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Full text of "Obras..."

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^Jt^'A^ií 






BIBLIOTECA SELECTA 

DB 

AUTORES CLÁSICOS ESPAÑOLES 



OBRAS 



DE 



LOPE DE RUEDA 



EDICIÓN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 



TOMO II 



MADRID, 1908 
LIBRERÍA DE LOS SUC. DE HERNANDO 

IMPRBSORBS Y UBRBROS 
DB LA REAL ACADEMIA BSPAI(OLA 

Arenal, 11 






Madrid.-— Imp. de los Suc. de Hernando, Quintana, 31 y 33. 



Dos coUoquios pa 

. storiles de muy 
agraciada y apaáble prossa, compuestos 
por el excellente Poeta y gracioso re- 
presentante Lope de Rueda. Saca- 
dos a luz por loa Timoneda. 

Colloquio de Camila. CoUociviio de Tymbria. 



Impressos con licencia y priuilegio real por 

quatro años. En Valencia, en casa de 

loan Mey. Año. 1567. 

Véndense en casa de loan Timoneda. 



203838 



Ego loannes Blasius Nauarro sacrae Tkeologiaefrih 
fessor, vidi, legi, ei examinaui libeUum huno, cui ütulus 
estPastorüia Colloquia Lope de Ruedan lingua zndgari 
scripia, tn quibus nil est contrarium docirinae sanctae 
mairis ecdesiae Rotnanae, vel erroneum^ vel suspedam 
continens doctrina, 

Valentíae 26. Octobris . 156b. 

loAN. Blasius Nauarro. 



Nos Thomas Dassio Canonicus, Vicarius generalis, 
et officialis Valéñ. Visa suprascripta relaüone praefaH 
Magistri loan Blasij, concedimus licentia imprimendit 
et vendendi praesentem librtl, absq; alicuius poenae in^ 
cursu. 

Tho. Dassio. 



epístola de ioan timoneda 

AL LECTOR 

Prudente y amado lector: aquí te presenta mi codiciosa 
y mal limada pluma los intrícados y amarañados CoUo- 
quios Pastoriles repletos y abundantes de graciosos apo- 
dos de aquel excellente poeta y supremo representante 
Lope de Rueda, padre de las sutiles invendonesi piéla- 
go de las honestísimas gracias y lindos descuidos; único 
solo entre representantes, general en cualquier extraña 
figura, espejo y guía de dichos Sayagos y estilo cabañe- 
ro, luz y escuela de la lengua española, para que veas 
su tan sublimada habilidad y mi torpe atrevimiento; 
aunque la afectación de servirte me disculpa. 

Et vale. 



80NBT0 DE AMADOR DE LOATSA 

EN LOOR DE LOS COLLOQUIOS PASTORILES 
DE LOPE DE RUEDA 



Fué Hércules en fuerza y valentía, 
Héctor, el capitán más afamado, 
Homero, en escrebir acreditado, 
Aristótil, en gran filosofía. 

Ovidio, elegante en poesía. 
Apeles, en pintura sublimado, 
y Qcero elocuente en summo grado, 
Orfeo en la vihuela y su armonía. 

De Césares fué Julio entre gentiles, 
Apolo, el tañedor de más primores, 
y de Túbal las teclas más preciadas. 

De Fargas y Colloquios Pastoriles 
es Lope sembrador de los mejores, 
en casa Timoneda cultivadas. 



COLLOQUIO 

DE CAMILA 

MUY APACIBLE Y GRACIOSO, COMPUESTO POR 
LOPE DE RUEDA. INTRODÚCENSE EN ÉL LAS 
PERSONAS SIGUIENTES: 



SocRATO, viejo, 
Camila, pastora, 
BvRGkTO, pastor, 
QvuLALy pastor. 
AletOí pastor, 
Pablos Lorenzo, simple. 



GiNESA DB BoLAMOs, ptufer 

del simple, 
Masb Alonso, barbero. 
La Fortuna. 
Frexenal, pastor, 
Andúxar, pastor. 



INTROITO Y ARGUMENTO 

QUE HACE EL AUTOR 



lUustres y agradescidos señores: Socrato, viejo ca- 
bañero, después de haber perdido "un hijo que Selva- 
gio se llamaba, le lanzaron á cabo de tiempo una her- 
mosa niña á la puerta de su majada, á la cual puso 
por nombre Camila, y por tenella en posesión de hija, 
siendo ya de edad proporcionada, de muchos y diver- 
sos pastores fué servida, y muy más aventajadamente 
de Quiral, polido y agraciado pastor. Y como á So- 
crato no le conviniese ninguno destos zagales, deter- 
minó de casalla secretamente con uno que se decía 
mase Alonso el barbero. No fué tan oculto este ca- 
samiento que se vino á descubrir que el barbero era 
padre de la dicha pastora y Quiral, Selvagio, el hijo 
perdido de Socrato. Y así veréis que al fin de nues- 
tro colloquio casan á Quiral con Camila á contento 
de todos. El cual plegué á Dios que nosotros lo de- 
mos á vuesas mercedes con nuestra representación. 
Amén. 



Comienza el coUoiiiiio Socrato y Camila. 



SOCRATO 

Algo vengo del cansancio fatigado» hija Gimila,- 
porque ya no son mis pies los que en los pasados 
tiempos ser solían. 

CAMILA 

Pues si os paresce, mi Socrato, mientras sestea el 
ganado, debémonos recostar entre aquestas deleito- 
sas praderas; porque si no me engaño, por aqui mu- 
chas y diversas veces siento sones de agradables ins- 
trumentos. 

• S9CRAT0 

Hija, pastores serán; que como por la cumbre des- 
tas nuestras habitables montañas suelen sus ganados 
apacentar, casi otra cosa, ansí de día como de noche 
no se siente, sino los ecos de sus músicas pastoriles. 

CAMILA 

Estad, puesy señor, descuidado, y si sueño os acu- 
diere, bien podéis dormir á la segura, porque yo en- 
tretanto menearé las paridas ovejuelas, y en siendo 
hora lícita y conveniente las recogeré á su acostum- 
brado ordeñadero. 



12 OBRAS DB LOPB DB BUBOA 



SOCRATO 

La bendición de Dios, hija Camila, hayas, y la de 
tus padres, si. vivos son, te alcancen, que yo bien 
siento que, pues tan cuidadosa guarda el ganado 
vela, muy mal podrán los míseros lobos medrar : yo 
me descuido con tan buen recado. 

CAMILA 

Así lo podéis hacer sin pensamiento ninguno. Co- 
bijaos esas piernas. 
{Entran Quiral y BurgatOt pastores.) 

BURGATO 

Muchos días ha, Quiral, que tú me habías de haber 
reconoscido ventaja, así en el arte de la lucha, como 
en saltar, correr y tirar barra, y en todo cualquier 
género de buen ejercicio; pero eres tan porfiado, re- 
belde y cabezudo, que, aunque de la verdad tienes 
verdadero conoscimiento, de tu propria voluntad co- 
noscer no quieres aquello que todo el mundo tiene 
por público y notorio. 

QUIRAL 

¡Yo conoscerte ventaja á ti, Burgatol Por pastor de 
más delicado juicio te tenía; pero agora acabo de co- 
noscer con tus tan simplísimas palabras, que, sin 
tenellas bien medidas ni pesadas, has arrojado, que 
no hay más verdadero amor, ni amistad más avasa- 
llada, que es aquella con que hombre ama sus cosas 



CAMILA 13 

proprias; pues que tú con dos traspiés 6 zancadillas 
mal sabidas y peor estudiadas, piensas de haber en ti 
tanta habilidad que tengas crédito que sean los otros 
faltos de aquello que á ti te paresce que abundas. 

BURGATO 

Que no haya más verdadero amor, ni amistad más 
avasallada que es aquella con que el hombre ama sus 
cosas proprias, como denantes dejiste,tú tienes razón; 
pero eso suele acontescer en los hombres que de 
nada se contentan y confían, como agora tú. Si no, 
dime, Quiral, ansina goces de aquel tu bigarrado sayo 
dominguero, que los días festivos vestido á la villa 
llevar sueles, y apsí de tu berrenda chiva alegres pas- 
tos veas, y ansí de tus extremeños pastos dichoso 
suceso el cielo te conceda, ^no sabes tú que á la fama 
de mis destrezas y habilidades suelen ocurrir todos 
los zagales destas nuestras comarcas? 

QUIRAL 

No de otra manera, Burgato, te has querido mos- 
trar conjurador que acostumbran usar aquellos que 
de sacerdotables ornamentos ataviados á las furiosas 
y amenazadoras nubes apremiar suelen. Y á lo que 
dices que á la fama de tus destrezas y habilidades 
ocurren ligeramente todos los zagales destas nues- 
tras comarcas, yo te lo concedo; piero esos deben de 
ser tan faltos de buenos ejercicios cuanto tú sobrado 
de vanas alabanzas. ^Y no sabes tú, Burgato, que en 
la tierra de los ciegos, al que un ojo tiene alzan por 



OBRAS DB LOPB DB RUBDA 



rey?; pues ^de qué estás tan oi^Uoso y escandalizado 
por ser tenido en mucho de aquello que de los otros 
suele ser tenido en poco? 

BÜRGATO 

No me paresce, Quiral, que dejan de ir tus razones 
desatadas y desarrevueltas de carcomienta y ponzo- 
ñosa Imalicia, porque yo no sé qué razón te mueve á 
mordiscar en ausencia de quien por ventura no res- 
cebiste daño en presencia ni en ausencia* 

QUIRAL 

Oído había decir de ti lo que por jamás pude creer, 
y agora dan crédito al doble tus simplecillas palabras 
que crea lo que no he oído ni visto; porque ansí los 
hados me concedan traer mi doméstico ganado cabal 
y quieto á su deseado tresquiladero, como nunca 
asestó mi pensamiento al terrero y blanco que tú has 
enclavado con tu rancor.'Pero pues nuestra contienda 
más en obras que en palabras consiste, mira qué pre- 
mio quieres que pongamos para que se lleve aquel 
que por vencedor de nuestra lucha quedare. 

BURGATO 

^Qué? Una buena joya, y sea tal, que cada uno de 
los dos procure por el vencimiento. 

QUIRAL 

Antes me paresce que se pongan dos : tú una, yo 
otra; porque si yo ganare, quede libre de la mía y 
pueda gozar de la de mi contrarío. 



CAMILA 15 



BURGATO 



Y ¿qué cosa tienes tú, veamos, que sin vergüenza 
de quien después lo alcanzare á saber, puedas apos-^ 
tar y agradablemente pueda ser acepta? 

QÜIRAL 

¿Qué, Burgato? Entra en mi pajiza cabañuela, que 
aunque de pobres ramas de lantisco y retama por de 
fuera cubierta te parezca,|no por eso deja (Je estar den- 
tro colmada y repleta de muy delicadas y políticas al- 
hajas; entre las cuales hallarás un hermoso y bien guar- 
nescido cucharal, hecho de la piel de una gata salvaje, 
la cual Tereo, cazador, mató, que en el arte de la 
caza el más aventajado era; al cual ocupan de dentro 
una entera docena de cucharas, artificiosamente la- 
bradas, hechas del meollo y corazón de un finísimo 
boix, en los másteles y cabezas de las cuales halla- 
rás talladas y esculpidas de mi propia mano todas las 
figuras de las más hermosas ninfas que por estas 
montañas son vecinas. Y más adelante hallarás dos 
barreñas hechas de la corteza de un valiente enveje- 
cido nogal, en las cuales el simple y doméstico gana- 
do, á la acostumbrada orden de la leche nos da, como 
de contino suele, sin otras cosas de más tomo, que, 
porque el tiempo no lo permite, dejo de contar. 

BURGATO 

1 Baste, Quiral, lo que has dicho, que no pensé, se- 



^ En la edición de Sevilla dice: «Babe, basto, Quiral», aunqne 
parece qniso decir «Baste, baste, Quiral». 



l6 OBRAS DB LOPB DB RUEDA 

gún el comienzo tomaste, sino lo que me ibas á con- 
tar fuese algún ajuar ó memorial ó inventarío. Dime : 
¿y hallaste más adherentes que proponer? Juro por las 
salutíferas yerbas que alrededor de estas frescas fon- 
tanas nascen, que antes pensé que hubiera el de las 
doradas crisnejas acabado de hacer su acostumbrado 
viaje que tú acabado de me contar ó xerifar ^ las 
joyas y preseas de tu choza. 

QUIRAL 

No paresce, Burgato, sino que con desdeñoso sem- 
blante menosprecias aquello que yo en tanta estima 
tengo. Pues por que abreviemos parte de nuestro ca- 
mino, ves aquí este mi cayado, que es hecho de una 
limpia y retorcijada cornicabra, en extremo y cabo 
del cual hallarás tallada la figura y estampa de aque- 
lla cruel pastora Camila, que la mayor parte de mis 
ansias acarrea, el cual de mi propría gana aburro, por 
que veas cuánto deseo tengo de verme ya fuera de 
aqueste alterno debate. 

BURGATO 

Agora sí me paresce que llevamos camino los dos, 
tú para perder tú tan sobrado orgullo, yo para poseer 
alguna buena joya de tu mano. Pues ves aquí aqueste 
mi vedijudo sombrero, que es hecho de la piel de un 
envejecido jabalí, el cual aunque al pozuelo de la 
jara por un denodado mastín de los míos fué muerto, 
á mí solo fué atribuida la victoria por ser yo aquel 

^ Así en ambos originales. 



CAMILA ty 

que en la brava lid le ahoté. Y aunque sé que en el 
apostar te tengo ventaja, no me doy nada, porque 
entiendo antes de mucho señorear ambos á dos des- 
pojos, 

QUIRAL 

Pues |susl; comencemos á quitar de encima esto 
que pesadumbre nos causa, y veremos quién que- 
dará vencedor. 

BÜRGATO 

Espera, espera, que si no me engaño, lo mejor y 
más principal nos falta para haber concltiida esta 
nuestra contienda. ^ 

QUIRAL 

(í cómo? ^Qué es esto? ^Andas ya por no luchar? 

BÜRGATO 

No, por el cielo de Dios bendito. ^No ves, bobo, 
que aunque hartos de luchar y luchar estuviésemos, 
que falta la tercera persona para que sea entre nos- 
otros dos por juez admitido? 

QUIRAL 

Tú tienes razón; pero era tanta la gana que me vía 
rodeado dé verme ya fuera desta competencia, que 
no pensé sino que solamente estos árboles y prade- 
ras bastaban á dar testimonio de las obras de cada 
uno de los dos. 

T. n 2 



l8 OBRAS DB LOra DB ftUBDA 



BURGATO 

Pues oye, que si no me engaño, por somo de 
aquellos acipreses veo venir un pastor tañendo y 
cantando; y si tal persona fuere que en juicio poda- 
mos depositar nuestras joyas, cada uno de nosotros 
pasará por lo que el juez juzgare. 

{Entra AletOt pastor^ cantando.) 

Mía fe, Gil, ya de tu medio 

no me curo, 
que el morir es el remedio 

más seguro. 
Cuando más pugnas diciendo 
que me aparte de querella, 
en mayor rabia me enciendo 
por ver donde podré vella; 
y por tanto ningún medio 

me procuro, 
que el morir es el remedio 

más seguro. 

BURGATO 

No ceses, no ceses de proseguir, hermano Aleto, 
tu comenzada armonía, que aunque de lejos escu- 
chándote habemos estado, no pequeño alivio en los 
cansados miembros y pastoriles corazones de tus má3 
que amigos has puesto. 

QUIRAL 

¡Oh, en dichosísimos agüeros sea tu Uegadal Pero 



CAMILA 19 

dinos, Aleto : ^qué goces, qué nuevos negocios son 
estos que por los no acostumbrados pasos acarrear 
te ha movido? 

ALETO 

Al alterado espíritu muy pequeña ocasión sé que 
le basta para moverlo en diversos lugares; pero con 
todo, carísimos compañeros y amigos, vuestra hallada 
sea en más que venturosísimas horas, 

BURGATO 

Después, hermano Aleto, que de nosotros te apar- 
taste y recogiste á otros nuevos apriscos y moradas 
tu ganado, no paresce sino que nunca más se te 
acordó de nuestra antigua amistad, 

ALETO 

Engañaste, Burgato; porque no me paresce á mí 
que sería amor perfecto aquel que la distancia de las 
moradas lo deshiciese ó apartase, 

BURGATO 

^Eh? Que burlóme contigo; que yo bien siento que 
los sanos y limpios corazones, como agora el tuyo, 
muy poco movimiento les acarrea los recios torbelli- 
nos y caudalosos aguaduchos de la desaprovechada 
ausencia. Pero, dejando esto aparte, dinos de gracia, 
si por pesadumbre no lo tienes : ¿qué res es aquella 
que sobre tus cansados hombros acarrear te ha mo- 



30 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

vido? Porque si no me engaño, muy grande caudal 
de amor te hace hacer forzado lo que á otro mnguno 
de su propria voluntad haria, 

ALETO 

No te espantes, Burgato, que el pequeño chiva- 
tezno que sobre mis hombros vees que acarreo, tres 
días enteros ha que,'perdido del rebaño, rumiando de 
las duras cortezas destos alcornoques se ha mante- 
nido; y no cierto por el valor suyo, mas por las cui- 
tas y lástimas que la piadosa bragada, su madre, con 
lástimas y clamores, por el perdido hijo hacía, de pura 
compasión me ha movido venírselo á buscar; y soy 
cierto que si algún sentido ó discreción alcanzase, de 
puro contentamiento de habérselo hallado, no sería 
gran maravilla despojarse de su áspera y cadillosa 
piel y dármela toda en estrenas. 

BURGATO 

¡Oh, más que bienaventurado rebaño que so el 
dominio de tan ciridadoso zagal se sujetal Por cierto, 
hermano Aleto, que si á la tu lamentable cabra le 
han sobrado muchos quilates de ventura, no por eso 
á ti te han faltado otros mayores de diligencia y cui- 
dado, 

QUIRAL 

Siéntate, por amor de mí, Aleto, á do descanses 
algún rato en estos deleitosos sombríos de tus apre- 
surados pasos, y de aquello podrás alcanzar que en 



CAMILA 2t 



los pobres peludos zurrones hallarás; aunque faltos 
de viandas, á lo menos están Henos de aquella buena 
voluntad con que se te ofresce. 



ALETO 



Asentar, zagales, eso de muy buena y liberalísima 
gana lo haré por cierto; pero cuanto al comer (amo- 
rosísimos pastores), yo tengo por rescebida vuestra 
entrañable intención, y baste. 



BÜRGATO 



No ha de bastar, hermano mío Aleto, sin que pri- 
mero sepas que está entre nosotros desafiada una 
fuerte lucha, y queremos que seas tú el juez della, 
para que des la joya al que vieres que la ganare, 

ALETO 

Aunque por juez habéis escogido tan torpe inge- 
nio, por no seros molesto haré mi posibilidad. 

QUIRAL 

Pero antes desto, hermano Aleto, así nunca te falte 
lo que más tu corazón desea, antes aquello de nuevo 
aumento cumplido veas, me hagas tamaño placer que 
tomes esa tu chilladora guitarra y tangas y cantes 
algunos de aquellos versos que yo en los días pasa- 
dos por amores de Camila compuse; que, aunque de 
mala compostura ataviados te parezcan, á lo menos 
estarán conformes á lo que mi desconfiado corazón 
siente. 



OBRAS DB LOPB DB RUEDA 



ALETO 



No sé si los terne en memoria; pero como quiera, 
comienzo : 

Cuando en más placer me vi 
enramado de alegría 

y sin pasión, 
el mal vino tras de mí 
disparando artillería 

al corazón. 

CAMILA 

(Dichosa me puedo llamar, Quiral, si por mí esos 
versos fueron compuestos.) 

ALETO 

El árbol en el verano 
continuamente floresce 

con holgura; 
mas mi mal como villano, 
en invierno, estío cresce ^ 
■ con tristura. 

CAMILA 

(lAyl Que si aqueso es verdad, yo desdichada y 
subjeta doncella, ^qué vida podré soportar que muer- 
té cruel no sea?) 



^ Así en iambos textos. Parece decir «en invierno y estío 
cresce». 



CAMILA 33 



ALETO 



Dime, mal tan sin mesura : 
^or qué tan mal me has tratado^ 

¿Qué te hecho, 
que me tiene tu ñgura 
ya cen la muerte abrasado 
y deshecho? 

BURGATO 

Hermano Quiral, así nunca los hambrientos lobos 
ni las solícitas cautelas de la astuta raposa hagan pre* 
sa en tus blancos corderos, y así nunca tus mastines 
veas cohondidos de rabiosa é incurable dolencia, te 
ruego me digas en qué pensabas cuando aquestos 
versos componías. 

quíral 

¿En qué? Déjanos agora; no impidas con la pesa- 
dumbre de tus palabras aquello que dar no puedes. 

BURGATO 

¿Sabes por qué lo digo? Porque no sé si los toma- 
ría en cuenta Camila. 

CAMILA 

(Sí los tomé, y tengo en mucha reputación por 
cierto.) 

BURGATO 

Y según mi juicio debías entuences estar asido de 



OBRAS DB LOPB DB RUBDA 



algún mal francés que de otra enamorada pasión, se- 
gún los dolores dices que sentías. 

QÜIRAL 

£a, que no callará. 

BÜRGATO 

No á la he, porque no lo he de costumbre; y por- 
que me paresce que sería mejor dar vuelta sobre mis 
errantes vacas, hágase lo que hemos de hacer de 
presto. Tú, Aleto, mira bien y juzga aquello que de 
nuestra parte encomendado te está. 

QUIRAL 

Sea ansí. Toma tú, Aleto, mi entorcijado cayado, 
que por joya está depositado. 

BURGATO 

Y este mi sombrero por el consiguiente. 

ALETO 

jTate, tate, pastores! Que no conviene en ley de 
buena amistad semejantes apuestas; sino tú, Quiral» 
toma tu cayado, y tú, Burgato, tu sombrero, y vete 
á recoger tus vacas, y aprende más para otro día 
cuando en semejante lucha quisieres entrar. 

BURGATO 

Yo quiero tomar tu parescer. Adiós, zagales. 

QUIRAL 



Él te guie, Burgato. 



CABítLA 2j 



ALETO 



Y á tí, Quiral, yo te doy esta guirnalda, que es 
hecha de las más odoríferas flores que alrededor 
destas frescas fontanas hallarse pueden, la cual, sin 
que de la cabeza se te quite, la puedes traer hoy 
todo el día, en señal de la victoria que te he conce- 
dido. 

QUIRAL 

Yo te lo agradezco, hermano Aleto; pero agora, 
tocando tu zampona ó sonorosa guitarra, te suplico 
que nos vamos cantando alguno de aquellos cantar- 
cilios que sabes. 

ALETO 

Vamos. 

VILLANCICO 

— (De dónde vienes, Antón, 
tan mortal y desmayado? 

— Vengo de dejar prendado 
por la vista el corazón. 

— Di : ^qué ojos te miraron 
quel corazón te prendieron? 

— Los de una zagala fueron 
y los míos lo causaron. 

— Cuéntame ya tu pasión : 
^de dó vienes tan asmado? 

— Vengo de dejar prendado 
por la vista el corazón. 



OBRAS DB LOPB DB RUBOA 



QUIRAL 

Tente, tente; porque allí se me representa aquella 
cruel pastora, Camila, de quien esta mi angustiada 
vida depende. 

CAMILA 

Acercándose viene el enamorado Quiral y su Ate- 
to; despertar quiero á mi viejo Socrato, porque ha- 
llándome sola, no se descuide á decir alguna palabra 
que á mi honestidad menos que lícita sea. 

QUIRAL 

No hay, hermosa pastora, quien enojarte presuma, 
antes quien con todo género de honesto ejercicio tu 
más que contentamiento y voluntad desea. 

CAMILA_ 

Yo te lo agradezco, Quiral; y si como salteada y 
no bien proveída no acertare á rendirte las debidas 
gracias, á lo menos toma de mí en recambio mi casta 
y limpia voluntad de tu buen ofrescimiento, según 
que una afligida y subjeta pastora dar puede. 

QUIRAL 

Las gracias, gentil Camila, tú te las tienes y para 
tí me paresce que te las guardas sin querer comunir 
car una pequeñuela parte con quien tu grado desea; 
en señal de la cual rescibe el pequeño don de la guir- 
nalda, que más para tu dorada cabeza que para entre 
mis mal peinados cabellos pertenesce. 



CAMILA 37 

CAMILA 

Aunque para quien soy no es lícito yo tomar se- 
mejante guirnalda, por ser joya que más á delicadas 
hembras que á otro ningún género de varón convie- 
ne, holgaré de rescebirla. Y agora desvíate de presto, 
porque la distancia del tiempo no consiente más co- 
municación, que me paresce que mi viejo padre des- 
pierta. 

SOCRATO 

¿Con quién hablas, hija Camila, que no pudo tener 
el sabroso sueño tanta fuerza en mis adormidos ojos, 
que á tus palabras no despertase? 

CAMILA 

Conmigo, padre, lo había, que hay algunos destos 
nuestros borregos tan enojosos, que no hay quien á 
silbos ni á voces del vedado los saque. 

SOCRATO 

Arrójales tú, hija, el cayado con buen ánimo, y así 
harán de fuerza aquello que á tus voces niegan; y 
vamonos por agora allá dentro en nuestra cabana. 

{Salen Pablos Lorenzo, simple, y su mujer.) 

PABLOS 

¡Cómo, cómo! ¡Aun daría yo al diabro la sabandija, 
si por un negro pollo me hubiésedes vos de quitar la 
comidal Juro al siglo de mi bisagüelo que si tal huese 
verdad, á los pies de los señores provisores me hueseí 



28 OBRAS DB LOPS DB RUBDA 

por que viesen el poco respleute que vos hacéis 4¡e 
Pablos Lorenzo, vuestro marido, 

GINESA f 

Por el siglo del padre que me engendró, que aquí \ 

no me entréis en estos ocho días, por que cuando yo 
os dejare á guardar la casa abráis veinte ojos por 
ella. 

PABLOS 

^La casa, Ginesa de Bolaños, no se está ansí sana 
y entera como se estaba? Á lo menos podráste ala- 
bar que mientras yo he quedado en guarda della, 
nadie se ha atrevido á hurtalla, loores á Dios. 

GINESA 

Pues ¿qué habían de hurtar, decí, pan perdido? 

PABLOS 

¡Qué diablos me sé yo! ¿No dices que la casa? Que 
pensará el que te oyere que se la han llevado por 
esos vericuetos. Osaría yo jurar que aunque te la 
dejases sola y á escuras, y á esas serenas, nadie se 
atreviera á hurtalla, cuanti más quedando dentro un 
hombre de tan buen recaudo como yo. 

GINESA 

Pues ¡cómo! ¿La casa se habían de llevar y sacalla 
de sus cimientos? 



CAMILA ¿^ 

PABLOS 

¡Qué sé yol A ti te lo oigo y tú te \o dices y lo 
levantas, 

SOCRATO 

íQué voces son éstas? 

PABLOS 

Señor, ¡si supiese vuesa merced sobre qué sonl 
Son sobre un negro pollo que me llevó el sorromí- 
calo, ó gavilucho, ó diabro, ó como se llama, 

GINESA 

¿No más deso? Espera, espera. 

CAMILA 

¡Paso, paso, amal ¿Qué pendencia es ésta? 

PABLOS 

¡Oh, doyte al diabro, mujer! jY no te cortarías esas 
uñas, que por poco me ahogarasl 

CAMILA 

¿No sabríamos, ama, qués esto? 

GINESA 

lAy, señoral ¿Qué más mala ventura quiere vuesa 
merced, que de once pollos que me sacó la gallina, 
no me han quedado sino solos cinco? 

PABLOS 

¿Once? ¡Plegué á Dios que reventado muera yo> y 



30 OBRAS DB LOPB DB RDBDA 



vuesa merced, si parte quiere, si parió la gallina sino 
cinco pollos á la mañana y seis á la noche, y dice 
ella que son oncel Y ven acá : esos ¿hémelos comido 
yo por ventura? ¿No te he jurado ya que se los llevó 
el gavilucho, ó sorromícalo, ó millano, ó como se 
dice? 

GINESA 

¿Aun tenéis lengua para hablar, ánima de cántaro? 

PABLOS ' 

¡Dote al diabro, mujer! ¿No ternas un poco de mi- 
ramiento, siquiera por las barbas de su merced que 
está delante? 

GINESA 

¡Ehl, callad, ánima de campana, 

PABLOS 

¿Qués ánima de campana, mujer? 

GINESA 

¿Qué?, badajo como vos. 

PABLOS 

¿Badajo á vuestro marido? — Déme ese garrote 
vuesa merced. 

GINESA 

lAsíI ¿Garrote para mí? Al fin no seríades vos hijo 
d^ Guamizo el enxalmador, cura bestias. 



CAMILA 31 

PABLOS 

(V paréscete á ti mal porque sea hijo de bendi- 
ción? 

CAMILA 

|Ay, amargal ¿Y cómo hijo de bendición? 

PABLOS 

Sí, señora; ¿no le paresce á vuesa merced que 
cuando mi padre hace sus enxalmaduras y dice aquel 
verso del per omniam seculam seculorum, y el alíere 
demus de gente non sanctam, y graria in til, dolime, 
y no sé qué más, que no hay quien eche tantas ben- 
diciones como mi padre en todo el lugar? 

CAMILA 

Tenéis razón. 

PABLOS 

Pues de ahi me viene á mí ser hijo de bendición y 
legétimo y todo. 

SOCRATO 

{Legítimo y todo? Mucho es eso por cierto. 

PABLOS 

Sí, señor; ¿no vee vuesa merced que soy todo en- 
tero hijo de Guarnizo el enxalmador, que aunque la 
señora Ginesa dice que curaba bestias, levántaselo, 
que no era sino medio albéitar? Mas pregúntele vue- 
sa merced á ellai veamos cuya hija es» 



32 OBRAS DS LOPB DB RUBDA 



GINESA 



Costaráos á vos un ojo y del otro no viérades nada 
y fiíérades de tan buen generación como yo. 

PABLOS 

^Quién eran tus padres? Dilo, veamos. 

GINESA 

^Quién? Esteban de Bolaños, regidor en Pliego, y 
Lucía Hernández de Saldaña, honradísimos ambos si 
los había en todo el lugar. 

PABLOS 

¡Ah!, noramaza, señora mujer, levantéis tan falsos 
testimuños á vuestros padres; ^no se te acuerda que 
cuando te casoron ^ conmigo te me dioren por hija de 
Logroño, el aceitero? Y aun se me miembra que nó sé 
sobre qué medidas falsificadas que tu padre hizo le 
dioreh cien azotes y de conier aquel día. 

GINESA 

¡Cien azotesl Levantáronselos en verdad. 



^ Asi en el original, pero creemos que sea errata de la impre« 
sión y que debe leerse «caspren». La terminación oren en esta 
persona de plural, cuando hablan simples y rústicos, es firecuen- 
tísima en Lope de Rueda, como lo acreditan numerosos c}em« 
píos de sus obras, y sin ir más lejos los dos inmediatos sigmen- 
tes á esta palabra, que en el original se leen cdióien». 



CAMILA , 33 



PABLOS 



Levantáronselos ó asentáronselos, allá se los llevó 
á su casa. 

SOCRATO 

Amo, no habéis por tan poco de deslindar linajes. 

PABLOS 

Calle vuesa merced, que juro por el cielo de Dios 
bendito que si no le atajáramos que mos hiciera en- 
creyentes que era hija del conde Hernán González ó 
de Belerma, por mí mal fuiste engendrada. 

SOCRATO 

Ora, ama, entraos allá dentro. Y tú, Camila, ten 
aderezado algo que para el acostumbrado sustenta- 
miento convenible sea, que yo y Pablos Lorenzo da- 
remos la vuelta por acá fuera y recogeremos el des- 
parcido ganado. 

CAMILA 

Ya voy, señor. Entremos, ama. 
(Entra mase ^ Alonso el barbero.) 

BARBERO 

Acreciente Dios y guarde por muChos años y bue- 
nos la honrada persona de mi señor Socrato. 



^ Así se lee constantemente esta palabra en las ediciones 
de 1567 y 1576. 

T. II 3 



-;* > - VW-'",^^ 



34 OBRAS DB LOPB DB &UBDA 



SOCRATO 

jOh, mi señor mase Alonso! Sea vuesa merced bien 
venido; y ^adonde por acá á tal hora? 

PABLOS 

Á osadas que por algún qaso debe ir su mercé, pues 
se viene vestido y todo. 

BARBERO 

jOh, qué gentil necedadl Pues ^había de venir des- 
nudo? 

SOCRATO 

Señor mase Alonso, déjele vuesa merced; ¿ya no le 
conosce? 

BARBERO 

Sí, señor, que ya le tengo conoscido. Pero sabrá 
vuesa merced que yo vengo de aquí de un batán y 
quise dar vuelta por hablar con él y dar asiento en 
aquello que habemos hablado estos días pasados. 

PABLOS 

Tal sea mi salud como mi señor el barbero habla, 
que no es de menester sino que se congeute luego. 

SOCRATO 

¿Qué se ha de congeutar? 

PABLOS 

De hacelle la barba al asno y cortalle aquellas 
crines. 



CAMILA 35 



SOCRATO 



¡Quítate allá! Señor mase Alonso, aquí no hay más 
asiento ni más concierto que yo con vos los día,s pa- 
sados comuniqué, sino despojaos dése luto, 

PABLOS 

Sí, señor; porque podría ser asombrarse el asno. 

SOCRATO 

Y vení cuando, señor, mandárades y celebraremos 
el casamiento. 

PABLOS 

^De quién, del asno? 

SOCRATO 

Quítate por amor de Dios; déjanos hablar. 

BARBERO 

Señor Socrato, esto no lo digo por jactancia, sino 
porque sé que vuesa merced lo ha de alcanzar á sa- 
ber, me atrevo á decillo, que juro á ésta que es cruz, 
que me daba Andújar, el mesonero, con su hija en 
casamiento, más- de once mil maravedís, y porque 
supe que había habido ciertas traviesas ó intervalos 
entre Bartolomé Sánchez y ella, le di de mano. 

PABLOS 

Esas mismas travesuras se sonaron de mi mujer 
cuando me casaron con ella. 



OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



BARBERO ■ 

Yo lo creo; pero en fin, no será menester más, sino 
que yo vendré, como vos decís, con dos amigos míos. 

PABLOS 

Señor> porque me paresce que viene sobre el pre- 
puésito, será bien que se haga al asnillo una herra- 
dura en la mano izquierda, que como trujo media 
hanega de harina á cuestas, vino el pobre asno á pie 
despeado. 

SOCRATO 

Sea ansí como vuesa merced dijo, que yo tampoco 
estoy en tiempo de hacer muy grande alborote, 

PABLOS 

iQ\ié diablos de alborote ha de her? Es el asno más 
manso que el señor mase barbero, que, juro á diez, 
á cuestas le tenga mientras le erraren. 

SOCRATO 

Señor mase Alonso, entrémonos en la posada y co- 
merá un bocado. 

BARBERO 

Señor, perdóneme vuesa merced. 

PABLOS 

Perdonado está, señor; no cumple más. 

BARBERO 

Que voy de priesa. 



CAMILA 37 



SOCRATO 



^Y qué priesa puede vuesa merced llevar, que no 
entre á comer un bocado siquiera? 

PABLOS 

Si no quiere, <*hale de forzar que coma? 

BARBERO 

Señor, sabrá que voy á sangrar el mayordomo de 
los perailes, y de ahí tengo de dar la vuelta á la villa, 
porque tengo de hacer la barba á Frexenal, el jabo- 
nero, porque después de mañana ha de ser padrino 
de una velación. 

SOCRATO 

^Y de qué está malo el señor mayordomo? 

BARBERO 

Señor Socrato, sabrá que un asnillo que llevaba 
estotro día una carga de jergas al molino batán, yen- 
do él caballero encima, cayó y cogióle el pie debajo, 
y deso^está malo. Y con esto me despido de vuesa 
merced, y lo dicho, dicho. 

SOCRATO 

Sea ansí, señor; Dios os guíe. 

(Éntranse Socrato j^ Pablos Lorenzo y sale Camila,) 

CAMILA 

¡Señor, ah, señor! Ni responde ni paresce. 



38 OBRAS DB LOPE DE RUEDA 



GINESA 

Hija Camila, por esotra senda se debe haber en- 
trado en casa. 

CAMILA 

¡Ay!, entre por do quisiere, que negocios de más 
tomo ocupan mi infelice vida. 

GINESA 

¡Ay, hija Camila! Cesen ya, si mandas, tantas lásti- 
mas, lamentaciones y sollozos como cada día te veo 
hacer; que bastarte debrían cuantas veces te lo he 
rogado y tú á mí prometido. <No' sabes, hija Camila, 
que tras un tiempo viene otro, y tras nublado el día 
sesgo y serenó, y lo próspero tras lo adverso? ^De 
qué te congojas? 

CAMILA 

. Ya veo, madre, que me aconsejas la verdad, como 
cosa que tanto te toca, que desde mi puericia y tier- 
nos años, debajo de vuestra piadosa mano soy criada; 
mas jay, desgraciada de mí!, que después que este 
acelerado casamiento se me movió, he estado mil ve- 
ces por hacer sacrificio de la mísera vida entre aques- 
tos ásperos robles y altas hayas, sino sólo el temor 
de perder la cuitada desta mi ánima, que nada me- 
resce, me lo ha estorbado. 

GINESA 

iJesús, Jesús, hija Camila! <Y tal te dejas decir? 
jDios nos libre y guarde lo que bien queremos! 



CAMILA ^9 

Pues mira que te aviso que mires por ti, que en eso 
se aventajan los hombres de los hombres, en hacer 
más, y valer más, y sufrir más; y pues lo que te digo 
es lo que te conviene, confía en Dios que presto se- 
rás alegre, con retorno de otra nueva mudanza. 

CAMILA 

Determinado tengo, madre, de echar el pecho al 
agua y mostrar á la fortuna la cara alegre y serena, 
hasta que estos tiempos airados vengan y recambien 
otros de más suerte. 

GINESA 

Agora sí me has contentado, hija; sino porque me 
paresce que aquellos ganaderos hacen señal de venir 
hacia acá, éntrate allá dentro y despídete de toda 
tristeza. 

CAMILA 

Así lo haré; y si aquese Q^iral algo de mí te de- 
mandare, di que no me has visto. 

GINESA 

Ve con Dios, que sí diré. ¡Ay, cuitadilla!; lástima 
le tengo por el siglo de aquella madre que me parió. 
• (Entran Quiral y Aleto cantando») 

Mi gallejo está so la rama; 
su carilleja Menga le llama; 
mi gallejo está soñando 
' que á su amor está abrazando : 



40 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



ello huye, está gritando; 
¿por qué? Porque le desama. 
Mi gallejo está so la rama; 
su carilleja Menga le llama. 

GINESA 

No dejéis, hijos, de tañer y cantar, que no sola- 
mente á los afligidos ánimos y tristes corazones, pero 
á los aires ponéis consuelo con vuestras suaves can- 
ciones. 

QUIRAL 

¿Es la señora de Bolaños? 

GINESA 

Es la que desea siempre vuestro contentamiento y 
toda salud y holganza. 

QUIRAL 

Yo te lo agradezco, señora; si para tan buen ofres- 
cimiento lio hubiere respuesta que cuadre, dejo el 
recambio para cuando hubiere oportunidad que de 
mis obras te quieras servir. 

GINESA 

¡Ayl, así sea mi salud como me paresce esa buena 
plática y esa buena gracia muy rebién, y no en balde 
me sé yo lo que me sé. 

ALETO 

¿Qué sabes, señora? ¿Hay algo de nuevo? 



CAMILA 4t 

GINESA 

Hay tantas de novedades, que no sé por do tienen 
principio ni fin. 

QUIRAL 

No te entiendo, señora, si más no te aclaras. 

GINESA 

¿Qué más claro queréis que os lo diga, sino ese 
casamiento desa cuitada de Camila? Que si Socrato 
fuera su padre,^él le buscara mejor casamiento. 

QUIRAL 

jVálame Dios! ¿Y con quién es el regocijo? 

GINESA 

Y ¿no conoscéis vosotros á mase Alonso, el barbe- 
ro, viudo, de la villa, marido de la Solisa, que Dios 
haya? 

ALETO 

No conoscemos otra cosa. 

GINESA 

Pues ese, mi duelo, es el negro desposado que ha 
de ser, que en mi ánima no paresce sino burjaca en 
que traen el juego de masecoral ó bolsilla de á ma- 
ravedí. 

QUIRAL 

Señora, ¿Camila, qué dice? ¿Está contenta? 



4¿ OBRAS DB LOPE DE RUEDA 



GINESA 

jAy, amargal Y ^á qué llamáis contenta? En mi áni- 
ma no le ha quedado sino cual ó cual cabello de una 
madeja que tenía como unos florines de oro de Flo- 
rencia. Es lástima de ver lo que hace cuando sola se 
halla. 

QUIRAL 

¡Válame Dios y cuánto me pesa de su descontentol 

GINESA 

Ya lo sé todo, y aun he sabido que no te tiene 
mala voluntad. 

QUIRAL 

Señora, ^qué puedes tú haber sabido?; pues sé yo 
cierto que tal no le pasa por el pensamiento. 

GINESA 

^•No? Pues oye, y si me tienes secreto, yo te podría 
decir... 

QUIRAL 

^Secreto, señora? Así el soberano cielo algún agra- 
dable contentamiento me conceda, antes consintiese 
desacabalar mi pobre aprisco que palabra desta nues- 
tra comunicación no se supiese. 

GINESA 

Pues, hijo Quiral, sábete que ni voy á la fuente 
por agua,.ni á visitar las colmenas, ni á las labranzas 



CAMILA 45 

de mi amo Socrato, que las tiernas plantas no mani- 
fiesten tu nombre. 

QUIRAL 

Menos entiendo eso. 

CINES A 

Pues yo sí entiendo; que andando muchas veces 
con Camila por aquestas frescas fontanas, le vide des- 
cuidadamente de un hermoso estuche sacar un pe-' 
queño cuchillo, y en las tiernas hayas, pinos y sauces, 
y en otros montesinos árboles, debujar el nombre de 
Quiral; así que pocas son las plantas que no mani- 
fiesten tu nombre. Y agora dejémonos desta plática. 
Entraos, hijos, de presto, porque me paresce que mi 
marido viene y no barrunte nuestra contienda. 

{Éntranse Quiral y Aleío, y sale Pablos Lorenzo, 
simple.) 

PABLOS 

¡Oh, do al diablo los pollos y la pollada, y á quien 
me los da á guardar también! 

GINESA 

^Qué es eso, marido, y qué traéis ahí? 

PABLOS 

^No conueces ques la cesta de los pollos? 

GINESA 

Á ver, vení acá, descargaos. 



44 03TIAS DE LOPE DE RUEDA 



PABLOS 

Guarte, que vengo cosido con todas esas baratijas. 

GINESA 

^Cosido? iJesüs, Jesús, y válaos quienquiera! ^Y esa 
necedad habíades de hacer? 

PABLOS 

¡Necedad te parescel Á mí no por cierto. Qué, 
^querías que aguardase otra vez que descendiese el 
gavilucho ó sorromícalo, y me llevase otro pollo y 
tuviésemos otra pendencia como la pasada? 

GINESA 

Baldos acá. 

PABLOS 

Paso, paso, pecador de mí; ^-quiésme arrastrar á mí 
y á ellos? 

GINESA 

Pues, ^cómo?, ¿-sois vos por dicha Pedro de Urdi- 
males i, que quería enredar todo el monte? 

PABLOS 

Hágote saber que no soy sino Pablo de Urde 
buenas, y los pollos y la cesta, y. el sayo y el jubón, 
todo viene hecho de una pieza, por que si el millano 



^ Así ei; ambos; pero debe de ser errata, por «Urdimalas». 



CAMILA 45 

se atrevía dengoUir otro pollo, se llevase también á 
Pablos Lorenzo y todo. 

GINESA 

Ea, descargaos. 

PABLOS ' 

¡Otra suya! ^Tú no ves que si no me quitas el 
sayo descargar no los podré? 

GINESA 

Pues sea con sayo y todo; acabemos. 

'PABLOS 

jPaso, paso, bonito!, mujer. 

GINESA 

jOh, qué gentil cuerpo para armado en blanco! 

PABLOS 

No me alabes, mujer; <*piénsaste que me de casar 
otra vez? 

GINESA 

Marido, por vida vuestra, y así Dios os preste á 
mí, pues está hecho lo más, hágase lo menos; y es 
que por darme algún poquito de placer y sepan quién 
es Pablos Lorenzo, mi marido, que bailéis un poco. 

PABLOS 

jVálate el diabro! Y ¿no sabes tú que yo no sé bai- 
lar sin cantar algún poco? 



V a-I r '.ii. 



OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



GINESA 

^ Pues baila y canta por amor de m;. 

PABLOS 

Eh, que estoy ronco, mujer, y tengo la voz mal 
entonada. 

GINESA 

Sea como quiera. 

PABLOS 

Ora bien, mujer, tú harás que caiga en vergüenza; 
á tu cargo vaya. 
{Canta y baila Pablos Lorenzo.) 

CANCIÓN 

Más trabaja que el que cava 
el que tiene la mujer brava. 

SOCRATO 

^•Qués esto? ^Agora es tiempo de andar en cancio- 
nes, ama, sabiendo que aquellos señores han de ve- 
nir, y esta casa había de estar más aderezada? 

GINESA 

Señor, deso pierda cuidado; que yo lo aderezaré 
muy de presto. Toma, marido, esa cesta, y entraos 
allá dentro. 

SOCRATO 

Ora, ama, cruel cosa es ésta, que después que á 
esta moza Camila le puse este casamiento en plática, 
no hay quien el rostro le pueda ver« 



CAMILA 47 



GINESA 



Y no se espante, señor, que al fin es mujer y mo- 
chadla, y hácesele de mal apartarse de aquella agra- 
dable y paternal compañía en que ella fué criada. 

SOCRATO 

Bien está eso; pero ha de considerar una cosa, que 
yo no le puedo durar para siempre, y que no hay 
ninguno que sea tan sabio que sepa cuándo ha de ser 
salteado de aquella que de sus asechanzas nadie exe- 
mirse puede, ni á ninguno perdonar permite. 

GINESA 

Ándese, señor, que, como dicen, bien está la moza 
lozana debajo la barba cana. Por vida de mi madre 
[he] de decirle el sueño y la soltura. 

SOCRATO 

No quiero por agora, sino por vida vuestra, ama, 
que os entréis allá dentro y le aconsejéis de vuestra 
parte lo que mejor os pareciere, pues veis que le 
cumple; y aderézame esa casa, que yo quiero ir á 
verme con esos señores. 

GINESA 

Pues yo me entro, señor. 

{Sálense Ginesay Socraioy entran la Fortuna y Ca- 
mila cantando,) 

CANCIÓN 

¡Ay, señora, queráisme dejar, 
no me tratéis mal! 



4$ OBRAS DB LOPE DB. RUEDA 



CAMILA 



Mucho estimara, señora (quienquiera que tú seas), 
que con tu arrebatada venida no impidieras mi agra- 
dable y entero contentamiento de dejarme dar fin á 
mi tan penada vida. 

FORTUNA 

No fuera cosa justa ni lícita, ni convenía á la gra- 
vedad de quien yo soy, que entre aquestos solitarios 
boscajes, donde tengo mi señorío y dominio, acon- 
tesciera cosa que menos que bien afortunado renom- 
bre pudiese tomar. 

CAMILA 

Harto buena fortuna me parescé, señora, que fuera 
aquella que á Socrato de cuidado y á mí de tanto tra- 
bajo en tan breve espacio para siempre quitara, 

FORTUNA 

NovSería bueno que ensoberbecieses mi templanza 
con la vanidad de tu soberbia, porque aunque á ti 
te parezca que con mi llegada reScebiste ofensa, no 
me lo debes atribuir á mal no consentir que la mise- 
rable vida tuya entre aquestos espesos y solitarios 
sauces y empinados alisos para siempre dejases. Y 
porque á iní más que á otra persona ninguna de tus 
negocios entiende, vamos, que antes de mucho te 
será manifiesta la causa que á estorbarte deste ace- 
lerado propósito me movió; así, que el callar te con- 



CAMILA 49 

viene tomar por último remedio, y vamos cantando : 
jAy, señora, queráisme dejar, 
no me tratéis mal! 

SOCRATO 

|Ea, señores, pasen adelante! ¡Ea, señor Andúxar! 
¡Ea, señor t'rexenal! jEa, señor desposado mase 
Alonso! 

BARBERO 

Yo, señores, dondequiera estoy bien, á mandado 
de vuesas mercedes. 

SOCRATO 

No lo digo por eso, sino como vuesa merced sea 
principal en este negocio, no es razón que se quede 
rezagado, 

BARBERO 

Bien está eso, señor; pero -mire vuesa merced que 
me paresce que oigo ruido en casa. 

SOCRATO 

En verdad que entiendo que lloran. Aguarden aquí 
vuesas mercedes, que quiero ver lo que pasa. 

BARBERO 

Vaya vuesa merced. Señores, <*qué les paresce cuan 
honrado es el señor mi suegro? 

ANDÚXAR 

Por cierto, persona es de grande autoridad. Y díga- 
me, señor : ^de hacia dónde dicen que es? 

T. n 4 



50 OBRAS Dfi LOPB DB RUEDA 

BARBERO 

Señor, de hacia el condado de Rosellón, según él 
me dijo. 

FREXENAL 

¿Y á qué vino á esta tierra? 

BARBERO 

Señor, el cuento es muy largo, que tan desgraciado 
ha sido con un hijo que Dios le dio como yo con mi 
hija Calatea, que después que se me perdió no pa- 
resce sino que la tierra se la ha tragado, que no he 
podido hallar rastro della. Pero agora dejemos esto, 
porque me paresce que mi suegro torna á salir. 

SOCRATO 

¡Ah, señor mase Alonsol: nuestro gozo en el pozo, 

BARBERO 

¿Cómo así, señor? 

SOCRATO 

Que ya me paresce que es muerto el ahijado por 
quien era el compadrazgo. 

BARBERO 

Menos entiendo eso, señor. 

SOCRATO 

¿Qué más claro queréis que os lo diga, sino que 
Camila es ausentada y no paresce? 



CAMILA 51 

BARBERO 

Aun daría yo al diablo la venida y el concierto si 
tal fuese verdad, 

SOCRATO 

Dalda vos á quien quisiéredes, que más pierdo yo 
que vos en la mercaduría. 

BARBERO 

Al fin no seríades vos de aquella mala tierra, que 
no podría producir la patria de donde venís sino 
semejante simiente. Y agradeceldo á los señores que 
conmigo vienen, que yo os hiciera conoscer, don mal 
viejo, cómo se han de tratar los hombres de honra 
como yo. 

ANDÚXAR 

Señor mase Alonso, si después de casada se había 
de ir; más vale antes. 

BARBERO 

Es la verdad; pero ^no les paresce á vuesas mer- 
cedes que tengo razón que me haya hecho rapar la 
barba este mal hombre? 

FREXENAL 

^Deso os pesa, señor? 

-BARBEQO 

Deso. ¡Cómo!, ^habíá barba de mejor estofa y auto- 
ridad en todo el lugar que la mía, y hacerme alquilar 



52 OBRAS DÉ LOPE DE RUEDA 

estas ropas por venir como es de razón? ¡Juro á diez 
que empeñé unos borceguíes y unos pantuflos de 
chamelote sin aguas y no sé cuántos maravedís para 
colación á vuesas mercedes, y agora haga hurla 
de mí! 

FREXENAL 

Señor mase Alonso, ^-qué se os da á vos si no estaba 
hecho? 

BARBERO 

¡Bueno está eso, señor, que por doquiera que voy 
no oyen otra cosa mis oídos sino : «Helo allí, el des- 
posado de la hermosa Camila! > ¡Sí, juro á diez! 

SOCRATO 

Señor mase Alonso, anda con Dios, que habláis con 
cólera, y no me maravillo que estéis enojado. 

ANDÚXAR 

Vamos, señor mase Alonso, que bien demuestra el 
viejo la pasión que tiene. 

BARBERO 

Vamos, señor; pero nunca Dios de mi Calatea nin- 
gún saber me conceda si no le hago conoscer al mal 
viejo cómo se han de tratar los hombres de bien.* 

SOCRATO 

¡Bien te podrás á lo menos alabar, cruel, infernal y 
desapiadada Fortuna, que en mí no se haya cumplido 



CAMILA 5^ 

y ejecutado tu rigor! Bien te acordarás, ¡oh carnicera!, 
que si por un hijo legítimo hija adoptiva me habías 
dado, cuando por remate de mis afanes algún pe- 
queño alivio había de rescebir, en aguaceros torbe- 
llinos de otra mayor tempestad los has convertido. 
Dime : ^-no te bastaba haberme desipado de los edifi- 
cios antiguos en que yo fui criado? Ciega estés, sorda 
te vea, mendigando antes de puerta en puerta, que 
de no hallar quien bien te haga, de aborrescida con 
tus mismas manos tu propria vida cercenes. Si no, 
ven acá, haz una cosa : si tal eres como los antiguos 
te pintaron y los modernos de ti tienen aviso, vente 
á mí desnuda ó armada, ó como mejor te paresciere, 
que por la tribulación en que agora me veo, te juro 
que no tuviese á mucho deshacerte y desmenuzarte 
entre los niervosos artejos y arrugadas y pelosas 
manos. 

PABLOS 

Señor, mire : si he de ir por pan á la villa, déme 
dineros, ques tarde. 

SOCRATO 

Agora no es tiempo de venir con nada deso. 

PABLOS 

^Por qué no, señor? Sé que todos los buenos con 
pan son duelos. 

SOCRATO 

Sean; ve donde quisieres ó mandares, y llámame 
acá á tu mujer. 



54 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 

PABLOS 

¿A mi mujer? ¡Señora mujerl 

GINESA 

^Qué hay, decid? 

PABLOS 

Veréis que os llama mostramo Socrato/ 

GINESA 

¿Qué manda, señor? 

SOCRATO 

iQué os paresce, ama, á términos de cuanto infor- 
tunio soy allegadol 

GINESA 

Ya lo veo, señor. ¿Qué quiere vuesa merced que le 
diga, sino que me pesa tanto como si de mis entra- 
ñas hubiera salido? 

SOCRATO 

Ora, ama : ¿no sabéis vos alguna cosa por donde 
Camila se haya ausentado? 

GINESA . 

Yo, señor, un poco sé; mas no querría que esos 
pastores me acachorrasen algún día. 

SOCRATO 

¿Y cómo, ama? Qué, ¿sabéis vos algo en este ne- 
gocio? 



CAMILA 55 



GINESA 



Sí, señor; y si vuesa merced me tiene secreto, yo 
se lo diré. 

SOCRATÓ ' 

^Secreto, ama? ^Pues cómo? ^Por hombre de tan mal 
juicio me tenéis que palabra que en mí fuese deposi- 
tada había de ser salida de mi boca? 

GINESA 

Pues, señor, vuesa merced vaya á la villa y denun- 
cie de un pastor que se dice Quiral, que alinda con 
el val sombrío, que si mal recaudo hay hecho, él lo 
ha insistido. 

SOCRATO 

^Quiral? ¡Válame Dios! Muy bien le conozco, que 
muchas veces en achaque de andar á caza le he visto 
atravesar por esta nuestra habitación. 

GINESA 

Y no se espante, señor, que al fín es mozo, y no es 
de culpar por su mocedad y fresca joventud. 

SOCRATO 

Por vida vuestra, ama, que os entréis allá dentro y 
miréis por eso poco que en casa queda, no se lo aca- 
ben de llevar, que yo quiero ir á denunciar dése 
pastor. 



56 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 

GINESA 

Que me place. 

( Vase Socratoy entran Fortunay Camila cantando.) 

Hija Camila, no penes 
ya de fatiga ninguna, 
pues ves que contra Fortuna 
no valen fuerzas ni bienes. 

FORTUNA 

^•Habéis visto, mortales, con qué oprobios y me- 
nosprecios ha triunfado de mi nombre aqueste Anas- 
tasio con sus palabras? Pues por la realidad de mi 
señorío le juro que si otra vez de nombre de For- 
tuna osare blasfemar, si no le hago sentir en lo poco 
que le resta á lo que abastan mis fuerzas y los infor- 
tunios que debajo de mi poderosa mano residen. 

CAMILA 

^•Cómo era aquel nombre que denantes dijistes? 

FORTUNA 

Anastasio. 

CAMILA 

^Anastasio? ^-Socrato quesiste decir? 

FORTUNA 

Antes Anastasio, poique aqueste es su proprio 
nombre. ^-No te tengo ya avisada que sé más que 
vosotros en vuestra propria hacienda? 



57 



CAMILA 

Así te lo he oído decir. 

FORTUNA 

Pues calla, que si trabajos é infortunios tanto tiem- 
po os han perseguido, yo he sido la principal ocasión 
dello, que no sería verdadero mi nombre si con las 
obras no lo ejercitase, á unos subiendo hasta la cum- 
bre de los soberbios señoríos, á otros haciéndoles ba- 
jar hasta hacelles bordonear mendigando. Si no, dime, 
Camila: ^tus padres, quién son? 

CAMILA 

No sé, señora, más de cuanto ese honrado viejo, 
que tú llamas Anastasio, he yo tenido por padre; aun- 
que después acá he sabido que siendo niña fui echa- 
da á sus puertas, y aquél me ha criado hasta en la 
edad que estoy. 

FORTUNA 

Eso es verdad, y por que más manifiesto te sea el 
negocio, sábete que aquel con quien te querían casar 
es tu legítimo padre, y tu proprio nombre es Calatea. 

CAMILA 

Asombrada, señora, me tienes. Pero dime de gra- 
cia: <*qué suceso tan contrario fué aquel que de tan 
tierna edad me apartó de mi agradable y paternal 
compañía? 



I 



58 OBRAS DB LOPE DB RUEDA 

FORTUNA 

Si4ni rueda estuviera ñja de contíno, pocos casos 
sucederían que de admiración tuviesen aparencia; 
pero oye, tú sabrás Que tu padre en su joventud tuvo 
largo tiempo amistad y conversación con una mujer, 
y como las cosas no pueden ser estables, ni durar 
para siempre, acordó dejalla y casarse con una hon- 
rada dueña, que Sofronia había por nombre, de la 
cual tú nascida, la envidiosa mujer olvidada, de pura 
malicia que hubo de ver que en la casa de la legíti- 
ma mujer y no la suya hubieses nascido, tuvo manera 
como hurtada de la cuna donde estabas te encomen- 
dase á las fieras en estas montañas que de ti quisie- 
sen hacer pasto. Y continuando su mal propósito, sa- 
biendo que della y no de otrie se podía tener sospe- 
cha, y por no venir en poder de algún riguroso juez, 
acordó y artificiosamente se dejó colgar de la gar- 
ganta en una rama de un valiente castaño, donde, 
dejada la vida, perdió para siempre la esperanza del 
cielo. 

[camila] 1 

Pues suplicóte, discreta señora, que me digas cómo 
fui libre de tal trabajo. 

FORTUNA . 

Yo te lo diré. Unos ganaderos que por allí junta- 
mente habitaban te hallaron, y, de compasión que 



Falta en el original; está en la de Sevilla. 



CAMILA 59 

hubieron de ti, lleváronte á su cabana y te mantuvie- 
ron tres días con sus noches de la leche que de sus 
reses ordeñaban. Pues como en aquel tiempo á So- 
crato le hubiese faltado un hijo, echáronte á la puerta 
de su majada, y él te ha criado hasta la edad en que 
te hallas. 

CAMILA 

Cosas, señora, me has contado de grande admira- 
ción, de lo cual yo he rescebido algún contenta- 
miento, 

FORTUNA 

Pues otro mayor infortunio resta que los prosu- 
puestos. 

CAMILA 

^Y qué infortunios pueden ser que se igualen con 
los pasados? 

FORTUNA 

^Qué? Que yo he revelado á tu padre cómo no podía 
casar contigo, haciéndole saber que su hija propria 
eres; pero á la verdad, él no sabe si eres muerta ni 
viva, porque de mí no pudo saber otra cosa. 

CAMILA 

Agora paresce que tema mayor enojo contra Anas- 
tasio. 

FORTUNA 

Pues vamos, que yo daré vuelta á mi rueda por 
donde todo el trabajo pasado fenezca en agrada- 
ble fin. 

( Vansey entra mase Alonso^ el barbero,) 



6o OBRAS DE LOPE DE RUEDA 

BARBERO 

¡Oh, deidad soberana! ¡Oh, divinos secretosl [Por 
cuántas vías y maneras traes las cosas á su acabalada 
cuenta, y cómo permitió tu Majestad que aqueste 
casamiento por ser illícito no se celebrase, y agora 
hacerme saber cómo esta doncella Camila fuese mi 
hija Calatea, pues si es cierta la fama que Socrato ha 
divulgado, por mayor desgracia ternía habella per- 
dido á tal tiempo, que la sobra del gozo. que hube en 
haberla hallado! Agora me conviene con todo rigor ir 
á Socrato y demandársela, que no creo yo que será 
hombre tan fuera de razón que sabiendo que es mi 
hija no me la conceda. Desde aquí quiero llamar: 
— ¡ Ah de casa! Sorda debe de estar esta gente. ¡Hola, 
hola! 

GINESA 

^Ya no os han respondido dos ó tres veces.^ ^Quién 
diablos está ahí? 

BARBERO 

Paraos ^ ahí, dueña. 

GINESA 

¡Dueña! Y ^no tengo otro nombre que dueña? 

BARBERO 

Pues ^'cómo os han de llamar, decí?, \i doncella? 



* «Paros» eu el original. Corregido en la de Sevilla. 



CAMILA 6 1 

GINESA 

Anda con Dios, mase Alonso, ó mase jaula: ^qué 
queréis? 

BARBERO 

^Mase jaula? Al fin, fin, sois mujer, y no ha de dar 
el hombre crédito á vuestras palabras. Llama á vues- 
tro amo. 

GINESA 

<*Y todo eso queréis? Pues no está en casa. ¡Bien os 
podéis ir! 

BARBERO 

^•Gómo no está en casa? Decilde que se asome ahí. 

GINESA 

Harto asomado debéis vos venir. 

BARBERO 

^Asomado? ^Y á qué llamáis asomado, buena mu- 
jer? 

GINESA 

Anda con Dios, y no me hagáis salir de madre. 

BARBERO 

¡Oh, cuerpo de mí! Con la cara de lechuza viuda, 
bisagüela del romadizo, y ^qué se me da á mí que 
salgáis de madre, decí? 

GINESA 

En áíi ánima si á vos voy, si no os asgo como una 



63 OBRAS DS LOPE DB RUEDA 

leona. ¿No le veis mi duelo, cara de mochuelo sordo, 
cangrejo seco, que no paresce sino inventor de lam- 
parones? ¿Dónde estáis, marido? Arma esa ballesta. 

BARBERO 

Pues bajá vos y él, vieja angosta, más que el mal 
año. 

