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E-dux^T sso. □■>..*s-e
HARVARD COLLEGE
LIBRARY
FROM THB UBRARY OF
WILLIAM TREGURTHA
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The Gift of
Miss Alma M. &own
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Mr. fie Mrs. Geotge Oíanning Lawience
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NUEVAS CARTILLAS CIENTÍFICAS
jt
NOCIONES DE BOTÁNICA
RECIENTEMENTE PUBLICADAS
NOCIONES DE FISIOLOGÍA
Esta famosa Cartilla, escrita por el célebre médico inglés
el Dr. M. Foster, ha sido completamente reformada y
puesta la materia á la altura de los conocimientos cien-
tíficos de la época ; pero conservando el plan del autor.
La nueva edición castellana le fué encomendada al Dr,
Antonio Soler, y está enriquecida con nuevas materias y
grabados nuevos.
NOCIONES DE BIOLOGÍA
Esta nueva Cartilla, de la *' nueva ciencia," por el pro-
fesor H. W. CONN ; ilustrada con numerosos grabados y
traducida por el Dr, Antonio Soler, forma un tomo de
176 páginas, uniforme con las demás Cartillas Científicas
que se están reformando por completo.
NOCIONES DE ELECTRICIDAD
Por J. MuNRO, autor de varias obras sobre electricidad,
•versión castellana por Don Regino I ribas, telegrafista.
Con más de ico grabados y un vocabulario de los térmi-
nos más usados en electricidad. Esta Cartilla de la
ciencia que más adelantos ha hecho en los últimos años
y que más aplicaciones tiene, enseña con la necesaria
claridad, ilustrándolos con profusión, cuantos descubri-
mientos se han efectuado hasta el día, y abre ancho campo
para el estudio completo de una de las partes más im-
portantes de la Física. Estos conocimientos son hoy día
mdispensables á todos y de ahí que se crea necesaria la
enseñanza de la electricidad en las escuelas y colegios,
considerándose ya incompleta toda instrucción que no la
enseñe en sus términos más generales y de aplicación
práctica.
RECIENTEMENTE PUBLICADAS
NOCIONES DE FÍSICA
Nuevas Cartillas Científicas.' Esta célebre Car-
tilla del famoso profesor Balfour Stewart, acaba de
ser completamente reformada por el ingeniero agrónomo
y catedrático don V. L. de las Alas ; quedando ahora
en todos sentidos al nivel de los conocimientos de nues-
tros días, y con materias nuevas y nuevos grabados.
NOCIONES DE MICROBIOLOGÍA
(Aplicada k la Agricultura, la Industria, la
Medicina, etc., etc.). — Nuevas Cartillas Cien-
tíficas. Por el profesor H. W. CONN, autor de las
Nociones de Biología, Traducida al español por el Dr.
A. Soler.
La nueva Cartilla^ cuyo original inglés tiene tanta
aceptación, estudia la microbiología desde un punto de
vista enteramente nuevo, útil y práctico. Considera á
los microbios, no como enemigos constantes del hombre,
según cree la generalidad, sino por el contrario, como sus
auxiliares y bienhechores en multitud de circunstancias.
Las enseñanzas que ofrece esta Cartilla relativas al
papel que las bacterias desempeñan en algunas de las
industrias más comunes y útiles ; á la influencia que
ejercen en la Agricultura y en varias industrias y sus
múltiples aplicaciones, así en la Medicina preventiva ó
Higiene, como en la Medicina curativa, dan excepcional
valer á esta obra, que además está debidamente ilustrada
con varios grabados.
El estudio de la Microbiología es ahora materia
no solamente necesaria sino indispensable por su utilidad
y provecho en los ocupaciones del hombre y como parte
importantísima de la Higiene en general.
Nuevas Cartillas Científicas. — Famosos en toda la
América son los preciados libros que edita la conocida
casa de los Sres. D. Appleton y Cía. de Nueva York:
entre esos libros se distinguen especialmente las obras
RECIENTEMENTE PUBLICADAS
docentes y científicas que ha publicado la expresada casa.
Las Nuevas Cartillas Científicas tienen el noble propó-
sito de poner al alcance de todas las inteligencias los
principios del saber humano, empleando los más atrac-
tivos y eficaces procedimientos y teniendo cuidado de
usar un estilo claro y sencillo al par que correcto y ele-
gante. — La Escuela Primaria,
Desde hace algunos años, la acreditada casa editorial
de D. Appleton y Cía., de Nueva York, ha emprendido
la meritoria tarea de publicar una serie de Cartillas Cien-
tíficas en las que en estilo correcto, lenguaje claro y
método pedagógico, se compendian todos los conoci-
mientos de una ciencia determinada, poniendo así al
alcance de todas las fortunas, obras modernas de indis-
cutible utilidad. — Boletín del Instituto Científico y Lite^
rario.
Los Sres. D. Appleton y Cía., editores de Nueva York,
á quienes debe la literatura un señalado servicio por la
divulgación de las obras de todas clases y en todos los
idiomas, acaban de dar á la estampa las Nociones de Bio-
logía del profesor H. W. Conn, obra de gran utilidad
científica.
Forma parte este volumen de una serie que bajo el
título general de Nuevas Cartillas Científicas, se pro-
pone publicar dicha casa editora, en que se corregirán y
ampliarán las anteriores Cartillas, para lo cual se ha
encomendado la traducción de cada una de ellas á per-
sonas competentes en la materia. — La Unión Española,
Corresponde á la casa editora de los Sres. Appleton
y Cía. la satisfacción de haber contribuido al progreso
del espíritu científico, con las importantes ob ritas que ha
ofrecido al público, obritas en que se han comprendido
con acierto magistral los principios fundamentales de
todas las ramas del saber, con un carácter práctico y un
estilo ameno que atraen con fuerza irresistible. — Revista
Pedagógica,
NUEVAS CARTILLAS CIENTtFICAS
NOCIONES DE BOTÁNICA
POR EL
Profesor J. D. HOOKER
EX PRESIDENTE DE LA REAL SOCIEDAD DE LONDRES
NUEVA EDICIÓN CASTELLANA
COMPLETAMENTE REFORMADA
POR EL
Dr. NICOLÁS LEÓN
BX PREPARADOR DE QUÍMICA AGRÍCOLA Y FISIOLOGÍA VEGETAL
CON NUMEROSOS GRABADOS
NUEVA YORK
D. APPLETON Y CÍA., EDITORES
1902
C?\ A^&'X^éLyt^ f/
/ /AjUjjJuOL^
COPYRIGHTf Z902,
by d. appleton and company.
Copyright secured in Great Britain and in all the
countríes subscríbing to the Berne Convention.
Es propiedad garantizada en varios países ^ y se
perseguirán las ediciones fraudulentas.
Queda hecho el depósito que ordena la ley^ para
la protección de esta obra^ en la República
Mejicana, Méjico^ 1902.
Pub\i9¡heá May, JBOñ
^^^TTILLAS c,.
UTILIDAD, INFLUENCIA Y VENTA-
JAS DE LOS CONOCIMIENTOS
CIENTÍFICOS
Ciencia es el conocimiento cierto de las cosas,
es decir, el conocimiento verdadero de las cosas,
basado en sus principios y causas fundamentales.
Para mí, las lecciones más valiosas de toda en-
señanza, son las que dan á los jóvenes medios
para ayudarse ¿ sí mismos, y la ciencia, que es el
saber más útil, les da la conñanza en su poder
para dominar los obstáculos y vencer las difícul-
tades en la lucha de la vida, por la vida, y para la
vida.
El problema social eá cada vez más complejo
y difícil, por lo que hoy día, todos los pensadores
serios están de acuerdo en que la instrucción cien-
8 NUEVAS CARTILLAS CIENTÍFICAS
tinca es el instrumento más poderoso para hacer
frente al problema y resolverlo.
La enseñanza ha de comenzar en la cuna ; la
instrucción científica en la escuela, donde se debe
estimular y desarrollar el espíritu de investiga-
ción, que coloca á la juventud en el seguro y an-
cho camino que conduce al conocimiento de la
verdad científica.
« «
Con el objeto de satisfacer las necesidades de
la instrucción científica elemental en los países
españoles é hispanoamericanos, hace ya buen nú-
mero de años que los Señores D. Appleton y Com-
pañía comenzaron á publicar vertidas al castellano
la serie de Cartillas Científicas; que desde el prin-
cipio han tenido inmensa aceptación, y ésto, no
obstante ser meras traducciones más ó menos co-
rrectas y en su mayor parte hechas por personas
hábiles como traductores ; pero ajenas á la ense-
ñanza y sin conocimientos especiales en las diver-
sas materias de que tratan. Sin embargo, tal es
la influencia que han ejercido esos pequeños libros
en algunos países, que observadores juiciosos
han notado como signo bien claro, que allí donde
más se han usado esas Cartillas Científicas^ es
donde mayor desarrollo ha tenido el espíritu de
todo linaje de empresa y donde la juventud ha
desplegado mejores aptitudes para el adelanto.
Hoy, que la Ley Internacional de Propiedad
Literaria las pone al abrigo de \os piratas de la in-
NUEVAS CARTILLAS CIENTÍFICAS 9
teligencia^ que se han apropiado como suyas varias
de las antiguas Cartillas^ he querido con vivísimo
empeño reformarlas todas, poniendo cada una de
ellas en manos de persona, no sólo competente en
la materia, sino avezada á enseñarla en la clase.
Así salen ahora en lenguaje más correcto y apro-
piado, con texto completamente rehecho y puesta
cada materia á la altura de la ciencia en nuestros
días; adaptadas en cuanto es posible á nuestros
países, con tipos nuevos y nuevas ilustraciones.
Además, se esfán vertiendo al español otras
varias Cartillas enteramente nuevas, y la serie
completa formará una biblioteca de ciencia moder-
na, que abrace todos los conocimientos humanos
hasta los últimos adelantos en cada ramo del sa-
ber. Biblioteca ó serie de libros manuales, escrita
por hombres notables de diversos países, útilísima
para la juventud estudiosa y para todos; porque
en ella hay siempre algo útil, provechoso y nuevo
que aprender.
Cartillas ó Nociones^ se llaman, y sin embargo
de haber estudiado en obras voluminosas, ense-
ñado y escrito sobre varias de las materias de que
tratan durante muchos años, confieso que ahora
mismo, al examinar los manuscritos, editar las
Nuevas Cartillas Científicas y corregir las pruebas,
encuentro, para mí, á cada paso, algo nuevo y útil
que aprender en esos pequeños libros, verdaderos
tesoros del saber, que debieran no sólo ser texto
lo NUEVAS CARTILLAS CIENTÍFICAS
en todas las escuelas y lectura predilecta en el
bogar doméstico, sino andar también en manos de
todo el que desee conocer la razón y el por qué
de los fenómenos más comunes de la vida y del
mundo, con la explicación más satisfactoria, que
es siempre la que da la ciencia.
Juan García Purón.
Nueva YoiiK, Septiembre de igoo.
NOCIONES DE BOTÁNICA
I
INTRODUCCIÓN
este concep* ' to se estudian las plantas en su
12 NOCIONES DE BOTÁNICA
desarrollo, modos de vida, reproducción, respira-
ción, vegetación y demás funciones. Para que la
experimentación dé el fruto debido son necesa-
rios conocimientos previos de química y física;
mas para lo que en esta Cartilla se exponga bas-
tará la doctrina que contienen las Cartillas res-
pectivas de esta serie.
Las plantas son seres con vida. — Forman el lla-
mado reino vegetal^ de la misma manera que los
animales constituyen el reino animal. Como éstos,
pasan también aquéllas por épocas de infancia, y
vejez para terminar con la muerte. Caracteriza
á las plantas una particularidad notable y es que
su temperatura no excede, salvo en los períodos
de germinación y florescencia, de la ambiente,
pasando lo contrario en los animales.
Duración de la vida de las plantas. — La mayor
parte de las plantas herbáceas tienen vida limitada,
por lo común de un año, al cabo del cual florecen,
fructifican y mueren. Otras la tienen por tiempiD
ilimitado, y en el transcurso de él, dan flores y
frutos varias veces. Atendiendo á ésto se han
clasificado así : i?, anuales, las que en el lapso de
un año nacen, se desarrollan, florecen y fructifi-
can, como el trigo ; 2?, bisanuales, las que presen-
tan los fenómenos antedichos en el transcurso de
dos años, como la col ; y t^",, perennes, las que viven
varios años, muchas de ellas sin fructificar, y
cuando esto acontece es para morir, como la palma.
Á las plantas arbóreas se les aplica de prefe-
rencia esta denominación ; así como la de vivaces
á las herbáceas que vegetan más de dos años.
Distribución de las plantas. — En casi toda la
superficie de nuestro globo se encuentran las plan-
tas diseminadas y cada comarca tiene algunas que
le son propias. Las regiones cálidas y húmedas
INTRODUCCIÓN 13
son notables por su abundancia, desarrollo y varie-
dad. Faltan casi del todo en los lugares muy
fríos y en las grandes profundidades del océano y
de los lagos, y por regla general al pasar de los
trópicos á las zonas frías se ve que disminuyen en
dimensiones y variedades. Con respecto al tama-
ño, las hay excepcionalmente grandes como los
eucaliptus de la Australia y los wellingtonia de la
California. Las algas de los mares polares son
más voluminosas que las de la.s regiones tropi-
cales.
En las profundidades de la tierra se encuen-
tran también plantas que en otros tiempos vege-
taron en la superficie de ella ; las que yacen en
terrenos más recientes tienen gran semejanza con
las que hoy existen ; así como las de terrenos más
antiguos se diferencian mucho de las actuales.
No obstante las notables diferencias exteriores de
ellas, todas han estado sometidas á las mismas
leyes biológicas y han tenido nacimiento, desarro-
llo, vida y muerte, como las que en la actualidad
nos rodean.
Formas de las plantas. — Éstas varían hasta el
infinito. Las de los llamados árboles, arbustos,
hierbas y demás, todos las distinguen y conocen.
No forman más que una muy corta porción del
extenso reino vegetal ; el verde límpido que cubre
^^f> los oteros, los añosos troncos de los árboles, las Vl,^^^'
' ^ parecíeS humedecidas, los techos de las casas de
campo, y el ta^iz de los bosques y de los valles T
arbolados, se compone en su mayor parte de mus- i
gos y plantas análogas, que en los países hispano-
americanos se cuentan, en especies, por millares.
La superficie del océano se cubre algunas ve-
ces de plantas, de un tamaño diminuto, y en nú-
mero tal, que el agua toma una coloración espe-
7 •
14 NOCIONES DE BOTÁNICA
cial. Las orillas del mar, en donde se efectúa el
fenómeno diario de pleamar y bajamar, se ven
siempre cubiertas por algas marinas de formas y
colores diferentes. Igualmente forman el linio
verde y purpúreo que manchadlas paredes hume-
decidas y constituye la cubierta verdosa de las
piedras que se encuentran en el fondo de las co-
rrientes de agua dulce ; y las costras coriáceas
i"]^^ de los añosos árboles no son otra cosa que plan-
tas de esíáTclase.
Sobre los frutos y comestibles se desarrollan
formando el moho, sin perdonar los objetos va-
rios como libros, pieles y otros que se encuen-
tren en lugares húmedos. La patata, la vid, las
espigas del trigo y aun los animales mismos su-
fren la invasión y estragos de estos vegetales,
cuya fuerza destructora los aniquila é inutiliza.
Necesidades de las plantas. — Las plantas para
vivir necesitan aire, temperatura superior á la de
O del termómetro centígrado, agua, luz y las ma-
terias, tanto orgánicas como minerales, que exis-
ten en la tierra ; todo en proporción y condicio-
nes debidas. De esta ley general se apartan al-
< gunos vegetales, por ejemplo, Aongos que viven
■^ en plena obscuridad y otros, como los llamados
epifilos^ que toman de la atmósfera sus elementos
nutritivos.
División del trabajo en las plantas. — Lo que po-
demos llamar labor de las plantas, se divide en
dos secciones ; una para la vida vegetativa y otra
para la reproducción. Estas funciones se efec-
túan en órganos apropiados. Las plantas que tie-
nen flores dedican á sus funciones vegetativas :
a. La ra{z^ que es á la vez que el sostén y medio
de unión con la tierra, el órgano principal de la
absorción ; b. El tallo^ sostén de las hojas, ñores
INTRODUCCIÓN 1 5
y frutos y canal por donde circulan los jugos sin
elaborar y los elaborados {savia) que nutren á la
planta ; c. Las hojas^ apéndices planos y delgados
que absorben y exhalan los gases y líquidos de
las plantas, verdaderos pulmones de ellas.
La reproducción tiene por órgano la flor ^ con-
junto de partes que producirán el fruto y la se^
milla.
Alimentación de las plantas. — £1 alimento de
los vegetales es líquido y gaseoso : el primero lo
absorbe la raíz y en él van disueltas las substan-
cias minerales; circula por el tallo, penetra en lo
íntimo de los tejidos los impregna y retrocede por
la parte superficial del mismo tallo: también se
evapora por las hojas.
Éstas, bajo la inñuencia de la radiación solar,
exhalan el oxígeno y absorben el ácido carbónico
con el cual forman la substancia llamada almidón^
que á su vez se distribuye por la planta toda y es
la gran materia alimenticia de ella.
Del almidón y los compuestos azoados que la
raíz absorbe, se forman al nivel de los tejidos ce-
lulares, los principios llamados albuminóideos^ tan
necesarios al desarrollo y vida de los vegetales.
Multiplicación de las plantas de flor. — Se veri-
fica de dos maneras. Primera y principalmente
por semillas ; segunda por yemas ó renuevos que se
arrancan de la planta para formar con ellos otras
independientes. Los tubérculos ó cebollas de algu-
nos lirios, así como los rizomas ó falsas raices^ como
las del jengibre y patata, no son más que tallos
modificados y deben colocarse entre los de la se-
gunda especie.
Para asegurar por este medio la multiplica-
ción de un vegetal, se usan en horticultura los
procedimientos llamados acodo é injerto ; consiste C*
1 6 NOCIONES DE BOTÁNICA
el primero en introducir en la tierra una rama
con renuevos, para que eche raíces y,*cuando esto
se ha logrado, se separa de la planta madre ; el
injerto se practica introduciendo con ciertas pres-
cripciones técnicas, el renuevo de una planta so-
bre el tallo de otra que se llama patrón. El re-
nuevo francamente arrancado de la planta madre,
y puesto en la tierra para que eche raíces, se llama
.¿íip. pie ó estacado.
Tejidos de las plantas. — Todos los tejidos de
los vegetales se derivan y componen de pequeños
elementos llamados celdillas con las que se forman
los tubos denominados vasos^ uniéndose las cel-
dillas unas con otras bajo determinadas leyes; las
fibras no son más que modificaciones de los vasos.
Elementos qnimioos de las plantas. — Los líqui-
dos, y con especialidad el agua, dominan en la
masa total de las plantas que tienen, además del
hidrógeno y oxígeno que las componen, una buena
cantidad de carbono y más ó menos ázoe. Por
las raíces se proveen de agua los vegetales, las
hojas que toman principalmente del aire el ácido
carbónico y el ázoe tanto lo absorben del aire
como del agua que los lleva disuelto en la forma
de nitratos. Las otras substancias minerales que
en ellas se notan tienen por vehículo el agua en
que van disueltas.
Al quemarse una planta, deja como residuo,
cenizas formadas casi en su totalidad por los prin-
cipios minerales que ha absorbido.
El color verde que domina en las plantas se
debe á la presencia en sus tejidos de una subs-
tancia llamada clorofila^ formada por la mezcla de
otros principios. . La clorofila se colorea de verde
bajo la acción de la luz solar, y esto nos explica por
qué las plantas que vegetan al abrigo de U lu^
PLANTAS FANERÓGAMAS 17
tienen un color blanco amarillento, así como tam-
bién las raíces, que nunca la reciben.
División primordial de las plantas. — El orden
más admirable y armónico reina en la distribución
de los vegetales, dividiéndolos en series, grupos y
clases relacionados entre sí. Del estudio de estas
relaciones nació la clasificación botánica en la que
hay reinos, subreinos, clases, órdenes, géneros y
especies.
Hay dos grupos primarios ó subreinos ; el de
las plantas que tienen flores y el de las que care-
cen de ellas ó sea fanerógamas y criptógamas.
Caracteriza á las primeras también la presencia
de la semilla en donde se contiene el embrión ó
planta naciente, y las segundas se conocen á su
vez por las esporas que equivalen á la semilla.
Las plantas, á más de purificar el aire viciado
. por la respiración animal, sirven de alimento y
aún de abrigo. Protegen la superficie de nuestro
planeta impidiendo la acción directa de los rayos
solares, y se oponen al enfriamiento brusco que
ocasionaría la radiación nocturna. Disminuyen
la evaporación del agua pluvial, y sirven como
alimento, combustible, medicinas y materias pri-
mas que el hombre utiliza en sus necesidades é
industrias.
II
CARACTERES GENERALES DE LAS PLANTAS FANE-
RÓGAMAS
I. Un estudio ordenado y metódico exige que
el alumno principie por las plantas de flor, y así se
le facilitará mucho el de aquéllas que no la tienen.
|l8 NOCIONES DE BOTAnICA
2. Las plantas fanerógamas presentan las Sñ
guientes partes ú órganos : ra/z, tallo, hojas, fiares
y frutos: la raiz casi nunca falta; el tallo aunque
reducido á su menor tamafio, siempre se encuen-
El Dopal,
tra ; las hojas suelen no existir, como en la cuscuta )
y el nofalj*/ las ñores aunque sean diminutas y
de color poco vistoso tampoco faltan nunca.
3. En dos grupos pueden clasificarse los órga-
nos de las plantas con fiorr 1°, el tallo b eje del
cual es la rah su parte descendente ; 2?, apéndices
ú hojas en las que están comprendidas \»% fiares,
4. Atendiendo á las funciones que desempe-
ñan se han clasificado también en: (o) órganos de
sostén, raíz y tallo; (¿) de nutrición, raíz y hojas;
(f) de reproducción, yemas, flores y frutos.
Esta división dista mucho de ser exacta, pues
no siempre la raiz sostiene, verbigracia, la vid; ni
TEJIDOS DE LAS PLANTAS 19
sólo las hojas se utilizan en la nutrición, y aun-
que las semillas sean el medio principal de repro-
ducción, ya se ha visto cómo pueden igualmente
contribuir á ella los bulbos, las rizomas' y los tu-
bérculos.
TEJIDOS DE LAS PLANTAS
5. La materia Ó parte fundamental de que se
componen los vegetales son los tejidos, de los que
hay varias clases. Para examinarlos es necesario
el microscopio ó cuando menos una lente de fuer-
te aumento.
6. El iijido celular ü parenquima, que forma la
substancia principal de las plantas, está formado
por bolsitas redondeadas, muy pequeñas, llamadas
Fio. i. — Parenquima de celdi-
Uas ledoadeadas, muy au-
mentado, mentado.
celdillas, colocadas unas al lado de otras y más ó
menos estrechamente unidas, por lo cual cambian
su forma primitiva (Figs. i y 2). En la pulpa de
20 NOCIONES DE BOTÁNICA
la naranja se pueden observar en su forma primi-
tiva y también en los cambios que sufren al unirse
estrechamente unas con otras : la medula del saúco
y el corcho nos presentaneas celdillas adheridas
por sus lados. La celdilla está formada por una
membrana muy fina y transparente, y su conteni-
do varía según que disfrute ó no de vida.
En los tejidos vivos contiene al protoptasma
y á éste debe su origen ; en los tejidos muertos
sirve de receptáculo á las materias colorantes,
aromáticas, gaseosas y también al almidón. En
las plantas herbáceas domina el parenquima y en
las leñosas las fibras.
Por imbibición y osmosis pasan los líquidos y
gases á través de la pared de la celdilla, y así se
distribuyen las subs-
tancias nutritivas por
la planta toda. Las
que tapizan el exte-
rior de las plantas,
principalmente lefío-
sas, están perfecta-
mente aplanadas, no
contienen materias
colorantes y forman
la llamada epidermis
(Fig. 3).
