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^Jt^'A^ií
BIBLIOTECA SELECTA
DB
AUTORES CLÁSICOS ESPAÑOLES
OBRAS
DE
LOPE DE RUEDA
EDICIÓN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
TOMO II
MADRID, 1908
LIBRERÍA DE LOS SUC. DE HERNANDO
IMPRBSORBS Y UBRBROS
DB LA REAL ACADEMIA BSPAI(OLA
Arenal, 11
Madrid.-— Imp. de los Suc. de Hernando, Quintana, 31 y 33.
Dos coUoquios pa
. storiles de muy
agraciada y apaáble prossa, compuestos
por el excellente Poeta y gracioso re-
presentante Lope de Rueda. Saca-
dos a luz por loa Timoneda.
Colloquio de Camila. CoUociviio de Tymbria.
Impressos con licencia y priuilegio real por
quatro años. En Valencia, en casa de
loan Mey. Año. 1567.
Véndense en casa de loan Timoneda.
203838
Ego loannes Blasius Nauarro sacrae Tkeologiaefrih
fessor, vidi, legi, ei examinaui libeUum huno, cui ütulus
estPastorüia Colloquia Lope de Ruedan lingua zndgari
scripia, tn quibus nil est contrarium docirinae sanctae
mairis ecdesiae Rotnanae, vel erroneum^ vel suspedam
continens doctrina,
Valentíae 26. Octobris . 156b.
loAN. Blasius Nauarro.
Nos Thomas Dassio Canonicus, Vicarius generalis,
et officialis Valéñ. Visa suprascripta relaüone praefaH
Magistri loan Blasij, concedimus licentia imprimendit
et vendendi praesentem librtl, absq; alicuius poenae in^
cursu.
Tho. Dassio.
epístola de ioan timoneda
AL LECTOR
Prudente y amado lector: aquí te presenta mi codiciosa
y mal limada pluma los intrícados y amarañados CoUo-
quios Pastoriles repletos y abundantes de graciosos apo-
dos de aquel excellente poeta y supremo representante
Lope de Rueda, padre de las sutiles invendonesi piéla-
go de las honestísimas gracias y lindos descuidos; único
solo entre representantes, general en cualquier extraña
figura, espejo y guía de dichos Sayagos y estilo cabañe-
ro, luz y escuela de la lengua española, para que veas
su tan sublimada habilidad y mi torpe atrevimiento;
aunque la afectación de servirte me disculpa.
Et vale.
80NBT0 DE AMADOR DE LOATSA
EN LOOR DE LOS COLLOQUIOS PASTORILES
DE LOPE DE RUEDA
Fué Hércules en fuerza y valentía,
Héctor, el capitán más afamado,
Homero, en escrebir acreditado,
Aristótil, en gran filosofía.
Ovidio, elegante en poesía.
Apeles, en pintura sublimado,
y Qcero elocuente en summo grado,
Orfeo en la vihuela y su armonía.
De Césares fué Julio entre gentiles,
Apolo, el tañedor de más primores,
y de Túbal las teclas más preciadas.
De Fargas y Colloquios Pastoriles
es Lope sembrador de los mejores,
en casa Timoneda cultivadas.
COLLOQUIO
DE CAMILA
MUY APACIBLE Y GRACIOSO, COMPUESTO POR
LOPE DE RUEDA. INTRODÚCENSE EN ÉL LAS
PERSONAS SIGUIENTES:
SocRATO, viejo,
Camila, pastora,
BvRGkTO, pastor,
QvuLALy pastor.
AletOí pastor,
Pablos Lorenzo, simple.
GiNESA DB BoLAMOs, ptufer
del simple,
Masb Alonso, barbero.
La Fortuna.
Frexenal, pastor,
Andúxar, pastor.
INTROITO Y ARGUMENTO
QUE HACE EL AUTOR
lUustres y agradescidos señores: Socrato, viejo ca-
bañero, después de haber perdido "un hijo que Selva-
gio se llamaba, le lanzaron á cabo de tiempo una her-
mosa niña á la puerta de su majada, á la cual puso
por nombre Camila, y por tenella en posesión de hija,
siendo ya de edad proporcionada, de muchos y diver-
sos pastores fué servida, y muy más aventajadamente
de Quiral, polido y agraciado pastor. Y como á So-
crato no le conviniese ninguno destos zagales, deter-
minó de casalla secretamente con uno que se decía
mase Alonso el barbero. No fué tan oculto este ca-
samiento que se vino á descubrir que el barbero era
padre de la dicha pastora y Quiral, Selvagio, el hijo
perdido de Socrato. Y así veréis que al fin de nues-
tro colloquio casan á Quiral con Camila á contento
de todos. El cual plegué á Dios que nosotros lo de-
mos á vuesas mercedes con nuestra representación.
Amén.
Comienza el coUoiiiiio Socrato y Camila.
SOCRATO
Algo vengo del cansancio fatigado» hija Gimila,-
porque ya no son mis pies los que en los pasados
tiempos ser solían.
CAMILA
Pues si os paresce, mi Socrato, mientras sestea el
ganado, debémonos recostar entre aquestas deleito-
sas praderas; porque si no me engaño, por aqui mu-
chas y diversas veces siento sones de agradables ins-
trumentos.
• S9CRAT0
Hija, pastores serán; que como por la cumbre des-
tas nuestras habitables montañas suelen sus ganados
apacentar, casi otra cosa, ansí de día como de noche
no se siente, sino los ecos de sus músicas pastoriles.
CAMILA
Estad, puesy señor, descuidado, y si sueño os acu-
diere, bien podéis dormir á la segura, porque yo en-
tretanto menearé las paridas ovejuelas, y en siendo
hora lícita y conveniente las recogeré á su acostum-
brado ordeñadero.
12 OBRAS DB LOPB DB BUBOA
SOCRATO
La bendición de Dios, hija Camila, hayas, y la de
tus padres, si. vivos son, te alcancen, que yo bien
siento que, pues tan cuidadosa guarda el ganado
vela, muy mal podrán los míseros lobos medrar : yo
me descuido con tan buen recado.
CAMILA
Así lo podéis hacer sin pensamiento ninguno. Co-
bijaos esas piernas.
{Entran Quiral y BurgatOt pastores.)
BURGATO
Muchos días ha, Quiral, que tú me habías de haber
reconoscido ventaja, así en el arte de la lucha, como
en saltar, correr y tirar barra, y en todo cualquier
género de buen ejercicio; pero eres tan porfiado, re-
belde y cabezudo, que, aunque de la verdad tienes
verdadero conoscimiento, de tu propria voluntad co-
noscer no quieres aquello que todo el mundo tiene
por público y notorio.
QUIRAL
¡Yo conoscerte ventaja á ti, Burgatol Por pastor de
más delicado juicio te tenía; pero agora acabo de co-
noscer con tus tan simplísimas palabras, que, sin
tenellas bien medidas ni pesadas, has arrojado, que
no hay más verdadero amor, ni amistad más avasa-
llada, que es aquella con que hombre ama sus cosas
CAMILA 13
proprias; pues que tú con dos traspiés 6 zancadillas
mal sabidas y peor estudiadas, piensas de haber en ti
tanta habilidad que tengas crédito que sean los otros
faltos de aquello que á ti te paresce que abundas.
BURGATO
Que no haya más verdadero amor, ni amistad más
avasallada que es aquella con que el hombre ama sus
cosas proprias, como denantes dejiste,tú tienes razón;
pero eso suele acontescer en los hombres que de
nada se contentan y confían, como agora tú. Si no,
dime, Quiral, ansina goces de aquel tu bigarrado sayo
dominguero, que los días festivos vestido á la villa
llevar sueles, y apsí de tu berrenda chiva alegres pas-
tos veas, y ansí de tus extremeños pastos dichoso
suceso el cielo te conceda, ^no sabes tú que á la fama
de mis destrezas y habilidades suelen ocurrir todos
los zagales destas nuestras comarcas?
QUIRAL
No de otra manera, Burgato, te has querido mos-
trar conjurador que acostumbran usar aquellos que
de sacerdotables ornamentos ataviados á las furiosas
y amenazadoras nubes apremiar suelen. Y á lo que
dices que á la fama de tus destrezas y habilidades
ocurren ligeramente todos los zagales destas nues-
tras comarcas, yo te lo concedo; piero esos deben de
ser tan faltos de buenos ejercicios cuanto tú sobrado
de vanas alabanzas. ^Y no sabes tú, Burgato, que en
la tierra de los ciegos, al que un ojo tiene alzan por
OBRAS DB LOPB DB RUBDA
rey?; pues ^de qué estás tan oi^Uoso y escandalizado
por ser tenido en mucho de aquello que de los otros
suele ser tenido en poco?
BÜRGATO
No me paresce, Quiral, que dejan de ir tus razones
desatadas y desarrevueltas de carcomienta y ponzo-
ñosa Imalicia, porque yo no sé qué razón te mueve á
mordiscar en ausencia de quien por ventura no res-
cebiste daño en presencia ni en ausencia*
QUIRAL
Oído había decir de ti lo que por jamás pude creer,
y agora dan crédito al doble tus simplecillas palabras
que crea lo que no he oído ni visto; porque ansí los
hados me concedan traer mi doméstico ganado cabal
y quieto á su deseado tresquiladero, como nunca
asestó mi pensamiento al terrero y blanco que tú has
enclavado con tu rancor.'Pero pues nuestra contienda
más en obras que en palabras consiste, mira qué pre-
mio quieres que pongamos para que se lleve aquel
que por vencedor de nuestra lucha quedare.
BURGATO
^Qué? Una buena joya, y sea tal, que cada uno de
los dos procure por el vencimiento.
QUIRAL
Antes me paresce que se pongan dos : tú una, yo
otra; porque si yo ganare, quede libre de la mía y
pueda gozar de la de mi contrarío.
CAMILA 15
BURGATO
Y ¿qué cosa tienes tú, veamos, que sin vergüenza
de quien después lo alcanzare á saber, puedas apos-^
tar y agradablemente pueda ser acepta?
QÜIRAL
¿Qué, Burgato? Entra en mi pajiza cabañuela, que
aunque de pobres ramas de lantisco y retama por de
fuera cubierta te parezca,|no por eso deja (Je estar den-
tro colmada y repleta de muy delicadas y políticas al-
hajas; entre las cuales hallarás un hermoso y bien guar-
nescido cucharal, hecho de la piel de una gata salvaje,
la cual Tereo, cazador, mató, que en el arte de la
caza el más aventajado era; al cual ocupan de dentro
una entera docena de cucharas, artificiosamente la-
bradas, hechas del meollo y corazón de un finísimo
boix, en los másteles y cabezas de las cuales halla-
rás talladas y esculpidas de mi propia mano todas las
figuras de las más hermosas ninfas que por estas
montañas son vecinas. Y más adelante hallarás dos
barreñas hechas de la corteza de un valiente enveje-
cido nogal, en las cuales el simple y doméstico gana-
do, á la acostumbrada orden de la leche nos da, como
de contino suele, sin otras cosas de más tomo, que,
porque el tiempo no lo permite, dejo de contar.
BURGATO
1 Baste, Quiral, lo que has dicho, que no pensé, se-
^ En la edición de Sevilla dice: «Babe, basto, Quiral», aunqne
parece qniso decir «Baste, baste, Quiral».
l6 OBRAS DB LOPB DB RUEDA
gún el comienzo tomaste, sino lo que me ibas á con-
tar fuese algún ajuar ó memorial ó inventarío. Dime :
¿y hallaste más adherentes que proponer? Juro por las
salutíferas yerbas que alrededor de estas frescas fon-
tanas nascen, que antes pensé que hubiera el de las
doradas crisnejas acabado de hacer su acostumbrado
viaje que tú acabado de me contar ó xerifar ^ las
joyas y preseas de tu choza.
QUIRAL
No paresce, Burgato, sino que con desdeñoso sem-
blante menosprecias aquello que yo en tanta estima
tengo. Pues por que abreviemos parte de nuestro ca-
mino, ves aquí este mi cayado, que es hecho de una
limpia y retorcijada cornicabra, en extremo y cabo
del cual hallarás tallada la figura y estampa de aque-
lla cruel pastora Camila, que la mayor parte de mis
ansias acarrea, el cual de mi propría gana aburro, por
que veas cuánto deseo tengo de verme ya fuera de
aqueste alterno debate.
BURGATO
Agora sí me paresce que llevamos camino los dos,
tú para perder tú tan sobrado orgullo, yo para poseer
alguna buena joya de tu mano. Pues ves aquí aqueste
mi vedijudo sombrero, que es hecho de la piel de un
envejecido jabalí, el cual aunque al pozuelo de la
jara por un denodado mastín de los míos fué muerto,
á mí solo fué atribuida la victoria por ser yo aquel
^ Así en ambos originales.
CAMILA ty
que en la brava lid le ahoté. Y aunque sé que en el
apostar te tengo ventaja, no me doy nada, porque
entiendo antes de mucho señorear ambos á dos des-
pojos,
QUIRAL
Pues |susl; comencemos á quitar de encima esto
que pesadumbre nos causa, y veremos quién que-
dará vencedor.
BÜRGATO
Espera, espera, que si no me engaño, lo mejor y
más principal nos falta para haber concltiida esta
nuestra contienda. ^
QUIRAL
(í cómo? ^Qué es esto? ^Andas ya por no luchar?
BÜRGATO
No, por el cielo de Dios bendito. ^No ves, bobo,
que aunque hartos de luchar y luchar estuviésemos,
que falta la tercera persona para que sea entre nos-
otros dos por juez admitido?
QUIRAL
Tú tienes razón; pero era tanta la gana que me vía
rodeado dé verme ya fuera desta competencia, que
no pensé sino que solamente estos árboles y prade-
ras bastaban á dar testimonio de las obras de cada
uno de los dos.
T. n 2
l8 OBRAS DB LOra DB ftUBDA
BURGATO
Pues oye, que si no me engaño, por somo de
aquellos acipreses veo venir un pastor tañendo y
cantando; y si tal persona fuere que en juicio poda-
mos depositar nuestras joyas, cada uno de nosotros
pasará por lo que el juez juzgare.
{Entra AletOt pastor^ cantando.)
Mía fe, Gil, ya de tu medio
no me curo,
que el morir es el remedio
más seguro.
Cuando más pugnas diciendo
que me aparte de querella,
en mayor rabia me enciendo
por ver donde podré vella;
y por tanto ningún medio
me procuro,
que el morir es el remedio
más seguro.
BURGATO
No ceses, no ceses de proseguir, hermano Aleto,
tu comenzada armonía, que aunque de lejos escu-
chándote habemos estado, no pequeño alivio en los
cansados miembros y pastoriles corazones de tus má3
que amigos has puesto.
QUIRAL
¡Oh, en dichosísimos agüeros sea tu Uegadal Pero
CAMILA 19
dinos, Aleto : ^qué goces, qué nuevos negocios son
estos que por los no acostumbrados pasos acarrear
te ha movido?
ALETO
Al alterado espíritu muy pequeña ocasión sé que
le basta para moverlo en diversos lugares; pero con
todo, carísimos compañeros y amigos, vuestra hallada
sea en más que venturosísimas horas,
BURGATO
Después, hermano Aleto, que de nosotros te apar-
taste y recogiste á otros nuevos apriscos y moradas
tu ganado, no paresce sino que nunca más se te
acordó de nuestra antigua amistad,
ALETO
Engañaste, Burgato; porque no me paresce á mí
que sería amor perfecto aquel que la distancia de las
moradas lo deshiciese ó apartase,
BURGATO
^Eh? Que burlóme contigo; que yo bien siento que
los sanos y limpios corazones, como agora el tuyo,
muy poco movimiento les acarrea los recios torbelli-
nos y caudalosos aguaduchos de la desaprovechada
ausencia. Pero, dejando esto aparte, dinos de gracia,
si por pesadumbre no lo tienes : ¿qué res es aquella
que sobre tus cansados hombros acarrear te ha mo-
30 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
vido? Porque si no me engaño, muy grande caudal
de amor te hace hacer forzado lo que á otro mnguno
de su propria voluntad haria,
ALETO
No te espantes, Burgato, que el pequeño chiva-
tezno que sobre mis hombros vees que acarreo, tres
días enteros ha que,'perdido del rebaño, rumiando de
las duras cortezas destos alcornoques se ha mante-
nido; y no cierto por el valor suyo, mas por las cui-
tas y lástimas que la piadosa bragada, su madre, con
lástimas y clamores, por el perdido hijo hacía, de pura
compasión me ha movido venírselo á buscar; y soy
cierto que si algún sentido ó discreción alcanzase, de
puro contentamiento de habérselo hallado, no sería
gran maravilla despojarse de su áspera y cadillosa
piel y dármela toda en estrenas.
BURGATO
¡Oh, más que bienaventurado rebaño que so el
dominio de tan ciridadoso zagal se sujetal Por cierto,
hermano Aleto, que si á la tu lamentable cabra le
han sobrado muchos quilates de ventura, no por eso
á ti te han faltado otros mayores de diligencia y cui-
dado,
QUIRAL
Siéntate, por amor de mí, Aleto, á do descanses
algún rato en estos deleitosos sombríos de tus apre-
surados pasos, y de aquello podrás alcanzar que en
CAMILA 2t
los pobres peludos zurrones hallarás; aunque faltos
de viandas, á lo menos están Henos de aquella buena
voluntad con que se te ofresce.
ALETO
Asentar, zagales, eso de muy buena y liberalísima
gana lo haré por cierto; pero cuanto al comer (amo-
rosísimos pastores), yo tengo por rescebida vuestra
entrañable intención, y baste.
BÜRGATO
No ha de bastar, hermano mío Aleto, sin que pri-
mero sepas que está entre nosotros desafiada una
fuerte lucha, y queremos que seas tú el juez della,
para que des la joya al que vieres que la ganare,
ALETO
Aunque por juez habéis escogido tan torpe inge-
nio, por no seros molesto haré mi posibilidad.
QUIRAL
Pero antes desto, hermano Aleto, así nunca te falte
lo que más tu corazón desea, antes aquello de nuevo
aumento cumplido veas, me hagas tamaño placer que
tomes esa tu chilladora guitarra y tangas y cantes
algunos de aquellos versos que yo en los días pasa-
dos por amores de Camila compuse; que, aunque de
mala compostura ataviados te parezcan, á lo menos
estarán conformes á lo que mi desconfiado corazón
siente.
OBRAS DB LOPB DB RUEDA
ALETO
No sé si los terne en memoria; pero como quiera,
comienzo :
Cuando en más placer me vi
enramado de alegría
y sin pasión,
el mal vino tras de mí
disparando artillería
al corazón.
CAMILA
(Dichosa me puedo llamar, Quiral, si por mí esos
versos fueron compuestos.)
ALETO
El árbol en el verano
continuamente floresce
con holgura;
mas mi mal como villano,
en invierno, estío cresce ^
■ con tristura.
CAMILA
(lAyl Que si aqueso es verdad, yo desdichada y
subjeta doncella, ^qué vida podré soportar que muer-
té cruel no sea?)
^ Así en iambos textos. Parece decir «en invierno y estío
cresce».
CAMILA 33
ALETO
Dime, mal tan sin mesura :
^or qué tan mal me has tratado^
¿Qué te hecho,
que me tiene tu ñgura
ya cen la muerte abrasado
y deshecho?
BURGATO
Hermano Quiral, así nunca los hambrientos lobos
ni las solícitas cautelas de la astuta raposa hagan pre*
sa en tus blancos corderos, y así nunca tus mastines
veas cohondidos de rabiosa é incurable dolencia, te
ruego me digas en qué pensabas cuando aquestos
versos componías.
quíral
¿En qué? Déjanos agora; no impidas con la pesa-
dumbre de tus palabras aquello que dar no puedes.
BURGATO
¿Sabes por qué lo digo? Porque no sé si los toma-
ría en cuenta Camila.
CAMILA
(Sí los tomé, y tengo en mucha reputación por
cierto.)
BURGATO
Y según mi juicio debías entuences estar asido de
OBRAS DB LOPB DB RUBDA
algún mal francés que de otra enamorada pasión, se-
gún los dolores dices que sentías.
QÜIRAL
£a, que no callará.
BÜRGATO
No á la he, porque no lo he de costumbre; y por-
que me paresce que sería mejor dar vuelta sobre mis
errantes vacas, hágase lo que hemos de hacer de
presto. Tú, Aleto, mira bien y juzga aquello que de
nuestra parte encomendado te está.
QUIRAL
Sea ansí. Toma tú, Aleto, mi entorcijado cayado,
que por joya está depositado.
BURGATO
Y este mi sombrero por el consiguiente.
ALETO
jTate, tate, pastores! Que no conviene en ley de
buena amistad semejantes apuestas; sino tú, Quiral»
toma tu cayado, y tú, Burgato, tu sombrero, y vete
á recoger tus vacas, y aprende más para otro día
cuando en semejante lucha quisieres entrar.
BURGATO
Yo quiero tomar tu parescer. Adiós, zagales.
QUIRAL
Él te guie, Burgato.
CABítLA 2j
ALETO
Y á tí, Quiral, yo te doy esta guirnalda, que es
hecha de las más odoríferas flores que alrededor
destas frescas fontanas hallarse pueden, la cual, sin
que de la cabeza se te quite, la puedes traer hoy
todo el día, en señal de la victoria que te he conce-
dido.
QUIRAL
Yo te lo agradezco, hermano Aleto; pero agora,
tocando tu zampona ó sonorosa guitarra, te suplico
que nos vamos cantando alguno de aquellos cantar-
cilios que sabes.
ALETO
Vamos.
VILLANCICO
— (De dónde vienes, Antón,
tan mortal y desmayado?
— Vengo de dejar prendado
por la vista el corazón.
— Di : ^qué ojos te miraron
quel corazón te prendieron?
— Los de una zagala fueron
y los míos lo causaron.
— Cuéntame ya tu pasión :
^de dó vienes tan asmado?
— Vengo de dejar prendado
por la vista el corazón.
OBRAS DB LOPB DB RUBOA
QUIRAL
Tente, tente; porque allí se me representa aquella
cruel pastora, Camila, de quien esta mi angustiada
vida depende.
CAMILA
Acercándose viene el enamorado Quiral y su Ate-
to; despertar quiero á mi viejo Socrato, porque ha-
llándome sola, no se descuide á decir alguna palabra
que á mi honestidad menos que lícita sea.
QUIRAL
No hay, hermosa pastora, quien enojarte presuma,
antes quien con todo género de honesto ejercicio tu
más que contentamiento y voluntad desea.
CAMILA_
Yo te lo agradezco, Quiral; y si como salteada y
no bien proveída no acertare á rendirte las debidas
gracias, á lo menos toma de mí en recambio mi casta
y limpia voluntad de tu buen ofrescimiento, según
que una afligida y subjeta pastora dar puede.
QUIRAL
Las gracias, gentil Camila, tú te las tienes y para
tí me paresce que te las guardas sin querer comunir
car una pequeñuela parte con quien tu grado desea;
en señal de la cual rescibe el pequeño don de la guir-
nalda, que más para tu dorada cabeza que para entre
mis mal peinados cabellos pertenesce.
CAMILA 37
CAMILA
Aunque para quien soy no es lícito yo tomar se-
mejante guirnalda, por ser joya que más á delicadas
hembras que á otro ningún género de varón convie-
ne, holgaré de rescebirla. Y agora desvíate de presto,
porque la distancia del tiempo no consiente más co-
municación, que me paresce que mi viejo padre des-
pierta.
SOCRATO
¿Con quién hablas, hija Camila, que no pudo tener
el sabroso sueño tanta fuerza en mis adormidos ojos,
que á tus palabras no despertase?
CAMILA
Conmigo, padre, lo había, que hay algunos destos
nuestros borregos tan enojosos, que no hay quien á
silbos ni á voces del vedado los saque.
SOCRATO
Arrójales tú, hija, el cayado con buen ánimo, y así
harán de fuerza aquello que á tus voces niegan; y
vamonos por agora allá dentro en nuestra cabana.
{Salen Pablos Lorenzo, simple, y su mujer.)
PABLOS
¡Cómo, cómo! ¡Aun daría yo al diabro la sabandija,
si por un negro pollo me hubiésedes vos de quitar la
comidal Juro al siglo de mi bisagüelo que si tal huese
verdad, á los pies de los señores provisores me hueseí
28 OBRAS DB LOPS DB RUBDA
por que viesen el poco respleute que vos hacéis 4¡e
Pablos Lorenzo, vuestro marido,
GINESA f
Por el siglo del padre que me engendró, que aquí \
no me entréis en estos ocho días, por que cuando yo
os dejare á guardar la casa abráis veinte ojos por
ella.
PABLOS
^La casa, Ginesa de Bolaños, no se está ansí sana
y entera como se estaba? Á lo menos podráste ala-
bar que mientras yo he quedado en guarda della,
nadie se ha atrevido á hurtalla, loores á Dios.
GINESA
Pues ¿qué habían de hurtar, decí, pan perdido?
PABLOS
¡Qué diablos me sé yo! ¿No dices que la casa? Que
pensará el que te oyere que se la han llevado por
esos vericuetos. Osaría yo jurar que aunque te la
dejases sola y á escuras, y á esas serenas, nadie se
atreviera á hurtalla, cuanti más quedando dentro un
hombre de tan buen recaudo como yo.
GINESA
Pues ¡cómo! ¿La casa se habían de llevar y sacalla
de sus cimientos?
CAMILA ¿^
PABLOS
¡Qué sé yol A ti te lo oigo y tú te \o dices y lo
levantas,
SOCRATO
íQué voces son éstas?
PABLOS
Señor, ¡si supiese vuesa merced sobre qué sonl
Son sobre un negro pollo que me llevó el sorromí-
calo, ó gavilucho, ó diabro, ó como se llama,
GINESA
¿No más deso? Espera, espera.
CAMILA
¡Paso, paso, amal ¿Qué pendencia es ésta?
PABLOS
¡Oh, doyte al diabro, mujer! jY no te cortarías esas
uñas, que por poco me ahogarasl
CAMILA
¿No sabríamos, ama, qués esto?
GINESA
lAy, señoral ¿Qué más mala ventura quiere vuesa
merced, que de once pollos que me sacó la gallina,
no me han quedado sino solos cinco?
PABLOS
¿Once? ¡Plegué á Dios que reventado muera yo> y
30 OBRAS DB LOPB DB RDBDA
vuesa merced, si parte quiere, si parió la gallina sino
cinco pollos á la mañana y seis á la noche, y dice
ella que son oncel Y ven acá : esos ¿hémelos comido
yo por ventura? ¿No te he jurado ya que se los llevó
el gavilucho, ó sorromícalo, ó millano, ó como se
dice?
GINESA
¿Aun tenéis lengua para hablar, ánima de cántaro?
PABLOS '
¡Dote al diabro, mujer! ¿No ternas un poco de mi-
ramiento, siquiera por las barbas de su merced que
está delante?
GINESA
¡Ehl, callad, ánima de campana,
PABLOS
¿Qués ánima de campana, mujer?
GINESA
¿Qué?, badajo como vos.
PABLOS
¿Badajo á vuestro marido? — Déme ese garrote
vuesa merced.
GINESA
lAsíI ¿Garrote para mí? Al fin no seríades vos hijo
d^ Guamizo el enxalmador, cura bestias.
CAMILA 31
PABLOS
(V paréscete á ti mal porque sea hijo de bendi-
ción?
CAMILA
|Ay, amargal ¿Y cómo hijo de bendición?
PABLOS
Sí, señora; ¿no le paresce á vuesa merced que
cuando mi padre hace sus enxalmaduras y dice aquel
verso del per omniam seculam seculorum, y el alíere
demus de gente non sanctam, y graria in til, dolime,
y no sé qué más, que no hay quien eche tantas ben-
diciones como mi padre en todo el lugar?
CAMILA
Tenéis razón.
PABLOS
Pues de ahi me viene á mí ser hijo de bendición y
legétimo y todo.
SOCRATO
{Legítimo y todo? Mucho es eso por cierto.
PABLOS
Sí, señor; ¿no vee vuesa merced que soy todo en-
tero hijo de Guarnizo el enxalmador, que aunque la
señora Ginesa dice que curaba bestias, levántaselo,
que no era sino medio albéitar? Mas pregúntele vue-
sa merced á ellai veamos cuya hija es»
32 OBRAS DS LOPB DB RUBDA
GINESA
Costaráos á vos un ojo y del otro no viérades nada
y fiíérades de tan buen generación como yo.
PABLOS
^Quién eran tus padres? Dilo, veamos.
GINESA
^Quién? Esteban de Bolaños, regidor en Pliego, y
Lucía Hernández de Saldaña, honradísimos ambos si
los había en todo el lugar.
PABLOS
¡Ah!, noramaza, señora mujer, levantéis tan falsos
testimuños á vuestros padres; ^no se te acuerda que
cuando te casoron ^ conmigo te me dioren por hija de
Logroño, el aceitero? Y aun se me miembra que nó sé
sobre qué medidas falsificadas que tu padre hizo le
dioreh cien azotes y de conier aquel día.
GINESA
¡Cien azotesl Levantáronselos en verdad.
^ Asi en el original, pero creemos que sea errata de la impre«
sión y que debe leerse «caspren». La terminación oren en esta
persona de plural, cuando hablan simples y rústicos, es firecuen-
tísima en Lope de Rueda, como lo acreditan numerosos c}em«
píos de sus obras, y sin ir más lejos los dos inmediatos sigmen-
tes á esta palabra, que en el original se leen cdióien».
CAMILA , 33
PABLOS
Levantáronselos ó asentáronselos, allá se los llevó
á su casa.
SOCRATO
Amo, no habéis por tan poco de deslindar linajes.
PABLOS
Calle vuesa merced, que juro por el cielo de Dios
bendito que si no le atajáramos que mos hiciera en-
creyentes que era hija del conde Hernán González ó
de Belerma, por mí mal fuiste engendrada.
SOCRATO
Ora, ama, entraos allá dentro. Y tú, Camila, ten
aderezado algo que para el acostumbrado sustenta-
miento convenible sea, que yo y Pablos Lorenzo da-
remos la vuelta por acá fuera y recogeremos el des-
parcido ganado.
CAMILA
Ya voy, señor. Entremos, ama.
(Entra mase ^ Alonso el barbero.)
BARBERO
Acreciente Dios y guarde por muChos años y bue-
nos la honrada persona de mi señor Socrato.
^ Así se lee constantemente esta palabra en las ediciones
de 1567 y 1576.
T. II 3
-;* > - VW-'",^^
34 OBRAS DB LOPB DB &UBDA
SOCRATO
jOh, mi señor mase Alonso! Sea vuesa merced bien
venido; y ^adonde por acá á tal hora?
PABLOS
Á osadas que por algún qaso debe ir su mercé, pues
se viene vestido y todo.
BARBERO
jOh, qué gentil necedadl Pues ^había de venir des-
nudo?
SOCRATO
Señor mase Alonso, déjele vuesa merced; ¿ya no le
conosce?
BARBERO
Sí, señor, que ya le tengo conoscido. Pero sabrá
vuesa merced que yo vengo de aquí de un batán y
quise dar vuelta por hablar con él y dar asiento en
aquello que habemos hablado estos días pasados.
PABLOS
Tal sea mi salud como mi señor el barbero habla,
que no es de menester sino que se congeute luego.
SOCRATO
¿Qué se ha de congeutar?
PABLOS
De hacelle la barba al asno y cortalle aquellas
crines.
CAMILA 35
SOCRATO
¡Quítate allá! Señor mase Alonso, aquí no hay más
asiento ni más concierto que yo con vos los día,s pa-
sados comuniqué, sino despojaos dése luto,
PABLOS
Sí, señor; porque podría ser asombrarse el asno.
SOCRATO
Y vení cuando, señor, mandárades y celebraremos
el casamiento.
PABLOS
^De quién, del asno?
SOCRATO
Quítate por amor de Dios; déjanos hablar.
BARBERO
Señor Socrato, esto no lo digo por jactancia, sino
porque sé que vuesa merced lo ha de alcanzar á sa-
ber, me atrevo á decillo, que juro á ésta que es cruz,
que me daba Andújar, el mesonero, con su hija en
casamiento, más- de once mil maravedís, y porque
supe que había habido ciertas traviesas ó intervalos
entre Bartolomé Sánchez y ella, le di de mano.
PABLOS
Esas mismas travesuras se sonaron de mi mujer
cuando me casaron con ella.
OBRAS DE LOPE DE RUEDA
BARBERO ■
Yo lo creo; pero en fin, no será menester más, sino
que yo vendré, como vos decís, con dos amigos míos.
PABLOS
Señor> porque me paresce que viene sobre el pre-
puésito, será bien que se haga al asnillo una herra-
dura en la mano izquierda, que como trujo media
hanega de harina á cuestas, vino el pobre asno á pie
despeado.
SOCRATO
Sea ansí como vuesa merced dijo, que yo tampoco
estoy en tiempo de hacer muy grande alborote,
PABLOS
iQ\ié diablos de alborote ha de her? Es el asno más
manso que el señor mase barbero, que, juro á diez,
á cuestas le tenga mientras le erraren.
SOCRATO
Señor mase Alonso, entrémonos en la posada y co-
merá un bocado.
BARBERO
Señor, perdóneme vuesa merced.
PABLOS
Perdonado está, señor; no cumple más.
BARBERO
Que voy de priesa.
CAMILA 37
SOCRATO
^Y qué priesa puede vuesa merced llevar, que no
entre á comer un bocado siquiera?
PABLOS
Si no quiere, <*hale de forzar que coma?
BARBERO
Señor, sabrá que voy á sangrar el mayordomo de
los perailes, y de ahí tengo de dar la vuelta á la villa,
porque tengo de hacer la barba á Frexenal, el jabo-
nero, porque después de mañana ha de ser padrino
de una velación.
SOCRATO
^Y de qué está malo el señor mayordomo?
BARBERO
Señor Socrato, sabrá que un asnillo que llevaba
estotro día una carga de jergas al molino batán, yen-
do él caballero encima, cayó y cogióle el pie debajo,
y deso^está malo. Y con esto me despido de vuesa
merced, y lo dicho, dicho.
SOCRATO
Sea ansí, señor; Dios os guíe.
(Éntranse Socrato j^ Pablos Lorenzo y sale Camila,)
CAMILA
¡Señor, ah, señor! Ni responde ni paresce.
38 OBRAS DB LOPE DE RUEDA
GINESA
Hija Camila, por esotra senda se debe haber en-
trado en casa.
CAMILA
¡Ay!, entre por do quisiere, que negocios de más
tomo ocupan mi infelice vida.
GINESA
¡Ay, hija Camila! Cesen ya, si mandas, tantas lásti-
mas, lamentaciones y sollozos como cada día te veo
hacer; que bastarte debrían cuantas veces te lo he
rogado y tú á mí prometido. <No' sabes, hija Camila,
que tras un tiempo viene otro, y tras nublado el día
sesgo y serenó, y lo próspero tras lo adverso? ^De
qué te congojas?
CAMILA
. Ya veo, madre, que me aconsejas la verdad, como
cosa que tanto te toca, que desde mi puericia y tier-
nos años, debajo de vuestra piadosa mano soy criada;
mas jay, desgraciada de mí!, que después que este
acelerado casamiento se me movió, he estado mil ve-
ces por hacer sacrificio de la mísera vida entre aques-
tos ásperos robles y altas hayas, sino sólo el temor
de perder la cuitada desta mi ánima, que nada me-
resce, me lo ha estorbado.
GINESA
iJesús, Jesús, hija Camila! <Y tal te dejas decir?
jDios nos libre y guarde lo que bien queremos!
CAMILA ^9
Pues mira que te aviso que mires por ti, que en eso
se aventajan los hombres de los hombres, en hacer
más, y valer más, y sufrir más; y pues lo que te digo
es lo que te conviene, confía en Dios que presto se-
rás alegre, con retorno de otra nueva mudanza.
CAMILA
Determinado tengo, madre, de echar el pecho al
agua y mostrar á la fortuna la cara alegre y serena,
hasta que estos tiempos airados vengan y recambien
otros de más suerte.
GINESA
Agora sí me has contentado, hija; sino porque me
paresce que aquellos ganaderos hacen señal de venir
hacia acá, éntrate allá dentro y despídete de toda
tristeza.
CAMILA
Así lo haré; y si aquese Q^iral algo de mí te de-
mandare, di que no me has visto.
GINESA
Ve con Dios, que sí diré. ¡Ay, cuitadilla!; lástima
le tengo por el siglo de aquella madre que me parió.
• (Entran Quiral y Aleto cantando»)
Mi gallejo está so la rama;
su carilleja Menga le llama;
mi gallejo está soñando
' que á su amor está abrazando :
40 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
ello huye, está gritando;
¿por qué? Porque le desama.
Mi gallejo está so la rama;
su carilleja Menga le llama.
GINESA
No dejéis, hijos, de tañer y cantar, que no sola-
mente á los afligidos ánimos y tristes corazones, pero
á los aires ponéis consuelo con vuestras suaves can-
ciones.
QUIRAL
¿Es la señora de Bolaños?
GINESA
Es la que desea siempre vuestro contentamiento y
toda salud y holganza.
QUIRAL
Yo te lo agradezco, señora; si para tan buen ofres-
cimiento lio hubiere respuesta que cuadre, dejo el
recambio para cuando hubiere oportunidad que de
mis obras te quieras servir.
GINESA
¡Ayl, así sea mi salud como me paresce esa buena
plática y esa buena gracia muy rebién, y no en balde
me sé yo lo que me sé.
ALETO
¿Qué sabes, señora? ¿Hay algo de nuevo?
CAMILA 4t
GINESA
Hay tantas de novedades, que no sé por do tienen
principio ni fin.
QUIRAL
No te entiendo, señora, si más no te aclaras.
GINESA
¿Qué más claro queréis que os lo diga, sino ese
casamiento desa cuitada de Camila? Que si Socrato
fuera su padre,^él le buscara mejor casamiento.
QUIRAL
jVálame Dios! ¿Y con quién es el regocijo?
GINESA
Y ¿no conoscéis vosotros á mase Alonso, el barbe-
ro, viudo, de la villa, marido de la Solisa, que Dios
haya?
ALETO
No conoscemos otra cosa.
GINESA
Pues ese, mi duelo, es el negro desposado que ha
de ser, que en mi ánima no paresce sino burjaca en
que traen el juego de masecoral ó bolsilla de á ma-
ravedí.
QUIRAL
Señora, ¿Camila, qué dice? ¿Está contenta?
4¿ OBRAS DB LOPE DE RUEDA
GINESA
jAy, amargal Y ^á qué llamáis contenta? En mi áni-
ma no le ha quedado sino cual ó cual cabello de una
madeja que tenía como unos florines de oro de Flo-
rencia. Es lástima de ver lo que hace cuando sola se
halla.
QUIRAL
¡Válame Dios y cuánto me pesa de su descontentol
GINESA
Ya lo sé todo, y aun he sabido que no te tiene
mala voluntad.
QUIRAL
Señora, ^qué puedes tú haber sabido?; pues sé yo
cierto que tal no le pasa por el pensamiento.
GINESA
^•No? Pues oye, y si me tienes secreto, yo te podría
decir...
QUIRAL
^Secreto, señora? Así el soberano cielo algún agra-
dable contentamiento me conceda, antes consintiese
desacabalar mi pobre aprisco que palabra desta nues-
tra comunicación no se supiese.
GINESA
Pues, hijo Quiral, sábete que ni voy á la fuente
por agua,.ni á visitar las colmenas, ni á las labranzas
CAMILA 45
de mi amo Socrato, que las tiernas plantas no mani-
fiesten tu nombre.
QUIRAL
Menos entiendo eso.
CINES A
Pues yo sí entiendo; que andando muchas veces
con Camila por aquestas frescas fontanas, le vide des-
cuidadamente de un hermoso estuche sacar un pe-'
queño cuchillo, y en las tiernas hayas, pinos y sauces,
y en otros montesinos árboles, debujar el nombre de
Quiral; así que pocas son las plantas que no mani-
fiesten tu nombre. Y agora dejémonos desta plática.
Entraos, hijos, de presto, porque me paresce que mi
marido viene y no barrunte nuestra contienda.
{Éntranse Quiral y Aleío, y sale Pablos Lorenzo,
simple.)
PABLOS
¡Oh, do al diablo los pollos y la pollada, y á quien
me los da á guardar también!
GINESA
^Qué es eso, marido, y qué traéis ahí?
PABLOS
^No conueces ques la cesta de los pollos?
GINESA
Á ver, vení acá, descargaos.
44 03TIAS DE LOPE DE RUEDA
PABLOS
Guarte, que vengo cosido con todas esas baratijas.
GINESA
^Cosido? iJesüs, Jesús, y válaos quienquiera! ^Y esa
necedad habíades de hacer?
PABLOS
¡Necedad te parescel Á mí no por cierto. Qué,
^querías que aguardase otra vez que descendiese el
gavilucho ó sorromícalo, y me llevase otro pollo y
tuviésemos otra pendencia como la pasada?
GINESA
Baldos acá.
PABLOS
Paso, paso, pecador de mí; ^-quiésme arrastrar á mí
y á ellos?
GINESA
Pues, ^cómo?, ¿-sois vos por dicha Pedro de Urdi-
males i, que quería enredar todo el monte?
PABLOS
Hágote saber que no soy sino Pablo de Urde
buenas, y los pollos y la cesta, y. el sayo y el jubón,
todo viene hecho de una pieza, por que si el millano
^ Así ei; ambos; pero debe de ser errata, por «Urdimalas».
CAMILA 45
se atrevía dengoUir otro pollo, se llevase también á
Pablos Lorenzo y todo.
GINESA
Ea, descargaos.
PABLOS '
¡Otra suya! ^Tú no ves que si no me quitas el
sayo descargar no los podré?
GINESA
Pues sea con sayo y todo; acabemos.
'PABLOS
jPaso, paso, bonito!, mujer.
GINESA
jOh, qué gentil cuerpo para armado en blanco!
PABLOS
No me alabes, mujer; <*piénsaste que me de casar
otra vez?
GINESA
Marido, por vida vuestra, y así Dios os preste á
mí, pues está hecho lo más, hágase lo menos; y es
que por darme algún poquito de placer y sepan quién
es Pablos Lorenzo, mi marido, que bailéis un poco.
PABLOS
jVálate el diabro! Y ¿no sabes tú que yo no sé bai-
lar sin cantar algún poco?
V a-I r '.ii.
OBRAS DE LOPE DE RUEDA
GINESA
^ Pues baila y canta por amor de m;.
PABLOS
Eh, que estoy ronco, mujer, y tengo la voz mal
entonada.
GINESA
Sea como quiera.
PABLOS
Ora bien, mujer, tú harás que caiga en vergüenza;
á tu cargo vaya.
{Canta y baila Pablos Lorenzo.)
CANCIÓN
Más trabaja que el que cava
el que tiene la mujer brava.
SOCRATO
^•Qués esto? ^Agora es tiempo de andar en cancio-
nes, ama, sabiendo que aquellos señores han de ve-
nir, y esta casa había de estar más aderezada?
GINESA
Señor, deso pierda cuidado; que yo lo aderezaré
muy de presto. Toma, marido, esa cesta, y entraos
allá dentro.
SOCRATO
Ora, ama, cruel cosa es ésta, que después que á
esta moza Camila le puse este casamiento en plática,
no hay quien el rostro le pueda ver«
CAMILA 47
GINESA
Y no se espante, señor, que al fin es mujer y mo-
chadla, y hácesele de mal apartarse de aquella agra-
dable y paternal compañía en que ella fué criada.
SOCRATO
Bien está eso; pero ha de considerar una cosa, que
yo no le puedo durar para siempre, y que no hay
ninguno que sea tan sabio que sepa cuándo ha de ser
salteado de aquella que de sus asechanzas nadie exe-
mirse puede, ni á ninguno perdonar permite.
GINESA
Ándese, señor, que, como dicen, bien está la moza
lozana debajo la barba cana. Por vida de mi madre
[he] de decirle el sueño y la soltura.
SOCRATO
No quiero por agora, sino por vida vuestra, ama,
que os entréis allá dentro y le aconsejéis de vuestra
parte lo que mejor os pareciere, pues veis que le
cumple; y aderézame esa casa, que yo quiero ir á
verme con esos señores.
GINESA
Pues yo me entro, señor.
{Sálense Ginesay Socraioy entran la Fortuna y Ca-
mila cantando,)
CANCIÓN
¡Ay, señora, queráisme dejar,
no me tratéis mal!
4$ OBRAS DB LOPE DB. RUEDA
CAMILA
Mucho estimara, señora (quienquiera que tú seas),
que con tu arrebatada venida no impidieras mi agra-
dable y entero contentamiento de dejarme dar fin á
mi tan penada vida.
FORTUNA
No fuera cosa justa ni lícita, ni convenía á la gra-
vedad de quien yo soy, que entre aquestos solitarios
boscajes, donde tengo mi señorío y dominio, acon-
tesciera cosa que menos que bien afortunado renom-
bre pudiese tomar.
CAMILA
Harto buena fortuna me parescé, señora, que fuera
aquella que á Socrato de cuidado y á mí de tanto tra-
bajo en tan breve espacio para siempre quitara,
FORTUNA
NovSería bueno que ensoberbecieses mi templanza
con la vanidad de tu soberbia, porque aunque á ti
te parezca que con mi llegada reScebiste ofensa, no
me lo debes atribuir á mal no consentir que la mise-
rable vida tuya entre aquestos espesos y solitarios
sauces y empinados alisos para siempre dejases. Y
porque á iní más que á otra persona ninguna de tus
negocios entiende, vamos, que antes de mucho te
será manifiesta la causa que á estorbarte deste ace-
lerado propósito me movió; así, que el callar te con-
CAMILA 49
viene tomar por último remedio, y vamos cantando :
jAy, señora, queráisme dejar,
no me tratéis mal!
SOCRATO
|Ea, señores, pasen adelante! ¡Ea, señor Andúxar!
¡Ea, señor t'rexenal! jEa, señor desposado mase
Alonso!
BARBERO
Yo, señores, dondequiera estoy bien, á mandado
de vuesas mercedes.
SOCRATO
No lo digo por eso, sino como vuesa merced sea
principal en este negocio, no es razón que se quede
rezagado,
BARBERO
Bien está eso, señor; pero -mire vuesa merced que
me paresce que oigo ruido en casa.
SOCRATO
En verdad que entiendo que lloran. Aguarden aquí
vuesas mercedes, que quiero ver lo que pasa.
BARBERO
Vaya vuesa merced. Señores, <*qué les paresce cuan
honrado es el señor mi suegro?
ANDÚXAR
Por cierto, persona es de grande autoridad. Y díga-
me, señor : ^de hacia dónde dicen que es?
T. n 4
50 OBRAS Dfi LOPB DB RUEDA
BARBERO
Señor, de hacia el condado de Rosellón, según él
me dijo.
FREXENAL
¿Y á qué vino á esta tierra?
BARBERO
Señor, el cuento es muy largo, que tan desgraciado
ha sido con un hijo que Dios le dio como yo con mi
hija Calatea, que después que se me perdió no pa-
resce sino que la tierra se la ha tragado, que no he
podido hallar rastro della. Pero agora dejemos esto,
porque me paresce que mi suegro torna á salir.
SOCRATO
¡Ah, señor mase Alonsol: nuestro gozo en el pozo,
BARBERO
¿Cómo así, señor?
SOCRATO
Que ya me paresce que es muerto el ahijado por
quien era el compadrazgo.
BARBERO
Menos entiendo eso, señor.
SOCRATO
¿Qué más claro queréis que os lo diga, sino que
Camila es ausentada y no paresce?
CAMILA 51
BARBERO
Aun daría yo al diablo la venida y el concierto si
tal fuese verdad,
SOCRATO
Dalda vos á quien quisiéredes, que más pierdo yo
que vos en la mercaduría.
BARBERO
Al fin no seríades vos de aquella mala tierra, que
no podría producir la patria de donde venís sino
semejante simiente. Y agradeceldo á los señores que
conmigo vienen, que yo os hiciera conoscer, don mal
viejo, cómo se han de tratar los hombres de honra
como yo.
ANDÚXAR
Señor mase Alonso, si después de casada se había
de ir; más vale antes.
BARBERO
Es la verdad; pero ^no les paresce á vuesas mer-
cedes que tengo razón que me haya hecho rapar la
barba este mal hombre?
FREXENAL
^Deso os pesa, señor?
-BARBEQO
Deso. ¡Cómo!, ^habíá barba de mejor estofa y auto-
ridad en todo el lugar que la mía, y hacerme alquilar
52 OBRAS DÉ LOPE DE RUEDA
estas ropas por venir como es de razón? ¡Juro á diez
que empeñé unos borceguíes y unos pantuflos de
chamelote sin aguas y no sé cuántos maravedís para
colación á vuesas mercedes, y agora haga hurla
de mí!
FREXENAL
Señor mase Alonso, ^-qué se os da á vos si no estaba
hecho?
BARBERO
¡Bueno está eso, señor, que por doquiera que voy
no oyen otra cosa mis oídos sino : «Helo allí, el des-
posado de la hermosa Camila! > ¡Sí, juro á diez!
SOCRATO
Señor mase Alonso, anda con Dios, que habláis con
cólera, y no me maravillo que estéis enojado.
ANDÚXAR
Vamos, señor mase Alonso, que bien demuestra el
viejo la pasión que tiene.
BARBERO
Vamos, señor; pero nunca Dios de mi Calatea nin-
gún saber me conceda si no le hago conoscer al mal
viejo cómo se han de tratar los hombres de bien.*
SOCRATO
¡Bien te podrás á lo menos alabar, cruel, infernal y
desapiadada Fortuna, que en mí no se haya cumplido
CAMILA 5^
y ejecutado tu rigor! Bien te acordarás, ¡oh carnicera!,
que si por un hijo legítimo hija adoptiva me habías
dado, cuando por remate de mis afanes algún pe-
queño alivio había de rescebir, en aguaceros torbe-
llinos de otra mayor tempestad los has convertido.
Dime : ^-no te bastaba haberme desipado de los edifi-
cios antiguos en que yo fui criado? Ciega estés, sorda
te vea, mendigando antes de puerta en puerta, que
de no hallar quien bien te haga, de aborrescida con
tus mismas manos tu propria vida cercenes. Si no,
ven acá, haz una cosa : si tal eres como los antiguos
te pintaron y los modernos de ti tienen aviso, vente
á mí desnuda ó armada, ó como mejor te paresciere,
que por la tribulación en que agora me veo, te juro
que no tuviese á mucho deshacerte y desmenuzarte
entre los niervosos artejos y arrugadas y pelosas
manos.
PABLOS
Señor, mire : si he de ir por pan á la villa, déme
dineros, ques tarde.
SOCRATO
Agora no es tiempo de venir con nada deso.
PABLOS
^Por qué no, señor? Sé que todos los buenos con
pan son duelos.
SOCRATO
Sean; ve donde quisieres ó mandares, y llámame
acá á tu mujer.
54 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
PABLOS
¿A mi mujer? ¡Señora mujerl
GINESA
^Qué hay, decid?
PABLOS
Veréis que os llama mostramo Socrato/
GINESA
¿Qué manda, señor?
SOCRATO
iQué os paresce, ama, á términos de cuanto infor-
tunio soy allegadol
GINESA
Ya lo veo, señor. ¿Qué quiere vuesa merced que le
diga, sino que me pesa tanto como si de mis entra-
ñas hubiera salido?
SOCRATO
Ora, ama : ¿no sabéis vos alguna cosa por donde
Camila se haya ausentado?
GINESA .
Yo, señor, un poco sé; mas no querría que esos
pastores me acachorrasen algún día.
SOCRATO
¿Y cómo, ama? Qué, ¿sabéis vos algo en este ne-
gocio?
CAMILA 55
GINESA
Sí, señor; y si vuesa merced me tiene secreto, yo
se lo diré.
SOCRATÓ '
^Secreto, ama? ^Pues cómo? ^Por hombre de tan mal
juicio me tenéis que palabra que en mí fuese deposi-
tada había de ser salida de mi boca?
GINESA
Pues, señor, vuesa merced vaya á la villa y denun-
cie de un pastor que se dice Quiral, que alinda con
el val sombrío, que si mal recaudo hay hecho, él lo
ha insistido.
SOCRATO
^Quiral? ¡Válame Dios! Muy bien le conozco, que
muchas veces en achaque de andar á caza le he visto
atravesar por esta nuestra habitación.
GINESA
Y no se espante, señor, que al fín es mozo, y no es
de culpar por su mocedad y fresca joventud.
SOCRATO
Por vida vuestra, ama, que os entréis allá dentro y
miréis por eso poco que en casa queda, no se lo aca-
ben de llevar, que yo quiero ir á denunciar dése
pastor.
56 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
GINESA
Que me place.
( Vase Socratoy entran Fortunay Camila cantando.)
Hija Camila, no penes
ya de fatiga ninguna,
pues ves que contra Fortuna
no valen fuerzas ni bienes.
FORTUNA
^•Habéis visto, mortales, con qué oprobios y me-
nosprecios ha triunfado de mi nombre aqueste Anas-
tasio con sus palabras? Pues por la realidad de mi
señorío le juro que si otra vez de nombre de For-
tuna osare blasfemar, si no le hago sentir en lo poco
que le resta á lo que abastan mis fuerzas y los infor-
tunios que debajo de mi poderosa mano residen.
CAMILA
^•Cómo era aquel nombre que denantes dijistes?
FORTUNA
Anastasio.
CAMILA
^Anastasio? ^-Socrato quesiste decir?
FORTUNA
Antes Anastasio, poique aqueste es su proprio
nombre. ^-No te tengo ya avisada que sé más que
vosotros en vuestra propria hacienda?
57
CAMILA
Así te lo he oído decir.
FORTUNA
Pues calla, que si trabajos é infortunios tanto tiem-
po os han perseguido, yo he sido la principal ocasión
dello, que no sería verdadero mi nombre si con las
obras no lo ejercitase, á unos subiendo hasta la cum-
bre de los soberbios señoríos, á otros haciéndoles ba-
jar hasta hacelles bordonear mendigando. Si no, dime,
Camila: ^tus padres, quién son?
CAMILA
No sé, señora, más de cuanto ese honrado viejo,
que tú llamas Anastasio, he yo tenido por padre; aun-
que después acá he sabido que siendo niña fui echa-
da á sus puertas, y aquél me ha criado hasta en la
edad que estoy.
FORTUNA
Eso es verdad, y por que más manifiesto te sea el
negocio, sábete que aquel con quien te querían casar
es tu legítimo padre, y tu proprio nombre es Calatea.
CAMILA
Asombrada, señora, me tienes. Pero dime de gra-
cia: <*qué suceso tan contrario fué aquel que de tan
tierna edad me apartó de mi agradable y paternal
compañía?
I
58 OBRAS DB LOPE DB RUEDA
FORTUNA
Si4ni rueda estuviera ñja de contíno, pocos casos
sucederían que de admiración tuviesen aparencia;
pero oye, tú sabrás Que tu padre en su joventud tuvo
largo tiempo amistad y conversación con una mujer,
y como las cosas no pueden ser estables, ni durar
para siempre, acordó dejalla y casarse con una hon-
rada dueña, que Sofronia había por nombre, de la
cual tú nascida, la envidiosa mujer olvidada, de pura
malicia que hubo de ver que en la casa de la legíti-
ma mujer y no la suya hubieses nascido, tuvo manera
como hurtada de la cuna donde estabas te encomen-
dase á las fieras en estas montañas que de ti quisie-
sen hacer pasto. Y continuando su mal propósito, sa-
biendo que della y no de otrie se podía tener sospe-
cha, y por no venir en poder de algún riguroso juez,
acordó y artificiosamente se dejó colgar de la gar-
ganta en una rama de un valiente castaño, donde,
dejada la vida, perdió para siempre la esperanza del
cielo.
[camila] 1
Pues suplicóte, discreta señora, que me digas cómo
fui libre de tal trabajo.
FORTUNA .
Yo te lo diré. Unos ganaderos que por allí junta-
mente habitaban te hallaron, y, de compasión que
Falta en el original; está en la de Sevilla.
CAMILA 59
hubieron de ti, lleváronte á su cabana y te mantuvie-
ron tres días con sus noches de la leche que de sus
reses ordeñaban. Pues como en aquel tiempo á So-
crato le hubiese faltado un hijo, echáronte á la puerta
de su majada, y él te ha criado hasta la edad en que
te hallas.
CAMILA
Cosas, señora, me has contado de grande admira-
ción, de lo cual yo he rescebido algún contenta-
miento,
FORTUNA
Pues otro mayor infortunio resta que los prosu-
puestos.
CAMILA
^Y qué infortunios pueden ser que se igualen con
los pasados?
FORTUNA
^Qué? Que yo he revelado á tu padre cómo no podía
casar contigo, haciéndole saber que su hija propria
eres; pero á la verdad, él no sabe si eres muerta ni
viva, porque de mí no pudo saber otra cosa.
CAMILA
Agora paresce que tema mayor enojo contra Anas-
tasio.
FORTUNA
Pues vamos, que yo daré vuelta á mi rueda por
donde todo el trabajo pasado fenezca en agrada-
ble fin.
( Vansey entra mase Alonso^ el barbero,)
6o OBRAS DE LOPE DE RUEDA
BARBERO
¡Oh, deidad soberana! ¡Oh, divinos secretosl [Por
cuántas vías y maneras traes las cosas á su acabalada
cuenta, y cómo permitió tu Majestad que aqueste
casamiento por ser illícito no se celebrase, y agora
hacerme saber cómo esta doncella Camila fuese mi
hija Calatea, pues si es cierta la fama que Socrato ha
divulgado, por mayor desgracia ternía habella per-
dido á tal tiempo, que la sobra del gozo. que hube en
haberla hallado! Agora me conviene con todo rigor ir
á Socrato y demandársela, que no creo yo que será
hombre tan fuera de razón que sabiendo que es mi
hija no me la conceda. Desde aquí quiero llamar:
— ¡ Ah de casa! Sorda debe de estar esta gente. ¡Hola,
hola!
GINESA
^Ya no os han respondido dos ó tres veces.^ ^Quién
diablos está ahí?
BARBERO
Paraos ^ ahí, dueña.
GINESA
¡Dueña! Y ^no tengo otro nombre que dueña?
BARBERO
Pues ^'cómo os han de llamar, decí?, \i doncella?
* «Paros» eu el original. Corregido en la de Sevilla.
CAMILA 6 1
GINESA
Anda con Dios, mase Alonso, ó mase jaula: ^qué
queréis?
BARBERO
^Mase jaula? Al fin, fin, sois mujer, y no ha de dar
el hombre crédito á vuestras palabras. Llama á vues-
tro amo.
GINESA
<*Y todo eso queréis? Pues no está en casa. ¡Bien os
podéis ir!
BARBERO
^•Gómo no está en casa? Decilde que se asome ahí.
GINESA
Harto asomado debéis vos venir.
BARBERO
^Asomado? ^Y á qué llamáis asomado, buena mu-
jer?
GINESA
Anda con Dios, y no me hagáis salir de madre.
