de  medio 
cuerpo,  en  que  tenia  con  miel  pegadas  muchas 
plumas  de  aves ,    las  cuales  habíanla  añadido  por 


QUE    SE    FUÉ.  215 

serlo  de  rapiña  y  mal  agüero;  que  á  más  de  alca- 
buz de  amores  y  otras  cosas  con  las  uñas ,  pico- 
tazos habia  dado  con  hechicerías  y  embrujamien- 
tos, encanijando  zagales,  y  haciendo  á  los  gusa- 
nos de  la  seda  mal  de  ojo;  por  ladrona  y  tales 
cosas  habíanla  sacado;  y  el  verdugo  con  penca  de 
amigo  dábala  de  cuando  en  cuando  golpes  en  su 
cuerpo;  que  si  pelleja  la  decían  las  gentes  al  pasar, 
éralo  y  pellejo  puro,  con  más  cuerdas  que  la  arpa 
que  al  Rey  David  ponen  (35);  sacaba  la  lengua,  y 
gestos  hacía  escupiendo  á  los  qne  algo  decíanla; 
y  detrás  y  de  largo  tirábanla  los  zagales ,  bre- 
vas y  tomates,  amen  de  cascaras,  verduras  y  otras 
suciedades,  el  cual  su  jugo  chorreábale  por  las  es- 
paldas, cara  y  cabeza,  á  la  que  pelona  habían  de- 
jado, como  memoria  de  aquel  paso  de  paseo.  Ya  el 
sol  calentaba;  los  PP.  Limosneros  de  órdenes  men- 
dicantes y  hermanos  de  monjas  no  sólo  llenado 
habían  sus  alforjas,  sino  además  cargado  algunas 
bestias,  que  haciendo  esfuerzo,  andaban  con  el 
peso  de  las  limosnas  ;  los  ermitaños  de  la  sierra, 
también  de  puesto  en  puesto  y  tabla  en  tabla,  re- 
vista dejaban  pasada ,  cambiando  padres  nuestros 
baratos  por  comestibles  que  el  dinero  cuestan;  y 
aclarándose  las  plazas  fuese  retirando  la  gente 
del  mercado  y  la  huerta;  caballeros,  mercaderes 
y  panochos  dejaron  los  porches,  el  zoco  y  las  pía- 


216  MURCIA 

cetas,  llevándose  unos  las  falsas  adulaciones,  otros 
muchos  dineros  que  ensilar,  y  otros  jerga  por 
paño ,  plomo  por  plata ,  y  alimañas  por  caballe- 
rías: mesas  y  tablados,  telas  y  calderos,  cañizos 
y  paños,  como  las  demás  cosas  de  mercaduría, 
tornáronse  á  las  casas  y  corrales  para  pasar  por 
nuevas;  y  que  no  choque  por  ser  «cosas  de  otro 
jueves,»  según  el  dicho  antiguo.  Dijeron  luego 
que  hubo  un  gitano  muerto  de  desgracia  en  San 
Benito:  que  en  Santa  Eulalia  puñalaron  á  un  hom- 
bre de  la  huerta  por  cuestión  de  media  libra  de 
brevas  que  á  maravedí  estaban;  y  en  los  pasos  del 
Señor  Santiago  dos  habíanse  muerto  por  culpas  de 
una  moza  de  enmozada  vida  y  milagros:  también  en 
tertulia  de  casa  de  platería  dijeron  á  más,  que  ha- 
bían corridas  dado  en  la  Plaza  Nueva  por  estrepi- 
toso chasco  uno  de  Milicias  ó  los  Tercios  con  un 
estudiante  de  los  de  la  tuna,  que  vagabundos  han 
sido  siempre  y  viven  de  ingenio  y  trazas  de  vida, 
que  ahora  que  á  colación  ha  salido,  después  de 
un  rato  de  descanso  ,  he  de  mostrar. 


QUE    SE    FUÉ.  217 

TABLA  XIII. 

ESCOLASTICI  VIT^  BAGABUNDL 

Representa  iin  desván  de  una  casa ,  donde   cuatro  estu- 
diantes de  la  tuna  con  un  vestido  vivían ;  y  trazas  de 
gandaya. 


B 


*AJO  de  la  torre  que  con  material  de  otra 
hízose  á  costa  de  Jacobo  de  las  Leyes ,  y  derri- 
baron ,  se  comenzó  en  diez  y  nueve  de  Octubre 
de  mil  y  qumientos  veinte  y  uno  la  torre  de  hoy, 
con  traza  de"  adornación  de  Berruguete;  y  siguióse 
por  el  maestro  Jerónimo  Quijano  en  mil  y  qui- 
nientos y  cuarenta,  sin  que  podido  se  haya  con- 
cluir, que  un  tercio  fáltale;  placeta  pequeña  tiene 
al  frontis  por  Levante,  y  puertecica  de  falsa  que 
del  pozo  dícenla  ,  porque  en  las  casas  que  á  ella 
caen  está  el  pozo  de  la  nieve  de  ilustre  cabildo  de 
la  Santa  Iglesia,  del  que  solamente  sácanla  los  ca- 
nónigos y  racioneros,  y  aquellos  á  quienes  el  señor 
Dean  conceda  boleta;  al  mesmo  esquinazo  hay  un 
callejón  estrecho ,  quebrado  en  eses  y  efes ,  como 
apellido  tártaro,  el  que  culebrea  tanto  que  calle- 
jón de  las  Siete  Revueltas  dicen ;  y  al  doblar  la 
tercera  dellas,  traviscornada  hay  una  casa  alta  y 
estrecha  como  minarete  de  moros,   de  color  co- 


218  MURCIA 

briza  la  su  fachada ,  por  la  (¡ue  ,  como  asimesmo. 
por  las  paredes  colaterales ,  adivinarse  deja  por  sus 
picos  altos  y  bajos  de  figurería ,  que  intención 
llevaba  quien  empezó  la  tal  obra ,  á  poco  de  con- 
quista de  la  acabar ,  y  no  así  quedarse ;  pues  las 
paredes  labráronlas  de  piedra  sillar ,  con  anchura 
de  fortaleza  castellana ;  mampostería  de  cantos 
gordos  fórmanla  en  tabiques,  y  terminados  ó  pisos 
de  vigas,  con  zapatas  de  talla  mudéxar  y  con  en- 
camonados  en  las  del  zaguán  ,  sin  que  balcones 
tengan  á  la  calle  las  cámaras,  solamente  ventanas 
de  ajimez  con  coronisas  ,  y  al  descuido  puertas 
donde  hicieron  falta,  sin  simetría,  todo  lo  cual  á 
palomar  semeja.  En  la  más  alta  parte  y  región 
vecina  del  cielo ,  déjase  ver  una  como  galería  de 
claustrico,  con  columnas  de  retortijón  y  arcos 
floreados  á  guisa  de  azotea,  sin  ventanas  tener, 
sino  algún  pedazo  de  enrejado  de  madera ,  que 
celosía  fué.  Entrase  por  el  zaguán,  que  sin  piso 
ni  repellar  estuvo  siempre;  con  escalera  de  tres- 
pól ,  con  marchapiés  y  pasamano  de  pino  cor- 
eado súbese  á  los  terminados  altos ,  en  que 
viven  como  en  pocilga ,  y  por  moradores  en- 
tiéndense,  algunas  familias  de  alarifes,  carpin- 
teros y  herreros  en  oficialaje;  las  cuales  tienen, 
por  ayuda  de  pagar  el  resto  de  la  vivienda, 
á  estudiantes  de   los  pueblos  deste  Reino,  que 


QUE  SE  FUÉ.  219 

holgadamente  pagan  cuando  tienen ,  y  hácenlo 
con  ocho  y  doce  maravedises  ,  amen  la  comida, 
que  una  sola  es,  por  tener  y  mantener  despejado 
el  entendimiento.  Digamos  de  la  azotea  de  lo  alto 
que  allí  recogídose  habían  unos  amigos  que  no 
tenian  blanca,  sino  la  dentadura  y  los  ojos;  y  como 
vividera  no  estaba  la  estancia ,  habianla  tomado 
como  plaza  en  asalto,  sin  atreverse  los  vecinos 
bajos  á  nada  decir,  por  temor  de  algún  quebranto 
y  manteaje ;  pocas  veces  asomábase  alguno  á  los 
arcos ,  y  SI  lo  hacia ,  era  embozado  en  una  que 
manta  morellana  fué,  con  que  enfermo  parecía;  y 
nunca  viértínse  salir  de  casa  más  que  dos,  y  ve- 
ces muchas  uno  solo ;  entrábase  por  un  agujero, 
que  puerta  debió  tener ,  sirviendo  de  techo  uno 
que  empezó  en  terrado  y  en  garvillo  quedóse,  pu- 
diendo  llamar,  no  goteras ,  sino  chorreras  las  de 
aguas  cuando  llovia,  loque  obligábales  entonces  á 
bajar  á  la  escalera  y  zaguán  para  no  se  mojar; 
estando  á  trechos ,  en  uso  de  alcatifa ,  unos  cañi- 
zos viejos  de  embojar  gusanos ,  ya  desechados 
deste  trabajo ;  algunos  hazes  de  anea  y  hojas  de 
panocha  servían  de  cama  en  el  lado  derecho,  y  en 
el  izquierdo  estaban  colgadas  de  tres  estacas,  al- 
gunas que  de  haber  sido  prendas  de  ropa  olvidá- 
ronse ;  así  como  haciéndoles  compaña ,  una  gui- 
tarra de  mandolina,  un  timpliquio  de  puente  corto. 


220  MURCIA 

una  panelera  y  unos  ferrecicos;  grande  pedazo  de 
viga  caída  del  techo  servia  de  asiento;  y  á  come- 
dio habia  una  mesa  de  tres  patas  estevadas  como 
de  hornero,  y  la  otra  añadida  era  por  una  acibara 
atada  con  tomiza  para  se  tener;  quedando  á  un 
rincón  arrimada  una  tinaja  pequeña ,  como  de 
orza  de  olivas  con  roto  festón  en  el  gollete ,  y 
pegadas  en  la  pared  con  papilla  de  algún  niño 
vecino  varias  conclusiones  teológicas.  Sobretenia 
la  mesa  un  jarro  desportillado ,  una  alcuza  de 
barro,  hermana  de  un  candil  como  ella ,  y  éste  de 
un  tintero,  cuatro  pedazos  de  una  flauta,  La  Sum- 
ma  Teológica  del  angélico  doctor  Santo  Tomás 
de  Aquino,  su  otra  Summa  adversus  gentes,  la 
gramática  y  diccionario  de  Nebrija,  con  el  Artis 
Retorici,  como  asimesmo  un  tomo  de  fray  Luis 
de  Granada ;  y  tapando  un  vaso  de  vidrio ,  otro 
tomo  de  autores  latinos ;  de  peana  sirviéndole  otro 
del  Altieri,  habiéndose  entrometido  de  registro 
naipes  varios  de  una  baraja  picada  para  fullerías 
hacer,  como  garroteras  y  amarres  de  ballestilla 
por  lo  alto.  Rodadas  por  el  suelo  habia  algunas 
bobeas  de  papel  hechas  de  fojas  de  libros,  única 
moneda  allí  de  valor  real ,  sin  tener  del  Rey  nues- 
tro señor  la  efigie ,  no  allí  conocida  hacia  tiempo, 
en  buen  tiempo ,  por  poco  tiempo ,  por  aquellos 
que  tanto  y  tanto  saber  han  de  los  tiempos.   Al 


QUE  SE  FUÉ.  221 

Santus  habia  tocado  la  campana  mayor  de  la  Ca- 
tedral una  mañana ,  cuando  sólo  se  habían  levan- 
tado de  aquello  que  cama  decían ,  dos  de  los  tres 
que  allí  estaban ,  de  los  cuatro  amigos  de  gan- 
daya ;  al  que  tendido  estaba ,  llamábanle  Antífona 
por  hijo  ser  del  sacristán  de  Molina ,  el  cual  des- 
nudo parecía,  y  á  medio  cubrir  con  un  pedazo  de 
jerga  rota ;  el  que  menos  vestido ,  ya  alzádose  ha- 
bia, arropándose  en  la  manta  morellana,  é  intitu- 
lábanle Larga-Zanca ,  y  teníalas  como  grulla ,  ó 
esos  pájaros  que  flamencos  dicen  y  tan  largo  el 
pico  tienen,  como  los  de  tierra  hereje  las  tizonas; 
siendo  el  dtro  uno  como  plañidera  de  entierro, 
con  cara  triste,  ojos  hundidos,  dientes  de  lanceta, 
y  látigos  por  dedos  de  unas  manos  cordeleras, 
parte  de  unas  mangas  de  camisa  mugrosa,  que 
salían  de  una  sotana  vieja  con  tiras  de  remiendos 
blancos,  por  igualar  la  color  del  paño;  calzábase 
con  esparteñas  de  mortaja,  y  llamábanle  Distingo, 
porque  holgazán  era  y  distinguía  siempre ,  por- 
que pareciese  saber  la  lición  sin  verdad  ser.  Li- 
cenciados llamábanse,  sin  serlo  mas  que  en  ham- 
bre ;  y  ocupados  estaban ,  Antífona  en  estudiar  y 
Distingo  y  Larga-Zanca  paseándose  en  meditación. 
Una  voz  que  pregonó  en  la  calle  «Peros  de  Blanca» 
sacóle  á  éste  de  su  éxtasis,  y  dándose  una  palmada 
en  la  frente,  sacó  tras  la  tinaja  un  ovillo  de  hilo- 


222  MURCIA 

palomar,  ó  bramante  que  otros  dicen,  y  del  cajón 
de  la  mesa  un  trozo  de  yesca ,  que  encendió  con 
artes  de  piedra ,  la  cual  yesca  ató  al  extremo  del 
ovillo;  dió  voces  Larga-Zanca,  llamando  al  tío  por 
dentro  la  casa ,  y  vino  por  la  calle  éste ,  arreando 
un  pollino  que  traia  una  sarria  con  fruta;  por  detrás 
de  una  celosía  echó  Distingo  el  hilo  con  la  yesca, 
mientras  el  huertano  acudió  á  las  voces  del  de  la 
escalera,  dejando  el  burro  en  la  puerta  de  la  calle; 
este  animal,  molestado  con  el  fuego  de  la  tal  es- 
tratagema en  una  parte  que  decencia  calla,  de  re- 
lincho en  relincho,  y  de  bocado  en  coces,  como 
alma  endemoniada,  echó  al  galope,  por  el  suelo 
desparramando  la  fruta ;  salió  el  huertano ,  pero 
no  tan  pronto  como  Distingo  y  Larga-Zanca ,  que 
con  ella  bajó  en  dos  saltos  la  escalera  ,  corriendo 
como  por  favor  á  detener  al  burro  y  recoger  la 
fruta  del  suelo:  el  hombre  pegó  sendos  palos  al 
poUinejo,  que  más  fruta  derramaba  ,  y  los  dos 
amigos  recogíanla  del  suelo;  aquietáronse  los  dos 
animales  de  dos  y  cuatro  patas ;  agradecióles  la 
ayuda  el  hombre  á  los  estudiantes ,  y  á  casa  vi- 
nieron; dió  aquel  voces  de  nuevo,  nadie  llamóle, 
dió  en  enfado  y  echó  calle  adelante ;  tanimientras 
Larga-Zanca  y  Distingo  avocaron  en  el  suelo  el 
cujon  de  la  manta  y  el  faldón  de  la  camisa ,  en 
que  traian  peros  hurtados  con  el  favor  hecho  al 


QUE   SE   FUÉ.  223 

huertano;  guardaron  unos  cuantos  para  el  compa- 
ñero, y  almorzaron  así  los  tres;  que  según  Antí- 
fona, aficionado  á  cosa  de  medecina  ,  nocivas  eran 
las  grasas  y  sustancias  fuertes,  porque  la  econo- 
mía destruyen  del  individuo.  Cansado,  y  mucho, 
ya  el  encamado  estaba ,  y  alzarse  quería ;  pero 
como  sólo  un  vestido  y  malo  teman  para  cuatro, 
lamentóse  de  la  tardanza  del  licenciado  Anzuelo, 
que  en  exámenes  era  aquella  mañana ,  llevando 
por  tanto  los  enteros  hábitos ;  y  echando  mal  ha- 
yas á  la  carrera  ,  dijo  Antífona  que  así  no  hu- 
biera tenido  en  los  tiempos  lugar  el  año  mil  qui- 
nientos noventa  y  dos,  en  que  se  fundó  el  Semi- 
nario de  Murcia  bajo  la  advocación  de  San 
Fulgencio,  por  el  limo.  Sr.  D.  Sancho  Dávila, 
de  acuerdo  con  el  Dean  y  Cabildo  de  la  Santa 
Iglesia  y  Ayuntamiento  de  la  Ciudad ,  concedién- 
dole para  su  mantenimiento  algunos  beneficios  y 
otras  rentas  eclesiásticas,  ni  hubiesen  dado  licen- 
cia los  Señores  Murcia  para  el  de  la  Purísima. 
Extraño  parecióles  á  los  otros  esto  de  que  la  Ciu- 
dad ver  tuviera  en  ello,  y  contestóles  que  ente- 
rado estaba  de  cómo  desde  tiempos  traseros  los 
padres  priores  y  procuradores  de  las  Ordenes, 
cuando  preséntanse  á  el  Ayuntamiento,  siéntanse 
en  el  derecho  banco  del  estrado ,  contando  sitio  á 
tres  regidores;  así  fué  que  en  cabildo  ordinario  de 


224  MURCIA 

cuatro  de  Diciembre  de  mil  seiscientos  sesenta  y 
seis,  el  padre  definidor  de  San  Francisco  hizo 
presente  desde  tal  sitio  que  por  testamento  de 
D.  Juan  Ruiz  de  Alarcon ,  fundación  dejaba  éste 
con  sus  casas  de  Santa  Catalina,  con  cláusula  de 
no  se  poner  en  otra  parte  sino  es  en  San  Fran- 
cisco, un  colegio  á  la  Purísima  ,  para  que  los  pa- 
dres allí  enseñasen  á  los  estudiantes ,  siendo  pa- 
trono el  Ilustre  Ayuntamiento;  votos  varios  hubo 
en  favor  y  á  la  contra,  aprobándose  por  todos  que 
fundárase,  según  el  del  Sr.  D.  Francisco  de  Beras- 
tegui,  y  nombrando  para  su  ejecución  al  R.  Padre 
Fray  Juan  Navarro,  y  comisarios  á  D.  Juan  de 
Alarcon  y  D.  Pedro  Pacheco,  en  el  cabildo  ordi- 
nario del  siete  del  mismo  mes  y  año  de  Nuestro 
Señor  Jesucristo,  lo  cual  se  hizo.  Ladridos  en  la 
calle  oyéronse  ,  y  una  voz  que  dijo  al  perro: 
«  Perriquis  miquis ,  ¿non  me  cognoscis ,  qui  sum 
amico  tuo,  qui  recolectahitur  calahacis?^)  Desma- 
yáronse los  tres  licenciados  al  oir  esto,  que  si 
Evangelio  era,  no  buena  nueva  de  verdades;  por- 
que habiendo  sido  perdigones  todos  aquel  año, 
esperaban  algo  del  examen  del  licenciado  Anzuelo, 
que  buen  latino  era  y  casi  en  latín  hablaba  siem- 
pre. Apareciendo  éste  en  el  agujero  ,  dejó  ver  la 
más  formal  figura  de  aquellas ;  traia  en  la  cabeza 
un  sombrero  chambergo  de  ala  caida  y  quebrada 


QUE   SE  FUÉ.  225 

con  repiquetes  y  cuchilladas,  amen  de  la  grasa; 
la  cara  era  larga  y  descolorida  ,  con  nariz  aguileña 
como  de  armas  austríacas  y  rematando  en  punta, 
cejas  pobladas,  ojos  hundidos,  y  unas  mejillas 
que  huesos  forrados  eran.  Estaba  sin  afeitar  de 
veinte  días,  y  bajo  la  barba  oprimía  el  cuello  un 
alza-pescuezo  que  limpio  fué ;  á  la  sotana  estaban 
cosidas  mangas  de  un  coleto  viejo  de  otra  color, 
y  traía  el  manteo  terciado  por  tapar  una  grande 
clara  ,  que  mejor  ninguna  fuera  ,  pues  pedazo 
faltábale;  medias  zurcidas  de  blanco  y  zapatos  de 
oreja  veíanse  como  completo,  que  no  éralo,  pues 
que  ni  camisa  "ni  calzas  honestas  debajo  vestíanle. 
iiNon  asustavis,  qui  si  perdevant  anno.  gana- 
vit  amicum , »  dijo  entrando  con  otro  estudiante 
gordo  y  rechoncho  como  nabo  recalcado ,  que  de 
nuevos  hábitos  y  limpios  vestíase,  y  cara  de  tonto 
mostraba,  el  cual  buen  examen  habia  hecho,  según 
Anzuelo,  porque  contestó  bien  y  consueta  logró 
en  éste  ,  que  detrás  leíale  las  oraciones  :  cuya 
traza  valióle  al  uno,  que  rico  era,  el  Nemine  dis- 
crepanti,  y  al  otro,  por  sopista  de  Tuna,  la  nota 
de  Beprobatum;  obligándole  por  favor  tal  á  le 
proteger,  y  por  esto  traíale.  Llamábase  Traga- 
Obispos,  por  los  que  muchos  comia  en  su  hospe- 
daje; hijo  era  de  un  hidalgo  de  Albacete,  y  agudo 
talento  tenia  como  punta  de  traspuntin  de  per— 

15 


226  MURCIA 

follas,  que  no  menester  es  nunca  para  concluir 
carrera,  teniendo  dineros  y  ejecutoria,  unos  para 
dejar  ciegos  y  sordos,  y  otra  para  dar  luz,  ya  que 
el  genio  con  su  candil  no  alumbre,  (que  para  mu- 
chos falta  no  hace).  Holgáronse  los  tres  amigos 
de  la  visita ;  y  alegre  y  divertido  díjoles  Anzuelo 
que  un  ángel  era  aquel  por  Dios  enviado  para  les 
favorecer  en  su  extrema  necesidad,  que  ofrecído- 
selo  á  él  habia;  compadecióse  el  licenciado  Traga- 
Obispos,  y  sacando  una  pieza  de  á  cuatro,  díjoles 
que  para  almorzar  era  todos  juntos,  y  dábala  para 
que  á  buscarlo  uno  fuera;  saltó  como  liebre  enca- 
mada el  Antífona,  que  estando  en  cueros,  de  rana 
parecían  sus  ancas  ;  en  cueros  quedóse  Larga- 
Zanco  ,  pues  faltóle  la  manta;  y  al  esfuerzo,  ras- 
góse la  sotana  de  Distingo,  que  arrebatarle  los 
tres  querian  la  moneda  á  el  licenciado  Anzuelo, 
batalla  tramando  por  quien  á  compra  de  plaza  de- 
biera ir,  la  cual  apaciguóse  por  las  razones  del 
amigo  nuevo,  quien  propuso  fuese  Antífona,  que 
más  desnudo  estaba ;  vistióse  éste  con  las  hopa- 
landas de  Anzuelo,  y  fuese  con  un  cestico  bajo  el 
manteo;  para  cuando  viniere  limpiaron  de  libros 
la  mesa ,  y  metiéndolos  en  el  cajón  decia  este 
licenciado : 

Cuando  Sol  est  in  Leone, 
pone  libros  in  cajone. 


QUE   SE    FUÉ.  227 

Mucho  gustó  á  Traga-Obispos  Larga  Zanca ,  y 
á  él  acercóse  preguntando  por  cosas  de  la  ganda- 
ya y  vida  que  llevaban ,  atento  de  lo  cual  contes- 
tóle: que  hacian  la  plaza  por  suerte  cada  una  de 
las  cuatro  horas  de  las  seis  á  las  diez  de  mañanica, 
probando  cosas  que  no  compraban ;  atando  hilos  á 
las  sardinas  que  dejaban  por  caras ,  y  á  un  revuelo 
de  vista  del  tendero  tiraban  y  traíanse ;  recogiendo 
pan  de  las  tablas  que  porteaban  los  horneros  (sin 
estos  lo  advertir),  y  aligerando  de  algún  par  de  za- 
patos á  los  zapateros,  ó  de  prendas  á  los  ropa-vieje- 
ros,  echando  tanimientras  dentro  la  tienda  algún 
perro  con  llatti  en  el  rabo  para  que  aquellos  salieran 
persiguiéndolo' :  preguntó  cómo  luz  tenian  de  no- 
che, y  enseñóle  á  este  fin  para  respuesta  la  alcuza 
que  sin  nada  al  volcarla  parecía  estar;  pero  con  una 
como  aguja  saquera  con  gancho  sacó  de  dentro 
unos  algodones  de  tintero  que  aceite  empapaban, 
y  dijo  que  á  las  tiendas  y  almazaras  iban ;  servian- 
les  aceite ;  y  al  oir  de  fiado ,  por  nunca  el  tendero 
á  seguida  barruntaba;  teniendo  que  volcar  el  aceite, 
el  cual  no  todo  salia  por  agarrarle  los  algodones 
que  con  la  botija  de  alcuza  en  casa  entraban ,  y 
exprimidos  eran  luego  para  el  candil  ó  ensaladas, 
si  por  milagro  podíanlas  cenar;  siendo  parroquia- 
nos de  la  sopa  de  San  Francisco  donde  iba  uno; 
y   guardábanles   también   para  la    tarde  gazofia, 


228  MURCIA 

chanfaina  ó  potajes  en  San  Diego  y  Capuchinos, 
dos  Padres  con  quienes  confesábanse ;  que  los  h- 
bros  prestados  eran ,  como  la  mesa ,  la  tmaja  y 
cacharros;  como  las  mantas  y  paja  venídose  ha- 
bian  á  la  casa ,  de  la  de  un  vecino  que  á  galeras 
fué  y  á  guardar  dióselas.  Lástima  hizo  á  Traga- 
Obispos  la  traza  de  sus  compañeros ,  y  díjole  An- 
zuelo que  aquello  era  un  modus  vivendi  qui  fun- 
dacionis  tenehant  in  agarrantibiis,  ad  mayorem 
Dei  yloriam  et  provechum  corporem;  dióse  á  pen- 
sar en  ello  el  licenciado  Distingo ,  y  no  encontraba 
ya,  según  su  decir,  nuevas  cosas  de  ingenio  para 
el  verano  pasar,  lo  que  no  afligió  á  Larga  Zanca, 
que  práctico  era  en  haber  corrido  en  vacaciones 
la  tuna ;  preguntóle  Traga-Qbispos  qué  tal  esto  era, 
y  así  dijo  aquel  su  historia. 

«Nací  en  Calasparra,  y  Larga-Zanca  pusiéronme, 
como  el  fiel  de  fechos  que  fizóme  su  hijo,  el  cual 
con  mi  madre  murió  en  epidemia,  huérfano  deján- 
dome. Único  en  familia  tuve  á  un  tio  fraile  que 
cuando  fui  zagalón  me  puso  á  fámulo  en  el  convento 
de  San  Francisco  de  Hellin,  donde  lleváronme;  le- 
vantaba de  mañana  y  ayudaba  misas  consumiendo 
vinajeras,  chocolate  tomando  luego;  lecciones  es- 
tudiaba; á  medio  dia  aderezaba  las  jaulas  de  cana- 
rios y  los  palomares ;  servia  por  semanas  con  otros 
cinco  de  acólito  en  el  coro  y  el  rezo ;  lición  de  tarde 


QUE   SE  FUÉ.  229 

dábamos ,  y  de  noche  haciamos  cordones  finos  que 
bendecian  los  Padres  para  regalar  á  los  devotos 
á  cambio  de  fanegas  de  trigo  que  baratas  al  con- 
vento salian.  Un  día  díjonos  el  Padre  Guardian  que 
ya  edad  teniamos  para  tomar  hábito;  sm  vocación 
sentíme  con  otros  dos;  dijimos  de  pensarlo;  y 
asaltando  de  la  despensa  vituallas  en  gordo ,  como 
algunos  reales  del  despensero  que  hallamos  tras 
las  horzas,  sin  despedir  de  mi  tio  ni  de  nadie 
salimos  por  la  puerta  del  huerto  mientras  estiér- 
col sacaban;  en  Tobarra  dormimos,  y  ajustándo- 
nos  á  media  carga  con  unos  arrieros  del  Reino, 
fuimos  en  compaña  de  comediantes  que  á  Valen- 
cia iban ,  amigos  dellos  tornándonos ,  los  que  á  po- 
cos días  enseñaron  á  mis  compañeros  Limpio  Gaz- 
nate y  Prosodia  á  tocar  la  flauta  y  el  guitarrón, 
tomando  yo  tal  maña  en  la  pandera  ,  que  maestro 
fui  pronto ;  autos  de  moros  y  cristianos  hacíamos 
con  los  comediantes  en  los  mesones ;  con  ellos  ju- 
gábamos al  parar  con  que  apararon  nuestros  dine- 
ros,  y  con  pocos  á  Valencia  Hegamos ,  riñendo 
una  noche  allí  ya  que  ganádoles  habiamos ,  de- 
jando su  vida  para  tomar  la  de  licenciados,  que  la 
universidad  á  abrirse  iba  en  tales  dias ;  jugamos  y 
divertímonos  en  aquel  curso,  mal  salimos  de  exá- 
menes, y  atrevime  con  otros  dos  mas,  y  fuimos 
cinco  á  formar  compañía  de  tuna  como  hicímoslo. 


230  MURCIA 

Enderezamos  hacia  la  Mancha  ,  y  andábamos  poco 
cada  día  para  pueblos  probar,  enterándonos  si 
fiesta  hubiere  en  los  venideros,  y  cuando  no,  bo- 
das y  bautizos  y  buenas  cosechas  con  la  enza  de 
cosechar  también  sin  haber  sembrado ,  asistiendo 
á  entierros  si  hubiéralos ,  ó  cantando  misas  de  ri- 
tual si  pagábanlas;  acuerdóme  que  á  uña  de  caba- 
llo tuvimos  que  salir  de  Ontiniente  por  prometer 
al  cura  que  Prosodia  organista  era  de  fama ;  des- 
pués de  cobrar  adelantado  empezamos  el  Introito 
á  canto  llano  como  así  los  Kiries ;  pero  al  entonar 
el  Gloria  armóse  tal  estrépito  de  pitos,  flautado  y 
trompetería ,  que  pareció  á  la  gente  que  abajo  la 
.  bóveda  de  la  iglesia  veníase ;  voces  dábamos  los 
tres  cantando  fuerte  et  in  térra  pax  hojninibus, 
y  como  no  era  tal  si  no  llamada  de  guerra  ,  vínose 
el  cura  del  altar,  revestido  como  estaba,  armado 
de  una  vara  de  estandarte ;  tumulto  alzóse ;  dimos 
á  correr  fuera  del  pueblo  y  no  supimos  el  resto. 
En  otros  estuvimos ,  pero  el  chasco  mayor  y  pe- 
sado en  Albacete  fué ,  que  á  la  noche  nos  llama- 
ron para  acompañar  un  bateo ;  tocamos  cosas  cho- 
cantes que  agradaron  á  los  padrinos,  comimos 
mucho,  bebimos  más,  y  á  más  de  regalarnos 
vuelta  dimos  al  mesón  ya  tarde ;  pero  tal  fué  el 
vino,  que  ínterin  dormimos,  dejáronme  sin  blanca 
á  mí  que  el  tesorero  era ,  y  desperté  á  mis  com- 


eUE    SE    FUÉ.  231 

pañeros  con  tan  infausta  nueva.  Allí  era  de  ver  al 
licenciado  Limpio-Gaznate  armarla  con  todos  para 
reñir  con  el  Rey  que  fuera ;  al  Bachiller  Prosodia 
rasgarse  los  hábitos  y  contra  la  pared  mojiconarse; 
y  á  mí  que  tomando  un  palo ,  con  él  rompí  los 
pucheros,  más  cuantas  ollas  y  escudillas  pude; 
blasfemó  y  juró  el  mesonero ;  le  dejamos  venir,  y 
cargamos  sobre  él  á  guijarrazos  hasta  que  se  me- 
tió en  casa ,  apostándonoslas  con  sacar  la  escopeta ; 
apretamos  el  paso  y  noche  hicimos  en  la  Gineta, 
casa  de  un  estudiante  con  padres  mercaderes ,  á 
quienes  Limpio-Gaznate  limpió  el  cajón  aquella 
noche  como  pago  de  hospedaje  y  cena ,  alzando  al 
despuntar  el  alba  diciendo  que  á  Valencia  íbamos 
porque  no  dieran  con  nosotros.  Por  Madrid,  corte 
nunca  bien  ponderada,  pasamos,  ganando  allí  mu- 
chos reales ,  que  aficionados  los  cortesanos  eran  á 
bailes ,  fiestas  y  jaleos ,  y  quisimos  empezar  con 
formalidad  en  Alcalá  el  curso  á  donde  fuimos;  es- 
tudiamos poco  y  tradujimos  con  trabajo  el  San 
Pió  V,  estando  idóneos  para  «oír  ciencia»  según 
rezaban  las  matrículas.  Perdimos  año ;  en  Sala- 
manca dimos  el  siguiente  perdiéndole ,  y  el  otro 
que  empezamos  en  Sevilla  concluimos  en  Granada 
sin  aprobarnos.  Como  el  refrán  dice  «á  tu  tierra 
grulla,»  de  Granada  salimos  enderezando  á  Mur- 
cia ;  pero  en  Velez  sucediónos  que  habiéndose  ca- 


232  MURCIA 

sado  un  hijo  del  mayordomo  mayor  del  Marqués, 
tener  sarao  quiso ;  hicímonos  presentes  con  mú- 
sica de  muestra  en  su  calle ;  bajaron  y  con  agasajo 
nos  ajustaron;  pedimos  de  adelantado  tomándolo, 
y  empezó  el  baile  explicando  antes  Prosodia  los 
bailes  nuevos  de  La  Pavana  y  La  Facara-Zara- 
banda ;  acudió  mucha  gente ;  fingió  un  entripado 
Prosodia  al  ver  un  gato  y  adentro  fuese,  pero  así 
que  fué  pasado  como  un  cuarto  de  hora,  oímos  gran 
ruido  de  caer  platos  y  vidrios ;  sobresaltáronse  los 
del  baile ,  y  fué  que  nuestro  compañero  oliendo  la 
despensa,  donde  habia  empanadas  y  pemiles  como 
demás  cosas ,  ató  su  faja  á  una  pata  del  gato ,  y 
por  listones  que  rompió  en  la  celosía  metióle,  y 
sacar  pudo  con  el  animal,  que  agarraba  sm  soltar, 
cuatro  empanadas  y  una  sarta  de  embutido  blanco, 
hasta  que  cayó  una  leja  de  la  que  fué  el  ruido,  al 
que  acudieron ;  cogiendo  infraganti  á  nuestro  co- 
lega, que  acompañado  de  nosotros  fué  á  la  cárcel, 
donde  dos  dias  pasamos ,  hasta  que  compasión  ha- 
ciendo nos  llevó  la  justicia  una  legua  fuera  para 
que  no  volviéramos.  En  Totana  fué  mayor  el  con- 
tratiempo: un  rico  mozo  diónos  dos  piezas  de  á 
cuatro  por  cantar  á  su  novia ,  y  sabida  la  su  casa, 
en  la  calle  y  puesto  á  las  nueve  de  la  noche  á 
tocar  y  cantar  comenzamos  coplas  de  «Blanca  Pa- 
loma» y  «Corazón  Amante»,  cuando  un  otro  no- 


QUE  SE  FUÉ.  233 

vio  acompañado  de  cuatro  amigos  con  sus  caya- 
das, cargó  sobre  nosotros  moliéndonos  á  palos 
hasta  quedar  por  muertos :  al  dia  siguiente  nues- 
tro parroquiano  pagónos  unos  pollinos  de  bagaje 
y  andadura,  y  aquí  vinimos:  de  los  cinco  yo  sólo 
quedo  y  heredero  soy  de  los  instrumentos  que  aquí 
veis  colgados ,  pues  unos  metiéronse  de  hospitale- 
ros en  San  Juan  de  Dios,  y  Prosodia  murió  de 
hambre  y  frió  el  año  pasado :  por  el  tanto  creo 
que  debiéramos  aprovechar  el  verano ,  y  formando 
tuna,  acompañar  á  Traga-Obispos  hasta  Albacete, 
siguiendo  á  donde  Dios  fuere  servido.» 

Acabó  Larga-Zanca  su  relación ,  y  Traga-Obis- 
pos ofrecióles  dos  hábitos  usados  que  tenia ;  apro- 
báronlo ,  y  como  cuatro  eran  menester,  hízose 
tierno  éste  y  salió  á  la  ropería  de  la  Gitana  á  mer- 
carles uno  más  que  fuera  en  proporción ;  topán- 
dose al  salir  con  Antífona,  que  cargado  venia  de 
vituallas,  al  que  saludó  Anzuelo  con  un  Benedic- 
tus  qui  venit  en  tono  de  salmista ;  pidieron  pres- 
tadas á  los  vecinos  una  sartén  y  algunas  escudillas, 
encendieron  paja  y  perfollas  en  medio  la  camera  en 
que  humo  levantaron  como  de  alfarería ,  haciendo 
frito  de  sardinas  y  ensalada ,  pues  de  un  bodegón 
venia  en  una  orzica  condumio  de  macho  en  esto- 
fado :  zapatetas  y  brincos ,  zalemas  y  reverencias 
daban  en  torno  redondo  la  mesa,  oliendo  el  pan, 


234  iwuRciA 

y  lamiendo  las  cascaras  de  la  fruta,  hasta  que  vino 
Traga-Obispos  con  algunas  piezas  de  ropa ,  man- 
gas usadas,  sombreros  descopados,  calzas  raidas, 
capas  de  tabardo ,  y  más  medias  y  zapatos ;  co- 
mieron ante  todo,  dando  el  Benedicite  Anzuelo 
que  en  todo  lo  de  mesa  prendia;  Larga-Zanca  al- 
canzaba de  un  lado  á  otro ;  Antífona  comia  y  ca- 
llaba, y  Distingo  no  distinguía  de  cosas  que  mez- 
claba de  carne,  sardinas,  fruta  y  ensalada,  lo  cual 
reir  hacia  á  Traga-Obispos:  la  última  sopa  de  la 
comida  en  el  plato  quedóse ,  nadie  alargó  la  mano, 
y  jugóse  á  las  pajas  que  echó  éste,  y  ganóla  Lar- 
ga-Zanca. A  seguida  comenzó  el  aderezo  de  sas- 
tre para  las  prendas;  á  una  vecina  pidieron  hilo  y 
agujas;  y  dejando  sin  espalda  una  sotana  para  de- 
lantero poner  á  otra ,  recortando  un  manteo  para 
añadir  el  más  corto,  remendando  unas  calzas  con 
parte  de  unas  medias,  allí  quedaron,  concierto  for- 
mando de  como  al  dia  siguiente  al  ser  la  del  alba 
saldrían  para  Molina  donde  comeriase  allí  empe- 
zando la  tuna;  y  después  de  decirles  Traga-Obispos 
que  á  despedirse  iba  de  un  primo  que  Alférez  era  de 
los  tercios,  salió  en  derechura  del  Contraste  donde 
las  Milicias  la  sala  de  armas  tienen,  lo  cual  á  seguida 
veremos.  Dícese  que  la  tuna  formóse  haciendo 
viaje ,  y  dijo  Anzuelo  al  salir  por  la  puerta  de  Mo- 
lina :  Procedamus  in  pace,  in  nomine  Cristi  {36 1. 


QUE   SE    FUE.  235 

TABLA   XIV. 

BANDERA  Y  BANDOLERA. 

Representa  cómo  vínose  de  tiempo  M  en  servicio  de  S.  M.: 

conócese  á  varios  capitanes,  y  hacen  de  nuevo  á  un  alférez, 

con  otras  cosas  de  historia. 


G 


lELEBRÁDOSE  há  Siempre  el  arrojo  de  los  hom- 
bres, como  asimesmo  su  destreza  y  sabiduría  con 
que  véncense  cuando  pelean  ,  dando  la  patria 
honra  y  prez  al  que  gana  en  la  batalla ,  aunque 
fuerza  de  razón  no  tuviere  en  la  empresa  que  lle- 
vare, triunfando  la  razón  de  la  fuerza,  con  ayu- 
das de  astucia;  de  antiguos  y  traseros  tiempos  vi- 
nieron las  artes  que  de  guerra  llaman;  los  muy 
sagrados  y  santos  libros  más  de  guerra  tratan  que 
de  paz ;  muchas  ingeniosas  machinas  fabricado 
han  los  hombres  para  se  aniquilar ,  aunque  no 
tanto  como  ellos  aniquílanse  para  que  hombres  no 
falten ,  sebo  poniendo  así ,  con  el  aquel  de  que 
ruede  la  carroza  del  tiempo ;  el  cual  cada  vez  tor- 
nado há  y  mucho,  á  los  hombres  en  avarientos, 
envidiosos  y  soberbios,  con  las  cuales  cosas  en- 
cendido estuvo  siempre  de  la  discordia  el  ardiente 
fuego,  sin  se  acabar  todavía  la  costumbre  mala  de 
más  valiente  y  noble  ser  el  que  más  gente  mate, 


236  MURCIA. 

haciénd  )le  esto  como  en  oficio ,  sin  ordenanza  de 
gremio,  ni  sacando  la  borla  en  Salamanca.  Salva- 
guardia de  los  principes  fué  siempre  la  gente  que 
de  las  armas  vive,  y  tienen  á  gala  ser  criados  de 
Imperadores  y  Reyes ,  los  que  dejan  en  su  casa 
otros  muchos  criados;  v  van  á  la  guerra,  porque 
á  más  del  medro,  honor  de  vanidad  sacan ,  que 
carrera  es  la  de  soldados  muy  alta,  y  Marco  Tulio 
dice  que  el  arte  militar  es  más  excelente  que  los 
demás;  añadiendo  á  más  desto  el  texto  de  Sé- 
neca: uFortior  miles  ex  con  fragoso  venit:y>  así 
es  que  los  romanos  todos  eran  hombres  de  armas 
tomar,  pues  nunca  soltábanlas  para  la  conquista 
del  mundo,  metiendo  bajo  su  Imperio  reinos, 
provincias  v  ciudades  extranjeras ,  por  lo  cual 
dábanles  la  honra  del  triunfo  de  entrar  en  Roma 
en  procesión ,  de  pié  sobre  un  carro  blanco, 
tirado  por  cuatro  caballos  juntos  á  la  par  ,  acom- 
pañados de  grandísima  multitud  del  pueblo,  v  de- 
lante del  carro  iban  atados  y  encadenados  los  es- 
clavos, y  sobre  el  carro  de  los  triunfos,  delante  y 
detrás,  iban  pintados  los  castillos,  fortalezas,  rios 
y  las  ciudades  por  el  triunfador  ganadas;  como  así 
labraban  arcos  de  triunfo,  bajo  que  pasaban,  v 
palacios  para  colocar  las  armas  ganadas  en  guerra. 
Andando  el  tiempo ,  ley  de  godos  fué  no  sentarse 
á  la  mesa  del  Rey  hasta  conseguir  alguna  hazaña. 


QUE  SE  FUE.  237 

y  tener  destas  coronada  la  su  sien  más  que  de  ca- 
bellos; mas  viniendo  perros  moros  á  ser  destos  rei- 
nos los  dueños,  el  Sr.  D.  Pelayo  (Rey)  enseñó 
con  su  pujanza  y  valentía  á  los  arrojar ,  como  los 
demás  capitanes  cristianos,  reyes  y  señores,  siendo 
por  el  tanto  soldados  aguerridos  los  españoles  ,  y 
por  ello  á  las  armas  dados,  con  ejemplos  nunca 
vistos  y  oidos  que  cuentan  las  coronicas.  Desde 
conquista  hubo  adelantados  en  este  Reino,  que 
picadico  hicieron  de  moros  cada  vez  que  con  ellos 
toparon ,  para  castigar  sus  algaradas ;  y  como  si 
en  la  vecindad  que  hacer  no  hubiere,  húbolo  den- 
tro casa  con  ios  que  Manueles  y  Fajardos  llaman, 
en  banderías  y  otros  tumultos,  como  el  que  trujo 
á  D.  Ruy  López  Dávalos,  que  cortando  por  lo 
sano  la  cabeza  que  sana  tenia  el  adelantado  Daza, 
tiróla  por  la  ventana  del  palacio  de  Su  Ilustrísima, 
la  cual  ventana  consérvase  en  el  del  señor  Obispo. 
Costanera  la  mar  es  deste  Reino ,  y  por  se  librar 
de  moros  corsarios  ,  mandó  S.  M.  el  Rey  D.  Fe- 
lipe II  labrar  castillos  de  atalaya ,  con  bocas  de 
fuego  que  culebrinas  llaman ,  y  enviar  hombres 
de  artillería  á  las  Águilas,  Mazarron  ,  Portrhan, 
Cabo-Palos,  Estacio  y  la  Encañizada ;  guardias  de 
Castilla  puso  en  las  ciudades  mayores  ,  y  muy 
particularmente  en  la  parte  frontera  de  los  reinos 
de  Valencia  y  Andalucía ,  para  celar  de  cerca  los 


238  MURCIA 

moros ,  hasta  que  determinóse  pasaporte  dar- 
les (37).  Encomendada  á  D.  Luis  Fajardo  la  co- 
misión de  expulsar  los  moros  por  S.  M..  en  trece 
de  Enero  de  mil  seiscientos  diez,  desde  el  diez  y 
ocho  que  se  publicó  el  bando  hasta  el  veintidós 
de  Marzo ,  hizo  salir  por  el  puerto  de  Cartagena 
seis  mil  quinientas  cincuenta  y  dos  personas; 
desde  veintiséis  de  Abril  del  mesmo  año  al  diez  v 
seis  de  Agosto  de  mil  seiscientos  once ,  salieron  á 
más  quince  mil  ciento  ochenta  y  nueve ,  cesando 
ya  la  presecucion  por  piadosos  respetos ;  pero 
cuando  en  mil  seiscientos  diez  y  ocho  vino  el 
conde  de  Salazar,  arrojó  á  los  que  quedaban,  así 
como  á  los  Mudejares  del  valle  de  Ricote ,  que- 
mándose sus  libros ,  como  anteriormente  hízose 
en  mil  cuatrocientos  cincuenta  y  cuatro  en  la 
Plaza  del  Almenar,  para  no  dejar  ni  memoria  de 
lo  que  tales  infieles  llaman  sus  sciencias  y  sabi- 
dorias;  que  gran  montón,  como  una  casa,  hízose 
con  manuscritos  arábigos  y  judaicos,  al  que  nues- 
tros soldados  prendieron  fuego  para  escarmiento. 
Fama  grande  tuvieron  las  armas  en  Murcia, 
primero  con  los  Caballeros  Templarios,  y  zaga 
destos  con  la  que  como  maestranza  es  de  nobleza, 
cofradía  del  Señor  Santiago  de  la  Espada ,  en  la 
Iglesia  de  tiempo  de  conquista  en  la  Arrijaca,  que 
techumbre  mudejar   tiene  de  lacería  de  maderas 


yuE  SE  FUÉ.  239 

con  primor  labradas  (38) ;  como  digo ,  allí  está  la 
cofradía  tal  de  caballeros  fijodalgos,  sin  que  pueda 
serlo  ninguno  que  no  sea  hijo  y  nieto  de  cofrade 
mayordomo ,  con  que  en  ella  se  conserva  ejecuto- 
riada y  acrisolada  su  nobleza ;  no  obstante ,  pue- 
den admitirse  caballeros  cruzados  de  todas  las 
órdenes  militares.  Tiene  un  Alférez  mayor,  que 
en  las  funciones  acompaña  los  pendones  Real  y 
de  la  Ciudad  con  el  suyo ,  que  es  de  seda  blanca 
con  una  cruz  roja  de  Santiago,  que  todo  cógele, 
y  borlas  como  del  habito  del  orden ,  de  colores 
ambos  (39);  su  patronato  ha  quedado  en  la  Ciu- 
dad y  su  Real  Ayuntamiento,  con  acta  que  los 
mayordomos  se  elijan  por  mitad  de  caballeros  fijo- 
dalgos de  dicho  Ayuntamiento,  siendo  cofrades  y 
mayordomos  de  dicha  cofradía;  la  cabeza  es  siem- 
pre el  muy  Ilustre  Caballero  Corregidor  que  fuere 
de  la  Ciudad,  y  como  tal  presídela,  trayendo  su 
fundación  desde  á  poco  de  conquista,  como  grueso 
ejército  contra  moros,  y  antigua  era  ya  en  mil  cua- 
trocientos diez  y  ocho  según  instrumentos  de  ar- 
chivos. 

Guardias  de  Castilla  ha  tenido  y  tiene  destaca- 
das S.  M.  para  mejor  proveer;  y  en  el  año  mil 
seiscientos  noventa  y  cuatro  ha  instituídose  ade- 
más un  cuerpo  de  Milicias ,  con  mil  trescientos 
sesenta  y  siete  soldados ,  con  once  compañías  de 


240  MURCIA 

milicianos  desta  Ciudad,  y  residentes  en  las  once 
parroquias,  los  cuales  tienen  sus  capitanes,  tenien- 
tes, alféreces,  sargentos  y  cabos  de  escuadras,  di- 
putados para  socorro  de  Cartagena,  Almazarrón,  y 
toda  la  marina,  desde  el  reino  de  Valencia  al  de 
Granada,  como  ya  dijmios:  además  del  costanero 
en  rebatos  de  moros,  júntanse  á  la  señal  del  relox 
de  la  Ciudad,  que  es  también  campana  del  rebato 
en  la  plaza  de  Santa  Catalina ,  para  esperar  órde- 
nes; y  dichas  compañías  se  ausentan  cuando  pí- 
delo la  necesidad,  y  á  donde  se  han  menester  con 
gente  de  la  Ciudad,  la  huerta  y  sus  lugares,  y 
mucha  parte  del  Reino ,  cuando  más  aprieta ;  di- 
chas compañías  tienen  una  bandera  de  tafetán  do- 
ble blanco ,  con  cruz  al  través  cada  una ,  y  las 
armas  reales  por  un  lado  y  por  el  esotro  las  de  la 
Ciudad,  que  llevan  y  baten  los  alféreces  respecti- 
vos. Agrégase  á  ellas  la  juventud  de  los  lugares  y 
habitaciones  de  la  huerta  citados,  uno  de  cada  una 
casa ;  así  los  unos  como  los  otros  con  coleto  de 
ante  y  demás  avíos  de  uniformidad ;  y  en  fiesta 
con  la  gala  correspondiente,  en  lo  general  jubo- 
nes de  damasco ,  capotillos  sembrados  de  botones 
de  plata,  calzones  de  terciopelo,  media  de  seda, 
zapato  blanco  con  hebilla,  y  sombrero  con  serení, 
plumajes  y  escarapelas;  bandas  encarnadas  y  cor- 
dones encarnados  para  los  frascos  de  la  pólvora, 


QUE    SE    FUÉ.  241 

fúsiles ,  escopetas  y  arcabuces  al  hombro ;  y  con 
la  gala,  lo  crecido  y  bien  dispuesto  de  sus  cuer- 
pos, soltura  en  los  miembros,  llevándose  la  aten- 
ción de  los  que  míranlos  en  las  fiestas  y  proce- 
siones ,  acompañan  coii  sus  banderas  al  Pendón 
Real  y  de  la  Ciudad ,  haciendo  continuas  salvas 
con  los  arcabuces  y  gastando  mucha  pólvora ;  y 
por  ellos  un  poeta  dijo : 

El  bélico  furor  que  en  su  persona 
cada  cual ,  de  sus  armas  ostentaba, 
en  los  gritos  del  bronce  publicaba 
ser  soldados  de  Marte  y  de  Belona. 
El  orden  uniforme  que  guardaba , 
de  su  valor  fué  noble  corona, 
siendo  el  juego  de  cuerpo,  armas  y  manos 
lección  de  los  más  diestros  veteranos. 

A  la  sazón  acuartelados  hállanse  en  el  Contraste, 
sobre  la  cual  casa  algo  saber  débese.  Como  á  prin- 
cipios de  esta  centuria  décimo  sétima  acudido  hu- 
bieron á  este  Reino  gruesos  cuerpos  de  guardias  y 
gentes  de  los  tercios  para  de  reserva  estar  y  pre- 
venir lo  conviniente  contra  la  guerra  que  en  las 
Alpujarras  levantádose  había,  forzoso  fué  cobijar- 
los como  sus  armas  en  céntrico  paraje.  Al  efecto, 
convínose  por  el  Ilustre  Ayuntamiento  en  mil  seis- 
cientos uno  en  hacerles  casa  para  lo  tal ,  con  la 
decencia  y  para  la  pulicía  que  merécense;  y  em- 
pezó aquel  año  la  obra  con  piedra  sillar  toda  ella 

16 


242  MURCIA 

en  la  plaza  de  Santa  Catalina,  á  la  cuya  plaza  la 
fachada  principal  cae,  con  puerta  de  grande  traza 
y  magnificencia,  de  vistosas  pilastras  mensuladas, 
airoso  cornisamiento  y  uno  como  románate  en  li- 
neas curvas  graciosas,  sobre  las  cuales  está  en  re- 
lieves con  primor  hecho  el  escudo  real  de  S.  M.: 
esta  portada  no  por  cierto  hiciéronla  en  el  centro  de 
la  tal  fachada,  sino  en  el  tercio  Levante ;  y  por  la 
simetría,  en  el  tercio  Poniente,  sobre  una  reja,  si- 
tio hay  despejado  donde  vítores  pintan  á  los  doc- 
tores y  dignidades  de  iglesia  y  religiones;  también 
tiene  en  este  primer  cuerpo  tres  escudos  con  las 
armas  de  la  Ciudad,  rodeados  de  una  como  guir- 
landa de  frutas  y  flores;  como  peras,  granadas, 
rosas  y  amapolas,  labradas  en  piedra  muy  al  vivo 
que  cogerse  parecen.  Terminado  alto  fórmanle 
tres  balcones  de  barandal  de  hierro ,  con  sobre- 
puertas bien  trabajadas  en  piedra;  y  más  alto  hay 
galería  de  columnas  con  arcos  muchos  y  bien  aca- 
bados en  forma  de  azotea  con  mucha  maña  en  su 
labor  (40).  Por  el  costado  de  Levante  puerta  pe- 
queña hay,  pero  por  la  de  Poniente  tiénela  mejor 
Y  más  primorosamente  trabajada,  cuya  traza  y  la- 
bor de  pilastras,  ménsulas,  pirámides  y  coronisa 
de  picos  déjase  ver  por  lo  bien  hecho  de  su  can- 
tería, teniendo  en  lo  alto  una  marmórea  losa  con 
leyenda  de  grabado  que  así  pone  muy  claro: 


QUE   SE    FUÉ.  243 

ií  Murcia  ma?idó  hacer  esta  obra  para  sala  de 
armas,  siendo  Corregidor  Don  Diego  Sandoval 
Capitán  principal  de  hombres  de  armas  de  los 
Guardas  de  Castilla  por  Sn  Magestad.  Año 
1604.» 

Sin  que  olvidemos  esta  otra  que  en  la  principal 
fachada  puesta  hay  y  dice  con  abreviaturas: 

«Lrt  muy  noble  y  muy  leal  ciudad  de  Murcia 
mandó  hacer  esta  obra  siendo  alcaldes  ordinarios 
en  virtud  de  Reales  Privilegios  el  Capitán  Alonso 
Pagan  de  Oria  y  D.  Pedro  Lázaro  de  Monter- 
real,  y  Alguacil  mayor  D.  Gregorio  de  Lison. 
Año  de  leÓ'l.» 

Estando,  además  destas,  puestas  dos  de  pri- 
vilegios de  mercado  y  otras  cosas;  y  una  dellas 
trujóse  de  la  puerta  de  Bib-Almuñen  cuando  la 
tiraron  á  tierra.  Dentro  en  los  bajos,  como  por- 
che, todo  una  sala  es  muy  grande,  con  tres 
pilares  y  una  puerta  muy  bien  labrada  (con  ar- 
quitectura como  las  de  fuera),  que  á  la  escalera 
pasa,  en  cuvo  peldaño  primero  sobre  pedestal,  un 
león  con  escudo  de  la  ciudad  tiene  de  mármol  ne- 
gro, y  á  siniestra  mano  una  bóveda  de  calabozo 
para  los  soldados  en  castigo,  allí  puesta  por  es- 
carmiento de  los  que  entran  y  salen:  de  manises 
de  Valencia  los  escalones  marchapié  tienen ;  á  la 
su  mitad  y  derecha  la  cámara   real  de   banderas, 


244  MURCIA 

donde  guárdense,  parando  en  ella  los  capitanes  y 
demás  gente  de  mando;  la  cocina  está  antes  de 
entrar  en  la  sala  de  armas,  que  tres  balcones  tiene 
á  Santa  Catalina  y  uno  á  la  calle  del  Contraste,  en 
la  cual  sala  duermen  los  soldados  y  están;  asi  como 
en  la  azotea  de  encima  aderézanse  las  dichas  ar- 
mas y  limpian  los  vestidos  para  mejor  pulicía; 
pero  desde  principios  del  año  mil  seiscientos 
treinta  y  ocho  á  los  fines  del  nueve  dejaron  la  di- 
cha sala  á  los  señores  Murcia  al  tenor  desto  :  uEn 
el  cabildo  ordinario  del  martes  veinticuatro  de 
Noviembre  de  mil  seiscientos  treinta  y  siete  el 
Sr.  D.Nicolás  de  Avellaneda,  Rejidor,  dijo  los  in- 
convinientes  que  havia,  de  tener  la  sala  de  Ayun- 
tamientos en  las  casas  de  la  vivienda  de  los  señores 
Corregidores  y  que  varias  veces  se  habia  tratado  de 
mudar  d  la  plaza  publica  y  casas  del  Contraste 
adonde  es  parte  mas  publica  que  tiene  una  sala 
muy  capaz,  y  conviene  al  buen  gobierno  desta  ciu- 
dad se  lleve  á  efecto  la  mencionada  mudanza  su- 
plicando se  haga  acuerdo  para  que  se  adereze  la 
dicha  sala  y  mude  el  Ayuntamiento  á  ella  y 
nombre  Comisarios  para  que  lo  pongan  en  execu- 
cion;  y  la  ciudad  habiendo  tratado  y  conferido 
sobre  esta  proposición ,  acordó  que  la  sala  de 
Ayuntamiento  se  mude  inmediatamente  á  la 
plaza  publica  desta  ciudad  y  sala  del  contraste 


QUE  SE   FUÉ.  245 

dando  comisión  para  ello.  ^)  Desde  el  año  mil  seis- 
cientos y  sesenta  hasta  poco  há  mudóse  el  dicho 
Ayuntamiento  á  la  Gasa  Lonja,  que  es  en  la  propia 
plaza  y  frente  del  Contraste,  según  de  archivos 
consta.  Cuando  las  mdicias  formáronse,  hicieron 
armarios  de  conveniente  modo  para  en  ellos  guar- 
dar las  armas  y  vestidos  en  custodia,  y  en  el  za- 
guán se  ha  puesto  el  peso  público  donde  se  pesa 
la  seda  cruda,  según  las  ordenanzas. 

Domingo  era  y  dia  por  tanto  de  revista  y  con- 
fronta; tocaron  las  campanas  á  primera  misa,  y 
los  alambores  y  pífanos  á  la  diana  dentro  la  sala, 
en  la  plaza;"y  por  todas  las  calles  y  cantones  fue- 
ron después  dando  redobles  y  toques  de  llamada; 
tanimientras  algunos  que  soldados  eran,  barrieron 
y  rociaron  la  plaza  de  Santa  Catalina ,  los  que  de 
cerca  celaba  un  otro  distinguido ,  con  coleto  sin 
mangas,  valones  aún  sin  atacar,  y  que  armábase 
con  una  vara:  tenia  bigotes  de  brocha,  muy  su- 
bida la  color,  y  decíanle  el  cabo  Abanico  por  mote 
en  lo  de  hacer  aire  con  zurriagazo  limpio;  que  á 
gala  y  mucha  tiénese  entre  soldados  conocérseles 
por  sus  hazañas ,  y  de  tiempo  atrás  de  caballeros 
andantes  viene  lo  de  mote ;  como  Vargas  de  mote 
Machuca,  por  esto  hacer  con  un  palo  de  rama 
de  olivera  en  las  cabezas  de  moros  un  D.  Diego 
en  el  cerco  y  batalla  de  Jerez,  reinando  el  señor 


246  MURCIA 

Don  San  Fernando;  y  otros  cuyas  hazañas  callo 
por  no  molesto  ser.  En  la  puerta,  arriba  y  abajo, 
de  un  lado  á  otro  habia  un  centinela  paseando  con 
marcial  donaire,  y  en  la  cámara  de  banderas  ha- 
bia á  semejanza  de  funeral  y  entierro  por  lo 
de  tener  luces,  cosa  de  túmulo,  formado  de  mos- 
quetes ,  fusiles ,  arcabuces  y  cajas ,  sosteniendo 
echada  el  asta,  y  colgando  la  tela  de  una  bandera 
nueva  con  reales  cuarteles  de  los  tercios,  y  delante 
seis  blandones  de  cera  que  desde  la  víspera  y  toda 
la  noche  pasada  ardido  habian  y  estábanlo:  frente  á 
éste  como  teatro  fúnebre,  velando  debia  estar,  mas 
era  dormido,  un  soldado  con  vestimenta  de  sar- 
gento; y  sobre  él,  en  percha  colgado  un  vestido 
nuevo  de  alférez.  Tenia  el  hombre  una  cuchillada 
en  la  cara,  y  gafa  de  cuchillada  la  siniestra  mano; 
era  joven  y  de  anchas  espaldas  como  un  molinero; 
roncaba  y  movíase  dormitando  como  si  batalla  so- 
ñase. Por  el  aquel  de  atizar  las  velas  y  hurtar  su 
cera,  entró  un  ranchero;  despertóse  el  que  dor- 
mido estaba,  levantándose  con  presteza  al  ver  ya 
salido  el  sol,  y  sacó  entre  la  ropilla  un  librico  de 
actos  de  contrición  y  devociones  cuando  en  la 
puerta  aparecióse  un  P.  Dominico ,  alto  y  colora- 
do, gordo  y  reluciente  que  en  el  sillón  sentóse,  pre- 
guntando al  sargento  si  examen  de  conciencia  hecho 
habia;  y  contestando  que  sí  éste,  arrodillóse  con- 


QUE    SE    FTJE.  247 

fesion  haciendo  de  cosas  que  no  sabennos;  pero  de 
marca  serian,  según  los  extremos  del  reverendo, 
que  absolvió  al  sargento  dicho,  saliendo  á  poco  y 
después  de  exhortarle  para  el  fuerte  trance  del  dia 
y  nueva  vida  á  que  pasar  iba.  Sin  mucho  caso  ha- 
cer un  rato  estuvo;  mas  luego  entrando  fueron 
oficiales  de  armas,  y  cuando  un  capitán  vino,  que 
lo  era  D.  Juan  de  Portocarrero,  de  famosa  familia, 
reverencia  hiciéronle  todos  cuando  sentóse :  des- 
nudaron á  el  sargento  dos  á  él  iguales;  y  dos  al- 
féreces pusiéronle  el  vestido  que  colgado  estaba, 
y  como  SI  para  él  se  hiciese  así  veníale ;  arrodi- 
llóse ante  su  capitán,  quien  ciñóle  la  espada  del 
Rey  nuestro  señor  en  el  augusto  nombre,  y  de 
merced  dióle  trato  llamándole  Sr.  Juan  de  Villaes- 
cusa,  prohibiendo  á  los  demás  decirle  ya  el  sar- 
gento Cintarazo.  Tanimientras  habiase  ruido  sen- 
tido y  mucho  por  afuera  en  la  sala  y  la  plaza, 
tocaban  las  campanas  á  misa  mayor ,  y  á  una  or- 
den del  capitán  se  oyó  un  clarin  (41);  arrollaron 
la  bandera,  y  tomándola  así  el  alférez  novicio,  sa- 
lieron bajando  todos  la  escalera  adelante,  llevando 
un  soldado  en  azafate  una  como  cincha  en  oro  bor- 
dada sobre  terciopelo  de  pelo  de  morada  color. 
Marcha  batieron  los  atambores ,  y  con  regular  y 
mesurado  paso  enderezaron  por  las  calles  de  Pla- 
tería y  Trapería  al  monasterio  de  Santo  Domingo, 


248  MURCIA 

que  como  Real  allí  debíanse  hacer  las  fiestas  de  los 
ejércitos  de  S.  M.  Pusieron  la  bandera  y  azafate 
cabe  la  mesa  del  altar  mayor  junto  con  los  pendo- 
nes del  Señor  Santiago,  Real  y  de  la  Ciudad;  y  sa- 
lió la  comunidad  al  coro ,  y  á  un  estrado  el  Ilus- 
tre Sr.  Corregidor  con  comisión  de  Regidores  y 
Alcaldes,  deputada  para  ello;  diciéndose  á  seguida 
la  misa  de  tres  muy  solemne;  al  ofertorio  bendi- 
cieron  la  bandera  ciñendo  antes  aquella  cincha  el 
alférez,  quien  tomóla  de  manos  del  preste  des- 
pués del  juramento,  sosteniéndola  desplegada 
toda  la  misa  y  comulgando  en  ésta.  Te  Deum 
cantaron  luego  de  acabada  y  un  responso  después, 
saliendo  á  poco  á  la  plaza  del  Mercado,  donde  ta- 
blados puestos  había  en  medio;  al  salir  la  bandera 
tocaron  las  esquilas,  redoblaron  los  atambores, 
pitaron  los  pífanos  con  el  aire  de  la  marcha  aus- 
tríaca (42),  y  los  arcabuces  dispararon  al  aire  en 
señal  de  alegría,  hasta  que  tan  lucida  comitiva  á 
los  tablados  subióse,  que  rodeados  estaban  de  to- 
das las  once  compañías  de  milicias  con  sus  ban- 
deras y  planas  mayores.  Levantando  su  bastón  el 
Ilustre  Sr.  Corregidor,  callaron  todos,  y  el  al- 
férez mayor  de  la  maestranza  leyó  lo  siguiente: 
«Papel  de  noticias  de  todo  crédito,  publicado 
martes  primero  de  Agosto  de  mil  seiscientos  no- 
venta en  Madrid  por  Sebastian  de  Armendariz,    , 


QUE    SE    FUÉ.  249 

librero  de  Cámara  de  S.  M.  y  curial  de  Roma, 
con  las  licencias  fiecesarias  para  este  Decreto 
Real.y> 

(íEn  consideración  del  valor  con  que  procedió 
el  Barón  de  Huby  tiniente  general  de  la  caballe- 
ría del  ejército  de  los  Países  Bajos  en  el  combate 
de  Florú  y  de  sus  méritos  y  antecedentes  le  ha 
hecho  S.  M.  merced  del  titulo  de  Marques  de 
Grignie,  ademas  de  haberle  mandado  dar  las 
gracias  por  un  Real  Despacho  y  aumentado  su 
sueldo  de  tiniente  general  de  dúdenlos  escudos 
al  mes. — Imprenta  de  Antonio  Román.  y> 

A  seguida  dijo  el  capitán  Portocarrero  de  cómo 
el  enemigo  tomó  una  bandera  de  aquel  su  regimiento 
en  Flandes,  matando  al  alférez  Sr.  Antonio  Perale- 
ja;  pero  que  el  presente  y  entonces  sargento  al  cos- 
tado estaba  herido  encara  y  mano;  y  corrió  detrás 
los  vencedores  de  la  tal  bandera ,  tomándosela  ya 
muy  rota  su  asta,  perdida  la  lanza,  y  hecho  en  pe- 
dazos el  paño  en  la  pelea ;  lo  cual  visto  por  el  ti- 
niente general  Barón  de  Huby  ya  á  la  esta  fecha 
Marqués  de  Grignie,  quedó  en  proponerle  á  S.  M. , 
como  hízolo  y  aprobóse,  para  la  bandera  y  bando- 
lera ganada :  que  venido  luego  el  reguniento  á 
Murcia,  interina  bandera  tenido  há,  hasta  que  bor- 
dada fué  una  nueva,  y  recibió  la  gracia  de  bando- 
lera el  susodicho  alférez,  quien  cumplido  habia  en 


250  MLRCIA 

lo  de  velar  sus  armas  y  cumplir  con  la  Iglesia  y 
S.  M.  tocante  á  juramento.  Un  P.  Reverendo  hizo 
plática  devota  á  los  fieles  exhortándolos  á  pelear 
contra  herejes,  con  lo  que  á  más  de  la  prez  de  la 
patria  y  del  Rev  la  merced,  gánase  la  gloria  eter- 
na. Vítores  dio  á  seguida  el  capitán  por  S.  M.  y 
el  Ilustre  Corregidor  que  diólos  al  regimiento,  to- 
mando á  seguida  las  dos  banderas  del  Señor  San- 
tiago y  la  nueva,  como  los  pendones  Real  y  de  la 
Ciudad;  formaron  con  todas  vistoso  pabellón,  bajo 
el  cual,  con  salvas,  repiques  y  redobles,  pasaron 
las  demás  banderas,  y  grueso  de  soldados  y  mili- 
cias, jurando  así  defender  la  nueva.  Por  tres  veces 
tremoló  «Por  el  Rey  nuestro  señor»  con  garbo  y 
valentía  su  bandera  el  alférez  Villaescusa,  y  con 
majestad  y  pompa  condujéronla  á  la  sala  de  armas 
por  las  dichas  calles  en  que  colgados  habia  los 
balcones  en  casas  con  tapices  y  cortinajes  vistosos, 
así  como  á  ellos  asomadas  muchas  damas  que  ce- 
lebráronlo. 