GINESA 

¿Angosta me habéis dicho? Espera, espera, que yo 
haré que os parezca ancha. 

SOCRATO 

Paso, paso, ama. ¿Qué es esto, señor mase Alonso? 
¿No me abasta á mí el enojo que tengo concebido? 

BARBERO 

Señor, quiéreme matar esa gente de vuestra casa; 
mas, señor, ¿hay algo de nuevo? 

SOCRATO 

Señor, sabrá vuesa merced que sí hay. 

BARBERO 

Pues dígamelo y no me haga estar suspenso. 

SOCRATO 

Señor, sabrá cómo he hecho prender im pastor que 
se dice Quiral, y ha confesado por su propria boca 
que mató á Camila, y vista su confesión, el juez lo 
tiene sentenciado á muerte. Yo le prometo que antea 



CAMILA 63 

de mucho él vaya á tener compañía con la cuitada 
ánima de Camila. 

BARBERO 

¡Oh, válame Dios! Si aqueso es cierto, yo más que 
otra persona ninguna me debo quejar. ¡Oh, hija mía 
Galatea, quién no te hubiera conoscido, pues al 
tiempo que te vine á conoscer te tuve perdidal 

SOCRATO 

¿Hija llamáis, y Galatea? 

BARBERO 

Pues ¿quién, señor, la puede llamar hija sino yo, 
pues hoy ha decisiete años que nasció en mi casa? 
Ora, señor, yo quiero ir y mostrarme parte en este 
negocio y hacelle dar á ese pastor la más cruel 
muerte que por justicia jamás dafse vido; vamos,. 

FORTUNA 

¡Ah, mase Alonso! ¡Anastasiol 

[SOCRATO] ^ 

¡Válame Diosl ¿Quién me llama por mi no acostum- 
brado nombre? 

FORTUNA 

La que nunca tiene firme su propósito, y aquella 
que siempre triunfa de toda la mortal nasción. 



^ En el original y en la de Sevilla se lee Barbbro; pero ea 
yerro evidente* / 



t 



64 OBRAS DÉ LOPE DB RUEÍ)A/ 



SOCRATO 

De buena cosa, señora, te alabas; porque si eso es 
así como tú dices, ninguno terna crédito en palabra 
que tú le hayas dado. 

BARBERO 

Señora, ^no eres tú la que anoche me reveló como 
Camila es mi hija Galatea? 

FORTUNA 

Sí, y según las señales te di, ^has hallado otra cosa 
al contrario? 

SOCRATO 

Suplicóte, discreta señora, que me des á conos- 
certe, porque con la ignorancia de no saber quien- 
quiera que tú seas, no me descuide de blasonar de 
obras. 

FORTUNA 

Tú sabrás que yo soy una mujer que á todo género 
de vivientes traigo en balanza. Mi proprio nombre es 
Fortuna, señora de lo ques deleitoso y no menos agra- 
dable; elemento de aguas, mares y tempestades. Mi 
proprio oficio es no tener á ninguno en estado tan 
quieto que de mis zozobras salteado no sea.. 

SOCRATO 

-. Luego si eso es ansí^ no en balde me quejaba yo 
de ti agora. 



65 



FORTUNA 

Pues por que veas si mis obras conforman con mi 
nombre, sábete que el pastor que está sentenciado á 
muerte es Selvagio, tu hijo, el cual de Claudina, tu 
mujer, nasció. 

SOCRATO 

¡Válame Dios! ^Y es posible lo que oigo? 

FORTUNA 

Sí, muy verísimo; porque bien ternas en memoria 
que recién casado le diste á tu dueña tres meses de 
espera, diciendo que ibas á vueltas de Perpiñán á 
cobrar cierta herencia que de tu patrimonio te había 
quedado. 

SOCRATO 

No hay quien nada te niegue, porque todo es ver- 
dad. 

FORTUNA 

Pues tardándote tú más tiempo de lo prometido, 
que fueron quince meses, tu dueña, como mujer de 
poco sufrimiento, cargando en ciertas alimañas las 
cosas manuales de tu casa, con tu Selvagio en brazos 
te filé á buscar; y como en aquel tiempo el Coll de 
Balaguer hubiesen salteado ciertas galeotas de tur- 
cos, entre mucha gente que allí captivaron fué cap- 
tiva, y rescibió tanta angustia en su corazón de verse 
en poder de infieles, que antes que etnbarcase perdió 
la vida; pues viendo los turcos el niño sin madre y 

T. 11 5 



66 OBRAS DB LOPB DE RUEDA 

que no le podrían sustentar, colgado de las mantillas 
se lo dejaron en unas ramas de un valiente castaño. 

SOCRATO 

Pues suplicóte, señora, me digas cómo fué libre de 
allí. 

FORTUNA 

Yo te lo diré. Un hostalero, que allí cerca habita- 
ba, lo halló, y como en su mujer no hubiese habido 
hijos, lo llevó á su casa y le llamó Quiral, y tiniéndole 
por hijo, muerto el hostalero, le dejó mucho ganado 
que en el campo tenía. Pues como anduviese entre 
pastores la fama de la hermosura desta tu Camila, 
viniendo á su noticia, vínose acercando con su gana- 
do en estas partes, por ver si con ella podría casarse; 
así que su buena ventura le ha traído á tal estado 
que está preso. 

BARBERO 

Y mi hija Camila, ^qués de ella? 

FORTUNA 

Yo te la restituiré muy de presto en tu poder; y 
avisóte, Anastasio, que si á tu hijo quisieres ver vivo, 
que apresures tus pasos, porque ya le han senten- 
ciado á muerte. 

SOCRATO 

¡Válame Dios!; sin ningún sentido quedo. Pero, 
señor mase Alonso, suplicóte por servicio de Dios, 
que si alguna piedad hay en ti, que como te has de 



CAMILA 67 

mostrar parte para acusar, te muestres parte para 
perdonar á mi Selvagio. 

'' BARBERO 

Levántate, señor Socrato, que todo lo que pudiere 
ayudar á tu hijo lo haré de muy entera voluntad, 
cuanto más que ningún peligro corre, cobrando como 
aquí ofrescido me tiene á mi hija Calatea. 

SOCRATO 

Cóbrese, señora, para que cobre sano y salvo á mi 
hijo. 

FORTUNA 

Vamos, que todo se hará como vosotros quisiérc- 
des. 
( Vanse todos tres y sale Pablos Lorenzo, simph 

PABLOS 

Ora cosa del diabro es esta de mi mujer, que ya 
que estaba durmiendo á mi pracer, me fué á recordar 
y dijo: «Oíslo, oíslo; levantaos y veréis lo que nunca 
habéis visto.» Y así yo estuences me levanté, y como 
fuese la fiesta del Corpus Criste, me atavié peor que 
si huera un prencipe, y cabalgado en mi borrica, al 
salir por la puerta encontré con un monecillo. (Dios 
nos librel destos que van á coger el diezmo ó premi- 
cias de los pollos. Y bien dicen que no hay más mal 
pronuéstico que el hombre casado á la salida de la 
puerta topar mónecillos, ó zorras, ó lechuzas. Ora 



6^ OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

¡susl, yo quiero llamar. — jOíslo, oíslol |Ah, Ginesa 
de Bolaños! ^No me oís, ó no me queréis abrir? 

GINESA 

^Quién diablos está ahí? ¡Ay, maridol Y ¿cómo ve- 
nís? ¿Qué gesto es ése? 

PABLOS 

Tus porhidias son, mujer, que poca necedad ^ tenía 
yo dir á ver la fiesta y el festejen, |que creo que se 
xne ha mudado el tono de la voz como la color de los 
vestidos con la caída que di. 

GINESA 

Pues ¿cómo caístes, ó quién os hizo caer? 

PABLOS 

¿Diz. que quién? Yo te lo diré, mujer. Al tiempo 
que yo y la burra estábamos embebecidos mirando el 
rueco ó la rueca del hijo prólogo, ó como se llama. 

GINESA 

¿El carretón del Hijo pródigo^ querréis decir? 

PABLOS 

Sí, sí, del Hijo hipócrito, allegó uno destos del rey 
Adoras para darme con su nariz de vejigadas, y á 
mala ves me quiso dar, que de vello se espantó la 
burra dando á correr y saltos y pernadas. En esto 



^ Así en ambos textos. 



¿AMILA 69 

decía la gente: «¡Válate Dios, hombre; válate Dios, 

hombre!» Yo, por mirar por quién era tanto «[válate 

Dios!», vine á caer dentro de una acequia, y viéndome 

^ zapuzado, dije entuences: — ¡Tate!, por mí lo decían, 

GINESA 

Por cierto que venís lindo, marido. 

PABLOS 

^Que te paresce que vengo bien? Tal te dé Dios 
la salud, amén. Anda, entremos en casa y vestirme 
has otra camisa limpia. 

GINESA 

^No sabéis qué ha enviado á decir nuestro amg 
Socrato? 

PABLOS 

^Qué, si Dios te dé salud? 

GINESA 

Ques parescida Camila. 

PABLOS . 

¡Cómo! <No era muerta? ^Ya resositó? 

GINESA 

Oí la historia. El mayoral de San Lázaro... 

PABLOS 

^Y esa es la historia? 

GINSSA 

Sí, marido. • ^ 



70 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

PABLOS 

|Ohi qué linda historia, mujer! jQué buen prence- 
pio lleva! Vaya. 

GINESA 

Yendo á visitar á ciertos enfermos que en el cam- 
po tenía, vido estar la moza en un brocal de pozo 
llorando á lágrima viva. 

PABLOS 

¿A quién, á la historia? 

GINESA 

Que no, sino á Camila. Oí si queréis. Y como el 
mayoral tenía conoscencia con Quiral... 

PABLOS 

¡Oh, qué sabrosa historia! Ya me paresce que la 
voy entendiendo. 

GINESA 

Sabiendo que por ella estaba á muerte condenado, 
tómala á las ancas de un rocín. 

PABLOS 

¿Á la historia? 

GINESA 

[Válaos quien quiera! A Camila, digo, y trájola, y 
Éillegó al mejor tiempo del mundo^ 

PABLOS 

¿Quién, el rocín? 



) 



CAMILA 71 

GINESA. 

Paresce que no me entendéis, marido. 

PABLOS 

Á decirte la verdad, mujer, bien te entiendo, pero 
no sé lo que te has dicho. Cata, viene mosamo y 
mase Alonso y Camila y una chaclada dellos; entré- 
monos dentro en casa. 

{Entran Socratoy mase Alonso y Camila y Qutral, 
todosjuntos.) 

BARBERO 

¡Oh, regocijado día! ¡Oh, próspera fortuna y cómo 
una tan horrible tempestad en tanta alegría has con- 
vertido! 

SOCRATO 

Señor mase Alonso, si del cielo ordenado no estu- 
viera, claro está que ni tú de Galatea, ni yo de mi 
Selvagio, hubiera ^ sabido. 

BARBERO 

Es ansí, señor; que sola una hoja del árbol no se 
mueve sin la Providencia divina. 

SOCRATO 

Ora, hijo Quiral, ^qué te movió confesar con tu 
propria boca que tú habías muerto á Camila? 



Así en los dos textos. 



72 OBRAS DB LOPE DB RUBOA 

QUIRAL 

Señor padre, era tanta el angustia que mi corazón 
rescibió en saber que Camila era ausentada y no- 
parescía, que tuve por mejor confesar que la había 
muerto que dejalla de ver y visitar en aquellos luga- 
res donde descuidadamente ver solía. 

SOCRATO 

Por cierto, hijo, si ello es ansí, en gran cargo sois, 
hija, al que presente tenéis; y por tanto, señor mase 
Alonso, te suplico que se la concedas por mujer. 

BARBERO 

Señor Socrato, pues tú te la criaste y has tenido 
por hija hasta aquí, ^quién si no tú le puede desear 
tüdo bien? Vesla ahí; haz, con ser ella contenta, todo 
lo que tu voluntad quisiere y como á tu honra y la 
mía mejor convenga. 

SOCRATO 

íQué decís, hija? 

CAMILA 

Digo, señor, que yo soy la dichosa, y haz de mí lo 
que por bien tuvieres y ordenares, 

SOCRATO 

Pues, hijo, abraza á tu esposa. 

QUIRAL 

Señor, que me place. 



^ 



CAMILA 73 

BARBERO 

Dios OS dé SU bendición, hijos, 

SOCRATO 

Señor mase Alonso, entrémonos, y celebrarse han 
las bodas muy cumplidamente. 

BARBERO 

Como vue&a merced mandare. Señores, perdonen, 
porque aquí se da fin á nuestro Colloquio, 



FIN DEL COLLOQUIO DE CAMILA 



COLLOQUIO . 

DE TYMBRIA 

MVY ELEGANTE Y GRACIOSO, COMPUESTO POR 
EL EXCELENTE POETA Y REPRESENTXTE LOPE 
DE RUEDA, INTRODUZENSE EN ÉL LAS PERSO- 
NAS BAXO ESCRIPTAS. 



SüLco, ganadero, 
Lbko, simple. 
Tymbria, pastara, 
Troyco, pastor, 
IskChAO^pastor, 



AsoBRio, pastor. 
Violeta, criada, pastora. 
FULGBNCIA, fugra. 

Abruso, pastor. 
Mbsiflua, cotno Harpía. 



INTROITO Y ARGUMENTO 

QUE HACE EL AUTOR 



En un muy frutuoso llano, y no menos agradable 
que repleto de abundantísimo herbaje, casi en los 
fines de la Extremadura (muy magníficos señores), 
residiendo Sulco, rico cabañero, yendo en busca de 
una fes perdida, halló desamparada de padre y ma- 
dre entre unas matas zollozando una hermosa niña, 
la cual llevando á su majada y atetándola á una man- 
sa y regalada chiva que tenía, llamada Tymbria, la 
sustentó y crió, poniéndole su nombre, en gratifica- 
ción de habelle dado la destilada leche de sus tetas. 
Cresció tanto en gentileza, criándose en el pastoral 
ejercicio y amparo de Sulco, esta pastora Tymbriá, 
que de muchos fué recuestada y de todos por su única 
hija tenida. Si están atentos vuesas mercedes, verán 
cómo y de qué suerte se viene á descubrir cuya hija 
es, y también Troyco, que en hábitos de pastor va, 
siendo mujer; y queden con Dios. 



Comienza el colíoguio Sulco, cabañero. 



SULCO 

lOh, divinal sin medida, Hacedor que todo el uni- 
verso con tu piadosa mano riges y gobiernas, y cada 
cosa á su divina ordenanza acabalas, conmueves, 
apriscas y reducesl jOh, en cuánta obligación te es el 
hombre, pues con tanto recolmo de beneficios sus 
bienes le allegas y en tanta abundancia les haces 
cfescerl ¡Cuánto yo, más que otra criatura alguna, 
inmensas é inseparables gracias te debo, pues tan 
abundosamente el doméstico ganado nuestro, pacien- 
do por estas dehesas, breñales, surcos, laderas y ris- 
cos, tu guarda los guarda y tu amparo los defensa, 
sin que del malvado y salteador animal sea dismi- 
nuido ni descabalado; y más por la ordenanza [con] 
que tú guiarlo sabes á los debidos y cabales meses y 
á la dichosa ganancia de la nueva cría, y á los blan- 
cos vellones de la merina lana, que á colmadas ma- 
nos en nuestras casas nos rindesl ^Qué diré, pues, de 
la natural orden con que á sus tiempos de preciados y 
tiernos quesos alguna partecilla de las instancias ^ 
nos ocupan? Y de lo que yo más preciar me debo es 
que al cabo y cuento de la vejez mía, de una tan ho- 
nesta y recogida zagala, quien, después de mis días, 

^ Asi en el original. En la de Sevilla «estancias». 



78 OBSAS DB LOPS OS RüBDA 

mi hacienda señoree, tutor 6 padre adoptivo me he- 
ciste; que ya que de ligítimos hijos no fuiste servido 
hacerme digno, con la pastora Tymbria, habida por 
tan extraño caso, alegre y contento me soy tomado. 
Y si el oir no mengaña, su hablar siento, que á los 
pasos perezosos de Leño, mozo nuestro, su delica[da]i 
voz endereza. 

TYMBíaA 

Si los largos días, hermano Leño, en espaciosas y 
prolijas noches contra todo curso de naturaleza se 
convertiesen, aun creo que te faltaría tiempo para 
dormir, de suerte que ni por tu causa hacienda se 
hiciese, ni por industria tuya el ganado se apacentase. 

LEÑO 

Que no, sino ándate ahí, hermana Tymbria, cada 
mañana con tus importunidades despertando á todos, 
que no semejas sino matraca de convento, según las 
porradas pegas al hombre en los oídos. La mejor del 
mundo eres, hermana, para gruazo, á quien la mana- 
da de las grullas tienen por despertador, que si el 
otro duerme, como dicen, con el guijarro en la mano, 
tú con las alas en la luenga 2. 

TYMBRIA 

En verdad, hermano Leño, que no pensé que sabías 
tantos cuentos; ^quién demonios te enseñó aquesas 
historias? 



* También en la de Sevilla dice cdelica». Qnizá haya querido 
decir «célica». 

* Así en los dos textos. 



TYMBRIA 79 



LEÑO 

¿Quién? El primer amo que tuve. 

TYMBRIA 

¿Tan sabio era? ¿Qué hombre era ése, ó qué arte 
de vivienda era la suya? 

LEÑO 

¡Arre allá! ¿Diz qué hombre era el otro? Bien sé 
que si hombre huera, no pudiera deprender tanta re- 
tórica. 

TYMBRIA 

En verdad que te creo. 

LENO 

Mas no me creyeses ^, 

TYMBRIA 

Pues si no era hombre como tú dices, ¿qué po- 
día ser? 

LENO 

Mira, por vida vuestra, ¿qué va de hombre á nigro- 
mántulo viudo? 

TYMBRIA 

¿Nigromante, hermano Leño? 



En la de Sevilla «creyesedes». 



8o OBRAS DE LOPB DE RUEDA 

LEÑO 

Pues ¿de qué piensas que salí tan entremetido? ^ 

TYMBRIA 

¿Y estuviste mucho con él? 

LEÑO 

Nasc{ en su casa. 

TYMBRIA 

¡En su casal Luego tu madre cortesana era. 

LENO 

Como cortesana, era la más descortés mujer que 
había en el mundo. 

TYMBRIA 

Digo que debía ser parienta de tu padre. 

LENO ^ 

Mira tú cuan parientes eran, que de puro paren- 
tesco se atrevían acostar juntos; y aun muchos quie- 
ren decir que me abuchaba á mi padre Antón García 
como si fuera su hijo. 

TYMBRIA 

^Quién era ese Antón García? 

LENO 

^No te digo que aquel nigromántulo viudo que me 
crió? 



^ «Entremetidos» en el original: corregido en la de Sevilla. 



TYMBRIA Si 



tymbria 
Desa manera borde eres tú, 

LEÑO 

¡Ojalá! Á lo menos cuando fuese mayor, teniendo 
buena voz, pues me viene de herencia, con unas coho- 
chas 1 que yo tuviese y rapada la barba, podría hom- 
bre entrar de hoz y de coz en grado de nigromán- 
tulo. 

SULCO 

Tymbria, hija, ^xon quién lo has? 

TYMBRIA 

Acá lo he, señor, con nuestro Leño. 

' SüLCO 

Pues ^qué hay? 

LEÑO 

Señor mosamo, ^ya está él acá? 

SULCO 

Si, acá estoy; ¿por qué lo dices? 

LENO 

ILa madrugada es boba. 

SULCO 

¿Tan temprano te paresce? 



^ En la de Sevilla «colochas»» 
T. u 



82 OBllAS DS LOt>B DB RUBDA 



LEÑO 



Señor, á la cuenta de mis ojos, aun es prima no- 
che, mas á la del estómago ya pasa del mediodía. 

SÜLCO 

Desa manera podráse decir por ti ; lo que al híga- 
do daña al bazo aprovecha. 

LEÑO 

Así me paresce. 

SULCO 

Está bien. ^Qué orden se ha dado hoy, hija Tym- 
bria, en la guarda del ganado? 

TYMBRIA 

Señor, Isacaro, el nuestro zagal, rato ha grande 
que con el cabrío ganado por las pasaderas del arro- 
yo guijoso, al vado del ciervo le sentimos pasar; de 
suerte que ya creo que. será en la falda del encinar, 
si no me engaño. 

SULCO 

^Y Asobrio? 

TYMBRIA 

Asobrio, señor, con Violeta va repastando el ga- 
nado ovejuno, 

SULCO 

(V Troyco, hija? 



TYMBRIA ¿3 



TYMBRIA 

En la compañía va de Isacaro. 

SULCO 

Grande es, ¡oh, mi amada Tymbria!, la enemistad 
que Isacaro tiene con el nuestro pastor y envidiado 
Troyco, y por ser tan mozo es en demasía ligero y 
de grandísimo corazón. 

TYMBRIA 

Allá va con el arco y aljaba y flechas, que verda 
deramente no semeja sino amenazar los aires, según 
el denuedo lleva. 

SÜLCO 

Pues Leño, hija, ^no será bien dalle en qué ocupe 
el tiempo? 

LEÑO 

Harto ocupado lo tenía yo si me dejaran; ^no le de- 
cía 30 que tus voces, Tymbria, me habían de echar 
en falta con señor? 

TYMBRIA 

¡Yol ^En qué falta. Leño? 

LEÑO 

^No te paresce que hubiera yo aventajado,' des- 
pués que me levanté, buena hora y media de un 
sueño, que ansina me iba en pos del como abejoruco 
tras moixquitos ó como lechuza tras lámpara de hos- 
pital? 



OBRAS DB LOfB DB kOBDÁ 



TYMBRIA 



Ciertamente yo tengo la culpa por haber caído á 
causa nuestra en deservicio tan notable. 

LEÑO 

Tú te lo dirás todo; ya vas cayendo, como dicen, 
en la necedad. 

SULCO 

Habla sin mote, Leño. 

LENO 

(Diz que hable sin mote? Después de ido el con- 
sejo quieren tomar el conejo, como dice allá el proe- 
mio ó rufián. 

SULCO 

^Qué diablo de rufián ó proenio? Proverbio ó re- 
frán querrás decir, 

LENO 

Yo creo que sí, que el trascueco de las palabras 
débelo de causar ser yo nieto de una santiguadera. 

SULCO 

^Santiguadera fué tu agüela? - 

LENO 

¡Mira qué milagro! Y aún... 

SULCO 

^Y aún qué? 



TVMBRIA 85 



LEÑO 

Que no es nada. 

TYMBRIA 

Dilo, acabemos. 

LEÑO 

No querría ser descubierto por cuanto valgo. 

SULCO 

No, Leño, que del secreto 'nuestro puedes asegu- 
rarte á fe. 

LENO 

Pues alce el dedo. 

SULCO 

Helo aquí. 

TYMBRIA 

Y el mío también. 

LEÑO 

Que no, sino como ella era una bienaventurada y 
andaba de noche de encrucijada en encrucijada, acha- 
cáronla que era algo bruja, y la cuitada dejóse azotar 
de pura nobre. 

TYMBRIA . 

Pues aqueso no es nada. 

LENO 

^No á la he? Mas, señor, dígame vuesa merced ques 
mayor que nosotros: ^ha visto obispa hembra en toda 
su vida? 



86 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



SULCO 

No, por cierto. 

LEÑO 

Pues mi agüela, santa glolla haya, lo fué toda una 
tarde dencima de una escalera con su mitra y todo, 
que por otro nombre revesado se llama coroza. 

TYMBRIA 

^Y echaba la bendición desde allí? 

LENO 

Mas antes maldecía una banda de mochachos, que 
no páresela encima della sino banda de estorninos 
sobre olivo, cuando tiene maduro el fruto. 

TYMBRIA 

^Cómo, Leño hermano? 

LENO 

Par que ^ como ellos no sabían el uso ni habían 
visto en toda su vida obispa tinta en bruja, así me- 
nudeaban sobre ella pepinazos y berenjenazos como 
granizo sobre tejado. 

SULCO 

^En fin...? 

LENO 

En fin, señor, que ya que se quería poner el sol 
quítanla de su trono y llévanla encima de un asno, 



^ Así en ambos originales. 



TYMBRIA ' 87 



todavía con su guirnalda en la cabeza, acompañada 
de tanta gente, con tanta honra como vea yo plegué 
á Dios á la señora Tymbria. 

TYMBRIA 

Yo dejo de recebir tan buena voluntad. Leño. 

» 

SULCO 

Por cierto, Leño, que nos holgamos mucho con 
vuestro tan buen aviamento: y agora, ^esa tía vues- 
tra, es viva? 

LEÑO 

Señor, viva creo que será, que no era ella mujer 
tan mal acondicionada que se había de dejar morir 
sin dar cuenta á sus parientes, aunque algunas len- 
guas chismosas quieren decir que la quemaron en 
Cuenca. 

TYMBRIA 

lAh, moramaza! ^ ^Y por qué. Leño? 

LEÑO 

Por lo que denantes dije. 

SULCO 

Ora isusl. Leño, entra, que ya es hora que se lleve 
el recado á la gente del campo. 

LEÑO 

Llévese, señor. 



^ £n la de Sevilla «noramaza». 



88 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 

SULCO 

Y vosj hija amada, ¿qué pensáis hacer? 

TYMBRIA 

Señor, con las paridas me iré mansa y reposada- 
mentcj porque las crianzas de las delgadas yerbas que 
entre las nuevas matas de los ásperos tomillos rebro- 
tan puedan gozar, y en siendo la hora acostumbrada, 
las acarrearé hacia los nocturnos albergues. 

SULCO 

Amada Tymbria, ve norabuena; que entretanto 
será bien que yo dé vuelta á requerir los sitios y 
pastrjs para que á un mismo tiempo nos recojamos á 
la estancia nuestra. 

TYMBRIA 

Aman tí simo padre, Dios lo guíe. 

SULCO 

É á ti, Tymbria, te guarde y acompañe. 

LEÑO 

SeñOFj no se le olvide el secreuto. 

SULCO 

¿Qué secreto. Leño? 

LEÑO 

[Qué olvidadizo es, válame Dios! Aquello de mi 
agüela; ^rno se miembra que dije que le habían orde- 
nado de chamusquina? 



TYMBRIA 89 

SULCO 

Ya^ ya; no me acordaba; pierde cuidado, y ve en 
buen hora. 

LEÑO 

Que me place. 

(Éntrame iodos jf sale Mesiflua en figura de harpía 
y dice): 

¡Cuántos trabajos y miserias se sufren en esta mi- 
serable vida por el flaco y femenino linaje! Los cua- 
les yo, la sin ventura Mesiflua, sustento desde aque- 
lla hora y desgraciado punto que la malvada Ambro- 
sia, saoidora grande de las mágicas y diabólicas artes, 
á mi hermano Abruso, padre de Urbana, que agora 
en nombre de Troyco y en hábito pastoril por estas 
partes habita, de dentro de un grueso y valiente 
tueco de robre encantado tiene, y á mí en fiera har- 
pía dejó convertida. Y todo esto hizo á causa de yo 
no consentir que casase Urbana con Isacaro, por ser 
los dos hijos de mi hermano naturales; porque la Ur- 
bana fué hija d&^Sira, y muerta, casó mi hermano con 
esta Ambrosia y hubo á Isacaro; y por no ser lícito 
este casamiento, en hábitos de pastor la transporté en 
manos de Tartario, hombre anciano y de nación moro, 
habitador en las montañas, y siendo de edad debida, 
á los terribles osos y valientes y feroces jabalíes con 
el encorvado arco á matar enseña. En fin, que ausen- 
tada, Isacaro, por lo que la madre había intentado, 
desaparesció; y como por este respecto la malvada 
Ambrosia nos dejase encantados, dejándose despe- 



90 OBRAS DB LOPE DB RUEDA 

ñar desde encima de un gran raudal y corriente de 
agua, dio fin á su vida, dando su dañado espíritu á 
las infernales sombras para in etemum; y agora nues- 
tro hado ó fatal estrella (según está permitido) y el 
tortario, moro, nos declara y dice que por esta moza 
Urbana, sobrina mía, yo y mi hermano Abruso sere- 
mos presto en libertad restituidos. ¡Sus!, voime, que 
1d5 pasos de Isacaro y Troyco, sobrinos míos (y en- 
tre sí no conoscidos), siento, los cuales sobre celos de 
Tymbria vienen competiendo y litigando. 
{Vase Meliflua y salen Isacaro y Troyco.) 

ISACARO 

Si acaso ó por ventura, Troyco, alguna repunta de 
cortesía ó de buen natural en tu rústica persona se 
asentase, ni yo de tu ^ tan quejoso y áspera y mal- 
vada condición viviría (sic), y tú dejarías de hacer 
aquello que á la conversación nuestra y amistad es- 
trecha que me solías mostrar eras obligado. Mas 
como tu dañada intención de lo bueno á lo no tal 
esté cambiada, ni yo sin queja de ti podré vivir, ni 
aun tú ni yo sin recelo de perder la vida nunca itos 
podremos asegurar. ^Cuál es la causa, Troyco, que 
habiendo sido tú de mí muchas y diversas veces per- 
! suadido y amonestado que delante la hermosa Tym- 

I bria lo menos que posible fuese te procurases de 

mostrar en juegos, en bailes, en correr, en ligeros 
saltos, poniendo premio contra otros zagales, en en- 



Así en los originales. 



TYMBRIA 91 



clavar con la ligera flecha á los pequeños blancos, ni 
en otros ejercicios y gentiles pruebas has hecho lo 
contrario? ^Ó es que tú me tienes ya en tan poco que 
de mí no haces caudal, ó es que tu persona tienes en 
tanta estima que de nadie ser anticipado haces cuen- 
ta? Mira, mira, Troyco, si tal imaginas ó piensas, sá- 
bete que en la mitad de la cuenta vives engañado. 
Por eso haz de tu voluntad propria lo que de fuerza 
serás constreñido de hacer, lo cual cumpliendo lo 
uno, como dicen, seremos de aquí adelante fieles 
amigos, y lo otro, excusarás que ;tú á mí ó yo á ti nos 
busquemos con asechanzas ^ lo último de la vida. 

TROYCO 

Si tú entendieses, joh Isacaro!, cuánto con tus ame- 
nazas soy escandalizado, ni tú darías tanta soltura á 
tu lengua, ni menos tu brioso corazón, impedido de 
malvados celos, dispararía por la infernal boca tan 
ponzoñosas palabras, envueltas en tantas diferencias 
de amenazar al que nada te debe, ni en tal negocio, 
ni en otro que ofensarte pensase te es en cargo. Ni 
tampoco pienses, Isacaro, que en el generoso pecho 
de la pastora Tymbria pensamiento alguno endere- 
zado á repunta de deshonesto amor se asentase. Pero ' 
ven acá, veamos: <*qué parte eres tú ni yo para que 
una zagaleja tan recogida, sus honestísimos ojos en 
ninguno de los dos con deshonesto mirar asestase? 
Vete, pues, malicioso, y no des lugar á ofender con 



^ Asi en ambos textos. 



92 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

tus acelerados intentos el casto corazón, ni permitas 
menos que tu alevosa lengua dispare cosas tan ocio- 
sas ni de tan poco provecho; especialmente que, pues 
del nuestro Sulco eres como yo jornalero, no alter- 
ques á proponer cosas con que la hija suya y tu se- 
ñora y mía difamada sea. 

ISACARO 

^Cómo quieres, ¡oh Troyco!, solapadamente y so 
color de lisonja soldar tus traiciones, siendo enten- 
dido todo lo que tu pésimo corazón no puede encu- 
brir? Pero pues ansí con tu aprobada malicia quieres 
enclavar mis palabras, con el ánimo fidelísimo pro- 
nunciadas y dichas voime, que á tiempo seremos 
donde de lo que has delante de mí propuesto te 
haga arrepentir. 

TROYCO 

Vete, que yo espero que en ese mismo tiempo que 
dices me habrás de demandar perdón de haberme 
ofendido sin tenerte culpa ninguna. 

( Vase Isacaroy sak Leño, simple.) 

LENO 

|Ah, Troyco! ¿Estás acá? 

TROYCO 

Sí, hermano; ¿tú no lo ves? 

LEÑO 

Más valiera que no. 



TROYCO 

^Por qué, Leño? 

LEÑO 

Porque no supieras una desgracia que ha sucedido 
harto poco ha. 

TROYCÓ 

^Y qué ha sido la desgracia? 

LEÑO 

^Qués hoy? 

TROYCO 

Jueves. 

LENO 

jjuevesl ^Cuánto le falta para ser martes? 

TROYCO 

Antes le sobran dos días. 

LEÑO 

Mucho es eso; mas dime: ^suele haber días aciagos 
así como los martes? 

TROYCO 

¿Por qué lo dices? 

LEÑO 

Pregunto, porque también habrá hojaldras desgra- 
ciadas, pues hay jueves desgraciados» 

TROYCO 

Creo que sf. 



94 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



LEÑO 

Y ven acá; si te la hubiesen comido á ti una en 
jueves, ^en quién habría caído la desgracia, en la ho- 
jaldra ó en ti? / 

TROYCO 

No hay duda, sino que en mí. 

LEÑO 

Pues, hermano Troyco, aconhortaos y comenzad á 
sufrir y ser paciente, que por los hombres, como di- 
cen, suelen venir las desgracias, y éstas son cosas de 
Dios. En fin, y también según orden de los días, os 
podríades vos morir, y como dicen, ya sería recom- 
plida y allegada la hora postrimera, rescebildo en pa- 
ciencia y acordaos que mañana somos y hoy no, 

TROYCO 

¡Válame Dios, Leño!; <es muerto alguno en casa, 
6 cómo me consuelas ansí? 

LEÑO 

¡Ojalá, Troycol 

TROYCO 

Pues (qué fué? ^No lo dirás sin tantos circunlo- 
quios? ¿Para qué es tanto preámbulo? 

I^ENO 

I Cuando mi madre murió, para decírmelo el que me 

I llevó la nueva, me trajo más rodeos que tiene vuel- 

tas Pisuerga ó Zapardiel, 



TYMBRIA 95 



TROYCO 

Pues yo ni tengo madre, ni la conoscí, ni te en- 
tiendo. 

LEÑO 

Huele ese pañuelo. 

'^ TROYCO 

Y bien, ya está olido. 

LE NO 

^Á qué huele? 

TROYCO 

A cosa de manteca. 

LENO 

Pues bien puedes decir aquí hué Troya. 

TROYCO 

¿Cómo, Leño? 

LEÑO 

Para ti me la habían dado, para ti la enviaba reves- 
tida de piñones la señora Tymbria; pero como yo 
soy, y lo sabe Dios y todo el mundo, allegado á lo 
bueno, en viéndola, así se me hueron los ojos tras 
ella como milano tras pollera. 

TROYCO 

¿Tras quién, traidor? ¿Tras Tymbria? 

LEÑO 

Que no, válame Dios; que empapada te la enviaba 
de manteca y de azúcar. 



^ OMláÉ ds lopb db rubda 

TROYCO 

^La qué? 

LEÑO 

La hojaldra, ¿no lo entiendes? 

TROYCO 

¿Y quién me la enviaba? 

LEÑO 

La señora Tymbria. 

TROYCO 

Pues ¿qué la heriste? 

LEÑO 

Consumióse. 



¿De qué? 
De ojo. 

¿Quién la ojeó? 
Yo, mal punto. 
¿De qué manera? 

LENO 

Ásenteme en el camino. 

TROYCO 

¿Y qué más? 

LEÑO 

Tómela en la mano* 



TROYCO 
LEÑO 

TROYCO 
LENO 

TROYCO 



97 



TROYCO 

¿Y luego? 

,LENO 

Probé á qué sabía, y como por una banda y por 
otra estaba de dar y tomar, cuando por ella acordé 
ya no había memoria. 

TROYCO 

En fin, que te la comiste. 

LEÑO 

Podría ser. 

TROYCO 

Por cierto que eres hombre de buen recado. 

LEÑO 

^Á fe que te lo parezco? De aquí adelante, si tru 
jere dos me las comeré juntas para hacello mejor. 

TROYCO 

¡Bueno va el negocio! 

LENO 

Y bien reñido y con poca costa y á mi contento. 
Mas ven acá: ^quiés que riamos un rato con Tymbria? 

TROYCO 

^De qué suerte? 

LENO 

Puédesle hacer encreyeñte que la comiste tú, y 
como ella piense ques verdad, podremos después tú 

T. II 7 



qS obras D£ LOPE DE RUEDA 



y yo reir acá de la burla, que reventará reyendo; 
¿qué más quíés? 

TROYCO 

Bien me aconsejas. 

LEÑO 

Agoni, en fin, Dios bendijo los hombrea acogidos 
á razón; pero dime, Troyco : ¿sabrás desimular con 
eílasin reírte? 

TROYCO 

¿Y de qué me había de reir? 

LENO 

¿Xn U: [larescc ques manera de reir hacelle encre- 
yentc que tú te la comiste, habiéndosela comido tu 
amigíj l.cn<>? 

TROYCO 

üicfs >iabiamente; mas calla; vete en buen hora, 
que }'o quiero dar vueltas sobre aquestas lagunas, 
que podrá ser con el arco matar alguna caza con que 
á lu noche nos holguemos. 

LEiro 
E.^o me contenta. Di, Troyco: ^'quiés que le diga á 
la señora Tymbria que te haga otra un poquillo ma- 
yor que la traspuesta? 

TROYCO 

Di lo que quisieres. 

LEÑO 

^Convidarme has á ella? 



TYMBRIA 



TROYCO 



^Y á qué te tengo de convidar, si tú eres tan bien 
comedido que aun ver no me las dejas? 



LEÑO 

jVálame DiosI ¿Y cómo no sientes que comérme- 
las yo de buen comedimiento procede? 

TROYCO 

Eso es verdad. 

LEÑO 

Pues yo te prometo, si otra me encomendaren, do 
ser más bien comedido. 

TROYCO 

¿Cómo, Leño? 

LEÑO 

Que aun el olor donden ^ me la dieren no te 
quedará allí si yo puedo. 

TROYCO 

Hazlo ansí, y vete con Dios. 

LEÑO 

En fin, diréle allá que has almorzado muy á tu 
sabor. 

TROYCO 

Bien puedes. 



* Así en el original. En la de Sevilla «donde». 



IDO OBRAS DB LOPB DE RUEDA 



LEÑO 

Rettjzándome va la risa de la burla que le tenemos 
de hacer si sabes disimular. 

TROYCO 

iOh| pobre de ti, señora Tymbria, y cuan engañada 
vives cuiimigo! Verdaderamente, si tú alcanzases que 
i5oy mujer como tú, sé que el amor que agora me tie- 
nes cu perpetuo aborrescimiento lo cambiarías, ni 
tampcictj el pastor Isacaro tan rodeado viviría de mal- 
vados celos contra mí. Mas ¡ay triste! Callar me cum- 
jile y entrarme de presto, que veislo do asoma, 

(Sdi^e Troycoy entra Isacaro.) 

ISACARO 

¿Agora podráme negar Troyco, según soy infor- 
mado por Leño, el mozo de casa, sobre cierta hojal- 
dra que Tymbria le enviaba, que no se amen oculta 
y secretamente los dos? Vaya, que pues en abierto 
quedó nuestro pleito, yo seré contigo presto, Troy- 
co, con mi demanda. Mas con todo, veamos á do 
bueno va Violeta con Fulgencia la negra. 

VIOLETA 

Buenos días, hermano Isacaro. 

ISACARO 

líc^rniana Violeta, en buen hora vengas; mas ^qué 
bueníjs días quiés que tenga el que jamás espera 
haber hora de contentamiento? 



tvmbría tor 



VIOLETA 

Noramaza sea. 

ISACARO 

^De do bueno, hermana? 

VIOLETA 



De aquí venimos yo y Fulgencia, de coger ciertas 
raíces de no sé qué yerbas. 



ISACARO 

¡Ah, señora Fulgencia! <Cómo se nos desvía tanto 
allá? jVálame Dios! (No nos quiere hablar? 

FULGENCIA . 

Sí, por cierto, siñor; fablamo y servimo á buena fe; 
ya ve, como la persona samo tan negro cerradaz y 
recogidaz, anque samo na campos, no te maraviya 
vosa mercé, y como tampoco sa forana esa cayando, 
que no lo asamo decir óxete ni móxete. 

VIOLETA 

¡Mira la galga! ^No veis cómo hace de la honesta y 
qué negra gravedad tiene la perra, cara de mirla en- 
jaulada? 

FULGENCIA 

Sa la verdad, por cierto, que tenemo un poquito la 
color morenicas; mas costarse la voz un ojo y tuerto 
la otro y tenga la voz la faisón de mi caras. 



OBRAS DB LOPB DB RUEDA 



ISACARO 

iVákme Dios! ^Y no se ve? ¡La diferencia es boba! 

VIOLETA 

Sfj si; dígale aquesto á la ximia, y ponérsenos ha 
jnáü hueca que pega con arracadas. 

FÜLGENCIA 

jAy, mandaría, testimoñera! Dígame, siñor Sacaro: 
^yo la úcnt la cara como ximia? 

ISACARO 

Calla, señora Fulgencia; déjala devanear, que como 
es muchacha, no entiende lo que se dice. A mí, que 
te quiero como á mi vida, me paresces ^ tú bien, que 
á lús otros siquiera los cuelguen. 

FULGENCIA 

Turo me lo conozco, turo me lo entiendes; ma 
samo corrido que delante que bien quiéresme ofren- 
tar aquesa rapaza. 

ISACARO 

Que ]jor eso, señora Fulgencia, no se os dé un 
pelo, que todos somos de casa, especialmente que 
elJa es tan bien acreditada conmigo cuanto de su 
hermosura tengo noticia que no hay que parar en 
nada. 



I «Fúit;^ce> en los ori^nales. 



ÍYMBRTA 103 



VIOLETA 

Sí, SÍ, jválame Diosl; no tuviese ella un poquito la 
color de oliveta de Mallorca, que lo demás, ^qué le 
falta? 

FULGENCIA 

Mira, fiya, la pan morenicas llevas la terraz. Por 
ciertoz, siñor Sacaro, la utro día me miraba con la 
pejo de siñora Tymbria, y no lo digo porque labas, 
ni porque san yo, mas un cara, un cara, ¡mira vosa 
mercé! 

ISACARO 

Sí; guárdenos Dios. 

FULGENCIA 

Pues ofrézcote á lo diabros, la diferencia la tienes. 

VIOLETA 

A lo menos tiene la cara como la luna. 

FULGENCIA 

^Pues qué mientes, machacha? 

VIOLETA 

^No digo yo, señora Fulgencia, que miente vuesa 
merced? Que no hay diferencia de su cara á la luna 
cuando está eclipsa,da, querrá ella decir. 

FULGENCIA 

jAy, maldita que te veas, picudas, maliciosas! 



104 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 

ISACARO 

Mejor me parescería pasar el tiempo en otra cosa 
que no amordazaros con palabras. Pero dime, señora 
Fulgencia : ^tiéneste la voz que solías tener? 

FULGENCIA 

¡Ay, siñor mío Jesúl Agora major que nunca, por 
ciertos. 

ISACARO 

Pues hágame una merced, que yo tañeré mi guita- 
rra, que cante un poquito. 

FULGENCIA 

Guárdeme Dios na diabro, no me la manda. ^No 
mira que samo refriados y pechigona? 

ISACARO 

Como quiera, señora Fulgencia, parescerá bien. 

FULGENCIA 

¡Ay, siñor! Y tanto me la jura, que no sa razón 
quebrantemos juramentos, aunque á mi ánima que 
me na cupa mucho na vergüenza. 

VIOLETA 

Entónesenos la lechuza. 

FULGENCIA 

Ora vaya; tañe la Comendadoras ^. 



^ En la de Sevilla falta lo que dicen Violeta y FUI4QENCIA 
en este lugar. 



tVMBRIA 105 

CANCIÓN 

La Comendadoras 
por mi mal me vi, 
amarga te veas 
cuitara de mí. 
La Comendadoras 
de Casalava 
salí de Sevilia, 
enora mala 
para la vosotros 
quien no la daba 
y á lo pajesicos 
que van pos de ti. 
La Comendadoras. 

ISACARO 

La merced, señora Fulgencia, ha sido muy grande 
para todos, especialmente para mí; pero porque es 
tarde, quiero dar la vuelta, ques hora de recoger el 
ganado. Señora Fulgencia, ^querráme abrazar? 

FULGENCIA 

¡Jesú, Jesú, tal decir á una dueñas tan honradas 
como yo la so! 

VIOLETA 

Hágalo, por vida de la cuerva. 

FULGENCIA 

jAy, putiñas, cabuetas, descaradasl 



106 OBtlAS DB LOt>B DE RÜBt>A 



ISACARO 

¡Eh, que aquí bien puede pasar! 

FULGENCIA 

I Quítate allá, arredro vaya, mal beso, mal diabrosl 

ISACARO 

Adiós, mi señora Fulgencia.. 

FULGENCIA 

Sí, por ciertoz; muy contento va goras por bra- 
marme. 

VIOLETA 

jVálame Dios! Es para perder el seso. 

FULGENCIA 

¿No callarás, pu tilla? ¡Ay, qué mala machachal 
¡Qué mal brasada te veas aquesa yengua! Aunque 
Dios la quiera hacer merced á la personas, no pode- 
mo contigos. 

VIOLETA 

¿Sí? ¡Guárdenos Dios! Está el otro que se muere 
por ti. 

FULGENCIA 

Vo me la sanare á la lumbre de mi caras y de. 
mi ojos. 

VIOLETA 

Anda, vamos, acabemos. 



TYMBRIA 107 



FULGÉNCIA 

¡Ay, siñor! Pleguete á vos que ante que la térra la 
echa sobre la ojo, me vea yo casados con mi que- 
ridos, 

{Éntranse Violeta j^ Ftdgenciay sede Asobrio, pastor.) 

ASOBRIO 

La soledad y falta de contraria y rústica conver- 
sación á los afligidos corazones muchos afirman que 
suele dar contentamiento y descanso, y asimismo á 
los que de tan ponzoñosa yerba son tocados. ¡Ay, 
fortuna cruel, cuánto yo más que otro ninguno de tu 
crudelísima condición me debo querellar, pues por 
tu malvada desorden, acompañada de la tirarfla de 
aquel desapiadado de Liceno, mi hermano, de señor 
en un pobre jornalero me he convertido, viniendo á 
parar en casa de Sulco por huir su destemplada y 
horrible furia, pues procurando mi muerte el alevo- 
so, siendo yo niño, y por quedar apoderado de la 
hacienda que nuestros padres nos dejaron, de unos 
corredores abajo sin misericordia ninguna me lanzó, 
y á mi hermanica Toscana á ciertos criados suyos 
mandó que en lo más espeso de las montañas la de- 
jasen desamparada, para que de los selváticos anima- 
les y de las brutales bestias pudiese ser comida! Y 
lo peor de mi infortunio es que de aquí no soy sufi- 
ciente [á] despedirme; y la principal ocasión por 
donde perdí la libertad de ausentarme es el amistad 
y el amor grande que Troyco, el zagal de casa y 



loS OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

compañero nuestro, de su propria gana y casi sin 
volverle yo el recambio me muestra; el cual, enten- 
diendo muchas veces de mí estar ^ determinado se 
ausentar mi persona, dulce y amorosamente y [con] 
encarecidas plegarias me lo ha estorbado. Á cuya 
causa y por reconoscelle algo de lo mucho que le 
debo en este hábito me sostengo. ¡Tatel No sé quién 
entre los quicios hacia acá sus pasos blandamente 
revuelve. 
{Entra Troyco, pastar.) 

TROYCO 

^Quién va allá? 

ASOBRIO 

Quien por conservar tu amistad y conversación 
dulce, consigo propio está enemistado. 

TROYCO 

Aclárate más, Asobrio, si deseas que tus palabras 
entienda, y dime cómo es aqueso. 

ASOBRIO 

Una amistad estrecha con otra, un Qtro amor con 
otro mismo amor se suele pagar, amigo Troyco, y 
como yo siento que por la bondad tuya y no por otro 
interese de mí contento estés, no puede correspon- 
der la paga de mis obras, si no es con tener conosci- 
miento de poder recompensarte con la misma mone- 
da, que es tenerte aquella amistad extremada que 



Repetida en los originales esta palabra. 



TYMBRIA 109 



hasta el día de hoy me has mostrado, y á causa de 
no perdella, no oso de Sulco despedirme, por no 
quedar desapasionado de lo que yo tanto estimo. 

TROYCO 

Muy largos años de vida tengas, amigo Asobrio, y 
aunque yo conozco que tu buena condición me pague 
en algo la sobrada voluntad que te tengo, bien co- 
noscido he que no solamente por la amistad que tú 
confiesas tenerme es tu tardanza; mas si me das 
Ucencia y con lo que te dijere no rescibes pesadum- 
bre, declararte he una duda que muchos días ha que 
en mi pecho está muy oculta. 

ASOBRIO 

De ninguna cosa que tú me digas, amigo Troyco, 
puedo yo rescebir repunta de alteración, ni ningún 
desabrimiento; así que de mí no temas, di lo que 
quisieres, que como amigo te juro de estar á todo 
cuanto dijeres subjeto y obediente. 

TROYCO 

Ya que me has concedido la licencia y el perdón, 
asimismo si con palabras te ofensare, digo, Asobrio, 
que no puedo creer enteramente, como denante dije, 
que sola mi amistad te detenga en esta sierra, antes 
creo que podríamos decir por ti: «Aquel pastorcico, 
madre, que no viene, algo tiene en el campo que le 
duele.» 



1 10 OBRAS DB LOPE DB RUEDA 



ASOBRIO 

jAy, Troyco, amigo mío, y cuánto vives engañadol 
Y aunque más no te aclaras, ya entieildo pisada por 
pisada donde tu intención está medida por las pala- 
bras que has pronunciado. Tu querrás decir que 
como Tymbria, la hija de Sulco, amo nuestro, tan 
generalmente comunique con todos... 

TROYCO 

Ya, ya; no pases adelante, que enclavado has en 
el fiel donde yo de punta en blanco asestaba. 

ASOBRIO 

Asegura tu corazón, Troyco, que aunque de quien 
yo soy aquesa pastora es i, podría ser haya grandí- 
simos quilates de diferencia; y descuídate, Troyco, 
que por la amistad que ya te he confesado, no alzaré 
yo más mis ojos á miralla por vía deshonesta que si 
ella fuera mi carnal hermana, y despide los celos que 
te han hecho disparar contra este amigo tuyo. 

TROYCO 

Estoy tan asegurado, Asobrio, de lo que me has 
dicho, como si con los proprios ojos lo viese; así, 
pues ya tienes conoscida la extrema afición que yo 
á Tymbria sin nos hablar nos tenemos, pídote, amigo 
carísimo, la fidelidad y secreto guardes como de ti se 
espera; y en señal de confederación nuestra te quiero 



* Así en ambos textos. 



TYMBRIA 1 1 1 



abrazar, y déjame solo, porque muchos días ha que 
traigo un valiente jabalí espiado para ver si podré 
llevar á ejecución la muerte suya. 

ASOBRIO 

Pues á Dios, mi Troyco, y él te conceda la victo- 
ria, por que con la valentía de tu brazo todos en casa 
á la acostumbrada hora nos regocijemos. 

TROYCO 

¡Oh, amor cruel, y cuánto contigo vivimos todos en 
esta casa engañados! Tymbria, imaginando que yo sea 
varón, engañada conmigo; Isacaro por matarme, sin 
yo en ninguna cosa serle deudora; yo pidiendo celos 
fingidos á Asobrio por que no quiera bien á Tymbria, 
á causa del entrañable amor que ocultamente como 
mujer muy enamorada le tengo, y él á mí con el 
amistad clara y sincera, como un compañero suele 
querer á otro. Voime, que Leño ,me paresce que 
asoma. 

{Sálese Troyco y entra LenOy simple.) 

LENO 

Muchas veces ajorman los hombres cosas que les 
valdría más estar cuartanarios en la cama y aun quin- 
tañarlos. Mirad, por vida vuestra, quién le mandaba á 
mi amo cuando me envió por aquella carga de aula- 
gas para calentar el horno, tantas retartalillas ni tan- 
tos retruécanos. Parésceme á mí que para un hombre 
discreto y agudo como yo, bastaban el tercio de. las 



1 1 2 OBRAS DB LOPE DB RUBDA 

palabras, que de cansado de nimiallas á la sombra 
de un lentisco me adormí, y despertado, me hallé sin 
asno y enjaquimado desta suerte. ¡Válame Dios! Si 
por mi mala suerte algunas estantiguas me han con- 
vertido en asno, adobado está Leño. ¡Ah! Plegué á 
ti, angelo Migúelo, que me depares alguno que me 
conozca y desengañe quien soy. ¿Oixte quién sale 
allá? Quiero llamar. — |Ah, señora! 

MESIFLUA 

^Quién eres? ¿Cómo te llamas? 

LEÑO 

'Eso querría yo saber. 

MESIFLUA 

Qué, ¿tu nombre proprío no sabes? 

LENO 

Pus si lo supiese, ¿qué me faltaba? 

MESIFLUA 

¿Dónde has partido hoy, ó quién te puso ese re- 
bozo? 

LENO 

Yo creo que de casa de mi amo Sulco. 

MESIFLUA 

Pues ¿á qué saliste de casa de tu amo, ó cuándo? 

LENO 

Ayer salí antes que el sol. 



TYMBRIA tIJ 



MESIFLUA 

¿Por qué ibas? 

LEÑO 

Si soy el que pienso, por una carga de aulagas para 
calentar el horno, porque estaba ya el pan masándose 
cuando salí de casa. 

MESIFLUA 

Y ¿cuándo se había de cocer el pan? 

LENO 

Ayer había de estar cocido, que dos días ha que 
por no haber polvo de harina en casa nos dábamos 
al ayuno. 

MESIFLUA 

¡Buen recado se tiene la gente de tu amo con tal 
priesa! Pero agora, ¿qués lo que quieres, ó qué buscas? 

LENO 

Querría saber quién soy ó cómo me llamo. 

MESIFLUA 

(Dt qué manera quiés saber aqueso de mí? 

LENO 

¿De qué manera? Que yo me volveré acullá la cara 
y llamarme heis por mi nombre, y si os respondiere, 
yo debo de ser. 

MESIFLUA 

¿Y si no respondes? 

T. u 8 



1 14 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

LEÑO 

Si no respondiere á Leño, daré conmigo en casa 

|[ de algún saludador y rogaréle que me conjure, que 

k quizá debo ser el álima del mozo de Sulco, que 

cuando se echó á dormir le debieron de matar y en- 

j jaquimar. 

r MESIFLUA 

Bien dices. ^-Por qué nombre quiés que te llame? 

LENO 

Cuando era vivo, Leño me llamaban. 

I MESIFLUA 

Pues calla y Uamaréte. 

I LEÑO 

m. Déjame volver de espaldas. 

MESIFLUA 

m- Vuélvete. 

j LENO 

Heme aquí. ¡Sus! Bien me podéis llaman 

MESIFLUA 

¡Lenol 

LENO 

. Alza un poquito más la voz. 

mk MESIFLUA 

¡Lenol 



k^. 



TYMBRIA 115 



LEÑO 

<Qué OS praz? 

MESIFLUA 

¡Ahí ^Ves como eres tu? 

LEÑO 

Sí, sí; yo soy, yo soy. ¡Oh, bendito aquel que me 
dejó hallar! En mi vida me había visto tan confuso. 

MESIFLUA 

Y agora, ^qué quieres hacer? 

LENO 

Desllorarme á mí y comenzar á llorar al asno, que 
creo ques el perdido, y entraréme en casa. 

MESIFLUA 

Ve norabuena. 

LENO 

Reventado muera yo si de aquí adelante no me 
hago poner un escrito en las espaldas que diga cuyo 
soy y cómo me llamo y en qué barrio moro, como 
suelen poner á los niños cuando comienzan á cami- 
nar. 

MESIFLUA 

' Bravamente se nos asigna y acerca el tiempo don- 
de mi hermano Abruso y yo en nuestras libertades 
seremos restituidos; pero antes que el término llegue, 
será menester proveer otra cosa. Isacaro y Urbana, 



1 16 OBIUS DB LOPE DB RUEDA 

sobrinos míos, están sobre celos de Tymbrta,"la pas- 
tora, amordazados, y éste es el lugar donde ha de ser 
su competencia. El alárabe que á mi sobrina crió ha 
con su sabiduría proveído en cómo por mi mano, 
arrojando aquesta flor en el suelo, de tal sueño sean 
lodos opremidos que de sí no sepan; y más que Aso- 
brío con Isacaro por mi mano sean metidos y enla- 
zados en el tueco del robre, donde mi hermano 
Abruso está encantado y detenido, para que á un 
mismo tiempo ellos se conoscan y todos queden 
libres. 
{ Vase Mesifluay salen Troycoy Leño, simple,) 

TROYCO 

Mira, Leño, que no estoy de tu temple; déjame, 
que ni he visto el asno, ni sé qué se ha hecho, ni sé 
qué te responda. 

LENO 

^No harás una cosa por amor de mí, hermano 
Troyco? 

TROYCO 

Sí; ^qué quiés que haga? 

LENO 

Que entres en el estabro y sepas del como nos 
perdimos el uno del otro, ó por qué camino echó su 
merced, y si viene despeado, y qué le acontesció eu 
el camino, y todo lo últimQ de su sucedimiento* 

TROYCO 

* ^Y de quién tengo de saber aqueso? 



TYMBRIA 117 



LEÑO 

Del asno; anda, ve. 

TROYCO 

¿No digo que no está en casa? 

LEÑO 

Aqueso es peor. 

TROYCO 

Entra tú allá y pregunta á esos mozos de casa si 
por ventura haya venido, 

LENO 

|Mi madre! No me conoscerá ya ninguno. 

TROYCO 

<Por qué no te han de conoscer? 

LEÑO 

Debo venir muy barbado. 

TROYCO 

¿Cuando saliste de casa? 

LEÑO 

Ayer de mañana. 

TROYCO 

Pues ¿desde ayer de mañana no te habían de co- 
noscer? 



1 1 8 OBRAS DB LOPE DE RUEDA 



LEÑO 



¡Mira qué milagro tan grande!; no me conoscía yo 
proprio; ved cómo diabros me conoscerán los que no 
son yo. Pero dime : ¿está señor en casa? 

TROYCO 

Pienso que sí. 

LENO 

¿Y podré entrar yo sin que me vea? 

TROYCO 

Bien podrás. 

LENO 

¿Hame prometido algo de ayer acá, si sabes? 

TROYCO 

¿Qué te había de prometer? 

LENO 

Alguna tarea. 

TROYCO 

¿Y de qué? 

LENO 

¿Es vivo aquel cayado largo que él suele traer? 

TROYCO 

En la mano se lo dejé yo agora. 



TYMBRIA 119 

LEÑO 

Ya me paresce que le siento andar tomándome la 
medida des tas costillas, como suele; mas buen re- 
medio. . ^ 

TROYCO 

<Qué remedio? 

LEÑO 

Colarme en la pajiza y soterrarme muy bien en la 
paja, y en llegando allí cualquiera que me vea, hace- 
lle encreyente que soy ratón de las Indias. 

TROYCO 

Bien has dicho; anda, vete. 

LEÑO 

Troyco, no dejes de irme á ver si se tardaren mu- 
cho en sacar paja, que allí me hallarás, y no te des- 
cuides de llevarte algo en las manos, que el estóma- 
go tengo hecho levadura de pura hambre, y por excu- 
sar los palos holgaré de estarme allí hecho ermitaño 
de pajar. 

TROYCO 

Bien harás; ve con Dios. 

LEÑO 

Tomara yo agora otra mantecada como la de ma- 
rras, aunque nunca Dios la dejara tener canela ni 
azúcar. 

TROYCO 

Aqueste es el lugar adonde el loco de Isacaro y yo 



I20 OBRAS DE LOPB DB RUEDA 



quedamos que nos veríamos. Grandes son los celos 
que aqueste zagal tiene de mí, el cual si tuviese en- 
tendido quién soy, bien cierto sé que de tal livian- 
dad estuviese su corazón bien asegurado. Pero [ay, 
cuitada, cuan encogido linaje es el mío!, pues para 
mi honestidad, más lícito me será morir aquí á sus 
manos, cuando mi contraría fortuna en tal trance me 
pusiere, que no por temor de la muerte darme á co- 
noscer quién yo sea. Gran sueño me acude: ^qués 
esto? Recostarme quiero aquí un poco entretanto que 
rae viene mi contrario. 

{Échase d dormir y sale Isacaro.) 

ISACARO 

Ya estoy en el puesto; agora se averiguará entre mí 
y el malvado de Troyco cuál de los dos tema cargo 
de servir á mi amada pastora Tymbria. Mucho se 
tarda, que de la limitada hora que pusimos el tér- 
mino pasa; mas helo allí do yace durmiendo. ¡Oh, 
traidor! Qué, ¿en tan poco me tienes, que no te dig- 
naste aguardarme despierto? Aguarda, pues, que yo 
te daré el pago de tu locura. 

ASOBRIO 

Tente, tente, Isacaro; no acometas durmiendo al 
que despierto habrá duda si le osases hablar. 

ISACARO 

Y ¿qué parte eres tú, Asobrio, para que yo no ese- 
cute en este traidor la poca cuenta que ha hecho 
de mí? 



TYMBRIA 121 



ASOBRIO 

¿Qué parte, dices, Isacaro? Muy grande. Basta ha- 
bérseme dado Troyco por amigo íntimo para que yo 
por él pueda pedirte la alevosía que sobre seguro 
ibas á cometer; y si te paresce, arriédrate lo que te 
cumple en tanto que yo para lidiar contigo me aper- 
cibo, que pues estamos solos, deja reposar al mozo, 
que yo en lugar suyo haré armas contigo de bueno á 
bueno, y te daré á entender qué cosa es acometer los 
hombres sobre asechanzas. 

ISACARO 

Soy contento; ¿cómo te paresce que sea nuestra 
lid? 

ASOBRIO 

Tú traes un puñal, yo asimismo este cuchillo; des- 
pójate, que antes quel mozo despierte, uno de los dos 
será quito de cuidado. 

ISACARO 

Soy contento, que después que de ti quedare libre, 
haré del traidor que duerme á mi voluntad. 

ASOBRIO 

Bien dices; aqueso será si para hacello te conce- 
dieren tiempo. 

ISACARO 

¿Tiempo? Aunque no quieras. 



122 OBRAS DB LOPB DE RUEDA 

ASOBRIO 

Pues hazte afuera, que agora lo- verás. 

{Queriindose dar Is<uaro y Asobrio, echa Mesiflua 
una flor y caen adormidos, y los lleva encantados can- 
tando aponer en el tueco del drboL) 

CANCIÓN 

En esta rosa encantada 
irán los dos litigantes; 

¡fuera, fuera!, 
que Amor no quiere que muera 
ninguno de los amantes. 
Cada cual vive engañado, 
ninguno sabe entenderse; 
procurando de ofenderse, 
á tal término han llegado. 
Amigos serán cual antes; 
¡fuera, fuera! 