BARBERO
¡Oh, cuerpo de mí! Con la cara de lechuza viuda,
bisagüela del romadizo, y ^qué se me da á mí que
salgáis de madre, decí?
GINESA
En áíi ánima si á vos voy, si no os asgo como una
63 OBRAS DS LOPE DB RUEDA
leona. ¿No le veis mi duelo, cara de mochuelo sordo,
cangrejo seco, que no paresce sino inventor de lam-
parones? ¿Dónde estáis, marido? Arma esa ballesta.
BARBERO
Pues bajá vos y él, vieja angosta, más que el mal
año.
GINESA
¿Angosta me habéis dicho? Espera, espera, que yo
haré que os parezca ancha.
SOCRATO
Paso, paso, ama. ¿Qué es esto, señor mase Alonso?
¿No me abasta á mí el enojo que tengo concebido?
BARBERO
Señor, quiéreme matar esa gente de vuestra casa;
mas, señor, ¿hay algo de nuevo?
SOCRATO
Señor, sabrá vuesa merced que sí hay.
BARBERO
Pues dígamelo y no me haga estar suspenso.
SOCRATO
Señor, sabrá cómo he hecho prender im pastor que
se dice Quiral, y ha confesado por su propria boca
que mató á Camila, y vista su confesión, el juez lo
tiene sentenciado á muerte. Yo le prometo que antea
CAMILA 63
de mucho él vaya á tener compañía con la cuitada
ánima de Camila.
BARBERO
¡Oh, válame Dios! Si aqueso es cierto, yo más que
otra persona ninguna me debo quejar. ¡Oh, hija mía
Galatea, quién no te hubiera conoscido, pues al
tiempo que te vine á conoscer te tuve perdidal
SOCRATO
¿Hija llamáis, y Galatea?
BARBERO
Pues ¿quién, señor, la puede llamar hija sino yo,
pues hoy ha decisiete años que nasció en mi casa?
Ora, señor, yo quiero ir y mostrarme parte en este
negocio y hacelle dar á ese pastor la más cruel
muerte que por justicia jamás dafse vido; vamos,.
FORTUNA
¡Ah, mase Alonso! ¡Anastasiol
[SOCRATO] ^
¡Válame Diosl ¿Quién me llama por mi no acostum-
brado nombre?
FORTUNA
La que nunca tiene firme su propósito, y aquella
que siempre triunfa de toda la mortal nasción.
^ En el original y en la de Sevilla se lee Barbbro; pero ea
yerro evidente* /
t
64 OBRAS DÉ LOPE DB RUEÍ)A/
SOCRATO
De buena cosa, señora, te alabas; porque si eso es
así como tú dices, ninguno terna crédito en palabra
que tú le hayas dado.
BARBERO
Señora, ^no eres tú la que anoche me reveló como
Camila es mi hija Galatea?
FORTUNA
Sí, y según las señales te di, ^has hallado otra cosa
al contrario?
SOCRATO
Suplicóte, discreta señora, que me des á conos-
certe, porque con la ignorancia de no saber quien-
quiera que tú seas, no me descuide de blasonar de
obras.
FORTUNA
Tú sabrás que yo soy una mujer que á todo género
de vivientes traigo en balanza. Mi proprio nombre es
Fortuna, señora de lo ques deleitoso y no menos agra-
dable; elemento de aguas, mares y tempestades. Mi
proprio oficio es no tener á ninguno en estado tan
quieto que de mis zozobras salteado no sea..
SOCRATO
-. Luego si eso es ansí^ no en balde me quejaba yo
de ti agora.
65
FORTUNA
Pues por que veas si mis obras conforman con mi
nombre, sábete que el pastor que está sentenciado á
muerte es Selvagio, tu hijo, el cual de Claudina, tu
mujer, nasció.
SOCRATO
¡Válame Dios! ^Y es posible lo que oigo?
FORTUNA
Sí, muy verísimo; porque bien ternas en memoria
que recién casado le diste á tu dueña tres meses de
espera, diciendo que ibas á vueltas de Perpiñán á
cobrar cierta herencia que de tu patrimonio te había
quedado.
SOCRATO
No hay quien nada te niegue, porque todo es ver-
dad.
FORTUNA
Pues tardándote tú más tiempo de lo prometido,
que fueron quince meses, tu dueña, como mujer de
poco sufrimiento, cargando en ciertas alimañas las
cosas manuales de tu casa, con tu Selvagio en brazos
te filé á buscar; y como en aquel tiempo el Coll de
Balaguer hubiesen salteado ciertas galeotas de tur-
cos, entre mucha gente que allí captivaron fué cap-
tiva, y rescibió tanta angustia en su corazón de verse
en poder de infieles, que antes que etnbarcase perdió
la vida; pues viendo los turcos el niño sin madre y
T. 11 5
66 OBRAS DB LOPB DE RUEDA
que no le podrían sustentar, colgado de las mantillas
se lo dejaron en unas ramas de un valiente castaño.
SOCRATO
Pues suplicóte, señora, me digas cómo fué libre de
allí.
FORTUNA
Yo te lo diré. Un hostalero, que allí cerca habita-
ba, lo halló, y como en su mujer no hubiese habido
hijos, lo llevó á su casa y le llamó Quiral, y tiniéndole
por hijo, muerto el hostalero, le dejó mucho ganado
que en el campo tenía. Pues como anduviese entre
pastores la fama de la hermosura desta tu Camila,
viniendo á su noticia, vínose acercando con su gana-
do en estas partes, por ver si con ella podría casarse;
así que su buena ventura le ha traído á tal estado
que está preso.
BARBERO
Y mi hija Camila, ^qués de ella?
FORTUNA
Yo te la restituiré muy de presto en tu poder; y
avisóte, Anastasio, que si á tu hijo quisieres ver vivo,
que apresures tus pasos, porque ya le han senten-
ciado á muerte.
SOCRATO
¡Válame Dios!; sin ningún sentido quedo. Pero,
señor mase Alonso, suplicóte por servicio de Dios,
que si alguna piedad hay en ti, que como te has de
CAMILA 67
mostrar parte para acusar, te muestres parte para
perdonar á mi Selvagio.
'' BARBERO
Levántate, señor Socrato, que todo lo que pudiere
ayudar á tu hijo lo haré de muy entera voluntad,
cuanto más que ningún peligro corre, cobrando como
aquí ofrescido me tiene á mi hija Calatea.
SOCRATO
Cóbrese, señora, para que cobre sano y salvo á mi
hijo.
FORTUNA
Vamos, que todo se hará como vosotros quisiérc-
des.
( Vanse todos tres y sale Pablos Lorenzo, simph
PABLOS
Ora cosa del diabro es esta de mi mujer, que ya
que estaba durmiendo á mi pracer, me fué á recordar
y dijo: «Oíslo, oíslo; levantaos y veréis lo que nunca
habéis visto.» Y así yo estuences me levanté, y como
fuese la fiesta del Corpus Criste, me atavié peor que
si huera un prencipe, y cabalgado en mi borrica, al
salir por la puerta encontré con un monecillo. (Dios
nos librel destos que van á coger el diezmo ó premi-
cias de los pollos. Y bien dicen que no hay más mal
pronuéstico que el hombre casado á la salida de la
puerta topar mónecillos, ó zorras, ó lechuzas. Ora
6^ OBRAS DB LOPB DB RUBDA
¡susl, yo quiero llamar. — jOíslo, oíslol |Ah, Ginesa
de Bolaños! ^No me oís, ó no me queréis abrir?
GINESA
^Quién diablos está ahí? ¡Ay, maridol Y ¿cómo ve-
nís? ¿Qué gesto es ése?
PABLOS
Tus porhidias son, mujer, que poca necedad ^ tenía
yo dir á ver la fiesta y el festejen, |que creo que se
xne ha mudado el tono de la voz como la color de los
vestidos con la caída que di.
GINESA
Pues ¿cómo caístes, ó quién os hizo caer?
PABLOS
¿Diz. que quién? Yo te lo diré, mujer. Al tiempo
que yo y la burra estábamos embebecidos mirando el
rueco ó la rueca del hijo prólogo, ó como se llama.
GINESA
¿El carretón del Hijo pródigo^ querréis decir?
PABLOS
Sí, sí, del Hijo hipócrito, allegó uno destos del rey
Adoras para darme con su nariz de vejigadas, y á
mala ves me quiso dar, que de vello se espantó la
burra dando á correr y saltos y pernadas. En esto
^ Así en ambos textos.
¿AMILA 69
decía la gente: «¡Válate Dios, hombre; válate Dios,
hombre!» Yo, por mirar por quién era tanto «[válate
Dios!», vine á caer dentro de una acequia, y viéndome
^ zapuzado, dije entuences: — ¡Tate!, por mí lo decían,
GINESA
Por cierto que venís lindo, marido.
PABLOS
^Que te paresce que vengo bien? Tal te dé Dios
la salud, amén. Anda, entremos en casa y vestirme
has otra camisa limpia.
GINESA
^No sabéis qué ha enviado á decir nuestro amg
Socrato?
PABLOS
^Qué, si Dios te dé salud?
GINESA
Ques parescida Camila.
PABLOS .
¡Cómo! <No era muerta? ^Ya resositó?
GINESA
Oí la historia. El mayoral de San Lázaro...
PABLOS
^Y esa es la historia?
GINSSA
Sí, marido. • ^
70 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
PABLOS
|Ohi qué linda historia, mujer! jQué buen prence-
pio lleva! Vaya.
GINESA
Yendo á visitar á ciertos enfermos que en el cam-
po tenía, vido estar la moza en un brocal de pozo
llorando á lágrima viva.
PABLOS
¿A quién, á la historia?
GINESA
Que no, sino á Camila. Oí si queréis. Y como el
mayoral tenía conoscencia con Quiral...
PABLOS
¡Oh, qué sabrosa historia! Ya me paresce que la
voy entendiendo.
GINESA
Sabiendo que por ella estaba á muerte condenado,
tómala á las ancas de un rocín.
PABLOS
¿Á la historia?
GINESA
[Válaos quien quiera! A Camila, digo, y trájola, y
Éillegó al mejor tiempo del mundo^
PABLOS
¿Quién, el rocín?
)
CAMILA 71
GINESA.
Paresce que no me entendéis, marido.
PABLOS
Á decirte la verdad, mujer, bien te entiendo, pero
no sé lo que te has dicho. Cata, viene mosamo y
mase Alonso y Camila y una chaclada dellos; entré-
monos dentro en casa.
{Entran Socratoy mase Alonso y Camila y Qutral,
todosjuntos.)
BARBERO
¡Oh, regocijado día! ¡Oh, próspera fortuna y cómo
una tan horrible tempestad en tanta alegría has con-
vertido!
SOCRATO
Señor mase Alonso, si del cielo ordenado no estu-
viera, claro está que ni tú de Galatea, ni yo de mi
Selvagio, hubiera ^ sabido.
BARBERO
Es ansí, señor; que sola una hoja del árbol no se
mueve sin la Providencia divina.
SOCRATO
Ora, hijo Quiral, ^qué te movió confesar con tu
propria boca que tú habías muerto á Camila?
Así en los dos textos.
72 OBRAS DB LOPE DB RUBOA
QUIRAL
Señor padre, era tanta el angustia que mi corazón
rescibió en saber que Camila era ausentada y no-
parescía, que tuve por mejor confesar que la había
muerto que dejalla de ver y visitar en aquellos luga-
res donde descuidadamente ver solía.
SOCRATO
Por cierto, hijo, si ello es ansí, en gran cargo sois,
hija, al que presente tenéis; y por tanto, señor mase
Alonso, te suplico que se la concedas por mujer.
BARBERO
Señor Socrato, pues tú te la criaste y has tenido
por hija hasta aquí, ^quién si no tú le puede desear
tüdo bien? Vesla ahí; haz, con ser ella contenta, todo
lo que tu voluntad quisiere y como á tu honra y la
mía mejor convenga.
SOCRATO
íQué decís, hija?
CAMILA
Digo, señor, que yo soy la dichosa, y haz de mí lo
que por bien tuvieres y ordenares,
SOCRATO
Pues, hijo, abraza á tu esposa.
QUIRAL
Señor, que me place.
^
CAMILA 73
BARBERO
Dios OS dé SU bendición, hijos,
SOCRATO
Señor mase Alonso, entrémonos, y celebrarse han
las bodas muy cumplidamente.
BARBERO
Como vue&a merced mandare. Señores, perdonen,
porque aquí se da fin á nuestro Colloquio,
FIN DEL COLLOQUIO DE CAMILA
COLLOQUIO .
DE TYMBRIA
MVY ELEGANTE Y GRACIOSO, COMPUESTO POR
EL EXCELENTE POETA Y REPRESENTXTE LOPE
DE RUEDA, INTRODUZENSE EN ÉL LAS PERSO-
NAS BAXO ESCRIPTAS.
SüLco, ganadero,
Lbko, simple.
Tymbria, pastara,
Troyco, pastor,
IskChAO^pastor,
AsoBRio, pastor.
Violeta, criada, pastora.
FULGBNCIA, fugra.
Abruso, pastor.
Mbsiflua, cotno Harpía.
INTROITO Y ARGUMENTO
QUE HACE EL AUTOR
En un muy frutuoso llano, y no menos agradable
que repleto de abundantísimo herbaje, casi en los
fines de la Extremadura (muy magníficos señores),
residiendo Sulco, rico cabañero, yendo en busca de
una fes perdida, halló desamparada de padre y ma-
dre entre unas matas zollozando una hermosa niña,
la cual llevando á su majada y atetándola á una man-
sa y regalada chiva que tenía, llamada Tymbria, la
sustentó y crió, poniéndole su nombre, en gratifica-
ción de habelle dado la destilada leche de sus tetas.
Cresció tanto en gentileza, criándose en el pastoral
ejercicio y amparo de Sulco, esta pastora Tymbriá,
que de muchos fué recuestada y de todos por su única
hija tenida. Si están atentos vuesas mercedes, verán
cómo y de qué suerte se viene á descubrir cuya hija
es, y también Troyco, que en hábitos de pastor va,
siendo mujer; y queden con Dios.
Comienza el colíoguio Sulco, cabañero.
SULCO
lOh, divinal sin medida, Hacedor que todo el uni-
verso con tu piadosa mano riges y gobiernas, y cada
cosa á su divina ordenanza acabalas, conmueves,
apriscas y reducesl jOh, en cuánta obligación te es el
hombre, pues con tanto recolmo de beneficios sus
bienes le allegas y en tanta abundancia les haces
cfescerl ¡Cuánto yo, más que otra criatura alguna,
inmensas é inseparables gracias te debo, pues tan
abundosamente el doméstico ganado nuestro, pacien-
do por estas dehesas, breñales, surcos, laderas y ris-
cos, tu guarda los guarda y tu amparo los defensa,
sin que del malvado y salteador animal sea dismi-
nuido ni descabalado; y más por la ordenanza [con]
que tú guiarlo sabes á los debidos y cabales meses y
á la dichosa ganancia de la nueva cría, y á los blan-
cos vellones de la merina lana, que á colmadas ma-
nos en nuestras casas nos rindesl ^Qué diré, pues, de
la natural orden con que á sus tiempos de preciados y
tiernos quesos alguna partecilla de las instancias ^
nos ocupan? Y de lo que yo más preciar me debo es
que al cabo y cuento de la vejez mía, de una tan ho-
nesta y recogida zagala, quien, después de mis días,
^ Asi en el original. En la de Sevilla «estancias».
78 OBSAS DB LOPS OS RüBDA
mi hacienda señoree, tutor 6 padre adoptivo me he-
ciste; que ya que de ligítimos hijos no fuiste servido
hacerme digno, con la pastora Tymbria, habida por
tan extraño caso, alegre y contento me soy tomado.
Y si el oir no mengaña, su hablar siento, que á los
pasos perezosos de Leño, mozo nuestro, su delica[da]i
voz endereza.
TYMBíaA
Si los largos días, hermano Leño, en espaciosas y
prolijas noches contra todo curso de naturaleza se
convertiesen, aun creo que te faltaría tiempo para
dormir, de suerte que ni por tu causa hacienda se
hiciese, ni por industria tuya el ganado se apacentase.
LEÑO
Que no, sino ándate ahí, hermana Tymbria, cada
mañana con tus importunidades despertando á todos,
que no semejas sino matraca de convento, según las
porradas pegas al hombre en los oídos. La mejor del
mundo eres, hermana, para gruazo, á quien la mana-
da de las grullas tienen por despertador, que si el
otro duerme, como dicen, con el guijarro en la mano,
tú con las alas en la luenga 2.
TYMBRIA
En verdad, hermano Leño, que no pensé que sabías
tantos cuentos; ^quién demonios te enseñó aquesas
historias?
* También en la de Sevilla dice cdelica». Qnizá haya querido
decir «célica».
* Así en los dos textos.
TYMBRIA 79
LEÑO
¿Quién? El primer amo que tuve.
TYMBRIA
¿Tan sabio era? ¿Qué hombre era ése, ó qué arte
de vivienda era la suya?
LEÑO
¡Arre allá! ¿Diz qué hombre era el otro? Bien sé
que si hombre huera, no pudiera deprender tanta re-
tórica.
TYMBRIA
En verdad que te creo.
LENO
Mas no me creyeses ^,
TYMBRIA
Pues si no era hombre como tú dices, ¿qué po-
día ser?
LENO
Mira, por vida vuestra, ¿qué va de hombre á nigro-
mántulo viudo?
TYMBRIA
¿Nigromante, hermano Leño?
En la de Sevilla «creyesedes».
8o OBRAS DE LOPB DE RUEDA
LEÑO
Pues ¿de qué piensas que salí tan entremetido? ^
TYMBRIA
¿Y estuviste mucho con él?
LEÑO
Nasc{ en su casa.
TYMBRIA
¡En su casal Luego tu madre cortesana era.
LENO
Como cortesana, era la más descortés mujer que
había en el mundo.
TYMBRIA
Digo que debía ser parienta de tu padre.
LENO ^
Mira tú cuan parientes eran, que de puro paren-
tesco se atrevían acostar juntos; y aun muchos quie-
ren decir que me abuchaba á mi padre Antón García
como si fuera su hijo.
TYMBRIA
^Quién era ese Antón García?
LENO
^No te digo que aquel nigromántulo viudo que me
crió?
^ «Entremetidos» en el original: corregido en la de Sevilla.
TYMBRIA Si
tymbria
Desa manera borde eres tú,
LEÑO
¡Ojalá! Á lo menos cuando fuese mayor, teniendo
buena voz, pues me viene de herencia, con unas coho-
chas 1 que yo tuviese y rapada la barba, podría hom-
bre entrar de hoz y de coz en grado de nigromán-
tulo.
SULCO
Tymbria, hija, ^xon quién lo has?
TYMBRIA
Acá lo he, señor, con nuestro Leño.
' SüLCO
Pues ^qué hay?
LEÑO
Señor mosamo, ^ya está él acá?
SULCO
Si, acá estoy; ¿por qué lo dices?
LENO
ILa madrugada es boba.
SULCO
¿Tan temprano te paresce?
^ En la de Sevilla «colochas»»
T. u
82 OBllAS DS LOt>B DB RUBDA
LEÑO
Señor, á la cuenta de mis ojos, aun es prima no-
che, mas á la del estómago ya pasa del mediodía.
SÜLCO
Desa manera podráse decir por ti ; lo que al híga-
do daña al bazo aprovecha.
LEÑO
Así me paresce.
SULCO
Está bien. ^Qué orden se ha dado hoy, hija Tym-
bria, en la guarda del ganado?
TYMBRIA
Señor, Isacaro, el nuestro zagal, rato ha grande
que con el cabrío ganado por las pasaderas del arro-
yo guijoso, al vado del ciervo le sentimos pasar; de
suerte que ya creo que. será en la falda del encinar,
si no me engaño.
SULCO
^Y Asobrio?
TYMBRIA
Asobrio, señor, con Violeta va repastando el ga-
nado ovejuno,
SULCO
(V Troyco, hija?
TYMBRIA ¿3
TYMBRIA
En la compañía va de Isacaro.
SULCO
Grande es, ¡oh, mi amada Tymbria!, la enemistad
que Isacaro tiene con el nuestro pastor y envidiado
Troyco, y por ser tan mozo es en demasía ligero y
de grandísimo corazón.
TYMBRIA
Allá va con el arco y aljaba y flechas, que verda
deramente no semeja sino amenazar los aires, según
el denuedo lleva.
SÜLCO
Pues Leño, hija, ^no será bien dalle en qué ocupe
el tiempo?
LEÑO
Harto ocupado lo tenía yo si me dejaran; ^no le de-
cía 30 que tus voces, Tymbria, me habían de echar
en falta con señor?
TYMBRIA
¡Yol ^En qué falta. Leño?
LEÑO
^No te paresce que hubiera yo aventajado,' des-
pués que me levanté, buena hora y media de un
sueño, que ansina me iba en pos del como abejoruco
tras moixquitos ó como lechuza tras lámpara de hos-
pital?
OBRAS DB LOfB DB kOBDÁ
TYMBRIA
Ciertamente yo tengo la culpa por haber caído á
causa nuestra en deservicio tan notable.
LEÑO
Tú te lo dirás todo; ya vas cayendo, como dicen,
en la necedad.
SULCO
Habla sin mote, Leño.
LENO
(Diz que hable sin mote? Después de ido el con-
sejo quieren tomar el conejo, como dice allá el proe-
mio ó rufián.
SULCO
^Qué diablo de rufián ó proenio? Proverbio ó re-
frán querrás decir,
LENO
Yo creo que sí, que el trascueco de las palabras
débelo de causar ser yo nieto de una santiguadera.
SULCO
^Santiguadera fué tu agüela? -
LENO
¡Mira qué milagro! Y aún...
SULCO
^Y aún qué?
TVMBRIA 85
LEÑO
Que no es nada.
TYMBRIA
Dilo, acabemos.
LEÑO
No querría ser descubierto por cuanto valgo.
SULCO
No, Leño, que del secreto 'nuestro puedes asegu-
rarte á fe.
LENO
Pues alce el dedo.
SULCO
Helo aquí.
TYMBRIA
Y el mío también.
LEÑO
Que no, sino como ella era una bienaventurada y
andaba de noche de encrucijada en encrucijada, acha-
cáronla que era algo bruja, y la cuitada dejóse azotar
de pura nobre.
TYMBRIA .
Pues aqueso no es nada.
LENO
^No á la he? Mas, señor, dígame vuesa merced ques
mayor que nosotros: ^ha visto obispa hembra en toda
su vida?
86 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
SULCO
No, por cierto.
LEÑO
Pues mi agüela, santa glolla haya, lo fué toda una
tarde dencima de una escalera con su mitra y todo,
que por otro nombre revesado se llama coroza.
TYMBRIA
^Y echaba la bendición desde allí?
LENO
Mas antes maldecía una banda de mochachos, que
no páresela encima della sino banda de estorninos
sobre olivo, cuando tiene maduro el fruto.
TYMBRIA
^Cómo, Leño hermano?
LENO
Par que ^ como ellos no sabían el uso ni habían
visto en toda su vida obispa tinta en bruja, así me-
nudeaban sobre ella pepinazos y berenjenazos como
granizo sobre tejado.
SULCO
^En fin...?
LENO
En fin, señor, que ya que se quería poner el sol
quítanla de su trono y llévanla encima de un asno,
^ Así en ambos originales.
TYMBRIA ' 87
todavía con su guirnalda en la cabeza, acompañada
de tanta gente, con tanta honra como vea yo plegué
á Dios á la señora Tymbria.
TYMBRIA
Yo dejo de recebir tan buena voluntad. Leño.
»
SULCO
Por cierto, Leño, que nos holgamos mucho con
vuestro tan buen aviamento: y agora, ^esa tía vues-
tra, es viva?
LEÑO
Señor, viva creo que será, que no era ella mujer
tan mal acondicionada que se había de dejar morir
sin dar cuenta á sus parientes, aunque algunas len-
guas chismosas quieren decir que la quemaron en
Cuenca.
TYMBRIA
lAh, moramaza! ^ ^Y por qué. Leño?
LEÑO
Por lo que denantes dije.
SULCO
Ora isusl. Leño, entra, que ya es hora que se lleve
el recado á la gente del campo.
LEÑO
Llévese, señor.
^ £n la de Sevilla «noramaza».
88 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
SULCO
Y vosj hija amada, ¿qué pensáis hacer?
TYMBRIA
Señor, con las paridas me iré mansa y reposada-
mentcj porque las crianzas de las delgadas yerbas que
entre las nuevas matas de los ásperos tomillos rebro-
tan puedan gozar, y en siendo la hora acostumbrada,
las acarrearé hacia los nocturnos albergues.
SULCO
Amada Tymbria, ve norabuena; que entretanto
será bien que yo dé vuelta á requerir los sitios y
pastrjs para que á un mismo tiempo nos recojamos á
la estancia nuestra.
TYMBRIA
Aman tí simo padre, Dios lo guíe.
SULCO
É á ti, Tymbria, te guarde y acompañe.
LEÑO
SeñOFj no se le olvide el secreuto.
SULCO
¿Qué secreto. Leño?
LEÑO
[Qué olvidadizo es, válame Dios! Aquello de mi
agüela; ^rno se miembra que dije que le habían orde-
nado de chamusquina?
TYMBRIA 89
SULCO
Ya^ ya; no me acordaba; pierde cuidado, y ve en
buen hora.
LEÑO
Que me place.
(Éntrame iodos jf sale Mesiflua en figura de harpía
y dice):
¡Cuántos trabajos y miserias se sufren en esta mi-
serable vida por el flaco y femenino linaje! Los cua-
les yo, la sin ventura Mesiflua, sustento desde aque-
lla hora y desgraciado punto que la malvada Ambro-
sia, saoidora grande de las mágicas y diabólicas artes,
á mi hermano Abruso, padre de Urbana, que agora
en nombre de Troyco y en hábito pastoril por estas
partes habita, de dentro de un grueso y valiente
tueco de robre encantado tiene, y á mí en fiera har-
pía dejó convertida. Y todo esto hizo á causa de yo
no consentir que casase Urbana con Isacaro, por ser
los dos hijos de mi hermano naturales; porque la Ur-
bana fué hija d&^Sira, y muerta, casó mi hermano con
esta Ambrosia y hubo á Isacaro; y por no ser lícito
este casamiento, en hábitos de pastor la transporté en
manos de Tartario, hombre anciano y de nación moro,
habitador en las montañas, y siendo de edad debida,
á los terribles osos y valientes y feroces jabalíes con
el encorvado arco á matar enseña. En fin, que ausen-
tada, Isacaro, por lo que la madre había intentado,
desaparesció; y como por este respecto la malvada
Ambrosia nos dejase encantados, dejándose despe-
90 OBRAS DB LOPE DB RUEDA
ñar desde encima de un gran raudal y corriente de
agua, dio fin á su vida, dando su dañado espíritu á
las infernales sombras para in etemum; y agora nues-
tro hado ó fatal estrella (según está permitido) y el
tortario, moro, nos declara y dice que por esta moza
Urbana, sobrina mía, yo y mi hermano Abruso sere-
mos presto en libertad restituidos. ¡Sus!, voime, que
1d5 pasos de Isacaro y Troyco, sobrinos míos (y en-
tre sí no conoscidos), siento, los cuales sobre celos de
Tymbria vienen competiendo y litigando.
{Vase Meliflua y salen Isacaro y Troyco.)
ISACARO
Si acaso ó por ventura, Troyco, alguna repunta de
cortesía ó de buen natural en tu rústica persona se
asentase, ni yo de tu ^ tan quejoso y áspera y mal-
vada condición viviría (sic), y tú dejarías de hacer
aquello que á la conversación nuestra y amistad es-
trecha que me solías mostrar eras obligado. Mas
como tu dañada intención de lo bueno á lo no tal
esté cambiada, ni yo sin queja de ti podré vivir, ni
aun tú ni yo sin recelo de perder la vida nunca itos
podremos asegurar. ^Cuál es la causa, Troyco, que
habiendo sido tú de mí muchas y diversas veces per-
! suadido y amonestado que delante la hermosa Tym-
I bria lo menos que posible fuese te procurases de
mostrar en juegos, en bailes, en correr, en ligeros
saltos, poniendo premio contra otros zagales, en en-
Así en los originales.
TYMBRIA 91
clavar con la ligera flecha á los pequeños blancos, ni
en otros ejercicios y gentiles pruebas has hecho lo
contrario? ^Ó es que tú me tienes ya en tan poco que
de mí no haces caudal, ó es que tu persona tienes en
tanta estima que de nadie ser anticipado haces cuen-
ta? Mira, mira, Troyco, si tal imaginas ó piensas, sá-
bete que en la mitad de la cuenta vives engañado.
Por eso haz de tu voluntad propria lo que de fuerza
serás constreñido de hacer, lo cual cumpliendo lo
uno, como dicen, seremos de aquí adelante fieles
amigos, y lo otro, excusarás que ;tú á mí ó yo á ti nos
busquemos con asechanzas ^ lo último de la vida.
TROYCO
Si tú entendieses, joh Isacaro!, cuánto con tus ame-
nazas soy escandalizado, ni tú darías tanta soltura á
tu lengua, ni menos tu brioso corazón, impedido de
malvados celos, dispararía por la infernal boca tan
ponzoñosas palabras, envueltas en tantas diferencias
de amenazar al que nada te debe, ni en tal negocio,
ni en otro que ofensarte pensase te es en cargo. Ni
tampoco pienses, Isacaro, que en el generoso pecho
de la pastora Tymbria pensamiento alguno endere-
zado á repunta de deshonesto amor se asentase. Pero '
ven acá, veamos: <*qué parte eres tú ni yo para que
una zagaleja tan recogida, sus honestísimos ojos en
ninguno de los dos con deshonesto mirar asestase?
Vete, pues, malicioso, y no des lugar á ofender con
^ Asi en ambos textos.
92 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
tus acelerados intentos el casto corazón, ni permitas
menos que tu alevosa lengua dispare cosas tan ocio-
sas ni de tan poco provecho; especialmente que, pues
del nuestro Sulco eres como yo jornalero, no alter-
ques á proponer cosas con que la hija suya y tu se-
ñora y mía difamada sea.
ISACARO
^Cómo quieres, ¡oh Troyco!, solapadamente y so
color de lisonja soldar tus traiciones, siendo enten-
dido todo lo que tu pésimo corazón no puede encu-
brir? Pero pues ansí con tu aprobada malicia quieres
enclavar mis palabras, con el ánimo fidelísimo pro-
nunciadas y dichas voime, que á tiempo seremos
donde de lo que has delante de mí propuesto te
haga arrepentir.
TROYCO
Vete, que yo espero que en ese mismo tiempo que
dices me habrás de demandar perdón de haberme
ofendido sin tenerte culpa ninguna.
( Vase Isacaroy sak Leño, simple.)
LENO
|Ah, Troyco! ¿Estás acá?
TROYCO
Sí, hermano; ¿tú no lo ves?
LEÑO
Más valiera que no.
TROYCO
^Por qué, Leño?
LEÑO
Porque no supieras una desgracia que ha sucedido
harto poco ha.
TROYCÓ
^Y qué ha sido la desgracia?
LEÑO
^Qués hoy?
TROYCO
Jueves.
LENO
jjuevesl ^Cuánto le falta para ser martes?
TROYCO
Antes le sobran dos días.
LEÑO
Mucho es eso; mas dime: ^suele haber días aciagos
así como los martes?
TROYCO
¿Por qué lo dices?
LEÑO
Pregunto, porque también habrá hojaldras desgra-
ciadas, pues hay jueves desgraciados»
TROYCO
Creo que sf.
94 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
LEÑO
Y ven acá; si te la hubiesen comido á ti una en
jueves, ^en quién habría caído la desgracia, en la ho-
jaldra ó en ti? /
TROYCO
No hay duda, sino que en mí.
LEÑO
Pues, hermano Troyco, aconhortaos y comenzad á
sufrir y ser paciente, que por los hombres, como di-
cen, suelen venir las desgracias, y éstas son cosas de
Dios. En fin, y también según orden de los días, os
podríades vos morir, y como dicen, ya sería recom-
plida y allegada la hora postrimera, rescebildo en pa-
ciencia y acordaos que mañana somos y hoy no,
TROYCO
¡Válame Dios, Leño!; <es muerto alguno en casa,
6 cómo me consuelas ansí?
LEÑO
¡Ojalá, Troycol
TROYCO
Pues (qué fué? ^No lo dirás sin tantos circunlo-
quios? ¿Para qué es tanto preámbulo?
I^ENO
I Cuando mi madre murió, para decírmelo el que me
I llevó la nueva, me trajo más rodeos que tiene vuel-
tas Pisuerga ó Zapardiel,
TYMBRIA 95
TROYCO
Pues yo ni tengo madre, ni la conoscí, ni te en-
tiendo.
LEÑO
Huele ese pañuelo.
'^ TROYCO
Y bien, ya está olido.
LE NO
^Á qué huele?
TROYCO
A cosa de manteca.
LENO
Pues bien puedes decir aquí hué Troya.
TROYCO
¿Cómo, Leño?
LEÑO
Para ti me la habían dado, para ti la enviaba reves-
tida de piñones la señora Tymbria; pero como yo
soy, y lo sabe Dios y todo el mundo, allegado á lo
bueno, en viéndola, así se me hueron los ojos tras
ella como milano tras pollera.
TROYCO
¿Tras quién, traidor? ¿Tras Tymbria?
LEÑO
Que no, válame Dios; que empapada te la enviaba
de manteca y de azúcar.
^ OMláÉ ds lopb db rubda
TROYCO
^La qué?
LEÑO
La hojaldra, ¿no lo entiendes?
TROYCO
¿Y quién me la enviaba?
LEÑO
La señora Tymbria.
TROYCO
Pues ¿qué la heriste?
LEÑO
Consumióse.
¿De qué?
De ojo.
¿Quién la ojeó?
Yo, mal punto.
¿De qué manera?
LENO
Ásenteme en el camino.
TROYCO
¿Y qué más?
LEÑO
Tómela en la mano*
TROYCO
LEÑO
TROYCO
LENO
TROYCO
97
TROYCO
¿Y luego?
,LENO
Probé á qué sabía, y como por una banda y por
otra estaba de dar y tomar, cuando por ella acordé
ya no había memoria.
TROYCO
En fin, que te la comiste.
LEÑO
Podría ser.
TROYCO
Por cierto que eres hombre de buen recado.
LEÑO
^Á fe que te lo parezco? De aquí adelante, si tru
jere dos me las comeré juntas para hacello mejor.
TROYCO
¡Bueno va el negocio!
LENO
Y bien reñido y con poca costa y á mi contento.
Mas ven acá: ^quiés que riamos un rato con Tymbria?
TROYCO
^De qué suerte?
LENO
Puédesle hacer encreyeñte que la comiste tú, y
como ella piense ques verdad, podremos después tú
T. II 7
qS obras D£ LOPE DE RUEDA
y yo reir acá de la burla, que reventará reyendo;
¿qué más quíés?
TROYCO
Bien me aconsejas.
LEÑO
Agoni, en fin, Dios bendijo los hombrea acogidos
á razón; pero dime, Troyco : ¿sabrás desimular con
eílasin reírte?
TROYCO
¿Y de qué me había de reir?
LENO
¿Xn U: [larescc ques manera de reir hacelle encre-
yentc que tú te la comiste, habiéndosela comido tu
amigíj l.cn<>?
TROYCO
üicfs >iabiamente; mas calla; vete en buen hora,
que }'o quiero dar vueltas sobre aquestas lagunas,
que podrá ser con el arco matar alguna caza con que
á lu noche nos holguemos.
LEiro
E.^o me contenta. Di, Troyco: ^'quiés que le diga á
la señora Tymbria que te haga otra un poquillo ma-
yor que la traspuesta?
TROYCO
Di lo que quisieres.
LEÑO
^Convidarme has á ella?
TYMBRIA
TROYCO
^Y á qué te tengo de convidar, si tú eres tan bien
comedido que aun ver no me las dejas?
LEÑO
jVálame DiosI ¿Y cómo no sientes que comérme-
las yo de buen comedimiento procede?
TROYCO
Eso es verdad.
LEÑO
Pues yo te prometo, si otra me encomendaren, do
ser más bien comedido.
TROYCO
¿Cómo, Leño?
LEÑO
Que aun el olor donden ^ me la dieren no te
quedará allí si yo puedo.
TROYCO
Hazlo ansí, y vete con Dios.
LEÑO
En fin, diréle allá que has almorzado muy á tu
sabor.
TROYCO
Bien puedes.
* Así en el original. En la de Sevilla «donde».
IDO OBRAS DB LOPB DE RUEDA
LEÑO
Rettjzándome va la risa de la burla que le tenemos
de hacer si sabes disimular.
TROYCO
iOh| pobre de ti, señora Tymbria, y cuan engañada
vives cuiimigo! Verdaderamente, si tú alcanzases que
i5oy mujer como tú, sé que el amor que agora me tie-
nes cu perpetuo aborrescimiento lo cambiarías, ni
tampcictj el pastor Isacaro tan rodeado viviría de mal-
vados celos contra mí. Mas ¡ay triste! Callar me cum-
jile y entrarme de presto, que veislo do asoma,
(Sdi^e Troycoy entra Isacaro.)
ISACARO
¿Agora podráme negar Troyco, según soy infor-
mado por Leño, el mozo de casa, sobre cierta hojal-
dra que Tymbria le enviaba, que no se amen oculta
y secretamente los dos? Vaya, que pues en abierto
quedó nuestro pleito, yo seré contigo presto, Troy-
co, con mi demanda. Mas con todo, veamos á do
bueno va Violeta con Fulgencia la negra.
VIOLETA
Buenos días, hermano Isacaro.
ISACARO
líc^rniana Violeta, en buen hora vengas; mas ^qué
bueníjs días quiés que tenga el que jamás espera
haber hora de contentamiento?
tvmbría tor
VIOLETA
Noramaza sea.
ISACARO
^De do bueno, hermana?
VIOLETA
De aquí venimos yo y Fulgencia, de coger ciertas
raíces de no sé qué yerbas.
ISACARO
¡Ah, señora Fulgencia! <Cómo se nos desvía tanto
allá? jVálame Dios! (No nos quiere hablar?
FULGENCIA .
Sí, por cierto, siñor; fablamo y servimo á buena fe;
ya ve, como la persona samo tan negro cerradaz y
recogidaz, anque samo na campos, no te maraviya
vosa mercé, y como tampoco sa forana esa cayando,
que no lo asamo decir óxete ni móxete.
VIOLETA
¡Mira la galga! ^No veis cómo hace de la honesta y
qué negra gravedad tiene la perra, cara de mirla en-
jaulada?
FULGENCIA
Sa la verdad, por cierto, que tenemo un poquito la
color morenicas; mas costarse la voz un ojo y tuerto
la otro y tenga la voz la faisón de mi caras.
OBRAS DB LOPB DB RUEDA
ISACARO
iVákme Dios! ^Y no se ve? ¡La diferencia es boba!
VIOLETA
Sfj si; dígale aquesto á la ximia, y ponérsenos ha
jnáü hueca que pega con arracadas.
FÜLGENCIA
jAy, mandaría, testimoñera! Dígame, siñor Sacaro:
^yo la úcnt la cara como ximia?
ISACARO
Calla, señora Fulgencia; déjala devanear, que como
es muchacha, no entiende lo que se dice. A mí, que
te quiero como á mi vida, me paresces ^ tú bien, que
á lús otros siquiera los cuelguen.
FULGENCIA
Turo me lo conozco, turo me lo entiendes; ma
samo corrido que delante que bien quiéresme ofren-
tar aquesa rapaza.
ISACARO
Que ]jor eso, señora Fulgencia, no se os dé un
pelo, que todos somos de casa, especialmente que
elJa es tan bien acreditada conmigo cuanto de su
hermosura tengo noticia que no hay que parar en
nada.
I «Fúit;^ce> en los ori^nales.
ÍYMBRTA 103
VIOLETA
Sí, SÍ, jválame Diosl; no tuviese ella un poquito la
color de oliveta de Mallorca, que lo demás, ^qué le
falta?
FULGENCIA
Mira, fiya, la pan morenicas llevas la terraz. Por
ciertoz, siñor Sacaro, la utro día me miraba con la
pejo de siñora Tymbria, y no lo digo porque labas,
ni porque san yo, mas un cara, un cara, ¡mira vosa
mercé!
ISACARO
Sí; guárdenos Dios.
FULGENCIA
Pues ofrézcote á lo diabros, la diferencia la tienes.
VIOLETA
A lo menos tiene la cara como la luna.
FULGENCIA
^Pues qué mientes, machacha?
VIOLETA
^No digo yo, señora Fulgencia, que miente vuesa
merced? Que no hay diferencia de su cara á la luna
cuando está eclipsa,da, querrá ella decir.
FULGENCIA
jAy, maldita que te veas, picudas, maliciosas!
104 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
ISACARO
Mejor me parescería pasar el tiempo en otra cosa
que no amordazaros con palabras. Pero dime, señora
Fulgencia : ^tiéneste la voz que solías tener?
FULGENCIA
¡Ay, siñor mío Jesúl Agora major que nunca, por
ciertos.
ISACARO
Pues hágame una merced, que yo tañeré mi guita-
rra, que cante un poquito.
FULGENCIA
Guárdeme Dios na diabro, no me la manda. ^No
mira que samo refriados y pechigona?
ISACARO
Como quiera, señora Fulgencia, parescerá bien.
FULGENCIA
¡Ay, siñor! Y tanto me la jura, que no sa razón
quebrantemos juramentos, aunque á mi ánima que
me na cupa mucho na vergüenza.
VIOLETA
Entónesenos la lechuza.
FULGENCIA
Ora vaya; tañe la Comendadoras ^.
^ En la de Sevilla falta lo que dicen Violeta y FUI4QENCIA
en este lugar.
tVMBRIA 105
CANCIÓN
La Comendadoras
por mi mal me vi,
amarga te veas
cuitara de mí.
La Comendadoras
de Casalava
salí de Sevilia,
enora mala
para la vosotros
quien no la daba
y á lo pajesicos
que van pos de ti.
La Comendadoras.
ISACARO
La merced, señora Fulgencia, ha sido muy grande
para todos, especialmente para mí; pero porque es
tarde, quiero dar la vuelta, ques hora de recoger el
ganado. Señora Fulgencia, ^querráme abrazar?
FULGENCIA
¡Jesú, Jesú, tal decir á una dueñas tan honradas
como yo la so!
VIOLETA
Hágalo, por vida de la cuerva.
FULGENCIA
jAy, putiñas, cabuetas, descaradasl
106 OBtlAS DB LOt>B DE RÜBt>A
ISACARO
¡Eh, que aquí bien puede pasar!
FULGENCIA
I Quítate allá, arredro vaya, mal beso, mal diabrosl
ISACARO
Adiós, mi señora Fulgencia..
FULGENCIA
Sí, por ciertoz; muy contento va goras por bra-
marme.
VIOLETA
jVálame Dios! Es para perder el seso.
FULGENCIA
¿No callarás, pu tilla? ¡Ay, qué mala machachal
¡Qué mal brasada te veas aquesa yengua! Aunque
Dios la quiera hacer merced á la personas, no pode-
mo contigos.
VIOLETA
¿Sí? ¡Guárdenos Dios! Está el otro que se muere
por ti.
FULGENCIA
Vo me la sanare á la lumbre de mi caras y de.
mi ojos.
VIOLETA
Anda, vamos, acabemos.
TYMBRIA 107
FULGÉNCIA
¡Ay, siñor! Pleguete á vos que ante que la térra la
echa sobre la ojo, me vea yo casados con mi que-
ridos,
{Éntranse Violeta j^ Ftdgenciay sede Asobrio, pastor.)
ASOBRIO
La soledad y falta de contraria y rústica conver-
sación á los afligidos corazones muchos afirman que
suele dar contentamiento y descanso, y asimismo á
los que de tan ponzoñosa yerba son tocados. ¡Ay,
fortuna cruel, cuánto yo más que otro ninguno de tu
crudelísima condición me debo querellar, pues por
tu malvada desorden, acompañada de la tirarfla de
aquel desapiadado de Liceno, mi hermano, de señor
en un pobre jornalero me he convertido, viniendo á
parar en casa de Sulco por huir su destemplada y
horrible furia, pues procurando mi muerte el alevo-
so, siendo yo niño, y por quedar apoderado de la
hacienda que nuestros padres nos dejaron, de unos
corredores abajo sin misericordia ninguna me lanzó,
y á mi hermanica Toscana á ciertos criados suyos
mandó que en lo más espeso de las montañas la de-
jasen desamparada, para que de los selváticos anima-
les y de las brutales bestias pudiese ser comida! Y
lo peor de mi infortunio es que de aquí no soy sufi-
ciente [á] despedirme; y la principal ocasión por
donde perdí la libertad de ausentarme es el amistad
y el amor grande que Troyco, el zagal de casa y
loS OBRAS DB LOPB DB RUBDA
compañero nuestro, de su propria gana y casi sin
volverle yo el recambio me muestra; el cual, enten-
diendo muchas veces de mí estar ^ determinado se
ausentar mi persona, dulce y amorosamente y [con]
encarecidas plegarias me lo ha estorbado. Á cuya
causa y por reconoscelle algo de lo mucho que le
debo en este hábito me sostengo. ¡Tatel No sé quién
entre los quicios hacia acá sus pasos blandamente
revuelve.
{Entra Troyco, pastar.)
TROYCO
^Quién va allá?
ASOBRIO
Quien por conservar tu amistad y conversación
dulce, consigo propio está enemistado.
TROYCO
Aclárate más, Asobrio, si deseas que tus palabras
entienda, y dime cómo es aqueso.
ASOBRIO
Una amistad estrecha con otra, un Qtro amor con
otro mismo amor se suele pagar, amigo Troyco, y
como yo siento que por la bondad tuya y no por otro
interese de mí contento estés, no puede correspon-
der la paga de mis obras, si no es con tener conosci-
miento de poder recompensarte con la misma mone-
da, que es tenerte aquella amistad extremada que
Repetida en los originales esta palabra.
TYMBRIA 109
hasta el día de hoy me has mostrado, y á causa de
no perdella, no oso de Sulco despedirme, por no
quedar desapasionado de lo que yo tanto estimo.
TROYCO
Muy largos años de vida tengas, amigo Asobrio, y
aunque yo conozco que tu buena condición me pague
en algo la sobrada voluntad que te tengo, bien co-
noscido he que no solamente por la amistad que tú
confiesas tenerme es tu tardanza; mas si me das
Ucencia y con lo que te dijere no rescibes pesadum-
bre, declararte he una duda que muchos días ha que
en mi pecho está muy oculta.
ASOBRIO
De ninguna cosa que tú me digas, amigo Troyco,
puedo yo rescebir repunta de alteración, ni ningún
desabrimiento; así que de mí no temas, di lo que
quisieres, que como amigo te juro de estar á todo
cuanto dijeres subjeto y obediente.
TROYCO
Ya que me has concedido la licencia y el perdón,
asimismo si con palabras te ofensare, digo, Asobrio,
que no puedo creer enteramente, como denante dije,
que sola mi amistad te detenga en esta sierra, antes
creo que podríamos decir por ti: «Aquel pastorcico,
madre, que no viene, algo tiene en el campo que le
duele.»
1 10 OBRAS DB LOPE DB RUEDA
ASOBRIO
jAy, Troyco, amigo mío, y cuánto vives engañadol
Y aunque más no te aclaras, ya entieildo pisada por
pisada donde tu intención está medida por las pala-
bras que has pronunciado. Tu querrás decir que
como Tymbria, la hija de Sulco, amo nuestro, tan
generalmente comunique con todos...
TROYCO
Ya, ya; no pases adelante, que enclavado has en
el fiel donde yo de punta en blanco asestaba.
ASOBRIO
Asegura tu corazón, Troyco, que aunque de quien
yo soy aquesa pastora es i, podría ser haya grandí-
simos quilates de diferencia; y descuídate, Troyco,
que por la amistad que ya te he confesado, no alzaré
yo más mis ojos á miralla por vía deshonesta que si
ella fuera mi carnal hermana, y despide los celos que
te han hecho disparar contra este amigo tuyo.
TROYCO
Estoy tan asegurado, Asobrio, de lo que me has
dicho, como si con los proprios ojos lo viese; así,
pues ya tienes conoscida la extrema afición que yo
á Tymbria sin nos hablar nos tenemos, pídote, amigo
carísimo, la fidelidad y secreto guardes como de ti se
espera; y en señal de confederación nuestra te quiero
* Así en ambos textos.
TYMBRIA 1 1 1
abrazar, y déjame solo, porque muchos días ha que
traigo un valiente jabalí espiado para ver si podré
llevar á ejecución la muerte suya.
ASOBRIO
Pues á Dios, mi Troyco, y él te conceda la victo-
ria, por que con la valentía de tu brazo todos en casa
á la acostumbrada hora nos regocijemos.
TROYCO
¡Oh, amor cruel, y cuánto contigo vivimos todos en
esta casa engañados! Tymbria, imaginando que yo sea
varón, engañada conmigo; Isacaro por matarme, sin
yo en ninguna cosa serle deudora; yo pidiendo celos
fingidos á Asobrio por que no quiera bien á Tymbria,
á causa del entrañable amor que ocultamente como
mujer muy enamorada le tengo, y él á mí con el
amistad clara y sincera, como un compañero suele
querer á otro. Voime, que Leño ,me paresce que
asoma.
{Sálese Troyco y entra LenOy simple.)
LENO
Muchas veces ajorman los hombres cosas que les
valdría más estar cuartanarios en la cama y aun quin-
tañarlos. Mirad, por vida vuestra, quién le mandaba á
mi amo cuando me envió por aquella carga de aula-
gas para calentar el horno, tantas retartalillas ni tan-
tos retruécanos. Parésceme á mí que para un hombre
discreto y agudo como yo, bastaban el tercio de. las
1 1 2 OBRAS DB LOPE DB RUBDA
palabras, que de cansado de nimiallas á la sombra
de un lentisco me adormí, y despertado, me hallé sin
asno y enjaquimado desta suerte. ¡Válame Dios! Si
por mi mala suerte algunas estantiguas me han con-
vertido en asno, adobado está Leño. ¡Ah! Plegué á
ti, angelo Migúelo, que me depares alguno que me
conozca y desengañe quien soy. ¿Oixte quién sale
allá? Quiero llamar. — |Ah, señora!
MESIFLUA
^Quién eres? ¿Cómo te llamas?
LEÑO
'Eso querría yo saber.
MESIFLUA
Qué, ¿tu nombre proprío no sabes?
LENO
Pus si lo supiese, ¿qué me faltaba?
MESIFLUA
¿Dónde has partido hoy, ó quién te puso ese re-
bozo?
LENO
Yo creo que de casa de mi amo Sulco.
MESIFLUA
Pues ¿á qué saliste de casa de tu amo, ó cuándo?
LENO
Ayer salí antes que el sol.
TYMBRIA tIJ
MESIFLUA
¿Por qué ibas?
LEÑO
Si soy el que pienso, por una carga de aulagas para
calentar el horno, porque estaba ya el pan masándose
cuando salí de casa.
MESIFLUA
Y ¿cuándo se había de cocer el pan?
LENO
Ayer había de estar cocido, que dos días ha que
por no haber polvo de harina en casa nos dábamos
al ayuno.
MESIFLUA
¡Buen recado se tiene la gente de tu amo con tal
priesa! Pero agora, ¿qués lo que quieres, ó qué buscas?
LENO
Querría saber quién soy ó cómo me llamo.
MESIFLUA
(Dt qué manera quiés saber aqueso de mí?
LENO
¿De qué manera? Que yo me volveré acullá la cara
y llamarme heis por mi nombre, y si os respondiere,
yo debo de ser.
MESIFLUA
¿Y si no respondes?
T. u 8
1 14 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
LEÑO
Si no respondiere á Leño, daré conmigo en casa
|[ de algún saludador y rogaréle que me conjure, que
k quizá debo ser el álima del mozo de Sulco, que
cuando se echó á dormir le debieron de matar y en-
j jaquimar.
r MESIFLUA
Bien dices. ^-Por qué nombre quiés que te llame?
LENO
Cuando era vivo, Leño me llamaban.
I MESIFLUA
Pues calla y Uamaréte.
I LEÑO
m. Déjame volver de espaldas.
MESIFLUA
m- Vuélvete.
j LENO
Heme aquí. ¡Sus! Bien me podéis llaman
MESIFLUA
¡Lenol
LENO
. Alza un poquito más la voz.
mk MESIFLUA
¡Lenol
k^.
TYMBRIA 115
LEÑO
<Qué OS praz?
MESIFLUA
¡Ahí ^Ves como eres tu?
LEÑO
Sí, sí; yo soy, yo soy. ¡Oh, bendito aquel que me
dejó hallar! En mi vida me había visto tan confuso.
MESIFLUA
Y agora, ^qué quieres hacer?
LENO
Desllorarme á mí y comenzar á llorar al asno, que
creo ques el perdido, y entraréme en casa.
MESIFLUA
Ve norabuena.
LENO
Reventado muera yo si de aquí adelante no me
hago poner un escrito en las espaldas que diga cuyo
soy y cómo me llamo y en qué barrio moro, como
suelen poner á los niños cuando comienzan á cami-
nar.
MESIFLUA
' Bravamente se nos asigna y acerca el tiempo don-
de mi hermano Abruso y yo en nuestras libertades
seremos restituidos; pero antes que el término llegue,
será menester proveer otra cosa. Isacaro y Urbana,
1 16 OBIUS DB LOPE DB RUEDA
sobrinos míos, están sobre celos de Tymbrta,"la pas-
tora, amordazados, y éste es el lugar donde ha de ser
su competencia. El alárabe que á mi sobrina crió ha
con su sabiduría proveído en cómo por mi mano,
arrojando aquesta flor en el suelo, de tal sueño sean
lodos opremidos que de sí no sepan; y más que Aso-
brío con Isacaro por mi mano sean metidos y enla-
zados en el tueco del robre, donde mi hermano
Abruso está encantado y detenido, para que á un
mismo tiempo ellos se conoscan y todos queden
libres.
{ Vase Mesifluay salen Troycoy Leño, simple,)
TROYCO
Mira, Leño, que no estoy de tu temple; déjame,
que ni he visto el asno, ni sé qué se ha hecho, ni sé
qué te responda.
LENO
^No harás una cosa por amor de mí, hermano
Troyco?
TROYCO
Sí; ^qué quiés que haga?
LENO
Que entres en el estabro y sepas del como nos
perdimos el uno del otro, ó por qué camino echó su
merced, y si viene despeado, y qué le acontesció eu
el camino, y todo lo últimQ de su sucedimiento*
TROYCO
* ^Y de quién tengo de saber aqueso?
TYMBRIA 117
LEÑO
Del asno; anda, ve.
TROYCO
¿No digo que no está en casa?
LEÑO
Aqueso es peor.
TROYCO
Entra tú allá y pregunta á esos mozos de casa si
por ventura haya venido,
LENO
|Mi madre! No me conoscerá ya ninguno.
TROYCO
<Por qué no te han de conoscer?
LEÑO
Debo venir muy barbado.
TROYCO
¿Cuando saliste de casa?
LEÑO
Ayer de mañana.
TROYCO
Pues ¿desde ayer de mañana no te habían de co-
noscer?
1 1 8 OBRAS DB LOPE DE RUEDA
LEÑO
¡Mira qué milagro tan grande!; no me conoscía yo
proprio; ved cómo diabros me conoscerán los que no
son yo. Pero dime : ¿está señor en casa?
TROYCO
Pienso que sí.
LENO
¿Y podré entrar yo sin que me vea?
TROYCO
Bien podrás.
LENO
¿Hame prometido algo de ayer acá, si sabes?
TROYCO
¿Qué te había de prometer?
LENO
Alguna tarea.
TROYCO
¿Y de qué?
LENO
¿Es vivo aquel cayado largo que él suele traer?
TROYCO
En la mano se lo dejé yo agora.
TYMBRIA 119
LEÑO
Ya me paresce que le siento andar tomándome la
medida des tas costillas, como suele; mas buen re-
medio. . ^
TROYCO
<Qué remedio?
LEÑO
Colarme en la pajiza y soterrarme muy bien en la
paja, y en llegando allí cualquiera que me vea, hace-
lle encreyente que soy ratón de las Indias.
TROYCO
Bien has dicho; anda, vete.
LEÑO
Troyco, no dejes de irme á ver si se tardaren mu-
cho en sacar paja, que allí me hallarás, y no te des-
cuides de llevarte algo en las manos, que el estóma-
go tengo hecho levadura de pura hambre, y por excu-
sar los palos holgaré de estarme allí hecho ermitaño
de pajar.
TROYCO
Bien harás; ve con Dios.
LEÑO
Tomara yo agora otra mantecada como la de ma-
rras, aunque nunca Dios la dejara tener canela ni
azúcar.
TROYCO
Aqueste es el lugar adonde el loco de Isacaro y yo
I20 OBRAS DE LOPB DB RUEDA
quedamos que nos veríamos. Grandes son los celos
que aqueste zagal tiene de mí, el cual si tuviese en-
tendido quién soy, bien cierto sé que de tal livian-
dad estuviese su corazón bien asegurado. Pero [ay,
cuitada, cuan encogido linaje es el mío!, pues para
mi honestidad, más lícito me será morir aquí á sus
manos, cuando mi contraría fortuna en tal trance me
pusiere, que no por temor de la muerte darme á co-
noscer quién yo sea. Gran sueño me acude: ^qués
esto? Recostarme quiero aquí un poco entretanto que
rae viene mi contrario.
{Échase d dormir y sale Isacaro.)
ISACARO
Ya estoy en el puesto; agora se averiguará entre mí
y el malvado de Troyco cuál de los dos tema cargo
de servir á mi amada pastora Tymbria. Mucho se
tarda, que de la limitada hora que pusimos el tér-
mino pasa; mas helo allí do yace durmiendo. ¡Oh,
traidor! Qué, ¿en tan poco me tienes, que no te dig-
naste aguardarme despierto? Aguarda, pues, que yo
te daré el pago de tu locura.
ASOBRIO
Tente, tente, Isacaro; no acometas durmiendo al
que despierto habrá duda si le osases hablar.
ISACARO
Y ¿qué parte eres tú, Asobrio, para que yo no ese-
cute en este traidor la poca cuenta que ha hecho
de mí?
TYMBRIA 121
ASOBRIO
¿Qué parte, dices, Isacaro? Muy grande. Basta ha-
bérseme dado Troyco por amigo íntimo para que yo
por él pueda pedirte la alevosía que sobre seguro
ibas á cometer; y si te paresce, arriédrate lo que te
cumple en tanto que yo para lidiar contigo me aper-
cibo, que pues estamos solos, deja reposar al mozo,
que yo en lugar suyo haré armas contigo de bueno á
bueno, y te daré á entender qué cosa es acometer los
hombres sobre asechanzas.
ISACARO
Soy contento; ¿cómo te paresce que sea nuestra
lid?