7. £/ tejido leñoso
FIG. 3.-Céiuia. prolongadas y de ^"^ Constituye la ma-
paredes espesas de una hoja de dera, Se COmpone de
pino, según se ven en unasecciún celdillas alargadas,
maño natural. midades con Otras y
así forman las fibras.
8. El tejido Jibroso se diferencia del anterior,
aunque tiene el mismo origen y composición, en
DESARROLLO DEL TEJIDO CELULAR 21
que es más flexible. Se encuentra bajo la cor-
teza de algunos árboles y viene á ser la materia
prima para la fabricación de muchos tejidos. El
cáñamo y el lino son celdillas de esta clase.
9. £1 tejido vascular está compuesto por cel-
dillas prolongadas en forma de tubo, sin ramifi-
caciones, con paredes delgadas en las que se ven
puntos y rayas, y de aquí ha nacido la denomina-
ción de vasos rayados y funlec
Algunos vasos contienen
ñbra enrollada en espiral y á
éstos se les denomina vasos espi-
rales ó tráqueas. La hoja del
jacinto es rica en tráqueas (Fig.
4). Las celdillas superpuestas
al perder por absorción su pa-
red contigua, forman los lubos ó
vasos. FiG, 4. -Vasos espi-
LOS tejidos leñoso, fibroso y rales comejidocelu-
vascuiar se presentan general- Lu^e'^í^?'' ""''
mente unidos en forma de hace-
cillos atravesando el parenquima, como los nervios
de las hojas, y se les llama haces fibrovasculares.
10. Para comprender cómo las plantas crecen
y de qué modo se forman en ellas substancias
como el azúcar, el almidón, los aceites y las resi-
nas, es necesario examinar más detalladamente el
tejido celular; pues que por efecto de la unión
22 NOCIONES DE BOTÁNICA
de celdilla con celdilla crece la planta, y las subs-
tancias mencionadas y algunas otras se forman
por los cambios químicos que se realizan en el
interior de la celdilla.
11. La celdilla se compone de una membrana
{pared de la celdilla) y de su contenido (contenido
de la celdilla). La pared es una bolsa, por regla
general delgada, y transparente formada por ma-
teria muerta llamada celulosa. Esta bolsa contiene,
cuando es nueva, una substancia granular, viscosa,
dotada de vida y de movimiento, que se llama pro-
túplasma. La celulosa se compone de oxígeno,
hidrógeno y carbono; y el protoplasma,*de estos
mismos elementos, ázoe y azufre.
12. Las paredes de las celdillas recientes son
más delgadas y están completamente llenas de
protoplasma, en el que se observa una porción
redondeada y más obscura que se llama núcleo.
Aumentando de tamaño las celdillas se hace su
cavidad mayor que la masa de protoplasma que
la llenaba, quedando siempre revestida por una
capa de protoplasma la pared de la celdilla ; pero,
en el inferior de ésta se forman en el protoplasma
huecos que va á ocupar un líquido acuoso llamado
savia celular. Con el transcurso del tiempo se re-
duce el protoplasma á una delgada capa que ta-
piza los paredes de la celdilla y dentro queda
encerrado el núcleo \ de éste parten prolongacio-
nes á las paredes celulares.
Cuando desaparece el protoplasma, como en
el corcho, la cavidad celular contiene aire "5 lí-
quidos.
El protoplasma es la materia viva de las plan-
tas ; es de naturaleza idéntica á la que constituye
á algunos de los animales inferiores y forma la
parte viva de los superiores, sin exceptuar al hom-
1
n
DESARROLLO DEL TEJIDO CELULAR 23
bre mismo. Sobre la célula y el protoplasma véase
la Cartilla de Biología,
13. Por segmentación ó división del protoplasma
contenido en celdillas nuevas, se forman otras,
quedando la cavidad primitiva dividida en dos ó
cuatro partes. Esta división comienza por el nú-
cleo, al derredor del cual se va agrupando el pro-
toplasma.
14. Esta multiplicación es muy notable en las
setas, hongos, &c., y en todos los vegetales com-
puestos exclusivamente de tejido celular.
Fio. 5. — ^Yema de crecimiento del tallo de la planta llamada cara
(dbara) demostrando la formación de nuevas celdillas por
división : muy aumentada.
\í r El gigantesco bejín (del género de los hongos)
crece con gran rapidez desde el tamaño de una
bolita hasta el de la cabeza de un niño, debido á
la multiplicación de sus celdillas, cada una de las
cuales mide apenas unos cuantos milímetros, y se
calcula que se forman tres millones de ellas en
unas 24 horas.
15. Las celdillas, una vez constituidas, afectan
una forma permanente, la que varía según los casos:
í?4 NOCIONES DE BOTÁNICA
(a) Las que forman la medula y el corcho no
cambian casi de forma y solamente pierden el pro-
toplasma y contenidos celulares que son substi-
tuidos por el aire.
(ó) Las de los tejidos leñoso y fibroso se alar-
gan mucho y el protoplasma secreta la celulosa
que sirve para engrosar y unir estos elementos.
Ya se ha dicho ( Art. 9) cómo se forman los vasos.
(c) En multitud de casos el protoplasma for-
ma con los líquidos varias substancias que pasan-
do al través de la pared celular, se mezclan con la
savia. Éstas se incrustan en él, como acontece
con los granillos de almidón, materias oleosas y
cuerpos albuminoideos ; ó sé disuelven en la savia
celular, como sucede con el azúcar y los llamados
alcaloides, que dan á los vegetales propiedades
tan variadas. La cera^ que forma el barniz de mu-
chas plantas, se infiltra por las paredes celula-
res, dentro de las cuales se elabora.
(d) Suele encontrarse restos del protoplasma
unido á los contenidos celulares mencionados,
pero nunca en su forma natural.
(e) En las partes verdes de los vegetales, el
protoplasma experimenta una transformación par-
ticular, descomponiéndose parte de él en granillos
que contiene la materia colorante verde ó clorofila,
y por eso se conocen con el nombre de granillos
cloro filíanos,
16. Estos granillos abundan en las celdillas
superficiales de las plantas y les dan el color ver-
de, aunque en algunos casos, unidos á otros prin-
cipios, producen los tonos claros de las flores.
La clorofila, bajo la influencia de la luz solar,
produce reacciones químicas en las hojas que dan
por resultado el almidón y su distribución en la
planta.
DESARROLLO DEL TEJIDO CELULAR 25
Se sabe que al efectuarse ésto, absorben el áci-
do carbónico del aire y ponen en libertad el oxígeno.
La cloroñla sólo se desarrolla cuando la plan-
ta ha absorbido hierro, mineral que las raíces
toman de la tierra.
Sin la luz del sol no hay color verde, y esto
nos explica por qué se entierran los renuevos del
apio para blanquearlos.
17. Almidón, — Abunda esta substancia en cier-
tas plantas tales como el trigo, la patata, la bata-
ta, camote ó boniato y otras análogas y se toma
tanto de los granos como de las raíces y tallos ;
está formado por carbono, hidrógeno y oxígeno,
FiG. 6. — Almidón. Granillos: «, de patata; ¿, de trigo; c^ de
avena ; </, de maíz ; ^, de haba y de g:uisante ; /, de chirívfa ;
g^ de remolacha : todos muy aumentados.
y se presenta con el aspecto de un polvo blanco.
Examinado al microscopio y después de haberlo
humedecido ligeramente, se ve que está compues-
to por granitos blancos- de estructura y formas
diferentes, según de donde proviene. Su reactivo
especial es el yodo que le da un color azul. Sirve
en los vegetales como material de reserva que
utilizan para su crecimiento y desarrollo.
sG NOCIONES DE BOTÁNICA
i8. Aceites y grasas. — De composición idéntica
i la del almidón y con origen parecido, sirven á
la planta como alimento. Abundan en las semi-
llas tales como la linaza, el coco, la almendra, el
ajonjolí y el ricino,
"19, Azúcar. — Principio hidrocarbonado que
abunda en los tallos de ciertas gramíneas, como
la caña de azúcar y en la remolacha. Es el azú-
car una transformación química del almidón.
ao. Albuminoideos. — Compuestos hidrocarbona-
dos que contienen también ázoe y azufre ; el más
común de ellos es el gluten, substancia que acom-
paña al almidón.
ar. Alcaloides. — Substancias de gran importan-
cia; azoadas, tales como la quinina, morfina y
cafeína, que son, á la vez que venenos, principios
medicinales muy activos.
23. Los minerales que desempeñan importante
papel en la vida vegetal son : el azufre, que forma
parte de los albuminoideos ;
el hierro, indispensable para
el desarrollo de la clorofila ;
la sÜice que se deposita en
las paredes celulares y da á
ciertas plantas, como el bambú, extraordinaria
solidez ; los compuestos de fósforo, las sales de
ALIMENTACIÓN DE LAS PLANTAS 27
potasa y sosa^i^xit, dominan en las plantas marinas.
Frecuentemente se encuentran también en ellas
sales de calcio que concurren á la formación de
los cristales de oxalato de calcio, tan notables
como contenidos celulares en algunas plantas.
V
ALIMENTACIÓN DE LAS PLANTAS
Absorción^ transpiración^ asimilación
23. El alimento de las plantas es liquido y ga-
seoso y lo toma tanto de la tierra como de la at-
mósfera.
24. El alimento gaseoso es el ácido carbónico y
el liquido es el agua, en la cual van disueltos los
principios minerales en forma salina.
25. Absorción. — El líquido absorbido por las
raíces, cargado de los principios salinos, modifica-
do en el interior del vegetal y al nivel de los ele-
mentos anatómicos se llama savia. Asciende de
la raíz á las hojas por los vasos profundos y des-
ciende por los superficiales, formándose así la cir-
culación.
26. Transpiración. — Al llegar la savia á las
hojas pierde una buena cantidad del agua de que
está compuesta, evaporándose á través de imper-
ceptibles agujeritos de que están provistas las
hojas, llamados estomas. Éstos existen en grandí-
simo número, sobre todo en la cara inferior de
ellas, al grado que á una hoja de manzano se le
han contado más de 100,000 estomas.
La transpiración tiene por objeto desembara-
28 NOCIONES DE BOTÁNICA
zar á la planta del exceso de agua y4e principios
nocivos á su vida y protegerla contra el calor,
refrescándola por este medio.
Es tan rápida y abundante la transpiración en
los vegetales que una planta de girasol da un litro
de líquido en 24 horas y un roble ó una haya, en
igual tiempo, producen cuádruple ú óctuple can-
tidad.
27. Asimilación.— Es la función por medio de
la cual los principios absorbidos por el vegetal se
utilizan en su desarrollo. Durante ella se efec-
túan los fenómenos señalados antes que dan ori-
gen á el almidón y á todos los contenidos celula-
res, tales como aceites, grasas y azúcar que son
las materias asimilables para la planta. Los albu-
minoideos son el alimento del protoplasmá, y de-
penden de la producción de almidón, sujeto á su
vez á la acción solar ; esto nos explica por qué
mueren las plantas que no disfrutan de la luz.
28. Sin oxígeno perecen las plantas, pues el
protoplasmá no puede subsistir sin él. El acto
por el cual se provee de oxígeno y se descarga de
ácido carbónico se llama respiración.
29. Ya se ha hablado de la necesidad de las
substancias minerales para la vida del vegetal, y
si la tierra en que se depositan las semillas no se
alterna en sus cultivos, acabarán por agotarse
sus principios minerales y quedará del todo esté-
ril. Cuando no se pueden alternar los cultivos se
recurre á los abonos para fecundizar la tierra.
30. Los alimentos de las plantas, por lo gene-
ral, son substancias inorgánicas, y se creía hasta
hace poco tiempo, que, con excepción de hongos
y parásitas, sólo se nutrían de substancias orgá-
nicas cuando éstas se hallaban en estado de des-
composición. Hoy se sabe ya que muchas plan-
ALIMENTACIÓN DE LAS PLANTAS 29
tas se nutren de insectos y carne cruda (plantas
carnívoras) por tener órganos apropiados para la
absorción y digestión de esos alimentos. En las
atrapamoscas, nepentes y sarracineas, se nota que
cuando se deja sobre ellas un pedazo de carne, se
30 NOCIONES DE BOTÁNICA
escapa de sus celdillas un líquido que obra como
disolvente de la carne, la que es absorbida y asi-
milada por la planta.
31. Las plantas mueren natural ó accidental-
mente : en el primer caso, después de haber des-
empeñado todas sus funciones, se secan y des-
componen, volviendo á la tierra y á la atmósfera
los elementos nutritivos que de ellas recibieron.
En el segundo caso, y suponiendo que hayan sido
ingeridas por un animal, sufren varios cambios
químicos que pueden reducirse á los siguientes :
los alimentos sirven para nutrir el músculo del
animal, el carbón se convierte en grasa, y los mi-
nerales alimentan el hueso. Estos principios,
como otros muchos elaborados por las plantas,
son en extremo útiles y provechosos para la nu-
trición de los animales.
VI
DESARROLLO DE LA SEMILLA
Germinación
32. Antes de entrar de lleno en el estudio de
las plantas, bueno será comenzar por el estudio
del desarrollo de la semilla, que es mucho más
fácil observar. Una vez que el alumno posea los
conocimientos relativos á ésta, podrá darse cuenta
mejor de la manera cómo las plantas germinan y
crecen y de cuanto se relaciona con su vida ulterior.
33. Para que una planta se desarrolle debida-
mente, es indispensable que se reúnan ciertas con-
diciones, así en el terreno como en la semilla. Si
el uno y la otra están secos, á una temperatura
DESARROLLO DE LA SEMILLA
31
muy baja y privados de la luz y el aire necesarios,
el grano permanecerá tal cual se le había sembra-
do. Por el contrario, si la tierra y la semilla tie-
nen la suficiente hu-
medad, si reciben aire
y luz bastantes y si el
calor es adecuado, la
planta se desarrollará,
esto es, germinará.
34. Como se ve
por lo que precede, la
germinación de una
semilla depende del
agua, el aire y el sol.
35. Pasando del ex-
perimento á laobserva-
ción, se ve que toda
semilla se compone
de dos partes prinéi-,
pales ; una exterior,
inactiva, y otra que
vive dentro de ésta.
La parte viva,//¿/»-
tula ó embrión no es
más que una planta
muy pequeña inde-
pendiente de la que
la produjo : la parte
inactiva con sus cu-
biertas ó tegumentos es el depósito de las substan-
cias alimenticias ó albumen, y sirve de protectora
al embrión.
No todas las semillas tienen albumen, y entre
éstas se enumera la mostaza.
36. El embrión se compone de varias partes des-
tinadas á desempeñar diferentes funciones. En el
Fio. 10.— Germinación del gui-
sante : I, semilla ; 2, radícula
brotando del tegumento; 3,
embrión en la radícula prolon-
gada; 4, la misma con un co-
tiledón ; 5, la misma en mayor
grado de desarrollo: todas de
doble tamaño del natural.
32
NOCIONES DE BOTÁNICA
o
€>
guisante Ó chícharo (Fig. lo) está formado por dos
masas {cotiledones) colocadas una frente de otra y
unidas por un punto de sus bordes. En este punto
de unión hay un cuerpecito cilindrico, abrigado
por los dos cotiledones,
con una de las extremi-
dades cónica y la otra
roma.
TDuando germina la
semilla la extremidad
cónica llamada radícu-
la, queda bajo los cotile-
^_ ^^-. dones, crece hacia aba-
B^\ ^^ ^^ jo y viene á ser la raíz
W^ ruT\ ^^ ^^ planta. La ex-
tremidad roma dplúmU'
la crece hacia arriba y
da origen al tallo. Para
distinguir la radícula
de la plúmula, no hay
£^ ^^ka "^^^ ^"^ examinar la
J 8^^ ^^ semilla poco tiempo
^^^*^ ^^^ después de su germina-
ción, y entonces, por la
forma ó la dirección se
vendrá en conocimien-
to de ello.
37. Al desarrollo de
las partes dichas con-
curren desde luego los
cotiledones, cuya subs-
tancia nutritiva absorben, proporcionándoles los
principios alimenticios, almidón, aceite y albumi-
noideos que en ellos se encuentran depositados
(Arts. 17-20).
En la semilla de mostaza no acontece lo mis-
3
Fig. II. — Germinación de la mos-
taza: I, semilla; 2, embrión
salido del tegumento ; 3, radí-
cula que se abre paso por el
tegumento ; 4, cotiledones y
radícula después de arrojar el
tegumento ; 5, planta tierna :
todo con un aumento doble de
su tamaño natural.
DESARROLLO DE LA SEMILLA
33
mo, pues en tanto que la radícula se introduce en
la tierra, los cotiledones quedan sobre ella, reci-
ben la luz solar, toman
un color verde y asi-
milan los principios
nutritivos del mismo
modo que lo hacen
las hojas de las plan-
tas desarrolladas y
crecidas.
38. En la semilla
del trigo (Fig. 12) el
embrión está colocado
á un lado del grano,
entre su tegumento y
el albumen, que es
blanco y harinoso.
Hay un solo cotile-
dón formando una
vaina al derredor de
las hojillas de la plú-
mula. Al iniciarse la
germinación, la radí-
cula y la plúmula ab-
sorben del albumen
por contacto el ali-
mento allí contenido ;
es decir, se alimentan
de la misma harina de
que se hace el pan.
Fio. 12. — Gem^inación del trigo:
1, semilla cortada verticalmente
para mostrar — a, el tegumento ;
6j la albúmina ; c, el embrión ;
2, la misma piás desarrollada ;
3, vista posterior del grano, con
dy la piúmul^, y ^, las raicillas
envainadas; 4, la misma más
adelantada : todo con un ta-
maño doble del naturaL
La radícula del trigo se ramifica en raicillas
que presentan unas vainas ó cubiertas en su base.
39. La presencia, número ó ausencia de los co-
tiledones^ así como también el crecimiento de la
raíz y los modos de germinación de las semillas,
3on caracteres de gran importancia para la clasi-
■ *
34 NOCIONES DE BOTÁNICA
ficación de los vegetales que dan flor, distinguién-
dose los llamados monocotiledóneos (plantas con un
cotiledón ú hoja seminal) y los dicotiledóneos (plan-
tas con dos cotiledones ú hojas seminales).
VII
LA RAÍZ
V
40. La extremidad radicular del embrión forma
las raíces (Arts. 34-36) cuyo objeto es fijar la
planta en la tierra, absorber de ésta los jugos nu-
tritivos, y también en ciertos casos, depositar y
conservar durante el invierno los principios ali-
menticios que el vegetal aprovechará en la prima-
vera subsiguiente.
41. La raíz se distingue del tallo en que crece
casi siempre hacia abajo, desde su origen, subs-
, traída de la acción de la luz, y en que carece de
\^ yemas. Examinada al microscopio presenta una
estructura muy diferente á la del tallo.
42. En la raíz se distinguen : (a) su cuerpo que
es la prolongación única de la radícula ; (b) las rai-
cillas ó fibras de la raíz, que se desarrollan en gran
número por sus lados. Algunas veces el cuerpo
de la raíz es poco desarrollado y por lo mismo no
es fácil distinguir sus ramificaciones secundarias,
y entonces á toda la raíz se la llama fibrosa.
Las fibras de la raíz son sumamente delgadas
y para examinarlas, lo mejor es tomar raíces de
jacinto, cortar una al través en su extremidad,
colocarla en el campo del microscopio y entonces
se verá que está cubierta por una envoltura de
celdillas blandas y aplanadas, dentro de la cual
hay una masa de otras celdillas más volumino-
sas que forman el punto vegetativo ó áe crecimiento
(íig- n)-
FiG. 13. — Corte vertical de la Fie. 14. — Raices capilareí, muj
punta de una fibra de la nUz aumentadas,
del jaduto, muy aumentada.
43. Las raicillas no penetran en la tierra ver-
ticalmente cual un bastón que se clavara con fuer-
za, sino que van buscando los intersticios del
suelo á proporción que se alargan por su punta.
Por el crecimiento se va destruyendo el estu-
che ó vaina que protege el punto vegetativo, y
éste avanza más y más, fenómeno que puede ob-
servarse en una planta de jacinto que se desarro-
lle en un vaso de cristal lleno de agua.
En los árboles y arbustos las fibras de la raíz,
lo mismo que el cuerpo, van engrosando confor-
me crecen, se convierten en madera y desalojan
la tierra por todos lados; desarrollándose con tal
fuerza que muchas veces las raíces mueven las
piedras de las paredes.
44. £1 alimento se absorbe por las raicillas ca-
pilares (Fig. 14) y no por la extremidad que crece.
$6 NOCIONES DE BOTÁNICA
Estas raicillas son delicadas prolongaciones hacia
fuera, de las celdillas que forman ia epidermis
(Art. 6) de ia radícula y de las fibras radicales, y
pueden verse en gran número en la raíz primitiva
que se forma en las plantas del guisante y de la
mostaza (Figs. lo y ii),
45. Las rafees pueden dividirse, primeramen-
te, en dos grupos; las que no hacen más que ali-
mentar á la planta conforme va creciendo, y las
que, además, tienen un depósito de alimentos para
ayudar al desarrollo de la planta en el segundo año.
A la primera clase pertenecen {a) las sencillísi-
mas raíces anuales que se componen enteramente
de simples fibras (jacinto) ; {b) las raíces anuales
de fibras muy ramificadas (céspedes, hierba cana); ^"C^
(í) las raíces ramificadas cuyas fibras son ya leño-
sas en el segundo año (árboles, arbustos y hierbas
con raíces leñosas).
Á la segunda clase pertenecen : (a) las raíces ^.
carnosas y globosas ó en forraa de huso (nabo, '^. ^
— zana.horia, J^^XíQ,'ZL\
■j remolacha). Estas
H dan hojas el primer
J^Atf^^ año y el segundo
^^HBk^ t hojas, ñores y fruto,
f^HffV^ muriendo después
|^0^^\ toda la planta. Pre-
\ V sentan fibras delga-
l I das que salen de sus
^ ' costados y de SU
* punta. (¿)Raicescon
muchas fibras carno-
sas, llamadas tubércu-
los (ficarias, dalias), (c) Raices que sólo tienen dos
tubércüTos carnosos, como las orquídeas, y mere-
cen descripción aparte.
LA RAÍZ
37
46. La raíz de una orquídea se compone, ade-
más de algunas ñbras delgadas, de dos tubérculos
carnosos distintos, grande el uno y pequeño el
otro. Ambos crecen al pie del tallo debajo de
las fibras que se extienden en sentido horizontal.
Cuando una orquídea está en flor, su tallo sale de
la parte superior del tubérculo grande, que tiene
el tubérculo pequeño unido á su cuello. Más ade-
lantado el año, cuando la orquídea está en semi-
llas, se encuentra marchito el tubérculo grande, y v^ ? ^
el pequeño crecido y redondeado y con un botón
ó yema en su parte superior. Cuando transcurre
algún tiempo más, la planta muere, menos el tu-
bérculo pequeño y su botón, naciendo de éste al
FiG. 16. — Tallos y raíces rastraros de la grama.
año siguiente la nueva orquídea, á alguna distan-
cia de la planta primitiva.
47. Balees adventieiaa — También pueden nacer
las raíces, de los tallos de las plantas. Se aprove-
cha esta circunstancia para multiplicar las plantas
cortando estas raíces y sembrándolas. Se llaman
adventicias y se las encuentra constantemente en
muchas plantas desarrolladas, tanto monocotile-
dóneas (tallo subterráneo de la gr^ma, Fig. 16)
como dicotiledóneas (raíces de la hi^ra) y forman
el sostén de las ramas del ^^ baniano '* de la India.
\
V-^-^.v'iv r^ 'Mao ,
'^w'
38 NOCIONES DE BOTÁNICA
VIII
EL TALLO
48. Forma el tallo la prolongación de la plúmu-
la del embrión (Arts. 35, 36) ; sirve para sostener
^ las hojas, capullos y flores, y para formar un canal
de comunicación por medio del cual va á aquellas
partes el agua absorbida por las raices, y se dis-
tribuyen por toda la planta el almidón formado en
las hojas y otras substancias nutritivas.