{Después de habellos dejado en él tueco , vuelve d Troy- 
cOf que por otro nombre se llama Urbana, por ser mu- 
jer, y dice): 

MESIFLUA 

Levanta, Urbana, hija, que el que ha de ser tu es- 
poso sin conoscerte te ha librado de la muerte, al 
cual agora es menester que tú lo saques de la prisión 
en que está preso. Levanta, y si no lo sabes, aqueste 
es el nombre que tu padre, hermano mío, te hizo po- 
ner al tiempo que te cristianaron, y toma aquesta 
flecha, el hierro de la cual forjó el gran maestre Vul- 



TYMBRIA 123 

cano; herirás á su tiempo con ella en un árbol, que 
por cierta persona te será mostrado, de donde sal- 
drán á luz algunos, de que así ellos como tú rescebi- 
réis extraño contentamiento. 
{Recuerda Troyco) 

TROYCO ^ 

Extrañas cosas he visto en mi prolijo sueño; ^-y si 
ha sido verdad ó no lo que como en revelación he 
pasado? He aquí la flecha, y el hierro de la cual, se- 
gún yo entre sueños oí, forjó aquel grande artífice 
Vulcano. Voime, que quien entre sueños me dio 
aviso, me dirá lo que en la flecha se ha de obrar á su 
tiempo. 

( Vase Troycoy entra Sulco con Leño, simple, lleno de 
granzones de paja.) 

SULCO 

jOh, hideputa, perro! ¡Qué diligente mozo! ¡Aguar- 
daldo con la carga de leña! ^-Parécete bien que á es- 
tar sin comer en casa que estuviéramos frescos? Har 
bla: <de qué enmudeces? ^Qué hacías escondido en 
la pajiza? ^Do el asno? ^Dónde lo has dejado? ^Qué 
es aquesto? ^No hablas? ^Oyes? Dame acá aquel láti- 
go con que yo hago hablar á los mozos. 

LEÑO 

Aqueso sería si yo huese mozo, como vuesa mer- 
ced dice. 

SULCO 

¡Bendito aquel que os ha hecho hablar! Pues ¿quién 
sois, señor> 



134 OBRAS DB LOPB DB RUEDA 

LEÑO 

Señor, soy de lejos de aquí. 

SULCO 

(De dónde? 

LEÑO 

Por la mar he venido. 

SULCO 

¿De dónde venistes? 

LEÑO 

De las ínsulas. 

SULCO 

¿De las ínsulas? Jurara yo que érades Leño, un 
mozo que yo había enviado por una carga de aulagas. 

LEÑO 

Engañado vive vuesa merced, que no soy, por mis 
pecados, sino ratón de las Indias. 

SULCO 

¿Ratón? Mucho habéis criado para ratón. 

LEÑO 

Señor, soy criado en la tierra gruesa. 

SULCO 

¿Qué tierra gruesa es la vuestra? 

LEÑO 

Señor, en mi tierra hay hombres que tienen en 
cada dedo cincuenta y dos coyunturas. 



tVmbrU i 25 

SULCO 

Muy grandes son esos hombres; á esa cuenta pa- 
sarán de palmo de vara. ^Y qué hay de coyuntura á 
.coyuntura? 

LEÑO N 

Señor, hay de una coyuntura á otra dos varas y 
media. 

SULCO 

Si tan grandes son como vos los ratones de vues- 
tra tierra, los gatos que los cazaren, ^de qué tamaño 
pueden ser? " 

LEÑO 

Señor, serán de quince leguas de largo. 

SULCO 

<Y de ancho? 

LENO 

Veintidós. 

SULCO 

.^Cómo es posible ser 'más anchos que largos? 

. LENO 

Porque son hechos ancho por largo. 

SULCO 

<'Y qué hacíades vos en mi pajiza? 

LENO 

Señor, éntreme huyendo de un cabo de guaita. 



126 OBRAS DB LOPE DB RUBDA 

SULCO 

Ora bien está. Átenle al brocal de aquel pozo y 
no le den de comer bocado hasta que venga quien le 
conozca. 

LENO 

Señor, no me aten, que ratón manso soy. Lléven- 
me á la cocina, si vuesa merced mandare, y asiénten- 
me cabo las ollas por que asombre á los gatos. 

SULCO 

No curéis; hágase lo que yo mando; amárrenle va- 
lientemente y no le den á comer sino algunas sobras 
de lechugas, ó cercenaduras de cardos, ó otras cosas 
livianas, por que amengüe de cuerpo. 

LENO 

El demonio me ha hecho hablar, si por huir de un 
hoyo cae hombre en otro mayor. Déjeme y fíe de mi 
palabra, que yo mismo me voy á amarrar. 

SULCO 

Tira, pues. 

TYMBRIA 

Bien hallado, padre señor. 

SULCO 

En dichosísimos hados seas allegada, amada Tym- 
bria. ¿Pues cómo se ha pasado hoy el día, amiga? 



TYMBRIA 127 



TYMBRIA 

Muy á placer, que como el día les ha hecho tan 
sosegado y claro, ha sido grandísima recreación ver 
salir á luz muchos corderos, á los cuales después de 
haber nascido he procurado con mis proprias manos 
traer amorosamente á mamantar, entre los cuales la 
nuestra chiva de piel remendada, de dos chivateznos, 
macho y hembra, tras el peñasco de las adelfas que 
los términos reparte hallé parida, de donde, ora sobre 
mis tiernos hombros, ora en mis regazos, en cabo de 
mi halda, hasta dejallos abrigados en su chivatil yo 
propria he acarreado. 

SÜLCO 

Dios te lo pague, hija amada; pero ^sola has an- 
dado? 

TYMBRIA 

Señor, no, que Fulgencia, la esclava, y Violeta han 
andado conmigo en mi compañía, las cuales, como el 
sol ha sido destemplado, antes que al término de me- 
diodía con su calor nos molestase, tejiendo esta 
guirnalda de las flores que mejor les parescieron, 
sobre mi desnuda cabeza casi por fuerza me han he- 
cho á manera de sombrero poner. Pero dígame, se- 
ñor : ^-qué zagales han vuelto de los que esta madru- 
gada salieron con el ganado? 

SULCO 

' Hija, todos dieron la vuelta muy temprano, los 



12^ , ÓBRAá DB LOPE DE RUEDA 

cuales, ante que ninguna cuenta diese[n] de si, unos 
en pos de otros sin hablar se han ido, donde no pe- 
queño cuidado con su novedad me han puesto, según 
todos iban de su proprio color cambiados. 

TYMBRIA 

Desa suerte, señor, enojados debieron salir, 

SULCO 

No hay duda, hija; pero entrémonos en casa si te 
paresce, que mozos son y ellos se avendrán. De Troy- 
co, que es el más delicado, me pesa si por ventura á 
las manos viniesen. 

TYMBRIA 

No harán, señor; mas si me das licencia, yo quiero 
llegarme hasta aquel cabezo, dende la cumbre del 
cual podré otear si alguno dellos con la vista devisa- 
se, que no será razón que por falta de diligencia se 
perdiese ninguno dellos, especialmente estando en 
nuestra casa y comiendo tu pan. 

SULCO 

Bien dices, hija, que entretanto yo haré á estas 
mozas que aderecen lo que para la cena será me- 
nester. 

TYMBRIA 

En balde, joh venerable Sulcol, te será guardar á la 
que con tanto trabajo y cuidado hasta el día de hoy 
has procurado criar, que de otro pasto del que tú 
harás será mi cuerpo sacrificadp, pues agora siento 



TYMBRIA 129 



á la clara que por celos de mi malvada hermosura 
aquel traidor de Isacaro al innocente de Troyco debe 
haber dado la muerte. Pero yo entiendo antes que 
me sienta ninguno de hacelle compañía. |Oh, amor 
cruel, en qué trance haces venir á los que sin lisonja 
tus ciegos pasos seguimos! No te cures, traidor, que 
yo saciaré la hambre tuya con la abundancia de la 
sangre que de mis venas será vertida, pues con mis 
manos proprias verás cercenada la vida de aquesta 
infelice pastora. ^'Qué aguardo que con este pequeño 
cuchillo no rompo animosamente lo interior de mi 
pecho, donde, desangrándose poco á poco, antes que 
de nadie sea socorrida, verás mi ánima del desven- 
turado cuerpo en espacio breve ser separada? 

{Aqui, queriéndose dar Tymbriay sale Mesiflua y la 
detiene^ diciendo) : 

MESIFLUA 

Tente, tente, pastora cruel; no hieras con furia y 
mano acelerada el delicado pecho, que ni el tiempo 
es allegado, ni menos hay ocasión para lo hacer. 

TYMBRIA 

Y dime, dueña de extraño traje : ^- quién eres, vea- 
mos, que en tan escombrados sitios y desiertos luga- 
res vienes á deshora, ó por qué sin conoscerme de 
un tan excesivo contentamiento me has querido es- 
torbar? 

MESIFLUA 

Mi traje no te debe poner alteración, que mujer 
T. n 9 



150 OBRAS DB LOPB OB RUBDÁ 

soy, como tú humana *; mi proprio nombre esJMesi- 
ñua; en el hábito que me has visto me dejó una dábi^ 
dora, grande y capital enemiga de toda nuestra ge- 
neración, convertida. 

TYMBRIA 

Más á la clara, señora, querría saber de ti-cu41'ha 
sido la causa de allegar á tales términos, ó por. qué 
me has dicho que no habrá ocasión de hacer lo que 
ya tenía determinado. 

MESIFLUA 

Yo te lo diré, ten atención. Los pastores que el 
ganado de Sulco, el que tienes por padre, apacenta-^ 
ban, vivos son, el uno de los cuales es tu camal 
hermano. 

TYMBRIA 

i Ay, señora! Por Dios te ruego, y así en la libertad 
que deseas te veas en breve restituida^ te me aclares 
más, que cosas extrañas son las que dé tu. meliflua 
voz siento. 

MESIFLUA 

óyete, que no soy venida á otro, sino para hacerte 
saber que Asobrio es tu carnal hermano, los dos en 
casa de padres illustres criados, y cómo por la envi- 
dia de un hermano de entrambos, el cual ya es muer- 
to, á ti, niña, hizo echar á las bestias que te comie- 
sen, de do fuiste hallada y traída en casa de Sulco, 
quien como hija te ha criado. 



* En la de Sevilla «heimana». 



TYMBRIA 131 

TYMBRIA 

Y de mi hermano, ^no. me diréis, señora, en qué 
manera viho á parar donde yo estaba? 

MESIFLUA 

Arrojado de unos corredores abajo por el hermano 
de los dos, huyendo la muerte, vino como desterrado 
á asentar en casa de Sulco. 

' TYMBRIA i 

jAy, sabia señora! Llevadme, por Dibs, donde yo lo 
pueda ver, que con gozo tan extraño será aliviarme 
toda la congoja pasada. 

^ MESIFLUA 

Aguarda, que primero saldrán de prisión poi las 
manos de Urbana. 

TYMBRIA 

¿Cuál Urbana, que agora llega ese nombre nueva- 
mente á mis oídos? 

MESIFLUA 

Troyco, el zagal á quien tú y todos teníades por 
varón, es doncella, la cual también fué criada por un 
extraño caso. 

TYMBRIA 

jOh, ventura grande! Agora que sé que es mujer 
como yo, la amaré más afectuosamente de un castí- 
simo amor de hermana; pero agora, dueña- sabia, te 
ruego me digas : Isacaro, zagal, ¿qué se ha hecho? 



133 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 

MESIFLUA . 

Isacaro, hermano es de Urbana y hijo también de 
generosos padres, como tú, el cual, dejando su ha- 
cienda encomendada á su tutor, pasando por esta 
Extremadura, como él te viese en hábito de pastor, 
tuvo por bien de asentar con Sulco, por gozar de tu 
vista; mira cuánto le debes. 

TYMBRIA 

Por cierto mucho, y más por ser, como has dicho, 
de la mi Urbana herm$ino. Pero mil años se me hace 
cada hora en la cual yo pueda vellos. 

MESIFLUA 

Ven conmigo, que yo te señalaré el lugar y tiempo 
donde todos seremos libres de captiverio. 

TYMBRIA 

Guía, que yo te sigo. 
{Entra Leño, simple,) 

LEÑO 

No he hecho poco en roer el cabestro; ¡no, sino 
estaos amarrado, hecho ratón de mentira! ¡Válgala la 
hueste casa de tanto perdido! Isacaro no paresce; 
Asobrio debe tener el que arredrío vaya en el estué- 
mago;Troyco es menester encomendalle al pregonero; 
Tymbria habrá ido á coger espárragos, y, sobre todo, 
no hay quien guise de comer ni quien se acuerde 
dello en esta casa. 



íyMbría 135 



TROYCO 

<Qué haces, Leño? <Con quién vas hablando? 

LEÑO 

^Con quién, preguntas? Con la hambre lo he; tres 
días hace hoy por mis pecados. 

TROYCO 

^•Tanto ha que no comes? 

LEÑO , 

Sí, comido he; mas reñega tú de pasto que andan 
después de comer maullando los gatos tras el hom- 
bre por ver si le cae algo de lo que no sobra de la 
mesa. 

TROYCO 

Pues agora no te maravilles, que todos andamoa 
de revueltas; mas hazte á una banda y calla, 

LENO 

|Ta, tá! Tymbria viene con la que me dio el desen- 
gaño que era yo persona. 

TYMBRIA 

|Ay, Urbana amiga!; que en más te tengo agora y 
más te amo que no denantes; y en señal de la amis- 
tad que te he tenido, sola me quiero hallar contigo 
hasta ver acabada esta aventura. 

TROYCO 

¡Ay, señora Tymbria!; que nunca tu corazón vivi4 



134 OBRAS Dfe LOPE Í3E HUEDA 



engañado jamás con el mío. Pero aguarda, que con 
este solo tiro, según me han informado, serán fuera 
de prisión los que en ella tanto tiempo han sido de- 
tenidos. 

LEÑO 

¡Oh, válales la gracia de Dios, amén! Y que dentro 
del tueco de robre estaban metidos. 

TYMBRIA 

jOh, amado Asobrio, cuánta es la alegría que hoy 
recibe mi corazón en verte! 

ASOBRIO 

Y el mío asimismo, querida hermana. 

TROYCO 

|Ay, padre mío, Abrusol; ^y es posible que eres el 
Que aquella malvada tanto tiempo te tuvo en pri- 
sión? 

ABRUSO 

Sí, yo soy. 
Sí, él es... 

^uién es? 

LENO 

^Diz que quién? Aguarde, que él se lo dirá, 

ABTIUSO 

El que tanta pena tenía por t\x ausencia, amada 
luja, juntamente de tu hermano. 



LEÑO 
MESIFLXJA 



riTMBRlA 155 



ISACARO 

Abrázame, hermana. 

LEÑO 

^Hermana? Esa te repulgo. 

ISACARO 

Que no ha mucho que te hubiera muerto á mis 
manos, si no fuera por el virtuoso pastor Asobrio. 

LEÑO 

Eso está mal dicho; eso se borre, 

MESIFLUA 

^El qué. Leño? 

LEÑO 

El virtuoso. 

MESIFLUA 

Borrarse ha solamente que calles. 

ASOBRIO 

Pues agora la quiero yo abrazar de nuevo, que el 
amor que entendiendo ser varón le tuve, agora es 
razón que se aumente en más excesivo grado, sa- 
biendo que es mujer. 

MESIFLUA 

Pues más hay que entender: que la señora Tymbria 
pague á Isacaro, mi sobrino, los trabajos en que por 
contemplación y amor suyo se ha puesto. 

LENO 

Razón tiene, señora Tymbria; si algo debéis, paga, 
y si no, no paguéis. 



136 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



TYMBRIA 

Como la paga corresponda con mi honestidad, soy 
contenta. 

MESIFLUA 

Y que asimismo el señor Asobrío recompense á 
Urbana, mi s jbrina, el amistad que sin conoscerse se 
han tenido, y que con acuerdo de Abruso, mi her- 
mano, y de Sulco, Tymbria y Isacaro queden para 
en uno, y Urbana asimismo. 

ABRUSO 

De mi parte soy contento. 

LEÑO 

Yo de parte de Sulco, recontentísimo. 

ABRUSO 

¡Suso!, vamos á casa de Sulco, que allá se celebra- 
rá lo que resta. 

MESIFLUA 

Pues yo, por honra de sus regocijos, me quiero en- 
trar danzando. 

LEÑO 

También echaré yo allá á la revuelta mi zapateado 
y castañetas. Señores, perdonen, que con bailar se 
dio fin á nuestro Colloquio. 

finís 



TABLAS DE LAS COMEDIAS 

QUE SE TRATAN EN ESTE PRESENTE LIBRO 



Las primeras, dos : 
Comedia llamada Eufemia, fo. 3 1. 
Comedia llamada Armelina, fo. 34. 

Las segundas : 
Comedia de los Engañados, fo. 3. 
Comedia llamada Medora, fo. 26. 

Los dos Colloquios : 
Colloquio llamado de Camila, fo. 3. 
CoUoqui ) llamado de Timbria^ fo. 30. 



TABLA DE LOS PASOS GRACIOSOS 

QUE SE PUEDEN SACAR DE LAS PRESENTES COMEDIAS 
Y COLLOQUIOS Y PONER EN OTRAS OBRAS 



De la Comedia Eufemia: 
El paso de Polo y Vallejo y Grimaldo, fo. 9. 
El paso de Polo y Olalla, negra, fo. 27. 



^ Claro es que los folios que se citan en esta tabla se refieren 
al texto de Valencia de 1567. 



13$ OBRAS DE L6PE DE RUEtÁ 



Déla Comedia Armelina: 
El paso de Guadalupe y de Mencieta, fo. 38. 
De la Comedia de los engañados : 
El paso de Pajares y Verginio, fo. 14. 
De la Comedia de Medora : 
El paso de Gargullo y de Estela y de Logroño, 
folio 32. 

El paso de Ortega y PericD, fo. 35. 
El paso de la gitana y Gargulb, fo. 43. 

Del Colloquio de Camila: 
El paso de Pablos Lorenzo y de Ginesa, su mujer, 
folio 12. 
Et paso de Pablos y Ginesa, fo. 28. 

Del Colloquio de Timhria : 
El paso de Troyco y Leño sobre la mantecada, 
folio 37. 

El paso de Isacaro y la negra, fo. 39. 
El paso de Mesiflua y Leño, fo. 44. 
El paso de Troyco y Leño, fo . 46. 
El paso de Leño y Sulco, su amo, s )bre el rato a 
folio 4g. 



/ 
FLNIS • ^ 



Dialogo sobre 

la invención de . 
las caigas que se vsan agora, en 
el gual se introdnze \ 



Peralta, lacayo, — Fuentes, lacayo. 

Peralta. Señor Fuentes, ^qué mudanza 

habéis hecho en el calzado, 

con que andáis tan abultado? 
Fuentes. Señor, calzas á la usanza. 
Peralta. Pensé querar verdugado. 
Fuentes, Pues yo dellas no me corro; 

qué, ^han de ser como las vuesas? 

Hermano, ya no usan desas. 
Peralta. Mas ,iqué les echáis de aforro, 

que ansí se paran tan tiesas? 
Fuentes. Deso poco; un sayo viejo 

y toda una ruin capa, 

que desto calza no escapa, 

^ Sigue inmediatamente en el libro original á las dos segun- 
das comedias y con numeración seguida, ocupando los folios 55 
y 56. Varía el tipo de la impresión, que es romano, y no gótico, 
como el de las comedias y coUoquios, 



t4Ó 



Obras de lopb db rubda 



Peralta. 
Fuentes. 

Peralta. 
Fuentes. 
Peralta. 

Fuentes. 



Peralta. 



Pues si van á mi consejo 
echaran una gualdrapa. 
Y aun otros mandan poner 
copia de paja y esparto, 
porque les abulten harto. 
Esos deben de tener 
de bestias quizá algún cuarto. 
Pondránse cualquiera alhaja 
por traer calza gallarda. 
Cierto, yo no sé qué aguarda 
quien va vestido de paja, 
de hacerse alguna albarda. 
Otros dan en invención, 
que reir me hacen de gana, 
y es, que una calza galana, 
como si fuese colchón, 
la hacen henchir de lana; 
que temo no se les hí^a 
á los que por hermosura 
disimulan tal cochura 
en las nalgas cualque llaga. 
Mas no sea matadura i. 
No, que si ellas tienen peso, 
pues dan muestra verdadera 
que hacen costa en gran manera, 
es muy gentil contrapeso 
traer la bolsa ligera. 



' Quizá este verso corresponda á Fubntes, pero en los origi- 
nales está como lo hemos puesto. 



DIÁLOGO SOBRE LAS CALZAS 



141 



Peralta. 



Fuentes. Pues no sé cómo ser pueda, 
si cuestan tanto dinero, 
que un rapaz, un escudero, 
traiga una calza de seda 
mejor que algún caballero. 
Y aun eso me espanta más 
que el caballero trabaje 
vestir conforme al linaje, 
y que el que lleva detrás 
os ponga duda si es paje. 
Al que ha llegado á trovar 
calzas de tan ruin talle, 
ya no debe de quedalle 
traje alguno por probar 
ni seso para inventalle. 
Yo sé quien va medio enfermo 
de andar tan justo atacado, 
tan enhiesto y estirado, 
que me paresce estafermo 
cuando lo veo parado. 
Voime, que no me contenta 
este modo de vivir. 
jCómo! <Por qué os queréis ir? 
Porque no dice á mi renta 
tan loco y caro vestir. 
Un par os podéis llevar,' 
que con poco las haréis, 
diez de raja, raso seis. 
|TateI ^Tanto han de costar? 
Peralta, no las calcéis. 



Fuentes. 



Peralta. 

Fuentes. 
Peralta. 

Fuentes. 



Peralta. 



OBRAS DB LOPE DE RUEDA 



Guárdeme Dios del demonio. 

Fuentes. ^Por qué no queréis usallas? 

Teiialta. Porque sé, si he de pagallas, 
que todo mi patrimonio 
no basta para aforrallas. 
Y aun vos si os dais mal gobierno 
. en esto de andar galano, 
podrá ser, Fuentes hermano, 
que por andar al moderno 
os ture siempre el verano. 



FIN 



El Deleitoso. 

Compendio lla- 
mado el Deley- 
toso, en el qval se 

contienen muchos passos graciosos del exceUen 

te Poeta y gracioso representante Lope 

de Rueda, para poner en principios 

y éntreme dias de CoUoquios, y 

Comedias. 

Recopilados por loan Timoneda. 



Impressos con licencia y Priuilegio 

Real por quatro años. 1567. 
Védense en casa de Io3 Timoneda. 



SONETO DE lOAN TIMONEDA 

A LOPE DE RUEDA 
EN LOOR DE LA OBRA PRESENTE Y REPRESENTANTES 

SONETO 

Representantes hábiles, discretos, 
pues sois en larte cómico famoso 
espejo, ejemplo, aviso provechoso 
de sabios, avisados, indiscretos. 

Con ánimos sinceros y quietos 
venid alegremente al Deleitoso, 
hallarlo heis repleto y caudaloso 
de pasos y entremeses muy facetos. 

El padre destos es el excelente 
poeta y orador, representante, 
en todo universal Lope de Rueda.* 

Dellos y de sus obras al presente 
por toda nuestra España caminante 
embajador humilde Timoneda. 



I 



PASO PRIMERO 

MUY GRACIOSO, 

EN EL CUAL SE INTRODUCEN TRES PERSONAS, 

COMPUESTO POR LOPE DE RUEDA 

LuQüiTAs, paje, — Alameda, simple, — Salcedo, amo, 

LUQUITAS 

Anda, anda, hermano Alameda. 

ALAMEDA 

Que ya voy; ipardiez que me la he coladol 

LUQUITAS 

iQuen viendo una taberna te has de quedar ais- 
ladol 

ALAMEDA 

Si me hace del ojo el ramo, ^quieres tú que use 
con él de mala crianza? 

LUQUITAS 

Acaba, anda; caminemos presto, que nos mucho 
que señor de mal sufrido, que no piense que nos 
hemos ido de casa con el dinero. 

ALAMEDA 

^Que tanto te paresce que hemos tardado? 

T. II 10 



146 OBRAS DE LOPB DB RUBÍ>A 

LUQÜITAS 

Mira, sino á tardarnos un poquito más, podría ser 
que señor nos recibiera con lo que suele. 

ALAMEDA 

Pardiez, si tú no te detuvieras tanto en casa de 
aquella, que buen siglo haya el álima que tan buen 
oficio lenseñó, allí me tuvieras de mi propria volun- 
tad, con una cuerda de lana más amarrado que si 
estuviera por fuerza en el cepo de la casa fosca de 
Valencia. 

LUQÜITAS 

En casa de la buñolera querrás decir. 

ALAMEDA 

^Buñolera se llama aquélla? ¡Oh, qué autorizado 
nombre, bendito Dios! 

LUQÜITAS 

Pues (tú no lo viste? 

ALAMEDA 

Pardiez, hermano Lucas, no me curé de saber 
cómo se llamaba; basta que si Dios ó mi buena dicha 
me llevase, otra vez á la villa, que no le marre la 
casa, aunque vaya á gatas y con los ojos puestos tras 
el colodrillo. 

LUQÜITAS 

<Cohiiste mejor cosa después que tu madre te 
parió? 



EL DELEITOSO 1 47 



ALAMEDA 

¡Pardiez, ni aun antes de que me paríeral Yo, como 
los vi tan autorizados y en aquel pratel con aquella 
sobrehúsa encima, no sabía qué cortesía les hiciese, 
quen cada uno dellos me quisiera estar larguísima 
hora y media; mas ¡cómo debían ser tus amigos y los 
debías de conoscer de antes, que ansí menudeabas 
sobrellos como banda de gallinas sobre puñado de 
trígol 

LUQUITAS 

Sí, sí; que á ti te faltaba aliento. 

ALAMEDA 

Eso fué, mal punto, cuando yo vi el preito que se 
sentenciaba contra mí, que de antes á fe que me 
hacías engoUir sin mascar. 

LUQUITAS 

Aquellos pasteles estaban mal cocidos y el suelo 
áspero; debía ser de puro afrecho. 

ALAMEDA 

Qué, ¿suelos tenían? 

LUQUITAS 

- Sí, pues itio los vistes? 

ALAMEDA 

Yo juro á los güesos de mi bisagüela, la tuerta, 
que ni miré si tenían suelos, ni suelas, ni an tejados; 
mas no digo yo que fuera de puro afrecho, como tú 



148 OBRAS DB LOPB DE RUEÍSÁ 

dices, mas de serraduras de corcho me lo comiera, 
que ni dejara alto ni bajo, pequeño ni grande. Hol- 
guéme, hermano Lucas, cuando te vi dar tras ellos 
tan á sabor, y como te vi que de rato en rato te ibas 
mejorando en jugar de colmillo, y como quedé escar- 
mentado de aquellos redondillos, el pastel tómele á 
tajo abierto, de modp que hice que se desayunase 
mi estómago de cosa que jamás hombre de mi linaje 
había comido. 

LUQUITAS 

Habías de comer primero el hojaldradro y después 
la carne, y así te supiera mejor. 

ALAMEDA 

^Y qué era hojaldrado? 

LUQUITAS 

Aquello dencima. 

ALAMEDA 

La tapa querrás decir. 

LUQUITAS 

Sí, hermano; la tapa y aquello de los lados. 

ALAMEDA 

¡Válasme Dios y qué de nombres sabes en cosas 
de comerl 

LUQUITAS 

En fin, ¿hate supido bien el almuerzo? 



EL DELEITOSO I49 



ALAMEDA 

Mira qué tanto, que aunque nunca hubiéramos 
acabado, no me diera nada, según el almuerzo ha 
sido de autorizado. Mas por tu vida, hermano Lucas, 
^dirásmc una verdad? 

LUQUITAS 

Sí, si la sé. 

ALAMEDA 

¿Por el álima de tus infuntos.^ 

LUQUITAS 

Ea, que sí diré. 

ALAMEDA 

^Por vida de tu madre? 

LUQUITAS 

Acabemos. 

ALAMEDA 

^A cuánto llegó el gaudeamos de hoy? 

LUQUITAS 

A más de veinte y dos maravedís. 

ALAMEDA 

iQué bien te das á ello! ¡Bendita sea la madre que 
te parió, que tan bien te apañas á la sisa! Todo mo- 
chacho que sisa no puede dejar de ser muy honrado. 
{Jonrados días vivas, que honrado (Jía me h^s dc^jo, 



150 OBRAS DB LOPB DE RUEDA 

LUQUITAS 

¡Oh!, cata señor do viene. Si te preguntare en qué 
nos hemos detenido, dirás que habia mucha prisa en 
las cebollas y el queso. 

ALAMEDA 

^Cuáles cebollas ó queso? Yo no vi tal. 

LUQUITAS 

Que ya lo sé, sino porque no nos riña echarás tú 
esa mentira. 

ALAMEDA 

^Quiés que mienta? En eso, mis manos por candil, 
no tienes necesidad de avisarme, que yo haré de 
manera que tú quedes condenado y señor con queja. 

LUQUITAS 

Que no dices bien, sino que yo quede desculpado 
y señor sin queja. 

ALAMEDA 

Así iba yo á decir, sino como quemaba tanto aque- 
lla pimienta de los pasteles, báseme turbiado la len- 
gua. 

LUQUITAS 

PueSi hermano Alameda, por tu vida que mires 
por la honra dentramos, pues te va tanto á ti como 
ámí. 

ALAMEDA 

Calla, calla, que nos menester avisarme, que los 
hombres de bien y amigos de amigos tienen la cara 



BL DELEITOSO I5I 



con dos haces, que toda mi vida lo tuve no por sí, 
sí por no. 

SALCEDO 

¡Oh, qué buena gentecilla! 

ALAMEDA 

Garrote trae, riendo se viene, de buen tiempre 
allega. jAh, ahí 

SALCEDO 

^De qué te ríes? 

ALAMEDA 

¿No quiere vuesa merced que me ría? ¡Ah, ah! 

SALCEDO 

Pues señor, cuando haya acabado, merced recebiré 
que me avise. 

ALAMEDA 

Ya, ya compiezo de acabar. ¡Ah, ah! 

SALCEDO 

¿Habéis acabado, señor? 

ALAMEDA 

Ya puede vuestra merced hablar. 

SALCEDO 

jOh, bendito sea Dios! 

ALAMEDA 

Espere, espere, que me ha quedado un poco, 
|Ah, ahí 



152 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



SALCEDO 

^Quédate más? 

ALAMEDA 

No señor. 

SALCEDO 

¡ALlabado sea Aquel que os ha dejado aportar aqál 
^Y en qué ha sido la tardanza, galanes? 

ALAMEDA 

^Qué hora es, señor? 

SALCEDO 

Ya me paresce que pasa de hora de haber comido. 

ALAMEDA 

Qué, <yan comido en casa? 

SALCEDO 

^•Ya nos he dicho que sí? 

ALAMEDA 

Reventado muera yo dése arte. ^Paréscete bien, 
hermano Lucas, hacerme trocar una comida por un 
almuerzo? < Cuándo lo podré yo alcanzar, aunque viva 
más que daquí al día de los meresientes? 

SALCEDO 

<No me decís en qué ha sido la tardanza? ¿'Vos, Lu- 
cas, de qué huís? [Toma, toma, don rapaz! Tened 
cuenta de venir presto del mandado. 



EL DELEITOSO 1 53 



LUQUITAS 

|Ay, ay, señor!, que había gran priesa en las cebo- 
llas y el queso; si no, dígalo Alameda. 

SALCEDO 

^Es verdad esto que dice Luquillas? 

ALAMEDA 

Vuesa merced ha de saber que cuando al tiempo 
que vuesa merced y yo estaba... 

SALCEDO 

^Qué dices, villano? Toma tú también. 

ALAMEDA 

Luquitas, en medio, en medio; yo juro á San que no 
ha sido hecho de hombres de pro. ¿Al mochacho con 
la mano y á mí con el garrote? No se sufre entre 
hombres de buena crianza. 

SALCEDO 

Ora dejaos deso y decime la verdad: ¿en qué ha- 
béis tardado? 

ALAMEDA 

¿Cómo me dijistes de antes, Luquillas? 

LUQUITAS 

Que había gran prisa en las cebollas y el queso. 

ALAMEDA 

¿Cuáles cebollas ni queso? Yo no vi ta}, 



154 OBRAS DE LOPB DB RUEDA 

LÜQUITAS 

Dilo tú ansí, porque no nos riña más, 

ALA.MEDA 

|Ah! ¿Por eso es? Pues tú ten en cuenta que si me 
errase, de tirarme de la halda. 

SALCEDO 

¿Qué conciertos son estos? Acabad, contádmelo 
vos. 

ALAMEDA 

Ya lo empiezo de contar. 

SALCEDO 

Pues acaba ya. 

ALAMEDA 

Vuesa merced ha de saber... ¿Cómo empieza, Lu- 
quillas? 

LUQUITAS 

Lo de las cebollas. 

ALAMEDA 

Sí, señor; que como llegamos á la villa y fuimos á 
la praza y entró Luquillas y sentóse, y como había 
tantos pratos por allí, y había tantas cebollas en la 
prisa, como digo, señor, tantas cebollas en el queso* 

SALCEDO 

¿Qué dices? 

ALAMEDA 

Digo, señor, tantos quesos en las cebollas, paresce 



EL DELEITOSO I55 



ser que no nos pudo despachar más presto la buño- 
lera... No, no; la pastelera quise decir. 

LÜQÜITAS 

jMirá el asno! Por decir la vendedera dijo la buño- 
lera; como todo acaba en a. 

ALAMEDA 

Si, sí señor; como todo acaba en a, eso debe de 
ser. Dígame vuesa merced : ^cómo se llama aquello 
que echan como arrope encima de unos redondillos.^ 

SALCEDO 

La miel querrás decir. 

ALAMEDA 

Qué, ¿miel se llama aquélla? Pues en despegalla 
del prato se ha detuvido más Luquillas quen todo. 

LUQüITAS 

En verdad, señor, que miente. 

ALAMEDA 

¿Que miento? Juro á diez que habéis pecadol Lle- 
vaos ese pecadillo á cuestas. ¿Mentís á un hombre 
huérfano como yo? 

LUQUITAS 

Mire vuesa merced: yo llegué á casa de la que ven- 
día el queso, y de un real que le di negábame la 
vuelta, hasta que vino lalguacil de la villa é hizo que 
rae lo volviese. 



156 OBKAS DE LOPE DE RUEDA 

ALAMEDA 

^Alguacil era aquel que estaba á la boca del horno 
con la pala larga? 

LUQUITAS 

Á la boca de la calle querrás decir. 

ALAMEDA 

^Aquella era boca de calle?j Juro á San que era boca 
de horno y tabla de pastelesl 

SALCEDO 

Agora este negocio veo muy mal marañado, y no 
puedo juzgar cuál de los dos tenga la culpa; mas tú 
que lo viste y tú que lo heciste, tanta pena meresce 
el uno como el otro. 

LUQUITAS 

Sepa, señor, que Alameda entró delante. 

ALAMEDA 

Es verdad, señor, que yo entré delante, mas ya lle- 
vaba el señor Luquillas la sisa repartida donde había 
de cuadrar lo uno y esquinar lo otro. 

SALCEDO 

Baste, quentrambos me la pagaréis. 

LUQUITAS 

¡Ce, Alameda, ce; oye acá! 

ALAMEDiV 

^Á mí cef 



EL DELEITOSO 15/ 



LUQUITAS 

Á ti; ya sabes que tú entraste delante en casa de 
la buñolera y comiste tanto como yo. 

ALAMEDA 

Ya, ya; no me digas nada. 

LUQUITAS 

Mira que somos amigos, y por tanto descúlpame 
con señor y di que lo dijiste por burla. 

ALAMEDA 

Pierde cuidado, que yo te desculparé. Sepa, señor, 
que Luquillas es uno de los mayores sisones del 
mundo, y que de un real sisa el medio. 

SALCEDO 

Decime cómo pasó. 

ALAMEDA 

Sepa vuesa merced que como él entró, yo yastaba 
allí, y púsose entre los pratos, y tomó al tiempo que 
yo dije. 

SALCEDO 

^Qué miras, villano? ^Por qué me diste? 

ALAMEDA 

iSan Jorge, San Jorge! 

SALCEDO 

¿Qués eso? <• Araña? ¡Mátala, mátala! 



X^ OBRAS DS LOPB OR RUBDA 

ALAMEDA 

Espere, señor, que allí se quedó. 

SALCEDO 

¿Eh? Mírala. 

ALAMEDA 

No, no señor, que nos nada; la sombra de la oreja 
era; perdone vuesa merced. 

SALCEDO 

Ora entrad acá adentro, que todo me lo pagaréis 
junto, como el perro los palos. 

ALAMEDA 

Ofrezco al diablo pescuezo tan duro, ¡amén, aménl, 
que ma lastimado la mano. 

SALCEDO 

Pues ¿habíase de tomar ansí, señor? 

ALAMEDA 

Con un ladrillo se matará mejor. 

SALCEDO 

Así, pues, entra. 

ALAMEDA 

Vaya vuesa merced. 

SALCEDO 

Pasad delante. 

ALAMEDA 

¡Ande day, que me hará reirl Mejor beba yo que tal 
haga. 

FIN 



PASO SEGUNDO 

MUY GRAaOSO, 

EN EL CUAL SE INTRODUCEN TRES PERSONAS, 
COMPUESTO POR L9PE DE RUEDA 

Alameda, simple. — Salcedo *, su amo, 

ALAMEDA 

^Acá está vuesa merced, señor mosamo? 

SALCEDO 

Aquí estoy; ^tú no lo ves? 

ALAMEDA 

Pardiez, señor; á no toparos que no le pudiera en- 
contrar, aunque echara más vueltas que un podenco 
cuando se viene á acostar. 

SALCEDO 

Por cierto, Alameda, ques negocio ése que se te 
puede creer fácilmente. 

ALAMEDA 

A no creerme, dijera que no estábades en vuestro 
juicio; pues á fe que vengo á tratar con vuesa. mer- 



^ Salcedo hace además el alma de Diego Sánchez, qae pa- 
rece ser la tercera persona que aquí falta. 



í(ja OBfeAS DB LO^B DB RUBÜA 

ccJ un negocio que me va mucho en mi conscencia, 
si acaso me tiene cilicio. 

SALCEDO 

Silencio querrás decir. 

ALAMEDA 

Sí, silencio será; pienso que... 

SALCEDO 

Pues di lo que quieres, quel lugar harto apartado 
es, si ha de haber silencio ó cosa de secreto. 

ALAMEDA 

^Ilay quien nos pueda oir por aquí? Mírelo bien, 
porqués cosa de grande secreuto; y eri topetando que 
le topeté, luego le conosí quera vuesa merced como 
si me lo dijeran al oído. 

SALCEDO 

Que te creo sin falta. 

ALAMEDA 

{Pues no mabía de creer siendo nieto de pastelero? 

SALCEDO 

^'Qué hay? Acabemos. 

ALAMEDA 

Hable quedo. 

SALCEDO 

^Qué í^ardas? 

ALAMEDA 

Más quedo. 



EL DELEITOSO ^ l6l 



SALCEDO 

Di lo que has de decir. 

ALAMEDA 

¿Hay quien nos escuche? 

SALCEDO 

¿No te habernos dicho que no? 

ALAMEDA 

Sabed que me he hallado una cosa con que podré 
ser hombre de Dios en ayuso. 

SALCEDO 

¿Cosa de hallar, Alameda? Tu compañero quiero 
ser. 

ALAMEDA 

No, no; solo me lo hallé, solo me lo quiero gozar, 
si la fortuna no mes adversa. 

SALCEDO 

Amuesa qué te has hallado: enséñanoslo. 

ALAMEDA 

¿Ha visto vuesa merced un cernícalo? 

SALCEDO 

Sí, muy bien. 

ALAMEDA 

Pues mayor es mi hallazgo, con más de veinte y 
cinco maravedís. 

T. II II 



1 62 OBRAS DB LOPE DB RUEDA 



SALCEDO 

¿Es posible? Amuestra á ver. 

ALAMEDA 

Ni sé si la venda, ni sé si lampeñe. 

SALCEDO 

Amuesa. 

ALAMEDA 

A paso, á paso, mírela tantico. 

SALCEDO 

¡Oh, desventurado de mí! ¿Qué, todo eso era tu 
hallazgo? 

ALAMEDA 

jCómo! ¿Nos bueno? Pues sepa vuesa merced que 
viniendo del monte por leña, me lancontré junto al 
vallado del corralejo este diablo de hilofomia. ¿Y 
adonde nascen éstas, si sabe vuesa merced? 

SALCEDO 

Hermano Alameda, no sé qué te diga, sino que 
fuera mejor que se te cayeran las pestañas de los 
ojos antes que te acontesciera una desdicha tan 
grande. 

ALAMEDA 

¿Desdicha es hallarse el hombre una pieza como 
ésta? 

SALCEDO 

I Y cómo si es desdicha! No quisiera estar en tu piel 



EL DELEITOSO 1 63 



por todo el tesoro de Venecia. ^Tú conosces este 
pecador? 

ALAMEDA 

¿Pecador es éste? 

SALCEDO 

Parésceme á mí que lo quiero conoscen 

ALAMEDA 

Yo también. 

SALCEDO 

Dime, Alameda: ¿no tienes noticia del santero que 
desollaron los ladrones la cara por roballo, Diego 
Sánchez? 

ALAMEDA 

¿Diego Sánchez? 

SALCEDO 

Sí, Diego Sánchez; no me puedes negar que no sea 
éste. 

ALAMEDA 

¿Questes Diego Sánchez? ¡Oh, desdichada de la 
madre que me parió! ¿Pues cómo no mencontró Dios 
con unas arguenas de pan, y no con una cara de un 
desollado? jCe, Diego Sánchez, Diego Sánchez! No, 
no pienso que responderá por más voces que le den. 
Y diga, señor: ¿qué se -hicieron de los ladrones? ¿Ha- 
lláronlos? 

SALCEDO 

No los han hallado; pero sábete, hermano Alame- 
da, que anda la Justicia muerta por saber quién son 
los delincuentes. 



[64 OBRAS DB LOPE DB RUBDA 



ALAMEDA 

Y por dicha, señor, ¿soy yo agora el delincuente? 

SALCEDO 

Sí, hermano. 

ALAMEDA 

^Pues qué me harán si me cogen? 

SALCEDO 

El menor mal que te harán cuando muy miseri- 
cordiosamente se hayan contigo, será ahorcarte. 

ALAMEDA 

^Ahorcarme? Y después echarme han á galeras, y 
más que yo soy algo ahogadizo de la garganta; y aun 
por averiguado tengo, señor, que si me ahorcasen, se 
me quitaría la gana del comer. 

SALCEDO 

Lo que yo te doy por consejo, hermano Alameda, 
es que luego te vayas á la ermita de San Antón y 
te hagas santero, así como lo era el otro cuitado, y 
deste arte la Justicia no te hará mal ninguno. 

ALAMEDA 

Y dígame, señor: ¿cuánto me costará una tablilla y 
campanilla como aquella de aquel desdichado? 

SALCEDO 

No es menester hacella de nuevo, que la del pasa- 
do santero anda vendiendo el pregonero de la villa y 
se la podrás comprar; mas de una cosa tengo miedo. 



EL DELEITOSO 165 



ALAMEDA 

Yo de -más de docientas: ^y es la suya de qué? 

SALCEDO 

Que estando solo en la ermita te podría asombrar 
alguna noche el espíritu de aquel cuitadillo; pero 
más vale que te asombre á ti que no que asombres 
tú á otros colgado del pescuezo, como podenco en 
barbacana. 

ALAMEDA 

Y más yo, quen apretándome la nuez un poco, no 
puedo resollar. 

SALCEDO 

Pues, hermano, anda presto; porque si te tardas, 
podría ser que topases la Justicia. 

ALAMEDA 

¿Y qué se ha de hacer de aquesta filomancia, ó 
qué es? 

SALCEDO 

Esta déjala estar, no te topen con ella. 

ALAMEDA 

Pues yo me voy; niegue á Dios que me haga buen 
santero. Ora ¡sus!, quedad norabuena, señor Diego 
Sánchez. 

SALCEDO 

Agora menester será, pues le he hecho encreyente 
á este animalazo questa carátula es el rostro de Die-* 



156 OBRAS DE LOPB DE RUEDA 

go Sánchez, de hacelle una burla sobrella; y es que 
ya me quiero ir á apañar con una sábana lo mejor y 
más artificiosamente que pueda, y le saldré al en- 
cuentro, fingiendo que soy el espíritu de Diego Sán- 
chez, y veréis qué burla tan concertada será ésta. 
¡Sus!, voilo á poner por obra. 

{Éntrase Salcedo y sale Alameda, simple, vestido 
como santero con una lumbre en la mano y unfl campan 
niUaJ} 

ALAMEDA 

fPara la lámpara del aceite, señores! Trabajosísi- 
ma cosa es el hombre santero, que nunca se mantie- 
ne sitio de mendrugos de pan, que no parezco sino 
gozque de conejero, que lo matan de hambre porque 
cace mejor á sabor; y más que los gozques que solía 
tener por amigos, como me ven con este traje me han 
desconoscido, y como ven que de puerta en puerta 
ando pidiendo y les recojo los mendrugos de pan 
qucllos solían tener por principal mantenimiento, así 
se vienen á mí las bocas abiertas, como el cuquillo á 
las mariposas. Y lo peor de todo es que no se menea 
un mosquito en la ermita, cuando luego pienso ques 
el álima del santero desollado, y no tengo otro reme- 
dio sino en sintiendo algo, capuzarme la cabeza de- 
bajo la ropa, que no parezco sino olla de arroz que la 
tapan, por que no se le salga la substancia della. Dios 
me despene por quien él es, amén. 

SALCEDO 

[Alamedal 



EL DELEITOSO l6j 



ALAMEDA 

jAy!, llamado me han. |Hay quien dé, por Dios, 
para la lámpara del aceite! 

SALCEDO 

¡Alameda! 

ALAMEDA 

Ya son dos Alamedas. ^-Alameda y en meitad del 
monte? Nos por mi bien ¡Dios sea conmigo! 

SALCEDO 

¡Alameda! 

ALAMEDA 

El Espíritu Santo consolador sea conmigo y con- 
tigo, anaén. Quizás será alguno que me quiera dar 
limosna. 

SALCEDO 

¡Alameda! 

ALAMEDA 

Así, así, mucho : ¡Alameda, Alameda! Y después 
quebrarme han el ojo con una blanca. 

SALCEDO 

¡Alonso de Alameda! 

ALAMEDA 

^Alonso y todo? Ya me saben el nombre de pila. 
No es por bien esto. Quiero preguntar que quién es, 
con dolor de mi corazón. ^Quién sois? 



l68 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



SALCEDO 

^No me conosces en la voz? 

ALAMEDA 

^Yo en la voz? Ni aun querría; nos conozco, si nos 
'viese la cara. 

SALCEDO 

¿Conosciste á Diego Sánchez? 

ALAMEDA 

Él es, él es; mas podrá ser que no sea él, sino otro. 
Señor, conoscí siete ú ocho en esta vida. 

SALCED9 

Pues ^cómo no conosces á mí? 

ALAMEDA 

^Sois VOS alguno dellos? 

SALCEDO 

Sí soy, porque antes que me desollasen la cara... 

ALAMEDA 

jEl desollado, es, el desollado es! ¡Dios sea con mi 
álimal 

SALCEDO 

Por que me conozcas me quiero mostrar á ti. 

ALAMEDA 

¿A mí? Yos lo perdono. Mas, señor Diego Sánchez, 
aguarde que pase por el camino otro que lo conozca 
mejor que yo. 



EL DELEITOSO I69 



SALCEDO 

A ti soy enviado. 

ALAMEDA 

^ A mí, señor Diego Sánchez? Por amor de Dios, yo 
me doy por vencido y me pesa de buen corazón y 
de mala voluntad. 

SALCEDO 

íQué dices? 

ALAMEDA 

Estoy turbado, señor. 

SALCEDO 

¿Conóscesme agora? 

ALAMEDA 

Ta, ta, ta, sí señor; ta, ta, ta, ya le conozco. 

SALCEDO 

^Quién soy yo? 

ALAMEDA 

Si no mengano, sois el santero que le desollaron 
la cara por roballe. 

SALCEDO 

Sí soy. 

ALAMEDA 

Pluguiera á Dios que nunca lo fuérades. ^Y no 
tenéis cara? 

SALCEDO 

Denantes solía tener cara, aunque agora la tengo 
pegadiza por mis pecados. 



170 OBRAS DE LOPB DB RUEDA 



ALAMEDA 

Pues ^qüé quiere agora, señor, su merced Diego 
Sánchez? 

SALCEDO 

^Dónde están las notomías de los muertos? 

ALAMEDA 

Á las sepulturas me envía. ^Y comen allá, señor 
Diego Sánchez? 

SALCEDO 

Sí; ¿por qué lo dices? 

ALAMEDA 

(V qué comen? 

SALCEDO 

Lechugas cocidas y raíces de malvas. 

ALAMEDA 

Bellaco manjar es por cierto. ¡Qué de piu-gados 
debe de haber allá! (V por qué me queréis llevar con 
vos? 

SALCEDO 

Porque sin mi licencia os posistes mis ropas. 

ALAMEDA 

Tómelas, tómelas, y lléveselas, que no las quiero. 

SALCEDO 

Vos proprio habéis de venir, y si diéredes el des- 
caigo que convenga, dejar os han que volváis. 



V- 



EL DELEIIOSO I7I 



ALAMEDA 

¿Y si no? 

SALCEDO 

Quedaros hais con las notomías en las cisternas 
viejas; mas resta otra cosa. 

ALAMEDA 

^•Qués, señor? 

SALCEDO 

Habéis de saber que aquellos que me desollaron 
me echaron en un arroyo. 

ALAMEDA 

Fresco estaría allí su magnificencia. 

SALCEDO 

Y es menester que al punto de la media noche 
vais al arroyo y saquéis mi cuerpo, y le llevéis al 
cimenterio de San Gil, questá al cabo de la villa, y 
allí junto digáis á grandes voces : ¡Diego Sánchezl 

ALAMEDA 

Y diga, señor: ¿tengo dir luego? 

SALCEDO 

Luego, luego. 

ALAMEDA 

Pues, señor Diego Sánchez, ¿no será mejor que 
vaya á casa por un borrico en que vaya caballero su 
cuerpo? 



/ 



172 OBRAS DB LOPS DB RUBDA 



SALCEDO 

Si, aguija presto. 

ALAMEDA 

Luego torno. 

SALCEDO 

Anda, que aquí os aguardo. 

ALAMEDA 

Dígame, señor Diego Sánchez: ^cuánto hay de 
aquí al día del juicio? 

SALCEDO 

Dios lo sabe. 

ALAMEDA 

Pues hasta que lo sepáis vos, podéis aguardar. 

SALCEDO 

Venid presto. 

ALAMEDA 

No comáis hasta que venga. 

SALCEDO 

^Ansí? Aguarda, pues. 

ALAMEDA 

¡Válame Santa María! Dios sea conmigo, que me 
viene siguiendo. 

PIN DEL PASO SEGUNDO 



PASO TERCERO 

MUY GRACIOSO, 

EN EL CUAL SE INTRODUCEN LAS PERSONAS 

SIGUIENTES, 

COMPUESTO POR LOPE DE RUEDA 

Lucio, doctor médico* — Martín de Villalba, single, 
BÁRBARA \ su mufer. — Jerónimo, csfudiante, 

LUCIO 

¡Okt miserabüis doctor, cuanta pena paduntur frop- 
ter miseriaml ^Qué fortuna es ésta, que no haya re- 
ceptado en todo el día de hoy recepta ninguna? Pues 
imirad quién asoma para mitigar mi penal Este es un 
animal que le ha hecho encreyente su mujer questá 
enferma, y ella hácelo por darse el buen tiempo con 
un estudiante, y él es tan importuno que no lo hace 
con dos ni tres vesitas al día. Pero venga, que en 
tanto que los pollos en el corral le turaren, nunca 
su mujer estará sin fiebre. Sea bien allegado el bue- 
no de Alonso de... 

MARTÍN 

No, no, señor Licenciado; Martín de Villalba me 
llamo para toda su honra. 

^ Este personaje está colocado en el original después de Jeró- 
nimo; lo ponemos en su verdadero sitio para evitar la confu- 
sión que resulta de lo contrarío. 



174 OBRA.S DB LOPE DB RUEDA 

LUCIO 

Salus adque vita in qua Nestareos superetis dios. 
<Para qué era nada desto, hermano Martín de Vi- 
llalba? 

MARTÍN 

Señor, perdone vuesa merced, que aun están toda- 
vía pequeñuelos; pero sane mi mujer, que yo le 
prometo un ganso que tengo á engordar. 

LUCIO 

Déos Dios salud. 

MARTÍN 

No, no; primero á mi mujer, plegué á Dios, señor. 

LUCIO 

Mochadlo, toma esos pollos; ciérrame esa gelosía. 

MARTÍN 

No, no señor, que no son pollos de gelosía; vuesa 
merced puede estar descuidado. ^Sabe cómo los ha 
de comer? 

LUCIO 

No por cierto. 

MARTÍN 

Mire: primeramente les ha de quitar la vida y plu- 
raallos y echar la pluma y los hígados, si los tuviere 
dañados. 

LUCIO 

^Y después? 



EL DELEITOSO 175 



MARTÍN 

Después ponellos á cocer y comer si tuviere gana. 

LUCIO 

Bien me paresce todo eso. Pues ¿cómo se ha sen- 
tido esta noche vuestra mujer? 

MARTÍN 

Señor, algún tiempo ha reposado, que como ha 
dormido en casa aquel su primo el estudiante, que 
tiene la mejor mano de ensalmador del mundo todo, 
no ha dicho en toda esta noche aquí me duele. 

LUCIO 

Yo lo creo. 

MARTÍN 

Guárdenos Dios del diablo. 

LUCIO 

¿Y queda en casa? 

MARTÍN 

Pues si aquello no fuese, ya sería muerta. 

LUCIO 

¿Tomó bien la purga? 

MARTÍN 

¡Ah, mi madre!, ni aun la quiso oler. Pero buen 
remedio nos dimos porque le hiciese impresión la 
melecina. 



176 OBRAS DE LOPB DB RUBDA 



LUCIO 

^Cómo así? 

MARTÍN 

Señor, aquel su primo suyo, como es muy letnido, 
sabe lo quel diablo deja de saber. 

LUCIO 

^De qué manera? 

MARTÍN 

Díjome: cMirad, Martín de Villalba: vuestra mujer 
está de mala gana, y es imposible quella beba nada 
desto. Vos decís que queréis bien á vuestra mujer.» 
Dije yo: «¡Ah, mi madre!; no estéis en eso, que juro 
á mí que la quiero como las coles al tocino.» Dijo él 
entonces: cPues tanto monta; bien os acordáis que 
cuando os casarca con ella dijo el crego ser unidos 
en una misma carne.» Dije yo : «Así es verdad.» 
Dijo él: «Pues siendo verdad lo quel crego dijo, y 
siendo todo una misma carne, tomando vos esa purga, 
tanto provecho le hará á vuestra mujer como si ella 
la tomase.» 

LUCIO 

^Qué hecistes? 

MARTÍN 

/ 

Pardiez, apenas hubo acabado la zaguera palabra, 
cuando ya estaba el escudilla más limpia y enjuta 
que la podía dejar el gato de Mari Jiménez, que creo 
que no hay cosa más desbocada en toda esta tierra. 



ML DEt&ItOSO. 177 



LUCIO- 

jBien le aprovecharía! 

MARTÍN 

Guárdenos Dios, yo fui el que no pude más pegar 
los ojos, que ella á las once del día se despertó; y 
como á mi me había quedado aquella madrugada tan 
enjuto el estómago con aquello de la escudilla, hízole 
tanto provecho á ella, que se levantó con una ham- 
bre, que se comiera un novillo si se lo pusieran de- 
lante. 

LUCIO 

íEn ñn...? 

MARTÍN 

En fin, señor, que como no me podía menear del 
dolor quen estos ijares sentía, díjome su primo: 
andad mal punto, que sois hombre sin corazón; de 
una negra purguilla estáis que no parescéis sino buho 
serenado. Entonces el señor, diciendo y haciendo, 
apañó una gallina por aquel pescuezo, que paresce 
que agora lo veo, y en un santiamén fué asada y co- 
cida y traspillada entre los dos. 

LUCIO 

Hiciérame yo al tercio, como quien juega á la pri- 
mera de Alemana. 

MARTÍN 

¡Ah, mi madrel; bien lo quisiera yo, sino que me 
hicieron encreyente que le haría daño á mi mujer lo 
que yo comiere. 

T. n 12 



1 78 OB&AS DE LOPE DE RUEDA 



LUCIO 

Hecistes muy bien; ¡mirad quién ha de vivir segu- 
ro de aquí adelante! Según me paresce, á vos basta 
que curemos. 

MARTÍN 

Sí, señor; pero no me mande más de aquello de 
las cudilla, si no no será mucho á muchas escudilladas 
ahorrar de tripas y quedarse el cuerpo como cangi- 
lón agujereado. 

LUCIO 

Agora, pues yo tengo ciertas vesitas, id en buen 
hora, y acudíos por acá mañana, que con un buen 
regimiento que yos ordenare, basta para que sacabe 
de curar. 

MARTÍN 

Dios lo haga, señor. 

{Éntrase el Doctor, y queda Martin de ViUalba,y 
sale Bárbara, su mujer, y el Estudiante.) 

ESTUDIANTE 

Por el cuerpo de todo el mundo, señora Bárbara, 
veis aquí á vuestro marido que viene de hacia casa 
el doctor Lucio, y creo que nos ha visto : ^qué re- 
medio? 

BÁRBARA 

No tengáis pena, señor Jerónimo, que yo le enal- 
bardaré como suelo. Hacerle he encreyente que va- 



EL DELEITOSO Ijg 



mos á cumplir ciertos votos que convienen para mi 
salud. 

ESTUDIANTE 

^Y creerlo ha? 

BÁRBARA 

^Cómo si lo creerá?; mal lo conoscéis. Si yo le digo 
quen lo más fuerte del invierno se vaya á bañar en 
la más helada acequia, diciendo ques cosa que im- 
porta mucho á mi salud, aunque sepa ahogarse, se 
arrojará con vestidos y todo. Háblele. 

ESTUDIANTE 

- Bien venga el señor Martín de Villalba, marido de 
la señora mi prima y el mayor amigo que tengo, 

MARTÍN 

¡Oh, señor primo de mi mujer! Norabuena vea yo 
aquesa cara de pascua de hornazos. ^Dónde bueno, ó 
quién es la revestida, como la borrica de llevar no- 
vias? 

ESTUDIANTE 

Déjala, no la toques; una moza es que nos lava la 
ropa allá en el pupilaje. 

MARTÍN 

Mas ^á fe? 

ESTUDIANTE 

Sí en mi ánima; ^habíate de decir yo á tí uno por 
otro? 



l80 OBRAS DB LOPB DS RUEDA 

MARTÍN 

Bien lo creo, no te enojes : ¿y adonde la llevas? 

S ESTXn)IANTE 

A casa de unas beatas que le han de dar una ora- 
ci jn para el mal de la jaqueca. 

MARTÍN 

¿Búrlasme, di? 

ESTUDIANTE 

No, por vida tuya y de cuanto lucp delante mis 

0J03. 

MARTÍN 

Ven buen hora : ^has menester algo? 

ESTUDIANTE 

Dios te dé salud, no agora. 

MARTÍN 

Como tú deseas. 

BÁRBARA 

¡Oh, grande alimaña, que aun no me conosció! 
Aguija, traspongamos. 

MARTÍN 

Hola, hola^ primo de mi mujer. 

ESTUDIANTE 

^Qué quieres? 

MARTÍN 

Aguarda, cuerpo del diablo, que, ó yo mengano, ó 



BL DELEITOSO l8l 



es aquella saya la de mi mujer; si ella es, ^dónde me 
la llevas? 

BÁRBARA 

|Ah, don traidor!; ¡mirad qué memoria tiene de mí, 
que topa su mujer en la calle y no la conoscel 

MARTÍN 

Calla, no llores, que me quiebras el corazón; que 
yo te conosceré, mujer, aunque no quieras, de aquí 
adelante. Pero dime : ¿dónde vas?, ¿volverás tan 
presto? 

BÁRBARA 

Sí volveré, que no voy sino á tener unas novenas 
á una santa con quien yo tengo grandísima devoción. 

MARTÍN 

¿Novenas?; y ¿qué son novenas, mujer? 

BÁRBARA 

¿No lo entendéis? Novenas sentiende que tengo 
destar yo allá encerrada nueve días. 

MARTÍN 

¿Sin venir á casa, áliraa mía? 

BÁRBARA 

Pues sin venir á casa. 

MARTÍN 

Sobresaltado me habías, primo de mi mujer, bur- 
lonazo; maldita la sangre que me habías dejado en- 
gotada. 

BÁRBARA 

Pues conviene una cosa, 



l83 OBRAS DB LOPB DE RUEDA 

MARTÍN 

¿Y qué, mujer de mi corazón? 

BÁRBARA 

Que ayunéis vos todos estos días que yo allá estu- 
viese á pan y agua, por que más aproveche la devo- . 
ción. 

MARTÍN 

Si no es más que aqueso, soy muy contento. Ven 
buen hora. 

BÁRBARA 

Adiós; mirad por esa casa. 

MARTÍN 

Señora mujer, no te cumple hablar más como en- 
ferma, que el doctor me ha dicho que á mí me ha de 
curar, que tú, bendito Dios, ya vas mejorando. 

ESTUDIANTE 

Quedad en buen hora, hermano Martín de Villalba. 

MARTÍN 

Ve con Dios. Mira, primo de mi mujer: no dejes de 
aconsejarle que si se halla bien con las novenas, que 
las haga decenas, aunque yo sepa ayunar un día más 
por su salud. 

ESTUDIANTE 

Yo lo trabajaré. Queda con Dios. 

* MARTÍN 

Y vaya con él. 

FIN DEL PASO TERCERO 



PASO CUARTO 

MUY GRACIOSO, 

EN CUAL SE INTRODUCEN LAS PERSONAS 

SIGUIENTES, 

COMPUESTO POR LOPE DE RUEDA 

Caminante. — Licenciado XXquim^. — Bachiller 
Brazuelos. 

CAMINANTE 

Uno de los grandísimos trabajos que el hombre 
puede recebir en esta miserable vida es el caminar, y 
el superlativo, faltalle los dineros. Dígolo esto porque 
se me ha ofrescido un cierto negocio en esta ciudad, 
y en el camino, por las muchas aguas, me han faltado 
los reales. No tengo otro remedio sino éste, que soy 
informado que vive en este pueblo un Licenciado de 
mi tierra: ver con una carta que le traigo si puedo 
ser favorescido. Esta debe de ser la posada. Llamar 
quiero: ^quién estaca? 

BACHILLER 

^Quién llama? ^Quién estay? 