ASOBRIO
Tú traes un puñal, yo asimismo este cuchillo; des-
pójate, que antes quel mozo despierte, uno de los dos
será quito de cuidado.
ISACARO
Soy contento, que después que de ti quedare libre,
haré del traidor que duerme á mi voluntad.
ASOBRIO
Bien dices; aqueso será si para hacello te conce-
dieren tiempo.
ISACARO
¿Tiempo? Aunque no quieras.
122 OBRAS DB LOPB DE RUEDA
ASOBRIO
Pues hazte afuera, que agora lo- verás.
{Queriindose dar Is<uaro y Asobrio, echa Mesiflua
una flor y caen adormidos, y los lleva encantados can-
tando aponer en el tueco del drboL)
CANCIÓN
En esta rosa encantada
irán los dos litigantes;
¡fuera, fuera!,
que Amor no quiere que muera
ninguno de los amantes.
Cada cual vive engañado,
ninguno sabe entenderse;
procurando de ofenderse,
á tal término han llegado.
Amigos serán cual antes;
¡fuera, fuera!
{Después de habellos dejado en él tueco , vuelve d Troy-
cOf que por otro nombre se llama Urbana, por ser mu-
jer, y dice):
MESIFLUA
Levanta, Urbana, hija, que el que ha de ser tu es-
poso sin conoscerte te ha librado de la muerte, al
cual agora es menester que tú lo saques de la prisión
en que está preso. Levanta, y si no lo sabes, aqueste
es el nombre que tu padre, hermano mío, te hizo po-
ner al tiempo que te cristianaron, y toma aquesta
flecha, el hierro de la cual forjó el gran maestre Vul-
TYMBRIA 123
cano; herirás á su tiempo con ella en un árbol, que
por cierta persona te será mostrado, de donde sal-
drán á luz algunos, de que así ellos como tú rescebi-
réis extraño contentamiento.
{Recuerda Troyco)
TROYCO ^
Extrañas cosas he visto en mi prolijo sueño; ^-y si
ha sido verdad ó no lo que como en revelación he
pasado? He aquí la flecha, y el hierro de la cual, se-
gún yo entre sueños oí, forjó aquel grande artífice
Vulcano. Voime, que quien entre sueños me dio
aviso, me dirá lo que en la flecha se ha de obrar á su
tiempo.
( Vase Troycoy entra Sulco con Leño, simple, lleno de
granzones de paja.)
SULCO
jOh, hideputa, perro! ¡Qué diligente mozo! ¡Aguar-
daldo con la carga de leña! ^-Parécete bien que á es-
tar sin comer en casa que estuviéramos frescos? Har
bla: <de qué enmudeces? ^Qué hacías escondido en
la pajiza? ^Do el asno? ^Dónde lo has dejado? ^Qué
es aquesto? ^No hablas? ^Oyes? Dame acá aquel láti-
go con que yo hago hablar á los mozos.
LEÑO
Aqueso sería si yo huese mozo, como vuesa mer-
ced dice.
SULCO
¡Bendito aquel que os ha hecho hablar! Pues ¿quién
sois, señor>
134 OBRAS DB LOPB DB RUEDA
LEÑO
Señor, soy de lejos de aquí.
SULCO
(De dónde?
LEÑO
Por la mar he venido.
SULCO
¿De dónde venistes?
LEÑO
De las ínsulas.
SULCO
¿De las ínsulas? Jurara yo que érades Leño, un
mozo que yo había enviado por una carga de aulagas.
LEÑO
Engañado vive vuesa merced, que no soy, por mis
pecados, sino ratón de las Indias.
SULCO
¿Ratón? Mucho habéis criado para ratón.
LEÑO
Señor, soy criado en la tierra gruesa.
SULCO
¿Qué tierra gruesa es la vuestra?
LEÑO
Señor, en mi tierra hay hombres que tienen en
cada dedo cincuenta y dos coyunturas.
tVmbrU i 25
SULCO
Muy grandes son esos hombres; á esa cuenta pa-
sarán de palmo de vara. ^Y qué hay de coyuntura á
.coyuntura?
LEÑO N
Señor, hay de una coyuntura á otra dos varas y
media.
SULCO
Si tan grandes son como vos los ratones de vues-
tra tierra, los gatos que los cazaren, ^de qué tamaño
pueden ser? "
LEÑO
Señor, serán de quince leguas de largo.
SULCO
<Y de ancho?
LENO
Veintidós.
SULCO
.^Cómo es posible ser 'más anchos que largos?
. LENO
Porque son hechos ancho por largo.
SULCO
<'Y qué hacíades vos en mi pajiza?
LENO
Señor, éntreme huyendo de un cabo de guaita.
126 OBRAS DB LOPE DB RUBDA
SULCO
Ora bien está. Átenle al brocal de aquel pozo y
no le den de comer bocado hasta que venga quien le
conozca.
LENO
Señor, no me aten, que ratón manso soy. Lléven-
me á la cocina, si vuesa merced mandare, y asiénten-
me cabo las ollas por que asombre á los gatos.
SULCO
No curéis; hágase lo que yo mando; amárrenle va-
lientemente y no le den á comer sino algunas sobras
de lechugas, ó cercenaduras de cardos, ó otras cosas
livianas, por que amengüe de cuerpo.
LENO
El demonio me ha hecho hablar, si por huir de un
hoyo cae hombre en otro mayor. Déjeme y fíe de mi
palabra, que yo mismo me voy á amarrar.
SULCO
Tira, pues.
TYMBRIA
Bien hallado, padre señor.
SULCO
En dichosísimos hados seas allegada, amada Tym-
bria. ¿Pues cómo se ha pasado hoy el día, amiga?
TYMBRIA 127
TYMBRIA
Muy á placer, que como el día les ha hecho tan
sosegado y claro, ha sido grandísima recreación ver
salir á luz muchos corderos, á los cuales después de
haber nascido he procurado con mis proprias manos
traer amorosamente á mamantar, entre los cuales la
nuestra chiva de piel remendada, de dos chivateznos,
macho y hembra, tras el peñasco de las adelfas que
los términos reparte hallé parida, de donde, ora sobre
mis tiernos hombros, ora en mis regazos, en cabo de
mi halda, hasta dejallos abrigados en su chivatil yo
propria he acarreado.
SÜLCO
Dios te lo pague, hija amada; pero ^sola has an-
dado?
TYMBRIA
Señor, no, que Fulgencia, la esclava, y Violeta han
andado conmigo en mi compañía, las cuales, como el
sol ha sido destemplado, antes que al término de me-
diodía con su calor nos molestase, tejiendo esta
guirnalda de las flores que mejor les parescieron,
sobre mi desnuda cabeza casi por fuerza me han he-
cho á manera de sombrero poner. Pero dígame, se-
ñor : ^-qué zagales han vuelto de los que esta madru-
gada salieron con el ganado?
SULCO
' Hija, todos dieron la vuelta muy temprano, los
12^ , ÓBRAá DB LOPE DE RUEDA
cuales, ante que ninguna cuenta diese[n] de si, unos
en pos de otros sin hablar se han ido, donde no pe-
queño cuidado con su novedad me han puesto, según
todos iban de su proprio color cambiados.
TYMBRIA
Desa suerte, señor, enojados debieron salir,
SULCO
No hay duda, hija; pero entrémonos en casa si te
paresce, que mozos son y ellos se avendrán. De Troy-
co, que es el más delicado, me pesa si por ventura á
las manos viniesen.
TYMBRIA
No harán, señor; mas si me das licencia, yo quiero
llegarme hasta aquel cabezo, dende la cumbre del
cual podré otear si alguno dellos con la vista devisa-
se, que no será razón que por falta de diligencia se
perdiese ninguno dellos, especialmente estando en
nuestra casa y comiendo tu pan.
SULCO
Bien dices, hija, que entretanto yo haré á estas
mozas que aderecen lo que para la cena será me-
nester.
TYMBRIA
En balde, joh venerable Sulcol, te será guardar á la
que con tanto trabajo y cuidado hasta el día de hoy
has procurado criar, que de otro pasto del que tú
harás será mi cuerpo sacrificadp, pues agora siento
TYMBRIA 129
á la clara que por celos de mi malvada hermosura
aquel traidor de Isacaro al innocente de Troyco debe
haber dado la muerte. Pero yo entiendo antes que
me sienta ninguno de hacelle compañía. |Oh, amor
cruel, en qué trance haces venir á los que sin lisonja
tus ciegos pasos seguimos! No te cures, traidor, que
yo saciaré la hambre tuya con la abundancia de la
sangre que de mis venas será vertida, pues con mis
manos proprias verás cercenada la vida de aquesta
infelice pastora. ^'Qué aguardo que con este pequeño
cuchillo no rompo animosamente lo interior de mi
pecho, donde, desangrándose poco á poco, antes que
de nadie sea socorrida, verás mi ánima del desven-
turado cuerpo en espacio breve ser separada?
{Aqui, queriéndose dar Tymbriay sale Mesiflua y la
detiene^ diciendo) :
MESIFLUA
Tente, tente, pastora cruel; no hieras con furia y
mano acelerada el delicado pecho, que ni el tiempo
es allegado, ni menos hay ocasión para lo hacer.
TYMBRIA
Y dime, dueña de extraño traje : ^- quién eres, vea-
mos, que en tan escombrados sitios y desiertos luga-
res vienes á deshora, ó por qué sin conoscerme de
un tan excesivo contentamiento me has querido es-
torbar?
MESIFLUA
Mi traje no te debe poner alteración, que mujer
T. n 9
150 OBRAS DB LOPB OB RUBDÁ
soy, como tú humana *; mi proprio nombre esJMesi-
ñua; en el hábito que me has visto me dejó una dábi^
dora, grande y capital enemiga de toda nuestra ge-
neración, convertida.
TYMBRIA
Más á la clara, señora, querría saber de ti-cu41'ha
sido la causa de allegar á tales términos, ó por. qué
me has dicho que no habrá ocasión de hacer lo que
ya tenía determinado.
MESIFLUA
Yo te lo diré, ten atención. Los pastores que el
ganado de Sulco, el que tienes por padre, apacenta-^
ban, vivos son, el uno de los cuales es tu camal
hermano.
TYMBRIA
i Ay, señora! Por Dios te ruego, y así en la libertad
que deseas te veas en breve restituida^ te me aclares
más, que cosas extrañas son las que dé tu. meliflua
voz siento.
MESIFLUA
óyete, que no soy venida á otro, sino para hacerte
saber que Asobrio es tu carnal hermano, los dos en
casa de padres illustres criados, y cómo por la envi-
dia de un hermano de entrambos, el cual ya es muer-
to, á ti, niña, hizo echar á las bestias que te comie-
sen, de do fuiste hallada y traída en casa de Sulco,
quien como hija te ha criado.
* En la de Sevilla «heimana».
TYMBRIA 131
TYMBRIA
Y de mi hermano, ^no. me diréis, señora, en qué
manera viho á parar donde yo estaba?
MESIFLUA
Arrojado de unos corredores abajo por el hermano
de los dos, huyendo la muerte, vino como desterrado
á asentar en casa de Sulco.
' TYMBRIA i
jAy, sabia señora! Llevadme, por Dibs, donde yo lo
pueda ver, que con gozo tan extraño será aliviarme
toda la congoja pasada.
^ MESIFLUA
Aguarda, que primero saldrán de prisión poi las
manos de Urbana.
TYMBRIA
¿Cuál Urbana, que agora llega ese nombre nueva-
mente á mis oídos?
MESIFLUA
Troyco, el zagal á quien tú y todos teníades por
varón, es doncella, la cual también fué criada por un
extraño caso.
TYMBRIA
jOh, ventura grande! Agora que sé que es mujer
como yo, la amaré más afectuosamente de un castí-
simo amor de hermana; pero agora, dueña- sabia, te
ruego me digas : Isacaro, zagal, ¿qué se ha hecho?
133 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
MESIFLUA .
Isacaro, hermano es de Urbana y hijo también de
generosos padres, como tú, el cual, dejando su ha-
cienda encomendada á su tutor, pasando por esta
Extremadura, como él te viese en hábito de pastor,
tuvo por bien de asentar con Sulco, por gozar de tu
vista; mira cuánto le debes.
TYMBRIA
Por cierto mucho, y más por ser, como has dicho,
de la mi Urbana herm$ino. Pero mil años se me hace
cada hora en la cual yo pueda vellos.
MESIFLUA
Ven conmigo, que yo te señalaré el lugar y tiempo
donde todos seremos libres de captiverio.
TYMBRIA
Guía, que yo te sigo.
{Entra Leño, simple,)
LEÑO
No he hecho poco en roer el cabestro; ¡no, sino
estaos amarrado, hecho ratón de mentira! ¡Válgala la
hueste casa de tanto perdido! Isacaro no paresce;
Asobrio debe tener el que arredrío vaya en el estué-
mago;Troyco es menester encomendalle al pregonero;
Tymbria habrá ido á coger espárragos, y, sobre todo,
no hay quien guise de comer ni quien se acuerde
dello en esta casa.
íyMbría 135
TROYCO
<Qué haces, Leño? <Con quién vas hablando?
LEÑO
^Con quién, preguntas? Con la hambre lo he; tres
días hace hoy por mis pecados.
TROYCO
^•Tanto ha que no comes?
LEÑO ,
Sí, comido he; mas reñega tú de pasto que andan
después de comer maullando los gatos tras el hom-
bre por ver si le cae algo de lo que no sobra de la
mesa.
TROYCO
Pues agora no te maravilles, que todos andamoa
de revueltas; mas hazte á una banda y calla,
LENO
|Ta, tá! Tymbria viene con la que me dio el desen-
gaño que era yo persona.
TYMBRIA
|Ay, Urbana amiga!; que en más te tengo agora y
más te amo que no denantes; y en señal de la amis-
tad que te he tenido, sola me quiero hallar contigo
hasta ver acabada esta aventura.
TROYCO
¡Ay, señora Tymbria!; que nunca tu corazón vivi4
134 OBRAS Dfe LOPE Í3E HUEDA
engañado jamás con el mío. Pero aguarda, que con
este solo tiro, según me han informado, serán fuera
de prisión los que en ella tanto tiempo han sido de-
tenidos.
LEÑO
¡Oh, válales la gracia de Dios, amén! Y que dentro
del tueco de robre estaban metidos.
TYMBRIA
jOh, amado Asobrio, cuánta es la alegría que hoy
recibe mi corazón en verte!
ASOBRIO
Y el mío asimismo, querida hermana.
TROYCO
|Ay, padre mío, Abrusol; ^y es posible que eres el
Que aquella malvada tanto tiempo te tuvo en pri-
sión?
ABRUSO
Sí, yo soy.
Sí, él es...
^uién es?
LENO
^Diz que quién? Aguarde, que él se lo dirá,
ABTIUSO
El que tanta pena tenía por t\x ausencia, amada
luja, juntamente de tu hermano.
LEÑO
MESIFLXJA
riTMBRlA 155
ISACARO
Abrázame, hermana.
LEÑO
^Hermana? Esa te repulgo.
ISACARO
Que no ha mucho que te hubiera muerto á mis
manos, si no fuera por el virtuoso pastor Asobrio.
LEÑO
Eso está mal dicho; eso se borre,
MESIFLUA
^El qué. Leño?
LEÑO
El virtuoso.
MESIFLUA
Borrarse ha solamente que calles.
ASOBRIO
Pues agora la quiero yo abrazar de nuevo, que el
amor que entendiendo ser varón le tuve, agora es
razón que se aumente en más excesivo grado, sa-
biendo que es mujer.
MESIFLUA
Pues más hay que entender: que la señora Tymbria
pague á Isacaro, mi sobrino, los trabajos en que por
contemplación y amor suyo se ha puesto.
LENO
Razón tiene, señora Tymbria; si algo debéis, paga,
y si no, no paguéis.
136 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
TYMBRIA
Como la paga corresponda con mi honestidad, soy
contenta.
MESIFLUA
Y que asimismo el señor Asobrío recompense á
Urbana, mi s jbrina, el amistad que sin conoscerse se
han tenido, y que con acuerdo de Abruso, mi her-
mano, y de Sulco, Tymbria y Isacaro queden para
en uno, y Urbana asimismo.
ABRUSO
De mi parte soy contento.
LEÑO
Yo de parte de Sulco, recontentísimo.
ABRUSO
¡Suso!, vamos á casa de Sulco, que allá se celebra-
rá lo que resta.
MESIFLUA
Pues yo, por honra de sus regocijos, me quiero en-
trar danzando.
LEÑO
También echaré yo allá á la revuelta mi zapateado
y castañetas. Señores, perdonen, que con bailar se
dio fin á nuestro Colloquio.
finís
TABLAS DE LAS COMEDIAS
QUE SE TRATAN EN ESTE PRESENTE LIBRO
Las primeras, dos :
Comedia llamada Eufemia, fo. 3 1.
Comedia llamada Armelina, fo. 34.
Las segundas :
Comedia de los Engañados, fo. 3.
Comedia llamada Medora, fo. 26.
Los dos Colloquios :
Colloquio llamado de Camila, fo. 3.
CoUoqui ) llamado de Timbria^ fo. 30.
TABLA DE LOS PASOS GRACIOSOS
QUE SE PUEDEN SACAR DE LAS PRESENTES COMEDIAS
Y COLLOQUIOS Y PONER EN OTRAS OBRAS
De la Comedia Eufemia:
El paso de Polo y Vallejo y Grimaldo, fo. 9.
El paso de Polo y Olalla, negra, fo. 27.
^ Claro es que los folios que se citan en esta tabla se refieren
al texto de Valencia de 1567.
13$ OBRAS DE L6PE DE RUEtÁ
Déla Comedia Armelina:
El paso de Guadalupe y de Mencieta, fo. 38.
De la Comedia de los engañados :
El paso de Pajares y Verginio, fo. 14.
De la Comedia de Medora :
El paso de Gargullo y de Estela y de Logroño,
folio 32.
El paso de Ortega y PericD, fo. 35.
El paso de la gitana y Gargulb, fo. 43.
Del Colloquio de Camila:
El paso de Pablos Lorenzo y de Ginesa, su mujer,
folio 12.
Et paso de Pablos y Ginesa, fo. 28.
Del Colloquio de Timhria :
El paso de Troyco y Leño sobre la mantecada,
folio 37.
El paso de Isacaro y la negra, fo. 39.
El paso de Mesiflua y Leño, fo. 44.
El paso de Troyco y Leño, fo . 46.
El paso de Leño y Sulco, su amo, s )bre el rato a
folio 4g.
/
FLNIS • ^
Dialogo sobre
la invención de .
las caigas que se vsan agora, en
el gual se introdnze \
Peralta, lacayo, — Fuentes, lacayo.
Peralta. Señor Fuentes, ^qué mudanza
habéis hecho en el calzado,
con que andáis tan abultado?
Fuentes. Señor, calzas á la usanza.
Peralta. Pensé querar verdugado.
Fuentes, Pues yo dellas no me corro;
qué, ^han de ser como las vuesas?
Hermano, ya no usan desas.
Peralta. Mas ,iqué les echáis de aforro,
que ansí se paran tan tiesas?
Fuentes. Deso poco; un sayo viejo
y toda una ruin capa,
que desto calza no escapa,
^ Sigue inmediatamente en el libro original á las dos segun-
das comedias y con numeración seguida, ocupando los folios 55
y 56. Varía el tipo de la impresión, que es romano, y no gótico,
como el de las comedias y coUoquios,
t4Ó
Obras de lopb db rubda
Peralta.
Fuentes.
Peralta.
Fuentes.
Peralta.
Fuentes.
Peralta.
Pues si van á mi consejo
echaran una gualdrapa.
Y aun otros mandan poner
copia de paja y esparto,
porque les abulten harto.
Esos deben de tener
de bestias quizá algún cuarto.
Pondránse cualquiera alhaja
por traer calza gallarda.
Cierto, yo no sé qué aguarda
quien va vestido de paja,
de hacerse alguna albarda.
Otros dan en invención,
que reir me hacen de gana,
y es, que una calza galana,
como si fuese colchón,
la hacen henchir de lana;
que temo no se les hí^a
á los que por hermosura
disimulan tal cochura
en las nalgas cualque llaga.
Mas no sea matadura i.
No, que si ellas tienen peso,
pues dan muestra verdadera
que hacen costa en gran manera,
es muy gentil contrapeso
traer la bolsa ligera.
' Quizá este verso corresponda á Fubntes, pero en los origi-
nales está como lo hemos puesto.
DIÁLOGO SOBRE LAS CALZAS
141
Peralta.
Fuentes. Pues no sé cómo ser pueda,
si cuestan tanto dinero,
que un rapaz, un escudero,
traiga una calza de seda
mejor que algún caballero.
Y aun eso me espanta más
que el caballero trabaje
vestir conforme al linaje,
y que el que lleva detrás
os ponga duda si es paje.
Al que ha llegado á trovar
calzas de tan ruin talle,
ya no debe de quedalle
traje alguno por probar
ni seso para inventalle.
Yo sé quien va medio enfermo
de andar tan justo atacado,
tan enhiesto y estirado,
que me paresce estafermo
cuando lo veo parado.
Voime, que no me contenta
este modo de vivir.
jCómo! <Por qué os queréis ir?
Porque no dice á mi renta
tan loco y caro vestir.
Un par os podéis llevar,'
que con poco las haréis,
diez de raja, raso seis.
|TateI ^Tanto han de costar?
Peralta, no las calcéis.
Fuentes.
Peralta.
Fuentes.
Peralta.
Fuentes.
Peralta.
OBRAS DB LOPE DE RUEDA
Guárdeme Dios del demonio.
Fuentes. ^Por qué no queréis usallas?
Teiialta. Porque sé, si he de pagallas,
que todo mi patrimonio
no basta para aforrallas.
Y aun vos si os dais mal gobierno
. en esto de andar galano,
podrá ser, Fuentes hermano,
que por andar al moderno
os ture siempre el verano.
FIN
El Deleitoso.
Compendio lla-
mado el Deley-
toso, en el qval se
contienen muchos passos graciosos del exceUen
te Poeta y gracioso representante Lope
de Rueda, para poner en principios
y éntreme dias de CoUoquios, y
Comedias.
Recopilados por loan Timoneda.
Impressos con licencia y Priuilegio
Real por quatro años. 1567.
Védense en casa de Io3 Timoneda.
SONETO DE lOAN TIMONEDA
A LOPE DE RUEDA
EN LOOR DE LA OBRA PRESENTE Y REPRESENTANTES
SONETO
Representantes hábiles, discretos,
pues sois en larte cómico famoso
espejo, ejemplo, aviso provechoso
de sabios, avisados, indiscretos.
Con ánimos sinceros y quietos
venid alegremente al Deleitoso,
hallarlo heis repleto y caudaloso
de pasos y entremeses muy facetos.
El padre destos es el excelente
poeta y orador, representante,
en todo universal Lope de Rueda.*
Dellos y de sus obras al presente
por toda nuestra España caminante
embajador humilde Timoneda.
I
PASO PRIMERO
MUY GRACIOSO,
EN EL CUAL SE INTRODUCEN TRES PERSONAS,
COMPUESTO POR LOPE DE RUEDA
LuQüiTAs, paje, — Alameda, simple, — Salcedo, amo,
LUQUITAS
Anda, anda, hermano Alameda.
ALAMEDA
Que ya voy; ipardiez que me la he coladol
LUQUITAS
iQuen viendo una taberna te has de quedar ais-
ladol
ALAMEDA
Si me hace del ojo el ramo, ^quieres tú que use
con él de mala crianza?
LUQUITAS
Acaba, anda; caminemos presto, que nos mucho
que señor de mal sufrido, que no piense que nos
hemos ido de casa con el dinero.
ALAMEDA
^Que tanto te paresce que hemos tardado?
T. II 10
146 OBRAS DE LOPB DB RUBÍ>A
LUQÜITAS
Mira, sino á tardarnos un poquito más, podría ser
que señor nos recibiera con lo que suele.
ALAMEDA
Pardiez, si tú no te detuvieras tanto en casa de
aquella, que buen siglo haya el álima que tan buen
oficio lenseñó, allí me tuvieras de mi propria volun-
tad, con una cuerda de lana más amarrado que si
estuviera por fuerza en el cepo de la casa fosca de
Valencia.
LUQÜITAS
En casa de la buñolera querrás decir.
ALAMEDA
^Buñolera se llama aquélla? ¡Oh, qué autorizado
nombre, bendito Dios!
LUQÜITAS
Pues (tú no lo viste?
ALAMEDA
Pardiez, hermano Lucas, no me curé de saber
cómo se llamaba; basta que si Dios ó mi buena dicha
me llevase, otra vez á la villa, que no le marre la
casa, aunque vaya á gatas y con los ojos puestos tras
el colodrillo.
LUQÜITAS
<Cohiiste mejor cosa después que tu madre te
parió?
EL DELEITOSO 1 47
ALAMEDA
¡Pardiez, ni aun antes de que me paríeral Yo, como
los vi tan autorizados y en aquel pratel con aquella
sobrehúsa encima, no sabía qué cortesía les hiciese,
quen cada uno dellos me quisiera estar larguísima
hora y media; mas ¡cómo debían ser tus amigos y los
debías de conoscer de antes, que ansí menudeabas
sobrellos como banda de gallinas sobre puñado de
trígol
LUQUITAS
Sí, sí; que á ti te faltaba aliento.
ALAMEDA
Eso fué, mal punto, cuando yo vi el preito que se
sentenciaba contra mí, que de antes á fe que me
hacías engoUir sin mascar.
LUQUITAS
Aquellos pasteles estaban mal cocidos y el suelo
áspero; debía ser de puro afrecho.
ALAMEDA
Qué, ¿suelos tenían?
LUQUITAS
- Sí, pues itio los vistes?
ALAMEDA
Yo juro á los güesos de mi bisagüela, la tuerta,
que ni miré si tenían suelos, ni suelas, ni an tejados;
mas no digo yo que fuera de puro afrecho, como tú
148 OBRAS DB LOPB DE RUEÍSÁ
dices, mas de serraduras de corcho me lo comiera,
que ni dejara alto ni bajo, pequeño ni grande. Hol-
guéme, hermano Lucas, cuando te vi dar tras ellos
tan á sabor, y como te vi que de rato en rato te ibas
mejorando en jugar de colmillo, y como quedé escar-
mentado de aquellos redondillos, el pastel tómele á
tajo abierto, de modp que hice que se desayunase
mi estómago de cosa que jamás hombre de mi linaje
había comido.
LUQUITAS
Habías de comer primero el hojaldradro y después
la carne, y así te supiera mejor.
ALAMEDA
^Y qué era hojaldrado?
LUQUITAS
Aquello dencima.
ALAMEDA
La tapa querrás decir.
LUQUITAS
Sí, hermano; la tapa y aquello de los lados.
ALAMEDA
¡Válasme Dios y qué de nombres sabes en cosas
de comerl
LUQUITAS
En fin, ¿hate supido bien el almuerzo?
EL DELEITOSO I49
ALAMEDA
Mira qué tanto, que aunque nunca hubiéramos
acabado, no me diera nada, según el almuerzo ha
sido de autorizado. Mas por tu vida, hermano Lucas,
^dirásmc una verdad?
LUQUITAS
Sí, si la sé.
ALAMEDA
¿Por el álima de tus infuntos.^
LUQUITAS
Ea, que sí diré.
ALAMEDA
^Por vida de tu madre?
LUQUITAS
Acabemos.
ALAMEDA
^A cuánto llegó el gaudeamos de hoy?
LUQUITAS
A más de veinte y dos maravedís.
ALAMEDA
iQué bien te das á ello! ¡Bendita sea la madre que
te parió, que tan bien te apañas á la sisa! Todo mo-
chacho que sisa no puede dejar de ser muy honrado.
{Jonrados días vivas, que honrado (Jía me h^s dc^jo,
150 OBRAS DB LOPB DE RUEDA
LUQUITAS
¡Oh!, cata señor do viene. Si te preguntare en qué
nos hemos detenido, dirás que habia mucha prisa en
las cebollas y el queso.
ALAMEDA
^Cuáles cebollas ó queso? Yo no vi tal.
LUQUITAS
Que ya lo sé, sino porque no nos riña echarás tú
esa mentira.
ALAMEDA
^Quiés que mienta? En eso, mis manos por candil,
no tienes necesidad de avisarme, que yo haré de
manera que tú quedes condenado y señor con queja.
LUQUITAS
Que no dices bien, sino que yo quede desculpado
y señor sin queja.
ALAMEDA
Así iba yo á decir, sino como quemaba tanto aque-
lla pimienta de los pasteles, báseme turbiado la len-
gua.
LUQUITAS
PueSi hermano Alameda, por tu vida que mires
por la honra dentramos, pues te va tanto á ti como
ámí.
ALAMEDA
Calla, calla, que nos menester avisarme, que los
hombres de bien y amigos de amigos tienen la cara
BL DELEITOSO I5I
con dos haces, que toda mi vida lo tuve no por sí,
sí por no.
SALCEDO
¡Oh, qué buena gentecilla!
ALAMEDA
Garrote trae, riendo se viene, de buen tiempre
allega. jAh, ahí
SALCEDO
^De qué te ríes?
ALAMEDA
¿No quiere vuesa merced que me ría? ¡Ah, ah!
SALCEDO
Pues señor, cuando haya acabado, merced recebiré
que me avise.
ALAMEDA
Ya, ya compiezo de acabar. ¡Ah, ah!
SALCEDO
¿Habéis acabado, señor?
ALAMEDA
Ya puede vuestra merced hablar.
SALCEDO
jOh, bendito sea Dios!
ALAMEDA
Espere, espere, que me ha quedado un poco,
|Ah, ahí
152 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
SALCEDO
^Quédate más?
ALAMEDA
No señor.
SALCEDO
¡ALlabado sea Aquel que os ha dejado aportar aqál
^Y en qué ha sido la tardanza, galanes?
ALAMEDA
^Qué hora es, señor?
SALCEDO
Ya me paresce que pasa de hora de haber comido.
ALAMEDA
Qué, <yan comido en casa?
SALCEDO
^•Ya nos he dicho que sí?
ALAMEDA
Reventado muera yo dése arte. ^Paréscete bien,
hermano Lucas, hacerme trocar una comida por un
almuerzo? < Cuándo lo podré yo alcanzar, aunque viva
más que daquí al día de los meresientes?
SALCEDO
<No me decís en qué ha sido la tardanza? ¿'Vos, Lu-
cas, de qué huís? [Toma, toma, don rapaz! Tened
cuenta de venir presto del mandado.
EL DELEITOSO 1 53
LUQUITAS
|Ay, ay, señor!, que había gran priesa en las cebo-
llas y el queso; si no, dígalo Alameda.
SALCEDO
^Es verdad esto que dice Luquillas?
ALAMEDA
Vuesa merced ha de saber que cuando al tiempo
que vuesa merced y yo estaba...
SALCEDO
^Qué dices, villano? Toma tú también.
ALAMEDA
Luquitas, en medio, en medio; yo juro á San que no
ha sido hecho de hombres de pro. ¿Al mochacho con
la mano y á mí con el garrote? No se sufre entre
hombres de buena crianza.
SALCEDO
Ora dejaos deso y decime la verdad: ¿en qué ha-
béis tardado?
ALAMEDA
¿Cómo me dijistes de antes, Luquillas?
LUQUITAS
Que había gran prisa en las cebollas y el queso.
ALAMEDA
¿Cuáles cebollas ni queso? Yo no vi ta},
154 OBRAS DE LOPB DB RUEDA
LÜQUITAS
Dilo tú ansí, porque no nos riña más,
ALA.MEDA
|Ah! ¿Por eso es? Pues tú ten en cuenta que si me
errase, de tirarme de la halda.
SALCEDO
¿Qué conciertos son estos? Acabad, contádmelo
vos.
ALAMEDA
Ya lo empiezo de contar.
SALCEDO
Pues acaba ya.
ALAMEDA
Vuesa merced ha de saber... ¿Cómo empieza, Lu-
quillas?
LUQUITAS
Lo de las cebollas.
ALAMEDA
Sí, señor; que como llegamos á la villa y fuimos á
la praza y entró Luquillas y sentóse, y como había
tantos pratos por allí, y había tantas cebollas en la
prisa, como digo, señor, tantas cebollas en el queso*
SALCEDO
¿Qué dices?
ALAMEDA
Digo, señor, tantos quesos en las cebollas, paresce
EL DELEITOSO I55
ser que no nos pudo despachar más presto la buño-
lera... No, no; la pastelera quise decir.
LÜQÜITAS
jMirá el asno! Por decir la vendedera dijo la buño-
lera; como todo acaba en a.
ALAMEDA
Si, sí señor; como todo acaba en a, eso debe de
ser. Dígame vuesa merced : ^cómo se llama aquello
que echan como arrope encima de unos redondillos.^
SALCEDO
La miel querrás decir.
ALAMEDA
Qué, ¿miel se llama aquélla? Pues en despegalla
del prato se ha detuvido más Luquillas quen todo.
LUQüITAS
En verdad, señor, que miente.
ALAMEDA
¿Que miento? Juro á diez que habéis pecadol Lle-
vaos ese pecadillo á cuestas. ¿Mentís á un hombre
huérfano como yo?
LUQUITAS
Mire vuesa merced: yo llegué á casa de la que ven-
día el queso, y de un real que le di negábame la
vuelta, hasta que vino lalguacil de la villa é hizo que
rae lo volviese.
156 OBKAS DE LOPE DE RUEDA
ALAMEDA
^Alguacil era aquel que estaba á la boca del horno
con la pala larga?
LUQUITAS
Á la boca de la calle querrás decir.
ALAMEDA
^Aquella era boca de calle?j Juro á San que era boca
de horno y tabla de pastelesl
SALCEDO
Agora este negocio veo muy mal marañado, y no
puedo juzgar cuál de los dos tenga la culpa; mas tú
que lo viste y tú que lo heciste, tanta pena meresce
el uno como el otro.
LUQUITAS
Sepa, señor, que Alameda entró delante.
ALAMEDA
Es verdad, señor, que yo entré delante, mas ya lle-
vaba el señor Luquillas la sisa repartida donde había
de cuadrar lo uno y esquinar lo otro.
SALCEDO
Baste, quentrambos me la pagaréis.
LUQUITAS
¡Ce, Alameda, ce; oye acá!
ALAMEDiV
^Á mí cef
EL DELEITOSO 15/
LUQUITAS
Á ti; ya sabes que tú entraste delante en casa de
la buñolera y comiste tanto como yo.
ALAMEDA
Ya, ya; no me digas nada.
LUQUITAS
Mira que somos amigos, y por tanto descúlpame
con señor y di que lo dijiste por burla.
ALAMEDA
Pierde cuidado, que yo te desculparé. Sepa, señor,
que Luquillas es uno de los mayores sisones del
mundo, y que de un real sisa el medio.
SALCEDO
Decime cómo pasó.
ALAMEDA
Sepa vuesa merced que como él entró, yo yastaba
allí, y púsose entre los pratos, y tomó al tiempo que
yo dije.
SALCEDO
^Qué miras, villano? ^Por qué me diste?
ALAMEDA
iSan Jorge, San Jorge!
SALCEDO
¿Qués eso? <• Araña? ¡Mátala, mátala!
X^ OBRAS DS LOPB OR RUBDA
ALAMEDA
Espere, señor, que allí se quedó.
SALCEDO
¿Eh? Mírala.
ALAMEDA
No, no señor, que nos nada; la sombra de la oreja
era; perdone vuesa merced.
SALCEDO
Ora entrad acá adentro, que todo me lo pagaréis
junto, como el perro los palos.
ALAMEDA
Ofrezco al diablo pescuezo tan duro, ¡amén, aménl,
que ma lastimado la mano.
SALCEDO
Pues ¿habíase de tomar ansí, señor?
ALAMEDA
Con un ladrillo se matará mejor.
SALCEDO
Así, pues, entra.
ALAMEDA
Vaya vuesa merced.
SALCEDO
Pasad delante.
ALAMEDA
¡Ande day, que me hará reirl Mejor beba yo que tal
haga.
FIN
PASO SEGUNDO
MUY GRAaOSO,
EN EL CUAL SE INTRODUCEN TRES PERSONAS,
COMPUESTO POR L9PE DE RUEDA
Alameda, simple. — Salcedo *, su amo,
ALAMEDA
^Acá está vuesa merced, señor mosamo?
SALCEDO
Aquí estoy; ^tú no lo ves?
ALAMEDA
Pardiez, señor; á no toparos que no le pudiera en-
contrar, aunque echara más vueltas que un podenco
cuando se viene á acostar.
SALCEDO
Por cierto, Alameda, ques negocio ése que se te
puede creer fácilmente.
ALAMEDA
A no creerme, dijera que no estábades en vuestro
juicio; pues á fe que vengo á tratar con vuesa. mer-
^ Salcedo hace además el alma de Diego Sánchez, qae pa-
rece ser la tercera persona que aquí falta.
í(ja OBfeAS DB LO^B DB RUBÜA
ccJ un negocio que me va mucho en mi conscencia,
si acaso me tiene cilicio.
SALCEDO
Silencio querrás decir.
ALAMEDA
Sí, silencio será; pienso que...
SALCEDO
Pues di lo que quieres, quel lugar harto apartado
es, si ha de haber silencio ó cosa de secreto.
ALAMEDA
^Ilay quien nos pueda oir por aquí? Mírelo bien,
porqués cosa de grande secreuto; y eri topetando que
le topeté, luego le conosí quera vuesa merced como
si me lo dijeran al oído.
SALCEDO
Que te creo sin falta.
ALAMEDA
{Pues no mabía de creer siendo nieto de pastelero?
SALCEDO
^'Qué hay? Acabemos.
ALAMEDA
Hable quedo.
SALCEDO
^Qué í^ardas?
ALAMEDA
Más quedo.
EL DELEITOSO ^ l6l
SALCEDO
Di lo que has de decir.
ALAMEDA
¿Hay quien nos escuche?
SALCEDO
¿No te habernos dicho que no?
ALAMEDA
Sabed que me he hallado una cosa con que podré
ser hombre de Dios en ayuso.
SALCEDO
¿Cosa de hallar, Alameda? Tu compañero quiero
ser.
ALAMEDA
No, no; solo me lo hallé, solo me lo quiero gozar,
si la fortuna no mes adversa.
SALCEDO
Amuesa qué te has hallado: enséñanoslo.
ALAMEDA
¿Ha visto vuesa merced un cernícalo?
SALCEDO
Sí, muy bien.
ALAMEDA
Pues mayor es mi hallazgo, con más de veinte y
cinco maravedís.
T. II II
1 62 OBRAS DB LOPE DB RUEDA
SALCEDO
¿Es posible? Amuestra á ver.
ALAMEDA
Ni sé si la venda, ni sé si lampeñe.
SALCEDO
Amuesa.
ALAMEDA
A paso, á paso, mírela tantico.
SALCEDO
¡Oh, desventurado de mí! ¿Qué, todo eso era tu
hallazgo?
ALAMEDA
jCómo! ¿Nos bueno? Pues sepa vuesa merced que
viniendo del monte por leña, me lancontré junto al
vallado del corralejo este diablo de hilofomia. ¿Y
adonde nascen éstas, si sabe vuesa merced?
SALCEDO
Hermano Alameda, no sé qué te diga, sino que
fuera mejor que se te cayeran las pestañas de los
ojos antes que te acontesciera una desdicha tan
grande.
ALAMEDA
¿Desdicha es hallarse el hombre una pieza como
ésta?
SALCEDO
I Y cómo si es desdicha! No quisiera estar en tu piel
EL DELEITOSO 1 63
por todo el tesoro de Venecia. ^Tú conosces este
pecador?
ALAMEDA
¿Pecador es éste?
SALCEDO
Parésceme á mí que lo quiero conoscen
ALAMEDA
Yo también.
SALCEDO
Dime, Alameda: ¿no tienes noticia del santero que
desollaron los ladrones la cara por roballo, Diego
Sánchez?
ALAMEDA
¿Diego Sánchez?
SALCEDO
Sí, Diego Sánchez; no me puedes negar que no sea
éste.
ALAMEDA
¿Questes Diego Sánchez? ¡Oh, desdichada de la
madre que me parió! ¿Pues cómo no mencontró Dios
con unas arguenas de pan, y no con una cara de un
desollado? jCe, Diego Sánchez, Diego Sánchez! No,
no pienso que responderá por más voces que le den.
Y diga, señor: ¿qué se -hicieron de los ladrones? ¿Ha-
lláronlos?
SALCEDO
No los han hallado; pero sábete, hermano Alame-
da, que anda la Justicia muerta por saber quién son
los delincuentes.
[64 OBRAS DB LOPE DB RUBDA
ALAMEDA
Y por dicha, señor, ¿soy yo agora el delincuente?
SALCEDO
Sí, hermano.
ALAMEDA
^Pues qué me harán si me cogen?
SALCEDO
El menor mal que te harán cuando muy miseri-
cordiosamente se hayan contigo, será ahorcarte.
ALAMEDA
^Ahorcarme? Y después echarme han á galeras, y
más que yo soy algo ahogadizo de la garganta; y aun
por averiguado tengo, señor, que si me ahorcasen, se
me quitaría la gana del comer.
SALCEDO
Lo que yo te doy por consejo, hermano Alameda,
es que luego te vayas á la ermita de San Antón y
te hagas santero, así como lo era el otro cuitado, y
deste arte la Justicia no te hará mal ninguno.
ALAMEDA
Y dígame, señor: ¿cuánto me costará una tablilla y
campanilla como aquella de aquel desdichado?
SALCEDO
No es menester hacella de nuevo, que la del pasa-
do santero anda vendiendo el pregonero de la villa y
se la podrás comprar; mas de una cosa tengo miedo.
EL DELEITOSO 165
ALAMEDA
Yo de -más de docientas: ^y es la suya de qué?
SALCEDO
Que estando solo en la ermita te podría asombrar
alguna noche el espíritu de aquel cuitadillo; pero
más vale que te asombre á ti que no que asombres
tú á otros colgado del pescuezo, como podenco en
barbacana.
ALAMEDA
Y más yo, quen apretándome la nuez un poco, no
puedo resollar.
SALCEDO
Pues, hermano, anda presto; porque si te tardas,
podría ser que topases la Justicia.
ALAMEDA
¿Y qué se ha de hacer de aquesta filomancia, ó
qué es?
SALCEDO
Esta déjala estar, no te topen con ella.
ALAMEDA
Pues yo me voy; niegue á Dios que me haga buen
santero. Ora ¡sus!, quedad norabuena, señor Diego
Sánchez.
SALCEDO
Agora menester será, pues le he hecho encreyente
á este animalazo questa carátula es el rostro de Die-*
156 OBRAS DE LOPB DE RUEDA
go Sánchez, de hacelle una burla sobrella; y es que
ya me quiero ir á apañar con una sábana lo mejor y
más artificiosamente que pueda, y le saldré al en-
cuentro, fingiendo que soy el espíritu de Diego Sán-
chez, y veréis qué burla tan concertada será ésta.
¡Sus!, voilo á poner por obra.
{Éntrase Salcedo y sale Alameda, simple, vestido
como santero con una lumbre en la mano y unfl campan
niUaJ}
ALAMEDA
fPara la lámpara del aceite, señores! Trabajosísi-
ma cosa es el hombre santero, que nunca se mantie-
ne sitio de mendrugos de pan, que no parezco sino
gozque de conejero, que lo matan de hambre porque
cace mejor á sabor; y más que los gozques que solía
tener por amigos, como me ven con este traje me han
desconoscido, y como ven que de puerta en puerta
ando pidiendo y les recojo los mendrugos de pan
qucllos solían tener por principal mantenimiento, así
se vienen á mí las bocas abiertas, como el cuquillo á
las mariposas. Y lo peor de todo es que no se menea
un mosquito en la ermita, cuando luego pienso ques
el álima del santero desollado, y no tengo otro reme-
dio sino en sintiendo algo, capuzarme la cabeza de-
bajo la ropa, que no parezco sino olla de arroz que la
tapan, por que no se le salga la substancia della. Dios
me despene por quien él es, amén.
SALCEDO
[Alamedal
EL DELEITOSO l6j
ALAMEDA
jAy!, llamado me han. |Hay quien dé, por Dios,
para la lámpara del aceite!
SALCEDO
¡Alameda!
ALAMEDA
Ya son dos Alamedas. ^-Alameda y en meitad del
monte? Nos por mi bien ¡Dios sea conmigo!
SALCEDO
¡Alameda!
ALAMEDA
El Espíritu Santo consolador sea conmigo y con-
tigo, anaén. Quizás será alguno que me quiera dar
limosna.
SALCEDO
¡Alameda!
ALAMEDA
Así, así, mucho : ¡Alameda, Alameda! Y después
quebrarme han el ojo con una blanca.
SALCEDO
¡Alonso de Alameda!
ALAMEDA
^Alonso y todo? Ya me saben el nombre de pila.
No es por bien esto. Quiero preguntar que quién es,
con dolor de mi corazón. ^Quién sois?
l68 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
SALCEDO
^No me conosces en la voz?
ALAMEDA
^Yo en la voz? Ni aun querría; nos conozco, si nos
'viese la cara.
SALCEDO
¿Conosciste á Diego Sánchez?
ALAMEDA
Él es, él es; mas podrá ser que no sea él, sino otro.
Señor, conoscí siete ú ocho en esta vida.
SALCED9
Pues ^cómo no conosces á mí?
ALAMEDA
^Sois VOS alguno dellos?
SALCEDO
Sí soy, porque antes que me desollasen la cara...
ALAMEDA
jEl desollado, es, el desollado es! ¡Dios sea con mi
álimal
SALCEDO
Por que me conozcas me quiero mostrar á ti.
ALAMEDA
¿A mí? Yos lo perdono. Mas, señor Diego Sánchez,
aguarde que pase por el camino otro que lo conozca
mejor que yo.
EL DELEITOSO I69
SALCEDO
A ti soy enviado.
ALAMEDA
^ A mí, señor Diego Sánchez? Por amor de Dios, yo
me doy por vencido y me pesa de buen corazón y
de mala voluntad.
SALCEDO
íQué dices?
ALAMEDA
Estoy turbado, señor.
SALCEDO
¿Conóscesme agora?
ALAMEDA
Ta, ta, ta, sí señor; ta, ta, ta, ya le conozco.
SALCEDO
^Quién soy yo?
ALAMEDA
Si no mengano, sois el santero que le desollaron
la cara por roballe.
SALCEDO
Sí soy.
ALAMEDA
Pluguiera á Dios que nunca lo fuérades. ^Y no
tenéis cara?
SALCEDO
Denantes solía tener cara, aunque agora la tengo
pegadiza por mis pecados.
170 OBRAS DE LOPB DB RUEDA
ALAMEDA
Pues ^qüé quiere agora, señor, su merced Diego
Sánchez?
SALCEDO
^Dónde están las notomías de los muertos?
ALAMEDA
Á las sepulturas me envía. ^Y comen allá, señor
Diego Sánchez?
SALCEDO
Sí; ¿por qué lo dices?
ALAMEDA
(V qué comen?
SALCEDO
Lechugas cocidas y raíces de malvas.
ALAMEDA
Bellaco manjar es por cierto. ¡Qué de piu-gados
debe de haber allá! (V por qué me queréis llevar con
vos?
SALCEDO
Porque sin mi licencia os posistes mis ropas.
ALAMEDA
Tómelas, tómelas, y lléveselas, que no las quiero.
SALCEDO
Vos proprio habéis de venir, y si diéredes el des-
caigo que convenga, dejar os han que volváis.
V-
EL DELEIIOSO I7I
ALAMEDA
¿Y si no?
SALCEDO
Quedaros hais con las notomías en las cisternas
viejas; mas resta otra cosa.
ALAMEDA
^•Qués, señor?
SALCEDO
Habéis de saber que aquellos que me desollaron
me echaron en un arroyo.
ALAMEDA
Fresco estaría allí su magnificencia.
SALCEDO
Y es menester que al punto de la media noche
vais al arroyo y saquéis mi cuerpo, y le llevéis al
cimenterio de San Gil, questá al cabo de la villa, y
allí junto digáis á grandes voces : ¡Diego Sánchezl
ALAMEDA
Y diga, señor: ¿tengo dir luego?
SALCEDO
Luego, luego.
ALAMEDA
Pues, señor Diego Sánchez, ¿no será mejor que
vaya á casa por un borrico en que vaya caballero su
cuerpo?
/
172 OBRAS DB LOPS DB RUBDA
SALCEDO
Si, aguija presto.
ALAMEDA
Luego torno.
SALCEDO
Anda, que aquí os aguardo.
ALAMEDA
Dígame, señor Diego Sánchez: ^cuánto hay de
aquí al día del juicio?
SALCEDO
Dios lo sabe.
ALAMEDA
Pues hasta que lo sepáis vos, podéis aguardar.
SALCEDO
Venid presto.
ALAMEDA
No comáis hasta que venga.
SALCEDO
^Ansí? Aguarda, pues.
ALAMEDA
¡Válame Santa María! Dios sea conmigo, que me
viene siguiendo.
PIN DEL PASO SEGUNDO
PASO TERCERO
MUY GRACIOSO,
EN EL CUAL SE INTRODUCEN LAS PERSONAS
SIGUIENTES,
COMPUESTO POR LOPE DE RUEDA
Lucio, doctor médico* — Martín de Villalba, single,
BÁRBARA \ su mufer. — Jerónimo, csfudiante,
LUCIO
¡Okt miserabüis doctor, cuanta pena paduntur frop-
ter miseriaml ^Qué fortuna es ésta, que no haya re-
ceptado en todo el día de hoy recepta ninguna? Pues
imirad quién asoma para mitigar mi penal Este es un
animal que le ha hecho encreyente su mujer questá
enferma, y ella hácelo por darse el buen tiempo con
un estudiante, y él es tan importuno que no lo hace
con dos ni tres vesitas al día. Pero venga, que en
tanto que los pollos en el corral le turaren, nunca
su mujer estará sin fiebre. Sea bien allegado el bue-
no de Alonso de...
MARTÍN
No, no, señor Licenciado; Martín de Villalba me
llamo para toda su honra.
^ Este personaje está colocado en el original después de Jeró-
nimo; lo ponemos en su verdadero sitio para evitar la confu-
sión que resulta de lo contrarío.
174 OBRA.S DB LOPE DB RUEDA
LUCIO
Salus adque vita in qua Nestareos superetis dios.
<Para qué era nada desto, hermano Martín de Vi-
llalba?
MARTÍN
Señor, perdone vuesa merced, que aun están toda-
vía pequeñuelos; pero sane mi mujer, que yo le
prometo un ganso que tengo á engordar.
LUCIO
Déos Dios salud.
MARTÍN
No, no; primero á mi mujer, plegué á Dios, señor.
LUCIO
Mochadlo, toma esos pollos; ciérrame esa gelosía.
MARTÍN
No, no señor, que no son pollos de gelosía; vuesa
merced puede estar descuidado. ^Sabe cómo los ha
de comer?
LUCIO
No por cierto.
MARTÍN
Mire: primeramente les ha de quitar la vida y plu-
raallos y echar la pluma y los hígados, si los tuviere
dañados.
LUCIO
^Y después?
EL DELEITOSO 175
MARTÍN
Después ponellos á cocer y comer si tuviere gana.
LUCIO
Bien me paresce todo eso. Pues ¿cómo se ha sen-
tido esta noche vuestra mujer?
MARTÍN
Señor, algún tiempo ha reposado, que como ha
dormido en casa aquel su primo el estudiante, que
tiene la mejor mano de ensalmador del mundo todo,
no ha dicho en toda esta noche aquí me duele.
LUCIO
Yo lo creo.
MARTÍN
Guárdenos Dios del diablo.
LUCIO
¿Y queda en casa?
MARTÍN
Pues si aquello no fuese, ya sería muerta.
LUCIO
¿Tomó bien la purga?
MARTÍN
¡Ah, mi madre!, ni aun la quiso oler. Pero buen
remedio nos dimos porque le hiciese impresión la
melecina.
176 OBRAS DE LOPB DB RUBDA
LUCIO
^Cómo así?
MARTÍN
Señor, aquel su primo suyo, como es muy letnido,
sabe lo quel diablo deja de saber.
LUCIO
^De qué manera?
MARTÍN
Díjome: cMirad, Martín de Villalba: vuestra mujer
está de mala gana, y es imposible quella beba nada
desto. Vos decís que queréis bien á vuestra mujer.»
Dije yo: «¡Ah, mi madre!; no estéis en eso, que juro
á mí que la quiero como las coles al tocino.» Dijo él
entonces: cPues tanto monta; bien os acordáis que
cuando os casarca con ella dijo el crego ser unidos
en una misma carne.» Dije yo : «Así es verdad.»
Dijo él: «Pues siendo verdad lo quel crego dijo, y
siendo todo una misma carne, tomando vos esa purga,
tanto provecho le hará á vuestra mujer como si ella
la tomase.»
LUCIO
^Qué hecistes?
MARTÍN
/
Pardiez, apenas hubo acabado la zaguera palabra,
cuando ya estaba el escudilla más limpia y enjuta
que la podía dejar el gato de Mari Jiménez, que creo
que no hay cosa más desbocada en toda esta tierra.
ML DEt&ItOSO. 177
LUCIO-
jBien le aprovecharía!
MARTÍN
Guárdenos Dios, yo fui el que no pude más pegar
los ojos, que ella á las once del día se despertó; y
como á mi me había quedado aquella madrugada tan
enjuto el estómago con aquello de la escudilla, hízole
tanto provecho á ella, que se levantó con una ham-
bre, que se comiera un novillo si se lo pusieran de-
lante.
LUCIO
íEn ñn...?
MARTÍN
En fin, señor, que como no me podía menear del
dolor quen estos ijares sentía, díjome su primo:
andad mal punto, que sois hombre sin corazón; de
una negra purguilla estáis que no parescéis sino buho
serenado. Entonces el señor, diciendo y haciendo,
apañó una gallina por aquel pescuezo, que paresce
que agora lo veo, y en un santiamén fué asada y co-
cida y traspillada entre los dos.
LUCIO
Hiciérame yo al tercio, como quien juega á la pri-
mera de Alemana.
MARTÍN
¡Ah, mi madrel; bien lo quisiera yo, sino que me
hicieron encreyente que le haría daño á mi mujer lo
que yo comiere.
T. n 12
1 78 OB&AS DE LOPE DE RUEDA
LUCIO
Hecistes muy bien; ¡mirad quién ha de vivir segu-
ro de aquí adelante! Según me paresce, á vos basta
que curemos.
MARTÍN
Sí, señor; pero no me mande más de aquello de
las cudilla, si no no será mucho á muchas escudilladas
ahorrar de tripas y quedarse el cuerpo como cangi-
lón agujereado.
LUCIO
Agora, pues yo tengo ciertas vesitas, id en buen
hora, y acudíos por acá mañana, que con un buen
regimiento que yos ordenare, basta para que sacabe
de curar.
MARTÍN
Dios lo haga, señor.
{Éntrase el Doctor, y queda Martin de ViUalba,y
sale Bárbara, su mujer, y el Estudiante.)
ESTUDIANTE
Por el cuerpo de todo el mundo, señora Bárbara,
veis aquí á vuestro marido que viene de hacia casa
el doctor Lucio, y creo que nos ha visto : ^qué re-
medio?
BÁRBARA
No tengáis pena, señor Jerónimo, que yo le enal-
bardaré como suelo. Hacerle he encreyente que va-
EL DELEITOSO Ijg
mos á cumplir ciertos votos que convienen para mi
salud.
ESTUDIANTE
^Y creerlo ha?
BÁRBARA
^Cómo si lo creerá?; mal lo conoscéis. Si yo le digo
quen lo más fuerte del invierno se vaya á bañar en
la más helada acequia, diciendo ques cosa que im-
porta mucho á mi salud, aunque sepa ahogarse, se
arrojará con vestidos y todo. Háblele.
ESTUDIANTE
- Bien venga el señor Martín de Villalba, marido de
la señora mi prima y el mayor amigo que tengo,
MARTÍN
¡Oh, señor primo de mi mujer! Norabuena vea yo
aquesa cara de pascua de hornazos. ^Dónde bueno, ó
quién es la revestida, como la borrica de llevar no-
vias?
ESTUDIANTE
Déjala, no la toques; una moza es que nos lava la
ropa allá en el pupilaje.
MARTÍN
Mas ^á fe?
ESTUDIANTE
Sí en mi ánima; ^habíate de decir yo á tí uno por
otro?
l80 OBRAS DB LOPB DS RUEDA
MARTÍN
Bien lo creo, no te enojes : ¿y adonde la llevas?
S ESTXn)IANTE
A casa de unas beatas que le han de dar una ora-
ci jn para el mal de la jaqueca.
MARTÍN
¿Búrlasme, di?
ESTUDIANTE
No, por vida tuya y de cuanto lucp delante mis
0J03.
MARTÍN
Ven buen hora : ^has menester algo?
ESTUDIANTE
Dios te dé salud, no agora.
MARTÍN
Como tú deseas.
BÁRBARA
¡Oh, grande alimaña, que aun no me conosció!
Aguija, traspongamos.
MARTÍN
Hola, hola^ primo de mi mujer.
ESTUDIANTE
^Qué quieres?
MARTÍN
Aguarda, cuerpo del diablo, que, ó yo mengano, ó
BL DELEITOSO l8l
es aquella saya la de mi mujer; si ella es, ^dónde me
la llevas?
BÁRBARA
|Ah, don traidor!; ¡mirad qué memoria tiene de mí,
que topa su mujer en la calle y no la conoscel
MARTÍN
Calla, no llores, que me quiebras el corazón; que
yo te conosceré, mujer, aunque no quieras, de aquí
adelante. Pero dime : ¿dónde vas?, ¿volverás tan
presto?
BÁRBARA
Sí volveré, que no voy sino á tener unas novenas
á una santa con quien yo tengo grandísima devoción.
MARTÍN
¿Novenas?; y ¿qué son novenas, mujer?
BÁRBARA
¿No lo entendéis? Novenas sentiende que tengo
destar yo allá encerrada nueve días.
MARTÍN
¿Sin venir á casa, áliraa mía?
BÁRBARA
Pues sin venir á casa.
MARTÍN
Sobresaltado me habías, primo de mi mujer, bur-
lonazo; maldita la sangre que me habías dejado en-
gotada.
BÁRBARA
Pues conviene una cosa,
l83 OBRAS DB LOPB DE RUEDA
MARTÍN
¿Y qué, mujer de mi corazón?
BÁRBARA
Que ayunéis vos todos estos días que yo allá estu-
viese á pan y agua, por que más aproveche la devo- .
ción.
MARTÍN
Si no es más que aqueso, soy muy contento. Ven
buen hora.
BÁRBARA
Adiós; mirad por esa casa.
MARTÍN
Señora mujer, no te cumple hablar más como en-
ferma, que el doctor me ha dicho que á mí me ha de
curar, que tú, bendito Dios, ya vas mejorando.
ESTUDIANTE
Quedad en buen hora, hermano Martín de Villalba.
MARTÍN
Ve con Dios. Mira, primo de mi mujer: no dejes de
aconsejarle que si se halla bien con las novenas, que
las haga decenas, aunque yo sepa ayunar un día más
por su salud.
