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Full text of "Il dramma degli Armeni"

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BIBLIOTECA  de 
HìCXHlH)  CAKRASCO 


Cuerpo 7*:^.  .. 

Estante ^ 


OBRAS  COMPinAS 


DE 


FRANCISCO  BILBAO. 


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V. 


OBRAS  COMPLETAS 


DE 


EDiaOHr  BECHA 

POI 

MANUEL  BILBAO 


-'^ 


-ronco  XX 


I 


IMPRENTA  DE  BUENOS  AIRES 
Calte  ti  lorcBO,  fronte  ft  te  caia  M  GoUeno  PrtrlieteL 


DISCURSOS  MASÓNICOS 


(PUBLIGADO  EH  FbàHCÉS.) 

Como  miembroactivo  de  la  logia  ^iUnion  del  Plata^n  j  honora- 
rio  de  la  ^LÀmiga  de  los  NaufragoSji»  ereo  poder  interpretar  los 
sentimientosqoe  nos  animan,  en  està  sesion  magna,  por  el  re- 
eoncimiento  gue  hace  de  la  aatoridad  iodepeadiente  de  nuea* 
tro  Grande  Oriente,  el  grande  Oriente  de  la  Francia. 

Séame  pnea  permitido,  contando  con  Tnestra  indulgencia,ex- 
poner  algonaa  ideaa  relativaa  A  la  Masoneria,  en  las  circunstan- 
ciaa  actnales. 

^Debe  aspirar  la  masoneria  A  la  direccion  espiritual  de  la  hu- 
manidad  j  al  gobierno  de  los  pueblos?— ^0  debe  tan  solo  limi- 
tarse  A  la  repeticion  de  sns  fórmulas,  à  iniciaclones  mas  6 
menos nnmerosasj  j  i\à  pr&ctica  de  la  beneflcencift? 

Noi — ^La  masoneria  es  algo  mas  que  la  inteligencia  de  sus 
simbolos,  órganos  sagrados  qne  nos  ponen  en  comunicacion  con 
el  pensamiento  7  el  alma  de  las  mas  remotas  genèraciones  ; 
cnando  encamaban  en  los  signos  qne  reverenciamos,  la  concep- 
cion  de  Dios,  j  de  la  arquitectnra  del  universo  que  salid  de  sus 
manos.  Si  A  esto  solo  se  limitase  nuestro  trabajo^  seriamos  una 
asociadon  de  arqneòlogos,  pero  no  una  sociedad  que  aspira  A 
conserrar,  A  trasmitir  j  A  desarollar  el  testamento  sagrado  de 
la  reyelacion  primera  7  universal  que  estalla  en  toda  inteligen* 
eia,  para  bacer  germinar  la  vi^tud  en  todas  las  esferas  de  la 
rida.  * 

^Debemos  limitarnos  A  la  prActica  de  la  beneficencia?— La  be- 
niflceneiaes  boena,  organizarla  es  necesario, — pero  si  A  ella  li- 
roitAsemos  el  campo  de  nuestra  accion,  no  seriamos  sino  una  so- 


106 


—  8  — 

ciedad  corno  la  de  San  Yicente  de  Paula,  sin  sus  flnes  eacu|)ier* 
tos,  y  sobre  cuyas  tendencias,  nuestro  gran  Maestro  acaba  de 
darnos  la  seflal  de  alarmir.  ^  liajo  otrò''è^dfAoi^JjfJneficencia 
que  pudiéramo;»  ejercer,  *s*eria  limita*da^  impotente  *  ante  tanta 
desgracia,  su  accion  seria  puramente  fisica,  para  remediar  males 
fisicos,  ybien  sabemos  h.-.  h/.  que  en  America  especialmente, 
no  es  el  pan  del  cuerpo  la  necesidad  que  apremia,  sino  la  ne- 
cesidad  de  fé,  de  creencia^  de  yirtud,  la  religion  de  la  ley,  de 
la  libertad  y  del  amor. 

Hay  pues  un  objeto  mas  directo,  un  fin  mas  grandioso  que 
la  Masoneria  prosigue  al  través  de  los  tiempos  y  lugares— y  es 
en  està  circunstancia  que*c(^nviene  sobre  t,qdo  tenerlo  bien  pre- 
sente, 

Grandes  acontecimientos  se  desarroljan  enei  mando.  Goronas 
y  Thiaras  bambolean  al  soplo  del  espiritu  decapitadòr  de  los 
usurpadores  de  la  soberania  del  hombré  y  de  los  pueblbs.  '/,ias 
monarquiashabian  engaùado  ù.  la  democracia,  ó  parlamentadò con 
ella.  Las  theocracias  perpetùan  aun  là  iisurpacfon  de  la  razoq 
y  del  libre  pensamiento  que  constituyela  Base  de  la  iguàldac^ 
anteDios,  la  causa  de  nuestra  pdrsonalidad  iddependìente  j 
larazón  del  vlncfùlo  fralernal  que  debeligar  à  los  liombre^  fen-' 
tre  ai.  La  democracia  avanza  para  entronizar  el  gpbierno  def 
hombre^  la  autonomia  de  los  piieblòi^.  La  mbnàrquia  sera  cn  po- 
co tiempo  mas,  un  recuerdo  qnc  simbolizdba  la  inóapacidad  (^' 
inmoralidad  de  la  mayoria  de  la  especie  liamana,  porque'^a  ta 
democracia  con  sus  perse verantes  conquistai  es  ci  herecìero  for- 
zoso de  la  primogenitura  inìtfua  de  ciettas  castas  ò  f^mifias.  ' 

Pero  no  habrà  democracia  radicai,  si  el  hombre  no  profesa  i,a 
religion  de  larazon  que  es  la  base  de  la  libbriad.  — Y  conjo  la 
Thocerania  simboliza  la  usurpacion   de  la 'raion,  de  lala'cultad 
del  libre  pensamiento,  del  dérecho  sagrado  de  ia  intèrprètacion* 
del  Ser  y  desuslejes,— es  darò  que  loda  religion  positiva  que 
se  impone  por  la  autoridad  de  la  f^  cicga,'  de  una  Jraaicioìi  ip- 
dlscutible,  de  una  revelacion  temporarqùeella  sola^  ó  suigle-! 
sia,  sJcerdocio  ó  pontificado  posee  cpmo*  herederol  directo,' y 
comò  interpretador  permanente  é  infaliblé,  es  una  religion,  ^s, 
una  iglesia,  es  un  St-jcerdocio  y  es  un  pontificado  que  arrancando 
<i  la  libertad  de  su  base,  y  que  destruyendo  con  el  privileiip  de. 
la  revelacion  ci  princìpio  de  la  igualdnd.  engendra  necesaria- 
mentc  el  dcspotìsrao  religioso,  ci  despotismo  politico  y  social, 


-  »  - 

la  Sest'^uaMad  de  los  bombrea^  j  establece  las.  oastas  en  él  seno  ' 
de  nuestro  nuevo  mando  ansioso  de  libertad  j  de  i<;aaldad. 

Y  ho;  a.sistimos  à  la  calda  de  esdr  religion,  acontecimiento 
ìnmeoso^  era  nueva  qqe  se  abre  7  ante  cuyo  e8pecUcu!o  es  ne^ 
Cesario  pregontarae  :  i  quién  sera  el  beredero  de  esa  fé^  de  eaa 
aoloridad  y  de  esa  Iglesia? — A  lo  que  podenaos  contestar  con 
laspalabras  de  Alejandro  moribundo:  cuando  pre«;untado  sobre 
el  beredero  futuro  del  imperio,  contestò  :  «  el  mas  digno,  » 

Lo  mismo  podcmos  decir  nosotros.  Podemos  diri[^ir  d  todas 
las  religiones  positivas  eiisftentes  la  interpelacion  suprema  pre- 
gantando  por  el  beredero  de  la  fé,  de  la  autoridad  7  del 
pontificado  católico.  ^£n  dónde  està  la  religion  que  se  presen* 
taparallenar  ese  vado? — ^cudl  es  el  dogma  mas  elevado  7' 
comprensivo  qne  pueda  satisfacer  al  alma  humana  en  nuestros 
dias?— ^Coàles  son  los  brazos  qne  se  alzanpara  sostenerla  basi- 
lica que  se  desploma  sobre  la  frente  de  la  bumanidad  católica?  ^0 
pretenderemos  vivir  ó  edificar  en  las  rninas  del  antiguo  tempio 
derribado  por  el  Sanson  de  la  filosofia?  No. — No  veo  à  ningu- 
na  religion  positiva  presentarse  para  reemplazar  7  sobrepujar 
A  ese  dogma;  à  ninguna  antoridad  masfiierte,  ó  ningun  pontìfi* 
cado  mas  espléudido,^  ningnna  Iglesia  mas  empecìnada. — Poes 
entonccsh.'.  b.*.  demos  un  paso  adelante,  ^tengamos  la  audacia 
de  la  fé,  somos  los  mas  dignos  por  quesomos  los  mas  nniver- 
sales,  7  comò  talea  recojamos  la  herencia  del  imperio. 

Para  probaros  que  tal  debe  ser  nuestro  objeto  7  legitimarla, 
08  pido  atendais  7  mediteis  las  consìderaciones  que  paso  à  es* 
poneros. 

No  ba7  sino  una  verdad,  una  justicia,  una  mora!.  Los  mis- 
mos  principios,  móximas  7  axiomas  bau  side  proclamados  en  las 
alturas  del  Tbibet,  a  las  orrillas  del  Ganges,  en  los  vallea  de 
,  Persia,  en  los  misterìos  de  Egipto,  en  los  temptos  de  la  Grecia. 
Confucio  7  Zoroastro,  Sócrates  7  Cristo,  Mahoma  7  Lutero,  7 
basta  el  mismo  Ignacio  de  Lo7o]a  ban  proclamado  los  mismos 
principios  de  moral. — Entonces,  ^por  qué  esa  diferencia»  tan 
grande  en  el  movimiento  de  los  pueblos,  en  la  condicion  de  las 
sociedades,  en  el  destino  del  hombre?  ^  Por  qué  no  ha7  pue* 
blos  virtuosos,  por  qué  no  se  practica  la  moral,  por  qué  la  hu- 
madidad  que  reconoce  una  Ie7,  no  forma  una  familia? 

^Porqué  el  odio,  por  qué  la  guerra,  por  qué  la  excomunion 
permanente,  por  qué  el  fuego  7  el  fierro  esgrìmidos  à  nombre 

2 


-y 


—  10^^ 

del  mi8md'Cratfdw,»paM^  aichnAeabr,  démùktktò  kxteMmw  A  ^i 
hombre^    ♦ 

Porqtfe  los'dognMiiiMSoiì  dìlkrenté6. 

^Si  Ida  ^dof^mas  eiitcmc^d  soiwld' cntisa  de  lii^diferenci»^  del  4ea-!' 
pottemo,  de  la  {«ueffa,  por  qué  no  pròolamamoa  in  suprennieia  *" 
dela  moro|  f  abaodonamos  el  dogma  A  la  perpètua  eldboraeioÉ  r 
del  pctifU»iniento? 

He  óqul  la  aegunda  cotwideratìon  qne  aometo  A  Ttteatra  medi- 
taéf  on:* 

El'dopma  domina  è  la  moral— y  él  deporta  tiene  qne^eiistir. 

En  efecto,  nobasla  saber  que  los  hdmbres  son  igoales  y  qoe 
elTespeto  reciproco  de  sua  derethos  ea  la  ley,  ni  qne  la  fra 
terìdidad  sea  el  vincalo  mas  Lello.     No.— Esa  mora!  se  apoya'  * 
y  no  puedc  ser  fecunda  pnra  ci  corazon  del  hombre,  ain  nnao  ' 
creencia  qoe  Io  afirme  corno  verdad,  cono  enKknacion  6  ìmpe^  " 
rativo  de  una  causa  suprema  y  eterna.    Y   esa  creencia  es  el  * 
dogma.— Necesitamos  y  debemos  saber,  si  hay  un  creador^   ai: 
ese  creador  es  nn  padre,  ó  si  la  futalidad  es  lo  absolato.    Nec&- 
sitamos  saber,  si  ose  creador  cs  legislador  y  jùez,  y  si  noso- 
tros  somos  espfrita  ó  materia,  solidirioH  de  nuestras  acciones 
pasadfts  y  futnras,  si  somos  inmortales  ó  apariciones  fantdsticas 
en  el  pen5;amiento  y  el  espacìo. — Necesitamos  saber,  cual  es 
naestro  destino  en  una  palabra;  y  la  satisfaccion  de  ese  proble- 
ma es  el  dogma.-  Se  ve  pues  que  el  dogma  influye  y  domina  à' 
la  moral.    Las  difcrencias  esenciales  de  los  poeblos  dimanatt 
dehi  diferencia  de  sua  dognias. 

Bien puede  decir  el  Cristo:  «  ama  à  tupróximo  corno  dti  wU" 
mo.  9  Pero  si  el  teòlogo  despues  nos  ensefla  :  «  tnuehos  son  loi 
llamados  y  pocos  ìoa  esfogidos;  »— Si  nos  dice  el  dogma:  «  hày^ 
elegidàs  desde  ab  eterno^ — haij  cotidenados  de  ab  eterno^ii — en  uria 
palabra  si  el  dogma- de  ta  grada  d  de  la  fatalidad  se  impone, 
deciditie,  si  puedo  considerar  a  Ids  eternamente  reprobados, 
a  àqueHos  què  no  tiven  en  la  gracia,  del  misrao  modo  que  é 
\ok  qdl  han  side  los  privilegindos  del  amor  divino  I  No.  Es 
infposible  que  atiie  del  mismo  modo  al  que  Dìos  ha  condenado, 
y  ja  Teis  pót  mediò  de  esteejcmplo,  corno  el  dogma  domina, 
y  attera  la  moral. 

Mahoma  pi'edica  màiimas  de  caridad  tan  sublimcs  comò  las 
del  Cristo  :  «  Creyenies  dad  lo  mejorqué  tevgais. . ,  .Los que  dan 
limosna    de  dia  y  de  noóhe',    en  setreto  y  en  pUtblieù^  reeibiran  la  ' 


i 


~  111- 

ib  neompensa  desiai. .  «  •  lòtigué  traga%  'elpràdmio^^laitsmra 
»  se  lèvaniarin  tm  ti  dia  ide  W  résurréèem^àmé'^ìiUHloÈd  t^iiUmif 
»  Satanis  hamanchado  con  tu  eontoHÒ.  N6dénki$^4  ikQdU^^ffiM 
»  $ereh  daHado»  »...  .Las  recòai^etimig  espeiiaÉ*  d\lok  <0it'  A4/i 
»  siilo  padenfen,  t^Hdiéos^jéfmi5Ss;iJapieidi»ds/9ìé$imploPùà  elpér- 
»  dondeDioi  deada  itirrorÉi.:  »        ' 

<c  Una  Lucna  palabn»,  et  olfido  éé  la»ifeMii8,ì  ?al6  maacque 
9  una  limostii  ssguìdade  oniQal"pro<»(l6r.<  »  (à)) 

Quiéii  no  dirla  que  esel  migmo  Cristo  el  qae  babb? .  Paw  e» 
tfahoma,  el  fundador  de  €«a'religioii:temble,a|Kij;àdafDelter- 
ror.  Pero  al  lado  de  1^  moral  tpié  e&  la  mìsina,  sé  lertiita  el 
do^ma  de  lafiitalidad.'  «  DM  dà  to  $MdnNa  d  qùignyquifife^ 
Bios  dirige  d  hs-  que  quiete.  Vuestt^diUs  esténèoniadós.  T  «si 
las  demns  mttximos  de  la  fatalidafd  que  hàeen  coMiderdr  à  Io» 
cnemigos  corno  dignosée  la  escltfvitàd,  de  la  maafteód^l.tòr- 
mento. 

Podrìifin  repetìrse  los  ejemploé,  pero  ba^aA  los  citadda  para 
probaros  qnela  difercncia  de  dogma  altera  la  p^éMÌca'yiIarì^n- 
lidad  de  la  moral  qae  es  la  misma. 

.  La  mornl  no  es  pueasaficlente'pararealiÈìirla  vìrlod  sobveJa 
tierra.  Necesita  apoyarìse  en  un  dogma.^Ahofaf  la* 'èuéfitloii 
que  naturalmente  sé  presenta  es  la  si^uiente;  ^Guél^es-d^dog^ 
ma  unirersai  de  la  moral  uni ver^?  jGMl  eaeldogmà^òen* 
carua  la  cternidad  de  là  justicìa,  comò*  imperatilo  del-  Etehio? 
Encontraremos  eàe  dogma  en  las  rèiigionea  po8ifiyaS''quer  reci- 
procamente se  escomulgan  y  t^uios  resultados  pràèticos  sou  la 
opresion,  la  desìgualdad,  la  indiferencia  d  la  guerra  ? 

No  Teo  ningunareligioupo^ltìiii  que  tfeadignadéreemplazar 
à  Ifls  otras,  que  presente  el  dogma  de  la  libertad,  delajasticlay^ 
del  amor. 

^Qué  tiacér  entóncest  El  hombre  Imsea  el'lém|»l0f  elaatitM^ 
rio,  la  palabra  donde  albeifgar  su  '  angnitia;  j  leiqde  Teo-  maa 
dlgno  leYTihtàfse  en laperegrmacioft  al  tt'avès  d^l  dieaiisrto  y  - da< 
Ins  ruinns^  es-  el trìàngdiò  -mfafeónieò  qùé  b^^Blàf  «u  ePfdttdò  d« 
naestro  saatuarìo.  Créb  qtie^^  dògmh  nkisdtti€a^<égieI'^^>iiMM 
se  acerca  A  là  Yerdiid>  ef'rbh6''t^mpl^nfèlvd^èI  lAascòmtÀH^  e^ 
querécònooe  éù  Umi^Wtìtìérta^  y  la  jttslieia  coffif<y  Al^qiifléftll^'' 
7  eu'  él  iiombfe  la  llbe^tSd'  còitio  fùerra;  y  la  iguald^d^  coitldi> 

■■''..  •     '3-  ...    ..    •. 

<a)   Kidrili-4ipmuò!|i4ffi  •  '•'  •  '  ••   .  .  !  /     i     .'  ■  .  - 


-  12i- 

iiiedi4a  de  so  foierza.  .  He  aqot  porque  .fundo  en  la  Masoneria 
tali  grande»  espei^Qzaa^  para  her^dar  ^1  dominio  del  imperio 
an«rqauado  )de  Ina  creencias. 

Et  mupdo  perteiieiee  &  los  ^ertea^ — pero  Ips  astutos  Io  dia- 
putan.  Edx  medio^de  todaslasreligioaes  j  sectas  en  que  se  di- 
viden  las  creencias,  ha j  una  que  por  sus  dogmns,  bus  prin- 
cipios,  sus  rèsili todoa  elicla  en$eùanza  jsus  tentati vas  de  domi- 
nioy  es  la  mas  peligrosa  secta  que  Jamas  amenazaria  &  la  verdad, 
a  la  moral  y  à  la  digifidad  del  hombre  y  de  los  pueblos.  Ha- 
blo  del  jesuitisoio.  ;En  America  tao  solo  os  presento  corno 
ejemplo,  el  Paraguay infelia,  teatro  de  su  dominio,  de  su  educa-, 
cioo,  y  que  boy  dia  con  su  tìrania  injertada  en  el  alma  de  las 
generaciones,  es  laleccion  maselocuente  del  poder  terrible  de  esa 
secta.  Desgraciado  el  pueblo  que  ignore  Io  que  sìgniCca  esa 
secta,  ytraidoró  imbecii  ei  gobierno  que  la  acepte. 

Ese  mal  que  nos  degrada,  esa  falsia  que  cunde,  esa  diplo- 
macia  enmascarada,  la  intriga  autorizada,  la  palabra  prostituì  da, 
la  desaparìcion  de  los  caracteres,  la  reticencia  meritai  en  todos 
los  actos  de  la  vida,  la  desaparìcion  de  la  espontaneidad  del 
alma,  el  culto  del  éxito,  la  aprobacion  de  todo  Io  que  triunfe, 
la  sancioo  que  se  d^  à  lo  que  se  presente  comò  fuerza,  la 
doblesen  el  pensamiento,  la  mentirà  en  la  palabra,  la  traicion 
enloa  actos, — todo  eso  eseijesuitismo,  todo  esoseensefla,  se 
aprende^  sp  difunde,  para  alcanzar  ci  poder,  dominare  los  pue- 
blos, esplotar.  sus  inteligencias  y  riquezas  en  beneficio  de  la 
órden  y  de  la  teocracia,  encubierto  todo  bajo  las  palabras: 
«arf  majorem  Dei  Gloriam.i^ 

Jamàs  ha  habido  mayor  enemigo  ni  mas  peligroso  de  la  recit- 
tud  del  alma. 

Pues  bien,  esa  secta  nos  iuTade, — esa  secta  se  entiende  à  pa- 
so de  lobo,  84  infiltra  en  la  eusefianza  se  reiriste  con  el  manto 
de  la  caridad,  acecha  al  poder,'— prepara  sus  candidatos  para  los 
puestos  importantes  de  la  admtnistracion  y  de  la  politica.— Co- 
nòii^emos  su  lenguage:  hnmildad^  cuando.  caidos— y  oryullo  del 
domìnio  omhipotente  de  la  homaniad  en  su  secreto  pensamien- 
to. Liberala  coando  se  les  abuyenta  9  persigue,— c/^^pofoi 
coando  imperan. — Demoeraias  en*  las  monarqui^  que  no  pue- 
den  dominar,— y  monarquistas  en  las  Bepùblicas  que  los  des« 
precian.— Partidarios  de  la  libertad  de  la  ensefianza,  cuando  la 
«Qirersidad  laica  predomina  6  el  Estado  toma  sus  precauoiones 


> 


—  13  — 

contra  sa  sistema  corniptor, — 7  exclusivistas^  caando  por  me* 
diode  infamescoQcordatos  haopodido  enseflorearse  de  la  eda- 
cacioQ  de  los  pueblos,  à  acentar  su  predominio. — Estando  en 
Suiza  en  minoria,  piden  1a1iberttfd,7  Io  mismo  en  Irlanda,  yen 
/ustria,  en  Roma,  en  Napoles,  en  el  Perà,  y  en  Ghile,  piden  la 
abolicion  de  todalibertad,  el  esclusivismo  del  culto,  persiguen 
la  prensa  libre,  anatematizan  7  se  sirven  del  brazo  secnlar  para 
sus  fines. — Ay  del  pueblo  que  los  acepta  bajo  el  sofisma  de  la 
libertad  invocada,  asi  corno  del  enfermo  que  aceptàrala  libertad 
del  suicidio. 

Asi  no  solo  la  Masoaeria  b.*.  h.* .  tiene  que  aspirar  àia  noble 
mision  de  ser  la  religion  universal  para  educar  pueblos  virtno- 
SOS,  sino  que  tiene  que  combatir  ó  la  violencia  7  {i  la  astucia. 

No  nos  formeaios  ilusion  sobre  la  dificultad  de  la  tarea.  Al 
contrario,  encaremos  corno  espiritus  sinceros  Io  que  debemos  ha- 
cer  para  proseguir  en  nuestra  marcha  7  ser  dignos  de  nuestros 
antepasados,  que  en  medio  de  los  peIigros7  reyeces  de  los  siglos 
bàrbaro»  han  podido  trasmitir  basta  nobotrosla  escuadra  7  el 
compas,  à  la  luz  de  la  estrella  que  brilla  en  el  Oriente  para  edi- 
ficar el  tempio  de  la  grande  humanidad. 

Pàracumplir  esa  mision  debemos  ser  severos  en  nuestras  ini- 
ciaciones, — fortìficarnos  en  el  estudio  de  nuestras  traducfones,  7 
70  propondria  una  sesion  mti^na  todos  los  meses  destìnada  Àia 
enseAanza  del  dogma. —Si  nuestros  enemigos  minan  el  terreno 
qae  pisamos,  vigilemos  con  la  lampara  encendida  para  salir  al 
encuentro  del  espCritu  aiiunciado, — 7  si  ellos  aspirane  apoderar- 
se  de  las  funciones  muoicipales, — aspiremos  tambien  nosotros 
d  apoderarnos  del  poder  ejecutivo,  legislativo  7  judicial  7  mas 
que  todo  de  la  direccion  de  la  enseflanza. 

He  dieho. 
Buenos  Aires  Nobiembre  i5  de  1860. 


'4.. 


>• 


SEfiVSftO. 


(IHÉOITO.) 

\  NadaaaeYo>  biermaaos. — Dogmis  6  principipa,  .tradjpiomen  ó 

..tuperanzos  que  se os  ensefien,  todo^o  puede  seros oo.purte  co- 

'  nofiido  j  tiene  su  origeo  en  las  ideas.necesaria^  que  iiaceiii^oa 
el  hombre,  y  que  la  ciancia  desirrolla. 
Acordaos  del  proceder  Socràtico.— La  enseftanza  de  Séejtates 

.  se  reducia  à  descubrir,  ù  nj  udar,  à  revelar  en  el  alma  misma  del 
discipulo*  los  gérmenes  que  el  verbo  eterno  allf  deposi tjtra^r-y 
68  asf,  corno  despues  esaenseflanza  ha  venido  /k^ser  corrobanida 

,por  el  texto  magnifico  con  que  San  Juan  obre  las  puertasidel 
evangelio: — Era  la  Ita  que  alumbra  diodo  hombre  que  tiene  4  e$te 

.laiiJido.^Esa  loz,  él  misoia  lo  dice,  era  la  participacion  de  la 
etema  inteligencia. 

Esaluz,  pues..  eslamisma  que  quizAsya  conocfais,  pero  con 
Iacual4>s  iniciamosy  osdamos  el  bautismo  luminosa  de*  miem- 
brosde  unasociedad,,cuyo  objeto  es  la ar^juitectura  moral  de  la 

'bumanidad  ìndivisible. 

El  vapor  ha  existido  en  todo  Kempo  en  la  elaboracion  de  la 

•  natnruleza.  Lo  mismo  la  electricidad,  y  todos  los  flnidos  y  fuer<^ 
cas  conocidas,  cnya^plicacion  ^  los  pr ogresos  humnnos  nos  asom- 
bra. — Pero  comparad  la  eiistencia  del  vapor,  à  la  conciencia  de 
9t  ftierza  y  lo  que  es  mas,  à  la  or^^anizocion  de  ^sa  fucr^n  por 
«ediode  la  mecéttica  indinìlria!,-*-y  verèis.la  distaacia  qua  me- 
4ia  entre  la orgénizacion  y  la  concienda  de  i.nna  fiieraa  ÓL  de  una 
facultad,  y  el  becho  solo  de  su  existencia. 

Ese  vapor,  esa  fuerza  qae  se  perdia,coneent4*ada^ergàriinda, 
aurea  los  marea,  devora  las  llanuras,  atraviesa  las  iiontafias, 
trasportando  los  productos  de  los  dimas,  los  bombres  éé  todas 

.  lus  razas,  los  pensamienios  de  todas  las  eseuelas,  cruzundo  y  mez- 
clando  los  elementos  materiales,  mnrates,  é  iatelccto»ies>de  la 
>huiunidad,  enunforo  tao.  vasto  corno  el .  mubdo^  pira  nealizar 
laharmonia  predestinada,  y  la  omnipresencia  de  toddJdubellOi 

l 'd*  itodo  ìw,  Atil,  'M  todo  Io  justo. 


—  16  — 

Del  mismo  modo  la  masoneria»  h.'..  Laiaz  existe,  existia. — 
Todos  reconocen  la  necesidad  de  un  vinculo  coinun^  pero  casi 
todas  lag  religiones  j  s^ctas,  han  pretendido  imponer  sus  formas 
y  ritos  ncculiares  y  esdusivos,  à  la  forma  universa!,  que  desco- 
no8e  las  fronteras,  j  que  ignora  loslimites,  y  que  es  la  que  no* 
sotros  proponemos.  La  masoneria  en  medio  de  todas  las  disiden- 
cias,  divisioncS)  ódios,  ;  persecaciones,  ha  elevado  su  bandera 
en  la  que  brilla  el  triànQ:u1o  inmortai  de  la  Trinidad  divina,  cuya 
etlcarnacion  humana  se  lìnmalibertad — igualdad — fratem^éad. 

No  discutimos  sobre  dogmas,  ni  sobre  principios.  Exigimos 
tan  soloel  reeonomiento  del  Àrquitecto  su| iremo  de  los  mundos, 
sin  cuya  existencia,  y  reconocimiento,  sociedad,  le\es,  civiliza- 
cion  y  progresos  sacudidos  por  el  Sanson  de  la  duda,  rodarian 
desquicindos  al  abismo.  Exfgimos  el  reconocimiento  de  la  in- 
mortalidad  del  alma,  sin  cuya  verdad^  «  està  vida^  .seria^  corno 
Io  dijo  Hugo,  Pkdigna  del  Dios  que  la  dà  ydel  hombre  que  là  recìde.  » 
Exigimos  el  fébbnocimiento  de  un  vinculo  supremo  entre  ese  <^ 

Dios  el  eterno,  y  entre  este  ser  el  inmortai,  para  continuar  el 
desarrollo  de  la  crisàlida  celeste  que  la  humanidad  contiene,  7 
que  no  puede  terminar  porque  tiene  1  la  eternidad  por  tiempo^ 
A  la  inmensidad  por  campo  y  al  infinito  por  termino  y  desco  de 
snsaspiracionrss  sin  fin. — He  ahiloscimieritosindestruc'tibicsdel 
tempio  moral  tan  vasto  corno  el  mundo,  que  losmasones,  apren- 
dices,  compaderos  y  maestros,  levantan  con  sus  manos  bajq  el 
amparo  de  la  luz  del  cielo  y  de  las  luces  que  nosgoian. 

La  masoneria  quierepues  fortificar  todo  lo  quees  universa!.— 
La  universalidad  es  su  cardicter.  Su  bandera  de  enganc)ie,  no 
establece  clasific«ciones  de  riqueza,  de  color,  de  patria,  de  re- 
ligion,  de  profesion.     Su  ley  de  ciudadaoiaìmpone  corno  Anica  H 

condicion  d  la  virtud,  para  ser  inscripto  en  el  registro  civico  de 
esa  Jemsalem  porque  suefian  los  mortaIes«  de  esa  ciudad  que  de 
Oriente  A  Occidente  y  de  Septentrion  à  Mediodia,  realizara*  lat 
palabras  del  Apocalipsis  de  San  Juan,  «  que  no  ha  menester  Sol, 
ce  ni  Luna^  que  àlumbren  en  ella\porque  la  Clafidad de  Dion  'a  a/t^m- 
*  «'  bró  y  la  lampara  de  ella  es  el  corderò.    . 

«  JVb  entrare  én  ella  ninguna  cosa  contaminada^  ni  ninguno^  que 
«  cometa  abominacion  y  mentirà.  ». 

He  ahi  ouestra  ley  de  eleociones  para  ser  cladadono  de  la 
efaidad  maiBònioa. 

Se  OS  han  abier to  las  puertas.    Habeis   pasiido  pdr  la»  proebas 


-X." 


-4  ':17  - 

qae  se  exigen  .para  reóibìr  la  luz.  Sed  ptiés  dtgnos  de  hi  Itiz, 
porque  la  luz  òs  seguirà  en  los  recóoditos  de  la  cdneiencia  para 
tòcodriflar  Yuestrasacciones.  *'  '    , 

La  iniciacion  es  uepesaria.  Toda  religion  la  impone; lodo  Es- 
tado  la  exige.  £1 .  cristianismo  emplea  ci  bautismò  deVagua, 
simbolo  dela  puriiicacion. — Gì  Estado,  là  r^nta  ó  la  Es'cuela, 
simbolo  de  nrraigo  y  de  instniccioQ.— La  Masoneria,  impone  la 
inz  corno  bautismò^  ò  la  aceptacion  de  la  revelaciop  eterna,  que 
nos  hace.pàrticipdntes  deTa  liiz  divina,  de  la'  ley  en  lacònciencia 
para  dirijir  la  libertad. — Exigimos  pues  todolo  fundamentalque 
las  religiones  y  sistemaspoliticos  exigen.  La  confesion  libre^  la 
comunicacion  directa  de  la  coucienciu  conel  Jiuz'  supremo:  la 
puriiicacion  de  nuestras  faltas,  al  confesarlas  j  proponer  no  re- 
petirlas,  que  esla  realidad  del  simbolismo  católico,  y  '  lo  que  es 
mas,  la  alirmacion  de  la  liumanidad  uni  versai,  de  la  patria  uni- 
versai,  de  la  Iglesia  universal,  en  la  aceptacion  de  la  fé  ma- 
sònica. 

iSe  cree  por  ventura  que  hemos  llegado  à  tal  estado  de  per- 
feccion  en  libertad,  igualdad— fratemidad,  que  ya  no  sea  nece- 
sario  sacerdotes,  apóstoles,  misioneros  y  propagadores  de  la 
santa  d  oc  trina  ? 

Hay  esclavos  en  el  mundo.  Luego  la  maàoneria  es  nece- 
saria. 

Bay  privilegios,  distinciones  de  raza,  de  clases^  de  naciones, 
òdiosy  prevenciones  separatistas,  guerraspermanentes. — Luego 
la  masoneria  es  necesaria. 

Hay  ignorantes  que  buscan  la  ciencia  y  no  pueden  adquirirla; 
hay  enfermedades,  mìserias^  desgracias  irremcdiables,-^barbà- 
rie  que  es  necesario  civilizar,  luego  la  masoneria  es  necesaria. 
— ^Hé  ahi  por  lo  que  haceal  estenor.— Y  por  lo  que  hace  à  la  in- 
timidad  misma  dela  humanidad,  — no  vemos  claramente  la  dis- 
tancia  enorme  que  nos  separa  del  ideal  en  todos  los  paises? — Ka 
vemos  las  instituciones  imperfectas,  las  leyes  vejatorias  que  aun 
subsisten.  los  dogmas  rivales  que  combaten,  las  fglesias  que  fluc- 
tùan  enei  oceano  delasdisputasy  de  losintereses?  -^No  vemos 
auu  àia  mayoria  alejada  del  esplritu,  sumerjida  enla  materia, 
procurando  encontrar  en  la  materia  y  en  la  sensacion  el  fin  de 
la  inmensidad  del  deseo  ? — Luego  la  masoneria  es  necesaria, 
porque  es  el  reinado  del  esplritu . 
'La  masoneria  tiene  pues  que  combatir  al  error,  al  tìcìo,  à  la 


desgmeia,  f}  d^Iqr. fisico  /  mpral,  A]a$  tinieblas  de  la  inteli^n* 
..eia.    lt,para(»iecpml)àteqae  darà  tanto  corno  là  historia,  sella 
organìzado  j  josotroa  boy  empezais  Aconocer  sa  discipliaai  por 
^  4)ijt6  sin  di^QÌ4)lina  nada  se  conjiigae.    La  base  de  esa  orgoniza- 
cion  es  la  àsqciaeion  j  la  obedieòcia  del  hombre  libre.    Tene*  ' 

mos  ttna.gerarqu(a:  Bespetémotsla.— Aprended,  pues,  desde  lioy 
A  respetar  nuestra  organizacion  j  autoridades. 
Tetienios  nnestrahìstoria.naestros  medios.  nuestco  fin. 
Nuestra  historia  està  encarnada  en  los  progreso^  de  los  pneblos^ 
en  liis  llamas  de  las  bógueras  estinguidas^  en  '  el  patlbulo  qué  se 
averguenza  ;à  da  presentarse  en  las  plazas  de  Iospaeblos,:en 
las  pehitenciarias  què    se  levantan,  para .  la  rehabilitacion   del 
delincuente^—en  las  garantfasdela  vida,  dola  propiedad  7  de 
,    la  libQftad  del  pensamieuto; — eh  la  abolicion  sucesiva  del  tràfico 
,d<^  escla^oS}  en  la  desiiparicìon  del  tormento  del  código  penai; 
en  los  conquistas  del  derecho  de  gentes  para  disminuir  los  males 
de  la  guerra.  ^ 

.  ^En  qné  progreso  no  encontrareis  la  accion  direcfa  ó  la  in-  ' 

floencia  masdnica  à  despecho,  6  igooràndplo  los  mismos  que  lo 
'   ooinbaten  ó  j)rotejen? 

Nneslros  medios'  son  la  organizacion  de  nuestras  lOgias«  y  la      ^ 
accion  de  la  razon  j  del  amor. 

Nuestro  fin,  la  construccion  de  ese  tempio,  enenjo  aitar  las 
oaciones  vendràn  un  dia  cou  los  trofeos  de  todo  despotismo  ven-  -v.] 

4;ido,  à  estender  la  mano  para  removerla  alianza  definitiva  de 
los  elementos  humanos,  presentando  al  creador  el  mas  bello  de 
las.espectiìculos:  Lalibcrtad  fratemizando,  la  libertnd  pìdiendo 
al  creador  etra  tierì*a  ù  otro  cielo  para  continuar  sus  victqrias 
de  luz,  de  fuerza j  de  amor,  basfa  la  consumacion  de  los  siglos.  ^ 


1tEBXSBÈL00 


(IffBftltOi) 

Jia  M.  * .  .deifallece  eati*e  oos^oitos.  iVor  qnéT 

Ìì)èbe  degfallecer? 

ffa  por  renlura  desapàrecido  el  mal  de  la  superBéSe  ie  la 
tierra?— No  bay  ja  miseria  qae  'àliVIar^  tkìéow  qtté  fébaB^ttar? 
ignorancia  que  disipar! — ^No  haj  ya  guerras  nadtHiàles  m  eiVi- 
lesqueeatinguir,  que  aplacar  discordias,  aparqvias  ó  despòtitlDOs 
que  combatìrr— Hall  desaparecido  los  erròrea  ftìUdamétitale» 
que  divideu  las  creeocias  de  los  paeblos^  engendr andò  la  separa- 
cion  j  ]osoìdioé?--£?ro  baybài'batos  j  sal^ajea^ué  citilìzielrv^* 
claros  que  redimir,  — multiìudes  ignoratttes  que  és  neteaario 
eleTar  a  la  categoria  de  hombreslibres? —Està  è1  Udndo  tini  uni- 
fòrmadoenreligion  7  pòlitrca/qnela  rerdad  noneceatta  )^pa- 
ganda  j  sacrificios? — Y  para  reasnmirlo  todo  en  una  palabra— 
Besplandeée  eì  tiien,  6  impera*  ia  rirtud  en  la  ma^oria  de  los 
hombres? 

-Noh.-. 

Y  para  Ùénar  de  àlgun  modb  progratiia  tan'  grandioso, 
creemos  por  ventura  que  las  religiones  positivas,  los  sistettfas 
de  gobiemo,  y  los  partidos  que  militan,  sean  sufibientes  é  en- 
Iraflen  la  solucioq  de  losproblemas,  ó  contenganlos  medios  (ffi- 
cacésde  desarroÙar  los  bienés,  de  gstrantirìos  pirogresòs  7  de 
pacificar  los  espiritiis? 

Si  ba7aIguno  quelo  crea,  que  se  presente,  7  ^^e  espónga  la 
nueva,  dlaantìgua  reTèlaoion,— 1K  faajjr  àlgutìo  qnéténga  «unte* 
sias  encamado  ,en  ,algupa  religion,  politica,  ó  utopia— que 'se 
presente  7  nos  diga  corno  Jesu-Ct*lsto  /yo  tùyla  Hb.  'là  ^tia^  la 
salvadonl  * 

— i^o  yemosalmundó^cargado  dercdij^ionesxdetemplos,  sin 
qu^  de  Qingunode  éltos  s^I^a  e^a  To^  que  necesita  et  alb^  hu- 
manji  para  regenerarse,  para  le  vantarse,  para  buscar  ^sa  cfudad 
dejùsticia,  teétaméoto''detòdfis(a$  èdalAès  ^  profecìà  de  Hflias 
las  creencias?  ^ 


—  20  — 

Cada  religioD  se  eree  poseedora  dela  Terdad  7  cada  mia  de 
ellaa  cree  qne  la  aalTacioo  depeode  de  sa  credo. — De  donde  se 
deduce  qoed^odas  ellasaoafilsaft^  ó  todas  ellas  contieDeii  los 
elementos  de  la  Terdad  ibaiQtable  algimas  weees  edìpsada,  pero 
jamàs  perdida  ea  la  memoria  qoela  transoiite  6  en  la  razoa  ui- 
Tenal  qoe  la  descabre. 

To  creo  mis  b/.  hacerme  el  interprete  de  Tnestro  deseo  por  d 
bien,  de  taestras  bnenas  intenciooes  j  callados  pensamientos, 
dela  grande  interrogadon qae  eoa  condencia  6  incoosdeote aco- 
sa Toestras  ioteligeacias,  caando  ai  Create  del  tremendo  proble- 
ma delmal^ dela  desgracia,  ó  de  la  dada,  ToWeis  Toestras  mi- 
radas  al  ser  supremo  pidiendo  uoa  ilumiuaciou  qne  os  disipe  las 
tìoieblas  7  os  ensefie  la  TÌa  de  tìtìt  eoa  provecho  ó  de  morir  con 
gloria. 

Yo  creo  no  defraudar  Tuestras  esperanzas,  ea  este  actotan  so- 
lemuepora  mi.— si  ajudado  porla  boeaa  disposicion  para  es- 
encbarme,  me  acompailais  con  Tuestro  baen  deseo  para  sostener 
ifii  discorso  sobre  el  oceano  proceloso  de  los  tiempos. 

^ué  queremos? 

En  està  prognata  ta  encarnada  la  grandeza  del  hombre  7  de 
su  destino. 

Bl  animai — ^y  todoslos  seres  infenoresi,  signen  mudosd  cami- 
no dela  fatalidad  sin  inqnietarse,  sintemorysin  esperanza. 

Pero  en  ei  hombre  se  despierta  una  tremenda  inquietnd. — 
El  quieresaber  donde  Yd.  Io  qne  es,  de  donde  Tiene,  Io  que 
serAl 

EI  stente  una  fuerza  sublime  que  se  llama  libertad,  qne  pide 
una  direccion. 

£1  tiene  una  inteligencia  que  se  abre  sobre  la  creacion  para 
conocer  sus  Ie>es — y  busca  la  lej  del  ser  humano. 

Ejisientesucprazon  corno  lacopa  encantada  de  la  Tida  que 
desJ^rda  de  .amor;  depasiones, — yquiere  7  debesab'er  lo  que 
haide  amar., 

«—Y  en  lodo  tiempo  para  la  necesidad  de  la  inteligencia  se 
presentii  el  dogma. 

— Para  la  direccion  dela  libertad  la  lej  ó  lamoral. 

Y  parala  satisfacpion  de  su  ampr.  la  santa  faumanidad  con  su 
cartejo  que  es  la  patria,  laamistad,  lafamilia,  à  todaslas  relacio* 
^  MB  iK>ciales,àJ)ios  corno  fin  7  principio  7  coronacioo  delaexis- 
tencia  enei  seno  de  la  eternidad  que  nosenvuelve. 


^ 


^ 


—  51  — 

Pero  clamor  sin  el  conocimiento  es  la  atraccion  sin  centro. 

La  ley  ola  moraUin  el  dogma,  es  una  opinion,  Taga  j  flotante, 
incapaz  de  apreroiar  la  Toluntad. 

Es  pues  necesUrio  que  sepamos  porcine  debemos  obedecér,  lo 
qne  debemos  amar  ;  preferir. 

Esa  cienciaesel  dogma. 

Ahora  se  presenta  una  cuestion.     ^Cual  dogma? 

Entraremos  nosotros  à  discutir  todas  las  creencias? 

^Pero  con  qué  principio  superior  las  juzgariamos? 

Tenemos  el  criterio? — poseemos  alguna  creencia  madre,  fnn- 
damental  é  incontrastable  que  nos  sirve  de  base  para  lerantar 
el  edificio  de  los  principios? 

Sij'-Crcemos  en  el  grande  A.  D.  0. — Creemos  en  la  libertad 
del  hombre — y  esto  basta. — Con  esos  dos  principios  hoseemos. 


I 
\ 


/  ,' 


1 


CUÀRTO* 


.  %■ 

I 


,  (InÉoiTO)  '' 

El  grande  Arqoitecto  del  Universo  ha  coDSIraido  sa  tempio 
que  se  llama  ioniensìdad.  Lp  inmensidad  poblada  respira  co 
su  seno;,  y  todo.ser,  desde  el  «omo  basta  el  sol,  son  piedras 
inseparablés  del  monumento  sin  Ifroites  que  suspende  en  bus 
bóVedas  lossistemas  de.los  mundos,  corno  un  discursode  ccnr 
telìos,  que  revèla  un  pensamiento.un  sentimìenloy  una  voluntad 
suprema; 

A  donde  tìo  alconce  el  telescopio,  la.razon  alcanza;  y  cn  toda 
parte  de  la  inmensidad.  entodq  momento  de  la  eternidnd,  se 
ve  la  misma  Icy,  ìa  miànla  médida  distribnyendo  el  moTÌmicnto, 
las  misftnas  columnas  sosteniendo  el  peso  del  firmamento  visiUc! 
del  firmamento  invisible  y  de  todo^.  los  cielos  posibles  que  la 
razowproyecta  mas  alla  de 'los  espacios.  Las  columnas  de  cse 
teitoplo  w  Ilaman  alraccion  sostenida  y  ejercida  en  rason  direeta 
deltts  ftiazM  -é  inversa  del  euadrà'to  de  las  dùtaneias.  Esa  es  la 
fuérwque  dominada  dformulada  por  la  geometria  divina  ha- 
elerado  con  una  sola  palabra,  la  arquitectura  de  los  mundos 
Ellbstienen  la  mùsica  celeste.  Ellos  entonan  el  himno  de  la 
créacioB,  cn  la  lira  de  siete  cùerdis,  con  los  siete  colores  del 
pnsma  pero  falta  la  palabra  del  hlmno,  la  conciencia  de  csa  mù- 
SIC  celeste.  El  universo  roeda  fatalmente,  tributando  el  ho- 
menaje  del  csclavo.  Faltaba  el  bimno  de  la  libertad  y  fué  el 
hombre.  j     ^  ^i 

Abriòsus,ojosUlalu?,recibiólainiciacion  delos«ielo«  por 
la  mano  misma  delArquitecto  creador,  y  desde  entónoès  la' 
matura  prpdilecta  recibid  la  mision.  de  construir  un  universo 
en  la  concienfcia,  de  edificar  un  tempio  moral  é  imagen  deltem- 
fn  If  "'!;  ,^?.''  W  masoneria.  Su  orijen  se  pierde  en 
Ut^tT/,  1  '''H'  ."">"'^'^«  «'  P'«».  '«geometria, 
^?4  h  "^'^  *"  ^*  cumbrede  1,  montafia,  en  là  primer 
miittóiì,  dcjltf  Vida,  ù  los  rèsplandores  del  astro,  simbolo  cn  to- 


-  24  - 

das  partes  de  la  palabra  ó  de  la  laz,  y  que  se  llama  Indra  en  la 
India,  Orzmad  en  Persia,  Helios  en  Egipto^  Adonai  en  Fenicia, 
Apolo  en  Grecia.  Ha  recibido  lag  columnas  qnedeben  snstentar 
la  bóveda  dei  tempio  moral  que  se  Ilaman  libertad,  su  piedra 
fundamcntnl,1a  piedra  bruta  que  es  necesario  elavorar.  Igoal- 
dad,la  medida,  el  nivel  que  debe  pasar,  el  equilibrio  que  debe 
sostener  todas  las  partes;  y  fraternidad»  la  bóveda  que  une  el 
monumento,  la  harmonla  q^e  debe  resultar  de  todas  las  perso- 
nalidades,  que  debe  existir  en  todos  los  aprendicetf  que  escri- 
ben  el  bautismo  de  la  iniciacion,  en  todos  los  compafieros  qut 
se  unan  para  levantar  las  murallas,  en  todos  los  maestros  que 
Ilevan  la  palabra  directora. 

Pero  hay  un  hecbo  terrible,  innegable.  Todas  Ins  tradiciones 
lo  atcstis^uan.  Hobo  un  dia  en  que  las  columnas  de  ese  tempio 
primitivo  fuéron  sacudidas  y  el  tempio  derribado,  sepultando 
en  sus  escombros  la  divina  arquitectura.  Fuè  el  dia  de  la  apa- 
ricìon  del  mal  ò  del  pecado.  Desde  entonces  la  bumanidad 
dispersada,  sin  hogar,  fugitiva,despotizada,  ha  elevado  una  pro- 
testa procurando  levantar  las  columnas  derribadas. 

Hombres  escojidos  que  gunrdaban  en  su  seno  Iqs  resplando* 
res  de  la  geometria  divina,  se  organizan  para  estudiar  el  pian 
del  tempio  y  reedificarlo  en  la  conciencia.  El  enemigo  triun- 
faba,  y  era  necesario  el  misterio.  La  masoneria  se  organila 
comò  una  conspiracion  tenebrosa  para  salvar  la  luz^  para  fe- 
cundizar  el  testamento,  y  desde  entonces  circula  en  las  entra- 
fias  de  la  tierra  comò  las  vetas  de  oro  que  es  necesario  arrancar 
con  el  esfuerzo.  Los  mnsones  quieren  que  sus  columnas  aean 
de  oro  y  por  eso  se  sumerje  en  la  tierra  para  arrancarlo  y  faa- 
cerlocircular  con  el  sello  de  las  palabras  sagradas,  moneda  di« 
vina  que  asegurn  el  comercio  de  los  productos  de  la  ciencia  7 
de  la  fraternidad. 

Derribado  el  tempio,  la  sociedad  quedaba  sin  albergue^  lai 
pasionessin  limites,  lasacciones  sincompds,  las  personalidades 
sin  nivel,  el  hombre  sin  escuadra  para  adaptarse,  à  la  forma- 
cion,  A  la  colocacion  de  las  piedras  del  edificio. 

Era  necesario  volver  à  recojer  esos  despojos  sembrados  por  el 
naufragio,  volver  ù  enseilar  el  uso  de  los  instrumentos^  A  des- 
cifrarel  pian  perdido.    De  otro  modo  el  hombre  viviria  Amer 
ced  de  sus  pasiones,  despotizado  por  el  hombre,  esplotado  por 
el  fuertC)  sin  recibir  el  salario  de  sus  obras.    Era  necesario 


-  25  - 

elevar  el  aitar  del  sacrificio,  piedra  fundamèntal  de  lasocicdad^ 
''^  »(<piV'èvtno\tìj^  /uz^^ft'  la  «if,  c*tf>ò'fil^}jo  :^é  èl  élìximn/ù  de 
*         los  pueblos.     Ytodo  esto  esfìr  tenttitiVa  de  todafa  1a6  i^eligi^ncs 
'^^'àé  h  tférta.    Todas  eììas  cónàerv^ni  fragtrieiitds''  Sei  dìvitìo  tes- 
tamertlo.'  ^  Pfu  hay  sócieda'd  sin  réìigrorf,"— ^y  no  Bàj'tèligìpH  sin 
*  tem|)!o.    Él  tempio  és  pues  la  òbra   de  todos-  él  esfacr^O  de 
'■  'mas.  ''  '\   -  '-     '.  •  ^  ;•   •  V     "•       •    '•  ■'    .''-•'"1 
'       i  Guài  C8  enlAnces  el  tempio  de  la  màsoneria?    '.     '      ,1 
El  temp!o  universa].     Es  en  esto  qae  se  distingue  de^lèdas 
las  reli<riones.    Es  en  esto  que  consiste  la  superioridad  de  su 
arquite(  tura. 

ncconocer  lo  innegable,  afirmar  el  axioma  de  la  exìstcnoìa, 
que  esDios— yel  yfnculo  qne  A  él  nos    une^    la  inmortalidad 
del  alma. — Aceptar  lo  que  tiencn  de  icomun  las  rcligiones    de  la 
tierra,  para  formar  una  iglesia  mas  vasta  que  todas  las  iglesias, 
w  un  gobicrno  mas  libre  que  todos  los    gobiernos,    una  religion 

'  mas  uni  versai  que  las  religiones  existentes,  respetando  d  todas 

corno  cmauacioncs  del  mìsmo  principio. — Asociar  las  razas,  pa- 
cificar los  partidos,  unir  lasnaciones,  combatir  el  error,  liber* 
tar  al  hombre  de  la  tiranfa  de  las  pasiones,  de  la  tirauia  de  los 
hombres,  abolir  el  tormento,  el  tràfico  de  esclavos,  apagar  las 
lìogucras,  disipar  la  intolerancia,  practicar  la  igualdad  y  la 
\-  beneficencia,  contribuir  al  desarrollo  fisico,    morul    é  intelec^ 

{  tual  de  la  humanidad,  combatiendo  la  miseria  con  la  caridad  y 

la  asociacion,  lié  ahi  algo  del  programa  de  la  masoneria,  he  ahf 
algunos  de  los  titulos  con  que  se  presenta  ante  la  historia  de  los 
pneblos.  -  La  masoneria  puede  ver  sus  trofeos  en  la    mejora  de 
1  las  costumbres,  en  los  principios  consìgnados   en  las  constita- 

cionc^  y  los  códigos. 
>2  Si  el  alma  humana  fatigada  de  las  Inchas  de  la  tierra   é  insa« 

ciable  por  unbien,  por  una   felicidad  que  no  encuentra;  si    lo» 
pueblosfatìgados  doblanla  cerviz  àlos  tiranos,  y   someten   sa 
[  inteligencìa  al  error, -si  los  males  y  el  despotismo,la anarquia^ 

I  losodiosse  enseflorean  del  gobierno  de  las  sociedades,   la  ma- 

soneria abre  suspuertas  à  esas  almas,  conserva  y  fecunda  en  so 
tempio  el  Tuego  divino  de  la  palabra  de  verdad,  y  estendiendo 
ius  iniciacìones  puede  llegar  à  ser  la  direccion  oculta  de  la  pò* 
litica,  \  la  esperanza  de  todos  los  que  sufren. 

Somos  nuevos,pero  ved  la  antigùedad  de  nnestra  tradicion;  la 
bandera  de  la  masoneria  se  desplegii  eo  la  ribera  del  Pla|a  par^ 

5 


^  •; 


—  26-- 

Mrrir  ft  la  causa  de  la  religioB  anìTersal,  A  la  camade  li  demo* 
crada,  y  A  la  prAciica  de  la  caridad, 

Tengamos  constancia  para  sostenerla.— Ta  Temos  sos  efectoa. 
Bendiciones  mìsteriosas  circolali,  7  el  anciano,  el  huérfano,  el 
enfermo,  la  mujer  desvalida  reciben  h  ofrenda  de  los  hijoa  de 
la  Tioda.  Tengamos  amor  7  Teneracion  por  nuestras  fórmalaa. 
Elias  ban  recibido  las  miradasde  todos  los  pasados  combatien- 
itti. 


■monsTAOonTBA  cii  oBuaftc  db  fbancia.  (i) 


(iHEDITO.) 


Acabo  de  leer  el  decreto  de  Napoleon  tercero,  por  el  cnal 

4Ì)  C'mnnkaeion  de  alfnnot  Tenerablas  de  Paris*  todos  los  yenerables 
del  Grande  Onetife  de  Francia, 

Los  ab.ijo  Grinadoe,  miembros  de  la  comision  nombrada,  hace  dos  mevs,  [la- 
ra  una  reanion  de  los  Tenerables  dd  Paris  para  asistìr  al  con»Jo  del  Gran 
Maestre  en  sa  lucha  legai  eontra  la  antigna  administracion  de'  Granite  Oriente» 
j  saplir  si  nècesario  faere^  declarar  qae  el  norobramiento  d**  iiiievo  Gran  M aes- 
ve  poniendo  unttrmino  ft  la  sitaacion  anormal  en  que  se  encontraba  la  ìns- 
titocioD,  haee  qoe  sa  misìon  sea  ya  sin  objeto. 

Sin  embargo^  antes  de  separarse,  los  miembros  de  la  di'-ba  comision  creen 
deber  diriiirse  k  sos  bermnnos  de  todas  las  logias  para  incitarlos  k  rfH*x>nocer 
el  poder  del  nnevo  Gran  Haestre»  aonque  no  sea  emanado  direirfamente  de  la 
eleccion,  corno  lo  queria  la  constitacion  i  el  Grande  Oriente  de  Francia,  y  k  roU 
?er  k  continuar  inmediatamente  sos  trabajos  masónicos  bajo  la  direccion  de 
SDS  representant  s  naturales. 

Todo  hace  esperar  one  la  franca  masonerìa  francesa  podrA,  bajo  una  sabia 
éirecdon,  ilustrada  y  libre  de  toda  solidaridad  con  la  antigua  administracion» 
entregarse  dignamente  k  sa  pacliica  obra  dò  B  neficencia,  de  moralizacioa  y  de 
progreso  intelrctnal. 

RManoselqae  sea  permitido  à  los  infnseriptos  dirìjirse  nna  ves  ann&  sos 
hermanos  para  proponerles  celebrar  el  advenimìento  de  su  Gran  Maestre  por 
medio  de  un  arto  verdaderamente  Masóniro. 

Lasciodades  deLeonydeSanEstevan,  vidndose  particularmente  abnimadas 
por  esa  gran  calamidad  social  qaese  llama  chomege  (nestis),  los  venerab  es  aha- 
jo  firmados  inviiin  k  losotros  venerabics  de  Paris  y  los  departa mentos&consn- 
grar  todos  los  recai  sos  de  que  sus  logias  paedan  disponer  para  socorrer  k  los 
obreros  de  esos  dos  grandes  centros  de  poLlaeion. 

Este  modo  de  inaugurar  on  nuevo  poder  debe  ser  el  mejor  en  las  actuales 
eirconstancias.  Porotra  partis  les  pertmeee  k  aqnellos  que  con  su  laboriosi- 
dad  6  enseàanza honran  j  preconizan  ti  trabajo, el  venir  en socorro  de  aque- 
Uos  qua  enlre  los  trabajaJores  es'.én  seftalados  comò  pacientes  de  mas  intensa 
miaeria. 

Saludos  firatemales  k  todos  lospuntos  del  trìftngulo,  y  sin  escepcion  de  opi- 
nion, de  nadoD  6  de  creencia. 

Paris*  Febrero  16  de  Ì86S. 

Pemet-Yallier,  venerable  de  la  logia  el  Tempio 
de  los  amigos  del  bonor  Frances,  presidente 
de  la  comision;  Andres  Rou  selle,  ven^  be 
de  h  Logia  bis-Montyon,  secretaridde  la 
eomìskm;  elcetc. 


—  28  -- 

nombra  de  sa  propia  autoridad  al  gran  Maestre  de  la  órden 
Masóuica  de  Francia.  (2) 
< .  ;  Pfo  puedo  comprender,  ni  atendiendo  à  las  leyes,  ìnstitncìones 
j  espirila  de  nuestra  ór Jen  se  puède  con]pi*end(3r  semeJHnte  i£- 
dicacion  de  p.irte  de  la  órden,  ni  seinejante  autoridad  de  parte 
del  emperador  perjuro; — por  lo  cual  me  dirijo  à  yos  querido 
gran  Maestre  del  p:ran  Oriente  de  la  Bepùblica  Argentina,  para 
queelevcis  vuestra  poderosa  palabra  protestando. 

Tal  decreto  aceptadoy  de^najturaUza  nnestra  órden,  j  loquees 
mas,  la  prostitute. 

La  autoridad  del  consentimiento  libre  ya  no  existe  ftn  la  ór^ 
den  que  ha  conservada  al  mundo  las  prActicas  j,  forroas  de.Iali- 
bertadquelospueblos  despues  han  aceptado;—  y  por  el  contra- 
rio, aceptando  lioj'  ese  hecho,  la  ìnmoralidad  y  la  centriilii^acion 
del  despótisinOy  es  decir,  la  organizàeiondelmal^  sé  o|)onén  dt^la 
institucion  que  pretende  ser  la  organizacion  del  bien.  , 

Nosotro9  que  no  pod3;no3  reconoser  nin^un  haclio    ni  poder 
apoyado  en  là  mentirà;  no  poderoòs  reconocer  una  autoridad 
masónica  emanada  delorigen  espùreo  de  un  poder  traidor  À  la 
.Bepùblica.  , 

Kosotros  qae  aceptamos  la  igualdad  del  bombre  y  la  autonoQiia 

(2)  DECRETO  lUPEBIAL, 

IVombramlento  del  Gran  maestre  de  la  <&rdeii  masónlea. 

NAPOLEON.  I 

.  Por  la  grada  de  Bios  y  la  Yoluntad   naclonal,  Emperador   da  Ics  Fran* 
ceses.  '" 

^"'   A  todoslospres%*nte8  y  veaideros,  nìnà: 

YìdoB  Ica  articulos  291  y  294  del  Cùdigo  penai,  la  ìey  del  10  de  abril  de 
1834  y  él  den^  del  25  de  Marzq  de  1852.  '        ' 

'  '  ConftMerando  los  toIoì  manifestados  por  la  órden  masómca  de  Francia;.de 

conservar  nna  fepresehtjcion  centrai.  '  ''       '  '  '    • '1 

^'  '    À  |)ropuesta  de  Tiuestro  ministro  delinterior^ 
Hemos  decretado  y  deeretamot  lo  slguiente: 

Art.  i.^    El  gran  maestre  d^  la  órden  masónica  de  Francia  el<»jidoh«ta 
aquf  por  trea  ados  y  en  virtnd  de  los  estatulos  de  la  órdeià,  és  nòmbrado  dii^- 
.  tamente  por  Nos,  para  este  mismo  periodo.  *'  »    •     ■  'F 

-"    Art;2.<^    Su   Esc.  fel  iiiari;»ca^,M^iaQ  està  nombrado  gran-maestr)  del 
Grande  Oriente  de  Francia!  '    '  '  ^ 

Art.  3.  ^    Noestro  ministro  del  Interior  queda  encar^ado  de  la  ejeeaoion 
del  predente:  decreto. 
Dado  enei  palaciode  lasTullerlas,  el  ilde  enerode  1862. 

I  NAPOLEON. 

.Por  el  emperador: 
,kS1  miiQl$tro  4il  interior. 


k» 


—  29  — 

de  nnesfrn  órden,  no  podeinos  reconocer  una  antoridad  qne 
anala  el  priucipio  electivo  y  la  soberanìa  interna  de  naestra  aso- 
ciacion. 

Conservemosla  trndicion.  El  decreto  imperiai  si  se  acepta, 
esel  dcsprcsIìj^Mo  j  muerte  de  lamasoneria. 

Sì  nopodenios  dominar  al  mando,  inspirandole  nuestro  esplri- 
tu,  é  instituyendo  nuestris  pràcticas^ — no  dejeraosporDios,  qua 
el  mando  nos  domine,  injertando  saveneno  en  el  àrbol  de  la 
cienciaqae  enei  paraiso  de  Oriente  cnltivamos. 

En  nucstros  dias  se  revela  cada  yez  mas  ci  principio  de  la 
solidaridad  de  la  especie  liumana. 

Las  guerpascontinentales  de  la  Enropa,  reperculen  enol  man- 
do. La  cuestion  dela  nncionalidad  de  Italia  envuelve  una  era 
naeva;  y  la  desnpnricion  del  papado,  su  cspulsion  de  Roma,  ó  la 
limitacion  espiritual  y  temporal  de  su  poder,  sin  Io  cunl  no  hay 
nacion  Ttaliann,  sacudira  tambien  à  todo  el  mando  católico  y 
especialmeute  h  la  America  latina. 

Y  cuando  se  dest  ubre  cada  dia  mas,  esa  trama  misteriosa  de 
la  historia^  revelando  la  soberania  temporal  de  las  nacionalìda- 
des  y  la  soberania  espiritual  del  pensamicnto  humnno,  ^dejare- 
mosnosotros,  libres  masonesdela  Bcpùblica  Ari^entina,  que  el 
poder  qae  destruyó  la  Repùblica  en  Francia,  venga  ù  inmiscuir- 
se  enei  conzonde  la  masoneria para  decapitar  su  base  demo- 
cratica, j  entronizar  en  el  santuario  de  la  luz  de  libertad  la  vo- 
luntad  de  un  dèspota? 

^Gallaremos  ante  la  consumacion  del  atentado?  No  lo  debe- 
mos.  Si  el  Oriente  de  Francia  consintiere  en  su  propia  abdìca- 
cion,  él  respondera  en  su  dia,  y  cuenta  estrecha  se  le  pedira, 
pero  aosotros  no  podemos,  ni  debemos  siicncìar  el  escàndalo, 
sino  elevarla  protesta  del  pueblo  mason  para  revindicarsu  ho- 
normansillado,  sutradicion  quebrantada  y  el  espfritude  susins- 
titaciones  vilipcndiado  por  el  poder  intruso  de  ese  emperador 
de  los  Franceses. 

Asi,  venerable  y  querido  pran  Maestre,  os  ruego,  no  desaten- 
dais  mi  pcticion,  y  que  pronto  el  mundo  masónico  conozca,  que 
el  Orientede  la  Repùblica  Argentina  es  digno  de  cumplir  los  al* 
tosfines  para  que  ha  sido  instituido. 

Francisco  Bilbao. 

mi. 


V 


i. 


U  REVOLDCION  RELIGIOSA 


PIMMO  mi  TRADUCTOl  Bl  U  VDi  Bl  JISU8.  (I) 


1 


Bcbiendo  pablicar  on  libro,  sobre  el  problema  de  la  difilli- 
dad  de  Jesnsy  empezado  aotes  de  la  aparicion  de  la  obra  del 
sefior  BenaOi  no  queremos  presentar  en  nn  pròlogo  la  materia 
de  ese  libro,  sino  indicar  el  morimiento  religioso  de  nnestro 
tiempo,  el  lugar  de  la  «Vida  de  Jeans,»  en  ese  mofimiento,  ca« 
racterizar  y  reasnmir  ese  libro. 

En  enanto  à  detalles  sere  mny  lacònico,  no  permitiendo  la  \  .» 

nnidad  de  un  pròlogo,  abrazar  todos  los  incidentes,  contrastes,  /;  *^> 

contradicciones  7  episodios  que  contiene  el  asnoto  qne  juzga- 
mos.  Por  otra  parte,  ellector  Ter&  en  una  serie  de  notas,  nnes- 
tro juicio,  sobre  puntos  importantes  en  si,  pero  accidentales  en 
la  obra. 

Pasamos  A  la  esposicion  del  problema. 

I- 

VITA  CON GIENGIA  AHTK  EL  PEOBLBBf  A  DB  LA  0IVIIIIDAD  MB  JESUS. 

Tambien  he  creido,  no  por  convencimiento,  sino  por  ednca- 
cion,  ^e  Dios  apareciò  en  Jesus,  ò  que  Jesus  fué  Dios.  Pero 
debo  hacerme  justicia  dando  testimonio  de  la  coufersion  de 
ona  alma*8edienta  de  rerdad,  que  por  su  propia  iniciativa,  7 
por  su  persistencia  tenaz  en  no  olyidar  la  revelacion  primitira  7 
fnndamental  de  la  razon>  Uegò  Àia  verdadcra  solucion. 

Esa  idea  de  la  divinìdad  de  Jesus,  sin  conocerningnn  libro,  sin 
haber  oido  ningunanegacion,  desde  mu7  temprano  preocupò  mi 
intelijencia.  Lectorempecinado  de  los  Evangelios,  creyendoque 
contenianlarerelaoion  de  la  palabra  divina,  aellos  en  mis  dudaa 
acndia;  7  profundamente  católlco,  poco  à  poco  descubri  que  el 
catolicismo  7  casi  todo  lo  que  la  iglesia  catòlica  ensefiaba^ 

(1)  En  la  tndaeeion  de  la  cVida  da  Jetost  efcriU  por  Ernesto  Renan. 


I  —  32  — 

no  estaba  en  los  Evangelios.  Este  trabajo  interior  y  contiana* 
do,  veprodfa^Y^ML  fi%we  W^fVSf9»»t^'3'iÌP*  difeipn- 
tes  ne^raci4Q^^tJeMiUftn<ldorflUitdM»JhL  àhiainreot&H>e- 
riodos  históricos»  es  decir,  las  diferentes  heregias,  basta  lleprar 
àia  Reforma  de  Lutero.  Fui  protestante  sia  saberlo.  Dcspues 
de  haber  5Ìrap^\fiQ^9  iflj^f^^^jijag^/i^jtjUq  c^^^  tex- 

topuro  de  lo^  Evaiìfelios,  erimiuaìidó  la  confésiòn,  pdrque  Jesua 
no  la  institme;  la  autoridad  iofalible  de  la  iglesia,  porque 
Jesus  nq  ft^nc^ó  Ijjl^^a  sacerdotal;  la  pracion  publicù  en  co- 
■Tiuò'/.eny  tempio,  étilìllf^i  Voz/cpniezos  fensiétìadós.'dtemehio-" 
ia,  porjque  J^sus  ^fàra  y  terminanWmenté  la  prtliìbc;  la'neije-   »^ 


mu 
ria 


herèje 

eia,  l)orrado.de  mi  intelijencia el  dogma  de  Ih  calda    ó'.  pecad'o    » 
orij»in^,  y'IaspèiiaslpW^ùas,  p'or  estar  én  contradlcciòriabierta 
con' e!  dogma  del  ariiof,  Sfe  làcàridàdV  y  de  la  toiscricórdl?!  quo  '«* 
caràcterixa  la*orìj;inaIi(iad  y  gràtideiìt  de  Jesus,  riii'  csplriiu  ni-" 
turaìmeqfe  s^uprimió   tódò   Intetnieiililrio  entre  ©iosyla  con-^ -- 
ciehcia.   La  intensa  aliègria  Itine  Inuùtlaba  mi  alma  disipandoél*  « 
espfritu  taciturno,  tembloroso  y  tertrible  que  el  catolicismo  ma'  ^^ 
comunicdra,  la  nègacion  de  tanto  èrror,   y  la  invasìòn  de  tuiita 
verdad,  me  dieron   la  conciencia[  de  la  evidencia,  y  ci  scnti- 
miento  y  ternura  de  una   bendicion  del  Eterno.    Afirmé  mi 
razon   cordo  emana^òn,.  participacion,  'fiubstanciai,  vibrncioa  ùf 
comunicacion  de  la  razon  divina.    Aquello  de  Juan,  que  «e/  t*er- 
bOy  er(^Jia  iyz.^on  q.ué  tòdp  homhre  viene  deste  mundn,ii  confirma* 
ba  pienamente  la  intuicion  de  mi  razon;     Me  setilf  sobcrimo'^  - 
pero  quedaba  una  dud^.    Si  él  Evang;elio  es  reveìado^  si   él 
contiene  la.palabra  ^e  Dios,  à  ella  debemòs  sométernòs;    Està*'  ' 
consecuencia  era  ptra  ajarma.     iSo^eiimiento  à  la  palabi^a  '  es* 
crito?  iQué  viene  à  ser  entohcès  là  soberanìà,  la  indepcnden-' 
eia.  del  juicio,  la  libertad  del  pensamiento?  iii  el  libro  contutiesé 
coSas  que  la  raion  rechazare,  debo  sortìeterla?  Y'entonces,  cutkl  es 
^eltìtalo  y  gloriade  esa  razon  què  sublima  al  hombre  y  lo  hace '^ 
disnodò  rnerttoódedesmérito?— iSi'el  libro  dice  què  Jesus  ès- 
Dios,  flebo  Weertó?^  Ké  aqul  de  ritìéVó  erprobVeiiia  fùndamen*' 
tal  que  'cort  toc(&  sfa'Werira  volvia  A  aialthr  mt^intfelijcnòia.  -  - 

Lo  curiosa  es  .qjQ^.np  .kdj^  imaginé,  spspecbajir  la  aqtenticidad^ 
Teracidad  ó  crédito  de  los   escritores  evangélicos.    Les  daba 


1  .    ■  /        -'''- 

I  piena  fé.,   Mi  ^fazon  emanciparci ^con^ervanda  la  .vision  pi'^nii- 

tivaidiel  j5er  IniSnilo»  no  pòdia  intuitivamente  .couìtormkrse' eòa 
la  encarn^cion  del  Infinito  en  na  hombre,  .ó'  con  )a  idea  de  sa 
aparicion  en  un  lìoinbfé.  *  ìf  Éfabiendo  llègadò  d  c'iieer  qrfé  ehtre 
larazor^^  (j|  Jgvana^liohabiaecuacibh/tìén  òtros[Ìérmìnos,'  que 
la  razon  era  evangèlica/  y  el  ^yati^eljo  ràzonable,  busqué  jéh'  lòSf 

:  texl^os  Iqs  .pruebas  de  la  divihidad  de  Jesus',  segiiro  de  afatérnano  ' 

qué*el  libro  no  podia  '  mentir,  y  qiie  la  ràzon  d'cbta  expliéàV  là 
eoQtpdiccìon  tremenda  que  .me  atormentabal  '  -  '  *^^ 

Mi  razon  por  sì  sola,  con  su^el^mérilòs  puros,.  nò  ^ndo'shtvàr 
esa^o^njiradiccitOU,  no,  pudo  compr/endéVla  yèrdad,,  reiili(i(ad,  .j 
posibilidad  de  la  encarnaciori  del  Infinito.  Besde  eàte'  molnento 
ya  penetrò  la  àoqibira  <^  \ix\^  di^da  sobre  la  veracidad  del  textO, 
si  enei  ericontraba^la  afìrmacion  de  la  divinidad  de  Jesus.  No 
obstante,  el  texta  todavià  èra  revelado  para  mi,  y  era  necesario, 
ó  aue  sometieae  mi  razon  al  texto,  ò  que  el  texto  justiAcase  mi 

^  duda,.ó  que  me  revelase'contraeì  Evangélio.' '  •  ■''!' 

Enista'trascéndèntàl  alternatiVa,  me  resolvi  d  estudinr  espe-  * 
ciaimente  ese  pùnto.  Conio  ya  habìa  ehcofatrado  créénciasl  '  ■ 
dograas,  ihstitui*iones  y  deberes  de  la  religion  catòlica  en  tori*  " 
trajdiccion  cpn  ^ì  Evangelio,  emprèndi  con  ctiTPiosidàtl'y  èspc*'  * 
ranza  la  tarea;  y  cuài  fué  mi  sorpresa,  mi  ,a!egrià  al /désè^brfr  • 
que  el  Evangelio  nò  afirma  jatnds  sii  divinidad,'  al'- contrario,' 
cnpndo  por  aljxunas'palabrap  mal  interpretadàs,  lo^'Judioftìé  • 

'  acusaron  de  blasfemia,  el  mismo  Jesus  nie^a  terminàfijitèmetitle  ' 

sa  identidnd  con  Dios.  I^alve,  Salve,  Jesus,  dìje  entón^'ésVpaèlft 
aparecia  puro,  ràzonable  y  vindicadb  eh  mi  concieneia^  mai 
grande,  ihas  sublime,  comò  hombre,  comò  mi  *hermaàò -Jr  mi 

i  maestro. 

.  .  I^robar  esto  de  una  manera  completa  y  cicotìfibitmènte  dèmos- • 

tr^qa,  es  matejria  de  lin  trabJ»jo  especial  que  hla^  tarde  ptìblibar^*- 
mo9.    Asi,para  completar  este  cuadro  de  là  rèVóliicion  de  una  " 
co|iciencia,  daremos'el  texto  que  coronò  el  tràbajo;  y'qué  citari»-'  ' 
dq^o  pfesente  acompafìadodelos  otros>  serà'paHi  toido  catòlicò- 

slqcero.  una  prueba  irrefragable.  7.     ' 

^fiy  en  el  Evangelio  de  Juan  una  situaclbù  dfàmdtfcaf  y  tre^^'^ 
m^uda.^  Es  precisamente  la  discusiòn  del  '  putito^  qui!  tratarrioà'' 
Dice.  Jesus^  segun  Juan,  predicando  à  losr  JudiUs:  »        ^    ^ 

30  fcYo  y  el  Padre  somó$  una  cosa.  i  .    j. 

31  (tEntonces  los  Judios  tomaron  piedras    para  apedrearle.  ' 


—  3*  — 

32  «I^QiHleg  re«ponfli6:  lluohaf  bueou  obrat  9§  %$  m#iln« 
»  4»  àt  mi  Padre,  iffit  cual.obra  de  alias  me  ap^'dìreaisf 

33  «Los  Jadios  le  respondieron:    Note  apedreamoif  j>arlà'  ' 
»  buena  obr^,  sino  por  la  blasfemia:  j  por  que  tA,  'iiead^  lipm- 

»  bre,  te  haces  Dios  a  ti  mismo.» 

La  cnestion  està  perfectamente  planteada.    té  ir^paesta  de* 
he  ser  si  6  no.    ^Qaé  contesta  Jesus? 

34  n Jesus  les  respondió:    Nò  est&  escrito'  en  toestra  ley:    ' 
»  Yo  dije,  Dìosessois? 

35  «Pues  si  llamò  dioses  a  aquellos«  d  quiei^u  piug  tafalàhra  tf#    ' 
»  Ùios^  y  la  Bscritura  no  puede  faltar. 

3t  «ìA  mi,  que  el  Padre  santificai  j  enfiò  al  mondOi  ?oso- 
tros  decis: 
«Que  blasfemo:  por  que  be  dicho,  soy  Uij^  in  DMI 

(Joan  X.) 

Està  explicacion  contufo  A  los  Judios,  porque  la  ezpreaum  ' 

Hip  de  Dh$^  en  en  ]à    Escritnra    yen  la  creeacia  deeHoa»  1 

sinjl^mioo  de  Santo,  de  Profeta.  Elias,  Jeremias^  Isaias^  Daniel^ f 
Otros  folillamados  Hijos  de  Dios,  j  •la  escritnra  no  {mede  faHmtt» 
Asi  fnéi  comò  eTÌtó  Jesus  la  pena  deser  apedreado  sin  seroidii, 
A  qiie  la  L^j  condeaaba  al  blasfemador.  He  ahiel  texto;  yagre* 
go.q^e  bay  mnchosotros  mas  termimotes  todavia,  pero  he  trans-  ' 
criplQ  ese  ùnicamente,  por  haber  sidp  el  que  vindìcó  h  Jesus  en  ^  j 

mi  inteligeacia,  de  la  blasfemia  que  Je  supouian  y  que  le  bau  .  *\ 

snpaesto  de  darse  por  Dios  eocarnado . 

Y  corno  no  se  puede  dar  olro  siiniificado  a  la  respuesta  de  Je« 
SOS,  sin  snponerlo  capax.  de  .  reticcncia  mental  6  hipocresia, 
es  claro,  qne  hizo  desiparecer  la  idea  de  esa  blasfemia.    Mq  se  | 

pnede  suponer,  sininjuriaà  Jesus,  que  quiso  engafiar  AlosJi|-  1 

dios,  ó  bnrlarlos  con  p  ilabrns,  dando  à    entendcr  que  siendo  ^i 

Hijo  de  Diosy  queria  sii^niflcur  olra  cosa  que  varoo  santificado 
A  qnien  vino  comò  A  tantos  otros  la  palabra  divina.  Al  acu« 
sarlo  de  hacerse  Dios,  se  defiende  diciendo  que  es  Bijode  Dios 
corno  DiQses  tambien  fueron  llamados  los  hombres  en  las  Escri- 
turas.  Y  sostener  que  al  decir  WJo  de  Dios  queria  decir  que 
era  el  verbo  encarnado,  inteiigencia  divina  en  su  persona,  no 
es  sostener  la  ecuacion,  dios  iguae.  à  hijo  dk  dios.  Ysino 
atrévanse  A  sostener  esa  ecuacion:  Dios  igual  d  Hijo  de  DìùhÌ'^ 
Yel  absnrdo  evidente,  de  esa  proposidon  manifestarA  la  calum- 


s, 


—  ss  — 

Mi  qae  li  Tglesia  eatóliea  hice  pesar  huta  hoj.  dia  sobre  Jena. 
Peroaqiii  no  qiieremos  dilucidar  este  puntò,  materia  de  uii  tor* 
lùmeo  de.  filosofia  j  de  critica  liistdrica. 

Despaes^qiie  la  meditaciony  la  filosofia  mo  han  enseAado  que  et 
Infinito»  si  no  se  acepta  la  hipótesis  pahthelstica,  es  intransmt- 
sible  en  sa  personiilidad  incomunicable,  é  indirisible,  los  textds 
no  tienen  para  mi  otro  ralor  qoe  el  dp  caalquier  libro  qàe  se 
llame  sagrado  por  los  pueblo»;  pero  para  los  que  creen  que  la 
difinidad  de  JesuSi.se  apoja  en  su  palabra,  conservada  en 
los  Brangelios,  la  discusion  de  estos  teitos  es  de  la  ma)  or  im« 
portanda* 


U 


seusibilidad  drl  paosLsaiA. 


Siendo  la  idea  deladirinidad  de  Jesus,  uni  idea  ensefiada^ 
pues  sin  la  tradlcion  no  la  coiioceriamos,  no  es  una  idea  nece- 
saria.  Stendo  una  idea,  que  ha  apirecido  sobre  la  tierra,  refi- 
riéndose  i  un  herho  que  se  dice  histórico  no  es  una  idea  utti- 
rersal.    Siendo  una  idea  que  para  ser  enseAada  y  transmitida  m^ 

•  necesito  violentar  àia  razon,  noesuna  idea  racional. — Asipnes» 

;  ^  lo  que  noes  necesario,  lo  que  no  es  por  esencia  nnivcrsali  lo 

que  violenta  à  la  razon,  pues  se  sostiene  qoe  es  una  idea  que  la 
razon  no  alcanza  &  esplicar  la  contradicion  qne  conlienei  lodo 
eso  tiene  que  bambolear  en  el  espiritn  huaiano,  y  januis  el  espi* 

^  ritu  permanecerà  tranquilo  mientrasesa  contradiccion  fiindeel 

dogma  dp  una  Iglesia.  He  ahi  por  qué  se  agitare  este  problema 

^;  mientras  dure  el  paganismo  católico. 

Pero  he  aqui,  que  centra  la  razon,  la  filosofia  y  la  historia 
fictoriosav  se  lefanta  la  inercia  de  la  creencia  ciega,  elterror 
imboido  al  que  pensare  de  otro  modo,  los  intereses  materiales 
de  la  casta  catdlica  sicerdotal  y  de  la  Iglesia,  la  ignorancia 
justificaday  forzada  de  las  masas,  y  en  los  espfritus  mns  elerados^ 
el  amor  concebido  por  el  myto  sublime  de  ese  Jesus,  elevado 
à  Cristo,  y  en  fin  divinizado. 

En  este  momento  nos  referimos  &  los  qne  creen,  porque  aman, 
y  cnya  ùnica  razon  sincera  es  el  amor  t  la  figura  del  crucifi- 
eado.  « 


-  36^- 


Tf .  es  la  mejpr  r<iion  que  cpmprendemo^,  en  los  que  resisten 
àia  luz  del  conveacimìénlo,  y  noq^ierW  atìrirsvjtfojasynté^ìik^  . 
cof^nidiccion  radicai  yterrible  que  .contiene  la  'pròpÓàWlon'  Hi^;'' 
tórica  de  h  divinidad  .  <J^.  Jésusi.  '  Encarenlos  éfea  dificnltad'/  \ 

&npezafemos.  m'inifestanjo  nuèstrà  'stiipifia'  *à'  1B^  qnfe'tal"' 
creen  y  se  defiéndén  '  córitra'  là''  filosofìa*,  abriendò  au''éot*azoii  '^^ 
énjjjn^rcntado  por  èl  amor'à  la'vìida,  al  e|eAiptò,'à'la'dòc(Wna;^y*'' 
al  sacrificio  de  Jesus.  1  Beàpetà'  ù  esas  almàs/!— S?  "  hb  t^reyesé  ' 
con  loda  la'  e'viaqAcia,  ycob  tbdas  lag'  fùérzéè^de  mteJ^lrifa;^ 
la  verdad  de  lo  que  nie'^o;  sih&  creyetd  qiièlà  vei^clad  cara  111  Tife-^'  ' 
rida,  y  qu3  despues  del  combate,   Dios  resplandece  con  sa  iA-  i 
te«;ral  omnipotencia,  y  Jesus  se  presentase   verdaderamente  su- 
blime comò  hombre,  y  deningun4;manera  corno  Dios,  suspen- 
deria  mi  trabajo  ante  la  It^grima  del  alma  infelizde  mis  hermanos 
que  Ilorase  el  d  esengaiio. 

Hay  un  gran  iutet*é*s,  un  gran  fin;  un  dèber,  bay  en  fin  ver- 
dad y  amor  en  lo  quehago,  y  he  ahi  porqué  tengo  fuerzaspara 
cohtlnuai^  porrmi  pdr^tè,  eri  la  óbra  de  démolicibn  de  las'Iglf^iài^ 
y  ép  la  construcciondcl  tomplo,  no  ade  mano  de  homUre^ìy  que& 
imà<;eh  de  la  inmèbsidad  cobijard  élodos  los  mortales  en  el  cui..  . 
to  eterno  de' la  razoii  iàdépendienté,  y  del  amor  del  gènero' 
humario. 

Tf  pucdo  asegurarlo:    À  ni'aie  cedo  enmi  amory  respeto  por  •: 
la'  persona  de'  Jesus!     Ci^éo  habe^  comprendido  A  ese  persona- 
ge\  qit5  fii5  "u/io  délos'qué  hi^jor  hàn  escuchado  y  conservada 
\^  pai abra  divina  que  brilla  en  lodo  hombre.    Le  hedado  las  (>ri-  ' 
mv  ìas  de  miesfìlntuy  de  mi  corazon.    He  creido    (perdóiiein^ 
ellec'tor)  haber  queridó  tornar  la  cruz,  *y  estar  triste  haslala 
»2Wé?r/e  en  su  pasion.    Enel  he  visto  lo  heróìco,  lo  santo.     En 
él  he  rcunido  la9  ternuras   del  amor  filial,  la  veneracion  à  Io 
divino,  la  gratit'ud  al'ìieneficio,  el   entrailable  amor  al  sérhttraih 
np  djesgraciado  porsuvirtudy  elevacion.     Elmo  ha  acomj^bi-  • 
àado  en  los  actos.buenos  de  mi  vida    comotesti'^o  demi  òòìi- 
ciéncia,  allento  demi  fuerza,  comò  impulso,    motivo  y  ìsancibn  ! 
d<s  todo  acto  de  amor,  de  dolor  y  de  esperanza.     Jesus,  inimò-:  ì 
delo,    mi  imit'icion,  mi  tipo,  pidreenmis  afectos,  hermanoen 
mi  humana  condicion,  Consuelo  en  toda  tribnladòtf,  alegria  en 
mM'goccs/tó  sabes    coanto  te  he  amado   y  aun    te  aoaol— ISi 
algilho  de  'tus  herman'os  pnede  hablar  de  tu  persona   con  rea-  y 
peto,  soy  yo, — y  la  ainceridad  del  convencimiento,  cualquiera  , 


> 


—  37  — 

que  ella  sea,  es  nna  ofrenda    que  deposito  al  pie  de  tu  croz  j 

\  pedestal  de  tu  gloria. 

I  Y  70  he  cambiado! — El  ser  infinito  que  Teia  padecer  en  ta 

persona  ha  desaparecido?  ^  Has  acaso  perdido  para  mi? — No  — 
y  atestìguo  à  los  cièlos  que  recor^res.  y  &  la  tierra  que  habitas- 
te.— Mo.  Lb  Yerdnd  no  dafta.  Dios  es  loquces:  ei  Infinito. 
'Tù^  quedas  Io  que  fuiste:  el  tipo  da  los  màrtires  por  ia  reli- 
jiòn  delcorazon  puro.  Dios  ha  crecidopara  mf,  en  su  indivisiMe 
^^^é  ìncomunicable  eternidad  ; — ytu  hris  crecidopara  mi,  enel*sa- 
gradò  caràcter  de  la  hnmanidad  de  tu  persona. 

Y  si  Dios,  y  tu,  aparecen  mns  yehdaderos,  mas  grandiosos; 
*  mas  dignos  de  ser  aroados,  en  la  sepnracion  é  imponetrabilidad 

désus  pérsonns,  (perdona,  ó  Dios,  la  justa  posicion  forzosa  a  que 
meob1ip:ael  mundo  católico  para  qnien  escribo),  entonces^qué 
hay  que  temer,  qué  puede  sentir  el  alma  pura  y  sincera  que 

*  debe  guardar  todo  su  amor  a  la  verdad  ? 

Y  cu  efecto:  Nada  hay  que  temer.    La  razon  se  afirma,  la 
conciencia  se  tranquiliza,  la   contradiccioa  desaparece,  la  Vida 

'no  se  turba,  la  duda  se  estingue,  y  los  cielos  del  pensamiento 
'  puro  désnrrollnn  sus  maravilias  en  la  inteligeocia  emancipada: 
'  Dios  es  Dios  y  Jesus  es  un  hombre. 

Bien  sé  Io  qué  cuesta,  Io  dtficii,  Io  que  desgarra,  arrancar 
de  la  fé  autoritaria  eifùndamehtOy  arrasar  con  todo  los  amores 
qùe  el  crucificndo  hace  nacer  en  el  corazon  sensible,  ycegar 
todas  las  flores  de  la  imaginacion  entusiasmada;  demoler  todos 
los  monumento»  de  la  fé  de  los  nTaxores,  apàgarel  fuego  del  ho- 
g9r,  evaporar  esos  cielos  poblados  por  la  ìnfancia  delas'gene- 
raciones,  con  sus  Angeles  é  incienso  al  pie  del  trono  del  eterno; 
^,  ^  cattar  la  oracion  de  la  familia,  sepultar  en  una  palabra,  las  crea- 

ciones  de  une  serie  de  siglos  cargados  con  la  leyenda  milagro- 
>  sa  de  las  generaciones  en  el  vaile  de   tdgrimas  perdida:    Bien 

*  lo  sé.'  Pero  la  verdad  es  mas  fuerteque  el  amor,  la  cienciaies 
mas  grande  que  la  imaginacion,  la  realidad'mas  poderosa  que  la 
imàgen,  el  deber  mas  racional  y  sublime  que  el   entusiasmo,  la 

',  àlesrìa  mas  fuerte  que  el    dolor^  la  eTÌdencia  mas  resplaiide- 

ciente  que  los  cielos,  la    let  mas  bella  que  lós  paraisos,  mas 

'  tiremendaquelos  juicios  finalés,  mas  fecunda  que  la  exaltacion; 

no  de  cardcter  transitorio  comò  Ès  fiintftsiaa  de  sacerdotioÉ  6 

''  de  pueblofa,  mas- de  ésencia  y  éstabìlidad  eterna  corno  Dios: 


i  . 


—  ss  - 
,  III. 

I 

MABCHA  DE  LA   CBÌTIGA. 

T  ese  problema  es  agitadp  por  los  filósofos,  por  los  leólogos, 

por  los  hUtorìadores  y  filólo;;os.    Los  pueblo»  empiesan  a  sea* 

tir  la  repercusìoQ  del  profondo  trabajo  de  los  efelopes  qae  co 

las  etitraiìas  del  pensamieoto   y  de   la  historiai   coomcieTen  la 

'    tierra  que  sustenta  catedrales. 

Trescientos  aAos  tardò  el  credo  cnt(^lico  en  formarse,  j  en 
menosdetrescientos  aiìos  bemos  visto  estrecharse  las  fronte- 
ras  del  mando  católico,  perdiendo  el  Morte  de  la  Europa,  j  re* 
ducido  hoj  à  dominar  eo  las  poblacioncs  mas  atrasadas,  que 
tambien  j  poco  à  poco  entran  en  linea  de  batilla,  arrancando 
pauhtintm^nte  las  r^fonnas  que  en  su  naturai  desarroUo 
llevan  la  muerte  de  la  Iglesia. 

Las  faeregias  quese.crèian    rcncìdas  ù  olvidadas  se  despier- 
tan.    Las  promesis  ofrecidas  à  los  pneblos  no  se  cumplen«  j 
estos  empiezan  ù  pre^ntirse,  si  el   Eranjelio  es  una  burla,  6 
si  la  I<?lesia  es  una  fantasma  subsistente  tin  solo   en  las  ima* 
fpnaciones  aterradas.    Al  pie  del  Cristo  de  la  Iglesia,  los  «jmm* 
toref^n  los  ^reyes  9  los  ««ffMojr,»    ben    venido  A  depositar  su* 
làgrimas,  sus  riquezas,  su  poder,  «u  fé,  sns  esp^ranzas;  j  des> 
puesde  mas  de   ISGOafloSfUi    el  Samaritano   ha   sido   cura* 
òo,  ni  L^zaro  ha  sido  resucitido,  ni  el  pobre  ha  tenìdo  pan, 
ni  el  corazon  ale^ria,  ni  la   fé  satisfaccion,  ni  la    catedral  ha 
sido  aqiparo.    Mas  qué  dìgo?  han  sido  los  bereges,  ban  sido 
los  filósofos,  ha  sido  la  revolucion,  ha  sido  la  ciencia  det  de* 
recho,  la  fliantropia  de  los  llamados  ateos,  los  que  ban  kvan- 
tado    al  Samaritano,   resncitado  pueblos  sepultadoSi  iinminado 
à   los  cìegòs,  dado  pin  al  bambrìento,  y  justicia  al  débii  humi* 
jlado!  Ha  sido  la  filosofia  la  que  apagó  las  llamas  de  la  Inquisì- 
cion,  la  que   pide  la  abolicion  de  la  pena  de  muerte^  la  desa* 
paricion    del  tormento  y  la  rebabilitacion  del  delincocnte,  li 
que  ha  quebrantado  las  cadenas  de  los  esclafosi  boy  soloexjs* 
tentes  en    Espallà  y  Brasit  . 

0  conlrastel  y  est  Iglesia  autorst  ó  complice  de  todaslas 
tirnnias,  se  dice  la  beredera,  la  representanle  de  Jesu,  y  ese 
lesus  es  DiosI 


> 


—  39  — 

T  w  Tieorio  en  ìà  tierra  es  el  PoDtiflce  romano! 
iSo  Teis  claro,  qiie  eae  tremendo  contraste  seria  sofieieote  j 
.  .  ain  estadio,  6  para  legitimar  una  blasfemia,  6  negar  la  diTi^ 
nidad  al  fandador  del  poder  de!  pontifice  romano? — Quél  Dios 
61a  jnsticia  absoluta,  ha  creado  el  privilegio  de  la  infalibilidad 
de  la  razon  en  nnos  pocos!  Dios  ó  la libertad  ideal,  ha  creadola 
despótica  \  repognante  teocracia  qne  ha  pretendido  dominar  la 
tierral— Dios,  ó  el  amor  inflnito  ha  podido  fundar  el  règi- 
men  sistemado  del  terror,  del  tormento,  del  cnerpo  yelet* 
putta!  DiosI  ó  la  providencia  del  bien,  ha  podido  desarro* 
llar  esos  inferuales  circulos  históricos  presididos  por  lafgle* 
sia  católicn,  ligÀndose  con  los  tirano^,  institujrendo  liranias, 
sancionando  escinvitud,  servidambre,  feudalidad,  monarquia, 
conquistav  ;  explotucion  de  pueblosl  Dios,  el  verbo,  la  Inz, 
la  ioteligencia  infinita,  ha  podido  ser  representada  en  el  solio 
delsoberbio  Vaticano,  pnra  humillar  y  pcr^iegairal  pensamien- 
te,  condonarla  ciencia,  y  embrutecer  la  huniapidad!  — Noi — re- 
piten  lastumbasdelas  generaciones  cngaAadas.NoI  repiten^  el 
instinto,  la  ciencia  y  la  conciencia  del  mundo  moderno,  os- 
tcnt-indo  las  verdadef>,  las  glorias,  los  beneflcios,  las  iiber- 
tades  de  la  civìlizacion;  de  la  ciencia  y  de  la  industria,  arran- 
cadas  a  la  ignorancia,  al  despotismo,  i  la  crueldad  y  torpeza 
de  la  teocracia  Romana. 

I  Este  contristo,  histórico,  presente,   y  tremendo,  debe  forzo- 

samente produeir  dos  consecoencias.  La  primira,  es  el  exé- 
men  de  la  Divinidnd  de  Jesus.  La  segunda,  la  critica  de  la 
conducta  de  la  Iglesia  comò  ajustada  ó  no  al  texto  puro  de  los 

^  Evaojelios. 

.  La  primera  ha  sido  obrade   la  filosofia.    La  segunda,    obra 

4  .  'de  laReformà,  bajo  todos  los  aspectos   queha  podido  re  vestir 

Pero  la  filosofia  ha  procedido  de  dos  modos.    A  veces,  par- 
tìeudo  de  la  razon  pura,  ha  negado  el  absurdo  de  la'  encarna* 
cion   de  Dios; — otrns  ha  boncado  en  los  mismos  libros   canoni* 
cos  y  en  las  luces  de  la  historia  lasolucion  de  la  dificultad. 
El  siglo  XVIII,  el  gran  siglo,  Voltaire  a  la  cabeza,  p^irtió  de 
I    la  razon,  ligando  sus  trabajos  a  lós  de  la  filosofia  antigua,  y  em- 
pieo ademas  todas  las  armas  qoe  la  historia  le  suminìstraba. 
El  siglo  XIX,  siglo  bastardo,  mistico  y  ateo,  pantheista.é  in* 
.>  dostrìal',  égoistay  poeta,  tartufo  y  humanitario>eclectico  ó  adùl- 
tero en  moral,  en  politica,  en  diplomacia,  ha  segaido  y  reunìdo 


—  40 


/' Y  Fslffarlìciildridad  es  débìdà  é ia  filosofia'  paDthéffikii^a;,'  \]ae 

'    parecé  b»6'èi'Jtft^erado  'y  efstena^^     sii  fn&iiéiiciià-  *   iodòéTlos 

ramòs  a,^sal)i!r^*eii  Àìfenlanià;  j  '^ardcularoiéiìte  Àia  ii^^mita- 

''ra,  à  I,a''hi8tória'/à'  ta'mitolò^ìa,  y-àlKmianicnlé'al  éndtioolstno. 

'  *  ^.   'iijluaì  %'s  él  barictei^  pariiiiùlar  del  (lanthetsmòf-^Es  sabidoque 

^i^a  (ioc^ri/ia 'partiendo  d^e  la  idèa  de  substadcia  considera  ^los 

6ere3  com'p  maùifesWióne's  particularès  de  ìa  in;ig:otàbte  riqueza 

/de  fornias  qqe  conttene  la  ide^  de  Infinito.     De  aqui  sé  ifp'Halìr 

nn  ipóvimfentp,  cofnunitdrio^  permftasenos  la  ex![)riésròn.    Toldas 

.  las  màniresiapìoqès  de  la  vida  èn  la  tiaturfileza/todas  las  fòrihias 

del  p^ehsaiiiieatò  ed  la  hi'slprla,  '  no  son  sino  Taridciones  ejèctita- 

'  das  sóbre  el  tema  de  là  'su))st!;ncia  óna  é  infinita.     A^i  es  que 

la  sùLstancia,  Diòs,  la  natùraicza,  para  senrirnos*  de'las  a<fnii- 

rables  pulajjras  de  Schelling,  udormila  Ish  là  pianta^  suefià  in  el 

. ,  animai,  se  despierfa  en  el  hombre.  »  * 

T  asi  corno  todo  ser  es  divino,  todopensamientó,  toda  filoso- 
fa, toda  religion  son  mnnifestaciones  mas  ó  menos  «tdecnàdas, 
pias  ó  ménos  perfectàs  del  eterno  movimìento  de  là 'idea  idchti- 
^cadacon  lurealidad.  que'sieiiì|^re  en  progreso/ jamàs  acaBaré 
de  retflizar  la  infinidad  de  fornias  contenidas  y  organizadas  '  en 
sèrie  ascendiente;  en  la  idea  eterna  de  la  varieddd,  coesistènte 
con  la  nnidad  suprema.' 

I  ^Cuàlscri!i  la  inf!uéncia  de  èsadoctrina,  npHcada  àlaliterata- 
ra  de'los  pueblos?  Si  todo  ès  emanncion  deia  naturtrleza,  ^los 
•ctos  indiYiduales  ylas  individ'ualidadès  perderàn  Stt  distinciòn, 
6tt  autonomia,  su  originalidàd,  su  libertad  y  ann  la  posibilìlldd 
del  heroismo.  Ent'ónces  las  histori'as^  las  epopeyas  de  los  he- 

.  roes,  seràn  figuras;  representaciònesó  mitos'dela  naturalezA,  ó 
delos  sentimiéntps\  ideas  y  fantasfad  de  las  nìàsas,  ó de lanatu- 

,  It^aleza.humana.  Bómulo  y  Remò  no  seràn  dos  individuos,   i\n6 
dos.paeblos^  ó  dos  razas',  ódosidéas';  Bomero  no  sera  un  Ùdm- 

.  brè,  sino  la  personiàcàcion  de  los  catìtores   anónimosl'  ó'.  'de  la 
poesia  de  las  masas.  '  '        '  ' 

Imperando  ése  sistema,  ^cómo  debe  comportane,  ante  la  gran 
iiidiyidualidad  de  Jesus? 


>i\\/ 


En  las  manos  de  ese  sistema,  en  la  cristologia  7  ffiòsofta  de 
<  Hegel,  que  ha  servido  de  base  al  libro  de-  Strauss.  '  d'  Criàtiè  M 


—  41  ~ 

coQYierte  en  el  ideal  que  lahamaaidad  bft  fabrmdo.  Asi  Cris^Q» 
no  es  ei  autor  del  cmtiaaismo,  sia6  el  eriatianismo,  el  creador 
del  Cristo.  Hegel  dice  : 

«  La  Ycrdad,  que  sale  de  lahifitoria  del  Cristo  yque  hallegado 
e  À  Ber  la  herencia  de  los  hombres,  es  que  el  hombre  ea  el 
e  Bios  presente^  inmediafo;  de  tal  modo  que^comprendida  por  el 
<c  espiritu,  està  historia  apnrece  corno  la  im&gca  de  la  erolucion. 
«  diaiéctica  del  hombre^  del  espiri ta  mismo.» 

Demodé  qae,  seguo  el  sistema,  nos  quedamos  sin  Cristo,  por^ 
quetodos  somos  Cristo,  nosqnedamos  sin  Dios,  porque  todos 
somi,fi  él  Dìos  «presenfe  é  inmediafoyK  Esosi  corno  el  dogma  cató- 
lieo  de  la  encarnacion  de  Diosen  un  hombre.  (que  es  un  pantheis- 
mo  timido  é  incompleto,)  viene  en  manos  del  pantheismo  ù  sa-* 
ear  sosconsecuenciasj  é  aceptar  todos  los  mistertos  del  catoIi<* 
cismo,  conia pequenùima  difcrencia  de  laexplicacion  diaiéctica, 
El  doctor  Strauss  a^ìlicó  lu  limosa  diaiéctica  t  los  Evangelios^ 
7  todo  el  cristianismo  se  convirtfó  en  una  sèrie  de  mitos,  que 
amenazó  no  solo  àia  Iglcsia,  sino  a  la  figura  misma  de  la  exis* 
tencia  de  Jesus. 

Ya  no  se  trata  decontinunr  las  interminables  discusiones  tco- 
lógicas  de  los  protestaiìtes',  de  los  maniqueist'as,  de  los  Arrianos, 
de  los  Vndenses,  de  los  Armeniosó  los  Griegos,  y  de  los  que 
pretendian  fundar  la  alianza  del  Evangelio  j  de  la  filosofìa.    Ya 

^  no  se  trata  de  disputar  palmo  a  palmo  sobre  el    bautismo,  sobre 

la  Eucaristia  ó  fabricacion  de  Bios,  la  trinidad,  sobre  la  misa, 
sobre  los  dias  de  fiesti^  sobre  el  ay uno.  sobre  la  gracin^  sobre 
la  confesion,  sobre  las  in  lulgencins^  sobre  la  infulibilidad  de  la 

I  Iglesia,  del  Pnpa^  ó  de  losconcilios.  Yano  se  trata  de  presenturse 

en  la  lid  armado  con  lostextos  de  lossantos  padres,patriarcas, 

r  intérpretes,  conlaa  decisioncs  de  concilios,  bulas  de  pontificca.  ó 

la  autoridad  de  U  coslambre  y  tradicion.  En  America,  haexedido 
eneste  tremebundo  trabajo.el  ilustre  Vigil,  autor  de  la  «Defensa 
de  losGobiernos,  centra  las  prr^lensionesdc  la  Curia  Romana^).  Ya 

^  se  tiembla  ante  el  descubrinucnto  de  un  texto,  ó  de  una   mera 

interpretacion    quepretrrrla  probar  que  la  Tglcsia  no  es  cri^ 

I  liana,  segun  aaoSf  ni  Evangèlica  segunotros,  i^i  ecumènica  j 

demoàcrtìct,  sino  mon.rquica  J  autocràtica;  El  catolicÌ8m9^ 
fuerteenan  base  del  somtimieatodB  la  razon  à  la  autoridad ^  se 
4efeiidia  ;  defieade  con  su  sello  autoritario,  y  99  negandosele  esa 

4 


—  42  — 

base  revelada  7  antorìtaria  por  sus  adv^rsarios,  subsiste  aaa  mu» 
tilada^  por  la  espantosa  iuerza  de  inerciù  qua  posée. 

Masahora,  qaé  cambio!  No  solo  se  ha  paesto  ea  duda  sus  tex* 
t^B  safi^rados,  8Ìq6  que  han  sido  arrojados  6  ios  yieDtos;  no  selo 
sus  textos  qae  sirven  c)e  fondamento  se  disipan,  sino  que  basta  la 
persona  misma  de  su  Dios  se  niega,  con  la  tremenda  diuléctic» 
del  pantheismo  y  de  la  critica. 

Griindc  fué  la  coamicion,  y  grande  elasotnbro  y  la  mudez  de 
la  Igiesia.  Veia  quo  eran  armasnuevas,  que  ya  no  era  la  culpa 
de  Voltaire,  ni  de  Rousseau,  ui  del  ateismo  de  Diderot.  Hubo  un 
momento  en  el  mundo  cientifico>  en  que  inspirò  compasion  la 
ignorancia  de  la  I^Iesia;  y  en  Francia  fué  nuestro  amado  maes- 
tiro  Ed^ar  Quinet,  que  salió  el  primero,  piantando  la  l)audera  de 
la  personalidad  y  del  heroismo  en  el  palenque  de  la  critica,  con^ 
tra  el  pandemonio  desatado. 

Su  obra,  fiexdmcti  de  la  vida  deJes7isnqne  recomendamos  mu- 
cho  A  noestros  loctores,  y  que  el  Sr.  Renan  no  nambra  siqaiera,  1 

por  motivosque  no  quiero  califlcar,  abrió  losojos  de  la  Francia 
pensadora  y  reveló  al  mìsmotiempo  suignorancia  respectoó  Ios 
innumerabies  y  profundos  trabajos  de  exégesis  que  tenian  lugar 
en  Àlemania«  Qué  abismo  de  elucubrnciones  teológicas'  qué 
abismo  de  erudìcion,  de  critica,  de  historia,  de  filosofia  y  de  ori- 
ginalidadly  el  mundo  latino  io  ignoraba,  yaun  boy  apeons  em*  / 

pieza  à  sentir  Ios  resultados.  La  Francia  empezó  a  estudiar,  y  "^1 

con  su  gènio  darò  y  popularizador,  ha  extendido  algun  tanto  el 
movimiento.  ElSr.  Litré,  ha  traducido  a  Strauss,  y  mucbos  tra- 
bajos se  hansucedid.)^  sea  dando  A  conocer  Ios  de  Alemania,  sea 
origlnales  de  franceses,  sobreel  mismo  tema.  La  Inglaterra  tam- 
bien  ha  se«cuido  el  movimiento.  '  ^ 

Me  refiero  al  trabnjo  del  seftor  Edgardo  Quinet,  para  Ios  que 
quieran  tener  una  idea  del  trabajo  exegético  de  Ios  alemane^,  que  ^ 

han  preparado  y  servìdo  para  la  formacion  del  libro  del  Sr.  Re-  I 

nan,  y  que  explica  el  profundo  movimiento  de  trausformacion  de 
creencias  A  que  asistimos.  j 

Se  ve  pues  que  ci  terreno  ó  la  faz  de  la  lucha  ha  cambiado. 
Ta  no  se  trata  de  negar  A  la  igiesia  tal  dogma^  porque  esté  en 
éposicion  con  el' Evangelio;  ya  no  solo  se  trata  de  negar  racio^ 
Àahnente  el  nlilagro^  y  la  encarnacion  y  toilo  Io  epe  se  Ilama 
revelado;  boy,  principalmente  desde  Hepcl,  y   particularmente  ^ 

'desdc  Sxmufls,  seaceptalos  textosi  pero  explicadoa  segnn  Ni 


^4S- 

^aféctica  del  pàntheifmio,  fòi^tificados  por  pròfondos  trabajos^ 
htotóncos  y  crlticos. 

Un  ejemplo  aclararà  mejor  este  naeTO  proceder,  de  qae  tam-' 
bien  se  ha  servido  el  ISr.  Renan. 

Se  expone  el  estado  moral  de  los  Jadios,  sa  sitnacion  hisMrica, 
eidesarrollo  lóg:ico  de'la  idea  mesiànica,  consta ntemente  ali- 
mentada  por  sus  profetai,  li  expectativa  de  una  regenéraciotf 
profùndamente  sentida,  la  fé  «m  ana  prótima  revolncion,  y  conf 
lodos  los  rasgos  depositados;  poco  A  poco,  en  los  libros  del  Ati« 
tigno  Testamento,  se  forma  poco  ù,  poco,  se  crea  por  medio  de 
la  imajtnacion  popnlar  y  la  exaltacion  de  la  espernnza,  un  tipo, 
un  personage  redemptor,  Salvador,  jaei,  resnscitador,  vèrda- 
dero  tnyto,  ó  figura,  de  un  ideal  del  gènero  humano  en  un  puebla 
desgraciado. 
Ani,  lo  que  en  los  eranjelistas  es  hist6TÌco,  hechos,  narraciòn,. 

^  Vida,  se  convierte  en  composicion,  6  ìhbricacion^  en  reproduc-. 

r  cion  de  un  texto  antiguo.  Si  efectuó  el  milagro  de  los  panes^  es 

porque  ya  Moisés  ha  dicbo  que  el  man^  alimentò  al  pueblo  en  el 
desierto.  Si  hizo  tal  viaje,  si  pronunciò  tal  palabra,  si  comìó^  be<^ 
biò,  bautizó.  predicò,  es  para  reproducir  tal  teito,  que  ya  dé^ 
eia:  y  «  dirà  tal  palabra  »  y  «  harù  tal  viage,  »  y  «  predicare  tal 
cosa  »  y  el  personage  mesiànico  coropuesto  de  ese  modo,  verda^ 
darà  y  humana  creacion,  vendrà.  i  ser  el  Cristo  que  el  munde^ 

I  ^  .  cristiano  reverencia. 

Que  tal  idea  sea  originai,  gk*andi08a,  no  bay  duda;  que  sea  to^ 
talmente  verdadera:,  nolo  creemos.  Ko  nos toca  ahora  discutir 
este  punto. 

]tea8umiendo:se  ve  comobavenidòla  idea  reformadora,  lai 
fiices  que  ba  seguido^  basta  llegar  al  libro  del  Sr.  Benan,  que. 

L  aprovecbando  considerablemente  deltràbajò  de  sus  anteoesorps, 

considera  simplemente  à  Jesus  corno  hombre,  sin  negar  su  exis^ 

^  tencifl,  sin  bacerlo  nàyto^  y  procurando  explicar  Io  milagròso 

por  los  medios  nàturalèa  qtie  la  critica  presenta.  Niega  el  mi^ 
lagro,  pero  no  niega  el  becbo  que  puedc  baber  servido  pdta  ima^ 
ginarlo.  Ko  lo  eonVierte  en  alegovia,  en  simbolo,'  en  mytot 
Acepta'y  dièlcole  lòs  btebo^s;,  n^  Iqs  mega«  Està  es  la  parlìcùla»* 
fidad  del  libro.  Uur  esemplo  aclàrard  ìnejor  lo  que  delfinio» 
Umé  nestK^ita  6  Lizaroc  bé  afaf  el  texto.  *  ^<2^  A<^<?  Strmikst 
'éEl'ànHgno, téatemen^ -prtimU^ba  Im  tipm. ^f^prpr^amibspnm 
«  la  formaciondenarracione^detallaias.y  d^resureccione^^Wus, 


-  44— . 

«  U^ptofMas  Elias  {T.  Peg.^  17,  17,  IV  r^g.^JV.  18—^.)  t 
«  Eliseo  (2  Reg.^  4,  18  seg,)  habian  refuscìta^o  mue^'iosy  p  los  oilH 
<t  tores  judiqs  invocare  estos  prficedeniei  comò  typos  dèi  Uemjpo  me- 
a  sidnko.  »     (1)  •'     .  '  * 

El  texto  se  vuelve  mjto.  . 

^Qué  dice  LameanaU? — :  «  El  queiifesus  ha  resnciiado^  qua 
«  tiene  et^  si  !a  vida  que  Jesus  dd^  que  se  le  desate^  gue  se  le  deje 
a  libre  (àlosidD  àlos  vendajes  qne  éavòlvian  à  Lazaro;)  nq 
ce  quiereo  qile  aprisioDeo  A  los  au,  os  èn'  ks  baodelctas  de  ìoÉ 
ic  muertos....a  Hasalìdoona  vozquo  loa  muertos mismos  hail 
ce  oido,*  una  voz^  cuja  [k>tent'ia  credendo  de  siglo  cn  8Ì<;lo^l 
«  grìta  4  lo8  pueblos  encerrados  én  la  tumba:  Làzaro,  Sai  !  y 
«  sa]cn.  p    .  . 

El  texto  aqui  se  hnce  simbiMico  de  la  regeneracion  del  espfl» 
ritu  y  de  la  ret^urréccion  de  los  puébIb8.(LaineDaais,  comentario 
y  nota  al  cap.  XI  de  Judn). 

l Qué  dice  el  Sp.  Bianchi-Giovini  ?— :  . 

«  N6tese  quo  el  milagro  operado  por  los  huesos  de  Eliseo  svh 
«  cedió  en  la  Samaria^  donde  la  tradk'ioò  se  habia  conservadb 
«  Tiva  enei  pueblo;  y  elcuartq  Evangelista  que,  segun  todaslaS 
a  apariencias  escribi6  en  la  Samaria,  tonto  de  ahi  là  idea  primi-' 
a  tiva  para  formar  su  nirracion  deLAzaro:  si  es  qne  \  a  no  habia 
«  lormado  en  pnrteenlaimajinacionde  los  cristianos  samarita^ 
<c  DOS,  qoe  despues  por  discrcpacion  de  prinoipios  teosòficos 
4c  formaronsérlà'  apatie;  y  por  tanto,  poir  este  diverso  orfgen^ 
«  es  que  la  leyenda  del  cUarto  evangelista^  no  se  encnentra  én 
<c  los  sjndpticos,  los  cunies  tuvieron  un  orfgen  todo  Judaico.  » 
(Crideff  degli.  Evangeli  di  Al  BianehVGìovini  fi.'  Libro  teWp.) 

^qui  el  miUgrò  es  la  i^f)roducdon:  de'upa  loyenda,  aplicada  à 
Jesus,  por  el  ùnico  disOipttlo  que  hablà delmilagro  mas  nolable 
atfibuido  ti  Jesus. 

Llega  su  turno  al  Sr.  «Renan: ,  «  Là  familia  de  Betania  Aie 
«  ftff;^  induci  da;  casi  sin  sospecHarlo  al  acto  importante  que  se 
«  deseaba/  Jesus  era  alll  adorado.  Pàrèee  quo  LAzaro.  eslabà 
«  eoferaio,  y  que  fué  por  un  mensaje  de  las  hecmanas  alarma«> 
m  daaque  Jesus  déjó  la  Pevea.  La  ale^ria  de  su  lle^ada  puda 
«  Tolverà  Lteaito  k  vida.  Qùizàs  tambien  et  ardiente  deseadè 
^  luparia  bdca  A  Iòs  qué  néghbàa  còli  uttrajd  la  ihision  divink 
€  de  su  amiga  arraatró  A'estaspbrsonasapasiDiiAdns  mas  alla  Aa 

(i)   {Vida  de  Jesus  t^orStrauss  IVad.  de  tltré,  Il  tòmo,  pag.  Ì8I.) 


I  -  *•'  - 

«  todo»  los  limjtes.  Qmitàs  .'Lézirò  fàVido  min  de  su  eoferme- 
%  dad,  se  biro  enroìvér  eoo  bnodeMas  comò  m  miiei^td  7  en- 
'«  cerrar  cn  sa  tomba  de  famiiia.  Està»  tambn»  ema  grandes 
n  xaartos  tnllado»  en  ki-  rooa,  en  donde  se  penetraba  por  una 
«  aberturn  caadrndaqVie  sa  cerralbo  cqq  uùa  piedra  enorme.  • . . 
«  La  emocion  qua  experimenló  J65iis  cerca  de  la  tumba  de  su 
«  amigli  que  creia  maérto,  pudo  ser  tomada  por  Ics  asìstentespor 
4c  esa  turbacion,  por  ese  ex(remecimìento  que  acomparìabnn  ii  los 
«  miia^ros; . .  .Jesus  deseó  ver  una  vez  mns  al  que  habia  dmado, 
«  y  habiendo  quitado  la  piedra,  LAziivo  sulió  con  sus  bandele- 
«  ths  y  la  cabeza  envuelta  enup  sudario.  Està  apnricion  debió 
«  naturalmeuteser  niirada  por  tolos  comoun  mila^ro.  » 

(nenaUyCap.  XXIt.) 
'     Aqui  el  mila^rro  es  ne^ado,  pero  se  afirmi  la  exisleucia  de  un 
hecho  que  pudo  por  aquellas  s:entcs  sor  considerado  conio  mila- 
•  .f^o.  }  adeitìi^s  se  explica  corno  pudo  haberso  verificado  Ul  ^or- 

^  presa  y  la  creeuiùa  en  la  resurreceioM  de  LAzaro. 

\iene  e!  filòsofo  y  dice:  diica  el  texto  lo  quequiera,  milapro  ni) 
.bay.  ni  puedebaber.  Sca  myto,  siHil^pìpì  lejeuda^  ó  hecliìo.falH 
•sificadp  y  compuesto,  np  meiinpprtii.  La  ley,  la  verdad,  es  hy 
mutable,  y  no  necesita  de  tìQchos  exteriores,  cu:ile$quiel*a  que 
.^lios  senn,  para  que  deje  de  sqr  lo  qu^  es:   Ley  y  ve^dad. 

He  ahi  pues  el  mètodo  diverso  fieguido  en  la  exé^esis.  .  Se  ^ 
1"^^  pues,  con  este  ejempIo«  la  diferenciaque  caractcriia  el  libro  del 

I  £r.  Renan:  puramente  hii^mano  é  histórico^    Laalegoria,  «l^roytò, 

i  el  simbolo,  la  ieyenda  no  fortnan  la  base  de  sa  libro;  perodistio^ 

,  gue  con  notable  tino»  lo  que  puede  venir  de  la  Icyeuda,  lo  que 

puede  ser  alegoria,.  y  prpcura^  spesar  de  criticar  la  autcoticidad 
de  lasnirraciofies  Evan[$élicas>  dar  unaexplii'acionposible,  bis- 
tórica,  que  nazca naturalmente  de  las  ideas  del  tiempo,  del  gènio 
/  'de  la  raza,  de  la  influeocia  de  la  tradicion,   de  las  costumbres 

da  ese  pueblo,  y  sobra  todo  de  la  influencja  monil  del  perso- 
nage. 

•IV. 

RESULTANTE. 

-'  Tòdas  estas  tolrrientes  del  penaainiento  iFÌeiieu  4,producir 

I  ma  i^esoltimte:   La  iMtgacion.de  la  «fiviaidail  da  Jesus^  ó  la  uega- 

^iàiie  la  Terdad  dela^  Igiesia^    Esa  resultante  es  bajo  su  as- 


ì 


—  46  — 

l^eto  posiUvoi  eletttronimmcntodela  fitosofiftipnra  la  ^bara^ 
rcioQ  dol  dogmaii  el  principio  de  libentatl  6  igaaldad  eomo  le^ 
•de  las  rclaeiones,  el  seatimiento  de  ta  auMime  earidad  coma 
tìochIo  deanìdaddel  gènero  bamano*  Etaimiaemoseae  rcsalta* 
do  que  es  al  mismo  tieinpo  ci  ìdeaL  iQail  ea  eaa  afiroatcioai 
4iQe  se  Diega?  la  afirmadoa  católiea.  iCual  ea  la  afiruacion? 
^Quó  C8  Jesus  al  fin  de  est:  resultado,  eaal  ea.  sa  obra  y  au  mérir 
to?  iPor  qué  tanto  interés  en  bae^r  deaapareoer  esa  creencia 
de  la  divinidad  de  Jesus? 


V. 


SOBRE    LA     AFIRMAGIOn      O    I9EGAGI05     DE     LA     DIVIRIOAD     DB 

JESUS. 

La  di? inidad  de  Jesus,  es  la  encarnacioo  del  Infinito,  la  bo* 
manizacion  del  Absoluto,  cn  el  aflo  primero  de  onestra  era.  Ya 
4a  bumanidad  babia  vii^ido  einco  mil,  diez  mil,  Teiste  mil  aftos, 
jr  el  Eterno  i»p^r(j  basta  hace  186f  aftos«  para  realizar  un  aefo 
<oncebido  eternamente»  y  del  que  depende  la  sai? acion  del  g6« 
«ero  humano. — Pacienc«a  eterna  ! 

Bae  acto,  annqueexistia  oanio  idea^M  la  nsoMo  del  Eterno 
£ogo8^  no  solo  se  verificò  segati  los  catòlicos  en  ese  estupehdo 
•afto  I  ^  de  nuestra  era,  sino  que  conststiò  ademAa,  en  qoe  eao 
Logos^  6  intelijencia  divina,  era  persona^  en  la  persona  de  Dios,  y 
me  despreadiò  de  ;;a  ^adre  segua  unos,  ò  faé  el  mismo  Padre, 
esdecir,  el  rafinito,  seguo  otros,  qoe  deseendlóé  Maria,  esposa 
éàe  Josef,  para  incubarse,  creeer,  nacer,  y  desarrollarse,  enso- 
-fiar,  padecer  y  morir  por  mano  de  los  bombres  en  la  ticrra  de 
los  judios. 

Exponer  esas  afirmacioncs,  que  en  verdad,  para  todo  espfrita 
Bo  p^rvertidó  por  la  educacion,  el  terror  6  d  interés,  no  soo 
sino  mitologia  absurda,  es  refutarlas.  Jamas  bnn  podido  soa« 
tener  una  demostrucion  cientffica,  pues  los  católicos  para  pro- 
bar  no  hacen  otra  cosa  que  afirmar.  Sus  prucbas  son  a&rmacio- 
nes  tan  graluitas,  comò  lo  es  el  sujeto  de  la  discusioa.  Batidos 
en  sus  premisas,  corno  por  ejemplo:  El  InGnita  no  puede  ser 
bombrq,  sin  cesar  de  ser  Infinito,  os  refeponderan  que  es  hbm- 
bre  y  Dios  al  itaismo  tiémpo;-^btra  afirmaeiori  mas  absarda  qoe 
enfuehre  unapetrcion  de  principio,  poes  iespondzvtafirvlMnibà  gr 


—  47  — 

nada  mag  qaeafirmandà^  lo.  mismo  que  te  aiega.  Bl  ópLo  Iklc^ 
dormir  porque  tiene  virtad  «dormititi»  06  e#e  calibra  es  el 
•raciociDÌo  catóUco. 

Tal  ea  ci  Bios  del  mundo  cat6lìca,  j  tal  et  sa  hiatoria  en  la 
mente  de  la  eterna  pacicncia  divina.  « 

Habiendo  aldo  educados  los  pnebloa  catóKcoa,  en  la  crcr 
encia  de  que  es  Dios  miamo  en  la  persona  de  Jesus, 
.qnien  institayó  la  Iglesia,  (Ilamamos  la  atencioQ  del  let- 
tor &  està  coQsideracion)  es  darò  que  cnalesqulera  qne  seap 
sus  erroresi  eslratios  ó  crimenes,  ó  falsas  doctrinas  qne  esa 
igiesia  propague,  los  pueblos,  los  pobres  pueblos  catóU- 
cos,  que  scn  los  mas  atrasados,  buràn  este  instintivo  racio- 
.cinio:  Dios  lo  tnanda^  dminomeioea^  nipuedOy  nidebojuzgar 
los  misteriosas  vias  del  Eterno;  mdoctores  tiene  la  Santa  Madre  igle^ 
sia  que  sabrdn  respondet.n  Y  bé  ahi  la  razon  porque  la  r^foroi^i 
protestante^  y  toda  critica  apojrada  en  la  revelacion,  produce 
entre  nosotros,  resultados  lentos.  Pero  si  se  ataca  la  base  direc- 
tameDtev^iiseniega  laautoridaddelarevelaeion»  si  se  pruebaen 
fin  la  no-divinidad  de  Jesus,  el  fundador,  la  Igiesia^  sin  necesi* 
dadde  la  interminable  polémica  teològica,  solo  al  alcance  de  las 
roiaoriaSt  arrancada  porlaraiz,  viene  al  suelo,  aunqneel  mun* 
do  catóiico  temblare,  con  el  desplome  de  la  basilica  de  Pe« 
dro. 

Y  tal  es  hoj  el  pian  de  ataque  general.  El  libro  del  seiior  Re- 
nan apesar  de  6u  estilo  flotanteyde  algunas  contradicciones,  es 
un  poderoso  contingente. — Y  este  es  el  momento  de  observar, 
aunque  rompumosla  serie  denuestros  raciocinio%  una  partici^- 
laridad  del  libro. 

£n  una  obra  notable  sobre  la  vida  de  Jesus ,  esenta  ola  faz 
de  la  Igiesia  y  de  muchos  pueblos  crejentes  todavia,  jr  en  la 
que  se  niega  la  divin^dad  del  personage,  ^cuàl  parece  a  prime* 
ra  vista  y  con  razon,  debia  ser  el  problema  principal?  El  exà- 
m^n  de  esa  divinidad.  Y  aun  que  en  el  libro  se  niega,  y  de  sa 
lectura  resuite  una  negacion  jostificada,  el  Sr.  Renan,  a  pesar  de 
eso,  no  ha  eucarado  directamente  la  dificultad,  no  ha  tomado  en 
cuenta  los  nr(;umentos  católicos.  ni  organizado  las  pruebas  evan- 
gélicas  que  podiim  dar  piena  legitimidad  a  su  tesis.— ^  Por  qué 
esedesden?-^^porqué  pasa  corno  con  desprecio,  sobre  la  gran 
cuestìon  de  la  posibilidad  ó  imposibilid^id  del.  milagro?  Dos 
.motivo6>  pueden  t  juicio  nuestro,  esplicar  esa  deficiencia  que 


—  46  — 

-ii($t^A\oì3.  El  f  .^  6%]  Sr.  R»an  crèe  jn  qne  en  Francia,  7  eii 
lÌEiliiaTÒr  parte  "dis' IJ^s  pueblos  de  ydh>pà,  d  Io  menosèo  todo 
el  mundo  ìntelìgente,  esa  cuestion  es  ya  extemporànea,  por 
haHèfr'  trianftido  pienamente  el  prmd))lo^  fìlindanienta)  de  toda 
ciencte,  que  es  el  órdea  delit'naturaleza,  j  ta  imposibilidad  del 
mtkigrò;  lo  ciial  seria,  si  asi  fùese,  un  |>ran  signo  de  trìunfo, 
corroborado  por  la*furta  católica  de  sus*  refótadbres;  6  2.*,  ci 
"Sr.  Bènarfhubibndo  emprendido  una  exposicion'tan  darà  de  la 
Vida  de  Jósus;  expticàndo  lo  milagroso  de  niia  mnnera  tan  po- 
sible  y  tan  humana,  ha  podido  creer  inutil  emprènder  una  de- 
mostracion  directa  de  la  no^dirinidad  j  del  no-milagro,  porque 
restilta  !ndircctaniente  de  la  totalidad  de  su  expòsìcion. — Si  cs 
asij  et  Sr.  Renan  ha  hechò  bien  escribiendo  para  pueblos  avan* 
"^zadós;  pero  para  nosotros  esen  America  necesarlo  el  exanden 
'dìrèctò del  problema.— Qùeda  pues esèlrabajo  por  hacer,  y  lo 
aptaiarfios.  '  '.  ' 

tdego  :  Si  todo  el  edificio  cat61tco  reposa,  sobre  la  creencia 
eh  la  divinidad'de  Jesus,  sea  ó no. esa  Tglesta  con  su  catoìictsmo 
una  lògica  consecoencia  de  esa  afirmacion  fundamental,  di^sde 
el  momento  en  que  la  opinion  se  aperciba  del  error  eo  que  vi- 
via,  adorando  un  apoteósis,  nò  solo  la  reparacion  de  la  Iglesiia 
y  del  Gstado  sera  un  hecho  conquistado.  sino  que  terminare  Hi 
^ran  revolucion  religiosa  à  que  asistimos.  ' 

Y  esees  èl  grande  espectàculo  del  tiempof  Para  el  hombre 
pensndor,  he  ahi  el  gran  problema  humnnitiirio  por  csencia, 
del  cual  todos  dependen,  ante  el  cnnl  todos  los  otros  problemas 
de  la  sociabilidad  se  subordin-m.  i  Desaparecerà  el  catolicismo, 
desaparecerà  el  cristianismo?  iQvié  dice  la  sonda  dei  filòsofo 
arrojada  ea  el  o^^eaito  de  los  tiempos?~-^T  desapareciendo  esas 
religione's,  en  ci  sepulcro  del'Dìos  de  los  cristianos,  cu^l  serÀ 
la  resurrecciori  que  se  levante  ostentando  ante  los  podcres  pa- 
ganos  de  ta  lierra  derribados  de  cspantò,  el  signo,  la  lu2,  la 
nueva  forma  del  eterno  verbo  ? 
'  Ré  ahf  el  campo  de  la  induccion  j  profccia. 

VI. 

i  Como    PBUEftA.  EL  AUTOA  su   OPINION. 

Si  no  hay  milagro^  Jesus  es  hombre.  iSì  es  bombice,  qué  sn- 
beìnosde  savida?    Lo  qnesabemos  de  su  vida,  eslo  escritoèti 


-  ^9  ~ 

ÌoS(  Evnn^eIiosGandnicosyat)òcrIfo5i,  èn  loé  taist^rfild^r^d  ucw- 
tethporàneos,  y  èn'la  tradicion  recojida  desprues  por  !o&  ^iseir* 

piiìos.  :    ' 

iQaé  fé  merecen  esns  faeiites!— Es  ftqul  qoe  el  notor  cn  una 
fntfòdaccion  anatiza  los  nutores,  clasìflca  sus  tendèticia^.  sedala 
coDtradicciones,  y  asigna  el  grado  de  fé  que  merecen  ental  pua- 
to',  en  tal  époea,  en  Ini  dèscripcioit  dela  Vida,  eillaiès  opinio- 
nes  qae  póniti  en  boca  de  Je^as.  Disc^utida  y  ac^ptiidn  la  maéa 
de  dòcQQientos  primi tivos,  el  autor  comporte  con  lodòd  ellos  la 
hìstoria  de  esa  vidi,  y  sea  dicho  tìe  paso,  y  cuàlqoiera  que  Bea 
là  opinion  del  le-^tor,  el  hec*hò  es,  que  nos  ha  acercado  esa  fi«»era 
de  ani  manerà  sorprendente.  Aststìmosal  desarrollo  del  hom- 
bre,  comprcndemos  el  porqué  de  susacciones,  desus  viajes,  d« 
Sns  painbras,  explicadas  por  la  inflaencia  tiel  espirila  interno, 
del  genio  de  Jesus,  en  relacion  consuépoci,  con  la  atra^rtsfera 
espiritaal  que  le  rodenba,  conia  natdraleza  de  la  patria,  con  las 
costumbres  de  su  tiempo  y  de  su  raza,  con  las  dootrlnas  y  pjsio- 
nes  de  sus  contemporilneos.  Es  un  trabajo  notabIe,j  de  ma- 
cha  importancia,  qnizcis  completo,  y  siesceptuamosaldistinguido 
Salvador,  que  el  autor  no  cita,  no  conociamos  un  trabajo  mas  tìo- 
table  de  resurreccìon  histórica  de  ud  hombre. 

^iiminado  el  milagro,  ^cómo  explica  el  autor  los  milagros? 
Està  parte  es  grave,  incompleta,  satisfactoria,  à  veces,pero  in- 
justa,  en  òlras  A  vcccs,  el  seftor  Renan,  con  una  frese,  comò 
la  de  la '"natura/  sobrhdad*'  de  los  pueblos  urientules,  da  d  en- 
tender,  que  la  multitud  vfvióen  el  desierto,  conf  lo  poco  que  ha- 
bia  ilevado,  repartidopor  la  caridad,  y  sostenida  por  el  entu* 
siasmo.  Otròs,  comò  en  las  curaciones.  Jesus  aparece  co  no 
còmplicedela  exageracion  y  entusiasmo  de  sus  disclpulos,  que 
querian  à  toda  costa  milagros  para  convencer  h  los  inerédulos; 
y  es  àqnt  que  el  p^rsònage  sublime  es  rebajndo  A  la  categorìa  de 
un  juglar.  En  olras,  en  fio,  comò  en  la  resurreccion  de  LAzaro, 
se  combinan,  la  credulidad  de  los  autores,  el  entusiasmo  de  lod 
disclpulos,  fbs  elrcunstancias  del  entierro  en  grutas,  la  Decesi* 
dad  de  dar  un  golpe  cerca  de  la  escéptica  Jerusalem,  y  la  com- 
plicidnd  morali  de  Jesus,  pre^t^ndose  al  p^tpel  de  reBurrector» 
Iforando,  trèmulo,  dndoso,  y  operando  segun  la  apariencia  del 
^eàtado  de  Lézaro. 

Nosótros,  que  simplemènte  negamos  basta    la  posibilidad  del 
ihflagro/y  que  creemos  à  Jesus  puro  y  sublime,  no  podeniod  dar 


-éo- 

«qqui^teeitcia  4  e&e  aspecto  con  qiae  se  le  preeeata.  PdM|iief  6 
4^0119  ee^Qo  de  lo»  hombret  mae  sfacf  ros,  nas  beri^icos  3  mtfi 
{Niros  que  hao  aparecido,  7  entoocea  ese  papel  no  se  coaeijbe;  6 
jHQ  1q  ea^  7  entOQcefli,  qo  debe  el  autor  Uamarlo  divino  é  cada 
]^so|  para  tacerlo  deacender,  A  la  categoria  de  ainiple  tauma- 
turgo. 

El  8r.  Beaaa  ba  previsto  la  objecion  7  ba  querìdo  vindicar  é 
nleans  de  la  inculpacion  que  nace  de  su  propio  texto,  7  noa  die^: 
poeo  maaó  ll|^flos:  J^uscrela  en  el  roilagro,  todus  creianen^l 
HÙIagro;  era  antiqua  tradicion  7  creencia  que  el  poder  de  hacer 
.flftilagros  era  propio  de  los  bijos  de  Dios,  de  Ics  profetu,  una 
prueba  de  la  diguidad  de  su  misioa.  ^óino  Jesu&i  con  la  in- 
tensa coHcienGia  de  ser  hijo  de  Dios,  profeta  de  la  revolucioo 
mundana  7  de  la  catàstrofe  final,  no  babia  de  creer  esa  delega- 
cion  de  su  Padre?. 

Parece  à  primera  vista  vindicado,  pero  nosdice  ademds,  que 
Jesus  repugnaba  esas  pruebas,  7  que  en  muchos  casos  cedia  al 
torrente  de  la  opinion,  practicando  todo  el  aparato  de  un  tau- 
maturgo. Nosptros  vaipos  à  ^er  si  vindicamos  à  Jesus  compie* 
•Umente,  7  aunque  no  conocemos  ningun  argomento  preaentado 
à  favor  de  la  opinion  que  vamos  ^  emitir,  la  emitimos  porqoe 
creemos  probarla.  # 

Nuestra  proposicion,  que  parecerà  mu7  atrevida,  aobre  todo 
é  los  historiadoreS)  esque:  jesus  kg  creìa  e»  el  poder  de  ha- 

.  GER  MILAGROS. 

Convengo,  en  que  esa  proposicion  tiene  la  apariencia  de  una 
paradoja.    Pido  al  lector,  me  escuche  antesde  jazgarla. 

Cuando  impera  la  creencia  de  la  arbitraria  omnipotencia  del 
Ser-Supremo,  cuando  no  se  conoce,  ni  reconoce  un  órden  natur 
ral,  ni  la  existencia  iomutable  de  las  le7es  que  rigen  A  los5uDres, 
entonces  el  milagro  es  de  Ie7,  el  milagro  no  esun  6rden  sobre- 
.naturai,  sìnoel  órden  naturai  de  lascosas  bajo  el  imperio  de^ 
.capricho  omnipotente.  El  hecho  que  se  llama  miiagroso,  en- 
tonces, es  un  hecho  naturai,  mas  6  menos  comun,  pero  que  no 
>rompe,  ni  desquicìa  a  la  razon  perturbada  del  cre7ente.  Ve 
tea  solo  un  hecbo  mas  {^ombroso,  mas  originai,  ó  mas  nueva, 
!que  aquellos  qm  diariamente  aiectan  sua  sentidos;  pero  no  ve 
una  vioiacion  de  la  le7  naturai  establecida,  pojrque  «esa  \^y,  np 
e^istepara^él.  ^Y  qué^^Io  quecaracteriza  radicalmente  ai-mi- 
Jkigre?  hk  ^pLAGioM  DE  UNA  LEV.    Bé  shieu  lo  que  cronaiste  el 


-J 


I 


!  * 


> 


-il- 

titrdidèh)  ittilégrOL,  si  ftaese  potible.  Bìi  nuèstros  diàs,  e1  qàe 
^•etqu^  eooelparmuyoó  telé^r  afo  eléelriM  He  «i^reftiltiilil 
Str^Supremò  la  4lirecdon  de  la  elac-triéidad,  ò  que  créverd  ae 
tiolaae  la  ley  del  Irayo,  cse  creeria  eii  al  tnilafgro.  Pèi^o  él  q«e 
%ÌQ8e  ea  eoalqtaier  bech6  sorprendente,  nuevo,  inexplicable,  in« 
oompreasible»  (por  mas  que  en  la  apariéocia  se  Tìolase  el  siate- 
ma  estdblecido),  solo  la  deflcencia  de  nuestros  eonotitniebtos, 
y  aftrmase  contro  la  re^elacion  de  Im  seatidos  la  permanencla 
'de  la  ley,  ese  jamés  cree  en  el  milagro.  (Guàntas  veces  no  faa 
apareeide  Tiolada  laleyde  laatraccion  en  al^^nas  inex plica- 
Mes  perturbaciones  sideralesi  YjamAs  el  sàbio  d  cA  hombre 
4e  eiencia  ha  sospechado  siqaiera  «que  fuescn  -efecto  del  mi- 
•kgre. 

Asf  pnes,  si  en  tiempo  de  Jesus,  ó  Jesus  mismo,  creian  en  lo 
que  se  llamaba  milagro,  esa  idea  no  importaba  eira  signiflcaeiOQ 
sino  la  manifestacien  de  un  poder  no  eoronn,  pero  de  niugona 
manera  irregular  é  inexplicable.  El  entusiasmo,  la  fé,  la  pa- 
Sion,  producen  hechos  exepcionales.  Vemos  hombres  en  cier- 
tos  momeutOR  que  hacen  prodigios  de  inteligencia,  de  amor,  de 
fuerza,  produciendo  asombrosos  é  inesperados  resultados  en  la 
suerte  de  los  poeblos;— »y  esos  efectos  se  Uamaii  milagrosos^  no 
porque  se  viole  la  ley,  sino  por  la  grandiosidad  del  resoltado. 
Jesus  podia  producir  eso»  resultados  y  los  prodocia,  pero  sin 
qnetttviese  Gonciencia,  nicreyese  que  violaba  una  iey.  Bajo 
este  punto  de  Yìsta,  J'^sus,  no  creia  pues  en  el  milagro.  Pero 
bay  otro  aspetto  teològioo  é  bistdrico  que  corrobora  la  opinion 
que  emìtimos. 

El  que  sinreramente  cree  poseer  ese  poder  del  mttagro  en  sa 
-verdadefa  aeepcion,  puede  ejercerlo  d  despeeho  de  la  oredibili- 
dad  de  los  espectadore6.  Puede  6  no  puede.  El  poder  que  po- 
sso, es  independiente  de  quo  crean  ò  no  crean  en  mi  poder. 
Soy  el  deìegado  del  poder4ivino,  mas,  soy  el  mismo  Dios  so* 
bre  la  tierra;  ly  la  fé  6  escepticismo  de  los  hombres,  anularta,  é 
imposibilUarto  la  manifestacion  y  el  ejercicio  del  poder  omni- 
potente  que  poseo?  -  De  ningnna  maaera.  Mando  à  la  Iona  se 
despreoda  de  su  ór})ita,  y  a  mi  mandato,  la  luna  vieoe  é  undir- 
:  se  en  0  Oceano  Pael&eo«  Cr^an  óna  creane  el  hecho  debe  verìft- 
oarse,  ti  bay  podfry  :vohintad  de  ejeootarlo.  Pero  he  aqnf 
que  Jesus  no  puede^  por  confesìon  de  losmismos  dibolpuhks, 
«feotiìap  milagros.    ^ìoé  Matao:  «U.     ¥  «a  iU9p  Mi  wmcko^mi' 


:^0S;^  Iftjnisipa  §itxi9CÌCMi;  «^  ;:Ytnoy9dii^^all( kacer  i^Ugarfi^M'^ 

trt^p.» (^P' VjO-o  Héat)l.4<)5  te^ito^.  qae  adeovis  de^  Strade* 

jwsj^^  (p^er»  >(ut?€^  (lioefqi|ie  9^a  pudo  àacer  mu^hos;  j  M^coaqiie 

no  JN^  Aac^r  «/;tj^;io)  prqebaa,  bas^  la  evidepcia  qu^  ^QSkiiB  im> 

e«*a  .Djij03, 1)1  tenia  en  90  ptoder;  esa  d^legaciou  su  [mesta  d^  inaili- 

,t)iar  ka.lejes  nalacales,  porque  no  se  puede  sapmor^  Ja  om* 

Dil^oteiK'ìa  impotc^ote.    Yeiapo^a,  Jesus,  segup  el  texto^.w  po- 

.  d^u:  .anuIndQ*    ,Y  si  veia  ^a  poder  anulado,  Teia  taiabien  quo  no 

.pos^Hi  -podei^r ,  A^hi^s  quelos  ac{os  qoe  se  llamnn  milagrojBOS, 

'.^raa:tfinjsolo  fìn  su  concieacia,  efecto  de  su  v^etijd,  tonvii^doà 

>i^t(paIabraeQ  la  to^ilid^d^c   sus  acepcioaes,  comp   ^t^naa 

moral,  influencia,  yida  ejemplar,  heroismo  j  santidad,  ope^^ndo 

«6obre  indivìduos  sqsceptìbles  dp  recibirla!    Creo  pues  habei?  de- 

rfftfosli^ado  la  proposTckìa:  Jcfusno'creia  cn  elpoder  de  hactìrmlft" 

girof^  \  a)  mismo  tiqmpo  creemos  haberlo  vindicado  enei  muiido 

de  la  filosofia. 


'      J^  QUE  SE  REDUCeVi  SEGUII  EL  AUTOR  LOS  MILAGBOS  DB  JESUS. 

El  Seller  Renan  cpefe,  qne  la  parte  milagrosa  de  la  vida  de 
JeAis,  ha  sido  una  violeucia  de  su  tiempo,  quo  le  impuap  ?&a 
neoesidad  para  òbraclerizar  suobra  v  legitiivar  su  mision.  Co- 
loca  ù  Jesas  en  este  dih^aia  tremendo:  areaunciar  dsuìrùsion  6 
hacrrse  taumaiurgo.^y  Tal  era  en  aqucl  tiempo  la  unauimidad^ 
puede  de%!irse,  irresistible  de  la  opinion^  de  que  ningunti  .mi- 
sion providencial  podi  1  legitimarse,  sin  corre&ponder  a  al^an 
•  anuncio,  presentiiqicnto  óindoccion  elevada  ó  profecia,  y  sin  el 
podcr  de  producir.esoa  a^tos  sorprendentes. 

Para  probar  sU  djlema,  nqs  dice:  lio  se  puede  dar  crédito 
{abreVio)  ft  las  narnlciones^  no  se  puede  saber  si  esos  ras^os 
Btribnidos  à  Jesus,  son  invedciones  de  sns  dÌ8Cipulo8..ó  son  he- 
ebos  Hisióricos,  exojeradoa  ó  relatados  bajo  la  creencia  de  Ips 
rédactoret.  La  i{pu>*rao)aia.de  la  medicina  j  de  las  leyes  de  la 
iùituralézà,  faT^^dcia.esacreenoia;  ni  corno  negar,  sin  qne  aea 
miia^rròso,  la  inftùedoia  inorai  de  nnà  gran  perapnalidad  sobre 
pefBonas  qiterìdas*         ..    1:  .. 

lo«  indiOS)  7  Jesns  mncha  maa/dfeian  qneJa  enfermedod  era 


efecto  del  pécado,  y  de  dfaf  nacitf  la^cii^hìéih-  de  la  tHé&ìtìék' 
mòra],^  deèir^  la  accion  de  la  pniabrarj  de  la' persona  be' un 
hOmWesanto  j  elevado.  Ese  ^oder  era  Haitiadò  taobrenntorat/ 
7  Jesus  lo  ejercia.  Si  mirando,  sidtrìji^ndo  la  pniabra  de  sii 
coràzofi  sublime,  si  iniponiendo  siis  rhauò^  venerables  sobre  el 
dedvalido,  Io  alitiaba,  nosotros  lo  creemos,  sin  que  por  esto 
creamòscn  milagro,  sino  cn  la  nccìon  del  amor  sobre  la  fé.  Et 
autor  adraitepnes,  que  ha  habfdo  actòs  en  In  vitfa'de  Jesus,  que 
^hoyserian  catificados  de  ilu  ion  y  de  locurà,vi  Àdemas,  consi- 
derai esa  parte  de  la  vida  de  Jesus  comò  uviolencia  de  su  sìglo^h 
j  que  si  el  taumaturgo  ha  desaparecido,  «e/  reformador  retìjioso 
vMrd  eternamente.)) 


Vffl. 


r  qui:  es  Jesus. 

Jesus  no  es  Dios.    El  Sr.  Beuan,  afirma  con  Terdad,  dicicndo 
qùe  jamds  Jesus  profirió  es:i  blasfemia. 

Conio  creencia  fundamental  y  dogmatica.  Jesus  se  di»tin{ruió, 
y  héaquiel  rns;::o  queorigiual  dominò  en  su  vida:  Hijo  de  Dios!  -^ 
i  ,  No  ^ue  fuere  una  escepcion.  ni  que  se  crejrtse  à  la  m  nera  poli- 

l'  theista,  comò  Hercules,  el  fruto  de  una  visita  de'Tzfus,  de  Ju- 

piter  ó  Jehovd,  sino  la  concìencia  viva  y  palpitante  de  la  ley  de 
amor  que  en  el  primer  desperlamiento  de  la  conciencia,  con  el 
esplendor  del  genio  y  la  intensidad  del  sentimiento  recibiera. 
|.  Vió  d  Dios  en  su  ser,  en  su  razon,  cn  su  corazon^  en  la   belleza 

de  la  nnturalcza,  en  la  atraccion  al  Infinito  que  poseenioft,  en  la 
insaciable  peticion  de  vida,  de  amor,  de  gloria,  de  felicidad,  de 
comunion  con  los  demas  seres,  que  cnlos  albores  de  la  mnnana 
de  fa  Vida  cofumbramos.  Y  esa  fuerzci,  esa  vision  del  bieo,  esa 
a'spiracìdn  à  confundirse  con  el  y  ^<setuno  con  todos^  conno  Dios 
es  'ifnó^ff  es  la  revelacion  unlversal,  es  la  atraccion  necesarla 
de  las  almas,  es  el  destinò  providenciàl'de  Io  creado.  Jesus 
sintfó  esto,  vió  esto,  Jesus  fué  en  esé  àentìdo  enwirnación  de  to 
bello,  de  lo  bneno,  de  Io  jasto,  tal  cdmo  se  lopermitió  fa  ^u^ 
cacion  de  sa  siglò  y  la  elucnbrilelon.dé  su  intelljeneia.  Faé  sui- 
périor  en  grado,  no  eo  eseneia  al  resto  de  los  huroànóii,  4^ 
amando,  !fi'  )[)rafeticiii)dol&  fustiela,  Bio»  viv«  en  ttosotros,  ti 


> 


-44- 

cyip  «pioa  pnede  aomeiitiir  6  duniiiaHr  en  grado  (7  bé  aM  l«  ra- 
dicai difereoai^  ^e  diatiOjj^Qe  à  los  booibres},  ottestro  wojn'aso 
e«  aio  térmioo.  ynaeatra  perfeccion  indefiaida.— Però  Dioa  al 
iipiUnio  tiempoperiDMece  el  iovariable  Inlinito,  j  jamàa  el  hom- 
bre  libre  de  aistemai^j  de  adacaeionea  fiilsas^  llegarAA  la  tre- 
meoda  blasfemia  de  idenlifiear  aa  ser  moYibte,  limìUdo,  oseiiro, 
oeael  aer  indivisible  en  poaeaion  de  su  perfeccion  abaolnla. 

Jamas  dijo  Jeans  ser  Diosy — pero  repetia  con  raion  qne  era 
,  Ayo  de  Dios^  mi  quien  habia  venldo  su  pafabran  esa  palabra,  cnjoa 
resplaodores  conooe  la  homanidad  d^sde  el  principio^  esa  pala* 
bra  que  todos  direetamente  recibimos,  cnando  escuchamoa  en 
nasotros  mismos  el  eco  misterioso  dei  elpfritu  qne  sopla  sin  ce» 
sar  sobre  la  nniyersalidad  de  las  eiistencias. 

Escncbó  mas  >  mejor.  «Ao  (né  oìdor  olvidadUo.»  T  con  la 
conciencia  que  le  daba  sobre  laatinieblas  en  que  tiTian  casi  to- 
dos sumerjidoSf  proclamò  el  titolo  glorioso  del  hombr^,  del 
Bijo  del  hombre^  Ilijo  de  Bios  por  exelencia,  poes  recibia  la  co- 
municacion  j  ellenguage  perdido,  o'vidado,  ò  desdelkado,  con 
«>  Eterno  Padre» 

Volvia,  aparecia  con  ese  verbo^  j  traia  ù  sus  bermanos  la 
((  buenajìueva  y>  que  babia  reeibido»  7  que  todos  podian  reei- 
bir  :  Igualdad,  «iblimacion  del  esp(rito,  posesion  del  Paraiso 
en  cada  uno,  amor  ;  mas  amor,  aun  mas  alla  de  la  justicia. 
He  abl  e]  sello  pecnliar  de  Jesus  y  de  su  obra; 

XI. 

YaRIOS  ASPECTOS  de  JESUS  DUBAnTE  SU   VIDA» 

Cuaudo  los  educadoa  en  la  creenciade  la  revelacioo^procuran 
darse  cuenta  de  ip  qne  era  Jesus^  por  un  acto  psicològico  de  11$ 
en  sudivinidad^  salo  figuran  de  una  unidad  perfecta.  Ay^- 
cea^bay  coifasdurasy  cpntradielorias  que  se  presentaUt  pero  la 
le,  de  quetodo  ba  i)e  serbneno  7  nopuede  dejar  de  ser  per^ 
fecto,  aboga  eqsuorfgen  el  despertaroiento  de  la  dnda.  Pero 
Quando  djQSapanei^  \^.i&%.  6  cuando  i  pesar  de  ella>  se  escuchn  % 
la^raaoPy  Jesus  presento  aapectos  dif^rentea  j  4  v^es- contra'» 
4^ctQrios«  El  aatof  :  hade^arrollado  estfi  parte  con  spina  ^t$f 
lig^n«ia  yi^Siquìi/tas^I^.jjartefiyias  compieta-delubro.  1 


—  5*  — 

Sto  pretender  agolar  los  dtferenles  dspeetos,  7  ]ai^  idea»  cw^, 
8e4MCDte8  à  I08  diversog  perìodos  de  In  vida  de  Jeana^  puede' 
decirae^ue  contìejie.tresép  ocas  prìncìpalea. 

La  accioQ .  del  pemaHiiento  de  Jesna  sohre  s(  miamo,  eoo  la 
a^óion  de  laa  ideas  ardicntea  de  sa  tiempo,  maa  la  iiifliieiiciai 
de  la  nataraleia  de  la  Galilea  j  de  los  buenos  y  aencilloa  babi«* 
taDtes;  la  concepcioo  del  creino  de  Dios.^  En  la  concepcion  del 
reino  de  Dioa  haj  tambien  yarios  aspectos.  Y  ùltimamente  la^ 
batalla  de  la  irida^  la  neii^acìon  del  mando  judio,  la  prolécia  d«l 
ooiveraal  y  faturo  advenimiento  de  lajusticia  y  de  la  gloria. 

La  teologio  ùnica  y  fundamental  de  Jesua^  fué  la  concieneia  de 
su  uniDn  con  su  Padre,  hasta  ser  uno^  y  prometiendo  A  todos  loa 
(}iie  Io  imitaren,  la  mìsma  unificaeion  con  el  Eterna.  Mo  av  iti9^ 
titttia  paea  en  ser  agraciado^  privilegiado,  exepeional,  monopO'* 
fizador  de  lo  dinno,  sino  que  abrió  sns  brazos  a  la  tierra  para 
abrazar  à  jndiosy  gentiles,  en  el.  mismo  amor,  y  en  la  roiamar 

1^  comunion  de  la  divinidad,  pudiendo  ser  «  todos  perf&etùs  coma 

el  Padre  es  per  fedo,  a 

Era  el  do«^ma  del  amor  y  del  pensamieiito.  universa]  ;  puro 
de  todo  hombre,  quc  en  medio  de  la  naturaleza  eneantadora  de 
la  Galilea,  y  encontrando  èco  enei  corazon  de  poblbciones sen- 
cillas  é  inocentes^  prodajo  el  espectlculo  de  paz,  de  bendicion 
7  de  alegria  que.  caracterizan  la  època  priroera  de  Jesus.    La 

>  moral  que  predicaba  era  la  mìsma  que  sua  antecesores  habìan 

'  predicado  sin  que  en  nada  t  obrepasase  ó  la  moral  eterna  dèi  gè- 

nero humauo.  Ko  innovò,  no  reveló  nada  en  moral.  { Porquè 
entonces  esa  influencia!  Aqui  tomamos  una  bella  expresiw 
del  autor  :  a  Se  predicaba  él  si  mismo.  » 

il  En  efecto,  y  aqui  es  de  juaticia  recordar  al  sefior  Edgardo 

Quinet(l).    Quién  comò  él,  ba  demostrado  j  defendido  contra 

p  el  pantheisqiQ,  la  influencia  prodii^iosa  de  la  iudif  iduàlidad^  d^ 

)a  Vida,  delacento,  delgesto^  de  la  mirada,  en  una  paiabra,  la 

influencia  de  la  emanaclon  poderosa  de  un  ser  sublimado  por  el 

amor  7  por  la  fé?  Jesus  era  jóyen,  puro^  bello,  intachable^  lleno 

de  abnegacionj  de  fé.    Jeaus  traic  de  nuovo  la  buifnci^nMév^ipttr 

ra  lp9  pobrea,  pera  los  deagracindosiipara  los  que  efiferao,  pfM 

hft  qjue  «  Agn  fiumlfre  y  sed  d^jnsiicia^,  »  ett  omlio  de  nqr  mMf 

do  eaEg:ado;de  tad^a  las  ipiquidndqsv  ly  Jesus  do  babì^derefeo- 

•  .0)..  Xe^sa  cil:£Hilfani>m9y.la.iiefolin?ton /rattceio.pof  Kdganlò Oii|]«il 
(?|u:i^  ISifiO: 


—  »  — 

taar'  prodiglos  ?  Lo  estrafio  hi  8ido  que  las  mnltitaide^  no  se 
h^^sn  precipitado  eD  su  camino,  entonando  «hosanna»  {Lo 
estrado  ha  sido  qoe  se  le  haja  d^ado  predicar  tantos  aft08« 

Sa  moral  faé  severa.  Sa  ?ida  sin  cerempaias.  Detestata 
haformalas  y  ritos*  Odiaba  à  los  hipócritas,  condenaba  à  loa 
ricos,  sancionaba  el  sacriGcio  basta  el  exeso,  basta  el  olvido  de 
las  leyes  del  d^r^cho.  Daefio  v  consciente  deaaà  iodifiduali- 
dad  sublime,  parecia  complacerse,  en  hunuUar  la  iodividnalidad. 
De  ah&  nacitf  esa  base  funesta  que  el  catolicismo  explota  y  ha 
explotado  particularmente  en  los  horribles  siglo!»  de  la  edad 
media.  Se  complacia  en  el  escandalo  qoe  à  los  fariseos  causaba 
su  desprecio  por  la  tetra  ;  é  innovando^  iluminiba  con  su  espiri- 
tu  la  verdadera  signiQcacion  de  los  preceptos.     «  Ko  hablaba  ! 

»  contra  la  ley  musaica  pero  es  claro  que  vela  su  insuficiencia 
»  7  fisi  lo  defaba  entenier.  Kepetia  Io  que  los  antiguos  sàbios 
»  bobìan  hecho.  ProhiDia  la  menor  palabra  dura»  proscribió  el 
»  divorcìo  j  lodo  juramento,  criticaba  el  talion,  condenaba  la 
V  usura,  juz<;nba  que  eldeseo  voluptuoso  era  tan  criminal  co-  j 

I»  mo  el  adulterio.  Qucria  un  perdon  universal  de  las  injurias.  »  ' 

Aceptaba  las  buenas  tradiciones  y  costumbres  de  su  pueblo.  | 

Aprovechó  de  la  enseflanza,  y  aun  para  no  imitarlos,  de  los  extra-  j 

vìos  de  sus  predecesores  y  maestros,  apartandose  cada  véz  mas 
del  camino  de  las  rebeliones,  para  preparar  la  revolucion  uni* 
versai  quo  dura,   contìnua  y  no  termina.    Humildc,  visitò  con  "i 

sus  discfpulos  y  ace(.t6  el  bautismo  de  la  escuela  de  Juan.  1 

'  Savida  pasabaen  los  caminos,  en  las  aldeas,  en  las fa*aBJ(^s^  ' 

en  las  poblaciones  que  visituba  con  sus  discipulos.  Viajes  deli- 
ciosos  de  enseùanza  continua,  de  ensefianza  pràctica,  vida  en 
comun,  al  aire  libre,  libres  de  espiritus,  Uenos  de  amor  \  de  'i 

esperanza.  LIevaban  la  paz  y  nada  mas  que  la  paz  todavi((« 
Kecibiendo  y  pagando  con  el  gérmen  moral  que  depositaba  en  ^ 

sus  httéspedes,  la  grande  hospitalidad  de  las  pueblos  orientales;  { 

el  viage,  el  descanso,  el  albergue^  la  comida^  todo  acto  de  la  vi-  | 

da  era  convertido  en  escuela,  y  sembraba  de  este  modo  el  ea*  | 

mino  de  su  vida  con  un  movimiento  de  regeneracion  irresisti- 
ble.  Los  nidos  lo  buscaban,  las  mugeres  lo  colmaban  de  rea* 
peto  y  afecto,  los  hombres  de  sencillo  corazpn,  dejaban  sua 
redes,  el  oficìo  ó  el  empieo,  por  seguirlo  y  vivir  sospendidjs  de 
fa  palabra;  y  la  adust  i  soberbia  sinagoga,  escuchaba  su  palahra 
nuova  rc^generando  el  viejo  texto.    Fué  el  tiempo  de  las  nup* 


I 


> 


^cji0B;)dei«Snf<^IW$f,'de•b^^8iria  ìni^  qi^e .  sorprendió  & 

«tot»  pootaFaees  <}ìs^ipalos4el,bautjstfif  cHando^fueron  à  mquerjr 
afuienera*  LHé(<4iilague  puedellamarse  la  primera  època,  ^'s 
-IMie^tra  d^fiqeuoia.lia  podido  abrazar  7  jcojocipreiider  sus  razgòs 
epirin^ipales,  ¥  n^o  se  nps^  dvga>  q;i^  al  c^racterizarla  de  est  e 
rivodo,  qaeremos  negar  los  contrittie^pos  que  ta¥o.  P^o,  peròT 
rliemos  qaerido  decir,  que  Io  que  dominò  en  €se  periodo  que  es- 
-teUecemos,  fuéla  aiaiiaedui9]>re,  lapaz,  la  alegria,  la  predica- 
don  rooral,  la  indirecta  fibolicion  de  las  pràotLcas  antiguas  que 
rJhabtan  re«argado  la  oonciencia  7  la  vidade  los  pueblos,  7  el  ed- 
.iabledn^iento  de  eaa  religion  diruta  eon.el  Padre. 

Has  la  (Scklilea  no  era  la  (Jtndea,  Gafarnabum  no  era  Jerusa- 

-lenif  la  Judea  no  era  la  PaleBUna,  en  fin  la  Palestina  no  era  el 

mnndo;  7  la  «  buena  nueva  »    era  para  todos  los  a  hijos  de  Dios.yy 

■Yacontaba,  pued^  depirse  con  un  punte  de  apa70.  en  la  Galilea, 

.7era  undeber  «stender  ila  circanferencia  de  su  accion  7  prò- 

.paganda.    Bajo  otre  aspecto,  Jerusalem,  la  capital,  la   plaza 

ii«ertedeljudaÌ6ino,  era  ia  mejor  tribuna  para  hncer  irradiar  su 

palabra.    Entonces   el    problema  necesario  de  la  historia    de 

ia  TÌda  de  lesus,  se  pian  tea  por  si  mismo  :  ó  la.  conquista  de  Jè- 

.rusalem  èia  muerte.  • 

Jesus  7  lernsalem  son  los  antagonistas.  Jesus  Tenia  refor- 
.maindo  7  envolviendo  en  una  pndulacion  progresiva^  à  los  pò* 
-bresy  à  los  plebe70s,  à  los  despreciados,  à  los  gentiles  7  samà- 
rrilanos,  que  coimo  elementos  à  fines  de  la  combinacion  futura, 
..i9e.;precipitanalrededorde  la  esperaoza  de  una  mejora  en  la 
tierra,  del  advenimiento  de  un  nuevo  reino,  ó  de  una  cat^ìstrofe 
iiie^nerador».  Jerasalem,  isla  de  la  obstinacion  7  del  orgullo 
.se pregun^a,  silos  grandeSf  los  principes,  los  sacerdote»  cscn- 
odian  la  palabra  nueva  ó  si  solo  la  aanalla  yà  en  pos  del  refor- 
jjnador. 

^Guàl  es  el  espiritu  que  inrade,  culi  la  idea  que  domina  al  in^ 
liTaaor? 

"GaUA  el  80pimta  une  rasisi  3,  j*  la  idea  que  .qu^ere    perpe- 

jJtaus  Tenia  Jiegairà0)eliiidaiama«  i^ué^e^a-el  jndaisrno  ^n 
-«MiépocB? 

tllljadaismò,  .ifeavaiua'iglprjatepldg^  )iabia  lleg(|dò  6 

-iér  uaa  gloeit  JiitciQiMl:  ^L:ìgf^^OJ:M^^Q*  TJjì  ,soIq  Bi^s,  7  Ito 
*0ro8*«iràaeiidoif|iittjeDJW  sippmfo  dc(  au^i^puede  pulrerizai^ia 


—  98  — 


tierra  y  haccr  que  w  dcsprendai»  las  estrellas,  que  cono  dawf 
de  oro  BOsUenen  latieodadel  firmamento  de  JehMé.  1«M 
IMos  de  eatre  todos  lo»  pueblo»,  ha  elejido  &  lo»  Judios,  p»f« 
celebrar  con  elio»  no  "poeto  de  aliama",  idea  atretida  j  sobH- 
me  de  aqael  tiempo.  En  medio  del  Oriente  antigno,  rodeadoi 
depicblo»  idolatra»,  »abeÌ8ta»,  pantheista»,  eljodio  identificò  sa 
nacionalidad,  con  la  idea  religios."».  1«  ahi  su  fnorza,  sn  fé,  sa 
resistencia  àtoda  pmeba,  sa  obstìnacion  basta  boy,  su  mmobi- 
Udad  en  medio  del  continuo  morimiento. 

Lanacionreposabaenlaideadesu  Wos.  Esa  nocion  de 
Dio»  era  su  genio,  formaba  su  carècter  y  constituia  sn  gobicr- 
no  La  nacion  era  teocratica.  Ko  bay  tcocracia  sin  un  tempio 
ysaccrdocio.    Y  no  bay  sacerdocio  que  no  Ucgue  i  ser  anstq- 


cracia 


«eia.  .  - 

La  profunda  desigualdad  exisUa  pues.en  el  seno  de  esa  socie- 
dad-  j  con  el  Uempo,  interases  y  costumbres  opuestos  arraigéu- 
dosè  se  ve  la  casta  por  un  lado  y  la  multitud  ó  pueblo  por  el 
otro.'  El  tempio  venia  à  seria  cindadela  de  la  casta,  al  mismo 
tiempo  que  la  gran  tribuna  de  obediencia. 

La  sencillez  del  culto  primitivo  se  ba  perdido.  La  préctica, 
el  rito,  la  cere'mouia,  las  inslituciones  sacerdolales  por  una  ne- 
eesidad  lògica  tienen  que  acumularse  para  suplir  el  vacio  moral 
Quedeiaelolvido  del  sacerdocio  universal  en  todo  bombre. 
De  abl  esa  mnlUtud  de  forma»  y  fòrmulas,  esa  casuistica  per- 
manente, esa  palabreria  inagotable.  La  virtud  desaparece,  y  la 
hipocrecia  se  convierte  en  sistema.  Està  es  la  ley  de  todo  culto 
-f  religion  exterior.  ,  . 

De  ahi  nace,  que  todo  bombre  puro  que  quiere  vmr  seguo  la 
lev  sepultada  por  las  fòrmulas,  es  revolucionario  y  condenado. 
T  lateocràcia  condenaba4  la  lapidacion  sin  ser  oldo,  al  que 
blasfemaba,  esdeciralqnercvelaba  la  verdad,    ò    negaba  el 

"^'lal  waelenemigoqpe  Jesus  ibaà  embestir.  ^QuiénnoTé 
con  claridad  ci  desenlaceT-Jesus  se  presentaba  corno  hombret 
I^eeo  elJwHodebm  condenarlo.  lesus  venia  con  la  concienci. 
iHa  humalad.  una,  indivisible  y  solidaria.  El  Judaismo  de- 
Lcondenarlo.  El  judaismo  era  el  pmilegio  de  «"•  °««r^ 
idad  exepcional.  Jesus  proclamab.  la  igoaldad  de  le*  hon- 
bre-s  j  la»  frooteras  naciooales  dewparecianensudoc  rina.  A*- 
togonUmo  teologie»,  que  rematabà  ea  antagoiàwno  pollUoo.-rat. 


—     l 


«m  abolia  eì  feBplo>  el  t aeerdote,  d  rito,  ia  oradon.  El  aaaer*. 
dodo  tenia  tateré^  TiCal  en  perderle.  Emancipedon  del  eapf«» 
fiUi  qnB  M  9lIo  qu0  vivi/htfB  povqae  la  9iletra  mata.»  Los  que 
^rÌTiaa  de  la  letra,  deblan  matarlo  con  la  letra.  * 

Jesus  esperaba  sin  embargo,  con  esa  fé  de  las  alinas  pnrasqae 
creeu  qoe  loe  hombres  ygobìernos  deben  iaclinarse  ante  la  ver* 
dad  qne  se  revela»  esperaba  poder,  precedido  de  su  fama,  con 
la  eonciendade^n  alta  mision,  y  la  demostracion  del  «reino  de 
Dìof,»  que  Jerosniemse  eonvirtiese.  El  desengafio  fné  tenri* 
ble.  Tocó  por  vez  primera  la  realidad;  su  contacto  con  ese 
mundo  caduco  estremeció  su  aims.  Et  argumento,  el  sofisma, 
la  perfidia,  el  hipócrita  palabreo  de  la  casta,  sino  desconcerta- 
roti  su  espiritu,  al  menos  prodnjeronen  él  una  notable  reaccion, 
El  mnnso  Profeta,  y  el  suire  Hesias,  el  nlegre  carpintero,  es 
reempluzado  por  el  tribuno  terrible  que  sobre  las  desgracias  de 
ese  pueblo  esclarizado  lanza  el  amatema  j  la  amenaza  del  juicio 
P  final'que  seaproxima.    Jesus  mismo  precipita  el    desenlace,  j 

seguro  de  su  ìrremediable  sacrificio,  afronta  la  situacion  con  hi 
serentdad  del  m^rtir  b.endecido.  Acumula  los  esfnerzos,  agio- 
mera  sus  prnebas,  el  raciocinio  7  la  invectiva  se  confunden.  Es 
el  lidiador  que  conoce  el  dia  sopremo  de  su  gloria.  Arranca  la 
mascara  à  todas  las  faces  de  la  mentirà.  Con^uela  j  dà  espe- 
ranza 6  todos  Io9  infortonios.  inEieva  d  los  humifdes  y  abatti 
los  soberbios.* — ^Y  nò  pudiendonsaitnr,  ni  sitiar,  ni  penetrar  en 
el  tempio  que  cobija  el  mundo  anti{*uo,  con  la  audacia  de  unti* 
tao,  Io  condena  A  que  ^no  quede  piedra  sobre piedra^n 
Pero  Jesus  en  està  situacion  hostil  en  sumb  grado,  por  la  in- 
I  credulidad,  la  mofii,  !a  maldad  de  rus  enemigos,  j  qnizéfs  tam- 

bien  por  la  impotencia  fisica  de  dominar  la   situacion,    Uegé  al 
L  paroxismo  de  la  exaltacion»    El  genio   de  los   Tiejos  profetas, 

*  las  Tisiones  terribles  de  los  libros  de  Heooch  y  de  Daniel,  «co- 

mulaban  en  su  serlas  santasindignacionesdeljnstodespreeiado; 
y'sus  discfpnlos  jadècintes,  temblorosQs,  apenas  pòdian  seguir  A 
ese  espfritu  que  se  tran^guraba  é  su  Vista,  evocando  las  fignrat 
de  los  libros  apòcaMpticos,  y  la  firmeza  de  la  amenaza  con  la  sè- 
gnridad  del  castigo,  fin  Tei  de  bacefrconeesiones  à  la  natnrA- 
téza/sè^èitfpefiaen  negarla  ypisoteai^la.  Nlamistad,  ni  lami- 
ilia,  ni  patria,  todo  lobnUde  bàjo  elpeso  de  su  pianta  pròfiétieii, 
'  sbbre  làf'tffpbde  del  Tiejb  tempio  qne«4e8lniye.  Està  ìiinadMi 
'.Ito  pueide  dUrair.   <l^  deseohce  se  U'ama  la- «jM»f^;»^  '       ^ 


—  so  — 


.  ^Aatég  de  mam^  su  idèa  doQiitufaite  del  «rtB»  A  -DiOs^à  ad^ 
•clqìeretaibyor  precàsim  enMretpIfitiit.  !Bi«  idea  eira  tou^ (uni» 
pli^a  oamo<(COtioepet(m,  alràcliFa'y^®"*''®  corno  senikaiestèi 
magnifica  comò  cam|)dsici«»faDfciali«o.  •  PfebeuUbà  pvku  #«#• 
^pn  aspeiAos,  nmdhrfs  alraetiwi»^  inu«hós  oundroh,  y/ui  n»  es 
«extrafto  ipie  tantais  i^ifniónbs  4  <»  réapecto  se  foitenfen. 

Habia  sooialiènao  politico,  teologia,  ooBonkspraia,  npdiofa 
-de  la  ley,  teoria  etngéràen  de  liaa  fitosofta  ée  ila  hiatoriai 
-de  tèdo  *to  hahiaeil  In  uto|»a  del  «teinothi   lMoi,»'0>  cindàU 

'de  Din. 

AòeptaBa  las  imàgenes  y  pr^feèlas  de  los  librot  de  Héhocli, 
4e  ftmiel  i  Skbilinos,  y  atói  bavtrftfca  en  so  tnovhaiiento  é  1«t 
j^^eyèatesqueesperabdnlasprofecias  asmàsdias  del  Me^ias^ 
:4el  tójo  4e  Dios,  del  reyno  tle-DLo«,  proseotàndoserél  caino  en- 
<5argado4e  realizarlas.    Ea  està  parte,  Jesuscs^il  <joh»o  lo  pio- 

ita  S<arauS6. 

Hablaaocialismo,  pwque  predictóa^l  adFeoimieuto  de  los 
-pobres,  «l  castigo  de  los  ricos,  un  comunismo  seotimeotal  j 
^rtctico.  Habia  poUtìca  porqiie  anunciabala  caidade  los  pò- 
;dterosoa4e  la  tierra,  tdos  Mimos  «crtf/i  /<w  frimeròs^n  los  apode- 
¥oso»ios  sèrvihóres,y>  Habia  teologia,  porque  se  faadaba  sa  re^ 
noracioto  en  la  creenàa  de  la  divinidad  en  todos  los  que  aspira- 
jaeny  quisiesen  ser  perfecfcos,  en  la  oociondel  culto    puro  y  di-  ^ 

rreeto>  sin  «e^ador.    Y  aqul  es  de  observar   que    elmediador,  "| 

«Ift-ediodbala  abolicionde  teda  wierfiacia»  entre  Diosy  el   hom-  1 

bre.  Habia  coBiuogonia,  porque  elmundo  seria  trastomado, 
lièlorfdo,  el  «lek)seabriria/y  Baostrariaal  flijo  del  hombrero- 
éeaxio  de  «us  Angeles.  Habia  penalidad  porque  el  juicio  va  ^ 
»¥eAir,  tepwi  los  signds  ya  lo  anutìciavy  J^  huettòs  nertoìpfe- 
jnittdM  y  los  rtalos  castigados.  ^Habia  uà  'gérmen  de  fltoaoia 
-4e4ahi«torhtbmadade  los  librOB  de  Daniel/ jme»  t««a  «en- 
▼biJgertasìaedBtcfcitoientoSaldfesènlaceqttdfM^fèliró^   ' 

DBsarjnaUàd  cadauna,  ymucihiasotras^lMidete  comeoidts 
iwiir«ate3ii*etówi«««;M7rf^'«e>5^  y  ytìreis  qué  'inmenso  campo 
-de  tlucwbraciones,  de^terrore^Jy  akgria»  ;^c  desprendèn.  «o 
^dàsncalstdeaa^etóitiafi  en'la'meiite-*Blo8  conyertidbs,  ii«o 
4mik  cfcal  Iwitóba  larqueiuas'Uamabr^u  a*eueiau<  r-y  asi^se^^- 
pMéàia^eaunAdad'ddl movimieàto.  •Por'otw{)parte*rf)Wfefl|a 
'Zéitì4UMÌù,  pr^dàapwfalAaalmasal  «leaifretìdiiniei*to4e'4t^ 
cosai  de  li^titrim  >y  faciJiWba^^  el  <#mWMp,  el  {>ms4itiflinQiy  , 


pPOpii^ttAtf.  5ef»te«(*ieii  e§a  Mèa  falsa  éel  prtóxmo  jaicris 
cuAntos  maleu  no?  ka  pWduddo  y  aùn  predace  ì  Babà  ma  Mrt 
aaneion  àia  mora),  y  ski  coniar  eon  el  afio  mil,  cn  el  «pie  la  <*i8- 
tféBdad  casi  murid  d«  bumbre,  por  bahersc  suspendid»  Ida  tra* 
l^jofl)  éflpepandp  laaparìeiea  dfel  jlier  én  las  nabe»,  y  loc«pleté 
àia  Iglesia  que  estando  ea  el  secretq,  comprabaà  vii  preci»  é 

I  reeibi»  e»  donacioDla»  propiedades;  haata  hqy  extate  ese  terror 

en  l08  ptt^blos  eatólicòs,  que  en  cualquier  catadismo  de  U  nattt> 
ralen  esperan  aterradosel  juicio  final    En  el  terremoto  de 

!  Mendoza,  gnando  las  vlctìm«s  aplastadas  6  medio  sepultadas  gri* 

taban  socorro,  sacerdotes  hubo,  que  en  ese  momento  predicabaa 
aberrando  mas  y  mas  a  los  sobreTirientes,  conia  idea  de  que 
Bios,  en  ese  momento,  oh  blasfemia!  seftalaba  su  irai— Y  cuan- 
tas  persenas  perecieron  por  laialtade  socorro!— He  ahi  comò 
un  fbntaski  bebvaiea,  aparecida  hace  siglos  en  Judea,  ha  Tenido  à 

i  matar  gente  inciceirfie,  en  1861  y  en  Uendoza  I 

f  Tal  ecala  idea,  en  sobstanoia,  que  eon  Jesus  baiqia  su  en- 

I  trada  eu  Jerusalem^  para  vencer  6  morir. 