CAMINANTE 

Si está, salga vuesa merced acá fuera. 



184 OBKAS DB LOPB DB RUBDA 



BACHILLER 

¿Qués lo que manda? 

CAMINANTE 

^Sabráme dar vuesa merced razón de un señor Li- 
cenciado? 

BACHILLER 

No, señor. 

CAMINANTE 

Pues déjeme decir: él es hombre bajo, cargado de 
espaldas, barbinegro, natural de Burbáguena. 

BACHILLER . 

No le conozco. Diga: ^cómo se llama? 

CAMINANTE 

Señor, allá se llamaba el Licenciado Cabestro. 

BACHILLER 

Señor, en mi persona está uno que se hace nom- 
brar el Licenciado Xáquima. 

CAMINANTE 

Señor, ése debe de ser, porque de cabestro á xá- 
quima, harto parentesco me paresce que hay. Llá- 
mele. 

BACHILLER ^ 

Soy contento. jAh, señor Licenciado Xáquima! 

LICENCIADO 

{Llama vuesa merced, señor Bachiller Brazuelos? 



EL DELEITOSO I85 



BACHILLER 

Sí, señor; salga vuesa merced acá afuera. 

LICENCIADO 

Suplicóle, señor, que me tenga por excusado, que 
ando metido en la fragancia del estudio y estoy en 
aquello que dice: sicus adverstts tempate, et quia b<h 
ñus tempus est non pmitur tilo* 

BACHILLER 

Salga, señor, questá aquí un señor de su tierra. 

LICENCIADO 

|Oh, válame Dios! Señor Bachiller, ¿ha visto vuesa 
merced mi bonete? 

BACHILLER 

Ahí quedó super Plinio. 

LICENCIADO 

Señor Bachiller, ¿y mis plantufos de chamelote sin 
agua, halos vijto? 

BACHILLER 

Perequillo los llevó á echar unas suelas y capilla- 
das, porque estaban mal tratadillos. 

LICENCIADO 

Señor Bachiller, mi manteo, ¿hale visto? 

BACHILLER 

Ahí le teníamos encima de la cama esta noche en 
lugar de manta. 



t86 ODRA.S DB LOPB DB RUBDA 



LICENCIADO 

Ya lo he hallado. ¿Qués lo que manda vuesa mer- 
ced? 

BACHILLER 

¿Agora sale con todo eso á cabo de dos horas que 
lestoy llamando? Aqueste señor le busca, que dice 
ques de su tierra. 

LICENCIADO 

(Dt mi tierra? Sí será, pues él lo dice. 

CAMINANTE 

¿No me conosce vuesa merced, señor Licenciado? 

LICENCIADO 

No le conozco en verdad, sino es para serville. 

CAMINANTE 

¿No conosce vuesa merced á un Juanitico Gómez, 
hijo de Pero Gómez, que íbamos juntos á la escuela 
y hecimos aquella farza de los Gigantillos? 

LICENCIADO 

Ansí, ansí; ¿es vuesa merced hijo de un tripero? 

CAMINANTE 

Que no, señor; ¿no se le acuerda á vuesa merced 
que mi madre y la suya vendían rábanos y coles allá 
en el arrabal de Santiago? 

LICENCIADO 

¿Rábanos y coles? Rasos y colchones quiso decir 
vuesa merced. 



EL DELEITOSO 1 87 



CAMINANTE 

Sea lo que mandare; mas ^á fe que no me conosce? 

LICENCIADO 

Ya, ya caigo en la cuenta; qué, ¿no es vuesa mer- 
ced el mochadlo que hizo la moceta, aquel bellaqui- 
Uo, aquel de las calcillas coloradas? 

CAMINANTE 

Sí, señor, yo soy ése. 

LICENCIADO 

¡Oh, señor Joan Gómezl Señor Bachiller, una silla. 
Periquillo, rapaz, una silla. 

CAMINANTE 

Que nos dé menester, señor. 

LICENCIADO 

¡Oh, señor Joan Gómez, abráceme! (V dióle alguna 
cosa que me trújese mi madre? 

CAMINANTE 

Sí, señor. ^ 

LICENCIADO » 

Tómeme á abrazar, señor Joan Gómez. ¿Qués lo que 
le dio? ¿Es cosa de importancia? 

CAMINANTE 

|Y pues no! 



1 88 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 



UCENCIADO 

|Oh, señor Joan Gómez!; él sea muy bien venido. 
Amuestre lo ques. 

CAMINANTE 

Es, señor, una carta que me rogó que le trújese. 

LICENCIADO 

¿Carta, señor? ¿Y dióle algunos dineros la señora 
mi madre? 

CAMINANTE 

No, señor. 

LICENaADO 

Pues ¿para qué quería yo carta sin dinero? Agora, 
señor Joan Gómez, hágame tan señalada merced de 
venirse á comer con nosotros. 

CAMINANTE 

Señor, beso las manos de vuesa merced; en la po- 
sada lo dejo aparejado. 

LICENCIADO 

Hágame este placer. 

CAMINANTE 

Señor, por no ser importuno, yo haré su manda- 
damiento, y de camino me traeré la carta, que dejé 
encomendada al mesonero. 

LICENCIADO 

Pues vaya. 



CL DELEITOSO I89 



CAMINANTE 

Beso SUS manos. 

LICENaADO 

(Qvié le paresce, señor Bachiller Brazuelos, deste 
nuestro convidado? 

BACHILLER 

Muy bien, señor. 

LICENCIADO 

A mí, no señor, sino muy mal. 

BACHILLER 

¿Por qué, señor? 

UCENCIADO 

Porque yo, para convidalle, ni tengo blanca, ni bo- 
cado de pan, ni cosa, ofrézcola á Dios, que de comer 
sea, y por tanto querría suplicar á vuesa merced que 
vuesa merced me hiciera merced de me hacer mer- 
ced, pues estas mercedes se juntan con esotras mer- 
cedes que vuesa merced suele hacer, me hiciese mer- 
ced de prestarme dos reales. 

BACHILLER 

¿Dos reales, señor Licenciado? ¿Saca burla del 
tiempo? ¿Sabe vuesa merced que traigo este andrajo 
en la cabeza por estar mi bonete empeñado por seis 
dineros de vino en la taberna, y pídeme dos reales? 

LICENCIADO 

¿Pues no me haría vuesa merced una merced de 



190 OBRAS DB LOPS DB RUBDA 

pensar una burla en que se fuese este convidado con 
todos los diablos? 

BACHILLER 

^Burla dice? Déjeme á mí el cargo, que yo le haré 
una que vaya diciendo que vuesa merced es muy 
honrado y muy cabido con todos. 

LICENCIADO 

¿Así? ¿De qué manera lo hará vuesa merced? 

BACHILLER 

Mire vuesa merced: él ha de venir agora á comer; 
vuesa merced se meterá debajo desta manta, y en 
venir luego preguntará: ¿Qués del señor Licenciado? 
Yo le diré: El señor arzobispo le ha enviado á publi- 
car ciertas buidas, que fué negocio de presto, que no 
se pudo hacer otra cosa. 

LICENCIADO 

¡Oh, cómo dice bien vuesa merced! Pues mire que 
pienso ques el que llama. 

CAMINANTE 

¡Ah de casal 

BACHILLER 

¡Sí, ékes; métase de prestol 

LICENCLADO 

Mire que me cobije bien, que no me vea. 

CAMINANTE 

¡Ah de casal 



EL DÉLÉitoSÓ i^I 



BACHILLER 

^Quién estay? ^Quién llama? 

CAMINANTE 

^Está en casa el señor Licenciado? 

BACHILLER 

^A quién busca? 

CAMINANTE 

Al señor Licenciado Xáquima. 

BACHILLER 

^A comer pienso que verná vuesa merced? 

CAMINANTE. 

No vengo por cierto, señor. 

BACHILLER 

¡Picadillo debe de traer el molinpl 

CAMINANTE 

No traigo en verdad. 

BACHILLER 

No lo niegue vuesa merced, que para decir que 
viene á comer, ¿es de menester tantas retólicas? 

CAMINAlíTE 

Verdad es que venía á comer, quel señor Licen- 
ciado me había convidado. 



íg$ OBRAS ns LÓÍB DB &IÍEOÁ 



BACHILLER 



Pues certificóle que tiene vuesa merced muy mal 
recado desta vez, porque en casa no hay blanca, ni 
bocado de pan para convidalle. 

CAMINANTE 

Pues no creo yo que el señor Licenciado sacara 
burla de mi. 

BACHILLER 

^Qué no me cree vuesa merced? Pues sepa que de 
puro corrido está puesto debajo aquella manta. 

CAMINANTE 

No-lo creo, si con mis ojos no lo viese. 

BACHILLER 

^Que no? Pues mire vuesa merced cuan contrito 
está arrodillado. 

CAMINANTE 

Jesús, Jesús, señor Licenciado! ^Para mí era de 
menester de tantos negocios? 

LICENCIADO 

Juro á diez que ha sido muy bellaquísimamente 
hecho. 

BACHILLER 

No ha estado sino muy bien. 



EL DELEITOSO I93 



UCENCIADO 



No ha estado sino de muy grandísimos bellacos; 
que si yo me escondí, vos me lo mandastes. 

BACHILLER 

Nos escondiérades vos. 

LICENCIADO 

No me lo mandárades. vos, y agradesceldo al señor 
de mi tierra, don Bachillerejo de no nada. 

BACHILLER 

^De no nada? Aguarda. 

CAMINANTE 

¡Id con todos los diablos! Allá os averiguad vos- 
otros mesmos. 



FIN DEL PASO CUARTO 



T. II 13 




PASO QUINTO 

MUY GRACIOSO, 

EN EL CUAL SE INTRODUCEN LAS PERSONAS 

SIGUIENTES, 

DE LOPE DE RUEDA 

HoNziGERA, ladran, — Panarizo, ladrón, — Mendrugo, jiVr^/Ií. 



HONZIGERA 

Anda, anda, hermano Panarizo, no te quedes reza-» 
gado, que agora es tiempo de tender nuestras redes, 
que la burullada está en grandísimo sosiego y pausa, 
y la sicas ^ descuidadas. jAh, Panarizo! 

PANARIZO 

¿Qué diablos quieres? ¿Puedes dar mayores voces? 
¿Dejásteme empeñado en la taberna y estásme que- 
brando la cabeza? 

HONZIGERA 

¿Por dos negros dineros que bebimos quedaste 
empeñado? 

PANARIZO 

Pues ¿si no los tenía? 



^ En el original así. 



EL DELEITOSO ¡95 



HONZIGERA 

Si no los tenías, ^qué remedio tuviste? 

PANARIZO 

iQné remedio había de tener, sino dejar la espada? 

HONZIGERA 



¿El espada? 
£1 espada. 



PANARIZO 



HONZIGERA 

Pues leí espada habías de dejar sabiendo á lo que 
vamos? 

PANARIZO 

Mira, hermano Honzigera, provee que comamos, 
que yo vengo candido de hambre. 

HONZIGERA 

Yo mucho másj que por eso, hermano Panarizo, 
estoy aguardando aquí un villano que lleva de comer 
á su mujer, que la tiene presa, una autenticada ca- 
zuela de ciertas viandas, y contarle hemos de aque- 
llos contecillos de la tierra de Jauja, y él sembebesce- 
rá tanto en ello, que podremos bien henchir nuestras 
panchas. 

{Entra Mendrugo, simple, cantando.) 

MENDRUGO 

Mala noche me distes, 
María de Rión 
con el bimbilindrón. 



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196 OBRAS DB LOPB DB RUEDA 

^ ~-~ ~.......~.~....~.~ -~.~ ~- «...„........^ 

PANARIZO 

jHola, ce! ^Habémonos de oir? 

MENDRUGO 

Sí señor, ya voy acabando, aguarde : 

Mala noche me distes. 
Dios os la dé peor, 
del bimbilindrón, dron, dron. 

HONZIGERA 

¡Hola, compañero! 

MENDRUGO 

^Hablan vuesas mercedes conmigo ó con ella? 

HONZIGERA 

^Quién es ella? 

MENDRUGO 

Una questá así redonda con sus dos asas y abierta 
por arriba. 

PANARIZO 

En verdad no hay quien acierte tan extraña pre- 
gunta. 

MENDRUGO 

^Tiénense por tapados vuesas mercedes? 

PANARIZO 

Sí por cierto. 

MENDRUGO 

Cazuela^ 



EL DELEITOSO 197^ 



HONZIGERA 

Qué, ¿cazuela lleváis? 

MENDRUGO 



Que no, téngase; *iválalos el diablo!; jqué Ugero$ 
son de manos! 

PANARIZO 

Pues decinos adonde vais- 

MENDRUGO 

Voy á la cárcel para todo aquello que á vuesa$ 
mercedes les cumpliere. 

PANARIZO 

|A la cárcel! (V á qué? 

MENDRUGO 

Tengo, señores, mi mujer presa. 

HONZIGERA 

<Y por qué? 

MENDRUGO 

Por cosas de aire; dicen malas lenguas que por 
alcahueta. 

PANARIZO 

Y decime : <vuestra mujer no tiene ningún íavor?. 

MENDRUGO 

Sí, señor; tiene muchos brazos y la Justicia que 
hará lo que fuere de razón; y agora han ordenado 



V9^ OBRAS DB LOPB DE RUEDA 

entre todos que, porque mi mujer es mujer de bien 
y mujer que lo puede llevar, que le den un obis- 
pado. 

HONZIGERA 

^ ¡Obispado! 

MENDRUGO 

Sí, obispado, y an plega á Dios quella lo sepa bien 
regir, que según dicen ricos quedamos desta vez. 
Diga, señor: ^sabe vuesa merced qué dan en estos 
(;|bispadps? 

PANARIZO 

^Sabes qué dan? Mucha miel, mucho zapato viejo, 
mucha borra y pluma y berenjena. 

MENDRUGO 

¡Válame Dios! ¿Todo eso dan? Ya deseo vella obis- 
pesa. 

HONZIGERA 

<*Para qué? 

MENDRUGO 

Para ser yo el obispeso. 

PANARIZO 

■ Mucho mejor sería, si tú lo pudieses acabar, que 
la hiciesen obispesa de la tierra de Jauja. 

MENDRUGO 

¡Cómo! ¿Qué tierra es ésa? 



EL DELEITOSO I99 



HONZIGERA 

Muy extremada, á do pagan soldada á los hombres 
por dormir. 

MENDRUGO 

^•Por su vida? 

PANARIZO 

Sí, de verdad. 

HONZIGERA 

Ven acá, asiéntate un poco y contarte hemos las 
maravillas de la tierra de Jauja. 

MENDRUGO 

^De dónde, señor? 

PANARIZO 

De la tierra que azotan á los hombres porque tra- 
bajan. 

MENDRUGO 

¡Oh, qué buena tierra! Cuénteme las maravillas 
desa tierra, por vida suya, 

HONZIGERA 

¡Sus! Ven acá; asiéntate aquí en medio de los dos. 
Mira... 

MENDRUGO 

Ya miro, señor. 

HONZIGERA 

Mira: en la tierra de Jauja hay un río de miel y 
junto á él otro de leche, y entre río y río hay una 



2ÓÓ OBRAS DB LOPE DB kÜBDA 

fuente de mantequillas encadenada de requesones y 
caen en aquel río de la miel, que no paresce sino 
que están diciendo : «cómeme, cómeme». 

MENDRUGO 

Mas, pardiez, no era de menester á mí convidarme 
tantas veces. 

PANARIZO 

Escucha aquí, nescio. 

MENDRUGO 

Ya escucho, señor. 

PANARIZO 

Mira : en la tierra de Jauja hay unos árboles que 
los troncos son de tocino. 

MENDRUGO 

jOh, benditos árboles! Dios os bendiga, amén. 

PANARIZO 

Y las hojas son hojuelas, y el fruto destos árboles 
son buñuelos, y caen en aquel río de la miel, quellos 
mismos están diciendo : «máscame, máscame». 

HONZIGERA 

Vuélvete acá. 

MENDRUGO 

Ya me vuelvo. 

HONZIGERA 

Mira : en la tierra de Jauja las calles están empe- 



BL DELEITOSO 20 1 



dradas con yemas de huevos, y entre yema y yema 
un pastel con lonjas de tocino. 

MENDRUGO 

^Y asadas? 

HONZIGERA 

Y asadas, quellas mismas dicen: «tragadme, tra 
gadme». 

MENDRUGO 

Ya paresce que las trago. 

PANARIZO 

Entiende, bobazo. 

MENDRUGO 

Diga, que yantiendo. 

PANARIZO 

Mira : en la tierra de Jauja hay- unos asadores de 
trecientos pasos de largo, con muchas gallinas y ca- 
pones, perdices, conejos, francolines. 

MENDRUGO 

jOh, cómo los como yo ésos! 

PANARIZO 

Y junto á cada ave un cochillo, que no es menes- 
ter más de cortar, qúello mismo dice: «engoUíme, en- 
gollíme». 

MENDRUGO 

Qué, ^las aves hablan? 



r 



2Ú3 OUbAé DÉ LO^B DE ttÜEDA 



HONZIGERA 

Óyeme. 

MENDRUGO 

Que ya oigo, pecador de mí; estarme ía todo el día 
oyendo cosas de comer. 

HONZIGERA 

Mira: en la tierra de Jauja hay muchas cajas de 
confitura, mucho calabazate, mucho diacitr6n, mu- 
chos mazapanes, muchos confites. 

MENDRUGO 

Dígalo más pausado, señor, eso. 

HONZIGERA 

Hay ragea y unas limetas de vino que él mismo 
sestá diciendo: «bebéme, cómeme, bebéme, cómeme».. 

PANARIZO 

Ten cuenta. 

MENDRUGO 

Harta cuenta me tengo yo, señor, que me paresce 
quengulo y bebo. 

PANARIZO 

Mira: en la tierra de Jauja hay muchas cazuelas con 
arruz y huevos y queso. 



EL DELEITOSO 20^ 



MENDRUGO 

^Como esta que yo traigo? 

PANARIZO 

Que vienen llenas, y ofrezco al diablo la cosa que 
vuelven. 

MENDRUGO 

¡Válalos el diabro, Dios les guarde! ¿Y qué san 
hecho estos mis contadores de la tierra de Jauja? 
Ofrescidos seáis á cincuenta aviones : ^y qués de mi 
cazuela? Juro á mí que ha sido bellaquísimamente 
hecho. jOh, válalos el de las patas luengas! Si había 
tanto que comer en su tierra, ^'para qué me comían 
mi cazuela? Pues yo juro á mí, que juro á bueno, que 
tengo denviar tras ellos cuatro ó cinco dineros de 
hermandades para que los traigan á su costa. Pero 
primero quiero decir á vuesas mercedes lo que man 
encomendado. 



FIN DEL PASO QUINTO 



PASO SEXTO' 

MUY GRACIOSO, 

£N EL CUAL SE INTRODUCEN LAS PERSONAS 

SIGUIENTES, 

DE LOPE DE RUEDA 

Brbzano, hidalgo, — Cbbadón ^ simple, — Samadbl, ladran, 

BREZANO 

Ora, ¿no es cosa extraña que á un hidalgo como yo 
se le haya hecho semejante afrenta y í^ravio cual 
éste? Y es que un casero desta mi casa en que vivo, 
sobre cierto alquiler que le quedé á deber me ha en- 
viado á emplazar docientas veces. Yo quiero y ten- 
go determinado de llamar á Cebadón, mi criado, y 
dalle los dineros para que se los lleve. ¡Hola, Ceba^ 
don, sal acá! 

CEBADÓN 

Señor, ¡ah, señorl, ¿llama vuesa merced? 

BREZANO 

Sí, señor; yo llamo. 



^ «Séptimo» dice en el original, por error de imprenta. Los 
titiilillos dicen «sextoz». 

' En la edición de Fuensanta del Valle se lee este nombre 
Cbkadón, equivocadamente. 



EL DELEITOSO 20$ 



CEBADÓN 

Luego vi que me llamaba. 

BREZANO 

^En qué vio que le llamaba? 

CEBADÓN 

^Diz que en qué? En nombrarme por mi nombre. 

BREZANO 

Ora, ven acá, ^-conosces...? 

CEBADÓN 

Sí, señor; ya conuezco. 

BREZANO 

¿•Qué conosces? 

CEBADÓN 

Esotro..., él..., aqueste..., el que dijo vuesa merced. 

BREZANO 

¿Qué dije? 

CEBADÓN 

Ya no se macuerda. 

BREZANO 

Dejémonos de burlas. Dime si conosces adaquel 
casero desta mi casa en que vivo. 



CEBADÓN 

Sí, señor; muy bien lo conuesco. 



206 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

BREZAXO 

¿Dónde vive? 

CEBADÓN 

Acullá en su casa. 

BREZANO 

¿Dónde está su casa? 

CEBADÓN 

Mire vuesa merced : eche por esta calle drecha y 
tome por esotra á mano izquierda, y junto la casa, 
empar de la casa, al otra casa más arriba está un 
poyo á la puerta. 

BREZANO 

No mentiendes, asno; no te digo sino si conosces 
al casero de mi casa. 

CEBADÓN 

Que sí, señor; muy rebién. 

BREZANO 

¿Dónde mora? 

CEBADÓN 

Mire vuesa merced: vayase derecho á la iglesia y 
éntrese por ella, y salga por la puerta de la iglesia 
y dé una vuelta alderredor de la iglesia, y deje la 
iglesia y tome una callejuela junto á la callejuela em- 
par de la callejuela, la otra callejuela mds arriba. 

BREZANO 

Bien sé que sabes allá. 



EL DELEITOSO 207 



CEBADÓN 

Sí, señor; demasiadamente sé. 

BREZANO 

iSus!, toma estos quince reales y llévaselos, y dile 
que digo yo que lo ha hecho ruinmente en enviarme 
á emplazar tantas veces, y que digo yo que me haga 
merced de np hacello tan mal conmigo. Y mira que 
al que se los has de dar ha de tener un parche en el 
ojo y una pierna arrastrando; y primero que se los 
des, te ha de dar una carta de pago. 

CEBADÓN 

^Que primero que le dé yo los dineros le tengo de 
dar una carta de pago? 

BREZANO 

Que no, asno; él á ti. 

CEBADÓN 

Ya, ya, él á mí. Yo lo haré muy requísimamente. 
{Entra el ladrón.) 

SAMADEL 

Según soy informado, por aquí ha de venir un 
mozo con unos dineros que los ha de dar á un mer- 
cader. Yo le tengo de hacer encreyente que soy el 
mercadante, y cogelle los dineros, que bien creo que 
serán buenos para alguna quinolilla. Ta, ta, quiero 
disimular, que helo allí do viene. 



208 OBRAS DB LOPE DE RUEDA 



BREZANO 

Mira que lo sepas hacer, diablo. 

CEBADÓN 

Que yo lo sabré hacer, válame Dios. 

SAMADEL 

Hola, hermano; ^es hora que traigáis esos dineros? 

CEBADÓN 

{Es vuestra merced el que los ha de recebir? 

SAMADEL 

Y aun el que los había de tener en la bolsa. 

CEBADÓN 

Pues señor, díjome mi amo que le diese á vuesa 
merced y tomase vuesa merced quince reales. 

SAMADEL 

Sí, quince han de ser; dad acá. 

CEBADÓN 

Tome; aguarde vuesa merced. 

SAMADEL 

¿Qué tengo de aguardar? 

CEBADÓN 

¿Diz que qué?, las insinias. 

SAMADEL 

¿Qué insinias? 



EL DBLBltOI^Ó 20^ 



CEBADÓN 

Dijo mi amo que había de tener vuesa merced un 
parche en el ojo y traer una pierna arrastrando. 

SAMADEL 

Así, pues, si no es más deso, cata aquí el parche. 

CEBADÓN 

Ávese day : <*diz queso es parche? 

SAMADEL 

Digo que sí es. 

CEBADÓN 

Digo que no es. 

SAMADEL 

Digo que lo es, aunque os pese. 

CEBADÓN 

No quiero pesar, señor, séalo á mandado de vuesa 
merced; parche es, válame Dios; son como traía vue- 
sa merced abajado el sombrerillo, no había visto el 
parche. 

SAMADEL 

Ora ¡sus!, dad acá los dineros. 

CEBADÓN 

Tome vuesa merced. 

SAMADEL 

Echa. 

CEBADÓN 

Aguarde. 

T. II . 14 



210 



OBRAS DB LOPE DB RUEDA 



SAMADEL 

^Qué tengo de aguardar? 

CEBADÓN 

La pierna arrastrando, ^qués della? 

SAMADEL 

^La pierna? Vesla aquí. 

CEBADÓN 

Tome vuesa merced los dineros. 

SAMADEL 



Vengan. 
Aguarde. 



CEBADÓN 



SAMADEL 

¡Oh, pecador de mí! ^Qué quiés que aguarde? 

CEBADÓN 

^Qué tengo de aguardar? La carta de pago. 

SAMADEL 

Pues vesla aquí. Toma, bobo, quen verdad veinte 
años ha questá escrita, y decilde á vuestro amo que 
digo yo ques un grandísimo bellaco. 

CEBADÓN 

^Que le diga yo á mi amo que vuesa merced es un 
grandísimo bellaco? 

SAMADEL 

Que no, sino que yo se lo digo á él, y que lo ha 
hecho ruinmente. 



EL DELEITOSO 2ÍI 



CEBADÓN 

¡Ta, tal Eso de ruin le había de decir yo á vue^a 
merced, que mi amo me dijo que se lo dijese; tén- 
galo por recebido. 

SA.MADEL 

Bien está; vete con Dios 

CEBADÓN 

Vaya vuesa merced. Ofrézcole al diabro el parche 
que lleva, que miedo tengo que no me haya enga- 
ñado. 

BREZANO 

¡Hola, Cebadón! ¿Traes recado? 

CEBADÓN 

Sí, señor; ya traigo todo recado y la carta de pago 
y todo negocio viene. 

BREZANO 

^Sfifástele bien? ¿Viste si tenía parche? 

CSBADÓN 

Sí, señor; un parchazo tenía tan grande como mi 
bonete. 

BREZANO 

¿Vístelo tú? 

CEBADÓN 

No, señor; mas él dijo que lo traía. 

BREZANO 

¿Pues así habías de ñar de su palabra? 



212 OBRAS DS LO!>E Dfi ftUBDA 

, j 

CEBADÓN 

Sí, señor; sé que no había de infernar ellotro su 
alma á truque de un parche ni de quince reales. 

BREZANO 

Ora ¡sus!, que tú traerás algún buen recado. Y 
dime: ^traía la pierna arrastrando? 

CEBADÓN 

Sí, señor; luego que le di los dineros arrastró ansi- 
na la pierna; mas luego que se fué, iba más derecho 
que un pino. 

BREZANO 

Baste: veamos la carta. 

CEBADÓN 

Tome, señor. 

BREZANO 

«Señor hermano.» 

CEBADÓN 

<Dice ahí señor hermano? 

BREZANO 

Sí que dice señor hermano. 

CEBADÓN 

Debe ser hermano del que recibió los dineros. 

BREZANO 

Ansí debe de ser. «Las libras de azafrán.» 



Bt DELEITOSO 21$ 



CEBADÓN 

¿Ahí dice libras de azafrán? 

BREZANO 

Si, aquí ansina dice. 

CEBADÓN 

¿Las libras de azafrán? Sé que yo no he traído i 
vuesa merced azafrán. 

BREZANO 

A mí no. 

CEBADÓN 

¿Pues cómo viene el papel enzafranado? 

BREZANO 

¿Tú no ves que te ha engañado, que por darte 
carta de pago te ha dado carta mensajera? 

CEBADÓN 

¿Carta ó qués? 

BREZANO 

Carta mensajera. 

CEBADÓN 

Pardiez, si ello es verdad, que la ha hecho muy 
bellaquísimamente. 

BREZANO 

¿Qué remedio; señor? 

CEBADÓN 

Yo diré á vuesa merced qué remedio. Que tome- 
mos sendos palos y que vamos callibajo, vuesa mer- 



214 OBRAS DB LOPE DB RUEDA 

ced primero, yo tras del, y si á dicha lencontramos, 
cobraremos nuestros dineros; cuando no, servirme ha 
de criado estuences. 

BREZANO 

^Qués servirte de criado? 

CEBADÓN 

¿Qué, señor? Que yos compezaré á bravear con él 
como lo hizo de ruin hombre de llevarse los dineros 
sin parche, ni pierna arrastrando, y en esto vuesa 
merced descargará con la paliza. 

BREZANO 

Pues jsus!, vamos. 

CEBADÓN 

Vamos. 

( Vítehe el ladrón.) 

SAMADEL 

Bien dicen que lo bien ganado se pierde, y lo malo 
él y su amo. Esto dígolo porque aquellos dineros que 
tomé al simple mozo, los medios se fueron en un res- 
to y los otros se quedaron en un bodegón. Dícenme 
que van en busca mía; no tengo otro remedio sino 
diferenciar la lengua. 

BREZANO 

Haz que le conozcas bien. 

CEBADÓN 

Pierda cuidado vuesa merced, que yo le conosceré 
rebién; véngase poco á poco tras mí. 



EL DELEITOSO 



215 



BREZANO 

Anda. 

CEBADÓN 

¡Señor, señor! 

BREZANO 
CEBADÓN 

Caza tenemos; el del sombrerito es. 

BREZANO 

Cata que sea él. 

CEBADÓN 

Que sí, señor; éste me tomó los dineros. 

BREZANO 

¡Sus!, habíale. 

CEBADÓN 

¡Hombre de bien! 

SAMADEL 

La gran bagasa quius pari. 

CEBADÓN 

No habla cristianamente, señor. 

BREZANO 

Sepamos, pues, en qué lengua habla. 

SAMADEL 

luta drame a roquido dotos los durbeles. 

BREZANO 

¿Qué dijo? 



X 



2l6 OBRAS DE LOPB DB RUEDA 

CEBADÓN 

Que se los comió de pasteles. 

SAMADEL 

No he fet yo tan gran Uegea. 

BREZANO 

^'Qués lo que dice? 

CEBADÓN 

Quél los pagará aunque se pea. 

SAMADEL 

¿Qué he de pagar? 

CEBADÓN 

Los dineros que me quesistes hurtar. 

SAMADEL 

Toma una higa para vos, don villano. 

CEBADÓN 

Pero tomad vos esto, don ladrón tacaño. 

BREZANO 

Eso sí; dale. 

CEBADÓN 

Aguarda, aguarda. 

FIN DEL PASO SEXTO 



PASO SÉPTIMO 

MUY GRACIOSO, 
EN EL CUAL SE INTRODUCEN LAS PERSONAS 
SIGUIENTES, 
COMPUESTO POR LOPE DE RUEDA 

ToRüvio, simpk, viejol — Águeda de Toruégano, su mujer, 
MencigOela, su hija, — Aloxa, vecino, 

TORUVIO 

I Válame Dios y qué tempestad ha hecho desdel re- 
quebrajo del monte acá, que no parescía sino quel 
cielo se quería hundir y las nubes venir abajo! Pues 
decí agora: ¿qué os terna aparejado de comer la se- 
ñora de mi mujer? ¡Así mala rabia la matel — ¿Oíslo? 
¡Mochacha Mencigüelal Si todos duermen en Zamo- 
ra. — ¡Águeda de Toruégano! ¿Oíslo? 

MENCIGÜELA 

iJesús, padre! ¿Y habéisnos de quebrar las puertas? 

TORUVIO 

jMirá qué pico, mira qué pico! ¿Y adonde está 
vuestra madre, señora? 

MENCIGÜELA 

Allá está en casa de la vecina, que le ha ido á 
ayudar á coser unas madejillas. 



2l8 OBRilS DE LOPE DE RUEDA 

TORUVIO 

¡Malas madej illas vengan por ella y por vos! An- 
dad y llamalda. 

ÁGUEDA 

Ya, ya, el de los misterios, ya viene de hacer una 
negra carguilla de leña, que no hay quien se averi- 
güe con él. 

TORUVIO 

Sí; ¿carguilla de leña le paresce á la señora? Juro al 
cielo de Dios que éramos yo y vuestro ahijado á car- 
galla y no podíamos. 

ÁGUEDA 

Ya, noramaza sea, marido, | y qué mojado que 
venís! 

TORUVIO 

Vengo hecho una sopa dagua. Mujer, por vida 
vuestra, que me deis algo que cenar. 

ÁGUEDA 

¿Yo qué diablos os tengo de dar, si no tengo cosa 
ninguna? 

MENCIGÜELA 

¡Jesús, padre, y qué mojada que venía aquella leña! 

TORUVIO 

Sí, después dirá tu madre ques el alba. 

ÁGUEDA 

Corre, mochacha, adrézale un par de huevos para 



EL DELEITOSO 219 



que cene tu padre, y hazle luego la cama. Yes ase- 
guro,' marido, que nunca se os acordó de plantar 
aquel renuevo de aceitunas que rogué que planta- 
sedes. 

TORUVIO 

¿Pues en qué me he detenido sino en plantalle 
como me rogastes? 

ÁGUEDA 

Callad, marido; ¿y adonde lo plantastes? 

TORUVIO 

Allí junto á la higuera breval, adonde, si se os 
acuerda, os di un beso. 

MENCIGÜELA 

Padre, bien puede entrar á cenar, que ya está 
adrezado todo. 

ÁGUEDA 

Marido, ¿no sabéis qué he pensado? Que aquel re- 
nuevo de aceitunas que plantastes hoy, que de aquí 
á seis ó siete años llevará cuatro ó cinco hanegas de 
aceitunas, y que poniendo plantas acá y plantas acu- 
llá, de aquí á veinte y cinco ó treinta años, teméis un 
olivar hecho y drecho. 

TORUVIO 

Eso es la verdad, mujer, que no puede dejar de ser 
lindo. 

ÁGUEDA 

Mira, marido: ¿sabéis qué he pensado? Que yo co- 



320 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

geré la aceituna y vos la acarrearéis con el asnillo, y 
Mencigüela la venderá en la plaza. Y mira, mochacha, 
que te mando que no me des menos el celemín de á 
dos reales castellanos. 

TORUVIO 

¿Cómo á dos reales castellanos? ¿No veis ques car- 
go de consciencia y nos llevará al amotazén cadaldía 
la pena, que basta pedir á catorce ó quince dineros 
por celemín. 

ÁGUEDA 

Callad, marido, ques el veduño de la casta de los 
de Córdoba. 

TORUVIO 

Pues aunque sea de la casta de los de Córdoba, 
basta pedir lo que tengo dicho. 

ÁGUEDA 

Ora no me quebréis la cabeza. Mira, mochacha, que 
te mando que no las des menos el celemín de á dos 
reales castellanos. 

TORUVIO 

¿Cómo á dos reales castellanos? Ven acá mochacha: 
^á cómo has de pedir? 

MENCIGÜELA 

A como quisiéredes, padre. 

TORUVIO 

A catorce ó quince dineros. 



EL DELEITOSO 221 



MENCIGÜELA 

Así lo haré, padre. 

ÁGUEDA 

¿Cómo casi lo haré, padre?» Ven acá, mochacha: ¿á 
cómo has de pedir? 

MENCIGÜELA 

Á como mandárades, madre. 

ÁGUEDA 

Á dos reales castellanos. 

TORUVIO 

¿Cómo á dos reales castellano?s Yos prometo que 
si no hacéis lo que yo os mando, que os tengo de dar 
más de docientos correonazos. ¿A cómo has de pedir? 

MENCIGÜELA 

A como decís vos, padre. 

TORUVIO 

A catorce ó quince dineros. 

MENCIGÜELA 

Así lo haré, padre. 

ÁGUEDA 

¿Cómo «así lo haré padre?» Toma, toma, hace lo 
que yos mando.. 

TURUVIO 

Dejad la mochacha. 



222 OBRAS DE LOPB DB RUBDA 

MENCIGÜELA 

¡Ay, madre; ay, padre, que me matal 

ALOXA 

^Qués esto, vecinos? ¿Por qué maltratáis ansí la 
mochacha? 

ÁGUEDA 

¡Ay, señor! Este mal hombre que me quiere dar 
las cosas á menos precio y quiere echar á perder mi 
casa: ¡unas aceitunas que son como nuecesl 

TORUVIO 

Yo juro á los huesos de mi linaje que no son xii 
aun como piñones. 

ÁGUEDA 

Sí son. 

TORUVIO 

No son. 

ALOXA 

Ora, señora vecina, haceme tamaño placer que os 
entréis allá dentro, que yo lo averiguaré todor 

ÁGUEDA 

Averigüe ó póngase todo del quebranto. 

ALOXA 

Señor vecino, <qué son de las aceitunas? Sacaldas 
acá fuera, que yo las compraré, aunque sean veinte 
hanegas. 



EL DELEITOSO 22^ 



TORUVIO 

Que no, señor; que no es desa manera que vuesa 
merced se piensa, que no están las aceitunas aquí en 
casa, sino en la heredad. 

ALOXA 

Pues traeldas aquí, que yos las compraré todas al 
precio que justo fuere. * 

MENCIGÜELA 

Á dos reales quiere mi madre que se vendan el 
celemín. 

ALOXA 

Cara cosa es ésa. 

TORUVIO 

¿No le paresce á vuesa merced? 

MENCIGÜELA 

Y mi padre á quince dineros. 

ALOXA 

Tenga yo una muestre delias. 

TORUVIO 

jVáláme Dios, señorl Vuesa merced no me quiere 
entender. Hoy he yo plantado un renuevo de aceitu- 
nas, y dice mi mujer que de aquí á seis ó siete años 
llevará cuatro ó cinco hanegas de ^aceituna, y quella 
la cogería, y que yo la acarrease y la mochacha la 
vendiese, y que á fuerza de drecho había de pedir á 
dos reales por cada celemín; yo que no y ella que sí, 
y sobre, esto ha sido la quistión. 



^t4 OBRAS OS LOPE OB RUEDA 

ALOXA 

¡Oh, qué graciosa quistión; nunca tal se ha visto! 
Las aceitunas no están plantadas y ¿ha llevado la 
mochacha tarea sobre ellas? 

MENCIGÜELA 

¿Qué le paresce, señor? 

TORUVIO 

No llores, rapaza. La mochacha, señor, es como un 
oro. Ora andad, hija, y ponedme la mesa, que yos 
prometo de hacer un sayuelo de las primeras aceitu- 
nas que se vendieren. 

ALOXA 

Ahora andad, vecino, entraos allá adentro y tened 
paz en vuestra mujer, 

TORUVIO 

Adiós, señor. 

ALOXA 

Ora por cierto, ¡qué cosas vemos en esta vida que 
ponen espanto! Las aceitunas no están plantadas, ya 
las habemos visto reñidas. Razón será que dé ñn á 
mi embajada. 

FIN 

Vidü loachimus Molina. 

Impressos con licencia en la inclyta ciudad de Valencia, 
en casa de loan Mey. Año M. D.iLxvij. 



Registro de Representantes 

a do van registrados 

por loan Tiinoneda.mnclios y graciosos 

pasos de Lope de Rueda y otros 

diuersos autores, así de la^ 

cayos como de simples y 

otras diversas 

figuras. 



Impresos con licencia. 



Véndese en casa de loan Timoneda 

mercader de libros á la Merced. 

año de 1570. 

T. II IS 



ESGRIVE lOAN TI- 

MONEDA LA PRESENTE OCTAVA A 

LOS Representantes 



Aquí van registrados con mi pluma 
los pasos más modernos y graciosos; 
aquí quasi veréys en breue suma, 
descuidos simplicíssimos, brauosos. 
De aquí el representante que presuma 
hazer que sus coUoquios sean gustosos, 
puede tomar lo que le conuiniere, 
y el passo que mejor hazer supiere. 



"k 



I 



PASO PRIMERO ' 

DEL MÉDICO SIMPIlE, 

Y COLADILLA, PAJE, Y EL DOCTOR VALVERDE, 

ES PASO MUY APACIBLE Y GRACIOSO. 

MoNSERRATE, simple. — CoLADiLLA, pq/g. — Valverde, doctoT. 
Alguacil. — Jumilla, mtájer, — Porquerón. 

COLADILLA 

Aguija, aguija, hermano Monserrate, que si hoy 
nos sabemos valer, tenemos un buen lance entre 
manos. 

MONSERRATE 

Por tu vida, y ^qué lance? 

COLADILLA 

Que si tienes buena habilidad... 

MONSERRATE 

¿Qué es babelidad? 

COLADILLA 

Que si tú me sabes responder á lo que yo te iré 
preguntando, tenemos hoy ciertos dos reales y un 
bollo mantecada. 



^ Este paso parece de Lope de Rueda. Fué imitado por los 
autores de entremeses, especialmente en el titulado El Doctor 
simple. 



[ 



I 



I 



f 

I 



228 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

MONSERRATE 

¿Bollo mantecada? 

COLADILLA 

Sí, bollo mantecada. 

MONSERRATE 

^Por el siglo de tu madre? 

COLADILLA 

Y an por la tuya. 

MONSERRATE 

¿Cómo? (De qué manera? 

COLADILLA 

Desta: que yo, sin tener letras ningunas, me obligo 
á graduarte de médico. 

MONSERRATE 

{De mérdico querrás decir? 

COLADILLA 

Sí, hermano. 

MONSERRATE 

Y qué, ¿me quedaré hecho mérdico para todos los 
días de mi vida? 

COLADILLA 

Y an después de muerto. 

MONSERRATE 

¡Diabrólico eres! Veamos de qué suerte. 

COLADILLA 

Tú has de saber que como nostramo es médico, 



REGISTRO DB REPRBSBNTAKTBS 229 

- • ~ — .............—..-...~~~....~— ~~.—«-.—.«.«...........»^.. .....^.^ .—.«... ^ 

tengo entendido que ha de venir hoy una mujer de 
Ruzafa que tiene su madre mala. 

MONSERRATB 

^De dónde? 

COLADILLA 

De Ruzafa. 

MONSERRATE 

Esa te repulgo. 

COLADILLA 

De Ruzafa. 

MONSERRATE 

Tu madre es ésa; sobre ti sensuelva: ^échasme 
pullas? 

COLADILLA 

¡Fullero está el tiempo! Que no, sino ques de Ru- 
zafa. 

MONSERRATE 

De Rusiafa, de Ruflafa. |0h, qué bellaquísima 
nombre de lugarl 

COLADILLA 

De Ruzafa, que es un lugar de aquí cerca, y como 
tiene su madre mala... 

MONSERRATE 

^Quién, el lugar? 

COLADILLA 

|Válate DiosI Que no, sino la mujer. 



330 OBRAS DE LOPB DB RUEDA 

MONSERRATE 

De manera que dices que Ruzafra no tiene madre, 
sino que la mujer es hija de Ruzafra, y la hija que 
está mala ha de traer el bollo mantecada. 

COLADILLA 

Que no, sino quen Ruzafa está una mujer mala, y 
ha de venir su hija á traer dos reales y el bollo man- 
tecada para entramos. 

MONSERRATE 

Vaya, sea como fuere, venga el bollo mantecada. 

COLADILLA 

' Por eso cuando viniere no le preguntes sin tomar 
mi consejo. 

MONSERRATE 

• No hayas miedo. 

COLADILLA 

Porque yo haré que te rijas por el curso de me- 
dicina. 

MONSERRATE 

Bien dices. ¿Iremos por el cuxo de merdicina? No 
cumpre más. Desta vez quedaré draguado de tu 
mano; y si ello es ansí y viene en efecto, pardiez que 
me dir merdicando de casa en casa, ganando reales 
y bollos mantecadas. 

COLADILLA 

Pues aguarda, sacaré las ropas de levantar y bonete 
de señor. 



REGISTRO DE REPRESENtAMTES 2^i 



MONSERRATE 

Anda, ¿qué esperas? Pardiez queste mochacho es 
diabrólico, y si me dragua de mérdico, toma, desta 
vez queda honrado todo mi linaje. 

COLADILLA 

Ten, vístete esa ropa. 

MONSERRATE 

jDo al diabro el argadijo! ¿Por dó la tengo de 
meter? 

COLADILLA 

Por aquí. 

MONSERRATE 

¡Ah! Ya soy deste lado mérdico y deste otro Mon- 
serrate. 

COLADILLA 

Acabemos; pon el brazo por esta manga. 

MONSERRATE 

Ya está. 

COLADILLA 

Ora quítate la caperuza y ponte este bonete. 

MONSERRATE 

¿Eso me tengo de poner? ¡Quita allá, diabro, que 
paresceré monseñer ó nigromántulol 

COLADILLA 

Daca la caperuza, que sin esto no eres médico. 



232 OBRAS DB LOPE DB RUBDA 



MONSERRATE 



^La caperuza? ¡Oxtel Aquí la guardaré en el seno. 
^Parézcote agora mérdico? 

COLADILLA 

Y muy perfeto. 

MONSERRATE 

Pues saca el bollo. 

COLADILLA 

Aguarda, que la mujer lo ha de traer. Siéntate en 
esta silla, y ten cuenta que agora eres tú el señor, yo 
tu criado Coladilla, que me puedes mandar. 

MONSERRATE 

^Tú eres mi criado? Luego bien te puedo dar un 
cachete. 

COLADILLA 

Aplace, señor, eso, que no va á pegar tan presto. 

MONSERRATE 

Pardiez, que me tiene ya miedo este rapaz. 

COLADILLA 

Y puédesme mandar cuanto quisieres. 

MONSERRATE 

Ensayemos eso, por que no se yerre. 

COLADILLA 

Ensayemos. 

MONSERRATE 

jColadillal 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 233 



COLADILLA 

Señor. 

MONSERRATE 

Colete, colada, diabro, folleto, pásate aquí, no pa- 
ses; quítate el bonete, no te lo quites; arrodíllate, no 
te arrodilles; échate, no te eches. 

MUJER 

^Quién está en su casa? 

COLADILLA 

Ya viene. 

MONSERRATE 

Mira si es ella y acuérdate del bollo mantecada. 

MUJER 

¿Está en casa el señor dotor? 

COLADILLA 

A ti pide. 

MONSERRATE 

Yo soy mérdico. 

COLADILLA 

No hace al caso, que dotor y médico todo ses uno. 

MONSERRATE 

Todo sea uno. 

MUJER 

¿Está en casa el señor? 

MONSERRATE 

Dile que sL 



234 OBRAS DB LOPE DB RUEDA 

COLADILLA 

£n casa está. 

MONSERRATE 

£n casa esto; dile qué quiere. 

COLADILLA ^ 

^Qué queréis, buena mujer? 

MUJER 

Tráigole la orina. 

MONSERRATE 

<La harina? Luego ¿no está hecho el bollo? 

COLADILLA 

La orina dice. 
¿Qué orina? 
Las aguas. 
¿Qué aguas? 

COLADILLA 

Los meados de su madre. Mira que tú los has de 
tomar con la mano y revolvellos como hace señor. 

MONSERRATE 

Vengan los meados. ¡Coladilla! 

COLADILLA 

Señor. 



MONSERRATE 



COLADILLA 



MONSERRATE 



REGISTRO DB REPRESENTANTES 235 

MONSERRATE 

Dile que entre, 

COLADILLA 

Entre, buena mujer. 

MUJER 

Beso las manos de vuesa merced. 

MONSERRATE 

^Merced me llama? £n todos los días de mi vida 
me han llamado merced, sino agora. Bueno es ser 
mérdico. 

COLADILLA 

Di que se llegue. 

MONSERRATE 

Llegaos acá. £1 bollo mantecada, Coladilla, no se 
te olvide. 

COLADILLA 

Bien está. 

MUJER 

Beso sus manos. 

MONSERRATE 

Helas aquí. Pues ^cómo no me las besa, Coladilla? 

COLADILLA 

Calla, que aquello es por vía de buena crianza. 

MONSERRATE 

¿Qué le diré? 



236 OBRAS DB LOPE DE RUEDA 

COLADILLA 

Dile : vengáis en hora buena, mujer. 

MONSERRATE 

Plegué á Dios que lo sepa decir y no me ría. 
¡Tomal, ya me río, ya me río; ¡ah, ahí, no vengáis, sí 
vengáis; ¡ah, ah! 

COLADILLA 

Di si has de acabar, que pensará que burlamos 
della. 

MONSERRATE 

Calla, que agora se lo echo de golpe. Vengáis en 
buen hora, mujer de pro. 

MUJER 

Dios le dé salud. 

MONSERRATE 

Igual sería el bollo. 

COLADILLA 

Dile qué tal está su madre. 

MOl^SERRATE 

^Cómo está vuestra madre? 

MUJER 

Señor, mala. 

MONSERRATE 

Pues esté buena. 

MUJER 

No está sino mala. 



RBGISTRO DE REPRESENTANTES 237 

MONSERRATE 

. Yo quiero questé buena. ¿Qué quiere decir «está 
mala, está mala?» Ella ha destar buena aunque le 
pese. Mira, cuando el mérdico dice questá buena la 
mujer, ha de estar buena, y si no tomar un garrotazo, 
y ¡chípite, chápete!, dalle hasta questé buena. 

COLADILLA 

Pídele la orina. 

MONSERRATE 

Daca la orina. 

MUJER 

Tome, señor. 

MONSERRATE 

Coladilla, paresce esto vino branco. 

COLADILLA 

Está inflamada. 

MONSERfeATE 

(EX bollo, Coladilla? 

COLADILLA 

No te fatigues. Pídele qué es lo que hacía cuando 
su madre enfermó, 

MONSERRATE 

Decí, mujer honrada : ¿qué hacía vuestra madre 
cuando enfermó? 

MUJER 

Hacía roscada. 



23S OBRAS DB LOPS DB RUBDA 



MONSERRATE 

Así es la verdad, que una camisa anda aquí bu« 
llendo. 

COLADILLA 

Bien has dicho. Dile que porque la orina muestra 
estar un poco inflamada, que tome cuatro onzas de 
cassia preparada. 

MONSERRATE . 

Mira, mujer, porque la orina muestra estar un poco 
inflamada, que tome vuestra madre cuatro onzas des- 
canasia empanada. 

MUJER 

¿Adó se podrá hallar eso? 

MONSERRATE 

En los pasteleros. 

COLADILLA 

¿Qué diablos dices, que te turbas? 

MONSERRATE 

Coladilla, tuviese yo el bollo mantecada, que mal- 
dita la cosa que me turbase. 

COLADILLA . 

Ternásle. Ora dile, porque si está algo desvanesci- 
da de cabeza, le den algunos confortativos. 

MONSERRATE 

Mira, por si está recia de la cabeza vuestra madre, 
trabajad que le den algunos higos. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 2^ 

MUJER 

¿Qué higos?, ¿blancos ó negros^ 

MONSERRATE 

Blancos ó verdes ó azules; de todas colores. 

COLADILLA 

Escuchaste. Dile, por que la sustancia no le haga 
mal, que le den algunas tajadas de calabazate. 

MONSERRATE 

Bien, yo se lo diré. Hola, mujer: por que no le haga 
daño el comer á vuestra madre, dalde algunas tajadas 
de calafate. 

MUJER 

¿Y adonde se hallará? 

MONSERRATE 

Allá en la pescatería. 

COLADILLA 

Que no, sino en casa de los potecarios. 

MONSERRATE 

Sí, SÍ, en casa de los notarios. 

COLADILLA 

Dile esto : que porque su mal tira á perlesía, en 
las noches le den tabletas, de día dragonis. 

MONSERRATE 

Mujer, porque su mal tira á perlería, que digo, á 



240 OBRAS DE LOPB DB RUEDA 



pedrería, en las noches le daréis tabletas y el día 
dragonis. 

COLADILLA 

Mira la orina. 

MONSERRATE 

Más querría mirar el bollo, Coladilla. 

COLADILLA 

Dile... 

MONSERRATE 

¡Qué le diré? 

COLADILLA 

Que porque la orina muestra que tiene mucha san- 
gre, que la sangren y le saquen cuatro onzas de la 
^ ena de todo el cuerpo. 

MONSERRATE 

Escucha, mujer: que porque tiene mucha sangre 
vuestra madre, hacella sangrar de la vena de todo el 
puerco, con que le saquen cuatrocientas onzas de 
sangre. 

MUJER 

Jesús!, si no tiene tanta sangre mi madre. 

MONSERRATE 

Aunque no la tenga, en decillo el mérdico la de 
tener; ¿qué sabéis vos en esto de sangre? Mira, mu- 
jer: si le faltase sangre, vení, que yo le daré hasta 
que le sobre. 



RBGtSTRO DB REPRESENTANTES 24 1 



COLADILLA 

Entended, mujer, que cuatrocientas en latín quie- 
ren decir cuatro en romance, 

MONSERRATE 

Es verdad ; erratum* 

MUJER 

Pues tome vuestra merced los dos reales y su cria- 
do el bollo mantecada. 

MONSERRATE 

No, no; venga todo en mi poder : ^qué crianza es 
ésa? Ora, mira. Coladilla: porque esta señora paresce 
mujer de bien, dale aquella redoma dé aquel sangre 
blanco questá bajo la cama [de] señora, y que tome 
de aquélla, y estará luego sana su madre. 

MUJER 

Dios le consuele, señor doctor. 

MONSERRATE 

Anda con Dios. — En todos los días de mi vida me 
he visto señor de bollo mantecada, sino agora. Pro- 
vechoso oficio es ser mérdico. 

COLADILLA 

Hermano Monserrate, á la parte. ^ 

MONSERRATE 

^A la parte? ¡Oxtel Solo me lo he ganado, solo me 
lo he de comer» 

T. h 16 



I 



242 OBRAS DB LOPE DE RUEDA 

VALVERDE 

¡Hola, mozos!; ¿qués de la ropa de levantar? 

COLADILLA 

¡Oh!, el amo, el amo viene. 

MONSERRATE 

¿Qué haremos? 

VALVERDE 

¡Librado me vea yo de lo que no me puedo librar! 
¡Tened tales mozos en vuestra casa! ¿Qués esto? ¡Ah, 
ah, ah! - 

MONSERRATE 

¡Ah, ah, ah! 

VALVERDE 

¿Habéis acabado, señor, de reir? 

MONSERRATE 

No me faltan sino las escurriduras. 

VALVERDE 

¿No te levantarás, ladrón, estando tu amo delante? 
¿Quién te puso desta suerte? 

MONSERRATE 

¿No ve qu^ soy mérdico, señor? 

VALVERDE 

¿Quién te hizo médico? 

MONSERRATE 

Coladilla. . - 



L 



REGISTRO DB REPRESENTANTES 243 

COLADILLA 

Que miente, señor; yo lo hallé desta manera 
diciendo que se quería ir por el mundo á ganar di- 
neros. 

MUJER 

Señor alguacil, aquel de la ropa larga es el que 
mató á mi madre. 

ALGUACIL 

^Aquel? Pues tómale, corchete, y vaya á la cárcel. 

MONSERRATE 

¿Quién y por qué? 

ALGUACIL 

Vos, porque matastes la madre desta mujer. 

MONSERRATE 

Es verdad que yo la maté y está muy bien matada, 
y es mi honra que se haya mondo. 

VALVERDE 

Aguarde, señor alguacil, sepamos qué es esto. 

ALGUACIL 

Es que vuestro criado ha dado cierta melecina á 
esta pobre mujer, con que ha muerto á su madre. 

MONSERRATE 

¿Qué culpa tengo yo si ella se quiso morir? 

VALVERDE . 

Ven acá : ¿qué le distes? 



344 OBRAS DB LOPE DB RüBOA 

MONSERRATE 

Aquella redoma de aquel sangre branco questaba 
bajo la cama [de] señora. 

VALVERDE 

Que me maten si no le ha dado la redoma del so- 
limán questaba bajo la cama de mi mujer. 

MONSERRATE 

Esa misma, con la que se lavaba la cara; 

VALVERDE 

^Por qué se la distes? 

MONSERRATE 

Porque dijo esta moza que á su madre le faltaba 
sangre. 

ALGUACIL 

Pues, por tanto, señor doctor, habéis de ir también 
á la cárcel : teneos por preso. 

VALVERDE 

^Por qué razón? 

ALGUACIL 

Por tener tales criados en vuestra casa. Vayan; 
corchete, ¿qué esperas? 

MONSERRATE 

Mire, señor, que voy de muy mala gana; que no lo 
he en voluntad; mire que no me hablo con el carce- 
lero. 

FIN DEL PASO PRIMERO 



PASO SEGUNDO 

DE LOS LADRONES, MUY AGRACIADO 

Y ARTIFICIALMENTE COMPUESTO, EN ÉL CUAL SE 

INTRODUCEN LAS PERSONAS SIGUIENTES: 

Cazorla, viejo ladran, — Buitrago, ladrón nuevo, — Salinas, 
ladrón mozo, — Joan de Buenalma, simple, 

BUITRAGO 

Señor Cazorla, aquí te habernos sacado para que 
nos des alguna licioncita, porque como nosotros so- 
mos nuevos en el oficio, queríamos de ti que nos 
enseñases algunas trechas sotiles de las que tú sabes. 

CAZORLA 

Ya, ya os entiendo. Vosotros querríades ser ladro- 
nes viejos y regiros de la suerte que yo me rijo. 

BUITRAGO 

Eso mesmo; pero, señor Cazorla, cuanto á lo pri- 
mero, ¿cómo te regías para defenderte destos jueces 
de Castilla? Porque os tratan con tanta ferocidad y 
rigor, que no hay ladrónico juicio que no se turbe. 

SALINAS 

ÍDice verdad aquí el señor Buitrago, porque una 
vez me vide preso delante un alcalde que me hacía 



346 OBRAS DB LOPE DE RUEDA 

tragar más tragos de saliva que hombre que ha per- 
dido las agallas. 

CAZORLA 

Muy bien me paresce siempre pedir consejo á 
quien es más anciano y cursado en el oficio. Ora mi- 
rad, hijos míos: toda hora y cuando os hallárades de- 
lante un juez destos de Castilla, ya veis que con 
tener una vara en la mano paresce que quieren asom- 
brar al mundo, habéis de tener tres cosas: disimula- 
ción en el rostro, presteza en las palabras, sufri- 
miento en el tormento; porque todo es un poquito 
de aire; no hacen sino apretaros unos cordelitos á los 
pies y haceros tragar algunos jarrillos de agua; bébe- 
se el hombre por su pasatiempo de que tiene gana 
de beber seis ó siete: ¡mira qué maravilla! 

BUITRAGO 

Eso verísimo está, señor Cazorla. 

CAZORLA 

Ora mira: en hallaros delante algún juez, si os pre- 
guntare: «Ven acá, ¿de dónde eres?» Luego le habéis 
de responder: «Señor, de un lugar de Castilla la 
Vieja», el primero que os viniere á la boca. Catad no 
digáis que sois andaluz, por la vida que tienen bella- 
quísima fama los andaluces, porque en decir andaluz 
Ijiego lo tienen por ladrón; si de Castilla la Vieja, por 
hombre sano y sin doblez de malicia. Si os preguntare 
cuánto ha que vinistes, habéis de responder: «Señor, 
anoche llegué», aunque haga mil años que estéis en 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 247 

el pueblo. Y si porfiare: «Aquí hay quien hoy os ha 
visto», acudid de presto diciendo; «Mire, señor, que 
un diablo se paresce á otro.» Y si os dijere dónde 
dormistes, diréis: «Señor, como llegué tarde, no hallé 
posada; dormí bajo de un banco de un tundidor»; por- 
que si decís que habéis posado en algún mesón, por 
la ropa pueden sacar rastro de vuestra vivienda. 

BUITRAGO 

Largos y descansados días viva, señor Cazorla 

SALINAS 

Avisado hombre sois en esto de la Justicia. 

CAZORLA 

Muy bien lo he pagado; hartos sudores me cuesta; 
por tanto, tened atención, hijos míos. Si algún juez 
os preguntare qué oficio tenéis, responded con len- 
gua presta y sereno rostro, si venís bien tratado, que 
servís á un caballero, y si no tal, de peón de albañil. 
Catad no nombréis oficio de callo, porque si decís 
que sois sastre, luego os miran por do pica el aguja, 
por do entra en la puntada, y si no os hallaren callos 
en las manos, luego dirán, sin duda, éste ladrón es, 
y veros eis en trabajo. 

BUITRAGO 



Consejo de padres es ese por cierto. 

SALINAS 

Señor Cazorla, ^usa aldabas? 



248 OBRAS BS LOPB DB RUBDA 



CAZORLA 



SALINAS 



CAZORLA 



BUITRAGO 



¿Qué son aldabas? 
Si cria asas, 
¿Qué son asas? 
Orejas. 

CAZORLA 

Sois novatos; andáis, hijos míos con la leche en los 
labios; sois palominos duendos, que os dais á enten- 
der, porque sabéis decir asas ó aldabas, cortar una 
bolsa, dar golpe en una faltriquera, hacer una enco- 
mienda en el pecho de un carretero, que sois ya la- 
drones corrientes y molientes y que podéis nadar sin 
calabaza. Acá entre vosotros los hormigueros llamáis 
asas ó aldabas; allá entre los jayanes de popa, no lla- 
mamos sino: «¿Criáis mirlas?» 

BUITRAGO 

Que sí terifá. 

CAZORLA 

Que no tengo más que en esta mano, y si pensáis 
que las tengo, venís muy engañados, que loores á 
Dios, cuarenta y cinco años habrá al marzo que viene 
que vivo sin ellas y me sustento con este oficio de 
ladrontío, con hartos trabajos y desasosiegos de mi 
persona, donde me visto con peligro de perder el al- 
bañal del pan por mi pobre consciencia. 



REGISTRO DB REPRESENTANTES 24^ 

SALINAS 

Agora dejemos eso, señor Cazorla; ^cómo en tanto 
tiempo, siendo tan corsario, no te han sentenciado ó 
echado á galeras? 

CAZORLA 

Yos lo diré, hijos míos. Yo tuve en esta miserable 
vida cuatro cosas que no las tuvo ningún ladrón de 
mi tiempo, y fué : disimulación en el rostro, presteza 
en las palabras, sufrimiento en el tormento, y mucha 
paciencia contra aquellos que juraban contra mí. Lo 
primero que hacía el juez era sacarme á confesión con 
los testigos recebidos, y si empezaba á decir nones, 
toda vía neguilla, toda vía firme como la roca. En 
lotro día sacábanme á visita; yo, ¿qué hacía? Sacaba 
mi mano como pescada, que en tiempo antigo para 
semejantes necesidades me había dado una cuchilla- 
do deste cabo y otra deste otro que parescía esto- 
cada, y presentábala á modo de petición, y como el 
juez viese cual la tenía, decía: «Asenta: atento queste 
hombre es lisiado, inútil para galeras, y vista la in- 
formación que resulta contra él, le mandamos dar 
docientos azotes y desterrarlo.» Yo acogíame en ha- 
bérmelos dado en el envés del estómago, con toda la 
paciencia del mundo. 

BUITRAGO 

Y ven acá, señor Cazorla: ¿qué manco eres? 

CAZORLA 

No, bobillo, que más sano estoy que tú; sino que 



S5b OBRAS DB LOPE DB RUBDA 

para estos negocios es menester de hacerse el hom- 
bre ciego, manco, cojo y mudo algunas veces. 