ESTUDIANTE
Yo lo trabajaré. Queda con Dios.
* MARTÍN
Y vaya con él.
FIN DEL PASO TERCERO
PASO CUARTO
MUY GRACIOSO,
EN CUAL SE INTRODUCEN LAS PERSONAS
SIGUIENTES,
COMPUESTO POR LOPE DE RUEDA
Caminante. — Licenciado XXquim^. — Bachiller
Brazuelos.
CAMINANTE
Uno de los grandísimos trabajos que el hombre
puede recebir en esta miserable vida es el caminar, y
el superlativo, faltalle los dineros. Dígolo esto porque
se me ha ofrescido un cierto negocio en esta ciudad,
y en el camino, por las muchas aguas, me han faltado
los reales. No tengo otro remedio sino éste, que soy
informado que vive en este pueblo un Licenciado de
mi tierra: ver con una carta que le traigo si puedo
ser favorescido. Esta debe de ser la posada. Llamar
quiero: ^quién estaca?
BACHILLER
^Quién llama? ^Quién estay?
CAMINANTE
Si está, salga vuesa merced acá fuera.
184 OBKAS DB LOPB DB RUBDA
BACHILLER
¿Qués lo que manda?
CAMINANTE
^Sabráme dar vuesa merced razón de un señor Li-
cenciado?
BACHILLER
No, señor.
CAMINANTE
Pues déjeme decir: él es hombre bajo, cargado de
espaldas, barbinegro, natural de Burbáguena.
BACHILLER .
No le conozco. Diga: ^cómo se llama?
CAMINANTE
Señor, allá se llamaba el Licenciado Cabestro.
BACHILLER
Señor, en mi persona está uno que se hace nom-
brar el Licenciado Xáquima.
CAMINANTE
Señor, ése debe de ser, porque de cabestro á xá-
quima, harto parentesco me paresce que hay. Llá-
mele.
BACHILLER ^
Soy contento. jAh, señor Licenciado Xáquima!
LICENCIADO
{Llama vuesa merced, señor Bachiller Brazuelos?
EL DELEITOSO I85
BACHILLER
Sí, señor; salga vuesa merced acá afuera.
LICENCIADO
Suplicóle, señor, que me tenga por excusado, que
ando metido en la fragancia del estudio y estoy en
aquello que dice: sicus adverstts tempate, et quia b<h
ñus tempus est non pmitur tilo*
BACHILLER
Salga, señor, questá aquí un señor de su tierra.
LICENCIADO
|Oh, válame Dios! Señor Bachiller, ¿ha visto vuesa
merced mi bonete?
BACHILLER
Ahí quedó super Plinio.
LICENCIADO
Señor Bachiller, ¿y mis plantufos de chamelote sin
agua, halos vijto?
BACHILLER
Perequillo los llevó á echar unas suelas y capilla-
das, porque estaban mal tratadillos.
LICENCIADO
Señor Bachiller, mi manteo, ¿hale visto?
BACHILLER
Ahí le teníamos encima de la cama esta noche en
lugar de manta.
t86 ODRA.S DB LOPB DB RUBDA
LICENCIADO
Ya lo he hallado. ¿Qués lo que manda vuesa mer-
ced?
BACHILLER
¿Agora sale con todo eso á cabo de dos horas que
lestoy llamando? Aqueste señor le busca, que dice
ques de su tierra.
LICENCIADO
(Dt mi tierra? Sí será, pues él lo dice.
CAMINANTE
¿No me conosce vuesa merced, señor Licenciado?
LICENCIADO
No le conozco en verdad, sino es para serville.
CAMINANTE
¿No conosce vuesa merced á un Juanitico Gómez,
hijo de Pero Gómez, que íbamos juntos á la escuela
y hecimos aquella farza de los Gigantillos?
LICENCIADO
Ansí, ansí; ¿es vuesa merced hijo de un tripero?
CAMINANTE
Que no, señor; ¿no se le acuerda á vuesa merced
que mi madre y la suya vendían rábanos y coles allá
en el arrabal de Santiago?
LICENCIADO
¿Rábanos y coles? Rasos y colchones quiso decir
vuesa merced.
EL DELEITOSO 1 87
CAMINANTE
Sea lo que mandare; mas ^á fe que no me conosce?
LICENCIADO
Ya, ya caigo en la cuenta; qué, ¿no es vuesa mer-
ced el mochadlo que hizo la moceta, aquel bellaqui-
Uo, aquel de las calcillas coloradas?
CAMINANTE
Sí, señor, yo soy ése.
LICENCIADO
¡Oh, señor Joan Gómezl Señor Bachiller, una silla.
Periquillo, rapaz, una silla.
CAMINANTE
Que nos dé menester, señor.
LICENCIADO
¡Oh, señor Joan Gómez, abráceme! (V dióle alguna
cosa que me trújese mi madre?
CAMINANTE
Sí, señor. ^
LICENCIADO »
Tómeme á abrazar, señor Joan Gómez. ¿Qués lo que
le dio? ¿Es cosa de importancia?
CAMINANTE
|Y pues no!
1 88 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
UCENCIADO
|Oh, señor Joan Gómez!; él sea muy bien venido.
Amuestre lo ques.
CAMINANTE
Es, señor, una carta que me rogó que le trújese.
LICENCIADO
¿Carta, señor? ¿Y dióle algunos dineros la señora
mi madre?
CAMINANTE
No, señor.
LICENaADO
Pues ¿para qué quería yo carta sin dinero? Agora,
señor Joan Gómez, hágame tan señalada merced de
venirse á comer con nosotros.
CAMINANTE
Señor, beso las manos de vuesa merced; en la po-
sada lo dejo aparejado.
LICENCIADO
Hágame este placer.
CAMINANTE
Señor, por no ser importuno, yo haré su manda-
damiento, y de camino me traeré la carta, que dejé
encomendada al mesonero.
LICENCIADO
Pues vaya.
CL DELEITOSO I89
CAMINANTE
Beso SUS manos.
LICENaADO
(Qvié le paresce, señor Bachiller Brazuelos, deste
nuestro convidado?
BACHILLER
Muy bien, señor.
LICENCIADO
A mí, no señor, sino muy mal.
BACHILLER
¿Por qué, señor?
UCENCIADO
Porque yo, para convidalle, ni tengo blanca, ni bo-
cado de pan, ni cosa, ofrézcola á Dios, que de comer
sea, y por tanto querría suplicar á vuesa merced que
vuesa merced me hiciera merced de me hacer mer-
ced, pues estas mercedes se juntan con esotras mer-
cedes que vuesa merced suele hacer, me hiciese mer-
ced de prestarme dos reales.
BACHILLER
¿Dos reales, señor Licenciado? ¿Saca burla del
tiempo? ¿Sabe vuesa merced que traigo este andrajo
en la cabeza por estar mi bonete empeñado por seis
dineros de vino en la taberna, y pídeme dos reales?
LICENCIADO
¿Pues no me haría vuesa merced una merced de
190 OBRAS DB LOPS DB RUBDA
pensar una burla en que se fuese este convidado con
todos los diablos?
BACHILLER
^Burla dice? Déjeme á mí el cargo, que yo le haré
una que vaya diciendo que vuesa merced es muy
honrado y muy cabido con todos.
LICENCIADO
¿Así? ¿De qué manera lo hará vuesa merced?
BACHILLER
Mire vuesa merced: él ha de venir agora á comer;
vuesa merced se meterá debajo desta manta, y en
venir luego preguntará: ¿Qués del señor Licenciado?
Yo le diré: El señor arzobispo le ha enviado á publi-
car ciertas buidas, que fué negocio de presto, que no
se pudo hacer otra cosa.
LICENCIADO
¡Oh, cómo dice bien vuesa merced! Pues mire que
pienso ques el que llama.
CAMINANTE
¡Ah de casal
BACHILLER
¡Sí, ékes; métase de prestol
LICENCLADO
Mire que me cobije bien, que no me vea.
CAMINANTE
¡Ah de casal
EL DÉLÉitoSÓ i^I
BACHILLER
^Quién estay? ^Quién llama?
CAMINANTE
^Está en casa el señor Licenciado?
BACHILLER
^A quién busca?
CAMINANTE
Al señor Licenciado Xáquima.
BACHILLER
^A comer pienso que verná vuesa merced?
CAMINANTE.
No vengo por cierto, señor.
BACHILLER
¡Picadillo debe de traer el molinpl
CAMINANTE
No traigo en verdad.
BACHILLER
No lo niegue vuesa merced, que para decir que
viene á comer, ¿es de menester tantas retólicas?
CAMINAlíTE
Verdad es que venía á comer, quel señor Licen-
ciado me había convidado.
íg$ OBRAS ns LÓÍB DB &IÍEOÁ
BACHILLER
Pues certificóle que tiene vuesa merced muy mal
recado desta vez, porque en casa no hay blanca, ni
bocado de pan para convidalle.
CAMINANTE
Pues no creo yo que el señor Licenciado sacara
burla de mi.
BACHILLER
^Qué no me cree vuesa merced? Pues sepa que de
puro corrido está puesto debajo aquella manta.
CAMINANTE
No-lo creo, si con mis ojos no lo viese.
BACHILLER
^Que no? Pues mire vuesa merced cuan contrito
está arrodillado.
CAMINANTE
Jesús, Jesús, señor Licenciado! ^Para mí era de
menester de tantos negocios?
LICENCIADO
Juro á diez que ha sido muy bellaquísimamente
hecho.
BACHILLER
No ha estado sino muy bien.
EL DELEITOSO I93
UCENCIADO
No ha estado sino de muy grandísimos bellacos;
que si yo me escondí, vos me lo mandastes.
BACHILLER
Nos escondiérades vos.
LICENCIADO
No me lo mandárades. vos, y agradesceldo al señor
de mi tierra, don Bachillerejo de no nada.
BACHILLER
^De no nada? Aguarda.
CAMINANTE
¡Id con todos los diablos! Allá os averiguad vos-
otros mesmos.
FIN DEL PASO CUARTO
T. II 13
PASO QUINTO
MUY GRACIOSO,
EN EL CUAL SE INTRODUCEN LAS PERSONAS
SIGUIENTES,
DE LOPE DE RUEDA
HoNziGERA, ladran, — Panarizo, ladrón, — Mendrugo, jiVr^/Ií.
HONZIGERA
Anda, anda, hermano Panarizo, no te quedes reza-»
gado, que agora es tiempo de tender nuestras redes,
que la burullada está en grandísimo sosiego y pausa,
y la sicas ^ descuidadas. jAh, Panarizo!
PANARIZO
¿Qué diablos quieres? ¿Puedes dar mayores voces?
¿Dejásteme empeñado en la taberna y estásme que-
brando la cabeza?
HONZIGERA
¿Por dos negros dineros que bebimos quedaste
empeñado?
PANARIZO
Pues ¿si no los tenía?
^ En el original así.
EL DELEITOSO ¡95
HONZIGERA
Si no los tenías, ^qué remedio tuviste?
PANARIZO
iQné remedio había de tener, sino dejar la espada?
HONZIGERA
¿El espada?
£1 espada.
PANARIZO
HONZIGERA
Pues leí espada habías de dejar sabiendo á lo que
vamos?
PANARIZO
Mira, hermano Honzigera, provee que comamos,
que yo vengo candido de hambre.
HONZIGERA
Yo mucho másj que por eso, hermano Panarizo,
estoy aguardando aquí un villano que lleva de comer
á su mujer, que la tiene presa, una autenticada ca-
zuela de ciertas viandas, y contarle hemos de aque-
llos contecillos de la tierra de Jauja, y él sembebesce-
rá tanto en ello, que podremos bien henchir nuestras
panchas.
{Entra Mendrugo, simple, cantando.)
MENDRUGO
Mala noche me distes,
María de Rión
con el bimbilindrón.
■79T-
i-
t
196 OBRAS DB LOPB DB RUEDA
^ ~-~ ~.......~.~....~.~ -~.~ ~- «...„........^
PANARIZO
jHola, ce! ^Habémonos de oir?
MENDRUGO
Sí señor, ya voy acabando, aguarde :
Mala noche me distes.
Dios os la dé peor,
del bimbilindrón, dron, dron.
HONZIGERA
¡Hola, compañero!
MENDRUGO
^Hablan vuesas mercedes conmigo ó con ella?
HONZIGERA
^Quién es ella?
MENDRUGO
Una questá así redonda con sus dos asas y abierta
por arriba.
PANARIZO
En verdad no hay quien acierte tan extraña pre-
gunta.
MENDRUGO
^Tiénense por tapados vuesas mercedes?
PANARIZO
Sí por cierto.
MENDRUGO
Cazuela^
EL DELEITOSO 197^
HONZIGERA
Qué, ¿cazuela lleváis?
MENDRUGO
Que no, téngase; *iválalos el diablo!; jqué Ugero$
son de manos!
PANARIZO
Pues decinos adonde vais-
MENDRUGO
Voy á la cárcel para todo aquello que á vuesa$
mercedes les cumpliere.
PANARIZO
|A la cárcel! (V á qué?
MENDRUGO
Tengo, señores, mi mujer presa.
HONZIGERA
<Y por qué?
MENDRUGO
Por cosas de aire; dicen malas lenguas que por
alcahueta.
PANARIZO
Y decime : <vuestra mujer no tiene ningún íavor?.
MENDRUGO
Sí, señor; tiene muchos brazos y la Justicia que
hará lo que fuere de razón; y agora han ordenado
V9^ OBRAS DB LOPB DE RUEDA
entre todos que, porque mi mujer es mujer de bien
y mujer que lo puede llevar, que le den un obis-
pado.
HONZIGERA
^ ¡Obispado!
MENDRUGO
Sí, obispado, y an plega á Dios quella lo sepa bien
regir, que según dicen ricos quedamos desta vez.
Diga, señor: ^sabe vuesa merced qué dan en estos
(;|bispadps?
PANARIZO
^Sabes qué dan? Mucha miel, mucho zapato viejo,
mucha borra y pluma y berenjena.
MENDRUGO
¡Válame Dios! ¿Todo eso dan? Ya deseo vella obis-
pesa.
HONZIGERA
<*Para qué?
MENDRUGO
Para ser yo el obispeso.
PANARIZO
■ Mucho mejor sería, si tú lo pudieses acabar, que
la hiciesen obispesa de la tierra de Jauja.
MENDRUGO
¡Cómo! ¿Qué tierra es ésa?
EL DELEITOSO I99
HONZIGERA
Muy extremada, á do pagan soldada á los hombres
por dormir.
MENDRUGO
^•Por su vida?
PANARIZO
Sí, de verdad.
HONZIGERA
Ven acá, asiéntate un poco y contarte hemos las
maravillas de la tierra de Jauja.
MENDRUGO
^De dónde, señor?
PANARIZO
De la tierra que azotan á los hombres porque tra-
bajan.
MENDRUGO
¡Oh, qué buena tierra! Cuénteme las maravillas
desa tierra, por vida suya,
HONZIGERA
¡Sus! Ven acá; asiéntate aquí en medio de los dos.
Mira...
MENDRUGO
Ya miro, señor.
HONZIGERA
Mira: en la tierra de Jauja hay un río de miel y
junto á él otro de leche, y entre río y río hay una
2ÓÓ OBRAS DB LOPE DB kÜBDA
fuente de mantequillas encadenada de requesones y
caen en aquel río de la miel, que no paresce sino
que están diciendo : «cómeme, cómeme».
MENDRUGO
Mas, pardiez, no era de menester á mí convidarme
tantas veces.
PANARIZO
Escucha aquí, nescio.
MENDRUGO
Ya escucho, señor.
PANARIZO
Mira : en la tierra de Jauja hay unos árboles que
los troncos son de tocino.
MENDRUGO
jOh, benditos árboles! Dios os bendiga, amén.
PANARIZO
Y las hojas son hojuelas, y el fruto destos árboles
son buñuelos, y caen en aquel río de la miel, quellos
mismos están diciendo : «máscame, máscame».
HONZIGERA
Vuélvete acá.
MENDRUGO
Ya me vuelvo.
HONZIGERA
Mira : en la tierra de Jauja las calles están empe-
BL DELEITOSO 20 1
dradas con yemas de huevos, y entre yema y yema
un pastel con lonjas de tocino.
MENDRUGO
^Y asadas?
HONZIGERA
Y asadas, quellas mismas dicen: «tragadme, tra
gadme».
MENDRUGO
Ya paresce que las trago.
PANARIZO
Entiende, bobazo.
MENDRUGO
Diga, que yantiendo.
PANARIZO
Mira : en la tierra de Jauja hay- unos asadores de
trecientos pasos de largo, con muchas gallinas y ca-
pones, perdices, conejos, francolines.
MENDRUGO
jOh, cómo los como yo ésos!
PANARIZO
Y junto á cada ave un cochillo, que no es menes-
ter más de cortar, qúello mismo dice: «engoUíme, en-
gollíme».
MENDRUGO
Qué, ^las aves hablan?
r
2Ú3 OUbAé DÉ LO^B DE ttÜEDA
HONZIGERA
Óyeme.
MENDRUGO
Que ya oigo, pecador de mí; estarme ía todo el día
oyendo cosas de comer.
HONZIGERA
Mira: en la tierra de Jauja hay muchas cajas de
confitura, mucho calabazate, mucho diacitr6n, mu-
chos mazapanes, muchos confites.
MENDRUGO
Dígalo más pausado, señor, eso.
HONZIGERA
Hay ragea y unas limetas de vino que él mismo
sestá diciendo: «bebéme, cómeme, bebéme, cómeme»..
PANARIZO
Ten cuenta.
MENDRUGO
Harta cuenta me tengo yo, señor, que me paresce
quengulo y bebo.
PANARIZO
Mira: en la tierra de Jauja hay muchas cazuelas con
arruz y huevos y queso.
EL DELEITOSO 20^
MENDRUGO
^Como esta que yo traigo?
PANARIZO
Que vienen llenas, y ofrezco al diablo la cosa que
vuelven.
MENDRUGO
¡Válalos el diabro, Dios les guarde! ¿Y qué san
hecho estos mis contadores de la tierra de Jauja?
Ofrescidos seáis á cincuenta aviones : ^y qués de mi
cazuela? Juro á mí que ha sido bellaquísimamente
hecho. jOh, válalos el de las patas luengas! Si había
tanto que comer en su tierra, ^'para qué me comían
mi cazuela? Pues yo juro á mí, que juro á bueno, que
tengo denviar tras ellos cuatro ó cinco dineros de
hermandades para que los traigan á su costa. Pero
primero quiero decir á vuesas mercedes lo que man
encomendado.
FIN DEL PASO QUINTO
PASO SEXTO'
MUY GRACIOSO,
£N EL CUAL SE INTRODUCEN LAS PERSONAS
SIGUIENTES,
DE LOPE DE RUEDA
Brbzano, hidalgo, — Cbbadón ^ simple, — Samadbl, ladran,
BREZANO
Ora, ¿no es cosa extraña que á un hidalgo como yo
se le haya hecho semejante afrenta y í^ravio cual
éste? Y es que un casero desta mi casa en que vivo,
sobre cierto alquiler que le quedé á deber me ha en-
viado á emplazar docientas veces. Yo quiero y ten-
go determinado de llamar á Cebadón, mi criado, y
dalle los dineros para que se los lleve. ¡Hola, Ceba^
don, sal acá!
CEBADÓN
Señor, ¡ah, señorl, ¿llama vuesa merced?
BREZANO
Sí, señor; yo llamo.
^ «Séptimo» dice en el original, por error de imprenta. Los
titiilillos dicen «sextoz».
' En la edición de Fuensanta del Valle se lee este nombre
Cbkadón, equivocadamente.
EL DELEITOSO 20$
CEBADÓN
Luego vi que me llamaba.
BREZANO
^En qué vio que le llamaba?
CEBADÓN
^Diz que en qué? En nombrarme por mi nombre.
BREZANO
Ora, ven acá, ^-conosces...?
CEBADÓN
Sí, señor; ya conuezco.
BREZANO
¿•Qué conosces?
CEBADÓN
Esotro..., él..., aqueste..., el que dijo vuesa merced.
BREZANO
¿Qué dije?
CEBADÓN
Ya no se macuerda.
BREZANO
Dejémonos de burlas. Dime si conosces adaquel
casero desta mi casa en que vivo.
CEBADÓN
Sí, señor; muy bien lo conuesco.
206 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
BREZAXO
¿Dónde vive?
CEBADÓN
Acullá en su casa.
BREZANO
¿Dónde está su casa?
CEBADÓN
Mire vuesa merced : eche por esta calle drecha y
tome por esotra á mano izquierda, y junto la casa,
empar de la casa, al otra casa más arriba está un
poyo á la puerta.
BREZANO
No mentiendes, asno; no te digo sino si conosces
al casero de mi casa.
CEBADÓN
Que sí, señor; muy rebién.
BREZANO
¿Dónde mora?
CEBADÓN
Mire vuesa merced: vayase derecho á la iglesia y
éntrese por ella, y salga por la puerta de la iglesia
y dé una vuelta alderredor de la iglesia, y deje la
iglesia y tome una callejuela junto á la callejuela em-
par de la callejuela, la otra callejuela mds arriba.
BREZANO
Bien sé que sabes allá.
EL DELEITOSO 207
CEBADÓN
Sí, señor; demasiadamente sé.
BREZANO
iSus!, toma estos quince reales y llévaselos, y dile
que digo yo que lo ha hecho ruinmente en enviarme
á emplazar tantas veces, y que digo yo que me haga
merced de np hacello tan mal conmigo. Y mira que
al que se los has de dar ha de tener un parche en el
ojo y una pierna arrastrando; y primero que se los
des, te ha de dar una carta de pago.
CEBADÓN
^Que primero que le dé yo los dineros le tengo de
dar una carta de pago?
BREZANO
Que no, asno; él á ti.
CEBADÓN
Ya, ya, él á mí. Yo lo haré muy requísimamente.
{Entra el ladrón.)
SAMADEL
Según soy informado, por aquí ha de venir un
mozo con unos dineros que los ha de dar á un mer-
cader. Yo le tengo de hacer encreyente que soy el
mercadante, y cogelle los dineros, que bien creo que
serán buenos para alguna quinolilla. Ta, ta, quiero
disimular, que helo allí do viene.
208 OBRAS DB LOPE DE RUEDA
BREZANO
Mira que lo sepas hacer, diablo.
CEBADÓN
Que yo lo sabré hacer, válame Dios.
SAMADEL
Hola, hermano; ^es hora que traigáis esos dineros?
CEBADÓN
{Es vuestra merced el que los ha de recebir?
SAMADEL
Y aun el que los había de tener en la bolsa.
CEBADÓN
Pues señor, díjome mi amo que le diese á vuesa
merced y tomase vuesa merced quince reales.
SAMADEL
Sí, quince han de ser; dad acá.
CEBADÓN
Tome; aguarde vuesa merced.
SAMADEL
¿Qué tengo de aguardar?
CEBADÓN
¿Diz que qué?, las insinias.
SAMADEL
¿Qué insinias?
EL DBLBltOI^Ó 20^
CEBADÓN
Dijo mi amo que había de tener vuesa merced un
parche en el ojo y traer una pierna arrastrando.
SAMADEL
Así, pues, si no es más deso, cata aquí el parche.
CEBADÓN
Ávese day : <*diz queso es parche?
SAMADEL
Digo que sí es.
CEBADÓN
Digo que no es.
SAMADEL
Digo que lo es, aunque os pese.
CEBADÓN
No quiero pesar, señor, séalo á mandado de vuesa
merced; parche es, válame Dios; son como traía vue-
sa merced abajado el sombrerillo, no había visto el
parche.
SAMADEL
Ora ¡sus!, dad acá los dineros.
CEBADÓN
Tome vuesa merced.
SAMADEL
Echa.
CEBADÓN
Aguarde.
T. II . 14
210
OBRAS DB LOPE DB RUEDA
SAMADEL
^Qué tengo de aguardar?
CEBADÓN
La pierna arrastrando, ^qués della?
SAMADEL
^La pierna? Vesla aquí.
CEBADÓN
Tome vuesa merced los dineros.
SAMADEL
Vengan.
Aguarde.
CEBADÓN
SAMADEL
¡Oh, pecador de mí! ^Qué quiés que aguarde?
CEBADÓN
^Qué tengo de aguardar? La carta de pago.
SAMADEL
Pues vesla aquí. Toma, bobo, quen verdad veinte
años ha questá escrita, y decilde á vuestro amo que
digo yo ques un grandísimo bellaco.
CEBADÓN
^Que le diga yo á mi amo que vuesa merced es un
grandísimo bellaco?
SAMADEL
Que no, sino que yo se lo digo á él, y que lo ha
hecho ruinmente.
EL DELEITOSO 2ÍI
CEBADÓN
¡Ta, tal Eso de ruin le había de decir yo á vue^a
merced, que mi amo me dijo que se lo dijese; tén-
galo por recebido.
SA.MADEL
Bien está; vete con Dios
CEBADÓN
Vaya vuesa merced. Ofrézcole al diabro el parche
que lleva, que miedo tengo que no me haya enga-
ñado.
BREZANO
¡Hola, Cebadón! ¿Traes recado?
CEBADÓN
Sí, señor; ya traigo todo recado y la carta de pago
y todo negocio viene.
BREZANO
^Sfifástele bien? ¿Viste si tenía parche?
CSBADÓN
Sí, señor; un parchazo tenía tan grande como mi
bonete.
BREZANO
¿Vístelo tú?
CEBADÓN
No, señor; mas él dijo que lo traía.
BREZANO
¿Pues así habías de ñar de su palabra?
212 OBRAS DS LO!>E Dfi ftUBDA
, j
CEBADÓN
Sí, señor; sé que no había de infernar ellotro su
alma á truque de un parche ni de quince reales.
BREZANO
Ora ¡sus!, que tú traerás algún buen recado. Y
dime: ^traía la pierna arrastrando?
CEBADÓN
Sí, señor; luego que le di los dineros arrastró ansi-
na la pierna; mas luego que se fué, iba más derecho
que un pino.
BREZANO
Baste: veamos la carta.
CEBADÓN
Tome, señor.
BREZANO
«Señor hermano.»
CEBADÓN
<Dice ahí señor hermano?
BREZANO
Sí que dice señor hermano.
CEBADÓN
Debe ser hermano del que recibió los dineros.
BREZANO
Ansí debe de ser. «Las libras de azafrán.»
Bt DELEITOSO 21$
CEBADÓN
¿Ahí dice libras de azafrán?
BREZANO
Si, aquí ansina dice.
CEBADÓN
¿Las libras de azafrán? Sé que yo no he traído i
vuesa merced azafrán.
BREZANO
A mí no.
CEBADÓN
¿Pues cómo viene el papel enzafranado?
BREZANO
¿Tú no ves que te ha engañado, que por darte
carta de pago te ha dado carta mensajera?
CEBADÓN
¿Carta ó qués?
BREZANO
Carta mensajera.
CEBADÓN
Pardiez, si ello es verdad, que la ha hecho muy
bellaquísimamente.
BREZANO
¿Qué remedio; señor?
CEBADÓN
Yo diré á vuesa merced qué remedio. Que tome-
mos sendos palos y que vamos callibajo, vuesa mer-
214 OBRAS DB LOPE DB RUEDA
ced primero, yo tras del, y si á dicha lencontramos,
cobraremos nuestros dineros; cuando no, servirme ha
de criado estuences.
BREZANO
^Qués servirte de criado?
CEBADÓN
¿Qué, señor? Que yos compezaré á bravear con él
como lo hizo de ruin hombre de llevarse los dineros
sin parche, ni pierna arrastrando, y en esto vuesa
merced descargará con la paliza.
BREZANO
Pues jsus!, vamos.
CEBADÓN
Vamos.
( Vítehe el ladrón.)
SAMADEL
Bien dicen que lo bien ganado se pierde, y lo malo
él y su amo. Esto dígolo porque aquellos dineros que
tomé al simple mozo, los medios se fueron en un res-
to y los otros se quedaron en un bodegón. Dícenme
que van en busca mía; no tengo otro remedio sino
diferenciar la lengua.
BREZANO
Haz que le conozcas bien.
CEBADÓN
Pierda cuidado vuesa merced, que yo le conosceré
rebién; véngase poco á poco tras mí.
EL DELEITOSO
215
BREZANO
Anda.
CEBADÓN
¡Señor, señor!
BREZANO
CEBADÓN
Caza tenemos; el del sombrerito es.
BREZANO
Cata que sea él.
CEBADÓN
Que sí, señor; éste me tomó los dineros.
BREZANO
¡Sus!, habíale.
CEBADÓN
¡Hombre de bien!
SAMADEL
La gran bagasa quius pari.
CEBADÓN
No habla cristianamente, señor.
BREZANO
Sepamos, pues, en qué lengua habla.
SAMADEL
luta drame a roquido dotos los durbeles.
BREZANO
¿Qué dijo?
X
2l6 OBRAS DE LOPB DB RUEDA
CEBADÓN
Que se los comió de pasteles.
SAMADEL
No he fet yo tan gran Uegea.
BREZANO
^'Qués lo que dice?
CEBADÓN
Quél los pagará aunque se pea.
SAMADEL
¿Qué he de pagar?
CEBADÓN
Los dineros que me quesistes hurtar.
SAMADEL
Toma una higa para vos, don villano.
CEBADÓN
Pero tomad vos esto, don ladrón tacaño.
BREZANO
Eso sí; dale.
CEBADÓN
Aguarda, aguarda.
FIN DEL PASO SEXTO
PASO SÉPTIMO
MUY GRACIOSO,
EN EL CUAL SE INTRODUCEN LAS PERSONAS
SIGUIENTES,
COMPUESTO POR LOPE DE RUEDA
ToRüvio, simpk, viejol — Águeda de Toruégano, su mujer,
MencigOela, su hija, — Aloxa, vecino,
TORUVIO
I Válame Dios y qué tempestad ha hecho desdel re-
quebrajo del monte acá, que no parescía sino quel
cielo se quería hundir y las nubes venir abajo! Pues
decí agora: ¿qué os terna aparejado de comer la se-
ñora de mi mujer? ¡Así mala rabia la matel — ¿Oíslo?
¡Mochacha Mencigüelal Si todos duermen en Zamo-
ra. — ¡Águeda de Toruégano! ¿Oíslo?
MENCIGÜELA
iJesús, padre! ¿Y habéisnos de quebrar las puertas?
TORUVIO
jMirá qué pico, mira qué pico! ¿Y adonde está
vuestra madre, señora?
MENCIGÜELA
Allá está en casa de la vecina, que le ha ido á
ayudar á coser unas madejillas.
2l8 OBRilS DE LOPE DE RUEDA
TORUVIO
¡Malas madej illas vengan por ella y por vos! An-
dad y llamalda.
ÁGUEDA
Ya, ya, el de los misterios, ya viene de hacer una
negra carguilla de leña, que no hay quien se averi-
güe con él.
TORUVIO
Sí; ¿carguilla de leña le paresce á la señora? Juro al
cielo de Dios que éramos yo y vuestro ahijado á car-
galla y no podíamos.
ÁGUEDA
Ya, noramaza sea, marido, | y qué mojado que
venís!
TORUVIO
Vengo hecho una sopa dagua. Mujer, por vida
vuestra, que me deis algo que cenar.
ÁGUEDA
¿Yo qué diablos os tengo de dar, si no tengo cosa
ninguna?
MENCIGÜELA
¡Jesús, padre, y qué mojada que venía aquella leña!
TORUVIO
Sí, después dirá tu madre ques el alba.
ÁGUEDA
Corre, mochacha, adrézale un par de huevos para
EL DELEITOSO 219
que cene tu padre, y hazle luego la cama. Yes ase-
guro,' marido, que nunca se os acordó de plantar
aquel renuevo de aceitunas que rogué que planta-
sedes.
TORUVIO
¿Pues en qué me he detenido sino en plantalle
como me rogastes?
ÁGUEDA
Callad, marido; ¿y adonde lo plantastes?
TORUVIO
Allí junto á la higuera breval, adonde, si se os
acuerda, os di un beso.
MENCIGÜELA
Padre, bien puede entrar á cenar, que ya está
adrezado todo.
ÁGUEDA
Marido, ¿no sabéis qué he pensado? Que aquel re-
nuevo de aceitunas que plantastes hoy, que de aquí
á seis ó siete años llevará cuatro ó cinco hanegas de
aceitunas, y que poniendo plantas acá y plantas acu-
llá, de aquí á veinte y cinco ó treinta años, teméis un
olivar hecho y drecho.
TORUVIO
Eso es la verdad, mujer, que no puede dejar de ser
lindo.
ÁGUEDA
Mira, marido: ¿sabéis qué he pensado? Que yo co-
320 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
geré la aceituna y vos la acarrearéis con el asnillo, y
Mencigüela la venderá en la plaza. Y mira, mochacha,
que te mando que no me des menos el celemín de á
dos reales castellanos.
TORUVIO
¿Cómo á dos reales castellanos? ¿No veis ques car-
go de consciencia y nos llevará al amotazén cadaldía
la pena, que basta pedir á catorce ó quince dineros
por celemín.
ÁGUEDA
Callad, marido, ques el veduño de la casta de los
de Córdoba.
TORUVIO
Pues aunque sea de la casta de los de Córdoba,
basta pedir lo que tengo dicho.
ÁGUEDA
Ora no me quebréis la cabeza. Mira, mochacha, que
te mando que no las des menos el celemín de á dos
reales castellanos.
TORUVIO
¿Cómo á dos reales castellanos? Ven acá mochacha:
^á cómo has de pedir?
MENCIGÜELA
A como quisiéredes, padre.
TORUVIO
A catorce ó quince dineros.
EL DELEITOSO 221
MENCIGÜELA
Así lo haré, padre.
ÁGUEDA
¿Cómo casi lo haré, padre?» Ven acá, mochacha: ¿á
cómo has de pedir?
MENCIGÜELA
Á como mandárades, madre.
ÁGUEDA
Á dos reales castellanos.
TORUVIO
¿Cómo á dos reales castellano?s Yos prometo que
si no hacéis lo que yo os mando, que os tengo de dar
más de docientos correonazos. ¿A cómo has de pedir?
MENCIGÜELA
A como decís vos, padre.
TORUVIO
A catorce ó quince dineros.
MENCIGÜELA
Así lo haré, padre.
ÁGUEDA
¿Cómo «así lo haré padre?» Toma, toma, hace lo
que yos mando..
TURUVIO
Dejad la mochacha.
222 OBRAS DE LOPB DB RUBDA
MENCIGÜELA
¡Ay, madre; ay, padre, que me matal
ALOXA
^Qués esto, vecinos? ¿Por qué maltratáis ansí la
mochacha?
ÁGUEDA
¡Ay, señor! Este mal hombre que me quiere dar
las cosas á menos precio y quiere echar á perder mi
casa: ¡unas aceitunas que son como nuecesl
TORUVIO
Yo juro á los huesos de mi linaje que no son xii
aun como piñones.
ÁGUEDA
Sí son.
TORUVIO
No son.
ALOXA
Ora, señora vecina, haceme tamaño placer que os
entréis allá dentro, que yo lo averiguaré todor
ÁGUEDA
Averigüe ó póngase todo del quebranto.
ALOXA
Señor vecino, <qué son de las aceitunas? Sacaldas
acá fuera, que yo las compraré, aunque sean veinte
hanegas.
EL DELEITOSO 22^
TORUVIO
Que no, señor; que no es desa manera que vuesa
merced se piensa, que no están las aceitunas aquí en
casa, sino en la heredad.
ALOXA
Pues traeldas aquí, que yos las compraré todas al
precio que justo fuere. *
MENCIGÜELA
Á dos reales quiere mi madre que se vendan el
celemín.
ALOXA
Cara cosa es ésa.
TORUVIO
¿No le paresce á vuesa merced?
MENCIGÜELA
Y mi padre á quince dineros.
ALOXA
Tenga yo una muestre delias.
TORUVIO
jVáláme Dios, señorl Vuesa merced no me quiere
entender. Hoy he yo plantado un renuevo de aceitu-
nas, y dice mi mujer que de aquí á seis ó siete años
llevará cuatro ó cinco hanegas de ^aceituna, y quella
la cogería, y que yo la acarrease y la mochacha la
vendiese, y que á fuerza de drecho había de pedir á
dos reales por cada celemín; yo que no y ella que sí,
y sobre, esto ha sido la quistión.
^t4 OBRAS OS LOPE OB RUEDA
ALOXA
¡Oh, qué graciosa quistión; nunca tal se ha visto!
Las aceitunas no están plantadas y ¿ha llevado la
mochacha tarea sobre ellas?
MENCIGÜELA
¿Qué le paresce, señor?
TORUVIO
No llores, rapaza. La mochacha, señor, es como un
oro. Ora andad, hija, y ponedme la mesa, que yos
prometo de hacer un sayuelo de las primeras aceitu-
nas que se vendieren.
ALOXA
Ahora andad, vecino, entraos allá adentro y tened
paz en vuestra mujer,
TORUVIO
Adiós, señor.
ALOXA
Ora por cierto, ¡qué cosas vemos en esta vida que
ponen espanto! Las aceitunas no están plantadas, ya
las habemos visto reñidas. Razón será que dé ñn á
mi embajada.
FIN
Vidü loachimus Molina.
Impressos con licencia en la inclyta ciudad de Valencia,
en casa de loan Mey. Año M. D.iLxvij.
Registro de Representantes
a do van registrados
por loan Tiinoneda.mnclios y graciosos
pasos de Lope de Rueda y otros
diuersos autores, así de la^
cayos como de simples y
otras diversas
figuras.
Impresos con licencia.
Véndese en casa de loan Timoneda
mercader de libros á la Merced.
año de 1570.
T. II IS
ESGRIVE lOAN TI-
MONEDA LA PRESENTE OCTAVA A
LOS Representantes
Aquí van registrados con mi pluma
los pasos más modernos y graciosos;
aquí quasi veréys en breue suma,
descuidos simplicíssimos, brauosos.
De aquí el representante que presuma
hazer que sus coUoquios sean gustosos,
puede tomar lo que le conuiniere,
y el passo que mejor hazer supiere.
"k
I
PASO PRIMERO '
DEL MÉDICO SIMPIlE,
Y COLADILLA, PAJE, Y EL DOCTOR VALVERDE,
ES PASO MUY APACIBLE Y GRACIOSO.
MoNSERRATE, simple. — CoLADiLLA, pq/g. — Valverde, doctoT.
Alguacil. — Jumilla, mtájer, — Porquerón.
COLADILLA
Aguija, aguija, hermano Monserrate, que si hoy
nos sabemos valer, tenemos un buen lance entre
manos.
MONSERRATE
Por tu vida, y ^qué lance?
COLADILLA
Que si tienes buena habilidad...
MONSERRATE
¿Qué es babelidad?
COLADILLA
Que si tú me sabes responder á lo que yo te iré
preguntando, tenemos hoy ciertos dos reales y un
bollo mantecada.
^ Este paso parece de Lope de Rueda. Fué imitado por los
autores de entremeses, especialmente en el titulado El Doctor
simple.
[
I
I
f
I
228 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
MONSERRATE
¿Bollo mantecada?
COLADILLA
Sí, bollo mantecada.
MONSERRATE
^Por el siglo de tu madre?
COLADILLA
Y an por la tuya.
MONSERRATE
¿Cómo? (De qué manera?
COLADILLA
Desta: que yo, sin tener letras ningunas, me obligo
á graduarte de médico.
MONSERRATE
{De mérdico querrás decir?
COLADILLA
Sí, hermano.
MONSERRATE
Y qué, ¿me quedaré hecho mérdico para todos los
días de mi vida?
COLADILLA
Y an después de muerto.
MONSERRATE
¡Diabrólico eres! Veamos de qué suerte.
COLADILLA
Tú has de saber que como nostramo es médico,
REGISTRO DB REPRBSBNTAKTBS 229
- • ~ — .............—..-...~~~....~— ~~.—«-.—.«.«...........»^.. .....^.^ .—.«... ^
tengo entendido que ha de venir hoy una mujer de
Ruzafa que tiene su madre mala.
MONSERRATB
^De dónde?
COLADILLA
De Ruzafa.
MONSERRATE
Esa te repulgo.
COLADILLA
De Ruzafa.
MONSERRATE
Tu madre es ésa; sobre ti sensuelva: ^échasme
pullas?
COLADILLA
¡Fullero está el tiempo! Que no, sino ques de Ru-
zafa.
MONSERRATE
De Rusiafa, de Ruflafa. |0h, qué bellaquísima
nombre de lugarl
COLADILLA
De Ruzafa, que es un lugar de aquí cerca, y como
tiene su madre mala...
MONSERRATE
^Quién, el lugar?
COLADILLA
|Válate DiosI Que no, sino la mujer.
330 OBRAS DE LOPB DB RUEDA
MONSERRATE
De manera que dices que Ruzafra no tiene madre,
sino que la mujer es hija de Ruzafra, y la hija que
está mala ha de traer el bollo mantecada.
COLADILLA
Que no, sino quen Ruzafa está una mujer mala, y
ha de venir su hija á traer dos reales y el bollo man-
tecada para entramos.
MONSERRATE
Vaya, sea como fuere, venga el bollo mantecada.
COLADILLA
' Por eso cuando viniere no le preguntes sin tomar
mi consejo.
MONSERRATE
• No hayas miedo.
COLADILLA
Porque yo haré que te rijas por el curso de me-
dicina.
MONSERRATE
Bien dices. ¿Iremos por el cuxo de merdicina? No
cumpre más. Desta vez quedaré draguado de tu
mano; y si ello es ansí y viene en efecto, pardiez que
me dir merdicando de casa en casa, ganando reales
y bollos mantecadas.
COLADILLA
Pues aguarda, sacaré las ropas de levantar y bonete
de señor.
REGISTRO DE REPRESENtAMTES 2^i
MONSERRATE
Anda, ¿qué esperas? Pardiez queste mochacho es
diabrólico, y si me dragua de mérdico, toma, desta
vez queda honrado todo mi linaje.
COLADILLA
Ten, vístete esa ropa.
MONSERRATE
jDo al diabro el argadijo! ¿Por dó la tengo de
meter?
COLADILLA
Por aquí.
MONSERRATE
¡Ah! Ya soy deste lado mérdico y deste otro Mon-
serrate.
COLADILLA
Acabemos; pon el brazo por esta manga.
MONSERRATE
Ya está.
COLADILLA
Ora quítate la caperuza y ponte este bonete.
MONSERRATE
¿Eso me tengo de poner? ¡Quita allá, diabro, que
paresceré monseñer ó nigromántulol
COLADILLA
Daca la caperuza, que sin esto no eres médico.
232 OBRAS DB LOPE DB RUBDA
MONSERRATE
^La caperuza? ¡Oxtel Aquí la guardaré en el seno.
^Parézcote agora mérdico?
COLADILLA
Y muy perfeto.
MONSERRATE
Pues saca el bollo.
COLADILLA
Aguarda, que la mujer lo ha de traer. Siéntate en
esta silla, y ten cuenta que agora eres tú el señor, yo
tu criado Coladilla, que me puedes mandar.
MONSERRATE
^Tú eres mi criado? Luego bien te puedo dar un
cachete.
COLADILLA
Aplace, señor, eso, que no va á pegar tan presto.
MONSERRATE
Pardiez, que me tiene ya miedo este rapaz.
COLADILLA
Y puédesme mandar cuanto quisieres.
MONSERRATE
Ensayemos eso, por que no se yerre.
COLADILLA
Ensayemos.
MONSERRATE
jColadillal
REGISTRO DE REPRESENTANTES 233
COLADILLA
Señor.
MONSERRATE
Colete, colada, diabro, folleto, pásate aquí, no pa-
ses; quítate el bonete, no te lo quites; arrodíllate, no
te arrodilles; échate, no te eches.
MUJER
^Quién está en su casa?
COLADILLA
Ya viene.
MONSERRATE
Mira si es ella y acuérdate del bollo mantecada.
MUJER
¿Está en casa el señor dotor?
COLADILLA
A ti pide.
MONSERRATE
Yo soy mérdico.
COLADILLA
No hace al caso, que dotor y médico todo ses uno.
MONSERRATE
Todo sea uno.
MUJER
¿Está en casa el señor?
MONSERRATE
Dile que sL
234 OBRAS DB LOPE DB RUEDA
COLADILLA
£n casa está.
MONSERRATE
£n casa esto; dile qué quiere.
COLADILLA ^
^Qué queréis, buena mujer?
MUJER
Tráigole la orina.
MONSERRATE
<La harina? Luego ¿no está hecho el bollo?
COLADILLA
La orina dice.
¿Qué orina?
Las aguas.
¿Qué aguas?
COLADILLA
Los meados de su madre. Mira que tú los has de
tomar con la mano y revolvellos como hace señor.
MONSERRATE
Vengan los meados. ¡Coladilla!
COLADILLA
Señor.
MONSERRATE
COLADILLA
MONSERRATE
REGISTRO DB REPRESENTANTES 235
MONSERRATE
Dile que entre,
COLADILLA
Entre, buena mujer.
MUJER
Beso las manos de vuesa merced.
MONSERRATE
^Merced me llama? £n todos los días de mi vida
me han llamado merced, sino agora. Bueno es ser
mérdico.
COLADILLA
Di que se llegue.
MONSERRATE
Llegaos acá. £1 bollo mantecada, Coladilla, no se
te olvide.
COLADILLA
Bien está.
MUJER
Beso sus manos.
MONSERRATE
Helas aquí. Pues ^cómo no me las besa, Coladilla?
COLADILLA
Calla, que aquello es por vía de buena crianza.
MONSERRATE
¿Qué le diré?
236 OBRAS DB LOPE DE RUEDA
COLADILLA
Dile : vengáis en hora buena, mujer.
MONSERRATE
Plegué á Dios que lo sepa decir y no me ría.
¡Tomal, ya me río, ya me río; ¡ah, ahí, no vengáis, sí
vengáis; ¡ah, ah!
COLADILLA
Di si has de acabar, que pensará que burlamos
della.
MONSERRATE
Calla, que agora se lo echo de golpe. Vengáis en
buen hora, mujer de pro.
MUJER
Dios le dé salud.
MONSERRATE
Igual sería el bollo.
COLADILLA
Dile qué tal está su madre.
MOl^SERRATE
^Cómo está vuestra madre?
MUJER
Señor, mala.
MONSERRATE
Pues esté buena.
MUJER
No está sino mala.
RBGISTRO DE REPRESENTANTES 237
MONSERRATE
. Yo quiero questé buena. ¿Qué quiere decir «está
mala, está mala?» Ella ha destar buena aunque le
pese. Mira, cuando el mérdico dice questá buena la
mujer, ha de estar buena, y si no tomar un garrotazo,
y ¡chípite, chápete!, dalle hasta questé buena.
COLADILLA
Pídele la orina.
MONSERRATE
Daca la orina.
MUJER
Tome, señor.
MONSERRATE
Coladilla, paresce esto vino branco.
COLADILLA
Está inflamada.
MONSERfeATE
(EX bollo, Coladilla?
COLADILLA
No te fatigues. Pídele qué es lo que hacía cuando
su madre enfermó,
MONSERRATE
Decí, mujer honrada : ¿qué hacía vuestra madre
cuando enfermó?
MUJER
Hacía roscada.
23S OBRAS DB LOPS DB RUBDA
MONSERRATE
Así es la verdad, que una camisa anda aquí bu«
llendo.
COLADILLA
Bien has dicho. Dile que porque la orina muestra
estar un poco inflamada, que tome cuatro onzas de
cassia preparada.
MONSERRATE .
Mira, mujer, porque la orina muestra estar un poco
inflamada, que tome vuestra madre cuatro onzas des-
canasia empanada.
MUJER
¿Adó se podrá hallar eso?
MONSERRATE
En los pasteleros.
COLADILLA
¿Qué diablos dices, que te turbas?
MONSERRATE
Coladilla, tuviese yo el bollo mantecada, que mal-
dita la cosa que me turbase.
COLADILLA .
Ternásle. Ora dile, porque si está algo desvanesci-
da de cabeza, le den algunos confortativos.
MONSERRATE
Mira, por si está recia de la cabeza vuestra madre,
trabajad que le den algunos higos.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 2^
MUJER
¿Qué higos?, ¿blancos ó negros^
MONSERRATE
Blancos ó verdes ó azules; de todas colores.
COLADILLA
Escuchaste. Dile, por que la sustancia no le haga
mal, que le den algunas tajadas de calabazate.
MONSERRATE
Bien, yo se lo diré. Hola, mujer: por que no le haga
daño el comer á vuestra madre, dalde algunas tajadas
de calafate.
MUJER
¿Y adonde se hallará?
MONSERRATE
Allá en la pescatería.
COLADILLA
Que no, sino en casa de los potecarios.
MONSERRATE
Sí, SÍ, en casa de los notarios.
COLADILLA
Dile esto : que porque su mal tira á perlesía, en
las noches le den tabletas, de día dragonis.
MONSERRATE
Mujer, porque su mal tira á perlería, que digo, á
240 OBRAS DE LOPB DB RUEDA
pedrería, en las noches le daréis tabletas y el día
dragonis.
COLADILLA
Mira la orina.
MONSERRATE
Más querría mirar el bollo, Coladilla.
COLADILLA
Dile...
MONSERRATE
¡Qué le diré?
COLADILLA
Que porque la orina muestra que tiene mucha san-
gre, que la sangren y le saquen cuatro onzas de la
^ ena de todo el cuerpo.
MONSERRATE
Escucha, mujer: que porque tiene mucha sangre
vuestra madre, hacella sangrar de la vena de todo el
puerco, con que le saquen cuatrocientas onzas de
sangre.
MUJER
Jesús!, si no tiene tanta sangre mi madre.
MONSERRATE
Aunque no la tenga, en decillo el mérdico la de
tener; ¿qué sabéis vos en esto de sangre? Mira, mu-
jer: si le faltase sangre, vení, que yo le daré hasta
que le sobre.
RBGtSTRO DB REPRESENTANTES 24 1
COLADILLA
Entended, mujer, que cuatrocientas en latín quie-
ren decir cuatro en romance,
MONSERRATE
Es verdad ; erratum*
MUJER
Pues tome vuestra merced los dos reales y su cria-
do el bollo mantecada.
MONSERRATE
No, no; venga todo en mi poder : ^qué crianza es
ésa? Ora, mira. Coladilla: porque esta señora paresce
mujer de bien, dale aquella redoma dé aquel sangre
blanco questá bajo la cama [de] señora, y que tome
de aquélla, y estará luego sana su madre.
MUJER
Dios le consuele, señor doctor.
MONSERRATE
Anda con Dios. — En todos los días de mi vida me
he visto señor de bollo mantecada, sino agora. Pro-
vechoso oficio es ser mérdico.
COLADILLA
Hermano Monserrate, á la parte. ^
MONSERRATE
^A la parte? ¡Oxtel Solo me lo he ganado, solo me
lo he de comer»
T. h 16
I
242 OBRAS DB LOPE DE RUEDA
VALVERDE
¡Hola, mozos!; ¿qués de la ropa de levantar?
COLADILLA
¡Oh!, el amo, el amo viene.
MONSERRATE
¿Qué haremos?
VALVERDE
¡Librado me vea yo de lo que no me puedo librar!
¡Tened tales mozos en vuestra casa! ¿Qués esto? ¡Ah,
ah, ah! -
MONSERRATE
¡Ah, ah, ah!
VALVERDE
¿Habéis acabado, señor, de reir?
MONSERRATE
No me faltan sino las escurriduras.
VALVERDE
¿No te levantarás, ladrón, estando tu amo delante?
¿Quién te puso desta suerte?
MONSERRATE
¿No ve qu^ soy mérdico, señor?
VALVERDE
¿Quién te hizo médico?
MONSERRATE
Coladilla. . -
L
REGISTRO DB REPRESENTANTES 243
COLADILLA
Que miente, señor; yo lo hallé desta manera
diciendo que se quería ir por el mundo á ganar di-
neros.
MUJER
Señor alguacil, aquel de la ropa larga es el que
mató á mi madre.
ALGUACIL
^Aquel? Pues tómale, corchete, y vaya á la cárcel.
MONSERRATE
¿Quién y por qué?
ALGUACIL
Vos, porque matastes la madre desta mujer.
MONSERRATE
Es verdad que yo la maté y está muy bien matada,
y es mi honra que se haya mondo.
VALVERDE
Aguarde, señor alguacil, sepamos qué es esto.
ALGUACIL
Es que vuestro criado ha dado cierta melecina á
esta pobre mujer, con que ha muerto á su madre.
MONSERRATE
¿Qué culpa tengo yo si ella se quiso morir?
VALVERDE .
Ven acá : ¿qué le distes?
344 OBRAS DB LOPE DB RüBOA
MONSERRATE
Aquella redoma de aquel sangre branco questaba
bajo la cama [de] señora.
VALVERDE
Que me maten si no le ha dado la redoma del so-
limán questaba bajo la cama de mi mujer.
MONSERRATE
Esa misma, con la que se lavaba la cara;
VALVERDE
^Por qué se la distes?
MONSERRATE
Porque dijo esta moza que á su madre le faltaba
sangre.
ALGUACIL
Pues, por tanto, señor doctor, habéis de ir también
á la cárcel : teneos por preso.
VALVERDE
^Por qué razón?
ALGUACIL
Por tener tales criados en vuestra casa. Vayan;
corchete, ¿qué esperas?
MONSERRATE
Mire, señor, que voy de muy mala gana; que no lo
he en voluntad; mire que no me hablo con el carce-
lero.
FIN DEL PASO PRIMERO
PASO SEGUNDO
DE LOS LADRONES, MUY AGRACIADO
Y ARTIFICIALMENTE COMPUESTO, EN ÉL CUAL SE
INTRODUCEN LAS PERSONAS SIGUIENTES:
Cazorla, viejo ladran, — Buitrago, ladrón nuevo, — Salinas,
ladrón mozo, — Joan de Buenalma, simple,
BUITRAGO
Señor Cazorla, aquí te habernos sacado para que
nos des alguna licioncita, porque como nosotros so-
mos nuevos en el oficio, queríamos de ti que nos
enseñases algunas trechas sotiles de las que tú sabes.
CAZORLA
Ya, ya os entiendo. Vosotros querríades ser ladro-
nes viejos y regiros de la suerte que yo me rijo.
BUITRAGO
Eso mesmo; pero, señor Cazorla, cuanto á lo pri-
mero, ¿cómo te regías para defenderte destos jueces
de Castilla? Porque os tratan con tanta ferocidad y
rigor, que no hay ladrónico juicio que no se turbe.
SALINAS
ÍDice verdad aquí el señor Buitrago, porque una
vez me vide preso delante un alcalde que me hacía
346 OBRAS DB LOPE DE RUEDA
tragar más tragos de saliva que hombre que ha per-
dido las agallas.
CAZORLA
Muy bien me paresce siempre pedir consejo á
quien es más anciano y cursado en el oficio. Ora mi-
rad, hijos míos: toda hora y cuando os hallárades de-
lante un juez destos de Castilla, ya veis que con
tener una vara en la mano paresce que quieren asom-
brar al mundo, habéis de tener tres cosas: disimula-
ción en el rostro, presteza en las palabras, sufri-
miento en el tormento; porque todo es un poquito
de aire; no hacen sino apretaros unos cordelitos á los
pies y haceros tragar algunos jarrillos de agua; bébe-
se el hombre por su pasatiempo de que tiene gana
de beber seis ó siete: ¡mira qué maravilla!
BUITRAGO
Eso verísimo está, señor Cazorla.
CAZORLA
Ora mira: en hallaros delante algún juez, si os pre-
guntare: «Ven acá, ¿de dónde eres?» Luego le habéis
de responder: «Señor, de un lugar de Castilla la
Vieja», el primero que os viniere á la boca. Catad no
digáis que sois andaluz, por la vida que tienen bella-
quísima fama los andaluces, porque en decir andaluz
Ijiego lo tienen por ladrón; si de Castilla la Vieja, por
hombre sano y sin doblez de malicia. Si os preguntare
cuánto ha que vinistes, habéis de responder: «Señor,
anoche llegué», aunque haga mil años que estéis en
REGISTRO DE REPRESENTANTES 247
el pueblo. Y si porfiare: «Aquí hay quien hoy os ha
visto», acudid de presto diciendo; «Mire, señor, que
un diablo se paresce á otro.» Y si os dijere dónde
dormistes, diréis: «Señor, como llegué tarde, no hallé
posada; dormí bajo de un banco de un tundidor»; por-
que si decís que habéis posado en algún mesón, por
la ropa pueden sacar rastro de vuestra vivienda.
BUITRAGO
Largos y descansados días viva, señor Cazorla
SALINAS
Avisado hombre sois en esto de la Justicia.
CAZORLA
Muy bien lo he pagado; hartos sudores me cuesta;
por tanto, tened atención, hijos míos. Si algún juez
os preguntare qué oficio tenéis, responded con len-
gua presta y sereno rostro, si venís bien tratado, que
servís á un caballero, y si no tal, de peón de albañil.
Catad no nombréis oficio de callo, porque si decís
que sois sastre, luego os miran por do pica el aguja,
por do entra en la puntada, y si no os hallaren callos
en las manos, luego dirán, sin duda, éste ladrón es,
y veros eis en trabajo.
BUITRAGO
Consejo de padres es ese por cierto.
SALINAS
Señor Cazorla, ^usa aldabas?
248 OBRAS BS LOPB DB RUBDA
CAZORLA
SALINAS
CAZORLA
BUITRAGO
¿Qué son aldabas?
Si cria asas,
¿Qué son asas?
Orejas.
CAZORLA
Sois novatos; andáis, hijos míos con la leche en los
labios; sois palominos duendos, que os dais á enten-
der, porque sabéis decir asas ó aldabas, cortar una
bolsa, dar golpe en una faltriquera, hacer una enco-
mienda en el pecho de un carretero, que sois ya la-
drones corrientes y molientes y que podéis nadar sin
calabaza. Acá entre vosotros los hormigueros llamáis
asas ó aldabas; allá entre los jayanes de popa, no lla-
mamos sino: «¿Criáis mirlas?»
BUITRAGO
Que sí terifá.
CAZORLA
Que no tengo más que en esta mano, y si pensáis
que las tengo, venís muy engañados, que loores á
Dios, cuarenta y cinco años habrá al marzo que viene
que vivo sin ellas y me sustento con este oficio de
ladrontío, con hartos trabajos y desasosiegos de mi
persona, donde me visto con peligro de perder el al-
bañal del pan por mi pobre consciencia.
REGISTRO DB REPRESENTANTES 24^
SALINAS
Agora dejemos eso, señor Cazorla; ^cómo en tanto
tiempo, siendo tan corsario, no te han sentenciado ó
echado á galeras?