En  la  cámara  de  banderas  hablóse  por  todos  de 
los  muy  valerosos  generales  que  también  Murcia 
tuvo,  y  acordándose  el  Ilustre  Sr.  Corregidor  de 
la  merecida  alabanza  que  Polo  dellos  hizo,  dijo 
estas  sus  mismas  palabras:  a  Pues  ya  que  habla- 
mos de  las  armas,  ¿donde  florece  mas  la  valen- 
tía? Digalo  la  ilustre  casa  de  Faxardo,  casa  de 


QUE   SE    FUÉ.  251 

generales,  y  sus  valerosos  sucesores  que  con  su  es- 
pada pretendieron  sus  blasones  y  con  su  valor  los 
alcanzaron;  buen  testigo  es  desta  verdad  el  miedo 
que  los  enemigos  tienen  al  nombre  de  Faxardo, 
y  los  moros  granadinos  lo  confiesan,  y  los  que  vi- 
vieron Mamora,  donde  á  costa  de  su  vida  con- 
quistó D.  Luis  Faxardo  á  su  Rey  tan  gran  for- 
taleza con  sus  ilustres  y  valerosos  hijos  D.  Alonso 
Faxardo  que  murió  sirviendo  d  S.  M.  siendo  go- 
bernador de  Filipinas,  á  cuyo  gobierno  deben 
aquellos  reinos  su  conservación,  y  el  segundo  hijo 
D.  Juan  Faxardo,  primer  Marqués  de  Espinar- 
do,  capitán  general  del  mar  Occéano  y  Gober- 
nador de  la  Cor  uña.  Y  si  nos  acordamos  de  los 
primeros  Faxardos,  Marqueses  de  los  Velez,  ¿no 
es  gloria  de  nuestra  patria?  Un  Marqués  D.  Pe- 
dro; un  Marqués  D.  Luis.  ¿Pues  de  estos  cuan- 
tos otros  capitanes  tiene  nuestra  Murcia?  Un 
D.  Juan  Usodemar  y  Narvaez,  que  en  la  jor- 
nada que  nuestro  gran  Monarca  D.  Felipe  II 
juntó  para  Argel  con  tanta  costa  y  ostentación 
de  su  liberalidad,  llevó  á  su  costa  vestidos  de 
una  misma  librea  trescientos  hombres.  Un  Don 
Juan  de  Verastegui.  El  capitán  Pagan.  El  ca- 
pitán D.  Francisco  de  Ribera,  general  de  las  ga- 
leras de  Dunquerque.  El  capitán  A  ledo.  El  ca- 
pitán D.  Francisco  Montijo.  El  capitán  Chaves, 


252  «MURCIA 

y  otros  muchos  cuyos  sugetos  olvido.^)  Habló  tam- 
bién del  licenciado  D.  Juan  Chumacero  v  Carrillo, 
caballero  de  la  orden  del  Señor  Santiago,  del  Con- 
sejo del  Rey  nuestro  señor,  el  que  dióle  su  Real 
Cédula ,  fecha  en  Madrid  á  veintidós  de  Abril  de 
mil  seiscientos  veintinueve,  como  á  los  demás  se- 
ñores que  salieron  fuera  de  la  corte  en  el  particu- 
lar servicio  de  los  soldados,  archivada  en  el  nú- 
mero 34  de  las  Ordenanzas,  por  ser  el  encargado 
para  este  reino,  la  cuya  comisión  desempeñó  con 
agrado  general  y  mucho  saber  cuanto  lealtad  y  di- 
ligencia; añadiendo  que  para  sólo  se  librar  del 
real  servicio  de  las  armas  habia  una  condición, 
pues  iiEn  cabildo  que  la  mvy  noble  y  mvy  leal 
ciudad  de  Murcia  tuvo  veintiséis  dias  del  mes  de 
Abril  de  mil  seiscie?itos  once  años,  se  acordó  lo 
siguiente:  Reservanse  de  soldados  á  los  oficiales 
de  tejedores  de  sedas,  atento  hay  necesidad  deste 
arte  en  esta  ciudad,  y  las  exenciones  que  para 
conservar  este  oficio  tienen,  se  les  guarde. »  Des- 
pidiéronse todos  (saludando  á  los  principales  al 
salir  los  atambores,  clarines,  pífanos  y  guardias), 
y  deseando  larga  vida  y  medro  al  alférez  desfilá- 
ronse, pidiendo  éste  al  señor  capitán  Portocarrero, 
en  cuya  mesa  á  comer  luego  iba,  merced  de  cuar- 
telaje  libre  y  juegos  en  tal  dia,  que  concedió  aquel 
encargando  mesura  y  miramiento  v  no  escándalo 


QUE  SE    FUE.  253 

Vítores  por  ello  dieron  al  alférez  los  sargentos, 
cabos  y  soldados  que  aderezaron  los  tablados  de 
camas  con  mantas  dellas  para  jugar  á  los  dados  con 
cubilete  los  unos,  y  los  otros  á  los  naipes  de  mó- 
cente guisa  en  el  comienzo,  para  luego  darles  ai- 
res de  garrotes  y  ballestilla  (43).  Abrazó  el  señor 
tiniente  Barrientos  á  su  protegido  de  tiempo  el 
alférez  Villaescusa,  y  convidóle  á  salir  á  una  pas- 
telería para  luego  al  mundo  y  nueva  vida  le  dar, 
como  asimesmo  que  irian  tras  vísperas  vistas  al 
convento,  donde  tal  tiniente  su  amor  tenia  dentro 
locutorios  v  rejas  monjiles,  lo  cual  á  seguida  ve- 
remos. 


TABLA  XV. 

TRAS  vísperas,  VISTAS. 

Representa  los  co7iventos  de  frailes  y  monjas,  con  su  histo- 
ria, costumbre  ya  pasada  de  vistas,  y  escándalo  por  tal 
causa. 


c, 


'ON  tu  amparo,  Madre  mia  de  misericordia, 
vida,  dulzura  y  esperanza;  amparándome  por  tu 
soberana  intercesión  el  Padre,  el  Hijo  y  el  Espí- 
ritu Santo,  tres  personas  diferentes  en  unomesmo, 


254  MURCIA 

de  las  que  Hija ,  Madre  y  Esposa  eres  coronada 
Reina  de  las  gracias;  arca  del  santuario,  causa  de 
nuestra  salud,  remedio  del  linaje  humano,  y  á  más 
de  Reina  de  los  Angeles  éreslo  de  los  Patriarcas, 
de  los. Profetas,  de  los  Apóstoles,  de  los  Mártires, 
de  los  Confesores  y  de  las  Vírgenes ;  por  ser  la 
más  principal  Señora  y  espejo  claro  destas  de 
quien  á  tratar  voy  después  y  á  la  postre ,  bajo  tu 
manto  póngome,  para  que  ofensa  no  den  al  Señor 
mis  palabras  en  lo  que  á  decir  fuere  de  sagradas 
vírgenes  á  él  consagradas  en  el  santo  retiro  del 
claustro,  zaguán  avanzado  del  cielo  y  escalera 
suya.  Dale,  Señora,  á  mi  memoria  adelantado 
vuelo,  á  mi  voluntad  fuego  ardiente,  á  mi  enten- 
dimiento limpia  y  muy  clara  luz ,  así  como  á  mi 
pluma  tu  soberana  bendición  con  el  conque  de  lo 
quella  escriba  sea  en  honor  del  Señor,  alabanza 
tuya  y  bien  de  mi  alma,  que  asunto  y  empresa  la 
mia  difícil  y  ardua  es ,  tratándose  de  vírgenes  á 
que  ofender  pudiéraseles. 

Piadoso  lector,  para  Santo  y  Santa  ser,  como 
sucia  es  la  carne  y  pecadora  en  lo  de  parte  for- 
mar del  cuerpo,  mortificada  ha  de  pasar  por  el 
fuego  de  la  penitencia  en  el  crisol  del  sufrimiento, 
para  limpia  quedar  en  el  rico  metal  de  la  gracia; 
porque  malo  es  el  enemigo  infernal,  y  asechan- 
zas, lazos  y  resbalamientos  con   la  enza  de  en  la 


QUE    SE    FUÉ.  255 

tentación  hacernos  caer,  pone;  la  oración  y  el  re- 
tiro son  las  dos  medecinas  más  eficaces  para  curar 
los  males  del  alma  combatida  por  la  enfermedad 
mundana;  entendiéndolo  bien  así  aquel  siervo  de 
Dios,  Antonio,  que  habiendo  nacido  el  año  dos- 
cientos cincuenta  y  uno  del  de  N.  S.  J.  enCona, 
ciudad  de  la  Heráclea  del  alto  Egipto ,  y  sintién- 
dose llamado  su  pecho  por  los  aldabones  de  la 
gracia,  contestóla  dando  sus  bienes  á  los  pobres  y 
retirándose  á  la  ribera  Levante  del  rio  Nilo,  bus- 
cando la  soledad  para  la  contemplación ,  lo  cual 
visto  por  otros  piadosos  varones,  movióles  á  lo 
propio,  formando  entre  las  piedras  del  monte  con 
las  fieras  en  compaña,  familia  de  bienaventurados 
no  nunca  concluyendo  sus  hijos ,  que  llamándose 
Benito,  Francisco,  Domingo,  Simón,  Bernardo, 
Pedro  Nolasco,  Ignacio,  Félix  y  otros  fundadores 
y  reformadores  de  tropas  de  mdicia  cristiana  can- 
tan en  el  santo  retiro  noche  y  día  alabanzas  á 
Dios,  mortificando  sus  carnes,  y  también  ejer- 
citan la  más  abrasadora  candad ,  como  un  sol- 
dado que  en  la  ciudad  de  Granada  fundado  há 
hospital  y  en  otras  partes,  el  que  llamándose  Juan, 
de  Dios  apellídanle;  sin  que  olvidemos  á  un  pobre 
cura  de  un  pueblo  de  la  Francia  que  ha  muerto 
en  la  ciudad  de  Paris  años  atrás  en  el  de  mil  seis- 
cientos sesenta,  que  padre  fué  de  pobres,  como  asi- 


256  MURCIA 

mesmo  de  los  niños  huérfanos,  y  si  mal  no  re- 
cuerdo, dícenle  Vicente  de  Paul.  Trasplantado 
árbol  tan  excelente  á  todas  las  naciones,  agarró 
siempre  la  su  raíz,  frondosos  y  productivos  na- 
ciendo renuevos  en  donde  Dios  quiere  que  los 
cristianos  la  planta  pongan;  así  es  que  en  Murcia 
mesma  opimos  frutos  da  con  los  que  á  relatar 
vamos. 

Santa  María  de  Gracia  y  Buen  Suceso.  Fundada 
por  D.  Alonso  X,  quien  la  dotó  en  mil  trescien- 
tos ocho  con  privilegio  para  hospital  de  caballe- 
ros Templarios  en  la  conquistada  torre  de  Cara- 
majúl  (44). 

Santo  Domingo  el  Real  en  el  palacio  del  Rey* 
Moro  ^Alkazar  Seguir),  en  la  hoy  plaza  del  Mer- 
cado, donde  predicó  San  Vicente,  para  la  cuya 
propiedad  dióles  á  los  Padres  el  Rey  D.  Jaime 
privilegio  en  mil  trescientos  ocho  años,  habiéndole 
luego  dado  rentas  y  dotación  Doña  Luz  de  Zam- 
brana,  que  vivió  en  la  calle  que  así  nombran:  han 
empezado  á  labrar  un  claustro  redondo  con  mu- 
cha magnificencia,  y  sus  huertos  caen  á  la  cequia 
y  plaza  del  Esparto  (45). 

San  Francisco,  que  estuvo  junto  á  Santo  Do- 
mingo por  privilegio  de  D.  Alonso  X  en  mil  tres- 
cientos diez,  trasladándose  luego  á  Santa  Catalina 
y  después  frente  á  Verónicas  en  la  plaza  ,  donde 


QUE   SE    FUÉ.  257 

hoy  siguen  labrando  suntuosa  fábrica  de  piedra 
sillar  (46). 

La  Trinidad,  cerca  de  la  puerta  de  Orihuela  que 
fué  del  León ,  el  cuyo  convento  fuera  estaba  de  la 
muralla  y  dentro  metióse  por  causa  de  avenidas 
del  rio,  poniéndose  junto  á  la  ermita  que  arruiná- 
dose  há  de  San  Blas ;  á  cuyo  Santo  y  en  la  pared 
de  la  iglesia  pintado  há  con  artificio  de  imagi- 
nería, columnas  y  barandas  un  altar,  que  cuerpo 
y  bulto  aparenta  con  bella  traza,  el  caballero  Don 
Nicolás  de  Villácis ,  que  grande  amigo  es  de  la 
comunidad  (47). 

San  Agustin ,  fundado  en  mil  trescientos  no- 
venta y  siete  entre  la  puerta  de  Molina  y  la  er- 
mita de  San  Antón  frente  desta ,  hasta  que  en  el 
año  de  mil  quinientos  setenta  y  nueve  pasáronse 
los  Padres  á  la  ermita  de  Nuestra  Señora  de  la  Ar- 
rijaca,  en  la  que  dícese  fueron  bautizados  los  cua- 
tro Santos  de  Cartagena ,  y  es  patronato  de  los 
nuevos  Marqueses  de  Corvera  con  enterramiento 
propio.  Sigúese  labrando  la  mayor  iglesia  que 
desde  que  el  mundo  es  mundo  conocióse  en  Mur- 
cia, que  sólo  es  una  nave  con  capillas,  siendo  una 
dellas  la  de  San  Sebastian,  que  como  ermita  antes 
era  con  cofradía ;  pleito  llevado  han  y  tratádose 
desto  en  los  capítulos  ordinarios  de  los  señores 
Murcia   de   sábado   diez  y  seis  de  Marzo  de  mil 

17 


258  MURCIA 

seiscientos  setenta  y  cinco,  y  sábado  diez  de  Fe- 
brero de  mil  seiscientos  setenta  y  seis,  por  cuyo 
último  dióse  licencia  para  obrar  la  capilla  de 
N.  P.  Jesús  Nazareno  allí  junto  á  la  anterior: 
todo  lo  cual  aprobado  fué  (y  con  escritura  ante 
Juan  de  Azcoitia  fecha  dos)  por  el  ordinario  de 
siete  de  Marzo  de  mil  seiscientos  setenta  y  seis, 
al  R.  P.  Prior  F.  Joan  de  la  Cruz  (48). 

Nuestra  Señora  de  la  Merced.  Fundado  cerca 
Santa  Olalla  junto  al  rio,  pero  cuando  por  éste 
vino  la  milagrosa  imagen  de  Nuestra  Señora ,  la 
sacaron,  y  haciéndole  capilla,  por  sus  milagros  y 
protección  la  llamaron  de  los  Remedios;  pero  como 
sucediera  un  caso  de  honra  entre  una  doncella  y 
un  mancebo,  preguntada  la  Santa  Imagen,  mo- 
vió ésta  la  cabeza  para  la  contestar,  por  cuyo  mi- 
lagro llámala  el  vulgo  Nuestra  Señora  del  Cuello 
Tuerto:  los  Padres  empezaron  á  labrar  casa  donde 
hoy  está  cerca  la  Puerta  Nueva  en  las  Adoberías 
ó  Pellejerías,  y  vinieron  á  ella  en  mil  quinientos 
sesenta  á  diez  del  mes  de  Julio  (49). 

San  Diego.  Fundado  fuera,  lejos  de  la  puerta  de 
Santa  Florentina  y  detrás  de  San  Antón ,  en  el 
año  mil  quinientos  noventa  y  ocho  por  los  Padres 
Franciscanos  descalzos  (oO). 

Santa  Catalina  del  Monte.  En  la  sierra,  á  una 
legua  de  la  ciudad,  y  fundáronlo  Padres  Francis- 


QUE    SE  FUÉ,  259 

eos  observantes,  por  donación  de  Juan  Mercader, 
que  hízolos  merced  de  las  tierras  con  otros  cen- 
sos y  privilegios  en  el  dia  veinte  y  seis  de  Agosto 
de  mil  cuatrocientos  cuarenta  y  uno ;  en  el  de  mil 
seiscientos  por  el  Padre  Provmcial  Vargas  hízose 
un  devoto  via  crucis,  según  la  mapa  de  Jerusalen 
allí  hecha  por  Pedro  Potens,  á  cuya  devoción  con- 
cedidas hay  gran  copia  de  indulgencias  y  per- 
dones (oí). 

Nuestra  Señora  del  Carmen.  Sobre  la  ermita  de 
San  Benito  por  el  Ilustre  Sr.  Obispo  Comontes, 
quien  licencia  dio  en  mil  quinientos  ochenta  y 
seis  (52). 

San  Antonio  de  los  Capuchinos.  Más  allá  del 
Carmen  (del  cuyo  convento  hemos  tratado  en  lo 
de  atrás  desta  obrita)  (o3). 

San  Gerónimo  de  la  Añora.  Hízose  en  mil  qui- 
nientos setenta  y  nueve  por  manda  del  testamento 
del  capitán  Alonso  Vozmediano  de  Arroniz,  here- 
dando los  Monjes  de  San  Gerónimo  la  mitad  de 
dicho  lugar  y  sus  tierras ,  fundando  hermosa  fá- 
brica que  aún  no  está  terminada;  lo  cual  consá- 
grase para  jubilación  de  los  Padres  graves  de  la 
provincia  con  gran  recreo  (o4). 

Santa  Teresa.  Frente  á  la  puerta  de  Santa  Flo- 
rentina, el  cuyo  convento  pretendióse  como  es  de- 
bido en  forma,  y  en  el  cabildo  ordinario  del  martes 


2G0  MURCIA 

veinte  de  Febrero  de  mil  seiscientos  ochenta  los 
Señores  Murcia  dieron  licencia  y  consentimiento 
para  fundar  en  tal  sitio  el  convento  de  Carmelitas 
descalzos  (oo). 

San  Esteban.  Fundado  por  el  Ilustrísimo  señor 
Almeida:  allí  está  la  Compañía  de  Jesús  (como  ya 
hemos  hablado  en  otro  lugar)  (56). 

Antes  que  el  hombre,  pecadora  fué  la  mujer, 
tentada  por  la  infernal  serpiente ,  causando  nues- 
tra perdición  eterna ;  y  buscando  los  caminos  de 
la  gracia  para  se  aprovechar  della  con  ayunos, 
penitencias ,  oración  y  santo  retiro ,  encerrádose 
há  con  reglas  muy  estrechas  en  clausura,  votos 
haciendo  y  consagrándose  á  esposa  ser  del  Señor, 
á  quien  su  virginidad  le  ofrece,  siguiendo  las 
aprobaciones  de  las  que  órdenes  llaman  bajo  de 
los  padres  generales  de  las  tales  congregaciones. 

Señoras  principales  dejado  han  el  mundo  to- 
mando el  hábito  de  religiosas,  labrando  con  sus 
bienes  los  monasterios,  dote  dándoles  para  se  man- 
tener, y  haciendas,  como  de  igual  suerte  donación 
los  Muy  Poderosos  Príncipes  y  Reyes  dieron  para 
la  tal  cosa  en  tierras  de  sus  conquistas.  Monjas 
llámanse,  porque  Monjes  llamáronse  los  que  pri- 
mero en  penitencia  fueron,  haciendo  familia  santa 
bajo  de  un  mismo  techo  de  casa  del  Señor,  que 
monasterio  y  convento  por  tal  entiéndenlo;  en  los 


QUE   SE    FUÉ.  261 

de  monjes  y  frailes,  hombres  entrar  pueden,  pero 
en  los  de  monjas ,  ni  hombres  ni  mujeres  ponen 
su  planta  de  puertas  adentro,  smo  los  que  en- 
tren á  oficios,  por  lo  cual  muchos  no  saben  lo  que 
allí  hay,  sino  muy  pocos  que  á  menesteres  de  lo 
tal  entraron  como  yo,  que  lo  diré  con  licencia  del 
Ordinario. 

Portería  llaman  á  lo  de  afuera  que  zaguán  es, 
con  torno,  locutorios  y  puerta  reglar  siempre  cer- 
rada, que  sólo  un  postigo  como  de  fortaleza  ábrese, 
y  toda  cuando  la  religiosa  entra  para  nunca  jamás 
atravesarla  ni  aun  muerta  después;  como  zaguán 
hay  tras  la  puerta,  y  sigue  el  claustro  que  galería 
con  terminado  alto  y  bajo  tiene  de  columnas,  y  á 
comedio  un  pozo  que  decir  quiere  que  la  vida 
eterna,  con  las  aguas  de  la  gracia,  inagotable  como 
aquel  es  para  quien  sácalas  con  el  trabajo  y  la  ora- 
ción; imágenes  en  lienzo  pintadas  en  las  paredes 
hay  muchas  para  siempre  tener  la  devoción  mo- 
vida; y  dan  al  claustro  bajo  las  oficinas  de  princi- 
pal menester  como  sacristía,  coro  de  verano,  con- 
fesonarios, lo  cual  vistas  de  reja  ala  iglesia  tiene; 
cocina  y  despensa  para  guardar  vituallas;  refitório 
donde  cómese  y  collación  hacen,  ínterin  una  no- 
vicia desde  un  pulpito  lee  meditaciones  y  la  vida 
del  santo  del  dia;  cámara  para  labor  v  escuela  de 
novicias  y  pisaderas;  también  hay  sala  capitular  y 


262  MURCIA 

otras  cámaras  para  guarda  de  ropas  y  otros  me- 
nesteres, el  arca  y  monumento  del  Jueves  Santo, 
los  candeleros  y  cosas  de  altares ;  teniendo  luego 
huerto  y  corral  con  aves,  así  como  lavadero  y  un 
jardín  con  trozo  que  cada  monja  cuídase,  haÍDÍendo 
bóveda  para  enterrar  las  difuntas.  Escaleras  llevan 
arrilja  que  terminado  alto  es  con  claustro  asimes- 
mo,  por  el  cual  á  las  celdas  éntrase,  pequeñas  cá- 
maras que  como  prisión  parecen,  con  un  tablado, 
una  silla,  un  reclinador  que  como  banco  es,  donde 
arrodíllanse  frente  á  una  cruz  entallada  con  los  atri- 
butos y  signiiicados  de  la  pasión  de  Nuestro  Señor 
Jesucristo;  estampas  vense  pegadas  á  la  pared  con 
cintas  adornadas  y  flores  contrahechas  de  lienzo; 
colgando  de  unas  escarpias  hay  deciplinas,  cili- 
cios, coronas  de  espinas  y  escapularios  de  hierra 
en  alambre  punchoso  para  la  carne  mortificar 
cuando  la  tentación  y  el  pecado  aprieta ,  y  sobre 
una  mesica  libros  hay  de  rezo  y  labores  de  aguja 
para  no  en  pecado  caer  por  causa  del  ocio ;  en 
este  terminado  alto  otra  cocina  hay,  enfermería, 
cámaras  de  novicias  y  pisaderas,  coro  alto  con  ór- 
gano (si  la  regla  permítelo),  y  torreta  con  vistas  á 
la  calle  para  las  procesiones  ver  las  monjas  y  las 
que  no  lo  son ,  á  la  gente  más  á  menudo. 

Fecundo  es  el  jardín  murciano,   porque  semi- 
llas dejó  en  él  sembradas  la  flor  mejor  de  las  flo- 


QUE   SE    FUE.  263 

res  y  en  el  más  florido  terreno  por  el  Señor  ben- 
decido, la  cual  floreció  en  tiempos  de  atrás  una 
Santa  siendo  como  sus  tres  hermanos,  y  Florentina 
llamándose ;  pauta  dió  con  su  vida  á  otras  que  cre- 
cen y  multiplicanse  con  la  ayuda  de  Dios,  paraíso 
tornando  esta  vega  de  las  delicias,  en  la  cual 
vense  brotar  monasterios  de  religiosas  de  que  adór- 
nase la  ciudad ,  como  en  un  rosal  las  rosas  en  ra- 
maje verde,  y  decir  debámoslo  por  gloria  de  la 
Religión  al  tenor  siguiente: 

Santa  Clara  la  Real.  Fundado  cuando  la  conquista, 
por  el  Rey  Don  Alonso  en  losjardines  del  serrallo 
del  Rey  moro  (Alkazer  Seguir)  para  monjas  de 
Nuestro  Padre  San  Francisco  con  el  título  de  Me- 
noretas;  dándoles  el  Rey,  como  asimesmo  los  Prín- 
cipes y  Princesas  muy  grandes  dotes  en  rentas  y 
tierras,  según  cartas  de  Privilegio  Real  de  trece  de 
Agosto  de  mil  trescientos  y  veintidós  y  treinta  de 
Junio  de  mil  cuatrocientos  tres  con  «  seguro  sa- 
grado y  Salvaguardia  Real»  (o7). 

San  Antonio.  En  la  calle  así  llamada,  por  fun- 
dación de  Antonia  Mercader  y  UsendaRuiz  su  hija, 
conforme  se  va  á  Santa  Olalla  y  cabe  la  Rambla  del 
Cuerno,  dotándolo  con  haciendas,  casas  y  tierras 
para  su  mantenimiento,  la  cuya  fundación  aprobada 
fué  por  Bula  de  Eugenio  IV,  fecha  7  de  Agosto 
del  año  mil  cuatrocientos  treinta  y  cinco  (58). 


264  MURCIA 

Santa  Ana.  Establecióse  esta  comunidad  por  el 
Dean  desta  Santa  Iglesia  D.  Martin  de  Selva,  y  no 
admitiendo  las  condiciones  que  el  tal  púsolas,  me- 
tiéronse bajo  la  obediencia  del  Padre  Prior  de 
Santo  Dommgo ,  empezando  á  obrar  casa  cerca  de 
las  monjas  de  Santa  Clara  en  el  año  mil  cuatrocien- 
tos noventa,  pero  ensanchando  viénensede  enton- 
ces con  vecinas  casas  que  añiden  ,  como  también 
grande  huerto ,  por  el  que  la  acequia  pasa ;  ahora 
siguen  labrando  grande  iglesia  (39). 

Madre  de  Dios.  En  la  calle  que  del  Contraste 
intitulan,  el  cuyo  convento  fundóle  el  mesmo  Se- 
ñor Dean  D.  Martin  de  Selva  el  susodicho  año 
mil  cuatrocientos  noventa  frente  á  los  Baños  del 
Rey  moro  Abrahen  Ezcandary ,  para  las  monjas 
de  San  Laurencio  Justiniano ,  las  cuales  muy  há- 
biles han  sido  siempre  (60). 

Las  Verónicas.  Este  convento  lo  fundó  la  Señora 
Doña  Isabel  de  Alarcon  con  el  título  de  Santa  Ve- 
rónica, y  dote  que  montó  á  catorce  mil  ducados 
en  bienes,  casas,  tierras  y  taullas,  con  beneficios 
para  entrar  doce  monjas  de  su  familia;  labrado 
han  grande  fábrica  con  iglesia  en  la  plaza  junto  á 
la  Aduana  del  Almoxarifazgo  Real,  el  año  mil  qui- 
nientos veintinueve  (61). 

Las  Madres  Agustinas.  Doña  Brígida  Pinelo,  de 
familia  ginovesa ,  casó  con  D.  Pedro  Fajardo,  del 


QUE    SE    FUÉ.  265 

cuyo  marido  tuvieron  seis  hijas;  yá  consecuencia 
de  muerte  de  una  dellas,  (Doña  María  Fajardo  de 
Mendoza),  fundaron  con  título  y  advocación  de 
Corpus  Christi  un  monasterio  para  Madres  Agusti- 
nas sujetas  al  ordinario,  habiendo  empezado  en  el 
año  mil  seiscientos  diez,  y  terminádose  en  el  mil 
seiscientos  treinta  y  cuatro,  como  en  una  losa  en 
la  pared  léese;  al  cual  dotáronle  con  sus  bienes 
que  muchos  y  pingües  eran ,  de  hacienda  de  ma- 
yorazgo, y  allí  vivieron  las  demás  hermanas  con 
las  religiosas,  dando  muy  gran  ejemplo  de  santi- 
dad. Este  monasterio  en  que  hay  niñas  nobles,  está 
frente  á  frente  á  la  casa  de  Palacio  y  huerto  del 
Protonotario  Apostólico  Sr.  Junteron,  la  que  di- 
cen de  Cadena  por  tenerla  en  la  puerta  como  si 
Real  Casa  fuere,  junto  á  la  acequia,  más  acá  de 
San  Antón  (62). 

Madres  Capuchinas.  Grandes  fiestas  hubo  en  el 
año  mil  seiscientos  cuarenta  y  cinco  para  recibir 
á  las  Religiosas  Capuchinas  del  Santísimo  Sacra- 
mento, que  con  la  Madre  Fundadora  Sor  María  An- 
gela Astorch,  vinieron  á  fundarle  fuera  déla  mu- 
ralla entre  la  puerta  de  Santo  Domingo  junto  á  los 
Vinaderes  y  la  del  Porcel junto á  la  acequia;  cuya 
obra  sigúese  aún ,  á  devoción  de  muy  nobles  fa- 
milias, como  asimesmo  un  conventico  enfrente 
para  hermanos  donados  de  la  casa  y  otras  oficinas 


266  MtRCIA 

de  vivienda;  esta  Madre  Fundadora  que  hizo  mu- 
chos milagros,  murió  en  opinión  de  santa  en  el 
año  mil  seiscientos  sesenta  y  cinco  sin  que  hayase 
corrompido,  por  lo  cual  y  otras  piadosas  causas, 
canonizarla  quieren ,  pues  avisa  á  sus  devotos  la 
muerte  con  golpes  en  su  ataúd,  como  en  las  casas 
con  ruidos  de  gran  sobresalto ,  golpeando  asimes-  • 
mo  en  su  ataúd  en  guerras,  hambres,  pestes,  dis- 
turbios y  desgracias.  Hacen  estas  religiosas  vida 
muy  estrecha,  sin  gastar  camisa  (63). 

Santa  Isabel.  Cerca  de  la  plaza  del  Contraste  y 
madres  Capuchinas,  el  cual  fundóle  Doña  Juana  Pe- 
rea,  esposa  de  D.  Juan  Porcel,  con  grandes  be- 
neficios y  hacienda  de  mucho  censo  y  renta  en  el 
año  mil  cuatrocientos  cuarenta  y  tres  en  que  empe- 
záronle á  labrar  en  muy  grande  sitio  que  entre  ca- 
llejas metido  queda,  y  muchas  casas  de  moros 
derribaron  para  ello,  haciéndole  de  piedra  sillar  y 
cantería  de  muy  altas  paredes.  En  forma  de  ataúd 
sus  fachadas,  tiene  una,  la  principal  á  la  calle 
estrecha  de  Santa  Isabel  á  Poniente ,  con  placeta 
á  la  izquierda;  y  por  un  escalón  en  una  puerta 
grande  apilastrada  con  coronisas  partidas,  que  en- 
comedian  una  imáeen  de  la  Santa  v  dos  redondas 
ventanas,  pásase  á  la  iglesia,  mandada  hacer  por 
el  Ilustrísimo  Obispo  D.  Esteban  de  Almeida,  de 
una  sola  nave,  con  altar  de  Santa  Rita  á  la  iz- 


guE  SE  FUÉ.  267 

quierda,  que  como  alambor  su  camarín  abulta  y  es- 
trecha por  fuera  la  calle;  entre  la  iglesia  y  por- 
tería pared  hay  con  tres  rejas  grandes  que  luz  dan 
adentro  al  coro  bajo;  y  frente  á  la  puerta  de  la 
iglesia ,  una  portería  con  torno  á  la  izquierda 
y  frente  deste,  banco  de  yeso  y  palometas  para 
las  tablas  de  horno.  Un  cuadro  hay  déla  Santa, 
y  bajo  del  hay  junto  al  torno  la  puerta  reglar  que 
da  dentro  á  una  pieza  que  á  un  huerto  sale  hacia 
la  parte  Mediodía  ó  el  Contraste ;  siguiendo  por 
Levante  hay  un  grande  tinajero  con  vemtiocho 
tinajas,  y  encima  las  celdas  y  vistas  á  la  placeta  de 
las  Palmas,  que  fórmanla  dos  casas  de  los  señores 
Saurín  con  pasadizo  de  portones  de  clavería  gor- 
da, que  por  dentro  de  las  casas  va  á  la  placeta  de 
los  Gatos.  Por  lado  Norte  tiene  el  convento  pe- 
gadas casícas  pequeñas  que  estrecho  dejan  el  ca- 
llejón en  que  hay  por  dentro  claustrico  con  cis- 
terna y  huerto  no  grande  cabe  medianería  de  las 
mismas;  temprano  hay  que  pasar  por  tales  calle- 
jones y  antes  de  queda  en  mucho,  pues  amenudo 
piérdense  por  ellos  capas  y  bolsillos ,  que  no  ca- 
ben en  sitios  dos  personas  á  se  cruzar  andando, 
atento  de  lo  que  tratado  se  há  de  muchas  veces 
tirar  el  convento,  y  sí  por  sí  fuera  el  primero  que 
á  tierra  fuese,  por  á  otra  parte  mudar  la  comuni- 
dad, idea  damos  de  cómo  se  halla  (64).  Ahora  y 


268  MURCIA 

como  las  vistas  á  la  sazón  téngalas  tapiadas,  dire- 
mos el  por  qué  dallo,  que  la  causa  namoramiento 
fué  (del  cual  líbrenos  el  Señor).  Como  sabidorfué 
D.  Alonso,  y  nobles  tenia  con  ingenio  y  gaya  cien- 
cia á  su  vera,  vino  de  su  tiempo  lo  que  hasta  él 
no  acontecía,  y  era  el  se  instruir  los  grandes  se- 
ñores y  señoras  de  noble  casa,  por  lo  cual  de  ni- 
ñas en  conventos  entraban ,  que  fundaron  sus 
familias  para  ellas  ser  monjas  ó  se  aficionar  en 
piedad,  recogimiento  y  labor  de  manos,  y  méritos 
de  bordados,  loquería, amen  de  confituras,  que  bien 
las  hacen  las  madres,  nata,  bizcochadas  y  melindres 
(los  cuales  también  fuera  del  convento  aprenden 
pronto  á  hacerlos  de  toda  suerte):  á  las  tales  seño- 
ras jóvenes  llamanlas  pisaderas,  porque  si  no  be- 
neficio de  fundación  tuvieren ,  el  piso  pagan  que 
pisan  á  más  de  su  ración  refitolera ;  hacen  vida 
monjil  y  hábitos  como  las  monjas  traen ;  asisten  al 
coro  con  la  cruz,  incensario,  ciriales  como  de  mo- 
nagos haciendo,  rezando  á  las  propias  horas  que  la 
comunidad;  y  viene  de  costumbre  antigua  salir  á 
las  celosías  de  la  torreta  de  rejilla  de  las  vistas  de 
la  calle  á  ver  á  sus  familias ,  criados  y  otros  que 
no  son  ni  lo  uno  ni  lo  otro,  acabado  que  han  en 
el  coro  las  vísperas.  Invierno  sea  ó  verano,  siem- 
pre gente  hay  á  tales  horas  y  llena  la  placeta  como 
si    función   en    la   iglesia  hubiere,   dejando  á  la 


QUE  ^E  FUÉ.  269 

gente  sin  pasar  poder;  cuál  pasea  tanimientras, 
otros  bostezan  como  gato  en  sueño ,  y  las  dueñas 
dan  suspiros  porque  dueño  no  encontraron ,  aun- 
que señor  sí. 

Aconteció  un  dia  que  de  año  nuevo  era,  pri- 
mero de  año  y  primero  de  vistas  después  del  Ad- 
viento en  cuyos  todos  sus  dias  como  en  los  de 
cuaresma  vistas  no  hay  ni  locutorio,  que  ya  desde 
las  ocho  empezó  en  la  plaza  de  las  Palmas  el  mur- 
mullo de  zumbido  que  colmena  parecia  según  los 
zánganos ,  pues  abejas  laboriosas  había  dentro  y 
agraciadas  con  naturales  gracias  por  la  graciosa 
voluntad  de  Dios  que  á  su  gracia  teníalas  conser- 
vadas: habían  acudido  golillas  y  soldados  de  mando 
con  joyas  y  veneras,  damas  de  vestidos  de  sayo 
glosado  de  seda ,  con  prietas  cotillas  y  arracadas 
finas;  y  los  quemas  había  eran  devotos  de  ropi- 
llas cuchilladas,  sombreros  con  plumas,  cuellos 
de  Flandes  como  los  remates  de  las  mangas,  ador- 
nándose de  cadenas,  sortijas  y  dijes;  habiendo 
cantidad  de  galas  y  libreas ,  gente  de  capa  negra 
y  caballeros.  Como  al  que  madruga  Dios  le  ayuda, 
quien  fué  primero  mejor  púsose ;  y  cuando  de 
misa  mayor  salieron  de  la  Catedral  y  fuéronse  allí 
las  personas  de  más  copero,  sitio  no  había;  escan- 
dalizábanse las  almas  piadosas ;  amohinábanse  las 
señoras  diciendo  que  aquello  desvergüenza  era; 


270  MURCIA 

santiguábanse  las  viejas  con  su  rosario  y  juraban 
los  guapos  y  lindos,  por  atento  de  apreturas.  Mur- 
mullo armóse  grande  como  vocerío,  cuando  una 
campanica  adentro  á  vuelo  tocó,  y  á  poco  llená- 
ronse los  abujeros  de  las  celosías  de  manecicas  y 
cosas  vanas;  quién  sacaba  los  dedos,  quién  aso- 
mando un  ojo  abierto  y  luego  cerrado;  otra  un 
listón  de  color  y  luego  otros  de  varias  colores; 
papel  ICOS  de  recorte,  pañizuelos  y  tiricas  de  ve- 
llorí ó  filahiz  que  señas  todas  eran  ;  así  como  una 
de  toses  perrunas  de  dentro  y  fuera ,  que  parecía 
que  pimientos  de  Nora  picantes  hubiesen  echado 
de  intento:  en  esto  estaban,  cuando  delante  dedos 
chulillos  de  mucha  valona,  cabello  atrás  atado, 
capa  caída,  lazos  y  toquilla  y  estoque  largo,  ha- 
ciendo palitroques  de  señas  con  los  dedos,  habia 
un  lindo  más  refinado  que  azúcar  cande,  con  capa 
clarísima  de  Venecia  y  con  cabeza  tal.  que  la  vista 
quitábales;  uno  dijo:  «todo  el  pelo  que  contemplas 
es  postizo,  trae  debajo  jaulica  como  las  mujeres 
para  el  moño;  estando  vestido  llega  un  criado  con 
una  cervatana  y  le  cisca  la  cabeza  con  polvos  ijiie 
de  Roma,  dicen,  traen  y  se  hacen  en  Madrid  de 
harina  de  habas  y  raíz  de  lirio  muy  perfumado.» 
Como  díjolo  en  muy  alta  voz  y  risotó  de  la  verdad 
dello  una  tánica  \  galana  moza,  corta  de  basquina 
para  descubrir  los  chapines  y  larga  de  garbo  y 


QUE   SE   FUÉ.  2T1 

miradicas,  que  á  su  lado  estaba,  subiósele  al  tal  la 
color  al  rostro,  acometiendo  á  seguida  á  los  chu- 
los con  el  espadón;  tumulto  armóse;  dio  en  correr 
la  gente;  vino  la  justicia  y  nada  encontró,  ni  luego 
por  más  inquisitorias,  nada  saberse  pudo.  Por  la 
tarde  su  Ilustrísima  el  Sr.  Obispo  fué  de  extraor- 
dinaria visita  al  tal  convento,  capítulo  celebróse; 
la  curia  escribió  muchas  fojas  de  pliego,  resul- 
tando del  proceso  que  como  el  abuso  en  todo  no- 
civo fué  y  siempre  menester  es  le  corregir,  que 
mandáronse  tapiar  todas  las  vistas  deste  convento 
por  el  Ordinario;  haciéndose  lo  cual  con  piedra  de 
mampostería  de  la  cantera  del  tio  Higuerica,  pa- 
nocho del  campo  y  huerta,  hombre  leído  y  escri- 
bido, que  Relator  era  de  riego  y  Abogado  de  se- 
cano como  pocos;  lo  cual  veremos  á  seguida,  des- 
pués de  descansar  y  la  foja  volver. 


TABLA  XVI. 

RELATOR  DE  RIEGO  Y  ABOGADO  DE  SECANO. 

Representa  la  vista  des  la  huerta  de  Murcia  y  su  sierra; 

conócese  en  el  fondo  á  un  panocho,  que  relata  en  su  habla 

las  ordenanzas  de  labraduria. 

L-/N  esta  comarca.  Dios  nuestro  Señor  al  criar  el 
mundo ,  debió  dejar   caer  de  lleno  su  bendición 


272  MURCIA 

soberana,  según  lo  que  vemos;  el  cielo  es  de  ter- 
ciopelo azul ;  pabellones  de  gasas  cúbrenle  pocas 
veces,  y  de  acontecer  esto,  es  para  descender  un 
rocío  de  perlas  ,  que  cubren  el  raso  de  las  hojas, 
el  nácar  de  las  pintadas  flores  y  el  cristal  de  las 
uvas,  que  cuelgan  trasparentes  entre  pámpanos 
que  son  su  quitasol ;  siempre  sacudiendo  está  éste 
su  hermosa  desplegada  cabellera  de  rayos  de  oro, 
como  si  aureola  del  trono  del  Señor  fuere,  y  hace 
crecer  la  morera  que  cria  el  más  misterioso  gu- 
sano, que  vistiéndose  luego,  da  con  su  vestido 
para  vestirnos  tela ;  madura  con  su  calor  frutas 
de  sabroso  gusto ,  levanta  y  seca  doradas  mieses, 
grana  panochas  y  abulta  hortalizas,  con  lo  cual 
todo  asemeja  este  valle  á  prado  de  piedras  esme- 
raldas matizado  de  oro,  el  que  cruzado  es  por 
cauce  de  plata,  que  si  ésta  rico  haceá  quien  guár- 
dala, también  si  con  ella  riégase  y  fecúndase  la 
tierra,  plata  los  esquilmos  prestan;  rico  siendo 
este  valle  de  promisión  cristiana ,  con  la  ayuda  y 
auxilio  de  Dios  el  Señor  nuestro;  alfombran  el 
suelo  clavellinas,  rosas,  alelíes,  lilas,  pensamien- 
tos, diamelas  y  jazmines,  olor  despidiendo  muy 
grata  por  su  aroma",  los  naranjos  con  las  flores  de 
azahar,  que  á  gloria  huelen  y  á  nada  parécense, 
como  la  olor  de  los  jacintos ,  de  las  violetas ,  la 
albahaca  y  el  sándalo;  las  viñas,  que  muchas  hay, 


QUE  SE  FUÉ.  273 

prestan  con  sus  racimüs  el  bienhechor  jugo;  y 
Cülúmpianse  las  palmeras,  que  subir  al  cielo  pare- 
cen, luciendo  el  ancoso  penacho  de  su  verde  copa, 
á'la  par  que  dan  ricos  y  dulces  dátiles  que,  como 
de  Palma  son,  la  palma  gánanles  á  todas  las  fru- 
tas que  desgajar  hacen  las  ramas  de  un  bosque  de 
frutales,  que  toda  esta  huerta  eslo,  bordada  de 
cañares  que  festonean  como  de  verde  pasamane- 
ría las  acequias  y  brazales,  regadoras  de  los  lau- 
reles y  terevintos.  Manantial  poderoso  obrar  debe 
tan  grande  fecunda  maravilla,  y  si  á  otras  huer- 
tas riégalas  manantial  de  fuente  ,  ésta  tiene  ma- 
nantial de  inagotables  y  cristalinas  aguas  de  una 
que  Fuente  Santa  es,  y  Fuensanta  por  ello  nom- 
bran á  la  Reina  de  los  ángeles  y  Señora  de  los 
hombres,  que  habita  y  su  santuario  tiene  en  la 
sierra  á  que  dase  tal  nombre  en  el  lado  mediodía 
de  la  Ciudad,  á  tres  millas  desta,  más  alto  que 
Aljezares.  Milagroso  raudal  de  milagros  fué  desde 
muy  traseros  tiempos  un  cañico  que  allí  mana,  y 
desde  conquista  sin  se  secar  conócenle ;  los  cris- 
tianos labraron  una  muy  chiquiteja  ermita ,  que 
entre  iglesia  y  mezquita  era,  con  bóvedas  á  lo  gó- 
tico ,  con  arco  de  herradura  para  entrar ,  y  techo 
de  madera  con  pinturas  de  garrapato  de  muy  vis- 
tosas colores ,  teniendo  un  altar  sólo  de  retablo 
con  la  Virgen  María,  la  cuya  pintura  en  cuadro 

18 


274  MURCIA 

tendrá  una  vara  en  alto,  por  tres  palmos  de  ancho, 
y  no  representada  está  sino  hasta  las  rodillas ;  el 
niño  Jesús  en  los  brazos  tiene ;  como  toca  cáele 
sobre  la  cabeza  el  manto;  y  al  estilo  y  guisa  de  «la 
centuria  décima  cuarta  labrado  tiene  el  manto 
susodicho,  Y  el  campo  de  la  tal  pintura  con  labo- 
res doradas  de  muy  enredosa  y  visual  traza  esto- 
fada (66) ;  cuida  del  su  aseo  y  recoger  ex-votos  y 
limosnas  persona  escogida  por  el  limo.  Señor 
Obispo  y  Cabildo  de  la  Santa  Iglesia,  porque  mu- 
chas llevan;  pues  devoción  muy  antigua  traen, 
no  en  Murcia  sólo  y  su  Reino,  sino  también  de 
lejanas  tierras,  de  donde  vienen  muchas  gentes  en 
peregrinación  y  romería  ,  como  en  penitencia, 
acampándose  á  la  sombra  de  un  espeso  pinar  que 
toda  la  sierra  cubre ,  y  en  algunas  como  cuevas 
que  allí  junto  hay,  sobre  lo  cual  trataron  los  Se- 
ñores Murcia  en  sus  actas  de  Cabildo  de  diez  y 
nueve  de  Febrero  de  mil  cuatrocientos  veintinueve, 
de  veintidós  de  Noviembre  de  mil  cuatrocien- 
tos ochenta  y  cinco  y  otras ,  en  que  proveyeron 
lo  mejor  de  arreglo;  pues  han  acudido  pocos  años 
há  unos  ermitaños  á  el  sitio  de  olivar  que  la  Luz 
llámase ,  y  dan  que  hacer ,  según  aparece  de  las 
actas  del  Cabildo,  y  ha  echádoseles  ya  varias  ve- 
ces, poniéndose  aquello  en  arreglo  (67).  Hízosehá 
mucho  tiempo  corta  de  pinos  para  abrir  un  ca- 


QUE   SE    FUÉ.  275 

mino  de  cuestéi  por  subir  mejor  á  la  ermita,  y  á  la  su 
mitad  labraron  vistosa  obra  para  la  fuente,  de  piedra 
sillar,  con  balsa  de  lo  mismo  para  que  no  se  per- 
dieran ni  destraviasen  las  aguas  que  salen  por  tres 
caños  de  bronce,  con  otras  tantas  caras  de  leones; 
encima  dellas,  y  bajo  nicho  con  imagen  de  piedra, 
así  grabado  letrero  hay  en  una  marmórea  lápida: 
«Gregorio  XIII  Pont.  Max.  Philip.  II  Hisp  Rege 
Cat.  Invict  Preatore  D.  Petro  Ribera 
de  Vargas.  Novdi  mantua  Carpentanae  Se- 
natore  Regia  familia.  Assiduo  Fonten  de 
Ave  Matri  Virgmi  Salutiferum  Bene  Ex  Havs- 
tum:  Murtia  Triplo  Mayoribus  Fluentem  A 
quis.  Ex  Mre  Publico  Reticiendum  ovra- 
vit.  Anno  Dñi  MDLXXVII  (68).» 
Cambiando  ahora  va  la  cosa  en  la  sazón ;  pues 
habiendo  en   el   año  mil  seiscientos  diez  venido 
Francisca  de  Gracia,  rica  y  muy  famosa  come- 
dianta  de  la  Corte,  varió  de  vida,  retirándose  por 
aquel  sitio  con  su  mando,  comediante  asimesmo, 
llamado  Joan  Baptista  Gómez  ,  los  cuales  habitado 
han  una  cueva  quede  la  Comedianta  dicen,  junto 
la  fuente ,   viviendo  allí  y  muriendo  con  ejemplo 
de  santidad;  pues  dio  ella  los  muy  ricos  vestidos 
que  trujo,  y  á  más  dos  mil  ducados  en  dineros; 
asimesmo  recogieron   muchas   limosnas ,  todo  lo 
cual  dejaron ,  después  de  costear  dos  retablos  para 


276  MURCIA 

Nuestra  Señora  y  para  el  Santo  Cristo  ;  mucho 
hacer  deberían ,  que  en  testamento  del  adminis- 
trador de  allí,  D.  Gabriel  Valcárcel,  penitenciario 
de  la  Santa  Iglesia  en  mil  seiscientos  veintiséis 
dice,  «que  antes  de  los  comediantes  allí  estar,  no 
hubo  cosa  ni  alhaja  de  provecho.»  Muertos  los 
tales ,  con  sus  dineros ,  en  mil  seiscientos  no- 
venta y  cuatro  principiádose  há  la  obra  nueva,  de 
suntuosa  fábrica  de  iglesia,  con  crucero,  capillas 
y  camarín  para  colocar  la  Virgen  de  las  Fiebres 
que  había  en  la  Catedral ,  trayéndose  de  secreto 
el  cuadro  del  retablo  antiguo  á  los  Capuchinos;  y 
se  está  haciendo  un  hospicio  capitular,  con  casa  de 
colegiales ;  y  rentas  va  teniendo  la  Santísima  Vir- 
gen en  olivares  y  pinada ;  abajo  antes  de  comen- 
zar la  cuesta,  que  aún  penosa  es,  hay  la  casa  que 
del  Labrador  así  llaman,  que  propia  es  de  los  Se- 
ñores Murcia ,  y  danla  en  uso  á  la  mejor  persona 
de  su  parecer  por  mejor  prestados  méritos  y  ser- 
vicios (69).  Cerca  de  allí  hay  alguna  que  otra 
casa  de  campo,  como  también  en  los  Teatinos, 
donde  hacienda ,  convento  y  grande  iglesia  para 
verano  tienen  los  Padres  .íesuitas;  asimesmo  grande 
labor  hay  en  la  Cresta  del  Gallo,  que  así  intitulan 
á  lo  alto  de  la  sierra  por  los  picos  que  tiene.  Can- 
teras de  piedra  y  de  hacer  yeso  para  obrar,  allí 
hay,   lo  cual   !)ien  |)roduce  y  rico  al   pueblo  ha 


QUE  SE  FUÉ.  277 

hecho,  que  el  nombre  arábigo  del  tul  yeso  lleva, 
pues  Aljezares  le  intitulan ;  al  salir  del  susodicho 
pueblo,  y  frente  á  la  ermita  de  San  Roque,  hay 
una  buena  casa  de  labor,  con  puerta  á  los  hornos 
de  yeso,  y  allí  vivia  el  tio  Higuerica  (de  mal  nom- 
bre) hombre  muy  leido  y  escribido ,  que  estudió 
gramática  en  San  Fulgencio,  y  no  teniendo  voca- 
ción ,  y  sí  algún  por  qué  de  metales  que  dejá- 
ronle sus  padres,  á  su  pueblo  fuese;  tenia  reten- 
tiva ,  y  con  la  gramática  latina  sabida ,  aprendió 
pronto  la  parda ;  en  la  uña  tenia  todos  los  discur- 
sos de  D.  Francisco  Cáscales  y  el  extracto  de  las 
actas  del  Cabildo,  atento  délos  riegos  y  cosas  to- 
cantes á  la  huerta  y  campo ;  venia  de  mañana  á 
la  Ciudad  á  cosas  de  piedra  y  yeso,  para  el  cual 
menester  mantenía  muchas  gentes,  zagales,  car- 
retas y  pollinos;  íbase  á  medio  día,  arreglaba  de 
tarde  trabajo  en  las  canteras ,  y  en  tierras  que  de 
campo  y  huerta  su  patrimonio  eran  ,  y  al  caer  el 
sol ,  íbase  á  la  Fuen-Santa ,  que  devoto  era  de  la 
Virgen ,  á  quien  el  rosario  rezaba  arrodillado  bajo 
de  una  olivera,  sm  subir  á  la  ermita  más  que  los 
domingos,  y  luego  hablando  estaba  hasta  la  ora- 
ción con  alguno  que  acudía  como  él ,  ó  también 
con  ermitaños,  si  bajaban  á  la  casa  del  Labrador. 
Era  el  primer  viernes  de  Marzo  ,  y  de  añeja 
costumbre  viene  al  monte  ir  á  ofrecerle  en  devo- 


278  MURCIA 

cion  y  romería  á  la  Virgen  la  simiente  del  gusano 
de  la  seda ,  que  por  entonces  y  á  poco  revive ,  por 
lo  cual,  y  atento  van  muchas  personas ,  aunque  de 
calidad  sean,  descalzas,  con  velas  y  votos  de  cera, 
como  milagros  en  tabla  de  pintura ,  que  cada 
cual  su  cosa  ofrece  por  la  mañana ;  la  perola  de 
arroz  con  pollo  hacen  luego  bajo  un  pino  cabe 
alguna  cueva  de  ermitaño ,  para  hacerle  á  la  pos- 
tre caridad  de  lo  quedado;  y  la  tarde  pásanla  bai- 
lando parrandas  los  mozos  y  zagalas  al  son  de  los 
timpliquios  y  postilas ;  lo  cual ,  como  mucha 
gente  en  carretas ,  cárneos ,  hacas  y  polhnas 
acude,  y  siémbrase  por  tal  sitio,  que  ameno  es  y 
una  vista  descubre  maravillosa ,  ventana  parece  de 
la  gloria.  Como  deciaraos,  viernes  primero  de 
Marzo  vino  y  bueno  el  dia.  Topáronse  muy  de 
mañana  dos  amigos  panochos  del  partido  de  Churra 
con  el  tio  Higuerica,  que  amigo  suyo  era,  y  cum- 
plióles lo  de  prometer  que  de  Murcia  tornaba  á 
seguida,  como  hizolo,  comiendo  con  ellos,  y  tra- 
tándoles con  fineza  de  olivas  del  Cuquillo,  que 
aliñado  habia  con  gracia  que  aprendió,  y  tuvo  fama 
para  lo  tal;  baile  armaron  los  jóvenes  y  jóvenas, 
pujando  parrandas  á  bailar  con  las  más  apuestas 
y  galanas,  cuyas  limosnas  sacadas  para  la  Virgen 
eran ,  y  un  ermitaño  por  los  corros  de  bailadores 
recolectaba;  y  los  tres  amigos  enderezaron  á  la 


QUE    SE   FUÉ.  279 

puerta  de  la  casa  que  del  Labrador  dicen ;  extra- 
ñáronse en  lo  de  hallarla  cerrada ,  y  preguntando 
á  un  muchacho  zagal,  que  en  la  barda  del  huerto 
á  mujeriegas  montado  estaba,  creyéndola  de  burra, 
pues  á  la  pared  con  una  vara  pegaba  con  arrea  de 
voces,  contestóles  que  á  Murcia  ídose  habia,  por- 
que al  dia  siguiente,  sábado,  trataria  el  Cabildo 
de  Señores  de  allí  echarle ,  para  traer  á  un  sol- 
dado de  los  tercios  que  para  nada  valerse  podía, 
pues  heridas  tenia  muchas  de  guerra ,  así  como 
hijos,  y  á  más  de  la  casa,  pensión  de  renta  á 
darle  iban  por  se  mantener;  que  como  esto  razón 
ni  justicia  era,  su  padre,  que  hijo  de  moros  fué  y 
venido  de  galeras ,  derecho  á  ello  tenia  más  que 
nadie,  pues  limpio  era  su  pellejo,  sm  más  que 
los  callos  del  remo  en  las  manos,  y  alguna  cica- 
triz en  las  espaldas  y  posaderas  de  cuando  le  pa- 
searon por  encubridor  (71).  Carcajaron  dello  los 
tres  amigos  y  sentáronse  en  los  poyos  de  la 
puerta,  bajo  el  parrado,  llevándoseles  la  vista  el 
aquel  de  la  tal  que  forma  la  huerta  desde  allí. 
Eran  los  otros  amigos:  uno  el  tío  Birollo,  arren- 
dador de  muchos  y  nobles  caballeros,  y  el  otro 
el  tio  Plantonero,  que  gracia  tenia  para  lo  de  co- 
sas de  árboles  en  lo  de  ingerirlos  de  varia  y  ex- 
traña suerte.  Todos  tres  á  la  usanza  de  la  huerta 
vestidos  eran  ,  con  esparteñas  de  cara  estrecha, 


280  MURCIA 

medias  de  talón ,  zaragüelles  limpios  y  jubón  de 
porpelí ,  con  tales  botones  de  plata  que  rematar 
pudieran  medias  naranjas  de  iglesia  por  lo  gran- 
des y  labrados ,  camisón  de  pechera  con  caladico 
de  taquería  de  labor  abierta  y  estrella  que  de  Ve- 
nus llaman ,  pañuelo  de  filahíz  á  la  cabeza  y  mon- 
tera de  felpa;  mantas  al  hombro  traian  BiroUo  y 
Plantonero,  en  el  cuyo  cujon  guardaban  la  si- 
miente bendita  ya ,  y  el  tío  Higuerica  un  cayado 
gordo  con  listón  de  seda  ,  pues  jurisdicción  en  el 
partido  ejercia  por  el  Rey  Nuestro  Señor ;  arrodi- 
llados rezaron  el  rosario  con  mucha  gente,  que  aca- 
bado luego  se  fué,  dejándolos.  Recayó  la  con- 
versación en  las  cosechas,  la  tierra  y  la  huerta; 
sobre  dello  el  tio  Birollo  sebo  puso  á  Higuerica, 
diciéndole  que  nadie  como  éste  tocante  á  historias, 
alabanza  con  lo  tal  dándole:  como  cuando  olo-olo 
á  los  pavos  hácese ,  sentóle  la  lisonja ;  tercióse  la 
montera ,  arregló  la  faja ,  y  poniéndose  asentado 
sobre  los  talones  para  mejor  estar  que  en  el  poyo 
alto  de  aljezon,  tosió,  mangote  como  los  gallos 
hizo,  escupió  luego,  pasóse  la  mano  por  la  cara, 
rascó  las  corvas  á  seguida,  y  así  dijo: 

(72)  aCavalleros  y  amigos  leales;  salu  que  no 
estolva:  Esto  es  mú  gueno :  naiquia  como  la 
huella  é  Muida  de  can  habrao  mas  paperes,  cay 
estrellase?!  er  cielo  azul,  y  mú  á  quedico  sin  que 


gUE  SE  FUÉ.  281 

naide  lo  din  tienda  ni  penetre  ús  voy  á  izil  mun- 
cho  sin  reyomello:  toos  estos  alreores  rezan  las 
lellendas  de  mas  decumentacion  que  la  Blihlia 
que  naiquia  fueron  en  er  comienzo  er  mundo, 
quando  los  hombres  como  alimales  eran,  no  pla- 
ticando ,  y  en  coclillas  y  quatro  patas  andavan, 
asi  trozeándose  y  comiéndose,  causando  esfalija- 
ciones  y  gallomatias;  pero  zancaás  dando  er 
tiempo  vino  esto  á  paral  á  poer  del  moro,  con  er 
quar  viniero7i  munchos  savijondos,  tocante  á  lo  é 
regal  tierras  y  plantallas  de  tuisqiiio  lo  güeña; 
arrepretraron  la  corriente  é  las  aguas  en  la  con- 
traparaá;  y  ende  alli  la  repaltieron  en  dos  ciecas 
mayores:  Trajillaron  la  tierra  é  los  bancales,  y 
á  zaga  impues  de  caballos,  pusieron  las  morcas 
paá  er  busano  é  la  sea:  proves  eran  toos  mas  que 
las  ánimas,  y  trevejando  siempre  sin  ejar  la  pi- 
caza é  la  mano,  regolvieron  darto  en  bajo  dis- 
quia  los  cornijales  mas  chiquitejos;  muncho  meo- 
llo y  prenzipios  é  labrauria  tenian  aunque  argu- 
nos  los  izen  bálbaros ,  pero  con  la  tunanta  é  no 
perdel  tierra  que  produja  hizieron  las  viviendas, 
al  reor  de  lo  regao  en  bancales  der  campo  é  se- 
cano; y  como  naá  tenia  nombre,  pusieron  unos 
muú  revesaos  á  sus  puebros  como  Zenita.  Benia- 
jan,  Aljuzer,  Beni-Potrox,  Alquibla,  Beniel, 
Aljezares,  Aljufia,  Alcantarilla,  Alberca  Zarai- 


282  MURCIA 

che,  intitulándolas  ciecas  der mesmo moó .  Cuan- 
do pol  guerra  vino  un  Rey  que  izen  savio  pal 
que  tenia  tratos  damistaá  con  las  estrellas,  trujo 
una  polcion  dambrones  que  toó  lo  metieron  á  ba- 
rato, intruziendo  moas  y  lley  de  vasallos,  hazién- 
dose  los  amos  y  tiraron  juera  or  moro  sin  ejar  vé- 
lica denguna  repaltie'ndose  toó  el  averio  que  lle- 
vavcL  po  elante,  sin  regomello  ni  conzencia ;  en- 
tonces pací  dalle  gustiquio  á  la  vista  y  ar  cuelpo, 
los  amos,  obraron  en  comedio  é  los  bancales  los 
puebros  como  la  Raya,  Non  duermas  y  la  Era 
arta:  Y  no  queándose  sasti fechos,  en  los  años  da- 
zaga  er  señal  Rey  Don  Zelipe  segundo,  trujo  por 
enza  é  sacal  pací  er  campo  er  agua  é  los  rios 
Castrily  Guardardal,  á  dos  c¡ue  sigun  mis  pape- 
liquios  eran  Don  Juan  der  Tejao  der  Consejo 
mas  arto  y  elevao  é  Castilla,  y  er  Catredatico 
Muñoz  é  la  Unibresidaá  é  Salamanca  que  co- 
menzaron la  ópjera,  y  pol  supre flujo  y  hablaurias 
se  la  ejaron  echándolo  toó  á  estremo.  Cavalle- 
ros:  no  hay  peol  cosa  Cjue  muchos  amos  arrejun- 
taos; ainsi  c¡ue  caá  dia  se  sonava  de  peleas  y  bu- 
chillazos  por  atento  é  las  tandas  deriego :  á  cací 
paso  andavan  á  tiros  con  almas  de  juebo  sui- 
ziendo  munchas  esgrazias,  disquia  que  los  Justi- 
zias  metieron  su  mangote  y  su  buchara  paá  es- 
moñigal  lo  mejol,  y  arrearon  á  los  atrevios  con 


QUE   SE    FUÉ.  283 

murtas,  no  ejándolos  ni  hazer  sus  menesteres,  y 
paá  dalles  susto,  y  metelles  mieo,  se  tiraron  ar 
poerio  é  la  muú  Católica  Reyna,  y  su  mario 
er  Sr.  Rey  de  Aragón,  y  ¿u  hija  Doña  Juana 
la  destraviaá,  y  ar  Sr.  Rey  D.  Zelipe  que  con 
la  jiielza  é  su  mando  han  confilmao  tuisquias  las 
penas  que  rezan  las  Plemánticas  de  oldenanca  é 
la  Vuelta  y  Campo,  que  pa  quel  enemigo  no  se 
ria  é  la  mentira  aquí  las  traibo  á  toa  hora  en  la 
faja  para  devifar  cust iones,  y  esfilusar  endeprin- 
zipio  á  remate,  y  que  caá  qual  se  atienga  á  su 
erecho  sin  regomello:  aqui  lo  rezan  mas  clariquio 
quer  agua  er  previlegio  é  los  Católicos  Relies  en 
Árcala  á  seis  dias  der  mes  dabril  año  der  nazi- 
miento  de  N.  Sarvaor  de  mir  quinientos  y  tres: 
Como  asimesmo  er  de  Don  Calrros  y  su  maere 
Doña  Joana  á  veintinueve  dermes  é  Julio  der 
año  der  Señol  é  mir  quinientos  treinta  y  tres, 
tamien  ratiflicando  la  danteriol,  é  sus  agüelos  y 
paeres  en  Segovia  á  nueve  dias  pasaos  de  Noviem- 
bre é  mir  quinientos  trenta  dos,  ansi  comotras  é 
los  mesmos  y  otros  Relies. 