SALINAS 

Señor Cazorla, querría que nos dijeses algunos 
nombres cifrados en esto de nombrar ropa. 

CAZORLA 

Soy muy contento; estad atentos, hijos míos. Nos- 
otros* los cursados ladrones llamamos á los zapatos 
calcurros; á las calzas, tirantes; al jubón, justo; á la 
camisa, lima; al sayo, zarzo; á la capa, red; al sombre- 
ro, poniente; á la gorra, alturante; á la espada, bal- 
deo; al puñal, cálete; al broquel, rodancho; al casco, 
asiento; al jaco, siete almas; á la saya de la mujer, 
campana; al manto, sernícalo; á la saboyana, cálida; á 
la sábana, paloma; á la cama, piltra; al gallo, canturro; 
á la gallina... tened cuenta, hijos míos, tiene cuatro 
nombres: gomarra, pica en tierra, cebolla y piedra. 

BUITRAGO 

. Muy bien entendido está eso. Díganos algunos 
nombres de ladrones, según á lo que se aficionan á 
robar. 

CAZORLA 

Habéis de saber que los que andan hurtando ga- 
nado, llamamos abejeros; á los que hurtan puercos, 
groñidores; á los que hurtan yeguas, caballos y otros 
animales, cuatreros; á los que andan escalando ven- 
tanas, garirteros; á estos que ven una puerta descui- 
dada, caleteros; á los que andan con flor de trocar un 



REGISTRO DB REPRESENTANTES 25I 

real de á cuatro, mareadores; á los que cortan bolsas, 
sicateros; á estos que van hurtando granadas ó mem- 
brillos y uvas, y cosas bajas por el mercado, baja- 
cerreros. 

SALINAS 

Señor Cazorla, agora que eres viejo, ¿en qué en- 
tiendes ó vives? 

CAZORLA 

Mirad, hijos míos : por ser tan negro conoscido,'no 
me allego á persona que no sespine ó altere de mí. 
¿No habéis oído decir, cobra buena fama y échate á 
dormir, y que cuando una no es buena para ser bue- 
na mujer resulta en alcahueta? 

BUITRAGO 

Es mucha verdad. 

CAZORLA 

Pues así me ha acontescido á mí agora, que ya que 
no soy bueno para ladrón , he puesto una tendezuela 
de ropavejero, y de que viene alguno con un herre- 
ruelo desmandado, póngole unas mangas, hago un 
tudesquillo; á una capa quitóle la capilla, queda 
hecho herreruelo; á un herreruelo chico póngole una 
capilla, hágole capa; á un sayo quitóle las haldas, 
hágole jaqueta; á una jaqueta póngole unas haldas, 
hágole sayo; á una saya de mujer quitóle la guarni- 
ción, póngole otra; á otras vuelvo lo detrás adelante 
y lo de dentro á fuera. De que toman algún ladrón, 
pregúntanle: «Ven acá: ¿quién te conosce?» Luego 
dice : «Señor, Cazorla. > Abonólo, sacólo de la pri- 



2$2 OBRAS DB LOPB DB RUBBA 

sión; de que esgrime de sobaco, parte conmigo* Veis 
aquí, hijos, de qué manera vivo. 

SALINAS 

Harto me paresce honestísima vivienda. 
(Enira Joan de Btteualma, simple, cantando.) 

JOAN 

De casta de cornocales 
traigo yo los huevos, madre, 
pienso que buenos serane. 

Pardiez, si es verdad lo que dice mi mujer, desta 
vez con esta clueca quedamos ricos para todos los 
días de nuestra vida. jOh, hideputa, y qué babelidad 
de mujer! Porque ella dice que á no parir nada la 
clueca, lo menos menos, aunque le pesé, ha de parir 
diez pollas; y aquéllas á ser cluecas, con parir á diez 
cada una, serán ciento; pues cien pollas, reales han 
de valer. 

CAZORLA 

Tener, que veis allí adó asoma un villano, y, según 
su plática, trae una cesta de huevos. Veamos cuan 
diestros seréis para quitársela de entre manos. 

BUITRAGO 

Hazte á un cabo y tercea tú en ello, y si yo no le 
dejare en jolite, que me ahorquen, soy contento. 

CAZORLA 

Que me place. 



REGISTRO DB RBPRBSBKTAl^TBd ¿ J3 

SALINAS 

En hora buena venga el hombre de bien. 

BUITRAGO 

Dios os guarde. 

JOAN 

¡Qué!, ^conuéscenme, señores? 

BUITRAGO 

Mira si os conoscemos : ^no sois de aquí deste 
pueblo? 

JOAN 

Soilo á servicio y mandado de vuestras mercedes. 

BUITRAGO 

^Nos llamáis vos...? Válame Dios, que no se me 
puede acordar, que en cabo de la lengua os tengo. 

JOAN 

Joan de Buenalma. 

BUITRAGO 

Así es la verdad. 

SALINAS 

{Oh, señor Joan de Buenalma! ¿Y adó bueno? 

JOAN 

De aquí vengo de traer unos cuantos huevos para 
que mi mujer los eche á una clueca que tenemos. 

SALINAS 

No penséis que no ha sido cargo importante enco- 
mendaros semejante negocio^ 



254 OBRAS DB LOPB DB RUEDA 

JOAN 

Dígame vuestra merced, que sabrá en esto de 
echar cluecas: ^cuántos huevos son de menester para 
una clueca? 

BUITRAGO 

^Por qué lo decís? 

JOAN 

Porque nos me miembra cuantos dijo mi mujer que 
trújese. 

SALINAS 

Espera, yo os lo diré mejor que no él; seis do- 
cenas. 

BUITRAGO 

Quita allá, rapaz, que no sabes lo que te dices. Se- 
ñor Joan de Buenalma, tres docenas sobran. 

SALINAS 

No, ni abastan; ¡mira qué sabe éll 

BUITRAGO 

Más que sabes tú, borrachuelo. 

SALINAS 

¡Mira el majagranzas! 

JOAN 

Señores, no riñan, por amor de Dios, sobreso. 

CAZORLA 

^Qué quistión es ésta? ; 



REGISTRO DB REPRESENTANTES 255 



JOAN 

Yo se lo diré á vuesa merced, porque paresce más 
hombre de bien que todos, si no me engaño, digo, 
más anciano, y lo sabrá mejor. Este señor dice que 
para echar una clueca son de menester seis docenas 
de huevos, este otro que tres; ^él qué dice? 

CAZORLA 

^•Cuántos traéis vos, Joan de Buenalma? 

JOAN 

iQué!, ¿también me connece vuestra merced? 

CAZORLA 

Mira si os conozco, y an que sois casado con una 
honrada mujer deste pueblo. 

JOAN 

Honrados días viva vuestra merced. Yo, señor, 
traigo dos docenas á buen juicio, porque se me olvi- 
daron los que me dijo mi mujer. 

CAZORLA 

En verdad, Joan de Buenalma, que tuvistes habi- 
lidad; que tantos son de menester, 

SALINAS 

¡Otra suya! (Mirad estotro desmemoriado con qué 
vinol ¿Habilidad diz ques aquello? 

JOAN 

Sí ques habilidad, pues quel señor lo dice : ¿qué 
tentiendes tú de habilidades? 



25^ OBRAS DB LOPB DE RUEDA 

SALINAS 

Ora venid acá, pues tanta habilidad es la vuestra: 
¿cuántos son siete, ocho y nueve? 

JOAN 

No, no; en cosa de cuenta yo sé que me engaña- 
rás, que no sé más que un asno. 

SALINAS 

¿Sabéis saltar? 

JOAN 

Quita de ahí, meajica despecias: ¡mirad quién pre- 
gunta si sabe saltar! 

SAL^íAS 

Si tanta fantasía es la vuestra, apostad un real quién 
saltará más á pies juntillas. 

BUITRAGO 

Desde agora pomé yo por el señor Joan de Buen- 
alma. 

JOAN 

Mercedes, señor; no cumpre que nadie ponga 
por mí. 

SALINAS 

Ea, pone por vos. 

JOAN 

Cata quel diabro te añasga, muchacho; yo sé que 
perderás, sabandija. 

SALINAS 

No se me da nada. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 257 



JOAN 

A mí se me da, ques cargo de consciencia igualar- 
se un hombrazo como yo con un mozo sin barbas ni 
pelo de vergüenza. 

CAZORLA 

Tiene razón aquí el señor Joan de Buenalma; por- 
que si te ganase, sería obligado de devolverte los 
dineros. 

JOAN 

¿No le paresce á vuestra merced? 

CAZORLA 

Mira si me paresce. 

BUITRAGO 

Si tan hombre de consciencia y justificado es Joan 
de Buenalma, yo sé cómo se puede igualar este par- 
tido. 

CAZORLA 

{De qué suerte? 

BUITRAGO 

Con atarse los pies y las dos manos juntas detrás. 

CAZORLA 

Aun eso trae camino. 

JOAN 

{Y paréscele á vuestra merced que con eso estaré 
yo limpio de consciencia y puedo saltar con él? 

CAZORLA 

Sí, válame Dios; ¿por qué no? 

T. II 17 



r 
I 






258 OBRAS DB LOPB DB RüBDA 



JOAN 

Vaya, pon el real; ^qué dices? 

SALINAS 

Helaqui puesto en manos del señor Buitrago. 

, JOAN 

Y el mío también, y téngame este capote; y vos, 
padre honrado, la cesta de los huevos. 

CAZORLA 

Que me place. 

BUITRAGO 

Daca; ataros he los pies. 

JOAN 

Muy bien atados están. 

BUITRAGO 

Volved esos brazos atrás. 

JOAN 

Ya están vueltos; no apriete tanto, señor, pésete 
á la puta que me parió. 

BUITRAGO 

Que no está sino flojo. 

JOAN 

Agora acote de dó habernos de saltar. 

BUITRAGO 

Desta raya. 



REGISTRO DB REFRBSBKTAKTES 25^ 

SALINAS 

Aguarden, que lo mejor falta. 

BUITRAGO 

¿Qués lo mejor? 

SAUNAS 

Ver qué real puso. 

BUriRAGO 

^Qué real? Bueno; de plus uUra, 

SALINAS 

Veamos. 

BUITRAGO 

|0h, renegó del bellaco que se lleva las apuestas! 

JOAN 

[Hola, oxte! señor de mi capote, volved acá : ¿dónde 
vais, hombre honrado? Desengáñeme : ¿es esto burla 
ó trampa ó ladronicio? 

CAZORLA 

¿Qué me sé yo, pecador de mí? Aguarda, iré á ver 
lo que pasa. 

JOAN 

No quiero, estése quedo, y deje la cesta de los 
huevos. 

CAZORLA 

Que luego vuelvo. 



26o OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

JOAN 

^Luego vuelvo? jAh, señor, señor! ¡Toma! Ido ses. 
Este debe de ser sin duda un grandísimo ladrón 
como los otros. ¡Ah, Joan de Buenalma, Joan de 
Buenalma! {Con qué cara volverás á los ojos de tu 
mujer, sin blanca, ni capote, ni cesta de huevos para 
echar á la clueca! Á chapinazos lo habré de pagar, 
y an poco á poco habré de ir á pasos limitados hasta 
mi posada. 



FIN DEL PASO SEGUNDO 



PASO TERCERO 

DE RODRIGO DEL TORO, SIMPLE, 

DESEOSO DE CASARSE; ES PASO MUY REGOCIJADO, 

É INTRODÚCENSE EN ÉL LAS PERSONAS 

SIGUIENTES: 

Gutiérrez de SantibáSez, lacayo mow, — Inbsa López, ^'í- 
gona, — Margarita, fregona ^ ques Ibánez. — Rodrigo 
del Toro, simple* — Salmerón, amo del simple* 

GUTIÉRREZ 

^Hay en el mundo un hombre más desdichado que 
yo, que todo paresce que se me deshace ó añubla 
entre manos? ^Queréis ver que tanto que Luisa del 
Palomar, criada de lllescas, el bodegonero, me tenía 
en palmas y me hacía tales servicios cual á mi per- 
sona pertenescía, y no sé cómo se mes desparecida? 
Creo que algún bellaco y embaidor me lancantusado. 
Pues no sería yo Gutiérrez de Santibáñez, hijo de 
Buscavida, el de Segovia, si no me supiese dar maña 
á buscar otra semejante. Aquí me quiero poner en 
esta esquina á ver destas que van y vienen á la 
plaza si me querrá creer alguna dellas. 

INESA 

Jesús! [Con tanto mandar como hay en esta casal 
Para mí creo que se inventó el fregar; para mí el 



262 OBRAS DB LOPE DE RUEDA 

barrer; para mí el lavar y cerner. Mi signo ó planeta 
pienso que lo causa, pues otras hay que no son para 
descalzarme el zapato y viven más descansadamente 
que yo. ¿Tan desastrada tengo de ser que no halle 
quien me diga, € perra, qué haces ahí?» Pues á mí, ¿qué 
me falta? Yo soy hermosa y de buen gesto, la boca 
como un piñoncito y algo risueña; y, sobre todo, buen 
pico, ques lo mejor. No tengo sino una tacha : que 
soy un poco bajuela, y no se me da nada, porque 
la mujer ha de ser como el ovillo y el hombre como 
novillo. 

GUTIÉRREZ 

A pelo me viene este negocio; creo que ha topado 
Marta con sus pollos. Ora ¡sus!, ayuda, ventjira; acu- 
de, vena. — ¡Oh, mi señora Inesa López! ¿Tan buen 
encuentro por acá? 

INESA 

El buen encuentro, señor Gutiérrez de Santibáñez, 
téngolo yo en topar con vuestra merced. 

GUTIÉRREZ 

Buena está la burla. Ya veo que naturalmente 
todas las mujeres tienen allá sus burlas concertadas, 
en especial las que son hermosas, como vuestra mer- 
ced. 

INESA 

Señor Santibáñez, dejemos aparte tan extraños 
encarescimientos y dígame: ¿qué buen viento le trae 
por acá? 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 263 

GUTIÉRREZ 

Señora, lo que al presente se me ofresce es que 
Rodrigo del Toro, criado de nuestro vecino Salme- 
rón, tengo entendido que le envía su amo con un 
presente de confitura á cierto monesterio de monjas; 
ordenarémosle una trampa para gozar della. 

INESA 

^Y será...? 

GUTIÉRREZ 

Que me tiene tan molido y molestado sobre que 
le case, que no tengo otro remedio por echalle de 
mí sino conceder con lo que me dice. He pensado 
agora, si vuestra merced será servida, en que goce- 
mos de la colación y riamos un rato; daréle á enten- 
der que ella es contenta de casarse con él. 

INESA 

Diabólico sois, señor Gutiérrez, para sastre. Pero 
yo no querría entre burla y burla quedarme casada, 
y en demás con un insensato como éste. 

GUTIÉRREZ 

Que no, señora; eso sería quitarme yo mesmo el 
pan de las manos. Esto, ¿no ve que no ha de pasar 
más de cuanto burlar un poco con él? Porque yo no 
haré sino tomalle la colación dentre manos, diciendo 
que ha de servir para los desposorios y entrarme 
con ella, diciendo que lo vo á poner entre unos 
platos. 



264 OBRAS DE LOPB US RÜBDA 



INESA 

¿Yo qué tengo de hacer en ese intermedio? 

GUTIÉRREZ 

Detenelle á razones requebrándote con él. Yo en- 
tretanto vestirme [he] unas ropas de mujer, y saldré 
diciendo que se ha prometido conmigo, y vuestra 
merced dirá lo mesmo, y de esta suerte reiremos 
un poco, y despedidos del, comernos hemos la cola- 
ción de reposo. 

INESA 

Muy bien me paresce. 

GUTIÉRREZ 

Ora ¡sus!, concede con lo que dije; que veisle aquí 
adó asoma. 

{Entra Rodrigo del Toro,) 

RODRIGO 

No estaría más en esta casa si me lo mandasen los 
niños de la doctrina; que un mozallón como yo, con 
sus barbas y aparejo y muerto de hambre á las horas 
del comer, le envían con mandados de monjas por 
esas calles. 

GUTIÉRREZ 

jOh, hermano Rodrigo del Toro! ¿Dó bueno? 

RODRIGO 

jOh, señor Santibáñez! 



^■i^' 
fc 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 265 

- — - -....*^ - - - 

GUTIÉRREZ 

Servitorem tibi domini miqui. 

RODRIGO 

¡La mala puta que os parió! ^Por qué me habráis 
en atum? Pardiez que os la sampe. 

GUTIÉRREZ 

Tácete, ' 

RODRIGO 

|Ta, tal ¿Los asnos habrán en latín? Llegar quiere 
la fin del mundo. 

GUTIÉRREZ 

Callad; ahí viene el hombre por vuestro provecho. 
¿Y estáis diciendo mil necedades? 

RODRIGO 

<Por vida de vuestra merced, qués mi provecho? 

GUTIÉRREZ 

Sí, de verdad. 

RODRIGO 

Dígame: ¿qué es el aprovechamiento? 

GUTIÉRREZ 

Sabed que la moza que os dije el otro día está 
presta y aparejada para casarse con vos. 

RODRIGO 

¿Que no miente? 

GUTIÉRREZ 

Que nos miento, que veisla allí do está. 



366 OBRAS DS LOPB DE RUEDA 

RODRIGO 

¡Pardiez, que me está mirando! 

GUTIÉRREZ 

¡Oh, tiene muy lindos ojos! 

RODRIGO 

Pienso que se burla, que no debe de ser aquélla. 

GUTIÉRREZ 

Digos ques ella. 

RODRIGO 

Y qué, ^me quieren 

GUTIÉRREZ 

Más que á sus ojos. 

RODRIGO 

Pues, hermano Santibáñez, cásame, así os vea yo 
hecho de piedra mármol. 

GUTIÉRREZ 

Aguarda y llámala he. — ; Ah, señora Inesa! 

RODRIGO 

finesa se llama? ¡Oh, qué autorizado nombre! Lue- 
go me llamarán á mí señor Ineso acá, señor Ineso 
acullá. 

INESA 

Señor mío. 

GUTIÉRREZ 

Veis aquí á Rodrigo del Toro. ^Sois contenta de 
casaros con él? 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 267 

IKESA 

Señor, si. 

RODRIGO 

¡Oh, hideputa, y qué sí tan sabroso se lo soltól 

INESA 

Pero falta lo mejor, y sería de parescer que lo de- 
jásemos para otro día. 

GUTIÉRREZ 

¿Cómo, qués lo que falta? 

INESA 

Señor, la colación. 

GUTIÉRREZ 

Pues para eso muy buen remedio; esta confitura 
que trae aquí Rodrigo servirá de colación, y él que 
cumpla con su amo con una mentira ó [lo] que quiera 

RODRIGO 

Sí, sí; más va en que yo me case, y á mi amo la 
mala puta que le parió. 

GUTIÉRREZ 

Decís muy bien. Mostradme acá lo que traéis, y 
entraré allá dentro á ponello entre dos flatos, y trae- 
ré de camino un clérigo que tenga potestad de des- 
posaros. 

RODRIGO 

Escuche vuestra merced : mire que sea eso de pres- 
to, antes que la novia sensañe. 



26S OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

GUTIÉRREZ 

No hará. Vos entretanto decilde algunos requie- 
bros amorosos. 

RODRIGO 

Deso pierda cuidado vuestra merced, y vaya con 
Dios. 

INESA 

¿Agora, qué dice vuestra merced? 

RODRIGO 

Eso digo yo: <qué dice ella? 

INESA 

Yo digo que nos sentemos. 

RODRIGO 

Sentémonos en buen hora. 

INESA 

Pues siéntese, señor. 

RODRIGO 

No lo haré porque estoy romanzado. 

INESA 

Acaba ya. 

RODRIGO 

No seré yo tan mal criado. 

INESA 

Déjese deso. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 269 

RODRIGO 

Mejor me ayude Dios que tal haga; las desposadas 
se han de asentar primero. 

INESA 

No, sino los desposados. 

RODRIGO 

Ora sentémonos á una. 

INESA 

Vuélvaseme de cara. 

RODRIGO 

Tengo vergüenza. 

INESA 

jOh, señor Rodrigo; cuan dichoso día ha sido éste 
para mí! 

RODRIGO 

Por eso hace tan buen aire. 

INESA 

Ventura ha sido grande la mía en quererme rece- 
bir por esposa. 

RODRIGO 

Débelo de causar que me lavé la cara. 

INESA 

Solamente la plática de vuestra merced basta á 
enamorar ájquienquiera. 



370 OBlULt Wt tOPB DB ftOSDA 



RODRIGO 

Eso es porque duermo descalzo y cortadas las 
uñas. 

INBSA 

¿Ha tenido gana de casarse? 

RODRIGO 

Muchísimo, señora. 

INESA 

Pues ora ya son cumplidos sus deseos. 

RODRIGO 

No, no; hasta que venga la colación. 

INESA 

Ora diga vuestra merced. 

RODRIGO 

Qué, ¿ya es mi tanda? 

INESA 

Sí, señor. 

RODRIGO 

Pues aguarde, ya va. A fe, señora, que si yo la to- 
mase que la tomaría. 

INESA 

Bien lo creo. 

RODRIGO 

Y si la metiese dentro de un aposento, que le da- 



i^ 



ftBOISTRO DE REPRESENTANTES 2Jt 

ría un pecilgo en esas narices de pichel flamenco, y 
un rascuño en esa pantorrilla. 

GUTIÉRREZ 

¡Ah, don traidor! ^Parésceos bien estaros reque- 
brando en medio de la calle las mujeres? 

INESA 

Id vuestro camino, buena mujer, y no vengáis á 
descasar las mujeres honradas. 

GUTIÉRREZ 

¿Cómo á descasar? Venid acá, mal hombre: ¿po- 
déisme vos negar que me distes palabra en el vientre 
de vuestra madre de ser mi marido? 

RODRIGO 

No, no; eso no lo puedo negar. 

INESA 

¿Qué es esto? ¿Nos casastes vos agora conmigo? 

RODRIGO 

Es la verdad, no lo niego. 

GUTIÉRREZ 

¿Verdad? Por cierto que no lo llevaréis. 

INESA 

Ni vos tampoco, por bien que tiréis. 

RODRIGO 

Ea, mochachas, no me desgoncéis. 



273 OBRAS DE LOPB DB RÜBDA 



GUTIÉRREZ 

Dejaos ya de porfiar. 

INESA 

Yo le tengo de llevar. 

RODRIGO 

¡Válgaos el diabro, que no me quiero casarl 

SALMERÓN 

Gran rato ha que envié á Rodrigo del Toro, mi 
criado, con cierto presente á un monesterío de mon- 
jas, y no va ni viene. Mas ^qués esto? Aquí le veo 
revuelto entre estas mujeres. ¿Qué haces, Rodrigo? 

RODRIGO 

Señor, casóme. 

SALMERÓN 

¡Que te casas, acemilazol (No ves que no puede 
ser, que tu padre te tiene ofrescido para la Iglesia? 

RODRIGO 

Dice verdad, que tengo de ser cranónigo. Moce- 
tas, vuestro gozo en el pozo, y perdona. 

SALMERÓN 

Venid acá, señoras : ¿no me diréis qué ha sido esto 
de mi criado? 

GUTIÉRREZ 

Señor, ha de saber vuestra merced que yo soy 
destas que venden menudo en la plaza. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 273 



RODRIGO 

Sí, SÍ, destas que aparejan tripicallo. 

GUTIÉRREZ 

Y este otro día pasó su criado por allí y paróseme 
delante, y á la sazón sacaba una morcilla, y él, hi- 
riéndola de ojo, le dije: «Hermano, ^qué me daría- 
des vos que os hartase dellas?» Respondióme: «Par- 
diez, qué me casase con vos»; y así le harté, y por 
esta razón es mi marido. 

SALMERÓN 

Y vos, señora, ¿qué decís? 

INESA 

Señor, yo soy destas que venden molletes, y esto- 
tro día pasó su criado por mi tienda y paróselos á 
mirar la boca abierta de un palmo; díjele yo: «¿Qué 
me daríades vos que os hartase dellos?» Respondió- 
me : «Juri á San, que me casase con vos»; y ansí hár- 
tele dellos, y por esta causa es mi marido. 

SALMERÓN 

Pues ven acá, animal: ¿tan grande asno has de ser 
que por molletes y menudo te me has de ir casando? 

RODRIGO 

Así viva el diabro; mire vuestra merced : tal ando 
yo, que si vuestra merced me hartara de molletes y 
menudo, con él me casara. 

T. XI 18 



274 OBRAS DB LOPB DE RUEDA 



SALMERÓN 

Ora ¡sus!, salga á luz este negocio. Ven acá tú : 
¿acuerdaste del menudo? 

RODRIGO 

Sí, señor. 

SALMERÓN 

<Y de la palabra? 

RODRIGO 

Negaverunt, 

SALMERÓN 

¡Buena pascua te dé Dios, hijo mío! ¿De los molle- 
tes, acuerdaste? 

RODRIGO 

Sí, señor. 

SALMERÓN 

¿Y de la palabra? 

RODRIGO 

También. 

SALMERÓN 

Ansí, pues, desta manera tienes obligación de ca- 
sarte aquí con la señora. 

> 

RODRIGO 

¿Á qué prepuésito? 

SALMERÓN 

Porque le has dado palabra de casamiento. 



/* 



REGISTRO DB REPRESENTANTES 275 

RODRIGO 

Cuantís que desa manera tanta obligación tiene 
vuesa merced de casarse con entramas. 

SALMERÓN 

^Por qué causa? 

RODRIGO 

¿No ha oído decir vuestra merced, quien quita la 
cláusula quita el pecado? 

SALMERÓN 

¿A qué fin dices esto? 

RODRIGO 

Porque si vuestra merced me tuviera á mí harto de 
molletes y menudo, no me anduviera yo casando por 
cada rincón. 

SALMERÓN 

No sé; bien embarazado te veo. 

RODRIGO 

Pues ¿quiere que me desembarace? 

SALMERÓN 

Yo bien querría. 

RODRIGO 

Enséñeme acá ese garrote y verá lo que pasa. — i Ah, 
señora del menudo! 

GUTIÉRREZ 

¡Señor de mi almal 



87^ OBRAS DR LOPE DB RUBDA 

RODRIGO 

¿Vos queréis os casar conmigo? 

GUTIÉRREZ 

Si, señor. 

RODRIGO 

Pues vos que me queréis no me llevaréis. 

GUTIÉRREZ 

¿Por qué no? 

RODRIGO 

Porque sí, porque no, la mala puta que os parió; 
casar y descompadrar cada una con su igual; llevaos 
eso en las espaldas. ¿Qué le paresce á vuestra mer- 
ced cómo me voy descasando? 

SALMERÓN 

Muy bien me paresce. 

RODRIGO 

Pues calle, que para todos habrá. — ¡Ah, señora 
moUeteral 

INESA 

¡Lumbre de mis ojosl 

RODRIGO 

Mira: la mujer no la quiere gorda, ni rota, ni salta- 
ritota, ni ventanera, ni callejera, y tira por ahí fuera, 



REGISTRO DB REPRESENTANTES 277 

porque casamentorum tuarum per omuia secuta sécula^ 
rum, 

SALMERÓN 

Por mi vida que lo haces muy bien. 

RODRIGO 

Yo soy hombre sópito y determinado. Mire vues- 
tra merced: la primera mujer que tuve era dada á los 
diabros, y en enojándome con ella, no hacía sino 
cogella de un brazo y dalle desta manera : «cípite y 
zápete.» 



FIN DEL PASO TERCERO 



PASO CUARTO 

MUY GRACIOSO, 

AGORA NUEVAMENTE COMPUESTO 

POR LOPE DE RUEDA. 

INTRODÓCENSE EN ÉL LAS PERSONAS SIGUIENTES ' 

Madrigalbjo, lacayo ladrón, — Molina, lacayo. 
Alguacil. — Un paje. 

MADRIGALEJO 

Renegó del gran Taborlán y de todos sus consor- 
tes y bien allegados, y de toda la canalla que rige y 
gobierna la infernalísima barca del viejo y carcomido 
Carón, que si entre las manos le tomo adaquel que 
semejante palabra y afrenta de la boca se le soltó, si 
á puros papirotazos no le convierto el pellejo en per- 
gamino virgen. 

MOLINA 

Por cierto, ello fué palabra muy malsonante, se- 
ñor Madrigalejo. 

MADRIGALEJO 

^Nó íe paresce á vuestra merced? ¿Cómo es su gra- 
cia, señor.> 

MOLINA 

Señor, Molina, para su servicio. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 279 

MADRIGALEJO 

¿Es bien, señor Molina, que digan de mí semejan- 
tes palabras? ¿Hombre era yo que le había descalfar 
su bolsa? ¿Faltábanme á mí dos pares de reales entre 
amigos? 

MOLINA 

Por Dios, señor, yo no creo tal, y pésame de que 
vi que os trataban mal y acudían tantos contra vos, 

MADRIGALEJO 

¿De dónde bueno es vuestra merced, señor Mo- 
lina? 

MOLINA 

Señor, de Granada. 

MADRIGALEJO 

Ahí tuve yo una pasión de harto quilate. 

MOLINA 

¿Y con quién, señor? 

MADRIGALEJO 

Contra la Justicia, cuando menos. 

MOLINA 

¿En qué tiempo? 

MADRIGALEJO 

Ahora ha cinco años. 

MOLINA 

jTa, ta, pecador de mí!; ya se me acuerda. En ver- 
dad que le hicieron á vuestra merced harto agravio 
allí entonces de parte de la Justicia. 



283 OSRÁ8 DB LOPl DB RUBDA 



MADRIGALEja 

Ya sé dónde va. 

MOLINA 

Sí, sí, cuando le levantaron á vuestra merced .que 
le habían hallado una noche y encima de un caballete 
en casa del chantre. 

MADRIGALEJO 

Tiene razón, pero ^qué monta?; que si ellos supie- 
ran entonces á qué iba, de aquella hecha me ponían 
de la gorja como calabazón en garabato. 

MOLINA 

Decían que le habían tomado con una antepuerta 
y con un capote guarnescido de un lacayo del mismo 
dueño de la casa. 

MADRIGALEJO 

Así es la verdad, que como no pude habelle á las 
manos para matalle, cogíle, por vengarme, lo primero 
que me vino á la mano. 

MOLINA 

Ya, ya, ya; y an por eso decía el pregonero: «¡A este 
hombre por ladrón!» 

MADRIGALEJO 

<Vió vuestra merced mejor ánimo de hombre en 
los días de su vida quel que yo llevaba encima de 
aquel asno, con ser el verdugo el mayor enemigo que 
tuve en toda aquella tierra? 



REGISTRO DB REPRESENTANTES 38l 



MOLINA 

Es la verdad. 

MApRIGALÍiJO 

Tan encarnizado le vi contra mis espaldas, que 
dos ó tres veces estuve para descagalbar del asno y 
no aguardan? más. 

MOLINA 

Pues ^por qué no lo hacía, señor? 

MADRIGALEJO 

<Por qué diz que no lo hacía? Porque iba atado, 
pecador de mí. 

MOLINA 

Yo me espanto cómo no murió de aquella hecha, 
según llevaba las espaldas. 

MADRIGALEJO 

¡Cómo en aquellas refriegas se ha visto el pobre 
de Madrigalejol 

MOLINA 

Es verdad, que ansí lo decían, que otras dos veces 
le habían dado cien azotes. 

MADRIGALEJO 

Juro á tal ques la mayor mentira del mundo, y que 
al bellaco que tal inventó le haga conoscer, de mi 
persona á la suya, que miente como un grandísimo 
tacaño. 



1 



282 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 



MOUNA 

Pues ¿no le pasó aquello en Granada? 

MADkIGALEjO 

Es así, y en el Burgo de Osma otra vez; pero otras 
dos veces, el que tal dijere véngase con espada y 
capa, veamos si me lo dice delante; y el que dijere 
que me dieron cien azotes también miente. 

MOLINA 

¡Cómo, señor, pues lo vimos tantos! 

MADRIGALEJO 

¿Contaron vuestras mercedes los azotes que me 
dieron? 

MOLINA 

¿Para qué se habían de contar? 

MADRIGALEJO 

Pues dígame agora : veinte y cinco paradas de 
cuatro en cuatro, ¿cuántos son? 

MOLINA 

Ciento. 

MADRIGALEJO 

Pues voto á tal, que no daba vez vuelta ó corcovo 
con el cuerpo que no le echase al verdugo un azote 
de clavo. Mire vuesa merced si en ciento si no fueron 
más de quince de menos. 

MOLINA 

No hay duda, sino ques ansí. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 283 



MADRIG ALEJO 

Pues ¿cómo se puede decir con verdad que me 
dieron cien azotes, faltando al pie de veinte? Tam- 
poco lo quel hombre no sufre por su voluntad no se 
puede llamar afrenta. Comparación: ¿qué se me da á 
mi que llamen á uno cornudo, si la bellaquería está 
en su mujer, sin ser él consentidor? 

JtfOLINA 

Tenéis razón. 

MADRIGALEJO 

Pues ¿qué afrenta recibo yo que me azoten, si es 
contra mi voluntad y por fuerza? Mas disimúlese, que 
aquel paje viene con el alguacil, y tome aqueste lío, 
y por otro tal, vuestra merced me abone y diga que 
me conosce. 

MOLINA 

Sí haré, señor, perded cuidado. 

PAJE 

Señor, aquel de aquel becoquín es el ladrón. 

ALGUACIL 

¿Qué hacéis aquí, gentil hombre? 

MADRIGALEJO 

Señor, estoy con este señor, que es compañero y 
de mi tierra. 

ALGUACIL 

¿Compañero vuestro es? 



384 OBKA8 DB IX>PB DB BUBAA 

MOUNA 

Sí, señor. ' . 

ALGUACIL 

Vosotros ladrones debéis de ser. 

MADRIGALEJO 

Más ha de tres meses que no lo usamos. 

ALGUACIL 

^*A1 fín usábadeslo? 

MADRIGALEJO 

Vuestra merced lo dice. 

ALGUACIL 

^♦Y de dónde sois? 

MADRIGALEJO 

Di que de Salamanca. 

MOLINA 

De Salamanca somos, señor. 

MADRIGALEJO 

Hijos somos de vecinos de Salamanca. 

ALGUACIL 

¿Y á qué venistes aquí? 

MADRIGALEJO 

Di que á ver la tierra. 

MOLINA 

A ver la tierra, señor. 



REGISTRO DB REPRESENTANTES 285 

MADRIG ALEJO 

Sí, SÍ, señor, á ver la tierra. 

ALGUACIL 

^De qué vevís? 

MADRIGALEJO 

Señor, somos oficiales. 

ALGUACIL 

^Qué oficio? 

MADRIGALEJO 

Di que sastres. 

MOUNA 

Somos sastres, señor. 

MADRIGALEJO 

Sí, señor, maestros de tijera somos. 

ALGUACIL 

Jurarlo eis? 

MADRIGALEJO 

Jesús, señor!; sí cierto. 

ALGUACIL 

iQués de unas horas que sacastes á este mozo de 
la faltriquera? 

NADRIGALEJO 

¡Yo horas! Cáteme vuestra merced. 

ALGUACIL 

Espera : ¿qué es esto? (V vos no tenéis orejas? 



y 



2S6 OBRAS DB LOPE DB RUBOA 

MADRIGALEJQ 

Ni las he de menester, señor. 

ALGUACIL 

¿Por qué? 

HADRIGALEJO 

Porque me las quitaron. 

ALGUACIL 

¿Dónde os las quitaron? 

MADRIGALEJQ 

Señor, en la toma de San Quintín, peleando, de 
una cuchillada me las quitaron ambas á dos. 

ALGUACIL 

¿Ambas de una cuchillada? 

MADRIGALEJQ 

Sí, señor, y an cincuenta que tuviera, según andaba 
la revuelta. 

ALGUACIL 

Vos maraña traéis. 

MADRIGALEJQ 

No, señor; aquí traigo el testimonio dello. 

ALGUACIL 

Enseña. 

MADRIGALEJQ 

Tome, señor. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 287 

ALGUACIL 1 

Señor Madrigalejo, hágame merced de venirse ha- 
cia Lantígua, por que hagamos partición de aquella 
bolsa que sangramos á la frutera. 

ALGUACIL 

¿•Barbero sois de bolsas? Teneldo bien, y á esotro 
mirad lo que lleva debajo la capa. 

PAJE 

Lío de ropa me paresce. 

ALGUACIL 

Amuestra acá. 

MOLINA 

Señor, en mi ánima que no es mío, que éste me lo 
encomendó. 

ALGUACIL 

¿Que os lo encomendó? En fin, compañeros sois. 

MOLINA 

Por mi salud que no es mi compañero; no lo vi en 
mi vida, si agora no. 

ALGUACIL 

Pues ¿cómo dijistes antes que era vuestro compa- 
ñero? 

MOLINA 

Señor, por abonallo. 



Asi en el original; pero claro es que debiera decir Molina. 



OBftAS DB LO^X DB ItÜBDA 



MADRIGAXEJO 

Señor, en verdad sí es, y que las mejores piezas 
que en mi oficio sé él me las ha enseñado. 

ALGUACIL 

Yo lo creo; ^y de qué oficio son las piezas? 

MADRIGALEJO 

De cortar de tijera; de subir de noche por una 
pared, aunque no haya candil, y de trastejar al mejor 
sueño del dueño de la casa, y de sacar prendas sin 
mandamiento, y de otras cosillas así manuales que 
pertenescen así para el oficio; y algunas veces hacer 
de un pedacillo de alambre una llave que hace á cual- 
quier cerradura. 

ALGUACIL 

¡Buena habilidad es aquélla! 

MOLINA 

^Yo? ¡Válate el diablo, ladrónl 

MADRIGALEJO 

En verdad, señor, la primera vez que me áfi-énta- 
ron en Antequera, él iba delante. 

ALGUACIL 

Asildos bien. ¿Qué va en este lío? Ganzúas son 
éstas.. 

MADRIGALEJO 

Señor, él las hace por extremo. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 289 

MOLINA 

^Yo? ¡Justicia de Dios! 

PAJE 

Aquesas son mis horas, señor alguacil. 

MADRIG ALEJO 

^Sí? ^Aquesas son tus horas? ^En qué rezaba yo, 
ratoncillo? 

ALGUACIL 

¡Rezador está el tiempo! Tira con ellos, que allá 
les mostrarán otro oficio. 

MADRIGALEJO 

,iY qué oficio? 

ALGUACIL 

Á remar. 

MOLINA 

Vamos, que yo daré tal testimonio de mí, que se 
aclare la verdad. 

MADRIGALEJO 

Una cosa terna segura, señor Molina, que en azo- 
tándole y estando tres ó cuatro años en servicio de 
Su Majestad en galeras, no terna más que ver la Jus- 
ticia con él que el rey de Francia, y esto como tes- 
tigo de vista. 

ALGUACIL 

Andad, andad, tira adelante; no tantas palabras; 
estos bellacos tacaños. 

FIN DEL PASO CUARTO 
T. II 19 



PASO QUINTO 

MUY GRACIOSO, 

AGORA NUEVAMENTE COMPUESTO 

POR LOPE DE RUEDA. 

INTRODÚCENSE EN ÉL LAS PERSONAS SIGUIENTES: 

SigOenza, lacayo. — Sebastiana, mundana. 
Estepa, lacayo. 

SIGÜENZA 

Pasa delante, señora Sebastiana, y cuéntame por 
extenso, sin poner ni quitar tilde, del arte que te 
pasó con esa piltraca disoluta, amiga dése antuvia- 
dor de Estepa, que yo te la pondré de suerte que 
tengan que contar nacidos y por nacer de lo que en 
la venganza por tu servicio hiciere. 

SEBASTIANA 

Que no, sino cuál hinchiría su cántaro primero á la 
fuente, venimos á palabras y á las manos, y habién- 
dome rompido una toca... 

SIGÜENZA 

¡Ah, pese á la puta! ^-Por qué no me hallé presente? 

SEBASTIANA 

Me llamó de bordonera, piquera, y que su servilla 
valía más que todo mi linaje. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 29 1 



SIGÜENZA 

¡Ah, putañona; como si yo no supiese que su ma- 
dre fué una segunda Celestina! 

SEBASTIANA 

Y amenazándola yo contigo, me dijo: «Vayase el 
ladrón desorejado.» 

SIGÜENZA 

^Que tal osó decir? ¡Ah, Dios, y cómo no se hunde 
la tierral 

SEBASTIANA 

«Que si no se huyera de la cárcel como se huyó, 
le hicieran . escribano real y le pusieran en la mano 
una péndola de veinticinco palmos.» 

SIGÜENZA 

[Toma y si sabe de metáforas la poltronaza! 

SEBASTIANA 

Y otras veinte bellaquerías, que por no darte enojo 
dejaré de decir, amigo Sigüenza. 

SIGÜENZA 

Ya, ya; no me digas más. [Ladrón desorejado! ^Y de 
dónde le han nacido alas á esa lendrosilla? Déjame 
con ella; pero quien viere un hombre como yo to- 
marse como una gallina, ^qué dirá, habiendo con- 
quistado los campos en Italia que todo el mundo 
sabe? 



293 OBRAS DB LOPE DB RX7BDA 

SEBASTIANA 

. La sucia, como te ve con ese becoquín de orejas y 
los lados rasos, atrévese á hablar, diciendo que te las 
habían cortado por ladrón. 

SIGÜENZA 

I Ah, picara! ^Por ladrón á mí? ^No sabe Dios y todo 
el mundo que nunca hombre ganó tanta honra que- 
dando sin orejas como quedé yo? 

SEBASTIANA 

Yo te creo; pero dime, señor Sigüenza: ^cómo te 
lisiaron de ellas? 

SIGÜENZA 

En el año de quinientos y cuarenta y seis, á nueve 
días andados del mes de abril, la cual historia se 
hallará hoy en día escrita en una tabla de cedro en 
la casa del Ayuntamiento de la isla de Mallorca, 
habiendo yo desmentido á un coronel, natural de 
Ibiza, y no osándome demandar la injuria por su per- 
sona, siete soldados suyos se convocaron á sacarme 
al campo, los nombres de los cuales eran, Dios les 
perdone. Campos, Pineda, Osorio, Campuzano, Trillo 
el Cojo, Perotete el Zurdo y Janote el Desgarrado; los 
cinco maté y los dos tomé á merced. 

SEBASTIANA 

¡Válame Dios, qué tan gran hazaña! Mas las or^as 
dime, señor, ¿cómo las perdistes? 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 293 



SIGÜENZA 

Á eso voy, que viéndome cercado de todos siete 
por si acaso viniésemos á las manos no me hiciesen 
presa en ellas, yo mismo, usando de ardid de guerra 
me las arranqué de cuajo, y arrojándoselas á uno que 
conmigo peleaba, le quebranté once dientes del gol- 
pe, y quedó torcido el pescuezo, donde al catorceno 
día murió, sin que médico ninguno le pudiese dar 
remedio. 

SEBASTIANA 

jVálame-Dios, qué golpe tan cruel! ^Qué fuera si le 
dieras con piedra ó con otra cosa semejante, cuando 
con tus orejas tal le paraste? Mas ^cómo dice aquella 
pulga que anduviste no sé en qué tiempo en las ga-» 
leras por ladrón? 

SIGÜENZA 

^Ladrón? ¡Ah, pu tilla, putilla, azotada tres veces 
por la feria de Medina del Campó, llevando la delan- 
tera su amigo ó rufián, por mejor decir Estepa! jAh, 
Estepilla, Estepilla! ¿No vendrían á tus orejas seme 
jantes palabras para volver por esa andrajosa y ven- 
gar este mi airado corazón? 

SEBASTIANA 

¿Ello es ansí que fuiste en galera? 

SIGÜENZA 

Es la verdad que anduve en la galera Bastarda 
contra mi voluntad no sé qué años. Mas, mirad: ¿qué 
va de ladrón á hombre vividor? 



294 OBRAS DE LOPE DE KUEDA 

SEBASTIANA 

^•Qué llamáis vividor, señor Sigüenza? 

SIGÜENZA 

¿No te paresce ques harto buena manera de vivir 
salirse el hombre á la plaza de mañana y volverse an- 
tes de mediodía con la bolsa llena de reales, sin ser 
mercader ni tener oficio? 

SEBASTIANA 

Harto bueno es aqueso. 

SIGÜENZA 

Cata y pues por qué afrentan á un hombre de 
honra y le hacen semejantes injusticias, con usar mi 
oficio tan limpiamente como todos cuantos hombres 
de mi arte lo puedan usar, y an por ventura un 
poco mejor. 

SEBASTIANA 

¿Cómo limpiamente? 

SIGtÍENZA 

¿No te paresce ques harta limpieza y destreza de 
manos traer cuatro ó cinco bolsas y faltriqueras á 
casa, sin comprar el cuero de que son hechas, y va- 
ciar las tripas en mi poder? 

SEBASTIANA ^ 

Oye, que Estepa viene. 

SIGÜENZA 

Por tu vida, ten, tenme esta espada. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 295 

SEBASTIANA 

^•Para qué? 

SIGÜENZA 

Tenia tú y calla, que estos son unos nuevos tér- 
minos que tengo yo en reñir. 

ESTEPA 

V ¡Ah, Sigüencilla! ^Paréscete bien de blasonar de 
quien vale más que tu linaje, ni poner lengua tras de 
ninguno? 

SIGÜENZA 

. Yo, señor Estepa, ^qué blasoné? 

ESTEPA ' 

Agradesce que estás sin espada. 

SEBASTIANA 

Tómala, Sigüenza. 

SIGtJENZA 

Quítamela delante, diablo, que yo la tomaré cuan- 
do menester sea. 

ESTEPA 

Di, bellaco : <no te paresce que esa tu mujercilla 
no es bastante para descalzar el chapín de la mía? 

SIGÜENZA 

Espérese, señor, certificarme dello. <Es verdad lo 
que dice el señor Estepa, Sebastiana? 

SEBASTIANA 

¡Pues no será! [Si en mi vida le he visto traer cha- 
pinesl 



2g6 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



ESTEPA 

Dejémonos de gracias, doña bruta, andrajo de pa- 
ramento; y vos, don ladrón, toma vuestra espada. 

SIGÜENZA 

Que no es mía, señor, que un amigo me la dejó 
con condición que no riñese con ella. 

ESTEPA 

Pues desdecios, como á cobarde que sois, de lo que 
dijisteis delante de vuestra amiga. 

SIGtJENZA 

^•De qué, señor? 

ESTEPA 

De que me habían azotado en Medina del Campo, 
siendo la mayor mentira del mundo. 

SIGÜENZA 

^Desdecirme? No, no; no me paresce cosa sufi- 
ciente; ^-qués de la espada? 

SEBASTIANA 

Hela. 

SIGÜENZA 

Quítala de ahí no la vea, que mejor será que me 
desdiga. 

ESTEPA 

Acaba, ladrón azotado. 



j 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 2^7 

SIGÜENZA 

^Ladrón azotado? ¡Sus!, perdóneme, que no me 
quiero desdecir. 

ESTEPA 

^No? Pues aguarda. 

SIGÜENZA 

Téngase, señor, que yo me desdiré; pero ha de ser 
con toda mi honra, si á vuestra merced le placiere. 

ESTEPA 

¿De qué suerte? Veamos. 

SIGÜENZA 

Desta : ques muy gran verdad que lo dije como un 
grandísimo tacaño y que estaba borracho y fuera de 
mi seso; no hay más que tratar. 

ESTEPA 

Pues más habéis de hacer. 

SIGÜENZA 

Haré cuanto vuestra merced mandare. 

ESTEPA 

Que me deis la espada. 

SIGÜENZA 

¿Cómo daré lo que no es mío, señor? 

ESTEPA 

Digo que me la habéis de dar. 



293 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



SIGÜENZA 

Dádsela, señora Sebastiana, por amor de Dios. 

ESTEPA 

Espera, que por fin y remate, habéis de recebir de 
la mano de vuestra amiga tres pasagonzalos en esas 
narices bien pegados. 

SIGÜENZA 

Señor, por amor de Dios, si puede ser, no sean 
pasagonzalos, sean pasarrodrigos. 

ESTEPA 

¡Susl, arrodillaos, por que más devotamente los re- 
cibáis. 

SIGÜENZA 

Ya estoy, señor, arrodillado; haga de mí lo que se 
le antojare. 

ESTEPA ^ 

Ea, dueña, ^-qué aguardáis? Dadle recio. 

SIGÜENZA 

¡Oh, pésete á quien me vistió esta mañanal 

ESTEPA 

Tened tieso ese pescuezo. 

SIGÜENZA 

Señora Sebastiana, miserere mei; pasito, no tan 
recio. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 2^9 

ESTEPA 

Bien está; dejaldo para quien es; venios conmigo. 

SIGÜENZA 

<La moza se me lleva? ¡Ah, Sigüenza, Sigüenza! 
Igual fuera no desdecirte y reñir de bueno á bueno 
con este Estepilla, y no quedaras sin honra y despo- 
jado de moza y harto de pasarrodrigos. ¡Ay, narices 
mías, que aun me duelen! En seso estoy de ponellas 
en un culo de un perro por que se ablanden. ¡Sus!, 
en seguimiento me voy de mi Sebastiana. 



FIN DEL PASO QUINTO 



PASO SEXTO i 



MUY GRACIOSO, 

AGORA NUEVAMENTE COMPUESTO 

POR LOPE DE RUEDA 

INTRODÚCENSE EN ÉL LAS PERSONAS SIGUIENTES: 

Dalagón, amo, — Pancorvo, sitf^k. — Pb&xquolO) fqfe 
Pbyrutón Gascón. — Guillermillo, fa/e, 

DALAGÓN 

¡Qué sea verdad esto; ribaldo tacaño! 

PANCORVO 

Sí, sí, pienso que será, pues vuestra merced lo 
dice. Déjeme por su vida; ábese de ahí. 

DALAGÓN 

En fin, que verdad es. 

PANCORVO 

¿Lo qué, señor? 

DALAGÓN 

(Lo qué diz, qué? Comerme la libra de los turrones 
de Alicante que estaban encima del escritorio. 

PANCORVO 

Eso no. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 3OI 



DALAGÓN 

En fin, ¿que miento? 

PANCORVO 

Yo no digo que miente, sino que no es verdad. 

DALAGÓN 

¿Que no? Espera un poco. 

PANCORVO 

lAhl, paso, señor; suélteme, que yo le diré quién 
se los ha comido. 

DALAGÓN 

Veamos quién; acabemos. 

PANCORVO 

Vuestra merced ha de saber que yo no, no; que 
yo..., queí... ¿Cómo se llama? El... ¿Cómo se dice? 
Desvíese un poco de la puerta, por que no nos oiga 
nadie, que Periquillo los ha traspuesto. 

DALAGÓN 

Cata qué dices. 

PANCORVO 

Sin falta; porque yo sé ques gran comedor de tu- 
rrones. Mochacho que se los come sin pan délo á la 
gracia de Dios. 

DALAGÓN 

iPeríquillo! 

PERIQUILLO 

¿Quién llama? 



303 ovtuAüKuorK t^m^sanauL 

PANCORVO 

Salí acá. Periquillo; el señor es, que os quiere ha- 
blar en secreto. 

PERIQUILLO 

¿Qué manda? 

DALAGÓN 

¿Qué mando? jToma, don bellaco, goloso! 

PERIQUILLO 

Y, señor, ¿por qué me da? 

PANCORVO 

Llevaos eso entretanto que lo sepáis. 

PERIQUILLO 

¡Válame Dios, señor! ¿No sabremos por qué me 
dio? 

DALAGÓN 

Porque os comistes... 

PANCORVO 

Sí, por eso, porque os engolistes... 

DALAGÓN ! 

¡Calla tú! Porque os comistes una libra de turro- | 

nes questaban encima del escritorio. ^ 

PERIQUILLO 

¡Yo! ¿Quién lo dice? 

DALAGÓN 

Éste. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 303 



PERIQUILLO 

¿Tú lo dices? 

PANCORVO 

Yo lo dije; pero no creo que será Periquillo, señor, 
porque es honrado mozo y no tiene menos que valer. 
Errado me [he], pecador de mí, que por decir Gas- 
conillo dije Periquillo. 

PERIQUILLO 

En fin, que tu yerro había de caer sobre mis es- 
paldas. 

PANCORVO 

Calla, hermanico, ten paciencia, que algún día pa- 
garé quizá por ti. 

DALAGÓN 

Anda, pues, llama al Gasconillo. 

PANCORVO 

I Gasconillo! 

GASCÓN 

¿Qui vos pras, qué volets? Aguardats un pauch. 

PANCORVO 

Creo que se los está comiendo; llámelo vuestra 
merced. 

DALAGÓN 

I Gasconillo! 

GASCÓN 

. ¿Qué mandats, Diu hus de saylud tuta una maysa- 



304 OBRAS DE LOPB DB RUEDA 

da? ¡Grabes de Diul ¿Qués aero, señor, que vos debí? 
¿Por qué vos arrencorats contra mí? 

PANCORVO 

Déle, señor, déle, no pare, adelante; una primera, 
otra por mí, que bien lo meresce. 

GASCÓN 

¿No me direts, si hupras ó si hupesa, por qué me 
habets sacudits de su la costielles? 

DALAGÓN 

Porque os habéis comido los turrones de Alicante 

GASCÓN 

Jesu, Jesul ¡Sancta Barbera! ¿Yo turrions? 

DALAGÓN 

Sí, tú, turrones dencima del escritorio. 

GASCÓN 

¿E qui vo la dit? 

PANCORVO 

Yo sé quién lo ha visto. 

GASCÓN 

Per la San Diu que vos menties de sus lamey ta de 
la gorja, que yo no la manjat le turrions de les cri- 
tiura : ¿vo la ve vist? Amor dis cans. 

PANCORVO 

No, no creo que es él, pues que lo jura. Perdona, 
Gasconillo. 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 30$ 



GASCÓN 

¿Agaras me dicest pernonay chocarrayro, argines 
de pan? ¿Paresce vo bona consecuensa? 

PANCORVO 

^Deso te enojas? Antes te debes holgar por ello. 

GASCÓN 

^E por qué me de folguiar? 

PANCORVO 

Porque temas anticipado el recibo para cuando al 
señor algo le debieres. 

GASCÓN 

Pillats le vos tan recebemento e botets le en vos- 
tra causa; truncho de quiol, rábano de leytugas. 

DALAGÓN 

Acabemos ya. Pues dices que ninguno destos dos 
se los ha comido, sepamos quién se los comió; salgan 
estos turrones, si no yo te los sacaré de las costillas. 

PANCORVO 

No me perturbe vuestra merced, que yo se lo diré 
punto por punto; espere, yo pienso justa mi concien- 
cia... Ven acá, Gasconillo. 

GASCÓN 

¿E para qué me cramas? 

PANCORVO 

¿Paréscete á ti que se los ha comido Guillermillo? 



3o6 Obras de lope de rueda 



GASCÓN 



¿Gallamillo?, ¿el que me vinets á panar la botifar- 
da annenyt de le gradielles? 

PANCORVO 

Así, á ése. 

GASCÓN 

Tú dices la vertá; ese la manjat. 

PANCORVO 

Ya ve vuestra merced cómo el Gasconillo dice que 
á Guillermillo se los vio comer. 

GASCÓN 

Sí, Gallamillo. 

DALAGÓN 

Llámale, veamos si habemos de desmarañar este 
negocio de turrones. 

PANCORVO 

¡Guillermillo! 

GASCÓN 

¡Gallamillo! 

GUILLERMILLO 

¿Qué voces son éstas? 

DALAGÓN 

¿No saldrás? 

GUILLERMILLO 

Ya salgo. ¿Qué quiere, señor? 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 307 

DALAGÓN 

Lo que quiero es esto : ¡toma, don rapaz! 

GUILLERMILLO 

¡Ay, ay, señor, por amor de Dios! 

PANCORVO 

Déle, señor, no pare, pues por amor de Dios le 
pide. 

GASCÓN 

Botats ne mays, siñor, an agoras pagarats le turrio- 
nes e la botifarda tot en un cop. 

GUILLERMILLO 

¡Pecador de mí! Señor, <á qué fin me dio? 

DALAGÓN 

^A qué fin, cara sin vergüenza? 

V PANCORVO 

Bien lo sabréis, vergüenza sin cara, 

GASCÓN 

Carats, moyrro de fuyror, que siñor vos o diray. 

DALAGÓN 

Á fin que se os puede fiar cualquiera cosa de 
comer. 

GUILLERMILLO 

^Qué cosa? 

DALAGÓN 

^Qué cosa? Dime, desvergonzado : los turrones que 
estaban encima del escritorio, ^qués dellos? 



A-;-« 



'308 OBRAS DB LOPE DE RUEDA 



GUILLERMILLO 

^Los turrones? Señor, ¿no me los {Hdió él que se 
los diese, y los encerró de su propia mano dentro del 
escritorio? 

DALAGÓN 

¡Por vida mía que dice verdá! ¿Habéis visto qué 
gran descuido que ha sido el mío? 

GUILLERMILLO 

(V paréscele bien haberme dado sin culpa? 

PANCORVO 

{Y á mí molerme aquestas espaldas, que no pares- 
cía sino molino batán, según descargaba? 

PERIQUILLO 

Y á mí pajas. 

GASCÓN 

¿E qué vo paresce de aero de aquestos neguecios 
ó facendas, mustramo? 

DALAGÓN 

¿Qué me paresce? Es porque no estéis quejosos de 
mí, que se partan los turrones en cuatro partes, y en 
pago de la disciplina se lleve cada uno su pedazo. 

PANCORVO 

Eso es, señor; en cuanto á su propuésito, aguarde 
un tantico. Mochachos, á consulta. Tú, Perico, ¿quiés 
turrones? 

PERIQUILLO 

Yo ni aun vellos. 



I 



REGISTRO DE REPRESENTANTES 309 

PANCORVO 

^Y tú, Guillermillo? 

GüiLLERMILLO 

Yo ni aun gustallos. 

PANCORVO 

(Y tú, Gasconillo? 

GASCÓN 

Yo botats los fus la florea. 

PANCORVO 

¿Queréis que nos esquitemos todos de la paliza? 

TODOS 

Sí. 

PANCORVO 

{Tú no le volverás tu parte? 

PERIQUILLO 

¡Pues no! 

PANCORVO 

Pues aguardad. — Mosamo, oiga, si manda. 

DALAGÓN 

<Qué quieres? 

PANCORVO 

Allegue á conversación, que yastamos concorda- 
dos. 

DALAGÓN 

íY es? 



310 OBRAS DB LOPE DE RUEDA 



GASCÓN 

Siñor, aero es la concordanza : carayson, caralayso- 
nes, tomay manjar; ¿vos podies las turriones? 

DALAGÓN 

¡Paso, paso! 

PANCORVO 

¿Pasáis? Pues yo envido. 

GUILLERMILLO 

Yo lo que puedo. 

PERIQUILLO 

Yo lo que alcanzo. 



FIN DEL PASO SEXTO 



COLLOQUIO LLAMADO 
PRENDAS DE AMOR 



Menandro y Simón, pastores, y Cilena, pastora. 

Simón. Menandro, ya hemos llegado 
do podemos deslindar 
y dejar averiguado 
cuál es más aventajado 
y tiene más quesperar; 
que si Cilena, pastora, 
á los dos favor nos dio, 
á mí más me aventajó, 
pues aquella clara aurora 
su zarcillo mentregó. 

Menand. Si por combate ó razones 
la gran locura en questás, 
Simón, defender querrás, 
propon luego tus quistiones, 
porque á todo me hallarás. 
Dices que te dio un zarcillo 
de su oreja delicada 
y que á mí no me dio nada 
porque mentregó un anillo 
de mano tan alindada. 



312 



OBRAS DB LOPB DB RUBDA 



Simón. ¿Quién vido señal de amor 
tan maniñesta y tan clara, 
ni de tan alto valor, 
pues me dio por más favor 
las insinias de su cara? 
Por aquí quiero cazarte; 
ven acá, Menandro, hermano, 
pues quieres aventajarte, 
¿cuál es más preciosa parte, 
las orejas ó la mano? 

Menand. Si va por vía de honor, 
de honra los afrentados 
por justicia y castigados, 
viven con gran deshonor 
si fueron desorejados; 
y por tanto yo diría 
quen esta causa ó quistión, 
Simón, las orejas son 
de menor precio y valía 
que no nuestras manos son. 
¿Quieres ver cómo la mano 
es de mayor excelencia? 
Ten cuenta, Simón hermano, 
y verás la diferencia 
porque no estés tan ufano. 
Si te vas á desposar, 
en señal de casamiento 
lo primero que has de dar, 
¿qué ha de ser? 

Simón. A mi pensar 



1>RENDAS DE AMOR 



315 



es la mano, á lo que siento. 

Menand. y después el sacerdote, 

cuando os veláis en la igleja, 
el anillo, acemilote, 
^pénetelo, di, majóte, 
en la mano ó en la oreja? 
No tienes que responder, 
que ya queda averiguado 
por ser más aventajado, 
y esto se puede bien ver 
por el anillo esmaltado. 

Simón. Sea, dices ques ansí; 

tú contento con tu anillo, 
yo con mi dulce zarcillo. 

Menand. A la fe sabe que aquí 
que te vencido, carillo. 

Simón. , La gran soberbia que cobras, 
Menandro, en el proponer 
me da muy claro á entender 
que por la envidia que sobras 
te tengo aquí de vencer. 

Menand. Mi fe tú estás añasgado, 
no te aprovechan razones; 
ya tus debres conclusiones 
claramente han demostrado 
ser fracas en dos ringlones. 

Simón. Tente, que siento pisadas; 
Cilena debe de ser. 

Menand. Suso, ella podrá hacer 

que cesen nuestras puñadas 



1 



3M 



OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



CiLENA. 



y altercanza y contender. 
(Entra Cilena, pastora,) 
Anday, mi branco ganado, 
por la frondosa ribera, 
no vais tan alborotado; 
seguid hacia la ladera 
deste tan ameno prado. 
Gozad la fresca mañana 
llena de cien mil olores; 
paced las floridas flores 
de las selvas de Diana 
por los collados y alcores. 

Menand. ¡Oh, Cilena! Bien llegada. 
¡Dichosos tales collados 
que de ti son vesitadosl 
De ti, pastora agraciada, 
queremos ser acrarados. 
Bien te acuerdas que en el prado 
á Simón diste un zarcillo 
y á mí me diste un anillo 
en señal de aventajado, 
causa de nuestro omecillo. 
Dice y afirma Simón 
que todo el favor le diste 
y que á mí me aborresciste : 
aquesta es nuestra quistión, 
y tú en ella nos posiste. 

Cilena. Quisiera lugar tener 

cierto, garridos pastores, 
para que vuestros errores 



PRENDAS DE AMOR 



3IS 



Simón. 
Menand. 

Simón. 



Menand. 
Simón. 



Menand. 



dejaran de proceder 
sobre tal causa de amores. 
Mas, pues que soy allegada, 
porque nos quejéis de mí, 
tomad eso que va ahí, 
y otra vez en la majada 
sabréis presto el no ó el sí. 
Por agora perdonad, 
que no puedo detenerme. 
Pastores, en paz quedad, 
y en lo que os di contemplad 
porque dejéis de quererme. 
Di, Menandro : ^qué te ha dado.^ 
A mí dióme un corazón 
con un letrero esmaltado. 
Y á mí su rostro pintado 
al vivo en gran perfición; 
también lleva su letrero. 
¿Qué dice? 