CAZORLA
Yos lo diré, hijos míos. Yo tuve en esta miserable
vida cuatro cosas que no las tuvo ningún ladrón de
mi tiempo, y fué : disimulación en el rostro, presteza
en las palabras, sufrimiento en el tormento, y mucha
paciencia contra aquellos que juraban contra mí. Lo
primero que hacía el juez era sacarme á confesión con
los testigos recebidos, y si empezaba á decir nones,
toda vía neguilla, toda vía firme como la roca. En
lotro día sacábanme á visita; yo, ¿qué hacía? Sacaba
mi mano como pescada, que en tiempo antigo para
semejantes necesidades me había dado una cuchilla-
do deste cabo y otra deste otro que parescía esto-
cada, y presentábala á modo de petición, y como el
juez viese cual la tenía, decía: «Asenta: atento queste
hombre es lisiado, inútil para galeras, y vista la in-
formación que resulta contra él, le mandamos dar
docientos azotes y desterrarlo.» Yo acogíame en ha-
bérmelos dado en el envés del estómago, con toda la
paciencia del mundo.
BUITRAGO
Y ven acá, señor Cazorla: ¿qué manco eres?
CAZORLA
No, bobillo, que más sano estoy que tú; sino que
S5b OBRAS DB LOPE DB RUBDA
para estos negocios es menester de hacerse el hom-
bre ciego, manco, cojo y mudo algunas veces.
SALINAS
Señor Cazorla, querría que nos dijeses algunos
nombres cifrados en esto de nombrar ropa.
CAZORLA
Soy muy contento; estad atentos, hijos míos. Nos-
otros* los cursados ladrones llamamos á los zapatos
calcurros; á las calzas, tirantes; al jubón, justo; á la
camisa, lima; al sayo, zarzo; á la capa, red; al sombre-
ro, poniente; á la gorra, alturante; á la espada, bal-
deo; al puñal, cálete; al broquel, rodancho; al casco,
asiento; al jaco, siete almas; á la saya de la mujer,
campana; al manto, sernícalo; á la saboyana, cálida; á
la sábana, paloma; á la cama, piltra; al gallo, canturro;
á la gallina... tened cuenta, hijos míos, tiene cuatro
nombres: gomarra, pica en tierra, cebolla y piedra.
BUITRAGO
. Muy bien entendido está eso. Díganos algunos
nombres de ladrones, según á lo que se aficionan á
robar.
CAZORLA
Habéis de saber que los que andan hurtando ga-
nado, llamamos abejeros; á los que hurtan puercos,
groñidores; á los que hurtan yeguas, caballos y otros
animales, cuatreros; á los que andan escalando ven-
tanas, garirteros; á estos que ven una puerta descui-
dada, caleteros; á los que andan con flor de trocar un
REGISTRO DB REPRESENTANTES 25I
real de á cuatro, mareadores; á los que cortan bolsas,
sicateros; á estos que van hurtando granadas ó mem-
brillos y uvas, y cosas bajas por el mercado, baja-
cerreros.
SALINAS
Señor Cazorla, agora que eres viejo, ¿en qué en-
tiendes ó vives?
CAZORLA
Mirad, hijos míos : por ser tan negro conoscido,'no
me allego á persona que no sespine ó altere de mí.
¿No habéis oído decir, cobra buena fama y échate á
dormir, y que cuando una no es buena para ser bue-
na mujer resulta en alcahueta?
BUITRAGO
Es mucha verdad.
CAZORLA
Pues así me ha acontescido á mí agora, que ya que
no soy bueno para ladrón , he puesto una tendezuela
de ropavejero, y de que viene alguno con un herre-
ruelo desmandado, póngole unas mangas, hago un
tudesquillo; á una capa quitóle la capilla, queda
hecho herreruelo; á un herreruelo chico póngole una
capilla, hágole capa; á un sayo quitóle las haldas,
hágole jaqueta; á una jaqueta póngole unas haldas,
hágole sayo; á una saya de mujer quitóle la guarni-
ción, póngole otra; á otras vuelvo lo detrás adelante
y lo de dentro á fuera. De que toman algún ladrón,
pregúntanle: «Ven acá: ¿quién te conosce?» Luego
dice : «Señor, Cazorla. > Abonólo, sacólo de la pri-
2$2 OBRAS DB LOPB DB RUBBA
sión; de que esgrime de sobaco, parte conmigo* Veis
aquí, hijos, de qué manera vivo.
SALINAS
Harto me paresce honestísima vivienda.
(Enira Joan de Btteualma, simple, cantando.)
JOAN
De casta de cornocales
traigo yo los huevos, madre,
pienso que buenos serane.
Pardiez, si es verdad lo que dice mi mujer, desta
vez con esta clueca quedamos ricos para todos los
días de nuestra vida. jOh, hideputa, y qué babelidad
de mujer! Porque ella dice que á no parir nada la
clueca, lo menos menos, aunque le pesé, ha de parir
diez pollas; y aquéllas á ser cluecas, con parir á diez
cada una, serán ciento; pues cien pollas, reales han
de valer.
CAZORLA
Tener, que veis allí adó asoma un villano, y, según
su plática, trae una cesta de huevos. Veamos cuan
diestros seréis para quitársela de entre manos.
BUITRAGO
Hazte á un cabo y tercea tú en ello, y si yo no le
dejare en jolite, que me ahorquen, soy contento.
CAZORLA
Que me place.
REGISTRO DB RBPRBSBKTAl^TBd ¿ J3
SALINAS
En hora buena venga el hombre de bien.
BUITRAGO
Dios os guarde.
JOAN
¡Qué!, ^conuéscenme, señores?
BUITRAGO
Mira si os conoscemos : ^no sois de aquí deste
pueblo?
JOAN
Soilo á servicio y mandado de vuestras mercedes.
BUITRAGO
^Nos llamáis vos...? Válame Dios, que no se me
puede acordar, que en cabo de la lengua os tengo.
JOAN
Joan de Buenalma.
BUITRAGO
Así es la verdad.
SALINAS
{Oh, señor Joan de Buenalma! ¿Y adó bueno?
JOAN
De aquí vengo de traer unos cuantos huevos para
que mi mujer los eche á una clueca que tenemos.
SALINAS
No penséis que no ha sido cargo importante enco-
mendaros semejante negocio^
254 OBRAS DB LOPB DB RUEDA
JOAN
Dígame vuestra merced, que sabrá en esto de
echar cluecas: ^cuántos huevos son de menester para
una clueca?
BUITRAGO
^Por qué lo decís?
JOAN
Porque nos me miembra cuantos dijo mi mujer que
trújese.
SALINAS
Espera, yo os lo diré mejor que no él; seis do-
cenas.
BUITRAGO
Quita allá, rapaz, que no sabes lo que te dices. Se-
ñor Joan de Buenalma, tres docenas sobran.
SALINAS
No, ni abastan; ¡mira qué sabe éll
BUITRAGO
Más que sabes tú, borrachuelo.
SALINAS
¡Mira el majagranzas!
JOAN
Señores, no riñan, por amor de Dios, sobreso.
CAZORLA
^Qué quistión es ésta? ;
REGISTRO DB REPRESENTANTES 255
JOAN
Yo se lo diré á vuesa merced, porque paresce más
hombre de bien que todos, si no me engaño, digo,
más anciano, y lo sabrá mejor. Este señor dice que
para echar una clueca son de menester seis docenas
de huevos, este otro que tres; ^él qué dice?
CAZORLA
^•Cuántos traéis vos, Joan de Buenalma?
JOAN
iQué!, ¿también me connece vuestra merced?
CAZORLA
Mira si os conozco, y an que sois casado con una
honrada mujer deste pueblo.
JOAN
Honrados días viva vuestra merced. Yo, señor,
traigo dos docenas á buen juicio, porque se me olvi-
daron los que me dijo mi mujer.
CAZORLA
En verdad, Joan de Buenalma, que tuvistes habi-
lidad; que tantos son de menester,
SALINAS
¡Otra suya! (Mirad estotro desmemoriado con qué
vinol ¿Habilidad diz ques aquello?
JOAN
Sí ques habilidad, pues quel señor lo dice : ¿qué
tentiendes tú de habilidades?
25^ OBRAS DB LOPB DE RUEDA
SALINAS
Ora venid acá, pues tanta habilidad es la vuestra:
¿cuántos son siete, ocho y nueve?
JOAN
No, no; en cosa de cuenta yo sé que me engaña-
rás, que no sé más que un asno.
SALINAS
¿Sabéis saltar?
JOAN
Quita de ahí, meajica despecias: ¡mirad quién pre-
gunta si sabe saltar!
SAL^íAS
Si tanta fantasía es la vuestra, apostad un real quién
saltará más á pies juntillas.
BUITRAGO
Desde agora pomé yo por el señor Joan de Buen-
alma.
JOAN
Mercedes, señor; no cumpre que nadie ponga
por mí.
SALINAS
Ea, pone por vos.
JOAN
Cata quel diabro te añasga, muchacho; yo sé que
perderás, sabandija.
SALINAS
No se me da nada.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 257
JOAN
A mí se me da, ques cargo de consciencia igualar-
se un hombrazo como yo con un mozo sin barbas ni
pelo de vergüenza.
CAZORLA
Tiene razón aquí el señor Joan de Buenalma; por-
que si te ganase, sería obligado de devolverte los
dineros.
JOAN
¿No le paresce á vuestra merced?
CAZORLA
Mira si me paresce.
BUITRAGO
Si tan hombre de consciencia y justificado es Joan
de Buenalma, yo sé cómo se puede igualar este par-
tido.
CAZORLA
{De qué suerte?
BUITRAGO
Con atarse los pies y las dos manos juntas detrás.
CAZORLA
Aun eso trae camino.
JOAN
{Y paréscele á vuestra merced que con eso estaré
yo limpio de consciencia y puedo saltar con él?
CAZORLA
Sí, válame Dios; ¿por qué no?
T. II 17
r
I
258 OBRAS DB LOPB DB RüBDA
JOAN
Vaya, pon el real; ^qué dices?
SALINAS
Helaqui puesto en manos del señor Buitrago.
, JOAN
Y el mío también, y téngame este capote; y vos,
padre honrado, la cesta de los huevos.
CAZORLA
Que me place.
BUITRAGO
Daca; ataros he los pies.
JOAN
Muy bien atados están.
BUITRAGO
Volved esos brazos atrás.
JOAN
Ya están vueltos; no apriete tanto, señor, pésete
á la puta que me parió.
BUITRAGO
Que no está sino flojo.
JOAN
Agora acote de dó habernos de saltar.
BUITRAGO
Desta raya.
REGISTRO DB REFRBSBKTAKTES 25^
SALINAS
Aguarden, que lo mejor falta.
BUITRAGO
¿Qués lo mejor?
SAUNAS
Ver qué real puso.
BUriRAGO
^Qué real? Bueno; de plus uUra,
SALINAS
Veamos.
BUITRAGO
|0h, renegó del bellaco que se lleva las apuestas!
JOAN
[Hola, oxte! señor de mi capote, volved acá : ¿dónde
vais, hombre honrado? Desengáñeme : ¿es esto burla
ó trampa ó ladronicio?
CAZORLA
¿Qué me sé yo, pecador de mí? Aguarda, iré á ver
lo que pasa.
JOAN
No quiero, estése quedo, y deje la cesta de los
huevos.
CAZORLA
Que luego vuelvo.
26o OBRAS DB LOPB DB RUBDA
JOAN
^Luego vuelvo? jAh, señor, señor! ¡Toma! Ido ses.
Este debe de ser sin duda un grandísimo ladrón
como los otros. ¡Ah, Joan de Buenalma, Joan de
Buenalma! {Con qué cara volverás á los ojos de tu
mujer, sin blanca, ni capote, ni cesta de huevos para
echar á la clueca! Á chapinazos lo habré de pagar,
y an poco á poco habré de ir á pasos limitados hasta
mi posada.
FIN DEL PASO SEGUNDO
PASO TERCERO
DE RODRIGO DEL TORO, SIMPLE,
DESEOSO DE CASARSE; ES PASO MUY REGOCIJADO,
É INTRODÚCENSE EN ÉL LAS PERSONAS
SIGUIENTES:
Gutiérrez de SantibáSez, lacayo mow, — Inbsa López, ^'í-
gona, — Margarita, fregona ^ ques Ibánez. — Rodrigo
del Toro, simple* — Salmerón, amo del simple*
GUTIÉRREZ
^Hay en el mundo un hombre más desdichado que
yo, que todo paresce que se me deshace ó añubla
entre manos? ^Queréis ver que tanto que Luisa del
Palomar, criada de lllescas, el bodegonero, me tenía
en palmas y me hacía tales servicios cual á mi per-
sona pertenescía, y no sé cómo se mes desparecida?
Creo que algún bellaco y embaidor me lancantusado.
Pues no sería yo Gutiérrez de Santibáñez, hijo de
Buscavida, el de Segovia, si no me supiese dar maña
á buscar otra semejante. Aquí me quiero poner en
esta esquina á ver destas que van y vienen á la
plaza si me querrá creer alguna dellas.
INESA
Jesús! [Con tanto mandar como hay en esta casal
Para mí creo que se inventó el fregar; para mí el
262 OBRAS DB LOPE DE RUEDA
barrer; para mí el lavar y cerner. Mi signo ó planeta
pienso que lo causa, pues otras hay que no son para
descalzarme el zapato y viven más descansadamente
que yo. ¿Tan desastrada tengo de ser que no halle
quien me diga, € perra, qué haces ahí?» Pues á mí, ¿qué
me falta? Yo soy hermosa y de buen gesto, la boca
como un piñoncito y algo risueña; y, sobre todo, buen
pico, ques lo mejor. No tengo sino una tacha : que
soy un poco bajuela, y no se me da nada, porque
la mujer ha de ser como el ovillo y el hombre como
novillo.
GUTIÉRREZ
A pelo me viene este negocio; creo que ha topado
Marta con sus pollos. Ora ¡sus!, ayuda, ventjira; acu-
de, vena. — ¡Oh, mi señora Inesa López! ¿Tan buen
encuentro por acá?
INESA
El buen encuentro, señor Gutiérrez de Santibáñez,
téngolo yo en topar con vuestra merced.
GUTIÉRREZ
Buena está la burla. Ya veo que naturalmente
todas las mujeres tienen allá sus burlas concertadas,
en especial las que son hermosas, como vuestra mer-
ced.
INESA
Señor Santibáñez, dejemos aparte tan extraños
encarescimientos y dígame: ¿qué buen viento le trae
por acá?
REGISTRO DE REPRESENTANTES 263
GUTIÉRREZ
Señora, lo que al presente se me ofresce es que
Rodrigo del Toro, criado de nuestro vecino Salme-
rón, tengo entendido que le envía su amo con un
presente de confitura á cierto monesterio de monjas;
ordenarémosle una trampa para gozar della.
INESA
^Y será...?
GUTIÉRREZ
Que me tiene tan molido y molestado sobre que
le case, que no tengo otro remedio por echalle de
mí sino conceder con lo que me dice. He pensado
agora, si vuestra merced será servida, en que goce-
mos de la colación y riamos un rato; daréle á enten-
der que ella es contenta de casarse con él.
INESA
Diabólico sois, señor Gutiérrez, para sastre. Pero
yo no querría entre burla y burla quedarme casada,
y en demás con un insensato como éste.
GUTIÉRREZ
Que no, señora; eso sería quitarme yo mesmo el
pan de las manos. Esto, ¿no ve que no ha de pasar
más de cuanto burlar un poco con él? Porque yo no
haré sino tomalle la colación dentre manos, diciendo
que ha de servir para los desposorios y entrarme
con ella, diciendo que lo vo á poner entre unos
platos.
264 OBRAS DE LOPB US RÜBDA
INESA
¿Yo qué tengo de hacer en ese intermedio?
GUTIÉRREZ
Detenelle á razones requebrándote con él. Yo en-
tretanto vestirme [he] unas ropas de mujer, y saldré
diciendo que se ha prometido conmigo, y vuestra
merced dirá lo mesmo, y de esta suerte reiremos
un poco, y despedidos del, comernos hemos la cola-
ción de reposo.
INESA
Muy bien me paresce.
GUTIÉRREZ
Ora ¡sus!, concede con lo que dije; que veisle aquí
adó asoma.
{Entra Rodrigo del Toro,)
RODRIGO
No estaría más en esta casa si me lo mandasen los
niños de la doctrina; que un mozallón como yo, con
sus barbas y aparejo y muerto de hambre á las horas
del comer, le envían con mandados de monjas por
esas calles.
GUTIÉRREZ
jOh, hermano Rodrigo del Toro! ¿Dó bueno?
RODRIGO
jOh, señor Santibáñez!
^■i^'
fc
REGISTRO DE REPRESENTANTES 265
- — - -....*^ - - -
GUTIÉRREZ
Servitorem tibi domini miqui.
RODRIGO
¡La mala puta que os parió! ^Por qué me habráis
en atum? Pardiez que os la sampe.
GUTIÉRREZ
Tácete, '
RODRIGO
|Ta, tal ¿Los asnos habrán en latín? Llegar quiere
la fin del mundo.
GUTIÉRREZ
Callad; ahí viene el hombre por vuestro provecho.
¿Y estáis diciendo mil necedades?
RODRIGO
<Por vida de vuestra merced, qués mi provecho?
GUTIÉRREZ
Sí, de verdad.
RODRIGO
Dígame: ¿qué es el aprovechamiento?
GUTIÉRREZ
Sabed que la moza que os dije el otro día está
presta y aparejada para casarse con vos.
RODRIGO
¿Que no miente?
GUTIÉRREZ
Que nos miento, que veisla allí do está.
366 OBRAS DS LOPB DE RUEDA
RODRIGO
¡Pardiez, que me está mirando!
GUTIÉRREZ
¡Oh, tiene muy lindos ojos!
RODRIGO
Pienso que se burla, que no debe de ser aquélla.
GUTIÉRREZ
Digos ques ella.
RODRIGO
Y qué, ^me quieren
GUTIÉRREZ
Más que á sus ojos.
RODRIGO
Pues, hermano Santibáñez, cásame, así os vea yo
hecho de piedra mármol.
GUTIÉRREZ
Aguarda y llámala he. — ; Ah, señora Inesa!
RODRIGO
finesa se llama? ¡Oh, qué autorizado nombre! Lue-
go me llamarán á mí señor Ineso acá, señor Ineso
acullá.
INESA
Señor mío.
GUTIÉRREZ
Veis aquí á Rodrigo del Toro. ^Sois contenta de
casaros con él?
REGISTRO DE REPRESENTANTES 267
IKESA
Señor, si.
RODRIGO
¡Oh, hideputa, y qué sí tan sabroso se lo soltól
INESA
Pero falta lo mejor, y sería de parescer que lo de-
jásemos para otro día.
GUTIÉRREZ
¿Cómo, qués lo que falta?
INESA
Señor, la colación.
GUTIÉRREZ
Pues para eso muy buen remedio; esta confitura
que trae aquí Rodrigo servirá de colación, y él que
cumpla con su amo con una mentira ó [lo] que quiera
RODRIGO
Sí, sí; más va en que yo me case, y á mi amo la
mala puta que le parió.
GUTIÉRREZ
Decís muy bien. Mostradme acá lo que traéis, y
entraré allá dentro á ponello entre dos flatos, y trae-
ré de camino un clérigo que tenga potestad de des-
posaros.
RODRIGO
Escuche vuestra merced : mire que sea eso de pres-
to, antes que la novia sensañe.
26S OBRAS DB LOPB DB RUBDA
GUTIÉRREZ
No hará. Vos entretanto decilde algunos requie-
bros amorosos.
RODRIGO
Deso pierda cuidado vuestra merced, y vaya con
Dios.
INESA
¿Agora, qué dice vuestra merced?
RODRIGO
Eso digo yo: <qué dice ella?
INESA
Yo digo que nos sentemos.
RODRIGO
Sentémonos en buen hora.
INESA
Pues siéntese, señor.
RODRIGO
No lo haré porque estoy romanzado.
INESA
Acaba ya.
RODRIGO
No seré yo tan mal criado.
INESA
Déjese deso.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 269
RODRIGO
Mejor me ayude Dios que tal haga; las desposadas
se han de asentar primero.
INESA
No, sino los desposados.
RODRIGO
Ora sentémonos á una.
INESA
Vuélvaseme de cara.
RODRIGO
Tengo vergüenza.
INESA
jOh, señor Rodrigo; cuan dichoso día ha sido éste
para mí!
RODRIGO
Por eso hace tan buen aire.
INESA
Ventura ha sido grande la mía en quererme rece-
bir por esposa.
RODRIGO
Débelo de causar que me lavé la cara.
INESA
Solamente la plática de vuestra merced basta á
enamorar ájquienquiera.
370 OBlULt Wt tOPB DB ftOSDA
RODRIGO
Eso es porque duermo descalzo y cortadas las
uñas.
INBSA
¿Ha tenido gana de casarse?
RODRIGO
Muchísimo, señora.
INESA
Pues ora ya son cumplidos sus deseos.
RODRIGO
No, no; hasta que venga la colación.
INESA
Ora diga vuestra merced.
RODRIGO
Qué, ¿ya es mi tanda?
INESA
Sí, señor.
RODRIGO
Pues aguarde, ya va. A fe, señora, que si yo la to-
mase que la tomaría.
INESA
Bien lo creo.
RODRIGO
Y si la metiese dentro de un aposento, que le da-
i^
ftBOISTRO DE REPRESENTANTES 2Jt
ría un pecilgo en esas narices de pichel flamenco, y
un rascuño en esa pantorrilla.
GUTIÉRREZ
¡Ah, don traidor! ^Parésceos bien estaros reque-
brando en medio de la calle las mujeres?
INESA
Id vuestro camino, buena mujer, y no vengáis á
descasar las mujeres honradas.
GUTIÉRREZ
¿Cómo á descasar? Venid acá, mal hombre: ¿po-
déisme vos negar que me distes palabra en el vientre
de vuestra madre de ser mi marido?
RODRIGO
No, no; eso no lo puedo negar.
INESA
¿Qué es esto? ¿Nos casastes vos agora conmigo?
RODRIGO
Es la verdad, no lo niego.
GUTIÉRREZ
¿Verdad? Por cierto que no lo llevaréis.
INESA
Ni vos tampoco, por bien que tiréis.
RODRIGO
Ea, mochachas, no me desgoncéis.
273 OBRAS DE LOPB DB RÜBDA
GUTIÉRREZ
Dejaos ya de porfiar.
INESA
Yo le tengo de llevar.
RODRIGO
¡Válgaos el diabro, que no me quiero casarl
SALMERÓN
Gran rato ha que envié á Rodrigo del Toro, mi
criado, con cierto presente á un monesterío de mon-
jas, y no va ni viene. Mas ^qués esto? Aquí le veo
revuelto entre estas mujeres. ¿Qué haces, Rodrigo?
RODRIGO
Señor, casóme.
SALMERÓN
¡Que te casas, acemilazol (No ves que no puede
ser, que tu padre te tiene ofrescido para la Iglesia?
RODRIGO
Dice verdad, que tengo de ser cranónigo. Moce-
tas, vuestro gozo en el pozo, y perdona.
SALMERÓN
Venid acá, señoras : ¿no me diréis qué ha sido esto
de mi criado?
GUTIÉRREZ
Señor, ha de saber vuestra merced que yo soy
destas que venden menudo en la plaza.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 273
RODRIGO
Sí, SÍ, destas que aparejan tripicallo.
GUTIÉRREZ
Y este otro día pasó su criado por allí y paróseme
delante, y á la sazón sacaba una morcilla, y él, hi-
riéndola de ojo, le dije: «Hermano, ^qué me daría-
des vos que os hartase dellas?» Respondióme: «Par-
diez, qué me casase con vos»; y así le harté, y por
esta razón es mi marido.
SALMERÓN
Y vos, señora, ¿qué decís?
INESA
Señor, yo soy destas que venden molletes, y esto-
tro día pasó su criado por mi tienda y paróselos á
mirar la boca abierta de un palmo; díjele yo: «¿Qué
me daríades vos que os hartase dellos?» Respondió-
me : «Juri á San, que me casase con vos»; y ansí hár-
tele dellos, y por esta causa es mi marido.
SALMERÓN
Pues ven acá, animal: ¿tan grande asno has de ser
que por molletes y menudo te me has de ir casando?
RODRIGO
Así viva el diabro; mire vuestra merced : tal ando
yo, que si vuestra merced me hartara de molletes y
menudo, con él me casara.
T. XI 18
274 OBRAS DB LOPB DE RUEDA
SALMERÓN
Ora ¡sus!, salga á luz este negocio. Ven acá tú :
¿acuerdaste del menudo?
RODRIGO
Sí, señor.
SALMERÓN
<Y de la palabra?
RODRIGO
Negaverunt,
SALMERÓN
¡Buena pascua te dé Dios, hijo mío! ¿De los molle-
tes, acuerdaste?
RODRIGO
Sí, señor.
SALMERÓN
¿Y de la palabra?
RODRIGO
También.
SALMERÓN
Ansí, pues, desta manera tienes obligación de ca-
sarte aquí con la señora.
>
RODRIGO
¿Á qué prepuésito?
SALMERÓN
Porque le has dado palabra de casamiento.
/*
REGISTRO DB REPRESENTANTES 275
RODRIGO
Cuantís que desa manera tanta obligación tiene
vuesa merced de casarse con entramas.
SALMERÓN
^Por qué causa?
RODRIGO
¿No ha oído decir vuestra merced, quien quita la
cláusula quita el pecado?
SALMERÓN
¿A qué fin dices esto?
RODRIGO
Porque si vuestra merced me tuviera á mí harto de
molletes y menudo, no me anduviera yo casando por
cada rincón.
SALMERÓN
No sé; bien embarazado te veo.
RODRIGO
Pues ¿quiere que me desembarace?
SALMERÓN
Yo bien querría.
RODRIGO
Enséñeme acá ese garrote y verá lo que pasa. — i Ah,
señora del menudo!
GUTIÉRREZ
¡Señor de mi almal
87^ OBRAS DR LOPE DB RUBDA
RODRIGO
¿Vos queréis os casar conmigo?
GUTIÉRREZ
Si, señor.
RODRIGO
Pues vos que me queréis no me llevaréis.
GUTIÉRREZ
¿Por qué no?
RODRIGO
Porque sí, porque no, la mala puta que os parió;
casar y descompadrar cada una con su igual; llevaos
eso en las espaldas. ¿Qué le paresce á vuestra mer-
ced cómo me voy descasando?
SALMERÓN
Muy bien me paresce.
RODRIGO
Pues calle, que para todos habrá. — ¡Ah, señora
moUeteral
INESA
¡Lumbre de mis ojosl
RODRIGO
Mira: la mujer no la quiere gorda, ni rota, ni salta-
ritota, ni ventanera, ni callejera, y tira por ahí fuera,
REGISTRO DB REPRESENTANTES 277
porque casamentorum tuarum per omuia secuta sécula^
rum,
SALMERÓN
Por mi vida que lo haces muy bien.
RODRIGO
Yo soy hombre sópito y determinado. Mire vues-
tra merced: la primera mujer que tuve era dada á los
diabros, y en enojándome con ella, no hacía sino
cogella de un brazo y dalle desta manera : «cípite y
zápete.»
FIN DEL PASO TERCERO
PASO CUARTO
MUY GRACIOSO,
AGORA NUEVAMENTE COMPUESTO
POR LOPE DE RUEDA.
INTRODÓCENSE EN ÉL LAS PERSONAS SIGUIENTES '
Madrigalbjo, lacayo ladrón, — Molina, lacayo.
Alguacil. — Un paje.
MADRIGALEJO
Renegó del gran Taborlán y de todos sus consor-
tes y bien allegados, y de toda la canalla que rige y
gobierna la infernalísima barca del viejo y carcomido
Carón, que si entre las manos le tomo adaquel que
semejante palabra y afrenta de la boca se le soltó, si
á puros papirotazos no le convierto el pellejo en per-
gamino virgen.
MOLINA
Por cierto, ello fué palabra muy malsonante, se-
ñor Madrigalejo.
MADRIGALEJO
^Nó íe paresce á vuestra merced? ¿Cómo es su gra-
cia, señor.>
MOLINA
Señor, Molina, para su servicio.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 279
MADRIGALEJO
¿Es bien, señor Molina, que digan de mí semejan-
tes palabras? ¿Hombre era yo que le había descalfar
su bolsa? ¿Faltábanme á mí dos pares de reales entre
amigos?
MOLINA
Por Dios, señor, yo no creo tal, y pésame de que
vi que os trataban mal y acudían tantos contra vos,
MADRIGALEJO
¿De dónde bueno es vuestra merced, señor Mo-
lina?
MOLINA
Señor, de Granada.
MADRIGALEJO
Ahí tuve yo una pasión de harto quilate.
MOLINA
¿Y con quién, señor?
MADRIGALEJO
Contra la Justicia, cuando menos.
MOLINA
¿En qué tiempo?
MADRIGALEJO
Ahora ha cinco años.
MOLINA
jTa, ta, pecador de mí!; ya se me acuerda. En ver-
dad que le hicieron á vuestra merced harto agravio
allí entonces de parte de la Justicia.
283 OSRÁ8 DB LOPl DB RUBDA
MADRIGALEja
Ya sé dónde va.
MOLINA
Sí, sí, cuando le levantaron á vuestra merced .que
le habían hallado una noche y encima de un caballete
en casa del chantre.
MADRIGALEJO
Tiene razón, pero ^qué monta?; que si ellos supie-
ran entonces á qué iba, de aquella hecha me ponían
de la gorja como calabazón en garabato.
MOLINA
Decían que le habían tomado con una antepuerta
y con un capote guarnescido de un lacayo del mismo
dueño de la casa.
MADRIGALEJO
Así es la verdad, que como no pude habelle á las
manos para matalle, cogíle, por vengarme, lo primero
que me vino á la mano.
MOLINA
Ya, ya, ya; y an por eso decía el pregonero: «¡A este
hombre por ladrón!»
MADRIGALEJO
<Vió vuestra merced mejor ánimo de hombre en
los días de su vida quel que yo llevaba encima de
aquel asno, con ser el verdugo el mayor enemigo que
tuve en toda aquella tierra?
REGISTRO DB REPRESENTANTES 38l
MOLINA
Es la verdad.
MApRIGALÍiJO
Tan encarnizado le vi contra mis espaldas, que
dos ó tres veces estuve para descagalbar del asno y
no aguardan? más.
MOLINA
Pues ^por qué no lo hacía, señor?
MADRIGALEJO
<Por qué diz que no lo hacía? Porque iba atado,
pecador de mí.
MOLINA
Yo me espanto cómo no murió de aquella hecha,
según llevaba las espaldas.
MADRIGALEJO
¡Cómo en aquellas refriegas se ha visto el pobre
de Madrigalejol
MOLINA
Es verdad, que ansí lo decían, que otras dos veces
le habían dado cien azotes.
MADRIGALEJO
Juro á tal ques la mayor mentira del mundo, y que
al bellaco que tal inventó le haga conoscer, de mi
persona á la suya, que miente como un grandísimo
tacaño.
1
282 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
MOUNA
Pues ¿no le pasó aquello en Granada?
MADkIGALEjO
Es así, y en el Burgo de Osma otra vez; pero otras
dos veces, el que tal dijere véngase con espada y
capa, veamos si me lo dice delante; y el que dijere
que me dieron cien azotes también miente.
MOLINA
¡Cómo, señor, pues lo vimos tantos!
MADRIGALEJO
¿Contaron vuestras mercedes los azotes que me
dieron?
MOLINA
¿Para qué se habían de contar?
MADRIGALEJO
Pues dígame agora : veinte y cinco paradas de
cuatro en cuatro, ¿cuántos son?
MOLINA
Ciento.
MADRIGALEJO
Pues voto á tal, que no daba vez vuelta ó corcovo
con el cuerpo que no le echase al verdugo un azote
de clavo. Mire vuesa merced si en ciento si no fueron
más de quince de menos.
MOLINA
No hay duda, sino ques ansí.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 283
MADRIG ALEJO
Pues ¿cómo se puede decir con verdad que me
dieron cien azotes, faltando al pie de veinte? Tam-
poco lo quel hombre no sufre por su voluntad no se
puede llamar afrenta. Comparación: ¿qué se me da á
mi que llamen á uno cornudo, si la bellaquería está
en su mujer, sin ser él consentidor?
JtfOLINA
Tenéis razón.
MADRIGALEJO
Pues ¿qué afrenta recibo yo que me azoten, si es
contra mi voluntad y por fuerza? Mas disimúlese, que
aquel paje viene con el alguacil, y tome aqueste lío,
y por otro tal, vuestra merced me abone y diga que
me conosce.
MOLINA
Sí haré, señor, perded cuidado.
PAJE
Señor, aquel de aquel becoquín es el ladrón.
ALGUACIL
¿Qué hacéis aquí, gentil hombre?
MADRIGALEJO
Señor, estoy con este señor, que es compañero y
de mi tierra.
ALGUACIL
¿Compañero vuestro es?
384 OBKA8 DB IX>PB DB BUBAA
MOUNA
Sí, señor. ' .
ALGUACIL
Vosotros ladrones debéis de ser.
MADRIGALEJO
Más ha de tres meses que no lo usamos.
ALGUACIL
^*A1 fín usábadeslo?
MADRIGALEJO
Vuestra merced lo dice.
ALGUACIL
^♦Y de dónde sois?
MADRIGALEJO
Di que de Salamanca.
MOLINA
De Salamanca somos, señor.
MADRIGALEJO
Hijos somos de vecinos de Salamanca.
ALGUACIL
¿Y á qué venistes aquí?
MADRIGALEJO
Di que á ver la tierra.
MOLINA
A ver la tierra, señor.
REGISTRO DB REPRESENTANTES 285
MADRIG ALEJO
Sí, SÍ, señor, á ver la tierra.
ALGUACIL
^De qué vevís?
MADRIGALEJO
Señor, somos oficiales.
ALGUACIL
^Qué oficio?
MADRIGALEJO
Di que sastres.
MOUNA
Somos sastres, señor.
MADRIGALEJO
Sí, señor, maestros de tijera somos.
ALGUACIL
Jurarlo eis?
MADRIGALEJO
Jesús, señor!; sí cierto.
ALGUACIL
iQués de unas horas que sacastes á este mozo de
la faltriquera?
NADRIGALEJO
¡Yo horas! Cáteme vuestra merced.
ALGUACIL
Espera : ¿qué es esto? (V vos no tenéis orejas?
y
2S6 OBRAS DB LOPE DB RUBOA
MADRIGALEJQ
Ni las he de menester, señor.
ALGUACIL
¿Por qué?
HADRIGALEJO
Porque me las quitaron.
ALGUACIL
¿Dónde os las quitaron?
MADRIGALEJQ
Señor, en la toma de San Quintín, peleando, de
una cuchillada me las quitaron ambas á dos.
ALGUACIL
¿Ambas de una cuchillada?
MADRIGALEJQ
Sí, señor, y an cincuenta que tuviera, según andaba
la revuelta.
ALGUACIL
Vos maraña traéis.
MADRIGALEJQ
No, señor; aquí traigo el testimonio dello.
ALGUACIL
Enseña.
MADRIGALEJQ
Tome, señor.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 287
ALGUACIL 1
Señor Madrigalejo, hágame merced de venirse ha-
cia Lantígua, por que hagamos partición de aquella
bolsa que sangramos á la frutera.
ALGUACIL
¿•Barbero sois de bolsas? Teneldo bien, y á esotro
mirad lo que lleva debajo la capa.
PAJE
Lío de ropa me paresce.
ALGUACIL
Amuestra acá.
MOLINA
Señor, en mi ánima que no es mío, que éste me lo
encomendó.
ALGUACIL
¿Que os lo encomendó? En fin, compañeros sois.
MOLINA
Por mi salud que no es mi compañero; no lo vi en
mi vida, si agora no.
ALGUACIL
Pues ¿cómo dijistes antes que era vuestro compa-
ñero?
MOLINA
Señor, por abonallo.
Asi en el original; pero claro es que debiera decir Molina.
OBftAS DB LO^X DB ItÜBDA
MADRIGAXEJO
Señor, en verdad sí es, y que las mejores piezas
que en mi oficio sé él me las ha enseñado.
ALGUACIL
Yo lo creo; ^y de qué oficio son las piezas?
MADRIGALEJO
De cortar de tijera; de subir de noche por una
pared, aunque no haya candil, y de trastejar al mejor
sueño del dueño de la casa, y de sacar prendas sin
mandamiento, y de otras cosillas así manuales que
pertenescen así para el oficio; y algunas veces hacer
de un pedacillo de alambre una llave que hace á cual-
quier cerradura.
ALGUACIL
¡Buena habilidad es aquélla!
MOLINA
^Yo? ¡Válate el diablo, ladrónl
MADRIGALEJO
En verdad, señor, la primera vez que me áfi-énta-
ron en Antequera, él iba delante.
ALGUACIL
Asildos bien. ¿Qué va en este lío? Ganzúas son
éstas..
MADRIGALEJO
Señor, él las hace por extremo.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 289
MOLINA
^Yo? ¡Justicia de Dios!
PAJE
Aquesas son mis horas, señor alguacil.
MADRIG ALEJO
^Sí? ^Aquesas son tus horas? ^En qué rezaba yo,
ratoncillo?
ALGUACIL
¡Rezador está el tiempo! Tira con ellos, que allá
les mostrarán otro oficio.
MADRIGALEJO
,iY qué oficio?
ALGUACIL
Á remar.
MOLINA
Vamos, que yo daré tal testimonio de mí, que se
aclare la verdad.
MADRIGALEJO
Una cosa terna segura, señor Molina, que en azo-
tándole y estando tres ó cuatro años en servicio de
Su Majestad en galeras, no terna más que ver la Jus-
ticia con él que el rey de Francia, y esto como tes-
tigo de vista.
ALGUACIL
Andad, andad, tira adelante; no tantas palabras;
estos bellacos tacaños.
FIN DEL PASO CUARTO
T. II 19
PASO QUINTO
MUY GRACIOSO,
AGORA NUEVAMENTE COMPUESTO
POR LOPE DE RUEDA.
INTRODÚCENSE EN ÉL LAS PERSONAS SIGUIENTES:
SigOenza, lacayo. — Sebastiana, mundana.
Estepa, lacayo.
SIGÜENZA
Pasa delante, señora Sebastiana, y cuéntame por
extenso, sin poner ni quitar tilde, del arte que te
pasó con esa piltraca disoluta, amiga dése antuvia-
dor de Estepa, que yo te la pondré de suerte que
tengan que contar nacidos y por nacer de lo que en
la venganza por tu servicio hiciere.
SEBASTIANA
Que no, sino cuál hinchiría su cántaro primero á la
fuente, venimos á palabras y á las manos, y habién-
dome rompido una toca...
SIGÜENZA
¡Ah, pese á la puta! ^-Por qué no me hallé presente?
SEBASTIANA
Me llamó de bordonera, piquera, y que su servilla
valía más que todo mi linaje.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 29 1
SIGÜENZA
¡Ah, putañona; como si yo no supiese que su ma-
dre fué una segunda Celestina!
SEBASTIANA
Y amenazándola yo contigo, me dijo: «Vayase el
ladrón desorejado.»
SIGÜENZA
^Que tal osó decir? ¡Ah, Dios, y cómo no se hunde
la tierral
SEBASTIANA
«Que si no se huyera de la cárcel como se huyó,
le hicieran . escribano real y le pusieran en la mano
una péndola de veinticinco palmos.»
SIGÜENZA
[Toma y si sabe de metáforas la poltronaza!
SEBASTIANA
Y otras veinte bellaquerías, que por no darte enojo
dejaré de decir, amigo Sigüenza.
SIGÜENZA
Ya, ya; no me digas más. [Ladrón desorejado! ^Y de
dónde le han nacido alas á esa lendrosilla? Déjame
con ella; pero quien viere un hombre como yo to-
marse como una gallina, ^qué dirá, habiendo con-
quistado los campos en Italia que todo el mundo
sabe?
293 OBRAS DB LOPE DB RX7BDA
SEBASTIANA
. La sucia, como te ve con ese becoquín de orejas y
los lados rasos, atrévese á hablar, diciendo que te las
habían cortado por ladrón.
SIGÜENZA
I Ah, picara! ^Por ladrón á mí? ^No sabe Dios y todo
el mundo que nunca hombre ganó tanta honra que-
dando sin orejas como quedé yo?
SEBASTIANA
Yo te creo; pero dime, señor Sigüenza: ^cómo te
lisiaron de ellas?
SIGÜENZA
En el año de quinientos y cuarenta y seis, á nueve
días andados del mes de abril, la cual historia se
hallará hoy en día escrita en una tabla de cedro en
la casa del Ayuntamiento de la isla de Mallorca,
habiendo yo desmentido á un coronel, natural de
Ibiza, y no osándome demandar la injuria por su per-
sona, siete soldados suyos se convocaron á sacarme
al campo, los nombres de los cuales eran, Dios les
perdone. Campos, Pineda, Osorio, Campuzano, Trillo
el Cojo, Perotete el Zurdo y Janote el Desgarrado; los
cinco maté y los dos tomé á merced.
SEBASTIANA
¡Válame Dios, qué tan gran hazaña! Mas las or^as
dime, señor, ¿cómo las perdistes?
REGISTRO DE REPRESENTANTES 293
SIGÜENZA
Á eso voy, que viéndome cercado de todos siete
por si acaso viniésemos á las manos no me hiciesen
presa en ellas, yo mismo, usando de ardid de guerra
me las arranqué de cuajo, y arrojándoselas á uno que
conmigo peleaba, le quebranté once dientes del gol-
pe, y quedó torcido el pescuezo, donde al catorceno
día murió, sin que médico ninguno le pudiese dar
remedio.
SEBASTIANA
jVálame-Dios, qué golpe tan cruel! ^Qué fuera si le
dieras con piedra ó con otra cosa semejante, cuando
con tus orejas tal le paraste? Mas ^cómo dice aquella
pulga que anduviste no sé en qué tiempo en las ga-»
leras por ladrón?
SIGÜENZA
^Ladrón? ¡Ah, pu tilla, putilla, azotada tres veces
por la feria de Medina del Campó, llevando la delan-
tera su amigo ó rufián, por mejor decir Estepa! jAh,
Estepilla, Estepilla! ¿No vendrían á tus orejas seme
jantes palabras para volver por esa andrajosa y ven-
gar este mi airado corazón?
SEBASTIANA
¿Ello es ansí que fuiste en galera?
SIGÜENZA
Es la verdad que anduve en la galera Bastarda
contra mi voluntad no sé qué años. Mas, mirad: ¿qué
va de ladrón á hombre vividor?
294 OBRAS DE LOPE DE KUEDA
SEBASTIANA
^•Qué llamáis vividor, señor Sigüenza?
SIGÜENZA
¿No te paresce ques harto buena manera de vivir
salirse el hombre á la plaza de mañana y volverse an-
tes de mediodía con la bolsa llena de reales, sin ser
mercader ni tener oficio?
SEBASTIANA
Harto bueno es aqueso.
SIGÜENZA
Cata y pues por qué afrentan á un hombre de
honra y le hacen semejantes injusticias, con usar mi
oficio tan limpiamente como todos cuantos hombres
de mi arte lo puedan usar, y an por ventura un
poco mejor.
SEBASTIANA
¿Cómo limpiamente?
SIGtÍENZA
¿No te paresce ques harta limpieza y destreza de
manos traer cuatro ó cinco bolsas y faltriqueras á
casa, sin comprar el cuero de que son hechas, y va-
ciar las tripas en mi poder?
SEBASTIANA ^
Oye, que Estepa viene.
SIGÜENZA
Por tu vida, ten, tenme esta espada.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 295
SEBASTIANA
^•Para qué?
SIGÜENZA
Tenia tú y calla, que estos son unos nuevos tér-
minos que tengo yo en reñir.
ESTEPA
V ¡Ah, Sigüencilla! ^Paréscete bien de blasonar de
quien vale más que tu linaje, ni poner lengua tras de
ninguno?
SIGÜENZA
. Yo, señor Estepa, ^qué blasoné?
ESTEPA '
Agradesce que estás sin espada.
SEBASTIANA
Tómala, Sigüenza.
SIGtJENZA
Quítamela delante, diablo, que yo la tomaré cuan-
do menester sea.
ESTEPA
Di, bellaco : <no te paresce que esa tu mujercilla
no es bastante para descalzar el chapín de la mía?
SIGÜENZA
Espérese, señor, certificarme dello. <Es verdad lo
que dice el señor Estepa, Sebastiana?
SEBASTIANA
¡Pues no será! [Si en mi vida le he visto traer cha-
pinesl
2g6 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
ESTEPA
Dejémonos de gracias, doña bruta, andrajo de pa-
ramento; y vos, don ladrón, toma vuestra espada.
SIGÜENZA
Que no es mía, señor, que un amigo me la dejó
con condición que no riñese con ella.
ESTEPA
Pues desdecios, como á cobarde que sois, de lo que
dijisteis delante de vuestra amiga.
SIGtJENZA
^•De qué, señor?
ESTEPA
De que me habían azotado en Medina del Campo,
siendo la mayor mentira del mundo.
SIGÜENZA
^Desdecirme? No, no; no me paresce cosa sufi-
ciente; ^-qués de la espada?
SEBASTIANA
Hela.
SIGÜENZA
Quítala de ahí no la vea, que mejor será que me
desdiga.
ESTEPA
Acaba, ladrón azotado.
j
REGISTRO DE REPRESENTANTES 2^7
SIGÜENZA
^Ladrón azotado? ¡Sus!, perdóneme, que no me
quiero desdecir.
ESTEPA
^No? Pues aguarda.
SIGÜENZA
Téngase, señor, que yo me desdiré; pero ha de ser
con toda mi honra, si á vuestra merced le placiere.
ESTEPA
¿De qué suerte? Veamos.
SIGÜENZA
Desta : ques muy gran verdad que lo dije como un
grandísimo tacaño y que estaba borracho y fuera de
mi seso; no hay más que tratar.
ESTEPA
Pues más habéis de hacer.
SIGÜENZA
Haré cuanto vuestra merced mandare.
ESTEPA
Que me deis la espada.
SIGÜENZA
¿Cómo daré lo que no es mío, señor?
ESTEPA
Digo que me la habéis de dar.
293 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
SIGÜENZA
Dádsela, señora Sebastiana, por amor de Dios.
ESTEPA
Espera, que por fin y remate, habéis de recebir de
la mano de vuestra amiga tres pasagonzalos en esas
narices bien pegados.
SIGÜENZA
Señor, por amor de Dios, si puede ser, no sean
pasagonzalos, sean pasarrodrigos.
ESTEPA
¡Susl, arrodillaos, por que más devotamente los re-
cibáis.
SIGÜENZA
Ya estoy, señor, arrodillado; haga de mí lo que se
le antojare.
ESTEPA ^
Ea, dueña, ^-qué aguardáis? Dadle recio.
SIGÜENZA
¡Oh, pésete á quien me vistió esta mañanal
ESTEPA
Tened tieso ese pescuezo.
SIGÜENZA
Señora Sebastiana, miserere mei; pasito, no tan
recio.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 2^9
ESTEPA
Bien está; dejaldo para quien es; venios conmigo.
SIGÜENZA
<La moza se me lleva? ¡Ah, Sigüenza, Sigüenza!
Igual fuera no desdecirte y reñir de bueno á bueno
con este Estepilla, y no quedaras sin honra y despo-
jado de moza y harto de pasarrodrigos. ¡Ay, narices
mías, que aun me duelen! En seso estoy de ponellas
en un culo de un perro por que se ablanden. ¡Sus!,
en seguimiento me voy de mi Sebastiana.
FIN DEL PASO QUINTO
PASO SEXTO i
MUY GRACIOSO,
AGORA NUEVAMENTE COMPUESTO
POR LOPE DE RUEDA
INTRODÚCENSE EN ÉL LAS PERSONAS SIGUIENTES:
Dalagón, amo, — Pancorvo, sitf^k. — Pb&xquolO) fqfe
Pbyrutón Gascón. — Guillermillo, fa/e,
DALAGÓN
¡Qué sea verdad esto; ribaldo tacaño!
PANCORVO
Sí, sí, pienso que será, pues vuestra merced lo
dice. Déjeme por su vida; ábese de ahí.
DALAGÓN
En fin, que verdad es.
PANCORVO
¿Lo qué, señor?
DALAGÓN
(Lo qué diz, qué? Comerme la libra de los turrones
de Alicante que estaban encima del escritorio.
PANCORVO
Eso no.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 3OI
DALAGÓN
En fin, ¿que miento?
PANCORVO
Yo no digo que miente, sino que no es verdad.
DALAGÓN
¿Que no? Espera un poco.
PANCORVO
lAhl, paso, señor; suélteme, que yo le diré quién
se los ha comido.
DALAGÓN
Veamos quién; acabemos.
PANCORVO
Vuestra merced ha de saber que yo no, no; que
yo..., queí... ¿Cómo se llama? El... ¿Cómo se dice?
Desvíese un poco de la puerta, por que no nos oiga
nadie, que Periquillo los ha traspuesto.
DALAGÓN
Cata qué dices.
PANCORVO
Sin falta; porque yo sé ques gran comedor de tu-
rrones. Mochacho que se los come sin pan délo á la
gracia de Dios.
DALAGÓN
iPeríquillo!
PERIQUILLO
¿Quién llama?
303 ovtuAüKuorK t^m^sanauL
PANCORVO
Salí acá. Periquillo; el señor es, que os quiere ha-
blar en secreto.
PERIQUILLO
¿Qué manda?
DALAGÓN
¿Qué mando? jToma, don bellaco, goloso!
PERIQUILLO
Y, señor, ¿por qué me da?
PANCORVO
Llevaos eso entretanto que lo sepáis.
PERIQUILLO
¡Válame Dios, señor! ¿No sabremos por qué me
dio?
DALAGÓN
Porque os comistes...
PANCORVO
Sí, por eso, porque os engolistes...
DALAGÓN !
¡Calla tú! Porque os comistes una libra de turro- |
nes questaban encima del escritorio. ^
PERIQUILLO
¡Yo! ¿Quién lo dice?
DALAGÓN
Éste.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 303
PERIQUILLO
¿Tú lo dices?
PANCORVO
Yo lo dije; pero no creo que será Periquillo, señor,
porque es honrado mozo y no tiene menos que valer.
Errado me [he], pecador de mí, que por decir Gas-
conillo dije Periquillo.
PERIQUILLO
En fin, que tu yerro había de caer sobre mis es-
paldas.
PANCORVO
Calla, hermanico, ten paciencia, que algún día pa-
garé quizá por ti.
DALAGÓN
Anda, pues, llama al Gasconillo.
PANCORVO
I Gasconillo!
GASCÓN
¿Qui vos pras, qué volets? Aguardats un pauch.
PANCORVO
Creo que se los está comiendo; llámelo vuestra
merced.
DALAGÓN
I Gasconillo!
GASCÓN
. ¿Qué mandats, Diu hus de saylud tuta una maysa-
304 OBRAS DE LOPB DB RUEDA
da? ¡Grabes de Diul ¿Qués aero, señor, que vos debí?
¿Por qué vos arrencorats contra mí?
PANCORVO
Déle, señor, déle, no pare, adelante; una primera,
otra por mí, que bien lo meresce.
GASCÓN
¿No me direts, si hupras ó si hupesa, por qué me
habets sacudits de su la costielles?
DALAGÓN
Porque os habéis comido los turrones de Alicante
GASCÓN
Jesu, Jesul ¡Sancta Barbera! ¿Yo turrions?
DALAGÓN
Sí, tú, turrones dencima del escritorio.
GASCÓN
¿E qui vo la dit?
PANCORVO
Yo sé quién lo ha visto.
GASCÓN
Per la San Diu que vos menties de sus lamey ta de
la gorja, que yo no la manjat le turrions de les cri-
tiura : ¿vo la ve vist? Amor dis cans.
PANCORVO
No, no creo que es él, pues que lo jura. Perdona,
Gasconillo.
REGISTRO DE REPRESENTANTES 30$
GASCÓN
¿Agaras me dicest pernonay chocarrayro, argines
de pan? ¿Paresce vo bona consecuensa?
PANCORVO
^Deso te enojas? Antes te debes holgar por ello.
GASCÓN
^E por qué me de folguiar?
PANCORVO
Porque temas anticipado el recibo para cuando al
señor algo le debieres.
GASCÓN
Pillats le vos tan recebemento e botets le en vos-
tra causa; truncho de quiol, rábano de leytugas.
DALAGÓN
Acabemos ya. Pues dices que ninguno destos dos
se los ha comido, sepamos quién se los comió; salgan
estos turrones, si no yo te los sacaré de las costillas.
PANCORVO
No me perturbe vuestra merced, que yo se lo diré
punto por punto; espere, yo pienso justa mi concien-
cia... Ven acá, Gasconillo.
GASCÓN
¿E para qué me cramas?
PANCORVO
¿Paréscete á ti que se los ha comido Guillermillo?
3o6 Obras de lope de rueda
GASCÓN
¿Gallamillo?, ¿el que me vinets á panar la botifar-
da annenyt de le gradielles?
PANCORVO
Así, á ése.
GASCÓN
Tú dices la vertá; ese la manjat.
PANCORVO
Ya ve vuestra merced cómo el Gasconillo dice que
á Guillermillo se los vio comer.
GASCÓN
Sí, Gallamillo.
DALAGÓN
Llámale, veamos si habemos de desmarañar este
negocio de turrones.
PANCORVO
¡Guillermillo!
GASCÓN
¡Gallamillo!
GUILLERMILLO
¿Qué voces son éstas?
DALAGÓN
¿No saldrás?
GUILLERMILLO
Ya salgo. ¿Qué quiere, señor?
REGISTRO DE REPRESENTANTES 307
DALAGÓN
Lo que quiero es esto : ¡toma, don rapaz!
GUILLERMILLO
¡Ay, ay, señor, por amor de Dios!
PANCORVO
Déle, señor, no pare, pues por amor de Dios le
pide.
GASCÓN
Botats ne mays, siñor, an agoras pagarats le turrio-
nes e la botifarda tot en un cop.
GUILLERMILLO
¡Pecador de mí! Señor, <á qué fin me dio?
DALAGÓN
^A qué fin, cara sin vergüenza?
V PANCORVO
Bien lo sabréis, vergüenza sin cara,
GASCÓN
Carats, moyrro de fuyror, que siñor vos o diray.
DALAGÓN
Á fin que se os puede fiar cualquiera cosa de
comer.
GUILLERMILLO
^Qué cosa?
DALAGÓN
^Qué cosa? Dime, desvergonzado : los turrones que
estaban encima del escritorio, ^qués dellos?
A-;-«
'308 OBRAS DB LOPE DE RUEDA
GUILLERMILLO
^Los turrones? Señor, ¿no me los {Hdió él que se
los diese, y los encerró de su propia mano dentro del
escritorio?
DALAGÓN
¡Por vida mía que dice verdá! ¿Habéis visto qué
gran descuido que ha sido el mío?
GUILLERMILLO
(V paréscele bien haberme dado sin culpa?
PANCORVO
{Y á mí molerme aquestas espaldas, que no pares-
cía sino molino batán, según descargaba?
PERIQUILLO
Y á mí pajas.
GASCÓN
¿E qué vo paresce de aero de aquestos neguecios
ó facendas, mustramo?
DALAGÓN
¿Qué me paresce? Es porque no estéis quejosos de
mí, que se partan los turrones en cuatro partes, y en
pago de la disciplina se lleve cada uno su pedazo.
PANCORVO
Eso es, señor; en cuanto á su propuésito, aguarde
un tantico. Mochachos, á consulta. Tú, Perico, ¿quiés
turrones?
PERIQUILLO
Yo ni aun vellos.
I
REGISTRO DE REPRESENTANTES 309
PANCORVO
^Y tú, Guillermillo?
GüiLLERMILLO
Yo ni aun gustallos.
PANCORVO
(Y tú, Gasconillo?
GASCÓN
Yo botats los fus la florea.
PANCORVO
¿Queréis que nos esquitemos todos de la paliza?
TODOS
Sí.
PANCORVO
{Tú no le volverás tu parte?
PERIQUILLO
¡Pues no!
PANCORVO
Pues aguardad. — Mosamo, oiga, si manda.
DALAGÓN
<Qué quieres?
PANCORVO
Allegue á conversación, que yastamos concorda-
dos.
DALAGÓN
íY es?
310 OBRAS DB LOPE DE RUEDA
GASCÓN
Siñor, aero es la concordanza : carayson, caralayso-
nes, tomay manjar; ¿vos podies las turriones?
DALAGÓN
¡Paso, paso!
PANCORVO
¿Pasáis? Pues yo envido.
GUILLERMILLO
Yo lo que puedo.
PERIQUILLO
Yo lo que alcanzo.
FIN DEL PASO SEXTO
COLLOQUIO LLAMADO
PRENDAS DE AMOR
Menandro y Simón, pastores, y Cilena, pastora.
Simón. Menandro, ya hemos llegado
do podemos deslindar
y dejar averiguado
cuál es más aventajado
y tiene más quesperar;
que si Cilena, pastora,
á los dos favor nos dio,
á mí más me aventajó,
pues aquella clara aurora
su zarcillo mentregó.
Menand. Si por combate ó razones
la gran locura en questás,
Simón, defender querrás,
propon luego tus quistiones,
porque á todo me hallarás.
Dices que te dio un zarcillo
de su oreja delicada
y que á mí no me dio nada
porque mentregó un anillo
de mano tan alindada.
312
OBRAS DB LOPB DB RUBDA
Simón. ¿Quién vido señal de amor
tan maniñesta y tan clara,
ni de tan alto valor,
pues me dio por más favor
las insinias de su cara?
Por aquí quiero cazarte;
ven acá, Menandro, hermano,
pues quieres aventajarte,
¿cuál es más preciosa parte,
las orejas ó la mano?
Menand. Si va por vía de honor,
de honra los afrentados
por justicia y castigados,
viven con gran deshonor
si fueron desorejados;
y por tanto yo diría
quen esta causa ó quistión,
Simón, las orejas son
de menor precio y valía
que no nuestras manos son.
¿Quieres ver cómo la mano
es de mayor excelencia?
Ten cuenta, Simón hermano,
y verás la diferencia
porque no estés tan ufano.
Si te vas á desposar,
en señal de casamiento
lo primero que has de dar,
¿qué ha de ser?
Simón. A mi pensar
1>RENDAS DE AMOR
315
es la mano, á lo que siento.
Menand. y después el sacerdote,
cuando os veláis en la igleja,
el anillo, acemilote,
^pénetelo, di, majóte,
en la mano ó en la oreja?
No tienes que responder,
que ya queda averiguado
por ser más aventajado,
y esto se puede bien ver
por el anillo esmaltado.
Simón. Sea, dices ques ansí;
tú contento con tu anillo,
yo con mi dulce zarcillo.
Menand. A la fe sabe que aquí
que te vencido, carillo.
Simón. , La gran soberbia que cobras,
Menandro, en el proponer
me da muy claro á entender
que por la envidia que sobras
te tengo aquí de vencer.
Menand. Mi fe tú estás añasgado,
no te aprovechan razones;
ya tus debres conclusiones
claramente han demostrado
ser fracas en dos ringlones.
Simón. Tente, que siento pisadas;
Cilena debe de ser.