X. 

^I^  QE   JeSUA   Y    COUC^'^SIOlf* 

Bé  ahi  pues  el  gronreiFolucionario  que  Beva  en  su  idealastem- 
pestades  dèi  cielo  y  de  la  tierra.  He  alli  el  manso  gallleo,  el 
ter  tibie  profeta,  que  sacude  lasalmas,  los  templos  y  los  tronos, 
Héalllel  homfere-humanidad,  que  derriba  las  fronte^as  de  su 
patria  y  de,  las  nacioiiAttciadi^s  con  su  cosmopolitismo  denttme^- 
lai.  He.  ahiel  bijo  de  Dios  que  sublima  los  espfritus  acercAndó- 
ioscon.^  ooraj^dd  amory  de  la  verdad  al  seno  de  Kuestro  Pa- 
dre. Se  acerca  a  Jerusalem.  Siente  su  fin:  Lo  arrostra.  Su 
ila  es  la  muerta^  pero  las  consécuenctas  de  &u  muerte  co- 
rno ondulaciones  de  un  oceano  luminoso,  llegan  aun  hasta 
iiosatra«^  y  B0S4<ir4a  lo  bendecimòs  desde  lo  alto  de  los  siglos 
liberUdo^ 

Bo  la  apreeiaoio«flefQÌti?a  die  esle  hòmbrCy  y  de«^  ^bra,  b«b 
«partasiòs4e  las  conclasiones  del  8r.  Bènaa. 

.Créequè  la  règSMf  adon  del  aristlanismo  no  depende  sino 


> 


-fi- 
de ToWer  al  Etaùgelio»    Q«e  el  merùHmifm  P^ro  se  prese»* 
te  ann  cen  él  tarMer  de  una  ttlifpM  univentU  y  eferma.9 

Que  baja  eu  efeeto  enei  crìstianisnio  elementos  de  la  rel^ett 
eterna^  ea  ima  verdad,  ij  qoéreligioii  no  lieiie  algaa  elemento, 
fiaieaó  af obolo  de  la  religion  una  j  unii ersal,  qae  es  aDterior 
al  mslianiamo? 

Pero  coatra  la  opinion  del  aator,  no  creemos  al  cristìaniaoMi 
de  Jesoa  «'a  retìgion  defiMiva^ìH smo  en  el  aentide  de  qne  sera  la 
éltima  qae  desaparecera.  Si ea  asi^  aeeptaoioa  la  idea.  Pero  e| 
autor  entiende  que  sera  la  Aliima  de  laa  religione8)  la  qne  no 
pnede  aer  suplontada  por  ningana. 

Noaotros  no  creemos  al  cristianismo  suficiente.  Lo  aeepta* 
mos  corno  espirita  de  caridad,  lo  negamos  conio  moral  absoluta. 

£1  cristianismo  es  el  amor, — 7  la  bamaoidad  clama  mas  por 
el  derecbo.  ^Y  qaé  entiende  dederecho  el  cristìantsino,  ni  ìe^ 
sns,  ni  el  Evangelio?  El  cristianismo  ea  amor>  pero  no  ha  sabi- 
do  fandarpueblos  libres^  ni  crear  bombres  soberanos;  j  la'  ha- 
manidad  qaiere  derecbo,  quiere  libertad,  qaiere  jasticia>  antea 
qne  amor,  y  que  fé  j  qae  entusiasmo,  7  que  fautashs  de  cielos 
mas  ó  menos  esplendentes  ó  mas  6  menos  falsos.  El  cristianis- 
mo es  el  sentimiento  puro,  pero  la  bumanidad  moderna,  quiere 
razon  pura  7  sentimiento.  El  cristianismo  impone,  la  filosofia 
convence.  ^Quién  respeta  mas  la  eseocia  sublime  de  los  seres 
racionales?  La  doctrinaque  traena,  deslumbro,  7  qae  aecesita 
de  un  cortejo  fantastico  dele7eada8,  queaterra  con  la  gehenna^ 
óregocìja  con  su  paraiso,  que  pisotea  individualidad,  faaùlia.  pa- 
tria, bumanidad,  envirtud  de  lahumildad  preconizada,  para  se- 
guirai profeta  inspirado  ensu  camino  de  amenazas  7  recompen- 
sas?— ó  la  filosotfa  pura  del  derecho,  al  alcadce  del  ùltimo,  7  sin 
la  cnalno  puede  habersociedad,  ni  paz,  ni  Justicia?  ^Gómo  pue- 
^e  compararse  la  sublimidad  del  estoicismo,  con  el  desprecio  da 
laindividualidad  tan  propio  del  cri^iano?.  ìC&ìùo  comparar  la 
moral  de  Kant  con  la  moral  de  Jesus?  Y  asf  comò  Confucio  feé 
auperior  à  Jesus  corno  moralista  60DaAos  antes,  asi  Kant  lo  ha  al- 
do 1700  afiosdespues. 

Si  necesitamoi  doguias,  el  dogma  del  oi^istianismopuro»  7ano 

basta  para  las  necesidades  cientlficas  del  espiritu  buitiano  eo 

;naestrò8  tiemjios.    El  dogma  futuro  tie^etine  resoWer  la  cues- 

tion  de  la  creacioa.  ó  del  pantlieismo.    Qué  sabe  de  lodo  estael 

crtstiamsipd,  sino  repetìr  afirmadones  cenip  el  >  f(/(ai  lua»^  que 


iia4a  prwb»r  J[efH|t|-«r«wde  ^omp  C8,  ii«  e«  el  ùnico,  m  faé  d 
prìmerovni  «ert  el  poatrero  de  lo$  grandes  ioiciadores.  Mi  ha 
8Ìdo  metprim$rQquéAayapr<>eÌQmadolaTeyecia  del  espiritu ^t» poT" 
quello  bajr  rerdadero  filéaofo  qua  no  lo  bay  a  hechQ,y.nadic  lo 
ba  proelamadomejor  qae  Sócrates  y  ci  esplritu  griego  cn  gene- 
ral. Ea  neceaario  cerrar  I98  ojos  para  no  ver  en  la  ensefianza  de 
Confucio,  la  ^octrind  permanente  de  la  reyecla  del  espirilo,  de 
la  autocracia  de  la.  razon.  XajLa-Mouoi,  el  filòsofo  indiano  que 
ytinù  milanoa  aptes  de  Jeaas  y  con  qaieaes  el  autor  lo  compara 
tantas  veces,  fué  filòsofo  y  moralista. 

Como  dogma,  el  cristianismo  puro  es  deficiente  é  incom- 
pleto. ^ 

Como  moral,  d  cristianismo  es  interior  *  la  moral  del  estdi- 
cìsmo. 
Como  politica  lo  creemos  favorecer  indirectamente  al  despo- 
I  tismo  con  su  dottrina  del  sometimicnto  y  del  egoismo  cxcIusìyo 

^  de  la  salvacion  del  alma  à  despecho  de  patria  y  libei  tnd. 

Y  csto  se  refiere  al  cristianismo  en  lo  mejor  qua  tiene,  cn  sns 

dementos  mas  puros.     jQué  diremos  entonces  del  catolicismo 

con  sus  dogmas  y  su  iglesia!    Si  ci  cristianismo  tiene  vida  y  ha 

de  vivir,  lo  deberà  al  gérmen  sublime  de  caridad  que  contiene, 

I  dominando  las  discusiones  teológicas,  y  viendo  ante  toda  huma-^ 

1  nidad,  en  donde  el  catolicismo  busca  ante  todo  la  servii  obe- 

^'.  diencia  à  sus  absurdos.    Si  ci  uno  tiene  vida  y  quizàs  abraze  un 

I  dia  à  la  humanidad  para  pasarla  &  los  brazoa  de  la  filosofia,  el 

catolicismo  es  una  religionmuerta,  un  paganismo  sobreviviente 

ìnferior  al  mahometanismo.    Al  decir  que  es  religion  muerta,  se 

DOS  dirA  que  vive  aun,  pero»  bay  vidas,  comò  la  de  la  teocracia 

*  Romana,  sostenida  por  la  invasion,  el  perjurio  y  la  vìolencia, 

que  condenada  por  la  conciencia  y  por  la  historia,  ya  no  tienen 

pervenir. 

Àsi,  para  terminar,  diremos:  El  cristianismo  tiene  un  elemen- 
to inmortai  que  abrazarà  la  sintesis  futura  que  elabora  la  ciencia 
y  la  conciencia  del  gènero  humano.  El  cristianismo  es  el  verda- 
dero  enemigo  del  catolicismo.  La  filosofia  la  ciencia  y  el  amor, 
indisolublemente  unido,  son  los  herederos  mas  dignos  del  im 
perio  moribundo  de  todas  las  grandes  religiones. 

£1  hombre  moderno  Uova  su  cielo  y  su  infierno,  su  ciudad 
y  su  familia,  su  sòberania  y  su  amor,  su  Dios  y  su  autonomia 
en  sn  propio  ser,  en  su  pcrsonalidad,   sai  vada  del  servilismo 


k 


cajbSlii^ódelàsedifecforQJpàéffiltlfèfié^^  S«  IiéoiSMl  iMièM»/^ 
esié  hijo  dèi' hombt^,  esb  Hijo^de'^SS,  ^mWbsski^,  éÉélldtttfk 
dor,  esè  Prometeo  7  ese  Cristo,  ha  qa£H[>ttmUido  1*9  cadifeiM^, 
c^emoTidò  los  témptos;  7  ì3tibt*é.d'cMieritè»l0ifè  Iò8r.ctÉllHi;Jw> 
léVàntado  et  hymno  sabKinè  de  !ft'^ettfaik;ipaeÌQii>  A  la  d^ttyoi^ 
tràciòiìciehtmca'  éùA'  (Uivéého,  hf  teAKk^ioW  qtie  ddblega  i» 
imperiò  de  lós  efementòs,  el  respeto  7' el  amor  recipreoeéèV 
hoitfb^e.  don  esa  base,  cod  ei^as  conqliislàs,-  teo^mos  lo  safi^ 
cienlé  para  camplir  ntte«itra  r^da  nffifoii  sobre  1»  tierra^  7  lle^ 
1108  delmismo  espiritu  feconda,  cfne  ilactthiaba  a  Oonfìlcio/  A^ 
iSbci'ates,  à  Je:su9,  ^  Joffn'H«iàs,  èKéptero-,  à-  GalOeo^  Nèmieta, 
t  Voltaire,  a  Kant,  a  Lamennais,  de  ese  espiritn  qae  lansé  eB 
pVhner  hitnoo  en  Fa  primemtAsfflailia  disi  gènero  hunia&òi  o<m* 
tinuemos  avanzando  cada  dia  à  la  conquista  de  la  loz  omnipr^ 
sètte. 

Buenos  Airea.  Febrero  I8A« 


ESTUDIOS  RELIJiOSOS  («) 

(inèdito). 


DnhKODUGCKMIf 


9o  e9por^  wAolÉor  ffiéisofi^g  bomliMrt»  de  cii9ticiik,.bombrei 
dèi  espirila  Itfare:  A  qnienès  estfe  Kbra  se  dùrìjie:  oDQOcesiUtt» 
Ét^M  deniuestre  la  éxistencia  de  fai  Ihz,. 

tf»&vo8otro9y  sacemlotes',  gerarqmag  edesitttioM^  fraile^^: 
clérìgos,  jesaitas,  que  tìtìs  del  aitar  j  de  la  ofrenda,  j  éel^ 
escidotàcioii  de  la  ìgnoranèb:   No.  bay  racioctiio  cenbraieL  orod 

Ifo  é  tosotvoS;  cHtóHctys  qne  se  Ikmarr  ilustrados  7' q«e  ja^ 
Inés  pitedea  dar  unìtrazànAe  sa  fé,  que  vivis  eo  et' seno  d%  so^ 
eiedades*  católleaffgoardando  el  deàvrumde  vnestra  hipoerem 
d  Taestra  itisofieiedda:  Vó  bay*  argttmento  contra  Ih-  ffirtoidàd 
ttttefresadci. 

No  ò.  Yosotros  gobernantes,  empleados,  ambiciosos;  negoeia^ 
dores  de  hereneia^'y^.tefifatuentos,  gerentes  de  conveiyfol,  pe- 

aiunicia^.qt(B'tcah^^^  u^a  odbra,9pbre  el  BrqbleoiadaladiviiùM  da  iwv^ 
Los  es<^i(os  preparatonos  què  el  aitor  h^cia  9pbre.  la  materia  nps  fuieronl^ 
gado§  en  un  déèC^i^deh  no&dìle  y  d^  eDos  Kemps  podidodbsenmaraùar  erpféi* 
toterylds^fpie'tlguetf  ÌHé(KÌo*;     '  ' 

(N.  del  E.)     . 


—  68  — 

cadores  qne  biiscan  la  absolocion  en  la  serTÌl  obedieneia:  Ho 
bay  conYÌccion  contra  el  egoismo,  el  remordimientd  reyestido 
de  la  caridad  diviDa. 

ik  quienos  dirijis  entoncea? 

A  todo  hombre  de  corazon  sincero^  annqne  aea  católico. 

A  la  joTentad,  A  laageneraciones  qua  se  altaa  anaiosaa  de 
Terdad  y  la  buscati. 

Al  artesano,  al  trabajadorde  las  poblacioDesquepuedecon-* 
sagrar  una  bora  de  sus  honradas  horas  al  caltivo  de  sa  iateli- 
jencia,  7  A  t(,  indirectamente  proletario,  campesìno,  gaacho, 
roto,  plebejo,  por  medio  de  los  que  paeden  hacer  llegarla 
loz  à  tu  mente,  7  el  bien  catara  tu  vida  incierta  7  Tagorosa. 

No  es  este  un  libro  rigorosamente  cient^fico,  porque  aspiro  6 
qne  sea  popular;  pero  ledo  lo  aflrmadti  ó  negado  ser&  justifica- 
do  7  puesto  al  alcance  de  todos.  No  es  nn  libro  de  partidOi 
porque  es  un  libro  de  totalidad.  El  bombre7  la  sociedad  son 
an  todo,  puede  decirse,  indiyisible  7  solidario. — Creencia 
dogm itica, relijioi  7  politica:  politica  7  economia)  son  solidarios 

Tal  dogma  ha  de  producir  tal  politica,  tal  socìabilidad.  ^Que- 
reis  reformas  en  politica?  Ted  si  puedeo  armonizarse  con  el 
origen  católico.  Quercia  reformas  en  la  administracion,  en  la 
distrib&cion  de  la  tierra,  en  la  reparticion  de  los  prodnetoi? — 
Ted  si  pueden  armonizarse  con  la  centralìzacion  romana,  con  la 
igualdadhumana,  con  el  dogma  ciègo  de  la  obedieneia  servii 
al  despotismo  del  capital,  ò  de  los  grandes  poscedores  del  con- 
tinente. 

•  FMetnamosen  la  regeneracion  politica,  porqné  no  hedM» 
b^cbo  rerolucion  en  el  dogma  religioso. -*No  ha7  politica  solida, 
no  \\9lj  iibertad  garantida  7  consolidada,  sino  se  apoya  en  la  li* 
tertad  del  individuo  soberano  en  su  pensamiento7  en  sus  actos. 
Un  pueblo  qoe  reforma  en  politica  sobre  el  terreno  sembrado 
por  el  catolicismo  cosecbarà  jesnitismo,  eiplotacion  7  em-' 
bratecimiento. 

.  £s  pnes  una  obra  grandiosa  de  verdad  7  caridad^  cooperar  A 
la  extìrpacion  delas  religiones  exclavoccatas. 
''Es  nna  obra  de  sublime  profecia,  cooperar  al  advenimiento 
de  la  .purificacion  de  todo  nn  continente,  extinguìendo  el  error, 
demoliendo  sus  guaridas  7  levantando  sobre  las  rulnas  del  vie- 
jo  tempio,  la  escuela  de  la  ve^dad,  de  la  emancipacion  jdela 
josticia*  ,   ' 


I. 


El  hombre  debe  ereer  lo  que  70  ensefio:  He  ahi  la  formala 
teològica  j  pràctica  de  las  religioDes  qne  sé  llaman  reveladas. 
Con  esa  formala  se  somete  el  mondo  de  las  inteligenciaa.  Ea 
el  despotismo  dogmatico. 

El  hombre  debe  hacer  Io  qae  70  mando:  He  ahi  la  formala 
moral  y  politica  que  comò  conaecaencia  lògica  de  la  primera, 
completa  la  aotocracla  de  las  Iglesias,  y  la  servidambrc  de  los 
pueblos.    £s  el  despotismo  moral,  politico,  7  social. 

El  hombre  debe  creer  lo  que  él  mismo  juzgae  vcrdadero.  He 
ahi  la  fòrmula  de  la  filosofia.  Con  esa  fòrmula  se  emancipa  el 
mando  de  lalB  inleligencias.  Es  la  libertad  dogmàtica. 
'  El  hombre  debe  hacer  Io  justo  :  He  ahf  la  fòrmula  moral  y  po- 
litica que,  corno  consecaencia  lògica  de  la  anterior,  completa  la 
soberanfa  del  hombre  7  de  los  pueblos.  Es  la  libertad  moral, 
politica  j  social. 

La  lucha,  la  gran  polémica,  es  la  qae  existe  entre  las  Beve*- 
Iwtiones  7  la  Filosofia.'' 

Las  religìones  qae  se  llaman  reyeladas  dicen  qae  la  rerdad 
▼iene  de  Bios. 

La  filosofia  dice  Jo  mismo,  ò  mejor,  que  la  verdad  es  lo  qae 
es,  7  que  venga,  ò  no  venga,  la  verdades;  7  la  prìmer  verdad; 
en  el  òrdpn  cronològico  del  pensamiento  es  la  afirmacion  del 
sajeto  que  piensa. 

Pero  las  religioneìs  dicen  que  Dios  ba  revelado  la  verdad  & 
«nos  hombres  que  se  llaman  reveladores.  De  ahf  s^ile  està  con- 
secaencia terrible:  La  palabra  de  los  reveladores  |es  la  palabra 
de  Dios.  0  en  otros  términos  :  el  revelador  es  el  òrgano  de 
Dios.     i  Habrà  poder  igual  sobre  la  tierra  ? 

^Quién  no  ve  en  esa  creencia  la  foente  detodo'  desùotismof 
'    Y  la  Filosofia  dice:    ^Quéprueba,  quérazon  me  dais  para 
que  OS  crea? 

'    Voestra  palabra-r7  nada  méì$  «qùe  vaeAra  palabra;  Toestra 
afirmacion  7  nadamas  qae  vuestra  afirmacitm.     Si  ééoii  q«e 


—  68  — 

Bios  08  habló  en  el  Sinai^  en  tal  afio^ — nosotros  os  decimos  qne 
Dios  DOS  habla  todos  los  diaseli  la  conciencia  7  la  razon. 

Las  religioBes  dicenfC  !l^ttff^B>fii  VttelA^obre-nataral  7  mila- 
grosamente.  La  revelacioa  de  la  filosofia  es  nataral  7  uni- 
yersal. 

Kntonces  la  cuestion  entre  'el  catolicismo,  ó  toda  religion 
que  se  dice  revelada,  7  la  filosofia^  se  plaotea  de  este  modo  : 

KuEsrRA  REYipiiACioNj  es  aobr«-»Qat]araL 

El  ÓBDEiv  so»mE-i9ATi}jkii:i>6a^mìhigposa, 
.   El  MiM^GKo,  es  la  bas^  de  aueatro  sistema  feUgìwpsi    Sin 
milagro  no  faa7  catolicismo. 

Xa  revelacìon*  popone  wb^  órden  aebre-nalarri. 

El  órden  sotee-natural  supoiie  el  milagiro» 

El  milagro  es  pues  el  fìindameiito  de  la  cuestioA, 

Bevelacion.  es  una  qomunmacioin  estr^arctiùaria  7  milagrom 
deDios  à  unhombre,  ù  4  ciertos  bombres,.  que  por  esto  $e  Ha~  { 

man  revelador£s,    Bttdba,  &  Xakàa-Momù,  Moisée^  Jfea^a,  VM^  i 

ma  etc,  jotrosmuofaos  persouages,  reTel«dorea,sx)B  lla^ia^t  1 

..  Prof^reiaQ^entendernosbien  sobne  el  signiflead^  de  lApAla- 
bra,  6  sabre  la  acep^ion  qoe  tieuq  m  la  pare0eA&0  materia* 

Webster  define  ast  lo.  qw  ea  revel^ian  :  ^  M  acitQ  de  abnF 
»  ó  descubrir  à  otros  Io  que  antes  les  era  descojaiOìcido  ;  ppeypt9^ 
»  maue^  ti  descubrimieuto  6  cojuiiuicikcJiOA  de  verdad  &  los 
»  hombrespor  Biosmismo,  ó  por  sus  agentea   autorizados^  hii  "  ^ 

>  proletas  7  aptotolUs.  » 

Es  darò  que  solo  la  ùltima  acepcion  es  la  ortodoM.  Asft  la 
entiende  A  catolicismo,  7  és  en eso  sitiiilidQ  (p»»ìa  aoeptamosipara 
la  discusiDQy  pon)ue  desctUHrir  A  ot^os  lO'  ckfcomQcidi^,  esrdie  toda 
taaeatoo  7I0  propio  de  tedia ensefiaui^ai^  eu  lo cqaIdo  bay  mda  d« 
sobreoatural  7  milagroso. 

Tampoco  aoeptamos  ^.  eirte  momiBnto  la  segnnda:  aoQpolon  ^ 

de  Webster,  por^uela  fi]x»aofia  puetdieraceptar  q^Sfi^a  eekttwioa 
A  todoa  los  homboea  H'  ifier^d;.  pof  to  a$nfitHy<ii0^  ivtMmi  1^.  /4  •  | 

fdBo»,  eit.houal,  uadA'hi^'diìSDbneHiatQraL  sino  que  at  tour 
trarlo,  es  lo  mas  naturai.    Beltà  pueftla  t^rDeiiai  aoeptoìon^ 

BerohereUe  dftBnfes  K^Revélrnsim  ;  del  Ifriàuirvut^  comporto 
»  df  ro,  7  da  veiuwkr  jeÌQ)^  eotto  qoì<en  dii^ft  deneaitrQr  et  telo 
»  que  ocultaba  una  cosa,  para  manifestarla  7  espop^a.  9 

Evia  deftuitiioQi  dimológii^a  ^  pitafe  aplMimii(A  Wsdodes- 

«■firflAttGtitO  7 


La  reyelacion,  repetimos,  en  sa  significacion  católica^  que  es 
en  la  qne  Taroos  ù  emplearla,  es  paes,  sirviéndonos  de  las  acla- 
raciones.anteriores,  el  descobrìmiento,  comunicacion,  ensefian- 
za  de  dogmas,  priocipios,  lejes,  hechos  pasados  ó  foturos,  teo«. 
rias  ó  doctriaas,  hecbo  direttamente  por  Dlos  mìsmo  à  personas 
determiaadas,  quesegan  lacreencia  católicahansidoautorizadas 
para  ensefiar,  instituir,  gobernar  ó  ejecutar. 
ìBs  c6to  tiatttral,  ó  sóbre-naturàl? 

Le  fgiesia  catdlicà  afirma  a  boca  Uena,  qpe  la  reTelatfon  es 
sobre-uaturàl. 

'Xqui  tiaremes  u^idfttìticipaeieii,   intemimpiendo  la  bilacion 

'de  lasideas  de  este  ^stpitulo,  para  hacer  una  ndvertencia.   ^òdo 

■io  iudafiieAtal  que-la  Igtesiadiee  'haberle  sido    sobrenàtupal- 

mente  revelado,  era  conocido; — y  esconocidoenregiònesadonde 

^Ho  bè  penètrado  el  edtòlicfsttio.    IHos,  la  ereacion,  el  diluvio, 

'-«lorigendélas  j^asas,  el  biény  el'mai,  lamoral,  el  amor^  la  ìih 

ì  iDQTtalidad  del  alma,  las  penas  7  recMipMsas  futuras,  todo  esto 

Sforma  el  patrimonio  de  la  bnmanidad  y  no  l>a  'sido  manìfestado 

'por  lareirelaoion<»itótica.    ^nla   Qiitol^ia  griega  haj  hechos 

ipttM  todaslasideik&delQatolìcis^io:  Vnidad  deDios,  plnralidad 

de  agentes  secundarios,  Minerva,  el  verbo,  el  hijo  de  la  inteli- 

^g«VidadeJù[Jiter  qne  nace. sin  mancina,  latrinidad,  la  qatda,  la 

oroganettaoìon,  ^el  meifiaMsmo,  todo  tiene  «n  la  mitologia  griega 

^  <9a  hecba.mytico^  es  de«ir,  :su  iiistoria^  ó  su  teoria  enoarnada  en 

.Min  hecbo.     No  tiene  el  catolicismo  nna  idea  mas  grandiosa  qoe 

,k  encerradaenid  nylhò  de  -  P^onoeUieo.    '£1  catolicismo^  qne 

.es.Tm  ecleetisiBo  deideasBodiàtas,  Pérsicas, Caldeos,  Sppcias, 

rSnrie^s^  .nada  ba  descnbierto^  no  tiene  ninguna  olijinalidad 

.quemoreJEca  ttamàirse  ne^elàda*— ^anosotrabajo  seria  là  revela* 

-èton  desvsp&i^rto.    ¥  entonoès,  pakraiiaétsestiene  >Bn  dectrina 

(  comò  revelada?    Para  darse  la^autoridad  teocràtica.     Tal  es  el 

fondo  de  la  cuestion .  i  A  qnién  le  dcnrreque  -para  probar  qne.dos 

i^dos.  soncuatrb,  esi.necesario  apèlar  &  una  ieivelacion  ornila- 

ogros&^-^AjttadieJ  :  Baecr  las  vésdhdoselernaft  ide  la  moraLestta 

.  en  el  elpioittio;  caso.  .Apelar  A  uà  óndén  aobrenàiwal.  pafca  .  deoir 

-«ia:rèbes^  jio/tbieBlaa, .no  imalss,  ;no .pvneba  siJDo.:<pse  se  qnitee 

>iandai!ià)a(it«artaia.!deiun  sacttrdokÌQ^;iconsfituir  i^a^ano  le* 

mentido  de  la  voluntad  divina  para  someter  &  los  bombtót. 

'Y^tàmos  A  UìQatsttoii. 


^  M  ~ 

n. 

El  órbbh  sobrekatubal. 

El  catolicismo  ó  las  religiones  que  se  Uaman  reveladas,  ade* 
lecen  de  una  debilidadsingular. — Dicen  que  las  crecncias,  prin- 
cipios,  leyes,  morale  etc.,  han  sido  sobrenataralmente  reyeladas** 
de  lo  que  resulta  està  con^ecueocia  inmediata:  la  verdad,  la  ino- 
rai, la  justicia,  que  es  lo  mas  naturai  que  existe,  ha  sido  nece; 
sario  revelarlo  de  una  manera  sobrenaiural.  Yed  està  primert 
inconsecuencia. 

La  razon  està  naturalmente  constituida  para  la  verdad.  Si 
algo  querela /enseflarli»  ha  de  ser  ó  falso  ó  verdadero.  Si  es 
verdadero,  qué  cosa  mas  naturai  que  lo  cotnprenda  7  aceptel 
Si  es  falso,  comò  quereisque  lo  acepte  sino  por  el  engaìlo  ò  el 
error; — 7  sin  duda  que  si  70  crejese  en  un  órden  sobrenata- 
ral,  creeria  que  solo  podria  emplearse  para  engaflar  àia  razon  del 
hombre. 

Sin  penetrar  todayia  en  el  fondo  de  la  cuestion,  qué  pre- 
suncion  terrible  de  engalLo  7  de  faisfa  no  presenta  ese  principio 
de  las  reYelacioues,  dando  à  entender,  sin  qae  se  piense,  que  es 
necesario  establecer  un  órden  sobrenatural  para  autorizar  A.  la 
mentirà!  ^À  quién  en  su  recto  7  primitivo  juicio  se  le  ocurre, 
que  lo  naturai  que  es  la  rerdad,  7  la  verdad  que  es  Io  naturai, 
necesita  de  un  órden  contraria  d  la  naturaleza  de  las  cosas  para 
ser  creido?  Desde  ahora  yn  se  divisa  viniendo  en  lotananza  el 
mas  sublime  aforismo  de  la  lògica  católica:  «  creo  porque  es  06- 
iurdo^  »  «  eredo  quia  absurdunu  » 

^  Qué  significa  un  órden  sobrenaiural? 

No  ba7  sino  Dios  .7  la  naturaleza.  Todo  órden  es  pues  divin.e 
ai  se  refiere  ù  Dios  7  naturai  si  se  refiere  &  la  naturaleza*  S|o 
haj  nada  mas  alle»  ni  nadama»  acA,  nineida  mas  arriba  (super)  y 
m^  nada  mas  abajo  (inftaX.  ^Si  se  pudiera  inventar  un  órden  so- 
hrenaturàly  porqué  no  se  habia  de  inventar  un  órden  infra- 
naturai? 

Mo  tiene  pues  cabida  ese  órden  sobrenatural,  ni  en  Dios,  por 
que  seria  suponer  algo  sotre  Dios,  ni  en  la  naturaleza,  porque 


i 


> 


— «~ 

itaera  de  Io  naturai,  de  lo  finito,  de  lo  creado,  «i  aaf  qnieré  lla- 
Mraeie^  n#  bay  nada  aobre  qoe  eatablecer  un  órden  cualqaiera. 
Sobrenaiural  quieredeoir  iobre  la  natnraleza,  7  no  habiendo  nada 
faera  de  la  natufaléza,  ainoDios,  la  idea  de  un  órden  aobrena* 
tarai  por  una  consecuencia  forzosa  (qae  aon  no  se  ba  dedacido 
eontrael  catolicismo)  irendria  (k  significar  nn  órden  establecido 
sobre  una  nneva  creacion,  sobre  otro  órden  de  seres,  sobre  otro 
sistema  de  existencias. 

Pero  tal  absurdo^  ni  aun  pnede  aplicarse  &  la  cnestion  de  las 
revelaciones,  porque  las  reyelaciones  vienen  à  descubrir  lo  igne* 
rado,  perone  à  crear. 

Lamennais  eoo  la  exactitad  de  sa  vision  7  la  precision  de  su 
estllo,  ha  caracterizado  perfectamente  el  órden  sobrenataral, 
con  una  palabra:  «  este  iercer  órden  que  se  ha  llamado  sobrenatural 
a  seria  el  órden  de  lo  que  no  eosìste.  »  (a)  Y  he  ahi  que  el  maes- 
tro viene  à  autorizar  nuestradeduccioncnandodijimos,  que  pal-a 
qne  eiistiere  ese  órden, seria necesario  unanueva  oreacion,  otro 
órden  de  seres,  otro  sistema  de  existencias  é  qne  pndiese  apli- 
- carse. 

Si  se  qaiere  decir  que  ese  órden  es  un  terceno^^  intermediario 
entro  Dios  7  la  naturaleza  7  participando  de  ambos,  quedana  so- 
metido  &  las  mismas  objeciones  que  han  sepultado  la  hipótesis. 
del  mediador  plàstico^  inventando  para  esplicar  las  relaciones 
del  espfritu  7  del  cnerpo.  Se  suponia  qne  ese  mediador  parti- 
cipaba  de)  cuerpo  7  del  espiritu  7  que  pose7endo  ambas  cualida- 
dea,  substiancias  óformas  de  la  sobstancia,  relacionaba  oon'él 
espiritu  por  la  parte  espiritual  7  con  el  cuerpo  por  la  parte  cor- 
poral  que  contenia.  ^Pero  quiénno  ve,  corno  se  ha  probado  en 
las  aules,  que  la  cnestion  7  la  dificultad  queda  en  el  mismo  pnn- 
to?—^ Còrno  se  verifica  en  el  mismo  mediador  esa  union  de  la 
materia  7  del  espfritu? 

La  invencion  de  un  órden  sobrenatural  intermediario,  vendria 
A  ser  la  invencion  de  un  mediador  plàstico  entre  Dios  7  la  natu- 
raleza. 

•  (a)  Ji  Este'  tercer  órden  (pie' se  ha  flamado  sobrenatural,  seria  el  órden  de  lo 
e  que  no  existe.  No  puede  pues  uno  sorprenderse  de  las  contradicciones  que 
•  encierraesta  inadiuisible  .bij^tesis,  por  la  cual  Ics  hQmLres  separandola  fé 
.È  de  farà£on  y  del  infinito  mismo  ó  del  sentimiento  nati?o,  ilìdestruetible  de 
«4^  lalleyesde  su  nttaraleaa,  dasasleyesintelectoales.y  de  suslejes  mocales, 
«  han  divinizado  todoslossueh<l9  de  su  ìmaginacion  estca,viad4»  sui  errpres  mas 
€  insensatos  y  sua  pasiones  mas  monstruosas.  > 

.  )  '     (Lauisnnsia,    DebRelieìoDlBki.} 


^«2  — 

i9iqs.«faraitobteilatiQMrAlma,^^^;^  jNl^)MiM- 

«tBnqiAtjeftCtbleica  .un  6rdea  :  aclbre*iiiatlir«|? 
'  .ià(iéè8eiì«ri»ga  eoo  la  p&labta.4o^4  t09ì{ml^biiW.4(M  #Mtid«i 
qr/cometiendo  nQ.aofiona  digne delaififloolAatteo.  fìbiyir  soitt 
<làiia(urdIeKaiii0  tiene  nada  de  partiònlar.  ,£1  èMibre  mao» 
iàbfOL  jBobre  k  naturbleza.  Sero  scibre-rnatoral  «n  el^egandajseD* 
tidoquiere  decir,  cantra  la  misma  nditursioijà.ù M9s,aUd,.ufu^s» 
fàé  la  'Oatóralexav  j  ja  hemos  rébalido  està  p^j^OMki. 
-    :Ahora  presentamos .  otra.  objecion. 

^Gómo  se  puede  obrar  sobre  la  uaturalezt? 

0>Iai»itiirBleza  tiene  aecion  adbre  .si  mifloda,  acckn  eterna  y 
facrt4Uioiiia,'Coiw>  dicen  pantbeistas^.d^aliatas  y  una  ateos,  aoi^ 
^«e  en  diferenles  acepciones,  ó  Dios  obra  sobre  ella. 
'  AparteiiLD8.Ia  primera  bip^teais,  y  veamosaceptandolasegaD- 
ida.  :si  la  aeoioa  de  TAos  pnède  &ar  sobre-^natural. 
>  'Todo  Io  qne  ha^  el  Ser  Supremo  esuatural  à  su  e«enoia:  asen- 
-tainoa  eata.profposickm  comò  un  4i3LÌo0[ia.  lodo  lo  que.bace  Dios 
es  divino.  ^Puedehacer  algo  de  sobre-divino?  Plantear  la  eues- 
ilion  es  reefotTerla. 

•  ^uedeJiacer  algo  4e  ac^re-^patiiral  i  au  eaeueia,  de  sobce- 
cnatutalÀ  lanaturtlezaqueha  creado?  Plantear  la  cueatìoa^ea 
aBembierla. 

Aai'Pies,  lo  sobre^i^a turai,  no  pudiendo  aer  ni  divino,  ni  i^- 
.tb^ral,'  ni  -mas  all^,  ni  mas  acó,  ni  mas  arriba^  ni  mas  abajo  d^l 
[^r^en  creado  ó  e#tablecido  ab  eterno  enla  coqycepcipn  ó  acto  4^ 
.4%4iviaida4,8abre*naturaliio  puede  significar  sìooalgo  de  con- 
trario '4  la  aatoraleza,  algo  contrario  al  órden  divino .  eatableci- 
.^Q.  ^£b  està  acepcion  no  conooemos,s|noel  ccimen.  El  crio^n 
r.^s-iPrver^adero  6rden  sòbre-natarall 

Y  el  catolicismo  sosteniendo  que  èl  ói:den  sqbre-natural.  es  UA 
^<)i)den.coQtlrario  à  las  leyes  naturales,  y  no  habiendo  fuera  dèi 
f:rIm€U)  otro  <>rden  contrario^  la  cuestion  d^l  4$rden  sobre-natar^l 
se  reduce  à  lo  que  se  llama  mìlagro. 

Asi:  La  revolucion  es  sobre-natural.    Lo  sobre-natùral  sii* 
oponeh  viokioioii^e  las  leyes  aataralea.    Erta  yioUieioB  ó8  el 
J9Jlftgro. 

Lnego^  ia;revelacioa  oopadie^ao  fpdi^  n\n  mil^gro^ ,  pò  hv 
:  r'év^cfon^uuiia' violaciOQ  ée  tas^leyés-M^arilea^qM 
'ì>iosha  estal>lecido.  ,  \ 

jEs  j^iBila<49rtandullicigfir  iSéJ^hf  la  primera  eueation. 


I 


> 


•7r 


..     EL  MILAGRQ. 

Todo  el  edificio  de  las  reTelaetone^t  estriba  en  el  mUii^o. 
^Qué  es  milagro?  Nosotros  defiiilmoB  la  idea  d^l  milagro  (porqtte 
l^fvaiidadnò  existe)  con  una  sola  palabra:  El  Deicidio.  B1 
milagro  en  el  de^tcidio. 

Yamos  d  espUcaroos.  Vo  bay  milagro  sin  violncion  de  una 
lej  naturai.  1^  léy  naturai  ea  ta  mnnifestiieion  del  tnismo 
Dios  en  hi  forma  de  lo9  seres.  Si  Diòs  qu)  hizo  graves  à  los 
cuerpos.'Ios'deRpojase  deeftatey,  destruiria  la  eseiicia  misma 
de  la  raaterin;  y  destruir  la  esehcia  de  la  n.ituraleza  es  aoona- 
daf  su  substanri^  Seria  lo  misn'.o  que  erear  para  voWer  ù  la 
nadii.  La  materia  es  ser  y  nirigun  ser  puetle  dejar  de  ser: 
aiioma.  La  materia  es  ter,  es  substancia^  y  no  bay  ser,  ni  snbs^ 
taocìa  que  no  sea  6  emanaèlon,  ó  particip  icion  mas  bien^  ò  as^ 
'pecto,  ó  forma  limitada  de  la  substanck  infinita.  Suponer  paes 
que  IMos  aniquila  un  ser,  que  anonada  ^substancia,  disipa  sa 
forma,  6destrnye  su  esencia.  es  supoher  que  Dios  puede  ani* 
qnilar  una  parte  de  sa  ser,  anonadar  una  manifcstacion  de  su 
8Ubstan<!ia,  eontrarìarse  à  sf  mismo  alterando  la  forma  eterna  de 
la  idea.  Todo  esto  es  despoj  ir  à  la  idea  del  Ser  omniscientè, 
à  la  idea  de  la  perfeecion  de  Bios,  delas  condicionesmismas,  de 
Idsatributosesenoiaiesdela  natnrateza  divina  Tocfoesto  es  des- 
truir la  idea  de  la  divinidad.  Ès  por  i^sto  que  el  milagro  rio* 
landò  las  leyes  etarnas  del  ser  y  de  los  seres,  viene  d  ser  un 
Deicidio.      '  ' 

Mlis'adélàntQ  esto  mismo  recrbird  mas  acTaracion  y  confirma- 
cion. 

Tebmois  qué  cs^loque  si^i^tia  la  palabra  milagro,  y  la  acep» 
cion^eatóflicà  ortòdojà. 

Dice  Bescherelle  :  «  Milagro^  del  latin  miraculumy  deriyado 
»'4é  mirari  adi[à]ràrl  Acto  ddl.ppdter' .divinò,. contraria  &  las 
»  léjes  copocìdasidelp  ufl^tupa^eMv  » 

Locke*  qi\e:^fa  cristiano,  definerelmifagto?  a  Ea^comouna 
»  operacion  sensible  que  siéirdo^  saperiò/  à  lA  comprension  del 


—  74  :~. 

»  espectador,  7  (en  sn  opinion)  contraria  al  corso  establecido 
»  de  la  nnturaleza,  esconsiderada  por  él  corno  divina.  »  (a) 

El  sàbiio  Locke,  toma  encucnta  ìa  cotnprension  del  espectador 
ó  corno  dirla  el  Sr.  Litré  (b)  traductor  de  Strauss,  el  mila^o 
dependia  del  estado  psicològico  del  espcctador.  Pero  acepcio- 
nes  son  estas,  que  nunque  verdaderas,  (pues  lo  que  los  hombrei^ 
banliamado  miia.irro,  no  ha  sido  otra  cosa,  sino  fonónienos  ó 
hecboSy  cuya  causa  noconocian,  ócu^aesplicuciou  Doucertiibau 
por  su  ignorancia,  recurriendo  entoneej»  à  un  poder  diTìno  qne 
todo  laesplicaba)  acepeioncs  son  estas,  que  no  soncatólicas,  pues. 
aceptadas,  el  mila(>ro  desapareceria  ó  seria  el  equivalente  de  la 
adnaìracion  del  ignorante. 

Webster  define  ci  milagro:    «  En  teologia,  nn  acoatecimien- 
»  to  6  efecto  contrario  à  la  constitucion  7  curso  establecido^ 
w.delas  cosas,  ó  una  desviacion  de  las  lejes  conocidas  delaMrr' 
)»  turaleza;un  arontecimiento  sobre^natural.  » 

Bescherelle  abre  campo  à  la  discusion  sobre  Ja  palabra  mifa^ 
gro^  al  decir,  contrario  d  las  leyes  conocidas  de  la  nafuraleza^ 
porque  cntonces,  conocida  la  ley,  desaparece  el  milagro  7  esto 
es  contrario  ^  la  acepcion  católica,  que  estableoe  el  milagro  c<^- 
mo  radicalmente  cohtrario  à  las  leres  naturales.  En  prueba  de*  * 
elio,  he  aqui  la  opinion  del  abate  Moigno,  bombre  enteadida 
en  teologia  }  ciencias  naturales  :  «  ^En  qué,  consiste  el  milagro 
ytde  Gedeon^  re f erido  en  el  libro  de  los  Jueces  VI,  37,  38?  El 
»  milagro operado  porDios,  à  peticion  de  Gedeon,  consister 
»  1.^  en  que,  la  primera  noche,  el  yellon  solo  se*  mojaba, 
»  mientras  que  todo  el  suelo  habia  quedado  séco;  2.  ^  en 
»  que,  lasegunda  noche,  al.contrario,  el  vellon  habia  quedadc^' 
»  seco  mientras  que  todo»el  suelo  estaba  cnbierto  de  rociOi 

«  En  qué  son  sobrenaturales  esios  fenómenosy  constiiuyen  unmila^ 
%  grò  ?  En  el  órden  naturai,  7  corno  lo  prueba  la  èxperiencia* 
w  diaria,  la  yerba  7  el  TcUon  ci ebian  haberse  cnbierto  à  là  yei 
»  de  rocio;  Io  contrario,  es  decir,  lafalta  de  rocio'sobre  el  sue- 
iKAOy  en  la  primera  noche,  lafalta  de  rocio  en  el  yellon  en  ia 
j»  segunda  noche,  no  ha  podido  pues  tener  lugar  sin  una    derQ- 

,  ^    i  '  »   » 

(a)'  Amirack  then  I  takato  be  a  aessible  operatipn,  ifhàc\k  Mng  abov^  ,, 
thè  comprchension  of  the  spèctator,  and  in  bis  opinióii.contrajry  to  the  estv 
blished  coarse  of  Datare,  is  (aken  hf  him  lo  be  divine.— Locite.    A  discourst  '' 
gf  fnii^acles.    Timo  lY^desi»  ùhrùs  eon^tae.    Lonira  1768, 
P).  Li'ré*    Frefaclo  p»g.  XIU.    Paris  18^,  ,.  ^ 


4 


1» 


~  7$  - 

1  l/Mim  de  ìbé  leju  de  Un  natur^leza,  niempve  posible  i  Dios.. 
9  Segaola  granéej  bell^exprecnoDde  SanAgnstin^  el  milagro 
»  €9  el  lengaaite  de  Di08«  la  ùmetk  via  por  la  cqal  paeda  mani- 
».fe»tar  osteq^iblemente  soa  volontadea  A  sas  criataraa  iateli- 
»  gentea.    Negar  la  posibilidad  del  milagro,   ea  hacer  de  Dioa 

9  uo  idolo  mudo  é  impotente,  negar  la  realidad  del  milagro,  ea 
»  negar  la  xevelacion,  la  miaion  divina  de  Hoiaés  j  de  Jesacrla* 
»  to.»  (a) 

Greerooa  pneaaer  exactoa  y  expreaarperfectamente  la  opinion 
cat61ica  dicfbndo:  milagro  ea  la  riolacion  de  una  lej  naturai. 
Tal  ea  la  eacencia  de  la  acepcion  católica  de  la  palabra  mila- 
gro. 

Poede  snceder  tal  coaa  ?— 'Bajo  ningnn  aspecto  7  la  demostra- 
cion  ea  evidente. 

La  creencia  en  el  milagro  supone  la  idea  de  un  Dioa,  qne  no 
aolo  cambia  de  ideaa,  sino  qae  se  cootradice  à  sf  mismo.  Decir 
coik  San  Agustiu  7  el  abate  Moigno,  que  el  milagro  et  la  ìinica 
via  por  la  cual  puedaDiosmanifutarostensiblementestisvoluntadeSj 
ea  decir,  que  Dios  solo  por  la  contradiccion  puede  revelarse 
ostenstblemente.  La  consecuencia  es  terrible,  pero  es  de  una 
Idgica  irrefutable.  i  A  qué  se  reduce  eutoaces  la  bella  argu- 
mentacion  que  proeba  la  existencia  de  Dios,  por  el  espectàcu- 

10  de  la  sublime  armonia  7  de  la  eterna  concordancia  de  las 
eosis? — ^^Y  Yosotros  todos,  s&bios  de  primer  órden,  génios  que 
ìluminais  la  humanidad,  revehindo,  demostrando  la  sabiduria 
del  Ser  Supremo  en  todo  momento  del  tiempo,  en  todo  punto 
del  elpacio,  en  todo  movimiento  de  los  aerea,  cuan  errados  ca- 
minais  en  la  senda  del  órden  inmutable  de  las  10768,  cuan  en-. 
gaftadoB  estais  creyendo  ver  la  mano  de  Dios  en  la  armonia^  en 
eluAmero  7  medida  qne  gobiema  7  pesa  desde  ab«e(emo  el 
àtomo  7  la  inmensidad  en  la  misma  balanza  de  justicia  t — No, 
Dios  tio  se  nos  ha  revelado  en  las  maravillas  de  la  naturaleza> 
en  la  deacomposicìon  de  la  In?,  en  la  organizacion  del  animai, 
en  la  mùsica  del  firmamento^  en  la  sublimidad  de  la  conciencia^ 
inTartable  de  lo  juato*  Erràbua.  '  Dips  no  se  revela  Q$tensibie* 
mente  deus  maiuf4k  inteHgente^,  sino  derogando  su  sabiduria^ 
instigando  à  la  razon  del  hombrO)  contradiciéndose  *  ai  miamo 

(a)  Elabatellolgno«ì,fau''(aerdeIaSeieQcÌD.**  ObradedlcadaàBoii^ptfta 
•1  chieo.— Paris  1888.  .       ■  ..l 


eterno  ^tablèeWe.    fll  tMfk^èòtìl^  tftig«4s/,ir«p$Mctii*;  toi.iibs 
é^  Tuestro  dieseo  dè'K'fMkiUafcf^'j^  déliàtfiit)ìft^4àriiaMfi  hiiMi» 

tiùtrreflejò,  A;laéatógVH'iÌBidel4kg)<l^ 

Gòethe/el  Jfif^ter  fit^i-arfe  <fèl'^l«jl<j  XVX,  «ÒMtiado  ccwl» 
triple' cof  osa  dèi  i^éÀio  fLìosSÈiéo:,  tjte  Woré{^  sabet^  d»«a  edtid) 
j  del  genio  poètico  ha  pronanciado  estas  palabras  ver4{idé#a« 
mente,  sàcrainentaìes':  «  Td'cDnsiiléras^  esòribia  Godile  à  (La- 
»  rater;  al  BTahgelio  comoU  verdtid^mas éiviira.  Èn  f uiinto  ^ 
»  mf,  ui^a  Toz  del  cielo  iKiià(tio,'W  me  persnadiria  qneelagaa 
j»  quema,  que  el  faego  hiela,  ó  que  los  muertos  resucitan.  Jm^ 
»  go  mas  bien.todo  està  corno  una  btasfénliacoiitra^el' gran  Bios 
»  j  contra  su  revelacion  eu  la  naturaleza.  >»  (Corre^ponden^ 
da  deLatater.  178)  (a) 

^Qué  mas  se  puede  agrégar? — Pafra  toi'o  hombrie  q<ie  pieoss'. 
j  estudia,  esas  palabras ^erian  masquesnftdientitS'parasftcarlodél' 
error  grosero,  ó  de  la  crceneia  en  èlknitagro,  p^no  nosot^oe  es» 
ctibimoséon  el  objeto  de  convertir  df  los  citóKuos  j  es  rpor  '«so» 
^e  vamos  à  segair  al  ertor  en  tod^s  bus  minltesitaeiaaes  ja 
àcòsarlo  en  los  tenebrosos  recóbditoa  de.  la  inteligencia  po#l 
fscfitos  siglosengafiada. 

Vamos  t  desenvolrer  t)tro  anpecto  dela  eaestionbajo  làibr* 
ma  de  un  diàlogo  entre  el  Dios-eatdiico  y  larazon  dolJiombfe;' 
'  El  Dios-catóKco.— ^Ko  treés  que  elpeìder  de  baèei^  mltagrosi 
i^éréla  liii  omnipotencia? 

La  Ra2on.— £n  efecto.    Si  éres  omiii'polente  puedes  iiac^j 


^  El  Dios-católfco.— Entonfeèfi  -por*  qué  feelra^a^  etmttogwT 
X«'Bszon.— 'Porque  ea  sùpvner  là  conftadiccié»  en  ^ios/    ¥> 
uta Ì>io8 que im conttàdicenòeè  òmtltsélèDte^  M  es^el TerdadivO' 
Mòd. 

'  '  SI  Bh>s«caWHco.-^T  en  quéste  llkidfts  paramslgnQP*  Biós«iiiE' 
Kay^iinanórÉwr?'' 

£(a  Rt26nv-^-Eà  k  rtnon.    L^mismiiirazoi»  qMàe  roveto  Ai 
VloSyfBte'ì&tef^ìh  con  Mui^iid^ibntosièabittAteg,  «ou  mi  Myev^ 

.(^  ^^^  paliiibris  U^  he^.encoQtradp  en  una  nota  del  senor  Edgard  Qui- 
m'ìkiPÈmeHi^^^  'Mèo  III,  de>«n^:óbM:^l^. 

Parfs  1857.  .!V  ^ . 


Mrmn,(toA'ìm.inw9irÌ9bAià9fid^m^  oon^k  penisi- 

El  Dios  ^nìólviio.— lY  no  eree«  qaé  te  ser  qnehaefitaUecido 
^  41  ibiem  <«udme>.paeda  hteer  que  el  f«3g^o  Hiele.7 

La  Bazon.— No.  Porquepara  hacer  qae  el  foego  helaae.  sèria 
tieee9arìo  eambì^r  ^  d'estpuir  stts.ciriidadssaaencvaies.  La  des- 
truccion  de  las  cnlidndes  esencìales  de  las  cosa»  equivale  ù,  la 
anibtIicioQ  de  ia.siib(;tanelav  La  aoUiilicioa  de  la  aubatancin  te 
es  imposible,  porqpq  ia  Mbatancia  es.  el  Ser,  es  DJos  en*  la  etet- 
nidadviva»  *6i  Dtos  padies^  haoerqaeel  faei^o  belase,  sesai- 
«idaria,  no  habria  obsidoub  para  que  dojji^e  de  ser  Io  que  es. 

El  DiesQatóiicQ. -Pero  Codasesas  afirinaeiones  j  demostra- 
cìones  son  obra  de  ta  razea.  ^Qoiéa  m  te  dice^  que  tu  razon 
te  engafta? 

La  Razon. — Si  ìa  raion  me  enjrafia  en  la  vision  de  Iq  necesa- 
rio  y  ab^oltttOf  qnién  no  me  dine  que  Bios  no  esiste  ?  Si  creo 
en  Bios,  es  por  ini  razon*  Si  n)i  razon  no  debe  ereerse  A  si 
misma,  ^por  qné  te  diriges  A  mi  razon?  Tienes  ^Igun  oirome' 
dio  de  entenderte  coom^o?  EiH€i|cha  lo  que  dijo  el  sàbto  Loc- 
ke que  era  cristiano^  j  que  creia  en  el  raìlagro.  corno  una  raa- 
nifestacion  divina  p  ira  revelar  cosas  razonaUes  y  aecesarias  que 
los  hombres  no  pudiesen  por  susmcdios  alcanzar. 

»  Ninguna  mision  pned3  ser  considerada  corno  divina,  si 
y^  abandona  algo  que  aerodine  el  honor  del  uno,  solo,  verdadero, 
»  invisible  Dios;  ò  que  contradiga  a  la  religion  naturai  ;  à  las 
3>  reglas  de  la  moralidad:  porquia  Dios  habiendo  descubierto  A 
.}i  Los*  hombres  la  unidad  j  mageatad  de  su  etema  divinidad,  j 
»  las  verd^dés  d^  la  rcHgion  n  itur^l  j  moralidad  por  la  luz  de 
»  la  razon,  no  sele  puede  saponer  esCiblezca  Io  contrario  por 
»  revelacian;  porqoe  osto  seria  destruir  la  evidencia  y  el  uso 
r  »  de  la  ra^on,  sin  la  cuallos  hombres  no  j>ue&en  ser  capeces  de 

»  distinguir  la  revelacion  divina  de  las  imposturas  diaboli* 
Ji  cas,  »  (a). 

El  Dios  católico. — H^  dirijo  ik  tu  cazon  para  q^e  obedezca  y 
farfBalo.queyo  quìero  que  crea,  • 

La  Rdzon.— i  Para  que  obedtzc^  l  Està  bien.  Pero  por  qqé 
d^o  x>bedecer7  ;  Np  es  verdad  que  si  ttebo  obedecer  y  si  debo 
ergerlo  qnequieras*  debo  creer  eu  una  ra^n  por  h  cual  debo 
(^))«depery  crear  Iqq^e  4ittieras?  io 


i 


—  ^7«  — 

El  Dioscató1iee.--No.    Gree  sin  razon,  porqnejo  lo  mando. 

La  Razon. — Pero  al  decirme  que  crea  porqae  Io  mandas,  me 
4as  ana  razon  y  ea  qne  debo  obedeeer  à  ciegas  ó  còntra  mi  razon 
porqae  asl  màndas.  £sto  es  aaponer  en  ti  nna  àuOoridad  qaé 
debe  ser  obedecida. 

El  Dios  católlco.— Si.  Porqae  lo  mando,  j  nada  mas  qne  por 
qne  lo  mando. 

La  Bazon.— Es  darò  pnes  que  al  ordenarme,  reconoces  qne  to 
debo  reconocer  la  obligacion  de  obedecerte. 

El  Dios  católico. — Si:  laobligacion  de  obedecerme. 

La  Bazon. — Pero  al  reconocer  '70  qne  tengo  obligacion  de 
obedecerte,  es  d  mi  razon  à  quien  te  dirìges,  es  de  mi  razon  de 
qnien  exiges  el  reconoeimientò  de  esa  obligacion. 

El  Dios  católico.— Si. 

La  Bazon. — Entonces  tienes  qne  dejar  snbsistente  mi  razon 
para  que  pueda  obedecerte.  De  otro  modo  no  podria  obede- 
certe 7  desapareceria  corno  criatnra  racionaì. 

El  Dios  católico.— Sf. 

La  Razon. — Luego  sì  mi  razon  snbsiste  aun  para  obedecer  ò, 
tn  mandato  absoluto,  mi  razon  con  las  uociones  esenciales  que 
la  conbtitujen  es  absolutamente  indispensable  aun  para  el  acto 
de  obediencia; 

£1  Dios  católico.— Si. 

La  Bazon. — Entonces  mi  razon  es  soberana.  Al  obedecerte 
es  porqu^  reconozco  que  debo  obedecerte.  Y  si  llego  A  reco- 
nocer por  las  nociones  mismas  de  la  razon,  qne  la  idea  de  Dios 
noes  compatible  con  la  idea  de  un  dèspota,  qne  la  idea  de 
Dios,  tal  cnal  Dios  mismo  la  revela  en  la  razon  es  contradicto- 
ria  con  la  idea  de  un  Diòs  apasionado,  iracondo,  injusto,  en 
oposicion  Àlasideas  eternasde  lo  justo,  entonces  mi  razon  te 
dice,  Dios  católico,  que  ho  crea  sino  la  creacion  de  la  mentirà. 

El  bios  católico. — Blasfemia! 

La  Bazon.— No  bay  blasfemia  contrael  Ser  Supremo,  qne  se 
revela  en  la  natnraleza,  la  razon  y  la  conciencia,  pero  si  nega- 
cion  de  tupoder  mentido,  fantasma  sangrienlo  de  los  secerdo- 
cios,  Dios  de  Torquemada  y  de  Loyolal 

Él  Diòs  católico.— Blasfemas,  porque  quieres  apllcar  t  Dios 
tus  ideas  dolo  justo  y  de  lo  injusto,  de  lo  racionaì  y  de  lo  ab- 
snrdo.  Peroro,  el  Dìqs católico,  estoy  mas  arriba  de  lo  jnsto 
y  de  lo  injusto,  y  puedo  convertir  lo  racionaì  en  absordo,  X  lo 


—  7»  — 

absoMòén  ncional  To  «  hago  loco'el  fàber  de  està  It^undo.  » 
(Pablo) 

La  razoD— Dices  qde  las  ideasde  lo  jnsto  j  de  Io  injusto,  de  lo 
racional  yabsurdosonmias.  La  idea  de  justicia  es  coeterna  alSer. 
Y  si  eaa  idea  esmia  jno  eaesa  idea  la  visioo  del  órden  inmuta- 
ble,  yo  seria  entdnces  el  creador  de  la  justicia  y  si  fuese  el  crea- 
dor  dèla  justicia  seria  Dios.  La  idea  j  la  realidad  de  la  justieiav 
la  idea  y  la  realidad  del  órden>  la  idea  7  la  realidud  del  Ser  jus- 
to  é  iavariable,  contitujen  la  esencia  de  la  dlvioidad.  Decir  qae 
puede  convertir  todo  e<to  en  locontrario,  que  el  cuadrado  sea  el 
eir€ulo,el  roboy  la  mentirà  en  actosjustos,  el  órden  en  el  de- 
sórden,  es  decir,  que  la  idea  de  Dios,  puede  seria  idea  del  no 
Ser.  Si  lasideas  de  larazon,  noson  la  reTeiacion  de  las  necesi- 
dadeseternas  de  lascosasy  y  si  esas  ideas  puedcn  ser  cambia- 
das,  no  bay  necesidad  eterna,  no  bay  ser  eterno,  Dios  es  inùtil. 
Asiano  bay  poder  en  la  razon  para  destruir  io  razonuble,  no  bay 
podcr  en  Dios  para  atacar  sa  esencia  inTiiriable,  no  bsry 
omnipotenciaen  el  Ser  para  convertìrse  en  lanada  ó  suicidarse. 
Dios  no  puede  dejur  de  ser  Dios.  Larazon  no  puede  dejar  de  ser 
razonable.  El  órden  es  eterno.  Dios  corno  omnisciente  ó  que 
todo  lo  sabe,  esinvariableensu  pensamiento.  El  milagro  supo* 
ne  la  contradiccion  en  Dios.  Dios  corno  ley  viva  es  la  vision  inmu- 
tnble  de  lo  justo.  Et  milagro  es  la  suposicion  de  que  la  ley  y  la 
justicia  pueden  variar.  Y  si  la  ley  y  la  justicia  no  pueden  va- 
riar, yo,  razon  bumana,  que  soy  vision  de  lajustìcii,  tengo  cn 
esa  vision  que  me  coiistitu>e,  el  poder  y  la  autoridad  de  decir 
a  quien  quiera,  almismo  Dios  si  fuese  posible:  si  eres  injusto.  no 
te  obedezco.  Un  Dios  injusto  seria  inferior  al  Dios  de  mi  ra- 
zon. Si  fuese  posible  un  Dios  injusto,  mi  conciencia  seria  supc- 
rior  a  la  de  ese  Dios  y  combatiria  su  poder  despótico.  Promc-> 
theoes  entre  losGrie^osel  myto  mas  sublime  de  la  conciencia 
y  de  la  personalidad  indòmita  del  justo,  centra  Jupiter^  su  divi- 
nidad,  su  Olimpo,  su  poder^  y  su  Victoria.  Prometheo  es  el  gran 
Hesias  de  la  humanidad.  Prometheo  es  el  gran  racionalista  de  la 
historia.  ^ 

Et  Dios  católico, — Veo  que  meniegas.  Sino  tengoel  poder  de 
anihilarsubstoncin,de  contradccirme,  dehacerlo  que  qurera^  de 
convertir  el  clrculo  en  cuadrado,  el  fuego  en  hielo,  el  hielo  cn. 
,  fuego,  de  colocar  «1  rocio  en  el  vellop  unas  veces  y  otras  no,  si- 
no tengo  el  poder  de  hablar  a  la  burro,  de  Balaam,  de  tragar  àOL 


(  ejércifto  Qii.elm>r1tojo,<]e  visil^  d>Moiia  fior  óbn  rdd  ^Espiri* 

tQ-Santo,  DO  quiero  ser  Dios.  Bajarde  la  omnipotencla  pai^a  fó- 
(,pr.e8efltar'e!lp6r8i9r^ajcdeun  pre9Hl)s»Ce   di$  /.Bep^ublka^  esto  es 
demai^iiado  ei^jgir,  La  rtazoii  e^  laitla^feakia.. 

.patÌ3mo:  No  e^  masla  ^liferoncìav  Tevicaidado.  eo  .  asofinc^akte 

,4«iaKraii  ciVt/ùo^orJlamado  Fedro   él.  Gronde.    Esicuéha  ella 

..aaópdo^a;  : 

xHCu9ft|do.vi^t^  la  primera  veacal  fey  de  Prusid  .ea.  Berlin, <ité 
«  ai|giel  di^curso  que  pronunce;  recienUegado: 
-^«  iHeroiano  mio,  viajo  para  instruiriae^  y  comò  ten§:o   ma- 

,.f(  cho  gue  nprender^  no  pierdo  tìempo; o$  fupUco  me  mostreis 
i<  boy  inìsmo,  pomo  seejecuta  aqui  cierta  cperacioq  qao  qanea 
«  se  li/i  podìdo  hac<?r  hien  en  mi  reino. — UaU^dt  sire,  boiirais 
<c  demasiado  a  la  Prusia  croyendo  que  paeda  tener  algo  qiie 
«  TQo^traros..  Pqdro  el  Grande  abriò  la  veotana  del  palacio^  y 
«  iQQ^trando  la  plaza  ciibiertapor  h  raaltitud:  -Hacedme-el  gus- 
«  to  de  piantar  una  borea  aiU  y  colgar  &  alpruno. — Sire,  toy  à 

.fc  preguntar  prìmcroù  mi  cancìUersi  por  casualìdad,  micortede 
M  jastu:ia  ba  conden:id8é  maerte  d  al{>:un  bandido. — Como^  ber* 
<c  mano  mio,  teneis  nece&idad  de  semejante  f^rmalidadpara  col- 
ei gar  del  pezcueso  à  un  buen  sùbdito  Pnisiano^  peripìtidqae 
«  entónces,  que  para  està  experìeneia  os  preste  d  uno  de  wis 
«  moujicks.  Abi  teneis  una  coleccion  completai.  El^id,  tomad  à 
<c  este  6  aquel;  d  mi  barbero,  si  quereis.;  a  mi  secretarlo,  no  im- 

.  «  port*);  08  lo  regalo. — Sire,  la  le.>  proteje  al  estranjero  corno  al 
«  cindadano  enei  territorio  de  Brandebourg. — Yamos^  bermai^o 
ic  mio,  vco  con  dolor  que  faltaisalprimerdeber  de  la  reyccia. 
«  £u  la  misma  tarde,  Pedroel  Grande  p.irtió    de  Berlin,  lleno 

.«e  de desprecio  bacia  un  monarca  desti tuido  porla  ley  del  de^re- 
fc  cbo  sagrado  de  ahorcar  asu  albedrio.»  (a) 

Y  no  csotra  cosa  segunel  catolicismo,  la  concepcion  de.  w 
Dios.  Ko  puedencreer  enun  Dios  constitucional,  no  lo  cooci- 
ben,  lesparece desnudo  de  los  principales  atributos  de  su  glo- 
ria y  de  su  podcr.  Un  Dios,  padre  inmutable  del  órden,  y  no 
liay  órden  divinosin^la  inmutabilidad  de  sus  leyes,  un  Dios  que 
aea  la  tEy-vi\A,  y  comò  ley,  eterna  é  invariable,  les   parece 

j^i^  J)i<^  ^oi^etido  &  la  justicia.  y  corno  tal,  degradado;  y  en;s^u 

(a).  Les  RoisPhilosqphes  Du  Dix—Hoitième Siede.  (L'hotel  dù  Saìnl-Èsprit) 
(•I^/Eufène  PMleUa.  Paris  1856,  . '. 


4 


fertordehtitnHhcfòìi  j^dértiìcdo,  letrfbùtin  èlhòmenaje.qd^  se 
trffcnta  al  déépota  anterqaicti  se  ttembTa.  '^  "        '    ' 

•  iNo  teis  eti  esa  eoncépciott  de  Ditoàv  eì  gfémch  de  todo  des- 
potfisfno  polrtico,  In  adaracion  del  éxito,  U  aptobncfqn*  de  los 
goTpesde  Lstado,  quesónlo^  ndttrgros  dela  poHtica7~iQué'co^a 
es  un  tnilagro  (si  ftresè^  posft)te)'sii\D  un  ffolpé  de  £stadò  de  la 
Divinidad/violrtndola  Coirstitucion  de  tós  Sercs?*  '/ 

^Cu'àntas  coTisetucocìas  ftine^stas  ecfiitenìdas  en  In  tiooion  del 
Dios  quepaede  nhorcar  d  sn  alvedrlo? —nbiteìUjite  et  erudiwini.n 
Et  catolicismo  entrAl\a  de  tal  modo  al  dcspotismo,  que  puede  ser 
con&riderado  comò  e!  sistémn  mas  pcrfec-to  de  eòchfvitad  à  nom- 
'brede  la  IMvinfdnd.  Esporestoqne  dest'^nido  ess  sistema,  se 
y^TÙ  trn  cambio  de  e^cenatan  sublime  en  el  g:lorro5:o  porveq  r 
enifancipado,  qaelaWmanidadelevrrrA  ci  mas  gtaBdiosò  delos 
bimnos,  himno  que  9erà  la  revelacioa  futura. 


IV. 


LA  OMiriPOTEiriClA  DE  ÙIOS. 

Vamos  d  desarraìgar  basta  la  posibilidad  .de  concebir  à  Dios 
con  el  poder  de  bacar  milagros. 

Para  que  el  milagro  sea  posible,  es  necesarioun  poder  omni<* 
potente.     Dlos  es  omnipotente; — lucgo  el  milagro  es  posible. 

£1  silogismo  estd  bien  hecho;  no  bay  sofisma.  .  Asi  es  que 
nosotros  negamos  la  menor  diciendo:  Dios  no  es  omnipotente. 
Parccerà  està  proposicion  una  blasfemia.  Eslamos  tan  habitua- 
dos  enias  grandestiradas  de  la  elócuencia  de  los  retóricos,  ea 
la  lectura  de  casi^odas  las  relìgiones  que  asignan  al  Ser  Supre- 
mo el  atributò  omnipotente,  es  tan  altisortantela  palabfa,  parece 
un  reconocimiento  tan  naturai  de  là  debtiidad  bumana,  que  la  ne- 
gacion  de  esè  atrihuto  parece  una  blasfemia.— Ko  hay  tal.  Va- 
mos à  demostrar,  por  el  contrario,  que  esa  idea  de  la  absoluta 
omnipotencia  es  la  verdadera  blasfemia. 

Se  entiende  por  omnipotencia,  el  poder  sin  llmitespara  lodp. 
Un  Dios  que  no  pudiese  cambiar  una  ley  seria  limitadò  en  su 
poder,  no  seria  omnipotente.  Asi,  èl  sacerdote  parte  de  una 
revelacion  .milagrosa,  verificada  por  el  que  tiene  el  poder  de 
hacerlo  .todo.    Luego  para  sercreido,  secesita  acrediiqr  prij 


—  . sp- 
illerò la  idea  de  la  omnipoteacia^  y  corno,  consecaeooia  legitima 
el  milagro  qae  lo  iosUtuije  revelador.     Esplotaodo  la  igooraa* 
eia  primitiva  de  las  causaa  segnadas^  deciaa  que  Dios  relampa- 

.  gueaba,  trooaba^  fidiniiiaba^  Los  fenómenos  natoralea  y  loa  jaaa 
sorpreodentes,  y  basta  lag  grandea  iovenciones  de  instramen- 
tos  de  caltura,  de  industria,  eraa  atribuidos  à  revelaciones  de 
Bios,  òde  un  Dios.  La  ioteligeneia primitiva  en  su  ignoranciai 
pero  guiada  porel  principio  de  casualidad,  atribuia  todo  efecto 
al  modelo  primitivo  de  la  causa,  que  eralapropia  personalidad; 
y  asi  toda  causa  era  una  persona,  todo  efecto  la  manifestacion  de 
una  persona.  Un  Dios  para  el  viento^  otro  para  el  mar,  para 
los  rios,  para  la  vegetacion  y  basta  para  Ics  suefLos.  Todo  esto 
nacia  de  la  ignorancia  de  las  causassegundas,  sin  cuja  concep- 
cion,  no  bay  naturaleza.  Las  leyes  de  la  naturaleza  son  esos 
poderes,  sin  sor  personas.  Pero  en  la  antigùedad  y  aqui  emiti- 
mos  una  idea  nuova  (a)  que  tiene  contradictorcscientfricos  y  que 
merece  ser  dilucidada;  en  la  antigùedad,  el  nrilagro  era  una 
manifestacion  nueva,  extraordinaria,  a£/mira6/f,  no  conocidadel 
poder  divino  ó  de  sus  lejes,  pero  de  uinguna  manera  contradic- 
toria  à  la  ley  reconooida.  Cuestion  bistórica  es  està,  que  no  po*> 
demos  dilucidar  corno  conviene  en  este  momento.  Nosotros 
ereemos  pues  que  la  idea  del  milagro  segun  los  antiguos,  no 
era  la  idea  del  milagro  segun  la  definicion  católica,  que  es  la 
acepcion  que  combatìmos. 

Esa  acepcion  es  la  violacion  de  una  ley  naturai.  Y  comò  no 
se  puede  violar  una  ley  divina  cn  la  substancia,  sin  poseer  un 
poder  omnipoteute,  veamos  si  tal  omnipotencia  es  una  realidadó 
solo  una  palabra,  comò  la  palabra  nada^  que  no  representa  obje- 
tividad  ninguna  y  que  no  tiene  mas  significacìoa  que  la  negacion 
en  el  sujeto  que  la  emite. 

La  causa,  el  origcn  de  la  idea  del  milagro  cs  la  idea  de  la 
omnipotencia  absoluta.  No  se  diga,  que  ba  babido  hombres 
que  sin  ser  omnipotentes  ban  becho  milagros,  porque  aun  en 
esa  eslùpida  creencia^  se  reconoce,  que  baciau  los  milagros  por 
delegacion  divina.  Pero  si  se  quiere  sostener  que  sin  delega- 
eion  ba  babido  milagros,  ó  que  el  mismo  demonio  puede  bacer- 
los,  entonces  el  milagro  ja  noes  argumenlo  à  favor  de  la  reve- 

jlacion,  y  reargnye  contra  el  mismo  catolicismo.     M  el  milagro 

(a)  Yiase  noes'ro  prólo^ro  &  la  traduction  de  la  vida  de  Jesos/  por  £.  Renan, 
m  el  qoB  also  decimos  subre  esto»  al  hablar  de  los  milagros  deJesus. 


'        -83- 

eslaproebadelareTelacion,  un  mihigro  del  demonio  p«dia  aer 
la  praeba  de  nna  reTelacion  de  los  infiernos  quo  debia  ser  reco- 
nocida  y  ocatada  por  el  hombre.  La  causa  del  milagro,  el  fua- 
damento  de  eaft  idea,  el  origen  de  esa  creencia,  està  pnes  en  la 
idea  de  la  omnipotcncia,  porque  solo  un  poder  omnipotente 
pnede  violar  la  ley  de  la  substancia,  de  la  naturaleza,  de  la  ma- 
teria ó  del  espiritu.  Si  bay  omnipotencia,  el  milagro  es  posible* 
Si  no,  Kol — Hemos  simplificado  la  cuestion  yla  creemos  clara* 
mente  presentada.  Las  ideas  necesarias  que  contiene  la  idcadfi 
Bios,  sin  que  pretendamos  hacer  una  enumeracion  completa,  j 
que  nopueden  ser  negados  por  todo  el  que  acepte  la  idea  de 
Dios  corno  persona,  son  lassiguientes: 

r  La  idea  de  la  substaneia  infinita.  Si  Dios  no  es  lasubs- 
tancia  infinttn,  no  es  el  Infinito,  no  es  Dios.  De  esa  idea  se  de- 
duce que  puede  haber  aumento  de  substaneia,  ó  ereacion  de  la 
nada^  por  que  seria  suponer  que  la  substaneia  infinita  ba  sido 
aumentada,  lo  que  seria  contra  la  proposicion  afirmada.  Se 
deduce  tambien  que  no  pu(]jendo  ser  aumentada  la  substaneia, 
tampoco  puede  ser  anibilada.  Lo  que  es  corno  substaneia  no 
corno  combinncion,  es  eterno.  Asi  comò  la  ereacion  de  lanada 
es  imposible  la  anibilacion  es  imposible.  La  combinacion  j  la  tra- 
nsformacìon  OH  loqu3  puededesnparecer.  Todo  ser  esser  del 
Eterno  ser,  y  com;>tal  es  eterno  é  indestruc tibie. 

2*  La  inieligencia.  S07  intelig^'ucia,  luego  la  intelìgencia 
es  eterna.  Està  esla  sij;niOcacion  de  loque  los  cristianos  han 
queridodecir  cuandoen  su  lenguage  material  decian,  el  hijo{el 
verbo,  la  palabra,  é  la  inteligencia)  es  eoeterno.  Dios  corno 
inteligente  es  omnisciente.  €omo  omnisciente  es  la  sabiduria 
absoluta.  De  està  idea  se  deduce  que  no  puede  cambiar  su  pen- 
samiento,  ni  arrepentirse,  comò  io  afirma  la    Biblia.  aArrepen^ 

Une   de  haber  hecho  al  hombre   en  la  tierra nRaeré,   dijo 

de  la  haz  de  la  iierra  al  hombre  que  he  eriado^  desde  el  hom- 
bte  hasia  los  animai es^  desde  el  reptil  hasta  las  aves  del  cielo; 
porgile  me  arrepienlo  de  haber  los  hecho, n  (a) 

Tal  arrepentimiento  es  absurdo  7  supone  que  Dios  no  es  om- 
nisciente, pues  no  pudo  preveer,  ó  no  ver  lo  que  iba  àsuceder  6 
sucedia.  Jamàs  la  sabiduria  absoluta  puede  tener  ese  lenguage. 
Yéase  comò  la  idea  católica  de  Dios  amengua  su  sabidnria. 

(a)  Cenesìs.  yi,  6.  7.  Estos  absordos  ponenlos  católicos  en  boca  de  Dios 
•misfflo y  esto il^an  reveladoat  ' 


"  clasìiS'cacìon  real  •  die  Ib»  òbjetos,  tf e  la  àntrtnia:  Esto  yttrtk  tì 
iimverjfOs  ó  patalos  sérèsJ  s^a  (ifewtìWafednd;  y  ■  là  'Jòttehjgwcftì 
olendo  la  rerel^dorii  delderécho'ieif  '  ìàfà  fiferes  Coù  p^rtscAìirfi- 
"dtid  Rie  d'edace  *de  la  idcatle  la  ìnteligeiycia  (fìviiia  tjute  /)ttf5 
'  és  feyfsfador,  la  fey  es  Itr  forrtin  ^ el  ser,  y  dfe  lossBl'és.  'Ln 
forma  de  la  materin  «s  la  àtraòcion, la  forma-idei  honfibnecsfa 
)lt)ertnd,  Informa  de todo  Io  crehdo,  el  progreso.  La  ley  ó'fa 
forma  es  lo  que  hace  y  constituye  èl  ord'my  al  rtiisndo  tietìipo 
laesencfa  mismade^oda  etistencia.  Y  comò  la  ley  ee  eterna, 
y  corno  es  invariable  la  esencia,  corno  es  indestructible  lacalt* 
dad  de  la  substancia,  corno  e^  hiherente  de  una  manera  iafcso- 
abso^utala  forma  de  la substantin,  òde  lafe^r  délaexisteTida,  és 
deduce  qae  Dios^ho  tiene  el  pod^rde  crear  dela  rtada-,  ni  vófvet 
un  ser  a  la  nada,  no  pnede  destruir  ó  cambiar'lìi'  forma,  la  ealidad, 
la  ley  que  constituye  à  lodo  der/  sin'  destruir,  cambiar  ó  aùì- 
quilar  sa  propia  ley.  La'léy  de  las  cosas  es  ooetòtna.  Cam- 
biar esa  ley  es  cambiar  la  natoraleza  divina.  Caoifbiar  la  na- 
turaleza  divina  equivale  à  ii3garla. 

.  4*  Inmutabilidàd.  Dlos  uó  puedé  Variar  in,  én  subslancià, 
ni  én  pensatnientò,  M  en  volnutad.  Supodér  que  Varie,  que 
cambie  es.  suponerlo  iripèi'féctò!  Porqué  habia  de  variar  su 
substaìicia?  Tìo'hab'Ha'ra^on  pai*a.  variarla  per  que  lo  perfecto 
no  se  puede  perfeccionar  ni  déteriof^r,  aumentar,  nidisminùtr. 
ìY  con  qóién  y  corno,  cambiària  su  sabstaiicia,  siendo  él  in- 
finitQ,.Ia  substancia  influita?  Si  algo  (iuede  nafbér  fuera  de  Dios 
esc  algo  seria  io  finito,  lo  inperfecto'y  Dios  no  puede  descén- 
der  ci  révestir  lo  finito  yio  impérfeeto.  Mallebranchc  dice  en 
sus  Steditacioocs  cristianas,  «que  Dioàh^  queridó  asùi][ìir  fa  con- 
dicionbajay  hùmillante  de  creador.)>  Sin  aceptar  està  co.nclù. 
sion  del  entusiasmo  metafisico,  que  sugier^  la  .idea  de  la 
perfeccion  infinita,  (pues  presenta  ft  la  creacion  comò  im- 
perfeccion  incompatible  con  la  plenitud  del.  sei*,)  ese  fini- 
to, ese  impérfeeto  hijo  de  Dios,  para  manifestar' en  la  sùce~ 
Sion,  en  jbI  tiempo  y  enei  espricio  lo  que  viyeen  uù  móniento 
eterno,  y  cq  una  inmensidad  ihdiyislble,  éf^e  finito  6  Id  natufci- 
leza,  ha  récibido  el  sèTIò  de  la  leglsladioiì  Infinita',  y  'Corùo  taf  fes 
iomutable;  ese  finHo  es  substancia,  y  comò  substancia  Tiene 
de  Dios  y  lo  que  viene  de  Dios  es   indestructible  é  ùimiifobl^. 


iin/l  '  ^Co,a  qué  s^xai^iùariii?  Dia»  ^;^u^^p<  pv|dg  ^ {^l|lMUlr  liw 
substancia  ni^sc'aiì/lndes^  ni  sy»  leyes;  Lu^go^  caino  cfiQi^U^ 
c|e  '«ubftaoqa  6  tran&utstaQcvicioiii,  el  ■»ilagro  «s  ìn9p^si^^.^ 

Oopa^d^  Lma^ìuarse  tampoco  que  Dioai  cambia  sii peusunten*^ 
to.  Elpénsamiento'de  Dios  eslu  visioQ  perfecta  de  sa  propia 
Ser  perfec.to.  Si  cooihia  ese  pensamientOi  cambiaria'  el  objeto 
de  suprppio  pensamieirto,que  es.el  Ser-  Tadas  las  ideas,  to- 
daslas  realidades;  todos  los  universos,  todas  las  armoaiaa,  el 
órden  progresivo  del  deaarrollode  los  seres,  todo  vivo  y  es  pen- 
sado  eQ  su  peu^amieqtp  al  n\\^mo  tiempo  sin  pasado  ni  futura, 
cn  un  présente  eterno*  Becir  que  pienae  otra  cosa,  que  de- 
termine olracosn,que  cambio  Io  que  ve,. es.  la  verdadera  lilasfc- 
mia  contrasu  iutelip^encia  omoìficieiìte.  Elmiliigro  es  pues..  una 
blasfemia  contra  la  inteiigencia  divina. 

Del  mismo.modo,  Dios  no.puede  cambiar  de  voluntad.  Para 
querer  es  necesario  ^[ì  motivo.  La  yoluntad  divina  ei^ige  un 
motivo  divino.  KI  motivo  divino  es  iumutabler  porque  cs  per- 
fecto,  luego  su  voluntad  €S  inmotqble  porq-ne  es  perfecta.  Que- 
rer que  quicra  Qtra  cos^ì  de  lo.que  babjia.querido,  es  pr^eteoder 
quo  el  àXomo7(^l  instante  poedjan  alterare  la  eternidadf  Alain^ 
mensidad.  Exip:ir  pues  que  sé  crea  en  un  cambio  de  Tolontad: 
en  Djos,  es  blasfemia  contra  su  spbstanci^y  oonfra  so  io^e^igeiieia 
7  contra  su  voluutad. 

Queda  el  amor,   diràn  los  católicos.    Dios  por  amor  puedar 
Tiolar  una  lej  establecida:  resucitar  à  un  mnerto,   carar  à  nn 
enfermo,  dar  de  corner  al  hambriento   en  el  desierto.    Contes- 
tamos.    El  amor  no  ei^argumento.    Ese  amor  k)  tiene  ,Dios  j  lo, 
tenia  y  debia  saber  todo  lo  que  ibp  A  suc^dér.    Si  sabiendo  to-> 
dolo  que  (Jebe  suc.^dqr,  esaecesar.io.que  viole  una  de  sns    pra-^. 
piasleves,  ese  Dio9  no:aabelpq]ute   baco.    {¥   ademAs»'  q^éa^ 
DOS  autoriavi  fjnzgaF  del  amor  de  Dios.  pprlQ  qii|e  vemos  «aliai 
bqmanidad?  Si  quisiese  intervenir,  la  infa^rv^^oion'  seria {  «ni** 
Terrai,  seria  naturai,  sin  necesidad  de  ninguna  contradiccìon»  siil>. 
la.apariencia  de  na privilegio.    Se  faabla.de  la  in^pmppdnsibiU* 
dad.de  D^)s;  pneis-jo  digA  qua  sa  ai^ioro&.l^.  mfis  incqmproA- 
BÌbl€^,pqas]^4iendo.boceraos|i)}ic^s,  npjosqfiioa»    Sit^a.filliffiim 
razon  bara  callarel  argumento  del  amor.  J^^^eqiafl  P9.jl|^  dH^^i 
qoe  cuando  veo  el  mal,  el  crfmeii!tri«afwtA»<fM  jlIPta  B^rwgni^o 
yi.fifJiuiuiifidP,  lfuminltffii^8,)i#m))«ieiiViift^  »MtPi4M  c^flpPaft4e 


~  w  — 

Io8  maTyados,  prèfiero  el  dolor  caTlado  j  nio  el  raciocinio;  7  no 
pQdiendo  negar  é  Dios,  pilea  soy,  ni  iu  amor,  pnes  am0|  me  in- 
alino ante  ]a  ineomprensibilidad  del  mal  7  del  dolor. 

Comprendidas  7  aceptadaa  estaa  ideasnecesarias  qne  la  idea 
de  Dios  contiene,  la  cnestion  de  la  omnipotencia  qoeda  re- 
aaelta. 

Hemos  dicho  que  el  milagro  es  posible,  si  Dios  es  omnipotente- 
Ahora  podemos  aiirmar  qùe  no  io  es,  en  virtud  de  la  idea  misma 
de  Dios. 

Si  Dios  esomnipotente,  pnede  cambi&r  sn  esencia,  transformar 
sn  snbstancia,  contradecirsasdecisiones^  quererelmah 

Dios  no  puede  cambiarla  esencia  infinita  j  perfecta de  sn  Ser. 
Luego  no  es  omnipotente. 

Dios  no  puede  snprimir  ó  dividir  sn  substancia,ó  cambiar  de 
snbstancia.  Luego  no  es  omnipotente. 

Dios  no  puede  alterar  sn  inteligencia,  su  logos,  sn  hìjo,  la  vi- 
sion de  su  ser.  El  mundo  es  revelacioti  de  su  inteligencia, 
luego  no  pnede  alterar  las  leyes  de  su  inteligencia  en  el  seno  del 
infinito  ni  en  su  manifestacion  en  Io  finito. 

Dios  no  pnede  amar  sino  Io  bello^  lo  jasto.  Luego  no  puede 
alterar  ni  las  nociones  de  Io  bello  j  de  Io  justo^  ni  su  aplicacion 
al  unirerso. 

Lalej  de  Dios  es  la  materia,  es  ley  matem:)tica  6  fisica.  Dios 
no  puede  alterar,  ni  cambiar  los  axiomas  matematicos,  ni  lasle- 
yes  de  la  materia. 

Luego  Dios  no  es  omnipotente. 

La  ley  de  Dios  en  las  inteligencias  es  la  Tision  de  lo  bello  7 
de  lo  justo.  Esas  leyes  son  coeternas  ò,  su  esencia.  Decir  que 
lo  justo  puede  ser  injusto  por  un  acto  de  Toluntad  divina,  es  in-' 
comprensible,  é  su  justicia,  incompatible  con  su  esencia.  Luego 
si  Dios  no  puede  alterar,  cambiar,  ni  snprimir,  ni  contradecìrse, 
ni  negar  su  palabra  palpitante  encamada  en  la  ley  de  *  todo  ser, 
Dios  no  es  omnipotente.  El  milagro  es  de  toda  lògica  impo- 
sifole. 

En  una  palabra:  Dios  es  la  pérfeòcion.    La  perfeccion  es  in-/ 
Tariable,  poes  si  no  fuese  invarlable  no  deria  perfeccion.    El  mi- 
lagro no  solo  es  Tariabilidad,  sino  contradiccion,  ó  Tiolacipli  de 
In  ley  del  Sér-Perfecto. 

•  ìiOego  el  milagròétftmposible.      -  * 

'*tei««dice  que disBlinnyd  «  amengod'ìa  idea  de  la  divinidad* 


-  »7  — 

despoj^ndòla  de  la  idea  omnipotonda,  là  eontestaciòtk  eé  rùùj 
Bendila.  .  En  caal  idea  hajr  mas  gnmdeza  j  mas  divinidad,  si  es 
posible  hablar  asf,  en  la  idea  denn  Dios  cuya  sabiduria  ;  to-' 
Inntad  son  inmatables  en  sa  perfeccion  nbso!uta,  6  eù  la  idea  de' 
nn  Dios  que  se  corrige,  que  se  enmienda  y  qae  altera  el  órden 
eterno  de  Ins  cosas  para  que  lo  crea  un  puflado  de  salvages  6  de 
bàrbaros  corno  eran  loS  judios  en  los  tiempos  descriptos  por 
Moìsés? — Quél  ^esa  omnipotencia,  no  podia  dar  un  poco  de  luz 
à  la  razon  de  esos  bàrbaros^  para  que  reconociesen  su  ley  en  la 
coDciencia  de  todo  hombre.  sin  necesidad  de  las  miserias  que 
presentan  A  Jehovà  corno  un  juglar?  ^Eran  necesarias  esas  re* 
velaciones  para  salvar  al  mundo,  y  despues  de  6000  afios  de  re- 
yeldcion,  solo  la  minorfade  labumanidad  ha  podido  conocerla 
7  acatarla  ?  Pero  ja  la  descomposicion  ha  penetrado  en  el  mons- 
truoso  cuerpo  del  catolicismo.  La  bora  de  los  grandrsfunerales 
se  aproxima.  El  cadàver  ya  huele  en  Roma.  ÀTosotros,  glo- 
riosos  sepultureros  de  una  era,  la  fiinebre  oracion  de  la  men^ 
tirai 


V. 


OTBAS    3BJEGI0NES   A    FAVOB  DEL   MILAGRO. 

Dios  obrà   sobrela  naturaleza.     ^  Si  tiene  accion  sobre   la 
nfituraleza,  porqué  no  ha  de  poder  cambiar  sus  ley/ss? 

Està  objecion  est«  ;  a  contestada  con  la  idea  de  omnisci^ncia 
divina;  pero  aclaremos  mas,  puésto  que  suponemos  nos  lee  el 
que  qùìere  conocerla  verdad,  salir  de  la  duda,  y  desvanecer  el 
error.  Sin  desatender  (a  priori)  la  omnisciencia  ,que  hace  im- 
pòsìble  toda  contradiccion  en  Dios,  examinemos  tambien  A  poste.' 
fiori  el  àrgumento. 
'  ^  Como  obra  Dios  sobre  la  naturaleza  ? 

Es  cla^o  que  segua  las  leyes,  las  condiciones,  los  atributos, . 
las  propiedades, las  calidades  de  la.'mìsma  naturaleza.  Sino 
tuviese  atributos,. calidades  la  substancìa,  ninguna  accion  s^ria' 
posible  sobre  ella.  Obrar;  iófluir  sobre.  un  objeto;  es'tómér  en 
ctienta  laà  calidades  dèi  objéto.  Dios  hablaria  eternamente  & 
las  piedras  sin  que  ellas  g^o^ie^en  entenderlo.  Luego  si  Dic|S 
quiere  obrar  sobre  las  piedras;  nopuede  faacerlo  sino  toman*. 


àom  cpi|3J4.eiiuicìAn  las  icaUdados  die  la  p\e^ra^,laple][e8,de  ufi-», 
nld^^  4e  ^j»  ^eDiejgitps  .cQ(i;^oi;iente|s^  las  ip.AQs.de  cyhei^oQ  de 

<U  ìak  pi^dras. 

Supon^^mo;»  qt^^  qai^ieraob^deci^^^n  ^  s^iyo^,  q^e  di^fea 
testimonio  de  sujuslicìa.,  A  falla  del  testimonio  de  l.os  hombrea^. 
Si  Dios  quiere  i^sto,  es  necraario,  fi  iiue  aparezca  una  ii\teUgeii« 
cia,èn.la  piedra^^ó  quamovidapor  uaa  fuerza  hicì^SjE^.lo  q^ede^ 
ella  se  cxi^^ia.  ^    . 

Si  nparèce  una  ÌQtelip;eJicia  en  la  piedra,  ;à  tenemos  un  scur 
racional,  j  entonces  Djx)s  pviede  comuni(*arIe  sus  jntencione9, 
2  Pero  quién  no  .ve  que  la  pif'dra  deja  de  ser  piedra  en  e^^  caso,^ 
j  que  ;a  no  es  la  piedra  laque  dd  el  testimonio,  s^no  una  iute- 
ligcncia  racional? 

Si  el  hecho  se  verificase^  teadriamos  una  transformacion,  j 
entonces  el  milagro  seria  una  trànsformaciou  de  piedras  ea 
hombres,  en  skngeles  ó  demonios. 

l  Es  posible  tal  transformacion  ? 

Todo  lo  que  vemos  es  efecio  de  la  transformacion  de  los  ele- 
mentos  primitivos  y  fundamentaics  de  las  cosas  segun  la  serie  de 
tipos  posibleb  de  existencias.  ISLeter  primitiyo  entrala  todo. 
De  su  seno  saien  las  manifestaciones  de  los  seres  segun  la  ley 
de  las  combinaciones.  Del  eter  continente  de  los  ^érmcnes, 
materia  de  la  creacion,  se  ven  salir  las  transformaciones  secnn- 
darius  de  los  lluidos  adoptados  Ala  vidA  de  los  seres^  cuando  la 
bora  de  la  manifestacion  les  Uega  en  el  boracio  del  progreso. . 
La  ejeclricidad,  la  luz,  el  caler,  engendran  los  gases,  el  aire,  el 
elemento  liquido,  (a)  y  lo  sòlido.  Los  gérmenes  de  bs  cosa& 
epcontrando  ya  su  medio^  desarroltea  sa  fuerza,  su  forma  j  su 
calòrico,  ,y  la  organizacion  hace  sa  entrada  sobre  el  pavinìento 
de  los  diyinos  cataclismos,  que  hxin  preparado  Ia  atiuósjferà,  èl 
piso  y  el  alimento  de  la  animalidad.  Génesis  sublime  de  la  ciea- 
eia,  sintesis  del  universo,  yÌ9Ìonde  las  cosas  easu  de9arrQUo 
oIge.tivjo,,cuandistìniQ.deì  génesis  de.  las.revelacio^^  ep  que 
tó'do.^e  hàce.ijgQlpes  de  teatro  en  la  escQUfi  len^bro^adelpasado , 
flui^mèmària  7  ante  las  inteligencias,atei:ra4as  de  Ips  iifentes! 

1^1  minerai  precede  al  vietai  j.  al  animai  To/fo  Io  que  haj,, 
ep  el^unhf rB0  ès  mAm$estacion  delKter..  T.elbpmbrerinisAip 

•M  'Pàn*^.iWsàrro>M'le  Mtft  sitité^  tMè  iTSèq^ìm  illMfé  PAOm^- 


còtDo  animai,  no  es  sino  ^aire  eofidensado.i^  (a).  La  serie  de  lai 
tnnisfoi*macione8>  no  se  corta;  y  esa  serie  es  progresiva, cs  decir, 
qne  A  inedida  que  aparece  un  ser,  ese  ser  reasume  las  condì* 
ciones  de  los  seres  inferiores  agregando  A  mas  una  perfeccion. 
La  sensacion,  el  sentimiento,  el  instinto,  la  inteli^encia,  j  la 
razon,  ^an  aparecieudo  A  medida  que  organizaciones  mas 
completDS  se  presentan.  Asi,  suponer  sensacion,  sen^sahilidad 
en  la  piedra,  en  la  que  solo  imperan  las  leyes  de  coliesion  de 
sus  moléculas,  seria  lo  mismo  que  pedir  al  cerebro  humuno  la 
dnreza  de  la  piedra. 

Haj  pues  transformacfon  en  el  uuiverso.  La  transforroai^ion 
es  la  ìej  del  desnrollo.  Si  el  milagro  es  una  transfonnacion 
tan  solo,  no  bay  yiolacìon  de  ley,  j  no  bay  milagro. 

Pero  se  dice,  el  milagro  es  una  transformacion  violenta,  re- 
pentina, que  viola  el  órden  progresivo  de  las  trnnsformaÀncs 
Convertir  A  la  piedra  en  ser  racìonal,  bé  abi  el  milagro.    Àcep- 
ti  tamos  el  problema  de  ese  modo.— ^Quién  no  ré  que  esa  conver* 

Sion  de  la  piedra  en  hombre,  es  la  desaparicion  de  la  piedra,  j 
que  ya  no  es  la  piedr«|  quien  at^tigua,  sino  un  bombre  nacido 
de  la  piedra?— La  cuestion  se  presenta  con  mas  claridnd  por 
medio  de  està  consecuencia  que  tiene  que  sostener  la  lògica  ca- 
tólica  :  El  hombre  ha  nacido  de  la  piedra^  ó  Dios  bace  y  puede 
bacer  que  el  hombre  nazca  de  la  piedra. 
',   '  He  ahi  la  ventaja  de  la   sinceridad.    Se  plantea  bien  una 

cuestion,  se  deduce  con  lògica  una  consecuencia,  y  la  conse- 
cuencia es  por  si  misma  tan  absorda,  que  viene  A  ser  la  mejor 
refutacion. 

Para  que  el  bombre  nazca  de  la  piedra^  es  nocesario  ò  que  la 

I  piedra  contenga  latente  el  gérmen  bumano,  el  Atomo,  monada, 

ò  molécula  generatriz,  ò  que  con  la  ley  de  cobesion   de  sus 

'M  moléculas,  ò  de  los  elementos  esparcidos  que  la  envuelven,  se 

apodere  de  los  elementos  necesarios  para  constituir  un  animai. 

Un  estado  fisiològico,  un  hombre  ò  un  estado  psycològico. 

Si  la  piedra  contiene  el  gérmen  bumano  que  solo  espera  la 
oportunidad,.  ó  el  imperativo  omnipotenle^  para  manifestarse  d 
mas  bien  dicbo  transformarse,  el  milagro  seria  nada  mas  que  una 
anticipiicion  precipitada  de  lo  que  debia  mas  tarde  soceder, 
pues  si  las  piedras  tienen  gérmen  hamano,  todos  ellas  ban  de 
aparecer  un  dia  transformadas. 

(à)  El  qolmico  Dumas.    Proposidon  qafmiGàmente  demostrada. 

7 


ffi  es  solo  nita  ^Mfoipadoo  idei  dia  6  delof^  sjglos  ea  .9110.^ 
ley  debta  cnmpliraef  el  mttog^  seria  semei^iite  entqiiqefl^  ^ 
que  bacen  los  botémcos  7  Iqb  ciriUvadoros^  fuadurandùj  anta 
de  tiempo^  el  fruto  prametido.  Sios  en  este  casa  seria  jpr^eijL* 
tado  corno  aa  empollador  de  piec|ra$. 

La  segunda  hipótesis  t&  aun  laas  ridicala,  pero  se  contiene 
eB  la  1 .  "^  SupOQer  que  boy  en  la  t»edra  iifi  ppder  qae  desper* 
tado,  pueda  tornar  à  los  elemeatos  lo  oecesurio  para  traosfor** 
marse  en  bombre,  es  conTcrlir  à  las  piedras  en  baeyos. 

Pero  el  sòlido  católico  dird:  No  bay  gérnea^  ni  tal  podei? 
eo  la  ^iedra.  Dios  bace  salir  ad  hombre  de  la  piedra  por  sa 
Yèliintad  omnipeteote. 

Despacio.  Si  tal  puede  esa  Toluùtad  omoipc^ecite,  ni  laa 
pbdras  soQ  neoesarias.  Hable  solamente,  y  de  su  palabra  sa)- 
àfA  oe  la  nada  e)  testimonio  apeteeido«  Pero  el  eafto  es  que  nn-- 
die  ba  oi(lo>  ni  podido  oir,  ni  ver  el  resaltado  de  esa  palal^a. 
Pero  esto  seria  entrar  en  la  cuestion  del  humano  testimonio, 
que  queda  prostergada,  pues  antes  de  saber  si  ha  babido  mila* 
grò,  es  necesario  sàber^  corno  I9  òbserva  p^rfectamente  Iiamen-* 
néis,  si  ba  sid6  posible.  Si  con  bumano  y  sincero  testisooniQ 
se  afirmrtra  qne  Dios  en  el  pianéta  Jdpiter,  ba  determinado  que 
el  robo  sea  legftimo,  la  mentirà  santa,  lo  redondo  cuadrado,  la 
materia  sin  atraccion,  darò  es  que  antes  de  cre^r  et  testimonio 
yo  àterlgue,  si  tal  absurdo  es  posible. 

Pero  detengdmonos  en  ki  transformacion  omnìpotei^e)  6  en 
el  nacimienio  de  bombres  de  las  pteflras. 

Esos  bombres  existian  ya  comò  sustancia  bajo  cualquicfr  for- 
ma, ó  no  extetian. 

Si  no  existiati,  bau  Mo  èreados^^i^ToieM^  de  ia  nada  p^raf 
darei  testihìonfo  que  se' busca :--y  si  existian,  la  cueatiim^ 
rèduce  A  una  anticiptfcion  de  generaiaion. 

Ya  liemos  probado  que  tio  bay  ereaeidn  de  Fa  tutda.  Qnedia 
solamente  la  segiiddabipótesis,  ola  trànsfiormàciÀn  antloip4|d$| 
de  loselementos  mineralOgicos,  endn^aòrganisaoioniadiotal)  à;)a 
qtre  debe  eòrre^ponderuna  ii^teltgenoiajquqlaiatiini^. 

"Eh  eéte  oaso^  qae  es  el  ùnico  ^ne  queda  al  catoUci$a)0  plura 
afifidar  el  mflagro,  he  «^i»la  Jiecesidad  diYlnii,  6  laiuficeaiil^ 
rafeioMt,  que  se  ripóne  ybaeéquael  principio  .gr  di  bpobA  mlà^ 
groso,  sean  imposibles. 

Esa  transformacion  anticipiada^  uorpuede  yerificai^e  sip  atepr 


I 

ì 


fllèr^lès  càlidadfedttiiftiìiàdliét  miMnil  qiese  tràta  d»  ooorertir 
en  animai.  La  palabra  6  la  TOlvntad  de  Dìos  dptio94a4  un  obr 
jttoy  nopi^ede  óbrarsobre  H^  nvodifiearlOf  tranaformario^  eam- 
IHflMb^,  desaitollàriò,  din^praér  en  a^lon  làs  caU^odes  j  nece^ 
aMades  del  olmeto  mimo^  de  caya  metamrtrfosis  se  tvpta*  iiior 
H  pnesi  pOQéren  aceièo' la»  calidadoa,  laa  necetidadea  deo^ 
bbjèfo,  es  poMr  «n  aeciòn  laa  leyea  tiatarales  qoe  lo  conatita* 
^en.  El  imperatito  divino  por  abaokrto  j  omnipotente  que  se 
ferea,  no  poede  obrar  sobl*e  la  natnralèza^  aiuo  en  virtad  de  lae 
liiisimls  condiciones  que  hacea  d  la  nataraleza  poaiUe,  A  aegua 
laa  lej^sque  la  constìtoyén.  Bsto  es  innegabie.  Luego  af 
tHos  obra  sobre  la  naturaleza  para  precipitar  au  desarrollo  6 
transfòrmarla,  la  action  divina,  no  puede  violentar  las  condi- 
tiones  natnralés  de  la  transforiiiacfon  6  desarrolio,  no  paede 
violar  las  teyes  mrsmas  de  su  Ser  encarnadas  en|o8  aerei^  E^ 
pnes,  bajo  toda  hipdtesis,  el  milagro  imposible. 

C01I&ECUE5GU8. 


I  SI  Dios  no  paede*  violar  Bit  propia  loy  encaroada,  qne  es  lo  q^ 

llamamod  nataralieza,  violarla,  seria  ataearae  à  si  mismo;,  j  él 
milàgro  podia  ser  llamado  un  deicidio. 

\  l  Como  òbrà  Dios  sobre  la  naturdeca?    No  poede  obr^r  aobre 

élla,  sino  én  virtud  de  la  misma  èsencia  de  la  natnrakaai  8iil^ 
segon  las  mismas  leyes  6  condtciooes  necesariaa  de  la  exifttencàii 
de  la  natnraleza.  Si  Dios  cambia  nn  efeeto  natoral,«€onM>el 
bòriabre  la  corriente  de  nn  rio,  no  piiede  visrificarse  este  Iteebo^ 

^  sino  énVirtud  de  las  mismas  ìeyes  natnralea.    La.]è7'de)U;iiff- 

turaleza  essa  forma,  sa  necesidad  absokita.    Cambiarla  hj^^ 

P   '  cambiar  la  tiiatoraleza  de  las  cosas^  j  cambiar   la  naturalcM;  (^ 

las  cosas  es  destrairlas,  y  Dios  no  puede  destroir  la  natnrolefln 
delascosaa,  porqne  seria  destrairse  isf  mismo.  Xanataraliar 
za  es  obra  div'mq,  es  ìéf  divina,  esfbrma  nbsoliitat  es  rdMÌOvi 
nécesaria.  Déstruirla,  violarla,  es  atacarse  ft  si  misme«. 
'  El  milagrp  p^ra  et  qué  sabe  pensar  es  an  éhkidio  /  <  .  - 
Si  ée  dice  qtie  Dios  òbra  en  virtad  de  leyes  desooDOCidiioé 
qiiénò  éstìiì  al  atcaiicedè  Htlestrar  pobtè  iniel4géliciRu,« estonnes 
7 a  no  se  rècónoce  la  viólécfòn'àè  mia  lèy,  yno-^iay  milngito. 
ìhlagros  de  bsta  especienbit  %nViJelv^  jpcieft  v(tfanM«iui  èli  el 


^  w  — 

seno  delmiBterio,  en  la  ignoranciade  la  accioa  de  la  causa,  en 
laicnoranciadclcowoydel/wf^ii^. 

8i  se  dice  que  Diosobra  coiìo  enei  €  fiat  tu»,*  paraferiBcat 
„n  mila'n'o  no  «e  diceumo  pilabra».  Para  que  el  sol  de  Josaé, 
Tnnane  el  mar  Rojo  deMoisés,  para  que  la  barra  de  Bulatu. 
Jbedecieseu  al  ìmperatUo  catOlico,  es  u .ces.rio  qu.  la  accioo 
de  Bios  llegue  al  objeto  ja  existeate  é  iuflaya  en  él  seafun  U 
adaotabaidadde  cada  uno,  scgonlas  calidades  decadaobjelo 
Lto  es  respetar  la  constilucion  de  lanaturaleza  j  exclmr  el 
milajtro  en  los  sères.  No  pudiendo  TÌoIarse  las  leyes  naturales, 
mie  son  Tolnntad  objeti»ada  de  Dios  inismo.  nopuedehaber 
LaCTO  enlanitaraleia,y  entoncea  solo  podria  tener  lugur  en 
TCo«  mismo.  qoe  cambia  de  determinncion  consigo  mismo. 

S«to  corno  y  a  està  demostrado,  sellami  la  contradicciooeu 
Kos*  ;  es  im|.osible.  Asi.  la  violacion  de  la  lej,  6  el  mUagro 
no  ouede  tener  lu;ar  ni  enlos  seres.  ni  en  elser. 

Esuconsecueneia  es  tsn  evidente,  que  negandola,  no  sa- 
hemos  con  qné  derecho  el  catolisismo  que.  acepU  la  acc.on  de 
Dios  en  la  borra  de  Balaan,  no  acepta  la  accion  de  Dios  lanian- 
do  diariamente  la  cuadrilla  focosa  del  rubicundo  ApoJo.  Ile- 
n^dolosespaciosde  luz,  de  ,ida  y  ale^ria.  ^Con qué  derecho 
uStel  Jlon  mojadouna  noche.y  rechaza  al  Politheismo. 
coando  este  seftala  la  accion  de  Neptuno  en  las  temp  stades 
del  oceano,  la  accion.de  Pluton  en  los  Tolcanes  v  temblores 
la  accion  de  Jùpiter  tonante  en  el  rayo  y  ea  el  trueno.  Y 
cuidado  que  son  tres  penorm  del  omnipolente  antiguo! 

Si  Dios  pudiese  violar  sus  propias  leyes,  no  es  omnisciente 
Tlaconcepciondesu  poder  seria  la  de  un  poder  arbitrario- 
E«U  es  la  idea  de  un  Dios  dèspota.  Suponed  ahora  hombres 
«me  sedicen  cncargados  de  expresar  suvoluntad  y  de  repre- 
Ltorlo  en  la  tierra.  Si  el  Dios  es  despót.co,  si  nadie  est« 
««irodelainmalabilidaddela  ley,  si  una  casta  gobierna  4 
«  nombre,  pudiendo  llamar  boy  bianco  y  maflana  negro  al 
mismo  color,  y  esto  à  nombre  de  la  omnipotenc.a  dmna, 
2ooncebU  despotismo  mas  terrible  por  parte  del  sacerdocio,  j 
serviliuno  mas  profundo  por  parte  de  los  creyentcs?-E8ta 
««Dsecneneia  es  positiva,  es  pràctica,  la  vemos,  la  palpamos; 
est*  escriUi  cn  la  historia  eon  la  mano  del  iuGerno  y  sus  res- 
plandorKS  fùnebrcs  queman  aun  al  que  tiene  pecho  humano. 
U  dogma  del  Dioi-déspota  es  el  padre  delterror.    Elter- 


—  93  — 

ror  es  la  edQcacion  qae  ha  traDsforni«i4o  milagrostnnente  é  una 
graa  parte  de  la  eapeeie  liamana.  Comparad  la  Espafta  con  dos 
mil  aAos  de  Tentaja,  a  la  Grecia  de  los  tiempos  heróicoa.  La 
Hacion  oatólica  por  exelencia  qae  es  la  Kspaùa  eoa  el  cat6« 
lieo  Brasil,  soq  las  ultiinas  n^ìciones  modernas  qae  coa^iervao. 
la  esclavatara.  T  lleoaa  hipócritas  la  boca,  con  la  paiabra  ca« 
rìdad  cristiaaal 

VI. 

Del  objeto  del  nilagro,  t  de  la  fé  en  el  Beveladob. 

^Gudl  es  segua  Ics  católicos,  el  objeto  del  mìlagro? 

Atestigaar  qae  tal  honibre  tiene  mision  divina  y  espefcial, 
para  qiie  su  paiabra  sea  creida  corno  rerelacion  sobrenatoral 
del  mismo  Dios. 

Tal  es  el  objeto  de  todas  las  tituladas  revclaciones  j  de  los 
susodichos  reveladores:  Tener  la  autoridad  de  la  paiabra,  es 
decir,  el  poder  dogmàtico,  el  poder  legislativo,  la  decision  de 
las  dudas,  y  porconsigaientela  masterrible  de  las  autocracias, 
pues  me  impone  lo  qae  debo  creer  sobre  Dios,  la  creacion,  so^ 
bre  mi  orfgen^  mi  deber,  mi  destino,  mi  condacta  en  està  y  otra 
Vida. 

El  objeto  del  milagro  es  antorizar  laidealidad  de  la  paiabra  de 
talhombre  con  la  paiabra  de  Dios.  Dios  habla  por  medio  del 
revelador. 

^Esesto  necesario? — iLo  quelas  revelaciones  enseflanson  aca-* 
so  descubrimientos  de  verdades  necesarias? — ^Es  la  revelacion 
nnanovedad  cicntffica?— ^Es  de  necesidad  absolata  qae  haya 
nna  revelacion  para  qae  la  moral  sea  conocida? 

Antesde  resolver  estas  cnestiones,  es  preciso  hagamos  obser* 
var  à  los  creyentes  el  circulo  vicioso  qae  describen.  ^Gómo  es 
qae  no  se  hacen  està  sencilifsima  preganta? — ^por  qaé  doy  fé  6 
la  paiabra  deese  hombre? — ^T  si  ese  revelador  me  engaftase  co- 
rno tantos  ha  habido,  indicando  el  mismo  Jesas  qae  distingan  eli- 
tre falsos  y  verdaderos  profeta»  a  pesar  de  los  milagros  ó  prodi*- 
gios  de  anosy  otros,  de  qaé  regia  me  servire  para  distingair.  lo 
verdadero  de  lo  falso,  al  falso  6  verdadero  revelador?  Està  ob- 
servacioQ  es  capital,  y  forma  parte  del  tesoro  de  verdades  con- 
qoistadas  p jr  la  filosofia. 


Su  efectorhé  aht  el  n^teladOT  Ar-^tme  ^e  Anse:  Wf  «n^da^ 
soyMdsias.  Bé  ahi  elRereUdocS.  gue  me  dic^f  apy^id^,^ 
#ey  HiMies.  Ambos  decknos  qiie  haj  un  Jpios,  (p^ntp  coi&ua) 
pero  ^1  fevelador  A.  diee:qu6  es  upq,  Èhnolf^fUmo;  j  fi  r^iE;elar 
dor  B.  que  ed  pne  ea  tres  y  trea  eiVQiiQ  ca|41icos  y  triiùtar^ofli. 
Ambos  apàreeen  comò  santoa  y  diapuesto^  à  toclos  loa  J^t^rtirios 
por  su  fé.  ^À  quién  debo  creer?  ^Y  si  me  decido,  eii«^  Vfrtiad  d^ 
qué  principio  me  decido?- -Pues  si  acepto  la  fé  del  ano^rechazo 
la  del  otro.  Pero  para  hncer  esti^  prefcrencia  he  necesitado  joz- 
gar.  Para  juzgar  he  sido  libre,  ha  sido  eo  virtud  de  la  razon  que 
enciieotramas  razooable  la  fé  A.  que  Ifide  ^. 

Héaqai  que  desdeel  priucipio  esnecesario  recoQocer  en  to- 
do  espirita  que  piensa,  en  todo  hombrecaya  fé  se  exige  sea  ra- 
cìonal,  la  sapcemaautoridad  de  la  razoQ. 

Despuespuede  sacumbir  en  el  desarroUodela  creencia  que  se 
impone,  pero  es  de  eyidencia,  que  no  hay  creencia  aceptada  eq 
un  princiqio,  que  no  reeonozca  la  soberania  de  la  razon  del  ore* 
ycnte. 

La  escepcion  à  està  regla^  es  la  adhe»on  del  que  no  pien^a^ 
Es  el  caso  delas  majorias  ignorantes,  el  ejemplo  de  la  con  ver- 
Sion  de  los  bt^rbaros,  el  estado  intelectual  de  las  mugeres,  la  in-r 
diferencia  de  los  perezosos  ó  egoistas.  Green  porque  asi  les 
ensefiaron,  sin  juicio,  i^iu  razon.  Plosotrosnoescribiraos  para  los 
que  no  piensan,  pues  seria  lo  mismo  que  arrojar  las  aperlas  é,  los 
puercos»  ;  pero  si  escribimos  para  que  uu  dia  los  convertidos, 
los  racionalistas  con  su  influencia ,  ó  sea  en  el  podcr,  verolucio- 
Ben  la  educacion  de  las  masas,  entregada  à  nuestros  enemigos, 
los  de  larazon  soberana. 

Yotvamos  al  asanto. 

No  puedoaceptar  con  condencia  una  creencia,  sin  ana  adbe^^ 
Sion  mas  ómenos  luminosa  de  mrjuicio  individuai. 

Viene  el revelador  y  medico:  «he  aquf  la  verdad».  Dos  situa^ 
eiones  se  presentaa. 

Si  acepto  esa  palabra,  no  puede  ser  sino  por  que  yeo  la  rerded 
ée  lo  que  se  enseOa,  lo  comprendo  y  lo  acepto:  trabajo  racional. 
*ó  creo  que  es  una  verdad,  sin  exàmen,  por  que  creo  que  el  re- 
Teladorno  me  en^afla  y  que  en  realidad  Dios  habla  por  su  boea. 

Bespecto  é  laprimera  hipótesis,  nada  tenemos  que  decir.  Es  la 
lacha  de  la  inteligencia,  es  el  estudio,  es  el  trabajo  del  pensa* 
miento  que  quiere  convencerse.  Este  queda  b.golia  "aiitoridad  de 


—  M  — 


I 

f 


k  rasoB,  aemptecrea -eii  la  religioi)  catóiica  y  el  géri&en  de  la 
coDYersioQ  està  ea él,  viene  enei  j  al  fin  darà  sus  frutoa. 

Beapeeto  àlaaegnnde,  he  ahi,  el  beoho  especial  de  que  trata- 
moR:  la  fé  enei  revelador.  Discutamos  este  punto  qne  es  qui- 
zas  el  de  major  oportunidad  é  itnportancia. 

— ^Porqué  creo  en  el  revelador?    Talea  lacuestion.     Hoy 
creo,  poftjue  asi  creyeron  mispadres?    ^Y  por  qué  créeslo  que 
'  creyeron  tus  padres.     Porque  ellos  no  me  han  de  engafiar,. 

— ^T  si  tus  padres  fueron  engaflados  por  tas  abuelos,  y  tus 
abuelos  por  sus  padres,  no  es  claroque  hay  un  momento  enque 
uno  de  tus  antecesores  esctichó  y  creyó  al  revelador  ? 

— Es  claro. 

— ^Luego  la  fé  en  la  creencia  de  tua  padres,  estriba  en  la  fé 
que  mereeió  el  revelador,  en  los  crejentes  antepasados  ? 

EìLamìnemos  pues  la  fé  que  merece  el  revelador. 

l  Por  qué  se  crée  al  revelador? 

— Creo  al  revelador,  por  los  milagros  que  atestiguaron  su 
I  poder. 

I  —^Has visto  milagros?  Iias creido que Moisés  separò  ]as  aguas 

del  Mar  Bojo  para  sepultar  un  ejércilo  de  Ejipcios; — que  Josué 

I  detnvo  al  Sol  para  acabar  de  exterminar  a  sus  enemigos  ? 
L  —Si  creo. 

II  ^  — iNo  teiraaginas  que  esa  separacion  de  las  aguas  del  Mar 
!                                Bojo  fuese  un  hecho  naturai  que  boy  mismo  se  repite,  que  el 

'  detenimiento  del  Sol  de  Josué  no  fuese  sino  un  cMculo  errado 
de  tiempo  que  le  bizo  aparecer  el  dia  mas  largo,  ó  porque  ter- 
^  minò  mas  pronto  su  matanza? 

— No  creo  en  esplicacìones  naturales. 
i^  — Entónces  crees  que  Dios,  à  la  voz  de  Moisés  ó  de  Josué  pudo 

I  violar  las  leyes  naturales  ? 

—  Silo  creo. 

— l  Y  por  qué  lo  creis  ? 

— Porque  asi  lo  dijo  Moisés. 

— i  Y  si  Moisés  te  engaùòt  ? 

—No  podia  engaùarme.  ^ 

P  —  iYpor  qué? 

— Porque  no  puede  mentir  el  revelador  divino.  ^ 

— iPero  quién  te  dice  que  es  revelador  divino? 

—Sus  prodigios,  sus  milagros,  sus  leyes* 


—  86  — 

— Sus  leycs  existian  y  se  conocian.  Sua  prod%ios  y . milagDOfl 
no  tienen  mas  autoridad  que  su  palabra. 

r- Y  la  autoridad  de  millarea  de  individuos  qae  los  yieroo. 
*    i — Pero  el  que  dice  que  lo  vieron  millares  de  indinduos  es  ^ 
mismo  Moisés. 

—  Pues  si  es  el  historiador  divino. 

— iPcro  novesquees  el  misrao  persoaaje  quien  dice  hi^l^o 
milaixro.s  y  que  es  él  mismo  quien  afirma  que  las  multitudes  pre- 
senciaron;  }  que  pone  en  boca  del  testimonio  de  las  turbas,  lo 
que  quiere,  para  legitimar  su  autoridad  y  darsc  crédito  ?  No  es 
bien  saLido  ademds,  que  prodigios  y  milagros  hubo  segua  el 
mismo  Moiscs  efectucdos  por  magos,  ó  por  saccrdotes  enemigos 
para  embaucar  tambien  por  su  parte  à  sus  sectarios? 

— Pero  los  milagros  de  Moisés  erah  superiores. 

— iEntónces  reconoces.  el  podcr  de  hacer  milagros  en  tus 
enemigos? 

—  Asi  lo  dice  la  Escritura^  pues  Satanàs  y  sus  bijos  ó  sectarios 
hacian  milagros,  pero  los  de  Moisés  eran  superiores. 

— v^l^<)  ^'u  )stion  del  milagro  se  reduce  entóuces  à  la  superìo- 
ridad  depoder  manifestado? 

—  Asi  es.  «  La  produccioQ  de  serpientes,  sangre  y  ranas  por 
«los  Egipcios   hechiceros  y  por  Moisét,  no    podiau  aparecer 

«corno  i^ualmcntc  milagrosos  a  los  espectadores Pero 

«  cuando  las  serpientes  de  Moisés  comen  a  las  otras,  cuando 
«  produce  piojos  y  los  otros  no  pudieron,  la  decision  es  clara  » 
(a). 

— Muy  bien.  La  cuestion  del  milagro  eqtoncesya  no  es  pu- 
ramente una  manifestacion  de  la  divinidad.  Solo  se  conoce  la 
misioo  divina  en  el  grado  de  poder  ó  superìoridad  que  mani- 
fiesta. 

— Es  darò. 

— Asi  es  que  vemos  en  elExodo  entrar  à  Dios  en  una  lucha  de 
milagros  con  los  hechiceros  de  Egipto.  «  Estendió  Aaron  la 
»  mano  sobre  las  aguas  de  Egipto,  3  subieron  ranas  y  cubrieron 
»  la  tierra  de  Egipto.  E  hicieron  tambien  Io  mismo  los  bechi- 
»  cerqs  por  sus  encantamientos,  é  hicieron  subir  ranas  sobre  la 
»  tierra  de  Egipto.  (b)»  Qué  tal  espectdculo  I    Dios  queriendo 


(a)    Locke.    A  DisGOorse  of  Mirades. 
\b)    Exodo.    VIU.  6,  7. 


— rt7 — 

probar  sa  poder  badendo  salir  ranaSi  7  ios  becbiceros  taadendo 
^  lomisroo! 

— Si,  però  continua  el  Ei^Ojdo:  «  T  dijo  el  Sedor  à  Moiséfc 
«  Di  à  Aaron:  Estiende  tu  vara,  y^  hiere  el  polvo  de  la  tierra: 
«  7  hajra  cinifes  en  tpda  la  tierra  de  Egìpto.  Y  asi  Io  hicieron. 
«  Y  Aaron  teniendo  la  Tara,  estendid  la  mano:  é  hirió  el  poWo 
«  de  la  tieura,  7  hubo  cinifed  en  lus  hombres  y  en  las  b<^stia8. 
«  Todo  el  polvo  de  la  tierra  se  convirtió  en  cinifes  por  todo  el 
(c  territorio  de  Egipto.  »  (a)  Los  hechiceros  intentaron  lo 
mismo  7  no  pudieron.    Quedó  paes  Dios  vencedor. 

— La  Tictoria  de  Dios  consisti6  en  producir  piojos,  7  la  der* 
rota  de  Ios  hechiceros  en  no  podèr  hacerlo.  Obsérvese  qne 
babiéndose  Uenado  de  piojos  la  tierra  de  Egipto,  y  habiéndose 
convcrtido  en  pipjos  (odo  el  polvo  por  todo  el  letritorio^  corno  dice 
el  Exodo,   ^qué  mayor  cnntidad  de  piojos  querian  que  Ios  he- 

^  cbiccros  produjeran?     Se  les  habia   agotado  la  materia  a   esos 

*  infelices.     Y  ademàs  es  el  mismo  Moìsés  el  que  dd  testimonio 

de  todo  7  de  si  mismo.  Mo  podemospues  garantizi.r  la  auten** 
ticidad  de  Ios  prodigios; — pero  la  cuestion  que  aqui  surge  es  la 
de  presentar  à  Dios  luchando  con  hechiceros,  7  atestiguando  sa 
poder,  por  la  ma7or  fucrza  6  nùmero  de  milagros.  De  Io 
qne  resulta,  queja  no  es  el  miVa^ro  en  5i\pues  Ios  hechiceros 

f^  milagreaban  tambien,  sino — la   cantidad  ó  calidad  de  Ios  mila- 

i  ^  gros,  lo  que  debia  atestignar  la  calidad  de  divino^  6  la  autentici- 

dad  de  la  mision  divina  del  revelador. 
— Asi  es. 
— ^Entónces  Dios  desciende  a  nnpalenque  con  juglares,  para 

^  hacer  sus  pruebas  7  para  qae  el  bombre  juzgne  de  la  superiori* 

dad  que  tienen  sus  Enyiados,  sus  Mesias,  sus  Cristos,  sus  Ungi- 

L  dos,  sus  Beveladores,  sobre  Ios  demas  hechiceros,  brujos,  ma- 

gos,  adivinos  óhijos  de  Satanàs  qne  tambien  hacen  milagros? 

— Asi  es.    Dando  Dios  mas  poder  d  sus  reveladores,  atestigna 
la  superìoridad  de  la  mision  7  la  autenticidad  de  la  palabra  en 
sus  enviados. 
— Pero  el  caso  es7  no  lo  olvideis,  que  el  revelador  es  un  in- 

\  iermediano\  qne  la  ma7orfa  queda  excluida  de  la  comunicacion 

directa  con  sa  Dios;  que  el  revelador  una  vez  creido  paede  ha- 
cer creer  lo  que  quiera;  que  el  milagro  no  es  prueba  de  dividi- 
dad,  pues  Ios  enemigos  del  Dios  de  Moisés  bacian  milagros, — 7 
(a)    Exodo.    Vffl.    i6,  i7. 


«que  todo  sereduce  al  deispdegiie  A  «ìdiìlfefltao4dti  éeMtié  laeita 

en  los  milagros  de  Aaron  ó  de  Moisés. 

«  --^Greo  muy  legitimas  esiis  coMeeaeneiafl. 

— Qtteda  la  on^tioii  redu0ìda  H  la  euesKen  de  fiierza. 

—&L.  £l  qne  haga  milagro  mus  fuei^te,  ese  es  el  terdadero 
menBagero  6  retelador. 

— Entonoes  dos  consecuencìaB  importantes  «e  deducen.  < .  " 
^tie  éi  en  el  trascurao  del  tiempo  se  presenta  ei|ro  milagro  mas 
foeple,  la  autoridad  cambia  con  la  fuerza.  2.  ^  i^ne  la  divini- 
dad  de  una  religÌ4>D  no  depende  de  la  Terdad  de  sus  dogmas,  m> 
de  la  pureza  de  an  moral,  no  de  la  verdadde  sus  principios,  sino 
ée  la  fuerza  milagrosa  manifestada  por  el  revelador. 

La  deduccion  es  lògica.  ^Pepo  adónde  vaia  ó  parar  con  esas 
dedacciones? 

•-  Gran  Dios  !  ^No  veis  que  si  lo  justo  no  Ile  va  la  prueba  de 
su  justicia  en  si  mismo;  que  si  la  verdad  no  es  verdad  por  ser  fa 
espresion  de  lo  que  es,  corno  el  hoìnbre  es  libre,  por  ejempTo; 
que  si  la  prueba  de  la  exislencia  de  Dios  no  es  induccion  ó  in- 
ttticion  de  lauecesidad  del  Ser;— y  que  sì  loda  verdad  para  ser 
verdad  necesita  la  garantia  de  un  revelador  que  haga  'el  milagro 
masfuerte,  e%ì}i8  à  la  fuerza  en  criterio  de  verdad?— ^Im&gìnais 
làs  consecuencias  de  tal  proposicion? 

— l  Los  milagros  que  hace  el  sol  todos  los  dias  entodo  el  uni- 
verso, milagros  mucho  mas  fnertes  que  el  de  la  produocion  de 
ranas  ó  de  piojos^  me  han  de  hacer  reverenciar  al  Sol  ccmo  al 
Ser  Infinito?— Y  si  jo  por  mis  càlculos  cientificos  he  podido 
calcular  el  dia,  (y  lo  anuiicio^  losmortales  aterrados)  en  que  ha 
de  tragarse  à  los  planetas,  he  de  ser  yo  un  revelador  encargado 
de  imponer  con  autoridad  divida  é  infalible  la  ereencia  dogmà- 
tica-moral  y  poUtica  del  gènero  humano? 

«««Asi  debia  ser  segun  el  princìpio  asentado  de  la  mayor 
fiierza  del  milagro,  corno  testimonio  de  la  mision  divina. 

—  Luego  ni  el  milagro  es  prueba  de  divinidad;  ni  la  mayo^ 
fuerza  del  milagro  es  prueba  de  la  verdad  de  la  justicia,  ó  de  los 
dogmas,  principios  ó  a^iomas  de  la  ciencia.  La  verdad  Ueva 
60  autoridftd  coosìgo.  Su{)oned  que  diga  un  católico:  Dios  dijo 
A  Moisés  que  dos  y  dos  son  cuatro.  ^Creereis  que  esa  propo- 
'  istìcion  sèa  verdadera  porque  H oisés  dijo  (lo  que  no  puede  pre- 
:bar}queDdos.asisek>habiareveIado,  ó  porque  veils  la  verdad 
en  toda  su  evidencia?    Si  creeis  por  .Moisés,.  tambien  podreis 


«i^er  qua  si  InibiMe.  4idho  *  iK)iBbre  ^e  I)ìq&  que  4.0/^  j  dos 
eran  cinco,  cioco,  7  no  cuatro  seria  la  suma  verdadera. 

— 880  seria  uq  absordo^  y  I)iop  no  pijiade  ordenar  elab^Hrdo. 

Perfectamente.  Entonces  estamos  acordes,  reconociei^do  ejx 
Boeslra  razon  la  soberania  para  juzgar  de  la  verdad,  7  recono- 
ciendoenlaverdad,  en  suevidencia,  supropio  criterio,  inde- 
pendientement»  de  toda  palabra  de  reveUdor-  Luego  di  mila.- 
^0  ni  es  prn^a  de  divinidad,  ni  es  garautia  de  verdad.  £1  nMr 
lagrp  à  mas  de  inùtile  es  comoda  se  ha  demostrado  anterior- 
mente, una  contradiccion  divina  7  corno  tal  es  el  absurdo, 

II. 

Queda  abora  la  fé  en  el  Bevelador. 

!  Si  Dios  no  viola,  ni  puede  violar  ningnna  de  sus  leyes,  el  mr 

lagro  es  ioiposible  7  todo  revelador  es  un  alucinado  ó  un  falsario. 

\  Todo  hombre,  cualquiera  que  sea,  que  a0nne  en  una  comuni* 

I  cacion  exepcional,  sobre  naturai  7  milagrosa,  &  es  victima  de  U 

alncinacion  ó  miente. 

I  El  revelador  es  loco  ó  mentiroso. 

I  No  hablamos  aqu(  de  los  homiires  sublimes,    inspirados,    que 

ven  y  sientenà  Dios  en  lafuerzadesu  razon,  en  el  entusiasmo 
de  su  amor,  en  las  maravilias  que  descubren,  en   la   exalacioB 

K  mistica  ó  heróica  por  lo  justo  7  lo  sublime.    Yed  à  Lineo  que  en 

I  medio  de  sus  asombrosos  descubrimientos,  decia:«A0  sentidopa- 

4ar  a  Dios.n  Yed  à  Keplero  enviando  su  libro  à  Galileo  7  dl- 
ciéndole:  Dios  ha  esperado  6,000  aAos  para  tener  un  contem- 
plador  de  sus  obras.    Qiié  importa  que  mi  libro  no  sea  leido  por 

^  ahora? — Escuchad  las  ùltimas    palabras    de    Herder    moribun- 

do: /^  Transportado  à  naevas  regiones^    arrojo   en  torno 

«  mio  una  mirada  inspirada.  Yeo  el  mundo  reflejando  el.  es- 
«  plendor  del  ser  sublime  que  lo  ha  creado;  forma  el  cielo    co* 

<c  mo   el  tabern^culo   del  Eterno mi  débil  inteligencia, 

«  agoviada,  no  puede  .sostener  el  espectàculo  de  estas  augusta^ 

«  maravilias;  se  inmoviliza   en  el  silencio: ''  (a)    ^No  de- 

cia  toda  la  antiguedad  por  boca  de  Yirgilio: 
a  Est  Deus  in  nobisn? 
(a)  «  Cuando  H  Jrder  murió,  sus  amigos  encontraron,  al  acercarse  &  su  ca- 
«  ma,  su  mano  fria  fja  sobre  aìgunas  lineas  qne  acababa  de  trazar.    Leyeron 
«  loquesigue:i    E.Quinet.  (latroduccion  àia  filosofìa  de  la  historia  de  ia  ha- 
nanidad). 


^ 


Y  nqiiel  antigao:  «CaUemos,  escuchemos  ci  màrmnllo  de  lai 

«  dicses;  » 
iNodijodmìsTnoJesttsrefiriéndoseàrodòi  Ics  hombrcs:  DH 

estis^  Dioses  sois? 

iSo  dijaque  todos  debiamos  ser  «nos  para  ser  uno  con  Bios? 
Todos,  pues,  sonios  tumen  de  ìumine,  hijos  del  verbo,  revelado- 
resdelSer.  Todos  tenemos  la  ^atoridad  del  sacerdocio,  del 
Pontificifdo  V  del  Espfrita.  # 

SI,  todo  hombre  que  se  concentra  en  sn  escncia  qnees  el  pen- 
samienlo,  ha  de  sentir,  ver  y  vivir  las  leyes  ìnmutables,  ha  de 
sentir  la  agitacion  de  la  sabstancìa  divina  en  sa  eterna  y  perpètua 
creacion;  y  en  la  vision  de  esas  leyes  de  la  armonia  de  todas 
las  cosas,  en  medio  de  ese  entusiasmo  producido  por  la  revela- 
cion  incesante  del  pensamiento  que  penetra  cada  vez  mas  en  el 
misterio  del  Ser  y  de  los  seres,  còrno  no  sentir  al  ^^'er  en  nuestro 
ser,  a  Dios  en  nuestra  alma,  à  la  luz  en  nuestra  luz,  lumen  de  lu- 
mine!  Como  no  repìtir  las  palabras  de  Keplero:  'Hubet  indulge- 
re sac^o  furore''  dejarse  Uevar  del  furor  sagrado. 

Tal  esci  verdadero  sabio,  el  gran  poeta,  el  filòsofo,  en  una  pa- 
labra.  He  ahi  el  revelador,  el  sacerdote,  el  pontifice  de  la  ver- 
dad.  Tal  es  el  filòsofo  paraci  mundo  moderno.  Tal  es  el  le- 
psladorde  los  espiritus.  He  ahi  el  redentor.  Promelheo  arran- 
ca el  fuego divino  y  enciende  la  inteligencia  de  todo  hombre. 

El  sabio,  el  filòsofo!  ellos  nos  inician  en  el  alfabeto  de  la 
creacion  Ellos,  aunque  sea  amontonando  siglos  procuran  no 
perder  una  silaba  de  la  gran  palabra  escrita  por  la  mano  divina 
en  la  frentedc  todo  lo  existeote.  Los  hechos  nos  aj?ovinn  cop 
el  peso  de  la  incomprensibilidad.  Mi  enemigo  t^-s  lo  incompren- 
sible!  Los  hechos  nos  esclavizan  por  la  ignorancia  de  sos  le- 
yes. Pero  viene  un  Newton,  y  con  la  palabra  atraccion  nos 
afirma  el  firmamento  con  sussoles;  y  el  hombre  comoel  Atlas  de 
la  fàbula,  sacude  un  tanto  el  peso  de  sus  hombros  agovìados 
por  ci  mundo. 

He  ahi  pues,  à  los  hijos  predilectos  del  Grande  Espfritu  que 
no  visten  de  brujo,  ni  tocan  la  trompeta,  ni  suben  à  otro  Sinai 
que  el  de  sn  gènio.  Ellos  no  vienen  t  aumentir  las  eapas  su- 
perpuestasdek  materia  bruta  que  pesansobre  el  fuego  anima- 
dor  del  pianeta.  No  vienen  à  remachar  elpeso  de  la  corona  de 
tinieblas  que  aun  oprime  la  frente  de  la  humanidad.  No  agio- 
meran  la  mentirà  sobre  el  misterio,  ni  la  supersticion  sobre   la 


\ 


—  iw  — 

ìgnorancia^  niel  miedo  sobre  la  debilidad.  No  forjnn  las  cadenas 
del  enjsaùo  en  las  fraguas  de  la  inquisicion  7  del  terror.  Bere- 
ladores  detodoa  los  Sinai,  cujo  primer  objeto  es  dejarnos  de 
Dios  intirpoaiéndose  corno cuerpos  opacos  para  eclipaar  la  laz 
en  Duestras  almas. 

Silencio!  que  me  impedfs  escnchar  la  yoz  de  la  verdad  en  mi 
razon. 

.  Beveladores — esclayizadores!  patriarcaa  de  siervos  ìmbéci- 
les^  fnndadorea  de  todos  los  ódios  y  de  todas  las  tinieblas,  de 
todas  las  castns,  de  todos  los  egoismos,  de  todas  Ins  cobnrdias, 
de  todas  las  corrupciones  7  mentiras,  A  medida  que  snba  el 
crepùscolo  7  aumente  la  esfera  de  sa  influencìa,  la  razon,  vues- 
troA  nombres  con  vuestras  religiones,*  sacerdoeios  v  templos, 
Tendràn  à  ser  el  grande  holocausto  al  Beyelador  eterno,  cnjo 
nombre  calumniàbais. 


m. 


T  las  dìficnltades  aumentansi  é  lahistoria  7  à  la  critica,  pedis 
la  autoridad  que  debe  exìjirse  à teda historia  6  tradiiion. 

Afirmais  talea  hechos,  por   que  asl  los  espuso  Moisés  en  un 
libro  esento  en  una  lengua  bàrbara,  no  se  sabe  cuando,  ni  en 
^  donde,  sin  que  hàdie  pueda  garantiros  ni  la  legitimidad  de  la 

le7endayni)a  autenticidad  de  esos  autores,  ni  los  trabfgos  pos- 
teriores  de  los  sacerdoeios,  para  traducir,  cercenar,  aument^tr 
interpolar,  falsificar  7  atribuir  à  otros  Io  que  no  les  pertencce. 

Bien  sé  que  dicen  los  catòlicos  :  eso  es  negar  toda  historia. 
^  l  Por  qoé  no  hemos  de  creer  qne  G^ro^Alejandro,  Cesar  y  Neron 

han  existido  ? 
^  En  efecto  :  creemos  en  los  historiadores,  en  sus  hechos,  en 

los  personajes. 

iPor  qué  no  creis  &  Moisés?  por  qné  negais  la  autenticidad  de 
fos  lìbros  ? 

FAcil  es  contestar  :  Creemos  en  los  historiadores,  ìncIusiTe 
Moisés  7  el  padre  Loriqueti  (a)  pero  no  A  ojos  cerrados.  Asi 
mando  Tito  Lirio  6  Plutarco  me  digan  que  Bómulo  desapare* 

(a)  Gléri^  qne  se  ha  heeho  célèbre  7  tinóhimo  su  nombre  de  mentirà,  qae 
cscribió  una  htHorì»  borbònica  en  Bèlgica,  citàndose  corno  mnesti^a  de  la  obra 
la  afirmacion  qne  bacia  de  qae  T^apoleon  era  general  de  loe  Borbones. 


ci5  éììiiMtéttipésUA  jPtó  hirèVntVIh  ^  elélo,  qie  dastop^f 
Pòfui  apfaifèciéròfi  À'èàbklfò  fiù^^iavévlfÉio  pitrà  dar  ùoticia  41» 
tina  girati  vlòtdTÌd  del  '  ptrébìò  BtMdna  ^  MtààflR  Qil'nrto'-CiiroNl 
tte  ààeg:ùre  con  èl  téìétìindtifO' del  èjército,  ^e  èirlabirtalla  de 
Arbelas,  vino  nn  agnila  à  cernirse  sobre  la  cabota  de  Alejandro 
dùHànCe  el  etitreverò  ;  '  sliin^e  fodc^  lo9  biètòrìàdore^  me  digan, 
cuenten  y  escriban  7  apeien  al  testimonio  de  las  turbas  presen-^ 
tes  qne  «  Vespasiano,  bèjo  la  ìttópiràciOQ  del  dìos  Serapis, 
»  Tòlvió  la  vi^a  à  mia  mbjer  degà  con  uh  poco  >de  garliva)  » 
creis,  cafófìcos  qne  detbeilìòs  créer  a  la  letica  èsaa  AfirmacSonès  ì 
TJo,  me  direis— ^Y  entònées  ^por  qité  qnereis  qne  crea  jr  tfit  no 
jùrgùe  dèi  mlsmo  modo  las  histof'las  atrìboidas  à  Moiaés  j  com^ 
;ptftìia  ? 
•Ì(*orqne  losnnos  tnieriteù  j  lòs  (rti-os  ifó. 

Y  quién  me  asegnra  qne  no  miente  Moìééfi? 

Y  no  teneis  contestacion.  Torqne  todo  lo  qne  digais  para 
probar  qne  Moisés  debe  ser  creido,  se  aplica  eiactamenle  6 
Brahma,  à  Budha,  6  Zoroastrò,'  à'  Moisés  7  Tito  Livio. 

El  testimonio  de  las  turbas,  ni  de  nadie,  es  testimonio,  para 
là  éxi^tèdciii  de  beebos/èùàtt^ò  iesos'hecbos  son  contrarios'àlas 
le  ves  natura  fès. 

No  bay  que  olvidàr  la  iiiflhètleid  de  là  inid^ifìaoiòn  li  el  falso 
testimonio  de  nuestfpssètitidos  en  toflbs'los  étiftéft  ({ùela  razòii 
no  rectiGca.  Ha  habido  y  bay  fsuttrsihagòriàs  que  la  imaghia^ 
cion  convierte  en  reàlldades.  iQuè  mayor  fhtitcìsitiagoria  y  qué 
mejorejeniplo  de  abdurdo,  de  tiittagró,  en  una  [l^afabra,  qne  lA 
diaria  evcrtuciori  del  Sòl  ai  redfettor  de  la  tièrfa  ?'  tmjrpihad  |<CMf 
nn  momehio  que  con  ^ueitra  ISfBKa,  y  con  todos  los  historiado- 
res  y  cbn  el  tesli'mòiiio  de''ioda  là  Biimonldad,  fttérels  à  probtor 
à  los  habitantes  del  Sol, que  la  tierra  es  el  astro  idifitóil^  centro 
de  ia  revóluciori  déì  sistema  planetario'  6  èèl^lfiHo.  '  Voè  micÉno 
sin  abrir  los  làbios  arrojarlais  al  abismo  ese  fèdtilhioilio'  tau 
autorizado  de  la  ignorancia  hùtrtiana,  ài  cdntcmiilàr  tatì  SoTaVel 
e/spectàcnlo  8ul|^ime  de  to.dos  los  planetas  girando  al  f^bdl^r 

del  Sol.  ^  .  , 

lieimi^momoàiJen  htstorìa.  fes  bébetiarfo,  Jirimèrb:  sàbèt 
si  los  hechoi  son  [^(Ailiiei,'  pól^qdè  '  «ì^  Sód'  ftfll)d8!Kfes,  htt'fta 
daréis  vtfesfe'a  àcmiiesceiièiaeualeapiiera  qua  scala  autofidad 
dei  testimonio,  ó  del  lifetòHaflòr,  y  8«&««*<J»' j*^/'^  ^®  "^^ 
de  imaginacion,  la  parte  que  toma  la  disposfciòii   ilfel  àtìfiriò 


d%  4a|i'  eiip0(^El0i«m  ^I;  poileii  del  ^ngMov  Id  isipaiftitra.  Etto 
porrla  411^  hHpe^ql'foododis  la-coestioo. 
Ed  caantoó  la  forma,  cuàntas  dificaU^cles  do  siQ  presénUmi 
l^ra  en  prlmera  Ijoea  1a  ouostioa  filológicli.  YDdojtroB  crei^ 
por  tradaccion^s,  7.  basta  boy  ae  disputa  sobre  la  siguifix^c^ 
cioné  interpretacìon  deana  palabra.  Para  el  racioaalista  poca 
importa  que  Moisés  diga  crear,  óproducir^  ó  hacer^  ó  formar  j  li 
organnar  ó  emanar^  ó  construir^  H  ordenar  al  empleor  la  pala* 
bra  hebrea  bara^  porque  el  problema  de  Io  que  se  llama  crea'^ 
don  uose  resuelveconuna  palabra,  con  una  afirmacion; — y  he 
ahf  la  primera  diGcultad  al  empezur  el  Génesis.  Seguodo  Tersi- 
culo:  «y  el  espirilu  de  Dios  era  lievado  sobre  ias  aguas»  (Scio) 
«se  cernia  sobre  Ins aguas  (Gahen).  No  seììores.  noes  eso.  Et 
espirìtu  quiere  decir  espiritus^  sopìo^  viento^  j  divino  ó  de 
Dios,  quiere  decir  en  hebreo,  lo  mas  fuerte.  Asi  la  frase  tau 
pomposamente  falsa  de  que  el  espfritu  de  Dios  era  lievado,  corno 
si  pudiese  scr  lievado  y  desprendido  de  Dios  su  propio  espi- 
rìtu^ no  quiere  decir  otra  cosa,  sino  que  en  los  dias  del  ulti* 
mode  los  cataclismos  porque  ha  pasado  nuastro  pianeta,  so^ 
plaba  un  huracan.  Cosa  muynitural  en  medio  de  aquella  vio* 
lenta  transformacion  de  temperatura.  Cahen,  el  trnductor  Israe- 
lita de  la  Biblia  en  nuestros  diasnos  dice  lo  siu^uiente:  «En  he- 
x>  breo,  losnombres  que  designnn  una  cosa  grande,  superiore» 
»  su  gènero,  se  ponen  en  el  plural.  que  los  gramuticos  llamaa 
i>  pluralis  excelìentiae.    Dios  considerado   corno  la  coleccion  de 

»  todas  Ias  fuerzìs,  el  todo-Poderoso 

«En  sentido  propio,  se  podra  ver  aquf  un  viento  violento;  se- 
»  ria  el  tercer  elemento,   que  en  razon  de   su   levedad,  estabft 
»  sobre  los  otros  dos,la  tierra  7  el  agua. ....  .Se  sabe  que  ea 

»  hebreo  la  palabra  (de  Dios,  ó  divina)  sirve  de  ampliflcacion. 
»  Asi  se  dic«i  [  Sam.  14,  15,  una  ansiedad  divina,  Psalmos>  36,7 
»  montaiias  divinas.  Génesis,  6,2,  hijos  divinos^  para  expresar 
»  una  grande  ansiedad,  montafias  elevadas,  hombresmuy  gran- 
»  des.  La  naiabra  hebrea  (la  pnlabra  que  se  ha  traducido  por 
»  espfritu  ósoplo  divino)  significarla  pues  un  viento  vioìentOyXm 
»  gran  viento.    Es  la  opinion  de  Oukelosy  de  Abem-Esra  »  (a) 


(I)    La  Biblea,  traduction   noavelle,  avec  Thébreu  en    regard,  acooropsK 

fné  des  points-voyelles  et    des  accents    toniques, por   S.  Cahe-Geaesis 

pag..i,2,  d;  la  segunda edicion.    Paris  1845. 


Los  ejemplos  pnedén  mnltiplicarfte  basta  el  fastidio^  pero  no 
hacemos  criticai  filològica,  j  poco  nos  imporla  Io  qae  qaiera  de- 
cir  én  hebreo  tal  palabra. 

La  autenticidad  de  los  escritoreses  otro  de  los  grayisinfo  s 
pnntos  qoe  tambien  tiene  que  esclarecer  el  creyente. 


AEGimEMTACION  GA«ÓUCA-EL  t^ÒÙVUL  DB  LA 
ENCAB2VAGION 


(  EL  PADRE  VENTURA.  ) 

(  INEDITO.) 

Efttre  los  modernos  apologistas  del  catolicismo,  el  Padre 
Veatura  pasa  por  el  mas  fuerte.  Su  ciencia  es  vasta  sin  prò- 
fdDdidad.  Dicen  sus  partidarios  que  es  un  gènio,  una  cabeza 
privOegiada:  «La  Enciclopedia  y  la  Suma  son  las  menores 
»  obras  que  sabe  de  memoria,  corno  un  buen  cristiano  sabe  la 
)>  sellai  de  la  cniz.  »    Es  estupendo  I 

Para  corroborar  laautoridad  del  personaje,  he  aqui  el  juicio 
infàliòle  de  Gregorio  XVI.  '  Preguntado  cual  era  el  primer  sàr 
biodo  Roma:  «  El  Padre  Ventura,  respondió.  Tenemos  sin 
»  duda,  teólogos,  apologistas  de  la  religion,  filósofos,  publicis- 
»  tas,  oradores  7  literatos,  muy  distinguidos;  pero  ùnicamente 
»  él  Padre  Ventura  renne  olmismolierapoy  por  sisolo  todoesto.» 

Berryer,  el  legitimista  francés,  tenido  por  el  primer  orador 
entre  sus  compatriotas,  esclamaba  despues  de  haberlo  oido  : 
«  Yo  he  oido  ù  San  Pablo  hablando  en  el  Areopago,  y  conmo- 
»  Tieado  con  su  acento  de  extrangero  todos  los  espirìtus,  y 
»  todos  los  corazones.  » — Montalembert,  otro  célèbre  campeon 
mondrqnico  del  catolicismo  decia  tambien  :  .«  Es  admirable! 
yo  no  be  oido  jamésnad»  mas  bello  en  nncstro  idioma  !  » 

Es  pnesel  mas  poderoso,  y  el  mas  autorizado  campoondel 
<ìatolicismo  en  nuestros  dias. — Y  comò  él  reasumetoda  la  argu-^- 
mentacion  católica,  y  cita  sus  mas  poderosos  argumentoi,  te- 
nemos pues  en  el  Padre  Ventura  1»  cabeza  de  la  hydra. 

Gariosfsimo  estudio  es  el  (!e  estos  pseudo-profetas.  de  la  ca-i 
duca  fé.  de  la  reyelaeion!  iQue  audacia  para  caminar  sabre 
el  àbsurdql— (Quefé  subirne  enla  torpeza  del  genero  hutìaano  I, 
Que  cinismo  para  ocuhrtr  la  razoo  6  el  argumento  radicai  del 
adyersariol-  Qué  odio  centra  la  filosofia,  cuando  intentan  ellos 

8 


—  106  — 

mismos  filosofar! — Qae  astacia  pora  deslizarse  con  paso  de  zor- 
ro  sobre  las  insaperables  contradiccioaeSi  ó  dificalades  inYenci* 
bles  que  presenta  la  afirmacion  católica  I 

Yamos  d  tornar  del  Padre  Ventura  la  defeasa  qae  intenta  de 
la  mas  grande  de  las  dificultades  metaficas:  la  Encamaeion. 
Y  siendo  la  encarnacion,  la  base,  el  principio,  la  fuerza  del  ca- 
tolicismo, demostrada  su  imposibilidad  ci  problema  de  esa  reli- 
gion  queda  resuelto. 

No  pregno teis  enque'se  apoya  esa  afirmacion.  ^Por  qué 
creen  en  ella  ?  ^  Green  en  ella  porque  dicen  qne  fué  revelada. 
^Quién  dice  que  fué  rerelada?  D.  Fulano  A.  con  SutanoB., 
Ho.'sés  el  degollador,  David  el  asesioo,  Salomon  el  corrompido; 
7  ademas  la  serie  de  prófetas  que  en  tono  tremebando  aouncia- 
bau  las  revelaciones  de  Dios.  Y  ese  pueblo  Judio,  el  elegido^ 
el  privilegiado,  el  encai^ado  de  la  palabra  de  Dios,  ha  sido  el 
mas  triste,  el  mas  iracundo,  el  mas  odiado,  el  mas  pisoteado 
de  los  pueblos  de  la  tierra.  Qne  diferencia  con  la  Persia  de 
Zoroastro,  con  la  Grecia  de  las  Termópilas,  con  la  Aoma  de  la 
Bepùblica  I 

Pues  bien!  Se  cree  enla  revelacion,  porque  asl  lo  dijeron 
unos  hombres.  Y  entonces,  ^qué  razou  tienen  los  'católi- 
cos  para  no  admitir  la  fé  de  Budha  Ò  de  Mahoma?  Ko  tienen 
una  sola  razon,  un  solo  argomento  que  no  empleen  ó  hayan 
empleado  los  sectarios  de  las  revelaciones  para  hacer  admitir 
sus  visiones  ómentiras.  El  mismo  dogma  de  la  encarnaciou 
del  verbo  en  una  virgen,  es  de  origen  indiano  de  muchos  si- 
glos  anterior  à  fa  fabricacion  católica. 

£1  ^Ventura  que  no  debe  ignorarla  lògica  de  Aristóteles,  co- 
mete à  cada  paso  el  sofisma  de  dar  por  cierto  6  probado  Io  que 
aun  irata  de  probarse.,  Es  el  cireulo  vicioso  ó  petieion  de  principiai» 

^Gómo  empieza  su  demostracion?  Afirmando  lo  que  va  A 
probar.  «  Dios  quiso  hacer  ver  que  nae^a  es  mposible  à  la  ener- 
gia de  su  palabra.  i» 

{Que  tal  introduccion  para  preparar  el  camino  à  todos  los 
absurdosl  ^Quién  selodijo?  Nadio,  ùotro  hombre  ó  un  li- 
bro. Y  por  que  otro  hombre  se  lo  dijo,  nos  viene  el  católico  A 
decir  que  està  en  las  determinaciones  del  Etemo?  ^Gómo  pue- 
de  probar  ese  hombre  que  Dios  quiso  7^No  lo  puede,  sino  afir- 
mando. pe'*o  afirmandolo  absurdo,  7  sin  probar,  es  de  todo  men- 
tiroso  &  farsante* 


—  107  — 

Pero  68  mas  faerté  loda  via  lo  qaeimponeii  d  Dios  éstos  cere* 
bros  católicos.  «  Para  Dios  nada  es  imposible.  »  Haj  tantos 
imposibles  para  Dios  qae  solo  ìoteligencias  qae  bau  abdicado  sa 
pureza  paeden  negar  qoe  haj  imposibles  para  Dios.  Seflalemos 
alganos: 

Es  imposible  A  Dios  yolver  nada  à  la  nada. 

Es  imposible  d  Dios  crear  de  la  nada. 

Es  imposible  &  Dios  alterar  las  lejes  matemàticas. 

Es  imposible  A  Dios  alterar  las  leyes  de  los  seres. 

Es  imposible  ù,  Dios  contradecirse,  correjirse,  arrepentirse, 
initarse. 

Es  imposible  ^ù,  Dios  alterar  las  le jes  de  la  josticia. 

Es  imposible  à  Dios  liacer  que  Io  bueno,  sea  malo,  lo  bello 
feo,  lo  virtuoso  criminal. — Es  imposible  à  Dios  que  el  finito 
contenga  al  Infinito.  Beconocen  estos  axiomas  los  católicos  ? — 
Si  lo  reconocen,  el  milagro,  el  imposible  posìble,  el  absurdo, 
no  existen,  y  reniegan  con  razon  de  su  creencia  fundamental. 
^No  los  reconocen? — Entonces  se  declaran  fuera  delaley  de  la 
razon  y  comptemptores  del  sor  Infinito,  cuya  inmutabilidaddes- 
trnyen. 

Yéase  pnes  la  Ha  ve  falsa  con  que  el  Padre  Ventura  quiere, 
abrir  la  discnsion,  estableciendo  que  <c  nada  hay  imposible  para 
«  Dios.  )i  Es  la  astucia  del  jesuita  transportada  à  las  cosas 
etemas.  Pero  lo  detenemos  en  su  falsa  premisa,  y  ningun  ca- 
tólico  negare  la  yerdad  de  lo  que  afirmamos,  tornando  ejemplos 
de  su  propia  religion. 

El  católico  reconocela  trinidad,  tres  personas.  ^Puede  el 
Padre  segunellos  destruir,  negar,  ó  no  manifestar  al  Hijo?  No 
puede.  Luogo  hay  imposible  para  Dios.  i  Puede  el  Espiritu  Santo 
dedarar  al  Padrs  caduco  en  su  reinado  ?  No  puede.  Luogo 
hay  imposible  para  Dios.  ^  Puede  Dios  hacer  que  no  hay  a  sido 
lo  que  fné? — No  puede.    Luogo  hay  imposible  para  Dios. 

Asf,  l'ues,  ni  los  mismos  católicos  no  pueden  admitir  que  no 
hay  imposible  para  Dios. — ^Gnàl  es  entonces  la  ìntencion  del  Pa- 
dre Ventura  al  arrojar  esa  proposicion  temeraria? — Héla  aquE: 

Como  se  trata  de  afirmar  un  absurdo^  corno  se  procura  hacer 
de  Dios  un  manequf  al  arbitrio  de  los  teólogos,  corno  se  quiere 
afirmar  la  mas  estupenda  de  las  mentiras,  es  necesario  des^ui- 
ciarlosfutidamentos  eternosdela  razon  ydel  raciociaio.  Y 
comò  una  de  las  nociones  fùndamentalesde  la  razon  es  que  una 


—  108  — 

cosa  no  pueda  ser  y  ser  al  raisrao  tiempo,  que  el  imposible  me- 
tafisico es  «ternamente  imposible,  que  d'in fmilo  no  paedé  se? 
finito;' ^e  la  eterniilad  no  puedé  ser  un  dia,  ni  la  inmérisidad 
unHtotno;  y  corno  estAs  nocioaes,  cìaras,  eviderites,  incontrover-" 
tiWes,  bacen  imposible  el  dogma  católico  de  la  encarnaciori,  era 
pues  necesario  empezar  por  negarlas,  y  nada  mas  que  negarlas 
sin  demosV*acion,  para  fiicilitar  el  camino  al  imposible. 

Refutada  la  falsa  preraisa  y  descubierta  la  argucia  del  jesuita, 
Yamos  à  examinar  dìrcctamente  el  problema  de  la  encarnacion. 

La  encarnacion  es  un  imposible,  un  imposible  metafisico. 
Pero  ademàs  de  ser  un  imposible  a  ;?rior/,  es  imposible  probarlo 
a  posteriori. — En  efecto:  Supongamos  que  fuese  posible.  Como 
seprobaria  que  Dios,  el  Eterno,  el  Infinito  ha  cstado  encarnado 
enunhombrc? — He  aqui  que  con  toda  conciencia  digo  que  es 
imposible  demostrarlo. — Si  un  horabre,  mil,  millones,  dicen  tal 
hombre  es  Dios,  ^cómo  lo  prneban?  No  pueden.  Y  està  im- 
potencia  es  una  de  las  circunstancias  que  no  creo'  haya  sido  ob- 
servada,  comò  voy  A  demostrarlo. 

— Jesus  es  Dios,  dice  uno,  Fedro  por  ejemplo. 

" — iEntonces  viendo  A  Jesns  Vd.  vió  à  Dios? 

— Qué  contestaria  Fedro?  Si  dice  que  vicndo  A  Jesus  vió  à 
Dips,  el  mismo  Jesus  lo  refuta,  diciendo  que  al  Padre  nadie  Io 
ha  visto. 

Pero  supongamos  que  Jesus  no  lo  refute.  ^De  qué  modo  me 
convenceria  Fedro  que  viendo  A  Jesus  ve  à  Dios,  ó  que  Jesus 
es  Dibs?  He  aqui  el  apuro,-7-Vd.  mi  bùen  Fedro  ve  à  un  hom- 
bre que  se  Uama  Jesus^  ^cómo  quiere  Vd.  que  vea  en  él.  ài 
Ser-Supremo? — Pòrque  lo  veb  !— pero  jo  no  lo  veo. — Porque 
hace  mìlagros  !  pero  esos  mismòs  milagros  los  han  lìecho  otros 
hombres  segun  vosotros.— Poìrsu  moraU  péro  bay  h'ombres  que 
hanrpredicado  una  mora!' mas  sublime. — Por  las  profècias.~Ko 
hay  bna  que  diga  qae  Dios  es  Jesus.  'Vaud  que  hubiese.  Qué 
sonlasprofecfas?palabras  de  entbsiastas,  de'mfsticos  ó  dèlocòs. 
Pei^  qùiero  conceder  que  lasprofecfas  declaràseù  termihtinte- 
menté  qiiè  Dios  ibà  à  encaroarse  en  Jé^ns.  De  que  modo  viendo  . 
d  J6Btts,  qùe  es  un  hombre^  quèreisiqu^  ted  A  Dios  él  Eterno, 
en  lios  ojos,  narit,  en  la  mente  ó  én  Ib  palabra  de  Jesus?  Im-' 
posible.  Nò  Sé  puede  hacer  ver  en  Jesiils  sino  é  Jesu£(,  ver  à 
Dios'.^  él  es  asunto  de  1a  imaginaciòn  del  que^ùiere  ^erló  que 
le  dicen:  Aqnl  el  problema  dejenera  én  alticifaacioin'de  sectarfos. 


-  -  (il  — 

—  109  — 

No  se  puede  pùes  probar  d  priori  ni  à  posteriori  di  imsterio  ile 
laencaraacioa.  ^  y(  priori  se; necesita  abdicar  la  razon  ante  el 
absurdo.     A  posteriori  €;$  j^mposible:  mostrarlo,  demostrarlo,  pro- 

.  bario. 

•  ...     I  , 

,    .  iQaé  dice €t  P..YetiturQ,  què  dice  el  cortcjo    de   los  Santos- 
;  Padres- para  probar la.encarnacion?    JamAs  he  rccibido    chasco 

•  .mas  grande,  enmi^  qstudias.     ^Quereiscreerlectores  uiios  qu^  el 

gran  Son-Agustin,  el  gran  Atanacio^  el  sabio  Petavio,  Pàblo, 
.Santo  Tojiicìs,l0R,Gregorìos  y  ios  Leones  v  ios  ctc.  del  catolicis- 
mo extractados,  comenlados,  por  el  Padre  Ventura  con.su  incon- 
w^/j5Mra6/(?  ciencia  no  presentati  por  arguraeuto  sino  dos  analo- 
gias  j  un  absurdo    metafisico   que  tambien  haremos  .  ver?    Lo 

,  que  cstocat  de  cerca  los  fantasmas!  quién  no  cree  que    esc  in- 

-  m^nsQ  f  irrigo  de  la  teologia. católica    y    de  su  jcrga  escolàstica 
que  à  sus  anchas  doipinandoen  el  mundo  católico  y  dis^iplinan- 
I  ,  dolas.intcligoncias  pqraladefensa  de  su  fé  hubiese   producido 

.un  raqnuniento  digno  de  la  veneracion  de  las  cdades,  por  la 
fuerza  de  la  argumentacion,  la  originalidad  de  las  ideas,  ó  la 
aglomeracion-de  tanta  inteligencia  sumerjida  para  fecundizar  el 

.àrbol  del  catolicismo?  Un  diàlogo  de  Platon,  un  libro  de  Aristó- 
teles,  en  quienestodos  esospadres  aprendian,Yale  mas  quo  todo 
San  Agustin  y  compania. 
*C  Tomaron  de  Platon  el  idealismo,  el    Logos^    la    espiritualidMd 

para  pervertir  csas  ideas  subliracs^  materializando,  para  sus  fi- 
nes,  lo  qiieenel  sabio  era.eterno,   ilniversaly    necesario.    Tal 

.  es  la  doctrina  del  verbo  de  Juan,  el  mas  atrevido  de  los   impos- 
tores  apostólicos. 
'  Volvamos  A  la  argumentacion  dèi  Padre  Ventura. 

Una  analogia,  una  comparacion,  un  similis,  sobre  cuya  exac- 
titud  habinremos,  bs  el  grande  argumcnto  que  emplea  el  Padre 
.Ventura  apojiado  en  San  Agustin,  Theodoreto,  en  San  Atanasip, 
en  San  Epifanio,  en  Vicente  de  Lerius,  en  Santo  Tomàs, 
en  San  Anselmo.     Es  decir  quo  el  argomento  de  la    Iglesla  Ca- 

'  tólica  para  demostrar  la  encarnacion,  es  una  analogia  que  ella  in- 
denta. •  • 

Esa  analogia  que  ella  inventa,  consiste  en  asimilar  la  union 
del  alma  y  delcuerpodel  hombre,    que    forman  una  persona, 

*  con  la  union  de  là  divinidad  y  de  la  humanidad  en    Jesu-Cristo 
'  ijcìeforman,  dict  tambieo.  una  persona.  •  He  ahi,  hombres,  seres 


—  Ilo  — 

raciooales,  la  razoa  qne  se  os  presenta  para  qae  creala  en  elmaa 
eatapendo  deloa  absurdos. 

ObsefYemos  antes  deaoalizar  el  argumeato,  el  sofisma  de  la 
Iglesia.  Trata  de  probar,  lo  queella  mìsma  I^ama  unmisterio  / 
para  probarlo,  Io  dà  por  probado:  osi  corno  el  alma  y  el  cuerpo. 
osi  la  humanidad  y  la  divinidad  estan  unidas.  I^ero  si  qaisierai 
probar,  santfsimos  doctores  7  respetabilismos  teó  logos,  que  el 
ftaego  està  unido  al  agua  7  forma  un  cuerpo,  110  reis  que  pò- 
drian  decir  :  a$i  corno  el  alma  està  unida  al  organismo  7  for- 
man  una  persona,  ai^el  fuego  està  unido  al  agua  7  forman  un 
cuerpo. 

El  raciocinio  es  el  mismo.  lodo  absurdo,  todo  imposible  se 
pueden  probar  de  esa  manera. 

^Y  en  qué  lògica  habeis  aprendido,  que  una  analogia;  que  es 
una  semejauza,  que  es  aqui  una  comparacion,  sea  una  razon  ra- 
dicai? ^  ^No  sabeis  que  en  todolo  esistente  ha7  analogias,  que 
pueden  prodpcir,  comparaciones  mas  ó  menos  felices,  7  que  es 
uno  de  los  atributos  del  genio  poètico? — ^Qué  diriais  del  qne 
para  sostener  la  mooarquìa  dijera:  No  ha7  sino  un  sol  en  el 
sistema  planetario;  ó  noha7  sino  una  cabeza  en  el  hombre? — Son 
esas  razonesparaconvencer  à  hombres,  ó  para  embaucar  à  im- 
béciles? — Comparacion  no  es  razon^  se  aprende  en  la  escuela. 
Comparacion  puede  ser  ilmstracion,  aclaracion,  pero  jamàs  ra- 
zon. 

La  Iglesia  pues  caduca  desde  su  primer  argomento,  presen- 
tando corno  razon,  una  comparacion. 

Suponiendo  qne  la  comparacion  fnese  exacta,  cosa  que  no  pue- 
de  ser,  no  seria  razon. 

La  comparacion  no  es  exacta  porque  no  se  conocen  los  térmi- 
nos  comparados,  sino  las  hipótesis  comparadas. 

En  la  comparacion  de  la  Iglesia  los  dos  términos  comparados 
son  el  primero:  el  alma  7  el  cuerpo;  el  segundo  la  divinidad  7 
la  humanidad  unidas. 

Supongamos  que  seconozca  el  primero.  Pero  el  segundo  no 
se  conoce,  el  segundo  se  afirma,  se  hipotetiza  ó  supone,  no  se 
prueba,  7  se  pretende  iluminarcon  el  reflejo  del  primero.  Guan- 
do  digo:  el  grande  hombre  moribundo,  es  el  sol  en  occidente, 
aqui  conocese  lo  que  es  el  grande  hombre  7  el  sol  en  occidente 
7  la  union,  ó  comparacion  de  ambas  situaciones  constitu7e  la 
belleza  de  la  imàgen,  p^ro  no  la  argumentacion  para  probar  que 


^  111  — 

el  sol  sea  un  grande  hombre,  6  qne  el  grande  homBre  aea  el 
sol. 

Yeainos  otto  ejemplo:  Todo  cnerpo  Bota  si  es  mas  ligero  que 
ìgnal  Yolùmen  de  agua. — Se  descabre  dcspues  que  el  aire  es 
pesado; — se  descubren  despnes  gases  mas  ligeros  que  el  aire  j 
la  ìnteligencia,  en  virtud  del  principio  de  indaccion  paede  de- 
cir:  asi  corno  flota  la  madera  por  ser  mas  ligera  que  ig.ial  yoIù- 
men  de  agua>  asi  debe  flotar  un  globo  lleno  de  gas  cujo  yoIù- 
men  sea  mas  ligero  que  igual  Tolùmen  de  aire,  Aqui  bay  dos 
términos>  bay  analogia,  bay  comparacion  y  bay  raciocinio  y 
prueba.  Peroporqué?— p<n*pue  se  conocenperfectamente  los 
términos,  cucrpo  y  agua,  aire  y  gas.  Y  lo  que  es  ley  para  el 
primer  termino  puede  y  debe  ser  ley  para  el  segando,  porque 
ambos  becbos  se  apoyan  en  la  identidad  é  inmutabilidad  de  las 
leyesdela  naturateza,  porque  ambos  becbos  se  apoyan  ó  son 
dominados  por  la  gran  ley  de  la  gravedad  que  se  ejerce  enpro- 
^  porcìondela  distancia,  deltamaflo,  de    la  densidad,  del   movi- 

miento  de  los  cuerpos  etc. 

Becbazada  la  comparacion  comò  argumento,  comò  razon,    la 
yamos  ahora  a  exuminaren  si  misma,  para  demostrar  los   grò- 
ceros  errores  de  la  Iglesia  Gatólica. 
Dice  el  P.  Ventura:  «Qué  es  el  bombre?    Es   un  espfritu  uni- 

^  a  do  al  cuerpo;  es  el  espiritu  becbo  cnerpo,   babitante    en    el 

^^  «  cuerpo,  encarnado   en   alguna    manera   en    el    cuerpo;  en 

la  plenitud  de  sus  facultades.  iQué  dificultad  bay  pues .  en 
«  admitir  que  Jesu-Cristo  es  el  Dios  unido  al  bombre,  el  verbo 
a  encaruado  en  el  bombre:  el  verbo  hecbo  bombre;  verbum   (^aro 

I  <c  factum  est:  habitando  en  el  bombre  corpulento,  en  la  plenitud 

<K  de  su  divinidad»?  No  es  nada  esto.  El  P.  Yentura    reconoce 

f  comò  lo  bare  ver  mas  adelante,  que  es  el  misterio  mas  incom- 

prensible,  el  que  mas  humilla  su  razon,  este  misterio  do  la  en- 
carnacion.  Yapenasempìezaàraciocinar  el  jesuita  dice:  que  di- 
ficultad hay  en  admitir  que  Jesus-Cristo  es  Dios  unido  al  hom- 
bre?» 

Pero  sireconoces,óaglomerador  defrasesque  es  el  mas  in^^ 
comprensible  de  los  misterios,  ^cdmo  te  atreves  àdecir>  qué  difi- 
cultad hay  en  admitir,  ete.7 

Y  la  .dificultad  estan  grande  que  arrastr a  al  catolicismo  d  sa 
tamba. 


.^m2 — 

r    /  0  se  figurati  edtosf  QeD-católiCo^v<|^s^^(>Q'eB^^verdie  estaptdez 
aparente  sobre  las  dificultades  del  absurdo,  salvan  las  dificulWAes. 

.  .    ^n  efecto.  Nad a  mas. facil,,  lùma^ còmodo para.probar  la  que 
se  quìera  en  todo  ramo.  '   ,  .   •  • 

.  Kóraula  fuéarrebntado  al  cielo  por  una  tem^estad.  Qaé  difi- 
cultad  haj  cn  creerlo?  Los  huesos  de  Eliseo  resuscitan-  muer- 
tos.  Qué  dificultad  bay  en  creerlo?  Hubo  ceutauros.  Y  por  qué 
no?— El  Pegaso,  v  ci  U\ pógrifo  han  galopado  sobre  el  mundo.  Y 
por  qué  no?  La  redoma  de  S.  Genaro  presenta  anualmente  .  el 
milagro  de  la  liquefnccion  de  la  sangre.  ^Cómo  dudar? 
•    Pero  elargumerilo  terminante  para  los  católicas  :seria  ci  que 

.  ics  hicicscn  los  JJudliistas.  «Qué  esci  hombré?   cs  un  csplritu 

«  uuido  al  cuerpo ^Qué  dificultad  .bay    pues   en  admitir 

«  queBudha  eselDiosunido  al  bombre,  el  verbo  cncarnado  en 
«  elhombre,  ci  verbo  hechobombre?». .. . 

Y  no  ticnen  todos  loa  catóUcos  juntos  j  congregados  que  rjBs- 
pender  q1  Budbista. 

Y  obsérvcse  que  la  encarnacion  de  Budha  en  una  vlrgen  es 
anterior  de  mil  aflos  à  la  encarnacion  de  Jesus  en  una  virgen 
casada. 

Y  comò  no  bay  mas  argumento  que  la  comp^racion  del  alma 
y  el  cuerpo  unidos,  sigamos  al  P.  Ventura  con  cada  uno  de  los 
Santos  Padrcsque  llama  en  su  auxilio. 

San  Atanasio  dice- que  nò   bay   dificultad   en  admitir  (Jue  en 
Jesu-Cristo  estati  unidas  la  divinidad  y  lahumanidad  asi    corno 
el  almayel  cuerpo.  ^iSìcut  anima  rationalis  et  carounus  esthomo^ 
ita  Deus  et  homo  unus  est  Crisius.n^ 
•Vicentede  Lerius,  dice  lo  mismo  exactamente. 

Santo  Tomàs  dice  que  la  naturaleza  t^  asumida'^ov  Dios;  y 
«  el  alma  y  el  cuerpo  asumidos  en  està  forma  se  convierten  én 
<c  alguna  manera  (quodam  modo)  cn  alma  y  cuerpo  de  Dios,  (y 
«  viene  la  comparacion)  comò  en  elhombre  las  partes  del  cuerpo 
«  se  convierten  en  aìgnna  manera  en  mìerabros  del  alma». 

El  asumida  dt3  Santo  TomAsno  es  sino  una  variante  de  encar- 
nada.  Pero  este  Santo  fué  mas  consecuente,  pues  hizo  qùe    el 
cuerpo  y  el  alma  humanas   de  Jesus    se  conviertan  ea  almay 
'  cuerpo  de  Dios. 

Aqui  el  absurdo  de  c?/gr;?o  dfe  Z)iò5  es  mas  patente,  pero  siem- 
;  pre  es  elmismo  argumento  de  la  coroparacion  del'almai  y*  cuerpo 
unidos. 


-  113  - 

San  Anselmo  es  mafivoHente.  «En  Jesa-Crìsto  dice,  el  IMos 
«  es  persona,  elhombre  es  persona,  sin  embargo^  .no  haydos 
«  personas  sino  una'zolan. 

Eso,  sin  cìnbargf,  esmagpifico,  y  corre  parejas  con  aquallo  de 
qné  dificultad  bay  cnadmitir  etc. 

Dios  es  persona,  ci  hombre  cs  persona  y  no  son  dos.  Este 
prodijio  de  aritmètica  cs  hecho  especialincnte  para  los  cérebi'os 
católicos. 

Pero  si  Jesus  es  liombrc,  es  pcrsonalidad  bumana. 

SiJesrtscs  Dios,  es  pcrsonalidad  divina.  ^Es  lo  misnio  una 
que  ótra?  No.  Lucerò  son  dos.  Ahora,  un  ser  con  dos  perso - 
nalidadcs  cs  tan  absurdo,  que  hun  tenido  que  negar  que  uno  y« 
uno  sean  dos. 

Y  si  es  persona,  su  pcrsonalidad  es  la  suya  ó  la  de  Dios.  S* 
es  la  suya  entonces  no  es  la  de  Dios,  y  si  es  la  de  Dios  no  bay 
personalidnd  de  Jcsu-Cristo. 

Detodos  modos  si  Dios  es  persona,  toda  pcrsonalidad  es  m- 
divisible.  Si  Jesus  es  persona,  no  puede  ser  Impersona  de  Dios 
sin  que  desapart'zca  la  persona  de  Jesus.  Se  \é  que  el  bùen  An- 
selmo preparaba  la  desaparicion  de  la  persona  de  JesuiS  y  apla- 
naba  el  camino  A  la  teoria  de  los  mytos. 

Es  esto  tini  cierto  que  el  mrsmo  P.  Ventura  empieza  d  Irambo- 
lear  cementando  i\  Anselmo y  aun  ù  correjirlo.  Dice:  «  La na- 
7»  turaleza  buinan:i  eu  Jesu-Cristo  antes  de  baber  sido  asutnida 
)>  por  el  verbo,  no  tuvo  ninguna  existencia,  y  no  existió  en  lai 
»  cosas  de  la  nalu^'aleza..  » 

Esto  quiere  decir  que  Jesus  es  de  etra  naturaleza,  y  aqui  de 
paso  quedan  inutilizadas  la$  genealogias  de  los  EVangelistas  que 
hacen  à  Jesus  dcscendiente  de  Daniel,'  etc. 