49. El tallo busca la luz casi siempre, pero no
siempre, pues hay muchos tallos que crecen bajo
tierra y se prolongan y hasta se ramifican hori-
r^ zontalmente ; estos tallos (hierbabuena, patata)
suelen equivocadamente tomarse por raíces, de
las cuales se diferencian en su modo de crecer y
en que tienen hojas, botones y flores.
50. El tallo puede ser setuillo (casi todas las
palmeras) ó ramificado. Está dividido en nudos y
entrenudos : los nudos son los puntos de donde sa-
len las hojas ; los entrenudos son las partes del
tallo que hay entre nudo y nudo. Los nudos es-
tán engrosados en muchas plantas (claveles, gra-
míneas) ; en las gramíneas los entrenudos suelen
estar huecos y los nudos son macizos.
51. Los tallos se dividen en subterráneos (prí-
mula, grama, Fig. 5) y aéreos ; éstos, en el mayor
número de casos, son derechos, tendidos ó volubles,
ry^^ El tallo voluble (lúpulo, madreselva) se dirige
siempre á la derecha ó á la izquierda y muy rara
vez las plantas de una misma familia lo hacen in-
diferentemente á uno ú otro lado.
La causa de ésto reside en la composición del
tallo mismo y en el predominio de ciertos tejidos.
EL TALLO 39
en un punto más que en otro. Estos tallos, si no
encuentran donde apoyarse, se debilitan y caen
al suelo.
52. Los tallos subterráneos se clasifican y de-
terminan de este modo :
(a) Bulbo ó cebolla \ tallo muy corto, consti-
tuido esencialmente por una porción inferior, car-
nosa, deprimida ó saliente que se llama platillo^
discOy escudo ó corona. Las escamas que forman la ^
yema están libres ó imbricadas ; verbigracia, azu- -^
cena, cebolla común.
(¿) El rizoma ó ce^ es un tallo subterráneo y t^-^
^::y- rastrero, del cual nacen raicillas, yemas y hojas : ^
' verüTgracia, la grama. El bulbillo es una cepa
carnosa muy corta (cdlchico) ; y el tubérculo es un
tallo subterráneo corto y carnoso (Art. 64).
(c) Al lado de los bulbillos viejos se desarro-
llan los nuevos y esto les da mayor analogía con
las yemas,
53. La composición de los tallos de las plantas
con flores obedece á dos planes ó tipos ; uno ca-
racteriza á las monocotiledóneas y el otro á las
dicotiledóneas (Art. 39).
54. Pertenece á las dicotiledóneas la malva,
que presenta un tallo erguido, herbáceo y con en-
trenudos (Art. 50), cubierto de hojas hasta su ex-
tremidad superior y con flores en la punta de sus
ramas. Un corte transversal del tallo, examina-
do con el microscopio, patentiza que está formado
por un cilindro de parenquima (Art. 6) atravesado
verticalmente por un anillo de haces fibro-vascula- v^
res en forma de cuña, á su vez separados entre sí
por el parenquima.
Al parenquima sigue la medula^ tejido blando y
esencialmente celular y en la parte exterior queda
la corteza. Los haces fibrovasculares concurren
40 NOCIONES DE BOTANICA
tanto á la composición del Hber ó tejido ñbroso,
como á la de la madera y \as fibras.
Un corte como el anterior, practicado en el
tallo del tilo cuando apenas tenga un año, mani-
fiesta la mTsma disposición elemental ; pero éste
sigue desarrollándose y engrosando cada año; no
asi la malva, que muere el mismo afio en que nace.
55- El aumento de espesor del tallo del tilo, se
debe á los tejidos nuevos que se desarrollan, entre
la madera y el liber, cada año. El nuevo tejido
en sus principios está formado por celdillas blan-
das, de paredes delgadas que se desarrollan por el
crecimiento del cámbinm
(situado entre el líber y ^ ^.^^
Fio. 17.— Corte iransveisal de F:o. 18. — Corte transversal
un haz vascular del tallo de del tallo de una dícotU»-
una dicotíleddnea ; /. liber: ddnea.
celdillas de la madera.
la madera) y que da nacimiento á una nueva capa
de líber y un nuevo tejido leñoso ; aquél bajo la
corteza y éste bajo la madera del año anterior.
56. Tal es, en compendio, el modo como se
desarrolla el tallo de las plantas dicotiledóneas;
crecimiento que se llama exógeno porque aumenta
el volumen del tallo de fuera á dentro, por agre-
gación en la parte exterior de la madera.
EL TALLO 41
57. El tallo de una dicotiledónea, como el tilo, '^^
si tiene más de un año se forma, partiendo del
centro á la periferia, de (i) la medula; (2) de ca-
pas de celdillas leñosas entrelazadas con los vasos,
y de éstas las más antiguas son las que están más
cerca de la medula ; (3) de capas fibrosas quedan-
do las más viejas cerca de la circunferencia ; (4)
de parenquima cortical limitado exteriormente por
(5) capas de celdillas corticales, y de éstas las de
mayor edad son las que están más cerca de la cir-
cunferencia ; y finalmente (6) de rayos medulares
que se extienden de la medula al exterior y, atra-
vesando la madera, la cortan en varias partes de
forma piramidal.
58. La medula no aumenta de diámetro des-
pués del primer año ; pero el parenquima cortical
suele continuar crecien-
do, y las partes externas
más viejas, que se van
endureciendo ó convir-
tiendo parcialmente en j^¿-
corteza, pueden al fin des- Ct^
prenderse; el alcornoque, .. z-
V/; S' el abedul y el plátano son ^
ejemplos de esto.
59. El tallo ó rama ^^^
del brusco" ó el espárra- pio. i9.-Cort¡^üsversai del
gO, plantas monOCOtlledÓ- tallo de una monocotUedónea.
neas, presenta una estruc-
tura enteramente diversa á las demás de su clase.
Un corte transversal (Fig. 19) demuestra que
el conjunto se compone de un cilindro de tejido
celular {c. /.) atravesado por haces aislados (7;. ó.)
de tejido fibrovascular (Art. 9) no dispuestos en
un anillo, ó en varios anillos concéntricos, sino es-
parcidos con poco orden por el tejido celular, y
42 NOCIONES DE BOTÁNICA
muy apiñados en la circunferencia del tallo. Cada
uno de estos haces aislados se compone al exte-
rior de celdillas ñbrosas y al interior de celdillas
-v>4-. leñosas, exactamente como en el tallo del tilo ó
C-P el liao de un año (Art. 54). Estos haces no se
aumentan, sin embargo, por la agregación de cel-
dillas fibrosas y leñosas.
60. Comenzando en las bases de las hojas, to-
dos los haces ñbrovasculares de una monocotile-
dónea pueden verse hacia abajo, primero arqueán-
dose hacia el interior en dirección al centro del
tallo, y luego por grados hacia el exterior á su
circunferencia, donde están intimamente unidos.
Por esta razón no hay corteza fibrosa, pero el pa-
renquima que rodea los haces vasculares forma al-
gunas veces una capa exterior distinta, como en el
drago (Draccena), árbol en el que también se forman
nuevos haces que se colocan en anillos concéntricos
como en los dicotiledóneos (Art. 56). Los haces
individuales no se agrupan como en los dicotiledó-
neos, y por esta razón se llaman haces definitivos.
61. La colocación de los haces vasculares que
se acaba de describir, es uno de los caracteres
más marcados de las plantas dicotiledóneas, y de
gran utilidad para distinguirlas de las monocotile-
dóneas.
IX
YEMAS Y RAMAS AXILARES
62. En el otoño se forman yemas ó botones,
ya en las extremidades de tallos ó ramas, ya en los
ángulos que las hojas ó pecíolos forman con el
tallo, y permanecen sin variación hasta la prima-
YEMAS Y RAMAS AXILARES 43
vera. Tienen madera, medula y corteza que son
continuación de las del tallo, al cual están por con-
siguiente completamente unidas. Generalmente
las defienden del frío y de la humedad unas esca-
rnas que suelen estar cubiertas de unas glándulas
que segregan resina (Art. 38 c), ó bien de pelos.
Algunas plantas se desarrollan solamente por
yemas ó retoños laterales (sauce, castaño de In-
dias, olmo) ; otras por retoños terminales y late-
rales (fresno y casi todos los árboles).
63. Los retoños se convierten en ramas con
hojas por el desarrollo de sus entrenudos (Art. 50),
Fio, 30. — Yemas foliares y
y pueden dar origen á hojas solamente, ó á ñores,
ó á ambas cosas ¡ pueden en algunos casos des- ,
prenderse de la planta (lir^o atigrado) y constituir
nuevas plantas.
Sí ia yema terminal produce tan sólo una in-
florescencia (Art. 75), su crecimiento hacia arriba
cesa y se forman botones laterales que se desa-
rrollan hasta formar ramas (Fíg. 20).
Ejemplo de lo antedicho es lo que se ve en el
44 NOCIONES DE BOTÁNICA
castaño de Indias y la lUa. Muchas plantas semi-
leñosas desarrollan ramas indefinidamente, hasta
que las heladas las matan ; pero se forman nuevas
yemas y éstas se desarrollan en ramas semejantes
en la primavera inmediata. Por la misma causa
se suspende el crecimiento de los renuevos en la
mayor parte de los árboles.
64. Acontece que las yemas, en vez de alargar-
se y convertirse en ramas, se ensanchan y forman
tubérculos cortos y carnosos, como en la patata.
Una planta de esta especie presenta un tallo as-
cendente, con ramificaciones subterráneas en don-
de se producen raíces fibrosas y ramas tuberosas
(patatas) cubiertas de ojos o yemas.
Los bulbillos axilares (Art. 52) del jacinto y aza-
frán son yemas que se forman en las escamas, las
que á su vez no son más que hojas modificadas.
(^^^ ^ 65. Los zarcillos de las plantas trepcidoras son V^
«^ ramas modificadas con glándulas que producen
un líquido viscoso por medio del cual se adhieren^,
á los muros y fijan sus tallos. Las tijeretas de la Ly-
vid son de esta especie, es decir, ramos que al en-
contrar un apoyo se enroscan en él ^siguiendo las
leyes de los tallos volubles (Art. 51).
Las espinas son ramas arboladas y endurecidas
^^ D (espino blanco) ; los aguijones tienen diferente
origen, como se verá más adelante.
66. La. ramijicación de los árboles constituye
un estudio de los más interesantes ; bastará recor-
dar la del roble en ziszás, con sus yemas redon-
deadas en la extremidad de las ramas ; los gra-
ciosos y derechos vastagos del haya, con sus ye-
mas en forma de lanceta ; las robustas ramas del
castaño de Indias con yemas ovoides ; y la ele-
gante foliación del olmo, que proyectada en la
atmósfera parece el tejido de un encaje.
LAS HOJAS 45
X
LAS HOJAS
67. Las hojas (ú órganos foliáceos) son expan-
siones del tallo formadas principalmente de pa-
renquima (Art. 6), corteza y haces fibrovasculares.
Su objeto es presentar una gran superficie á la
luz y al calor del sol para que las substancias ali-
menticias absorbidas por la raíz puedan asimilar-
se (Art. 28), y también para que la transpiración
se efectúe y se absorba el ácido carbónico del aire
(Arts. 26, 28).
68. El aspecto y caracteres exteriores de las
hojas son muy variados y por medio de ellos se
distinguen grupos y clases de plantas.
La clasificación siguiente de las hojas es la
que más interesa al principiante :
(a) Atendiendo á su duración son : caldizas las
que mueren todos los 2XiO%\ perennes 6 persistentes
cuando viven un año ó más.
{p) Si se considera su posición en el tallo son :
opuestas (ortiga) ; alternas (gramíneas) ; espirales
(aspérula) y fasciculadas (pino).
{c) Si á su inserción^ cuando tienen un rabillo
(^peciolo) se llaman pecioladas (tilo) ; si no lo tienen
se denominan sentadas ; si están provistas de una
vaina ó la forman, envainadoras (gramíneas). Al-
gunas veces ^\ peciolo está situado en la base de la
hoja, caso el más común, y otras en el centro,
como en la hidrocotila.
{a) Por su división^ son sencillas (roble) ó com-
puestas^ es decir, formadas de piezas diferentes lla-
madas hojuelas (fresno, rosal).
(e) Por la forma de su margen son : enteras ;
4^ NOCIONES DE BOTÁNICA
aserradas^ con dientes que miran hacia arriba ;
dentadas^ con dientes que se dirigen hacia afuera ;
lobadas ; penatifidas con varios cortes profundos á
sus lados y tnultífidas^ hendidas en pequeños frag-
mentos.
(/) Si presentan varios apéndices en la base
del pecíolo, llamados estipulas^ son estipuladas^ y
los apéndices pueden ser persistentes (rosal) ó cae-
dizas (manzano) ; si no tienen estípulas, se las
llama exestipuladas (boj).
{g) .En las compuestas, son las hojuelas (¿/)
digitadas Cuando se extienden como los dedos de
las manos (castaño de Indias) ó pennadas^ cuando
tienen las hojuelas en pares opuestos, ó alternati-
vamente ; en este caso hay algunas veces una ho-
juela terminal (fresno), y otra» veces no (gui-
sante).
{h) Otros caracteres, relativos á la forma, con-
textura, superficie, color y olor, son en demasiado
número y muy detallados para servir de ejemplo
en las observaciones del principiante, que debe
aprender á aplicar todos los términos que se van
mencionando, á los árboles y arbustos de la loca-
lidad en que viva. Es, sin embargo, conveniente,
distinguir entre la hoja de superficie lisa y la de su-
perficie lampiña, usándose la primera palabra para
decir que no tiene eminencias ni asperezas y la se-
gunda para significar que no tiene vellos, lana, etc.
69. La manera como las hojas se agrupan en
las yemas, se llama su vernación, y es un excelente
asunto de estudio para los discípulos. Así, pues,
en las gramíneas y en el cerezo, están simple-
mente arrolladas una alrededor de la otra ; en el
manzano sobresalen en pares opuestos ; en el gla-
diolo están dobladas bruscamente una sobre otra;
en los heléchos están arrolladas hacia dentro
LAS HOJAS 47
desde su parte superior como un cayado de obis-
po ¡ en el peral y el manzano, los bordes de cada
hoja están vueltos hacia dentro, y en el romero y
el sauce hacia atrás ; en la vid, el haya y la uva
crespa las hojas son rizadas.
70. La substancia principal de las hojas es el
parenquima (Art, 6) que se continúa con el de la
corteza del tallo, y atravesado por haces fíbrovas-
culares, continuación también de los del tallo
(Art. 9). Los tejidos de la hoja están pues (como
los de la yema, Art. 6z), en com-
pleta unión con los del tallo.
71. Un corte transversal déla
hoja que empiece en su parte su-
perior, permite ver: (a) una piel
delicada (epidermis, Art. 6) de
celdillas transparentes aplanadas;
(¿) una capa de celdillas apiña-
das llenas de granitos de clorofila
(Art, 16) ; (c) varias capas de cel-
dillas agrupadas holgadamente
con espacios aéreos entre sí ; (1^)
una epidermis semejante á la de
la superficie superior. '''w'dTíSdSí^k
Se componen los haces ñbro- cod ud estoma.
vasculares de tejido fibroso en la
superficie inferior de la hoja, y de tejido leñoso
con vasos espirales hacia la superficie superior.
72. La epidermis está sembrada de poros ü
órganos respiratorios llamados estomas (Fig. 21),
que generalmente se componen de dos celdillas
superficiales reniformes que encierran un orificio
oval. Los estomas de la mayor parte de las plan-
tas se abren mucho más estando á la luz que en
la obscuridad, y esto excita y favorece la transpi-
ración (Art. 27).
48 NOCIONES DE BOTÁNICA
El brillo de la superfície de las hojas es debido
á la tersura y transparencia de la epidermis, bajo
la cual se ven las celdillas llenas de granitos de
clorofila (Art. i6).
73. La venación, ó disposición de los haces
fibrovasculares en la hoja, es en su mayor parte
muy diferente en los dicotiledóneos y monocoti-
ledóneos. En los primeros, entran en el pecíolo (ó
en la misma hoja, si es sentada) uno ó más haces,
y generalmente corren hasta el fin de la hoja
como una costilla central, ó envían una rama á
cada una de las divisiones de la hoja ; de cada
lado de esta costilla central salen ramas que á su
vez se ramifican y que al cruzarse forman una
red. En la mayor parte de los monocotiledóneos,
ó bien entran muchos haces en la hoja y corren á
lo largo de ella, encontrándose en su extremidad,
ó bien uno de los haces se abre en la base de la
hoja en otros varios que corren en la misma di-
rección que los anteriores ; estos haces principa-
les están unidos por haces rectos transversales.
Hay excepciones á estas reglas ; pero son lo bas-
tante generales para que sea siempre digna de
examen la venación de una hoja, al mismo tiempo
que los caracteres distintivos señalados en los
Artículos 39, 53 y 60, cuando se trate de señalar
á cuál de estas dos clases pertenece una planta.
74. La muerte y separación de la hoja que an-
teceden á su caída de la planta madre, no son
accidentales, sino debidas á las siguientes causas :
Primera y principal, porque se desarrolla en la
base de la hoja ó de su pecíolo (si lo tuviere) una
capa transversal de celdillas que mueren después
de haber desempeñado la hoja sus funciones, y
que producen por ende su separación. La hoja
cae por consiguiente, dejando una cicatriz percep-
INFLORESCENCIA 49
tibie. Segunda, porque la hoja adquiere rápida-
mente en la primavera todo su tamafto, mientras
que la rama en que está situada sigue aumen-
tando de diámetro, y por consiguiente, los tejidos
en el punto de unión tienden á desunirse. Ter-
cera, porque los líquidos que la raíz absorbe van
á las hojas y contienen materia terrea, de la cual
se deposita mucha parte en los tejidos de las ho-
jas, ahogándolas é impidiéndolas que cumplan
sus funciones y apresurando su muerte. Se com-
prueba esto quemando hojas primaverales, que
dan poca ceniza, mientras que las del otoño pro-
ducen relativamente más que la madera. Es no-
table, sin embargo, que las substancias contenidas
en las hojas que se caen, son aquéllas que ya no
tienen valor para la« planta. £1 almidón y las
substancias protoplasmáticas, juntamente con las
más importantes materias minerales, tales como el
ácido fosfórico y la potasa, pasan á las partes
permanentes de la planta antes de que caiga la
hoja.
XI
INFLORESCENCIA
75. Esta palabra signiñca la colocación de las
flores en el tallo ó rama de una planta, y afecta
disposiciones muy diversas.
76. La inflorescencia más sencilla es la de la
planta de una ñor como el tulipán, cuyo tallito
(pedúnculo) es terminal ; sigue la que se encuentra
en la anagálida, cuyas flores solitarias nacen de
los ejes de las hojas. Cuando hay muchas flores
en un mismo pedúnculo, la forma de inflorescen-
4
so NOCIONES DE BOTÁNICA
cia depende de la colocación de los pedúnculos
parciales {^pedicelos) en el pedúnculo común, y de
la manera como se abren las flores.
77. El orden que tienen las flores para abrirse
en la planta ó en la rama que las sostiene, es un
carácter muy importante para el estudio. En el
botón de oro, la flor que termina el eje de la
planta es la primera que se abre, luego la que
está más inmediata y así sucesivamente hasta que
se ha abierto la flor que está más distante de la
primera. Se observa el mismo orden en la pam-
plina, pie de león, clavel y clavellina, aunque en
éstas las flores laterales crecen muchas veces en
pedicelos que se alargan y sobresalen á aquélla que
lleva la que floreció primeramente. Se llaman
centrifugas estas inflorescencias, por florecer desde
el eje central hacia afuera ; ó definidas porque ter-
mina el eje por una flor y ya no se prolonga más.
En la dedalera, alhelí doble, y en la mayor
parte de las plantas, es distinto el modo de darse
las flores : la que está más lejos del extremo del
eje es la que abre primero, y así sucesivamente
de abajo arriba. Son estas inflorescencias cen-
trípetas^ llamadas también indefinidas^ porque el
eje sigue alargándose indefinidamente después de
abrir la primera flor. Cuando están apiñadas las
flores, esta diferencia de orden en el abrir, es del
mismo modo bien clara. Así la inflorescencia del
saúco es centrífuga ; la de la margarita y zanaho-
ria, centrípeta. La cardencha es rarísima excep-
ción ; en ésta se abren primero las flores del me-
dio, las que están á la mitad de la distancia, y
después siguen abriéndose las más inmediatas,
superiores é inferiores.
78. Las clases más comunes de inflorescencias
son:
INFLORESCENCIA 5^
(a) La espiga, en la cual las flores están senta-
das y todas situadas en un pedúnculo prolongado
(llantén). Amento ó trama es una espiga uni-
sexual que se desprende y cae después de dar flor
ó fruto (nogal, roble, álamo, abedul, sauce).
(p) El racimo es una espiga con flores pedice-
ladas (grosellero, dedalera, hocico de becerra, re-
seda).
{c) En cabezuela, son las flores sentadas y es-
tán apiñadas formando una masa densa (marga-
rita, cardencha, escabiosa, trébol).
(¿/) \udL panoja es un racimo en que cada pedi-
celo vuelve á subdividirse (avena, castaño de In-
dias, lila).
{e\ En una umbela todos los pedicelos arran-
can de un punto y las* flores llegan todas al mismo
nivel (junco florido, cebolla, prímula) ; cuando los
pedicelos de la umbela son también umbelados, la
umbela se llama compuesta (zanahoria, chirivía).
(/) En el corimboy llegan las flores á la misma
altura, pero sus pedicelos no brotan del mismo
nivel (saúco, cebolla albarrana, espino blanco).
79. Las hojas de la inflorescencia son modifi-
caciones de los mismos órganos que se presentan
en el tallo ; pero tienen un empleo diferente,
siendo, en general, órganos protectores de la flor
tierna ; las que están en la base de los pedúnculos
ó en los mismos pedúnculos se llaman br deteas, y
las que están en la base de los pedicelos ó en los
mismos pedicelos, bractéolas ; las brácteas que es-
tán en la base ó alrededor de una cabezuela ó de
una umbela ó de una flor, algunas veces están
muy apretadas y forman un involucro, que puede
componerse de un verticilo de brácteas (zanaho-
ria) ó de muchos verticilos que se cubren (marga-
rita).
52 NOCIONES DE BOTÁNICA
XII
LA FLOR
80. La flor contiene los órganos reproductores
y en ella se efectúa el interesantísimo fenómeno
de la fecundación, cuyo resultado final es la pro-
ducción de la semilla.
81. La flor está formada por una ó más series
de órganos (órganos florales) colocados en derre-
dor de la extremidad de un pedúnculo ó ^pedicelo
(Art. 76) y se llaman verticilos flúr ales. Estos di-
fieren mucho en forma, color y tamaño ; pero to-
dos tienen con el tallo la misma relación que las
hojas (Art. 70), y son modificaciones de órganos
foliares (Art. 67) ; pues todos los órganos florales
se desarrollan del mismo modo que las hojas,
aunque tomando diferentes formas y desempe-
ñando distintas funciones, según las necesidades
de la planta.
82. Antes de describir los verticilos florales
uno por uno, facilitará mucho al estudiante saber
su número, forma y posiciones relativas en flores
que se diferencian muchísimo unas de otras. Em-
pezando de fuera hacia dentro, los verticilos flo-
rales en las plantas son :
{a) Cáliz \ forma el verticilo exterior 6 protec-
tor^ generalmente de color verde, y sus piezas,
que se llaman sépalos^ pueden estar separadas ó
soldadas en un tubo, bien en su totalidad ó bien
sólo en parte.
(J?) Corola : forma el segundo verticilo ó atrac-
tivo: es blanca ó de color (rara vez verde) con
objeto de atraer los insectos á la flor ; un líquido
azucarado {n/ctar) mana muchas veces en puntos
LA FLOR 53
particulares de su superñcie. Sus piezas, llsitmi-
ásLsp/fa/oSy pueden estar separadas ó unidas den-
tro de un tubo, que tiene algunas veces la forma
de campana, embudo, etc., etc.