Menand. Suso, ella podrá hacer
que cesen nuestras puñadas
1
3M
OBRAS DE LOPE DE RUEDA
CiLENA.
y altercanza y contender.
(Entra Cilena, pastora,)
Anday, mi branco ganado,
por la frondosa ribera,
no vais tan alborotado;
seguid hacia la ladera
deste tan ameno prado.
Gozad la fresca mañana
llena de cien mil olores;
paced las floridas flores
de las selvas de Diana
por los collados y alcores.
Menand. ¡Oh, Cilena! Bien llegada.
¡Dichosos tales collados
que de ti son vesitadosl
De ti, pastora agraciada,
queremos ser acrarados.
Bien te acuerdas que en el prado
á Simón diste un zarcillo
y á mí me diste un anillo
en señal de aventajado,
causa de nuestro omecillo.
Dice y afirma Simón
que todo el favor le diste
y que á mí me aborresciste :
aquesta es nuestra quistión,
y tú en ella nos posiste.
Cilena. Quisiera lugar tener
cierto, garridos pastores,
para que vuestros errores
PRENDAS DE AMOR
3IS
Simón.
Menand.
Simón.
Menand.
Simón.
Menand.
dejaran de proceder
sobre tal causa de amores.
Mas, pues que soy allegada,
porque nos quejéis de mí,
tomad eso que va ahí,
y otra vez en la majada
sabréis presto el no ó el sí.
Por agora perdonad,
que no puedo detenerme.
Pastores, en paz quedad,
y en lo que os di contemplad
porque dejéis de quererme.
Di, Menandro : ^qué te ha dado.^
A mí dióme un corazón
con un letrero esmaltado.
Y á mí su rostro pintado
al vivo en gran perfición;
también lleva su letrero.
¿Qué dice?
«Mira y verás
en mí cuanto tú querrás,
dichoso Simón cabrero,
ques lo que deseas más.»
En esto se ha conoscido
yo ser más aventajado,
amado y favorescido,
pues mi Cilena me ha dado
su rostro al vivo esculpido.
Simón, no estés tan ufano,
ni pienses con tu labor
3i6
OBRAS bB LOPB DB RUBDA
llevarte todo el favor.
Simón. ^Qué dice tu letra, hermano,
quésta llena está de amor?
Menand. «Ya no tengo más que dar,
pues te doy el corazón;
mas con aqueso, garzón,
no te tienes de gloriar,
ni mostrar más presunción.»
jOh, señal nada imperfeto
de la pastora Cilena!
Simón. ¡Oh, empresa de mi pena!
Menand. ¡Oh, espejo de mi objeto!
Simón. ¡Oh, voz quen mi alma suena!
¡Oh, rostro más que hermoso!
Menand. ¡Oh, pastor bien fortunado!
Simón. ¡Oh, retrato delicado!
Menand. ¡Oh, corazón amoroso,
qué de contento me has dado!
Dejemos nuestro altercar,
Simón, que si vas contento,
yo voy más que recontento.
Simón. Yo sin más que desear
de alma y de pensamiento.
fin del colloquio
COLOQUIO EN VERSO '
Si el recontento que trayo
venido tan de rondón
no me lo abraza el zurrón»
^cuáles nesgas pondré al sayo
ó qué ensanches al jubón?
Y si al contar lo extremeño
con \Hi donaire risueño
ayer me miró Constanza,
^qué turba habrá ya ó mudanza
que no la pase por sueño?
Esparcios, las mis corderas,
por las dehesas y prados;
mordey sabrosos bocados,
no temáis las venideras
noches de nubros airados,
antes os anday exentas
brincando de recontentas.
No os aflija el ser mordidas
de las lobas deshambridas,
tragantonas, mal contentas;
y al dar de los vellocinos
venid siempre no ronceras
^ Fragmento que Cervantes cita ¿ inserta en su comedia Los
Baños de ArffU
3l8 OBRAS DE LOPE DE RUEDA
rumiando por las laderas
á jornaleros vecinos
ó al corte de sus tijeras»
que él sin medida contento,
cual no abarca el pensamiento,
os librará de lesión
si al dar el branco vellón
barruntáis el bien que siento.
Mas ¿quién es este cuitado
que asoma acá entelerido,
cabizbajo, atordecido,
barba y cabello erizado,
desairado y mal erguido?
;$ aian: 6g ¿? $fc
Comedia llamada difcordia, y que-
ftion de Amor . en b qual fe trata en fubido metro , y coa-
ceptos muy fentidos, la inconftañcía de A mor, y fas varia-
bles efctos. Son interlocutores las perfonas figuientes. Dos"
Paftores, Salucio. y Pctronio, y dos Paftoras, Leonida,
ySiluia, el Dios át Amor, Diana, Diofa delaCa-
ftidad^Belifs Ninfa, vnBouo.Compue-
fta por Lope de Rueda, Repre-
(entante.
con iiCEUciAvtL o^tm^xio-
En cafa Sebaftiaa de Cormcllas. al Cali, A ño, de 1 6 a 7.
Venitnjt en la mejfma Emprenta.
COMEDIA LLAMADA
DISCORDIA Y QUESTIÓN DE AMOR
ARGUMENTO
Muy generosos señores :
nuestro muy sublime autor,
trae una Comedia de amores
llamada Cuestión de Amor,
entre Amor y unos pastores.
Y primero entra un pastor,
lamentando el desamor
de Leonida, una pastora
por quien Amor se enamora,
á morir del mal de amor.
Otro pastor, namorado
de Silvia, le topará,
y entre ellos se tratará
el muy penoso cuidado
que Cupido á entrambos da.
Pues las pastoras llegadas,
y sus penas relatadas
gustarán de una cuestión,
do verán el afición
de entrambas partes mudada;
T. II
323 OBRAS DB LOPE DB RUBDA
y viendo el cruel dolor
y las rabiosas pasiones
que pasan sus corazones,
determinan de ir á Amor,
que mude las aficiones.
' Y habiendo ante Amor llegado,
al cual hallaron atado
por mano de Castidad,
le cuentan con brevedad
su doloroso cuidado.
Y el Amor da por sentencia
que se estén con su pasión,
cada cual en su afición,
y á todos sin resistencia
pone Cupido en prisión.
Los que fueren amadores
gustarán destos amores,
y el que no supiere aliñar
con silencio, que es callar,
gustarán de otros primores.
Que el autor les trae guisados
manjares que vendrán justos
á todos cualesquier gustos,
pollos, gallinas, faisanes,
vaca para los robustos.
Y si en la recitación
hay falta, pido perdón,
y para mayor enmienda
al necio suelto la rienda
y al sabio pido atención.
DISCORDIA Y CUESTIÓN DB AMOR
323
JORNADA PRIMERA
San interlocutores : Salücio y Pbtronio; Lbomida y Silvuu
SAI..UC10. Si aquestas selvas amasen
y lo que siento sintiesen,
antes pienso se secasen
por muy verdes que estuviesen.
Dime, Leonida pastora,
más que leona cruel,
¿por qué no has lástima [á] aquel
que te quiere, ama y adora,
como amador que es fiel?
Contempla que á mis ganados,
cabras, corderos y ovejas
les duelen tanto mis quexas
que no pacen los ganados
del ansia como me dexas.
Petronio. ¡Hola, Salucio, zagal!
Salücio. ¿Quién me llama? Si es la muerte
dichosa sería mi suerte.
Petronio. Nunca Dios lo quiera tal.
Sosiega tu mal tan fuerte.
Salucio. Petronio, tu venida 1,
sea en próspera llegada.
Petronio. Salucio, en tal sea tu estada.
Salucio. Petronio, di qué venida
es esa aquí á mi majada.
^ Falta una silaba si no se lee <Pe-tro-ní-o».
324
OBRAS DB LOPB DB RÜBDA
Petronio. Saludo hermano, el deseo
que. he tenido de te ver;
y aquel supremo placer
de ver mis pies do los veo,
hacen rostro al padecer;
porque aunque el pensamiento
dentro el alma está esculpido,
unido con el tormento
[en] tanto contentamiento
da libertad al sentido;
y no por huir de amor,
que está fixo y arraigado;
mas parece que aliviado
queda en contar su dolor
á aquel que vive penado.
Salucio. Ya, Petronio, compañero,
ves lo que Silvia te cuesta,
y yo por Leonida muero;
desesperas, desespero,
que sólo morir nos resta.
Silvia te tiene cautivo,
Leonida á mi aprisionado;
por Silvia muereá penado,
yo sin Leonida no vivo,
pues muero desesperado.
Por ellas, de los ganados
ni de nada hacemos cuenta;
olvidamos sotos, prados,
que sólo á entrambos sustenta
el estar bien empleados.
DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 32$'
Y no niegues ser razón
dejar el silvestre oficio;
mas muero no ver indicio
de que ha de haber galardón
nuestro pequeño servicio.
Porque, puesto que ponemos
y nos tengan tan rendidos,
será bien que deslindemos *
si somos dellas queridos,
así como las queremos.
Para aquesto he holgado
toparte en esta pradera,
porque ya como avisado,
de lo de atrás desespera,
remedie lo que se espera.
Y pues nuestro dolor crece,
busquémoslas en los prados
y sepamos, pues se ofrece,
si vivimos engañados.
Petronio, ^qué te parece?
Petronio. Puesto he tenido el sentido
con corazón varonil,
y en lo que te has resumido
entiendo que nada ha sido
tu plática pastoril.
E yo estoy también en ello
cuanto tú puedes estar;
muero tanto por sabello
que me quita el esperar
que espere ver el fin dello.
326
OBRAS DE LOPB DB RUEDA
No porque hay desconñanza
en este firme querer
hasta las vidas perder;
mas donde hay poca esperanza
resta mucho que temer.
Así que en respuesta doy
que arderé en tu mismo fuego
y que cual estás estoy;
si tú mañana, yo hoy;
si tú otro día, yo luego.
Salucio. Jamás se ha visto en amores
tan añito pensamiento
que á unos ilustres pastores
hiere amor de dos amores,
sufriendo un mismo tormento;
y pues siempre en el penar
busca uno á otro el medio
para podello hallar,
cumple la afición buscar
para cumplir su remedio.
Petronio. Pues, Salucio, caminemos;
tiende el paso apresurado,
vamos do está su ganado,
que cierto las hallaremos
al resquebrajo del prado.
Salucio. Vamos, que yo propondré
con mi rústica cabeza
lo que verás que diré,
hablando por mi firmeza,
reteniéndome en mi fe.
DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 327
Petronio. Salucio, ya cerca estamos,
aunque lejos de esperar
remedio á nuestro penar.
Salucio. Ves, Petronio, á quien buscamos
do yace en el tomillar.
Petronio. Salucio, ya las diviso;
juntas allá van al prado;
^acia acá han enderezado.
Salucio, ten buen aviso
en el hablar avisado.
Salucio. Leonida y Silvia hermosas,
más que aguas cristalinas,
diosas y ninfas divinas,
más blancas que blancas rosas
y más ásperas que espinas.
Pastoras á quien dotó
de tanta gracia natura,
que se corrió la ventura
de ver que á vosotras dio
todo el resto en hermosura.
En lo que diré perdón
concede, pues veis que niega
el sosiego y la pasión,
y más que la afición ciega
á toda humana razón.
Bien entenderás de mí,
Leonida, si te he querido,
y Petronio está perdido,
pastora Silvia por ti,
como tienes entendido.
328
OBRAS DB LOPE DB RUBDA
Y bien veis que hemos gastado
nuestro tiempo en vuestro amor,
aunque todo cotejado
con vuestro mucho valor,
es hablar en excusado.
Porque aunque nuestro tormento
padezca sin confianza,
si se echara en una balanza ^,
con vuestro merecimiento
ninguna pesa le alcanza.
Y si más claro queréis
que la afición declaremos,
séllense estos dos extremos,
si es así que no tenéis
aquel amor que os tenemos.
Leonida. Habla, Silvia.
Silvia. No haré,
que no hay qué, ni á eso vengo.
Leonida. Yo tampoco no hablaré,
pues, Silvia hermana, mi fe
do ha de estar puesta la tengo.
Silvia. Pues yo no tengo que hablar
sino lo que tú has hablado,
que mi amor ya está fijado,
Leonida, donde ha de estar;
nadie no viva engañado.
* Verso largo. Podía ser :
Si se echa en una balanza,
Si se echara en la balanza. *
ó bien
DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR
329
Leonida. Pues, ¡sus!, yo quiero hablar.
Pastores, esta llegada
pudiera ser reservada,
pues no hay para qué cansar
en cosa tan excusada.
Silvia. Vuelve, que esa es mi intención,
que si es así que tenemos
mal rendida la añción,
luego la rescataremos
con prendas del corazón.
Petronio. y si nuestro pensamiento
funda en falso su querer,
declarádnoslo al momento;
tendrá cuenta el padecer
de hoy más con el sufrimiento.
Leonida. Salucio, ya está entendido
y por nosotras mirado
el tiempo que habéis gastado,
y si vos habéis querido
y perfectamente amado.
Mas es de tal suerte Amor,
tan pesada su cadena,
y es tal su fuerza y vigor,
que hace amar al amador
do no se sienta su pena.
Y si queréis conocer
si es traidor ó lisonjero,
en esto lo podrás ver
que te hace por mí perder,
y yo por Petronio muero.
330
OBRAS DE LOPE DE RUEDA
Salucio.
Leonida mía, yo sé
no querrá Petronio aquesto
ni lo ^ tal consentiré.
Petronio.
No, porque ya yo mi fe
y querer en Silvia he puesto.
Leonida, ninfa muy casta,
mira el que muere por ti;
no lo deseches así
que á mí mi Silvia me basta.
Silvia.
¿Tuya me llamas á mí?
Petronio.
Mía, pues que por ti muero.
Silvia.
¿Tan por tuya me has ganado?
Pktronio.
Sí, porque ser tuyo espero.
Silvia.
Pues vives muy engañado.
que yo á mi Salucio quiero.
Pktronio.
¿Cuál Salucio?
Silvia.
Este pastor.
Salucio.
Yo no te quiero, pastora,
que Leonida es mi señora.
Leonida.
No soy tal, que es mi señor
Petronio y en mi alma mora.
Salucio.
¡Leonida!
Leonida.
¿Qué es lo que quieres?
Salucio.
Que aflojes mi gran tormento.
Leonida.
No lo tengo en pensamiento.
Petronio.
Silvia, siente que me hieres.
Silvia.
No medre ya si tal siento.
Petronio.
Zagala, quítate allá.
no seas desmesurada.
Quizá deba leerse «yo».
DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR
331
Salucio.
Petronio.
Silvia.
Salucio.
Leonida.
Salucio.
Petronio.
Leonida.
Silvia.
Petronio.
Petrohio.
Silvia.
Salucio.
Leonida.
Salucio.
Leonida, llégate acá.
Di, Petronio, ¿qué será
aquesto?
Estoy espantado.
¡Ah, Silvia!, muéstrame amor.
Salucio, ¿quieres hablarme?
Leonida, ¿quieres, matarme?
Petronio, sin tu favor,
pienso quieres acabarme.
Mi Leonida, que desmayo.
Silvia, que muero por ti.
Vednos entrambos aquí,
mas no me enciende tu rayo.
Ni el tuyo Petronio á mí.
lOh, falso traidor Amor,
robador de gloria ajena!
¿Es posible, di, traidor,
que sienta por mí dolor
quien á mí no mé da pena?
|Oh, Amor falso y lisonjero,
malo y de mala nación!
¿Es posible, odioso y fiero,
que á quien no quiero me quiera 1
y no me quiera quien quiero?
Silvia, das voces al viento.
Leonida, pastora.
íQué?
Que mires á mi gran fe
Este verso no rima con «nación».
3Sa
OBRAS DB LOPB DB RUBDA
Leonida.
Salucio.
Leonida.
SALuao.
Leonida.
Petronio.
Silvia.
Petronio.
Silvia.
Petronio.
Salucio.
Petronio.
Salucio.
Petronio.
Salucio.
Petronio.
Salucio.
y á mi sobrado tormento.
Ele yo, no miraré.
^No me quieres?
Sí, pastor.
¿Cuándo?
Cuando tiempo hubiere.
¿Y tú?
Cuando Amor quisiere.
{Y si nunca quiere Amor?
No salir de lo que quiere.
Pues Salucio, ¿qué haremos?
Ya ves, Petronio, penamos.
Pues alto, Salucio; vamos
ante Amor y deslindemos
si permite que muramos.
Vamos, y contarle hemos
la pena y desasosiegos
que con su fuego pasamos.
¿Cómo hemos de ir?
Ciegos,
pues que cegado nos han i;
ciegos, que ciegos quisimos;
ciegos, que ciegos amamos.
Pues alto, sus, caminemos;
que pues que ciegos vivimos
ciegos conviene muramos 2.
Ciegos, porque si dijere
que cómo vamos sin ver.
^ La quintilla que antecede es muy defectuosa.
* También ésta es imperfecta.
DISCORDIA y CUESTIÓN DE AMOR 333
le podamos responder
que harto ciego es quien quiere
do no le quieren querer.
Petronio. Pues, Salucio, caminemos.
Silvia. Aparejaos de paciencia;
tened en mucho esta clemencia i,
que ambas os adiestraremos
hasta estar en su presencia.
Petronio, Hágase así, pues lo manda
quien causa nuestros enojos:
Silvia, toma estos despojos
con esta mísera banda
con que me tapes los ojos.
Ciégame, pues me cegaste.
Silvia. ^Aprieto mucho, garzón?
Petronio. Silvia [de] mi perdición,
con más fuerzas apretaste
el ñudo á mi corazón.
Silvia. ^Estás bien?
Petronio. Muy bien, muy bien;
bien del bien de. mi deseo,
adiéstrame que no veo.
Silvia. Trábate deste cayado 2.
Petronio. Trabado esto, á lo que creo.
Salucio. Leonida, átame á mí.
Leonida. ^Estás bien desta manera?
Salucio. Muy bien, loba carnicera;
mejor si cuando te vi
^ Probablemente se escribiría «ciencia».
' Este verso no rima.
SM OBRAS OB LOPB OB &ÜBDA
desta manera estuviera.
Leonida. Salucio, prende el cayado.
SALuao^ Más me va^feía morir.
Leqnzda. Traba.
Salucio. Mengua de trabado,
me tienes aprisionado.
Leonida. Silvia, bien podemos ir.
JORNADA SEGUNDA
San interloctaares : Cuproo. — Diana. — Bblisa, ninfa,
y un Bobo.
Amor, Tan leales amadores
do no reinó ingratitud,
gozad con la juventud
de vuestros dulces amores
ajenos de senectud.
Allegaos á mi bandera,
aprovechaos de mi ser,
pues con todo mi poder
á cualquiera que me espera
tengo de favorecer.
Quien no fuere enamorado
procure tomar amor,
que yo le daré favor;
nadie viva descuidado
de mi ser, nombre y valor.
Mi valor es infinito,
y de mi propio albedrío
tengo muy gran poderío;
DISCORDIA y CUESTIÓN DE AMOR
335
que aunque de cuerpo chiquito
es mucho mi señorío.
Aquí quiero reposar,
en medio desta frescura,
donde aquel que amor procura
puede venir á buscar
en mí el fin de su ventura.
(A^uí se echa d dormir el dios de Amor, y entra Dkk-
na y una ninfa suya, llamada Belisa,)
Belisa. Diana, señora mía,
diosa de la Castidad,
en esta selva os holgad;
dejemos la montería
y un poquito descansad.
Diana. Que se haga al momento;
ve y mira hacia aquel lado
quién es aquel que fué osado
á entrar sin mi mandamiento
en este mi ameno prado.
Belisa. Un niño veo allí estar,
entre las yerbas tendido.
Diana. Parece que está dormido.
¡Qué arco para tirar,
tan dorado y tan polidol
Belisa. Mi señora, si mandáis,
antes que lo despertemos
arco y aljaba tomemos,
ques bien que vos lo tengáis.
Diana. Sea así, despertarle hemos.
Belisa. Niño, levántate de ahí.
336
OBRAS DB LOPE DB RDBDA
que duermes muy descuidado.
Amor.
íQuién es que me ha despertado? ^
Belisa.
Quien quiere saber de ti
por qué entraste en lo vedado.
Amor.
Ninguna cosa hay vedada
á mi supremo poder;
yo lo puedo bien hacer.
Belisa.
^Vos podéis?
Amor.
Sí.
Belisa.
Mas no nada.
jA fe que sois bachiller!
Amor.
Paso, doncella, callad;
suplicóos no os desmandéis
si mi favor pretendéis;
que si me enojo, mirad,
creo os arrepentiréis.
Diana.
^Y qué la puedes hacer?
Amor.
Lo que puedo hacer á vos.
Diana.
¿Vos á mí?
Amor.
Á entrambas á dos.
Diana.
Mucho lo deseo saber :
declarádmelo, por Dios.
Amor.
Yo te puedo sujetar.
y hacer libre si quisiere,
que do mi poder pusiere,
nadie se puede escapar
por alto ó bajo que fuere.
Príncipes y emperadores
^ £n el original «¿Quién es el que me ha despertado?», que es
verso largo.
DISCORDIA y CUESTIÓN DE AMOR
337
Diana.
Amor.
Diana.
Belisa.
Amor.
Belisa.
T. II
hago que vivan sujetos
á mí y cumplan mis preceptos;
soy señor sobre señores;
son muy grandes mis secretos.
Por cierto yo nunca vi
quien de tanto se jatase,
ni su poder alabase
como tú; ^quién eres, di,
para que me sujetase?
Mi propio nombre es Cupido,
de amadores celebrado,
por Venus diosa criado,
de casta añción nacido,
y entre buenos sustentado.
Uso con mi gran poder
de todo lo que me pago,
á unos sano, á otros llago,
al fin lo que quiero hacer
luego lo hago y deshago.
¿Qué dices de tal blasón
y bravo encarecimiento?
Todo lo que dice es viento,
pues no va sobre razón
fundado su pensamiento.
Dama, mucho os atrevéis
con palabras á ofenderme;
habiendo de obedecerme,
poco respeto tenéis;
no acabáis de conocerme.
Ya acabo de conocer
TT
338
OBRAS DB LOPB DB RUBDA
Amor.
Beusa.
Diana.
Amor.
Diana.
Amor.
Diana.
Amor.
Belisa.
Diana.
tu falsedad y tu engaño.
Catad, dama, que me ensaño.
Ensaña; ^qué me has de hacer
con que yo reciba daño?
Mucho os ensoberbecéis,
ciego amor, falso, roncerp,
cauteloso y lisonjero.
Pues agora lo veréis.
No me espanta vuestro fiero.
^Qués de mi arco y aljaba
y dorados pasadores?
Volvémelo á dar traidores;
¿quién me lo quitó do estaba?
Calla, Cupido, no llores.
Dadme mi arco, acaba;
no usurpéis mi gran tesoro :
aplaceos de ver mi lloro.
¿Por qué lloras?
Porque está
puesto en los cuernos del toro.
Porque otra vez tan airado.
Cupido, no amenacéis,
será justo que paguéis
vuestra soberbia y pecado
porque á ninguno llaguéis.
Y vos, mi sierva, al momento
estas mis cintas tomad
y pies y manos le atad
al Amor, pues miramiento
no tuvo á mi majestad.
DISCORDIA Y CUBSTION DB AMOR
339
Amor.
DlANA^
Beusa.
Diana.
Amor.
Diana.
Belisa.
Diana.
Beusa.
Amor
Belisa.
¡Oh, gente tan importunal
^Por qué no os doléis de mí?
No me maltratéis asi.
Llegalde á ese verde planto ^
y quédese atado ahí.
Cupido, la gravedad
es bien que de hoy más perdáis.
Mira bien como le atáis,
Belisa; buen ñudo dad.
jPaso, paso, que apretáis!
£a; pues le habéis atado,
su arco y [sus] flechas quiero
que se quede aquí colgado
y fijalde este letrero
que publique su pecado;
y es que ningún amador
sea osado á desatalle
de donde está, ni quitalle,
so pena que el mesmo Amor
después venga á castigalle.
Todo eso es puesto ya,
coit su despofer colgado,
en este ramo cortado.
Vamos, que él queda ya
cual merece su pecado.
Señor Amor, <cómo estáis?
Cualquiera ha querido K
¡Oh, mi señor dios Cupido,
' La rima pide otra palabra, acaso «cuna».
' No hace sentído este verso y además es corto;
340 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA
algo corrido quedáis;
á fe que quedáis corrido!
Diana. Vamonos, mi servidora;
dejémosle en su pasión.
Belisa. Que se vaya, y su prisión
se publique, mi señora.
{Digan dentro una canción,)
< Ccutidcui deja d Cupido,
mal su grado,
preso, rendido y atcuio,>
{Aqui entra un bobo cantando.)
Bobo. Mal vos dicen los oríellos,
Catalina y decían ellos.
Amor. ¡Cómo cantas descuidado!
jQué ajeno vas de tristura!
Dos palabras, por mesura.
Bobo. ¡Oh, señor asaeteado,
para bien sea la postura!,
que según le asaetearon
llamase á menor de edad.
Amor. Preso estoy, jqué torpedad!
Bobo. A fe que no le amarraron
á él por bueno, ^no es verdad?
Á fe, á fe, que si él fuera
mozo de bien y honrado,
que no estuviera amarrado;
más bien se ve en su manera
ser rapaz desvergonzado.
¿Hurtastes algo del Rastro?
Amor. No, que yo no soy ladrón.
DISCORDIA Y CUESTIÓN DB AMOR
341
Bobo.
^Pues cómo estáis en prisión?
¿Llamaste á alguien padrastro,
ó por qué fué la prisión?
Amor.
Mal conoces mi grandeza
y mi valeroso ser.
Bobo.
¿Que no os quiero conocer?
¡Oxe qué bonita pieza
debe su mercé de ser!
Amor.
Amigo, estoy sin justicia
atado á mi despesar.
Bobo.
Sí, en esto no hay que dudar;
que al señor por su malicia
le debieron amarrar.
Amor.
Suéltame si eres servido
desatándome de aquí,
y habrás galardón de mí.
Bobo.
¿Cómo os llaman?
Amor.
Cupido.
Bobo.
¿Escupido? ¡Oxe de ahí!
¿No veis qué bonita pieza?
¿Queríades os desasir
para después me escupir
por el pescuezo y cabeza
sin poderme rebullir?
Amor.
Mira que soy el Amor.
Bobo.
|Oy, quién le hubiera soltado;
^
que humor me diera en un lado
con tan terrible dolor,
que me dejara pelado
el humor y el escupidol
343 OBRAS ra LOPB DB RUBDA
|Mirá qué cosa tan buena!
Amor. Poco te queja mi pena.
Soy el dios de Amor, Cupido.
Bobo. Seldo mucho en hora buena.
Tan chiquito y ballestero,
no está sin causa el señor
puesto como malhechor
amarrado á este madero.
Él debe ser salteador,
ya no le faltó rencilla
al que os puso dése son;
¿por qué para más baldón
no os puso una campanilla,
como á muchacho y ladrón?
Pero yo os prometo á Dios
que yo vaya muy aína
por los niños de dotrína
que os den una disciplina,
después que vengan por vos.
Amor. No causes más mis dolores;
vete, rústico pastor.
¿No vendrá algún amador,
que á trueque de dalle amores
libertase al dios de Amor?
Venus, diosa, madre mía,
¿por qué no me socorréis?
Si de mi prisión sabéis
no es posible sí alegría
en vuestro pecho tenéis.
Mirad mi triste ventura.
DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 343
mi pompa y sublime estado
en cuánto mal ha parado,
pues á un árbol de amargura
me dejaron amarradadó.
¡Oh, madre, perdido soy!
Fortuna, ^no me oyes, di? — Di.
¿Quién está detrás de mí
que mis palabras oyó? — Yo.
¿Quién, quien me respondió
con yo, áspero y seco? — Eco.
¿Por qué me hablas tan hueco?
¿Quién eres? deja el donayre. — Aire.
Dime, deja ese desgayre:
¿Podréme soltar de así? — ^Sí.
Y eso, ¿cuándo será, di:
será tarde, presto, ó luego? — Luego.
Y ¿qué saldré deste fuego?
Habla, di: ¿el no ó el sí?— Sí.
Esto no es cosa de juego;
pues, alto, yo espero aquí
libertad si place [á] Dios.— Dios.
Él mismo vaya con vos,
no olvidándose de mí,
porque se acuerde de vos.
!
344
OBRAS DB LOPB DB RUBDA
JORNADA TERCERA
San interlocutores : Salücio, y Pbtronio, y Lbonida,
Silvia y Cupido.
Leonida. Si no me engaña el sentido,
á tiempo y sazón llegamos
donde lo que deseamos
determinará Cupido,
por cuya causa penamos.
Que si la vista no miente
á la ajena voluntad,
3 a le tenemos presente.
Salucio. Para que nos sea patente
es bien nos deis claridad.
Silvia. Nosotras no la tenemos
para podérosla dar,
mas podemos desatar
las vendas que atado os hemos
en el injusto lugar.
Petronio. Silvia, lo que tú quisieres
ordena en esta jornada;
que siendo por ti ordenada,
la sentencia que tú dieres
no podrá ser revocada.
Silvia. Leonida, quita al pastor
la venda que le pusiste.
DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR
345
Leonida. y tú, Silvia, pues registe,
hazle esta gracia y favor,
pues por Salucio volviste.
Silvia. Ésta dala por quitada.
Leonida. Pues yo no soy perezosa,
que ésta vesla aquí quitada.
Salucio. Leonida, muy graciosa.
Petronio. ¡Oh, SiMa, muy agraciada!
Silvia. ¡SusI, déjese esa porfía,
y pastores, caminemos,
dar fin á lo que queremos,
porque antes que pase el día
libres y exentos quedemos;
y si dais consentimiento,
Salucio, pues es pastor
de capaz entendimiento,
es bien que lleve ante Amor
á relatar nuestro cuento.
Salucio. Que se haga, ¡susl, lleguemos
adonde Cupido está,
el cual determinará
esta cuestión que traemos.
Alto, ¡sus!, vamos allá;
que, pues me habéis otorgado
tan señalado favor,
aunque rústico pastor,
me habré de mostrar osado
en hablar ante el Amor.
Mas ¿qué digo?, ora mirad
que si no estoy engañado
1
346
OBXA8 m LOFS DK KVBDA
paréce[me] que está atado.
Petronio.
Creo que dices verdad.
¡Oh, caso nunca pensado!
¿Quién creyera que á Cupido
ninguno pudiera atar
ni bastara á sujetar?
Amor.
Pastores, de gracia pido
os queráis acá llegar.
Salucio.
Cupido, di[no?] qué quieres,
que aunque. Amor, estés atado,
si podemos á tu estado
servir, di lo que quisieres.
que lo haremos de buen grado.
Porque, Amor, á ti traemos
cierta causa á sentenciar.
querémoste suplicar.
porque conclusión le demos.
lo quieras determinar.
Amor.
Pues desatadme, pastores.
que yo soy el dios de Amor,
y si esto hacéis amadores.
de mí habréis el galardón ^
que requieren los amores.
Salucio.
Por eso no ha de quedar.
Petronio, ayúdame aquí.
Petronio.
Pláceme de te ayudar.
Salucio.
¿Resta más?
Amor.
Sí.
> No rima.
DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR
347
Salücio.
eQué? 1
Amor.
Alcanzar mi arco de allí.
Salucio.
Cupido, ^qué novedad
es esta deste blasón?
Amor.
Por me dar mayor baldón
le puso la Castidad
cuando me dejó en prisión.
Salücio.
Pues di: ¿cómo te prendió?
Amor.
Como estaba sin sentido
al pie deste árbol dormido,
arco y flecha me quitó.
por do me dejó prendido.
Leonida.
Salucio, en conversación
di luego y con brevedad
lo que puso ahí Castidad:
veamos qué dice el blasón.
Salücio.
Á mí me place; escuchad:
Blasón.
Amor.
«Preso como veis así
Castidad dejó al Amor
por alevoso y traidor:
quien le quitare de aquí
que muera [de] desamor.»
No tengáis miedo, pastores.
Quizá se escribiesen estos dos versos así:
Salucio. ¿Resta más?
Amor. Si.
Salucio. ¿Qaé?
Amor.
aquese mi arco de allí.
Alcanzar
34S
OBRAS DB LOPB DB RtTBDA
de mí, porque soy piadoso,
conversable y amoroso,
niño tierno y dios de amores,
que lo feo hace hermoso.
Desechad toda sospecha
del blasón de Castidad,
y si mandáis, alcanzad
de donde están arco y ñecha,
y vuestra cuestión contad.
Salucio. Toma, y si fueres servido,
oye nuestra petición
y danos resolución
de lo que será pedido
ante ti.
Amor. ¡Sus!, di, garzón.
Salucio. Ya está claro y conocido
que reyes y emperadores,
duques y grandes señores,
los sujetas, gran Cupido,
hasta los pobres pastores.
Pues si esto es pública fama,
¿por qué no usas de clemencia
con el que das tal dolencia,
y la hieres á su dama
de un amor sin diferencia?
Mira que es de muy rapaces
andar con este halago
á «pagóme, no me pago»
y con cara con dos haces
hacer en todos estrago.
DISCORDIA y CUESTIÓN DE AMOR
U9
Amor.
Salucio.
^No tienes muy claro y visto
que si lo que digo aquí
lo haces, Cupido, así,
[no] 1 vendrás á ser bienquisto
y todos reirán de ti?
Pastor, muy osadamente
has propuesto tu razón 2;
espérate sin pasión,
y da razón suficiente,
porque me das tal baldón.
Porque por amor muriese
de Leonida me forzaste,
y á Petronio sujetaste
que por Silvia se perdiese,
y con su amor nos llagaste.
Pues procurando saber
si era dellas conocido
lo que las hemos querido,
dicen que nuestro querer
y afición en balde ha sido.
Porque Leonida se muere
por Petronio, este pastor,
y á él Silvia da dolor;
Silvia dice que á mí quiere,
yo á Leonida tengo amor.
Gastamos desta manera
con los amores trocados
^ En el original dice cque» en lugar de «no>, lo cual no forma
sentido.
* En el original «corazón».
350 OBRAS D8 LOPB OB RUBOA
nuestros tiempos mal gastados,
de suerte que nadie espera
ver remedio en sus cuidados.
Queremos te suplicar
remedies nuestras pasiones
mudando las aficiones,
para que vengan á estar
en uno dos corazones.
Y esto es lo que deseamos,
y este bien sólo queremos;
esto es lo que pretendemos,
y esto, Amor, te suplicamos:
en tus manos nos ponemos.
Amor. La grande misericordia
que de mí hubistes, pastores,
me obliga á daros favores
y á otorgaros la victoria ^
que requieren los amores.
Teneldo en mucho, que á reyes
jamás otorgué este don,
sino mira mi blasón,
mis capítulos y leyes
cuan fuera van de razón.
Y pues á me libertar
venistes á mis prisiones,
mudaréis las añddnes,
para que vengan á estar
en uno dos corazones.
^ . Na lima «victoria» con «misericordia»; probablemente <
eriMiía el aator «concordia».
DISCORDIA y CUESTIÓN DE AMOR 3SI
Por tanto, luego decid,
mis leales amadores,
por conformar los amores :
<cuál queréis que mude aquí,
las pastoras ó pastores?
Salucio. En la ley de bien amar
ya tú nos mandas, señor,
que sea firme el amador;
que quien se quiere mudar
no terna perfecto amor.
Así, que el perfecto amante,
cuando muy de veras ama
y arde en amorosa llama
ha de estar firme y constante
en el amor de su dama.
Así que digo y confieso
que el leal enamorado,
antes muerto que mudado;
y esto de mi mano firmo
y doy por averiguado.
Petronio. Yo soy de aquesa opinión
* y en esa ley de amor muero,
y así tengo por muy vero
que el que muda su afición
no tiene amor verdadero.
Y pues tú, Cupido, eres
quien tiene todo el poder,
aquesto puedes hacer:
muda, señor, las mujeres,
que mudables suelen ser.
352
OBitAS OB LOPE DB RUBDA
Leonida. No tienes razón, pastor,
en apocar nuestro ser,
que en la ley del bien querer
no hay más verdadero amor
que el amor de la mujer.
Silvia. Eso ya es claro y probado
y pública voz y fama,
que cuando la mujer ama,
ama con amor doblado,
y doblado arde su llama.
Petronio. En eso tiene razón;
no son menester más jueces,
sino ver que muchas veces
donde ponen su afición
la ponen con mil dobleces.
Leonida. Petronio, calla tu lengua
y de mujeres no digas
mal ninguno, que te obligas
á quedarse en ti la mengua
y [á] ellas ser tus enemigas.
Mas, pues, Cupido, en amor
ellos son los variables,
los traidores y mudables,
los hombres puedes mudar,
y en las mujeres no hables.
Amor. Por fuerza de mudar hemos
los dos de los amadores.
Silvia. Sea, Cupido, á los pastqres.
Petronio. Antes los dos moriremos
que mudar nuestros amores.
DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR
353
Amor. iSusI, pues no queréis que mude
á los dos los corazones,
estaos con vuestras pasiones
hasta que el tiempo os ayude
á mudar las añciones.
Y pues en los corazones
padecéis mortales penas,
quiero con estas cadenas
meteros en mis prisiones.
Silvia. Hágase, Amor, como ordenas. ,
Amor. ^No es éste grave dolor,
que los grandes y menores,
cortesanos y pastores,
todos dicen mal de amor
y al fin se mueren de amores?
Veislos presos y cautivos;
más no quieren libertad :
ea, amadores, caminad
cantando, porque los vivos
conozcan mi majestad :
Canción,
«Buscando venimos
remedio de amores,
volvemos peores.
Soltad, pastores,
soltad al Amor,
por haber favor.»
FIN
T. II
2},
AUTO DE NAVAL Y DE ABIGADL '
Y DAVID Y CUATRO PASTORES Y DOS SOLDA-
DOS Y UN PASTORCILLO Y UNA MOZA LLAMADA
SABINILLA Y UN BOBO LLAMADO JORDÁN.
ARGUMENTO
Muy generoso auditorio : aquí se recitará un auto
de la Sagrada Escriptura que trata de cuando David^
andando perseguido de Esaú, su suegro, en el mon-
té Gelboé, y teniendo gran necesidad, envió á pedir
bastimento á Naval Carinelo, el cual no se le quiso
dar; lo cual, sabido por David, determina de destruir
á Naval y á toda su familia, y poniéndolo por obra,
le sale al camino Abigail, mujer de Naval, con un
muy copioso presente, con que aplacó á David. Si-
lencio, auditores, porque con él fácilmente entende-
rán nuestra historia; y porque siento salir al ricacho
de Naval dando voces, le desocupo, este sitio.
(Entra Naval vistiéndose.)
NAVAL
¡Con cuánta sobra de solicitud y cuidado, y con
cuánta vigilancia ha de vivir el día de hoy el hombre
^ Ms. en un códice de autos, loas y farsas del siglo xvi que
se halla en la Biblioteca Nacional, núm. 14.71 1.
AUTO DE NAVAL Y DE ABIGAIL 355
que ha de tener cargo de regir y gobernar hijos aje-
nos, y tener cuenta y razón con todos, especialmente
para que la hacienda adquirida y ganada con algún
trabajo no pueda venir á repunta de diminución, es-^
pecialmente yo que nunca entiendo sino en allegar
hacienda y ensanchar por estas campañas las cauda-
losas manadas de ovejas, cabras y carneros, y sobre
cuyos hombros ha de estribar la pesada carga de
mujer, hijos, casa y familial Si no, mira: ¿-quién ha te-
nido cargo de regirse y gobernarse á tiempo que se
haga hacienda, ansí lo lleve la güeste? — [Sabinillal
(Ah, Sabinillal; ¡muchacha!
BOBO
Aun bien quescopienza la santiguadera por lo más
bajo, que aun primero que á mí llegue, no quedará
nadie en toda la casa por amoxcarse ó avisparse,
NAVAL
[Sabinilla; ah, Sabinillal
BOBO
En Sabinilla ha dado esta mañana la roncha. Plega
á Dios no venga sobrella algún turbión de nublados,
tal como de palos ó correonazos, ó otra cualquier
tempestad.
NAVAL
¡Sabinilla; ah, Sabinilla!; muchacha, ^oyes ó no?
SABINILLA
¡Ay, amarga!, ¡y qué amigo es vuesa merced d^
dar voces!
356 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
NAVAL
Y VOS, señora, de callar; que aunque veáis al hom-
.bre quebrar la cabeza, no tenéis más cuidado de res-
ponder que si nunca os llamasen.
SABINILLA
jY cuándo me ha llamado él á mí, que amarga me
vea si tal he oído?; que si yo le oyera no fuera tan
mal mirada que al primer grito no fuera con él.
NAVAL
jParésceos buena hora de levantar ésta?
SABINILLA
¿Levantar? ¡Ahora te lloraré, agüelo! Como Dios
me hizo, que ha más de una hora que ando por esta
casa hecha duende.
NAVAL
Ansí te lleve el diablo.
SABINILLA
(Y á él un mUlón.)
NAVAL
¿Qué hablas entre dientes, lengua de aguzadera?
Sácame aquí de vestir. No creo que hay casa en
todos estos territorios que tanta gente tenga y más
entonada. Ayudadme aquí á vestir, señoría. Decidme:
¿qué baraúnda era aquella que traíades anoche, que
aun apenas no era yo acostado cuando no páresela
sino que esta casa se hundía y venía al suelo?
>
AUTO DE NAVAL Y DB ABIGAIL 357
SABINILLA
Que no era sino aquel diablo de Jordán, que á
tiempo que se subía acostar hiciéronle entender eso-
tros que andaba arriba una cosa mala. En fuerte hora
se lo dijeron, que por bien ni por mal hubo gentes
que desta escalera le hiciesen pasar.
NAVAL
^Y deso sólo era el estruendo?
SABINILLA
Pues ha de saber que como no osó subirse acostar,
hizo su cama junto á la puerta del corral, y esotros,
por reir con él, aun no se hubo acabado de dormir,
cuando le amarraron la cochina parida á los pies; la
negra cochina, por irse á los hijos, paresce ser que
daba tales estirones, que fué maravilla no sacalle de
cuajo la pierna.
NAVAL
^En fin...?
SABINILLA
En fin, que de salto en salto, como quien no quiere
la cosa, le trajo arrastrando por toda la casa hasta
meterle dentro de la corraliza. Allí paresce ser quél
recordó, y desque se sintió atado, ¡alza. Dios, tu ira!,
comienza á dar unas voces que apellidaba toda la
casa.
NAVAL
¿No me dirás á quién dices que ataron?
35S OBRAS tas LOPB tlR KÜBt>k
y
SABTNILLA
' {No le digo que á Jordán?, que agora se acaba de
subir acostar^ que toda esta noche ha andado como
estantigua.
BOBO
Bien : ^qués lo que decís de Jordán, picaza? Agra-
deceldo á Dios, doña urraca, que me queda un res-
caño por dormir, que yo os hiciera estar acá ajor-
mandü mentiras.
NAVAL
^ ¿De manera, señor, que aun le queda otro pedazo
por dormir?
BOBO
Yos juro al cielo de Dios, nuestro amo, que si jos-
ticia me vale^ que tengo desfalcar una dormidura en
la pendencia de anoche.
NAVAL
^Y estaros he yo esperando qae tornéis á dormir,
señor?
BOBO
* Koj no; no tiene vuesa merced necesidad de espe-
rarme, que si es menester, aquí hablando con él me
dormiré, que aun cuando Dios quería mis cinco ó
seis horas suélomelas yo llevar sin decir esta boca'
es mía,
NAVAL
ÍTics yos ]uro al cielo, don asna^o, que si os apaño
que yos duenna con un garrote.
AUTO DE NAVAL Y DE ABIGAIL 359
BOBO
No, no, señor; no he yo menester garrote para dor-
mir, que en un Dios valme estoy yo dése cabo del
otro mundo.
NAVAL
Ven acá; maldito seas -.^burlaste conmigo?
BOBO
Vaya vuesa merced despertando á esotros á tan-
das, que yo espero en Dios que primero que á mí
llegue, descalfarme mis dos horas de un lado.
SABINILLA
Si tu reposo tienes, salen ya los otros cada uno
con su instrumento en la mano.
BOBO
Ama, la salida venga por ellos y por ti.
(Salen cuatro tresquiladores cantando.) t
CANCIÓN
Mimbrera, amigo,
so la mimbrereta
y los dos amigos
idos se son idos,
so los verdes pinos,
so la mimbrereta,
mimbrera, amigo.
(Entran los legados de David,)
SOLDADO '
Sálveos Dios, buena gente.
36o OBRAS DB LOPB DB BUBDA
NAVAL
Y él os guarde. ^Qué bueno buscan por acá los
hombres de pro?
SOLDADO
^Cuál de entre todos los.que aquí ^ es Naval, dueño
y señor desta hacienda?
NAVAL
¿Por qué lo preguntáis, ó qué negocios tenéis
con él?
SOLDADO
Saberlo querriamos.
NAVAL
Si no es por más deso, aquí está un pedazo.
BOBO
Mejor fuera estar repartido en muchos, nuestramo.
NAVAL
¿Cómo en muchos, animal?
BOBO
Porque de media 2 ojeada viéredes todas vuestras
labranzas.
NAVAL
¡Sabes si arrebato un leño...!
^ Falta el verbo, que sería «hay».
' £n el texto «medio».
AUTO DE NAVAL Y DB ABIGAIL 361
SOLDADO
Dejaldos, queí se burlan; no hagáis cuenta, sino
entended, si no lo tenéis por enojoso, en lo que á
vuestra casa somos arribados.
NAVAL
Decid, que bien me los conozco yo. Gentes son
que nunca están pensando sino en decir malicias, y
con esto pasan su trabajo y tiempo.
SOLDADO
Naval, hombre rico y poderoso: paz sea á ti y á
todos estos nuestros hermanos y á toda tu casa y
familia, la cual paz te envía David, hijo de Isaí, de
parte suya. Él oyó como tus pastores, los cuales han
andado con nosotros en Carmelo y de sus ovejas y
ganado no les ha faltado res alguna, después que con
nosotros han andado en el desierto, y si á esto no nos
das crédito, pregúntalo á tus pastores, quellos te lo
lo dirán; pues agora. Naval, hallen gracia tus siervos
ante ti, pues hemos llegado en tan buen día. No te
pongas á buscar viandas aparejadas, ni de gran tomo
para nosotros; antes cualquier cosa que á mano ha- .
llares puedes dar á tus siervos y á tu hijo David, que
nos aguarda con tu buena respuesta.
NAVAL
^Quién es David? ¿Quién es el hijo de Isaí? Hoy se
han acrecentado en vosotros los siervos que huyen
de sus señores. ¿Pareceos bien que quite yo mis
563 OBRAS DB LOPE DE RUEDA
aguas y panes y carneros, que he menester para mis
tre^quiladores, y las dé á gente que no sabemos
quién son? Mirad, decid ^ á vuestro señor y capitán
que muy poca cuenta hacemos acá de vuestra retó-
rica, y por tanto bien os podéis ir por donde venis-
tes. Y vosotros deja eso en questáis entendiendo y
vamonos á refrescar, que ya se va haciendo hora.
(Énfranse cantando los tresquiladores.)
CANCIÓN
Mimbrera, amigo,
so la mimbrereta
y los dos amados
idos se son ambos,
so los verdes prados, .
so la mimbrereta.
SOLDADO
^Qué os paresce, hermano, cuan agrá y áspera res-
puesta no ha dado aqueste ricacho de Naval? ¿Quién
pensará que viniendo á él con ta[nfa] humilldad y dé
parte [de] quien le hecimos la embajada, que tan
áspera respuesta nos diera? Pero calla, no tengáis
pena, que yo tengo á David por hombre que se sabrá
vengar bien del, y aun no será mucho que con harto
daño suyo y de toda su casa.
( Vansey entra un pastor.)
PASTOR
jOh, Naval, hombre mal acondicionado! Mira que
^ En el original «dezir».
AUTO DB NAVAL Y DE ABIGAa 363
le costaba enviar contentos aquellos cuitados que
venían de parte del otro que los invió, y aun por
ventura con harta necesidad. jPlega Dios no le cueste
caro, que si el bermejuelo se ensaña, duelos tene-
mos todos! Á osadas que si aquí se hallara nuestra
ama Abigail, que de otra suerte nos cantara el cu-
quillo. Pero ¿qué digo?; hela aquí do viene. — ¡ Ah,
nuestra ama! ¡Ah, señora!
ABIGAIL
¿Qués lo que quieres?
PASTOR
Por Dios, que si no ponéis remedio en ello, que
todos somos finados.
ABIGAIL
¿De qué manera?
PASTOR
Vuestro marido lo ha causado.
* ABIGAIL
¡Mi marido! Y ¿qué ha hecho mi marido?
PASTOR
Su mala condición.
ABIGAIL
¿Qué dices? Declárate.
PASTOR
¿Qué queréis, señora, saber sino quel hijo de Isaí,
aquel pequeñuelo; el que mató los días pasados aquel
felisteo...?
364 OBRAS DB LOPE DB RUBDA
ABIGAIL
Ansí, David quieres decir.
PASTOR -^
Ansí, ese mismo, ha enviado á pedir bastimento á
nuestro amo, y él les ha dado una respuesta como si
fueran perros los otros. Ya veis, van de tal arte, que
si el que con el hondijo mató al gigante se sube en
cólera, mal año que ninguno de nosotros quede con
vida.
ABIGAIL !•
¡Ah, Dios, que las cosas de mi marido son éstas!
Yo voy á remediar este daño. I
{Entra el villano en un asno caballero cantando.)
CANCIÓN
Cordona la llama
el vaquero á la vaca,
Cordona la llamaba.
BOBO
Arre acá, señora jareta, ansí malos cochinos os
arranquen de cuajo esos bofes. Ofrecida vea yo al
diablo casa de tanto mandón; Naval, mi amo, por un
cabo, Abigail por el otro; Sabinilla ^\ aun hasta el
asno quiere mandar á tandas. Mas ¿questada hace la
otra bestia de mi ama y esotras alimañas que vienen
con ella? Mas ¡ayK ¿qué gente es ésta? Zoyzos son
* Falta algo.
AUTO DB NAVAL Y DE ABIGAlL 365
por el ánima de mi madre. |Oh, pobre de ti, Jordán!,
que si me cogen en medio, lo primero será quitarme
la ropa y después darme de palos. Mas ¿qué remedio?
Quiérome liar con este asnillo y comenzar á pacer;
mas ¡oh, pecador de mil, que me falta lo mejor, ques
el albarda, y la destotro duelo es tan corta que no
me tapa los ijares. Mas, buen remedio, la cencerra
basta, y más mi juramento, que jurando yo como soy
asno, harto necios serán si no me creen. ¡Sus!, manos
á labor; ¿en qué me detengo?
{Entra David y su gente de guerra.)
DAVID
¡Cómo! ¿Qués posible que tan áspera respuesta os
diese aquel rústico de Naval? En balde habéis tenido
cuenta en excusaros de tocar á sus rebaños; pero
callad, que antes de mañana á estas horas yo pomé
toda su hacienda en vuestras manos, quitándole á él
la vida y después á toda su gente, y pomé toda su
hacienda á sangre y á fuego. ¿Pero qué bulto es aquel
que paresce allá?
SOLDADO
Hombre semeja.
BOBO
Llegaos á él, ques hombre. Juro los santos de Dios,
en tanto que ahf estáis, tan gentil asno soy como mi
compañero.
DAVID i
¡Oh, mostruosidad grande! ¿No veis el alimaña
cómo cuan en su juicio pace la yerba?
366 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
BOBO
^Alimaña? Mira si me ha conocido. ¡Oh, buenabi*
lidadl
DAVID
^Qué haces ahí, acémila?
BOBO
No soy sino asno á servicio y mandado de vuesa
merced.
DAVID
■ Yo te creo.
BOBO
¡Mira si me cree! ¡Oh, buenabilidadl ¡Oh, buen Jor-
dán! Dios te lo lleve el cabo adelante.
SOLDADO
Levanta de ahí, salvajón.
DAVID
Alza la cabeza, conocerte hemos quienquier que
seas.
BOBO
No, no; en el gesto no dirá vuesa merced sino que
soy Jordán, el criado de Naval, mas más ha de dos
horas que soy tan asno como mi compañero.
SOLDADO
Yo conozco este villano.
DAVID
^Conóscélo bien?
AVTO DE NAVAL Y DE ABIGAIL 367
SOLDADO
Sí, señor; de la compañía de Naval es.
DAVID
Pues atalde muy bien y comiéncese por él el es-
trago, pues en suerte le cupo.
BOBO
Señor, ya que me amarran, no sea más de la una
mano, por que pueda comer con la otra.
{Entra AbigaÜ con el presente,)
ABIGAIL
Dejalde, dejalde al cuitado, que nada meresce, y
empléese su saña en mí. Príncipe valeroso, no se
ofendan tus orejas en dar audiencia á esta tu sierva,
que te suplica que tu autoridad no se amuestre en
tan baja cosa como el impío Naval. Certificóte, señor,
que esta tu sierva no tuvo noticia de tus criados ^, á
quien de una merced tan grande no era merescedo-
ra. El Señor vive y también tu ánima, el cual sea
siempre alabado, pues no permitió su clemencia que
en cosa tan baja te vengases. Á Él plega que en con-
fusión de Naval se vean tus enemigos y todos los que
te persiguen. Rescibe, señor mío, con afable rostro el
pequeño servicio de esta tu sierva. No pienses, prín-
cipe valeroso, que aun en este mundo perderás galar-
dón de tu clemencia, pues permitirá el justo Juez que
rodarán los ánimos de tus enemigos de el arte que la
* Falta el verbo, que sería «enviados».
368 OBRAS DB XX>PB DB RÜBDA
honda las piedras invía, pues no te llamarás escrupu-
loso rey sanguinolento, ni habrás cobrado nombre in-
fame de cruel tirano. Sola una cosa me resta, y es que
cuando el Señor sea servido de traerte á la prosperi-
dad de tu estado, tengas memoria de mí, que tu per-
petua sierva me ^ confieso, no para castigarme del
deservicio, sino para hacerme mercedes por lo que á
tu prosperidad deseo y como natural señor siempre
cobdicio.
DAVID
Bendito sea, dueña prudente, el Sumo Dios de Is-
rael que hoy te envió á mí encuentro, y bendita tu
plática y tú con ella sea[s] también bendita, pues con
tus dulces palabras causaste que no ííiese llamado
varón de venganzas, bañando mis manos en la sangre
de tu marido y de toda su compaña. Certificóte,
dueña, que si hoy no proveyeras , que antes de ma-
ñana á estas horas estuviera muerto tu marido Naval
y su gente toda. Por ende tórnate con la paz del
Señor, y desde aquí perdono á Naval, y tu buen ofre-
cimiento rescibo.
{Éntranse cantando esta octava,)
¡Oh!, valerosa dueña y fuerte escudo
de aquesta tu familia atribulada,
pues tu prudente lengua vencer pudo
el ánimo feroz y gente armada.
Al hijo de Isaí tornaste mudo;
En el original «te confieso».
AUTO DB NAVAL Y DE ABÍGAIL 369
SU daño mitigaste y mano airada;
librando de la muerte á tu marido
cobraste nombre illustre esclarecido.
(Entran dos criados de Abigaily David.)
CRIADO
David, capitán valeroso: Abigail, mujer de Naval,
á saludarte invía, y te avisa como después de parti-
da de tu presencia halló á su marido en una suntuo-
sa comida, el cual de su venida á ti nada supo, ni se
lo quiso revelar, á causa de no hallalle en su juicio
del pasado banquete, hasta otro día que estaba en su
acuerdo, el cual desque supo del pequeño servicio i,
que finalmente murió al décimo día. Débeste ale-
grar, pues por la divina mano fuiste vengado.
DAVID
Bendito sea el Sumo Dios de Israel, Dios de Isac,
Dios de Jacob, nuestros padres primeros, pues su
poderoso brazo ha peleado hoy por mí este día; por
lo cual id vosotros á saludar [á] Abigail de parte mía
y decilde que se alegre y dé gracias al Señor, pues de
tan rústica compañía la ha libertado; y demás desto,
que tenga por bien de acetarme en su gracia tomán-
dome en cuenta y lugar de su ligítimo marido, en el
^ cual grado, si contenta es, yo la rescibo.
I SOLDADO
I Yo voy hacer lo que mandas.
I ^ Falta algo :1a razón de la muerte de Naval.
T. n 24
370 OBRAS D£ LOPB DB RUEDA '
DAVID
Guieos Dios.
{Llegan donde está Abigaü.)
SOLDADO
Abigail, prudente dueña: David, capitán nuestro,
á ti nos envía con humilldes saludes. Date paz de su^
parte y dice que no te debes entristecer demasiado
por la muerte de tu marido, antes te alegra, pues
Dios te ha libertado de tan rústico hombre. Y más
dice que tengas por bien de aceptalle en tu gracia, ,
queriéndole tomar en cuenta y lugar de ligítimo ma- ,
rido, en el cual grado él te rescibe y aceuta.
ABIGAIL
Aparejada está la dueña y sierva no solamente
para casar con su señor, mas para lavar los pies á sus
criados.
VILLANCICO
David, como tiene amores,
aunque en la campaña está,
por aplacar sus dolores
por silbos sospiros da.
Dejóle tan ^ quillotrado
la prudente Abigail,
que su corazón viril
á la dama ha subjetado.
En el original «tran».
AUTO DE NAVAL Y DE ABIGAIL 37 1
Trae su ser tan trastornado
que adondequiera que está,
por aplacar sus dolores
por silbos sospiros da.
No tiene quien le consuele,
que á su mal nada consuela;
él mismo entre sí se duele
porque no hay quien del se duela;
al mejor dormir desvela
en su lecho dondestá;
por aplacar sus dolores
por silbos sospiros da.
FIN
AUTO DE LOS DESPOSORIOS
DE MOISÉN
FIGURAS
MOISÉN.— UN BOBO. — DOS VILLANOS.— UN VIEJO.—
Y OTRO MOZO.-SÉFORA.— GETRONA.— GETRÓN, SU
PADRE.
ARGUMENTO
Aqui os trairé á la memoria,
si acaso atención se tien,
para que se entienda bien
una divinal historia
del gran profeta Moisén.
Trata de cuando huyó
de poder de Faraón,
porque á un egipcio mató,
y cómo á Madián llegó,
do le avino otra quistión.
Y es que como caminaba
á pie, un pozo topó
á do bebió y apagó
la sed grande que llevaba
y á descansar se llegó.
Pues dos doncellas vinieron
[á] aqueste pozo abrevar
sus ganados, y estorbar
L
DESPOSORIOS DE MOISÉN 373
dos villanos les quisieron
el agua que querían dar.
Pues como Moisén lo vio
á los villanos ha echado
del pozo muy enojado
y á las mozas ayudó
á dar agua á su ganado.
Y acabado de abrevar
vanse á su padre Getrón
y cuéntanle la quistión.
Getrón las torna á enviar
á que llamen tal varón.