Y  continua  el  P.  Ventura;  Fijénse  nuestros  lectores  en  la  éì- 
guiente  algarabia  : 

«  Se  concibe  por  esto  que  la  humanidad  /.  C,  aun  que  no  ièniendo 
»  una  pcrsonalidad  puramente  humana^  (entonces  no  es  hombre) 
»  no  ha  existido  por  decirlo  asG  en  el  aire  ;  no  ha  estado  sin 
»  pcrsonalidad,  sino  qne  no  habiendo  comenzado  ù  subsistir 
»  sino  en  la  persona  del  rerbo,  y  habiendo  tealmenter  eMattido 
»  la  persona  del  verbo  desde  el  pritner  instante,  la  persona rdel 
»  hombre,  el  hombre  ha  tenidO  unaverdadera  persona  tambi<f); 
»  pero  una  persona  divina  (entonces  no  es  la  del  àombr^)rIa 


—  114  — 

»  persona  del  Terbo,  en  la  quo  subsaUan  realmente  las  dos  ra- 

»   TURALEZAS.    » 

En  fin,  este  dice  qne  hày  dos  nalnralezas.  No  ha  tcnido  el 
arrojo  de  Anselmo  de  decir  qae  la  persona  divina,  y  la  persona 
hun^ana,  no  eran  dos,  sino  una,  sin  mas  razon  qne  aqnel  sublime 
Hn  embargo.  El  P.  Ventura  no  ha  podido  violentar  tanto  ù,  Id 
razon;  y  aun  que  subsistian  la  persona  del  hombre  en  la  del  verboi 
afirma  qne  realmente  eran  dos  naturalezas. 

No  oWiden  nuestros  lectores  que  todo  eso  no  son  sino  afirma- 
ciones,  elucubraeiones  de  frailes  para  dar  aspecto  de  posibilidad 
à  una  tésis  absurda.  No  hay  ningun  argumento.  No  bay  sino 
afirmaciones  arbitrarias  y  variantes  sobre  el  mismo  tema.  Co- 
mo si  para  probar  la  existencia  de  los  centanros  empezase  di« 
^iendo:  La  humanidad  enei  cent  avvìo  ^  aun  que  no  temendo  una 
personalidadpuramenfe  humana^  no  ha  existido,  por  decirlo  asi^  en 
el  aire;  no  ha  estado  sin  personalidad  sino  que  no habiendo  comen- 
zado  d  subsistir^  sinoen  la  persona  del  centauro  concebido  eternammr 
Uy  y  hàbiendo  realmente  existido  la  persona  del  centauro  desde  el 
primer  instante y  la  persona  del  hombre y  el  hombre ^  lia  lenido  una 
verdadera  persona  lambien^  pero  una  persona  ceiitaurea,  en  la 
que  subsistian  realmente  las  dos  naturalezas, 

Tel  P.  Ventura,  agregaalparràfoque  haparodiado:  <c  Todo 
»  estoesmuy  profondo^,  es  verdad;  pero  por  lo  mismo  es  tam- 
»  bien  manifiestamente  verdadero.  Porque  sino  fuera  verda- 
»  dero,  y  si  Bios  no  lo  hubiera  revelado^  jamàs  hubiera  inventado  el 
»  hombre  un  misterio  tanprofundo,  » 

Aqui  sorprendemos  infragante  &  la  Iglesia  y  al  P.  Ventura. 
Afirma  que  Dios  revelóese  misterio,  y  que  si  Dios  no  lo  hubies^ 
revelado,  el  hombre  iama^  Io  hubiera  inventado.  '  De  lo  que  se 
deduce,  que  la  revelacion  de  Budha,  anterior  de  mil  afios 
à  la  cristiana  es  la  revelacion  de  Dios,  porque  es  de  alU 
que  Diosse  encama  en  una  vfrgen  para  apareccren  Budha- 
Puede,  pues,  estar  todo  el  Catolicismo  convencido  de  plagio, 
por  las  palabras  mismas  del  P.  Ventura,  y  declarado  el  Budhis- 
mo,  por  boca  Católica,  revelacion  divina.     «Inteligiteh 

Tenemos  aun  que  volver  sobre  las  dos  naturalezas  del  P.  Ven- 
tura.  ^Es  posible  que  se  oculte  à  la  ìntelìgencia  de  un  hombre 
quesabela  Suma  de  memoria,  que  hacer  subsistir  en  Dios  eter- 
namente las  dos  naturalezas,  es  introduclr  la  naturaleza  en  Dios 
ó  Dios  en  la  natnraleza,  y  que  no  es  otra  la  tésis  del  pantheis- 


•^ 


—  115  — 

I 

mo?  Si  la  naturalezahumana  j  la  personalidad  humaiia  de  Je- 
sus han  existido  realmente  desde  el  primer  inste^nte^  j  es'a  natura- 
leza  hamana,  y  esa  personalidad  hutnana  no  stendo  sino  ìvl  per- 
sona diviria  (corno  lo  dice  Yentura),  qué  otra  cosa  afirmais  sino 
la  divinìdad  del  Todo  6  la  Totalidad  divina?— Encarnar  A  Dios 
es  hacer  revestir  d  Dios  deJas  formas  del  finito.  Esto  es  pan- 
theismo.  Dios  encarnàndose  ó  asumiendo  las  formas  bumanas, 
es  piftitheismo  j  pantheis.uo  inconsecuente,  paes  todo  desde  la 
eternidad)  ha  asumido  la  forma  divina  ó  la  forma  divina  ha  asu- 
mido  todas  Ids  naturalezos  6  lavarìedadde  las  existencias.  De- 
cir  7  sin  pruebo  que  es  Dios  j  hombreal  mismo  tiempo,  esdecir, 
que  Dios  es  natura^  naturam  y  natura  naturata  segun  el  lenguaje 
de  Spinoza. 

Desde  el  momento  en  qae  introducis  en  el  Infinito  las  dos  na- 
turalezas>  introducis  la  divinidnd  en  la  naturaleza,  y  la  natura- 
leza  enla  divinidad.   La  consecnencia  es  inevitable.  Y  siplagiàs- 
\  teis  àia  India  en  la  teoria  yen  la  leyenda  de  la  encarnacion^  la 

plagiais  en  sus  consecuencias  teocràticas  y  en  el  establecimien* 
to  de  nuestra  clase  sacerdotal.  Sois  losBudhistas  del  Occidente, 
tan  paganos  los  católicos  corno  los  hijos  de  Brahma. 

Ahora  vamos  &  esaminar  la  comparacion  que  t  Yentura  y  los 
Santos  Padres  ha  servido  de  argumento,  y  notad  que  basta  abo- 
ra es  el  ùnico  argumento.     La  comparacion  es  està.    Si  el  alma 
%  està  unida  al  cuerpo^  quédificultad  hay  en  creer  que  J.  C.  es  el  Dios 

unidoal  hombre? 

Para  que  una  comparacion  sea  exacta,  es  necesario  que  los 
términos  sean  comparables. 

En  primer  lugar,  quedaria  poraveriguar  qué  se  entiende  por 
alma,  y  por  cuerpo.     Si  el  alma  es  una  substancia  finita  y  el 
cuerpo  es  otra  substancia  finita,  qué  dificultad  hay  en  suunfon? 
^  Pero,  se  dice  lo  uno  es  espiritu  y  lo  otro  es  materia.    Falta  sa- 

ber  si  lo  que  se  entiende  por  espiritu  no  es  sino  la  misma  subs- 
tancia en  cierto  estado  de  sublimacion,  asi  corno  la  electricidad 
ó  la  luz  respecto  de  los  otros  cuerpos.  Pero  dejemos  à  un  lado 
està  cuestion  incidental  y  seAalemos  la  incompatibilidad  de  la 
comparacion. 

Cuando  se  habla  de  Dios  d  de  Divinidad  se  babla  del  Infinito. 
Cuando  se  habla  de  humanidad  ó  naturaleza  se  habla  de  finito. 
£1  Infinito  es  indivisible,  esU  eternidad,  la  inmensidad,  la  to- 
talidad absoluta  del  Ser.    Si  el  Infinito  contiene  al  finito,  el  finito 


--i4 


16 


es  divino  y  00^111081311  el  pantheismo.  Si  el  finito  es  incréado, 
es  eterno,  y  ^ntonces  es  divino,  ^i  es  creadó  es  divino,  pucs  .sale 
del  Ser  .fnfihito.  Sì  el  inrinito  se  encarna  en  un  hombre 
óasnme  una  forma  finita,  qstoquiere.  decirqucXodo  aqucUo  en 
quenb  se  ha  encarnn.do,queda, fuep  de  Dios.  fuera  dei  Infinito, 
yèntoncesel  fnfinìto  se  limita.  Io  que  es  aosurdo  porque  deja- 
ria.dc  ser  infinito.  , 

Asi  pues  no  Iiay  analogia  en  los  términos  de  la  comparacion, 
el  alma  es  finita,  el  cuerpo.es  finito.  Pero,  Bios  es  infinito  y 
bacerlo  «sw;w/r forma  finita  es  destrulrlo. 

Y  para  quo  tanto  absurdo  teològico? — Creis  que  es  para  re- 
velar  algo?  *Jesùs  nada  reveló.  ^Para  dar  autoridad  à  su  pa- 
labra?  Eso  es  propio  de  todo  fcursante.  La  verdàd  es  autori- 
dad,  la  verdad.llcva  su  autoridad  consigo.  Y  si  Jesus  traia 
alguna  vcrdad  descubierta  (la  que  no  ha  tenido  lugar)  no  tenia 
necesidad  de  quo  so  plngiase  al  oriente  la  doctriua  de  la  eii- 
carnacion.  Pero  los  dominadores  del  nnui-lo  qticrlLUi  apojar 
suteocracia  en  la  mentirà  de  una  dclugacion  divina  v.  fuc  uece- 
sario  fabricar  un  Bios,  que  no  pudoser  rtjconocido  en  el  Orien- 
te, en  su  patria  sino  en  medio  de  las  |>oblacioncs  cducadas  en 
las  crccncias  de  las  aventuras  de  Jùpìtcr,  ó  vix  \ns  iutclii.,^cncias 
de  losbarbaros,  inteligencias  salvages  que  l'rccii  un  todo  y  Io 
creian  y  à"  qniencs  ofreciéndoles  ci  buLiri  de  los  qua  no  sé 
convirlicsen  los  convertia  niejor  que  el  tnojor  raLiocioìo.  Pe- 
ro osto  es  un  punto  histórico  que  tratarenios  duspucs.  Para 
terminar  con  la  encarnacion,  agre'garcmos  que  los  Arriaaos  lia- 
bian  liecho  el  mismo  argumento  que  acabamos  de  csponcr,  éa 
otros  términos.  • 

^•<(  No  podemos  admilir  la  encarnacioii,  ))or([ne  no  podemos 
))  creer  que  el  verbo  de  Dios,qacse  siqìonee!  Dios  mismo,  baya 
»  podido  reducirse,  reasumirse  enla  tninede  iiuii  virgen,  y  se 
»  haya  encontrado  al  mismo  tiempo  cn  ci  seno  de  su  Padre  cti 
»  el  mas  alto  de  los  cielos,  y  en  el  seno  de  su  madre  eo  un  riti- 
'  «condola  tierra,  Quomodofi^vì  poluit  ut  verbum  Dci^  per  r  1^ 
'  »  facCa  sunt  omnia  coarctaret  se  Virginis  carncml  ^^  ^i^^ibiia' 
»  coeiis  » 

Aqui  el  P.  Ventura  lleno  de  ira,  dirijiéndose  d  ' 
•les  dice:     «  Miserables»  y  apela  à  San  Agustin  pr 
"^  argumento  Arri  ano:     He  aqui  comò  argumeuta  ; 
<  »  'q^e  eh  los  mismos  términos  de  vucstra  objcci»^ 


—  117..— 

»  su  solucion?.  El  yerbo  de  Dios  es  el  Dips  mismo.  .El-  verJI>o 
j)  de.  Dios  es  por  lo  taoto,  omnipotcnte  y  ha  podida  tambien  en- 
yicarnarse.  El  \erbo  Dios  es  infinUo  é  indivisible  y  ha  podido 
»  encontrnrse^  al  mismo  tierapo  todo.  entcro  cn  lugares  dife-. 
»  rentes.  Quid  viirerisl  Dexnn  fili  loquor,  Verbum  Dei  omnipot9ns 
»  isf.  Verbum  Dei  tolum  ubique  est,» 

Va.mos  à  habérao3la  eoa  San  Agustin.  Primera  parte  del  ar- 
gumenlo,  la  omnipotcucia  divina.  Recordaremos  que  lu  doctrina 
de  la  omnipotencia  divina  tiene  limites,  comò  ya  lo  demostra- 
mos,  indicando  que  para  Dios  bay  muchos  imposibles,  sieudo 
uno  de  ellps  el  poder  asumir  forma  finita.  Luego  no  ha  podido  cn- 
carnarse.  Segunda  parte  del  argumento:  El  verbo  in  finito  e  itidi- 
visìble  ha  podido  encontrarsclodo  entcro  en  lugares  diferentcs. 

Aqui  de  la  metafisica  del  gran  Agustin  y  compaììia. 

Es  posible  que  diga  todo  un  San  Agustin  que  bay  lugares  dife- 
rentes  para  el  Infinito? 

^Tendremos  nosotros,  racìonalistas  estudiantes^  que  tener 
compasion  de  la  inteligencia  del  grande  Agustin? 

Es  necesarìo  no  tener  la  menor  idea  de  la  metafisica  y  de  la 
nocìon  del  Infinito,  para  osar  afirmar  el  disparate  ''de  que  Dios 
puedeencontrarsctodo  entero  en  lugares  diferentcs.  ^Ignoran 
Agustin  yel  P.  Ventura,  que  elSer^  que  es  la  plenitud  de  la  exis- 
tcncia,  queel  ger  que  es'la  inmensidad,  no  puede  tener  lugares 
diferentes?  ^Tgnoran  que  lugares  diferentesindican  limite  en  el 
espacio  para  estar,  y  limite  ó  sucesion  en  la  eternidad  para  pasar 
deunoàotro; — y  que  no  se  puede  aplicar  àDiosla  ideade 
la  locomocion? — Diostrasladdndose!  pero  entónces,  no  compren- 
deis  la  iumensidad  omnipresentel  ^Creis  que  bay  espacio  que 
no  habite? — Si  tiene  lugares  diferentes^  bay  espaciosque  lìmitan 
su  poder,  pues  que  segun  vosotros  puede  cambiar  de  lugar. 

Yed  à  lo  que  reducis  la  idea  del  Infinito. 

Enqué  es  superlor  vuestra  idea  de  la  divinidad  ó  las  ideas 
absurdas  de  las  antiguas  tlieorias  que  pintaban  A  Dios  recor- 
riendo  latierra,  el  mar,  elaire!--£s  la  mismaidea  de  un  hom- 
bre  idealizado,  la  idea  de  vuestro  Dios.  Sois  paganos  basta  en 
la  raiz  de  Yuestra  teologia. 

Queda  pues  destruida  teda  la  metafisica  católica. 

No  comprende  la  nocion  del  Infinito^  y  pervierte  la  idea  de 
Sios,  haciéndoloviajar enei  espacio.  Destruye  el  atriubto  de 
la  omnipresencia,  pues.  dice  que  cambia  de  lugar.    Destruye  el 


—  118  ~ 

atribnto  de  la  inmensidad^  paes  Io  hace  habìtar  todo  entero  en 
lugares  diferentes,  Io  qne  es  decir,  qae  bay  logares  en  qae  cabe 
Dios. 

Destrayeel  atribnto  de  la  etemidad^  paes  introduce  la  snce- 
Sion  del  tiempo  en  el  pensamiento  ;  en  losactos  divinos.  Dea- 
trnye  el  atributo  de  la  omnisciencia,  paes  segna  el  catolicismo; 
Dios  llega  hasta  arrepeniirse  de  haber  creado  al  hombre;  nn  Dios 
qne  se  arrepiente  es  nn  imbécii,  y  asi  Io  pintan  los  libros  sagra^- 
dos  de  los  católicos. 

Destrnye  el  atribnto  de  la  justicia,  pnes  Dios  segun  los  cató- 
licos pnede  todo,  basta  qne  Io  justo  sea  injusto.  T  en  està  parte 
el  dogma  católico.  desquìcia  la  base  moral  de  las  sociedades,  y 
es  por  eso  qne  Io  calificamos  de  inmoral.  Si  Dios  puede  cambiar 
lasleyes^  y  corno  bay  un  intèrprete  iiifalible  de  losconsejos  del 
Eterno,  puedo  hacer  loqnequicra  sobre  los  mSseros  creyentes. 
Tal  es  la  teocracia  romana,  tal  es  la  doctrina  católica  en  su  base 
y  consecuencias. — 

T  es  para  legitimar  el  imperio  de  la  teocracia  sobre  el  mnndo 
qne  casi  Io  convierten  enun  irremcdiaLleimbéciI,  pervertida  su 
razon,  estraviado  sncorazon,  encerrada  savoIanLid^  esceptopara 
ejecutar  crneldades. 

Bienaventnrados,  vosotros  fil6sofos,  qne  trabajais  por  la 
redencion  del  gènero  hnmano  procurando  <s.écraser  Vinfame^n 


(. 


EL  SEGUNDO  ARGOMENTO  A  FAVOB  DE  LA 
ENCABNACION- 


^Qaereis  creer  mis  baenos  lectores,  que  el  segnndo  argumen- 
to  à  favor  del  mas  grande  de  los  absardos  del  catolicismo^  es 
tambien  uoa  comparacion? 

£1  P.  Ventura  toma  su  argumento  de  S.  Agustin  otra  yez,  7  la 

eomparacion  argumento  se  reduce  à  esto  :  Yo  hablo  y  los  hombre$ 

entienden  mi  pensamiento  sin  que  se  separé  de  mi. 

Bèlo  ahi  :  pero  para  major  asombro  de  mis  lectores  voy  à 

I  transcribir  el  pasaje  tan  culto  en  su  lenguaje  corno  sonso  en  el 

S  fondo  : 

I  »  Antes  de  comprender  corno  ese   mismo*  yerbo  de  Dios 

j>  ba  podido  hallarse  ù  un  mismo  tiempo  con  su  padre  en  el 
»  cielo,  7  sobre  In  tierra  en  el  seno  de  su  madre,  comenzad  por 

9  esplicaros  d  vosotros  mismos  comò  es  que  Yuestro  pensa- 
li miento  sin  separarle  del  espfritu  que  lo  enjendra,  se  repro- 
Ti  duce  etaotamente  él  mismo  por  la  palabra  articulada  ò  escri- 

K  »  ta^  en  tintos  millares  de  hombres  que  la  ojen  ó  que  la  leen,  7 

»  convenid  en  que  sois  tan  ignorantes  comò  irfapfos  al  blasfemar 
>>  contra  el  misterio  del  verbo  de  Dios,  por  que  deeis  no  poder 
D  comprenderle  cuando  admitis  sin  comprenderle  mejor  el  miste- 
y>  rio  de  la  palabra  del  hombre;  cur  verbum  Dei  contemnis,  qui 
t  »  verbum  hominis  non  eomprehendù? 

£1  argumento  consta  de  dos  partes. 
^  »  1  -  ^  Ha7  cosas  que  no  comprendeis  7  no  negais. 

»  Luego  blasfemais  no  admitiendo  el  misterio  del  verbo  de 
»  Dios  por  que  decis  que  no  podeis  comprenderlo.  » 
I  Befiitacion. 

No  admitimos  vuestro  misterio  alegando  la  razon  de  qne  no 

10  comprendemos.    No  Io  negamos  porque  no  podemos  com- 
prenderlo.   Lo  negamos  por  absurdo. 

Admitimos  mil  cosas,  mil  hechos>  mil  fenómenos  sin  que  podamos 
esplicamoslos/pero  es  porque  no  vemos  el  absurdo.  No  com^ 
prendo  corno  muevomi  brazo,  7  admito  el  hecho  por  que  nada 


—  120  — 

tiene  de  absurdo.  Pero  si  me  decis  que  el  movìmiento  de  mi 
brazo  cpnmueve  las  csferas,  entonces  os  niego  basta  la  posibi- 
lidad  del  iiecho.  '   « 

Sucede  lo  mismo  en  lapncarnacion.  El  Infinito  no  puede  ser 
finito.  Dios  no  puede  ser  Jesus.  Si  Jesus  os  Dios  es  el  Infi- 
nito, y  entonces  tendriaraos  dos  Infinitos  lo  que  es  un  absurdo. 
Si  Jesus  no  es  otro  Infinito  sino  el  mismo  Dios  Infinito^  enton- 
ces no  bay  encarnacion,  no  bay  dos  naturalezas,  y  entonces  Je- 
sus- es  una  mascara  que  le  plujo  al  Ser-Supremo,  tornar  un  dia. 
puBa  bacerse  oir  de  los  mortales.  Todo  oso  es  pues,  el  tìbsurdo 
que  mana  à  torrentes  de  la  teologia  católica.  * 
2.  ^  parte  del  arguracnto. 

»  Vuestro  pensamiento,  sin  separarse   del   esplritu  que  lo 
»  engendra  se  reproduce  exactamente  él  mismo  por  la  palabra 
»  en  millares  de  hombres.     Luego  Dios  puede  hallarse  al  mismo 
yy  tiempo  en  el  cielo  y  en  el  seno  de  su  madre.  » 
Befutacion. 

La  comparacion,*sin  ser  onarazon,es  ademàs  inexaeta.  Cuan^ 
do  babio,  caando  transmito  mi  verbo  ù  millares  de  bombres, 
enenentro  otros  tantos  de  verbos  que  lo  escuchan.  Y  esos 
yerbos  estaban  creado^a  y  Tivian  con  el  goce  de  sus  intéligencias 
ó  Yu^tra  comparacion  equivale  à  està  otra:  La  cuerda  sonora 
tran^mite  sonidos  6  muchas  partes,  luego  la  cuerda  està  en  to- 
da»  partes.  * 

Pero  decirque  elhecho  de  la  transmimn  de  la  palabra  es  lo 
mispao  que  el  engendramiento  de  esa  palabra  en  el  vientre  de 
una.se]flord,  es  absurdo. 

Segua  los  católicoB  el  verbo  Infinito  engèud'ra  y  se  engendro. 
Pero  al  engendrar  su  hijo  Jesus,  olvidan  que  Dios  no  le  trans-  | 

mite  la  palabra,  pues  Jesus  es  la  misma  palabra,  el  mismo  verbo,  J 

que  quiere  estar,  en.dos  ptirfes  al  ni^smo  tiempo,  en  el  cielo  y  en  , 

ci  s^na  de  J^Iaria.    Ltt  comparacion  es  puefi  falsa.     Cuando  ha-  ! 

blo  me  dirijo  d  Qtro:  :  Cuando  Diòs  se  encar^a,  tiene  (jue  creai' 
ese  otro  en  quien  se  encarna.  Y  si  no  crea  ese  otre;'  no  bay 
tal  pncai;nacion,  ni  ta)  trànami^ion  del  verbo,  y  la  òompàracion 
e  '.  .abi^urdB.  Y  si.^^rea  ese  otro,  Jesus  ès  creadó  y  no  ea  el 
Dios.  .  '        ' .  •  '  '      '        . 

Reaauinimes.  •  < 

Qemos  examintdo' I4  mas  antigna  y  le  mas  moderna  argu^'. 
me^Jkoii^   .<^atólioa  sobr^  la  énciimaciaii,  y  Ms^  he&òs  Mrpr^n* 


jfìdo  de'Ia  espàntosa  ràrìedad  qne  encierra..  Solo  dos  arga- 
mentoSf  qae  sod  dos  comparacìoniss.  inexact^is^bé  ahi  el.reaul* 
tado  de  diez  y  ocho  siglos  de  la  sabidurf^.  de  la  igle&ia. 
I  '  Hemoa  querìdo  tocar  la  arj^umeDtaQion  católìca,  tcmieodo  que 
el  trianfo  consecutiTO  del  racìociqio  dos  biciese  olvidar  algo; 
pero  do  :  si  aDtes  oegabamoa  &  priori  ahora  oegamos  apojados 
M  la  impoteDCia  maaifiesta  de  los  AgustÌDes,  Gregorios,  Ata* 
nacios,  HilarioSi  Petavio;^,  etc.^y  YeDturas.  Janiàs  habiamos 
^ocoDtrado  major  pobreza  para  sosteaer  taDto  absurdo. 

Pero  qué  I    La  ÌDleligeDcia  extra viada  del  crejente  do  tieoe 

acaso  protestas  iDteriorest    Es  tanta  la  seguedad  de  esa  fé^  que 

nin^na  Tislumbre  de  razoD  sepercibe  en  epa  lucha  coDira  la 

razon,  en  esecaos  de  servilismo  que  ilumine  al  4^sgraoiado .  & 

qaien  agobia  el  peso  del  absurdo  !     0  la  bumanidad  puede  re- 

cibir  ìmpanemeDte  el  flugelo  de  la  mentirà  7    acostuinbrarse  À. 

Teoerar  la  maao  que  la  humilla  7  la  autoridad  que  la  embrutece? 

Yarias  veces  nos  bau  asaltado  «stas   dudng  ea  el  x^urso  de  la, 

polémica,  basta  que  al  Ad  mi  pr^sentimieuto  cncontró  su  com* 

probante.    Oigamos  al  mismo    P.  Yeutura.    Ba  sido  sincero. 

AI  terminar  su  coofereucia  sobre  laeDcarnacìon,  quiere  bacer  un 

resAmcn  de  los  términos  contradictorios  que  contiene.    Dice: 

«  £n  cuanto  à  mi,  os  confieso  que  cuaudo  me  deteu'ro  a  consi- 

.  9  derar  en  Jesu-Cristo  al  Dios-bombre,  es  decir,  al  infinito  en 

'^^  »  lo  fluito,  lagrandeza  en  la  pequefiez,  la  majestud  en  la  miseria, 

I  9  el  ser  en  la  nada^  (esto  es  lo  mejor)   el  Dios  vivo  en  el  bom* 

»  bresinser  degradado  por  él,  el  hombrevivo  en  Dios  sin  ser 

»  por  él  destruido,  el  Dios   permaneciendo  siempre  Dios  en  la 

»  bumanidad  (lo  mismo  dicen  loa  pantheistas)  «que  lo  encubre; 

i  »  el  hombre  permaneciendo  bombre  en  la  divinidad  que  se  ha 

;  9  apoderado  de  él,  (comò  Genimedes  en  J  Api  ter);   el  Dios  que 

I  Ti  sufre,  que  muere  encuauto  bombre  (entónces  no  bn7  Dios  cru* 

3»  cificado);  el  hombre  que  es  todo  poderoso,  que  resucita,  que 

»  sube  al  cielo  en  cuanlo  Dios  (si  sube  no   ebta  en  todas  partes). 

I  9  estos  extremos  tan  separndos,  cstaa  distancias  tan  lejanas^ 

I  9  estoa  términos  tan  contradictorios,  estas  dos  naturalezas,  estas 

I  »  dos  voluntades  tandiversas  en  la  miima  persona  (dos  volunta* 

I  9  des  son  dos  personas  y  aqui  Tiene  la  confesion,  el  arranque 

I  »  aineero  del  alma  del  P«  Yentura)  :  cnando  considero  todo  esto, 

»  mi  rason  desvaneeida^  magullada^  humillada^   abatida;  quisiera 


»  retroceder  anle  en(sma^fan^^sg^l^s^<^tffl^ffff^^fai,^,^fgH 
i^ineomprembM^dadestanmM^e^^l0^..       -, 

line  m»yor.9atr^^accioo  90jf^^y^f^g^ft8e^Hgft^<S.;«:B|(|| 
CBosabsurdos,  q«e,,?l  P.  Venhim|1/i|l^»,<fift^^fHff^ 

één  Tdéstro*  sàluo's^  T^estEo4p^Il^^,  Tq,^Sl^A,l^le§j^  T4Bei^„i)li| 
éSàiir  la  ra^on  p^ra  crqer  inc.<mfrftf,s^6ili4f^4f/l ^tfftfsilfkf.Tfiiìief^ 
qne desvaheeerìa  pa^i|  creer.en,^!  qfiUagrP)  én,  la  '^caniao^a 
7  en el nbsardo^  T (|iié dpctrjna^es- esa^ qil^  o^jiiCoq^  l^r^i^c^  j: 
con  el  cinismo  àkì  ausurdo  se  pi:e^^9t(|?  S^rA  ra^oiiahlffr~Q^ 
Hnmiliaria  à ìp  i?azon.  iSeri  Verdadera?.  Kj[^.abAtiria.à  Ift^r^^oi^. 
És^la  doctr|nÌi  de  la  obedi^pci^ servii  eA  el  absnri^o  parn  foQ4(y^ 
én  el  mundoia  teocracla.  ^é.  n\\ì.e\  eatolicisipa,  axadri^ de  ^4FS 
esclayìtud,  padre  fecundp  de  tpdp  despotiamPi  ftieute  de  toflft 
^Drcrecia,  iegitimaqor  còrno  ^op^sfiet.  d|e  toda.criipea,7-*T  ^9 
(jnereis  qdetibertemos  &  la  Ai^éncfi  d^I  ipi^mg^  corno  lo  qir 
nficó  VòlUìre^— «^crÌtÌ5ow  ^^^^ 


CL^CS  VXABEPLECStON-LA  ttEUCtOIT  Y  LA 
nLQSOFIA. 

(ìnéàìUf  en  fnrtcés  y  tridaeido  para  està  edfcioa  por  J.  E.  P.] 

BtiscamosTa  terdad  y  ae^ptamm  comotaFla  ler,  totlo  cuamo 
Bdarodeft  nos  impulsa  &  estoMeeer  eomo  base  de  imestrasr  ìq- 
-vestigiicloiìeB  nuestra  propia  exi^tencia.  IféciM.  seflore^r.  unaley 
j  «o  bcfclro  que  acompaQ^n  fmededecirse  al  pensamiefnto  huma- 
no  destfe  ni  primer  paso.  Eftta  ley  que  nos  domina  constitaye 
1»  base  de  Io6  principios^ue  me  propongo  (femniTOlver  para  prò- 
baros, 

1.  ®  Hay  una  reKgion. 

H.  ^  Hay  una  filoseGa.    HabrA  ona  relìgion  y  una  filosofia; 

Masfantes  de  entrar  en  el  movimiento  lóprico  de  la  idea,  debo 
dt$AF  estiibleaìdaa  mia  premiaaA  y  los  prin^iph»  invariabled  de 
teda  certidumbre.  CoAl  es  la  verdad  prìmera?  Goél  el  fonda- 
raeitodetotfscreenoia?  Cail  la  reifeesipn  delsor?-  la  primer 
atillnidui4Ì?.Xq  evidencia  fùndanenttil  4e  lodo  adto?  Permitidme 
uie  de  la  severidaé  dialéelioa. 

Podémos  dvdar  detodò  eseepto  del  Jter,    El  str  eii^e,  tódos: 
estamos  de  acnerdo  en  creer  en   su  exìsleneia. — Sin*  eiìiltencla  ' 
tampoco  poidriamos  dodar.    Pensar^  pues,  e^uitale  fi  crecfr. — 
Creer  d  aer,  aicndo  la  etistencia  la  baae  de  todopensamientò  y- 
de  teda  creeocia. 

Siguiendo  el  mètodo  mas  rQOii»iial>— Toda  Térdad'  de*  dedilc- 
ck»debe  ttaer^  6  vraocar  su^Aieiiza  y  auloridawl  de  Va  t^rSad 
primerày  IrikidaiiieotaU  Ba  eiros  lì«vminmc-*Lao  jMff^i  d)ebè« 
eaoontmnao  en  tli^éo-^Là  vafiedatt  se  npoya  en  la  miìdad-^Cl 
fenòmeno  en  el  enlace  primitivo — El  efecto  en  la  causa — Elmo^ 
Tunieòlo  en  la  ftier8a>---lA'  variédéd  en  la  ideotidafd. 

^¥inlll08^  masila  v(da9et4ìoodiOflattd''eMtieae  'piil*a  tiOàbfi^èé^ 
tiDo>  tovidaeiMa  <la  ^oncien^cki  -«e8(dettti%  aitib  la^  bittl!ìéMi0««\  %Mo^ 
la*  oOBaprwdMSiemoa  por  medlO'  deV*pénsmifettlo.-^P€yi^i#'  knpòl^ 
U^pÈemH^W  cotuo  éUttiPsè  «at^mittmd  eutdedte^Kl^èspéiftlM^ 
lo-tdfiable  déMftbémeifotf.*^PttiM«efi^^^ 


—  124  — 

Se  irata  de  despejar  la  afirmaoìon,  de  correr  el  velo  que  la 
oculta  à  los  ojos,  y  para  elio  no  D^cesitamos  mas  que  analizor  es«* 
ta  sJQt^sis  primordiale  es  en  està  primera  afirmacion  quedabomos 
encontrar  Io  que  buscamos.  Descartes  nos  dice  aPienso,  luego 
exislo.  Siguese  comò  consecuencia  necesaria  de  està  filosofia 
que,  todo  acto,  pensamiento  ó  creencia»  que  no  parta  de  este 
principio,  es  falso. 

La  lógioa  de  este  principio  revoliicionó  la  filosofia,  mas  iotro- 
dcQo  laiabiemeae  t€;rrible  protestantismo  cientffico   eujos  resul- 
tados  d^pJQramos  qn  el  dia  (Edei}«  Mi  mètodo  es  el  mismo,  pero- 
Ade  separo  de  Descartes  desde  el  punto  de   partida — Yo  no  veo 
la  personaljidad  aislada  pens^mdo  en  si  misma— afirmindòse  }*  no 
reconocient^o  otra  verdad  que  la  del  pensamiento  que  converge* 
hócia  si  propio.  —  No.  Yoveoel^cry  en  él  una  distincion— Yo' 
creoalser  una  forma  de  vision — unnley  de  vision — una  fuer^a 
de  imperiosa  conformidad,  una  asociacion  indispensable  en  làs 
ideas  de  la  revelacion  primera.     Yo  $oy  8€r\  yo  afirmo^  7  en  éste 
hecho  endenro  en  si  toda  la  filosofia,  y  el  mètodo  7  critèrio  de 
certidumbre,'  porqu^  està  vision  daini  mismoes  forzosa,  no  pu'e- 
de  d^ar  de  ser»  70  no  puedo  dudar,  de  aqui  deda«ào  con  ìuìA* 
giea  (que  bace  en  este  moménto  su  aparicìon    al    pensamiento) 
que  el  pensamiento  de  mi  mismo  es  nècesfirlo-^que  ho7    nnd  le7 
que  70  no  he  hecho^puesto  que  me  domiba7  me  impone  la  eb- 
cencia  7  lafQriBft  deesla. 

Agi  7P  no  907. el  tucto^o  no  807  el  créador  de    vU  mismo-*- 
7  70  obedezoo  peosand]»  en  mi  à  unalejr  qne lio'he  hecfao. 
Yo  veoel  ser  7  el  ser  es  infinito. 
Yo  v^o  el  sfr  7  n9  v6a  el  «er  finito. 

ÌJB,  pi^ipera  propoaicion  .es  la  forma  neoesaiia  de   la  cbiieep-* 
cion:di$l  ser  enei  prim^mQvimieiilotfel  peùsamiènto.    El  iti- 
finito.  Yo  ft07,.mafl.}0  sp7  finito^:  ved  ahi  la  distidcion  fiindiìnen*-  * 
tal.     .  ■      ,  .  •      •     • 

Al  presente  ^  lògici  ejcirte^rk^atDae  tao  solo  àé  seguir elmo^- 
vMvvaotp  df[  la, ;idea;-pero'ef» preciso  aq  c^Afbndir  la  di8tiiici6ha 
140W  We  resppado  hU^  éì^iìwiìou  del  ser.    El  y^  wè  el  infinito--^  - 
eatft  visijo^  es  ^oeiùsteate  en  |a;  leronologia  del   pensamiento.  1 
Yano  puedo  ver  otra  C|Ma  sin  esUr  desp^rtado  i    U*  vida^  «laa  ; 
està  vision  establece  igualm^ute  por  medio  de  la*  \ùgìC9i  là  antd*  ' 
riflud^fenia.deliqfini^y    (.c^^afto  rfi^ibe  at  npcerel  «dilo^  k 
eeesidnad,  la  formai  la  lògica,  la  107  que  lo  hace  crMtM  *«i  ' 


I 


-  M  ^ 

mistfiobajola  dubòftfiniieion  del  <!fecto  A  la  causa,  'del  malti [Qb  & 
4a  amdad;tfttiita  eoexi^tiendd  ecrnf  el  infinito  en  el  '^ensaiìienfó 
primero;fltiilO'derÌTaiido  delìnfiiìifo^flRttb  éii  él^iempo  infinito 
enU  tAeitiidad^-Hnito  en  él  efeeto^iflfinitò  eir  la  caiisà-^flnf* 
toen  el  espacio — ^influito  e^'  là  iumensid^'d-^liiiifo  coi&o  mo- 
Timiento— infinild'  corno  iniìiètabitidttd  idéntiéa  de  le  sabstancia 
eterna  que  se  "^iensa  y  se  ama. 

Yedahf  seltoreà,  establecido  el  primér  hécho,  el  origen  de  la 
eiencia — Los  anàlisis  que  pàeden  haeerse  7  làs  dedaccionés  que 
puedensncarseeneoentrànetilodbsfos  espfiitos— 'Con  la  fé' de 
la  bumaiiidad  bajo  la.  forma  de  espontinèidad  ó  incinto,  la 
ereencìa  de  la  filosofia  bhjo  la  forma  de  la  reflexion  7  de  )a  16- 
l^ca.  El  error  no  se  versa  sino  sobre  las  apercepeiones  mas  ó 
menos  completàs  de  la  apercepcioD  prìmera.  Lareflexion  esla 
inetta  al  pasado — la  vision  se  convierte  én  memoria,  7  es  entbn- 
ces  que  ei  olrido  qne  para  mf  es  el  error.  puede  tener  lugar: 
.  Qaién  negarA  el  ser,  quién  la  infinidad  del  ser,  su  eternidad. 
Aquel  que  noerea  sino  en  el  jó  esté  bblìgado  àreconoccrse  in- 
finito 7  eterno,  para  satisfacer  à  la  necesidad  lògica — 7  he  aht 
el  egotismo  insensato  de  que  os  suministra  ejemplosla  filosofia 
de  Fichts. 

Qnién  dice  que  la  nada  puede  engendnr  alguna   cosa?    Y  si 
ir.  ia  nada  esimposìbleestaisobligados  &  afirmar  la  eternidad  del 

f  ser  7  con  ellal  .s  conseouencias  que  de  elias  se  deritan.     Todos 

los  axiomas  no  son  sino  la  afihnacion    del  infinito    7  del  finito 
I  bajodiversasformas.    La  aflrmacion  es  la  fatalidad    del  pensa* 

!  miento — el  hombre  no  puede  nada— ve  7  siente  que  es  imposi- 

I  ble  pensar  de  otra  cosa  que  aquella  que  la  le7  del  pensamientò  le 

I  impone. 

Y  sea  dicho  de  paso,  està  fatalidad  es  la  mejor  pnteba  de  la 
ìibertad.  (Permitidmeestadigresion).  La  razon  piensa.  Lali- 
bertad  obra.  La  razon  no  puede  negar  el  pensamientò,  està  fa- 
talmente encadeuiida  à  la  luz.  El  error  e^  posible,  mas  su  suici- 
dio es  incomprensible.  El  véel  ser,  ve  laley,  ré  la  relacion 
entro  ambos,  imposible  afirmar  la  nada,  imposìble  negarse  è  sf 
mismo,  imposible  decir  dos  y  dos  hàcen  cinco.  Yed  ahi  una  fata- 
lidad. Gierto  es  que  la  Ìibertad  puede  querér  el  absurdo  7  de- 
cir dos  y  dos  hacen  ci'icoy  no  lo  es  menos  et  que  no  prevaìeciera 
ju  idea,  7  en  este  caso  la  libertid  procede  sègun  la  visiÒfi-  6  el 
motivo,  7  con  el  poder  de   te  indirfecciòn.    Si  este   quéVer,  sì 


tirse  à  si  misma. 

Sila  Iatali4fi4  esima. Terdod  «baql^  fon el  bMibre,  n^f sa- 
j^esMgarla  ypluatad  que  babeia  eatabtdieido*  ^9  fataUd^d 
^  lairojioD.  j  io  q/an^  laiH>ii»bat^iio  pn^dduar  raso»; 

S&  lan^cion  ea^el  motiy#  qse  i^bra,  y^eakè  41  penaameitti^ 
Jay&licion/B^a  el  pi^odiainieiiia^  y  d^oU  bttoaatto  solo  lo  «em 
de«ciptìeoiplaeìo&— laMcmieataptor  «a  eKÌ6tiria.'*-*Hé  ahi  la 
eÌDtii8eiieii^(}ia yi^DroméicbiqdftiCMKlttee  la  negaeidn de  la bècr- 
4iid  jr  Spùvosa  la  eatablecd  dfeacndo:   Volantas •^•« 

De  donde  $e  sigue  qiie  te*  vìd^i  es  Ja  negacion  de  la  accien  y 
que  millones  de  hombrea  reajizao  eeta  aeigacioa  praictieando  él 
pantheismo  de  Budha. 

Si  la  Tida  es  el  motiTO,  el  motivo  el  pensaimeato,  este  la  fa- 
talidad,  la  fatalidad  seria  entonces  la  verdad;  la  verdàd  en  U 
esfera  qiie  (lablainos  es  idéntica,  es  iina^  y  tendriamos  qpAe  la 
ma^  grande  iinidad  y  la  mas  absohita  identldad  reinaHan  en  If 
Vida.  El  finito  cnmpliria  su$  lejres  corno  nni^  rotacion  astro- 
nAwica.  Gì  offdea  reinacia  eo  todoi  los  grados  de  la  yida  bar 
mana,  la  contradiceioo,  seria,  imposiii^le  j  nosotroi  seriamosde 
wa  pasibidad  moostraosa  en  me4i^  de  Ugrandesa  ìnteligente 
die  Duestjras  filmas* 

£1  infinito  existe  j  nosotroslo  hemossentado  por  medio  4^ 
la  a^rmacion^El  finito  existe  j  todos  los  momeotos  de  nu^s* 
in  yida  lo  denuiestran,  ó  por  mejor  4ecir,  la  yida  es  laidieBiida4 
continua  de  su  afirmacion. 

Establecidos  los  dos  términos,  la  relacion  eotre  ellos  ó  le^ 
l<)gic&  se  establece  de  por  si  j  demi^eslra  la  inferioridad  de  todfl 
ser  indiyisible  y  la  Umitacion  del  finito  tempora!  6  lo  quf 
es  lo  misQio,  ìa^reacion.  £1  problema  de  la  creacion  encierrji 
ensi  lodala  ciancia,  EsfAcil  Sf^rtar  las  dificnltades  negaiìdf 
Unecesidadd^  pensamiento,  m^slayerdad  existe  apesar  do  If 
iuij^rti^ncia  raqiflQsli  4el^  «fflif^cion  .l(:igÌGa«---Qtt&  se  diria  4f 
HQU^  qne  negaa^ia  et^njklai  j^rqne  41  no  veia  sino  la  sm^wm 


^ 


obedéce  àia  ley  de  la  atraccfoD?    Aqm'ilttftS^éSiaW  deriflt- 

fÌìSém^éifklkSÌmAÌ%d^UÌ»AAÉSt  ÌM^LtkìSrflìiAkiitÙlii 
«hl^qìéfeliàli^lAHl  la  ^éi'iKdf  ^lik'tVi^«lé8  {liirfi1a8fM*t^fÀ 
tM>  Kb  e»Qfit»ikèfté8<  jf  Mkàtitènltf4  pblittè^  liàii  sidb  hkèhìik 
fftra   ldèl^«BIòi'yiò«è8t6stlàVà»4«é^ 

El  ideal  ante  todo,  es  decir,  la  afirmacion-^  Tà  ik^Ii^S;  16  ibi* 
lÀMab^ràiAMfe,  i  ìiA  IniUttò  ìk  e^mWAì'pm^  là  ^etèf àelon 
IMhptfttlilé  «èlikiBhiyD  eh  ìsm-  iSL  Kkìtò  eh  Bt  )^^ii^afniétit&', 
é%  laUbéi^Ud'ei  el1ibiBW«.  ÌEAb  éte  ^a  K  i^éttilibiÀ  coiìio  W- 
Sion?  la  fé  corno  lùg'^tSl  f^  gWfrlà  Oè  Iti  btuftanfdflfa  g6ai*d&ft 
éftà  iS  ^  él  iiAùfte  %^V  ^  Ifi  ibsdffèietfi^  élékiuAca  ^el 
§8ìix)  qxièìo  'afilla;  7  de  A  fiBef^d  ^«è  Ib  ^^òdatnat  fiscisfè 
j^eft  tiùà  {ètM*hiìbt4,  %i^  él  tìestamétìto  lA^f^b,  ikiia  tisibn  ^t 
ìihtky  és  Ih  i^^iìetedòii  étérbti.^  là  'iMìhiì  dÙ  peùéùmtentó  hàftta'- 
ilo  eoniifìstè  ^  t)iroÌtetliÀhr  à 'la  éòteiefeòhi;  pòjf'qiìè  cada  yei  que  fa 
ÌSùriUiAtlàtl  Vttèlìe  hàicA  èf  foto  de  dbadé  f>drìk  sa  éxistència,  de 
!itÌ^pirà^pbrdecii^ìóa8ll^liU-atéi&^  HiùH  nìistho  7  kncùii- 
mocion  sir^e  de  ritmo  à  su  marcha  bacia  el  Ileno  de  sa  qorlàfè- 
riér^ò  dei^nb^  mistètfo  bitabbtikdo  eh  U  tóéttiAón  ftaternal  de 
todos  los  hombres  en  la  ItislgotàBie  ftiéiìtè  àe  la  Iva  y  diét  amor. 

Hemos  visto  la  fé,  la  yìsìod  prirhérà;  j  la  lògica  fuhdaiidbnt  al: 
Dios— el  hombre  y  la  rela^iòh  de  i^d^^bbdt^^icioa  ilei  ùltimo, 
behura,  efecto,  finito,  e.a  pres3t^ctk  4^  la  le  jr4é  la  càusa  del 
infinito.  Està  cree&t^a  ^à  él  dógitaa,  yeftle  dogma  là.  àijrma- 
cionqne  la  filosofila  Ueva  ensus  enti^àdiìis,  y  él  fondainépto  de 
teda  télìgloti.  .    .    I    "     . 

'til  ào^a,  eS  la  liìiidda  ftindanientàl  de  là  eiislenciay^e 
lacreencia — ^la  unidad  qui^n  armoniza  lajs  djferèntés  mnnifestà- 
^nès  de  là  Vidk,  yei  po^  eltb  qùeélIaiPcirìÀà  asi  misii|o  la  bar 
Ve  èféÌÈL  reÙgìòtt  eieiòddebaùdi)  à  lòs  hombres  por  inedib  de  una 
ley  que  es  la  verdad  snperior,  iii^bùdìciòpal  en  su  esènciql,  y 
tfàncetkdeùtal  èìi  c^  inbvlrt^iéiitQ  s.ucèsiVp  de  Ìo^  seres— ÌLa  re- 
*pri%'à  Ja.tt,  et   toàA^eri^^^^  fo  qiie  se  ha 

pensaiSfò^tkth^iJ^^a  e^  el  p^nì^pmien'^o  déi^ios   pcn^a^ò  por 
ifif  i'ótnììi^é:  •  /  ,...//       2  l 

•  TJìiik  iléttèiòìi  fk fétt^Utì'—hX  ben^àmi^nto  de  I)io$  c^nid 
.  ìSm^;  f^iìmMàid^rnSìiri  èPotuh^  liifel^entéc^on  lui 


«Hparipioorde  la  |)«Ubra^6  f^^fiit^lfdM;!  U/t^^fted  jAqne  nwt^ 

.tfifaljavàfiooafilpqqaaH    ..'     \        r.rir.iì     !    /  :       j   »     :     '. 

.^  .Fichte  ha  d^hp^t  <c  Hi|rQbamQa.,eoi)daoi|los.por  la  fó^  7  m 

,y>  pu^de  ui  ì^a  podido  i^uc^der  4^  otro  OM)4o<eo  esfa  relueioa.»--- 

^    .Tabe  filoHofadoì  equivale  A  decirrJOblha  ppnaado  el  pensamidUlo 

i_    4e. J)iQs.    Yo  be  ^ercttado  la;  ^t  ^)e  Cao^o  coma  be  visto^  1  be 

creido,  ,he  afirmado.     Yo  he  gloriScado  aquel  jque  es  la*  (;l<^rU 

7  al  mismo  tiempoal  bqmbr^iqiie  tiene  A^  de Terestir   e|  ea.- 

plendor  dt;l  etereo. 

i      ;   Habró   uoa  religion  porqae   no^otros  no  po/lemos  destmlr 

la  fé  primcra— La  lej  quen^s  domiofi.    Habrà  uaa  filosofia  por 

qiid  tampoco  podemos  destriiir  el  pensamiento  7  la  lógicBj  qae 

i^      aapiran  sìa  cesar  é  enaaacbar  sus  borjzoiites. 

*  L11Z  de  dos  lado^,  en  religion  ella  es  amor,  7  enfilosofia  es  eoa- 
ciencia;  fataliiad  dje  yisioQ  7  de  amor  en  religion,  de*  reflexioa 
7  de  ormonia  en  Li  filosofia;  fotalidad  de  unapersonalìdad  ilimi- 
tada  en  el  seno  del  ìnfinitov  de  una  libertad  limitada  en  el  pen- 
samiento de  Dios—caadro  vago  de  la  natnraleza  enla  «atedral 
del  universo,  estatua  sublima  sobre  un  pedestal  personal  en  di 
tempio  de  Dios,  bimuo  pasivo  àlaaurora — epope7a  resplande- 
ciente  al  sol. 

liidestructibles  ambas  coexisten,  é  indestrnctibles  marcban. 

Suprimid  él  Dios  7  à  la  personalidad, 

^Qaé  queda  de  la  religion? 

Suprimid  el  infinito  7  la  libertad,  * 

.     eQué  quedaródela  filosofia? 

Suprimid  el  amor,  la  Ie7,  el  pensamiento, 

^Qué  se  hace  el  hombre  ? 
f  Beligion- filosofia;  voz  idéntica,  armonia  de  la  luz  7  la  reflec- 
don'—ellas  existen  7  existiran  7  el  hombre  alcanzarà  su  pro- 
metido  destino. 
^  Beligion  6  filosofia  desaparecen,  si  el  pensamiento  7  el  ammr, 
la  fé  V  la  razon  despareoen,  7  nosotros  sumèrgidos  enlas  tinie- 
blas  abdicaremos  en  el  caos. 

'  Dacir  que  loda  religion  es  falsa,  es  decir  una  cosa  aventùrada. 
Sebe  decirse  en  todas  las,  religiones.  ba7  cosas  qn^*son  falsas^ 
mas  no  podemos  negar  que  ha7  oìtììs  que  son  verdaderas. 

Otro  tanto  pnededecirse  de  là  filosotia — ^Quién  podri  afirmar 
Jiéahl  la  filosofia.  verdadera?.Nin^nnp.  Nosotroadjiremos— ^hajr 
Terdad  7  haj  falsedad  alternadamente,  tan  pronto  es  un  pnn<- 


fCi|fio  qat  f«dC«i  c^mo  e^  flm^o^Oi  ^f.paiito  de  parUda,^  b  Jf^Sl* 

.  ea— la  hipótesis  qae  ae  eaU^Ief^i  un  olrido,  una  sappsir ipi^  Vjm^ 

fU   el  fon^o  siempra  .86  encae9ti:a'Terdad.    Bntre  tfiolo  no 

I  trepi^amosea  llamarnos  filòsoioS)'  ;  70  no  trepido  en  Uasiafipe 

.religioso.    Sócrates  file  fi}6$ofO)  su  doctrìna  eDcierra  Y^rdad, 

estamos  con  él,  mas  no  podemos  recqnocer  laa  profundidadj^ 

.iocalcnlablea  de  los  miaterioa  dei  Orieqte,  y  negfindo  ja  homani- 

dad  sintètica  resulta  Io  incompleto.  .  • 

No  debe  despreciarse  la*  fé  instintiTa^por  qae  ella  es,  la  loz 

flotante  sobre  el  rostro  de  la  bumanidad.  ^ 

«     Bascad  ejeopplo  en  las  religio^es  iqa^  absardas  ;  encontrarei^, 

bajo  el  simbolo  mas  eaibustero>  ocultarse  una  verdud   que  la 

ciencia  no  poscia  j  (^^  no  habria  poseido  sin  esa  circuns- 

tancia» 

Eotre  los  negros,  los  ultimos  de  esa  raza  desgraciada,  refiere 

I  un  yiajero  qne  sns  fetìches  (Mokinos)  presentan  &  sos  adorado- 

^  rea  el  cooccpto  de  una  causa  verdaderamente  sobrenatural.    El 

africa  ha  yisto  a  Dios  eu  el  animai.    ^Y  no  rccordais  voso- 

tros    dquel  dicho  de  Lineo  en  sus  trabnjos  sobre  las  plantas? 

Acabo  de  ver  posar  d  Dios.    Eotre  los  indios  de  la  America  del 

Norte  existe  la  adoracion  de  un  oso  y  un  buejr,  creadores  de 

todos  los  animales  de  su  especie,  y  cosa  admirablel     i^o  es 

f  este  el  problema  que  ha  agit'ìdo  el  mnndo  cientffico  sobre  la 

1^  nnidad  6  diversidad  de  tipos  en  los  difereotes  animales,  acerca 

de  la  persistencia  6  la  transformacion  de  las  especies,  probleina 

ann  por  resolverse,  notablemeate  ilustrado  por  Geoffroi  S'Hi* 

laire  y  Cavier.     Importante  trabajo  seria  el  estudio  de  todas  las 

religiones  bnjo  el  ponto  de  vista,  del  primitivo  instinto  y  conel 

fin  de  recoostruircon  elauiilio  de  la  ciencia  y  de  la  Slobofia  la 

.  primera  intuieion.  Toda transformacion  rhdical  en  lascreèncias  es 

inaugurada  por  hombres  de  sintesis.    Moisés,  Platon,  Jesocristo, 

Toltaire^han  sido'Ios  mas  grandes  sabios,  enciclopedistas  y  al 

mismo  tiempo  los  hombres  de  mas  faerle  iutnicion. 

Eiji  nuestros  dias  Goethe  decia  que  la  mitologia  griega  era  ina- 
gotable,  ofreciendo  simbolos  para  todaslas  verdades. 

La  filosofia,  la  ciencia  y  la  religìon  coexisten.  El  filòsofo 
qniere  la  yer<ibid,  la  llama,  la  desea,  se  entusiasma  à  su-^proxi- 
maeloD,  se  estfemece  ft  cada  paso  qne  abanza  isn  la  armonfiai  y 
.sin  detenerse  ante  ningnn  borizonte  8ign«t  bacia  el  infinito  y  aun 
cnandò  poseyese  la  velocidad  de  la  Inz,  comò  qaiera  que  el 


r 


Sf mtib^  de  fjistìittii  y  Mlìig^>»ii$tffc  1k  là  ^éfiit^«è«4&  «i 
Dios.  Dio8  essa  alegria  j^àWÈiébló.  t>6  Iftiiéli  flér^tèldks 
tfàrtès;  ipiitìen  réttt&r  ìi^  Iti  ìibHÀ,  «d«Nr  Ri  m  BhrafdHnar 
una  ofrcnda  que  presentar  él  aHar  ìàél  MféflSc^.  I9f  èfSiièS^ 
Vnélvesé  el  tema  fatoHto  iié  im  À^èèlifisfilcibfae^,  U  )>\eiiÀ&M^nto 
]^rìà)éro,  présente  siemp^e  qtdsHera  tr(wnjji'rtiifdferl<y,ék|^  tòdtìj 

y  eù6arnar  la  tision  et  là  liniéad  ien  ioàf^s  Ìof  fèifMii^os  Va- 
riables.  Mas  el  qo  se  detiene,  no  se  satisface,nopaede  detenente 
j^:  marcba,  marcbaterepite  la  roi  y  de  astrò  eni^o,  de  dog- 
&a  en  dogma  basta  el  pnnb  en  qii'elaìihr  éfeà  IHiiitdèioti  tbrfVì- 
lial  se  vaelve  la  oscuridad  del  infinito,  la  tòlnnbdnò  pvt^s&e 
fiècir  basta  sin  qne  ci  bien  ideal  y  la  tirtnd  incòttipreta  et  etìé- 
tìertaa  én  un  agnijon  ìneesaiité  bicik  el  bieta  abòoittlti.  KiA^ 
bnmbre  religioso  termina  sn  binino  de  estàtico  arròbaiiiiènto 
ébù  la  afirtnàcion  eonsciisiite  del  filfiitofo: 

Dios  4S  Liberùd  y  Amor. 

Todo  esto,  seftores,  pnede  réasnftiii*se  en  eslè  principiò:  ki 
tlo^a'  Irata  de  despejar  en  él  hombre  là  itepreftién  del  infini- 
to—En  matemdticas,  cònio  sM^ew,  ih^  Uè  id^imtflia  nada^  no  se 
«iisena  nada  de  nuevo,  se  tròta  tin  aMd  d<  déspejar  «I  probléttfai 
eneerr^do  én  la  rakon  y  la  èoncièneih-^-fiB  là  eVocacion  de  la 
Jbràuda  de  Dios— Pòdeinos  Ueèir  ^ne  la  vestludéra  religiou  es  èl 
dogma  latente  y  la  vei^daderà  filosòia  ti  flogmi^  tronsparentè  $ 
tn^ansparénladd. 

La  hliukanìdad  posée  éi  primero,  ¥ed  aU  por^e  la  fildiola 
debe  prestar  el  oidoà  4a  toz  de  Ics  piiebtòs-^y  ^s  allora  qne 
yo  comprendo  fodò  lo  qné  bay  de  Aigrtido  I»  dsteifeho:  . 

Lavoz  dei  pueblo  ei  là  voz  de  piós 

Hmtièt  de  niÒA,  uno  4tò  los  fllbsdlte  mési«étft^s  Qe  là  iè9- 
^icm^ade  41ejandria--d  Pt^Mm-  filonda  ó  FUm  pUtoniiar^lMgi- 
iiios  loniSM  del  aauntdi  ^e  tibMnm^tit^A  tk/ttmjl»  ^pWèilj^éii  « 


~tll  - 


iè  nlcUm^44ìi  iitf  à. 


La  afirmacion  religiosa  y  filosofica— la  vision  de.tty^4«t0-  *^ 
flexion  nos  han  dado  idéntico  rcsultado:  Ei  infinito,  el  eterno 
creando  el  fiaikH,  ìk^f^ÉPÌÉliM.  |a  fi-<i0eìM  «tiit^  èon  posterio-  J 
ridad  al  ser  y  lògicamente  debe  encontrarse  ligada  A  ^u  princi- 
pio sin  lo  que  resultarla  un  dualismo  contradictorìo--Dios  crea — 
impone  su  Ujf^  tiii^ae^  alu^i  de  «tìarar  por  medio  ifel  mètodo^ 
e3ta  afirmacitìo  d^  la  r4Mi|QÌ»fl  quft  m0ÌM  entce  Ain&màoj  •{ 
finito. 

La  eternidad  oo  puede  r^predUoirse  m  je«er^idadi|  ni  hi  utà- 
dad  absolula  ypede  t«ia<po«o  reprodocinie  cin  unidad  absoldta* 
Luogo  si  U  creaci!»!!  esiste,  no  pUede  «par^cer  sino  bajto  la  eoo- 
diciondel  limf€.  (;i\eiaeìoii  con  cespectoà  etemidad  equivale  A 
presente  porvenir^]^  quo  llamamcMs  lieBÌpo;-^H:rea€ÌM  con  *es- 
pecto  ò  la  unidad  «s  Uttiednd  quo  no  recibe  su  exiateneia  sitto  del 
fundamento  de  la  idèntìdad  «bsolntà,  oon  rehcion  à  la  inmepié- 
dad,  de  lo  qne  c#)ioeem<>$  j  cbmprendenite  bajo  el  nombréde 
espacio— Bl  acto  da  Diosde  identid^ad^  ó  sea  drdeoy  libertari, 
es  libertcìd  en  el  bombre— fosailidad  délmal— Grèacionenfid, 
bajo  todas  susfaeefl  ó  modo  de  ser  posìbles^  es  finita  con  respéo- 
^oà  lamanera  ini^itti  dètidr  del  s/er  absoioto^  Yemos  seftores,  qme 
lasnecesidados  de  la  Hazon  conocidés  bs^ò  el  oombi^e  de  catego- 
rias,  seg^a  Ariatóteles  f  Kant,  no  bàcen  bino  dbemostrar  elli&a- 
damento  coexisteale  de  hi  raMa  7  ck  H  fó-^La  FanoA  se  consti- 
tuye  en  juea  de  Inruzdn.  {Signiendo  qué  principio  la  snbjetL- 
Tid<id  absoliita  }u4g»#ó  ù  la  sUbjetividad  absolnta?  ^Y  en  rtrtad 
decual,  larazònju«st|arà<dl^rrDr  y  é  lavefdad,  si  la  terdad  7  n^ 
error  ooi  sondino  fnotdificacioaes  de  ella  misoia?  Cl^ro  es  qtte 
la  raa>6  wUì  baaadli  f  n  la  brise  etjefwa  de  la  itfision  de  D»q8<  \f 
'tfi^  aitai  que  ella  comienia  cdn  fa  Sé  para  snparal^se  en  ei  mètodo 
J'  voi  v^  à  enoomlrarse  ooaelbi  ed  lo  Aum  etevado  de  U  piràmide 
e&entlflca  }  téligioso. 

EI  5^r,  el  objetivo  absoluto  es  causa  pwipié  nadà  poeda  e&ialir 
$tn  ser^-^sey  7  d  ser  fiMte'nioripQdièndò».t!rtaars0À si.  tnieni  ni 
ewgondbai^  todd  el  ner^  no  Oibaitsnte  la  pesibflidad  iiidefiDida  de 
•nnd  agr^^adbnlsin  Unfitqsv'fio  qf^d^ó  vevestir  jamàs  .laaecèsiddd 
lògica,  7  foìndiviéibilidAlciMinPnì^Qi  ^  BLfiwto  nsf  lar  ainÌBÌo«t 
eèiUmàle^a  rióvMod  rt  Ifnnljabb  inviai  ni  pnrtt  fi^         idea 


—  m  — 

del  indirisible  absoloto,  derUimitado.  El  finito  es  efecto,  entre- 
tanto  caàl.es  la  ley  dal  éfectò? -cuti  m  destino? 

Es  este  seftores  el  problema  caya  solacion  es  nna  religion  ó 
nnaifilosofia. 
«     •  »  •  ' 

Où  suis-je,  où':^iHe,  .èl  d*oà  raii-je  tii^. 

yOLTAÌRE. 

.1 

(  Qué  coBa  es  nna  religion  6  una  filosoffa?  Sina  liner  respnesta 
I A  eoa  inmortai  interrogacion  del  alma  humana  que  nos  agita  7  se 
levanta  terrible  ante  el  pensamiento  caantas  reces  escnchamos 
al  Diós  interior,  óvemos  soplàr  sobre  la  humanidad  é  ese  espi- 
ritu  incomprensible  qae  trastorna  sociedddes,  destruye  impe- 
rios  y  règeuera  él  la.hqinaiìida.d  misma  cnando se  creiapróxima 
A  bajar  al  sepulcro  de  la  ve^gùenza  ó  de  la  indifcrencia. 

Lacreaeion  tiene  un  destino,  tiene  nn  principio— ella  avan- 
za, nna  ley  la  domina — llena  nna  necesidad,  nn  fin  debe  ser  sa 
-objeto.  Todas  las  afirmaciones  qnepreceden  paeden  reasumirse 
én  està  :  El  finito  partiendo  del  infinito  aspira  al  infinito.  Dios 
xreando,  no  se  àleja  de  sa  obra  porqiie  entonces  està  pereceria 
ialttodole  el  fondamento  necesario  que  es  el  ser  y  la  unidad — 
Biosesti  relacionado  à  la  creacion  y  està  vinculada  A  él— Dios 
dà  el  ser,  mas  no  dà  todo  et  ser,  y  ail  darlo  dà  con  él  todo  lo  que 
constttnye  ai  ser  que  dà  y  el  destino  que  debe  llenar.  Puedede- 
eirsè  que  creando  él  reaiizn  una  verdadera  encarnacion  de  su 
espfrittt  con  las  solas  difercnci2i3  del  modo.  Él  es  uno—crea  el 
multiplo,  mas  en  e.ste  multiplo  bay  ìndividuos  que  representan 
su  unidad.  Existe  forzosamente  y  hace  existir  por  la  fnerza  que 
dà. al  ser,  y  que  consUtaye  el  poder,  la  sustanda  real  fuera  de 
Dfos;  esiste,  se  ve  en  si  mismo,  y  encarna  la  ley  que  hace  que 
^os.seres  seaneUosmismos  y  nootros,'  es  decir  las  diferencias 
^especificas  de  los  individuos.  Y  Dios  termina  en  evo)acion 
eterni  sobre  si  mismo,  siendo  la  persona  que  es,  que  se  Té,  y  ve 
y  siendo  el  complemento  infinito  de  si  mismo  constituje  la  vida 
dela  persoqaIidadin(init|i. 

La  Vida.— Dios  dando  el  ser  da  la  vida,  ycon  .ella  las  condi- 
aioiies  necesarias  que  spn  la  aspiraeion,  Ja  marcha.  el  desarro- 
31Ò,  el  progreso — la  asanoion,  ei|i  una  palabra,  todo  esto  deri^ 
-aando  de  la  nocìon  del  finito.qne  c<^stituye  la  creacion. 

Exiateen  Diaslavida  7  altrasaaitirklalràsnìitecon  sa  con- 


^•- 


I 


/ 


—  1S3:— 

dicion  faDdfime&tail  qac  es  volVer  à  la  6ienté  de  doàde  partid— * 
La  rida  relativa  no  existiria  sino  tiìviese  por  sosten  là  vida'  sa-^ 
prema.  ' 

Hay  en  Dios  respiracloo  y  aspiracìon  del  ser  j  es  el  amor  ;  1a^ 
creaciòn  quieaes  respoodeaen  losseres  inferioresporsustrnns- 
formacioues  suceiiTas  en'  fbrmas  mas  acàbidad^  j  en  el  hotnbre 
poreldeseo  de  fùerza,  delua,  7  de  amor.  Ifo  no  os  mostrare 
la  armonia  de  la  creacion«  eì  amor  de  las  enistencias— las  rela* 
ciones  indeatructibles  entré  sns  leyesy  sii  sencilla  y  noiversal 
nnidad^esa  perpètua  transfiguracion  del  amores  del  hombre  de 
quien  me  ocaparé  especialmente. 

Yenimos  de  Dios— he  aqol  el  punto  de  partida.  Estàmos  en 
marcha — Y  nos  dirìgimos  a  Dios  principio  neeesario,  porque  sino 
tenemos  al  infinito  por  mira^  qué  se  interpondria  eutre  la  hu- 
manidad  y  su  Dios?  El  hombre  tiene  un  destino  incomplèto  j 
aspira  a  completarlo — durante  la  vida  aspira  à  la  inmortalidad,  ' 
finito,  desea  sumerjirse  en  el  infinito,  personalidad  creada  por 
Dios,  quiere  la  lozpara  vivir  de  ella  la  libertad  para  hacerse  dig- 
no  de  poseer  la  facult^id  de  reflexionar  sobre  la  creaciòn.  de 
considerar  el  destino,  de  Ter  el  tieropo  en  el  momento  invaria- 
ble  de  la  afirmacion  primera,  7  de  la  union  del  ser — vive,  ama, 
y  pide  el  alimento  sagrado  de  la  existencia. 

El  hombre  ama,  decimos.  7  no  os  parece  que  esa  palabra  en- 
^  cierra  el  acento  de  la  naturaleza,  él  suspiro  de  la  creaciòn,  la  ' 

peticion  inmortal  de  la  bumanidad  de  todos  los  tiempos  '7  In-  ' 
gares?  • 

Si  -  Elamor  esel  aguijon  que  tenemos  para  cumplir  la  Ie7-;-Dios  ^ 
es  amor— -puesto  qub  existimos  7  sostenemos'su  mirada,— 7  el  ' 
amor  que  Dios  ha  puestó  enei  hombre  contiene  en  gérmen  el  ' 
cumplimiento  del  fin  de  éste — Y  no  se  diga   quelaciencia  no 
tiene  nada  què  rer  con  el  amor  7  el  sentimiento,  porque  la  cièn- 
cia  tiene  fdrzosamente  que  ocupaf  se  de  Io  que  existe,  so  pena  de 
CQijMlenarsè  a  la  impotencia,  7  tan  existe  el  amor  que  es  el  ter-  ' 
mino  que  oierra  la  evolucion  metafisica  de  la  idea.     la  .vàrie-  ' 
dad  no  pbdria  existir  ^n  la  union—tampoco  un  Éer  sin  la  aflni-; 
dad  consigo  mismo,  sin  su  propio  amor,  sin  relacipn  à  la  lini* 
dadauperior,  sin  él  impulso  del  finito  hdcia  el  infinito,  y  sin  la  ^ 
beHeza  del  iùfiniio que  atrae  alfinito.  ' 

JBIamor'se  llama  óator,  atraccion,    éii  la  naturaIeza'7.no  se  ' 
dìri.fÉe  la  eiedeià  ìio  tiene  que  vèr  con  ima  de  làs  condiciones  ' 


r 


^..IMI — 
4ft/^?|iÌ8WteIKWl»fr#irki  tifila»  f^  yei 

r  Hemos  risto  el  tUtimo  fundamento  de  la  religion  y  la  filoMiCa) 
qgfi.,e;f^  la, «nii^iV  l?rtef ppfiiifiWWiHftiaWft^  «lAfUnlft  8éla  reKgiea 
d^ìk,Spfi)y^  4^^  esp^ci^  taWW»»»y^  qB^htt  piaQt>ead0  lo9 
tgE^ij^K  PFpM^^fasi  ii90 1^  taraii^mAw:  los  Re«erEoioiies  di&6datf 

raUli:J|8;^  c»cqf>liaiW«fi««te.aiifijPi  ftste  ée^t^  està  déda^,  eslo»  m* 
i|i^ejmf^4pl<>nqs,  €^9j9r#£|inf(h(s  lnìsleoifl'qiiepoatrMiala1maé& 
lOA  ii|pii>e^lps  4e.  asj^ffficiMK  de  o^tridOv  ^de  ertor..  Job,  Pro*- 
metheo,  Fausto,  Byron— ShasTera9r**^qhiejaoyitfmronolasdeese 
j^i^o^  JAteiiso.  4^  f]Hi:»t(M9Q.dTe  amor  quei  n^  poede  coropren- 
àfixu^  DÌ,$;UMfac«rse^^.ioae«tes  l^cBpaiÉasa  niuerte,  Ins  tìnte- 
bl^9i  ^ei  j)prTii^eQÌi^'  1q  UMroin{)l^tQ  deri^Yida,  jn  de  la  accìM,  el 
e§p^>ftià/c:uIp'del,nfoJ^  deM^s^t^^l»^  el  lombr^  y  los  pueblos  en^ 
esAlavHqd,— la  v.ergù^i»a:  ^c^ada'^dnranie  Bigioni'  a  la  cabeca  de  la 
hjamni^dAd,  montequ^cf^.  arifstpeiratt<Mi;^  ete.    Todo  esto, 

seOarq^^  y  eliousteifìo*  yagp  <)q  Iit  DtitQraleia,  doraste  sus  horae 
sUencijp^a;9r  Id'^^UezpqiiO'lia^^^  lh»^rbnt6  Ia.]inpotencia  de  una 
satjsfaci^^^iiupreioa^lased'  de  hergì^mo!,  de  cieocM,  denbertad 
de.j(i*xiiex4ii^a(i^  qaé  qo»  ^ìqo  retlliQp^^s  del;  Uiliirtlo  qtie  atravie* 
san  las  tioieblas  del  peqsdfaif^irto,  lettautr  en  d  céraeM  del  ftom>- 
bcf},^3f  el  if)4Uiito>  enr  Dk)^?  tioawencia  de  la  ley,  et  racio  en 
el^eor^a^oi}^  aiemprela  ÌQiuoFtfil  mtierc^giKwiilqtt  noe  coDiDiieTO, 
la ley  qi)c^  nos oblig^u  I^  ^d|i  quem»»  {alta^noa sofoeas  faìae- 
cica  qae  se  desborda  faera  de  nosotros,  son  todos,  efectos^  de 
q^e  la  r^ijioQ  ba desapareci4o .^«prMtela tempealad 4et  siglby 
eV  hojnbre*  ao  ifLf|ic^  su  fiioa  w>  ^tadte»  los)  UtatemiaS)  qée 
e^apap.flv^eeade  suaUtùostpero  jaoato  i^^mtncmxu^ 

\  ^ì  jK-QbWoa  e»  puea,  aeAoi^QS^^el  pmbleaia  iiellgio«>^  quelo  e» 
A  la.y^,de  Ufpiari^a,  dela Jiitqlige9QÌ#,.y'  dri-  amori ,  Itaa  ffld* 
80/I9  ^3.  nefc^smóa  por  cQ^tofsiieYftr  AMtitffiQflnun,  Cv  ilfènarM»* 

L.  de  Gi;ef[$fi<;}^.]r  espenanacq,  4i  A  lo^aQrQoaiiQii  ci  autori  .  EsMiprl*-^ 
cipjif^^gr  ;s^tà8,.qoe  por  '^atUfoc4P4  tode^  n^fatfsfiaceiD  ft  '«ratfày 
qiie,«Ìvi^J^^       QbÀSfqo  del  alouH^iiMaf  PWteittarse  4eì  ti  AplK 

•^^^fe®''/  *'  U^nfuiwi?e^<ji^<^i(|ip.hiw^ 

peq'aeaecèr  al  hombre.    No  ^^IPW  ^iMMi^Jl|l  (AtÈàià  Milv^ttK 

priinien4o  ]{^iLdifii^il|^f;i^  l^«iMt4l%  jiif^  mtt'ììgià^  f'wìm 


I 


Ia;/CfoolMÌM  dq^QAtiéffoet:  d9.4èi»deiicia. 
idfiJMbiDipiipMBlikteBfdiiirsttepctrilit  q^  Tembs  j' Hit  iio^ 
gonlt  (»»i]>ii:pfOO0Si  aìkfeèiii6iièQfiu  Vleiiioa;làqn&iuK^pod^nóS)«»' 
pttMt^  7;<M>6lno9iflMpf»r  lo.  iiB»t>I«eiìiile5opèiia  dà.  naganstapiii^ 
libelli  7:.lM  jìbA%.  BboMia  estjibtecido  el d^mii,  que  eà  la  : verladd^ 
el  ajDor.qild  i^laivida,  réstnnos,  la.  slQDila  qlie  ealà  nioiialvqaft> 
UeReporifiiDdam^iitOveliielliAaibrQ  là  lèbertad. 

SigaièQdotmeafw.  pxt)ced£ir.  ^ta/ie  e«lila  nocipade.  liber^^ 
tad:?.ai^Qa  «rta.yerdadi  qeoQsaiwi  diebe  encontrarse  eli  Iia.iifijniia.T 
ciia}i.|Miniuia«'  ffliiuliiijtoe&.tatnbieikelrbietìiibsbliitó^  élqpùeM. 
el,biéD.  moa  cneando^  él^no  pnediQ  dar  ^  asia  QreatQra&  amo  e^ 
bted  rjslattTD,  p<ìr  qoedt  ofcro.modoél.'ae.  reprodacìi-ra  codio  abn 
8QtuJ:o«  lo  que  es sbordo*  Atos  eo.no.  pefjiohalida<ilinfÌMil.a.u^, 
tidrta  ottsa  te>  qu^  ti  protpia,  y.  de  &ode  quianla.  reeibimo? 
£s.i#  KbfirV»d   abioWar— dite W>$:  qoq,  RauBsfiau -«// jtjfiwf    ce{l 

L  9i^*é/  t><r?f ;.»  Ii^  I}b«rtaiQl.e8ieI:  po^  sv  Qon  oonci^nck;  é^  do  t^aarlÀ 

aerili  ffttatidflA    1%  wftri^uci^eD.  Woa  ea.  el  bicn  abaptafc^,,  J.  1|L 
lib^6Ui4 W  escpor,  coi^pq^npiai  alff  o  el  poder  etern^uqeplbd  f^m^t. 

'       #  zadoenlt  coQciencia,  creando  la  nutaraleza  inint^l^jgeat^  bl(j49lfi 

pl^i^^  ppt^ftfi^i»  RW<» :<f«mflli wdo  sft  e vplacÌQp.asi9«9tri0ptQ  ra|a 
obftt{iiiridji4  ictfniBse^^,  ppm#^<  •*  iiai«ir^le«5a  nQ.  pi^npji,  i»  ^ 
hftiptee.q^iffp  tiw4u««W;  pflii^f^ii^ifinfOi  y  lo  e«eip»tìT-.lia  Mbimr. 

k  Ie^.(|9piraiA)p§WAilHe^tPjCQfÌo  qos.lo4f9^cie^  eti  aWitf9iiikn 

^  foiwaAÌ9Re8.f|i<l$aìyaai   DìiJi^^ry.l^aintA.  ^  anSMÌAf»Oi(lof90,:ìi|.^ 

biuiQl/^avfi&cabofiftnpr^aiwijailfflfno.  para  I|^  Im,  tMfl|lAiIiifiAfti 
lleg^4  ^l(^;sM^  ^.  c^MhfP  4^^(l  Hber^(lvqilf);eAiQ}|fi!qdjWililn  ; 
ta  dre  laiin^iiidufii^ipaifisMoii^k  doiJtaia  ei&tataaiuiiSà    Bodemàso 

\  d«^i$  k  natHrAJcM  Uega.«l;  pftii«i»)eMaiCoil.  la^^  pBFsoàalidMfc,  Ai 

trLSk^Wsms»^M^\m&^  copdwipq  dfi  lfi>r^»ft}iiG«mM 

fi  d^iPiqft^    !l^jpa<ipriteft^bftittWil4§ià4ft»ua«^i;elhQa^        Eaton 

iieofeiOriii|)(»9lo;4#EN'rriHac^Mtms  itle UfiffMBÌailii  4« rillMebè») 4ftp 
tr!4)^0u  4€kiqftVWkM0(.  ipATSIl^^ii  i|illiQtólM(ldr<<ftn«Uai^qìlii»hji 
mkxttoiddiiiu :r)nilpi^i0hjqiif7<»4«  iM  ì^itf Ì(Mràl»PNPliMftT. 
di«Milks>ialiof¥>?il«M4is%»idiM«mif  otf ,;  ^sM 
la  «MdMiMl  iA€iMfeiaJ«fft  fem  qb^M^lifeie  |0(iuM#fMno  fa»fth 


-^496  — 

otr#podèr,  ysu^concieiicia  enliiléy  qMloirae^  l^a>f  em]MJ«  4^ 
la  unificacion.  Està  faerzafcònsrièntéiettepòckrqiieteooiìocft^ei! 
Ift  liberlad;    La  nataralezà-ya,  elhombre  obédece,  la.natortlexa 
66  poder,  mas  no  viendo  la  ley  es  fiitalidad.     Becordad  el  8(m- 
bolo  qae  en  este  instante  arroja  luz  à  mi  esaurita.   Se  repr^senta^. 
b$i^  la f  tafìdad con los  ojos  vendados.    AUi  donde  laluz.bacé' 
Ter  la'lnz  latente— la  fatalidad  retrocede  y  la  libertad  9e  maes- 
tra. Esto  sucede  en  el  hombre.  Dios  es  libre  porqae  no  teco  *• 
noce  mas  superior  qne  su  le;  del  bien  absolnto.   Crenn  Jo  una 
personalidad — ella  debe  encarnar  sua  propias  necesidndes  cons- 
titutivasronla  sola  diferencia  del  limite  en  el  éfeclo.  El  infinita 
es  la  eansa^  es  persona;  si  etiste  una  persona  en  la  creacion, 
ella  debeser  la  enpamacion  de  la  causa.  El  poder  decansalidad 
es  h  libertid—- Asi  el   hombre   qné  es  intellgencia,   persona, 
causa,  el  bombre  es  un  ser  libre.  Fichte  ha  diche:  «Soj  libre,  he 
aquila  prueba  de  la  libertad»  Kant  dice  :  «Obedesco,  luego  soj 
libre»  Permitidme  decir  à  mi  vez,  siguiendo  la  teoria  espuesta? . 
El  hombre  ve  A  Dios,  luego  es  libre— Vision  j  libertad — el  de- 
ber  hace  la  libertad,  sin  Dios  no  bay  deber— 4uego  Dios  es  la 
libertad  roisma. 

Tòda  criatura  posee  un  principio  de  individualidad  ó  egois- . 
mo  que  constitnye  su  existencia  j  sin  el  qne  no  seria  mas  que 
una  idea  divisa  sin  realizacion  esterior;  este  principio  encierra 
una  tendencia  bacia  si;  mas  begun  la  léy  gener&I  de  la  crea- 
cìon,  todo  individuo  debe  marchar  bacia  la  unidad.   Aqui  co- 
mieìiza'la  posibilid'ad  del  mal.    Hay  dos  tendeneias--la  tenden* 
eia  finita,  y  la  infinita — ^cuél  debe  predominar?  segun  lo  diche —  < 
lo-  finito  debe  tratar  de  sacrificarse  è  lo  infinito,  y  aqui  la  pala-  ^ 
bra  inck*ific'io— el  simbolo  de  los  slmbolòs,— la  ley  de  las  leyes  es 
prescntada  comò  el  simbolo  fnndamental  de  tòdas  las  religio- 
nes.    Està  )ey  es  la  ley  de  la  naturaleza entera  que  Uega  Ala 
reflexion  en  èl  hombre.  El  centro  en  la  eircunterencia,  la  attac- 
cii>n  y'  la  éspànsion  en  los  cuèrpds,  el  focodeagregacìon,  la 
fderza  de  toda  orgaiUzacton  què  ilamailaunidad^lasdiferencias 
qne  Gonstitnyeii  toda  forma  de  vlda,   la  mnerle  ó  lo  qué  eslo 
nriame  la  transformàcion  de  los  aerea  ;inferiores  para  servir  jr*^ 
ayudàr'al  desarròllò  de  los  séres.anperiorea;  la  libertad  del 
hoibbre  qae  describe  elmovimiénto'de  la  lej  y  predace  él  <a*  -> 
crìfieiOi  el  heroìamaj  la  vlrtad;  Ip  nutltiplaeidad  de  ba  sensadp-  l 
neaMÌo^ae  con»iòrle.eii idea  4 iaipalsòa  de  la  wldéd  qaèdÌH  [ 


.1 


—  13»  — 

mis»'i«sifiipresìénés;'laiD«iItìptié{dAd  4é  lÀs  ideiis  qiie  de  vcrehe'  ' 
razdni'én'^trtiiddeliiifiipo^iòioH  tina  é  intlivii^ible  de  là  fórMtflaf 
neceMrlo^lai'pasiVidbé  *de  la  razoii  qite  Tiene*  A  serluz  y  lìber- 
tad  por  la  vision  de  Dios,  unidad  de  nnidades.  Tódo  esto  no  es 
mas  que  el  moTìmientò  de  laf  creacion  bacia  sn  principio, — el  sav 
criAeao  del  egoismo  de  laptirte.  el  fenòmeno  de  lo  reloiÌTo.  bacia 
el  todoyloinvariable;  ^el  moTimiento,queno  esolracosa  qne 
elsacriilcio  del  pasadé-en  aras  del  porvetiirv  de  un  pervenir  que 
se^  aleja  siempre^  7  està  siempre  presente,  sin  el  que  la  Tida  se- 
ria la  inmoviiidad,  7  lamuerte  la  forma  de  la  nnda  que  no  pue*^ 
de' eomprenderse  sino  corno  unpensfaraientoconti^adietorioal  de 
laexisteacini 

Dejamo»  establecida  ?a  fé  y  la  metafisica  fundamental  de  la  re-     "7 
llgion 7  la  filosofia,  probaìido  que  ellasparten  dcd  mismo  princi-       < 
piottiendenal.mismofit]  óresultado.  Et  principio  es  Dios  7  la 
creacion.)  7  enesta  elhombre,  la  vision  de  Dios* autorìza  la  ra- 
zon,  lafé^  la  libertad  7  el  movimiento  de  la  creacion  hAcia  su 

principio.    Todoesto.forma  el  dogma  qne  contiene  en  Sila  ra- » 

zon  delalèy^evida,  quees  lamornL  La  moral  no  puede  existir 
sin  causa.  Sin  unidad,  si  ella  es  verdadera,  precisa  unfundamen- 
tonecesariamente;  estefundamentolo  encueptra  en  el  dogma  de 
la  creacion  por  el  que  el  finito  tiene  por  le7.en  la*  naturaleza  7 
por  deber  en  el  hombre  el  sacrificio  del  movimiento,  aislndor  de 
la  individualidad  finita  que  es  la  causa  del  m^i  al  movimiento  he- 
róico7  unitario  de  sumereion  en  el  infinito»,  sin  abdicncion.  En- 
cuentro  laprueba  de  lo  que  espongo  en  està  fai  del  fùndamenlo 
de  midialéctica. 

'V^rdad  es  lo  que  es,  error  todoaquelfoqne  noes  ò  no  existe; 
por'tmto  todo  aqoello  quetiendad  penetrar  cn  la  nada  es  falso, 
7  todo  aquello  que  tienda  é  acrecentar  su  eitsboicia,  por  ati  dé- 
cirlé^,  *  acercarse  mas  7  «Mftal  infinito,  qnees  ci  5fr,«s  verda* 
dero.  La  aspiracion  concèntrica  del  egoismo  de  la  piedra  qne 
qulere  ser  sièmpre  pledra,  del  animai  '  qne^  quiere  continuar 
siébdoloy  seopotie4làifradindon  dei  lalnz  que  contiene  sir^ 
oi'ganizacion;  està  aspiracion,  digo,  tiende  al  aislamiento^A  lafor- 
roaciott  de  mncba^  nnidades  6  re7ecia9  dbetraetoras  de  la  crea^ 
ciM,  àla''ana#quia  de'krsiaeret^j'Soataies  tendencias  >làg  que 
autdrtcan  mi  prèjioiljCtofi ^)  de  ^òe  da  aépiitat«onabsolutii''de< tu  in<a 
di^«ftlidad'qu4  trafà>  dei  sumevgirs»  osi  i^efUtidirse  'en^f  Mlsma 
tieiidelà4ati«<U,4é  4ok<iif4iwdtt9«pqd«ilO'j^  te  . 

40 


^t 


—  13S  — 

encnentranen  lat  nnidades  menihrosas. — La  creaeion^  attleìrw^ 
ea  ima  repàblica.  Ed  el  bombre  «a  la  oiBDipreaeiicia  de  la- li* 
bertad  en  la  aoidad  iofioita,  y  aqa(  Uego  directamente  à  la  huk 
ral  comò  coDcienoia  de  la  creacion. 

La  morales  la  accion  del  dogma  anidad  j  libertad. 
'  La  creacion  es  una,  reconoce  una  miama  cauaa  7  un  mianià 
destino,  tiene  por  ley  la  frateruidad.  i^Uu  dice  al  bómbre:  sé 
libre.  Sin  libertad  Dioa  no  resplandece  ea  tu  alma  *  La  tìsìoii 
de  Dioa  es  tu  titulo  de  ciudodano  en  la  ciudad  del  eterno.  Dioa 
no  admite  la  adoracion  de  los  esclavos.  Sé  libre — esdecir,  (?oza 
de  la  igualdad  en  el  derecho;  ved  ahi- Io  que  dice  referencia  al 
fondamento  pensante  7  reflexivo  del  dogma  en  la  moral.  La 
creacion  siente  la  ley  del  movìroientoy  del  destino  snpremoori* 
ginodo  por  el  llamamiento  de  Dios,  y  por  el  arranqne  del  al- 
ma homana  bacia  sa  principio,  de  donde  nnce  el  principio  que 
hace  obrar,que  completala  union.  El  supremo  amor  bacia  Dioa 
— el  amor  bacia  las  igualdades  de  mi  mismo— que  se  Dama  fra- 
ternidad,  y  bacia  los  seres  inferiores  para  ayuJarlos  d  la  obra 
uni  versai,  de  la  queel  bombre  se  hace  Cooper  ador  en  virtud  de 
su  libertad. 

Permitid,  seflores,  os  cite  los  siguientes  Tersoa  de  Voltaire 
que  espresanen  pocas  palabras  lo  que  acabo  de  esponeroa  : 

Tout  amonr  vient  da  ciel  :  Dieu  nous  chérit»  il  s'aìme. 
Noas  noas  aimons  dans  nous,  dans  nos  biens,  dans  nos  fila, 
Dans  no3  concitoyens,  siirtout  dans  nos  amia: 
Cet  amour  néeessaire  est  rame  de  no(re  àme; 
Notre  esprit  est  porte  sor  ses  ailes  de  flamine. 

Estosveraos  religìoso-filòsóflcossalidoadeboca  del  flagelador 
de  la  igleaia  católica,  y  de  toda  unidad  mentirosa,  apoyan  lo  que 
he  tratado  de  probaroa. 

Beligion  y  filosofia,  fé  y  ciencia,  armonia  sublime  de  la  aflr- 
macion  fandamental. 

Béstame  tan  solo  para  terminar  està  aegulada  parte,  eaponer 
doa  deduccioues  que  cierran  la  eTOlucion  del  peusamiento  y  del 
amor. 

El  bombre  debe  adelanttir,  el  adelanto  ea  el  esfuerzo,  la  aapi- 
raoion,  et  deber.y  ci  dolor  para  conaaguir  el  bìen, «{uenopuede 
aer  otro  que  la  poaeaiiMi  fle  su  ahna:  de  aqui  parte;  aegun  el 
métodp  la  idea  del  trabejo  padre  de  la  industria.  El  tóea  ae 
presenta  A  lajyibertad  comOiOOiaMCaencia  deLea^eraQ^yeaapro): 
(        " 


—  139  — 

pìedad  alimentadora  ^  dà  en  la  saeesion  de  la  vida.  Propiedad 
limilada  corno  Io  es  el  mismo  en  sa  libertad  ;  propiedad  infioi- 
ta  qae  es  el  bien  absolatov  qae  no  alcanza  mas,  que  sostiene*  la 
propiedad  de  sa  persona. — Q  trabajo  es  la  apropiacion  del  bien. 
La  idea  del  bien  antecede ^  preexiste  A  la  idea  de  trabajo  corno  el 
finpreexisle  À  losmedios. 

Para  llegar  à  la  posesion  del  bien  es  necesario  el  esfoerzo, 
mas  el  esfaerso  supone  un  antecedente  forzoso  cnales  el  eonoci- 
miento  del  fin  y  la  anticipacion  de  los  medios.— El  conoci* 
mientoes  elbnntismo  religioso  de  la  edacacion,  la  anticipacion 
es  la  capitalizacion  qae  Dios  ha  dado  à  todos  los  hombres  por 
intermedio  de  esa  madre  aniversal  qae  nos  gaarda  en  su  seno, 
A  qoe  liamamos  nataraleza.    Esclamemos  con  Dios  : 

{Baatismo  de  laz  j  bendioion  de  la  nataraleza  sobre  ti  des- 
graciada  humanidad^  proletaria  de  todos  los  tieropos  en  lastinie^ 
blas  del  espirita  corno  en  las  mtserias  de  la  tierra.  Laz,  Na- 
taraleza— palabras  de  órden  de  todos  los  tiempos,  exalaciones  del 
dolor  tradicional.  Qaisiera  anticipar  con  nnestras  almas  esto 
ante  los  tiempos,  j  ver  A  los  hombres  amàndose  yposeyendo  la 
tierra. 

El  arte  és  la  realizacion  de  lo  bello  resultante  del  inconcebible 
misterio  de  la  vision  de  Dios  en  el  bombre.  Ynelven   la  atrac- 
cion  del  infinito, 
i  La  yerdad  es  la  vision  de  Io  finito  en  el  infinito;  este  espec- 

tàculo  sentido  por  el  hombre  lodo  entero  comò  inteligencia  ; 
amor,  revela  Io  bello,  qae  segna  Platea  define  adroirablemente, 
noes  sino  :  fuEl  esplendor  de  lo  verdaderoy>.  Està  definicion  ha  si- 
de precisada  por  Lameniiais  en  estos  términos:  «£o  bèllo  es  la 
forma  de  lo  verdadero.i»  Dios  es  la  verdad  absolata,  luego  es 
la  belleza  absioluta,  es  decir,  el  espleador infinito  de  si  en  simis* 
mo,  la  forma  eterna  de  sa  ser.  Debemos  precisar  los  caracteres 
distintivos  delobello,  de  modo  qae  podamos  darnos  caenta  de 
sa  ne^esidad  7  diferenciasrespectp  4  las  demas  reflexiones  de 
la  rerdad. 

Marchamos  h^cia  el  infinito,  sigoiendo  la  lejr  de  la  existencia 
del  finito  qae  es  el  movimiento  Mas  el  hombre  qae  ha  visto  y 
por  consecuencia  es  libre^  semaeve  doblemente,  obédece  à  sa 
destino.deaoamaneracomplexa:  ò^i^edece  à  lo  verdadéro  por 
el  convencimiento,  y  à.]o  bello  por  la  alraccion.  .  La  vision  de 
lo  bello  es  el  resaltado  de  là  inteligencia  y  del  amor*   La  inteli- 


►■ 


"^^^r^Vm^^  ^^  la>^fi»ccion.  de,,  la,  ley^^qp^  ep^.la^^beU^M 

EiMto  e^lalolffa de  k),b^Uo,  Iqegala, weac^j^ga j^^lfl,,  I**,.^ 
soj^  Aifwepcia  con$ipte  ea  lo  rf^jajivo.4  su  eseuci}^  por .  cn^^L^q  ^ 
no  puede  ser  dùplice  la  perfeccion. 

^Cuàl  es  seguii  lo  ja  establéoido  la  belleza  de  la  jcreaeion? 
Siguiendo  el  mètodo  remontémonos  al  principio  de  la  afitnia*^ 
cioh. 

Lo  bello  es  lo  verdadero  en  la  unidad  de  la  contemplacion. 
Lo  bpUo  relativo  debe  ser  una  forma  del  deber  eh  las  criaturas, 
la  4i8cencioQ  del  finito  hécia  el  itìfinito,  la  minrcba  de  la  verdadr- 
el  acrecentamiento  del  seró  enotros  témuaofi,  el-espectdcolo 
delesfuerzo  del  finito  hAcia  el  infinito*  Tomad  los  ejemplos  de} 
beròismo  que  es  la  belleza  en  accibn .  7  yereis^  sea  cual  faére  el 
ejemplo  que  escojais,  corno  en  el  fondo  es  lo  verdadero  lo.  quo  hace 
reòplandecer  à  lo  bello.  Lo  bello  està  en  Dios  v  en  las  creatu- 
ras  por  encarnacion;  conviértese  en  el  idea]  etèmo,  el  eterno 
amante  que.  per^igae  la  creacion,  conservando  un  tipo  en  Dios, 
fuente  detoda  verdad.  Dedùcese  asi^mismo  de  loexpuesto  que 
lo  bello  supone  eldogma^  nada  haj  fuera  del  dogma;  el  es^  si 
puedo  serviripe  de  una  comparacion  matematica:  La  line.ar^ct0 
de  vn  circulo  infinito. 

Lo  bello  ha  dado  orfgen  al  arte— que  no  es  otra  cosa  qae  el 
trabajo  l^nmano  por  realizar  lo  bello.  Està  realisacion  és  mùlti- 
ple, pero  idéntica  en  cuanto  al  fondamento;,  es  intema  7  moral, 
si  06  haceis  airtista  de  vuestro  70,  si  transformais  vuestro  ser,  si* 
guiendo  el  ideal  que  teneis.  siencarnais  di  heroismo, 

El  arte  es  esterno,  si  por  medio  de  la  materia  reprodnce 
cualquier  aparicion  simbòlica  que  representa  el  objeto  de  vùes- 
tra  aspiraci on. 

HLemos  visto  que  la  verdi^d  delas  manifestaciqnfs  de  Ja  vida 

("       està  en  la  vision  de  Dios  7  de  la  libertad;  que  la  religion,  la  fllo- 

sofla,  la  industr,ia  7  el  ar^e  reprpdpcen  Jo^ispnio^  J)ajp  forra ^s  di,- 

/       fereìites;  7  la  verdad  aé  Ia^f^rmi)Ia  que  os  presento  puede.  ser, 

probada  aun  por  la  histor^! , 

Éiìste  unidad  en  la  industri^,  en  elarte,  en  todos  los  xamos 
de  la  moral.  en  el  dogma  7  en  la  ciencia.  Està  unidad  es  la  fé 
pnmera..  la  voz  del  ser.  evicleucit^  en  ^  pjropio.  d^  donde  nacela. 


-"Hi-- 

Vfif^'^i'jfa  ^ariedad^rfe  8^^  ferìriés.   Cambiar 'el 'dògma  èa'gait- 
*fcarib  Hbdo;  porqWe  .fóltaiiaota'lìa&e'te  dei^rumba  et  edificio. 
^iSoìspiihtheista.    lBii*àd*i4l  ttrìepte,  Véfdsu  poinica,  su  moral, 

*  saindustrìj^/s'uai^te  i^ejirdducietìd'o  ci  dogma  terrible'y  mòns- 
trcTosò  ^el'^i'ab  tddo  diviUizado.  S'e^id'Iahistoria  de  los  mona- 
mebWHela  hamànidad  y  Yiérfeis  à  lag  i*evoluciones  religiosàs 
renòVandV'là  tiéWaV  ^or' declìvio  asi;  'kTIi'tin  dogma  de  tìitierte 

*  engéiidrando  la  óciòsidad'y  la  fealdad,  acd  ubo  de  futalidad 
autòrizando  ciénf ificamehte  la  nòarqufa  y  eT  duelo  h  mueHe  del 
Tioirìbre  cónelhombre «homo hcihiihis  Iu[$tis»,  la àdoracion de  la 
fuerza.  EI  .pensamienlo  y  la  hìs'torla  concurren  à  demostràrnos 
lasolidaridad  tìecesaria.     Là  creencia   produce  su?  iéfeétòs,  lo 

^conlrario,  que  es  él  éscepticismo,  tiene  qlie  producir  los  suyòs — 
Una  nacioi^  sin  dogma  es  un  pueblo  que  busca  su  cabeza;  las'  òs- 
cnaciphés,  los  canfibió's  oscuros,  los  sàcudimientos  febril^s,  el 
aniquilarhicuto  del  ésfiirltu,  l^on  los  signos  de  un  pueblo  sin  dog- 
ma. Preguntad  que  se  ha  hecho  su  industria,  su  arte^  su  religion, 
su  politica,  su  (ilosofia/su  industria  regida  por  el  acuso^  ola  ter- 
rible  (jue  rirrojaiS'laptaya  los  résto's  de  una  batàlla  ó  un  crf- 
men;  ju  arte  muertò,  noti^tie  èn  su  lugar  sino  el  càpricho 
fanldsficò  de  los  individuos,  la  imitacion  vulgàr,  ó  el  antojo'de- 
'  sordenado  de  Kòihbrés  que  creén  crear  cuando  no  hacen  sino 
'hacer  dejeherarTo  que  patrocinao.  ^Dóhde  està  su  àrquìtectura 
propia,  Su  pintura,  su  escultura/su  mùsica?  ^Ks  acasó  que  el 
pueblo  con  su  gloria,  i?us  instintos,  sps  tradiciones  y.ésperan- 
zasse  ha  estremecido  ante  una  ob'ra'quèle  mostràba  su  dolor  ó 
su  pcnsamiento? 

Un  pueblo  sin  dogma  pùede  recòndcérse  tambien  èn  lo  que 
llamaré  la  pérdida   de  la   palabra.  No  creais,  setìores,  queyo 

f  piense  que  no  se  hable  en  ese  pueblo,  no,  es  porque  la  palabra 

en  éi  ya  no  es  el  hombre  y  la  diplomacfa  se  ha  introducìdo  en 
el  santuario  inviolable.  Los  principios,  sean  cuales  fueren,  no 
bastan  sin  la  identidad  de  un  dogma  por  fondamento.  Suponga- 
mos  en  politica  un  republicano  escéptico,  uno  católico  y  otro  de 

I  dogma.    El  primero  marcharàtras  el  brillo  ola  utilidad,  el  se- 

gundo  nos  hablarà  de  libertàd  sin  apercibirse  de  que  él  es  es- 
ciavo basta  la  médula  de  los  hueso^;  y  el  tercero  morirà  de 
angustia,  ó  vivird  inùtil  por  la  ìndiferencia  de  los  demàs  y  por 
la  impotencia  de  su  moralidad  sin  habilidad. 

^Greeis  que  veriamos  lag  desgracias  que  vemos.  si  la  industria 


t 

f 


- 1«  -. 

j  el  comercio  se  hallasen  ligados  al  dogma?  Nò.  Si  hubiese  el 
meiior  fandamento  religioso  en  la  industria ^  ella  seria  Io  qae  ba 
sido  entre  los  Persas,  ana  plegaria,  un  deber  camplìdo  para  eoa 
Dios  en  bien  de  la  humanidad.  Mas  la  industria,  desprendida 
de  la  nnidad  fundamental  de  la  idea,  no  puedeser  sino  una  guer- 
ra, consecuencia  de  laanarquìa  j  desencadenamiento  de  los  de- 
leites.  El  estado  actual  de  la  industria  es  la  pràctica  de  la  màxi- 
ma deHobbes:  nHomo  hominis  lupus.»  El  hombre  ha  ahogado 
la  afirmacìon  ìndirisible  que  lo  ligaba  A  la  creacion  por  el  deber 
7  elamor^y  no  haquedado  en  él  sino  la  sensacion,  y  lo  que 
mas  lo  aisla,  el  orgullo  jr  la  yaoidad,  de  donde  nacen  la  ce- 
guera  intelectual  de  la  època  y  entre  los  poderosos  de  la 
tierra,  la  degeneracìoa  de  raza,  la  fealdadeo  las  almas  corno  en 
los  cuerpos. 

Podria  prolongar  mis  demostraciones,  mas  me  haria  dema- 
siado  actual.  Terminare  constatando  lo  que  eatablecl  al  prin- 
cipio. 

La  verdad  es  una^  es  el  dogma. 

La  religion  es  la  fé  en  la  afirmacion  fundamental. 

La  filosofia  parte  de  la  intuicion  que  es  pueblo  y  sentimien- 
to  para  llegar  à  la  reflexion  cientffica  de  la  afirmacion.  La  reli- 
gion  morire  si  el  hombre  deja  de  querer  à  Dios.  Desparecerà 
la  filosofia,  si  el  hombre  deja  de  pensar  en  Dios.  La  Terdad  es 
la  base,  la  unidadel  fondo.  Problema  de  Terdad  es  problema 
de  unidad. 

La  religion  quiere  un  Dios.  La  filosofia  lo  demoestra,  tienen 
por  consecuencia  que  ser  coexistentes,  idénticas  en  creencia» 
diferentes  en  la  marcba  é  inmorlales  en  la  existencia. 


DE  LA  COMUNIGACIOH  DEL  ALMA  CON  EL  CUEBPO. 

I 

^  sa oiJi«ppo«*X.jiii  •^Bi«aiolon*«y lcfcnAAt^irta&« 

(inèdito.) 

Sabemos  qoe  tenemos  alma,  por  la  conciencia.  Sabemos  que 
tenemos  un  cuerpo  por  la  sensacion  en  la  conciencia,  7  sabemos 
qne  bay  materia  ù  objetos  exteriores  sólidos,  tangibles,  Tisi- 
bles  é  invisibles  por  la  impresion  que  nos  hacen  sobre  el  cuer- 
po, j  porla  sensacìondel  cuerpo organizado  sobre  el  alma. 

La  conciencia  es  pues  la  facultad  que  nos  revela  la  existencia 
de  la  materia. 
i  iPerocómo  elcn«?rpoobra  sobre  el  alma,  ó  corno    la    materia 

'  puede  revelarse  al  espfritu? 

I  En  otros  términos  ^qué  es  materia? 

En  primer  Ingar^  las  cualidades  que  de  ella  conocemos,  comò 
I  laeitencion,  difisibilidad,  porosidad,  e1asticidad,solidez,    flui- 

deZf  liquidez,  no  nos  dan  A  conocer  el  nubstraclum^  la  esencia, 
la  realidad  que  contengan.    Los  sentidos  nos  trasmiten    la  sen- 
f  sacion  de  color,  sonido,  resistencia,    calor,    frio,  movimiento, 

f  pero  la  cuestion  queda  siempre  en  el  mismo  punto.    Los  sentidos 

que  son  los  reveladores  de  la  existencia  de  la  materia^  no  bau 
podido,  ni  pueden  darnos  la  nocion  de  su  esencia.  La  obser- 
Tacion  y  la  esperiencia  no  pueden  pues  descubrirnos  la  esen- 
cia. 
El  alma,  no  teniendo  en  su  ser  y  en  su  conciencia  un  ele- 
.  mento  material,  tampoco  puede  darnos  razou  à  este  respecto. 

'  Si  la  observacion  y  la  experiencia   extema  é  interna  no  nos 

pueden  enseAar  lo  que  es  materia,  es  decir,  si  la  fisica  y  la  psi- 
cologia son  incompetentes,  no  nos  queda  aiuola  metafisica. 
Si  algo  se  puede  adelantar  en  este  asunto,  solo  puede  ser  por 
cse  medio. 

Llamamos  materia  el  otro,  eseno-yó^  esa  realidad  exterior, 
causa  de  nuestras  sensaciones. 

La  sensaciott  es  un  efecto.    El  alma  sabe   que   ella  no    se  ha 
produeido  ese  efecto.    Luego  bay  una  caiisa  extema. 
•  jQtté  es-esa  eaoèa  extema? 


—  144  — 

No  hay  causa,  sin  anser  qae  la  sabstente,  sia  STibstaocia^  sin 
realidad,  sia  cosa  en  fin  que  tenga  la  virtud  de  producir  efec- 
rtoa.  ...  ; 

Laegola  materia  es  substancia,  es  un  ser,  es  una  realidad 
existente,  es  una  fuerza.  , 

Si  la  m2\teria  es  substancia,  su  existencia  es  eterna,  porque 
no  se  puede  aumentar  la  cantidad  de  substancia  existente.  La 
snbstaucia  es  inaumentable  j  es  indisraÌDuible. 

Si  la  materia  es  eterna,  t^nemos  el  dualismo  de  Dios  el  or- 
gani/ador,  y  de  la  materia  la  organizada.  iE$  pQsible  concilìiir 
este  antagonismo  metaffsico?— Piosotros  prostergamos  estar  ci^es- 
tion,  quizils  la  fpas  difieil  de  la  ciencia,  para  volver  al  punto  que 
nos  ocupa.  :   /    t  i 

LaniQteria  aunq^ue  espansa,- se  me  presenta  corno  .^ivaìble. 
^Puede  Ilegar  esa  di  vision  al  infinito? 

Si  la  materia  puede  ser<diyid<ida  al  infinito,  se  evapori^,  se  di- 
sipa,  y.  desapareceria.  Debe  haber  pue$  un  -  pianto  que  no  pu/e- 
de  traspasar  la  division.  =    .  » 

Pero  si  sellega^  un  punto  indivisible,  se  presenta  la,.dificul- 
taddeun.punto  extenso  éioextenso  al  mismo  tiempo.  Punto 
^extenso,  puede  ser.  c|ivi(}idp.  Qued^i^f Ip^l,  arbitrio  del  pun|x> 
inexten^o.  .  ^ 

.  ^Puede  baber  puatosinexteusos,  àtomos^en  una.palabra?    ^s 

claro  que  para  los  que  creen,8er  la  calidad   fundamental  ..de  la 

.materia  la  ext^ns^on,  no  puede  babcr  un  punto  material-  sjin  -e^- 

tension.     Perp.  jjara    el  que  crea  que  la  ex^eo^i?*  puede  n^p^r 

de  los.punfosinextensos,  l\ay  dtomos.    La    extensìon  noe%à 

juicio  mio,  (y  en  estome  separo  de  los  fil<)sofos}  la  calidad. fi^i* 

dam^al de  la  nji^te^ia.    La jextensvon ^naterialoi  una  manifes- 

tacion  de  justa-posicion  de  Àtomos.    Asi  ««comp    ^  m^tem^t^o 

,  C9n3truyje.con  dos.puntos  inexUnscs.^Mxti  Jia^,.  fi^i  poa.4i9js.>iàto- 

mps  ti  distanc|a  se  puede.  crear  una  6xjfcenfi)Qn  n^ateml.  :•  JLaiOf- 

'  teubion  es  resultado^  pero  pates.calidadffeaenw^l  4is  Ì9,   jùMmy 

.  asicomola^7^'/}a  dediezunidades,  no  es   una  eualidady^ó'  tifta 

existencia,  sino  la  reunion  de  las  unidades  indivisible»  ^e.  on 

Ja  sufua  se  reonen.    La  extension  crea  que  e»  una  j^ma.  '  i 

Si  la  di  vision  en  la  matèria  tiene  liipiteSi,  luiy  Atop^ps. .  SI  d»)go 
p8e.i]^ue4i? despubrir  SQbre laesepcia  4e  la /iji^t^i^L.^l^j^. 4a#«n  ^^ 
el  àtomo.    ^  éton^oi^s  ej^meiito  in^livifjbletde  lami^rji»^  ^ 

El  àtomo  no  puede  ser  visto,  ni  tWài^  ..W  qI^6^;i^iìP4'  Mo 


"  psyeotogtò  c^tiedan  segregaci as  'de'''riueVo,'y  'tebétnos  c^ue'  ccJilU- 
nuar  eoo  la  metafisica. 

Ei' Atomo  es  substancia.''El  atomo  compone  el  inundo  ext^erno 
qne  ttiramos.  El  Atomo  cotno  élem'ento  esencial  de*  la  malcria, 
^w  ma  terrai. 

•flay  otra  calldidque'  fisicos  y  filósofos  reconocen:  es  la  im- 
'  pcnetrablirdad. 

'  En  el  momeilto  en  que  se  reconoce  la  impenetrabilidad,  la  eite- 

•  tenda  del  Atomo  es  innegable.  No  puede  haberimpenefrabnidad, 
sinindiYisibiìidìad.  Desde  qtìchay  un  ser  impèn?trable  es  cla- 
roque  hayunserìndivistble.  Suponer  la  division  de  la  mate- 
ria al  idfilnito,  es  negar  laimpenetrtìbilidad.  Y  es  sorprendente 
que  los  filósofos  no  hnyan  visto  la  incompatibilidad  que  esiste 
entre  la  extension  divisible  del  infinito  y  la  impenetràbili'dad. 
Ese,  y  otros  errores  vienen  de  ideas  preconcebidas"  soljre  la 
materia.    Se  ven  ciertas  antinomias,  se  quiere  concirfar  el  dog- 

•  ma^de  la  creacion  con  la  razon,  y  de  ahinacen  esas  afirmaciones 
ìncompatibles  y  atrevidas. 

Nosotros  no  tenemos  ideas  preconcebidas  qne  hacer   triniifàr, 
'  ni  distema  qtie  esponer.    B'azonamos^nada  mas,  sin  inquletarnos 
de  loqne  se'defmmbe  ó  de  lo  q^ue  surj[a. 

No  es  pnes  la  extension  una  cualiddd  de  la  materia.  Lo  que 
llamamosextension  esla  distnncii.  ^Quién  dirà  que  la  distan'cia 
es  cualidad  de  la  materia?  Puedo  suponfer'  dos  étomos,  dos 
monàdas,  dos  espfHtus,  dos  puntos  matemAticos  à  la  distancia 
de  un  millon  de  leguas.  He  ahi  una  extension  de  un  millon  de 
leguas.  Pero  podré  decir  qne  esa  ettension,  ese  intérvdo,  esa 
separacioUy  esa  distancia,  son  cualidades  esenciales  de  los  dos 
puntos,  de  los  dos  esplritus,  de  las  dos  monadas,  ó  de  los  dos 
■  étoffiós  ?^— De  ^nittgmra  manetfi. 

Ademas^yo  supongo  ésa  distancia  en  el  vacio.    i  Podré  decir 
que  la  extension  de  ese  vùHo  es  Qua  cnalida'd  ide  la  materia? 
<6«^)òngo  una  separacton  entre  4osie9p[ritus—y  digo:  el  esplritu 
A  està  distante  del  espfrita  B,  de  una  extension  de  mii  léglittH- 
Héaqàfdos  espirrtus^^oooslltayendó  la  exlensiób. 
luego  no  pUede  set  ottlidail  d^ ning^n  ser.  ' '  '     ^ 

La  estension  no  es  mas  tfa^  ^1  èspaèfió.    ÉPe^pàcto  bò^eg 
^maie^ia,  ni  es  ei^Mln:  («0  una  idea  ^  *ada  mlis. 
Kant  Io  Uamò  la  forma  de  la  sensibilida^. 


~JI6  ^ 

.  Qaeda  poes  i  noestro  juicio  demoatrado  qua  la  materia  es 
impeoetrable  é  iadivisible^  en.sus  elemeatoa,  àtomo  al  elemento 
impenetrable  é  indiTÌsible  de  la  materia. 

Deade  el  momento  en  qae  bay  un  elemento  impenetrable — 
ìodiTisiUe,  es  claro  qné  la  reuoion  de  doa  de  esos  elementas^ 
no  pueden  ocapar  el  mismo  lugar.  0O6  elementos^  doa  itomos 
coDtiguos  ocapan  dos  lagarea;  doa  lagares  ja  forman  extenaion, 
es  decìr  materia  qne  puede  ser  diridida.  Acomulad  los  atomos 
7  corno  en  ellos  va  lafuerza.  teneis  la  idea  de  aolidez^de  resis- 
teni'ìa.  Siano  ò  mil  àtomos  no  son  capaces  de  presentar  &  nues- 
tros  sentidos  nn  objeto  de  resistencia,  lo  sera  un  millon,  mil  mi- 
Uones,  etc.,  lacueation  es  do  nùmero. 

La  materia  impenetrable  es  fuerza,  y  comò  fnerza  tiene  accion. 

Esa  accion  sobre  nosotros  es  la  sensacion. 

Pero  la  Sfsnsacion  no  he  podido  obtenerla  sino  por  medio  de 
mi  cuerpo.  Haj  pues  comunicacion  entro  el  coerpo  y  el  espi- 
ritif.    i  Como  puede  verificarse  este  fenòmeno  ? 

El  organismo  tiene  un  punto  cèntrico,  a  donde  terminan  sua 
ramificaciones.  Ese  punto  cèntrico,  i  puede  ser  un  Atomo  centra} 
ó  yarios? 

Si  el  alma  comunica  con  el  cuerpo,  ha  de  ser  por  medio  del 
Atomo  centrai.  El  problema  consiste  entónces  en  saber^  cóme 
se  verifica  la  comunicacion  del  àtomo  material  con  el  Atomo  es* 
piritual  ò  la  monada  que  es  el  alma. 

Al  presentar  la  cuestion,  vemos  que  la  metafisica  bace  desa- 
parecer  las  insuperables  dificultades  que  basta  boy  ban  dividido 
a  losfilósofos. 

^Es  acaso  elcontactoó  comunicacion  de  la  materia  con  el  eS'- 
pf  ritu  7 

Examineroos. 

En  la  idea  de  Atomo  vA  comprendida  corno  condicion  esencial 
la  idea  de  fuerza.    Està  idea  esei  puente  del  abismo. 

^La  fuerza  es  material  ó  espiritual? 

^Quién  podrA  asegurar  que  lafùena  es  material  paramento  6 
eapiritual  ? 

La  fuerza  noes  material.    La  foeraa  no  ea  espiritnaL 

La  fuerza  es  una,  substaneiaL    La  fuersa-  de  Diosi  del  alma, 
.  ó  del  Atomo  es  lamiama  en  eaen^. 

^Quién  dir  A  que  Ucentella  eldctrica^  ò  la  fuena  que  lai^a  età 
eentella  es  material?  •        . 


)■ 


~  147  — 

jQtiién  dirA,  qne  e1  pensamiento  6  la  foerza  qae  agita  &  los 
ser^s  inteligentes  sea  paramente  espiritual  ? 

Ha;  un  panto  en  qae  la  electricidad  no  se  distingue  del  espi- 
rila. Haj  un  punto  en  que  el  esplritu  no  se  distingue  del  àto- 
mo. La  nocion  de  fùerza  es  comua  à  ^as  dos  substancias.  ¥  si 
se  busca  una  diferencia  entre  la  materia  y  el  esplritu  es  en  la 
libertad  que  se  encuentra. 

La  nocion  defuerza,  lafnerza^es  fdéntica  en  las  dos  aspira- 
ciones  que  resiste  la  substancia. 

^  Còrno  entónces  la  fuerza  del  àtomo  material^  puede  comuni* 
carse  à  la  fuerza  del  àtomo  espiritual  ? 

Por  el  movimiento. 

iCòmo  seyerilicael  movimiento  en  mi  alma?  Aqui  lapsico^ 
logia  nos  auxilia. 

Una  idea  se  asocia  à  otra  idea.  Un  motivo  impulsa  una  de- 
terminacion  de  qai  yoluntad.  En  arobos  casos  ha;  modificacion  7 
por  cousiguientehaj  moTimicnto.  Unpensador  desde  el  fondo 
de  sa  sepulcrode  milaflos  agita  mi  mente  con  su  pensamiento. 
En  mi  ser  bay  movimiento  por  la  suceslon  de  las  ideas. 

^Cómo  se  ha  verificado  el  movimiento  en  mi  mente,  ó  en  mi 
ser  espirìtual? 

Por  la  relacion  necesaria  que  las  ideas  tienen  entre  si. — Veo 
un  efecto,  pienso  enlacausa.  fiecuerdo  à  Platon,  7  veo  à  So- 
crates  en  el  Areopago: 

Luego  el  movimiento  depende  de  la  relacion  de  las  ideas,  en 
este  caso. 

Un  cuerpo  impulsa  à  otre  7  le  trasmite  el  movimiento.  Ha7 
pues  una  relacion  necesaria  entre  el  agente  7  el  paciente. 

Abora  el  problema  se  presentade  este  modo: 

^Qué  relacion  puede  haber  entre  el  àtomo  7  el  dima,  ó  viccf-ver- 
sa,  para  verificar  una  comuaicacioa7  una  accion,  que  puede  ser 
reciproca? 

Hasta  ahi  la  psicologia,- — vuelve  la  metafisica. 
El  àtomo  es  substancia  7  es  fuerza, — es  impenetrable. 
El  àtomo  en  accion  esla  fuerza^ — 7  siendola  fuerza  impene- 
trable, el  alma  encuentra  otra  fuerza  que  no  es  sa7a.   De  aqui 
nace  la  idea  de  solidez  7  resistencia. 

El  alma  sabe  que  no  es  infinita.  El  àtomo  no  posee  la   fuerza 
absolutp.  J>eloque  se  deduce  que  ambas  fnerzas  se  limitaa. 
Esa  limitacion  es  la  comunicacion. 


ì 


SR  irt  almd' Alése  iiirihita,  noencòntrtfria  IioiitàcioQ  y  la  sen- 
sacion  seria  imppsible.    ^Ella  sSria'el  todo.  %ì  tbdo  sèria  élla.     . 
•'''Siel  ^niò'filesèla'faérza'iDlinita,  no  èncontràrià  bbWii.culo 
^Y^^TÌheVuìiO'fódo^  eì  fodO'Uno^  eYpaniheo^ 

'  Pero  ambois  se  liitiitdn,  y  en  esalimitacion  està  la  rélàcion  de 
iirovitoiénto. 

Ahora  el  problema  se  presenta  de  èsfe  modo, 

^Góniose  litnitanlas  substanóias? 

Por  sa  organizacion. 

La'  snbstancia  pura  seria  el  éspìritu  puro,  lo  qùe  llamamos 
Dios.  Dios  no  es  finito/  sioo  influito.  Lnego  si  bay  substancias 
particulares  y  finìtas,  no  pneden  ni  aparecer  sino  corno  demar- 
cacienes 'del  espfritù  divino. 

^Como  se  verificanesas  deraarcaciones  del  esptritu  divino? 

Potala  limitàcion. 

iQtié  è^Iimitacion? 

Una  cohdiciòn  ó  déterminacion  dèlejerctcio  de  la  fuerza. 

^Coitió  se  verifica  esa  condicion  ò  déterminacion? 

Por  la  organizacion",  en  sùs  relaciones  con  él  alma  y  el  mundo 
exfernò.  *        ' 

El  dtomocentral  de  mi  organismo,  es  influido  por  la  masa  to- 
tal de  los  àtomos,  que  estàn,  puede  decìrse  bajo  su  dependen- 
cià.-^T  el  àtomo  centrai,  centralizàndo  lasuma  de  '  las  fuerzas, 
influye  en  su  comunicacion  conelalma. — ^^Asi  et  coraouncuerpo 
"mas  dènso  ó  de  ma,\or  volùmen  recibe  mayor  atraccion  de  la 
fuerzu  total  y  centrai  del  pianeta.  Àsi  es  corno  un  cuerpo  masli- 
'geropuede  eiparclrse  por  los  airés.— Àsi  es  qùe  si  tuviéramos 
menosrp'ésPìrecibiésemos  menor  atraccion  del  planata,  podfia- 
mos  vagar  por  el'espiacfo.  '  ' 

^ay 'puesacción  de  la fuérza'a^omistica  sobreelalma. 
^Esa  action  limita  la  fàerza  del  espIritu. 

La  fuerza  del  espiritu  à  su  yez,  limita  la  accion  de  la  faerza 
del  àtomo  centinai.  '  . 

^Pero,  cùal  es  la  necesidad  de  ésa  litnitacioìn  reciproca  de  las 
"ìJtìbstancias  ?         '  •.     •       • 

La  linpéd^tfalbilJdÀd, 'ihdividùaìidad  é  KlCetìtidad  qbe  consti- 
tnye  A  los  Atomos  de  la'  malterìa  y  &  las  fàònàdas  dèi  es^I- 
tìtìx- 

S^tììmhi^eititptàtiéttàh^ìàid,  m  bàbrìa  'ladlVidliaHdiidés  y 
basta  desapareceria  la  exist^èi'à.  ^jjéà'dtòlfb  Aé  paso,  està  es 


la  base  metafisca  del   derechoj  6  de  1^  ìixT»olabil^dMÌ,d^,  1* 
persona. 

Despues  de  r^conocer  la  necesidad  de  e^a  JirQÌtacioQ,re(;^;>^a-r. 
ca  de  las  substancias,  ^por  qué  la  mpiiada  espiritual  y  lib^e^del,. 
bombre^  se  yé  unida  À  un  àtomo  ó  4  una,  orgaDuacÌQi|.,iiìft* 
terial? 

Està  cuestiou  es  tambien  de  las  mas  àrduas.  Sin  entmr  lea, 
las  bìpótesis,  sin  apoderaroos  dei.  mètodo  sintètico  queen  up. 
momento  resoWeria  la  cuestion,  no  quereiqos  bacer  sinte^ia  p^^ 
que  no  tenemos  sistema,  ni  yemos  con  evidencia  las  premisaa- 
a  priori,  que  seria  necesario  esponereu  el  momento.  Seguir^ipos. 
con  el  anàlisis,  que  basta  este  momento  nos  acompaAa  coq^ 
su  luz. 

Supongamos  al  alma  en  el  estado  de  puro  espiritu  sin  organi-» 
zacion,  ó  bumanizacion.  Siempre  es  una  fuerza,  pero  fuerza 
latente,  corno  toda  fuerza  que  no  ba  sido  proyocada  à  la  mani^ 
festa  ci  on. 

El  alma  pura,  monada  intelectual^  duerpie  sin  la  apelacion  ó 
contacto  de  otra  fuerza.  Es  la  ignorancia  pura.  Sin  concien- 
eia,  no  se  conoce  A  si  misma.  Sin  sensacion  no  conoce  al  mun* 
do  externo.  Es  el  ser  tenebroso  que  espera  la.reyelaoion  ó  el 
nacimiento. 

i  Como  se  yerifica  la  reyelacion  ó  el  nacimiento  &  la  concia- 
►  eia,  ti  la  sensacion  y  à  la  razon  ? 

Es  de  toda  necesidad  la  intervencion  de  nna  fuerza. 

l  Qué  fuerza  ? 

Ha;  la  fuerza  d^  la  ^nateria,  la  fuerza  del  espiritu  j  la  fuerza 
de  Dios. 

La  fuerza  de  Dioa  no  obra  sino  una  yez  por  todas,  pues  de 
otro  modo,  Dios  yiyiria  en  el  tiempo,  y  no  seria  el  eterno  omni^ 
presente. 

La  fuerza  del  espiritu,  ó  de  un  espiritu  sobre  otro,.se.  yerifi-* 
ca  por  las  ideas.  i  Como  trasmitir  las  ìdeas  de  un.  espiritu  & 
otro  espiritu,  ó  en  otros  términos,  còrno  traspasar  mi  .penst»* 
miento  à  otro  penaapiiento? 

No  bay  sino  un  medio,  j  es  el  lenguaje. 

EUen^uaje,  6.  tr^ducicion  de.la^  ideas,   neeetita  de  una  con- . 
yencion,  entre  ios  esplritus^;  el  lenguage  .nepeaita  del  sfoibola. 
£1  simbplp  nojpuede  existir  6in  la  sensacion,  la  sensacion  sin  la 
materia  y  la  pr^anizacioni. 


► 


—  150  — 

Ko  {mede  haber  lengunge  sin  seDàacion.  Bien  entendido  que 
no  quiero  dccir  sea  la  condicioD  ùnica  y  fondamenta],  paes  es 
darò  que  pensamoslo  qae  hablamos,  pero  si  que  la  sensacion  es 
eoudicion  indìspensable  del  lenguage. 

Siendo  la  sensacion  el  ùnico  medio  de  fundacìon  del  lenguage 
seve  aprioti^  que  la  onomatopeya  figura  en  priraera  linea,  y 
que  tòdas  laspalabras,  ann  aquellas  qoe  desi^^nan  los  objetos  mas 
abstractos,  tienen  su  origen  en  la  metàfora  ó  transporte  de  una 
significacion  material  à  otra  que  no  lo  es.  Esto  nos  llevaria  à  otra 
tésis  que  por  ahora  suspendemos,  citando  para  corroborar  este 
juicio  Viìs  palabras  de  Renan  en  su  obra,  del  Origen  del  lengua- 
gè.     (a) 

Creo  pues  haber  demostrado,  sin  apelar  d  las  conocidas  hipó- 
tesis  del  m/fw/o  fisico^  del  mediador  pìàsticOy  de  la  armonia  preesta- 
bleeida^  ó  de  la  grada  divina^  las  causns  ocasionales  que  el  alma 
necesita,  la  accion  de  una  fuerza  para  revelar  su  fuerza.  Qae 
no  habiendo  sino  la  fnerza  de  Dios,  la  fuerza  de  los  espfritus  ó  la 
fuerza  de  la  materia,  solo  la  fuerza  de  la  materia  puede  ejercer 
esa  accion.  La  fuerza  de  Dios  do  puede  estar  a  cada  momento 
asistiendo  &  la  sensacion  de  cada  ser,  sin  alterar  la  nocion 
de  eternidad  omnipresente,  la  fuerza  de  los  espfritus  no  puede 
trasmitirse  sin  lenguaje— y  no  pudiendo  haber  lenguaje  sin  sen-^ 
sacioD,  es  claro  que  solo  la  fuerza  fisica  es  el  orijen  del  desper- 

Si)  <  Es  una  cosa  may  digna  de  reflexion  que  los  térroinos  mas  abi^tractos 
e  qae  se  sirve  la  metafisica,  tengan  todos  una  raiz  material,  aparente  ó  no, 
t  en  laspriraeras  percepciones  de  una  raza  sensitiva.  El  verbo  ser,  del  que  el 
t  senor  Cousindecìacon  atrevimient)  en  1829:  e  N)Ccn')zco  ningana  lengua 
€  en  la  que  la  palabra  francesa  ser  sea  espresada  por  un  correspondiente  que 
e  represente  una  idea  sensible;  »  el  verbo  ser,  digo,  en  casi  todas  las  len^mas, 
i  sale  de  ana  idea  sensible.  Li  opinion  de  los  fìlòlocfos  que  asignan  por  sen- 
«  tido  primero  al  verbo  bebreo  haia  6  hatra  ser),  elde  n  spirar,  y  encuentra 

•  rastros  de  onomatopeya  en  està  palabra,  no  deja  de  tener  verosimilitud.  En 
f  àrabe  y  en  etiope,  el  verbo  Kàna,  que  hace  la;  misnias  veces,  signifìra  pri- 
«  mitivamente  estar  de  pie  (exstare).  Koam  (s^rh)  ed  hebreo  pasa  timbien  & 
e  sus  derivados  en  el  sentirlo  de  ,»^r  (substantia).  En  cn^nto  à  las  len^nias 
e  indo-europeas,.han  c^mpaesto  su  verbo  substanti vo  con  tres  verbos  diferentes: 
€  ì.^  as  (srinscrito,  Mmi)  lemmy^  eimi^  J?rieg0  sum):    2.®  Chù  sins  (/ttoo, 

•  EXy  f^h  bin  en  aleman,  bouden  en  persa);  3.®  sthà  (stare,  persa  hestem)^ 
f  que  ha  llegado  é  s  r  parte  del  verbo  ser,  à  lo  iticnos  corno  auxiliar,  en  las 
f  lenguas  m  ìdemas  de  la  India  y  en  las  lengo^  rpcDano).  (sto/o»  ài  francés,. 
e  9t(fo,  àesitus  en  espaiiol  )  De  estostre?  verbos,  el  terceroes  notorfament^ 
e  un,  verbo  fisico  y  suniilica.  estir  de  pie.  El  ^t>gundo  ba  téntdo  c^^n  mucha 
f  verqsin^ilitud.el  sentilo  primitivo  de  ^Qpl^r,  £q  cubato  al  pr'mero,  parece 
a  refsrirsealprònombre  de  là  torcerà  persf  na:  péro  este  pronombre  mismo,  por 
>  mas  abstracfio  qufì  parezca^paìrecdreferìrse  à  un  sentido  primitivamente  coa- 
«  creto.  »  ...•••,,•' 

(E.  Renaa--dei  origen  del  lengoajo  paj.    ili  utsupra.) 


—  15!  — 

tanrieirto^  6  de  la  rerelàcion  del  ser  humano,  coexistiendo  el 
desarroilo  de  la  conciencia  7  de  las  ideas  de  la  razoa  coii  el 
icto  de  la  sensacioa. 
Ahora  se  presenta  otra  dificaltad. 

Si  el  alma  necesita  de  la  sensaeion  para  revelarse,  ^por  qué 
necesita  del  organismo  comò  intermediario  entre  la  materia  y  el 
espfritu? — ^Si  la  faerza  fisica  obra  sobre  et  organismo  fisico,  7 
este  opera  sobre  el  alma,  no  podia  la  fucrza  fisica  influir  direc- 
tamente  sobre  el  alma  ?-*-Héaht  la  dificultad. 
Enotros  lérminos: 

iCàél  es  la  necesidad  delorganismo?— ^Cuàles  lanecesidad 
de  la  prision  del  alma  en  un  cuerpo  ? 

Las  religiones  j  sistemas  de  filosofia  tienen  sns  contestacio- 
nes  hechas.  La  necesidad  del  pecado,  de  la  caida,  la  necesi- 
dad de  una  purificacion,  de  una  prucba,  de  la  adquisicion  de 
un  mèrito  en  la  lucha.  Otros  niegan  simplcmcnte  la  dìf<^rencxa 
del  alma  7  de  la  materia.  Unos  suprimsn  la  materia,  otros  el 
espfritu,  otros  forman  una  sintcsis  de  ambo^;. 

No  entro  en  esas  teorias  trascendentules,  porque  son  slntesis 
cuyas  premisas  no  son  evidentes,  ni  cientlficas,  sino  conceptos 
a  posteriori^  nicidos  de  la  necesidad  de  esplicar  y  conciliar  cier- 
tas  ideas  preconcebidas  sobre  Dios,  el  csplritu,  ó  la  materia, 
conceptos  forzados  que  se  elevan  A  la  categoria  de  premisas  d 
priori^  para  despues  esplicar  deductivamente  los  hechos. 

Ese  proceder  es  ya  muy  conocido,  y  la  verdadera  ciencia  lo 
recbaza.  Por  ejemplo:  Tengo  cierta  idea  de  Dios  y  cierta  idea 
de  la  materia.  No  puedo  conciliar  esa  coexistencia  é  invento  la 
teoria  de  la  creacion  ex  nihilo  y  digo  entonces:  Dios  puro  espiritUy 
crea  de  la  nada  lo  q%ie  exisie. 

Esa  premisa  d  pnori,  (que  no  es  sino  una  invencion  kposterio' 
ri  nacida  de  la  necesidad  de  esplicar  la  existencia  de  la  materia) 
se  presenta  A  algunos  comò  incompatìble  con  la  inmensidadde 
Dios. — Invento  la  premisa  ex  nihilo^  y  creo  haber  resnelto  la 
cuestion. 

Àsi,  en  la  cuestion  que  nos  ocupa,  nada  mas  fàcil  que  bajar  de 
una  de  tahtas  premisas,  para  llegar  à  esplicar  la  dificultad  pre- 
sente. Pero  ya  hemos  dicho  que  ujo  accptamos  ese  proceder,  7 
el  mundo  cientifico  està  cansado  de  sistemas  y  de  hipólesis. — 
Nada  raasficil  que  esplicarlo  todo  por  la  voIun(ad  de  Dios,.  por 
la  gracia  de  Dios,  pero  asi  no  habria  ciencia;  y  Eepler  podia  ha- 


be^rse  ahprr^do  eltrabajyjla  desqubrjt:  la»*  lejfs,  def>la,\  T^^mAnn 
ciqn  ue.lps  .plan^taa.  .  ■     ' 

Volvamos  al  sisunto.  :    ' 

iPor  qué  es  necesario  al  alm^.el  arfapidmQ?  • 

Elalma.en  su  puro  estado.  espirituaU«ui'Org^iìisii|0|^raTe|i^ 
gir  Fobre  la  materia,  seria  la  victima  de. la  materia* 

Toda faerza,  todo  àtomo  obrando  sobrc  ellade  una,  maiiera> 
directa  y  sia  el  mediadordel  ors^onismo,  y  aio  queel  alma  pu^ 
diese &  8U  vez  operar  sobre esas  -fuerzas  por  faltade  organismo- 
ù  BUS  órdenes,  seria  esclava  de  la  materia,  y.al  mismo  tiemp^ 
teoebrosa,  por  la  acamulacion  de  impresiones  ea  loda  sentidp 
que  la  precipitariaa enei  oceano  terreatr^  de  la  circulacion 
^universa!.  '  ^    ' 

Pero  supongamos  al  espirila  puro,  sin  estar  encadenado  6  li^ 
gado  ù  un  organismo.  Supongàmoslo  en  la  Integra  posesionde 
su  libertad  y  de  sii  fuerza. — ^Seria  libre  ^in  la  conciencia,  sin 
la  idea  del  deber  y  del  derecho?  --No.  Luego  es  necesaria  la 
conciencia  de  la  identidad  del  j  ó  y  el  conocimiento  de  la  idea 
que  debe  limitar  su  fuérza*  Conciencia  é  idea  no  pueden  apa- 
recer  en  el  espi ritu  sin  sensacion.  Sensacion  no ,  puede  existir 
sin  organismo. 

^Por  qué  la  sensacion  no .  puede  existir  sin  organismo? 

Sensacion  es  la  Irasmision  al  alma  de  la  percepcion  de  un  efec* 
to  ó  de  una  calidad^  ó  propiedad  de  la  materia. 

Sabemospor  òbservaciony  esperiencia,  que  para  el  conoci- 
rotento  de  ciertascalidades,  ea  necesaria  la  existencia  de  un  ór- 
ganp  especial.  Asi  la  durezadad»  porel  tacto,  no  puede  ser 
cohocida  por  el  olfato.  El  sonido  no  puede  aer  eonocido  por  el 
gusto.  El  color  no  pnede  ser  conocidp  por  el  oidc—  Hay  pues, 
comò  dice  Saisset  conforme  con  la  filosofia  escocesa^  localizacion 
de  sentidos. 

iQxxé  indica  esto? 

Indica,  1.  *^  que  no  todas  las  calidades  de  la  materia  nos  son 
conocidas;  2.  ®  que  las  que  conocemos  se  localizan  en  ci^ertos. 
sentidos;  3.  ®  que  no  podemos  conocerlas  sin  un  òrgano  especial. 

Esto  sut^ede,  sedird  con  razon,  perono.esTazonpara'  qife  e&i 
su^^edji. 

^Por  qué  no  seria  posible  qaean  seatido  solo  nosdiesefAco*  ' 
nocer,  las  calidades/puesto  que  todos.  tecminan  en  un.  puntx). 
cenjtrialdel  oi^uiamo? 


—  153  — 

Seria  posible,  peroladificiilUdqiiGidasjitempreea  pie  y  la  in- 
terrogi^cìon  es  apr^niante. 

Debo  advertir,  j  llamo  Bobre  està  adrertencia  U  ateacion  del 
leetor  «eyero,  que  casi  todos  las  dificoltade»  que  se  presenta d 
para  esplicar  la  existeocia,  ^elacion,  armonia  de  ciertos  feuó- 
menos,  hechos  ó  prÌDcipios,  soq  dificjuUades  qu^  sugiere  lara- 
zoo  ensa  trascendeDtalismojbaseaadala  unidad  yk  razon  de 
todo.  ^ 

Prnebo  mi  esiatenoìa:  éiPietìso,  luego  $of/.n — £1  hecho  està 
ppobado,  68  evidente,  innègable,  inatacaUe.  {Iato  n^e  aatisfa- 
ce. — Pero  si  ppegunto,  por  qné  neeesito  pensar  p^ra  saber  que 
existo? — entoDces  en  esa  necesidad  que  plantea  la  razon  interro- 
gante, ya  vauntrasoendentsiliftmo  que  no  puede  ser  satisfeclio 
de  nna  manera analitica.  La  rason  al  indicar,  albusciur  la  razon 
de  la  necesidad,  introduce  la  sfntesis  interrogatoria  q^e  ppede 
seria  base  de  un  sistetoa. — Mal  podriamos  pues  resolver  una 
cuestion  trascendental  y  ^ia-tética  à  priori  que  s^  afirnia  sobrc. 
los  heehoB -corno  razon  de  los  hechos^  por  medio  del  puro  aniìlisis 
de  lo8  hechos.  La  razon  pi4e  no  solo  explicneion,  descomppsi- 
ciott,  anàlisis  del  hepho,  sino  la  causa.  La  region  de  las  causas 
noes  la  region  de  los  hechos. — ^Àsi  no  se  «estraAe  q^e  para  sa- 
ttsfacer  una  peticionde  la  razon,  para  unificar  una  aatinomsal 
para  resolver  unadificnltad,  sigamos  à  la  razon  al  terreno  w. 
que  nos  busca. 

Esto f[uiere  decir  qne nos  vemos obligadosà  sintetizar. 

^Por  qué  el  alma  neoesitasensacion7 

^P<h:  fjué  la  sensacion  necesita  organismo? 

^Por  qué  la  sensacion  se  iocaliza,  ò  por  qué  bay  necesidad  do 
variedad  de  sentidos  en  la  uoìdad  del  organismo? 

Todas  estas  dificultades  traspasan  la  region  de  los  hecbos. 
Entramos  en  la  region  de  las  causas. 

Todas  estas  dificultades,  no  pueden  sor  resoeltas  por  el  aneli ^ 
sis.    Entramos  pues  en  la  region  de  lasintesis. 

Acloremoseste  cambio  de  metodo  con  un  ejemplo. 

9é  obsepvado  que  €fl  agua,  el  aceite,.e(l  mercurio  bajo  cicalo 
grado  de  frio  se  soliéifrian.  Son  les  hechos.  Analizo,  y  resul- 
ta del  anAlisis,  que  cierto  grado  de  caler  es  nooesario  paraioa»-. 
tener  la  liquidez  de  ciertos  cuerpos.  Induzco:  el  calor  «tiende 
ù  separar  las  molécttlas  de  los  cuerpos. 

Pero  »i  pregante  cimI  €s  la  necesidad  que  hace.quc    el    cidièr 


—   154  — 

iiquidifiqac  ó  fluidifique  los  cuerpos,  ya  salgo  del  terreno  del 
aDàlisis.  El  trascendentalismo  de  la  razon  que  hace  la  pre- 
gunta,  no»  lleva  à  la  region  trascendental  de  la  sfntesis. 

Supongamos  que  contestase  à  la  preganta  diciendo:  el  calor  • 
convierte  los  sòlidos  en  Ifquidos  porque  es  el  agentede  la  se- 
paracion  y  purificacion  de  los  elementos.  Buena,  mala  ó  iaù- 
til  la  contestacion  (lo  q«e  noes  del  caso)  seria  una  slntesis  sobre 
ci  calor  apoyada  en  otra  sintesis  suprema  sobre  la  unidad  y  va- 
riedad  de  las  propiedades  fnndamentales  de  la  substancìa. 

Lo  que  hemos  hecho  respecto  al  calor,  es  lo  que  vamos  à  ha- 
cer  respecto  à  las  dificuUades  que  nos  embarazan. 

Beasumamos  un  momento. 

El  alma  necesita  de  la  sensacìon  porque  ningun  espiritu  pue- 
de  ser  Uamado  d  la  conciencia  sin  la  influencia  de  una  fuerza. 
Esa  fuerza  «s  la  de  la  materia. 

Ya  hemos  eliminado  las  otras  fuerzas  que  podriau  influir  al 
espiritu  para  la  reyelacion  A  la  conciencia. 

Pero  esa  fuerza  de  la  materia  que  obra  sobre  mf,  necesita  de 
un  organismo  especial  para  verificar  la  sensacion. 

^Por  qué  es  necesario  ese  intermediario?  por  qué  la  materia 
no  se  revela  al  espiritu  sin  organismo? 

El  hombre  no  podria  bablar  bien  sin  lenguage,  es  decir^  no 
podria  comunicar  con  los  demàs  seres  semejantes  ó  que  pueden 
entenderlo,  sin  un  sistema  de  slmbolos.  Un  sistema  de  simbolos 
esunaorganizacion  del  idioma.  Luego  el  hombre  destinado  d 
comunicar  y  recibir  ideas  ó  impresiones,  necesita  poseer  un  or- 
ganismo articulado  ó  simbòlico  quepueda  trasmitirlas.  Ese  or- 
ganismo 6  ese  lenguage  debe  tener  up  punto  de  partida  invaria- 
ble,  comun,  é  inteligible.  Y  ese  punto  invariable,  comun,  é 
inteligiblees  el  gesto,  la  espresion,  la  interjeccion,  el  grito,  y 
la  gramàtica. 

Para  que  ese  pùnto  ó  esa  base  comunicativa  esista,  es  nece- 
sario la  persistencia  del  simbolo  y  de  las  condiciones  del  sim- 
bolo. Si  la  organizacion  del  hombre  variase  en  cada  uno,  ó  si 
no  tuvieseel  alma  organizacion  ninguna  à  su  servicio,  no  habria 
base  posible  de  comunicacion.  La  inteligencia  seria  la  conse- 
cuencia.     Seria  la  verdadera  torre  de  Babel. 

La  organizacion  permanente  del  hombre  es  pues  necesaria 
para  que  pueda  comunicarse.  Si  viniese  un  hombre  ù  otro  ser 
de  un  otro  pianeta,  con  un  sentido  mas,  nunca  podriamos  com- 


—  155  — 

prender,  sentir  ó  percibirlas  cualidades  de  la  materia  de  qua 
nos  hablase,  basta  que  no  obtuviéseinos  la  facultad  ó  el  sesto 
sentido  que  suponen. 

Veo,  por  vibracioa  del  éter;  oigo  por  vibraciou  del  aife.  Dos 
sensaciones  que  suponen  dos  sentidos.  Sin  oido  no  conoceria 
la  vibracion  del  aire;  sin  ojos  no  conoceria  la  vibracion 
del  éter  ó  la  impresion  de  color  del  objeto  lejano.  Pero 
el  que  ha  visto  ó  el  que  ha  oido,  no  puede  negar  aunqae 
pierdaesos  sentidos,  que  eiisten  el  sonido  y  el  color. 

Ahora,  si  la  luz  y  el  ruido  no  pueden  perei  birse  sino  por  me- 
dio de  sentidos  especiales,  es  darò  que  la  materia  para  trasmi- 
tìr  al  almaalgunas  de  sus  cualidades,  necesita  de  un  mediador. 
La  fisica  misma  nos  presenta  ejemplos  que  aclaran  la  materiav 

Hay  cuerpos  que  son  buenos  conductores  del  calòrico  ó  de  la 
«lectricidad,  ó  del  sonido.— Sin  el  metal,  sin  el  fierro,  dificil- 
mente  podriamos  trasmitir  la  centelia  eléctrica  à  distancia.  Hay 
cuerpos  que  puestos  en  contacto  con  otros,  jamàs  desarrollan  el 
calòrico  latente  ó  la  electridad  que  contienen; — pero  unidos  d 
un  tercero,  desarrollan  la  fuerza  ó  presentan  una  combinacion, 
es  decir,  revelan  ciertas  cualidades  que  contenian  y  que  no  ma- 
nifestaban. 

Los  cuerpos  que  cemponen  la  pólvora,  aislados  no  producen 
esafuerza^  y  sin  elcatìon  la  deierminadon  deesa  fuerza,  noeuvia- 
•  ria  la  baia  &  distancia  seAalada. 

Se  Té,  pues,  que  la  materia  misma,  en  sus  elementos  simples 
necesita  combinacion  y  determinacìon  para  producir  otros  cuer- 
pos^ otros  organismos,  otros  resultados. 

La  transmision  de  la  sensacion  para  que  sea  la  raisma^  ó  mas 
bien,  el  fenòmeno  de  la  sensacion  que  es  una  transmision  de 
fuerza  de  la  materia  para  revelar  una  de  su?  calidades  necesita 
un  conductor  ò  mediador,  porque  no  puede  haber  contacto  de 
substancias,  sino  comunicaciou  de  fuei^zas. 

No  puede  hàber  contacto  de  substancias  porque  son  impeuietra- 
bles.  £1  contacto  supone  penetracion.  Luego  si  hay  comuni- 
cacion,  no  puede  veriiicarsesino  àia  manera  del  leoguaje  eu  las 
iuteligencìas.     £1  lenguaje  es  un  mediador. 

Pero  el  mediador  quees  el  organismo,  es  material,  no  es  oiu 
substancia  que  participe  del  espirituy  de  la  materia,  fo  que  seria 
eì  mediador  plàstico  y  envuelve  contradiccion.     ^ 


—  156  — 


T  si  el  orf^anismo  es  material,  siel  condnctor  ó   m^dtador  cs 
material,  do  queda  el  problema  en  el  mismo  estado? 

Nò.  CreeOios  haber  avanzado  algun  tanto ea  la  resolucion  de  la 
diflcultad. 

El  lenguaje  que  sirve  de  comunicacion  entre  las  almas,  es  un 
mediador. — No  esei  pensamiento  puro,  porquecadapensamien- 
to  qae  se  trasmite  va  unido  6  un  simbolo.  No  es  la  sensacion 
pura  porque  ademas  del  gesto  ó  del  sonido  del  simbolo  ya  la 
idea.  El  lenguaje  es  pues  un  organismo  entre  las  inteligencias  7 
el  organismo  es  un  lenguaje  entre  la  materia y  el  esplritu. — Asi, 
la  sensacion  que  aecesita  de  un  sentido  orgànico,  no  es  material 
puramente, porque  la  pienso;  no  .es  pensamiento  puramente  por 
quela  siento;  ysin  embargo  enei  fenòmeno  de  la  sensacion  bay 
materia  y  bay  esplritu. 

Se  Té  pues  que  es  un  fenòmeno  complexo.  No  bay  contacto 
porque  ya  bemos  dicbo  que  nopuedeexistir,  asi  comò  no  bay 
contacto  entre  dog  espfritus  que  se  comunican. 

Pero  si  no  bay  contacto  bay  comunicacion.  Como  puedc  ré- 
rìficàrse? 

Èlcuerpo  es  fuerza.  El  esplritu  es  fuerza.  Laaccion  de  la  ma- 
teria esla  fuerza.     La  accion  del  éspiritu  es  la  fuerza. 

La  fuerza  cxiste  en  la  materia  y  el  esplritu,  lo  mismo  que  la 
categoria  de  substancia.  La  substancia  material  en  su  àtomo,  ó 
elemento  impenetrable indivisible,  esla  mismaque  la  substancia 
espiritual  en  su  entelequia.  La  fuerza  del  àtomo  es  la  misma  que 
tadelaentelequia.  Hay  identidad  de  esencia  pero  no  identidad 
de  etistencia.  La  existentcia  de  la  materia  es  fuerza  pasiva.  La 
existencìa  del  esplritu  es  fuerza  consciente. 

Tladiferencia  entre  el  atomo  y  la  entelequia  consiste  en  que  el 
àtomo  no  dispone  de  un  organismo,  y  la  entelequia  ò  el  alma 
tiene  uno  é  su  serricio.  El  àtomo  no  puede  reflejarse  porque  no 
tiene  organismo.   La  entelequia  serefleja  y  crea  al  yo. 

El  àtomo  tiene  la  libertari  de  indiferencia,  ó  mas  bien,  su  fuer- 
ra  sii  determinaeion  propia  porque  no  puede  reflejar9e,  obra 
fiiempre  fatalmente  en  Ifneà  recta,  à  no  ser  que  otra  ftierza  ma- 
jor là  determrne. 

El  alma  se  refleja  en  virtud  de  cnconti^atte  con  la  sensacion 
def  organismo.  El  àtomo  no  sieiite.  Beflejàndose,  el  espfritu 
file  afirma,  yafirmàndose  conoce  su  fuerza  yk  concieneia  de  que 
pu^de  disponer  de  ella. 


—  157  — 

Se  ve  pnes  qnela  fuerza  cs  ci  ùnico  medio  de  comumeacion. 

Los  cuerpos  son  graves,  caca  buscando  el  centro  de  atraccion. 
Lofuerza  que  los  atrae  es  la  comunicacion  que  ti^nen.  ìY  esa 
faerza  es  material,  ù  obra  porcontacto?  Quiéo  se  atreverÀ  à 
afirmarlo.     ^Tocael  Sol  d  la  tierra  para  sostenerla  en  su  òrbita  7 

KoWeo  pues  materialidad  enla  fuerza,  ni  veo  que  se  verifique 
por  contacio, — y  con  todo  la  comunicacion  existe. 
^    Si  la  comonicacicn  existe  sincontacto,  el  organismo  no  toca 
al  espiritu.    Es  fuerza  que  comunica  fuerza. 

Si  en  los  cuerpos  bemos  visto  ser  necesaria  la  intervencion  de 
otro  para  que  una  combinacion  ó  una  fuerza  se  desprenda,  es 
porque  bay  calidades  en  los  cuerpos  que  no  pueden  revelarse, 
sino  por  la  accion  ó  fuerza  de  las  calidades  especiales  de'alguno 
de  ellos. 

Del  mismo  modoen  el  espiritu.  Hay  cuerpos  que  no^lueden 
transmitir  su  accion  ó  calidades,  sino  por  medio  de  conducto- 
res  adecoados.  Sin  el  conductor^  la  calidad  permaneceria  laten* 
te,  ó  no  iria  al  objeto  determinado. 

La  calidad  del  color  necesita  de  un  conductor.  Es  decir  que 
hay  una  fuerza  que  se  llama  luz  que  necesita  de  un  conductor 
apropiado  piìra  trasmitirse.  La  luz  no  atraviesa  los  cuerpos 
opacos.  La  fuerza  de  vibracion  del  éter  centellante  se  detiene, 
no  pasa,  no  se  trasmite  6  comunica  &  otro  espacio  si  encuentra 
una  pantalla.  Hay  pues  de  toda  necesidad  que  exista  un  con- 
ductor adecuado  y  trasparente  para  que  pase  el  movimiento  on- 
dulatorio de  la  luz. 

El  alma  en  su  estado  y  espiritu  puro,  cs  fuerza  pura  y  tene- 
brosa. iCómo  paede  ser  iluminada  porla  luz?  puede  la  fuer- 
za de  la  luz  herir  directamente  6  la  fuerza  del  espiritu  ì 

No  puede — iPorqué? 

La  fuerza  del  alma  ósu  pensainiento.  ejercidosobre  si  mismo, 
ho  agita  sino  ideas.  Ninguna  realidad  penetra.  La  idea  es 
movimiento  intimo,  movimiento  sin  raoverse  (permltasenos  la 
espresion).  Ese  movimiento  del  alma  ó  la  idea,  es  sfmbolo  ó 
signo  de  realidades,  relaciones  ó  fantasmas,  y  ese  signo  no  he 
podido  obtenerlo  sin  la  idea  de  limitacion  y  distincion.  Esa^ 
limitacion  y  distincion  no  he  podido  òbtenerlos  sin  conciencin. 
LacoRciencia  no  puede  verificarsesin  otro  ser  que  hace*  me  re- 
fleje.  '  Y  no  puede  haber  reflexion  sin  un  organismo  Inse- 
parabk. 


~  lh8  — 

Siloscuerposósufuerzapadiesenherirdirectamente  al  alma, 
sin  un  organismo^,  el  alma  se  veria  acribillada  por  su  accion. 
Como  podria  subtraerse  del  calor>  de  la  electricidad,  de  la  luz, 
ni  corno  podria  reagir  sino  dispusiese  de  medios  de  incomunica- 
cion  y  comunicacion  ? 

El  jo  nopuede  aparecer  en  el  alma  sielno  yo,  sin  el  otro^  co- 
mò dirian  los  griegos. — En  este  acto  fundamental  y  trascenden- 
tal  de  la  conciencia,  yù.  combinado  qI  poder  del  pensamiento^  j^ 
la  fuerzade  la  sensacion.  Elalma,  comò  eotelequia,  ó  monada 
coDsciente,  aunque  no  puede  ser  tocada,  pues  es  impenetrable, 
tiene  calidadesYariasque  la  predisponen  àia  comunicaciou  de 
las  substancias.  EÌespiritu,  yalohemos  Tisto,  comunica  con  el 
espiriti!  bajolacondiciondellenguaje.  El  àtomo  comunica  con 
eUtomo  por  medio  de  las  calidades  aQnes,  ó  laadnldad.  Del 
mismo  modo,  la  entelequia  y  el  dtomo  comunican  entre  si  por 
medio  dellenguaje  de  lafuerza,  que  cierta  afinidad  preexistente 
ó  comò  diria  Leibnitz,  por  medio  de  cierta  armonia  press table- 
cida^  existe  entre  los  seres. 

Asi  comò  hay  cuerpos  que  se  combinan,  asi  bay  otros  que  solo 
se  mezclan  y  que  no  pueden  formar  combinacion,  del  mismo 
modo  el  esplritu  recibe  la  accion  de  solo  ciertas  calidades  de  la 
materia. 

No  està  pues  el  alma  en  comuni(iacion  con  todas  las  calidades 
de  la  materia.  Las  que  conoce,  son  aquellas»  para  las  cuales 
ha  tenido  un  sentido  ù  òrgano  de  comunicacion.  Y  ese  senti- 
do  ù  òrgano^  material  tambien,  y  corno  tal  dotado  de  fuerza,  no 
es  mas  que  la  aglomeracion  ó  cenlralizacion  de  la  fuerza  exte- 
rior  en  cierto  grado  condensada  comò  la  del  espejo  ustorio,  con- 
centracion  de  fuerza  externa  necesaria  para  producir  la  fuerza 
sensible  que  Uegue  à  la  fuerza  del  espiritu. 

En  otros  términos:  la  fuerza  del  àtomo  individuai,  noei  bas- 
tante poderosa  para  conmover  la  fuerza  de  la  entelequia.  Luego 
es  necesario  para  que  haya  sensacion  que  el  àtomo  se  una,  se 
multiplique  comò  agregado,  y  que  baya  otro  ser  que  reuniendo 
y  condensando  esa  fuerza  comò  el  ojo,  los  rayos  de  luz,  el  oido, 
^as  ondas  sonoras,  trasmiu  esa  totalidad  à  la  esfera  de  fuerza  del 
alma  para  que  la  sensacion  se  yerifique. 

El  fenòmeno  de  la  sensacion  supoae  pues:  1.®  la  fuerza  del 
àtomo  ;     2.  ^   El  òrgano  afine  con  la  calidad  de   la  materia  y 


—  159  — 

coDlafuerzadelalma;  3.^  Elalma  pasiva-activa  [que  siente  y 
piensa  el  movimiento  recibido. 

Ya  hemos  visto  que  el  leoguage,  es  el  ejemplo  mas  bello  y  po- 
deroso que  puede  citarse  para  aclarar  este  punto^  uno  de  los 
mas  dificiles  de  la  filosofia. — ^unqae  es  un  ejemplo,  do  perda* 
mos  esa  lozauaqae  pequefia  de  la  comparacion^  para  ver  si  pò* 
demos  aclarar  un  poco  mas  las  tenebrosas  regiones  que  en  este 
momento  atravesamos. 

Yo  hablo,  j  otro  hombre  me  oye,  me  entiende,  y  me  con- 
testa. 

Hay  en  este  hecho,  sin  agolar  el  anÀlisis,  los  hechos  siguien- 
tes  que  son  los  mas  importantes. 

rPensamiento,idea,  la  idea  unidaà  un  simbolo  ó  palabra. 

.    JLbl  palabra  unida  à  un  sonido. 
^  Produccion  del  sonido. 

IAudicion  del  otro,  ó  recepcion  del  sonido. 
Inteligencia  ó  convencion  de  la  idea  representada  por  e^ 
sonido. 
Yaceptacion  ónegacion  de  la  idea  trasmitida. 

En  està  comunicacion  de  dos  hombres,  es  darò  que  ha  habido 
comunicacion  fisica  y  comunicacion  intelectual. 

La  comunicacion  fisica  ha  sido  el  medio  de  la  comunicacion 
intelectual. 

Yo  he  sabìdo  lo  que  piensa  otro  sin  el  contacto  del  otro.— - 
Una  inteligencia  ve  en  otra  inteligencia  sin  penetrar  en  eJla.  £1 
lenguage  ha  sido  aqui  revelador  de  uno  à  otro. 

Ya  hemos  probado  que  sin  lenguage  no  pueden  las  inteligen>- 
cias  entenderse.  Y  tambien  que  no  puede  haber  lenguage  sio 
simbolo,  ni  simbolo  sfn  sensacion. 

Ahora  vuelve  el  problema,  i  Puede  la  sensacion  existir  sin 
organismo  ? — 0  en  otros  términos,  ^  puede  el  espiritu  puro  re- 
cibir  la  accion  de  una  fiierza  material  sin  un  sentido  material 
adoptado  ? — Y  siendo  el  mismo  sentido  material;  no  viene  el 
problema  àquedaren  el  mismo  estado,  pues  es  materia  de  sen- 
tido que  comunica  con  el  alma? 

Àceptemosla  hipótesis  de  la  comunicacion  directa  de  la  ma- 
teria y  el  espiritu  sin  un  organismo  intermediario. 

El  espiritu  sin  organismo  en  està  hipdtesis,  recibe  sensaciones. 
Pero  no  olvidemos  que  sin  organismo  no  puede  repercutir  so- 
bre  ellas,  aunque  para  dar  mas  fuerza  y  lògica  a  la  hipótesis,  el 


—  160  ~ 

alma  A  bq  vea  podria  reagir  sobr«  la  materia,  corno  una  fserza 
sobre  otra  fuerza,  sies  mas  fuerte. 

De  qué  Biodo  en  està  situacion  conaunicarì^  oota  etro  ^piritu? 

De  qué  modo  oeuparia  mi  lugar  sobre  la  tierra,  ó  mi^  bien, 
nadie  impidiendo  mi  faerza,  boy  estaria  aqui  7  mallaiHi  en  la 
TJft  lactea? 

Es  claro  que  si  ik>  tengo  d  no  poseo  la  sublime  libertad  de  la 
locomocion  à  medidadel  deseo  j  de  mipet»amiento,e6.porque 
al^o  me  esclaviza-  Lo  que  algo  me  «sclaviza  es  el  ooerpo  que 
siento  unido  à  mi  espir;tu, — y  ese  cuerpo  sometido  à  las  leye» 
de  lagravedad^  pesa  sobre  mi  esperita  comò  un  dèspota  insufri- 
Me.  La  muerte  es  liberacion,  muerte  sublime  I  Veto  no  «alga- 
mos  de  la  cue&tion. 

Si  me  siento  esclayizado  es  porque  tengo  im  organismo,  por 
que  me  veo  unido  à  ese  organismo,  y  aunque  de  él  me  distingo, 
no  puedo  negar  la  miserabile  condicion  en  que  me  ^eo. 

Asi  el  organismo  es  un  hecho. 

Si  el  organismo  es  un  hecho  ionegable  y  qae  se  presenta  co- 
mò necesario  para  la  revelacion  del  espiritn,  este  hecho  no 
presenta  induocion  sulBciente para  sostener  que  sdi^npre  sea  ne- 
cesario ese  organismo.  Al  contrario,  yerificado  el  fenòmeno  de 
la  revelacion  del  yo,  el  espCritu  concii>e,  sin  i^iie  apaveaca  ab- 
surdo,  que  puede  despues  desprenderse  y  repararse,  y  remitir 
otro  mas  adecuado  6  su  progreso  espiritual,  ó  presentarse  sin 
ninguDo. 

En  està  hipótesis,  el  espirìtu  sin  organismo,  libre,  despren* 
dido  de  las  leyes  de  la  gravedad  uni^ersal,  solo  veoibiria  la  ac- 
cton  de  las  leyes  intelectuales  y  morales.  Pero  si  ha  gasado  «n 
libertad  tambien  es  necesario  convenir  que  ha  perdido  en  reac- 
càon,  es  decir,  en  elpoder  de  obrar sobre  la  materia.  ^Ó  secon- 
cibe  que  en  ese  nuovo  estado,  pudtera  obrar  sobre  la  materia 
directamenté,  asi  corno  antes  obraba  directamente  sobr^  su  or-! 
ganlsmo? — No. — ^Porquéf? 

Si  obraba  y  tenia  poder  sobre  mi  organismo,  era  porqne  tam- 
bien el  organismo  tenia  poder  sobre  mi  esrpiritu  Si  «ejerciauna 
accion  sobre  la  materia, — >era  porque  la  materia  ejereia  nna  xic- 
cion  sobre  miyo.  Si  la  union  desapareoe^  desapaveoe  la  recipro- 
cidad  de  accion.  Si  qniero  pues  vivir^n  el  Estodo  del)0  eantiù- 
biiir.  Si  noquiero  contribuir  óacatar  su  icy  fnndamentul,  no 
puedo  viviron  el  Estado. 


-  «1  - 

Agi:  ahnacon  orgtitiiimoj — esdavttud,  pero'accibn  aobre  las 
tosas. 

AitÉ^  sin  organismo,— libertad,  pero  sin  accioniobréhs  colas. 

Lnego,  e1  organismo  es  nna  condicion  fundattiental  del  désar'- 
rollo  de  mi  espirilo.  • 

Y  corno  el  organismo  escompuesto  y  se'disnelre,  y  el  alma 
essimpley  eterna,  el  alma  puede  revestir  una  sucesion  indefini- 
ta de  organismos  mas  ò  menos  perfectos,  mas  6  menos  adecua- 
dos  al  desarrollo  de  la  fuerza  y  al  progreso  del  espiritu. 

Quedalegitimado  el  organismo,  pero  no  queda  suiicientemen- 
te  demostrada  la  necesidadde  ese  intermediario  para  la  comuni- 
cacion.  ^Por  qué  no  podria  haber  comunicacion  directa  de  la 
materia  y  del  espiritu  sin  neccsidad  del  organismo? 

Beasumaraos  alguoos  delos  principioseaunciadosantes delle- 
gar  al  borde  del  abismo . 

El  espiritu  puro,  la  monada  intelectual  no  puede  desarroUar- 
se  ni  llegar  A  la  conciencia  sin  la  sensacion. 

Lo  uno,  àtomo,  monada,  ó  entelequia,  en  una-  palabra,  el  elei- 
mento  de  la  materia,  el  elemento  espiritual^  solos,  aislados,  sin 
relaciones^  serian  corno  si  nofuesen. 

Lo  nno,  el  àtomo  matma,  la  monada  espiritu,  k  entelequia 
consciente,  lo  indivisiWc,  lo  impenetrable,  lo  personal,  lo  eie- 
mentalen  una  palabra,  es  substancia  y  fuerza. — JTo  bay  substan- 
eia  sin  la  fuerza  que  la  constituye.  No  bay  fuerza  sin  un  sujeto, 
rin  un  snihstaus&a  quieti  rQsiéa.  Subsfancia  y  fuerza  son  pues 
nociones  inseparables  de  la  realidad. 

Substancia  implica  impenetrabilidad.  Fuerza  implica  direc* 
cion.  Direccion  implica  fin. 

Substancia  y  fuerza  es  causa.  La  causa  supone  efecto,  6  «n 
otros  términosla  fuerza  espara  originar  ol  movimiento.  No  pue- 
de haber  movimiento  sin  direccion.  Direccion  supone  armonia 
entre  la  fuerza  y  el  movimìe^. 

Si  sùponemos  la  fuerza,  ó  un  àtomo  solitario  en  movimiento: 
iCual  seria  su  direccion?  No  olvidemos  que  es  él  solo,  que  està 
solò,  nadie  influye.  Ante  su  fuerza  se  abre  en  todas  direcciones 
la  indiferente  inmensidad,  el  estupendo  oceano  del  vado,  6  ci 
aterrante  espacio.  Es  solo.  No  bay  semi  motivo  què  solìcité  su 
accionde  este  modo,  ó  en  està  direccion.  ^Cual  sera  en  estas 
circunstancias  la  accion  de  esa  sobstancia  6  fuerza  solìtiariaf 

2 


—  162  — 

^a  linea  recta? — Pero  en  cual  direccion,  porque  esa  prefe- 
rencia,  pues  todos  son  ìgpaales? 

La  linea  cnrba? — ^P.ero,  porquéinclinariahàcia  un  centro  qae 
noexiste  ladireccion  prìmìtìTa  y  trangencial? — Eniin,  esa  fìierza 
solitaria  sin  sqlicitacion,  sin  impulso,  sin  atraccion,  ni  direc- 
don,  ^qaé  haria? 

Inmovilizarse.  Es  decir  algo  conio  Innn'^ìn. 

Luego,  para  qae  la  faerza  del  àtomo  solitario  se  desplegae, 
neeesita  direccìon.  La  direccioa  supone  otra  existencia,  otra 
snbstancia.  De  donde  se  deduce  severa  y  lògicamente  que  lo 
uno  finito,  no  puedeexistir  ó  manifestar  lo  quees,  sin  la  duali- 
dad  ó  multìplicidad.  La  pluralidad  es  condicìon  reciproca  de 
la  unidad.     Hablamos  en  la  esfera  de  lo  finito. 

Si  la  plurulidad  es  necesaria  7  con  el  mismo  titulo  que  el  àto- 
mo, monada  ó  entelequia,  se  deduce  forzosamente  que  bay  rela- 
ciones  preexistentes  en  los  seres,  afinidades  en  los  cuerpos,  sim- 
patias  en  las  almas,  clasificaciones  en  los  organismos,  en  los 
animales,  en  las  almas,  leyes  fatales  para  unos,  obligatorias  pa- 
ra otros,  necesarias  para  todos. 

Queda  pues  establecida  por  la  neeesidad  misma  de  la  exìsten- 
cla,  la  neeesidad  de  lapluralidad^la  neeesidad  de  relaciones  en- 
tre  las  existencias.  la  neeesidad  de  ìey%s,  la  neeesidad  de  calì- 
dades,  la  neeesidad  de  afinidades,  la  neeesidad  de  clasificacio- 
nes, la  neeesidad  de  armonias  preexistentes,  6  con  mas  rigor, 
la  neeesidad  de  armonias  coexi^tentes  à  los  seres. 

Y  aunque  en  la  nocion  pura  y  solitaria  de  substancia  en  el 
àtomo,  va  incluida  la  de  fuerza,  lo  que  constituiria  p\r alidada 
porque  son  dos  propiedades  ó  atributos  necesarios,  la  idea  de 
variedad  se  comprende  en  la  idea  del  àtomo,  pues  contiene  dos 
propiedades  ó  atributos,  la  fuerza  y  la  substancia:  Pluralidad 
porque  son  dos,  yariedad  porque  son  diferentes. 

Ahora,  corno  no  solo  existe  la  pluralidad  y  yariedad  de  atri- 
butos, sino  que  ebiiste  la  pluralidad  y  yariedad  de  seres,  con 
pluralidad  y  variedad  de  atributos  correspondientes,  y  todos 
esos  seres  varios  y  multiplicestienen  relaciones  entre  si,  se  de- 
duce que  bay  un  principio — faerza  superior  que  preside  al  de- 
sarroUo  de  las   armonias  indefinidas  de  los  seres. 

Aqui  se  presentaria  la  cuestion,  si  esa  armonia  es  resultado 
de  las  calidades  de  las  substancias,  6  si  esa  armonia  preside  al 
resultado. 


—  163  — 

Aunque  està  cuettìon  ya  sale  de  la  esfera  del  problema,  sò)# 
diremos  qne  A  nnestro  juicio  esa  armonia  coexiste. — Elre- 
iultado  snpone  preetisteneia.  T  corno  la  armonìa  resulta,  y 
corno  ese  resultado  presnpone  armonia,  seria  un  circolo  Ticioso. 
y  es  por  eso  qne  decimos  coexiste. 

Tenemos  poes  al  Atomo  y  A  los  Atomos,  A  la  enteleqoia  y  A 
Irfs  ènteleqaias.  No  pnede  haber  un  àtomo  solo,  ni  una  sola  en- 
telequia  finita. 

La  ploralidad  y  \ariedad  indefinida  exìste  en  los  Atomos.  La 
pluralidad  y  yariedad  indefinida  existe  en  los  espiritus. 

Los  Atomos  entran  en  relacion  unos  con  otros  por  medio  de 
la  fuer2a.  La  fuerza  se  manifiesta  segun  la  variedad  de  calida- 
des;  la  variedad  de  calidades  forma  las  armonias  y  las  combina- 
ciones. 

Los  espiritus  comunican  entro  si  por  medio  del  lenguage.  £1 
lenguage  revela  la  variedad  de  ideas«  sentimientos  ó  pasiones. 
EI  lenguage  no  puede  existir  sin  sensacion,  la  sensacion  sin  el 
àtomo;  lùego  el  alma  comunica  con  la  materia. 

^Es  necesaria  està  comunicacion?  Ya  lo  hemos  demostrado. 
£1  Atomo  solitario  seria  la  nada.  El  alma  solitaria  sin  evocacion 
de  su  fuerza  seria  la  nada.  Y  no  pudiendo  sin  sensacion  ser 
evocada,  la  relacion  del  Atomo  y  del  algia  es  necesaria. 

El  problema  solo  subsìste  en  lanecesidad  del  intermediario 
ù  organismo,  pero  las  consideraciones  anteriores  nos  van  A  ha- 
cordar  un  gran  paso  en  la  cuestion. 

Tal  Atomo  no  entra  en  relacion,  6  no  forma  combinacion  con 
otro  sino  en  virtud  de  calidades  afines.  Hay  cuerpos  que  no  se 
combinan,  y  otros  que  no  se  combinan  sino  por  medio  de  un 
tercero.  Es  pues  necesaria  cierta  afinidad  preexistente  À  la  com- 
binacion ó  relacion  para  qne  la  fuerza  de  ciertas  materias  se  des- 
prenday  forme  combinaciones  ó  produzca  movimientos.  (Lo 
contrario  seria  el  caos.) 

En  la  relacion  necesaria  del  espiritu  y  el  cuerpo,  ó  para  mayor 
elaridad,  para  que  la  fuerza  de  la  materia  opere  sobre  la  fuerza 
delespfritu,  se  requiere  cierta  afinidad  entre  las  calidades  dola 
fuerza  de  ambas  sustancias. 

Planteada  la  cuestion  de  este  modo,  se  ve  àproximarse  la 
solucion. 

Esa  afinidad  necesaria  que  debe  existir  entre  las  calidades 


—  104  — 

jDRiteri.siIes  d^  la  faiBo^za  y  las  calideides  eapiritaales  de  la  faeitea, 
pu^deexistir  sin  pirganifimp? 

If^. — y  si  {lipobìainqs  eata  oegacioti,  es  porqué  axkuqae  uo  el 
c^mo  d€l  prpWema,  estéresaeltq. 

El  espfritu  sin  organismo,  seria  el  espirita 4  0U>nada  abando^ 
nada.  Para  que  sus  relaciooes  aubsistan,  de  donde  nace  la  i^qte- 
ligencia  7  el  órden,  es  necesario  qiie  las  condiciones  de  .^^^ 
relaciones  sean  las  mismas.  La  mismidad  de  esas  condicioneSi 
supone  un  órden  constante  de  relaciones.  Ese  6rden  constante 
de  relaciones  no  puede  subsistir,  sin  una  afioidad  permanente 
entre  ciertas  calidades  del  espfritu  7  del  cuerpo.  Esa  afinidad 
permanente  no  puede  subsistir  sin  ciertos  cuerpos,  ó  sin  cierto 
cuerpo  poseedor  de  esa  afinidad  en  perpètua  ó  constante  rela- 
cion  con  el  espiritu.  Ese  cuer^^o  en  constante  relacion  con  el 
espiritu  es  lo  que  llamamos  organismo.  Es  pues  necesario  el 
organismo  para  las  relaciones  del  espiritu  y  del  cuerpo. 

Si  las  relaciones  de  los  cuerpos  son  necesarias  y  limitadas,  ai 
no  pueden  influir  unos  sobre  otros  sino  en  yirtùd  de  afìnidades 
permanentes;  sì  el  calór  del  sol  sobre  la  tierra  es  la  influencia 
causativa  de  los  vientos,  si  los  vientos  no  se  agitan  sino  por  la 
ihayor  6  menor  dilatacion  de  las  capas  de  aire  que  componen  la 
atmosfera;  si  la  atmosfera  con  la  totalidad  del  peso  de  su  co- 
lumna  vertical  hace  subir  el  mercurio;  si  el  mercurio  es  necesa- 
rio parala  amàl^amaeion  de  los  metales;  silos  metales  endisolu- 
cìon  entran  en  laformacion  alimentaria  del  organismo,  se  ve  en 
està  sèrie  de  relaciones,  un  inmenso  organismo,  realizado  por 
'  4:ombi^aciones  binarias,  ternarias,  en  virtud  de  ciertas  afinida4es 
de  los  cuerpos.  El  calòrico  es  una  condicion  de  vitalidad,  pero 
bay  eii  los  cuerpos  condiciones  que  aumentan  ó  retardan  la  ca* 
lorificacion,  y  condiciones  que  la  evaporan  é  inutilizan.  Laego 
para  que  ciertos  fenómenos  se  produzcan  es  necesaria  la  perma- 
mancia  de  condiciones. 

Esa  permanencia  de  condiciones  para  qi»e  pueda  haber  movi- 
miento,  tran^ormacion,  combinaeioni  orgaaizacioQ>  vfda^  es  lo 
que  squamala  armonia  de  loscuerposó  su  reciprocidad  de  accipn 
en  Yirtud  de  afinidades  yariaB*  Un  cuerpo  no  puede  producir 
tal  fenòmeno  sino  por  tal  relacion.  La  pennanencia  de  esar^r 
lacion  es.  la.que  constituye  la  4)vg9mzaeiop.  7  armonia  de  la  mace- 
ria, al  mismo  tìempo  que  la  fatalidad  de  sus  efectos. 