(c) Estambres^ órganos generalmente tenues y
que forman el tercer verticilo, se componen de un
tallito {filamento) coronado por un cuerpo de dos
lóbulos, la antera^ que contiene un polvo fino, ge-
neralmente amarillo (folen), necesario para fecun-
dar los óvulos. Los filamentos pueden faltar, ó
estar dentro de un tubo, ó en haces, ó entera-
mente separados, lo mismo que sucede á las ante-
ras.
{d) ^\ pistilo forma el cuarto verticilo floral ó
el más interior, y presenta muchas más modifica-
ciones que todos los anteriores. En su forma
más sencilla (guisante) representa una hoja do-
blada por el medio con sus bordes unidos for-
mando una cavidad hueca {ovario) ; la extremidad
ó punta se prolonga constituyendo un cuerpo
grueso ó delgado {estiló) que termina en uno ó
más nudos, superficies ó puntos, ásperos ó jugo-
sos, y las más veces hinchados {estigmas). Puede
faltar el estilo, y, en ese caso, el estigma está sen-
tado sobre el ovario.
La hoja pistilar se llama carpelo y su cavidad
contiene adheridos al ángulo formado por sus
bordes unidos, uno ó más cuerpos muy pequeños
{óvulos)^ destinados después de la fecundación á
ser las semillas. La vaina del guisante es un
carpelo con varios óvulos. El botón de oro tiene
muchos carpelos, cada uno con un óvulo, estilo y
estigma; cuando hay varios carpelos pueden estar
separados (botón de oro), ó unidols por sus bordes
formando un ovario con una sola cavidad (vio-
leta), ó por sus costados formando un ovario con
54 NOCIONES DE BOTÁNICA
«
tantas cavidades como carpelos (tilo). En los
carpelos unidos pueden estar los estilos separados
ó adheridos, y en este último caso, aun los estig-
mas pueden estar separados. El número de car-
pelos que constituyen un pistilo, cuando están
unidos, se averigua las más veces por el número
de cavidades del ovario, ó por el de estilos, ó por
el de estigmas.
(e) El receptáculo floral es la extremidad supe-
rior del pedúnculo en que se insertan los órganos
florales. El disco es un receptáculo engrosado
entre el pistilo y la corola ó el cáliz ; muchas ve-
ces está ensanchado (ruda, tilo) y destila néctar ;
otras veces está representado por escamas ó pe-
queñas eminencias. Pueden insertarse los estam-
bres en derredor del disco, en él ó entre él y el
ovario.
83. Si una flor contiene los cuatro verticilos
florales (Art. 81) se llama completa^ y si contiene
menos, incompleta. El cáliz y corola juntos for-
man el periantio \ cuando no puede distinguirse
el cáliz de la corola, ó cuando uno de los dos no
existe en la flor, el verticilo floral exterior toma
el nombre de periantio.
De los verticilos florales rara vez falta el cá-
liz, y muchas menos la corola. No pueden faltar
juntos los estambres y el pistilo, pero sí uno de
estos dos verticilos: en este caso, el que no existe
se encontrará en otras flores correspondiente-
mente incompletas de la misma planta ó de al-
guna otra planta. Muy pocas son las flores que
tienen menos de dos sépalos ó dos pétalos ; pero
muchas carecen de estambres ó de pistilo ; y una
flor puede consistir en un solo estambre ó en un
solo pistilo.
Es flor irregular aquélla en que una parte 6
LA FLOR 55
más del cáliz ó de la corola son de forma dife-
rente (guisante, hocico de becerra). Flor reguiar
es en la que no sucede esto, sino que las partes
de cada uno de sus verticilos son iguales y pre-
sentan cierta uniformidad (fresa, botón de oro).
Flor simétrica es aquélla cuyos sépalos, pétalos
y estambres son en número igual ó múltiplos los
unos de los otros.
84. Las principales modificaciones de la ñor
dependen {a) de la ausencia de uno ó más de los
verticilos y de la forma de los*que existan ; (^) de
que estén separadas ó ^unidas las partes de cada
uno; (c) de que estén lifires ó adheridas las piezas
de un verticilo á las de otro inmediato fuera ó
dentro del primero ; {d\ de la posición de cada
verticilo en el receptáculo. La más visible de es-
tas modificaciones es que unas veces el ovario es
supero^ esto es, está colocado encima del cáliz (bo-
tón de oro, Fig. 22), otras es infero^ ó que al pare-
cer está debajo (campanilla blanca, narciso, Fig.
37). En el último caso, la apariencia se produce,
bien porque el ovario se ha hundido en la punta
del pedúnculo, y unido con él, bien porque la
parte inferior del cáliz se ha adherido á las pare-
des del ovario ; en cualquiera de los dos casos la
corola, el disco y los estambres quedan por en-
cima del nivel del ovario, y parecen estar inserta-
dos en él ó sobre él. La rosa (Fig. 31) y la man-
zana (Fig. 32) manifiestan con claridad el ovai*io
hundido en la extremidad engrosadadel pedúnculo.
85. Al enumerarse las flores que á continua-
ción se indican, deberá el discípulo decir el nom-
bre y señalar las funciones de cada órgano, para
describir después sus modificaciones.
Antes de proceder á ello fijará su atención en
los siguientes puntos :
S6 NOCIONES DE BOTÁNICA
(d) Si la flor es completa (Art. 83) : si no lo es
y de qué verticilos carece.
(í) Número de piezas de cada verticilo, y si son
opuestas ó alternadas con las de los verticilos que
ea este caso son exteriores con relación ai primero.
(í) Si están separadas ó unidas las piezas de
cada verticilo ; y si están libres ó adheridas á las
de otro verticilo interior ó exterior, con relación
al primero.
id) Si la flor es regular 6 irregular (Art. 83).
(í) Si las flores son bisexuales, con dos estam-
bres y pistilo (botón de oro) ó unisexuales, con es-
tambres sólo ó con pistilo sólo : y en este caso si
las flores que tienen los estambres son monoecias,
es decir, están en la misma planta que aquéllas
que tienen el pistilo (roble, nogal) ó dioecias, es
decir, en otra planta (sauce, ortiga común).
(/) Si el periantio (Art. 83) es infero ó su-
pero (Art. 84)-
A. — Flores con periantio infero doble
■; Botón de OTO (Fig. 22).— Flor regular. Cáliz
"^ de 5 sépalos libres. Corola de 5 pétalos separa-
dos, alternados con los sépalos. Muchos estam-
Fio. 33.— Seccifin i
LA FLOR 57
bres sentados en el receptáculo. Pistilo de mu-
chos carpelos separados.
Zarza {Fig, 23). — Flor regular. Cáliz de 5
sépalos adheridos en la base. Corola de 5 péta-
los, alternados con los sépalos. Muchos estam-
bres, sentados en el cáliz. Pistilo de muchos car-
pelos separados. (Nótense las diferentes inser-
ciones de los pétalos y estambres en el botón de
oro y la flor de la zarza.)
Fio. 33. — Corte ó sección vertical de la ñor de la caria, aumentada.
Alhelí doble (Figs, 24 y 25). — Flor algo irre-
gular. Cáliz con cuatro sépalos separados, dos
insertados más bajo que los otros. La corola
tiene cuatro pétalos separados, que alternan con
los sépalos. Seis estambres, dos de ellos más
cortos que los otros cuatro. Pistilo de dos carpe-
los unidos, que forman un ovario de dos celdillas
con un estilo muy corto y el estigma lobuloso.
ClaveL — Flor regular con muchas brácteas.
Cáliz de cinco sépalos combinados formando un
tubo de cinco dientes. Corola de cinco pétalos
separados, alternando con los sépalos. Diez es-
tambres, cinco alternados con los pétalos y cinco
58 NOCIONES DE BOTAnICA
Opuestos. Pistilo de dos carpelos combinados, que
forman un ovario de una celdilla con dos estilos.
Valva. (Fig. 20). — Flor regular con tres brác-
teas. Cáliz de cinco sépalos combinados. Corola
Fio. 3&— Corte vertical de ta naide malva, atunentada.
LA FLOR 59
de cinco pétalos separados, alternadas con los sé-
palos, é insertados uno á uno en el haz de fila-
mentos unidos. Muchísimos estambres; filamen-
tos combinados formando un tubo que se adhiere
en la base á los pétalos. Pistilo de muchos car-
pelas combinados, con muchos estilos unidos y
estigmas separados.
Ouúante (Fig. 37). — Flor irregular. Cáliz de
cinco sépalos combinados. Corola de cinco peta-
Fio. 97,— Coite vertica] de la flor del quitante.
los muy desiguales, de los cuales suelen estar
combinados los dos más internos. Diez estam-
bres, nueve combinados y uno separado. Pistilo
de un carpelo con un estilo y estigma.
(Y_^ Y" Piimnla 6 primaTera {Figs. z8 y 29). — Flor re-
' guiar. Cáliz de cinco sépalos combinados. Co-
rola de cinco pétalos combinados formando abajo
un tubo. Cinco estambres, opuestos á los pétalos,
y combinados con éstos, sus filamentos. Pistilo
NOCIONES DE BOTÁNICA
Fio. aS.— Corte vertical de ui
con un ovario de una celdilla que tiene un estilo
y un estigma,
f Ortiga muerta (Fig. 30). — Flor irregular. Cin-
co sépfJos combinados formando una taza. Co-
Fig. 30. — Corte vertical de la flor de la ortiga muerta, aumentada.
rola de cinco pétalos combinados formando un
tubo con dos bordes; lóbulos alternados con los
sépalos. Cuatro es-
tambres, dos ma-
yores que los otros
dos. Pistilo de dos
carpelos que forman
un ovario de cuatro
celdillas con un es-
tilo )' estigma divi-
dido.
Soaa (Fig. 31).-
Flor regular. Cáliz
de cinco sépalos. F"<5- 3i--Corte irertical de la rosa.
Corola de cmco pé-
talos separados alternando con los sépalos. Mu-
chos estambres sentados en el cáliz. Pistilo de
muchos carpelos separados sentado en el extremo
superior hueco del pedúnculo.
S. — Flores con periantio doble supero
Hanzaao (Fig. 32). — Flor regular. Cáliz de
cinco sépalos. Corola de cinco pétalos separados.
alternando con los sé-
palos. Muchos estam-
bres, sentados en el
cáliz. Pistilo de cinco
carpelos ligeramente
soldados, y cinco esti-
los libres.
Uva espina. — Flor .
regular.~T;álLz de cin-
co sépalos. Corola de
cinco pétalos separa-
F:o. 3,.-CoHe «rricat de la flor ^os, alternando con
del maniano, aumentada. los sépalos. CmcO CS-
62 NOCIONES DE BOTÁNICA
tambres alternados con los pétalos, sentados en
el cáliz. Pistilo de dos carpelos soldados, que
forman un ovario de una celdilla con dos estilos.
Campinnla. — Flor regular. Cáliz de cinco sé-
palos. Corola de cinco pétalos adheridos, alter-
nados con los sépalos. Cinco estambres, alterna-
dos con los pétalos, sentados en la parte superior
del ovario. Pistilo de tres ó cinco carpelos, uni-
dos para formar un ovario de tres ó cinco celdi-
llas, con un estilo y tres ó cinco estigmas.
8a&oo. — Flor regular. Cáliz de cinco sépalos.
Corola de cinco pétalos combinados que alternan
con los sépalos. Cinco estambres sentados en la
corola, alternados con sus pétalos. Pistilo de dos
carpelos combinados, con dos celdillas y un estilo
corto con un estigma.
Hadregelva, — Flor irregular. Cáliz con cinco
pequeños dientes. Corola de cinco pétalos for-
mando tubo. Cinco estambres, sentados en la co-
rola, alternados con sus pé-
talos. Pistilo de tres car-
pelos combinados con tres
celdillas y un estilo y un
estigma.
Fio. 33.— Corte vertical de
cuela de marganla, auni\;uwua. u uc m i^uc^ucu ub i«
margarita, aumentada.
Margarita (Figs. 33 y 34).— Flores dedos for-
mas que constituyen una verdadera inflorescencia
LA FLOR 63
en cabezuela compacta, rodeada por brácteas ver-
des. J'/ores exíeriares unisexaáíes, monoicas (Art.
85 e) é irregulares. Corola blanca de cinco péta-
los combinados formando un rayo estrecho y
largo. No tiene estambres. Pistilo con una cel-
dilla, un estilo y dos estigmas. Las ^eres interio-
res bisexuales, regulares, de cuatro ó cinco pétalos
unidos que forman una corona tubulosa, amarilla,
con cuatro ó cinco lóbulos. Cuatro ó cinco es-
tambres, sentados en la corola, alternados con los
pétalos; anteras adheridas. Pistilo como en las
flores exteriores.
C. — Plores con un solo periantio infero
Bonuua. — Flor regular. Periantio de seis pie-
zas, casi separadas. Seis estambres, sentados en
la base del periantio en pares ^
que alternan con las tres pie- '
zas interiores del periantio.
Pistilo de tres carpelos com-
binados, con una celdilla 7
tres estilos.
Ba&ie (Fig. 35).— Flor re-
gular. Periantio de cuatro pie-
zas combinadas. Ocho estam-
bres, sentados en el periantio,
los cuatro superiores opues-
tos y los cuatro inferiores al-
ternados con las partes del
periantio. Pistilo de un car-
pelo con una celdilla, un estilo
y un estigma.
Tulipán (Fig. 36). — Flor regular. Periantio
de seis piezas separadas. Seis estambres, opues-
tos á las piezas del periantio. Pistilo de tres car-
NOCIONES DE BOTÁNICA
Fta. 36.— Corte vertical del tulipán,
pelos combinados en un ovario de tres celdillas,
con un estilo y un estigma de tres lóbulos.
D. — Flores con un solo perianüo supero
HareiiO (Fig. 37). — Flor regular. Periantio de
seis piezas con una corona levantada. Seis es-
Fio. 37.— Corte vertical del narciso.
LA FLOR 65
tambres sentados en el tubo del periantio y opues-
tos á las piezas de éste. Pistilo de tres carpelos
combinados, con tres celdillas, un estilo y un es-
tigma.
Orquídea (Fig.43). — Flor irregular. Periantio
irregular de seis partes. Un estambre, unido con
el estilo. Pistilo de tres carpelos soldados, for-
mando el ovario de una sola celdilla.
£. — Flores sin periantio aparente
Sauce (Figs. 38 y 39). — Flores unisexuales,
dioicas {Art. 85 í), en amentos ó tramas (Art. 78).
Fio. 38.— Flor macho del
aumealada.
Amentos de dos clases, en diversas plantas, for-
mados ambos de una cubierta escamosa que, en
las plantas de una clase de amento, protege á uno
ó más estambres y, en las de la otra clase á un
pistilo. Pistilo de dos carpelos combinados en
un ovario de una celdilla con un estilo y dos es-
tigmas.
5
66 NOCIONES DE BOTÁNICA
Tr^o (Fig. 40). — Flores que se componen de
dos escamas pequeñas (el periantio), tres estam-
bres y un pistilo ; encerrado todo en dos series de
brácteas verdes. Pistilo
con una celdilla y dos es-
tilos.
'86. Ya queda dicho
{Art. 81) que los órganos
de una flor tienen todos la
misma formación que las
hojas, aunque modificada
para diferentes fines. La
mejor prueba de esto se
encuentra en, el eléboro
verde, que muestra la tran-
sición de hojas á brácteas ;
el calicanto, que muestra
la de brácteas á. sépalos y
de sépalos á pétalos; el
lirio acuático blanco, que
patentiza la de sépalos á
Fio. 40.— Espiguilla de Irigo, pétalos y de pétalos á es-
aumentada; a, í, biái> lamhrpii' la rnna Ae iar.
teas; c, periantio.; rf, es- 'amores, la rosa ae jar-
tambres ;«, pistilo, din, y la mayor parte de
las flores dobles, en que se
manifiesta la transición de pétalos á estambres;
el tulipán doble, que demuestra la de estambres á
pistilos ; la cereza doble, en la cual los carpelos se
presentan como hojas verdes.
87. Las más veces en las plantas dicotiledó-
neas el número de sépalos, pétalos y estambres,
es de 4 á 5 de cada clase, ó un múltiplo de dichos
números ; mientras que en las monocotiledóneas
prevalecen, e! 3 y sus múltiplos. Este es otro
auxiliar para distinguir las plantas de estas doS'
clases (Arts. 39, 53, 60, 73).
EL CÁLIZ 67
XIII
EL CÁLIZ
Sépalos
88. Está formado el cáliz de un verticilo de
órganos separados ó unidos, llamados sépalos.
Generalmente son verdes y de contextura como
la de las hojas, y muchas veces persisten en el
fruto. Tienen por objeto proteger las partes de
la flor que están dentro de ellos.
89. El cáliz, no obstante ser de todos los
verticilos florales el más distante del centro de la
flor, algunas veces parece que está colocado mu-
cho más alto que el ovario. Es debida esta cir-
cunstancia, bien á que el pistilo está hundido en
el extremo engrosado del pedúnculo (rosa, Fig.
32) ; ó bien á que el cáliz se adhiera más ó menos
á los lados del ovario, extendiéndose más arriba
las partes no adheridas. Por esta razón se em-
plean los términos de cáliz supero y cáliz infero^
que son equivalentes á ovario supero y ovario in-
fero (Art. 84).
90. Los sépalos del cáliz pueden estar separa-
dos entre sí, cuando es polisépalo (botón de oro,
Fig. 22) ; ó unidos cuando es gamosépalo^ llamado
muchas veces impropiamente tnonosépalo (prímula,
Fig. 28).
91. La modificación más curiosa del cáliz es la
del diente de león, hierba cana, cardo silvestre y
otras plantas que tienen sus flores en cabezuela
(Art. 78 <?). En ellas el ovario es infero, y la
parte superior del cáliz está representada por un
mechón de pelos llamado vilano ó pelusa (cardo
68
NOCIONES DE BOTÁNICA
silvestre, Fig. 42). En el diente de león (Fig. 41)
la parte superior del cáliz sale formando un ta-
llito coronado por el vilano. La valeriana tiene
Fig. 41.— Fruto del diente de león,
con vilano, aumentado.
Fig. 42. — Fruto del cardo -
silvestre, con vilano. J
un cáliz semejante. En estas plantas el cáliz plu-
mado contribuye á la dispersión del fruto. El
cáliz puede tomar alguna de las formas irregula-
res que se describirán al hablar de la corola.
XIV
LA COROLA
Pétalos
92. La corola se forma por un verticilo de ór-
ganos libres ó adheridos llamados ///¿í/<?í. Es ge-
neralmente de color, delgada y mucho mayor que
LA COROLA 69
el cáliz; las más veces tiene olor y se marchita
pronto persistiendo rara vez en el fruto (brego).
Los pájaros y los insectos depositan en la corola
de algunas flores el polen que han recogido de
otras, atraídos por su néctar y la diversidad de
sus colores, formas y
aromas. También la
corola sirve de ór-
gano de protección
para las partes de la
flor contenidas en
ella.
93. La corola se
inserta en el recep-
táculo (Art. 8z) en
el botón de oro y en
el cáliz en las flores
que lo tienen supero,
como la del □
(Fig 3^).
campánula
parecer inserto en el p,„_ ^^_^^^ ^ ¡^^ ,^^.
ovario, pero realmen- tada.
te lo está en el cáliz
en la parte en que éste se desprende del ovario.
94. Los pétalos de la corola pueden estar se-
parados entre sí, y entonces la corola es polipé-
tala {botón de oro, Fig. 22); ó soldados, en cuyo
caso es gamopétaia (prímula, Fig. 29).
95. La llamada irregularidad ó regularidad de
las flores (Art. 83) depende principalmente de la
forma de la corola, y da facilidad á los insectos
para que se posen en ellas y depositen el polen
que las ha de fecundar. Entre estas formas irre-
gulares, la gamopétaia es la más común, con dos
bordes ó labios (ortiga muerta, Fig. 30), y la po-
esía al
70 NOCIONES DE BOTÁNICA
lipétala más común es la amariposada ó papilio-
nácea (trébol guisante, Fig. 27). Ésta es tan ca-
racterística de una larguísima familia de plantas
(la de las leguminosas), que se ha dado nombres
á sus cinco pétalos, llamándose al superior, están-
dartCy á los dos laterales, alas^ y quillas^ á los otros
dos interiores, que muchas veces están soldados
en sus bordes inferiores, formando uno solo. Si
se observa á las abejas cuando van á posarse en
las flores irregulares, se verá en muchísimos casos
que la forma de la corola está especialmente
adaptada para facilitar al insecto la entrada con
objeto de chupar el néctar, en cuya operación re-
coge el polen de los estambres (Art. 123).
96. Las corolas gamopétalas regulares más
comunes son las que tienen figura de campana
(campánula), de embudo (convólvulo), de salvilla
(prímula) y de rueda (pimpinela). En estas coro-
las como en las polipétalas regulares (manzano,
Fig. 32, botón de oro, Fig. 22), hay muy poca re-
lación ó ninguna entre la forma de las flores y la
de los insectos que van á ellas. En algunos ca-
sos, sin embargo, en las flores regulares gamopé-
talas existe una adaptación especial de los órga-
nos de la flor á los del insecto, la corola tiene un
tubo largo y el insecto una trompa de lo que son
ejemplos (Art. 122).
97. Los pétalos están formados por una del-
gada lámina de tejido celular atravesado por ha-
ces vasculares (Art. 9). El colorido que tienen
obedece á disposiciones especiales. Las corolas
de muy pocas plantas, tal vez de ninguna, presen-
tan todos los colores simples, y únicamente el
blanco más ó menos limpio, se halla en todas las
familias de plantas que tienen corolas de color.
El blanco y varios matices de amarillo y de en-
EL DISCO
71
carnado se encuentran en las rosas, tulipanes y
rododendros, pero nunca el azul. El azul, el
amarillo y el blanco en las gencianas, pero rarí-
sima vez el rojo. Las anémonas figuran entre
las pocas plantas en cuyas
diversas clases se encuen-
tran el rojo, el amarillo, el
azul y el blanco. Las plan-
tas que ñorecen de noche
tienen generalmente coro-
las blancas, de aromas muy
fuertes, con los que atraen
á las mariposillas. Ciertas
ñores de color púrpura, ó
rojo encendido, tienen el aspecto y el olor de
carne podrida, y atraen á las moscas, que ponen
allí sus huevos y se van cargadas con el polen.
98. Cuando la corola (Ja el néctar, lo hace en
su misma base generalmente (madreselva, corona
imperial), y para llegar hasta él, tiene el insecto
que tropezar con los estambres para abrirse paso,
y entonces recoge el polen que se lleva consigo.
En la hierba del parnaso, la miel sale de los ex-
tremos de las ramas de una elegante escama, en
forma de peine, que está frente al pétalo. Las
glándulas que destilan el néctar se llaman necia-
Fio. 44. — Nectarios de, a,
botón de oro ; d, agrace-
jo: aumentados.
nos.
XV
EL DISCO
V
99. Hay generalmente en la base de los es-
tambres y alrededor de la base del ovario, un
anillo grueso de tejido celular, ó un verticilo de
72
NOCIONES DE BOTÁNICA
eminencias, escamas ó glándulas. Las más veces
destila un líquido azucarado, cuando la corola no
da ninguno, y forma
parte del receptácu-
lo floral (Art. 82 e).
En el botón de oro
(Fig. 22) no hay dis-
co ; en la zarza (Fig.
23) forma una en-
voltura reluciente y
gruesa la base del
cáliz ; en el naranjo
(Fig. 45 a) y en la
reseda (Fig. 45 ^)
forma un asiento
aparte ; en el alhelí
doble (Fig. 25) se presenta en la forma de dos
glándulas jugosas en la base de los estambres
cortos : y en la zanahoria y flores análogas coro-
na al ovario.
Fig. 45. — Discos {d) de, «, naranjo ;
b^ reseda : aumentados.
XVI
ESTIVACIÓN
ICO. Así como se llama vernacion la disposición
de las hojas en la yema, la de los órganos florales
se llama estivación. En ésta, los sépalos no se
oponen nunca á los pétalos, que muchas veces es-
tán en direcciones muy diferentes. Las flores de
una misma clase se pliegan generalmente del
mismo modo, aconteciendo igual cosa en otras
plantas perteneciente al mismo orden. La esti-
vación sirve como guía para conocer las relacio-
nes de las plantas entre sí.