Poó  eso  izen  atigunos  impróquitas,  m,urmurao- 
res,  pantomineros,  que  lio  soy  Relatol  de  riego, 
y  Abogao  é  secano:  y  tengo  dello  muncho  arbullo 
y  vanidá,  que  por  atento  é  sabel  coigos ,  mayan 
dao  esta  densinia,  como  ansi  mesm,o  min  titulen 


284  MURCIA 

Azequiero  é  los  SS.  Muida,  paá  que  ravien  dis- 
qiiia  er  hueso  esos  emholismaores  cá  lo  mejor  se 
encorvillcm  y  tieen  cacudil  á  mi  presona:  rema- 
niente á  la  juelza  é  la  Lley  veréis  lo  cá  quireza 
en  aquestas  Olde?iancas  é  campo  y  huelta  sigun 
estas  dintitulaziones. 

No  se  puá  regal  sin  pagal  aziecaje. 

No  hulten  agua  é  las  ciecas  aqui  contenias. 
Benetuzer,  Venize,  Rahal,  Casillas,  Beniajan, 
A  Ixada,  Caravija,  Turvedal,  Churra  la  vieja  y 
nueva  que  izen  é  San  Cristovar,  La  Dava,  Ar- 
querias  y  Zeneta. 

No  atraviesen  ganaos  poó  el  azud  y  atochal. 

Escorreores:  no  satraviese  pol  ellos. 

No  jueven  en  er  malecón  pol  no  descandalicar 
á  los  Flaires  de  San  Francisco  y  er  que  jueve, 
tres  días  é  calcer  y  pielda  los  herrones  y  bolos. 

No  se  cobre  aciecaje  pasao  un  año. 

No  sagan  poltillos  en  las  ciecas  de  Alquibla  y 
Aljufia. 

No  se  haga  daño  en  las  ciecas  y  d escorreores. 

No  se  erriben  erifizios  antiguos  ni  se  hagan 
nuevos. 

No  anden  puelcos  (hablando  conmigo  solo) 
añades  ni  otras  aves  pol  Caravija  y  Var  é  la 
lluvia. 

No  echen  inmundizias  en  er  Var. 


QUE   SE  FUÉ.  285 

No  se  haga  daño  en  erAzudciecasy  descorreores. 

No  se  hagan  rafas  en  las  ciecas. 

Nosehaga  rafa  enlacieca  é  las  lumbreras  abajo. 

No  se  pesque  en  er  Azud. 

Puentes  en  los  caminos  (que  tus  hagan  paápa- 
sal  carretas). 

Quixeros  en  er  brazal  Rear  (que  le  ejen  su 
ancharla). 

Maera  y  Atochad  der  Azud  (que  no  se  causen 
prejuizios). 

Riegos  nuevos  (que  naide  satreva  á  intruzilse 
ni  hazellos). 

Desenfablal,  los  descorreores  (que  no  troceen 
las  ciecas  pol  quel  agua  se  va  al  rio). 

Alvellones  como  han  de  tomal  agua  (sin  parad 
y  d  flol  de  agua). 

Fronteras  é  los  quijeros,  estén  limpios  (que  no 
halla  broza  y  esteen  mondaos). 

Puentes  é  brazales  catraviesan  los  caminos 
(que  sean  de  ladrillo). 

Tablachos  en  los  molinos  (que  los  tengan  he- 
chaos)  . 

Tnmundizias  en  er  partiol  del  Rabal  é  San 
Joan  (que  no  las  echen  en  er  catraviesa  pol  la 
puelta  er  Toro). 

Tomal  er  agua  á  la  cieca  (que  impues  é  regal 
la  echen  d  la  cieca  maere). 


286  MURCIA. 

Rafas  en  la  cieca  er  Turbedal  (que  no  hagan 
enrroñamiento  ni  paraas  pací  regal  los  herea- 
mientos  é  Sango?ieraJ. 

Plantal  junto  al  Riacho  é  la  lluvia  (que  no 
pongan  mor eas  ni  otro  albor  en  su  quijero). 

Roqueras  é  las  ciecas^  cuándo  san  de  cerral 
(naá  mas  quen  tiempo  é  la  mo?idaJ . 

Ganaos  en  la  alamea  el  Azud  (que  no  pastu- 
ren ni  se  coman  er  cerriche  y  los  álamos) . 

Ganaos  en  er  Malecón  (que  no  pasturen  los  é 
calnizeros). 

Abreval  en  los  alcos  é  la  cieca  rnayol  de  Al- 
quibla  (que  no  se  pueépol  er  daño). 

Maljenes  (que  naide  se  meta  ?ii  ifitrouja  en  er 
ageno) . 

Caminos  (aquí  reza  lo  conviniente  remaniente 
á  su  ancharla,  y  á  que  esteén  ahitaos). 

Plantal  álboles  (que  los  pongan  á  diezparmos 
é  su  linde  y  regueras). 

Sorregal  caminos  (que  no  se  haga  pol  devital 
despresiones  ocenas  y  brasfemias,  perdia  é  bestias 
y  otros  perjuizios) . 

Mudal  hitas  (que  ?io  se  premita  pol  devitar 
custiones,  balamios  y  muelles). 

Abrevaol  der  Azalve  é  Montagú  (que  no  ve- 
van  allí  los  ganaos  pol  auto  der  Cavirdo  é  trenta 
y  vno  é  Oltvbre  é  mir  quinientos  cinque?ita) . 


QUE   SE    FUÉ.  SST 

No  se  entre  fluta  sino  fuere  con  Sor  fpol  devi- 
tal  hurtos,  ladrojierias  y  galopcscasj . 

Bueyes  y  vestíales  no  entiben  en  la  huella  fpol 
que  se  comen  las  morcas). 

Ganao  de  quien  compra  millares  pague  solo  er 
daño  (atento  é  melcal  llervas  en  las  dehesasj. 

Como  sáa  é  tomal  agua  en  los  caminos  er 
campo  (náa  mas  que  la  tajen  la  mita). 

Dexen  pasal  las  sobras  der  agua  faqui  reza  lo 
remaniente  á  las  tandas). 

No  se  saque  lentisco  é  cuajo  (por  el  atento  é 
las  virtientes). 

Tengan  arfarfa  los  que  tuvieren  muías  (que 
pranten  lo  menos  una  tahulla  por  devitar  la  to- 
men agena). 

Carboíi  (que  ende  Junio  á  Sitiembre  entreme- 
tios  no  se  queme  con  atocha  sino  con  tierra). 

Paraás  en  las  boqueras  (que  naide  las  ponga 
en  er  desagüe  é  las  Rambras). 

No  pesquen  en  er  A  zud,  paraás  y  contrapa- 
raás  (con  pena  de  mir  maravedis) . 

No  colten  álboles  en  er  Azud  (pol  que  se  des- 
trulle  y  dis fortifica). 

Cural  Esparto  (que  no  se  puea  cural  en  el 
Rio,  ó  paite  cael  escurra). 

Maera  poo  el  Azud  (que  fio  se  pase  sin  li- 
zencia). 


288  MURCIA 

Puentes  parí  pasal  ganao  (que  no  se  pongan: 
pena  de  dos  mil  maravedis) . 

Pastores,  no  lleven  almas  fpol  muelles,  herías 
y  otros  daños  que  causan J. 

Ganao  dun  raiguero  á  otro  (que  no  se  pase  ni 
se  saque  der  télminoj. 

Puelcos   en  las  eras  (que  no  anden   ozando 
quando  hay  trilla). 

Moreas  de  plantel  no  se  revendan  (que  no  se 
puee  bajo  pena  de  tres  mil  maravedis) . 

Leña  paá  revendel  (que  dinguna  presona  la 
melque). 

Canalaos  {que  los  molineros  los  levanten). 

Ganaos  en  rastrojos  (que  no  entren  de  Toos 
Santos  disquia  Xavidaá). 

No  planten  álholes  en  pocos,  aljives  ni  balsas, 
ni  los  corten  (por  justa  causa) . 

Huecos  y  su  prezio  (que  ninguna  presona  los 
venda  mas  que  á  quarto). 

Buelles  de  carretas  (que  no  anden  sueltos  pal 
la  huelta  dia  y  noche). 

Ganaos;  travcsal  el  Azud  y  ciecas  (pol  paites 
ningunas  bajo  pena). 

Quemal  pinos  y  atochas  (bajo  pena  pol  caá, 
pie  mir  maravedis). 

Paraás  en  los  Azarves  (que  los  ejen  libres  pa 
que  corra  er  agua  é  riego). 


QUE   SE   FUÉ.  289 

Molino  der  Dean  (que  tenga  siemjyre  abieltos 
los  tres  ojos). 

Oldenanca  é  bestiales  (con filmación  padalle 
mas  j  lie  ha  é  coigoj. 

Fuego  en  que  tiempo  sa  de  ponel  (ende  pri- 
mero é  Mayo  disquia  San  Miguel). 

Puelcos  y  aves,  onde  no  las  ha  de  hahel  (en 
los  molinos,  mesones  y  ventas,  sean  perdías  y 
penaás). 

Oldenanca  ¿ganaos  en  la  huelta  Cconfilmacion 
y  remachaura  é penasj. 

Tarahes  paá  cel  caleras,  no  se  colten  (jjol  que 
destrulle  lo§  almajares  y  es  mu  menestel  paá  la 
cria  é  la  seaj. 

Chalco  é  Santa  Maria  (que  no  bañen  en  er  los 
aliénales  der  campoj. 

Que  no  sagan  zajas  en  los  caminos  (^bajo  pena 
de  seis  mil  maravedisj. 

Y  no  hay  mas:  con  iziros  que  sigun  traaizio- 
nes  dun  Ilibro  Er  plimero  que  dio  en  metelle  la 
reja  á  los  bancales  jue  er  que  dioó  la  plimera 
zancaá  en  la  cebrizacion,  he  rematao:  Dios  y  luz 
que  ya  no  quea  desta  paá  espulgalse :  lia  sabéis 
que  somos  viejos  amigos  leales,  y  á  mandal  en  lo 
que  seamos  güenos,  y  farte,  pus  tengo  mas  vo- 
luntad y  querel  que  ineros. » 

Caia  ya  el  dorado  sol ,  y  rojo  tornábase  á  su 

19 


290  MURCIA 

crepúsculo ,  cuando  con  guitarreo  y  relinchos,  da- 
ban la  vuelta  á  Murcia  y  á  sus  barracas  los  pano- 
chos; al  despedirse,  como  recordara  el  tio  Higue- 
rica  que  aquella  mañana  oyó  que  un  zagal  del 
pueblo  (como  él,  que  ya  viejo  era  y  amigo  del  za- 
gal) venido  á  Murcia  habia  después  de  correr  mu- 
chas cortes  al  servicio  de  política  de  S.  M. ,  y 
queria  darle  un  abrazo;  al  pasar  por  su  casa  apa- 
rejó una  pollina,  viniendo  con  sus  amigos  dicién- 
doles  lo  que  según  nuevas  venidas  medrado  estaba 
mucho  tal  zagal  á  que  nombraba  Diego,  y  era  uno 
de  los  buenos  ingenios  murcianos.  Oscuro  se  hizo 
luego,  y  el  camino  de  Murcia  tomaron  (que  pol- 
vareda tenia),  como  yo  la  caja  del  rapé  (que  tam- 
bién la  tiene)  para  decirte:  lector,  vaya  un  polvo 
y  descansemos. 


TABLA  XVII. 

INGENIOS  MURCIANOS. 

Representa  el  pueblo  de  A  Ijezares ,  á  donde  á  comer  van 

algunos  conocidos ,  que  coplas  de  verso  y  cosas  buenas 

dicen,  gue  saberse  deben. 


c, 


(OMO  el  puede  ser  nadie  niégalo,  bien  pudiera 
haber  pasado  lo  que  á  relatar  vamos ,    por  el  año 


QUE  SE  FUÉ.  291 

del  Señor  mil  seiscientos  cuarenta  y  seis  ú  siete 
años ;  mucho  tiempo  hace ,  y  no  me  acuerdo  de 
nadie  que  yo  conozca  de  entonces  para  lo  recti- 
ficar ,  si  equivocado  fuere ;  creámoslo ,  «  que  todo 
lo  que  no  se  ve ,  es  de  fe,»  según  el  refrán  dice. 
Por  feria  de  San  Miguel  era  una  mañana ,  cuando 
el  puente  pasaron ,  después  de  última  misa  en 
San  Francisco,  un  cortejo  de  carricos  y  tartanas, 
galeras  de  cuatro  ruedas,  carrozas,  coches  y  sillas 
de  camino,  tiradas  por  gallardas,  lucidas  y  muy 
bien  adornadas  muías ,  que  al  mundo  tragarse  pa- 
recian,  tomando  de  Aljezares  el  camino;  más  que 
el  viento  iban  ligeras ,  como  si  Eolo  su  cochero 
fuere,  hasta  que  al  entrar  al  pueblo,  detúvolas 
un  balamido  de  voces  y  vítores  que  daban  más 
muchachos  que  hombres ,  y  más  hombres  que 
muchachos;  que  siempre  como  su  palabra  de  nom- 
bre mucha  es ,  mucha  es  también  su  algazara ,  y 
metiendo  ésta  venían,  trayendo  en  las  manos  ca- 
ñas largas  y  ramas  de  baladre ;  paróse  una  tarta- 
nica  que  primero  iba ,  habló  un  señor  con  aquella 
gente ,  y  pasaron  los  coches  todos  por  medio  della 
y  del  pueblo ,  atronado  por  voces ,  campaneo  y 
cohetones  que  en  el  aire  reventaban.  Tanimientras 
tomaron  los  que  de  viaje  andaban  el  camino  de  la 
Fuensanta;  en  la  plaza  quedáronse  las  gentes  sin 
se  haber  dado  cuenta  del  zagal  que  los  viejos  del 


292  MURCIA 

pueblo  dijeron  que  venia,  y  no  fué  columbrado  por 
nadie  al  pasar;  y  algunos  cocineros  y  criados  des- 
cargaban viandas  y  canastos  con  repostería,  lo 
cual  entraban  en  una  casa,  que  á  la  tal  plaza  en  su 
frente  cerraba ,  con  puerta  redonda ,  sostenedora 
de  un  escuson  labrado,  azotea  de  pretil  de  recorte 
y  ventanas  con  rejería  espesa  (73);  zaguán  grande 
tenia,  al  que  adornando  con  tapices  de  historia  cua- 
tro criados  estaban ,  y  otros  dentro  de  la  sala  baja 
limpiaban  sillas  y  sillones  de  damasco  floreado, 
para  rodear  la  mesa,  que  afuera  más  luego  pusie- 
ron; en  el  corral  y  cocina  pelaban  y  guisaban 
aves  y  otras  cosas,  embotellaban  vinos  y  adereza- 
ban cuanto  menester  fuere  á  la  comida.  Una  hora 
pasada  fué  cuando  la  vocería  acrecentóse;  la  mu- 
cha gente  el  paso  forzaba  á  los  coches;  el  tio  Hi- 
guerica,  que  en  el  banquillo  de  uno  dellos  venia, 
tiró  al  aire  su  montera ,  parando  á  seguida  la  car- 
roza frente  á  la  casa ;  entre  dos  criados  bajó  un 
señor  gordo  y  viejo,  con  peluca  larga  y  blanca,  no 
de  polvos  ciscada,  bigote  blanco,  cual  si  lino  fue- 
re, gola  tiesa,  negro  vestido  de  terciopelo,  sobre 
cuya  larga  capa  y  ropilla,  bordada  traia  en  rojo  la 
Encomienda  del  Señor  Santiago,  así  como  al  cuello 
su  muy  brillante  y  dorada  venera ;  el  brazo  dióle 
Higuerica  para  entrar,  pero  el  señor  desmayóse, 
yagua  trujéronle ;   llorando  lágrimas,  entró  con 


QVE  SE  FUK.  293 

trabajo ,  acordándose  de  como  en  aquella  casa  na- 
cido habia  el  seis  de  Mayo  de  mil  quinientos 
,  ochenta  y  cuatro;  y  señalóle  el  tio  Higuerica  una 
piedra  grande  sillar  en  (jue  á  la  puerta  jugaban 
cuando  zagales  eran ;  dióle  un  abrazo ,  entender 
haciendo  con  tal  cosa  á  los  panochos  que  aquel 
señor  el  zagal  fué  cuando  él  en  sesenta  ya  pasados 
años. 

Damas  y  caballeros ,  con  vestidos  de  galas  con 
joyas  adornados  y  cintas,  como  de  fiesta,  bajaron 
de  las  carrozas ,  entrando  con  gran  compostura  y 
reverencia ;  las  campanadas  de  medio  dia  dieron 
á  poco ,  y  colocáronse  todos ,  á  una  seña  de  un 
maestresala,  que  en  italiana  lengua  hablaba,  y  de 
aquel  señor  la  orden  recibido  habia  para  lo  tal. 
Sentados  eran  á  la  mesa  casi  todos  de  edad  avan- 
zada, personas  de  distinción  muv  alta,  como  ca- 
balleros de  las  órdenes ,  hidalgos  de  cuna  ,  como 
D.  Pedro  y  D.  Diego  Balibiera,  D.  Ginés  de  Ro- 
camora  y  D.  Gregorio  Castor,  hombre  elocuentí- 
simo; D.  Francisco  Tomás  y  D.  Salvador  Carrillo, 
que  rico  fué  y  fastuoso,  vistiendo  aquel  dia  ves- 
tido de  raso  acuchillado  color  de  mora  con  oro;  algu- 
nos Padres  de  San  Francisco  y  Santo  Domingo ;  los 
Capitanes  Aledo  y  Chaves,  á  más  de  otros  señores 
de  golilla.  También  ocuparon  sitio  los  poetas  y 
hombres  de  ingenio  D.  Francisco  Yañez  Tomás, 


294  MURCIA 

D.  Pedro  Tenza  y  Aledo,  D.  Diego  Beltran  Hidalgo 
y  D.  Alonso  Pux  Marin,  y  entre  los  dos  her- 
manos Gaspar  y  Nicolás  de  Ávila  pusieron  á  Don 
Nicolás  de  Villacis  y  su  señora,  junto  con  su  her- 
mano el  beneficiado  D.  Pedro ,  habiendo  algunos 
clérigos,  de  los  cuales  uno  por  lo  menos  luego  co- 
noceremos (74).  El  Benedicite  rezaron  los  Pa- 
dres, y  una  cosa  como  tuétanos  cocidos,  los  cria- 
dos en  la  mesa  á  comedio  pusieron  en  cosa  tal 
cual  sopera;  alegráronse  al  verlos  D.  Nicolás  y  su 
esposa,  y  sirviéronse  con  marcado  gusto,  interés 
despertando  en  el  tio  Higuerica  ,  que  ojos  abría, 
como  asimesrao  boca  y  nariz,  por  saber  si  aquello 
comíase;  reia  de  veras  el  Comendador  contem- 
plando cara  tal,  y  díjoles  á  todos  que  aquello 
traíalo  por  fineza  nueva ,  que  comida  napolitana 
era  que  él  á  diario  usaba ,  y  sólo  pasta  fria  era 
cocida  luego ;  al  verlo  comer  cogido  con  los  de- 
dos risotaba  hasta  encanarse  el  susodicho  tio  ,  de 
diversión  sirviendo  y  bufonada  la  tal  gracia,  cuando 
supo  que  macarroni  llamábase  aquello.  Sacaron 
una  perola  de  arroz  con  pollos  y  conejos ,  lo  cual 
el  Comendador  dijo  que  más  de  cuarenta  años  no 
mejor  otra  comido  habia,  y  por  otras  tierras  esto 
no  úsase.  Sirvieron  á  seguida  perdices  estofadas, 
luego  frito  de  mujol,  que  el  Comendador  sirvióse 
por  si  fuere  de  probarlo  la  úllinia  vez,  y  á  luego 


yUE   SE  FUÉ.  295 

sacaron  pavos  asados,  para  con  ensalada  de  cama- 
rojas  verdes  del  campo ;  pasteles  y  dulces ,  vinos 
de  toda  clase,  de  Bullas  y  Plan  de  Cartagena, 
como  asimesmo  para  quitarse  el  gusto  de  la  boca, 
después  de  las  frutas,  una  tortada  de  monjas,  que 
rueda  de  molino  parecia,  con  un  dulce  nomjare 
de  Jesús  labrado  sobre  la  bizcochadura  y  el  azú- 
car (75) ,  con  que  sirvióse  leche  de  anís  de  Aspe 
con  mezcla  de  agua  ,  por  lo  de  que  la  comida  bien 
obrare.  Dieron  gracias  con  oración ,  y  á  una  sala 
pasaron  todos,  que  de  mapas  y  lienzos  llena  las 
paredes  tenia,  así  como  un  estrado  de  chamelote 
antiguo ,  uñ  armario  de  nogal  adornado  de  talladas 
figuras,  mesa  de  salomónica  y  un  Santo  Cristo  de 
marfil  (obra  de  maestro)  encima.  Sentáronse,  y 
algunos  caballeros,  con  reverencia  de  acatamiento, 
al  señor  Comendador  pidieron  dijese  algo  de  su 
vida,  en  tanto  tiempo  como  á  lejanas  tierras  mar- 
chado habia  en  servicio  de  Secretaría  de  S.  M., 
y  holgóse  mucho  él  de  hacer  poderlo  para  los 
agradar;  comenzó  á  decir  de  como  á  los  veintidós 
años  diéronle  el  hábito  de  Santiago,  siendo  fami- 
liar y  secretario  de  S.  E.  el  Emmo.  Cardenal  Don 
Gaspar  de  Borja ,  á  quien  acompañó  muchos  años 
en  Roma,  nueva  Jerusalen,  remedo  de  gloria,  de 
donde  vino  luego  á  Ñapóles  con  aquel  príncipe  de 
la  Iglesia  en  Embajada  del  Rey  Nuestro  Señor 


296  Murcia 

como  allí;  que  nombráronle  canónigo  de  Santiago 
de  Galicia,  sin  que  vocación  á  cantar  misa  nunca 
tenido  hubiera;  que  luego  sirvió  la  agencia  de  em- 
bajada en  Roma  por  S.  M.  en  mil  seiscientos  treinta 
y  tres;  que  después  nombróle  S.  M.  como  ministro 
de  España  en  la  Baviera,  y  por  tal  fué  al  trato  de 
paz  á  Munster,  en  Congreso  que  celebróse  en  mil 
seiscientos  cuarenta  y  tres  para  la  pacificación  de 
la  Cristiandad;  ponderó  su  muy  antigua  catedral, 
que  data  de  los  años  de  Jesucristo  setecientos 
ochenta  y  cinco,  fundada  por  H.  Ludger  y  el 
obispo  Donon ,  siguiendo  varias  trazas  por  causa 
de  hundimientos  y  quemas  los  años  novecientos 
noventa  y  tres ,  mil  noventa ,  y  mil  ducientos  se- 
senta y  uno,  habiéndose  concluido  en  la  décima- 
sexta  última  centuria ;  que  si  San  Pedro  Vaticano 
de  Roma  obra  suntuosa  de  la  griega-romana  traza 
es,  la  de  Munster  eslo  de  la  gótica  muy  bella,  con 
vidrieras  de  las  más  brillantes  colores.  No  pasar 
en  silencio  quiso  el  chasco  que  al  ir  allá  pasóle 
en  la  corte  de  París ,  donde  ver  quiso  á  los  mi- 
nistros de  la  Francia  por  tratar  de  convenientes 
cosas  de  Estado,  por  lo  que  (sabido  por  la  gober- 
nadora Reina)  hízosele  salir  sin  más  tiempo  dejado 
que  para  oír  una  misa  en  el  convento  de  Padres 
Cartujos;  lo  cual ,  llegándole  á  pesar  hondo,  hizo 
caerle  en  enfermedad  al  á  Bruselas  llegar  ,  y  de 


QUE   SE    FUÉ.  297 

muy  peligro,  que  si  no  hubiera  sido  por  cuidados 
que  por  él  tuvo  el  proto-médico  de  S.  M.  el  Rey 
alb',  Joan  Jacobo  Chifflet,  no  lo  contara,  que  bien 
siempre  agradeciaselo;  que  ya  viejo  ,  y  no  pu- 
diendo  más  hacer  ni  servir,  solicitado  habia  de 
Su  Majestad  licencia  para  su  tierra  ver  (lo  que 
llorando  dijo);  y  que  el  magnánimo  Filipo,  gracia 
y  honor  habíale  dado  de  camarista  suyo  en  treinta 
y  uno  de  Enero,  lo  cual  agradeció,  pero  pareciale 
no  debiera  servir  por  desengaños  recibidos,  acerca 
lo  cual  recordó  y  dijo  las  palabras  de  una  su  obra 
Empresas  políticas ,  en  la  que  ix  empresa ,  pá- 
gina XXX,  pone  desta  manera:  ((No  siempre  roe 
la  envidia  los  cedros  levantados,  tal  vez  rompe 
sus  dientes  y  ensangrienta  sus  labios  en  los  espi- 
nos humildes,  más  injuriados  que  favorecidos  de 
la  naturaleza,  y  le  arrebatan  los  ojos  y  la  indig- 
nación las  miserias  y  calamidades  agenas ,  ó  ya 
sea  que  desvarié  su  malicia,  ó  ya  que  no  puede 
sufrir  el  valor  y  constancia  del  que  padece ^  y  la 
fama  que  resulta  de  los  agravios  de  la  fortuna,  i) 
Añadió  que  él  creía  haber  servido  bien  á  S.  M. 
en  las  embajadas  y  otros  negocios  del  Estado, 
además  de  haber  empleado  el  tiempo  en  bien  de 
las  letras ,  habiendo  hecho  en  Viena  en  Julio  de 
mil  seiscientos  cuarenta  un  libro,  que  dedicóle 
á  S.   A.   el  Príncipe,  intitulado  Empresas  politi- 


298  MURCIA 

cas,  para  su  educación;  también  La  corona  gótica, 
La  república  literaria,  Las  locuras  de  Europa, 
que  diálogo  fingia  en  ella  de  Mercurio  y  Luciano; 
como  también  otro  libro,  que  intituló:  Política  y 
razón  de  Estado  del  Rey  Católico  D.  Fernando. 
Acabó  de  decir  de  sí  propio,  sin  alabanza  darse, 
porque  esto  envilece  según  cierto  sabio,  y  deseó 
que  dijéranle  cómo  las  letras  y  artes  en  Murcia  ade- 
lantado habian  en  tanto  tiempo;  que  saber  de  poetas 
quisiera  por  los  presentes,  así  como  de  pintores, 
diciendo  que  dejado  en  Madrid  ya  muy  enfermo 
había,  aunque  con  buen  humor  siempre,  al  Capi- 
tán de  caballos,  D.  Joan  de  Toledo,  á  quien  en 
Italia  alguna  vez  encontró ,  y  á  la  sazón ,  después 
que  aquí  en  Murcia  pintó  el  cuadro  de  la  Batalla 
de  Lepanto  que  hay  en  la  capilla  del  Rosario,  y 
el  de  la  Asunción  en  la  Compañía ,  estaba  en  Ma- 
drid pintando  cuadros  para  el  colegio  de  Padres 
Dominicos ,  y  otro  grande  para  el  retablo  de  las 
monjas  de  D.  Joan  de  Alarcon  ,  en  la  calle  de 
Valverde;  como  también  habianle  dicho  que  muerto 
era  en  Toledo,  en  mil  seiscientos  cuarenta  y  cua- 
tro ,  el  célebre  y  nunca  bien  ponderado  pintor  de 
ovejas  y  nacimientos,  el  murciano  Pedro  Orrente, 
que  habíanle  enterrado  en  la  imperial  ciudad, 
parroquia  de  San  Bartolomé,  junto  y  en  propia 
sepoltura  (jue  el  Grccco,  su  maestro. 


QUE   SE   FUÉ.  299 

Alzóse  á  esto  D.  Gregorio  de  Castor,  que  pico 
de  oro  tenia ,  y  comenzó  con  que  centuria  muy 
lucida  habíalo  sido,  pues  cosas  muy  grandes  y 
costosas  eran  hechas,  labrándose  buenas  y  útiles 
fábricas,  á  más  de  seguirse  la  Catedral,  sus  capi- 
llas y  conventos  varios;  siendo  aquellas:  el  Almudí 
ó  pósito  de  granos ,  que  agrandóse  en  mil  seis- 
cientos diez  y  ocho  por  el  Sr.  D.  Antón  de  Qui- 
ñones; el  Contraste  para  sala  de  armas  en  md 
seiscientos  cuatro,  y  en  el  de  mil  seiscientos  doce 
el  Corral  de  las  comedias;  la  Lonja  y  Real  Car- 
necería,  toda  de  piedra  sillar,  como  así  en  mil 
seiscientos  veintidós  la  Cárcel  Real  cabe  el  Daraxa- 
rife  en  la  casa  del  Marqués  del  Villar,  á  quien 
por  ello  pagaba  Murcia  seis  diarios  reales  de  ve- 
llón ;  á  más  de  otras  fábricas  que  labráronse  para 
señores.  Que  con  esto  ganado  hubo  mucho  la  ciu- 
dad, los  gremios  poniéndose  además  en  buen  ar- 
reglo. Que  de  las  cátedras  y  seminario  salido  ha- 
bían hombres  de  grande  valer ,  á  cuya  cabeza  iba 
el  Comendador,  y  luego  D.  Francisco  de  Cáscales, 
quien  escribió  los  Discursos  históricos  sobre  Mur- 
cia y  su  reino,  y  otras  muchas  obras,  tales  como 
sus  Cartas  filológicas,  el  cual  murió  en  Cartagena! 
tras  él  viniendo  agudos  ingenios ,  citando  al  Que- 
vedo  murciano  D.  Salvador  Jacinto  Polo  de  Me- 
dina,   entre  ellos  á  la   sazón   presente,   á   quien 


300  MURCIA 

suplicaba  que  algo  recitase  de  sus  celebradas, 
impresas  y  corridas  obras.  Levantóse  de  su  sillón 
el  tal  D.  Salvador,  que  ya  clérigo  era,  y  tenia 
mediana  estatura,  carnes  pocas,  cabello  castaño  y 
algo  cano,  larga  nariz,  poca  barba,  grandes  pies, 
cargado  de  espaldas ,  cuanto  estevado ,  con  la  ca- 
beza baja  y  mirando  al  suelo ;  vistiéndose  un  ba- 
landrán muy  llevado;  cuyo  clérigo  dio  gracias,  y 
excusóse  de  hacerlo  por  no  en  memoria  tenerlas 
ni  libro  dellas  á  mano;  lo  cual  socorrió  el  señor 
cura  del  pueblo  yendo  por  ellas ,  que  todas  en  su 
casa  tenia ;  en  el  entanto ,  y  como  deseaba  el  se- 
ñor Comendador  saber  la  vida  que  llevado  habia, 
rogóle  la  dijese ;  D,  Salvador  explicó  á  eso  y  agra- 
decido ,  que  todos  sabían  cómo ,  habiendo  nacido 
en  mil  seiscientos  siete,  amigo  de  los  más  allí  pre- 
sentes, con  ellos  estudió  en  San  Fulgencio,  pro- 
tegido por  el  primer  marqués  de  Espinardo,  árbol 
frondoso  que  dio  sombra  á  las  letras  y  á  artes,  de 
cuya  liberalidad  escribió  cuanto  sucedía  en  su  pa- 
lacio de  Espinardo  en  funciones  de  ingenio  y 
poesías,  cuyo  libró  intituló  Academias  del  jardín; 
que  aun  en  su  estado  afición  á  comedias  conser- 
vaba, de  cuando  antes  de  marchar  desta  ciudad 
comedias  hizo,  en  las  cuales  vítor  dábanle,  parti- 
cularmente en  el  papel  de  D.  Carlos  Osorio,en  la 
comedia  No  hay  vida  como  la  honra,  del  Doctor 


QUE  SE  FUÉ.  301 

D.  Joan  Pérez  de  Montalban,  á  cuyo  autor,  que 
muy  amigo  era,  escribió  en  su  muerte,  el  de  mil 
seiscientos  tremta  y  ocho,  Lágrimas  paneyiricas 
á  la  muerte  de  Montalhan.  Que  en  año  de  treinta 
sabian  que  á  Madrid  fué,  dando  á  la  estampa  Las 
Academias  del  jardín,  y  que  á  tremta  y  un  años 
ya  fué  clérigo  y  secretario  del  limo.  Sr,  Obispo 
de  Lugo  por  la  amistad  que  le  profesaba  su  amigo 
el  Doctor  D.  Antonio  de  Solísy  Ribadeneira,  ho- 
nor de  las  musas  españolas ,  el  v^uyo  cargo  de  be- 
neficio eclesiástico  disfrutó  hasta  la  muerte  de 
aquel  su  amo  prelado,  viniendo  retirado  á  Murcia 
para  corregir- y  aderezar  mejor  sus  obras:  El  buen 
humor  de  las  Musas,  Fábula  de  Pan  y  Siringa, 
El  hospital  de  incurables ,  Viaje  deste  mundo  al 
otro,  Fábula  de  las  tres  Diosas,  Universidad  de 
amor  y  escuela  de  interés  ,  primera  y  segunda 
parte,  con  otras.  En  esto  entró  el  señor  cura  con 
el  libro  Academias  del  jardin,  impreso  en  Ma- 
drid en  mil  seiscientos  treinta,  según  leyó,  y  en- 
tregóselo  á  D.  Salvador,  rogándole  que  leyera  las 
dos,  décima  y  epigrama  chistosos,  que  señal  tenian 
puesta;  deseo  el  Comendador  mostró,  y  fué  com- 
placido, leyendo  D.  Salvador  lo  siguiente: 

DÉCIMA  Á  UN  BORRACHO  QUE  HACIA  COPLAS. 

Señor  Alonso  Escudero, 
si  mandáis  para  el  Parnaso 


302  MURCIA 

alguna  cosa  de  paso, 
hoy  se  parte  un  mensajero; 
mas  vos  iréis  más  ligero, 
que  aunque  es  áspero  Elicona, 
subirá  vuestra  persona 
como  tan  veloz  y  activa, 
que  por  una  cuesta  arriba 
mejor  camina  una  mona. 

Vítor,  vítor  dieron  á  tal  chiste ,  y  siguió  con 
este  otro  tal : 

EPIGRAMA. 

Entré,  Lauro,  en  tu  jardín 
y  vi  una  dama,  ó  lucero, 
y  una  vieja,  ó  cancerbero, 
que  era  su  guarda  y  mastin. 

Es  todo  tan  excelente, 
que  me  pareció  el  vergel 
que  Adán  perdió,  viendo  en  él 
fruta,  flor,  Eva  y  serpiente. 

Palmadas  y  nuevos  vítores  saludaron  tal  epi- 
grama, y  D.  Salvador  presente  hizo  ,  que  dentre 
los  poetas  de  que  obras  puso  en  aquel  libro ,  allí 
presentes  dos  habia ,  nombrando  á  D.  Francisco 
Yañez  Tomás  y  D.  Diego  Beltran  Hidalgo ;  instá- 
ronles las  damas  y  el  Comendador  para  que  algo 
que  hubiesen  hecho  relatasen ,  á  lo  cual  excusá- 
ronse, que  la  modestia  y  fina  vergüenza  hermana 
fué  siempre  del  ingenio  verdadero;  el  Comendador 
que  lo  era  en  edad  y  méritos  viejo ,  díjoles  que 
él,   si  malos  fueren,   no  nunca  mejor  los  hizo; 


QUE    SE    FUÉ.  303 

venció  su  reparo,  y  el  licenciado  D.  Francisco 
Yañez  Tomás,  que  fino  aficionado  era  á  cosas  de 
flores,  buscó  en  Academias  este  su 

ROMANCE. 

Varias  catalufas  visten 
amenos  prados  alegres , 
librea  que  les  dio  Majo 
y  desnudará  Diciembre. 

Borda  el  tiempo  muchas  flores 
en  tiras  de  raso  verdes, 
que  sobre  estrados  de  arena 
sus  ricas  alfombras  tiende. 

El  monte  saca  las  galas 
que  en  sus  recámaras  tiene, 
con  que  al  jardin  más  ameno 
envidia  apacible  ofrece. 

Si  de  peñasco  se  viste 
le  da  picaduras  breves, 
para  que  galán  por  todas 
de  grama  entretelas  muestre. 

Trencillas  dieran  de  plata 
para  guarnición  las  fuentes, 
á  no  pensar  que  más  llano 
viste  el  más  curioso  siempre. 

Lo  vano  de  sus  lisonjas 
la  curiosa  Adelfa  advierte, 
indicio  de  un  amor  falso 
que  engaña  con  lo  aparente. 

Que  si  sale  á  darles  vida, 
Rosaura,  es  razón  celebren 
lo  grave  de  la  visita 
con  los  aplausos  que  pueden. 

Para  la  vuelta,  el  jazmin 


304  MURCIA 

rasillos  blancos  previene, 
mientras  la  murta  da  cuadros 
que  en  calle  de  álamos  cuelguen. 

Entonces  podrán  deseos 
prevenidos  por  corteses, 
pagar  en  albricias  nobles 
lo  que  á  su  presencia  deben. 

Plácemes  le  fueron  dados  por  toda  la  gente 
que  allí  había,  levantándose  á  seguida  D.  Diego 
Beltran  Hidalgo,  el  cual  buena  presencia  tenia  y 
alegre  cara  (que  para  dos  damas  que  al  oído  con 
poca  cortesía  de  tal  hablaron ,  del  más  enamorado 
Cupido  era);  con  .perdón  que  pidió  antes  por  las  fal- 
tas de  su  obra,  buscó  en  el  libro,  y  así  leyó  éste: 

ROMANCE. 

Valientes  matan  tus  ojos 
y  diestros  hieren,  Marica, 
de  punta  á  quien  tú  los  vuelves 
y  de  filo  á  quien  los  mira. 

Amorosos  amenazan 
y  severos  desafian, 
con  que  á  temerlos  y  amarlos 
tiernos  y  airados  obligan. 

Espadachines  los  llaman, 
porque  rompen  y  derriban, 
de  revés  á  quien  desdeñan, 
de  tajo  á  quien  acarician. 

Arrogantes  cuanto  hermosos 
dardos  gigantes  fulminan, 
dando  en  amagos  de  muerte 
cédulas  dulces  de  vida. 


QUE  SE  FUÉ.  305 

No  hay  alguacil  que  los  prenda, 
que  como  en  tu  rostro  habitan  , 
de  la  belleza  el  sagrado 
los  respeta  la  justicia. 

Nadie  los  pide  sus  daños, 
porque  los  que  martirizan, 
por  lo  dulce  con  que  matan 
les  perdona  lo  homicida. 

La  cura  de  sus  agravios 
consiste  en  la  ofensa  misma, 
que  á  los  que  mirando  matan, 
mirando  los  resucitan. 

Con  los  mios  se  encontraron 
por  no  sé  que  niñería 
de  atreverme  á  contemplar 
luz  mortal  su  luz  divina. 

Metieron  mano  á  sus  armas 
de  invencible  gallardía, 
dando  á  mi  culpa  por  pena 
larga  gloria  en  breves  iras. 

Vítores  y  muy  repetidos  diéronle  por  el  gra- 
cejo y  aguda  intención  de  las  palabras  figuradas, 
y  mucho  gustó  al  Si'ñor  Comendador,  el  que,  como 
se  hallase  á  el  lado  de  D.  Nicolás  Vdlácis  y  de 
su  esposa,  la  Ilustre  Señora  Doña  Antonia  Torriani, 
cuya  dama,  mdanesa,  en  italiano,  galante  lengua, 
con  él  hablado  habia ,  preguntóle  á  D.  Nicolás,  á 
quien  en  Roma  conoció,  qué  fué  de  entonces  acá 
en  sus  adelantos ;  contestóle  que,  casado  en  Milán, 
retirádose  hubo  á  Murcia,  sin  quedella  hubiérale 
sacado  la  merced  de  S.  M.  para  pintor  de  Cáma- 

20 


306  MURCIA 

ra  ,  merced  pedida  por  mano  y  gusto  de  su  amigo 
de  Roma  y  maestro,  D.  Diego  Velazquez  de  Silva, 
quien  rogóle  admitiese  y  á  la  Corte  fuera ;  que  aquí 
en  Murcia  vínculo  tema,  y  cuidarle  de  cerca  era  me- 
nester; no  siendo  á  más  desto  aficionado  á  fausto  ni 
riqueza;  obrando  humilde  cómoda  casa,  con  huerto, 
fuera  la  puerta  del  Toro  ,  donde  á  ratos  por  afición 
pintado  habia  asuntos  varios  en  imágenes,  como  á 
la  sazón  un  San  Félix,  para  regalar  en  fineza  á 
un  amigo,  y  un  San  Lorenzo,  para  Santo  Domingo; 
como  también  en  el  convento  de  la  Trinidad  á 
pintar  iba  por  devoción,  al  estilo  fresco,  un  altar 
de  perspectiva  figurada ,  donde  á  más  de  matronas, 
virtudes  y  ángeles,  representaba  de  retablo  la  vida 
y  milagros  de  San  Blas,  siendo  los  principales 
cuando  este  Santo  áfilas  fieras  predica,  cuando  está 
en  las  cárceles,  cuando  el  milagro  del  rio,  y  otro; 
añadiendo  que  con  buen  humor  y  por  conservar 
memoria  de  la  costumbre  de  los  rosquetes  que  en  el 
dia  deste  Santo,  así  como  cordones  de  seda  para  el 
cuello,  benditos  vendian,  los  cuyos  rollos  dulces 
eran,  pintar  quería  algunos  zagales  comiéndolos  y 
asomados  á  las  balaustradas,  así  como  religiosos, 
licenciados  y  caballeros,  retratándose  á  sí  propio 
junto  con  un  Fontes,  comendador  también,  y  otro 
amigo  asomados  á  un  balcón  del  remate  (76);  aña- 
diendo que  mucha  falta  sentía  con  la  muerte  de 


QUE  SE  fui':.  307 

SU  maestro  Lorenzo  Suarez;  pero  cjue  ahora  tenia 
un  discípulo,  que  lo  era  el  caballero  D.  Gerónimo 
Zavala,  el  cual  ya  pintado  un  cuadro  habia ,  con 
mucho  fervor  y  mística  ,  para  una  capilla  de  la 
Catedral;  añadiendo  que  su  amigo  Cristóbal  Ace- 
bedo había  pintado  buenas  obras:  para  la  3íerced 
de  Murcia  un  San  Andrés  Corsino  y  el  Rescate  de 
cautivos,  Y  á  la  sazón  pintaba  un  San  Fulgencio 
para  la  capilla  del  Seminario.  Pidieron  á  D.  Anto- 
nio Prieto  que  hiciese  música,  lo  cual  bien  sabia, 
que  buen  músico  y  de  fama  era;  excusóse,  sin 
que  valiérale,  y  tocó  cosas  de  muchp  donaire  y 
gracia,  así  como  de  danzas  de  sarao  de  la  corte, 
demostrando  ejecución  y  fácil  manejo  en  uno  como 
arpa,  que  sobre  las  rodillas  pónese,  con  cuerdas 
de  hierro  templadas  á  tono;  raro  instrumento,  que 
con  uñas  de  acero  tócase,  y  psalterio  intitulan; 
repitió  varias  y  muy  difíciles  tocatas,  y  muy  bien 
hízolo;  mas  como  el  Señor  Comendador  ver  su  casa 
quisiera  y  todos  los  oficios  de  labor  della,  con  pena 
y  trabajo,  acompañado  del  tio  Higuerica,  andúvolo 
todo,  saliendo  al  huerto,  y  allí  haciéndose  coger 
cuanta  fruta  madura  fué;  por  la  puerta  falsa  salióse 
á  la  iglesia,  sentándose  donde  zagal  acostumbraba; 
tornando  á  casa  despacio,  pues  fatigábase,  lo  cual 
fuerte  trabajo  era  y  molestia.  El  sol  poníase,  ca- 
yendo fresco  y  humedad,  con  lo  cual  hora  de  tor- 


308  MURCIA 

nar  ya  era ;   aderezáronse  las  carrozas  y  coches 
en  que  habían  venido  todos,  ocupándose  presto;  y 
á  la  puerta  salió  el  Señor  Comendador,  que  lágri- 
mas haciendo  en  sus  ojos ,  en  arenga  dijo  á  sus 
paisanos:  «Que  no  sin  verlos  morir  queria,  y  como 
SI  último  fin  de  vida  fuese,  despedíase;  que  el  tio 
Higuerica  encargado  quedaba  de  socorrer  á  los 
que  más  menester  fuere ,  perdonando  un  año  de 
renta  á  los  que  aún  lo  debieran ,  y  el  venidero  á 
los  que  aquel  pagado  hubieren;  y  añadió  que  á  la 
Corte  de  Madrid  íbase  pronto  á  vida  hacer  con  los 
Padres  Recoletos,  con  quienes  queria  morir  y  en- 
terrarse, llevando  siempre  grabado  en  su  corazón 
el  nombre  de  Aljezares,  su  pueblo  (77).»  Acon- 
gojado   al    coche    subiéronle;    oscuro    hacíase, 
cuando  en  el   boquete  del  camino  que  á  Murcia 
sale ,  viéronse  luces  de  hachón  y  una  danza  que 
con  música,  postizas  y  cohetes  alternaba.  La  co- 
mitiva en  marcha  púsose,  y  delante  bailando  iban 
zagalas  y  zagales  alrededor  de  un  palo  con  cintas 
y  una  tarjeta  en  un  pendón,  que  decia:  «Vítor  por 
D.  Diego  Saavedra  Fajardo»,  la  cual  era  como  las 
que  sacan  los  comisarios  de  fiestas   cuando  hay 
Procesión  (jeneral  y  Bendición  papal,  de  lo  que 
á  seguida  tratar  debemos. 


QUE    SE   FUE.  309 

TABLA  XVIII. 

PROCESIÓN  GENERAL  Y  BENDICIÓN  PAPAL. 

Representa,  en  el  fondo,  algxmas  procesiones,  y  en  término 

'primero,  con  vivas  colores  y  expresión,  la  del  SS.  Corpus, 

con  su  acompañamiento  entonces. 


Mayo  y  Junio,  haciendo  un  mes, 
el  meior  del  año  es. 


c, 


lUANDO  chiquitejo ,  ya  oía  como  antiguo  este 
castellano  refrán ,  y  verdad,  como  todos,  ha  salí- 
dome  luego;  que  si  con  los  dias  últimos  de  Mayo 
y  con  los  de  Junio  primeros  tal  siempre  viviéra- 
mos, paraíso  más  desear  gollería  fuera :  fragancia 
por  toda  parte;  sol  que  alumbra  y  no  quema;  ro- 
cío sin  lluvias;  largo  dia  ;  azul  cielo;  gala  nueva 
en  los  árboles,  v  alfombra  de  flores  en  los  cam- 
pos. Natura  pródiga  es  por  tal  tiempo,  que  bien 
merécelo  el  asunto ,  pues  <|ue  si  cada  uno  de  los 
fieles  su  santo  del  dia  tiene,  el  Señor  debe  su  dia 
celebrar,  que  dia  del  Señor  la  gente  llama ,  y  por 
tal  tiempo  cae  para  mejor  lo  solemnizar :  llega  el 
santo  de  nuestro  nombre,  y  no  trabájase  nada  en 
las  haciendas  de  casa,  viniendo  amigos  á  nuestro 
estrado ;  prepárase  gran  mesa  ,  con  manjar  de  lo 
mejor  y  vino  del  más  bueno,  saliendo  luego  á  pa- 
seo dar  para  completo  de  alegría ;  pero  en  pecado 


310  MURCIA 

cayendo,  que  por  vanidad  hacérnoslo.  Ved  al  Se- 
ñor; su  dia  es  llegado,  y  muéstrase  con  el  sacrificio 
de  su  Pasión;  hace  pan  su  cuerpo  y  vino  su  san- 
gre, por  siempre  manjar  divino;  en  augusta  mesa 
pénese ,  dándose  á  comer  por  alimento  espiritual 
del  pecador;  y  de  paseo  sale  para  alegría  dar  á  éste 
con  su  soberana  presencia,  así  como  al  universo 
inefable  gozo.  Fiesta  es  de  las  mayores  y  grandes 
de  la  Santa  Madre  Iglesia ,  é  instituyóla  el  Ilus- 
trísimo  Roberto ,  Obispo  de  Lieja ,  en  Westfalia, 
el  año  mil  doscientos  cuarenta  y  seis,  lo  cual 
aprobóse  por  Urbano  IV  en  el  de  mil  doscientos 
sesenta  y  dos  años,  por  Breves  á  toda  la  cristian- 
dad ,  como  fiesta  dándola  de  primera  clase ,  con 
Procesión  general,  porque  mucho  rogóselo  Santa 
Juliana,  madre  religiosa  cisterciense;  para  la  cual 
fiesta,  el  angélico  Doctor  Santo  Tomás  de  Aquino, 
del  orden  de  Predicadores,  su  rezo  compuso  de  ofi- 
cio divino  y  misa,  lo  que  aprobóse,  confirmación 
dándolo  en  Trento  el  Concilio,  habiéndose  conce- 
dido dos  mil  cuatrocientos  dias  de  indulgencias, 
amen  de  otros  perdones,  por  asistir  á  las  tales  horas 
canónicas;  la  cuya  festividad  celébrase  en  Murcia 
con  magnificencia  y  devoción ,  que  siempre  cris- 
tiana y  católica  esta  ciudad  fué  de  añejo,  pues  di- 
cen coronicas  que  día  mesmo  de  conquista  dijo  y 
celebró  San  Pedro  Nolasco  misa  por  primera  vez  en 


QUE   SE    FUÉ.  311 

la  mezquita  mayor,  que  estaba  en  la  plaza  de  Ca- 
denas, y  luego  hicieron  los  caballeros  á  Santiago  en 
Arrijacas,  celebrándole  función  con  velada  á  vein- 
ticinco de  Julio,  y  Procesión  lucida,  que  siempre  y 
luego  lo  fueron  las  Procesiones  como  veremos. 
Siendo  Obispo  D.  Sancho  Dávila  y  Toledo,  queluego 
fuélodeSigüenza,  por  carta  deS.M.  el  Rey  D.Feli- 
pe II  de  doce  de  Octubre  de  mil  quinientos  noventa 
y  dos,  se  entregaron  á  Fr.  Diego  de  Arce,  guardián 
de  N.  P.  S.  Francisco  (y  Obispo  después  de  Gas- 
sano),  concedidos  ala  ciudad  de  Murcia,  dos  hue- 
sos, uno  de  San  Fulgencio  y  otro  de  Santa  Flo- 
rentina; c'uyo  Reverendo  trujólos  de  Berzocana, 
obispado  de  Plasencia,  en  un  cofrecico  de  madera, 
tumbado ,  con  aforro  de  terciopelo  carmesí  con 
guarnición  de  plata;  dejándolo  en  Espinardo,  ínte- 
rin funciones  Murcia  preparó  algunos  meses,  hasta 
que  aquellas  celebró  en  el  dia  dos  de  Enero  de 
mil  quinientos  noventa  y  cuatro  de  feliz  memoria, 
con  Procesión  general,  arcos  de  artificio  con  ver- 
dura de  ramas,  altares  adornados,  máscaras,  bailes 
de  danza  y  autos  de  representación,  en  que  el  Señor 
Obispo  mostraba  las  reliquias  al  pueblo,  llevándo- 
las á  la  Catedral  á  la  capilla  que  hízose  en  el  presbi- 
terio, lado  déla  epístola,  frente  al  sepulcro  del  Rey; 
hubo  toros,  cañas  y  alegrías,  así  como  sermones 
y  justas  poéticas,   fuegos,  luminarias  y  vaga  de 


312  MURCIA 

dos  semanas;  como  también  celebróse  con  Proce- 
sión y  fiestas  la  llegada  del  Santo  Lignum  Crucis 
cuando  trujáronle  de  Roma.  En  mil  seiscientos 
tres  instituyóse  la  Procesión  del  Santísimo  Cristo 
de  la  Sangre,  en  el  Carmen,  para  dias  de  Miér- 
coles Santo;  y  para  los  de  Viernes  Santo  estable- 
cióse asimesmo  la  de  N.  P.  Jesús  Nazareno,  que 
de  San  Agustin  sale  al  alba,  por  personas  de  mu- 
cha hidalguía  y  nobleza,  hasta  que  termínese  una 
capilla  que  labran  cabe  la  tal  iglesia  (78).  A  San 
Roque  tráenle  en  su  dia,  función  haciéndole  con 
asistencia  de  Cabildos,  con  sermón  de  mañana,  y 
llévase  su  imagen  con  Procesión  á  la  ermita,  que 
abierta  todo  el  día  sigue  á  la  gente  piadosa ;  pero 
no  debe  olvidado  quedar  cómo  fué  lo  de  haberse 
fundado  la  ermita  del  Pilar,  por  causa  de  una  no- 
che de  ronda  ir  el  limo.  Sr.  Corregidor  Pueyo,  y 
allí  ser  por  malhechores  atacada  su  persona  y 
amenazada  su  vida,  la  cual  salvó  invocando  á 
Nuestra  Señora  del  Pilar,  deque  muv  devoto  era, 
en  cuyo  medallón  de  imagen  que  al  cuello  llevaba 
quedáronse  las  balas  de  un  trabucazo.  Favor  tal 
pagóle  labrándola  una  ermita  y  hospital  de  pere- 
grinos y  llevando  su  imagen  con  fiesta  suntuosa,  á 
tenor  deste  auto:  ^Ordinario  de  Martes  cinco  de 
Diciembre  de  mil  seiscientos  ochenta  y  cuatro: 
En  este  cabildo  se  trató  de  la  función  para  la 


QUE   SE   FUÉ.  313 

colocación  de  Nuestra  Señora  del  Pilar  en  su 
nuevo  templo,  que  le  erigió  en  la  Puerta  de  Vi- 
drieros el  Sr.  D.  Francisco  Miguel  de  Pueyo, 
Corregidor  que  fué  dcsta  Ciudad ,  llevándose  la 
imagen  á  la  Catedral,  celebrmidose  e?i  ella  el 
tercer  día  de  Pascua  de  Navidad  próxima  la 
fiesta  con  sermón,  asistiendo  ambos  cabildos,  y  á 
la  tarde  Procesión  General,  con  la  misma  asis- 
tencia, llevando  á  Nuestra  Señora  y  colocán- 
dola en  su  capilla;  y  que  para  mayor  celebridad 
se  pregonase  que  todos  los  vecinos  por  donde  pa- 
sare cuelguen  las  calles,  y  todos  generalmente 
pongan  luminarias  aquella  noche,  previniejido 
dos  danzas  que  acompañen  á  la  Procesión  y  una 
compañia  de  soldados  en  la  forma  ordinaria,  lo 
que  se  ejecutóy)  (79).  ¿Si  funciones  tales  hácense 
á  imágenes,  qué  será  al  Rey  de  Reyes?  Siempre 
celebróse  con  grande  pompa  y  majestad  la  fiesta 
del  Corpus;  pero  cuando  salió  mejor,  el  año  fué  de 
mil  seiscientos  cuarenta  y  cuatro,  cosa  nunca 
vista  ni  oida,  pues  un  vítor  de  la  Ciudad  pintaron, 
que  aún  léese  en  la  pared  del  Contraste,  y  dice  así 
en  letra  abreviada:  «D.  S.  DE  TUDELA.= 
D.  R.°  DE  CASTILLA.  COMISS-  DEL  SS""» 
AÑO  1644;»  pero  pasados  cuatro  años,  en  el  de 
mil  seiscientos  cuarenta  y  ocho,  afligió  el  Señora 
esta  Ciudad  con  epidemia  como  nunca ,  para  cas- 


314  MURCIA 

tigo  de  culpas,  y  fuélo  tan  grande  que,  en  dia  de 
Corpus,  salió  sólo  la  Procesión  con  trece  personas, 
y  eran  :  Eclesiásticos,  D.  Joaquin  Sánchez,  Don 
Ciro  de  Murcia,  D.  Pedro  Rizo,  Fr.  Pedro  Zúñi- 
ga,  guardián  de  San  Diego,  y  D.  Sebastian  Gal- 
tero;  Seglares,  D.  Tomás  Balboa,  D.  Joan  Tor- 
nero, D.  Joan  Fabián,  Isidoro  Peñas,  Diego  Huer- 
tas; Mujeres,  Ana  Pérez  (doncella),  Inés  Ros  y 
Francisca  Ros  (viuda);  habiéndose  llenado  de 
yerba,  de  no  pisar  gente,  la  plaza  de  Santa  Cata- 
lina, pues  no  quedaron  personas  sino  pocas,  ha- 
biendo muerto  miles,  y  entre  otras,  un  dia  nueve 
escribanos ,  el  Señor  Corregidor ,  el  Señor  Obispo 
y  el  P.  Prior  de  Santo  Domingo ,  lo  cual  dolor 
fué;  por  cuya  epidemia,  en  función  de  gracias  que 
hace  el  Ayuntamiento ,  va  éste  en  Procesión  á 
las  monjas  de  San  Antonio,  el  dia  deste  Santo  todos 
los  años.  Años  vinieron  de  siguiente  tiempo  en  que 
celebróse  con  mejora ,  larga  la  Procesión  y  mu- 
cho ,  durando  hasta  muy  alto  el  sol ,  y  como  el 
Señor  Obispo  á  su  balcón  entrar  viérala,  auto  hubo 
así:  a  En  el  ordinario  de  treinta  de  Julio  de  mil 
seiscientos  sesenta  y  siete  se  acordó  que  pusiérase 
toldo  al  Seíior  Obispo  el  dia  del  Señor  Corpus- 
Cristi  junto  á  su  palacio.»  Pero  mucha  devoción 
la  de  los  Cabildos  fué  cuando  encomendaron  á  To- 
ledo una  custodia   para  en    andas  y  tabernáculo 


QUE   SE   FUÉ.  315 

llevar  al  Santísimo  Sacramento  en  Procesión ,  la 
cual  fabricó  en  dicha  Imperial  Ciudad  Antonio 
Pérez  de  Montalto,  y  concluida  que  fué,  trujóse  á 
diez  de  Noviembre  de  mil  seiscientos  y  setenta  y 
ocho,  estrenándose  al  siguiente  día  del  Señor  del 
setenta  y  nueve,  de  la  cuya  joya  luego  diremos; 
pero  como  decreto  muy  alto  prohibiese  luego  lle- 
var en  andas  al  Señor ,  tratóse  dello ,  por  cosa 
grave  ser,  como  reza  este  auto:  (^  En  el  ordinario 
de  sábado  veintidós  de  Setiembre  de  mil  seiscien- 
tos ochenta  y  cinco  años,  vióse  papel  de  los  Serio- 
res  Dean  y  Cabildo  de  la  Santa  Iglesia  de  Car- 
tagena ,  suplicando  d  la  Ciudad  dé  su  carta  de 
favor  para  Su  Santidad  pidiéndole  se  sirva  so- 
breseer en  el  Decreto  expedido  para  que  el  dia 
del  Corpus  se  lleve  á  Cristo  Sacramentado  en 
las  manos  de  los  sacerdotes,  y  no  en  andas,  como 
se  acostumbra  en  este  país,  representando  el  des- 
consuelo que  causaria  en  esta  Ciudad  esta  nove- 
dad, con  todas  las  demás  expresiones  que  en  or- 
den á  este  fin  pareciesen  á  esta  Ciudad,  y  ha- 
biéndolo oido ,  acordó  que  los  señores  D.  Diego 
Rejón  de  Silva  y  D.  Gregorio  de  Paz,  escriban 
todas  las  cartas  que  por  parte  del  Cabildo  se  pi- 
dieren, para  cuyo  efecto  y  su  mejor  dirección 
vean  á  los  Señores  Comisarios  del  Cabildo p)  hí- 
zose  lo  conveniente ,  rogóse  á  la  Santa  Sede ,  y  á 


316  MURCIA 

luego  tornó  á  salir  el  Señor  en  su  hermoso  trono, 
que  de  la  gloria  venido  parece,  atrayendo  alredor 
gente  tanta,  que  por  años  mil  seiscientos  noventa, 
í^  Acordó  el  Ilustre  Cabildo  de  la  Santa  Iglesia, 
que  los  canónigos  no  llevasen  capas  pluviales, 
por  ser  tanta  la  muchedumbre  que  acudia  por 
ver  los  autos  y  las  danzas,  que  estropeábanles 
los  ricos  ornamentos  sagrados,  como  el  del  Pon- 
tifical de  Su  lima.  elSr.  Obispo  cuando  salia.y) 
Viniendo  los  Comisarios  en  celoso  empeño  de  quien 
mejor  ha  de  cumplir  ,  la  Procesión  sacando  con 
la  ayuda  de  los  Señores  Murcia  ,  que  obligados  á 
ello  vienen  por  vecinos,  y  católicos  mucho  lo  ser. 
(80)  Vecina  de  la  Catedral  es  la  casa  de  los 
Corregidores,  que  Daraxarife  desde  conquista  llá- 
mase, con  fachadas  al  rio  (la  principal),  á  Levante  y 
á  Trasmontana;  tiene  nueve  capacísimas  ventanas 
al  Mediodía,  con  balcones  volados,  y  sobre  ellos 
en  correspondencia  otras  nueve  ventanas  meno- 
res; y  la  que  á  Levante  mira,  es  de  igual  seme- 
janza, con  grande  portada;  y  todo  cae  y  domina 
al  espacioso  Arenal  y  rio  de  Segura;  puerta  de  los 
carros  á  la  plaza  de  la  Catedral  da  ,  con  zaguán, 
como  la  otra  de  la  portada,  con  poyos  en  ambos; 
y  en  éste  de  la  de  los  carros,  bodega  frente  á  la 
puerta  tiene,  donde  hay  pósito  del  aceite,  con 
muchas  y  capaces  tinajas;  luego  á  derecha  patio 


QUE   SE  FUÉ.  317 

con  fuente  hay,  así  como  casa  de  cárcel  y  cocheras 

de  carros;  y  en  el  contrazaguan  puerta  que  á  la 

otra  principal  y  escalera  comunica,  con  un  vistoso 

escuson  labrado  en  piedra,  de  gótico  trabajo,  con 

hojarasca  que  contiene  las  armas  de  noble  blasón 

de  la  Ciudad,  y  todos  conócenle  por  célebre  fama, 

la  que  dió  lugar  á  esta  décima  que  D.  Francisco 

de  Cáscales  pone: 

De  seis  coronas  compuesta, 
Murcia  su  lealtad  mantiene; 
del  Rey  Sabio,  cinco  tiene; 
del  Rey  Don  Pedro,  la  sexta; 
y  su  gloria  insigne  es  esta, 
que -las  coronas  doradas, 
en  campo  rojo  asentadas, 
para  más  dignos  blasones, 
de  castillos  y  leones, 
están  ceñidas  y  orladas. 