ELqspiritQ ;que  ^eipeaita.de.lii  s^q^taowi  y  qiie  debe  nuvole- 


—  I6S  — 

B»r^é  éQ  relaciones  periilanetiteg  con  los  oderpM,  nt  pufede  Ben- 
tir  del  mismo  modo,  sino  en  virtud  de  afioidad  permanente  i|Ée 
inflne&eia  j  opern  sobre  éi.  Si  esu  afinkfaiid  bermanetate  no 
«xìstieseen  medio  del  oceano  de  IbB  4erai^  'j  :4piéla  «ansaeìMi 
inese  posìlble^  el  espi ritu  finito  se  vèlia énvuélto  en  mèdia  àfUti 
«ccion  delaiofinidald  de  relacioiieB,  j  aA  enviiélto,  soiicitadé  pdr 
todoslos  dtomos,  solicitado  por  todas  las  fuekzàs,  sin  clafiifica- 
cion^sin  órden,  sin  fin;  seria  ó  nn  espiritn  tenebroso  en  elT^ocio, 
é  un  espiritu  soai^ti4p  al  caos  qye  prodRctria  la  cooyergencia 
del  universo  fisico  en  un  ser.  £1  {espiritu  no  podria  ^er  Ubre^in 
el  poder  de  reagir.  Para  reagir  necesita  un  punto  de  apojc^, 
resiste,ncia  y  fuerza.  Soy  la  fuerza,  pero  cual  seria  el  punto |  de 
apoyo  sin  la  sensacion,  comò  reagir  sin  la  palanca^  es  decir  sij|;i 
la  materia  à  mis  órdenes  para  operar,  sobre  ]a  materia?  gin 
lina  condicion  de  comunicacion  entre  los  cuerpos  y  el  éspiritq, 
el  espiritu  seria  el  receptàculo  de  la  irradiacion  de  las  fuerzas 
de  todos  los  cuerpòs,  y  en  ese  estado  sena  de  peor  condicion 
que  el  àtomo  material  cuya  àccioù  y  combinacion  es  limitadti. 
Porque  el  espfritù  puro  (en  la  bipótesis  sin  organismo)  ó  >^ci- 
birialaaccion  de  la  materia  óno.  Sirecibialaacciondela  materia, 
recibiria  laaccion  de  toda  la  materia,  pues  seria  corno  un  àtomo 
abandonado.  Si  puede  sustraèr^e  A  esa  accion  es  porque  puéde 
limitar  la  comunicacion  con  el  muodo  externo.  Si  puede  limi- 
tar su  pasividad  respecto  al  mundo  externo,  es  porque  bay  un 
intermediario  fistoo<|ae  se  intefrpone  y  qne-Bolo  deja  pasar  der- 
tas  acctònes  de  las  fuerzas.  Ese  interrentòr  neeesita  ser  eonè- 
tante  y  permanente  en  sas  condicionesi  Esto  esr  loiqne  Uamainos 
organismo. 

El  organismo  es  pues  al  mismo  tiempo  corata  y  éenttina.  Go- 
raza  porqae  no  deja  pagar  sipo  ciertas  acciones,  y  es  Vetltana 
porque  còmnnioa  ealidades  de  k>3  ciierpos  por  medio  de  un 
'Coerpo,  al  espiritu.  Ss  bajo  eMé  àspeeto  que  el  orgànìmo  m 
prisiofiy  porque  somete  ài  esplicita  à  la  pennanenda  ile  «a  vili- 
>culo^ne  esspm^do  à  là  alradcioà. 

He  ahi  el  porque. 

Yeamos  ^i  podemos  drrojaralgdBa  Inz  aoère  «el  cémé  de  ^ 
comunicacion.  r. 

El  alma,  ó  la  snbstancia  eapfritual/ es  fiiesza.  La  onestà  es 
la  propiedad  fundamental  de  la  substancia  y  de  toda  substancia. 
La  fuerza  seria  corno  sino  existiese  sin  una  direccioOf  Jsin  ^iina 


—  lec  — 

loraia  (1).  La  fiireccion  ó  forma  de  la  faerza  se  llama  inteltgea- 
eia. 

El  Atomo,  ó  la  subetancia  material,  es  faerza.  La  faerzaen  la 
materia  se  Uama  electrioidad.  La  faerza  6  electricidad  neoe- 
sita  t2VDbien  una  direccion  ó  una  forma.  La  forma  ó  direeciou 
de  la  fcrerza,  se  llama  luz.  La  fuerza  en  los  esplritas  libres 
se  llama  volaatad,  y  la  direccion  j  conciencia  ó  forma  de  esa 
faerza. se  llama  inteligencia. 

Si  el  organismo  'entra  en  comonicacion  con  el  espirila,  la 
electricidad  entra  en  relacion  con  la  volantad,  la  Inz  con  la  in- 
teligencia. 

La  laz  sajiere  ideas;  las  ideas  atraccion,  la  atraccion  nn  acto 
Toinntario  ó  volicion. 

'  La  loz  es  la  forma  de  la  faerza.  La  inteligencia  es  la  forma 
de  la  Tolantad. 

Si  nn  caerpo  se  resela  al  espfrita  es  por  sa  forma  ó  por  sa 
laz  qae  radicalmente  afiaa  con  la  inteligencia  qae  es  la  facal- 
tad  de  las  formas,  es  laz  intema  y  consciente  anàloga  à  la  laz 
extema  y  sin   conciéncia. 

La  sensacion  trasporta  nna  accion  de  lo  externo  fisico  à  lo 
interno.  La  volicion  trasporta  ana  accion  de  Io  intemo  6  lo  ex- 
terno. La  sensacion  nos  revela  I09  fenómenos  de  la  materia  ó 
de  las  sabstancias  finitas. 

La  conciencia  nos  revela  los  pensamientos  del  espfrita  en  sa 
accion,  sea  sobre  si  mismo,  sea  sobre  los  objetos  exteriores. 

La  razon  nos  revela  el  ma«do  absolato  y  necesario. 

En  el  fenòmeno  de  la  sensacion,  haycansa  extema  finita. 

En  el  fenòmeno  de  la  volicion  bay  caasa  intema  finita. 

En  el  fenòmeno  de  la  razon  bay  caasa  externa  infinita. 

Caando  el  alma  oomnnica  con  lo  absoluto,  no  paede  ser  sino 
en  virtad  de  an  aspecto  del  infinito  qae  posea.  Ese  aspecto  es 
la  categoria  de  la  etemidad  de  la  sabstancia. 

Gnando  el  caerpo  comanica  con  el  alma,  no  paede  ser  sino 
en  virtad  de  an  princìpio  finito  qne  posée.  Ese  principio  ó  as- 
l^ecto  finito  es  la  limitacion  de  sa  sabstancia  en  el  caerpo  qae 
inflaye  y  enei  alma  qae  es  inflaida. 

Caando  el  alma  comunica  con  el  caerpo  por  medio  de  la  vo- 

•    (i)    Lamennais. 


—  167  — 

KcioD  no  poede  ser  sioo   por  medio  del  principio  fiinito  de  la 
eanM. 

Para  esplicar  el  fenòmeno  de  la  comunicacìon,  analicemoa 
en  Io  relatÌTo  al  problema  qne  nos  oeupa  cada  nna  de  eaas  co- 
municaoiones. 

1*  Del  alma  con  el  cnerpo.  El  alma  obra  sobre  el  cuerpo,  por 
medio  de  la  volicion  qne  nos  rerela  el  orfgen  de  la  idea  de 
causa. — Quiero  mover  mi  brazo.  Hay  aqni  la  determinacion 
del  alma,  nn  acto  intemo  Yoluntario.  Hay  una  causa,  una 
fuerza  Toleute.  Hay  un  efecto:  el  movimiento  del  brazo.  Pue- 
do  suponer  el  acto  interno  volente  sia  la  correspondencili  fisica 
del  brazo;  si  soy  paralitico,  por  ejemplo.  La  volicion  tiene  la- 
gar  pero  no  ha  habido  transmifldon  de  movimiento.  ^Por  que?— 
el  organismo  enfermo  no  obedece,  luego  hay  una  causa  que 
ha  impedidola  comunicacìon  de  la  fuerza  interna  à  la  fuerza 
extema. 

^    Luego  si  el  movimiento  del  brazo  es  efecto  de  la  causa  inter 
na,  hay  comunicacion  de  fuerzas. — ^Gomo  se  verifica? 

La  fuerza  causa  volente  esun  hecho:    El  alma. 

La  fuerza  causa —  cediente  es  otro  hecho:    El  cuerpo. 

La  comunicacion  de  ambos  es  otro  hecho:    El  movimiento. 

He  ahi  la  thesis,  la  antitesis,  la  sintesis. 

El  movimiento  que  presenta  al  alma  y  al  cuerpo  en  comuni- 
cacion^ es  la  sintesis.  ^ 
•   En  el  movimiento  debe  pues  encontrarse  la  solucf  on  del  prò  - 
blema. 

El  movimiento  del  alma,  el  movimiento  solitario  ó  monàdico 
supone  ideas,  deseos  etc.  etc.  que  pasan.  Para  mover  otro  es- 
piritu  necesito  que  se  lleguen  mis  ideas,  el  lenguaje. 

El  movimiento  del  àtomo  supoue  direccion  ó  forma,  es  do- 
cir,  ìnfluencia  de  otro  principio  à  mas  del  de  la  faerza 
pura. 

Para  que  un  cuerpo  mueva  otro  cuerpo,  necesita  accion  de  la 
ftaerza  con  relacion  d  la  forma  de  esos  cuerpos,  comò  sucede  en 
las  combinaciones  qufmìcas,  y  en  la  ley  de  atraccion. 

Luego  para  que  un  espiritu  mueva  à  un  cuerpo,  necesita  de 
la  fuerza  adoptada  à  la  forma  del  paciente. 

Asi  para  mover  mi  brazo  necesito  de  la  ftierza  bajo  la  forma 
qne    reviste  en  el  cuerpo  que  muevo. 

Lafberza  es  la  misma  en  Dios,  en  el  espiritu,  en  el  cuerpo-' 


-  16»  — 

La  4|fQr6pcàa  gobs^sIo  en  la  forma-que  la.  dilige.  '  La  fuer^a  eir 
Dios  es  infinita,  porque  su  forma  es  infinita.  La  fuerza  miM^ 
i^a  es  fipita  porqae  sa.fiMrmft;  es; finita.  J^à  faerza  ea  el  Hovto 
69  .finita  porque  bxi  forma  es  jKiÙta. 

Si  Dios,  fuerza  infinita,  opera,  influencia  sobre  el  eApirìt«>  no 
pyiji^e ^er  sino  por  medio  4^1a'razpn  sobre  la  yoluntad.  »  • 
.:8i  eHiespin^tUfOperA  òinQaeiiela  él  otro  espiritu,  no  puJsde  ser 
ajino  por  medip  del  ienguaje  ù  la  razon  sobre  la  Tioluntad.  » 
.if^iel  cuerpo  opera  sobre  el  cuejrpo  no  puede  ser  sina  por  me^ 
dio,4e  la  fj^n%  adaptada.^su  farma;  bay  cuerpos  que  cri^alizan 
j  otrosno,  bay  cuerpos  que  ceden'4  lafoerzf  major  q^e  la  dt 
la  ftr^^cfion  y  yarian  de  lugar. 

Si  eji  espiriti!  opera  sobre  el  cuerpo,  •  es'  porque  desprende 
fui^rza  que  pone  en  accion  la;  fuerza  del  cuerpo  se^un  su 
forma.    : 

La  fuerza  del  espiritu  es  la  misma  que  la  de  los  cuerpos.  La 
difer^ncia  consiste  en  la  forma  que  reviste  la  fuerza  en  un  espi- 
ritu, y  la  que  rcvi^te  en  un  cuerpo.  Hay  grados  de  fuerza  es- 
piri tual^  asi  corno  hay  grados  de  fuerza  material.  Hay  grados 
de  fuerza  de  atencion,  grados  de  fuerza  de  Toluntad.  £1  alma 
lucba  y  rence  la  distraccion  para  Concentrar  en  un  punto  su 
atencion.  bl  alma  lucba  y  vence  la  tentacion  para  ejercer  jun 
acto  die  vixtud.  En  estos  hechos  bay  esfuerzo  espirityal  para, 
dominar  otra  fuerza  espìritual  ;  asi  comò  el  gérmen  vence  el 
p^;ii9i(ile  latìerra  que  le  Qi^rime,  asi  corno  un  volcan  vence  I|iiey^ 
de  a'traccion  por  un  momento  para  arrojar  sus  escorias. 
^  .^  fuerza  del  alma  pjàva  comi;nicar  al  cuerpo  el  movimientoes 
(qierza  que  provoca  fuerza.  Si  las  fuerzas  pueden  sumarsej 
comunicarse  para  producir  un  resultado  mayor,  la  fuerza  vo^ 
I$i)^e  se  suma  ù  la  £uerza  del  cuerpo.  Si  mi  causa  volente  6 
^i^erzft  espiritual  es  lo.mismo  en  esenc^a.que  la  fuerza  fisica  del 
àtomo,  no  bay  objecion  à  la  suma  de  las  fuerzas,  no  bay  objeci^a 
^jla/trasroisign  de  ]/>  fuerza. 

.  La(fuerz^^e  Uama  voluntad  en  Ips  espiritus.  La  fuerza  s« 
Uama  atracdon,  capilaridad  en  los  cuerpos,  y  todos  los  fen6- 
if^ffìo$  de  fuer;a  se  reducèn  ù.  la  electricidad.  De  modo  que  la 
cuestion  puede  reducirse  à  estos  termino^  :  i  Puede  la  vo^ui^-r 
t^  con^unicar  cQn  la  electricidad  ó  vice-yersa? 

La  electricidad  es  indivisible,  es  la  fuerzfi  pur^  de  la  ^\i^st;f&7 
€^,1  ó  de I^s substAnoifia.  i  Nobaj  substànci^ai^foeri^a, luegO|no 


—  169  — 

hay  sabtancia  sin  electricidad.  Pero  asi  coma  la  fuerza  no  es 
el  ùnico  atributo  ó  propiedad  de  la  substancia,  sino  que  supone 
al  mismo  tiempo  y  de  una  manera  necesaria  la  forma  ó  direccion 
del  morimiento.  la  electricidad  rà  determinada  ó  gobernada  por 
la  forma  de  los  cuerpos. 

La  Yoluntad  del  espiritu  es  la  fuerza,  y  comò  la  fuerza  es  una 
en  su  esencia,  y  no  bay  dos  esencias  ó  calidades  de  fuerza, la 
Toluntad  es  la  electricidad  del  espiritu.  Pero  asf  corno  la  elec- 
tricidad està  sometida  A  la  forma  del  ser  eii  quien  reside,  la 
electricidad  del  alma  es  determinada  por  la  forma  racional  ó 
consciente  del  espfritu. 

Si  en  el  àtomo  la  electricidad  es  fatai  porque  la  forma  del 
àtomo  es  sin  reflexion  sobre  si  misma,  sin  }'0  en  una  palabra^ 
en  el  alma  la  electricidad  por  la  forma  de  reflexion  sobre  si 
misma  puede  ser  dirijida,  suspendida  y  es  por  eso  que  es  libre 
el  espfritu,  ó  el  yo,  que  no  es  mas  que  una  substancia  con  %\ 
Doder  de  reflejarse. 

Si  el  alma  està  unida  à  un  cuerpo,  el  comò  de  la  union^  se 
yerifica  por  la  identidad  del  principio  de  la  fuerza  que  es  el 
que  mueve  y  trasmite  el  moyimiento. 

Quieto  mover  mi  brazo.  Mi  electricidad  consciente  mueve  à 
la  electricidad  del  organismo.  La  electricidad  desprende  la 
electricidad  de  otros  cuerpos.  La  electricidad  del  espiritu 
desprende  la  electricidad  del  cuerpo  segun  las  leyes  del  orga- 
nismo. No  bay  imposibilidad,  y  creemos  resuelto  el  problema 
de  la  comunicacion  del  alma  con  el  cuerpo. 

NoTiembre  5  de  1863. 


LA 


AMERICA  EN  PELIGRO 


0» 


(1)  Habriamog  qaerido  insertar  corno  intròduccion  &  este  trabajo  varios 
escntos  de  importaQcia,  debidos  &  lasnotablesinteli^encias  de  los  senores  Lau- 
rìndo  Lapoenfe  y  de  D.  H.  G.  Fuardo,  pero  nos  pnvamos  de  elio,  por  seguir 
el  plaa  qae  nos  hemos  propaesto  u  hacer  està  edicion.    (N.  de  E.) 


I 


DEDICATORIA 


EDGAia)0  QUINET  Y  JULIO  BflCfHELET 

Ex-Profesores  del  Colegio  de  Francia, 

Beflejo  de  esa  antorcha  que  sobre  la  Europa  sacudiais,  eco 
de  ese  trueno  que  bacia  estremecer  las  catedrales  y  los  tronos^ 
palabra  de  yuestra  palabra  con  la  que  en  el  banquete  de  la 
revoluciou  alimentabaisà  la  Francia  7  àsus  hùespedes,  es  està 
obra  que  os  dedico,  maestros  amados. 

Lejos  de  vosotros,  con  vosotros  vivo.  El  espiritu  creàdor 
que  OS  anima,  domina  el  espacio;  y  en  donde  quiera  que  los 
vientos  arrebaten  el  gérmen  fecundo  que  mana  de  ese  foco  de 
Vida  universal  que  concentrais,  alK,  el  àtomo  recibe  la  cente- 
Ua,  y  à  su  turno  incendiado,  dà  testimonio  de  amor  y  de 
justicia. 

Vengo  pues  à  dar  testimonio  de  verdad,  no  comò  aoidor  oU 
vidadizo^  sino  corno  hacedor  de  obra,  » 

Al  pie  de  vuestras  càtedras  nos  encontràbamos  reunidos,  y 
elevados  ó  la  potencia  del  sublime,  los  hijos  de  Hungria,  de 
Polonia,  de  Bumania,  de  Italia,  de  America.  Gasi  todas  las 
razas  tenian  àllf  representantes,  y  vosotros  el  corazon  de  la 
Francia  para  todas  las  razas^  y  la  palabra  ini^pìrada  para  revelar 
àcada  uno  su  destino,  su  deber,  en  la  harmonfa  de  la  fraterni- 
dad  y  de  la  justicia.  Era  una  imàgen  de  la  fedei:acion  del  gè- 
nero humano. 

ÀUi,  viviamosene!  pasado.  Nuestra  yìda  agitaba  los  dolo- 
res,  ideasy  esperanzas  de  la  histpria; — y  acumulando  el  tesoro 
del  tiempo  y  del  espacio  en  la  personalidad  •  del  hombre,  nos 
arrojabais  al  porvenir  con  la  proyeccion  del  heroismo  conden- 
jado  de  las  generaciones,  que  vuestra  cienciày  corazon  habia 
asimilado  y  sublimado. 


—  174  — 

De  allf  partimos  para  Oriente  7  Occidente.  Pocotiempo 
despues,  extraordinario  movimiento  ajitaba  &  naciones  sepol» 
tadas,  despertaba  à  otras  qne  dormian,  iiuminaba  &  algonas 
sentadas  d  la  sombra  de  la  muerie.  Y  en  esa  Ifnea  de  batalla  qne 
coronò  las  altnras  7  encendió  los  faagos  que  se  reflajaron  en 
los  yalles  del  Danubio  7  de  los  Àndes^  de  los  Apeninos  7  del 
Bhin,  se  concentraban  discfpulos  Tuestros,  que  imponian  la 
palabra  de  órden  al  tamulto  7  daban  direccion  al  movimiento. 
Ybendeciamos  la  Francia! 

Y  hoj  que  vuestra  patria  nos  hiere^  ho7  que  la  tremenda  es- 
pada de  la  Francia  atraviesa  el  corazon  de  mis  hermanos  de 
Méjico,  ho7  vengo  à  pedir  &  mis  maestros,  justicia  contra  la 
Francia. 

Tu  loha'sdicho,Quinet:  «Sì  la  patria  se  muere^  sé  tu  mismo 
»  il  ideal  de  la  nueva  patria,  » 

Y  se  muere  la  patria  que  se  empecina  en  la  injustìcia. 

Tu  lo  has  dicho  Michelet;  icEl  derecho  es  mipadre^  y  la  justicia 
is  mi  madre.  » 

Pues  tu  padre  7  ta  madre,  maldicen  à  la  Francia. 

Bien  sabeis  si  he  amado  &  vuestra  patria.  Ha  habido  un 
tiempo  en  que  la  juventnd  7  aun  partidos  en  America  rivaliza- 
bau  en  amor  7  admiracion  para  con  ella.  H07  temo,  que  el 
perjurio  aceptado  7  aun  glorificado  por  la  enorme  ma7orla  de 
la  Francia,  no  la  haga  detestar  del  Universo. 

Bien  sé  que  si  fuese  necesario  victimas  escojidas  por  su  vir- 
tud  para  purgar  el  crlmen,  vosotros,  mil  vidas  ofreceriais  en 
holocausto  para  salvar  à  la  Francia  de  la  responsabilidad  de 
sus  promesas  fratemales,  7  de  la  perfidia  de  sus  actos  fratri- 
cidas. 

Bien  sé  que  la  nacion  no  quiere  oir,  porque  se  teme  Aai  mis- 
ma,  porque  teme  su  remordimiento,  porque  teme  verse  fea  en 
su  conciencia,  ante  las  promesas  aceptadas  por  los  pueblos  que 
cre7eron  su  palabra,  7  ante  la  imàgen  de  la  Bepùblica,  que  dejó 
pisotear  por  el  pigmeo,  calzado  con  las  botas  del  gigante. 

No  importa.    Vosotros  sois  representantes  del  vinculo  moral 
del  universo.    Teneis  la  majistratura  del  gènio  7  de  la  virtud. 
Habljtd  7  juzgad,  7  si  la  Francia  1^0  escucha,  las  piedras  escu- 
tharto  7  l^daràn  à  losperjuros  7  traidores. 
Vuestro  disJj?(pulo-* 

Francisco  Bilbao 
Buenos  Ayres,  Afosto  4  de  1862.  4»^    ■" 


PRÒLOGO, 


Este  trabajo  consta  de  tres  partes  principales. 

1®— La  invasion. 

2''— Las  caosas  del  peligro. 

3*— El  remedio. 

£n  la  prìmera  esponemos  lo  que  peligra  en  America  al  amago 
del  Imperio  francés. 

En  la  segunda,  las  causas  fisicas,  intelectaales  j  morales  que 
producen  la  debilidad  de  America  y  abren  la  puerta  ó  facili- 
tan  la  invasion.    Consta  de  tres  puntos  principales. 

En  la  tercera  indicamos  lo  que  nos  parece  mas  oportuno^  pa- 
ra conjurar  el  mal. 

La  idea  dominante  es  la  unificacion  de  la  religion  y  de  la  po- 
litica en  lo  que  nosotros  llamamos  la  religion  de  la  ley.  La 
fuerza  de  la  America  està  en  su  republicanismo.  Fortificar  su 
principio  es  haeerla  inyulnerable. 

Debilitarlo  es  convidar  ò,  la  conquista. 

iQuereis  la  fuerza  de  larazon? — Tengamos  la  religion  de  la 
Bepùbiica. 

iQuereis  la  razon  de  la  fuerza  ? — Sed  comò  los  rusos,  cuyo 
emperador  es  papa. 

0  la  razon>  ó  la  fuerza. — La  razon  produce  repùbiicas,  la  fuer- 
za teocracias.  Pero  la  mentirà  puede  introducirse  y  pretender 
conciliar  los  dos  estremos  que  se  niegan. 

La  Idea  opuesta  que  se  combate  es  la  separacion  de  la  religion 
7  de  la  politica  que  duplica,  divide  la  personalidad  é  introduce 
la  doblez. 

La  religion  debe  sostener  à  la  politica,  y  la  politica  debe 
sostener  la  reUgion.  Està  es  la  base  de  la  paz  perpetua  y  de 
la  fuerza  « 

Pero  cuando  la  religion  niega  àia  politica  y  està  ù  la  reli- 
gion, los  polos  del  universo  moral  se  trastoriian,  y  es  la  causa 
*de  la  anàpqufa  y  de  la  debilidad. 

El  catolicismo  fes  la  reMgió.n  de  la  America  del  Sur. 


—  176  — 

La  repùblica  es  la  politica  de  la  America  del  Sur. 

El  catolicismo  niega  el  principio  fundamental  de  la  BepAblica 
que  es  la  soberania  del  pueblo^  Que^es  1&  soberaiiia  de  la  razon 
en  todo  hombre. 

El  Bepablicanismo  niega  el  dogma  que  le  impone  la  obe- 
diencia  ciega  y  no  puede  reconocer  autoridad  que  la  imponga. 

Este  es  el  dualismo  de  la  America  del  Sur  y  que  nos  lleva^ 
rà  à  la  muerte,  si  no  hécemoi5.tnan&r  una  de  la^  dos  propo- 
siciones. 

0  el  catolicismo  triunfa,  y  la  monarquia  y  la  teocracia  se  en- 
sefiorean  de  la  America. 

O  el  Bepublicanismo  triunfa,  ensefioreando  en  la  conciencia 
de  todo  hombre,  la  razon  libre  y  la  religion  de  la  ley. 

0  el  dogma  católico  construye  su  mundo  politico:  La  mo- 
narquia, 

0  el  ;)nncip»9.rep.ublieaiio.  se.  eleva  y  afirma  su  dogma  ;  el  ra* 
cionalismo. 

La  religion  católica  busca  su  politica. 

La  politica  republicana  busca  su  religion. 

La  religion  católica  fatigada  del  dominio  espiritual^ — quiere 
y  aspira  al  temporal. 

La  politica  republicana  aspira  y  quiere  afirmar  sus  princi^ 
pios  en  el  axioma  eterno  de  la  libertad.  La  RepùbUca  tiene  su 
cielo, 

Bien  sé,  cuanto  se  resiste  la  inteligencia  de  los  Americanos  é 
I9  exitacion  del  pen^amiento  libre.  Todayfano  se  creen  eman- 
cipados,  y  comò  las  aves  nocturnas,  buscan.la.  tinleblas  para 
dercer  su  actividad. 

Esiste  por  otra  parte  una.  conjuràdoa:  tàcita  de  lòs  que  se 
lìaman  pensadores>  letr^dos,  poUticos,  para  no  tocar  estas  ma« 
terias.  Besult^do  de  la  hipocreaia  que  prpgrésa  y  que  ya  es 
ciencia^oeptada  }*  hàbito  contraidD)  se  teiera  a  lo  sumo  la  paìa- 
bra  que  pretende  despertar  à  un  mundo  dormido  y  aletargado 
por  sus  ineptos  4irectores. 

Teneiuos  una  enfermedad  crói^ica-^Da  hableis  de  ella,— -Pero 

sufró.— Aguanta.— TPero  si  veo  que  la  lealtad  desaparecej-^ue 

I  -€1  espi ritu  publico  se  apijgaj  —que  Ja  jialabra  dèi  hombre  es  mo- 

[  nédà  falsa  acufiadaen  su  egoismo ^-r qqeja  tediferercia  por  el 

bien,  el  dèsprecio  à  laley>  eid^/BAaymro.deloscomioios^laido^ 

ble  intencion>  la  doble  ca^a^  la.  dqbl^  p&labj^a,  la  reticenéia  men- 


—  177  — 

tal,  el  sofisma  para  toda  falta,  sonhechos  visibles,  palpablesque 
aamentan  su  estension  y  su  poder,  educando  à  las  nuevas  gè- 
neraciociones  en  el  código  de  los  pulperos,  no  quereis  que  da- 
me  en  el  desierto. 

«  Gallad,  cnllad.— No  toqueis  la  herida.  El  mal  no  tiene  reme- 
dio..  Piensecadi^  uno  corno  quiera.  Es  la  confesìon  de  la  ìm« 
potencia  para  encubrir  la  ìndolencia.  Asi  conclude  la  mayoria 
de  los  quo  se  llaman  ilustrados  en  America. 

Ese  es  el  mundo  de  los  que  han  abdicado  todo  ideal  para  sa- 
tisfacer  al  animai.  Noseocupan  sino  «en  preparar  el  festina  de 
los  gusanos^ìì  corno  dijo  Lamennais. 

Pero  todo  aquel  que  cree  que  bajo  las  palabras  patria^  inde- 
pendencia^  razon^  fraternidad,  bay  algo  de  verdadero  y  por  con- 
siguicnte  de  divino,  ese  no  aceptarjì  que  todo  eso  se  Uame 
egoismo  é  hipocresia. 

Ha  Uegado  para  la  America  la  bora  de  pensar  en  su  destino. 

Su  destino  es  conservar  su  Independencia  para  realizar  la  fe- 
deracion  del  gènero  bumano,  en  la  libertad  de  la  razon  y  en 
la  libertad  politica  y  civil. 

Su  destino  es  realizar  en  el  nuevo  mundo  de  Colon  el  nuevo 
mundo  de  la  Religion  de  la  ley. 

Su  destino  es  mantener  la  balanza  de  la  justicia,  contra  el 
despotismo  y  demagogia,  contra  las  utopias  socialistas  y  las  re- 
ligiones  caducas. 

Su  destino  es  abastecer  de  pan  y  de  justicia  à  las  multìtudes 
hambrientas  de  la  Europa. 

^Qué  móvil  mas  grandioso^  que  motivo  mas  racional  para  de- 
terminar el  movimicnto  de  una  era  nuova? 

^Qué  ideal  mas  elevado,  para  presentar  à  la  peticion  intelec- 
tunl  de  la  generaciones  que  se  avanzan? 

i  Qué  programa  mas  oportuno  y  mas  en  armonia  con  la  ley 
de  la  historia,  que  realizar  en  un  continente  el  aiionja  de  la  jus- 
ticia y  el  amor  del  gènero  bumano? 

Pero  todo  se  perderà  si  no  combatimos  el  error  y  la  culpa 
quenos  debilitan  y  enervan,  atruyendo  de  este  modo  la  invasion 
del  estrangero. 

Todo  se  perdere,  si  no  queremos  despertar^  si  nos  entrega- 
mas  à  la  fatalidad,  si  no  hucemos  de  la  causa  Mejicana,  la  causa 
Americana. 


PRIMERA  PARTE. 


LA   inVASIOlC. 

Escucho  lospasos  de  l^iones  extrangerM,  bolland*  m\  iielo 
4e  la  patria.  £IIas  d^splegan  la  ipaigeia  de  la  decapilaoioB  dt 
las  nacioned.  que  es  la  conquista.  Proclaman  sìd  pador  la  pa- 
labra  de  ignominia  para  las  almas  libres,  q«e  es  la  traieioai  à  le 
patria^  a  la  independencia,  A  la  RepAbMca;— 7  Teola  mano  del 
liefondo  perjnrio  de  la  historia,  estender  para  receder  la  he- 
renda  de  la  libertad  7  la  esperansa  de  nn  mnndo,  con  el  ekjeto 
de  Uenar  el  abismo  del  crùnen,  que  en  Europa  7  en  el  sene  de 
5U  patria,  abriera  su  alma  fementida. 

^No  bastabaa  Napoleon  III,  el  dominio  de  la  Francia?--^  IVo 
era  el  «  imjimo  la  paz?>ì^iEse  pausi  que  tiene  clavado  en 
Roma,  no  le  responde  de  la  conserTacion  del  órden  Borope#7-«- 
^No  ha  sangrado  la  Francia  lo  bastante,  en  el  Boulevard,  en  la 
Argelia,  en  Lambessa  7  en  Cajenue?— ^Moipesan  nada  los  cien 
mil  franceses  muertos  en  la  guerra  de  Oriente^  ain  beneficio  de 
Sios,  ni  del  diablo? — lìi^  daban bastante  garantfa  los  siete  mHtih 
nes  de  sufragios? — ^0  por  ventura  la  sombra  de  Napoleoni, 
desaparece  ante  la  luz  de  la  bistorta^  que  derriba  del  aliar  d 
idolo  de  barro? 

Mas  todo  pasa  j  la  Francia  olvida;  es  humo  esa  gloria,  es 
necesario  renovaresa  gloria  de  humo,  7  el  minotauro  pide  tIc- 
timas  para  abastecer  la  racion  de  cadàveres  que  la  Francia  sa- 
crifica en  la  pira  de  su  ranidad  7  orgullo.  Es  necesario  alejar  A 
la  Francia  desi  misoMi^  no  darle  tiempo  là  qne  piense,  no  permi^ 
tirque  midalaestatuuradel  Emperador  del  2  de  Dioiembre; — 7 
es  por  esto  que  es  necesario  Uerar  la  bandera  al  soplo  de  las 
aventaras,  para  comprometer.el''bonoir'nadanaI-*-7  decir:-  *  la 
bandella  4efa Francia  noreit^cfid^i*  ^.  (fiatabrae deioscoiriisio- 
nados  franceses  en  su  proclama  Ti  los  mejicanos.) 


—  180  — 

«  El  imperio  es  la  paz  »— dijo  Napoleoo  IH.  El  imperio  es 
eì  perjurio,  repetirà  la  historia. 

Guerras  en  Earog^^  en  ^3i^.  j  Aff^.*  \  Faltaba  la  America. 
P«r  qué  ha  sido  boy  Mèji<*b  là  vfctima  designada  para  hacer 
ajyrecer  comò  torpe  la  inteligencia  de  la  gran  NàcioD,  y  comò 
pèrfido  el  corazoo  del  pueblo  que  habìa  predicado  la  fraterni- 
dad,  y  comò  verdugo  del  débii,  al  brazo  tremendo  de  la  Francia, 
en  una  guerra  que  ha  de  enconfrar  su  Palafox? 

Méjico  tenia  traidores  que  sembraban  la  tentacion; — Méjìcoes 

lo  mas  bello  y  Io  mas  rico  de  la  America; — Méjico  situado  entre 

los  dos  océanos,  entre  las  Bepiìblicas  del  Sur  y  las  del  Norte,  es 

«elccnlr»'  estratégico  del  comercio  y  de  la  politica  del  nuevo 

;<tonlineafe;^-^])téjico  nM>Barquizado,  amaga  *à  los  lEstadbs  Uhidos 

y  <iHs'BepàbUc&s'del  Sur,— y  con  él  apoyode'  la' Francia  iJnpe- 

jTial,  ^menala  elmun^do  con  la  extermin^èian  della  Bepfifalica;— 

fìfleostosorofeexplotadospor  ì^l  civilizacion  imperiai^  pueden  <ios- 

«teliv  otr^ grande armada,  para  realizar  el  suenodè  Felipe  TI,  y 

rlp  itttoicioB  escondida  del  heredero  de  Waterloo. 

1  ÌA  guiérra  de  Espaùa,  /a  mas  injusla  de  lat  guerras^  la  traicion 

de  las  traiciones  de  Napoleon  T,  fué  la  sefìal  de  su  caida.  la  no- 

<Me  Ibeda  renoso  el  heroismo  deSaguntoy  de  Numància,  ylas 

^^réiiZo^en  Bailen,  apresaron  las  àguilas  rapaces  de  las  legione» 

impQriakSy 

j    £¥  quiéa  9Ahé^v\^  Nueva-Espana  no  està  Uamada  &dar  la  se*^ 
ifiaLde  la  caida  del  imperio  perjnro? 

'  OhM^ico,  oh  Yosotros  faijos  de  los  Aztecàs  y  de  los  castella- 
DOa,  en  vuestras  manos  està  boy  la  focultad  de  sedalar  e?  itinera- 
ri^ de  la  muerte,  à  los  profanadores  deTuestrosuelo,  y  de  arro- 
)arlaprimera  piedra  à  ese  imperio,  que  sera  la  sefial  delalapi- 
dacion  universal  d  que  està  destinado. 


IL 


Mh  FKLIGRO  DB  LAS  «AGIOlf ES  QUE  SE  GREEH  ESGOGIDAS  T  DE  LOS 
GOBIEBHOS  QUE  SE  GREEH   JUSTIFIGADOS  POR   EL  TOTO. 

i    £o  e$ta  inTasion,  bay  dos  p^ligrofl. 

El  primero  es  la  cosquista  6  la  desaparieion  de  la  lodepen- 
dencia; 


—  %»L  — 

Yel  segundo  cs  la  e;cterminacioQ  de    la   R^pùblica  en  el 

mundo.  • 

» 

La  Àmériéa  habia  ya  casi  identificado  con  »u  modo  de  ser^  y- 
seùalado  comò  objeto  de  sa  vida,  la  realizacioD  de  la  Bepùbli- 
ea.  De  modo  qua  puededecirse  habia  glovipBaraente  unido  en  su^ 
esencia  y  existepcìa, la  Independencia  conia  idea  RepùblicA^y 
ta  Repùbiicà  con  la  idea  Independencia,  IT  es  que  en  el  fondo  de 
la6  cosas,  ambas  ideas  sostienen  una  relacion  necesaria.  La  so- 
bérania  del  hombre  ó  de  los  pueblos,  sapone  la  independencia^ 
y  la  independencia  del  hombre  y  de  los  pueblos  sapone  el  go- 
biernode  simismos,  que  es  la  RepùbUca.  Una  verdadera  mo- 
narquiaes  la  usurpacion  de  lasoberania  del  pueblo. 

Un  pueblo  sin  soberania,  no  esindependiente.  Si  se  cree  so- 
berano porque  pò  es  gobernado  por  extranjera  mano  solamen- 
te, y  vive  somatido  al  tirano  que  Io  engada  ó  alucina,  ese  pae-» 
bloesciego,  esimbéciL,y  lo  p^pr  es  que  tiene  que  apelar  al  so- 
fisma para  acallar  la  protesta  interna  de  la  conciencia;y  entónces 
su  inteligencia  extra  vivida  se  embrutece.  y  su  corazon  se  per- 
vierte.  Esto  pasa  en  Francia  y  en  casi  todos  los  gobiernos  mo* 
Qàrquicos. — ISo  se  puede  jugar  con  la  verdad. — Quando  se  edu- 
ca à  un  pueblo  en  el  sofisma^  cuandp  tqda  ldeadeju9ticiase  su- 
bordina à  la  pasion,  al  patriotismo  eatrecho,  al  orgullo  de  raza, 
al  egoismo  de  partido,.  de  clases  &  de  casUs,  h  inteli- 
gencia  de  ese  pueblo  tiene  que  esperimentar  la  decadetela  de 
tpda  facultad  fulseada.  Y  si  ese  estado  se  perpetua,  el  mal  se 
arraiga,  y  la  luz  de  la  verdad  brillare  inùtilmente  à  sus  ojos.  Pa-  " 
san  y  pasaràn  lossiglos,  y  las  generactones  se  trasmiteucon  amor 
comò  una  parte  esencial  de  su  vida  ó  de  su  destino,  el  error 
ai^ariciado,  el  sofisma  aplaudido  y  el  crimen  justiiicado.  Yed  & 
losjudfos.  El  error,  el  sofisma,  el  orgullo  de  creerse  el  pueblo 
escogido^  Ip  ha  reducido  à  ser  el  pueblo  escarnecido:  Yed  la 
Italia:  la  idea  del  dominio  universa!  incrustada  en  todo  italiano^ 
corno  lo  ha  demostrado  esp^éndidamente  el  maestro  Edgar  Qui- 
net,  ha  sido  la  causa,  de  que  no  ha  podido  ser  nacioo.  Sacri- 
fic|^)ata  soberanfa  del  espiriti!  ^\  Papa,  porque  creia  de  ese  moda 
dominar  con  el  Papa  à  todos  los  espfritus^ — y  perdio  su  espiri* 
tu^  la  soberanfa  de  su  pepsamiento.  Sacrificaba  sa  naciooalidad 
é  independencia  ài  en^perador  germano,  que  se  decoraba  con  el 
tltulo  de  emperador  Romanp,  creyenda  de  ese  modO'  dominare 
I9A  naciones,  y    perdj:ó  su  naciooalidad  é  independencia; — y 


—  m  — 

bcrjr'qué  renaée,  contra  qiAèn  se  estfelIaT  coatra  él  Papa,  el 
enemigo  de  la  razoa  independiente,  j  cootra  el  emperadór  atis- 
t^aco,  el  enemigo  de  8U  persoaalidad  nacional.  De  donde  re- 
sulta qae  debe  haber  intima  alianzar  entre  el  papado  qoe  de- 
capita la  personalidad  del  pensamiento,  j  el  imperio  que  de- 
capita la  personalidad  nacional.  Ambas  tiranfas  se  apoyan,  son 
solidarias.  Si  el  papado  peligra,  el  imperio  lo  proteje.  Si  el 
imperio  es  amenazado,  ó  si  la  Italia  se  levanta  para  arrojarlo  de 
las  frontéras,  el  papado  declara  que  los  austriacos  son  ius  hijo$. 
Esto  se  ha  visto,  estolo  hemos  presenciado  en  Boma  mismo,  et 
aflode  las  esperanzas,  en  1848,  cuando  los  Ralianos  creianr  cn 
Pio  IX,  y  esto  vuelve  à  repetirse  boy  dia.  i  De  quién  es  aliado  el 
Papa,  el  papado,  laiglcsiaó  el  catolicismo?  ^De  Victor  Emmanuel, 
ó  Garibaldi^  los  fuhdadores  y  batalladores  de  la  tndependenciaf 
I7Ó,  del  rej  de  Nàpoles  conrertido  en  Caudillo  de  bandidos,  y 
del  emperador  anstriaco,  asesino  y  ladron  de  Italia.  Yed  y 
jnzgad. 

La  Francia,  é  modo  de  los  judfos,  tamÓicn  se  ha  creido  pue- 
blo escojido:  a  Dibu  protége  L4  Frange  »  es  su  leyenda,  j  co- 
mò los  judios,  crucificó  àsu  bbrvo  que  era  la  RepAblica.  Ifo* 
locomprendieron,  ù  mas  bien,  ese  rerbo,  la  idea  de  la  BepAbli- 
cà,  provoca  el  despertamiento  de  la  concienciay  de  la  dignidad, 
y  los  hoiiìbrescorrompidos  lo  que  mas  temen,  lo  que  mas  odian 
es  ese  despertamiento  que  los  revela  t  si  mismos  comò  falsos 
hipócritat,  egoistas  y  sin  personalidad  moral.  Es  por  esto  que 
en  todo  pueblo  pervertido,  la  aparicion  de  un  Emperador,  d  de 
un  monarca,  ó  de  un  dictador,  es  saludada  corno  un  alivio^  por* 
que  nos  quita  el  peso  de  la  conciencia,  y  en  vez  dèi  juez  interno 
que  llevtibamos,  cdocamos  esé  confesor,  ese  redemptor,  ete- 
cómplibe,  ese  representante  de  lasuma  de  todaslas  miserias  hu-" 
manas.  À3i  pues,  todo  pueblo  imperializado  es  un  pueblo  con- 
qtustado.  El  argumento  de  que  sea-  elèjido^  no  puede  probar 
^no  qiie  el  pueblo  que  lo  ha  hecho,  elije  el  simbolo  de  sus  mi- 
serias yelrepresentant^  de  su  abdicaeion.  Y  no  es  argumeiite^ 
teeleccion,  porquenadie  tiene  derécho  para  votar  sobre  la  de- 
saparicion  del  derecho.  El  pueblo  que  tal  hace,  usurpa.  Stt 
àcto  es  ilegal,  y  sobre  el  plebiscito  de  la  eaìialla,  brilla  la  ley  dt 
lasobéranladelhombre  y  del  pueblo,  ley  Mtlienable,  intrans* 
miriBle,  inabdicable.     Élèncio  é  léS'  7  millònés  ! 

Tal  es  el  elegido  (Plein)  que  ha  élejrdo  ft  Héjicò^  pai^tt  pifóvo^ 


oar  otra  etèeeionHoibte  m  li^rma  de.gobitmo.  Ytà  It  l^imiiad, 
imperiai  cMToeaaéo  con  el  claràn  dei  cenqBÌstadon^  Ite  comicioi 
({ne  deben  elegir  eii  Méjicoi  al  fotaro  golMsroaBte,  para  darle  la 
legidmidad  de  la  libre  TOtaeioii  del  pueblo  mejicaiia. 


m. 


LA  I5VÀSE0rf  KS   BOBO  T  PEQRÀDACIO^. 

Moiotros  TeoMMi,  no  selo  la  ìndependeiioia  d<  ìtépto  ea  pe* 
Hgro,  nno  la  iodependencia  detnoevo  continente;  no  solo  sa 
lerriterio  amenazadade  robo^  sino  la  idea  rital  de  los  pueblo^ 
de  America  amenazada  de  exterminio:  ladesaparioionde  la  Re- 
pùblica.  Asf  es  qnepodemosdecir:  Amerìcanos,  se  nos  qoiiere 
robar  el  territorio;  Bepublicanos,  se  pretende  degradarnos. 
Solidaridad  de  tierra,  de  interés,  de  dignidad^  nos  une.  Vea- 
mos  el  modo  de  hacer  la  resistencia  soltdaria. 


IV. 


EL   PRODIGIO   £N  AHOBICA. 

Péro  éntes  de  esaminar  los  medios  pràcticos  que  el  deber 
sellala  7  que  ias  circnnstancias  exigen,  queremos  profundi^sar 
las  causas  que  ponen  à  la  America  en  peligro.  Es  por  esto, 
que  este  escrito,  ademàs  de  la  oportunidad  momentànea,  tiene 
un  objeto  permanente. 

Greemos  que  la  gloria  de  la  America,  exeptuando  de  su  par* 
ticipacion,  al  Brasil  imperio  con  esclavos,  j  a]  Paraguay, 
dictadura  con  siervos,  y  apesar  de  las  perìpedas  sangrientas 
de  la  anarqnia  y  despotismo  transenntes;  sea  por  instinto,  in* 
tuicion  de  la  Terdad,  necesidad  histórioa,  ó  lògica  del  derecbo, 
consiste  esa  gloria,  en  haber  identìfieado  con  su  destino  la 
ItepùbBca. 

El  nnero  continente,  cnando  laa  tiranias  y  errores  del  viejp, 
se  bacian  esa  guerra  encarnizada  por  defenderse  lontra  los  pue- 
blos  6  centra  la  intentona  de  la  monarquia  del  mund^^  j  gracias 
6  esa  guerra  qoe  deroraba  sin  tesovos  y.  soldados^  pudo  apa- 


-r-    18»  — 

recer  sobre  los  fnnerales  de  la**  IHiertad,  pai'a  espanto  de  kis. 
lìeacciones  ¥enceddm.j.  eoosbelo  d^  los  filó^fos,  corodado  de 
jSvenes  repùt^lieas,  einpecÌQada8*&  despech'o  de  sibi^s  politi  eoa 
y  de  traidores  en  afirmar^  conàer var,  desarroIUr,  el  ideal  aper^. 
cibìdo  en  la  intuicioo  revoluciooaria. 

Si,  gloria  à  Ics  pueblos,  h  las  ffèosas  brutas^  porque  su  iustinto 
nos  ba  salvado.  Mientras  los  sàbios  desesperabao  ó  traicioaa- 
ban,  esas  masas,  habian  amasado  con  sas  làgriraas  y  sangre  ci 
pan  de  la  Bepùblica,  y  aunque  ignorantes,  el  amor  à  la  idea, 
desquició  todas  lag  tentativas  de  los  que  se  imajinaron  repro- 
ducir  un  plajio  de  monarquia.  Y  es  digao  de  notarse  este  fenò- 
meno, nò  apercibido  por  los  escrìtores  y  pensadores  de  Ame- 
rica :  de  corno  la  Idea  solo  de  RepùbUca,  ha  ido  engendrandc 
una  sociedad  republicana.  Es  el  caso  de  lo  que  autores  de  cpo* 
pe>a  llaman,  la  inlervencion  d4  lo  maravilloso.  Diceu  que  la 
epopeya  moderna  carece  de  ese  elemento,  pero  he  aqul  que  la 
epopeya  americana,  puede  presentar,  la  deiiberacion  de  sus 
destinos  en  otro  Olimpo  que  el  de  Homero,  en  otro  cielo 
que  el  del  Tasso,  en  el  firmamento  de  Platon,  en  la  mente  del 
Ser  Supremo  que  produce  la  Minerva  de  la  libertad.  Una  idea, 
sin  escuela,  sin  enseflaza,  sin  un  cuerpo  de  profesores,  de  sa- 
cerdotes  ó  de  apóstoles;  y  esaidea  combatida,  traicionada,  que 
baja  A  las  inteligencias  educadas  para  rechazarla,  que  encuentra 
toda  una  organizacion  hostil,  hàbitos  contrarios,  dogmas  opues- 
tos,  clases  interesadas  enemigas;  y  que  apesar  de  ser  la  antlte- 
sis  de  la  sociabilidad  eetablecida,  se  encarna,  rive,  crece,  se 
levanta  y  se  afirma  corno  tesis  de  la  humanidad,  he  ahi  el  mila- 
grò^  americanos,  que  nìnguno  de  vuestros  sàbios  os  sellala  :  He 
ahC  el  elemento  maravilloso  de  la  epopeya  del  nuevo  conti- 
nente. 

l  Y  hemos  de  perder  esa  berencia  ? 

El  nuevo  mundo  se  presenta  significando  en  la  historia,  la 
renovacìoD  de  las  nnpcias  primitlvas  del  Eden  y  de  la  humani- 
dad  libre,  mas  la  coneieacia  de  la  persooalidad  iluminada  por  el 
itinerario  fùnebre  de  los  errores  experimentados. 

La  America,  constituyéndose  en  Repùblicas,  en  medio  del 
uniTerso  esclavizado,  es  el  mas  grande  fenòmeno  moral  que 
conocemos  en  honor  de  la  Terdad  y  en  homenaje  al  creador  del 
espirita  libre. 

La  America  ha  creido,  cuaudo  el  mundo  dòdaba,  ha  afirmado 


—  185  ^ 

cuando  las  naciones  desertaban  de  su  propia  causai  ha  trionfado 
coando  la  lìbertad  moria. 

La  Amàrica  ha  dicho:  soy  pueblo,  yla  igoaldadiss  mi  medida  ; 
so?  uacioDi  y  la  independencia  es  mi  honor  ;  qniero  ser  sobe- 
rano, y  la  libertad  sera  mi  faerza  ;  soy  faumanidad,  y  la  frater- 
nidad  sera  mi  pacto. 

Y  la  Terdad  de  su  dogma,  la  filantropia  de  su  alma,  el  honor 
de  su  personalidad,  la  gloria  de  su  destino,  la  esperanza  de  la 
justicia  para  los  hambrientos  de  pan  y  de  justicia,  todo  lo  ha 
unido,  asociado,  identìflcado  en  la  concepcion  y  realizacion  de 
la  Bepùbiica, 

i  Y  hemos  de  perder  esa  herencia,  hemos  de  fallar  à  ese 
deber,  abdicaremos  ese  derecho,  renunciaremos  à  ese  des- 
tino? 

NÒ  ! — Déspotas  de  Europa  ! — Priraero  vereis  à  los  Andes  su- 
merjirse  corno  tumba  colosal  de  un  mundo,  que  vosotros  domi- 
nar en  sus  cimas  indignadas. 


NECESIDAI)  DEL   ESFUKRZO. 

A  primera  TÌsta,  y  contemplando  tan  solo  ìa  Terdad  y  gran- 
deza  de  nuestra  causa,  una  seguridad  se  desprende  que  puede 
tranquilizar  &  los  espiritus.  Pero  no  somos  fatalistas  del  prò- 
greso  :  nocreemosquela  verdad  por  sf  sola  hace  su  camino; 
sino  por  el  contrario,  creemos  que  toda  verdad  y  que  la  gloria 
del  humano  progreso  depende  del  esfuerto,  y  que  sin  esfuerzo, 
la  verdad,  la  justicia  y  el  honor  pueden  desaparccer  ante  la 
conjuracion  de  los  malvados. 

Tal  es  la  noble  mision  del  hombre.  Si  adi  no  fuese,  bastarla 
tan  solo,  proclamar  ó  demostrar  una  verdad  para  hacerla  triun- 
far;  y  bien  sabemos  que  esto  no  basta,  que  es  neeesario  armar 
la  justicia,  trabajar  sin  descanso  con  el  pensamiento,  la  palabra 
y  la  voluntad,  para  guardar  j  ensanchar  las  fronteras  de  esa 
patria  qne  buscamos,  para  ese  perpètuo  peregrino  de  feticidad 
y  de  justicia  que  se  Uama  el  gènero  humano. 


^  m  -^ 


vr. 

Et  l'EtlGIiO   POR  PARTP  DE   «UROPA. 

Necesario  es  decirlo:  el  peli^ro  cxiste  y  boy  ameaaza. 

dCaàl  es  la  parte  de  la- Europa  y  cuàl  la  de  America  en  e|e 
peligro? 

La  Europa  es  la  fuerza  y  sorprende  à  la  America  en  el  mo- 
mento de  la  elaboracion^  cuando  tantea,  estudia,  ensaya,  las 
condiciones  de  su  organizacion,.  y  nos  amenaza  ea  el  momento 
sagrado  de  la  incubacion. 

La  parte  de  la  Europa  en  este  peligro  que  nos  amenàza,  se 
refiere  à  los  pueblos  y  gobiernos. 

Los  pueblos  abdican.  Unos  mantienen  su  libertad  comò  la 
Inglaterra,  pero  abdican  la  justicia  cuando  se  Irata  del  extratìo, 
Otros  abdican  su  lìbertad  y  reniegan  la  justicia  para  propios  y 
extratìos  :  es  la  Francia,  es  la  Busia,  es  el  Austria,  es  la 
Prusia.  \if^ 

Los  pueblos  abatidos  para  armarse  de  justicia,  y  soberbios 
para  arrebatarla  al  débil. 

Los  pueblos,  bumildes  corno  8Ìervos,'y  degradados  comò  Ven- 
cidos,  convertidos  en  instrumentos  de  las  ambiciones  de  familias 
ó  de  castas. 

Los  pueblos  escépticos^  carcomidos  por  el  industrialismo, 
paraliticos  por  laindiferencia,  fatigados  del  triunfo  del  mal,  vuel- 
sus  espaldas  al  ideal,  al  amor,  al  deber,  al  heroismo,  ù,  la  jus- 
ticia, para  saludar  al  sol  del  oro,  que  parece  ser  el  idolo  de  la 
Tieja  Europa. 

Los  gobiernos  han  saludado  à  esa  divinidad  y  la  pcesentan  à 
laadoracion  de  sus  pueblos» 

Los  gobiernos  continùan  recorriendo  las  trefl  faoes  de  su 
trìàngido  infernali  la  fiierza  bputa,  el  maquiavelismo,  el  jesui- 
tismo.  La  fuerza  bruta  conira  el  leon  de  Hungria,  el  maquia- 
veUsmo  contra  la  mistlcA  Poloiftiav  el  gesuitismo  coatra  Italia»  7 
la  fuerza  y  el  maquiareUsmo^  y  jesuùismo  conjarados'  con  triple 
sello  satànico,  contra  la  Franoia  republioana,  6  mas  bien,  con- 
tra  la  Bepàblica  francesa.. 

Los   pueblos  fatigadoa  de  spettar  y^  llenos  de  deeepciones^ 


p^ocfaèidìis  per  lai  utopias  de  d'emagogos,  6  por  revelaciones 
aniiBoiadaér  de  an  noe  va  dagma  6  religio  o;  utoptaa  contratlhN 
loriaa  j  despótica»,  coma  el  ftirrierismo,  San  Simobismo,  eomu^ 
Diamo;— reyelaciones  imposibles  de  nuevos  dogmaa  ó  de  Dueva 
religion,  porque  no  hay  dogma  niieTo  ni  nueva  religìon,  sino  el 
dogma  eterno  de  lajusticia  7  la  religion  de  caridad,  los  pue- 
bloSf  decimos,  han  caido  en  el  letargo.  De  aqui  ha  resultado  una 
alianza  tàcita  entre  el  tirano  que  se  apoya  en  la  yieja  iglesia,  j 
el  pueblo  que  solo  pide  paz  jriqueza,  que  viene  àser  el  panem 
eteiretnses^  de  ló8  puebloa  romanos  de  la  decadencia. 

AJ^ora,  pueMos  decrépitos,  odian  la  Repùblica,  porque  la  Re-* 
publica  es  eafuerzo  7  recriminacion  para  traidores;  gobi^nos 
tirteieos  de  pueblos  decrépitos,  detestan  la  RepAblica,  porque 
su  nombre  salo  es  acusacioo,  reprimenda  y  amenaza. 

Y  esos  gobiernofl  que  siembrau  bancarrota,  necesltan  una  cor- 
riente  inagotablede  riquezas: 

Y  esos  pueblos  que  pideo  pan  j  juegpt^  necesitan  que  sua 
gobiernos  naantengau  el  circo  repleto  de  gladiadores,  de  fieras 
y^deproductoS'de  todoslos  climas.  De  aqui  1à  necesidad  de 
expedicionar  é  Asia,  Africa  y  America. 

Si  4  osto  se  agrega  la  circunatancia  feliz  de  ver  i  nuestra 
berroana  major  coraprometida  en  una  guerra  para  borrar  U 
esclavatura,  entouces  el  momento  ha  llegado  de  piantar  la  bau- 
derade  la  Francia  en  Méjico. 

Bajo  otro  aspecto,  los  tiranos  del  vi^o  mundo  no  pueden  au- 
mentar sua  fronteras;  por  lo  cual  es  necesario  civiUzar  al  otro 
lado  del  occeano. 

CttH/fzar  el  nuevo  mundo!— manfgfioa  empresa,  roisiou  cris- 
tiana,  caridad  imperiai. 

Para  civilizar  es  necesario  coloi^zar,  y  para  colonizar,  con- 
quistar. La  presa  es  grande.  Dividamos  la  herencia.  Hay 
para  Espafia  las  Antilllis;  para  Inglaterra  la  zon^  del  Amazonas, 
el  Vert,  donde haya  bastante  algodon  y  alcobol,  y  Buenos  Aires 
por  sua  lanas  y  cueros;  para  el  Austria  que  agoniza,  una  prò* 
roesaj  para  la  Francia,  Méjico  y  el  Uruguay.  Despues  Teretoos 
lo  que  deba  hacerse  con  nuestra  vanguardia  del  Brasil  y  Pa- 
raguay. 

Magnffioo  banquete  de  la  Santa-Alianza  I — Garibaldi,  Kossuth, 
cuidado  con  turbar  la  fiesta.  Dejad  A  los  Americanos  que  hùgan 
dèrechuf  los  vet^das  y  «planen  los  caminoa  de  las  hnestes  invaso** 


—  J88  — 

ras.  T  Tosotros  baìtres  de  Baylen,  4e  I«eipii£j^,  4»  yfji'^tlQ^i 
no  tengais  &  dispotar  la  pressa  de  cadàtéres.a}  .^arandic^  df^  ;U 
Defensa,  y  al  Condor  de  Maypu  j  de  Ajacucho»  /  ,  ;    ;.  v  : 


••••..••        .  .  vir.     .  ,• 

i;l  peucrq  poh  partb  de  america.. 

Ya  en  un  tiempo,  un  saltimbanque  de  Colombia,  conocido  con 
el  nombre  de  Flores,  dictador  expulsado  del  Ecuador^  ftié  A 
Europa  A  pedir  soldados  para  restablecer.  el  órden  j  civilizar  un 
poco  las  legiónes  del  Guayàs  y  del  Napo. — Obtuvo. soldados, 
armas,  buques  y  dinero  ett  Espafla,  proteccion  de  la  Inglaterra^ 
y  simpatias  de  LuisFeiipe.     Chfle^desbarató  esas  maniobras. 

Ya  antes,  Santa-Cniz.  habiendo  alpanzado  el  Protectorado 
sangriento  de  la  Confederacion  Perù-Boliviana  levantada  sobre 
el  patibulo  de  Salaverry  y  compafieros,  nombrado  gran^  (que 
sé  yo)  de  la  legìon  de  honor  de  Francia,  tramaba,  en  armonia 
con  Luis  Felipe,  un  pian  de  imperio  quichua  é  aymaré,  restido 
à  la  ùltima  modude  Paris^  con  guante  bianco,  -Un  brillante  ejér- 
cito  que  Uegó  al  nùmero  de  veinte  mìl  soldados  y  la  descarada 
proteccion  de  la  Francia,  garantian  el  éxito. 

Chile  intervino  y  à  pesar  de/Luis  Felipe  y  de  sus  buques,  A 
pesar  de  aquel  ejército  orgulloso  con  sus  victorias,  y  à  pesar 
de  la  civilizacion  de  Santa  Cruz  y  de  su  corte,  sepolto  t  ese  em- 
brion  de  Imperio  en  la  sempiterna  tumba  de  Yunga/. 

Ya  antes,  y  cuando  aun  no  se  habia  terminado  la  guerra  de 
la  Independencia,  Belgrano,  Sarratea  y  Rivadavk»,  abrian  ne- 
gociaciones  para  monarquizar  làs  regìones  del  Piata.  Antes  de 
Ayacucho,  y  estando  San  Martin  en  el  Perù,  cuando  la  guerra 
de  la  Independencia  establecia  una  solidaridad  sagrada  entre 
todos  los  pueblós  y  gobiernos  de  America,  aqui  en  Buenos 
Aires  y  siendo  ministro  Bivadavia,  se  abrian  negociaciones  con 
laEspafia,  con  el  objeto  de  establecer  la  monarquia,  (1)  y  aun 

(i)  Entre  las  graves  faltas  eometidas  por  San  Martin  en  el  Perii,  una  de  ellas 
fùè  la  de  querer  monarquizar  la  America  y  en  ^special  el  Perii.  Las  cele- 
bres  negociaciones  de  Punchanca  en  i831,  y  la  rois^on  confiada  a  Garda  del 
Rio  y  Paroissen,  lon  docamentos  que  no  admiten  discusion.  El  que  se  consagre 
al  estudio  6  anàlisis  de  la  historia  de  la  Independencia,  y  someta  los  acdnteei^ 
roientosÀ  an'exlimènfi(ósoficD»descubrir&  lodo  el  mai  qoó  net  hicieron   los 


-  m  ^ 

^  |)t'()^s6  &  h  Mia  Vòtftr  20  tnilfonei»  para  ouxilitti^  d  {TaMMo 
con^tliaèional  de  Espafia/  .:)>:» 

Ya  'etìlHélieo,  Itui^bide  habia  hécbb  ef  eb^aybdei  èìh  sangrten- 
to'  imperio-,'  pero  expdlsado  y  faera  de  la  ley;  Tolvió  para  pagar 
ton  sa  cabeta  eaa  oorotia  que  bmeaba.   '  .•  i 

Ya,  durante  la  dictadura  de  Bosas,  sus  enemigos-  polfticoti 
atrajeron  las  naves  de  Francia  7  de  Inglaterra  para  intervenir 
contra  el  tirano,  7  poco  despuea,  hicieron  flamear  en  Monte- 
Caseroslas  banderas  del  imperio  del  Brasil. 

Ahorapoco  vemosa  laEspafia  apoderarse  de  Santo  Domingo, 
tambien  encubierto  el  atentado,  bajo  pretexto  (te  llamamiento  7 
T0t«icioa  por  la  Espafia.  Solo  el  gobierno  del  Perù,  que  sep»- 
mos,  protestò  corno  buen  americano. 

Y  ùltimamente,  traidores  mejjcanos  de  la  escuela  de  las  Tif- 
Uerias,  han  estado  preparando  la  invasion  de  su  patria  7  ce- 
bando  los  oidos  del  perjuro^  eon  la  idea  de  la  monarqufa  para 
civilizar  a  Méjico. 

He  ahi  los  bechos  exteriores,  ostensibles  que  no  olvidan  las 
cortes  europeas  7  que  saben  invocar  a  su  tiempo.  — Nos  llaman, 
dicen. 

Los  americanos  no  saben,  no  pueden  gobernarse.  Esterilizan 
las  riquezas  de  su  suelo.  La  anarquia  7  el  despotismo  los  su- 
roerjen  cada  dia  mas  en  la  barbarie.  Desiertos,  valles,  prò* 
ducciones  de  todos  los  climas,  riquezas  de  todo  metal,  puertos 
7  costas  7rios  navegables  quebaflan  todas  las  bellezas  de  un  con- 
tinente 7  que  pueden  conducir  à  nuestras  cafioneras  basta  el  co- 
razon  de  America;  territorios para  todo  imperio  para  toda  mo- 
narquia^  para  todo  principe,  lacaj  o  ó  pretendiente; — inviernos 
sin  frio,  extension  para  repartir  feudos  a  los  ejércitos'  de  los 
nuevos  franco-godos; — desahogo  de  nuestras  poblaciones  re- 
pietas^  ocupacion  A  nuestros  ejércitos; — distraccion  d  nuestros 
pueblos  compensàndolos  de  nuestro  despotismo  con  las  Repùbli- 
cas  distribuidas  en  nuevas  encomiendas;  indemnizacion  de  nues. 
trosgastos,  7  sobretodo,  satisfaccion  al  inmenso  tmego  denaes- 
tra  caridad  cristiana,  con  la  civilizacion  de  esos  bàrbaros:  d  Amé- 

fica!  él  atefatado  va  encubierto  con  el  jesuitismo  de  la    libertad . 

\ 

grandes  candillos  al  Wamos  con  et  brillo  de  las  glorias  militares,  el  gérmen  de 
sistemas  dwolalistas,  oéspoticos  y  mujf  ajenosde  lademocracia^origeasia  dada, 
muy  principal  de  la  situacion,  por  la  cual  ha  pasado  el  continente  dc^pues  de  la 
IiidqModaDcia. 

(N.  deE.) 


fM«  T^iQpfl  Atecer  «mees^  fpabl<9s  eìifan  libramtate  jjs  dirimi 
deGobierno.  Los  yamos  A  libertar  de  sfi  ì^dependenpia  jF:49 
•su  soberai^  para  que  seaa  iBdepcpa^ien^s  j  sofaferim^I  ¥  si 
-DO  se  iiO8«r00^  «i  jaqo  pod^ofiot  eDgaAar^  «omos  lafaemj^^k 
nadie  tenemos  qae  dar  ouenta  de   ouf^stra  «iMi^ii  eivili^ora: 


{  I  .'.  ./ 


..:.  vq  .:. 


SEGUNDA  PARTE 


vili. 


LAS    GAtSAS   DEL  PELIGBO,  T   BL    CHAALATAHISMO  DSL 
PROGRESO. 

Una  causa  peligra  por  tres  razones:  ù  por  la  debilidad  fifilca, 
d  por  laincapacidad  intelectoal,  ó  por  laprÌTacion  del  elemento 
moral,  corno  principio  y  corno  alma  de  los  hombres  que  deben 
sostenerlo:  Es  decir,— justicia  del  principio, — irirtud  del  de- 
fensor. 

La  cansa  mas  justa  puede  perdef se,  si  algan  error  de  c&lciilo  ó 
nnestùpidoó  miseràbie  la  dirije. 

La  causa  mas  justa  puede  perderse,  si  los  que  son  llamadosà 
sostenerla,  no  sienten  el  impulso  moral  del  deber,  y  ceden  al 
deber,  7  ceden  al  egoismo,  indolencia  ó  cobardfa,  traicionando 
sea  el  gefe,  sean  los  subalternos,  sean  los  pueblos.  La  causa 
mas  justa  puede  perderse,  si  sus  campeones  representan  tal 
inferioridad  numèrica,  defnerza,  de  disciplina,  de  organizacion 
7  de  armamento  que  hagan  là  Victoria  Jmposible,  pero  el  sacri- 
fido  obligatorio. 

,iQoé  cattsamasjusta  que  lade  Huogriaen  1848,  7  sucnhibe 
por  la  traieion  ! 

I  Qué  cansa  mas  justa  que  lo  de. la  Polonia  !r-^7  sucumbe  bnjb 
«1  peso  exorbitante  de  la  snperioridad  de  fnerza  bruta! 

{Qué  causa  mas  justa  que  la  de  laBepAblica  francesa  en  f848! 

j^ucumbepor  la  incapaeidadde  voAmeMmrs  socialista— dema- 

(«ogos,  por  laincapacidad  parano  deseubrir  la  pei^fidia,  y-ttltt- 

mamente  por  la  traieion  à  la  Repùblica  Romana-  que  prepara  la 

traieion  del  2  de  Dìciembre. 

Sii  es  necesario  no  olridar  que  la  justicia  p«Qed64^.Tendda, 
7  no  ser  corno  esos  doctrìnarios,  eléctricos  6  4tia«faitaae&(  del 


-  iw  - 

progreso,  qne  se  imaginan  ó  dicen  para  no  bacer  nada,  que  la 
jasticia  ha  de  trionfar  por  si  misma. 

Y  en  boca  de  ellos,  en  efecto,  siempre  trionfa  la.jasticia,  por- 
que  para  ellos  la  justicia  es  el  éxito.  ^  ^rianfa  fioma ,  es  la 
eivilizacion  quien  tnunfar  ^  ' 

Trianfan  los  bàrbaros  contra  Benna,  cae  el  mundo  en  la  barba- 
rie, nacelafeudalidad,  seliace  noclieen  la  historia:  Es  la  ei- 
vilizacion que  se  renueva.  Triunfa  el  catolicismo,  la  inquisicion 
se  liaceinstitucionsantay  consagoada  por  los  papas  y  monarcas: 
£s  la  eivilizacion  7  caridad.  Trionfala  monarqnla  dcTorando 
fueros,  Vida  provinciale  municipal,  popolar,  decapitando  clases, 
abolietido  institucioncs  vitales,  centralizando,  uoitàrizando,  de- 
Torando  libertades,  riquezas,  la  sangre  7  sodor  de  los  poeblos  ; 
7  se  proclama  poder  divino  por  boca  de  Fabio  7  de  Bossoet. 
Es  k  eivilizacion,  es  la  onldad. 

Viene  la  revolocipn  à  negar  esos  principios  7  à  derribar  esos 
hechos  é  instituciones  consagradas, — 7  algunos,  aonqoe  no 
todos,  dicèn,  es  la  justicia. 

A  esa  escuela  pertenecen  casi  todos  loshistoriadores  de  Fran- 
cia, esceptuando  gloriosamente  nuestros  ilustres  maestros,  Mj^- 
chelet  jr  Quinet.  Pertenecen  à  ella  todos  los  filósofos  pantbeis- 
tas,  los  sectarios  de  Schelling,  de  Hegel  en  Alemania,  los  Coi)- 
sin,  Guizot  7  ^zi/^i  92/an^t  en  Francia;  ùltimamente  losPelletan,  «         \ 

7  enEspafia  corno  imitador  de  imitadores,  los  Castelar  7  tor- 
ba multa. 

Y  tambien  en  America,  el  mal  habia  penctrado. 
Asi  corno  los  poetas  imitaron,  plagiaron  6  dinamizaron  à  Es- 

proQceda  7  algun  otro  que  habian  imitado  ó  dinamizado  A  B7- 
ron^  asl  taoìbien  log  débiles  cerebros  de  là  joventud,  qoe  po' 
dian  haber  recojido  los  écos  de  la  epope7a  de;  la  Independen- 
cia,  seconjoraron  para  llorar  7  para  cantar  ìàdesesperacion! — Y 
los  escritores  americanos  del  progreso,  se  ponen  à  legitimar 
tambien  todos  los  hechos. 

Yolviendo  &  noestro  asonto,  éxaminemos  las  caosas  qne  por 
parte  de  la  America  la  ponen  en  peligro.  Hemos  dicho  qu^e 
poeden  ser  tres: 

Caosa  fisica. 

Causa  intelectaaK 

Cauattonìl 


—  193  — 

La  causa  fisica  cs  la  debilidad,  ó  desproporcìon  iacalculablc 
de  fuerza. 

Lacausaiotelectualesla  torpcza  que  no  sabe  uoir,  asociar, 
dirigir,  aumeutar  lag  faerzasfisicas»  morales  é  intelectuales  de 
los  pueblos,  pura  hacerlesconverjer  al  punto,  alobjeto  decisivo, 
— y  el  error  en  la  concepcion  óaplicacion  delos^prìncipios. 

La  causa  moral  consta  do  dos  elementos:  la  justìcia  del  prin- 
cipio, j  la  virtud  del  defensor. 

Lajusticia  del  principio  està  probada. 

Queda  tansolo  la  virtud  del  defensor. 

La  causa  fìsica  es  la  inferioridad  de  fuerza;  ^ 

La  causa  inteleclual  es  torpeza  ó  error; 

La  causa  raoral  cs  la  corrupcion  del  móvil  y  motor  de  las  acciò- 
nes.  ó  elep^oismoja  pasion,  el  vicio  y  vilipendio  autorizados 
porel  ejemplo  del  que  manda,  y  lapasividad  social  del  qi^eobe- 
dece. 

IX. 

CAUSA  FÌSICA — Ó  DEBILIDAD  DE   LA  AMÉHIGA. 

Estastres  causasse  combinan,  y  àveceses  difìcii  asignar  una 
sola  esclusivamente  en  la  produccion  de  ui^  fenòmeno.  Tal  es 
lasolidaridad  del  organismo  en  el  individuo,  enlos  pueblos,  en 
la  historia.  Una  causa intelectual,  un  error,  puede  producir  debi- 
lidad  fisica  y  lomismo  sucede  con  las  causas  morales.  Asf  corno 
encicrtas  enfermedades  el  debilitamiento  fisiològico  del  orga-' 
nismo  haceaparecer  ù.  la  inteligencia  perturbada,  asi  un  error  en 
el  conocimiento  de  la  causa  delmal,  ó  enla  aplicacion  del  reme- 
dio, producenladebilidad  fisica  ò  la  muerte.  Asi  tambien  el  en- 
tusiasmo, el  amor,[eI  patriotismo,  iluminan  la  inteligencia  y  mal- 
tiplican  las  fuerzas, — y  el  egoismo,  la  indolencia  ó  cobardia,  apa- 
gan  la  inteligencia,  y  enervan  el  fisico  para  las  empresas  varo- 
niles. 

Hay  pues  una  gran  solidaridad  en  las  tres  causas  enunciadas, 
pero  las  separareraos  para  facilitar  el  anàlisis  :  , 

1* — Debilidad  fisica  6  notable  inferioridad  de  fuerza.  La  po- 
blacion  americana  aparece  en  el  continente  corno  nàufragos  en 
el  Oceano,  adparent  tari  ìiauies  in  gurgite  vasto. 


—  194  — 

En  una  superficie  de  tres  millones  y  ochocientos  kilómetros 
cuadrados  (ósea  950,000  leguas)  vive  esparcido  un  nùmero  de 
habitantes  con  poca  diferencia  corno  el  de  Francia,  que  solo  ocu- 
pa  una  snperficie  de  quinientos  cuarenta  7  dos  mil  kilómetros 
cuadrados.  Greemos  que  la  poblacion  de  Francia  se  acerca  boy 
dia  con  la  Sabojra>  Ifiza,  Argelia,  4  cuarenta  millones  de  habi- 
tantes. 

Bouillet  calcula  la  poblacion  de  toda  la  America  en  treinta  7 
ocbo  millones,  compuesta  de — 

14,000,000  Europeos. 
10,090,000  Indigenas. 
7,400,000  Kegros. 
7,000,000  Mestizos. 
Befiriéndonos  por  ahora  d  la  America  latina,  asignamos  negun 
los  datos  imperfectos  que  poseemos  : 

7,000,000  a  Méjico. 
1,300,000  à  la  America  del  Centro. 
1,400,000  A  la  Nueva  Granada. 
1,000,000  A  Venezuela. 

800,000  al  Ecuador. 
2,500,000  al  Perù. 
1,300,000  à  Bolivia. 
1,500,000  àChile. 
1 ,000,000  à  la  Bepùblica  Argentina. 

300,000  à  la  Bepùblica  Orientai  del  Urugua7.  (1) 

Hacemos  abstraccion  del  Paragua7  7  del  Brasil,  porque  no 
los  creemos  dignos  de  entrar  en  la  Ifnea  de  batalla. 

Suma:  18,100,000,  y  si  se  quiere,  atendida  la  deficencia  de 
los  censofl,  sea  diez  7  nuere  millones  de  habitantes. 

Desde  Méjico  à  Ghile  I — adparent  rari  nautes. 

De  modo  que  por  grande  que  fuese  el  esfuerza  de  una  pobla- 
cion tan  esparcida,  dificiles  en  un  momento  dado,  presentar 
en  el  punto  atacado,  la  aglomeracion  de  fu'erzas  necesarias  pa- 
ra hacer  frente  à  un  enemigo  que  tiene  la  facilitad  de  escoger 

(i)  Rectificamos  la  anterior  estadlstica  por  considerarla  imperfeda— Méji- 
eo . .  7,000,()lDN[>— Centro  America . .  2,000,000— Nueva  Granada . .  2,500,000— 
Venezuela.  .1,000,000  —  Ecuador.  .800.000  —  Peni.  .2,500,000  -  Bolivia. . 
ì  ,300,000— Chiìe . .  1 ,800,000— RcpOblica  Argentina .  A  ,200,000—  ReptìWica 
OrienUl.. 350,000.  (N.  d.  E.) 


—  195  — 

su  hora,  designar  su  punto  de  ataque,  y  lo  que  es  mas  de  con- 
centrar sus  fuer^as. 

2* — Tau  reducida  pobIacìon>  à  tan  grandes  dìstancias  esparci- 
das,  origina  la  separacion,  el  aìslamiento,  la  dificultad  de  comu- 
nicarse,  de  cambiar  sus  ideas  y  produetos.  Esto  retarda  el  des- 
arroUo  de  la  inteligencia  y  de  la  riqueza,  sino  lo  paralizan. 

3' — La  buena  situacion  geogràfica  en  las  costas,de  los  prìnci- 
pales  centros  de  poblacion,  de  mejora  j  de  riqueza  es  otro  peli- 
grò.  Excelente  situacion  para  la  paz,  para  el  estada  normal, 
pero  fAcil  presa  de  los  grandes  salteadores  con  escuadras.  Ca- 
racas.  La  Guayra,  Maracaibo,  Santa  Marta,  Cartagena,  Panama, 
Guyaquil,  Lima  y  Callao,  La  Serena,  Yalparaiso,  Talcahuano, 
Ghiloe,  Montevideo,  Buenos  Aires,  los  costas  del  Uruguay  y 
Paranà,  que  forma  puede  decirse  la  cintura  marftima  de  la  Ame- 
rica del  Sur  y  que^son  los  principales  centros  de  poblacion  y  de 
poder,  estAn  à  la  merced  de  un  golpe  de  mano. 

Tierra  adentro,  en  America,  si  esceptuamos  à  Méjico,  Bogotà 
y  alguna  ciudad  de  Bolivia^  es  en  general  lo  mas  atrazado,  es 
el  desierto,  la  barbarie,  ci  eaplritu  locai,  la  aidea,  la  pasion 
del  yillorio  entre  los  que  se  Uaman  civilizados,  y  los  instiutos 
de  la  tribù  entre  los  bàrbaros  ó  poblacions  aómadas,  de  Pata- 
gonia, del  Chaco,  del  centro  de  America  entre  el  Perù, Bolivia  y 
el  Brasil,  las  orillas  del  Amazonas,  del  Napo  y  del  Orinoco. 

Reasumiendo,  podemos  decir,  que  la  causa  fisica  de  la  debi- 
lidad  de  la  America  es  la  grandeza  del  espacio  y  lo  diminuto 
de  la  poblacion,  sembrada,  separada,  aislada.  El  esparcimien- 
to  debilita,  la  separacion  aisla,  el  aislamento  empequeftece:  Dis- 
miaucion  de  poder,  de  riqueza,  de  adelanto. 

Tales  son  las  causas  fisicas  mas  estables  del  mal.  Jio  pode- 
mos sefialar  otras,  sin  entrar  en  la  categoria  de  las  causas  in- 
telectuales  ó  morales.  Hay  un  consueto,  y  es  que  no  son  radi- 
cales  ni  necésarias.  Cincuenta  afios  de  paz  cambiarian  la  faz 
geogràfica  y  estratégica  de  America. 

X. 

CAUSA  IlfTELEGTUAL  DE  LA  BEBILIDAD  DE    AMERICA, 
Ó  EL  ERROR. 

La  causa  intelectual  del  jnal  es  el  error.  Como  se  produce 
el  error?  cuestion  filosofica  que  aqui  no  podemos  sino  indicar. 


—  196  — 

EI  error  es  la  vision  incompleta  de  la  inteligencia.  iCómo  se 
predace  esa  vision  incompleta?  Paeden  darse  mochas  contes- 
taciones,  pero  solo  indicaremos  las  principales  7  que  à  juicio 
Duestrosonlas  esenciales. 

La  ìnteligencia  es  la  facnltad  de  ver  con  conciencia  loshechos, 
las  lejes  de  los  hechos,  la  causa  de  los  hechos. 

Un  hecho  es  afirmado  :  EI  sol  alambra.  No  haj  error,  ni 
posibilidad  de  er^'or:  es  la  afirmacìon  del  hecho.  Pnedo  afir- 
mar aan  mas  7  decir  :  los  sentidos  me  dicen^  qae  el  sol  gira  al 
rededor  de  la  tierra,  7  no  miento,  tal  es  la  apariencia  del  fenò- 
meno ò  del  hecho; — pero  si  digo:  el  sol  debe  girar  ai  rededor 
de  la  tierra,  7a  en  esale7  indncida  que  establezco  Yà  el  error. 

iPÒT  qué? 

Otro  hecho  ha  sido  afirmado,  7  es  la  medida  de  la  distancia 
de  la  tierra  al  sol;  se  ha'calcaladosu  Yolumen,sltpeso;  se  han  des- 
cabierto  otrosastros  que giran  al  rededor  de  órbitas  CU70  centro 
es  el  sol.  Se  ha  visto  que  es  imposible  que  esa  masa  describa 
la  inmensa  elipsis  en  el  espacio  de  24  horas;  7  QS^YmpoHble  que 
la  Ìnteligencia  induce,  7  que  a  priori  la  razon  deduce,  contradi- 
ce 7  niega  la  simple  afirmacion  del  hecho  sensible.  ^Qué  hacer 
ante  la  negacion  de  la  razon  7  la  afirmacion  de  los  sentidos? — 
^Sedirà  que  la  razon  ceda  al  sentido,  ó  que  la  vision  del  ojo, 
acepte  la  vision  del  espiritu?  La  humnnidad  unànime  en  todo 
tiempo  7  lugar,  afirma  la  vision  del  sentido.  La  razon  de  uno 
solo  afirma  la  vision  del  espiritu  :  Y  la  razon  de  uno  solo  fija 
al  sol  en  sn  centro  atractivo  7  hace  girar  la  ìnteligencia  de  to- 
dos  los  hombres  à  despecho  de  Io  que  ven,  al  rededor  de  su 
coucepcion  7  demostracion  sublimes. — La  vision  racional  de  uao 
solo,  vale  pues  mas,  que  la  vision  sensible  de  la  multitud  que  no 
piensa. 

Y  haciendo  girar  la  tierra  sobre  sus  ejes,  el  hecho  queda  cs- 
plicado.  Ko  es  el  firmamento  que  ha  girado  para  ser  pasadoen 
revìsta  por  un  gusano  de  la  tierra;  Es  la  tierra  que  se  tnueve  A 
despecho  de  Moisés  7  de  1^  infalible  iglesia.  No  es  el  hori- 
zonte  que  gira  al  rededor  del  hombre,  es  el  hombre  que  dà  nna 
media  vuelta  sobre  si  7  recorre  el  horizonte. 

^Qué  consecuencia  deducimos? 

Si  nos  atenemos  ù  la  filosofia  de  Platon,  podemos  decir:  la 
causa  del  error  es  el  olvido.  Al  afirmar  por  la  vision  de  los 
icotidos^  ó  por  la  apariencia  sensible,  qne  el  soles  el  que  gira^ 


—  197   — 

vlì^idamos  que  no  puede  recorrer  esadistanciaen  24  lioras.  Pe- 
ro el  olvido^  supone  conocimiento  anterior.  Asi  es.  Segun 
Platon,  poseemoslos  conocimientosen  gérmen,  y  laenseOnnza 
es  tan  solo  desarrollo,  trabajo  de  parlerà  para  hacer  aluinbrar  la 
humanidad.  Pero  haciendo  abstraccìon  de  ]a  opinion  de  Pla- 
ton, sostenemos  que  el  oìvido  de  algun  elemento  necesario  que 
entra  en  la  concepcion  de  la  verdad,  es  la  causa  de  casi  todos 
nuestros  errores. 

Ejemplo:  ^Cuàl  esel  errordel  anarquista  debuena  fé?  el  oìvido 
de  la  necesidad  del  órden.  iGatA  es  el  error  del  absolutista?  el 
oìvido  del  derecho  de  libertad  en  todos.  iCdàl  el  error  del  pan- 
theista?  el  oìvido  de  la  personalidad  libre.  ^Cudl  el  error  del 
católico?  el  oìvido  de  la  jnsticia,  porque  los  dogmas  del  pecado 
originai,  penas  eternas,  etc.  etc.  desaparecen  ante  la  concepcion 
de  la  justicia.  Penas  eternasi  mal  eterno!  Blasfemia! — cas- 
^'nO  y  pecado  sin  culpa,  ni  conocimiento, — atrocidad! 

Pero  queda  aun  por  establecer  la  razon  de  la  razon^  sobre  la 
aprecìacion  de  los  sentidos  que  trasmiten,  y  de  la  inteligencia 
que  recibe. 

La  causa,  por  que  la  razon  es  el  tribunal  supremo  inapelablc, 
consiste  en  que  la  razon  es  la  facultad  que  yé,  concibe,  afirma  lo 
necesario  y  absoluto.  Y  cuando  lo  necesario  habla,  lo  aparen- 
te calla;  cuando  lo  absoluto  afirma  lo  relativo  tiembla:  Y  comò 
ya  nos  hemos  extendido  demasiado  en  este  episodio  metafisico, 
aclararemos  con  un  ejemplo  la  autocràcia  de  la  razon: 

El  ser  iufinito  es  eterno,  idéntico,  inaumentable,  indisminui- 
ble,  invariable  en  suinfinidad  absoluta.  Proposicion  absoluta  y 
necesaria  que  afirma  la  razon. 

La  creacion  ha  salido  de  la  nada.  Proposicion  negativa  que 
la  razon  califica  de  absurda^  porque  la  nada  es  la  negacion  infe- 
cunda,  y  solo.el  ser  es  la  afirmacion  creadora.  Crear  de  la  na- 
da^  significa  aumentacion  del  ser  infinito. 

La  ley  que  determina  el  órden  de  la  creacion,  es  etema, — 
porque  si  la  ley  variase,  la  verdad  que  es  expresion  de  la  eterni- 
nidad  de  la  ley,  no  exisUria,  y  porque  si  la  ley,  es  decir,  la 
forma  tipica  y  eterna  de  las  cosas  variase,  Dios  variarla^  y  un 
Dios  variable  seria  comò  si  no  existiese.  El  lodo  es  mayor  que 
la  parle^  no  hatj  efecto  sin  causa^  la  linea  recta  es  el  eamino  mas 
corto,  enuna  palabra  el  axioma,  cs  eterno  é  invariable,  Dios 
no  lo  puede  cambiar.     El  milagro  es  un  absurdo. 


—   198  — 

El  absurdo  es  pues,  en  ùltimo  anàlisis,  el  resultado  del  error, 
y  lodo  error  conduce  à  él.  El  absordo  supone  contradiccion. 
La  contradiccion  radicai  de  las  cosas,  es  el  criterio  mas  segare, 
para  conocer  la  verdad  ó  falsedad  de  an  principio. 

Volvamos  ahora  à  nuestro  asunto,  y  examìnemos  los  errores 
que  causan  la  debilidad  de  America. 

1.® — Bajoel  aspecto  de  la  inteligencia  solamente,  el  hom- 
bre  ó  pueblo  masfuerte,  es  el  que  vive  con  major  verdad  y  con 
menor  error.  Grecia,  la  m^spequefla  nacionde  laantigiiedad,  por 
solo  poseer  y  practicar  el  principio  de  la  personalìdad,  y  de  la 
Kepùblica,  faé  mas*faerte  y  fecunda  que  lodo  el  Oriente,  conaos 
imperios  colosales. 

Yeamos  cualès  son  los  errores  dela  America,  porqaecionocién- 
dolos;  estamos  enei  camino  de  la  verdad  que  es  el  itinerario  de 
la  fiierza. 

El  error  puede  ser  filosofico,  relijioso,  politico,  moral,  cienti* 
fico,  econòmico  y  administrativo. 

No  pretendemos  agotar  la  materia,  pues  seria  objeto  de  una 
obra  especial  y  de  conocimientos  qne  no  poseemos,  pero  si  indi* 
car  los  errores  fundamentales  que   à  nuestro  juicio  parali-' 
zan,  combaten  6  retardan,  el  advenimiento  de  la  uaiversal  jus- 
ticia. 


XII. 


EL  EBR3R, — Ò  GOIfTRADIGGION  EN    QUE  VIVE  LA  AMERICA. 

«(  Libertad  y  catolicismo,  sondospalabns 
que  radicalmente  se  excluyen.  » 

(Lahenhais.) 

La  religion  imperante  en  la  America  del  Sur  es  el  catoli- 
cismo. 

El  principio  politico  de  America  es  la  Repùblica. 

iHay  armonia  entro  el  dogma  y  el  principio? 

lEs  verdadero  el  dogma,  es  verdadero  el  principio? 

Nosotros  ponemos  la  verdad  del  principio,  yen  este  momento 
no  discutimos  con  el  que  Io  niegue. 

Siendoel  principio  verdadero,  tiene  que  serdeduccion  legfti- 
ma  de  un  dogma  verdadero. 


—  199  — 

^Paede  deducirse  lógicamenle  el  principio  republicano  dei 
dogma  católico?  — Imposible. — Luego  el  dogma  no  es  verda- 
dero. 

^Puede  nno^  partiendo  del  principio  republicano,  ioducir  el 
dogma  católico? — Imposible. 

La  lògica  deduccion  politica  del  catolicismo  es  la  Teocracia:  el 
Papado. 

La  lògica  induccion  dogmàtica  del  principio  Republicano  es 

el  RAGIOIf  ALISMO. 

BadoQalismo  7  catolicismo  se  excluyen.  £1  catolicismo  ana- 
tematiza  alracionalismo,  yeste  aniquila  al  catolicismo. 

Es  la  contradiccion.  Un  mundo  en  la  contradiccion  se  des- 
truye^  se  enerva,  sino  suprime  uno  delos  contrarios.  La  salva- 
cion  està  à  ese  precio. 

To  respeto  al  católico  sincero.  No  discuto  sus  dogmas  por 
ahora,  pero  el  católico  sincero  debe  negar  mi  derecho  al  pensa- 
miento  libre,  niega  lasoberania  de  la  razon,  sometela  razon  4  la 
aotóridad  de  la  iglesia, — y  yo  no  puedo  ser  soberano  de  mi  mismo, 
ciudadano  libre^  hombre  independiente,  sufriendo  el  capitis* 
dimnutio^l^  decapitacion  de  mipersonalidad,  cuya  substancia  y 
esenciaes  la  razon,  la  libre  razon,  la  jubtamedidade  luz  conscien*- 
te  que  he  recibido  directamente*  del  Eterno. 

La  creencia  católica  se  apoya  en  el  milagro,  el  milagro  es  so 
punto  de  partida,  el  milagro  es  sa  prueba.  Sin  milagro  no  hay 
CATOLICISMO.— -Proposicion  que  equivale  à  està  otra:  sii?  absub- 

no  no  HAY  CATOLICISMO. 

La  religion  católica  impone  el  milagro.         ^ 

La  fé  en  el  milagro  esla  condicion  de  la  salvacion;-^lo  que 
equivale  &  decir:  la  creencia  en  el  absurdo,  ^  féen  elabsurdo,  ' 
es  la  condicion  fundamental  para  salvarse. 

^T  qué  significa  la  imposicion  autoritaria  de  la  fé  ciega,  del'mi- 
lagro  y  del  absurdo?  Significa  que  no  debemos  dar  fé  &  la 
razon  independiente,  que  debemos  creer  lo  contrario  A  la 
razon. 

T  un  mundo  educado  en  ese  absurdo,  ^qué  puede  producir?  El 
fanatismo  estùpido  y  perseguidor,  ó  la  duda  absoluta,  ó  la  contra- 
diccion radicai. 

El  catolicismo  destruyendo  la  autoridad  de  la  razon,  desqui- 
ciandolainteligencia  para  convertir  al  hombre  uenbastonenma- 
no8d$un  viejo  »,  comò  lo  dice  y  pretendió  ejecutar  Ignacio  de 


—  200  — 

Loyola,  despoja  al  hornbre  de  la  soberania  de  s(  mismo^  miua  sa 
personalidad,  y  lo  entrega  ncomo  un  cadàver»  al  quc  quiera  do- 
minarlo. Fundad  Bepùbiicas,  dadme  Repùblicanos  con  semejan- 
te  educacion, 

^Con  quién  luchan?  ^Con  quién  han  tenido  que  lachar  las  Be^ 
ptìblicas? — Con  la  religion  eatólica  y  su  fanatismo  enseflado, — 
con  la  iglesia  infalible  que  es  insaciable  de  poder  j  de  rentas, 
con  el  despotismo  politico  apoyado  en  todas  partes  en  la  reli- 
gion comò  dogma,  en  la  iglesia,  comò  autoridad,  en  el  clero  y 
frailerio  comò  fuerza,  y  en  la  ignorancia  de  las  masas,  cnyo  fana- 
tismo se  explota:  el  retrato  de  Rosas  en  el  tempio  cató- 
lieo  ! 

iCuales  han  sido  los  progresos  de  las  Beptìblicas? 

Arrancar  poco  ù.  poco  ù  la  iglesia  los  fragmentos  del  territo- 
rio que  poscia.  Libertad  de  cultos,  matrimonios  mixtos,  aboli- 
cion  de  la  censura,  libertad  de  la  prensa,  institucion  del  patro- 
nato^ abolìcion  de  los  votos  pe^pétuos^  instituciones  filosóficas 
de  ensefianza,  libertad  de  enseùanza  (que  el  católico  suprime 
en  donde  impera,  y  quepide  y  proclama  en  donde  es  dominado). 

En  Chile,  en  el  Perù,  en  Roma,   en  Ndpoles en  Austria, 

pide  el  católico  éi  exclusivismo,  ó  el  dominio  de  la  ensefianza 
eatólica,  el  derecho  de  censura  sobre  Ics  libros,  nombramiento 
de  profesores  etc. — y  en  ilusia,  en  Polonia,  en  IVrqnia,  en  In- 
glaterra,  en  Estados-Unidos>  pide,  invoca  y  grita  con  hipocre- 
sia  satànica,  el  derecho  à  la  libertad  de  la  enseiìanza. 

i  Cuàl  ha  sido  la  suertc  de  las  Bepùblicas  que  se  han  afer- 
rado  al  catolicismo?  La  muerte:  Venecia,  Florencia. . . . .  .etc, 

Paraguay  etc. 

^Cuàl  ha  sido  el^rincipio  de  vìda  de  las  Bepùblicas  católicas 
de  Italia?  Et  terror^  uos  lo  prueba  Edgar-Quinet,  y  lo  citamos, 
porque  no  se  puede  hablar  de  Italia  sin  citarlor 

i  Como  han  prosperado  las  naciones  católicas  ? — Negando,  el 
catolicismo. 

Lo  mas  libre,  lo  masfuerte,  lo  mas  espléndido,  lo  masade- 
lantado  que  posee  la  tierra,  son  las  naciones  que  se  han  sepa- 
rado  del  catolicismo  :  La  Alemania,  la  Uolanda,  la  Scandinfi-. 
via,  la  Suiza,  la  Inglaterra,  los  Estados-Unidos. 

l  Como  se  regeueran  los  pueblos  sentados  d  la  sombra  de  la 
mucrie^  que  es  Roma  ? 


—  201  — 

Megaodb  à  Bom»,  bnsoaiido  la  his  que  nò  Ilega  é  Ips  catacom- 
bas  de  la  libertad. 

i  Còrno  ha  adelantado  la  ciencia  ?  Ofréciendo  su  eontingeiite 
de  màrkires  à  la  Iglesia. 

'^    i  Como  ha  adelantado  el  derecfao? — Negando  el  derecho  canò- 
nico 7  la  penalidad  bàrbara  de  los  códigos  católicos. 

^Qoièn  eneendió  las  hogneras  de  la  inquisicio»,.  legitimada 
por  bonoso  Cortes  en  Espaiìa,  por  el  canónigo  Pifiero  en  Buenos 
Aires  ? 

La  Iglesia  catélica. 
'     i  Qni^n  apagó  esas  hogneras  que  insiiltaron  la  frente  de  los 
Àndes  en  Héjico  y  Lima^  y  las  cumbres  de  los  Apeninos,  Piri- 
neos  y  de  Sierra  Nevada? — tsi  filosofia! 

l  Quién  ha  asentado  el  poder  divino  de  los  reyes  ?  Besde  Pa- 
blo  qne  legitimó  la  ésclavitud,  y  Bossuet  que  proTocaba  à  ese 
monstruoso  paYO  real  coronado  que  se  llamaba  Luis  XIY,  à 
ejercer  su  poder  divino,  basta  Pio  IX  que  llama  al  yerdugo  de 
Polonia,  en  su  carta  al  Arzobispo  de  Varsovia  en  1862,  nilustre 
tey  de  Polania^ìè  ^quiéh? — el  catolicismo! 

^  Quién  ha  abolido  el  tormento  y  la  peoalidad  bàrbara,  y  con- 
tinua aboliendo  la  pena  de  muerte?— La  filosofia: — ^Quiéu  ha 
fusilado  por  causas  politicas  en  los  Estados  Pontificios? — El 
papa  IX. 

i  Quién  ba  abolido  la  ésolaTitud  ? — La  filosofia. 

lA  quién  pertenecian  los  tkltimos  siervos  en  Francia?  A  la  Igle- 
sia católicà. 

^En  donde  bay  mas  criminalidady  corrupcionsegunla  unilni- 
me  estadistica  de  los  gobiemos  y  de  lósobservadoresPEn  Boma, 
en  Népoles,  en  Yiena,  en  lospai^es  mas  esenciulmente  católi- 
cos'. 

El  catolicismo  ha  legitìmado  el  atentado  permanente  contra  eL 
derechò,  ylos  grandes  crfmenes.  las  solemnes  matanzas  qneaun 
hacen  estremecerla  bistorta:  La  San  Bartolomé  fné  aprobaday 
preparada  por  la  Iglesia.  Las  exterminaciones  de  los  Yadenses, 
Alfeingenses,  Hnsistas,  faei  ou  santifìcadas,  y  los  étterminadores 
basta  boy  gloriflcados. 

^ Quién  cnbrió  de  cadaveres  suspendidps  los  bosques  de  los 
Paìses-BajoS;  y  quenió  20,000  herejes  en  la  sola  inqnisicion  de 
Serilla? 

T  quédiremos  de  la  conquista  de  America? 

5 


M^ieo  5  PerA,  dos  imperiod  «éntregados  &  las  ^lanas,  "con 
fios  templos,  sos  libros^  j  aiin  sos  habitantes  én'^fa  {Nfrtè. 

Cesea  piiesde  taeiitir  é  sa  pnssdo,  é  id  histbria,  t  sa  edepcia 
lògica,  que  es  la  intolerancia,  d  su  sabstaacia  qne  «a  el  abanrdb^ 
&  su  tebdenteià  qde  es  el  despottanko,  é  sua  fàtales  7  uecéilaTios 
resultados  que  es  el  atraso,  el  f;inntismo.  la  i'ornipcioii,  la  mise- 
i^a  y  el  tòrvilismo  feroz  de  las  masas  eaibrtitecidas,  para  que 
strvan  de  terròr  à  los  enem^s  de  su  domiuacion  despó- 
tica. 

El  dogma,  el  principio,  la  historia^  los  hechos,  la  Idgita  jr  la 
experiencia  establecen  que  entre  el  catolicismo  7  la  Repftbiica 
bay  incompattbilidad  radicai,  esencial^  eontradietòfia. 

l  Por  qué,  Uios  de  yerdad,  no  hemos  de  ver  un  dia,  la  lucha 
sincera  de  los  hombres  de  creencias  dpuestas. — ]  Qué  espectà- 
cttlo  mas  noble,  que  el  del  credente  despiegando  su  bandera, 
todasu  bandera,  sin  reiiceneia^  sin  ìfsiriecion  menta! ^  sin  cobar- 
dia,  7  presentarla  al  soplo  de  todas  las  tampestades. — Peroel 
espectàculo  del  sofista,  del  jesuita,  del  hombre  sin  sinderidad 
para  pensar,  que  tergiversa  sas  principios,  que  encubre  las  con- 
sècuencias  de  su  dottrina,  que  niega  ó  disfraza  los  bechos  que 
Io  cendenan,  que  se  cree  autorizado  por  Ignacio  de  Loyola  palti 
Uamar  bianco  lo  que  es  negro  ^(para  mayor  gloria  de  Diifsjn^  he 
ahi  algo  que  se  ascmeja  ù  la  putrefaccion  de  la  muerte. 

Creo  en  la  sinceridad  De-Malstre,  el  mas 'Alerte  campeoa  del 
catolicismo  en  los  tiempos  modernos^  que  impone  la  teocracia 
comò  gobierno,  7  al  verdugo,  comò  primer  ministro  de  un  buéa 
principe. 

Creo  en  la  sinceridad  de  Chateaubriand,  que  barnìzó  el  edifi- 
cio católico,  con  la  miei  de  su  estilo  7  de  su  brillante  fantasia, 
7  que  decia>  oponiéndose  à  la  existencia  de  las  Bepùblicas  del 
Sur  :  hay  demasiado  con  una  Rep'ùbHea  en  el  mundo.  ^ 

Creo  en  la  sinceridadde  Donoso  Cortés> entonando  un  bimoo       ' 
à  la  inquisicion  7  proponìeado  el  despotismo  corno  salvacioa 
de  las  sociedades» 

Creo  en  la  sinceridad  del  condnigo  Herrera  en  el  Perù,  ne*^ 
gando  7  escarneciendo  à  nombre  del  catolicìsaio,  el  dogma  dfe 
la  Soberania  del  Pueblo. 

Creo  en  la  sinceridad  de  la  Iglesia  Peruana^  persJigui^ndo,  tn 
mi  persona,  la  libertad  de  cultosx]ue  proclamaba  ;  -7  adoiiro  d' 
Talor  de  un  canónigo  diputado  que  para  opop^erse  &  ese.^erfcho 


—  «03  — 

^yò,  ^6dél6  tìto  ac  la  tribittia  :    a  Diùs  è$  el  prìtàet  inMe- 
rante.ii     ... 

^Èreo  cu  la  tìnccridad  del  Arxobispo  dfe  $atftiago,  oW^natido 
la  delacfon  f  èl  espiotiage  en  él  seno  de  las  familids,  para  dea- 
cnbrir  las  heregias,  y  delatat*  A  làs  personal  que  no  profe^aban 
la  relìgiòn  catdliea. 

Creo  enfin,  eti  la  sinceridad  de  Pio  IX,  entrando  en  Berna, 
tu  pueblo  atnado^  por  la  brecha  abierta  por  el  extrangero,  y  no 
jpndiénfdose  fiosteìier  en  medio  de  su  gre;  sino  con  la  escelta  de 
los  extrangeros,  Uamar  al  Terdogp  de  Polonia,  al  dominador 
estrangero  que  la  opritne^  m  (lustre  rey  de  Polonia.^ 

En  fin,  esto  es  claro,  esto  es  siqcero,  èsto  es  lògico; — ^e  ve 
al  enemigo  cara  à  cara  7  sin  distra;. 

l  Pero,  qoé  decir  del  católìco  que  niega  la  autorìdad  de  la 
tazon,  7  dice  que  el  catolicismo  es  liberal? — iQaé  decir  del 
catóiico  que  aflrma  la  infalibilidad  de  la  Iglesia,  la  infalibilidad 
del  Papa,  7  sostiene  qu^  la  razon  es  católica?  iQaé  pensar  dei 
eatólico  que  escondesubandera,  quereniega  ó  calla  momentà- 
neamente 8US  dogmas^  para  Ho  presentar  sino  una  f az  d^  su 
dottrina?— 2 Por  què  no  acepton  la  responsabilidad  7  proclamao 
sinceramente  et  cuerpodesus  dogmas,  7  principios? — ^Porqué 
norepiten  las  palabras  de  Pablo  para  fundar  la  democracia: 
Todo  poder  viene  de  Dios — e^clavos,  obedeced  d  vuestros  amos?  9 

^Porquéno  decis,  lo  que  creen  ó  piensan,  respecto  a  la  in- 
mensa  ma7oria  de  la  humanidad  no  católica,  que  nace  7  muere 
sin  bautismo,  7  que  por  consiguiente,  inclusive  los  uiAos  recien 
nacidos,  corno  lo  sosturo  Bosuet,  toda  esa  turba  de  millonesbu- 
manos  en  los  siglòs  7  los  siglos  va  à  sufrir  en  los  limbos,  purga- 
torio, 0  infierno,  la,  pena  del  pecado  originai  que  han  inventado? 
Ab!  Sinceridad  I  cuando  veamos  poner  tu  noble  pianta,  sobre 
la  bòca  dèi  sofista,  entóndes,  cr^7entes  de  todas  religionesy 
éstarembs  próximos  &  ajbrai^arnos  7  un^ficarnos  eh  la  yii^ioa  4e 
la  Terdad  t-^Porque  si  el  error  separa,  el  interés^  las  conaide- 
raciones  egoistas  de  laposicion  social,  la  hipoci^sfa,  la  cpbpr- 
dia,  el  soffisma,  la  iqdiferencia,  el  o4io.  sectario,  spn  los  prìn^i- 
pales  obstdculQS  4  la  itominacìon  ilei  espiritu  7  à  la  fr«tfxnidfi,àrde 
kBaltlià$.  • 

^'Còmo  convencer  a  los  aspirantés  à  los  empleos,  de^rofeiM^ 
de  Juez^.de  mipistrO;,  euviado,  Gobernador  ó  Pr^sidenjte^ci^.fye- 
Aio  Ae^tmu  ììocredàd  cafdlicà?' 


^Cói^ocoavenceral  quevivedej^  r^ntf^  de  lo$  cqn^^to^,  6 
maneja  los  fdndos  de  comanidades  religiosas  ? 

.  iCóoìo  conyencer,  al  ^ae  necesitala^prQbacion.óde^l  ìnfliijo, 
de  Ja  inÀa^ncia  del  clero,  ódeì  circulo  *e^  gue  viire^  pa^a  adpi^ 
nistrar  tal  empresa,  ó  presidir  tal.iastitucion  de  crédito  ? 

^Cómo  bonvencer,  al  qué  vive  de  testainentos^  de  f^ìb^ceaz- 
gos,  de  hereocias  ó  de  leg^dos  piadosos  psjra  el  bi.en  de^Ias 
animasi  . 

.  ^GómocQnyencer  al  quecréeqae  peasar  es  abrìr  la3' ][fuertas 
dqlinflerno?         •• 

ÌCóraoconvenceral  que  educado  en  ^.U^rror  dej  fuego  eter- 
no, tiembla  al,  solo  contacto  de  la  herejia  ?      .  .\      . 

l  Como  convencer  en  fin,  ai  que  .ve.  su  posicioa  social  compro- 
metida,.  si^  poryenir  sacrificaclo,  su  nombre.maldecido.  su  alma 
,excomu1gada,,su  creenciaanatematizada^  su  persona persegulda 
V  calumniada?'  Como? — Vedpues,  la. c(ificuitad  de  h  Victoria 
deliBÌluz.  . 

^  là  opinion,  la  sbciedad,  y  en  particujar  las  mugeres^  la  po-^ 
litica,  la  administracion,  la  iglesia,  unidas  y  coi^uradas  centra 
la  Azon  y  libcrtacì;  y  la  razon  y  libertad  cada  dia  adelantando  y 
Venciendo,  he  ahi  el  wt7fl(7ro  /  católicps;  he  ahi,  la  leyde  la  v.er- 
dad,  racìonalistas  ! 


'  xin. 

i'  -  '  *    .'  ' 

CO^SECUSIf  GIAS  DE  LA  GOIVTRADlCaOII'  l^^TAE  £L  PRIHCilPIO  POLI-: 

TICG  Y  EL  DOGMA  RELIGIOSO.  . 

Penetrando  pués  enta  esencia  substancial  de  la  religion  cató- 
lica  se  ve,  cuando  con  sinceridad  se  juzga,  cuando  s^  apartan 
las  concesiopes  moménténeas;  las  transaciones  falaces,  qne  bay 
contradicioti  radicai  eiitrela  es:encia,  la  forma,  y  la  pricUca  del 
raeionàlismo  republicanq.  .     ' 

Uncatóli(;o  sincero,  niega  la  autóridad  y  spberanla  de  la  ra*-, 
zòn,  qne  es  èl  fpndame^to  de  la  soberanla  del  pueblo. 
''  Un  repnblicano  sln'cjero,  no  puede  creer  enla  iglesia  qpe  le 
ordenala  obediencia  ciqga,  y  le  im|»oneJafé  come  condicion  de 
Aifviicioii. '\  ^' ; '/  ''*'-'"'*;».'•  /.]•.'  '>x./-.:> 
'^tJn'demÒcratiìlò^ptiédé  admitirlàeleccion  de  auri^ìa  iw?!^ 


I 
I 

I 


abajo/'es  decir  el'ribnìbraqiiento  de  auloridadés,  niagi^tràdds, 
porelpapii^'òpofel  rey!   '  *'  '  ^' 

Un  católico.sinc^rjo,  ^o  puede  admitiv  el  nombrainlento  '^eì 
papa  y  .de  su  corte  por  el  pueblo,  A  la  uaiversàlìd'ad.* 

^.I^a  Bep,4bl^a,  dieta  leyes  aphjre  edqcacipa,  m^tir|mouìoft^  reps-. 
Ù'os  cfvicos^penaUdad,  reatas,el^ccioneae^a;  ^         .  .   .  •    » 

, )^  ^I^s^.  l^icjL^  lejr.e^  en  (XQ^nlapadic^on  y  gv^t^pA^  •  uiva  Jurif^T 

4iccionAparte, .  .    .,    ,      ,    ,  •  '     /      .     i  :    .    -.     i.; 

SoQ  dosaotbridadea^éos  {loderes,  do6  cabeza^^  dos^petsona^i 

Hdade^,  4o8  faèfrzasy'tendéncittsopuebtas  qnè seohoottn^  .com  .. 

baten,  paralizan,  enervan  7  piK>Aiic)eiì  eleseépficMma.aociaL    < 

La  Iglesiày  elEslaào'T  peder  espirituàl  y  tetnporal  sé  Hatuàn. 

Dodsobetània^ehniédiode  la  dóberàtiia  ihdlm&sible  de  tapa^frlà!^ 

Mcib  de  fealomon,  no  patìiendo  arrtiònizai^tósideas.  *        ■ 

No  bay  sino  anu  verdad,  una  ley,  unapalabi^a^  Uttaatitoridad.' 
Ola  fGLEsiA— 0  eiì  Éstaùo.  #       •'  '    i»  •    '' 

Elegid — pero  DO  juQtei^.     Preferid,  pero  noconfundais.    ' 
Gatólico  sincero' t  la  soberanla  y  supremacia  de  la  fèlfesial  '  Y 

tiene  razón  lògica.  '  .  .  •• ''' 

!RepttbIicanos:'Ia  soberania  de  là  razon  én  lodo  bombrC,  y  solo' 

li  sirprenidcfa  social  cn  la  politica. 
He  ahi  el  dualismo  personificado,  vivo,  éucarnado,   hostfl/. 

eontradìctorio. 
iEn  qué  Bépublica de  America,  no  vemos  esa  lucba,  sdrda, 

ténaz,profuridrdelad  dós  autoridades^  '  ^    .    : .. 

Y  el  catòlico  tiene  ^ué  inclinarse  à  favor  del  Estado  y  nrf'jjìttèdè 
ser  buen  catóticò.  '  -  . 

i  Puede fciaberniaycr  divìsion;  causa  mas  profonda'  de  'anar- 
quia  en  las  creencias,  de  demagogia  en  las  masas  explotadas,  dcf 
despotismo  en  los  gobi^f hò&f  ^ 

^Puedekaber'mayoi-  (iaMida  de  la  (ìuda  en  la?  creenoia^,  "de 
debilidad  para  afirmar,  de  la  enervaciottèecàrècté^és,'de  faiu-^' 
dòléiicia  éwotehrt,^dÌBÌ  indìferentisnio  religioso  y  polftìotì?         '-''' 

T  èàadudà;  produce  el'iofista.  '  :      h  «   :  ;  ^ 

Y  esa  enervacion  produce  la  prostitociou  de  las  coudencielsf/  * 
Yebaiijd^jen^ia,  >éibd$feìhen'cia,  orijfinàta  iia'uerte deli  ^ì|>iai- 

dad  ifersoiiaMaabdìeacióDdelafirmeza.eneldereeho,  èl  d^^i 

preciodiskijuitòj'  ytrTeiitrbtiizamieiito  del  islnismo!       '  *   '  '    '':^ 

Del  Ai^mA  èofel  pébsaniieirtd,  en  Ih  paliibraiy  éù  Ids  étVoé'.' 


tet  hombies  dertro^en  hoj  Io  qve  a jer  te^aptjH-Wi-rtniffm 
boy,  lo  qacf  ayer  afirmaron, — adoranhoy^  Ipqpe  «yer  maidici- 
fon. 

No  hay  ley^  qo  bay  religion,  no  bay  antoridad:  bay  la  adoia- 
Clou  DEL  ÉxiTO  corno  principio,  elsenrilismo  corno  prActica,  la 
adnlacion  al  poder  corno  palabra,  y  el  sofisma  corno  instratnento. 

Gobierno,  indiiridiioa,  aociedad,  se  predpitan  tras  Io  qne  se 
imàginan  ser  la  ntilidad  del  egoismo. — ¥  en  esa  carrera  preci- 
pitada  para  llegar  al  empieo,  para  obtener  inflnercias,  para 
medrav  pormecKo  deb  politica  en  los  aegocioa,  la  carrapoion 
aumenta  enrazen  directa  de  la  maaa  de  oro  qne  atrae^  y  an  ra^ 
zon  inversa  de  la  distaacia  al  poder. 

T  entoo^es  no  bay  patria,  pero  si  partidos^ — ^y  90  bay  par- 
tidos,  paro  ai  compaflii^  rirales  de  comercio.  La  bolsa  se  trans* 
forma  en  tempio  y  foro.    La  bolsa  se  conTÌerle  en  el  capitoti^* 
•  dfi  los  pueblos  perrertidos. 

T  entonces,  ay  dg  los  Tencidos. — No  bay  deccio^es  qne 
puedan  darles  elider. 

No  bay  magistrados  que  les  adminiatreo  jnsticia. 

No  bay  lejisladores  qne  puedan  reformar  la  ley,  p^r  qva  la  - 
bsy  del  Tencedor  es  su  roluntad^  sn  interés,  sn  venganza,  encu- 
bierto  todo  con  la  legalidad  de  laautoridad  en  ejercicio  y  el  falso 
y  aparente  respectodelas  format  legales  deformadmy  trans  forma" 
dot  por  la  fals(a  y  el  sofisma. 

T  entonces  se  ré  que  todo  es  un  juego,  en  qne  el  bonrado  es 
bnrlado  y  perdido.  El  cindadano  se  aisla,  se  separa,  abandona 
los  comicios,  y  se  eotrega  àla.fatalidad  ó  se  somete  ipasar  bajo 
las  horeas'èaudinoiy  de  la  compaflia  de  comercio  Tenced,orat 

Y  el  espfritu  pùblico  sncambe. — iQné  mayor  pnerta  A  la  in- 
tmionl 

Yéanse  pneslos  efectos  de  la  contrcidj/^ion» 

Tdes  son  los  efectos  del  error  en  que  Yi?e  la  Aoiéviciu  ^f^é 
iswyop*  causa  d^  debilii^d? 

Se  creo  qae  laoposicipn  de  las  id^as  iastitnidi^  es  easft  W^%^> 
gara  ó  despreciable,— y  es  la  caasn  df  la  d^^fmooion  de  las 
soeifldffdB^, 

Va  ideapreoiisMi  la  metafaiofi.    Napo^e^ff  l  bacia  ahrde  da  df  s- 
piofllar  4  los  fil<}s^o«  4  quienep  Uf iQ9^a  i4€i\fm  P^i^Q   die^pqoi* 
qne  tocó  la  inesperada  y  eoparni^da  ramitenaki  M  \%  ^à^ 
mmia  Ur^nlada  por  la  filoppfl^i  uff  tf^es^p^a  M  barOm  INnh- 


te,  discfpalode  Kant,  pidi*i»  ioforoMi,  «a  rmppért,  taire  «Mi 
q«e0lMtrizabaAlaAleniMia  p«r  medio  de  la  jnnentodi  der  s«$ 
imiTersidades. 

UT, 

Sofisma  1  favor  del  ebbob,  ò  s^a  trausacgioii  jbsuìtiga  pbo- 
pub8ta  paba  bbsolybr  la  gontbadicaob  qub 
debilita  ala  amèbica. 

La  Igleata^  el  eatoliciamo,  log  catòlicos,  tienen  en  America  no 
la  audacia,  ni  la  ginceridad  de  principio:  no  se  atraven,  (esce* 
pto  en  Lima)  a  negarla  verdad  de  la  soberanfa  dei  pueblo  j  la 
BepAblica, — ni  à  proclamar  segon  la  Idgica  deduccton  de  su 
dogma,  la  antocracia  de  la  Iglesia,  la  unidad  absolata  de  so  so- 
berania,  j  la  supremacia  de  su  autoridad. 

iNose  atrerenl 

^Qué  hacer?— pues  ahi  etU  la  filosofia,  la  rerolncion,  la  Be- 
pùblica,  negando  con  sn  espirita  j  los  hechos  la  soberanfa  j 
aun  la  verdad  de  su  creencia. 

2Qué  hacer? — Pues  los  gobiemos  salen  del  pueblo,  7  son  au- 
toridad,  é  intenrienen  é  institujen  garantias  centra  la  marche 
inTasora  de  la  Iglesia. 
I  iQué  hacer!— Pues  vemos  cada  dia  estrecbarse  la  frontera,  7 

À  su  vez  el  Estado  invadiendo,  consus  universidades  sin  clero  « 
con  sus  Ie7es  de  matrimonios  mintoa,  con  la  tolerancia  en  onos 
pueblos,  la  libertad  en  otros  7  la  separacion  definitiva  de  la 
Iglesia  7  del  Estado  en  Naeva-Granadal  Yeamos  lo  que  hìcie- 
ron,— 7  cual  es  el  sofisma  inventando,  ia  transaceion  aceptada, 
para  paliar  la  contradiccion  7  ganar  tiempo. 

Ese  sofisma  se  llama:    la   distingion  de  lo  ESPiBfruAL  t 

TEHPOBAL. 

En  otros  términos:    La  Iglesia  t  el  Estado. 

Se  fùndan  en  palabras  atribuidas  &  Jesu-Cristo,  que  interro* 
gado  maliciosamente  sobre  si  se  debia  pagar  el  impuesto,  con* 
testò:  ^Dad  al  Cesar ^  lo  que  es  del  Cesar,  y  à  Diùt  lo  que  es 
de  Dios.n 

Palabras  bellas,  verdaderas  7  profundas,  que  significan:  pad 
al  Cesar  lo  que  destPU7a  al  Césair,  7  A  Dios  el  amor  7  la  pràc- 
tica   de  la  justicia.  Cesar  es  la   usurpacion  del  derecho. 


<# 


—  2iS';— 

« 

tQoé  delK)  Air  al  ii8arpadoc?r^6qenni. 

Si  se  dice:  Cesar  es  el  simbolo  de  la  aotoridad  tempora],  J 
Jesu-Cristo  dijo,  j  quiso  decir,  qae  le  diésemos  Io  qae  necesi- 
ta  para  sa  existencia  entonces  esas  palabras,  segan  el  dogma 
de  la  soberania  del  pueblo,  significan:  lodo  hombre  es  Gésar^ 
el  pueblo  esel  Cesar,  la  Repùbìica 'es  el  Cesar;  y  uo  podeis 
negaros  d  Yosotros  mismos  las  coudicioues  de  Yi^estra  existencia. 
Dad  al  pueblo  lo  que  es  del  pueblo.  La  soberaafa  es  del 
pueblo,  yes  una  é  indivisible.  No  dividais,  pues  lo  indÌTÌsible, 
no  separeis  Io  indisoluble,  no  mutileìs  lo  completo.      • 

Pero  sea  cual  foere  la  interpretacion  de  esaspalabras,  ellas  no 
son  dogma, — j  si  de  su  interpretacion  se  dedujese  que  bay  uQa 
autoridad  bumana  infalible  para  sus  creencias ,  y  otra  autoridad 
para  la  administracioa  de  sus  negocios,  nosotros  ne^amos  la 
primera,  porqae  no  haj^  ni  puede  haber,  autoridad  investi- 
da  para  imponerme  dogmas  y  dominar  à  la  razon,  la  primera 
y  ùltimi  de  las  autoridades. 

Y  han creido  conceder  macho  à  la  soberanjia.de  Ia$  socieda- 
des,  al  decir:  Lo  espiritual  à  la  Iglesia,  Io  teqfiporal  à  la  so- 
ciedad  ó  poder  civiL 

Dicen:  el  hombre  es  espirita  y  materia.  Nosotros  goberna- 
mos  el  espiritu,  Yosotros  la  materia.  Bella  concesion,  por 
cierto,  comò  si  no  fuese  dueiio  de  lo  temporale  del  cuerpo,  del 
Estado,  el  que  dominase  en  lo  eterno^  en  lo  espiritual,  ^  la  au- 
toridad de  la  Iglesia  que  se  atribnye  la  infalibilidad  y  delegacion 
divinas. 

Asi  es  que  la  sociedad,  la  justicia,  la  administracion,  el  go- 
bierno,  son  cosas  corporales,  temporales. 

Y  el  dogma,  y  el  poder  de  fabricar  dogmas,  comò  bemos  vis- 
to en  nuestrosdias,  el  de  la /nmacu/oJa  Concepcion^  el  derecho 
del  pensamiento,  la  facnltad  de  ver  ó  descubrir  la  verdad^  la 
autoridad  de  ejercer  la  razon,  las  cosas  eternas^  ese  es  el  do- 
minio de  la  Iglesia. 

Division  leonina  por  cierto.  Pobre  cuerpo,  pojbre  Cesar,  po- 
bre  temporale  imbécil  sociedad,  si  tragas  la  gran  concesion  que 
te   hace  la  infalible  Iglesia. 

^Creiais  haber  refuelto  la  dificultad,  descnbierto  la  sfntesis^ 
pacfificado  la  contienda? 

No! — Solo.habeis  aseatado  con  audacia  y  con  ap^riencia  de 
concesion,    la  autocracìa  de  le  Iglesin.. 


SI  problema  planteado  deesemo^o,    es  la  lacha  sin  fin,  ó  , 
la  Tictoria  defini^vra  dela.Iglesia. 

Es  corno  si  una  aristocracia  poderoaa,  concediese  al  pueblo 
el  dei'echo  de  nombrar  sua  tribanQa^  sas  diputados,  j  se  reser- 
Tase  el  derecbo  de  imponerla  contribucion. 

Es  algo  corno  lo   qqe  pasaba  en  Boma.    El  pueblo  conquis- 
taba  sua  derechos  uno  por  uno,  elegia  sua  ma^istradòs,  YOtaba 
la  ley^  juzgaba  en  el  foro,  velaba  en  el   senado,  pero  jamAs  la 
aristocracia  le  concedió  el  derechp  A  la  ìnterpretacion  del  true-  ' 
no,  del  rajo,  de  las  entraOas  de  la  victimas,  de  la  voluntad  di- 
vina, el  derecbo  religioso   sacerdotal,    pontificai  en  una  pala- 
bra. — Con  ese  derecbo,  el  patriciado  suspendia  cuando  queria 
los  comicios.  declaraba  la  paz  ó  la   guerra,  bacia   intervenir  la 
omnipotente  j  aterrante  voluntad  de  Jùpiter  tonante,  para  re- 
solver unaduda,  contrariar,  burlar,  anularla  voluntad  del  pue- 
blo. Era  lo  espiritual  sobrelo  temporale  era  la  Igleaia   sobre  el 
Estado,  el  pontffice  sobre  el  pueblo,  el  egoismo   ferozdeona 
aristocracia  mnquiavélica  sobre   el  interés,  el  derecbo  y  la  vo- 
luntad de  la  soberanfa  del  pueblo. — Péro  habia   mas  unidad, 
mas  verdad,  mas  penetracion  de  los  elementos  humanoa,  que  el 
catolicismo  separa.    Senatus  populùs  queRomanus^  era  la  fòrmu- 
la^ verdadera,  pues,  decia  que  la  ley  emanaba  de  las  dos  autori- 
dades  para  tener  loda  la  fuerza  moral. — No  aai,  entre  nosotros- 
Là  Tglesia  hablasola.    El  Estado  hablasolo.    Dualismo,  lucba, 
7  despotismo  y  anarqula  corno  eonsecuencia» 


XV. 

\  REFUTAGION   DE   KSE  OUAUSMO. 

Para  que  la  Iglesia  tuviese  razon^  seria  necesario  que'tuviese 
autoridad  con  derecbo  de  decretar  à  la  razon. 
;  ;,  Derecbo  de  decretar  à  la  razon  7 

La  Iglesia,  sea  con  concilio  uni  versai  ó  particular,  con  Papa  ó 
sin  Papa,  se  cree  con  el  derecbo  de  ver,  descubrir,  revelar,  re- 
cibir  de  Dios,  los  dogmas  que  ha  eatablecido  y  que  le  pluguiere 
establecer. 

Cuales  sean  e^os  dogmas,  desde  la  creacion  ex  nihilo^  en  seis 
dias,  hasta  el  de  la  Inmaculada  Concepcìon^  no  lo  discutimos,  por- 


eiclasiTO  de  dogmatizar  que  1»  Igleria  éeatriiiive* 

Dogma  ea  una  afirmacion  fàndameotal  sobre  A  acr,  hl  forni 
su  accion,  sua  relacionea.  Se  dice  el  dogma  de  1*  cMatetti^i^ 
de  Dios,  ci  dogma  de  la  Trinidad,  el  dogma  de  la  cftwuon,  * 
dogma  del  pecado  originai  y  cncarnaeion  redemptow. 

La  exiatcncia  de  Dios  ac  refierc  al  aer,  la  Trinidad  A  la  forma 
de  ese  ser,  la  creacion  iau  accion,  el  pecado  originai  y  enc»- 
nacion,  àaus  relacionea  con  la  humanida^.  El  dogma  es  una 
crencia  madre,  ai  ea  permitido  espresarse  asl. 

Por  to  Tisto,  se  ve  que  poede  baber  dogmas  vcrdaderos  ò 
fahos.    £1  dogma  no  es  axioma. 

Un  dogma  ea  una  coneepcio^  primordial  de  la  inteligencia 
que  domina  à  ba  concepcipnes  aecandariaa,  ó  que  iledu^e  prin- 
cipioa  de  su  eaencia.  ^ 

Pop  ejemplo  :  necesito  explicar  la  exi^tencia  del  mal,  é  in-  j 

vento  el  pecado  oriffinaL    Ré  abi  una  afijrmacion  fundamental  6  | 

conecpeion  primordial  del  origen  dal  mas  terrible  pro^leu^a 
que  agita  la  exiatencia  y  que  puedei  rem^yeria  inteligencia^ 

El  pecado  originai  obliga  &  dedacir  la  concep^ion  aecundairiA 
del  bantisnu),  y  el  castigo  para  la  humanidad  po  bautiaada. 

Pero  corno  bay  em  la  razon  bumana  pripcipios,  fiodon^  y 
concepciones  indestrnèlibles.  esenciales  que  llevapi  el  sello  dir 
recto  de  la  revelacion  divina  universa],  en  virtwd  4«  la  nocion 
de  justicia,  que  supone  la  personalidad  ,  la  intencion  de  la  culpa 
y  la  no  transraisibilidad  material  y  toUl  de  la  responsabiUdad 
individuai  y  moral,  la  razon  contrariada  y  la  justicia  negada  se 
preguntan  : 

^Podràbaber  justicia^  cuand9  borro  conia  encantacion  de 
ciertas  palabras  y  de  ciertos  signos  la  culpa^  el  pecado,  el  cri- 
men  encarnado,  injertado,  transmitìdo,  sin  la  conciencia  dìel 
pacìente? 

Es  clàro,  pues,  que  ese  dogma  ataca,  conmueveyderribà  la 
revelacion  universal  de  la  justicia. 

Conmovida  Ó  derrìbada  la  nocion  de  justicia,  que  eS  la  reve- 
lacion directa  de  Dios  en  la  razon.  hnmana,  la'  HUMAmnAD 
TiEMBLA,  porque  se  encuentra  sin  estabilidad,  sin  base,  siri  cri- 
terio para  pensar  Juzgar,  y  adorar  al  Ser  Supremo,  segon  la 
justicia. 


k 


T  ese  temblor  de  hi  hnmanidatf,  e»  el  terror  impunito  para 
gobernarla  por  la  fé  ciega. 

Y  ese  tttTDf,  hncé  qùc  no  €ODÌemos  en  é!  Pì^dré  de  la  justi- 
eili,  flhio  (juc  temUetnos  ante  el  ama,  sin  ley. 

'  T  die  atil  nace  qae  los  libros  catòlicos  dicen  que  Dios  tiene  ira. 
Piani  aplacar  A  Bn  amo  el  serTÌlismo  es  neceaario.  Ese  dogma 
degrada  la  humana  digaidad  ante  Dios,  7  prepara  una  socie- 
dad  de  esclayqs  0  die  ^iervos. 

T  de  abf  nace  qne  en  necesario  inventar  otro  dogma  para  sna- 
viar  la  ferocidad  del  primero  :    El  dogma  de  la  graeia. 

Y  el  dog(na  de  la  graeia^  engepdra  à  su  vez  la  fctafidad  de  los 
tlamados  y  de  los  escogidos. 

Y  la  graeia  es  negacion  de  justicia. 

Y  la  fatalidad  es  negacion  de  libertad. 

Y  corno  todo  esto  es  absurdo  se  inventa  otro  dogma:  La  fé 
SALVA,  j  no  las  obras. 

Si  eres  intachable  j  Ueno  de  coridad,  pero  sin  la  fé  católica, 
ne  te  saTvas. 

Si  eres  ìnmundo  y  criminal,  pero  creyeres^  te  salvj^rfts.  La 
màxima  sublime— >5o  bay  Dìos,  ni  religiou  sin  caridad.  Jfex 
Deus  est^  nee  religio^  ubi  non  est  caritas^  ha  sido  anatematìzada 
por  fri  Santa  Se4e^  en  1712,  en  su  \m\diunigenitus.'^fiiDe  donde 
s'è  deduce^  dice  Edgard  Quinet,  que  Dios  y  religion  van  uno  y  otro 
sin  earidad.y) 

Dfe  todo  Io  cual  se  deduce  que  el  dogma  domina  y  eqgendra 
6  determina  la  moral— Que  el  dogm^t  es  susperior  à  la  moral  y  & 
la  justicia. 

— Que  aunque  establezca  ó  reconozca  los  mismos  principios  de 
moral  corno  lo  hacen  las  religiones  mas  opuestas,  Io  que  produ- 
ce la  diferencìa  de  r^sultados  pràcticos  en  la  yida,  es  el  dogma. 
Jesu-Cristo  j  Mahpma  afirman  la  caridad,  pero  yed  la  diferen- 
cia  en  la  pràctica,  orlginada  por  là  intolerancia  dogmàtica  de 
Mahoma. 

Qne  el  poder  dueiìo  del  dogma,  ha  de  ser  superior  ó  doiùi* 
nar  al  poder  que  solo  se  apoya  en  la  moral. 

— Y  por  coosigniente  clara  y  lògicamente  se  deduce»  que  la 
Iglesia  ha  de  ser  superior  al  Esiodo.  . 

— Que  la  soberania  del  pueblo  ha  de  ceder  à  la  soberania  de 
la  Iglesia. 

—Que  lo  espiritual  ha  de  dominar  lo  temporal. 


— Que  IsL grada  eclipsarà la jui/tcta.  ^  •  ,..  .j^, ,  ,  ».    .,  .  ,,  , 

— Qiie  Iftcr^^ncia  Wj?(7/j  ha^e  ijei;  p;refefida 4,l|f8  jj);^f<w,    , .,  y' 

—Que  el  cuerpo  saperdotal  ha  de  i^r  iumJtiiempqdf^,ari^ciicrA^) 

eia,  duella  esclusiva  de  la  ioterpretacion  de  layoÌc^f^f|,,d^f(ifa9 

del  Yuelo  de  los  p^jaros^  d^l  estallido  del  t^ruenp^  del.  falg;of  ,4^l{ 

rajO)  de  las  entrafìas  de  lasYÌctimas  j  de)  terremoto  4^1  lAen^» 

— Que  ese  cuerpo  sacerdotal  en  virtud  de  la  ló";^ca  4^^  ^s 
dogmas,  ha  de  pasar,  de  la  apariencia  democfitipa  (|e  ìps  ||ri- 
meros  concilios,  dia  absoluta teocracia  de  la  tglesiaJR^i^ài^a, 
porque  en  el  camino  del  àbsolutismo,  es  necesario  llegar  à  la 
autocracia  de  uno  solo:  El  czarismo  en  Busia,  el  papadp /Bà 
Boma.  ,.•   . 

— Y  en  fin  que  la  solucion  presentada  para  pacificar,  distin- 
gniendo  las  dos  potestades,  es  en  la  esfera  de  la  lògica,  la^  yic- 
toria  segura  del  poder  que  se  titula  espiritual  ó  de  la  Igl^5ip> 

Es  pues  necesario  no  aceptar  la  distincion  corno  soluciop. 
La  distincion  ó  separacion  de  potestades  esla  division  perpètua, 
la  causa  de  la  pérdida  de  la  fé  en  los  crejentes,  ó  de  la  justicia 
absoluta  en  los  republicanos. 

^  Es  decir  que  ambos  muudos,  ambas  sociedades,  ambas  potes- 
tades à  la  larga,  pierden  el  nervio  de  su  fuerza,  y  los  pueblos 
se  educan  en  el  escepticismo,  en  la  indiferencia,  que.es  el  ca- 
mino de  la  muerte.  Se  abre  la  puerta  de  las  iiivasiones;  y  se 
arroja  al  abismo  un  puente  de  sofismas  para  que  pasen  todaa 
las  traiciones.  El  partido  clerical  es  la  vanguardia  de  los  fran* 
ceses  en  Méjico.    .         . 

En  fin— 0  tA  Iglesia. 

0  EL  ESTADO. 

Separacion  absoluta  conio  medio  temporal  y  pràctico. 
Viva  la  Iglesia  comò  pueda.*   El  Estado  no  la  auxilia.   - 
Entronice  el  Estado  la  Beligiom  de  la  ley. 
Tal  es  la  solucion. 


4 


w  ini  — 

,    ^       ,.  ,  XVI.         .    •/   ■•"'."••'.'   .•/ 

• .  !  > 

ÓTAb  ASPECTO--MEOACION  D^h   BEREOHQ  DB   IMPOZfEA  BO^NAa. 

Yamos  aun  A  profane! izar  ntas  la  rerdad,  para  probar  la  jas- 
ticia  de  la  solacioa  qpie  preseotamos. 

Negamos  dia  Tglesia  y  &  todoppdeiTfA  loda  autoridad,  dtoda 
coDgregacion,  concilio;  congrego,  ó  asamblea  popolar,  el  dere- 
cho  de  imponer  dogmas. 

Imponer  dogmas  es  imponer  ima  Terdad  duna  mentirà. 

^  Y  qoièn  tiene  el  derecho  dei  impoù^r  una  verdad,  de  decre- 
tar una  razon  à  la  razon,  de  lejÌBlar  y  ordeni^r  à  la  cTidencia? 

Nadie. — Qué  diremos  de  decretar  uaa  mentirà  !    > 

Y  si  no  haj  dierecho  para  imponer  un  axioma,  ^habrà  derecho 
para  imponer  mo  dogma  que  puede  aer  falso  ó  verdadero? 

Si  no  bay  derecho  para  decretar  la  preencia  à  la  evideiigià, 
para  ordenar'que  creamos,  que  el  todo  es  tnayor  que  la  parte, 
que  no  hay  e  fedo  sin  causa^  ^  cònio  puede.  haber  derecho  para 
imponer  ìas  concepciones  y  sistemas  de  una  Iglesia  que  mucho 
ha  errado,  que  mucho  se  ha  cóatradicho,  y  que  jamós  puede 
ser  ìnfalible? 

Si  nadie  puede  imponernos  lo  innegable,  lo  indiscutible^  lo 
que  no  està,  ni  puede  estar  sometido  à  di&cusLon  y  votacion, 
corno  el  axìoma — ^Podró  una  Iglesia  que  ha  errado  tanto,  que 
tanto  ha  variado,  tener  el  derecho  de  imponer  corno  Terdad  y 
con  auloridad  infalible  comò  Bios,  el  resultada  obtenido  por 
mayoria  de  vo^os,  muchas  veces  influenciados  por  el  emperador 
Ó  el  pontifice? 
'    IDnposible.  , 

La  Iglesia  se  dice  Infalible — y  ocho  votos  mas  ó  menos^  4  uu 
làdo  6  &  otro,  deciden  de. la  eternidad,  de  la  verdad,  de  Ic^ 
moral,  y  de  la  autoridad!  —Infalible!— y  ocho  votos  mas  ó  me- 
nos  pueden  decretar,  imponer,  analizar  &  Dìosu  decretar  ,su 
éscencia,  su  caràcter,  su  formù^  su  vìda,  decir  si  tUTo  hijo,  sji 
és  eterno,  ó  coetemo;  si  lo  encarnó,  y  lo  crucificdj-r-y  dar  4 
else  hijo  éterrfo^  qué  «  crecia  en  sabiduru,  »  LP^^^  crecjendo 
ehi  sabidurìa'  dicelucas),  las  palabras  que  establezcan  la  infali- 
bilidad  de  la  iglesia^  y  el  retrtaécano  6  calembour  de  Pie^r^  y 
Pèdrìrparù  h  s^bèrania  def  Papa!— Sios,  6  et  hijo  eterno,  corno 


I 


élloB  dicen,  fdndando  sobre  un  calembour  la  sopremacia  de  la 
iglesìa  romana  ! 

Ah  Voltaire!— No  has  muerfo.  Tu azote  es  necesario.  Cuan- 
do  se  introduce  la  farsa  en  las  cosas  eternas,  tu  estis  allf^  para 
4ufiétiR*  i  1m  tendedores  del  tempio. 

t'ùtfaedamis  ditDieti,  deTÌnez  td(m  setreU 
Dites  moi  qui  je  sais,  et  c^mment  je  so»  fak; 
£t,,dans  pn  supplément  ditesi  mot  qui  vous-étes, 
Oudle  force  en  tout  seni,  fluì  isourif  les  coraètes; 
Et  pourqaoi  dM»  ce.  globe,  un  destin  tropiitai 
Poi^  dne  once  de  bien  mit  cent  quintaux  de  mal. 
Je  sais  que,  gràce  aux  soins  des  plus  nobles  géniés, 
•De«ppix-  soni  ph>jM)fé8  par  les  aradémies  : 
J'en  donnerai.    Quìconque  appròchera  da  but 
•Aura  beàucoup  d'argent,  il  fera  son  salut. 
11  dit  :    Tl^omas  se  \è\é  àTàugdste  par^  ; 
Thomas  le  Jacobin,  l'auge  de  notre  écoie, 
Qui  de  eent  arguments,  se  tira  tòujóurs  bien, 
rEt  répondit  à  toutsans  se  doater  de  rien.i 

(VOltairb.) 

Gonocidas  son  las  violencias  de  Gonstantioo  en  el  concilio  de 
{ficea.  Sabemos  que  el  dogma  católico  de  la  divinidad  de  Cris- 
to, y  la  forma  de  la  divinidad  misma,  fué  impuesta  por  yotacion 
h  mayoria  de  sufrajios  comò  trescieptos  j  mas  afiios,  despues  de 
muerto  Ì^esu-Cristo. 

Presentarla  cuestion  es  resolverla — Qué  hombre  de  inteli* 
gencia  sincera  no  se  asnsta  ó  sorprende,  al  considerar  que  lo 
qoe  cree  comò  divino^, eterno  y  revelado  por  Dio's  mismo  (porqui^ 
asf  se  lo  han  enseiìado},  que  todo  eso^  7  mucho  mas,  ha  sido 
resultado  de  una  majoria  de  Yotos,  en  .reuniones-  anàrquicas 
de  poco  mas  de  trescientos  individuos  ? 

^Esa  autoridades  infalible,  7  discute,  vacila,  titubea,  acepta 
neologismos  comò  el  homoousion^  (consubstancial)  busca  en  la 
teoria  de  Platon  la  esplicacion  del  vterba^  7  el  resultado  de  esa 
dlScuóion,  de  ese  estudio,  de  ésas  transacciones  entre  doctri* 
has,  se  me  impone  despues  corno  solucion  infalible  del  ,proble- 
ma,  7  corno  revelacion  divina?— Pensar  es  ver  7Ìazgar. 
'^•lELe  visto  7  he  jnzgado.  Ha  habido  eoncilios  infalibles  que  han 
negado  lo  ,que  infalibies  eoncilios  babian  decretado— .7  he  de 
òreei*  en  la  infalibilidad  ?  La  infalibilidad  no  discute,  no  puede 
ftiseulir.  la  infalibilidad  es  una,  unànime^,  pvarial^le. — iQoién 
réuné  esoscàractéres!-^Solo  Dio8.  .  ;,  .  •  '  t 

Si  la  autoridad  infalible  existierOfAofiòdriaimponerh.areen^ 


—  8«5  — 

eia  à4ii  &A&émìt  tdipl  'aitfoma.    Con  eoamta  menos  razoo  una  . 
autoridad  falible,  que  à  TOtacion  decìde,  podrà  in^poaer  la  creen- 
èla^ol^e  dDgoRia  qtie  fneden  aer  Terdaderoa  ó  faisos  ? 

La  verdad  es.  Los  Aucag  llaman  à  la  verdad,  mupige»,  pa- 
lateti que  significa,  dtcir  il  ser^  ó  dccir  lo  que  es.  La  v«rdad 
edinò  el  axioma,  corno  la  evidcncia,  corno  la  luz,  no  s^  decreta, 
ni  »e  pnedé  decretala-  Lteva  su  aotoridad  en  si,  por  si,  consi- 
go.    La  terdad^seyfe.    ^Quién  puede  decretar  la  vision? 

La  verdad  se  pieifea.    Qoióa  puede  decretar  el  pensamiento? 

Asi,  no  bay  éerecho  en  oadie  para  imponer  un  credo^  y  no 
htty  autòrìdad  algmia  què  pueda  ejercer  la  infalibilidad  para 
ìmpotferlo. 

xvn. 

iSECESIDAD    CAtÓLlCA   DE   LA   OfeEDlEKClA   CIEJ&X    T  DE 
hA   FÉ  CIEÌGA. 

No  bay,  ni  puede  haber  autoridad  dogmàtica.  La  razon  habla 
a  la  razon,  por  medio  de  la  razon. 

làiponer  nna  doctrina  de  otro  modo,  implica  fulsedad  en  la 
bato,  '6  induce  mentirà  enei  fondo.  La  verdad  es  la  autoridad. 
La  razon  no  puede  negarla.  La  razon  es  impersonai.  La  razon 
no  es  yo,  esla  revelacion  en  roi^es  Dios  en  mi,  esJa  unica  i»08i- 
bte  ènoamacion  del  verbo.  El  que  revela  ó  cnsQtta,  ó  demues- 
•iFa la  verdad,  no  luice  sino  evocarla.de  la  razon  misma  del  ense- 

HiAilo, ^PeroÌHiponerla,y  decirque  debe  aceptarse  lo  que  piensp 

6  quiero  pensar,  sin  exàmen,  sin  la  participacion  (le  mi  concien- 
4la,  es  ejercer  lamasestApida  delas  tiranias,  para  embrutecer  la 
Jmmanidad. 

Y  si  e^e  hombre  d  reuniou  de  hombres  dicen,  que  Dios  Ics 
pevela  A  ellos  la  verdad,  esa  verdad  no  puede  ser  sino  una  vi- 
sion delser  por  la  razon  del  hombre,  y  tiene  qUe  comunicarla 
à  la  razon  delos  hombres 

Si  dicen  los  partidarios  de  la  revelacion:  cree  eh  Bios  porque 
asi-lodijo,— yno  porque  tu  razon  lo  vea;  esóquiere  decir:  Silo 
dijo,  habló.  iCónlo  habla  Dios  d  los  hombres?  iEn  Hebreo  ó 
Griegoyconìàbios.y  gargdnta?— No,  direis  tosotrot.— Hàbló  al 
iigptfitu^^Paes  ese  espirituès  Ip  razon.  Luégò  ès  vuestra  ra'ìon 
la  que  habla. 
;  T— Es  la  razon  «>Mrj?trada?.^-Peroirispìi*ada  noqiliere  decii^tiizott 


'tiiggadéj  siino  'élévjida,  subliiùada.  Yed  {mea  ipie  no.  podemos 
ékiir  de  la  mòn. 

— Inspitada  qaieré  décir,  direetament^  ilanuaada  p^r  J)jcos 
mismo.  .  .      , 

'  — Pero  eaa  iluiliihaéton  es  siempre  la  razouilumìn^da,  es  caes- 
tion  de  ntas  ó  tnénos  alcanbe,  péro  no  de  negacioa  de  la.  r^o^. 
"Platon  y  Newton  son  rereladòres  rerdaderos  y  bo«  férsant^s 
corno  los  IIToIsés  ^  Mahomas.  Y  los  grandea  rèVelad(»res  .9on 
lòs  grandesrozmn(for^5  que  racionalizanla  hnmamdad.  •/ .  ; 

No  pudiendo  con  razon  abcdir  la  razon,  lo  coasigiieQ  por  me- 
dio de  an  cambio,  convenio,  trafaisacion,  comércio,  entre  Diio^, 
convertìdo  por  ellas  en  vendedor  de  goces  y  penas  eteraas,  y 
comprador  de  ohediencia  ciega, 

Nos  presentane  Dios  temiendo  Ala  razon  del  hombre. 

Fatalmente  el  cjatolicismo  termina  su  evolucion  en  la  muerte 
de  la  razon,  yen  la  necesidad  de  reemplazar  su  obra  destructiva, 
con  la  obediencia  ciega  al  Superior,  sobre  la  humanidad  es- 
clavizada. 

Y  todo  para  dominar  à  su  npmbre  ! 

Michelet,  en  su  historia  de  Francia  en  el  siglo  XYlj  nos  de- 
muestrà  la  novedad,  la  originalidad  de  Loyola,  citando  ae  ttata  de 
reforzar  la  obediencia.  .     . 

a  Basta  dolidè  irà  la  obediencia? 

«  Los  fundadores  de  órdeqes  antiguos  babian  didbo:  haéta 
la  muerte.  *  XiOjola  va  mas  léjos  ;  ha  dicho:  Basta  ti  peeodo^-^ 
i Venial?— No . .  Va  mas  lejos  aun.  Gomprencle  etpeeàdo  mortai^ 
en  la  obediencia. 

(f  Yisum  est  nobìs  in  Domino  nullas  constitntiones  posee  obli>* 
»  gatìonem  ad  peccatum  mortale  vel  veniale  inducere,  nUi  tu'- 
»  per  or  (in  nomini  3.  C.  vel  in  virtute  obedientiae)  juberèt.  » 

«  Ninguna  regia  puede  imponer  el  pecadb  mortai,  d  no  set 
queel  superior  lo  mande/ì^  Luego,  si  Io  manda,  €8  Becesario 
pecar,  pecar  mortalmente. 

«  Eàto  es  nueyo,  atrevido,  fecundo. 

m  Besulta  desde  luego  que  la  obediencia,  pudiendo  jostificar 
todo  pecado^  dispensar  de  toda  virtud,  sera  la  ilnfca  virtud: 

«(  Ademas,  està  virtud  ùnica  envolviendo*  la  exidtencia,  tanto 
la  intelectual  comò  la  activa,  la  obediencia  que  impone  toda 
accion^  impone  tambien  todacreenda.  '     '.     ,  '     ' 

«  La  ùnica  creènck  que  seguir,  es  la  que  la  obediencia  08  dA. 


—  417  — 

Indiferetrcia  perfectAsobre  el  fondo  de  la  creencia.  Obedece,  y 
poco  te  importa  si  tu  móvil  creencia  se  contradice,  sd^tcniendo 
porla  madana  el  por  j  por  ]a  tarde  el  contro. 

c<  Quedamos  muj  aliviados.     Se  acaba  toda  disputa. 

«  Cuando  se  cree  por  orden  y  se  ensefia  por  órden^  podemos 
sostener  igaalraente  toda  idea. 

((  Dignmos  la  palabra  :  nomasidea.  » 

(Michelet— Za  Tf^/brm^}. 

Y  decir  que  los  ilustrados  en  America,  aceptan,  elogian  y  Ila- 
man,  y  bacon  venir  los  jesaitas  ! 

Y  nos  quejamos  despues,  y  nos  asombramos  de  la  esterifidad 
ìntelectual  del  continente  I 

Y  reprocbamds  à  las  masas  su  inercia,  su  servilismo  ò  indi- 
ferencia  ! 

Edacanà  unroundo  en  la  obediencia  hofia  elpecadoy  si  el  su- 
perior  lo  ordena,  y  hablan despues  de  la  dificuUadde  la  repùblica! 
|F  Arrancan  la  razon,  prostituyen  la  moral,  vilipcndian  la  digni-* 

dadhumana,  bajo  elpretesto.de  salvarla,  3  quieren  que  no  hable- 
mos,  que  no  discutamcs,  que  noseUalemos  el  error  y  el  crimen  ! 

Teocracia  del  Superior,  infalibilidad  del  poder,   en  la  cima,  y 
obediencia  basta  el  crimen  en  la  base,  he  ahi  la  arquitectura  del 
tempio  en  que  se  pretende  adorar  la  libertad  ! 
f  Los  tiranos  dictadores  ó  caudillos  y  todo   bandido  pueden  ser 

y  Uegar  à  creerse  virtuosos,  en  razon  directa  de  la  obediencia 
ciega  que  prestaren. 

Fundad  Repùblicas  asL 

En  nombre  de  Dios,  no  pretendais  arrancar  de  la  conciencia 
del  hombre,  el  remordimiento. 

Pio  materialiceis  à  Dios,  A  la  razon,  à  la  justicia. 

Ko  substituyais  las  ceremonias,  las  prActic- s  serviles,  y  la 
obediencia  ciega  d  un  superior,  al  culto  esii  Mrual  de  la  concien^ 
oià,  &  la  comunicacion  àirecta  del  hombre  con  J)ios,  à  la  obe. 
diencia  de  la  razon  del  Ser  Supremo. 

A  quién  debo  elegia  preferir  para  obedecer,  hombre  de  buena 
fé,  de  cualqaier  creencia  que  seas*  al  hombre  que  dice  poder 
absolverme,  al  hombre  que  puede  ordenarme  el  crimen,  ó  & 
IK0&,  que  me  impone  la  ìiitkxibilidad  de  la  justicia? 

No  es  Otra,  en  resùnii  a  la  cuestion. 

Si  lo  prìmerO)  ercs  católico-jesuita.    Si  io  segundo,  Tepu- 

UÌC4IQ0. 

6 


! 


No  abdiques.    Si  4  Dfes/  sigqed,  eres  libre.— Si  al  Superibr; 

Si  à  Dios  obedece^,  defiende  tu  razon.  Para  quitarte  al  Diost 
de  la  justicia,  tienen  qoe  despoj^rte  de  ta  razoa  prìmero,  detu 
cqDciencia  en  s^guida.  £sa  es  la  mijerte,  ese  es.  el  hombre 
conrertido  ^nhaston  en  manos  dei  superior.    Mira  al  Paraguay  l 

É  imaginarse  ver  a  la  R(^pùLlica,  con  ol  .su;}crio!*  pcrcattdillol 
— Qué  lyiejor  esplioacion  de  la  dictadura,  americanos  ! — Qué  me- 
jor  esplìcavion  dol  servilismo  de  Ips  pueblos! 

XVHI. 

NEGACION  y  SOLUCION. 

No  habiendo  autoridad  ninguna  que  tenga  derecho  de  impo- 
ner  dogmas^  lé  qué  se  reduce  entonces  la  autoridad  de  lalgle- 
sia? — cuàl  es  lo  espiritual  que  tiene  que  regir? — ^Cuàl  es  la  ne- 
cesidad  de  su  existencia? — Ninguna.— Crea  el  que  quiera  creer 
en  ella,  —pero  para  el  Estudo  no  es  fnerza,  no  es  autoridad,  no 
es  poder. 

Yel  culto?  se  me  dirA. — El  cnlio?  —«Habrd  libertad  hasta  ir d 
la  misa.T»  Pero  el  Estado  no  oye  misa. 

Y  la  confesion? — se  confesarà  el  que  quiera  creer  que  la  pa- 
labra  de  un  fraile  paedn  absolverto  del  asesinato,  del  robo,  de  K 
calumnia  quehubiese  cometido. — Moral  muy  fàcil. 

Y  el  matrimonio? — Se  casard  ante  la  iglesia  el  que  quiera, — 
pero  el  matrimonio  civil^  es  de  /^  en  todo  Estado  libre, — 7 
esto  basta. 

Y  el  bautismo? — Bautizaré  el  que  crea  que  suhijo  nace  en  pe- 
cado  y  eipuesto  al  fuego  de  los  limbos. 

Pero  el  Estado  bautiza  con  la  edaca<;ion,  con  la  lej  de  ciuda- 
dantn,  con  el  sello  soberano  que  estampa  en  la  frente  de  todo 
hombre;^  el  Estado  bautiza  iniciando  con  conciencia  en  la  con* 
ciencia  delni&o  ódel bombreò quien  Ueva  à  la  Escuelà  raciona- 
lisb,  peristilo  del  tempio  de  jnsticia. 

Y  lasparroquias?— Los  distritps  municipales  Uevaràn  el  re^* 
gistro  de  matrimonios,  nàcimientos,  muertes. 

Y  las  Iglesias  consus  campwariosft-^-Cuestioa^rave,  y^peeràa 
por§[ùe  tienea  mucho8  ladrillos',;:-*coèsiion  sonora  porque  las 
campanas  tocan  dnimas,    Cuestion  de  albaftil  y   de  arquiteotòftì 


—  2^»  - 

Y  ef  clero,  d  Obispo,  lo»  ffaifei? — Sic  tst  opus. 

CuesttOQ  de  mesa,  de  albergue,  de  rentas,  de  posicioù  sociab 
— Bs  la  tremenda,  es  la  que  aterra. 

Qaé  haccr  ì 

Que  los  alimeDte  el  rebaflo,  qne  corno  bueaos  7  desinteresa-» 
dos  pastores  conducen  él  las  deliciaB  de  h  saJvacion  7  de  la  gflb<* 
ria,  al  trarés  de  està  tierra  maldita,  r^l\e  de  làgrhnas,  que  loi 
hace  sufrir  tanta  desnndez  7  tanta  hambre. 

Porque  ea  insòlito,  baenos  7  desinteresados  pastóre^,  que  va- 
sotros,  que  solo  os  ocupais  de  lo  espiritual ^  pretendais  exi^ir  de 
Io  temporaf,  A  quien  haceis  la  guerra,  algo  de  ese  oro  despre* 
ciable  que  el  Estudo  recibe  de  todo  creyente,  7  para  el  bien  del 
Estado  solamente. 

iPorqne  es  incomprensible,  que  vosotros  que  os  llamais  Yiea- 
rios  7  representantes  de  Cristo,  el  hombre  bumildé  7  pobre, 
tengais  pretensiones  al  lujo,  al  orgallO;  &  la  vanidad  ttmporal  de 
las  potestades  de  la  tierra. 

Pero  con  qué  viverémos  ? 

2N0  OS  Ilamais  ma7oria  ó  casi  totalidad?  pues  que  la  mayoria 
OS  rente.     El  Estado  no  puede  rentar  ft  su  enemigo. 

Yed  ahi  à  lo  que  se  reduce,  cuando  la  sinceridad  7  buen  sen- 
tido  presiden  al  juicio,  la  famosa  cuestion  de  la  IgUsia  7  del  Es" 
tado,  iPeroeso  es  abolir  la  religion?— la  católica*,  puede  sèr, 
la  religion  eterna,  no!— iCuàl  es  esa  religion? 

XIX. 

LA  UELIGIOH  Dfi  LA'LtY. 

iPreteìideremos  acaso,  predicar  una  une  va  religion  7-aunien- 
ùr  el  niimero  de  los  revelìwJores*  y  utoplstaà*?-^]Pfd. 

^Anunciaremos  por  ventura,  el  nacimiento  de  un  '  He^ui?,  dV 
un  sucfeàor  da  Zeus,  de  Jupiter,  ó  de  JehovS?  ' 

Y  qué! — Esa  religion  de  verdad  que  prérflcàìà  7  sóstetièis;  no 
puede  vivir  sin  rentps,  sin  palacios7  oropeles;  sin  gerai'qtffas' 
poderodas  que deslumbreti  al  vulgo  irabécii?— Orb/ofo  l^elamaia 
en  el  desierto; — «parahacer  dereehàs  las  ieredàs  f  ^--ct^' "purei 
elbrilfo  del  tempio,  para  eVesplendor  de  moniefk)i^!^-Horo  para 
que  osensefiemos,  oro  para  que  recemo8,7cantémotfp0i^vue8trba' 


—  22»  — 

pecados,  ingratos!— oro  para  mis  misiones,  institacioDes,  pro- 
fesiones,  comisiones,  administracion,  direccioaf  gobierno  y  por 
.el  sacrificio  de  regir  a  està  Immaaidad  rebelde. — Os  presenta  • 
mos,  ^ra^t>,  las  coodiciones  de  la  salTaciony  de  la  eterna  glo- 
ria, y  mezquinais  eo  cambio  uq  poco  de  oro?  {Ày  de  los  ara- 
ros! — En  verdad,  ea  verdad  os  deoimos,  filòsofo»^  racionalistas 
irepablicanos,  hereges  que  do  os  llevais  ese  oro,  y  que  cueata 
estrecha  dnreis  de  su  uso. — Dadlo  pues  ea  vida.  Esiado,  abre 
la  mano, — crejentes,  legad  vaestros  bienes  à  la  Iglesia. 

Y  el  pobre  poiet  espiritual,  que  solo  debia  ocnparse^  del  cielo, 
del  espiritu — se  digna  arrojar  uaa  mirada  compasira  A  ese  tem- 
poraf^  A  ese  poder  de  la  tierra,  a  esas  cosas  despreeinbles  que  se 
llaman  rentas  y  riquezas. 

K6. 

;  Proclamais  Duevos  dogmas,  otra  inorai,  instituis  otra  Iglesia? 
— Dios  nos  libre. 

iQaé  pretendeis,  qué  anhnciais.  qué  proclamais,  eutonces? 

Proclamamos  un  axioma. 

Anunciamos  la  engarracion  de  ese  axioma,  enlas  crcencias, 
en  las  instituciones  y  costumbres. 

Pretendemos  que  ese  axioma  sea  el  poder  espiritual  en  todo 
hotnbre,  y  eì  poder  temporal  en  todo  pueblp. 

^CuAlesese  axioma? 

La  Justicia  !      . 

Si  bay  alguieu  que  niegue  el  axioma  de  la  justicia,  que  se 
presente. 

Si  bay  algun  dogma  que  lo  destruva,  ese  dogma  es  falso, — 
porqué  la'justicia  es  el  criterio  de  verdad. 

Si  bay  alguna  moral  que  no  lo  afirme,  esa  moral  es  inmoral, 
por  que  la  justicia  es  el  criterio  de  la  moralidad. 

Si  bay  alguna  ciencia,  ó  sistema  que  lo  niegue,  esa  ciencia  es 
errory  ese  sistema  miente,  porque  la  justicia  es  criterio  de  la 

IRTELiaESClA. 

No  refuto  al  que  nlega  la  evidencia.  No  discuto  con  el  que 
niega  la  razon.  La  justicia  es  la  vision  y  afirmacion  de  la  e?i- 
dencia  moral. 

Hay  pues  un  principio  inconcuso,  indisputable,  ind^structi- 
ble,  fundamental,  generador« 

Y  ese  principio,  tipo  eterno,  modelo  divino,  ley  invariable, 
Itti  permanente,  verbo  del  Ser,  es  el  axioma  de  justicia. 


—  221  — 

• 

2 Por  qué  temblar  el  hombre^  caando  posée  la  revelacion  de 
la  justicia? 

^Estar  con  la  jasticia,  no  es  estur  con  Dios,  con  la  eternidad 
de  la  ley?— =iA  quién  puede  temer? 

Et  hombre  se  lamenta  porqne  vive  en  hostilidad  de  creencias, 
'  de  intereses,  de  pasiones.     |Gómo  uniGcarla  humanidad,  còrno 
oonciliar  lo8  intereses,  còrno  regolar  sas  pasiones?    Credendo  y 
practicando  la  justicia. 

l  Dedan  que  abolimos  la  raligion  7— caando  ìnstalamos,  insti- 
taimos,  proclamamos,  lareligion  eterna  de  jnsticia  ! 

^Qaién  puede  oponerse  d  su  reino,  quién  puede  deolararse  su 
enemigo,.  sino  aquel  cuyas  creencias  dogmàlicas  lo  nieguen,  ó 
cuya^  pasiones  lo  cieguen,  o  coyos  intereses  fundados  en  el 
error  que  espiota  ó  la  ignorancia  lo  aferren  furioso  y  amenaza- 
dor  al  aitar  que  lo  enriquece? 

El  hombre  es  religioso,  necesita  religion,  es  decir,  creencia  y 
ley. 

Crebngta  BjV  l4  verdad  de  la  ley:  Tal  es  la  esencia  del 
principio  religioso. 

La  ley  es  la  justicia. 

iCvitA  es  la  creencia  que  sostiene,  cu&l  esla  sustancia  ò  ver- 
dad enque  seapoya  la  ley  ola  justicia? 

La  libertad  delsujeto,  queeselobjeto  de  la  justicia:  la  libre 
personalidad  del  hombre. 

Y  la  eternidad  in  variable^  inmutable  del  ser^  que  es  la  justicia. 

Soy  libre   para  ser  justo.  ) 

Soy  justo   para  ser  libre,  f     ^^  ^^^^^^'   ' 

La  justicia  es  el  imperativo  etemo,  la  verdad  viva  de  la  eter- 
na vida.  Luogo  mi  libertad  creada  para  la  justicia,  es  el  axioma, 
la  evidencia,  el  dogma  fundamental. 

Un  dogma:  El  Eterno  Justo. 

Un  principio:  La  libertad  para  ser  justo. 

He  ahlel  alfa  y  el  omega,  la  causa  y  elefecto,  el  principio  y 
elfin,  los  dos  polos  del  universo  moral,  la  fuerza  y  la  forma,  ò 
la  volnnladylaley; — los  dos  términosqae  sostiene^  la  relacion 
de  la  verdad. 

Vengo  de  la  justicia,  para  vivir  en  la  justicia,  para  ir  à  la  jus- 
ticia. 

He  ahi  la  ley  del  destinoi,  la  ley  de  la  historia,  la  rèligion  de  la 
ley. 


j 


—  Un  — 
XX. 

De  1(.&U50S  SOPISH 4S  QUE8B  OPO^EJ!  ▲  Lk  RBUOIO^I  DE  VA  IMPl. 

La  ma^or  parie  de  Los  opoaitores,  no  dà  caai  mmca  la  razoii 
intima  qne  la  hace  oponerse  à  la  Terdad.  — DificU  es  por  cièrto, 
Gombatir  eoo  el  hombre,  que  corno  elchiùo,  presenta  à  su  ene- 
migo,  en  rez  de  sa  pecbo  al  peligro.grandes  ftgurones,  con  los 
cuAles  piensa  aterrar  al  qne  lo  ataea. — Dificil  es  conTencer,  coan- 
do  se  ocolta  la  verdadera  razon  ó  niotivo  de  resistencia  à  la  Ter-* 
dad»  7  se  ppeseata  otra  aparente.  — Héaqni  algunas: 

iQué  MS  dois  en  cambio  de  U  que  desiruis? — he  abi  nn  argn* 
mento. 

Ya  Voltaire  habia  contestado:  «Os  qnito  laenfermedadi  7  me 
«  preguotais  qaé  os  do7  en  cambio: — La  eaiud^  imbéciles». 

Curioso  argomento  por  cierto,  pero  que  revela  las  profundida- 
des  tenebrosas  qne  el  error introduce  enei esplritn. 

Educados,  amamantados,  institnidos  en  el  error,  creemos  que 
el  enror  es  parte  de  nuestro  ser,  de  nuestra  yida,  de  nuestro 
amorpropio,  de  nuestro  orgullo,  de  nuestra  Tanidad,  de  nnestro 
egoismo.  Imaginaospues  laempresadeatacar  al  amor  propioó 
egoismo  interesado  en  el  error. 

Qttitais  el  freno  d  las  m«^ca;s:héahi  otroargumento. 

Holal — ^Quién  enfrenó  las  masas?— con  que  estàn  enfretiadas? 
T  esa  es  la  mn7oria  de  labumanidad? 

En  primer  lugar,  noha7  masas  mas  desenfrefiadasquit  las  masas 
católicas.  Lahistoriadelos  pueblos  catdlicos  lo  afirma. — ^¥ 
quién  desencadenaba  las  masas,  corno  Eolo  A  los  vientoa,  coan* 
do  eranecesario  degoUnr  los  protestantes  7  exterminar  ik  los  be- 
rejes?— Quién!  qui^nl— responded! 

iQuién  desenfrenaba  las  masas  contra  las  reformas,  centra  la 
Repùblica^  contra  la  filosofia?  -Besponded. 

Goofef  ad,  paes,  que  las  raanteneis  enfirenadas .  para  desenfre- 
narlas.  Pues  queremos  quitar  esefrenodela  bocadelas  masas,  7 
las  riendaa  de  vuesti^as  mands. 

QuUais  el  frenoU^O  confesion  de  parte,  ó  ignominia! 

|Y  pretendeis  que  no  nosoctapemosdeasuntoB  teligioBod! 

^Y  quercia  que  no  sefialemos  el  abismo  tenebroso,  siempre 


abiérfo;— yqaenò  seftatàmoiilas'caiiiasy  las  maAds  (^è  ptiedlen 
precipitar  lag  cònquistas  de  lalibertad  en  esatumbatte  servflismb, 
anarquia  .7  déspotiaino  eu  qiie  se  reroelven  Iob  poeblos  catòlicos, 
implorando  la  insarreccion  de  la  vida  libre,  de  la  Vida  de  pat  j 
dejusticia? — No.  Heknos  de  hablar,  7  nosheknos  de  entender, 
sino  desenfrenais  contfa  nosotros  alguna  fiiensa  bruta,  eomo  ^r- 
gumento  sin  replica  é  infalible,  de  ruestra  infalìble  «utoridad. 

Quitàis  el  frem>\—Confesion  magùi&cal — ìT  pretendeis  cimen- 
tar una  Bepùblica  sobre  masas  enfrenadas?  iQué  otra  cosa  de- 
mostramoa,  diciendo  que  Beptkblica  7  catoUcisdio  ìse  eicln7en, 
se  combaten,  se  destrayen?  Ved  la  in^eriorldad  de  los  pueblos 
catolicos  reapecto  h  los  pueblos  protestantes.  La  Holanda,  la 
Suiza,  la  Tnglaterra,  los  Estados-Unidos,  todos  los  pueblos 
mas  libres  7  gràndes  de  fe  tierra,  han  arrancado  ese  freno,  7 
han  pùesto  en  la  mano  de  todo  hombre,  ufi  libro  que  cada  uno 
puedeleer  7j'uzgar  con  la  razon  emancipadal  (a).  T  es  poreso 
que  la  libertad  de  lòsderecbos  seapo7aenlasoberània  decada 
uno.  El  derecho  tiene  la  sancion  religiosa.  La  religion  en  lu- 
gar  de  oponerse  ù  hostilizar  al  derecho,  lo  fortalece,  7  la  li- 
bertades  religion. 

Pero  véamos  en  qué  condiste  ese  freno^  argumento  de  los 
sàbios    hiprócritas  de  America. 

Ese  freno  se   llama:    el  terbor  del   inrpiERfio. 

— Qttitad  el  catolicismo,  7  nos  -desbordan,  nos  Sumergén  las 
masas  brutas. — Luego  eldrden  se  apoya,  laaociedad  existe,  gra- 
da)   al  terrot*  de  las  llamas  eternas  para  las   penas    eternasi 

Notad  qnetosqikeestò-dicen,  no  creen  enei  diablo  ni  en  el 
inficrno,  ni  en  las  penas  eternas;— pero  es  la  mascara  de  inte- 
rés  social  con  que  encubren  su  debilidad,  su  mentirà,  su  egois- 
mo. 7  la  necesidad  w^»7i7aria  de  su  hipocresfa,  para  ganar  pia- 
tti, tener  influencia,  empieo  ó  consideracion  en  uua  sociedad 
católica. 

^Pero  còrno  obra  el  terror  del  infierno  en  las  masas?  Esto 
es  necQ^ario  conocér,  para  comprender  el  manejo  de  las  rien- 
das  del  frenò 

Lo  que  salVl  es  la  fé  7  la  absolucion  del  sacerdote,  que  en  el 
tribunal  de  la  penitencia  representa  &  Dios,  7  tiene  eh  sus  là- 
bios  el  poder  de  alar  y  desatar^  de  absolver  ó  condonar  para  ih 
(Uternum. 

(a)    Lèàse  à  Idàmix  de  Sàinte  Àldegonde,    por  Edgar  Qainet. 


—  224  ^ 

Està  creencia,  lu  fé^talva^  j  est9  idatìtucion,  la  confetion^ 
contienen  lodo  el  secreto  del  lerror^  j  al  mismo  tiempo  del  po- 
deroso atrac  ti  vo  que  para.los  ^orantes»  7  para  las  mtageres, 
ejerce  el  catolicismo. 

r — Ud  dogma  de  terrorqae  enseOa  el  desprecio  delarazon. 
.  2** — ^Uaa  ÌQstitucioD  dueOa  de  las  paeftas  del  cielo  y  del  in- 
fierno. 

Interrampo  las  dedacciones  para  preguntar  à  los  sabios  de 
America— 

^Quiéa  enscQó  ese  dogma? — ^Quiéa  eoatiutìa  enseOàndolo?  — 
Vosotros  todos  los  que  os  Uamais  ilusirados,  cuando  sois  em- 
pleados,  gobernantes,  ó  teneis  inflaencia  en  la  politica; — Vo- 
sotros todos,  aatorizànlolo  con  vaestra  adhesioa  mentida,  con 
vaestras  concesioQes  cobardes,  eoa  Tuestros  càlcalos  egoistas, 
sacrificando  el  porveftirde  vuestroshijds.y  de  las  gen^acioaesi 
faturas,  para  pasarlo  tranquilos    mientras  vivisi 

Ha  habido  ensedanza  para  las  masas.  hati  podido  sor  eda- 
cadns^  pacs  las  habeis  enseàido  y  edacado  en  ese  dog- 
ma?— Luogo  puede  haber  euseiianza  y  educacion  racio- 
nalista,  que  es  el  verdadero  freno  de  los  hombreslibres. — Lq3- 
go  no  es  tan  dificii  generalizar  no  dogma! — Luego  no  es  im- 
posibleuniversalizarla  educacion  de  la  razon! 

Enseùanza,  instruccion,    educacion,  gritan  todos  en  coro! 
^Pero  cadi  es  el  libro  de  la  moral  repubUcaaa^  el  libro  humano 
poresencia,   el  dogma,  el  axioma,  el  principio  quedebo  incul- 
car, euseilar^ para bautizar las generacioacs con  las  aguas  dola 
regeneracion,   é  incendiarlas  con  el   amor  à  la  justicia?     * 

SUeaoio,  sUencio,  silencio! — ¥  los  pedagogos  se  callan  ó  prò- 
ponenel  catecismodei  padre  Àstete. 

Fundad  Bepùbiicas  asi.^ 

Y  entonces  el  clero,  el  católico  se  posesiona  del  campo  vlr* 
gen  del  espiritu  de  las    generaciones,  campo  que  abandona  el 

.  Estado,  y   que  abandonan  los  ilustradosl 

Y  los  ilusfradosy  los  sàbios^  fundan  escuelas^  crean  instru* 
mentos  para  que  se  sirvan  de  ellos,  los  encmigos  de  la  Repà- 
Mica,  * 

Es  bueno  que  todos  sepan  leer; — pero  si  lo  que  leen  es  la 
mentirà, — ej  diablo  sera  el  primer  pedagogo* 

Es  bueno  saber  sumar,  y  restar^ — pero  si  esa  aritmetica  se 
emplea  en  sumar   los  dias  de   indulgencia^  para  restar  los  dias 


—  M5  — 

de  metèios  i|ae  debopasar  ea  medio  de  fas  lUaia8;-^si  elpriH 
gresode  la  Uofttracion  sia  prmcipio,  es  tau  grande,  ìil10s  bw* 
didat  Uevardn  smlibrosde  rodo  y  en  parlida  doble^y>  comolodijo 
Simon  Bodrigaez,  el  maestro  de  Bolirar. 

Es  boeno  enseAar  la  mora],  pero  si  doy  por  ftindamento  t  la 
moral  la  sancion  del  terror^  destrayo  el  principio  mismo  de  la 
mora], — instituyo  la  obediencia  serfii,  la  abdicacion  de  la  ra- 
zoo,  -7  usi  no  bay  Depùblica  po8Ìb]e. 

Volvamos  ahora  al  gran  argumcnto  del  freno  de  las  masas. 

Hemos  dicho  que  la  educacion  de  las  masas  católicas,  y  el 
medio  con  que  son  gol>emada8  se  funda: 

r — En  un  dogma  de  terror,  apoyado  en  la  fé  que  salva  con 
desprecio    de  la  razon  que  pervierte. 

2"* — Y  en  una  institucion,  el  clero,  ducilo  con  la  confesiouy 
de  las  puertàs  del  cielo  f  del  infierno.         * 

XX 

IlVMOBALlDAD  DE   LA    SA5C10N    CATÓLIGA:     EL    TERBOR 

Cuando  la  inteligencia  ha  caido,ó  abdicado:— cuando  por  se-. 
guir  nn  instinto,  ceder  d  un  desco,  compiacer  à  una  pasion,  al- 
teramos  la  vision  pura  y  la  sinceridad  de  la  concepcion,  enton  - 
ces  el  error  se  apodera  del  alma,  entrando  por  la  puerta  de  la 
mentirà; — porque  mentimos,  cuando  inclinamos,  ó  forzamos  la 
inteligencia  à  aplaudir  ó  justiQcarel  instinto,  eldeseo,  la  pasion 
del  momento,  y  d  obscurecer,  à,  eclipsar  con  la  penumbra  que 
arroja-  el  egoismo,  la  luz  de  la  verdad  que  brilla  en  todo  hom- 
bre. 

£1  primer  crimen  fué  hijode  la  primera  mentirà;  ~y  estoy 
muy  inclinado  d  creer,  que  el  primer  errur  trascendcntal,  fuè 
ya  el  resultado  de  la  primer  hipocresia  que  obliga  d  la  inteli- 
gencia d.>tt5^t^6ar  el  atentado. 

Tal  es  la  necesidad  que  tiene  el  hombre  de  armonia.  No 
puede  vivir  sin  ijue  la  inteligencia  aprucbe,  sin  que  la  con-* 
cienciu  juzge  corno  bueno,  Io  que  sus  móvilcs  le  inspiran,  y  lo 
que  su  voluntad  ejecnta. 