EL ESTAMBRE ^ 73
loi. Cuatro son las principales clases de esti-
vación : i. Imbricada^ cuando una ó más piezas
exteriores se colocan sobre otras que están empi-
zarradasy es decir, sobrepuestas como las pizarras
de un tejado, ó cuando una de ellas queda interna
con relación á
las demás (pé- ^^Vv X^"""^ «r- _ -1
talos de la flor /^ \ / SS j V
del manzano), i; ** y v * ) I x * ^
2. Enroscada, \^^y \^^ J I ^^^ ^^
cuando cada — ^ ^^
una sobresale F1G.46. — Estivaciones : tf, imbricada; *, en-
rk/%f iinrk H<» Ir^c Toscada *, í, valvácea, con los bordes vuel
por uno ae ios ^^ j^^j^ ^^^^^
bordes de la
orilla contigua de la inmediata, como la corola de
la hierba doncella, cuyas divisiones están senci-
llamente enroscadas, y de el convólvulo, en el cual
toda la corola está trenzada y enroscada. 3. Val-
vácea cuando se juntan sépalos y pétalos por sus
bordes, sin cubrirse unos á otros (cáliz de la mal-
va). 4. Abierta, cuando crecen enteramente sepa-
rados, sin cubrirse ni tocarse (pétalos de la reseda).
102. Generalmente los estambres crecen dere-
chos desde el principio, pero algunas veces se
encorvan ó revuelven hacia dentro (arrayán, orti-
ga)| ó hacia atrás (calmia).
XVII
EL ESTAMBRE
Antera, polen, filamento
103. El estambre se compone esencialmente
de la antera, órgano de los lóbulos lleno de grani-
tos {el polen), lóbulos que están colocados á dere-
74 NOCIONES DE BOTÁNICA
cha é izquierda del eje de la flor. La antera puede
tener un tallo {filamento) que contiene un haz vas-
cular (Art. 9) y termina entre los lóbulos de la
antera, ó puede no tenerlo. Sirve el estambre
para formar, contener y arrojar el polen.
104. Los estambres se insertan de varias ma-
neras ; pero siempre dentro del cáliz y de la corola,
y fuera del pistilo, cuando estos órganos existen.
Varía su número, y pueden estar en una ó más se-
ries; cuando son tantos como los pétalos ó divisio-
nes del periantio, suelen alternar con éstos en las
dicotiledóneas ; pero se presentan opuestos en las
monocotiledóneas (porque tanto los estambres co-
mo las piezas del pe-
riantio forman sepa-
radamente dos ver-
ticilos alternados) ;
cuando hay doble nú-
mero de estambres
FiG. 47.— Elstambres del guisante: que de pétalos, están
Sonod^'^auierdlTí:: alternados y opues-
ño. tos. Están msertos
en el receptáculo del
botón de oro (Fig. 22) ; en el cáliz de la zarza
(Fig. 23) ; en el disco del tilo y la reseda (Fig. 45) ;
en la corola de la prímula (Fig. 29) ; y en la or-
quídea, el único estambre está soldado con el
pistilo (Fig. 43). Los filamentos están separados
en la mayor parte de las plantas; más ó menos
soldados en la flor de malva (Fig. 26) ; combina-
dos en haces en la flor del corazoncillo ; hay nueve
unidos y uno separado en el guisante (Fig. 47).
Generalmente están separadas las anteras, pero
se ven adheridas en la margarita y el cardo, cuyos
filamentos están separados.
105. La antera en su primer estado es un cuer-
EL ESTAMBRE
75
po celular de dos lóbulos, con hileras longitudi-
nales de celdillas especiales en el centro de cada
lóbulo. Los contenidos de cada una de éstas
(llamadas celdillas madres) se dividen en cuatro,
que forman otros tantos granos de polen. Tam-
bién son celdillas estos granos de polen, y están
provistos de una pared celulosa, que se divide por
último en dos capas ó cubiertas. Se escapan de
la celdilla madre y generalmente están sueltos en
la cavidad de la antera.
io6. Cuando están enteramente desarrolladas
las celdillas de la antera, se abren para dejar que
el polen se escape en la mayor parte de las plan-
tas por hendeduras longitudinales que aparecen
en el frente (hacia el pistilo) ; y en algunas por
hendeduras laterales (botón de oro) ó dorsales.
FiG. 48. —Estambres de « , arándano ; ¿, brezo ; ^, agracejo ; d,
muérdago : todos muy aumentados.
En el orden de los brezos se abren las anteras
por poros terminales (Fig. 48 b), que en el arán-
dano (Fig. 48 a) están en la punta de largos tubos.
En el agracejo (Fig.^8 c) se abren por párpados
76
NOCIONES DE BOTÁNICA
oblongos que se caen en algunos casos, y en el
muérdago (en que las anteras están unidas á los
segmentos del periantio) (Fig. 48 ¡i) se abren por
muchos agujeros, cada uno de los cuales está lleno
de polen.
107. La relación del estambre con la hoja no
es siempre tan fácil de apreciar como la de los
sépalos, pétalos y carpelos ; sin embargo, la tran-
sición de pétalo á estambre es clarísima en el lirio
acuático blanco y en muchas ñores dobles, como
la rosa (Fig. 49).
108. Los granos de polen suelen ser globulo-
sos, elipsoidales ó redondeados con aplanamien-
tos; generalmente están sueltos, pero algunas
s de polen del naranjo ; 6, ennos de polen del
sohíe el esti£ma con sui tubos descendentes :
I mentados.
\/
EL PISTILO 77
veces se escapan de la celdilla madre, unidos de
cuatro en cuatro (rododendro). En la orquídea
están pegados formando masas (Fig. 57)^ La su-
perficie de los granitos es suave, lisa ó espinosa,
y esta circunstancia y su tamaño y forma, son
muy constantes en cada
clase de planta, y preva- ^^WIHTOll I >uiiin_
lecen en muchas de la mis- %/ \^""^ ^«^
ma familia ó género.
Un grano de polen es
una celdilla cuyo conteni-
do es líquido protoplásmi- Fig. 51.— Grano de polen de
CO. La pared celulosa la enótera ú onagra, con
. - i^«**v.v* V.X.A1A w^» un tubo polémco : muy
tiene dos capas diversas. aumentado.
Cuando éstas están colo-
cadas sobre el estigma (Art. 112), salen uno ó
más tubos de la cubierta interior por unos aguje-
ros que se abren en la exterior, y descienden por
el estigma y el estilo á la cavidad del ovario, lle-
vando por último el licor protoplasmático desde
el polen al óvulo.
XVIII
EL PISTILO
Ovario, estilo, estigma
109. El pistilo es el órgano más complicado de
la flor y se compone de una ó más hojas carpela-
res (Art. 82 ¿/). Si se compone de muchas hojas,
pueden estar unidos de tal manera que formen un
ovario de una ó de muchas celdillas. Dentro de
sus cavidades se desarrollan y producen los óvu-
los destinados á ser semillas, y sirven también
para conducir el contenido del polen 4 los óvulos,
78
NOCIONES DE BOTÁNICA
FlG. 53.
Óvulos axilares.
lio. Generalmente los óvulos se desarrollan
en los bordes de la hoja carpelar. Ésta presenta
un engrasamiento esponjoso, llamado placenta^
sobre la que se asientan los óvulos, ó que se
unen por un hacecillo vascular ó
tallo, denominado funículo.
Depende la posición de la pla-
centa de la manera como esté for-
mado el pistilo ; si está constituido
por un carpelo (guisante, Fig. 27),
la placenta estará al lado del ángu-
lo formado por los bordes unidos
de la hoja carpelar; si hay dos
carpelos ó más, unidos por sus
bordes, formando un ovario de una
celdilla solamente (Fig. 53), serán
los 6v\i\os parietales^ es decir, esta-
FiG ci. ^^" adheridos á la pared de la cavi-
Óvuios ¿^lítales, dad del ovario (Fig. 28), ó en una
placenta central libre, esto es, en la
prolongación del receptáculo que forma la cavidad
del ovario (Fig. 28) ; pero, si hay dos ó más car-
pelos unidos por sus lados formando uno sólo, por
manera que compongan un ovario de dos ó más
celdillas, los óvulos serán axilares^ es decir, esta-
rán colocados en el eje del ovario (Figs. 36, 37,
111. El estilo es la parte del pistilo situada en-
tre el ovario y el estigma, que contiene una medu-
la de tejido celular laxo por el cual descienden al
ovario los tubos del polen (Art. 108).
112. Ocupa el estigma la parte superior ó los
cortados de la parte superior del estilo, ó del ova-
rio, si no hubiere estilo. No tiene epidermis que
impida la entrada del polen en los tubos, y suele
estar formado, ya de pequeñas celdillas sueltas
EL ÓVULO 79
que segregan un liquido viscoso, el cual sostiene
los granos de polen y la prolongación de los tu-
bos, ya de celdillas grandes que forman mechones
de pelos, entre los cuales se enredan los granos
de*polen.
XIX
EL ÓVULO
113. Es el óvulo un cuerpecillo encerrado en
el ovario y destinado, después de haber sufrido la
fecundación (Art. 116), á convertirse en semilla y
á contener un embrión ó plántula. Puede haber
uno ó más lóbulos en un ovario, y cuando hay dos
ó más, todos ó algunos, ó solamente uno pueden
ser fecundados y llegar á convertirse en semillas.
1 14. En el primer período se compone el óvulo
de un núcleo, que es un insignificante en¿rosa-
miento de tejido celular formado en la placenta
FiG. 54. — Desarrollo de un óvulo de celidonia ; «, núcleo ; ¿, pri-
mera cubierta ; c, segunda cubierta ; úT, funículo : todo muy
aumentado.
(Art. lio). Después crece alrededor de la base
del núcleo y casi llega á envolverlo, un arcillo de
tejido celular, dejando sólo un canal ó un agujero
{micrópiló). Muchas veces se forma un segundo
arcillo en la base del primero que, una vez desa-
8o NOCIONES DE BOTÁNICA
rrollado, forma otra cubierta exterior. Un haz
vascular (Art. 9) corre desde el borde de la hoja
carpelar, atraviesa la placenta hasta el óvulo, lle-
ga á la base del núcleo y sirve para su nutrición
y la de la semilla.
115. El óvulo puede ser derecho^ crecer oblicua-
mente, ó revolverse sobre sí mismo por el mayor
desarrollo de un lado, de modo que parezca com-
pletamente invertido, cuando el micrópilo, en vez
de quedar lejos de la placenta, esté próximo á ella
y la base del núcleo quede en la parte superior del
óvulo. En este último caso, los haces vasculares
de la placenta suben por el lado del óvulo hasta
la base del núcleo.
XX
FECUNDACIÓN
116. La fecundación consiste esencialmente en
la mezcla de los contenidos de un grano de polen
con los de una cavidad formada dentro del núcleo
(Art. 114) del óvulo. Para que esta mezcla pueda
efectuarse, se ha prolongado previamente una cel-
dilla hacia el extremo superior del núcleo, for-
mando una cavidad cubierta por una membrana
delicada {saco del embriófi\ que contiene protoplas-
ma. El tubo del polen (Art. 108), después de en-
trar en la cavidad del ovario, se abre paso por el
canal del micrópilo (Art. 114), se pone en contacto
con el núcleo y penetra en su substancia celular
hasta que llega al saco del embrión (Fig. 55).
Dentro de este saco y cerca de su parte superior
se ve un punto obscuro (^) (vesícula germinativa^ ^
que después d^ la aplicación dql tubo de polen ^l
FECUNDACIÓN 8i
saco del embrión, adquiere una capa celulosa y se
convierte en una nueva celdilla. Dividiéndose
ésta, produce un filamento (Art. 13), al extremo
del cual se desarrolla el embrión. Otras partes
del protoplasma del saco
embrional dan origen á las
celdillas que forman el a¿-
bumen {Art. 135).
117. Aunque suele ha-
ber al mismo tiempo en una
flor estambres y pistilo, no a
se sigue de aquí que el pis-
tilo de dicba flor sea fecun-
dado por sus propios estam-
bres. Por el contrario, se
ha probado en muchos ex-
perimentos y observaciones
cuidadosas, que la Natura-
leza ha dispuesto que los
pistilos se fecundicen con
polen de otras flores, ó de fio, ss.— Corte longitadí-
las flores de otras plantas nal del lívuio de la vio-
de la misma especie. Por Jf ™bitrtí«té^'-%'
esta razón, algunas plantas cubierta interior ;'rf|
tienen estambres y pistilos núcleo ; í, saco del em-
j. „ -^ j*^, - bnon, con la vesícula
en diversas flores del mis- gemiinaliva en su ex-
mo individuo (roble, avella- treioidad pequefta ; /.
no); otras tienen estam- dJü^'d,; ^ie?!^^o
bres y pistilos en diferentes muy aumentado.
individuos (sauce) ; y otras,
en que la misma flor tiene estambres y pistilos, no
maduran al mismo tiempo, y aun hay algunas en
que los estambres y pistilos existen en la misma
flor y maduran al mismo tiempo, pero están coloca-
dos de tal manera, ya entre sí, ya con relación á la
corola, etc., que el polen no puede llegar al pistilo.
82
NOCIONES DE BOTÁNICA
\
ii8. Se ha probado también que, por regla
general, un pistilo fecundado por el polen de otra
flor, ó por el de la flor de otro individuo de su
misma clase, produce más semillas y mejores, que
á su vez se desarrollan en plantas más fuertes que
si hubiese sido fecundado por el polen de su pro-
pia flor.
119. Estas y otras muchas observaciones tien-
den á probar que las notables formas, los colores,
las aromas, las
secrecionesazu-
caradas, y otras
cualidades de
la corola, es-
tambres y pis-
tilo, y la mane-
ra de ajustarse
estos órganos á
una ú otra de
las formas ó há-
bitos de los in-
sectos, tienen
por objeto im-
pedir que las
flores sean fe-
cundadas por su propio polen, y facilitar que lo
sean por polen traído de otras flores. Esta ope-
ración se Wdimdi fecundación cruzada.
120. En. cuanto se relaciona con la fecunda-
ción, pueden clasiñcarse de dos maneras las plan-
tas que dan flores, según que el polen sea llevado
al pistilo por el viento ó por los insectos.
Las plantas que el viento fecundiza poseen
generalmente estambres y pistilos en flores ó indi-
viduos diferentes. Sus flores no tienen colores
brillantes, ni aroma, ni secreciones azucaradas, y
FiG. 56. — Cortes verticales de las corolas
de una prímula de estilo largo, a ; y de
estilo corto, b.
FECUNDACIÓN 83
SUS estigmas están cubiertos de pelos que detie-
nen el polen ; en algunas cuelgan las anteras por
fuera de la flor (álamo, sauce, roble) y su polen
es abundante, seco y pulverulento (abedul, aliso,
pino).
121. Por otra parte, las plantas que los insec-
tos fecundizan, presentan disposiciones variadas
para conseguir la fecundación del pistilo por el
polen de otra ñor ó de otra planta, como se verá
por los siguientes ejemplos.
122. Tiene la prímula dos clases de flores que
nunca coexisten en la misma planta; una de ellas
con estambres en la parte inferior del tubo de la
corola, y un estilo largo con el estigma sobre las
anteras ; la otra posee los estambres en la parte
superior del tubo, y un estilo corto con el estig-
ma debajo de las anteras ; una y otra tienen néc-
tar en el fondo del tubo de la corona. Cuando
una abeja se posa en una flor de estilo corto, lan-
za su trompa hasta el fondo y al retirarla saca
pegado en su base algún polen. Si va después á
otra flor de estilo corto, no puede fecundarla, y lo
único que hace es llevarse aún más cantidad de
polen ; pero si va á una ñor de estilo largo, tiene
que depositar el polen en su estigma, pues éste
está en la entrada de la corola. Si, por otra parte,
la abeja va primero á una prímula de estilo largo,
la operación es al contrario : se llevará entonces
polen en la punta de su trompa y lo depositará en
el estigma de la primera flor de estilo corto en
que se pose.
123. En la orquídea común, la antera está co-
locada sobre el estigma,*cavidad hueca y viscosa
en la base del labio de la flor, que se proyecta en
un tubo largo lleno de néctar. Cuando la abeja
va en busca de néctar, dirige su cabeza contra la
84 NOCIONES DE BOtAnICA
antera y despega una ó las dos glándulas pegajo-
sas á las que están unidas masas de polen. Estas
glándulas se adhieren á la parte superior de la ca-
beza del animal, por lo que el polen no puede
tocar al estigma de ninguna flor; pero poco á
poco se van contrayendo las glándulas, y las ma-
sas de polen se inclinan hacia delante y abajo, en
la. orquídea, con usa ab«ja posada
_ II caben la eÜnduU pegajosa ala
cual están unidas las masas de polen ; i, cabeía de la abeja
a las masas de polen, en la misma forma que las sacó; i-, la
cuya posición pueden ya tocar el estigma de las
ñores y fecundarlas. En algunos casos, tardan
tanto las masas de polen en descender, que cuan-
do caen, ya ha recorrido ia abeja todas las flores
de la planta de que extrajo el polen y ha ido á
otras de distinta especie.
124. Los pájaros que tienen picos muy largos
EL FRUTO 85
y afilados, como el pájaro mosca, y asimismo cier-
tos insectos, contribuyen de esta manera á fecun-
dar las flores de tubos largos. En todos estos
casos y en muchos más, es sorprendente la exac-
titud con que se adaptan mutuamente las partes
de la flor con la forma y las costumbres de ciertos
insectos y pájaros.
XXI
EL FRUTO
Pericarpio^ semilla
125. Compónese el fruto de una cubierta {t^aso
seminal ó pericarpio) que contiene una semilla ó
más, maduras. Este nombre debería aplicarse es-
trictamente al resultado de la fecundación, pero se
extiende á las masas agrupadas de frutos que per-
tenecen á varias flores en un pedúnculo ó rama
(morera, Fig. 58; higuera, Fig. 59, piñón). Se
llaman estos frutos apiñados infructescencias, del
mismo modo que las agrupaciones de flores se
llaman inflorescencias (Art. 75). Además, varios
órganos de la flor, cuando se conservan en el
fruto, se consideran partes del mismo, como la
cascara exterior de la bellota, que está formada
de brácteas escamosas (Art. 79), la carne de la
manzana y de la pera, que no es más que el pe-
dúnculo engrosadOj etc. La fresa (Fig. 64) se
compone de un receptáculo carnoso cubierto por
carpelos maduros ; y el escaramujo (fruto) (Fig.
31) es un cáliz tubular hueco, que contiene muchos
carpelos maduros.
126. El estudio del fruto es más complicado
S6 NOCIONES DE BOTÁNICA
que el de cualquier otro órgano de la planta, por
las siguientes razones: i?, por su composición,
que solamente puede descubrirse examinando el
pistilo (Art. 109) en sus principios; 2?, porque mu-
chas partes que son visibles en el pistilo han desa-
parecido ó están desfiguradas en el fruto ; 3?, por-
que no siempre se puede distinguir la semilla del
pericarpio tan fácilmente como el óvulo del ova-
rio ; 4?, porque hay muchas veces órganos acceso-
rios unidos al fruto ó que lo envuelven ; 5?, porque ^
carpelos que están separados en el pistilo pueden
estar unidos en el fruto ; 6% porque las placentas
(Art. lio) adquieren algunas veces un desarrollo
muy considerable y forman nuevos tabiques en
la cavidad del fruto.
127. La clasificación más sencilla de los frutos
es la siguiente: i. Silicuas ó vainas-, estos son
frutps secos, y su pericarpio se abre por líneas
determinadas ó se divide en piezas separadas lla-
madas ventallas (guisante, Fig. 61, alhelí doble,
Fig. 67) : son también dehiscentes^ pues sus semillas
se caen del pericarpio, después de abierto éste.
2. Frutos secos, que no se abren por medio de
ventallas, razón por la cual se llaman indehiscen-
tes ; estas semillas no se desprenden, sino que ger-
minan dentro del pericarpio, arrojando el embrión
unas veces al pericarpio (arce), quedando otras
veces dentro sus cotiledones (bellota) ; de éstos
hay dos clases principales : la nuez^ que es grande
y dura, y el aquenio^ que es pequeño y general-
mente tiene un pericarpio delgado. 3. Frutos
carnosos indehiscentes, que se pudren en el terre-
no y dejan de este modo sueltas las semillas, ó los
comen los pájaros que digieren la carne y arrojan
las semillas (manzanas, acebo, baya de muérdago,
uva espina). Las principales clases son : la bayay
EL FRUTO 87
que tiene un pericarpio blando, y la drupa, que en
el interior del pericarpio tiene una parte dura,
que es el hueso de algunos frutos.
128. La anterior clasificación
nada enseña respecto á la verdade-
ra naturaleza del fruto ; la siguien-
te si la enseña, é incluye las prin-
cipales clases que son accesibles
para el estudiante, quien podrá al-
canzar, examinándolas, un conoci-
miento de los frutos más completo.
Es muy importante observar si el ^ F«>- 58.
íruto e, producto de o„ ovario sü. ^'XSS^
pero ó infero (Art. 84 d) y también, "
en aquellos frutos que se componen de muchos
carpelos dehiscentes soldados, si se abren entre
los carpelos {septüida), ó de-
bajo de la parte posterior de
los mismos {loculicidd) ; ó se-
parándose los carpelos de las
placentas (íí/J'íy/'iig'<i,Fig.67).
En la siguiente enumera-
ción se añaden los caracteres
de la semilla para evitar re-
peticiones.
\
A. — Frutos agregados ó in-
fructescencias (Art. 125)
Mora (Fig. 58). — Agrupa- .
cióti de frutos, cada uno de
Fio. 59.— a, fruto a¿e- '°^ cuales se compone de
gado del hi£o cortado una nuececilla indehiscente
menina, ambas muy cerrada en Cuatro piezas ju-
""" gosas del periantio.
88 NOCIONES DE BOTÁNICA
Hi^O (Fig. 59). — Un pedúnculo carnoso y hue-
co por dentro, con brácteas en la parte superior,
que contiene innumerables frutos, consistiendo
cada uno de ellos en un aquenio indehiscente de
una sola semilla, junto con los restos de un pe-
riantio.
FiSAn. — Serie de escamas leñosas, cada una de
las cuales tiene dos semillas en su base, sin peri-
carpio (Art. 139).
B. — Frutos setuiUos formados por el pistilo de una
sola flor
(a) FrutQS indeüsceníct de un carpeta
Ciniela, cereza. — Fruto (drupa) supero; peri-
carpio de una capa exterior muy carnosa, y de
otra capa interior dura
(hueso). Semilla solitaria,
sin albumen.
Trigo (Fig. 12),—
to (aquenio) supero ;
ricarpio muy delgado,
que se adhiere á la se-
milla solitaria y no puede
separarse. Semilla albu-
rio. 6a-a, corte del fruto de miñosa. En la avena y
la ortiga, muy aumeaia- en la cebada el íruto es
delm*™<r'i?ede-f^"tí *^^ '* misma estructura,
embridn. ttáavta más au- pcro está encerrado en
™™ta'io. las brácteas endurecidas
(cascara).
Ortiga (Fig. 60). — Fruto (aquenio), pequeño,
supero, aplastado y delgado. Semilla solitaria, sin
albumen.
Agracejo. — Fruto (baya) supero ; pericarpio car-
noso. Una ó dos semillas albuminosas en la base.
EL FRUTO
89
-fr
v
Cardo (Fig. 42). — Fruto (aquenio) coronado
por un vilano de pelos sedosos (Art. 91). Una
semilla, en la base, erguida, sin albumen. En el
diente de león (Fig. 41) la parte superior del fru-
to se prolonga formando un largo pico y está co-
ronado por un vilano semejante. En la margarita,
la parte superior del fruto es obtusa y no TTay
vilano.
(b) Frutos dehiscetítes de un carpelo (VAINAS)
Onisante (Fig. 61), Haba. — Fruto supero que
se divide en dos ventallas, con línea interior y ex-
FiG. 61. — Fruto de guisante abierto en dos ventallas.
terior de dehiscencia. Muchas semillas, sin albu-
men, unidas á la línea de dehiscencia que está
más inmediata al es-
tambre separado
(Fig. 47).