Súbese  la  escalera  holgada,  y  antecámaras  gran- 
des hay ;  á  siniestra  mano  para  la  casa  del  Ilustre  Se- 
ñor Corregidor  y  su  estrado  de  oficios  (que  camino 
cubierto  é  invisible  desde  su  mesa  fuera  conduce); 
á  derecha  cámaras  suntuosas  los  Señores  Murcia 
tienen,  labradas  con  primor  en  tiempo  de  conquista 
por  hábiles  moros ,  y  más  mejor  cuando  el  señor 
Imperador  D.  Carlos;  también  los  covachuelos  de 
oficinas  arreglados  están  en  cámaras  de  curia ,  y 
en  albergue  arriba  los  criados,  maceros  y  corche- 
tes de  justicia.  Parte  y  mucha  tomado  há  siempre 


318  MIJRCIA 

el  muy  Ilustre  Ayuntamiento  en  fiestas  de  reli- 
giosidad ,  y  de  sus  Casas  de  Corte  sale  siempre 
ayuntado  en  ceremonia,  con  más  particular  para  la 
del  dia  del  Señor.  Dia  de  víspera  ,  á  las  tres  ho- 
ras del  alba ,  repican  con  aviso  antes  de  la  cam- 
pana nona  todas  las  campanas  de  la  Ciudad ,  ha- 
ciendo cosa  igual  á  las  once  del  dia  ,  que  como 
todos  los  de  Cruz  de  Mayo  á  Cruz  de  Setiembre, 
igual  que  á  las  cinco  de  la  tarde,  conjuro  tocan;  á 
tal  hora  de  once  salen  los  timbales  y  trompeteros 
de  las  Casas  de  la  Corte,  con  alguaciles,  música 
de  oboes,  gigantes,  enanos,  tarasca,  y  una  danza; 
vanse  á  la  plaza  de  Cadenas ,  donde  toman  á  los 
Comisarios  del  SS.  que  á  caballo  van  con  los  Co- 
misarios Regidores,  convidando  á  la  fiesta  con 
Bando  parado  donde  los  teatros  para  los  autos  sa- 
cramentales ya  empezados  á  forjar  tienen  los  car- 
pinteros (como  los  altares ,  así  como  luego  los  tol- 
dos cuelgan  do  son  menester) ;  dando  paseo  este 
noble  cortejo  por  la  carrera  toda.  Con  faroles  de 
vistosos  papeles,  luminaria  por  la  noche  hacen  en 
la  torre;  antes  de  queda  repique  hay,  que  una 
hora  retárdase  aquella  noche  ,  luminados  ponen 
los  altares,  y  las  danzas  y  música  otra  vez  salen; 
en  la  torre  algunos  años  ponen  y  disparan  un  vis- 
toso castillo  de  fuego  de  pólvora,  haciendo  figuras 
de   geométrica   traza ,  á  semejanza   de  estrellas. 


QUE   SE    FUÉ.  319 

palmas,  pirámides  y  remates,  que  con  la  oscuri- 
dad más  brillante  parece  su  colórica  luz ;  y  ruido 
hacen  los  morteretes,  triqui-traques ,  bombas  de 
crugido,  y  los  cohetones,  que  imperiales  dicen, 
y  parecen  llevan  á  los  enemigos  dentro ,  los  cua- 
les fuegos  échanlos  con  vitor  al  Señor  Santísimo, 
Virgen,  Santos,  y  también  á  Comisarios,  Justi- 
cias y  otros  Señores,  como  en  los  toros  y  cañas; 
en  la  mañana  de  la  dicha  víspera  sácase  de  su 
caja  la  custodia  por  dos  artífices  plateros  ,  que 
con  examen  y  estudio  límpianla  á  la  pauta  de  un 
libro  único  que  hay  hecho  por  quien  hízola  (el 
cual  todo  copiado  tengo)  (81),  intitulado: 

(iForma  que  se  ha  de  guardar  en  desarmar  la 
custodia  desta  Santa  Iglesia  para  mayor  facili- 
dad y  para  que  no  cause  confusión  ni  suceda  al- 
guna quiebra  cada  y  cuando  que  sea  ?iecesario  el 
limpiarla.  La  cual  custodia  se  hizo  en  la  ciudad 
de  Toledo,  año  de  m,il  y  seiscientos  y  setenta  y 
siete;  y  se  trajo  á  esta  Santa  Iglesia  el  año  de 
mil  y  seiscientos  y  setenta  y  ocho  en  diez  y  siete 
dias  del  mes  de  Noviembre ,  siendo  Comisarios 
para  dicho  efecto  por  el  limo.  Cabildo  D.  Pedro 
Ortiz  de  Moneada,  Arcediano  de  Lorca;  Don 
Francisco  Lucas  M a rin.  Chantre;  D.  Bernardino 
Garda,  Canónigo  Magistral;  y  D.  Ginés  Guer- 
rero, Racionero  y  fabriquero.  Ejecutóla  Antonio 


320  MURCIA 

Pérez  de  Montalto,  Familiar  del  Santo  Oficio, 
Marcador  de  la  platería  de  la  Ciudad  de  Toledo, 
Platero  de  la  Reina  Nuestra  Señora  Doña  Ma- 
riana de  Austria  y  Alcalde  ordinario  en  dicha 
Ciudad  de  Toledo,  y  su  hijo  Miguel  Pérez  de 
Montalto,  ambos  artífices  de  plata  y  oro.»  Ya 
limpia  y  aderezada  sobre  una  mesa ,  por  la 
tarde  á  la  veneración  en  el  crucero  está. 

La  susodicha  custodia  es  de  plata  de  fina  ley, 
labrada  con  prmior;  sobre  un  basamento  con  es- 
cudos del  Cabildo  al  comedio,  y  cajas  porque  pa- 
san las  varas  de  las  andas,  asienta  otro  menor 
con  dos  cartelas  caladas  en  cada  un  frente,  rema- 
tadas por  unos  niños  que  tañen  instrumentos  de 
música,  teniendo  en  los  ángulos  desta  peana  cua- 
tro pedestales  con  figuras  enteras  y  sentadas  de 
los  Evangelistas;  dentre  ellos  sale,  sobre  otro  ba- 
samento de  zócalo,  el  primer  cuerpo,  formado 
por  tres  columnas  labradas  de  salomónico,  con 
guirnaldas  en  cada  un  ángulo,  con  capiteles  y  cor- 
nisamento del  orden  compuesto,  sosteniendo  un 
arco  en  cada  frente,  y  á  cima  las  columnas  hay 
sentados  ocho  angelitos  con  atributos  de  la  Pasión 
como  en  las  claves  con  ramos  de  flores.  Dos  gran- 
des y  hermosos  ángeles  mancebos  dorados  hay 
dentro,  en  adoración  á  un  cáliz,  rodeado  de  espi- 
gas y  pámpanos;    cuya  copa  sostiene   un  viril, 


QUE   SE  FUÉ.  321 

donde  pónese  la  hostia,  en  que  asiste  con  presen- 
cia propia  el  Santísimo  cuerpo  y  sangre  del  Se- 
ñor: de  cuyo  \  iril  sale  un  sol  de  oro,  con  muchas  y 
vistosas  piedras  preciosas ,  rubíes ,  amatistas ,  to- 
pacios y  esmeraldas;  grandioso  remate  dando  á 
este  prnner  cuerpo  unos  tímpanos  bien  labrados, 
con  balaustrada,  en  que  hay  cuatro  Apóstoles  de 
pié  sobre  pedestales.  Templete  gracioso  es  el  se- 
gundo cuerpo  octógono,  de  plata  forjada,  de  cua- 
tro arcos  y  cornisamentos  mantenidos  por  ocho 
columnas  salomónicas  compuestas,  dentro  del  cual 
vése  un  piadoso  y  bien  acabado  grupo  de  talla 
en  plata  maciza,  que  fórmanle  una  cama  con  cuatro 
pies  de  columna  ,  en  que  está  Santa  Ana ,  y  de- 
lante lavan  á  la  Niña  Nuestra  Señora  dos  muje- 
res, y  hay  además  otras  figuras;  viniendo  colgada 
de  la  bóveda  la  paloma  del  Espíritu  Santo ,  que 
muévese  y  volar  parece;  terminando  este  tal 
cuerpo  una  balaustrada  con  otros  cuatro  Apóstoles 
de  pié  sobre  pedestales  como  el  primero.  El  tercer 
cuerpo,  que  octógono  es  asimesmo,  sencillos  arcos 
tiene,  sostenidos  por  ocho  columnas  de  igual  or- 
den, y  dentro  una  bien  labrada  ave  de  pelícano, 
dando,  como  Dios  Nuestro  Padre,  su  sangre  para 
alimento  de  sus  hijos :  corónase  con  tímpanos  y 
cornisamento,  en  que  balaustrada  hay;  y  de  pié,, 
sin  pedestal,   en  sus  cuatro  ángulos,   los  cuatro 

21 


322  MURCIA 

Santos  de  Cartagena ,  San  Leandro ,  San  Fulgen- 
cio, San  Isidoro  y  Santa  Florentina;  rematando 
todo  con  una  cúpula  de  aperaltada  forma,  labrada 
de  gallones  y  estrias,  dentro  de  la  cual  está  con 
misterio  y  buen  artificio  atornillada  una  mvisible 
campana,  que  suena  sola  cuando  la  custodia  mué- 
vese, término  dando  último  á  esta  maravilla  una 
figura  con  peana,  que  la  Fe  ciega  es,  con  cáliz  en 
la  derecha  mano,  y  en  la  siniestra  una  bandera  de 
giraldillo.  Todo  lo  cual,  cuando  en  hombros  llé- 
vase, tiene  sobre  éstos  siete  palmos  en  elevación 
y  cuatro  y  cuarto  de  ancho  cada  lado.  Pocos  años 
atrás  quisiéronla  poner  sobre  carroza,  pero  no 
permítenlo  por  ahora  los  Cabildos  por  irreveren- 
cia y  pieza  profana  ser.  Ogaño,  si  memoria  no  me 
faltare,  fué  asila  Procesión. 

De  temprano  arregláronse  las  casas,  tapizáronse 
los  balcones,  ventanas,  azoteas  y  terrados,  lo  cual 
todo  llenóse  de  damas ,  caballeros  y  familias  á  su 
deuda  y  servicio;  por  las  calles  andar  no  podiase, 
llenas  de  zagalas,  tias,  tios,  panochos  y  zagalicos 
que  la  Procesión  venan  no  una  vez  sola ;  pues 
por  callejas  travesando ,  á  carrera  de  liebre  irian 
á  atajalla :  los  mercaderes  y  gentes  de  tienda  y 
oficio  á  sus  puertas  estaban,  después  de  haber 
echado  hojas  de  caña  ó  flores  de  baladre  por  el 
suelo ,   rociando  para  ello  hasta  el  arroyo ;  y  los 


QUE  SE  FUÉ.  '323 

alojeros  valencianos  del  Reino  refrescos  de  gar- 
rafa voceaban  y  vendian.  Campaneo  extraordina- 
rio aviso  dio  para  la  misa  mayor  primera,  é  ínterin 
díjose  allí  ésta  en  la  Santa  Iglesia ,  cruzábanse 
los  gremios,  que  cada  cual  su  pendón  llevaba, 
acompañados  de  los  oficiales  de  su  tal  oficio  ,  con 
tamboril  y  charamita,  de  casa  del  Veedor  á  las 
Casas  de  la  Corte.  La  cofradía  del  Señor  Santiago 
de  la  Espada  el  suyo  traia  á  caballo,  con  guardias 
y  vistosos  como  ricos  jaeces  de  argentería  y  listo- 
nería  que  lucían  los  mayordomos ;  de  las  parro- 
quias traían  las  cofradías  sus  titulares  imágenes, 
con  sus  pendones  y  los  del  SS.""",  con  el  clero  de 
cada  cual,  á  los  que,  avistados  que  desde  la  torre  ya 
eran,  señal  de  repique  hacíanles ,  como  asimesmo 
á  las  Comunidades ,  que  con  levantada  cruz ,  en 
dos  filas  venían  á  la  Catedral.  Las  danzas,  gigan- 
tes, enanos  y  tarasca,  que  artificiosa  figura  pre- 
sentan, vinieron  luego  de  tocadas  las  tres  cam- 
panadas de  alzar  (al  cuyo  eco  todos  siempre  en 
calles  y  campo  descúbrense ,  rezan  y  callan) 
ante  de  los  Señores  Murcia,  con  sus  pendones, 
cofradía  y  gremios,  cuando  tal  señal  overon.  Aca- 
bada misa,  la  solemne  celebróse  con  general  asis- 
tencia. Tanimientras  las  milicias  y  guardias,  for- 
mando hilera,  por  las  calles  del  paso  pusiéronse, 
luciendo  sus  armas  y  gala;  y  dando  fin  la  misa 


324  MURCIA 

mayor,  anunciada  por  grande  repique  y  ruido  de 
cohetones,  con  traca  de  cien  morteretes,  salió  la 
Procesión  por  la  puerta  que  de  Cadenas  dicen, 
lado  del  Evangelio,   siguiendo  por  las  calles   de 
Trapería,  Platería,  plaza  de  Santa  Catalina,  calle 
del  Contraste  y  de  Frenería ,  á  la  plaza  de  la  Ca- 
tedral, parándose  el  Santísimo  en  estación  en  los 
altares  y  teatros  de  auto  de  San  Cristóbal ,  San 
Bartolomé,  Santa  Catalina,  San  Pedro  y  Frenería. 
Daban  principio  seis  soldados  y  un  cabo  de  es- 
cuadra á  caballo,  con  espada  en  mano,  como  bati- 
dores para  despejo  de  las  calles  de  la  carrera;  y  de 
los  balcones  y  ventanas  de  casas  colgaban  tapices 
flamencos,  paños  de  repostero  y  colgaduras;  se- 
guían seis  alguaciles  de  la  Real  Justicia  montados; 
los  gigantes,  enanos  y  la  danza  fiera,  trayendo  al 
medio  de  sus  parejas  la  ingeniosa  máquina  de 
monstruo  artificio ,   que  Tarasca  es,  y  menea  las 
siete  cabezas  y  la  cola;  por  las  siete  bocas  á  ratos 
fuego  hecha,  con  que  pavor  mete  y  en  miedo  pone 
á  los  zagales:  cabalgando  en  jacas,  los  dos  clari- 
nes de  la  Ciudad,  con  vestidos  de  paño  azul  fran- 
jeados de  plata,  y  las  armas  de  la  Ciudad  en  ellos 
y  las  gualdrapas:  los  timbaleros  de  la  Ciudad  con 
libreas  ó  ropajes  encarnados:  las  guardias  de  Cas- 
tilla haciendo  salvas  con  sus  arcabuces :  los  víto- 
res de  los  Señores  Comisarios ,  en  bastones  ador- 


QUE   SE   FUÉ.  325 

nados  de  listonerías,  que  tejen  bailando  las  danzas: 
los  gremios  por  el  orden  de  aprobación  antigua, 
con  sus  pendones  :  las  Cofradías  de  Murcia  con 
sus  pendones  y  Santos:  las  órdenes  de  Religiosos 
y  Monjes,  cantando:  los  tamborileros  y  charami- 
tas,  con  una  danza  de  la  Huerta :  las  mangas  y 
cruces  de  parroquias,  con  sus  cleros  detrás:  los 
pertigueros  de  la  Santa  Iglesia  á  los  lados  de  la 
cruz  y  ciriales:  la  urna  de  las  Reliquias  en  andas 
llevadas  por  capellanes:  una  danza  de  infantes, 
á  la  usanza  vestidos,  con  galas,  bailando  al  son  de 
postizas  y  de  un  armonioso  concierto  de  música  de 
oboes,  trompas,  clarines,  balones  y  flautas  dulces: 
los  acólitos  tocando  campanicas  de  plata :  la  ca- 
pilla de  música  y  los  chantres  de  coro ,  con  los 
infanticos  de  la  Santa  Iglesia:  seis  incensarios: 
los  Beneficiados  y  Racioneros :  la  Custodia  con 
el  Santísimo  en  andas  llevada  por  diez  y  seis 
presbíteros  con  casullas  (82)  y  rodeada  de  ocho 
alabarderos  de  los  Señores  Murcia  con  su  librea: 
el  palio  por  cubrirla  si  necesario  fuere:  el  muy 
ilustre  Cabildo  Catedral  con  su  nunca  bien  pon- 
derado terno  que  de  los  Santos  dicen:  los  porte- 
ros de  vara  con  vestidos  de  golilla  :  los  porteros 
de  sala  con  gramallas  ó  vestidos  de  terciopelo  y 
damasco  carmesí,  y  los  cetros  ó  mazas  de  rueca 
en  plata  sobredorada:  los  Pendones  Real  y  de  la 


326  MÚBCIA 

Ciudad,  con  el  del  Señor  Santiago  de  la  Espada, 
con  su  cofradía  de  caballeros  mayordomos  :  los 
cuatro  Reyes  de  Armas,  con  las  de  S.  M.  escul- 
pidas en  el  pecho  en  oro  y  plata:  los  Señores  Jus- 
ticia y  Murcia,  Regidores,  Alcaldes,  Tribunales, 
Ilustre  Corregidor  con  mantos  arrastrando  sosteni- 
dos por  pajes:  el  Alguacil  mayor:  el  Mayordomo:  el 
Escribano  mayor  del  Ayuntamiento,  y  su  teniente 
para  dar  fe:  los  alguacdes  y  mmistros:  las  guar- 
dias de  Castilla  haciendo  salvas  con  sus  arcabu- 
ces y  dos  compañías  con  sus  alambores,  pífanos  y 
bandera.  Paróse  el  Santísimo  en  estación,  hacién- 
dola en  los  altares  y  teatros;  en  éstos  bailaron  una 
danza  delante  la  custodia ;  salieron  los  comedian- 
tes que  hacían  farsas  de  la  Concepción,  figurando 
San  Miguel  y  el  Diablo,  con  otros  personajes,  como 
también  Adán  y  Eva ;  letrilla  echaron  de  ingenio 
repentino  á  las  imágenes :  cantóse  el  Tantum 
Ergo ,  y  oración  leyeron,  andando  á  seguida. 
Buenas  eran  y  son  las  que  echaron  letrillas  los 
comediantes  de  San  Cristóbal,  que  apunté  por  me- 
moria tener,  y  así  dicen  á  la  Virgen: 

Se  destruyó  la  armería , 
que  en  la  fragua  de  Vulcano 
aflló  el  odio  inhumano 
contra  la  pura  María. 

De  Jessé  tú  eres  la  vara 
que  el  medico  celestial 


guE  SE  FUÉ.  327 

contra  el  veneno  infernal 
divina  triaca  prepara. 

El  alto,  el  bajo,  el  tenor, 
sostenido,  agudo  y  grave, 
me  dan  reglas  con  que  alabe 
tu  pureza  y  tu  candor  (83). 

Los  comediantes  de  Santa  Catalina  oí  decir  que 
cuando  pasó  San  Sebastian  del  convento  de  San 
Agustin ,  tiráronle  la  siguiente  jacarandilla  á  lo 
divino. 

Glorioso  San  Sebastian, 

Santo  bienaventurado, 

que  fuisteis  asaeteado 

sin  prenderos  la  hermandad. 

Sois  abogado  de  aquel, 

y  de  aqueste, 

y  de  la  peste, 

pero  no  del  neguijón. 

Clarin  que  toco  al  albor 

no  suena  mejor  (84). 

Como  también  los  de  la  Frenería  la  siguiente: 

Por  la  calle  abajico 
va  la  Custodia, 
todos  los  angélicos 
cantan  su  gloria. 

Viva  el  salero 
con  que  Procesión  sacan 
del  Sacramento  (85). 

Llegados  al  saliente  del  palacio  de  Su  Ilustrí- 
sima  el  Señor  Obispo,  que  desde  un  balcón  viola 
pasar  con  su  eclesiástica  servidumbre,  bajó  ado- 


328  MURCIA 

rando  al  Señor,  incensóle  luego  y  detrás  de  él  á  la 
Catedral  fué.  Reservaron  la  Sagrada  Hostia  Divina, 
mientras  músicas,  danzas  y  órganos  retemblaban 
las  bóvedas  dentro;  como  fuera  los  aires  con  las 
campanas,  trazas  de  fuegos  y  salvas  reales ;  y  á  se- 
guida, subiendo  al  altar,  un  breve  de  Su  Santidad 
leyeron  en  latin,  para  no  entenderlo ;  la  confesión 
general  cantaron  luego  en  tono  de  epístola ,  y  dio 
Su  Ilustrísima  la  Bendición  Papal  en  el  nombre 
del  Padre,  del  Hijo  y  del  Espíritu  Santo;  pues  por 
pregón  y  editos  venia  ya  en  aviso  á  los  fieles,  con 
suma  de  indulgencias  y  perdones.  Autos  hubo 
toda  la  Octava  en  las  plazas,  como  pasacalles  de 
músicas  y  danzas,  y  el  dia  que  ésta  remató,  media 
Procesión  hicieron  en  reedor  de  la  Catedral ,  á  donde 
pusieron  los  altares  y  teatros  de  farsa.  Tal  dia  de 
Corpus,  caída  que  la  tarde  fué,  la  gente  toda  á 
pasear  salió  al  Arenal,  y  los  panochos  anduvieron 
subiendo  á  la  torre ,  el  reloj  descomponiendo  por 
le  tocar  en  asombro ;  alojeros  hubo  en  lo  alto  de 
las  campanas  vendiendo  agua  de  espejiquios  (86); 
al  ponerse  el  sol  hubo  juegos  de  sortija ,  gallina 
ciega  con  olla,  y  cucañas  de  sartén  y  sebo,  con 
conejos  y  gallinas,  amen  de  dineros.  La  gente 
de  nobleza  retiróse,  porque  fueron  picadas  al- 
gunas en  hacer  comedia ,  cena  y  sarao;  y  mucho 
estas  fiestas  arruinan ,  y  no  dan  decencia  ni  res- 


QUE   SE    FUÉ.  329 

peto;  por  lo  que  oí  yo  á  uno  que  convidaron  á  ellas 
en  tal  tarde,  que  dijo:  «Sarao,  comedia  y  cena, 
en  casa  ajena;»  que  refrán  muy  verdadero  es,  y 
sabrémoslo  pronto. 


TABLA    XIX. 

SARAO,  COMEDIA  Y  CENA,  EN  CASA  AJENA. 

Representa,  con  decoración ,  el  teatro  de  la  historia  destas 

diversiones  en  Murcia ;  conócese  á  un  autor ,  comediante 

de  fama,  y  á  un  giiiovés  con  dineros,  que  de  un 

sofocón  enferma. 


M. 


ísicos  y  danzantes  siempre  húbolos ;  come- 
diantes todos  lo  sernos,  que  teatro  el  mundo  es, 
donde  farsa  representamos  ,  y  cena  más  lucida 
será,  cuantos  más  cenadores  con  hambre  haya; 
de  todo  lo  tal  diremos  en  Murcia  separada  cada 
cual  cosa  en  el  comienzo ,  para  las  juntar  en  el 
remate.  Danzaron  los  israelitas  al  pasar  el  Mar 
Rojo;  David  delante  de  la  sagrada  arca;  la  hija  de 
Jephté  al  ver  á  su  padre;  los  celtíberos  asimesmo 
hacían  danza  por  las  noches  en  familia ,  cuando 
sacrificaban  en  lunas  llenas  á  las  puertas  de  sus 
casas  á  un  Dios  sin  intitulo.  Siempre  los  atenien- 
ses y  romanos  danzaron  en  sus  triunfos  y  circos; 


330  MURCIA 

y  en  pergaminos  de  pintadas  colores  de  tiempos 
de  conquista,  atento  de  costumbre  de  moros,  ve- 
mos figuras  de  los  tales  danzando  al  son  de  instru- 
mentos de  rara  traza,  los  cuales  danzantes  llama- 
ron Tunicados.  Viniendo  el  tiempo,  en  el  de  Don 
Juan  II,  Rey,  sacaron  para  se  divertir  en  bodas  y 
bautizos,  la  Zambra;  como  en  el  nacimiento  del 
Condestable  de  Castilla,  en  que  «se  fizo  vna  buena 
cambra  morisca  é  otros  bailes  é  una  cianea  fran- 
zesa,  é  se  dio  colazion  de  pasta  á  todos  muy  am- 
plamente.y>  A  la  sazón  de  entrar  los  muy  Católi- 
cos Reyes  en  Toledo,  danzantes  y  cantadoras 
delante  iban  del  cortejo,  como  luego  en  Murcia 
al  entrar  el  Imperador  y  Rey  D.  Carlos,  con  danza 
de  moros  y  huertanos;  junto  á  la  custodia  y  san- 
tos en  las  procesiones  costumbre  hízose  la  danza, 
que  de  seises  en  Sevilla  y  de  infantes  en  otras 
partes  dicen.  A  principios  desta  centuria.  Su  Ma- 
jestad el  Rey  D.  Felipe  III  danzó  de  máscara  ves- 
tido en  las  calles  de  Valencia  cuando  allí  casóse; 
y  por  tal  escribiéronse  libros  para  reglas  dar  á  la 
danza,  como  éste:  «Discursos  sobre  el  arte  del 
danzado,  de  Juan  Esquivel  Navarro,  en  Sevi- 
lla, 1642,»  llamando  á  las  moviciones  del  cuerpo 
accidentales,  extrañas,  trasversales,  violentas  y 
naturales;  y  á  sus  mudanzas  floretas,  campanelas, 
cabriolas,   carretillas,   voleos   y   otras;    saliendo 


QUE    SE    FUÉ.  331 

desto  los  bailes  que  ahora  úsanse ,  intitulados: 
folias,  torneo,  pié  degibado,  alemanda,  el  villano, 
la  pavana,  la  gallarda,  el  canario,  el  rey  Don 
Alonso  (en  Murcia  sacado),  y  otros,  como  la  chas- 
cona, que  jácara  zarabanda  es.  Danzase  á  la  sazón 
erguidos  y  con  descuido  ,  sin  mirar  al  techo  ni  á 
los  pies  de  los  otros,  con  los  brazos  caidos,  y  junto 
á  las  faltri(|ueras  las  manos;  al  empezar  se  hace 
con  piés  y  cuerpo  reverencia,  quitándose  el  som- 
brero con  la  derecha  mano,  pasándolo á  la  izquierda, 
por  aquella  no  ocupada  tener;  esto  en  la  gallarda, 
pues  las  otras  con  él  puesto  bailanse ;  la  danza  de 
mujeres  tiene  otras  mudanzas,  y  también  las  dan- 
zas que  en  las  calles  y  campos  intitulan  de  casca- 
bel, como  malagueñas,  seguidillas,  parrandas  y 
fandango,  que  no  acostumbran  á  ellas  los  señores 
y  gentes  de  cuenta,  quienes  sólo  por  chuscada  bai- 
lan por  Pascuas  el  Haya  con  villancicos.  Policía  ha 
héchose  ya  atento  de  los  desafíos  de  danza  ,  con 
apuestas  de  quien  mejor  danzare;  pónense  carte- 
les de  desafio  en  las  escuelas  de  danza ,  como  si 
justas  fueren;  y  porque  muchas  enemistades  re- 
sultan, allí  bailase  con  las  armas  al  lado.  Los  hom- 
bres y  mujeres  separados  danzan  por  decencia 
sm  darse  las  manos;  en  las  escuelas  tales,  las  mu- 
jeres aparte  son  de  los  hombres ,  acomodadas  por 
el  maestro  en  una  tarima.   Cuando  más  principal 


332  MURCIA 

el  sarao  fuere,  danza  en  él  lia  de  haber,  que  los 
Príncipes  acostumbran  á  tal;  dígalo  la  máscara  y 
fiesta  del  Real  Palacio  de  Madrid,  el  veintiuno  de 
Diciembre  de  mil  seiscientos  cuarenta  y  siete,  en 
que  «salió  la  Infa?ita  Doña  Margarita,  seyídda 
de  su  menina ,  guiando  sus  damas  y  meninas  de 
dos  en  dos,  hasta  diez  y  ocho,  y  danzaron  infini- 
tas danzas  de  las  que  se  celebran  en  Europa  por 
mejores,  en  presencia  de  S.  M. »  Aunque  psalte- 
rios  ya  úsanse,  lo  que  tocase  sólo  es  vigüelas, 
como  también  guitarras,  y  en  danza  de  palacios 
algún  violin ;  decimos  esto  para  que  no  cométase 
yerro  si  sarao  se  diere  por  cualquiera  (88). 

Juntos  anduvieron  desde  los  gentiles  las  farsas 
de  teatros  con  las  danzas  ,  como  los  cantadores  y 
farsantes,  que  coloquios  semejaban  ya  en  el  año 
del  Señor  mil  trescientos  noventa  y  cuatro  en  la 
Ciudad  de  Valencia,  con  la  que  tragedia  dicen :  El 
hombre  enamorado  y  la  hembra  satisfecha,  por 
mosenDomingo  Mascó,  cuyo  uso  una  centuria  des- 
pués enseñó  en  Castilla  Juan  de  la  Encina  con  las 
Églogas,  el  cual  romance  dellas  relataron  danza- 
dores y  cantadoras  con  su  entremés  El  auto  de 
Repelón,  y  otras  cosas  por  las  plazas;  mas  por 
mejor  en  arreglo  lo  poner,  en  mil  quinientos  dos 
las  ordenanzas  de  Sevilla  mandaron  (jue  tuviesen 
gracia  en  sus  personas  las  de  aquellos,  á  causa  de 


QUE  SE  FUÉ.  333 

los  ingenios  haber  hecho  en  escrito  epitalaniios 
para  festejar  bodas.  También  hubo  juegos  de  al- 
bardanes,  visajes,  momos  y  entremeses;  que  no 
sólo  los  poetas  escribieron,  que  también  hiciéronlo 
otros,  como  el  Marqués  de  Santillana,  en  Bias 
contra  Fortuna,  por  aquel  entonces.  Autos  de 
Corpus  ó  Sacramentales,  muchos  hicieron  ,  á  más 
de  en  las  placetas,  como  Els  Milacres  de  San 
Vicente  en  Valencia ,  dentro  de  iglesias ,  como 
en  Elche  acontece,  en  donde  tramoya  de  vue- 
los ponen  para  un  auto  de  la  Asunción  de  Nues- 
tra Señora.  En  Semana  Santa,  por  procesiones, 
pasillos  ponen  de  la  pasión  y  muerte  de  Nues- 
tro Señor  Jesucristo,  y  por  tiempo  de  difuntos 
venídose  há  en  costumbre  en  los  enterramientos 
de  parroquias  farsar  la  Danza  de  la  Muerte ,  que 
hizo  impresa,  en  mil  quinientos  veinte,  Juan 
Várela  de  Salamanca ,  en  Sevilla ,  para  la  cual 
salen ,  hablan ,  cantan  y  danzan  con  la  muerte 
muchas  personas  de  todos  estados,  clases  y  ofi- 
cios. Autores  y  comediantes  anduvieron  como  gi- 
tanos sin  tener  asiento  en  los  mesones,  farsando 
encima  y  sobre  tablado  de  cama,  con  detrás 
manta  colgada  para  se  vestir,  hasta  que  un  ba- 
tidor de  oro,  que  llamaron  Lope  de  Rueda,  me- 
tiólo en  forma,  haciéndose  autor  y  comediante,  en- 
derezando entremeses  de  negro,  ó  rufián,  ó  bobo, 


334  MURCIA 

ó  vizcaino,  cuando  no  artilugios  de  figuras  de 
palo  con  vestidos;  fama  en  esto  de  decir  comedias 
tenido  han  Alonso  de  Vega ,  un  tal  Morales  y 
otros,  como  un  tal  Avendaño,  que  en  Madrid  ví- 
tores grandes  ganó  haciendo  La  noche  de  San 
Juan,  del  Fénix  de  los  ingenios  Lope  de  Vega, 
que  escribió  mil  ochocientas  comedias  y  cuatro- 
cientos autos,  en  sesenta  años  de  vida.  Autores 
muchos  con  éste  venido  han  luego  de  la  muerte  de 
D.  Felipe  II,  que  en  el  año  mil  quinientos  noventa 
y  ocho  las  comedias  prohibió;  y  son  dellos:  Calde- 
rón, Quevedo,  Tirso,  Moreto,  Monta! ban,  con  más, 
y  un  ingenio  de  la  Corte,  (que  fué  S.  M.  Felipe  IV), 
en  Madrid:  Miguel  Sánchez,  Alonso  Ramón, 
licenciado  Grajales,  y  licenciado  Mejías,  castella- 
nos :  Joan  Timoneda ,  Andrés  de  Artieta ,  Lu- 
percio  Argensola,  Cristóbal  Virues  y  otros,  valen- 
cianos :  Damián  del  Poyo,  Gaspar  de  Avila,  y 
Mira  de  Amescua,  andaluces.  Lo  cual  ya  hizo  po- 
ner corrales  fijos  en  Valencia,  en  mil  quinientos 
ventiseis;  en  Sevilla,  en  mil  quinientos  cuarenta 
y  uno,  y  en  Madrid  los  de  la  Cruz  y  la  Pacheca, 
en  mil  quinientos  ochenta,  labrando  tablados  para 
los  comediantes  y  cámaras ,  dejando  patio  en  me- 
dio para  los  mirones. 

Murcia  en  esto  adelantada  estuvo,  que  fiestas 
de  diversión   tales  hacia  en  un  corralazo,  entre 


guE  SE  FUK.  335 

Santa  Catalina  y  el  convento  de  Madre  de  Dios 
(en  que  juégase  al  trinquete),  con  patio,  cámaras 
y  gradas ;  pero  en  md  cuatrocientos  trece ,  como 
tantas  gentes  cargado  habíanse  á  ver  la  farsa, 
hundiéronse  aquellas  y  perecieron  muchas  perso- 
nas; por  la  cual  cosa  luces  ponen  y  responsos  can- 
tan dias  tal  y  de  ánimas,  por  las  de  los  tales 
muertos  (89) ;  luego  con  solo  patio  y  ventanas  de 
casas  representádose  há  ,  y  deste  corral  salió  el 
gran  ingenio  murciano  ,  que  toda  España  corrió 
con  su  grande  comedia,  que  fama  dióle ;  tal  fué 
Andrés  de  Claramonte  y  Corroy ,  autor  y  repre- 
sentante de  la  compañía  de  comediantes  desta 
Ciudad,  donde  nació,  y  compuso  muchos  autos 
de  Corpus  ,  los  cuales  representaba  él  mismo, 
como  Rojas,  escribiendo  á  más:  Ataúd  para  el 
vivo  y  tálamo  para  el  difunto. — Católica  prin- 
cesa Leopolda. — De  Alcalá  á  Madrid.  — Deste 
agua  no  beberé. — De  lo  vivo  á  lo  pintado. — De 
los  méritos  de  amor,  el  silencio  es  el  mejor. — 
Dote  del  Rosario  (auto). — Favores  de  la  Virgefi 
(auto). — Gran  Rey  de  los  desiertos. — Honrado 
con  su  sangre. — Infelice  Dorotea. — Inobediente, 
ó  la  Ciudad  de  Dios. — Infante  de  Aragón. — 
Jura  de  Raltasar. — Mayor  Rey  de  los  Reyes. — 
Púsoseme  el  sol,  salióme  la  luna,  Santa  Teodora. 
— Rey  D.   Pedro  en  Madrid. — El  rigor  y  la 


336  MURCIA 

inocencia. — Tan  de  San  Antón;  las  cuales  come- 
dias dividió  en  jornadas,  sin  escenas  tener,  como 
pusiéronlas  divididas  Lope  de  Vega  y  otros.  Céle- 
bre y  mucho  hízole  su  grande  comedia  en  tres 
jornadas  El  valiente  negro  en  Flanees ,  en  que 
retrató  á  un  negro  Juan  de  Mérida ,  que  por  sus 
hazañas  á  ser  general  sube  y  lugarteniente  del 
gran  Duque  de  Alba ,  y  pone  veintinueve  perso- 
najes, á  más  músicos  y  alabarderos;  versos  de 
poética  muy  lucidos  tiene,  y  así  comienza  la 
primera  jornada: 

u Salen  el  Capitán,  D.  Agustín  de  Estrada,  un  Alférez, 
el  Sargento  Barrientos  y  Juan  de  Mérida  (negro). 

Don  Agustín.  ¡Vaya  el  perro! 


Juan. 

No  está  el  yerro 

en  la  sangre  ni  el  valor. 

Alférez. 

Estarálo  en  la  color. 

Juan. 

Ser  moreno  no  es  ser  perro; 

quese  nombre  se  le  da 

á  un  alarve,  á  un  moro. 

Sargento. 

Bueno. 

¿Pues  dígame,  el  ques  moreno 

lo  que  vendrá  ser? 

Juan. 

Será 

un  borrón  de  la  fortuna 

puesto  en  la  plana  del  mundo 

con  vituperio  profundo , 

aunque  es  cierto  que  ninguna 

falta  recibe  el  color. 

siendo  la  naturaleza 

una  misma,  y  su  belleza 

QUE   SE  FUÉ.  337 

con  la  variedad  mayor ; 

blancos  y  negros  proceden 

de  un  hombre;  un  ser  los  anima; 

sólo  la  región  ó  el  clima 

los  diferencia:  y  si  exceden 

los  blancos  en  perfección 

á  los  negros,  es  por  ser 

desdichados,  y  tener 

sobre  ellos  jurisdicion, 

y  del  mismo  modo  fueran 

abatidos  é  imperfectos 

los  blancos,  como  sujetos 

entre  los  negros  vivieran ; 

y  pues  nos  diferenciamos 

sólo  en  color,  y  tenemos 

un  ser,  bien  decir  podemos, 

que  aunque  negros ,  no  tiznamos. 

Rematando  así  la  jornada  tercera. 

AN.  Esto,  señora,  es  volver 

por  tu  honor,  que  si  te  diera 
Don  Agustin  con  engaño 
la  mano,  quedaras  necia 
y  burlada,  y  si  aquí  yo, 
aunque  sin  razón  te  quejas, 
te  he  quitado  esposo,  elige 
en  Mérida,  el  que  en  tu  idea 
fabricares,  que  ese  al  punto, 
con  mi  aumento  y  con  mi  renta, 
te  ofrezco. 

Doña  Juana.  Yo  te  agradezco 

la  noble  correspondencia. 

Juan.  Por  tal  suceso,  han  tenido 

tan  buena  fortuna,  sean 

22 


338  MURCIA 

las  bodas  aquesta  noche. 
El  Gobern.     y  el  regocijo  y  la  fiesta 

comiencen  desde  mañana. 
Juan.  Reservando  á  otra  comedia 

deste  Negro  las  hazañas, 

cuya  historia  verdadera 

largamente  las  aclara 

y  largamente  las  cuenta.» 

Comedia  en  tres  jornadas,  suya  es:  De  lo  vivo 
á  lo  pifitado,  y  cerca  delfín  de  la  segunda: 

«3ÍÚSÍC0S  cantan. 
Guárdese  el  mundo  de  incendios 
que  dellos  armada  va, 
haciendo  dulces  las  muertes 
y  piadosa  la  crueldad. 

La  gloria  de  Italia, 
el  sol  de  Milán. 
Con  ella  el  aplauso  sale, 
gallardo,  hermoso  y  gentil, 
á  beber  fuego  en  sus  ojos 
y  sus  mejillas  carmin. 

La  gloria  de  Francia, 
el  soldé  Paris.» 

Deste  agua  no  beberé,  que  tiene  tres  jornadas 
de  aventuras  del  Rey  D.  Pedro;  en  la  primera: 

KSale  un  villano. 

Villano.  ¿Qué  es  lo  que  mandáis? 

D.  Fernando.  ¿Quién  sois? 

Villano,  Jardinero  que  cultivo 

en  esta  apacible  huerta 
cuadros ,  con  que  el  tiempo  admiro , 


I 


QUE   SE   FUÉ.  339 

.  pues  compongo  de  arrayanes 

y  de  olorosos  tomillos, 

en  estos  curiosos  lazos, 

intrincados  laberintos, 

donde  la  naturaleza 

á  Atlante  deja  vencido, 

brotando  Dafnes  de  murta 

en  aqueste  paraíso. 

(A  2>oco  sale  una  vüla?ia.) 
Key.  ¿Quién  eres,  mujer? 

Villana.  Señor, 

por  Sierra  Morena  guio 

un  ejército  de  ovejas, 

cuyos  blancos  vellocinos 

considerados  de  lejos, 

ensortijados  y  limpios 

copos  de  peinada  nieve 

parecen  entre  los  riscos.» 

Anduvo  por  los  Reinos  Andrés  de  Claramonte, 
tomando  vítores  y  dineros  con  su  gran  comedia  El 
valiente  negro  en  Flandes,  de  Madrid  con  él  vi- 
niendo Francisca  de  Gracia  y  su  marido  Juan  Bau- 
tista Gómez,  ricos  comediantes,  los  que  penitencia 
luego  hicieron  en  la  sierra  y  ermita  de  la  Fuen- 
santa ,  después  de  muerto  Andrés  en  el  año  del 
Señor  mil  seiscientos  diez,  sin  ver  acabado  el  cor- 
ral nuevo  de  la  Puerta  del  Toro,  que  estrenólo 
Vicente  Guerrero ,  su  heredador  en  la  compañía 
de  comediantes,  el  año  mil  seiscientos  doce,  con 
la  segunda  parte  de  aquella  famosa  comedia,  en 
que  el  Negro  logra  merced  de  título  v  encomienda 


340  MURCIA 

de  Santiago;  la  que  no  tan  buena  es  como  aquella 
su  primera.  Tal  corral  nuevo  con  casa  de  come- 
dia hízose  como  los  de  la  Corte  de  Madrid,  y  con- 
sérvase; con  vestuarios  para  comediantes  y  come- 
diantas  apartados  por  decencia,  maquinaria  de 
vuelos  y  descotillones  el  su  tablado ,  para  cerrar 
el  cuál  pintado  hay  un  teleton  de  cortinajes  con 
esta  cuarteta: 

«Nuestros  vicios  representa 
de  la  comedia  el  solaz, 
y  lo  ques  fábula  en  ella , 
ea  nosotros  es  verdad.» 

Tiene  patios,  senos,  retretes,  retiros  (con  celo- 
sías para  gentes  de  estado  en  órdenes) ,  gradas  y 
barandillas  para  señoras  y  mujeres  (apartadas  és- 
tas de  los  hombres),  ventanas  y  desvanes,  para  la 
cual  obra  derribaron  alguna  muralla  y  casas, 
como  dice  este  auto: 

(i En  el  Cavildo  ordinario  de  Martes  quinze  de 
Octubre  de  mil  seiscientos  setenta  y  cinco.  La 
Ciudad  acuerda  que  el  Comisario  Procurador 
Sindico  el  Sr.  D.  Manuel  Montenegro  dijo:  Que 
en  vna  plazuela  que  hay  junto  la  casa  de  come- 
dias que  es  muy  nezesaria  para  la  entrada  y  sa- 
lida de  los  coches,  tiene  entendido  que  se  ha  ven- 
dido por  el  Señor  Provisor  á  titulo  de  dezir  es 
Pia  Memoria  que  la  hazian  las  casas  que  habia 


QUE    SE    FUÉ.  341 

en  ella,  y  por  questo  es  de  gran  perjuizio  porqne 
si  se  hazen  en  ella  vnas  cocheras  que  pareze  se 
han  dado  prinzipio,  no  podrán  dar  vuelta  los 
coches,  y  otros  inconvenientes  que  se  seguirán  y 
esperimentarian  de  que  da  quenta  á  la  Ciudad 
para  que  si  fuese  excesivo  no  dé  lugar  á  dicha, 
venta,  y  en  caso  que  se  haga  sea  preferida  la 
Ciudad,  y) 

Temporadas  de  años  estuvo  cerrado  el  corral 
viejo,  y  también  el  nuevo  de  comedias  por  Premática 
Real  de  mil  seiscientos  cuarenta  y  cuatro,  que  dijo: 
«  se  queda  prohibido  representar  á  lo  adelante, 
comedias  de  inventiva  propia  de  los  que  las  ha- 
zen; sino  de  historias  y  vidas  de  Santos;  ^^  y  mu- 
chas gentes  cosa  nueva  quieren,  con  la  cuya  or- 
den los  comediantes  no  ganan  y  vanse.  Años  atrás, 
por  los  de  mil  seiscientos  sesenta  y  ocho,  si  mala 
memoria  no  tengo,  S.  M.  la  Reina  Doña  Mariana 
premática  dio  por  medio  de  su  Señor  Ministro  el 
Muy  Reverendo  Padre  Everardo,  así:  (^^ Mando  que 
las  comedias  cesen  enteramente  hasta  que  el  Rey 
mi  hijo  tenga  edad  para  gustar  deltas.»  Y  aun- 
que S.  M.  el  Rey  ocupa  felizmente  el  trono  desde 
mil  seiscientos  sesenta  y  cinco,  en  que  acabó  su  me- 
nor edad,  no  se  hacen  sino  pocas,  y  éstas  piadosas 
en  los  domingos  por  la  tarde ,  para  concluir  antes 
de  oraciones;  pero  como  el  último  Rey  D.  Felipe 


342  MURCIA 

haya  escrito  y  representado  comedias  de  auto,  y 
asimesmo  de  capa  y  espada  en  su  Palacio  del  Buen 
Retiro,  de  costumbre  años  atrás  viene  por  algu- 
nos hidalgos  y  grandes  caballeros  tener  en  la  su 
casa  sarao  con  comedia,  que  hacen  ellos  ,  como 
Jacinto  Polo  de  Medina,  que  aficionado  fué  (91); 
ó  comediantes  traen  por  la  representar,  cenando  á 
seguida  con  inmoderación  y  gula,  todo  lo  cual 
para  el  infierno  almas  gana;  que  tanimientras  sá- 
canse  y  consúmense  manjares  y  \mos ,  haciendo 
finezas  provocativas  los  galanes  á  las  damas ,  que 
tales  con  afición  peligrosa  reciben  al  tocar  los  de- 
dos de  la  mano,  siendo  esto  demasiada  licencia  y 
desvergüenza  ;  van  por  las  calles  los  hermanos 
para  el  Pecado  mortal  pidiendo;  como  las  Reli- 
giosas y  Religiosos  mortifican  su  carne  con  ayunos 
y  deciplmas,  porque  Dios  tanta  maldad  perdone, 
lo  que  no  conseguiráse,  que  ya  los  Reinos  de 
España  á  menos  van ,  como  castigo  de  tanta 
culpa. 

Lazos  el  enemigo  pone  con  toda  esta  enre- 
dadora de  gustos  á  los  que  en  el  Señor  estar  de- 
bieran, y  ovejas  descarrianse  del  aprisco  y  redil 
de  su  gracia  ,  sin  le  atender  cuando  como  Buen 
Pastor  llámalas  con  dulces  palabras  y  consuelo, 
sordas  haciéndose,  y  de  limpias  que  estaban  de 
culpas,  ensúcianse  con  afeites,  polvos,  arreboles, 


QUE  SE  FUÉ.  343 

y  otras  postizas  hechicerías ,  vistiéndose  de  galas 
osten tosas  y  vanas,  como  haciendo  costosos  gastos 
en  fiestas,  bien  que  como  el  Señor  castiga  sin 
palo  ni  piedra,  encuentran  en  ellas  los  pecadores 
el  castigo,  y  veremos  si  equivocados  en  esto  an- 
damos, con  el  ejemplo  siguiente. 

No  há  mucho  tiempo  ni  años,  á  media  centuria 
pasada ,  servia  en  la  imperial ,  grande ,  opulentí- 
sima y  soberbia  Ciudad  de  Toledo,  casa  del  mer- 
cader Pedro  Cuenca  ,  un  zagal  que  de  tierras  de 
Italia  vino  con  sus  padres ,  que  á  poco  huérfano 
dejáronle  de  doce  años ,  no  sin  acomodo  en  la  tal 
casa,  que  lo  era  de  vender,  después  de  salir  de  la 
escuela,  consumado  en  las  tres  reglas  de  leer,  es- 
cribir y  contar ;  fué  creciendo  en  la  humildad  y 
amor  de  sus  amos;  y  para  questos  dones  se  glo- 
riasen, dióle  la  naturaleza  buen  cuerpo,  aunque 
gordo  y  no  alto,  como  galán  y  hermoso  rostro,  si 
coloradote.  Servia  para  barrer  la  tienda,  atizar  las 
lámparas  de  los  Santos  dentro  y  fuera  della ,  ha- 
cer paquetes  después  de  vístolos  la  gente ,  y  lle- 
var y  traer  telas  á  casa  de  tejedores  é  mercaderes, 
como  ayudar  en  la  de  sus  amos  en  lo  que  la  su 
edad  permitía.  Un  día  fué  á  pedir  socorro  de  di- 
neros á  casa  de  otro  mercader  que  confusión  con 
un  comprador  en  cuenta  tenia,  y  desató  el  zagal 
duda  que  importaba  dineros,  y   estos  valen  sin 


344  MURCIA 

duda.  Estaba  sentado  junto  al  mostrador  de  la 
tienda  un  caballero  del  Señor  Santiago,  que  de 
partida  íbase  para  Indias,  y  así  que  vio  tal  desem- 
barazo, se  aficionó  al  horterica ;  preguntó  luego 
cuyo  era  y  dónde  paraba;  dijéronselo,  y  fué  á  casa 
de  su  amo,  y  pidiólo  para  una  fortuna  darle,  si  en 
acompañarle  consintiera ;  llamáronle  ,  díjole  su 
amo  que  bien  sentíalo ,  y  con  la  poca  edad  y  ga- 
nas de  tierras  ver,  fuese  con  el  caballero,  que  un 
gobierno  allí  llevaba,  amen  de  ganas  de  dmeros, 
que  todos  tienen  los  que  á  gobernar  deseo  mues- 
tran; tomando  cartas  de  recomienda  el  zagal  para 
otros  mercaderes,  por  si  posible  ser  anudar  trato, 
aunque  no  lícito  fuere ;  á  breves  días  marchó  á 
Cádiz,  donde  embarcaron  á  poco  tiempo  para  In- 
dias. En  la  mitad  del  camino  dióle  al  caballero  el 
mal  de  la  muerte ;  ordenó  su  alma ,  dejando  á 
Paolo  Pagotti,  su  tal  zagalote,  por  único  heredero 
de  dos  baúles,  en  que  habia  joyas  de  valor,  vene- 
ras, galas  Y  ropa  blanca,  como  algunos  doblones; 
murió,  y  sintiólo  Paolo,  que  pasó  á  Indias,  y  des- 
cansó en  Méjico;  buscó  posada,  hallóla  buena  en 
casa  de  un  recomendado  mercader ,  quien  al  ver 
su  porte,  agradóle,  y  tomándolo,  quedó  del  satis- 
fecho. Sin  sacar  cosa  de  los  baúles,  vivió  con  hu- 
mildad algunos  meses ,  hasta  que  amor  sintiendo 
por  la  hija  del  muy  rico  mercader,  que  bella  era, 


i 


QUE    SE   FUÉ.  345 

hizo  un  agujero  en  la  puerta  de  su  cuarto  ,  dejó 
luz  una  noche  después  de  acostados  todos  y  ruido 
hizo;  una  criada  curiosa  acudió,  y  por  agujero 
viole  vestido  de  gala  con  joyasy  díjoselo  ásu  ama 
joven;  hizo  lo  propio  la  noche  venidera,  y  juntas 
admiráronse  de  lo  galán  que  con  tal  atavío  estaba; 
el  ama  enamoróse  del,  declarándolo  á  su  padre, que 
violo  asimesmo  otra  noche  que  muchos  vestidos 
sacaba  con  tal  traza;  entendiéronse  los  amantes,  y 
casáronse,  con  gran  contentamiento  de  padre  y 
deudos;  decláreselo  todo  Paolo  á  su  amo  y  padre, 
que  vio  en  ello  ingenio  grande  y  trastienda ,  lo 
cual  agradóle  más.  Quiso  probar  fortuna  en  Es- 
paña, y  viniéronse  todos;  pero  tal  tempestad  ar- 
móse, que  perecieron  muchos  de  la  embarcación, 
con  ellos  el  padre,  que  dejólos  su  hacienda,  que 
montaba  más  de  quinientos  mil  pesos.  La  esposa 
de  Paolo  enfermó  de  pesar,  y  murió  al  desem- 
barcar en  Cartagena;  de  aquí  pasó  Paolo  á  la  Ciu- 
dad de  Murcia,  dónde  labróse  casa,  y  holgada- 
mente vivia  en  delicias,  llamándole  las  gentes  por 
su  porte  el  Ginovés  Indiano. 

Dan  algunas  gentes,  aunque  nada  Den  de  su 
mucho  Din  ,  en  anteponer  á  su  nombre  sonoro 
Don,  como  si  nobles  fueren,  y  la  tal  su  hidalguía 
no  encontrárase  ni  en  Dun,  ciudad  de  Francia,  que 
mucho  eslo,  según  decir,  pues  tantas  casas  tiene 


346  MURCIA 

como  vocales  el  abecedario,  y  así  Don  Paolo  Pagotti 
era;  como  vejiga  inflado  iba,  dándose  V.  S.  por  sus 
criados  y  arrendadores;  vestido  de  muy  vistosas  y 
fuertes  colormes,  á  toda  hora  con  bordado  traje, 
rica  encajería  y  muy  ancha,  grande  cadena  de  oro, 
joya  de  topacios  y  oro  en  el  cinto,  con  piedras 
finas  la  guarnición  de  su  espada ,  que  muy  larga 
era:  ancho  sombrero,  con  toca  de  palillos  y  otra 
joya,  y  hebillas  de  oro  y  piedras  en  los  zapatos, 
cubrian  aquel  raro  cuerpo,  que  albóndiga  con  pa- 
tas semejaba  en  lo  recalcado  y  gordo;  aficionado 
era  á  cosas  en  que  del  se  hablase  con  fama,  y  al- 
gunos días  del  año  convidaba  gentes  á  su  casa, 
que  puestas  (aunque  viudo)  bien  tenia  sus  cáma- 
ras, y  muchos  bellacos  iban  á  ella  al  tacto  de  co- 
mediantas,  olor  y  gusto  de  los  manjares  y  vinos; 
como  á  ver  hechiceras  caras  y  garbos ,  y  6ir  los 
acordes  de  las  músicas.  Dia  de  fiesta  era,  y  gente 
acudia :  lleno  de  criados  el  zaguán  estaba ,  y  lle- 
gando fueron  carrozas  y  sillas  con  damas  y  caba- 
lleros; á  cada  cual  carroza  que  parada  era,  exten- 
dían del  zaguán  al  su  banquillo  de  estribo  una 
alfombra  morisca  dos  negritos,  que  arrodillados 
estábanse  ínterin  bajaban  las  gentes,  no  sin  truha- 
nería, mirando  á  las  señoras  los  chapines,  y  más 
que  alcanzare  la  vista  ;  en  el  patio ,  con  galería 
de  arcos,  árboles  y  plantas  de  jardín  habia  ,  y  al 


QUE   SE   FUÉ,  347 

centro  un  estanque  con  pescados  de  nacarada  co- 
lor ,  algunos  ánades  y  dos  cisnes  de  largo  pes- 
cuezo ,  al  cual  estanque  agua  caia  de  los  picos  de 
dos  águilas,  que  un  escuson  agarraban.  Muebles  y 
de  muy  rica  labor  los  aposentos  teman;  vestianse 
sus  paredes  con  tapicerías  de  los  Países  Bajos,  re- 
presentando el  Rapto  de  las  Sabinas  y  la  Apoca- 
lipsis de  San  Juan  ;  y  sillerías  habia  cubiertas  de 
terciopelo,  y  otras  de  Damascos  y  de  sedas  de  Ve- 
necia,  como  también  la  principal  de  brocado  tole- 
dano de  oro.  Oro  habia  en  la  escalera  con  baranda 
dorada ;  las  puertas  doradas  eran ;  de  oro  corlado 
tenían  el  tectio  los  aposentos ;  de  cobre  dorado  y 
cristal  dorado  las  arañas  eran,  y  guarnición  de  oro 
en  los  armarios  y  arcas  lucíase. 

A  más,  como  gala  de  señores  fuese  el  proteger 
letras  y  artes,  grande  salón  aderezado  al  entrar 
topábase,  con  estantes  bajos  llenos  de  libros  no 
leídos,  y  en  la  pared  cuadros  de  pintura  buena  ó 
mala ,  armaduras  y  cotas  de  roña  llenas ,  como 
los  arneses,  por  más  mérito,  á  más  de  otras  ar- 
mas ,  jarros  de  porcelana  y  vidriados ,  estampas  y 
cosas,  que  si  el  dueño  no  entendía,  halagaban  su 
vanidad,  que  aquello  acreditábale  de  rico,  y  según 
todos  estos,  los  dineros  dan  saber  sin  estudios,  y 
sin  más  que  el  deleite  de  moral  recreativa.  Lle- 
nóse todo  pronto  de  personas ;  sonó  la  música  de 


348  MURCIA 

vigüelas,  y  Don  Paolo  rompió  el  baile  con  una 
gallarda,  acompañándole  otros  caballeros,  que  del 
burlaban  detrás,  y  otras  damas  que  hacian  lo  pro- 
pio, delante  con  melindres  y  gestos  galanes;  pero 
Dios,  ó  mejor  el  diablo,  quiso  que  al  hacer  mu- 
danza extraña ,  tropezara  en  el  ruedo  de  vestido 
de  una  señora,  que  tan  mal  sujeto  traiale  como  el 
guarda-infante ,  que  cayéronseles  los  tales  ,  en 
paño  menor  quedando;  desmayóse  la  dama,  corro 
la  hicieron  otras ,  retiráronse  los  caballeros  á  otra 
sala ;  excusas  dio  Don  Paolo,  á  que  el  esposo  ofen- 
dido salió,  disputa  trabóse,  acudieron  amigos  y 
en  paz  pusiéronlos;  bailóse  luego  un  Rey  Don 
Alonso,  y  detrás  unas  Folias;  pausa  hubo,  no  ha- 
blóse más  del  caso,  y  pidió  perdones  Don  Paolo  á 
la  dama,  quien  dióselos,  como  la  mano  de  amigo 
su  esposo,  ínterin  toda  la  gente  reia,  de  burla  sir- 
viendo, que  no  sabemos  si  aquello  tramado  por 
chuscos  habría  sido.  Tanimientras,  muchos  criados 
un  tablado  con  forros  al  comedio  de  la  sala  saca- 
ron, sonó  la  música  con  vigüelas,  á  más  pífanos  y 
oboes,  y  cantaron  los  músicos  detrás  de  una 
puerta ,  saliendo  al  tablado  todos  los  comediantes 
de  la  compañía  de  Rosendo  el  Yeclano ,  que  co- 
mediantas  tenia  de  fama,  más  que  en  el  recitado, 
en  el  citado  de  sus  galanes,  y  no  de  comedia,  que 
á  los  corrales  acudían  á  la  cita,  con  dádivas  y  di- 


QUE   SE   FUÉ.  349 

ñeros  para  tales  Citereas,  en  sus  vestuarios,  que 
siempre  estaban,  como  panal  cortado  en  plato,  de 
moscas  lleno  (9,2).  Cortesía  hicieron  al  concurso, 
y  representaron  algunos  pasajes  de  La  vida  es 
sueño,  comedia  famosa  por  D.  Pedro  Calderón  de 
la  Barca,  la  cual  comienza  en  la  pelea  que  arman 
el  día  de  la  creación  los  cuatro  elementos,  tierra, 
fuego,  aire  y  agua,  por  cada  cual  llevarse  una 
corona,  á  que  agarrados  fuertemente  salen.  Poder 
sepáralos ;  Sabiduría  puesto  les  da ,  y  Amor  les 
adorna.  Cuentan  caso  de  cómo  cayó  Luzbel,  y 
otro  ser  formar  quieren ,  que  el  primero  del  uni- 
verso sea;  püuta  el  Poder  da  al  hombre  que  fabri- 
quen, prometiéndole  paraíso,  y  júranle  los  ele- 
mentos defender  si  bien  lo  hiciere ,  ó  sino  aban- 
donarle, diciendo: 

Tierra..  Y  yo  en  fe  de  que  lo  admito, 

de  los  limos  de  la  tierra 

con  este  polvo  te  sirvo 

para  su  formación. 
Agua.  Yo 

para  amasar  ese  limo 

te  daré  cristal. 
Aire.  Yo  luego 

porque  cobre  el  quebradizo 

barro  en  su  materia  forma, 

te  daré  el  vital  suspiro, 

que  hiriendo  su  faz  le  anime. 
Fuego.    Yo  aquel  fuego  negativo, 

que  con  natural  calor, 


350  MURCIA 

siempre  le  conservo  vivo. 
Todos.    Venid,  pues,  y  al  hombre  hagamos 

Vino  después  aquello  de... 

«Apurar,  cielos,  pretendo, 
,  yaque  me  tratáis  así, 
qué  delitos  cometí 
contra  vosotros,  nasciendo.» 

Con  un  entremés  concluyóse  la  comedia ,  y  á 
un  salón  los  convidados  pasaron ,  en  que  mesa 
larga,  bien  guarnecida  de  mantelerías,  en  él  ha- 
bia ,  con  sillones  á  su  ruedo ,  donde  asiento  las 
damas  tomando  fueron ;  armarios  de  ébano  llenos 
de  platos,  salvillas,  vidriado  y  botellas  cubrian  las 
paredes,  y  pronto  la  mesa  vióse  ocupada  por  pla- 
tos de  asado  de  codornices,  guiso  ¡de  lebratillos 
con  patatas ,  capones  estofados ;  los  lacayos  y  ne- 
gros presentaban  á  menudo  unos  grandes  vasos 
de  copa  llenos  de  vinos  de  la  Mancha  ,  de  Cari- 
ñena de  Aragón  y  Monóvar  del  Reino ,  agrios  y 
generosos,  según  los  gustos  (93);  pavos  asados, 
con  relleno  de  una  ensalada  de  camarojas,  truje- 
ron  después ;  y  por  último,  como  lluvia ,  cubrióse 
la  mesa  de  tortadas,  bizcochadas,  de  nata,  pellas, 
pasteles  de  ojaldrades  y  de  pasta  real ,  frutas ,  y 
dulce  almibarado  y  seco ;  para  lo  cual  tragar  todo, 
en  salvillas  de  plata  y  copas  venecianas  sirvióse 
por  lustrosos  negros  una  ronda  de  aloja  con  vino 


QUE   SE    FUÉ.  351 

italiano  frio  y  bizcochos  de  serení,  y  finezas  hubo. 
D.  Paolo  corria,  como  si  en  todo  estar  quisiere, 
y  en  todo  faltando;  los  comediantes,  que  en  otra 
cámara  y  mesa  estaban ,  quejáronse  de  no  comer 
sino  poco,  avergonzando  al  dueño,  los  que  apoya- 
dos fueron  por  los  galanes  caballeros ,  que  escur- 
rídose  habían  con  disimulo  junto  á  las  comedian- 
tas,  con  queja  de  las  señoras  y  damas  de  calidad, 
que  decian  desvergüenza  todo  aquello  era ;  mala 
cara  todos  al  Señor  de  Pagotti  ponian,  después  de 
comérsele  muy  sendos  doblones  y  convidados  hubo 
que  mancháronle  las  sillerías  con  arrojamientos 
de  puro  haitos.  Los  vinos  efecto  hicieron  y  pro- 
ducto en  risas,  escarnios,  burlas  ,  malas  palabras 
y  desafios,  liornia  formando  aquella ,  que  comen- 
zada en  cena,  merienda  de  negros  tornóse;  gran 
parte  "de  cenadores  sin  despedir  fuéronse,  repleta 
bien  la  su  faltriquera;  agravio  formando  las  damas 
por  lo  que  poca  cortesía  del  amo  de  la  casa  toma- 
ron, y  él,  jadeando,  como  perro  cansado,  arreba- 
tada la  color ,  sudando  á  mares  llenas  el  su  pe- 
llejo, dejóse  caer  en  un  sillón,  diciendo  que  andá- 
basele  todo.  Acudieron  los  comediantes,  la  gente, 
los  muchos  mayordomos,  criados  y  lacayos,  sin 
lograr  que  en  sí  volviera ,  á  lo  cual  doctor  necesi- 
tábase; corrieron  por  él,  y  tan  malo  viole  una  co- 
medianta ,   que  dijo :    « Doctores   y    enterradores 


352  MURCIA 

cuenta  darán. »  Ala  cama  lleváronle;  pareció  algo 
más  mejor  y  descansado,  y  descansó,  como  nos- 
otros ahora  lo  hacemos  aquí. 


TABLA  XX. 

DOCTORES  Y  EísTERRADORES. 

Represéntanla  algunos  intitulados  X'C''i'<^  curar,  malar  y 

enterrar ,  lo  cual  ejercen  con  una  rica  persona  que  iafln, 

como  la  España ,  la  Dinastia  ,  el  Rey ,  la  Centuria 

y  esta  obra. 


H 


.Á  pocas  noches  concillé  mi  sueño  pensando 
en  hacer  la  presente  tabla  que  á  mi  retablo  de 
imaginería  fáltale,  sin  contar  otras  cosas  que 
faltarán  á  seguida  para  los  críticos  como  liebres 
encamadas,  pero  que  ocúltanse  á  mi  vista  y  poco 
saber ;  si  ambas  dos  tuviera ,  voluntad  no  falta— 
rame  para  lo  arreglar  de  mejor  guisa ;  pero  decir 
tengo  que  no  traté  de  algunas  materias  por  muy 
motivos  justos  y  varios ,  como :  de  la  Santa  Igle- 
sia y  su  Ilustre  Cabildo,  que  mejor  (jue  yo,  el  su 
gloriosa  historia  y  preeminencias  atesora ;  de  los 
Señores  Murcia  y  Justicia,  que  muy  altos,  justi- 
cieros y  magníficos  fueron  y  son  de  pública  voz  y 
fama,  la  que  no  puede  salir  de  mi  clarín,  el  cual 


QUE   SE    FUÉ.  353 

cantando  sus  glorias ,  pitico  seria  de  feria ,  amen 
de  otras  cosas  que  mucho  he  reparado  para  no 
decir,  por  ser  cosas  muy  santas  y  venerables,  de 
que  hablar  prudente  no  habia  de  ser. 