;Guan  agradable  no  seria  vivir  sin  trabajar! — Si  pucfi^ra  ha* 
cer  que  otros  trabajasen  por  mi^  mientrns  yo  me  ocopo  en  con* 


teapl«r,  6  eti  naa  serie  do  interranipidii  de  ^oeétl — He^hf  tum 
tentacion!  ^l^i  Iaeftcucho,;à  mi  ìnteKgentsia  sepétte  en^iAi^ 
para  busearlos  mediosde  consegnirla.—^idesciibro  los  mediM,-* 
ya  la  nocion  de  justicia^e  eclipsa,  ya  mieoto, — péra  dltidiHidl» 
cada  dia  la  jti5tìcia,--laiiiefitira  seconrierte  en  error,  el  error 
en  doctrina,  esìoy  justlBcado,  7  emprendo  la  campafia. 

Teli  es  la  esplieacion  del  mito  -de  la  eJda, 

Conspiro  con  alguoos,  à  qaieoes  sedace  la  bella  perspectii^ 
del  ocio,  del  dominio  y  de  los  goces.  Sorprenderne^  i  otros  7 
los  eselavizamos — 7  con  los  esclarizados  aumentamos  la  con- 
quist'i.  En  segnida  educamos  à  los  esclarizados,  diciéndoles: 
Brama  el  eterno  nes  sacó  a  nosotros  de  su  propia  ueab(^ai^  para 
dirjjiros,  7  a  vosotros  de  sns  uviésn  para  serrrrnos.  Somos  la 
palabra  del  Ser — el  universo  tiembla.  El  rajo,  el  trueno,  Fa  tor- 
menta, el  temblor,  son  manifestaciones  de  su  ira  :  obedeced  si 
quereis  salvaros.  El  freno  queda  colocado  7  las  riendas  en 
manos  de  la  easta.  He  ahi  corno  se  doma  multitudes,  he  ahi  corno 
se  enfrena  àlos  pneblos. 

^Y  qué  otra  cosa  ha  hecho  soportar  d  los  pueblos  catolizados, 
la  servidumbre  de  la  gleba,la  esclantadja  feudalidad.la  monar- 
quia,  la  abdicacion  de  la  inteligencia,  sino  el  dogma  de  que 
nnos  son  los  (^Itamados  7  otros  los  eseojidosn^  de  que  unos  sott  la 
raitan  7  otros  la  ùbedieneia^  de  que  unos  cargan  con  !a  ira  dèi 
Eterno  7  otros  con  el  beneplàcito  supremo  ? 

La  humauidad  esté  enferma  del  terror  sacerdotal. — Guando 
suspendo  un  dilario  UQÌfer.<^al  eu  el  pasado  para  aterror  7  è^er- 
mìnar  las  r^zas,  exepto  la  privilegiada  del  aitar; --cuando  los  eia- 
tacUsmos  son  perfidamente  interpretados  en  nuestros  dias,  cerno 
consecuencias  de  desobediencia  católica;  -  <?nando  envuelvb  A  la 
Humauidad  en  una  atmosfera  de  fuego  eterno,  para  mantener  el 
eterno  dolor,  7  solo  hablo  à  la  esperanza  de  la  aterrada  humaui- 
dad, la  fé  ciega,  la  absolucion  del  sacerdote,  la  indulgencia  ffraH^ 
ó  comprada,^decidme4  si  no  es  una  obra  de  salud,  de  ju!)ticia, 
de  caridad,  el  arrancar  los  pueblos  de  las  catacumbas  tenéWo- 
sas,  de  sacarlos  à  la  luz  7  enseùarlos  A  pisotear  la  tnentira,  el 
error7  elcrimen  que  los  eucadenan  7  pervierten? 

^Y  qué  moralidad  puede  etistir,  si  todos  Aiis  aetos  ran  encalni- 
nados  y  solo  tienen  por  objeto  evitar  el  fuego  eterno? 

Es  mentirà  mi  moralidad,  es  mentirà  mi  catìdad,  si  lo  que  hago 
ei  porc&Iculo,si  el  móvil  y  motivo  de  mis  àtrciones  es  el  egoisiiM 


—  287  — 

puro  de  comprar  con  limosnas,  serricios  ù  otros  actos,  la  felici- 
dad  y  gloria  eternas. 

Hago  el  bien.  Està  bien. — Pero,  no  te  Uames  rirtuoso.  Haces 
el  bien,  crees  cumpllr  la  lejr, — pues  estds  en  el  mostrador  del 
eomercio  espitifual^  pesando  en  las  balanzas^lo  qne  esa  aeeion  te 
Ta  ù  producir  en  el  banco  del  cielo. 

Haceslimosnas,  — y  dices,  Dios  me  pagare. 

La  virtnd  no  pnede  ser  oatólicat  porqae  la  irirtnd  es  el  deber 
por  el  deber,  y  lo  quese  llama  moralidad,  yirtnd  6  santidad  catd- 
Mca,  es  un  oèlenU,  un  cambip,  no  eomercio  de  bienes  tempo^ 
pales  por  loa  espiritaalès  y  eternos. 

Guànta  razon  no  tenia  Montesquieu  en  dar  la  virtnd  corno  .fnn« 
damento  de  la  ilepublica  i  Sin  virtud  no  bay  Reptiblica.  El 
outolicismo  es  la  abolicion  de  la  virtud,  luego  no  puede  fundar 
Bepùblkas. 

Pero  confesamos  qne  el  catolicismo  tiene  un  poderoso  atractivo 
para  lasmasas  y  para  las  mngeres.  Habla  claro  y  dice:  gloria 
eterna  si  crees,  dolor  eterno  si  niegas. 

Habla  d  lossentidosquees  el  Icnguage  mas  apropiado  &  la  ig- 
norancia:  ceremonias  paganas,  para  todos  los  actos  de  la  vid^,  y 
para  todas  las  boras  y  los  dias  del  afio; — indalgeucias  y  cere- 
monias para  todos  los  peeados;-~oraciones  para  todas  lascircuns- 
tancias,  derociones  para  todas  las  simpatfas,  ìnstituciones  para 
todos  los  ol'jetos  que  les  interesen,  absolueiones  para  todos 
los  criment^. — ^Gòmo  no  amar  y  defender,  à  capa  y  espada, 
tin  preeiosa  religion? — Yo,  que  soy  un  pecador  y  que  cuento 
con  ser  absuelto  cuando  quiera,  y  à  la  bora  de  mi  muerte^ 
he  de  odiar  nt  importuno^  al  hcreje,  al  malvado  que  quiere 
arrancarme  ese  Consuelo? 

No  quiero  oirlo,  es  el  escéndalo:  «rade  retro  Santanas.D — Y 
corno  ese  òdio  es  religioso,  es  por  causa  de  la  fé,la  persecucion, 
ih €xtirminacion  de  los  herejes  es  obra  agradable  à  Dios;  y  lo 
que  agrada  à  Dios  siendo  la  caridad,  es  caridad  exterrainar  à 
los  berejes:-^y  queda  terminada  la  evoJuclon  de  la  mentirà  ha- 
ciendo  óDios  complice  de  las  matanzas  humanas  ! 

\ed  las  guerras  de  Beligion,  la  bendicion  de  pufiatles,  loà 
Te-BeuM  entonados  por  ÌBossuet  sobre  las  Dragonadas,  corno 
dìée  ci  convencional  de  Victor-Hugo. 


228  — 


XXL 

OTBAS  CONSEGUENGUS  DE  LA  S4NGI0N    CATÓUGA— LA 
BSOLUCIQN. 

Ademas  de  interesar  al  egoismo,  ó  de  presentar  al  egoismo, 
corno  móvil  fandamental  de  la  moralidad  de  los  actos,  el  cato- 
licismo envaelve  otros  atractivos  y  contiene  otras  consecuencias 
que  esplican  su  dominio  tan  fócil,  sobre  los  ignorantes  fanatiza-. 
dos  y  las  débiles  mugeres. 

Pocas  cosas  bay  mas  diffciles  de  sobrellerdr  con  dignidad, 
que  el  gobierno  de  si  mismo,  la  responsabilidad  de  ouestros 
pensamientos,  sentimientos  y  acciones,  el  deber  de  pensar  por 
si  mismo,  de  obrar  bajo  su  propia  responsabilidad,  de  legislar, 
jnzgnr  y  ejecutarde  motu-'propio  sobre  so  propiu  vida,  que  es 
lo  que  constituye  la  libertad,  el  deber  y  el  derecbo. 

La  conciencia  de  la  libertad,  y  el  deber  de  gobernarse,  es  un 
cieber  beróico  y  un  peso  terrible. 

Si  bay  un  dogma,  iglesia  ó  religion,  ó  sistema  politico  que  me 
alivien  de  ese  peso,  à  él  me  entrego^  corro  al  encuentro  de  la 
servidumbre,  y  me  siento  feliz  por  el  alÌYÌo  de  ese  peso,  por  el 
descargo  de  mi  responsabilidad.  Bendigo  la  tutela  y  el  tutor. 
Entrego  mi  alma,  mi  pensamiento,  mi  soberania,  en  cambio  de 
que  piensen  por  mi,  de  que  me  presenten  lo  qiìe  debo  bacer 
bajo  ajena  responsabilidad.  ^Conquistar  el  far  niente,  dando 
en  cambio  la  soberania?— Oh  hhllazgo  ! — De  qué  me  sirve  Ila* 
marme,  ó  creerme  soberano,  si  tengo  que  trabajar,  pensar, 
luchar,  para  obtener  una  perpètua  responsabilidad,  ante  Dios 
y  los  hombres!  Sanata  simplicitasi — El  tntelaje  intelectualy 
moral  es  un  descubrimiento  de  los  que  se  erigen  en  respon- 
sables  de  las  almas.  Besponsables  de  las  almasi  Lo  ois?— 
Y  Tolvemos  à  citar  las  palabras  de  Lamennais  : — <<  Libertad  y 
»  catolicismo  son  dos  palabras  que  radicalmente  se  escluyei). 
»  La  iglesia  por  el  principio  de  su  institacion,  exige  y  debe 
»  exigir  del  hombre  una  obediencia  eiega,  absoluta  en  todos 
3»  los  órdenes:  obediencia  en  el  órden  eapiritual,  puesto  quo. 
»  de  él  depende  la  salvacion;  obediencia  enei  órdem  tempo* 
»  ral,  en  cuanto  està  ligado  al  órden  espiritual,  pues  que,  si  • 


—  »9  — 

»  permitiese  se  acatase  en  cualqaier  grado  y  en  algana  mane- 
»  ra,  y«  la  fé  necesaria  para  saWarse,  ja  la  autoridad  que  la 
»  eDsefla,  se  boria  complice  del  mayor  crimen  que  pueda  con- 
»  cebirse,  la  muerte  de  las  almas.—- De  esto  &  las  medidas 
»  représiyas,  ù,  la  inquisicion,  &  sa  código  sangriento,  la  con- 

(  Lamennais,) 

El  dogma  de  la  fé,la  obediencia  absoluta  exigida  pafa  s  Jvar- 
se^  el  principio  de  que  filerà  de  la  Iglesia  no  hay  salvacion^  per- 
fedamente  espresado  por  el  Ortodojo  Dante^  en  las  sigùientes 
Hneas  : 

»  Gh'ei  non  peccaro  :  e  s'elli  hanno  mercedi, 
»  Non  basta,  perch*ei  non  ebber  battesmo, 
»  Che  e  porta  deUa  Fede  que  tu  crei: 

I  )>  Per  tal  difetti,  e  non  per  altro  rio 

^  ik  Semo  perdutti,  e  sol  di  tanto  offessi, 

»  Che  senza  speme  yivemo  in  disio. 

(Dakte— £"/  Infiemo^  canto  IV.) 

No  pecaron  (esas  almas  que  estabnn  en  el  inflerno),  mas  si 
sus  obras  fueron  buenas,  esto  no  basta,  porque  no  recìbieron 
bautismo,  que  es  la  puerta  de  la  fé  que  tii  cnees  : 

Por  estns  cosas  que  nos  han  faltado,  no  por  otro  crimen^   so- 
mos  perdidos,  j  nuestra  ùnica  pena  es  rivir  deseando  sin  es*' 
peranza. 

Hace  descar  la  institucion  del  confesonario,  de  la  direccion 
espiritual,  de  los  directores  de  conciencia,  para  librarrae  de  las 
penas  eternas. 

En  la  confesion  el  clérigo  ó  fraile  representa  à  Dios  con  el 
poder  de  atar  j  desatar.  Su  palabra  legisla  desde  el  firmamen- 
to, sa  palabra  juzga,  su  palabra  condena  ó  impone  la  condicion 
de  la  salvacion. 

Y  el  quese  arrodilla,  es  ex-hombre. — Fué  soberano!  ^Po* 
drà  ser  republicano? 

Pero  ese  hombreen  cambio  de  esa  hnmitlaeion  aceptada  y 
admìtida,  recibe  el  bien  de  los  bienes.  la  pacjflcacion  de  su  es* 
plritu,  la  porificacion  de  sii  alma  :  Rosas,  de  rodillas  ante  et 
confesc^,  se  leranta  superior  à  Washington  herege.-^^Y  eémo- 


-^  33*  — 

QOr  conCe8arai&,  eptoncjd&?— ì^QllèreUgioQ  mas  dadivo&Bi  ;  atnoi- 
rosa^  y  mascelosa  de  naestra  salvacioa? — ^Qqé  me  importa 
eso  que  llaman  r<izoD;,  pensamieoto  libre,  concieBcia^  cosas  di<- 
ficiles  y  duras  de  Uevar^  si  haj  nna  raion  infalible  que  razona 
por  mi; — un  pensomiento  divina,  en  vez  de  mi  pensamiaito  hu*- 
mano; — una  conciencia  suprema  que  me  desearga  del  remordi- 
miento  y  de  la  responaabilidad  perpetua  de  mis  faltas? 

Imaginaos  pues  el  furor  de  esa  Tglesia  ù,  quien  arrancan  el 
dominio  de  las  almas,  y  el  faror  de  los  creyeotes  à  quienes  se 
separa  de  la  fnente  regeneradora  de  todos  los  pecados. 

Desdenda  tòdo  católico  sincero  al  fondo  de  so  conciencia  j 
diga  si  no  cree,que  despues  de  confesado  es  otro  hombre  nuovo, 
lavado,  purificado,  regf  neradol 

Diga,  sino  bay  mucbosque  calculan  con  esa  faciltdad  de  ha- 
cer  Vida  nueva,  para  guardar  en  las  intimidades  profundas  de  la 
intencion^  una  reserva^  un  aliciente  al  pecado,  al  crimen,  di« 
ciéndose  :  me  arr.^pentiré  y  coofesaré.  «  Bsta  es  la  ùltima 
muerte  que  tepido  me  perdones,  »  decia  Luis  XI  arródillado 
ante  una  imàgen  pLra  ordenar  un  asesinato. 

^Qué  diremos  de  la  gente  ruda  é  inculta? 

Que  me  niegue  un  gran  nùmero,  si  no  la  gran  mayoria  de  ea- 
tólicos,  que  reservau  para  chancelar  su  cuenta  el  ùltimo,  dia  de 
la  Vida! — t^orque  cuenta  con  la  absoluciou. 

Niégueseme,  que  un  gran  nùmero  de  Iglesias  construidas, 
es  debido  A  bandidos,  à  piratas  ricos,  porque  la  contruccion, 
ereccion  de  una  Igl^sia,  es  obra  que  lava,  purifica  y  absolre. 

Niégueseme  que  se  compran  induìgencias,  y  qae  con  dinaroi 
puedo  disminuir  los  dias  de  purgatorio. — jY  còrno  no  aspirar, 
no  correr  tras  la  riqu^a  à  loda  costa,  pues  ella  me  dà  diasde» 
felicidad  en  està  y  la  otra  vida? 

'  Piies  tpdp  eso  es  inmoral  y  es  iofame.  To^oes^^es  ei  mer- 
cader  en  el  teipplo,  y  el  aitar  convertido  en  mostrador,  y  las 
aublimes  balanzas  de  la  justieia,  ocupada^  de  pesar  Jaabdicacion 
y  el  oro,  y  el  càlculo  del  miedo,  en  vez  de  medu  la  confor* 
midad  de  nuestros  aetos  con  el  ideala  ó  de  v.^orizar  la  *abnega- 
cion,  el  sacrificio,  el  heroismo,  la  virtud.  ,  . 

ifiòoxo  estradar  desppes  que  el  iempoml^  la  polUioa,  no  se 
conviertapiì  en  asqBto.4ei  comercia?.  i 

La  p^rifioacioh  no  4ebe:4op^4^ride^  iajialabrii;  4€^  191  bom- 
l)re^  i^^o  de  la.penibeiidf^  dal/?efnopdweato,  de  la  sesolacfim; 


iavAriabledd  m  Tolvtr  ù  ùiltur^  del!  resQrtsimiento  del  mal,  de 
la  8(rti«(iiofi|oa>(lada,  de  mi  redigadcìon  4  la  pena,  eto. 

Talea  la,  rebabitìtaicipn  del  bqn^^rejibr^* 

Comparad  y  jazgad. 

El  caUlico'  procara  borrar  la  memoria  del  pecado  y  su  res- 
poBsabìiiddd,  had:endo  tcbla-rrasa,  confesftndoae. — El  raciodalis*? 
ti,  eijusta,  aviva  eliaco  rememorante  de  sa  culpa,  cuUiva  su 
remordimiento  papa  purificars^e,  y  se  cree  siempre  responsa^ 
ble. 

Cpinparad  V  juzgqd  la  moralìdad  de  resultadoi». 


XXIL 


iVB.OTaO  SOFISMA  QVE  SB   OPOiVB  A  LA   RELIGTON.  0£   LA  LEY, 

EL  CONSUELO,  co>iPLE\iEx^TO  del  capitulo  XIX. 


Pero  nos  quitais  el  eonàuelo.  He  ahi  otro  de  los  ■  poderosos 
argumentos  que  el  católico  nos-  lanza^ 

^Pero  qué  Consuelo?"— Esplicaos,  analicemos. 

^Eb  el  coDSuelo  de  la  absolucion? — Osquitaraosel  coasiielo 
de  la.  absoluckMD  de  unì  clérigo  ó  de  unfraile,  para  darosel  con- 
svelo  de  la  absolaoion'  de  Yuestra  prapìii  oonciencia^  sì  sois: 
bueno,  puesta  eoi  conmnicacion  «f/trerfaecn  el  Padre  de  lajusti* 
eia.^Pero  si  sois  un  malvado,  es  rerdad  qne  os  qattamos  el 
Consuelo  de  las  absoluciones,  de  làs  indùlgencias  compr^das: 
C4H1  legadospiadosos,  de  caridad  etc,  y  la  absolucion  de  un 
hombre  quequizàs  bay  a  sido  vuestro  complice,  ^Id  à  sor  juz^ 
gado,  pagad,  purgad  vuestos  crimenes,  el  dinero  robado  al 
béérfano  y  la  viuda,  el  honor  de  vueslro  prójimo  caloniniado, 
la  opresion  del  débil,  la  justicia  negada,  la  mentirà  de  raestra 
paiabra  ó  penaamiento,  viiestra  conciencia  torcida  al.servicio 
de  ia  paaion  d  delJnterés,  la  saagre  derramada,  el  derecho 
del  .'hombre  escatnecido;  la  indokoaia  para  el  bieù,  J«  indife* 
rencia  por  la  causa  de  la  dignidad  del  hombre  y  de  los  pue- 
blos: — No  podemos  absolferos.  No  tenemos  el  poder  de  atar 
y  desatar.  No  somos  dispensadores  de  la  grada.  No  admiti- 
mos  las  indùlgencias.  Estàs  delante  de  Dios  y  su  justicia — y 
pidea  intermediarios  bumanos! — 0  piensi^s,  miserable,  torcer  el 
juicio  divino  con  tu  servilismo  ó  con  el  oro? 


—  2»a  — 

Comparad  7  juzgad  :  El  catolicismo  presenta  pues  un  con-- 
suelo^  que  I08  racionalistas  7   los  jostos  no  podemos  presentar. 

EI  catolicismo  ejerceuna  atraccion  poderosa  en  los  malrados 
y  en  los  timidos. 

Que  se  confiese  el  doctor  Francia  6  Rosas.  Washinton  v 
Franklin  no  se  confesarou.  Se  confesaron  Luis  XI.  Luis  XIY  7 
Napoleon.  Lamennais  no  quiso  confesarse.  Rosas  7  Bonapar- 
te  necesitau  Consuelo.    No  Io  necesita  el  justo. 

^Qué  otro  Consuelo  os  niega  la  religion  de  la  107? 

^Esla  creencia  en  la  inmortalidad  dei  alma,  la  persistencia 
de  la  identidad  del  70^ 

Nosotròs  creemos  en  la  inmortalidad  del  ser  que  realiza  la  jus- 
ticia— Nosolros  creemos  en  la  pcrmanencia  de  la  causa  miste- 
riosa que  forma  nuestra  personalidad  unida  k  los  organismos 
que  pueda  revestir  en  su  peregrinacion  al  través  de  los  siste- 
massideralcs.— Nosotros  creemos  cu  laeternìdad  de  la  justicia 
sobre  todo,  —  porque  no  es  justo  que  el  malvado,  negador  de  la 
Terdad  7  de  la  justicia,  el  enemigo  del  ser  ideal,  tenga  razonea 
su  ùltima  hora,  7  su  blasfemia  sea  una  Terdad. 

T  nosois  Yosotros,  los  hijos  de  la  raza  de  Abraham,  los  que 
podeisvanagloriarosde  haber  legado  à  la  bumanidad  el  dogma 
de  la  inmortalidad  del  alma.  Fué  uno  de  los  nuestros,  no  el 
que  primero  la  afirmó,  sino  el  que  hizo  la  mas  bella  demostra^ 
cion  de  esa  doctrina.  Fué  Platon,  comò  tresciento?7mas  aflos 
antes  de  Jesu -Cristo,  quien  iluminó  almundo  con  larevelacion 
mas  bella  de  la  mas  bella  de  las  razas. 

Somos  pues  los  racionalistas  los  primeros  que  hemos  procn- 
rado  demostrar  para  convencer:  el  dogma  de  la  inmortalidad  del 
alma. 

Esa  gloria  es  nuestra  7  no  ruestra.  El  gran  Consuelo  ha  aldo 
demostrado  por  Platon. 

Y  para  .reasumir: — ruestro  consueto  se  llama  ^racia^  miseri- 
cordia, indulgencias,  ceremonias  exteriores,  pràcticas  exterDas, 
absolucion  del  hombre.-  Mnestro  Consuelo  se  llama  JusTicrAl 

Comparad  7  juzgad! 


—  2*3  — 

RESUME?r  DE  LA  SEGUNDA   CAUSA  DE  Là    DEBILIDAD  DB  AMÈAlClA. 

La  contradiccion  es  Iiicha.  Vivir  en  la  contradiccion  de  .priat- 
cipios>  es  habituarse  à  la  negacion  ó  à  la  duda. 

La  negacion  perpètua,  la  dada  constante,  prodaceh  laindife* 
rencia  por  la  verdad  y  la  justicia. 

La  yerdad  y  la  mentirà,  la  justicia  ykt  injusticia,  apoderàn- 
dose  alternativamente  del  pensamiento  y  de  la  coneiencia^  para 
reinarólavez  ó  sucesivsrmente,  separalizan,  ó  mntilizan,  ó 
destruyen. 

El  bien  y  el  mal  reinan  corno  consnlado  alternattro,  ó  eo- 
existentes  de  dos  sociedades,  religiones  6  principios  opueik 
tos. 

Un  hombre  se  hace  escéptico,  un  pueblo  anarquista^uncmi- 
tincnte  se  enerva. 

l^e  qué  depende  la  energia,  la  vìtalidadcreadora,  la  aclÌTÌd«d 
fecnndante  del  hombre  ó  de  los  pueblòs?  De  la  v;erdad  cobs^ 
ciente  y  afirmada,  del  entusiasmo  alimentado  por  loque  cree  sor 
la  verdad  de  su  dogma  ó  de  su  causa. 

Destruid  la  fé,  negad  el  dogma,  d  habituad  à  ese  pueblo  à 
considerar  conio  verdadero,  lo  que  es  falso,  (ó  lo  que  es  peor) 
que  el  dogma  falso  ó  verdadero,  pueda  co-existir  con  el  princi- 
pio Terdadero  ó  falso  de  su  politica  ù  pesar  de  que  sean  contra- 
dictorios^  y  se  apagarà  su  vida.  La  anarquia  en  las  creencias 
originare  la  anarqufa  en  el  foro. — No  puede  haber  equilibrio, 
sino  oscilacion.  Es  necesario  el  predominio  de  un  dogma  ó  de 
HB  principio.  La  foerza  resulta  de  la  uoidad  de  causa  y  idelen- 
denoÌQ.  La  debilidad  resulta  del  dualismo  «onlradictorijo. 
'  La  America  'vive  «n  el  dualismo. 

Ese  dualismo  es  el  dogma  religioso,  y  el  principio  pollticp: 
CI  catolicismo  y  la  Bepùblica. 

.Para «fortificar  la  Anért^  storia  oeeessrìo  fi.él  predovùttio 
àbft^uto  del  catòliciéDtfo  con  todas  SUB  eonseooenqai^  .cówo 
en  Roma,— ó  el  predomìnio  de  la  libertad  corno  en.AsttHlps 
Viiiéos. 

#^'hay  otr0ni6ifio.--^ef%d>lo iiiiia.<l>4a4);fcro;  psiùXfMìté^j 
taftdremos  Itaersa  ca«)ala^fiiisih.  6  wma  ioi  Ikìadòs  lUnUòs. 

7 


—  234  — 

Es  necefiarìo  qoe  la  religion  se  armonice  con  la  politica.  Era 
la  epoca  de  faerza  de  la  Eapafia.  La  inquisicion  j  el  trono  se 
daban  la  mano.  Es  la  època  de  fnerza  de  la  Bnsia:  el  empera- 
dor  es  Papa. 

Es  necesario  que  la  politica  libr^  se  armonice  con  el  dogma 
libre. 

La  libertad  delos  Estados  Unidos  7  de  la  Suiza  se  apoja  en 
el  dogma  del  libre  exàmen,  qnehace  de  todohombre  un  sobe- 
rano. OEoma  -ó  la  Suiza. — 0  la  Busiaó  los  Estados  Unidos. 

La  cuestion  es  ciara,  sencilla,  evidente.  La  teorìa  la  afirma  j 
la  demuestra,  la  experiencia  la  confirma. 

Negacion  del  catolicismo,  afirmacion  de  la  repùblica,  ò  nega- 
cion  de  la  repùblica  7  afirmacion  del  catolicismo.  Pero  no  am- 
bas  negacìones,  6  ambas  afirmaciones  à  la  vez,  pues  ya  hemos 
demostrado  que  eso  es  el  camino  de  ja  muerte.  La  historia  de 
todos  los  pueblos  católicos  es  la  mejor  prueba  palpitante.  Todos 
mueren,  ò  si  resncitan  es  negando  su  dogma. 

Ambas  oposiciones  à  la  vez,  es  la  indiferencia  comò  resultan- 
te.— Es  la  muerte  delas  creencias.  La  muerte  de  las  creencias, 
es  la  corrupcion  de  los  caracteres,  y  aqui  entramos  en  la  tercera 
causa  de  la  debilidad  de  America. 


XXIV. 

Tergerà  causa  de  la  derilidadde  America:  la  causa  moral, 
iufluercia  del  catolicismo  en  la  politica. 

Elerrorengendraelmal  moraL  Esà  vecesporesto  dificil  se- 
parar por  medio  del  an61isis,la  parte  intelectual  de  la  parte  mo- 
ra!, ola  idea  del  sentìmiento;  el  móvil  ó  el  motivo,  de  los  ac- 
tos.  • 

Si  el  dogma  que  puede  variar,  y  cujas  concepciones  varìan, 
al^a  la  moral  que  es  invariable,  la  moral  él  su  vez  altera  la  pò- 
IRica,  que  es  una  consecuenciade  la  nociony  conciencia  de  la 
jilstieia. 

Sismondi^  en  el  ùltimo  capitulo  de  su  obra  (historia  delas  Re- 
•pàlUeas  italiana^  exponiendo  «t/a«  causas  qtie  han  cambialo  el 
earókiér  'de  Ut  liUliaiioiy  desde  etwlavizamiento  de  tus  repjiòli-' 


—  535  — 

4Hii»^  dice  qne  «/a  doctrina  de  lapenitenda  eausa  una  nueva  sub» 
version  en  lamoraLy> 

Y  si  seagrega,  que  no  solo  esadoctrina,  sino  casi  todas  las 
doctrinas  ensefiadas;  si  el  principio  mismo  de  la  moral  se  des- 
tniye,  erigiendo  el  terror  corno  móvii  de  las.acciones;  si  el  dog- 
ma fandamental  arranca  del  alma  la  soberania  de  la  razon,  en- 
tónces  podemos  deducir  (7  la  esperiencia  lo  confirma}  qae  el 
catolicismo  esenemigodela  yerdadera  moral,  7  que  si  puede 
crear  santos^  no  està  en  su  poder  hacer  bombres  virtuosos.  Me 
dirijo  ÉL  los  que  saben  corno  se  define  la  rirtud. 

Y  comò  nosotros  creemos  7  sostenemos,  con  Montesquieu, 
que  la  vìrtud  esel  principio  de  las  Repùblicas,  que  nosotros  de- 
finimosel principio  delDEBERPoa  el  debbr,  7  no  el  principio 
del  terror^  6  del  egoismo  fanatizado  por  salvarse  del  infiernOy  de- 
ducimos  que  el  catolicismo  no  puede  ser  el  principio  funda- 
mental  de  la  Bepublica. 


XXV. 

Anàusis  db  LAS  CÀUSAs  MORALES.  Primera  gomsecueivgia:  La 

DICTADURA  MAQUIATÉLIGA. 

El  catòlico  profesa  el  dogma  de  la  ohediencia  eiega  7  obedece 
A  una  autoridad  que  debe  creer,  es  infalible. 

De  està  aflrmacion  que  es  un  hecho  indispensable,  raisà  ver 
salir  las  monstruosas  consecuencias  que  destrozan  al  mundo 
americanoi 

El  catòlico  en  el  poder  ó  revestido  de  la  autoridad  CU70 
fondamento  es  Dios  segun  la  teologia  de  Pablo  7  compaflia,  se 
L  inclina  naturalmente  à  creerse   infalible.    Y  comò  la  Tglesia  lo 

apo7a  (siempre  que  tenga  la  fuerza,  se  entiende)  esa  creencia 
se  fortifica  7  Uega  à  reretirse  de  la  magestad  pontificai.  La 
infalibilidad  de  la  creencia  origina  la  impecabilidad  del  man- 
datario. 

Imaginad  lo  que  sera,  imaginad  los  furores  de  esa  autoridad, 
•  al  Terse  discutida^  contrariada,  refutada! 

*  Xa  oposicion  politica  se  asemeja  à  la  herejla;-— 7  es  necesario 

exterminarla  à  toda  costa  (ad  major em  Dei  glqriam).  Francia^ 
Lopez  en  el  Paragua7  son  pontlfices   infalibles.    Rosas  en  la 


Rèptiblica  Argentina  ejercia  là  hifèlibiliìllid  màj^IMUè*  de'  là' 
muerte. 

Éofitt  en  Ohile,  6l  piataxiÉrmo  dèi  otguUò  bf^&rlU  y^iaan- 
grìento: 

IM  MoTìàgaè  eti  VBiìe2iieIir,  Flatus  en^I  EduadoK  le»  Saldai* 
Ai!i%r  ed  fféjico  j'iHtificabfin  sas  mla^rables  te^rpet^^^  y  ^sfàarsiaS' 
siiiigrièùtas  con  eV  cinismo  de  una  conciencia  que  bada  el  apo* 
téosits  dela  autorìdad.  Ylòs  pneblos  ó  mayorias  enòorbadas, 
apoyaban  esa  encarnacion  del  pòder  divino  de  Fabio  y  de  Bos- 
fuet.    Es  el  apóteosié  del-  monstruoso  emperador  romano. 

Desaparece  el  derecho.  Las  garantiad,  las  constituciones,  las 
instituciones  libres:  ^qnéson,  apoyadas  en  masas  edacàdàs  e& 
làobediencia  ciega,  y  ante  la  persona  viva,  yisible^  actiraqàe 
con  la  cuchilla  de  la  leyy  la  uncion  del  sacerdòte  se  presenta, 
corno  .la'aritoridad  sut)renia? — Nada; — Y  asi  es,  qne  no  bay 
principio,  palabrajuramento,  institncion  que  resista  al  contacto' 
ó  al  amago  de  la  aatoridad. — Y  la  politica,  la  Repùblica  que  de- 
bia  emancipar,  solo  sirve  para  que  sus  formas  legales,  confir- 
men  con  la  farsa  delsufragio,  de  la  delegacion,  representacion 
etc.,— el  despotismo  inoculado. 

El  trìunfo  del  error  ó  de  la  mentirà  se  consnma,  baciendo 
que  las  apariencias  de  yerdad  y  de  legitimidad  consagren  la 
prostitucion  de  laBepùblica. 

Tà  la  tàctica  es  conocida,  felizmente;  pero  entro  tanto,  la 
indiferencìa  cunde,  y  la  yida  pohtica  se  apaga,  asfixìada  por 
el  dèsengaao. 

Lnego  la  primera  consecuencia  del  dualismo,  ù  oposicion  de 
la  politica  y  del  dogma,  es  la  tendencia  lògica  de  la  autoridad  é 
rérestirse  de  la  ìnfalibilidad. — La  Bépùblica  católica  prodate 
la^  dictadarane^ésarìa.-^  Elmaquiayelismo  impera. 

XXVI. 

SEGUivDA  gonseOueivgia:  la  digtadura  jèsuitiga. 

Là  tendencia  à   la  ìnfalibilidad,'  que  efi(  A  la  '  legrtltnidad  de 
nuestras  ideas,  pasioaes  y  actòs,   cóind  bòthbi*ed  de  p'àrtidóy 
egoismo,  produce  el  apétìto  desordénàdó  del  poder. 

(Xbteùéf  el  pòdér  es  el  tódò.  De  aqiii  bacé  la  pr letica  inaiò- . 
ral  de  qdé  «  iodo  niédid  e$  b&énò  pàrèt  eóhiegkir  un  fin.  » 


—  4Ì37  — 

fi|Ì8|#tarse«l  pofler  en  Aqiérioa»  ^  difpatacse  uqos  la  riqiKza, 
otrp^'ta  ^i|i;iqn  mori^f  \^  veAgaRza,  el  ^^^iKxti^^Q  i|obr.e  <$1 
^adF^P^H'^Y  I^  buaMlIaoion  d^I  ve9|c|(tQ,  yotiiopi,  ^uizà^^aMini- 
4l/[H*iai.f|lp^^r4P:i^!^rmar.  Aaa  ipas  dice, ^^  buscar  la  ^f^- 
Jmipp  jìastificacpa  ^e  mis  jQJostic^s. 

P^rp  correo  hay^priueipios  consigoados  ^ne  ;g4rautÌ2;aQ  tt  Xf^qfi 
sus  deracbos,  7  no  puedo  violaplos,  eatonoes  qplico  el  ebtaova 
de  salvar  la  forma. 

Si  dice  el  .oódfgp:  sp  pei^samusiito  iES  libae,  agregp^  <;a9  /o^ 
iimifes  qiie  laley  e^tqbleoiere^ — y  comio  la  ley  ^  gue  sexefierc^  »o 
€8  la  constituciodal,  sino  laespedida  dp^paes,  ÌA9cril)P  eu  ^Un 
.las  escepeiones  de  Figaro  :  El  pensamiento  es  libre ^  pero  no  ^p 
,podrà  discutir  dogmas,  ni  exponer  pistefoas  que  ataq^ea  la  mp- 
ral. — ^Yqaién  juzga?  una  comision  ó  j arado  nombrado  en  ùlti- 
mo tm^lidi6  por  la  autoridad.  Y  tenemos-la  censura  reeatable- 
cida  bajo  el  nombre  de  la  institacion  mas  libre,  que  es  el  jura- 
do.     Yictoria  sublime  de  la  doblez.  Pero  jla  forma  se  ha  satvado, 

£I:poder  eleotoral  esd  ùnico  poder  que  ejerce  el  piebloso- 
bérano^  j  lo  ejerce,  no  para  hacer  la  ley,  sino  par^i  aombrar  al 
que  la  haga.    Pasemo^. 

La  mayoria  de  sufragios,  es  pues  la  espresion  (segun  el  ms- 
tema  de  la  delegacion)  de  la  voluntad  del  pueblo. 

Està  es  la  base  del  poder  Bepublicano,  y  es  |^r  eso  qoe  la 
JUbertad  y  legitinùdad  de  la  elecciop  oonsagraa^  legitimìd^ 
del  poder. 

La  elecdones  libre,  se  dice;— i  pero  si  dispongo  del  escm- 
tipio? — pero  si  soy  yo,  poder  establecido,  el  que  nombro  al 
^$criitador; — si  laley  permite  que  uno  pueda  votar veinte  VQce^ 
en  un  dia,  sobre  el  mismo  nombramieato?  ^ai  puedp  douiioaf 
ea  los  eomicios  y  aterrar  con  Hbertad  al  opositor  ?— iQué  resulta  ? 
-^Que  el  poder  ^e  perpetua  en  su  partido  à  despecho  de  la 
irolvintad  popular  escamotada.  Pero  la  form,a  se  ha  salvado^  j 
vii^a  |a  liber^ad  .del  sufragio  I 

E-f  iomicUio  es  inviolable^  pero  lo  tìo^o,  agf,^ando,  salv^  Iqs 
cason  que  l^  /ey  disiermiw.  Y  Jios  .casqs  Ic)^  dpter,mina  en^ùlli^o 
ADólisiael  poder. 

Queda  abolida  la  pena  de  muerte  por  casos  poliUcos^  .pero  ^sO  jE^- 
.^Ip  prisionefosj  porqae  jngo  que  no  son  casos  ppUtico^.r— Y 
iffifs^o  soy  «aqitoridf^l  i^Mible,  f|fiel(urp  ^ue  asos  prision^os  yo- 
Uticoi^i  app  t^an^idps;  y  la  formai  se  ha  s^lptidp. 


~  238  — 

El  ejeeutivo  puede  set  acaaado  ante  la  cdmara  de  diputadós  j 
obKgado  &  un  alio  de  reaideocia  despues  de  dejar  el  mando. 

Pero  esa  cémara  ha  sido  nombrada  por  mi,  ;  fanciona  un  allo 
despues  de  mi  salida.  Son  mia  empleados,  mls  protejidos,  mia 
criatnras,  mis  cómplices,  los  qae  me  han  de  jnzgar — Me  conde- 
nar&n? — No — Ni  se  atrereràn  t  acosarme.  Qaedo  lejitimado, 
j  la  ferma  me  ha  salrado.  Montt  se  sonrie  sobre  sus  ocho  mil 
cadàyeres. 

La prensa  es  libre.  Pero  nombro  al  jurado,  y  pnedo  con  la 
autoridad  de  la  mas  libre  institacion,  acosar,  acosar,  perseguir  j 
acallar  con  la  forma  de  la  libertad,  la  libertad  de  la  palabra.  Im- 
pera entonces  absoluta  7  soberana  la  palabra  de  un  partido. 
Estiendo  la  mortajadela  infamia  sobre  el  cadàver  del  vencido, 
y  grito:  la  prensa  es  libre  I 

Es  aceptado,  puede  decirse,  por  todos  los  publicistas  llbera- 
les,  la  doctrina  de  la  separacion  de  poderes^  corno  indispensable 
•para  la  libertad  de  la  Bepùblica. 

Pero  siel  ejeeutivo  tiene  la  facultad  de  nombrar  àlosjueces; 
si  el  ejecutìvo  participa  de  la  formacion  de  las  leyes;— si  el  eje- 
eutivo con  la  ley  de  elecciones  nombra  al  congreso,  à  qué  se 
reduce,  en  ùltimo  anàlisis,  la  tan  decantada'  separacion  de  los 
poderes  ? 

Nopueden  ^penderse  las  garantias  que  està  Constitucio/t  està- 
bleee.  Pero  si  tengo  la  facultad  de  declarar  en  estado  de  sitio, 
una  provincia,  ó  la  Bepùblica,  autorizado,  corno  en  Chilo,  por 
el  consejo  de  estado^  nombrado  por  el  mismo  presidente,  ^qué 
seguridad  puede  tener  el  ciudadano?  Miserable  maquiavelismo, 
con  el  cuaL  salvando  las  formas^  se  ha  hecho  retrogradar  7  en- 
sangrentar  à  Chilo  por  el  espacio  de  treinta  aiìos. 

Se  discute,  la  prensa  es  libre; — se  asocian  los  ciudadanos, 
pues  la  asociacion  es  un  derecho; — se  ilustra  j  conquista  la 
opinion  que  casi  unànime  clama  por  reformas;  se  preparan  las 
elecciones  que  han  de  Uevar  al  poder  à  los  representantes  de 
la  reforma;  7  entóncea  el  poder  ejeeutivo  declara  la  provincia 
ó  la  Bepùblica  en  estado  de  sitio,  7  las  garantias  suspendidas 
se  ciernen  sobre  el  abismo  de  la  dictadura  legai  7  del  despotis- 
'  mo  constitucional  ! 

^  Y  entonces  ? — ó  la  abdicacion,  6  la  desesperacicn,  ó  la  guer- 
ra civìl  etc.  etc.  La  revolucion,  levanta  entonces  su  pendon 
terrible,  j  la  sangre  se  derrama  en  combates  7  cadalsos.— El 


—  239  — 

respeto  a  la  ley  y  à  la  autoridad  se  pierdeD,  y  solo  la  fderza  im- 
pera, proclaméndose  corno  libertad  y  justicia  rencedoras.  Es  la 
dictadurajesuftica. 

XXVII. 

TERGERÀ  COlfSECUENCIA.— DESAPARICI05   DEL   SENTIMIENTO 
DE  LO   JUSTO. 

Se  Té  qae  las  constitnciones  republicanas  UeTao  en  si  mismas 
el  gèrmen  del  despotUmo  ìegal^  moDStruosa  asociacion  de  pala- 
bras,  que  sirve  para  caracterizar  la  prostitacion  de  la  ley.  Y 
corno  el  dcspotismo  siendo  legala  queda  jostificado,  resulta  que 
el  sentiaiiento  de  lo  justo  se  borra  de  las  conciencias.  Para 
llenar  ese  vacio,  el  sofisma,  la  doblez,  la  intriga  se  precipitan 
en  la  conciencia  para  obtener  k  toda  cosU  el  poder,  que  viene 
À  lejitimarlò  todo. 

Tal  es  la  segunda  fez  de  la  educacion  politica  que  se  practìca 
en  las  repùblicas  apojadas  en  una  religion  contraria. 

La  experiencia  prueba  que  en  e!  combate legai  delos  partidos^ 
el  partido  del  poder  obtiene  siempre  la  yictoria.  La  experiencia 
muestra  que  el  partido  que  se  rovisto  de  lealtad,  va  perdido  y 
es  burlado.  iQué  puede  resultar  de  semejante  estado? — Que  lo 
justo  se  olvida,  y  que  el  éxito  es  la  jasticia. 

Triunfar  es  pues  el  desideratum  supremo. 

Entonces  la  conciencia  felseada,  altera  basta  la  fisonomia  de 
los  hombres,  j  su  palabra  sirve  segun  la  expresion  de  Taille- 
rand,  para  adùfrazar  $u  pensamìento.r^ 

Entdnces  se  ve  el  -caos.  El  diccionario  cambia,  la  lengua  es 
tortuosa  comò  elreptil,  el  estilo  enfetico  y  vacio  para  llenar  la 
fatuidad  triunfante;  el  lenguage  de  la  prensa  se  asemeja  A  los 
oropeles  que  se  arrojan  para  adornar  un  fesiin  de  gusanas^  y  la 
prostitacion  de  la  palabra  corona  la  evolucion  de  la  men- 
tirà.      . 

El  conservador  se  llama  progresista. 

El  liberal  faaee  protestas  de  católico. 

El   católico  jura  por  la  libertad. 

El  demócrata  invoca  la  dictadura,  corno  Ips  rebeldes  de  Es- 
tados  UnidoB,  y  defiende  la  eaolavatura. 

El  retrògrado  demuestra  que  qniere  la  reforma. 


—  240  — 

£1  HiistrAdopopa^arUa  la  doatrina  ^e  lodo  «  es  iueno  en  el 

niejot  de  èoslmund^sp^bi^s^ » 

El  civilizado  pide  la  exterminacìon  de  los  iadips  ó  de  loa 

gauchos. 
El  principista^  que  los  principios  callaa  ante  el  principio  de  la 

saiad  pùblica.     Se  proclama  no  la  soberania  de  la  justicia,  pre- 

sidiendo  à  la  soberania  del  pueblo,  sino  la  soberania  del  fin,  que 

legitima  todo  medio. 

El  absolutista,  que  es  el  Salvador  de  la  sociedad.  t 

T  si  90  igpkierna  con  golpes  de  Estado,  facultades  de  sitio, 

con  didtadaras  periuanentes  ó  transitoras^  con  las  garantias  es- 

óamoteadas,  burladas  ó  supriinidas,la  palabra  del  partido  en  el 

poder  OS  dirà  :  la  civilìzacioa  ha  triunlado  de  la  barbarie,  la  au- 

ieridad  de  la  aoarqaia,  la  virtud  del  crimen,  la  yerdad  de 

la  mentirà. 

Desaparecen  pues  la  nocìon  j  sentimiento  de  lo  justo.     Y  la 

justicia  olvidada  ó  pervertida  abre  la  puerta  à  todas  las  invasio- 

nes  — Ya  no  haj  pueblo,  bay  habitantes^  .  No   bay    ley,  bay 

éxito.     No  bay  autoridad,  bay  fuerza.    No  bay  unìdad  en  la 

persona,  bay  dublez  ea  el  hogar,  en  el  foro  y  en  el  tempio.    La 

dictadura  maquiavélica  perfeccionada  por  la  dictadura  jcsultioa,^ 

se  apioya,  corona  y  justifica,  en  la  perversion  del  sentimiento 

de  lojusto. 


xxvni. 

FATALI1>AD  Ì)E  LA   DIGTÀDUBA. 

No  hemos  agotado  la  materia,  pero  podemos  ireasnmir  las  con- 
^cuencias  de  la  causa  moral  prodocidas  por  el  error  del  dualis- 
mo en  qtseTiTknos,  en  esa  resultante  que  todas  las  Sepdblicas 
de  America  producen,  corno  lògica  consecuencia  del  dogma  y 
]^rincipio  que  combaten.  Lleyamos  medio  siglo  de  vida  inde* 
pendlente  de  la  Espafla. — ^Guàntos  aftos  ha  habido  de  yerdadera 
libertad  en  alguna  de  las  nuevas  naciones? 

Dificil  es  decirlo,  pero  mas  licil  es^mimifestar  los  iafios  qme  ha 
tenido  de  anarquia  y  despotismo. 

^Se^à-el  Pai^guay  con  cuarenid  allos  de  dietadtira  modilb? 

^Sera  la  Bepùbiica  Argentila,  desde  sas  diotadoras  prorin- 
ciales  y  nacioBoieB^hastalos  veioieafiùade  la  tiraoìa  d^fiosas? 


f 


—  241  — 

i  Y  lo  que  viene  ? 

^Serà  Chile  desde  ladictadura  de  O'Higgins,  basta  la  dictadu- 
ra  intermitente  de  treinia  afios  eonsecutìvos? 

^Seró  Bolivia  que  nos  espanta  con  la  sucesion  de  sus  dictaduras 
sanguinarias? 

iSerà  el  Terù,  quehapasado  por  mas  dictadores  que  presiden- 
tes  legales  ha  tenido? 

^  Sera  el  Ecuador  con  Ioa  veinte  ados  .4e  la  dict^daca  de 
Flores? 

i  SeràNueva  Granada? — Y  casi  faéja  exepoion,  pero  alU  Oiian- 
do,  poder  legai  liberal,  se  hizp  derribarparaser  dictrodor. 

i&erù,  Yenezuela,  con  bus  veinte  afios  de  Monagas? 

i  Serto  las  pequeflas  Rep^blicas  del  Geutr^p,  y  au9  ^1  *uismo 
Méjico  ?— ^Pero  aqui  me  detengo. 

Y  esas  dictaduras  ban  prodamado  todos  Iqs  priniQipios.  Lo» 
pelucones,  los  eonservadores,  los  tojos,  }os  lil^rales^los  demó- 
eratas,  los  unitarios,  los  federales^  todos  ban  acariciado  Ja  diCf- 
tadui\a.— Con  la  mejor  intencion,  se  dicen  intimamente  los  par*- 
tidos  :  La  diciadura  para  hacer  el  bien. 

Es  decir:  El  despotismo  para  afia^zar  lalibertad.     * 

Terrible  y  lògica  contradiccion*! 

El  catolicismo  dd  la  corriente  despólica. 

La  Repùblica  la  corriente  liberal. 

Y  ambas  corrientes  se  e^ncuentran  en  la  -monatroosa  conse- 
cuencia  que  se  llama  :  la  dictadura  para  fundar  la  libertad. 

iVov  qué  la  Bepùblica  invoca  la  dictadura? 

Porque  el  republicano  esbombre  de  dos  cre^ncias,  y  traspor- 
ta à  la  politica,  el  gènio,  el  caràcteTy^l  tejnperamejoto,  la  lògica 
de  la  infalibilìdad  católica.  loda  fueri^a  se  cree  poder,  todo 
poder  auteridad,  toda  autoridad  infialib{e«>— Y  toda  infalibìlidad 
se  declara  lògicamente  impeeable.  Y  loda  jnf^vUbilidad  sc'adpra, 
se  legitima.  Ya  no  bay  extnavio  posible^^— I^a  4Nposicion  esatcn- 
tado.   El  despotismo  es  sagvado,  7  la.o)>edie;ncìa^  un  daber. 

Pero  este  becbo  capital  de  la  dict4d^a>  mereee  <ios  d^^tenga- 
mas  ù  examinarlo. 


—  242 


XXIX. 


MeCÀNISMO  POLITICO  DE  LOS  ELEBf  BNTOS    SOGIALES  QUE  PRODU- 
CE LA    DICTADURA. 

^Por  qué  todos  los  partidos  que  ha  habido  j  aoD  militan  en 
America,  proponeHf  6  se  resenran,  ó  han  practicado  la  dieta- 
dura? 

Los  ctvilizados  dicen,  yfed  esos  bdrbaros  (los  hombres  del 
campo,  haasos,  gauchos,  Ilaneros,  los  jornaleros^  pdones,  en 
uaa  palabra,  las  masas,  el  pueblo) — ^T  quereis  instituciones? — 
Noi— Es  necesario  la  faerza,  el  poderfiierte,  la  dieta  dura. 

Eatre  los  ctt^i/ùa(fo5  bay  partidos. — Unos  dicen,  ved  esosmal- 
\ados,  (son  sas  enemigos  poUticos,  enemigos  de  Dios  y  de  los 
-hombres.) — ^^Gómo  qaereis  dar  libertad  A  esos  bandidos? — Si 
lellos  Uegasen  à  gobemar  todo  se  perderla,  la  libertad  sèria 
imposible.  Y  se  les  priva  ó  escamota  la  libertad  en>  beneficio 
de  la  libertad 

Las  mftsas  deheredadas  y  atropelladas  corno  animales,  buscan 
caudillos. — Es  la  dictadura  de  la  venganza,  y  la  garantia  de  su 
modo  de  ser. 

Los  partidos  civilisados  piden  la  dictadura,  para  combatir,  do- 
minar, y  civilizar  lasmasas.  Es  la  dictadura  de  las  clasespri- 
viiegiadas* 

Los  partidos  civilizados  (se  creen  infalibles}  piden  la  dicta- 
darsL  proviforia  para  asegurar  su  Victoria  contra  otro  partido. 
Es  la  dictadura  de  la  concurrencia  y   de  la  rivalidad. 

Los  católicos  para  combatir  le  heregia  é  instituir  su  mecanis- 
mo  servii  en  la  soeiedad  y  la  politica,  practican  la  dictadura.  Es 
la  dictadura  completa  y  absoluta,  que  domina  al  espfrituyal 
cuerpo,  brutal  comò  la  venganza  de  las  masas,  maquiavélica 
corno  la  de  las  clases  privÙegiadas,  corruptora  y  mortifera 
corno  la  dictadura  jesuitica. 

Tal  es  la  dictadura  de  las  dictaduras,  la  theocracia,  sea  griega 
ó  latina,  slava  ó  italiana,  católica  ó  lamista. 

La  theocracia  del  gran  Lama,  esla  més  lògica.  No  es  el  vi- 
cario de  Dios  en  la  tierra,  eael  mismoDios  encarnado.  Esesta 
consecuencia  tan  lògica  y  andaz,  que  debe  dar  envidia  à  los  ca-- 
tólicos.    El  Papa  es  infolible,    luego  impecabfe.    ^Y   ese  es 


—  24J  — 

un  hoiiibre?--Ifo— ya  es  nn  Diost  -«Audacia,  Audacia! — Animo, 
Santo  Padre,  eourage  Saint  Pére^  coraggio  Pio  IX. 

Pero  Tolvamos  à  nuestras  dictaduras.  * 

Inuiginad  cualquier  poder  6  autoridad  en  la  America  educa  ' 
da  por  la  Espafia. 

jEs  el  patriarca  de  pastores,  el  cacique  de  tribus,  el  Caudillo 
de  las  turbas? — jEs  la  dictadura  del  prestijio  personal  y  tradi- 
clonai,  6  el  poder  de  la  riqueza,  ó  el  representante  enérjico  de 
los  instintosy  derecbos  pisoteados  de  la  gente  inculta,  y  é  veces 
todas  esas  razones  unidas  que  producen  los  Monàgas,  los  Bel- 
zu,  los  Rosas? 

^Es  el  general  que  conspira,  reroluciona,  derriba,  fnsila^  y 
se  impone  corno  necesidad  politica?  Es  la  mayoria  delosca*- 
sos  en  casi  todas  las  Republicas.  Es  el  militarismo  entroni- 
zado,  es  la  dictadura  del  sable. 

^Es  el  ciudadano  (el  paisano)  letrado,  abogado,  gran  teòlogo 
y  legista,  ateo  en  el  fondo,  pero  relijioso  en  apariencia,  que  ha 
podido  subir  al  poder,  garantizando  al  militarismo  su  sable,  à 
la  Iglesia  su  renta,  é  los  civilizados  la  charla,  à  los  progresis- 
tas  ferro-carriles,  k  la  juventud  esperanzas,  y  promesas  é  las 
raasas?  Es  el  hecho  de  Montt  en  Chile,  de  Lopez  en  el  Para- 
guay.   Es  la  dictadura  de  Torquemada  y  de  Loyola. 

Sttbe  al  poder  el  partido  couservador.  ^Gómo  conservar  sin 
dictadura? 

Sube  el  partido  liberal.    ^Gómo  re  formar  sin  dictadura? 

Si  quiere  reformar,  la  mayoria  ajitada  por  el  partido  re- 
trògrado pide  à  nombre  de  la  soberanfa  del  pueblo  y  de  la  li- 
bertad,  la  muerte  de  las  reformas  que  harìan  de  todo  hombre  un 
soberano.  Y  entonces  ó  el  partido  liberal  abdica,  ó  es  yenci- 
do,  ó  se  hace  dictador. 

Domina  el  partido  unitario.    Es  liberal  ó  couservador. 

Si  libei  al,  el  partido  federai  explota  las  masas  para  derribar- 
lo  y  entonces  apela  A  la  dictadura  para  sostenerse.  Si  es  con- 
serTador  es  dictatorial: 

Domina  el  partido  federai .    Es  liberal  6  couservador. 

Si  es  liberal  se  eiplota  la  unidad  de  sentimiento  de  las  masas, 
6  seexajerael  localismo  para  dfsolver,  ó  se  pretende  la  sobe- 
ranla  priyilejiada  de  un  estado  ó  provincia,  seapara  mantener  la 
esctavitud  corno  en  los  Estados  del  Sud  de  la  union,  seapara 
mantener  la  supremacia  econòmica  comò  en  Buenos  Airesi 


-  J44  - 

lOjfe  prQdiifa.la  uoid^d  de  dogrna,  ;4fi  F^Ugiftn  j  xìp  fPftUUft^ì 
la  centralizaeipn  ci)t(ìUca,  laupidad  de  fuerza  j  de.€jrea|iqi^, 

91  cfs  coQservador  el  partìda  ^federai,  eatoacos  el  'H^il^Jkf  lo 
ijtaisa  d  npmbie  de  las  reformaa.  Y  tmoy  otro  4pelf(Yi  r^  J^i^ic- 
tadura  para  defenderse  y  sostenerse. 

JHoaaien  EsUjios  Uaidos  porque  alli  la  reforu^a  f^elfoo- 
.yioii^ata  <;pDtinuo.de  la  rida  apojado  en  la.spbeir«9tf9.4ela 
i^zoQ  ide  toda  hombre. 

La  difereocÌA  e^U  pues,  que  6nIospaeblo&  QO,ca0]ieios  j 
Ubres,  el  hooibrp  es  soberano  y  respeta  la  soberaufa  de  suififC- 
mejante.  No  bay  infalibles  que  suban  al  poder,  ytodostienen 
féen  la  ley  que  garantiza  el  derecho,  y  en  el  TOtodetodos, 
ijue  nopuedeir  centra  el  derecho.  Si  hayerror,  nohayim- 
posicion,  y  se  espera  el  progreso  infalible  del  conveneimiefito. 
Tal  es  la  politica  de  un  pueblo,  cuyo  volo  no  puede  ser  for- 
zado,  òl  burlado.  ta  ley  es  religiosa,  y  la  religion  dei  libre 
exàmen  produce  Ja  religion  de  la  ley.  La  lealtad  en  la  politica, 
se  hace  tan  necesaria  y  es  tan  ùtil  corno  la  bonradez  en  el  co- 
mercio. 

Pero  en  los  poeblos  católicos(pongan  todos  la  roano  en  su 
conciencia)  se  teme  con  terror  fantàstico  y  real  el  triunfo  del 
adversario  politico  porque  sabemos  y  creemos,  ó  presentimos 
<on  razon  que  es  la  derrota  sin  esperanza,  el  entronizamietito 
de  algo  de  infalible  y  de  impecable,  que  se  impone  con  la  in- 
flexibiiidad  de  la  yenganza.  El  poder  es  la  dictadura  justificada 
-è  inapelable.  He  ahi  por  que  hay.tantas  reTolucionesy  tanto  ser- 
vilismo.— Y  decir  que  no  conozco  un  partidoque  hayaencarado 
de  frente  la  dificnltad  en  Sud-America. 

De  todas  la  formas,  de  todos  los  partido,  de  todos  los  eau- 
dillos,  se  desprende  comò  consecuencia  forzasa,  corroborada 
por  laesperieoeia  en  Sud-Àmérica  la  fatalidadde  laddctadara. 

flemos  nacido  baja  dictaduras,  nos  educamos  viéndolas,  y  nos 
-entierran  las  dictaduras. 

Las  masashan  producido  dictaduras  de  caildiilos. 

Las  mayorias  hait  side  dictaduras  de  partidos. 

Las  minorias  BOin  dictadàras  de  clasea* 

Las  mayorias  aplastan,— las  minorfas  mienteq. 

i)f0jiotiaa  el  mayor  numero,  tiraaixfi  el  <^ircu)0. 

jba  BiaywriftA^spol&zd  y  dice:  el  wémtro.e^  ley:  L^qg^^^y  la 
jnstieia.    £  i0ipon(e  la  ley  y  reUgH>P  que  quier^. 


i 


—  ns  — 

LVmtiftiTfa  tii^nizày  tktie  qUe  itfeniir  psi^ft^déoir:  elffititi^agio 
obtenido,  sea  corno  sea,  meda  la  ley  del  nùmero:  Laego  aof'là' 
jiMtfèià.    B  iÉftponela  religloQ  de  la  mayorfa* 

Scffiékiiereù  la  mayorfa,  porque  la  Justicia  no  es  resiiltàdd  d« 
adìòioaes,  y  nò  bay  dèrechopara  dar  religiooes  de  Estadò  y' 
proté^ef'niDgutta. 

Mèli  tira*  en  la  mfnoria,  porquè  acepta  el  sofiénia  del  nùmero  j 
piresentauna  snoia  falsa,  para  producirel  mistno  resaltado  dog- 
matico de  la  mayoria. 

Chial  séa  la  esfera  del  sufragio,  y  la  competéiichì  del  numero, 
es  materia  qae  hemos  tratado  en  otra  obl-a,  titulàda  ^l  gùòierno 
de  lefU^tdd* —pero  el  hecho  inùegable  es,  que  todos  los  prin- 
cìploB  é  insVttndones  liberales,  en  mnnos  del  espfrito  jedultico  de 
la^é^ca' hatt'sertido  para  abolir,  desacreditai^,  prostituir  esas* 
iÉStitticiones  y  priucipìos. 

tu  ccitèlicismo  niega  esas  institaciones  y  principios,  lo  cùal 
hemos  probado  con  razones  y  probariamoa  basta  la  saciedad  con 
làff^làbra  in  f àlibi  e  de  concilios  y  de-  papas;  pero  el  prògreso  de 
la  epoca  ha  consistido  en  servirse  de  las  mismas  armas,  en 
apoderarse  de  las  posiciones,  en  aceptar  el  lenguage  y  termino- 
logia de  la  libeftad,  y  en  hacer  servir  el  sufragio,  la  prensa,  el 
jury,  la  educacion,  la  escuela^  en  descrédito  del  sofragio,  en 
falsificacion  del  jury,  y  en  educar  siervos  de  la  Iglesia  y  no 
cindadanos  del  Estado. 

Nó'hay  pnes  escuela  de  la  religion  de  la  ley.   La  escuelà,  y  el 
eàptrifa  y  eltèxto  yloqne  alll  se  ensefia,  es  todo  del  dominio 
del  etiemìgò  de  la  libertàd,  aatotisiado  todo  eslo  por  lós  quo  se 
,  llàralàn  eHHUzados  ! 

No  haypartido  que  proclamo  la  religion  de  la  ley,  la  separa* 
eioti  absolùta  de  ìé  Igleaia  y  del  Estado^  y  de  é  la  Repùbiica  por 
base,  la  religion  del  libre  exAmen. 

Nbìiày  cahdillo  que  comprenda,  6  se  atreVa,  ó  puéda  enèabe- 
zaf  ^Mtfó^mienfo  regenerador. 

Itd^  h«y  nràyortó  raciònriista.  " 

No  hay  .minoria  yeridica  y  leal.- 

Nóf^hSay  secta  qué  se  prei^entè;  prom^tiendo^rqméral 

Nb'^Uàry  chrses  qùé  tayanidentificado  sua  ìnlereded  coti  el-hH 
cionalismo. 

l!(tf  fiiijr'ejèttt^o'd'e una  etd, ó  de ttnàépòdi  deVè^iM^óik- 
pfét&'t>fMékMd2(. 


—  246.  — 

Y  el  enemigo  invade.— Yencidos.  ep  Earopa,  emigran  i  Ame- 
rica, f 

Y  los  gobieraos  repoblicaDOS  los  Ifaman.  Llegaa  cargamen- 
tos  defrailes,  dejesuitas  togados  j  notogados,  yse  les  entrega 
la  iafancia!  Invasion  qulmica  que  desorganiza  preparando  la 
invasion  de  las  bayonetas.  Oh  cegaedad,  ohfalsia,  oh  cobardia, 
oh  traicion,  —pero  el  mando  americano  se  pierde,  si  no  eleva  su 
espiritu,  si  no  tiene  el  heroismo  del  pensamiento^  si  no  tiene  la 
sincerìdad  de  la  rerdad. 

A  primera  vista,  cualquiera  que  se  levante  para  interrogar  al 
horizonte  y  colnmbrar  una  esperanza,  solo  ve  el  desierto,  la  ìg- 
norancia,la  barbàrie,  6  lainocencia  de  mnltitades  explotada.  Y 
en  la  pampa,  el  valle  y  la  jnontafia  ondea  el  pendon  de  las  ti* 
uieblas.  Si  en  las  campafias  error  6  ignorancia,  en  las  ciuda- 
des  faisfa.  El  poder  engafla>  los  partidos  mienten,  la  conciencia 
se  doblega,  latransaccion  impera,  y  la  horrible  reticencia  menta! 
domina  en  los  espfritns. 

Y  el  gènio  de  la  America  està  tentado  de  escribir  en  la  frente 
de  los  Andes. 

«  Lasciate  ogni  speranza^  vai  che  entrate.  » 

ìQuéhacee? 

^Qné  hacer?— Guerra  à  la  dictadura.    ^Cómo? — Atacando  su 
dogma^  quebraodo  su  princìpio,  desenmascarando  su  faisfa; — 
Arrancando  del  alma,  de  las  constituciones  y  de  las  costumbres, . 
el  virus   de  la  obediencia  eiega  inyectado  por  el  catolicismo,  y 
encarnando  la  soberànfa  de  la  razon  emancipada. 

Està  es  la  obra.  Es  dificil,  larga  y  penosa.  iCÓmo  ha-, 
cerio  ? 

Aqul  entramos  en  la  torcerà  parte  de  este  trabajo  que  tiene 
por  objeto  presentar  el  remedio,  à  los  tres  males  que  heinos  in- 
dicado,  fisico,  moral,  intelectual,  que  producen  la  debilidad  de 
America  y  facilitan  la  invasion. 

La  fuerza  vital  de  la  persona  continental  est&  atacada  por  un 
vifus.  Es  la  enfermedad  crònica^  es  el  mal  intelectual,  dogmà- 
tico, 

Jifi  enfermedad  ataca  boy  un  òrgano,  varia  en  su  manifestacion, 
cambia  gobiernos  y  programas,  es  anarqufa  ayer,  .despotismo 


—  247  ~ 

hoy,  putrefaccio!!  maliaiia.    Esla  enfermedad  aguda,  es  el  mal 
politico  7  moral. 

En  este  estado  se  presenta  un  colera  morbus^  que  paede  faacer 
desaparecer  6  absorver  los  males  anteriores,  ó  acabar  con  el 
enfermo  para  robarle  la  herencia.  Es  la  invasion,  la  monarquia, 
la  conquista. 


f 


1  :/      .      :» 


I» 


TERGERÀ  PARTE- 


-»•*•*** 


xx.v. 


£L  REMKIilO. 


Dificil  DOS  sera  tnantener  en  està  p^irte  de  la  obra,  la  distia - 
cipQ  aDalitica  de  las  caasas.  Como  el  mal  politico  moral»  es 
coDsecuencia  del  error  dogmàtico  y  de  la  mentirà,  lo  que  diga- 
mos.para  remediar  el  mal  secondario  ó  derivado,  inducir^^  é  la 
reforma  en  las  creencias;  y  lo  que  digamos  para  Sifirmar  la  ver- 
dad  fandamental,  lleTaró  en  si  las  d^ducciones  que  produciràn 
[  el  bien  politico  y  moral.    Al  fin  de  està  ùltima  parte^  nos  ocu- 

paremos  delos  medios,  que  à  juicio  nuestro,  deben  emplearse, 
para  fortificar  la  America  y  rechòzar  la  invasiòn. 

XXXL 

EL  ESPIRITU  RELIGIOSO. 

'    hh  religion  es  inmortal.    Obsérrese  que  decimos,  la  reltgion, 
y  no  las  religiones.     En  todas  las  religiones  bay  una  cosa  ver- 
idadera^  -y  es  el  espiritu.    'El   espfrìtu  religioso  consiste  en  la  . 
ei*eencia  de  aquello  que  se  aftnna  comò  fimdamental  y  eterno, 
en  el  amor  a  esa  creencia,  y  en  la  prA(ftica  de  los  actos.que  la 
iereencia  dogmMica  y  moral,  à  la  Toluàtad  impone. 
'  Bogma,  amor,  accion.  Cteendia,  preoepto,   ejeoùoien.    Tod© 
corresponde  &  la  forma  eterna  del  sor,  que  es  foerza,  inteligen- 
t?a,  ainor;— éJa^eonstitncìondélhombreque  e^voluntad,  intéli- 
gencia,  sentimiento;— &  la  organìzacion  politica  que  es  lejfslati- 
▼0,  judicial  y  eJecutiTO.. 
£1  dogma  afirma  la  nocion  Tundamentlkl;  piot  tjtmj^ìo:  Dtos  es 
»  creador.  La  moral  deduce  la  ley;  Por  ejettkpld:  la  eriMWà  es'su- 

KoràilMftaaUreador.  Ln  [ir^ctica  ótirtud,  él  tfélo  retndtifdò  de 
là  voluntad  impulsada,  atraida,  motirad^  por  el  amor  à  In  Veff- 

8 


—  250  — 

dad,  es  la  vlda  buena  ò  mala:  Buena  si  soy  la  accion  de  la  Ter- 
dad,  mala  si  soj  la  accion  de  la  mentirà,  funesta  pero  sin  cri- 
men,  si  so;  la  accion  del error. 

Mas  todo  esto  se  aplioa  con  mitjot  eiLacliàid  àio  que  se  llama 
religion.  EI  espirita  religioso  consiste  particularmente,  en  sen- 
tir el  impalso  v  la  atraceion  de  al^  de  eterno  qne  damos  por 
fiindamento  à  nuestros  pensamientos,  sentimientos  j  acciones. 

Un  ejemplo  aclararà  mejor  lo  que  eutendemos  por  esplritu 
rcli(>ioso. 

Voy  à  los  romirios  d  votar  conia  conciencia  del  derecho  que 
me  asiste,  pero  movido  ùnicamente  por  el  interés  de  partido,  ó 
por  la  pasion  que  m.e  ajtta:  — ìVo  va  el  Totoimpregnado  del  soplo 
religioso.  * 

Yov  à  votar,  porque  creo  que  el  deber  del  ciudadano,  practi- 
canifo  su  soberania,  para  conservarla,  y  degarrollarla,  es  laobe- 
diencia  à  la  Icy  de  libertad  impuesta  por  Dios  mismo:  Mi  volo  es 
religioso.  El  espiritù  divino,  el  espirita  del  derecho  que  es  eter- 
no, y  de  la  solidaridad  del  derecho,  me  han  hecbo  ejecutarun 
acto  de  fa  religion  de  laley, — Mi  accion  es  resultado  del  motivo 
racional  de»  preceptb  divino  j  por  lo  tanto  es  religiosa.  En  el 
hecho  antcrior,  mi  accion  es  resultado  del  movil  apasionado  y 
egoista,  y  es  fatai,  interesada,  no  es  religiosa. 

Creemos  qaeeste  ejemplo  htiA  'comprender  lo  que  entendé- 
mos  por  espiritu  religioso 

Kosotros  somos  àdversarios;  ó  no  reconocemos  en  las  religio- 
oesque  sellamap  positivas,  reveladas,  nacianales  etc.  etc.  ni  la 
vcrdad  completa,  ni  el  derecho  absoluto., 

^obre  todas  las  religiooes,  existD  la  religion  primiti va,  revela- 
da  A  toda  raeon,ut)iversal  crit^ip  de  las  existentes,  juez  de 
.todaay  principio  de  la -mòral.' 

Si  se  me  pregunta:^oual  es,  euales  s|is  dogmas,  su  moraL,  su 
jifJlefia,  su  cultx>?  con  la  raxon  uniyersal  de  todos  los  tlempq^,  y 
de todasiins  i:<9zafl.  eontasto  cqnl^ ^guridad  de  la evidencia;     . 

Esf  dogmpesPios,  :Ser  Infinito  ^y.  personal:  La  ji^sticia  eterny 
j^rsonificada* 

Esa  morales  lo  juSticia  y  ci  amor.         .  ,  .  f. . 

< .  E^fgl^sia  pi;layiencÌQ.  .   i 

l^sppi^ea  iflvirtud.        ';  '   '  ,  .      |    ... 

«  i.^'lfiHfS^^^^^P^-  P^  foh\myd  ^W^ffo^•crflw;f/,elgol)^<J^:I^^)fl(Q.^ 


h 


26t  — 


XXXfl. 


Er>  PROBLEMA. 


linestco  objeto  «6  dar  6  la  moral  y  A  la  politica  d  e  la  liberlad 
^ne  csel  deraob»^  4  la  poMt*eadeIa  igualdàd  que  es  la  ley  di 
«wderecfao.  y  *1«  politica  de  Ufraternidad.  q«e  es  el  v/nculo 
iaor«idelMtndmdvàlidadea»»rr/é  iì/uo/m,  el  etern<?  funda- 
«kento  -del  axioxA  !>b  t a  justjcia. 

BI  aER  infinito  es  el  axioma  de  ^os  axiomas;  El  8TÌo.ma  me- 
tafisioft. 

Bi  iBioito-Persona  es  el  axioma  moral. 

El  Infiaito-Jasto  es  ci  axioma  de  la  religion  sin  fin  y  sin  prinl 
«ipio.  .  . 

El  problema  consiste,  ew  trasportar  el  espìritu  heligio- 
scH  (anido  y  coosagrado  à  dogmas  falsos,  ó  religioncs  falsas  ó 
iacompletas)  de  las  beligiones,  a  la  religion. 

El  problema  consiste en  Tivificarla  jostlcia,  la  liberlad,  la  lei- 
con  el  conveneimiento  y  ftierzade  un  imperativo  del  Eterno.    ' 

El  problema  consiste  en  accrcar,  unir,  poner  en  comunicai 
cion  directa  è  la  criatara  con  sa  Dios,  por  medio  de  la  razon 
emancipada  y  del  amor  A  la  ley. 

El  problom«  consiste  en  transfigurarsé  con  el  entusiasmo  de' 
la  venUd,  rerdada  «  tod«  razon  tadependiente: 

El  problema  consiste  en  creer  primero  qnc  la  razon  es  ìnvio- 
lable,  que  la  soberania  del  hombre  es  religiosa  y  politica -que 
la  persona  es  sagrada,  \aciudad{eMtas),  un  tempio, la  ciudadania 
wi  saeerdocio,  él  derecho  una  eacarnadon  divinj»,  el  deber  la 
forma  de  la  cottunioii  uhiversal  que  rjealiza  la  armonia  de  los 
««res,  al  órden  social  y  la  perfeccion  pòsìble. 

iHéahlloqute  crAeRfos,  àmamoa  y  quereraos';-lo  que  iuica 
firn  neoesàifirt  pai^  restoblecer  el  órdèn,  pacificar  los  esplrilus 
regenerar  los  pueblos  y  para  anticipar  en  este  mundo  el  ini' 
pdrio  de  lia  terdofl,  qae  e»  el  de  ili  tinicà  felìcìdad  pos/ble 
...  Sì  fatela  posibiie  unificar  dogMa  y  amor,  esplrihi  y  preceoto' 
filosofe  y  religion/instlnloypBzo»,  espontaneidad  y  rebexiòn 


• 


MI  — 


ScltieBfM.D. 


£s  decir^  sé  verdad  en  Io  que  pienses,  verdad  en  lo  que  sien- 
tas,  verdad  en  lo  que  hàbies,  yerdad  en  lo  que  hagas. 

Y  corno  la  yerdad  es  la  justida,  eso  qmere'  decir:  .piensii  la 
JQsticia,  ama  la.jnsticia,  proclania  la  ]uaiÌQÌB,  prtfotiet  la  jwtioMk 

Y  corno  lajusticiaefl  $oberani^>  razpo  y  Ubertad  de  tòdoo^ 
dèreclio  de  todos  ó  igualdad^  amor  de  tode^  é  fratorèid'ad.y  est 
quiere  decir:  desarroUa,  conserva  y  fecunda  tu  dereòte,  tm  te 
pensamiento  libre  apara  darà  cada  uno  Io  que  et  ^tijro^i»  prMla- 
ma,  defiende  y  desarrolla  ese  mìsmo  derecbo  en  todo  bombre; 
7  amo  sobre  todas  las  cosas  al  Creador  del  dereeho  qaetto  pUède 
contradecirse, — sino  fecnndar  nuestra  Ubertad^  muaaSra  rakon 
sóberana,  '^iempre  que  acudamos  y  pidamos  à  esa  fuente  de:J08<» 

V  ticia,  la  verdad  y  la^justicia. 

T  el  hombre.  que  corno  la  Minerva  antigua  se  des^rende  ar*^ 
mado  de  la  ifrente  del  Jùpiter  Olimpico,  funda  su  dogma,  m 
religion,  jsu  moral,  su  socledad,  su  gobierao^  su  familiti^  eala 
tierra  y  en  las  almas,  armado  por  Dios  raisme,  con  el  axioma 
de  justicia. 

Ksa  es  la  religion.  El.espiritu  que  de  eUaetnana  ea  €l  que 
queremos  aplicar  ó  la  ley.  à  la  politica,  à  sociabilidad« 
*  £1  grave  mal  de  la  vieja  educacion,  ha  aidopreoeupar  ni  bom- 
bre  con  el  terror  y  la  gloria,, y  bacer  ^tie  solomirase  conio  divi<* 
no,  corno  necesario,  corno  el  afiui^to  capitici  de  la  vida^  lo  i)ue 
los  católicos  llaman  la  necesidad  de  sahafsty  la  fi  eiega.^  la  obe^ 
diencia  ciega^  la  prepotenoia  de  la  Iglesia, 

Naturalmente  la  vida  .politica,  la^nioralidad  polfttèa  era  UM 
àsunto  secundario.  Asi  es  que  se  ha  hecho  voligsr  el  princlpié 
de  las  dos  conciencias:'un(kpara  las  edsas  relìgioBai  y  dira  pB« 
ra  las  sociales  y  politicas.  B^o  este  aapeclo,  el  mitndo  anti- 
guoe^muy  superior  al  mupd^  •moderilo.  Na  habia  isina  una 
òtiinciedcia. 

Ìt>eesaduaUdad  ha  naeidola  adbdicaeionide3a]«8tioìli,ltaparlafl 
eosas  de  là  vida, — y  no  cr^yéndoiie  fmttd»  jntlrigar^  fstalfieiir, 
ett'g^&àr  èn'la  poirtica,— vemos  bombrea'qdé  se  llaman  «Mqpo^ 
•bs'é  Hustrticìos,  fajitair  à  la  verdad^  ^laaioeepidadv^ser^éoaa 
^eritrìiiìlla  y  autori^ada  s^^iaiitedqUiex •nkeèntiKte. 

Hlr  «1    contrario,    nosotros  quer^SKis.  iqiie   la  ^tioaoitneist 


—  253  — 

sea  «no,  ^ae  no  liaja  dos  iiom^ret  eii  1»  tii^ad  de  la 
persona. 

Qaeremosr  qoe  Io  coiiciencia  crea  e»  la  reirigiosMafd  indltki- 
ble  de  sus  pensamieatos  y  acciones; — que  el  ùsunùo  de  salrarse^ 
empieza  a^ui  en  la  tierrq,  y  tiene  relaaiqn  con  todas  eosas  de 
la  tierra;  -que  eìpecado  no  es  solo  relativo  a  la  vida  loiitiia  7 
pdTqda,  gino  é  la  YidapóUiea  y  sodai..  .       .*     1 

Qreenos  ^e  la  faKa  a  la  TerdM  engendva  en  'ethon(»bt^  la 
posibilidad  de  toclas  las  corrupc&ooes,  de  todo$  los  evrorea,  y 
ava  et  todos  la»  erlmeaes.  Creemo»  qoe  1^  {glabra  bepai^acton 
7  diotinoion  etitre  el  peasamionto  7  io  palabro,  entre  lapofabra 
7  la  conducta,  entre  la  accion  eslerìor  7  1|D.  qne  cveèmos  y  sen** 
tinoSf  eela  cobordià  del  alma:  Es  ladignidiid,  qne  es  la  róeti- 
tud^  sackrifioada  ù  on  interés,  à una  ambìaioo,  amia  mi9.eria.  Sa 
el  egoismo  material  de  anabora,  de  un  aflo,  ò  de  ufi  Vida  indig* 
na,  prcferido  al  esfuerzo  heróico  del  debèr,  para  con  serrar  k 
linea  resta  que  nos  lleva  à  la  posesion  de  la  ^erdod.' 

Beasumiendo:  el  problema  consiste  en  trasportar  el  eaplritu 
relìgkrao  del  dogma  falfeo^  al  axiétaa  de  jnaftioia;ó  en  otpos  térhii- 
iios:  en  arranoar  el  esp/ritu  de  Tita  del  organismo  oadupo,  y  cnr 
carnarlo  en  la  organizacion  del  hombre  regenerado. 

£1  problema  eonaisle  en  identificar  todq  lo  verdadero^  todo 
deber,7  creer  qu^  lia7  una  misma  veli^ion  eniodo  acto  de  la 
Vida  intimayprÌYQda,  p6blÌDa  7  social. 

En  radicar  la  unidad- de  ooncienaia^  de  peneamiento  7  dbra. 

-^En  la  «tolfdaridad  dp  nuedtros  actos  pasédoa,  preaeafes  7 
ftttwoS)  en  solida ridad  con  eldereoho  de  todos. 

— En  la  union  indisoloble  en  el  liombre^do  su  triple  7  sagril<^ 
d(0  carócter  de  sQberano,  de  re7,  i>  cindadanp,.  >  detrabajadpr  7 
sacerdote:  óen  otros  términos,  la  int^gireiUddd  de  la  soberiinià 
del  homttre. 

Y  concjreWndo  tQdp  osto,  bacìiepdo  queel  hombre  peraonifi- 
que  el  eterno  imi^eratÌTo:    Sé  v|:|idap. 

DE  COMO   RESOLVER  ESE   PROBLEMA. 

La  solucion  del  problema  preientado,  puede  yerificarse,  co- 
ma ae  ha»  verificilo  lag  gra^fla  r^vf^l^cimea  %Hf-  ha»  <)?rq^ia- 
40  k  «laf  eha  de  la  humanidad. 


—  2«  ~ 

Por  1^,  acoioa  Indiridual^  ó.^r  la  toeton  colectifa,  6  por  1* 
accioQ  politica  y  social.  i 

Mp  contamos  biea  eolendido  entre  Ioa  medios  la  faern^  la 
conquiata,  el  terror. 

El  catoUciamo  se  impuso  en  America  por  la  fuerza  orrifica  de 
la  CQi|Qtti8ta« 

La  rcTolucion  francesay  la  ladependMcià  Americana^  fadipez»^ 
roQ  por.el  trabigo  iBdividaal^  qoe  despaea  ae  bizo  colediTO,  para 
despu^  hacerse  politico  y  aoclal. 

Pero  toda  accioa  politica,  colecttTa  ó  IndividoaL  eùemmiiada 
4  la  reforma^  sapone  la  creeùcia  eti  la  reforma:  y  el  entusiasmo  « , 
móvil  ó  DQU)tÌYO  que  impulsi  a  eflftablecerla. 

Nosotros  h^nob  presentadola  religiou  de  la  ley,  el  axioma  de 
Ì03ticia^  y  el  amor  dia  Terdad^  corno  dogfma,  corno  mond,  eoino 
politica — El  problema  pues  consiate  ea  los  medios  de  realizar  J 
de  inatituir  esa  yerdad. 

Obra  de  afirmacion,  de  demostraciooidesentido  comuu  yde 
entusiasmo  del  debei*. 

Y  obra  de  negaciou  de  todo  dogma,  rellgion,  sistema  moral  6 
politico  que  sea  el  antagonista  de  la  razon,  de  la  justida  y  Itber- 
tad. 

El  ÌAdÌTÌduo  es  la  palabra.  Una  coleccion  de  indÌTiduos  ya  es, 
H  mais  de  la  razoii  del  individuo  que  conveuce,  la  atraccion  de 
una  fuerza  y  lagarantfade  sa  duracion.  El  poder,  elEstado,  et 
gobierno,  la  autoridad,  ya  es  la  fuerza  de  la  razon  del  indÌYÌdao, 
mas  la  atraccion  deuqa  fuerza  colectiTa,  mas  la  fuerza  social,  la 
fuerza  de  la  autoridad  y  la  fuerza  de  la  ley,  aplicada  al  triunfo 
del  axio.ma  de  justicia. 

^Cdmo  ser  poder?— por  el  acrecentamiento  de  la  fuerza  co<- 
lectira  de  los  racionalistas. 

xCómo  acrecentar  el  nùmero? — por  la  accion  individuai-. 
Empecemos  pues  por  elAtomo,  por  lamonada  social,  por  la 
indiyidualidad  soberana,  para  llegar  A  la  reformn. 

XXXIV. 

La  accio?(  jjidividcat.. 

El  peiisamiento  del  bombre  en  la  yerdad,es  corno  la  palanca 
de  Arquimedes:  Dadleun  punto  de  apoyo  y  bar  A  saltar  iril  mun*- 


db  de  ra  érbita.  Mas  espaato  eaasabaa  \m  rtfmaaos  un  j;e«to<  dor 
Arquimedes,  qaelas  faerzas  todasde  la  gran  citttfaìd^d^  SiràoCr^ 
sa.— ilPdr  quér^^orqoe  poscia  la  verdad  cientlfica.  E&tre  aéc- 
terioB  déBrahmA,  un  anacoreta  eoncentrado  etai  sa  pénsamiekitoi 
ó  iomoTiliiadò  eii  étlasis,  aterra  A  las  poblaoiones  qae  vienea  i 
sns  pìés  à  suplicarle  salga  de  ese  astado,  pòrque  tetnen  un  der^ 
rambe  del  universo.  Tal  és  la  fé  en  la  fnerza  atribuida  al  pensa* 
mienfò  en  comunicacion  conia  verdad. 

Una  soclèdad  fnndada  sobre  dogma  falso,  persigue  con  furor 
qne  se  comprende,  à  unhombre,  d  un  individuo,  d  un  àtomo  in- 
teligente,  qne  posea  óproclame  la  verdad.  Religion,  sociedad, 
gobiernòque  temen,  condenan  y  persiguen  la  luz,  la  discusion, 
larazon  independiente  y  à  la  ciencia,  proclanan  à  ciencia  cierta^ 
suerrorósu  falsia^  suirnpDtenciaósu  maldad.  Son  vulgares  h>s 
ejemplos,  tantas  veces  presentadosdeSócrates,  Jesu  Cristo  y  Ga- 
lileo. Sócrates  muere  por  ensedar  la  unidad  de  Dios  y  el  idea- 
la lismo.  Jesn-Gristo  muere  por  enscfiar  la  pureza,  la  caridadf  la 
r  humanidaduna,  contra  la  Iglesia  judia,  yla  diyision  privilegiada 
de  castas, .  elases,  razas  y  naciones,  que  se  miraban  corno  privile- 
giadasyse  despotizaban.  Yno  se  crea  que  pretendo  lisonjear, 
/esu-Crlsto  e^  sublime  comò  hombre,  y  corno  Dios  absurdo.  Ga- 
lileo ea  atormentado  por  la  Iglcsia  calólica  porqne  su  descubri- 
mientocoQvenéia  à  la  Bibita  de  mentirà. 
^  Y  esos  individuos  bau  triunfado.  Sócrates  venció  al  paganis- 
mo, Jesu-Gristo  A  la  Sinagoga,  Galileo  à  la  Iglesia  católtca. 

Despues  se  entronizó  el  paganismo  católico.  (Hasta  boy  s^ 
creo  en  Nàpoles  ed  el  niilagro  de  la  sangre  de  San  Genaro.) 

Despues  se  entronizó  otra  sinagoga  peor  en  Roma.  La  si- 
nc'kgoga  sabia  morir  por  la  patria.  La  Tglesia  católica  sabe  «se- 
sinarla. 

Desp«es  se  ha  pretendido  oon  el  so'flsma  y  la  mentirà,  ó  la 
ìgnoràneia  arrogante^  legitlm^r  lo  qne  se  Hdtnaba  ciencia  de  la 
Blblia.  J 

Pero  para  esos  males  aparécieron  tambien  individuos  qnè  se 
Uamon,  é  Lutero,  6  Yoltaire,  ó  Lamennais,  j  hechos  socia^ 
les  que  se  Uattian  là  Befornta,  la  Bevofneion  y  el  Ractona- 
lìsmo«  . 

La  accion  individuai,  6  ìa  verdad  en  un  àtomo  humano,  ptrede 
pnea  aer  la  fiìerta  litali^ue  sacada  al  universo.'  fel' àtomo  l(u- 
ihano  ttiiciaAo  611  et  nfaM,  aKmetìtado  con  la  forma  «téhia,  vi- 


-  2Mt— 

q!ielffrq*Bli>ÌiOijQ3»*Cnièt04  ../'  .         '/ 

A^uelipajps^vajfiiieqea  la  p^^abra  de  Jesu^Grifta  cisiraiteijicia» 

de.Oio^  ó  U.pal^qa  de*  Diq$  im^mo,  creerdiiili^qpiteafiond,  pd««i 

Lo  cual  pnieba,  qae  el  hombre,,  pudiendo  bacer  cm99  ws|A 
r/ra7ié^^5|^ae  lesa-CristQ,  Jesu-Cristo  no  es  Dio^f)  porqoQ el  ^om- 
bre  jamàs  puede  aspirar»  ni  pensar^  ni  mueho  meoo»  ejecuUr 
obras  mas  graades  que-  lais  del  Eterao  Ser. 

Pero,  cuàQtafuerza  no  recibela  creencia  del  hjombre  con  esaa 
palabrdS  de  Jesa  Cristo?*  «(  En  verdad^  en  verda^  os  digo:  el  fft^e 
<(  en  mi  cre^y  él  tamòien  hard  Im  obras  que  yio  haga^  ymaytxxcs  qxie 
a  e$tas  hard.  » 

•  XXXV.  , 

COMO  DBBE.PfiOG£DER    LA  ACdOTT  lIlBfVlDtJAfi. 

e  Uq  Douye]  unìvor»  n'at^iu) 

Sour  se  former  que  de  renconlrer 
ans  l0  vid6ik8  eìcttipdésert^,  unf 
atome  inorai*  i 

E.  QlIlWBT. 

El  hombre  poaeido  de  la  verdad,  debe  dar  de  ella  te^ti-- 
mooio. 

El  hombre  de  verdad,  debe  ser  afirmacioi^i  demostrapion  y 
acciof. 

.  Parafato esneceaario  el  estadiq,  el  trabajo^  el  eisfiier^o»  Sji 
el  hombre  se  encuentra  envuelto  en  una  atmosfera  enemiga,  aa 
palabra  debediaip^rla,  oon  el  aoplq  del  beroismp^.  1$  J^lib^r- 
bNÌ  de  la  pa^bra  no  existe,  acqérd^se  de  los  mìsterio^  c^Jl^brA** 
dos  en  honor  del  Grande  Arqoitecto  del  Universo.  Pera  si  In 
Uberbid  de  la  palabra  exije  sacrificioS)  aeairdese  qn^^^l  deber 
d^l  sacrificio,  lodesig^a  cono.holoeaqslici  de  lar  mrdàd^ •  par4: 
l2:lorJU  d)9  Dios  j  ^en  de  la  humani4ad;-ij  flO'OWid^.  gme.  paiéli 
de  grande  se  consigue,  sin  el  heroismo  de  la  inteligencia,  aio  et 
heroismo  d^l  fsor^zon,  sia  ^  heroismo  d^  la  iM4mt«4. 

Y  i|o{}rf  .tfiF^o  ivQ  o1tì4?  el  hGmbref.,qq^  linij^  .«ili  kupco^o  de 
IVef  OQ^  «  j)aìo  1^  di/Bta4ara  de  Bepafiv  qaf  en  ipeAio.  4^  aut«  anr 


-    3ft7  — 

tigno,  ^  ewrme^od^lৠ ìhmm  à0ih9s  amta^  eat^^' 

903^  DfeB«jpA||.el  te^tìnioiM^  defwdrtd/ 
.  Xn(\  olvide.el  toi»brev  qn^  ^n  mtàio  de  una  sociédàd  gn^k- 
d»,  qyeimpqpqja  bippcre3la*camo  tofidio  noc^sarìo  para  ser  b^o; 
DB9BP4^R  ti&atiiaonio'de  yi^rdad.  ^ 

iPara  quando  se  resef va  la  digsidad,  el  honor,  eì  saci«fi«o,  ài 
cuando  Uega  la  batalla,  el  soldado  quiere  reservarse  pata  mejo- 
i»as  diaal— Eres  soìdado,  estós  eo  la  batùUa,  tu  causa  es  la  ver- 
dad,  la  jii&^icia:--curople  pue$  tu  deber. 

Tal  es  ci  modo  de  proceder  para  iAicinr.  EJl  àtomo  qiie  cn- 
carna  la  justida,  esel  sol.  de  uà  nuevo  mundo; 


XXXVL 

DE  COMO   PROCEDE  HOX  L\    AqCIO^\    fam.VI0UAU 

ifPQrqué  tanto»  hAob  d(3  lioteblnsP—Si  los  qnelleran  )a  luz,  la 
esconden^  i  cònio  eafcrMter  U  oscuridad  ? 
.  Si  los  guiaasc  detìeaen^— la  dolumna'se  parafiza. 

Si  la  Yerdad  teme  ooatrariat*  lanasa  qne  I&  aplasta,  el  fiepul- 
erosero  9U aaatiaion.  Yofsi  remasi taalM  hombretf  que  son  se- 
Puloros.  Corneo,  bebon^  andauf,  h»blaD,rien^  perosuenaa  hueco 
%mo.  la.  tumba.       .     . 

.  Cònciencia  humana,  oh.tibqPtQd  !— Gorao  à  Eneeladb,  una  mon- 
tala te  oprime,  y  domo  el  gi^aato  isepultad»^  el  Tolean  que  iuf-' 
cendia;  etterreraioto  que  arrafKi,.son  las  sepaies  de  tu  eristencia 
mfàrtir  en  la  historia. 

Y  quienes  oprimen  a  la  humanidad  ?'^No  nos-  rofèrimos  en 
este  momento  àlos  poderes  despotÌEantes  de  tatierni:  nos  refè^ 
mmosalindiTiduOvà  lacolectividad,  a  la  sociedad*  que  tnmbien 
oprimen  à  sa  modo,  y  ejercen  el  despotismo  de  la  preocupadon, 
da4aiadiferencia;  del  egoismo  materiahzado. 

El  «  hombre  libre ^  »  no  lo  es  completamente,  sino  eà  ani«  «  sòr 
(ìédad  libre.  % 

Si  acepto  7  me  sometò  éja  eosfunibret  opt<esora>  ie  h  preocu- 
pacion  reinante,  sea  religiosa,  politica  6  sodai,  no  sojr  libi'e: .  He 
cedldo,  b«  abdipado,  y  ootttrlbujro  a  ^a  opresiùn  generaf. 

SieleonDcìmientodelas  càusas  que  escfiavizan  y-  él  e^ludio 
de  los  medios  que  libertan,  me  son  indiferentes^—sFdésprccio 


—  25»  — 

tà  p^ltbra  de  r^rdad^  porqufe  A  veces  es  duro  su  aeuftido;  8i  no 
me  daele  ci  crror,  el  mal,  la  eulpa,  qiie  f  luena  de  tfenipò  teli 
ppdido  JAitìlatme.  y  ah-aigarse,  y  miro  fcon  iedlferencia  tàn- 
diada  eae  ^upeetacolo,  soy.  complice  del  mal:---Ìa  irida  ìiìité,  la 
Vida  activa,  la  fucrza  vital  que  reage,  ha  sido  Hpagada,  annlada/ 
por  mimiamo,— yaoyei  cada  ver  de  la  personalidad  rencida  que 
ha  abdie9<i|o. 

Sì,  he  Uegado  n  constitair  en  suprema  ley  de  mi  existencia,  el- 
egoismo,  j  en  el  descenso  fatai  del  egoismo,  he  dado  la  direc- 
€ion  demi  yidaalgoce  materializado,  entonccs  la  lev,  la  moral, 
no  son  sino  asanto  de  piacer.  El  soberano  de  la  tierra  se  con- 
▼ierte  en  el  animai  supremo.  Y  en  una  sociedad  animalizada, 
la  fucrza  es  la  autoridad,  y  la  religion  sera  el  sybaritismo:  Soy 
de  ese  modo  el  mas  poderoso  instrumento  de  bpresion. 

Si  los  ntopistns,  si  los  hombres  de  efencia,  dominados  por  la 
vanidad  de  imponer  un  sistema,  de  asociar  su  norobre  à  una  (ór- 
mula,  de  querer  presentar  ó  una  raza  (la  teutomanCa  ó  pansla> 
vismo)  ó  ti  una  nacion  corno  là  Prusia,  la  Italia  ó  la  Francia 
(doctrinarios)  con  el  prìvilejio  imperiai  sobre  la  tierra,  han  vio- 
lado  la  justicia  en  la  historia,  absolviendo  todo  y  fiitalizando 
lodo  en  beneficio  de  sns  fórmnlas  históricas,  para  glorificar  lA 
monurquia,  quellamau  vnidad,  òsa  utopia  social  ó comunista, 
4. terrorista,  quellaman  democracia,  ^cómono  esplicar  y  com- 
prender el  extravio  de  las  inteligencias,  y  la  justificaciòn  de  to-' 
dos  losabsurdos?  — EsasK  comolos  pantheistas^  los  doctrinarios, 
las  socialistait  han  prfesebtado  uà  enorme  contingente  de  fatalis- 
tas  que  oprimen  si  gobiernan,  y  se  humtllan  si  son  gobernado^* 

Levantemos  pues  la  monada  libre,  el  àtomo  inteligente.  R^* 
plaiidezcaeIaxioma.de  justicia  en  todo  hombre,  si  comprende- 
mos.  amamosy  qner^mos  la  justicia. 

^Perq,  qué  hacemos  para  arrancar  de  la  materia  la  cente^la. 
eléctrica? 

l  Qué  hacemos  para  aplic&r  ul  uriejo  mundo^  la  palanca  de  Ar-^ 
quimedes? 

^Qué  hacemos,  cada  uno  en  su  esfera,  y  en  la  medida  de  sua 
(uer^as,  para  aflrmar  el  punto  de  apoyo  de  justicia? 

Muy  poco,  hermanos  mioa.    . 

l  Si  conocemos  que  el  error  4  la  mentirà  nosaptiiaieB,  cuéntos 
bay  que  mantienen  permanente  el  fqego  aagrado  de  la  Inroor- 
tal  protesta  ? 


8iéé8ptitl|Eado8  6  ^reneidos,  g  wiétoè  berftios  è\Aì  »1cw  «*tfc  tc- 
no6  4dloH«BUmàifÌod«Terda4?  <  .^ 

Si  éonveneiriMi  de  la  cMga  reH|;fò8«jld  «Hi  4eBppttzante; 
;  cu^ntos  hemos  sido  los  qae  bau  afirmado  sucreeneià?  ' 

No:  hombres  ^«(todQB  lo»  patti  tose  Hahabiao  bipocreato  en 
el  fondo  do  To/eatups  actofi.         .      r 

Siestais  ab«ao,  ao  desplogais  le  banderadelraciovalìdmovpof^ 
que  ^aeroia  aprofecharòa  dQ  la  faeraa  i^  la  Iglesia,  0  de  laia^ 
masasf  6  de  una  mayoriai  paradeiribaral  adveMirìo. 

X  si  estais  arrifoa  (aupoQiendo  ^jae  bayais  aido  liberales)  no 
quereis  comprometer  el  (noce  del  poder,  y  traosigis  y  aceptaia  el 
error,  y  comalgais  con  las  raedas  de  la  Iglesia  que  de  eae  modo 
OS  fortifica. 

Asi  se  perpetua  el  mal.  AsI  jamàs  saldremos  del  circulo  de  la 
tìrania  para  caer  en  anarqufa  y  Yolver  A  tiranfa. 

Ea  pues  neceaario  cambiar  de  rumbe  y  de  sistema.  La  bipo- 
li eresia  misraaba  s(ido  etperimentada.— Yolvamos  à  la  Terdad 
por  todaslas  vias. 

X)L\VII. 
DiE   COMO  jDC:BE  PfiOCfeOlSR   BCi  IJfDfVIDUO. 

Todos  los  cddi|[odde  mor«I;los  roandamientoa  de  todaa  las 
religiones  {si  se  èaceptfia  el  jesaitismo)  en  todo  tiempo,  ed  todo 
poeblo,  impone»  el  debèr  de  no  mentir. 

ìY  qué  exigimos,  para  regenerar  el  mando,  para  dar  à  la  Re- 
j)iiblica  U  virtud  de  su  existeacìa  fecuiidante>  sino  el  deber  de 
no  mentir? 

En  està  parte  de  laobra,  me  refiero,  A  los  q(ae  han  sàlido  de  1« 
Yteja  Iglesia,  à  los  que  no  reconocen  la  ^erdad  en  sua  dogmas, 
ni  la  jùsticia  en  sns  principios;  ni  la  moralidad  en  aa  dòctrina, 
ni  la  libertad  en  los  reaultadoa  de  hi  pràctioa. 

Medirijo  al  filòsofo;  al  racionaUsta^  al  verdadero  repHUicano. 

Tenemos  pues  el  deber  de  afirmar  nuestra  creencia^  al  freuftè 
del  sacerdoaio,  de  la  Iglesia  del  Eatado,  de'ld  «MÌedad,  de  la 
familia  y  en  las  relaciones  privadas.  »    ■ 

Tenemos  el  deber  de  .defender  miestra  enéeaeia  y.  rèbalir  la 
euemigay  y  negarla  probasdo.  < 


-  8«0  - 

TeneoioA' el  <)^har'4€i  lu»  ^furacqaieM^wta ^tóoita  p«r BsÉgMno 
de  naestros  actos  7  palabras,  al  dtogmn .  7  !relÌ0ÌQa:  4«Q  luii  m- 
(jlttoado,  7  qi^:p#r  :el  piea«i4)6  laineocia»  4»tiH»>.{>iedfiidiel'Sc- 
palerò  not  agonia. 

•  TeaemM  eHkhev^iaù  eÌà<k4aB0S,  eomo  jueees,  eonio^  le- 
gisladores,  comò  magistrados,  comò  gofeernador  *  pi^sld'ciitej 
de  aicx  addltorarel  Estedo  eoo  la  Iglesia. .  Si  podémos  asistlf  co- 
no coriosos  al  espcMcalo  pftblioo  en  los  callesde  las  ceremonias 
católicas  (verdedero  abuso),  no  podemossin  mentir  acompaftar 
4  «se  callo.    Si  el  gobienio  es  raciotialista  7  lo  hace, — mietile- 

5t)  necesita  la  libertad,  el  Te-Deum  de  uoa  Iglesia  que  a7er 
decia:  Peus  sahum  fac  regem; — 7  al  olro  dia:  Dsus  satvum  fac 
rempublicam;  j  al  dia  sigaiente  :  Deus  sahum  fac  imperatorém. 

El  que  uo  cree  en  el  pecado  originai,  no  debe  hacer  baulizar 
à  sus  hijps.     Si  Io  hace,  mienle.     Y  no  puede  servir  de  padriao. 

El  que  00  cree  ea  el  catolicismo,  debe  negarle  ejl  pvesu- 
puesto. 

Elque  no  crea  enla^raaa,  ni  en  la  auloridad  del  fraile,  no 
debe  confesarse. 

£1  que  niega  sus  dogmas,  no  debe  confiar  sus  hijos  al  maes- 
tro católico,  ni  mucho  menos  al  libro  ó  catecismo  católico. 

El  ciudadano  racloBalisla  debe  procurar  con  lodos  sus  es- 
fuerzos,  separar  la  Iglesia  del  Estado; — quilar  A  la  Iglesia  lo^ 
cegislrofl  eivioos,  (aacimiaatos,  matrimonios,  bautismos^  maer- 
toft),  dar  la  enaeftanza  de  la  religion  de  la  ]e7  en  sus  escuelas, 
formar  el  cuerpo  de  profesores  raoitoalistas,  darla  le7  del  ma* 
IrimoHiio  tini. 

El  radionalbta  paede  acompaiiar  d  la  Iglesia  al  cad&irer  det 
calólico,— pero  debemos  prohibir  que  la  Iglesia  nos  eotìberrejt 
«08  exorcise.  Tal  debe  ser  la  ùltima  palabra  de  niiestre  testa- 
mesto  racioaalista. 

Es  oaf  coma  saldremoa  de  la  tierra  de  Egipto,  para  bablar 
comò  ellos.  LevanlérockioS),  salgasios,  qaegiel  desleifto  ttòs  cs« 
p«ra>  atti  tambien  tendrem^)^  mejor  qneel  manti,  elpair.de  tcr- 
dad  7  de  jaaticia. 

El  deber  pvea  del  racionalista  es  decir  verdad  7  dar  testimo- 
nio de  yerdad. 

Pfo  caigael  vaeionaUsta  e&el  sofiso^a  hipócrlta  de  la  gente 
que  se  llama  del  mando.    Como  es  gsente  por  lo  general  ucia»  y 


egoista,  pretende  encubrir  su  ignoraneìa  y  su  egoismo  con  lo 
que  Ilama  el  buen  tono  de  no  hablar  de  religion. 

No  temamos  hablar  de  religion; — Es  el  asunto  mas  importan* 
te  de  la  ^ida.  Por  la  religion  soy  libre  ó  esclaro;  justo  ó  injus- 
to,  republicano  6  católìco,  sob^rano  "6  «ierro. — T  preguntatì 
^por  qné  se  teme  h&btar  de  religion? -^PorcJueW  se  puede  sos- 
tener el  catolicismo  razonando.  Y  la  prueba  es  que  al  momen* 
to  insulta,  ó  calumnia,  ó  se  encòleritta  6  apéla  Ala  Tiòleneia. 

Péro,  menar? —Tieuybla. 

Y^raciobalJbtd^  aplioaulodUTaibA^^Mio  fuem,  en  el  Qxioma 
idd  jttsticia  que^es  sii  puoto  de  apoyo,  tsunàiuèVe  al  tiejo  rotrndo 
«BÌt6Ueo  con  el  fieso  de  teda  la  inertftiii  de  me  siglos,  para  arro- 
jsYlo  A  la  inmeosa  foda,  donde  se  verifica  la  pntrefaccion  de  tof* 
>tféft  lo8  eri^oi^s  ]r  «léntfiras. 

'    T  el  MoioB^llsta  ès  uno  éontra  liéigion  j  no  fiembla  porque 
-Éfirma  ta  tevdad  y  la  jodticia. 

iOfOLé  le  imporla  el  nùmero?— No  cuenta  6  sus  enemigos. 

Es  unidad  centra  cantidad. 

Qué  le  importa  la  tvadlcion? — La  verdad  no   tiene  edad. 

Es  liberUd  centra  la  tróAica  del  humano  martirologio^  corno 
Camilo  Desmoulins  Uamó  à  la  bistoria. 

^Y  el  «exo  débilenemige  ?  El  racionalista  perteuece  al  sexo 
inerte.  Laa  mujetes  serdn  loqueloshombres  quieran.  LaBe- 
pùblica  Bomana  nosdabaCornelias,  y  el  Imperio  Bomano  M esa- 
linas.  Alejandro  VI  papa,  uos  dejó  i  Lucrecia  Beijia,  y  la  Be- 
jiùblìca  francesa  A  madame  Boland. 

£n  fin,  elracionalìstaes  estóìco.  'El  motìiro  de  sus  acciones 
tPg  <1  deber.    El  m6Ttl  de  sus  acciones  el  amor  A  la  justicia. 

Tenga  la  concienòia.dè  que  él  es  heredero  del  eterno  testa- 
wmte. 

Tenga  el  entusiasmo  que  inspira  la  regeneracìon  del  mundo. 

Adelante,  p«nto  luminoso  de  la  linea  recta  qtie  vA  de  laliber- 
tad al  Inflflitol  Sé  una vérdai,  y  còndensarAs losetementos  dis- 
penoB  del  imnid^  Aé  ^sticia  que  boscatnos. 


—  082  — 


XXXVlfi,, 


La  a|90CÌ4<^ipn  e»  indiapensable; 

Uno  de  losgrandes  defectos  denneUra  .edneaeioii  oitóHca, 
consista,  .^nesi^ejTta^kieasì.todoidela  autpvidaér,  del  gobierno, 
.de  la  f^en^  legai  :  CoivieeoeDoiaal  corno  tantas  <te  la  «bdieaeM» 
.del juicio  iBdividuaL  Y  Una  de  Jas  grtrndes  oaalidadea  de  lo6 
hombres  del  NortQ,  qae  p^^t^twron  (y.  qoe  por  eao  sé  Uamait 
protest antes)  contrai^ obedìenciadega^  bft  aJ4oyi9a,  la.imclatiYa 
intelectual,  moraly  psica  para  tìodais  rla^iewpreaas,,  la  c^neievcia 
de  la  razoD  corno  fandamento  de  la  dignì^ad  pexaonaL  7  el  em- 
pieo de  la  asociacioD  libre  j  4^  racipciaio  para  aanieDtar  aa  pò  - 
derioé  iostituir  sa  imperiò. 

De  atti  viene  esa  profunda  difer^neK  de  vlda  enlre  los  pue- 
))lo8  que  rechazaron  4  Soma  y  los  que  yi?en  sud  sòmietidòs  A  sn 
pontificai  dominio. 

,  £1  desarroUo  de  la  inatraccion,  de  la  enseftanza^  el  uso  de  la 
palabra  en  lecturas,  cdtedras,  tribuna/s,  la  prepsa  baja  tinta  forma 
desde  el  periodico  de  aidea  qne  viùia  la  cabaQa  del  labradori» 
basta  el  Timea  que  golpeo  «  todas  las  puert^i  del  miirido  civiiir 
zado; — el  folleto  especial  sobretodqs  las  necesixlades  dela  vida 
y  el  libro  catapulta  qae  derriba  religionea:  loda  idea  boaoa  la 
premia,  el  club,  el  meoting^  la  asociacioD,im  òrgano^  uda  ttibiiT 
na  y  uno,  prganii^acion .  Es  asi  corno  lo^,  pq^bloa  Jlegan  à  .ser 
ellossu  gobierno,  y  es  asi  corno  larazonllega  ù  serel  gobi^no 
de.  los  gobiernos. 

Esos  pueblos  tienen^éen  Inpalabi^a^  >>a  ocganizaroo  la  au- 
toridad,  la  fi^ers^a  y  la  autocracia  de  la  palabra.  l^  retfilttcioD^ 
larevuelta,  la  anarquLa  y  despotismp  caen  dft  sHyo^  y  ^stai  apari** 
cion  se  hace  imposible. 

Tengamos  esa  fé,  si  somos  republicanos,  y  organicemos  la  aso- 
ciacion  del  racionalismo. 

Inùtil  seria  demostrar  las  ventajas  y  necesidad  de  semejante 
medida.  ^Qué  no  se  ha  conseguidoen  Alemania,  boy  en  Italia^ 
eninglaterra  y  Estados-Unidos  con  la  libre  asociacion?    Cita- 


reaM^^^mploiCe'Gobden,  ètgèfe'tfè'  ìob  libre-caKkbistaiy  6 
del  comercÌ9libve'(^<i)Qé>  lande).  CoADlcM  ééRierios,  qùé  perse* 
\er^M«4ae  ttjj  ovatatos  veùdtidM  omgfMfiéos  para  il  bienes- 
tar/ie'las.iiii^wulj?  '     , 

^Y  paraai^ikbiia9ailaafnnd€|,'Qo  podfefeosdi*g&nk^^^  una  éo- 
.  cied^d  de  la  ìRep AbIi«a^rtcrDfl[aii(|t à  ?    Tedemos  el  próg^Amà,  i  j 
no   procuraremi^  ^ealiaar>  la*  grkn  n^TC^ucfoit  de  fa'raton  y 
liberted?  •,  '  •  : 

^llevamosla  palabrade  Ycrdad,  y  no    podremos  alimentar  a 
laa  multitudes  hambrientas  de  pan  y  de  justicia  ? 

Demos  pnes  un  cuerpoà  ladoctrina,  organicemos  el  centro  de 
la  propaganda  :  hagamos  una  fùérza  colectiva. 

El  catolicismo  cambia  de  formas:  es  ultramontanismo  eh  Bo- 
ma  y  ea  Espada,  Jesuitissào  en  el  tnnndo,  y  sociedades  de  San 
Vicente  dePaulenotras  partes.  Acecha  el  tnodo^  y  muda  de 
.fpi^ma.  ,  Se  s^rvede  lùs  feiIro^carMles,  de  la  prensa,  de  la  asocia- 
ci^n.  Pr^ende  vivifitarse  ap^dérdodose  de  algunas  formas  de 
.la  libertad  moderna^  paila  mejor  esCrangulurla.  ^T  nosotros  no 
nQsasodarQmosparoooiidbtttirlo^y'alBrmar  lasalnd,  la  salvacion 
.y.labellezadel  muado?      •     '     <  .    . 

Yed  é  Ips  en,emi}{Os  ep  laobra,  (/Vrtrf  opm),  Son  aotiTos,  se 
.multiplicanf  seinfiltrtn,  grUan^  perorali)  tienen  el  eonfesonnrio 
para  bablar  despaeìo  y  la  ctltedrai  %in'  rèplica  para  hablar  con 
brio.  Tieneu  capital,  oentroi;  unidad,  gobierdò,  asociacioti, 
clero  sodteni4o  por  el  fiatado^  orgnniiacionefii  misteriosa^  y  pù- 
blicaa,  dirigen  lain^trQooìon,  reetben  erogaciimes  por  Ics  biencs 
del  cielo  y  d^  la  ti^ra  qiie  dispekisan.^y  A  pesar  de  todo  eso, 
qué  hacen? — y  qué  no^  btrialnos  ìiosptros  còil  hi  milésìma  parto 
de  esQS  mediosi  'Es^qae  Mas  erìàn  muettog^  taé  deòia  Lamcn- 
n^is— y.nosotrps  ton^moalavitoilidQd  de  la  verdad.    '  * 

Pérosi  notrabiùamoa,si  nonofc  unitnos  y  orgomk^mos  nuoiS;- 
.tros  esfii^rzos^  ppdemo0S€«p''apÌQ8tadM  pbr.  la  Aic^za  tremendi! 
de  U  iiietviq  ocjd  qi^e  pesa  k  ttadiciori  €at61ka  sbbré  lA  cuna 
.(|el  3iueT0  .ijoundi^  yi  aplwe'  ei  espirltu  (tedéntor  qne  ha  se- 
pullado..     '.   !  ■  :     .    •     .•   ,  .•  ■      r   :    !  -^ 

,  ^S,jxÌ9i  bis^toiriade'Ari|érìefl,.M(foitè<:idh'IU*iÉAuéiicia  qììé  lavò 
la.^o^i(f /(ifi((»i't|i^.ipar«ipropa^  y  hwbriuludnrtafciiisa  ào:th 
.VPÌ4ffpqp4«»fi^  -.'pk  :*  ^  I-  '-vy  •  ■•  "•  '"  '  '  '■•/  '  '  ■  •"  ' 
<  €^31^40  lRsbo^'^<KsÀaBeQ9ÉlBieitti>y  de  \ì/tbid  ì(h  KMrkk 
unifiqu^nsu  afirmacion  racionalista  y  la  nega^eròìdi^ca^Hcé,'  ^if- 


— -M4 - 

lónces  veriemos  l&^f  givi4a)|^4itde  Mela'  dèi  IKu^Vp  4k»kiiiéfilé, 
iQ98.£lair^i)sa, j^'^M'wda  qne  k  de  liilÉd^ndetid^^^         * 

Veaiiipues lasim^Tas  .gjdofertfsifmcB  tA  magiiificci  ^bùApò  Qi/e 
las  espera?  Àsociémonos  para  preparar  ese  déitiUb;  Séàìtttk 
creadores.    ElracioiiallaixK)  espbreaeBeìa  creadè^.    > 

Si.el  raccionalisroo  Uegpraid;pddnr^  4  iser  aùtoridad,  ^(ibiéntb 
.èducacioD^  en^oiM^s  ll^garài€diDoiieiifeoiAedeeirlot|ue  déBa  htf- 
cer,parala  garantia  religiosa  de  lalibertad,  ;^  estirpar  Id'sQ^ers- 
ticiofi. 


XXXIX. 

1)£FEKSA  1>£   LA.   AmÉRICà-^DeL  GoUaftfiSO  AMCRtCATIO. 

Ya  la  invasioo  ha  ensangréntado  el  ditelo  Americano,  j  eon 
noble  orgnllo  lo  decimos/tambieii  ha  ^sido  ^srcarmentada.  Lois 
Mejicanos  sostienen  en  este  momento  el  honoir  de  loue^tj^a  Atnfé- 
riea,  la  dignidad  deios  pndlilos  lìbres,  7  con  la  sencillez  del 
varon  faerte,  nos  proclaman  desde  las  cumbi^es  Inmortales  de 
Gaadalupe,  mostróndonos  ò,  los  rencedores  de  Busos  7  de  Aus. 
triacos,  en  precipitado  derrumbe  porsn  esfùerzo.  Son  los  Zua- 
vos  7  cazador^  qne  ti  2  de  Dìciembro  de  1851  pisotearon*  la 
repùblica  francesa  en  una  01^  de  sangre,  los  qne  han  ido  & 
bnscar  sa  tumba  en  otfa  tierra,  7  à  morder  el  polro  de  los  re< 
pnblieanos  Tenoedores:  firacias,  ]ii9ticia  providencial  !  El 
débil  Tenceal  fuerlef  la  BepAUi^a  destroza  al  soberbio  Imperio, 
la  independencia  é  la  conqnìata  7la  justieia  ài  pérjurio. 

La  ìuz  se  kizo.  Bonaparte  engadó  h  bus  diaflo^,  7  fiié  enga- 
fiado  por  los  traidorea.  Yà  éiiipieea  à  '^r  incido  t^nr  sns  ar- 
mas.  Ya  arrpjó  la  -mtacàra  de  laa  tÉolamacione^^  i^ue  nunca 
le  fueron  negadas,  7  la  ''iaValnon  dtsenmaséaràda;  nnidà  à  lo^ 
Ajlmonles  y  Marqvez,  la  hez  de  la  tierra^.pretetidió  negar  à  là 
capital  de  Moteucioipiii,  para  ph)claiiarla  nmbarqnia. — Quées- 
pectàculo,  el  de  tanta  intriga,  en  medio  de  tanto  despiòtismo; 
rodeado  de  tanta f«eitt!  iQné  especMcido!  d  de'^ése  imperio 
asoeiado  j  c^bljiindo'  k  loAbias  infameB:  triMores  de  là  hlstdria 
moderna! — Elhistoriador  comò  aquel  eiJ^tano,  JeftMa'fl  ébHo, 
para  qne  4»i  ¥is(a:  repognaote,;  «taje  paÀ  Bieill)pre  Ut  '^  irido 
14  j^^ven  inexpd^to. 


—  265  — 

Pero  la  protesta  de  la  Francia  no  es  ràpida,  no  Ilega,  j  no 
sabemos  si  vendriì.  La  reyolucion  Europea  puede  tardar  un 
aflo,  y  dar  tiempo  él  Bonaparte  para  ensangrentar  y  arruinar  la 
tier ra  Hejicana;  7  el  deber  de  las  naciones  de  America  con- 
siste boy  dia,  en  Yolar  à  su  socorro,  ó  en  tornar  las  medidas 
que  vamos  à  indicar. 

Antes  de  hacerlo,  reproduciremos  las  siguientes  l(neas>  de- 
mosttando  la  neeesidad  y  objeto  del  congreso  americano. 

El  s&bio  naturalista  D.  Claudio  Gay,  historiador  de  Ghile, 
nos  dice  lo  siguiente  : 

«  Al  recorrer  la  correspondencia  de  aquella  epoca,  se  ré 
con  que  esmero  estas  dos  repAblicas  procuraban  prestarse  mù- 
tuamente auxilio  para  asegurar  la  conqitista  de  sus  derecbos  y 
preparar  todo  cuanto  podia  ser  principalmente  lìtil  é  los  intere- 
sea  comunes  de  su  patria.  Pero  lo  que  se  nota  de  mas  particu- 
lar  es  que  ya  en  aquella  època  se  dejaba  presentir  la  grande 
necesidad  de  un  congreso  general  de  todas  las  reptìblicas  de 
la  America  meridional  para  formar  en  él  una  alianza  firme  y  du- 
radera. 

<c  Estajunta  (diceunoficio  de  26  de  Noriembre)  conoceque 
»  la  base  de  nnestra  seguridad  esterior,  y  aun  interior,  consis- 
»  te  esencialmenteen  la  union  de  la  America,  y  porlo  mismo 
»  desea  que,  en  consecuencia  de  los  principios  de  Y.  E.,  prò- 
»  ponga  à  los  demas  gobiemos  (siquiera  de  la  America  del  Sud) 
»  un  pian  de  congreso  para  establecer,  la  defensa  general  de 
»  todos  sus  puntos^  y  aun  refrenar  las  arbitrariedades  y  ambiciosas 
i>  disensùmes  qurt  promuevan  los  mandatarios;  y  cuando  algunas 
9  circunstancias,  acaso,  no  bagan  acsequible  este  pensamiento 
y>  en  el  dia,  por  lo  menos  la  tendrà  Y.  E.  presente  para  la  pri- 
»  mera  oportunidad,  que  se  divisa  muy  de  cerca.  » 

«  Este  pensamiento,  debido  al  gran  patriota  don  Juan  de 
Bosas  y  sostenido  bàbilmente  por  don  Juan  Egafla,  fué  clara- 
mente  esplicado  en  un  diario  que  escribia  el  primero  A  la  sa- 
zon>  7  que,  por  no  haber  imprenta,  salia  A  luz  manuscrito,  con 
el  titulo  Despertador  americano-,  en  el  cual  aparecia  comò  idea 
primitiya  del  congreso  de  Panama.  » 

(Claudio  Gay— Hist,  àe  la 
Indep.  Ckiltnor^Tom.L 

Obsérvese  que  ese  oftio  era  de  Noviembrede  1810,  y  se  ve- 
ra que  el  instinto  de  la  defensa,  y  los  grandes  motivoa  que  im- 

9 


—  266  — 

pulsaban  à  nueetros  padres,  les  bacia  ver  con  claridad,  lo  ur- 
gente  7  permaaenbe  de  laa  instUocioDes  salvadora».  Y  cuan- 
tos  bieoes  no  huJi>ier«  ya  prodacido  esa  union,  ese  coogresot 
esa  autoridad  mo^al  tau  solo^  sea  para  naestr a  respetiAilidfa^ 
exterior,  sea  para  nneatrapacificacion  y  desarrollo  Interpo  *~ 
Yuelve  la  ocasion,  7  apremia  Sìas,  ^por  qué.  no  realizar  ese  pro- 
grama? 

Los  mas  notabtea  peoaadores  de  America,  entre  los  eqales 
contamos  al  gran  teòlogo  reformador  b.  Fraacisico  die  Paula  Vi- 
gil,  al  noble  soldado  coronel  Espinosa,  7  al  itttStrepHbUeiata 
de  la  RepabUca  Argentina  el  aefior  Alberdi,  hao  ciaoiadlO  tam- 
hieB  por  esa  idea.  Nosotroa  taaibien,  beinosi  dado  nne^itre^ 
ooatingente,  7  corno  aobsiste  el  objeio,  7  los  medios  qpe  par^i 
eovseguirlo  bemos  expuesto,  son  los  mismos,  aos  seró  permitì- 
do!  reproduQìr  un  fragmento  del  foUeto  que  à  este  respecto  pii- 
bltoamosi  en  Paris  en  1856,  cuando  ttéjico  7  Cenitro  Américi^ 
eran  amena^ados  por  el  filibusterìsmo  dei  los  es&lav6cratas  d^ 
Estadoa-Unidos. 

il  Entónces  yerfamos  cnàl  seria  nuestro  destino  en  "vez  d^  d^ 
la  gran  nftion  del  Continente.  La  union  es  deber,  la  unidad  de 
BÙrM  e^  proaperidad  inorai  7  materni,  la  asp^iacion.  es  ima 
ne^aidad,  ann  maa  diria>  nuestjra  union,  nue^tffa  asociaeipa 
de^  n^t  ba7  et  leerdade^  patriotismo  de  los  Americanos  del 
Sud. 

«  Ko  se  crea  tal  idea  un  imposible.  No  haee  mc^d^  fi|B^» 
qiie  los  bijosdel  Piata  7  del  Orinoco,  del  Gua7as  7  del  ]tfag4v 
lenaiqu^e  loa  d^sendientes  de  Atahua]pa7  de  Caupolican  se  abra- 
zaba^  en  los:  dias  de  miierte  7  de  Victoria,  por  espacio  de  12 
a^s  7i^  las  cima^  de  los  Andes.  Entónces  I^  patrifi  ^  .U%- 
maba  Independencia.  i  Por  qué  ho7,  cuando  se  trata  dc^  con,- 
aery^F  las  e^^odiciones  fisicas  7  morales  del  derecbp  7  de(  por- 
Teiùr  diQ  esa  IndepeAde^cia,  no  hemos  de  T^vei*  4  se^t^*  ^m 
alma  America]^  que  Uumiqó  nuest^i)  u^c^nùento  con  las;i;ej|-- 
plandores  d^  todas  laa  campaQas,  des^tres.  7  viatorÀas  ^e  ì^^ 
afio$  terribles?— *SI— H07  la  patria  se  llamaró  cojcFE&Em^feQif^ 
para  la  segunda  campafia,  para  abrir  la  ^i^a  de  un^  nueif^  mAA|" 
festacion  de  gloria. 

)>Otra  consideracìon  mas  elevada  7  mas  profunda  tengo  tam- 
bien  que  presentaFos. 

y>  ^  Qué  eS'lo  que  sepierde  en  Europa  ì  la  PertonaUdàd; . . 


—  267  — 

»  l  Poi*  qué  causa  ?  por  la  division.  Se  puede  decir,  sm  temor 
de  asettSar  una  paradoja,  qtie  el  hombre  de  Europa^  se  coavier- 
te  en  instrumento,  en  fumbion/  en  màquina,  ó  en  elemenU)  frag- 
mentario  de  una  màquina.  Se  ven  cerébros  y  no  almas; — se 
▼en  intdligencìas  j  no  ciadadanos; — se  ven  br&zos  y  no  hunia- 
nidad;  reyes,  emperadores  y  no  pueblos  ;  se  ven  masas  y  no 
sDberania  ;  se  ven  stibditos  y  lacajos  por  un  lado,  y  no  sobera- 
ilci|9-  £1  principio  de  la  divisiondel  trabajo,  exajerado,  y  txas- 
portado  de  la  economia  politica  à  la  sociabilidad,  ha  dividido 
la  indivisible  personalidad  del  hombre,  ha  aumentado  el  poder 
y  las  riqu^eias  materiales,  |y  disminuido  el  poder  y  las  riquezas 
de  la  moralidad;  y  es  asi  corno  vemos  los  destroaos  del  hombre, 
flotaudo  en  la  anarqufa  y  fócilmente  avasallados  por  la  union 
d0l  deapotismo  y  de  los  déapotas. 

»  Huyamos  de  semejante  peligro.  Salvar  la  personalidad  en  la 
^traòflia  de  todas  sus  facultades^  funoiones  y  derechos,  es 
otra  empresa  sublime  digna  de  los  que  han  salvado  la  Bepù- 
bUea  h  despeeho  de  la  vieja  Europa.  Todo  pues  nos  habla  de 
«nidad  )  de  asociacion  y  de  armonia:  la  filosofia,  la  libertad,  el 
ioterés  individuai,  nacional  y  continental.  Basta  de  aislamiento. 
Huyamos  de  la  soledad  egoista  que  facilita  el  camino  d  la  mi* 
santropia,  &  los  pensamientos  pequeiios,  al  despotismo  que  vigi- 
la y  4  la  invasion  que  amenaza. 

.  «Uno  es  Duestro  orlgen  y  vivimos  separados.  Uno  mismo 
lìue^ti^  bello  idioma  y  no  nos  hablamos.  Tenemos  un  mismo 
principio  y  buscamos  aislados  el  mismo  fin.  Sentimos  el  mismo 
mal  y  no  unimos  nuestras  fuerzas  para  conjurarlo.  Columbra- 
IB0S  idéntica  esperanza  y  nos  volvemos  las  espaldas  para  alcan- 
zarla.  Tenemos  el  mismo  deber  y  no  nos  asociamos  para  t;um- 
plirlo.  La  humanidad  invoca  en  sus  dolores  por  la  era  nueva, 
profetizada  y  preparada  por  sus  sàbios  y  sus  liéroes; — por  la 
juveuUid  del  mundo  regenerado,  por  la  unidad  de  dogma  y  de 
politica,  por  la  paz  de  las  naciones  y  la  pacificacion  del,  alma,  ^y 
Qosotcos,  que  pareciamos  consagrados  para  iniciar  la  profeeia, 
ii090tros  olvidamos  esos  soUozos,  ese  suspìro  eolosal  del  pia- 
neta, que  invoca  por  ver  à  la  America  revestida  de  justicia  y  der- 
ramando  la  abundancia  del  aloKi  y  de  sus  regiqnes^  sobre  todos^ 
los  hambrientos  de  justifta! 

»No,' Araericanos,  no  hermpnos,  que  vivimos  esparcidosen 
es»  cuna  grandiosa  meeida  por  los  dos  Océanos. 


—  268  — 

«La  asociacion  es  la  ley,  es  la  forma  necesaria  de  laperso- 
nalidad  en  sus  relaciones.  Eq  paz  ó  en  guerra,  para  domar  la 
materia  ó  Ics  tiranos,  para  gozar  de  la  justicia,  para  acrecentar 
naestro  ser,  para  perfeccionarnos,  la  asociacion  es  necesaria. 
Aislarse  es  disminairse.  Grecér  es  asociarse.  Nada  tenemos 
que  temer  de  la  union  y  si  macho  que  esperar.  '^Gnàles  son 
las  dificultades?  Creo  que  tan  solo  el  ;trabajo  de  propagar  la 
idea.  ^Qaé  nacion  ó  qué  gobierno  Americano  se  opondrian? 
^Qué  razon  podrfan  alegar?  ^La  independencia  de  las  naciona- 
lidades? — Al  contrario,  la  confederacion  la  consolida  y  de- 
sarroUa,  porque  desde  el  momento  que  existiese  la  represen- 
tacion  legai  de  la  America,  cuando  viésemos  esa  capital  mora!, 
centro,  concentraciony  foco  de  la  luz  de  todos  nuestros  puebloSf 
la  idea  del  bien  general,  del  bien  comun,  aparaciendo  conau- 
toridad  sobre  ellos,  las  reformas  se  £acilitarian,  la  emnlacion 
del  bien  impulsaria,  y  la  conciencia  de  la  fuerza  total,  de  la 
gran  confederacion,  fortificariala  personalidaden  todos  losàm- 
bitos  de  America. — Noveosino  pequefiez  en  el  aislamiento^ — 
no  veo  sino  bien  en  la  asociacion.  La  Idea  es  grande,  el  mo- 
mento oportuno,  ^por  què  no  eleyariamos  nuestras  almas  &  esa 
altura? 

<c^Y  nosotros  que  tenemos  que  dar  cuenta  à  la  Providencia  de 
las  razas  indlgenas,  nosotros  que  tenemos  que  presentar  el  es- 
pectàeulo  de  la  Bepùblica  identificada  con  la  fuerza  y  la  justi- 
cia,  nosotros  que  creemos  poseer  el  alma  primitiva  y  universa! 
de  la  humanidad,  una  conciencia  para  todos  los  resplandores 
del  ideal,  nosotros  en  fin  Ilamados  à  seria  iniciativa  del  mundo 
porunlado  y  porotro  la  barrerà  Ma  demagogia  y  alabsolutis- 
moyla  personificacion  del  porvenìr  mas  bello,  abdicaremos, 
cruzaremos  los  brazos,  no  nos  uuiremos  para  conseguirlo? — 
^Quién  de  nosotros,  conciudadanos,  no  columbra  los  elementos 
de  la  mas  grande  de  las  epopeyas  en  ese  estremecimiento  pro- 
fético que  conmueveal  Nuevo-Mundo? 

«Debemos  pues  presentar  el  espectóculo  de  nuestra  union 
Bepublicana.  Todo  clama  por  la  unidad.  La  America  pide 
una  autoridad  moral  que  la  unifique.  La  verdadezige  que  de- 
mos la  educacion  de  la  libertad  à  nuestros  pueblos;  un  go- 
bierno, un  dògma,  una  palabra,*  un  interés,  un  vfnculo  soli- 
dario que  nos  una,  una  pasion  universal  que  domine  à  los  ele- 
mentos egoistas,  al  nacionalismo  estrecho    y  que  fortifique  los 


—  269  — 

pnntos  de  contr  icto.  Los  bàrbaros  7  los  pobres  esperan  ese 
mesias;  los  desiertos,  nuestras  montafias,naestros  rios  clamati 
por  el  futuro  explotador;  y  la  cieocia,  j  aun  el  mando  presta» 
oido  para  ver  si  viene  una  gran  paiabra  de  la  America:  Y  esa 
palabra  sera,  la  asociacion  de  las  Bepùblicas»    (1) 

XL. 

La  opinion. 

A  pesar  de  la  dificultad  de  las  comunicaciones,  vamos  4  con- 

sìgnar  al  fin  de  este  trabajo,   un  resùmen  de  los  actos  que  han 

legado  à  naestro  conocimieato,  sea  de  la  opinion  ó  de  los  go- 

biernos  de  America,  ante  el   atentado  de  la  iuyasion  francesa. 

Él  gobieinodel  Però  que  ha  sido  el  ùnico  que  sepamoshu- 
blese  protestado  conira  la  Espafia  por  la  anexion  de  Haity, 
ha  sido  tambien  et  mas  diligente  en  acreditar  enviados  para  ver 
modo  de  verificar  la  Union -Americana. — La  opinion  póblica  en 
Lima  se  ha  manifestado  de  un  modo  solemne  7  las  manifesta- 
ciones  cunden  en  otros  puntosde  la  Bepùblica. 

El  Sr.  Andra ca  en  Lima,  promovió  la  reunion  el  dia  29  de 
Marzo  de  1^62   que  hizo  la  declaracion  siguiente: 

Despnes  de  varios  articulos: 

«  13^  Qoe  los  Peruanos  se  congregan  en  patrióticos  comicios 
para  hacer  oir  su  palabra  desde  la  tribuna  dQ  la  prensa  defen- 
diendo  los  derechos  de  su  hermana  la  Bepùblica  de  Méjico, 
loB  de  loda  la  America  y  los  suyos  propios,  para  manifestar 
à  las  testas  coronadas  de  Europa,  que  en  America  no  existen 
stmpatias  ni  partidarios  para  adoptar  ni  consentir  el  estable- 
cimiento  de  gobiernos  monàrquicos,  y  mucho  menos  el  de  hin- 
gnn  sumo  imperante  estranjero. 

»14*  Que  en  caso  de  que  el  conflicto  en  que  se  ha  puesto 
la  indepeadencia  de  Méjico  no  se  zanje  por  la  via  de  las  nego- 
ciaciones  diplomàticas,  y  se  violente  à  sns  nacionales  para  impo- 
iierles  el  proyectado  trono  ùotro  cualquiera,  el  pueblo  peruano 
debe  ayndarle  à  sostener  su  personalidad  politica  y  sus  dere- 
chos imprescriptibles  con  todos  sus  recursos,  sin  omitir  el  sa- 
crificio de  sumisma  existencia. 

(1)    Congreso  federai  por  F.   Bilbao. 


—   270  — 

»  1 5''  Qae  los  peruanos  siempre  hogpitalarios,  han  ofrecido  so 
fraternal  estìmacion  k  todoslos  estranjerosresidentesen  su  ter- 
ritorio, garantizàndoles  por  medio  de  las  leyes,  sa  trabajo  j 
su  personalidad;  quelos  faan  mirado  y  loBWran  conio  compa* 
triotas,  otorgdudoles  los  derechos  de  eiadadania  y  de  fraterni- 
dad  politica  desde  que  pisan  su  territorio»  y  qae  por  tan  sagra- 
dos  principios  deben  manifestar  corno  manifestamos,  que  cua- 
lesquiera  que  sean  las  emerjencias  de  la  guerra  de  Méjico,  ja- 
màs  podràn  darnos  una  actitud  hostil  para  los  estranjeros 
residentes  en  nuestro  suolo,  y  à,  quienea  Ilamamos  nuestros 
amigos  y  hermanos. 

»t6®  Quelos  gobiernos  de  dos  potencias  de  la  Europa  par- 
ticalarmente,  olvidando  el  bautismo  de  sangre  que  nos  reje- 
neró,  sacàndonos  de  laesclavitud  éuna  yida  de  independencia 
y  libertad,  desatendiendo  el  sentimiento  de  sas  miamos  p«e- 
blos,  cuya  causa  de  libertad  se  opone  à  la  opresion  del  prin- 
cipio de  independencia  y  nacionalidad,  no  oyendo  el  grito  uni- 
versa! de  reprobacion  del  Mundo  civilizado,  parecen  confirmar 
con  los  hechos  la  intencion  que  se  les  supone  de  impiantar  el 
gobierno  monórquico  en  todas  las  secciones  americanas. 

»17^  Que  la  memoria  de  nuestros  padres  mdrtires  de  la  li- 
bertad y  la  sangre  derramada  en  los  campos  deh)  Indepeor 
dlnoia  y  nuestra  existencia  y  la  de  nuestros  hrjos,  reclamaB  im- 
periosamente la  resistencia  pasiva  y  actiya  à  toda  downacioi)  es- 
trafia. 

«18."*  Que  los  Republicanos  demócrataa  cuando  se  tratti  d^ 
arrebatarles  su  yida,que  es  la  Bapùbliea,  todo  lo  oonflMigraii  àia 
patria,  todo  se  lo  deben,  sin  que  eUa  nada  les  d«ba. 

al 9.*  Que  nuestra  sangre,  la  de  nuestros  hijos  y  la  de  tos  hi- 
jos  de  nuestros  hijos,  no  debe  ahorrarse  cuando  se  tratade  ubar 
tir  la  tirania  y  de  fecundizar  la  tierra  de k libertad.  :-  i 

«Por  todos  estoa  fundamentos.»  etc.  etc. 

En  Chilese  instalo  la  sociedadde  la  Union  Americaiw,  ett  Vali* 
paraiso  el  17  deAbril  de  1862  bajo  las  siguientea  baaes; 

!.•  Compondràn  la  sociedad  todos  los  interesadcM  enei  par- 
yenit  de  las  repùblicas  americanaa  y  de  los  priacipìcia  en  qM. 
se  basò  su  independencia.    Su  objeto  principalserà:  n   » 

«!.•  Trabajar  por  la  unificacion  del  sentimiento  amettcand.  y 
por  la  conservacion  y  subsistencia  de  las  ideas  republicanas  en 
America,  por  todos  los  raedios  A  su  alcance. 


^ 


—  271  — 

«2.**  Promover  y  activar  las  relaciones  de  amistad  entre  to- 
dos  los  hombres  pensadores  y  libres  de  la  America  republicana, 
A  fin  de  popularizar  el  pensamiento  de  la  Union  Americana^  y  de 
acelerar  su  realizacion  por  medio  de  un  Congreso  de  Pleni- 
poteuciarios.» 

¥  en  Santiago  ae  organilo  la  misma  sociedad,  renniendo  lo 
mas  escojido  qua  tiene  el  paia  en  la  literatura  y  jeu  las  armas. 
Las  cindades  de  Copiapó,  la  Serena  y  Quillota,  ya  6  la  fecha 
habìm  instalado  sociedades  con  el  mìsmo  objeto,  y  ùlttmamen- 
le  el  poder  ejecntivo  fàé  interpelado  en  la  Càmara  de  Diputados 
sobre  ^u  eondncta  respecto  A  la  sitnacion  de  Méjico.  El  gobier- 
BO>del  flr.  Perez  respondió  satisfactoriamenle,  dando  cuenta  de 
baber  enyiado  A  su  ministro  en  Lóndres,  la  protesta  del  gobier^ 
no  de  Chile,  y  de  haber  decidido  enviar  una  legacion  é,  Héji- 
co. — La  prensa  defiende  enérjicamente  la  cansa  de  Amériéa. 

La  Bepùblica  Orientai  del  Uruguay,  pequefla  en  tierra  pero 
grande  en  ónimo,  ha  manifestado  en  la  prensa  su  decisionpor  la 
causa,  sureprobacional  atentado,  y  la  «Bepùblica))  promovió  la 
formacion  de  la  «iSocìedad  Americana))  que  reuniese  sus  esfuer- 
zos  à  los  de  Chile  y  el  Perù.  La  juTentud  ha  levantado  una  sus- 
cripcion  para  enviar  al  general  Zaragoza  una  prenda  de  admira- 
cioo;  el  tN^tto  sexo  ba  bordado  una  bandera  para  el  general 
Becrbfabft],  <venaedor  en  bis  combres;  y  ùltimamente  varioS' 
^  jóvenes  del  ejército  bau  pedido  sus  bajas^  para^ir  él  ofrecer  al 

gffmdepresid^te  /oarez^  sus  servicips. 

TiCmIo  eso  as  JbeUo  y  ammador^  y  sisendo  lo  ùnico  notaMe  que 
sepamosse  haya  hecho,  lo  consignamos^  comò  un  eatimulo  para 
baper  {|lg9  pas  y  reti&ffa  wa  de  laa  grandea  medidas  indica- 
diMi. 

ff^da  aabeoioa  4^1as  repùblieaade  Golombia,  del  Centro,  y 
djQ\Bi9livÌQ,  I)6l  Paraguay,  el  sileooio  de  la  «merle;— y  de  la 
S^bti^B  Affgentiua^:  en  otro  tianiq[)Q  tan  americana,  no  beitoa 
oid%:  ni  hemosisi^dioi  sebiaya  hecbo  n(ula  boy  dia,  por  la  causa 
dj^pontìnente^  hf^fjfWpàt^B^  de  provincia.  I0  separan  de  la  na^ 
cìon;y  lanacion  sin  capital,  la  desperson^AiaaenAmér'mn.  Los 
Bizantinos  disputaban  encarnizadamente  sobre  los  panes-azimos^ 
cuando  ya  Maboma  Ih  golpeaba  las  puertas  de  Gonstantino» 
pi». 


'        '  —  272  ~ 

XLL 

LO     URGENTE. 

Si  las  circuDstancias  apremiaran,  si  el  peligro  de  Hejico  au- 
mentara,  y  las.naciones  de  America,  do  sintiesen  ese  eotusias- 
mo  que  aliana  las  dificultades  y  domina  al  tiempo  7  al  espacio;— ^ 
si  se  creyera  que  la  instalacion  de  ese  cougreso  exijiria  mucho 
tiempo,  durante  el  cua],  se  consumase  el  atentado,  entonced 
cada  nacion,  cada  pueblo,  todo  individuo,  proceda  por  si^  y  con^ 
tribuya  segun  sus  fuerzas  k  la  defensa  de  la  Bepùblica  y  del 
territorio  amenazados. 

Tres  son  las  grandes  medidas  que  pueden  tomarse  para  so- 
correr  à  Méjico  y  dar  respetabilidad  al  Continente. 

PRIMEBA  MEDIDA. 

IWTERDICCION   GOMERCUL  CON   LA  PÌIANCU. 

Grande,  magnifico  seria  que  el  Gongreso  Americano  decretase 
esa  medida; — peroen  su  deficiencia,  cada  nacion  puedehaeer- 
lo,  y  dar  eseejempio  sdblime|defraternidadyBolidaridad  Ame^ 
ricanas.  • 

Imaginaos  el  efecto  quq  produciria  en  Francia  la  notieia  <)e 
no  poder  introducir  en  America  ninguna  de  sus  producdones 
y  artefactos! 

Qué  estimulo  para  las  naciones  industriales,  para  111  concur- 
rencia  de  la  Inglaterra,  Bèlgica,  Alemania  ! — Qué  gérmen  de 
protèsta  y  derevuelta^  no  produciria  gen  Francia  mismo,  la'in- 
tervencion  comercial,  causando  bancarrotas,  y  arrogando  mùlti- 
tud  de  obrerosà  la  calle  sin  trabajo  y  sin  paa!— Guando  lajnsticià 
impera  en  la  conciencia  de  I06  pueblos,  la  interdiccion  moral 
es  lo  bastante; — peropara  pueblos  materialiKados,  el  lengudje 
de  la  materia  esnecesario. 

SEGUHDA     MEDIDA. 

Enyair  un  ministro  plenipotenciario  él  Europa,  otro  ù.  Méjico  y 
otro  d  Estados-Uuidos.  El  lector  comprenderà  que  no  podemos 
ocuparnos  de  susinstrucciones  respectivas. 


—  573  — 


TERGERÀ  MEOIDA. 


LeyaDtar  un  empréstito  en  todas  las  Repùbiicas  para  ponerlo 
à  disposicion  del  gobierno  Hejìcano. 

Y  aun  propondriamos  una  cuarta,  que  seria  el  enganche  de 
Toluntarios,  para  la  guerra  santa  d^Ia  Bepùblica  contrala  Mo- 
narquia,  de  la  Independencia  contra  la  conquista,  de  Méjico 
centra  la  Francia. 

La  ocasion  se  presenta,  el  palenque  està  abierto,  restos  vene- 
rables  de  nuestras  gnerras  nacionales  I 

El  borìzontees  bello,  la  causa  es  justa,  jóvenes  generaciones 
de  la  America! 

Llega  el  momento  de  iniciar  una  era  nuevade  solidaridad  y 
de  graudeza. 

El  clarin  de  la  guerra^  seùala  el  gérmen  de  una  grandiosa 
epopeja. 

Politicosy  gobiernos  de  nuestras  jóvenes  Bepùblicas  ! 

Oh  Tosotros  todos,  que  sentis  en  el  alma  la  peticion  de 
gloria. 

EspfritQs  sedientos  de'  Terdad  j  de  justicia,  yed  ese  itinera- 
rio de  sacrificios  que  principia;  dirijid  el  impulso  parala  reali- 
zacion  de  la  justicia. 

Defendemos  en  la  tierra  la  ciudad,  para  recibir  la  encaraa- 
don  de  la  ciudad  profetizada:paz  d  loshombres  debuena  voiuntad^ 
— ^pero  guerra  al  usurpador. 


IO 


n 


A^NDICE 


Como  un  grito  del  alma  americana,  insertamos  &  continnacion 
el  «  Himno  de  gnerra  de  la  America,  »  produccion  del  j6¥en 
GuUIermo  Matta.  A  jnicio  nnestro,  es  el  reflejo  de  la  espada 
en  los  ojos  de  una  heróica  juventud. 

Insertamos  tambien  la  traduccion  con  que  el  sefior  Fajardo  ha 
querldo  favorecernos,  y  que  completa  la  maldicion  de  America 
con  la  maldicion  de  Europa,  lanzada  por  la  tremenda  toz  de 
Victor  Hugo.  La  baia  roja  del  poeta  francescano  se  ha  enfriado; 
7  rebotada  por  el  sefior  Fajardo,  siembra  lel  incendio  y  el  des- 
precio  en  su  carrera^ 

HIMNO  DE  GUERBà  DE  U  AMERICA 


America,  à  las  amas.! 
De  nuevo  à  tu$  confines  trae  Europa 
Oprobio  y  servidumbre 
America,  ù  las  armasi 
Tu  espada  al  sol  relumbre, 
Levanta  tu  pendon  republicano  '  . 

Y  un  sola  gritp  — libertad  y  gperra  ! 
Atraviese  el  Ocejino^ 

Y  estremezca  la  tierra 

Desde  el  Estrecho  al  golfo  Vejicano  ! 

II.. 

A  la  America  libre, 
Sefiora  de  los'  Àhdè«, 
Reina  dél'Am«20|iM, .  ' 

Los  désfohbìiniBntmii 
Darla  fmf$m^t9i^^  cHIir  eoronas: 


f 


^  276  — 

Acaso,  loda  via 

No  conservan  el  rastro,  asas  montafias. 

De  los  hérS(s*j[  fijiiaif^     \ 

Que  tumbaron  la  hispana  monarqufa  ? 

No  fùé  en  esasiftileras^  . 

No  fué  en  aquel  abismo^ 

No  fué  en  esa  Uanura,  do  triunfaron 

Las  rebeldes  banderas; 

Y  el  noble  patriotismo  , 

Y  la  iioble  virlud^  su  premio.  haJlaroa?,, 


t  .  m. 

AiQcrica  k  Ta$  armas  I       -       , 
tanzas'cortà'en'ibstiostjiiés*   . 
,         .^ÌPemplifén'liis  riós  bl sagj%aó  acero,         , 
S'iibè  i'tSs  cumlirés  ylkàroinpa  embòcia; 

Y  alll,  con  el  guerrero 

Himno  de  libertad,  la  alarma  loca  I 

Y  despierte  el  yalor  y  encienda  la  ira, 

Y  levante  al  infama  ; 

Y  el  alma  grande  del  poeta  inflame, 

Y  en  arma  de  péleér  caihbié  la  lìrat 

:iy.  '_. 

Qué  quìeren  ac  nósotròs  '  '  '^  '. 

De  la  Europa  Tòs  siérvòs  y  tifaaos^ 
Al  désiérttì  ày'éntar  'niiestì*b5  É'ògareii  ' 
Usurparnos  la  patria    • 

Y  hacer  de  nuestros  piuélS^Ios^  ' 
Hóy  'morata  de  ihrès  ciuaàdaài 
Teatro  de  lacayos  yjuglaresl 

Y  aqui  donde,  altanera 
Hil  rioa  corno  mape§!. 
DesprendeesajigQnleOoidilleeai^  ^ 
Madre  del  Aconcagpfti|r.Qri|»l||^. 
Esplendor  de  una  ma  xtMi4eM| 
Formar  la^mnm^deiim  nM9m^06^\ 


OS, 


% 


America,  à  las  armas  ! 
No  con  tagós  elamoreij 
No  con  irisiesjemidos^ 
Se  conipfifejfr  estr^o^fyi^^oj:^    . 

Si  nufivp.  (^prpb}o^  ^tt«^^  ^ervid^utfibre 
La  ciéga  Étivopa^  trqe^ 
Tu  espadf^  al  ;  Bol  rf:li^p}}^»f , 
Levane  tu  pendqi;!  r^pqbU^WJ?; 

Y  un  solo  grijto,— rlib£];ta4  |  gV^r*  ' 
Atrayiese  el  Oceai^^  ^ 

Y  estremezca  la  tierra 
Desde  el  Batr/soha  al  golfo  Hi^ii^ajv)^. 

f  Abrilde  1862. 

SANTIAGO  DE  GHILK. 


I 


(Ta^nuGoioif'  BB  ViQvaR  Hugo.) 

Su  grsiiid^za  e^.flj  lMS,tr9,  «l^^hlsto^ìa. 
Por  quince  ar(os  f^é,  ^1  Dìq^  qu^  conducia 
El  espléndido  trep  (j^^  I^  yi^^^i^ia 
Po,  qi^i^r  su  plf^ota  de  titan  movia, 
éin  deteuerle  ni  la  ruda  escarcha. — 
Tu,  que  solo  eres  su  insolente  mico, 
Marcha  detràs,  marcila,  marcha, 
Chico,  chico  ! 

Imperturbable  y  bravo  en  la  batalia, 

Mapoleonal  pellgro  sonreia, 

Y  al  traTés  del  fragor  de  la  metralla 


—  278  — 

£1  Àguila  de  broace  dìrigia. 
En  el  paente  de  Arcòla  entrò  el  primero, 
Llegó  d  su  estremo  de  laureles  rico. — 
Yen,  roba;  ahi  tienes  dinero, 
Ghico,  chico/ 

Berlin  y  Viena  sub  queridas  faeron; 
El  yenció  sus  desdenes  7  asperezas, 
La  resistencià  que  anihosle  opusieron, 
Tornando  por  el  talle  fortalezas. 
Gedian  à  su  céti^o  las  i&as^  Deras 
Como  ÉL  gbipe  de  md^co  abànico. 
A  tf  te  basMi  rameràs, 
Chico,  chiòo  ! 

Àtratesaba  montes'y  llanuras, 
Con  la  palma  del  trinufo  en  una  mano^ 
Enla  otra  el  rayo,  7  enlas  dos  seguras 
Las  fuertes  riendas  del  linaje  bumano. 
La  sed  de  gloria  le  abrasaba  ardiente. —  ^ 
Yen,  corre,  alarga  tu  sedientohocico, 
Sàciate  en  sangre  inocente, 
Ghico^  chico  !W 

Y  cuaudo  en  brazo  de  mortai  letargo 
Gayó  por  fin  abandonando  el  mundo, 
A  sa  inmènsa  caida  el  goffo  amargo 
Su  inmenso  seno  abrió,  vasto  y  profundo. 
Digno  sepulcro  de  su  escelso  rango 
Brindole  en  él  un  mage'stuoso  piòo. — 
Tute  aliogàrósentre  el  fango, 
Ghìco,  chiéb!' 

Heraclio  C.  Fajardo. 


I  •    i 


LA  CONTRÀ-PA&TORAL 

Ezf  entra  b  O^Uìmt  ffl 
Catoliciiino.la  imsma  afi^ 
niftsid  qtró  enlrelé  mon'  y* 
elabuMo.    (El'aùtoi). 

INTfeÓDUCCIÒN. 


La  pastoral  del  Sr.  ObUpo  Escalada,  ha  Bervìdo  para  acea 
tuar  mas  la  propoaicion  ftmdameiktal  de  mi  libro  la  America  en 
Peligro^  y  para  demoatrar  mas  À  las  claras  todayia,  la  iocompati- 
bUidad  entre  Ja.  libertad  j  el  catolicismo. 

£1  católico  europeo,  eù  vez  de  alarmarse  por  esa  proposicìou. 
veria  corno  generalmeote  sucede^  una  consecuencia  lògica  del 
absolntismo  de  su  dogma  y  de  la  Iglesia.  Es  consecaente  y  uo 
se  alarma. 

EU  catóUqo  americano  sf,  se  alurma;  porque  no  pudiendo  ó 
temiendo,  ónp  queriendo  abdicar  corno  ciudadanò,  no  puede 
i^egard  la  repùbli^^  sip  saicidarse  en  America.  Es  inconse- 
cuente  y  teme. 

De  aqui  nace,  qoe  bara  toclps  los  esfuerzos  imaginables  para 
conciliar  esa  antlt^is,  y  decir:  el  catolicismo  es  democràtico. 

Es  pues  el  desesperado  esfuerzo  de  la  muerte  para  aferrarso 
ó  encarnarse,  ó  reTestirse  de  la  vitalidad  de  la  Repùblica,^  olvi- 
dando  aquellfis  piftlabras:  ììo  se  pone  vino  nuevoen  odres  niejos, 

£1  catolicisipo,  obra  de  los  bombrea,  debe  pue^  desaprecer 
ante  la:  liberti^d,  obri^  d^  JUoa.  La  pioral  del  evangelio,  e^ 
crlitiaiiiamp,  frasmento . sublime  de  la  eterna  m<Mral  del  genero 
bqnano^'4^be  pi^es  sapara^se  y  se  separa^  y  se  ha-  separado  ya 
del  catolicismo,  doctrina  de  rcTelaciones*  y=  enqaroaciones  del 
0|«^^e  f«ntigO(9v!  (ff^ù  §^  qpi^re  superpofi^  di  la?  reyelaclon  y 
fnofTAasiaiiliioilievsal  4e  Jfi  ra^on  en  to^o  boiobre.     . 


—  280  — 

Asi,  I&razon,  el  progreso  de  la  hìstorìa,  los  términos  interme- 
diarios  entre  la  razoa  7  Dios,  corno  desarrollo  en  un  iomenso 
silogismo,  nos  afiropan,  Qstos  hechos  conqaistados: 

r-DistÌMÌ^,  €«.tr^  ttf  lkrith]hi^¥4  ^tojfeiéno. 

2'' — EI  cristianismo  identificado  con  la  moral  del  evangelio 
con  exclusion  de  los  dognmftv 

3"* — La  forma  7  vida  pioUtica  de  los  pueblos,  geparéndose  de 
Boma,  de  la  (glesia,  del-catolicismo  para  constituir  sn  persona* 
lidad  espiritualy  temperai. 

4® — La  razon,  corno  i!lnii^(^^t|t9ri(i<y}'P^fa  toda  creencia  ; — la 
razon  comò  fundamento  de  la  personalidad  del  bombre  7  de  loft 
pueblos;—  la  razon  libre  asentando  la  libertad  razonable;  la 
razon  individuai,  ùnico  juez^criterio,autoridad  detodo  dogma^ 
7  la  razon  ó  ma7orla,  ùnico  poder  legislador^  7  juez  de  lodo  lo 
temperai. 

He  abf  las  conquistas  del  espiritu.  Estas  son  las  bases  del 
tempio  sapremo  de  la  humànidad  emancipada. 

Esas  conquistas  son  innegables,  indispntables*  llevan  en  si 
una  fuerza  ptógreslVa  que  vivifica  todò  lo  què  éi3=  buenò,  7  que 
en  su  marcha  pulveriza  los  obstéeuloè  icoù  fa  tran^iliakl  iìieio- 
raWe  del  destino.  :     ^ 

La  jfuerza  de  mi  libro  consiste,  en  qne  seencueÈttira  en  \vt 
éorrienté  de  esa  fetalidad  de  la  razon,'qùe  quiteré^tìi'si^àr  Wdas 
las  linieblas  7  quebrantar  todas  las  cadenas,  7  sumergirft  tcidas 
ìas  metìtiras  y  errores  del  òdio,  dfel  privilegio,  de  Ws  castàé  7 
del  tiliedó,  en  lia  tumba  del  infierno  catdiico  de  donde  han  sa^ 
lido,  para  reprbdncir  el  espectàcuto  'tìé  fa  aÙénza  ^del  Ser  7 
los  seres,  de  las  razas,  del  corazon  7  el  pensamiéUto,  del  ins- 
tinto  7  de  la  reAeiion,  dèi  individuo^7  là  ^ocSitdad',  de  la  erea- 
ciob  7  el  horabre,  para  repetir  porlós  si^l^  de  lòs  riglbé:  paz, 
JUSTICIA,  amobI  '    '  . 

iQui'én  resiste?— 'La  casta,  elinterés,èl  errori 

E'S  dificii  ttguemarlo  que  se  ha  adoràdo-i^y  bienleéé.'  Fero 
bay  én  ese  te*ror  que  -tespirà  et  kdUk  li  las  pWyàtj  del  vìéjo 
muddò,  mas  bienrèsisténèià  imagìna^ià  dl^  la&' idt^geiifelad'tf^ 
Midbs,  amor  proj^io  empedadb,  poaéito  soefàl  idomi^ottiéUdléi,' 
^sfdérze  voliHitai4o  para  no  eiìcarar  dB  fre^fé  la'dl&imlféé^ 
cètrar  fós  ojes  àia  lite.  ,.     r 

'  'Steimaginan  lds<qtte  reaistefté  la  fliimfMcia1à*4è  te  raséti, 
qne  reconocerlii  Ail^dad'^del  'i^atelicisnìo •  eA  iiiMféiMilMtf'  el 


~  281  ~ 

corromper  laà  costumbilifii:  T^dp  ^^  e&  re^itUfi^o,  d^  Ja  pré-, 
dica  católica,  7  nada  mas  que  para  defenderse,  ha  pretendiilp 
hafeetla  éxl«feacia  del  bmodOi  flobdariafde  la^  e^)l)fa(:iones  de 
a^niioi^  judios.  1: 

Todo  eso  es.el  ùltimo  balaar^d  4^1/  qrjppr**  :  ](<.air^zoQ  afirpia 
éi  Dio$,  à  la  libectad  7  à  la  ìa3ttetA«— j  ^  SV^n  ci^lm^n  iqipeirdo- 
nableqne  o^diete  oaà  razoq,  cQQajÌ3te^Q.  aboJliri  entri;  Pìo^  J  ci, 
hORvbré,  la  iptervencioii  ^Q.h  Iglesla.  La  rf^zop  np3  pon^  en 
eomunìcacipn  directa  «oq  él  £terr|P  y  .siiprlime  ej  frolle,  fl^  ^^i 
sucTiiqea. 

EmaDcipazido  &  la  razOn,  no»  a^ercaiAQs  à  Pm)s;— sofpet^ca- 

dota  coiha  el  eatólica,r»Q6'aQercamp§  f^l  hppbre.     liibrisl— e.sr 

cinahamoa  la  reveiaeìoa  directa  de  Djlos  ea  cada  uno.     Sìe^nijlp 

eatòlkos,  escuchamos  la  revela^n  ,de  Fedro  7  pompaOia  qi^pi 

k  nos  trasmite  el  padre  Astete. 

[  Ast,  70  dice  al  catOliqo  sincero:  Mada  temas.    £n)ancipaado 

tu  raziM,  Dios  te  suateata.    i  Xem^  acaso  el  espleadpr  de  sii 

fez?  . 

La  vecdad  no  teoiCi  iii|Miede  temer  ^  la  r^jUEop.    ^f^odràDioa 

{  temer  Ala  razon  del  hombreP-^Larazon  ha  sido  becbapara  ver 

'  la  Terdad,  7  la  Yerdad^a  ptra  Ber  vista. 

Ip  Bajo  otro.  asp^o,  la  proposiciop  ^fwdi^mental   del  libro,  tu 

'  America  en  Peligro,  es  la  ùnica  soluqion  radicai  de  nuestros  ma- 

les  fudatoetìtalea  7  traseendeiotales. 

Es  Ih  ùnica  aolucìon  di$l  problema  del  Esiado  tu  c(e  la  Iglesia, 
Muchoa  io  JQzgan  aaf,  p^ro  cr^en  que  es  neqesario  ir  despacio. 
— Entre  tiiato,  se  hace  uiv  gjraii  sprvido  à  la  iuteligeacia,  pr^- 
sentàndoie  de  antemaao  el  jresnltadp  fatai  de  )a  miurcha  de  la 
razotten  la  hnmanidadv  7  predisponi^odo  los  espirUus  u  l^s  coq; 
clusiones  del  gran  silog^smo  del  destipo^ 

Està  cuestion  ae  agita  ho;  eo  todaf  laf^  Bqp^hlicas  del  Sur< 
La  Igieaia  se  asocia  h lainvasionen  JHé)ico,  4/$spue^  di?  babef 
trabajado  por  discotar  eae  paìsy  7  dar  pce^iktoù  la/caloxnpj^ 
d^  loBimdDftrqnistàs. 

ILalgiltsU  conmueyeiA  la  fiépàbU^A  Orientai,  7  quiei^i  sabe 

U  la  sangve  viene  a  saipicardi  mantp  iH^Q  de  lo^viq^rio^  qfi^ 

revaelven  alpobre  pueblo  contra  la  autoridad,   à  nombi^e  d^^ 

revelacion  infalible  del  Papado? 

La  Iglesia  pesa,  con  el  pesa  de  todos  los  errores  7  preocu- 


-■  nr— 

pifcioncs  ifgopef^tfeibiies ^e ha entéfiàdés  soWe  el  kitearior  de 
la  ifepùbìica  Ài^èùtiì^a;  sabre  Cibife,  Bolhiìà,  PerAv'  el  Eem-; 
CI  or  •■•••••• 

Es' pues  naa  caestion  perniaiiente^»  d  làórdèn  del  diavj.de 
cuya  solucion  depende  la  radicacioD  de  la  soberaaia  del  hom* 
bre,  ó  la  perpetoidad  del  dèspotismo  de  la  Iglesia. 

EF  catolicismo  yèncidó  eo  Europa  pìpf  el  crìitiani&lmo  yporeV 
racioiialismo,  procura  réfùgiarse  en  America.  .Ea  guardia,. 
Americaoos:  Annxbal  ad  portasi  No  permitamos  qùe  el  conti- 
nente de  la  BepÀbIica  se^  pierda; — nò  permitamos  que  la  de- 
mocracia  se  decapite  en  su  desposorio  con  la  Iglesia;  no  permi- 
tamos quelalibertad  busqne  su  fé  debautisóio  eh  losarchivos 
de  la  Santa  Sede,  de  la  Santa  Curia  j  de  fa  Santa  Inquisidon; — 
no  permitamos  que  la  razon  soberana  abdtquedetal  modo,  que 
tenga  necesidaddeltn^/o-frtr^^o  de  una  casta  para  afirmar  la  ver- 
dad  7  la  justicia. 

Goncebìs  una  Repiìblica,  sin  la  soberania  del  pueblo?  ^on- 
cebis  una  soberanfa  sin  la  autocracia  de  la  razon  ?  ^Goacebis 
una  razon  jque  se  empena  en  probar  que  la  razon  no  tiene  razpn? 
Tal  es  la  pretension  de  los  que  asociap  eL  catolicismo  j  demo- 
cracia.  Es  el  absurdo  I-pero  el  absurdo  pèrteiiece  à  la  lògica 
católica  ;  y  es  por  esto  que  es  dificil  eon?énoerla  •  La  obstiaa^ 
cion  en  la  sin  razon,  es  Io  mas  lógicp,  en  los  esptritus,  qué  nie- 
gan  la  autoridad  de  la  razon.  * 

Asi,  pues,  las  pretensiones  del  sefior  Obi^o  y  de  los  demas 
apologistas  del  catolicismo,  se  estrellan  fatalmente  ante  là  con 
secuencia  que  el  sentido  eomun  deduce  de  sus  prendsas  :  Con- 
denando  ó  sacrificando  la  razon,  se  ven  condenadós  d  no  ìèner 
razon.  Es  la  Victoria  mas  es^léndida  de  la  verdad  y  'justicia 
de  la  causa  que  sostenemos.  Hay  si  que  lainentar  un  mal,  y 
es  la  condenacìon  A  las  tinieblas  en  que  sumerge  la  iglesia  à 
sus  sectarios.  i  Pero  por  qué  hemos  de  desesperar  del  adve- 
nimiento  de  la  lùz,  para  losique  yacen  séntados  a  la  sonora  de 
la  iglesia? — ^No  està  diche,  y  so  creemos,  y  èspwamo^  ert  la 
iluminacion  progresiva  del  astro  que  emerge  de  las' entraflas'  de 
la  cotkcienciabumàna,  para  procldinar  la  resurrecciaii  de  la  Jtias 
terrible  de  las  esotavitadès, /a  escdavitudèonséntidài  ImhseavUwi 
batdlica?  ••  .  .'     ,    . 

Tal  es  mi  fé.  'v>i'  »  .  . 


PAStORAL. 

NOS  el  Dr,  D.  Marimo  José  de  Escalada  y  BusHllos  Zeballos^  por 
la  ifracla  de  Dio$  y  de  la  Santa  Sede  Apostòlica^  Obispo  de  estj 
Dióee^ìs  de  la  Santkima  Trinidad  de  Buenos  Aires^  eie.  eie, 

A  TODOS   LOS    FICLES  DE   NUESTRA  DlÓCEStS. 

Acaba  de publicarse  en  està  ciudad  por  D.  Francisco  Bilbao, 
uo  folleto  con  el  titillo:  La  America  enPeligro^cny o  autor  pa« 
rece  imaginarse  ser  él,  el  tìnico  que  conoce  la  causa,  y  el  re- 
medro  de  este  mal,  àtreyiéadose  à  asegurar  que  la  inteligencia 
de  los  Americanos  se  resiste  à  elio,  y  une  bay  una  conjuraciou 
de  los  que  se  llaman  pensadores,  letrados,  y  politicos  para  no 
tocar  estas  materias. 

Este  nuevo  maestro  de  la  America  atribuj  e  todos  )o9  males 
de  està  al  Catolicismó,queriendo  fundarsc  eu  que  està  Beligion 
es  opuesta  h  la  forma  Republicana,  por  negar,  segun  éldice^ 
el  principio  fundamentil  de  la  Bepùblica,  que  es  la  soberanfa 
de  la  razon  en  todo  horabre.  Tansoberano^  comò  se  ha  imagi* 
nado  que  es,  ignora  que  en  la  forma  de  la  Bepùblica,  la  ley  es 
soberana,  y  su  fundamento  es  la  justicia  y  la  obediencia.  Ignora 
que  si  todos fuesen  soberanos,  corno  él  se  imagina  que  lo  son, 
la  Bepùblica  seria  imposible^  porque  no  puedehaberlaen  el  caos 
y  en  el  desórden.  Es  estrailo,  que  el  que  asegui^a  que  escu- 
cha  lospasos  de  legiones  estrangeras,  bollando  el  suelo  de  la 
patria,  nohaja  escuchado  la  voz  de  la  Gon^titucion,  los  prece p- 
tosfde  la  ley,  y  los  mandatos  de  la  Antoridad,  que  nò  faltiln  eu 
Bepùblica  alguna,  sin  embargo  de  que  ante  eHas  no  sé  presen- 
ta corno  soberano  el  individuo, 

Debia  haber  escuchado  el  desgraciadTo  autor  dcf  la  America  H 
Peligro  la  oposicion  que  en  todadpartes  han  encoùti*at)d'sti^tié^ 
cias  doctriùas;^  y  en  Chil,é|.  que  es  su  patria^  debiaWaber  cAab'  Ids 
bellos  discursos,'  ysòfidQSjescrilós.còti'^t^'esé"  rfebùtiSftÌtf'*ib*è 
errores. 


—  284  — 

Conviene  qne  en  Buenos  Aires  se  sepa  que  alli  ^e  le  sujetó  ù. 
juicio^  se  reprobaron  sus  prodacciones,  7  se  le  impusieron  gra- 
yespenas,  quenos  abstenemos  de  espresar.  Allf  seledijoentre 
otras  cosas:  Es  sobremanisra  infundada  la  opinion  de  aquellos 
que,  exaltados  por  el  fùego^  rc^icliiitanp^  | juzgan  qne  la  Beligion 
Católica  es  enemiga  de  las  instituciones  democrdticas.  La  fal- 
la de  nociones  fijas  acerca  de  sns  doctrinas  es  lo  que  puede  in- 
dacirlos  él  semejÌEinle  engaflo.  Si  seaptiicasen  é  conecerla  cemo 
es  eu  si,  y  no  come  ki  pintan  sns  detractores,  si  nò  se  limitasen 
ùnicamente  é  la  lectiira  de  un  Colin,  na  Tindal,  y  ahora  diremos 
comò  sus  queridos  maestros,  Quinety  Michelet,  sino  que  leye- 
sen  las  famosa^  applogia^.  d§l  Gattolicismo,  ^e  cQ|^ye^cQrian  basta 
laevidencia  de  que  nada  tiene  esteque  seoponga  é,  los  princi- 
pios  demo^cràtipO]^.  Ni  ei:^  sus  maxi  mas  bay  condenacion  algi^na 
&  e^te  re3.pecf:o.  La  mejor  base  de  la  dpmocraclq  es  la  I^eligion 
CatóU^a^  porquenos  dà  las  mas  s^iblimes  nQciones  sobre  la  dig* 
nidad,  la  ljbertpd>  la  igualdad  del  hombre,  pojrque  està  pres- 
cribe  tpdas  l99v.irtudes,  que  religiosamente  practicadas  formau 
la  felicid'id,  Iq  ^Ipria  y  el  espiritu  de,  una  bueua  Qepùbiica.  Biea 
lo  acredita  asi  la  histdria  de  la  poco  bà  floreciente  Bept^blica  de 
Noi;te  America. 

£lla  demaestra  basta  la  evidencia  que  la  Beligion.  Católica  uq 
esi^cqmpntible  con  la  democracia;  que  es,  al  contrario  la  mejor 
baj^e  de  sus  instituciones;  y  el  t^stipionio  (le  Tocqueville,  testigo 
devisfia,  y  ù  quien  nopodru  ta<fharse  defanitico  ó  preocupado., 
es  irrecusable.  ÉI  dice^  que  mas  de  un  millon  de  católicos  que 
ya  e^iatia  alU  en  su  tiem^o,  al  paso  que  muestran  gran  fidelidad 
e^  la^  prnctici^de.  su  caltp.y  rebosanen  ardimiento  y^  celo  por 
si|8  creenciap^  coato^p  eso  formanla  parte  mas  republipanii,  j 
mas  dep[iocri  tip9  que  e^^is^e  ep.  los  EstpdoSrUnidos;  hechp  que 
serprenc^^  4:PHa^er^  vi^ta;  pero  c^yas  vqrdaderas  causas  descu- 
bre  cf[p  facilida^  If^  relle^iQn. 

1^^  dpi^t^iqa  qu^  eni^^aa  el  Catolicismo  es  la  mas  fa  vprabl^  pa- 
ra la  ignald^  de  cpqdjpioneS)  pues  ella  poneen  el  mismp  nivel 
à  todas  las  inteligencias,  sujeta  à  Ip.s  pormenpres  de  las  mismas 
creenQia^'tapfq  i^I  s^^p  caino  al  igQoranJe,*  impone  la^  misp^as 
prà^^9a^^j[  riffqy^  al^pbr^,  la,^  (nisn^as  austerìdades  al  (^d  eroso 
que^^  ^éf)i)^  fl<^,  fp  c;on[\{>9,i^^  cp^^  n^P**^»'!,);  ^^J^pa^do  4 

<^a,i^O| ^^jjjjp  hpjn^i^cj^ jj^  ^}im  m^dì^^jj  ^  ^^A  C9»fHP^ii;  tor 
das  las  clasesde  la  sociedad  al  pie  del  mismo  aitar,   asi   comò 


-  m  ~ 

BaS.    tifaU  qiie  t^dÒs  Tòs  hòmbr^*^  mVeMe^iilmtJÀ  Mi   tioiì^ 

jariànVié  éttstlr^'esòs  dos  UiÀhstìrud'^  )od  Wà^'fòìMl^ìbk  Idfe  ìòAk 
sbcièJrarffedAànàVtì  desp'o^^^  ti  rfiarqìiia, ^oWyciirtiJ^éHo 

ésinipòsibleiiuéKtJy^  pii2ìfki  gocé  àT^ùno' 8Òciat. 

Là  BèligióttlCàtóftfcà  óbtièbc  el  dbiilé-pfi^lìéjib 'dS'é^rantir  à 
tós  pueblo*  cobtrd'ltó  v'ejàéioiieri  d^  toB  man'dAaribi,  y  pòiicr  à 
èétbsi  à  òUbterlfo  ite  /od  te^Hb]es  atetitàdos  d^  h  iU!sUk*reccióìi. 
AI  paso  que  dulcifica  y  modera  el  ejercicio  penoso  y  grave  ée 
la  AUtériflad^  alijera  faritbièn  y  etinoblécé  ìà  Mimtlde  ao^tet'idad 
de  la  obediencìa.  Ella  ìafùnde  en  los  Magistrados  las  ideas 
mas  puras  y  sublimes  sobre  la  naturaleza  de  las  funciones  pù- 
blicas,  7  loà  débéres  qùe  deben  llenar  para  con  el  pueblo.  Ella 
les  hace  estènder,  qoe  no  son  mas  que  unos  cooperadores  de  la 
DiTina  Providencia,  ;  que  a  su  imitacion  deben  gobemar  à  los 
hombres  de  un  modo  desinteresadQ,  generoso  ;  benefico.  Des- 
de  su  tribuna  sagrada  clama  sin  cesar  à  los  deposìtarios  de  la 
Antoridad  para  hacerles  en  tender,  que  no  estàn  constituidos 
sobre  sus  demits  conciudadanos,  sino  para  establecer  la  felicidad 
pùblìca  a  espensas  de  su  reposo,  placeres,  salud,  y  aun  de  su 
L^  propia  cxisteacia.     ^Y  qué  otra  Religion  que   no    sea  la  Cató- 

lica  puede  condncir  asi  A  las  sociedades  humanas  &  la  felicidad 
Terdadera,  que  no  solo  nos  promete  para  la  otra  yida,  sino  que 
nos  procura  tambien  en  està? 

Solo  un  espiriti!  de  error  7  libertinage  puede  inventar  calum- 
nia  tan  injusta  contra  nuestra  Santa  Religion  Católica  corno  la 
que  pretende  persuadir  el  desgraciado  autor  del  foUeto  que 
reprobamos:  sustendencias  no  son  otras  que  proteger  la  impie- 
dad,  7  el  desenfrenode  còsfÙBaBffeffJ  '  ènlrònizar el  yicio,  7  perse- 
guir la  yirtud,  abriendo  asfun  vasto  campo  alalicencia,  A  la 
blasfemia^  7  A  la  inrooralidad,  corno  si  solo  tuviese  por  objeto 
la  mina  7  trastorno  de  la  sociedad. 