(c) Frutos indehiscentes
de varios carpelos sueltos
Botón de oro (Fig.
62). — Muchos car-
pelos, secos (aque-
nios), sentados en un ^^^ ^ _^^ ^^^^ ^^^ ^^^^ ^^ ^^^
elevado receptáculo cortado de modo que se vea la
seco. Semillas SOli- semilla ; b, semilla del mismo,
11 • „ cortada para que se vea el em-
tarias albuminosas, briondllo dentro del albumen:
en cada aquenio. ios dos muy aumentados.
V
K.\
NOCIONES DE BOTÁNICA
Zarza (Fig. 62), Frambaesa. — Muchos carpelos
carnosos (drupas), sentados en un receptáculo ele-
vado. Semillas
solitarias, sin al-
bumen.
I^sa {Fig.
64). — Muchos
carpelos secos
(aquenios), sen-
tados en un re-
ceptáculo eleva-
Kio. 63.— Fruto de Fio. 64.— Fresa do y carnoso. Se-
bm^ T^riT. íf^^^ií*"*" ""'"as solitarias,
tambres y cáJii teas aebaio. ■ 1 1
abajo. Sin albumen.
Sosa (Fig.
31). — Pocos ó muchos carpelos, secos (aquenios),
sentados en el interior de la extremidad de un pe-
dúnculo carnoso ahuecado. Semillas solitarias,
sin albumen.
{¿y Fruíet indehiscentcs de variot carpelos íoldados
Vnñao. — Fruto supero, seco, alado (aquenio
con alas llamado generalmente cascara), de dos
carpelos soldados, pero de una sola célula y de
una sola semilla. Semillas solitarias, albumino-
sas. El fruto del arce es de la misma naturaleza,
pero cada carpelo tiene un ala, y los dos se separan
cuando llegan á su madurez ; no se abren, sin em-
bargo, lo suficiente para dejar escapar la semilla.
Malva (Fig. 65). — Fruto supero, verticilo de
muchos carpelos con una sola semilla (aquenios),
unidos por sus lados. Semillas solitarias en cada
carpelo, albuminosas.
Ortija muerta.— Fruto supero, de cuatro lóbu-
los secos, cada uno con una semilla. Semillas
albuminosas.
EL FRUTO 91
5 ASebo. — Fruto (drupa) supero, carnoso, de
cuatro carpelos unidos con cuatro huesos de una
celdilla y una semilla. Semillas albuminosas.
Fio. 65.— Fruto de la malva con cátiz 7 bcácteas debajo, aumen-
Aceituna. — Fruto (drupa) gúpero, carnoso, de
dos carpelos soldados que forman un hueso de dos
celdillas con una semilla, faltando muchas veces
una de las dos. Semillas albuminosas.
Patata. — Fruto (baya) supero, de dos carpelos
carnosos unidos con dos cel-
dillas y muchas semillas en
cada una de ellas. Semillas
Hanzana. — Fruto de <
celdillas de cinco carpelos en-
■ vueltos en el extremo hincha-
do y carnoso del pedúnculo ;
cada uno tiene una cubierta
interior córnea y una ó dos
semillas, sin albúmina. Este fruto, el membrillo,
la pera, etc., se llaman pomas.
Uva eapiíiB, Orosella. — Fruto (baya) infero, de
dos carpelos secos unidos, de una celdilla con dos
Fio. 66.-
cortado
• X7
92 NOCIONES DE BOTÁNICA
placentas parietales y algunas semillas metidas en
la pulpa. Semillas albuminosas.
Zanahoria, Chinvia. — Fruto infero, de dos car-
pelos secos (aquenios) que por último se separan ;
cada uno con una semilla. Semillas albuminosas.
Bellota. — Fruto (nuez) infero, de tres carpelos
soldados contenidos en un involucro en forma de
taza (Art. 79) ; uno solo de los carpelos madura,
encontrándose los otros como reducidas cavida-
des en la base de la nuez. Semilla solitaria sin
albumen. En el haya el fruto es de la misma
estructura, pero hay dos juntos en un involucro
leñoso, de cuatro valvas (Art. 79), y cada nuez
tiene tres ángulos. La castaña dulce tiene la
>y misma organización que el fruto del h^a, pero
con tres nueces en el involucro. (El castaño de
Indias es del todo diferente.) En el avellano el
fruto es de la misma estructura, pero el involucro,
que es verde y coriáceo, contiene sólo una nuez,
cuyo pericarpio es huesoso.
(e) Frutos dehiscentes de varios carpelos libres
^\ Aguileña, Acónito, Espuela^de caballero. — Fru-
to supero ; de tres ó más vainas secas, que se
abren longitudinalmente hasta abajo por la cara
interna. Semillas abundantes albuminosas.
(y) Frutos dehiscentes de varios carpelos soldados
Sauce. — Fruto supero de dos carpelos, que for-
man una vaina de una celdilla y dos ventallas.
Pocas semillas, sin albumen, con pelos largos en
sus bases.
Alhelí doble (Fig. 67). — Fruto supero, seco, de
dos carpelos que forman una vaina de dos celdi-
llas, la cual se abre desde la base en dos venta-
EL FRUTO
93
n-
rA
^
.(O
lias, que se desprenden de un cerco. Muchas
semillas, sin albumen.
Violeta (Fig. 53). — Fruto supero, seco, de tres
carpelos que forman una vaina de una celdilla y
tres ventallas. Muchas semillas
albuminosas.
Castaño de Indias. — Fruto supe-
ro, de tres carpelos que forman
una vaina globosa, coriácea, llena
de púas y con tres cavidades, que
se abre en la base por tres venta-
llas. Una semilla en cada celdilla,
sin albumen ; cotiledones unidos
formando una masa.
Primavera, Vellorita, — Fruto
(vaina) supero, seco, de cinco car-
pelos que forman una vaina de una
celdilla, la cual se abre en la parte
alta por cinco ventallas. Muchas
semillas albuminosas.
Brezo. — Fruto supero, seco, de
cinco carpelos que forman una
vaina de cinco celdillas, y que se
abren longitudinalmente hasta abajo por la parte
posterior. Muchas semillas albuminosas.
Rododendro. — Semejante al brezo, pero sus car-
pelos se separan entre sí y del eje central, y se
abren longitudinalmente hacia el eje.
Adormidera. — Fruto supero, seco, de muchos
carpelos que forman una vaina de una celdilla, la
cual se abre por pequeñas ventallas debajo del
estigma. Muchas semillas albuminosas.
Azafrán. — Fruto infero, de tres carpelos que
forman una vaina de tres celdillas : los carpelos
se abren longitudinalmente por la parte posterior.
Muchas semillas albuminosas.
Fig. 67.— Vaina
del fruto del
alhelí doble al
desprenderse
una ventalla.
94 NOCIONES DE BOTÁNICA
Orquídea. — Fruto infero, seco, de tres carpelos
que forman una vaina de una celdilla, la cual tiene
tres ventallas que suelen desprenderse de un cerco
perenne ó persistente. Muchas semillas, sin albu-
men.
1.29. La manera cómo se verifica la dispersión
de las semillas en los frutos es variada é intere-
sante. Muchos tienen apéndices alados pertene-
cientes á los carpelos (arce, fresno) ó ganchos que
se adhieren á la piel de los animales (amor de hor-
telano) ó alas formadas por órganos accesorios
(brácteas del tilo), ó ganchos ó espinas (involucros
del brezo, castaño de Indias, bardana). Otros
tienen vellosidades muy finas (vilano), formadas
por el cáliz (diente de león, cardo) ; otros, una
superficie adherente ó que se vuelve así cuando
el fruto cae en un terreno húmedo propio para
la germinación de la semilla (hierba cana) ; otros
atraen á los pájaros con su olor, color ó sabor y
son transportados por ellos. Por último, algunos
otros se abren elásticamente al comprimirlos,
esparciendo en derredor sus semillas (balsamina,
miramelindos).
XXII
LA SEMILLA
Testa^ albumen^ embrión
130. La semilla consta del embrión (Art. 35) y
de sus cubiertas {tegumentos)^ y algunas veces de
albumen ; es el óvulo fecundado que ha llegado
á la madurez, en cuyo período se independiza de
la planta madre : está ó sentada ó unida al peri-
LA SEMILLA 95
carpió por una cuerda larga ó corldi^ funículo (Art.
no), tomó el alimento de la planta primitiva.
131. Los tegumentos suelen ser dobles, corres-
pondiendo algunas veces las dos cubiertas á las
dos envolturas del óvulo (Art. 114); el exterior
{testa) es generalmente el más duro y el más
grueso, y alguna vez, aunque muy rara, jugoso
(semillas de lá granada y magnolia). Hay que
fijarse cuidadosamente en dos puntos de la tes-
ta : la cicatriz (hilum) que indica un punto de
unión, y un agujerito (micrópiló) por el cual el
tubo del polen entró en el óvulo (Art. 224). La
radícula del embrión casi siempre está en direc-
ción á este agujero. En algunas semillas hay
una eminencia {rafe) que pasa desde el funículo
al lado opuesto de la semilla, indicando la posi-
ción de los vasos nutritivos que van á la base del
núcleo (Art. 114), donde algunas veces se extien-
den formando un punto obscuro. En muchas
semillas de palmera el rafe se ramifica por la
testa en haces vasculares.
132. El embrión es una planta rudimentaria
ÍArt. 35) con órgaribs parcialmente desarrollados.
j2í radícula del embrión se desarrolla antes, y por
eso se la encuentra cerca del micrópilo (Art. 131).
Cuando está enteramente formado, se compone el
embrión de un cotiledón ó de varios cotiledones,
\XTí2i plümula ó una radícula (Art. 36) ; cada cotile-
dón representa una hoja, la plúmula y la radícula
juntas forman un eje, del cual es la primera la
yema de un tallo, y la segunda da origen á la raíz.
La plúmula no se desarrolla en muchas plantas
hasta después de la germinación.
Hay dos clases principales de embriones en las
plantas que dan ñores, las monocotiledóneas y las
dicotiledóneas ; en las dos hay cotiledón, plúmula
96 NOCIONES DE BOTÁNICA
y radícula, pero se diferencian muchísimo en su
estructura y modo de desarrollarse (Art. 39).
133. El embrión monocotiledóneo es las más
veces un cuerpo cilindrico, cuya parte superior es
el cotiledón, que suele presentar una hendedura ó
depresión longitudinal en la cual está la plúmula
y cuya parte inferior es la radícula corta y embo-
tada. En la germinación sube la plúmula, desa-
rrollando hojas alternadas, y que algunas veces
sirven de vainas ; mientras que la radícula, ó bien
se prolonga por algún tiempo y luego queda reem-
plazada por raíces adventicias, ó bien no desarro-
lla nada por sí propia, pero da raíces adventicias
envainadas (trigo, Fig. 12).
134. El embrión dicotiledóneo es más compli-
cado ; sus dos cotiledones son relativamente muy
largos las más veces; suelen ser iguales y son
siempre opuestos, mientras que la radícula es
pequeña y muchas veces corta ; sin embargo, en al-
gunas plantas es la radícula mayor que los cotile-
dones. Los cotiledones pueden ser gruesos (gui-
sante, Fig. 10 ; castaño de Indias, bellota) ó del-
gados (arce), aplastados (ricinb) ó plegados (mal-
va, mostaza, Fig. ri), ó encogidos (convólvulo),
tengan ó no haces vasculares á manera de venas.
Los cotiledones pueden permanecer bajo tierra y
no sufrir cambio hasta que se arrugan, ó desecan
(guisante, haba, roble) ; ó salir á la superficie y
convertirse en hojas verdes (mostaza, Fig. 11),
antes de que la plúmula esté bien desarrollada.
En la germinación asciende la plúmula, desarro-
llando varias veces hojas envainadas, y la radícu-
la se prolonga y ramifica.
135. El albumen consiste en una masa de cel-
dillas que contienen almidón, albuminoideos (Arts.
17 y 20), etc., que sirven para la nutrición de los
LA SEMILLA 97
embriones que lo poseen. Se forma siempre del
saco del embrión ÍArt. ii6), y algunas veces tam-
bién en el tejido del núcleo (Art. 114). * Aunque
no todas las semillas contienen albumen, se en-
cuentra en mayor ó menor cantidad en todo saco
de embrión cuando es todavía tierno (Fig. 55 e).
No hay conexión orgánica de ningún género en-
tre el embrión maduro y el albumen con que está
en contacto ; pero, no obstante, al germinar el
embrión, toma materia nutritiva de las partes de
albumen más distantes (Art. 38).
136. Las semillas, como los frutos (Art. 129),
se esparcen de diferentes modos y por diversos
medios. Muchas tienen la testa prolongada en
un ala delgada (semillas del pino), ó están cubier-
tas con pelos largos (algodón) ó tienen un haz de
pelos en un extremo ó en la base (sauce) ; otras se
vuelven mucilaginosas cuando están húmedas, y
de esta manera se adhieren al terreno si se posan
en un sitio adecuado para su crecimiento (lepidio),
ó con sus brillantes colores atraen á los pájaros,
como ciertas plantas tropicales de la familia del
guisante, cuyas vainas quedan abiertas para dejar
ver sus semillas; otras tienen una testa jugosa
(granada, magnolia, peonia ; y otras, una taza
carnosa ó cubierta (arilo), formada por una ex-
pansión del funículo (Art. 130 ) (pasionaria, bo-
netero). El árbol de la nuez moscada tiene un
fruto de una semilla, como el melocotón, que se
abre y deja ver la nuez moscada rodeada por un
arilo de brillante color de escarlata; este arilo,
que es el macis, atrae indudablemente á las palo-
mas torcaces que se tragan las nueces moscadas
y las trasportan de una á otra parte.
137. La vitalidad de las semillas es muy varia-
ble. Entre los casos de semilla de corta vida se
98 NOCIONES DE BOTÁNICA
encuentran las bellotas, que germinan en seguida,
y las semillas del arce. Como caso probado de
larga vida es el más auténtico el de la haba sagra-
da de la India, citándose una que ha germinado
después de cien años. Se cree que la semilla del
trigo dura siete años cuando más, siendo lo cierto
que ha habido mucha exageración acerca de la
vitalidad de las semillas. Aun cuando hay casos
bien comprobados de algunas que han permaneci-
do enterradas durante años enteros y han conser-
vado su vitalidad, debe ponerse en duda ó acep-
tarse con reserva cuanto se ha dicho á este respec-
to relativo á semillas que por espacio de buen
número de siglos se han conservado en las pirámi-
des de Egipto ó en las tumbas romanas.
XXIII
ACCESORIOS Y APÉNDICES SUPERFICIALES
138. Los accesorios y apéndices son exudacio-
nes de las celdillas de la epidermis (Art. 6), ó aio-
difícaciones de las mismas, ú órganos celulares
que proceden de ellas. Sirven para funciones
muy variadas y necesarias todas para la vida, cre-
cimiento y propagación de la planta. Los princi-
pales pueden clasificarse, para que se comprendan
mejor, por el empleo aparente que tienen en la
planta.
(a) Proteotorea — El protector más sencillo de
todos es esa especie de capa azucarada que se
nota en las uvas, en las hojas de la col, en la vai-
na del guisante, etc. Consiste en una secreción
de cera (Art. 15), que, por ser insoluble en el agua,
ACCESORIOS Y APÉNDICES SUPERFICIALES 99
tiene quizá por objeto impedir los efectos nocivos
de ésta en los tejidos que quedan bajo ella. Otros
protectores son los pelos y las escamas.
\aOS pelos son producto de un crecimiento ex-
terno de las celdillas epidérmicas. Pueden consis-
tir en celdillas largas, aisladas (algodón) ó hileras
de muchas de ellas, como se ven en los filamentos
de otras plantas. El objeto de estas celdillas es
defender al vegetal contra la humedad, el frío y
los efectos de la sequedad. Muchas veces son
ramificadas (malva) ó irradian desde un centro
como una estrella (berro, aliso) ; cuando los rayos
de esa estrella están dispuestos en un plano, re-
sulta una escama ó costra (eleagno).
{b) Defensivos. — La púa de la ortiga es una sola
celdilla rígida en figura de lezna, con una base
amplia que contiene un líquido irritante. Cuando
la lezna atraviesa la piel, se rompe la punta y se
deposita el ñúido en la herida.
{c) Atrayentea — Son muy comunes (escara-
mujo oloroso) los pelos que segregan un líquido
resinoso, azucarado y oloroso que atrae á los pá-
jaros é insectos, los que fecundan las ñores y se
llevan y esparcen las semillas.
{d) Nutritivos. — Los pelillos glandulares de la
planta llamada rocío del sol, que atrapan á los
insectos al posarse en las flores (viviendo así como
órgano de retención) y absorben los jugos de ellos.
Los tallos pegajosos de la silena y otras muchas
plantas, sirven probablemente para el mismo fin.
(e) Trepadores. — Estos son principalmente los
agutjoneSy apéndices circulares de la epidermis, en
forma de gancho, de los que se valen las zarzas y
muchos rosales para trepar á los arbustos y los
árboles. Á ellos deben también los juncos de la
India el poder subir á los más elevados árboles de
100 NOCIONES DE BOTÁNICA
las selvas, para extender al sol su corona de folla-
jes y ñores. No hay que confundirlos con las espi-
nas (Art. 65).
PLANTAS GIMMOSPERHAS
Coniferas y eüddeas
139. Hay un pequeño grupo de plantas muy
•nocido, con flores que se diferencian tanto de
Flauta de las cicádeas, parecida i las palmas ó palmeras.
los demás grupos que merece descripción especial.
Sus principales representantes son las coniferas,
PLANTAS GIMNOSPERMAS 101
entre las que figuran los pinos, abetos, aleñes, ce-
dros, tejos, cipreses, enebros, etc., y las cicddeaSy
plantas en forma de palmeras, propias de las zo-
nas templadas y tórrida. Son árboles ó arbustos
de larga vida, cuyas flores carecen de periantio y
se producen casi invariablemente en conos machos
y hembras, compuestos de escamas que forman
espirales de muchas vueltas alrededor de un eje
leñoso. Se cree que han poblado el mundo desde
mucho antes que todas las demás plantas que dan
flores.
140. lad^s gimnospermas se parecen á las dicotile-
dóneas en la forma y manera de germinar del em-
brión, que tiene tres ó más cotiledones, y en el
crecimiento exógeno de su tallo (Art. 56), y tam-
bién á las demás plantas con flores, en que tienen
estambres y óvulos. Se diferencian de las dicoti-
ledóneas en que las capas leñosas que se forman
después del primer año, están desprovistas de va-
sos, y en la presencia en todas ellas de discos con
poros centrales en el tejido leñoso ; y se distin-
guen de todas las demás plantas con flores en la
estructura particular del polen, en que los óvulos
no están encerrados en un ovario, siendo, por tan-
to, fecundados por el contacto directo del polen, y
en el desarrollo del embrión.
141. Sus estambres se componen en su mayor
parte de una ó más anteras sin filamentos, situa-
das en la superficie inferior de las escamas del
cono macho. Su polen no se desarrolla en un
tubo desde su membrana interior (Art. 108), sino
que lo hace desde un grupo de celdillas' que se
forman en su cavidad.
142. Sus óvulos están en el plano superior de
las escamas del cono hembra, componiéndose cada
una de estas escamas de una hoja carpelar abier-
Aibol de las conlferai
PLANTAS GIMNOSPERMAS 103
ta y sentada en una bráctea á la que está soldada
(no pueden distinguirse en el cono maduro del
abeto de Escocia, pero sí en el del alerce). Se pa-
recen á los óvulos de las plantas con flores, y,
como éstos, pueden tener una ó dos envolturas y
estar derechos ó invertidos, por desarrollarse de
un lado más que de otro (Art. 115). El saco del
embrión se llena de tejido celular desde que em-
pieza á crecer. En este tejido, debajo de la capa
más elevada de las que forman la parte superior
del saco, se presentan otras celdillas mayores que
constituyen otros sacos de embrión secundarios, Al
mismo tiempo, la celdilla de la capa más elevada
que queda inmediatamente encima de cada saco
secundario, se divide longitudinalmente en cuatro,
dejando entre ellas un canal para el paso del tubo
del polen.
143. La fecundación se verifica por medio del
polen, que, conducido por el viento, va á deposi-
tarse en la parte superior del núcleo del óvulo ex-
puesto dirigiéndose á través de la substancia ce-
lular del núcleo, hasta llegar al principal saco del
embrión y después á las cuatro celdillas que que-
dan sobre cada saco secundario, atravesándolos
todos. Una vez realizado este contacto, se divi-
den los contenidos del saco secundario por un ta-
bique transversal en dos partes, subdividiéndose
luego la inferior y formando cuatro filamentos
que se separan entre sí y descienden al tejido del
saco principal y al núcleo. En el núcleo y debido
á la división celular, empieza cada filamento á for-
mar un embrión en su extremo, pero sólo uno llega
á su madurez en la mayor parte de los casos.
144. Así pues, en las gimnospermas, en lugar
de, que el núcleo del óvulo contenga un sólo saco
embrionario con una vesícula germinativa que da
I04 NOCIONES DE BOTÁNICA
origen al embrión, se forman varios sacos secun-
darios dentro del primero, y cada uno de ellos da
origen á cuatro embriones ; y como algunas gim-
nospermas tienen ocho sacos secundarios ó aun
más, y cada uno de ellos produce cuatro embrio-
nes, se sigue que en casos tales, de los treinta y
dos ó más gérmenes de embrión desaparecen todos
menos uno.
XXV
CLASIFICACIÓN
145. El objeto de hacer una clasificación de las
plantas es presentar á la inteligencia de una ma-
nera clara, las relaciones que existen entre ellas,
y expresar estas mismas relaciones en términos
precisos para que puedan comunicarse de palabra
ó por escrito y facilitar y propagar el conocimien-
to del reino vegetal.
146. La idea á que se obedece en todos los
métodos de clasificación de las plantas se deriva
del hecho de que están enlazadas unas especies
con otras, á la manera que lo están los miembros
de la raza humana, ya en línea recta, ya colateral-
mente.
147. Para los fines de la clasificación, es esen-
cialmente una nomenclatura^ y la mejor será aqué-
lla que exprese brevemente y con claridad algunos
de los atributos más característicos de cada planta
ó grupo de plantas. Con este objeto se emplean
las lenguas latina y griega, porque su flexibilidad
y su armonía se prestan admirablemente para el
objeto.
148. Los nombres más comunes para la clasi-
CLASIFICACIÓN loj
ficación de los vegetales son : individuo^ variedad^
especie^ género^ orden^ clase y subreino. Cuando se
hace referencia á una planta se expresan sus nom-
bres genérico y específico, poniendo el primero el
genérico.
Especie es una reunión de individuos que des-
cienden todos de un antecesor común, ó que son
tan semejantes entre sí, que pueda suponerse esta
condición aunque no esté probada. Como no hay
dos individuos exactamente iguales y como el nú-
mero de casos de desemejanza con el tipo origi-
nario aumenta en razón directa del número de
individuos producidos por la semilla, se hace mu-
chas veces difícil definir los límites de una especie.
Estas desemejanzas constituyen las llamadas va-
riedades (Art. 150) ; y los descendientes de una
variedad bien marcada que propague con frecuen-
cia por la semilla sus particularidades, constituyen
á veces una subespecie.
Género es una agrupación de especies que se
parecen entre sí en los rasgos más importantes de
su organización, como las varias clases (especies)
de roble, olmo, sauce, etc.
\,2i% familias son agrupaciones de géneros que
presentan ciertos caracteres comunes. Estos ca-
racteres semejantes se presentan algunas veces
muy claros y perceptibles aún para el observador
común, como los de la zanahoria y la chirivía, que
son dos géneros de una misma familia; otras ve-
ces la semejanza depende de los caracteres que
ofrece la flor ó el fruto, los cuales no pueden apre-
ciarse sin algunos conocimientos botánicos, como
los del botón de oro y de la espuela de caballero,
que, aunque tan diferentes en apariencia, son
miembros de una misma familia.
Las clases son grupos más numerosos, figuran-
io6 NOCIONES DE BOTÁNICA
do entre ellos las monocotiledóneas y las dicoti-
ledóneas. Todas las clases están agrupadas en
los dos subreinos de plantas con flores y plantas
sin flores.