«Mira y verás 
en mí cuanto tú querrás, 
dichoso Simón cabrero, 
ques lo que deseas más.» 
En esto se ha conoscido 
yo ser más aventajado, 
amado y favorescido, 
pues mi Cilena me ha dado 
su rostro al vivo esculpido. 
Simón, no estés tan ufano, 
ni pienses con tu labor 



3i6 



OBRAS bB LOPB DB RUBDA 



llevarte todo el favor. 

Simón. ^Qué dice tu letra, hermano, 
quésta llena está de amor? 

Menand. «Ya no tengo más que dar, 
pues te doy el corazón; 
mas con aqueso, garzón, 
no te tienes de gloriar, 
ni mostrar más presunción.» 
jOh, señal nada imperfeto 
de la pastora Cilena! 

Simón. ¡Oh, empresa de mi pena! 

Menand. ¡Oh, espejo de mi objeto! 

Simón. ¡Oh, voz quen mi alma suena! 
¡Oh, rostro más que hermoso! 

Menand. ¡Oh, pastor bien fortunado! 

Simón. ¡Oh, retrato delicado! 

Menand. ¡Oh, corazón amoroso, 

qué de contento me has dado! 
Dejemos nuestro altercar, 
Simón, que si vas contento, 
yo voy más que recontento. 

Simón. Yo sin más que desear 

de alma y de pensamiento. 



fin del colloquio 



COLOQUIO EN VERSO ' 



Si el recontento que trayo 
venido tan de rondón 
no me lo abraza el zurrón» 
^cuáles nesgas pondré al sayo 
ó qué ensanches al jubón? 
Y si al contar lo extremeño 
con \Hi donaire risueño 
ayer me miró Constanza, 
^qué turba habrá ya ó mudanza 
que no la pase por sueño? 
Esparcios, las mis corderas, 
por las dehesas y prados; 
mordey sabrosos bocados, 
no temáis las venideras 
noches de nubros airados, 
antes os anday exentas 
brincando de recontentas. 
No os aflija el ser mordidas 
de las lobas deshambridas, 
tragantonas, mal contentas; 
y al dar de los vellocinos 
venid siempre no ronceras 



^ Fragmento que Cervantes cita ¿ inserta en su comedia Los 
Baños de ArffU 



3l8 OBRAS DE LOPE DE RUEDA 

rumiando por las laderas 
á jornaleros vecinos 
ó al corte de sus tijeras» 
que él sin medida contento, 
cual no abarca el pensamiento, 
os librará de lesión 
si al dar el branco vellón 
barruntáis el bien que siento. 
Mas ¿quién es este cuitado 
que asoma acá entelerido, 
cabizbajo, atordecido, 
barba y cabello erizado, 
desairado y mal erguido? 



;$ aian: 6g ¿? $fc 



Comedia llamada difcordia, y que- 

ftion de Amor . en b qual fe trata en fubido metro , y coa- 
ceptos muy fentidos, la inconftañcía de A mor, y fas varia- 
bles efctos. Son interlocutores las perfonas figuientes. Dos" 
Paftores, Salucio. y Pctronio, y dos Paftoras, Leonida, 
ySiluia, el Dios át Amor, Diana, Diofa delaCa- 
ftidad^Belifs Ninfa, vnBouo.Compue- 
fta por Lope de Rueda, Repre- 
(entante. 




con iiCEUciAvtL o^tm^xio- 



En cafa Sebaftiaa de Cormcllas. al Cali, A ño, de 1 6 a 7. 
Venitnjt en la mejfma Emprenta. 



COMEDIA LLAMADA 
DISCORDIA Y QUESTIÓN DE AMOR 



ARGUMENTO 

Muy generosos señores : 
nuestro muy sublime autor, 
trae una Comedia de amores 
llamada Cuestión de Amor, 
entre Amor y unos pastores. 
Y primero entra un pastor, 
lamentando el desamor 
de Leonida, una pastora 
por quien Amor se enamora, 
á morir del mal de amor. 
Otro pastor, namorado 
de Silvia, le topará, 
y entre ellos se tratará 
el muy penoso cuidado 
que Cupido á entrambos da. 
Pues las pastoras llegadas, 
y sus penas relatadas 
gustarán de una cuestión, 
do verán el afición 
de entrambas partes mudada; 

T. II 



323 OBRAS DB LOPE DB RUBDA 

y viendo el cruel dolor 
y las rabiosas pasiones 
que pasan sus corazones, 
determinan de ir á Amor, 
que mude las aficiones. 
' Y habiendo ante Amor llegado, 
al cual hallaron atado 
por mano de Castidad, 
le cuentan con brevedad 
su doloroso cuidado. 

Y el Amor da por sentencia 
que se estén con su pasión, 
cada cual en su afición, 

y á todos sin resistencia 
pone Cupido en prisión. 
Los que fueren amadores 
gustarán destos amores, 
y el que no supiere aliñar 
con silencio, que es callar, 
gustarán de otros primores. 
Que el autor les trae guisados 
manjares que vendrán justos 
á todos cualesquier gustos, 
pollos, gallinas, faisanes, 
vaca para los robustos. 

Y si en la recitación 
hay falta, pido perdón, 
y para mayor enmienda 
al necio suelto la rienda 
y al sabio pido atención. 



DISCORDIA Y CUESTIÓN DB AMOR 



323 



JORNADA PRIMERA 

San interlocutores : Salücio y Pbtronio; Lbomida y Silvuu 

SAI..UC10. Si aquestas selvas amasen 

y lo que siento sintiesen, 

antes pienso se secasen 

por muy verdes que estuviesen. 

Dime, Leonida pastora, 

más que leona cruel, 

¿por qué no has lástima [á] aquel 

que te quiere, ama y adora, 

como amador que es fiel? 

Contempla que á mis ganados, 

cabras, corderos y ovejas 

les duelen tanto mis quexas 

que no pacen los ganados 

del ansia como me dexas. 
Petronio. ¡Hola, Salucio, zagal! 
Salücio. ¿Quién me llama? Si es la muerte 

dichosa sería mi suerte. 
Petronio. Nunca Dios lo quiera tal. 

Sosiega tu mal tan fuerte. 
Salucio. Petronio, tu venida 1, 

sea en próspera llegada. 
Petronio. Salucio, en tal sea tu estada. 
Salucio. Petronio, di qué venida 

es esa aquí á mi majada. 

^ Falta una silaba si no se lee <Pe-tro-ní-o». 



324 



OBRAS DB LOPB DB RÜBDA 



Petronio. Saludo hermano, el deseo 
que. he tenido de te ver; 
y aquel supremo placer 
de ver mis pies do los veo, 
hacen rostro al padecer; 
porque aunque el pensamiento 
dentro el alma está esculpido, 
unido con el tormento 
[en] tanto contentamiento 
da libertad al sentido; 
y no por huir de amor, 
que está fixo y arraigado; 
mas parece que aliviado 
queda en contar su dolor 
á aquel que vive penado. 

Salucio. Ya, Petronio, compañero, 
ves lo que Silvia te cuesta, 
y yo por Leonida muero; 
desesperas, desespero, 
que sólo morir nos resta. 
Silvia te tiene cautivo, 
Leonida á mi aprisionado; 
por Silvia muereá penado, 
yo sin Leonida no vivo, 
pues muero desesperado. 
Por ellas, de los ganados 
ni de nada hacemos cuenta; 
olvidamos sotos, prados, 
que sólo á entrambos sustenta 
el estar bien empleados. 



DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 32$' 

Y no niegues ser razón 
dejar el silvestre oficio; 
mas muero no ver indicio 
de que ha de haber galardón 
nuestro pequeño servicio. 
Porque, puesto que ponemos 
y nos tengan tan rendidos, 

será bien que deslindemos * 

si somos dellas queridos, 
así como las queremos. 
Para aquesto he holgado 
toparte en esta pradera, 
porque ya como avisado, 
de lo de atrás desespera, 
remedie lo que se espera. 

Y pues nuestro dolor crece, 
busquémoslas en los prados 
y sepamos, pues se ofrece, 
si vivimos engañados. 
Petronio, ^qué te parece? 

Petronio. Puesto he tenido el sentido 
con corazón varonil, 
y en lo que te has resumido 
entiendo que nada ha sido 
tu plática pastoril. 
E yo estoy también en ello 
cuanto tú puedes estar; 
muero tanto por sabello 
que me quita el esperar 
que espere ver el fin dello. 



326 



OBRAS DE LOPB DB RUEDA 



No porque hay desconñanza 
en este firme querer 
hasta las vidas perder; 
mas donde hay poca esperanza 
resta mucho que temer. 
Así que en respuesta doy 
que arderé en tu mismo fuego 
y que cual estás estoy; 
si tú mañana, yo hoy; 
si tú otro día, yo luego. 

Salucio. Jamás se ha visto en amores 
tan añito pensamiento 
que á unos ilustres pastores 
hiere amor de dos amores, 
sufriendo un mismo tormento; 
y pues siempre en el penar 
busca uno á otro el medio 
para podello hallar, 
cumple la afición buscar 
para cumplir su remedio. 

Petronio. Pues, Salucio, caminemos; 
tiende el paso apresurado, 
vamos do está su ganado, 
que cierto las hallaremos 
al resquebrajo del prado. 

Salucio. Vamos, que yo propondré 
con mi rústica cabeza 
lo que verás que diré, 
hablando por mi firmeza, 
reteniéndome en mi fe. 



DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 327 



Petronio. Salucio, ya cerca estamos, 
aunque lejos de esperar 
remedio á nuestro penar. 

Salucio. Ves, Petronio, á quien buscamos 
do yace en el tomillar. 

Petronio. Salucio, ya las diviso; 

juntas allá van al prado; 
^acia acá han enderezado. 
Salucio, ten buen aviso 
en el hablar avisado. 

Salucio. Leonida y Silvia hermosas, 
más que aguas cristalinas, 
diosas y ninfas divinas, 
más blancas que blancas rosas 
y más ásperas que espinas. 
Pastoras á quien dotó 
de tanta gracia natura, 
que se corrió la ventura 
de ver que á vosotras dio 
todo el resto en hermosura. 
En lo que diré perdón 
concede, pues veis que niega 
el sosiego y la pasión, 
y más que la afición ciega 
á toda humana razón. 
Bien entenderás de mí, 
Leonida, si te he querido, 
y Petronio está perdido, 
pastora Silvia por ti, 
como tienes entendido. 



328 



OBRAS DB LOPE DB RUBDA 



Y bien veis que hemos gastado 
nuestro tiempo en vuestro amor, 
aunque todo cotejado 

con vuestro mucho valor, 

es hablar en excusado. 

Porque aunque nuestro tormento 

padezca sin confianza, 

si se echara en una balanza ^, 

con vuestro merecimiento 

ninguna pesa le alcanza. 

Y si más claro queréis 
que la afición declaremos, 
séllense estos dos extremos, 
si es así que no tenéis 
aquel amor que os tenemos. 

Leonida. Habla, Silvia. 

Silvia. No haré, 

que no hay qué, ni á eso vengo. 

Leonida. Yo tampoco no hablaré, 

pues, Silvia hermana, mi fe 
do ha de estar puesta la tengo. 

Silvia. Pues yo no tengo que hablar 
sino lo que tú has hablado, 
que mi amor ya está fijado, 
Leonida, donde ha de estar; 
nadie no viva engañado. 



* Verso largo. Podía ser : 

Si se echa en una balanza, 

Si se echara en la balanza. * 



ó bien 



DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 



329 



Leonida. Pues, ¡sus!, yo quiero hablar. 
Pastores, esta llegada 
pudiera ser reservada, 
pues no hay para qué cansar 
en cosa tan excusada. 

Silvia. Vuelve, que esa es mi intención, 
que si es así que tenemos 
mal rendida la añción, 
luego la rescataremos 
con prendas del corazón. 

Petronio. y si nuestro pensamiento 
funda en falso su querer, 
declarádnoslo al momento; 
tendrá cuenta el padecer 
de hoy más con el sufrimiento. 

Leonida. Salucio, ya está entendido 
y por nosotras mirado 
el tiempo que habéis gastado, 
y si vos habéis querido 
y perfectamente amado. 
Mas es de tal suerte Amor, 
tan pesada su cadena, 
y es tal su fuerza y vigor, 
que hace amar al amador 
do no se sienta su pena. 
Y si queréis conocer 
si es traidor ó lisonjero, 
en esto lo podrás ver 
que te hace por mí perder, 
y yo por Petronio muero. 



330 



OBRAS DE LOPE DE RUEDA 



Salucio. 


Leonida mía, yo sé 




no querrá Petronio aquesto 




ni lo ^ tal consentiré. 


Petronio. 


No, porque ya yo mi fe 




y querer en Silvia he puesto. 




Leonida, ninfa muy casta, 




mira el que muere por ti; 




no lo deseches así 




que á mí mi Silvia me basta. 


Silvia. 


¿Tuya me llamas á mí? 


Petronio. 


Mía, pues que por ti muero. 


Silvia. 


¿Tan por tuya me has ganado? 


Pktronio. 


Sí, porque ser tuyo espero. 


Silvia. 


Pues vives muy engañado. 




que yo á mi Salucio quiero. 


Pktronio. 


¿Cuál Salucio? 


Silvia. 


Este pastor. 


Salucio. 


Yo no te quiero, pastora, 




que Leonida es mi señora. 


Leonida. 


No soy tal, que es mi señor 




Petronio y en mi alma mora. 


Salucio. 


¡Leonida! 


Leonida. 


¿Qué es lo que quieres? 


Salucio. 


Que aflojes mi gran tormento. 


Leonida. 


No lo tengo en pensamiento. 


Petronio. 


Silvia, siente que me hieres. 


Silvia. 


No medre ya si tal siento. 


Petronio. 


Zagala, quítate allá. 




no seas desmesurada. 



Quizá deba leerse «yo». 



DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 



331 



Salucio. 



Petronio. 

Silvia. 

Salucio. 

Leonida. 

Salucio. 

Petronio. 

Leonida. 

Silvia. 
Petronio. 



Petrohio. 



Silvia. 
Salucio. 
Leonida. 
Salucio. 



Leonida, llégate acá. 
Di, Petronio, ¿qué será 
aquesto? 

Estoy espantado. 
¡Ah, Silvia!, muéstrame amor. 
Salucio, ¿quieres hablarme? 
Leonida, ¿quieres, matarme? 
Petronio, sin tu favor, 
pienso quieres acabarme. 
Mi Leonida, que desmayo. 
Silvia, que muero por ti. 
Vednos entrambos aquí, 
mas no me enciende tu rayo. 
Ni el tuyo Petronio á mí. 
lOh, falso traidor Amor, 
robador de gloria ajena! 
¿Es posible, di, traidor, 
que sienta por mí dolor 
quien á mí no mé da pena? 
|Oh, Amor falso y lisonjero, 
malo y de mala nación! 
¿Es posible, odioso y fiero, 
que á quien no quiero me quiera 1 
y no me quiera quien quiero? 
Silvia, das voces al viento. 
Leonida, pastora. 

íQué? 
Que mires á mi gran fe 



Este verso no rima con «nación». 



3Sa 



OBRAS DB LOPB DB RUBDA 



Leonida. 

Salucio. 

Leonida. 

SALuao. 

Leonida. 

Petronio. 

Silvia. 

Petronio. 

Silvia. 

Petronio. 

Salucio. 

Petronio. 



Salucio. 



Petronio. 
Salucio. 



Petronio. 



Salucio. 



y á mi sobrado tormento. 
Ele yo, no miraré. 
^No me quieres? 

Sí, pastor. 
¿Cuándo? 

Cuando tiempo hubiere. 
¿Y tú? 

Cuando Amor quisiere. 
{Y si nunca quiere Amor? 
No salir de lo que quiere. 
Pues Salucio, ¿qué haremos? 
Ya ves, Petronio, penamos. 
Pues alto, Salucio; vamos 
ante Amor y deslindemos 
si permite que muramos. 
Vamos, y contarle hemos 
la pena y desasosiegos 
que con su fuego pasamos. 
¿Cómo hemos de ir? 

Ciegos, 
pues que cegado nos han i; 
ciegos, que ciegos quisimos; 
ciegos, que ciegos amamos. 
Pues alto, sus, caminemos; 
que pues que ciegos vivimos 
ciegos conviene muramos 2. 
Ciegos, porque si dijere 
que cómo vamos sin ver. 



^ La quintilla que antecede es muy defectuosa. 
* También ésta es imperfecta. 



DISCORDIA y CUESTIÓN DE AMOR 333 

le podamos responder 

que harto ciego es quien quiere 

do no le quieren querer. 
Petronio. Pues, Salucio, caminemos. 
Silvia. Aparejaos de paciencia; 

tened en mucho esta clemencia i, 

que ambas os adiestraremos 

hasta estar en su presencia. 
Petronio, Hágase así, pues lo manda 

quien causa nuestros enojos: 

Silvia, toma estos despojos 

con esta mísera banda 

con que me tapes los ojos. 

Ciégame, pues me cegaste. 
Silvia. ^Aprieto mucho, garzón? 
Petronio. Silvia [de] mi perdición, 

con más fuerzas apretaste 

el ñudo á mi corazón. 
Silvia. ^Estás bien? 
Petronio. Muy bien, muy bien; 

bien del bien de. mi deseo, 

adiéstrame que no veo. 
Silvia. Trábate deste cayado 2. 
Petronio. Trabado esto, á lo que creo. 
Salucio. Leonida, átame á mí. 
Leonida. ^Estás bien desta manera? 
Salucio. Muy bien, loba carnicera; 

mejor si cuando te vi 

^ Probablemente se escribiría «ciencia». 
' Este verso no rima. 



SM OBRAS OB LOPB OB &ÜBDA 

desta manera estuviera. 
Leonida. Salucio, prende el cayado. 
SALuao^ Más me va^feía morir. 
Leqnzda. Traba. 
Salucio. Mengua de trabado, 

me tienes aprisionado. 
Leonida. Silvia, bien podemos ir. 

JORNADA SEGUNDA 

San interloctaares : Cuproo. — Diana. — Bblisa, ninfa, 
y un Bobo. 

Amor, Tan leales amadores 
do no reinó ingratitud, 
gozad con la juventud 
de vuestros dulces amores 
ajenos de senectud. 
Allegaos á mi bandera, 
aprovechaos de mi ser, 
pues con todo mi poder 
á cualquiera que me espera 
tengo de favorecer. 
Quien no fuere enamorado 
procure tomar amor, 
que yo le daré favor; 
nadie viva descuidado 
de mi ser, nombre y valor. 
Mi valor es infinito, 
y de mi propio albedrío 
tengo muy gran poderío; 



DISCORDIA y CUESTIÓN DE AMOR 



335 



que aunque de cuerpo chiquito 

es mucho mi señorío. 

Aquí quiero reposar, 

en medio desta frescura, 

donde aquel que amor procura 

puede venir á buscar 

en mí el fin de su ventura. 
(A^uí se echa d dormir el dios de Amor, y entra Dkk- 
na y una ninfa suya, llamada Belisa,) 
Belisa. Diana, señora mía, 

diosa de la Castidad, 

en esta selva os holgad; 

dejemos la montería 

y un poquito descansad. 
Diana. Que se haga al momento; 

ve y mira hacia aquel lado 

quién es aquel que fué osado 

á entrar sin mi mandamiento 

en este mi ameno prado. 
Belisa. Un niño veo allí estar, 

entre las yerbas tendido. 
Diana. Parece que está dormido. 

¡Qué arco para tirar, 

tan dorado y tan polidol 
Belisa. Mi señora, si mandáis, 

antes que lo despertemos 

arco y aljaba tomemos, 

ques bien que vos lo tengáis. 
Diana. Sea así, despertarle hemos. 
Belisa. Niño, levántate de ahí. 



336 



OBRAS DB LOPE DB RDBDA 





que duermes muy descuidado. 


Amor. 


íQuién es que me ha despertado? ^ 


Belisa. 


Quien quiere saber de ti 




por qué entraste en lo vedado. 


Amor. 


Ninguna cosa hay vedada 




á mi supremo poder; 




yo lo puedo bien hacer. 


Belisa. 


^Vos podéis? 


Amor. 


Sí. 


Belisa. 


Mas no nada. 




jA fe que sois bachiller! 


Amor. 


Paso, doncella, callad; 




suplicóos no os desmandéis 




si mi favor pretendéis; 




que si me enojo, mirad, 




creo os arrepentiréis. 


Diana. 


^Y qué la puedes hacer? 


Amor. 


Lo que puedo hacer á vos. 


Diana. 


¿Vos á mí? 


Amor. 


Á entrambas á dos. 


Diana. 


Mucho lo deseo saber : 




declarádmelo, por Dios. 


Amor. 


Yo te puedo sujetar. 




y hacer libre si quisiere, 




que do mi poder pusiere, 




nadie se puede escapar 




por alto ó bajo que fuere. 




Príncipes y emperadores 



^ £n el original «¿Quién es el que me ha despertado?», que es 
verso largo. 



DISCORDIA y CUESTIÓN DE AMOR 



337 



Diana. 



Amor. 



Diana. 



Belisa. 



Amor. 



Belisa. 

T. II 



hago que vivan sujetos 

á mí y cumplan mis preceptos; 

soy señor sobre señores; 

son muy grandes mis secretos. 

Por cierto yo nunca vi 

quien de tanto se jatase, 

ni su poder alabase 

como tú; ^quién eres, di, 

para que me sujetase? 

Mi propio nombre es Cupido, 

de amadores celebrado, 

por Venus diosa criado, 

de casta añción nacido, 

y entre buenos sustentado. 

Uso con mi gran poder 

de todo lo que me pago, 

á unos sano, á otros llago, 

al fin lo que quiero hacer 

luego lo hago y deshago. 

¿Qué dices de tal blasón 

y bravo encarecimiento? 

Todo lo que dice es viento, 

pues no va sobre razón 

fundado su pensamiento. 

Dama, mucho os atrevéis 

con palabras á ofenderme; 

habiendo de obedecerme, 

poco respeto tenéis; 

no acabáis de conocerme. 

Ya acabo de conocer 



TT 



338 



OBRAS DB LOPB DB RUBDA 



Amor. 
Beusa. 

Diana. 



Amor. 
Diana. 
Amor. 



Diana. 
Amor. 



Belisa. 
Diana. 



tu falsedad y tu engaño. 
Catad, dama, que me ensaño. 
Ensaña; ^qué me has de hacer 
con que yo reciba daño? 
Mucho os ensoberbecéis, 
ciego amor, falso, roncerp, 
cauteloso y lisonjero. 
Pues agora lo veréis. 
No me espanta vuestro fiero. 
^Qués de mi arco y aljaba 
y dorados pasadores? 
Volvémelo á dar traidores; 
¿quién me lo quitó do estaba? 
Calla, Cupido, no llores. 
Dadme mi arco, acaba; 
no usurpéis mi gran tesoro : 
aplaceos de ver mi lloro. 
¿Por qué lloras? 

Porque está 
puesto en los cuernos del toro. 
Porque otra vez tan airado. 
Cupido, no amenacéis, 
será justo que paguéis 
vuestra soberbia y pecado 
porque á ninguno llaguéis. 
Y vos, mi sierva, al momento 
estas mis cintas tomad 
y pies y manos le atad 
al Amor, pues miramiento 
no tuvo á mi majestad. 



DISCORDIA Y CUBSTION DB AMOR 



339 



Amor. 

DlANA^ 

Beusa. 

Diana. 

Amor. 
Diana. 



Belisa. 



Diana. 

Beusa. 

Amor 

Belisa. 



¡Oh, gente tan importunal 
^Por qué no os doléis de mí? 
No me maltratéis asi. 
Llegalde á ese verde planto ^ 
y quédese atado ahí. 
Cupido, la gravedad 
es bien que de hoy más perdáis. 
Mira bien como le atáis, 
Belisa; buen ñudo dad. 
jPaso, paso, que apretáis! 
£a; pues le habéis atado, 
su arco y [sus] flechas quiero 
que se quede aquí colgado 
y fijalde este letrero 
que publique su pecado; 
y es que ningún amador 
sea osado á desatalle 
de donde está, ni quitalle, 
so pena que el mesmo Amor 
después venga á castigalle. 
Todo eso es puesto ya, 
coit su despofer colgado, 
en este ramo cortado. 
Vamos, que él queda ya 
cual merece su pecado. 
Señor Amor, <cómo estáis? 
Cualquiera ha querido K 
¡Oh, mi señor dios Cupido, 



' La rima pide otra palabra, acaso «cuna». 
' No hace sentído este verso y además es corto; 



340 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA 

algo corrido quedáis; 
á fe que quedáis corrido! 

Diana. Vamonos, mi servidora; 
dejémosle en su pasión. 

Belisa. Que se vaya, y su prisión 
se publique, mi señora. 
{Digan dentro una canción,) 
< Ccutidcui deja d Cupido, 
mal su grado, 
preso, rendido y atcuio,> 
{Aqui entra un bobo cantando.) 

Bobo. Mal vos dicen los oríellos, 

Catalina y decían ellos. 

Amor. ¡Cómo cantas descuidado! 

jQué ajeno vas de tristura! 
Dos palabras, por mesura. 

Bobo. ¡Oh, señor asaeteado, 

para bien sea la postura!, 
que según le asaetearon 
llamase á menor de edad. 

Amor. Preso estoy, jqué torpedad! 

Bobo. A fe que no le amarraron 

á él por bueno, ^no es verdad? 
Á fe, á fe, que si él fuera 
mozo de bien y honrado, 
que no estuviera amarrado; 
más bien se ve en su manera 
ser rapaz desvergonzado. 
¿Hurtastes algo del Rastro? 

Amor. No, que yo no soy ladrón. 





DISCORDIA Y CUESTIÓN DB AMOR 


341 


Bobo. 


^Pues cómo estáis en prisión? 
¿Llamaste á alguien padrastro, 






ó por qué fué la prisión? 




Amor. 


Mal conoces mi grandeza 
y mi valeroso ser. 




Bobo. 


¿Que no os quiero conocer? 
¡Oxe qué bonita pieza 
debe su mercé de ser! 




Amor. 


Amigo, estoy sin justicia 
atado á mi despesar. 




Bobo. 


Sí, en esto no hay que dudar; 
que al señor por su malicia 
le debieron amarrar. 




Amor. 


Suéltame si eres servido 
desatándome de aquí, 
y habrás galardón de mí. 




Bobo. 


¿Cómo os llaman? 




Amor. 


Cupido. 




Bobo. 


¿Escupido? ¡Oxe de ahí! 
¿No veis qué bonita pieza? 
¿Queríades os desasir 
para después me escupir 
por el pescuezo y cabeza 
sin poderme rebullir? 




Amor. 


Mira que soy el Amor. 




Bobo. 


|Oy, quién le hubiera soltado; 




^ 


que humor me diera en un lado 
con tan terrible dolor, 
que me dejara pelado 
el humor y el escupidol 





343 OBRAS ra LOPB DB RUBDA 

|Mirá qué cosa tan buena! 

Amor. Poco te queja mi pena. 

Soy el dios de Amor, Cupido. 

Bobo. Seldo mucho en hora buena. 

Tan chiquito y ballestero, 
no está sin causa el señor 
puesto como malhechor 
amarrado á este madero. 
Él debe ser salteador, 
ya no le faltó rencilla 
al que os puso dése son; 
¿por qué para más baldón 
no os puso una campanilla, 
como á muchacho y ladrón? 
Pero yo os prometo á Dios 
que yo vaya muy aína 
por los niños de dotrína 
que os den una disciplina, 
después que vengan por vos. 

Amor. No causes más mis dolores; 
vete, rústico pastor. 
¿No vendrá algún amador, 
que á trueque de dalle amores 
libertase al dios de Amor? 
Venus, diosa, madre mía, 
¿por qué no me socorréis? 
Si de mi prisión sabéis 
no es posible sí alegría 
en vuestro pecho tenéis. 
Mirad mi triste ventura. 



DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 343 

mi pompa y sublime estado 
en cuánto mal ha parado, 
pues á un árbol de amargura 
me dejaron amarradadó. 
¡Oh, madre, perdido soy! 
Fortuna, ^no me oyes, di? — Di. 
¿Quién está detrás de mí 
que mis palabras oyó? — Yo. 
¿Quién, quien me respondió 
con yo, áspero y seco? — Eco. 
¿Por qué me hablas tan hueco? 
¿Quién eres? deja el donayre. — Aire. 
Dime, deja ese desgayre: 
¿Podréme soltar de así? — ^Sí. 

Y eso, ¿cuándo será, di: 

será tarde, presto, ó luego? — Luego. 

Y ¿qué saldré deste fuego? 
Habla, di: ¿el no ó el sí?— Sí. 
Esto no es cosa de juego; 
pues, alto, yo espero aquí 
libertad si place [á] Dios.— Dios. 
Él mismo vaya con vos, 

no olvidándose de mí, 
porque se acuerde de vos. 



! 



344 



OBRAS DB LOPB DB RUBDA 



JORNADA TERCERA 

San interlocutores : Salücio, y Pbtronio, y Lbonida, 
Silvia y Cupido. 

Leonida. Si no me engaña el sentido, 

á tiempo y sazón llegamos 

donde lo que deseamos 

determinará Cupido, 

por cuya causa penamos. 

Que si la vista no miente 

á la ajena voluntad, 

3 a le tenemos presente. 
Salucio. Para que nos sea patente 

es bien nos deis claridad. 
Silvia. Nosotras no la tenemos 

para podérosla dar, 

mas podemos desatar 

las vendas que atado os hemos 

en el injusto lugar. 
Petronio. Silvia, lo que tú quisieres 

ordena en esta jornada; 

que siendo por ti ordenada, 

la sentencia que tú dieres 

no podrá ser revocada. 
Silvia. Leonida, quita al pastor 

la venda que le pusiste. 



DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 



345 



Leonida. y tú, Silvia, pues registe, 
hazle esta gracia y favor, 
pues por Salucio volviste. 

Silvia. Ésta dala por quitada. 

Leonida. Pues yo no soy perezosa, 

que ésta vesla aquí quitada. 

Salucio. Leonida, muy graciosa. 

Petronio. ¡Oh, SiMa, muy agraciada! 

Silvia. ¡SusI, déjese esa porfía, 
y pastores, caminemos, 
dar fin á lo que queremos, 
porque antes que pase el día 
libres y exentos quedemos; 
y si dais consentimiento, 
Salucio, pues es pastor 
de capaz entendimiento, 
es bien que lleve ante Amor 
á relatar nuestro cuento. 

Salucio. Que se haga, ¡susl, lleguemos 
adonde Cupido está, 
el cual determinará 
esta cuestión que traemos. 
Alto, ¡sus!, vamos allá; 
que, pues me habéis otorgado 
tan señalado favor, 
aunque rústico pastor, 
me habré de mostrar osado 
en hablar ante el Amor. 
Mas ¿qué digo?, ora mirad 
que si no estoy engañado 



1 



346 



OBXA8 m LOFS DK KVBDA 





paréce[me] que está atado. 


Petronio. 


Creo que dices verdad. 




¡Oh, caso nunca pensado! 




¿Quién creyera que á Cupido 




ninguno pudiera atar 




ni bastara á sujetar? 


Amor. 


Pastores, de gracia pido 




os queráis acá llegar. 


Salucio. 


Cupido, di[no?] qué quieres, 




que aunque. Amor, estés atado, 




si podemos á tu estado 




servir, di lo que quisieres. 




que lo haremos de buen grado. 




Porque, Amor, á ti traemos 




cierta causa á sentenciar. 




querémoste suplicar. 




porque conclusión le demos. 




lo quieras determinar. 


Amor. 


Pues desatadme, pastores. 




que yo soy el dios de Amor, 




y si esto hacéis amadores. 




de mí habréis el galardón ^ 




que requieren los amores. 


Salucio. 


Por eso no ha de quedar. 




Petronio, ayúdame aquí. 


Petronio. 


Pláceme de te ayudar. 


Salucio. 


¿Resta más? 


Amor. 


Sí. 


> No rima. 



DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 



347 



Salücio. 


eQué? 1 


Amor. 


Alcanzar mi arco de allí. 


Salucio. 


Cupido, ^qué novedad 




es esta deste blasón? 


Amor. 


Por me dar mayor baldón 




le puso la Castidad 




cuando me dejó en prisión. 


Salücio. 


Pues di: ¿cómo te prendió? 


Amor. 


Como estaba sin sentido 




al pie deste árbol dormido, 




arco y flecha me quitó. 




por do me dejó prendido. 


Leonida. 


Salucio, en conversación 




di luego y con brevedad 




lo que puso ahí Castidad: 




veamos qué dice el blasón. 


Salücio. 


Á mí me place; escuchad: 




Blasón. 



Amor. 



«Preso como veis así 
Castidad dejó al Amor 
por alevoso y traidor: 
quien le quitare de aquí 
que muera [de] desamor.» 
No tengáis miedo, pastores. 



Quizá se escribiesen estos dos versos así: 



Salucio. ¿Resta más? 
Amor. Si. 

Salucio. ¿Qaé? 



Amor. 



aquese mi arco de allí. 



Alcanzar 



34S 



OBRAS DB LOPB DB RtTBDA 



de mí, porque soy piadoso, 
conversable y amoroso, 
niño tierno y dios de amores, 
que lo feo hace hermoso. 
Desechad toda sospecha 
del blasón de Castidad, 
y si mandáis, alcanzad 
de donde están arco y ñecha, 
y vuestra cuestión contad. 

Salucio. Toma, y si fueres servido, 
oye nuestra petición 
y danos resolución 
de lo que será pedido 
ante ti. 

Amor. ¡Sus!, di, garzón. 

Salucio. Ya está claro y conocido 
que reyes y emperadores, 
duques y grandes señores, 
los sujetas, gran Cupido, 
hasta los pobres pastores. 
Pues si esto es pública fama, 
¿por qué no usas de clemencia 
con el que das tal dolencia, 
y la hieres á su dama 
de un amor sin diferencia? 
Mira que es de muy rapaces 
andar con este halago 
á «pagóme, no me pago» 
y con cara con dos haces 
hacer en todos estrago. 



DISCORDIA y CUESTIÓN DE AMOR 



U9 



Amor. 



Salucio. 



^No tienes muy claro y visto 
que si lo que digo aquí 
lo haces, Cupido, así, 
[no] 1 vendrás á ser bienquisto 
y todos reirán de ti? 
Pastor, muy osadamente 
has propuesto tu razón 2; 
espérate sin pasión, 
y da razón suficiente, 
porque me das tal baldón. 
Porque por amor muriese 
de Leonida me forzaste, 
y á Petronio sujetaste 
que por Silvia se perdiese, 
y con su amor nos llagaste. 
Pues procurando saber 
si era dellas conocido 
lo que las hemos querido, 
dicen que nuestro querer 
y afición en balde ha sido. 
Porque Leonida se muere 
por Petronio, este pastor, 
y á él Silvia da dolor; 
Silvia dice que á mí quiere, 
yo á Leonida tengo amor. 
Gastamos desta manera 
con los amores trocados 



^ En el original dice cque» en lugar de «no>, lo cual no forma 
sentido. 
* En el original «corazón». 



350 OBRAS D8 LOPB OB RUBOA 

nuestros tiempos mal gastados, 
de suerte que nadie espera 
ver remedio en sus cuidados. 
Queremos te suplicar 
remedies nuestras pasiones 
mudando las aficiones, 
para que vengan á estar 
en uno dos corazones. 

Y esto es lo que deseamos, 
y este bien sólo queremos; 
esto es lo que pretendemos, 
y esto, Amor, te suplicamos: 
en tus manos nos ponemos. 

Amor. La grande misericordia 

que de mí hubistes, pastores, 
me obliga á daros favores 
y á otorgaros la victoria ^ 
que requieren los amores. 
Teneldo en mucho, que á reyes 
jamás otorgué este don, 
sino mira mi blasón, 
mis capítulos y leyes 
cuan fuera van de razón. 

Y pues á me libertar 
venistes á mis prisiones, 
mudaréis las añddnes, 
para que vengan á estar 

en uno dos corazones. 

^ . Na lima «victoria» con «misericordia»; probablemente < 
eriMiía el aator «concordia». 



DISCORDIA y CUESTIÓN DE AMOR 3SI 



Por tanto, luego decid, 
mis leales amadores, 
por conformar los amores : 
<cuál queréis que mude aquí, 
las pastoras ó pastores? 

Salucio. En la ley de bien amar 
ya tú nos mandas, señor, 
que sea firme el amador; 
que quien se quiere mudar 
no terna perfecto amor. 
Así, que el perfecto amante, 
cuando muy de veras ama 
y arde en amorosa llama 
ha de estar firme y constante 
en el amor de su dama. 
Así que digo y confieso 
que el leal enamorado, 
antes muerto que mudado; 
y esto de mi mano firmo 
y doy por averiguado. 

Petronio. Yo soy de aquesa opinión 

* y en esa ley de amor muero, 
y así tengo por muy vero 
que el que muda su afición 
no tiene amor verdadero. 
Y pues tú, Cupido, eres 
quien tiene todo el poder, 
aquesto puedes hacer: 
muda, señor, las mujeres, 
que mudables suelen ser. 



352 



OBitAS OB LOPE DB RUBDA 



Leonida. No tienes razón, pastor, 
en apocar nuestro ser, 
que en la ley del bien querer 
no hay más verdadero amor 
que el amor de la mujer. 

Silvia. Eso ya es claro y probado 
y pública voz y fama, 
que cuando la mujer ama, 
ama con amor doblado, 
y doblado arde su llama. 

Petronio. En eso tiene razón; 

no son menester más jueces, 
sino ver que muchas veces 
donde ponen su afición 
la ponen con mil dobleces. 

Leonida. Petronio, calla tu lengua 
y de mujeres no digas 
mal ninguno, que te obligas 
á quedarse en ti la mengua 
y [á] ellas ser tus enemigas. 
Mas, pues, Cupido, en amor 
ellos son los variables, 
los traidores y mudables, 
los hombres puedes mudar, 
y en las mujeres no hables. 

Amor. Por fuerza de mudar hemos 
los dos de los amadores. 

Silvia. Sea, Cupido, á los pastqres. 

Petronio. Antes los dos moriremos 

que mudar nuestros amores. 



DISCORDIA Y CUESTIÓN DE AMOR 



353 



Amor. iSusI, pues no queréis que mude 
á los dos los corazones, 
estaos con vuestras pasiones 
hasta que el tiempo os ayude 
á mudar las añciones. 
Y pues en los corazones 
padecéis mortales penas, 
quiero con estas cadenas 
meteros en mis prisiones. 
Silvia. Hágase, Amor, como ordenas. , 
Amor. ^No es éste grave dolor, 

que los grandes y menores, 
cortesanos y pastores, 
todos dicen mal de amor 
y al fin se mueren de amores? 
Veislos presos y cautivos; 
más no quieren libertad : 
ea, amadores, caminad 
cantando, porque los vivos 
conozcan mi majestad : 
Canción, 
«Buscando venimos 
remedio de amores, 
volvemos peores. 
Soltad, pastores, 
soltad al Amor, 
por haber favor.» 

FIN 



T. II 



2}, 



AUTO DE NAVAL Y DE ABIGADL ' 

Y DAVID Y CUATRO PASTORES Y DOS SOLDA- 
DOS Y UN PASTORCILLO Y UNA MOZA LLAMADA 
SABINILLA Y UN BOBO LLAMADO JORDÁN. 

ARGUMENTO 

Muy generoso auditorio : aquí se recitará un auto 
de la Sagrada Escriptura que trata de cuando David^ 
andando perseguido de Esaú, su suegro, en el mon- 
té Gelboé, y teniendo gran necesidad, envió á pedir 
bastimento á Naval Carinelo, el cual no se le quiso 
dar; lo cual, sabido por David, determina de destruir 
á Naval y á toda su familia, y poniéndolo por obra, 
le sale al camino Abigail, mujer de Naval, con un 
muy copioso presente, con que aplacó á David. Si- 
lencio, auditores, porque con él fácilmente entende- 
rán nuestra historia; y porque siento salir al ricacho 
de Naval dando voces, le desocupo, este sitio. 

(Entra Naval vistiéndose.) 

NAVAL 

¡Con cuánta sobra de solicitud y cuidado, y con 
cuánta vigilancia ha de vivir el día de hoy el hombre 



^ Ms. en un códice de autos, loas y farsas del siglo xvi que 
se halla en la Biblioteca Nacional, núm. 14.71 1. 



AUTO DE NAVAL Y DE ABIGAIL 355 

que ha de tener cargo de regir y gobernar hijos aje- 
nos, y tener cuenta y razón con todos, especialmente 
para que la hacienda adquirida y ganada con algún 
trabajo no pueda venir á repunta de diminución, es-^ 
pecialmente yo que nunca entiendo sino en allegar 
hacienda y ensanchar por estas campañas las cauda- 
losas manadas de ovejas, cabras y carneros, y sobre 
cuyos hombros ha de estribar la pesada carga de 
mujer, hijos, casa y familial Si no, mira: ¿-quién ha te- 
nido cargo de regirse y gobernarse á tiempo que se 
haga hacienda, ansí lo lleve la güeste? — [Sabinillal 
(Ah, Sabinillal; ¡muchacha! 

BOBO 

Aun bien quescopienza la santiguadera por lo más 
bajo, que aun primero que á mí llegue, no quedará 
nadie en toda la casa por amoxcarse ó avisparse, 

NAVAL 

[Sabinilla; ah, Sabinillal 

BOBO 

En Sabinilla ha dado esta mañana la roncha. Plega 
á Dios no venga sobrella algún turbión de nublados, 
tal como de palos ó correonazos, ó otra cualquier 
tempestad. 

NAVAL 

¡Sabinilla; ah, Sabinilla!; muchacha, ^oyes ó no? 

SABINILLA 

¡Ay, amarga!, ¡y qué amigo es vuesa merced d^ 
dar voces! 



356 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 



NAVAL 



Y VOS, señora, de callar; que aunque veáis al hom- 
.bre quebrar la cabeza, no tenéis más cuidado de res- 
ponder que si nunca os llamasen. 

SABINILLA 

jY cuándo me ha llamado él á mí, que amarga me 
vea si tal he oído?; que si yo le oyera no fuera tan 
mal mirada que al primer grito no fuera con él. 

NAVAL 

jParésceos buena hora de levantar ésta? 

SABINILLA 

¿Levantar? ¡Ahora te lloraré, agüelo! Como Dios 
me hizo, que ha más de una hora que ando por esta 
casa hecha duende. 

NAVAL 

Ansí te lleve el diablo. 

SABINILLA 

(Y á él un mUlón.) 

NAVAL 

¿Qué hablas entre dientes, lengua de aguzadera? 
Sácame aquí de vestir. No creo que hay casa en 
todos estos territorios que tanta gente tenga y más 
entonada. Ayudadme aquí á vestir, señoría. Decidme: 
¿qué baraúnda era aquella que traíades anoche, que 
aun apenas no era yo acostado cuando no páresela 
sino que esta casa se hundía y venía al suelo? 



> 



AUTO DE NAVAL Y DB ABIGAIL 357 

SABINILLA 

Que no era sino aquel diablo de Jordán, que á 
tiempo que se subía acostar hiciéronle entender eso- 
tros que andaba arriba una cosa mala. En fuerte hora 
se lo dijeron, que por bien ni por mal hubo gentes 
que desta escalera le hiciesen pasar. 

NAVAL 

^Y deso sólo era el estruendo? 

SABINILLA 

Pues ha de saber que como no osó subirse acostar, 
hizo su cama junto á la puerta del corral, y esotros, 
por reir con él, aun no se hubo acabado de dormir, 
cuando le amarraron la cochina parida á los pies; la 
negra cochina, por irse á los hijos, paresce ser que 
daba tales estirones, que fué maravilla no sacalle de 
cuajo la pierna. 

NAVAL 

^En fin...? 

SABINILLA 

En fin, que de salto en salto, como quien no quiere 
la cosa, le trajo arrastrando por toda la casa hasta 
meterle dentro de la corraliza. Allí paresce ser quél 
recordó, y desque se sintió atado, ¡alza. Dios, tu ira!, 
comienza á dar unas voces que apellidaba toda la 
casa. 

NAVAL 

¿No me dirás á quién dices que ataron? 



35S OBRAS tas LOPB tlR KÜBt>k 



y 



SABTNILLA 

' {No le digo que á Jordán?, que agora se acaba de 
subir acostar^ que toda esta noche ha andado como 
estantigua. 

BOBO 

Bien : ^qués lo que decís de Jordán, picaza? Agra- 
deceldo á Dios, doña urraca, que me queda un res- 
caño por dormir, que yo os hiciera estar acá ajor- 
mandü mentiras. 

NAVAL 

^ ¿De manera, señor, que aun le queda otro pedazo 
por dormir? 

BOBO 

Yos juro al cielo de Dios, nuestro amo, que si jos- 
ticia me vale^ que tengo desfalcar una dormidura en 
la pendencia de anoche. 

NAVAL 

^Y estaros he yo esperando qae tornéis á dormir, 
señor? 

BOBO 

* Koj no; no tiene vuesa merced necesidad de espe- 
rarme, que si es menester, aquí hablando con él me 
dormiré, que aun cuando Dios quería mis cinco ó 
seis horas suélomelas yo llevar sin decir esta boca' 
es mía, 

NAVAL 

ÍTics yos ]uro al cielo, don asna^o, que si os apaño 
que yos duenna con un garrote. 



AUTO DE NAVAL Y DE ABIGAIL 359 

BOBO 

No, no, señor; no he yo menester garrote para dor- 
mir, que en un Dios valme estoy yo dése cabo del 
otro mundo. 

NAVAL 

Ven acá; maldito seas -.^burlaste conmigo? 

BOBO 

Vaya vuesa merced despertando á esotros á tan- 
das, que yo espero en Dios que primero que á mí 
llegue, descalfarme mis dos horas de un lado. 

SABINILLA 

Si tu reposo tienes, salen ya los otros cada uno 
con su instrumento en la mano. 

BOBO 

Ama, la salida venga por ellos y por ti. 
(Salen cuatro tresquiladores cantando.) t 

CANCIÓN 
Mimbrera, amigo, 
so la mimbrereta 
y los dos amigos 
idos se son idos, 
so los verdes pinos, 
so la mimbrereta, 
mimbrera, amigo. 
(Entran los legados de David,) 

SOLDADO ' 

Sálveos Dios, buena gente. 



36o OBRAS DB LOPB DB BUBDA 

NAVAL 

Y él os guarde. ^Qué bueno buscan por acá los 
hombres de pro? 

SOLDADO 

^Cuál de entre todos los.que aquí ^ es Naval, dueño 
y señor desta hacienda? 

NAVAL 

¿Por qué lo preguntáis, ó qué negocios tenéis 
con él? 

SOLDADO 

Saberlo querriamos. 

NAVAL 

Si no es por más deso, aquí está un pedazo. 

BOBO 

Mejor fuera estar repartido en muchos, nuestramo. 

NAVAL 

¿Cómo en muchos, animal? 

BOBO 

Porque de media 2 ojeada viéredes todas vuestras 
labranzas. 

NAVAL 

¡Sabes si arrebato un leño...! 



^ Falta el verbo, que sería «hay». 
' £n el texto «medio». 



AUTO DE NAVAL Y DB ABIGAIL 361 

SOLDADO 

Dejaldos, queí se burlan; no hagáis cuenta, sino 
entended, si no lo tenéis por enojoso, en lo que á 
vuestra casa somos arribados. 

NAVAL 

Decid, que bien me los conozco yo. Gentes son 
que nunca están pensando sino en decir malicias, y 
con esto pasan su trabajo y tiempo. 

SOLDADO 

Naval, hombre rico y poderoso: paz sea á ti y á 
todos estos nuestros hermanos y á toda tu casa y 
familia, la cual paz te envía David, hijo de Isaí, de 
parte suya. Él oyó como tus pastores, los cuales han 
andado con nosotros en Carmelo y de sus ovejas y 
ganado no les ha faltado res alguna, después que con 
nosotros han andado en el desierto, y si á esto no nos 
das crédito, pregúntalo á tus pastores, quellos te lo 
lo dirán; pues agora. Naval, hallen gracia tus siervos 
ante ti, pues hemos llegado en tan buen día. No te 
pongas á buscar viandas aparejadas, ni de gran tomo 
para nosotros; antes cualquier cosa que á mano ha- . 
llares puedes dar á tus siervos y á tu hijo David, que 
nos aguarda con tu buena respuesta. 

NAVAL 

^Quién es David? ¿Quién es el hijo de Isaí? Hoy se 
han acrecentado en vosotros los siervos que huyen 
de sus señores. ¿Pareceos bien que quite yo mis 



563 OBRAS DB LOPE DE RUEDA 

aguas y panes y carneros, que he menester para mis 
tre^quiladores, y las dé á gente que no sabemos 
quién son? Mirad, decid ^ á vuestro señor y capitán 
que muy poca cuenta hacemos acá de vuestra retó- 
rica, y por tanto bien os podéis ir por donde venis- 
tes. Y vosotros deja eso en questáis entendiendo y 
vamonos á refrescar, que ya se va haciendo hora. 
(Énfranse cantando los tresquiladores.) 

CANCIÓN 
Mimbrera, amigo, 
so la mimbrereta 
y los dos amados 
idos se son ambos, 
so los verdes prados, . 
so la mimbrereta. 

SOLDADO 

^Qué os paresce, hermano, cuan agrá y áspera res- 
puesta no ha dado aqueste ricacho de Naval? ¿Quién 
pensará que viniendo á él con ta[nfa] humilldad y dé 
parte [de] quien le hecimos la embajada, que tan 
áspera respuesta nos diera? Pero calla, no tengáis 
pena, que yo tengo á David por hombre que se sabrá 
vengar bien del, y aun no será mucho que con harto 
daño suyo y de toda su casa. 

( Vansey entra un pastor.) 

PASTOR 

jOh, Naval, hombre mal acondicionado! Mira que 



^ En el original «dezir». 



AUTO DB NAVAL Y DE ABIGAa 363 

le costaba enviar contentos aquellos cuitados que 
venían de parte del otro que los invió, y aun por 
ventura con harta necesidad. jPlega Dios no le cueste 
caro, que si el bermejuelo se ensaña, duelos tene- 
mos todos! Á osadas que si aquí se hallara nuestra 
ama Abigail, que de otra suerte nos cantara el cu- 
quillo. Pero ¿qué digo?; hela aquí do viene. — ¡ Ah, 
nuestra ama! ¡Ah, señora! 

ABIGAIL 

¿Qués lo que quieres? 

PASTOR 

Por Dios, que si no ponéis remedio en ello, que 
todos somos finados. 

ABIGAIL 

¿De qué manera? 

PASTOR 

Vuestro marido lo ha causado. 

* ABIGAIL 

¡Mi marido! Y ¿qué ha hecho mi marido? 

PASTOR 

Su mala condición. 

ABIGAIL 

¿Qué dices? Declárate. 

PASTOR 

¿Qué queréis, señora, saber sino quel hijo de Isaí, 
aquel pequeñuelo; el que mató los días pasados aquel 
felisteo...? 



364 OBRAS DB LOPE DB RUBDA 

ABIGAIL 

Ansí, David quieres decir. 

PASTOR -^ 

Ansí, ese mismo, ha enviado á pedir bastimento á 
nuestro amo, y él les ha dado una respuesta como si 
fueran perros los otros. Ya veis, van de tal arte, que 
si el que con el hondijo mató al gigante se sube en 
cólera, mal año que ninguno de nosotros quede con 
vida. 

ABIGAIL !• 

¡Ah, Dios, que las cosas de mi marido son éstas! 
Yo voy á remediar este daño. I 

{Entra el villano en un asno caballero cantando.) 

CANCIÓN 

Cordona la llama 
el vaquero á la vaca, 
Cordona la llamaba. 

BOBO 

Arre acá, señora jareta, ansí malos cochinos os 
arranquen de cuajo esos bofes. Ofrecida vea yo al 
diablo casa de tanto mandón; Naval, mi amo, por un 
cabo, Abigail por el otro; Sabinilla ^\ aun hasta el 
asno quiere mandar á tandas. Mas ¿questada hace la 
otra bestia de mi ama y esotras alimañas que vienen 
con ella? Mas ¡ayK ¿qué gente es ésta? Zoyzos son 

* Falta algo. 



AUTO DB NAVAL Y DE ABIGAlL 365 



por el ánima de mi madre. |Oh, pobre de ti, Jordán!, 
que si me cogen en medio, lo primero será quitarme 
la ropa y después darme de palos. Mas ¿qué remedio? 
Quiérome liar con este asnillo y comenzar á pacer; 
mas ¡oh, pecador de mil, que me falta lo mejor, ques 
el albarda, y la destotro duelo es tan corta que no 
me tapa los ijares. Mas, buen remedio, la cencerra 
basta, y más mi juramento, que jurando yo como soy 
asno, harto necios serán si no me creen. ¡Sus!, manos 
á labor; ¿en qué me detengo? 
{Entra David y su gente de guerra.) 

DAVID 

¡Cómo! ¿Qués posible que tan áspera respuesta os 
diese aquel rústico de Naval? En balde habéis tenido 
cuenta en excusaros de tocar á sus rebaños; pero 
callad, que antes de mañana á estas horas yo pomé 
toda su hacienda en vuestras manos, quitándole á él 
la vida y después á toda su gente, y pomé toda su 
hacienda á sangre y á fuego. ¿Pero qué bulto es aquel 
que paresce allá? 

SOLDADO 

Hombre semeja. 

BOBO 

Llegaos á él, ques hombre. Juro los santos de Dios, 
en tanto que ahf estáis, tan gentil asno soy como mi 
compañero. 

DAVID i 

¡Oh, mostruosidad grande! ¿No veis el alimaña 
cómo cuan en su juicio pace la yerba? 



366 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

BOBO 

^Alimaña? Mira si me ha conocido. ¡Oh, buenabi* 
lidadl 

DAVID 

^Qué haces ahí, acémila? 

BOBO 

No soy sino asno á servicio y mandado de vuesa 
merced. 

DAVID 

■ Yo te creo. 

BOBO 

¡Mira si me cree! ¡Oh, buenabilidadl ¡Oh, buen Jor- 
dán! Dios te lo lleve el cabo adelante. 

SOLDADO 

Levanta de ahí, salvajón. 

DAVID 

Alza la cabeza, conocerte hemos quienquier que 
seas. 

BOBO 

No, no; en el gesto no dirá vuesa merced sino que 
soy Jordán, el criado de Naval, mas más ha de dos 
horas que soy tan asno como mi compañero. 

SOLDADO 

Yo conozco este villano. 

DAVID 

^Conóscélo bien? 



AVTO DE NAVAL Y DE ABIGAIL 367 

SOLDADO 

Sí, señor; de la compañía de Naval es. 

DAVID 

Pues atalde muy bien y comiéncese por él el es- 
trago, pues en suerte le cupo. 

BOBO 

Señor, ya que me amarran, no sea más de la una 
mano, por que pueda comer con la otra. 
{Entra AbigaÜ con el presente,) 

ABIGAIL 

Dejalde, dejalde al cuitado, que nada meresce, y 
empléese su saña en mí. Príncipe valeroso, no se 
ofendan tus orejas en dar audiencia á esta tu sierva, 
que te suplica que tu autoridad no se amuestre en 
tan baja cosa como el impío Naval. Certificóte, señor, 
que esta tu sierva no tuvo noticia de tus criados ^, á 
quien de una merced tan grande no era merescedo- 
ra. El Señor vive y también tu ánima, el cual sea 
siempre alabado, pues no permitió su clemencia que 
en cosa tan baja te vengases. Á Él plega que en con- 
fusión de Naval se vean tus enemigos y todos los que 
te persiguen. Rescibe, señor mío, con afable rostro el 
pequeño servicio de esta tu sierva. No pienses, prín- 
cipe valeroso, que aun en este mundo perderás galar- 
dón de tu clemencia, pues permitirá el justo Juez que 
rodarán los ánimos de tus enemigos de el arte que la 

* Falta el verbo, que sería «enviados». 



368 OBRAS DB XX>PB DB RÜBDA 

honda las piedras invía, pues no te llamarás escrupu- 
loso rey sanguinolento, ni habrás cobrado nombre in- 
fame de cruel tirano. Sola una cosa me resta, y es que 
cuando el Señor sea servido de traerte á la prosperi- 
dad de tu estado, tengas memoria de mí, que tu per- 
petua sierva me ^ confieso, no para castigarme del 
deservicio, sino para hacerme mercedes por lo que á 
tu prosperidad deseo y como natural señor siempre 
cobdicio. 

DAVID 

Bendito sea, dueña prudente, el Sumo Dios de Is- 
rael que hoy te envió á mí encuentro, y bendita tu 
plática y tú con ella sea[s] también bendita, pues con 
tus dulces palabras causaste que no ííiese llamado 
varón de venganzas, bañando mis manos en la sangre 
de tu marido y de toda su compaña. Certificóte, 
dueña, que si hoy no proveyeras , que antes de ma- 
ñana á estas horas estuviera muerto tu marido Naval 
y su gente toda. Por ende tórnate con la paz del 
Señor, y desde aquí perdono á Naval, y tu buen ofre- 
cimiento rescibo. 

{Éntranse cantando esta octava,) 

¡Oh!, valerosa dueña y fuerte escudo 
de aquesta tu familia atribulada, 
pues tu prudente lengua vencer pudo 
el ánimo feroz y gente armada. 
Al hijo de Isaí tornaste mudo; 



En el original «te confieso». 



AUTO DB NAVAL Y DE ABÍGAIL 369 

SU daño mitigaste y mano airada; 
librando de la muerte á tu marido 
cobraste nombre illustre esclarecido. 
(Entran dos criados de Abigaily David.) 

CRIADO 

David, capitán valeroso: Abigail, mujer de Naval, 
á saludarte invía, y te avisa como después de parti- 
da de tu presencia halló á su marido en una suntuo- 
sa comida, el cual de su venida á ti nada supo, ni se 
lo quiso revelar, á causa de no hallalle en su juicio 
del pasado banquete, hasta otro día que estaba en su 
acuerdo, el cual desque supo del pequeño servicio i, 
que finalmente murió al décimo día. Débeste ale- 
grar, pues por la divina mano fuiste vengado. 

DAVID 

Bendito sea el Sumo Dios de Israel, Dios de Isac, 
Dios de Jacob, nuestros padres primeros, pues su 
poderoso brazo ha peleado hoy por mí este día; por 
lo cual id vosotros á saludar [á] Abigail de parte mía 
y decilde que se alegre y dé gracias al Señor, pues de 
tan rústica compañía la ha libertado; y demás desto, 
que tenga por bien de acetarme en su gracia tomán- 
dome en cuenta y lugar de su ligítimo marido, en el 
^ cual grado, si contenta es, yo la rescibo. 

I SOLDADO 

I Yo voy hacer lo que mandas. 

I ^ Falta algo :1a razón de la muerte de Naval. 

T. n 24 



370 OBRAS D£ LOPB DB RUEDA ' 

DAVID 

Guieos Dios. 

{Llegan donde está Abigaü.) 

SOLDADO 

Abigail, prudente dueña: David, capitán nuestro, 
á ti nos envía con humilldes saludes. Date paz de su^ 
parte y dice que no te debes entristecer demasiado 
por la muerte de tu marido, antes te alegra, pues 
Dios te ha libertado de tan rústico hombre. Y más 
dice que tengas por bien de aceptalle en tu gracia, , 
queriéndole tomar en cuenta y lugar de ligítimo ma- , 
rido, en el cual grado él te rescibe y aceuta. 

ABIGAIL 

Aparejada está la dueña y sierva no solamente 
para casar con su señor, mas para lavar los pies á sus 
criados. 

VILLANCICO 

David, como tiene amores, 
aunque en la campaña está, 
por aplacar sus dolores 
por silbos sospiros da. 
Dejóle tan ^ quillotrado 
la prudente Abigail, 
que su corazón viril 
á la dama ha subjetado. 



En el original «tran». 



AUTO DE NAVAL Y DE ABIGAIL 37 1 

Trae su ser tan trastornado 
que adondequiera que está, 
por aplacar sus dolores 
por silbos sospiros da. 
No tiene quien le consuele, 
que á su mal nada consuela; 
él mismo entre sí se duele 
porque no hay quien del se duela; 
al mejor dormir desvela 
en su lecho dondestá; 
por aplacar sus dolores 
por silbos sospiros da. 



FIN 



AUTO DE LOS DESPOSORIOS 
DE MOISÉN 

FIGURAS 
MOISÉN.— UN BOBO. — DOS VILLANOS.— UN VIEJO.— 
Y OTRO MOZO.-SÉFORA.— GETRONA.— GETRÓN, SU 
PADRE. 

ARGUMENTO 

Aqui os trairé á la memoria, 
si acaso atención se tien, 
para que se entienda bien 
una divinal historia 
del gran profeta Moisén. 
Trata de cuando huyó 
de poder de Faraón, 
porque á un egipcio mató, 
y cómo á Madián llegó, 
do le avino otra quistión. 
Y es que como caminaba 
á pie, un pozo topó 
á do bebió y apagó 
la sed grande que llevaba 
y á descansar se llegó. 
Pues dos doncellas vinieron 
[á] aqueste pozo abrevar 
sus ganados, y estorbar 



L 



DESPOSORIOS DE MOISÉN 373 

dos villanos les quisieron 
el agua que querían dar. 
Pues como Moisén lo vio 
á los villanos ha echado 
del pozo muy enojado 
y á las mozas ayudó 
á dar agua á su ganado. 
Y acabado de abrevar 
vanse á su padre Getrón 
y cuéntanle la quistión. 
Getrón las torna á enviar 
á que llamen tal varón. 
Pues siendo Moisén venido 
Getrón le ha las gracias dado, 
y para guardar ganado 
el Getrón le ha recebido 
y con su hija desposado. 
Esta representación 
será la que aquí harán, 
pues para ello prestarán 
la sosegada atención 
y las faltas suplirán. 
{Entra Moisén,) 

MOISÉN 

Gran Dios de los padres nuestros, inmenso Hace- 
dor y Reformador Supremo de la celeste ^ y terrena 
corte, guía y guarda soberana, confiados en tu benig- 
nidad y benivolencia muchas é infinitas gracias doy 



En el original «celestre»* 



374 OBRAS DB LOPB DB RDBDA 

á tu divina Majestad, pues siempre en todo y por 
todo me has sido favorable, ansí en me guardar y 
conservar la vida en mi pueril y tierna niñez, como 
en el sacarme del poder de Faraón y manos de mis 
enemigos, trayéndome guiado de tu soberana volun- 
tad á Madián, mi consanguínea tierra, adonde, segu- 
ro de los que mi muerte desean, habitaré el tiempo 
que tu deidad me otorgare, aunque al presente la 
sed y calor me aquejan. Y si este tu mínimo siervo 
de ti no es socorrido con el agua de tu gracia, mi 
spíritu fatigado ningún consuelo spera. 
{Entra el villano solo.) 