No  pudiendo'  por  tanto,  mirar  con  indiferencia  tan  graves 
males,  sin  faltar  A  los  deberes  de  nuestra  conciencia,  que  nos 
impone  nuestro  Ministerio  Pastora!,  os  hacemos  conocer  el 
mortifero  veneno  que  contiene  ese  infame  libelo,  para  que  op 
preeabais  de  él  ;  7  en  el  ejercicio  de  nuestra  Divina  Antoridad, 
en  el  nombre  de  Dios  Todo-Poderoso,  por  la  civilizacioa  de 


I 


-  2§6  - 

IS^^fJf^h^^^  ^^  .^la  BéppblifQ,  prdhib^mqs  }^  lectof^a  del 
PjEfpjlefo  ÌY}^ì|!^f^<lp  f'^  J^ÀriccL  en  Peligroy  y,  os  exbortamps  .à 
qn^eppi^  ta^^^s  ]ió^'  njedios  que  estén.à  Vuéstro  alcancé,  iinp^- 
d^  j^^  ^irculacion  .de  ese  escrito^  capaz  de  s^ducir,  &  los 
ì^Qrafi|;e^.  7  i&  los  ^pspi|:itiis  noyeIie;rosi  Cpo^mos  ep  Westra 
fidelidad  à  la  Relijion  Santa  gue  profesf^is^  que  qs  mostrareis 
celojsoa  por  su  honor  y  por  su  gloria;  mereciendo  asi  las  ini- 
sericordias,  de  Bios  en  ^^uyo  «antó  pombre  os  bendeciinas 
con  la  beu4icioq  del  Padre,  del  Hijo,  y  d,el  É^^ltu  Sai)|o. 
jl,men. 

:  Dado   en  nntttró  Palacio  Episcopal,  à  a4k  de  Seplimbre  jle  i9fit. 

MARIANO   JOSÉ, 

Obì'qM  4t  Bueno$  Aires. 

Por  mandalo  del   Illmo.  Sr.  Obispo, 

Federigo  Akeiros — Setretario. 


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G0NTOA-PA5T0RAL 


Yosotroft  lo  s^eis,  bernaanos  Paes  es  uecesàrio,  me  et 

mios  may  amados.    Por  esfo  Obi$po}  sea  iirrepreosible,  ^- 

ìodù   l^t^mbris  .fea  praita  j^ra  '  poso  de  una  sola  magor. . . . 

oir:  corno  tardo  bara  nablar,  y  propiopara  ensenar. 
tardo' para  airarw      ' 

(fAeo^ApMol)     .  '(PA^u>—Apóstol.) 

-0  . 

Francisco  Bilbao^  racionalista  republieano^  ciudadano  de  la  ciudad 

universale  apostòlica  y  humana,  etc.  ete. 


JkjqDOS  LOS  FIBL^S  A    LA   CAUSA  DEL   LIBRE  PEKSAMIE19T0— SA- 
LUD  Y    ALEGRIA. 

Bl  seflor  Esealada,  ÙMspopor  l^  grada  de  Dios^  y  de  la  Santa 
Sedè  (e»  decir,  sAbdìto  j  agente  del  Papa  Kej^  ea  Buenos  Ai- 
res, 7  rebelde  ante  la  iey  de  la  NaQifOn  J  ba  desterrado  de  las 
MTet*Dafl  sepnlcmfeB  de  la  hiptoria,  el  rayo  del  ex-tonante-Yii- 
tieano. 

É  intentando  fohninar  eae  rajro,  para  pulTerizar  el  libro  tita- 
tado  LaAméfieaen  Peligro,  ha  nido  eonjnrado  por  el  para-rayo 
d#  la  civiliiadon  moderna:  la  libbrtap  ,pel  peh^mieiwto. 

h  ••'••.. 

''        ;'        .  ... 

041ET0  pE  hA  BASTOBAL.  , 

'  .3>«8^.pItjetop,parecfì  hfihe>t  tjaerido  conseguir  d  seviòr  Obispo, 
.^9  ja  i;it9d«  P<f9tp^al.  '^ 

."; :'3*>^ ; pBOffiw»|LA.fpcTUEA'DE;aL libro; . \\     ^ "] ^ ^  ;'*'^ 

{„.  E|to%|^.^bjetofiJi9:T§ducen  i  uno:ia  condenaoiò'kì  de  Itfiir 
b^tad^tlf^^nH^Ji^^^V^^  V 


.1; 


—  288  — 

IF. 

El  o^iSPò  DGSOBEDBCX'ftL  9I)ISP0. 

El  sefior  Obispo  empieza  diftcutiendo,  continua  con  la  iDJnria 
y  termina  con  la  probibicion  de  la  lectura  de  La  America  en 
Peligro.  La  autoridad  del  sefior  Obispo  es  legftima  ó.  ilegftima? 
Si  es  lègitima,  para  prohibir,  por  que  discnte?  &i  es  ilejiti- 
ma,  cojiqué  derecho  prohibe?  Y  siendo  legttiina  ó  ilegl- 
tima,  en  qué  se  funda  ese  derecho  à  la  ihjuràiì  ^^  ultràg^, 
à  la  exìtacton  'dèi  òdio,  por  un  libro  que  caUfioa  de  «  infame  li- 
belo,  »  prohibiendo  que  se  lea,  que  se  juzgue,  j  que  por  el  (<H 
nòcimiento  dal  kecho^  sea  sentenciado  por  la  conciencia  y  raz<^n 
de  cada  uno? 

Se  arroja  la  injuria  à  manos  llenas,  7  se  ìmpide  èl  conoci- 
mien^y  de  1^  causa:  ^es  esa  yuestra  justicia,  ilustrisimo  sefior? 
Me  presentais  corno  autor  de  un  àcto  infatke^  y  prohlbts  el-l^iA)- 
cimiento  del  acto.  Me  acusais,  yno  qiiereis  que  se  escuche;  ^es 
esa  yuestra  carldad,  ilustrisimo  sefior?  Si  vuestra  autoridad 
és  l^gttìma,  TUeklras  drejas  debea  de€eiSlarnte;'0Ìve$taÌ8.eB  r^es* 
tfro^déreciio,  babeis  fcbc^do'el  tterecbOfili]a:def^aa;  ai  vueatra 
pafdbrii  és  tbriiàdéra^'  hiabéisleréntaÀ)  de ^la. infame  ,tiKn)^  (el 
èsp^l'iro 'de  \sù  Àntd  ihqUisitiai^;^tk9LaiuxAQhr  i^op  ^uJiiì^imiI 
reflejo,  la  sonrisa  del  desprecio  con  que  la  civilizacion  dol  iBgjIo 
consldektan  oidftosas  comQ  yetustaatentEiti(tal.,' 
'  ^è]fò'b3befs(]fùlèridb  (ttécotin  ldkciltamo8«-^Maa:^e4|iM[.<fiy 
que  pòs'éyéndó  el  ra|yòj  hàbéis»  intentodò  apelo^  4  3aj«afOtfr- 
^Cómo  es  que  delegado  del  papa-rey  y  de  la  infalibilidad  de  la 
impecable  iglesia,  habeis  desceàdido*de  las  alturas  conminatoriaS| 
para  hablar  en  discusion?  ^Serà,  por  ventura,  queallÀen  Toes- 
tros  adentros,  no  fènei^  TÒs'niìsnióf  piena  fé,  en  vuestro  poder, 
..Jiip^aiS^lJfJ^^Upj^de  laj*azon  pa^a  proscribirla?  ^Serà  que 
yanocreeisen  la  pòsibili(ladjrp1enitu'd  delèjeirciiìio'a^  de 

Tuestro  derecho  autoritario?— Asi  apareceÌH,aéiÌiBkr<elf«la  VUds- 
tra  conciencia  oscilante  y  temblorosa  ante'^1'  {AiSèr  tfel  razioci- 
nio. Para  conjurar  un  mal,  empleais  dos  rèmbffiò^  ì^e'sS  r^- 
polaaa;  ^jpro,hU)icion  y  la  dièci^sion.  Ì4*c^iUiàKiMta'lal(olibili- 
dad  de  refù torme,  yenipezais  còri tràdliiéSifó^  BKctftìÉ^'^'lcon- 
denais  la  discusion.  Habeis  pues  empe^ttÒ  refttlk^ò'^Ki.  '^ro 


—  289  — 

€u6n  bello  no  hubiera  sido,  qiie  hobiéseis  ilustrndo  la  inteligen- 
cia  delrebaflo,  rebatiendo^  pulverizando,  aniquilando  las  doctri- 
nasde  mi  libro! — |Caàa  edificante  no  hubiera  sido  el  espccU- 
calo  del  ondano  pastor,  procurando  convencer,  sino  con  la  ra- 
^00  7  con  la  ciencia^  al  menos  con  èl  anior  de  un  cristiano,  al 
-qae  podia  considerar  corno  oveja  descarriada!  ]Qué  diferenciu 
de  resultado  no  huhiera  producido  la  vista  del  sacerdote,  le- 
Tontandoal  cielo  sus  ojos,  para  pedìr  la  luzque  debia  ìluminar- 
itoc!  -Qué  moviniiento  de  simpatia  os  hubiéseis  atraido,  ilustrisi- 
mo  seflor,  si  os  hubiéseis  prescntado  en  medio  de  vuestro  tem- 
pio que  se  desploma,  alzando  vuestros  brazos.  para  sobtenerlo.  ó 
ṛsgo  de  quedar  bajo  sus  ruinas! 

Mas  no  lo  babeis  qucrido.  Ciìnplanse  pueslos  supremos  desti- 
nosde  lasreligiones  caducas,  que  adornadas  con  una  corona  de 
tinieblas,  la  r^ìbiaen  el  corazon,  )  la  maldìcion  en  los  L^bios,  se 
precipitan  al  abismo.  Cùmplasetambien  la  lej  de  las  socieda- 
des  qne  amando  la  inmortalidad  de  su  existencia  se  separdn  de 
ius  igfesia-^.  para  no  ser  arrastradas  on  el  derrumbe  provìdencial 
qnelaseonfnnde. 

HI. 

El  ObISP  3  COiNTRA  EL  ObISPO. 

El  teorema  dellibro  esla  demostraciondelaincompatibilidad 
que  existe  entre  la  libertad  j  el  catolicismo,  entrc  la  democra- 
ein  yla  teocracia,  entre  la  Repùblica  j  la  Iglesia. 

El  principio  fundamental  que  establecemos  es,  el  de  la  sobe- 
ranla4e  larazon  en  tod,ohombre,.sin  el  cual  no'  puede  haber 
soberaniadel  pueblo.  Sin  ;soberftnia  del  pueblo,  repùblica  y  de- 
inoeradB  8on  palabras  sin  sent^do. 

iQué  dice  codlra  esto  el  sefior  Obispo? 
'    «  Ignora  que  si  iodo9  fìMsensol' tanos^  corno  élse   imagika  que 
4t  loson,  laBepAblicaseriaìfii^.osible,  porque  no  puede  haberla 
ir  enelcftosyeneJd^sórdf  «.» 

fisto  qulei^deàrquela  ibertad  uni  versai  es  el  caos^  la  igual- 
dódde  los^depeoboa  t^  4  (te*c^rdje«|la  sobc^ania  del  pueblo  un 

'  Apcnaiempcaaità  »wAlwy.arroiaibtrcÌ5  blasfemias:  descono- 


-590  — 

ceisla  univeréalidad  del  derécho,  k  posibilidad  dèi  ief/-90^m- 
men^,  la  armonia  de  la  ignaldad  de  la  josticia, 
Elseftor  Obispo  aO^nl^lmes  queno  todoa  doriìèa  soberaiaot. 
Si  no  Io  somostodos,  bay  desìgualdad,  claisès,  priTJlegìaAoi 
por  an  ladoy  siervos  porel  otro.  Estoes  loqnedéllamaariaU^ 
cracia,  oligarqufa  ó  monarquia.  Primera  contradlcddii  ddi  CMfK 
pò  y  gran  confirmacion  d^  Tìnr»<tro  ìihro. 

c(  Tan  spberano  conio  se  ha  ima^ikiudo  que  cs^  ignora'  que  en 
«  la  forma  de  la  Repùbiìca  lata  leijessobérana^  j  sa  fondlimèiito 
«  es  la  justicia  j  la  obediencia.  » 

Creo  ignorarlo  tan  poco,  pues  la  Uy  soberana^  es  la  que  està- 
blece  justamente  el  dogma  de  lasoberanfa  del  pueblo,  el  prin- 
cipio de  la  libertad  en  todos,  y  por  consiguiente  es  la  ley  que 
consagra  la  soberanfa  de  la  razon  en  todo  bombre.  Esa  ley  es 
la  justicia,  y  à  ella  le  debemos  obediencia.  En  esà  \irtiid  pues, 
inclinaos  oh  prelado  ultramontano,  ante  la  ley  soberéna  de  la 
'soberanfa  del  pueblo,  y  prestadle  obediencia,  empezando  pdr 
acatarla  Constitucion  que  infringis,  al  llainafos  Obispo  por  la 
grada  de  Dios  y  la  Santa  Sede^  cuando  lo  sois  por  la  €onstito- 
cion. 

Asipues,  vnestra  frase:  ftSitodng  son  soberanos  la  RepUblica  es 
imposible,!»  equivale  à  decir  :  si  todos  son  Jìepublicanos  la  lìepublica 
es  imposlble.  Bepublicano  quiere  decir  soberano,  y  Bepùblica 
se  llama  selj  governmeni  :  es  decir,  gobiemo  de  si  mismo.  Y 
el  que  se  gobierna  à  sf  mismo  es  soberano.  No  soy  yo,  ilns- 
trisimo  sel&or,  quien  os  intima  rendicion  ante  él  itlsnrdo,  sois 
vos  mismo,  pretendiendo  conciliar  lo  inconciliable. 

Negais  lasoberania  de  la  razon-,  y  ella  os  castiga  con  la  siuni- 
Sion  diabsurdo.  Megais  la  soberanfa  del  pueblo  y  teneis  que 
declararos  sùbdito  del  Papa. -^Intentais  afirmar  la  compatibili- 
dad  de  la  Beligion  Católica  y  de  la  democrdciai)  y  einpews  por 
decapitar  la  democracia;  por  qtre  es  decapitar  la  democi^ia  a($- 
gar  el  dogma  de  la  soberanfa  de  la  razon  en  todo  bombre*  . 
.  Y  cs  que  en  el  fondò,  es  asi  codko  entendeis  razon,  libertad, 
repùblica  V  democrdcia.-  Igualdad  en  la  obediepda,  ea  Iq  quie 
ìXdmvA&Agualdqd  de  condiciones;  òbedknctei  (^egaes  lo  qxLft  Uà- 
mais  à  la  libertad  del  pensamietato;  supremaeb  de;  la  fé,  -à  la 
razon  prosternada;  justicia,  al  son^étimiento  A  Vuestra^antMridad; 
órden  y  armonia,  à  la  pasiyidad  de  los  rebafios  de  creyentes,  If 
sobre  esa  razon  abdicada,  sobre  eidll^imidad  en  )a  ^sday/tud. 


—  !»t:  — 


Mtire  ete^cUo «oberano  «ii{k*eilB<lb  jìotVl  èrrtr  èly  tenor 
Vro<^àìéR^ntbIicaMlP^,'lt4ùm6mth  del caidenàlito 
y  obispado,  lasoberanfa  dt^iiii»éki,rkliiméh,ìtn  dti  ià  ra- 
ion delhombre.  Sobre la libcrtad,  laigaaldudyla  fraternidad 
que  forma  el  triangulo  soblimedé  la  rcrdad  y  ùnica  corona  de 
l08  paeblos,  pretendeis  colocar  la  triple  corona  del  papado-  v 
para  reemplazarla  Tara  de  la  joatici»,  oa  armaia  del  cayado  ine 
golpea  para  sometemos  al  cetro  que  qnebranta. 

iQoé  «8  de  la  sinceridad,  del6s  antignos  tìeiàpós  de!  catoli 
cismo  imperante,  yann  la  pràrtJóà. de  Mdoctrtndhoy  en  todnM 
parte*  tla  iglesia  dogmatizando  U  obediencià  ciega  ei  Pana  ^ 
élatitjndo,  laiglesiaaKadadelo» dèspota»,  e^ewiga  dela  so^ 
rama  de  las  nacione*,  asì  corno  lo  eà  de  la  soberanla  del  pue- 
Wo,  y  de  lasoberanfa  del  hombre  ? 

i  Ufo  debe  ser  ese  papado,  Tnestro  modeto  poliUco,  d  católko? 

ijo  eay  debe  ser  la  teocracia,  el  ideal  de  Tueatra  forma  de 
gobiemo  7    ^  Y  no  es  esa  teocracia  la  enemisa  de  1»  «1       . 
dad  de  Italia,  la  a.ladade  los  empe^o"rS.'U  ^Zt 
za  de  vnestpos  léb.os,  el  freno  de  vnestras  Jibertades    el  l^tl 
roedor  de  Tuestra  vida  ?    i  Jf o  es  ese  el  «odelT  rt  !i      J^^ 
^talL^o,  sostenidopor  el  es^r.r^Tl2:^t JS^f^H 
Repàbhca  Romana?    ^No  es  ese  gobierno,  el  que  atenta  a  t 
mdependenc.a  y  al  honor  de  la  patria,  el  gn«d.  obetàeLthLta 
boy  dia  que  asesina  la  idea  de  la  libertad  y  niaoiea  el  holvl 
la  independencia  italiana  in  recando  a  loa  Ter^g^s  d?rJl^ 
blos?    y  Si  esto  es  innegable.  ,qué  «ignifìca ZL  ^^^^^ 
80  lenguaje  vuestra  terminologia  jesuitiea,  asodandoTL^it 
mmo  domador  de  pueblos,  con  el  republi,«nÌBmo  dec.^  Jo^^ 
ttionarquiasy  teocracias?     .  -i«*««op«e 

Es  que  os  sentfs  perdidos  en  Airiérica,  perone  eii  Enmn»  » 
empleais  el  mismo  lenguage.    Habeis  cò;.^do  q^X„, 
negaoion  tàcita  6  patente  de  la  RepóbKca  abni  en  Americo  n.'^^w 
anbsisUr,  y  està  condenada  a  mStede  «ntemaoo  "TnM 
hdieis  diche:  Ignacio  de  Io, ola,  irnmi..;t78eTt;rsTtr 
asf  comò  teneis  la  audacia  de  llamar  libertad  &  l»  nh  l,- 
cieg;.y  deasociar  do.  amit«,n»ie.;  eatoS^  VdetocS'' 
cnando.si  tuvi^eia  fé,  oonciend.  y  6i,rieia  4/ iZ^T; 
reflpetp  A\n  mì>ÌAi  vendad,  diriàte.eon  fnem  y  prohmS   i 
esla  focate  ^e  <^„pre«e«l*b^  ai,c;g*«LMnfc^j< 


:.-       :    ,.     "  '    l'.r   •    '  .!"•  -^  '*.    ■    -.  ■•  '-'•  ■•'     !»  "'-'•^ 

.'    ,     .         '   r    .  .  '•;  I  :[■...   ,•       ^      •    ..    .   "      ^.:» 

l  Cuóles  son  las  otc^  razpnesiqtte  al^ga  q1  s^fior  Obiapo  para 
sostener  su  mpùstruo^P  p^r^<yii  ?.   .  .  r 

«  Si  re^^seQla&famosa&apoJQgfqddelcataU^ismo,  qg  coqvqii- 
)>  ccrìaif  Inasta  la  evidQncjia  de  qfiQ  nada  tieoe  este  que  se.pponga 
»  à  lòs  principi  OS  aenw)ci?àticos  ^)  (el  ObispQ.)-  ,        j 

Gonocemos  làs  mas  céleb^es,  ybefnos  encontrado  ea  ellas  la; 
apologia  de  la  monar^uia,  de  la  ÌDgaisìcion,  del  jesuitisiQO,  de 
a  servidaniBre,  etc/'     '  ,  . , 

Esas  Qpologias,— la'de  Tt,  Ventura,— dice,  que  el  Catolicismo 
a  ^xige  el  sacri fihio^  de  larazon  »  (Viva  ja  Jibertad  !.)  ... 

La  de  Ua^ti^,  què  él  verdugo  es  é1  roejor  ministro  de  un  huen 
priinoipe,  ensii  teoii*acta.     (Vivtf  IW  fraterriidad  I  )  ,      ' 

Iia  de,€hateanbrìa)id/qiic  la  tnonarqaia  es  la  legitimidad,^  j 
q«e  hay  demasiado  con  una  fiepùblica  en  el  mundo,  (Viva  la 
Bep^blka.)  ■  ^''^'    '  ""' . 

Dokiodp  Coité^Y  vuestro  desgr'cciado  apologista,  defme  àsi  et 
goi^i^rno  dd  la  insila  i  le  es  itna  inmensa  arisiocracia,  dirigìdapor 
ìkMmpoderùligdrqiiiìéoyfm'^sto  cn  la  mano  de  un  rey  absotutò,>y 
(  Viva  la  d«moteradav}  '       '      ^ 

VuestH)  Sainwe^:  «Là-  Iglesìa  se  oponfa  à  la  potestàd  real, 
)>  te^aOdX)  està  trótafoa  de  éxtendef  la  mano  àlascosassagràdas: 
»  pero  su  celo  no  la  conducia  nunca  d  rebajar  a  las'ojos  de  los 
»  puebìos  una  auloridad  que  \eà  eratan  necesaria.  Huj-^l  con- 
»  trario,  poes  adema^  de  qué'  con  sus  dòetrfloas  fevorables  'i' 
»  toda  autoridad  legitiroa  éimefiicba  mas  y  mas  ei  pod^  dà  tos^ 
».  reyes^  procurabn  revestiri<>8  de  un  eardeter  sagrado,  empleabaò' 
»  en  la  corpnacio0  ceremonias  aùgiìsias.'  »  (Viva  la  sòbéranfa^ 
dclpuel)Io.}  i 

Vuestro  can^^ieo  Piftera,  ita  heobola  apologia  de  la  inaisi-' 
cìon.    (Viva  la  caridàd  yi  iolensnda. )    La  inquisicion  !    Qutfi  es^- 
traflo  qucel  canówgo>  fììOere  la/^indiqoev  cuand^  Balmes,  qae^ 
Tale  al^o  n^as^^  eòa.?BtàpiAaptvfidÌ«,  ;  repugnante  sofisma,  se  lia' 


—  iM3  ~ 

4exK(4^sec^l  ,.,.  ;  /  ..  .    ji  ..■.i:j,iin'I  vi)  ul  ■    •  -  'i«\.      •^'    '    " 

1840,  «  cargaban  rcciamente  la  mano  en  el  hegocioy>  (el  negòció, 
idice)v5r  proiiaiDidd  n^]^^  ^inioiirabcìa  eia  Copular  ^'  tèrmini)  .su 
fiftfatie  ìpesiodo  coi!  estès  p^labras  :  ti^  i^e  si  queda  justifl^tfa 
»  d  fos  ojosdelos  mondrquUos^qnr  Juéfr  jMo  eonfùttni^  d  ìa  'vù- 
,»,Juntad  dù^ìo9^Tefje»^^no  d^ifitp-qìHj^aHi^  Mems  dHanle  de  ìos 
p  ^amìgqs  4o,lfi  sobcrani^  del  pi^A}or>^  r    .: .  j  i  '  >   "  ;    '  - 

K  .Aa{  pues^fiegun  ese  fraile,  lDs>amigog  de  h  soberania  de}  pUe- 
iblo  deb^iOQto  juftiikarelaseskiat&dH  IftUbertad  del  petisatnfèdtò, 
j  el  tor^aepto^  y  ia  pena  db  fi^egp  y.todàs'Ios  fnoftstru'osidad^ 
del  catolicismo,  porque  lo&  |»itéblos  edutados  en  el  fui^ror  de  Ai 
esclavitud  católica  aplaudiaa  à  |ofi>autos  de  té  de  esa  iglem  tao 
ììena  demansedumbrey  caridadi  \ 

iQué  prueba  osa  argumentacion  de  Balme^^  sinolft  Ycrgùen- 
za  7  la  impotencia  de  su  doctriua  !  Y  si  los  sàbios  del  cato- 
licismo moderno  dicen  eso,  qué  no  dirdu  sus  desgraciados 
secaaces!      '  '.''  '   .      -•'••- 

Yuestro  cardenal  Wiseman  nos  dice  :  «  El  catolicismo  tiende 
»  stis  brazos  d  lodo  el  que  renuncie,à  su  juicio  particulah^  ^ara 
»  adoptar  su  principio  vitaì  :  es  decir  que  se  sQmete  implicitamente 

^^  y^  ala  verdad  de  lodo  lo  concerniente  d  la  énseàanza  de  la  Igle^ 

»  sia.  »  • 

I  Lo  que  quiere  decir  que  para  adoptar  el  principio  vitalAA 

\  catolicismo,  es  nece$ario  rcnqnciar  à  la  razon* 

Àsl  lo  creemos,  ìlustre  Cardinal.  Àbogais  en  niiestrà  causa. 
Ya  dijimos  en  la  A  inerica  en  Pcligro'/SÌ^  ASSURDO  SO  HAt 
CATOLICISMO. 

I  Yuestro  Bossuet  nos  dice  què.  c<  Pios  hace  I09  conquistadores^ 

»  fj  hace  marchar  el  espanto  de(ante  de  ellos.  »  Los  Bqna^arte 
han  leido  estQ  texto  catóUco,  y  Ìyi<Jjico  fjstà^  destiiji^do  è  ser  la 
Yictima  de  Dios,  segun  Bossuet.  viReyes  ^erced  uuestra  auìoti^ 
»  dad^  que  cs  divina  »  Asi  fué,  que  Luis  XIV  tfenià  escrùpulos 
si  no  despotizabà.  ''''       '  '  '    '  '  »  » .  . 

Y  termÌQar^m9s  con^l  mas  gpnd^  ^pQlO^ista,  l\o^qg§KW  .ft?" 
deis  ir  còntrk  su  palabra,  siri  declat*aros  hcrejes,  ó  pàtónco8,p 
con  las  palabras  de  vuestr^  Apóstol  Pablo  :  «  Toda  alma  esté  so- 


—  244  — 

)»  mettda  d  las  polMadés  supfiriéms  :  pofque  no  k^y  poteHnd  sino 
»  de  Dios  (ioclusive  la  de  Francia,  Sosaa  y  Lopez)  y  lasque  son 
»  (  poteatades  )  de  Dioi  ¥m  orden^dùs.  (Inclusive  la  de  Ma- 
»  homa.)» 

Para  fapdar  la  antoridad  de  la  racon,  dijo  PaUo:<^-i(  ATo  àho 
n  Dios  hco  el  iaber  de  ette  tn^ndo  » — «Mas  laa  cosas  Ifcas  dal 
7^  mundo  eacogió  Dioa  par^  confiindir  &  los  s&bios.» 

Para  fondar  la  libertad  y  la  igualdad,  dijo  Pablo:— «siervos 

»  OBEDECED  À  VUESTBOS  SEf^ORES  TEMPORALES  CO^  TEMOH  Y 
»   CON    RE^^TO,  JSlf    8ESG1LLBZ    DE  VU ESTRO   GORAZOM  ^OMO  A 

^  Christo.  »  Sierros  de  Biiaià,  escUvos  de  laa  AfUillas,  del 
Brasi!,  y  «iervos  del  Paraguay,  ya  Jo  ois  ;  Obedeced  4  Tues- 
troa  CWOS,  ^^n  re$fito  j  eemo  d  Chrisio  I 

^Quereis  mas  apologia,  sefior  Escalada  ?  . 

Para  fondar  el  libre  arbitrio^  dijo  Pablo: — «  Porquc  Dioses  el 
»  que  obra  enfrc  vosotros  osi  el  querer^  corno  ci  ejccutar^  segnn  su 
»  bìienà  voluntad.  » 

Para  describir  al  bnen  Obispó,  dice  Pablo:  oc  Pues  cs  necesa- 
»  rio  que  el  Obispo  $ea  irreprehensible^esposo  de  una  sola  muger .... 
»  propia  para  ensenar.n 

En  fin,  seùor,  terminemos  las  citas  con  està  ùltima,  que  es 
magnifica  para  fondar  la  democracia  :  <c  Todos  los  siervos  que 
»  ESTAi^  BAJO  DE  YUGO,  estifìien  d  sus  seiiores  por  dignos  de 
M  TODA  HONRA,  para  queél  nombre  delSenory  su  doctrina  no  sea 
»  bìasfemado.yy     (Pablo  id.) 

San  Pedro,  sobre  cnya  j^ic^ra,  habcis  levantado  la  iglesia,  nos 
dice  : — iiSotneleos  pncs  a  iòda  Aumana  crialura^  y  esto  por  Dioi: 
»  YA  SEA  AL  BEY  COMO  SOBERANO  QUE  ES  :  '  Siervos^  sed  óbedien- 
»  les  d  los  setlores  con  lodo  temor^  no  tfin  solamente  d  los  buenos  y 
»  moderados^  sino  aun  A  los  dehecia  co5DÌcion.  » 

l  Y  qoereis  que  sobre  esa  piedra,  sobre  ese  Pedro,  se  le- 
vante el  edificio  que  debe  albergar  ^  todos  los  hombres  Ijber- 
tadoa?— /VoA  ptidor! 

?  Son  esas  las  doctrinas  que  nos  dan  las  mq»  svblimes  tjtofiQf^ 
sobre  la  dignidad,  la  libertad  y  la  igualdad  del  hombreì  Sier.?08 
de  Pedro  y  Pablo,  callad,  y  sed  mas  celosos  de  la  dignidad  de 
la  Verdad  ! 


—  ?»  — 


tOCQUEVÌLLE  COSTRA  EL  OBISPO. 


Como  he  determinado  seguir  la  Pastoral,  suspendo  la  ar- 
gumentacioQ  irrecusable  que  demostrarà  mas  tarde^  A  mas  de 
los  textos  7  razones  enunciados,  la  ipcompatibilidad  de  la  de- 
mocracia  eoo  el catolicismo,  para  dilucidar  las  palabras  de  Toc- 
queville, que  el  seflor  Obispo^  corno  autoridad  irrecusable  me 
preseuta,  para  probar  la  posibilidad  de  esu  n^onstruosa  asocia- 
cion  de  palabras:  Libertad  y  Catolicismo, 

Ea  primerlugar,  no  h^y  liumana  autoridad  irrecusable.  Toc- 
queville y  elseùor  Obispo  pueden  dccir  absurdos  ;— pero  quiero 
hipotéticamente  conceder  la  autoridad  irrecusable  que  se  me 
quiere  imponer,  con  tal  que  el  seflor  Obispo  la  acepte  tambien 
por  su  parte.  Empecemos  poi*  descubrir  el  pequeito  artificio  de 
la  cita. 


lexto  iMom^leto  de  Tocquc'- 
villCy  cHado  por  el  Obispo, 
e  El  dice,  que  mas  de  un  millon 
de  catóìir^s  que  ya  existfan  aUl  en 
su  tiempo,  al  paso  qae  mueeUaa  gran 
ndelidad  en  l^s  pràcticas  de  su  culto 
y  rebMan  en  ardiaiiento  y  celo  por 
sua  creencias,  qon  todo  C90,  forman 
la  parte  mas  republicana  y  mas  de- 
moeròtica que  eiEÌste  en  los  Estados 
Uni  dosi  hecho  qua  sorprende  &  pr^- 
rcera  vista;  pero  cuyas  verdaderas 
tausas  desoubre  con  faeilidad  )a  r«- 
flexion. 

La  dóctrina  que  ensena  el  Catolicis- 
mo ee  U  mas  farprable  para  laigaal- 
^^  de  condiciones,  pues  ella  pone  en 
el  mismo  nirel  &  toaas  las  ìnteligen- 
clas,  si^ta  A  los  pormenores  de  las 
roismas  creencias  tanto  al  s^bio  corno 
al  ignorante;  impone  las  mismas 
pr&oincasalìrieo  y  al  pobre,  lasmis- 
man  austeridades  al  poderoso  que  al 
debil;  no  se  compone  con  ningun 
nortn-tal^  y  apKeando  à  cada  uno  da  los 
hmp^noA  la  misma  medida,  \&  gusta 
<x>nfun(fir.todas  bs  clases  de  la  soci^ 
dadal  pifrddl  toismo  aitar,  asi  corno 
ff tà^  pónfondidas  j^lot  0^4)$  ci^e  Djos.  » 


Texto  de  Tocqueville, 


«  La  mayor  parte  de  la  America 
Inglesa  ha  sidopobìada  por  hombres, 
qu9  despues  de  haberse  9usiraido  a 
ìa  autoridad  del  Pjpa,  no  se  habian 
sometido  &  ninguna  svDremada  re-- 
ligiosa;  traian  pues  al  riuevo  Mando 
un  cristianismo  que  no  podia  carac- 
terìzarlo  mejor,  que  Ham&ndolo  de- 
mo'sr&tiCQ  y  republicano:  esto  favore- 
ciò  singularmente  el  ftstablecimiento 
de  la  Hepabìiea  y  de  la  democràcia 
en  losnegocios.  Oesde  el  principio, 
la  politica  y  la  relìgion  se  euconlra- 
ron  àé  ^cueAlo,  y  despues  no  han 
cesado  de  estarlo. 


Lo  cual  quiere  decir,  que  los  que  protesiaron  centra  la  (glesia 
Oatólica,  los  que  negaron  laobediencia  à  la  Iglesia,  al  Papa,  etc., 
queIoscristiaros;?ro/^5fan/^5,Io8que  acaba^an  de  fundarel  libre 
fxdmen,  en  la  reiigion,  faeron  los  que  fundaron  la  Repùbiica  en 
la  politica.  Fué,  pues,  el  protestantismo^  seguo  Tocqueville,  el 
cristianismo  que  fundó  la  Repùblica  de  los  Estados  Unidos.  No 
el  catolicismo.    Es  de  evidencia. 

AsI,  desde  las  prìmeras  palabras,   vuestra  autoridad  es  des-* 
truida.  Tocqueville habla  de  cm/fawwwo  y  vosotrosdeca^o/ècwmo. 
^0  quereis  llamar  A  los  protestantes  sectarios  de  vuestra  prelen- 
dida  supremacia  religiosa? 

Pero  bay  algo  de  mas  grave.  En  el  mismo  capltulo  que  cita 
el  Obispo,  bay  no  solo  citacion  incompleta^  sino  citacion  fahea- 
da^  j  osto  ya  importa  una  responsabilidad  moral. 

Yoy  si  citar  el  trozo  completo  que  el  Obispo  falsea. 

«  Pienso  que  no  bay  razon  en  considerar  à  la  religion  cató- 
<(  lica[como  un  enemigouaturat.de  la  democràcia.  Entre  las  ' 
((  diferentcs  doctrinas  cristìanas,  el  catolicismo  me  parece  a^ 
«  contrario,  una  de  las  mas  favorables  A  la  igaaldad  de  condicio- 
c(  nes.  Entre  los  cafóHcos  !a  sociedad  religiosa  no  se  compone  sino 
«  de  dcs  efhmentos:  el  sacerdote  y  el  pueblo.  El  sacerdote  se  eleva 
<c  solo  sabre  losfie/es:  todo  es  igual  bajo  él.  » 

He  subrayado  la  parte  suprimida  por  el  Obispo. 

^Y  por  qué  la  suprimió? — porque  justamcnte  me  daba  razon, 
porque  csas  palabras  vienen  àprobar  queel  catolicismo  se  com- 
pone de  aristocrdcia  y  servidumbrc^^Dos  elementosdice,  compo* 
ncn  la  socicdud  oatólica:  el  sacerdote  y  el  pueblo.  La  demo- 
cràcia  no  secompone  sino  de  un  elemento  ilustrlsiroo,^  y  se 
llama  pueblo,  ese  mismo  elemento.  Y  qu^elementos  pretendia 
amalgamar  su  seflorfa! — La  aristocrdcia  mas  deapótica,  porque 
es  duefta  del  pensamiento  y  la  conciencia,  y  la  servidumbre  de 
la  plebe-humanidad.— La  cita  de  Tocqueville  restaurada  oa  con- 
funde. 

Tocqueville  habla  primero  de  catolicismo;— despaes  dice, 
igualdad  de  condiciones; — despues^  dos  elementos. — Yèd  la  du- 
da,  en  ese  es.iiritu  que  me  dais  comò  autoridad  irrecu^able.  Ko 
puede  sostener  la  proposicionque  el  catolicismo  es  democràtico,' 
y  se  refugia  enque  es  favorable  à  la  igualdad  de  condicionefl. 
Ser  favorable  à  la  igualdad^no  es  ser  siempre  favorable  A  la  It- 
bertad.    Los  mas  grandes  déspotas  bau  establecido  una  magni- 


-  «7  - 

fica  iyualdad  de'èondf&ionés^  en  la  Èervidumbre. — Y  nò  "ptidietìdo 
aun  sostener  que  séa  favorablè  é  Ìvl  itfitaldad^ -dice  qn^.  èl  'èalefli-* 
cismo  es'xAì^hriiioeideia.  Yéd  cuanta  crònfradlcciott'f— ^W^ 
pudiendo  detetierseen  las  contradìccione»;  al  dar  vuelta  hipé- 
gina  en  et  tnismo  capitalo,  Tocqueville  Aì6t:    èc  El  gatoltgismo 

ES  COMO  UNA  MONARQUIA  ASSOLUTA.  »      (At  fiU  tf ionfó  la  lÓ^^Ca.) 

^Me  citareis  otra  rez,  comò  nutoridad  irrecusableé  Tocque- 
ville, aeflor  Obispo  Escalada? 


VI. 


L^BIBLIA  COJMTRA  KL  OBISPO. 

He  coropulsado  làs  orìginales  razones  j^  la  ionica  citacion  quo 
àà  el  seflor  Obispo  par  refatar  mi  libro.  Las  razones  que  ha  ale- 
gado,y  la  cita  explicada  é  ìntegrada  de  Tocqueville,  han  venido 
à  confirmar  ladoctrinade  mi  libro  y  à  mostrar  la  contradiccion  en 
el  ataque.  Despues  de  estò,  nada  qaeda  ya  que  refutar.  El  Obis- 
po continua  con  una  especie  de  psalmoteo  de  alabanzas  al  catoli- 
cismo^ y  en  una  sèrie  de  injurias  contra  mi^ 

Respecto  al  psalmoteo  encomiàstico,  bien  puede  continuar, 
comò  continiian  todos  los  panegirìstas  del  error.  Acumulan  afir- 
macion^s  de  alabanzas,  y  no  rebaten,  nada  refutan,  se  hacen  sor- 
dos  à  los  argumenlos,  }  pasan  en  medio  de  loà  resplandores  de 
la  razon  que  la  filosfofia  les  arroja,  tàpAndose  los  ojos,  comò  el 
avestruzperseguido,  que  esconde  la  cabeza  para  no  ver  el  pèlr- 
gro,  creyendo  deeste  modo  conjurarlo. 

Empieza  la  letania  de  este  modo: 

«  La  Rcligion  Católica  obtiene  el  doble  privilegio  de  garantir 
«  à  loà  pueblos  contra  los  vcjàmenes  de  l(*s  mandalarios,  y  po- 
«  ner  à  estos  à  cubierto  de  los  terribles  atentados  de  la  insur- 
«  rcccion.  »     (La  posterai.) 

ta  réligion  católica  ha  òbtenido  el  privìTcgio-  de  garanti^'ii 
los  despótas  contra  ei  dèrecho.  Entodotlempo  ha  sido  despó^ 
tìca,  porque  es  despotismo  en  eì  dagma^  y  en  la  brganizacion  dò 
lalglesia.  Los  Borbones'han  sido  y  son  católicós.  'Itoma; 
'eternamente  despotizada  porla  teocràcia  cdtftlicà;  NùpolèS des- 
potizado  porla  monarqula  catóìica,  y  el  faicrtìstruòso  Bòriiótt- 
despues  del  borabardeò  de  Mesina,  fué  ptÉbIicamedte  abfàzadò 
por  PIO  IX.  .  ^     ' 


;  JKl  Amlri^i  el  iiDjK^ip  loas  ip&(iue^  Ucano  de  uncipaes,  de  H^n- 
tgm^  de^obwùi),  4e  ItoUa  j  d^sxf  pr,9AÌo  pueblo,  |e^  eLxQejo.r 
^do  d/f}  Pàpi^  j  el  sostpoedor  de  la  Teocràcia.  Ì<a  Espofia, 
el  ifì^  qi|e  graicipis  ^  su  ^^eli^Q4  cafél^a^  se  ha  quedado  atr^s, 
ba  4Ìdo  la  patriq  de  Fe^ìpe  H|  el  braco  de  la  luquisicion,  y  el 
v^du9>  de  Ipft  P|i)^^  Bdjo9.  I^aFjraiicia  ha  recibido  la  bendi- 
ciem  de  lajgie^iai  la  de  Ica  Papas>  porsas  cruz^df^^^  por  laa-ipa- 
tanzas  de  los  Yadenses,  Hugonete$|  ppr  )a  Sa^  SartQlqnfté^ 
por  las  dragonadas,  etc. 

En  Suiza,  los  cantones  católicos  han  sido  los  rebeldes  à  la 
le}  de  la  Repùblica.  En  America,  el  catolicismo  qaemó  hom' 
bres  j  libros,  cimentò  el  colìonage,  introdujo  la  esclayitud  de 
losnegros,  nos  separò  del  mundo  j  erigiò  el  tribai^al  de  la  Santa 
Iqquìsicìoo.  En  AméFica  fulmosdeolaradosiosurgeutes  y  bere- 
jes;— cn  America  el  catolicismo  fiuidò  el  Para^j^ay  y  iriviò 
aliado  de  Francia  y  Lopez,  y  de  Bosas.  En  America  y 
ISuropa,  Qoquiere  institucioues  libres,  ni  las  puede  querer^  sino 
comò  arma  de  guerra.  Ha  tènido  pues  el  privilegio  vuestra 
fglesia  de  bendecirà  todos  los  grandes  malvados;  y  bov 
dia  ni  mayor  perjuro  que  conoce  la  historia,  que  es  él  aliado 
del  Papa. 

Pero  seria  bacer  uncurso  de  historia  demostrar  ano  porafio, 
si^lo  por  siglo,  la  intima  alianza  de  la  Iglesia  con  el  despotismo. 
I>esde  el  malvado  Constaotino  qae  dio  i  la  Iglesia  el  poder  basta 
el  emperador  de  Rusia,  verdugo  de  Polonia,  à  quien  Pio  IX  Ila- 
ma  ilustre  rey  de  Polonia^  i  qué  se  ve?  mentiras  elevadas  é 
dogmas,  crimenes  justiQcados>  autoriaados,  y  criminales  asesi- 
nos  elevados  &  la  dignidad  de  santos  por  la  infalible  é  impecable 
Iglesia  Catòlica.  Carlo  M^igno  decapitò  en  un  mismo  lugar,  y 
c;n  una  campaùa,  a  4,500  sajones;  pero  Carlo-Magno,  dio  tierras 
A  la  Iglesia  y  la  infalible  lo  hizo  santo. 

Pero  son  faltas  de  los  hombres.  nos  dic^n  los  apologista»  del 
catolicismo. — ^ Cònio?  -r-^Ko  son  vuestps libros  r^velados  por 
Piosii^ifuno?  ~^No  veo^neliosU  monarqqia,  el  despotismo,  If 
Sfrxidumbre,  la  arjistocracia,  los  privilegios,  autorizados  ppf 
eise  vi^jo  testiimento.que  decìfi  ba  aido  dictado  por  l>io3  mismo? 
i^^  dijp Pips,  seg^n  vosptros,  ob catQlicosc(j7er  m^  reg^ regnanti w 
Tfp  di^p  D4ps,fleganyo^tro8,  oh  QatòU^ps  en  ej  h^xitìco;  n^Si^rvQ 
.«y  4ervq^  t^ndreù  4^  <^  ^àfiiones^^esfinn  vuetito  eontorm-  1^ 
(idtf  /of  estrangeras  que'peregrinan  entre  vosotros^  6  Us  ft4«  fie  es- 


yuro  de  herencia  tos  dejareis  a  los  deseendienies^  y  los  po^ter^^  jKir 

Qpé  tal  orgtimdoii  social  t  cubn  bella  e$  end  hospitaUAad  «1 
«atra^gepo,  qué  d^reicho  de  geiitaa  taii  sublime  I  ' 

Dicenquesus  atehtados  son  faltas  de  les  hombres.  i  Còrno 
bau  deserfiUtas  de  los  hombres,  cuando  Dios>  segun  elloè,  és- 
lablecéeiiietilefitereBoimoestaa  hdmanas,  frateraales,  filaàtró- 
pieas  7  caritativigi  doctrihos: 

«  fluaiido  el  Sefior  Dios  tuyo  te  introdujere  en  la  tierra,  cn  que 
^        tf  Yas  à  entrar  para  poseerla,  y  destrajere  muchas  gentes  ide- 
«  laatede  ti. .  • .  j  te  las  entregire  el  Seilpr  Dios  tuyo^  los  pasa- 
«  ras  à  cucHiLLO  sin  dejàr  uno  solo.  » 

Es  sabido  que  Quiroga  sabia  la  Biblia  de  memoria;     Esto   es 
I  histórico,  Argentinos. 

I  Y  cuando,  oshabeis  levaatado,  oh  Iglesia!  porla  justicia,  por 

[  la  libertad  del  bombre,  por  la  indepeadencia  de  las  nacionali- 

dades^  por  las  garantlas  del  derechOj  por  las  instituciones  libres. 
por  la  em^ncipacion  de  los5ier.vós,  de  los  esclavoa  à  de  los  co- 
lonos,  por  la  independencia  de  la  ciencia,  por  el  hoDor  de  los 
pueblo3,  por  la  libertad  de  la  prensa? — Ah!— cuando  os  some- 
tep,  apelais  al  Yocabqlario  libertad, ^-y  cuaodo  oprimls,  llamais 

È  A  la  dominacion,  supremacia  d&  lo  divino. 

\  ^En  dónde  tus  maldiciones  centra  el  $uììo,  ó  el  Auatr^ico.,  é 

el  Borbon,  ò  el  3oQAparte.  por  sus  rbbos,  por  &us  Diataozas,  por 
&U9  pf^rjurios?— O  centra  los  Belzii,  los  Moiitt,  los  Francia,  los 
Lopez,  los  Bosas  y  Quiroga  ? 

i  En  dói^de  tu  amerà  la  libertad  y  à  los  pueblos,  en  America, 
cuando  nnestroa  padres  proclamaban  la  Independencia  ?— Kop 
Uamàsteij}  kerejes.  San  Martin^  O'Highnis  y  otr^os  gobiernps  tu- 
yieron  que  desterrar  Obiapos. 

i  Qué  liaè  hecho  de  las  maaaa  de  America,  ob  ef^toUeifWQt?^ 
XA  lAs  has  edueado.  -^Besp^Ade  por  ^ÌÌH  L  ; .  .^(ìuAle^hftn  ^rd^ 
los  dogmas  y  princìpioi»  de:|ibertad  y  dew^erAciaqw  Jea  h^ 
i«o«iolado?  Sawtilismo  y  òdio,  teruoB  yepjbrutefBiiBie^^p,  e\- 
plotAciiii  y  hwdi(ci€iie»l' 
Abi  eattp  ««)s  |«KMQa,  m^  m^i^w,  en  p^^  »o\im>  M*^- 
\  guayé  A/)geiaiiia,  Ghite  j  Vrog^ty,  pam  H^m  dn:  flteffi^Pftft  ^ 

it«dfl:defipotiaiip09  *  todft  dMiagA^gia^  $r  ^dii1ll|9kf MKì«  7  i  tfi^ 


òdio. — Vépnes,  tirs  obras;  catolicismo.     «  Jwsgud  ùi  drB&t'^i^f 
suKfruios.  »     '  '•  "■•'^i  *•'•*' V 

Intolerancfa  es  tu  dogma,  despotismo  es  tu  esencia,  doiftfùh) 
èfifiiritual  es  tn  bandera,  inqnisicion  j  jesoitismo-  son  tas-  éfhtf&s: 
inquision  cuando  puedes,  jesuitismo  catmdò  tiemfelQS.  ^¥'pit^ 
taadeis  conciliarla  BepAblica  con  el  catòlicisato^  ^  !:  ^ 'I 
.  Estaìs  perdido^;,  porqti.e  al  enunéiar  esoiblàsfeaiiiii.cì^tf ficai, 
histórica  ;  politica  habeis  .dado!ua  pasoa/trés,  7  an  tremendo,  salté 
À  retiiguardia,  concediendo  la  yerdad  de  la  Bepàblìca,  que  €S€| 
gobierno  de  st  mismoy  el  gobìerno  de  larazon  emancipada.  .  / 

:Èsto  pruebaque  no  pudieiido  ya  negar,  transuU,  buscais  U 
coQciliacion  de  lo  contradictorio.  ùltimo  recurso  de  toda  causa 
perdida. 

VII. 

La  HISTOUIA    COINFRA  KL   ObISPÓ. 

En  la  refutacion  de  està  pastoral,  iotencionalmente  no  lie 
querido  atacar  el  corazon'del  ehemigo,  porqué  me  reservo  ha- 
cerlo,  si  Dios  me  dà  vida,  en  unaobra  especial,  que  si  el  sefior 
ObispoIIegaà  leerIa,(comoIo  creemos  hombre  de  sinceridad) 
se  convencerà  de  tal  modo,  queél  mismo  arrojarà  su  mitra  por 
la  ventana  de  su  palacio. 

He  querido  ceflirme  à  la  pastora!,  y  es  por  cso  qùe  suspendo 
las  aguas  del  diluvio  de  rnzon  que  sepultaràn  la  barca  de  Pe- 
dro,  tan  pronto  comò  se  desprendan. 

Y  DO  me  dignn,  que  ha  salido  triunfante  la  Tglesia  de  la  gue- 
rra que  le  hace  la  filosofia,  alegaudo  el  hecho  brutal  de  sd  ex's- 
tencia,  subsistiendo  à  los  embates  de  la  razon  7  de  los  pueblos. 
No,  — porque  bay  en  Asia  7  en  Africa  iglesias  mas  vìejas  que  la 
católica,  7  qué  viven  en  su  mentirà:  Los  museos  de  Boropo  os- 
tentati las  mómias,  los  idolos;  los  liferos,  de  tanto  ensa70  divino 
al  Iflfdo  délèsmàrmoles  de*  Grecia:  Puit  Ilionl 

No  me  digan  que  el  catolicismo  c^td  victorioso,  cuando  ko 
perdìdo  su  dominio  sobre  laBusia,  la  E!filC8lidinàvia,U  Alemaniai, 
la  ]M)kiida,  la  Suiza,  la  Inglaterra,  otianiiojo  ba  •pérdidO'  en 
'ltàM;éttltomk]ilÌ8«[K>,  donde. ddlo- la  «dsHienen  tu»  ei;Mngenis 
'lÌKyotieta»<M¥^ttrOw    jQué  Victoria^  er  égii,"qiiéi04Bsiite  €& 


perdeil  m  pot^{  tóceéiitol,  siriopieilO  ?  h  {Q^  ciòetMìsi:dà;  cm^ 
qac  ya  do  paede  contestar  à  la  ciencia,  i  tahistonia^^'qiie  tenie* 
gurrhaAaia.huIedticidàd'de^lflB  fiiaciitara&7--r*jQii€  victoHa  es 
eaa^.qlle.todo  lo  Qoblé^  tddo  lo  gmidiey  ia'^Érdfldeito  jdo  aa- 
UimQi  saieìi  d^  laJUosoftayUbentad^y  todp  despoU3nio,  ytodo 
atraiso  buftcanjeliili^iiipo  dcrJft  basilica  d&  Fedro  7.        m;      r 

El  catolieismoy.ea  9iabido,  corno  doctrina  de  servidumbre^qu^ 
prometió  ^meter  la  tierra,  empezando  à  Dombre  d^  Dios,  por 
«fgÀr  7  por  im()oqcir!el  siicrificto  de  la  razon  dial  .bpoibre^  tié 
acefi^ado  7  adorodo  por  los  emperadores  romanos,  fìmpezando 
por  ese  monstruo  Ilamado  Constantiuo;  crev6  ver  en  el  calolin 
damo  el  mejor  iosttrnmeoto  de  dominio  para  kvantdrse  sabre  la 
humanidad  envilecida:  El  impcirid .  Romanb,  'laifmnarquia  d^/, 
mui^ch^  la  .«^dafitiid'  de  la  tierra(— j  tod6  dutori^ado  pov  la 
nueva  religioni -^^jGóitìò  Db  sei' fìufiasìfimente  católicd?    '    '   -' ' 

Hé'ahf  pbr(}Qe  Cùnitanìmo' hizo  fUerza^  en  el  conoitio  de  Nidea 
ptfra  qne  seipToaHilgése  comò  dogma,  la  idea  de  hi  divinidad  del 
JedarC»slo,^poiiqD0;de  ese  modo;  la  Iglesia  se  constituia  eoi 
heredera<de  la  rerelacion  infalible!  inventando  la  infnlibilidad  dt 
sttbrlg[en,  para  eoostituir  1^  autoci^eia  divina  del  EmperAdor  y 
del  Pontiflce,  y  entre  ambos  dividirse  y  abflorVerse  el  iaiperio 
dela-bunamisdad.  '  ^ 

i^  1  'He  ahi  él  aeei5elo  del  celo  desplegado  par  Ibs  emperadores 

piral^conVerttr  porla:  fuér^a^  y  conoluir  por  ìufiàerza  con  el  pa^ 
gailìstno;'yhé  ahi  espUcado  eLae(?retode  esa  eoaversion  quo 
parece  tan  repentina,  y  que  no.|QtQé,  sino  cunndo  los  bdrbaros 
baatizados  à  millares,  reoibian  unreino  6  unoregion  en  botin, 
«omo prèmio  de  su  conversioa.  Qiiiaet  nos  ha  revelsfdo  1os  :de- 
eretoa da  los  emperadores  para  enseàarnos  el /^^néro/o  proceder, 
de  las  primeras  antoridades  calólicas,  para  la  p^op»^iidQ*fifi^^.  t 
*  Bl imperio oa6). la fendalidad  y  la  monai^quia  toeti^n.  /Es 
la  època  mas  negra  de  la  hìstoria.  El  catolicismo  còfasagra  la) 
mooaiypBiia,  bendicelafeodaUìdad/saiiciòna'  la  serviddmbre  de 
laiimasais  ijiiimànas^'  còma  aoimalefi  soitaétidos  al  duetto' d«i  la-, 
tierra;  y  et  misitao  catolicismo  sé  èonstitoye  en  -aiitocracia'  di6 
Obisposi  èli  nM^rqiiia  Religiosa,  y  €n  teocràcia;  poUfioiJ;  '  .  ' 

•La  iglesia  lAAapneUos,  dislnribiiia  territoviosy  8anclòiiaba<  di 
ét^àbh  TiiMairqnias,iii9titnia:feQdos;  laniaba  clases  contea 'èlàa6a{> 
pneblos  contra  pneblos,  al  Occidente  contra  Oriente,  de^tabai 
g«di¥D8,  oréMaba.miitàiizdsndDimiisa,  clamaba  poi^ldi  extermì- 


f 


*^  Ida  - 

Lt;  Iglesia  Mf  dtribùye -^  maB  ftilsedèlbs  demohob,  te  nn 
Hnposibrfi  deloé  t^rihacioàm:  el derèeio iéye^téciik  inftriibie. 
0boide,  Mt  y  df^sata^  màn^ja  loseiélos^,  impone  al  8er  sapremo 
sus  visione^,  esclaviza  el  p^nsamiento  ìmtMM^  y  persigoe,  atoi*^ 
iw^klta,  qctébia  hombresj  Ubro.^,   para  preparar  lo  éspitUunldr 

ISace  Itt  guerra  d  las  Ilepiiblicas  itallaiias,  y  llamn  cimtra 
dtas  a]  extranigero  (coino  boy)  ;— Diesapaveebo,^  tato  ^osnra- 
pi*'eparar  la  Repfùblia  en  Italia . 

Nièga?  el  dérecbó  de  la  raroQ  eb  el  bomttro^y  bo  tiene  et 
pndor  de  hablar  de  democr'acia. 

Su  hiatoria  es  la  del  dedpotiaino')^  de  la  té<Msraoia,  y  osa  ha-* 
blar  de  los^  beneficios  qae  ha  hecho  à  la  lìbèrtad  !  • 

Ha  soporiado  7  aprovec^ado  de  la  sepYidnmbre  delii  gleba,*— 
ha  autorizadoU  esclavitud  de  los.negros^  ha  ftineionado  con  la. 
itiquisicìòns  piFotea  eoa  el  extrangero  ù  sn  patria^  ;  Aos  hablé 
de  cnridad  y  de  nacionàlidad  1     «  ÈcréMns  Vinfàme^  » 

.  Bat^  eìs  la  historia,  soior  E^ealada;    Està  es  la  tazon  y  la  lò- 
gica qnè  OS  desmienleOb    . 

Y  boy,  sefior  Obispo,  que  mejor  oportunidad  par  a  prcd)ter  el 
republicanismo  del  Papado,  que  la  expedieion  de  Mé^cof  ^En 
ddndè  eae  rayo  fulminai^te)  qne  bq  ae  lanzn  sobnà  el  perjaro. 
que  va  A  asesinar  A  un  pueblo,  é  una  BeptUdica.sefior  Bscalada? 

Vlf. 

BL   PAPA   GOUTBlA   EL  OBISPO^ 

i  Poede  baber  Repùblica  sin  liòertad  4é  talios^  sin  la  Hlne^ 
tiiéde la prensa^  sin  la  libertad cwitì-^rlSùì  mt  ooofeaareia,  ae-^ 
fioirE^alada. 

-  lY  quédireis  de.  la  autoridod  que  los  sÉprknró  probiha? 
Que  es  aotì-republicana. — Tampoco  nic  negareis  eato. 

Pues,  bien,  escuchad  ahora  la  palafcra  de  rnealra  finpreana 
autorldad)  à  la  que  debeis  respeto  yrobedieneia  bajo  pena  de 
declararos  tos  mismp  en  rebelion  centra  ta  Santa  Sede. 

Cuando  Làmf^nnaia  era'  oatóUco^  intentò  Io  imf^oaible;  conoi^! 
liar  la  libertad  conel  oatolibifflno.  BoiéA  Io  cottdené»  Ei  car- 
denalPacéa^  érgado  del  sob^lino  pontifioeVliS  eaerifeié  en  aHi 
notnbrè: 

.«..«  BVSanto  Padre desapmdMi  tambien,  y  aiul .nejmiQba, 


f 


-  3«  - 

j>  lag  diirab'ipars  relcttras  ititi  tìbièfrtàd  <n^  y  pòIRìéèi;  ìàs  ^^ùe, 
»  centra  vaestl^&s  itténòtóhes  shì  dadh,  tiendett  por  g«  riUtlHftf^ 
»  leza  à  eiìtar  y  propagabili  todas  partcs  el  esplrìtn  de  dedi^ 
^^  ciòtiy  de  réVuelfa  de  la  parte  de  lòs  fttf)dft09  tofkìta  bus 
y)  soberaitòs.  Es  a«i,  paes.  èste  éspiritu  éista  eii  abierta  opc^-^ 
»  cioD'Còn  h)g  princìpios  éA  Evafìgelio  j  de  naestra  AQtittf  Iglé-^ 
»  sia^  la  ciial,  Como  biès  lo  tabeia,  predica  igoalmeii te  )&- }o9 
»  pueblos  la  obediencia,  j  é  los  soberanos  la  justicia.  » 

«  Las  doctrinas  del  Pervenir  (el  diario  de  Lamennais)  sobre 
n  la  libertad  de  loscuUosjldi  Ubefj^ad  de  ia  prensa,  que  han  sido 
»  tratadas  eoo  tanta  exageracion  7  lleyadas  tan  lejos  por  los 
»  seiiorcs  redactores,  son  igaalmente  muy  reprensibles  7  en 
»  oposicion  con  la  enseìianza,  las  màximas  7  la  pràctica  de  la 
»  iglesia.  Han  afligido  7  asombrado  mncho  al  Santo  Padre; 
»  porque  si^  en  cicrtas  circunstanòias,  la  pradencia  exigc  tole- 
»  rarlas  comò  mal  mcnor, ,  tates  doctrinas  no  ptieden  jàmds  w/ 
»  presenfadas  por  un  cafólico  corno  un  bien  ó  Como  un  estado  de 
»  cosas  deseable, 

«  En  fin,  Io  que  ha  coìmado  la  amargtira  del  Santo  Padre,'  es 
j>  el  Acta  de  union  propuesia  dtodos  aquellos  que^  d  pesar  del  ose- 
»  sìnato  de  la  Polonia^  la  désmembracion  de  la  Bèlgica  y  la  coii- 
»  ditela  de  tos^  goMernos  gite  se,  denomindn  ItberaleS,  esperùn  a'un  eri 
»  la  libertad  del  tnundoy  quìeren  t^abajarpór  etta  . . .  .Su  Santidàd 
»  reprueba  tal  actoèn  cvanla  al  fondo  yàìa  foriha.  ' 

»  He  ahi,  seflor,  la  comunicacion  que  SuSantidadme  encarga 
»  haceros»  etc. 

Y  es  despues  de  esto  que  Lamennais  escrìbió  las  soleranes 
palabras  qué  petan  corno  una  sentenciadel  Eterno: 

»  Libertad  7  catolicismo  son,  pties,  dos  |)alabras  que  radical- 
»  mente  se,exclu7en.  La  Iglesda,  por  el  principio  de  su  institu- 
»  cìbn.,exìge  7  debe  eiigir  djtl  hombre  una  obediencia  ciéga 
»  absolutaentodos  los  órdenes:  obediencia  en  el  órden  espid- 
»  tual  puesto  que  de  él  depende  la  salvacion;  obediencia  en  el 
»  órden  tempora!,  en  cuanto  é  que  estd  ligado  al  órden  espiri- 
»  tual,  pues  que,  ^  permitiesequele  atacase,  en  cualquiergradd 
»  7  manera,  sealu  fénecesarìa  para  salvarsi,  Setilaautofidadqiiè 
»  la  enseUe^  sepharia' complica  del  ma/oròrlmen  quepiiédecon 
»  cebirse',Ia  muerte  de  làé  atmas.  Beestòd.Ias  medidasrépre- 
»  sivas,  à  la  Inquisicion,  àsii  código  sang'.rìènfo.lacónsébnendk 
»  esrigorosa.^ 


—  Z9A  — 

^Quépodreis  contestar)  $eaor  Obi|spo,À  Tues^o  Saf^to  <Padre« 
qa^  qoQ9Ìdera.Ia^derecho8  faiidameiij[;ales  de  la  BcDùbliqa,  en 
oposieion conia  enseS,an,^*ayìa,  ìniximaj  la  prdcticade  la  Iglesiàì 

El  Santo  Padre nos  dice,,  pues,  que  haj  iaoompatibilidad  en- 
tre  laliberlad  y  el ^atoUcismo, —  y  esaes  mi  rfirmacion,'  sefior, 
Obispo,  que  os  h^bei^  atretido  a  negar.  Hoy  entre  la  Repùbiica 
j  el  Catolicismo,  la  misma  afioidad  que  entre  la  razon  y  el  ab- 
surdo. 

vnr. 

Pio  IX  COLTRA  el  Obispo. 

llaUabido  sacerdotesitaliaiios,  Gioberti,  Rosmini,  Ventura, 
que  han  ìntentado  la  alianza  de  la  filosofia  con  la  fglesia.  ^Qaé 
resultò?  «El  Papa  ha  afrentado  sus  obrascotno  oV^'^s  tantasblas- 
femias; ellos  han  arrojadola  maldicion  d  su  filosofa.» — [Quinet), 

Pero  si  no  se  quiere  atender  d  la  razon,  à  lapràctlca,  tu  la  doc- 
trina  constante  de  laTglesid,  que  seùalnn  j  demuestran  la  in- 
compitibilidad  dela  libertadconel  catolicismo, —si  para  asen- 
tar  esa  conciliacion  ehocante  y  paradógica,  pasais  por  alto  y  os 
dcsentendeisde  todolo  alegado  ydemostrado,  oidpnes  a  yues- 
tro  Pio  IX^vuestro  Pontifice  vìto  y  presente.  Dice,  al  abrir  la 
consulta  de  Estadoy  solemnementc  declara  en  1847: 

»  Quo  sus  refornìas  no  tienen  el  gérmen  de  ninrjuna  institucion 

31  parlamentaria'^  que  el  papado  puede  bìen  condescender  basta 

»  escuchar  votos,  noàdividirelpoder  conel  pueblo;  que  el  ré- 

»  gimen  constitucional  en  los  dominiosdel  Papa  es  una  utopìa.» 

,.iEsesto  ci  aro  y  terminante?  .        ,  . 

Se  necesilii  yafaltar  àlasincferidad,  parasostoner  bajo  èl  pun- 
to (}e  vista  que  se  quiera,  la  posible  conciliacion  de  la  antinomia 
palpitante  que  se  Uamalibertad  ,y  catolicismo^ 

Y  necesitais  para  sostener  esa  contradiccion,  declararos  en 
rebélion  centra  Yuestros.  dogmas,  centra  iruestras  doctrmas, 
f^ontra  la  enseflanza  y  prictica  de  vuestros  '  concilios,  de  vues- 
tra  Iglesia,  devueslros  Pontiilces  basta  hoy  dia-^ 

Nopodéis  aceptarla  sobcranla  de  la.ra^on,— icómo  os  atre- 
jTjef3  à;  hablar  de  li^ertad?        e       ,         .  ^   .. 

No  podeis  aceptar  la  soberania  del  pueblo,  poì'que  seria  reco- 


—  305  — 

nodér  una  autoridad  humana  sobre  vuestra  mentida  autoridad  di- 
vina, j  osais  hablar  de  Bepùblica. 

Nopodeis  aceptar  el  gobiernoi  de  todos  y  de  cadauno  porque 
seria  declarar  qae  la  teocracia  es  una  mentirà,  j  osais  hablar  de 
democracia. 

No  podeis  reconocer  el  derecho  al  libre  exàmen,  la  libertad 
de  conciencia,  de  culto,  etc,  porque  os  haceis  cómplices  del 
derecho  del  hombre  à  refutaros  y  à  negaros,  y  à  lo  que  Uamais 
la  perdicion  de  su  alma,  y  os  atreyeis  à  hablar  de  garantiasl 

La  inquisicion  os  marca  con  fuego,  el  jesuitismo  os  acusa  con 
su  putrefaccion  de  cadàver, — y  osais  hablar  de  tolerancia  y  de 
verdad,  sin  lo  cual  no  hay  paz  ni  libertad  posible. 

IX. 

Las  ihjurias  del  Sr.  Obispo.  gaen  sobre  él. 

El  dogma  católico,  la  decision  de  sus  concilios;  la  doctrina  de 
sus  grandes  apologfstas,  desde  SanAgustin  basta  Bossuet,  des- 
de  De-Maìstre  basta  Donoso-Gortés;  lapalabra  de  sus  Pf^pas  des- 
de  San  Fedro  basta  Pio  IX;  la  pràctica  de  todos    sus  tiempos 

'p  desdeConstantino  basta Felìpe  II,  desde  Torquemada  basta  el 

Paraguay-Modelo,han  afirmado,  decidido,  demostrado,  declara- 
doy  decretado  que  libertad  y  catolicismo  son  enemigos;  no  in- 
vocando el  catolicismo  otra  libertad  que  la  infalible  é  impecablc 
de  acabar,  destruir  y  prohibir  la  libertad  en  el  que  no  piense;  ni 
crea  comò  él. 
Larazondeese  dogma,  la  lògica,  la  autoridad,   la  enseftanza 

1  y  la  pràctica  declaran,  pues,  y  lo  mismo  la  Iglesia,   que   la  ra- 

I  zony  lalibertadse  bumillen,  se  sacrifiquen  ante  lo    que    ella 

llama  revelacion  y  continuacion  de  la  revelacion  por  la  Iglesia;  y 

I  *  que  asi,  es  una  proposicion  eminentemente  católica,  comò  tam- 

bien  lo  esracionalista:  Libertad  y  Catolicismo  se  excluyeiv. 
Y  el  Sr.  Obispo  dice  contra  esa  proposicion:  fuSolo  un  espiritu 
«  de  error  y  libertinagepuede  inventar  calumnia  tan  injtuta  contra 
«  nuestra  santa  religion  católita^  corno  la  que  pretende  persuadir 
«  el  desgraciado  autor  del  folleto  que  reprobamos.yy 
Eseespfritu  de  error  y  libertinage  es,  pues,  segun   vos  mis- 

I  mo,  y  aunque  no  lo  habeis  sofiado,  aplicable  &  San  Pedro  y  ù, 

! 

! 
I 


—  306  — 

SanPablo,  à  Sari  Agastin,  óBossuet>  àlosdogmas  exclurivosyé 
la  doctrina  de  vuestxos  papas  y  concilios  basta  el  Tridentino  y 
Pio  IX- 

Ved  que  arnias  habeis  manejado,  ilostrisinoio  seQor:  vedloq«e 
es,  no  aceptar  franca  y  sinceramente  la  lògica  de  vuestra  reli- 
gion.  Vnestra  misma  religion  os  condena,  porqae  condena  à  la 
razonindependiente,  conel  somctiraiento  qne  cxigfi*  de  la  ra- 
zon«  à  la  fé  qne  llamais  reyelada. 

Y  es-por  esn  didtincion^  qne  me  ultrajaisen  maestra  pastoral, 
enei  pàlpito  de vneslrasiglesias,  7  prohibis  ademas  el  conoci- 
miento  d6milibro,dejando  deese  modo&la  calamnia  ancho  el 
campo  para  presentarme  «con  tendenciasà  desenfrenarlus  costuma 
«  btes  y  perseguir  la  virtud^  y  entronizar  el  vicio!» 

lEs  eso  sincero,  ilustrisimo  sefior? 

^Podriais  demostrar  con  una  sola  frase  de  mi  libro  (qne  califi- 
cais  de  libelo  infame)  que  abre  vasto  campo  d  la  licencia,  a  la  blas^ 
f ernia  ydla  inmoralidadì  ^Podrias  hacerlo?  No,  y  mil  veces  no, 
— OS  emplazoante  lajusticia  de  Dios  y  la  razon  deloishombres, 
ù  que  lo  demostreis,  porque  si  no  lo  haceis,  si  no  justificais  e90s 
nltrAges,  si  no  probais  esas  imputaciones  espantosas,  tendria 
derecfao  para  Uamaros al  órden^  ilustrisimo  sedor. 


GOI^GLUSION. 

He  demostrado,  Sr.  Obispo: 

1.  ®  Que  Tuestra  critica  corrobora  Ih  tesis  de  mi  libro. 

2.  ®   Que  vuestra  citacion  de  Tocqueville  os  contradice. 

3.  ^  Que  vuestras  afirmaciones^  sin  pruebas^  ù  hvor  del 
*       catolicismo,  son  refutadas  y  desmentidas  por  vuestros  ìi- 

bros  que  llamais  revelados^  por  la  palabra  de  vuestros 
apóstoles,  doctores,  santos  padres,  apologistas,  conci- 
lios y  papas. 

4.  ®   Que  vuestras  injurias  caen  sobre  vos  mismo. 

5.  ®   Que  vuestra  prohibicion  de  leer  mi  libro  es  una  in- 
justicia  y  una  sefial  de  miedo< 

^Y  es  para  conseguir  ese  resultado  q^e  habeis  tronado  en  las 
iglesias? 


r 


—  307  — 

ìBs  para  mostrar  esa  impotencia,  que  no  podiendo  refùtarme 
prohibìs  la  lectura  y  me  injariaiB? 

^Es*  para  dar  una  manifestacion  de  vuestra  caridad,  qu^  ha- 
beis  excitado  el  odio  contra  mi? 

^Es  esa  la  cienoia  7  la  concie&cia  de  vuestra  religìon,  ilastri- 
simo  seiior? 

lEs  ese  el  verbo  de  luz,  7  la  lengaa  de  fùego  de  yaestro  es- 
piritu  santo  en  forma  de  paloma^  qae  ha  brillado  en  la  osco- 
rìdad  7  en  medio  de  la  tempestad  de  nnestros  dias? 

Erais  la  palabra  mas  autorizada  de  este  oriente  de  Buenos 
Aires,  para  decidir  A  nombre  del  catolicismo  lo  qae  debia  ne- 
garse  6  afirmarse;  7  habeis  negado  la  soberanfa  de  la  razon^  7 
habeis  afirmado  catolicismo  7  démocracia.  .• 

^Qnédebo  esperar,  pues,  de  vueslra  cienciaj  qué  debode- 
ducir  de  Yuestra  conducta^  corno  debo  calificar  vnestra  situacion 
enei  siglo  7  en  el  pais  en  quevivimos? 

iDe  vuestra  ciencia? — contradiccion,  desistimiento  de  los  ar? 
gnmentos,  oido  sordo  j!^  la  razon,  sofisma,  co  nfasion,  inanù^aef. 

iDe  vuestra  condncta? — el  espanto. 

iDe  vuestra  situacion? — la  muerte. 

Inanidad  de  ciencia.  ^ 

Odio  en  el  Gorazon. 

Miedo  à  la  razon. 

Lnego  estais  sentenciados  à  la  muerte. — Es  asl  corno  conclu7en 
las  religiones,  los  dogmas,  las  iglesias^  que  violan  la  razon,  7 
que  solo  se  defienden  por  la  inercià,  por  la  costumbre,  por  e] 
hébito,  por  el  fanatismo  que  explotan. 

Pero  vivimes  A  despecho  de  esa  guerra,  nos  decis. 

Tambienvive  el  mosaismo,  que  es  mas  viejo,  7  el  mahome- 
tismo  que  es  mas  nuevo;  tambien  viven  el  brahmanismo,  el  bu- 
dhismo,  el  fetiquismo,  7  todas  esas  religiones  mas  antiguas  que 
la  vuestra,  que  tiene  ma7or  nùmero  de  sectarios  7  de  màrtires 
que  la  vuestra,  ^7  quién  es  aquel  que,  apo7ado  en  la  razon,  no 
dice  ó  todas  esas  formas  de  revelacìon  mas  ó  menos  falaces  : 
sois  mentirà,  7  comò  mentirà  estais  condenadas  ù.  la  muerte? 

Solo  la  razon  sòbre  el  pedestal  de  la  justicia  sostiene  à  la  re- 
ligion  eterna,  que  no  viene  delhombre,  porque  era,  porque  es, 
porque  sera. — Oidme  con  vuestro  apóstol  Juan  : 

La  razon,  es  el  verbo>  Todas  las  cosas  fueron  kechas  por  •  elta^ 
y  Hada  de  lo  bueno  fué  heeho  sin  ella. 


—  308  — 

En  ella  està  la  vida^  y  la  Vida  era  la  luz  de  los  hombres.  Y  la 
luz  en  las  tinieblas  resplandece^  mas  las  iinieblas  no  la  compreu' 
dieron. 

Pero  }a  disipa  à  esas  tinieblas. 

Esa  razoQ,  era  la  luz  verdadera^  que  alumbra  à  lodo  hombre  que 
viene  d  este  mundo, 

En  el  mundo  estaba,  y  el  mundo  por  ella  fué  hecho,  y  no  la  co- 
noeió  el  mundo. 

A  los  suyo  vino^  y  los  suyos  no  la  recibieron. 

Mas  à  cuantos  la  recibieron^  les  dio  poder  de  ser  hechos  hijos  de 
Dios^  d  aquellos  que  creen  en  su  nombre  (à  los  racionalistas.) 

Los  cuales  son  nacidosno  de  sangre^  ni  devoluntadde  carne^  ni 
de  voluntad  de  varon,  mas  de  Bios. 

Y  la  razon  fué  hecha  carne,  j  habitó  7  habita  j  habitar&  entre 
nosotros:  y  vemosla  gloria  say  a,  gloria  corno  unigènita  del  padre ^ 
llena  de  grada  y  de  verdad. 

Nosotros  los  racionalistas  damos  testimonio  de  ella^  7  clama- 
mosdicien^o:  Està  era  la  que  dijimos:  La  razon  que  Yiene  ha 
sido  engendrada  antes  de  nosotros,  porque  era  primero  que  no- 
sotros. 

Y  de  su  plenitud  recibimos  nosotros  todos,  j  justicia  por  justi- 
eia. 

A  Diosnadie  lo  vió  jamds.  La  razon  unigenita,  porque  no 
bay  mas  que  una,  que  estàen  el  seno  del  Padre^  ella  misma  lo  ha 
declarado. 

Si,  pues,  ilustrlsimo  sefior,  la  razon  quehabeis  sojuzgado,  asi 
lo  ha  declarado:  Quien  no  està  conmigo  es  mi  enemigo.  Esa  es  la 
Yerdadera  Iglesia,  fuera  de  la  cual  no  hay  salvacion. 

Apresuraos,  pues,  A  entrar  enei  gremio  de  la  yerdadera  igle- 
sia si  quereis  salvaros. 

Y  si  lo  dcseàrais,  pronto  estoy  à  bautizaros  en  las  aguas  de  la 
regeneracion,  en  nombre  del  Padre,  que  es  la  fuerza^  de  la  ra- 
zon que  es  el  verbo,  y  de  la  caridad,  que  es  el  espiritu. 

XI. 

La    GONSEGUEIVCIA. 

Y  corno  rcprcsentais  à  la  muérte  empecinada  y  aferrada  A  la 
jóven  America  que  \ive  y  se  levanta,  y  sacude  el  polvo  vetusto 


—  309  — 

delossiglos, — la  jfSren  America,  la  sociedad,  el  Estado,  fuer- 
-tescon  laconciencia  de  sas  gloriosos  destinos  inmortales— se 
separa  de  Tosotros,  se  separa  de  la  Iglesia,  protesta  contra  la 
teocracia,  y  afirma  con  el  acento  de  la  revelacion  eterna:  la  so- 
beranfadela  razoucomopodere^ptrtVua/,  la  soberanfa  del  pue- 
blo corno  poder  temporal.  la  ciencia  comò  concilio  permanente» 
la  realizacion  del  derecho  comò  culto,  la  religion  de  la  ley,  la 
ifOMOGRAGiA,como  princìpio  j  fin,  razon  y  medio,  causa  y  efecto 
del  imperativo  de  verdad,  que  es  la  justicia. 

Y  desaparecer&  delasconstituciones  el  articulo  despótico  y 
pririlegiado,  con  el  cualYivit  y  nos  haceisla  guerra. 

No  MAS  RELIGIOIf  DE  ESTÀDO. 

Nq  mas  subsidios  al  error. 

llbertad  é  igualdao  sara  los  gultos. 

OrGAJIIZAGIOIX    de  la  EITSEf^ANZA  DE  LA  JUSTIGIA. 

El  libro  (Biblos)  de  la  religion  de  la  ley. 

La  esguela  ragiokalista. 

He  ahi  los  elementos  pràcticos  del  programa  de  la  jóYen  Ame- 
rica, ilustrisimo  seflor.  Necesita  una  excomunion,  corno  bautis* 
model  f nego  enemigo  en la  batalla.  Osla  pedimos!  à  no  ser 
que  corno  Saulo  en  el  camino  de  Damasco,  deis  oido  à  la  voz  de 
los  cielos,  que  proclama  la  bora  de  la  regeneracion,  y  yengais 
à  nuestras  filas,  para  ser  saludado  no  con  el  i^morituri  te  salu- 
tantìi  sino  con  el  nuevo  grito:  los  que  yan  à  verger  te  salu- 

DAlf. 


ì 


EL  EVANGEUO  tMERIUNO 


DEDICATORIA 


il  dndadano  Juan  Chaisdng,  dipntado  al  Congresa  laelonal,  fundador  y 
redactor  del  «Pueblo  ;  i 

il  cindadano  Francisco  Lepez-Torreit  redactor  del  cPnéblo,! 


€^49    ^    <A04'€/ae/''Aé€ÌtC4f^€'o, 

A         c/ueé/io  afn4ua 


Boenos  Aires»  Settembre  Ì8M. 


^€anC€dco   0&€€€taa. 


L^ 


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\ 


IDEA  DEL  LIBRO. 


Las  nueyasgeneraciones  de  America  no  tienen  libro. 

La  idea  de  lajasticia,  sa  historia,  laesposicion  de  la  verdad- 
principio^  Sii  caida,  sa  encarnacion  en  el  Nuevo-Mundo.  con  los 
atribntos  propios  del  progreso  de  la  razon  emancipada,  con  la 
originalidad  que  reviste  en  la  yida  americana,  con  la  conciencia 
magna  de  sns  nueyos  destinos  inmortales  que  fundan  la  civili- 
zacion  americana,  he  ahi.ideas  que  debe  contenerla  Biblia  ame- 
ricana, el  libro  americano,  el  Koran  ó  lectura  Americana. 

Nuestra  obra  es  un  ensajo. — Yengan  otros,  con  mas  ciencia 
7  conciencia  del  momento  histórico  de  America,  *que  el  cam- 
po es  Tasto,  7  numerosa  la  mies. 

En  este  libro  creo  haber  expuesto  la  filosofia  popular  del 
derecho,  la  filosofia  de  la  histori:i  americana,  y  la  indicacion 
del  deber  j  del  ideal. 


ì 


! 


£L  EYABCELIO  AMEMCAHO. 

PRIMERA  PARTE. 


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LA  Vi;iLDAD-PBINCIPIO 


El  Meusage. 

I. 


Al  pretender  escribir  un  libro  para  el  pueblo,  liiimilde  me 
melino  ante  t(,  luz  soberaoa,— faumilde  te  inroco,  palabra  diti* 
na) — Oh  qiiien  pudiera  rennìr  todo  lo  bello,  todo  lo  grande 
qne  agita  al  corazon,  pnrificarnos  de  la  historia,  del  peso  de  (a 
tradicion  traidora  de  los  siglos,  desenterrar  el  génio>  el  espfri- 
ta,  el  alma,  la  persona  faomana  sepnltada  por  la  cobaréBa  deca- 
da uno  y  la  foerza  social  embratecida,  para  rerelar  al  hombre 
entoda  la  grandeza  7  la  faerza  de  su  destino  sublime  7  ereador 
delbien!  Quién  pudiera  conrocar  al  concilio  de  mi  libro^  io- 
dos  Ics  presentimientos  inmortales,  todos  los  delores  sagrados 
del  bombre  7  de  ios  pneblos,  todas  las  alegrias  del  dflia  buma* 
na  eo  posesion  de  la  hitegridad  de  sns  Ceicaltadest  Fortìflcarla 
afirmadon  delàverdad-principioy  respirar  las  armonias  de4a 
ereaccioD,  comunicar  directamente  con  el  Etemo,  en  luz,  en 
fuerza,  en  amor; — presentarte,  6  pueblo,  todas  las  Tirtudes>'to- 
dos  los  heroismofl;,  todos  los  sacrifieios  de  los  bombves  UbreSi 
p0r&  queseas  libre;  j enfia  emitir  delfondodemieatroserinv 
eendiado  porla  pasion  del  Men  oniversal,  lapalabra  éela  en- 
seftanza-,  la  palabra  de  rerdad  que  débe  encvnar  el  pueblo  so^ 
berano! — ^hé  abi  mi  desco,  mas  no  realìzado. 

To  pido  al  bombre  ante  todo,  que  me  siga  con  el  espiritn  «1 
desierto. — ^Wo  bay  revelaoion,  ni  verdad  regeneradora,  qMno 
exija  del  lector,  del  oyente,  un  momento  al  menos  de  absotu- 
ta  soledad  é  independencia.--01'ndemos  por  un  momento  el 
morimiento  del  dia,  desatendamos  per  un  momentg^  k  ratina 


—  316  — 

diaria,  oWidemos  el  marmollo  del  pasado  qae  nos  acosa  corno 
enemigo  inexorable.  Sepamos  en  nombre  de  Dios,  os  conjaro 
bermaDos  mios,  escucharnos  nosotros  mismos.  Tengamos  au- 
dacia para  conocernos,  audacia  para  atrayesar  las  tiniebUs. 
Bompamos  la  piedra  que  impide  nuestra  resurreccion,  7  libres 
en  Dosotros  mismos,  transfigurados  sobre  las  rainas  del  mondo 
envejecido,  recibamos  directamente,  sin  intermediarios  ó  me- 
diadores  fementidos^  el  testamento  puro,  la  palabra  viva  de  la 
eterna  vida,  lacentella  de  la  fuerza  7  el  inmenso  amor. 
Mi  libro  es  evocacion  de  esa  palabra^  hermano  mio. 


II. 


Revele  pnes  el  hombre  la  palabra  del  hombre.  Esa  palabra/ 
ea  viriud  de  la  emenda  delahumanidad,  brilla  desàe  el  principio 
en  la  coaeiencia  7  en  la  inteligencia  de  c^da  uno.  La  primera 
palabra  del  hombre  es  la  conciencia  de  su  yoy  de  su  persona:  es 
la  reyelacion  de  la  soberania  del  hombre.  -    . 

A  todos^sedirige,  Sea  recibida  por  todos  conio  el  gérmen 
de  luz  lanzado  por  la  Potencia-Suprema.  para  encarnar  en  todos 
el  esplendor  de  la  yerdad, 

Sea  trasmitida  por  cada  uno  con  su  palabra  7  con  sus  actos. 
Besuene  en  los  clubs  permanentes  de  los  pueblos.  Sea  proda** 
mada  en  los  grandes  meeiings,  de  la  democracia.  Que  se  ensefle 
en  las  escuelas;  qoe  tome  las  alas  de  laprensa,  y  sea  la  ins*» 
piracion  7  la  lej  detodo  magistrado. 

Que  el  artesano  en.sn  taller,  el  mercader  en  su  tienda, 
el  peon  ep  sa  iaena<»  campesino  en  so  soledad,  le  presten  un 
momento  diario  de  atencion.  Permìta  el  cielo  que  la  filantro- 
pi de  las  Bepùblicas  y  el  interés  de  todos  losgobiernos,  ha- 
ga  llegar  esa  palabra  al  salvage  en  et  desierto,  al  bàrbaro  en 
su  tribù,  al  proletario  en  el  seno  de  su  prole  desgraciada. 
El  letrado  y  el  roto  tend)roso^  el  rico  y  el  pobre,  el  sanoy 
el  enfermo,  el  feliz  y  el  desgraciado,  veanen  ella  la  unidad  de 
esencja,  la  fraternidad  de  la  especie,  la  identidad  del  dere- 
oho  y  la  gloria  del  deber. 

Sea  recibida  y  aceptada  esa  palabra,  y  prometo  remunerar 
la  kospitalidad  que  reciba^  dando  inteligencia  al  lerdo,  ideas 


—  317  — 

al  i$^aorante,  corazon  al  rico,  y  bendicion  del  Soberano  &  la 
coQcìincia    de  lodo  hombre  soberano. 

Porque  esa  palabra  no  es  mia,  sino  de  todos^  7  no  solo  de 
todos,  sino  del  todo,  del  gran  Dios  que  presencia  el  desarroUo 
de  la  creacion.  No  es  de  boy,  ni  de  ayer,  sino  eterna.  Ella 
resplandecia  en  el  principio^  porque  esla  virtad  inteligente 
de  la  potencia  divina  iluminando  el  yo,  la  personalidad  del 
hombre. 

Y  es  de  luz,  no  de  tinieblas.  Es  la  palabra  qae  fa;ida  la  dis- 
tincion  del  bien  y  del  mal,  del  amor  y  del  odio.  Es  la  pala- 
bra que  hace  de  la  fraternidad  humana  el  egoismo  de  cada-  uno. 
No  es  solo  la  palabra  del  derecho  heróico,  sino  tambienladel 
deber, — santificante. 


III. 


Tu,  que  vives,  sin  mas  horizonte  que  el  desierto  de  la  pam- 
pa, ó  la  inmovilidad  de  la  montafla,  y  que  no  es  peras  el  bien> 
ni  el  bien-estar,  ni   la  justicia  de  los  bombres,- 

Tù,  que  te  ves  rodeado  de  tus  hijos  y  que  al  besar  sus  fren- 
tes  infantiles.  invocas  al  Padre  con  angustia,  per  lagarantia  de 
su  Vida  y  de  sus  almas; 

Tu,  que  al  contemplar  à  la  virgen,  ó  à  la  muger  sin  mancha, 
quisieras  cambiar  con  el  aliénto  de  tu  pecho  la  atmosfera  en- 
YÌciada  que  la  envuelve; 

Ttì,  que  al  contemplar  à  tu  patria,  la  ves,  corno  la  tùnica  de 
Jesus,  disputada  y  destrozada  por  los  Iraficantes  y  soldados; 

Tù^  que  amas  la  justicia,  y  ves  à  la  injusticia  especialmente 
cargando  sobre  el  débil,  sobre  el  pobre,  sobre  el  ignorante, 
y  À  la  maldad  triunfante  ostentar  su  impudor,  y  arrastrar  su 
carro  sobre  la  ley  burlada; 

Tu,  que  amas  ante  lodo  la  verdad,  y  tienes  que  vivir  presen- 
ciando  el  reinado  de  los  fariseos  hipócritas,  y  escuchar  la  mas 
escandalosa  prostitucion  de  la  palabra,  yo  espero  que  aunque  in- 
directamente,   ha  de  Uegar  la  buena  nueva  para  todos. 

Tu.  que  amas  la  gloria,  y  solo  ves  el  sacrificio  comò  digno; — y 
Tosotros  todos  los  que  quereis  y  trabajais  porque  el  hombre 
tenga  su  pan^  su  hogar,  su  honor  y  su  derecho  garantidos;*-vo* 
sotros  los  que  amais^  manteneis  al  Sol  vivificante  àdespecho  de 
los  indiferenteS;    de  los  indolentes,   de  los  egoistas  que  cifran 


—  318  — 

sUfelicidàdea  apr eparar  un  festin  d  los  gusanos  del  sepulero^ìi 
'  pensando  sino  en  el  caerpo  y   para  el  caerpo: —  ^ 

Vosotros  almas  selectas  qne  sentìs  la mision  del  apostolado  de 
la  jasticià  j  libertad^  7  à  qnienes  atormenta  el  insaciable  de- 
seo,  la  sed  inestinj^ible  del  infinito,  vosotros  asal  de  la  tierra^  » 
ìnstitntores  de  la  personalidad,  soldados  de  la  causa  de  la  Pro- 
vìdencia,  apoderaos  del  divino  testamento,  anunciad  el  Evange- 
lio Americano,  arrancad  el  fuego  sagrado  del  aitar  para  incen- 
diar los  corazones  é  iluminad  la  inteligencia  de  todos  los  que 
esperan  el  dia  de  justicia,  el  fin  de  toda  tirania,  7  la  santa  àie- 
gria  de  la  paz. 


El  sobehano. 
I 

Hombre  de  America,  tu  honor  es  ser  Bepublicano,  tu  glo  - 
ria  es  haber  conquìstado  la  Republica,  tu  derecho  de  gober- 
narte  t  ti  mismo  es  la  Repùblica,  7  tu  deber  es  serio  siempre. 
No  permitir  jamas  otro  gobierno,  ni  otra  autoridad  sobre  ti  mis- 
mo que  la  propia  autoridad  d%  la  conciencia^  el  propio  7  per- 
sonal gobierno  de  la  razon  individuai,  he  ahi  la  Repùblica,  he 
ahi  la  democracia^  he  ahi  la  autonomia,  he  ahi  lo  que  se  Ilama 

el    SELF-GOVERNMCNT. 

Y  no  bay  otro  gobierno  verdadero. 

^Por  qué? — Porque  el  hombre  es  soberano. 

Si  el  hombre  es  soberano,  puede  haber  otra  forma  legttima 
de  gobierno  que  la  que  consagre  e  institnja  y  realize  la  sobe- 
rania  del  hombre 

Sielhombreno  es  soberano,  entonces  la  monarquia,  el  im- 
perio, la  teocracia,  la  aristocracia,  la  feudalidad,  las  castas  sa- 
cerdotales,  militares,  propietarias,  toda  forma  de  tiranfa  6  des- 
potismo   es  no  solo  posible,  sino  justa. 

Metafisica  ó  teologia,  moral  ó  rcligion^  politica  ó  administra- 
cion,  sistema  de  economia    sobre  la  propiedad,    el  trabajo,  el 
crédito,  la  produccion,  reparticion   y  consumo  de  la  riqueta 
tienen  que  resolver  del  mismo  modo  la  cuestion:  0  reconocer 
la  soberania  del  hombre  ó  negarla. 


—  3id  — 

JLà  metafisica  ó  teologia  qne  niegae  la  libertad,  es  la  raiz  de 
toda  esola vitudl  La  moral  óreligion  quenieguela  Ilbertade» 
moral  y  religion  de  esclavos.  La  politica  6  administracion  que 
niegue  el  derecho  de  gobiemo  y  de  administracion  en  tòdos, 
es  politica  y  administracioD  de  explotacioo  y  pmilegiò.  lAs* 
tribucioQ  de  la  propiedad.  or^anizacion  del  trabajo^  reparticìon 
dfc  los  productos  que  niegue  la  libertad  y  el  derecho  al  crédito 
de  todos,  es  feudalismo  y  proletariado,  despotismo  y  miseria. 
La  soberania  espues  el  criterio  de  todaslas  cieueias  sociales. 
Examinemos  lo  que  es  soberamà.  Yeamos  si  es  el  principio 
humauò  por  eseneia.    Demostremos  el  axioma,  siesposible. 

El  hombre  es  individuo.    Como  individuo  es  él  y  no  otre. 
Como  individuo  no  ee  puede  dividir.   La  individualidad  es  con- 
I  dicion  fnndamental  de  su  existeneia. 

I  ^Qué  es  lo  que  constittiye  la  individualidad  del  hombre?    Su 

L  peusamiento,  su  conciencia,  su  razon,  su  voluntad. 

j  Un  individuo  cuyos  atributos  esenciales  son  la  razon  y  vo- 

luntad^es  una  persona.    La  personalidad  es  la  conclencia  de  la 
propia  individualidad. 
1  Sé  que  soy  )  o,  por  mi  propio  pensamieato.    Si  otro  pensase 

I  por  mi,  no  seria  yo,  seria  otro  6  parte  de  otro;  y  està  probado 

;  que  soy  indivisible,  é  impartible. 

■-  Sé  que  soy  yó  y  no  otro,  por  la  conciencia  de  mi  pregia  vo- 

I  luntad.     Si  otra  voluntad  operase  en  mi,  no  seria  yó.  sino  ins-^ 

trumento  de  otro,  seria  cosa  de  otro,  que  es  lo  que  se  Uama  es- 
clavitnd. 

Si  soy  yo,  individuo,  persona,  propiedad  conscientede  mi  yó, 
porque  yo  soy  el  quepienso,  elqneejecuto  los  actps  de  mi  perso- 
nalidad, TO  SOT  SOBKRAVO. 
Esdecir  que  soy  libre.    La  libertad  es  mi  soberania. 
'  Soberania  es  pues  autoridad  propia.    Yo  me  mando,  yo  me 

gobierno.  El  gobierno  verdadero  del  hombre  es  pues  la  sobera- 
nia del  hombre.  El  gobierno  falso  es  el  que  niega  ó  no  conoce 
la  igualdad  de  todo  soberano. 

Eì  fondo  ^  la  es^ncia  del  verdadero  goMei^no,  espues  la  liber- 
tad.   La  forma;  la  ofganizacion,  la  manìfestacion  del  verdadero 
gobierno  es  la  igualdad. 
Lnliberóid  sin  la  igualdad,  es  el  privilegiò. 
La  igualdad    sin  la  libertad  eé  la  nivelacion  de   los   es- 
clavos. 


—  320  — 

La  libertad  es  la  faerza,  es  el  elemento  fandamental  é  indes- 
tructible  de  la  asociaciou.  La  libertad  es  el  derecho  indivi- 
duai. La  libertad  corno  fuerza  necesita  direccion^  es  decir,  que 
tiene  una  ley  de  su  accion  ó  movioiiento. 

La  igualdad  es  la  ley  ó  determinacion  de  esa  fuerza.  Puede 
formularse  la  ley  de  libertad  de  este  modo: 

Ser  libre  en  todo  hombre.  Yo  soy  el  hombre,  todos  los 
hombres.  Mi  libertad  es  la  libertad  de  todos.  Si  ser'  libre  es 
mi  derecho,  ser  libre  en  todos,  es  lo  que  se  llama  mi  deber. 

Aspccto  positivo:  Conciencia  pràctica,  desarrollo,  vida  libre 
é  integrai  de  la  personalidad:  goze  pieno  y  p^fectible  del  dere- 
cho.   Gobiernoabsoluto  de  mi  mismo. 

Aspecto  negativo:  Privacion  ónegacion  de  todo  lo  que  preten- 
da dividir  mi  individualidad,  apropiarse  mi  personalidad,  so- 
meter  la  ìndependencia  ingènita  de  mi  propìo  pensamiento.  Ne- 
gacion  de  mi  propio  pensamiento.  Negacion  de  toda  autoridad 
pùblica  ó  individuai,  de  todo  gobierno  extrafio  ó  estran- 
gero  que  pretenda  usurpar  la  propiedad  de  mi  gobierno 
propio. 

Aspecto  legai:  Gobierno  de  cada  ufio:  ìndependencia  de 
cada  ciudadano.  Personalidad  de  todo  bombre.  Hazon  indivi- 
duai sobre  todo.  Este  esel  derecho,  que  no  tiene  derecho  de 
suicidio.  Està  es  la  base  de  toda  constitucion.  Este  es  el  dog- 
ma que  ningun  hombre,  ni  partido,  ni  pueblo,  nisacerdocio^  ni 
gobierno  puede  negar. 

La  soberaììia:  Es  la  verdad  del  hombre^  por  la  que  el  hombre 
es.  Si  la  humanidad  se  conjurase  para  negarla,  la  misma  nega- 
cion seria  la  prueba  de  la  blasfemia  y  de  la  mentirà  y  de  la  cobar- 
dia  de  la  especie  humana; — porque  al  negarla^  dirla  que  esa  hu- 
manidad envilecida  bacia  un  acto  de  soberania  para  negar  la 
soberania; — asi  comò  el  hombre  que  negase  el  pensamiento,  al 
negar  que  piensa,  està  probando  que  piensa. 

Y  corno  esa  individualidad,  esa  personalidad,  esa  soberania 
propia,  ese  derecho  del  hombre,  ese  gobierno  desi  mismo,  esa 
libertad  realizada  en  mi  conciencia,  en  mi  voluntad  y  en  Io  ex- 
terior  quemerodea,  depende  de  mi  razon  individuai,  del  pensa- 
miento propio,  de  la  conciencia  que  sed&  cuenta  de  la  verdad 
que  preside  à  sus  dcterminaciones,  es  evidente  que  el  derecho,  la 
libertad  y  la  soberania  dependen  del  libre,  propio,  y  personal 
ejercicio  de  la  razon  individuai  en  cada  uno.— Si  creo  porque  otro 


~  S21  — 

€re€y  nò  soy  sdberaiio.  Si  creo,  ti  pieuso .  16  'qae  se  lye  maiQdfi 
pensar,  sin  juicio  propio,  nk)  sdy.  soberaiìo^-^Eii  k  indepeadeoì- 
eia  de  tu  juicio,  (e&^  pensainieirto  libre^  en  la  razou  pura,  estù 
pnes  la  emenda  de  ta  soberania.  El  s'oberano  es  liììre  pj^nsadòa. 
Ko  lo  olvides, 

Ynoolvides  que  la  coudiciòn  del  péósainiento  libre,  eftjdz- 
gar  por  nuestra  propia  razou  lo  que  debemos  bréer,  lo  que  se 
uos  dice  que  creamos^  7  eu  no  ejecutap  niogun  acto  sin  la  coor 
ciencia  de  que  locreemos  verdadero. 

Esto  quiere  decir  tartabi^n  q[ue  siendo  por  esencia  soberanos, 
Dios  ha  con^titnido  la  razon  del  hombre  con  printipios  neéesa- 
ric^que  nadie  inventa,  que  naccu  eoa  el  bombre.  Esos  princi- 
pio8  formanla  soberania,  j  nod  hacen  jueced  de  todasìas  ideas, 
ebnocimiéntos  ó  principios  que  se  uos  quieren  ensefiar. 

Unejemplo.  Site  dicen  à  tf^  pobre  é  ignorante  plebeyd,  y 
qàieren  hacertecreer  que  Fedro  ó  Juan  ó  el  satito  tal  han  eetado 
y  se  les  ha  visto  al  mismo  tiempo^  en  el  mismo  instante  en  Bue- 
nos-Aires 7  en  Santiago  de  Ghile  tu  dirds  que  eso  es  imposible, 
y  diràs  bien.  H:i8  jnzgado,  has  hecho  un  acto  de  libre  pefin 
-samiento,  un  acto  de  soberania  7  has  declarado  con  incontras- 
table   verdad  que  es  imposible, 

^Eu  YÌrtud  de  qué  principio  hns  diche  ser  imposible  que  un 
l)ombre  esté  aquf  7  alli  al  mismo  tiempo? 

Envirtud  del  principio  innato,  ingènito,  que  viene  con  tu  ra- 
zon, aunque  no  puedns  esplicarlo,  principio  que  se  formula  de 
oste  modp;  una  cosa  no  puede  ocupar  dos  espacios  é  la  Yet;  lo 
que  està  aqui  no  està  alli;  ó  de  este  otro  modo:  Todo  moTlmlen- 
to  se  verifica  en  el  tiempo,  el  antes,  no  puede  ser  ahora  ni  des- 
]^s.  Todo  movimiento  suponepaaado,  presente  7  futuro,  todo 
movimiento  supone  sucesiou,  es  decir,  un  lapso  de  tiempo.  Lue- 
go  es  imposible  queunobjeto,  aunque  sea  la  luz,  recprra  al  mis- 
mo tiempo  dos  puntos  diferentés.  Tu  no  te  daràs  cuenta  de  es- 
tos  principios,  pero  son  esos  priuvi  pios,  los  que  te  hac^n  juzgar  7 
razonar  7  gobernarte  à  ti  mismo. 

Ahora.  Suponte^que  no  juzgaras,  que  no  p^nsari^s;  Enton- 
ces  te  puedo  hacer  creer  Io  que  quiero.  Y  si  go}>Ì6rno  tu  pen- 
samiento,  podràs  gobernarte  é  ti  misii^o?— Imposible.  ElqOèno 
piensa  tieneque  ser  esdavo. ,  Para  ser  libre  7  soberano,  ejs  p«es 
necesario  pensar  por  si  mismo,  porque  pensando  por  nosotros 
mismos,  juzgamos  scgun  los  principios  etemos  de  verdad  y  de 

13 


—  322  — 

]U5ticia  que  constitoyea  la  razon  del  hombre^  Pensando  te  go- 
biernaS;  yereslibre.  No  pensando,  te  gobiernan  y  eres  sierYO 
de  agenq  interés  ó  pensamiento.  £s  por  esto  que  la  jostieia,  la 
libertad  y  el  derecbo  son  el  gobierno  de  si  mismo  {^elf-ffovem'^ 
meni)  la  soberauia  individuai  de  cada  uno.  £1  gobierno  de  si 
mismo,  espues  el  gobierno  de  la  yerdaden  cada  uno.  (i)  Y 
corno  la  verdad  es  lu  Icy,  pensando  y  gol)crn»lndonos,  gobier- 
na  la  ley.     El  self-gOTernment  puede  ser  Uamado   komogba- 

CIA. 

^Comprendes  abora  por  qué  todoslosdeispotismos  religiosos  y 
politicos  condenan  y  persignen  el  libre  pensamiento? 

^Gomprendes  ahora,  que  no  puede  haber  libertad,  derecbo  ni 
justicia,  sin  la  libertad  absoluta  del  pensamiento  propio  y  que  la 
libertad  de  pensamiento  y  de  conciencia  es  la  base  de  toda  li- 
bertad? 

Comprendes  ahora  que  pensando  por  ti  mismo  y  temendo  de^ 
recho  de  goberuarte  por  tu  razon  propia,  juzgarés  si  bay  justir 
eia  en  tornarle  A  la  fuerza  para  soldado,  en  hacerte  trabajar  por 
necesidad  6  por  fuerza  sin  la  justa  retribucion  de  tu  salario;-:^ 
juzgarAs  si  bay  derecbo  para  que  tu  trabajo  enriquezca  al  mas  ri* 
co,  cuidcindole  susganadosà  loda  iotcnipcric,  labrandola  tierra, 
derribando  losbosques,  cavando  las  rocas  en  iasminas,  sin  que 
tu  puedas  acumular  lo  necesario  para  mantener  &  tufamilia  y  no 
vivas  esciavo  del  hombre. 

Entonces  comprenderàs  que  tù^  igual  al  rico,  al  poderoso,  al 
sabio  en  el  derecbo  de  soberania,  debes  ocuparte,  interesarte  en 
todo  lo  que  se  Uama  el  ejercicio  de  los  derechos  del  ciudadano. 
Tienes  el  voto.  Con  el  voto  puedes  nombraralque  conozeas  co- 
mò hombre  honrado  que  te  represente  para  hacer  la  ley.  Es  por 
esto  que  debes  votar  con  pensamiento  propio,  porque  de  otro 
modo,  sera  ofroelquebaga  laleyqoe  te  bara  soldado,  que  te 
impondrà  contribuciones,  que  te  bara  justicia  ó  iojusti- 
pia.  Hoy  tienes  el  voto  para  nombrar  hombres  que  te  repre- 
senten,  pero  no  olvides  que  debes  aspirar  a  ser  tu,  el  que  se  vea 
representar  é  si  mismo,  que  eres  tu,  el  que  ha  de  Uegar  un  diaà 
ser.lejislador. 

Eeitos  ejempios  te  harón  comprender  la  importancia  del  Mere- 
cboi  del  pensamieiito.     Hay  hombres  de  religion  que  te  dirdin 

'(«)  ■  Troquinchij.  '   -  . 


—  323  — 

tpie  deties  cr.eer  sin  raiòfiàr.  Estos  son  tus  principales  enemi- 
gos.  ifor  qué  temcfn  tanto  qae  pienses? — porque  ao  seràs  go- 
bernadò,  ni  explotado^nirejado,  nihunìUlado;^porque  no  se- 
ràs instruBientD  de  aadie,  sino  Terdadero  soberano.  Detesta 
pùes  corno  se  debe  detestar  à  la  mentirà,  A  esa  dottrina  que  Ila- 
manie obediencia  eiega.  La  ohediencia  ciega  es  lu  decapitacìon  de 
la  libertad. 

Ser  soberano  es  paes  la  ley  de    tu  esencia  humana^   es  tu 
derecho. 

^0  bay  soberano  si  no  piensas  libremente  portimismo. 

Mo  bay  soberano  si  no  tegobiernatu  propio  pensamiento. 

Tu  propio  pensamiento  esla  revelacion  ó  vision  de  la  Terdad 
que  Dios  encarnó  cn  la  razon  de  todo  hombre. 

Abdicar  tu  pensamiento  es  abdicar  tu  soberanìa.  ' 

De  modo  que  el  gobierno  de  ti  mismo  es  el  gobierno  de  la 
verdad  ó  de  la  ley, 

Y  corno  esa  ley  brilla  en  todos,  todos  son  soberanos.  Esto  es 
lo  que  se  Uama  igualdad.  Atacarla  soberanfadèotro,  es  vio^ 
lar  la  ley  por  la  cual  eres  soberano.  Aespetar  la  soberania  de 
tu  semejante  es  tu  debeb. 

Y  corno  tu  te  amas,  asi  debcs  amar  à  los  hombrcs,  pues  ioti 
corno  tu  soberanos  y  hermanos.  Hijosdel  mismo  Padre,  ilumi- 
nados  por  lamisma  ley,  los  hombres  deben  amarse  corno  se 
ama  el  bien  y  la  belleza  de  la  existencia  propia*  La  fraternidad 
es  el  complemento  del  derecho  y  del  deber,  la  corona  de  bendi  - 
cion  que  el  eterno  ha  colocado  sobre  la  frente  de  la  huma-* 
nidad. 

Conoces  laley.     Es  eterna.     No  hay  felicidad  sin  ella,    bay 
degradacion.    Biqueza  sin  laposesion  de  esa  ley  es  podredum% 
bre.    Vida,  sin  la  léy  de  soberania  viviendo  en  cada  uno,  es  vi- 
lipendio.    Ser  siervo  por  ignorancia  esperdonable,  pero  no  ab* 
suelve  de  tunegligencia  para  pensar,  del  olvido  de  la  dignidad 
nativa.     Ser  esciavo  voluntario  es  merecer  servir  comò  presida*. 
rio.     Ser  esciavo  y  legitimar  su    propiu    esclavitud  coix    $ofis- 
m^s,  disculpas  cobardes^  ó  mentiras,  cs  hacerse  di^no  de  ser 
bestia. 

Asi  pues,  hermano  mio,  no  olvides  tu  sol^etrc-^nia,  note  al^ataS' 
bajo  el  peso  de  la  conjuracion  de  todos  Ips^nterieaes  de.  ìés 
malvados.  Tu  causa  esla  de  Dios  que  te  hizo  sob^rano.  TtHO*-> 
beraniaes  la  rei ijion sacrosanta,  que  tebace  4Ì6no  de  recompcin*!^ 


—  Siii — 

sa  ó  castigo,  de  gloria^ 4  ignominia,  4e.8er  agente  j!  rcoet^evadoor 
del  Ser-Supremo  para  la  felicidad  de tot.'tìiB^a>^<^.  ideate  x^oope^ 
rador  delos  malyados,  para  la  dpgrada^ionjr  eaolavìtud'  de:  la 
especie  humana. — Yun  dia  tendria  qae  resytQoder  A  bt  Joatieia 
eterna  deluso  de  tu  soberauia.  ,Y  esa Ju^tipia  te.  ji^erà  ceula 
lejde  tu  propio  pensamiento*,  diciendo:  TosotFOs  lo«  libreì3>i.lo8 
que  habeis  sufrido  por  la  libertad  à  mi  derecha:  7  sedios  ben^* 
decidosdel  Padre; — vosotroslos  esclavos  inatruoieiitos  de  toda 
tiranfa,  à  mi  izquierda  y   recibid  el  castigo  de  la    purificaeioil. 


Del    ORIGEH   db   LJL  SOBEHASfA.      GONTIitlirAGION. 

Empezad  à  oomprender  la  importancia  de  la  existencia  Bepu- 
bUoana  de  la  America.  Mucho  bay  que  hacer  todavia,  pero  ja- 
mas  en  la  bistoiria  se  ha  visto  à  todo  un  gran  continente  consa- 
grado  à  realizar  la  Bepùblica^  à  despecho  del  mundo  conju- 
lado. 

^Guàndo  aparecióesa  ley  de  la  soberania,  en  dónde  brillò  esa 
palabra? 

Esa  ley.  ese  gobieimo>  esa  Repùblica  fundamental  y  primitiva, 
esa  soberanta,  ese  s^f-governmerU^  aparecieron  con  el  hombre, 
desde  el  primer  momento  de  su  conciencia:  Es  por  esto  que  la 
Repùblica  es  eterna.  AsI  corno  todo  cuerpo  realiza  las  tres  di- 
mensiones,  por  el  hecho  solo  de exìstir,  yen  su  existencia,  de- 
Harróllo,  transformacion  ó  movimiento,  realiza  las  leyes  de  la 
atraecion,  de  la  afinidad,  y  dela  mecànica;  asi  comò  elave  na- 
oiópacael  vuelo,  «Ipez  para  nadar,  asiel  hombreporsu  esen- 
daracional  y  libre,  nació  parala  soberania.  realizando  en  su  ser 
la  ley  de  la  moralidad  6  del  gobierno  propio. 

Asf  pue^j  la  Repùblica  domina  à  los  tiempos,  y  desprecia  6 
maldiee  loquelòstìempos  pudieran  engendrar  para  negarla. 
Siendo  la  Repùblica  al  hombre,  lo  que  la  atraecion  es  A  los 
coerpos^  loque  la  direccion  es  al  movimiento,  Io  que  la  luz  àia 
▼iuon^eapuesU  Repùblica:  la  esencia  y  forma  gubernamental 
OQ]nkifuti.va»é  inmortal'dela  hmnanidad.  Aun  suponiendò  al 
«nbrersa  eselavoi  el'  nacimìento  de  todo  hombre-,  es  una  revola- 


I 


—  3%  — 

cion  en  gétmtn.  tH  pensaniiento  detodò  hofnbre,  es  la  posibi- 
ìidÈfà  dis  lài^VoIacioD,  porque  todò  hombre  qae  nace,  fodo  pen- 
diVDodkilò  pnh),  Ilevan  el  sello  j  atribato  de  la  ìùj  deL  Eterno- 
SoberatìO. 

Encoiisecdeocia,  si  te  pregoatan,  ^cuBùdo  se  dio  ó  promulgò 
la  ley  de  la  Sep6blica,  drr^  que  se  dio  enei  pbincipioI 

Y  si  te  pregantan^  en  donde  se  dio  ó  promulgò,  diràs  qué  en 

todo  punto  de  la  tierra  en  donde    el   hombre    apareciera.'   La 

'  Repùblica  se  dio  en  el  printipio^  para  todo  Ittgar  y   todo  tiempo. 

Es  asf  corno deben  ser  interpretadas  aquellas  palabras:  «Fo  era 
en  el  principio ^li — ^Qu  ién  las  dijo? — El  hijo  del  hombre. 

Todossomos  elhìjo  del  hombre,  asi  comò  todos  somos  e^ 
hijo  de  Dios. — Todos  éramos  enei  principio^  soberanos  porla 
tfiftud  tipica  de  la  eterna  e^encia  de  la  humanidad.  Eso  mismo 
aignifican  aquellas  palabras  con  las  cnales  Jesus  desmìntió  à  lo^ 
JMios  que  le  decian  blasfemaba  porqué  habia  afirmado  que  Diés 
y  él eran uHa  cosa — ^Dhses sùì^^jì  les  repitió  con  sus  libros  sa*~ 
grados*  Ysi  Dios  llamó  dioèéBh  Ics  buenos,  por  qué  no  me  he 
de  Uamar  ^hijo  de  Dio8?)y  por  qué  no  bemos  de  decir,  Dios  y  nb^* 
fiotros  fomos  unos? 

Eii  efeoto,hijo  de  Dios  es  el  que  vive  con  la  1e^  etema:  t^Diò- 
ses  sois.» — Atributo  y  calidad  divina  es  la  soberanfa.  St)mos  dio- 
ses  en  el  sentìdo  de  que  sómos  soberanos,  es  decir,  pailicipan- 
tesde  la  esencia«oberaDa;---yDios  mtsmo  p^a  hacerse  óiry 
òfeedece^  de  lofi  mortale»^  tiene  que  aparecer  en  d  pensamienftp 
]^topìo  del  hombre  bajo  lasleyes  defà  ra2on  del  hombre.  Se  té 
que  Dios  sublima  nue^ra  soberanfa.  Se  Té  que  nuesrtra  sobetà- 
nfa  y  faton  independienlie  kon  condiciones  fundamentales,  no  só- 
lo para  obedecer  à  Dios,  sino  basta  para  conocerlo.  Sin  sobé- 
rania  propia»  niel  deber  existe,  niel  conocimientof  de  Dios  s^ 
Terifica. 


i-v 


LA     CA  I  D  A  . 

'emÈpT^àd^  alora  qne  eée  h^o  de/ AoMSrer,  és.  decir,  dada 
uno  de  nosotros; — que  esos  Dioses^  bijos  de  Dios,  es  decir^.èada 
iXÉio  de  iMMlhtt^'  quo  el  hombre  feteiend»  asi  h^  que  seilàma 


—  326  ~ 

nataraleza  humana,  con  sas  apetitos,  instiptos,  pasiones  j  de- 
seos>  7  lo  que  se  Ilama  nataraleza  divina  cou  su  j^azon,  dmor  y 
libertad;  que  el  hombre  realizando  en  si  la  encarnacion  de  la 
palabra  divina  para  ser  soberano^  i  pueda  ser  esclavizado  ? 

Mo,  me  direis!  Y  en  verdad,  imposible  seria,  si  todos  ere- 
yesen  en  sa  origen,  si  todos  no  olvidasen  su  esencia,  si  todos 
escuchasen  su  razon  ó  pensamiento  puro. 

i  Compreadereis  que  ese  hijo  del  hombre,  bijo  de  Dios,  es 
decir,  cada  uno  de  nosotros,  pueda  ser  crucificado  ? 

^ Comprender eis#  que  pueda  ser  embrutecido,  domado,  escla- 
vizado, engafiado,  pervertido  j  explotado  ò,  nombre  del  Sobera- 
no, à  nombre  de  Dios^  cuya  vision  en  nuestro  pensamiento,  es 
la  vision  de  la  justicia  ? 

^  Comprendereis  que  el  fuerte  con  su  fuerza,  el  rico  con  su 
xiqueza>  el  malvado  con  su  inteligencia  al  servicio  de  su  interés; 
que  el  sacerdote  con  su  mentirà^  con  su  farsa,  ó  con  la  com- 
plicidad  del  fuerte;  que  el  tirano  y  toda  tirania  con  el  terror 
politico  y  religioso,  presente  y  futuro,  hajan  podido  conjurarse 
contra  la  soberanfa  del  bijo  de  Dios? 
,  Àsi  ha  sucedido.  Està  es  la  tragedia  de  la  historia.  Ha 
babido  eclipse  de  la  luz,  tergiven^acion  del  pensamiento,  tras- 
torno radicai  de  la  razon. 

Àntes  de  hablaros  de  corno  cayó  el  hombre,  de  comò  la  razon 
se  obscurece  y  el  derecho  se  pierde,  quere^os  reeordaj^te  el 
primér  dia  de. la  humanidad,  que  es  lo  mismo  que  la  vision  de 
la  soberanfa,  para  todo  hombre  que  vuelve  d  si  mismo  en  m 
razon.  En  su  razon  pura,  en  su  corazon  puro,  brilla  el  primer 
dia  de  la  humanidad  con  la  sublimidad  de  la  revelacion  divina, 
y  con  toda  la  originalidad  del  mas  grandioso  j  permanente  pro- 
digio de  los  espectàculos  creados. 


L   A     L   U    Z   . 

T. 

Imaginaos  la  primera  ihafiana  del  primer  dia  de  la  buamni- 
dad. 
Aeompalladme  con  vueatra  imaginàcton  y  vuestro  «nor.^  Des- 


~  327  — 

pertad  todas  las  ideas  de  bondad  y  de  belleza  qae  dormitan  en 
nosotros.  Becordad  todas  las  yisiones,  7  los  paros  j  grandio- 
sos  deseos  de  los  afios  de  juTentnd  7  de  ìnocencia.  Fìjad  las 
ideas  del  infinito  que  comò  raj^os  atraviesan  la  region  del  pen- 
samiento.  Dad  palabra  A  vuestro  amor  ìnmenso,  cuando  agita- 
ba,  sin  desengaflos  7  sin  càlculo  7  sin  egoismo,  los  magnfficos 
dias  de  rnestra  iniciacion  à  la  vida; — 7  vereis  corno  70,  en 
ynestrà  alma,  7  en  él  fondo  del  pasado  sin  memoria,  levantarse 
la  primer  mafiana  de  la  humanidad,  comò  si  la  hnbiéseis  pre- 
senciado.  La  razon  pura  7  el  amor,  arrancan  del  sepulcro  de 
la  Ustoria  sin  anales,  la  revelacion  de  la  le7  que  fué,  7  la  per- 
manencia  incontrastable  de  esa  107  :  que  es  la  yision  de  la  sobe- 
rania  del  Iiombre  desbordante  de  amor  7  libertad. 

Solo  asi  en  ese  estado  moral,  os  pido,  me  acompafieis  para 
qneasistamos,  unos  àia  resnrreccion  del  primer  dia,  7  otros  & 
snreyelacfon  inmediata. 

T  presento  este  euadro  porque  la  inocencia  7  las  intuiciones 
de  la  juventud,  son  corroboradas  por  la  experiencia  7  por  la 
eieneia,  de  tal  modo  à  juicio  mio,  que  he  creido  ha7  una  ecua- 
cion  ó  identidad  entre  las  Tisiones,  ambiciones,  petulancias  7  * 
araores  de  los  pfìmeros  alìos  de  todo  jóven  que  piensa.  >  las 
visiones  7  amores  de  la  humanidad  primitiva,  con  las  ideas  de  la 
razon  pura,  con  el  producto  de  la  reflexion  mas  austera^  con  la 
conciencia  en  fio  del  derecho,  del  ideal  y  del  destino  del  hom- 
bre.  Asf  es  que  para  mi,  primer  dia  de  la  humanidad,  ó  de  la 
conciencia  de  todo  hombre,  revelacion  primitiva  ó  filosofia  del 
sentido  comun,  forman  un  todo,  una  misma  cosa,  diferente  tan 
solo  por  la  forma  mas  ó  menos  perfecta  de  su  manifesta* 
cion. 

Justificando  de  este  modo  la  evocacion  de  la  intuicion  pri- 
mera,  7  la  resurrecion  del  primer  dia,  de  ese  dia  que  puede 
brillar  7  levantarse  todos  los  dias  para  la  conciencia  humana, 
d&ndonos  diaramente  un  destello  de  la  alegria  de  los  cielos  7  el 
pan  substancifj  del  espiritu^  entremos  en  el  recinto  de  nuestro 
tempio  interno  para  contemplar  la  aurora. 

II. 

Dia  de  la  apariciondel  hombre  I-— Los  siglos  sobrelos  siglos 
trabajaban  el  estrépito  de  los  cataclismos  que  se  sucedian  eo  me- 


—  328  ~ 

4ìo  del  unWers^  sin  oido.  To^of  los  resplandores  d^  éter  in* 
mevso  fulgur^i^te,  en  aiisencia.4^  todo  #^r  ioteligente  se  apAr 
gaban.— ^Los  raidos,  la  creacion  «ip  liqiites,  desde  el  yegejjid 
arraigadOf  hasts^  el  pàjaro  viajerp  con  sus  alaa,  forinaban  el  mar- 
muUo  ó,  el  sonido  3ia  determiqajcion,  corno  elementos  disperso^ 
delapalabra  futura.  La  mùsica  de  las  esferas  se  fatigaba  en 
las  ófbitas  del  firma9iento.-~^Iia  creacign  quiere  ser  escucbaday 
contemplada  :  he  ahi  su  deseo; ^quiere  ser  comprendida  y  ^ 
prepara  corno  entrafia  materual  para  la  incubacion  del  hombre. 
El  ipmenso  caos  agitado  por  la  mano  omnipotente  se  apacigna, 
Ya  In  corteza  terrestre  con  là  atmosfera  purificada^  y  bajo  ìst 
bendìcion  del  calor  y  de  Ja  luz,  ha  construidp  la  cuna  quevÀ 
ÓL  mecer  los  iniuprt^les  4tomos  buwanps,  que  iragaban  espe- 
rando la  bora  7  la  coi)4icion  de  s^parecep  sobre  la  tierra. 

Y  al  fin  apariecìsite,  tu,  resultante  de  todas  las  fueri^as/  de 
todas  las  formas,  de  todos  los  amores,  bendito  del  cielo  7  de 
la  tierra:    Gloria  fnexehis  Dea/.  ^ 

Coronacipn  de  la  obra,  cabeza  del  inmenio  organismo,  Yerbo 
del  leaguaje  mudo  de  las  cosas^  iluminacion  de  la  esencia  de  lòs 
seres,  pensamiento  de  Bios  comunicado  corno  explicacion  7  le7 
del  universo  en  la  concieneia,  tal  es  el  hombre. 


IIL 


La  noche  precursora  que  ha  cobijado  con  sustinieblas  la 
transformacion  progresiva  del  gènero  humano,  basta  llegar  .en 
sucompleto  desarrollo  ó  manifestar  la  humanidad  en  la  cima  de 
la  serie  de  los  seres,  Uega  à  su  fin.  Ya  los  bombres  sembrados 
en  los  continentes,  po^  la  mano  del  que  derramó  los  bos^ques  en 
la  tierra  y  las estrellas  enei  cielo,  despiertan,  al  anunciò  pre- 
cursor  de  una  diana  de  là  creapion  ent^ra,  Estàticosanteel  firnu^ 
mente  indefinido  con  sus  astros;  casi  sin  coucieucia  ante  la  ina- 
r  a  villa  de  ese  asomo  deconciencia  que  al  univerlo  estrellàdo  eik 
el  yo  embrionarie  se  refleja^  una  interrogacion  sublime  de  ale- 
gria  7  de  misterio,  bulle  en  su  yerbo  impaciente  que  creala  pri- 
mera  palabra  callada  del  pensamiento.  Y  sus  ideas  que  se  iln- 
mjp,an  yagamente,;  él  medidaquelf^s  e^treflaa  se  eclipsan,  acom- 
pjt(i9JQ^on  su  luz  credente,  la  creciente  luz  4el  hojrizonte.  Lw 
de  luz,  lumen  de  lumine^  el  pensamiento,  ese  dia  del  alma,  7 


—  329  — 

el  ài^,  ese  pensamieqto  de  la  cr^^acion^  se  levantan,  se  mien^ 
aparecen^  j  confundiendo  l^slnces de  ia  lymtem.j  4elecpfrij(a 
prorrampen  en  el  hjmap  fai^dame;ital  j  sacrp^anto^  de  la  e|l^ 
grìa,  del  amor^  y  de  la  lib.ertad. 

^Soy  y,o  ese  todp?— iEse  todo  es  yo?— gomos  «jinosl  Yla» 
humanidad  repite  «  El  Padre  y  ya.  son^os  una  jco$f^.  »  Somos 
unos,  soraas  una  cosa,  pero  el  yo  se.  fli^tingue  siotióadoBe  oa- 
dar  en  el  oceauo  de  los  s^es. 

0  momento  sublime^  cqando  las  tiltixnas  sombras  disìj^odiQ^ 
s$,  comò  los  velojs  misterioaos  quo  encujbren  las  ebras  de  }a 
nituraleza  en  el  momento  de  la  gener/acion,  la  liiZ;  del  cielo 
emerge  por  los  espacios  del  Oriente..  ■ 
\  Una  bendicion  infinita  penetra  en  las  criatocfis  quo  se  iren, 
se  aman  y  seadmiran. 
I  Las  cumbres  de  l^s  cordill^ras  con  ^a  nieTe  perpètua,   rcci-» 

L  ben  ese  bautismo  y  se  coloran^  comò  sonrosàdas  por  ud  osculo 

f  divino.    Los  mares  se  transforman  en  una  crìstalizaciou  estu- 

pcnda  gae  refleja  los  cielos  y  montafias.  Ya  el  v^llc,  corno  evo- 
cado  del  abismo  tenebroso,  se  revela  por  la  diap^rsion  de  la 
luz.  Los  bosques  sacuden  sus  bùmedas  melenas  polosales, 
Los  rios  dehnean  sus  corrientes  al  trav^sde  los  valles  y  mon- 
tai&as,' cavando  el  canee  al  torrente  (le  la^  futiiras  sociedades. 
I  Ya  el  caler   ha  puesto  en  movimiento  l^s  masas  atmosféricas^ 

r  para  producir  el  circolo  perpètuo  de  los  vienlos.    Los  ruidos 

de  la  creacion,  desde  la  vida  miscroscópica  y  la  germinacion 
de  las  plantas,  basta  el  de  la  voz  de  los  torrentes  se  unen  al 
canto  de  las  aves  y  la  palabra  del  hombre,  que  Qn  ^rito  esta- 
lla estupefacto  à  la  vista  del  Sol  que  sé  leyanta  corno  soberano 
del  espacio.  Y  tiembla  la  naturaleza  sacudida  por  la  fibra  del 
amor  que  la  suspende  al  seno  fecundo  del  Padre  de  las  cosas  ! 
Es  el  primer  dia!  Es  la  luz!— Es  la  conciencia  de  todo  lo 
que  existe  que  enla  medida  de  iluminacion  relativa  a  cada  ob- 
jeto,  se  despierta,  corno  palabra  de  todo  ser,  colocando  en  la 
frente  de  cada  uxio,  su  nùmero  de  órdeja  en  1^  s^fi^f  ^^  1^ 
significacipa  en  el  eacadenamiento'  de  las  par^  y  l^lemeptos 
qu^^  coipponen  la  armonìa  unìversaL. 

j|s  la  lui^j  Es  el  esplendor  v|sibi^^  de  la  la?  ^fvas^^  ìliwi- 
ijaijdQ  al  «lundQ,    .  ,  .    :    . 

..  ^sj^a  jli(i;»l— És  l(^>i^Jiipe,^t^f;no  derVft?ai^do  cbiji;  ^  rF^<^5#' 
4ad  iniifeqga  é  inagotable  del  qwe  pose?  ijif  ^egasida^  coqw  4^- 
gar  de  su  existencia.    Ver  à  la  inmensidad  palpitante  comò  un 


—  330  — 

Mtido  de  amor  y  de  esplendor,  he  ahi,  mortalés  el  espectéculo 
qne  Dica  estiende  ù  la  contemplacìon  del  hombre  soberano.  T 
la  loz  es  la  lej  en  movimiento.  La  geometria  delfnea  su  cami- 
no. ¥  el  pensamiento  es  la  laz  con  conciencia.  La  geome- 
tria del  pensamiento  esla  ley  de  la  soberania,  el  derecho  i 
la  loz  con  conciencia,  ó  pensamiento  libre,  la  geometria  de  la 
jnsticia  que  desdeel  primer  dia  deUneala  cìudaddel  bien. 

Luz  de  luz^  reyelacion  del  70,  de  Dios,  de  la  creacioù.  La 
hnmanidad  recuerda  por  momentos  el  éxtasis  del  primer  dia,  7 
cree  escucharen  elfondo  de  la  tnmba  de  los  siglos,  el  èco  de 
las  estrofas  del  primer  himno  del  Sol  mensagero,  él  la  tierra  re- 
▼estida,  7  al  Arquitecto  de  los  mundos 

He  ahi  la  revelacion  primitiva  !  Belleza,  amor,  fiierza,  con- 
ciencia, del  70  que  se  revela  en  las  entrafias  mismas  del  Infini- 
to. Y  ese  infinito  que  lo  atrae  con  su  amor  7  Io  sublima  con  su 
inteligencia,  lo  consagra  soberano  por  la  encarnacion  de  la  razon 
adecuada  A  la  verdad. 

Es  la  paz  en  ta  integridad  de  todas  las  facultades  satisfechas. 
Tal  es  el  Eden,  el  Paraiso,  ó  la  gloria  que  indican  los  libros  qne 
se  llaman  sagrados  ;  7  ese  es  el  ideal  del  filòsofo  7  poeta. 

Es  la  armonia  en  el  amor.    El  dolor  y  el  mal  no  se  conciben. 

Es  la  justicia:  todos  son  libres. 

Es  la  fraternidad,  pues  el  yo  es  el  tu  7  es  el  nosotros.  * 

Es  la  intencion  del  destino,  porque  es  la  alegrfa  del  bien  pre- 
sente, prologéndose  al  futuro  7  afirmando  la  felicidad  coma 
principio  7  fin  de  la  existencia;  7  eix  una  palabra  que  todo  lo 
reasume:  es  la  afirmdcion  de  la  bondad  de  Dios  por  la  persona- 
lidad  del  hombre. 


IV. 


Tal  es  la  revelacion  del  primer  dia.  Tal  es  tagìbien  la  vision 
intnitivade  toda  inteligencia.  Idéntica  palabra  es  la  de  toda 
razon  independiente.— El  primer  dia  vive  en  tt,  hombre,  cnal- 
qniera  que  ttt  seas.  Si  vìves  eh  las  tinieblas,  pensar  es  ilami- 
narse.  Piensavama,  7poseerà8  la  revelacion  del  primer  dia, 
que  es  la  revelacion  integrai  de  la  verdad:  derecho,  '  deber, 
,amoT  gloria,  aspiracion  del  infinito,  deseo  insaciable  del  bien, 


—  331  — 

accioi\  j  pràctica  de  la  fiierza  libre  del  hombre  autònomo»  del 
hombre  sobètaDO. 

Oh  America! — 70  basco,  y  evoco  et  dia  de  tn  revelacion.  Pue- 
dés  crear  ese  «dia  j  lanzarlo  en  la  historia  corno  el  mensagero 
del  Eden. — En  ti  se  anida  là  identidad  de  la  palabra-accion.  Tu 
pnedes  preparar  la  maerte  del  siglo  mas  mentìroso  j  mas  so- 
fista.— ^Sea  tn  palabra  pura,  la  pnrificaeion  de  la  atmosfera  de 
hìpocresfa  y  falsia  que  corrompe  el  allento  de  las  generaciones 
nneras.  Tlì  pnedes  principiar  la  historia  delahnmanidad  rege* 
nerada.  Gallen  las  educacionesdel  Viejo-mando,  ycon  el  es- 
plendor, con  la  juventud.  con  la  pureza  de  tu  dia,  reciba  el  '  man- 
do la  inspiraclon  de  là  virtnd  perdida. 


/VI. 


DIFISRE9GIA  BNTBR  AMERICA  Y  EUROPA,  Èli  DOGTRIRARfSMO^ 

EL  BIAL. 

La  alegria  ha  desaparecido  I— La  paz  no  existe^— La  rerela- 
cion  ha  sido  negada,  comò  revelacion  universal,  y  suplautada 
por  una  multitud  de  Uamadas  revelaciones,  hijas  del  egoismo, 
del  eriA,  de  la  mentirà  j  del  òdio.  Y  en  .la  historia,  corno 
institucion  permanente  de  -la  humanidad  leyanta  su  trono  la 
iqjugticial    He  ahi  la  caida.    La  gìida  es  la  jmentira. 

Esporeato,  qiteuna  delasgrandes  diferencias  que  caracte- 
risa  el  espiritu,  el  ingemo,  el  modo  de  raciocinar  y  de  sentir 
del  hombre  Americano  digno  de  ese  nombre,  en  su  rebelioh 
cortra  LA'HisTORiA. — ^Decu&udo  acA,  doctriuas  falaces  de  es- 
piritos  decrépitos  del  iriejo  mnndo,  han  de  renir  à  conflagrai 

comò    LET     FATAL    DEL    ttUMARQ    DE8ARR0LL0,    EL    GONTIRUO, 
PEÈHAREKTE  T  UH IVteRSAL  MARtlROLOJIO   DE  LA   BSPKGiR?— Nol 

Tal  doefrt'na  es  lapretension  à  jiistificarla  cobardia,  6  la  torpi^za, 
ó  la  perversion  de  las  sociedades  bastardas,  qne  doblan  el  cre- 
ilo'^tpdo  yugo,  elpensamiento  à  todo  error,  el  coraipn  i  t^da 
/falsfa ?  Tal  dc^trina hace  al  Ser-Suprerao  cótnglice  de  la  tirapia, 
.^Uvititutqr  sob^rano  del  despotismo  sobre  la  superficie  de  la 
:tierra.  Tal  docirinn^  a^rma  que  el  despotismo  es  necesafio 
paira  fondarla  Ubertad; ^7  que  todalibertadqme  sucumhe^  todo 
derechoquoi  se  sostiene  con  la  sangre  de  sus  héroes^^s  Ubertad 


—  332  ~ 

prematura^  j  esde]:echo  fl^doso,  hasta  no.recibìr,  la  coofirma- 
cìon  del  éxito!  Si  no  hubiésenios  triunfado  en  Majpù  y  Ajacn-: 
cho>  no  habijéramos  te;iidp  jasticia  segun  ellos.  /      • 

Ba;eai  i  bécil  de  eflcritores,  sm^pe^sanùeAto  prf\pjio,  qiae  m^nr 
li^iien  la  infatuacion  de  lai^uropa, en.la  iiya3ti9ia,  i^fuera  I  Pa^ 
dagagos  serviles  de  tiranos  y  de  pueblos  sier^ps^  no  reng^is.i 
mancillar  la  iateligencia  Americana,!  -Nosotro^  còqooeremo^ 
la  historia  parars^^er  i»aldecirla^  para  apreciar  naestra  cìtìU^ 
zacion  Americana,  para  d.^fi^reciar  ia  9Ati$faceian.di^  errpf  (^n 
que  lives,  y  p?ra  yenerar  bus  màrtiresl . 

EI  Tìeìo  muQdQ  ba  corpnado  sxk  pensamieaU)  cpot  )a  doHxiéia 
del  éxito.  El  yiejo  mundo  ha  llen«|do  ^n  covatoti  e«ft  ék  aDMr 
predispuestot  todolo  quetriunfa;  y  practicaen  sus  instituciones^ 
doctrinas,  costumbres  y  en  sus  actos^  la  doctrina  de  la  fuerza^ 
la  del  egoismo  nacional  corno  ley  suprema,  la  de  la  centraliza- 
cion,  corno  forma  administrativa  del  despotismo,  porque  cree 
deese  modo,  prodadr  mas  fiierza.  Sa  palabra  fiilaz  se  Uama 
Esiodo!  La  fuerza  delestado  eii  so  religion.  Y  la  palabra  Ame- 
ricana^ la  relijion  Americana  se  llama  self-government. 

He  alif  élfin  deeso  que  se  llamà  cÌTÌli2acioa  Europea.  Ta  ha 
abi'erto  su  marcha  còrohada  de  esfrellùi^  la  «ivilizacion  Ameri- 
cana!— Si  la  Europa  quiere  regeiierarse,  dèje  esos  antìguos  ob- 
servatoriosen  donde  seadoraba  al  sol  de  la  monarqoia,^  veÀgà 
à  obseryar,  ó  amar^  à  comprender,  ese  firmamento  de  'solèft 
que  selUma  sef-goternment^  pleyadadesoberanos  queseestiende 
por  todas  parles,  y  siembra  con  6u  palabra  las  nebulosas  foturas 
de  la  historia,  esos  gérmenes  de  faturas  sociedades  para  traiis«- 
formarla^  en  sistetnas  armoniodos  de  mutìdos  q«e  ae  cfqvfiibrata 
àfiTlàìismos.  Tal  eSkleyde  la  omnifiresencia  de  la  libérfad. 
AIU  donde  yé;el  àtomo  bnmanoyoobija  aMiombre;-— dooder  f6  id 
hombre,  consagra  al  soberano;  y  eo  donde  vii^  el  soberano  se 
tiendéiina  mano  A  los  mandos  miateriosos  de  la  ìnmortalidad. 

;^d^  de  America,  no  olvideie  qae  Ueyais  U  raspòoiabilidad 

d^' la  ci Vilizaeion  Americana  f 

1^0  oltideis  que  lo  distintiro,  lo  caracterfstìco  de  e^a  dVfliiii- 
ciones'elgoiberno  propio,  segunnuestrapropiàrazon,  en  todo 
actodela'yìdà.  Teneis  pues  que  ser jueccs,'  lejiéladorerf,  éjtecé- 
tores.  Iteùeis  que  tlvìr  corno  jàeces  y  lejisladores  <Jon  la^id[»fi 
t^t'manefnté  del  dferécho  unirersàl'  que  itonsist^én^aei^^leld)^ 
libre  en  tòdotìombre/  ...  • 


—  333  — 

Mo  olyideis,  porque  ha  sido  el  olvido  de  nnestra  calidad  de 
ioberanos,  Io que  aun  perpetéa ePinal  ìiobre  la  tierra.  Ba  sido 
el  olTido.  ^Gómo  ha  sido  posible?— ^  Por  qué  ese  eclipse  de  la 
Iuz?-^lQiiiéu  se  imterpQSO  elitre  el  bombre  j  Bios ?*-^  De  qué 
ìnfierno  ha  salido  ese  cuerpo  opaco  que  descarga  sobre  la  huma» 
nidad  esa  lluvia  de  tìnieblas  ? — 

Hombre! — de  ti  mismo!  cuando  por  rtz  primera  ocariciaate  eu 
tu  mente  la  nsu^otira,  cuando  por  rez  primera  disto  entrada  epi 
tu  corazon  ò.  la  codicia  del  bieu  ageuo  6  à  la  enyidia.  Es  decir; 
cuando  jano  viste  tu  soberania  j  tu  derecho,  en  la  soberania 
j  derecho  de  tu  hermaao. 

Qc^aiido  el  hopbre  dljo:  ^si  pudkra  baeer  que  el  hombre  me 
sii^vìese^  me  obedeciese,  me  evitase  el  tra|)ajo,  7  trabajare  por 
mi,  y  me  colmare  de  bienes  que  eu  toda  mi  tida  np  podré  agltg- 
Iferar? 

Si  pudiera  llegar  à  dominar  unafamilia^  una  tribù,  un  pueblo, 
7  con  este  pueblo  à  otros  pueblos,  sbasta  dónde  llegaria  mi  pò- 
d^r?  ^Si  Uegaré  &  ser  Rey^ — ^Y  si  despues  de  dominar  con  la 
fuerza,  consiguiese  ser  adorado  comò  un  Dios? — Si  llegareApo- 
der  decir  el  *tiEsiado soy yo^yyìa  ley  es  mi  voluntad,  la  tierra  es  mi 
herencia.  el  dominio  universal  es  mi  mision?  Una  cabeza  para 
el  mundo! 

He  ahi  la  tentacion  que  sometió  al,  primero  que  mintió. 

Notodos  Uegan  al  ideal  del  mal^  pero  lo  practican  enla  limi- 
tadci  escala  de  su  i^teligencia  7  de  sus  fuerzas. 

Y  esahistoria^  es  engran  parte  el  de^eo  7  la  idea  de  esas 
cabexasque  pretenden  seria  cabeza  del  mundo.  Y  lo  que  es 
peor^  es  que  ba7  pueblos  en  que  para  decapitarlos^  se  les  ha 
propuestola  reyecia,  ó  ser  la  cabeza  de  los  otros  pueblos.  E 
ÌBikbéciles  bau  caido  en  el  lazo  de  los  tiranos,  abdicando  su  li- 
bertad  para  dominar  con  la  fuena  de  la  unidad  à  los  otros 
pueblos.  Pero  lo  bau  pagado.  Se  han  quedado  sin  libertad7 
js^in  monarquia  universa],  ó  sin  teocracia  universa!.  Dicenque 
ae  eontentan  con  la  gloria.  Sabeis  lo  que  ed  esa  gloria?  el  ba- 
iaci: muerto  ma7or  nùmero  de  nuestros  sem^antes.  He  ahf  otro 
de  los  caràpteres  del  viejo  mundo:  el  eulto  de  la  gloria  que 
mata  ó  asesina.  Yhéaquf  otro  de  los  contrastes  de  la  ci  vili- 
jhqìoii  ameridoa:  la  gloria  para  losAmericanos,  no  es  mas  que 
el  esplendor  que  proyeela  la  pr&otica  4t  la  justicia  7  del  amor. 

Yólvamos  à  indicar  el  md  existenfei 


—  S3B  — 

*  Colonizacion,  inmigraciòn,  gtiXàn  ìos  pbUticosf — ;^orqué  no 
colonizais  vuestra  tierra  co»  sus  pròploid  liijos,  con  Yuestros  prò- 
pios  hennanos,  eoa  sus  actuales  habitantes,  eoa  los  qua  dében 
scr  sag  poseedores  y  propìetarios? 

T  hablaisdé  càudillage! — Dadmepàrias,  ès  decir  bombressin 
patria  en  su  patria,  siù  tierra  en  su  tierra,  y  tendreis  siempre 
los  elementos  flotantes  del  Caudillo!  Dadme  siervos  del  Estado, 
enunEstadoque  miente  declarando  él  todos  iguales  y  sobera- 
Qos;—  dadme  sieryos  del  bambre  corno  institucion  permanente 
para fayorecer  alrico  propietarió; — dadme  liervos  del  Estado 
y  de  la  Iglesia,  siervos  deljueide  paz  ò  comandante,  ó  del  cura 
y  del  sefior  capitalista,  y  tendrés  caudillosy  revoluciones  basta 
Uegar&Iapaz  del  Paraguay. 

Y  la  justicial — No  existe  radicalmente  para  el  pobre. 

EI  pobre  no  puedé  costear  los  gastos  que  exije  la  reparacion 
de  una  injusticìa.  Sin  tierra,  sin  justicia,  sin  educacion,  sincré- 
dito,  el  pobre,  raza  riril  del  sacrificio,  defensor  de  la  patria, 
nerviode  sus  ejércitos,  contribuyente  apesar  de  su  pobreza,  est 
pobre,  ese  gaucho,  guaso,  roto,  plebe;  o,  peon,  mano  de  obra, 
artesano  del  dia,  ese  hombre  en  fin,  es  el  quesoportael  edificio 
social  sobre  sus  hombros,  corno  enlostemplos  y  otros  edificios 
antìguos  las  cariàtides.  Y  à  ese  hombre,  Aese  millon,  à  esa  masa, 
es  àquien  arrancar  debemos  del  Ingar  en  donde  lo  ha  incrusta- 
do  el  egoismo  y  la  injusticia.  He  ahi  el  punto  estratégìco  de  las 
evoluciones  de  la  gran  politica  regeneradora  de  la  America.  La 
cariàtide  seri  estàtna,  la  estàtua  sera  hombre. 

Ysihoy,  despuesdela  revolucion^  bay  tanto  mal  que  hacer 
desaparecer,  iqué  seria  para  iniciarla? — 4Y  qué  seria  la  Ameri- 
ca antes,  durante  la  conquista  y  coloniage  de  tres  siglo^? — 
Acompnfiadme  en  la  peregrinacion  al  través  de  los  circulos  que 
forman  el  inflemo  de  la  Espafia. 


PIH  DB  LA   PlllXIt&À  PARTE 


—  336  — 

nidad  en  los  paeblos,  haciéndolei  creer  que  la  soberania  de 
cadauno,  esla  tentacion  del  demonio. 

ProstitucioQ  de  la  palabrà  al  servicìo  de  todas  las  tirania8--*y 
A  nombre  del  Dios  qne  osbizo  soberanos.  La  tirania  tiene  dogma. 

Terversion  de.  la  razon  transtornada  en  sus  nociones  esencia- 
leS)  ìmponiéndole  à  nombre  del  terror  del  infierno,  las  creen- 
cias  mas  absurdas que  sirTan  para  confdndirlo,  humillarlo  j  en« 
tregarlo  àdisposicion  delossacerdocios,  de  las  cortes,  de  los 
rejes  y  detodos  los  caudillos. 

Degradacion  delnoble<;arActer  del  hombre  soberano^  eiisc- 
ùàndole  èi  mentir,  propagando  la  cieneia  del  engailo. 

Inmoralidad  sancionada  en  los  actos  "j  costumbres,  para  con- 
fundirse  en  ella  y  hi  velarlo  todo  con  el  envilecimiento  de  la 
personalidad  indòmita  del  bombre. 

¥  estosson  los  males  permanentes.  No  puedo  referiros  los 
tormentos,  peculiares  à  cada  siglo,  con  los  que  la  teocracia,  la 
inquisicion,  la  conquista,  las  castas,  el  feudalismo,  los  reycs, 
los  emperadores,ban  martirizado  él  la  especie  humana.  Todas 
la?  heridas  dolorosas  que«  imaginarse  pucdan; — todos  los  tor- 
mentos  del  h ambre  y  del  frio  en  gencraciones  extenuadas; — 
todas  las  llamas  del  infierno  en  los  auios  de  fé  de  los  católicos, — 
todas  las  argueias  imaginables  para  enloquecer  la  bumanidad  y 
desesperarla  auto  un  Dios  implacable  que  la  re velaban;^- todos 
los  crimenes,  asesinatos,  engafìos,  terrores  y  persecucioues 
contra  el  libre  peusamlento>  todo  eso  cuya  exposicion  exijiria 
Yolùmenes,  tedo  eso  poco  ti  poco  la  filosofia  lo  ha  ido  haciendo 
desaparecer,  con  sus  pensadores  y  mdrtires. 

Pero  no  ha  desnparecido  el  dominio  del  hombre  sobre  el 
hombre:  no  ha  desaparecido  la  explotacion  del  hombre  por  el 
hombre;  no  ha  desaparecido  la  educacion  del  engailo:  Las  teo- 
cracias  7  sacerdocios  caducos  del  Dios  de  ira  implacable,  aun 
pesan  sobre  la  fronte  de  una  gran  parte  de  la  bumanidad. 

La  soberania  del  pueblo  proclamada  en  nuestras  constituciones 
aun  no  ha  proclamado  la  soberania  integrai  dèi  hombre. 

Los  gobiernos  representatiyos  no  representan  los  dolores  de 
las  masas.  En  la  extencion  de  America  la  bella,  bay  propieta- 
rios  de  cienleguas,de  doscientas  leguas,  de  tresQientas  leguas, 
Aeqttinientas  leguas; — y  la  raza  viril  deloscampos  vaga  à  mer- 
ced  de  los  instintos  y  los  vientos^  sip  un  pedazo  de  tierra  don- 
de levantar  una  familia. 


-  338  — 

Gomprendió  la  responsabilidad  en  qae  habia  incurrido.  Àsf  Io 
atestiguan  las  palabras  de  su  trìbulacion.  Pocas  yeces  escucha 
la  tierra  semejantes  aceatOB; 

«  Qae  el  cielo  tenga  piedad  d^e  mi!  llore  sobre  mi  la  tierra! 
<c  llore  sobre  mi  todo  el  que  conoce  la  caridad,  la  verdad,  la 
«  justìcial  » 

^Quién  no  ve  en  csas  palabras,  la  vision  de  los  Iiorrores  quc 
se  van  à  desprender  sobre  la  America  ? 

En  efecto,  habia  entregado,  puede decirse,  una tercera parte  de 
la  tierra,  con  sus  riquezas,  eoa  sus  razas,  con  sus  ideas,  con  sns 
idiomas,  con  sus  monumentos,  con  sus  instituclonei  al  poder 
mas  foragido  7  à  la  raza  mas  supersticiosa  de  la  Europa. 

LaEspafla  conquistò  !a  America. 

Los  ingkses  colonizaron  el  norte. 

Con  la  Espafia  vino  el  catolicismo^  la  monarqufa,  la  feudali- 
dad,  la  inquisicion,  el  aislamienlo,  el  silcncio,  la  depravacion, 
y  eljénio  de  la  intolerancic^  e^terminadora,  la  sociabilidad  de 
la  óbediencia  ciega. 

Con  los  Ingleses  vino  la  corriente  liberal  de  la  reforma:  laley 
del  individualismo  soberano,  {liensador  j  trabajador  en  completa 
libertad. 

iCuàlha  sido  el  resultado? 

AI  norte,  los  Estados-Unidos,  la  primera  de  las  naciones  anti- 
guas  y  modernas. 

Al  sur  los  Estados  Des-Unidos,  cuj  0  progreso  consiste  en  de- 
sespaflolizarse. 


DISTIHCION    ENTRE  EL    DOGMA   Y  LA  MORAL. — LA    VIDA    DE    LOS 
PUEÈLOS  ES  LA    ACCION  DE  SUS  BOGHAS. 

iQué  es  lo  que  determina  la  volunlad? — Èl  pensamiento. 

Hós  pensamìentos  del  hombresòn  muchos,  varios,  dif^rcntes  y. 
aun  contradictoiùos. 

En  médio'dèl  torbellinó  de  ideas^  (le  móvìles,  de  moLìvos,,de 
atracciones  quQ  hcosan  àia  vdluntad  |^  la  solicitan  en  sentìdos 
diferentes,/^  ciiàl^s  eì  mas  profundo  de  lo&pensamiéntos,  èì  mas 
podefoijqde  losmotivos,  que  ^n  ìa   hiayória  delo«  casos  y  en 


[ 


— 33»  — 

bnoajwirfa  de  la  «spebieofapnumi}  détermln*,  la  «Ireccion  de  sna 
aoeidnsa?; 

■  £h  icreencia  religiosti.     .     .  .'        ' 

La  religion  e»  paes  .el  elemento  ppiijcìpal  que  debe  tomarsc 
ea  ctienta  péra,  coknppeifder.  la  bistorla  k3  dirijir  la  rida  de  In, 
pueblos.  "" 

.Xajreligion  consta  pcincipalmente  dèi  dogma,  de  la  moral  dP 
un  colto.  «I,  uè 

De  eaps  tres  etementos,  el  dogata  és  el  princrpal,  poi«oue  eg 
^I^^Bcia  fandwneotal,  la  rawa  de  lavorai  y  la  espliccion 

HayTeligione&qtoecpntieieiì  muohos  dogmos,  Térdaderos 
OS  nnos  falsos  los  otros.  Estas  son  lag  religiones  qne  Ilevan 
laftontradietitoNen  «ttesencia.-  Por  ejemplo:  Mi  Dios  es  elDlos 
dp  la  Grfffta,  EnUmces  no  es!  el  Dios  de  la  Ju^tida.  Mi  Dios 
es  el  Pw  de  la  Justicib.  Emd»ces  la  Grada  es  iniitil  r  co^ 
tradictoria.  •'     "" 

Pero,  «empre  bay  entodas  las  religione»  apesar  de  las  con- 
trad^lones  que  contiedeh,  ui,  dogma  6  principio  snperior  q«e  ' 
8omete(sm  resolyer)  las  diiì«ultade8  y  aan  con^adicciones  Tu' 
I  «arfad  del  dog^a  sapremo.    Por  ejemplo:  al  frente  de  una  c^n- 

exdmen     Es  claro  que  asi  se  puede  imponer  lo  que  se  quierc 
»  sm  temblar  ante  la  léjica  y  la  siuceridad  de  la  conciencia  ' 

Una  rehgibn  puede  serfelsa  en  sus  do^mas  t  ^^^/tJ^ 
los  loyes  de  la  moralqne  proclama.  "       '  ^     "^'"^^"'  '" 

Si  la  contradiccion  entre  el  dogma  y  la  moral  se  presenta 
.euàl  es  masfuerte  en  la  cbncienpia  delos  pueblos  "mTC' 

Hay  rehgiones,  corno  el  Catolicismo,  el  Mahometi  mo  "  i 

AcUremo»  eoo  ejemplos  e.ta.d«ereDcia»,  me,  m  mi.li»..  ■ 
«ro„f*.^M  *?■■'''»••«"» IMifcrenei.  d«,I<«  dogma 


^-  340  — 

Son  numerosos  ysublitnes  Ics  preceptos  de  amor,  'de  frateniU' 
dad,  de  igualdad  que  la  religion  Brahminica  proclama ;'y  entoti'- 
ces  ^cómo  esplicar  la  profonda  miseria.de  iinas  cast&d^  el  dés* 
potismo  de  las  otras  7  el  privilegio  entronizado  ? 

Es  porque  el  dogma  establece  corno  vercbid  fondaméntal,  la 
existencia  de  las  castas.  Brahma  dice*  que  la  raza  sacerdotale 
nace  de  su  cabeza,  la  militar  de  su  brazò,  la  comereiànte  de  éus 
muslos  y  la  servii  de  sus  piés.    (1) 

Y  este  dogma  mantiene  basta  hòj  su  imperio  sobre  trescien- 
tos  millones  de  habitantes.  La  gran  revolucion  Budhista,  tuTO 
por  objeto  la  abolicion  de  las  castas  j  cueata  desde  hace  tres 
mil  ailos  corno  qulnieotos  millones  de  creyeotes  quepractican  la 
caridad  mas  pura. 

Dicela  moral  Musulmana:  «  OcreyentesI  dad  limosna  de 
«  losbiencsque  oshemosrepartido,  antes  que  llegae  el  dia  eo 
«  que  no  habr^l  ni  contratos,   ni  amislad.  ni  intercesion.    Los 

«    I?iPIELES  SON  LOS  MILVADOS.    »  '     (2) 

£ste  ejemplo'  reune  en  un  texto  las  pruebas  de  la  contradic- 
cion  entre  el  dogma  yla  moral.  Caridad,  limosna;— pero  viene 
la •declaracion  dogmàtica  de  que  los  infieles  bande  ser  malvados. 
— iQuien  no  ve  en  esa  declaracion  un  semillero  de  guerras  in- 
terminables  ? 

Dice  la  moral:  la  virtud  consiste  en  acciones,  en  la  prictica 
constante  del  bien. 

Dice  el  dogma  católico  :  <(  i  Donde  estd  pues  el  motivo  de 
«  la  gloria? — Excluida  queda.  — iPor  qué  ley?  i  De  las  obras? 

— No,  SI?iO  POR  LA  LET   DE   LA  FÉ. 

«  Yasi  concluimos  quees  justificado  el  homhve  por  la  fé  siri  las 
«  obras  de  la  Ley,  »  (3) 

En  virtud  de  este  principio  dogmàtico,  es  qae  se  ve  ese  fu- 
ror de  practicar  todas  las  ceremonias  del  cullo  y  repetir  creo^ 
creo^  en  bandìdos  de  campatla,  y  en  los  grandes  bandidos  de 
ciudad.  Los  hombres  mas  licencioso^  que  he  conocido,  /.  aùn 
conozco,  hacen  ostentacioQ  de  su  fé.  Sila  fé  salva,  ^hay  algomas 


(1)  €  Para  la  propagacion  de  la  raza  humana,  de  su  boca,  de  su  brazo,  de 
e  su  muslo  de  su  pié«  produjo  el  Brahma,  H  Kchatriya,  al  Vai^sya  y  al  Scadrà,  i 

{Leyesde  Manou,  lib.  L) 

(2)  £1  Koran.  eap.  II.  v.  255.    Traduccion  del  àrabe  por  Kasimirski.   Pa« 
ris  1862. 

(3).  Pablo.    Espistola  &  los  Romanoa.cap.  III.  v.  27,  28. 


—  341  — 

tleomodatioio  al  ^oismoP-'^Qaé  cuesta  creer  ?—Escuchad  est'a 
itkriSble  confirmficioii  de  lo  qóc  ienimos  demostrando.  Hago 
observar  qne  ep  an  cat^^Ueo  el  qoe  toma  la  pàlabra,  pero  cuya 
virtad  no  podia  expUcar&e  la  corrupcion  de  la  moral,  porqne  no 
podia  creer  en  el  error  del  dogmi  y  en  la  sqpremacìa  del  dogrtìB 
sobrela  mcral.   I)|ce  asf: 

«  Està  corrapcioQ  pràctica^de  la  moral  cristiana,    manteuida 

>«  por  la  ignorancia,  no  delòsdognias  de  la  fé,  sino  delos  prin- 

(c  cìpios  del  Evangelio,  su  relacion  con   las  acciones  humanas, 

/A.  a^ociadas    6  pireocupacioqes  caprichosamente  snpersticiosas, 

«  es  la  gran  llaga  de]  catolicismo  en  Espafta.     Se  permite   todo 

«  centra  los  prcceptos  refujiandose  al  abrigo  del  culto,  del  cul- 

«  to  mal  comprendido.    Las  compensacio'nes  ìmaginadas   por 

«  ciertas   conciencias   entré  tal  crimen   y  tal  devocion,  ci  po- 

«  co  horror  que  los  atentados  mas  enormes  les  inspirnn  su  séìl- 

««  olila  seguridad  en  la  habitad  del  yicioò  en  resoluciones  èe 

r  a  yenganza,  los  extraflos  motivosde  està  aegnridad,  la  mezelà 

A  indifìnible  de  un  desarreglo  à  veces  estremo  de  una  aparente 

((  piedad,  esas  almas  llenas  de  infierùo  tranquìlas  ante  el   aitar, 

ce  esas   manos  sangrientas  que  sejuntan  para  orar,    sin  que 

«  niugun  temblor  laS  agite  :    todo  esto  asombra  y  cònsterna. 

«  Una  é)Id'a  éonfianzà  en  laproteccion  de  tal  santo^  de  tal  virgen^ 

ji  «  en  el  efecto  mismo  de  los  sacramenlos  qiie  no  justiiican  sin6 

I  «  con  el  concurso  de  la  voluntad  convertida,  han  alteràdo  pi*o- 

•*  ^radamente  la ''  i>^Jon  del   bien  y  de  maly  aun  ìa  nócion    del 

'Hi  arrependmiento,    Qay  en  estd^  ano  debe  decirlo,  un  deplora- 

ff  ble  debilitamiento  del  sentido  interior  cristiano,  una  esp'ecie 

"«  de  visita  A  hs  iéeas  pafganas.    Solo  en  algunos  cantones  de 

«  Italia  se  èncuèntra  algo  de  semejante,  particularmente  en  lòs 

«  Abruzos,  en  donde  el  vandalaje  no  tiene  nada-  que  choque  'y 

<t,  aun  s^pmelicà  devotamente.    Beflexionando  en  èstós  prodijio- 

««.sos  extravioadela  imagioacion,  ntio  se  pregnnta  lo  que  es  el 

«  tìombrey  uno  se  espanta  de  si  mismo.»  (1)  .^      ' 

Greemos  de  lanayor  Importancia  la  transcripcion  qtie  acaba- 
'mos^ebaeer,  por  lo  que  justificanueftr^tcsis,  aun  contra  la 
Toluntad  del  autor,  y  por  su  aplicacion  al  està  do  religioso  de 
-Usmasa's  en  America.    Obsèryaremos  af  à  nnestro  maestro, 
qne  Io  qne  en  la  cotaciencia  d^  católicòs  entontdes,*  se  le  presen- 
,  •  .  .         '      .   »'         .  ■     ■  . 

.    ;(|).  Lameanais.'  Dea  Maax  de  TEglis}.    Brozelas  1837«     -   ^ 


—  M2  — 

taba  corno  <KproJ/^toi«s  .éxtrtwU»  d^  la  inuiqinaeton^T»  era  saéa 
mas  que  la  dedttmon  lògica  del  dc^aiisi>  de  la  àttperioridad  de  ìk 
U  para  salvarse,  dedaccion  brutal  ai  se  qaiere,  peroqae  en  €l 
i^ntido  coman  y  las  pasioaes  de  los  faaàticos  ponian^y  amipo- 
nen  en  rergoozosa  pràctica. 

Dice  el  Mabometano:  mi  moral  es  la  mas  para,  es  la  miserr- 
cordia,  la  liposaa,  la  beneficeiiciÀ  j  el  amor. 
Dice  el  Gatótico:  Mi  moral  es  la  del  Ev^aogelio. 
Todos  los  protestantes  juran  porla  moral  de  Jesus. 
Ud  sectario  de  Confucio  dice  que  no  bay  moral  ulos  pura 
que  la  del  perfeccionamiento,  el  sacrificio  7  la  pr&ctìca  de  todas 
las  Tìrtudes. 

Sin  entrar  aqui  m  la  razon  de  obediencia   &  esa   moral  uni- 
Teraal,  porquennosdicen  que  debo  obedecer  por  la  gloria,  por 
la  aalvacion  del  alma,  por  la  posesion  del  Cielo,  por  infcerés  en 
una  palabra,  y  otros,  los  maspuros^  los  estoicos,  por  ejémpis, 
-que  debo  obedecer  por  la  ra^on  para  del  deber,  es  darò  que 
los  principios  son  los  mismos. 
Pero  viene  el  dogma,— y  adios  identidad  de  la  moral. 
Igualdad. — Pero  el  dogma  funda  el  privilegio. 
Libertad. — Pero  viene  el  dogma  fatalista. 
Fraternidad. — Pero  el  dogma  funda  la  4i«tincÌQn  de  la  gerar* 
.^uia^  la  preferencia  de  razas,  de  naciones,.  de  religipues  y  de- 
termina castas  ó  pueblos  escojidos« 

Besponsabilidad  personal  dice  la  libertad  y  la  mora4«*Miaé 
.significa  entonces  aquello  de  wp^at^o  originai^  que  destruye 
la  nocion  de  la  justicia? 

Tu  moral  es  caridad.  iP^ro  qué  sigaiiica  aquello  de  i|toc- 
meutar  y  quemar  por  oaridad? — Qué  significa  aquqllQ  de  la  fé 
4alpa7 

La  moral  dice  wo  mektirAs.  Pero  bay  un  dogma  qm  ^l  fin 
ilegitima  los  medios^para  lamayor  gloria d^  Bios,  Es  darò  que 
puedo  mentir,  puesla  razon  de  la  ley,  me  autorità  para  ellQ. 

4ma  d  tu  prdfjrimo.— -Extermiuad  &  los  hereges.  Y  el  dogma 
de  la  exterminacion  prevalece  sobve.  el  Satittoimo  p^iuci^io  ide 
moral. 

,    Hablas  de  lib^tad.— {Pero  qué  significa  aquello  de  la  ^h 
dieneùi  eiega;  j  la  esclavitud  del  pieni^amiènto?    ' 

Sois  hermanos,  bijos  del  mismo  Padre.— Soia  bijos  de  Gbam, 
de  Sem,  ó  de  Jafet.    Los  bijos  de  Jafet  bau  de  dominir  iì  los 


l»iIp«de,Semy.de.C!ham,    Gneura  4  lo^  wrpi*  .]B^it|;e ipQro?^ 
cristiano»  «fta  cfc  éa6«r  (Tvermf/crnd.;»  t{0 
•    Jyp,PStt^eisqne  30^  yo,  es  JL^  EspaOa  de  hp^,  Ja  qHc  haW«i  to- 
davia  con  el  porazo^i  de  la  edjEtd-media.  •  (2)    .    •     , 

A^i  p^ea  p^a  oonocer  y  jwzgar  A  jnii,puebjlp  prpguptad  p^w  su 
dolina —PÌQ  OS  dejeis  alncinar.  con  la^s  p^Iabrais  eyiipgelio^  »1 
crjiciffcado.  caridad,  JbH^aianidad^  sacrificio,  ^martirio.  Prcìgy&ntii^ 
j)Of  w  dogma  sobreDios,«9bxe  la  aatnrale^a  bpmana,  sobre  .1? 
ra?on  de  ^a  pbediencia  y  la  libsectad  del  pensanùepto  y  Tereis 
coiQptQiiQ  cambia.'  Asi  tendreja  el  se<^reto  de  }a.Tida  àp  e^e 
pueblo. 

Creemqs  pues  haber  demostrado:  * 

1..*  Que  el  dpgma  domina  6  la  mpiml. 

2.®  Queel  dogma  coustitpye  las  di|(erencia8  radipales. 

3/*  Que  la  vida  4e  los pueb^iif  del^e  ser  dominada  porla  ac- 
cipn  de  siis-dogmas. 

Yanaos  &  aplicar  estp  à  ta  fispiana  quei  conquistò  A  la.Aipé- 
rica. 

iQujeerala.Espafia? 


MPIJfjqiON  PE  X4   ESPAl^A — FILOSOBIA.  DtE    SU   HISTQj^IA. 

L 

No  bay  pueblo  que  predente  una  bistoria  mas  lògica  y  fàcil- 
mente inteligible  que  la  Eapafla. 

La  Espafia  es  la  encarnacion  del  catolicismo, 

El  catolicismo  es  su  ii^teligencia,  su  amor,  su  jpasion,  su  tra- 
di.cion,  supresepte  y  su  esperanza, 

Hay  analpgias  entro  las  razas,  Ips  climas  y  ciertas  creencias. 
^Quiéuup  ve  una  .aflialogljpi  .entro,  la  naturaleza  pprtentosa  de  la 

(i)    Castelar. 

(2)  En  el  Sjcnado  espaiiiol,  un  Molina,  marqaés  tìe  la  iniorancia  y  de  la 
torpesrct/  ha  ^éo8leAU[o  qm  log  Esjpaiìoles  aieado  1i|Q9  dà.  Jafet,  deoen  do- 
•inijmr  aJos  If o;r0«  ;powiue  spn  h^jos  .de.iCbftm  ò  de  Seppt.  JE^tp  h^  p»- 
sado  corno  teorìa  exi  aqiiel  .r^into,  en  ^te  ano  de  i864t,  y  con  mobro  de  la 
cuestion  jdel  Pèni. 


—  344  — 

India  y  el  Pàntbeismo  ?— ^  Entte  la  Arabia,  el  Arabe,  el  desier- 
to,  y  el  monotheismo  solitario  y  sombrfo  de  Mahoma? 

Pues  esa  enalog^ia  parece  presentarse' con  mas  faer2a  èntre  ^1 
pais,  la  raza  y  el  clima  de  la  Espatìa  y  el  catolicismo. 

No  se  crea  que,  siguìendo  lA  Montesquieu;*  demordi  clima  UQa 
influencia  suprema  y  decisiva,  pero  es  iunegabte  que  bay  razas 
que  se  adaptan  h  tal  clima  d  é  tal  forma  de  territorio,  y,  qne  sus 
creencias  religiosas  se  resienten  de  esa  influencia.-7^No  es 
Terdad  que  un  pais  en  que  la  tierra  tiembla,  corno  en  Chilo,  y 
én  donde  se  sientei  con  frecuencia  la  accion  terrible  y  descono- 
cida  de  los  elementos,  debe  haber  una  predisposicion  à  la  su- 
persticion? — Y  si  la  educacion  religiosa  explota  pèrfidamente 
esos  hechos,  ino  es  verdad  que  la  ignorancia,  el  terror  y  el  ftna- 
tismo  serdn  las  consecuencias  directas  é  inmedlatas? 

La  Espatìa  por  É\i  elima,  es  ardiente  y  esto  hdce  predominar 
en  el  caràcter  nacional  la  pasion.  La  raza*  espafìola  es  inferior 
en inteligencia  6  las  razas Europeas ;  òsi  se  quiere,  sn  supers- 
ticion  ha  hecho  que  lo  sea.  La  forma  de  su  fronte  revela  mas 
bien  la  fortaleza  de  la  tenacidad  que  la  habitacion  de  la  inteli- 
gencia. El  espafiol  es  dado  ù  la  sensacion,  A  la  pasion,  é  la  ima- 
ginacion,  no  A  la  razon.  Pfo  cuenta  un  solo  gran  nombre  en 
filosofia,  en  la  gran  poesia,  en  la  politica,  en  las  ciencias.  La 
humanidad  no  le  debe  un  sistema  a  no  ser  el  de  Tgnacio  de  Lo- 
yola,  una  escuela,  una  teoria,  ni  ninguno  de  los  grandes  descu- 
brimientos  industriales  ó  cientfficos.  No  ha  dado  una  institu- 
cion,  a  no  seria  inquisicion.  JLa  Espafiapuede  tener  todaslas 
buenas  calidades  morales  que  sus  hijos  le  atribuyan,— pero  no 
se  puede  negar  que  es  la.  raza  europea  mas  limitada  en  cuan- 
toà  desarrollo  intelectual.     No  se  crea.exageramos. 

«  Todo  lo  que  hace  doscientos  a0os,  ha  pasado  en  el  mundo 
^  cientifico  é  intelectual,  es  casi  comò  si  no  existiese  para  oste 
»  pueblo  cuyo  jénio  fecundo  y  orijinal  hubiese  podido  contri- 
»  buir  tan  poderosamente  à  los  progresos  del  espirìtu  humano 
»  y  de  la  cirilizacion  general,  En  vez  de  esto,  nada  en  Europa 
»  igualaàsu  apatia,  comò  tampoco  à  sn  ignorancia.  (1)  Sonhoy 

(1)  Ha  quedado  de  tal  modo  extr^fia  al  movimiento  intelectual  que  em- 
pezó  en  el  jsiglo  XVI»  que  ningun  eipanol  se  ha  cjreado  un  nombre  en  las  ma* 
temàticas,  la  astronomia,  la  fisica,  la  quimica,  la  fisiologia,  la  medicina,  la 
filologia,  en  ima  palabra  en  ninguno  de  los  ramos  de  la  ciencia. 

(Nota  de  Lamennais.) 


—  345  =- 

« 

«  sus  estudios  lo  que  eran  hace  tr«8  genéraciones  despues,  de 
»  Carlos  V.  Ningun  cambio,  nin^uù  adelanto;  todo  por  el  con- 
»  trarlo,  ha  ido  decadendo  dia  a  dia.  La  iateligebcia,  que  \iyp 
»  de  moTimiento,  se  ha  aletargado  con  un  pesado  suefio.  Eclé- 
»  sifisticos,  laicos,  todos,  apesar  de  los  esfoerzos  de  algunos 
»  bomb^es  intÉtiltnente  celosos  del  bien  de  sn  patria,  estàn  aun 
»  en  el  siglo  XV,  Un  poco  de  filosofia  y  de  teologia  escolàs- 
»  tica,  un  poco  de  derecho  civil  j  de  deretho  canònico,  todo 
»  apojado  sobre  un  poco  de  latin,  he  ahi  el  fondo  de  la  ense- 
»  àanza.  Tnmóviles  en  los  yìejos  métodos,  en  las  viejas  opinio- 
»  nes,  en  las  viejas  ideas.  Aristóteles  reina  aun  eiitre  los  des- 
»  cendientes  de  los  Càntabros  y  de  los  Visigodos.  Por  otra 
»  parte  sin  recursos  para  el  estudio  de  las  lenguas,  de  le(.fi)olo- 
)>  già,  de  la  història,  de  las  ciènclas  posiftiTas  y  naturales  :  sin 
»  eseaela  donde  puèdan  formarse  nuevoii  artistas  :  la  poesia 
»  misma  apagada.  Qué  le  queda  pués.à  )a  Espaila?  Su  fé,  la 
r  »  espada  del  Cìd,  y  con  ellasla  esperanza  de  renacer.  »  (1) 

Gae  sobre  ese  pais,  sobre  esa  raza,  la  religion  católiea,  emi- 
nentemente conservadora,  inmovilizadora,  enemiga  del  pensa- 
I       ^  miento  libre,  del  tra^ajo  de  la  investigacibn,  y  soberanamente 

supersticiofia;  — y  la  raza  espaOola  la  recibè  corno  Itf  ^xpresion 
I  de  6U  genio,  corno  la  fòrmula  de  sus  aspiraciones.    El  catolit^ili- 

ji  mo  es  la  religion  para  la  Bspafla.    La  Espafla  es  la  tierra  prt- 

I  dilecta  para  el  catolicismo.     Ambos  géaios,  el  de  la  religion  y 

el^delaraza,  se  comprenden,  se  estrechan,  se  abrazan.  El  ca- 
tolicismo es  eminentemente  espaftol.  Là  Éspafia  es  eminente- 
mente católica.  La  tenacidad  del  caràeter  nadonàl  cecibe  ^1 
sello  de  la  fé; — La  fé  recihe  la  energia  qis^  le  dAel  oarécter.  No 
pienses,  le  dice  la  Iglesia.  No  pensaremosi  dioen  lo»  pueblos. 
Obedece^  manda  la  religion.  Obedeceremos  y  obedéceremòg 
por  los  siglos  de  los  siglos.  Elpacto  ha«idb.terrible,  pero  ha 
sido,  y  es  popnlar.  La  Espafia  baja  al  abismo; — ha  pasado  por 
la  tribulacion  de  la  historia  mas  cruenta;  y  no  ve  el  abifinH>,{»or- 
qnela  fé  le  prohibe  examinarlo.  La  historia  de  sDis^desgraeiaa  en 
vez  de  correjirla,  es  un  timbre  que  ofrece  *  la  «  mttifor  gloria 

(1)  Lamennais.  Da  maux  de  VEglise.-^Y  obsérvese  qae  cuando  Lam^- 
naia  escribia  osto,  era  eatólico,  y  que  siempre  ha  manifestado  siropatias  por  la 
Espana.  £s  darò  que  poco  tì^mpo  despùes  no  hubiera  podido  fundar  espe- 
ranzas  en  la  Espaìia  por  su  fé^  pues  es  esa  fé  la  eau$a  de  sus  males.  He  ahi  mi 
diferencia  de  opinion  con  d  maestro. 


à,e  Dios»  Eatrq  ^tftijito  jf3  .el,pws  nm  atrasado  jr  esela^izado.die 

Elestudio  jrcQQ^In^ifntade  laPspaJQa  es  dfe  la  mj^jor  i^xi|)op- 
taucia,  no  splp^parael  fil^foj  el  historiador  que  ré  desaipro- 
llarse  los  priucipios  .de  ima  Teligion  eu  todas  aus  conpecnenciag^, 
sino  especialmente  para  Ics  pqeblos  de  Améric^.  La  EapoQ^a 
nos  educò  para  Ja  miiierte  y  para  la  servidumbre.  Cono«ca- 
naos  esa  educaqion  para  rechazarla  y  entrar  A  la  vida  y  à  la 
Hbertad. 

II. 

Yoy  a  corroborar  Ja  k^portancia  de  este  eatadio,  citnAdo  a 
dosnotables  escritoreade  la  filosofia  de  lahiatoria,  que  ann- 
que  deeducacipq  y  de  «pacionalidades  difereDl^^a^  cónvienea 
,perfe<^tamente  ea  eate  punto. 

Decia  el  seilor  Edgardo  Qmnet  en  la  càtedra  del  c<degio  de 
Francia  en  1844  : 

«  ^Qué  es  la  EspaOa  desde  haee  dos  siglos  y  ^medio?  B»  un 
»  pais  qqe  ha  aido  reservado  para  servir  de  teatro  fi  la  expe- 
»  rienoia  mas  decisiva  que  uno  pneda  imaginarse  aobi^e  la  «fi- 
»  cacidad  de  laadoctrioas  idtramoatanaB  abandonadaa  a  simis- 
»  mas.  7odo  piroyeoto  particular  de  reaecion  desaparece  ante 
»  r^ta  .r.^<?(;iou  de  nna  raza  de  hombres. 