149. Individualidad. — Las plantas, sobre todo,
las perennes, se consideran muchas veces como
seres compuestos ó reuniones de individuos, por-
que sus yemas ó renuevos pueden en el mayor
número de los casos desprenderse y llegar á ser
individuos aislados ; también porque muchos teji-
dos perecen anualmente y son reemplazados por
otros semejantes, así como porque la substancia
de un árbol ó de una mata muere durante toda la
vida de una planta, sirviendo de apoyo, por decir-
lo así, á las yemas nuevas que se desarrollan en
los tejidos vivos que rodean á aquélla ; en tanto
que en algunas plantas solamente los renuevos
pueden separarse y formar individuos aislados ; y
en otras son las celdillas las que se separan y for-
man los nuevos individuos.
150. Origen de las variedades. — £1 resultado de
la fecundación cruzada (Art. 119) es, que las cua-
lidades desemejantes de dos individuos distintos
se combinan en el embrión y aparecen en la plan-
ta futura ; de donde se sigue que la progenie de
una planta que ha sido fecundada por otro indivi-
duo, tiene que diferenciarse más ó menos de aqué-
lla que produjo su semilla. También las semillas
tomadas de diferentes partes de la misma planta,
que se han desarrollado de un modo distinto, pro-
ducirán probablemente plantas que tengan más
ó menos desemejanzas con la planta madre ; y en
estas causas de desemejanza tienen también in-
fluencia las condiciones en que germinan las semi-
llas -y se desarrolla la planta futura.
151. Aprovechándose de estos hechos, los jar-
CLASIFICACIÓN 107
dineros abonan mucho ciertas plantas y cruzan
otras, con objeto de obtener nuevas especies, ó
modificaciones de las mismas ; y cultivando plan-
tas con todas las semillas que maduran en estas
condiciones, obtienen muchos individuos para es-
coger aquéllos que se diferencian de sus padres
en diversos grados.
152. La Naturaleza procede más lentamente.
Son, á la verdad, poquísimas las semillas esparci-
das en estado natural que produzcan plantas que
lleguen á su madurez ; casi todas perecen, por caer
en terreno pedregoso ; por la sequía ; por ser pas-
to de bestias, pájaros ó insectos, etc., etc. De las
que sobreviven las más numerosas son aquéllas
que se parecen á sus padres en su constitución y
en su extensión. He aquí por qué son raras rela-
tivamente en estado natural las variedades nota-
bles, que tan fácil es producirlas en un jardín.
153. Origen de las especies. — Dos son los mé-
todos por los que se ha tratado dé explicar el ori-
gen de las especies : uno, el de la creación indepen-
diente^ esto es, que las especies fueron creadas en
sus actuales formas, solas, en parejas ó en mayor
número ; el otro es el de la evolución^ es decir, que
todas las plantas descienden, bien de una for-
ma sola, bien de unas cuantas formas primitivas
más ó menos sencillas, que fueron creadas en un
principio.
154. Ambas teorías tienen sus ventajas y sus
desventajas, sus defensores y sus adversarios.
De ellas se trata con la extensión debida en las
obras de botánica más completas, omitiéndose el
hacerlo aquí por la índole elemental de este libro.
155. Llámanse plantas híbridas aquéllas que
proceden de dos individuos de distinta especie.
Muchas crecen con rapidez y florecen con profu-
lo8 NOCIONES DE BOTÁNICA
sión, pero sus óvulos no fecundan á causa de la
imperfección de éstos ó de su polen, razón por la
cual rara vez maduran sus semillas. Por el con-
trario, las híbridas producen muchas veces semi-
lla con abundancia, cuando las fecunda el polen
de uno de sus progenitores.
Cruzando las especies se obtienen en horticul-
tura resultados de mucho más valor que cruzando
las variedades (Art. 151). Una especie que ca-
rezca de olor, fecundada por el polen de otra que
tenga aroma, puede producir un híbrido que tenga
olor más ó menos pronunciado. Con el cruza-
miento de las especies pueden combinarse las cua-
lidades de tamaño, forma y color de la flor, el
fruto y la hoja, la dureza, el que se desarrollen con
mayor ó menor rapidez, etc., según que los padres
posean una ú otra de estas cualidades. Parece
también probable que el cruzamiento de especies
distintas, además de mezclar sus caracteres, au-
menta en alto, grado la variedad de los descen-
dientes.
XXVI
EXPERIMENTOS FISIOLÓGICOS
156. Absorción y evaporación de agua. — Tó-
mense por las raíces cuidadosamente, tres plantas
del botón de oro; déjese una (n? i) en la mesa;
coloqúese otra (n? 2) con sus raíces dentro del
agua; cuélguese la tercera (n? 3) con las raíces
hacia arriba y algunas de sus hojas metidas en el
agua de un vaso, sin que ésta toque á las raíces.
Pasado el debido tiempo se habrá marchitado la
planta n? i ; estará enteramente fresca la n? 2 ; y
EXPERIMENTOS FISIOLÓGICOS 109
la nT 3 tendrá marchitas las partes que no estaban
dentro del agua. Demuestra la n? 1 que el agua
que contiene la planta se ha evaporado en su su-
perficie ; la n; s que ha sido absorbida el agua por
la raíz y llevada á las hojas ; la nf 3 que las hojas
sumergidas no han provisto de agua á las otras
partes de la planta.
157. Desprendimiento de oxigeno por laa plan-
tas ezpaestae á la Inz del boL— Tómese un ma-
nojo de hojas verdes frescas — el berro sirve muy
bien para el experi-
mento — y colóquesele
en una botella ó frasco
de boca ancha (Fig.
68) ; llénese después
la botella con agua de
fuente, hasta que re-
bose para que 00 que-
de dentro ninguna
burbuja de aire. Dése
vuelta á la botella,
llena de agua y hojas, ¿oaea un fiasco boca abafo.
poniéndola boca aba-
jo en un platillo lleno de agua, y llévense platillo
y botella á un sitio donde les dé la luz fuerte del
sol durante una ó dos horas. SÍ después se exa-
minan con cuidado las hojas, se verá que están
cubiertas de burbujitas, y que aun hay más reuni-
das en la parte alta de la botella. Estas burbu-
jas se componen de gas oxígeno puro que pro-
viene del ácido carbónico contenido en disolución
en el agua. Demuestra el experimento que las
plantas tienen la propiedad, estando á la luz del
sol, de descomponer el ácido carbónico, apropián-
dose el carbono para alimentar con él sus tallos,
hojas, etc., y dejando escapar el gas oxígeno.
no NOCIONES DE BOTÁNICA
Repítase otra vez el experimento ; pero, en lugar
de colocar á la luz la botella de agua que contenia
tas hojas, llévesela á un subterráneo obscuro.
No se formarán allí las burbujas de gas oxigeno,
aunque se deje la botella muchas horas, lo cual
demuestra que es necesaria la luz del sol para que
las plantas verdes puedan descomponer el ácido
EXPERIMENTOS FISIOLÓGICOS I II
carbónico, y que, por consiguiente, la luz del sol
es necesaria para que dichas plantas se desarro-
llen. El mismo experimento se puede hacer de
un modo más sencillo aún, valiéndose de un vaso,
con una hoja cualquiera, como se ve en el graba-
do (Fig. 69) ; que muestra como la hoja está cu-
bierta de burbujitas de oxígeno.
158. Bespiración. — Por efecto de la acción de
la clorofila, que descompone el gas ácido carbó-
nico, la exhalación del ácido carbónico que se ve-
rifica en la respiración de todos los seres vivientes
(Art. 23), no se observa, á no ser en la obscuri-
dad, en las partes verdes de las plantas. Es, sin
embargo, muy notable en las partes que no son
verdes. Llénese la tercera parte de una botella
de dos litros de capacidad que tenga boca ancha
y tapón esmerilado, con guisantes ó chícharos
puestos antes en remojo, ó con flores de la man-
zanilla ó de la margarita. Si se destapa la bote-
lla con cuidado después de algunas horas, se verá
que el aire que contiene apaga la luz de una bu-
jía, lo cual es debido á la presencia de gas ácido
carbónico.
Tomando precauciones especiales y empleando
un termómetro muy sensible, se puede demostrar
que durante el desprendimiento del ácido carbó-
nico, hay una elevación notable en la tempera-
tura. Ejemplo en gran escala de esta elevación
de temperatura es el de la cebada durante la ope-
ración de fermentarla para hacer cerveza.
159. Transpiración. — Córtense dos ramas de
una misma planta : coloqúese una de ellas en un
lugar caliente y la otra en un lugar fresco : se
verá que la primera se marchita antes. Con una
balanza lo bastante delicada puede demostrarse
que la causa de este fenómeno es la mayor per-
112 NOCIONES DE BOTÁNICA
dida de agua. La transpiración se veriñca con
mayor rapidez en el aire caliente que en el frío,
porque el primero puede conservar mayor canti-
dad de humedad.
1 60. Germinación. — Suspéndase una bellota ó
una castaña (del castaño de Indias) con un pe-
dazo de bramante ó guita en el cuello de una bo-
tella de boca ancha, y encima de la superficie del
agua. Coloqúese la botella en un lugar caliente :
se evaporará el agua y humedecerá la bellota sus-
pendida y ésta germinará. El agua condensada
es necesariamente pura, y por lo tanto es evidente
que ésto es lo único que las semillas necesitan
para germinar.
Repítase el experimento con dos series de bo-
tellas, colocando unas en un sitio caliente y otras
en un sitio fresco, y compárese el tiempo que tarde
en efectuarse la germinación en unas y en otras.
1 6 1. Efecto de la Inz en la clorofila. — Siém-
brense semillas de berro y guárdense las macetas
en un lugar obscuro. Las hojas seminales serán
pálidas ; pero si se expone á la luz alguna de las
plantas que esté germinando, las hojas se pondrán
verdes. Compárese su progreso en este sentido
con el de las que siguen en la obscuridad.
Si se comprime sobre la superficie de una hoja
de geranio unos pedazos de hoja de lata, y des-
pués se pone la hoja de la planta á la luz de un
sol brillante por espacio de ocho ó diez minutos,
se verá que las partes cubiertas por la hoja de
lata tienen un color más obscuro que el resto.
El tinte más claro se debe al movimiento de los
granitos de clorofila ocasionado por la inñuencia
de la luz.
162. El color de las flores es independiente de
la luz. — Cultívense jacintos de diferentes colores
EXPERIMENTOS FISIOLÓGICOS 113
en un subterráneo completamente obscuro. Las
hojas y las flores se abrirán, y las primeras esta-
rán pálidas, mientras que las segundas, esto es,
las flores, ostentarán los colores que les son pro-
pios.
163. Heliotropifono.— Coloqúese delante de una
ventana una maceta de mastuerzo que esté ger-
minando, y se verá que al cabo de pocos días los
tallos han girado en dirección á la luz. . Se debe
ésto á que la luz retarda el crecimiento de ciertas
plantas, y, por consiguiente, los lados del tallo
que la luz hiere y los que están más lejos de ella,
llegan á tener diferente tamaño ; diferencia que
hace cambiar de dirección á los tallos.
Como consecuencia de lo anterior, si se co-
loca una maceta de lepidio en germinación de
modo tal, que todas sus partes estén igualmente
á la sombra, las flores crecerán más pronto que si
estuvieran expuestas al sol.
Cultívese mastuerzo que esté germinando en
una caja cerrada uno de cuyos lados sea de cris-
tal encarnado obscuro, y no habrá curvatura en
el desarrollo de los tallos. Si se repite el experi-
mento sustituyendo el cristal rojo con otro azul
subido, habrá igual curvatura que si la planta es-
tuviese á la luz. Este experimento prueba que el
efecto heliotrópico de la luz es causado por los
rayos que corresponden á la parte violada del es-
pectro solar.
8
114 NOCIONES DE BOTÁNICA
XXVII
ALGUNAS INDICACIONES PARA LOS QUE ENSEÑEN
BOTÁNICA ELEMENTAL
Siempre que sea posible, el maestro ha de ha-
cer que los discípulos tengan á la vista las plan-
tas que han de servir para la lección del día, te-
niendo muy especial cuidado en que elijan buenos
ejemplares.
Ha de enseñarles la manera de coger y mane-
jar las plantas de modo que no se estropeen, así
como á inspeccionar cada uno de sus órganos ó
grupos de órganos antes de desprenderlos del ve-
getal á que pertenezcan, ejercitándolos también
en que, al hacer cortes ó secciones en las flores,
examinen la superficie de los verticilos florales y
la composición de las yemas, especialmente desde
el punto de vista de su estivación.
Es muy necesario que el discípulo se habitúe
al manejo de la lente de aumento, bastando para
el objeto en la mayoría de los casos una lente de
poco aumento. Debe mantenerse en una posición
fija, y el ejemplar que se examine es el que ha de
moverse, acercándolo ó alejándolo según lo re-
quiera el caso.
Hay algunos discípulos que no sacan de las
lecciones todo el fruto que sacarían si prestaran
más atención, no sólo á las explicaciones del pro-
fesor y á las enseñanzas del libro, sino también á
la parte mecánica, llamémosla así, de la botánica,
ó sea á la recolección, manejo y examen detenido
de las plantas, en lo que el profesor debe insistir
con el mayor empeño. De la misma manera es
muy útil hacer comparar al alumno los ejempla-
INDICACIONES PARA LOS QUE ENSEÑEN 115
res naturales con los grabados, lo que les ofrecerá
la ventaja de poder formar idea más exacta de las
diversas partes que constituyen el vegetal y de
los nombres de sus órganos. Los grabados en
general sirven además para conocer los vegetales
que no existen en la localidad ó que no se desa-
rrollan en la época oportuna para estudiarlos.
Las lecciones de botánica han de ser, siempre
que sea posible, objetivas, por lo que el profesor
ha de tener muy en cuenta en el curso de sus lec-
ciones la estación del año, las condiciones de la
localidad para la producción de tales ó cuales
plantas, etc. No ha de limitarse tampoco á ejer-
cicios prácticos con las flores ú hortalizas que hu-
biere en el jardín ó puerta de la escuela ó de las
casas inmediatas, sino que con frecuencia ha de
llevar á los discípulos algunas veces á hacer ex-
cursiones á los campos próximos, para que en
ellos estudien los árboles, los grandes arbustos, y
otros vegetales que no es fácil encontrar en las
poblaciones. Lo más útil é importante es desa-
rrollar en el discípulo el espíritu de observación,
para lo que se presta admirablemente el estudio
de la botánica por lo fácil que es obtener las
plantas y separar y analizar cada una de sus par-
tes y por la precisión y exactitud de la mayoría
de los términos que se emplean para designar di-
chas partes y sus respectivos caracteres. De
aquí la ventaja del estudio, aun elemental, de esta
ciencia, estudio que, si no da conocimientos pro-
fundos, enseña hábitos de observación y abre el
camino para otros posteriores más extensos.
1
Ii6 NOCIONES DE BOTÁNICA
XXVIII
JARDÍN DE PLANTAS CON FLORES PARA UN
COLEGIO
Á continuación se da una lista de algunas
plantas fáciles de obtener y de cultivar, que pro-
porcionan al maestro materiales suficientes para
la enseñanza de la botánica elemental, y darán
una idea de las disposiciones naturales de las
plantas con flores y un conocimiento práctico de
muchos vegetales útiles que se cultivan en todas
las regiones templadas.
Esta lista es susceptible de extenderse indefi-
nidamente, según los conocimientos del maestro,
el tamaño del jardín, la naturaleza de sus terrenos,
los medios que haya de obtener raíces ó semillas,
y los brazos de que pueda disponerse para el cul-
tivo. De cada planta deben cultivarse abundan-
tes ejemplares, para que el discípulo tenga donde
cortar para examinarla con el maestro.
Los árboles y arbustos marcados con un aste-
risco (*) no se cultivan generalmente en los jar-
dines entre las plantas herbáceas.
Serie I. — Ang^ospermas. Plantas con flores que tienen los
óvulos encerrados en un ovario. Tejido leñoso con abun-
dantes vasos.
Clase I.— DICOTILEDÓNEAS
División I. Talamifloras. — Flores que tienen general-
mente cáliz y corola— ésta de pétalos separados. Estam-
bres insertos juntos debajo del ovario (no en el cáliz).
Ovario siempre supero.
JARDÍN DE PLANTAS CON FLORES 1I7
Orden : Ranunculáceas. — Clemátída, anémona, botón de oro,
eléboro, fícaría, aguileña, espuela de caballero, acónito,
peonia.
Orden : Berberideas. — Agracejo ó berberís.
Orden : Papaveráceas. -^K'diOTCDSÁitx^i^ celidonia mayor.
Orden : Fumaridceas. — Fumaría.
Orden : Cruciferas, — Matiola, alhelí doble, arabida, col, tlas-
pio, bolsa de pastor, lunaria, mostaza, berro, ibéríde,
crambo marítimo ó berza marína, rábano, mostaza de los
campos, nabo.
Orden: Resedáceas. — Reseda.
Orden : Cistíneas, — ^Jara, heliantemo.
Orden : Violáceas, — Pensamiento, viola canina ó violeta de
perro.
Orden : Cariofileas. — Clavel, clavellina, selina, pie de león,
espérgula, pamplina.
Orden : Hipericlneas, — Androsemo (sánalo-todo) ; corazonci-
lla
Orden : Malváceas. — Malvavisco, lavatera, malva común.
*Orden : Tiliáceas, — Tilo.
Orden : Lineas, — Lino.
Orden : Geraniáceas. — Geranio, pelargonio, capuchina, balsa-
mina.
Orden : AmpeUdeas. — Vid, cepavirgen.
*Orden : Ihcineas, — Acebo.
División II. Calicifloras. — Los mismos caracteres de
la División I, pero con los estambres insertos en el cáliz,
y el ovario infero ó supero.
*Orden : Sapindáceas. — Arce, castaño de Indias.
♦Orden : Cektstrdceas, — Bonetero.
*Orden: Ratnneas. — Espino.
Orden : Leguminosas. — Aliaga ó aulaga, retama, *citiso de los
Alpes ó falso ébano, trébol, mielga cultivada ó alfalfa, pi-
pirigallo común, guisante, haba, algarroba.
Orden : Rosáceas, — *Ciruela, ♦cereza, filipéndula, zarza,
frambuesa, fresa, potentila, escaramujo, *pera, *manza-
na, ^espino blanco.
Orden : Saxifrágeas. — Saxifraga inglesa, uva espina, grosella.
Orden : Droseráceas. — Drosera ó rocío del sol.
Orden : Crasulácecu, — Piñuela, siempreviva acre, siempreviva
mayor ó yerba puntera.
Ii8 NOCIONES DE BOTÁNICA
Orden : Onagrarüas. — Epilobio espigado, onagra ó enotera,
circea.
Orden : Litrdceas. — Salicaria común.
Orden i Cucurbitáceas, — Bríonia, calabaza.
Orden : Umbelíferas. — Hidrocotila, cicuta, apio, alcaravea,
perifollo, hinojo, perejil, cilantro, cicuta menor, zanahoria,
chirivia, esfondilio.
Orden : Aralidceas. — Hiedra.
Orden : Cornáceas. — Cornejo.
División III. Corolifloras. — Flores que tienen cáliz y
corola ; suele ser esta última de piezas soldadas. Los es-
tambres están generalmente insertos en la corola.
Subdivisión i. — Ovario infero.
Orden : Caprifoliáceas. — Bola de nieve, saúco, madreselva,
laurel tomillo.
Orden : Rubiáceas. — Rubia, cuajaleche ó galio, amor de hor-
telano, aspérula.
Orden : Valeriáneas. — Valeriana, yerba de canónigos.
Orden : Dipsáceas. — Cardencha, escabiosa.
Orden : Compuestas. — Aciano menorf cardo, bardana, tusílago
petasites, tusílago, fárfara, áster, margarita, solidago, gira-
^1, manzanilla, mil en rama, marganta dorada, tanaceto,
ajenjo, yerba cana, achicoria, barba cabruna, lechuga,
diente de león, cerraja, hieracio.
Orden : Campanuláceas. — Lobelia, rapónchigo, campánula.
Orden : Vacciniáceas. — Arándano.
Subdivisión 2. — Ovario supero.
Orden : Ericáceas. — Madroño, brezo (erica) t brezo (calluná),
rododendro.
Orden : Oleáceas. — Alheña, *fresno, lila, jazmín.
Orden : Apócimas. — Hierba doncella ó vinca pervinca.
Orden : Genciáneas. — Centaura mayor, genciana.
Orden : Polemoniáceas. — Polemonio, flox.
Orden : Convolvuláceas. — Convólvulo, cuscuta.
Orden : Borraglneas. — Buglosa, borraja, consuelda, pulmona-
ria, miosótide de las lagunas.
Orden : Solanácecu — Beleño, solano, patata, belladona, taba-
co, estramonio.
Orden : Plantagíneas. — Llantén.
JARDÍN DE PLANTAS CON FLORES 119
Orden : Escrofularíneas. — Gordolobo, linaria, antírríno, mí-
mulo, digital ó dedalera, verónica, cresta de gallo.
Orden : Labiadas, — Menta, mejorana, tomillo, melisa, salvia,
prunela, mamibio, ortiga muerta, romero.
Orden : Verbenáceas. — Verbena.
Orden : Primuláceas. — Primavera ó vellorita, yerba de San
Pedro mayor ó vellorita común, lisimaquia, anagálida.
Orden : Plumbagineas. — Gazón, estatice.
División IV. Incompletas. — Flores que no tienen más que
un periantio, ó que no tienen ninguno.
Subdivisión i. — Flores con un solo periantio.
Orden : Poligóneas. — Bistorta, trigo negro ó sarraceno, romaza
ó acederas, ruibarbo.
Orden : Quenopódeas. — Remolacha, espinaca, anserína, ar-
muelle.
Orden : Timéleas. — Dafne.
Orden : Eledgneas. — Espino amarillo.
Orden : Aristoloquüas. — Ásaro, aristoloquia. # * '
Orden : Euforbiáceas. — Lechetrezna, ricino, mercurial, boj. A4m^^*^
Orden : Urtíceas, — Orljga, parietajia, *higuera, *moral.
Orden : Canabíneas. — Lúpulo, cáñamo.
♦Orden : Ulmáceas. — Olmo.
*Orden : CupuUferas. — Roble, haya, avellano, hojaranzo,
castaño.
Subdivisión 2. — Flores sin periantio visible.
*Orden : Betuldceas. — Abedul, aliso.
♦Orden : Salicíneas. — Álamo, sauce.
Clase II.— MONOCOTILEDÓNEAS
División I. — Flores con un periantio visible.
Subdivisión i. — Periantio supero.
Orden : Orquídeas. — Orquídea, eleborina, listera.
Orden : Jrídeas. — Azafrán, iris.
Orden : Amarilídeas. — Narciso, galanto.
Orden : Dioscóreas. — Taminero.
Subdivisión 2. — Periantio infero.
120 NOCIONES DE BOTÁNICA
Orden : Alismdceas. — Alisma, junco florido.
Orden : lÁUdceas. — Espárrago, brusco, lirio de los valles,
sello de Salomón, cebolla albarrana, omitógalo, cebolla,
fritilaría, martagón, tulipán, cólchico, corona imperial,
jacinto.
Orden : Júnceas, — ajunco, junco campestre.
•
División II. — Flores sin periantio visible.
Orden : Aroideas. — Yaro ó aro.
Orden : Tifáceas. — Esparganio, tifa.
Orden : Ciperdcecu, — Enea, crióforo, juncia olorosa, ácoro.
Orden : Gramíneas, — ^Vulpina, alpiste, antoxanto, agróstida,
mijo, avena, caña, dáctilo, grama, poa, briza, festuca,
bromo, trigo, cebada, centeno.
Serie II. — Gimnospermas. — Plantas con flores cuyos óvulos
están desnudos. Tejido leñoso sin vasos (exceptuando los
del primer año).
Orden : Coniferas, — Enebro, *pino, tejo de bayas, ciprés, ár-
bol de la vida, *cedro, ♦alerce, *abeto.