Pues siendo Moisén venido
Getrón le ha las gracias dado,
y para guardar ganado
el Getrón le ha recebido
y con su hija desposado.
Esta representación
será la que aquí harán,
pues para ello prestarán
la sosegada atención
y las faltas suplirán.
{Entra Moisén,)
MOISÉN
Gran Dios de los padres nuestros, inmenso Hace-
dor y Reformador Supremo de la celeste ^ y terrena
corte, guía y guarda soberana, confiados en tu benig-
nidad y benivolencia muchas é infinitas gracias doy
En el original «celestre»*
374 OBRAS DB LOPB DB RDBDA
á tu divina Majestad, pues siempre en todo y por
todo me has sido favorable, ansí en me guardar y
conservar la vida en mi pueril y tierna niñez, como
en el sacarme del poder de Faraón y manos de mis
enemigos, trayéndome guiado de tu soberana volun-
tad á Madián, mi consanguínea tierra, adonde, segu-
ro de los que mi muerte desean, habitaré el tiempo
que tu deidad me otorgare, aunque al presente la
sed y calor me aquejan. Y si este tu mínimo siervo
de ti no es socorrido con el agua de tu gracia, mi
spíritu fatigado ningún consuelo spera.
{Entra el villano solo.)
BOBO
¡Ahora ofrezco á la mala güeste tan endiabrada
moc hacha! Mira, mira, señora Ginebra ó Ginebrada:
yos juro á los santos de Dios que por sólo esos dom-
bres me tengo de aborrir é irme por esas Itallas ó por
esas Andalucías. ^Entendéislo?
MOISÉN
De Dios me ha venido este villano. ¡Hola! — ^Á
quién digo?
BOBO
jSicasl ¡Hombre soy y seré y lo tengo de ser y
vengo de casta de sello para irme á esas Boloñas sin
sofrir que una mochacha golosa, raída, desvergonza-
da, me esté á mí echando impodios é poniendo dom-
bres.
MOISÉN
Vení acá, buen hombre; reportaos un poco.
DESPOSORIOS DR MOISÉN 375
BOBO
. Déjeme vuesa merced,, que vengo ensañado con
un demonio de una rapaza que mi amo Getrón en
casa tien.
MOISÉN
iQué! ¿Getrón es vuestro amo?
BOBO
Á pro y honra suya.
MOISÉN
Cubrios, hermano.
BOBO
No haré en verdad. Beso las manos de vuesa
merced.
MOISÉN
Cubrios.
BOBO
Beso las manos de vuesa merced.
MOISÉN
Cubrios y decime, si fúeredes servido, cómo es
vuestra gracia.
BOBO
Yo, señor, llamóme á merced de su mandado y
para pro y honra de todos los buenos, Esteban Sán-
chez Merino de Alvarado, hijo legétimo de Juan An-
tón Merino y de Olalla López de Alvarado, la Papuda,
que Dios perdone, y criado lealísimo de Getrón, mi
amo, por mar y por tierra.
376 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
MOISÉN
Por muchos años y buenos. Pues ¿adó camináis
con ese cántaro?
BOBO
Yo se lo diré á vuesa merced. ¿Cómo es su dom-
bre?
MOISÉN
Yo Moisén me llamo.
BOBO
Pues mire vuesa merced, señor Moisén me llamo:
en casa de mi amo hay una muchacha golosa, pere-
zosa, dormilona, chismosa, parlera, bellaca, para
poco. ¿Cuántas tachas he dicho?
MOISÉN
No sé; como ocho ó nueve.
BOBO
No, no; errado me he, que novecientas y tantas
bellaquerías son las que tiene, y sobre todas espa-
ciosa como todos los diablos, y como se tarda en los
mandados no la osamos inviar por cosa alguna, y ansí
hácenme á mí venir encantarado, que no parezco sino
mochacho aprendiz de zapatero pobre.
MOISÉN
Y ¿está muy lejos la fuente?
BOBO
No, señor; que no está de vuesa merced aun dos
leguas.
DESPOSORIOS DE MOISÉN 377
........—...............« ■. ^.......... ...................... m>~...~............>.^
MOISÉN
Pues placer recebiré ^ me la mostréis si fuérdes
servido.
BOBO
Eso, venga vuesa merced. ¿Ve este pozo?
MOISÉN
Sí, muy bien.
BOBO
Pues zámpese dentro á somorgujo y, aunque yo lo
ayune, beba hasta agotalle, y por otra tal á la salida
se saque este cántaro lleno.
MOISÉN
Mostracá, que desde aquí le alcanzaremos. ¿Parí^.
qué me asís del pie?
BOBO
Para que si, lo que Dios no quiera, vuesa merced
dentro cayere, sacalle ajorro como á borrico lerdo
abarrancado.
MOISÉN
Soltá, que no hayáis miedo. Y decí: ¿ésta es buen-
agua?
BOBO
Sí, señor; que della beben las bestias.
(Beóe Moisén.)
^ En el original «recibiréis».
37^ OBRAS DB LOPB DB RÜBDA
BOBO
|Fas0, pasol ¿Ansí encharcar en agua? Creo que
piensa beberse cántaro y todo. É muestre acá, que
me he tardado. ^Manda vuesa merced otra cosa?
MOISÉN
No, hermano; questo os agradezco.
BOBO
Pues á Dios,
MOISÉN
Él OS acompañe.
BOBO
Ansí haga á vuesa merced. Beso las ízanos de su
■ mercé. Perdone vuesa merced. Quédese vuesa mer-
ced.
MOISÉN
Anda, anda con Dios, A ti, Hacedor Supremo, doy
muchas é infinitas gracias y loores, pues ansí me has
favorecido y regalado con el agua de .tu clemencia.
Y ¡qué sabroso * estabal Bien parece que de tu divina
mano me ha sido inviada y proveída; y pues ya la
" sed he mitigadOj quiero descansar del largo y fatiga-
do caminOj en tanto que las calores sus bravas fuer-
zas pierden. ¡Sus!, aquí me recuesto. Dios sea en mi
guarda*
{Échase Moisén d darmir y salen los dos villanos,)
* Asi en el originai
DESPOSORIOS DE MOISÉN 379
MOZO
Á buen t i e mpo hemos llegado, pues aquellas resa-
bidas hijas de Getrón no han venido á dar agua á sus
ganados; cuanto más que aimque vinieran, no pasara
la burla del otro día.
VIEJO
¡Oh, más que gentil comedimiento! ¡Dejarles, hom-
bre, dar agua á sus manadas y agotar y enturbiar el
pozo! En fin, son mujeres y no pueden dejar de ser
atrevidas. .
MOZO
Desembracemos los gabanes y cayados y empece-
mos á hinchir las canales de agua, que ya la siesta se
acerca cuanto puede.
VIEJO
Bueno está ahora el pozo. Ve tú y aballa las mana-
das, y entretanto trairé yo la soga y caldero.
• MOZO
Que no es menester sino darnos priesa á sacar
lagua, quel ganado la sed lo hará venir á su acostum-
brado abrevadero.
VIEJO
¡Qué bien das de los negocios! Y ^no podría alguna
res quedarse abarrancada ó rezaguera donde, no ati-
nando con las demás, se nos perdiesen como suelen?
MOZO
Pues ¡sus!; daos priesa á sacar agua, y si Séfora
38o OBRAS DB LOPB DB RUBDA
viniese y sus hermanas, decildes que se aguarden
doce ó trece horas, que por agora no hay rancho.
VIEJO
Deso bien puedes dejarme el cargo.
{Despierta Moisin.)
MOISÉN
¡Válame Dios y qué pesado me levantol
VIEJO
(Ay Dios! Y ¿quién anda allá de zaga?
MOISEN
No tengas miedo, buen hombre.
VIEJO
Acabe ya vuesa mercé; hable como ha de hablar y
no coja á los hombres descuidados.
MOISÉN
Yo, hermano, como he de hablar hablo.
VIEJO
jAnde ya! Arroja á hurtadillas un sospirazo con
tanto estruendo que naturalísimamente pensé que
cualque estantigua me hable tragado.
MOISÉN
Pues no lo penséis, sino sosegaos y llegaos acá, si
os place.
VIEJO
Placer grande le dé Dios. <De dónde bueno es su
mercé?
DESPOSORIOS DE MOISÉN 3S1
MOISÉN
Hermano, en Egipto fué mi nación.
VIEJO
^En Egipto? ¡Oí! Luego <ladrón será su mercé á
razón?
MOISÉN
^Yo? ¿Por qué?
VIEJO
Porque salvante honor de vuesa merced, y perdó-
neme sus ausencias, do al diabro el gitano he visto
en mi vida que no peque un poco de ciquibaile, que
en gramátula quiere decir latro latranis, por sermo
sermonü.
MOISÉN
Pues yo, hermano, no lo soy, que de muy mejor
cepa deciendo.
VIEJO
^De cepas? |De buena casta vienel Y. ¿de qué ve-
duño? ¿Es albUla ó Jaén?
MOISÉN
No lo entendéis, hermano; que cepa en vuestra
tierra quiere decir linaje.
VIEJO
"¡Andar, andar! Y ¿á qué viene vuesa merced por
esta tierra?
MOISÉN
A buscar, como los otros, ventura.
5^3 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA
VIEJO
iVálame Dios y qué hará de pensar allá la señora
su madre y sus parientes si se ha ido á la guerral Y
dígame: ^no se habrá mudado camisa desde que par-
tió de su tierra?
MOISÉN
No, hermano.
VIEJO
Peligrosa cosa es para esta tierra.
MOISÉN
^Cómo ansí?
VIEJO
Porque acá, en trayendo el hombre la camisa arriba
de ocho 6 quince días, Dios os guarde.
B^OISÉN
¿De qué me ha de guardar?
VIEJO
De guüfes,
MOISÉN
Nos entiendo.
VIEJO
De piojos, que os comerán vivo,
MOISÉN
Deso no tengáis pena; sino si tenéis alguna provi-
sión con que proveerme recebirlo he en cortesía.
VIEJO
No sé, pardiós. Espere, veré si hay algo. ^Comería
BBSPÓSORIOS DE MOISÉM 383
ahora vuesa' merced un muy buen pedazo de pan
blanco con tanto tocino dp la nalgada?
MOISÉN
Yo sí comería por cierto.
VIEJO
Pues ¿por qué no se lo traía vuesa merced hapia
acá en unas alforjas? ^.
MOISÉN
¡No está malo el donaire del buen viejo! ¡Buen con-
suelo es ése, por mi vidal Bien merecéis se os agra-
dezca.
MOZO
¡Ea, eal ¿Quéspacio es ése, que viene ya el ganado
é. más andar y creo no habéis sacado gota de agua?
VIEJO
Ni aun casi que mudádome de aquí.
MOZO
Con tal cuidado medraremos hacia atrás 2. Pues ¿en
qué habéis entendido?
VIEJO
. Tópeme con este señor, que no debiera, y de una
patraña en otra, se me pasó de la memoria de ir por,
el caldero.
MOZO
Y ¿quién es el señor, qu€ Dios le guarde?
^ En el original «alírojas».
^ En el original «tras».
3S4 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA
VIEJO
Atii es un dimoño de gitano, muy hombre de bien.
MOZO
Y {á qué bueno viene por acá?
VIEJO
A buscar si hay cualque borrica desmandada para
tener que trocar y vender, que, loado Dios, deso
viven.
MOISÉN
Hermano, haced vuestra hacienda, y pocas pláticas
conmigo,
MOZO
Yos doy fe que si vagar tuviera, que había de abu-
rrir á la corregüela dos ochavos.
VIEJO
[Ojo, ojo!; ¿no ves á Séfora y á su hermana?
MOZO
Y Esteban también viene con ellas.
VIEJO
Escuchémoslas á ver que, ausadas, quellas vengan
retronicando de las trónicas que suelen.
{Entran Séfora y Getranay el Bobo)
GETRONA
Alarguemos el paso, Séfora hermana, por que cuan-
do lleguen al pozo nuestras carillas con los ganados,
DESPOSORIOS DE MOISÉN 385
nosotras, con nuestros cántaros, tengamos las canales
proveídas, para que, en llegando, abreven las ma-
nadas.
SÉFORA
Vamos, que ya el sol se encumbra cuanto puede y
las simplecillas ovejas con la sed y calor vernán al
acostumbrado abrevadero.
BOBO
Mira : ¿queréis vosotr^ una y i buena?
SÉFORA
Y ¿qués? Á ver; veamos.
BOBO
Decía yo que para no haber de andar sacando
agua cada día, que nos llegásemos al pozo y en lle-
gando la oveja, atalla por el pescuezo y zampalla
dentro y tenella allí dos horas zabullida y poderá la
sed por más de quince días.
SÉFORA
El parescer es tal cual el letrado.
GETRONA
Probémoslo en ti primero.
BOBO
iPardiezI, que á ser de vino el pozo, que yo holga-
ra dello; mas en ser de agua, no me encaja.
^ Falta algo: acaso «idea», «invención», ú otra semejante.
T. n 25
$86 OBRAS DE LOPB DB RUEDA
SÉFORA
Y el por qué, di, hermano Esteban.
BOBO
Porque desde que un tío mío murió empozado es-
toy mal con todos ellos.
GETRONA
Séfora hermana, aguijemos, que si no me engaño,
los porfiados villanos veo al pozo, y no será mucho
queremos estorbar el agua, como suelen.
BOBO
^Cómo estorbar? Juro al cielo de Dios, que os les
embroque yo todo el pozo en la cabezal
SÉFORA
Calla, tonto, que en tal caso, la buena crianza
puede mucho; cuanto más que viéndonos mujeres,
los porná en obligación de tratarnos cortesía.
GETRONA
Ahora en buen pie alleguemos; mas yo sospecho
que no reina en ellos cortesía ni miramiento alguno.
SÉFORA
Nuestro poderoso Dios los guarde, mis señores.
MOISÉN
Ansí haga á las honestas y graciosas pastoras. •
DESPOSORIOS DB MOISÉN 387
BOBO 1
Las palabras como las quisiéredes; mas las obras,
doilas yo á la ira mala.
MOISÉN
^•Por qué lo dice el buen viejo?
VIEJO
Porque estas senoretas siempre se adelantan á
gastarnos el agua sin resplaute y miramiento, y des-
pués los otros que los papen duelos.
MOZO
No, que desta vez una por una nosotros daremos
agua á nuestros ganados, y si después sobrare... Si no,
bostecen.
MOISÉN
No tenéis razón; que á las mujeres justo es se les
tenga cortesía.
VIEJO '
{Cortesía de mi padre! ^Está aquí el honibre seis
horas por dar agua á su ganado y habemos de con
sentir quellas lo tomasen? ¡Malos años que tal hagan,
aunque más vengan con sus manos lavadasl
BOBO
^Qué cosa es lavadas? No las traemos sino sucias,
y juro á los santos que hemos de tomar el agua y aun
llevamos pozo y todo.
Así en el manoscríto; pero debe de ser ViBjo.
388 OBRAS DB LOPB DB RUEDA
MOZO
. Pues si yo apaño el gabán y mi cayado, á vos y á
ellas yo os haré que toméis, mal de vuestro grado,
las afufas.
MOISÉN
Mira que no haréis, questoy yo de por medio.
SEÑORA
. ¡Oh, mal mirados y descomedidos rústicos I ^Por
qué no tenéis miramiento á quien está delante? Pues
ya que por nosotras no lo merezcamos, por su res-
peto y valor habíades de catarnos cortesía.
VIEJO
La cortesía que os cataremos es que os tiréis luego
á la hora de aquí.
MOZO
Y si no queréis, espera, que á garrotazos os hare-
mos que hagáis por mal lo que por bien no habéis
querido.
MOISÉN
Tira, villanos descomedidos. ¿Y delante de mí se-
mejante villanía y descomedimiento? Tira afuera y
no me volváis más [á] aqueste pozo si no queréis
morir por ello.
BOBO
Ansí; déles vuesa merced á los hi de ruines. Mas
¡qué presto las tomaronl
{Echa Moisén d los villanos del pozo.)
DESPOSORIOS DB MOISÉK 389
SÉFORA
En gran merced tenemos, señor mío, la merced
que, sin merecerlo, de vos habemos rescebido; pues
ha sido tal y tan grande, que no siento valor ninguno
con que pagárseos pueda.
GETRONA
El alto y poderoso Dios se lo pague, pues á nos-
otras, como pobres pastoras, nos falta el poder, fuer-
zas y riqueza para satisfacer un bien tamaño.
BOBO
Mire, señor, no tenga pena, que la señora Séfora
en cociendo le hará un bollo mantecado que de puro
sabroso se coma tras ello las manos.
MOISÉN
Óyete, hermano. Discretas y graciosas zagalas, no
hay que agradescerme; que vuestro valor, ser y ho-
nestidad todo el merecer se trae consigo; sino que,
pues ya los rústicos villanos nos han dejado el pozo,
demos orden como vuestro simple ganado se abreve,
que yo quiero ayudar mi parte.
SÉFORA
Eso es ya querer del todo echarnos cargo.
GETRONA
Baste la sobrada merced que s^ nos hizo; no cure
de tomar más pesadumbre.
390 OBRAS DE LOPB DE RUEDA
MOISÉN
; Hermosas doncellas, pesadumbre en esto no hay
ninguna, que antes yo lo tomo en pasatiempo.
^ BOBO
Pues jsusl, saque agua, que las tres ^ la llevaremos
al ganado.
MOISÉN
¿Pues adó se ha de llevar?
GETRONA
Aquí detrás bebe en las canales.
MOISÉN
:■ Pues en nombre de Dios, toma y camina presto.
BOBO
Amuese ése y dése prisa.
MOISÉN
, He aquí otro.
, GETRONA
Venga.
MOISÉN
c
Y éste, ¿quién le ha de llevar?
SÉFORA
Yo, que me viene de derecho.
MOISÉN
Pues tome, mi señora, y vaya luego.
^ Asi en el manuscrito.
DESPOSORIOS DE MOISÉN 39I
BOBO
i ^Cuantis si aqueste anda y va no será mucho que
i se beban pozo y todo?
MOISÉN
^Pues tanto beben las manadas?
BOBO
¿Beber?, ¡mi padrel ¡Pardiez, no me quiten del pen-
samiento son que,han almorzado tocino según beben!
, MOISÉN
Pues jaltol, camina presto ahuera, que llevo aceite.
GETRONA
Esteban, date prisa, que con otro camino acaba-
remos.
BOBO
Ansí quiera Dios que sea.
GETRONA
Mi señor, tome y perdone.
MOISÉN
Mi señora, no hay de qué, pues según mi deseo,
esto es poco.
SÉFORA
Anda, hermano, que con esto tienen harto.
BOBO
¡Oh, bendito Dios, que nos sacó de aguaderos!
^^-^íSA*.
393 OBRAS DB LOPB SB ROBDÁ
MOISÉN
Pues no han bebido mucho.
- BOBO
Antes estas nuestras ovejas me parece que son
como los pollos de Marta, que no han comido y dan-
Íes agua.
GETRONA
£a, Séfora; caminemos, que ya los ganados van
contentos y guiándolos nuestras hermanas á sus
acostumbrados pastos.
MOISÉN
¡Qué!, ¿más hermanas tienen?
SÉFORA
Señor, sí; otras cinco sin nosotras, que apacientan
los ganados de mi padre.
MOISÉN
Muy mucho verlas quisiera.
SÉFORA
Señor, si deso eres servido, acude en casa de Ge-
trón, nuestro padre, que allí se te hará el acogimiento
posible, siquiera para en recompensa de la merced
rescebida, y con esto vee lo que nos mandas.
MOISÉN
Que me mandéis, pues la voluntad que me mos-
tráis pone obligación para serviros.
DESPOSORIOS DE MOISéN 59$
GETRONA
Mi señor, Dios te acompañe.
MOISÉN
Y vaya en vuestra compañía.
BOBO
Adiós, adiós, señor, que las tomamos.
MOISÉN
En tus benditísimas manos. Dios y señor mío, me
pongo y encomiendo para que de mí hagas y orde-
nes lo que tu sagrada majestad por bien tuviere,
¡Sus!, aquí me quiero recoger detrás deste cerro, en
tanto que de la voluntad Suprema soy guiado.
(Aguí ka de haber un entremés y salen Getróny sus
dos hijas.)
GETRÓN
Ansí, hijas, que me contáis quese varón os hizo
tanta cortesía en libraros desos villanos rústicos.
SÉFORA
Señor, no sólo librónos dellos, mas él por sus pro-
pias manos sacó el agua para los ganados.
GETRÓN
Por cierto quél nos ha puesto en tanta obligación
con lo que hizo, que será justo, si como me decís es
extranjero, que las dos volváis á él y saludándole de
nuestra parte, á nuestra casa le traigáis, donde re-
pose y coma de mi pan; que quien tanto bien os
394 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA
hizo, no es justo le gratiñquéis tan mal la buena
obra. ¿Y á qué parte quedaba?
BOBO
Ahí quedaba recostado tras un cerro, que no pá-
resela sino mastín cansado de morder guzquejos.
GETRÓN
Pues id, hijas, y llamalde, que Esteban y yo espe-
raremos.
SÉFORA
Pues sea ansí, señor, como lo mandas.
BOBO
Quédele á la mala güeste; no le invíe á llamar. No
metamos ruido en casa.
GETRÓN
¿Pues por qué, Esteban hermano?
BOBO
Porque, pardiez, si se enojase, según es de enco-
raznado, que se alce con la casa y todo á puro palo.
(Ag^ui llegan do está Moisén,)
SÉFORA
Noble señor: Getrón, nuestro padre, te saluda y
ruega, si acaso no lo has por pesadumbre, con las
dos á nuestra casa te llegues, á do recebirás el alber-
gue acostumbrado, aunque no tal como para tu per-
sona se requiere. "
DESPOSORIOS DE MOISÉN 395
MOISÉN
Habéis, señoras mías, con tanta gracia el ^ me ha-
cer merced, que sería demasiada ingratitud no rece-
birla.
GETRONA
Pues, mi señor, alarga el paso, que nuestro padre
es aquel que allí paresqe.
BOBO
¡Ojo, ojo! Hele aquí el aporreaganaderos. Sea su
me[r]cé muy bien venido.
SÉFORA
Señor padre, ves aquí de quién recebimos el favor
pasado y cortesía.
GETRÓN
Alzaos, señor mío; que bien parece que de seme-
jante persona, aspeto y parescer habían de brotar
tan buenas obras. Abrazadme y recibidme en lugar
de propio padre, pues con menos no se paga vuestro
buen comedimiento.
MOISÉN
No con menos contento del que muestras en el
rescebirme acepto tan sobrada merced, y me ofrezco
como humillde siervo á tu servicio.
GETRÓN
. Al de Dios estéis vos muchos años. Mas decidme,
* Así en el original.
396 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
si acaso no os es molesto y enojoso, vuestra descen-
dencia y nacimiento y el estirpe y línea donde venís.
MOISÉN
Yo te lo diré, si el atención se me concede. Sabrás,
señor, que como los hebreos están presos y cautivos
so el poder de Faraón, el cual, enojado porque nues-
tro linaje se multiplicaba tanto, mandó á las coma-
dres y parteras que matasen los varones y que las
hembras reservasen. Pues yo vine á nacer en aquel
tiempo, y por no me matar, mi madre me tuvo tres
meses escondido, al cabo de los cuales, por miedo de
la pena, me echó en una cesta betunada por el río,
adonde me vino á ver y prohijar la hija del rey, y po-
niéndome por nombre Moisén, porque del agua me
había tomado. Pues estando ya en la edad que veis,
viendo maltratrar á mis hermanos, procuré de defen-
dellos, y dime tal maña que le quité la vida á su con-
trario, por la cual muerte fué mi venida á esta tu pa-
tria y tierra de Madián, donde prometo y juro em-
plear mi vida en tu servicio.
BOBO
¡Ojo! Éste talle tiene de quedarse en casa.
GETRÓN
Habéis, hijo Moisén, mostrado tanto vuestro ser y
valor, ansí en el aspeto de vuestra persona, como en
la medida de vuestra plática, que no sólo me convida
á ofreceros mi casa y hacienda, mas á entregaros á
DESPOSORIOS DB MOISÉlf 5^7
Séfora, mi hija, por esposa y mujer, si vos deiio fué-
redes servido.
MOISÉN
Es tan grande merced para mí, que me hallo indig-
no de merescer un bien tamaño; mas pues tú, señor
Getrón, ansí lo quieres, yo por tal la recibo; y desde
aquí te suplico que como á yerno y humillde hijo me
des la mano.
BOBO
|Ta, ta! No faltan más de los confeites; quellos para
en uno son.
GETRÓN
Hijo Moisén, llega y abraza aquí á vuestra esposa,
pues yo por tal os la entrego.
MOISEN
Yo por tal la acepto y recibo.
BOBO
¡Hidepuja, si yo fuera el desposado, qué pecilgo
le arrojara en un tobillo!
GETRÓN
Escucha, necio. Hijo, si os parece, entrémonos en
mi aposento con un sabroso villancico en tanto que
vuestras bodas con mayor triunfo y regocijo se cele-
bren. Mas ^qué digo? Los músicos asoman; y pues á
998 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
tan buen tiempo vienen, demos vuelta con ellos, so-
lenizando tan propincuo parentesco y desposorio.
OCTAVA
Suba el alegría hasta el cielo,
hinchendo montes, riscos y collados,
pues hoy vemos juntarse acá en el suelo
á Séfora y Moisén, los desposados
con santo matrimonio y casto velo,
y por gracia de Dios- son ayuntados.
Adiós, adiós, illustre consistorio,
que al auto hace fin el desposorio.
FIN
FARSA DEL SORDO
CXDMIENgA LA FARSA LLAMADA DEL SORDO.
EN LA QUAL SE INTRODUZEN LAS PERSONAS SI-
GUIETES. VN PASTOR . Y VNA MOgA . Y BARTHO-
LOME LOCO. VN HERMITAÑO . Y VN GALÁN . Y
VN PAGE . Y VN VIEJO SORDO . Y VN BOBO. LA
QUAL ES GRACIOSA Y APAZIBLE A TODOS LOS
OYENTES.
{Enira d pastar.)
Dios os salve, mantenga, manténgaos á todos
y elgran Rabadán que criarnos quiso
nos dé su gracia y paraíso,
que allá yo me vea metidos los codos.
Con mucho hemencia
os hago, señores, la mi reverencia,
la cual me avezó mi padre Juan Pabro
que fué desde niño en gran estabro ^,
á hotas tenía muy huerte sapiencia.
Mas iqué enamorado
y qué paciente so, y qué revellado *,
qué hombre polido, qué fuerte garzón,
la cara tamaña como un tinajón!
{Aqui ha de llorar,)
Dios le perdone, que está ya finado,
según que los cregos y la gente dice;
^ «... un gran estabro» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
' «rellanado» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
400 OBRAS DB LOPB DB RUBOA
dome á San Pabro si nada le hice,
y algunos preguntan que de qué murió;
yo les respondo que un mal que le dio;
en ñn, no tengo ya quién me avise.
Hoy hay pracentorío
tanto como hizo Pedro Gregorio
el día que con Branca á mí me casaron,
que digo y redigo por San que me honraron.
Zagales allí iban de todo el villorio
de ver el quillotre tan bien ordenado,
oyendo palabras, razones muy pocas,
poniendo el sentido y abriendo las bocas.
Por San Quillotrijo, que estoy espantado,
malino de mí,
que habrá doce años y más que nascí;
por San Junco santo, según se me entrueja,
que ando cantando, diciendo en la igreja
«la sol fa mi re» y más que sabía.
Sabía la Salve y el Ave María,
y la Gloria Patrís, Spiritus Santos;
abría más los labios, cantaba mis cantos.
jOh, qué memoria! |Oh, qué ledanía!
De aquesto soy fuera;
ya tengo vivienda de otra manera,
que guardo ganado por estos alcores
sirviendo contino muchos señores
y tengo mi hato en una ladera,
y so ganadero
y á veces pastor y á veces boyero,
y á veces aquel que rige la fiesta,
FARSA DEL SORDO 4OI
y á veces aquel que bien lo demesta,
y á veces nonada y á veces vaquero.
Todo esto tengo;
con ello me paro tan gordo y tan luengo
cuanto, á mi fe, no puedes pensar,
como cuenta Gregorio que está á mi mandar,
la Puebla, Tomares, también Peromingo.
Estad sosegados,
sentados, quedicos, también reposados,
hacerse vos ha una ensaladita;
será recitada de vuestros criados;
que poco y donoso
más provecho hace que mucho y dañoso i.
Las faltas, señores, que en ella sintieren
emiéndenlas todas vuestras mercedes,
y quedad vos todos con mucho reposo 2.
{Entra la moza.)
Es dicho muy de creer
por donde cualquier se siga,
que tiene mucha fatiga
bien notado
este dicho tan preciado :
por cualquiera sinsabor
harán que el que es señor
á las veces es criado.
^ «más valdrá que mucho y dañoso» en las ediciones de Alcalá
y Sevilla.
* «y quédense todos con grande reposo» en las ediciones de
Alcalá y Sevilla.
T. II 26
403 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA
Así por fala que man faltado ^
mis padres, ¡triste cuitadal,
de contino esto á soldada,
lo que nunca pensé yo.
Y me veo
mi rostro de lindo feo,
cobrando muy mala fama,
de señora vuelta en ama,
lo que nunca jamás fué.
Mi frescura,
mi lindeza y hermosura,
mis matices, mis colores,
mataba siempre de amores
á cualquier[a] que allí entraba.
Dios loado,
pues mi tiempo es ya pasado;
cuando viva me nombraba
nunca de contino estaba,
si sentada en un estrado,
no como agora hilando,
el corazón como tinta
para otro trabajando.
Dios bendiga
al que dijo : «Nadie diga
desta agua no beberé.» ■
jAy, mezquina! ¿Qué haré?
No sé, triste, qué me diga.
jAy, cuitada,
' En las ediciones de Alcalá y Sevilla se lee : «Así yo, pues
han faltado.»
FARSA DEL SORDO
405
cómo me siento turbada!
Allí viene ciertamente
Bartolomé el innocente;
él es, itristel, <qué haré?
Por aquí me esconderé
y saldréme de repente.
(A^ entra Bartolomé^ el innocente)
Bartol.
Dadnos, señores, por Dios,
dadnos por Dios, buenas gentes.
dadnos á los inocentes
un pan ó siquiera dos.
^Adó vas?
¿Di, perrita, acá estás?
¿Qué haces aquí, traidora?
Moza.
Envióme mi señora
por una blanca de agraz
Bartol.
¿Para qué?
Moza.
Para guisar por mi fe
allá en casa una cósica.
Bartol.
¿Por qué mientes, di, loquíta.
mal dolor nunca te dé?
Moza.
iQué despecho!
Bartolomé, ¿qué te has hecho?
Bartol.
Señora, vo á pedir pan.
Moza.
¿Qué haces lo que te dan?
Bartol.
En mis argenas ^ lo echo.
Moza.
¿Por qué mientes?
Oye acá, no te destientes :
* «arguenas» en las ediciones de Alcalá y ScviUa.
OBRAS DB LOPB DB RUBDA
^cuánto ha que no te vi?
Bartol.
Desde el día que os pedí
por Dios á los innocentes.
Moza.
iQué perdido!
¿Pensáis que me ha conocido?
¿Dó me viste, perenal?
Bartol.
A la puerta del arenal ^
hartas veces os he vido 2.
Moza.
¿En qué casa?
Bartol.
En casa de una traidora
á do me entro de rondón
y me quitan el bordón,
y allí dar cada rato y hora ».
Moza.
Ansí, ansí,
no más por amor de mí.
Bartol.
Haz *, perraza.
Moza.
No consiento
que hables cosas de viento; .
anda, tírate de ahí.
Bartol.
Yo me quiero ir de aquí,
porque un loco hace ciento.
Moza.
Di, enemigo.
si me fuese yo contigo.
¿dejarme hías mal caer?
Bartol.
No en buena fe, sino hacer
^ «Á la puerta el arenal» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
' En el original «visto».
* Este verso, que parece defectuoso, está lo mismo en las otras
dos ediciones.
' <Ay> en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
FARSA DBL SORDO
405
Moza.
Bartol.
Moza.
Bartol.
Moza.
las obras como de amigo.
^No lo veis?
Eso, loco, bien sabéis,
aunque os tienen por sabueso.
Dios os guarde vuestro seso,
eso poco que tenéis.
Á bufar 1.
Con ese tu loquear
dices todo cuanto quieres,
y doquier que ves mujeres
no te haces sino entrar.
lOh, bellaco!,
que tomas el pan del saco
y lo das sin más fatigas
á las que son tus amigas,
y con eso estás tan flaco.
iQué feroz
estáis, señorita, vosl
No seáis así, señora,
pues sabéis que cada hora
de lo bueno se sirve Dios K
Es verdad;
pero si con falsedad
has sido loco y te has hecho,
más eres por tu provecho
que no por tu simpledad.
* «A bufear» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
' Este verso se halla lo mismo en las ediciones de Alcalá y
Sevilla.
406
OBltÁS DB LOPS DB RUBDA
Bartol. Así, toquilla,
yo vos tengo una cosilla
cabe la mía guardada
para cuando estéis tomada
innocente acá en Sevilla.
Moza. Primero
plega aquel Dios verdadero
en quien tengo mis haberes
que te vea por entero
muy más loco de lo queres.
Bartol. ¡Plega aquel que nos crió
que os vea mi compañera!
Moza. Así se lo ruego yo;
¡qué carcomal
Bartol. ¡Mala rabia te comal ^
Moza. Bien dicen, no hay que dudar,
por loca puede pasar
la que con loco se toma.
Bartol. Anda y ande;
como á vos llevó la landre,
á otras tan fantastiguillas
las hemos visto asillas
desde el tiempo de Alexandre.
Moza. ¿No miráis?
Bartol. Decí : <por qué no me dais
siquiera un cornado entero?
Todo es para el especiero,
* ^ €0h, mala rabia os coma> en la edición de Alcalá.
« Ohf mala rabia te coma» en la de Sevilla.
FARSA DBL SORDO
407
traidora, cuanto ganáis.
¡Oh, traidoras!.
vosotras sois causadoras
que hable yo esta razón.
Moza.
Pues toma este bofetón.
Bartol.
¡Ay, cuitadol
Moza.
^De que lloras?
Bartol.
El ojo me habéis quebrado.
Moza.
iCómo lloras con codicial
Bartol.
Yo me iré
á quejar á la Justicia
que vos prenda.
Moza.
Ve, ahorcado.
Bartol.
Sí haré.
Moza.
Ora ¡susl, Bartolomé,
pues dices que soy bonita,
cántame una cancioncita,
luego contigQ me iré.
(A^uí se salen j^ entra un ermitaño.)
Ermitaño
. ¡Oh, mundo desventurado.
oh, desventurado mundo 1,
quel que á ti es más allegado
le metes en el profundo!
Embaidor,
Hialino, falso, traidor.
lleno de mil liviandades,
de traiciones, falsedades.
^ Este verso y los seis siguientes faltan en la edición del mar-
qués de Fuensanta del Valle.
4o8 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
eres tan gran vencedor.
Tus bravezas
despidieron mis riquezas,
mis tesoros y placeres;
y también los mis haberes,
mis galas y gentilezas,
mis arreos,
mis justas y mis torneos,
todo, Dios sea loado,
lo he perdido y cobrado
sin andar más por arreos;
Dios bendito
me haga santo y contrito
en aquesta religión
y me dé su bendición.
Ave María
gracia plena y Reina mía,
dominus tecum, Señora,
benedicta cada hora i,
fuiste y eres hoy en día,
gran infanta
in mulieribus y santa \
pan que todo el mundo presta s,
1 «bendita tú en cada hora» en la edición de Sevilla.
«bendita en cada hora» en la edición de Alcalá.
' «... in santa» en la edición de Alcalá.
«... es santa» en la de Sevilla.
• En el original «para». «/*«» que á todo el mando presta» en
la edición de Sevilla. Y lo mismo en la de Alcalá, pero añadida
la interjección oh al principio, con lo cual resulta el verso largo.
FARSA DEL SORDO 409
abogada madre nuestra,
que la Iglesia así lo canta;
flor de flores,
amparo de pecadores,
eres bendita princesa
santo ventris tui grandeza;
Jesús, Santa María
te llaman con alegría
los que te tienen gran ley.
Oh Virgen, mater Dei ^
Madre de Dios y mía 2
y abogada
de nuestra vida penada
eres. Reina, nuestro bien,
ora pro nobis preciada,
pecatoribus, amén.
{Aqui entra el Galán y dice) :
Galán. Dios os salve.
Ermitaño. ^Qués lo que, señor, mandáis?
Galán. Padre mío, me digáis
si habéis visto un mi criado
por aquí.
Ermitaño. En verdad que no le vi,
que por cierto si lo viera
al menos os lo dijera.
Galán. Antes traigo grande pena.
¡Oh, triste de mil, <qué haré?
* «Oh Virgen y Afater Deh en las ediciones de Alcalá y Se-
villa.
> «Oh madre...» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
410 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
¡Oh, cuitado!, ^dónde iré?
(Oh, rapaz, mal siglo hayas,
que contíno me desmayas!
¿Dónde estás?
Ermitaño. Jesú, hijo!, toma paz
y no estés tan congojoso;
vaya arriedro ^ Satanás.
Querría de vos saber
la pasión que vos aqueja.
Galán. Es tal que no me deja 2
sólo un punto con placer.
Ermitaño. ¿Y por qué?
Galán. Eso, padre, no diré,
que no me es dado decillo,
porque es tal el dolor mío
cual jamás nunca pensé.
Ermitaño. ¿Es quistión »,
braveza de corazón,
ó sentís en vos dolores,
ó vuestro mal es de amores?
Decídmelo en confesión,
que, en verdad,
aunque estoy en edad *
caminando por desiertos
hice muchos desconciertos
* «á redro» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
' Así también en las ediciones de Alcalá y SeviUa.
* «questión» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
* «aunque estoy en esta edad» en la edición de Sevilla; «aun-
que esto en esta edad» en la de Alcalá.
FARSA DEL SORDO 4 1 1
todos en la mocedad,
y agora
por causa de una señora, -
la cual le pido perdón,
tomé aquesta religión,
causadora la traidora
y enemiga.
Galán. ¡Ay, padre, qué gran fatiga
es amar donde se ofrece!
Ermitaño. Eso es lo que enloquece
y nos deja como á higa.
El amor
ya sabéis que es un dulzor
para aquel que se le allega
y después que se despega
deja al hombre con dolor;
porque vemos
los que de amores sabemos
que primero que alcanzamos
nos morímos y penamos;
á la ñn barco ^ sin remos.
Galán. Mi tormenta 2
no va con mal pensamiento,
que si yo peno por ella
es por casarme con ella
y cumplir el mandamiento
de aquel divino
^ «barca» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
* «tormento» en las ediciones de Alcalá y Seyilla.
413 OBRAS DB LOPB DB RUBDJt
sagrado Dios uno y trino,
clara fuente singular,
que esotro es un loquear ^
y locura y desatino.
(Cuan dichoso
me hallaría y venturoso
si con ella me casase
y por mujer la tomasel
Siendo yo su propio esposo,
¡qué más gloria,
ni qué bien ni qué victoria
pudo el hombre dar ni dio
aquel Dios que nos crió
que serville sin escoria! 2
Padre honrado,
sin haber comunicado
con vos me huelgo en verdad.
Ermitaño. Por la caridad
que no estéis á tan penado *.
Galán. Esta pena
Téngola, padre, por buena,
aunque estoy muy aflegido *
y téngolo por partido.
Ermitaño. ¡Qué tristura!
^ «porque es otro es loquear» en la edición de Sevilla.
* «que servirle con cordura» en las ediciones de Alcalá y Se-
villa; pero la lección del texto copiado es la buena,
' «que no estés á tan penado» en la edición de Alcalá; «que
no estéis tan penado» en la de Sevilla.
* «afligido» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
FARSA DEL SORDO 4I3
¡Oh, mundo, qué desventura!
¡Cuan ciego, hijo, que estáis!
Suplicóos que me digáis
todo el caso por mesura.
Galán. Soy contento.
Ermitaño. Decí sin detenimiento,
sin enojo y sin pesar,
que al fin habemos ^ de penar
en este mundo de viento;
que bien sé,
así Dios salud me dé,
que aunque paséis tormento
la carne no tien 2 sufrimiento
según sé » que probaré;
y por tanto,
asi Dios os haga santo,
me hagáis tanto placer *
que sepa sin detener
vuestra gran pena y quebranto.
GalIn. Padre mío,
vos sabréis sin más desvío
que yo amo á una señora
muy ingrata y traidora \
^ «heinos> en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
' «tiene» en la edición de Alcalá, y «ha» en la de Sevilla.
' «según úk^i^/ probaré» en la edición de Sevilla. En la de Al-
calá lo mismo que el texto.
^ «me hag^ ya tanto placer» en la edición de Alcalá.
' «muy ingrata y muy traidora» en la edicióa de Sevilla.
414 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA
Ermitaño. Este ^ es harto desvarío:
¿es hermosa?
Galán. Es una perla preciosa
y de linaje excelente,
es atal entre la gente
no viciosa mas graciosa.
Ermitaño. Eso es bueno
Galán. Pues por eso, padre, peno
y recibo gran pasión.
¡Oh, mi vida y corazón!
Ermitaño. ¡Oh, cómo cae gran sereno!
Galán. Dios quisiese
que mi paje ya viniese;
¡cuánto placer me haría!
Si viniese, yo sé que haría *.
¡Oh, Jesús, y quien lo viese!
(Entra el paje y dice):
¡Oh 8, señor!,
yo, tu paje, con dolor
desde ayer te ando buscando,
muy cuitado y aun penando
en no ver tu resplandor;
sí, á fe,
y aun también le pregunté
á Ginebro el maestre sala
por él, ansí Dios me vala,
y me respondió: no sé.
^ «Ese» en las otras dos ediciones.
* Lo mismo en las ediciones de Alcalá y SéVifift.
' «Ahí' en las otras dos ediciones.
FARSA DBL SORDO
415
Galán.
jOh, rapaz!,
cuando entiendo tener paz
entonces esto enojado;
<en dónde os habéis tardado?
Ermitaño
Señor mío, no haya más.
Galán.
Pasa aquí.
Ermitaño,
No más, por amor de mí.
Galán.
Ora jsusl, pase esto agora.
^Fuiste á ver á mi señora?
Paje.
Señor, sí.
Galán.
^Pues?
Paje.
No la vi.
Galán.
Así, enemigo.
Paje.
No, .señor; esto te digo ^:
que jamás la vide yo.
ni menos á mí me habló.
de lo cual yo soy testigo.
Galán.
¡Qué placer!
<Qué, no la pudiste ver?
Paje.
No en buena fe para esta cruz *.
Galán.
¿Ni anoche ni esta siesta? K
Paje.
Que no, no.
Galán.
¿Qué puede ser?
Ermitaño
Hijo honrado.
^ «No, señor, esto digo» en la edición de Alcalá. «No, sefk>r,
esto que digo» en la de Sevilla.
' Lo mismo en la. edición de Alcalá; en la de Sevilla sin el
«no».
* Este verso y lo que dice el Paje faltan en la edición de Se»
viUa.
4l6 OBRAS DB LOPB DB RU£DA
quedaos á Dios de buen grada,
que quiero ir á rezar ^.
Galán. Quiéraos, padre, guardar
aquel Señor poderoso.
Rey del cielo.
Dime, padre: ^qué consuelo
sería bien que tomase
porque de mí desechase
á tan grande pena y celo 2
como siento?
Paje. Mi señor,' ese tormento
que tienes en tus entrañas
lo despidas, que te engañas
no una vez, mas más de ciento 8,
y reposes,
y de tus placeres goces,
pues eres tan avisado,
porque el que es desvariado
no hace sino dar voces.
Tu tristura
vuélvela toda en holgura
y mira de donde vienes,
y ruégote que no penes,
que es vivir con amargura,
y otra cosa,
^ «que me quiero ir á rezar» en la edición de Alcalá; «que me
quiero ir á cenar» en la de Sevilla.
' «tan grande pena y recelo» en la edición de Sevilla. En la
de Alcalá como el texto.
- ' «no una vez, sino ciento» en las ediciones de Alcalá y Se"
villa.
FARSA DEL SORDO
417
Galán.
Paje.
Galán.
Paje.
Galán.
que esa 1 dama tan hermosa,
de gentil linaje y fama,
¿qué sabes si no te ama,
que es otro cantar con glosa?
No me digas
eso, porque me fatigas,
que si ella no me amara
nunca por ella penara.
¡Oh, traidoras enemigas!
Di, Cristalino :
¿será bien, pues que no vino
mi señora á me hablar,
irte tú y yo quedar?
Di : ¿cuál es mejor camino?
¿De qué modo?
Porque querría del todo
contalla el caso de vero
y decille como muero.
Mas que se ponga del lodo.
|Mal criado!;
no seáis desmesurado,
que os daré dos bofetones.
Tú no sientes mis pasiones,
mi congoja, mi cuidado,
ni el clamor,
ni la hiél, ni el dolor,
que mi ánima rescibe,
ni el tormento con que vive
* «esa» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. En el original «es».
T. II 27
4l8 OBRAS DE LOPE DB RUEDA
aqueste su servidor,
ni la vida
tan amarga y dolorida
que vivo de cada hora
en saber questa señora
á los suyos siempre olvida,
ni el cuidado
que me tiene avasallado
en mi desdichada suerte,
ni menos sientes la muerte
que por ella yo he pasado.
Pero, di,
oye por amor de mí,
siente, pues eres discreto,
mas has de tener secreto,
y esto, paje, sea así.
Ya has sabido
como ando entristecido
por amor de aquesta dama
por ser de tan alta fama
cual mujer nunca he servido.
Paje. Ya lo sé.
Galán. Oye, paje, por tu fe,
no alterquemos dilaciones,
porque el caso en dos renglones
todo te lo contaré;
y querría
que dijeses si sería
bueno que yo le hablase
ó del todo la olvidase.
FARSA DEL SORDO
419
Paje.
Eso SÍ, por vida mía..
Galán.
Olvidalla
me será muy grande falla;
mejor es á mi sentir
una carta le escribir
y que tú vayas á dalla.
Paje.
•Mas ¡qué gloria
le darás y qué victoria
si una carta le escribieses!
Prométote le hicieses
que perdiese la memoria.
Galán.
Escribamos.
Paje.
No es bueno lo que pensamos.
Galán.
Pues así quiero que sea.
Paje.
Y leyendo que la lea,
luego venga le pongamos.
Galán.
jOh, gran hiell
Vee si traes tinta y papel.
Paje.
Sí, señor, y escribanía.
Galán.
Escribe con cortesía
aquel ^ gran panal de miel.
Di : «Señora,
> aunque te muestres traidora
ȇ tu indino servidor 2,
» suplicóte con amor
»que no seas causadora
>de mi pena.
^ <á aquel... > en la edición de Sevilla.
' -Falta este verso en la edición del marqués de la Fuensanta.
420 OBRAS DB LOPB DB RUEDA
»Pues tu vista me condena
>á questé mal lastimado
>en prisión aprisionado ^
»con grillos y cadena *,
>lo que pido
>no me pongas en olvido
>y vuestra mercé me abone;
»y también que me perdone
>lo que la he deservido,
»y provea,
> señora, que yo la vea,
»no durmiendo noche y día
»con planto de Hieremía,
»y no hay quien me provea.
>Y así quedo
>muy amargo y nada ledo
> hasta ver la su presencia
^haciéndole reverencia
» rogándole venga luego.»
¡Sus!, no más;
esa carta cerrarás,
y en dándola á mi señora,
en aquese punto y hora
con la respuesta vernás.
^illa.
* En las ediciones de Alcalá y Sevilla se lee este verso asi:
«en persona aprisionado>
La lección del texto nos parece preferible.
' <con grillos y con cadena» en las ediciones de Alcalá y Se-
FARSA DEL SORDO
421
Y tú ido,
mira no seas sentido,
para mientes y abre el ojo,
que me harás grande enojo
si no vas apercibido.
Paje. Bien, señor.
(Aguí entra un viejo sordo.)
Sordo. cEn el arrabalejo
junto á la arianzuela ^
hablé á la mozuela.»
Galán. Ala 8, hermano,
que te valga el Soberano,
,jdó va á dar este camino?
Sordo. Habrá una hora del molino
cantando por esos llanos 8.
Galán. Oye acá :
^•este camino dó va?
Sordo. Todo, mi fe, esta molido
y anda el hombre desequido
Santa Clara *.
Galán. ;Qué pesar
es pararse ^ hombre á hablar
con villanos y patanesl
^ «arrianzuela» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
' «Hola» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
^ «cantando por ese llano» en la edición de Sevilla.
* Este verso, que sin duda está mal, se halla lo mismo en 1
ediciones de Alcalá y Sevilla.
" «ponerse» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
422
OBRAS DB LOPE DE RUEDA
Torpe gente son gañanes;
tórnale tú á preguntar.
Paje. ¡Ah, garzón!,
decírnoste sin pasión
que dó va á dar esta senda.
Sordo. No hay persona que 'os entienda.
Galán, ¡Oh, qué simple bobarrón!
Paje. ^-No oís?
Sordo. No K
Paje, Preguntamos si sentís,
si vistes acá una dama.
Sordo. <'Si dormí anoche en la cama?
Que no sé lo que decís.
Galán. ¡Qué albardadol
Sordo. ^Decísme si he madrugado?
Paje. ¡Oh, que no, pesar de Fez!
Sordo. Sí, señor; den de las tres
estoy casi levantado.
Galán. ¡Qué fatiga!
No hay quien aqueso diga,
y él sino darle que dar.
Sordo. <Qué tengo para almorzar?
Tengo pan, tasajo y miga.
Paje. Di, enemigo :
^está el demonio contigo,
, ó háceste adrede sordo?
Sordo. Pienso que tendré bien gordo
obra de un cahiz de trigo.
* Sobra este «no» para la rima.
FARSA DEL SORDO
423
Galán.
¡Qué despecho!
Sordo es de su provecho.
Di : ^Jtráestelo por oficio?
Sordo.
Labrador á su servicio
algo doliente del pecho.
Paje.
¡Derreniego
de tal villano matiego! 1
^Haces burla de nosotros?
Sordo.
Tengo una burra y dos potros
con un asno medio ciego.
Galán.
¡Voto á tal, ques cosa fuerte!
Sordo.
Desde el año de la muerte
cuido y pienso que ensordé.
Paje.
Siente en ti;
aquella ciudad de allí,
^cómo ha su nombradía?
Sordo.
Llámanme Pabro García
desde el año que nascí 2,
Galán.
Por demás
es tener con éste paz.
Habíale alto á la oreja.
Paje.
. ¡ Ah, hombre de la pelleja!
Que nos digas dónde vas.
Sordo.
^Adó vo?
Agora os entiendo yo;
al molino á moler trigo.
* «matriego» en la edición de Sevilla.
* «desde el día en que nací» en las ediciones de Alcalá y Se-
villa.
4^4
Paje.
Sordo.
Paje.
Galán.
Sordo.
Paje.
Sordo.
Galán.
Sordo.
OBRAS OB LOPB DB RUEDA
Galán.
(A^u¿ se
cundo)
¡Ofrézcote al enemigo!
Ese parte en quien os parió i,
ahorcadazo.
Do al diablo el bellacazo.
El traje cierto le ahonda.
Guarda no saque la honda,
no arroje un pelotazo K
íQué, qué, qué?
Guarda, que la sacaré.
Cristalino, dale, muera.
¡Oh, traidores!, fuera, fuera,
que con ambos me terne.
íEa, ladrones!
^Cuidáis que vuestras razones.
Por San Pedro, no entendía?
Aunque sordo me hacía
bien oía los baldones.
¡Sus!, tiremos;
aquí, paje, más no estemos;
vamonos con alegría
á ver á su señoría,
que ha mucho que no le vemos,
sale el galán y el paje y queda el viejo di-
Lo mismo está este verso en las ediciones de Alcalá y Se-
villa, sin más diferencia que decir «esa» por «ese» en la de Se-
villa.
* «no os arroje un pelotazo» en la edición de Alcalá; «y os
arroje», etc., en la de Sevilla.
FARSA DEL SORDO 425
Dios loado,
pues que soy aquí quedado,
quiero, mía fe, sin tardar
al momento oxear
los pájaros del sembrado.
Ora ¡sus!,
|Oxe!, en nombre de Jesús;
joxe!, dolas al diabro;
¡tus, tus, tus!
¡Oxe!, digo,
¡oxe!, que coméis el trigo;
las grullas están pesadas;
¡oxe!, allá de las sembradas
ó no 1 prega á San Rodrigo...
¡Qué contienda!
No hay zagal questo entienda.
¡Oh, qué tengo en mí de envidia
por Sjan de armalla con liria 2
y quizá que yo los venda!
¡Qué aviones,
qué de grullas á montones,
¡oh!, qué hay de abubillas,
cogujadas, pezpitillas,
urraquetas, gorriones!
¡Qué despecho!
No sé, mía fe, qué se ha hecho
* Quizá debiera leerse «so» ó «son», que pide mejor el sen^
tido.
2 «por San de armarle con lidia» en la edición de SeviUa;
«por San de armalle con liria» en la de Alcalá.
426 OBRAS DB LOt>B DE RUBDA
mi hijo ^ Polidito,
amigo mío, chiquito,
cuitado que está en escuela K
¡Qué rapaz!
Veinte y cinco años y más
ha que está puesto á leer,
ora prende bachiller K
¡Ofrézcolo á Satanás!
Gran cantante,
latino y estudiante *
que no hay comparación.
En cosa de tragazón
más traga que un elefante.
Enamorado,
gentil hombre enrubiado s,
querido de zagalejas;
pues si entra en las igrejas,
nunca está so destocado.
I Qué presencial
¡Qué meneo y continencia!
regalado y bellaquillo,
y su nombre es Polidillo,
^ «hijuelo» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
' «... en la escuela» las otras dos ediciones.
' «para aprender bachiller» en las ediciones de Alcalá y Se-
villa.
. * «gran latino y estudiante» en las ediciones de Alcalá y Se-
villa.
* «gentil hombre engarzonado» en las ediciones de Alcalá y
Sevilla.
FARSA DEL SORDO
427
Polidillo el de Valencia.
Ora andar,
quiérole, mi fe, llamar. —
¡Polidillo, Polidillol
ven acá, hijo chiquillo.
(Entra el óo6o.)
Bobo.
No quiero; queréisme dar.
Sordo.
No daré.
Bobo.
Decidme que no lo sé.
Sordo.
Entra, perro, acemilote.
Bobo.
^Daréisme con el garrote?
Sordo.
No, mi alma, no daré;
ven andando.
Bobo.
Antes quiero entrar cantando.
Sordo.
Así, hijo Polidico,
cántame un cantarcico.
Bobo.
No puedo, que esto tragando.
Sordo.
Canta y grita.
Bobo.
Taita, taita.
eacasa queda mi mamita i;
díjome que os viese,
y que también os dijese
como me dio la tetita :
en casa queda mi mamita.
Sordo.
<Allá queda?
Bobo.
Y no hay quien con ella pueda.
No ma hecho so reñir
* Sin el «m¡», que también lo tíenen las ediciones de Alcalá y
Sevilla, resultaría cabal el verso, sin padecer el sentído.
428
OBRAS DB LOPB DB RUBDA
y empezóme á sacudir
de bocados.
Sordo.
¿Dónde, hijo?
Bobo.
En los costados;
no me hizo so morder.
Sordo.
(No te podiste defender? ^
Bobo.
Que no, pregue ^ mis pecados,
Dios bendito.
Sordo.
Amigo mío, chiquito,
<y es verdad que ella te dio?
Bobo.
Sí, prega 3 quien os parió.
Sordo.
Acaba, hijo Polido,
¡su5!, atama *.
Bobo.
Porque le dije yo: «mama.
dame algo á merendar».
no me hizo so azotar
debajo de la su cama.
Sordo.
¿Y mordióte?
Bobo.
Sí, taita, cabe el cogote;
sí, aquí junto á los lomitos
y no hacía so dar gritos
y decía «deja el capote».
^{Vuelve el paje.)
Paje.
Hola, hermano.
Bobo.
¿Qué decís?
* Lo mismo en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
* «pesia» en la edición de Sevilla.
■ «pese á» en la edición de Sevilla.
* Así también en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
FARSA DEL SORDO
429
Paje.
^A mi amo el maestresala
habéis visto por aquí?
Sordo.
No, mal grado.
Apartad de lo sembrado
que nos echáis á perder •
cuanto habemos trabajado.
Paje.
Perdona, que no miraba.
Bobo.
Salí acá, pregue i á San Pico,
^no ves que está eso sembrado
y mi taita reñirá?
Sordo.
Calla tú.
Paje.
[Oh, válasme buen Jesú!
iQuién supiese dó está agora!
¡Oh, Virgen nuestra Señora!
Bobo.
¡Hucha, hucho! 2
Sordo.
¿Vas á caza?
Bobo.
No, padre, so esta hogaza
hago cuenta ques milano
y tráigomela en la mano
y el tragar nunca me embaza.
Sordo.
¡Acemilón!
Paje.
No busquéis aquí quistión.
Sordo.
Guardaos, que ha destruido ^,
Bobo.
Mentís, viejo carcomido.
Sordo.
¡Oh, hideputa, ladrón!
* «pesi á» en la edición de Sevilla.
* «Uchoo, uchoo» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
' «GuardaoSi que me ha destraído» en las ediciones de Alcalá
y Sevilla.
430
OBRAS 0S LOPE DE RUEDA
Taje.
Habé paz.
que no se le entiende más.
Bobo.
¡Do al diablo el %ieio lücol
Sordo.
¿Qué dijiste?
Bobo,
Padre al loco viejo
por allí detrás de vos.
Paje.
¡Qué burrada!
Sordo.
Voto hago á la cuchara,
yo le haré que presto muera.
Faje.
No riñáis de tal manera»
Sordo.
Guarda fuera,
no te asiente una puñada.
Paje,
Dejalde.
Sordo.
Guarda, que lo mataré.
Paje.
No os mostréis atan ieroz i.
Bobo.
lAy, ay, Madre de Dios!
Rogalde que no me dé-
Paje.
No le deis»
ni menos le maltratéis^
y si viniere mi amo
decidle que como un gamo
le fui á buscar; ^entendéis.^
Sordo.
He placer
de se lo hacer saber.
Paje.
Pues quedaos en buen hora.
Sordo.
Guíevos la Magdalena.
1 *No os mostréis tan feroz» en las ediciones de Alcalá y Se-
villa.
FARSA DEL SORDO
431
Bobo.
Que no, sino malauer *.
Sordo.
Pues que es ido,
cuéntame, hijo Polido,
que más te hizo tu madre.
Bobo.
Arrastróme mira, padre,
por el suelo muy tendido.
Sordo.
¡Oh, traidora!
Es mala hembra, traidora 2.
Déjame, hijo, ir allá,
que ella me lo pagará.
Bobo.