»  A  la  tal  de  la  Europa  moderna,  del  protestantismo,  de^  la 

.j>:^lfwofla,  el  gènio  del  pasado  se  caneentra -en  el  siglo  diezy 

:»  «aeis  y  se  arrapa  em  Espafi^,  toro  acosado  en  el  circo,  encara 

,xV  a  lamulUtud. ';El  pueblo,  y  el  rey  se  entienden.    Sarante 

»  do^eutos  afiqSi,  paté  pais  jura  que  ninguna  idea  nueva,   que 

»  pii^un  seutimiento  Quevo  pesarli  aus  fronteras,  y  ose  jura- 

•»  m^ato  qa  cuoiplido.    A  jfin  qué  las  doctrinas  del  uitramonta- 

.)»  mmo  y  del  .concilio  de  Trento  revelen  lo  que  puedep  bacor 

f  ppr  alisolaa  p^ra.Ja  salyacionde  los  pueblos  modernos,  este 

(^.  pi^is  las  fiseptiiegado,  ab^^mdoAado  sin  reaeri^;  los  angd€^ 

.^9  mismos  da.  Vaboijaa,  irelantordesde  Ip  alto  delas  torres  érabi^ 

»  de  Toledo  y  del  Alhambra  para  que  ningun  rayo  del  verbo 

*  pueda  penetlrar  èta  e!  recioto/    Se^  prepafan  las  bogneiras;  to- 

»  do  hombre  que  Uame  al  pervenir  Éet&  allf  rediicido  à'ceoizajj. 

.  D  Sevilla  H  vmaglpxia  de  h^ber  qyepiado  ella  sola  diez  y  seis  mil 

»  hombres  en  veinte  aAos. 


'  '9  'N6  btfiftaf^iito!  és  nèdesario  qtle  eiAt  pds  tfsl'  réclaso  sea 
n  t^ttiipado  ^1^  Uttgraìi'yey.  Fèlipe  I(,  uha  alma  knpertur- 
]»  bable,  en  quieii  se  pei^òifiDca  el  géùìo  de  là  reaccioD.  Los 
»  pinceles  del  Ticiano  y  de  Babens  no  bau  pbdiilo  llaminàr  con 
»  uA  solo  rayo  de  aol  eàta  palida/^atà  •sifitestra  bgwa,  este  <es- 
»  pédtro  Ireal,  monarca  iitftexiblè  de  una  socìedail  mnerta.  »  ('!). 

ÌSscudieaiós  ubèra,  al  sabio  adtor  ile  la  BMofià  de  là  eiviiixà- 
tion  B^.opea^  EnriqùeTomas  Buckle,  en  sa  famoso  capitùlo  scur 
bre  la  tMHzo^cion  en  Éspdfia,  (2) 

«  .Segnn  el  pian  anteriormente^bosquejado.  y  cdn  el  fin  de 
»  ^Hicidar  los  principios  a  que  la  hiatoria  de  Inglaterra  no  fo>- 
»  cilita  sino  una  insuficiente  ó  inadeenada  esplanacion,  el  resto 
»  de  la  Introdoccion  contendró  un  exémen  de  las  historias  de 
3  Sspafia,  Escocia,  Alemania  j  los  EstMosUnidos  de  America. 
»  Y  asf  corno  }0  creo  que  Espafia  es  elpais  en  que  de.un  modo 
9  mas  ^affrante  se  han  vielado  las  eondieiones  fundameniàìes  d^ 
9  la  ley  del  progreso  nacionaly  asi  tambìen  encontraremos  que 
fi  ts  el  que  mas  terriblemente  ha  pagado  la  yiolacion  de  la 
»  ley,  y  por  lottante  que  él  cs  el  mas  c^opósito  para  servir  de 
»  estuato^  y  para  jnstiflcar  la  idea  de  que  la  ìnlluencia  de  eiertas 
»  opiniones  causa  la  ruina  del  pueblo  eu  que  predominan.  (3) 

'Es  pues  el  estudio  de  la  filosofia  de  la  historia  de  Espàtia, 
duo  de  lòs  masiltìles  y  necesarios,  porque  tenemcNi  en  ese  pue- 
blo, el  euerpo  muei^to  de  una  uacion  que  se  presta  de  una  ma- 
Béfa  aflmirable  A  la  autopsia  .dei  filòsofo.  Et  la  èii6arnaclon  de 
una  religion,  de  un  sistema  politico,  social,  eepmVmico  en  per- 
leictà  conÌBobanoia  eon  sa  dogma.  Asi  es  que  podemos  pregun- 
4ar  aleatolicismo:  qué  has.bechode  tu  paebto  idolatrado?  y 
«|)  pueblo  idolatrndopodr eraos  pregiìntàrte  r'^qué  te  ila  dado  él 
'  'eatolieismo  en  t^iencia,  en  costumbrH,  en  ppogresò,  en  morol, 
cu  poderio,  en  simpatia  de  los  pueblo's,  ^à  bienes  flsicos,  oiara- 
'ks  6  intelectualès?. 

(1)  Edgard  Quiaet.    L^UItramontanismo.    Pretoiérelé^n.  , 

(2)  Buckle  et  uno  de  los  mas  grandes  histohaéfóres  'de  eàte  siglo.  'Se-pa. 
^bfieó  ^  obra  en  Londre!^  en  4B60,  y  desgficitfdàfaóiite  ^\  aotot  w)  poido'  ter- 

.lbi4arlì,:|Nies  la^'tmibiite  lo  atic6.enrfihGa>d9a<hihaWi(:ido\ei<  taa» 
Si  mal  no  recaerdo,  tenia  36  anos.    Qaé  porvenir  perdido  para  la  cienci^  ^e 
vJf^,h^^fia!  .^jcapiii^lo  spbpe  la  Cftt^tf aoion  en  Esp^tma,,  forma  un  t^o  de 
,<^ca  de  200  pàginas.  y  ha.sido  tradncido  al  e^panol.    Han  llegado  &  'Bdenos 
'  Aires  varios  ejemiplares  y  recomendamos  macho  sa  àdqomciòà.       *  "  '  "   ^  ^ 
^''•\3V*u«lè/ttsforia'dle'h'éivlli2afck>tt«^^^  /•  ^    • 


—  W8  — 

No.se OQuItori  à.los iAmeripauofif,  la.  imp^rUtog^  de  este.efttu- 
dio,  pari^  condccr  Ifts  cnpsas  d^  lavitiU  A  4^  Iftjoai^i^^^ijdelatrar 
so  ò  el  pirogr^sO)  d^  U  9ervid^mbreó.li|)6rtad.  :   « 

Volvamos&:li|  defin^^iop  de  la  ^spf^A^..  ;..;.. 

Los  hechofl  de  fiu  yi4jà  Ipcal,  iadìTìdual ;  j  qaoionAl  so^jde 
una  uuifori&Klad  terrible  d  faTpr  de  la  obedieQoÀa  ciega.  Iiic(uq- 
tivamente  podemoa  pues  ele.Yarft09  4  e^te  prjuQCU)ÌQ  qae  ^.des- 
prende  de  loti  hecbos  de  su  historia:  I4 .  £i§p9;Qa,  el  espaflol,  }\a 
abdicado  el  pensamiento,  su  soberaoia  prìmitiyai .  en  majipii^'i^e 
la  Iglesia  jr  l^n^urquia»  Bajad  despues  deductiyameQte  y.ve* 
reis  el  priueipiò.  de  la  abdii^fcionexplicando  Ips  hechos^  revei^^* 
do  la  razpn  de  la  ley  de  bxì,  historia.  Ambos  métodos.  me  . 
el  mismo.^e^uUado;  la  seryidumbre  intelectual  y  moral  d^  pue- 
blo espafiol, ,  impuesta  '  corno  dogma,  ha  prpducida  su  terrìble 
historia  y  decadencia. 

Ezpongamos  alguuos  ejexnpios  que  corrobpren  lo  que  afir- 
mamos.  ,^ 

iVoT  qué  son  euemigos  del  pueplo  espa^pl,  .ó  por  qué  el  pue- 
blo espaiiol  detesta^  persigue  6  mata  à  todo  el  que  agita  una  re- 
forma? — Porque  «e  le  ha  didio  quq  la  novedad  (es  elmal,  y  de- 
be  cyeerlo,  j  lo  cree. 

^Por  qué  adorai  sus  rejes  mas  «rueles  y  tiranos,  basta  de* 
clararlos  iniriolable?  y  castigar  con  arrancar  los  qjos  al  que  hft- 
blese  diche  que  d^eaba  yer  al  r^y  ^rouerto?  Porque  se  le  ila 
dicho  que  e^el.representante  detpoderdie  JDios  y  que  toda  de- 
sobediencia  es  pecado.  e  • 

.  ^Por  qué  ninguna  de  las  grandes  institupiones  de^Ia  Ubertad  ka 
«podido  afraigarse  ìen  eae  pueblo^  que  basta  hpy  persigue  é  Ips 
hereges? — Porque  tpda  institucion  de  libertad  es  en  €|1  fondo  una 
rebelion  qontralaljglesia  y  la  monarquia,  quo  exigen  obedien- 
eia  pasiva  en  la  religion  y  en  la  politica. , 

^Porque  se  persigue  à  la  ciencia? — Porque  la  inve^tigafrion 
es  libre.  ^Por  qué  se  persigue  à  la  prens^? — Porque  es  el  movi  • 
miento  de  la  inte|igencia. 

^Por  qué  se  pro^j^ribe  al  disidente,  y  se  prohibe  la  libertad 
de  propaganda?  Porqtie  tiemblan  ante  la  libertad  de  la  pala- 
bi%.  .        '  *  ' 

^Por  que  se  ha  visto  en  Espafta  éste  fenòmeno  inaudito:  «jfoi 
«  diputados  deilas  Cfudades  conspiran  contro  las  mismas  liberta^ 
a  des  que  representan?    (Sapere  y  Antequera^  dtados  por  Bu- 


ékte.)    Pòrqaé  inmólàr  la  sòberania  eh  flrósdjs  là  móharqaia  6 
de  là'^'Igl^laj  es  obrà  meritoria  y  areligiosa. 

^Por  quéelpaeblo  espatioiha  festejadd  co&  alborozo  el  résta- 
blecìmìento  de  la  )nquisicioii?-^2porqaéha  apoyado  j  coopera^ 
doà  que  se  quemen  yivos  millares  de  séres  humaiios?— ^por  qaé 
ha  iiplàadìdo  j  cooperadò  j  jnstificado  el  tormento  de  los  Ju- 
dios,  la  atro2  espalsion  y  èxterroinacioa  de  los  mbriscos,  la  sin 
ejemplo  conquista  de  la  America,  la  esclavitad  y  tròfico  dene- 
gf OS  basta  boy  dia,  lainmolacion  de  Santo  Domingo? — Por 
queun  puet>Io  sin  razon  es  una  fiera.  T  en  fiera  lo  ba  con  ver* 
tido  su  iglesia  y  monnrquìa  siempre  que  se  trataba  de  beregia 
ó  libertad.  Que  responda  la  religion  de  la  obediencia  ciega. 
I  Bbsian  cstos  hechos.  En  todos  los  aiios  de  su  bistoria,  la  tì- 
da  és  èn^el  fondo  la  mìsma.  tJna  analogia  rèvela  esos  hechos: 
la  abdicacion  de  la  razon,  de  la  justicia,  de  la  humanidad,  de  la 
dòbleza  del  bombre . 


I  !"• 

I  Los  hechos  legitiman  la  proposicion  inductivamente  presenta* 

da.    Ahora,  decidme,  cual,  es  el  dogma  de  ese  pueblo^  y  todos 

esos.  hechos  recib^n  la  autoridad  y  la  explicaciòn  deducttra.  de 

L  un  silogismo  irrepnensible.     Creemos  haber   preparado    la  de^) 

J  mostracion  de  nuestro  principio  de  filosofia  de  la  bistoria.     La 

1  VIBA  OE  LOS  PiJEBLOS  £S  LA   AGGION   DE  SUS  DOGMaS. 

Los  hechos  culminantesy  trascendentales  de  sU  bistoria  lit 
precipitan  al  catolicismo  y^l  catolicismo  à  su  toz  engendra  la  Vi- 
da, la  cosAumbre,  la>  tradicion^  el  pensamiento,la  pasion  dominan- 
te, -las  instiluciones  idolatradasdela  monarquia,  Inquisicion  é 
Iglesia^   confiscando  basta  sus  deseos  y  esperanzas  para  el  por- 

\  Tenir .     Su  porvenlr  es  confundirse  mas  y  mas  con  su  religion  y 

su  gobierno.  Està  pasion  de  la  obediencia  ciega  se  ha  eie  vado 
enSspafiaÀ  la  categoria  de  virtud:  se  Uama  lealiad  fidslidad, 

'  Hay  dos  grandes  hechos  en  su  bistoria  que  prepararon  y  con- 

tribuyeron  de  una  manera  poderosa  ó  la  ahojicioa  de  la  liber- 
tad,  Àia  identificaciòn  del  patrìotìsmo  con  la  religion,  y  en  fin  al 
ré|;imenabsoloto  de  la  teocracia  y  monarquia.  i 

.  Despuesdelavalanchedè  las  razas  septentrionales  que  des-' 
tmyeroual  impem  BomàtiO)  los  Yisì-Ciodos.  pudiérou  estable-^ 


ceraie  en  BipaM,  Jìaobreios  dteiaentosAJtlte-iMriew  y-  aobi^eh 
manosqae  quedaban,  .jmdteìroii.<vfi^izar  ufift  naoiDA:  Xn  el) 
catolieiBmo  habia  shlo  iittriodadidc'. 

Los  Yisi-Gódos  eraiQ(  Ajrriaiiqs.  El  arrìanidmofaé  osa  gratti 
heregifik  de  la,  unàdad  de  Dids,  ci^Ktra  el  dogma  cat6lico  de  1^ 
Trinidad  de  las  personaa  divinasi  heregiti  que  casi  dòmino'  &  Mi 
Europa,  siqQ  bubiese  Bidolaacoipa  de  laipoUtica,  de  Ja  diplQ-^-: 
maQia  y  de  la:fae!rea* 

La  Iglesia  Arriana  pnede  decirse  qu<e  gob^rttaba  4  la^aaCioa* 
Los  reyes  esta)>an  bajo  su  depeadencia.  Sus  co^UdMos  erai|} 
tambieu  asambleas  legislativa^. 

La  Iglesia  catóUca  xoQsiguió  lev^ntar  a  los  francosi  católltios, 
para  extermiaar  la  heregia  d^  las  Vigr-Gpdos.    Se  sigmó  bua 
guerra  qua  duróxiea  afìos.  •  Los  Visi «God-Os  petdieron  la  Ga^; 
lia.    iQué  feuómenp  moral  se  produjft? . 

La  independiencia  de  la  patria  amenazada,  bftrìa.eaiaaa  oommi: 
con  la  religion  atacada.  El  pueblo  Visi-Godo,  elrey,  el  noble, 
el  sacerdote  se  uaieron  bajo  ese  yìnculoquepuede  Uamarse  in- 
destructible. 

La  Iglesia  arrianafué  patria.  La  patria  fué  la  Iglesia.  El 
governo  fué  pueblo,  el  pueblo  Vidi-Ot)do  fué  espònt&neo  en^la 
(d^ediencia  y  entusiasta' en la  défensa.  Està  Vida,  Wà  educa- 
ciba,,  este  èjémplò  y  durante  cien  afios  de  combate,  sembraròn 
enei  pueblo  Visr*Godo  el  ge'rrnen  terrible  de  la  òbèdiencia  clega- 
hàèia  la  Igleìsia.  ^  ' 

La  supremaeia  del  clero  arriano,  y'su  superìoridad'en  él  Es- 
tado,  engendf  a  Ics  Aiales  snbsi^uientes.  La  abdìcaòion  <iel  in. 
diyiduo^  la  supremaoia  de  Iti  iglesia. - 

«Téf  ffùn  en  aquél  periodo  eran  terribles  en  Espafia  los  màn- 
dato&  de  la  Iglesia  ó  las  leyps  obtenìdas  por  su  infhiencia.  Los* 
males  desplegaban  un  caràcter  altanero  que  degradaba  &  his  cla- 
sés  bajas  y  làs  arrastraba  A  la  rebeliorf  centra  su  prb'pio  rcy. 
El  pueblo  sé  coiuplacìa  en  la  efusion  de  sangre  y  solò  manifesta- 
ba  energia  y  constancià  en  el  desenfreno  de  sus  pasiònes;  '  Los 
Hlnistròs  del  culto  conségnian  arraigar  en  sns  concinda^anòs  el 
òdio  4  lo9hereg^  con  tanta  mas  :fe<»lidad  cuantó  -làs  VoKdnicaà 
iknagkiacioneadJe  Ibs  eipatioles  bhbidn  ehgendradò  ÒÉt  Éi^ahàvia- 
rias  opiniones  que.tntf*odncian  la  confusione  en  dl-dògiàa.'  À4ò{f^ 
tóaéiuujculto  pedofio  p9r  laraaltitad  dfasriamlnncioi^a  èè^eiilb- 
nif|i^.ijnpopeQ(^!i^p6ffQ((mfdfi  miignifieeo^       pompa.    •Jab^ 


Ite^és  dfe  tossisi -Oodos,»  dice  cotfttiucha  razpn  Montesquieu,^ 
«  pueriied,  inoportunras-  y  Uécias^,  estabbn  llenas  de  figuras  retó- 
«  ricai  y  vaclas  de  seùtfdo,  y  eran'  por  ultimò  fan  fiilvol'as  eni 
a  sa  tener  corno  gìgantescaà'en  su  Ibuguage  (ly.  »,    . 

Despues  deesa  guerra;  el  Arrlanismo  de  Ics  Yisi-Godos,  tuvo 
qtielucbar  con  el  catolicismo  de  la  mayoria  de  la.  nacion.  La  mo- 
trai'quia  Yisi-Goda  aspirando  6  la  conservacion  £(e  su  dominio, 
sobrela  Espaflaya  católica,  y  perdldo  el  arrianismo,  en  el, resto 
de  la  Europa,  comprendió  la  necesidad  y  ùtilidad  de  conver- 
tirse. 

Es  sabido  U  influencia  que  han  ejercido  las.'  mujerès  en  las 
couTersionesdelosreyes  bàrbaros.  T  cobao  en  aquel  tiempo 
convertir  al  rey  era  conyertir  &  la  nacion,  ó  à  la  tribù,  ó  à  la 
raza,  ademas  de  los  milagros  que  inventaban  los  obispos  para 
someter  la  inteligencia  de  los  bàrbaros,  los  obispos,  prelados, 
confesorcs  ó  papds,  negociaban  ante  todola  amante  ó  la  muger 
diel  rey  que  querian  conyertir.  Àsl  paso  con  Cblodoveo  enla  Calia 
y  asi  paso  con  Recaderoen  Espafia  fel  allo  58$.  .  Educado  en  la 
fécaiófic'a,  conyierte  voluntariamente  &  su  naciori.(2).— «Na* 
»  dó'en  ci;  d  Padfe  de  la  patria,  ladelicia  de  los  EspaUoles,  la 
»  piedad  y  la  religion  católica:  paes  logró  desterrar  la  mania  y 
»  frenesi  del  Arrianismo  que  dominaba  àlosGodos  (3)  » 

No  sorprenda  la  facilìdad  de  las  conver&iones.  Un  interés, 
una  presa  de  territorio  à  conquistar,  una  dònacion  de  tierras  à 
condicion  de  combatir  à  lòs  herejes  ó  paganos,  la  seduccion  del 
eulto  materialista  del  catolicismo,  la  superioridad  intelectual  de 
la  Tglesìa,  la  invencionde  milagros,  las  grandes  recompensas 
en  este  y  el  qtro  mundo  presentadas,  todo  esto  era  mas  que 
snficiente  para  trastornar  las  rudas  inteligencias  de  los  bàrbaros. 
Se^^ouvertiaù  à  millaresen  un  dia  de  bautismo  por  la  tùnica 
bianca  de  que  los  yestian.  Agregàbase.  tambien  el  terror,  la 
fiierza  de  lai^  armas,  las  guérras  exterminadoraSi  Tenia  pues 
gran  interés  la  monarquia  Yisi-6oda  en  cònvertirse,  porifue  cor- 
ria  el  peligro  de  perder  la  Espafta  y  de  no  tener  à  donde  ir^  ó 
someterse.    iNohemos  yislo  à    Benrique  ÌY  de  Francia,  el 

{i\  ffi^oria  UnivcrsaVpoi»  Juan  MoWef,  tradaccion*  de  A.  Calderon  de  la 
Barca.    Tomo  II.  pag.  156.  '  (j^ò8t(Hi>IB43,)    j».  * 

(2)  Laconvcrsion  tolunlana'de  los  Vice-Godos  restableció  la  fé,  católica 
de  Espaha  (Gibbon,  cap.  XXXVII,  Hisloria  de  la  Decadencia  del  imperio  Ro- 
mano.) ' 

(3)  Fray  Uenrique  de  Flor'e».    Clave  historial,  pag.  i08— Madrid  1769, 


gefe  de  los  protestantes  entrar  en  Paris  veacedor,  j  abjarar  su 
fé'  j  iomair  la  fé  de  los  vencidos  ? — Esto  prueba  que  la  traición 
ès  uno  de  lòs  elementosdela  monarqaia  ó  de  todo  poder  lejf« 
fimo.    Estó  es  Io  que  hój  sellama  diplomacia. 

Yaestà  la  ÈspaAa  unificadaen  su  fé.  Ei  Hijo  es  consubstau* 
cial  al  Padre^  j  el  Espiritu  procede  de  ambos.  Desl)ues  de  com* 
pletada  là  divinidad,  la  tafea  del  pueblo  espafiol  consiste  en 
unificar,  en  arrancar  toda  desidencia  de  su  suelo» 

«  Kecaredo  abjuró  la  herejia  arriana — y  concedió  à  los  Mi- 
nistros  de  la  Tglesia  una  influencia  en  el  gobierno  del  Estado, 
«  que  vino  à  ser  ep  adelante  ilimiiada  y  absoluta  (a)  » 

La  (glesia  gobiema,  lejislà,  juzga^  pero  deja  al  brazo  secular 
él  privilegio  de  cumplir  sus  decisiones  de  muerte*  de  proscrip- 
cion  y  de  tormento,  por  que  ella  no  puede  derramàr  sangre:  La 
inocente! 

La  iglesia  omnfmoda  se  enriqnece.  Zelosa  de  la  pureza  de 
là  fé  debe  purgar  el  territorio  de  todo  elemento  disidente,  apro- 
vechando  si  de  la  confiscacion  de  bienes.  Los  judiòs  eran  ricos 
y  numerosos.  Se  decreta  su  persecucion.  Es  necesario  cono- 
cer  la  es'cuela  de  lo  atruz  desde  su  origen.  Oigamos  à  la  his- 
toria: 

ce  Se  obligó  à  noventa  mil  judios  d  recibir  el  sacramento  del 
»  bautismo;  los  ((ne  rehosaron  fueron  despojados  de  su  fortu- 
»  na;  se  les  aplicó  el  tormento^  y  parece  que  no  obtuvieron  la 
»  libertad  de  salir  de  su  pais.  Fué  tan  exeslTo  el  zelo  de  Sisebu- 
»  to,  queel  clero  de  Espaùa  quiso  moderarlo,  y  pronunciò  la 
»  sentencia  mas  inconsecuente.  No  se  debia,  decian  ellos, 
»  forzar  &  recibir  los  sacramentos;  pero  era  necesario  para  el 
»  lìonor  de  la  iglesia^  que  los  judios  que  habian  sido  baiitizados 
p  perseverasen  en  la  pràctica  exterior  de  una  religion  que 
»  creian  felsa,  y  que  les  era  odiosa.  Sus  frecuentes  apostasias 
»  determinaron  é  uno  de  los  sucesores  de  Sisebuto  à  desterrar 
»  A  toda  la  nacion  de  sus  estados:  y  el  decreto  de  un  concilio  de 
>>  Toledo  decidió  que:  todos  los  reyes  de  los  Godos  jurarian 
»  mantener  este  edicto  saludable.  Pero  los  tiranos  no  consin- 
p  tleron  en  alejai"  las  vfctimas  é,  quienes  se  complacian  en  per- 
»  seguir,  ni  en  privarse  de  esclavos  industriosos,  cuya  opre- 
»  Sion  satisfacia  su  aTaricia.    Los   judios  permanecieron  en 

(a)    Antcquera  (llistoria  de  la  lejislacion,  p.  31)  citacion  de  Buckle. 


\ 


9  lEspiifia.bajo  Uférula  df^  \m  Uje^  oivUes  7  ecleaìastioas^  qiie 
».bàn  sido  fielmente  traoscriptasea  elcMigo  delalnquisicipn. 
:d  Los  rejes  de  lo^  jGodoa  j  los  obispos  eonocieronì  en  j6q  que 
»  ;}ainjustìcìajl^  ^nuri^s  eDJeadran  el  odÌ9^  j  que  el  odio 
»  aproTecha  ansiosamente  la  ocasion  de  vengarse.  La  naeion 
^  enemiga  del  cristianismo  se  multiplicó  en  la  e$ela?itQd  y  las 
»  intrigas  de  losJadios  facilitaron  la  conquista  ràpida  de  los 
»  Arabes  »    (1) 

Y  Tino  ^  fio  esa  conquista,  el  hecho  culminante  de  la  histo- 
ioria  de  Espafia  ;  que  ha  decidido  basta  boy,  de  sus  creencias, 
desuliteratura,  de  sns  instituciones,  de  sus  babitos  serviles,  de 
SU4  odios  invéterados  à  las  razas  ó  creeaci^s  diferentes. 

Ap$ured<)ellslamism#— y  en  tresallos,  arrolló,  mató,  some- 
ti,ò  j  se  apoderó  de  casi  toda  la  Peninsnla. 

Dos  razas,  dos  rellgiones,  dos  nacionalidades  se  disputan  do- 
rante mas  de  satecientos  afios  el  dominio  de  la  tierra  de  Es- 
pa£ia. 

El  catolicismo  era  la  intolerancia  7  juraba  la  exterminacion 
4el  moro, 

El  Islamismo  mucbo  mas  humanitario,  pedia  tan  solo  el  so. 
metimiento  ó  su  gobiemo. 

El  Gatnabro,  el  Ibero, — el  Godo,  el  Basco,  formati  en  la  eo- 
mnnidad  del  peligro  la  unidad  del  Castellano  ó  Espafiol.  Sus 
ratas  se  uniflcan  bajo  el  credo — lidiador  del  catolicismo.  Sus 
<ela&es  se  amalgaman  en  la  identidad  de  interés,  de  situacion,  de 
fé  7  de  saWacion.  La  tierra  debe  ser  arrancada  à  los  infieles 
para  tener  una  patria.  La  patria  debe  ser  el  santuario  de  la  re- 
ligio»;  La  religion  debe  ser  la  batalla  de  la  fé.  Todo  amor,  A 
Dios.  La  iglesiaes  Diossobre  la  tierra.  El  brazode  la  iglesia 
es  la  monarquia.  Todo  odio  al  Musulman.  El  odio  es  santo. 
La  guerra  es  sagrada.  Todo  herege  es  enemigo, — 7  de  «qui  la 
consecnenciaquetodoenemigoesherege.  Iglesia,  Re7  7  pue- 
blo, todo  es  uno  para  k  santa  cruzada.  No  ha7  otro  pensamien- 
te,  ni  otra  educacion,  nieiro  deseo,  ni  otra  pasion  que  la  guer- 
ra. Las  generaciones  sesuceden7  setrasmiten  el  mismo  lega- 
do,  el  mismo  deber.  Elhonor  es  la  fé  7  la  obediencia.  La  glo- 
ria es  el  triunfo  de  esa  fé.  Patria,  independencia,  soberania,  se 
^pfuAden  enla  mente  d(^;««piifiol:  cbnJAjrdigioii,  con  la;  gner- 

(IJ    ffibbon.    Cap.X3£XVIU.     '  • .',      \ 


ra  ;  con  la  condicion  del  sometimiénto  indmdaal  para  vencer.  La 
EspaftaesuQ  campamento.  La  ley  del  campamento  es  la  obedien- 
eia.  Es  asi  comò  el  dogma  ja  arraigado  de  la  obediencia.  viene 
ÈL  ser  remachado  en  la  esencia  del  espafiol,  por  lai  necesidades  de 
la  guerra. 

Y  ha8tahoylaE8pafia,noha  podìdo  salir  de  esa  confùsion,  de 
esa  obediencia.  La  Ig^siapuraeliu  es  el  santuurio  de  la  patria 
y  lamonarquia  sa  guardian. 

EsetieiupofunestO)  origendepestes,  demiserias,  de  calami^ 
dades,  de  pobreza^  sin  otraidea  quela  guerra,  acabó  por  paralizar 
el  pensamìento  7  extender  la  mas  profunda  ignorancia  en  todas 
las  clases.  La  ilustracion,  el  trabajo,  la  industria/  eran  despre- 
ciadas.  Para  qué  quiere  ciencia  un  eaballero  de  la  fé? — ni  qué 
otro  trabajo  digno  del  soldado  de  Dios,  qne  el  ejercicio  de  las  ar- 
mas?  • 

De  aqui  nacen  todas  esas  preocupaciones  estùpidas  que  con  la 
conquista  nos  legaron:  el  desprecio  al  jLrabajo,  la  nobleza  de  la 
ociosidad. 

Despuesde  cerca  de  ochocientos  afios  de  guerra,  el  Islamismo 
es  expulsado. 

La  Espaiia  celebra  en  las  mezquita^  su  Victoria.  Empieza  la 
ruina  de  la  civilizacion  de  los  àrabes  en  òdio  à  la  herejin.  Es 
en  este  momento  del  paroxismo  que  producia  la  Victoria  del  ca- 
tolicismo 7  de  la  monarqufa,  que  Colon,  se  presenta  para  ofre<- 
cer  una  nueva  ruta  por  el  occidente  para  reconquistar  el  sepulcro 
de  Cristo. 

Colon,  en  mala  bora,  se  encuentra  un  continente:  Lo  ofrece  & 
la  Espafia  en  el  momento  de  la  major  exaltacion  del  fanatismo 
victorioso.    La  conquista  se  explica. 


EL   NUEV0-MU5D0. — PORQUÉ  LA  RAZA  ESPAf^OLA  HA  PERDIDO  EL 
•  SEDìTlMIENTO    POETICO  JDlE  LA  HATURALEZA. 


^  khì  està  en  fin  ese  mùndo!  0  palsagés  del  mar  de  las  AtiU- 
llas!  Navegando  entro  las  islas,  rey^.stidas  de  la  Tegistacion 
mas   poderosa,    que    sombrea  sus    canales    con    sus  palmas 


r 


—  3S5  — 

y  montafiifl,  y  Uevadòs  por  el  soplo  de  las  brisas  tropicales,  boy 
y  todos  lo8  dias  la  imaginacion  del  Tiagero  deslambrado,  re- 
ciente  las  emociones  de  lo8  prìmeros  dias.    Costas  de  Venezuela, 
deacabiertas  por  Colon,  él  dijo  qae  creia  encontrar  alliel  paraiso. 
Méjico  y  Nueva-Granada  descriptos  por  Humboldt  y  me  callo; 
— Istmo  de  Panarne,  una  de  las  travesfaa  mas  grandiosas  y  fan- 
Usticas  del  mundo;— uavegacion  interior  del  Orinoco,  del  Mag* 
dalena,  del  Amazonas  y  sus  afluentes,  del  Piata  y  sua  afluentes 
basta  las  entrafias  de  la  America  del  Sur;  soledades  asombrosas 
en  que  se  escucha  bajo  el  imperio  del  Sol,  el  murmuUo  de  la 
creacion  infatigable;—  aspecto  de  los  Andes  desde  la  cadena 
secundaria  de  las  montafias  de  Ghile,  encajonando  los  valles 
que  habitan  los  descendientes  de  los  Aucas,   cuantas  Teces  al 
contemplaros  no  he   creido  sentir  la  huella  sublime,  intacta,  de 
los  cataclismos   ma^  grandiosos  del    pianeta,  retelados  por  la 
mano  del  que  lanza  los  planetas  &  sus  órbitas.    Mesetas  andinas 
de  Bolivia  donde  estàn  las  poblaciones  mas  altas  de  la  tierra,  al, 
pie  del  Ilimani  ó   del  Sorata,  distribuyendo    las  aguas  del  Sur 
del  continente;  todos  los  climas,  todos  los  matices  del  colorido, 
todos  los  grados  del  calòrico,  todas  las  densidades  atmosféricas, 
todos  los  ruidos  de  las  aguas  desde  el  arroyo  basta  la  catarata, 
— todas  las  voces  de   las  selvas   yirgenes,  todos  los  aspectos, 
desde  lo  risueflo  basta  lo  sublime  en  nuestros  valles  y  montafias, . 
— nadadeesiò  vió  el  conquistador.     Su  bimno,  su  palabro,  su 
admiracion,    su  indagacion   se  reducian   ù,  una  sóla   palbbra: 

i  DÓNDE  rfAY  OKO  ? 

Es  una  nueva  creacion.  Nuevas  plantas,  nuevos  alimentos^ 
^^'levos  firutos  esquisitos,  nuevos  productos  magnificos  para  \a 
alimentacion,  la  medicina  y  la  industria;— aves  desconocidas, 
animales  nuevamente  descubiertos,  riquezas  arrojadas  à  manos 
llenas  para  todas  las  ciencias  naturales:— nada  de  esto  ve  el 
conquistador.— i  Dónde  haj  oro  ? 

Bazas  inocentes,  bospitalariai,  nuevos  bombres,  nuevos  ber-/ 
manos  que  abren  sus  brazos  à  los  recien  venidos.    El  conquis- 
tador los  esclaviza  ó  asesina. 
.  Pero  este  es  un  fenòmeno  extraordinario  de  estupidez  ó  de 

maldad* 

iCómo  esplicarlo  7— Vamos  à  intentarlo,  porque  creemosno^ 

se  le ba  dado. la  importancÌA:  qup  merecé,  y,creemos  ademàs  qu.e^ 

este  es  un  punto  trascendental  para  co^iprendei;  la  devaslacipu 


—  3Sff — 

é^  Espafia,  Id  AerasUeioD  ide  America,  y  là  tendetieia  A  ìé  de-» 
Tfitftacìm  que-  èxìste'eii  ìm  Àdieriòanog  qné  dèsci^adeti  d^  Ss- 

E^neoésarìoito  olTldar,  (permUasenos  eeto  internipcion)  (}iie' 
Ili  mayorfa  del  ìk  poblacìon  de  America  es  indigena  y  resiiKanté 
de^  Amerieana  yespaflol.  Entre  los  E'spafioles  que  vinieron  bay 
que  distinguir,  los  déscendientea  de  los  Godos,  de  los  naoroa 
y  de  los  flamencos,  predominando  el  tipo  àrabe-^ndalnz.  en  la^ 
Bepdblica  Argentina,  el  flamenco  y  vizcaìno  én  Cbile,  el  aflda«« 
luz  en  el  Perù^  el  godo  en  Méjico. 

YolYiendo  al  aauntO)  formulamos  en  està  preposicion,  de  ese 
fenòmeno  moral  qne  presenta  la  conquista: 

La  raza.  espaAola  ha  perdido  el  sentimieitto  poètico  VfE 

LA  KATUaALEZA. 

Yéames  modo  de  probarlo: 

Hay  una  razon  metafisica,  profonda.  Guando  nn  sistema  de 
creenKàas  sobre  Bios,  la  creacion  y  el  hombre,  sobordìoa  todo  à 
la  nocìon  de  nn  Dios*  arbitrario,  que  paede  ha<cer  y  deshaeer, 
contradecirse,  pulverizar  sns  obras  en  un  momento  de  su  ira, 
sin  (pie  los  teyes  establecidas  por  él  mismo,  tengan  el  earàcler 
eterno  de  ima  yerdad  que  ho  puede  variar  porqne  es  ley  de  laia^ 
esìstencias^  entonces  la  creacion  y  sus  maravillas^  la  creacion  y 
stts  leyes  inmutables,  ei  bombre  mismo  con  su  libertad  y  nocìon 
de  lo  justo  y  de  lo  injùsto,  todo  estobambolea  en  là  intdtijenda) 
pnes  lo  habeia  despojado  del  caróeter  etemo  de  H  ley. 

Si  el  dogma  declara.  à  la  materia,  à  la  creacion,  al  bombre 
mismo  comò  miseria  y  nada  mas  que  miseria,  con  el  objeto 
de  bacer  resaltar  mas  y  ma»  la  nocion  de  la  Ommpotencia, 
que  ha  de  ser  representada  por  la  Iglesia,  cóme  querela 
q^e  el  bombre  ó  pueblos  educados  en  esa  creencia,  aprecieny 
sèpan  apreciar  la  creacion,  labelleza,  lajusticia! — i^vAén.  no  ve 
ya  en  gérmen  el  òdio  al  bosque,  lacrueMad  conlosanimales,  el 
désprecio  por  las  maroTiftas  de  la  creacion? 

Si.  Empleza  la  deva^tacion  de  la  inteligeneia.  De  alti  bajard 
àlas  costumbres,  à  las  instituciones,  é  lòs  hecbos. 

Es  osto  tan  cierto,  que  siempre  él  catòlicisttlò  ba  aidd  Re- 
migo j^urado  de  las  cien.cias  naturales.  No  puede  por  su  dogma- 
dar  cpnsistencia  cienuftca  &  las  ciencias  naturales. — Despues,  en 
e^te  rajno,  comp  en  otros,cópìa,  ptagii,  aeepta,  y  atendo ilógicOf 
pretende  presèntarsé  Con  algttn  aÈ^tema.    Pero  el  trfkfliéismo 


~  as7  — 

taift  leeuadoeii  tediogfa  eofieeìalatiyA,  «^  rló^cò  ]r  '  mtaralmente 
i8atérRe«]A^  ^ie^ciaa.  La,relqion  queno  paede^nir  ^e  um 
manera  necesaria,  A  la  creacioncon  Dios^  ne  pn^de  t^Dier  Jógi*- 
-€dmente  ciencia  de  h  cre^cioa.  El. catolicismo  éicef'qiu^ipios 
jiuisoi^j  «ifgté  la  laz^  »  Nada  mae.  Todo  depende  etì  eisa 
oreencia  de  la  Tolnatad  oiQDipoteute  j  «iu  le^^es  del  eterno. 
l  Cóme  quereis  que  se  funde  una  ciencia  sobre  la  nocion  de  011 
ar^rofiooranipot^nte?  Teda  eienoia  se  apoya  en  la  inmiatabi- 
lidad  de  la»  leyes,  delos  seres* 

¥0  bien  aéque  el  4)ueUo  no  ete  dà  cnenta  de  esto;  pero  es  asf 
.  €<HDo  se  verifica  el  fenóitte&o  moral  que. procuramos  esplicar. 
EU  paebk)  no  conoce  la  mecftnica,  pero  va  en  fèrTO-carril: 

Dada  la  razon  metafisica  del  fenòmeno,  losbechos  y  reflexio» 
nes  siguientea  cornfirmar&n  lo  que  decimos. 

n. 

Volvamos  ahora  al  encuentro  de.  la  Espaila  7  de  la  Ame- 
rica. 

Ya  el  conquìatador  ba  zarpado.  El  conquistador  espatipl^ 
el  sùbdito  fiel  del  Bey  y  de  la  Tglesia.  Sa  iuteligencia  no  tiene 
mas  ideas  que  el  credo  barbaro  y  sangrieqto  del  exterminador 
deloshereges.  Su  coraz'on  anida  las  .pasiones  ardientes  del 
aventurero  codicirao,  que  no  reconoce  valla  ni  regia.  .Sa  ima- 
ginacion  solo. busca  medios  de  ser  rico,  ó  de  propagar  la  fé  por 
la  espada.  El  espaàol  de  la  conquista  y  el  espafiol  en  general, 
habiendo  abdicado  sa  iuteligencia,  abdica  basta  la  facultad  de 
ser  impresionado  por  lo  belio,  per  Jo  originai,  por  lo  grandio- 
so. Es  por  esto  que  el  desierto  se  extiende  en  Espaiia;  porquc 
el  espirila  del  espafiol  es  de  devastacion  y  odosidad.  Es  ,por 
esto  que  predomina  el  pastoreo  aohre  tier^as  incultas.  Es  por 
esto  quees  enemigo  de  la  naturakza,  y  que  ha  trasnùtido  ese 
instinto  &  casi  todos  sus  descèndieates  en  America.  El  espafiol 
,eà  enemigo  del  irbòL-  Casi  me  atrevo  é  deoir  lu  mismo  dei  Ame- 
ricano descendiente  de  JequifiaL 

No tìeneun ^an  poeta.*— Yedlo lleg^r  4  AmérioaL.  JSu  im- 
pasibilidad  ante  tanto  maravilla,  ante  (eaa  mduralezli  vii^gen  y 
variada^  impàaibilidad  yax)bfiÌervadA  por  el  mismo  Colo»;  kinte 
esas  razas  inocentes  y  afectuosas  que  los  recibieron  comò  &  ber- 
manos,  ^qué  prueba  todo  esc? 


—  3Slff — 

de^  Èspafia,  \ù  AeraetaeiOD  de  America,  y  là  tendetiefa  é.  hi  dè« 
TaKlacioifr  quB'  bxfste'eii  Ib^  Àtfaevioanos  qae  dèsctendeti  d^  Ss- 


. 'E^neoésarioBO  ol^dar,  (permftasenos  eeto  interrapcion)  qm 
In  mayorfa  ié  là  poblacion  de  America  es  indigena  j  resuKanté 
d^  Americana  yespaflol.  Entre  log  Espafioles  que  vinìeron  bay 
que  distinguir,  los  descendientes  de  los  Godos,  de  los  naoros 
j  de  los  flamencós,  predominando  el  tipo  àrabe-andalnz.  en  14' 
Bèp^blica  Argentina,  el  flamenco  j  vizcaino  en  Chile,  el  anda^ 
lu^  en  el  Però,  el  godo  en  Méjìco. 

Volviendo  al  asunto,  formulamos  en  està  preposicìon,  de  ese 
fenitmreno  moral  qne  presenta  la  conquista: 
La  raza  espaAola  ha  perdido  el  seittimiehto  poìético  tfE 

tJL  KATUEALEZA. 

Yéames  modo  de  probarlo: 

Ha;  nna  razon  metafisica,  profonda.  Gaando  nn  sistema  de 
dreencìas  sobre  Bios,  la  creacion  y  el  hombre,  sabordìna  todo  à 
la  nocion  de  un  Dios'  arbitrario,  que  paede  hacer  y  deshaeer, 
contradecirse,  pulverizar  sns  obras  en  un  momento  de  su  ira, 
sin  que  los  leyes  establecidas  por  él  miismo,  tengan  el  earàeter 
eterno  de  nna  yerdad  que  no  puede  variar  porqne  es  ley  de  lait^ 
esìstencias,  entonces  la  creacion  y  sns  maravillas^  la  creacion  y 
sns  leyes  inmntables,  ei  hombre  mismo  con  su  libertad  y  nocion 
de  lo  jnsto  y  de  lo  injùsto,  todo  estobambolea  en  là  intetijeBcia, 
pnes  lo  habeis  despojado  del  carócter  etemo  de  Isf  ley. 

Si  el  dogma  declara  à  la  materia,  à  la  creacion,  ai  hombre 
mismo  corno  miseria  y  nada  mas  que  miseria,  con  el  objeto 
de  hacer  resaltar  mas  y  ma»  la  nocion  de  la  Omulpotencià, 
que  ha  de  ser  representada  por  la  Iglesia,  còrno  qnereis 
q^é  el  hombre  ó  pueblos  edncados  en  esa  creencia,  a|)fecien  y 
sèpan  apreciar  la  creacion,  labelleza,  la  justicia! — Quién.  no  Té 
ya  en  gérmen  el  òdio  al  bosque,  lacrueldad  conlosanimales,  el 
desprecìó  por  las  maroTiffas  de  la  creacion? 

Si.    Empleza  la  dera^tacion  de  la  mteligeneia.    De  alti  bajard 
àlas  costumbres,  él  las  instituciones,  é  Ibs  bechos* 

Es  esto  tan  cierto,  que  siempre  él  catolicismo  ha  éido  eiie- 
migo  j^urado  de  las  cienpias  natnrales.    No  puede  por  su  dogttt#« , 
dar  cpnsistencia  cientfftcà  à  las  ciencias  nafuràles. — DesfHies,  ém 
ei^terajno,  compeq  ota^s.cópìa,  piagli,  acepta,  y  stendo ilégilW 
pretende  preséntarsé  Con  algttn  sistema.    Pero  el  t^MìMr 


iota  feeuadoen  tedlogfe  e^ecalatìYfl,^$  ló^cd  y  uatvrahnénte 
jestérìl  ei»  ]«i^  cieiicias.  Xa.relijion  que  no  iHXede^nir  eie  uim 
manera  necesaria,  à  la  creacion  con  Dios^  no  pu^de  ttwr  dógì*- 
^omente  ciancia  de  la  crelicioa.  El  catolicìsibo  dìcei  que  3)ìos 
qùisoi^j  «ifué  la  luz^  »  Nada  mas.  Todo  depende  ed  esa 
oreencia  de  la  \oliuitad  oiQpipoteute  j  sia  lej^es  del  eterno. 
l  Como  quereis  que  se  fùnde  una  ciencia  sobre  la  nocioti  de  un 
ar$f/ra^2ooiQnìpot(3nte?  Toda  cienoia  se  apoya  eù  la  iùmiatabi- 
lidad  dela«  leyes,  deloB  sere». 

Yo  bieo  9é  que  el  pueblo  no  m  dò  cueuta  de  esto;  pero  es  asf 
comò  se  verifica  el  fenóme&o  moral  que .  procuraraos  esplicar. 
El  pueblo  no  canoce  la  luectoica,  pero  va  en  férrOcarril. 

Dada  la  razon  metafisica  del  fenòmeno,  losbechos  y  reflexi6« 
nes  siguientes  confirmaràn  lo  que  decimos. 


II. 


Yolvftmos  ahora  al   encuentro    de.  la   Espafia  y  de  la  Ame- 


rica. 


Ya  el  conquiatador  ba  zarpado.  El  conquistador  espaftples 
el  sùbdito  fiel  del  Bey  y  de  la  Tglesia.  Su  iuteligencia  no  tiene 
mas  ideas  que  el  credo  bàrbaro  y  sangriento  del  exterminador 
deloshereges.  Su  corazbn  anida  las  pasiones  ardientes  del 
aventurero  codicioso,  que  no  reconoce  valla  ni  regia.  .Su  ima- 
gìnacion  solo. busca  medios  de  ser  rico,  ó  de  propagar  la  fé  por 
'la  espada.  El  espafiol  de  la  conquista  y  el  espaflol  en  general, 
faabiendo  abdicado  su  inteligencia,  abdica  basta  la  facultad  de 
ser  impresionado  por  lo  bello,  porlo  originai,  por  lo  grandio- 
so. Es  por  esto  que  el  desierto  se  extiende  en  Espsula;  porquc 
ci  cspiri^indol  osfiauol  es  de  dcvastacion  y  ociosidad.  Es  jor 
esto  qF  ''jmiiia  el  pastoreo  sobre  tier^as  incultas.    Es   por 

iÉpigo  de  '    uaturaleza,  y  que   ba   trasmitido    ese 
^dos  '  ^eudieutes  en  America.    El  espaflol 

leatrevo  àdecirlumismodeiAme- 
ol. 

edlolleg(>r4   Amerio».    J8tt  im- 
la,  ante  (esa  nattiralieza  vfrgen  y 
anada  por  el ..mismo    Colon;  Aoie 
isas  que  los  recibieron  comò  i  her* 


u-\ 


liti 

mi 


JJ: 


L 


—  3S«f — 

d&  Èspafia,  Id  devasUeioD  de'Aioérica.  y  là  teridenela  d  te  de- 
TaètaokiW  que-  éxjste'ea  lb§  Àt]iet»iòaiios  qne  déseteddéd  de  Ss^ 

.<^£diieoésarioito  oMdffr,  (permUa^enos  eiCa  intemipcioii)'qW' 
la  maj'orfa  della  poblaci'on  de  America  es  indigena  7  resultante 
d«  Americana  yespaflol.  Entre  los  E'spafioles  gue  vinveran  bay 
qué  distinguir,  los  descendientes  de  los  Godos,  de  los  moro» 
y  de  los  flamencóS)  predbminadido  el  tipo  órabe-andàlur  en  H 
BepUbtica  Argentina,  el  flamenco  y  Vizcaino  en  Ghile,  el  aada^ 
lu^  en  el  Per4,  el  godo  en  Méjìco. 

Yolviendo  al  asunto,  formulamoe  en  està  preposicion,  d^  ese 
finidmeiK)  moral  qne  presenta  la  conquista: 

La  raza  espaz^ola  ha  perdido  el  seittimieitto  poètico  ime 
£▲  haturaleza. 
YéamoB  modo  de  probairlo: 

Hay  una  razon  metafisica,  profàdda.  Goando  un  sistema  de 
ereetMdas  sobre  Sios,  la  creacion  y  el  hombre,  sabordioa  todo  A 
la  nocion  de  un  Dios'  arbitrario,  que  pnede  hacer  y  deshaeer, 
contradecirse,  pulverizar  sns  obras  en  un  momento  de  su  iva, 
sin  qne  las  teyes  estabiecidas  por  él  mììsmo,  tengan  el  eardder 
eterno  de  una  YerdAd  que  no  puede  variar  porquees  ley  de  Ia«- 
existencias^  entonoes  la  creacion  7  sus  mararillas^  la  creacion  y 
sns  leyes  inmntables,  el  hombre  misnto  con  sa  libertod  y  nocson 
de  lo  justo  y  de  lo  infùsto,  todo  estobambolea  en  là  intelijeBCÌa, 
pnes  lo  babeis  despojado  del  caràcter  eterno  de  Iti  lej. 

Si  el  dogma  declara  A  la  materia,  A  la  creacion,  al  hombre 
mismo  corno  miseria  y  nada  mas  que  miseria,  con  el  objeto 
de  bacer  resaltar  mas  y  mas  la  nocion  de  la  Ommpotèncià, 
que  ha  de  ser  representada  por  la  Iglesia,  còrno  quereis 
qpe  el  hombre  ó  pueblos  educados  en  esa  creencìa,  aprecien  y 
sèpan  apreciar  la  creacion,  labelleza,  la  justicia! — (^uién.  no  ve 
ya  en  gérmen  el  òdio  al  bosque,  lacrueMad  conlos  animales,  el 
désprecio  por  las  mardTiftas  de  la  creacion? 

Si.-  Empieza  la  deva^tacion  de  la  inteli^neia.  De  alti  bajarA 
à  las  costumbres,  A  las  instituciones,  A  Ibs  bechds. 

Es  esto  tan  cierto,  que  sieminre  él  catolicismo  ha  sidò  eiie- 
migo  j^urado  de  las  cien.cias  naturales.  No  puede  por  su  dogma- 
dar  cpnsistencia  cientfittca  A  las  cieneias  nafurAles. — Despues,  en 
es^e  rsgno,  comp  eQ  otro8,còpia,  plagiu,  acepta,  y  stendo ilògtco, 
pretende  presèntiaffié  tòù  algttn  sistema.    Veto  el  eaAolicismo 


«*  887  ~ 

4att  leaundoeii  tedlagto  e^eculatìYfl,  'dft  :ló^co  ^  *  uatvrahnente 
isatérfl  ei»  W  cienciaa.  Xa.reUjion  que  no  poede^oii!  ^e  uba 
manera  necesaria,  àia  creacioncon  Dios^ no puédie  t^xiierdógi*- 
^amente  ciencia  de  la  <^relteìOD,.  El.catolicisibo  dìcei^uetpios 
fUisOf^j  (<)fgé  la  luz.  »  S^ada  mils.  lodo  depende  eti  essa 
oreencia  de  la  \oliiotad  omnipoteute  y  «iu  ìeyes  del  eterno. 
i  Como  quereis  que  se  funde  una  ciencia  sobre  la  nocioti  de  un 
arlHtrmo omnìp^t^nte?  Toda  ciencia  se  apoya  en  la  iùrujatabì- 
lidad  de  la»  leyes,  de  log  seres. 

Yo  bien  aé-que  el  .pueblo  no  fie  da  cueuta  de  esto;  pero  es  asf 
ciHnose  verifica  el  f gomitino  moral  que. procuramos  esplicar. 
£1  pueblo  no  cooiioce  la  luecònica,  pero  va  en  férro^canriK 

D^da  la  razon  metafisica  dei  fenòmeno,  los  bechos  y  reflexi<^ 
nes  siguientes  confirmaràn  lo  que  decimos. 

IL 

Yolvftinos  ahora  al  encuentro  de.  la  Espafla  y  de  la  Ame- 
rica. 

Ya  el  conquistador  ba  zarpado.  El  conquistador  espaflpies 
el  sùbdito  fiel  del  Rey  y  de  la  Iglesia.  Su  iuteligencia  no  tiene 
mas  ideas  que  el  credo  bàrbaro  y  sangrieuto  del  exterminador 
deloshereges.  Su  corazbn  anida  las  pasiones  ardientes  del 
aventurero  codicioso,  que  no  reconoce  valla  ni  regia.  Su  ima- 
ginacion  solo,  busca  medios  de  ser  rko,  6  de  propagar  la  fé  por 
la  espada.  El  espaflol  de  la  conquista  y  el  espaflol  en  general, 
habiendo  abdicado  su  iuteligencia,  abdica  basta  la  ifacultad  de 
seràmpresionado  por  lo  bello,  por  lo  originai,  por  lo  grandio- 
so. Es  por  esto  que  el  desierto  se  ex.tlende  en  Espafia;  porquc 
el  espiri  tu  del  espafiol  es  de  devastacion  y  ociosidad.  £s  ,por 
esto  que  predomina  el  pastoreo  sobre  tierps  incultas.  Es  por 
esto  quees  enemigo  de  la  naturaleza,  y  que  ha  trasmitido  ese 
instinto  à  casi  todos  sus  descèndientes  en  America.  El  espafiol 
;ei  enemigo  A^  àrbòL-  Casi  me  atrevo  é  decir  lu  mismodeL  Ame- 
ricano descendiènte  de  ìespafiaL 

No  tìene'Un  ^an  poeta; — Yedlo  l]Bg^T  4  Américai  SA  im- 
paiibilidad  ante  taiKta  maraviUa^  ante  (eila  uftturaliezti  vitgeu  y 
tariada^  iinpàaibilidad  ya  jobderrad*  por  el  i  msmo  Colo»;  Unte 
esas  razas  inocentes  y  afectuosas  que  los  recibieron  comò  &  ber- 
manos,  ^qué  prueba  lodo  eso? 


—  35TBP  — 

d&  Èspafia,  la  devasUeioD  de  America,  j  là  tendenela  d  te  de- 
Ta«tacioift  que-  éxjste'en  lb§  Àmet^ioanos  qfiié  désetendea  d^  Ss* 

.  ^Ssneo^idarioiio  olTidar,  (permUa^enosesta  interropcion)' que- 
lli ihayopfa  d^  1^  poblacion  de  Amériea  es  indigena  y  resultante 
d«^  Amerieana  yespaflol.  Entre  Ics  E'spafioles  que  viaieran  bay 
qué  distingnir,  los  déscendientes  de  los  Godos,  de  los  ttoros 
y  de  iDB  flaotencoS)  predominando  el  tipo  érabe-andaluz.  en  U^ 
Bep6blica  Argentina,  el  flamenco  y  Vizcaino  en  Chile,  el  aada-^ 
Iu2  en  el  P«r4,  el  godo  en  Méjìco. 

Yolviendo  al  asanto,  formulamos  en  està  preposicion,  ée  ese 
fi»iòmeno  moral  que  presenta  la  conquista: 

La  raza  espaAola  ha  perdido  el  seittimieitto  poetico  de 

£A  HATUaALEZA. 

YéamoB  modo  de  probarlo: 

Hay  una  razon  metafisica,  profonda.  Gaando  un  sistema  de 
dreencìa^  sobre  Sios,  la  creacion  y  el  honabre,  subordina  todo  à 
la  nocion  de  un  Dios'  arbitrario^  que  puede  haicer  y  deshacer, 
contradecirse,  pulverizar  sns  obras  en  un  momento  de  su  ira, 
sin  que  las  leyes  estaMecidas  por  él  mismo,  tengan  el  earàcter 
eterno  de  una  verdad  que  tio  puede  variar  porquees  ley  de  lat^ 
exìstencias,  ebtonoes  la  creacion  y  sus  maravillas^  la  creacion  y 
sns  leyes  inmutables,  el  bombre  mismo  con  su  libertod  y  nocion 
de  lo  justo  y  de  lo  injùsto,  todo  estobambolea  en  là  iotelijencia, 
pnes  lo  babeis  despojado  del  caràcter  etemo  de  \éi  ley. 

Si  el  dogma  declara  à  la  materia,  A  la  creacion,  al  bombre 
mismo  corno  miseria  y  nada  mas  que  miseria,  con  el  objeto 
de  hacer  fesaltar  mas  y  mas  la  nocion  de  la  Omnlpotencià, 
que  ha  de  ser  representada  por  la  Iglesia,  còrno  querela 
qjie  el  bombre  ó  pueblos  educados  en  esa  creencia,  aprecien  y 
sepan  apr eciarla  creacion,  labelleza,  la  justicia! — Ouién.  no  ve 
ya  en  gérmen  el  òdio  al  bosque,  lacrueldad  conlos  animales,  el 
dé$preciò  por  las  maroviflas  de  la  creacion? 

Si.  Empieza  la  deva^iaclon  de  la  inteligeneia.  De  alti  bajarA 
à  las  costumbres,  à  las  instituciones,  é  Ibs  bechds. 

Es  esto  tan  cierto,  que  siempre  él  catolicismo  Ita  sidò  ene- 
migo  j^urado  de  las  cienpias  naturales.  No  puede  por  su  dogma^ 
dar  cpnsistencia  cientfAca  &  las  ciencias  naturales. — Despues,  en 
e^te  rsgno,  comp  ei^  otro8,còpia,  pla^u,  acepta,  y  atendo ilógico, 
pretende  présèntarfié  Con  algttn  sistema.    Feto  el  tékliitìsmo 


»  887  ~ 

tatti  feaundo  en  tecflogfia  e^ecialatìyfi,  '^  rló^cd  ^  '  mdirahnente 
fìsHérìi  ei»  1^  'Cìeiicia&.  Lairelijio»  queuo  pixede  finir  ^e  uba 
manera  necesaria,  à  la  creacioncon  Dios^  no  puéde  teiwrJógi»- 
^amentQ  ckDciAjde  U  ereHeiòn..  ELcatolicisAio  éicef'qiietpios 
fUisor^j  «jfojé  la  luz^  »  Nada  mas.  Todo  depende  etì  esa 
oreencia  de  la  \oliiatad  c^mnìpoteute  :j  sia  leyes  del  eterno. 
i  Como  quereis  que  se  funde  una  ciencia  sobre  la  nocioti  de  un 
arUtnmo omuì^t^nteì  Toda  cienoia  se  apoya  ei)  h  iumi»tabi- 
lidaddelasleyes,  delosseres. 

ITo  bien  ^é^que  el  {)uehlo  no  gè  dà  cueuta  de  esto;  péro  es  as( 
.  e<Hno  se  verifica  el  fenóoiekìo  maral  <|ue.procurafnos  esplicar. 
El  pueblo  no  conoce  la  nwcànica,  :pero  va  en  férjró-canril. 

Dada  la  razon  metafisica  del  fenòmeno,  losbechos  y  refl^d^ 
nes  siguientes  confirmaràn  lo  que  decimos. 

IL 

Volvainos  ahora  al  encuentro  de.  la  Espafia  y  de  la  Ainé- 
rica. 

Ya  el  conquiatador  b.a  zarpado.  El  conquistador  espafioles 
el  sùbdito  fiel  del  Rey  y  de  la  Iglesia.  Sa  iuteligencia  no  tiene 
mas  ideas  que  el  «redo  bàrbaro  y  sangriento  del  exterminador 
deloshereges.  Su  corazbn  anida  las.pasiones  ardientes  del 
aventurero  codicioso,  que  no  reconoce  valla  ni  regia.  Su  imn- 
ginacion  solo. busca  medios  de  ser  rico,  6  de  propagar  la  £é  por 
;la  espada.  El  espallol  de  la  conquista  y  el  espafiol  en  general, 
faabiendo  abdicado  su  inteligencia,  abdica  basta  la  faculfad  de 
ser  impresionado  por  lo  bello,  por^o  originai,  por  Io  graìidio- 
so.  Es  por  esto  que  el  desierto  se  extiende  en  Espiala;  porque 
el  espfritu  del  espafiol  es  de  davaistacion  y  ooiosidad.  £s  ,por 
esto  que  predomina  el  pastoteo  aohre  tierfas  incultas.  Es  por 
esto  quees  enemigo  de  la  naiuraleza,  y  que  ha  trasmitido  ese 
instinto  à  casi  todos  sus  descèudientes  en  America.  El  espafiol 
.  eé  enemigo  <del  àrbòL*  Casi  me  atrevo  é  decir  lu  mismo  del  Ame- 
ricano descendiente  de  ìespafiaL 

No tienéun ^an  pDeta.'--yedIo  Uag^r  4  Amérioai  SA  im- 
pasibilidad  ante  tanla  maravillaY.aBte  (eila  vatUralezU  vitgeu  y 
variadà,  impàaibilidad  ya jobderrad*  por  èl  lousmo  Colo»;  bnte 
esas  razas  inocentes  y  afectuosas  que  los  recibieron  comò  i  ber- 
manos^  ^qué  prueba  todo  eso? 


~  358  — 

Y  esa  craeldad,  j  traicion  y  matanza  desde  los  primeros  dias 
en  la  prìmera  colonia,  tan  pronto  corno  Colon  regresó  à  Eapafia, 
qné  prneba  todo  eso? 

^Ese  silencio  de  sus  cronistas,  legistas,  informadores,  bisto* 
riadores,  versìficadores,  de  sus  cartaa  privadas,  de  sns  do- 
cumentos  piiblicoSf  ese  silencio  sobre  està  marayilla,  iqaé 
prneba? 

Prneba  todo  eso  qne  esnna  raza  disecada,  una  raza  avezada 
al  instramentalismo  de  la  opresion;  con  su  corazon  seco,  sin 
amor,  infecnndo,  muerto  para  lo  grande,  vivo  tan  solo  para  la 
explotacion  y  elodio.  Perdida  suimaginacion  en  las  regiones 
del  infierno,  sin  haber  igualado  al  Dante,  ya  no  bay  receptivi- 
dad  parala  belleza  de  la  creacion  que  es  amor  y  moTimiento. 
En  cuantoàraciocinio,  es  pueblo  verdaderamente  muerto. 

Colon  ensu  cuarto  viage,  y  costeando  las  tierras  de  lo  que 
boy  se  llama  Venezuela  y  entonces  Paria  y  Cumanà^  se  imaginó 
«  haher encontrado  el paraiso  que  él  Todo  Poderoso  ha  elejido  para 
«(  la  residencia  del  hombre.  »  Pero  el  espaflol  no  siente.  El 
historiador  Robertson  pintando  las  causas  que  podian  entusias- 
mar al  bombre,  en  todo  Io  que  Teia  en  America,  lanza  està  frase 
ùnicamente.  «  The  Europeans  were  hardly  less  amazed  ai  the 
«  scene  now  before  ihem,  »  (Los  Europeosse  sorprendieronmuj 
poco  del  espectàculo  que  presenciarón.)     (1) 

El  Sr.  Edgardo  Quinet^  dice  con  la  profonda  elocuencia  que 
acompafia  a  su  genio  para  la  filosofia  de  la  Ustoria: 

»  En  vez  de  esa  grande  alma  de  Cristóval  Colon,  que  parecia 
))  salir  de  las  entrafias  del  uniTerso,  sabeis  qué  espiritu  UeTó  el 
»  catolicismo.  Fernan  Cortes  juzga  ensusrelaciones  a  los  sa- 
»  cerdotes  espafioles  muy  abajo  de  los  sacerdotes  mejicanos. 
»  Que  esto  sea  una  exageracion  de  vencedor,  quiero  creerlo; 
»  pero  en  fin,  lo  que^haj  de  incontestable,  es  que  una  creacion 
»  entera  surge  del  Oceano;  y  està  maravilla  de  las  marayillas  no 
»  dicenada,  no  inspira  nada  a  la  iglesia.  El  papa  Borgia  se 
n  contenta  en  sefialar  con  su  dedo  el  meridiano  que  separa  las 
»  factorias  de  los  espafioles  de  las  de  los  Portugueses:  bé  ahi 
é  todo.  Por  lo  demés,  ni  un  cantico  celebra  e|ta  ùltima  jor- 
»  nada  delcreador.  Los  abismos  se  entreabren;  reaparecen  los 
n  dias  del  jénesis;  naidie  se  apercibe  de  ellos.    El  ruido  de  la 

(1)    Robertson.— History  of  America.    LoudoQ  18354 


—  35»  — 

>  politica  de  los  pequefioi}  prlncipes  de  Italia  cubre  el  marma- 

»  Ho  del  oaiver^o  naciente 

» , , , ^ •..,.•.,•..... 

»  Nadie  mostrando  un  sigao  de  porvenir  ea  està  ocapacion  de 
»  aaa  tierra  naeva,  emplearon,  en  exprimir  ese  saelo  para  sa- 
»  carie  el  oro,  el  entasiasmo,  que  debia  haber  producido  el 
»  descubrìmiento.  Ea  lo  qae  debia  ser  una  comanion  entro 
ji  Europa  y  America,  los  EspaAoles  no  yen  ja  sino  una  ocasion 
»  de  despojar  en  una  noche  é,  todo  un  universo.  Parecia  que 
»  ese  continente  fuese  à  desaparecer  en  su  an tigno  abismo,  tan 
»  apurados  estaban  por  arrancarle  su  mas  pura  substancia.  De 
»  grado  ó  de  fuerza,  los  sacerdotes  tomaban  el  alma,  los  ^dda* 
»  dos  tomaban  el  oro;  lejos  de  celebrar  està  creacionnue va,  no 
ji  se  ocupaban  sino  en  agotar  la  fuente. 

»  Si  bay  aigo  de  evidente  para  mi,  esque  la  Espaiia  del^edad 
»  media  ha  faltado,  en  el  tiempo  del  descubrimiento  de  la  Amé- 
i  »  rica,  À  la  mas  grande  mision  de  Ips  tiempos  modemos.    Ha 

I  »  maldecido  la  tierra  inocente  que  no  babia  conocido  otra  man- 

^  )>  cha  que  el  rocio  del  Edem;  ha   herido  basta  la  muerta  ò,  las 

»  razas  que  saìian  del  abismo  pidiendo  el  bautismo  del  porvenir. 
»  Cuando  todo  invocaba,  por  la  boca  de  los  indlgenas,  en  el 
»  fondo  de  las  sei  vas,  al  grande  Espiritu^  no  ha  traido  con  ella 
»  sino  al  maspequeàode  los  Espfritus  del  pasado.  Aunana- 
^  »  turaleza  une  va  vinculd  una  alma  envejecida:  todo  se  ha  este- 

X  rilizado.  Debe  pues  la  Espafla  haber  cometido  sobre  oste 
»  mundo  nuevo  algun  gran  atentado  por  haber  sido  tan  duramen' 
»  tecastigada  por  su  propia  conquista.  Està  confesion  consti- 
»  tu j  e  la  principal  belleza  poètica  de  la  Araucana  de  ErciUa- 
»  Ann  boy  las  piedras  de  Chilo  sangran  (1)  y  claman  contra  los 
»  Godos.  Sipreguntais  en  Espaùa  desde  cuando  ese  Uano  està 
)i  inculto,  despoblado  ese  valle,  casi  siempre  la  primera  causa 
»  refluye  à  la  conquista  de  la  America.  El  oro  arrancado  por 
D  la  violencia  ha  arruinado  à  los  saqueadores;  sale  del  nuevo 
»  mundo  engaOado  una  voz  de  condenacion  contra  sus  conquis- 
»  tadores.    Compensacion  sorprendente!»  (2) 

!  (1)    El  resentimìento  de  la  America  oontra  las  rapiiìas  de  la  Espana  y  del 

I  catolicismo  de  los  inqaisidores  estalla  de  una  manera  casi  ofìcial  en  una  Memo- 

1  ria  eminente  dìrijida  à  la  Universidad  de  Ghile,— véase,  /nves%aciofifs  sobri 

l(k  infiuencia  $ocial  de  la  conquista  y  del  sistema  eoUmial    de  los  EspahoUs 
«n  Chile,  por  J.  Y.Lastarria,  p.  il,  22,  413.  134.  (Nola de  Quinet,) 

(2)    E.  Qatnet.    Et  Cristianismo  y  la  Revolucion  francesa,  oncena  lec 
cioQ,  1845. 


BàMìcAitC^^tì^iii  Ateérica  débèkspàjloas  masfbrilfàSitó^ 
^e  «obre  su  territorio,  -su-  aspecta,  su  getìgVafta  y  riqtteia  se 
han  escFko/  en-sujuìeio  sobre  la  poesia  espafiola*  deaqael'  treiù 
po\  %emtpì^ttè^'del  àilencio  de  loé  hbmWfe^^Wfe  W  Viàtaraleia 
queià  cada  paso  ies  presentala  ias  mas  sotprctatterites  maravfflas. 
Pero  fio  esplica  là  causa  de  estaesterilida'd;  y  en  su  juicio  sobi'e 
Eì^cilla  (I)  se  le fe&capa elladd  ppofQtirfamenie  mótàl  que  don- 
tiene  esft poema, 'que  Quihtet^supo  apreciar,  y  qufetsia  causa  de 
que  sea  el  libi*ofavori«o délos Cihrletws.  Però'  ùi'Ercììla  misma 
quees  «il  héi<oe,y  de  inteligencia  aotable,  ve  tampoco  la  nata- 
raleza.     Digo  lo  mismo  de  loda  la  poesia  «spaùola  qoe  cohozcò. 

Haypues  en  estè  bécbo  permanente  y  Constant^  de  una  ra2:a 
que  cii€ii1fa  tersifioadores  por  miliares^  algo  mas  que  xtn  faecho: 
una  ley  se  desprende, — y  esa  ley,  esque  la  educacion  y  tida  de 
laEs{iafta  hamuertoel  sentimieuto  de  la  naturaleza  èn  su  rAza. 
Con  està  ley,  podeis  esplicar  sa  literatura,  y  aun  en  gran  parte 
la  liter atura  de  la  Ajnéricà . 

Laraza  educadaen  esa  religìon,  fortalecida  en  sascreencias 
por  la- guerra  de  800  aflos  por  la  misma  causa,  ha  producida 
adeittas  de  la  esterilidad  poètica,  la  esterilidad  de  la  ocìosidad. 
Toda  la  educacion,  todo  trabajo  convergia  ala  guerra.  Eltra- 
bajofué  naturalmente  despreciado  por  un  pueblo  que  se  insti- 
tuye  en  caballero  de  la  inmaculada  concepcion,  y  en  soldado  de 
la  U.  El  trabajó  ftié  despreciado.  ^Cómo  enriquecerse?— Ha* 
olendo  trabajar  à  los  otros:  he'  aqul  el  orige^  de  la  servidumbre 
de  los  indlgenas  y  de  la  introduccion  de  la  esdaVatura. 

El  desprecio  al  trabajo,  la  idea  de  nobleia  unida  à  la  idea 
de  ociosidad,  ^qué  resultados  debian  producir?— Los  palpa  la  Es- 
paiia  consu  pobreza,  los  palpala  America  conia  conquista:  los 
palpamos  basta  boy  dia,  en  nuestro  atraso,  del  cual  vamos  sa- 
liendo  a  medida  que  nos  dìssèspafìolizamos. 

Un  pueblo  acostumbrado  &  obedecer  en  todo,  pierde  la  ìni- 
ciativa  individuai  queesla  salvacion,  la  Vida  y  el  vigor  de  los 
Cstados.  Se  acostumbra  a  ver  yenìr  toda  idea,  toda  iniciativa 
de  la  autoridad, — y  estaes  otru  delascausas  de  nuestros  ma* 
les,  que  cada  dia  combatimos.    Y   si  sòbre  todo  esto  afgregais 

fi)  But  ili  the  whoieepiC'poem  oì  the  Araueana^  hy  Don- Alonso  de  Efd- 
Ila,  tbe  ^pect  of  volcanoes  eorered  vritb  eternai  anow,  of  torrid  «sylvan  va- 
»  lleys,  and  of  arni  at  the  seà  extend^ag  fai*  iinto  tlm  land  hàs  nùt  been  ptb^ 
9  liiiidrit^e  o/any  d€scrt|H(ton«'wtìi«hytnay  berefardedasg^aphieal.  * 

e  Humboldt.  Co$moB,  i 


I 

f   • 


Kl  i^èéftpida  reglarnentacìÒD  '  de  k  aiiM[adoeiiti:aliza]it6,!^q)ieItnas 
^er€iislptf#à'6iiplicar  à^hBri  lòs /txrfaseieiilos  «fìofi  de  atìiaso^éé 
•  là 'Àmìèrica?  ;'  {;••''  -••!  •    .  -.vr'. 

'  •  "Abdiciida  la  ra^oa,  paralizado  elfièiIsinDiefates  rmuérto  el  sèUi- 
mìeAto  d;e  la  nataraleza,  el  'tnabajo'  despreoiado^  la  ceoflraliza- 
oìoéentodo  su  podek*v  la  miierle' de  la  dniciativa  perscnìGd  ve- 
posando  sobre  el  crfixten  de  la  etplotaeioti  del  cootinente,  he 
ahi  el  cotBquistador  j  la  copqaiata.  Tal  causa^ .  tal  efect»:  Es- 
.clavìtud  del  ciadadano,  e3teriUdad  fisica  7  esterilidad  intel^c- 
taal.  ^NoexpUea  esto  bastala  evideueia,  porqué  ootenemo^ 
ciencias,  ni  industria,  ni  poesia  en  el  Mundo  del  paraiso  de 
Colon?— No  ciencias,  porque  el  pensamiento  ha  sido  mal  diriji- 
do  y  sowetrdo.  No  indu^tria^  por  el  desprecio  altrabajoy  la 
inseguridad.  No  poesia^  porque  la  razaha'perdìdosu  union  pon 
la  naturaleza. 


La  GOI^QUISTA. — H£CH06  priscipaaes. 

Las  crónicas  y  las  bistorias  esttoUenas  con  todos  los  borro- 
res,  con  todos  los  atentados,  con  todos  los  crfmenes  cometi- 
dos  por  los  espaaoles  en  la  conquista  de  America.  No  presen- 
ta la  historia  de  la  humanidad,  aun  aaliendo  de  la  barbàrie,  un 
sistema  de  barbilrie  mas  sosteuido  que  el  de  la  conquista  de  Amé- 
.rica,y, esto  solo  dista  cuatrocientos  aàosde  nosotros.  Los  rp- 
roanos  conquistaron,  pero  qué  diferencia!  El  pais  conquistadp 
convertido  en  provincia  romana,  era  respetado  en  sus  creen- 
cias,  aceptada  su  poblacion  poblados  los  lugares  incultos  ó  de- 
siertos:  no  exterrainaban.  Los  Griegos  ei?an  civilizadores  y 
fuerou  los  menos  conquistadores.  Honor  eterno  à  esà  raza,.la 
ma^  grande  lumbreza  de  la  humanidad,  del  pueblo  revelador 
por  exelencia,  el  pueblo  de  la  filosofia  yàe  la  democracia. 

Pero  la  Espafia! — Ni  los  Gimbrios,  nilos  *Hunos  han  sidq  mas 
iàÀaros  que  los  extermìnadores  Àe  ìós  morisòos,  de  los  here- 
ges'y  cónquistadoi^esde  ta  Ato'éri'ca.  iC&mo  expliòar  esefentt- 
meno?— Creemos  ht^)erlo  hecbo.  M  dogma  de  1^  intolerandà. 
El  èàtòliqisrtiò  encàrnado  en  el  ésf  àtfortódó  Ib  etplica.    • 

irloladon  de  la  palabra,  eqgalìo,  tiblaciòn  de  tVatàdos,  per* 
jariò,  mtttàtizà  de  tnlllafes  à  ki'aiefòa. 


^  se?  — 

Hispaniola,  boy  Santo  Domingo,  tenia  un  miUon  de  hid>itaa- 
tea.  En  diez  y  seis  alios  solo  habia  aetenta  mil  habiiantei.  Ss 
decir  que  los  espalioles  mataron  novecientos  cuarenta  MI  indi* 
Tiduos  en  16  afios,  lo  cnal  hace  una  matanza  por  aflo.de  58,750 
personas.  Y  esto  en  una  ìsla,  en  la  misma  isla  en  qne  boy  A 
nnestra  vista  està  renoyando  los  mismos  horrorea.  Es  el  mismo 
pueblo,     a Adversus  hosten  oeterna auctoritas' esto.» 

Se  descubren  riquezas  j  les  dicen  que  bay  oro  en  las  monta- 
ilasde  Pnerto-Rico,  etra  de  las  grandesislas  descubiertas  por 
Colon.  Se  expediciona.  Ser?idumbre  de  los  habitantes,  y  cual 
seria  el  tratamiento,  que  la  raza  ^fué  pronto  exterminada.» 

Sescubren  perlas  en  la  isla  de  Gubagaa.  Se  obliga  à  los  in- 
dios  de  las  Tslas  Lucayas  à  hacer  el  oficio  peligroso  de  buzos, 
y  esto  contribuye  à  la  extincion  de  la  raza. 

Haj  un  becbo  que  puede  servir  de  simbolo,  para  manifestar  la 
reprobacion  que  siempre  debe  exitar  la  conquista  en  todo  cera* 
zon  honrado.  Es  muyconocido,  pero  no  està  de  mas  expo- 
nerlo  de  nuevo.  Es  el  suplicio  del  cacique  Hatuey,  hombre 
heróicoque  combatió  y  tornado  prfsionero  f uè  condenado  &  las 
Uamas.  A  ningun  espaiìol  se  le  ocurro  preguntar  con  que  dc- 
recho  se  bacia  todo  esto«  Llevado  al  suplicio,  un  traile  fran- 
ciscano  le  promete  el  cielo  si  se  hace  cristiano. — «Hatuey  le  pre- 
gnnta,  bay  allf  espafloles? -  Si,  pero  solo  los  dignos  y  buenos. 
— «Los  mejores  de  ellos  no  son  ni  dignos,  ni  buenos:  No  quìero 
»  ir  d  un  lugar  en  donde  pueda  encontrar  alguno  de  esa  execra- 
»  ble  raza  »  Este  cacique  era  de  la  heróica  raza  de  los  Haitia- 
nos,  perofué  suplìciado  en  Cuba  adonde  se  habia  refugiado 
para  continuar  la  guerra. 

En,  fin  la  conquista  comò  incendio  alimentado  por  los  ele- 
mentos  virgenes  de  un  mundo  desborda  sobre  Méjico,  para  de 
alli  continuar  triunfando  sobre  la  America  del  Sur  basta  que 
llegó  à  estrellarse,  atónita  de  verse  retroceder  ante  el  erapu- 
je  del  corazon  de   Araucò. 

Méjico  valia  mas  y  era  mas  civilizado  que  la  Espaiia.  Se  per- 
dio por  la  inferioridad  de  lasarmasy  traicion  explotadade  unos 
puebios  coDtraotros.  Se  perdio  por  las  mismas  razonesque 
boy  sepierde*la  traicion  y  la  inferioridad  militar.  Pero  Ju*- 
rezque  es  de  la  misma  raza  que  Moteuczoma,  no  tendrà  la  mis- 
ma suerte.    Quien  sabe  si,,  su  pujanté  brazo,  no  arroga  un  dia  la 


—  363  — 

cabesa  de  Haximiliano  A  la  Europa,  al  travez  del  Atlàntico  asom- 
brado. 

Sobre  la  oiTilizacion  deMéjico^  leed  à  Prescott,  7  os  coaTence- 
rais  de  la  superioridad  de  su  ciTìlizacìon. 

Pero  Uega  la  conquista:  sus  monumentos  magnlficos,  testimo- 
nios  silencìosos.del  orfgen  del  culto,  delaperegrinaciondelas 
razas,  de  la  cronologia  de  su  historia,  son  arrasados;  sus  bi- 
bliotecas  ìncendladas.  Ciudades  admirables,  po^  su  comodidad, 
belleza,  policia,  ricas,  florecientes,  tan  bien  admioistradas  que 
en  Europa  no  babia  nada  comparable,  son  arrasadas.  Sobre 
las  ruinas  se  arrojan  algunos  millones  de  cadàveres,  7  lacivi- 
lizacion  mejicana  es  arrancada  de  la  superficie  de  la  tierra. 
Para  iluminar  este  espectàculo  7  corno  ejemplo  de  la  luz  que 
I  traia  Espafla  al  Nuevo-Mundo,  se  introduce  la  Tnquisicion,  re- 

I  cien  autorizada  por  Fernando  elcatólico.    Ai  terror  de  la  fuerza 

!  bruta  se  agregó  el  terror  del  furor  religioso  por  quemar  vivos 

I  Àlos  hombres.    Este  ha^ido   el  estreno  de  la  ilustracion  espa- 

fiola  para  ilustrar    à  los  habitantes   esclarizados.    El    crimen 
r  quedaautorizado;  la  crueldad  permanente  se  insti tu7e  en  cos- 

tumbres,  códigos  7  lejes.  Se  anonada  el  alma  delosdueilos 
de  la  tierra  7  sobre  el  derecho  asesinado  7  la  caridad  vili- 
pendìada^  la  Espafia  se  sienta  àgozar  de  su  conquista  a  nombre 
I  de  la  fé. 

Y  tu  dulce  tierra  de  los  Incas,  i  cuAI  fué  tu  crimen  ? 
Yastfsimo  imperio  poblado,  rico,  organizado  7  en  camino  de 
progreso,  desaparece  con  set's  millones  de  sus  hijos.     Basta  ho7 
se  Uora  en  el  Perù,  cuando  se  recuerda  la  conquista.  Todo  esto 
para  enriquecer  a  Espafia. 

Preguntad  despues  por  las  causas  de  la  despoblacion  de  Ame- 
rica. 

En  el  Bio  de  la  Piata,  en  el  territorio  ho7  de  Buenos  Aires  ha 
sido  exterminada  la  raza  de  sus  habitantes  primitiTOS.  i  En 
dónde  estan  los  yalientes  Querandis?— Preguntadlo  al  desierto 
7  A  la  Uanura  de  Matanzes. 

Los  que  habitaban  los  territorios  de  Paragua7  7  de  Gorrientes, 
se  salvaron. 
Los  Guaranis,  quizàs  la  raza  que  cubria  todo  la  zona  orientai  (1} 

(i)  MagaUanes  solo,  encontró  en  RiA  Janeiro,  eatdoces  tiako  frio.  t  ùidio$ 
€  Tupintìmbasy  tribù  pacifici^  de  laraaa  Guarmi  que  pohUAa  agueUae  cottae.È 
Barroe^Arana,  Vida  de  M agallante.    C/itle,  i864. 


i<* 


àe  Atriérica  désie  el  Piata  hasta  el  Oriftofcb,  no  tuvlèrón  teina» 
que  explotar  en  aquel  tiempo,  y  el  ensayo  pacifico  de  tós  je- 
suitas  "surtió  un  efecto  tértible^  ptìes  era  cottìo  tin  à^émtt  de 
castracion  de  la  humanidad.  SalVai*oti  la  razà,  pero  dejaron  nxA 
colmeiìa  gigantesca  de  siervds,  im  seminario  d<fe'  femnda  filpo- 
crecfa,  un  espirita  de  comuniàmo,  iina  educacioft  servii  ifue  kft 
irradiado  é  irradia  àun  sobré  è^as  regione^  en  iotìde  Tnel- 
Ten  à  preséntàrse  boy  dia.  Los  jesuitaé  aTanzan  en  Buenos 
Aires. 

Triunfa  la  conquista  en  el  vasto  continetìte,  desdei  California 
basta  Valdivia,  desde  Venezaete  hasta  el  «io  Negro.  Sòie,  en 
medio  de  la  devastacion  y  de  la  muerte  que  lo  ènvtìélte,  el  Aràu- 
co indòmito  sostiene  trescieatos  aflos  la  guerra,  y  salvò  su  in- 
dependencia.  Tu,  Aucade  Ghile,  eresìnonumeifto'Vivó  àél%e- 
roismo  Americano.  Nada  pudo  dómarte.  Ni  las  raantamiza's,  ni 
los  prisioneros  dquieneslos  espafioles  cortaban  loà  pufios  para 
e^carmiento.  Los  mutilados  volvian  al  combate,'  animando  é 
los  suyo&con  los  froncos  de  sus  brazos  mulilados.  (!) 

La  feonquista  réynà,  administra,  legisla,  juzga,  ènsefto,  ^x- 
plota.    La  Èspatìa  es  duefta  absoluta  de  im  mundo. 

iQaé  hacede  ese  mundo?— ^És  para  devorarlo  ó  hacertó  de- 
saparecer  en  su  sangte  que  Dios  lo  ha  creado  ?—  iNo  hay  al- 
guna  responsabilidad  para  un  pueblo  que  roba,  mata,  tortura, 
humilla  y  despoja  de  su  patria,  à  todas  las  razas  qté  la  mano 
de  Dios  sembrara  en  las  regiones  antes  lelices  d<e  America  la 
beila? — iBastard  un  sofisma,  una  doctrina,  el  pretesto  de  la  fójó 
una  mentirà,  para  justificarse  ? 

Eso  era  lo  que  se  Uama  civilizacion  espafiola — 'No.se  crett  que 
hemoB  recargardo  el  cuadro.  Si  fuésemos  à  citiar  à  Las-CJasas, 
ùErcilla,  A  Ulloa,  à  los  cronistas,  al  bistoriador  Garcilaso,  al 
mismo  Colon,  y  pu^dé  decirse  ù  casltodos  los  que  hanescrito 
sobre  la  eonquièta,  «e  vena  tau  espantosa  acunmlaeion  <ie  crf- 
menesy  una  barbarie  tan  sostenida  y  sisténiadii comòno  tienen 
ejemplolas  historias.  Para  corroborar  lo  que^dìgo,  Y^yìàler- 
mìtiar  este  capftulo,  con  las  palabras  de  un  historiadidr  Ameri- 
cano, y  las  del  primer  poeta  de  la  Espaila. 
«feajo  el  mando  de  Cortez,  de  los  Pizarros  y  vartosolròs  aten- 
ei) Etdlla  toètìfo  ocidar.  .Molina  Bistoria  de  ChOe,  Góogora  jHarmolejo, 
cronista  de  agael  tiempa»  citado  por  AL  L.  Amiin$tegiii  en  tu  Hiiioria  de  la 
conquista  de  Chik. 


—  36fr — 

»  tareros  de  la  mas  execrable  memoria  sabjagaron  partes  del 
»  Norte  7  del  Sud  de  America.  Mataron  atrozmente  macbos  mi- 
D  lIoDes  de  sencillos  natarales  de  estos  paìses,  7  exhibieron  tal 
D  escena  de 'horror  j  crueldad,  comò  jamàs  sia  duda  se  cometió 
»  en  el  viejo  continente;  mostrando  ellos  mismos,  en  todas 
»  ocasiones  ser  una  raza  de  mónstruos  en  figura  humana,  prì- 
»  vados  de  humanidad,  misericordia,  verdad  7  honor.  Fué 
m  deipaslado  Tejatorio  que  la  tierra  soportase  su  iniquidad,  6 
»  que  ÌOB  ciielos  la  mìràsen  sin  enfado.  La  mano  de  la  Provi  ^ 
»  dancia  I05  ha  perseguido  con  varìas  maldtciones,  7  ha  casti- 
»  gado  la  misma  Espafla  con  la  consupcion,  é  irreparable  deca- 
ìi  dencia,  por  haber  conseutido  7  perpetrado  tan  horriblea  y 
n  enovmes  citieldades.»(l) 

.  Escuchad  al  gran  Quintana,  el  insigne  poeta  7  patriota  es* 
paftol. 
El  poeta  se  dirige  Ala  America  : 

«  0 jeme  :  si  hubo  vez  en  que  mis  ojos, 
Los  fastos  de  tu  historia  recorriendo 
No  se  hinchasen  de  làgrimas;  si  pudo 
Mi  corazon  sin  compasion,  sin  ira 
Tus  làstimas  oir,  \  ah  !  que  negado 
Eternamente  àia  viriud  me  vea^ 
Y  bàrbaro  y  malvado 
Cual  ìos  que  asi  te  destrozaron  sea. 

Con  sangre  estan  escritos 
En  el  eterno  libro  de  la  vida 
Esos  dolientes  gritos 
Qae  tu  labio  afligìdo  al  cielo  envia 
Claman  alti  contra  la  pàtria  mia^ 
Y  vedan  estampar  gloria  7  ventura 
£q  el  campo  fatai  donde  ha7  délitos.» 

— ^Yo  807  parcial,  70  me  sienteherido  por  la  conquista,  pero 
qué  decir  de  la  indignacion  de  Quintana,  el  homibre  et  Yirtud, 
el  poeta  coronadQ,  el  mejor  de  los  ciudadanos  espaffoles. 

He  ahi  la  ciTilizacion  espafiola.  Hemos  tisto  comò  sé  intro^ 
dtijo  ; — véamos  ahora  comò  se  organiza  7  perpetua. 

(1)  Samuel  Whelpley  :  A  Compend  of  History.    Nueva  York,  1856. 


--  366 


xm. 


LA  0RGANIZACI0I9  DL  LA  COIIQUISTA. 

Monarquia  absoluta  era  la  Espafia.    Naturai  era  qtie  Su  poder 
al  extenderse.  aplicase  el  brutal  absolutismo  que  la  constitnia. 
En  Espnfla  no  habia  ninguna  ìnstitucion,  ninguna  costumbre,  nin- 
guna  creencia,  y  lo  qua  es  mas  ninguna  esperanza  de  lo  que 
se  Uama  derecho,  garantiós,  soberania,  libertad.    Bajo  Felipé  II 
entra  està  nacion  cuerpo,  7  alma  en  el  sepalcro  tenebroso  de 
todas  las  abdicaciones.    Mucho  hablan  de  sus  faeros  7  cabildos. 
Los  fueros  eran  concesiones  de  los  re7es  à  las  ciudades  qué  re- 
conquistaban  para  atraer  alli  la  poblacion  7  avanzar  con  prÌTÌ- 
legios  la  frontera  sobre  los  musulmanes,  comò  boy  hacemosaquf, 
cuando  queremos  alentar  la  poblacion  en  el  camino  del  desierto, 
al  frente  del  peligro. .   Sus  cabildos  ó  instituciones  munìcipales 
fucron  superfet£(CÌones  contrarias  à  la  indole  7  tendencias  del 
pueblo  espaiìol.     ^C6mo  explicar  està  contradiccion  :    institu- 
ciones libres  que  se  inutilizan  y  abdican  ?    El  sabio  Buckle  dice 
que  era  porque  (cen  lugar  de  nacer  tales  instituciones  en  Espafia 
(c  de  las  necesidades  del  pueblo,  fueron  hijas  de  un  acto  politico 
tt  desusre7es,  siendo  mas  regaladas  que  solicitadas  »  (1)  7  d 
«  mas  agrega:  aunque  tales  instituciones  tengan  el  poder  de 
«  conservar  la  libertad,  no  tienen  el  de  crearla.     Espaila  tuvo 
«  la  forma  7  no  el  espiritu  de  la  libertad,  7  de  aqnf  que  la  per- 
(c  diera  fócilmente,  apesar  de  lo  mucho  que  prometia.    En  In- 
«  glaterra,  por  el  contrario,  el  espiritu  procedió  àia  forma,  sien- 
(c  doporconsecuenciaduradera.» 

Solo  agregaremos  una  palabra  à  tan  sàbia  expIicacion,7  es  que 
ese  espiritu  de  libertad  que  fallaba,  habia  sido  arrebatado  por  el 
catolicismo,  arrebatando  al  hoihbre  el  principio  de  toda  libertad 
del  pensamiento. 

No  ohidemos  los  americanos  la  leccion.    Poco  vale  tener 
instituciones  libresj  magnificas  denomìnaciones  comò  democra- 
cia,  sufragio  universal  etc.  si  no  las  vivifica  el  espiritu  de.  Jiber-. 
tad,  la  réligion  de  la  soberanla  individuai  del  hombre.     Es  por 

(1)  Buckle.    La  ciTilizadon  en  Espana,  pàg.  i04. 


n 


eioy  parai  ésa  religion,  para  fondar»  desarrollar  ese  espiritu  qne 
nosotros  escribimos.  Porqae  sin  eae  espirito  por  base,  \6% 
tiranoa*  laa  sectas^  las  iglesias,  las  castaa  nos  pueden  esclavizar 
democràticamente  con  el  sofrajio  unìyersal  prostituido:  ved  la 
Francia. 

Volviendo  à  naestro  asuoto,  esas  instituciones  municipales, 
faeron  destmidas  por  la  corona,  y  aqu(  bay  que  citar  dos  hechos 
terribles- 

El  primero,  «  es  que  lo$  diputados  de  las  c*udades  que  debian 
»  haòer  sido  los  ma$  celosos  defensores  de  sus  derechos^  conspirar on 
»  abiertamente  contra  el  tercer  esiado^  y  procuraron  anonadar  los 
»  restos  de  la  antigua  representacion  nacional.  »  (1) 

Qtté  mas  praeba  I    El  pueblo  aqui  se  precipita  al  despotis- 

roo  corno  a  la  forma  esencial  de  su  ser.    La  monarqufa  recoge 

la  abdicacion  y  de  este  modo  es  el  abgolatismo  mas  popolar  que 

se  conoce.    El  despotismo  està  pues  en  la  esencia  de  la  Espafia, 

^  tal  cual  la  ha  formado  la  religion  de  sos  hijos. 

I  El  otro  hecho  esla  parte  que  tomo  la  monarqufa  para  acabar  6 

ì  prostituir  las  formas  monicipales.     «  Al  fin  la  aotoridad  real  lo- 

»  grò  alcanzar  on  gran  predominio  en    el  gobierno  municìpal 

»  de  los  pueblos,  porqoe  los  corregidores  y  alcaldes  mayores 

»  Uegaron  a  eclipsar  la  infloencia  de  loa  adelantados  y  alcaldes 

[  »  elegidos  por  los  poeblos.  »  (2) 

L  Mo  habia  poes  niogona  hbertad  en  la  nacioa  qoe  conquistaba. 

'  De  aqui  se  deduce,  que  la  organizacion  de  la  conquista  do  debe 

ser  sino  la  gerarquia  de  poderes  explotadores  que  tiene  su  ori- 

gio  en  el  rey.    En  efecto,  las  autoridades  emanaban  de  él.    El 

territorio  conqoistado  foé  dividido  en  yireynatos  y  capitanlas 

generales:   Estos  eo  proyinciag  gobemadas  por  intendentes  6 

gobernadores.    Yirey,  capitan  general^  gebemador  eran  nom- 

I  brados  por  el  rey.    Era  ona  escala  de  serTilismo  al  servicio  de 

la  opresion.     Escoltaban  a  ese  poder,  ^1  ejército,  la  escoadra, 

las  mjilicias,  los  frailes,  el  terror  de  las  matanzas,  de  los  patlbo- 

los  frecoentes,  coronando  todò  la  santa  inquisicion  y  el  terror 

del  infierno,  pues  la  desobediencia  al  rey  ó  a  su  representante 

i  era  un  pecado. 

I  Los  cabildoFj  eran  compuestos  de  regidorés  que  c(mipraban 

(1)    Sempere.    Historia  de, J^s  cortes  de  Espa^a,  citadó  por  ^i^ckle. 
(t)    Anteqaera.    Hi^toria  de  la  tegislàcion  espaìiola,  Madrid'  1849!  p.'Ì87. 
tìta  de  fiàdde.  .  •  :      .  •   .     -   -: 


— .«»  — 

SUB  empleos.  EUad  elogiiaili  ft  Iqs:  tkaldeft  y  étros  joetes  rtp» 
sdlDuiistraban  jiolkii^  cìyìI  y  «pimiofili  Como  se  ha  meUdo  iaon 
ta  balta  eoo:  los  UleSiCabìldias,'  oigoniod  à  duo  qnm  cùDoabìa 
intteria; 

((El  poder  municipal  espafiolhabiasufrido  elprimero  losrcdo-j 
»  bladbs  j  9ordos  ataques  del  trono^y  ea  lo  època  à  qùe  me  refie- 
»  ro  habià  aido  despojadb  de  au  ìndependeiicia  y  de  bus  alii-r 
»  buciones:  no  exìstiaentónces  sino  corno  un  simulacro. ridicalo* 
»  Antes  estaba  reconcentrada  en  él  la  soberania  nacionsl,  era 
»  el  òrgano  legitimo  de  la  expreaion  de  los  intereses  sociale^ 
»  de  cada  comunidad,  y  {d  mismo  tiempo  e]  mejor  custodio  de 
»  estos  intereses;  pero  la  fusion  de  las  diversa»  moaarqaf as  y 
»  sefiorias,  en  que  estabft  dividida  la  Penittsula  y  el  pian  de 
»  centralìzacion  desarroilado  por  Fernaado  el  Católico  y  cqq- 
»  sumado  por  Carlos  Yv  completaron  al  fin  la  rujnà  de  aquel 
»  poder  precioso,  de  manera  que  al  tiempo  de  la  conquista  de 
»  Cbile  no  quedab^n  siquìera  yestigios  de  él  ea  los  cabildos 
»  qqe  antes  eran  sus  depositarios.    La  legislacioa  de  Indias 
»  posteriormente   redujo   estas  corporaciones  ù.  una  completa 
»  nulidad  é  ihvirtió  el  ^rden  de  sua  funciones  sometìLéodolas 
»  del  todo  al  sistema  absoluto  y  arbitrario  de  gobierno  adopta^ 
»  do  por  la  ttietrópoU  y  3us  representantes  en  America.    De 
»  consiguiente^  los  cabildos  de  las  poblaciones  chilenas  no  teaiaa 
»  otra  eslera  de  tccion  que  la  jurisdìccion  cometida  à  los  alcal- 
i>  des  y  los  cuidados  de  policia  enoomendados  &  los  regidores  en 
»  evi  lo&  casos  marcados  por  la  ley  ó  poi*  el  capricho  del  fan'- 
»  cionarioque  gobernaba  là  colomia,  A  nombre  ypprrepresen- 
»  taeiòn  del  monarca.    No  et»  por  tanto  està  institucioa  ea 
i>  maaeìra  niagana  v^ebtajosd  al  pueblo,  antes  bien  estaba  eoosa* 
»  grada  al  sef  YÙeio  del  trono,  del  ciial  depeadia  su  existencia, 
MI  er^  propiameate  un  instrumiento,  aaaqaemuy  secundario,  de 
»  de  la  Yoliintad  del  rey  y  de  sus  intereses.    Podemos,  paes; 
D  estable^er  corno  foeira  de  dada  ^e  la  monarquia  déspótica 
»  entoda  sudéformidìsid'y  coni  todos  sns  ricios  foé  la  forma 
»  poUtica  bai  ola  ^'^^  aaeió  y  se  desari^olló  nuestra  soeiédad, 
»  porque  està  fué  su  constitucion,  su  modo  de  ser,  durante  toda 
:»  la  ^^ca  éel  celoniajj^. 

«  Està  forma  politica  desenrolvió  su  influencia  corruptora  en 
»  auestra  spciedad  eoa  t^ata  mas  eaergia,  cuaato  que  à  ella 
»  sola  estaba  reservadò  crear,  iaspirar  y  dirijir  aaestraa  cosh 


—  3G9  — 

)>  lumbrcS)  y  cuanto  quc  se  hallaba  apoyada  en  el  poder  reli- 
yt  gioso,  formando  con  él  una  funesta  confederacion,  de  la  cual 
»  resultaba  el  omnipotente  despotisnio  teocràtico  que  lo  sojaz- 
»  gaba  todo.»  (1) 

La  justicia  era  admiuistrada  por  tribnnales  llamados  reàles 
audiencias.  Los  virejres  y  capitanes  generales  administraban 
jasticia,  7  se  podia  apelar  ù,  las  audiencias,  7  de  las  audiencias 
al  consejo  de  Indias  en  Madrid.  En  todo  esto,  ni  sombra  de 
pueblo,  ni  ann  log  americanos  eran  oidores. — Qué  justicia  podia 
esperarse  de  esa  organizacion  ? — Agregad  A  la  legislacion,  amal- 
gama de  le7es  contradictorias,  la  multitud  de  còdigos,  pues  ha- 
bia  Leyes  de  partida^  Recopilacion  castellana^  Àutos  acordadoSy 
Código  de  Indias^  Ordenanza  militar^  las  ordenanzas  de  Bilbao^ 
las  reales  cédulas^  las  ordenanzas  del  minislerio.  (2)  Agregad  el 
monstruoso  código  criminal,  impregnado  por  la  barbàrie  de  la 
I  edad-media,  prescribiendo  el  toridento,  la  mutìlacion  de  miem- 

1^  bros^  la  pena  de  muerte  aun  por  delitos  leves.     Agregad  la 

chicana,  la  rutina,  las  estùpìdas  formalidades  dispendiosas  que 
f  aun  ho7  dia  nos  aquejan,  para  prolongar  los  pleitos,  «  los  tras" 

lados^  rebeldias,  términos  probatorios^  consultas  con  letradoSy  »  7 
la  ombrella  de  escribanos,  de  procuradores  7  abogados.    La 
justicia  arruinaba  7  aun  arruina.    El  pobre  no  puede  luchar  en 
I  ese  terreno.    Desigualdad  monstruosa,    que  aun  exìsie  y  que 

i**  los  legisladores  no  se  cuidan  de  arreglar.    ^Qué  era  el  pobre 

\  ante  la  ley  7  la  justicia?    Mada. — ^Cómo  habia  de  obtener  jus- 

ticia contra  el  rico  que  era  el  noble? — Imposible.  El  pobre,  el 
plebeyo,  el  hijo  de  là  raza  mikta,  'el  indigena,  eran  hombres  de 
otra  esfera,  de  etra  creacion,  7  hacerles  justicia  contra  el  rico, 
el  espafiol  ó  el  noble^  hubiera  sido  un  escàndalo,  una  injustieia^ 
que  pudiera  conmover  la  organizacion  de  la  conquista.  Justicia 
I  ilegal  en  sa  orfgen,  torcida  en  sus  procedimientos,  bàrbara  en 

sus  códigos^  torpe,  criminal,  prolongada,  absurda  en  su  labe- 
rinto  de  ifórmulas,  scòrno  podia  ser  justicia? 

(l)    Lastarria.    Memoria  sobre  la  influencia  social  de  la  conquista  y  del 
sistema  colonial  de  los  espa-noles  en  Chile.    Impresa  en  los  Ànales  de  la  uni- 
versidad  de  Chile,  correspondientes  al  ano  1844. 
I  Està  obra  es,  à  juicio  mio,  el  niej[or  ensayo  de  historia  filosofica  americana 

*     que  conozro.  Quiz&s  es  lambien  el  Umbre  mas  brillante  del  ilustre  Lastarria, 
autor  de  la  declaracion  de  la  G^mara  de  Diputados  de  Chile,  para  no  recono- 
cer  ningun  gobierno  dobido  à  inilucncias  curcpcas.    Ha  perfcccionado  la  doc- 
trina  de  Monroc.    Reciba  nueslro  aplauso  y  ci  de  la  America  cntera. 
(ì)    Véasc.    Restrepo  y  Lastarria,  obras  citadas. 

2 


—  370  — 

D.  José  JoaquÌQ  de  Mora,  refiriéndose  à  la  organizacioD  de  la 
juisticia  en  Espaila,  exclaraa: 

«Qué  cosa  tan  iBJusta  es  la  jasticia.» 

^Y  no  explica  este  antecedente,  elpoco  respeto  con  que  se  mi- 
ra entre  nosotroslajusticia? — Ibamosà  decir  el  òdio. 

Y  sobre  todosestos  tribunales,  se  cernia  casi  omnipotente^  el 
noiqbre  terrible  del  tribunal  de  la  Inquisicion.  No  se  jconocia 
al  dplator.  IqconiunicacioQ  del  acusado.  El  tormento  era  de 
ley  para  arrancar  la  confeslon.  Sin  apelacion,  sin  recurso,  sia 
esp^ranza.  El  fuego  terminaba  el  proceso.  El  reo  era 
quemado  vivo^  à  nombre  de  la  caridad,  parael  blende  su  al- 
ma^ por  el  dogma  de  la  comunion  de  los  santps^  solidaridad  cató- 
lica,  que.obligaba  al  credente  àqaemar  à  su  semejante  por  el 
bien  de  todos. 

À  mas  de  estas  desigualdades,  de  estas  ilegftimas  7  bdrharas 
instituciones  y  lejes,  habia  los  fueros:  Fuero  eclesiàstico,  de 
real  hacienda, .  de  comerciantes  7  fuero  militar  que  admìnistraba 
basta  la  justdcia  ciril  à los  militares 

Edugacio]!!  de  la  CONQUISTA.  La  educaeion  hmitada  à«  la 
teologia,  lajurisprudenciay  el  latin.  Ignoranciade  las  eiencias 
fisica».  En  filosofia,  una  miserable  escolàstica,  que  se  seryia 
deUilogismo  de  Aristóteles  para  procurar  dar  una  aparieocia  de 
rsiciocinio  al  dogma  supremo  y  soberano,  que  era  indiscutiUe. 
Seeducabancharlatanes  ergotistas,que  bien  caro  cuestan  à  la 
America  basta  boy  dia. 

A  esa  educaeion  no  Uegaban  sino  los  pocos  privilegiados.  £n 
cuapt9  al  pueblo  ninguna  educaci^,  sino  la  del  eulto,  el  rito,  la 
ceremonia,  la  forma,  la  palabra  interminate  del  rezo  sin  senti- 
do.  Laignoranoia  de  las  masas  en  America,  en  campos  7  cinda* 
des,  ba.  sido  una  de  las  hereiicias  mas  traoscendentales  de  la  Es* 
paQa.  Pero  la  educaeion  fundamentaldela  conquista  ha  sido  la 
ensefianza  y  laencarnaeiou  de  la  religion  de  la  conquista.  Hn^ 
bo.mediosde  enseQar  àtodosla  obediencia.  Aprendamos  bay 
à  enseilar  à  todos  la  rebelion  sublime  del  derecho. 

La  educaeion  de  la  conquista,  era  la  r^%ion  de  la  conquista; 
la  religion  de  la  conquista  era  el  catolicismo.  Los  dogmas  fn»- 
damentales  del  catolicismo  y  que  lo  constituyen  en  la  mas  apta  y 
favorable  de  la»  religiones  para  coiìservar  perpètuamente  una 
conquista,  sonla  obedienciaci  la  autoridad  enlo  que  debo  creer^ 
en  lo  que  debo  amar,  en  lo  que  debo  hacer.     Se  impone    la 


^ 


~  371   — 

ereencia  sin  juicio,  ni  raciocinio,  sin  atender  al  conTencimiento. 
— Et  sacerdote  debe  pensar  por  todos  en  materia  de  religion. 
Es  por  estoque  el  catolicismo  es  el  major  enemigo  del  libre  pen* 
samiento.  Se  teme  toda  espontaaeidad  del  alma  humana,  corno 
se  teme  uii  acto  de  rebelion;  y  de  ahi  nace  qùe  cb  necesario  so- 
focarlosinstintos,  los  sentimientos  y  lasgrandiosaspasionesde 
la  hamanidad.  Es  necesario  aislar,  separar,  no  solo  k  los  poe^ 
blos^  sino  ó  los  indifiSuos.  Para  elio  se  introduce  el  espionage^ 
la  delacion,  el  terror  en  eMiogar.  El  moTimiento,  la  asociacion^ 
e]  trabajo  inteleet«ial  son  declarados  enemigos.  Los  libros  no 
cxisten,  se  prohiben.  La  lectura  es  castigada.  No  bay  prensa. 
No  bay  enseùanza,  sino  de  la  doctrina,  de  la  obediencia  y  del 
terror.  Las  inteligencias  inmoyilizadas  se  embratecen  Los 
corazones  estancados  se  corrompen.  El  vìcio  campea  desde  las 
altasclases  basta  los  plebeyos.  La  ociosidad,laespantosa  ocio* 
sidad  de  la  raza  espafìola  decapitada  de  su  pensamiento,  se 
extlende,  se  bace  bàbito,  costumbre^  orguUo,  ley  social.  £1 
catolicismo  que  compreudia  el  inmenso  vado  qae  deja  en   las 

f  almas,  se  apresura  ó  ocupar  la  vida,  con  el  culto,  con  las  fie$tas 

relìgiosas,  con  las  novenas,  los  procesiones,  la  via-sacra^  las 

I  oraciones  para  todas  las  horas,  con  el  somnoliento'  rosario.     E^ 

asi  corno  se  apaga  el  espfrìtu^  es  as(  corno  la  l)rutal  conquista  se 
reclina  durante  trescientos  afios  sobre  America. 

Y  la  iglesia  desde  su  trono  de  terror  y  de  HBsterio  dice  à 
los  pueblos  de  America  :  obedeced.  Y  el  Estado  desde  EspaAa, 
por  medio  del  Virrey  basta  el  alcalde  en  su  barrio  y  el  propie* 
tarlo  en  su  tierra  dicen  A  los  bombres:  obedeced.  Y  la  madre 
en  el  bogar;  el  maestro  en  la  escuela,  el  fraile  en  el  confesona- 
rio  y  en  el  pùlpito,  el  doctor  en  su  càtedra,  el  juez  en  su  tribut 
nal  y  el  verdugo  sobre  la  vidima,  todos  en  coro  repetìan  :  obe- 
deced^ obedeced! 

Proscripcion  del  pensamiento.  La  America  no  baWartl.  No 
bay  derecbo  à  la  palabra.  La  America  seri  ciega.  No  bay  de- 
recbo  al  libre  estudio,  a  la  lectura,  à  la  vision  de  lo  que  pasa 
en  el  mnndo.  La  America  sera  sorda.  No  bay  derecbo  A  es* 
cucbar  la  palabra libre,  ni  ann  las  noticias  del  exterior.  No  bay 
prensa.  No  recibirà  libros,  ni  periódicos.  No  se  imprimirà 
ningun  libro.  Pena  al  que  imprimiese  ó  circulase  algun  libro 
sin  permise.  Nuestros  padres  se  escondiao  para  leer.  No  se 
enseiìa  sino  lo  que  la  iglesia  autorizare. 


—  372  — 

No  oWideis  quo  la  America  recibió  osa  cdacacion  durante 
trescientos  afios,  para  ser  civilizada  por  la  Espafla.  No  olvideis 
qoe  habiaejércitos  permanentcs.  fortificactoiies  poderosa»  que 
hiciesen  efectìva  la  reclusion  de  America. 

NooMdeis  quehabia  clases  interesadasj  divisiones  fomenta- 
das  para  conservar  ese  réjimen.  Los  empleos  en  manos  de  los 
espaiioles.  Aristocracia^  por  el  hecho  solo  de  haber  nacido  en 
Galicia  6  en  etc.  Los  americanos,  aun  los^iìjos  de  espafioles, 
coDsideradosinferiores  j  despreciados.  Los  hombres  y  pne- 
blos  sin  pensamiento,  sin  palabra,  sin  voto,  sin  voluntad.  Està 
es  la  ctvtlùacton  que  la  Espafia  introdujo  à  sangre  y  fuego  en 
America. 

No  olvideis,  en  fin,  que  se  habia  identificado  en  las  creencias, 
lareligion  y  el  Estado,  el  catolicismo  y  la  monarquia:  Dios  y 
EL  Ret.  He  ahi  la  fòrmula.  El  pecado  segnn  la  Iglesia,  debia 
ser  cfimen  segun  la  ley.  No  pensar  comò  la  Tglesia,  era  nn 
crimen  qne  el  Estado  debia  reprìmir.  Y  pensar  mal  del  Bey  ó 
de  la  antoridad,  ó  del  régimen,  era  ademas  de  rebelion,  nn  pe- 
cado que  la  iglesia  castigaba. 

Yen  medio  del  aislamiento  en  que  vivìamos,  separados  del 
movimiento  del  mundo,  sin  noticias,  ni  viajeros^  ni  comercio,  ni 
papeles,  ni  libros,  ni  enseiianza,  en  medio  de  ese  espantoso 
silencio  tenebroso,  comprended  americanos,  el  prodigio  de  la 
intnicion  del  derecho  que  vive  en  todo  hombre,  pues  Ilegó  à 
hacerse  escuch'ar,  llamdndose  la  lìevolucion  de  la  Independencia  ! 
Comprendamos  la  magnitud  de  la  obra  y  el  merito  de  nuestros 
padres  ! 

Para  mitigar  la  sofocacion  espantosa^  que  tal  órden  de  oosas 
debia  producir,  el  catolicismo  enseila  el  dogma  de  la  gracia^ 
promete  el  resarcimiento  en  otra  vida^  y  procura  inocular  en 
ias  multitudes  el  principio  de  que  todo  en  la  tierra  et  vanidad, 
é  impone  el  dogma  de  que  la  fé  salva. 

Con  el  dogma  de  la  grada ^  se  dice  que  muchos  sonlos  llamados 
y  pocos  los  escogidos.  Si  tu  eres  de  los  llamados  por  qué  te  inquie- 
tas  ?  Y  si  no  eres  escogido,  aguanta,  pues  te  revelarias  contra 
la  predestiiiacion  divina. 

Con  el  resarcimiento  de  la  otra  vida,  y  de  que  todo  en  la  der- 
ra  es  vanidad  hago  mirar  con  desden  el  derecho,  la  justicia;  y  el 
desco  de  mejorar,  base  del  adelantamiento  y  del  progreso  de  los 
pueblos,  viene  &  ser  desprecìado  por   los  pueblos   católicos. 


—  373  — 

Esto  tambien  esplica  su  atraso  y  ociosidad.  Todo  rs  tnnidad  ? — 
Tu  noble  orgullo,  tu  autonomia,  es  la  mas  grande  de  las  vani- 
dades. 

iPorquéte  agitas?  «  En  polvo  te  has  de  convertir,  j^  ìY 
rai  derecho,  mi  ìndivìdualidad,  mi  pchsamieiito,  se  convcrtiràn 
tambien  en  polvo,  sanlisimos  padres? — A  esto  no  contestais, 
^6  aplicais  A  la  libertad  la  calificacìon  de  vanidad? 

Pero  el  rico,'  el  noble,  el  gobernante,  ci  fraile,  el  canónigo, 
no  miraban  ni  miran  las  cosas  de  osta  vìda  comò  pura  vanidad. 
Gonesas  móximas  se  bacia  afluir  las  riquezas  à  la  Iglesia,  7  la 
iglesia  las  gozaba  antes  que  se  convirtiesen  en  polvo.  Y  basta 
boy  dia  bay  imbéciles  que  legan  sus  bienes  A  la  Iglesia. 

Si  el  rico,  el  poderoso,  el  fraile  gobernaban,  atrapaban  y  go- 
zaban,  era  porque  as(  estaba  predestinado,  El  pobre  buscarà  su 
revancha  en  la  otra  vida;  pague  entre  tanto,  su  matrimonio,  su 
bautismo,  su  entierro,  sus  misas,  las  bulas,  las  licencias  ctc. 
Clontribuid  con  vuestras  dàdivas  al  esplender  del  culto.  Està 
està  fé.  Ella  os  salvarà,  aunque  robeis  óigateis,  ó  mintais  to- 
dos  los  dias. 

Y  vosotros  plebeyos,  no  os  cuideis  de  nada.— Vivid  tranqui- 
losi — Eso  de  derecho,  de  remuneradon  del  trabajo,  que  os  im- 
porta, si  Dios  que  se  ocupaen  abatir  d  los  soberbios^j  en  en- 
salzar  à  los  humildes,  os  ha  de  ensalzar  (en  la  otra  vida  se  en- 
tiende}!  No  cuideis  pues  del  dia  de  manana.  La  vida  cs  cor- 
ta. Dejad  à  vuestros  amos  tranquilos.  Y  sobre  lodo,j  Dios  ha 
diche,  y  la  garantimos  bajo  nuestra  palabra  :  «  obcdeced  d  todo 
poder  y  à  todo  amo  por  duro  quesea  »  (l).  Obedeced.  La  sal- 
vacion  eterna  es  A  ese  precio. 

Hemos  creido  exponer  claramente  el  espiritu,  el  medio,  el  fin 
la  indole  y  el  genio  de  la  conquista. 

Genio  deÀméiica!  iCómo  pudo  haccrse  la  Rcvolucion  eu 
medio  de  ese  infierno,  y  con  esa  educacion?  Comprcndamos 
el  prodigio  del  siglo. 

Despnes  de  esa  educacion  que  mataba  la  pcrsonalidad,  dcs- 
pues  de  esa  organizacion  politica  quo  era  la  usurpacion  monàr- 
quica  del  derecho  de  los  pueblos,  de  esa  Icgislacion  cmbrolla- 
da  que  anulaba  la  justicia  é  instituia  crimcnes  permancntes, 
<;omo  las  encomiendas,  la  reparticion,  la  mita,  la  capitacion, 

(i)    EpistoJag  di*  V'Mo  y  Pcdro. 


—  374  — 

venia  el  régimen  econòmico,  el  sistema  de  contribuciones  à  co- 
ronar la  obra  condenando  à  la  America  ti  la  reclosion  perpétaa. 

incomunicacion  comercial.  Prohibicioa  de  trabajar  y  prodacir 
en  America  lo  que  la  Espaiia  produjera,  para  obligaroos  A  con- 
sumir  SUB  prodactos  ó  miserables  artefactos. — Puede  deeirse 
que  no  habia  en  America  mas  indostria  que  la  de  las  mioas  y 
una  atrasadisima  agricultura.  Sin  exportacion  posible^  mas  que 
la  de  alguDos  ramos  privilegiados,  sin  mas  importacion  que  la 
espaftola,  con  las  tarifas  que  queria  imponer;  sin  estimiilo  A  la 
industria  j  muchas  de  ellas  persegoidas,  estancaado  las  prodnc* 
ciones  naturalesde  los  diversos  climas^hó  ahi  Isitivilizacion  eco* 
nómica  de  la  Espafia.  Gremios  para  los  oficios  y  patentes.  Con- 
tribucion  sobre  casi  todo  lo  esplotable.  Contribucion  para  el 
Bey,  para  la  Iglesia,  para  la  santa  cruzada,  para  redimir  eautti* 
vos,  para  el  Papa,  y  contribuciones  directas  é  indirectas,  so* 
bype  el  capital,  sobre  la  renta,  sobre  el  consumo,  sobre  la  ven- 
ta y  traspaso  de  propiedad.  Bìenes  mostrencos,  yinculaeioaes 
de  una  gran,  parte  del  territorio  t  tnanot-muértas^  destinados  ó 
conventos  de  monjis  y  de  frailes^  A  los  canónigos,  al  culto. 
Hayorazgos,  titulos  de  nobleza  vendidos^ — y  en  medio  de  to* 
do  esto^  las  masa^,  el  pueblo  en  la  feraz  America,  hambrienlo, 
rotoso  y  sin  hogar. 

Mas  he  aqui  la  lista  de  las»  contribuciones. 


LAS    CONTRIBUCIONES, 

Nos  referimos  ù  la  America  en  general,  porque  algutios  pai- 
ses  en  razon  de  su  clima  no  producìendo  los  mismos  produc- 
tos,  no  recibian  el  azote  de  todas  las  contribuciones.  Algu- 
nas  subsisten  en  algunas  de  las  Bepublicas,  que  por  eso  mismo 
necestan  desespaùolizarse. 

— El  Estakco.  Especies  estancadas  :  El  tabaco,  [el  aguar- 
diente  caìla,  elguarapo,  losnaipes,  la  pólvora.  (1) 

—  DeRÉCHOS   de   IMPOnXACION  Y  EXPOnTACION. 

— La  alcabala,  derecho  de  dos  por  cicnto  sobre  las  com- 
pras  y  ventas  de  toda  clase  de  mercaderins,  hienes  muebles  y 
raices,  que  se  pagaba  siempre  por  el  vendeJor. 

(1)    Reslrepo.    Historja  de  Colombia.    1.  pàg.  230,  260.    Paris  i827. 


*  —  375  — 

— Los  QuiNTos  DE  METALES.     Impucsto   sobre   los  metales 
qae  se  extraian. 
— La  amokedacion. 

— El   FAPEL8ELLADO. 

— CoMPosiGioiv  Y  VENTA  DE  TiERRAS.  Dcfecho  sobve  la  ven- 
ta detierras  baldias. 

I — DeREGHO  sobre  LAS  MIBLES. 

— Dereghos  de  PULPERIA. 

— Deregho  de  lanzas.  Està  era  una  contribacion  sobre  los 
lODtos  y  podia  disculparse.  Este  derecho  consìsiia  en  la  ven- 
ta de  tftnlos  de  marqueses,  condes  etc.  Ha  habido  imbécilés 
qjae  sacrificaron  sus  fortanas  por  un  tftalo. 

— Medias  aitatas  de  empleos.    Obligacion  de   entregar  la 
I  mitad  del  sneldo  de  un  aflo  de  cnalquier  empleado. 

— Venta  de  oficios.    Se  vendian  los  empleos  de  los  eabil- 
dos,  ó  las  plazas  de  regidores  perpétaos,  los  de  escribanos»  no- 
it  tarios,  procuradores,  receptores,  tazadores^  etc. 

— Bentas  de  salinas. 
\  — Los  DiEZMOS  ! 

--  Los  DEREGHOS  PARROQUiALEs.    Matrimonio,  bautismo,  en- 
tierro  etc.    «  Los  excesos  de  los  cnras  en  el  cobro  de  los  de» 
I  »  rechos  parroqniales,  absorbiéndo^e  los  bienes  de  los  indios 

j»  moribundos,   ó  reduciendo  à  esclavitnd  à  los  hijos  de  estos 
»  qae  no  tienen  conqné  pagar  I6s  entierros.  »  (1) 

— Los  REPARTiMiENTOs.  DistribucioD  de  Indios  à  los.con^ 
quistadores. 

— Las  engomiendas.  Distritos  de  grande  extencion,  distri- 
bnidos  con  sus  habìtantes  7  cntregados  à  la  rapacidad  de  los 
poseedores;  «  lo  gratify  the  ntmost  extravagance  of  their  \¥Ìshe8, 
»  many  seized  districts  of  great  extent^  and  held  them  as 
»  encomiendas.  »  (2) 

— La  MITA.  «  Gonsistia  (en  el  Perù)  en  la  obligacion  im- 
»  puestft  à  cada  pueblo  de  proporcionar  para  el  laboreo  de  las 
»  minas  y  coltivo  de  los  campos  un  individuo  de  cada  siete.  »  • 
»  Cuando  se  agotaba  el  nùmero  de  operarios  se  repetia  el  sor*- 
»  teo  y  de  este  modo,  los  desgraciados  naturales,  seguros  de 
»  perecer  al  entrar  en  el  turno  se  depedian  de  las  fanùlias  corno 

(i)    Manuel  Bilbao.    Compendio   de  la  llistoria   del  PerQ.    Lima  1832. 
Libro  aprobado  por  el  Gobierno  para  las  esimelas. 
(2)    Robertson.    History  of  America,  Llb.  Vili. 


—  370  — 

)>  sì  marcliascn  para  el  otro  mundo.  »  (1) — En  la  Nueva-Espaila 
»  (MéJLco)  donde  los  iodios  cran  mas  niimcrosos  cstaba  fijada 
»  d  cuairo  en   el  dento.  »  (2) 

—  Capitaciojv.  Tributo  anual  sobrc  cada  baron  desde  los 
diez  y  ocho  basta  los  cincuenta.  «  Variada  desde  tres  pesos 
basta  5m  anuales  por  cabeza.  »     (3.) 

— Las  bulas.  Eran  cinco  y  aun  algunas  subsisten  en  Chile. 
Està  esuaa  contribucion  sobre  la  estupidez  del  fanatismo:  Que 
la  pague  el  estupido.  Las  cinco  que  se  introdujeron  en  Ame- 
rica^ dice  Restrepo,  j  que  aun  subsistian  en  tiempo  de  U  reTO- 
lucion  eran:  la  buia  comun  de  vivos^  la  de  lacticinioi^  la  de  dispen- 
sa paracomer  carnes  en  los  dias  de  abstinencia,  la  dedifunios^  j 
la  de  composicion.  Està  contribucion  sobre  el  fanatismo,  arroja 
tal  desprecio  sobre  la  imbeciiidad  humana,  qae  si  no  fuese  una 
pèrfida  explotacion  de  la  ignorancia,  era  de  desear  se  aumenta- 
se  j  se  biciese  sentir  con  mas  fuerza  sobre  la  torpeza  de  los 
creyentcs.  Los  pobres  sacrificaban  y  en  algunas  partes  toda- 
via  sacrìfican  el  fruto  de  su  trabajo  para  comprar  una  buia  de 
difuntos^  porque  creen  sacar  con  ella^  con  un  poco  de  oroy  A  sus 
amigos  ó  parientes  del  purgatorio,  En  Ghile  es  un  ramo  acepta- 
do^  tolerado,  admitido.  Las  beatas  y  beatos  eompran  las  bulas 
para  corner  carne^  para  indulgencias  de  pecados  etc. 

Esto  existia,  Americanos! — Podeis  perdonar,  si  quereis,  pero 
olvidar,  es  propio  de  seres  que  no  sienten  la  dignidad  de  la 
justicia.  Es  necesario  que  comprendais  sì  la  conquista  para 
odiarla,  y  para  amar  la  revolucion.  Era  necesario  que  supié- 
seis  pucs,  cual  era  esa  c/t;i7tsartori  deEspaila.  Noie  debemos 
sinomales.  Hacambiado  por  ventura? — ve^la  en  Cuba,  en 
Santo-Domingo,  en  el  Perù,  boy  dia! — Y  en  su  propio  sudo  Sìt- 
primiendo  la  libertad  de  la  palabra  y  enviando  los  protestantes 
ù  galeras. 

^Qnién  al  Icer  ese  cuadro  de  una  veracidad  inferior  à  la  rea- 
lidad  de  la  crueldad,  (porque  quien  podria  exponer  todos  los 
atcntados,  todos  los  crimencs  consuetudinarios  instiiuidos^  corno 
cosas  justas  y  legales  quehancubiertode  llanto,  de  sangre,  de 
devastacion  y  oprobio,  à  la  America  durante  tres  siglos  de  con- 
quista) quien  es  aquel  que  nò  se  prcgunta,  si  ha  sido  posible  ba- 

M)    M,  Bilbao  id. 

{i)    lìoberlson  id. 

(3)    Restrepo,    lli$t.  id. 


f 


—  377  — 

jo  el  sol.  tanta  infamia  hidalgamente  practicada  por  una  nacìon 
para  explotar  sin  misericordia  un  continente?— Es  de  dudar, 
pero  es  indudable. — Ved  de  donde  Iienos  salido,  Àmericanos^  — 
Y  creis  por  ventura,  que  reconozcan  el  crimen  de  sus  antepa* 
■sados? — No,  se  vnnaglorian,  y  creen  que  nos  han  traido  la  cirt- 
itsacton  y  absuelven  (1)  la  conquista.  Se  hacen  pueslos  espailo- 
les  de  hoy,  que  no  protestan.,  solidarios  del  crimen  de  sus  ante- 
pasados. — Yasabemos  cual  debe  sernuestra  conducta:  Conti- 
nuar la  obra  de  Desespaflolizacion  que  empezó  con  la  Bevolucion 
de  la  Independencia. 

Pero  es  necesario  tener  rauy  presente  que  l6  obra  de  la  De- 
sespailolizacioa  no  consiste  solamente  en  abolir  las  leyes  é  insti- 
tuciones  de  la  conquista.  IS'o  es  eso  sino  una  parte,  que  pode- 
mos  llamar  la  desespaflolizacion  exterior.  La  grande  obra,  el 
trabajo  magno,  consiste  en  el  nuevo  espfritn  que  debe  animar  k 
la  nueva  personalidad  del  Americano.  Ladesespaftolizacìon  del 
^  alma  es  pues  lo  principal.     Si  la  Religion,  lascreencias,  las  -cos- 

^  tumbres,  las  supersticiones,  losraalos    hàbitos,    de  abdicacion, 

obediencia,  servilismo,  ociosidad,  formaban  el  espfritu,  consti- 
tuian  la  indole,  la  ley  de  la  conquista,  determinando  el  caràc- 
ter  de  los  colonos,  es  pues  necesario  ante  todo  el  cambio,  la  re- 
forma, la  revolucion,  en  el  espfritu,  en  el  pensamiento,  cn  la 
I  <;reencia  radicai,  que  cs  lo  que  forma  la  esencia  de  la  persona- 

^  lidad  y  funda  la  verdadera  autonomia   del  horabre  soberano.  — 

«.  Àsi:  Nada  de  Bspafia  en  religion,  en  politica,  en  hàbitos   socia- 

les,  en  ensefìanza,  en  costumbres  y  creencias  relativas  à  In  so- 
•ciabilidad  del  Nuevo-Mundo.  La  Espafla  es  la  Edud-Mkdia. 
Nosotros  somos  el  porvenir.  Addante  !  -  Y  «  dejemos  d  lo^ 
<c  muerios  que  eniierren  a  sus  muertos.  >» — La  revolucion  no  ha 
terminado.  Arrojamos  à  la  Espaila  si  punta  de  lanza.  Hoy  se 
trata  de  arrancarla  del  organismo  para  que  no  quede  vestigio 
de  conquista. 

(1)    D.  Emilio  Gastelar  centra  F.  Bilbao,  en  la   **Democracia"   de  Madrid, 
eoa  motivo  de  mi  articalg  sobre  la  Desespanolizacion. 


Fin   DE  LA   SEGUNDA  PAATE. 


:  I    --.'l 


1 


TERGERÀ  PARTE. 


LA  BEVOLUCION. 


One  eomiDon  cause  makes  mTmds  of  one  breast^ 
Slaves  of  the  east,  or  helots  of  tne  wei L* 
On  Andtìs*  and  on  Athos' peak»  unfurl'd, 
Theeelf-^samestarKlard  streams  over  either  irorld: 
The  Athenian  wears  again  HarooodiiiQ  sword; 
The  Chili  chief  abjures  his  foreign  lord; 
TheSpartan  kDOvs  himself  once  more  a  Greek, 
Young  Freedom  plumes  the  cresi  of  each  caciqoe. 

BraoR. 

The  age  of  Bronxe. 

Traducdon  literal— Una  causa  comon  hace  millares 
de  un  corazon,  esclavos  del  oriente  ó  ilotas  del  occi- 
dente; (1)  el  mismo  estandarte  desplegado  en  los  pi- 
C09  de  los  Andesò  del  Ahos  corre  acuire  uno  ti  otro 
mundo:  El  Ateniense  car^  de  nuevo  la  espada  de 
Harmodio:  el  candillo  Ghileno  ahjura  su  seiior  ex- 
trangem;  el  Eapartano  aabe  otra.  vez  qoe  es  Griego,  la 
jóyen  Liberta J  plumagea  en  la  frente  de  los  caci- 
ques. 


DOCTRIHA  AIUTE-HISTÒHIGA  DEL  EVAlf GELIO  AmEHIGAHO.  *  Ge- 
UBALÒGÌA  DE  LA  BeVOLUGION.  NeGAGIOH  DE  LA  PILIAGIOlf 
DOGTRIlfARIA.  CRITIGA  DE  L4  KevÒLUCIOII  FRAUGESA.  ElE* 
MBKTOS  ]»E  LA  FILOSOFIA  AMERIGÀIf  A. 

l^libertade^  de  esencia  omnipresente.  '  Lahistoria  de  la 
libertad,  noeslahisfioriadela  civilizacioa  comò  Tnlgarmente  se 
entieade. .  ^  .     /   . 

'  I41  Si^Yolaqoti  ien  80  signifloado  falbsòAk^o' é  Kistóricoèa  lare- 
acci#Q 'de  Ih  juslicìa  «ontra  «I  inaL  La  Éi^òfia  tf e  la  ìibèrtad ^ 
noptofdcf.recibirla  lejr  del.  fàtatitintò  hHHàrìco^    poes  eUfoncefi 

nacaasaooaimhac^quesifniand^in^^^  iùllaiiM'deiioii«>>< 

f;  ^wkn  esciàVo9£^  oriente  ó  ilotas  del  ocidente. 


1; 


I 


—  380  — 

no  habria  historia  de  la  libertad.     Libertad  }  fatalismo    86   ex- 
cluyen. 

En  donde  hayvioiacioa.de  alguna  ley  naturai,  alli  cxiste  d 
gérmcn  de  la  Revolucioti.-^Rcstablecér  el  curso  progresivo  del 
humano  desarrollo,  detenido,  contrariado  ó  matilado  por  la 
fuerza,  por  el  error  ó  el  engaflo  y  aun  por  el  consentimiento  de 
pueblos  embrutecidos  ó  degradados,  tal  es  el  fin  de  todo  m©- 
Yimiento  revolucionario  que  debe  consignarse  corno  Victoria  del 
derecho. 

La  Revolucion  en  estc  sentido  no  es  histórica. — Como  està 
opinion  es  enteramente  nueva  y  contradice  las  opiniones  y  teo- 
rias.aceptadas,  vamos  d  procurar  justiflcarla. 

Se  llama  dòctrina  histórica,  la  exposicion  de  los  aconteci- 
mientos  bumanos,  corno  producidos  por  un  principio  fatai  y 
necesariOy  para  llegar  ù,  un  fin,  fin  que  no  ea  el  mismo  en  la  va- 
riedad  de  las  teorìas  que  à  este  respecto  se  presentan. 

Asi,  para  Bossnet  todos  los  acontecimiento»  anteriores  àia  era 
cristiana,  se  encadenan  de  una  manera  fatai  para  preparar  el 
cristianismo.*  Si  antes  conociamos  la  historia  de  Sesostris,  de 
Cyro,  de  Alejandro,  de  Cesar  corno  la  de  grandea  conquistado- 
res ù  malvados,  segun  la  dòctrina  histórica,  esos  personages,  ^ 
esos  imperios  con  todas  sus'ruinas,  grandezas  y.desastres,  cons- 
piraban  fatalmente  al  nacimiento  de  Jesus  de  Nazareth. — De  mo- 
do, que  £egun  la  dòctrina  histórico-católica,  hasido  necesario  se 
acumuien  las  osamentas  de  las  generaciones  de  mil  siglos  para 
que  sirvan  de  pedestal  al  catolicismo; 

Pero  desde  que  se  trata  de  acomodar  los  hachos  à  una  teo- 
ria o  fin  preconcebidos,  el  campo  queda  libre.  Los  Alemanct 
afirman,  unos,  que  todo  ese  movimiento  de  puablos  7  de  impe* 
riosha.  tenido  por  objeto  de  traer  àlas  razas  geroaànijcas  al  teatra 
de  la  historia  para  que  ellas  dirigiesen  y  aaigadseii  el  destiao 
de  los  pueblos; — otros,  afirman,  prueban  y  demuestran  que  todo 
ese  moyimiento  ha  ienido  por  objeto  la-  eclosion  de  la  Befotba 
sobre  el  catolicismo; — 7  otroa  enfio^qùetoidoiò  àcaecido;  tódòn 
oshechos,  todala  serie  de  ideas,  institaciones  7  palabras  ^élos 
pueblos^  se  ha  bechp  en  virtud  de  una  le7  fatai  del  pdiisàtniea- 
to  propio  de  la  humaiùdad  fegun  los  dly^rsos  moméptbv  dèh 
idea  en  sus  tranaform^jcioDes  neoeaarias.'  Eataeslagrair  ddetri^ 
aa  de  Hegel.    Yienen  despues  los  fraoceses  doctrìnarios; — 7  no  f 

qnitren  quedwsa  atras  de  los  alemanea.    Si  estoa  han  dado  la 


—  381  — 

teoria  del  desarrollò  de  lai  nfra.para  aplicarla'ó  la  Alemania,  7 
ponerla  à  la  cabezade  la  civiTizacion,  corno  pueblo  favorito  del 
pensatnientO)  que  encarna  )r  representa  el  ùltimo  momentp  de 
las  transformasiones  de  la  f^ea,  los  doctriaarios  franceses  apli- 
canla  teoriaàla  Francia;— 7  Gousin  texiniDa  sax^élebrecursode 
filosofia  de  la  bistoria,  diciendo,  que  todos  los  acoatecimientos 
de  la  bistori^,  inclusive  la  bataìla  de  Waterloo,  babìan  tenido 
por  objeto  producir  la  constitucion  o/or^at/a  deLuisXVIIf. 
—Dà  grima. 

Se  ve  en  ésto  algo  mas  que  error.  Haj  algo  que  indica  debi- 
lidad  ó  la  prostit;licioQ  del  pénsamiento  pretendiendo  dominar 
losbecbos  para  lejitinjarlos  y.aceptarlos — Es  increible,  es  in 
calculable,  la  estension  y  la  profundidad  del  mal  A  este  res- 
pecto.  Con  està  filcil  teocia,  bay  rospuesta  para  todaslasdudas, 
justifLcacion  para  todos  los  errores,  7  absolucion  de  los  crime- 
nes.  Esa  teorta  es  la  que  ba  producido  la  doctrina  del  éxifo^ 
la  condenacion  de  todas  las  grandiosas  tentativas  de  los  bom- 
f  bres  libres  quebansido  desgraciados  ;  en  fin,  la  teoria  de  la 

liberiad prematura^  para  justificar  la  serie  sostenida  de  los  dcs- 
potas   7  re7es. 

Doctrina  faiaz,  enervante,  doctrina  de  la  cobardia,  que  arran- 
ca la  responsabilidad  à  los  paeblos  7  gobiernos.  No  solo  en- 
torpece  la  inteligencia,  sino  que  corrompe  lentamente  la  con- 
cìencia.  No  solo  justifica  el  mal,  sino  que  es  una  tentacion 
para  producirìo,  pnes  si  trinnfa  serti  el  bien. 

Sedalo  el  peligro  &  las  generaciones  de  America.  El  viejo 
mundo  ba  querido  justificarse:  no  nos dejemos  engatiar.  El  doc- 
trinarismo  es  doctrina  para  esclavos  7  retóricos  que  qoieren 
ocnltar  ó  engaùar  sobre  la  cobardia  moral  que  los  deyora  7  que 
nopudiendo  salvarla  esclavitnd  perpètua  de  sus  nacipnes,  bus- 
can  comò  justificarla.  Èl  yiejo  mundo  ba  querido  aparecer 
rejuvenecido:  La  America  no  necesita  vindicarse.  La  Ameri 
ca  libre  tiene  su  bistoria  sin  sofisma.  La  teoria  bistorica  de 
America  es  la  omnipresencia  de  la  libertad. 

El  Nuevo— iMundo.    Asf,  no  aceptemos,  por  Dios,  el  viejo 

ropaje  de  la  Europa.    No*  contaminemos  el  espirftu  libre  con 

les  teorias.de  los  esclavos.    Somos  libres  por  nosotros  mismos 

I  À  despecbo  de  la  Europa.    Y  la  Europa  vuelve  bo7  k  reno- 

'  var  la  època  de  la  conquista  presidida'por  l»vaagiia)rdia  de  Ics 

doctrìnarios,  qoe  forman  la  escuela  éé  los  traidores.  Peronoso  • 


tros  repetìmos  7  repetiremos  à .  despecho  de  lodo  ese  TÌeJo- 
'  lilunao  famèlicamente  conjurado: 

CAUSA  '  vicÌtbix  dùs'  plàcuit,  SED  yiCTA  GATOm. 

La  càusa  Vencedora  agradó  Alos  />»o^tf5(eléxitò.  ólafortm^) 
mas  la  yencida  AGaton. 

'^  'ToWieiido  al  asùnto  de  este  capitnlo^ya  se  comprendere  por 
qué  decìmos  que  la  reYoIaci'on  americana  no  es  una  consecaen- 
^  eia  de  la  teoi'fa  asig^nada  al  yiejò-mnndo  en  sn  desarrollo.  EI 
restablécìmìento  de  la  justicia  no  es  consécuencia  de  nn  desar- 
rollo histórico,  no  es  consecuencia  fatai  del  desarrollo  de  la  his« 
toria.  La  revolucion  enesté  senti  do  es  innata,  omnipreseivte,  no 
es  bistórica.  Sentir  el  mal,  odiarlo,  atacarlo,  no  es  consecuen- 
cia de  la  tradicion  encadenada  de  los  siglos.  Es  un  hecho-lst 
de  la  autonomia  del  hombre. 

Es  asi  corno  arrancamos  nosotros  A  la  Europa  el  serYilismo  en 
que  querian  colocarnos  basta  paranuestra  emancipacion.  Està  es 
la  nuova  teoria  que  presentamos  corno  digna  de  la  America. 

Asf,  asegurar,  (porejemplo),  quetodò  viene  de  la  revolucion 
de  1789 — es  à juicio  mio  negarla  omnipresencia  de  la  esponta- 
neìdad  en  los  pueblos,  la  virtualidad  del  espfritu  bumano  en 
todo  tiempo  j  lugar,  j  circunscribir  el  movimiento  de  la  buma- 
nidad  no  solo  al  mundo  Europeo^  sino  à  la  Ustoria  de  la  Francia. 
Los  franceses  bau  querido  dar  A  su  revolucion  el  caràcter  de 
una  especie  consvmatvm  est  del  progreso.  Y  los  doctrinarios  die 
la  Revolucion  pretenden  someter  el  desarrollo  del  espfritu  bu- 
mano, A  la  miserable  Gonvencion  que  temblaba  ante  un  Robes- 
pierre. 

Los  descubrimientos  filosóficos,  religiosos,  lejislativos,  litera- 
rios  7  artisticos  que  con  eì  nombre  de  Orientalismo  se  revclan 
pada  dia,  han  avergonzado  A  la  ciencia  europea.  Han  producido 
una  revolucion  en  la  cronologia  de  la  especie  bumana,  una  revo- 
lucion en  la  filiacion  de  las  razas,  en  las  tradiciones  y  mi- 
graciones  de  los  pueblos  7  en  la  filologia. — Y  las  teorias  doc- 
trinarias,  las  teorfas  bistóricas,  desde  el  discurso  de  Bossuet 
sobre  la  bistoria  universale  bast^  Herder,  bàn  empolidecido  ante 
lo^  becbos  que  desbordan  y  confunden  los  limites  estrecbqs  - 
quo  babiaii  asignado  &  ese  posado  ,,4€;sco|(iocido  y  Un  gr^n 
4io8p.  è 

m  |a  geografia,  ni  la  tr!&{UQÌon,  ni  el  pepan^ento  hum^ino 
presepatado  corno  r^flejo  di»  )•  notural^ja,  ó  cojno  «dorn^i^r  i^ 


^  issi  ~ 

^pri^ioé  hechói  què  còiiVieirte  éii  ì^^^  dèk  hiétoria,  esla  ter- 
^dd. — La  Yérdad  es  la  vision  de  lajusficia  qae  detei^minàla  tida. 
Està  es  la  base  de  una  nueya  filosofia  de  la  historia  que  presen- 
tsiftos  al  Naeto  «Maùdo. 

'  LoqUe  éticede  en  la  ciència,  socede  én  la  historia  de  la  Ae- 
YÓlaèlon.  Se  habia  ya  dado  ima  fòrmula  còmoda,  una  filiacion 
de  làs  ideas,  una  deduccion  forzosa  j  forzada  de  la  paternidad 
del  famoso  89.  Cuando  ibucho,  se  remontaba  basta  el  Bénaci- 
miento,  se  acèptaba  de  paso  la  Befòrma)  se  oWidaban  de  los 
Estados-Unidos  j  se  decia:  la  Beyolucion  francesa  es  la  regene- 
racion  de  la  bumanidad. 

Como  una  eonsecuencia^se  diò&  la  Bevolucion  Americana  el 
mismo  ortgen. 

Esdecir,  que  emandpados  fisicamente  de  la  Espafia,  lama* 
yor  plarte  de  los  escritores  caian  bajo  el  yugo  del  doctrinarìsiho 
francés. 

En  primer  lugar,  la  famosa  revolucion  francesa  no  pudo  rege* 
aerar  ni  àia  mìsma  Francia:  he  ahi  en  cuanto  é  hechos;— j  en 
cuantoà  yerdad,  està  muy  lejos  de  ser  el  ideal  de  la  libertad  del 
hombrey  delospueblos.  Esa  revolncion  desconociò  y  negò  la 
integridad  del  derecho  individuai,  j  cambiò  de  despotismo  Ra- 
mando Estado,  Sociedad  ò  Unidad,  al  mònstruo  &  quien  sacri- 
ficò la  libertad. ~La  Bevolucion  francesa  fué  Urania  para  la  coh- 
dencia,  tirania  para  el  individualismo,  tiranfa  para  la  vida  de  las 
localidades.  Y  la  Francia  sigue  boy  el  derrotero  de  la  revolucion 
unitaria,  centralizadora,  despòtica.  La  Francia  presenta) con  or- 
gullo  la  unidad  de  la  centralizacion,  administrando  basta  el  ài- 
timo  de  los  departaoientos,  sub-prefectùras,  cantones  y  comu- 
nas.  Esto  es  de  òrden  admirable,  dicen  sus  piiblicistas.  En 
efecto^  es  tan  grande  y  tan  fecundo  ese  òrden,  es  tan  poderosa 
'  y  vital  la  acciondela  administracion  centrai,  que  no  bay  naclon 
moderna  de  la  Europa,  exeptuando  é  Bspafia,  que  sea  mas  atra- 
sada  y  con  menos  personalidéd  en  sus  fracciones  territoriales  y 
polltìcas.  Escuchad  A  Tocqueville:  «  véo  à  la  mayor  parte  de 
«  esas  comunas  francesas,  Mya  contabilidad  es  tan  perfecta,  se* 
«  pultadas  en  una  profonda  ignoraficia  de  sus  vérdiidèros  iute- 
a  rèses,  y  entre^dM  d  dna  apatia  tan  invencible,  que  laso^ 
'm  leiedad  pareoeii'es  blea  vèjétar  que  vivir;  porotra  patite  et 
«  esas  mismas  comunas  americanas,  cuyos  presupuestos  no  se 
»  ballanformédó'béjo'pì^nos  meWicòs,  ttl^i^obre  tòdò'uiiiìbr; 


u  meSf  Teo  UDd  poblacioQ  ìlijUitr^da,,actÌTa,  eiqpréndedoira^ cw- 
<(  tempio  en  ellas  .d  la  80ciedq4  .  dedlcad^  ;6ÌQq[ipirf.{aIjtr|ir 
a  bajp.  »     (1).  :    .  i       ::  ' 

La  fievolucion  francesa  no  fué  la  declarpoioii,  M  nwoho  nf^ 
nos  la  pràctica  de  la  soberanÌA  integrai  dol.  individuo^  oi  la  de 
los  grupos  fundamentales  de  loda  asoeiacion  politica..  ^Habli^ 
ba  mucbo  de  Liber);ad, — j  no  la  reconocia  en  Ics  ciadadaBOS* 
para  administrar  sus  intereses  enr  sus .  localidades  r;e$pectìyaa. 
Federalismo  y  federacion,  llegaroa  à  ser  una  injuria  qua  lle- 
vaba  'à  la  muerte.  Unìdad  absoluta  del  Estado,  tiraala  del  Es- 
tado,  no  era  tirania.  Todavia  no  comprenden  esto  los  frauce* 
ses.*  El  francés  h{(  sacrificadosu  vida,  su  libertad,  y.  legitima 
ese  sacrificio  de  la  historia  de  su  patria,  enaras  de.  la  unidad  abr 
soluta  del  Estado. — Seve  en  esto  la  superiorid^^d  dà.la'.twldi- 
cion  Americana;  y  mas  aun,  la  superioridad  de  la  Revolpcion 
que  còlumbramos. 

Àsi,  al  presentar  la  cuestion,  destrujó  la  generacion,  pater- 
nidad  ó  fiUacion  que  los  doctrìnarios  han  querido  dar  al  mo?i- 
miento  del  mundo»  Ei  àrbol  genealògico  de  la  libertad  està  en 
todohombre  y  en  todo  pueblo. 

.  La  Bevolucion  francesa,  promulgò  la  declaracion  de  los  de- 
rechos  deVhombre. — Calle  la  tierra  despues  de  estas  palabrasi-- 
^Pero  creen  aca^o,  los  que  creen  que  la  declaracion  de  los  de«* 
rechos  del  hombre  es  el  timbro  de  la  Francia  y  de  su  £e?olacion, 
que  la  Francia  los  ha  inventado  ò  descubierto  esos  derechog?— 
^[gnoran  que  esos  derechos  vivian  (lo  quees  mas  que  declarar- 
los)  en  todos  los  paises  que  habian  recibido  y  aceptado  el  soplo 
regenerador  de  la  Reforma?— signor an  que^ya  losingleses  tenian 
su  magna  carta  bacia  siglos,  y  que  las  colonias  de  la  Nueya  In- 
glaterra,  vivian  bajo  el  réjimen  de  la  repiìblica  democràtica^ 
fio  ha  inventado,  ni  descubierto,  ni  desarroUado  ningan  dere- 
cho  esa  revolucion.  Escribir  en  el  papel,  esa  declaracion  que 
Uevò  el  Tiento  de  todos  los  despotismos,  desde  el  de  la  Con- 
Ti^ncion  y  Comitò.de  salud  pùblica,  basta  el  imperio  de  los  Bo- 
napartes^  noes  untimbrehistórico,  ni  mucho  menosnn  antece- 
dente para  pretender  k  la  paternidad  del  movimiento  regene- 
rador.  «  Los  emigrados  que  crearon  el  Estado  de  Rhode-Island 
«  en  1638,  los  que  se  e^tablec^eron  en  Nei^-^Bayen  en  1637,  loi 

(I)    Tocqueville.    P^odràciaenAmérìct.  T.  L  notaliO. 


«  primeros  taai^itaixtes  del  Goimecticcit  ep  4639  y  los  fìmdadòres 
«  deProrideneia  en  1640,  prÌDeipìaraaignalnientepor  redacldr 
tt  UD  cQntrato  social  qne  faé  somettdo  &  la  aprobacion  de  todos  los 
a  interesados.»  (l)-^(c  Ea  16il,  la  asamblca generai  i de  Rdbde- 
«  Island  declaraba  yd  por  unanimidad  €^e'e\gohienQ  del  Es- 
«  taia  eonsistiaen  una  democracia,  7  qae  el  poder  dèscaBsaba 
«  en  el  conjunto  de  los  hombrea  libres,  ùnicos  què  tenian  él 
«  derecho  de  confeccioaar  las  lejei  jr  velar  por  su  ejecuoion. — 
«  Código  de  1650.  »  (2)  i 

^Y  qqé  punfo  de  vista  taa  eetrecho,  es  ese,  de  qperer  someter 
el  movimiento  revolaciODario  de  la  Imoianidad  à  Ufecha  de 
1789,  y  à  esanacion.la  Francia,  que  ha  side  la  que  basta  boy  es- 
carneoe  su  propia  declaracioù  de  loà  derecbos?-T-Cuales  son  los 
pueUos  regeaerados  por  la  accion  de  la  oacioo  francesa?— Qué 
ha  becho  en  Asia,  en  Africa,  en  America? — Sangre,  esclavitud, 
conquista,  ó  saqaeo,  he  ahi  las  regéneraciones  de  la  Francia  en 
otros  pueblos.  Hoy  continua  matando  Àrabes  y  Mexi*^ 
canos  en  nombre  de  la  ciirilizacion,  y  no  tien3  una  pa- 
labra  para  la  Rusia  que  deguella.  à  una  nacion  beróica,  la  Po- 
lonia. 

lY  sabetnos  acaso  lo  que  significan  esas  estupendas  revolucio- 
nesdel  Asia,  enla  India,  en  la  China,  en  la  Tartaria?— ìY  qué 
supieron  de  89  y  de  revolucìon  fraiieesa,  los  inmortoles  Bobe- 
mios  hijos  de  Juan  Huss,  que  A  las  órdenes  de  Ziska,  el  jam&s 
vencido,  proclamaron  y  practicaron  la  libertad  en  el  heroismo, 
en  medio  y  édespecho  de  los  imperios  conjurados? — iQué  su- 
pieron de  89  y  de  la  Francia,  las  Repùblicas  de  Suiza,  de  las 
Provincias-Unidasde  Holanda,  ylos  Estados-Unidos  constitui- 
dos  anos  y  siglos  antesen  repùblicas? — ^Si  maOana  el  Japon  se 
declaraseen  Rlspùblica^-^creeis  que  debemos  darle  la  filiacion 
de  89,  yagradeceràla  Francia  el  movimiento? — Sila  Argelia, co- 
rno es  probable,  si  la  India,  corno  esprobable,  si  los  sublimes  hi- 
jos del  Caucaso  reconquistan  su  tierra,  y  corno  es  justo  que  asl 
sea,  danentierrdcon  la  dominacion  de  la  Francia  y  de  la  Ingla- 
terra  y  de  la  Rusia,  direis  que  es  el  89  que  ha  brillado  en  el 
desierto  ó  en  las  pagodas  subteri'àneas  ó  en  las  montaftas  del 
Caucaso? 

Yed  pues,  cuan  £ilsa  es  la  pretension  doctrinaria.     Han  que- 

(i)    Hlstorìade  Pitkia,  p.  4Ì747,  cita  de  Tocqueville. 
(i)    Mota  de  Tocqueville,  T.  i. . 


rido  imitir  é  Bossifót  qM:toMuró  A'>lÉ  Uitoiria:  {^arai^aeriùteseii 
-^tódo's  losheeboB  utìaetplic«ei0fi'6:pritijaraoioa  del  orìstianlQBio. 
YcoAio  no  sepodlftrepetirluteiitatiya,  se  cambiò  de  sujeto,  j 
etiIiigar'decrÌ8tiaBÌsntiO|  «e  tortami: la  historia^para  Inmirla 
Goronfeir  por  la  reVolucion  francesa. 

Los  Alemaniss  dòctrìnarios  habian  becho  ya  lo  misona  à  fator 
!  del  germanismo,  ó  de  la»  razas  germónicas. 

Los  Espàfioles^  empleran  boy  tambien,  a  ensaitar  ìm  lameiita- 

l)1e  Ustoria  en  una  teoria  semejante  a  favor  de  la  Espafia.    No 

•queA,  sino  que  los  Gascoaes  ó  Àndalaces  hagan^la  suya^para 

esplicar  que  lòdo  lo  que  ban  hecho,  ba  sido  en  dervicio  dela 

-bumanidad. 

En  el  fondo,  ese  error  del  doetrinarismo,  esel  mismo,  ^que 
pretende  hacer  venir  todas  las  razas  deuna^ola  pareja,  todos  los 
idiomas  de  un  idioma.  Guando  es  sin  duda  mas  cientifico  y  mas 
'Conforme  à  las  intencìones  de  la  Proyidencia,  Ter  Ala  especie  bn* 
mana  con  idiomas  y  raias  brotàr  en  multitud,  en  el  momento 
apropiado  por  incubacion  de  la  tierra  para  la  eclosion  de  los  ato- 
mos  humanos;  asi  comò  brotaron  las  selyas,  y  la  indefinida  Ta* 
riedad  de  todas  las  existencias,  donde  quiera  que  estuvo  pronta 
la  cuna  del  inmenso  ovario  que  flotàba  en  el  éter. 

Sepanlos  de  la  mania  de  la  unidad,  que  la  variedad/y  la  eter- 
na variedad  de  los  tipos  de  los  seres,  es  un  oensamiento  etèmo 
j  coiistituitivo  de  la  ìnteligencia  divina. 

Ese  error^  puede  ser  llamado,  el  error  unitario,  la  mania  de  la 
unidad.  Es  el  principio  de  unitalizar,  uniformar  laindestructible 
vdriedad,  y  de  someter  la  àsombrosafecundidad  de  Io  creado,  al 
despotismo  de  un  centro.— Ignoian  basta  hoy  que  la  inmensidad 
no  tiene  centro,  y  que  no  puede  tenerlo.  No  bay  capital  en 
los  cielos.  El  individualismo  se  equilibra  (es  decir  peso-igualy 
libertad-iguar)  y  esa  ley  es  la  toica  capital,  la  sola  unidad  posible, 
la  unica  centralizacion  imaginable.  Pero  esa  ley  es  relaeion^  no 
esuno^^e^o,  un  ser,  un  individuo.  Esa  ley  vive  en  todos,  no 
^sta  aqùi,  ni  alU,  es  òmnipresente.  Asi  pues  la  ley  inipreftia  de 
todo  lo  creado  es  la  ponderacion,  el  equilibrio,  1^  jofilicia,  eA 
una  palabra,  la  medida  (t).  Localizar,  centralizar  la  libertad! — 
Capitalizar  lo  òmnipresente  !  Error  que  al  presentarlo  se  reVela 
en  sudeformidad  despótica. 

(i)  En  el  idioma  mmwùoJuOieià  f  vAèdida.wa  tiaóaiiDòs/'  Ahiibas 
ideas  se  expresan  eoa  la  palabra  TroquiNìIHe.  • 


.— .»7  — 

El  Viejo-Mimdoes  unitario.  De  ahi  las  teorias  de  la  monar- 
quia  universal,  de  las  conqaistas,  de  la  centralizacioa,  del  des- 
potismo  delEstado,  del  Iiorror  al  individualismo. 

El  Naevo-Mundo  és  federai.  De  ahi  deben  aacerj  ja  en  parte 
se  practican  las  teorias  de  la  soberania  universal,  de  la  descen- 
tralizacion,  la  negacion  del  Estado  en  el  trabajo,  en  la  conciea- 
eia,  en  la  yida  locai  y  en  la  administracion.  De  abf  nacen  los  prò  - 
digios  del  individualismo  libre  j  creador  en  todas  las  esferas  de 
la  Vida.  Unitarismo  es  despotismo.  Federalismo  es  equilibrio, 
omèrica  pertenece  ó  ponderacion  de  los  derechos^al  eq^ibrio 
de  las  fuerzas,  A  la  justicia  de  las  relaciones.  La  America  toma 
la  MEDTDA  enla  historìn. 

Tu  doctrìna,  ó  America,  sera  el  movimiento  naturai  de  la 
foerza  libre,  determinado  por  la  vision  de  la  veroad-pringipio: 
es  decir,  ladoctriua,  no  de  la  amalgamacion^  confusion,  unidad, 
comuaismo,  pantheismo,  ó  cantidad  continua  inseparable  corno 
la  masa  oceànica,  pero  si  la  doctrina  de  la  individuacion,  per- 
sonalidad,  soberanfa,  independencia.  De  Dios,  el  hcdividuo- 
iNFiiYiTO,  sale  la  ley  de  individuacion  de  todas  las  existencias 
dormitantes  aun,  en  el  eterno  pensamiento  del  progreso.  La 
metafisica  Americana  resolvera  el  problema  terrible  de  la  crea- 
eion,  dando  el  ejemplo  de  ser  todo  Americano  un  creador. 

Obi  Libertad:  tu  noeres  idea  pura,  ley  6  relacion,  fantasia 
de  la  feiicidad  ó  del  orguUo:  ères  tù-yo-nosotros,  individuos, 
existencias  personales,  tipos  eternos  realizados  de  todo  momen- 
to de  sobei:ania  del  Eterno,  individualismo  inmortal  de  los 
.seres^  pues  nada  vuelve  4  la  nada; — iudestructible  autonomia 
de  larazon,  realizàndo  el  self-government,  siendo  la  justicia,  la 
medidadela  fuerza  consciente,  tu,  bombre-ley,  ideal  humano 
de  inteligencia,  de  amor  7  de  energia,  sé  pues  la  palabra*aQto, 
de  la  iniciacion de  la  humanidad  por  òrgano  de  America! 

¥  tu  historia,  partiendo  de  esa  base,  de^arrdUando  y  encar- 
nando  ese  principio,  secò,  ilo  la  suc^sion  de  los  ihechos  bruta- 
Jes  de  la  humanidad  esclamada,  no  seHel  enoadeaamiento  de 
Jos  afiosy  delossiglos  encorbadosbsyola  presìon'  dà.  despotis- 
mo, ó  de  la  doctrina  dela  fajtaUdadde&pMica,  sino  la  perpètua 
im(iroviaacioki  del  genio  emancipado,  la  inapir^acion  iecuuik  y 
.  permanente  del  espiritu  ch*ead6r  del  hombre  reuittegrado.  ,Pco- 
tnèteo  jnstidcado,  jra  rompiate  tus  cadenUsl  rBecibe  fWS  ^i 
^rfi}odekm«DO  Qmnipoteiite  ipara  dflrrìA);ar  ni  QÌfilo  wtj^uoy 
pulverizar lo^falaos idiofiefl-*àmérieaf [Amtitk%.    £s tA h^W (    ^ 


---jiés  - 


CAUSA— G1U5AS—VARIED1D  DE  ELEMEJiTOS,  AS^TECEDEIfTES  . 

Y  CUCUI<(STA»CUS    QUE    PRODUJEROJT     LA    BEVOUICIO?! 

DE  LA  IWdEPEKDENai.. 


iS^C 


I. 


ios  principios  expaestos  en  el  capftalo  aatcrior,  resalta 
que  la  revolucion  de  la  Independencia  Aroericana,  tiene  noa 
causa  Qsencia],  propia,  autònoma.  Esa  causa  es  la  protesta 
centra  el  mal,  protesta  que  jam^s  desaparece  de  la  conciencia 
de  la bumanidad.  EUapuede  germinar  latente,  como.el  fuego 
del  pianeta; — puede  no  aparecer  visible,  pero  existe. 

A  la  causa  ^sencial,  se  agregan  causas  secundarias,  y  circuns- 
tancias  que  pueden  favorecerlamas  6  menos. 

Bajo  este  punto  de  Tìsta  comprensivo  de  todos  Ios  elementos 
revolucionarios,  pueiie  decirse  que  la  Revolucion  Americana, 
ni  es  Europea,  ni  es  completamente  espontànea  ó  la  America: 
la  revolucion  Americana  es  esencialmente  humanitaria.  La 
revolucion  seligaconla  Ustoria  de  Europa,  por  la  conquista 
de  Eispada  por  la  Francia,  que  debilitò  el  poder  de  enviar  so- 
corrosA  las  autoridades  rebeladas,  dio  un  pretexlo  legai  àlos 
crioUos  para  exijir  gobiernos.  7  fué  la  ocasion  sjnerónica  del 
eslalUdo.  Pero  la  Bevolucion  distia. .  La  prueba  dìrecta  y 
terminante  Aie  la  aceptacìon  popular  que  desbordó.  La  lògica 
de  la  justiciaen  la  iuteligencia  del  pueblo,  traspasò  Ios  limìtes 
hipòcritag  de  Ios  iniciadores,  quienes  detenian  el  movimicnto 
que  nojs  Uevò  àia  Indepe<ndencia. 

En  cuanto  A  ideas,  teorias  ó  influencia  de  la  revolucion  fran- 
cesa,  esa  influencia  espiritual,  si  bi^u  existiò  en  una  mìnorfa 
maquiavélica  y  plagiaria,  esa  influencia  en  el  encadeoamiento 
cronològico  de  Ios  acontecimiehtos,  y  en  la  filosofica  deduccion 
de  Ios  principios,  no  puede  compàrarse  con  la  influencia  qne 
tuvo  la  Independencia  de  Ios  Estadoa-Unidos,  practicaodo  yipto- 
riosos,  y  con  asombroso  progreso,  el  elemento  religioso  de  la 
libertaid  de  pensar  de  la  Repo&ma.  Y  es  necesario  nò  olvidar, 
y  repetir  contra  Ios  que  nohaceti  sino  repetir  lalecciónde  log 
doctrinarioS)  queantesde  la  revolucion  francesa,  la  Suiza;  te 


Holanda,  la  Inglaterra  iDisma^  y  particuiqroieDle  :la  iiiftep^ii- 
deiiAÌ0  de  l^sEstados-Unidos  que influyd  en  la  reyolucip^  fraq- 
c^9,faeroalosejempIos,  la  enseftanza  YÌva  j  yictorìosf  de  la 
liberfad.  El  mismo  conlrato  social  de  Bousseau,  que:  ha  9Ìdo  la 
Biblia  de  los  revalacioaarìos  de  la  escaela  francesa,  scarno 
pi^ede  compararse,  eoa  los  pactos  realizados  y  fecondo^  de  las 
colonias  de  la  Nueva-Inglaterra  ?  La  grande  inOueocia  nioral 
fué  la  de  la  filosofia  del  siglo  XYIII,  y  en  particular  k.dc 
Voltaire,  el  genio,  elcolosodel  sigio,  el  sepulturero  del  oB^a- 
do,  el  atrevido  Zi^pador  de  la  humanidad  y  del  bnen  senudó. 
Pqro  esa  iniluenQia  se  ejercìó  en  una  mìnoria,  reducida,  fué 
infloencia/f /oraria,  no  fué  influencia  de  instituciones  ó  creencias 
coaqaìstadas. 

La  America  Ile vaba  en  si^  en  la  variedad  de  su$  elementos.  ^ 
sus  condiciones  geogràficas  y  topogràficas^  en  sua  condiciones 
pecnliares.de  aislamiento,  en  la  diferencia  de  intéréses  indus- 
triales  con  la  Espana,  en  la  yariedad  de  sus  razas,  enei  odio  acu- 
mulado  de  las  generaciones  sometidas,  en  el  odio  y  prò 
testa  de  los  miamos  crioUo|f  deshechados  corno  elementos 
incapncesde  gobierno;en  el  ejeniplo  de  los  An)ericano9  libres 
corno  los.  Àilcas;  en  la  necesidad  moral  y  fisica  que  existe  de 
constìtuir  el  mundo  bajo  la  ley  de  las  nacionalidades,  lej  su- 
prema, comò  la  de  la  familia,  ley  de  inditiduacioa  y  de  progre- 
soj  verdddero  fuego  interno  de  la  humanidad. 

Todas  estas  causas  influeneiando  :  intereses,  odio,  necesida- 
desffsicasy  morales^  ejemplo,  ideas,  necesidad  de  satis&cer  ^ 
la  justicia,  todo  estoformaba  la  tàcita  consifiracion  de  la  Tnde- 
pendencia.  He  ab!  pues  los  móbiles  y  motivos.  En  seguida 
se  pre^entan  las  tentaciones  de  la  oportunidad,  ocasionadas  por 
el  transtorno  de  la  Espafia. 

IL 

Etìtreloa  elementos  de  la  reyolucipn  bay  que  distingair  los 
diyersos  dementoade  que  consta  la  ppblacion  Americana. 
Bazas  indigenas*  sometidaa. 
Bazas  indigenassneltas. 
Bazas  indigena»  libres. 
Baza  mixta  Americo  -Espafiola. 
Razami&ta  Américo-Afrieana. 


Hata  déAcètidìétttéfi  de  espatioles  6  erioUòé. 
La^efbluéti^ti  ge^btoaba  de  didtiDtoinodoenlosdivérsds  ele^ 
mentod.  Hablà!  eì  tnbflUo  òbjèto,  la  Itidependeacia;  no  habiael 
mtemo  móvii:  el  intierén  y  la  venganza,  bicion  de  su  antiguo  do* 
minio  y  poderio  agitaba  à  los  Mejicanos  'j  Peraanos; — j  tener 
una  patria  independiente  era  el  deseo  y  la  idea  qùe  unificaba 
lad  intenciones' y  pn^iones. 

Las  razas  indfgénas  sometidas^  esos  fnillònes  que  fbrman  la 
mayorla  de  la  poblacion  en  Méjico,  PerlA  y  BoIìtìo,  han  conser- 
vado  siempre  la  ^rddictoo  de  su  independen<^ia  y  bienestar  per- 
didos.  Aunque  <;onvertidos  al  catolicismo,  nunoa  ha  muerto  el 
estfmulo  deto  venganza  v  la  esperanza  de  una  restauracion  de 
su  antiguo  poderio.  Y  este  es  un  ejemplo  de  lo  profondo  que  es 
elftitimo  secreto  de  la  individualidad  de  las  razas^  pues  sopera 
mncbas  yeces  al  principio  religioso  impuesto. 

Las  razas  indigènas  sueltas^  influìan  indirectamente^  dando 
asilo  d  los  fogltivos,  alidndoseé  yecescon  los  escJaTizados  que 
se  subleyabati,  y  presentando  el  espectàcnlo  de  su  vida  indepen* 
diènte,  sin  mitas,  sin  encomiendas^  sin  repartimiento,  sin  capi- 
tacion,  sin  esclatitud  ninguna. 

Las  razas  indfgenas  libres,  corno  las  delGhaco,  losCharrAas, 
yaetterminadosporios  criollos,  los  Raaqueles,  losPuelches,  loa 
Tebnelcbes,  los  Pehuenches,  y  sobre  todo  los  Àucas,  conocidos 
enla  historia  con  elnombre  de  Araùcanos,  combatiendo  siem- 
pre^  sin  rendirse  jamés,  Tolviendomaipormald  los  que  se  Ila* 
mslncristianos,  han  llegadod'ser  un  elemento  de  la  Independen* 
eia,  y  porsuconducta,  y  mas  que  todo,  por  su  derecho  A  la  tidrra 
que  poseen,' bicieron  que  los  bombres  de  la  revolucion  Uamia^ 
sen,  los  iuTocasen  y  los  recouQoiesen  corno  soberànos  del  paia 
que  habitan  y  poseen  conel  derecho  de  propiedad  y  de  domi- 
nio. 

La  raza  mixta  Àmérico-Espafiola  por  la  inferioridad  enqucera 
tenida  y  desprecio  con  que  era  mirada,  no  simpatizaba,  ni  con 
los  gobiérnos ni  conlosespafiolès.  Ha  constitnidolo  que  puédd 
llamarse  el  plebey  anismo  en  America  y  ha  sido  la  que  ha  sol»ra*- 
lleTado  el  peso  de  la  orgnnizacion  de  la  conquista/  fla  sif-> 
do  tambien  el  semillero  de  nuestros  ejéj^itx)S^  laiproile  de  laH 
batallas,  elsoldado,  el  héroe,  el  hombre  desprendido^  bL  ofltuM 
siasmo  puro,  la  espontàneidad  de  la  revoluèion^ 

La  raza  mixta  Américo*Africana  y  eriollo-i^iùai^,  faasidoeaL 


. — aar^: — 

Col<Hnbia.eìr  donde  ha  briUadè/ptàdocifsido  los^tfrribtes  Urae^ 
rosdeBolirar.' 

La  raza  negra  afrioana,  faé  en la  RèpAUica  Argentina y  en  eli' 
Perù  an  contingente  poderoso  7  valiente  dennestros  ejéreitoa/ 
La  rata  deacendiente  de  espafioles  é  erioHos^  corno  los  llama- 
ban,Iian  sido  Ioa  iniciadores,  lapalabra,  la  direcciqn  y  tambien  < 
la  ejecncion  del  Tasto  pian  de  la  revolacion.  Està  raza  ha  pre- 
sentadò  nn  fenòmeno  raro>  en  lahistoria  de  las  conqnistas  y.qne 
no  ha  sido  notado,  A  juicio  mio.    HéBqui  la  observacion: 

Todos  los  ejeofiplos  que  la  bistoria  nos  presenta  de  invasio- 
nes  de  razas  7  conquistas,  son,  puede  d^cirse»  nniformes  en 
enanto  al  resultado<  La  razainyasora  que  triuafa,  se  instala,  se 
apodera7diYide  latierra,  7ella  78nsdescendiente8  se  consti- 
ta7ensoberanos.  Asilos  Longubardosen Itali/*,  los  Francos  en 
Calia,  los  Normandosenlnglaterra,  los  Yisi-Godos  en  Espafta, 
los  Aztecasen  Méjico,  los  Incas  en  el  Perù. 

Pero  en  ese  fenòmeno  ha7,  puede  decirse,  una  identificacion 
entre  el  conquistador  7  la  tierra  conquistada. 

En  la  colonizdcion  espafiolq  en  particular,  sncede  que  la  raza 
dominante  gobiernn,    administra,   explota,  no  comò   si  fuese    < 
cosa  propia,  ó  la  misma  patria,  sino  corno  cosa    agena,   que 
puede  perder,  7  de  la  que  es  necesarid  saear  el  quilo. 

Asi;  para  apropiarse  é  inoorporarse  una  tierra   conquistada  7 
no  temer  una  separacion,  loshechos  históricos  nos  indican  que 
es  necesarìo  identificarse  con  el    destino  de  la  guerra  conquis- 
tada, couTertirla  en  patria,  7  que  las  ikuevas  generaciones,  des* 
cendientesde  conquistadores  yconquistados,  seconsideren  corno 
unos,  tomo  bijos  del  mismo  suolo  7  sometidos  Ala  misma  ley  7 
destinò.    Es  asi  corno  gran  parte  de  las  naciones  piodemasde 
Europa  se  han formado;    Elhecbo  injusto  haidodesaparecien. 
do  bajo  la  progresiira  aplicacìon  de  igualdad,    sin  distinoìon  de  ! 
raza.    El  orlgen  fné  un  crimen:  la  conquista.    Los  'Tencidosse 
sometièrdnt  tadtopeor  para  ellos..    Les.descenidientes  dennoft 
7  otrés  lle^n  -A   formar  poco  A   poco    unb    aoeVa  ì  socièdad; 
esto  es,  la  aparicion  de  las  nacionalidades*  modèrnas  corno  In 
glaterra,   Francia,  Espaùa.    En.Inglaterra^  el  Anglò,  ed  Sajon,    . 
el  Dalies,  el  formando,  fonàan  nna  d^escelulencia  m^  g^mniàì 
què  GREisnlengua^  el  gran  idioma;  iaglds,.  eupitesioni  naeva  .1 
deunanùéTa   sóòiedKd.    En  Ftvbi^av  «1  r  Galoy  el  Bomanoy  el.  [ 
Franco/ constttuyen  boy  tin«nkasi|iudiyisiUe  onifeamada.    EDru> 


39Q  *i— 

EspMà,  el  Iberò,«l  Basco,  èi  Afrtcbnb,  sea  Gartaginéfl,  6  Sfo- 
ro, el  Àrabe,  el  Yisi-Godo,  forman  bajo  el  nombre  de  Caste- 
llanos  ó  eapftfloles  la  uùldad  de  patria  Jbqo  la  diferencia  palpar- 
ble  ^el  origen. 

~Hns  la  America  nofiié  considerada  corno  una  agregxicion  de 
territorio'  sino  corno  lina  explota'cion.  El  espafloi/  éunquese 
instalase  en  America  j  tnviese  descendencia,  se  consideraba 
siempré  corno  dominndor  j  extran^ero.  Pero  en  sus  hijos  &e 
Yerificaba  el  prodigioso  f^ómeno  de  la  autonomia  instintiva  de 
la  patria,  producido  por  el  nacimieàto,  por  la  natnraleza,  por  la 
necesidad,  y  al  fin  porel  óonTeacimiento. 

Existia  profonda  diferencia  entre  el  espaflol  de  nacimiento  y 
el  Americano  aunque  descendiente  de  espaìiol. 

No  severifica  este  fenòmeno  ea  la  India  con  los  hijos  de  los 
Tngleses.     Son  ingleses,  no  asiàticos. 

Està  diferencia  era  caracterizada,  fortalecida  y  enconada,  por 
la  superioridad,  y  soberania  que  las  costambre  y  lejes  de  In- 
dias  daban  al  espaiiol  de  nacimiento,  y  por  el  desprecio  con 
que  este  miraba  &  los  criollos. 

Se  produjo  pues  este  hecho  uo  comun  en  la  historia  de  las 
conquistas  que  consiste»  en  que  los  hijos  de  los  conquistadores 
se  indinan  ó  simpatizar,  y  é,  ideutificarse  con  la  causa,  con  las 
pasiones  y  esperanzas  de  los  conquistados,  y  de  los  indigeoas  li- 
bres. 