Traspuesto  habíame  rezando  mis  oraciones, 
cuando  retembló  el  portón  de  mi  casa  con  aldabo- 
nazos  de  salva  pavorosa ;  desperté  con  ella  ,  y  re- 
quiriendo mi  tizona  y  un  pistolete  allí  á  mano,  tal 
como  en  faldón  estaba ,  abrí  la  ventana  de  mi  cá- 
mara; preguntando  (después  que  Ave  María  dije; 
y  sin  pecado,  etc.,  añadieron),  contestóme  un 
criado  de  mi  amigo  D.  Ambrosio  Herzel  Amalfi, 
que  su  amo  tan  enfermo  de  súbito  estaba ,  que 
asustado  habia  á  toda  su  familia  y  servidumbre. 
Vestíme  de  priesa ,  y  tanimientras  hícelo ,  y  á  su 
casa  enderecé  á  seguida ,  pensaba  en  el  tal ,  que 
rico  tornádose habia  sin  grandes  negocios,  trabajo 
ni  saber;  como  tampoco  por  las  artes  de  má- 
gica ,  pues  conocíle  cuando  buscaba  entre  sus  co- 
nocidos ,  conocimientos  para  que  conociesen  su 
falta  de  dineros ,  que  conocíasele  por  sus  vestidos 
y  estrechez  de  estómago,  en  cuyo  pasadizo  de 
gaznate  conocíanse  señales  de  telarañas  cuando 
abria  la  boca  para  su  palabra  dar  á  conocer  al  mi- 
nistro de  la  Francia  Colbert ,  que  conoció  bien  lo 
de  manejar  dineros;  aficionado á  esto  era,  y  siem- 
pre de  memoria  cuentas  hacia  de  millones  ,  cuen- 

23 


354  MURCIA 

tos  de  cuentos,  pesos  y  ducados,  relamiéndose, 
hasta  que  de  la  noche  á  la  mañana  casóse  con 
viuda  joven ,  agraciada  y  muy  rica ,  con  lo  que 
tiró  ropillas  polilladas,  calzas  de  celosía,  capa  con 
ventanaje  y  sombrero  alicaído,  dándose  á  seguida 
porte  de  caballero,  mudando  también  en  más  gra- 
tos apellidos  del  que  hasta  entonces  traia  de  Pé- 
rez ,  pues  vulgar  ya  parecióle :  desprecio  hizo  de 
sus  amigos ,  medrar  quiso  y  ser  persona  hasta 
Regidor  perpetuo,  Agente  en  la  corte,  y  cosas  más, 
con  que  perdiólos,  no  á  mí,  que  siempre  y  de  ca- 
llado respetóle  mucho,  que  paréceme  bien  así  ha- 
cerlo por  el  ten  con  ten  guardar  del  mundo ,  que 
si  tal  no  sucediera ,  olla  de  grillos  tornárase  á  me- 
nudo, si  tomaran  muchos  la  no  cuenta  de  lo  mise- 
rable de  nuestra  condición. 

Llegado  que  fui  á  su  casa ,  á  que  acompañóme 
un  criado  con  linterna ,  sin  rondas  encontrar  al 
paso ,  en  ella  puse  mi  pié  con  mal  pié ,  que  den- 
tro el  zaguán  pude  caer  á  la  causa  de  otro  de  una 
muía  enzarracinada  con  otras ;  que  como  coz  tiró- 
me (94),  sin  que  de  lleno  me  cogiera,  por  lo  que  al 
cielo  di  gracias ,  como  siempre  vengo  en  costum- 
bre, aunque  mal  me  sucediere,  con  tal  de  no  su- 
cederme  cosa  peor;  poco  entrado  habia  desque 
obraron  la  casa ,  y  la  cámara  de  negocios  creí  seria 
una  puerta  con  mucho  cerrojo  y  barronaje  de  hier- 


QUE    SE  FUÉ.  355 

ro,  la  cual  tenia  sobre  sus  cabeceros  esta  copla: 

Dios  de  los  libros  te  libre , 
Deja  estudios,  busca  haciendas, 
No  tengas  cuenta  de  libros, 
Sino  ten  libros  de  cuenta  (95) 

con  que  á  comprender  veníase  el  arrepentimiento 
de  D.  Ambrosio  que  literato  fué  antes  de  rico,  v  ya 
siendo  esto,  púsola.  Subíme  á  las  cámaras,  por 
las  cuales  corrian  como  atolondrados  palominos  los 
criados ;  pasando  á  ver  al  paciente  que  postrado 
estaba  en  su  lecho,  no  pareciéndome  de  cuidado 
por  la  cara,  salime  fuera  con  la  señora  y  los  hi- 
jos, quienes  pucheros  hicieron  sin  barro,  aunque 
la  su  casa  barro  á  mano  tenia  según  su  dinero;  y 
al  olor  del  tal  tópeme  al  otro  extremo  de  la  sala  del 
estrado  en  una  retirada  cámara,  con  tres  figuras  de 
grave  aparato,  cerca  de  una  mesa  sentadas.  Doc- 
tores eran,  uno  gordo  como  cabo  padre,  y  los  otros 
parecían  espárragos  con  ropillas,  que  traíanlas  muy 
nuevas  y  limpias,  á  más  cinto  bordado,  en  que  col- 
gaban los  guantes,  y  en  los  dedos  ceñían  sortija  de 
piedra  cada  cual;  privilegio  de  ricos  hombres  tienen 
los  tales  en  lo  de  cubiertos  estar  (96),  y  estábanlo 
con  sombreros  de  bacinete  por  la  concomitancia  de 
los  muchos  que  olían:  el  que  rollizo  era,  parecióme 
de  más  peso :  al  cuello  rodeábale  una  gorguera 
llana  de  lino;  colgábale  largo  manteo  de  lana  merina 


356  MURCIA 

de  negra  color,  y  á  través  de  unos  espejuelos  ver- 
des leia  en  un  libro  que  sobre  un  paño  de  amari- 
lla color  de  oro,  signo  de  medicina,  y  entre  dos 
velas  de  cera  de  la  tal  color,  puesto  en  un  atril 
estaba  como  para  rezo  de  Iglesia :  entramos  y  aco- 
modo fuimos  tomando  á  un  lado  de  la  tal  mesa, 
que  arsenal  era  de  armas  ofensivas  á  los  ojos,  y  por 
alguno  de  ellos  entran*paraayudar  alas  tripas,  por 
lo  cual  ayudas  llámanlas ;  redomas  y  frascos  de  la 
Cava,  ampolletas,  copas  y  vasos  acaparado  habian 
para  cuando  menester  fuere ;  y  levantando  la  ca- 
beza el  Doctor  gordo  tomó  un  D.  Pedro  Cómmodo 
(sin  tener  de  aquel  Imperador  imagen),  metió  las 
narices,  los  orines  oliendo  y  luego  mirando,  lo  pro- 
pio repitieron  los  otros  dos  disfrutando  las  aromas, 
y  dijo:  Quibiis  urince  pellucidce ,  alhce,  malee:  y 
siguió  diciendo  á  nosotros:  «La  orina  blanca  y 
trasparente  es  mala;»  son  palabras  de  Hipócrates 
en  su  aforismo  setenta  y  dos ,  sección  cuarta :  y 
hubo  un  rato  de  silencio,  que  acabóse,  pues  uno  de 
ellos  que,  aunque  muy  joven,  corcovado  era  como 
camello  beduino,  así  dijo: 

«Repito  como  antes  ,  amados  compañeros: 
cuando  la  sangre  se  acumula  en  la  vena  porta, 
malum  siynum:  palabras  del  moderno  y  actual 
Doctor  Gregorio  Ernesto  Sthal,  que  habiendo  na- 
cido en  mil  seiscientos  sesenta  en  Auspach,   y 


QUE    SE   FUÉ.  357 

Doctor  fué  á  los  veintitrés  años!,  una  doctrnia 
nueva  enseña ,  y  es :  Que  el  cuerpo  como  tal  no 
tiene  la  facultad  de  moverse  y  ser  movido  por 
sustancias  materiales :  todo  movimiento  es  un 
acto  inmaterial  y  espiritual.  ¿Qué  diremos  de 
Boerhave  el  sabio  Doctor  de  Voorhout  en  Holan- 
da ,  que  hijo  del  Corregidor  de  allí ,  habiendo  na- 
cido en  mil  seiscientos  sesenta  y  ocho ,  á  los  once 
años  sabia  griego  y  latin ,  curándose  á  sí  propio 
una  llaga  que  hacia  siete  años  padeció?  Sabe 
árabe ,  hebreo  y  caldeo ;  y  es  Doctor  desde  md 
seiscientos  noventa  y  tres:  botánico  es  y  químico 
con  fama  por  sus  Aforismos,  amen  de  sus  Institu- 
ciones. Ha  establecido  el  alma  en  el  cerebro  y  el 
principio  del  sensorio  en  los  nervios,  conductos 
invisibles  que  dánles  paso  á  los  espíritus  animales: 
causa  de  las  obstrucciones  la  mucha  sangre  fué, 
y  su  evacuación  prescribe ;  yo  sigo  su  plan  y  se- 
guiré aunque  el  Doctor  Cajanes  Valenciano  hace 
ya  más  de  cien  años  apellida  á  los  que  en  evacuar 
hallamos  remedio,  atrevidos  sangradores;  pero  el 
calor  de  España  en  la  sangre  hácelo  necesario.» 
«Téngase,  amigo  y  compañero — dijo  el  otro 
que  ya  canoso  estaba  con  barba  corrida  como 
cabrío  de  ganado. — Veo  de  contrario  modo 
que  V.  m.;  estudiado  tengo  cómo  la  escuela  em- 
pírica comenzó  en  esta  centuria  por  corto  número 


358  MURCIA 

de  practicadores  de  diferentes  sectas ,  uno  de  los 
cuales  ha  sido  Santono,  que  defiende  los  princi- 
pios de  Hipócrates  y  Galeno ;  como  la  regla  de  al- 
teración de  los  humores  inventando  con  grande 
ingenio  y  artificiosa  maña ,  una  como  columna  de 
vidrio  que  marca  la  calor  del  cuerpo.  También 
asimismo  Ponce,  Stupani,  Hoffman,  MarineliyZa- 
cunos,  con  otros  médicos,  sostienen  la  tal  regla 
de  los  dos  dichos  antiguos  maestros  de  traseros 
tiempos;  pero  me  hará  la  gracia  v.  m.  de  que 
añada  que  no  esto  es.  Veo  aquí  una  fiebre  alta 
que  paréceme  otra  cosa  ,  para  la  cual  tenemos 
grande  remedio,  la  Quinina ,  que  desde  mil  seis- 
cientos treinta  y  dos  está  llenando  de  asombro  á 
España  por  un  escrito  de  Barva,  quien  diez  años 
después  de  ello  escrito  há  con  vítor  á  los  médicos 
españoles  que  usáronla  contra  otros  libros  de  atre- 
vidos que  impugnación  hacen ;  cuyo  remedio  los 
PP.  Jesuítas  le  rechazan  y  no  le  dan  á  sus  enfer- 
mos, quitándole  fama  por  le  rebajar:  tampoco  sír- 
veles á  los  mercaderes  de  drogas  adulterar  esta  me- 
dicina por  su  descrédito ,  pues  Tabor,  há  treinta 
años,  en  mil  seiscientos  sesenta  y  ocho  y  mil 
seiscientos  setenta  y  uno  á  conocer  dióla  con  re- 
glas y  recetas  por  que  mejor  se  ministre ;  así  fué 
que  este  Doctor  tan  famoso  héchose  há  con  curas, 
(jue  llamóle  á  París  el    Rey  Cristianísimo  ,  donde 


QUE  SE  FUÉ.  359 

obtuvo  la  curación  del  Delfín ;  por  la  cuya  cura 
dióle  el  gran  Rey  dos  mil  luises  y  otros  tantos 
para  el  camino.  Zaga  de  tal  cosa  con  otras  reglas 
y  mixturas  cura  la  disentería  ,  la  hemoptisia  ,  la 
gangrena,  la  melancolía,  y  es,  por  acabar,  la  pa- 
nacea del  orbe :  podríamos  recetarla ,  pero  ya  que 
platicamos  de  gangrena ,  despacio  andemos ,  no 
fuere  que  luego  caso  tuviéremos  de  una  epidemia 
que  no  sé  si  pestilente  puede  ser,  que  Angina  di- 
cen ,  y  la  gente  oscura  garrotillo ;  y  que  describe 
Ñola.» 

«Todo  puede  ser — añadió  el  gordo  tomando  un 
polvo  y  estornudando  seguidamente. — Aunque  yo 
el  de  cabecera  soy  y  conozco  el  natural  tempera- 
mento del  paciente ,  híceles  llamar  por  mejor  ade- 
rezo de  la  cura.  Desque  aquella  cabra  ella  mesma 
sangróse,  la  sangría  buena  es,  yerbas  da  la  Botá- 
nica, y  los  antiguos  bien  curaron  mediante  los 
dioses ;  pero  cuando  ha  sido  el  comienzo  del  saber 
es  en  los  monasterios,  en  que  hasta  finada  la  cen- 
turia catorce  allí  estuvieron  las  escuelas  médicas, 
como  en  seminarios ,  de  donde  Reyes  y  Obispos 
sus  médicos  descogían ,  y  llamóse  Medicina  Mo- 
nacal ,  hasta  que  el  Cardenal  Estonville  reforma 
hizo  de  conceder  licencia  para  se  casar  los  médi- 
cos que  en  orden  religiosa  estuvieren  sin  ordenar- 
se. A  la  conquista  de  moros,  los  médicos,  que  de 


360  MURCIA 

estos  fueron  discípulos,  siguieron  la  lección  de  los 
Alarves  que  no  conocieron,  sino  las  obras  de  Hipó- 
crates y  de  Galeno,  y  comento  hicieron  de  las  tales 
librerías  ,  Avizena ,  Alí-abas  ,  Mesne  ,  Averroes 
y  Aven-Zoar,  á  los  cuales  á  más  llamáronles  Sa- 
bios ,  que  asimesmo  éranlo  ya  en  cosas  de  las  estre- 
llas, ya  en  adivinar,  como  en  artes  de  encanta- 
miento y  mágica  negra;  pero  como  intrusiones  hubo 
y  curanderías,  Carlos  V  en  Alemania  publicó  con 
trompetas  la  Comtitutio  Criminalis  Carolina  para 
voto  y  orden  dar  para  exámenes  de  médicos,  par- 
teras y  cirujanos  latinos :  como  asimesmo  que  los 
Monjes  y  Clérigos  no  ejerzan  sino  en  los  conven- 
tos ó  casas  de  caridad.  Descubrióse  y  descríbese 
la  circulación  de  la  sangre  por  nuestros  muy  afa- 
mados médicos.  Montana,  en  mil  quinientos  cin- 
cuenta. Gimeno  en  mil  quinientos  cuarenta  y 
nueve.  Luis  Lobera  de  Avila,  médico  del  Sr.  Im- 
perador, en  mil  quinientos  cuarenta  y  cuatro  ;  y 
Laguna  en  mil  quinientos  treinta  y  uno;  la  cual 
cosa  (si  bien  pretenden  los  de  Inglaterra  gloria  tal 
para  su  paisano  Harvey)  descubrióla  Miguel  Servet 
de  los  Reyes,  natural  de  Villanueva  de  Aragón,  en 
mil  quinientos  treinta  y  uno ,  al  cual  quemáronle 
en  veintisiete  de  Octubre  de  mil  quinientos  cin- 
cuenta y  tres  por  causa  de  sus  libros.  Al  Doctor 
Francisco  Valles,  médico  de  cámara  de  D.  Felipe  II, 


QUE  SE   FUÉ.  361 

por  las  curaciones  que  obró  con  maravilla  dijéronle 
«El  Divino;»  y  no  de  hombres  cosa  la  medicina 
fué  sólo,  que  Doña  Oliva  Sabuco  Barrera,  vecina  y 
natural  de  Alcaráz ,  escribió  y  dedicó  al  susodicho 
Rey  un  libro  intitulado:  «  Vera  medicina  y  vera 
filosofía  oculta  á  los  antiguos. »  De  todo  hay,  digo 
á  vv.  mm. :  evacuaciones  parecen  lo  primero  in- 
dicadas ;  fiebre  hay  maligna  y  menester  será  la 
combatir;  tenemos  la  vida  en  mucha  cantidad  en 
la  cabeza,  hay  terciana,  y  aquí  debo  decirles  algún 
problema  de  los  de  Francisco  López  de  Villalobos, 
médico  del  Sr.  Imperador  y  del  Rey  su  hijo.  Trac- 
tado  III.  Metro  I. 

¿  Por  qué  viene  la  terciana 
Sencilla  al  tercero  dia 

Y  responde  la  cuartana 

Al  cuarto  con  gran  porfía  , 

Y  en  la  huelga  ya  quitada 
Dó  se  fué  ?  ¿  dó  se  escondió  ? 

Y  después  cuando  volvió 
¿Quién  le  mostró  la  posada  ? 

Observo  la  intención  pestilente  de  la  natura  y  ve- 
remos lo  que  mejor  fuere  para  todo  ,  seguro  que- 
dando de  la  razón  de  cuanto  escogido  tengo: 
oigan  esto  que  de  veneno  trátase  natural:  «Libro 

DE  PESTILENZIA,  CURATIVO  Y  PRESERVATIVO,  COM- 
PUESTO POR  EL  INSIGNE   Y   AFAMADO    DoCTOR    LüIS  Lo- 

BERA  DE  Ávila,  Médico  de  S.  M. 


362  MURCIA 

CAPÍTULO  IV. — De  la  triaca,   como  se  ha   dk  vsxr. 

Dize  Avizena  « In  di  Viribus  Cordisy>  que  la 
triaca  en  quantidad  de  vna  haba  tomada  vna 
vez  en  la  semana ,  y  con  cumo  de  granadas ,  es 
muy  buena,  y  contra  todo  veneno,  no  comiendo 
enzima  por  tres  ó  quatro  horas :  lo  mismo  se  dize 
del  metridato  y  de  la  tierra  sigillata  y  del  bolo 
armenico  que  son  medizinas  contra  veneno  y 
mandase  traer  vna  poma  al  cuello  la  qual  se 
haze  de  cierta  manera,  metiéndola  en  láudano 
con  corteza  de  zidra ,  ámbar ,  almizcle ,  aloes, 
sándalos,  malva  rosas  bermejas,  flor  de  higos  de 
rio,  y  de  lengua  de  buey,  y  toronjil ,  con  polvos 
de  jazinto  molido  en  agua  de  azederas.y> 

Dijo  á  seguida  que  á  recetar  iba,  y  escribió  así 
con  garrapatos  algebraicos: 

«i?.  De  agua  rosada  vna  libra.  De  agua  de 
yerva  moza  y  de  lengua  de  buey ,  de  cada  vna 
media  libra.  De  vinagre  blanco  dos  onzas.  De 
sándalos  blancos  y  colorados  de  cada  vno  inedia 
onza.  De  coral  dos  onzas.  De  Espodio  dos  dra- 
mas. De  Canphora  una  drama.  Mézclese  y  dado 
un  hervor,  aplicado  sea  en  paños  (mojándoles) 
sobre  el  hígado  á  tener  un  calor  grande. 

»  Ha  de  se  procurar  cada  día,  cámara,  por  si 
ó  por  arte. — Dr.  Mala  Espina.» 

Hablaron  en  voz  baja,   y  fuéronse  á  la  alcoba, 


QUE   SE   FUÉ.  363 

en  que  habia  cuatro  cirujanos  echando  planes  de 
su  oficio,  afilando  herramientas;  al  médico  de  ca- 
becera chocóle  la  cara  de  uno,  y  preguntado  que 
fué,  contestó  temeroso,  que  de  Valencia  era,  y  no 
aún  cirujano  de  aprobación ;  sus  compañeros  de 
carnicerías  falsario  llamáronle ,  que  engañado  ha- 
bíales al  entrar,  y  el  médico  joven  sacó  unas  or- 
denanzas de  los  Señores  Murcia,  que  así  leyó: 

«24  Por  quanto  es  ?iezesario  que  los  Médi- 
cos, Cirujanos,  y  Barberos,  que  vsan  de  las  di- 
chas facultades  y  ofizios  en  esta  Ciudad,  se  sepa, 
y  entienda  los  titulos  con  que  los  vsan  para  que 
se  vea  si  son  bastantes ,  y  qual  convienen,  como 
negozio  de  tanta  importanzia:  ordenamos  y  man- 
damos, que  no  se  pueda  vsar,  ni  vse  de  las  dichas 
facultades  y  ofzios,  sin  primero  presentar  ante 
Nos  los  titulos,  y  examenes  detlos;  y  el  que  los 
vsare  incurra  en  p)ena  de  seiscientos  maravedís, 
aplicados  conforme  la  ordenanza.  Y  lo  mismo 
sea,  y  se  entienda  con  los  Boticarios,  Albey tares 
y  Herradores.» 

Confesó  que  sólo  barbero  era  de  pasacalles  de 
vigüela,  de  nuevas  de  guerras  y  de  jácaras  cantadas 
por  el  acallar  del  repelo,  habiendo  allí  entrado  por 
ver  cosas  de  más  oficio;  y  de  vergüenza  corrido, 
corrió  corriendo  á  la  calle,  sin  reparar  en  una 
como  trabilla,   pero  no  de  perros,  sino  de  unos 


864  MURCIA 

como  aves  de  mal  agüero ,  según  la  color  de  las 
plumas  que  traian  tras  la  oreja ,  los  cuales  ,  ha- 
blando todos  á  un  tiempo ,  como  en  su  rosario  los 
moros ,  y  muy  á  quedo  y  somormujo  ,  quedaron 
en  la  segunda  sala  aguardando  la  vez;  aprove- 
chando la  suya  estaban  los  pesquisidores  de  la 
vida,  que  sangraron,  según  Boerhave,  á  un  tiempo 
de  la  frente,  brazo  y  pié  á  D.  Ambrosio,  reba- 
jándosela hasta  que  perdió  color  y  fuerza,  y  des- 
mayóse; lo  cual  visto  por  el  Doctor  déla  Quinina, 
comenzó  á  dar  voces  y  decir  que  aquello  un  homi- 
cidio era ,  y  su  medicina  en  tiempo  obrado  hu- 
biera un  milagro,  pero  que  ya  no  alcanzábale;  los 
otros  embistieron  con  él  á  palabras,  llamándose 
de  nombres,  y  muy  propios,  matasanos,  cómplices 
de  sepoltureros,  cofrades  de  ánimas,  asesinos  con 
título,  guadañas  de  la  muerte,  parcas  masculinas 
y  huertanos  de  cementerios ;  alzaron  los  bastones 
y  sacudiéronse ,  rodando  por  la  sala  guantes  y 
sombreros.  El  Sangriento  y  el  Quininador  salié- 
ronse enzarzados  (aunque  después  de  montados  en 
sus  muías ,  ya  por  la  calle ,  amigos  fuéronse ,  cu- 
chicheando, que  verlos  pude  desde  una  ventana 
que  abrí,  pues  ya  clareaban  los  claros  del  dia). 
El  de  cabecera  vino  á  mí  como  á  la  familia ,  y 
exordio  echando,  dijo  que  veía  mal  á  el  enfermo, 
con   muchas  cosas  de  sabida  práctica,  según  el 


QUE   SE    FUÉ,  365 

Tractado  de  presagianda  vita  et  marte  cegro- 
tantium,  de  Próspero  Alpino ,  y  según  Hipó- 
crates, aforismo  XII,  section  VIII,  aUngües  ni- 
gri,  et  digiti  manuum  et  pedium  frigidi,  con- 
tracti ,  vel  remisi ,  mortem  in  propinquo  esse 
ostendwit;y)  que  decir  quiere:  «Las  uñas  negras, 
y  los  dedos  de  las  manos  y  de  los  pies  frios,  con- 
traidos ó  flojos,  indican  muerte  próxima;»  y  ad- 
vertíalo, porque  como  cristiano  prepárasele,  como 
asimesmo,  si  testamento  no  tuviere  hecho,  me- 
nester seria  le  otorgar ;  llorando  á  lo  tal  la  señora 
y  los  hijos;  pero  á  seguida  entraron  el  Cura  de  la 
Parroquia  y  dOs  Padres  Carmelitas  con  dos  de  San 
Francisco  (que  no  sé  si  escondidos  estuvieran 
dentro  ó  casualidad  fué);  tomaron  asiento  y  un 
polvo  por  lo  pronto,  para  tomar  luego  lo  que  toma- 
dero fuere,  pues  en  lo  de  ir  tomando  engaño  no 
hay;  aconsejaron  lo  del  testamento,  y  Cura  y  Pa- 
dres disputáronse  quién  tomaria  la  delantera,  que 
como  de  mayor  fuerza  tomó  un  Padre.  Avisados 
enfermo  y  escribanos,  que  no  eran  otros  aquellas 
aves  de  pluma  travesada ,  entraron  en  tropel  por 
ver  quién  antes  debiera  ser,  y  querella  interpu- 
sieron; apacigüeles  y,  preguntando  quién  más  an- 
tiguo era  dellos,  y  resultando  Salvador  Burruezo, 
cuyo  protocolo  habia  abierto  antes  que  los  otros, 
que  muy  nuevos  y  de  ogaño  eran  en  práctica,  hí- 


366  MURCIA. 

cele  comenzar  lo  que  instrumento  público  llámanlo 
mal,  pues  lo  más  de  secreto  hácese  con  reserva, 
y  fué  con  esta  capitulación,  ante  un  Santo  Cristo 
que  sacó  uno  de  aquellos  gavilanes  bajo  de  su 
ropilla. 

«  En  el  nombre  de  ¡a  Santisima  Trinidad, 
Dios  Padre,  Dios  Hijo  y  Dios  Espirita  Santo, 
tres  personas  realmente  distintas,  y  una  divina 
esencia  ,  que  vive  y  reina  por  eternidades  ,  sea 
siempre  notorio  como  yo ,  D.  Ambrosio  Herzel 
Amalfi,  vecino  que  soy  de  la  muy  noble  y  muy 
leal  Ciudad  de  Murcia,  Parroquia  del  Señor  Sa?i 
Bartolomé,  estando  atacado  de  enfermedad  mor- 
tal y  postrado  en  cama,  pero  conservando,  á  Dios 
gracias,  el  uso  de  mis  potencias  y  sentidos;  de- 
claro y  creo  en  el  misterio  de  la  Safitisima  Tri- 
nidad, y  en  todo  lo  demás  que  tiene,  cree  y  con- 
fiesa la  Santa  Madre  Iglesia  Católica  de  Roma, 
bajo  cuya  fe  y  creencia  he  vivido,  y  protesto  vi- 
vir y  morir  como  católico  y  fiel  cristiano ,  eli- 
giendo, como  elijo,  por  mi  intercesora,  protectora 
y  abogada  á  la  Reina  de  los  Angeles,  para  que 
ponga  á  mi  ánima  en  camino  de  salvarse,  cuando 
deste  mundo  salga,  para  el  cual  caso  hago  y  or- 
deno Testamento ,  y  en  su  cumplimiento  nombro 
por  mis  albaceas  (aquí  pausa  hubo)  al  Señor  Cura 
de  mi  Parroquia  y  á  los  RR.  PP.  Provinciales 


QUE   SE    FUE.  S&l 

de  ¡as  Órdenes  del  Carmen  y  de  N.  P.  San 
Francisco,  instituyendo  por  único  y  universal 
heredero  de  todos  7nis  bienes  á  (aquí  la  voz  baja- 
ron,  y  yo  puertas  de  afuera  sólo  escuchaba  mur- 
mullo, y  algún  Otrosi  digo,  que  eran  creo  tantos 
noes  profundos  del  abatido  enfermo).  En  cuyo 
testimonio  asi  le  otorgo  en  la  Ciudad  de  Murcia 
á  ocho  de  Noviembre  de  mil  setecie?itos  años. 
Siendo  testigos  los  dichos  albaceas ,  que  con  el 
otorgante,  firman  que  admiten  su  encargo,  el  que 
promete?!  cumplir  con  la  ayuda  de  Dios  Nues- 
tro Setior,  á  presencia  de  Francisco  Martínez 
Yedrós,  Jurado*  desta  Ciudad,  y  Ramón  de  la 
Pedraja,  Escribano  de  S.  M.,  como  los  de  tal 
titulo  Sebastian  de  Pina,  Ignacio  Camacho  y 
Fraticisco  Rodríguez,  de  que  doy  fe  bajo  mi 
signo  de  uso ,  y  ante  la  imagen  de  Dios  Nuestro 
Señor  Crucificado.  Amen.  —  Salvador  Rur- 
ruezo  (97).» 

Fuerzas  perdía  D.  Ambrosio,  y  confesóse  antes 
que  faltáranle  por  completo;  su  familia  lloraba; 
caleguala  de  yerbas  cocidas  sacaron  los  criados, 
que  de  un  insulto  la  señora  acometido  habíase; 
frió  fué  quedándose  el  que  horas  antes  bueno  es- 
taba ;  y  á  poco  después  murió  aniquilado  entre  el 
Señor  Cura  y  los  Padres ,  que  á  bien  morir  ayu- 
dáronle con  agonizantes  pláticas  de  alarido,  y  sin 


368  MURCIA 

tiempo  para  darle  S.  M.  en  público.  Carreras  por 
la  casa  hubo  para  retirar  á  la  señora  y  familia ,  y 
no  supe  por  dónde  ni  cuándo  despareció  el  Doc- 
tor ni  sus  sicarios;  vinieron  los  criados  y  con  ellos 
algunos  hombres  con  coletos  y  rosarios  camal- 
duleros  al  cinto  y  mujeres  con  negro  zagalejo  y 
tocas ,  las  cuales  personas  promesa  tenian  hecha 
(según  su  decir)  de  amortajar  (por  dineros)  (98); 
y  tal  hicieron  con  D.  Ambrosio,  al  que,  después 
de  lavado,  órdenes  dieron  de  N.  P.  San  Fran- 
cisco, poniéndole  su  santo  hábito  y  esparteñas  de 
cara  ancha,  soga  basta,  y  una  cruz  de  cerilla  ama- 
rillenta en  las  sus  cruzadas  manos,  con  lo  cual  un 
Reverendo  semejábase ,  ínterin  oí  que  las  campa- 
nas de  la  Parroquia  tocaron  triste  son  de  agonía, 
cuyo  aviso  llevó  por  las  señas  correo  cojo.  Del 
entierro  encargo  tomaron  el  Señor  Cura  y  los  Pa- 
dres, y  del  convite  de  personas  de  nota  oficio  me 
dieron  ;  consolé  á  la  viuda ,  y  fuíme  á  las  Casas 
de  la  Corte,  á  ver  al  Ilustre  Señor  Corregidor,  el 
cual  amigo  del  difunto  era,  que  de  quien  dineros 
deja,  amigos  muchos  la  familia  tiene;  alzado  ya 
encontróle  y  de  ocupada  reserva,  con  papeles  que 
por  la  posta  habíanle  traído ,  y  los  alguaciles  cor- 
rían para  cita  dar  á  los  Señores  Murcia  y  Cabildos. 
Saludóle  al  Ilustre  Señor  y  díjele  mi  diligencia; 
sintiólo  al  parecer,  autorizándome  con  su  aproba- 


gUE  bE  FUÉ.  369 

cion  cuanto  necesario  fuere;  y  muy  reservada 
leyóme  una  carta  de  Estado  que,  liabiendo  Su 
Majestad  muerto,  por  disturbios  causar  el  enviado 
de  Ingalaterra,  pública  en  Madrid  y  fuera  por  pro- 
pios la  hacia  este  enviado,  la  que  intríngulis  contra 
la  sucesión  de  Francia  mucho  encerraba,  dirigida 
al  Ministro  en  la  Qjudad  de  Londres;  la  cual  sen- 
tenciada era,  por  el  Real  Consejo,  á  prohibición  con 
penas  al  que  la  leyere  á  gentes,  amen  de  prisión 
sin  fijo  tiempo,  de  la  cuya  carta,  con  su  permiso, 
tomé  una  copia  de  secreto,  porque  curiosa  es, 
como  sigue : 

<iMr.  Schoneneerg  al  Honor.  A.  Stanhope. — 
Madrid  á  quatro  de  Noviembre  de  mil  y  sete- 
cientos.— Nada  diré  del  fatal  resultado  de  la 
enfermedad  del  Rey  Católico,  pues  no  dudo  re- 
zíbireis  la  notizia  por  los  diferentes  correos  que 
todos  los  Embaxadores  hemos  hecho  salir ,  no 
oslante  la  provizion  de  suministrar  caballos  de 
posta  sin  espreso  permiso.  Añadirele  solo  que  su 
testamento  se  abrió  la  misma  noche,  y  que  en  el 
se  nombra  al  Duque  d'Anjou  por  suzesor  vniver- 
sal,  y  estinguida  su  rama,  la  del  Duque  de 
Berri  deviendo  por  el  tanto  volver  la  corona  á  la 
casa  de  Austria  por  la  rama  del  Archiduque 
Carlos  y  suzesivamente  á  la  casa  de  la  Saboya, 
pero  como  saveis  « del  dicho  al  hecho  hay  gran 

24 


370  MURCIA 

trechoyy  según  los  Espa fióles.  Sin  embargo,  la 
Junta  del  Gobierno  ha  enviado  estracto  dése  ar- 
ticulo á  S.  M.  Cristianisima  sin  se  comprometer 
mas  en  la  materia,  aunque  desease  aquisu  cum- 
plimiento, y  como  infalible  mírasele.  Alrezibirse 
la  notizia  de  que  reunianse  tropas  franzesas  en 
los  Pirineos,  esta  Corte  ha  ominado  tres  mil  do- 
blones al  Gobernador  de  la  Navarra  y  cinco  mil 
al  de  la  Guipouzcoa  y  algunos  oficiales  reforza- 
dos para  que  acusen  los  movimientos  y  la  con- 
ducta de  aquellas  tropas.  ¿No  diriase  que  abunda 
aqui  el  dinero  y  que  no  savese  que  hazer  con  el, 
pues  emplease  tan  infructuoso  y  fuera  de  propo- 
sito? pero  ya  conozeis  el  saver  desta  gente; por  lo 
demás  todo  permaneze  tranquilo ,  y  con  tal  que 
el  vientre  no  sufra,  lo  demás  marchará  como  á 
la  Providenzia  plázcale.  El  cuerpo  del  difunto 
Rey  ha  sido  avierto  y  embalsamado  ayer,  y  ma- 
ñana por  la  noche  se  le  trasladará  al  Escorial. 
El  corazón  no  era  mayor  que  vn  huevo  de  palo- 
ma, y  eslava  fofo;  el  higado  encontrosele  casi  po- 
drido y  dentro  el,  vna  piedra  como  tamaño  de 
un  hava  y  negro  corno  café  del  tostado.  Rezibid 
Honorable,  etc.  »  Despedíme  del  Ilustre  Señor 
Corregidor ,  aplazados  quedando  para  más  tarde 
en  el  entierro ;  dejé  Casa  de  la  Corte ,  y  fuíme  á 
la  mia,  donde  dispuse  por  medio  de  mis  criados  y 


yUE  SE  FUÉ.  371 

los  de  Su  Ilustrísima  el  convite;  tomé  alimento,  y 
concilio  un  poco  el  sueño  perdido,  pero  no  en 
completa  calma. 

Despertóme  la  segundilla  (99)  de  coro  de  la 
Catedral ;  las  dos  eran  de  la  tarde ;  hice  sacar 
vestidos  negros  ;  pósemelos  ,  que  antes  de  mi 
tocado  hacer  las  campanas  de  los  conventos  del 
Carmen  y  San  Francisco,  como  las  de  Parroquia, 
tañian  funeral;  no  cisquéme  de  polvos  la  peluca, 
que  luto  denota  no  peinado  ir ,  y  enderecé  á  casa 
de  Fray  Ambrosio ,  donde  acudiendo  fueron  per- 
sonas de  sangre  y  de  limpia  nota  de  hidalguía, 
por  el  tanto  no  de  amigos,  que  nunca  serlo 
quieren  sino  de  quien  azul  como  ellos  la  sangre 
tiene,  sino  porque  dineros  debíanle  al  difunto, 
con  la  idea  de  presentes  haciéndose  que  no  re- 
pretáraseles.  Allí  el  Ilustre  Señor  Corregidor  y 
otros,  con  la  viuda  y  con  los  hijos  estaban  en  un 
oculto  estrado  de  la  casa  que  á  oscuras  quedado 
habia  por  el  cerramiento  del  ventanaje ,  para  más 
triste  parecer  ;  y  cuando  vuelecico  de  clamor 
gordo  las  campanas  tocaron ,  bajáronse  al  zaguán 
el  ataúd  con  el  difunto,  que  al  comedio  del  tal  za- 
guán, que  vestido  de  bayetas  estaba,  sobre  una 
mesa  dejáronle,  con  blandoncicos  á  la  redonda 
puestos  y  ardiendo  de  cera  amarilla  en  arandelas;  á 
los  pies  una  caldereta  habia  con  hisopo;  y  cuando 


372  MURCIA 

haj.iinos,  ;is[)er>ion  tiró  cada  vivo  y  presente  al 
muerto,  á  quien  burlas  y  momos  hacían  de  su 
tiesura  desvergonzadas  mujeres  y  churretosos  za- 
gales desde  la  puerta  de  la  calle,  la  que  paño  te- 
nia, y  tendria  colgado  el  novenario  todo.  Sintióse 
rumor  en  la  calle  dicha ,  y  vino  y  siguió  á  poco 
una  como  procesión ;  formábanla  los  muñidores  de 
las  Cofradías,  ruido  metiendo  con  sus  campanicas, 
tocando  como  para  pedir  ánimas  de  nochecido, 
los  que  vestimenta  cubríanse  de  bayetón  con  más 
claras  que  bujeros,  más  bujeros  que  cera  gotosa, 
y  désta  más  que  roña  en  los  capuces,  que  era 
más  que  la  falta  de  pelo  y  raimiento  de  la  trama, 
que  más  á  tela  de  araña  parecíase.  Compañeros 
seguíanles  los  lloradores  pobres,  que  oficio  lu- 
crativo es;  y  si  los  ojos  con  cebolla  úntanse. 
por  mejor  parecer  contristados  por  la  muerte  del 
difunto,  no  embárgales  tanto  la  pena,  que  las  ga- 
nas quíteles  de  plomos  echar  en  los  pábilos  de  sus 
hachas,  para  que  éstas  lloren  por  ellos  y  córrase 
su  cera,  los  muy  galopos,  que  bien  corridos  lo 
son.  Los  arrendadores  tras-venian  con  capas,  que 
sólo  pónense  para  boda ,  bautizo  y  entierro ,  los 
quienes  velas  en  la  mano  traían ;  como  Plantones 
fila  formaban  á  comedio  unos  tras  otros  y  en  tre- 
cho los  estandartes  de  cofradías  ,  que  cuantos  más 
fueren,  y  cuéntelos  la  gente  por  lo  tal,  tanto  más 


QUE  SE   FUÉ.  373 

vanidad  muéstrase  y  riqueza,  pues  de  alquiler  son 
y  de  costa  tiene  cada  uno  un  peso  duro.  Las  dos 
órdenes  del  Carmen  y  San  Francisco  en  hileras 
largas  asimesmo  venian,  con  caras  tristes  y  alegre 
sentimiento  interior  de  la  gloria  que  gozaba  ya  el 
difunto,  que  dejábales  misas  y  memorias  pias;  vi- 
niendo á  seguida  cruz  y  ciriales,  piporros,  bajones 
y  bajoncicos,  junto  con  los  sochantres,  que  rumor 
de  bóveda  con  sus  voces  lastimeras  hacían ,  á  los 
cuales  acompañábales  el  coro  de  clérigos  y  mona- 
gos, murmurando  estos  últimos  de  la  poca  limosna 
ó  de  la  pequenez  de  las  velas,  la  cual  irreverencia  y 
falta  de  respeto  en  los  entierros  vese  á  menudo. 
Como  derecho  de  arrendadores ,  portear  á  el  amo 
es  en  Murcia,  haciendo  piernas  con  el  ataúd,  seis 
dellos  fuéronse  detrás  de  los  Parroquiales,  después 
de  responso  echar  el  Preste  con  pausa ,  y  asper- 
sión hacer  desde  la  puerta;  siguiendo  al  Ilustre  Se- 
ñor Corregidor,  que  tras  de  nuestro  amigo  iba  con 
las  personas  del  duelo,  todos  nosotros  los  amigos, 
arrastrando  paño,  que  de  moda  y  gala  triste  es  lo 
de  la  cola  en  los  manteos ,  como  la  cabeza  echar 
sobre  el  pecho,  por  figurar  pena,  aunque  regocijo 
haya  por  la  herencia. 

Llegados  á  la  Parroquia ,  y  puesto  á  Fray  Am- 
brosio en  la  tumba,  cantáronle  todo  el  grave  oficio 
de  difuntos;  concluido  el  cual,  á  una  capilla   con 


374  MURCIA 

él  fuimos,  donde  su  familia  enterramiento  de  bó- 
veda tenia  con  patronato ;  que  á  no  así  ser  ,  se  le 
hubiera ,  con  largueza  de  dineros ,  enterrado  á 
dentro  la  iglesia;  y  de  no  tener  tantos,  á  puerta 
fuera  en  el  atrio  de  cementerio;  bajáronlo  bajo 
tierra,  echáronle  la  losa,  cantaron  el  Requiescat  in 
pace,  y  el  duelo  á  la  puerta  de  la  iglesia  en  sillones 
púsose,  por  delante  del  cual  los  caballeros  pasa- 
ron cabezadas  dando  y  diciendo:  « Lo  mismo  digo, » 
sin  se  saber  por  qué,  ni  qué  dijeron  primero, 
aguardando  el  acompañamiento  en  la  calle.  A  la 
casa  fuimos,  y  en  el  zaguán  mesas  tenian  como 
arriba  en  las  cámaras  de  los  estrados  altos,  sir- 
viendo en  ellas  al  cortejo,  y  abajo  á  los  arrenda- 
dores y  cofalandros,  chocolate  en  salvillas,  con 
bizcochos  y  aloja ;  como  un  pastel  de  carne  y  una 
escudilla  de  vino  á  los  de  baja  condición.  Acabado 
lo  cual,  en  la  antecámara  sentóse  la  viuda  con  lar- 
gas, negras,  monjiles  y  dueñosas  tocas,  suspiros 
dando  por  alguno  de  los  que  despedíanse  de  ella 
diciendo:  «Lo  mismo  digo;»  tanimientras  otros 
suspiros  un  año  pasado,  daria  con  voluntad  en  el 
altar,  pues  no  todos  los  (pie  ^  indos  quedan,  siem- 
pre viudos  así  mueren  (100),  que  ya  el  refrán 
dice:  «A  Rey  muerto.  Rey  puesto,»  de  lo  cual 
hablar  debemos  ahora. 

De  la  muerte  dice  Juan  Oven: 


QUE    SE   FUÉ.  375 

Tal  vez  la  hacienda  robada 
vuelve  el  ladrón  con  fiel  modo; 
húrtalo  la  muerte  todo , 
pero  restituye,  nada. 

lo  cual  cierto  y  verdadero  es,  porque  para  el 
muerto  no  vuelve  más  vida  que  la  vida  eterna,  ó 
el  eterno  infierno,  según  lo  bueno  y  malo  que  hu- 
biere hecho,  dejando  aquí  todo,  como  si  dijera: 
«Ahí  queda  eso;»  tal  como  (y  de  secreto  diré- 
moslo)  el  Rey  Nuestro  Señor  D.  Carlos  II ,  que 
Doctores  tuvo  ala  cabecera  de  sus  gobiernos,  que 
sangrías  y  muchas  á  los  Estados  dieron  de  dine- 
ros y  sangre  con  los^autos  de  fe  y  guerras,  las 
cuyas  medicinas  achicar  hicieron  el  círculo  de  las 
venas  de  la  España,  que  mucho  enfermó  por  fies- 
tas, galas  y  guerras,  con  que  aniquilada  ética  tor- 
nóse, calentura  lenta  agarrando  á  la  cabeza  della, 
que  el  Rey  fué ,  y  visiones  de  brujas ,  encanta- 
mientos y  hechicerías  todo  figurábasele ;  no  le  bas- 
taron epitbimias,  como  que  muy  enfermo  de  chico 
el  corazón  tenia;  y  por  nada  saber,  no  hizo  ni 
supo  hacer  heredero  de  su  solio  tampoco ;  por  todo 
lo  cual,  si  desangrado  el  Estado  murió,  tal  suce- 
dióle al  Rey  de  calenturiento,  y  á  la  Monarquía  y 
Real  Casa  de  Austria,  por  falta  de  fuerzas  viriles, 
cuando  la  Centuria  vieja  ya  de  cien  años  decima- 
sétima  murióse  al  tiempo  propio. 


376  MVRCIA 

Traza  de  muerte  y  tintas  de  gori-gori  esta  tabla 
de  mi  retablo  tiene,  como  último,  pues  lo  de  morir 
para  lo  postrero  dejar  debemos ;  la  España  verda- 
dera murió,  y  sus  haciendas  á  manos  irán  de  otra 
Raza ,  que  tornaráse  vieja  y  enfermiza  acaso  más 
en  el  poder  y  regimiento.  Con  la  ya  pasada  murió 
el  Rey  Católico ,  que  su  cabeza  era ;  con  el  año 
pasado  murió  la  Centuria  ya  chocha ;  con  esta 
última  tabla,  remate  y  fin  este  librico  tiene.  La 
historia ,  que  por  eterno  tiempo  el  suyo  abierto 
muestra ,  juicio  hará  de  las  cosas  pasadas  de  los 
Príncipes  y  Reinados,  como  la  crítica  ojeará  este 
retablo  de  imaginería,  que  aquí  muere.  Aquella 
fuerte  Nación ,  Monarquía  ,  Raza  y  Centuria  que 
hombres  Doctos  y  de  saber  hicieron ,  matáronla 
Doctores  de  Estado...  Este  librico,  que  yo  nacer 
hice  (Deo  gratias),  mátele  (á  Dios  sean  dadas)  sin 
más  medicinas  y  sangrías  que  las  que  achicaron 
el  círculo  de  la  paciencia  tuya,  caro  lector.  Pón- 
gole  de  cuerpo  presente;  al  su  entierro  convidóte; 
que  si  los  que  van  á  entierros  Enterradores  dícen- 
les  ,  porque  sepoltura  dan  en  tierra  á  cuerpos 
muertos;  los  que  leen,  débenlo  ser  por  el  tanto  de 
sepultar  en  su  memoria  cosas  ya  que  acabaron 
y  fin  tuvieron,  como  este  susodicho  librico;  échale 
tierra.  Si  buenas  obras  con  él  hice,  dale  premio 
de  gloria  eterna  en  tu  memoria  y  bibliotecas;  si 


guE  SE  FUÉ.  377 

malas,  con  rigor  infernal  tratado  sea  en  especie- 
rías ó  tiendas  liando  sardinas,  como  en  excusado 
sitio  de  cámaras.  Saquéle  á  la  luz  para  que  vieras 
lo  que  Murcia  que  se  fué  adelantada  estaba  cuando 
se  escribió  por  mí ,  en  oscuridad ,  según  algu- 
nos, y  luego  puédase  ver  á  la  más  luz  de  otra  lu- 
minosa centuria ,  al  decir  de  casi  toda  la  muchí- 
sima gente  sabidora  del  tiempo  futuro.  No  es- 
cribí mucho  por  no  matarte  ni  matarme,  y  como 
la  vida  sólo  tiene  un  solo  último  suspiro,  esta 
obra  un  solo  último  pensamiento  tendrá  de  un  solo 
último  verso  desta  última  ya  conocida 

DÉCIMA. 

A  todo  la  muerte  hiere; 
la  obra  que  más  se  dilata 
á  su  propio  lector  mata, 
y  su  autor  en  ella  muere; 
y  aun  el  libro  que  más  quiere 
de  la  fama  el  gran  poder 
eternizar,  y  extender 
y  dar  vida  en  su  clarin, 
al  cabo  tiene  su  fin 
cuando  acaba  su  leer. 

Ya  rematado  queda  este  librico ;  yerros  tiene 
muchos;  perdónalos.  Una  palabra  ciérrale;  ésta  es: 


FIN. 


TRAZA  Y  ADEREZO 


TABLAS  CONTENIDAS  EN  ESTE  RETABLO  DE  IMAGINERÍA. 


Introducción 1 

Poesías 19 

Al  lector 25 

TABLA  I. —  El  sopista  Caña-Eja. — Representa 
un  sopista  que,  siendo  pobre,  carrera  seguia,  y 
enseñaba  el  circuito  desta  ciudad  de  Murcia, 
sus  calles  y  acomodos 27 

TABLA  IL — El  Cuco  Bermejo. — Representa  el 
mesón  deste  intitulo  con  su  mesonero,  vida  y 
milagros,,  que  hombre  de  ellos  era;  y  dase  ra- 
zón de  las  ordenanzas  de  tales  casas 38 

TABLA  IIL — La  pieza  dr  examen.  —  Representa 
la  plaza  de  Santa  Catalina  ;  el  taller  y  vida  de 
los  sastres;  examen  de  uno;  y  razón  se  da  de  las 
ordenanzas  de  su  gremio 50 

TABLA  IV. — Paseo  de  solaz  y  honesto  trato. — 
Representa  lo  que  al  otro  lado  la  puente  habia: 
allí  conócese  á  caballeros  que  leen  cosas  de 
ingenio,  y  se  da  noticia  de  los  conventos  de  tal 
parte 70 

TABLA  V. — Tertulia  distinguida  de  gente  desco- 
gida.— Representa  una  principal  y  noble  casa, 
donde  tertulia  tenian  grandes  y  nobles  señores; 
y  conócese  la  Riada  de  San  Calixto,  que  mu- 
chos daños  hizo 84 

TABLA  VI. — Entre  la  queda  y  el  alba.  — Repre- 
senta al  claro  y  oscuro,  los  amores,  penitencias, 
casos  y  cuchilladas  que  hay  entre  tal  y  cual 
campaneo 101 

TABLA  VIL — El  Alarife  Picoleta. — Representa 
la  vida  de  albañiles:  querellas  y  desaguisado 
que  armaron,  y  que  hizo  menester  la  repetición 
de  su  ordenanza 114 


380  MURCIA 

PÁGIXAS. 


TABLA  VIH.  —  Marta  Carantoñera.  —  Repre- 
senta una  conocida  casa  de  manceberías,  donde 
ofendíase  mucho  á  Dios  con  malos  tratos:  tam- 
bién conócese  un  ingenioso  romance  y  otras 
cosas  dignas  de  saberse 136 

TABLA  IX. — RoPRiGO\  de  Bodegón. — Representa 
calle  de  Bodegones:  conócese  auna  rara  persona, 
como  noblezas  de  Murcia;  y  á  más  de  una  cues- 
tión de  dineros,  las  ordenanzas 151 

TABLA  X. — La  Voz  Pública. —  Representa  al 
pregonero  y  su  tio,  su  casa  y  vida:  saliendo  lue- 
go Pregón  Real  de  ordenanzas  de  la  seda,  que 
cosa  es  de  saberse  muy  útil 170 

TABLA  XI. — La  pastelería.  —  Representa  una 
casa  tal ,  con  su  guisa  de  menesteres ,  fama  de 
todo,  y  ordenanzas  desta  materia  de  gusto  y 
gasto 186 

TABLA  XII. — Mercado  privilegiado. — Represen- 
ta el  día  de  jueves  con  sus  privilegios,  costum- 
bres, práticas  y  noticias,  saliendo  al  vivo  algu- 
nas figuras  y  otras  cosas  que  verá  el  curioso 
lector 199 

TABLA  XIII.  —  Escolastici  Vit.í  Bagabuxdi. — 
Representa  un  desván  de  una  casa  donde  cuatro 
estudiantes  de  la  tuna  con  un  vestido  vivían;  y 
trazas  de  gandaya 217 

TABLA  XIV.  —  Bandera  y  bandolera.  —  Repre- 
senta como  vínose  de  tiempo  há  en  servicio 
de  S.  M.;  conócese  á  varios  capitanes,  y  hacen 
de  nuevo  á  un  alférez ,  con  otras  cosas  de  his- 
toria       235 

TABLA  XV. — Tras  vísperas,  vistas.  —  Repre- 
senta los  conventos  de  frailes  y  monjas  con  su 
historia,  costumbre  ya  pasada  de  vistas,  yes- 
cándalo  por  tal  causa". 253 

Tabla  XVI. — Relator  de  riego  y  abogado  de 
SECANO.  —  Representa  la  vista  desta  huerta  de 
Murcia  y  su  sierra;  conócese  en  el  fondo  á  un  pa- 
nocho que  relata  en  su  habla  las  ordenanzas  de 
labraduría 271 

TABLA  XVII. — Ingenios  murcianos. — Representa 
el  pueblo  de  Aljezares,  á  donde  á  comer  van  al- 


2UE  SE    FUÉ.  381 


gunos  conocidos ,  que  coplas  de.  verso  y  cosas 
buenas  dicen,  que  saberse  deben 290 

TABLA  XVIII. — Procesión  General  y  Bendición 
Papal. — Representa  en  el  fondo  algunas  proce- 
siones, y  en  término  primero  con  vivas  colores 
y  expresión,  la  del  SS.  Corpus ,  con  su  acom- 
pañamiento entonces 309 

Tabla  XIX. — Sarao,  comedia  y  cena  en  casa 
AJENA.  —  Representa  con  decoración  el  teatro 
de  la  historia  destas  diversiones  en  Murcia; 
conócese  á  un  autor  comediante  de  fama ,  y  á 
un  ginovés  con  dineros  que  de  un  sofocón  en- 
ferma       329 

TABLA  XX. — Doctores  y  enterradores. — Repre- 
séntanla-  algunos  titulados  para  curar,  matar 
y  enterrar,  lo  cual  ejercen  con  una  rica  persona, 
que  da  fin  como  la  España,  la  Dinastía,  el  Rey, 
la  centuria  y  esta  obra 352 


FIN  DE  LA  TRAZA. 


LO  QUE  OLVIDÓSEIVIE. 


Intenciones  tuve  de  interrumpir  el  Retablo  pe  imaginería 
varias  veces  para  hacer  ver  algo  sobre  la  manera  de  escri- 
birle según  antiguos  tiempos;  pero  sólo  Dios  sabe  por  qué  no 
hícelo,  y  ahora  á  la  memoria  viene:  tratar  debo  de  ello,  que 
muy  necesario  es  cuando  vemos  que  en  este  tiempo  corren 
las  obras  cuanto  peores,  insultantes,  obscenas,  inmoralesy 
hasta  heréticas  fueren ,  teniendo  estas  ruidosa  fama ,  y  pro- 
vecho sus  cínicos  autores;  así  pues,  creyendo  que  este  libro 
traspasa  los  límites  de  la  ciudad,  la  provincia,  el  Reino  y  la 
Nación  (que  no  es  vana  gloria  pensar  así  cuando  más  corrió 
un  otro  libro  que  su  autor  intituló:  (ilSo  hay  Dinxn),  fuerza 
es  que  tratemos  algo  sobre  la  manera  de  hablar  de  los  mur- 
cianos, del  cuyo  extraño  lenguaje  repetidas  pruebas  tenemos 
en  el  libro  del  Retablo;  pues  chasco  y  no  flojo  seria  que  fuera 
de  la  provincia  tomáranse  las  palabras  como  bárbaras  é  idió- 
ticas :  en  Murcia  se  escribió  el  susodicho  librico,  en  ella  ar- 
reglé su  publicación,  y  debí  usar  un  lenguaje  murciano  en 
toda  la  obra  que  fuera  el  usado  en  los  tiempos  del  buen  hablar, 
prefiriendo  que  se  me  toche  de  exagerado,  á  incurrir  en  los 
galicismos  de  los  que  hoy  escriben  con  tinta  española  locu- 
ciones extranjeras  y  palabras  indefinibles. 

Decia  y  repito  que  es  preciso  hacer  ver  á  los  críticos  la 
natural  y  franca  pronunciación  de  las  voces  murcianas ,  razo- 
nando el  uso  del,  para  algunos,  extraño  lenguaje:  á  este  fin 
consagro  la  última  parte  de  esta  obra  para  indicar  del  modo 
más  breve  y  compendioso  un  ensayo  filológico  histórico,  ter- 
minado por  un  léxico  de  las  voces  más  usuales,  pues  (si  el  Se- 
ñor de  nuestra  vida  no  dispusiere  pronto)  tenemos  intención 
de  emplear  algunos  ocios  en  una  obra  más  ordenada ,  aunque 
no  tanto  como  fuera  de  desear  y  mis  lectores  merecen :  ma- 
nifestado esto,  allá  va  lo  que  prometo  y  no  sé  si  podré  cum- 


384  MURCIA 

plir,  advirtiendo  que  tengo  á  la  vista  cuando  esto  escribo  las 
obras  de  los  Doctores  Monlau  y  Borao,  cuanto  de  los  licen- 
ciados Cáscales  y  Ponzoa  ,  así  como  otras  de  consulta ,  que 
para  tomar  y  dejar  sírvenme. 
Remate  un  autor  antiguo  y  el  moderno  comience. 


Sabido  es  de  muchos  que  acabada  la  guerra  de  Troya,  mil 
cuatrocientos  años  antes  de  J.  C.  fué  cuando  los  avaros  mer- 
caderes y  navegantes,  fenicios  y  griegos,  colonizaron  en 
formas  pacíficas  y  amistosas  con  los  naturales  las  ricas  y  fér- 
tiles costas  del  Mediterráneo;  pero  su  influencia  no  debió  sen- 
tirse sino  en  el  litoral ,  como  obsérvase  en  Cartagena ,  cuyas 
minas  ellos  abrieron,  labrando  casas  y  hornos,  los  que  des- 
cúbrense  á  menudo,  no  pasando  tierra  adentro:  poco  ó  nada 
podrían  variar  el  lenguaje ;  mas  dejaron  señalados  algunos 
puntos  con  nombres  griegos ,  como :  Denia ,  Sagunto,  Rosas, 
Pirineo,  Teucria  (Cartagena) ,  etc. ,  y  la  Península  quedó  co- 
nocida con  un  nombre  griego,  España ;  comprendiéndose  que 
Murcia  no  pudo  tener  en  el  sitio  actual  población  alguna,  pues 
debiera  ser  la  vega  de  su  rio  un  fértil  bosque  virgen ,  acasa 
mal  sano ,  en  que  no  se  conocieron  las  Colonias  Helénicas,  si 
bien  se  quiere  suponer  que  el  nombre  Murcia  es  derivado  del 
griego  ixupxta-mirto.  por  los  mirtos  ó  arrayanes  de  sus  cerca- 
nías; mas¿estaria  dónde  hoy?  sea  como  quiera,  y  no  muy  tarde, 
la  dominación  romana  extendióse  por  toda  la  Península ,  y 
pudo  entonces ,  por  los  primeros  pobladores  de  la  orilla  del 
rio ,  hablarse  el  idioma  del  Lacio.  Cartagena  con  sus  conti- 
nuos y  sangrientos  sitios  que  hicieron  acudir  ejércitos  nume- 
rosos dio  luego  pobladores  latinos  que  aprovechasen  la  ri- 
queza de  las  tierras  y  las  beneficiasen;  éstos  debían  hablar 
un  lenguaje  greco-latino,  corrompido  por  voces  de  los  natu- 
rales; de  él  no  quedan  restos:  las  lápidas,  único  documento 
arqueológico  filológico ,  no  dan  sino  una  idea  de  la  expresión 
latina  prevenida  legalmente,  no  del  lenguaje  vulgar;  pero  de- 
jaron pueblos,  cuyos  nombres  indican  lo  expresado:  Libralla^ 


QUE  SE  FUE,  B85 

Librilla;  Cepti,  Ceuti;  Adeo,  Aledo;  Tiirbula,  Tobarra;  Ili- 
num,  Hellin;  YeUazo.  Yecla ;  Ilorcis,  Lorqui;  Mons  Acu- 
tus.  Monte  Agudo,  los  cuales,  como  se  ve,  han  conser- 
vado su  radical  á  través  de  los  tiempos. 
.  El  idioma  latino,  en  medio  de  su  lastimosa  decadencia,  si- 
gwió  siendo  el  usado  en  toda  la  Península  á  pesar  de  la  domi- 
nación goda ,  que  no  impuso  su  lenguaje,  pero  que  le  dejó 
sentir:  Cornelio  Tácito  se  lamenta  de  la  mala  latinidad,  San 
Gerónimo  siente  su  decaimiento,  y  el  ilustre  Cartago-Noven- 
se,  San  Isidoro,  llama  «mixto»  al  idioma  militar,  corrompido, 
entre  latino  y  bárbaro  por  las  conquistas;  y  tanto  lo  debió 
ser ,  que  los  antiguos  Báslulos  y  Contéstanos ,  á  la  caida  de 
Rodrigo  en  el  Guadalete ,  cuando  alzaron  á  su  pariente  Teu- 
dimero,  señor  Godo  de  Tadmir  (región  Tadmira  ó  de  las 
Palmas,  Múrcia),á  pesar  de  la  sabiduría  y  elocuencia  de  éste, 
como  de  sus  grandes  dotes  de  gobierno,  no  han  dejado  nom- 
bres godos  ni  pn  pueblos  ni  en  lugares  de  campo,  sino  algu- 
nos, como  Tutana ,  Giomala,  y  estos  dudosos,  como  también 
Thader,  con  que  conocieron  al  rio. 

Desde  743  ,  la  región  Tadmira  ó  de  las  Palmas  se  ocupó 
por  los  árabes  después  de  las  discordias  de  Córdoba,  quienes 
por  entonces  más  agricultores  que  hombres  de  letras,  repar- 
tiéronse los  terrenos  de  las  orillas  del  Thader  ya  dicho,  á  que 
llamaron  Wad  al  Abiat,  poniendo  á  la  ciudad  por  nombre 
Mursiat,  corrompido  del  que  antiguo  traia :  á  consecuencia  de 
nuevas  labores  en  los  campos  y  fundaciones  de  Alxamas  y 
Alkerias,  tomaron  estas  nombres  variados,  así  como  los  nue- 
vos cauces  de  riego;  aquellas:  Cantarac^  Alcantarilla; 
Almazarrón j  Mazarron  ;  Alacant,  Alicante;  Wad-Aix, 
Guadix;  Cara-Wac,  Caravaca;  Se/íegíin,  Cehegin;  MulaL 
Muía ;  Oriola ,  ürihuela ;  /sso>  Yso;  Xecura ,  Segura ;  Zieza, 
Cieza ;  Alxelab,  Aljezares;  Alxuzer,  Aljucer;  y  los  dichos 
riegos  tomaron  los  nombres  de  sus  dueños  ó  jefes  de  tribus, 
como  Beni-Hajan,  Zaraiche,  Alfande,  Bene-Tuzer ,  Rabal, 
Cara-Yija,  Alkerias,  Beni-Ale,  Zeneta,  Beniel ,  Al-Wazas, 

25 


386  MURCIA 

Alfietami:  resultando  que  realmente  el  árabe,  uno  de  los 
idiomas  afines  al  hebreo,  fué  el  que  dio  origen  en  esta  co- 
marca á  una  manera  regular  de  expresión,  puesto  que  no  hay 
pueblo  ni  partido  en  que  no  se  conserven  locuciones  arábigas 
en  abundancia,  que  trasmiten  á  través  de  los  tiempos  un  rasgo 
particular ,  un  accidente  fonético  que  lo  acredita :  la  adición 
del  artículo  Al,  arábigo ,  al  nombre,  formando  con  éste  una 
sola  palabra, como  Al-caide,  Al-cali,  Al-ferez  es  muy  común; 
y  no  es  posible  enumerar  los  casos  en  que  las  vocesse  pronun- 
cian con  tal  artículo  ó  con  su  sinónimo  or,  ó  ya  perdidos 
ambos  usos,  como  en  A-cequia  ,  A-cibar  que  en  un  principio 
se  pronunciaron  Al-cequia  ,  Al-cibar. 

Mucho  debió  perfeccionarse  el  idioma ,  pues  por  diversos 
autores  sabemos  cuántos  y  grandes  de  letras  ílorecieron  du- 
rante la  dominación  árabe ;  hé  aquí  algunos  de  los  princi- 
pales: 

Abd  el  Malek ,  poeta  filósofo. 

As-cher  Ben  Margia ,  sublime  escritor. 

Abul  Fadal ,  sabio  y  poeta. 

Fahtima,  poetisa. 

Shan  Sedin ,  Perfecto  de  la  Academia  de  Granada. 

Abdalla  Abdarra ,  matemático  ilustre. 

Mohamad  Altagib,  sabio  poeta  y  escritor  de  derecho. 

Al-Katani,  poeta  distinguido. 

Abu-Rojial-Ben  Galbo,  poeta  y  wizir. 

Albok-Hari,  poeta  y  distinguido  literato. 

Inútil  será  buscar  escritos  de  estos  y  otros  muchísimos 
¡lustres  literatos,  por  los  cuales  viniéramos  en  conocimiento 
de  los  adelantos  de  un  buen  hablar  y  de  lasjoyas  que  dejaron, 
producto  de  su  fogosa  inteligencia,  de  la  inspiración  de  sus 
pensamientos,  expresados  con  extraños  y  bien  trazados  giros 
en  ese  idioma  en  que  cada  frase  es  un  eco  armónico ,  cada 
alabanza  á  su  Dios  un  poema;  el  Cardenal  Giménez  de  Cis- 
neros,  después  de  otras  pesquisas ,  mandó  quemar  todos  los 
escritos  árabes;  después  siguieron  otras  persecuciones,  y 


QUE   SE   FUK.  387 

por  último,  poco  ó  nada  queda  de  ellos  para  apreciar  su  bella 
literatura,  que  muy  adelantada  estarla  al  aparecer  por  las 
fronteras  del  reino  de  Aragón,  en  pié  de  conquista,  Don 
■Jaime  1  amenazando  al  Reino  de  Murcia.  Ocioso  es  detenernos 
á  seguir  paso  á  paso  la  guerra  que  preparó  la  entrega  de 
Murcia  por  Al-Boaques,  y  pasáramos  á  considerar  lo  impor- 
tante de  este  suceso  con  relación  á  la  parto  filológica. 