Aquí me dio la señora
cagadita
porque le pedí migita
también también me azotó.
Sordo.
^•Y por qué nunca te dio? ^
Bobo.
No por esta cruz bendita.
Sordo.
Es malina.
Bobo.
Es la cara de cecina.
Sordo.
Tiene el gesto de teja K
Bobo.
Es una gran puta vieja.
Sordo.
{Dios, al/uva me festina!;
¡guarda fuera!
^lograrte has desa manera?,
^á tu madre has tal fablado?
* En las ediciones de SeviUa y Alcalá «mal haber».
' «Es mala hembra la mora» en las ediciones de Alcalá y Se-
villa.
^ Lo mismo en las otras dos ediciones.
*.i «pelleja» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
432 OBRAS DE LOPB DB RUEDA
Bobo.
Querría más un cornado.
Sordo.
Corre presto, salte fuera.
Bobo.
Salí vos,
salí que os daré una coz.
Sordo.
ik tu padre, Polidico?
Bobo.
¡Do al diablo al puto viejo!
¡Pascua mala le dé Diosl
Sordo.
{Y eso, hijo?
Bobo;
Porque mi mama lo quiso
os digo tales querellas i.
Sordo.
Pues no me iréis con ellas.
Bobo.
Yo me iré, taita, al cortijo.
Sordo.
^Que os iréis?
Primero me pagaréis
vuestras malas palabradas.
Bobo.
No me deis de palmadas.
Sordo.
Esas, hijo, llevaréis.
Bobo.
|Ay, cuitado,
que mi taita me ha azotado!
Sordo.
Voto á tal si no calláis,-
si en casa no me pagáis
lo presente y lo pasado.
(A^u¿ entra un pastor cico hablando del Nascimiento,)
Pastorc.
¡Qué pracer y alegría,
que parió Santa María!
^ Este verso y el siguiente se leen en la edición de Sevilla asi:
cOs digo yo esta querella.
Sordo. Pues no me os iréis con ella.»
FARSA DEL SORDO
433
Sordo.
Bobo.
Pastorc.
Sordo.
Pastorc.
Sordo.
jAh, pastores!,
¡oh, qué nuevas!, ¡ah, garzones,
os traigo con alegría,
que ha parido ya María
al Señor de los señores!
^Qué ha parido?
Mi fe, bien seas venido.
Y ^dó parió esa doncella?
Cierto por el parto della
grande bien nos ha venido.
Di, Pascual :
^es venido bien ó mal?
Decláralo i, Dios bendito.
Es nascido el Infinito
para el mundo remediar.
¡Qué victoria,
qué placer para memoria!
Di do nasció sin tardar,
vámoslo luego adorar
al inmenso Rey de gloria.
En Bethlem
es nascido nuestro bien
en un portal derribado
y de gloria muy sobrado
entre una asna y un buey.
Sin tardar
lo vamos luego adorar
cantando con alegría.
^ «Declárelo» en las ediciones de Alcalá y Sevilla.
T. n 28
434 OBRAS DB LOPB DB RUBDA
VILLANCICO
Cantiquemos
y bailemos,
saltiquemos de alegría,
pues que ya parió María;
todos nos regocijemos
con el placer que tenemos.
LAUS DEO
Impreso con licencia de los señores del Consejo Real
en Vallcuiolidf en casa de Bemardino
de Santo Domingo.
VOCABULARIO
Á la revuelto, i36=En la
confusión.
«También echaré yo allá á la
revuelta mi zapateado y casta-
fietasi»
Á la segura, ii=Tranqu¡-
lamente.
«Bien podéis dormir á la se-
gura,*
•Á otro, 130= A otra cosa.
«Oyete, que no soy venida
á otro, sino para hacerte sa-
ber.»
Aballa, 379=Baja.
Era ya arcaica esta forma en
tiempo de Rueda. Juan del En-
cina y Lucas Fernández la usa-
ron mucho.
Abarrancado, 375 = Atas-
cado.
Abejeros, 250 = Ladrones
de ganado (voz de germ.).
Aborrir, 374= Aburrir, des-
esperar.
Ahuchaba, 80. — «Aun mu-
chos quieren decir que me abu'
chaba á mi padre Antón García
como si fuera su hijo.» El texto
parece estar defectuoso «i este
lugar; así resulta muy. obscura
la significación de la palabra
ahuchaba, que no hemos halla-
do en otra parte.
Aburrir, 384 = Aprontar,
entregar.
En algunos lugioes de Astu-
rias se usa aún apurrir en el
mismo sentido.
Aburro, 16 = Entrego
(verbo).
Acabalada, 61 = Cabal,
completa.
Acabalas, 77.— «Cada cosa
á su divina ordenanza acabalas,
conmueves, apriscas y redu-
ces.»
Acachorrasen, 54 = Mal-
tratasen ó motejasen.
«Mas no querría que esos
pastores me acachorrasen al-
gún día.»
Acarrearé, 88 = C o n d u-
ciré.
Acipreses, i8=Cipreses.
Aconhortoos, 94 = Alea"
taos.
436
VOCABULARIO
Acote, 25g=:SeliaIe.
«Agora acote de dó habernos
de saltar.>
AottUá, ao6=AUá.
El IHc, dice «á la parte
opuesta de donde uno está».
Esta definición parece incom-
pleta. Acullá es también más
lejos, aunque sea en la misma
dirección. En este lugar de
Rueda no se determina direc-
ción, pues dice: < Acullá, en su
casa.» Cervantes usa el acullá
en significación de más lejos,
sin determinar dirección.
Adiéstrame^ 333=Condú-
ceme, guíame.
Adiestraremos, 333 =
Conduciremos.
Siempre en este sentido.
Aflito, 326. — No parece co-
rresponder á afligido.
«Jamás se ha visto en amores
tan aflito pensamiento,
que á unos ilustres pastores
hiere amor de dos amores,
su&iendo un mismo tormento.»
' Más bien parece expresar :
contrarío, opuesto, contra-
puesto*
' Afrecho, 147 = Salvado ó
harina basta.
' Afufas, 388=Fuga.
Frase: «que toméis mal de
vuestro grado las afufase.
Huir* £1 Dic, pone sólo restar
uno sobre las afufas*»
Agrá, 362 = Agria, áspera
(aplicado á la palabra).
«¿Qué os paresce, hermano,
cuan agrá y áspera respuesta
nos ha dado?»
Aguaceros torbellinos,
53. — Hermosa frase para indi- •
car lluvias copiosas con ven-
tiscas fuertes.
Aguaderos , 391 = Agua-
dores.
Aguaduchos, 19. — «Poco
movimiento les acarrea los re-
cios torbellinos y caudalosos
aguaduchos de la desapTove^
chada ausencia.»
Aguijemos, 386= Camine-
mos.
Aguzadera, 356. — «¿Qué
hablas entre dientes, lengua de
aguzadera?* No conviene, á
nuestro ver, con las definido-'
nes del Diccionario,
La aguzadera era un lis-
toncito de madera de sauce,
álamo ó tejo sobre el que
se pasaba el filo de los cu-
chillos para afilarlo. Después
se usaron, como hoy, de pie-
dra.
¡Ahora te lloraré, agüe-
lo ' > 356. — Frase proverbial
para expresar que llega tarde
un aviso,
Ahotas, 399=: Á la verdad;
ciertamente.
Ya era forma anticuada en
VOCABULARIO
437
tiempo de Rueda. La osó Lu-
cas Fernández.
Ahotó, 17= Quebranté, do-
meñé.
«Ser yo el que en la brava
lid le ahoté,*
£1 Dic, sólo trae el adjetivo
ahotado: confiado, asegurado.
{Ahuera, que llevo acei-
te!, 391. — Este pasaje está vi-
ciado en el original. El señor
Rouanet lo escribió, como si
fuera verso, en esta forma:
MOYSÉN
Pues alto; camina presto;
ahuera, que llevo aceite.
Lo burlesco de la frase últi-
ma demuestra que no es Moi-
sén quien la dice, sino el Bobo.
Debe leerse, pues:
MoisÉN. Pues lalto!: camina
presto.
Bobo. ¡Ahuera, que llevo
aceitel
Estas palabras serían las que
algunos dirían, como sucede
hoy, al cruzar entre la muche-
dumbre para que les dejen
paso y caminar á sus anchas.
Hoy también dicen: «iFuera,
que mancho I», ú otra seme-
jante.
Aislado, 145 = Abstraído,
embobado.
AJorman, 111 = Disponen,
ordenan, emprenden.
«Muchas veces ajomtan los
hombres cosas que les vidria
más estar cuartanarios.»
AJormando, 358= Urdien-
do ó trazando.
«Que yo os hiciera estar ac¿
ajomiando mentiras.>
No es vocablo indigno do
pasar al Dic,
Ajorro, 377 = Arrastran-
do.
«Sacalle ajorro t como á bo-
rrico lerdo abarrancado.> La
buena escritura es, «á jorro*»
Alárabe, ii6=Moro.
Albilla, 38i=Una clase de
uva.
Conservamos el vocablo por
el género en que se emplea.
Alce con la casa y todo
á puro palo (Se), 394.— Pare-
ce expresión enteramente mo-
derna.
Aldabas, 247 = Orejas (voz
de germ.).
Alimaña, i8o=Animal en
general.
Alinda, 55=Pastorea.
£1 verbo alindar, en el sen-
tido de apacentar, se usa hoy
en algunas provincias del nor-
te de España.
Alterno, i6=Etemo.
Alturante, 25o=La gorra
(voz de germ.).
I Alza, Dios, tu ira!, 357. —
Exclamación para ponderar la
458
VOCABULARIO
cólera 6 irritación de ana per*
sona.
Amordasadosy ii6s=£ne-
misCadoSi ofendidos.
Amordazaroa, I04=lnju-
riaros, agraviaros.
Amotaoén, 2ao= Almota-
cén.
Amoxoane, 355 = Amos-
carse.
%.Amoxcarse ó ayisparse.>
Amneae, 390=£ntregue.
«Toma y camina presto. —
Amuese ése y dése prisa.»
Amueatre, 188 = Enseñe,
exhiba ó presente.
<Amuestre lo que es. — Es,
sefior, una carta que me rogó
que le trújese.»
An, i47=Aun.
cNi miré si tenían suelos...
ni an tejados.»
Antepuerta»,28o.— «Decían
que le habían tomado con una
antepuerta,^ De la frase no se
deduce si la significación será
la corriente, aunque es de su-
poner que sí.
Antuviador, 290.— «Amiga
de ese antuviador de Estepa.»
£1 sentido no se corresponde
con la significación del Dic-
cionario. Parece un insulto de
carácter general; como bribón
ú otro semejante.
Aftasga, 256= Engaña ó
enieik.
«Cata quel diabro te añasga,
muchacho; yo sé que perde-
rás.»
Aflaagado, 313 = Enga-
ñado.
Apaftar, 166 = Cubrir
(como si fuera con un paño).
«Yo me quiero ir á chañar
con una sábana lo mejor y más
artificiosamente que pueda.»
Apaño (Os), 388= Os cojo
ú os agairo.
Aporreaganaderoa » 395.
— Palabra graciosamente for-
mada para calificar á Moisén,
en el hecho en favor de las dos
jóvenes israelitas.
Apriscas, 77= Recoges, re-
duces (no el ganado, sino otras
cosas: en general).
Argadijo, 231 = Cosa con-
fusa y enredosa.
«¡Do al diabro el argadijoh
Arguenas, 163.— «No me
encontró Dios con unas arguC"
ñas de pan.» La explicación
exacta de estas arguenas no se
halla en el Dic.
Artejos, 53=Falanges de
las manos.
«Entre los niervosos/7r/<y<7j.»
Asas, 248= Orejas (voz de
germanía).
Asiento, 250= El casco
(voz de germ.).
Asigna, 1 15= Aproxima.
«Bravamente se nos asigna y
VOCABULARIO
439
acerca el tiempo donde mi her-
mano Abraso y yo en nuestras
libertades seremos restituidos.>
Asmado, 25. — c¿De dó vie-
nes tan osnKidoh Parece como
quebrantado, dolorido.
Asomado, 6i=£brío, em-
briagado.
Atetándola, 76=Amaman-
tándola.
Atordecido, 3i8=Desma-
yado.
cCabizbajo, atordecido,
barba y cabello erizado,
desairado y mal erguido.»
Ausadas, 384 =Á osadas.
Avezó, 399 = Acostumbró.
Aviamento, 87=£stado,
situación ó negocio.
«Nos holgamos mucho con
vuestro tan buen aviametUo,>
Aviones, 203— «¡Ofrecidos
seáis á cincuenta avionesh La
exclamación es extraña. ¿Sig-
nificará avión algo más que
vencejo?
Avisado, 327=3Discreto.
Aviso, 327= Cuidado.
«Salucio, ten buen aviso en
el hablar avisado,*
Bajacerreros, 261 = La-
drones que hurtan frutas por
el mercado (voz de germ.).
Baldeo, 250= La espada
(voz de germ.).
Baraúnda, 356=Ruido
grande, estrépito. Covarñibias
no trae este vocablo.
Becoquín, 283 = Papalina
ó gorro que cubre las orejas.
Becoquín de orejas, 292
= Lo mismo que el anterior.
Bermejuelo, 363= Apodo
ó sobrenombre de David.
Berrenda, 13.— «Tu^^-
rrenda chiva.»
Bien está la moza lozana
debajo la barba cana, 47. —
Refrán cuyo sentido parece
distinto del que le da el Dic-
cionario, pues aquí va contra
el matrimonio', en favor de que
la protección de los padres sea
duradera.
Bigarrado, 13.— «Tu biga-
rrado sayo dominguero.»
Aquí no se usa en tono des-
pectivo el verbo, sino al con-
trario; por consiguiente, no pa-
rece exacta la correspondencia
con abiga,rrcuIo.
Bimbillndrón, 195.— Pa-
labra de capricho para estribi-
llo en el canto.
Blasón , 247=Rótulo ó le-
trero.
Blasonar, 64= Manifestar.
Boba, 81. — «La madrugada
es boba, — ¿Tan temprano te
paresce?»
Borde, 81 =Hijo adulterino.
Bordonear, 57= Caminar.
440
VOCABULARIO
< Bordonear mendigando.»
Bordonera» 290 = ¿Vaga-
bunda?
«Me llamó bordonera, pi-
quera.»
Boscajes, 48 = Bosques ó
arboledas*
Bragada, 20= Cabra.
«La piadosa bragíida, su ma-
dre, con lástimas y clamores
por el perdido hijo hacía.»
Breñales, 77.— «Paciendo
por estas dehesas, breñales,
surcos, laderas y riscos.»
Breval, 2i9=Higuera que
da brevas.
Burjaca, 4i=Bolsa.
Según Covarrubias, esta cla-
se de bolsa ó morral era pro-
pia de los peregrinos.
Burlonazo, i8i=Burlador.
Burullada, 194= Gente.
Voz de germanía, según pa-
rece por este texto; pero no
figura en el Dic, de Hidalgo.
£1 de la Academia trae «garu-
llada» ein significación pare-
cida, y también «gurullada».
Covarrubias escribe «grulla-
da», de donde debe de venir
la palabra, porque las grullas
van y vienen en grupos amon-
tonados ó muy compactos.
La definición de Covarru-
bias es muy exacta y explícita :
«La junta de los que van ad-
unados y con armas, como los
que acompañan la ronda, y
otros que no huelgan de to-
parla.»
c
Cabañero, io=Duefio de
una casa en que hay ganados.
Algunos eran ricos, como los
dos que entran en los colo-
quios de Lope de Rueda. £1
Diccionario no trae esta acep-
ción.
Oabo de guaita, 125. —
«Señor, éntreme huyendo de
un cabo d^ guaita.^ (V. Guaita,)
Cadaldia, 220= Cada día.
£ra un arcaísmo ya en tiem-
po de Rueda, y sólo él pueblo
usaba dicha forma.'
Cadillosa, 20.— «Su áspera
y cadillosa piel (la de la cabra)
y dármela toda en estrenas.»
Calabazón en garabato,
280.— El Dic, sólo trae calabor
zón como aumentativo de ca-
labaza.
En las provincias del norte
se suelen distinguir el calaba-
zón de la calabaza.
Calcillas, 187= Calzas cor-
tas ó medias calzas.
Calcurros, 25o=Zapatos
(voz de germ.).
Cálete, 250= Puñal (voz de
germanía).
Caleteros , 230=Ladrones
que aprovechan las puertas
VOCABULARIO
44»
abiertas ó descuidadas (voz de
gemianía).
Cálida, 250=La saboyana
(vestido) (voz de germ.).
Calzado, 139= Calzas.
«¿Qué mudanza habéis hecho
en el calzado?.» — Señor, calzas
á la usanza son.»
Callibajo, 2i3=Calle
abajo.
Campana, 25o=La saya de
la mujer (voz de germ.).
Campañas, 355 = Campos
en general, aunque tengan as-
perezas y montes.
Cándido, i95=Pálido,
blanco (color del rostro).
«Yo vengo candido de ham-
bre.»
Cantará el cuquillo, 363.
-^Frase proverbial que indica
lo inseguro y eventual de los
sucesos humanos.
Canturro, 25o=El gallo
(voz de germ.).
Caperuza, 23i=Gorro ó
sombrero que traían los cria-
dos.
«Quítate la caperuza y ponte
este bonete.»
Capilladas, 185. — «Á echar
unas suelas y capilladas (á los
plantufos) porque estaban mal
tratadillos.»
Capuzarme, 166 = Escon-
derme ó cubrirme la cabeza.
«No tengo otro remedio
sino, en sintiendo algo, capu^
zarme la cabeza debajo de la
ropa.»
Carátula, i65=Careta re-
presentando rostro humano.
Carcomienta, 14= Inten-
ción ofensiva.
«No me paresce, Quiral, que
dejan de ir tus razones desata*
das y desarrevueltas de carco^
mienta y ponzoñosa malicia.»
Carillas , 384 = H e r m a-
nas.
«Lleguen al pozo nuestras
carillas con los ganados.»
Antes había dicho que los
conducían sus. hermanas al
abrevadero.
Pero, en general, carillo, di-
minutivo de c-aro, querido,
amado, era expresión de afecto
y cariño. Juan del Encina y
otros autores posteriores (y
acaso anteriores) lo usaron
mucho. En el Dic. no figura.
Carilleja, 39= Amada,
querida.
Carretón, (¡&—Roca ó carro
del Corpus en Valencia. Según
el Dic, tiambién en Toledo.
Casa fosca, 146 = Cárcel.
«En el cepo de la casa fosca
de Valencia.»
Catamos, 388 = Guardar-
nos, rendimos.
Otras veces significa el verbo
catar, mirar.
443
VOCABULARIO
Oeboll*, 250 = La galliiia
(voz de germ.)-
Oiplle y cápete, 277.—
(V. ChipiU, chápeU.)
Oiqulteile, 381 = Ladrón.
El Z>iV. escribe ciqmribaiU,
OlAvo (De), 282 = En falso.
(V. Corcovo,)
Oodoobas ó oohoohas, 81.
— «Con unas cohochas que yo
tuviese y rapada la barba.»
Así en la edición de Valencia;
en la de Sevilla se lee codochas,
pero de unas y de otras igno-
ramos el sentido.
Oohondidos» 23 = Ataca-
dos, invadidos.
«Nunca tus mastines veas
cohondidos de rabiosa é incura-
ble dolencia.»
Coma tras ello las ma-
nos (Se), 389. — Frase bien
usual aun hoy.
Compiesoy 151 = Comien-
zo, principio.
Parece palabra formada por
las dos com-i&azo y em-piezo,
Confeites, 397 = Confi-
tes.
Contecillos, 195= Cuente-
cillos.
CorcoTO, 282. — «No daba
vez vuelta ó corcovo con el
cuerpo que no le echase al
verdugo un azote de clavo,>
Oomocales , 252. — «De
casia de comocaUs traigo yo
los huevos, madre; pienso que
buenos serán-e.»
Oorralejoy 162.— «Junto al
vallado del corralejo,^
Oorreguela, 384. — Quizá
deba leerse corregüela. Parece
indicar al juego de la corre-
huela,
«Yo os doy fe que si vagar
tuviera, que había de aburrir á
la corregüela dos ochavos.»
Crego, 176 = Cura ó pá-
rroco.
El Dic, no admitió esta pa-
labra, no obstante ser tan usa-
da por toda clase de escritores
y viva aun hoy en muchos lu-
gares del norte de Espafía.
Crisnejas 9 16 = Crines ó
cabellos del sol.
¿Cuantía...?» 39i=¿Cttánto
va...?
Cuatreros, 250= Ladrones
de yeguas, caballos y otros
animales (voz de germ. en
tiempo de Rue'da; hoy es
común.)
Cucharais 15.— «Hermoso
y bien guarnecido cuckaral,
hecho de la piel de una gata
salvaje.»
Chaclada, 71 = Grupo, con-
junto, muchedumbre.
«Cata viene nosamo y mase
Alonso y Camila y una chacla-
da dellos: entrémonos dentro
en casa.»
VOCABULARIO
44?
La voz nos parece digna de
entrar en el Dic,
Chamelote sin aguas, 52.
— «Unos pantuflos de chame-
lote sin aguas»* ;
El Dic, trae camelote de
aguas: «El prensado y lustro-
so.> El otro será, pues, lo con-
trarío.
Ohilladora guitarra, 21.
—Sonorosa guitarra, 25.—
Los calificativos aplicados á
dicho instrumento prueban
que era muy distinto del actual.
¡Chipi te, chápete!, 237.—
Expresión con que se imita el
ruido de los garrotazos.
Chivatezno, 20=Chivo
joven.
Chivatil, i27=Cuadra ó
establo de los chivos.
El Dic. lo llama chivetero y
chivitil.
De dar 7 tomar, 97= Cosa
útil ó en buen estado.
De hoz y de coz, 81.—
Frase proverbial que indica la
posibilidad de hacer una cosa
con desahogo, con facilidad.
Se usa con el verbo entrar :
«Podría hombre entrar de hoz
y de coz en grado de nigromán-
tulo.»
Debres, 3i3=Débiles.
Defensa, 77= Ampara, pro-
tege (tercera persona de sin-
gular del presente de indica-
tivo del verbo defensar)»
Denunciar dése pastor,
55. — Antes había escrito:
«Vaya v. m. á la villa y. denun-
cie de un pastor.»
Desarrevueltas, i4=Des-
provistas, exentas, libres.
«No me paresce, Quiral, que
dejan de ir tus razones desata-
das y desarrevueltas de careo-
mienta y ponzoñosa malicia.»
Desbocada, i76=Tragona.
«Ya estaba el escudilla más
limpia y enjuta que la podía
dejar el gato de Mari Jiménez,
que creo que no hay cosa más
desbocada en toda esta tierra.»
Descabalgar, 281 = Apear-
me.
«Dos ó tres veces estuve para
descabalgar del asno.»
Descalfar ó escalfar, 279
= Robar, substraer una cosa.
«¿Hombre era yo que le
había descalfar su bolsa?»
Desembracemos , 379 =
Quitemos.
Deservicio, 368=Agravio,
ofensa.
Desfalcar, 358.— «Si josti-
cia me vale, que tengo desfal-
car una dormidura.»
(V. Escalfar^ que parece te-
ner el mismo sentido.) Descal-
far trae Covarrubias, con la
VOCABULARIO
significación actoaL Esfalcar,
qne es como parece quiso Rae-
da escribir; esta palabra falta
enel7P»V.
Detgaire, 343=:Barla.
Deagono^ls, 271= Desco-
yuntéis.
Deibambridaí, 317=
Hambrientas.
DeaipadOy 83=AIejado.
«¿No te bastaba haberme de-
sipado de los edificios antiguos
en que fui criado?»
Desllorarme, 115.— Pala-
bra de capricho.
<Desllorarme á mi y comen-
zar á llorar el asno.>
Despeado, 36 y ii6=¿Des-
herrado?
Después de mañana, 37
=Pasado m^ana.
Di de mano, 35= Abando-
né, desistí.
No hay la frase «dar de ma-
no»; en el Dic, sólo hallamos
«dar de manos» = caerse.
Sin embargo, ya la usó An-
tonio de Nebrija, y en el si-
glo XVII fué muy común.
Dia dragonis, 239=Medi-
cina.
«Tabletas de dia dragmis,*
£1 término dia era usual en la
farmacopea antigua, y signi-
ficaba ex 6 per. Lo otro se-
ría la dragontea 6 la sangre de
drago.
Dolía Bruta, 296.— Epíteto
despreciativo.
Duelo, 365.— -Quizá sea
errata, por «diablo», refirién-
dose al asno.
«Me falta lo mejor, que es el
albarda, y la destotro dueU es
tan corta que no me tapa los
ijares.»
E
Bebamos cargo, 389 =
Obligamos (con sus atencio-
nes); favorecemos por extremo.
Bmbaidor, 261 = Hechice-
ro, encantador.
«Creo que algún bellaco em-
baidor me la ha encantusado.»
Embebecidos, 68 = Abs-
traídos, absortos.
Embroque, 386 = (Verbo)
encaje, vierta, derrame. En ga-
llego, «emborcar».
Empozado, 386=Ahogado
en un pozo.
En ayuso, 161= Abajo.
«Podré ser hombre, de Dios
en ayuso,*
Enalbardaré, 178= Enga-
ñaré.
«Yo le enalbardaré como sue-
lo. Hacerle he encreyente que
vamos á cumplir ciertos vo-
tos.»
Encantarado , 376 = Con
un cántaro en la mano.
£1 Dic, trae sólo la significa-
VOCABULARIO
445
ción de «poner una cosa den-
tro de un cántaro».
Encantusado, 261 = En-
cantado.
EncoraznadOy 394=:Enco-
razonado, valiente, corajudo.
«Pardiez, si se enojase, según
es de encorazfutdo, que se alce
con la casa y todo á puro palo.»
En^tada» 181. ~ Debe de
ser errata, por engolada,
«Maldita la sangre que me
habías dejado er^tada^^ en la
gola ó garganta.
Enjaquimado, 112= Suje-
to con una jáquima.
Ensafte (Se), 267=80 arre-
pienta ó vuelva atrás.
«Mire que sea eso de presto
antes que la novia se ensaño
Entelerido, 31S— Entriste-
cido*
«Mas ¿quién es este cuitado
que asoma acá, entelerido,
cabizbajo, atdrdecido...
desairado y mal erguido?»
Entramos, 150 = Entram-
Entremés, 393.— Aquí sig-
nifica un descanso ó interme-
dio en la representación para
dar lugar á que salgan nuevos
actores.
Entruja, 400=Antoja.
«Según se me enirueja, que
ando cantando, diciendo en la
igrejaA
Escalfarme, 359 = Sacar.
«Vaya... despertando á es-
otros á tandas, que... primero
que á mi llegue, descálfarme
mis dos horas de un lado.» La
buena lectura sería «llegue, he
, de escalfarme» : he de sacar ó
disfrutar dos horas de sueño.
(V. Descalfartne, donde sig-
nifica quitar ó robar. V. tam-
bién Esfalcar.)
Escurriduras, 242= Resi-
duos.
Aunque no sea de cosa ma-
terial, como de sueño, risa,
etcétera.
Esfalcar* — (V. Des/al-*
car).
Espaciosa, 376=Calmosa,
perezosa.
«Sobre todas espaciosa,,., y
como se tarda en los manda-
dos no la osamos inviar por
cosa alguna.»
Espaciosas, 78= Largas.
^Espaciosas y prolijas no-
ches.» •
Espine, 25i=Desconííe.
«No me allego á persona que
no se espine ó altere de mí.»
Estada, 323.-80 usa en
oposición á venida ó llegada.
«Petronio, tu venida sea en
próspera llegada.— Saludo, en
tal sea tu esUida,>
Estantigua, 358 = Fan-
tasma*
446
VOCABULAiaO
«Toda esta noche ha andado
como estantigua^*
380. — Otro significado:
«Pensé que coalqae estantigua
me habíe tragado.»
Estantiguas, 112. — «Por
mi mala suerte algunas estan-
tiguas me han convertido en
asno.»
Estofa, 5i=Hechura ó dis-
posición.
«¿Había barba de mejor es-
tofa y autoridad en todo el la-
gar que la mía?»
Estrenas, 20= Albricias.
«Soy cierto que si algún sen-
tido ó discreción alcanzase, de
puro contentamiento de habér-
selo hallado, no sería maravilla
despojarse de su áspera y ca-
dillosa piel y dármela toda en
estrenas,*
Vantastlguillas , 406 =
Presumidas.
«Á otras tan fantasiiguillas
las hemos visto asillas,
desde el tiempo de Alexandre.»
Farza, 1S6. — Debe de ser
errata, ^ox farsa,
«¿Y hecimos aquella farza
de los Gigantillos?»
Festojón, 68.— «Poca nece-
sidad tenía yo dir á ver la fiesta
y- A festejan,*
Si no es alguna clase de fies-
ta especial, será un aumenta^
tivo del diminutivo «festejo»;
fenómeno gramatical curioso
y que prueba la infinita doci-
lidad de nuestro idioma.
Filomonoia, i65.— Nom-
bre de capricho.
(V. Hilofomia, pues es otro
nombre de la misma cosa, que
era una carátula.)
Fontanas, 16= Fuentes.
Rueda usa siempre dicha
forma.
Frutuosa, 76= Fructífera.
Gallejo, 39,=::¿Galk>?
«Mi mllejo es so la rama;
su caruleja Menga le llama;
mi giUlejo está soñando
que á su amor está abrazando.»
Gariteros, 250=Ladrones
que escalan ventanas (voz de
germanía). Hoy se da este nom-
bre á jugadores de baja estofa
ó dueños de garitos.
Gata salvaje, i5=Gata
cerval ó montes.
Gelosía, 174 = Celosía
(Ventana con).
Gomarra, 25o=La gallina
(voz de germ.).
Gratifiquéis, 394. --Con-
servamos este verbo porque se
hubiera creído de introducción
moderna. También lo usa Ti-
moneda en el PatraHuela^
VOCABULARIO
447
Groflidores, 250=Ladro-
nes de puercos (voz de gemia-
nía).
GruazOy 78=£1 macho de
la grulla.
Quizá deba pronunciarse
«gruaco».
Guaita, 125.— «Cabo de
guaita,>
«Guaita», según el Dic, era
«soldado que estaba en acecho
durante la noche», y de ahí
«aguaitar» = acechar. No pare-
ce en el sentido exacto de la
frase en Rueda.
«Señor, éntreme huyendo de
un cabo de guaita.-» Guaita
aquí semeja más bien ronda.
Güeste, 355 = Hueste (su-
perstición).
«Ansí lo lleve la güeste,-»
374: «Ahora ofrezco á la
mala güeste tan endiabrada
mochacha.»
En el Dic, falta también
Hueste ó Compaña ó Compañía,
grupo de fantasmas ó imágenes
de personas difuntas que, ves-
tidas de blanco y con luces en
las manos, se aparecen, según
la preocupación vulgar, en si-
tios próximos á los cemente-
ríos ó iglesias.
• Guilfes, 382=Piojos (pala-
bra de germ.).
•Guzquejos» 394 =^ Gozque-
jos.
H
Hallada, i9=Encuentro.
Bemenoia , 399 = Vehe-
mencia.
Hilofomia, 162. — Parece
palabra de capricho, para ex-
presar una cosa de aspecto
extraño.
Hinchiria, 290= Llenaría
ó henchiría.
Hondijo, 364 = La honda.
Horas, 285=Libro de rezo.
Hornazos (Pascua de), 179
=Pascua floríxla.
Los hornazos son tortas con
huevos, cocidas al horno, que
aun hoy suelen regalarse en
dicho día de Pascua.
«Norabuena vea yo aquesa
cara de Pascua de hornazos,*
En el Dic, no hay esta deno-
minación de la Pascua.
Hostalero, 66={Mesonero?
«El hostalero le dejó mucho
ganado que en el campo tenía.»
Covarrubias no trae esta pala-
bra ni sus afínes.
Hueste, 132.— «¡Válgala la
hueste, casa de tanto perdidol»
(V. Güeste:^
Impedios , 374 = Imputa-
ciones.
Palabra de capricho, para
significar culpas, delitos, car-
448
VOCABDUliaO
gos ú otra semejante. «Me esté
á mi echando impedios é po-
niendo dombres.»
InsaparablM graolas, 77
=:Continuas gracias.
Insistido, 55=Causado.
«Si mal recaudo hay hecho,
él lo ha insistido,*
Ínsulas, I24=lslas. No era
todavía común el nombre de
isla.
Ira mala (Á la), 387.~La
frase completa es: «Las pala-
bras, como las qiüsiéredes; más
las obras, doiüís yo á la ira
mala,* Indica cuan distintas
suelen ser las unas de las otras.
Jaén, 38i=Una casta ó cla-
se de uva.
Jaqueta, 251.— Especie de
sayo sin haldas ó faldas. £1
Diccionario dice que no pasa-
ba de las rodillas. Según el
texto parece que ni aun llega-
ba á ellas.
<Á un sayo quitóle las hal-
das, hágole jaqueta; á una ja-
queta póngole unas haldas,
hágole sayo.»
Covarrubias dice que era
«sayo corto, abierto por los
lados».
Jareta, 364=¿Pollina?
«Arre acá, stñom jareta, an-
sí malos cochinos os arranquen
de cuajo esos bofes.» Estas pa-
labras las dice el bobo que en-
tra en escena cabalgando so-
bre un asno.
Jergas, 37.— «Llevaba esto-
tro día una carga de jergas al
molino batán.» Según esto, la
jergoí no era tela (tejida), sino
una especie de fieltro.
Jolito, 252.— «Si yo no le
dejare Qnjolite (despojado, ro-
bado), que me ahorquen.»
(V. yolite en el tomo anterior.)
Justo, 250= Jubón (voz de
germania).
Ladrónico, 245. — Propio de
ladrones,
«Os tratan con tanta feroci-
dad y rigor, que no hay ladró'
nico juicio que no se turbe.»
Ladrontío, 248= Oficio de
ladrón.
«Me sustento con este oficio
de ladrontío con hartos traba-
jos y i
Lanzaron, 10 = Echaron á
sus puertas, depositaron,
«Le lanzaron á cabo de
tiempo una hermosa niña á la
puerta.» Esta significación pa-
rece original.
Lendrosllla, 291.— Dimi«
nutivo de lendrosa.
VOCABULARIO
449
I«ima, 25o=Camisa (voz de
^ermania).
Limetas de vino, 202 =
Botellas de vino.
Limitados, 260 =7 Cortos
{pasos limitados).
Lumbre, 166= Candileja ó
-farol.
M
Majagranzas, 254.~-Pala-
l^ra usada en desprecio de otro.
Rueda no da el sentido de ella.
£1 Dic, dice: «Hombre pesado
y necio.»
Mala gana, 176 = Dolen-
-cia.
El Dic, lo trae como provin-
"Cial de Aragón en sentido de
«congoja». Rueda dice: «Vues-
tra mujer está de malagana, y
es imposible que ella beba
nada desto.» Quizá signifique
algo más que congoja.
Manos á labor, 365= Ma-
nos á la obra.
Manos lavadas (Vengan
con sus), 387. — También esta
frase parece moderna.
Maraña, 286=£nredo.
Marañado, I56 = £nmara-
üado.
Marcadores, 251 = Ladro-
nes «que andan con ñor de
trocar un real de á cuatro» (voz
de germ.).
Marre, i46=Equivoque.
Masándose, 113= Amasán-
dose (el pan).
Covarrubias trae la forma
«masar.»
Masecoral , 41 ^Maeseco-
ral ó masicoral.
«Buijaca en que traen el
juego de masícaral,*
El Dic, no define el maseco-
ral más que diciendo ser un
juego de manos y agilidad «con
que los titiriteros y otras per-
sonas engañan y burlan la vista
de los espectadores con varios
géneros de entretenimientos».
Covarrubias dice que es el
juego de manos que dicen de
«pasa, pasa», que se le dio
aquel nombre porque los char-
latanes que traen estos juegos
se desnudan de capa y sayo y
quedan en unas jaquetas ó al-
millas coloradas que parecen
troncos de coral.
La Picara yusHna dice que
su tercer abuelo fué de los pri-
meros que trajeron el mctsico-
ral, que, por lo visto, era pro-
cedente de Italia y entró en
España á principios del si-
glo XVI. La burjaca ó bolsa del
masecoral stria. donde llevarían
los cubiletes, palitos, dados,
etcétera. Los que traían el ma-
secoral solían además hacer
tropelías, enseñar animales
amaestrados, etc.
29
4«;o
VOCABULARIO
Mase jaula» 6i.-~<Andá
con Dios, mase Alonso, ó mase
jaula: ¿qué queréis? — |Mase
jaulal Al fin sois mujer, y no
ha de dar el hombre crédito á
vuestras palabras.» Por lo que
se ve, la frase era ofensiva.
Bf álteles» I5=£l rabo ó
mango de las cucharas.
Meajioa, 256=Diminutivo
de meaja 6 migaja.
Menearé , 1 1. — ^Menearé
las paridas ovejuelas.> Parece
ser conduciré, apacentaré.
Meresientes, 152.— cAun-
que viva más que daqui al día
de los meresientes,^
Mimbrera y mimbrereta,
359. — Estribillos de un cantar-
cilio. Pudieran significar tierra
en que hay mimbres ó sauces
y el arbusto que los forma.
También se llama mimbreral.
Mirlas, 248=Orejas (voz
de germ.).
Moixquitos, 83=Mosqui-
tos.
Molletes, 273=Panecillos.
<Yo soy destas que venden
molletes, y estotro día pasó su
criado por mi tienda y párese-
los á mirar la boca abierta de
un palmo. Díjele yo: «¿Qué
me daríades vos que os har-
ta se dellos?> Respondióme:
«Jurí á San, que me casase
con vos.»
Covarinbias dice que es pan
regalado y blando.
Moneoillo, 67 =3 Mona-
guillo ó monacillo.
«Destos que van á coger el
diezmo ó premíelas de Ios-
pollos.» ■
Mordiscar, i4=:Murmu-
rar, zaherir.
«No sé que razón te mueve
á mordiscar en ausencia de
quien por ventura no recebiste
dafio.»
Mujer (La) hia de ser
como el ovillo, el hombre
como novillo, 262.— Refrán
que no consta en el Dic.
N
Nalgada, 383=Jamón.
Nasción, 63= Criatura ani-
mal.
«Aquella (la Fortuna) que
siempre triunfa de toda mortal
ftasción.y
Ifeguilla, 249 = Negación
(voz de germ.).
Niervosos, 53=Nerviosos.
Noramaza, 87=Noramala
ó enhoramala.
Notomias, i70=£sque-
letos.
O
Ocurrir, 13= Acudir.
«Á la fama de mis destrezas
VOCABULARIO
451
y habilidades suelen ocurrir
todos los zagales.»
O f ensarte, 91 =-- Ofenderte.
Oliveta de Mallorca,
103. — «No tuviese ella un po-
quito la color de oliveta de
Mallorca, que lo demás, ¿qué le
falta?»
Ordeñadero, 11.— «Las re-
cogeré á su acostumbrado or-
deñadero.*
El Dic. sólo trae la signifi-
cación de vaso en que cae la
leche cuando se ordeña. Es,
como se ve, también el lugar
en que se reúnen los ganados
para ordeñar las hembras pa-
ridas.
Oriellos, 340. — «Mal vos
dicen los oriellos, Catalina, y
decían ellos.»
Otear, i28=Mirar.
Otrie, 58= Otra persona.
Pajiza, i25=Pajar.
«¿Y qué haciades vos en mi
pajizái — Señor, éntreme hu-
yendo.»
Paloma, 25o=La sábana
(voz de germ.).
Panchas, i95=£stómagos
ó panzas.
«Podremos bien henchir
nuestras panchas, »
Papen duelos (Los otrcs
que los), 387. — Frase cuyo
sentido es corriente. También
fué. muy usada en el siglo xvii
por nuestros dramáticos y de-
más autores.
Papirotazos, 278 = Capi-
fotazos.
Paraos, 6o=Poneos ó co-
locaos.
Pardlós, 382. —Juramento
que no hallamos usado por
Rueda más que en esta oca-
sión.
Pasaderas, 82=Piedras
puestas en un río ó arroyo de
poco fondo para atravesarlo.
Pasadores, 339= Saetas.
- Pasagonzalos, 298=Papi-
rotazos.
El IHc, dice que es «peque-
ño golpe dado con presteza».
Definición que parece dema-
siado general.
Pasarrodrigos, 298. — ^Este
parece nombre de invención
para contraponer al de pasa-
gonzalo. «Si puede ser no sean
pasagonzalos , sean pasarrodri-
gos.*
Pascua de hornazos. —
(V. Hornazos.)
Pecilgo, 27i=PeUizco.
Covamibias sólo trae la voz
«pellizco» en «pellizcar».
Péndola, 29i=Pluma.
Aquí está en sentido figu-
rado, pues de lo que habla es
452
VOCABULARIO
M rema del galeote 6 forzado.
Perdóneme tus ausen-
oiee, 381. — Parece frase de
nuestros días.
Pergamino -virgen, 278.
— ^No le convierto el pellejo
txk pergctmino virgm,*
Pernadas, 68= Coces.
Pétete, 258=:Pese á.
€No apriete tanto, sefior, //-
séte á la puta que me pa-
rid.»
Pioa en tierra, 25o=La
gallina (voz de genn.).
Pichel flamenco, 271.—
«En esas narices á^ pichel fla-
menco,* El pichel era, como es
sabido, un jarro de estaño con
su tapa fija: el flamenco no sa-
bemos qué variedad tendría.
Covarrubias dice que los pi-
cheles venían de Inglaterra.
Piedra, 25o=La gallina
(voz de germ.).
Piltra, 250=^3 cama (voz
de germ.).
Piltraca, 290=Mujer des-
preciable.
El Dic, la hace sinónima de
piltrafa, y á ésta no le da sen-
tido figurado, que tiene en
ambas formas.
Piquera, 290. — «Me llamó
bordonera, piquera, y que su
servilla valía más que todo mi
linaje.»
Piquera era la que vendía re-
siduos de les res es muertas
para la venta: lo qae hoj se
llama casquera, en algunas pla-
zas. Esta voz todavía no se
halla en eí Dic,
Plan tufos de ohamelote
■in aguas, 185.— (V. Plantu-
fas en el tomo anterior, y Cha^
melote en el presente.)
Poltronaza, 291.— «{Tornan
y si sabe de metáforas la pal-
tronasah No parece aquí sig-
nificar ni floja, ni perezosa,
sino una firase ofensiva inde-
terminada.
Pollera, 95=Conjunto d
nidada de pollos. No está en
el IHc, esa acepción.
Pollos de Marta, 392.— El
refirán parece ser: «Como los
pollos de Marta, que no han
comido y danles agua.» Cer-
vantes y otros usan también el
de «Allá lo haya Marta con sus
pollos.» Y esta persona de
Marta sirvió para otros mu-
chos refranes y frases prover-
biales , como Muera Marta y
muera harta; Cácala, Marta,
etcétera.
Poniente, 250= Sombrero
(voz de germ.).
I Por vida de la cuerva!,
105. — Exclamación burlesca.
Porbidias, 68.--Parece
errata, por «porflas».
«lAy, maridol ¿Y cómo ve-
VOBABULARIO
453
Bis? íQué gesto es ése? — Tus
porhidMs son, majer.>
Porná, 386«Pondrá.
Porradas, 78 = Golpes de
la voz en los oídos.
Pozuelo de la Jara, 16. —
Parece referirse á determinado
lugar.
Pracentorio, 400= Fiesta,
alegría.
Pratel, i47=Plato.
Prendado, 25=Preso.
Primera de Alemana,
l77=Juego de naipes.
£1 Dic, define el juego de la
primera, sin nombre especial;
pero de la primera de Alemán
ña habla también Mateo Ale-
mán en su Guzmán de Alfa-
roche»
Prosupueatos, 59=Predi-
ehos ó antes expresados.
Queja, 342=Duele.
«Poco te queja mi pena.»
Falta esta acepción en el Dic,
Quensulo, 202= Que en-
gullo.
Quillotrado, 37o=:£na-
moxado.
QuinoliUa, 207=Juego de
quínolas.
Quintanarios, 1 11.— «Val-
dría más estar cuartanarios en
la cama 7 aun qumta$tariosj>
Bagea, 292 = Parece ser
errata, -^ox gragea,
Rancor, i4=3Rencor.
Mateo Alemán (Emman de
Alfarache) usa también rancor,
Covarrubias .trae ambas for-
mas.
Bascufio, 271 = Rasguño.
«Un rcucuño en esa panto-
rriUa.»
Rebrotan, 88 = Vuelven á
brotar.
Falta este verbo en el Dic, j
es lástima.
Becambien, 39= Substitu-
yan.
Recolmo, 77=Exceso.
Recomplida, 94= Cumpli-
da con exceso.
Recontento, 317= Alegría
excesiva.
Becuestada, 76=Pre ten-
dida, solicitada.
Bed, 250= La capa (voz de
germanía).
Bedondillos, 155.—
«Aquello que echan como
arrope encima de unos redon-
i&llos,*
Bepastando, 82= Apacen-
tando.
«Con Violeta va repastando
el ganado ovejuno.» 'EX Dic'
cionario dice sólo que es .«vol-
ver el ganado á pastas».
4S4
VOCABULARIO
Repulgo, i35 = *íHcrm!ma?
lEsa te tfpui^h
Repite la frase «Esa te re^
palgo» en la pág. 229, donde,
como en la anterior, parece ser
muestra de negación 6 incre-
dulidad
Bepunta, go== Parte, prin-
cipio 6 comienzo,
«Sí acaso», al^na repuntü
de cortesía ó de buen natural
en tu rústica persona, se asen-
tase.»
91: «Pensamiento alguno
enderezado á repunta de des-
honesto amor se asentase.»
Basabidas^ 379. — Aplicado
á dos muchachas ; parece vo-
cablo moderno.
*Á buen tiempo hemos lle-
gad o > pues aquellas resabidm
hijas de Getrón no han ve-
nido.»
Rescaño , 358 = Residuo,
resto,
«Agradeceldo á Dios, doña
urraca^ que me queda un res-
£añQ por dormir, que yo os hi-
ciera estar acá ajormando.»
Besqueb raj o, 2 1 7 .^ * D es-
de el resquebrajo del monte
acá.» Después, 326, dice res-
quebrajo del prado; por donde
se va que es no sólo hendedura
ó grieta, sino hondonada, pues
en e!la podían estar ganados
pastando.
Beato, 214 = Suerte en el
juego de envite.
Betartalilla», 1 1 1.— «Tan-
tas reíarktliiiast ni tantos re-
truécanos,» Palabras que se
consideran ociosas ó imperti-
nentes.
Betorcijadaí ió = Retortí'
jada.
RetToiiioa.ñdo , 384 = Sa--
plicando.
* Escuchémoslas á ver que,
ausadas, quellas vengan reir&-
nicandú de las trámeos que
suelen.»
Jíetr^nicar quizás haya sali-
do de retoricar^ verbo que tam-
poco trae el Dic, y trónicas de
retérkas. Una y otra forma se
hallan en Juan del Encina y
en Lucas Fernández,
En el pasaj e del texto se tra-
ta de que Séfora y su hermana
solían pedir vesi 6 preferencia,
á ios villanos, para sacar agua
del poüo, y por eso le hemos
dado la significación de súpli-
ca, aunque estuviese disfrazada
con palabras sofistica^, arru-
macos, etc.
Bevestida^ 179= Adornada.
Bezagüera^ 379 = Retrasa-
da, rezagada.
BodaaotLO, 250 = Broquel
(voz de germ,),
Bomar izado, 26S = Cons-
üpadú, romadizado.
VOCABULARIO
455
Rompido, 290=Roto.
Ronceras, 317 = ¿Remolo-
nas?
«Y al dar de los vellocinos
venid siempre no ronceras
xumiando por las laderas.»
Roncha, 355=Manía, tema.
«En SabiniUa ha dado esta
mañana la roncha.^
Rueco ó rueca, 66 = Las
rocas ó carros de las fiestas del
Corpus en Valencia.
Rumiando, 20= Royendo,
ramoneando.
€ Rumiando de las duras cor-
tezas destos alcornoques se ha
mantenido.»
Sacerdotables, 13= Sacer-
dotales.
Saltaritota , 276 = Baila-
dora.
«La mujer no la quiero gor-
ila, ni rota, ni saltaritota, ni
ventanera, ni callejera.»
Salteada, 26 = Atacada de
improviso.
Salvante, 381= Salvo.
Sampe, 265= Pegue ó zurre.
«¿Por qué me habráis en
titum? iPardiez que os la sam-
pA* Quizá deba leerse zampe.
Santiguadera, 84= Santi-
guadora.
Sayuelo, 224. — «Os pro-
meto hacer un sayuelo de las
primeras aceitunas que se ven-
dieren.»
Sendos, 213 = Correspon-
dientes, ó uno para cada cual.
Como se ve, lo mismo en el
siglo XVI que en el xvii, este
era el verdadero y único sen-
tido de la palabra, que hoy tan
impropiamente se emplea en
sentido de grande.
Sensuelva, 229.~Parecen
dos palabras: se ensuelva. <rSo-
bre ti sensuelva : ¿échasme pu-
llas?» El sentido no está claro;
quizá sea errata.
Senoretas, 387=Señoretas
ó señoritas: el sentido es iró-
nico.
Señoree, 78=Posea, ense-
ñoree.
Serenas, 28= Sereno de la
noche.
«Osaría yo jurar que aunque
te la dejases sola y á escuras,
y á esas serenas, nadie se atre-
viera á hurtalla.»
Sesgo, 38=Tranquilo, sose-
gado.
«Tras nublado el día sesgo y
sereno.»
Sémicalo, 25o=El manto
(voz de germ.). El Dic, trae
cernícalo.
Servilla, 290= Zapata ó
zapatilla de las mozas de ser-
vicio.
■
456 VOCABIIL4EXO ^
tSloaal, 374=Ciertameiile.
Como se ve, podía ser tam-
^^^^H KzcUniacidii &finiuaiTa,
^^^^1 SléAS, 194= (Guardas t al-
Sombríos, 20.^SubstBntí>
^^^^1 ptmtííesif
vo; por tugares sombríos, bos-
^^^^H «Agora es dempo de tender
ques sombríos» etc.
^^^^H nuestras redes, que la boru-
Somorgujo» 375.— Forma
^^^^^B Oada está en grandísimo so-
primitiva, de la que hoy tsá&
si^o y pausa, y la skas des-
frecuentemente se dice s&mor-
cuidadas.» Parece voa de ger-
mujo* £n las provincias del
manía^ pero no ñgura en el
Dkdúnarh de Hidalgo,
somm^io^ Covarrubias trae
8ÍCAt«ro3» 251 == Ladrones
«somorgujo*.
qne cortan bolsas (voi de gci^
T
manía). £1 DU, trae deotere.
ftlete «Imaa» 250=Jaco
Tabletas, 239 = Medicina i
(armadura) (voz de gerra,).
pastillas.
ais», 149— Significación
«En las noches le den tahk^
actual.
tas de dia dra^nh.^
<]Que tan bien te apañas i
Tablilla, 164.— La que usa-
la«j<í/> Parecía que debía ser
ban los santeros, amén de la
más moderno el uso picaresco
campanilla.
de esta palabra. Tajubién la
Tacaño, 281. — «Que miente
emplea mucho el Guimán de
como un grandísimo tacaño,*
^^^^^ Álfaracki*
Como se ve, aquí se determina
Sisones^ I57»— «Luqúillas
una de las condiciones 6 clases
Hl 1
es uno de los mayores sisonts
del iacanú, que era ser embus-
Hl
del mundo.»
tero. El Dic^ le da las cualida*
dobre Ilusa, 147» — ^«Los vi.„
des generales de astuto, pica-
(buñuelos) con aquella sobre-
ro, bellaco. La de miserable
hma encima.»
ruin ó avaro es mAs moderna.
El Dic. sólo trae: tGuisado
Tanda, 27o=Tumo.
caldoso de pescado frito que
«ÍNfiSA : Hora diga vuestra
se hace en Andalucía.»^
merced.— Rodrigo : ¿Qué? ^Es
Covarrubias le da dos sig-
ya mí tanda}>
nificaciones : una de capirotada
Tangas, 2l=T&ñas.
vulgar, y «cierta saisa que se
Tapados, 196 = Convenci-
echa sobre algunos guisados».
dos (en los juegos de adivinar).
_^^^bí
YOCASCLARIO
457
«^iénense por tapüdos vue-
sas mercedes?— Sí, por cierto.»
Tarea, 224= Golpes.
«Las aceitunas no están
plantadas, y ha llevado la mo-
chacha tarea sobre ellas.»
Terrero, i4=Terrado ó te-
rraza.
«Nunca asestó mi pensa-
miento al terrero y blanco que
tú has enclavado tu rencor.»
La forma terrero persistió
hasta mediados del siglo xvii y
algo más; pero en el siglo xviii
es menos común ó quizá des-
apareció.
jTirá afueral, 388 =: Ale-
jaos, huid.
Tirantes, 25o=CaIzas (voz
de germ.).
Tomamos (Las), 393. — Se
sobrentiende «las de Villa-
diego».
Tomó á merced, 292= Se
entr^aron, se rindieron.
«Los cinco maté y los dos
tomé á merced,'*
Tomillar, 327=Tierra que
lleva ó cría tomillo. .
Tomo , 361 = Bulto ó ta-
maño.
La significación salió de la
manera antigua de designar los
libros «de tomo y lomo»; es
dedr, de tamaño mayor y
gruesos.
Tortario, 90. — Quizá sea
errata. «Y e! tortario moro nos
dedara.»
Trábate, 333 = Cógete ó
agárrate.
Tragantonas, 3 17= Deco-
radoras,
Traspiés, i3=Zacandillas.
«Tú con dos traspiés ó za-
candillas mal sabidas y peor
estudiadas.»
Traspillada, 177 = Devp^
rada, consumida.
«En un santiamén fué asada
y cocida y traspillada entre
todos.»
Traspongamos, 180=
Alejémonos.
«lOh, grande alimaña, que
aun no me conosdól Aguija;
traspongamos» »
Traspuesta, 98=:=Adjetivo :
comida ó tragada.
«{Quiés que le diga á la se-
ñora Timbría que te haga otra
un poquillo mayor que lá/rew-
puestah Se refiere á una torta
que el bobo había comido.
Traspuesto, 30i=Devo-
rado ó tragado.
«Periquillo los ha iraspues-
to,'» Unos turrones de Alicante,
por los que el dueño pregun-
taba.
Traviesas, 35= Amoríos.
«Y porque supe que había
habido ciertas traviesas 6 in-
tervalos entre Bartolomé San-
458
VOCABULARIO
ches j ella, le di de mano.»
Treohaa, 245=Trazas,
«rgadas.
«Qneríámos de ti que nos
enseffases de algunas trechas
sotües de las que tú sabes.» Es
lástima que esta palabra no
figure en él Dic,
Tresqulladero, i4=rTras-
quiladero.
«Traer mi doméstico ganado
cabal y quieto ¿ su deseado
tresquiiadero,^
£1 Dic, no trae tresquUadero,
ni trasquiladero, ni esqtdladero,
sino en una de las acepciones
de esquileo dice: «Casa desti-
nada para esquilar el ganado
lanar»! lo cual nos parece una
equivocación ó trastrueque de
papeletas. La casa, cuadra ó
lugar en que se esquilan ó tras-
quilan los ganados sólo puede
llamarse esquiladero ó trasqui-
ladero,
Trlpicallo, 273. — «Sí, sí;
destas que aparejan tripicallo,*
El Dic, lo trae en plural.
Trónicas, 384 = Súpli-
cas, ruegos y arrumaco^ para
conseguir un fin. (V. Retroni-
cando,)
Tudesquillo, 251. — Ves-
tido á manera de ferreruelo
con mangas.
£1 Dic, trae tudesco: «capote
alemán.»
TurbiadOy i50=Turbado,
entoipecido.
Tararen, i73=Duraren.
Tura, i42=Dure.
Turrones de Alicante,
300. — Ya es antigua esta clase
de dulce.
CovaiTubias habla sólo del
turrón en general.
Vedijudo, i6=Peludo.
«Mi recUJudo jsombrero, que
es hecho de la piel de un en-
vejecido jabalí.»
Veduño, 381 = Viduño;
clase de la uva.
Covarrubias trae «veduño».
Veduño, 22=Casta ó cali-
dad de las aceitunas.
. Vejigas, 68=Vejigazos;
golpes en las vejigas.
Vendedera, 155 = Vende-
dora.
Verdugado, 139.— «Señor,
calzas á la usanza son. — Pensé
que era verdugacb,-^ El Dic. lo
aplica sólo á los ahuecadores
de las mujeres.
Xerifar, 16. — «Contaró
xerifarlBS joyas y preseas de
tu choza.»
Este verbo se escribiría hoy
VOCABULARIO
459
jerifar y significaría enumerar
ó inventariar. Creemos puede
pasar al Dic., porque es voz
clara, expresiva y única.
Ximia, 102= Mona.
¡T á mi, pajas!, 308.—
Frase con sentido igual á como
hoy la usa el pueblo.
Zaga (De), 380= Atrás.
Zaguera, i76=Última.
Zámpese, 375= Arrójese.
Zapateado, 136= Clase de
baile.
El Dic, sólo habla del zapa-
teado moderno, semejante al
Canario, que era baile del si-
glo XVII. Como se ve, hubo
otro anterior.
Zapuzado, 69 = Chapu-
zado.
Zarzo, 250=Sayo (voz de
germanía).
Zollozando, 76=Sollo-
zando.
Zoyzos, 364= ¿Suizos?
«Mas layl, ¿qué gente es ésta?
Zoyzos son, por el ánima de
mi madre,» Claro es que en
tiempo de David no había sui-
zos en Judea; pero nuestros
autores no se paraban en esto :
los había en España en tiempo
de Rueda y era bastante para
su objeto satírico.
El Dic. trae zoizo con signifi-
cación de suizo. Debe de ser
la misma.
ÍNDICE
Páginas.
Colloquio de Camila 9
— de Tymbria 75
Diálogo sobre la invención de las calzas 1 39
El Deleitoso i43
Registro de Representantes 225
Colloquio llamado Prendas de Amor 311
— en verso 317
Comedia llamada Discordia y Questión de amor. 319
Auto de Naval y de Abigail 354
— de los desposorios de Moisén 372
Farsa del sordo 399
Vocabulario 435
ERRATAS
rAciHA. LIHSA
t6i
17S
IS6
266
359
374
377
3S5
9
7
17
í7
hombre de Dios
las cudilJa
farza
llámala he
hombre f de Dios
jascudilta
Urtmarla he
20
16
16
f Ama, k salida venga / | Al 1, mala salida venga
1 por ellos y poi ü. ] por ellos y por ti !
jHolaf— íA quién digo? ^illolal íA quién digo?
á jorro
perderá
ajorro
poderá
Acabóse
de imprimir esta obra en Madrid,
en casa de los Sucesores de Hernando,.
á 8 de octubre
de 1908.