XXIX
MODELOS PARA EJERCICIOS CON HOJAS Y FLORES
El primero de estos modelos es análogo al
que ideó el profesor Henslow, de Cambrigia, con
objeto de enseñar á los niños de una escuela de
pueblo, á tener hábitos de observación exacta,
examinando la estructura de las flores. Se ha
añadido uno para las hojas, que es aún más senci-
llo y práctico para los principiantes: está arre-
glado para árboles y arbustos, pero puede exten-
derse y modificarse para que comprenda las yer-
bas, las cuales suelen diferenciarse en la forma y
en las hojas del tallo.
MODELOS PARA EJERCICIOS
121
Los discípulos deberán tener muchos modelos
de las dos clases, en blanco, para llenarlos con
frecuencia.
Nombre del
Discípulo.
Modelo Floral
Botón de Oro.
Fecha y Lugar en que
SE recogió.
Órgano.
Número.
Separado ó
Soldado.
Supero ó
infero.
Observaciones.
Cáliz
Sépalos.
5
Separados.
Infero.
Verde, peludo.
Corola
Pétalos.
5
Separados.
infero.
Amarilla, lus-
trosa.
' Estambres.
Muchos.
Separados.
infero.
Apiñados,
con filamentos.
Pistilo
Carpelos.
Muchos.
Separados.
Supero sobre
un receptáculo
elevado.
Apiñados, en
una cabezuela
redonda.
Ningún estilo.
Óvulos ó semi-
llas en cada
carpelo.
z
En la base de
la cavidad.
122
NOCIONES DE BOTXnICA
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I
I
I
ÍNDICE DE LAS PLANTAS 123
XXX
ÍNDICE DE LAS PLANTAS Á QUE SE HA HECHO
REFERENCIA
(Con indicación de los arUculos ó párrafos en que se habla de
ellas)
La mayor parte de las plantas á que se ha he-
cho referencia en esta Cartilla, se encuentran con
facilidad en jardines, campos y bosques. Siem-
pre que las circunstancias lo permitan, se deben
examinar las plantas en estado fresco ó recién co-
gidas; mas, no siendo posible muchas veces, se
guardarán las que á ello se presten, en unos libros
en blanco, ó mejor aun, formados con papel se-
cante, prensando entre ellos las hojas, flores, etc.,
para que se conserven en buen estado y puedan
estudiarse mejor.
Hay algunos órganos, ó tejidos en ciertas plan-
tas para cuyo examen se necesita prepararlas con-
venientemente á fin de estudiarlas en el microsco-
pio, y los que se hallen en este caso en la siguiente
lista, se marcarán con un asterisco (*) :
V/ Abedul : amentos, 78 ; fecundación, 120.
^ ^^' Acebo : hojas, 68 ; fruto, 128.
\^. Adormidera : fruto, 128.
Agracejo : estambre, 106 ; fruto, 128.
Aguileña: fruto, 128.
Álamo : inflorescencia, 78.
* Alcornoque, 6, 15.
Alhelí : inflorescencia, 77 ; disco, 99 ; fruto, 127, 128.
C7 Alerce : hojas, 68 ; cono, 142.
Algodón : semilla, 136 ; pelos (ó cabellera) de la simiente, 138.
Alheña : hojas, 68.
>^ Aliso : fecundación del, 120.
Almendra: aceite, 18.
\,
124 NOCIONES DE BOTÁNICA
•Almidón : 6, 17.
v'^ Anagálida : inflorescencia, 76 ; corola, 96.
r\j W Arándano : anteras, 106.
^ Arce : hojas, 68 ; fruto, 127, 128, 129 ; semilla, 137 ; embrión,
134-
♦Arroz : almidón, 17. »
Aspérula : hojas, 68.
Atrapamoscas : hojas, 30.
Avellano : fecundación, 117 ; fruto, 128.
Avena : inflorescencia, 78 ; fruto, 128 ; *almidón, 17.
Azafrán : fruto, 128.
V*^ • \ Balsamina : fruto, 129.
V4^ Bardana : fruto, 129.
jM£<f«Y(<K *Bejín : celdillas, 14.
'I c^ Bellota : 125, 127, 128 ; taza, 179 ; semilla, 137 ; embrión,
-^ 134.
Vr* Berro : semilla, 136.
^ Boj : faltan las estípulas, 68.
&*»**p»«*^ Bonetero : semillas, 136.
(j^*»J|^^j^^^ Botón de oro : inflorescencia, 77 ; flor, 85 ; cáliz, 90 ; corola,
93, 96 ; pétalos, 94 ; estambres, 104 ; fruto, 128.
O Brezo : antera, io6 ; fruto, 128.
g^^^^uAA ^^^^ • *^^^» 53. 59.
-/V Calicanto : flor, 86.
Calmia : estambres, 102. •
Campánula : flor, 85 ; cáliz, 93 ; corola, 96.
♦Caña dulce, 19.
*Cáñamo- : celdillas fibrosas, 8.
"yfc' Cardencha : inflorescencia, 77.
*Cara (planta) : celdillas, 12.
-ré* Cardo : estambres, 104 ; fruto, 128, 129 ; vilano, 91.
Castaño : fruto, 128, 129.
^ Castaño de Indias : yemas, 63 ; hojas, 68 ; inflorescencia, 78 ;
fruto, 128 ; embrión, 134.
x/ Cebada : fruto, 128.
^ Cebolla : bulbo, 4, 52.
^ Cebolla albarrana : inflorescencia, 78.
Cedro : hojas, 68.
¡Tj Celidonia: óvulo, 114.
♦Celdillas leñosas, 7.
Cereza : vemación, 69 ; de flores dobles, 86.
Césped (véase Gramíneas).
ÍNDICE DE LAS PLANTAS 125
Ciruela : fruto, 128.
Clavel : inflorescencia, 77 ; flor, 85.
^-^ Clemátida : tallo, 4.
Coco : aceite, 18.
"^ Col : costra azucarada, 138.
Cólchico : cormos (ó bulbillos nuevos), 52.
Colza : aceite, 18.
Convólvulo : tallo, 4 ; corola, 96 ; estivación, loi ; embrión,
134- 0/
Corazoncillo : estambres, 104. Mt^LM^^X/CAA^v^ ^ *>
Corona imperial : nectario, 98. ' » ^
♦Cristales, 22. ^ A* •
i. Cuajalechc (véase Galio). «íaK-^^^w^ >re-«-/vu.-
1 Cuscuta : tallo, 2.
"(/^ Chirivía; *almidón, 17 ; *azúcar, 19; inflorescencia, 78 ; fru-
to, 128.
Dafne : flor, 85.
Dalia : raíz, 45. ci * ^ 1^ ^ '
Dedalera: inflorescencia, 78. Wx^J-v^i^-il-c^
Diente de león : hojas, 68 ; cáliz, 91 ; corola, 95 * fruto, 128.
*Drago : madera, 60. Wc^.fr'C^iA>(oux\ jU^*>c^
*Eleagno: escamas, 138.
Eléboro (verde) : flor, 86.
Enotera (véase Onagra).
*Epidermis, 71. P 1 ^
Escabiosa : inflorescencia, 78. oé^Jn/ory^^ ¿wat^aa/^^^^ .
Espárrago : tallo, 59. fin %
Espinas. 65. t^ J J L»™^
Espino blanco : inflorescencia, 78 ; espinas, 65, CT^wí^n-^-rK. oe#-^^
Espuela de caballero : fruto, 128. Setf/w^^^^^U'^'MA' G^nf^^e^^JU^^^ •
•Estomas, 72. •
Frambuesa : fruto, 128.
Fresa : fruto, 125, 128.
->' Fresno : yemas, 62 ; hojas, 68 ; fruto, 128, 129.
Fumaría : tallos, hojas, 4.
Galio : hojas, 68.
^^ Girasol : transpiración, 26. ^ .
Grama, 47. ^j^^Cf^cu^uM. •v-t/a/v»^
Gramíneas : vemación, 69 ; vainas, 68. '
Granada : semilla, 131.
126 NOCIONES DE BOTÁNICA
Grosello : inflorescencia, 78 ; fruto, 128.
Guisante : hojas, 68 ; *almidón, 17 ; estípulas, 68 ; flor, 83,
85 ; estambres, 104 ; fruto, 128 ; costra azucarada, 138 ; .
simiente, 33 ; germinación del guisante (de olor), 35, 39.
Haba : almidón, 17 ; fruto, 128 ; embrión, 134.
Haba sagrada de la India : germinación, 137.
-V- Haya : yemas, 66 ; vemacion, 69 ; estípulas, 68 ; fruto, 128,
' 129. ^'
Heléchos : vemacion, 69.
Hidrocotila-: hojas, 68.
^ Hiedra : raíces, 47 ; hojas, 68.
Hierba (véase Gramíneas).
Hierba doncella (véase Vinca per vinca).
Higuera: fruto, 128. a>^
Hocico de becerra : inflorescencia, 78 ; .flor, 83 ; corola, 95. •^
Jacinto : raíces, 45 ; fibras de las raíces, 42 ; bulbo, 64 ; ♦te-
jido espiral, 9.
Junco florido : inflorescencia, 78.
Licoperdo (véase Bejín).
Lila: inflorescencia, 78.
Lino : ♦celdillas fibrosas, 8 ; aceite de linaza, 18.
Lirio acuático blanco : flor, 86 ; estambres, 107.
Lirio atigrado : bulbos, 4 ; raíces, 52 ; yemas, 63.
Lúpulo : tallo, 51.
^^ Llantén : inflorescencia, 78.
^T^^^ Madreselva: flor, 85 ; nectario, 98 ; tallo, 51.
Magnolia : semillas, 136.
♦Maíz : almidón, 17.
Malva, ♦tallo, 54 ; flor, 85^; estivación, loi ; estambres, 104 ;
fruto, 128 ; embrión, 134 ; pelos (ó cabellera), 138.
Manzano : vemacion, 69 ; estípulas, 68 ; flor, 85 ; cáliz, 93 ;
corola, 96 ; estivación, loi ; fruto, 125, 127, 128.
Margarita : inflorescencia, 77, 78, 79 ; flores, 85 ; estambres,
104 ; frato, 128.
Martagón (véase Lirio atigrado).
Membrillo: fmto, 128.
Mil en rama : hojas, 68.
Mirto : estambres, 102.
Moral: frato, 125, 128.
>0). V
ÍNDICE DE LAS PLANTAS 127
Mostaza : germinación, 133, 135, 139 ; pelos (ó cabellera) de
^^ las raíces, 44 ; embrión, 134.
— '^fl* Muérdago : anteras, 106 ; fruto, 127.
Nabo: raíz, 45.
Naranjo : pulpa, 6 ; disco, 99.
Narciso, 85.
Nepentes : órganos digestivos, 30.
Nogal : inflorescencia, 78.
Nuez moscada : fruto, 136.
Olivo : aceite, 18 ; fruto, 128.
Olmo : ramificación, 66.
Onagra: polen, 108.
Orquídea: raíces, 46; flor, 85; estambres, 104; polen, 108;
fecundación, 123; fruto, 128.
Ortiga : *púas (ó pinchos), 138 ; estambre, 102 ; fruto, 128.
Ortiga muerta : hojas, 68 ; flor, 85 ; corola, 95 ; fruto, 128.
Palmera : semilla, 131.
Pamplina : inflorescencia, 77.
Pamasia, 98.
Parra (véase Vid).
Patata : tallo, 4, 49 ; tubérculo, 64 ; fruto, 128 ; i'almidón, 17.
Pensamiento : estípulas, 68 ; óvulo, 116.
Peonia : semilla, 136.
Peral : vemación, 69 ; fruto, 125, 128.
Perejil : hojas, 68 e.
Pie de león : inflorescencia, 77.
Pino : *hojas, 68 ; *polen, 141 ; como (ó piñón) 125, 128 ; fe-
cundación, 120; semilla, 136.
♦Pino {pinus pinea) : celdillas, 6.
Primavera : flor, 85 ; corola, 96 ; fecundación, 122 ; fruto,
128.
Prímula : inflorescencia, 78 ; fruto, 128.
Rábano: raíz, 45.
Remolacha : almidón, 17 ; azúcar, 19 ; raíz, 45 ; ^cristales, 22.
Reseda : inflorescencia, 78 ; estivacion, loi ; disco, 99, 104.
Retama : vitalidad de la semilla, 137.
Ricino : aceite, 18 ; embrión, 134.
Roble : ramificación, 66 ; hojas, 68 ; estípulas, 68 ; inflores-
cencia, 78 ; fecundación, 117 ; fruto (véase Bellota).
Rocío del sol, 30 ; pelos glandulares, 138.
128 NOCIONES DE BOTÁNICA
Romaza: flor, 85.
Romero : vemación, 69.
Rosa : pinchos (aguijones), 138 ; hojas, 68 ; estipulas, 68 ;
flor, 85 ; flor doble, 86 ; cáliz, 93 ; estambres, 107 ; fruto,
125, 128.
Rosa canina : pelos (cabellera), 138.
♦Sagú : almidón, 17.
Uva espina : vemación, 69 ; flor, 85 ; fruto, 127, 128.
Valeriana : vilano, 91.
Sarracenia : flor, 30.
Sauce: vemación, 69; amento, 78; fecundación, 117, 120;
fruto, 128 ; simiente, 136.
♦Saúco : medula, 6 ; inflorescencia, 77, 78 ; flor, 85.
Silena : lo pegajoso de su tallo, 138.
♦Tapioca : almidón, 17.
*Tejido celular, 6.
Tilo : ♦madera, 54 ; ♦celdillas fibrosas, 8 ; hojas, 68 ^, </ ; es-
tambres, 104 ; disco, 82 ; fruto, 129.
Trébol : inflorescencia, 78 ; corola, 95.
Trepadora de Virginia : zarcillos, 65.
Trigo : gluten, 20 ; flor, 85 ; fruto, 128 ; vitalidad, 137 ; ger-
minación, 133 ; *almidón, 17.
Tulipán : inflorescencia, 76 ; flor, 85 ; doble, 86.
Vellorita (véase Primavera).
Vid: zarcillos, 65 ; vemación, 69; costra azucarada, 138.
Vinca pervinca : estivación, loi.
Viola canina : inflorescencia, 76.
Violeta: fruto, 128.
Violeta tricolor (véase Pensamiento).
Yerba (véase Hierba).
Zanahoria : raíz, 45 ; inflorescencia, . 77, 78 ; involucro, 79 ;
disco, 99; fmto, 128.
Zarza : espinas encorvadas, 4, 138 ; flor, 85 ; disco, 99 ; es-
tambres, 104 ; fruto, 128.
O) "N
ÍNDICE
CAP.
Nuevas Cartillas Científicas
I. Introducción.
Estudio de la Botánica
Las plantas son seres con vida .
Duración de la vida de las plantas
Distribución de las plantas
Formas de las plantas
Necesidades de las plantas
División del trabajo en las plantas
Alimentación de las plantas
Multiplicación de las plantas de flor
Tejidos de las plantas
Elementos químicos de las plantas
División primordial de las plantas
PÁG.
7
II
12
12
12
H
15
15
i6
i6
17
II. Caracteres generales de las Plan- ♦
TAS FANERÓGAMAS.
1. Plantas fanerógamas ....
2. Órganos de las fanerógamas .
3. Grupos de órganos de las fanerógamas .
4. Funciones de las fanerógamas
III. Tejidos de las Plantas.
5. Examen de los tejidos .
6. Tejido celular ó parenquima
7. Tejido leñoso
8. Tejido fibroso
9. Tejido vascular
9 ,129
17
18
18
18
19
19
20
20
21
I30
NOCIONES DE BOTÁNICA
proto-
CAP.
IV. Naturaleza de la celdilla y desa-
rrollo DEL TEJIDO CELULAR.
I O. Las celdillas . . .
11. Composición de las celdillas
12. Paredes de las celdillas
13. Segmentación ó división del
plasma ....
14. Multiplicación de las celdillas
1 5. Formas de las celdillas
16. Clorofila
17. Almidón
18. Aceites y grasas .
19. Azúcar
20. Albuminoideos .
21. Alcaloides . ^
22. Substancias minerales
píg.
21
22
22
23
23
23
24
25
26
26
26
26
26
V. Alimentación de las Plantas. Ab-
sorción, Transpiración, Asimila-
ción.
23. Alimento de las plantas . . .27
24. Alimento gaseoso . . . .27
25. Absorción 27
26. Transpiración 27
27. Asimilación . 28
28. Respiración 28
29. Necesidad de las substancias minerales 28
30. Nutrición de las plantas por substan-
cias orgánicas 28
31. Muerte de las plantas . . . .30
VI. Desarrollo de la Semilla. Germina-
ción.
32. El grano ó semilla
33. Condiciones para la germinación .
34. Causas de la germinación . .
30
30
31
ÍNDICE 131
CAP. pAg.
35. Composición de la semilla . . .31
36. El embrión
37. Cotiledones ......
38. El embrión en la semilla del trigo
39. Importancia de los cotiledones .
VIL La Raíz.
31
32
33
33
40. Objetos de las raíces . . . .34
41. Diferencias entre la raíz y el tallo . 34
42. Partes de que se compone la raíz . 34
43. Desarrollo de la raíz . . . .35
44. Absorción del alimento por las raici-
llas 35
45. División de las raíces . . . .36
46. Composición de la raíz en las orquídeas 37
47. Raíces adventicias . . . «37
VIII, El Tallo.
48. Usos del tallo 38
49. Dirección del tallo . , . .38
50. Clases de tallos 38
51. División de los tallos . . . .38
52. Tallos subterráneos . . . .39
53. Composición de los tallos . . -39
54. Composición de los tallos en las dicoti-
ledóneas . . . . . .39
55. El cámbium 40
56. Crecimiento exógeno . . . .40
57. Formación del tallo en las dicotile-
dóneas 41
58. Aumento de diámetro de la medula y
el parenquima cortical . . .41
59. Estructura del brusco ó espárrago . 41
60. Haces definitivos en los monocotiledó-
neos ....... 42
61. Carácter distintivo de los monocotile-
dóneos 42
ija
NOCIONES DE BOTÁNICA
CAP.
IX. Yemas y Ramas AxiLARsa
PÁG.
42
62. Formación de yemas ó botones .
63. Conversión de las yemas en ramas con
hojas 43
64. Conversión de las yemas en tubérculos 44
65. Zarcillos de las plantas trepadoras . 44
66. Ramiñcación de los árboles . • .44
X. Las Hojas.
67. Hojas ü órganos foliáceos .
68. Aspecto y caracteres exteriores y clasi-
ncacíón de las hojas
69. Vemación .
70. Tejidos de las hojas ,
71. Estructura de las hojas
72. Estomas
73. Venación
74. Causas de la caída de las hojas
45
45
46
47
47
47
48
48
XI. Inflorescencia.
75. Definición de la inflorescencia . . 49
76. Formas de inflorescencia . . .49
'JT, Orden en que las flores se abren . . 50
78. Clases más comunes de inflorescencias 50
79. Usos de las hojas de la inflorescencia . 51
Xll. La Flor.
80. La flor y la fecundación . . «52
81. Órganos florales 52
82. Verticilos florales . . . • 52
83. Flores completas, incompletas, irregu-
lares, regulares y simétricas . . 54
84. Modificaciones de la flor . . .55
8$. Examen de diversas clases de flores y
descripción de sus caracteres . .55
ÍNDICE 133
CAP. PÁG.
86. Analogía entre la ¿Drmadón de la ñor
y la de las hojas . . . .66
87. Sépalos, pótalos y estambres en las
monocotiledóneas y dicotiledóneas . 66
XIIL El Cáliz.
88. Formación del cáliz por los sépalos . 67
89. Colocación del cáliz en la flor . . 67
90. Cáliz polisépalo, gamosépalo y mono-
sépalo .67
91. Modificaciones del cáliz . . .67
XIV. La Corola. Pétalos.
92. Formación de la corola . . .68
93. Inserciones de la corola . . .69
94. Corola polipétala y gamopétala . . 69
95. Regularidad ó irregularidad de las
flores por las formas de la corola . 69
96. Corolas gamopétalas regalares más
comunes . . . . .70
97. Colores de los pétalos. . . .70
98. Nectarios 71
XV. El Disco.
99. Diversas formas de discos . . . 71
XVI. ESTIVACIÓN.
100. Disposición de las hojas por la estiva-
ción .72
loi. Principales clases de cstivación . . 73
102. Crecimiento de los estambres . . 73
XVII. El Estambre. Antera, Polen, Fi-
lamentos.
103. Composición y usos del estambre . 73
104. Modos de insertarse los estambres . 74
134 NOCIONES DE BOTÁNICA
CAP. PAG.
105. La antera . . . . . .74
106. Modo de abrirse las anteras . » 7S
107. Relación del estambre con la hoja . 76
108. Los granos de polen . •. . .76
XVIII. El Pistilo. Ovario, Estilo, Es-
tigma.
109. El pistilo yy
lío. Desarrollo de los óvulos . . «78
i i i. El estilo 7S
112. El estigma 7S
XIX. El Óvulo.
113. Descripción del óvulo . , «79
11 4. Composición del óvulo . . -79
115. Clases de óvulos . , . • 80
XX. Fecundación.
116. La fecundación 80
117. Diversos modos de fecundación . . 81
118. Pistilos fecundados por el polen de
otra flor 82
119. Fecundación cruzada . . . .82
120. Fecundación por el viento . . .82
121. Fecundación por los insectos . . 83
122. Dos clases de flores de prímula . . 83
123. Colocación de las anteras en las or-
quídeas 83
124. Fecundación de las flores de tubos
largos 84
XXI. El Fruto. Pericarpio, Semilla.
125. Composición del fruto . . .85
126. Estudio del frutó . . , .85
127. Clasificación de los frutos . • .86
ÍNDICE 135
CAP. PÁG.
128. Naturaleza del fruto, sus clases, y ca-
racteres de la semilla . . .87
129. Modo de dispersarse las semillas en
los frutos 94
XXII. La Semilla. Testa, Albumen, Em-
brión.
1 30. Partes de que se compone la semilla . 94
131. Los tegumentos 95
132. El embrión 95
133. El embrión monocotiledóneo . . 96
134. El embrión dicotiledóneo . . .96
135. El albumen . . . . .96
136. Manera de esparcirse las semillas . 97
137. Vitalidad de las semillas . . «97
XXIIL Accesorios y apéndices superficia-
les.
138. Lo que son accesorios y apéndices, sus
usos y clasificación de los mismos . 98
XXIV. Plantas Gimnospermas.
139. Coniferas y cicádeas .... 100
140. Analogías y diferencias entre las plan-
tas gimnospermas y las monocoti-
ledóneas y dicotiledóneas . .101
141. Estambres de las gimnospermas . loi
142. Óvulos de las gimnospermas . . loi
143. Fecundación de las gimnospermas . 103
144. Sacos embrionarios de las gimnosper-
mas 103
XXV. Clasificación.
145. Objeto de la clasificación de las plan-
tas 104
146. Enlace de las especies . , ,104
136 NOCIONES DE BOTÁNICA
CAP. PAO.
147. Nomenclatura 104
148. Nombres más comunes en la clasifica-
ción de las plantas .... 104
149. Individualidad de las plantas . . 106
1 50. Origen de las variedades . . .106
151. Variedades artificiales de las plantas . 106
152. Variedades naturales de las plantas . 107
153. Origen de las especies . . . 107
154. Teorías . ' 107
155. Plantas híbridas, y ventajas del cruce
de las especies .... 107
XXVI. Experimentos fisiológicos.
1 56. Absorción y evaporación de agua . 108
157. Desprendimiento de oxígeno por las
plantas 109
158. Respiración iii
159. Transpiración ; . . , ,111
160. Germinación 112
161. Efectos de la luz en la clorofila . .112
162. Color de las flores . . . ,112
163. Heliotropismo 113
•
XXVII. AlGUNASINDICACIONES PARA LOS QUE
ENSEÑEN Botánica elemental . 1 14
XXVIII. Jardín de Plantas con Flores
PARA UN Colegio . . . .116
XXIX. Modelos para Ejercicios con Ho-
jas Y Flores 120
XXX. Índice de las Plantas á que se
ha hecho referencia . . .123