El  valiente  autor  do  Lo  libre  de  la  Saviesa,  el  Rey  que 
hizo  su  Crónica  ó  Comentari,  á  fin  de  conquistar  á  Murcia 
para  su  sabio  yerno,  habia  levantado  en  Mallorca,  Cataluña, 
Aragón  y  Valencia  una  de  esas  cruzadas  de  que  no  hay  ejem- 
plo, para  la  cual  recibió  expresa  Bula  de  Clemente  VI,  que 
publicó  en  Tarragona  y  Valencia,  formando  un  poderoso  ejér- 
cito de  nobles,  y  ricos  infantes,  y  caballeros ,  no  sólo  valero- 
sos, sino  también  sabios  y  grandes  hombres  de  letras;  en  su 
mnyor  parte  aragoneses,  catalanes,  valencianos  y  mallorqui- 
nes; y  algunos  franceses  é  italianos:  los  apellidos  Moneada, 
Cervellon,  Alexandri,Anglesola,  Busaldú,  Bardají,  Benvengut 
de  Lizana,  Claramonte,  Dosca,  Despuig,  Juglar,  Provenzal, 
Xufré ,  RocafuU ,  y  todos  cuantos  otros  cita  el  erudito  Cas- 
cales  en  los  linajes,  prueban  que  los  verdaderos  capitanes 
conquistadores  que  lograron  repartimiento  y  mercedes  de 
tierras  y  feudos,  fueron  aragoneses,  en  la  natural  expresión, 
por  ser  servidores  de  aquel  Rey;  por  tanto,  estos  caballeros 
impondrían  desde  luego  su  idioma  para  entenderse  con 
los  vencidos ;  el  provenzal  seria  el  primero  que  para  los 
tratos  agrícolas  y  domésticos  usasen,  y  aunque  para  los  efec- 
tos legales  tuviese  fuerza  en  los  documenlos  el  romance  cas- 
tellano, obsérvase,  no  obstante,  en  algunos  relativos  á  Murcia, 
cierta  intención  á  los  giros  del  provenzal,  y  también  palabras 
que  indican  el  poco  uso  vulgar  del  romance,  fuera  de  la  esfera 
elevada  de  saber  desde  la  cual  el  Rey  D.  Alfonso  escribió 
sus  Cánticas,  Cartas,  etc. 

Si.  pudiéramos  juntar  las  cenizas  de  los  quemados  docu- 
menlos relativos  ala  rendición  de  Murcia,  no  vacilamos  en  ase- 


388  MURCIA 

giirnr  que  enconlrririomos  párrafos  como  este  del  «capitol  CLI 
»de  la  Conquesta  del  Regna  de  Murcia.  E  quaní  vench  al 
«tercer  dia  faem  venir  devant  nos  nostres  filis :  é  el  bisbe  de 
»Burceloua  é  els  richs  homens  de  Calhalunya  e  Daragó  qui 
McreB  ab  nos.»  O  bien  esta  del  «capitol  CLIU.  E  haguem  dos 
«adaüls  é  trameten  los  al  Rey  de  Caslella  ab  noslres  cartas 
«con  faes  emparar  la  ciutat  de  Murcia  é  els  altres  castells  en- 
»tre  Murcia  e  Lorca,  é  els  allres  castells  eren  XXVIII  castells 
«squells  que  nos  los  rendem.  Esempere  dematinent  retem  la 
«ciutat  de  Murcia  á  D.  Alfonso  Garcia  é  ell  pres  Lal-cazer ,  é 
»mes  hi  les  guaytes  sues.» 

Comprobemos  este  lenguaje  con  otro  coetáneo;  pero  antes, 
séanos  permitido  repetir  una  nota  marginal  de  Ambrosio  de 
Morales  en  la  Crónica  de  D.  Alfonso  X:  «Tuvo  el  Rey  D.  Al- 
«fonso  para  hacer  estas  Partidas ,  por  muy  principal  letrado 
«entre  otros,  á  micer  Jacobo,  natural  ds...  que  después,  por 
«estas  Partidas  que  hizo,  le  llamaron  Jacobo  de  las  Leyes. 
«Fué  muy  heredado  en  Murcia,  y  dejó  allí  su  casa,  y  los  que 
«hoy  hay  allí  del  linaje  de  los  Paganos ,  dicen  que  son  sus 
«descendientes.»  Supone  Cáscales  que  los  de  dicho  apellido 
provienen  de  Genova ,  y  siendo  ésto  así,  Jacobo  de  las  Leyes, 
que  se  estableció  en  Murcia  y  labró  capilla  de  enterramiento 
en  la  antigua  Catedral ,  cuya  capilla  se  demolió  para  cons- 
truir la  actual  torre,  pudiera  ser  quizá  él  ó  su  padre  uno  de 
tantos  caballeroscatalanes,  que  trajo  el  Rey  D.  Jaime;  y  aun- 
que usa  en  la  Suma  y  La  Margarita  de  un  lenguaje  castella- 
no, al  parecer  correcto,  también  podemos  creer  que  el  tal 
Jacobo  en  sus  primeros  tiempos,  antes  de  conocer  á  los  demás 
escritores  castellanos,  escribió  en  algún  estilo  aragonés,  como 
lio  sé  si  equivocados  nos  figuramos  que  revelan  algunos  pe- 
ríodos de  tal  Código.  B.  R.  3,  antes  de  la  Ley  XVIII,  Par- 
tidal.»,  título XVII,  dice:  «Cutianamiente  deben  estar  losPer- 
«lados  en  sus  eglesias  para  servirlas,  et  otro  sí  los  clérigo* 
«que  han  tales  beneficios  porque  son  tenudos  de  facer  eso 
«mismo,  et  si  lo  non  ficiesen,  non  les  deben  dar  las  rendas 


QUE    SE    FUÉ.  389 

»dellas.  Pero  razones  h¡  ha  en  que  las  pueden  lomar  maguer 
»no  las  sirvan  por  sí  mismos,  el  eslo  seria  como  si  el  Apos- 
)ítoligo  diese  privilegio  á  alguno  en  quel  olorgase  que  pu- 
»diese  haber  sus  rendas  maguer  non  serviese  la  eglesia ,  ó  si 
» fuese  costumbre  que  los  que  non  fuesen  présenles  levasen 
))sus  rendas.  Otro  sí,  habiendo  algunt  clérigo  personaje  ó  ca- 
«longia,  etc.»  En  la  Partida  3.^,  título  XVIH,  ley  XXVH, 
léese:  «Quien  debe  judgar  ios  previllejos  el  las  cartas  si  al- 
»guna  dubda  hi  acaesciere,  querérnoslo  mostrar  por  esta  lev: 
»onde  decimos  que  previllejo  de  donadío  de  Rey  non  lo  debe 
«judgar  ninguno  sinon  el  mesmo,  ó  los  otros  que  regnaren 
«después  del,  etc.»  O  también  en  la  Partida  expresada,  tí- 
tulo XX,  ley  III:  «Verdal  el  lealtat  es  cosa  que  deben  los  ho- 
»mes  mucho  guardar  en  todos  sus  fechos.» 

Aparecen  los  documenlos  antedichos  (en  el  supuesto  que 
las  Partidas  se  empezaron ,  ó  se  hizo  parte  de  ellas  en  Mur- 
cia), manifestando  que  la  mezcla  de  gentes  que  paulatina- 
mente hubo  en  tal  ciudad,  produjo  un  lenguaje  romanceado 
en  aragonés  para  las  personas  de  valer  y  de  ilustres  noblezas 
de  tiempo  de  conquista,  resultando  que,  según  Monlau  en  su 
Diccionario  elimológico :  (f Aragón  contribuyó  á  pulir  el  ro- 
«mance  castellano,  dándole  voces  cuya  eufonía  llegó  á  embe- 
«llecerle,»  dejando  por  mucho  tiempo  á  los  árabes  dedica- 
dos al  cultivo  de  la  huerta,  con  su  lenguaje,  que  al  mezclarle 
para  contestar  y  hacerle  inteligible  á  los  señores,  produjo 
una  verdadera  Aljamia,  conservándose  hasta  hoy  por  los 
huertanos,  que  más  corrompen  las  frases,  cuanto  más 
delicadas  quieren  pronunciarlas  con  objeto  de  aparecer  ins- 
truidos. 

Este  es  nuestro  humilde  juicio  acerca  del  lenguaje  mur- 
ciano, revelado  en  la  forma  y  dicción  de  sus  escritos  por  el 
¡lustre  hijo  de  Murcia ,  general  y  cronista  de  los  Reyes  de 
Castilla  D.  Pedro  hasta  D.  Enrique  III ,  Pero  López  de  Ayala 
en  su  Primado  de  Palacio  y  su  traducción  de  Tito-Livio: 
que  se  deja  conocer  en  el  Valerio  de  las  hestorias,  escrito 


390  MURCIA 

en  1462,  como  Las  victorias  campales,  en  1480  por  el  sabio 
Diego  Rodríguez  Almela ,  murciano  distinguido  y  Arcipreste 
de  Valde  Saniibañs  (Burgos),  cuyas  obras  fueron  las  primeras 
impresas  en  Murcia  en  1487;  en  ellas  se  observan  los  adelan- 
tos del  buen  hablar,  aunque  muy  paulatinamente.  Ginés  Pé- 
rez de  Hita,,  poeta  murciano,  dio  el  paso  de  presentar  la  no- 
vela en  este  reino  con  la  célebre  Guerras  civiles  de  Grana- 
da, Zegries  y  Abencerrajes^  publicada  en  Zaragoza  en  1589 
y  IbOo,  con  ficciün  descriptiva  por  Aben-Haraet,  como  Cer- 
vantes en  su  Cide-Hainete  Den  Engeli:  tanto  en  la  primera 
como  en  la  segunda  parte,  publicada  en  Alc-ilá  en  1604  con 
argumento  análogo  sobre  La  rebelión  de  las  Alpujarras,  se 
observan  nombres,  períodos,  giros  y  formaciones  de  un  estilo 
particular  y  extraño,  adelantando  en  la  finura  de  la  dicción  á 
el  anterior  Arcipreste;  pero  en  el  siglo  de  oro  para  las  letras 
españolas,  ellicenciado  D.  Francisco  de  Cáscales,  en  su  obra 
Discursos  históricos  de  Murcia  y  su  reino ,  la  más  acabada 
en  lenguaje,  en  su  discurso  9.°,  capítulo  IV,  manifiesta  un 
rasgo  especial  y  notable  de  expresión  literaria  en  estas  pala- 
bras: «i  él  acudió  allá  con  grande  acompañamiento  de  amigos 
»i  gente  popular,  con  poco  recelo  del  caso  que  !e  sucedió; 
»porque  cómelos  demás  medianeros  de  paz  que  el  Rey  abia 
«erabiado  hasta  entonces,  abian  sido  tan  blandos  i  boquimue- 
»lles,  pensó  Laza  que  esto  i  esotro  seria  todo  uno ,  i  asi ,  en- 
))tró  animosamente  donde  Rui  López  Davalos  estaba,  i  entrado 
»que  fué,  cerraron  con  él  seis  hombres  que  estaban  apresta- 
»dos  para  este  efecto,  i  uno  dellos  le  cortó  la  cabeza  súbi- 
«tamente,  etc.;»  como  en  el  mismo  capítulo,  las  siguientes: 
«Mal  hacen  los  coronislas  de  oir  cuentos  de  viejas,  ó  de  viejas 
«idiotas  para  gastar  la  verdad  i  destruir  el  fin  de  la  historia, 
»de  que  debieran  ser  constantes  profesores.  I  mal  hacen  tam- 
»bieu  de  aplausar  las  narraciones,  i  sin  fundamento,  que  la 
»traen  de  sus  antecesores  los  interesados  en  la  crónica  que  se 
»escribe,  etc.»  Presentamos,  entre  otras  muchas  que  pudiéra- 
mos, estas  citas,  para  hacer  observación  sobre  las  palabras: 


gUE   SE  FUÉ,  391 

«gen te  popular,  medianeros,  blandos  y  boquimuelles ,  viejas 
idiotas»:  como  también  la  acción  del  verbo  en,  «aplausar»,cosa 
muy  extraña  por  cierto,  en  obra  tan  seria  y  estudiada  como 
ésta,  y  mucho  más,  estando  escrita  por  un  catedrático  de  la- 
tinidad del  ilustre  y  famoso  seminario  de  San  Fulgencio;  nada 
diremos  de  la  formación  de  las  oraciones,  ni  de  otras  circuns- 
tancias retóricas  que  marcan  un  estilo  especiaL  el  cual  pugna 
por  conservarse,  habiendo  una  muestra  de  ello  en  las  palabras 
que  se  citan  en  la  Tabla  XVII,  ingenios  murcianos,  tomadas  de 
las  obras  de  D.  Diego  Saavedra  Fajardo  en  sus  Empresas  poli- 
ticas. 

Tales  son  los  documentos  que  ligeramente  presentamos  á 
la  consideración  de  los  lectores  como  ensayo  filológico  histó- 
rico del  habla  murciana  hasta  el  siglo  xvii,  á  más  de  las  varias 
Ordenanzas  de  gremios  citadas  á  la  letra  en  el  Retablo  de  ima- 
ginería, pretendiendo  probar  el  grado  de  adelanto  que  des- 
pués de  la  mezcla  del  aragonés,  árabe  y  castellano,  pudo  éste 
alcanzar,  después  de  modificarse  las  distintas  y  variadas  fra- 
ses de  los  dos  primeros  idiomas  para  someterse  al  influjo  del 
romance.  Muchos  barbarismos  debieron  cometerse  en  la  pro- 
nunciación por  la  gente  del  estado  llano,  pues  aun  en 
obras  y  documentos,  hasta  del  siglo  xvii,  se  hallan  palabras 
como,  metad,  millas,  niervos,  abellotas,  pidir,  sastifaicion, 
naide,  alifunli,  agora,  escuro,  estruir  y  mandurria,  usadas  por 
el  Arcipreste  de  Hita,  empues,  rábano,  asparrago,  inconvi- 
nientes,  riguridad ,  por  Tirso  de  Molina ;  y  mesmamente ,  por 
el  P.  Isla ;  pero  no  deben  tenerse  como  barbarismos  otras 
como  ajoarriero,  alicortado,  apañacuencos,  entrecavar,  cara- 
sol ,  zabacequias. 

Entre  las  palabras  derivadas,  hay  éstas :  adinerar,  agüera, 
apavilado,  apenar,  asolarse,  calorina,  crugida,  chorrada,  des- 
gana, encerrona,  escorredor,  estribera,  manifacero,  parejo, 
picoleta,  saquera,  volantero.  Vocablos  hay  alterados  por  antí- 
tesis, tales  como  achacarse,  albellon,  alcorzar,  almadía,  an- 
ganillas  ó  tanganillas,  bofo,  enjundia,  furrufalla,  gayata. 


392  MURCIA 

lezna,  margual,  restrojera,  rugiada,  tamborinazo;  distinguién- 
dose Ciros  por  anteponerse  la  sílaba  inicial  es,  primitiva  del 
des,  al  nombre,  como  escrimar ,  encanarse ,  esgarrar,  espa- 
tarrarse, astral,  estrévedes,  esvararse,  espalmar,  espelirido, 
estajo,  cuyas  voces  son  aragonesas,  tomadas  de  documentos 
antiguos,  y  las  cuales  aún  se  conservan  en  aquel  reino  como 
en  el  de  Murcia,  sin  que  olvidemos  las  de  origen  limosin  y 
catalán,  adovar,  amostazado,  baga,  bragas,  brescar,  corear, 
escalfador,  esclafar,  esponjado,  falca,  garrofa,  garba,  garras- 
pa, golfo,  garrampa,  ginjol,  máscara,  manifacero,  milocha, 
panoxa  ó  panoja  y  traspontín ,  ni  otras  que  se  leen  en  las 
Partidas,  tales  como  las  terminaciones  en  í  sustituyendo  á 
la  d  en  grant,  bondat,  falsednt,  virlut,  el,  etc.,  cuanto  las 
palabras,  viespera,  Alexandri,  camios,  miercas,  empreslidos, 
fuyeren,  loguero  y  aina;  pero  el  idioma  que  realmente  enri- 
queció al  lenguaje  murciano,  fué  el  árabe;  cerca  de  mil  seis- 
cientas voces  pudieran  coleccionarse,  y  citaremos  algunas: 
adalid,  alacrán,  alazor,  alamin,  albacea,  albergue,  albaran,  al- 
cohol, alcaide,  alcantarilla,  alcoba,  aldaba,  algazara,  alguacil, 
almanaque,  almenara,  arroba,  arráez,  azafrán,  aturar,  badajo, 
bailio,  bigornia,  barreño,  carcajada,  dibuxo,  elixir,  escarlata, 
fulano,  gaya,  gafete,  genjibre,  hígado,  jabalí,  jadear,  jaqueca, 
jarope ,  jalapa ,  jarcia ,  lechuza ,  lapo ,  lilaila ,  marga  ,  marras, 
maula,  noria,  ñora,  ojalá,  pazcualo,  pizca, quilate,  quintal, 
quitar,  rafa,  rob,  robar,  rueca,  serrallo,  sobar,  tábano,  tabi- 
que, taracea,  turbante,  zagal,  zambra,  zaratán,  zumaque,  zur- 
ra, zurrón. 

Tratemos  ahora,  aunque  ligeramente,  de  la  parte  sintáxica; 
en  el  reino  de  Aragón,  como  en  el  de  Murcia,  se  oyen  estos  di- 
chos y  refranes:  « Campar  por  sus  respetos.»  « Hacer  duelo,» 
(por  dar  lástima).  «Siento  el  quebranto.  >  «El  Juan  y  la  Isabel,» 
(cuya  anteposición  del  artículo  al  nombre  es  de  notar).  «Es 
peor  que  Ceta.»  «Más  feo  que  Tito.»  «Sabe  más  que  Briján.» 
«Más  célebre  queBarceló  por  la  mar,»  (aludiendo  al  famoso 
marino  mallorquín  de  aquel  apellido).  «Dios  y  luz.»  «Cada  co- 


QUE   SE   FUÉ.  393 

chino  á  SU  camino.»  «Para  cuestas  arriba  quiero  mi  mulo.» 
«Como  los  perros  en  misa.»  «Más  vale  sudar  que  estornudar.» 
«O  te  se  pasa  el  asado,  ó  te  se  pega  el  arroz.»  «Donde  Cristo 
dio  las  tres  voces.»  «Tiene  más  peros  en  su  linaje  que  Aragón 
en  sus  árboles.»  «Por  dos  dicen  que  vale  el  prevenido.»  «Hacia 
ti  acusas  cuando  murmuras.»  «Mucho  duele  oir  sus  follas.» 
«Verdades  y  rosas  espinas  tienen,  recíbelas  por  la  flor,  que  así 
no  punchan.»  «Sumisiones  anticipadas,  pretensión  parecen.» 
«E!  rio,  por  donde  habla  se  vadea.»  «Más  vale  un  toma  que 
dos  te  daré.»  Cuyas  nueve  últimas  sentencias,  de  origen  ara- 
gonés, las  usa  el  murciano  Polo  de  Medina  en  sus  obras.  Tam- 
bién se  dice:  «Costar  un  sentido.»  «Valer  un  ojo.»  «Ya  viene 
Martinico,»  (cuando  uno  se  duerme).  «Más  duro  que  los  pies 
de  Cristo.»  «Pesado  como  el  arroz,»  (por  su  difícil  digestión). 
«Que  llame  á  Cachano  con  dos  tejas.»  «Estése  el  trigo  en 
el  orón,  que  v.o  faltará  comprador;  pero  sin  corcon.»  «Si 
te  ofrecen  la  cabrica,  acude  con  la  soguica;»  respecto  de 
cuyo  diminutivo,  corrompido  con  vafiedad,  debemos  ocu- 
parnos. 

Rico  en  diminutivos  es  nuestro  idioma,  más  que  el  hebreo, 
el  árabe,  el  griego  y  el  latin ,  pues  que  reúne  más  de  treinta 
diversas  terminaciones,  habiendo  palabra  que  permite  ella  sola 
doce  desinencias  (Borao);  pues  bien,  el  diminutivo  importado 
por  la  generalidad  de  los  aragoneses,  fué  el  ico  de  que  hicie- 
ron los  padres  del  buen  hablar  tanto  uso  en  sus  inmortales 
obras;  los  antiguos  trovadores,  y  luego  los  poetas  Lúeas  Fer- 
nandez, Castillejo,  Rodrigo  de  Cota,  .Juan  de  Mena ,  Roxas ,  el 
murciano  Claramente,  Fray  Luis  de  Granada,  Mendoza,  Santa 
Teresa,  Guevara,  el  maestro  Avila,  Lope  de  Vega,  Cervantes, 
Calderón,  Quevedo,  el  Brócense,  Covarrubias  y  otros,  usan 
con  la  mayor  frecuencia  en  sus  mejores  obras  este  diminutivo 
aragonés,  como  bolsico,  doselico,  farandulica,  sonetico,  fue- 
llecico,  pañuelico,  vientecico,  que  luego  ha  ido  perdiéndose  en 
castellano,  quedando  como  nombre  natural  en  acerico ,  pelli- 
co, villancico;  pero  los  labradores  en  la  huerta  de  Murcia,  que 


394  MURCIA 


por  corruptela,  el  ico  le  convierten  para  darle  mayor  gracia 
en  ¿7M10  diminutivo,  y  que  por  lo  prodigado,  les  ha  dado 
fama  con  el  conocido  cantar: 

En  la  huerta  de  Murcia 
Por  un  chaviquio, 
Me  llenan  la  capaza 
De  pimientiquios. 

cuando  deben  pronunciar  Reliquia,  dicen  sólo  Relica,  y  por 
Acequia ,  Cieca ,  lo  cual  es  digno  de  notarse  por  los  eruditos 
cuando  hagan  un  estudio  más  acabado  que  el  presente ,  el 
cual  sólo  ha  tenido  por  objeto  llamar  su  atención  sobre  los 
orígenes  del  lenguaje  murciano  ,  basado  en  voces  latinas  y 
antiguas  españolas ,  que  muy  poco  se  han  conservado  des- 
pués de  la  dominación  árabe,  terminada  la  cual  los  conquis- 
tadores aragoneses,  según  tratamos  de  probar,  fueron  los  que 
obligaron  á  usar  su  lenguaje,  mezclado  de  voces  iimosinas  y 
aun  extrañas;  pero  al  imponer  Castilla  su  romance  y  modifi- 
car á  fuerza  de  tiempo  el  idioma,  no  pudo  hacerlo  sino  con 
los  hombres  de  letras,  no  con  los  moriscos,  judíos  y  mude- 
xares :  los  descendientes  de  ésLos  últimos ,  los  huertanos  de 
hoy  ,  no  dejan  sus  frases,  locuciones  y  modismos  antiguos: 
frases  con  que  á  nuestro  juicio  deben  envanecerse  ;  locucio- 
nes que  algunas  veces  admiran  los  hteratos  por  su  origina- 
lidad, y  modismos,  que  cada  uno  de  ellos  es  una  máxima 
oriental. 

Quien  esto  escribe  quisiera  ser  un  mediano  hombre  de  le- 
tras para  tratar  este  ensayo  como  su  objeto  merece  ;  pero  se 
considera  por  ahora  satisfecho  con  indicar  lo  expuesto,  y  s¡ 
para  la  tan  debatida  averiguación  de  en  donde  se  escribieron 
hs  Leyes  de  Partida,  creemos  que  pueden  servir  nuestras  hu- 
mildes razones  ,  diremos  que  sólo  en  Murcia  pudo  por  Micer 
Jacobo  de  las  Leyes ,  empezarse  este  famoso  Código  ,  el  cual 
revela  en  su  frase  y  formación  estar  hecho  en  un  principio 
por  un  letrado  ,  al  que  muy  común  era  el  provenzal  y  poco 


QUE   SE   FUE.  395 

relativamente  el  romance  castellano,  que  pudo  muy  bien 
él  ó  alguno  de  los  suyos  en  familia  ser  de  la  nobleza  ilustre 
en  la  conquista,  formada  de  setenta  y  dos  caballeros  arago- 
neses, catalanes  y  extranjeros  que  impusieron  su  idioma  ;  y 
si  con  el  tiempo  se  han  ido  eliminando  de  la  lengua  espa- 
ñola los  elementos  de  él  para  fundirse  en  romance  castellano 
al  sufrir  la  necesaria  transición,  ha  quedado  otro  inme- 
morial componente ,  el  árabe ,  dando  con  su  pronunciación 
de  h  aspirada,  s  muda,  ch  fuerte,  z  y  (;;  y  con  los 
sonidos  guturales  úe  g  y  j ,  cuanto  con  el  uso  de  la  antigua 
X,  que  sonaba  lo  mismo  que  hoy  la  ch  del  francés,  tomada 
por  nosotros  del  catalán  en  xabon,  dexar,  madexa  ,  quixada, 
quixote,  daraxarife,  almoxarifazgo,  relox  y  demás  voces  que 
hoy  llevan  la  j  en  vez  de  x,  un  conjunto  de  inexplicable 
gracia  y  belleza. 

Al  oir  á  correctos  hablistas  murcianos,  como  D.  Joaquín 
María  López,  Martínez  Monroy  (glorias  ya  en  el  sepulcro), 
cuanto  á  los  distinguidos  Excmo.  Sr.  Marqués  de  Molins,  Ex- 
celentísimo Sr.  D.  Lope  Gisbert,  D.  Félix  Ponzoa,  y  otros 
muchos,  como  también  á  los  floridos  poetas  Selgas  y  Arnao, 
nos  encanta  la  armonía  de  su  lenguaje  variado,  rico  y  sonoro, 
al  par  que  majestuoso,  tierno  y  poético. 

Por  fortuna,  aún  no  se  han  perdido  las  principales  fra- 
ses aragonesas  y  árabes  que  sirvieron  de  base  al  lenguaje 
murciano,  en  tanto  que  las  de  otros  reinos  se  han  confun- 
dido en  el  idioma  general  que  por  medio  de  galicismos ,  á  su 
vez,  va  perdiendo  la  magnificencia  que  alcanzara  en  sus  mejo- 
res tiempos  ;  abdiquen  los  españoles  las  glorias  que  ganaron 
las  letras  con  la  lengua  de  Berceo ,  las  Ccuiticas  de  D.  Alfon- 
so, El  Cnncioncro  de  Bacna  ,  Don  Quijote,  Las  Obras  de 
Quevedo,  El  Teatro  de  Calderón ,  Lope ,  Tirso  y  Moreto; 
pero  scpín  que  un  rincón  de  España  guarda  como  su  mejor 
tesoro  un  lenguaje  español  más  ó  menos  correcto,  pero  cora- 
puesto  de  los  idiomas  de  los  pueblos  y  reinos  que  más  en- 
grandecieron con  sus  hechos  y  sabiduría  las  comarcas  meri- 


396  MURCIA 

dionsles.  En  este  rincón  de  la  Península  aún  se  oye  hablar, 
como  hace  cinco  siglos,  á  personas  que  por  sus  hábitos,  traje 
y  costumbres  parecen  trasmigradas  á  la  vista  del  filólogo  y 
del  anticuario,  aunque  para  los  culteranos  de  periódico,  como 
para  los  eruditos  á  la  violeta  sean  bárbaras  y  hablen  un  len- 
guaje idiótico.  Quizá  para  algunos  murcianos  demasiado  des- 
cuidados, cuanto  para  otros  exageradamente  humoristas  sirva 
de  mofa  este  ensayo  filológico  y  le  presten  su  procaz  ridícu- 
lo. Sea  como  quiera ,  les  dispenso  anticipadamente  las  faltas 
de  atención  y  de  patriotismo ;  pero  al  finalizar  este  ligero  tra- 
bajo, le  someto  al  examen  y  juicio  de  la  Real  Acade- 
mia Española  para  que  se  digne  admitirle  sin  cuidar  de 
su  forma  y  defectos,  como  una  pequeña  piedra  que  la- 
brada luego  por  sus  hábiles  manos ,  sea  un  escalón  sobre  que 
dicho  alto  cuerpo  se  apoye  para  ofrecer  obra  más  acabada. 
Al  efecto  queda  formado  á  continuación  un  Vocabulario  de  las 
principales  voces  murcianas  que,  ya  derivadas  del  aragonés 
cuanto  del  árabe ,  se  conservan  en  documentos  y  son  de  uso 
común  entre  las  gentes,  no  sólo  dedicadas  al  cultivo  de  la 
huerta,  sino  también  las  correspondientes  á  la  clase  media  y 
aun  entre  las  distinguidas  en  las  principales  carreras  litera- 
rias y  científicas  cuando  hablan  en  sentido  familiar  y  franco. 
Respecto  del  grandísimo  número  de  voces  no  castellanas 
que  hay  en  uso,  es  insignificante  el  presentado,  pues  arroja 
sólo  quinientas  ochenta  y  dos,  recogidas  al  azar,  sin  cuidado 
ni  prolijidad  ,  no  como  haya  de  hacerse  al  tratar  de  un  ver- 
dadero estudio;  de  las  cuales  se  desprende  una  prueba  más 
sobre  las  aducidas  en  este  ensayo ;  pues  doscientas  setenta 
y  nueve  aragonesas  puramente,  á  más  de  cuarenta  y  dos 
modificadas  ó  acepcionadas  en  el  reino  de  Murcia ;  esto  es, 
trescientas  veintiuna  las  marca  el  limo.  Sr.  D.  Gerónimo 
Borao  en  su  Diccionario  de  voces  aragonesas  publicado 
en  1859 ,  á  cuya  amabilidad  debemos  un  ejemplar  de  tan  in- 
teresante, curiosa  y  erudita  obra  literaria  que,  á  más  de  otras, 
tanto  le  honra ,  resultando  doscientas  diez  voces  de  provin- 


QUE   SE    FUÉ.  397 

cialismo,  siendo  el  resto  ái-nbes  locales  que  aún  so  conservan 
puras;  como  algunas  castellanas  que  sólo  se  han  interca- 
lado para  comparación.  En  vano  seria  dentro  de  los  escasos 
límites  de  este  apéndice  tratar  de  un  examen  etimológico;  es 
obra  superior  á  nuestras  fuerzas  y  sólo  hemos  consultado  y 
hecho  convenientes  extractos  en  el  Diccionario  Etimológico 
por  el  Doctor  D.  Pedro  Felipe  Monlau,  libro  de  un  sin  igual 
valor  por  la  riqueza  de  saber  y  datos  que  atesora  y  que  unido 
á  un  sin  número  de  obras  suyas  para  texto  y  consulta  ,  tan 
alta  y  merecidamente  han  levantado  la  fama  de  su  autor. 

Terminado  el  trabajo  que  nos  impusimos ,  debemos  añadir 
que  para  ampliarle  y  hacer  un  verdadero  estudio  se  necesitan 
datos  ¿e  difícil  cuanto  de  casi  imposible  adquisición,  y  mucho 
tiempo  dedicando,  parte  de  éste  á  vivir  con  los  antiguos  ára- 
bes, mudejares  después,  como  ahora  huertanos  de  algunos 
puntos  de  esta  provincia,  estudiando  prácticamente  su  alja- 
miado lenguaje,  sus  eufonías,  aspiraciones,  vocalización  y  ca- 
dencia cuanto  el  ritmo  verdaderamente  oriental  de  sus  canta- 
res: quien  complete  un  estudio  del  lenguaje  murciano,  tendrá 
para  nosotros  el  mayor  y  relevante  mérito  con  haber  contri- 
buido á  la  gloria  de  este  antiguo  y  noble  reino. 


INDICACIONES    DEL    VOCABULARIO. 


a.  Aragonesas ,  según  Peralta  y  Borao. 

Árabes. 

P.  Provincialismos  ó  modificadas  en  la  provincia, 

a  p.  Aragonesas  acepcionadas  en  Murcia. 

C.  Castellanas. 

O.  Ordenanzas  (usadas  en  las). 

Monlau.  Tomadas  de  sus  obras. 


398 


YOCABULARIO. 


ABABOL,  a.  Amapola. 

ABAJICO,-inUIO.  p.  El  punto  más 
bajo  con  relación  al  en  que  se  está. 

ABARATAR,  a  Se  usa  en  la  frase 
«abarata  canciones,»  indicando  el 
bajo  precio  de  las  mercancías. 

A-BmijUACIO."<.  p.  Pesquisa  ó  in- 
quisitiva sobre  algún  caso. 

AB0ISIC0,-1QUI0.  a.  Bajito,  con 
tiento. 

ABORRECER, -SE.  a.  Molestar, 
cansar,  importunar.  «Me  aborreció 
con  sus  preguntas.»  «Me  aborrezco 
con  tanto  limpiar  la  casa.» 

ABUSIONES,  p.  Supersticiones,  te- 
mores infundados  ,  preocupación  del 
mal. 

ACACHARSE,  a.  Agacharse. 

ACLARADURA,-CION.  p.  Expli- 
car las  cosas  para  venir  en  conoci- 
miento de  la  verdad. 

ACEiVA.  Noria   de    cajones  para 

riegos  de  poca  altura  sobre  el  cauce. 

ACEQUIAJE.  *  Derecho  por  la 
conservación  de  los  riegos  y  buen  ar- 
reglo de  ellos. 

ACIBARA,  p.  La  planta  llamada 
Aloes  ú  Pilera  ;  conociéndose  también 
por  Acibara  la  caña  que  brota  en  su 
centro,  la  cual,  después  de  florecer, 
puede  por  su  dureza  servir  como 
palo  de  resistencia  en  construcciones 
rústicas. 

ACIMBOGA.  p.  Árbol  y  fruto  cono- 
cido antiguamente  por  Toronxa. 

A-COMISIONAO.  p.  El  que  lleva  ó 
está  encargado  de  una  comisión. 

ADuBAB.  a.  Preparar  y  componer 
con  esmero  ó  en  adorno;  lo  mismo 
que  aderezar  ó  poner  en  buena 
guisa. 

ADOVEBIAS.  p.  La  fábrica  de  cur- 
tir pieles  y  arreglarlas  á  varios  usos. 


AFLICION.    p.  Afligirse,   con  pena  y 

angustia  por  ¡a  desgracia. 
AGÜERA,  a.  Zanja  ó   acequia   para 

conducir  agua  llovediza  en  riego. 
AJO  ARRIERO,  a.  Guiso  particular 

de  bacalao,  hecbo  á  rajas,  y  servido 

con  ajo  y  especias. 

AJOLIO,  ALl-OLI.  a.  Salsa  de  ajos 
y  aceite,  á  que  se  agregan  yemas  de 
huevo. 

Á  JUSTO  PESO  Y  JUSTO  HILO. 
p.  \  plomo  y  cordel,  como  ahora  se 
entiende  en  albañilería. 

ALA.MlN.  a.  Guarda  de  aguas;  como 
también  ministro  de  justicia  cerca  de 
los  gremios.  Entre  los  árabes,  algua- 
cil que  podia  terminar  causas  verba- 
les ú  pleitos  que  no  excedieran  de 
dos  sueldos. 

ALBAHA  Ó  ALBOLADA.  a.  Toque 
de  campanas  en  las  fiestas  solemnes 
la  madrugada  de  anterior  dia.  Mú- 
sica á  tales  horas. 

ALBAHACA.  *  Planta  anua  con  ho- 
jas verdes  y  olorosas.  Alávega. 

ALEARAN,  a.  Recibo  ó  papel  de 
alquiler  y  compromiso. 

ALBARDIN.  p.  Planta  parecida  al 
esparto,  y  que  se  usa  para  relleno 
de  ciertos  almohadillados  desde  anti- 
guos tiempos. 

ALBELLON.  a.  Lo  mismo  que  alba- 
ñal  ó  condurto  de  piedra,  etc.,  para 
dar  salida  á  las  aguas. 

ALBERGA,  p.  Foso  grande,  ó  hueco 
aliierto  en  la  tierra  para  reunir 
aguas  con  que  pueda  regarse  alguna 
tierra  inmediata. 

AL-CABOR.  *  Alkabor.  Hueco  que 
forma  la  campana  del  horno  para 
que  tenga  respiración  el  fuego.  Deri- 
vado del  árabe  Gobba,  bóveda,  cú- 
pula que  cubre  la  pieza  para  dormir. 

ALCACEL, -ER.  *  La  caña  verde 
de  la  cebada  que  se  vende  como  for- 
raje en  manojos  ó  por  cargas. 


QUE  SE   FUE. 


399 


ALCANCÍA,  p.  Vasija  de  barro  para 
guardar  los  ahorros  ;  lo  mismo  que 
Aliucha. 

ALCANTARILLA,  p.  Acueducto parr. 
pasar  aguas  por  encima  6  debajo. 
Como  derivado  de  Cantarac  ó  Alcan- 

■  tarac,  pudo  llauíarse  asi  el  pueblo  de 
Alcantarilla  ,  en  raiou  al  vado  que 
hay  cerca  de  él,  con  facilidad  de  po- 
ner un  puente  li  otra  clase  de  artificio. 

ALCATIFA,  p.  Tejido  de  cañas  y  to- 
miza para  forjar  los  terrados  con 
yeso,  etc.  Alfombra  lina  y  de  costosa 
labor,  que  se  usaba  como  asiento 
durante  la  dominación  árabe. 

ALDABA,  p.  Llamador.  Se  llama 
tamliien  aldaba  morisca  á  un  cierre 
de  hierro  con  forma  especial.  «Agar- 
rarse á  buenas  aldabas.» 

ALEGRARSE,  a.  Gozar  de  una  cosa, 
como  del  fuego,  etc. 

ALFÉIZAR,  c.  *  El  derrame  de  la 
pared  en  puerta  6  ventana  para  dar 
más  luz  íi  la  habitación. 

ALFAJOR.  Alajú,  pasta  hecha  con 
almendras,  miel  y  pan  tostado,  que 
usaron  los  árabes  ,  y  hoy  se  usa  por 
Pascuas. 

ALGORÍN  Ó  ALFORIN.  a.  Ataja- 
dizo para  colocar  la  aci-ituna  con  se- 
paración de  clase  ó  dueño  hasta 
prensarla.  Sitio  para  tener  á  mano  la 
harina,  cebada,  etc. 

AL-GUAZAS  Ó  AL-WAZAS.  *  Vi- 
sagra ,  gozne  ó  herraje  que  gira. 
Sitio  en  que  el  rio  hace  gran  recodo. 

AL-HANIA.  Dormitorio  ó  cámara 
para  dormir.  Alcoba. 

AL.IEZARKS.  *  Sitios  donde  se  des- 
cubren canteras  de  yeso. 

ALJKZOiN.        Yesón  ó  trozo  de  yeso. 

ALJIBE,  p.  Depósito  cubierto  de 
bóveda  para  recogeraguas  llovedizas. 
Antiguamente  asi  se  llamaron  las 
cárceles  ú  mazmorras   de  los  moros. 

ALKUZA  Ó  ALCUZA,   p.    Aceitera. 

ALIZAR, -ES.  p.  Las  fajas  de  azule- 
jos conque  se  adornaban  las  cámaras 
y  estancias  de  los  alcázares;  también 
fueron  de  estuko,  en  que  con  relieves 
y  colores  variados,  se  leian  precep- 
tos y  oraciones  del  Koran  6  alaban- 
zas á  los  principes  orientales. 


AL-CAIDIA.  p.  El  lugar  donde  mo- 
raba el  alcaide.  Labor  de  loquería, 
llamada  también  Toqueria  de  Paris. 

AL-MAJAR,-AS.  p.  Sitio  pantanoso 
del  cual  tienen  difícil  salida  las  aguas 
y  se  cria  almaja  ó  barrilla.  El  ter- 
reno estercolado  para  que  germinen 
las  simientes. 

ALMARCHES,-CHAS.p.  Caseríos  si- 
tuados en  los  puntos  bajos  de  las  tier- 
ras, tales  como  las  praderas  y  sotos. 

ALMAZARA,  p.   Molino   de  aceite. 

ALMENARA.  *  Zanja  que  conduce 
al  rio  el  agua  de  las  acequias.  Torre 
de  señales  para  entenderse  con  el 
auxilio  de  hogueras.  Candilero  sobre 
el  cual  se  ponían  candiles  de  muchas 
mechas,  para  alumbrar  los  aposen- 
tos, ó  en  las  iglesias  en  sufragio  de 
liis  difuntos. 

ALMOXARIFAZGO.  p.  Cargo  y  casa 
para  la  cobranza  de  los  derechos  que 
correspondían  antiguamente  al  Rey, 
y  se  llauKi  Almoxarifazgo  Real. 

ALMOTACÉN,  p  Fiel  de  pesos  y  me- 
didas. El  ministro  de  los  tesoros  de 
los  antiguos  Reyes.  También  se  ha 
llamado  Almotacén  al  encargado  de 
los  mercados  y  su  aseo  cuanto  buen 
gobierno. 

ALMUDI.  Albóndiga  para  los  gra- 
nos, tomado  de  la  propia  palabra, 
que  era  una  medida  de  seis  cablees. 

ALUM.  a.  Alumbre. 

x\M  ASADERA,  p.  Artesa  de  madera 
pura  preparar  los  amasijos,  ya  fue- 
ren de  yeso  en  la  albañilerla,  ya  para 
la  uiasa  del  pan  ú  otros  usos  domés- 
ticos. 

A.VIF.RAR.  a.  Mezclar  agua  con  vino 
u  otro  liquido.  Se  dice  amerado  al 
hombre  ya  insensible  á  la  embria- 
guez. 

AMURGONAR.  a.  Tender  los  sar- 
mientos ó  tallos  bajo  de  tierra  para 
que  arraiguen. 

ANADONES,  p.  El  ánade  ó  ave  acuá- 
tica siendo  joven. 

ANCHARÍA,  a.  Anchura;  la  de  las 
telas,  entre  los  mercaderes. 

ANDADOR,  a.  Anden,  calle  ó  paseo 
en  los  jardines  ó  huerta.  Muñidor  en 
las  cofradías. 


400 


MURCIA 


ANGEO.  p.  Lienzo  ordinario  para 
forrar  las  costuras  de  los  vestidos  in- 
teriormente (según  las  ordenanzas). 

APANDAR,  a.  Procurar  6  conseguir 
la  posesión  de  alguna  cosa  ó  cantidad. 

APAÑA-CUENCOS,  a.  El  que  com- 
ponía cuencos,  amasaderas  y  escudi- 
llas de  madera  y  barro;  aún  quedan 
algunos  que  se  anuncian  á  gritos 
por  las  calles. 

APAÑO.  APAÑAR,  a.  El  remiendo 
ó  el  acto  de  remendar  lo  que  está  roto. 

AP AVILADO, -DI(^UIO.  a.  Decaido, 
desmerecido,  alicaído. 

APERCANZAR.  a.  Coger  con  algu- 
nas dificultades. 

APERO,  a.  Los  de  labranza.  Se  usa 
también  respecto  de  lo  que  está  des- 
trozado y  no  sirve,  6  también  de  ia 
persona  que  está  inútil. 

APETEJA.  p.  Apetezca. 

APEZONaR.  a.  Chocar  dos  carruajes 
por  el  pezón. 

APLEGAR,  a.  Recoger  lo  perdido  6 
extraviado. 

ARBULLOSO.  p.  Orgulloso.  Se  usa 
de  la  palabra  Arbull(iS0  para  hacerla 
más  expresiva  tratándose  de  una  per- 
sona vana. 

ARCAZA8A.  p.  La  caña  seca  del 
maíz  ü  panizo. 

ARGUALEJA.  p.  Acequia  que  surtía 
en  1695  á  la  cárcel  de  espaldas  del 
antiguo  Daraxarife. 

ARMADOR,  p.  Justillo.  Prenda  de 
ropa  en  el  veslido  de  mujer,  la  que 
se  borda  de  oro  y  lentejuelas  de  piala 
y  oro,  como  los  pañuelos,  refajos  y 
delantales. 

ARO,  (Echar  por  el.)  a.  Comer,  en- 
gullir y  embaular  con  gula. 

ARTES,  p.  Piedra  de  lumbre,  eslabón 
y  yesca  para  producir  fuego. 

ARRACLÁN,  a.  Alacrán. 

ARRÁEZ.  Encargado,  capataz  ó 
jefe  de  los  trabajoso  faenas  agrícolas, 
fabriles  y  marítimas.  Jefe. 

ARRAMBLAR,  a.  Llenar  de  arena 
los  arroyos  <5  torrentes;  una  avenida. 
Cargar  uno  con  todos  los  intereses  ó 
ganancias  del  negucio. 


ARREA,  a.  Anda,   marcha,  parte  á 

allá  y  acullá. 

ARREBOZAO.  p.  Dícese  al  que  se 
envuelve  en  la  manta  sin  que  se  le 
vea  el  rostro. 

ARRECUPERÁS.  p.  Dicese  de  las 
cosas  que  se  habían  perdido  y  se  ha 
tenido  la  fortuna  de  recoger. 

ARRECUJONÁS.  p.  Lo  mismo  que 
recogidas  en  un  rincón,  por  analogía 
al  cnjon  6  cosido  de  la  manta. 

ARREJUNTAOS,  p.  Lo  mismo  que 
reunidos.  También  entiéndese  por 
reunión  repetida. 

ARREMATAR,  a.  Rematar,  dar  tér- 
mino ó  fin  de  alguna  cosa.  «Cuan- 
tas cosas  comenzares ,  arremátalas 
con  tu  mano.»  Crónica  rimada  del 
Cid,  V,  o7o. 

ARREMETER,  c.  Acometer  con  ím- 
petu y  furia. 

ARROBETA.  p.  Serón  de  pleita  que 
contiene  una  arroba  de  higos  ó  pasas 
ya  en  seco. 

ARROBINAO,-DO.  a.  La  parte  oxi- 
dada del  arma  (robín).  El  hombre 
empobrecido,  cuanto   falto  de  salud. 

ASEGURANZA.  p.  Seguridades  de 
teuer  alguna  cosa  ó  lograr  lo  que  se 
desea. 

asín.  ASINA,  a.  Así. 

ASNERÍA,    a.  Borricada;  burrada. 

ASTRUCIA.  p.  Lo  mismo  que  astu- 
cia, pero  intercalan  la  r,  creyendo 
expresarlo  mejor. 

ATAJO  a.  Rezago  del  ganado  más 
endeble  ,  al  cual  se  lleva  á  mejor 
pasto. 

ATARACEA.  *  Labor  embutida  con 
maderas  de  varios  colores  y  trace- 
rías, usada  en  los  techos,  puertas, 
ventanas  y  muebles. 

AT.\UR1QUE.  p.  *  Labor  hecha  en 
yeso,  formando  trenzados  y  varios 
caprichosos  dibujos,  con  la  cual  los 
árabes  adornaron  las  paredes  de  sus 
obras. 

ATOBA.  a.  Adobe. 

ATOCHADAS.  *  Presas  hechas  en 
los  ríos  con  atochas  ó  cepas  de  es- 
parto. 


QUE   SE    FUE. 


401 


ATRAITIVA,-0.  p.  Lo  que  tiene  ó 
que  ejerce  la  virtud  de  atraer  por 
su  gracia  y  belleza  como  por  su  he- 
chizo. 

AULLIO.  p.  Grito  de  personas  para 
hacer  señales  de  alarma,  ú  alegría. 
Ladrido  de  perros. 

AVERIO,  a.  Bestia  ó  bestias  y  vacu- 
nos, para  el  cultivo  y  labor  de  las 
tierras. 

AVISPADO,  a.  Agudo,  vivo,  enten- 
dido y  diligente. 

A-ZAGA,  p.  Quedarse  atrás,  ó  reser- 
varse para  luego. 

A-ZARBE.  Cauce  por  donde  vier- 
ten las  aguas  sobrantes  del  riego. 

A-ZARJA,  p.  Trama  ó  capillejo  de 
seda. 

A-ZOFRA.a.  Correa  ancha  que  sos- 
tiene sobre  el  sillin  las  varas  del 
carro.  Turno  antiguo  de  aguas. 

AZUD.  a.  Presa  para  contener  y  sacar 
en  distribución  Jas  aguas  de  un  rio. 

AZULEJO,  a.  *  Ladrillo  vidriado 
con  distintos  relieves,  labores  y  colo- 
rido para  decorar  paredes,  represen- 
tar figuras  ó  marcar  inscripciones. 

B. 

CACON.  a.  Hoja  de  tocino  después 
de  sacados  los  pemiles. 

BALEO,  p.  Piuedo  hecho  con  plei- 
ta,  para  sobre  suelo  en  las  habitacio- 
nes, como  para  limpiar  granos  y 
otras  operaciones  y  faenas. 

BANCO  DE  OFICIO,  o.  Común  ó  re- 
trete. 

BANDEARSE,  a.  Pasarlo  con  de- 
cencia. 

BARANDAL,-LIQUIO.  c.  El  listón 
de  yeiro  que  sostiene  Jos  barrotes  ó 
balaustres. 

BARDIZA.  a.  El  cierre  de  tapia  cu- 
bierta de  barda  ú  paja,  espinos,  albar- 
din,  etc.,  romo  también  la  celosía  ó 
enrejado  de  caña  para  impedir  el 
paso. 

BARRACA.  *  a.  Casa  rústica  hecha 
con  atobas  y  cubierta  de  yerba  seca, 
muy  en  uso  en  las  huertas  de  Va- 
lencia y  Murcia. 


BARREDERA,  a.  Se  usa  la  expre- 
sión de  echar  la  barredera  ,  indi- 
cando la  solución  brusca  de  las  cues- 
tiones. 

BAXOCAS  Ó  BAJOCAS.  a.  p.  La 
judía  verde.  El  gusano  de  seda  que 
enferma  y  queda  muerto  dentro  de 
una  vaina  como  la  judia;  también  se 
llama  Mona. 

BELÉN,  a.  Piepresentacion  del  naci- 
miento de  N.  S.  J.  ,  con  (¡guras  de 
bulto,  que  se  destacan  del  peñasco 
artificial  6  paisaje.  Desurden;  Tu- 
multo. 

BELCHI.  p.  Barrio  extramuros  de 
Murcia,  donde  desde  tiempo  de  su 
conquista  estuviéronlos  judíos,  mer- 
caderes al  por  menor,  y  hoy  le  ocu- 
pan los  gitanos. 

BENIAJAN.  p.  Alkeria  de  tiempo  de 
conquista,  que  tomó  el  nombre  del 
jefe  de  su  tribu  cerca  de  Murcia.  Ti- 
túlase asi  también  &  una  de  las  ace- 
quias de  su  huerta. 

BlSguE.  BESQUE.  p.  Liga  ó  mate- 
ria viscosa. 

BLANCA,  a.  p.  El  ave  doméstica  lla- 
mada urraca. 

BOFO.  a.  Fofo. 

BOLETA,-TIQUIA.  p.  Cédula  de  alo- 
jamiento. Tómase  por  cada  trago 
que  los  borrachos  toman,  y  particu- 
larmente de  mañana.  Llamim  tam- 
bién matar  el  busano  6  gusano  á 
fuerza  de  boletas. 

BOQUERA,  p.  Boca  6  puerta  artifi- 
cial de  piedra  que  se  hace  en  el 
cauce  para  regar  ¡as  tierras. 

BORRAR,  a.  p.  Lo  mismo  que  brotar; 
dicese  de  los  árboles  y  arbustos  al 
manifestar  la  formación  de  su  botón. 
También  se  entiende  por  la  aparición 
de  las  enfermedades  cut.^neas. 

BOZO.  a.  p.  Bozal  para  que  no  muer- 
dan ni  puedan  comer  los  animales. 
También  se  dice  de  las  personas,  que 
necesitan  cadena  y  bozo,  por  lo  des- 
templado de  su  carácter  y  pasiones. 

BRAZAL,  a.  Cauce  ú  sangría  que  se 
saca  de  un  rio  ó  acequia  para  riego 
de  huertas  y  sembrados. 

BRESCA,  a.  Panal  de  miel.  Se  usó 
este  vocablo  por  los  poetas  proven- 

26 


402 


MURCIA 


zales.  Entiéndese  por  bresca  ó  bres- 
car, el  revestinaiento  de  albañilería 
hecho  con  granzas  de  yeso,  de  modo 
que  resulta  como  los  agujeros  del 
panal. 

BROZA,  a.  p.  Despojo  de  vegetales  ó 
desperdicios  de  ellos.  Llámanse  tam- 
bién broccrias  las  sustancias  dulces 
de  que  gustan  los  niños,  y  que  sue- 
len ser  nocivas. 

BUCHILLO.  *  El  cuchillo  6  puñal 
grande.  Quizá  estará  den'vailo  de 
este  nombre  el  antiguo  y  boy  gitano 
que  se  da  al  verdugo:  buchl. 

BUENA  LABOR,  o.  Obra  bien  hecha 
de  carpintería,  albañilería,  herre- 
ría, etc. 

BUFÍO,  BUFIDO,  p.  La  voz  del  ani- 
mal al  sentirse  castigado.  E^ presión 
de  enojo.  Tiénese  por  bufío  el  acto 
de  castigar  á  los  animales  con  láti- 
go, palo  ,  6  con  la  llamadera  al  ga- 
nado vacuno.  «Le  metí  un  bufio,» 
es  lo  mismo  que  tirar  una  puñalada. 


CABALLEROS  DE  CIERRE,  o.  Crée- 
se fueran  autoridades  de  campo  y 
huerta  en  antiguos  tiempos. 

CABALLÓN,  a.  Lomo  de  tierra  que 
divide  las  labores  en  las  huertas  á 
plantío?. 

CABERNERA,-RI^LIA.  p.  Pájaro 
conocido  en  otras  partes  con  el  nom- 
bre de  jilguero. 

CABEZADA,  (Dar  la),  a.  Desfilar 
saludando  delante  de  las  personas 
que  presiden  un  acto. 

CABO  PADRE,  p.  Cerdo  destinado  á 
la  procreación;  los  derechos  general- 
mente son  el  de  un  lechoncillo  por 
cada  cria. 

CADARZO,  c.  La  seda  basta  de  ca- 
pullos enredados  que  no  se  hila  á 
torno,  ó  la  misma    tela  del   capullo. 

CAENA  Y  BOZO.  p.  Véase  Bozo. 

CALADO, -IQUIO.  p.  Labor  en  hier- 
ro, madera,  etc.,  taladrada  eoniple- 
tamenle,  6  también  llamábanse  asi 
las  lacerías  y  otros  trabajos  filigra- 
nados.  Caladico  rejero;  los  festones  6 
adornos  de  rejería.   Encajes  ú  galo- 


nes para  adornos  antiguos  del  ves- 
tido, hechos  con  pasamanería  y  lo- 
quería. 

CALORINA.  a.   Calor  fuerte  y  seco. 
CALZETA.  p.  Trozo  de  embutido  de 

picadura  de  carne  de  cerdo,   con  el 

nombre  de  Blanco. 
CALZETERO, -RA.     a.   p.   El  que 

hace  (i  compone  calzas ,  cuyo  gremio 

hubo  hasta  mediados  del  siglo  xviii. 
CAMBALACHE,  a.   Confabulación  6 

acuerdo  en  mal  sentido.  Cambio  de 

cosas. 

CAMPAR,  a.  Solazarse,  descollar, 
sobresalir.  Lucir  el  garbo.  «Campar 
por  sus  respetos.» 

CAMPERO, -RA.  a.  Se  dice  de  los 
que  no  obedecen  ley,  ni  son  sumisos 
á  autoridad  ni  lazo  alguno  social. 

CAMPICO.-PIQUIO.  a.  p.  Diminu- 
tivo de  campo.  También  se  dijoeam- 
petieo. 

CANALADO,-DOS.  p.  Cavidad  de 
los  aciieduclos.  Llamáronse  así  los 
desagües  de   las  piedras  de  molino. 

CANDILERO,  p.  Percha  vertical  de 
madera,  sostenida  sobre  un  trípode 
délo  mismo;  en  ella  hay  muchos 
barrenos,  donde  se  meten  los  gara- 
bitos de  los  candiles.  (Véase  Alme- 
nara.) 

CA.ÑUTO.  a.  AlQletero. 

CAPACEAR.  a.  Conducir  con  capa- 
zos tierra  y  otras  cosas. 

CAPÍTULO,    a.  Cabildo. 

CAPAZA, -Z0,-Z10UI(i.  a  p.  Es- 
portilla formada  con  pleilas.  En  cas- 
tellano espuerta  y  esportilla. 

CAItRIZO.  p.    Caña   crecida   en  ter 
reno  liümedo,  que  se  usa  para  cubrir 
techos;  desde  antiguo  cada  carga  te- 
nia seis  haces,  y  cada  haz  cien  cañas. 

G.\SERO.  a.  El  que  habita  una  casa 
de  campo,  al  propio  tiempo  que  cui- 
da las  haciendas. 

CAUZA,-ZlQt  lA.  p.  *  La  cesta  ó 
canastilla  donde  se  guarda  la  si- 
miente de  gusanos  de  seda  para  que 
aviven.  Parece  derivada  esta  voz  de 
la  de  cautela,  precaución  «5  preven - 
cion  para  sacar  á  alguien  á  paz  y 
salvo  de  un  caio  cualquiera. 


yUE    SE    FUK. 


403 


CHAMORRO, -RIQUIO.  a.  p.  Cerdo 
pequeño  y  gordo.  Trigo  cuya  espiga 
no  tiene  aristas. 

CHERRO,-A,-RRI0UIA.  p.  Las  crias 
del  ganado  vacuno.  Becerra. 

CENCEÑO, -A.  p.  El  pan  ó  torta  sin 
levadura.  También  se  dice  de  cierta 
clase  de  trigos. 

CEÑO.  a.  Arco  ó  cerco  para  ceñir  al- 
guna cosa. 

CERRICHE.  p.  Lo  mismo  que  yerba 
cizañosa,  que  brota  con  abundancia 
en  los  sembrados  y  bancales. 

CIECA.  p.  Acequia. 

CISCA,  p.  (Véase  Carrizo.) 

ClTORA.  p.  *  Cítara ,  instrumento 
oriental  parecido  á  la  guitarra  ,  pe- 
queño y  más  redondo;  tiene  las  cuer- 
das de  alambre,  y  tócase  con  una 
pluma  cortada,  ú  púa. 

COCER.  (^Maldito  de),  a.  Se  dice  del 
muchacho  travieso. 

COCIÓ,  a.  Cuenct).  También  se  dice 
del  vasijon  de  cierto  tamaño  y  forma 
para  poner  en  legias  la  ropa. 

COFÍN,  p.  Envase  formado  con  plei- 
tas  para  llevar  fruías  ú  otras  cosas. 
Sirve  generalmente  para  contener 
higos  V  pasas  ya  secas,  en  cantidad. 
(Arróbela.) 

COLLERERO.  a.  El  que  hace  y  vende 
las  colleras.  Collar  relleno  de  borra 
6  paja,  que  se  pone  á  los  animales  de 
tiro. 

CONSTRIÑAR.  c.  Constreñir,  pre- 
cisar, apremiar  ,   obligar  por  fuerza. 

COPERO.  a.  p.  Tomar  copete.  Ele- 
varse una  cosa  ó  tomar  proporciones. 
El  que  se  hace  altanero  y  presu- 
mido. Alta  dignidad  en  los  palacios, 
que  sólo  servia   la  copa  al  señor. 

CORAMBRE,  a.  El  bebedor  extre- 
mado por  el  solo  acto  de  consumir  íi 
contener  bebidas. 

CORCA.  a.  Carcoma. 

CORCARSE.  a.  Se  dice  déla  madera 
cuando  la  roe  el  gusano  ó  corcon. 

CORDEL,  a.  Se  lia  distinguido  en 
cordel  valenciano  y  de  azote  á  dos 
géneros  de  cuerda  de  buena  elabo- 
ración y  resistencia  por  su  torcido. 


CORNIJAL, -LIQUIO.  o.  La  punta, 
ángulo  ó  esquina  del  colchen,  here- 
dad, edificio  ,  etc. 

CuRRENTILLA.  p.  Paso  muy  ligero 
que  se  toma,  figurando  una  carrera. 

CORRER  BURRO,  a.  Extraviarse  ó 
perderse  una  cosa  con  malicia. 

COSCALETAS.  p.  Llevar  á  hombros 
(j  sobre  las  espaldas  á  una   persona. 

COSCÓN,  a.  Hombre  ya  entrado  en 
dias.  Viejo  marrullero. 

CORVEJONES,  a.  p.  Articulación 
que  une  y  forma  la  flexión  de  las 
piernas. 

CORVILLA,-LL0N,-LLIQUIA.  p. 
Hoz  de  mano  para  segar.  Este  dimi- 
nutivo nunca  es  en  ica. 

COX-COJ.  a.  p.  Andar  á  saltos  sobre 
un  pié  ó  cuclillas.  .luego  de  niños 
conocido  por  la  pata  coja. 

CRUJIDA,  a.  Pasar  enfermedad  grave 
que  tiene  feliz  término. 

CUCAR,  a.  Guiñar  ó  cerrar  un  ojo 
para  indicar  señas. 

CUJON.  a.  p.  Bolsa  formada  por  el 
ángulo  del  cosido  de  las  mantas  que 
se  usan  como  prendas  de  abrigo, 
las  cuales  han  dado  origen  al  alqui- 
cel morisco. 

CULAR  (morcilla),  a.  Morcón.  ((Mor- 
cilla cular,  á  muchos  la  ofrecen,  y  á 
pocos  la  dan.i) 

CUTIANO,  a.  Diario,  frecuente,  cons- 
tante. 

CUTIMAÑAS.  p.  Se  dice  del  hombre 
que  pasa  el  dia  en  inquirir,  brujulear 
6  descubrir  con  reserva  noticias  y 
y  cosas  para  bien  propio. 

CH. 

CHAFAR,  a.  Machucar.  Dejar  á  nno 
burlado  con  una   salida  inesperada. 

CHALAN.  9.  Quien  compra  y  vende 
con  artificio  engañoso.  Es  impor- 
tado del  provenzal  y  catalán.  Xautar 
6  Xaulant. 

CHANADA,  a.  Percance,  desgracia 
causada  por  hombres  ó  cosas. 

CHANCHARAS,  MÁNCHARRAS, 
a.  Rodeos  y  pretextos  para  excusarse 
de  algo. 


40é 


MURCIA 


CHANCHULLO,  a.  Enredo  y  confu- 
sión para  ocultar  <5  estafar  intereses 
6  cosas. 

CHARRAR.  a.  Charlar,  hablar  con 
indiscreción. 

CHEPA, -DO, -IQUIO.  a.  Lo  mismo 
que  joroba  ú  hombre  jorobado. 

CHORRADA,-IQUIA,  a.  Caida  6  ex- 
ceso gratuito  en  la  medida  de  los 
líquidos. 

CHOKRETON.  a.  Mancha  producida 
por  un  líquido  vertido.  El  acto  de 
verterse  fortuitamente. 

CHULLA ,-LLIQUI A.  a.  Lonja  6  pe- 
queña tajada  de  tocino,  carne  ó  pes- 
cado desprendida  á  la  fuerza  y  sin 
corlarla  sus  filamentos. 


DARAXARIFE.  p.  Casa  de  ciudad  ó 
ayuntamiento  en  Murcia,  que  con- 
servó su  nombre  arábigo  mucho 
tiempo  después  de  la  conquista. 

DARLLE  BUSTO  AR  DEO.  a.  p. 
Expresión  del  vulgo  y  gente  chan- 
cera para  indicar  el  movimiento  del 
gatillo  en  las  armas  de  fuego. 

DEXAMIiN.  p.  Examen,  tomado  por 
el  que  se  examina,  no  por  aquellos 
ante  quien  se  hace. 

DEFISAR.  a.  Como  divisar  ,  colum- 
brar, fijar  la  vista  y  percibir  un  ob- 
jeto. DeCxar  (catalán). 

DELEGAR,  a.  Hacer  entrega  de  una 
jurisdicción.  También  se  lomij  como 
la  aci:ion  de  administrar  justicia. 

DES-AGENAS.  a.  p.  Indignas,  tra- 
tándose de  personas  &  quien  no  se 
les  debe  género  alguno  de  aten- 
ción. 

DES-AKSIADO.  a.  p.  El  hombre  sa- 
tisfecho de  sí  mismo  por  no  pasar 
ansia,  y  á  más  creyéndose  que  todo 
lo  merece. 

DESFACHATEZ,  a.  Insolencia,  des- 
vergüenza. En  italiano  « Sfaccia- 
mento  » 

DESIGNIAS.  a.  Lo  que  sirve  de  se- 
ñal ;  parece  mejor  dicho  como  ex- 
presando la  persona  adornaila.  De 
signo. 


DESPEPITARSE,  a.  Desarrollarse, 
soltarse  en  la  conversación,  ambicio- 
nes ó  negocios. 

DER.  a.  Contracción  de  la  preposición 
De  y  el  articulo  El,  pero  corrompida 
en  las  comarcas  meridionales. 

DE  VANO.  a.  p.  En  vano. 

DICIR.  DIR.  p.  m.  Decir,  frase  anti- 
cuada ,  con  derivación  de  Dies  (dia, 
poner  á  la  luz),  como  también  de 
Dei-kó  (hacer  ver). 

DOBLERO,  a.  Lo  fuerte  y  doble, 
cuanto  resistente,  de  una  tela  ú  otra 
materia. 

DUELO,  a.  Hacer  duelo  ó  lástima, 
cuanto  inspirar  compasión. 

E. 

EMBOJAR.  p.  Poner  sobre  los  zarzos 
de  los  gusanos  de  seda  filas  de  haces 
de  la  planta  llamada  Boxa  ú  Boja 
(Abrotanum),  á  fin  de  que  suban  á 
formar  en  ellos  el  capillo. 

EMPALUSTRAR.  p.  Trabajar  el 
yeso  con  el  palustre.  Disimulará  tra- 
tar de  ocultar  defectos  propios  ó  aje- 
nos con  excusas.  Acicalarse  para 
parecer  más  joven  y  hermosa  la  mu- 
jer fea  y  vieja. 