BOBO 

¡Ahora ofrezco á la mala güeste tan endiabrada 
moc hacha! Mira, mira, señora Ginebra ó Ginebrada: 
yos juro á los santos de Dios que por sólo esos dom- 
bres me tengo de aborrir é irme por esas Itallas ó por 
esas Andalucías. ^Entendéislo? 

MOISÉN 

De Dios me ha venido este villano. ¡Hola! — ^Á 
quién digo? 

BOBO 

jSicasl ¡Hombre soy y seré y lo tengo de ser y 
vengo de casta de sello para irme á esas Boloñas sin 
sofrir que una mochacha golosa, raída, desvergonza- 
da, me esté á mí echando impodios é poniendo dom- 
bres. 

MOISÉN 

Vení acá, buen hombre; reportaos un poco. 



DESPOSORIOS DR MOISÉN 375 

BOBO 

. Déjeme vuesa merced,, que vengo ensañado con 
un demonio de una rapaza que mi amo Getrón en 
casa tien. 

MOISÉN 

iQué! ¿Getrón es vuestro amo? 

BOBO 

Á pro y honra suya. 

MOISÉN 

Cubrios, hermano. 

BOBO 

No haré en verdad. Beso las manos de vuesa 
merced. 

MOISÉN 

Cubrios. 

BOBO 

Beso las manos de vuesa merced. 

MOISÉN 

Cubrios y decime, si fúeredes servido, cómo es 
vuestra gracia. 

BOBO 

Yo, señor, llamóme á merced de su mandado y 
para pro y honra de todos los buenos, Esteban Sán- 
chez Merino de Alvarado, hijo legétimo de Juan An- 
tón Merino y de Olalla López de Alvarado, la Papuda, 
que Dios perdone, y criado lealísimo de Getrón, mi 
amo, por mar y por tierra. 



376 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

MOISÉN 

Por muchos años y buenos. Pues ¿adó camináis 
con ese cántaro? 

BOBO 

Yo se lo diré á vuesa merced. ¿Cómo es su dom- 
bre? 

MOISÉN 

Yo Moisén me llamo. 

BOBO 

Pues mire vuesa merced, señor Moisén me llamo: 
en casa de mi amo hay una muchacha golosa, pere- 
zosa, dormilona, chismosa, parlera, bellaca, para 
poco. ¿Cuántas tachas he dicho? 

MOISÉN 

No sé; como ocho ó nueve. 

BOBO 

No, no; errado me he, que novecientas y tantas 
bellaquerías son las que tiene, y sobre todas espa- 
ciosa como todos los diablos, y como se tarda en los 
mandados no la osamos inviar por cosa alguna, y ansí 
hácenme á mí venir encantarado, que no parezco sino 
mochacho aprendiz de zapatero pobre. 

MOISÉN 

Y ¿está muy lejos la fuente? 

BOBO 

No, señor; que no está de vuesa merced aun dos 
leguas. 



DESPOSORIOS DE MOISÉN 377 

........—...............« ■. ^.......... ...................... m>~...~............>.^ 

MOISÉN 

Pues placer recebiré ^ me la mostréis si fuérdes 
servido. 

BOBO 

Eso, venga vuesa merced. ¿Ve este pozo? 

MOISÉN 

Sí, muy bien. 

BOBO 

Pues zámpese dentro á somorgujo y, aunque yo lo 
ayune, beba hasta agotalle, y por otra tal á la salida 
se saque este cántaro lleno. 

MOISÉN 

Mostracá, que desde aquí le alcanzaremos. ¿Parí^. 
qué me asís del pie? 

BOBO 

Para que si, lo que Dios no quiera, vuesa merced 
dentro cayere, sacalle ajorro como á borrico lerdo 
abarrancado. 

MOISÉN 

Soltá, que no hayáis miedo. Y decí: ¿ésta es buen- 
agua? 

BOBO 

Sí, señor; que della beben las bestias. 
(Beóe Moisén.) 



^ En el original «recibiréis». 



37^ OBRAS DB LOPB DB RÜBDA 



BOBO 



|Fas0, pasol ¿Ansí encharcar en agua? Creo que 
piensa beberse cántaro y todo. É muestre acá, que 
me he tardado. ^Manda vuesa merced otra cosa? 

MOISÉN 

No, hermano; questo os agradezco. 

BOBO 

Pues á Dios, 

MOISÉN 

Él OS acompañe. 

BOBO 

Ansí haga á vuesa merced. Beso las ízanos de su 
■ mercé. Perdone vuesa merced. Quédese vuesa mer- 
ced. 

MOISÉN 

Anda, anda con Dios, A ti, Hacedor Supremo, doy 
muchas é infinitas gracias y loores, pues ansí me has 
favorecido y regalado con el agua de .tu clemencia. 
Y ¡qué sabroso * estabal Bien parece que de tu divina 
mano me ha sido inviada y proveída; y pues ya la 
" sed he mitigadOj quiero descansar del largo y fatiga- 
do caminOj en tanto que las calores sus bravas fuer- 
zas pierden. ¡Sus!, aquí me recuesto. Dios sea en mi 
guarda* 
{Échase Moisén d darmir y salen los dos villanos,) 



* Asi en el originai 



DESPOSORIOS DE MOISÉN 379 

MOZO 

Á buen t i e mpo hemos llegado, pues aquellas resa- 
bidas hijas de Getrón no han venido á dar agua á sus 
ganados; cuanto más que aimque vinieran, no pasara 
la burla del otro día. 

VIEJO 

¡Oh, más que gentil comedimiento! ¡Dejarles, hom- 
bre, dar agua á sus manadas y agotar y enturbiar el 
pozo! En fin, son mujeres y no pueden dejar de ser 
atrevidas. . 

MOZO 

Desembracemos los gabanes y cayados y empece- 
mos á hinchir las canales de agua, que ya la siesta se 
acerca cuanto puede. 

VIEJO 

Bueno está ahora el pozo. Ve tú y aballa las mana- 
das, y entretanto trairé yo la soga y caldero. 

• MOZO 

Que no es menester sino darnos priesa á sacar 
lagua, quel ganado la sed lo hará venir á su acostum- 
brado abrevadero. 

VIEJO 

¡Qué bien das de los negocios! Y ^no podría alguna 
res quedarse abarrancada ó rezaguera donde, no ati- 
nando con las demás, se nos perdiesen como suelen? 

MOZO 

Pues ¡sus!; daos priesa á sacar agua, y si Séfora 



38o OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

viniese y sus hermanas, decildes que se aguarden 
doce ó trece horas, que por agora no hay rancho. 

VIEJO 

Deso bien puedes dejarme el cargo. 
{Despierta Moisin.) 

MOISÉN 

¡Válame Dios y qué pesado me levantol 

VIEJO 

(Ay Dios! Y ¿quién anda allá de zaga? 

MOISEN 

No tengas miedo, buen hombre. 

VIEJO 

Acabe ya vuesa mercé; hable como ha de hablar y 
no coja á los hombres descuidados. 

MOISÉN 

Yo, hermano, como he de hablar hablo. 

VIEJO 

jAnde ya! Arroja á hurtadillas un sospirazo con 
tanto estruendo que naturalísimamente pensé que 
cualque estantigua me hable tragado. 

MOISÉN 

Pues no lo penséis, sino sosegaos y llegaos acá, si 
os place. 

VIEJO 

Placer grande le dé Dios. <De dónde bueno es su 
mercé? 



DESPOSORIOS DE MOISÉN 3S1 

MOISÉN 

Hermano, en Egipto fué mi nación. 

VIEJO 

^En Egipto? ¡Oí! Luego <ladrón será su mercé á 
razón? 

MOISÉN 

^Yo? ¿Por qué? 

VIEJO 

Porque salvante honor de vuesa merced, y perdó- 
neme sus ausencias, do al diabro el gitano he visto 
en mi vida que no peque un poco de ciquibaile, que 
en gramátula quiere decir latro latranis, por sermo 
sermonü. 

MOISÉN 

Pues yo, hermano, no lo soy, que de muy mejor 
cepa deciendo. 

VIEJO 

^De cepas? |De buena casta vienel Y. ¿de qué ve- 
duño? ¿Es albUla ó Jaén? 

MOISÉN 

No lo entendéis, hermano; que cepa en vuestra 
tierra quiere decir linaje. 

VIEJO 

"¡Andar, andar! Y ¿á qué viene vuesa merced por 
esta tierra? 

MOISÉN 

A buscar, como los otros, ventura. 



5^3 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA 



VIEJO 

iVálame Dios y qué hará de pensar allá la señora 
su madre y sus parientes si se ha ido á la guerral Y 
dígame: ^no se habrá mudado camisa desde que par- 
tió de su tierra? 

MOISÉN 

No, hermano. 

VIEJO 

Peligrosa cosa es para esta tierra. 

MOISÉN 

^Cómo ansí? 

VIEJO 

Porque acá, en trayendo el hombre la camisa arriba 
de ocho 6 quince días, Dios os guarde. 

B^OISÉN 

¿De qué me ha de guardar? 

VIEJO 

De guüfes, 

MOISÉN 

Nos entiendo. 

VIEJO 

De piojos, que os comerán vivo, 

MOISÉN 

Deso no tengáis pena; sino si tenéis alguna provi- 
sión con que proveerme recebirlo he en cortesía. 

VIEJO 

No sé, pardiós. Espere, veré si hay algo. ^Comería 



BBSPÓSORIOS DE MOISÉM 383 



ahora vuesa' merced un muy buen pedazo de pan 
blanco con tanto tocino dp la nalgada? 

MOISÉN 

Yo sí comería por cierto. 

VIEJO 

Pues ¿por qué no se lo traía vuesa merced hapia 
acá en unas alforjas? ^. 

MOISÉN 

¡No está malo el donaire del buen viejo! ¡Buen con- 
suelo es ése, por mi vidal Bien merecéis se os agra- 
dezca. 

MOZO 

¡Ea, eal ¿Quéspacio es ése, que viene ya el ganado 
é. más andar y creo no habéis sacado gota de agua? 

VIEJO 

Ni aun casi que mudádome de aquí. 

MOZO 

Con tal cuidado medraremos hacia atrás 2. Pues ¿en 
qué habéis entendido? 

VIEJO 

. Tópeme con este señor, que no debiera, y de una 
patraña en otra, se me pasó de la memoria de ir por, 
el caldero. 

MOZO 

Y ¿quién es el señor, qu€ Dios le guarde? 



^ En el original «alírojas». 
^ En el original «tras». 



3S4 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA 

VIEJO 

Atii es un dimoño de gitano, muy hombre de bien. 

MOZO 

Y {á qué bueno viene por acá? 

VIEJO 

A buscar si hay cualque borrica desmandada para 
tener que trocar y vender, que, loado Dios, deso 
viven. 

MOISÉN 

Hermano, haced vuestra hacienda, y pocas pláticas 

conmigo, 

MOZO 

Yos doy fe que si vagar tuviera, que había de abu- 
rrir á la corregüela dos ochavos. 

VIEJO 

[Ojo, ojo!; ¿no ves á Séfora y á su hermana? 

MOZO 

Y Esteban también viene con ellas. 

VIEJO 

Escuchémoslas á ver que, ausadas, quellas vengan 
retronicando de las trónicas que suelen. 
{Entran Séfora y Getranay el Bobo) 

GETRONA 

Alarguemos el paso, Séfora hermana, por que cuan- 
do lleguen al pozo nuestras carillas con los ganados, 



DESPOSORIOS DE MOISÉN 385 

nosotras, con nuestros cántaros, tengamos las canales 
proveídas, para que, en llegando, abreven las ma- 
nadas. 

SÉFORA 

Vamos, que ya el sol se encumbra cuanto puede y 
las simplecillas ovejas con la sed y calor vernán al 
acostumbrado abrevadero. 

BOBO 

Mira : ¿queréis vosotr^ una y i buena? 

SÉFORA 

Y ¿qués? Á ver; veamos. 

BOBO 

Decía yo que para no haber de andar sacando 
agua cada día, que nos llegásemos al pozo y en lle- 
gando la oveja, atalla por el pescuezo y zampalla 
dentro y tenella allí dos horas zabullida y poderá la 
sed por más de quince días. 

SÉFORA 

El parescer es tal cual el letrado. 

GETRONA 

Probémoslo en ti primero. 

BOBO 

iPardiezI, que á ser de vino el pozo, que yo holga- 
ra dello; mas en ser de agua, no me encaja. 



^ Falta algo: acaso «idea», «invención», ú otra semejante. 
T. n 25 



$86 OBRAS DE LOPB DB RUEDA 

SÉFORA 

Y el por qué, di, hermano Esteban. 

BOBO 

Porque desde que un tío mío murió empozado es- 
toy mal con todos ellos. 

GETRONA 

Séfora hermana, aguijemos, que si no me engaño, 
los porfiados villanos veo al pozo, y no será mucho 
queremos estorbar el agua, como suelen. 

BOBO 

^Cómo estorbar? Juro al cielo de Dios, que os les 
embroque yo todo el pozo en la cabezal 

SÉFORA 

Calla, tonto, que en tal caso, la buena crianza 
puede mucho; cuanto más que viéndonos mujeres, 
los porná en obligación de tratarnos cortesía. 

GETRONA 

Ahora en buen pie alleguemos; mas yo sospecho 
que no reina en ellos cortesía ni miramiento alguno. 

SÉFORA 

Nuestro poderoso Dios los guarde, mis señores. 

MOISÉN 

Ansí haga á las honestas y graciosas pastoras. • 



DESPOSORIOS DB MOISÉN 387 

BOBO 1 

Las palabras como las quisiéredes; mas las obras, 
doilas yo á la ira mala. 

MOISÉN 

^•Por qué lo dice el buen viejo? 

VIEJO 

Porque estas senoretas siempre se adelantan á 
gastarnos el agua sin resplaute y miramiento, y des- 
pués los otros que los papen duelos. 

MOZO 

No, que desta vez una por una nosotros daremos 
agua á nuestros ganados, y si después sobrare... Si no, 
bostecen. 

MOISÉN 

No tenéis razón; que á las mujeres justo es se les 
tenga cortesía. 

VIEJO ' 

{Cortesía de mi padre! ^Está aquí el honibre seis 
horas por dar agua á su ganado y habemos de con 
sentir quellas lo tomasen? ¡Malos años que tal hagan, 
aunque más vengan con sus manos lavadasl 

BOBO 

^Qué cosa es lavadas? No las traemos sino sucias, 
y juro á los santos que hemos de tomar el agua y aun 
llevamos pozo y todo. 



Así en el manoscríto; pero debe de ser ViBjo. 



388 OBRAS DB LOPB DB RUEDA 

MOZO 

. Pues si yo apaño el gabán y mi cayado, á vos y á 
ellas yo os haré que toméis, mal de vuestro grado, 
las afufas. 

MOISÉN 

Mira que no haréis, questoy yo de por medio. 

SEÑORA 

. ¡Oh, mal mirados y descomedidos rústicos I ^Por 
qué no tenéis miramiento á quien está delante? Pues 
ya que por nosotras no lo merezcamos, por su res- 
peto y valor habíades de catarnos cortesía. 

VIEJO 

La cortesía que os cataremos es que os tiréis luego 
á la hora de aquí. 

MOZO 

Y si no queréis, espera, que á garrotazos os hare- 
mos que hagáis por mal lo que por bien no habéis 
querido. 

MOISÉN 

Tira, villanos descomedidos. ¿Y delante de mí se- 
mejante villanía y descomedimiento? Tira afuera y 
no me volváis más [á] aqueste pozo si no queréis 
morir por ello. 

BOBO 

Ansí; déles vuesa merced á los hi de ruines. Mas 
¡qué presto las tomaronl 
{Echa Moisén d los villanos del pozo.) 



DESPOSORIOS DB MOISÉK 389 



SÉFORA 

En gran merced tenemos, señor mío, la merced 
que, sin merecerlo, de vos habemos rescebido; pues 
ha sido tal y tan grande, que no siento valor ninguno 
con que pagárseos pueda. 

GETRONA 

El alto y poderoso Dios se lo pague, pues á nos- 
otras, como pobres pastoras, nos falta el poder, fuer- 
zas y riqueza para satisfacer un bien tamaño. 

BOBO 

Mire, señor, no tenga pena, que la señora Séfora 
en cociendo le hará un bollo mantecado que de puro 
sabroso se coma tras ello las manos. 

MOISÉN 

Óyete, hermano. Discretas y graciosas zagalas, no 
hay que agradescerme; que vuestro valor, ser y ho- 
nestidad todo el merecer se trae consigo; sino que, 
pues ya los rústicos villanos nos han dejado el pozo, 
demos orden como vuestro simple ganado se abreve, 
que yo quiero ayudar mi parte. 

SÉFORA 

Eso es ya querer del todo echarnos cargo. 

GETRONA 

Baste la sobrada merced que s^ nos hizo; no cure 
de tomar más pesadumbre. 



390 OBRAS DE LOPB DE RUEDA 

MOISÉN 

; Hermosas doncellas, pesadumbre en esto no hay 
ninguna, que antes yo lo tomo en pasatiempo. 

^ BOBO 

Pues jsusl, saque agua, que las tres ^ la llevaremos 
al ganado. 

MOISÉN 

¿Pues adó se ha de llevar? 

GETRONA 

Aquí detrás bebe en las canales. 

MOISÉN 

:■ Pues en nombre de Dios, toma y camina presto. 

BOBO 

Amuese ése y dése prisa. 

MOISÉN 

, He aquí otro. 

, GETRONA 

Venga. 

MOISÉN 
c 

Y éste, ¿quién le ha de llevar? 

SÉFORA 

Yo, que me viene de derecho. 

MOISÉN 

Pues tome, mi señora, y vaya luego. 
^ Asi en el manuscrito. 



DESPOSORIOS DE MOISÉN 39I 



BOBO 

i ^Cuantis si aqueste anda y va no será mucho que 

i se beban pozo y todo? 

MOISÉN 

^Pues tanto beben las manadas? 

BOBO 

¿Beber?, ¡mi padrel ¡Pardiez, no me quiten del pen- 
samiento son que,han almorzado tocino según beben! 

, MOISÉN 

Pues jaltol, camina presto ahuera, que llevo aceite. 

GETRONA 

Esteban, date prisa, que con otro camino acaba- 
remos. 

BOBO 

Ansí quiera Dios que sea. 

GETRONA 

Mi señor, tome y perdone. 

MOISÉN 

Mi señora, no hay de qué, pues según mi deseo, 
esto es poco. 

SÉFORA 

Anda, hermano, que con esto tienen harto. 

BOBO 

¡Oh, bendito Dios, que nos sacó de aguaderos! 



^^-^íSA*. 



393 OBRAS DB LOPB SB ROBDÁ 

MOISÉN 

Pues no han bebido mucho. 

- BOBO 

Antes estas nuestras ovejas me parece que son 
como los pollos de Marta, que no han comido y dan- 
Íes agua. 

GETRONA 

£a, Séfora; caminemos, que ya los ganados van 
contentos y guiándolos nuestras hermanas á sus 
acostumbrados pastos. 

MOISÉN 

¡Qué!, ¿más hermanas tienen? 

SÉFORA 

Señor, sí; otras cinco sin nosotras, que apacientan 
los ganados de mi padre. 

MOISÉN 

Muy mucho verlas quisiera. 

SÉFORA 

Señor, si deso eres servido, acude en casa de Ge- 
trón, nuestro padre, que allí se te hará el acogimiento 
posible, siquiera para en recompensa de la merced 
rescebida, y con esto vee lo que nos mandas. 

MOISÉN 

Que me mandéis, pues la voluntad que me mos- 
tráis pone obligación para serviros. 



DESPOSORIOS DE MOISéN 59$ 

GETRONA 

Mi señor, Dios te acompañe. 

MOISÉN 

Y vaya en vuestra compañía. 

BOBO 

Adiós, adiós, señor, que las tomamos. 

MOISÉN 

En tus benditísimas manos. Dios y señor mío, me 
pongo y encomiendo para que de mí hagas y orde- 
nes lo que tu sagrada majestad por bien tuviere, 
¡Sus!, aquí me quiero recoger detrás deste cerro, en 
tanto que de la voluntad Suprema soy guiado. 

(Aguí ka de haber un entremés y salen Getróny sus 
dos hijas.) 

GETRÓN 

Ansí, hijas, que me contáis quese varón os hizo 
tanta cortesía en libraros desos villanos rústicos. 

SÉFORA 

Señor, no sólo librónos dellos, mas él por sus pro- 
pias manos sacó el agua para los ganados. 

GETRÓN 

Por cierto quél nos ha puesto en tanta obligación 
con lo que hizo, que será justo, si como me decís es 
extranjero, que las dos volváis á él y saludándole de 
nuestra parte, á nuestra casa le traigáis, donde re- 
pose y coma de mi pan; que quien tanto bien os 



394 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA 

hizo, no es justo le gratiñquéis tan mal la buena 
obra. ¿Y á qué parte quedaba? 

BOBO 

Ahí quedaba recostado tras un cerro, que no pá- 
resela sino mastín cansado de morder guzquejos. 

GETRÓN 

Pues id, hijas, y llamalde, que Esteban y yo espe- 
raremos. 

SÉFORA 

Pues sea ansí, señor, como lo mandas. 

BOBO 

Quédele á la mala güeste; no le invíe á llamar. No 
metamos ruido en casa. 

GETRÓN 

¿Pues por qué, Esteban hermano? 

BOBO 

Porque, pardiez, si se enojase, según es de enco- 
raznado, que se alce con la casa y todo á puro palo. 
(Ag^ui llegan do está Moisén,) 

SÉFORA 

Noble señor: Getrón, nuestro padre, te saluda y 
ruega, si acaso no lo has por pesadumbre, con las 
dos á nuestra casa te llegues, á do recebirás el alber- 
gue acostumbrado, aunque no tal como para tu per- 
sona se requiere. " 



DESPOSORIOS DE MOISÉN 395 

MOISÉN 

Habéis, señoras mías, con tanta gracia el ^ me ha- 
cer merced, que sería demasiada ingratitud no rece- 
birla. 

GETRONA 

Pues, mi señor, alarga el paso, que nuestro padre 
es aquel que allí paresqe. 

BOBO 

¡Ojo, ojo! Hele aquí el aporreaganaderos. Sea su 
me[r]cé muy bien venido. 

SÉFORA 

Señor padre, ves aquí de quién recebimos el favor 
pasado y cortesía. 

GETRÓN 

Alzaos, señor mío; que bien parece que de seme- 
jante persona, aspeto y parescer habían de brotar 
tan buenas obras. Abrazadme y recibidme en lugar 
de propio padre, pues con menos no se paga vuestro 
buen comedimiento. 

MOISÉN 

No con menos contento del que muestras en el 
rescebirme acepto tan sobrada merced, y me ofrezco 
como humillde siervo á tu servicio. 

GETRÓN 

. Al de Dios estéis vos muchos años. Mas decidme, 
* Así en el original. 



396 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

si acaso no os es molesto y enojoso, vuestra descen- 
dencia y nacimiento y el estirpe y línea donde venís. 

MOISÉN 

Yo te lo diré, si el atención se me concede. Sabrás, 
señor, que como los hebreos están presos y cautivos 
so el poder de Faraón, el cual, enojado porque nues- 
tro linaje se multiplicaba tanto, mandó á las coma- 
dres y parteras que matasen los varones y que las 
hembras reservasen. Pues yo vine á nacer en aquel 
tiempo, y por no me matar, mi madre me tuvo tres 
meses escondido, al cabo de los cuales, por miedo de 
la pena, me echó en una cesta betunada por el río, 
adonde me vino á ver y prohijar la hija del rey, y po- 
niéndome por nombre Moisén, porque del agua me 
había tomado. Pues estando ya en la edad que veis, 
viendo maltratrar á mis hermanos, procuré de defen- 
dellos, y dime tal maña que le quité la vida á su con- 
trario, por la cual muerte fué mi venida á esta tu pa- 
tria y tierra de Madián, donde prometo y juro em- 
plear mi vida en tu servicio. 

BOBO 

¡Ojo! Éste talle tiene de quedarse en casa. 

GETRÓN 

Habéis, hijo Moisén, mostrado tanto vuestro ser y 
valor, ansí en el aspeto de vuestra persona, como en 
la medida de vuestra plática, que no sólo me convida 
á ofreceros mi casa y hacienda, mas á entregaros á 



DESPOSORIOS DB MOISÉlf 5^7 

Séfora, mi hija, por esposa y mujer, si vos deiio fué- 
redes servido. 

MOISÉN 

Es tan grande merced para mí, que me hallo indig- 
no de merescer un bien tamaño; mas pues tú, señor 
Getrón, ansí lo quieres, yo por tal la recibo; y desde 
aquí te suplico que como á yerno y humillde hijo me 
des la mano. 

BOBO 

|Ta, ta! No faltan más de los confeites; quellos para 
en uno son. 

GETRÓN 

Hijo Moisén, llega y abraza aquí á vuestra esposa, 
pues yo por tal os la entrego. 

MOISEN 

Yo por tal la acepto y recibo. 

BOBO 

¡Hidepuja, si yo fuera el desposado, qué pecilgo 
le arrojara en un tobillo! 

GETRÓN 

Escucha, necio. Hijo, si os parece, entrémonos en 
mi aposento con un sabroso villancico en tanto que 
vuestras bodas con mayor triunfo y regocijo se cele- 
bren. Mas ^qué digo? Los músicos asoman; y pues á 



998 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

tan buen tiempo vienen, demos vuelta con ellos, so- 
lenizando tan propincuo parentesco y desposorio. 

OCTAVA 

Suba el alegría hasta el cielo, 
hinchendo montes, riscos y collados, 
pues hoy vemos juntarse acá en el suelo 
á Séfora y Moisén, los desposados 
con santo matrimonio y casto velo, 
y por gracia de Dios- son ayuntados. 
Adiós, adiós, illustre consistorio, 
que al auto hace fin el desposorio. 



FIN 



FARSA DEL SORDO 

CXDMIENgA LA FARSA LLAMADA DEL SORDO. 
EN LA QUAL SE INTRODUZEN LAS PERSONAS SI- 
GUIETES. VN PASTOR . Y VNA MOgA . Y BARTHO- 
LOME LOCO. VN HERMITAÑO . Y VN GALÁN . Y 
VN PAGE . Y VN VIEJO SORDO . Y VN BOBO. LA 
QUAL ES GRACIOSA Y APAZIBLE A TODOS LOS 
OYENTES. 

{Enira d pastar.) 

Dios os salve, mantenga, manténgaos á todos 
y elgran Rabadán que criarnos quiso 
nos dé su gracia y paraíso, 
que allá yo me vea metidos los codos. 

Con mucho hemencia 
os hago, señores, la mi reverencia, 
la cual me avezó mi padre Juan Pabro 
que fué desde niño en gran estabro ^, 
á hotas tenía muy huerte sapiencia. 

Mas iqué enamorado 
y qué paciente so, y qué revellado *, 
qué hombre polido, qué fuerte garzón, 
la cara tamaña como un tinajón! 

{Aqui ha de llorar,) 
Dios le perdone, que está ya finado, 
según que los cregos y la gente dice; 

^ «... un gran estabro» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 
' «rellanado» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 



400 OBRAS DB LOPB DB RUBOA 

dome á San Pabro si nada le hice, 
y algunos preguntan que de qué murió; 
yo les respondo que un mal que le dio; 
en ñn, no tengo ya quién me avise. 

Hoy hay pracentorío 
tanto como hizo Pedro Gregorio 
el día que con Branca á mí me casaron, 
que digo y redigo por San que me honraron. 
Zagales allí iban de todo el villorio 
de ver el quillotre tan bien ordenado, 
oyendo palabras, razones muy pocas, 
poniendo el sentido y abriendo las bocas. 

Por San Quillotrijo, que estoy espantado, 
malino de mí, 

que habrá doce años y más que nascí; 
por San Junco santo, según se me entrueja, 
que ando cantando, diciendo en la igreja 
«la sol fa mi re» y más que sabía. 
Sabía la Salve y el Ave María, 
y la Gloria Patrís, Spiritus Santos; 
abría más los labios, cantaba mis cantos. 
jOh, qué memoria! |Oh, qué ledanía! 

De aquesto soy fuera; 
ya tengo vivienda de otra manera, 
que guardo ganado por estos alcores 
sirviendo contino muchos señores 
y tengo mi hato en una ladera, 
y so ganadero 

y á veces pastor y á veces boyero, 
y á veces aquel que rige la fiesta, 



FARSA DEL SORDO 4OI 



y á veces aquel que bien lo demesta, 
y á veces nonada y á veces vaquero. 

Todo esto tengo; 
con ello me paro tan gordo y tan luengo 
cuanto, á mi fe, no puedes pensar, 
como cuenta Gregorio que está á mi mandar, 
la Puebla, Tomares, también Peromingo. 

Estad sosegados, 
sentados, quedicos, también reposados, 
hacerse vos ha una ensaladita; 
será recitada de vuestros criados; 
que poco y donoso 

más provecho hace que mucho y dañoso i. 
Las faltas, señores, que en ella sintieren 
emiéndenlas todas vuestras mercedes, 
y quedad vos todos con mucho reposo 2. 
{Entra la moza.) 

Es dicho muy de creer 

por donde cualquier se siga, 

que tiene mucha fatiga 
bien notado 

este dicho tan preciado : 

por cualquiera sinsabor 

harán que el que es señor 

á las veces es criado. 



^ «más valdrá que mucho y dañoso» en las ediciones de Alcalá 
y Sevilla. 

* «y quédense todos con grande reposo» en las ediciones de 
Alcalá y Sevilla. 

T. II 26 



403 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA 

Así por fala que man faltado ^ 
mis padres, ¡triste cuitadal, 
de contino esto á soldada, 
lo que nunca pensé yo. 

Y me veo 
mi rostro de lindo feo, 
cobrando muy mala fama, 
de señora vuelta en ama, 
lo que nunca jamás fué. 

Mi frescura, 
mi lindeza y hermosura, 
mis matices, mis colores, 
mataba siempre de amores 
á cualquier[a] que allí entraba. 

Dios loado, 
pues mi tiempo es ya pasado; 
cuando viva me nombraba 
nunca de contino estaba, 
si sentada en un estrado, 
no como agora hilando, 
el corazón como tinta 
para otro trabajando. 

Dios bendiga 
al que dijo : «Nadie diga 
desta agua no beberé.» ■ 
jAy, mezquina! ¿Qué haré? 
No sé, triste, qué me diga. 
jAy, cuitada, 

' En las ediciones de Alcalá y Sevilla se lee : «Así yo, pues 
han faltado.» 



FARSA DEL SORDO 



405 





cómo me siento turbada! 




Allí viene ciertamente 




Bartolomé el innocente; 




él es, itristel, <qué haré? 




Por aquí me esconderé 




y saldréme de repente. 




(A^ entra Bartolomé^ el innocente) 


Bartol. 


Dadnos, señores, por Dios, 




dadnos por Dios, buenas gentes. 




dadnos á los inocentes 




un pan ó siquiera dos. 




^Adó vas? 




¿Di, perrita, acá estás? 




¿Qué haces aquí, traidora? 


Moza. 


Envióme mi señora 




por una blanca de agraz 


Bartol. 


¿Para qué? 


Moza. 


Para guisar por mi fe 




allá en casa una cósica. 


Bartol. 


¿Por qué mientes, di, loquíta. 




mal dolor nunca te dé? 


Moza. 


iQué despecho! 




Bartolomé, ¿qué te has hecho? 


Bartol. 


Señora, vo á pedir pan. 


Moza. 


¿Qué haces lo que te dan? 


Bartol. 


En mis argenas ^ lo echo. 


Moza. 


¿Por qué mientes? 




Oye acá, no te destientes : 


* «arguenas» en las ediciones de Alcalá y ScviUa. 



OBRAS DB LOPB DB RUBDA 





^cuánto ha que no te vi? 


Bartol. 


Desde el día que os pedí 




por Dios á los innocentes. 


Moza. 


iQué perdido! 




¿Pensáis que me ha conocido? 




¿Dó me viste, perenal? 


Bartol. 


A la puerta del arenal ^ 




hartas veces os he vido 2. 


Moza. 


¿En qué casa? 


Bartol. 


En casa de una traidora 




á do me entro de rondón 




y me quitan el bordón, 




y allí dar cada rato y hora ». 


Moza. 


Ansí, ansí, 




no más por amor de mí. 


Bartol. 


Haz *, perraza. 


Moza. 


No consiento 




que hables cosas de viento; . 




anda, tírate de ahí. 


Bartol. 


Yo me quiero ir de aquí, 




porque un loco hace ciento. 


Moza. 


Di, enemigo. 




si me fuese yo contigo. 




¿dejarme hías mal caer? 


Bartol. 


No en buena fe, sino hacer 



^ «Á la puerta el arenal» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 
' En el original «visto». 

* Este verso, que parece defectuoso, está lo mismo en las otras 
dos ediciones. 
' <Ay> en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 



FARSA DBL SORDO 



405 



Moza. 



Bartol. 



Moza. 



Bartol. 



Moza. 



las obras como de amigo. 

^No lo veis? 
Eso, loco, bien sabéis, 
aunque os tienen por sabueso. 
Dios os guarde vuestro seso, 
eso poco que tenéis. 

Á bufar 1. 
Con ese tu loquear 
dices todo cuanto quieres, 
y doquier que ves mujeres 
no te haces sino entrar. 

lOh, bellaco!, 
que tomas el pan del saco 
y lo das sin más fatigas 
á las que son tus amigas, 
y con eso estás tan flaco. 

iQué feroz 
estáis, señorita, vosl 
No seáis así, señora, 
pues sabéis que cada hora 
de lo bueno se sirve Dios K 

Es verdad; 
pero si con falsedad 
has sido loco y te has hecho, 
más eres por tu provecho 
que no por tu simpledad. 



* «A bufear» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 
' Este verso se halla lo mismo en las ediciones de Alcalá y 
Sevilla. 



406 



OBltÁS DB LOPS DB RUBDA 



Bartol. Así, toquilla, 

yo vos tengo una cosilla 
cabe la mía guardada 
para cuando estéis tomada 
innocente acá en Sevilla. 

Moza. Primero 

plega aquel Dios verdadero 
en quien tengo mis haberes 
que te vea por entero 
muy más loco de lo queres. 

Bartol. ¡Plega aquel que nos crió 
que os vea mi compañera! 

Moza. Así se lo ruego yo; 
¡qué carcomal 

Bartol. ¡Mala rabia te comal ^ 

Moza. Bien dicen, no hay que dudar, 
por loca puede pasar 
la que con loco se toma. 

Bartol. Anda y ande; 

como á vos llevó la landre, 
á otras tan fantastiguillas 
las hemos visto asillas 
desde el tiempo de Alexandre. 

Moza. ¿No miráis? 

Bartol. Decí : <por qué no me dais 
siquiera un cornado entero? 
Todo es para el especiero, 



* ^ €0h, mala rabia os coma> en la edición de Alcalá. 
« Ohf mala rabia te coma» en la de Sevilla. 



FARSA DBL SORDO 



407 





traidora, cuanto ganáis. 




¡Oh, traidoras!. 




vosotras sois causadoras 




que hable yo esta razón. 


Moza. 


Pues toma este bofetón. 


Bartol. 


¡Ay, cuitadol 


Moza. 


^De que lloras? 


Bartol. 


El ojo me habéis quebrado. 


Moza. 


iCómo lloras con codicial 


Bartol. 


Yo me iré 




á quejar á la Justicia 




que vos prenda. 


Moza. 


Ve, ahorcado. 


Bartol. 


Sí haré. 


Moza. 


Ora ¡susl, Bartolomé, 




pues dices que soy bonita, 




cántame una cancioncita, 




luego contigQ me iré. 




(A^uí se salen j^ entra un ermitaño.) 


Ermitaño 


. ¡Oh, mundo desventurado. 




oh, desventurado mundo 1, 




quel que á ti es más allegado 




le metes en el profundo! 




Embaidor, 




Hialino, falso, traidor. 




lleno de mil liviandades, 




de traiciones, falsedades. 



^ Este verso y los seis siguientes faltan en la edición del mar- 
qués de Fuensanta del Valle. 



4o8 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

eres tan gran vencedor. 

Tus bravezas 
despidieron mis riquezas, 
mis tesoros y placeres; 
y también los mis haberes, 
mis galas y gentilezas, 

mis arreos, 
mis justas y mis torneos, 
todo, Dios sea loado, 
lo he perdido y cobrado 
sin andar más por arreos; 

Dios bendito 
me haga santo y contrito 
en aquesta religión 
y me dé su bendición. 

Ave María 
gracia plena y Reina mía, 
dominus tecum, Señora, 
benedicta cada hora i, 
fuiste y eres hoy en día, 

gran infanta 
in mulieribus y santa \ 
pan que todo el mundo presta s, 



1 «bendita tú en cada hora» en la edición de Sevilla. 

«bendita en cada hora» en la edición de Alcalá. 
' «... in santa» en la edición de Alcalá. 

«... es santa» en la de Sevilla. 
• En el original «para». «/*«» que á todo el mando presta» en 
la edición de Sevilla. Y lo mismo en la de Alcalá, pero añadida 
la interjección oh al principio, con lo cual resulta el verso largo. 



FARSA DEL SORDO 409 



abogada madre nuestra, 

que la Iglesia así lo canta; 
flor de flores, 

amparo de pecadores, 

eres bendita princesa 

santo ventris tui grandeza; 

Jesús, Santa María 

te llaman con alegría 

los que te tienen gran ley. 

Oh Virgen, mater Dei ^ 

Madre de Dios y mía 2 
y abogada 

de nuestra vida penada 

eres. Reina, nuestro bien, 

ora pro nobis preciada, 

pecatoribus, amén. 
{Aqui entra el Galán y dice) : 
Galán. Dios os salve. 
Ermitaño. ^Qués lo que, señor, mandáis? 
Galán. Padre mío, me digáis 

si habéis visto un mi criado 
por aquí. 
Ermitaño. En verdad que no le vi, 

que por cierto si lo viera 

al menos os lo dijera. 
Galán. Antes traigo grande pena. 

¡Oh, triste de mil, <qué haré? 

* «Oh Virgen y Afater Deh en las ediciones de Alcalá y Se- 
villa. 
> «Oh madre...» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 



410 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

¡Oh, cuitado!, ^dónde iré? 
(Oh, rapaz, mal siglo hayas, 
que contíno me desmayas! 
¿Dónde estás? 

Ermitaño. Jesú, hijo!, toma paz 

y no estés tan congojoso; 
vaya arriedro ^ Satanás. 
Querría de vos saber 
la pasión que vos aqueja. 

Galán. Es tal que no me deja 2 
sólo un punto con placer. 

Ermitaño. ¿Y por qué? 

Galán. Eso, padre, no diré, 

que no me es dado decillo, 
porque es tal el dolor mío 
cual jamás nunca pensé. 

Ermitaño. ¿Es quistión », 

braveza de corazón, 
ó sentís en vos dolores, 
ó vuestro mal es de amores? 
Decídmelo en confesión, 

que, en verdad, 
aunque estoy en edad * 
caminando por desiertos 
hice muchos desconciertos 



* «á redro» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 

' Así también en las ediciones de Alcalá y SeviUa. 

* «questión» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 

* «aunque estoy en esta edad» en la edición de Sevilla; «aun- 
que esto en esta edad» en la de Alcalá. 



FARSA DEL SORDO 4 1 1 



todos en la mocedad, 

y agora 
por causa de una señora, - 
la cual le pido perdón, 
tomé aquesta religión, 
causadora la traidora 

y enemiga. 
Galán. ¡Ay, padre, qué gran fatiga 

es amar donde se ofrece! 
Ermitaño. Eso es lo que enloquece 
y nos deja como á higa. 

El amor 
ya sabéis que es un dulzor 
para aquel que se le allega 
y después que se despega 
deja al hombre con dolor; 

porque vemos 
los que de amores sabemos 
que primero que alcanzamos 
nos morímos y penamos; 
á la ñn barco ^ sin remos. 
Galán. Mi tormenta 2 

no va con mal pensamiento, 
que si yo peno por ella 
es por casarme con ella 
y cumplir el mandamiento 

de aquel divino 

^ «barca» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 
* «tormento» en las ediciones de Alcalá y Seyilla. 



413 OBRAS DB LOPB DB RUBDJt 

sagrado Dios uno y trino, 
clara fuente singular, 
que esotro es un loquear ^ 
y locura y desatino. 

(Cuan dichoso 
me hallaría y venturoso 
si con ella me casase 
y por mujer la tomasel 
Siendo yo su propio esposo, 

¡qué más gloria, 
ni qué bien ni qué victoria 
pudo el hombre dar ni dio 
aquel Dios que nos crió 
que serville sin escoria! 2 

Padre honrado, 
sin haber comunicado 
con vos me huelgo en verdad. 

Ermitaño. Por la caridad 

que no estéis á tan penado *. 

Galán. Esta pena 

Téngola, padre, por buena, 
aunque estoy muy aflegido * 
y téngolo por partido. 

Ermitaño. ¡Qué tristura! 



^ «porque es otro es loquear» en la edición de Sevilla. 

* «que servirle con cordura» en las ediciones de Alcalá y Se- 
villa; pero la lección del texto copiado es la buena, 

' «que no estés á tan penado» en la edición de Alcalá; «que 
no estéis tan penado» en la de Sevilla. 

* «afligido» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 



FARSA DEL SORDO 4I3 



¡Oh, mundo, qué desventura! 
¡Cuan ciego, hijo, que estáis! 
Suplicóos que me digáis 
todo el caso por mesura. 

Galán. Soy contento. 

Ermitaño. Decí sin detenimiento, 
sin enojo y sin pesar, 
que al fin habemos ^ de penar 
en este mundo de viento; 

que bien sé, 
así Dios salud me dé, 
que aunque paséis tormento 
la carne no tien 2 sufrimiento 
según sé » que probaré; 

y por tanto, 
asi Dios os haga santo, 
me hagáis tanto placer * 
que sepa sin detener 
vuestra gran pena y quebranto. 

GalIn. Padre mío, 

vos sabréis sin más desvío 
que yo amo á una señora 
muy ingrata y traidora \ 



^ «heinos> en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 
' «tiene» en la edición de Alcalá, y «ha» en la de Sevilla. 
' «según úk^i^/ probaré» en la edición de Sevilla. En la de Al- 
calá lo mismo que el texto. 
^ «me hag^ ya tanto placer» en la edición de Alcalá. 
' «muy ingrata y muy traidora» en la edicióa de Sevilla. 



414 OBRAS DB LOPB DB RÜBDA 

Ermitaño. Este ^ es harto desvarío: 
¿es hermosa? 

Galán. Es una perla preciosa 
y de linaje excelente, 
es atal entre la gente 
no viciosa mas graciosa. 

Ermitaño. Eso es bueno 

Galán. Pues por eso, padre, peno 
y recibo gran pasión. 
¡Oh, mi vida y corazón! 

Ermitaño. ¡Oh, cómo cae gran sereno! 

Galán. Dios quisiese 

que mi paje ya viniese; 
¡cuánto placer me haría! 
Si viniese, yo sé que haría *. 
¡Oh, Jesús, y quien lo viese! 
(Entra el paje y dice): 
¡Oh 8, señor!, 
yo, tu paje, con dolor 
desde ayer te ando buscando, 
muy cuitado y aun penando 
en no ver tu resplandor; 

sí, á fe, 
y aun también le pregunté 
á Ginebro el maestre sala 
por él, ansí Dios me vala, 
y me respondió: no sé. 

^ «Ese» en las otras dos ediciones. 

* Lo mismo en las ediciones de Alcalá y SéVifift. 

' «Ahí' en las otras dos ediciones. 



FARSA DBL SORDO 



415 



Galán. 


jOh, rapaz!, 




cuando entiendo tener paz 




entonces esto enojado; 




<en dónde os habéis tardado? 


Ermitaño 


Señor mío, no haya más. 


Galán. 


Pasa aquí. 


Ermitaño, 


No más, por amor de mí. 


Galán. 


Ora jsusl, pase esto agora. 




^Fuiste á ver á mi señora? 


Paje. 


Señor, sí. 


Galán. 


^Pues? 


Paje. 


No la vi. 


Galán. 


Así, enemigo. 


Paje. 


No, .señor; esto te digo ^: 




que jamás la vide yo. 




ni menos á mí me habló. 




de lo cual yo soy testigo. 


Galán. 


¡Qué placer! 




<Qué, no la pudiste ver? 


Paje. 


No en buena fe para esta cruz *. 


Galán. 


¿Ni anoche ni esta siesta? K 


Paje. 


Que no, no. 


Galán. 


¿Qué puede ser? 


Ermitaño 


Hijo honrado. 



^ «No, señor, esto digo» en la edición de Alcalá. «No, sefk>r, 
esto que digo» en la de Sevilla. 

' Lo mismo en la. edición de Alcalá; en la de Sevilla sin el 
«no». 

* Este verso y lo que dice el Paje faltan en la edición de Se» 
viUa. 



4l6 OBRAS DB LOPB DB RU£DA 

quedaos á Dios de buen grada, 
que quiero ir á rezar ^. 
Galán. Quiéraos, padre, guardar 
aquel Señor poderoso. 

Rey del cielo. 
Dime, padre: ^qué consuelo 
sería bien que tomase 
porque de mí desechase 
á tan grande pena y celo 2 

como siento? 
Paje. Mi señor,' ese tormento 

que tienes en tus entrañas 
lo despidas, que te engañas 
no una vez, mas más de ciento 8, 

y reposes, 
y de tus placeres goces, 
pues eres tan avisado, 
porque el que es desvariado 
no hace sino dar voces. 

Tu tristura 
vuélvela toda en holgura 
y mira de donde vienes, 
y ruégote que no penes, 
que es vivir con amargura, 
y otra cosa, 

^ «que me quiero ir á rezar» en la edición de Alcalá; «que me 
quiero ir á cenar» en la de Sevilla. 

' «tan grande pena y recelo» en la edición de Sevilla. En la 
de Alcalá como el texto. 

- ' «no una vez, sino ciento» en las ediciones de Alcalá y Se" 
villa. 



FARSA DEL SORDO 



417 



Galán. 



Paje. 
Galán. 



Paje. 
Galán. 



que esa 1 dama tan hermosa, 
de gentil linaje y fama, 
¿qué sabes si no te ama, 
que es otro cantar con glosa? 

No me digas 
eso, porque me fatigas, 
que si ella no me amara 
nunca por ella penara. 
¡Oh, traidoras enemigas! 

Di, Cristalino : 
¿será bien, pues que no vino 
mi señora á me hablar, 
irte tú y yo quedar? 
Di : ¿cuál es mejor camino? 

¿De qué modo? 
Porque querría del todo 
contalla el caso de vero 
y decille como muero. 
Mas que se ponga del lodo. 

|Mal criado!; 
no seáis desmesurado, 
que os daré dos bofetones. 
Tú no sientes mis pasiones, 
mi congoja, mi cuidado, 

ni el clamor, 
ni la hiél, ni el dolor, 
que mi ánima rescibe, 
ni el tormento con que vive 



* «esa» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. En el original «es». 
T. II 27 



4l8 OBRAS DE LOPE DB RUEDA 

aqueste su servidor, 

ni la vida 
tan amarga y dolorida 
que vivo de cada hora 
en saber questa señora 
á los suyos siempre olvida, 

ni el cuidado 
que me tiene avasallado 
en mi desdichada suerte, 
ni menos sientes la muerte 
que por ella yo he pasado. 

Pero, di, 
oye por amor de mí, 
siente, pues eres discreto, 
mas has de tener secreto, 
y esto, paje, sea así. 

Ya has sabido 
como ando entristecido 
por amor de aquesta dama 
por ser de tan alta fama 
cual mujer nunca he servido. 
Paje. Ya lo sé. 

Galán. Oye, paje, por tu fe, 

no alterquemos dilaciones, 
porque el caso en dos renglones 
todo te lo contaré; 

y querría 
que dijeses si sería 
bueno que yo le hablase 
ó del todo la olvidase. 





FARSA DEL SORDO 


419 


Paje. 


Eso SÍ, por vida mía.. 




Galán. 


Olvidalla 
me será muy grande falla; 
mejor es á mi sentir 
una carta le escribir 
y que tú vayas á dalla. 




Paje. 


•Mas ¡qué gloria 
le darás y qué victoria 






si una carta le escribieses! 
Prométote le hicieses 
que perdiese la memoria. 




Galán. 


Escribamos. 




Paje. 


No es bueno lo que pensamos. 




Galán. 


Pues así quiero que sea. 




Paje. 


Y leyendo que la lea, 
luego venga le pongamos. 




Galán. 


jOh, gran hiell 
Vee si traes tinta y papel. 




Paje. 


Sí, señor, y escribanía. 




Galán. 


Escribe con cortesía 
aquel ^ gran panal de miel. 

Di : «Señora, 
> aunque te muestres traidora 
ȇ tu indino servidor 2, 
» suplicóte con amor 
»que no seas causadora 

>de mi pena. 





^ <á aquel... > en la edición de Sevilla. 

' -Falta este verso en la edición del marqués de la Fuensanta. 



420 OBRAS DB LOPB DB RUEDA 

»Pues tu vista me condena 
>á questé mal lastimado 
>en prisión aprisionado ^ 
»con grillos y cadena *, 

>lo que pido 
>no me pongas en olvido 
>y vuestra mercé me abone; 
»y también que me perdone 
>lo que la he deservido, 

»y provea, 

> señora, que yo la vea, 
»no durmiendo noche y día 
»con planto de Hieremía, 
»y no hay quien me provea. 

>Y así quedo 
>muy amargo y nada ledo 

> hasta ver la su presencia 
^haciéndole reverencia 

» rogándole venga luego.» 

¡Sus!, no más; 
esa carta cerrarás, 
y en dándola á mi señora, 
en aquese punto y hora 
con la respuesta vernás. 



^illa. 



* En las ediciones de Alcalá y Sevilla se lee este verso asi: 

«en persona aprisionado> 

La lección del texto nos parece preferible. 

' <con grillos y con cadena» en las ediciones de Alcalá y Se- 



FARSA DEL SORDO 



421 



Y tú ido, 
mira no seas sentido, 
para mientes y abre el ojo, 
que me harás grande enojo 
si no vas apercibido. 

Paje. Bien, señor. 

(Aguí entra un viejo sordo.) 

Sordo. cEn el arrabalejo 

junto á la arianzuela ^ 
hablé á la mozuela.» 

Galán. Ala 8, hermano, 

que te valga el Soberano, 
,jdó va á dar este camino? 

Sordo. Habrá una hora del molino 
cantando por esos llanos 8. 

Galán. Oye acá : 

^•este camino dó va? 

Sordo. Todo, mi fe, esta molido 

y anda el hombre desequido 
Santa Clara *. 

Galán. ;Qué pesar 

es pararse ^ hombre á hablar 
con villanos y patanesl 



^ «arrianzuela» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 
' «Hola» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 
^ «cantando por ese llano» en la edición de Sevilla. 
* Este verso, que sin duda está mal, se halla lo mismo en 1 
ediciones de Alcalá y Sevilla. 
" «ponerse» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 



422 



OBRAS DB LOPE DE RUEDA 



Torpe gente son gañanes; 

tórnale tú á preguntar. 
Paje. ¡Ah, garzón!, 

decírnoste sin pasión 

que dó va á dar esta senda. 
Sordo. No hay persona que 'os entienda. 
Galán, ¡Oh, qué simple bobarrón! 
Paje. ^-No oís? 

Sordo. No K 
Paje, Preguntamos si sentís, 

si vistes acá una dama. 
Sordo. <'Si dormí anoche en la cama? 

Que no sé lo que decís. 
Galán. ¡Qué albardadol 

Sordo. ^Decísme si he madrugado? 
Paje. ¡Oh, que no, pesar de Fez! 

Sordo. Sí, señor; den de las tres 

estoy casi levantado. 
Galán. ¡Qué fatiga! 

No hay quien aqueso diga, 

y él sino darle que dar. 
Sordo. <Qué tengo para almorzar? 

Tengo pan, tasajo y miga. 
Paje. Di, enemigo : 

^está el demonio contigo, 
, ó háceste adrede sordo? 
Sordo. Pienso que tendré bien gordo 

obra de un cahiz de trigo. 

* Sobra este «no» para la rima. 



FARSA DEL SORDO 



423 



Galán. 


¡Qué despecho! 




Sordo es de su provecho. 




Di : ^Jtráestelo por oficio? 


Sordo. 


Labrador á su servicio 




algo doliente del pecho. 


Paje. 


¡Derreniego 




de tal villano matiego! 1 




^Haces burla de nosotros? 


Sordo. 


Tengo una burra y dos potros 




con un asno medio ciego. 


Galán. 


¡Voto á tal, ques cosa fuerte! 


Sordo. 


Desde el año de la muerte 




cuido y pienso que ensordé. 


Paje. 


Siente en ti; 




aquella ciudad de allí, 




^cómo ha su nombradía? 


Sordo. 


Llámanme Pabro García 




desde el año que nascí 2, 


Galán. 


Por demás 




es tener con éste paz. 




Habíale alto á la oreja. 


Paje. 


. ¡ Ah, hombre de la pelleja! 




Que nos digas dónde vas. 


Sordo. 


^Adó vo? 




Agora os entiendo yo; 




al molino á moler trigo. 



* «matriego» en la edición de Sevilla. 

* «desde el día en que nací» en las ediciones de Alcalá y Se- 
villa. 



4^4 

Paje. 
Sordo. 

Paje. 

Galán. 

Sordo. 

Paje. 
Sordo. 
Galán. 
Sordo. 



OBRAS OB LOPB DB RUEDA 



Galán. 



(A^u¿ se 
cundo) 



¡Ofrézcote al enemigo! 

Ese parte en quien os parió i, 

ahorcadazo. 
Do al diablo el bellacazo. 
El traje cierto le ahonda. 
Guarda no saque la honda, 
no arroje un pelotazo K 
íQué, qué, qué? 
Guarda, que la sacaré. 
Cristalino, dale, muera. 
¡Oh, traidores!, fuera, fuera, 
que con ambos me terne. 

íEa, ladrones! 
^Cuidáis que vuestras razones. 
Por San Pedro, no entendía? 
Aunque sordo me hacía 
bien oía los baldones. 

¡Sus!, tiremos; 
aquí, paje, más no estemos; 
vamonos con alegría 
á ver á su señoría, 
que ha mucho que no le vemos, 
sale el galán y el paje y queda el viejo di- 



Lo mismo está este verso en las ediciones de Alcalá y Se- 
villa, sin más diferencia que decir «esa» por «ese» en la de Se- 
villa. 

* «no os arroje un pelotazo» en la edición de Alcalá; «y os 
arroje», etc., en la de Sevilla. 



FARSA DEL SORDO 425 



Dios loado, 
pues que soy aquí quedado, 
quiero, mía fe, sin tardar 
al momento oxear 
los pájaros del sembrado. 

Ora ¡sus!, 
|Oxe!, en nombre de Jesús; 
joxe!, dolas al diabro; 

¡tus, tus, tus! 

¡Oxe!, digo, 
¡oxe!, que coméis el trigo; 
las grullas están pesadas; 
¡oxe!, allá de las sembradas 
ó no 1 prega á San Rodrigo... 

¡Qué contienda! 
No hay zagal questo entienda. 
¡Oh, qué tengo en mí de envidia 
por Sjan de armalla con liria 2 
y quizá que yo los venda! 

¡Qué aviones, 
qué de grullas á montones, 
¡oh!, qué hay de abubillas, 
cogujadas, pezpitillas, 
urraquetas, gorriones! 

¡Qué despecho! 
No sé, mía fe, qué se ha hecho 



* Quizá debiera leerse «so» ó «son», que pide mejor el sen^ 
tido. 

2 «por San de armarle con lidia» en la edición de SeviUa; 
«por San de armalle con liria» en la de Alcalá. 



426 OBRAS DB LOt>B DE RUBDA 



mi hijo ^ Polidito, 
amigo mío, chiquito, 
cuitado que está en escuela K 

¡Qué rapaz! 
Veinte y cinco años y más 
ha que está puesto á leer, 
ora prende bachiller K 
¡Ofrézcolo á Satanás! 
Gran cantante, 
latino y estudiante * 
que no hay comparación. 
En cosa de tragazón 
más traga que un elefante. 

Enamorado, 
gentil hombre enrubiado s, 
querido de zagalejas; 
pues si entra en las igrejas, 
nunca está so destocado. 

I Qué presencial 
¡Qué meneo y continencia! 
regalado y bellaquillo, 
y su nombre es Polidillo, 



^ «hijuelo» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 

' «... en la escuela» las otras dos ediciones. 

' «para aprender bachiller» en las ediciones de Alcalá y Se- 
villa. 

. * «gran latino y estudiante» en las ediciones de Alcalá y Se- 
villa. 

* «gentil hombre engarzonado» en las ediciones de Alcalá y 
Sevilla. 



FARSA DEL SORDO 



427 





Polidillo el de Valencia. 




Ora andar, 




quiérole, mi fe, llamar. — 




¡Polidillo, Polidillol 




ven acá, hijo chiquillo. 




(Entra el óo6o.) 


Bobo. 


No quiero; queréisme dar. 


Sordo. 


No daré. 


Bobo. 


Decidme que no lo sé. 


Sordo. 


Entra, perro, acemilote. 


Bobo. 


^Daréisme con el garrote? 


Sordo. 


No, mi alma, no daré; 




ven andando. 


Bobo. 


Antes quiero entrar cantando. 


Sordo. 


Así, hijo Polidico, 




cántame un cantarcico. 


Bobo. 


No puedo, que esto tragando. 


Sordo. 


Canta y grita. 


Bobo. 


Taita, taita. 




eacasa queda mi mamita i; 




díjome que os viese, 




y que también os dijese 




como me dio la tetita : 




en casa queda mi mamita. 


Sordo. 


<Allá queda? 


Bobo. 


Y no hay quien con ella pueda. 




No ma hecho so reñir 



* Sin el «m¡», que también lo tíenen las ediciones de Alcalá y 
Sevilla, resultaría cabal el verso, sin padecer el sentído. 



428 



OBRAS DB LOPB DB RUBDA 





y empezóme á sacudir 




de bocados. 


Sordo. 


¿Dónde, hijo? 


Bobo. 


En los costados; 




no me hizo so morder. 


Sordo. 


(No te podiste defender? ^ 


Bobo. 


Que no, pregue ^ mis pecados, 




Dios bendito. 


Sordo. 


Amigo mío, chiquito, 




<y es verdad que ella te dio? 


Bobo. 


Sí, prega 3 quien os parió. 


Sordo. 


Acaba, hijo Polido, 




¡su5!, atama *. 


Bobo. 


Porque le dije yo: «mama. 




dame algo á merendar». 




no me hizo so azotar 




debajo de la su cama. 


Sordo. 


¿Y mordióte? 


Bobo. 


Sí, taita, cabe el cogote; 




sí, aquí junto á los lomitos 




y no hacía so dar gritos 




y decía «deja el capote». 




^{Vuelve el paje.) 


Paje. 


Hola, hermano. 


Bobo. 


¿Qué decís? 



* Lo mismo en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 

* «pesia» en la edición de Sevilla. 

■ «pese á» en la edición de Sevilla. 

* Así también en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 





FARSA DEL SORDO 


429 


Paje. 


^A mi amo el maestresala 
habéis visto por aquí? 




Sordo. 


No, mal grado. 
Apartad de lo sembrado 
que nos echáis á perder • 
cuanto habemos trabajado. 




Paje. 


Perdona, que no miraba. 




Bobo. 


Salí acá, pregue i á San Pico, 
^no ves que está eso sembrado 
y mi taita reñirá? 




Sordo. 


Calla tú. 




Paje. 


[Oh, válasme buen Jesú! 
iQuién supiese dó está agora! 
¡Oh, Virgen nuestra Señora! 




Bobo. 


¡Hucha, hucho! 2 




Sordo. 


¿Vas á caza? 




Bobo. 


No, padre, so esta hogaza 
hago cuenta ques milano 
y tráigomela en la mano 
y el tragar nunca me embaza. 




Sordo. 


¡Acemilón! 




Paje. 


No busquéis aquí quistión. 




Sordo. 


Guardaos, que ha destruido ^, 




Bobo. 


Mentís, viejo carcomido. 




Sordo. 


¡Oh, hideputa, ladrón! 





* «pesi á» en la edición de Sevilla. 

* «Uchoo, uchoo» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 

' «GuardaoSi que me ha destraído» en las ediciones de Alcalá 
y Sevilla. 



430 



OBRAS 0S LOPE DE RUEDA 



Taje. 


Habé paz. 




que no se le entiende más. 


Bobo. 


¡Do al diablo el %ieio lücol 


Sordo. 


¿Qué dijiste? 


Bobo, 


Padre al loco viejo 




por allí detrás de vos. 


Paje. 


¡Qué burrada! 


Sordo. 


Voto hago á la cuchara, 




yo le haré que presto muera. 


Faje. 


No riñáis de tal manera» 


Sordo. 


Guarda fuera, 




no te asiente una puñada. 


Paje, 


Dejalde. 


Sordo. 


Guarda, que lo mataré. 


Paje. 


No os mostréis atan ieroz i. 


Bobo. 


lAy, ay, Madre de Dios! 




Rogalde que no me dé- 


Paje. 


No le deis» 




ni menos le maltratéis^ 




y si viniere mi amo 




decidle que como un gamo 




le fui á buscar; ^entendéis.^ 


Sordo. 


He placer 




de se lo hacer saber. 


Paje. 


Pues quedaos en buen hora. 


Sordo. 


Guíevos la Magdalena. 



1 *No os mostréis tan feroz» en las ediciones de Alcalá y Se- 
villa. 



FARSA DEL SORDO 



431 



Bobo. 


Que no, sino malauer *. 


Sordo. 


Pues que es ido, 




cuéntame, hijo Polido, 




que más te hizo tu madre. 


Bobo. 


Arrastróme mira, padre, 




por el suelo muy tendido. 


Sordo. 


¡Oh, traidora! 




Es mala hembra, traidora 2. 




Déjame, hijo, ir allá, 




que ella me lo pagará. 


Bobo. 


Aquí me dio la señora 




cagadita 




porque le pedí migita 




también también me azotó. 


Sordo. 


^•Y por qué nunca te dio? ^ 


Bobo. 


No por esta cruz bendita. 


Sordo. 


Es malina. 


Bobo. 


Es la cara de cecina. 


Sordo. 


Tiene el gesto de teja K 


Bobo. 


Es una gran puta vieja. 


Sordo. 


{Dios, al/uva me festina!; 




¡guarda fuera! 




^lograrte has desa manera?, 




^á tu madre has tal fablado? 



* En las ediciones de SeviUa y Alcalá «mal haber». 
' «Es mala hembra la mora» en las ediciones de Alcalá y Se- 
villa. 
^ Lo mismo en las otras dos ediciones. 
*.i «pelleja» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 



432 OBRAS DE LOPB DB RUEDA 



Bobo. 