E.MPELl  AR.  p.  Ingertar  los  árboles 
para  que  puedan  producir  varios 
brazos,  y  éstos  frutos  distintos. 

EIVIBATIR.  p.  Preparar  el  cuero  para 
una  de  las  operaciones  de  curtir. 

ENCAMARADA,  p.  Obra  de  albañi- 
leria  que  indica  medianería  suelta  en 
las  casas ;  prohibida  por  las  anti- 
guas ordenanzas. 

ENCANARSE,  a.  Detenerse  dema^ 
siado  en  li>  conversación.  Eternizarse 
hablando.  Pasmarse  á  la  fuerza  del 
llanto  ó  risa. 

ENCAÑIZAR.  a.  Cubrir  las  bovedi- 
llas li  otra  cualquiera  obra  con  ca- 
ñizos. 

ENCOBANAR.  p.  Guardar,  encerrar, 
ocultar  de  la  vista  de  los  demás  al- 
guna cosa. 

ENCORVILLAR,-SE.  p.  Torcer, 
agarrotar.  Tropezar  en  el  lenguaje  ó 
discurso,  equivocando  las  frases  ó 
ideas. 


QUE  SE  FUE. 


405 


ENDE,  p.   Además,  ó  también  Desde. 

ENGARAB1TAR,-SE.  a.  Encorvarse 
y  entumecerse  los  dedos  á  impulso 
del  frió. 

ENJARETAR,  a.  Intercalar,  ¡ocluir  y 
aun  confeccionar  ú  componer. 

ENMANTADO,  a.  Hombre  cubierto 
con  la  manta,  que  forma  parte  del 
traje. 

ENRONA.  H.  Escombros  de  una 
obra. 

ENRRüÑAR.  p.  Ensuciar,  llenar  de 
roña  ó  grasa  una  cosa. 

ENTRECAVAR,  a.  Limpiar  de  yer- 
bas los  bancales  de  borlaliza. 

ENVISIVILAO.  p.  Persona  que  ve 
los  visivilos;  nombre  que  los  buerta- 
nos  dan  &  ver  visiones. 

ESBALUAMIENrO.  a.  p.  Desbalija- 
miento,  desliacer,  destrozar,  despo- 
jar. También  se  loma  por  la  ruina 
ó  contratiempo  do  casas  y  personas. 

ESBARARSE.  a- Resbalarse.  Tam- 
bién se  dice  escullirse. 

ESCACHUFLAR.  a.  Despachurrar,  ó 
mejor,  aplastar  ,  machucar,  chas- 
quear ,  dejar  burlado. 

ESCLAFAR.  a.  Mpchucar ,  chafar, 
quebrantar.  Cascar,  partir  6  abrir  los 
huevos. 

ESCAMPAR,  a.  Tender  el  estiércol. 
Desparramar  granos  ú  semillas. 

ESCARABAJO  PELOTERO,  a.  In- 
secto de  los  coleópteros. 

ESCORNARSE.  a.  Se  usa  en  las  fra- 
ses: «Escuérnale  como  puedas.»  «Me 
he  escornado  estudiando.»  «Deja 
que  se  escuerne.» 

ESCORREDOR.  p.  La  canal  ó  zanja 
por  donde  escurren  las  aguas. 

ESFILUSAR.  p.  Interpretar,  analizar 
con  minuciosidad  algún  nombre, 
texto  ó  cosa  para  muchos  incom- 
prensible. Sacar  hilo  por  hilo  los  de 
una  tela. 

ESMOMGAR,  p.  Desmofiigar,  poner 
en  claro  los  asuntos,  separando  la 
parte  que  no  hace  falta. 

ESPARTERAS,  p.  Calzado  hecho  con 
esparlo  preparado.  «Con  cara  ancha 
y  estrecha.»  Se  dice  también  de  las 


alpargatas,  pero  con  poca  propiedad 
ó  ninguna. 

ESPATARRAGARSE,  a.  Despatar- 
rarse. Del  mismo  modo  en  Aragón  y 
Murcia  suprimen  la  D  en  voces  aná- 
logas. 

ESPAUTACION.  p.  Espantajo.  Fi- 
gura extravagante  con  que  se  asusta 
á  las  gentes  medrosas.  Fantasma. 

ESPIC.4ZAR.  p.  Dar  golpes  repeli- 
dos con  la  picaza.  Picar  la  carne  en 
menudos  trozos.  Causará  uno  heri- 
das con  arma  blanca. 

ESPICH.VR.  a.  Morir. 

ESPOLSADOR.  p.  Palo  guarnecido 
de  vendos  li  orillos  ,  con  los  cuales 
se  sacude  el  polvo  á  ropas,  muebles 
y  paredes.  La  generalidad  en  Cas- 
tilla lo  mal  titula  «zorros.» 

ESPONJADO ,-IQUIO.  a.  Azucarado, 
panal.  Azucarillo. 

ESTANCO, -CAR.  p.  Acaparar,  guar- 
dar productos  y  demás  para  lu- 
crarse. 

ESTRAL,-LI(}UIA,  a.  Hacha  pe- 
queña de  mano  ú  estraleja. 

ESTROPICIO,  a.  Desperfecto,  des- 
urden. 

EXCUSADO,  a.  Retrete,  secreta. 

EXCUSON.  p.  Escudo  grande  con  los 
blasones  de  familia  que  adornú  parte 
de  las  fachadas  ó  paredes.  El  uso  de 
la  X  en  esta  palabra  vendrá  de  la  de- 
rivación Executoria  ó  Ejecutoria  de 
nobleza. 

EXPORGAR,  a.  Espulgar,  soltar  lo» 
árboles  y  vides  el  fruto  naciente. 

F.ZAGA.  p.  A  zaga  ú  de  zaga.  Quedar 
vencido  ó  en  segundo  lugar. 

F. 

FAJO.  a.  Haz  de  armas ,  cañas  y  ra- 
mas, ele. 

FALCA,    a.  Cuña. 

FALSA,   a.  Desván. 

FANDANGO,  a.  Pendencia,  riña,  des- 
orden, confusión.  Dicese  «se  armó 
buen  fanilango.» 

FARINETAS.  a.  Puches  6  gachas, 
que  se  hacen  con  harinas  de  varisis 
clases. 


406 


MIRCIA 


FAROLERO,  a.  Se  usa  la  frase  «Me- 
terse á  farolero,»  por  el  que  se  ocupa 
de  cosas  ajenas. 

FILA,-I.ETA.  a.  Madero,  viga.  Ros- 
tro ,  semblante  en  sentido  familiar. 
Hilo  de  agua. 

FILAHÍZ.  p.  Filadiz.  Seda  sacada 
del  capillo  roto.  Rácense  de  ella  al- 
gunas telas  para  pañuelos  y  colga- 
duras. Tiénese  por  filahiz  á  la  per- 
sona endeble. 

FORADO,  a.  Agujero  ó  hueeo.  (De 
Forat,  voz  catalana.) 

FRKGAZA.  p.  La  reunión  de  vajilla 
y  vasijas  que  han  de  fregarse. 

FRITADA,  a.  Pisto,  conjunto  de  co- 
sas fritas. 

FULERO,  a.  Se  aplica  á  lo  que  no  es 
de  recibo,  principalmente  ;í  la  mo- 
neda defectuosa  6  de  baja  ley.  Per- 
sona de  malas  mañas  y  equivoca 
conducta ,  usándose  generalmente 
esta  frase  para  deprimir  á  la  mujer. 
La  prenda  de  vestir  que  no  es  de 
buen  gusto. 

FUMERO.  a.  Hueco  en  los  techos 
ó  paredes  de  las  viviendas  por  el 
cual  sale  el  humo.  Incensario  y 
perfumador.  (Fumeret.) 

FURRUFALLA.  a.  p.  Bornifalla,  ho- 
jarasca que  arde  pronto ,  levanta 
llama  y  no  calienta. 

FUTESA,  a.  Bagatela,  cosa  de  poca 
entidad. 

G. 

GAFETE,  c.  Corchete. 

GAJO.  a.  Porción  de  una  manzana, 

naranja,  etc. 
GARB-A.  a.   Gavilla  ú  haz   de    leña, 

raieses,  leñas,  ele. 
GARBERA,    a.    Montón  de  muchas 

garbas. 
GÁRGOL,  a.  Batueco  ó  huevo  huero. 
GAL«PO,-PTN.  p.  Hombre  taimado, 

de  talento  y  no  buenas  intenciones. 
GALLO-MATÍAS,    m.     Discurso   ó 

relación   embrollada.  Dlcese  bien  asi 

por  tradición  francesa    6   provenzal, 

que  manifiesta  el  caso  de  un  pleito, 


(según  el  obispo  de  Avranches)  que 
un  tal  Matías  llevó  sobre  hurto  de  un 
gallo;  el  abogado  tanto  se  enredó 
con  las  palabras  ya  dichas,  que  desde 
entonces  se  llama  asi  á  los  enredos 
del  lenguaje.  (Monlau.) 

GARRAMPA.   a.  Calambre. 

GARRANCHOS,  p.  El  tronco  roto  6 
desgajado.  El  gancho  de  hierro  con 
labores  caprichosas  en  las  obras  de 
rej  ería . 

GARRAPATA,  a.  Sección  más  joven 
y  desaplicada  en  las  escuelas.  La 
parte  menos  distinguida  de  la  reunión 
ó  concurso. 

GARRAS,  a.  Piernas  delgadas.  A  los 
patituertos   se  les  llama  garrosos. 

GARRES.  Sitio  conocido  por  alber- 
garse en  úl  gente  de  mal  vivir,  y 
allí  ocultar  los  hurtos. 

GARROFA.  *  El  fruto  del  algarrobo; 
derivase  del  árabe,  Jarrub  ó  Al- 
jarrub. 

GARRÓN,  a.  Calcañar  ó    calcañal.  Al 

que  lleva  las  medias  caldas  se  le  dice 

«que  las  lieva  al  garrón». 
GAYATA,  a.  Cayado  grueso. 
GETA.  a.   Labios  gruesos  y  salientes. 

«Hinchar  á  uno    la  geta,»  darle  de 

mojicones  ú  getazos. 

GINJOL.  a.  Azofaifa. 

GOLFO, -FIQUIOS.  a.  Guarnición  de 

herraje  para   que  gírenlas  puertas  y 

ventanas. 

GORRINO,  a.  Puerco  6  cochino. 

GRANDARIA.  a.  Grandor,  magnitud. 

GRA^JERIA.  p.  El  beneficio  de  los 
cultivos  de  las  haciendas,  producto 
de  los  frutos,  etc. 

GRILLA,  a.  Mentira. 

GRILLARSE.  Empezará  perderse  al- 
gunos frutos  vegetales.  Brotar  las 
patatas  sin  haberse  plantado. 

GRIS.  a.  Tiempo  frió.   Viento   fresco. 

GUIJA, -XA.    a.  Amosta,  legumbre. 

GUIPAR,  a.  Atisbar,  divisar,  bruju- 
lear. Apercibirse  de  algo.  «Le  he 
guipado  la  seña.» 

GUITARRA, -RIOUIA.  m.  Créese 
corrupción  del  latín  Cithara ,  ó  del 
árabe  Kinuar.  (Monlau.) 


QUE   SE    FUE. 


407 


GUSANADO.  a.  Lo  que  está  dañado 
6  agujereado   por    los  gusanos. 

GUSANERA,  a.  Herida  hecha  en  la 
cabeza. 

GURBIONADOS.  p.  c.  Botones  he- 
chos con  torzal  grueso  de  seda,  lla- 
mado Gurbión. 

H. 

HABLAR.  (Por  bajo  de  cuerda.)  p.  * 
Tomar  la  palabra  en  nombre  de  otro 
ó  por  comisión  suya.  Interpretar  un 
lenguaje  extraño  que  otro  está  ha- 
blando. 

HACIENUA  FALSA,  p.  *  Tejido  ü 
obra  mal  hecha  de  seda  como  de  las 
diferentes  labores  que  con  ella  se 
preparan.  Obra  con  malas  condi- 
ciones. 

HALA.  a.  Exclamación  6  interjección 
equivalente  ala  de  Vamos...  Arriba... 

HALDETA,  a.  Pieza  que  general- 
mente rompe  en  Ta  cintura  y  no  baja 
mucho  de  ella. 

HERtDAMIENTO.  p.  Reunión  6 
agrupación  de  los  propietarios  que 
tienen  derecho  á  regar  por  un  cauce 
(5  acequia,  como  «Heredamiento  de 
la  acequia  de  Alfande,  ele.» 

HERRONES.  *  Discos  ó  disco  de 
hierro,  con  agujero  en  medio,  que 
en  juego  antiguo  ,  llamado  Herrón, 
se  tiraba  de  lejos  para  calarlo  en  un 
clavo  hincado  en  tierra  ;  después 
estos  clavos  se  sustituyeron  con  pa- 
las de  metal. 

HIJUELA,  p.  Cuerda  como  de  gui- 
tarra ,  formada  con  el  ventrículo 
del  gusano  de  seda  que  no  llega  á 
hilar.  Sirve  á  los  pescadores  para 
sujetar  los  anzuelos. 

HILO.  o.  «Hilo,  fundamento  y  magis- 
terio ,»  condiciones  para  la  buena 
obra  de  albañileria,  según  las  orde- 
nanzas. 

HILO   PALOMAR,  c.  p.    Bramante. 
HISTORIADO,  a    Lo   que  está    muy 

adornado ,    ya    sea    mueble    como 

prenda  de  vestir. 
HORNO,  a.  La  casa  ú  establecimiento 

en  que  estando   aquel  se  amasa  y 

vende  el  pan.  Tahirna. 


IVIERNO,  a.  Invierno.  Conforma  me- 
jor con  la  etimología  latina,  asi  como 
las  voces  anticuadas  Ivernal  é  Iver- 
nar  (Ibernum). 

INDAGADURA.  p.  Lo  que  ha  resul- 
tado de  las  averiguaciones  y  de  lo 
discurrido  en  consecuencia   de  ellas. 

INDAÑARSE.  a.  Indignarse.  Enco- 
narse las  llagas  ó  heridas. 

INFA1NTE,-TIQUI0.  a.  Corista  de 
corta  edad  en  las  catedrales  y  cole- 
giatas. Seise. 

INTELIGENCIADO,  p.  El  que  ha  te- 
nido inteligencia  de  una  cosa,  ó 
queda  enterado  de  ella.  El  do- 
cumento por  el  cual  quedan  muchos 
acordes. 


JACULATORIA,  a.  Se  usa  en  len- 
guaje familiar  como  equivalente  á 
la  frase  castellana  :  «¡Vaya  una  em- 
bajada!» También  se  tema  como 
amonestación  á  un  individuo,  re- 
prendiéndole. 

JAllAPOTEAR.  a.  Jaropear  ó  dar 
jaropes,  como  también  tomarlos. 

JARCIA,  a.  p.  Jauría  de  perros. 
«Hombre  de  jarcias,»  ó  persona  de 
arraigo.  Grupo  numeroso  de  gente 
dispuesta  á  la  broma. 

JAUDO.  a.  Insípido,  sin  sal.  En 
Aragón  Jauto. 

JENCIBHE  Ó  GENJIBRE.  p.  Planta 
y  raíz  medicinal ,  que  importada  de 
las  Indias  ,  se  ha  aclimatado  en  las 
comarcas  meridionales;  picada,  sirve 
para  condimentar  pasteles  ,  como 
también  guisos. 

JERIFlí.  p.  Xerife,  nombre  déla  dig- 
nidad que  se  da  entre  los  moros  á 
los  descendientes  del  Profeta. 

JETA.  a.  Lo  mismo  que  Geia,  etc. 
(Véase  Geta  y  Getazü.) 

JONJOLI.  p.  Planta  y  simiente  lla- 
mada alegría,  que  sirve  para  las  tor- 
tas y  otras  pastas  por  Pascua. 


408 


JÓV'ENO,-NA.  a.  Persona  joven  en 
ambos  sexos ,  y  se  explica  así  para 
cada  uno  mejor  que  en  castellano. 

JULEPE,  a.  Se  dice  llevar  julepe  ,  á 
sufrir  una  tunda  (i  descalabro  en  el 
juego;  ó  haberse  dado  mal  rato  ca- 
minando, ú  desempeñando  algún 
negocio,  cuanto   trabajando   mucbo. 

JU CUESCA,  a.  Partida  de  juego,  ge- 
neralmente improvisada  y  tumul- 
tuosa. 

JUNTAMENTO.  p.  P.eunion  de  varias 
personas  que  representan  dereclios 
y  á  quien  se  les  convoca  para  tomar 
acuerdos.  (Yuntamento  ó  Ayunta- 
miento.) 

JUSTILLO,  a.  Armador  6  corsé;  ajus- 
tador en  los  vestidos  de  las  mu- 
jeres. 


LL. 

LLAGA,  a.  p.  Desunión  de  la  carne, 
causada  por  corrosión  6  herida.  Se 
llamó  plaga,  xaga  y  chaga,  que- 
dando en  el  nombre  catalán  Llaga. 

LLiVMADERA.  p.  Vara  larga  y  ar- 
mada de  pequeña  púa  en  uno  de  sus 
extremos ,  con  la  cual  el  carretero 
molesta  al  ganado  vacuno  para  que 
ande. 

LLATA.  p.  Caja  de  hoja  de  lata 
usada  en  distintas  formas  para  los 
asados,  bizcochadas,  etc.  Se  dice  asi- 
mismo de  todo  envase  de  metal, 
como  á  todo  desperdicio  de  hojas 
metálicas,  6  vasijas  hechas  con  ellas. 

LLORADERA,  a.  Especie  de  pasión 
de  ánimo  que  se  resuelve  en  copioso 
llanto,  imposible  de  contener. 


LABORANTE,  o.  OQcial  de  la  seda, 
que  habiendo  hecl.o  aprendizaje,  te- 
nia que  estar  dos  años  como  tal 
laborante  en  casa  de  su  maestro. 

LACHA,  a.  Se  usa  de  la  expresión 
tener  poca  lacha ,  para  manifestar 
poca   aprensión,   poco   fundamento. 

LAMINERO,  a.   Goloso   en  demasía. 

LAPO.  a.  Bofetón,  golpe  dado  más 
bien  que  con  fuerza,  por  venganza  ó 
desprecio. 

LECHOS,  d.  Hoja  de  morera ,  so- 
brante de  las  que  se  les  echan  á  los 
gusanos  de  seda  para  su  alimento,  y 
que  ellos  dejan  bajo  sí  en  los  zarzos. 

LKXA,-JA.  p.  Vasar  adornado  de 
calados  y  recortes  en  yeso  paia  colo- 
car loza,  etc.  También  se  dice  de  las 
diferentes  tablas  de  un  armario. 

LEÑAZO,  a.  Garrotazo  fuerte. 

LI'.ZNA.  a.  Lesna. 

LONJA,  a.  Edificio  piiblico  para  de- 
positar artículos  de  comercio.  Tira  de 
tocino. 

LURCA.  a.  Nombre  antiguo  para  in- 
dicar el  sitio  donde  crian  los  conejos. 

LUCIAR.  a.  Apuntar  la  reja  del  arado, 
como  también  las  herramientas  de 
cantería  ó  albañilería. 


M. 

MACERAR,  a.  Sobar  ó  apretar  la 
masa  para  el  pan. 

MAJADOR.  p.  Maza  de  madera  fuerte 
para  quebrantar  el  esparto. 

MALEANDO,  p.  Se  dice  que  venia 
maleando  q  lien  estaba  ya  delicado 
de  salud.  También  es  venir  á  menos 
en  fortuna. 

MAL-TRABAJA,  a.  Haragán;  pe- 
rezoso en  el  trabajo. 

MANCHA, -AR,-DOR.  a.  Fuelle  de 
fragua.  Manejar  ó  dar  aire  con  los 
fuelles.  El  que  da  aire  con  ellos. 

MANDURRIA.  a.  Bandurria. 

MANDRIA,  a.  Haragán  ,  hombre 
egoísta. 

MAKUOTE.  p.  Acción  triste  de  los 
gallos  y  demás  aves  domésticas. 
Hacer  mangote,  dejar  caer  la  cabeza 
como  apesadumbrado. 

MANOBRE,  p.  El  que  amasa  el  yeso 
y  le  da  á  la  mano  del  oficial. 

MANTA,  a.  La  prenda  que  completa 
el  traje  del  hombre  del  pueblo ,  cu- 
briendo todo  el  cuerpo  á  manera  de 
capa  ;  viene  i  ser  una  tira  ancha  de 
grueso  tejido  de  lana,  la  cual  tiene 
doblada  por  igual  y  cosida  por  uno 
de  los  lados,  forma  bolsa  ó  cujon. 


gUE   SE  FUE. 


409 


MANTOS,  p.  Las  cubiertas  de  las  bar- 
racas. 

MANTUDO  (Pollo),  a.  Persona  muy 
sensible  al  frió,  6  que  busca  el  abrigo. 

MAQUILA,  p.  Correspondia  anti- 
guamente al  molinero  por  su  tra- 
bajo medio  celemín  por  fanega;  otras 
ordenanzas  marcan  seis  libras  por 
fanega. 

MARGUAL.  p.  Disco ,  antes  hecho 
con  marga ,  y  hoy  con  pleita  para 
avivar  el  fuego.  Lo  mismo  que  aven- 
tador. 

MAS.  a.  Tan  ,  como  se  ve  en  las  mu- 
chas y  vulgares  locuciones.  «¡  Qué 
pan  más  blanco  !  »  «Ni  más  ni  man- 
gas.» 

MASCARA,-DO-.  a.  Tizne,  6  aquel 
que  va  tiznado. 

MAZACOTE,  a.  Se  dice  de  cual- 
quiera objeto  dearte.no  bien  con- 
cluido, y  en  que  se  ha  procurado 
más  la  solidez  que  la  elegancia  y  li- 
gereza. 

MELÓN  DE  AGUA.  a.  Sandia. 

MERALLA.  p.  Medalla,  venera,  dis- 
tinción, condecoraciones. 

MERCAR,  p.  Comprar. 

MERCELANA.  p.  Antigua  tela  para 
vestidos  de  mujer. 

MIAJA,  a.  p.  Migaja,  miga.  Se  dice 
de  todo  fragmento  pequeño  de  una 
cosa  ,  como  también  aplicado  al 
tiempo.  «Espérate  una  miaja.» 

MICER.  a.  Titulo  de  alguna  distinción, 
que  se  djú  un  tiempo  á  los  letrados. 

MILOCHA,  a.  Cometa,  Apodo  auna 
persona  demasiado  alta  y  delgada. 

MIKCHIRONES.  p.  Granos  de  haba, 
que  durante  el  verano  se  venden  ya 
cocidos  por  las  calles  y  plazas  de 
Murcia.  Esta  voz  parece  derivada  del 
catalán,  Minchar  (comer). 

MIRAMAR.  a.  Mirador,  solana,  azo- 
tea, particularmente  en  las  casas  de 
campo. 

MOA,-IQUIA,  a.  Estilo,  modo  ,  uso. 

MOCAR,  p.  Sonar.  Al  pañuelo  de  los 
niños  se  le  llama  moquero,  derivado 
del  catalán;  Mocador. 

MOCO.  p.   Se  dice  que  «Va  de  moco,» 


á  la   persona  que  se  ha  embriagado 
con  extremo. 
MOLLA,     p.    La    miga   del  pan.  La 
abundancia    de    carne,   y    se    dice 
«Tiene  buenas  mollas.» 

MOMOS,  a.  Gestos  6  visajes  con  que 
se  hace  burla  de  algo. 

M0N.4.  a.  p.  Torta  usada  por  Pascua 
florida  ,  á  cuya  masa  se  ponen  hue- 
vos con  cascara.  Embriaguez.  Juego 
de  naipes.  Quedar  corrido  por  las 
razones  y  oposición  de  otro. 

MONDA,  a.  p.  Mondadura;  limpieza 
de  los  taludes  y  fondo  de  las  ace- 
quias durante  un  periodo  fijo  del 
año.  que  toma  este  nombre. 

MONICIONES,  p.  Amonestaciones. 
Tómase  como  la  publicación  de  los 
nombres  de  los  conti-ayentes  al  ma- 
trimonio. 

MORAL,  p.  Se  dice  que  tienen  moral 
los  escritos  ó  reflexiones  cuando  en- 
cierran un  doble  sentido  laudable  y 
verdadero. 

MORCIGUILLO,  p.  Murciélago. 

MORGÓN,  a.  Mugrón  de  la  viña.  El 
tallo  enterrado  para  que  arraigue. 
(Véase  A.iiorgo.var.) 

MORROCOTUDO,  a.  Grande,  formi- 
dable, terrible  ;  se  usa  ,  y  sólo  vul- 
garmente, con  algunos  sustantivos, 
como  en:  «Hay  cuatro  leguas  mor- 
rocotudas.» «Es  un  capital  morroco- 
tudo.» «Es  un  juego  morroco- 
tudo.» 

MORTICHUELO.  a.  Mortixuelo  6 
mortijuelo.  Párvulo  muerto.  Tam- 
bién se  dice  de  la  matanza  de  un  ave. 

MUELLES,  a.  p.  Por  flojo  de  muelles 
se  entiende  ,  no  sólo  al  suelto  de 
vientre,  sino  al  fácil  de  lengua.  Cas- 
cales  usa  en  sus  Discursos  de  la  pa- 
labra aragonesa  Boquimuelles. 

MULETA,  p.  Nombre  cariñoso  que 
dan  los  moíos  á  las  mozas  ,  como  se 
desprende  de  este  conocido  diálogo: 
— ¿Te  cautivo.  Muleta? — Lo  mesmo 
que  á  una  provetiquia  coberniz. 

MUÑID0,-D0R.  a  p.  Avisado.  El 
que  antiguamente  era  emplazado  ó 
citado  á  concejo.  Llámanse  aún  mu- 
ñidores los  avisadores  ó  citadores  de 
cofradías  6  corporaciones. 

27 


410 


MURCIA 


N. 

NAYA.  a.  Galería,  ó  andador  en  ga- 
lería de  palacio  6  iglesia.  Descanso 
en  las  escaleras  de  las  casas. 

NECESARIA,  a.  p.  Retrete. 

NÍSPOLA, -LERO.  p.  El  fruto  del 
árbol  níspero. 

NUCLA.  p.  Nuca.  Usa  el  vulgo  con 
frecuencia  de  la  redundancia:  «Nu- 
cía der  cuello.» 

Ñ. 

ÑORA.  p.  Noria.  Máquina  hidráulica 
de  una  ó  más  ruedas  para  elevar 
aguas.  Pimiento  de  cierta  clase,  que 
se  cultiva  y  produce  en  abundancia 
en  el  pueblo  llamado  as! ,  en  la  huer- 
ta de  Murcia,  donde  hay  una  gran 
rueda  hidráulica  de  las  ya  dichas. 

O. 

Obrero,  a.  p.  E1  que  está  encargado 
de  la  conservación  de  edificios,  ren- 
tas y  cosas  eclesiásticas.  También 
se  dice  fabriquero  al  administra- 
dor, etc. 

OJALÁ.  *  Oxallab.  ¡Quiera  Dios! 
Interjección  muy  usada  en  los  países 
meridionales  para  expresar  buen  de- 
seo de  alguna  cosa. 

ORILLOS,  a.  Lo  mismo  que  Vendos. 

OTRI,  OTRIE.  a.  Otro.  En  E!  conde 
LiiC'ivnr  se  lee:  «Olvidan  mucho 
aina  lo  que  otri  ha  fecho  por  ellos.» 
«Hacienda  de  otri,  ropa  ajena.»  La 
voz  aragonesa  otri  se  encuentra  muy 
usada  eu  el  libro  de  Lus  siete  Par- 
tidas. 

P. 

PAJUZ,-JUZO.  a.  Paja  medio  podri- 
da, desechada  de  las  eras  y  los  pe- 
sebres. 

PALKRA.  p.  La  planta  como  también 
la  hoja  que  cria  los  higos  chumbos, 
que  llaman  vulgarmente  higos  de 
pala. 


PALETA,  a.  Kl  trabajador  dealbaBil 
que  maneja  la  paleta.  Herramienta 
del  dicho  oficio. 

PALUSTRK.  p  .  Herramienta  de  al- 
bañil  para  usar  las  mezclas  de  yeso 
y  de  cal,  como  para  unir  desigual- 
dades y  defectos  de  las  superficies 
labradas  con  aquellas. 

PANES  DE  LA  HUERTA,  p.  Anti- 
guamente se  entendían  así  los  ban- 
cales que  tenían  la  mies  ya  crecida. 

PANIZO,  a.  Maíz. 

PANOCHA,  a.  Panoxa  ,  panolla  <5 
panoja,  derivado  del  catalán,  y  equi- 
vale á  Mazorka  ú  Mazorca. 

PANTASMA.  a.  Fantasma.  Es  voz 
vulgar,  que  se  usa  también  metafó- 
ricamente. 

PANTOMINA.  p.  Espectro,  acciones 
extrañas  ó  mímicas  en  las  personas. 

PAPELERO,  a.  Hazañero.  Finge  ne- 
gocios. 

PARAULA.  a.  Palabra,  tomada  en 
Murcia  íntegramente  del  catalán  Pá- 
ranla. 

PAREJO, -JA.  p.  Entiéndese  por 
piso,  superficie  ó  labor  de  tierra,  que 
queda  á  una  misma  altura  sin  acci- 
dentes. 

PARRA  (Subirse  á  la),  a.  Ofenderse, 
picr.rse  de  alguna  alusión.  Encoleri- 
zarse. 

PARRANDAS,  a.  p.  Baile  usado  en 
el  Reino  de  Murcia,  parecido  á  las 
seguidillas.  Díeese  «ir  de  parrandas» 
al  que  va  de  jolgorio  ,  diversión, 
ociosidad  y  pasatiempo. 

PARVADA,  a.  Gran  cantidad  6  mu- 
cho bulto  que  hacen  las  cosas  exten- 
didas, 6  las  gentes  en  romería. 

PEGALOSO,-SA.  p.  Quien  se  acerca 
demasiado  á  las  personas  para  alcan- 
zar algo. 

PELELE,  a.  Pobrete,  falto  de  inteli- 
gencia y  fortuna. 

PELINDUSCA.  a.  Ramera.  Mujer  de 
mala  vida.  También  se  le  llama  Pe- 
lleja, según  Rosal. 

PENPONEAR.  a.  Dícese  de  la  vida  de 
las  rameras.  Disipar  el  tiempo.  Ca- 
llejear. Concurrir  á  todo  lo  que  sea 
distracción. 


QUE   SE   FUE. 


411 


PENEQUE,  a.  p.  Borracho. 

PERCANZAR,  c.  Alcanzar,  tocar, 
comprender. 

PERDIGADA  (Carne),  p.  Picadillo 
especial  para  relleno  de  los  pas- 
teles. 

PERETERO.  p.  Peral  de  fruías  más 
menudas;  á  éstas  las  llaman  Peretas; 
en  Castilla  Peras  de  San  Juan. 

PERJUCIOSO.  a.  Periudicioso  ó  per- 
judicial. 

PEROLA.  a.  Cazo  de  cierto  tamaño  y 
forma. 

PERRANEO.  p.  Pedáneo.  Alcalde 
rural. 

PERRERA,  a.  Berrinche  ú  rabieta. 

PICAJOSO,  a.  El  que  se  pica  6  re- 
siente sin  gran  motivo  y  con  fre- 
cuencia. 

PICAPORTE  (Moño  de),  p.  Llámase 
asi  al  que  las  huerlanas  y  mujeres  de 
campo  se  hacen  con  el  pelo  tren- 
zado y  en  forma  de  aspa  ó  muletilla. 

PICAZ0,-Z1QU10.  p.  Picotazo.  El 
golpe  que  dan  las  aves  conelpicc, 
como  también  la  molestia  que  cau- 
san los  insectos,  pulgas,  etc. 

PICOLETA,  p.  Herramienta  de  al- 
bañil. 

PICO, -COTA.  a.  Herramienta  de  al- 
bañil. 

PINGO,  a.  Se  dice  de  los  demasiado 
sueltos  ,  haraganes  y  desaseados, 
particularmente  de  las  mujeres. 

PIPIRIJAINA,  a.  Compañía  reducida 
de  malos  comediantes.  Pieunion  de 
poco  pelo  ,  ó  menor  importancia  de 
la  conveniente. 

PIRULO,  a.  Perinola  pequeña. 

PISADERA,  a.  p.  Se  dice  de  la  reja 
que  se  pisa  en  la  acera  de  la  calle 
para  luz  y  ventilación  de  sótanos. 
Antigua  ediicanda  en  los  conventos, 
donde  pagaba  un  tanto  por  el  piso, 
ó  pisar  dentro  de  clausura. 

PIULAS,  p.  Carretillas  ó  triquitra- 
ques de  pirotecnia,  para  juego  de 
muchachos. 

PIZCO,  a.  Pellizco  6  repizco. 
PLANTAJE,  p.    Planta  acuática  que 
nace  espontáneamente  en   las   ace- 


quias ,  conocida  en  Castilla  por 
Llantén  ó  Llantel.  Plantaje  es  usado 
en  Murcia  con  más  propiedad ,  to- 
mándose del  nombre  botánico  Plan- 
tago. 

PLATICAR,  p.  Hablar  en  serio,  tra- 
tando de  asuntos  varios.  Cosas  6  es- 
tilo de  plática. 

P0CH0,-CHIQU10.  a.  Pálido  ,  des- 
colorido. 

PODER,  a.  Usase  de  la  frase  «á  mf 
me  puede,»  como  «que  me  incomo- 
da,» etc. 

POSO.  a.  Parte  espesa  de  los  líqui- 
dos, que  queda  en  el  fondo  de  la  va- 
sija. 

PORCHE,  a.  Postes,  soportal,  arco, 
como  pórticos. 

PORRILLO,  p.  Llamaron  asilas  pe- 
queñas boqueras  de  riego. 

PORTADERA,  a.  Vasija  de  madera, 
para  llevar  las  uvas  en  la  vendimia. 

POSTIZAS,  p.  Castañuelas. 

POTREAR,  a.  Molestar,  aburrir, 
cansar,  apurar  á  uno. 

POZAL,  a.  Cubo  de  pozo. 

POZALEAR.  a.  Revolver  el  agua  de 
un  pozo,  subiendo  y  bajando  los  po- 
zales. 

PREMOVER.  p.  Promover,  instigar. 

PRENDAS  MUERTAS,  p.  Lo  que  se 
deja  empeñado  por  valor  de  cosa  to- 
mada. 

PRESTO,  p.  Pronto.  Aprestarse  para 
algo. 

PRIETO,  a.  Mezquino,  mísero  ,  ta- 
caño. 

PROBAR,  a.  Catar  los  guisos  ,  vi- 
nos, etc. 

PROCURA,  a.  El  ejercicio  de  procu- 
rador. 

PUGNICION.  p.  Pena.  Voz  usada  en 
las  Ordenanzas  de  Murcia,  1695. 

PUNCHA, -CHON.  a.  Punzón  ó  her  ■ 
ramienta  de  punta.  También  se  lla- 
ma así  á  la  espina.  Hay  un  refrán 
que  dice:  «El  que  tenga  la  puncha 
que  se  la  saque.» 

PUNCHAR,  a.  Punzar,  herir  con' 
punta. 

PUNCHAZO.  a.  Punzada. 


412 


Q. 

QUEBRAR.  (El  dia  ó  la  noche),  p.  El 
momento  de  espirar  las  doce  horas. 
Vulgarmente  se  dice  :  «medio  dia, 
media  noche.» 

QUEXEaOS  Ó  QUIJEROS,  p.  Cos- 
tados, taludes  y  motasen  declive  na- 
tural, que  limitan  las  acequias  ó  pa- 
sos de  aguas. 

QUEJÓN,  a.  Quejumbroso. 

QUEMA,  p.  Incendio  de  cdiCcios, 
mieses,  leñas,  etc. 

QUIJAL,  a.  p.  Quijada,  dientes.  De- 
rivase en  Murcia  del  catalán  Quixals 
ó  Caivals.  Se  dice  tener  buen  quijal, 
6  quijal  sano,  al  que  come  mucho 
sin  reparar  en  la  calidad  ni  dureza. 

QUITAPONES,  p.  Adornos  de  seda  y 
lana  en  las  cabezadas  de  las  caballe- 
rías. Los  excesivos  adornos  que  en  el 
traje  llevan  las  sentes,  ú  la  guarni- 
ción exagerada  de  cualquier  objeto. 

QUIZA, -AS.  p.  Tiénese  por  eufoni- 
zacion  árabe  ó  corrupción  del  catalán 
¿Qui  sab?  ¿Quién  sabe? 


R. 


RABAL,  a.  Arrabal. 

RAFA.  o.  Corte  de  aguas  fuera  de 
tanda,  que  se  prohibió  en  las  ace- 
quias. 

RAFALI.  o.  Cierta  clase  de  carnes, 
cuya  venta  estuvo  prohibida  en  cier- 
tos casos. 

RAFE.  a.  Rape.  Alero  de  un  tejado. 
Extremidad  de  algo,  como:  «Al  rafe 
de  la  mesa.»  «Al  rafe  del  papel.» 

RAMPA,  a.  Calambre.  Dieese  en 
Murcia  ,  como  en  Aragón,  sin  cor- 
romper la  palabra  catalana  Rampa. 

RAMUJA,-XA.  p.  Producto  de  la 
limpia  ó  poda  de  árboles  y  ramas 
pequeñas  que  resultan  de  esta  opera- 
ción. 

RASERA,  a.  Rasero.  Cuchilla  de  ama- 
sar. 

RASPAJO,  p.  El  escobajo  de  los  ra- 
cimos. El  niño  pequeño  y  precoz. 


RASPA,  a.  p.  Lo  mismo  que  cosa  ás- 
pera. Escofina. 

RAUTA,  p.  Ruta,  camino,  vía. 

REBLIR.  a.  p.  Elevarse  el  fondo  de 
las  acequias  hasta  obstruirse  el  curso 
de  las  aguas. 

RECIENTE,  a.  Creciente.   Levadura. 

REFITOLERO,  a.  Indiscreto,  impru- 
dente, curioso. 

REGOMELLO,  p.  Reparo  en  decir  6 
manifestar  lo  que  se  siente  ó  quiere. 

RELIGA,  p.  Reliquia.  Diminutivo  que 
altera  el  vulgo  ,  por  usar  el  iquia 
como  constante  en  casi  todas  las  pa- 
labras, y  creerlo  mal  dicho  en  ésta 
y  en  acequia  (cieca). 

REMANIENTE,  p.  Lo  que  corres- 
ponde <5  tiene  conexión  con  asuntos 
dados. 

RENTO,  p.  El  alquiler  6  estipendio 
que  se  paga  por  una  cosa.  Arriendo 
de  casas  ú  tierras  durante  un  año. 

REPONSALID.Á.  p.  Responsabilidad. 
Los  que  pronuncian  tal  frase  ,  creen 
decir  bien  asi ,  que  ellos  responden 
á  todo,  y  que  salen  fiadores  del  com- 
promiso. 

REPROPIAR.  a.  p.  Resistir  al  freno. 
Comprender  lo  que  se  dice  ó  hace 
mal. 

REVOLTINA.  a.  Motin  ,  conmoción 
popular. 

REZAR.,  p.   Lo   que   puede   explicar 

un  documento  en  su  texto. 
RIACHO,  p.  Rio  pequeño  y  con  poco 

caudal  de  aguas. 

Rolde,  a.  Círculo  de  gente. 

RONCADOR,  p.  El  cohete  que  se 
eleva  haciendo  gran  ruido  por  inter- 
valos. 

ROSIGAR,  a.  Roer  poco  á  poco  al- 
guna cosa.  Murmurar  por  lo  bajo. 
«Rosigar  altares,»  pasar  mucho 
tiempo  en  la  iglesia. 

ROYA.  p.  Tierra  especial  que  sirve 
para  hacer  impermeables  las  capas 
de  tierras  que  cubren  las  casas  en 
Murcia. 

RUCHE,  a.  p.  Pollino  pequeño.  Se 
dice  de  la  persona  que  se  halla  sin 
fortuna  ó  está  escasa  de  intereses. 


QUE   SE    FUE. 


413 


RUJIAR  O  RUXIAR.  a.  Rociar. 
Llámase  rujiada  al  golpe  de  lluvia. 
Rujada,  rujazo.  Regar. 

RULO, -LAR.  p.  Cilindro  de  piedra, 
madera  y  otras  materias.  Peinado  de 
cierta  forma.  El  acto  de  rodar  el  ci- 
lindro. Caer  y  rodar  las  personas  y 
objetos. 


s. 


SABENAS.  p.  Sábanas.  Redes  de  es- 
parto para  conducir  la  hoja  de  las 
moreras,  la  paja,  hortaliza,  etc.,  sir- 
viendo como  medida,  y  se  dice:  «Una 
sabena  de  hoja.»  «Una  sabena  de 
paja.» 

saín.  p.  Cebo,  grosura  artificial,  de- 
rivado del  catalán  Sagi.  Dlcese  «Sa- 
carle á  uno  el  sain,»  á  utilizarse  de 
su  trabajo  é  intereses. 

SALMORRAfiA.  a.  p.  Agua  cargada 
de  mucha  sal.  También  se  llama  á 
ciertos  medicamentos  para  el  ga- 
nado. 

SALSERO, -RA,-R[QUIA.  p.  El 
tomillo  y  plantas  aromáticas  para  las 
salsas.  Las  personas  que  en  todo 
quieren  intervenir  y  figurar  dando 
su  opinión. 

SAN  JUANERO,  a.  Endeble,  deli- 
cado á  que  da  origen  el  dicho  de 
«Gato  San  Juanero,»  por  nacer  fuera 
de  tiempo  y  raquítico. 

SANTIGÜEKAZO.  p.  Golpe  dado  en 
dos  sentidos,  como  santiguando. 

SAQUE,  a.  Se  dice  que  «Tiene  buen 
saque,»  á  todo  el  que  come  ó  bebe 
bien. 

SAQUERÍO,  p.  La  colección  de  sacos 
que  tiene  cada  labrador ,  moline- 
ro, etc. 

SARRIA,  a.  Esportón.  Serón  de  dos 
senos  para  conducir  basuras ,  tier- 
ras, etc.,  en  caballerías. 

SAZONADORES.  a.  p.  Los  que  lim- 
pian, arreglan  y  preparan  algunos 
frutos  cogidos  y  que  han  de  secar- 
se, etc.,  como  pasas,  higos. 

SENTIDO  (Costar  un),  a.  Costar  mu- 
cho una  cosa,  ó  sea  á  mucho  precio. 

SERRETA, -TIQUIA.  a.  Cadenilla 
para  refrenar  caballerías. 


SOBRE  ACEQUIERO,  p.  El  mayor- 
domo, juez  ú  ministro  en  cuestiones 
de  riego. 

SOBRE  CARGA,  p.  Soga  gruesa  des- 
tinada, como  más  fuerte  que  la  lia, 
á  sujetar  O  tirar  de  alguna  coea  6 
carga. 

SOPAPO,  a.  Revés.  . 

SOPORTALES,  a.  Porches.  Galería 
que  forman  las  fachadas  de  plazas  y 
calles,  bajo  los  cuales  pasea  ó  circula 
gente. 

SORRA,  p.  Zorra.  Carne  de  estos 
animales  ya  salada  y  en  cierto  adobo. 

SORRIEGO,  p.  El  exceso  de  aguas 
de  un  riego  que  rebosa  por  los  limi- 
tes de  las  tierras  é  invade  sendas  v 
caminos. 

SOTA.  a.  Mujer  deslenguada  y  sin 
vergüenza. 

SUMIDOR.  a.  p.  Sitio  dispuesto  de 
modo  conveniente,  donde  se  sumen 
en  la  tierra  todas  las  aguas,  tanto 
inmundas  como  llovedizas. 

SUPEKFLUJO.  p.  Misterio  que  se 
hace  en  ciertos  asuntos. 


TABACOQUES.  p.  Desigualdades, 
hoyos  y  desperfectos  en  el  piso. 

TABANQUE,  a.  Poyo.  Macizo  ó  mos- 
trador levantado  á  la  altura  de  una 
vara  en  las  puertas  de  las  tiendas,  y 
asi  se  dijo;  «mudar  el  tabanque,»  á 
trasladarse  de  un  lado  á  otro. 

TABLACHERO.  p.  El  que  cuidó  de 
los  tablachos  y  del  orden  de  las  tan- 
das de  riego. 

TABLACHO.  TABLAXO. TABLA- 
JO.  p.  Tablero  fuerte  que  pasa  por 
dos  muros  6  piedras  acanaladas  que 
le  sujetan,  llamadas  Brencas,  el  cual 
dejado  caer  impide  el  paso  de  agua 
por  las  acequias.  Se  dice  calar  el  ta- 
blacho ,  á  ensimismarse  una  per- 
sona. 

TABLAS,  a.  p.  Las  mesas  de  venta 
para  carne  y  otras  mercancías. 

TACA.  a.  Mancha,  defecto. 

TACHOLADOS.  p.  Llámanse  asi 
cierta  clase  de  botones  de  seda. 


414 


MURCIA 


TAHULLA.  p.  Espgcio  de  tierra, 
cuya  unidad  de  superficie  es  la  usada 
para  el  cultivo  de  la  liuerta  de  Mur- 
cia, y  corresponde  próximamente  á 
la  sexta  parte  de  una  fanega ;  la 
forma  un  cuadrado  de  cuarenta  va- 
ras de  lado. 

TAJO.  a.  p.  Tarea  ó  trabajo  abun- 
dante. Sitio  dendo  se  ha  de  trabajar, 
diciéndose:  «Acudir  al  tajo.»  Tajada 
6  buena  presa  de  carne  ú  pescado. 
Grupo  de  albañiles,  compuesto  de 
cierto  número  de  ellos.  En  caste- 
llano, cuadrilla. 

AMBALIQUIO.  p.  Tinglado  muy 
alto,  formado  con  ramas,  cañas  y 
atocha  en  medio  de  las  propiedades, 
para  vigilar  desde  él  y  guardar  los 
frutos  y  ahuyentar  con  señales  á  los 
pájaros. 

TAMBORINAZO,  a.  Caída,  golpe. 

TARUMBA,  a.  Volverse  uno  tarumba 
es  quedar  mareado  ,  anonadado, 
confundido  por  ruidos  y  otras  cau- 
sas. 

TEJA  DE  AGUA.  a.  Medida  de  los 
caudales  de  agua  para  los  repartos 
del  riego. 

TEMBLORINA.  p.  Temblor.  Se  dice 
también  del  miedo  que  alguno  tiene 
y  le  ocasiona  movimientos  extraños. 

TEMPRANERO,  a.  El  fruto  temprano 
ü  adelantado  de  sazón. 

TENOR,  p.  Guitarra  mediana  ,  que 
armonizada  con  otras ,  se  templa 
convenientemente. 

TERRETREMO  Ó  TERRETIEM- 
BLO.  a.  Terremoto.  La  palabra 
terretremo  se  encuentra  usada  en 
las  ordenanzas  de  Pedro  VI  de  Ara- 
gón. 

TESTERAZO.  a.  Trompazo  ,  golpe 
con  la  cabeza. 

TIBERIO,  a.  Bulla,  escándalo,  confu- 
sión, desurden. 

TIENDA,  c.  La  cubierta  de  aros  y  ca- 
ñas forradas  de  lona,  que  cubre  los 
carros  y  galeras. 

TIERRA  BLANCA,  a.  La  de  sem- 
bradura de  cereales,  y  que  no  es  de 
arbolado. 

TIMBA,  a.  Juguesca.  Comilona.  Di- 
versión tumultuosa  y  prohibida. 


TIMPLIQUIO  O  TIPLIQUIO.  p. 
Guitarra  pequeña  diferente  de  las 
bandurrias  templada  como  tiple.  El 
vulgo  llama  Timpliquio  á  una  guitar- 
ra mal  arreglada    y  que    valga  poco. 

TINGLADO,  a.  Tablado  que  se  arma 
in  alto  y  á  la  ligera. 

TIRARSE  (4  las  personas),  p.  Diri- 
girse á  ellas  y  rogarlas,  poniéndolas 
por  empeño  para  alcanzar  empleos, 
gracias  ó  socorros.  Tirar  á  extremo, 
es  abandonar  caballerías  inútiles. 
También  se  dice  de  las  personas  que 
se  encenagan  en  vicios,  ó  abandonan 
la  vida  regular  y  arreglada. 

TOCATA,  a.  Sonata.  Tunda.  Cada 
una  de  las  piezas  de  música  que 
constituyen  un  concierto. 

TONGADA,  a.  Capa  de  tierra.  Paja 
alternando  con  frutas  embaladas. 
«En  una  tongada»  quiere  decir  «de 
una   vez.» 

TONTÓN, -TIQUIO.  a.  Aumentativo 
de  tonto.  (Usado  por  el  P.  Isla.) 

TOÑINA,  a.  Tollina.  Paliza.  Zurra. 
Tunda. 

TORMO, -MIQUIO.  a.  Terrón  de  tier- 
ra ó  también  de  azúcar. 

TORNO,  a-  El  que  sirve  en  los  carrua- 
jes para  impedir  la  velocidad  en  las 
bajadas. 

TORRK.  a.  Quinta,  granja,  carmen. 
Casa  de  recreo  en  el  campo  ó  la 
huerta,  cuyo  edificio  toma  el  nom- 
bre del  que  la  construyó  para  sf. 

TRAPERA,  a.  Herida  de  más  anchu- 
ra que  peligro. 

TRASPUNTINES,  a.  Colchones.  Usa 
entre  otras  esta  palabra  Fabio  Cli- 
mente  en  sus  Escirmienlos  de  Ja- 
cinto. Gergon  relleno  de  paja. 

TRENQUE  a.  p.  Portillo.  Abertura 
en  la  cabeza,  ocasionada  por  algún 
golpe. 

TRESPOL.  p.  Voz  importada  del  ca 
talan  según  parece,  y  que  indica  el 
guarda-polvo  de  algo,  quedando  hoy 
como  voz  de  albañileria,  mareando 
la  obra  de  yeso  que  guarnece  los  te- 
chos y  pisos. 

TRIFULCA,  a.  Gran  bulla,  diversión, 
contienda,  inquietud  ó  movimiento 
popular. 


QUE   SE   FUE. 


415 


TBOCEArO  O  TRONZADO,  a.  Can- 
sado. Tullido  &  consecuencia  de  una 
marcha  penosa. 

TüISQÜIO.  p.  Voz  abreviada  una 
sílaba  de  «Todico»  paia  la  mejor 
pronunciación  por  los  que  creen  ex- 
presarlo mejor. 

TURMtNTA.  p.  Tormenta.  Parece 
espresar  Turmenta,  lo  temible  de  un 
recio  temporal,  si  se  atiende  á  la 
significación.  «Turbatio.» 


te  cuando  se  toman  entre  amigos 
corriendo  tabernas  cual  si  mudaran 
de  alojamiento. 


YERBA,  a.  Se  toma  el  género  por  la 
especie. 

YESO.  a.  p.  Usase  la  expresión  de 
«Lavar  el  yeso»  á  cubrir  la  pared  y 
fretarla  con  paños  liümedos  ó  moja- 
dos: como  también  «Palustrar  el  ye- 
so» á  bruñirle  con  el  palustre. 


VALAMIO.  p.  El  balido  de  las  ove- 
jas y  cabras.  Vocerío  tumultuoso, 
como  también  el  estrépito  de  aguas 
torrenciales. 

VENDEDERAS,  o.  Tablas  6  puestos 
de  venta  en  las  plazas  ó  mercados. 

VENDOS,  p.  Orillos  ú  orilla  de  las 
piezas  de  paño,  con  los  que  se  forma 
el  espolsador  (véase). 

VENTANO, -NIQUIO.  a.  Ventanico. 
Postigo  superior  de  la  boja  de  ven- 
tana. También  se  toma  por  la  ven- 
tana de  una  hoja. 

VETA.  a.  Trenzadera  6  lista  de  algo- 
don. 

VERGA  DE  PELOS,  o.  Pieza  espe- 
cial de  los  antiguos  tornos  de  los  tor- 
cedores de  seda. 

VERGÜENZA  PUBLICA,  o.  Pena. 
Astiguamente  entre  las  varias,  era 
impuesta  á  los  ocultadores  de  los 
derechos  al  Almoxarifazgo,  y  se  le 
aplicaba  &  la  plebe;  A  la  gente  de 
privilegio  se  le  conmutaba  con  pena 
de  seis  mil  maravedís  y  pérdidas  de 
la  ocultación. 

VISIVILOS.  p.  Visiones  6  figuras  ex- 
trañas que  uno  cree  ver  en  su  fan  - 
tasia. 

VITUMBRE.  o.  Mezcla  escogida  y  re- 
sistente para  obras  de  albañileria. 

VOLADA,  a.  Ráfaga  de  viento.  Sali- 
da 6  vuelo  de  una  cosa.  Llámase  vo- 
lada al  vuelo  corlo  de  las  aves  do- 
mésticas, vuelo  al  de  las  extrañas  y 
campesinas  que  se  elevan  á  gran  al- 
tura. 

VOLETAS.  p.  Tragos;  particularmen- 


ZABA-CEQUIAS.  a.  El  que  cuidaba 
de  los  turnos  en  el  riego  antigua- 
mente, multando  á  los  contravento- 
tores  de  la  ordenanza. 

ZABORRA,  a.  Piedra  pequeña;  tiene 
alguna  conexión  con  el  «Saburra» 
latino  y  «Sorra»  español,  que  signi- 
fica arena  gruesa  para  lastrar  em- 
barcaciones. Se  llamó  zaborrero  al 
albañil  poco  entendido  y  no  diestro 
que  trabajaba  con  zaborras  grosera- 
mente. 

ZACACHO.  p.  Llámase  Puerto  del  Za- 
cacho  á  cierta  divisoria  de  montañas 
en  la  provincia  de  Murcia.  En  árabe 
es  zacatín  la  guarnición  ó  guarnicio- 
nes de  frenos  y  espuelas,  y  puede  que 
alguna  derrota  de  moros  allí  tuviese 
lugar. 

ZAFA.  p.       Aljofaina.  Aljevena. 

ZAFRAN.  a.  Azafrán;  en  los  fueros 
de  Aragón  se  lee  «Zafran.» 

ZAGAL, -LIQUIOS.  p.  El  muchacho 
ó  los  muchachos;  comprendiéndose 
el  sentido  de  esta  voz  como  por  los 
menores  en  edad  ó  estar  á  zaga  de 
los   demás  en  edad  y  consideración. 

ZAHORI.  p.  La  persona  que  adi- 
vina á  otras  los  pensamientos  al  pa- 
recer y  con  suma  suspicacia,  como 
también  la  que  tiene  buen  deseo  y 
los  satisface  con  respuesta  oportuna. 
Adivino. 

ZAMARRAZO,  a.  Golpe  con  cuero, 
correa,  etc.  Desgracia  que  uno  sufre 
en  su  salud,  su  carrera  ó  su  fortuna, 
y  así  se  dice  de  uno  que  queda  ce- 
sante. 


416 


MURCIA 


ZAMBOA  O  ACIMEOGA.  p.  Espe- 
cie de  Toronxa  ú  Toronja  con  escre- 
cencias  en  su  cascara. 

ZAMBUDIO.  p.  Se  ha  ilamado  anti- 
guamente asi  á  los  saltarines  ó  dan- 
zantes, que  al  propio  tiempo  cantan. 
Esta  voz  conexiona  con  Zambra, 
danza  morisca  con  música  de  soplo  ó 
silbo.  Zambudio  quedú  primero  usa- 
da como  un  mote,  y  Inepo  como 
apellido  entre  algunas  familias  de 
los  huertanos  en  Murcia. 

ZAPATKRO,-RA.  p.  Se  dice  de  las 
cosas,  frutas  y  a;iiisados,  cuando  se 
ponen  en  estado  correoso  y  úspero, 
como  al  tratar  de  aceitunas  «Eslún 
ya  zapateras.» 

ZAPO,-PtyUIO.  a.  Persona  obesa, 
torpe  y  desmañada.  Rosal  dice  que 
los  antiguos  llamaban  Zapo  al  Sapo 
y  Zapicü  al  hombre  chico. 

ZARAliÜELLES, -LLIQUIOS.  M. 
Voz  de  or¡(;en  caldeo  ,  latinizada  en 
Sarahalla,  Sarahallorum,  y  roman- 
ceada al  fin  en  zaragüelles.  Especie 
de  calzones  anchos  y  follados  en 
pliegues  que  se  usaban  antigua- 
mente, y  ahora  llevan  los  campesi- 
nos en  Murcia  y  Valencia.  En  el  ca- 
pítulo III.  Daniel,  vers.  21,  se  lee 
que  los  mancebos  metidos  en  el  hor- 
no por  mandato  de  Nabucodonosor 
«cum  braccis  suis»  salieron  ilesos 
sin  haberse  quemado  los  cabellos  ni 


sus  zaragüelles  «etiam  Saraballa, 
etcétera.» 

ZARANDA, -DIQUIA.  p.  Utensilio 
de  cocina,  com»  amero  hecho  de 
hoja  de  lata  agujereada  para  limpiar 
ú  cerner  arroz.  Rejilla  grande  para 
pasar  arenas  minerales  y  tierras,  á 
fin  de  que  no  resulten  del  mayor  ta- 
maño que  se  necesite ,  6  sólo  el 
polvo. 

ZARANGOLLO.  p.  Fritada  de  pi- 
mientos, tomate  y  cebolla,  con  carne 
6  pescados;  generalmente  se  sirve 
solo.  Pisto. 

ZARPA,  a.  p.  «Andar  4  la  zarpa,  á 
la  greña»  se  dice  de  los  que  buscan 
riñas  ó  de  los  matrimonios  desave- 
nidos. 

ZENETA.  ACENETA.  ZENETES. 
p.  Nombre  de  un  término  rural  en 
el  campo  y  huerta  de  Murcia.  Se 
llamaron  Zenetes  varios  moros  afri- 
canos que  vinieron  i  guerrear  en  fa- 
vor de  Abdalla  el  año  815. 

ZOTE.  a.  Ignorante,   lerdo. 

ZULLIRSE.  p.  Movérsele  á  uno  el 
vientre.  Se  dice  de  los  que  corren 
muy  asustados.  «Van  zuUidos  de 
miedo.» 

ZUR0,-RIOUI0.  a.  p.  Corcho.  Tam- 
bién se  las  califica  de  tal  cosa  á  las 
frutas  que  no  están  en  sazón  <5  á 
otras  que  se  han  helado. 


APÉNDICE. 


NOTAS. 


TABLA  PRIMERA. 

(1)  Extracto  de  la  descripción  de  Murcia  por  Cáscales,  de 
su  primera  ediciop.  Discurso  XVI,  póginas  2G4,  265  y  266, 
habiendo  hecho  en  él  las  adiciones  oportunas  para  mejor  acla- 
ración. 

(2)  Cáscales  en  la  descripción  de  las  murallas,  que  es  la 
que  dejamos  extractada  con  adiciones,  se  refiere  sin  duda  á 
las  murallas  y  puertas  de  su  tiempo,  conocidas  con  nombres 
cambiados  de  las  árabes;  mas  para  mayor  aclaración  ha- 
remos constar  lo  que  sobre  este  asunto  marca  el  erudito  mur- 
ciano D.  Félix Ponzoa  en  su  cap.  I  de  su  Historia  délos  ára- 
bes en  Murcia,  pág.  22.  «La  posición  de  la  ciudad  árabe  fué 
«la  siguiente:  Próxima  al  puente  que  hoy  existe,  estuvo  la 
"Puerta  de  África,  desde  la  q'ue  corria  la  muralla  con  direc- 
»cion  á  Oriente  hasta  la  Puerta  de  Alquibla  ó  de  Bibalmunen, 
)>que  estuvo  junto  al  actual  teatro  (el  que  habia  en  1845 
"Cuando  el  Sr.  Ponzoa  publicó  su  obra).  Entre  estas  dos 
«puertas  estaba  el  Alcázar  Nasir,  donde  habitaron  un  tiempo 
«los  gobernadores  y  reyes  moros.  Desde  la  Puerta  de  Alqui- 
»  bla  seguia  la  muralla  con  la  misma  dirección  á  la  de  Auriola, 
«que  estaba  donde  ahora  está  la  Plaza  de  Santa  I'Ulalia,  y 
»  continuaba  volviendo  más  adelante  con  dirección  al  Norte  y 
»  á  Poniente  hasta  cerca  de  la  Merced.  En  las  Puertas  del 
»  Mercado  (extremo  de  la  Trapería)  hubo  una  casa  fuerte  que 
» llamaron  Darsaguir,  y  otra  puerta  pequeña  titulada  de  Ben- 
))  Amadi.  Desde  este  punto  seguia  la  muralla  á  la  calle  de 
» Porcel ,  donde  estuvo  la  Puerta  de  Aljufla ,  y  siguiendo  tam- 


418  MURCIA 

))bien  por  Santa  Teresa  volvia  al  Mediodía  hasta  la  Puerta  de 
»Xecura ,  que  estuvo  en  el  mismo  sitio  que  ahora  ocupa  el 
«Arco  del  Pilar  (184S,  fecha  por  Ponzoa) ,  continuando  y  tor- 
"Ciendo  al  Oriente  á  unirse  con  la  Alcazaba  principal,  llamada 
«Alcázar  Quivir,  morada  ordinaria  de  los  reyes,  que  se  apo- 
»yaba  con  la  Puerta  de  África.» 

Sea  cual  fuere  la  verdadera  posición  de  estas  puertas,  y  su 
verdadero  título  por  los  caminos  que  á  ella  viniesen  ú  otras 
causas ,  manifestaremos  las  épocas  de  su  demolición. 

La  Puerta  de  Oríhuela  ha  sufrido  varias  reconstrucciones 
en  distintos  sitios ,  demoliéndose  á  causa  de  la  revolución 
de  1868  sin  dejar  señales  ni  indicaciones. 

La  Puerta  Nueva  que  se  reconstruyó  en  1837,  mudando  á 
ésta  la  conocida  por  Portillo  de  Garay ,  fué  demolida  en  1868 
sin  dejar  señales  ni  indicaciones. 

La  Puerta  del  Mercado  fué  demolida  en  1604,  y  desde  en- 
tonces se  marcó  el  sitio  por  medio  de  una  lápida  en  la  pared, 
la  cual  ha  desaparecido  sin  haber  hoy  señales. 

La  Puerta  de  Sanio  Domingo  fué  destruida  á  consecuencia 
de  la  construcción  de  casas  en  la  Plaza  del  Esparto  á  media- 
dos del  siglo  próximo  pasado. 

En  el  sitio  que  ocupó  la  Puerta  del  Porcel ,  y  en  la  fachada 
de  una  casa  hay  una  pequeña  lápida  en  que  se  lee  grabada 
esta  inscripción : 

Aquí  estubo 

La  Puerta  del 

Porcel.  Año  de 

172S. 

La  Puerta  del  Azoque  ó  de  Santa  Florentina  debió  ser  de- 
molida por  los  años  1714  á  1718  á  causa  de  la  construcción 
del  colegio  de  Huérfanas,  fundado  por  el  limo.  Sr.  D.  Luis  de 
Belluga  y  de  Moneada,  Obispo  de  esta  Diócesis,  y  desde 
1720  Cardenal  con  el  título  de  Santa  Práxedes.  No  quedan 
señales  ni  indicación  del  sitio  que  ocupó  dicha  puerta,  pero 
entre  las  fachadas  de  las  dos  últimas  casas  del  lado  izquierdo 
de  la  calle  de  San  Nicolás ,  aparecen  aún  restos  de  la  antigua 
muralla :  en  la  prolongación  debió  estar  la  puerta  citada. 

Entre  las  Puertas  del  Porcel  y  del  Azoque  ó  Santa  Floren- 
tina, fundó  en  1618  el  M.  limo.  Regidor  perpetuo  D.  Fran- 
cisco Quirós  una  casa  de  albergue  para  mujeres  arrepentidas 
de  la  mala  vida ,  bajo  el  título  de  Recogidas  de  la  Magdalena, 
cuyo  nombre  tomó  y  conserva  la  calle  conocida  hoy  por 
«Cuesta  de  la  Magdalena.»  El  Cardenal  Belluga,  ya  dicho,  al 


QUE  SE  FUÉ.  419 

establecer  el  colegio  de  las  Huérfanas,  llevó  las  Recogidas  á 
un  convento  que  fundó  al  efecto  junto  á  la  Rambla  del  Cuerno 
cerca  de  Santa  Quiteria,  cuyo  edificio  sirve  hoy  de  correccio- 
nal para  detenidos. 

La  Puerta  de  San  Ginés  debió  desaparecer  á  mediados  del 
pasado  siglo  ,  si  bien  quedándose  como  calle  de  salida  con 
portillo,  el  cual,  como  muchos  ha  desaparecido, quizá  ocu- 
pándose con  casas  modernas  el  verdadero  emplazamiento  de 
la  antigua  puerta ;  habiéndose  demolido  la  iglesia  del  Santo 
que  estaba  en  la  plazeta  hoy  del  mismo  nombre,  no  hace  mu- 
chos años  por  el  Sr.  Cura  Clemencin  para  hacer  casas  que 
hoy  existen:  de  aquel  templo,  y  hasta  1834,  han  venido  sa- 
liendo las  devociones  de  penitencias  públicas  y  pecado  mortal, 
saliendo  en  otras  ocasiones  de  la  ermita  del  Pilar. 

La  Puerta  del  Pilar  constaba  últimamente  de  un  solo  arco 
bajo  el  cual  y  en  uno  de  sus  estribos  estaba  una  reja  de  la 
ermita:  fué  destruida  para  mejoramiento  de  la  calle  en  1863 
y  se  mudó  la  puerta  de  dicha  ermita  al  sitio  que  antes  ocu- 
paba la  reja. 

La  Puerta  de  Verónicas,  hoy  de  la  Aduana,  aún  queda; 
pero  ya  muy  modificada  como  arco  de  paso,  sobre  el  cual  tie- 
nen vistas  las  religiosas  del  mismo  nombre. 

La  Puerta  de  la  Puente  se  ha  derribado  varias  veces  ocu- 
pando distintos  emplazamientos:  la  última  que  se  conoció 
con  dicho  nombre  fué  derribada  en  1859. 

La  Puerta  del  Sol  debió  derribarse  al  modificar  el  arenal, 
como  también  al  construir  los  muros  de  encauzamiento  del 
rio,  ya  en  el  episcopado  del  más  tarde  Cardenal  Beiluga,  año 
de  1714,  ya  cuando  se  construyó  el  Palacio  Nuevo  bajo  los  de 
los  limos.  D.  Juan  Mateo  López  y  D.  Diego  de  Rojas  y  Con- 
treras  hacia  los  años  1760:  no  quedan  indicios  de  ella. 

La  Puerta  del  Toro  fué  derribada  probablemente  al  cons- 
truir el  antiguo  teatro  en  1610,  conservándose  luego  como 
portillo  hasta  su  desaparición  completa  á  causa  de  nuevas 
construcciones.  Hoy  no  queda  más  vestigio  que  un  trozo  de 
muralla,  el  cual  puede  verse  desde  la  plaza  de  Ceballos,  cuyo 
resto  existe  en  el  solar  de  la  casa  que  ha  empezado  á  sacar 
de  cimientos  el  Exmo.  Sr.  D.  Lope  Gisbert ;  la  antigua 
puerta  debió  ocupar  el  sitio  que  hoy  sirve  de  calle  frente  á  la 
casa  de  D.  José  Mazon. 

La  Puerta  délas  siete  Puertas  de  Santa  Eulalia,  se  recuerda 
respecto  de  un  emplazamiento ,  además  de  varios  trozos  de 
mamposlerías  en  paredes  y  piso  de  la  plaza  de  San  Felipe,  por 
una  gran  lápida  de  mármol  blanco  empotrada  en  una  fachada 


420  MURCIA 

frente  á  la  iglesia  de  San  José,  en  cuya  lápida  se  lee  lo  si- 
guiente : 

EN  ESTE  SITIO  ESTUBO  LA  ULTIMA  DE  LAS  QUE  LLAMA- 
RON SIETE  PUERTAS  DE  LA   MURALLA  POR    DONDE  HIZO  SU 
ENTRADA  EL  REY  DON  JAIME  DE  ARAGÓN  DESDE  EL  REAL 
DE  SAN  JUAN   QUANDO  RECONQUISTÓ  Á  MURCIA   PARA  SU 
YERNO  EL  REY  DON  ALONSO  EL  SABIO  DE  CASTILLA,  RIN 
DIÉNDOLA  SU  GOBERNADOR  POR  EL  REY  MORO  ALBOA 
QUES,  EN   13  DE   FEBRERO  DE    1265. 


SE  DEMOLIÓ  Y  AMPLIÓ  Á  BENEFICIO  PUBLICO  AÑO  DE  Í803. 

(3)  La  casa  construida  por  Villacis  en  la  plaza  de  Ceba- 
Uos,  se  conserva  sin  moditicaciones  en  el  mismo  estado  que 
acabada  de  construir,  y  se  conoce  hoy  con  el  título  de  Casa  de 
Buitr.igo. 

(4)  Los  triunfos  se  han  conservado  hasta  1820  en  que  al 
proclamar  la  Constitución  se  derribaron;  restableciéronse  en 
1823  y  estando  en  pié  hasta  1834  en  que  definitivamente  des- 
aparecieron. Los  nichos  de  santos  en  las  fachadas  de  las  ca- 
sas han  ido  desapareciendo  cuando  aquellas  han  necesitado 
reformas,  y  quedan  aún  bastantes  sin  embargo  de  la  prohi- 
bición impuesta  á  poco  de  la  revolución  de  1868  y  de  haber 
desaparecido  una  noche  la  devola  imagen  de  San  Antonio  de 
su  nicho  en  el  porche  de  su  nombre,  cuya  imagen  se  halló 
luego  bajo  las  mesas  de  un  café. 

(5)  Las  cruces  que  habia  en  medio  de  las  plazas  indicando 
frente  á  las  iglesias  el  lugar  sagrado  de  cementerio,  fueron 
retiradas  á  las  fachadas  de  estas  últimas  ó  de  algunas  casas 
particulares  á  consecuencia  del  estudio  de  nivelación  de  la 
ciudad  por  el  distinguido  arquitecto  D.  Juan  Bautista  Lacorte, 
en  1830.  Por  medida  sanitaria,  y  desde  1811  que  se  hicieron 
los  cementerios  de  la  puerta  de  ürihuela  y  la  de  Castilla 
cuando  la  epidemia  de  fiebre  de  aquel  año,  ya  no  se  han  per- 
mitido los  enterramientos  dentro  de  la  ciudad,  exceptuándose 
los  correspondientes  á  monasterios  que  han  tenido,  y  tienen 
para  sus  religiosas ,  bóvedas  especiales  ó  una  parte  dé  huerto 
destinada  á  este  uso.  La  única  cruz  que  hoy  queda  es  la  de  la 
Plaza  de  las  Cadenas ,  donde  estuvo  la  Mezquita  mayor,  ha- 
biendo desaparecido  las  de  Humilladero  que  habia  á  las  puertas 
de  la  ciudad  ó  en  las  encrucijadas  de  los  caminos. 


QUE    SE    FUE.  421 


TABLA  II. 

(G)  Desde  la  Edad  Media  ,  é  importada  de  Alemania ,  ha 
venido  la  costumbre  de  señalar  los  establecimientos  públicos 
por  medio  de  símbolos  ó  figuras ,  representando  en  banderas 
de  hierro,  ó  por  medio  de  cuerpos  salientes,  en  tableros,  etc., 
el  objeto  y  alegorías ;  generalmente  se  usó  la  representación 
de  animales  de  varias  especies,  cambiando  de  colores,  como 
el  halcón  dorado  ó  el  cisne  verde,  buscando  el  color  más  in- 
verosímil é  impropio,  con  lo  cual  habia  de  llamarse  la  aten- 
ción; ya  quedan  muy  pocos  de  estos  anuncios  en  ios  estable- 
cimientos, y  se  conocen  sólo  por  el  apellido  úA  propietario  ó 
comerciante. 

(7)  Por  medio  de  azulejos  con  blasones,  moles  ó  anagra- 
mas ingeniosos,  conocíanse  los  propietarios  de  cada  casa  ó  los 
patronatos  de  los  monasterios  y  santuarios. 

TABLA  in. 

(8)  Hace  pocos  años,  cuando  se  hicieron  obras  en  las  ca- 
sas medianeras  á  la  parroquia  de  Santa  Catalina,  aparecieron 
también  otros  enseres  al  verificar  las  escavaciones  de  nuevos 
cimientos,  y  la  lápida  de  Falhima  á  que  se  hace  mérito,  que 
se  conserva  en  el  Museo  provincial ,  y  ha  sido  traducida  por  el 
entendido  y  erudito  Académico  de  la  Española  y  la  Historia, 
D.  José  Amador  de  los  Rios.  Del  taller  de  sastre  á  que  se  alude 
inmediatamente  en  el  relato,  se  han  conservado  hasta  18S0 
las  paredes,  enque  aún  se  conocían  algunas  figuras  pintadas, 
representando  las  modas  de  final  del  siglo  xvii. 

(9)  Aún  se  conserva  esta  costumbre,  sin  que  se  haya  in- 
terrumpido desde  entonces;  ahora  piden  los  cofrades  de  Ani- 
mas de  cada  parroquia  por  el  más  riguroso  turno. 

(10)  Se  ha  llamado  la  campanica  del  sueño  á  una  de  las 
déla  Catedral,  que  está  repitiendo  un  seguido  toque  como  á 
misa  durante  un  cuarto  de  hora,  para  llamar  ácoro  alas  tres 
de  la  tarde. 

(11)  La  práctica  de  estos  exámenes  y  organización  de 
gremios,  ha  estado  en  vigor  hasta  1836,  desde  cuya  fecha  es 
libre  el  ejercicio  de  todos  ios  oficios  y  artes  mecánicas;  los 
sastres,  no  obstante,  y  desde  aquella  fecha,  tienen  cofradía  á 
Santa  Lucía  en  la  parroquia  de  San  Bartolomé;  la  de  ro- 
peros y  calceteros  se  disolvió  á  mediados  del  siglo  próximo 
pasado. 


422  MURCIA 


TABLA  IV. 


(12)  La  antigua  Cárcel  y  Tribunal  del  Santo  Oficio,  que 
estuvo  en  el  antiguo  Alcázar  del  Adelantado,  junto  al  Puente 
(véase  Puerta  de  la  Puente,  Tabla  I) ,  se  conservó  dedicada  á 
lo  propio  hasta  que  se  derribó  por  primera  vez  una  parte  el 
memorable  dia  7  de  Marzo  de  1820,  al  proclamarse  la  Cons- 
titución. Volvió  en  1823  á  rehabilitarse  para  Inquisición,  mu- 
dándose la  cárcel  más  tarde  al  colegio  de  San  Isidoro,  hoy 
Instituto  Provincial,  y  en  18b9  se  trasladó  al  edificio  Miseri- 
cordia nueva,  el  cual,  sin  concluir,  se  conoce  hoy  por  Cárcel 
Nacional,  y  está  situado  en  la  Plaza  de  las  Barcas. 

Aún  se  conservan  las  casas  de  los  Parejas  y  los  Canales. 

El  Santo  Oficio  celebraba  sus  funciones  religiosas  con  toda 
solemnidad  en  Santo  Domingo  y  en  la  parroqnia  de  San  Pe- 
dro, eu  cuya  fachada  fueron  picadas  en  1823  las  lápidas  de 
mármol  que  marcaban  los  principales  artículos  de  la  Consti- 
tución de  1820. 

(13)  En  la  calle  de  Madre  de  Dios,  se  conserva  aún  parte 
de  este  edificio  destinado  á  casas  de  vecindad.  Entrase  por  una 
pieza  donde  hay  un  horno  concejil,  y  como  patio ,  se  ve  un 
cuadrado  de  b  metros  de  lado  de  eje  á  eje  de  las  cuatro 
columnas  que  sostenían  cada  uno  de  los  arcos  de  herradura, 
cuyos  frentes  forman  otras  tantas  paredes  que  debieron  sos- 
tener asimismo  una  cúpula  semiesférica  ,  quizá  con  celosías 
para  facilitar  la  ventilación:  la  fábrica,  de  ladrillo  con  grandes 
espesores,  es  inmejorable,  y  estuvo  cubierta  con  una  capa  de 
mortero  muy  fina  y  brillante ;  las  columnas  eran  de  mármol 
negro;  ésto  que  hoy  es  palio,  debió  ser  la  piscina,  pues  corren 
alrededor  cuatro  galerías  paralelas  de  4  metros  de  espacio, 
y  labradas  por  medio  de  gruesos  muros  de  argamasa  ú  hor- 
migón fino ;  hay  varias  habitaciones  de  3  metros  de  largo 
por  l,oO  metros  de  ancho,  ya  destruidas  ó  terraplenadas  por 
las  muchas  obras  que  se  han  hecho  alterando  la  forma  del 
edificio;  quedando  en  la  parte  superior,  que  hoy  sirve  de  casa 
de  moradores,  una  puerta  caprichosa  que  debió  servir  de  en- 
trada principal  y  bajada  á  la  piscina  y  galerías. 

(14)  Fué  destruido  por  una  avenida,  y  con  variación  de 
plano  y  emplazamiento,  se  hizo  el  actual,  que  tenia  dos  triun- 
fos con  estatuas  de  los  Angeles  Custodios  ,  cuyos  pedestales 
fueron  demolidos  por  ofrecer  poca  solidez,  á  juicio  de!  arqui- 
tecto Sr.  Bolarin  (D.  Francisco).  El  primer  ensanche  del 
puente  se  hizo  en  1848  por  el  celoso  Corregidor  D.  Salvador 


QUE   SE    FUÉ.  423 

Marín  Baldo,yel  segundo,  ó  sea  el  que  hoy  se  conserva,  siendo 
Corregidor  dicho  señor  en  1865  bajo  el  proyecto  y  dirección 
del  ilustre  Sr.  Inspector  general  del  cuerpo  de  ingenieros  de 
caminos,  canales  y  puertos,  D.  Juan  Moreno  RocafuU,  nues- 
tro, distinguido  paisano,  á  quien  ,  además,  se  debe  la  red  de 
caminos  que  hoy  cruza  la  provincia. 

(15)  Debemos  algunas  de  las  anteriores  interesantes  noti- 
cias, á  nuestro  muy  querido  amigo  el  Reverendo  Padre  Maes- 
tro Fray  Blas  García  Mico,  uno  de  los  últimos  padres  capuchi- 
nos que  formaron  la  comunidad  al  disolverla  en  1835. 

Aún  se  conservan  todas  las  palmeras  de!  huerto,  y  sus  dá- 
tiles tienen  fama;  el  convento  é  iglesia  fueron  derribados  en 
1836,  y  sobre  la  superficie  que  ocupaban,  se  han  hecho  plan- 
taciones, respetando  sólo  el  magnifico  algibe  del  patio  claus- 
tral; la  única  puerta  hoy  de  entrada  para  el  huerto,  es  la  anti- 
gua puerta  falsa  ó  del  carretero,  y  en  lo  que  era  cuadra, 
pajar  y  leñera ,  así  como  cámara  para  escuela ,  ha  hecho  una 
modesta  y  reducida  casa  de  veraneo  su  actual  propietario  se- 
ñor Guerra. 

Las  imágenesque  habia  en  la  iglesia,  están  ahora  en  la  del 
Carmen;  y  la  procesión  dominical  de  la  Divina  Pastora  dejó 
de  saUr  cuando  la  expulsión  tie  los  religiosos  ;  no  obstante, 
queda  el  afán  inmotivado  de  pasar  con  cualquiera  procesión 
por  el  puente  antes  de  oraciones. 

(16)  El  rosario  cantado,  cuya  procesión  recorríalas  prin- 
cipales calles,  ha  seguido  saliendo  hasta  1836;  habiéndose 
modificado  mucho  el  orden  y  acompañamiento  de  él;  los  gran- 
des faroles  fueron  achicándolos,  hasta  quedar  en  un  tamaño 
pequeño;  como  recuerdo  de  aquello ,  y  con  el  propio  objeto, 
esto  es,  preservar  las  luces  de  las  corrientes  de  viento ,  se 
conservan  en  algunas  parroquias  de  ciudad ,  campo  y  huerta 
para  acompañar  el  Santo  Viático,  el  cual,  la  mayor  parte  de 
las  veces,  se  administra  como  Su  Majestad  en  público,  siendo 
acogido  el  sacerdote  bajo  palio,  que  precisamente  llevan  sa- 
cerdotes también;  al  marchar  hacia  casa  del  enfermo,  va  can- 
tando un  coro  de  voces  é  instrumentos  el  Tantum  Ergo,  y  al 
regresar  á  la  parroquia  el  Te  Dcum,  como  también  en  la 
puerta  de  la  casa,  y  durante  la  ceremonia,  un  motete. 

También  hasta  1840  ha  venido  saliendo  la  Aurora,  especie 
de  procesión  para  despierta,  con  música  y  letrillas  de  albada 
(práctica  de  los  árabes  en  ciertos  dias,  y  que  siguieron  los 
mudejares,  sustituyendo  la  letra.  Los  gitanos  usnn  aún  de  al- 
badas  como  éstas  en  las  madrugadas  del  dia  de  bodas  de  sus 
más  distinguidos  jefes),  con  cuyo  canto  se  despertaba  á  los  co- 


424  MURCIA 

frades  del  mismo  título ,  para  asistir  á  la  misa  del  alba  en  el 
altar  de  Nuestra  Señora  de  la  Aurora  en  Santo  Domingo;  úni- 
camente queda  de  aquella  costumbre  cierto  coro  de  voces 
acompañadas  por  el  loque  de  una  campanilla,  cuyo  coro  can- 
tan los  cofrades,  y  la  música  conserva  un  original  gusto  y 
ritmo  árabe;  á  consecuencia  de  excesos,  ha  sido  prohibida  va- 
rias veces  por  las  autoridades ,  quienes  la  permitieron  en  3 
y  4  de  Febrero  de  1872  para  que  la  oyese  nuestro  eminente 
paisano  D.  Mariano  Soriano  Fuertes. 

TABLA  V. 

(17)  No  resta  ninguna  de  las  costumbres  descritas  en  la 
tabla  V,  pero  tanto  ellas  como  la  etiqueta  y  personas  que  apa- 
recen en  su  acción,  están  estudiadas  hislóricamenteen retra- 
tos, documentos  y  noticias  de  aquel  tiempo. 

(18)  Son  raros  ya  los  ejemplares  de  la  edición  citada,  uno 
de  los  cuales  que  tenemos  á  la  vista  nos  da  casi  á  la  letra  y 
con  muy  poca  variación  en  los  períodos  y  frases  las  noticias  y 
datos  puestos  en  forma  de  discurso  que  suponemos  pronun- 
ciado por  su  autor  D.  Pedro  Viliacis. 

TABLA  VL 

(19)  Esta  imagen  esculpida  en  piedra,  que  sobre  un 
triunfo  estaba  en  la  Alameda,  (donde  hoy  y  levantado  en 
tiempo  del  Corregidor  Marin  Baldo  el  año  1848,  existe  el 
monumento  y  estatua  á  Floridablanca);  actualmente  se  con- 
serva en  la  iglesia  parroquial  del  Carmen ,  cuarta  capilla  del 
lado  izquierdo. 

(20)  Estas  penitencias  han  desaparecido  desde  tiempo  de 
Carlos  III,  quedando  hasta  nuestros  dias(y  como  recuerdo  de 
que  con  su  aspecto  se  amedrentaban  los  niños  y  gente  sen- 
cilla) la  humorada  de  usar  artiücioy  traje  gigantesco,  algunas 
personas  para  ahuyentar  á  otras  de  su  paso  por  ciertas  calles 
que  no  les  convenia  á  sus  propósitos:  cuéntase  que  una  señora 
á  quien  se  conoció  mucho  en  la  ciudad,  tenia  por  costumbre 
vestirse  de  fantasma  (por  los  años  1830  al  1840):  perseguida 
á  media  noche  por  dos  caballeros  á  fin  de  descubrir  suincóg- 
nito,  loimpidió  ellaabriendo  la  puerta  de  la  casica  deánimasde 
Santa  María  en  la  portada  de  los  Apóstoles  en  la  Catedral, 
dentro  la  cual  casica  estaban  siempre  los  ataúdes  y  se  depo- 
sitaban de  noche  los  cadáveres  :á  la  sazón  habia  uno,  (siem- 
pre fué  costumbre  dejar  sin  llave  la  puerta,  por  negligencia 


QUE   SE   FUÉ,  425 

y  otras  causas),  alzó  el  picaporte,  y  se  dice  que  les  dirigió 
estas  palabras  con  voz  solemne:  «Señores,  pueden  ustedes  pa- 
sar, les  ofrezco  mi  casa.» 

(21)  Ei  autor  de  esla  obra  conserva  una  colección  com- 
puesta de  todos  los  que  hasta  hoy  están  casi  borrados  en  la 
Catedral,  San  Antonio,  y  el  Contraste,  estos  últimos  han  sido 
renovados  hace  pocos  años. 

(22j  Aún  se  conservan,  si  bien  algo  mutiladas,  estas  ins- 
cripciones. 

(23)  El  derecho  de  sagrado  en  los  monasterios  é  iglesias 
está  sin  vigor  desde  la  supresión  del  Tribunal  del  Santo  Ofi- 
cio, durante  cuya  existencia  tenia  valor  y  razón  de  ser  por 
la  competencia  de  las  dos  jurisdicciones  religiosa  y  civil :  aún 
se  conserva  en  Sania  Clara  la  lápida  de  « Salvaguardia  Real» 
cuya  salvaguardia  ó  sagrado  era  el  atrio. 

TABLA  VII. 

(24)  Hasta  mediados  del  siglo  próximo  pasado  se  con- 
servó con  culto  público  la  ermita  de  Sania  Quileria,  que  fué 
demolida  por  los  años  1820  ai  18.30,  quedando  hoy  sólo  como 
recuerdo  el  nombre  de  la  calle. 

TABLA  VIII. 

(25)  (Véase  en  las  obras  de  Jacinto  Polo.  Zaragoza,  1670, 
pág.  187.) 

Catalina  la  hace  figurar  aquí  el  autor  del  Retablo  como  una 
moza  del  partido,  afamada  en  aquella  época,  pero  sin  poder 
precisar  la  exacta  fecha. 

TABLA  [X. 

(26)  Conócese  este  episodio  en  la  historia  de  Venecia  con 
el  titulo  de  El  Rapto  de  las  Novias.  Historia  de  Venecia  por 
Galibert ;  cap.  IV,  pág.  39. 

(27)  Desde  fin  del  siglo  xvii  se  perdió  la  costumbre  de 
los  Rodrigones,  pero  en  el  siguiente,  durante  los  reinados  de 
Felipe  V  á  Carlos  HI  estuvieron  sustituidos  por  los  abales, 
que  fueron  los  amigos  de  confianza  de  las  señoras  como  los 
Sigisveos  venecianos. 

(28)  Siempre  ha  tenido  fama  de  sucia  la  calle  de  Bodego- 
nes, que  por  ser  foco  de  infección,  y  morir  en  ella  mu- 
cha gente  en  tiempo  de  epidemias,  se'hizo  desalojar,  tapián- 

28 


426  MURCIA 

dose  sus  bocas  calles  y  dejándola  como  corral  cerrado  durante 
la  fiebre  amarilla  en  1811.  Los  Bodegones  han  ido  perdiendo 
su  carácter  de  tal  desde  la  abolición  de  las  ordenanzas ;  éstas 
prohibían  vender  pan  ni  vino  en  los  bodegones,  que  ya  sin  esa 
traba  se  han  convertido  en  tabernas  donde  se  guisa  de  comer. 

TABLA  X. 

(29)  En  la  casa  núm.  7  de  la  calle  del  Pilar,  ocupada  aún 
por  los  caldereros,  hay  en  la  pared  y  formada  por  seis  azule- 
jos de  á  palmo ,  una  lápida  que  así  expresa : 

En  este  Sitio  estubo  la 

Yglesia  del  Hospital  de 

San  Julián  hasta  el  año  de 

1527,  Y  EL  Documento  que 

LO   ACREDITA    ESTÁ   EN  LA  CaSA 

DE  D.  Manuel  Arcayna  y  Alaman. 

(30)  Se  han  conservado  algunas  de  estas  casas,  así  como 
la  reja  de  la  plaza  hasta  hace  pocos  años. 

(31)  El  pregonero  acompañaba  siempre  al  verdugo  en  los 
castigos  y  ejecuciones,  y  era  quien  primero  recibia  entonces 
de  mano  del  verdugo  una  bofetada  tan  pronto  como  el  reo 
habia  muerto,  diciéndole:  «Toma  para  que  te  acuerdes:»  la 
gente  repetía  lo  propio  de  unos  en  otros,  y  aún  los  gitanos 
como  una  reminiscencia  judaica  ó  árabe  de  los  antiguos  tiem- 
pos, y  de  los  castigos  que  se  les  impusieron,  cuando  en  el  ser- 
món de  Viernes  Santo  dice  el  orador:  «Ya  murió  Jesús»  hacen 
lo  mismo,  aunque  otros  también  lo  repiten  cuando  aquel  re- 
fiere la  escena  de  la  bofetada  que  el  criado  del  Pontífice  dio 
al  Señor. 

Aún  en  1829,  en  la  ejecución  de  Jaime  el  Barbudo,  que 
tuvo  lugar  en  Murcia  se  conservó  aquella  costumbre. 

(32)  Estas  ordenanzas,  como  todas  las  de  gremios,  están 
tomsdas  á  la  letra  de  la  edición  hecha  por  los  Señores  Murcia 
eul695. 

TABLA  XL 

(33)  Las  pastelerías  son  los  establecimientos  que  mejor 
conservan  su  antiguo  carácter,  si  bien  algún  tanto  perfeccio- 
nadas por  haberse  dado  á  sas  locales  algunas  comodidades, 
siendo  hosterías  en  el  siglo  xviii,  y  hoy,  á  más  de  pastelería, 


QUE   SE   FUÉ.  427 

alguna  es  confitería  ,  teniendo  salas  con  mesas  donde  se  co- 
men los  pasteles  y  otras  viandas  y  guisos  que  preparan ;  par- 
ticularmente estos  son  cabritos  ó  carnes  asadas. 

TABLA  XII. 

(34)  Aún  se  conservan  perfectamente  el  Contraste,  el  Al- 
moxarifazgo  ó  Aduana  ,  el  Almudí ,  el  Matador  y  la  Carnice- 
ría ,  construida  en  16i2  ;  colocándose  ahora  casi  en  los  mis- 
mos sitios  que  entonces  los  vendedores  en  los  mercados 
durante  el  verano. 

(35)  Desde  1835  no  se  ha  emplumado  ni  sacado  á  la  ver- 
güenza ,  ni  han  recaído  estos  sentencias  que  desde  tiempo  de 
conquista  y  hasta  fines  del  siglo  próximo  pasado  se  hacían  los 
jueves  para  que  fuera  más  público  el  escarmiento. 

TABLA  Xin. 

(36)  Desde  que  se  planteó  el  nuevo  plan  de  estudios 
de  1836  organizaiKJo  de  otro  modo  los  Seminarios,  Universi- 
dades é  Institutos  ,  y  suprimidas  las  Universidades  de  Sala- 
manca y  Alcalá,  que  fueron  tan  célebres,  no  hay  costumbre 
de  ir  los  estudiantes  en  tuna ,  quedando  sólo  como  recuerdo 
algunas  comparsas  de  estudiantes  que  tocan  y  cantan  jotas,  y 
postulan  por  las  calles  durante  el  Carnaval;  habiéndose  abolido 
el  uso  del  traje  talar,  ya  estudia ntil  externo  ya  interno  ó  de 
beca,  en  la  Revolución  de  Setiembre  de  1868. 

TABLA  XIV. 

(37)  En  el  Museo  Provincial  de  Murcia ,  empotrada  en  la 
pared  de  la  escalera ,  se  conserva  una  lápida  conmemorativa 
de  la  construcción  de  uno  de  estos  castillos,  titulado  de  San 
Gil  situado  en  la  costa  de  Cartagena. 

(38)  Aún  se  conserva  el  techo  del  presbiterio,  y  aunque  ya 
abolida  la  Maestranza  del  Señor  Santiago,  es  su  iglesia  la  más 
antigua  de  Murcia  y  sirve  de  auxiliar  de  la  parroquia  de  San 
Miguel :  las  veladas  de  la  fiesta  han  caido  ya  en  desuso  .  pero 
resta  la  costumbre  de  ser  la  función  de  misa  mayor  y  sermón 
al  toque  de  alba,  no  á  las  diez  de  la  mañana. 

(39)  Se  conserva  el  Pendón  del  Señor  Santiago  que  sólo 
salía  en  funciones  solemnes  ó  entierros  de  caballeros. 

(40)  Los  arcos  de  la  galería  de  la  azotea  del  Contraste, 
antigua  sala  de  armas,  y  su  cubierta  se  derribaron  en  1827  , 


428  MURCIA 

siendo  Corregidor  D.  Rafael  Garfias  Laplana ,  y  arquitecto 
municipal  D.  Francisco Bolarin,  habiéndose  sustituido  con  ter- 
rado, el  tejado  que  hubo  que  quitar  por  ser  peligroso  en  1866. 
En  el  salón  principal  pintó  el  lecho  del  actual  teatro  en  1861 
y  murió  en  1866  el  ilustre  artista  murciano  D.  José  Pascual 
Wals. 

En  1868  se  celebró  la  Exposición  Provincial  de  Bellas  artes 
y  Retrospectiva ,  y  en  él  se  ha  formado  el  Museo  Provincial  á 
cargo  de  la  Comisión  de  monumentos. 

(41)  Los  toques  ó  puntos  de  clarines,  se  vienen  usando 
desde  tiempo  de  Isabel  la  Católica  sin  modificación  alguna, 
hasta  la  hecha  en  1866  y  68. 

(42)  La  marcha  real  ausiriaca,  que  durante  dicha  dinastía 
estuvo  en  uso,  fué  com[)ues!a  por  San  Ignacio  de  Loyola.  Fe- 
lipe V,  fundador  de  la  dinastía  de  Borbon,  la  prohibió  para 
sustituirla  con  la  conocida  hasta  hoy,  si  bien  Carlos  III,  al  ve- 
nir de  Ñapóles  á  ser  Rey  de  Flspaña  y  formar  de  nuevo  su 
ejército  con  su  famosa  Or<Jenanza,  introdujo  otras  marchas, 
distinguiéndose  más  tarde  con  los  títulos  de  marchas  grana- 
dera y  fusilera,  que  tienen  un  carácter  tudesco. 

(43)  Hacer  trampas,  amarres  y  fullerías  con  la  baraja. 

TABLA  XV. 

(44)  Fué  demolida  por  su  estado  ruinoso,  y  se  construyó 
así  como  el  hospital,  á  mediados  d^l  siglo  próximo  pasado, 
conservándose  la  imagen  demuestra  Señora. 

(45)  Fué  incendiado  la  noche  del  2  de  Agosto  de  183a,  en 
la  que  le  abandonó  la  comunidad ;  habiéndose  acabado  de  de- 
moler en  1862  para  construir  el  actual  teatro;  queda  la  igle- 
sia y  la  capilla  de  Nuestra  Señora  del  Rosario,  todo  de  pro- 
piedad de  su  archicofradía ,  que  conserva  en  la  sacristía  el 
famosísuno  cuadro  La  batalla  de  Lepanto^  obra  del  murciano 
célebre,  el  capitán  Juan  de  Toledo;  durante  la  guerra  civil, 
sirvió  la  iglesia  para  parque  de  artillería  y  encerrar  los  caño- 
nes; el  coro  para  celebrar  juntas  los  fracmasónes  y  otras  so- 
ciedades secretas;  y  la  iglesia  ya  dicha  ,  como  alguna  de  sus 
dependencias,  para  alojamiento  de  tránsito  á  varias  cuerdas 
de  presidiarios. 

(46)  Fué  incendiado  la  noche  del  2  de  Agosto  de  1835, 
en  la  que  le  abandonó  la  comunidad;  derribada  en  1838  la 
iglesia,  fué  aprovechado  su  matofial  en  construir  la  muralla 
que  se  ha  demolido  en  1809;  la  parle  del  convenio  que  hoy 
queda  en  pié,  sirve  de  Posada  del  Malecón.  Queda  la  iglesia  de 


QVK    SE    FUÉ.  429 

la  Purísima  á  cargo  de  su  antigua  cofradía  de  caballeros,  pa- 
tronato de  los  señores  Fon  tes,  Marqueses  de  Ordeño.  El  con- 
vento de  la  Purísima  lo  ocupan  las  religiosas  de  Santa  Isabel 
desde  1849,  las  cuales  tienen  habilitada  una  pequeña  iglesia. 

(47)  Le  abandonó  la  comunidad  el  dia  de  la  exclaustra- 
ción, 1S  de  Agosto  de  1835.  Inutilizado  y  ya  en  ruina,  sólo 
queda  parte  de  la  iglesia ,  el  claustro  y  algunas  antiguas  de- 
pendencias que  sirven  hoy  para  cuartel  de  infantería,  donde 
tuvo  lugar  un  conocido  alzamiento  publico  de  la  localidad;  los 
frescos  pintados  porVilIacis  (según  se  dirá  en  otro  lugar)  se 
conservan  en  el  Museo  provincial. 

(48)  Intentaron  incendiarle  la  noche  del  2  de  Agosto  de 
1833,  al  propio  tiempo  que  Santo  Domingo,  San  Francisco  y 
la  xMerced;  pero  lo  impidió  el  P.  José  García,  único  religioso 
qué  quedó  en  el  convento  desde  el  dia  anterior.  Fué  derri- 
vado  dicho  convento  en  1852  para  hacer  la  actual  plaza  de 
toros;  la  magnífica  iglesia  y  capilla  de  Nuestra  Señora  de  la 
Arrijaca,  fundación  y  enterramiento  de  los  primeros  Marque- 
ses de  Corijera,  fué  profanada  el  í  5  de  Noviembre  del  mismo 
año,  habiendo  mutilado  las  momias  de  los  fundadores  y  sus 
hijos  (que  figuran  en  la  Tabla  V),  así  como  la  del  venerable 
padre  Casquete,  cuya  cabeza  se  conserva  en  el  convento  de 
Agustinas;  los  soldados  del  Regimiento  de  la  Princesa,  que 
hicieron  la  profanación,  tuvieron  su  inmediato  fin  ;  el  uno  se 
volvió  loco  aquella  misma  tardo;  el  otro,  un  mes  después,  mu- 
rió á  puñaladas  al  pié  del  nicho  de  Nuestra  Señora  de  las  An- 
gustias en  Granada. 

La  igK'sia  sirvió  en  alquiler  para  almacén  de  leña  y  carbón, 
hasta  que  fué  abierta  al  culto  público  en  1850  por  el  Excnio.  é 
Illmo.  Obispo  Sr.  Barrio  Fernandez,  hoy  digno  Metropolitano 
de  Valencia,  y  está  su  culto  á  cargo  del  Excmo.  Sr.  Dean  Don 
Gerónimo  Torres  y  Casanova;  celebrándose  en  ella  suntuosas 
funciones. 

(49)  Fué  incendiado  dos  veces  antes  de  la  exclaustración, 
que  tuvo  lugar  el  15  de  Agosto  de  1835,  y  vendido  luego  por 
la  Haciendaal  Sr.  Starico,  su  actual  poseedor;  el  edificio  le 
ocupan  varios  vecinos,  habitando  las  celdas;  los  demás  de- 
parlamentos están  destinados  ó  alquilados  para  almacenes,  ó 
cria  de  seda  en  tiempo  de  su  cosecha;  la  iglesia  está  abierta  al 
culto  como  dependiente  de  la  parroquia  de  Santa  Eulalia. 

Se  conserva  entre  la  gente  el  dicho  de,  por  tarde  que  va- 
yas á  la  Merced  siempre  hallarás  misa,  como  recuerdo  del 
cuadro  que  había  en  la  perlería  representando  á  San  Pedro 
Nolasco  en  el  acto  de  decir  la  primera  misa  el  dia  de  la  Con- 


430  ,  MLRCIA 

quista  de  Murcia  dentro  de  su  Mezquita  y  en  el  sitio  que  hoy 
ocupa  la  cruz  de  la  Plaza  de  Cadenas  en  la  Catedral ;  cuyas 
cadenas,  que  rodeaban  tal  sitio  sagrado ,  fueron  robadas  una 
noche  por  los  años  de  1840. 

(50)  Fué  derribado  en  1836,  y  utilizados  los  escombros  en 
la  muralla  que  se  ha  demolido  en  18G9. 

(51)  Se  conserva  como  á  titulo  de  propiedad  del  Obispado 
para  ejercicios  eclesiásticos;  allí  tiene  S.  E.  el  lUnio.  Sr.  Obispo, 
un  palacio  con  vistoso  y  ameno  jardin.  El  antiguo  huerto  ha 
sido  vendido  en  la  desamortización. 

(52)  Inutilizado  y  demolido  en  1837;  sólo  queda  la  iglesia 
y  portería  ,  en  cuya  última  st  verillca,  según  antiguamente, 
desde  oraciones  hasta  las  diez  de  la  noche,  y  sin  descanso,  el 
rezo  de  novenas  durante  la  de  la  patrona ,  del  8  al  16  de  Ju- 
lio, devoción  muy  concurrida  y  tradicional.  La  iglesia,  desde 
1869  es  parroquia  agregada  á  Santa  María,  haciéndose  fun- 
ciones suntuosas  por  su  digno  párroco,  el  antiguo  Padre  Car- 
melita, Fray  Pablo  Costa,  hoy  diputado  provincial  de  Murcia. 

En  el  ejido  del  convento  iiay  una  ¡¡osada  ó  corral  de  carre- 
tería, y  en  el  del  huerto,  ha  hecho  jardin  y  casa  el  actual 
propietario  Sr.  Lozano. 

(53)  (Véasela  nota  15.) 

(54)  Está  en  pié  y  en  buen  estado ,  á  cargo  de  S.  E.  el 
Illmo.  Sr.  Obispo,  conservándose  en  su  iglesia  el  magnífico 
San  Gerónimo,  obra  del  célebre  escultor  Sarcillo. 

(55)  Fué  demolido  en  1835  y  36  para  construir  murallas 
que  luego  se  han  derribado  en  1809.  Alguno  de  los  cuadros  é 
imágenes  fueron  trasladados  y  se  conservan  en  la  parroquia 
de  San  Nicolás,  en  la  cual  está  el  célebre  San  Antonio,  escul- 
tura firmada  en  Granada  por  Alonso  Cano. 

(56)  Se  conserva  en  buen  estado;  la  iglesia  está  sirviendo 
para  parroquia  de  San  Miguel,  y  el  colegio  de  la  Compañía 
para  Casa  de  Misericordia,  en  la  cual  ha  hecho  reformas  im- 
portantes su  ex-director  D.  Julio  Meseguer,  como  D.  Juan 
José  Belmonte  en  el  tiempo  que  fué  arquitecto  provincial;  en- 
tre ellas,  la  restauración  de  la  magnífica  portada  de  mármol 
negro,  escuela  de  Juan  de  Herrera. 

(57)  Conserva  este  monasterio  toda  su  extensión  de  fun- 
daciones en  edificio  y  huerta. 

(58)  Conserva  este  convento  toda  su  extensión  de  funda- 
ciones en  edificio  é  iglesia;  pero  siendo  uno  de  los  que  se 
amenazaban  demoler  en  1868,  se  quitaron  algunos  objetos  de 
decoración  así  como  el  órgano,  que  no  han  vuelto  á  colo- 
carse. 


QUE    SE   FUÉ.  431 

(59)  Conserva  este  monasterio  toda  su  extencion  de  fun- 
daciones en  el  edificio  y  huerta ;  se  concluyó  la  obra  de  la 
iglesia  á  mediados  del  siglo  próximo  pasado,  y  hasta  1889  no 
se  ha  dorüdo  el  altar  mayor. 

(60)  Conserva  este  convento  toda  su  extensión  de  funda- 
ciones; habiendo  protegido  mucho  á  esta  comunidad  con  im- 
portantes legados  y  obras  de  conservación  y  mejoramiento,  el 
Illmo.  Sr.  D.  Joaquin  González  del  Castillo,  último  Dean  de 
esta  Santa  Iglesia. 

(61 )  Conserva  este  convento  su  antigua  extensión  de  fun- 
daciones; pero  siendo  uno  de  los  que  amenazaban  demoler  en 
1868,  se  quitaron  algunos  objetos  de  decoración  como  alta- 
res, cuadros,  etc.,  sin  que  hayan  vuelto  á  colocarse. 

(62)  Conserva  este  monasterio  su  antigua  extensión  de 
fundaciones ;  cerca  de  él  estuvo  la  Puerta  de  iMolina ,  que  se 
mudó  varias  veces,  y  fué  demolida  en  1869,  conociéndose  úl- 
timamente como  Puerta  de  Castilla;  el  palacio  del  Sr.  Junte- 
ron  fué  mutilado  para  quitarle  su  antiguo  carácter  arquitec- 
tónico V  tener  mas  comodidades,  por  el  actual  propietario 
Sr.  Pelíicer,  en  .1869. 

La  ermita  de  San  Antón,  que  con  su  hospedería  fué  ven- 
dida por  desamortización,  tiene  el  mayor  culto,  y  aún  se  con- 
serva la  costumbre  de  romería  el  dia  del  santo  y  su  víspera, 

(63)  Conserva  este  monasterio  toda  su  extensión  de  fun- 
daciones en  el  edificio  y  huerto,  cuya  obra  se  ha  concluido  ya 
en  este  siglo. 

(64)  Este  convento  fué  demolido  de  1836  al  1840,  para 
dejarlo  como  plaza,  donde  hoy  se  ha  erigido  el  Monumento  á 
los  xVrtistns  Murcianos  Célebres.  Las  casas  y  pasadizo  de  los 
Sres.  Saurín  fueron  derribadas,  y  construyó  uno  de  los  de  la 
tal  familia,  Vizconde  de  Huerta,  varias  casas  de  vecinos,  dis- 
tribuidas como  las  de  las  grandes  capitales ,  cuyo  sistema  de 
construcción  introdujo  en  esta  ciudad  el  arquitecto  director 
de  las  obias. 

La  comunidad  de  religiosas  de  Santa  Isabel,  fué  expulsada 
de  su  convento  á  las  doce  de  la  noche  del  3  de  Abril  de  1836, 
siendo  gobernador  eclesiástico  U.  Anacleto  Meorum  ,  y  civil 
el  Sr.  Chacón,  cuyo  apellido  se  dio  por  título  á  la  plaza  que 
resultó  después  de  derribado  el  convento;  habiendo  estado  la 
comunidad  en  el  convento  de  San  Antonio  hasta  las  tres  déla 
madrugada  del  24  de  Abril  de  1849 ,  que  bajo  la  protección 
del  Excmo.  é  Illmo.  Sr.  Obispo  Barrio,  fué  trasladada  al  co- 
legio de  la  Purísima,  donde  hoy  se  halla. 

En  algunas  escavaciones  que  inciden  talmente  se  hicieroa 


432  MURCIA 

en  la  susodicha  plaza  de  Santa  Isabel  ó  de  Chacón,  aparecie- 
ron varios  trozos  de  obras  y  atauriques  murales,  uno  de  los 
cuales,  en  que  se  leen  algunas  palabras  árabes,  fué  depositado 
por  el  autor  de  esta  obra  en  el  Museo  provincial. 

(65)  La  costvunbre  de  vistas,  muy  usada  en  el  siglo  xvii, 
concluyó  definitivamente  en  Murcia  bajo  el  episcopado  del 
Cardenal  Belluga. 

TABLA  XVL 

(66)  Debemos  aclarar  la  contradicción  que  aparece  entre 
ésto  y  lo  expresado  en  la  Tabla  IV,  respecto  á  la  imagen  de 
la  Fuensanta;  lo  que  de  ella  se  dice  es  lo  cierto  y  verdadero, 
haciendo  sólo  aqui  la  descripción  de  cómo  estaba  la  antigua 
ermita  antes  de  ser  sustituido  el  cuadro  por  la  Virgen  actual; 
este  cuadro  que  cuando  se  derribó  el  convento  de  Capuchinos 
de  Murcia,  lo  depositó  la  comunidad  en  una  casa  de  confianza 
en  el  barrio  del  Carmen,  se  conserva  con  todo  esmero. 

(67)  Los  eremitas  de  Nuestra  Señora  de  la  Luz,  autoriza- 
dos canónicamente  por  el  Cardenal  Belluga  en  el  primer  ter- 
cio de!  siglo  xviii,  durante  su  episcopado,  bajo  el  patronato  del 
Excmo.  Ayuntamiento  de  Murcia;  esta  comunidad  es  la  única 
que  hoy  se  conserva,  gracias  al  patriotismo  y  celo  del  muni- 
cipio. 

El  pinar  que  cubria  la  sierra  fué  acotado  en  el  siglo  próximo 
pasado. 

(68)  La  fuente  de  solo  un  caño  se  conserva  con  todo  es- 
mero, y  asimismo  la  lápida  é  imagen  de  piedra ,  como  tam- 
bién, no  lejos  de  allí,  la  famosa  quiebra  del  terreno  ,  que  ta- 
bicada por  algún  lado  y  ya  en  ruina ,  se  la  conoce  por  la 
Cueva  de  la  cómica. 

(69)  Se  conserva  aún  y  reconstruida  varias  veces  la  Casa 
del  labrador,  frente  á  la  cual  se  hizo  un  bellísimo  arco  pro- 
visional para  que  pasase  S.  M.  la  Reina  Doña  Isabel  II  con  su 
familia,  cuando  visitaron  el  santuario  en  1862. 

(70)  Aún  se  conserva  esta  costumbre,  y  hay  mucha  con- 
currencia cuando  la  Virgen  está  en  su  camarín  y  no  en  Mur- 
cia, para  rogativas,  cuya  procesión  para  conducir  á  la  imagen 
á  la  ciudad  ó  al  monte,  es  un  acontecimiento  importante  y 
digno  de  verse,  no  sólo  por  el  ceremonial  á  que  asisten  toda§ 
las  autoridades,  cabildos,  etc.,  sino  también  por  el  entusias- 
mo con  que  la  gente  aclama  á  su  patrona  ;  quedando  la  cos- 
tumbre de  venir  delante  de  la  imagen  una  multitud  de  mu- 
chachos llevando  en  sus  manos  cañas  verdes,  y  dando  vivas  á 


QUE    SE   FUÉ.  433 

la  Virgen,  cuanto  pidiendo  el  auxilio  de  las  lluvias  en  tiempo 
de  grandes  sequías,  para  cuya  rogativa  se  conduce  la  imagen  á 
la  Catedral. 

(71)  Esta  cuestión  de  empleo  es  histórica. 

(72)  El  autor  de  esta  obra  puso  esta  relación  en  el  verda- 
dero lenguaje  de  los  huertanos  de  Murcia  en  el  siglo  xvii,más 
aljamiado  que  hoy,  sin  que  hayan  adelantado  mucho,  come- 
tiendo en  la  locución  bastantes  solecismos ,  y  queda  escrito 
cómo  ellos  acostumbran  á  alterar  la  parte  ortográfica  en  sus 
documentos,  refiriéndonos  en  las  frases  para  ello  á  uno  de 
aquella  época,  aunque  extraño  á  este  asunto. 

TABLA  XVII. 

(73)  D.  Diego  Saavedra  Fajardo  tuvo  acordada  una  enco- 
mienda que  sólo  disfrutó  honoraria,  y  en  su  último  tiempo  le 
llamaron  comunmente  Comendador:  de  su  casa  en  Aljezares 
no  existe  sino  la  puerta  falsa  de  salida  al  campo  que  sirve 
hoy  para  entrada  á  una  pequeña  casa  situada  en  la  calle  del 
Carmen  núm.-2,  conocida  por  Casa  de  las  Fajardas. 

El  dia  6  de  Mayo  de  1872,  aniversario  del  nacimiento  de 
D.  Diego  en  1584,  el  autor  de  este  libro  inició  y  obtuvo  con 
varios  amigos  permiso  para  colocar  una  lápida  en  una  casa 
de  la  plaza,  en  cuya  lápida  se  lee: 

EL  día  6  DE  MAYO  DE  1584 

NACIÓ  EN  ESTE   PUEBLO 

D.  DIEGO  SAAVEDRA 

FAJARDO 

cuya  colocación  tuvo  lugar  después  de  celebrado  un  solemne 
funeral,  con  oración  fúnebre  que  pronunció  el  eminente  ora- 
dor murciano  Dr.  D.  Félix  Martínez  Espinosa ,  en  presencia 
de  representantes  de  las  primeras  corporaciones. 

(74)  Todos  los  personajes  de  este  cuadro,  están  consulta- 
dos con  la  relación  que  de  ellos  hace  Jacinto  Polo  de  Medina 
en  su  obra  Academias  del  jardín. 

(75)  Consérvase  aún  la  costumbre  de  adornar  asi  con  azú- 
car y  canela  las  Tortadas  ó  bizcochadas ,  siendo  las  que  más 
fama  tienen,  las  que  hacen  las  monjas  de  Madre  de  Dios,  dis- 
tinguiéndose también  éstas  por  sus  finos  bizcochos  que  titulan 
Cubiletes. 

(76)  El  bellísimo  fresco  mural  de  los  pies  de  la  iglesia  del 
convento  de  la  Trinidad,  que  pintó  Villacis  sobre  los  arcos  de 


434  MURCIA 

frente  al  órgnno,  y  que  durante  algunos  años  después  de  la 
exclaustración  sirvió  para  tirar  al  blanco,  en  razón  á  estar  des- 
tacadas de  color  sus  principales  figuras,  fué  revertido  déla 
pared  al  lienzo,  y  luego  de  éste  á  otros  lienzos,  por  el  distin- 
guido artista  y  licenciado  en  medicina  D.  Joaquín  Rubio,  y  el 
actual  profesor  de  dibujo  en  la  clase  de  la  Sociedad  Econó- 
mica, D.  Juan  Albacete,  cuyos  lienzos  se  conservan  en  el  Mu- 
seo provincial. 

La  feria,  que  desde  la  demolición  de  la  ermita  de  San  Blas 
junto  la  Puerta  de  Orihuela ,  se  celebraba  en  la  plaza  de  la 
Trinidad  la  víspera  y  dia  del  Santo,  se  celebra  hoy  en  la  plaza 
de  Sania  Eulalia  los  propios  dias;  vendiéndose  los  tradiciona- 
les cordones,  así  como  pitos,  figuras  del  Santo,  naranjas,  tor- 
rados, pasas,  etc.;  pero  se  ha  perdido  la  costumbre  de  los  ros- 
quetes, y  sólo  se  venden  como  en  la  romería  de  San  Antón, 
lus  panecillos  benditos  en  pago  de  limosnas  por  adorar  las  re- 
liquias de  los  Santos. 

(77)  D.  Diego  Saavedra  Fajardo  murió  en  el  convento 
de  PP.  Recoletos  de  Madrid  ,  donde  fué  enterrado,  conser- 
vándose su  lápida  funeraria  hasta  la  demolición  de  aquel  con- 
vento en  1838  para  la  construcción  de  una  fábrica  de  coches, 
que  luego  ha  sido  demolida  para  construir  el  palacio  del 
Éxcmo.  Sr.  Marqués  de  Salamanca. 

TABLA  XVIIl. 

(78)  Se  terminó  dicha  iglesia  ó  capilla  el  año  1792,  pin- 
tándose su  rotonda  con  decoración  arquitectónica  por  el  fres- 
quista D.  Pablo  Sislori ,  sufragando  los  gastos  el  Ulmo.  Señor 
Bailó  de  Lora ,  Fr.  D.  Francisco  Abellaneda.  Tanto  la  proce- 
sión del  Cristo  de  la  Sangre  que  salía  del  Carmen  en  Miérco- 
les Santo  como  la  de  Jesús  el  Viernes  antes  de  amanecer, 
continúan  saliendo  aún,  si  bien  la  última  con  menos  aparato, 
pues  faltan  los  antiguos  escuderos  y  criados  de  señores,  que 
acompañando  á  los  pasos  de  N.  P.  Jesús  y  el  Prendimiento, 
lucían  magníficas  armaduras  de  batalla,  que  fueron  luego  sus- 
tituidas por  otras  de  hoja  de  lata,  y  hoy  ya  no  salen  «Arma- 
dos,» cuyo  nombre  tomaron,  y  los  mandaba  un  centurión: 
delante  y  tocando  un  tambor  iba  un  hombre  que  el  vulgo  ha 
conocido  con  el  apodo  de  Juan  de  la  Zorra. 

Las  efigies  nuevas,  son  la  obra  más  acabada  del  inmortal 
escultor  D.  Francisco  Sarcillo. 

No  quedan  restos  de  la  ermita  de  San  Roque  ni  se  hace 
función  especial ,  aunque  hay  imágenes  en  varias  iglesias,  te- 


guE  SE  FUÉ.  435 

niendo  cofradía  este  Santo  en  In  parroquia  de  San  Andrés. 
(79)  Se  construyó  y  se  conserva  esta  ermita  junto  al  arco 
del  Pilar  ó  antigua  Puerta  de  Vidrieros  ó  Bib  Xecura,  por  la 
que  hizo  su  entrada  el  lunes  5  de  Diciembre  de  1551  á  las 
seis  de  la  tardecí  Emperador  Carlos  V,  en  memoria  de  lo 
que  dicho  arco  tenia  encima  los  escudos  de  aquel  y  de  la 
ciudad,  los  cuales  se  conservan  en  la  fachada  de  dicha  iglesia 
desde  que  se  derribó  el  arco ,  como  lo  expresan  allí  también 
en  dos  lápidas  de  mármol  blanco  estas  inscripciones. 

AQUÍ  ESTUVO  LA  ANTIGUA  PUERTA 

LLAMADA  DE  VIDRIEROS, 

SUSTITUIDA  DESPUÉS  CON  UN  ARCO  LLAMADO  DEL  PILAR, 

QUE  POR  SU  ANGOSTURA 

FUÉ  NECESARIO    DESTRUIR 

EN    1863. 


ERMITA  DE  NUESTRA  SEÑORA  DEL  PILAR, 

CUYO  PATRONATO    EJERCE 

EL  EXCMO.    AYUNTAMIENTO    DE    ESTA    CAPITAL  , 

EL  QUE  MANDÓ  CONSTRUIR  DE  NUEVA  PLANTA 

ESTA  FACHADA 

EN  JULIO  DE  1863. 

(80)  El  Daraxarifefué  modificailode  su  forma  primitiva  y 
decoración  mudejar  y  ojival  en  1500,  conservándose  aún  res- 
tos góticos  en  1802,  época  en  que  fué  modificado  nueva- 
mente por  D.  Lorenzo  Alonso,  arquitecto  de  la  ciudad,  para  la 
venida  de  Carlos  IV  y  María  Luisa.  Fué  derribado  completa- 
mente en  1848,  habiéndose  hecho  en  el  mismo  sitio  !a  ac- 
tual Casa  Consistorial  bajo  la  simultánea  dirección  de  D.  Juan 
José  Belmonte  y  D.  Sanios  Ibañez,  arquitectos  de  la  ciudad, 
en  dos  distintas  épocas;  sin  que  aún  se  haya  terminado. 

(81)  El  autor  de  esta  obra  ha  hecho,  en  efecto,  una  copia 
completa  del  único  ejemplar  impreso,  que  consérvase  en  la 
Catedral,  y  fué  hecho  por  el  platero  Pérez  de  Montallo:  es 
cosa  muy  curiosa  por  el  tecnicismo  que  usó  dicho  artífice, 

(82)  Ha  venido  saliendo  conducida  á  hombros  hasta  el 
episcopado  del  Sr.  Borja,  cuya  época  la  indica  la  forma  del  re- 
gistro ó  rejilla  de  plata  maciza  que  tiene  el  frontal  del  actual 
carro,  para  que  vean  los  que  le  hacen  rodar,  y  ocultos  van 
debajo  de  dicho  frontal.  En  cuanto  al  orden  de  la  procesión 


436  MVRCIA 

estñ  deducido  é  interpretado  de  los  varios  y  diferentes  pape- 
les, cuanto  de  noticias  y  datos  que  hay  de  aquella  época. 

La  extraña  costumbre  de  ir  haciendo  salvas  las  tropas  en 
las  procesiones  y  regocijos  públicos  viene  sin  duda  alguna  de 
los  árabes ,  que  aun  en  África  üsí  van  en  sus  cortejos  y  gran- 
des cabalgatas.  En  Murcia  se  conservó  hasta  el  episcopado 
de  S.  Erna,  el  Cardenal  Belluga  que,  como  ésta,  corrigió 
muchas.  Se  conserva  aún  en  algunos  pueblos  del  reino 
de  Valencia ,  como  Alcoy  y  Agost ,  cerca  de  Alicante ,  en  las 
procesiones  y  fiestas  á  San  Jorge  y  San  Pedro  Apóstol,  con 
mogigangas  de  moros  y  cristianos,  en  que  ambos  bandos 
marchan  en  hileras  haciendo  salvas  ,  ya  acompañando  á  los 
predicadores  y  ayuntamientos,  cuanto  en  toda  la  carrera  de  la 
procesión  ,  de  la  cual  forman  parte. 

(83)  Estas  composiciones  están  tomadas  de  un  curioso 
papel  y  son  dignas  de  conservarse. 

(84)  Esta  jacarandina  á  lo  divino  puede  verse  en  las  obras 
de  Jacinto  Polo  de  Medina.  { Academia  segunda.) 

(8b)  La  seguidilla  expresada  la  conserva  el  autor  de  esta 
obra  entre  varios  documentos  autógrafos  de  un  aficionado 
coplero  del  siglo  xvn,  cuyo  nombre  se  ignora. 

(86)  Aún  se  conserva  la  costumbre  de  subir  los  huerta- 
nos á  la  torre  y  descomponer  el  reloj ,  pero  no  la  de  poner 
alojerías  en  el  piso  llamado  de  las  campanas  como  en  otro 
tiempo. 

(87)  Como  recuerdo  de  las  fiestas  populares  del  dia  del 
Corpus  queda  únicamente  el  de  haber  mucha  concurrencia  en 
el  paseo  y  tocar  la  banda  municipal  algunas  piezas  musica- 
les ;  como  de  los  antiguos  saraos  no  queda  en  este  dia  más 
recuerdo  que  el  baile  que  da  el  Casino  á  primeras  horas  de 
la  noche. 

TABLA  XIX. 

(88)  Extractos  hechos  por  el  autor  sobre  los  eruditos  ar- 
tículos del  distinguido  anticuario  Sr.  Janer,  á  quien  tanto  de- 
ben las  letras  españolas. 

(89)  Ha  seguido  la  costumbre  de  echar  responsos  en  el 
trinquete  hasta  fines  del  siglo  próximo  pasado,  y  hoy  está 
ocupado  el  sitio  del  antiguo  y  primer  teatro  por  un  espacioso 
taller  de  coches  y  diligencias. 

(90)  Fué  derribado  en  1856  y  trasladado  al  antiguo  gra- 
nero situado  desde  antiguos  tiempos  en  la  Rambla  del  Cuerno, 
cerca  de  la  Merced ,  teniendo  allí  el  carácter  de  teatro  provi- 


QUE  SE  FUÉ.  437 

sioual ,  hasta  que  el  25  de  Octubre  de  1862  se  inauguró  por 
S.  M.  la  Reina  Isabel  lí  el  teatro  nuevo  que  se  construyó  en 
el  solar  del  convento  y  huerto  de  Santo  Domingo,  bajo  los 
planos  y  dirección  de  los  arquitectos  D.  Diego  Manuel  Molina 
y  D.  Carlos  Mancha  ;  habiendo  pintado  el  bellísimo  techo  de 
la  sala,  nuestro  célebre  artista  murciano  D.José  Pascual  Vals. 
Para  la  inauguración  vinieron  expresamente  de  Madrid  los  ilus- 
tres paisanos  Julián  y  Florencio  Romea,  que  ejecutaron  en 
medio  de  estrepitosos  aplausos  la  comedia  de  Eguilaz,  titu- 
lada La  Cruz  del  Matrimonio  y  la  pieza  en  un  acto  de  Bretón 
Mi  secretario  y  yo. 

(91)  Véase  en  la  tabla  XVII. 

(92)  Ha  venido  sienJo  costumbre  en  ciertos  dias  celebrar 
tales  fiestas  los  señores  en  sus  casas  y  palacios,  y  recordare- 
mos las  que  tuvieron  lugar  en  la  casa,  hoydeCanipo  Hermoso, 
junto  al  Casino,  donde  a  principios  del  siglo  vivia  D.  Antonio 
Lucas,  que  á  su  costa  trajo  á  Murcia  una  compañía  de  ópera, 
cosa  hasta  entonces  desconocida,  la  cual  dio  funciones  varia- 
das á  que  concurría  la  más  brillante  sociedad  de  entonces: 
últimamente,  y  en  1806  se  dieron  en  casa  del  comandante 
Gómez  Angeler,  tomando  parte  en  la  ejecución  de  comedias, 
aquel  conocido  militar  cuanto  su  señora  y  otros  amigos,  ante 
un  concurso  escogidísimo :  al  efecto  se  construyó  en  una  de 
las  salas  de  la  casa  de  los  Descabezados,  donde  vivían,  un  bo- 
nito y  bien  decorado  teatro. 

(93)  La  costumbre  de  servir  los  vinos  dulces  al  final  de 
las  comidas,  se  ha  perdido  casi:  sustituyéndola  con  la  de 
servir  el  vino  de  Champagne,  que  con  otras  variaciones  en 
la  forma  de  presentar  los  platos,  cuanto  condimentar  los  gui- 
sos ,  han  hecho  olvidar  la  antigua  apaiñencia  y  etiqueta  de 
Huestras  mesas. 

TABLA  XX. 

(94)  Hasta  el  primer  tercio  del  siglo  xvm  han  ido  los 
médicos  de  fama,  en  muías,  que  dejaban  atadas  en  unas  argo- 
llas ó  ataderos  que  había  en  los  zaguanes  de  grandes  casas, 
lo  cual  n.o  habia  de  faltar,  pues  no  denotaría  ser  casa  distin- 
guida si  las  muías  estaban  atadas  en  alguna  de  las  rejas  y  en 
la  calle. 

(95)  Hasta  mediados  del  siglo  próximo  pasado  ha  venido 
la  costumbre  de  imitar  á  los  conventos,  poniendo  sobre  la 
puerta  de  cada  departamento  de  las  casas,  algunas  cuartetas 
que  indicaban  á  qué  uso  estaban  dedicados. 


438  MURCIA 

(96)  Hasta  por  los  años  1830  á  1840  han  venido  usando 
los  médicos,  sortija  con  gran  piedra ,  guantes,  aunque  no 
puestos,  y  bastón  con  borlas. 

(97)  Extracto  de  varios  documentos  correspondientes  á 
curia  y  fórmulas  de  ella. 

(98)  Aún  se  conserva  esa  manera  de  ganar  dinero  :  algu- 
nos que  apenas  saben  la  muerte  de  alguien,  se  presentan  en 
la  casa  diciendo  es  promesa  el  aaiortajar,  y  además  de  lle- 
varse algo  aprovechando  la  confujion  y  angustia  de  la  fami- 
lia, exigen  luego  una  cantidad  no  pequeña  como  limosna  ó 
en  pago  de  su  trabajo. 

(99)  Campana  de  la  torre  de  la  Catedral  que  toca  á  coro 
por  la  tarde. 

(100)  E!  orden  de  los  entierros ,  según  queda  expresado, 
refiriéndonos  á  documentos  y  noticias  del  siglo  xvii,se  fué  mo- 
dificando á  medida  de  los  adelantos  é  introducción  de  modas, 
tanto  en  el  vestir  como  etiqueta  de  las  casas:  las  ceremonias 
de  la  iglesia  también  han  sufrido  modificaciones,  como  puede 
verse  al  comparar  las  ceremonias  de  hoy:  desde  1836  no  se 
permite  absoluLamenle  enterrar  en  las  iglesias  ni  en  las  pla- 
zas, para  lo  cual  se  hicieron  en  1811  cementerios  extramu- 
ros ,  así  es  que  la  clerecía  acompaña  al  cadáver.  En  vez  de  ir 
el  clero,  como  antes  á  la  casa  por  el  cadáver,  se  le  lleva  este 
sin  pompa  alguna  y  se  deposita  en  la  iglesia  parroquial,  donde 
contraviniendo  á  las  Reales  órdenes  de  28  de  Agosto  de  ISfiS 
y  13  de  Febrero  de  1872  que  prohiben  los  funerales  de 
cuerpo  presente,  se  les  hacen  los  dichos  funerales  ,  acom- 
pañando después  al  cadáver  la  clerecía  y  el  duelo,  despidién- 
dose ambos  cortejos,  ó  en  la  plaza  donde  estuvo  la  Puerta  de 
Orihuela  ó  en  frente  de  la  parroquia  de  San  Andrés  en  la  es- 
quina del  monasterio  de  Madres  Agustinas.  Tampoco  hay 
costumbre  do  dar  de  comer  ó  refrescar  á  los  convidados ,  ni 
recibe  la  familia,  sino  que  en  el  zaguán  ó  portal  se  pone  una 
mesa  cubierta  de  bayeta,  sobre  la  cual  hay  recado  de  escri- 
bir, con  el  que  cada  uno  firma  como  presente  al  acto ,  dando 
ssí  el  pésame  que  antes  se  daba  saludando  al  duelo.  Sólo 
queda  la  costumbre  de  llevar  el  cadáver  los  arrendadores, 
quienes  se  dispulan  este  puesto  sin  permitir  que  el  carro 
fúnebre  conduzca  á  su  amo ;  tal  carruaje  sigue  al  cortejo 
como  objeto  de  lujo  en  los  entierros  de  grandes  señores:  asi- 
mismo asisten,  como  antiguamente  los  estandartes  de  las 
Cofradías,  ostentando  las  más  ricas  familias  mayor  número 
de  ellos  para  demostrar  su  r¡i}uezn ,  pues  cuesta  todo  esto 
grandes  sumas ;   habiendo  sustituido  los  Misericordiosos,  á 


QUE   SE   FUÉ.  439 

los  muñidores  cuanto  á  los  lloradores  pobres  de  antiguos 
tiempos. 

Sólo  queda  como  recuerdo  do  la  antigua  mesa  de  duelo,  la 
costumbre  de  enviar  los  amigos  íntimos  á  las  familias  del  di- 
funto, grandes  pasteles  ó  viandas  ya  condimentadas,  bajo  pre- 
texto de  que  la  familia  á  causa  del  natural  dolor  no  puede 
ocuparse  de  preparar  los  alimentos  en  aquel  dia. 


ADVERTENCIA. 


El  repetido  empleo  de  la  z  usada  como  c  ó  p  en  la  copia 
de  documentos,  es  intencional  para  suponer  un  error  grama- 
tical en  alguno,  como  si  lo  hubiese  copiado  mal  en  razón  á 
tener  dicha  persona  la  costumbre  árabe  muy  arraigada  aúij 
en  Murcia,  no  sólo  escribiendo,  sino  hablando,  de  sustituir 
la  c  con  z  en  principio  de  dicción  y  en  medio  de  ella  como 
Zapo,  Zerrucho,  Zafio,  Zarrazina,  Zilizio  y  otras,  en  lugar  de 
Sapo,  Serrucho,  Safio,  Sarracina,  Silicio,  etc. 


Es  propiedad  del  autor. 


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