Querría más un cornado. 


Sordo. 


Corre presto, salte fuera. 


Bobo. 


Salí vos, 




salí que os daré una coz. 


Sordo. 


ik tu padre, Polidico? 


Bobo. 


¡Do al diablo al puto viejo! 




¡Pascua mala le dé Diosl 


Sordo. 


{Y eso, hijo? 


Bobo; 


Porque mi mama lo quiso 




os digo tales querellas i. 


Sordo. 


Pues no me iréis con ellas. 


Bobo. 


Yo me iré, taita, al cortijo. 


Sordo. 


^Que os iréis? 




Primero me pagaréis 




vuestras malas palabradas. 


Bobo. 


No me deis de palmadas. 


Sordo. 


Esas, hijo, llevaréis. 


Bobo. 


|Ay, cuitado, 




que mi taita me ha azotado! 


Sordo. 


Voto á tal si no calláis,- 




si en casa no me pagáis 




lo presente y lo pasado. 


(A^u¿ entra un pastor cico hablando del Nascimiento,) 


Pastorc. 


¡Qué pracer y alegría, 




que parió Santa María! 



^ Este verso y el siguiente se leen en la edición de Sevilla asi: 

cOs digo yo esta querella. 
Sordo. Pues no me os iréis con ella.» 



FARSA DEL SORDO 



433 



Sordo. 



Bobo. 

Pastorc. 
Sordo. 



Pastorc. 



Sordo. 



jAh, pastores!, 
¡oh, qué nuevas!, ¡ah, garzones, 
os traigo con alegría, 
que ha parido ya María 
al Señor de los señores! 

^Qué ha parido? 
Mi fe, bien seas venido. 
Y ^dó parió esa doncella? 
Cierto por el parto della 
grande bien nos ha venido. 

Di, Pascual : 
^es venido bien ó mal? 
Decláralo i, Dios bendito. 
Es nascido el Infinito 
para el mundo remediar. 

¡Qué victoria, 
qué placer para memoria! 
Di do nasció sin tardar, 
vámoslo luego adorar 
al inmenso Rey de gloria. 

En Bethlem 
es nascido nuestro bien 
en un portal derribado 
y de gloria muy sobrado 
entre una asna y un buey. 

Sin tardar 
lo vamos luego adorar 
cantando con alegría. 



^ «Declárelo» en las ediciones de Alcalá y Sevilla. 
T. n 28 



434 OBRAS DB LOPB DB RUBDA 

VILLANCICO 

Cantiquemos 
y bailemos, 
saltiquemos de alegría, 
pues que ya parió María; 
todos nos regocijemos 
con el placer que tenemos. 

LAUS DEO 



Impreso con licencia de los señores del Consejo Real 

en Vallcuiolidf en casa de Bemardino 

de Santo Domingo. 



VOCABULARIO 



Á la revuelto, i36=En la 
confusión. 

«También echaré yo allá á la 
revuelta mi zapateado y casta- 
fietasi» 

Á la segura, ii=Tranqu¡- 
lamente. 

«Bien podéis dormir á la se- 
gura,* 

•Á otro, 130= A otra cosa. 

«Oyete, que no soy venida 
á otro, sino para hacerte sa- 
ber.» 

Aballa, 379=Baja. 

Era ya arcaica esta forma en 
tiempo de Rueda. Juan del En- 
cina y Lucas Fernández la usa- 
ron mucho. 

Abarrancado, 375 = Atas- 
cado. 

Abejeros, 250 = Ladrones 
de ganado (voz de germ.). 

Aborrir, 374= Aburrir, des- 
esperar. 

Ahuchaba, 80. — «Aun mu- 
chos quieren decir que me abu' 
chaba á mi padre Antón García 



como si fuera su hijo.» El texto 
parece estar defectuoso «i este 
lugar; así resulta muy. obscura 
la significación de la palabra 
ahuchaba, que no hemos halla- 
do en otra parte. 

Aburrir, 384 = Aprontar, 
entregar. 

En algunos lugioes de Astu- 
rias se usa aún apurrir en el 
mismo sentido. 

Aburro, 16 = Entrego 
(verbo). 

Acabalada, 61 = Cabal, 
completa. 

Acabalas, 77.— «Cada cosa 
á su divina ordenanza acabalas, 
conmueves, apriscas y redu- 
ces.» 

Acachorrasen, 54 = Mal- 
tratasen ó motejasen. 

«Mas no querría que esos 
pastores me acachorrasen al- 
gún día.» 

Acarrearé, 88 = C o n d u- 
ciré. 

Acipreses, i8=Cipreses. 

Aconhortoos, 94 = Alea" 
taos. 



436 



VOCABULARIO 



Acote, 25g=:SeliaIe. 

«Agora acote de dó habernos 
de saltar.> 

AottUá, ao6=AUá. 

El IHc, dice «á la parte 
opuesta de donde uno está». 
Esta definición parece incom- 
pleta. Acullá es también más 
lejos, aunque sea en la misma 
dirección. En este lugar de 
Rueda no se determina direc- 
ción, pues dice: < Acullá, en su 
casa.» Cervantes usa el acullá 
en significación de más lejos, 
sin determinar dirección. 

Adiéstrame^ 333=Condú- 
ceme, guíame. 

Adiestraremos, 333 = 
Conduciremos. 

Siempre en este sentido. 

Aflito, 326. — No parece co- 
rresponder á afligido. 

«Jamás se ha visto en amores 
tan aflito pensamiento, 
que á unos ilustres pastores 
hiere amor de dos amores, 
su&iendo un mismo tormento.» 

' Más bien parece expresar : 
contrarío, opuesto, contra- 
puesto* 

' Afrecho, 147 = Salvado ó 
harina basta. 

' Afufas, 388=Fuga. 

Frase: «que toméis mal de 
vuestro grado las afufase. 
Huir* £1 Dic, pone sólo restar 
uno sobre las afufas*» 



Agrá, 362 = Agria, áspera 
(aplicado á la palabra). 

«¿Qué os paresce, hermano, 
cuan agrá y áspera respuesta 
nos ha dado?» 

Aguaceros torbellinos, 
53. — Hermosa frase para indi- • 
car lluvias copiosas con ven- 
tiscas fuertes. 

Aguaderos , 391 = Agua- 
dores. 

Aguaduchos, 19. — «Poco 
movimiento les acarrea los re- 
cios torbellinos y caudalosos 
aguaduchos de la desapTove^ 
chada ausencia.» 

Aguijemos, 386= Camine- 
mos. 

Aguzadera, 356. — «¿Qué 
hablas entre dientes, lengua de 
aguzadera?* No conviene, á 
nuestro ver, con las definido-' 
nes del Diccionario, 

La aguzadera era un lis- 
toncito de madera de sauce, 
álamo ó tejo sobre el que 
se pasaba el filo de los cu- 
chillos para afilarlo. Después 
se usaron, como hoy, de pie- 
dra. 

¡Ahora te lloraré, agüe- 
lo ' > 356. — Frase proverbial 
para expresar que llega tarde 
un aviso, 

Ahotas, 399=: Á la verdad; 
ciertamente. 

Ya era forma anticuada en 



VOCABULARIO 



437 



tiempo de Rueda. La osó Lu- 
cas Fernández. 

Ahotó, 17= Quebranté, do- 
meñé. 

«Ser yo el que en la brava 
lid le ahoté,* 

£1 Dic, sólo trae el adjetivo 
ahotado: confiado, asegurado. 

{Ahuera, que llevo acei- 
te!, 391. — Este pasaje está vi- 
ciado en el original. El señor 
Rouanet lo escribió, como si 
fuera verso, en esta forma: 

MOYSÉN 

Pues alto; camina presto; 
ahuera, que llevo aceite. 

Lo burlesco de la frase últi- 
ma demuestra que no es Moi- 
sén quien la dice, sino el Bobo. 
Debe leerse, pues: 

MoisÉN. Pues lalto!: camina 

presto. 
Bobo. ¡Ahuera, que llevo 

aceitel 

Estas palabras serían las que 
algunos dirían, como sucede 
hoy, al cruzar entre la muche- 
dumbre para que les dejen 
paso y caminar á sus anchas. 
Hoy también dicen: «iFuera, 
que mancho I», ú otra seme- 
jante. 

Aislado, 145 = Abstraído, 
embobado. 

AJorman, 111 = Disponen, 
ordenan, emprenden. 



«Muchas veces ajomtan los 
hombres cosas que les vidria 
más estar cuartanarios.» 

AJormando, 358= Urdien- 
do ó trazando. 

«Que yo os hiciera estar ac¿ 
ajomiando mentiras.> 

No es vocablo indigno do 
pasar al Dic, 

Ajorro, 377 = Arrastran- 
do. 

«Sacalle ajorro t como á bo- 
rrico lerdo abarrancado.> La 
buena escritura es, «á jorro*» 

Alárabe, ii6=Moro. 

Albilla, 38i=Una clase de 
uva. 

Conservamos el vocablo por 
el género en que se emplea. 

Alce con la casa y todo 
á puro palo (Se), 394.— Pare- 
ce expresión enteramente mo- 
derna. 

Aldabas, 247 = Orejas (voz 
de germ.). 

Alimaña, i8o=Animal en 
general. 

Alinda, 55=Pastorea. 

£1 verbo alindar, en el sen- 
tido de apacentar, se usa hoy 
en algunas provincias del nor- 
te de España. 

Alterno, i6=Etemo. 

Alturante, 25o=La gorra 
(voz de germ.). 

I Alza, Dios, tu ira!, 357. — 
Exclamación para ponderar la 



458 



VOCABULARIO 



cólera 6 irritación de ana per* 
sona. 

Amordasadosy ii6s=£ne- 
misCadoSi ofendidos. 

Amordazaroa, I04=lnju- 
riaros, agraviaros. 

Amotaoén, 2ao= Almota- 
cén. 

Amoxoane, 355 = Amos- 
carse. 

%.Amoxcarse ó ayisparse.> 

Amneae, 390=£ntregue. 

«Toma y camina presto. — 
Amuese ése y dése prisa.» 

Amueatre, 188 = Enseñe, 
exhiba ó presente. 

<Amuestre lo que es. — Es, 
sefior, una carta que me rogó 
que le trújese.» 

An, i47=Aun. 

cNi miré si tenían suelos... 
ni an tejados.» 

Antepuerta»,28o.— «Decían 
que le habían tomado con una 
antepuerta,^ De la frase no se 
deduce si la significación será 
la corriente, aunque es de su- 
poner que sí. 

Antuviador, 290.— «Amiga 
de ese antuviador de Estepa.» 
£1 sentido no se corresponde 
con la significación del Dic- 
cionario. Parece un insulto de 
carácter general; como bribón 
ú otro semejante. 

Aftasga, 256= Engaña ó 
enieik. 



«Cata quel diabro te añasga, 
muchacho; yo sé que perde- 
rás.» 

Aflaagado, 313 = Enga- 
ñado. 

Apaftar, 166 = Cubrir 
(como si fuera con un paño). 

«Yo me quiero ir á chañar 
con una sábana lo mejor y más 
artificiosamente que pueda.» 

Apaño (Os), 388= Os cojo 
ú os agairo. 

Aporreaganaderoa » 395. 
— Palabra graciosamente for- 
mada para calificar á Moisén, 
en el hecho en favor de las dos 
jóvenes israelitas. 

Apriscas, 77= Recoges, re- 
duces (no el ganado, sino otras 
cosas: en general). 

Argadijo, 231 = Cosa con- 
fusa y enredosa. 

«¡Do al diabro el argadijoh 

Arguenas, 163.— «No me 
encontró Dios con unas arguC" 
ñas de pan.» La explicación 
exacta de estas arguenas no se 
halla en el Dic. 

Artejos, 53=Falanges de 
las manos. 

«Entre los niervosos/7r/<y<7j.» 

Asas, 248= Orejas (voz de 
germanía). 

Asiento, 250= El casco 
(voz de germ.). 

Asigna, 1 15= Aproxima. 

«Bravamente se nos asigna y 



VOCABULARIO 



439 



acerca el tiempo donde mi her- 
mano Abraso y yo en nuestras 
libertades seremos restituidos.> 

Asmado, 25. — c¿De dó vie- 
nes tan osnKidoh Parece como 
quebrantado, dolorido. 

Asomado, 6i=£brío, em- 
briagado. 

Atetándola, 76=Amaman- 
tándola. 

Atordecido, 3i8=Desma- 
yado. 

cCabizbajo, atordecido, 
barba y cabello erizado, 
desairado y mal erguido.» 

Ausadas, 384 =Á osadas. 

Avezó, 399 = Acostumbró. 

Aviamento, 87=£stado, 
situación ó negocio. 

«Nos holgamos mucho con 
vuestro tan buen aviametUo,> 

Aviones, 203— «¡Ofrecidos 
seáis á cincuenta avionesh La 
exclamación es extraña. ¿Sig- 
nificará avión algo más que 
vencejo? 

Avisado, 327=3Discreto. 

Aviso, 327= Cuidado. 

«Salucio, ten buen aviso en 
el hablar avisado,* 



Bajacerreros, 261 = La- 
drones que hurtan frutas por 
el mercado (voz de germ.). 

Baldeo, 250= La espada 
(voz de germ.). 



Baraúnda, 356=Ruido 
grande, estrépito. Covarñibias 
no trae este vocablo. 

Becoquín, 283 = Papalina 
ó gorro que cubre las orejas. 

Becoquín de orejas, 292 
= Lo mismo que el anterior. 

Bermejuelo, 363= Apodo 
ó sobrenombre de David. 

Berrenda, 13.— «Tu^^- 
rrenda chiva.» 

Bien está la moza lozana 
debajo la barba cana, 47. — 
Refrán cuyo sentido parece 
distinto del que le da el Dic- 
cionario, pues aquí va contra 
el matrimonio', en favor de que 
la protección de los padres sea 
duradera. 

Bigarrado, 13.— «Tu biga- 
rrado sayo dominguero.» 

Aquí no se usa en tono des- 
pectivo el verbo, sino al con- 
trario; por consiguiente, no pa- 
rece exacta la correspondencia 
con abiga,rrcuIo. 

Bimbillndrón, 195.— Pa- 
labra de capricho para estribi- 
llo en el canto. 

Blasón , 247=Rótulo ó le- 
trero. 

Blasonar, 64= Manifestar. 

Boba, 81. — «La madrugada 
es boba, — ¿Tan temprano te 
paresce?» 

Borde, 81 =Hijo adulterino. 

Bordonear, 57= Caminar. 



440 



VOCABULARIO 



< Bordonear mendigando.» 

Bordonera» 290 = ¿Vaga- 
bunda? 

«Me llamó bordonera, pi- 
quera.» 

Boscajes, 48 = Bosques ó 
arboledas* 

Bragada, 20= Cabra. 

«La piadosa bragíida, su ma- 
dre, con lástimas y clamores 
por el perdido hijo hacía.» 

Breñales, 77.— «Paciendo 
por estas dehesas, breñales, 
surcos, laderas y riscos.» 

Breval, 2i9=Higuera que 
da brevas. 

Burjaca, 4i=Bolsa. 

Según Covarrubias, esta cla- 
se de bolsa ó morral era pro- 
pia de los peregrinos. 

Burlonazo, i8i=Burlador. 

Burullada, 194= Gente. 

Voz de germanía, según pa- 
rece por este texto; pero no 
figura en el Dic, de Hidalgo. 
£1 de la Academia trae «garu- 
llada» ein significación pare- 
cida, y también «gurullada». 

Covarrubias escribe «grulla- 
da», de donde debe de venir 
la palabra, porque las grullas 
van y vienen en grupos amon- 
tonados ó muy compactos. 

La definición de Covarru- 
bias es muy exacta y explícita : 
«La junta de los que van ad- 
unados y con armas, como los 



que acompañan la ronda, y 
otros que no huelgan de to- 
parla.» 

c 

Cabañero, io=Duefio de 
una casa en que hay ganados. 
Algunos eran ricos, como los 
dos que entran en los colo- 
quios de Lope de Rueda. £1 
Diccionario no trae esta acep- 
ción. 

Oabo de guaita, 125. — 
«Señor, éntreme huyendo de 
un cabo d^ guaita.^ (V. Guaita,) 

Cadaldia, 220= Cada día. 

£ra un arcaísmo ya en tiem- 
po de Rueda, y sólo él pueblo 
usaba dicha forma.' 

Cadillosa, 20.— «Su áspera 
y cadillosa piel (la de la cabra) 
y dármela toda en estrenas.» 

Calabazón en garabato, 
280.— El Dic, sólo trae calabor 
zón como aumentativo de ca- 
labaza. 

En las provincias del norte 
se suelen distinguir el calaba- 
zón de la calabaza. 

Calcillas, 187= Calzas cor- 
tas ó medias calzas. 

Calcurros, 25o=Zapatos 
(voz de germ.). 

Cálete, 250= Puñal (voz de 
germanía). 

Caleteros , 230=Ladrones 
que aprovechan las puertas 



VOCABULARIO 



44» 



abiertas ó descuidadas (voz de 
gemianía). 

Cálida, 250=La saboyana 
(vestido) (voz de germ.). 

Calzado, 139= Calzas. 

«¿Qué mudanza habéis hecho 
en el calzado?.» — Señor, calzas 
á la usanza son.» 

Callibajo, 2i3=Calle 
abajo. 

Campana, 25o=La saya de 
la mujer (voz de germ.). 

Campañas, 355 = Campos 
en general, aunque tengan as- 
perezas y montes. 

Cándido, i95=Pálido, 
blanco (color del rostro). 

«Yo vengo candido de ham- 
bre.» 

Cantará el cuquillo, 363. 
-^Frase proverbial que indica 
lo inseguro y eventual de los 
sucesos humanos. 

Canturro, 25o=El gallo 
(voz de germ.). 

Caperuza, 23i=Gorro ó 
sombrero que traían los cria- 
dos. 

«Quítate la caperuza y ponte 
este bonete.» 

Capilladas, 185. — «Á echar 
unas suelas y capilladas (á los 
plantufos) porque estaban mal 
tratadillos.» 

Capuzarme, 166 = Escon- 
derme ó cubrirme la cabeza. 

«No tengo otro remedio 



sino, en sintiendo algo, capu^ 
zarme la cabeza debajo de la 
ropa.» 

Carátula, i65=Careta re- 
presentando rostro humano. 

Carcomienta, 14= Inten- 
ción ofensiva. 

«No me paresce, Quiral, que 
dejan de ir tus razones desata* 
das y desarrevueltas de carco^ 
mienta y ponzoñosa malicia.» 

Carillas , 384 = H e r m a- 
nas. 

«Lleguen al pozo nuestras 
carillas con los ganados.» 

Antes había dicho que los 
conducían sus. hermanas al 
abrevadero. 

Pero, en general, carillo, di- 
minutivo de c-aro, querido, 
amado, era expresión de afecto 
y cariño. Juan del Encina y 
otros autores posteriores (y 
acaso anteriores) lo usaron 
mucho. En el Dic. no figura. 

Carilleja, 39= Amada, 
querida. 

Carretón, (¡&—Roca ó carro 
del Corpus en Valencia. Según 
el Dic, tiambién en Toledo. 

Casa fosca, 146 = Cárcel. 

«En el cepo de la casa fosca 
de Valencia.» 

Catamos, 388 = Guardar- 
nos, rendimos. 

Otras veces significa el verbo 
catar, mirar. 



443 



VOCABULARIO 



Oeboll*, 250 = La galliiia 
(voz de germ.)- 

Oiplle y cápete, 277.— 
(V. ChipiU, chápeU.) 

Oiqulteile, 381 = Ladrón. 

El Z>iV. escribe ciqmribaiU, 

OlAvo (De), 282 = En falso. 
(V. Corcovo,) 

Oodoobas ó oohoohas, 81. 
— «Con unas cohochas que yo 
tuviese y rapada la barba.» 
Así en la edición de Valencia; 
en la de Sevilla se lee codochas, 
pero de unas y de otras igno- 
ramos el sentido. 

Oohondidos» 23 = Ataca- 
dos, invadidos. 

«Nunca tus mastines veas 
cohondidos de rabiosa é incura- 
ble dolencia.» 

Coma tras ello las ma- 
nos (Se), 389. — Frase bien 
usual aun hoy. 

Compiesoy 151 = Comien- 
zo, principio. 

Parece palabra formada por 
las dos com-i&azo y em-piezo, 

Confeites, 397 = Confi- 
tes. 

Contecillos, 195= Cuente- 
cillos. 

CorcoTO, 282. — «No daba 
vez vuelta ó corcovo con el 
cuerpo que no le echase al 
verdugo un azote de clavo,> 

Oomocales , 252. — «De 
casia de comocaUs traigo yo 



los huevos, madre; pienso que 
buenos serán-e.» 

Oorralejoy 162.— «Junto al 
vallado del corralejo,^ 

Oorreguela, 384. — Quizá 
deba leerse corregüela. Parece 
indicar al juego de la corre- 
huela, 

«Yo os doy fe que si vagar 
tuviera, que había de aburrir á 
la corregüela dos ochavos.» 

Crego, 176 = Cura ó pá- 
rroco. 

El Dic, no admitió esta pa- 
labra, no obstante ser tan usa- 
da por toda clase de escritores 
y viva aun hoy en muchos lu- 
gares del norte de Espafía. 

Crisnejas 9 16 = Crines ó 
cabellos del sol. 

¿Cuantía...?» 39i=¿Cttánto 
va...? 

Cuatreros, 250= Ladrones 
de yeguas, caballos y otros 
animales (voz de germ. en 
tiempo de Rue'da; hoy es 
común.) 

Cucharais 15.— «Hermoso 
y bien guarnecido cuckaral, 
hecho de la piel de una gata 
salvaje.» 

Chaclada, 71 = Grupo, con- 
junto, muchedumbre. 

«Cata viene nosamo y mase 
Alonso y Camila y una chacla- 
da dellos: entrémonos dentro 
en casa.» 



VOCABULARIO 



44? 



La voz nos parece digna de 
entrar en el Dic, 

Chamelote sin aguas, 52. 
— «Unos pantuflos de chame- 
lote sin aguas»* ; 

El Dic, trae camelote de 
aguas: «El prensado y lustro- 
so.> El otro será, pues, lo con- 
trarío. 

Ohilladora guitarra, 21. 
—Sonorosa guitarra, 25.— 
Los calificativos aplicados á 
dicho instrumento prueban 
que era muy distinto del actual. 

¡Chipi te, chápete!, 237.— 
Expresión con que se imita el 
ruido de los garrotazos. 

Chivatezno, 20=Chivo 
joven. 

Chivatil, i27=Cuadra ó 
establo de los chivos. 

El Dic. lo llama chivetero y 
chivitil. 



De dar 7 tomar, 97= Cosa 
útil ó en buen estado. 

De hoz y de coz, 81.— 
Frase proverbial que indica la 
posibilidad de hacer una cosa 
con desahogo, con facilidad. 

Se usa con el verbo entrar : 
«Podría hombre entrar de hoz 
y de coz en grado de nigromán- 
tulo.» 

Debres, 3i3=Débiles. 

Defensa, 77= Ampara, pro- 



tege (tercera persona de sin- 
gular del presente de indica- 
tivo del verbo defensar)» 

Denunciar dése pastor, 
55. — Antes había escrito: 
«Vaya v. m. á la villa y. denun- 
cie de un pastor.» 

Desarrevueltas, i4=Des- 
provistas, exentas, libres. 

«No me paresce, Quiral, que 
dejan de ir tus razones desata- 
das y desarrevueltas de careo- 
mienta y ponzoñosa malicia.» 

Desbocada, i76=Tragona. 

«Ya estaba el escudilla más 
limpia y enjuta que la podía 
dejar el gato de Mari Jiménez, 
que creo que no hay cosa más 
desbocada en toda esta tierra.» 

Descabalgar, 281 = Apear- 
me. 

«Dos ó tres veces estuve para 
descabalgar del asno.» 

Descalfar ó escalfar, 279 
= Robar, substraer una cosa. 

«¿Hombre era yo que le 
había descalfar su bolsa?» 

Desembracemos , 379 = 
Quitemos. 

Deservicio, 368=Agravio, 
ofensa. 

Desfalcar, 358.— «Si josti- 
cia me vale, que tengo desfal- 
car una dormidura.» 

(V. Escalfar^ que parece te- 
ner el mismo sentido.) Descal- 
far trae Covarrubias, con la 



VOCABULARIO 



significación actoaL Esfalcar, 
qne es como parece quiso Rae- 
da escribir; esta palabra falta 
enel7P»V. 

Detgaire, 343=:Barla. 

Deagono^ls, 271= Desco- 
yuntéis. 

Deibambridaí, 317= 
Hambrientas. 

DeaipadOy 83=AIejado. 

«¿No te bastaba haberme de- 
sipado de los edificios antiguos 
en que fui criado?» 

Desllorarme, 115.— Pala- 
bra de capricho. 

<Desllorarme á mi y comen- 
zar á llorar el asno.> 

Despeado, 36 y ii6=¿Des- 
herrado? 

Después de mañana, 37 
=Pasado m^ana. 

Di de mano, 35= Abando- 
né, desistí. 

No hay la frase «dar de ma- 
no»; en el Dic, sólo hallamos 
«dar de manos» = caerse. 

Sin embargo, ya la usó An- 
tonio de Nebrija, y en el si- 
glo XVII fué muy común. 

Dia dragonis, 239=Medi- 
cina. 

«Tabletas de dia dragmis,* 
£1 término dia era usual en la 
farmacopea antigua, y signi- 
ficaba ex 6 per. Lo otro se- 
ría la dragontea 6 la sangre de 
drago. 



Dolía Bruta, 296.— Epíteto 
despreciativo. 

Duelo, 365.— -Quizá sea 
errata, por «diablo», refirién- 
dose al asno. 

«Me falta lo mejor, que es el 
albarda, y la destotro dueU es 
tan corta que no me tapa los 
ijares.» 

E 

Bebamos cargo, 389 = 
Obligamos (con sus atencio- 
nes); favorecemos por extremo. 

Bmbaidor, 261 = Hechice- 
ro, encantador. 

«Creo que algún bellaco em- 
baidor me la ha encantusado.» 

Embebecidos, 68 = Abs- 
traídos, absortos. 

Embroque, 386 = (Verbo) 
encaje, vierta, derrame. En ga- 
llego, «emborcar». 

Empozado, 386=Ahogado 
en un pozo. 

En ayuso, 161= Abajo. 

«Podré ser hombre, de Dios 
en ayuso,* 

Enalbardaré, 178= Enga- 
ñaré. 

«Yo le enalbardaré como sue- 
lo. Hacerle he encreyente que 
vamos á cumplir ciertos vo- 
tos.» 

Encantarado , 376 = Con 
un cántaro en la mano. 

£1 Dic, trae sólo la significa- 



VOCABULARIO 



445 



ción de «poner una cosa den- 
tro de un cántaro». 

Encantusado, 261 = En- 
cantado. 

EncoraznadOy 394=:Enco- 
razonado, valiente, corajudo. 

«Pardiez, si se enojase, según 
es de encorazfutdo, que se alce 
con la casa y todo á puro palo.» 

En^tada» 181. ~ Debe de 
ser errata, por engolada, 

«Maldita la sangre que me 
habías dejado er^tada^^ en la 
gola ó garganta. 

Enjaquimado, 112= Suje- 
to con una jáquima. 

Ensafte (Se), 267=80 arre- 
pienta ó vuelva atrás. 

«Mire que sea eso de presto 
antes que la novia se ensaño 

Entelerido, 31S— Entriste- 
cido* 

«Mas ¿quién es este cuitado 
que asoma acá, entelerido, 
cabizbajo, atdrdecido... 
desairado y mal erguido?» 

Entramos, 150 = Entram- 



Entremés, 393.— Aquí sig- 
nifica un descanso ó interme- 
dio en la representación para 
dar lugar á que salgan nuevos 
actores. 

Entruja, 400=Antoja. 

«Según se me enirueja, que 
ando cantando, diciendo en la 
igrejaA 



Escalfarme, 359 = Sacar. 

«Vaya... despertando á es- 
otros á tandas, que... primero 
que á mi llegue, descálfarme 
mis dos horas de un lado.» La 
buena lectura sería «llegue, he 
, de escalfarme» : he de sacar ó 
disfrutar dos horas de sueño. 

(V. Descalfartne, donde sig- 
nifica quitar ó robar. V. tam- 
bién Esfalcar.) 

Escurriduras, 242= Resi- 
duos. 

Aunque no sea de cosa ma- 
terial, como de sueño, risa, 
etcétera. 

Esfalcar* — (V. Des/al-* 
car). 

Espaciosa, 376=Calmosa, 
perezosa. 

«Sobre todas espaciosa,,., y 
como se tarda en los manda- 
dos no la osamos inviar por 
cosa alguna.» 

Espaciosas, 78= Largas. 

^Espaciosas y prolijas no- 
ches.» • 

Espine, 25i=Desconííe. 

«No me allego á persona que 
no se espine ó altere de mí.» 

Estada, 323.-80 usa en 
oposición á venida ó llegada. 

«Petronio, tu venida sea en 
próspera llegada.— Saludo, en 
tal sea tu esUida,> 

Estantigua, 358 = Fan- 
tasma* 



446 



VOCABULAiaO 



«Toda esta noche ha andado 
como estantigua^* 

380. — Otro significado: 
«Pensé que coalqae estantigua 
me habíe tragado.» 

Estantiguas, 112. — «Por 
mi mala suerte algunas estan- 
tiguas me han convertido en 
asno.» 

Estofa, 5i=Hechura ó dis- 
posición. 

«¿Había barba de mejor es- 
tofa y autoridad en todo el la- 
gar que la mía?» 

Estrenas, 20= Albricias. 

«Soy cierto que si algún sen- 
tido ó discreción alcanzase, de 
puro contentamiento de habér- 
selo hallado, no sería maravilla 
despojarse de su áspera y ca- 
dillosa piel y dármela toda en 
estrenas,* 



Vantastlguillas , 406 = 
Presumidas. 

«Á otras tan fantasiiguillas 
las hemos visto asillas, 
desde el tiempo de Alexandre.» 

Farza, 1S6. — Debe de ser 
errata, ^ox farsa, 

«¿Y hecimos aquella farza 
de los Gigantillos?» 

Festojón, 68.— «Poca nece- 
sidad tenía yo dir á ver la fiesta 
y- A festejan,* 

Si no es alguna clase de fies- 



ta especial, será un aumenta^ 
tivo del diminutivo «festejo»; 
fenómeno gramatical curioso 
y que prueba la infinita doci- 
lidad de nuestro idioma. 

Filomonoia, i65.— Nom- 
bre de capricho. 

(V. Hilofomia, pues es otro 
nombre de la misma cosa, que 
era una carátula.) 

Fontanas, 16= Fuentes. 

Rueda usa siempre dicha 
forma. 

Frutuosa, 76= Fructífera. 



Gallejo, 39,=::¿Galk>? 

«Mi mllejo es so la rama; 
su caruleja Menga le llama; 
mi giUlejo está soñando 
que á su amor está abrazando.» 

Gariteros, 250=Ladrones 
que escalan ventanas (voz de 
germanía). Hoy se da este nom- 
bre á jugadores de baja estofa 
ó dueños de garitos. 

Gata salvaje, i5=Gata 
cerval ó montes. 

Gelosía, 174 = Celosía 
(Ventana con). 

Gomarra, 25o=La gallina 
(voz de germ.). 

Gratifiquéis, 394. --Con- 
servamos este verbo porque se 
hubiera creído de introducción 
moderna. También lo usa Ti- 
moneda en el PatraHuela^ 



VOCABULARIO 



447 



Groflidores, 250=Ladro- 
nes de puercos (voz de gemia- 
nía). 

GruazOy 78=£1 macho de 
la grulla. 

Quizá deba pronunciarse 
«gruaco». 

Guaita, 125.— «Cabo de 
guaita,> 

«Guaita», según el Dic, era 
«soldado que estaba en acecho 
durante la noche», y de ahí 
«aguaitar» = acechar. No pare- 
ce en el sentido exacto de la 
frase en Rueda. 

«Señor, éntreme huyendo de 
un cabo de guaita.-» Guaita 
aquí semeja más bien ronda. 

Güeste, 355 = Hueste (su- 
perstición). 

«Ansí lo lleve la güeste,-» 

374: «Ahora ofrezco á la 
mala güeste tan endiabrada 
mochacha.» 

En el Dic, falta también 
Hueste ó Compaña ó Compañía, 
grupo de fantasmas ó imágenes 
de personas difuntas que, ves- 
tidas de blanco y con luces en 
las manos, se aparecen, según 
la preocupación vulgar, en si- 
tios próximos á los cemente- 
ríos ó iglesias. 

• Guilfes, 382=Piojos (pala- 
bra de germ.). 

•Guzquejos» 394 =^ Gozque- 
jos. 



H 

Hallada, i9=Encuentro. 

Bemenoia , 399 = Vehe- 
mencia. 

Hilofomia, 162. — Parece 
palabra de capricho, para ex- 
presar una cosa de aspecto 
extraño. 

Hinchiria, 290= Llenaría 
ó henchiría. 

Hondijo, 364 = La honda. 

Horas, 285=Libro de rezo. 

Hornazos (Pascua de), 179 
=Pascua floríxla. 

Los hornazos son tortas con 
huevos, cocidas al horno, que 
aun hoy suelen regalarse en 
dicho día de Pascua. 

«Norabuena vea yo aquesa 
cara de Pascua de hornazos,* 

En el Dic, no hay esta deno- 
minación de la Pascua. 

Hostalero, 66={Mesonero? 

«El hostalero le dejó mucho 
ganado que en el campo tenía.» 
Covarrubias no trae esta pala- 
bra ni sus afínes. 

Hueste, 132.— «¡Válgala la 
hueste, casa de tanto perdidol» 
(V. Güeste:^ 



Impedios , 374 = Imputa- 
ciones. 

Palabra de capricho, para 
significar culpas, delitos, car- 



448 



VOCABDUliaO 



gos ú otra semejante. «Me esté 
á mi echando impedios é po- 
niendo dombres.» 
InsaparablM graolas, 77 

=:Continuas gracias. 

Insistido, 55=Causado. 

«Si mal recaudo hay hecho, 
él lo ha insistido,* 

Ínsulas, I24=lslas. No era 
todavía común el nombre de 
isla. 

Ira mala (Á la), 387.~La 
frase completa es: «Las pala- 
bras, como las qiüsiéredes; más 
las obras, doiüís yo á la ira 
mala,* Indica cuan distintas 
suelen ser las unas de las otras. 



Jaén, 38i=Una casta ó cla- 
se de uva. 

Jaqueta, 251.— Especie de 
sayo sin haldas ó faldas. £1 
Diccionario dice que no pasa- 
ba de las rodillas. Según el 
texto parece que ni aun llega- 
ba á ellas. 

<Á un sayo quitóle las hal- 
das, hágole jaqueta; á una ja- 
queta póngole unas haldas, 
hágole sayo.» 

Covarrubias dice que era 
«sayo corto, abierto por los 
lados». 

Jareta, 364=¿Pollina? 

«Arre acá, stñom jareta, an- 



sí malos cochinos os arranquen 
de cuajo esos bofes.» Estas pa- 
labras las dice el bobo que en- 
tra en escena cabalgando so- 
bre un asno. 

Jergas, 37.— «Llevaba esto- 
tro día una carga de jergas al 
molino batán.» Según esto, la 
jergoí no era tela (tejida), sino 
una especie de fieltro. 

Jolito, 252.— «Si yo no le 
dejare Qnjolite (despojado, ro- 
bado), que me ahorquen.» 
(V. yolite en el tomo anterior.) 

Justo, 250= Jubón (voz de 
germania). 



Ladrónico, 245. — Propio de 
ladrones, 

«Os tratan con tanta feroci- 
dad y rigor, que no hay ladró' 
nico juicio que no se turbe.» 

Ladrontío, 248= Oficio de 
ladrón. 

«Me sustento con este oficio 
de ladrontío con hartos traba- 



jos y i 

Lanzaron, 10 = Echaron á 
sus puertas, depositaron, 

«Le lanzaron á cabo de 
tiempo una hermosa niña á la 
puerta.» Esta significación pa- 
rece original. 

Lendrosllla, 291.— Dimi« 
nutivo de lendrosa. 



VOCABULARIO 



449 



I«ima, 25o=Camisa (voz de 
^ermania). 

Limetas de vino, 202 = 
Botellas de vino. 

Limitados, 260 =7 Cortos 
{pasos limitados). 

Lumbre, 166= Candileja ó 
-farol. 

M 

Majagranzas, 254.~-Pala- 
l^ra usada en desprecio de otro. 
Rueda no da el sentido de ella. 
£1 Dic, dice: «Hombre pesado 
y necio.» 

Mala gana, 176 = Dolen- 
-cia. 

El Dic, lo trae como provin- 
"Cial de Aragón en sentido de 
«congoja». Rueda dice: «Vues- 
tra mujer está de malagana, y 
es imposible que ella beba 
nada desto.» Quizá signifique 
algo más que congoja. 

Manos á labor, 365= Ma- 
nos á la obra. 

Manos lavadas (Vengan 
con sus), 387. — También esta 
frase parece moderna. 

Maraña, 286=£nredo. 

Marañado, I56 = £nmara- 
üado. 

Marcadores, 251 = Ladro- 
nes «que andan con ñor de 
trocar un real de á cuatro» (voz 
de germ.). 

Marre, i46=Equivoque. 



Masándose, 113= Amasán- 
dose (el pan). 

Covarrubias trae la forma 
«masar.» 

Masecoral , 41 ^Maeseco- 
ral ó masicoral. 

«Buijaca en que traen el 
juego de masícaral,* 

El Dic, no define el maseco- 
ral más que diciendo ser un 
juego de manos y agilidad «con 
que los titiriteros y otras per- 
sonas engañan y burlan la vista 
de los espectadores con varios 
géneros de entretenimientos». 

Covarrubias dice que es el 
juego de manos que dicen de 
«pasa, pasa», que se le dio 
aquel nombre porque los char- 
latanes que traen estos juegos 
se desnudan de capa y sayo y 
quedan en unas jaquetas ó al- 
millas coloradas que parecen 
troncos de coral. 

La Picara yusHna dice que 
su tercer abuelo fué de los pri- 
meros que trajeron el mctsico- 
ral, que, por lo visto, era pro- 
cedente de Italia y entró en 
España á principios del si- 
glo XVI. La burjaca ó bolsa del 
masecoral stria. donde llevarían 
los cubiletes, palitos, dados, 
etcétera. Los que traían el ma- 
secoral solían además hacer 
tropelías, enseñar animales 
amaestrados, etc. 

29 



4«;o 



VOCABULARIO 



Mase jaula» 6i.-~<Andá 
con Dios, mase Alonso, ó mase 
jaula: ¿qué queréis? — |Mase 
jaulal Al fin sois mujer, y no 
ha de dar el hombre crédito á 
vuestras palabras.» Por lo que 
se ve, la frase era ofensiva. 

Bf álteles» I5=£l rabo ó 
mango de las cucharas. 

Meajioa, 256=Diminutivo 
de meaja 6 migaja. 

Menearé , 1 1. — ^Menearé 
las paridas ovejuelas.> Parece 
ser conduciré, apacentaré. 

Meresientes, 152.— cAun- 
que viva más que daqui al día 
de los meresientes,^ 

Mimbrera y mimbrereta, 
359. — Estribillos de un cantar- 
cilio. Pudieran significar tierra 
en que hay mimbres ó sauces 
y el arbusto que los forma. 
También se llama mimbreral. 

Mirlas, 248=Orejas (voz 
de germ.). 

Moixquitos, 83=Mosqui- 
tos. 

Molletes, 273=Panecillos. 

<Yo soy destas que venden 
molletes, y estotro día pasó su 
criado por mi tienda y párese- 
los á mirar la boca abierta de 
un palmo. Díjele yo: «¿Qué 
me daríades vos que os har- 
ta se dellos?> Respondióme: 
«Jurí á San, que me casase 
con vos.» 



Covarinbias dice que es pan 
regalado y blando. 

Moneoillo, 67 =3 Mona- 
guillo ó monacillo. 

«Destos que van á coger el 
diezmo ó premíelas de Ios- 
pollos.» ■ 

Mordiscar, i4=:Murmu- 
rar, zaherir. 

«No sé que razón te mueve 
á mordiscar en ausencia de 
quien por ventura no recebiste 
dafio.» 

Mujer (La) hia de ser 
como el ovillo, el hombre 
como novillo, 262.— Refrán 
que no consta en el Dic. 

N 

Nalgada, 383=Jamón. 

Nasción, 63= Criatura ani- 
mal. 

«Aquella (la Fortuna) que 
siempre triunfa de toda mortal 
ftasción.y 

Ifeguilla, 249 = Negación 
(voz de germ.). 

Niervosos, 53=Nerviosos. 

Noramaza, 87=Noramala 
ó enhoramala. 

Notomias, i70=£sque- 
letos. 

O 

Ocurrir, 13= Acudir. 

«Á la fama de mis destrezas 



VOCABULARIO 



451 



y habilidades suelen ocurrir 
todos los zagales.» 

O f ensarte, 91 =-- Ofenderte. 

Oliveta de Mallorca, 
103. — «No tuviese ella un po- 
quito la color de oliveta de 
Mallorca, que lo demás, ¿qué le 
falta?» 

Ordeñadero, 11.— «Las re- 
cogeré á su acostumbrado or- 
deñadero.* 

El Dic. sólo trae la signifi- 
cación de vaso en que cae la 
leche cuando se ordeña. Es, 
como se ve, también el lugar 
en que se reúnen los ganados 
para ordeñar las hembras pa- 
ridas. 

Oriellos, 340. — «Mal vos 
dicen los oriellos, Catalina, y 
decían ellos.» 

Otear, i28=Mirar. 

Otrie, 58= Otra persona. 



Pajiza, i25=Pajar. 

«¿Y qué haciades vos en mi 
pajizái — Señor, éntreme hu- 
yendo.» 

Paloma, 25o=La sábana 
(voz de germ.). 

Panchas, i95=£stómagos 
ó panzas. 

«Podremos bien henchir 
nuestras panchas, » 

Papen duelos (Los otrcs 



que los), 387. — Frase cuyo 
sentido es corriente. También 
fué. muy usada en el siglo xvii 
por nuestros dramáticos y de- 
más autores. 

Papirotazos, 278 = Capi- 
fotazos. 

Paraos, 6o=Poneos ó co- 
locaos. 

Pardlós, 382. —Juramento 
que no hallamos usado por 
Rueda más que en esta oca- 
sión. 

Pasaderas, 82=Piedras 
puestas en un río ó arroyo de 
poco fondo para atravesarlo. 

Pasadores, 339= Saetas. 
- Pasagonzalos, 298=Papi- 
rotazos. 

El IHc, dice que es «peque- 
ño golpe dado con presteza». 
Definición que parece dema- 
siado general. 

Pasarrodrigos, 298. — ^Este 
parece nombre de invención 
para contraponer al de pasa- 
gonzalo. «Si puede ser no sean 
pasagonzalos , sean pasarrodri- 
gos.* 

Pascua de hornazos. — 
(V. Hornazos.) 

Pecilgo, 27i=PeUizco. 

Covamibias sólo trae la voz 
«pellizco» en «pellizcar». 

Péndola, 29i=Pluma. 

Aquí está en sentido figu- 
rado, pues de lo que habla es 



452 



VOCABULARIO 



M rema del galeote 6 forzado. 

Perdóneme tus ausen- 
oiee, 381. — Parece frase de 
nuestros días. 

Pergamino -virgen, 278. 
— ^No le convierto el pellejo 
txk pergctmino virgm,* 

Pernadas, 68= Coces. 

Pétete, 258=:Pese á. 

€No apriete tanto, sefior, //- 
séte á la puta que me pa- 
rid.» 

Pioa en tierra, 25o=La 
gallina (voz de genn.). 

Pichel flamenco, 271.— 
«En esas narices á^ pichel fla- 
menco,* El pichel era, como es 
sabido, un jarro de estaño con 
su tapa fija: el flamenco no sa- 
bemos qué variedad tendría. 

Covarrubias dice que los pi- 
cheles venían de Inglaterra. 

Piedra, 25o=La gallina 
(voz de germ.). 

Piltra, 250=^3 cama (voz 
de germ.). 

Piltraca, 290=Mujer des- 
preciable. 

El Dic, la hace sinónima de 
piltrafa, y á ésta no le da sen- 
tido figurado, que tiene en 
ambas formas. 

Piquera, 290. — «Me llamó 
bordonera, piquera, y que su 
servilla valía más que todo mi 
linaje.» 

Piquera era la que vendía re- 



siduos de les res es muertas 
para la venta: lo qae hoj se 
llama casquera, en algunas pla- 
zas. Esta voz todavía no se 
halla en eí Dic, 

Plan tufos de ohamelote 
■in aguas, 185.— (V. Plantu- 
fas en el tomo anterior, y Cha^ 
melote en el presente.) 

Poltronaza, 291.— «{Tornan 
y si sabe de metáforas la pal- 
tronasah No parece aquí sig- 
nificar ni floja, ni perezosa, 
sino una firase ofensiva inde- 
terminada. 

Pollera, 95=Conjunto d 
nidada de pollos. No está en 
el IHc, esa acepción. 

Pollos de Marta, 392.— El 
refirán parece ser: «Como los 
pollos de Marta, que no han 
comido y danles agua.» Cer- 
vantes y otros usan también el 
de «Allá lo haya Marta con sus 
pollos.» Y esta persona de 
Marta sirvió para otros mu- 
chos refranes y frases prover- 
biales , como Muera Marta y 
muera harta; Cácala, Marta, 
etcétera. 

Poniente, 250= Sombrero 
(voz de germ.). 

I Por vida de la cuerva!, 
105. — Exclamación burlesca. 

Porbidias, 68.--Parece 
errata, por «porflas». 

«lAy, maridol ¿Y cómo ve- 



VOBABULARIO 



453 



Bis? íQué gesto es ése? — Tus 
porhidMs son, majer.> 

Porná, 386«Pondrá. 

Porradas, 78 = Golpes de 
la voz en los oídos. 

Pozuelo de la Jara, 16. — 
Parece referirse á determinado 
lugar. 

Pracentorio, 400= Fiesta, 
alegría. 

Pratel, i47=Plato. 

Prendado, 25=Preso. 

Primera de Alemana, 
l77=Juego de naipes. 

£1 Dic, define el juego de la 
primera, sin nombre especial; 
pero de la primera de Alemán 
ña habla también Mateo Ale- 
mán en su Guzmán de Alfa- 
roche» 

Prosupueatos, 59=Predi- 
ehos ó antes expresados. 



Queja, 342=Duele. 

«Poco te queja mi pena.» 
Falta esta acepción en el Dic, 

Quensulo, 202= Que en- 
gullo. 

Quillotrado, 37o=:£na- 
moxado. 

QuinoliUa, 207=Juego de 
quínolas. 

Quintanarios, 1 11.— «Val- 
dría más estar cuartanarios en 
la cama 7 aun qumta$tariosj> 



Bagea, 292 = Parece ser 
errata, -^ox gragea, 

Rancor, i4=3Rencor. 

Mateo Alemán (Emman de 
Alfarache) usa también rancor, 
Covarrubias .trae ambas for- 
mas. 

Bascufio, 271 = Rasguño. 

«Un rcucuño en esa panto- 
rriUa.» 

Rebrotan, 88 = Vuelven á 
brotar. 

Falta este verbo en el Dic, j 
es lástima. 

Becambien, 39= Substitu- 
yan. 

Recolmo, 77=Exceso. 

Recomplida, 94= Cumpli- 
da con exceso. 

Recontento, 317= Alegría 
excesiva. 

Becuestada, 76=Pre ten- 
dida, solicitada. 

Bed, 250= La capa (voz de 
germanía). 

Bedondillos, 155.— 
«Aquello que echan como 
arrope encima de unos redon- 
i&llos,* 

Bepastando, 82= Apacen- 
tando. 

«Con Violeta va repastando 
el ganado ovejuno.» 'EX Dic' 
cionario dice sólo que es .«vol- 
ver el ganado á pastas». 



4S4 



VOCABULARIO 



Repulgo, i35 = *íHcrm!ma? 
lEsa te tfpui^h 

Repite la frase «Esa te re^ 
palgo» en la pág. 229, donde, 
como en la anterior, parece ser 
muestra de negación 6 incre- 
dulidad 

Bepunta, go== Parte, prin- 
cipio 6 comienzo, 

«Sí acaso», al^na repuntü 
de cortesía ó de buen natural 
en tu rústica persona, se asen- 
tase.» 

91: «Pensamiento alguno 
enderezado á repunta de des- 
honesto amor se asentase.» 

Basabidas^ 379. — Aplicado 
á dos muchachas ; parece vo- 
cablo moderno. 

*Á buen tiempo hemos lle- 
gad o > pues aquellas resabidm 
hijas de Getrón no han ve- 
nido.» 

Rescaño , 358 = Residuo, 
resto, 

«Agradeceldo á Dios, doña 
urraca^ que me queda un res- 
£añQ por dormir, que yo os hi- 
ciera estar acá ajormando.» 

Besqueb raj o, 2 1 7 .^ * D es- 
de el resquebrajo del monte 
acá.» Después, 326, dice res- 
quebrajo del prado; por donde 
se va que es no sólo hendedura 
ó grieta, sino hondonada, pues 
en e!la podían estar ganados 
pastando. 



Beato, 214 = Suerte en el 
juego de envite. 

Betartalilla», 1 1 1.— «Tan- 
tas reíarktliiiast ni tantos re- 
truécanos,» Palabras que se 
consideran ociosas ó imperti- 
nentes. 

Betorcijadaí ió = Retortí' 
jada. 

RetToiiioa.ñdo , 384 = Sa-- 
plicando. 

* Escuchémoslas á ver que, 
ausadas, quellas vengan reir&- 
nicandú de las trámeos que 
suelen.» 

Jíetr^nicar quizás haya sali- 
do de retoricar^ verbo que tam- 
poco trae el Dic, y trónicas de 
retérkas. Una y otra forma se 
hallan en Juan del Encina y 
en Lucas Fernández, 

En el pasaj e del texto se tra- 
ta de que Séfora y su hermana 
solían pedir vesi 6 preferencia, 
á ios villanos, para sacar agua 
del poüo, y por eso le hemos 
dado la significación de súpli- 
ca, aunque estuviese disfrazada 
con palabras sofistica^, arru- 
macos, etc. 

Bevestida^ 179= Adornada. 

Bezagüera^ 379 = Retrasa- 
da, rezagada. 

BodaaotLO, 250 = Broquel 
(voz de germ,), 

Bomar izado, 26S = Cons- 
üpadú, romadizado. 



VOCABULARIO 



455 



Rompido, 290=Roto. 
Ronceras, 317 = ¿Remolo- 
nas? 

«Y al dar de los vellocinos 
venid siempre no ronceras 
xumiando por las laderas.» 

Roncha, 355=Manía, tema. 

«En SabiniUa ha dado esta 
mañana la roncha.^ 

Rueco ó rueca, 66 = Las 
rocas ó carros de las fiestas del 
Corpus en Valencia. 

Rumiando, 20= Royendo, 
ramoneando. 

€ Rumiando de las duras cor- 
tezas destos alcornoques se ha 
mantenido.» 



Sacerdotables, 13= Sacer- 
dotales. 

Saltaritota , 276 = Baila- 
dora. 

«La mujer no la quiero gor- 
ila, ni rota, ni saltaritota, ni 
ventanera, ni callejera.» 

Salteada, 26 = Atacada de 
improviso. 

Salvante, 381= Salvo. 

Sampe, 265= Pegue ó zurre. 

«¿Por qué me habráis en 
titum? iPardiez que os la sam- 
pA* Quizá deba leerse zampe. 

Santiguadera, 84= Santi- 
guadora. 

Sayuelo, 224. — «Os pro- 



meto hacer un sayuelo de las 
primeras aceitunas que se ven- 
dieren.» 

Sendos, 213 = Correspon- 
dientes, ó uno para cada cual. 
Como se ve, lo mismo en el 
siglo XVI que en el xvii, este 
era el verdadero y único sen- 
tido de la palabra, que hoy tan 
impropiamente se emplea en 
sentido de grande. 

Sensuelva, 229.~Parecen 
dos palabras: se ensuelva. <rSo- 
bre ti sensuelva : ¿échasme pu- 
llas?» El sentido no está claro; 
quizá sea errata. 

Senoretas, 387=Señoretas 
ó señoritas: el sentido es iró- 
nico. 

Señoree, 78=Posea, ense- 
ñoree. 

Serenas, 28= Sereno de la 
noche. 

«Osaría yo jurar que aunque 
te la dejases sola y á escuras, 
y á esas serenas, nadie se atre- 
viera á hurtalla.» 

Sesgo, 38=Tranquilo, sose- 
gado. 

«Tras nublado el día sesgo y 
sereno.» 

Sémicalo, 25o=El manto 
(voz de germ.). El Dic, trae 
cernícalo. 

Servilla, 290= Zapata ó 
zapatilla de las mozas de ser- 
vicio. 





■ 








456 VOCABIIL4EXO ^ 




tSloaal, 374=Ciertameiile. 


Como se ve, podía ser tam- 


^^^^H KzcUniacidii &finiuaiTa, 




^^^^1 SléAS, 194= (Guardas t al- 


Sombríos, 20.^SubstBntí> 


^^^^1 ptmtííesif 


vo; por tugares sombríos, bos- 


^^^^H «Agora es dempo de tender 


ques sombríos» etc. 


^^^^H nuestras redes, que la boru- 


Somorgujo» 375.— Forma 


^^^^^B Oada está en grandísimo so- 


primitiva, de la que hoy tsá& 




si^o y pausa, y la skas des- 


frecuentemente se dice s&mor- 




cuidadas.» Parece voa de ger- 


mujo* £n las provincias del 




manía^ pero no ñgura en el 






Dkdúnarh de Hidalgo, 


somm^io^ Covarrubias trae 




8ÍCAt«ro3» 251 == Ladrones 


«somorgujo*. 




qne cortan bolsas (voi de gci^ 


T 




manía). £1 DU, trae deotere. 




ftlete «Imaa» 250=Jaco 


Tabletas, 239 = Medicina i 




(armadura) (voz de gerra,). 


pastillas. 




ais», 149— Significación 


«En las noches le den tahk^ 




actual. 


tas de dia dra^nh.^ 




<]Que tan bien te apañas i 


Tablilla, 164.— La que usa- 




la«j<í/> Parecía que debía ser 


ban los santeros, amén de la 




más moderno el uso picaresco 


campanilla. 




de esta palabra. Tajubién la 


Tacaño, 281. — «Que miente 




emplea mucho el Guimán de 


como un grandísimo tacaño,* 


^^^^^ Álfaracki* 


Como se ve, aquí se determina 






Sisones^ I57»— «Luqúillas 


una de las condiciones 6 clases 


Hl 1 


es uno de los mayores sisonts 


del iacanú, que era ser embus- 


Hl 


del mundo.» 


tero. El Dic^ le da las cualida* 






dobre Ilusa, 147» — ^«Los vi.„ 


des generales de astuto, pica- 






(buñuelos) con aquella sobre- 


ro, bellaco. La de miserable 






hma encima.» 


ruin ó avaro es mAs moderna. 






El Dic. sólo trae: tGuisado 


Tanda, 27o=Tumo. 






caldoso de pescado frito que 


«ÍNfiSA : Hora diga vuestra 






se hace en Andalucía.»^ 


merced.— Rodrigo : ¿Qué? ^Es 






Covarrubias le da dos sig- 


ya mí tanda}> 






nificaciones : una de capirotada 


Tangas, 2l=T&ñas. 






vulgar, y «cierta saisa que se 


Tapados, 196 = Convenci- 






echa sobre algunos guisados». 


dos (en los juegos de adivinar). 






_^^^bí 



YOCASCLARIO 



457 



«^iénense por tapüdos vue- 
sas mercedes?— Sí, por cierto.» 

Tarea, 224= Golpes. 

«Las aceitunas no están 
plantadas, y ha llevado la mo- 
chacha tarea sobre ellas.» 

Terrero, i4=Terrado ó te- 
rraza. 

«Nunca asestó mi pensa- 
miento al terrero y blanco que 
tú has enclavado tu rencor.» 

La forma terrero persistió 
hasta mediados del siglo xvii y 
algo más; pero en el siglo xviii 
es menos común ó quizá des- 
apareció. 

jTirá afueral, 388 =: Ale- 
jaos, huid. 

Tirantes, 25o=CaIzas (voz 
de germ.). 

Tomamos (Las), 393. — Se 
sobrentiende «las de Villa- 
diego». 

Tomó á merced, 292= Se 
entr^aron, se rindieron. 

«Los cinco maté y los dos 
tomé á merced,'* 

Tomillar, 327=Tierra que 
lleva ó cría tomillo. . 

Tomo , 361 = Bulto ó ta- 
maño. 

La significación salió de la 
manera antigua de designar los 
libros «de tomo y lomo»; es 
dedr, de tamaño mayor y 
gruesos. 

Tortario, 90. — Quizá sea 



errata. «Y e! tortario moro nos 
dedara.» 

Trábate, 333 = Cógete ó 
agárrate. 

Tragantonas, 3 17= Deco- 
radoras, 

Traspiés, i3=Zacandillas. 

«Tú con dos traspiés ó za- 
candillas mal sabidas y peor 
estudiadas.» 

Traspillada, 177 = Devp^ 
rada, consumida. 

«En un santiamén fué asada 
y cocida y traspillada entre 
todos.» 

Traspongamos, 180= 
Alejémonos. 

«lOh, grande alimaña, que 
aun no me conosdól Aguija; 
traspongamos» » 

Traspuesta, 98=:=Adjetivo : 
comida ó tragada. 

«{Quiés que le diga á la se- 
ñora Timbría que te haga otra 
un poquillo mayor que lá/rew- 
puestah Se refiere á una torta 
que el bobo había comido. 

Traspuesto, 30i=Devo- 
rado ó tragado. 

«Periquillo los ha iraspues- 
to,'» Unos turrones de Alicante, 
por los que el dueño pregun- 
taba. 

Traviesas, 35= Amoríos. 

«Y porque supe que había 
habido ciertas traviesas 6 in- 
tervalos entre Bartolomé San- 



458 



VOCABULARIO 



ches j ella, le di de mano.» 

Treohaa, 245=Trazas, 
«rgadas. 

«Qneríámos de ti que nos 
enseffases de algunas trechas 
sotües de las que tú sabes.» Es 
lástima que esta palabra no 
figure en él Dic, 

Tresqulladero, i4=rTras- 
quiladero. 

«Traer mi doméstico ganado 
cabal y quieto ¿ su deseado 
tresquiiadero,^ 

£1 Dic, no trae tresquUadero, 
ni trasquiladero, ni esqtdladero, 
sino en una de las acepciones 
de esquileo dice: «Casa desti- 
nada para esquilar el ganado 
lanar»! lo cual nos parece una 
equivocación ó trastrueque de 
papeletas. La casa, cuadra ó 
lugar en que se esquilan ó tras- 
quilan los ganados sólo puede 
llamarse esquiladero ó trasqui- 
ladero, 

Trlpicallo, 273. — «Sí, sí; 
destas que aparejan tripicallo,* 
El Dic, lo trae en plural. 

Trónicas, 384 = Súpli- 
cas, ruegos y arrumaco^ para 
conseguir un fin. (V. Retroni- 
cando,) 

Tudesquillo, 251. — Ves- 
tido á manera de ferreruelo 
con mangas. 

£1 Dic, trae tudesco: «capote 
alemán.» 



TurbiadOy i50=Turbado, 
entoipecido. 

Tararen, i73=Duraren. 

Tura, i42=Dure. 

Turrones de Alicante, 
300. — Ya es antigua esta clase 
de dulce. 

CovaiTubias habla sólo del 
turrón en general. 



Vedijudo, i6=Peludo. 

«Mi recUJudo jsombrero, que 
es hecho de la piel de un en- 
vejecido jabalí.» 

Veduño, 381 = Viduño; 
clase de la uva. 

Covarrubias trae «veduño». 

Veduño, 22=Casta ó cali- 
dad de las aceitunas. 
. Vejigas, 68=Vejigazos; 
golpes en las vejigas. 

Vendedera, 155 = Vende- 
dora. 

Verdugado, 139.— «Señor, 
calzas á la usanza son. — Pensé 
que era verdugacb,-^ El Dic. lo 
aplica sólo á los ahuecadores 
de las mujeres. 



Xerifar, 16. — «Contaró 
xerifarlBS joyas y preseas de 
tu choza.» 

Este verbo se escribiría hoy 



VOCABULARIO 



459 



jerifar y significaría enumerar 
ó inventariar. Creemos puede 
pasar al Dic., porque es voz 
clara, expresiva y única. 
Ximia, 102= Mona. 



¡T á mi, pajas!, 308.— 
Frase con sentido igual á como 
hoy la usa el pueblo. 



Zaga (De), 380= Atrás. 

Zaguera, i76=Última. 

Zámpese, 375= Arrójese. 

Zapateado, 136= Clase de 
baile. 

El Dic, sólo habla del zapa- 
teado moderno, semejante al 
Canario, que era baile del si- 



glo XVII. Como se ve, hubo 
otro anterior. 

Zapuzado, 69 = Chapu- 
zado. 

Zarzo, 250=Sayo (voz de 
germanía). 

Zollozando, 76=Sollo- 
zando. 

Zoyzos, 364= ¿Suizos? 

«Mas layl, ¿qué gente es ésta? 
Zoyzos son, por el ánima de 
mi madre,» Claro es que en 
tiempo de David no había sui- 
zos en Judea; pero nuestros 
autores no se paraban en esto : 
los había en España en tiempo 
de Rueda y era bastante para 
su objeto satírico. 

El Dic. trae zoizo con signifi- 
cación de suizo. Debe de ser 
la misma. 



ÍNDICE 



Páginas. 

Colloquio de Camila 9 

— de Tymbria 75 

Diálogo sobre la invención de las calzas 1 39 

El Deleitoso i43 

Registro de Representantes 225 

Colloquio llamado Prendas de Amor 311 

— en verso 317 

Comedia llamada Discordia y Questión de amor. 319 

Auto de Naval y de Abigail 354 

— de los desposorios de Moisén 372 

Farsa del sordo 399 

Vocabulario 435 



ERRATAS 



rAciHA. LIHSA 



t6i 

17S 
IS6 
266 

359 

374 
377 

3S5 



9 

7 

17 

í7 



hombre de Dios 
las cudilJa 

farza 
llámala he 



hombre f de Dios 
jascudilta 

Urtmarla he 



20 
16 
16 



f Ama, k salida venga / | Al 1, mala salida venga 
1 por ellos y poi ü. ] por ellos y por ti ! 
jHolaf— íA quién digo? ^illolal íA quién digo? 

á jorro 
perderá 



ajorro 
poderá 



Acabóse 

de imprimir esta obra en Madrid, 

en casa de los Sucesores de Hernando,. 

á 8 de octubre 

de 1908.