Este  Kecho,  n08  esplica  naturalmente,  sin  neoesidad  de  acudir 
à  teorìas  preconcebidas,  la  inTocacion,  el  derecho  y  el  llama- 
miento  que  sehizo  en  tiempo  de  laTndependencia  a  las  razas  ind(i- 
genas.  la  simpatia  que  se  desplegó  por  su  suerte,  la  solidaridad 
que  SE  DECLARÓ  existir  entre  los  Tndios  y  érioUos.  Los  escri- 
tores  y  poetas  de  la  època  asi  lomanifestaron; — y  los  legisladores 
asi  lo  intentaron,  pidieodo  en  Ghile  à  los  araucanos  un  represea* 
taate,  y  la  junta  de  Buenos-Aires  del  mismo  modo,  easusde- 
cretos  liber tadorea  à  Ics  ladigenas  del  alto  P^rA,  y  particular- 
mente  en  el  dirigido  à  los  Indios  pampas,  pidiéndoles  represen- 
tantes.para  el  congreso  naéional. 

Cnanta  saperioridad  moral  no  demoslraba  el  gobierno  de 
Buenos-Aires,  de  aquel  tiempo,  sobre  losgobiernos  posteriores! 
La  humahidad  no  era  una  palabra.  Se  Uamaba  al  indio  A  la 
eoDgregacion  de  las  razaa.    La  Josticia  no  era  ona  palabra:  se 


^  393  — 


reconociala  ley:  suumcuigue  tribueré,  A  cada  uno  lo  sujo.  T 
Tire  Dios,  quees  del  indio  su  libertad  j  su  derecho  ù,  la  tierra 
en  que  nació.  # 


UT. 


La  revolucion  germinaba:  Es  un  hecho.  Germinaba  es  ver- 
dad,  de  diverso  modo  segun  la  variedad  de  los  elementos  que 
acabamos  de  enumerar,  y  que  si  se  hubiesen  podido  combinar 
hubieran  anticipado  de  muchos  aàos  la  Independencia  de  Ame- 
rica. 

Los  historiadores  americanostienen  a  este  respecto  que  hacer 
prolijas  indagaciones,  para  no  perder  el  hilo  conductor  de  la 
protesta  siempre  viva,  y  presentar  completa  la  tradicion  de  la 
revolucion.  Nosotros  vamos  &  registrar  los  hechos  que  conoce- 
mos. 

— Los  Indios  del  valle  de  Calchaqui  en  Tucuman  se  sublevan 
'Capitaneados  por  Fedro  Bahorquesque  se  decìa  descendiente 
de  los  Incas.  Dura  la  sublevacion  once  aQos.  Los  cabezas 
fueron  ejecutados. — 1660. 

— Sublevacion  de  los  Indios  de  la  Paz.— 1660 

Snblevacionde  los  Indios  de  Andahuaylas  (Perù).— 1730. 

Sedicion  de  los  Indios  de  Cochabamba,  dirijida  por  un  mes- 
tizo,  Alejo  de  Cayatalnd.  Termina  con  su  decapitacion  y  la  de  28 
compafteros. — 1 730.  * 

— Revueltas  en  el  Paraguay — 1726 — 1731. 

«Se  vi  via  en  comunidad  de  bienes  siendocada  pueblo  una  co- 
))  pia  amplificada  de  la  órden  de  San  Ignacio.  Reinabalapaz 
»  y  la  abundancia  y  las  tropelfas  de  los  colouos  y  mestizos 
>»  ambiciosos  no  tenian  lugar.  Un  sistema  tal  tuvo  por 
»  enemigos  &  los  obispos  y  à  las  autoridades  civiles,  de  cuya 
»  enemistad  se  snscitaron  disputas  que  pronto  tornaron  en  In- 
»  chas  sangrientas.  Los  Jr>;jaita8  por  conservar  las  redacciones 
»  talescomo  las  habian  ftuidadoy  sus  enemigos  por  arrebatar- 
D  les  el  poder  para  espìotarlas.  A  la  cabeza  de  estos  se  halla- 
m  ban  el  gobernador  r.eyes  y  el  obispo  Palos.  Para  apacigtiar 
»  estas  discordias  se  mandò  &  D.  José  Antequeda,  que  tenia  el 
»  caràcter  de  protector  de  Indiai  en  Charcas,  el  cual  trasladàn- 
m  dose  al  Paraguay  arrojó  &  los  jesuitas  del  colegio  de  la  As* 

4 


—  3a4  — 

»  cencion,  levanjió  tropaspara  batir  &  Bcyes,  consigaiendo  der- 
)>  rotarlo  en  Tivideari  despues  de  haberle  muerto  él  mas  de  600 
»  de  sus  afiliados ...... 

»  Ciuco  aibs  despues  reapareceu  los  disturbios.  Ante-queda 
»  preso  y  acusado  de  promover  esos  disturbios  desde  la  cdrcel 
»  de  Lima.     El  virey  lo  fusila.»    (1) 

— Revueltaà  de  los  Tndios  de  Qnito,  qae  nsesìnnn  à  los  colec- 
tore»  de  tributos,  diezmos  ó    de  otras  contribuciones. 1741. 

— Bevolucion  del  pueblo  en  Quitt).  Victoria  de  los  ludios 
que  matan  en  batalia  ù  400  espaftoles.  Se  aplacó  por  fa  inter- 
vencionde  la  Iglesia  j  promesa  de  amnistia  general.— 1765. 

Conspiracion  eri  Chile  descubierta,  y  fin  misterioso  de  sus 
iniciadores.  Està  conspiracion  fué  iniciada  por  dos  franceses 
en  1780. 

- -Bevolucion  de  los  Comuneros  en  Nueva  Granada.  Princi- 
pia en  Bogotà  y  cunde  comò  incendio  ó  las  provincias  de  Tun- 
ja,  Pamplona,  los  llanos  de  Casanare  y  Maracaibo,  se  propaga 
à  la  Provincia  de  Merida  basta  las  cercanias  de  Truxillo.  Triun- 
•fanlos  comuneros  en  el  primerencuentro.  Viene  un  eiército 
de  4,000  hòmbres  à  sofocar  la  revolucion,  y  Berbeo'su  gefe 
presenta  18,000  hombresarmados  de  palos,  hondas  y  solo  con 
400armasdefuego.  Interviene  el  Àrzobispo,  y  se  estipulan 
capitulaciones  que  consignan  la  Victoria  de  los  revoluciona 
rios.    Quedanabolidastodaslas   gabelas,  y  concede  amnistia 

El  Arzobispoyel  clero  consiguen   aplacir  el  incendio  y  se 
dispersan  los  comuneros.     Se  violan  despues    los  juramentos 
y  se  decapita  y  descuartiza  à  los  gefes  que   se  conservaron  en 
armas.     1781.     Està  revolucion  no  se  manchó  con  nin-un  cri- 
men.  ® 

-SabkTacion  de  losindios  del  Darien  {N.  Grauada)  Des- 
tniccion  de  poblaciones  espaflolas.  Degùello  de  sas  habitanles 
Fueron  sometidos,  y  despues,  abandonados  por  la  dificullad  de 
contenerlos.  '  ' 

-SobleTacionde  los  Chunchos,  llanuras  de  Chunchamavo  en 
el  Perù,  capitaneados  por  Jua;^  Santo3  que  se  d^cia  descen- 
diente  de  Atahnalpa.  Hizo  una  guerra  de  exterminio.  Destru- 
yólas  poblaciones  de  tJchubamfe»  Monobaniba  é  invadid  Ia 
provincia  de  Canta.    Fueron  dispet^|^flos  &  lo^  bosques.-l  740. 

(i)    M.  Bilbao.  C.  de  la  H.  del  Peni. 


—  *9fi  — 


—Se  floUevan  despnes  los  Cbunefaot  de  Anajbamba  y  Cuillo- 
baof^a.    SoD  batidos  y  ejecntados  dos  de  sus  caudUlos. 

— Sublevacion  de  la  prorincia  de  Chayanta  en  el  AjÉD-Perù— 
1780. 

--Sable-acion  en  el  Cuzco.  Es  sofocada  con  la  decapjtacion 
de  7  de  los  cómplices.     1 780» 

—Gran  sul^levacion  de  Tupac-Amarù.  LIama  &  las  armas  &  la 
nacion  peraana.  Los  pueblos  acuden.  Extermina  &  600  espa- 
fioles  que  faeron  &  atacarlo.  Pierde  un  tiempo  precioso  en  ha- 
cerse  coronar.  Aglomeran  contra  él  sus  fuerzas  los  vireyes 
del  Però  y  de  Buenos  Aires.  Es  batido  y  martirizado  con  su 
muger  y  con  sus  hijos.     1780. 

-A  lasproclamas  de  Tupac-Amaró,  los  Indios  de  Charcas  se 
sublevan.  Fupac-Catari  sitia  &  la  Paz.  Destruyen  poblaciones 
y  destacamentos  espafioles. 

-SubleTacion  sobre  Puno.  Toma  de  S.orala.  Sublevacion 
en  Huarochiri.  Todo  este  gran  movimiento  iniciado  por  Tunac- 
Amarù  fracasa  ante  los  ejércitos  de  los  vireyes  del  Peni  t 
Buenos  Aires.     Mueren  en  la  borea  los  caudUlos  —1783 

-ReTolucion  de  las  colonias  inglesas,  uno  de  los  mas  gran- 
des  movim.entos  de  la  historia,  por  su  justicia,  por  su  iuLn. 
c.a  en  America  y  Europa,  por  sus  magnfficos  y  JrascendenX 
resultados  Este  acontecimiento  coexistió  con  el  de  Tupac^ 
Amaruenell>erù.  1780.  la  revoluciou  de  los  Estados  UniSor 
fue  auxihada  por  Francia  y  Espafia  en  odio  à  la  Inglaterra  A; 
naves  de  Carlos  HI  que  Ue.aban  esos  auxilios,  tocarou  de  t 
«bada  en  algunos  puertos  de  la  America  del  Sud  y  comunLo„ 
la  nohcia  del  incendio  que  empezé  sordamente  à  prpa're 
la  Francia  mon^rquica  con  esa  alianza  rerolucìona^rSé 
la  profonda  conmocion  eléctrica  del  republicanismo  amerW 
y  Lafayette,  el  amigo  de  Washingtou,  foé  el  héroe  de  dos  mZ-' 
dos  y  el  protagonista  de  la  revolucion  francesa.  EmpieT* 
circular  con  misterio  la  constitucion  de  los  Estados  vZoZt 
la  Espafla  reconoce  el  peligro  de  perder  sus  colonias  hawldo 
protegido  la  emancipacion  de  las  Inglesas.    JustìcTi^aT  *^ 

rnJ?.  T'.    .        °''*"""  P*"""  '"*»^«^«^  la.  coioaias  espanolas 
con  el  objeto  4e  tomar  la  revaucha.  y  abrirse  el  mercadnr» 
continente.    Pitt  en  1797  babia  mandado  derramar^ctn'^ 
en  America,   .asegurando  socorro  en  dinero,  arnasyZZ^^ 
ft  cuantos  quisiesen  intentar  revolncionarlas.  *»««'««»««♦ 


—  39«  — 

— iDYasion  de  los  ingleses  é,  Buenos  Aires,  que  despierta  el 
espiri  tu  del  pueblo,  y  le  hace  pensar  en  la  Independencia. — 
1805—1807. 

— El  gran  contrabando  de  los  ingleses,  que  revelaba  à  log 
americanos  la  existencia  de  una  nacion  libre  y  poderosa,  con  sa 
superioridad  industriai  y  el  bajo  precio  de  los  objetos  de  con* 
sumo. 

— Revolucion  Francesa  en  1789, — HaLia  en  Europa  juventud 
americana  que  estudiaba  y  participaba  de  las  ideas  revoluciona- 
rias.  Los  principales  caudillos  estuvieron  en  Europa  :  Miranda, 
Bolivar,  San  Martin,  Alvear,  O'Higgins  y  Carrera.  Los  venezo- 
lanos  son  los  primeros  en  levantar  el  estandarte  de  la  rebelion. 
Està  primera  tentativa  fracasó  y  murieron  casi  todos  los  gefes, 
exepto  el  jóven  Marifio  que  fué  &  abogar  por  la  causa  ante  los 
gobiernos  de  Inglaterra  y  Francia.  En  seguida  se  presenta  el 
grande,  el  inmortai  Miranda,  héroe  de  ambos  mundos,  general 
en  Venezuela  y  en  Francia.  La  inglaterra  lo  proteje,  organila 
una  expedicion  sobre  Caracas.  Es  rechazado  pero  despertó  el 
incendio.  Miranda  funda  en  Londres  la  famosa  logia  Lauterina, 
yerdadera  colmena  de  la  revolucion.  De  alli  parten  los  princi- 
pales conspiradores  para  todas  las  colonias.*  Se  funda  tambien 
la  logia  sucursal  en  Cadiz. 

— Primera  revolucion  enIaPaz — ya  en.l809. 

— Primera  revolucion  en  Quito — tambien  en  1809. 

— Decadencia  notable  del  poder  de  Espafia,  aunque  fuerte  en 
America. 

Invasion  en  fin  de  Napoleon  l. — La  incomunicacion  y  acefalia 
del  poder  en  Espana,  A  causa  de  la  conquista  francesa,  fué  la 
ocasion  suprema.  El  establecimiento  A  las  juntas  espatiiolas, 
file  el  pfetexto  hipócrita  de  los  cabildos  revolucionarios,  para 
dar  una  apariencia  legai  à  la  revolucion.  Las  primeras  actas 
avergiìenzan:  mienteiì!  El  fin  no  legitima  los  medios.  Esa 
mentirà  de  organizarse  en  junta  reconociendo  la  soberania  de 
Fernando,  demuestra  la  poca  fé  en  la  verdad,  el  pàlido  repu- 
blicanismo,  la  falta  de  heroismo  en  los  iniciadores  del  movimien- 
lo.  Funesto  ejemplo  de  doblez  que  ha  corrompido  à  casi  todos 
lós  polfticos  de  America.  Guantas  perfidias  y  crfmenes  se  hai| 
creado  autorizadas  con  ese  ejemplo  de  18 10,  dado  por  los  pri- 
meros revolucionarios.  Como  se  ré,  no  sentian  ni  comprendian 
la  Tirtud  de  la  verdad—principio.    Pero  los  pueblos  la  compren- 


—  397  — 

dieron.  Los  pueblos  no  se  alzaron  sino  por  la  Independencia 
j  la  Bepùblica.  Muchos  de  esos  iniciadores  clandicaron.  Los 
pueblos  fueron  fieles  A  la  caasa  qae  abrazaron.  ^ 

Unid  las  causas  latente^,  radicales  qne  tarde  ó  temprano  de- 
bian  prodncir  la  explosion^  à  las  caosas  ocasionales  qae  apunta- 
nios>  7  tendreis  la  explicacion  de  la  simultaneidad  de  la  Revo- 
lucion,  desde  Caracas  à  Pueno3  Aires,  desde  Méjico  à  Ghile. 

La  inyasion  francesa  que  fué  la  sefial  de^alarma,  se  verificò 
en  1800.  La  revolucion  estalló  en  1810.  Los  conspirado- 
res  amerieanos  tuvieron  pues  nueve  afios  para  preparar  el 
golpe. 

Caracas,  Abril  19  de  1810.  Buenos  Aires,  Majo  25  de  1810. 
Santa  Fé  de  Bogotà,  Julio  20  de  1810.  Méjico,  Septiembre  16 
de  1810.    Santiago  de  Ghile,  Septiembre  18  de  1810. 

Asl  se  explica  puede  decirse,  la  coexistencia  y  sincronismo 


I  de  la  revolucion.  (1) 


:%jrji 


EL  ESPIRITU  DE  LA  REVOLUCION — DIFEREKCIAS  EKTRE  LA  RE- 
VOLUClOn  DE  LOS  ESTADOS  DE  LA  NUEVA  IWGLATERRa  Y  LA. 
REVOLUCION  DE  LAS  COLOIVIAS  ESPAJ^OLAS.  LA  LIBERTAD  DE 
PENSAR,  PRINCIPIO  DE  LOS  PRINCnPIOS.— UNA  INGONSECUENGIA. 
SUBLIME  QUE  FAVORECE  LA  REVOLUCION  DE  LA  AMERICA  DEL 
SUD.  SOLUCION  DE  LA  CONTRADICCION  QUE  PRESENTA  LA. 
REVOLUCION  FRANCESA.  QUIENES  HAN  SOSTENIDO  EL  LIBRE 
PENSAMIENTO    DURANTE   LA  CONQUISTA. 

Fué  el  afte  1810',  el  alio  cyclico  de  la  America  del  Sur.  En 
él,  empieza  la  gran  evolucion  que  continua,  y  que  uniéndose  à 
la  revolucion  de  1776  de  la  America  del  Norte,  combinando 
los  génios  de  los  dos  grandes  grupos  del  continente^  el  gènio 
Saxon-americano,  al  genio  Americo-Europeo  formare  la  sintesis 

(1)  Muchos  de  los  hechos  revoliidonarios  enumerados  en  la  3.  ^  diYision 
de  este  capitalo,  son  conocidos  y  ann  populares  :  otroa  nò.  Me  be  servida 
para  extractar  los  no  conocidos  del  pUblico,  de  Restrepo,  Historia  de  Colombia; 
deM.  L.  Amunategui,  una  conspiracion  enC/it7e;— de  Claudio  Gzj,  Historia 
de  la  Independenda  de  Chile;—dQ  Manuel  Bilbao,  Cfympendio  de  la  Hisioria 
del  Peri, 


—  .39»  — 

'de  la  ciTilizacion  Americtna,  destinada  à  regenerar  el  viejo 
mundo,  j  &  campUr  sot>re  la  tierra  Ics  destioos  del  hombre  80-> 
berano. 

Dime,  genia  de  America,  ^($6&io  pado  tertficarse  el  pfo- 
digio? 

Ese  prodigio  de  sentir^  eoncebir,  comprender  y  rervdar  el 
derecfao  en  la  America  sumisa, — y  lo  que  es  mas,  de  electrfzat 
lo^pueblos  abatìdos,-^y  lo  que  es  mas,  de  triunfar  sin  tradicion 
militar,  ni  armas,  ni  recorsos  A  la  mano,  creandolo  todo  para 
triunfar  en  mar  y  tierra,  sobre  ejércitos,  escuadras^  gobiernos, 
autoridades  civiles,  militares  y  eclesiàsticas,  y  triunfar  sobre  la 
EDiJGAGioN  de  la  conquista.  Ese  prodìgio,  con  sub  diez  afios 
de  guerra,  desde  Méjico  al  Piata  se  Uama  la  revolugioic  de  la 

IVDEPEUrDENGIA. 

Es  A  ese  prodigio,  Americanos,  que  debemos  un  nacimiento 
libre,  en  tierra  libre:  He  ahlnuestra  nobleza.— Es  àia  Revolu- 
tion à  quien  debemos  elorgullodel  hombre  duefio  desi  mismo; — 
es  ù,  ella  é.  quien  debemos  no  vivir,  ni  haber  vivido  bajo  castas, 
bajo  reyes,  bayo  aristocracias  deWcrrw^o,  bajo  sefiores  c^c  Aorca 
y  cuchillo,  de  pendon  y  caldera; — es  A  ella  à  quien  debemos  la 
cìeacia  de  la  igualdad,  el  bautismo  de  soberania,  el  entusiasmo 
por  Io  heróico,  el  amor  &  las  virtudes  patrias  y  sociales,  las  fan- 
tasias  de  lo  ideal,  las  deducciones  radicales  de  la  justicia  que 
han  de  Uegar  al  ùltimo  rancho  y  à  la  tolderia  del  salvage. 

£1  pensamiento  de  la  revolucion,  comò  crAneo  del  Jùpiter 
tonante,  contenia  la  independencia  del  territorio,  la  soberania 
del  individuo,  la  soberania  del  pueblo,  la  forma  republicana 
de  Gobierno,  el  advenimiento  de  la  democracia  desde  la  aidea 
basta  las  capitales,  la  separacion  de  la  Iglesia  y  del  Estado  ò 
independencia  de  la  politica  y  el  culto  ;-^Ia  abolicion  del  ré- 
gimen  econòmico,  financiero  administrativo  y  pedagògico  de  la 
conquista  :  la  libertad  de  los  cultos  y  la  libertad  de  industria, 
la  comunicacion  con  el  mundo,  y  el  esplendor  de  la  palabra 
humana  por  tantos  siglos  comprimida,  que  al  fin  estalia  envol- 
viendo  en  manto  de  luzel  continente;  la  Igualdad  de  lasrazas, 
reconociendò  sus  derechos  à  la  tierra  que  poseen.  Indepen- 
dencia de  todos  los  intereses  y  derechos  locales  en  lo  relativo 
é  sus  localidades;  Movimiento  federalista  en  un  principio,  anu- 
lado  despues  por  la  reaccion  unitaria  en  toda  America,  y  que 
boy  vuelve  à  continuar  triunfante  en  Mexico,  en  los  Estados- 


—  399  — 

ITnidos  de  Columbia,  én  Venezuela,  en  la  Repùblica  Argentina 
y  que  agita  à  Chile  y  al  Perù,  con  està  diferencia  entre  el  fede- 
rili^ilio  del  ]!?orte  y  el  del  Sur:— Ej>  el  Norte  principiò  por  la 
comuna  que  votaba  susimpuestos,  elegia  sus  magistrados.  y  legis- 
iàba  en  plaza  pùbiica  corno  en  los  mejores  tiempos  de  Atenas— 
Y  en  el  Sur  ha  principiado  el  movimiento  federai  por  disloca- 
ciones  de  la  céntralizacion.  Los  pueblos  por  medio  de  revo- 
luciones  bau  pedido,  y  conseguido,  sea  con  pactos  precursores, 
ó  con  grandes  convenciones,  Uegar  basta  el  federalismo  de  ré- 
gimen. 

Pero  todas  lag  reformas,  todos  los  derechos,  nacen  de  un  de- 
recho  fundamentàl  y  primitivo  :  La  lìbertad  de  pensar,  la  in- 
dependencia  de  la  razon,  la  soberania  df^l  individuo  revelà^a 
en  su  conciencia. 

Es  necesario  no  olvidar  y  tener  muy  presente,  que  sin  la 
conquista  de  la  libertad  del  pensamiento,  no  bay  derecho  que 
no  sucumba,  tirania  que  ho  se  establezca,  injusticia  que  no  se 
instituya:  Ni  soberania  en  la  comuna,  ni  en  la  nacion,  ni  enla 
sociedad,  ni  én  los  derecbos  mas  sagrados  de  la  palabra,  del  es 
tudio,  de  là  propiedad,  de  la  familia.  Sin  la  libertad  del  pensa- 
miento puedo  arrancar  al  mundo  moral  de  su  destino.  Elmun- 
do  no  pesa  sin  pensamiento:  el  soplo  de  cualquier  despotismo 
sé  Io  lleva,  la  aspiracion  de  cualquierapotencia  se  lotraga. 

En  Estados-Unidos,  la  libertad  del  pensamiento,  coexistió 
con  sus  orlgenes. 

El  individuo  libre,  la  comuna  libre,  el  Estado  libre,  nacieron 
y  se  desarroUaron  por  la  virtud  de  los  sublimes  puritanos,  que 
quisieron  vivir  bajo  el  réjimen  lògico  de  la  integridad  del  dere- 
cho del  hombre.  Los  hijds  de  los  inmortales  pere^nno5  vinieron 
à  buscaruna  tierra  para  la  libertad  de  pensar,  dejandoese  viejo 
mundo  que  resistia  al  movimiento  regenerador  de  la  reforma. 
Eran  hombres  libres — ylibresfueron  las  sociedades  quefiìri- 
daron,  las  mas  libres  de  la  tierra  y de  la  historià.  Complefaron 
su  libertad  declarando  el4  de  Julio  de  1776,  la  Independéncia 
del  territorio  para  tener  la  personalidadnacional. 

£sta  es  la  gran  diferencia  quecaracteriza  à  las  revolucioiiès 
Aè  los  dos  grandes  grupos  sociales  del  continente  americano. 

Lalibertàd  de  pensar,  corno  derecho  ingènito;  corno  el  derecho 
àé  los  derechos,  caracteriza  el  òr%en  y  desàrroUo  de  ìi 
tbciedad  de  los  Estados-Unidos. 


—  4C0  — 

La  libertad  de  pensar  sometida,  la  investigacion  libre  Umi- 
tada  A  las  cosas  exteriores,  àia  politica,  administracion,  etc. — 
fué  la  mutilada  libertad  proclamada  por  los  revolacionarios  en 
elSud.  ** 

Esto  qaiere  decir  que  el  Norte  era  protestante  y  el  Sud  ca- 
tólico. 

El  hombre  del  Norte  emancipando  supensamiento  bara  inter- 
pretar individualmente  el  libro  que  ha  creido  revelado,  es  sacer- 
dote, es concilio,  es  Iglesia,  es'  el  soberano  enei  dogma,  y  no 
bay  portificado  que  pueda  someter  à  su  razon.  Beconoce  el 
mismo  derecho  ensu  semejante, — y  de  ahi  nace,  esa  tolerancia, 
esa  discusion  vivificadora,  esa  libertad  pràctica.  De  su  sobera- 
nia  conquistada  en  el  dogma  nace  sii  soberaiiia  en  la  politica» 
iCómo  podrà  ser  esclavizado,  el  hombre  que  no  reconoce 
autoridad  dogmàtica  sobre  sa  propio  pensamiento? — Y  el  que  es 
soberano  en  la  Tglesia  tiene  que  serio  enei  foro;  el  soberano  en 
elpensamientoes  soberano  en  latierra. 

Las  conveniencias  pràcticas,  yisibles,  de  esa  sociedad  de  los^ 
EstadoS'Unidos,  corrobàran  yconfimanel  princìpio.  Esos  pu- 
ritanos,  ósushijos,  bau  presentado  al  mundo  la  mas  bella  de 
las  constitucioneS;  dirigiendo  los  destinos  del  mas  grande^ 
del  masrico,  del  mas  sabioydel  mas  libre  de  los  pueblos.  Es 
boy  en  la  historia  esa  nacion,  lo  que  fué  la  Grecia,  el  luminar 
del  mundo,  la  palabra  de  los  tiempos;  la  revelacion  mas  positi- 
va de  la  divinidad,  en  la  filosofia,  en  el  arte,  en  la  politica.  Esa 
nacion  ha  dado  està  palabra  :  self-government ^  corno  los  griegos 
la  autonomia;  j\o  que  esmejor.  practicanlo  que  dicen,  realizaa 
lo  que  piensan,  y  crean  lo  necesario  para  el  peifeccionamiento 
moral  y  material  de  la  especie  humana. 

Convencido  de  esa  verdad  que  es  un  princìpio  eì  self-govern^ 
meni,  y  que  esaverdad-principio^  es  el  derecho,  y  lo  que  es 
mas  aun,  la  garantia  del  derecho  porque  es  la  pràctica  7 
el  ejercicio  del  derecho,  ved  comò  ^u  principal  cuidado, 
su  atencion  primera,  es  la  educacion  y  la  enseùanza  de^* 
las  nuevas  generaciones  en  el  dogma  de  la  soberania  individuai. 
No  bay  nacion  que  leamas,  que  imprima  mas,  que  tenga  mayor 
nùmero  de  escuelas  y  de  diarios.  Hoy  es  la  primera  nacion  ea 
la  agrìculturai  en  la  industria,  enia  navegacion.  Es  la  primera 
nacion  en  la  guerra.  Ha  revolucìonado  la  guerra  maritima.  Su 
literatura  es  la  mas  pura  y  la  mas  originai  de  las  literaturas  mo- 


—  401  — 

dernas.  Tienen  losprlmeroshistoriadores  corno  Mottley,  Pres- 
cott,  Yryiog;  los  primeros  filósofos  corno  EmersoD,  los  primeros 
grandes  predicadores  deladvenimiento  del  evangelio  puro  comò 
Channing,  Parker;  los  mas  grandes  jurisconsultos  j  politicos 
comò  Kent,  Story,  Grìnke,  Wheaton,  Hopkins,  Es  lanacion  que 
hace  mas  descobrimientps,  que  inventa  mas  màquinas,  que 
transforma  con  masrapidez,  la  naturpleza  à  su  servicìo.  Es  la 
nacion  poseida  déldemos^  del  demonio  del  perfeccionamiento  en 
todo  ramo.  Es  la  nacion  creadora — ^y  lo  es.  porque  es  la  nadou 
soberana,  porque  la  soberania  es  omnipresente  en  el  individuo 
en  la  asociacion,  en  el  pueblo. 

Su  Vida  libre  individuai  y  politica  y  todas  sus  maravillas  de- 
penden  pues  de  la  soberanfa  individuai,  y  de  la  razon  de  esa 
soberanfa:  lalibertad  del  pensamìento. 

iQué  contraste  con  la  America  del  Sud,  conio  que  era  America 
espaflola! 

Todavia  no  se  ha  Uegado  él  comprender  en  toda  su  extensiou 
y  transcendencia  lo  queesla  soberania  de  la  razon  encado  uno- 
Los  Estados  Unidos  no  tuvieron  que  hacerunarevolucion  re- 
ligiosa para  fundar  la  libertad  del  pensamiento.  La  revoluciou 
de  su  Independencia  no  vino  sino  à  dar  una  personalidad  nacio- 
nal  independiente  à  la  libertad  insti tuida.  La  religion  del  libre' 
exàmen^  podia  ser  la  base  dogmàtica  de  la  libertad  politica.  El 
quees  libre  enla  aceptacion  del  dogma,  tiene  que  ser  libre  en 
la  fotmacion  de  la  ley.     El  despotismo  es  imposible. 

Pero  en  nosotros,  he  aqul  una  contradiccion  que  parece  inex- 
plicable  y  hace  ininteligible  la  revolucion.  Vamos  A  exponerla  y 
Uamamos  sobre  elio  la  atencion. . 

^Cómo  pudo  la  America  del  Sud,  revelarse  contra  Espaila, 
fundar  la  Bepùblica,  proclamar  la  libertad  del  pensamiento  y  de 
la  palabra^  afirmando  y  sosteniendo  el  dogma  católico  de  la  obe- 
diencia  ciega? 

No  puede  haber  contradiccion  mas  notable.  iCómo  explicar 
entóDces  la  revolucion  de  la  Independencia? 

Porque  se  bnscaba  nada  mas  que  Xnseparacion  de  la  Metròpo- 
li, podria  argumentarse. 
Esto  es  falso  en  los  hechos  y  en  teoria. 
Es  falso  en  lofi  hechos  porque  se  proclamò  la    soberanfa  del 
pueblo,  la  libertad  del  pensamiento,  la  Bepùblica.  Tesos  hechos 
no  van  comprendidosen  la  idea  de  la  separacion. 


—  4flf2  — 

Es falso  en  teoria,  porquela  sobèrania  dèi  pueblo,  qae  nò  es 
ixìàs  qùe  là  asociacion  de  la  sòberan(a  indit idual,  contiepis  là 
negacioù  de  la  religion  de  la  conquiisla. 

Agrégad  qàe  la  conducta  de  là  Iglesia  fué  al  principio  de  la 
revolucion  ho^ttl^  profundaniènte  hostil  à  la  revoluciòn. — toes- 
pues,  cuando  vióque  la  revolucion  trìunfaba,  por  no  perderlo 
todo,  de  goda^  se  convirtió  fen  patriota. 

La  contradiccion  srubsiste.  ^Gómo  bacerla  desaparacer,  en 
uaos  pueblós  católicos  què  se  lanzan  à  la  Bevolucion? — No  en- 
contramos  otrà  explicacion  quelasiguiente: 

Esa  contradiccion  de  un  dogma  èsclavizante  7  de  una  politica 
libertadora  fùésalvada,  à  juicio  nuestro,  por  una  sublime  incon- 
secuencia  de  los  pueblòs. 

^Cómo  explicarla  inconsecuencia? — Asi  corno  ha  habido  ideò- 
logos  que  bau  négadb  la  materia,  7  que  al  caerle»  encima  una 
Tiga,  han  apartado  su  cuerpo,  7  otros  que  negando  el  movimien- 
to,  caminaban,  asi  lós  pueblos  cre7entes — del  dogma  de  la  es- 
clavitud,  por  medio  del  iostinto  sublime  de  la  naturale2a,  7  la 
intencion  sin  lògica  ni  raciocinio  deductivo,  de  la  revelacion  de 
la  libertad,  la  han  aceplado,  sobre  todo  en  el  momento  de  la 
lucha,  sin  preguiitarse  sipodia  armònizarse  con  la  religion  que 
profesaban. 

Esto  sucede  casi  siempre  que  profesamos  doctrinas  erròneas, 
absolutas.  Las  negamoàinstintivamente  con  los  hechos,  7  las 
reconocemos  en  teorìa. 

En  el  corazon  de  los  pueblos  de  America  se  sintiò  là  centella 
eléctrìca  de  la  fraternidad.  Là  inteligencia  de  los  pueblos  viò 
reaparecer  en  la  conciencia,  la  aurora  del  dia  de  la  regenera- 
cion.  Vieron  la  idea,  irieron  la  verdad-principio,  7  se  alzaron 
iluminados  por  sus  resplandores.  La  imàgen  de  la  realidad 
de  una  patria  independicnte  7  soberanà,  se  apoderò  de  todas 
lasfuerzas^  detodos  los  amores  que  es  capaz  de  resentir  el  co- 
razon humano  sublimado,— 7  los  pueblos  se  I&nzaron  à  hs  in- 
mortales  batallas  de  la  Independencia. — El  dogma  católico  des- 
apareció,  no  existió  por  algunos  afios  en  la  mente. — Otro  dòg- 
ma instintivo  7  verdadero  lo  reemplazab'a:  la  necesidad  de  sa- 
tisfacer  la  dignidad  hnnìana  conquistando  una  patria  indepén- 
dienté  para  ellos  7  sus  hijos .      ■ 

De  ahi  naciò  que  las  primeras  le7es  promulgadas,  fueron  las 
mas   liberales  7  las  mas  huma'nas.    £1  dògma   desapàrecia. 


—  4CfS  — 

Però  dcspueé,  el  g^rmen  latènte^  la  levardara  despòtlca  deposi- 
tada,  y  aceptada  por  los  Duevos  iàibécìles  gobìérnos  qae  busca- 
ban  apoyo  enl  his  predcnpactones,  rolvió  à  aparecer,  j  yììio  la 
rèacciòo,  j  se  reanndó  la  lògica  del  dogma.  La  coAtradicdoii , 
saWada  por  el  enfnsiasmo  reVoIucioUario  7  la  intencion  del  dòg^ 
im  Terdadero, — se  presentò  de  nuevo  en  la  marcha  politica  de 
los  nuevos  Estados,  basta  boy  dia. 

iVoT  qoé? — Por  la  razon  de  que  no  tehemos  la  religion  del 
libre  exàinen.  Por  la  razon  de  no  baber  conquistado  la  sobe- 
rànla  de  la  razon  en  materia  religiosa. 

Està  es  (kies  mi  tarea  desde  qae  pensò  por  mi  mismo.  Bace 
!toatlos  (i)  qnetrabajo  en  el  mismo  sentido,  porqne  creo  qae 
la  libertad,  sin  la  soberan^a  absolata  de  la  razon  de  cada  ano  no/ 
paede  sabsistir  ni  manifestar  las  maravillas  del  esplritu  creador 
del  bombre  libre,  y  contribuir  voluntariamente  à  su  propio  sui- 
cidio corno  en  Espafià  y  Francia  con  la  perfidia. — Y  agregaré  : 

f  los  hecbos  qae  en  todas  las  repùblicas  presencio,  confirman  la 

Yerdad  de  mi  punto  de  partida. — Dos  terribles  citare:    iQuién 

[  àbriò  el  camino  de  la  conquista  en  Méjico?— La  iglesia.— ^-Quién 

hace  traidor  al  gobierno  del  Ecuador? — Los  jésuitas. 


in. 


ÈXPLIGAGIOIV    BEL    DESPOTISMO  DE     LA  REVOLtTGION     FRA5GESA. 

Yamos  él  resolver  etra  dificultad  històrica  relativa  h  la  liber- 
tad  del  peosamiento. 

^Por  qué  la  revolucion  francesa*  que  proclamaba  libertades  y 

(i)  Me  permitìrà  el  lector  presente  aqoi  dos  testimonio^  notables  da  mi 
consagracion  à  la  causa  de  la  soberanla  de  la  razoil.  El  senor  Edgardo  Qui- 
net,  en  su  obra  el  ^Cristianismo  y  la  revolucion  francesan  publicada  un  ano 
déspues  de  mi  condenacion  en  Chile,  dice  lo  siguiente  : 
.  «  J'ai  sous  les  yeux  un  morceau  plein  d'élévation  etdelogìque  sur  les  rap- 
»  pòrts  de  TEgUse  et  de  VEtat  dans  le  Chili,  par  H.  Francisco  Bilbao.    Só^ 

•  ciabilidad  Qiilena;  il  est  vrai  que  V«t  écrit  a  èie  cóndamné  comma  héréti- 
»  que  par  les  tribunaux  du  Chile  :    Ce  peu  de  pages  montreraient  seules  qu'en 

•  dépit  de  toutes  les  entraves  on  oommence  &  penser  avec  force  de  Vautre 
»  coté  des  Gordiiliéres.  Le  baptéme  de  la  parole  nouvelle,  e\  bauti»mo  de  la 
»  palahra  nueva,  yollà  des  mots  qui  ont  dii  étonner  dans  une  brochure  écrite 
i'  atn  conlìns  des  Pampas.  » 

El  gran  Lamennais,  en  uua  carta  que  me  eseribid  tres  mesas  antes  de  su 
muerte  ^h  1853,  me  decia:  tTenez  pour  certain  gu'il  n'y'rien  à  esnérer  de 
r  rAmérique  espagnola,  tant  qu'elle  resterà  asservie  &  un  clergé  imou   dea. 

•  plus  détestables  doctrines,  ignorant  an  delàì  de  toutes  bornes,  corrompi!  et 
f  corrupteur.i 


—  404  — 

derechos,  foé  esèncialmente  despótica,  y  entr ego  la  causa  de  la 
Francia  al  despotismo  imperiai  ? 

A  juicio  nuestro,  este  ès  uno  de  los  puntos  mad  tran6cendenta«> 
les  de  la  hi&toria  moderna,  y  qne  segua  sepamos,  es  una  dificul'* 
tad  no  resuelta,  en  una  contradiccion  explicada. 

Obseryo  que  todos  los  fanàticos  por  la  causa  de  la  retolacion 
franca,  creen  por  los  discursos,  por  las  palabras  7  por  lasleyes 
promulgadas,  que  es  la  causa  màxima  é  integra  de  la  llbertad: — 
Pero  no  se  preguntan  ^  còrno  es  que  loda  esa  retòrica  de  la 
Montana  y  de  la  Gironda,. que  no  juraban  sino  por  la  llbertad, 
produjo  y  producia,  el  despotismo  en  manos  de  todos  los  par- 
tidos,  y  de  todas  las  formas,  fuesen  los  franciscanos,  los  jacabi^ 
nos,  el  comité  de  salud,  la  comuna)  la  convencion,  ò  los  circulos 
mas  y  mas  reducidos  en  quienes  el  poder  absoluto  se  concen* 
traba  ? 

La  explicacion  H  juicio  nuestro  es  la  sìguiente  : 

El  hombre  es  libre,  dijo; — la  libertad  es  el  primero  de  loa 
derechos.  Pero  los  bombres  que  eso  decian  y  los  partidos  y 
las  masas  que  seguian  el  movimiento  agregaban  :  La  libertad  es 
la  yerdad.  La  verdad  debe  imponerse.  Imponerla  es  un 
deber. 

Desde  el  momento  en  que  se  acepta  comò  un  d%ber  y  un  dere- 
cho,  la  imposicion  de  la  libertad  ó  de  la  misma  yerdad  absoluta 
que  se  hubiese  creido  revelada,  la  libertad  ya  no  es  libertad.  La 
imposicion  de  la  yerdad  es  mentirà,  la  imposicion  de  la  libertad  es 
esclayitud — y  yamos  à  probarlo. 

La  verdad  reclama  el  libre  consentimiento  de  la  razon  indi- 
yidual. 

La  libertad  reclama  la  libertad  de  comprenderla  y  aceptarla. 

— Imponer  (y  doy  por  hipótesis  que  se  imponga  la  verdad) 
un  principio,  un  dogma,  una  moral,  sin  la  libre  aceptacion,  es 
imponer  al  individuo  que  resiste  ó  no  comprende,  es  imponerle 
un  principio,  que  cree  falso,  un  dogma  que  cree  mentirà,  una 
moral  que  cree  sea  injusta. 

^  Y  bay  derecho  para  imponer  A  ningun  ser  humano,  lo  que  la 
intelegencia  de  ese  ser  humano  no  comprende,  ó  no  acepta  ? — 
Nolo  hay.— Entónces  todo  partido,  toda  secta,  toda  religion 
aunque  fuesen »manifestaciones  evidentes  de  la  verdad  y  de  la 
justicia,  no  tienen  derecho  de  imponer  su  politica,  su  culto,  d  su 
sistema  por  la  fuerza,  la  violencia,  ó  el  terror. 


_  405  — 

He  ahi  pues  el  rido  capital  de  la  gran  Bevolucioa  francesa. 
Proclamò  la  libertad  j  proclamò  en  sus  actos  el  deber  religioso 
de  imponer  lo  que  se  creta  libertad  segun  la  inteligencia,  las  pa- 
siones  ò  intereses  de  un  partido  ò  de  un  malvado  éxplotador 
comò  Marat  ò  Bobespierrre. 

La  acusacion  de  federalismo  Uegò  ù  ser  una  sentencia  de  muer- 
te.  La  mania  de  la  unidad  llegò  à  ser  la  teoria  de  un  despotis- 
mo  insoportable. 

He  ahi  una  manifestacion  espléndida  del  dogma  catòlico  de  la 
comunion  de  los  santos  y  de  la  solidaridad  de  justos  y  pecadores. 
Es  por  eso  que  el  verdadero  catòlico  se  cree  con  el  derecho  de 
lo  que  Ilama  salvar  las  almas^  por  la  fuerza,  por  el  tormento,  por 
el  fuego.  Y  es  por  esto  que  la  inquisicion  decia  que  obraba 
caritativamente^  cuando  quemaba  à  los  herejes.  Ejemplo  terri- 
ble  de  la  perturbacion  que  produce  un  dogma  falso. 

La  BeYolucion  francesa  del  mismo  modo  creia  salvar  la  liber- 
tad, supRiMiÉNDOLA,  cuaudo  la  libertad  Girondina  pensaba  de 
distinto  modo  que  la  libertad  Jacobina.  El  otro  sofisma  san« 
grìento,  consistia  en  decir  que  se  aplazaba  la  libertad,  por  no 
decir  se  suprimia. 

l\  quésupone  todo  eso? — Eso  supone  que  no  se  profesa  la 
religion  de  la  4ibertad  del  pensamiento,  7  no  se  la  respeta  en 
todo  ser  humano. — Es  muy  acomodaticio  para  todos  los  parti- 
dos,  creerse  con  el  deber  del  pontificado  absoluto  de  la  revela* 
clou  de  la  verdad. 

Yéase  pues,  cuan  legftima  y  ligftimada  es  nuestra  fé  en  el 
fundamental  principio  de  la  soberania. 

Gompréndase  tambien  porque  el  mas  precioso  de  los  dere* 
chos,  ha  sido  en  todo  tiempo  él  mas  persegiiido  por  la  Iglesia, 
7  por  las  castas  dominadoras. — En  la  desgraciada  Espaùa,  basta 
el  mismo  pueblo. — Guanto  ha  sido  el  poder  del  Gatolicismo  en 
Espaùa,  lo  prueba  el  odio,  el  furor  del  pueblo  espafiol  centra 
el  hombre  libre— pensador,  que  se  sacrificabapor  salvarlo.  El 
auto  de  fé  llegò  A  ser  fiesta,  7  ver  quemar  &  los  hereges  un 
motivo  de  alegria. 

[Con  qué  pagare  el  catolicismo  la  transformacion  de  ese  pue* 
blol— 

Es  por  esto  que  la  humanidad  por  instinto,  ha  mirado  à  la 
Espafia  comò  tietra  africana,  inspirada  por  el  Simoun  delde- 
sierto; — 7  es  por  eso  queel  Norte-sajon  se  indentificócon  la  re* 


Tolueioa  d^  h  refprm^,   cuya  h^ne  eracopstitair  a  lodo  c^rig|ia 
pp  en  Sacfr(|iote,  en  soberano,  en  intèrprete  del  libro  quecr^^ 
revelado,  el  viejo  j  nuevo  testamento. 

De  està  ùltima  consideracion  nace  tambien  una  dtferenpia  e^ 
el  caràcter  y  en  el  modo  de  pensar  libremente  entre  los  hijo^ 
dis  los  puritanos  y  nosotros  los  racionalistas. 

£1  protestante,  busca  la  yerdad  base  de  loé  derecbos,  en  1^ 
libre  interpretacion  de  las  escrituras  cristianas.  De  ahi  naoe 
que  sa  emancipacion  es  en  cierto  modo  teològica  y  de  erudi- 
cion.  De  ah[  debe  nacer  un  furor  de  interpretacion  y  disca*- 
Sion. 

El  racionalista  no  busca  la  verdad  en  texto  alguno,  y  somete 
todo  texto  ÉL  la  palabra  viva,  à  la  permanente  revelacion  d^  1^ 
razon  emancipada. 

Para  el   protestante  bay  revelacion. 

El  racionalista  la  niega. 

El  protestantismo,  en  la  mas  avanzada  de  sus  sectas  qu^et 
Ifi  secta  unitaria,  (1)  Uamada  a^i,  porque  niega  la  trinidad 
catòdica  y  la  encamacion  de  la  divinidad  en  la  persona  de  Je- 
sus, es  la  mas  avanzada,  la  mas  pura,  la  que  mas  se  acerca  & 
la  filosofia.  La  ùnica  fundamental  diferencia  entre  esa  secta  y 
Qosptros  consiste  en  que  ella  creeen  la  revelacion  y  en  la  »wv 
Sion  exepoional  de  Jesus.  Y  aceptando  la  palabra  del  Evange- 
lio GOiQo  palabra  revelada,  se  ve  en  la  necesidad  de  sostener  bu» 
ideas  con  el  texto  de  los  Evangelios. 

Despuesde  conquistada  la  virtud  del  pensamieato,  y  de  ha- 
ber  arrancado  à  la  Iglesia  católica  el  privilegio  de  decision  y  de 
interpretacion  infalible  del  texto  reputado  por  divino,  la  liber- 
taddel  pensamiento  tiene  que  completar  su  evolucion  en  el 
protestantismo  basta  Uegar  à  la  filosofia;  y  a  abolir  todo  texto 
6  à  no  recoaocer  texto  alguno  que  no  reciba  la  sancion  del  pen- 
samieato. La  raion  tiene  que  Uegar  a  ser  su  propio  texto.  Es 
ta  es.la  gran  re volucìon  que  continua.  En  las  naciones  del  Nor-' 
te  de  la  Europa,  esa  revolucion  tambien  se  desarrolla.  Ape- 
sar de  haber  vivido  bajo  el  peso  de  todos  los  despotismos 
8iempi?e  hubo  hombres  heróicos,  pensadores  profundos,  que  de 
tiempo  en  tiempo,  en  Inglaterra   con  Wicklof,]en  Boheroiacon 

JuanHoss,  en  Alemania  con  I^utero^  desperiiaban  &  los  pueblos 

# 

'   (1)    CbanuDg--^>«8tì4m»mo  tànitario. 


—  4p7  — 

basta  Uegar  (lespléadi^o  trìunfo  de  la  Befprma.  JLa  Italia,  por 
el  contrario,  asi  corno  nosotros,  selanza  alracioQal|smo,  sinpa- 
sar  por  el  intermediario  protestantiej. 

Caantas  guerras  no  lia  costado  conquistar  ese  derecho.  El 
pueblo  A  quien  primero  le  tpcó  la  gloria  de  realizarla  revo- 
tucion  religiosa  en  el  mundq  moderno,  es  la  Alemania  del  Norte, 
la  patria  de  Lutero,  heredero  de  Juan  Huss,  que  fué  quemado 
tìyo  por  sentencia  del  concilio  de  Constanza. 

Pero  ya  no  pudo  apagarse  el  fuego  del  libre  pensamiento.  Na- 
ció  la  Repùblica    de  las  provincias  unidas  de  Holanda. 

Se  consolidò  en  Suiza  lo  Repùblica.  En  Francia  consiguea 
los  protestantes  garantias  en  el  edicto  de  Nantes,  despues  de 
una  guerra  desastrosa. 

La  Revolucion  Yà  à  Inglaterra,  y  allf,  los  heróicos  puritanos., 

no  pudiendo  encontrar  una  tierrà  libre    para  adorar   à  Diosen 

liberlad,  emigran  à  la  America  del  Norte  y  fundan  'por  vez  pri- 

L  mera  en  la  historia,  la  asociacion  libre    de  los  hombres  libres« 

r  Este  fué  el  gérmen  de  la  mas  portentosa   nacion  de   todos  los 

f  tiempos  conocidos;  y  que  se   llama:  Estados-Unidos  de  la  Amé- 

rica  del  Norte, 

He  ahf  puede  decirse  el  itinerario  de  la  emancipacion  del 
pensamiento,  en  su  desarroUo  histórico  Europeo. 

Ese  movimiento  no  alcanzó  con  sus  ondulacionés  à  la  Ameri- 
ca del  Sur,  sino  de  una  manera  indirecta  y  ea  un  nùmero  redu- 
cido  de  individuos. 

El  libre  pensamiento  en  la  America  del  Sur,  fué  estalUda 
espontaneidad,  entusiasmo  revelacion  inmediata  de  la  libertaden 
el  alma  de  los  pueblos,  elevada  d  la  potencia  del  sublime  por 
el  toque  eléctrico  de  la  revolucion.  No  fué  deduccipn,  racio- 
cinio,  consecuencia,  succesion  fatalista,  ó  desenTolyimie.nto  de 
un  antecedente  conocido:    No.  Fué  pa3Ì0Q  ó  intuicion. 

El  libro  pensamiento  en  America  ha  ^ido  sostenido  por  las 
razas  indlgenas  libre;^  que*  combatiexon  y  combaten;  he  ahUn 
tradicion.  En  donde  no  pudo  penetrar  el  dogma  católico,  no 
pudó  penetrar  la  esclavitiid.  No  ha  habido;  imwonero  que  np 
renùncie  à  convertirai  Araucano,  Los  jeguUas  jnismos,  Ips  m^ 
hàbiles  domadores  de  h.  especie  humana,  han  fracasado  en  Arau- 
co con  su  ciencia  y  con  su  ayte^  asi  corno,  habia  fc«ici»ado  la 
conquista  con  sus  armaa  ea  lòs  tr escientos.  afios  de  guerra  que 
spstnvo.    Y  casi  agradezpo  mas  0  lo  nùsmp,  4  re^ist^n^w  4la 


—  408  — 

religion  católica  esclavizante  por  eaencia,  que  el  indòmito  co- 
rage  basta  boy  dia  desplegado  en  la  frontera.  Una  raza  qae 
alente,  que  percibe,  que  adivina  el  error,  y  sobre  todo  el  error 
que  escIayiza,por  mas  encubierto  que  se  pi  esente  conlaspro- 
mesas  de  las  recompensas  celestiales,  en  cambio  de  la  sumision 
del  pensamiento  y  la  aceptacion  de  un  credo  absurdo,  es  una 
raza  que  merece  bien  de  la  humanidad  y  que  tiene  porvenir. 
Arauco,  sin  pasar  por  las  crisis  de  la  acatolizacion,  por  la  que 
pasa  Cbile,  recibirà  la  buena  nuova  de  fraternidad  apoyada  en 
el  respèto  de  la  autonomia  de  las  razas. 

Han  sido  pues  los  Araucanos  los  acosados  permanentemente 
por  las  armas  y  las  misiones:  A  las  armas  han  opuesto  la  reso- 
lucion  de  Tencer  ó  morir;  y  à  las  misiones  de  todas  clases,  una 
negativa  tan  tenaz  que  bau  desesperado  de  poder  convertir  al 
catolicismo  el  Araucano.     Intuicion  sublime! 


COIVFLUENGIA  DE  LOS  ELEMENTOS  fiEVOLUGIOKAElOS. 

Jam&8  desapareció  el  deseo^  nunca  se  perdio  la  esperanza  de 
la  Independencia.  Ha  germinado  en  todas  las  razàs,  y  todas 
las  razas  dieron  su  contingente  de  sacrificio.  Ha  side  la  Idea 
del  Nuevo-Mundo:  dar  un  Nuevo-Mundo  al  e^piritu  de  amor,  de 
▼erdad  y  tolerancia. 

Todos  los  intereses  hablaban  de  esa  idea,  proclamaban  y  pe- 
dian  esa  Independencia:  nosotros  y  los  Europeos,  y  los  Asiàticos 
7  los  Africanos  y  los  habitantes  delaslslas.  Nuevos  mercados 
para  las  grandes  naciones  productoras,  nuevas  tierras  para  la 
emigracion.  Invasion  de  capitales  productores  para  nuevas  em- 
presas.  Hultiplicacion  de  los  objetos  que  aumentan  el  bienes- 
tar  de  las  masas.  Creacion  del  crédito,  aumento  del  trabajo  del 
bombre,  introduccion  de  industrias,  de  màquinas,  de  métodos 
perfeccionados  de  labranza.  Baja  en  el  precio  de  los  objetos 
mas  necesarios  y  aun  de  confort ^  al  alcance  de  los  pò- 
hres. 

'  Ilammacion  credente  enlos  espfritué,  aumento  prodigioso  de 
movimiento  en  todo  ramo.  Ydecir  que,  todo  ese  mundo  vi  via 
enclaustrado  por  la  Espafia  I    No:  la  revolucion  era  de  iute- 


— .  409  — 

rés  uniTersal)  7  de  egoismo,  de  honor  7  de  deber  Aiqericfliios. 

Y  todo  e^e  germinaba  en  los  espiritas  corno  eorrieatea  de 
electricidad  sabterrànea  que  anuncian  U  proximidad  de  un  e$- 

'  tallido. 

— Los  Americanos  desceadientes  de  Espafioles,  7  que  denia- 
guna  manera  ^ceptaban, uise  les  recpoocia  la t^iodadania  espa- 
fiola,  se  crelàn  7  amaban  seramericdoos.  Se  comparaban  coìi 
los  godos,  7  no  podìan  comprender  la  superioridad  que  estos  se 
atrìbuian  por  el  hecho  solo  de  nacer  en  EspoQa.  ¥a  no  podian 
comprender  porque  no  habian  de  tener  una  patria,  sieodo  està 
una  le7  dela  naturaleia; — porqué  la  tierra  de  su  nacimiento  7 
de  su  hogar  habia  de  ser  patrimonio  de  estranjeros,  tierra  de  los 
hombrcs  de  horca  7  cucinila]  porqué  los  instintos,  las  nobles  pa- 
siones  7  las  facultades  del  alma  habian  de  ser  comprimidas  .7 
suprimidas; —porqué  siendo  hombrcs  no  habian  de  gobernarse 
por  si  mismo; — por  que  las  rejiones  de  America  habian  de  ser 
gobernadas  por  un  re7  del  otre  mundo^  7  sacrificadas 
con  sus  deseos^  esperanzas  }'  derechos  al  oprobioso  régimen  de 
la  conquista. 

— Y  ademàs,  ino  tiene  limites  el  padecer,  no  ha7  un  termino 
d  las  horribles  injusticias  que  diariamente  presenciamos? 

Y  todo  Gsto  se  revolvia  en  la  coiiciencia  de  log  Americanos. 
Todo  esto  ardiaen  lasentraftasdelTolcan  revolucionario.  La 
bora  de  la  justicia  7  dola  venganzase  aproxima. 

Ycircula  envueltaen  el  misterio  y  con  peligro  de  la  yida,  la 
npticia  de  la  Independenciade  los Estados-Unidos.  Poseer  una 
'  copia  de  la  Consti tucion  fuc  un  tesoro. 

En  fin,  7  corno  73  lo  hemos  indicado,  Ilegó  una  època,  Tino  el 
dia,  en  que  todas  las  óorrientes  de  la  emancipacion,  la  yenganza, 
elrecuerdo,  los  derechos  de  las  razas  indire  nas;  el  instinto  é 
intuicion  de  la  soberania  en  loa  Amerìcanos  de  razamixtaj  es- 
paflola;  los  intercses  del  mando  que  se  habiaa  conjtirado;  esa  luz 
del  cielo  de  Washington;  la  impaciencia  7  el  despecho  que  al  fin 
produce  toda  tirania;  la  inmortài  protesta  de  tqìdo  eapiritu  que 
piensa;  la  conjuracion  de  los  pensadores, — todo  estó  vino  à  for- 
mar esa  confluencia  de  la  desesperaciop,  ^e  la  juaticia,  del  ia- 
terés,  con  las  visiones  deun  mundo  libertado. — ^Y  esa  resultante 
de  todas  las  pasiones  comprimidas,  de  los  derechos  pisoteados, 
de  las  esperanzas  concebidas,  estalló  corno  la  eiplsosion  de.  un 
cataclismo. 

5 


—  410  -^ 

E»e  afio,  resùllndo  del  martirologio  de  la  America,— ese  aflo 
heredero  de  las  laces  y  victorias  del  derecho,— ese  atìo  qaecon- 
Yierte  en  naciones  à  las  antiguas  7  miserables  còlonias  de  la  Es- 
paùa  7  levanta  la  ciudadela  mas  grandiosa  de  la  libertad  en  el 
continente  americano,  cnando  la  causa  de  la  libertad  habia  dèsa- 
parecido  de  la  Europa  bajo  el  peso  de  las  monarquias  venccdo- 
ras,  es  elafio  de  1810  de  la  llamada  era  cristiana  y  el  primcro 
de  la  America  del  Sur. 

Otros  Ubros  os  doscriben  la  guerra  heróica  de  la  Independen- 
eia  basta  enterrar  el  poder  espaùol  en  Ayacucho.  -Aqui  solode- 
bo  esplicar,  ó  manifestar  el  mèrito  de  la  empresa,  que  nuestro» 
padres  con  decision  de  vencer  ó  morir  acoraetìeron. 

T  para  comprender  la  importancia  de  la  Victoria,  es  necesaiio 
no  olvidar,  Americanos,  que  ha  sido  necesario  combatir: 


1.0  La  educacion  de  la  conquista. 
2.  <=>  La  politica  de  la  oouquisau 
La  admìhistracioQ  de  la  con- 


3.<=> 

quìsta. 

4.<=> 


La  lejislaciondela  conquista. 


5.®  Elterrar  de  la  conquista. 

6.  ^  La  luerza  materia)  de  la  con- 
quista, ejércitos,  escuadras,  fortifica- 
ciones,  organizacion,  armamento,  dis- 
ciplina etc.  etc. 


El  «  Spiritus  ijìtus»  y  el  «  sur  sum  corda  » — Idea,  fuego  y 

FUERZA  DE  LA  BeVOLUCION. — El  ALMO  DIA. 

Rewpìihlicam,  popu/osque  cano,  canto  d  la  Bepublica  y  &  los 
pueblos,  diriamossì  fuésemos  poetas,  al  principiar  éste  capitulo 
que  contiene  el  derrumbe  del  poder  de  Espafta, 

«  ruit  alto  ti  culmine  Troja  » 

y  la  prodigiosa  Victoria  de  la  Independencia,  queabrió  el  camino 
d  e  la  regeneracion  de  un  continente. 

Opénsamiento  libre!  ftierza  inagotable  de  movimiento,  .po- 
tencia  de  Iili  y  calòrico  de  la  humanidad  para  la  germinacion, 
desarroUo  y  aplicacion  de  la  verdad,  tu  eres  la  musa  del  historia- 
dor,  asi  corno  eres  laverdaderaprovidencia  delahistoria,  y  la 
▼isiondela  ley  por  el  filòsofo:— Nor  bay  Gsclavilud  que'nose 
apòyeen  lan^gacion,  ò  negativa  voluntaria,  ó  en  la  indiferencia 
de  la  libertad  de  pensar.  Cuantos  pueblos,  cuantos  partidos, 
*  «uaiitas  scctae  y  éaudillos  de  sistemas,  reconocen  la  libertad, del 
pensamiento,  negàndose  ò,  examinar   la  verdad  ó  no  verdad,   la 


-^  411  «« 

jnsticiaó  injusticia  de  lo  que  creen  y  9ostieneaI  Los  Uamados 
ultra$  eu  lasdivisioiies  politica*  de  los  partidos^  que  son  Ics  que 
mas  grìtanlibettad,  son  los  qae  menos  exaifìlssn  laverdad  de  su 
credo,  porque  viven  esclavos  de  la  autoridad  del  circulo  éiJ  que 
abdican.  Y  si  no  practicau  la  indepeDdencia  del  juicio,  la  liber- 
tad  del  pensamiento  respecto  de  sf  mismos,  ^cómo  quereis  que 
la  respeten  eu  los  demas? 

La  libertad  de  pensar  independizó  ù,  la  America.    La  libertad 
de  pensar  integrare  su  libertad,  y  entonces  seri  el  dia  de  la  pa- 
.  cificacion. 

El  libre  pensamiento  es  nuestro  libertador.    El  libre  pensa 
miento  es  nuestra  gloria, 

Lostiranos,  y  las  escuelas  de  la  tirania  ban  ensefiado  la  menti- 
rà capital,  diciendo  que  es  necesario  sacrificar  el  libre  pensa 
miento.  Està  mentirà  es  Terdadera  decapitacion  de  la  humani- 
dad.  No  contentos  con  someter  la  Toluntad  y  el  cuerpo  por  la 
fuerza  para  bacer  à  los  hombres  instrumentos  de  explosion  y 
esbirrosdesussemejantes,  no  ban  reposado  tranquilos  basta  no 
Uegar  à  pervertir  la  razon,  y  suprimir  con  el  terror  religioso  el 
penitòmiento.  El  Americano  sienro,  escIaTo^  despotizado  en 
su  persona,  embrutecido  en  su  pensamiento:  tal  fué  la  con 
quista. 

Gompréndase,  pues,  nuestra  religion  por  la  libertad  de 
pensar. 

Pero  tu  pensamiento,  misterio  tJivino  de  la  luz  eterna  en  la 
eonciencia  bumana,  tu^  comò  el  àtomo'  indivisible,  indestructi- 
ble,  ercB  por  esencia  el  dereeho,  eres  eJ  elemento  consciente 
de  la  existencia  y  del  destino  de  los  seres.  Ttì,  pensamiento, 
eres  la  independencia.  Tu  eres  la  condicion  c'^sencial  de  la  in- 
.  dividualidad.  Si  no  pensases,  ù  otro  pensasé  po7  *^  ^^  serias 
individuo,  seri^sparte  de  otro.  Tu  eres  la  personalii.'^^'^-  Sino 
pensares,  u  otro  pensare  porti,  no  serias  ^er^ona,  serias.  ^^^*- 

Tu  eres  la  justicia.  Si  na  pensares  ù  otro  pensare  p^*^^  ^^ 
serias  instrumentode  todo  lo  malo.  Pensando,  eresia  justicu^ì 
porque  pensar  es  ver  la  ley,  y  ver  la  ley  constituye  la  respon- 
sabilidad  y  el  deber.  Pensando  habla  en  ti,  Dios.  Es  por  esto 
que  los  sacerdocios  te  alejandetu  pensamiento  y  bacon  creer 
lo  que  ellos  qnieren.  Pensar  es  ver  la  Icfy.  La  ley  es  la  ver- 
dadde  las  relaciones  humanas.  Las  relaciones  verdaderas  y 
Teale  ssonla  igualdad  de  los  individuos  libres.    Ley  es  la  forma 


,11'ecesarìa  de  las  relaciones  de  los  individaos.  El  individao  es 
la  libertad.  La  ley  de  la  libertad,  es  la  libertad  de  lodo  lo 
libre.  Lo  libre  es  el  hombre.  La  ley  del  hombre  esla  libertad 
del  hombre. 

Veapues,  ó  libertad!  Un  contìnente  saipido  en  losabismos, 
implora  la  luz  del  peasamiento  libre. 

El  dolor  ha  Uegado  basta  producir  en  lasmasas  embratecidas 
la  insensibilìdad  del  pacienté.  Deapierta^  ó  loz,  là  fibra  de  la 
Tenganza  que  dormita. 

Las  tinieblas  cubren  el  cielo  de  la  America,  j  solo  de  vez  en 
cuando  los  resplandores  de  an  infierno  de  tòrmentos,  iluminan 
con  espanto  la  esperanza  de  un  mundo  I 

Perdidos,  extraviados  bajo  el  làtigo  y  el  fierro  y  el  anatema, 
las  diferentes  razas  se  preguntan  en  sa  desesperacion  si  bay  un 
Dios?— Y  ese  Dioa  se  revela  fulminante  en  todo  hombre  sin 
miedo  de  pensamiento  libre. 

Ese  Dios  empiezaà  revelarse,  y  apareceenla  oonciencia  con 
el  nombre  de  la  Bevolucion. 

Ese  Dios  fué  el  revelador  4el  primer  dia  y  de  todo  dia  de 
conciencia  para,  en  todo  hombre.  Ese  foé  el  qne  nos  légo  el 
testamento  de  alegria  cuando  nadie  pensò  el  mal. 

El  es,  el  que  nos  habla  en  la  soleda,d  de  la  conciencia,  y  es  en 
la  conciencia  en  donde  lo  enconlramos  corno  eseneia  indòmita 
de  la  soberanla  del  hombre..  De  Dios  venimos:  «  Dioses  so- 
mos,  » 

A  ese  Dios  invocamoF/j--Ko  para  que  nos  liberte,  porqae  eso 
es  degradante,  sino  -^ara  sentir  en  nosotros  la  divinidad  de  la 
jttsticia; — ilumina^nos  y  libertai'QOS  por  nuestros  esfuerzos. 
-  Esa  concienrJia  es  nucstra  profecla.  Bl  hombre  fibre  profe- 
tìza  su  suer\e.  El  hombre  libre  hace  su  destino.  El  hombre 
libre  har^e  su  felicidad^  El  hombre  Jibre  es  el  santuario  de  la 
divini:iad. 

^jalve,  pueblo  Americano.  Domeiìaràs  à.  tu  enemigo.  Arran- 
'^ariàs  de  tu  ser,  de  tu  sangre,  y  de  tus  entraàas  al  enemigo  en* 
jparnado;  y  sobre  el  aitar  de  la  patria  ensangrentado  ofreceràs  el 
holooausto  de  tus  miedos,  de  tus  egoismps,  de  tns  indolencias,  y 
de  todas  tus  miserias  treismilidas. 

Salve,  pueblo  Americano  I  Consumaràs  el  sacrificio  sobre  el 
•cadàver  de  la  conquista.— Desqtaràs  los  vientos,  porque  no  te- 
«nes  tempestades  y  buscai  la  pUrificacion.  Desencadenar^s  los^ 


■k 


— 413. — 

elementos^  porqae  prOYOcas  una  nuera  creadqn  en  las  afinidff- 
ués  naiurales  de  las  cosas.  Y  corno  un  sol,  ó  centro  de  vibra* 
cioti  lumitìosa  en  el  espacio^  irra Jiaràs  la  vida,  el  derédio,  e1 
moYimiento  del  individualismo,  la  energia  y  virlud  désplegada: 
de  lodo  ser  humano.  Y  volveràn  los  espectéctilo^  del  oceano 
popular  siguiendo  la  corriente  predestinada  à  su  evolucion  mag- 
nifica.—Y  ae  vera  h  los  paeblos  Ilegando  à  ser  la  identidad  de 
la  ley  y  d^l  góbierno,  al  <c  hombre^ley^  »  còrno  alsoMuzf 

«  LO  QUE  ES  ETERNO.  » 

((  Santa  verdad,  quien  apagarà  tu  llamaf  decianlos  Husistas 
en  Bobemia  en  el  siglo  XV  combatiendo  por  la  libertàd  del  pen- 
samiento,  &  la  luz  de  sus  pueblos  incendiados  por  los  imperiale» 
católicos  del  Austria. — »  Quien  pnede  levantarse  centra  tu  fuerza 
»  y  combatirla.  Que  tus  enemigos,  numerosos  comò  la  arena 
»  se  adehnten;  que  en  las  convulsiones  del  error,  con  las  ar- 
»  mas  en  la  mano  arrasen  todo  con  la  muerte  y  el  incendio. 

»  Dios  te  ha  heeho  mas  fuerte  que  la  reca  petrificada  en  me- 
»  -dio  de  las  olas  del  mar,  y  mas  fuerte  que  una  brillante  estrella 
)>  en  la  boveda  de  los  cielos,  y  mas  fuerte  que  la  masa  de  las 
»  montailas,  y  mas  fuerte  que  los  abismos  del  mar,  que  ningun 
»  ojo  humano  puedesondear. 
I  »  Y  si  caemos  todos,  asi  sea!    Moriremos  por  la  verdad,y 

»  por  el  Mendel  mundoi  La  felicidad  del  cielo  regocijari 
»  entonces  nuestros'  corazones.  Libres  nos  veremos  de  toda 
»  tristeza  é  inquietudl 

»  Cuando  la  negra  tutnba  encierre  nuestros  cuerpos,  la  fé- 
»  cunda  cosccha  de  nuestras  obras  brotard  de  su  gérraen.  Lo 
))  que  hubiéremos  tentadofiel mente  y  con  valor  para  lasalvacion 
»  de  la  tierra,  brillare  con  viva  luz  para  nosotrosy  se  enlazara  à 
»  nuestra  vida.  » 

He  ahi  comò  habla  el  convencimiento   de  los  hombres  libres. 

La  Santa  verdad  brillò  en  America^*— i  Quién  fué  el  emisario 
misterioso  que  desde  Méjico  al  Piata,  en  el  mismo  afio,  trans- 
jnitióla  palabra  de  la  gran  conjuracion? — ^Quién  hizo  que  los 
hombres  de  Caracas  y  Buenos  Aires,  de  Bogotd  y  Santiago,  de 
JMéjico  y  Charcas,  de  Quito  y  la  Paz  lanzasen  al  mismo  tiempo 
la  misma  palabra? — iDe  qué  centro  partian  esasórdenes  para 
toda  la  circumferencia  Americana? — iQuién  estableció  ese  go- 


;"* 


— 414  — 

bterno  inTisible,  qiie  presente  en  lodaspartesdictabalasmismat 
proyidencias?--^Qaién  redactó  el  mismo  programa  para  Àrgéti- 
tinoS)  GhtlenoB,  Peruanos,  Bòlitiaiios^  Graaadinos,  Yenezola- 
nos,  Gentro-Americanos  7  Mejicanos?— 'Qaién  le  vantò  en  el 
firmamento  de  la  America  el  astro  cuya  eYolncion  todos  si- 
gnieron  ? 

i  De  dónde  venias^  centella  prepotente^  qae,  encamada  enlos. 
espfritus,  tranjiformabas  A  los  hombrcs,  regenerabas  pueblos  7 
donde  antes  esclavos,  nacioneslevantabas? 

^De  dónde  venias,  sabiduria  inmanente,  qne  por  los  làbiot 
de  la  infancia,  con  sn  cìencia  7  consus  libros  en  su  tempio  à  los 
Yiejos  doctores  confundias  ? 

iBe  dónde  venias,  ilominacion  resplandeciente,  que  corno  co* 
meta  de  bendicion  pasando  sobre  lafrente  de  la  America,  baùti- 
zas  &  los  pueblos  siervos  que  7acian  seniados  à  la  sembra  de  la 
muerte  ? 

Eras  justicia,  7  vénias  de  la  faente  de  la  justicia. 

Eras  libertad,  7  venias  de  la  personalidad  divina. 

Eras  laindividuacion  de  un  mundoque  venia  é  pedir  su  lugar 
en  el  congreso  de  las  naciones. 

Eras  la  humanìdad  que  pedia  la  instalacion  de  su  gobiemo 
Ilamado  democràcia  ! 

Santa  verdad  !  fué  el  pensamiento  libre  que  vió  la  misma  le7 
de  libertad  en  cada  uno.  Fué  la  pasion  humana  comprimida 
que  produjo  idéntico  estallido.  Fué  la  misma  esperanza  que 
animò  à  todos  los  oprimidos.  Fué  la  représalia  del  indigena, 
fué  la  dìgnidad  abatida  del  hijo  de  America,  fué  la  venganza 
centra  la  conquista,  la  solidaridad  del  Indio  y  del  criollo  vindi* 
cando  el  mismo  derecho  à  la  soberanfa  de  la  tierra.  Motcuc- 
zoma  7  Manco  Gapnc,  Gaupolican  7  Lautaro  se  estremecieron  en 
su  turaba.  Tupac-Amaru  7  Washington  precipitaron  el  torrente. 
Lapalabra  del  derecho  enfin,  corno  verbo  deuua  nueva  crea- 
cion,  soplò  sobre  el  continente  para  reproducir  los  dias  prime- 
ros  de  la  alegria  7  de  la  justicia. 

Y  en  las  regiones  de  la  zona  tòrrida,  7  de  la  zona  templàda, 
en  los  Uanos  de  Venezuela,  en  las  pampas  Argentinas,  en  los  va- 
Iles  de  Nueya  Granada  7  en  las  montaùas  de  Chile^  el  hombre, 
cualquiera  que  fuesc  su  color,  su  origen,  proclamò  la  misma  hc- 
mahidad,  la  misma  necesidad,  el  mismo  credo:  la  soBEHA^rfA 
DEL  pueblo:  la  igualddad. 


—  445  -^ 

iCuàndo,  en  qué  tiempo,  en  qné  Ipgar,  se  ha  visto  él  lodo  unt 
continente,  dividido,  incòmunicadq,  avasallado,  lerantarse  co- 
rno un  hombre? 

Desfile  la  historia  con  sus  siglos,  j  diga^  caal  siglo  ha  visto 
una  maravilla  mas  grandiosa!— iConciencia  del  humano  destino, 
en  qué  tiémpo  has  aparecido  mas  visible,  mqs  llena  de  la  inmen- 
sa caridad  paraabrazar  àtodaslasrazas  y  napiones?  Si  la  ley 
del  movimiento  humano  es  la  aproximacion  al  goce  del  derechp 
universal,  esa  ley  fué  el  movimiento  de  la  Bevolucien  America- 
na, heredera  de  las  luces  de  las  grandes  reyoluciones  de  la 
historia. 

El  pobre  vió  el  fin  de  su  pobreza,  el  oprimido  el  fin  de  su 
opresion,  el  despreciado  el  termino  de  su  oprobio,  el  desgra- 
ciadoel  alivio  de  sus  males,  el  filòsofo  la  realidad  de  sus  ensue- 
tìos  por  la  felicidad  del  gènero  humano.  Y  esa  vision  fué  el 
programa  que  hoy  mismo  nos  agita  y  nos  hace  completar  la  obra 
no  terminada  de  laregeneracion. 
►  Puede  pues  regocijarse  el  mundo  1    «  Voz  fué  oida  en  Amé 

rica» 

i^Lloro  y  mucho  lamento  >yy — Mas  Uegó  el  buen-mensaje^  ef 
evangelio,  la  buena-nue va. 

— Se  alza  el  espiritu,  se  ilumina  el  pensamiento,  se  enciende 
el  corazon,  la  voluntad  se  electriza. 

£1  espirituinsurrecto  crea  el  géoesis  de  una  nuova  bumanidad. 
"^  Las  emociones  sagradas  delacreacion  estremecen  al  cortinente. 

Voz  fué  oida  en  America  :  no  mas  conquista. 

Los  pueblos  «  sentados  d  la  sombra  de  la  muerte^  »  se  levantan. 
La  conciencia  del  derecho  procìamado,  transforma  à  los  Estadp3; 
y  en  las  alturas  del  espiritu,  transfigura  d  los  pueMos  que  des* 
lumbran  con  el  brillo  de  su  faz. 

Y  tu,  America,  «  Nino  profeta  del  Allisimo^  serds  llamado  : 
»  porqùe  irds  ante  la  faz  del  SeAor^  para  aparejar  sus  caminos  : 

«  Para  dar  v.onocimìento  de  salud  d  su  pueblo  para  la  remision 
«  €U  suspecados. 

«  Por  las  entrafias  de  misericordia  de  nuesiro  DioSy  con  que  nos 
»  visitò  de  lo  aito  del  Oriente  : 

«  Para  alumbrar  à  los  que  estàn  de  asiento  en  tinieblas^  y  en 
m  sombra  de  muerte  :  para  enderezar  nuestros  pies  d  camino  de 
»  paz  Tè 

0  revolucion,  d  libertad,  os  debemos  la  patria,  elhonordfl 


—  416  — 

hombre  libre,  lasgaranttas  de  In  Vida  soberapa,-  lós  resplando- 
res  de  la  fratérnidady  la  exaltacion  profética,  los  triunfo9  de  la 
verdad  sobre  tanta  mentirà  acumulada. 

Lajusticia  ha  diche  al  boìnbre:  a  Bien-aventùrados.  los  que  han 
»  hambfey  sed  de  justieia^  por  que  ellos  sérdn  hartos.  Y.^todaTia 
nonos  hemòs  hartado  dejasticra,  Padre  de  los  hòmbre^  y  de 
las  cosas  I  Pero  Iòspueblos  hambrientosy  sediehtos  de  justipia 
Be  lanzaronùlas  batallas. 

Fué  en  su  ticmpo  que  la  ì*evolucion  se  atrevió  à  sefìalar  el 
deber  de  una  Victoria.  Esà' Victoria  era  el  ideal  de  la  vida  noe- 
va,  formando  la  serie  trionfante  de  los  afios  futuros,  un  itine- 
rario de  sacrificios  para  alcanzar  una  patria,  un  corazon  social, 
un  pensamiento  solieranó.  Gsa  patria  no  esistia.  Sevéiautan 
solo  los  perfiles  magnfficos  de  las  demarcaciones  naturales.  Era 
la  cuna,  faltaba  el  habitnnte;— era  el  tempio,  faltaba  el  sacer- 
dote. Aìslado,  solitario  éindefenso  vagaba  el  espiritu  futuro. 
Una  gerarqula  de  fierro,  un  cielo  de  tinieblas  mantenia  en  el 
encantamiento  del  miedo  al  pueblo  Americano.  Para  levantar 
à  los  Àndes  ha  sido  necesario  la  exaltacion  del  fuego  interno 
del  pianeta.  Para  levantar  una  patria  fué  necesario  la  exalta- 
cion del  fuego  divino  en  las  entraflas  de  la  humanidad  dolìente. 

Y  se  alzaron  los  Andes  delineando  el  molde  !  i  y  se  alzò  el 
espiritu  animando  el  cuerpol  A  los  portentos'de  la  creacion 
oprimida,  responden  los  milagros  de  la  resurreccion  de  la 
"verdad. 

Llegó  el  momento  de  la  lid  tremenda.  Cortes,  Pizarro,  Val- 
divia,  Garay,  han  oido  en  sus  sepulcros  el  paso  de  las  lejiones, 
yselevantan  despiegando  al  viento  sus  banderas.  Setocala 
llamada  jeneral  del  OHnoco  al  Piata;  y  los  Andes  iluminan  k  los 
guerrerQ3  con  sus  antorchas  de  volcanes.  En  grandioso  palen- 
que  la  America  se  presenta  convocando  à  sus  soldados  y  revis- 
tiendo  su  armadura  invulnerable — Ami,  lanceros  de  Colombia. 
Araucanos  de  Chile,  gauchos  de  la  pampa  Arjentina:— Es  el  dia 
de  los  funerales  de  los  siglos. — A  mi  los  negros,  y  los  indios^ 
porque  la  igualdad  es  mi  causa — A  mi  los  deseos  y  las  aspiracio- 
nes  de  los  siglos,  porque  la  filosofia  es  mi  causa— A  mi  la  tradì- 
cioo  dela  luz  omnipresente,  porque  la  libertad  es  mi  causa— 
A  mi  la  esperanza  y  caridad,  porque  la  fraternidad  es  mi  caxtsa — 
A  mf  el  pprvenir,  porque  la  soberania  del  hombre  y  de  loà  pue* 
blos,  en    armonia  divina,  es  mi  prògrama.    Y  los  viejos  cam- 


—  417  = 

pèones,  loshijos  deaquellos  hom'bres  defierroffue  encadenaron 
la  America  à  la  Espafla;  coatestaban:— A  noàotros,'  stibditos  fieles 
del  rey  y  monarqnla.  Somòs  la  autoridad  y  Ih  pai/  La  inde»- 
pendencia  es  deslealtad,  ìnsarreccion  y  rebeldia.  Eterna  obe- 
diencia  es  el  mandato^  y  la  salvacion  de  las  almaa  sera  vuestra 
recompensa. 

"Y  fué  la  batalla  ! — O  si  yiviera  en  nosotros  el  espirilu  de  esos 
aùos  de  gloria! — Cada  soldado  era  im  programa  y  llevaba  la 
conciencia  de  la  justicia  de  la  causa.— Ed  él  campo  de  la  muerte 
se  formò  la  pira  con  él  cétro  qùebrantado,  el  trono  destrozado, 
las  cadenas  cortadas  con  los  códigos  tenebrosos,  cotì  las  coslum- 
brescaducas  del  viejo  mando,  y  la  mano  vencedora  delaliber- 
iùd  lepuso  fuego:  y  delasllamas  de  esa  pira  salió  el  renaci- 
miento  del  Fénix.  Siete  repùblicas  proclamaron  sus  nombres. 
T  las  fiqjas  naciones,  testigos  de  la  lucha^  aplaadieron  é  inscri- 
bieron  esos  nombres.  La  gloria  cubrió  con  su  manto  d  las  jóve- 
nes  naciones, — y  todas  comò  vestales  inspiradas  sobre  la  tri- 
pode de  los  despojps  enemigoSy  alzaron  sus  brazos  vencedores, 
enlonandoal  Grande  Espiritu,  el  himnp  de  la  regeneracion  del 
mundo. 

Salve,  America,  patria  mia,  campatnento  de  la  idea,  hcren- 
cia  de  todas  Ifis  esperanzas,  testamento  de  todas  las  verdades. 
Yo  veò  en  ti  latierrade  la  justicia  porqueeres  ef  continente  de 
la  Repùblica,  porque  es  tu  religionla  democracia,  porque  es  tu 
honor  la  igualdad,  y  tu  aspiracion  la  paz  exelza  del  amor  y  del 
derechof 

Y  ttì,  hombre  de  America,  pobre  ó  rico,  sàbio  ó  ignorante, 
desamparado  ó  privilegiado, no  olvides ese  dia,  porque  ese  dia. 
contiene  tu  derecho.  tu  bien-estar,  y  el  porvenir  libre  de  lus 
bijos.  Ese  dia  es  la  luz  de  tu  pensamiento  libre.  Haz  que 
brille  en  ti,  en  tu  hogór,  en  las  horasde  tu  trabajo  comò  aliento, 
en  las  horas  de  descanso  cocdo  recompensa.  Ese  dia,  que  es 
la  revolucion,es  tufùerza,  tu  dignidad;  y  sus  resplandores  te 
pondrdn  en  conmnnicacion  con  la  fuente  de  la  fuerza  y  de  la 
Yerdad.  Tributa  culto  à  ese  dia,  porque  asi,  jamàs  seràs  euvi- 
lecido,  ni  oprimido.  Sea  tu  guardiana  tu  guia,  tu  compatterò, 
y  en  los  tristes  momentos  de  la  Tida,  sera  tu  Consuelo.  Bi  ese 
dia  tive  en  ti^  bara  que  no  seas  conducido  por  nadie,  sino  que 
serdB  tu  conductor.  Ese  dia  iluminarà  tu  conciencia  en  le» 
actOB  solemnesdela  vida,  cuando  tengas  que  votar,  que  obedecdk* 


—  418  — 

ó  gobeniar.  Lasmalaspa^iooes  huiràii  de  ti,  porque  te  cdcod- 
trar&n  conio  nu  libro  de  la  ley ,  eoa  el  fuego  de  la  revolucion 
igualitaria,  j  con'  la  decision  de  ser  fiel  al  testamento  de  tus 
padres. 

0  Revolucion!  Como  quisiera,  ó  lector  hepmano  mio,  que  te 
penetrases  de  lo  que  es  la  revindicacion  del  derecho  en  la  pere- 
grinacion  dolorosa  de  la  bistoria! — Como  quisiera  que  el  cuadro 
de  los  martiriòs  de  la  bumanidad  en  todo  tiempo,  e&tuviesc 
presente  à  tu  memoria,  para  que  por  su  centraste  sintieses  el  va- 
lor, comprendies^s  la  importancia  de  la  filosofia  y  de  la  esponta- 
neidad  del  hombre  libre,  que  produjo  la  Revolucion  de  la  inde- 
pendencia!— Si  haj  prodigio,  este  es.  Si  bay  revelacion  de  la 
providencia  en  la  bistoria,  està  ba  side  la  mas  grande,  la  mas  fe- 
cunda  y  la  que  lleva  el  sello  de  la  inmortalidad  de  su  existen- 
cia. 

Nunca  se  ba  visto  mejor  à  la  lògica  de  la  s6beranfa  del  bom- 
bre,  producir  sus  consecuencias  en  los  hechos,  en  las  costum- 
bres,  en  las  inslituciopes,  en  el  pensaraiento  delospueblos,  con 
mayor  alcance  y  legitimidad.^Esa  lògica  del  principio  de  lalì- 
bertad,  fué  mas  sabia,  fué  mas  consecuente,  fué  mas  preciosa, 
fue  mas  beróica,  que  la  ciencia  y  conciencia  de  todos  los 
caudillos,  guias  ó  conductores  de  los  pueblos.  Los  pueblos  que 
nada  sabian,  supieronmas  al  otrodiaquelos  promotores.  Los 
ignorantes  y  las  masas  sin  saber  lo  que  es  un  principio^  desde 
que  principiaron  él  la  libertad,  fueron  los  verdaderos  sai  vado- 
res  de  la  Revolucion.  Los  grandes  caudillos,  los  bombres  de 
juntas,  de  universidades,  y  congresos  vacilaron  y  temblaron  so- 
breelsuelo  candente  de  la  revolucion,  y  aun  volvieron  sus  ojos 
alpasado,  queardia^  comò  esa  hijade  Lot. 

Pero  la  idea  babia  iluminado;  los  Americanos  babian  mordido 
el  frutodela  ciencia;  los  plebeyos  columbraron  en  slmismola 
revolucion  de  la  grande  bumanidad,  y  entonces  yano  bnbo  sino 
marcbar  li  la  Victoria  garautida  por  la  reaolucion  devenccró 
morir.  Està  es  la  epopeya  Americana  que  espera  su  Homero. 
Està  es  la  bistoria  de  la  Independencia  que  espera  suHerodóto. 
Estos  son  los  bechos  y  elementos  que  bullen  en  la  bornaza  es- 
perando etmoide  de  un  Fidias  para  la  estàtua  de  la  libertad. 
Bstos  son  los  pueblos  de  America  que  esperan  la  filosofia  para 
iiecUraclaley  de  U  bistoria  presidiendo  el  movimiento  Imma- 
ino. 


—  419  — 


Lacreacioneslagloriade  Dios— la  reroloiBìoa  es  la  gloria 
de los  pueblos.  La  reyolucioa  es  lacreacioa  del  hombre,  coope- 
radqr,  cònttaaador  de  la  obra  de  lafatalidadqaeen  sus  manos 
se  transforma  en  providencia  por  la  posesion  de  la  libertad. 
Traicionar  ù  la  obra  de  la  revolucìon  es  abdicar  la  providencia 
divina  parala  administracion  y  gobiernodelatierra. 


PELICaO  DE  LA  BÌEVOLUCIO» LA  CIVILIZACIOff — LA  CIVILIZA- 

EUROPEA. 

Y  esa  revolucion,  esa  causa,  ese  porvenir,  peligran,  Ameri- 
canos. 

Kuestro  derecho  A  la  tierra,  nuestro  derecho  de  goblerno, 
nuestra  independencia,  nuestra  libertad,  nuestro  modo  de  ser, 
nuestras  esperanzas,  nuestra  dignidad,  nuestro  honor  de  liom- 
bres  libres,  todo  es  boy  amenazado  por  la  Europa.— La  con- 
quista otra  vez  se  presenta!  —La  conquista  del  Nuevo  Mun- 
do! — Las  viejas  uacioues  pìrAlicas  se  han  dividido  el  continen- 
te,— y  debemos  unirnos  para  salvar  la  civilizacion  americana 
de  la  invasion  barbara  de  Europa. 

La  coivQuiSTA,  Americanos!  — He  ahi  porque  he  querido  pre- 
sentaros'lo  que  fué,  es  decir  el  mal  de  la  esclavitud.  He  ahi 
porque  tambien  os  he  presentado  la  revolucion  que  acabó  conia 
conquista.  La  causa  del  mal,  del  error,  de  la  mentirà,  de  la 
tìrania,  dola  degradacion;  es  la  conquista.  La  causa  de  la  ver- 
dad,  del  bien,  del  derecho,  de  la  dignidad  es  la  causa  de  la 
revolucion.  La  causa  de  la  verdad  religiosa,  de  la  verdad  po- 
litica, de  la  verdad  social,  es  la  causa  de  la  America.  La  Ame- 
rica es  la  causa  de  là  civilizacion  sintètica  producida  por  là  filo* 
sofia  del  derecho  y  del  sentido  comun,  para  salvar  teda  raza, 
para  garantir  todo  derecho,  para  satisfacer  teda  necesidad,  para 
desarrollar  el  principio  inmortai  de  la  autonomia,  y  Uevarlo 
basta  sus  ùltimas  consecuencias. 

La  America  es  pues  la  gran  causa  de  la  humanidad,  porque 
representa  la  causa  de  la  justicia.  La  America  es  hoy  el  repre- 
sentante de  la  civilizacion  Americana,  centra  la  civilizacion 
Europea. 


—  tà»  — 

Causa  de  la  cìvilizacìon  eérìa  causa  de  la  idea  de  lo  justo,  es 
la  causa  del  derecho  y  de  la  integridad  del  bumano  derecho,  en' 
politica,  rellgioQ  y  sociabilidàd.  Es  la  causa  de  la  dignidad  J 
de  la  justicia. 

Pero  si  por  civilizacion  se  entiende,  la  causa  de  lo  ùtil,  de  la 
riqueza  ó  de  lo  bello  mal  enteudido,  y  no  se  toma  en  cuenta,  la 
idea  de  lo  justo,  tal  civilizacion  la  rechazamos; — y  es  esala  civi- 
lizacion que  la  vieja  Europa  representa. 

Qué  bella  civilizacion  aquelia  que  conduce  en  ferro-carril  la 
esclavitud  y  la  vergùenza  ! — Qué  progreso,  el  comunicar  una 
infamia,  un  atentado,  una  órden  de  ametrallar  à  un  pueblo  por 
medio  del  telègrafo  eléctricol — Qué  confort!  alojar  4  multitu- 
des  de  imbéciles  ó  de  rebaiios  humanos,  en  palacios  fabricados 
por  el  trabajo  del  pobre,  pero  en  honor  del  dèspota  ! — Qué  ilus- 
tracion  I  tener  escuelas,  colegios,  liceos,  universidades,  en  don- 
de se  aprende  el  servilismo  religioso  y  politico,  con  todas  las 
flores  de  la  retòrica  de  griegos  y  romanos! — Qué  magnificen- 
cia! — esos  teatros  sumptuosos,  escuelas  de  prostitucion  I — Qué 
amor  al  arte  !  esos  palacios,  esos  templos.  esas  bastiUas^  esas 
foiìtìficacionefl  pira  engatìar  ó  aterrar  àloshombres!— Quéade. 
lanfSl  esos  cAnamos,  esos  puentes,  esos  acueductos,  esos  cam- 
pos  laDrados,  es^P  pantanos  disecados,  esos  bosques  alineados 
y  peinados,  esas  magnfficas  praderas  bien  regadas,  para  que 
pastoree  contenta  la  multitud  envilecida  del  pueblo  soberano, 
convertido  en  canalla  humana,  para  aplaudir  en  el  circo,  para 
sufragar  por  el  crlmen,  para  servir  en  los  ejércitos,  para  esda- 
vizar  à  sus  hermanos,  para  contribuir  d  la  gloria  y  prosperidad, 
y  civilizacion  de  los. imperiosi 

Qué  civilizacion  tan  admirable,  que  coloca  en  primera  linea, 
el  vestuario,  el  albergue,  la  cocina  ! — las  pelucas,  los  guantes, 
los  tules,  los  encajes,  los  cristales,  los  vinos^  los  pasteles  ! — 0 
civilizacion  que  se  confunde  con  la  moda,  basta  hacer  que  sea 
moda  despreciar  Io  justo!  ~-0  civilizacion  que  hace  consentir  el 
decoro  humano  en  la  toilette^  en  las  palabras  de  saludo,  en  los 
gestos  de  salutacion^  en  el  modo  de  tornar  un  cubierto,  en  la 
manera  de  sonreir  ! — 0  civilizacion  que  cree  tener  manos  lim- 
pias  con  ponerse  guante  bianco,  y  corazon  puro  con  una  camisa 
bien  la  vada,  y  brillo  intelectual  con  ostentar  diamantes,  y  sabi* 
duria  con  la  actitud  del  desprecio  del  asnol  y  virtnd  social  con 


.—  421.— 

la  ostentacioa  del  egoismo,  ;  merita  personal  con  la  corrapcion 
de  lamuger! 

Y  civilizacion  se  Uama  la  indiferencia  pok*  la  cansa  pùblica^  7 
gran  discusion  sobre  la  corbata  ó  sobre  el  coche. 

Y  es  civilizacion  europea  sentirse  libre  de  la  soberania  bajo 
el  despotismo  de  los  imperios, — sentirse  libre  de  la  responsa- 
biudad  humana^  haciendo  à  los  gobiernos  ùnicamente  respon- 
sables  de  las  matanzas  qne  cometen  con  las  eontribuciones  y 
ejércitos  del  pueblo. 

Y  es  civilizacion  europea  la  ciencia  de  la  mentirà  que  se  llama 
diplomacia  ! 

Y  es  civilizacion  europea  la  doctrina  de  la  esclavitud  necesa- 
ria,  y  del  despotismo  histórico,  la  doctrina  dèi  éxito,  la  moral 
del  resuitndo,  la  tdctica  de  todo  medio  para  conseguir  un  fin,  la 
doctrina  de  las  libertades  prematuras^  del  tutelage  de  los  pue- 
blos,  de  la  curatela  delalibertad,  del  pupilage  de  la  soberania, 
de  la  infancia  de  la  autonomia,  de  la  suspension  del  derecho, 
de  la  prostergacion  de  la  justicia. 

^  Y  no  es  humillante  para  la  dignidad  humana  que  al  hablar  de 
civilizacion,  que  debe  entenderse  se  habla  del  derecho,  de  la 
idea  de  lo  justo,  se  pretenda  suplautar  esa  idea,  con  la  riqueza, 
comodidad,  etc? 

Los  despota s  y  los  tiranos  y  todos  los  despotismos  y  todas 
las  tiranias,  bablan  boy  de  vapores,  d«  ferro-carriles,  de  telé- 
grafos  eléctricos,  de  màquinas,  de  construcciones  de  bospitales 
y  palacios  y  museo^. 

Pero  grandes  estùpidos,  ó  corrompidos,  que  confundis  la  idea 
de  lo  justo  con  la  idea  de  lo  ùtil,ó  que  quereis  dar  à  entender  lo 
uno  por  lo  otro,para  apagar  elresplandor  esigente  de  la  idea  del 
deber,  y  disculpar  ó  disimular  el  servilismo  en  que  vi  vis  ó  en 
que  vivirias  si  llegase  el  caso,  ^no  veis  que  el  despotismo  se 
fortifica  con  eso  mismo  que  alegais  para  su  honra? — No  veis  que 
por  medio  del  telègrafo  y  del  camino  de  fierro  puede  sofocar 
mas  ràpidamente  las  insurreccianes? — No  veis  que  todos  los 
progresos  materiales  son  armas  |de  dos  filos,  y  que  los  cailones 
rayados  sirven  del  mismo.  modo  à  la  libertad  6  d  la  opresion? 
^Y  no  veis  que  presentar  comò  simbolo  ó  idea  de  la  civilizacion, 
lo  que  se  llama  progreso  material,  es  hacer  ^onsistir  la  civili- 
zacion en  la  transformacion  de  la  materia  ? 


r-  424  —  I 

tiitas^  à  qaieiiea  hemps  de   verarrastradas  ù  los piés  de  la  Re 
Yolucioa  ó  ^  la  barbàrie,  por  su  barbàrie  y  su  mentirà.    Que- 
reis  devorarnos^  para  no  devoraros. 

Yeamos  abpra  que  hacen  boy  dia.  esas  grandes  potencias  de 
}acivilizacion  Eqrppea! — 

La  bàrbara  Rusia  arranca  de  su  suelo  ó  extermiaa  à  la  raza  he- 
f  óica  delos  Cauca^os,  y  destroza,  descuartiza  y  martiriza  à  la  Polo- 
nia.— Bl  Austria  cruelyjesnitìca,  roba  à  la  Italia  un  fragmento,y 
esclaviza  à  la  Hungria,  à  la  Bobemia  y  à  una  parte  de  la  Polo- 
nia.— La  pedantezca  Prusia  roba  uo  fragmento  à  la  Polonia  y 
boy  en  alianza  con  el  Austria,  acaban  de  consumar  el  atentado 
de  la  Dinamarca.  La  Francia  sienta  en  el  trono  de  su  imperio 
ó  un  Bonaparte,  sobre  lasruinas  dela  Bepùbiica  traidoramente 
derribada  y  sobre  el  escàndalo  del  perjUrio  mas  estupendo  de 
la  bistoria.  Sobre  la  ley  y  la  moral  ha  elevado  al  despotismo 
bautizàndolo  con  siete  millones  de  s^fragios.  Y  al  exterior, 
Francia  que  tanto hemos  amado^  quéhas  hecho?— La  destruc- 
cion  de  la  Bepublica  Bomana,  la  ocupacion  de  los  Estados  del 
Papa  que  impide  la  integri  dad  territorial  de  Italia.  Conquistar 
Àia  Argelia,  saquear  en  China,  traicionary  bombardear  en  Mè- 
dico.— ftt^icò  habia  Uegado  al  momento  supremo  de  su  regene- 
racion:  Lo  sumerjes  de  nuovo  en  los  horrores  de  la  guerra  en 
alianza  de  frailes  y  traidores  y  colocas  sobre  las  ruiuas  de  Pne 
bla  la  farsa  de  un  imperio.-  La  Inglaterra,  oh  la  Inglaterra! — 
iqxké  bace  en  la  India  la  libre  nacion  de  laspciucas  empolvadas^ 
y  de  los  lores  rapaces  ?  Sangrey  explotacion,  despotismo  y 
conquista.  Tapibien  aparèce  un  momento  en  Méjìco  y  ofrece 
tres  naves  à  Màximiliano. 

Ha  llegad^ael  dia  de  tornar  cuent^a  y  de  llevar  libro  abìertò  à 
las  industrias  ^apdàlicas  de  las  Yiejas  naciones. 

Héaiif  las  que  se  Uaman  grandes  potencias  de  la  Europa. — 
La  Espàila,  ya  la  hemos  definido,  y  apesar  de  sus  pretensiones 
dprimera  poteneia,  no  qcderen  admitirla  en  el  nùmero,  las  na- 
ciones que  se  creen  àrbitras  de  la  humanidad.  No  obstante, 
qniere  dar  pruebfts  de  que  es  una  potencia  y  se  sacrifica  por 
conflunar  la  conquista  de  Santo  Domingo, — y  apesar  de  la  po- 
breza  de  sn  erario  fecundado  por  el  huano  de  las  islas  de  Chìn- 
cha,  no  puede  acabar  de  exterminar  à  los  heróicos  rcpubli- 
canos. 

Ya  conoeemos  los  pactos  antiguos  y  secretos  de  sus  diaboli- 


—  425  — 

tsas  alianzàs  para  acàbar  con  fa  Bepùblica  en  el  mnodo. — Ya 
Temos  en  prActica  el  principio  de  un  nueyo  repartimiento  de  la 
Amérii^a. 

He  ahi  el  enemigo  externo.    Es  el  viejo-mundo  que  ha  entre 
Tisto  sa  fin  al  resplandor  de  las  estrellas  de  America,  consteia- 
cion  del  nueYO-<mundo  que  nopaede  arraneor  del  firmamento 
de  la  humanidad,  y  que  ilumina  las  mansiones  tenebrosas  de  la 
Eiiropa. 

Atràs  pueslo  que  se  Uama  civilizacion  Europea.  La  Europa 
no  puede  ciyilizarse  7  quieren  que  nos  civilice.  La  Europa 
con  su  accion  social  7  politica,  con  sn  dogma,  su  moral,  su  di- 
plomacfa,  con  sus  instituciones  7  doctrinas,  es  la  autonomia  de 
la  America. 

Alla  la  monarqufa,  la  feudalidad,  la  teocracia,  las  castas  7 
familias  imperantes;  acàla  democracia. 

En  Europa  la  pràctica  de  la  conquista, — en  America  su  aboli- 
cion, 

En  Europa  todas  las  supersticiones,  todos  los  fnnatismos,  to- 
das  las  instituciones  delerror^  todas  lasmiserias7  yejeces  de  la 
historia  acumuladas  en  pueblosserviles  ó  fanatizados  por  la  glo- 
ria y  porla  fuerza; — en  America  la  purificacion  de  la  historia,  la 
religion  de  la  justicia  que  penetra. 

Se  dice:  pero  hay  libros,  bay  teorias,  hay  sàbios,  ha7  museos, 
hay  ciencia  à  manos  llenas,  industria  estupenda,  adminìstracio- 
nes  admirarables.  Està  bien,  pero  esos  libros,  esa  ciencia, 
esos  sabios,  esos  museos,  esa  industria,  noimpiden  que  los  pue- 
blos  sean  los  verdugos  de  los  pueblos.  Esasteorias  no  han  po- 
dido  conseguir  que  las  naciones  practiquen  la  justicia,  que  res- 
ponsabilicen  ù  sus  gobiernos,  que  respiren  con  libertad,  que 
respeten  la  moral. 

Esa  civilizacion  de  librds  7  museos  no  ha  podido  evitar  que 
una  nacion  corone  à  un  perjuro.  Las  nacionQS  hablan,  hacen 
el  bien  ó  el  mal  por  el  òrgano  de  sus  gobiernos.  Esns  naciones 
aplauden  ù,  sus  gobiernos.  Esas  naciones  amdn  à  sus  gobier- 
noSj  dan  sus  tesoros  7  su  dangre  para  todos  los  atentados.  Esa 
espuesla  accion  total,  la  resultante  de  la  civilizacion  Europea — 
7  quereis  que  no  le  digamos  atrds? 

He  ahi  pues  el  enemigo — 7  el  enemigo  que  invade,  elenemigo 
que  quiere  hacer  desaparecer  del  mundo  A  la  Reptkblica,  porque 

6 


—  426  — 

ella  es  el  juez  de  sus  atentados,  la  protesta  latente  contra  el  des- 
potismo,la  prueba  refalgente  de  la  verdad,  de  la  utilidad,  de  la 
justicia  de  la  democracia,  sin  rejes,  emperadores,  ni  ponti- 
fices. 

Ese  es  el  enemigo  externo:  Adversus  hosiem  aeterna  aueto- 
ritas. 

Combatiremos  con  la  union  y  solidaridad.  (Este  punto  ya 
ha  sido  tratado  en  la  «America  en  peHgroy>^  j  otros  escritos.) 
Combatiremos  el  cspfrilu  traidor,  servii,  de  su  vanguardia 
doctrinaria  y  jesuitica.  Combatiremos  sobre  todo  el  elemento 
de  alianza  que  pueda  encontrar  el  eneuigo^  en  los  resabios  que 
aunquedan  de  la  conquista.  Combatiremos  sobre  todo  à  ese 
enemigo  externo,  arrancando  de  nucstromodo  de  ser  toda  ìnjus- 
ticia,  toda  desigualdad,  todo  privilegio,  todo  atraso  en  las  ins- 
tituciones  y  costumbres,  todo  estùpido  orgullo  de  ociosidad,  de 
inaccion;  y  elesplritu  de  crueldad  y  superioridad  respecto  à  las 
razas  indfgenas,  tan  solo  porquelas  reputamos  ioferiores,  ymas 
que  todo  triunfaremos,  si  real  y  sinceramente  practicamos  las 
instituciones  democrdticas,  que  son  la  forma  de  la  energia  total 
de  una  nacion. 

EL    EIVEMIGO    INTERNO. 

El  enemigo  interno  consta  de  todo  aquello  que  sea  contrario  i\ 
la  religion  del  pensamiento  libre,  ù  la  soberania  universa!,  aj 
culto  de  la  justicia  con  nosotros  mismos,  con  los  pobres,  con  los 
Indios.  El  enemigo  interno  es  todo  gérmen  de  esclavitud,  de 
despotismo,  de  ociosidad,  deindolencia,  de  indiferencia,  de  fii- 
uatismo  de  partido.  £1  enemigo  interno  es  la  desaparicion  de 
la  creencia  de  las  nacionalidades  inviolables,  la  desaparicion  del 
patriotismo  severo  y  abnegado  que  prefiere  ver  à  la  patria  po- 
bre  y  dignay  en  la  via  indeclinable  delhonory  del  derecbo,  à 
la  patria  rica  y  mancillada  con  el  adulterio  de  las  intervencio- 
nes  estrangeras  ó  dirijiendo  su  politica,  segun  el  temor  de  un 
bloqueo.  £1  enemigo  interno  es  la  abdicacion  de  la  soberania 
individuai  en  mànos  de  gobiemos  ^  quienes  se  les  erije  en  infa- 
libles,  ó  de  cfrculos  ópartidos  que  profesan  el  principio  de  im- 
poner  su  credo,  por  todo  medio,  ó  de  conseguir  susfines  por 
cualesquiera  medios.  El  enemigo  intemo  es  sobre  todo  nuestra 
cobardiapara  declarar  y  sentir  y  ejecutar  el  pensamiento  since* 


i 


—  427  — 

ro,  la creencia  radicai,  la  intencion  escondida  por  nuettras  pa 
labras.     EI  enemigo  interno  es  la  prostitacion  de  la   palabra,  la 
prostitucion  de  las  instituciones  buenas,  torcidai  al  aervicio  de 
ìntereses  ó  pasioncs  del  dia. 

Iteasumiendo,  podemos  decir  que  el  coemigo  interno  es  la  eda- 
cacion,  las  malas  instituciones,  la  corrnpcion  de  los  hombres,  ó 
la  desaparicion  progresira  del  espirila  de  abnegacion  por  el  de- 
ber  y  por  la  patria. 

El  remedio!  La  edncacion,  es  decir,  el  naeyo  texto,  la  nue- 
ya  ensedanza  parificada  de  todos  los  errores  de  la  educa- 
cion  antìgua:  esto  es  en  cuanto  à  las  generaciones  nueTas. 

La  predica  de  las  instituciones  libres,  comunales,  judiciales, 
descentralizando  la  administracion  ylajusticia,  haciendo  que 
cada  dia  acudan  mns  hombres  d  practicar  el  oficio  de  jurados  en 
materia civil,  politica  j  criminal,  y  à administrar  sus  propiosin- 
tereses  locales,  departamentales,  etc.  Està  es  la  gran  educa- 
cion  de  las  instituciones,  la  mejor  7  la  mas  segura.  El  que  prac* 
ticala  soberania,  ó  que  sabe  que  debe  practicarla  corno  juez, 
elector,  legislador,  municipal  etc,  ese  es  un  soberano  indes- 
tructible. 

La  reforma  de  la  administracion  de  justicia.  Este  es  otro 
punto  capital.  El  que  no  obtiene  justicia  es  enemigo.  Y  et 
preciso  decirlo:  el  pobre  està  fuera  de  la  justicia  I 

La  desigualdad  social  mantenida  por  los  partidos  y  las  malas 
Icyes. 

La  colonizacion  del  pais  con  extrangeros,  cuando  los  hijos 
del  pais  se  muerèn  de  hambre. — 

Eldesconocimiento  y  negacion  del  derecho  en  los  hombres  li- 
bres, llamadoslosindlgenas,  y  la  suprema  injusticia,  la  crueldad 
hasta  la  exterminacion  que  con  ellos  se  practica:  està  es  heren* 
eia  espatiola.  Todo  hereje  es  enemigo,  y  al  enemigo,  la  muerte. 
El  indio  es  hereje,  luegodebe  desaparccer. 

Si  despuesdehaber  estudiado  la  conquÌ8ta>hacemos  una  com- 
paracion  con  la  actualidad,  un  justo  motivo  de  alegria  llena  de 
esperanza  al  corazon.  Pero  si  despues  de  habernos  comparado 
conelpasado,  nos  comparamos  con  el  ideal,  con  el  deber^  con 
la  Terdad,  un  justo  motivo  de  exitacion  revolucionaria  [noi 
anima. 

No  ha  desaparecido  enteramente  ese  pasado.  Nuestro  presen- 
te es  lucha.    Nuestro  pervenir  nos  acosa  por  precipitar  el  ad- 


~  428  — 

Tenimientodela  josticia,  antes  quelostraidoresy  el  Tiejo  man-' 
doee  desprendaa. 

Ha  desaparecido  la  esclaritud  de  los  iiegros  en  todas  la^Bdr^. 
pùblicas,  (noen  eIBrasil). 

Han  desaparecido  las  desigualdades  legales  de  las  razas.  Ta 
nohay  capitacioD,  ni  mito,  ni  encomiendaS)  ni  repartimientos. 
Laariatocrdciafuéabolida^  aunque  todavia  en  Chile  bay  majo- 
razgos. — • 

Ya  no  estamos  en  incomunicacion  con  el  mando.  Snbsisteu  las 
aduanas  corno  monumento  uni  versai  de  la  torpeza  de  todas  na« 
ciones, — pero  elcomercio  ha  ganado  en  franquicias.    La  ìndus* 
tria  es  libre,    £1  pasaporte  abolido. 
Han  desaparecido,  aunque  no  completamente  los  estancos. 
He  ahi  algo  bajo  el  aspecto  social  y  econòmico. 
Bajo  el  aspecto  penai,  se  ha  abolido  el  tormento  jadicial^  la 
pena  de  muerte  por  causas  pollticas,  el  testimonio  personal  con- 
tra  si  mismo. 

Bajo  el  aspecto  eivil,  casi  todas  las  Bepùblicas  tienen  ya  sucó- 
digo  civil  en  concordancia  con  las  instituciones  polfticas,  decla 
rande  las  consti tuciones,  ser  nula  toda  ley  que  esté  en  contra* 
diceioQ  con  ellas. 

Bajo  el  aspecto  religioso,  la  tolerancia  en  Chile,  la  libertad  de 
cultos  en  las  Bepùblicas  Argentina,  Orientai,  Peruana,  Yenezola* 
na, — la  separacionde  la  Iglesia  y  delEstado  en  los  Estados-Uni- 
dos  de  Colombia,  y  era  està  reforma  religiosa  la  que  Mexi- 
co consumaba,  cua^do  la  Iglesia  trajo  de  la  mano  k  la  inva- 
Sion. 

Bajo  el  aspecto  politico,  todo  en  palabras,  algo  en  realidad, 
nada  respecto  A  lo  que  bay.  que  hacer,  para  la  libertad  integrai  del 
hoabre  y  delpueblo. . 

En  cuanto  à  costumbres,  disminuye  la  ociosidad,  el  trabajo 
se  cnnoblece  en  la  opinion^  cunde  la  idea  de  la  necesidad  de  la 
iniziativa  industriai,  se  siente  la  necesidad  del  movimiento^  la 
neoesidad  de  aumentar  las  comunicaciones  y  abr^viar  las  distan- 
cias,  se  convienie  en  la  necesidad  de  ia  instruccion,  pero  todavia:  > 
noiAepuede  comprender  laeducacion. 

Nos  quedan  resabios  de  la  Espaila:  el  abusa  de  la  palabra-,  ei 
culto  del  oropel,  el  charlatanismo  del  valor,  del  corage,   de  lH  ; 
bravura,  1  del  tambory  del  clarin-^ese  <  desden  ù  odio  instintivo 
lasA.  cienttMii,— esa  vocacion  detestable  por  la  abogacia,-*^Ia  ; 


—  429  — 

-  empleomoiiia,  la  cxageracion"  para  todo,  la  adrairacion  para  lo 
exterior,  para  lo  que  es  seùsaeion,  para  la  brocha  yorda;— te  po- 
ca dispoaicioa  para  la  conceatracion  fecunda  del  espirilu,  la  HÌn- 
guna  originalidad,  la  poca  persoHalidad,  el  despotismo  de  la 
modaabsavda,  el  poco  respeto  reciproco  del  hombre  porel  hom- 
bre,la  vulgaridad  vacia  y  estupenda  de  nuestras  relaciones  so- 
ciales. 

YIos  hàbitOB  de  obedieocia,  gran  Dios'— Etìperarlo  todo  de 
la  autoridadl 

— Disposicion  hereditaria,  moniirquico-católica,  à  convertir 
en  infalibilidad  al  poderi— Intolerancia  miserable,  en  religion 
y  en  politica,  que  revela  el  terror  de  la  no,  posesion  del  poder 
porque  estar  con  el  poder,  es  ser  todo;— y  no  esUt  en  el  po- 
der ó  con  el  poder,  6  con  el  parti  do  del  poder,  es  sentirse  de- 
samparadoÀ  del  cielo  y  de  la  tierra. 

En  verdad  os  digo:  el  dia  en  que  todo  honabrey  sin  contar  con 
nadie  se  crea  y  scsienta  iglesia,  partido  y  poder,  ese  sera  el 
diade  la  libertad. 

Libertadl  caantos  te  aclaman  y  proclaman,  y  niegan  la  so- 
berania  de  la  razon. 

Libertad!  cuantos  presldentes  ó  ministros  te  aclaman,  procla- 
man, y  pisotean  ó  dejan  pisotear  à  la  justicia. 

Libertad!  Hasla  los  jesuitas  te  invocanya  en  nuestros  dias! 
Nadic  mejor  que  ellos  quisieran  abrazarte  con  mas  amor,  para 
sofocarte  con  mas  gusto. 

No  confuudais,  Americanos,  el  charlatanismo  de  la  libertad, 
que  es  una  especie  de  pasaporte  para  hacerse  escuchar  en 
nuestro  siglo,  con  la  realidad  del  espJritu,  y  con  los  actos  ver- 
daderos  que  la    libertad  exige  con  su  lògica  inflexible. 

No  bay  libertad  sin  el  dogma  de  la  libertad,  sin  la  leyde  la  li- 
bertad, sin  la  pruclica  de  la  libertad. 

El  dogma  de  la  libertad  es.la  soberania  de  la  razon. 

Ln  ley  de  la  libertad  esser  libre  en- todo. 

La  pràctica  de  la  libertad  son  los  actos  cuotidianos  de  lavida 
para  extender  la  accion  de  todos  al  gobierno  de  todos  los  in- 
tereses  y  derechos. 

Asi  pues,  el  que  babla  de  libertad  y  niega  su  dogma,  ese 
miente  ó  no  sabe  lo  que  dice. 

El  que  babla  de  libertad  y  desconoce  la  igualdad  en  todo  ser 
humano,  ese  miente  6  no  sabe  lo  que  dice. 


—  430  — 

£1  que  habla  delibertad,  7  la  desconoce  en  bus  actos,  Tiolaa- 
do  la  justicia,  limitando  la  accion  del  pueblo  àtodos  los  actos 
desoberania,  humilléndose  A  los  gobierDos,  ó  faToreciendo  la 
absorcion  de  los  derechos  populares,  conia  mascara  delas  dele- 
gaciones  j  centralizaciones,  ese  mieute,  ó  no  sabe  lo  que  dice. 

He  ahi  un  criterio,  Americanos,  que  os  servirà  para  arran- 
car la  piel  del  corderò  de  las  espaldas  del  lobo  ó  del  zorro,  del 
tirano  disfrazado,  ó  del  jesuita  encubierto.  Nada  mas  grande 
que  la  santidad  de  la  palabra.  Nada  mas  infame  que  la  presti^ 
tucion  de  la  palabra. 

La  palabra  de  verdad,  es  el  de  ser^  es  la  accion^  es  la  virtud. 

La  palabra  de  doblez  es  la  nada,  es  la  muerte,  es  el  crlmen. 

La  fé  instintiva  de  la  humanidad  en  la  rectitud  de  la  pala- 
bra, es  un  hecho,  que  honra  A  la  especie  humana.  La  huma- 
nidad  cree  instintivamente  que  el  que  habla  dice  la  verdad. 

Qué  decir  del  que  se  aprovecha  de  esa  fé  instintira  para  en- 
settarie   la  mentirai 

Es  la  felonia  de  las  felonias. 

— Yes  una  de  las  mas  grandes  cobardias,  disfrazada  hipó- 
critamente  con  el  pretesto  de  que  no  se  puede  decir  ^todo,  ó 
de  que  la  verdad  puede  daftar  en  cietlos  pueblos,  óen  ciertas 
ocasiones. 

— El    engafio  es  una  de  las  mas  grandes  cobardias. 

-— Monarquista,  papista,  jesuita,  católico,  imperialista,  ariste- 
crata,  esclavócrata,  ^por  qué  nodicesclarameateloquesientes. 
lo  que  eres,  Io  que  tienes  couciencia  de  ser? — No  se  atreven. 
Hay  pues  cobardia. 

—Pero  quieres  introducir  tu  garra,  tu  error,  tu  mentirà,  eo- 
bijàndote    bajo  la  palabra  libertad. 

De  ahf  nace  que  vemos  papistas.  jesuitas,  católicos,  imperialis- 
tas,  monarquistas,  doctrinarios,  esclavócratas,  hablar  de  liber- 
tad y  de  derecho  y  de  justicial 

En  verdad  os  digo:  Jamàs  ha  habido  mayor  eclipse  de  la  rec- 
titud de  la  inteligencia  y  de  la  sinceridad  de  la  couciencia. 

T  vosotros,  Americanos,  si  quereis  ser  los  hombres  libres, 
los  hombres  de  la  sinceridad  y  de  la  verdad,  no  contamineis 
el  Nuevo  mundo  con  la  gran  cobardia  del  sofisma,  con  el  adul- 
terio de  la  libertad  y  de  las  formas  ó  dogmas  del  error  politico 
y  religioso. 


—  431  — 


Resumen. — Reformas 

I. 

Hemos  procurado  en  este  libro  dar  la  forma  del  espirita  del 
hombre-AmericaDO. 

Otro  mundO)  otro  tiempo,  otra  vida. 

Hemos  evocado  la  intuicion  de  la  verdad^rincipio^  porque 
toda  libertad,  lodo  derecho  en  ella   se  contienen. 

Hemos  expuesto  los  errores  principales:  los  que  niegan  en 
teoria,  en  la  pr^&ctica,  directa  6  indirectamente  el  principio 
Repnblicnno   de  gobierno. 

Hemos  premunido  A  las  inteligencias  desbaratando  los  sofisma 
de  la  civilizacion  europea. 

Hemos  querido  preservar  al  hombre-Americano  de  la  conta- 
roinacion  del  Tiejo  mundo. 

Hemos  evocado  las  potencias  del  hombre  en  la  integridad  de 
sus  manifestaciones,  para  armarlo  de  la  soberania  invulnerable. 

Hemos intentado  darai  hombre-americanolaconcienciade  sa 
grandioso  deber  en'el  espacio  7  en  el  tiempo,  en  America  j  en 
la  historia. 

Ahora  vamos  à  indicar  los  elementos  y  condiciones  funda- 
mentalesde  la  vida  del  derecho,  de  la  pràctica  de  la  libertad, 
de  la  organizncion  social  de  la  soberania. 

Es  una  verdad  que  no  todos  los  derechos,  ni  todas  las  garan- 
tias,  ni  todos  los  progresos,  han  recibido  su  sancion. 

Ferola  lògica  de  la  idea  continua  su  trabajo.-^Hay  discor 
dancias  eptre  los  doctores  de  los  pueblos.    Pero  cada  dia  avanza 
la  reforma,  sea  en  el  órden   politico,    religioso,    pedagògico, 
econòmico,  àdminìstrativo. — Los  males  se  revelan,  se  ostentane 
la  libertad  de  la  prensa  es  el  agitador  permanente. 

El  principio  està  en  America  afirmado,  7  darà  todos  susfru- 
tos.  LaRevolucion  no  pudo  de  golpe  realizar  sa  ideal.  La  ver- 
dadera  revolucion  inflexible  en  cuanto  al  derecho  que  debe  de- 
fender y  salvar  6  costa  de  la  vida.  no  impone  su  verdad  porla 
fuerza; — conspira  con  el  tiempo,  espera  y  trabaja  por  la  conver- 
sion  lenta  de  sus  enemigos. 


La  lìbertad  debe  empeznr  por   respetar  la  libre  creenciaaan  \ 

en  sus  enemigos.    Si  bay  esclavos  que  se  gozan  en  su  ignomi-  | 

nia,  la  libertad  puede  arrojar  sus  perìas  d  los  puercos.  Esperar 
que  esos  déspotas  y  siervos  se  rebelen,  minen  ó  ataquen  el  prin- 
cipio de  libertad  porel  cual  los  respetamos,  para  entonces  cam- 
plircon  el  deber  de  la  defensa  propia,  y  el  qaeeiiiga  laincom- 
patibilidadde  la  existencia  del  enemigo,  que  haya  juradoauestra 
muerte,  la  rouerte  de  la  libertad  del  pen^amiento,  delasobe- 
ranCa  de  la  razon  de  cada  uno,  del  derecbo  inalienable  del  go- 
bierno  propio.  Entonces  sf:  uno  ù  otro — y  np  bay  mas:  «por 
la  razon  6  la  fuerza.yi 

Bay  qtra  creencia  funesta  que  es  necesario  recordar  porque 
es  capital.  Los  hombres  tiraidos  de  pensamiento,  creen  que  el 
catolicismo  puede  ser  liberal,  la  Iglesia  fraternizar  con  la  Re- 
pùblica,  el  papado  teocràtico  presidir  à  la  soberanla  del  pue- 
blo y  la  doctrina  de  la  obediencia  ciega  (boy  limitada  por  ellos 
al  dogma  solamente)  fundar,  ó  armonizase  con  la  indepeudencia 
absolula  de  la  razon. 

Otros  creen,  para  librarse  de  laterrible  exigencia  de  la  lògica 
de  la  libertad,  que  el  catolicismo,  la  religion,  la  iglesia  por  un 
lado  y  el  Estado  ó  la  politica  por  otro,  nada  tienen  que  Yer  en- 
tro si. 

Està  cuestion  es  de  Tida  ó  muerte  para  la  Repùblica  ó  el  ,ca- 
tolicismo.  Los  que  creen  en  la  armonia  posible  de  la  libertad 
y  el  catolicismo,  han  de  desaparecer  por  la  fuerza  de  la  lògica. 
Tienen  que  llegar  t  profesar,  y  practicar  el  principio  dela  sobe- 
ranla teocràtica,  el  dominio  absoluto  de  la  iglesia,  la  prepotencia 
del  sacerdocio. 

Los  que  creen  que  nada  bay  de  comun  entro  la  religion  y  la 
politica, — queeldueflode  mi  creencia  no  ha  de  ser  el  duefiode 
mi  voto,  esos  necesitan  empezar  el  abecedario  de  la  filosofia  y 
de  la  historia. 

Està  ùltima  opinion  es  para  formar  la  indiferencia,  enervar,  la 
fuerza  de  la  opinion  y  dar  un  pretexto  al  egoismo. 

El  gran  sofisma  de  los  tiempos  modernos  es  el  de  esa  secta 
neo-ratólica.  que  el  catolicismo  legltimo  condena. 

La  pretendida  alianzade  la  libertad  y  dela  re%ion  catòlica 
es  una  pretension  tan  falsa,  que  el  mismo  pontifico  infaìible  là 
rechaza. 

LI  mundo  y&  à  la  libertad,  y  es  necesario  invocar  la  libertfid 


\ 


.  _  433  — 

aunpara  destruirla.  El  neo-catolidsmoy  qaiere  embarcarse  en  la 
nave  de  la  libertad  para  aprovechar  la  fuerza  de  la  corriente 
liberal  del  siglo.  Es  por  esto  qae  dice  el  catolicismo  es  liberal. 
Este  es  el  ùltimo  sofisma  del  paganismo  modemo  agonizante. 

Està  cuestion  la  hemos  tratado  mas  m*ì^6n5o  en  la  «America 
en  PeligrO)  »  agregaremos  una  apreciacion  histórica. 

Ya,  durante  la  decadencia  del  imperio  romano,  un  espectàculo 
semejante  presenciamos.  El  sacerdocio  pagano  vió  que  la 
filosofia,  e\  progreso  de  las  luces,  el  cootacto  de  todas  las  reli- 
giones  de  la  tierra  en  su  pantheon,  iban  descorriendo  losvejos 
delmisterio,  y  crejeron  noen  la  fabulosa,  sino  en  la  verdadera 
guerra  de  los  titnnes  espiritus-libres  que  asaltaban  en  realidad 
el  Olimpo  envejecido.  Jùpiter  desaparecia  con  su  brillantisimo 
corlejo,— -y  antes  de  que  desapareciese  la  fé  de  los  creyentes 
que  alimentaban  el  aitar,  hubo  tentativas  de  ex/^/tcacion^  de  re- 
forma,  de  transformacionen  mitos,  las  que  antes  creian  realidades 
existentes  en  el  cielo.  El  Evchmerismo  (doctrina  de  Evehmero) 
dijo  que  los  Dioses  eran  grandes  hombres,  inTentores,  funda- 
dores  y  legisladores  de  pueblos,  que  habian  sido  divinizados. 
Otros  dijeron  que  los  Dioses  no  eran  sino  las  fuerzas  de  la  na- 
turaleza,  ó  las  causas  segundas.  Otros  procuraron  reformar  las 
antiguas  concesiones,  revistiendo  A  los  Dioses  de  todas  las  vir- 
tudes  que  el  progreso  de  la  moral  exigia.  Procuraron  conciliar 
el  espiritu  nuevo  con  la  forma  caduca  de  los  dogmas,  y  coasi- 
guierori  detener  ó  estorbar  el  movimiento  regenerador  del 
estoicismo,  del  idealismo  y  dei  Evangelio  de  Jesns.  Pero  no 
hubo  remedio.  El  paganismo  fué  arrasado  por  la  alianza  del 
gobierno  con  la  iglesia. 

Hoy  del  mismo  modo.  El  neo-catolicismo,  pretende  tergi- 
versar los  dogmas  católicos  para  conciliarlos  conlarazon,  con 
la  justicia,  la  libertad  y  la  Bepùblica.  Pero  no  se  «  echa  vino 
nuevo  en  odres  viejos.  »  £1  catolicismo  esencialmente  milagroso, 
pontificai,  teocràtico,  sometiendo  la  razon  y  la  libertad  del  ciu- 
dadano,  al  credo  absurdo,  cuya  acquisecencia  exigecon  féciega, 
jamas  sera  la  religion  de  la  justicia  y  de  la  sublime  independen 
eia  del  hombre  soberano. 


—  434  — 


If. 


La  soberanfa,  ó  self-government,  dà  A  todo  bombre,  yillorio, 
canton,  proYincìa  y  Estado,  la  conciencia  de  su  dignidad,  7  el 
espiritnde  iniciativa. 

No  reconocemos  naciones  patronas.  Rechazamos  la  civiliza- 
cion  europea  que  su  accion  social  nos  presenta,  sin  que  esto 
quiera  decir  que  rechazaremos  sus  hombres,  sus  productos  ó  su 
ciencia.  Pero  en  sociabilidad^  religion,  politica,  justicia,  nada, 
afucra,  es  el  viejo  mundo. 

No  reconocemos  religion  de  Estado.  Beligion  de  Estado  es 
el  Estado  jmponiendo  ó  decretando,  ó  sosteniendo  un  dogma. 
Esto  es  tiranfa,  porque  al  estado  nadie  le  ha  dado  y  no  tiene 
derecho  de  hacer  declaraciones  dogmilticas  conio  expresìon  de 
la  conciencia  de  los  pueblos.  Es  robo  porque  sostiene  un  culto 
con  la  contribucion  indirecta  que  me  arranca  >  que  no  puedo 
consentir  se  aplique  al  sostenimiento  de  lo  que  juzgo  una  men- 
tirà. 

La  iglesia  libre  ?— que'  mas  quieren  ?  El  Estado  libre,  sin 
culto,  sin  presupuesto  de  culto,  sin  ensefianza  de  religion 
alguna. 

En  la  separacion  absoluta  de  la  Iglesia  y  del  Estado  bay  un  . 

grandioso  progreso  à  la  justicia,  à  la  economia  y  é  la  libertad.  ì 

— No  mas  enredos  de  patronatos,  concordatos,   recursos  de  i 

fuerza,  pase  de  bulas,  obispados,  fueros  eclesiàslicos,  diezmos  y 
primicias. 

— Disminucion  de  los  dias  festivos  ó  feriados. 

— No  mas  prohibicion  de  libros. 

— No  mascensuras  eclesiàsticas. 

— No  masderechos  desepultura. 

— No  mas  inmunidades  eclesiàsticas  respecto  al  servicio  per- 
sonal corno  ciudadanos  y  contribuyentes. 

— No  mas  derecho  de  asilo. 

— No  mas  bautismo  obligatorio  comò  inscripcìon  en  el  regis- 
tro cffico. 

— No  mas  matrimonio  obligatorio  ante  la  iglesia.  La  ley  del 
matrimonio  civil  es  exigida  à  todo  trance. 

^No  mas  derecho  derechazar  del  cementerio  al  no  creyenle 
ó  al  hereje. 


—  435  — 

— Aatorìdad  sobre  el  toque  de  campanas,  sobre  las  ceremo- 
nias  exteriores  del  culto  en  los  lugares  pùblicos. 

—Organizacion  del  registro  cìtìI.  Presento  aquf  el  ejemplo 
dado  por  la  BepAblica   Peruaaa,  ley  de  Enero  de  1863. 

«EL   GONGR^SO   DE   LA   REPt^BLIGA     PEBUANA 

Considerando: 

Que  es  necesario  dictar  las  disposiciones  convenientes  para 
que  se  lieve  &  cabo  la  organizacion  de  los  rejistros  civiles 

Ha  dado  la  ley  siguiente  : 

Art.  1 .  ®  Las  partidas  parroquiales  que  se  esiiendan  en  ade- 
lante,  noharén  fé  para  probar  el  estado  civil  de  las  personas. 

Art.  2.  ®  Los  pàrrocos  al  sentar  en  sus  libros  las  partidas  de 
nacimientos,  matrimoniosydefunciones,  exijiràn  un  certificado 
de  haberse  hecho  la  respectiva  inscripcion  en  el  rejistro  civil; 
lo  que  anotardn  al  m<1rgen  de  las  partidas  parroquiales. 

Art.  3.  ®  Los  pàrrocos  remitiràn  semanalmente  à  las  autori- 
dades  municipales,  una  razon  de  las  partidas  que  carezcan  del 
requisito  à  que  se  refiere  el  artfculo  anterior,  settalando  al  mis- 
mo  tiempo  el  domicilio  de  los  interesados,  para  que  se  les  im- 
ponga la  correspondiente  multa  y  se  les  compela  é  que  se  presen- 
tcn  con  el  objeto  de  que  se  haga  la  inscripcion  en  el  registro 
civil. 

Art.  4.  ®  Los  gastos  que  cause  la  organizacion  del  rejistro 
civil,  se  haràn  con  los  fondos  municipales;  y  en  su  defecto  con 
los  fondos  generales  de  la  Nacion. 

Comunlquese  al  Poder  Ejecutivo  para  que  disponga  lo  ne- 
cesario à  su  cumplimiento. — Lima  etc» 

Admiic isTRAciON  DE  JusTiciA.  Es  aqul  que  es  necesario  en- 
trar hacha  en  mano  ó  con  la  tea  del  incendio.  Óadministracìon 
de  justicia! 

Si  algo  se  ha  inventado  para  hacer  detestable  la  justicia, 
odiar  la  ley,  no  respelar  la  autoridad,  desesperar  del  derecho, 
es  la  administracion  de  justicia,  tal  corno  subsiste  todavia  en 
mucbas  de  las  Bepùblicas. 

Es  embrollada,  prolongada,  costosfsima. — No  nace  del  pue- 
blo^ el  pueblo  no  nombra  los  jueces.    Es  pues    mala  en  su  for- 
ma^ ilegal  en  su  origen.  Toda  justicia  debe   dimanar   del  pue 
blo. 


J 


1 


—  ,436  — 

El  haeho  positivo  es  que  el  pobreno  puede  litigar. 

EI  hecho  positivo  es  que  el  pobre  j  el  débil  est^a  faef a  JLt  la 
usticia. 

£1  hecho  positivo  es  que  el  partido  politico  imperante  tiene 
al  poder  judicial  eutresus  mauQS — y  eljuezes  iostrumeato  de 
partido. 

El  hecho  positivo  es  queel  derecho  de  litigar  no  es  libre,  por- 
que  se  exige  firma  de  abogado. 

Mo  Oliste  el  jurado!  He  ahi,  salvo  una  que  otra  e\epeioa,  la 
ilegalidad  j  la  desigualdad,  porqaeel  jurado  es  la  yerdaderains- 
titucion  de  la  justicia. 

Pio  mas  escribanias,  ni  escribanos,  no  mas  proeuradores  ni 
abogados,  no  mas  tramitaciones  ni  apelaciones.  ó  simplifica- 
eion  de  la  justicia! — he  ahi  tu  advenimiento! 

La  reforma  de  la  administracion  de  justicia  es  à  nuestro  jui- 
cio uno  deiospuntos  radicales  para  hacer  una  verdad.de  la 
Repùblica. 

TodoJuez  nombrado  por  el  pueblo. 

El  Jurado  en  materia  civil  y  criminal  con  el  juez  ùnico. 

Una  sentencia.  No  bay  apelacion.  La  ley  determinare  la 
exepcioUj  corno  la  prueba  del  sobornopor  ejemplo.  Sea  libre-la 
gestion, la licitacion,  sinfirma  de  abogado. 

Abolicion  del  papel  sellado. 

Todociudadanopudiendo  ser  juez,  óser  juzgado,  y  temendo 
que  intervenir  en  el  conociroiento  de  los  hecbos,  cn  el.eonoci- 
niientode  las  lejes,  por  el  juez  que  las  expone  y  conservando 
almismo  tiempo  la  soberania  de  la  constitucion  sobre  la  ley^hé 
ahi  la  grande  escuela  pràctica  de  la  libertad  y  la  justicia. 

A  juicio  mio,  nada  ennoblece  mas  al  hombre,  que  ser  revesti- 
do  por  el  pueblo  con  el  carÀcter  de  magistrado  judicial. 

Eijury  aplicado  en  materia  civil,  criminal,  y  politica  es  la  ae* 
eion  mas  grandede  la  soberania  j  la  mas  sublime  aplicacion  del 
self-government. 

— ^Y  qué  major  garantia  de  todos  los  dereehos  contra  los 
poderes  y  contra  las  lejesmismas  que  lapr&ctica  de  la  doberaaia 
del  jurado,  invalidando  las  leyesiojustasócontrarias  dia  cou- 
titucion,  con  motivo  de  un  hecho  particular  à  que  se  apUqueo, 
y  BÌendo  una  muralla  contra  todoacto  arbitrario  del  poder? 

—ìY  qué  mayor  «ducacion  para  todo  hombre,  para  el  gnu- 
cho,  para  el  pobre,  para  el  peon,  para  el  artesano,  que  ser.^ila- 


—  437 — 

mado  para  jazgar  segua  sa  coacieacia  4  nn  igual^  qae  pacd« 
juzgarlo  é  él  mismo  ea  otro  dia? 

^Y  qué  mejor  evocacioa  detodos  losiostiatos  nobles  de  la  ntl- 
turaleza  hamann,  queel  caràcter  de  jurado? 

He'  ahipues  la  pràcticadela  libertad.  Y  sise  alega  que  Io8 
hombresnoestda  edaeadospara  elio,  se  puede  coatestar,  que 
nadie  ha  sido  educado  para  serlibre^  pero  somos  libres  y  es  ae« 
Cesario  aos  dejen  libres.  Do  bay  edacacion  para  la  Repùblica, 
dicen  tambienlossofistaspara  lejitimar  el  despotismo;  dejad  pues 
qae  los  hombres  se  ednquea  practicàodola.  La  BepóbMca  hace 
republicanos.  La  jasticia  hace  justos.  La  libertad  hombres  li- 
bres. La  Bepùblicaes  el  molde  eterno.  Dejad  que  se  amolde 
el  mìllon  y  el  itidividuo. 

Alegor  la  falta  de  educacion  para  practicar  el  deret;ho,  ó  las 
iustituciones  liberales  ó  para  justificar  la  falta  de  justicia,  es  co- 
rno legitimar  el  robo  centra  el  que  no  ha  estudiado  las  pandec- 
tas.  La  pràctica  de  la  soberania,  el  hecho  de  ser  soberano  es  la 
edacacion  de  la  repùblica.    La  escuela  viene  despaes. 

La  prdetica  de  la  libertad  es  la  mejor  educacion  de  libertad. 
Todo  poder  viene  del  pueblo,  pero  nuestras  constituciones  fal- 
sean  el  principio. 

iPor  qué  no  nombra  el  pueblo  los  jueces  de  paz,  y  todos  los 
jueccs,  los  oficiales  de  la  guardia  nacional,  los  magistrados  de 
campafiia,  de  canton,  de  municipio,  de  ciudad,  de  provincia  y 
denacion? 

.  Vemosal  poder  ejecutivo  revestido  de  la  facultad  de  nombrar 
jueces,  magistrados,  oficiales.  Es  necesario  que  esa  A\cultad 
vuelva  al  pueblo.  Los  magistrados  de  la  corte  Suprema  y  de  los 
demiis  tribunales  federales  inferiores  sod  nombrados  por  el  eje- 
cutivo con  acuerdo  del  Senado.  Esos  nombramientos  pertene- 
cen  al  pueblo. 

No  hacemos  un  exàmen  de  las  constituciones.  Exponemos 
tan  solo  las  principales  consecuencias  lógicas  de  la  soberania 
del  pueblo,  cuja  pràctica  es  la  garantia  y  educacion  de  la  li- 
tadtad. 

Sea  pues  todo  hombre  soberano  en  su  creencia,  soberano  ea 
la  Icrcalidad,  soberano  en  la  patria,  soberano  en  Itf  eleccìon,  so- 
berano en  el  pòder  de  legislar,  de  juzgar,  de  ejecutar. 

Sea  todo  hombre  partfcipe  de  la  formaciòti  de  la  ley,  ó  mas 
bieh  sea  todo  ciudadano  legislador. 


—  438  — 

La  delegacioQ  de  la  soberania  es  abdicacion. 

La  representacion  absoluta  de  los  representados,   es  abdica 
cion  de  parte  de  udos  7  usarpacion  de  parte  de  otros. 

No  recoDOzco,  no  puedo  reconecer  èn  nadie  el  derecbo  de 
legìslarme  sin  que  70  haja  participado,  interyenido,  6  sanciona- 
do  la  ley. — Las  leyes  actaales  no  tienen  sino  la  legitimidad  qne 
les  dà  la  acquiescencia  de  la  ignorancia. 

El  sistema  de  la  delegacix>n  es  falso  7  atentatorìo  de  la  sobe- 
rania del  pueblo.    Delegarla  soberania  esabsurdo. 

£1  sistema  parlamentario  actual,  ó  sistema  representativo  tan 
decantado,  no  me  representa,  no  reprcsentala  Toluntaddel  pue- 
blo. El  sistema  representativo  con  mandato  imperativo,  se 
comprende  porque  entónces  el  diputado  quenombra  el  pueblo, 
promete  ó  jura  cumplir  el  programa  que  el  pueblo  le  impone  6 
le  presenta  él  su  acquiescencia. 

La  EDUCAGioif  ESCOLAR.  No  cxiste  la  educacion  de  la  Be- 
jpùblica. 

No  ha7  escuela  de  la  Repùbiica.  No  ha7  libro  de  la  Bepù- 
blica  para  texto.  No  ha7uncuerpo  de  profesores  de  la  Bepù- 
blica.  Los  gobiernoa  no  deben  ensefiar  ningunareligion,  sino 
la  moral  universa],  7  el  do^^^ma  universal  de   la  justicia. 

Y  los  gobiernos  ensefian  el  error,  el  dogma  caduco.  Dan 
por  texto  el  libro  mismo  de  los  enemigos  de  la  libertad,  7  favo- 
recen  la  educacion  de  los  enemigos  de  la  razon  7  de  la  autono- 
mia.    Y  se  llaman  gobiernos  liberales.  •  • . 


El  hombre-integral. 

Las  religiones  se  van.  —La  religion  viene. 

Las  revelaciones  histórico-locales,  desaparecen  ante  la  revelt- 
cionomnipresente  en  el  espació  7  en  el  tiempo. 

Los  terrores  de  los  elemcntos,  la  ignorancia  de  lascausas  se- 
gundas,  explotada  por  sacerdocios  falaces,  ante  la  concepcion 
del  Dios  de  amor  7  de  justicia,  seevaporan. 

£1  hombre  se  afirma  en  su  Dios,  desde  que  concibe  al  Dios 
de  la  justicia  sobre  la  muerte  del  Dios  de  la  Gracia. 

Una  santa  alegria,  una  eonfianza  sublime  le  acompafian,  desde 
que  comprende  la  eternidad  inmutable  de  la  107  7  de  las  Ie7e8. 


—  439  — 

Ko!  Este  mundo,  este  uaiverso,  ese  cielo,  qae  ven  mia  ojos 
con  todas  las  armonias  de  los  seres; — 7  ese  mando  que  Uevo 
en  mi  alma,  ese  pervenir  qae  contienen  las  sociedades,  ese  de- 
recho,  esa  razon,  ese  amor,  esa  pacificacion  en  la  harmonia  de 
las  facaltades  y  derechos,  no  son  fantasias  caprichosas  de  un 
dèspota  sapremo  que  jugarà  sa  omnipotencia  intentando  et  salci- 
dio,  con  la  destraccion  de  sns  obras  y  la  mutacion  de  sus  leyes. 
Ko.  Son  realidades  inmortales,  ideas  eternas  realizadas,  con- 
cienciade  la  inmutabiiidad  delaley. 

Yes  realidad  iamortal  la  libertad,  es  idea  eterna  realìzada  la 
soberania,  es  ley  inmutable  la  justicia 

Con  razon  temblaban  y  se  sometian  los  pneblos  infeliccs  qae 
hancreido  en  an  Diosque  puede  anonadar  sn  ohra. 

Que  fé  podia  haber  cn  la  justicia,  si  la  ley  que  la  establece, 
puede  variar  ó  depender  de  la  voluntad  de  un  dèspota  supre- 
mo, d  quien  llamaban  Dios  los  sacerdocios. 

— No  asE  nosotros.  Nos  afirmamos  en  lo  eterno,  en  lo  inmu- 
table, 7  necesario.  Hemos  colocado  al  mundo  moral  sobre  sus 
ejes.  £1  milagro  esel  Dios  que  se  enmienda.  El  milagro  es  el 
golpe  de  estado  transportado  (&   la   divinidad. 

La  Repùblica  se  encarna  en  el  Nuevo-Mundo.  El  Nuevo-Mun- 
do  representa  à  la  Repùblica.  La  Bepùbiica  en  fin  prepara  su 
dogma,  despues  de  haber  organizado  la  anarquia. 

La  Bepùbiica  con  su  dogma  de  la  individuacion  eterna,  de 
la  autonomia  universal  de  las  inteligencias; — con  su  moral  del 
derecho  y  del  deber,  de  la  equidad  y  del  amor;  *-con  su  politica 
de  la  igualdad}del  gobiernopropioentodo  tiempo  yen  todolu- 
gar  y  para  toda  funcion  indelegable; — consuadministraciondes- 
centralizada; — con  la  libertad  absoluta  del  comercio,  es  pues  la 
ciudad  del  Eden,  la  patria  de  la  justicia,  la  tierra  del  ideal. 

Y  todo  eso  es  America,  todo  eso  se  elabora  en  nuestro  con- 
tinente, todo  eso  espera  el  viejo  mundo  para  convertirse  à,  la 
civilizacion  Americana. 

El  hombre  Americano  es  sacerdote  y  ciudadano,  es  obrero  y 
pensador,  es  soberano  en  su  iglesia,  soberauo  en  el  dogma,  so 
borano  en  el  foro,  soberano  eneltrabajo.  Soberano  en  el  tra- 
bajo  quiere  decir  que  no  serd  explotado  por  el  capital  y  que  go- 
zard  del  crédito  social  hipotecado  sobre  la  asociacion  de  lostra- 
bajadores. 

El  indigena  libre  se  identificare  con  nuestra  vida,  desde  que 


—  440  — 

vcélaslmplificacioti  de'lajasticiay  la  prictica  de  los  derechas 
y  debcres. 

Yéase  pues  lo  que  significa  la  caasa  que  defendemos^  que  de- 
seamos  America  deficnda,  porque  es  su  deber  y  su  gloria  3  su 
felicidad.y  la  felicidad  del  gènero  humaho. 

Salvar  la  verdad  comprometida  por  el  sofisma,  salvarla  liber- 
tad  amenazada  por  la  traicion  y  laignorancia,  salvar  la  justicia 
desconocida  y  violada  en  el  Universo  respecto  à  la  autonomia 
de  los  pueblos,  restablecer  la  integridad  de  la  personalidad  del 
hombre  mutilada,  dividida  por  la  viejacivilizacion  de  Europa. 

Respecto  à  la  integridad  de  la  persona  humana  escribiamos  en 
Paris  en  1856. 

«  iQué  es  lo  que  se  pierde  eo  Europa?  la  personalidad.  iPor 
qué  causa?  por  la  divìsion.  Se  puede  decir,  sin  temor  de  asen- 
tar  una  paradoja  que  el  hombre  de  Europa,  se  convierte  en  ins- 
trumento, en  funcion,  màquina^  ó  en  elemento  fragmentario  de 
una  m:\quina:  Se  ven cerebros  y  no  almas- — seven  intelijencias 
y  no  ciudadanos; — seven  brazos  y  no  humanidad;  le\es,  empe- 
radores  y  no  pueblos;  se  ven  masas  y  no  soberania;  se  ven  sùb- 
ditos  ylacayospor  un  lado,  yno  soberanos.  El  principio  de  la 
divisìon  del  trabajo,  exagerado,  y  trasportado  de  la  economia  po- 
litica A  la  sociabilidad,  ha  dividido  la  indivisible  personalidad 
del  hombre,  ha  aumentado  el  poder  ylas  riquezas  materiales,  y 
disminuido  el  poder  ylas  riquesas  de  la  moralidad;  y  es  asl  co- 
rno Temos  los  destro70s  del  hombre  Botando  en  la  anarqufa  y 
fàcilmente  avasalladoà  por  la  union  del  despotismo  y  de  los 
déspotas. 

Huyamos  de  semejante  peligro.  Salvarla  personalidad  en  la 
armonia  de  todas  sus  facultades,  funciones  y  derecbos,'  es  otra 
empresa  sublime  digna  de  los  que  han  salvado  la  Repùblica  d 
despecho  de  la  vieja  Europa.  Todo  pues  nos  habla  de  unidad^ 
de  asociacion  y  de  armonia:  la  filosofia,  la  lib^rtad,  el  interés 
individuai,  nacionaly  Continental.  Basta  de  aislamieuto.  Hu- 
yamos  de  la  solédad  egoista  que  facilita  el  camino  à  la  misan- 
trot)ia,  à  los  pensamientos  pequefios,  al  despotismo  que  vigila  y 
t  la  invasion  que  amenaza.  »  (Tniciativa  de  la  America  por  F. 
Bilbao,) 

T  para  corroborar  lo  que  afirmamos,  transcribimos  la  siguien- 
te  y  profunda  observacìon: 

}i  Nous  avons  perda  le  sentimeiit  de  Tunité    de    notre    étre; 


-  441  — 

»  toutesdos  convictions  consistent  justement  À  n'y  pas  cróire^  à 
»  ne  pas  reconnattre  qùe  nos  oeuvres  de  poéte,  de  savant»  de 
»  penseur,  ne  sauruient  étre  avivées  que  par  notre  vie,  enno- 
»  blies  que  par  notre  noblesse,  qu'elles  ne  seront  jamais  q'une 
»  grimace,  un  cérémoniel  appris  au  un  travail  de  manoeurre  en 
»  tant  qu^elles  ne  seront  pas  la  manifestation  de  notre  caractére 
»  entierdxL  méme  homm'i  centrai  d'ou  découlent  ò,  lafois  nos  ac- 
»  tes,  notre  morale,  nos  affections  et  nos  convictions  de  tont 
»  genre.  » 

J.  MlLSANO. 

(Re?ae  des  Deux-Mondes— AoUt  i5  1861.) 

liO  qae  nosotros  llamabamos  integridad,  el  òr.  Milsand  Uama 
cardcter  completo^  hombre  centrai*^  yieae  é,  ser  Io  misoio.  Y  asi 
corno  nosotros  tenemos  que  dar  y  mucho  que  enseùar  al  Indio 
Americano,  el  [ndio  Americano  tiene  que  ensedarnos  y  nos  eu- 
sefta  nn  caràcter  mas  completo,  un  hombre  centra^  un  hombre 
que  conserva  mas  laintegridad  de  las  facultades.  El  Indio 
libre  Americano  es  legislador,  juez,  soldado.  Delibera.  £1  par** 
lamento  no  es  representativo:  todo  Indio  se  repreaenta  A  si  mis- 
mo  y  se  exime  de  la  obligacion  que  impone  una  determinacion 
que  no  consiente.  El  Indio  que  opina  contrala  guerra,  no  va  à 
la  guerra. 

Conservar  y  desarrollar  esa  integridad  del   ser   humano   es 
otro  de  los  deberes  de  la  America.    Comparado  bajo    este  as* 
pecto  con  la  Europa,  su  superioridad  es  incontestable.    Cual- 
quiera  que  conozca  las  masas  de  Inglatenyi,   Francia,  Alema- 
nia,  Busia,  y  lomismodecimos  de  las  clases  que  Uaman  eleva* 
das,  verA  cuftn  mutilada  se  presenta  la  personalidad  del  hombre 
El  obrero,  el  proletario  de  los  paises  industriosos,  es  un  frag 
mento  del  rodage.de  una  miquina.    Las  generaciones  se  suce- 
d^n  trasmitiéndose  elmismo  oficio,  el  mismo  trabajo;  y  lamayo- 
ria  vive  y  muere  sin  baber  hecho   otra  cosa  que  elaborar   dei 
mismo  modo,el  mismo  detalle  de  un  tepido  ó  la  cabeza  de  un  al- 
filer,    I4OS  campesinos  son  los  yerdaderos   rùsticos  y  rutineros 
qoe  resnltan  de  la  pobreza  permanente,  del  aislamiento,  de  la  ig- 
noran^ia^  deU  maladistribucion  del  capital  desde  ab^etemo,  Los 
siervos/ y  son  millonea,  qoe  ann  subsisten,  son  multitudes  de 
rebat&os  humanos.    La  burgesia  es  el    hombre-Mercuri  o.    La 
nob\em.6  aristociticia  fendei,  esel  hombre-orgul  lo.    Lo^  sikbios 
son  pura  inteligencia.    La  mayor  parte  de  los  letrados,  son  re- 


—  442  — 

tórica.  Los  monarcas  7  sus  fimilias  son  la  raza  de  la  usarpacion 
V  del  èHdd».  '•  '  ' 

Exepciohe's  bay,  y  ìnas  dire,  partidos  bay,  y  tal  es  el  partido 
réptiblicatfb,  que  procaran' dar  al  bombrè  el  gocé  de  là  plenitud 
fle  sa  derecbò.  Pero  aun  entra  lós  utopistas,  caàn  dificil  es  en- 
èontrat  hònibres  despreocupàdos  de  la  herencia  bistórìca,  que 
acepten  y  comprendan  las  condiciones  iadìTidnales,' sociales  y 
pòliticàs  del  derecbo  completo  y  de  la  integrìd^d  del  bombre! 

Compréiidànios  pne/)  los  Àmericaaos,  la  iiilpoi^taiicta  de  la  sai- 
Tacion  de  America.. 

Sef  sà^io  es  cosa  sublime  y  veneranda,  pero  no  debe  dejar  de 
ser  ciudadano,  no  debe  perder  su  corazon  y  la  idea  del  deber 
kh  la  ptrà  Vida  de  la  inteìigencià.    '  •       ' 

'  Selr  industrióso,  àgriéultor,  còmerciante,és  nécesario,  pero  no 
débèia  infeligencia  perderse  en  la  aritmétiea,ni  et  corazon  meta- 
Itzàrsé'.  '^  ' 

èét  letrido,  artiistà,  jarisconsUlto  es  cosa  bùenay  però  la  retó^ 
Vica  ho  debè  óciipàr  él  lu^ar  de  la  realidad,  de  la  sinceridad,  ée 
là  Verdad;— la  idea  de  lo  bello  nò  debe  separatse  de  la  ideai  4^ 
lòjti^o;  la  cieiicia  del  derecbo  nò  debe  contertir  al  lefgì^tàéb 
él  còrruptor  de  la  juffticia. 

la  Yìsion  del  ideal  sàpbne  la  integi^idad  del  bombre.  El  que 
solo  analiza  no  yerà  el  conjunto.  El  que  no  ama,  na  verA  là 
léy  òoinpfeta  del  deber.  Ih  cìencia'  pura'  'iiò  ha.  pòdido  basta 
boy,  satisfacer  completaiinenté  al  'problèma  dèi  destino.  Las 
relfgioueà  satisfacen  por  medio  de  là'fé,  y  suprilneù  1^  e^igen-^ 
da  de  la  racionalidàd  de  la  naturaleza  bumairar^tbiltitànf  la  iti* 

tegridad;  ...""'  '''''/',■  ''"'  '  '' 

Sé  balla  disperso  el  baz  htiknano,  de^còmpuérita  su  iitftei$is; 
adarqiiizadas  sùs  facultadès,  inutiKzadà.<^  d  saprimida^'Iàb  fun^ 
cioues'tiue  eu  àtcion  prèsentàn  al  hén^bre  é(>riipletd.*^C^s  asl 
o'oìfnò  desiajjarecé  el  ideal,  comò  se  rompe  el  tlneiilo  diyfuo; 
comò  se  suprime'el  principiò  de  ascènciouó  d€l  gr^vitack^d  al 
ibfibito  qiié  constitùye  él  móvil  y  principio  del 'prògrèsò-lnéé^ 
fluido  (de  la  especie.  'Il"  es  asi  comò  en  vez  de  remobtai'nòs^, 
en  Vez  de  e^cuchar  la  armonia  de  las  cuèrdàs'Àé'lalik,  veitìos 
el  péso  de  la  naluràleza  animai  que  precipita  éi  ^mlibrid  y  «I 
grito  discordante  de  la  inmoràlidad  <6  delengat&ò,  enr^esde  la 
palabra  humanà  hija  del  verbo.  • 

En  la'Tision,  én  el  amor^  en  la  préctSca  de  la  VBRDÀb-'MiNGit- 


—  443  — 

'•  .1.  •..••'.■  ,  •  , 

PIO,  està  la  reconstitDcion  de  la  ciencia,.la  integridad  del  hom- 

bre,  te  linea  dereclia  al  Infinito. 

Es  nec.e9ario  qae  la.gintesis  de  la  yerdad,  qùe  la  vision  de  la 
verdad,  no  s^  descomponga  al  pasc^*  por.el  hombre,  comò' si 
fuese  un  prisma  que  descompusiese  la  luz!  Es  necesario  con- 
serve la  revelacion  de  la  verdad  comò  idea,  comò  faerza,  còrno 
amor.  Como  idea^  en  jnsticia  7  belleza  ;  corno  fuerza  en  accio- 
nes  ; — corno  amor  en  todos  sus  sentimientos. 

El  hombre  integrai  es  inteligencia  en  posesion  de  la  verdad- 
principio. 

Comprende  el  principio,  ama  lo  bello,  practìca  lo  justo. 

El  hombre  integrai  es  ciudadano  7  sacerdote,  pensador  7 
obrerOj  artista  7  poeta. 

Y  el  ciudadano  integrai  es  legislador,  juez  7  ejecutor. 

Es  inteligencia  de  lo  justo,  amor  del  gènero  hnmano,  voluntad 
decidida  en  la  via  del  deber. 

La  verdad  es  una  sintesis  de  la  unidad  7  variedad. 

El  hombre  es  una  sintesis  de  inteligencia,  de  amor  7  de  ener^ 
già,  asi  comò  su  organismo  es  una  sintesis  del  cerebro,  del  co« 
razon,  del  pulmon,  etc. 

Familia,  patria,  humanidad  es  la  sintesis  de  la  unidad  univer- 
sal,  7  Dios,  libertad  7  amor^  la  sintesis  que  todo  lo  resumé,  la 
integridad  de  lo  creado  palpitando  en  el  seno  del  amor  infi- 
nito. 

Pan  7  abundancia,  luz  7  justicia,  fraternidad  de  lo  creado, 
he  ahi  Ser  Supremo  el  grito  de  la  humanidad  que  implora.  He 
ahi  lo  que  la  America  presenta  en  la  amesa  redonda»  del  nuovo 
mundo^  convidando  à  todas  las  naciones,  à  todas  las  razas  al 
banquete. 

Triste  el  alma,  triste  el  pueblo,  triste  la  humanidad,  se  deba* 
ten  en  las  tinieblas  de  la  descomposicion  de  la  verdad.  La  en- 
fermedad,  el  dolor,  la  miseria,  el  frio,  la  ignorancia,  el  despo- 
tismo  7  el  òdio  nos  flagelan;  ^pero  quién  ha  depositado  en  mi 
ser  ese  fondo  de  alegria  invencible,  de  bendicion  inagotable,  de 
esperanza  sin  Ifmites?  Tu,  Ser*Supremot— Si  ha7  en  el  ser- 
humano  un  fondo  de  alegria  indestructible,  si  el  amor  es  una 
juventud  perpetua,  si  la  ciencia  cada  dia  nos  sumerje  mas  7  mas 
en  el  misterio  sublime  de  la  creàcion,  7  si  la  voluntad  se  su- 
blima cuando  el  sacrificio  es  exigido — ^qué  mas  vision  de  tu 
justicia  eterna,  de  tu  amor  ó  tus  criaturas,  de  la  existencia  de  tu 


—  444  — 

paternidad  providencìal  ? — Qné  mas  prueba  de  la  inmortalidad, 
qué  major  garantìa  del  destino? 

Si.  Nuestro  destino  es  feliz,  peto  bajo  la  condicion  del  he- 
roismo. — Gracias  al  Ser  Supremo!  Sèa  la  ùltima  palabra  de  mi 
libro,  escrito  en  el  dolor  j  con  la  conciencia  del  peligro,.  una 
palabra  de  alegria  j  de  Victoria. 


ARTICULOS  VARIOS 


EL  MENSA JE  DEL  PROSCRIFTO. 

A  LA  IVACIOIV  CHIEEIVA. 

LUZ — LEZ. 


Para  los  pueblos  corno  para  los  individuos  se  presentali  mo- 
mentos  proTidenciales  en  la  historia.  Comprenderla  idea  del 
momento  históricoy  encarnarla  eo  la  yida  naeional,  eslo  que 
constitoje  à  las  naciones  en  gràndes  ajentes,  en  glorioso^  mi- 
sioneros  de  la  causa  divina  que  deben  realizar  enla  tierra.  lodo 
hombre  y  todo  pueblo  que  pretendan  no  solo  A  la  soberania, 
sino  al  espfritu  de  creacion  y  de  gloria,  deben  atender  à  la  pul- 
sacion  del  tiempo.  Aislarse  en  si  mismos^  negar  la  inlelijencia 
À  las  grandes  miras,  renunciar  al  deber  que  impone  la  situacion 
'geogràfica,  y  la  situacion  moral  es  abdicar  en  la  bistoria  y  pro- 
vocar à  otro  pueblo  mas  digno  que  sepa  Menar  ese  ^acfo. 

Los  pueblos  cooperan  con  mas  ó  menosconcienciaé  la  oons- 
truccion  de  la  grande  obra,  al  edificio  del  tempio  universal:  la 
creacion  de  la  bumanidad  en  la  armonia  de  las  razas  y  naeiottes. 
Los  que  no  eleyan  su  inteligencia  ò.  ese  fin  sagrado,  pierden  la 
direccion  del  camino  y  se  encaminan  à  la  disoliicion*  Ifavegan 
en  el  tiempo  sin  norie  conocido  y  se  estrellan  à  cada  paso  en  los 
escolTos.  E  sto  es  lo  que  se  llama  desgabierno,  causa  de  la  anar- 
()ula  6  despotismo.  .     *  <. 


—  446  — 

Los  hombres  ó  las  masas  que  yiren  sin  unidad  en  el  pensa- 
inientOj  caen  pronto  en  la  desunion.  Se  eneryan  las  fnerzas  tì- 
tales  sin  empieo^  lossintomas  de  mnerte  se  presentan:  la  indo- 
lencia,  la  cobardl^para  pensar,  cobardia  paraeltrabajo,  cobar- 
dia  para  combatìr  el  despotismo.  *  Si  elmal  se  prolonga,  esos 
pueblos,  sino  son  devorados  por  si  mismos,  tienen  qne  ceder 
la  tierra  al  dominio  de  los  mas  dignos,  porqae  te  tierra  7  la  so- 
berania,  han  sido  corno  el  imperio  de  Alejandro,  legadas  al  mas 
digno. 

iPara  seiialar  el  deber  de  Ghile  en  el  siglo,  es  necesa^td  no 
concentrarse  ùnicamente  en  los  limites  geogràficos  de  la^  patria. 
Somos  un  elemento  constitutivo  del  mnndo,  elemento  ?ital  en 
America,  elemento  necesario  en  la  America  del  Sur.  Hombres 
de  Gbile,  tened  la  ambicion  que  la  Providencia  nos  seflala,  naes- 
tro  deber  es  grandioso,  comprended  !  Hablais  mucho  de  ferro- 
carriles— voy  él  hablaros  del  ferro-carril  de  la  nacion  Ghilena 
en  el  siglo  XIX. 


H. 


La  agitacion  mas  universal  que  presenta  la  historia  es  la  que 
aotualm«fite  presenciamos. 

Koes  eirtiempo  deloscataclismosfisicos;  no  esel- siglo  de 
la&  dinastia^  ^e  se  fùndan,  ni  el  de  cruzadas  por  conquistar 
sepuleros.  No  es  la  craz/ni  la  media  luna  enrolando  4  las 
bordai  bumanas  al  combate.  No  bay  Atila  desprendido,  ni 
tampoco  pueblo  alguno  paralanzar  la  marsellesa  à  los  imperìo3. 
Es  el  alma  dei  pianeta  que  se  levanta  A  tornar  conciencia  de  su 
personàlidad  mutilada  en  las  rejiones  j  en  Ics  climas.  No  bay 
una  idea  soberanaen  tes  banderas — las  alianzas  mas  estrafias 
se  .presenta».  La  barbàrie  organizada  en  papadD  y.  autocracia, 
se  deolàracampeon  del  cristianismo  ;  y  las  monarquias,.  Us  oli- 
garquias  y  el  Sultan  apelan  à  la  civilizacion.  Lq&  asesinop  de 
Ids  puebios  inTqcan  al  Sefior; — losasesinos.  de  la  Bevolui^ion 
ittToean  algénio  delarevolucion,  y  losaaesinos  de  la  Ubertad^ 
68  armali  para  defender  la  indepeniiencia.  Soinlas  tinieblasque 
se  esparcen  sobre  la  faz  de  la  tierra  para  preparar  el  estallijdo 
dd  la  luz:  el  triuofode  la  Bepùblica  en  el  wmdo. 

'Se  desesperaba  de  lalihertad.:.  Cuai^dQ:losR)edios  homanos 
parecen  agotarse  ó  se  presentan  impotente^  m^e  la  u^u^pcicÀon 


—  447  -n 

trianiante,  es  entonces  que  el  gènio  de  la  humanidad  prepara 
la  nueva  faz  de  sus  destinos.  Es  la  conspiracion  de  la  Prori- 
(lencia. 

Se  coronò  el  perjoro  7  escarneeió  él  su  pueblo.  La  idea  pros- 
efipta,  las  naciònalidades  sucumbieron  en  su  sangre.  Las  es- 
pei'anzas  de  la  revolucion  se  evaporaron,  7  esa  anunoiacion  de 
la  era  nniversal  de  la  humanidad  yencedora  de  lodo  despotis- 
mo,  vqlvió  a  bajar  à  las  mansiones  sepulcrales. — Se  entronizó 
èl  imperio. 

H07  otro  imperio  amenaza  à  los  imperios.  Es  la  fuerza.  con- 
tra.la  fuerza.  £1  poder  de  Occidente,  no  tiene  palabra  en 
ju/5ticia,  ni  tógica  que  oponer  à  la  lògica  del  Czar,  i  Qué  injns-' 
tìeia  ó  que  mentirà  no  han  legalizado  los  déspotas  que  se  Uaman 
civilizados  de  Occidente  !  Al  frente  de  Nicolas,  de  poder  &  po- 
der, de  legitimidad  à  legitimidad,  de  autoridad  ù.  autoridad  se 
encnentran  humillados  7  venc|dos.  La  Busia  representa  la  lò- 
gica 7  la  fuerza  del  pasado,  papa  7  emper^dor,  soberano  porla 
gracia,  dominador  del  pensamlento,  esclavizador  7  Terdugo. 
La  Francia  de  Bonaparte  el  chico  està  en  una  posicion  falsa  é 
inferior.  La  espedicion  de  Boma,  la  abolicion  de  la  Bepùbli- 
ca,  los  asesinatos  del  2  deDiciembre,  layiolacion  de  la  palabra 
7  de  la  ]je7,  el  perjurio  mas  nefando  que  conoce  la  Ustoria,  son 
atentados  mas  trascedentales  que  todos  los  crimenes  del   Czar. 

En  tal  aituacion  la  Francia  tiene  que  apelar  ùl  la  idea  de  la 
Bevolucion. 

La  idea  de  la  reyoluciones  la  libertad  7  solidaridad  de  los 
hombres  7  de  las  naciones.  Emancipacion  interna  ò  la  libertad 
del  alma  7  de  su  revelacion  por  la  palabra;  -  emancipacion  in- 
terjipr  4  eJ  ejercipio  pr&cticQ  7  directo  de  la  soberania, — eman- 
cipacion esterior  ò  soberania  de  las  naciònalidades.  Solidari- 
dad, es  decir,  reciprocidad  del  derecbo  7  de  la  yida,  comiinidad 
del  deber  7  organizacion  de  la  fraternidad  en  la  politica.  Està 
esla  idea  dela  reyolucion.    Este  es  el  nueyo  génesis. 

La  Francia  no  tiene  etra,  idea  i  que  apelar. 
:  Si  inyoca  el  catolicismo,  la  Busia  se  ha  leyantado  4  nombré 
del  cristianismo  7  es  mas  ortodoja  que  la  Francia:—  si  inyoca  la 
monarquia  ola  consolidacion  del  despotismo,  la  Busia  es  teo- 
cracia  7autocracia; — si  inyoca  la  independencia  de  los  pueblos, 
la  Busia  pedirà  onenta  de  Boma  7  de  Arjel  él  la  Francia,  de 
la  Indiarla  Inglaterra:  de  la  Silesia  7  de  Posen  A  la  Prusia;.  de 


*-  448  — 

la  Hangria,  de  Bohemia  y  de  la  Lombardia  al  Au3tria  7  de  las 
provincias  griegas  al  Sultan.  Si  invoca  la  cirilizacion,  el  impe- 
rio francésfandadoen  un  perjurio  y  enana  traicionno  es  un 
modelo:  £1  Czar  se  proclama  el  representante  7  la  garantiade 
la  civilizacion,  declaràndos3  el  campeon  de  la  ai^toridad,  de  la 
propiedad  j  de  la  familia^  el  campeon  del  órden  con  la  sobera- 
nia  absoluta  en  sa  persona.  Si  la  Francia  invoca  la  nnidad,  la 
Basia  es  laanidad  mas  c'ompacta  7  prosenta  el  Panslavismo  comò 
dominacion  nniversal  de  los  Slavos  para  la  pacifi^acion  de' 
mondo. 

El  Occidente  no  tiene  idea  con  qae  combatir.  La  Francia 
tiene  forzosamente  que  apelar  à  h  idea  de  la  revola^cion  para 
vencer.  Esto  es  Io  qae  nosotros  llamamos  asistir  con  concieu' 
eia  À  la  accion  del  espfritu  en  la  historia.  Bevelacion  7  espec^ 
tàcalo  sublime!  Yencian  tus  enemigos,  Libertad.  El  pueblo 
itiiciador  te  habia  traicionado  7  la  fé  en  tn  divinidad  ante  el  ma- 
terialismo se  ahujentaba.  Todos  tus  enemigos  se  unieron> 
todo  el  pasado  se  concentra  7  precipita  las  hordas  del  Asia  7 
de  là  Busia,  sin  tener  una  nacion  refojio,  sin  ningun  pueblo  à 
retaguardia  por  Consuelo,  ni  ningun  pueblo  por  esperanza  à  la 
vanguardia.  ^Caàlera  tu  asilo? — La  Providencia.  Derribado 
el  aitar,  proscriptos  tus  hijos,  caando  crucificada  7vendiday 
los  hombres  escojidos  volvian  sus  miradas  él  Caton,  entonces 
se  escucha  algo  corno  la  diana  matinal,  se  ve  algo  corno  la  cla- 
ridad  de  la  aurora,  se  siente  laprofecfade  laaparicion  del  ver* 
bo.  Tas  enemigos  no  se  engaùaban  cuando  te  sepultaban  co- 
mò re7  de  la  tierra.  H07  retroceden  los  guardianes  sepul- 
crales  espantados  ante  la  resurreccion  de  la  IDEA. 

Cuando  los  monarcas  se  ligaron  centra  la  revolucion  francesa 
en  su  principi 0;  obligaronà  la  revolucion  a  precipitar  su  lògica, 
à  decapitar  la  monarqaia  A  proclamar  la  Bepùblica. 

Lasinismas  causas^lamisma  lògica^  las  mismas  concecuenciat 
se  veràn.  La  Francia  no  puede  hacerse  centro  del  Espfrito  7 
capitauear  al  Occidente  sin  proclamar  à  la  Bepùblica. 

Tal  es  el  aspecto  del  mundo.  La  Busia  avanza.  Es  el  pasa- 
do servii,  es  laesclavitud  del  alma  7  del  cuerpo  El  Occidente 
sé  ve  en  la  necesidad  de  arrojar  la  mascara  :  de  invocar  la  de- 
mocracia,  la  causa  de  la  revolucion.  Y  es  asi  comò  vuelve  a  apa- 
recer  la  liberted  comò  relijion  del  por  venir  para  aaentar  su 
reino  sobre  el  desquiciamiento  del  orbe.    La  libertad  esla  gra- 


.     ~  419  — 

Tit^cion  de  la  historia,  el  centro  motor  del  movimiento  hama  ' 
no.  £s  comò  la  luz.  LIeva  so  prueba  ;  su  relacion  en  si  misma. 
Deja  ti  los  ciegos  el  privilejio  de  negarla  y  ù,  los  eavilecidos  el 
derecho  de  amar  su  vilipendio. 

La  Ustoria  ha  lanzado  el  ultimatum  ;  presenciamos  el  asalto. 
£s  en  esle  momento '  del  génesis  del  pervenir^  que  baja  à  la 
tumba  Lamennais,  el  hombrc  de  la  veneracion  y  de  la  Ubertad 
comò  Moisés  a  la  vista  de  la  tierra  promctida.  «  què  bello  mo- 
MEixTO  »  han  sido  sus  ùltimas  palabras.  Su  alma  entrando  en 
las  esferas  supremas  delavida,  mansiones  de  armonia,  profe- 
tizaba  sinduda    la  armonia  futura  de  los.pueblos. 

£n  America,  la  idea  elimina  cada  dia  las  incógnitas. 

Estàbajo  ci  dominio  de  dos  ideas  esclusivas,  recibe  el  impulso 
contrario  de  dos  inslintosyes  el  teatro  de  laaccion  de  dos  ra- 
zas  que  personifican  esas  ideas  \  esosinstintos. 

La  America  bajo  su  doble  aspecto  de  Sajona  y  Latina  pre- 
sencia  lalucha,nodecontradiccionenlas  ideas  corno  la  Europa, 
sino  de  esclusivismo  en  las  ideas.  La  America  ha  routilado  la 
armonia.  La  armonia  es  individualismo  y  sociabilidad.  El 
Norte  se  personifica  en  el  individualismo,  el  Suren  la  sociabili- 
dad. El  Yankee-sajon  es  protestante  y  federai; — el  Americano- 
espaùol  cs  católico  y  centralizador. 

Toda  idea  esclusiva,  toda  vision  incompleta  de  los  elementos 
constitutivosdelSer,  quebranta  la  armonia,  mutila  alserhu- 
mano  y  se  precipita  à  los  exesos.  El  Yankee  es  la  fuerza  cen- 
trifuga, el  americano  del  Sur  es  la  fuerza  centripeta.  Ambas 
son  necesarias  para  el  órden.  Forman  el  órden.  Abandona- 
das  à  si  mismas,  esas  fucrzas  producen,  la  primera  la  dispersion 
y  la  anarqufa,  la  aglomeracion  de  la  vida  en  un  centro,  una 
congestion  del  poder.  La  una  marcha  lògicamente  à  la  separa- 
cion,  al  aislamiento,  al  atomismo,  al  materialismo  del  yo: — la 
otra  ÉL  laconcentraciondespótica,  ù.  la  dcsuparicion  del  yo,  6  ù, 
laabdicacion  delapersonalidad  en  la  materia.  Ambos  se  en- 
cuentran  al  fin  en  sus  ùltimos  eiesos.  Laanarqufa  devora  di- 
solviendo.    £1  despotismo  asesina  coaeentrando. 

Esos  son  los  elementos  esclusivos  de  las  Constitucienes  de 
ambas  Américas.  i  Guài  es  la  palabra  fundamental  de  esas 
Coustituciones. 

En  la  primera  la  inriolabilidad  del  individuo,  en  la  segunda 
la  inviolabilidad  del  poder.    En  el  Norte  el  yo  es  el   soberano  ^ 

8 


—  450  — 

en  el  Sur  es  el  Ejecutivo.  En  los  Estados-Unidos  la  dictadiira 
del  nùmero,  en  lod  Estados-Des-Unidosla  dlctadara  de  los  pre- 
sidentes.  idespotismo  de  la  mayoria  en  una  parte,  y  en  la  otra 
facultades  estraordinarias  en  estràordinariospresidentes. 

Una  contradiccion  aparente.  Los  Estados-Unidos,  pais  proS 
testante  y  federai,  es  unitario  en  su  espfritd  y  su  marcha.  Los 
Estados-Des-Unidos  tan  centralizados  y  unitarios  prescntanuna 
dualidad  en  lucha  perpetua:  conservadores  y  liberales. 

En  las  dos  Américns  exeso,  en  arabas  civilizaciones  lo  incom- 
pleto. La  necesidad  histórica  se  presenta  clamando  por  una 
nacion  que  se  apodere  harmóuicamente  de  esas  dos  manifesta- 
ciones  de  la  fuerza.  Una  nacion  es  necesaria^  la  ocasion  se 
presenta,  el  palenque  estàabierto,  ^quién  arrebata  la  corona? 

Ese  es  el  vacfo  que  indicamos  al  mas  digno.  Ese  es  el  lu- 
gar  providencial  que  sefialamos  t  nuestra  patria  si  qui  ere  com- 
prender y  prestar  oido  al  llamamiento  divino.  Ese  es  el  ca- 
mino  que  querfamos  sefialar  A  nucstro  Chile,  es  ese  el  ferro- 
carrii  sefialado  por  el  ingeniero  divino. 

Hay  pnes  necesidad  de  una  nacion  que  consagrando  la  invio- 
labilidad  del  indivìduo,  consngre  la  unidad  del  deber  y  perpetue 
purificando  la  bella  tradicion  latina  de  la  sociabilidad,  el  gér- 
men  de  fraternidad  latente,  ese  fondo  de  esponlaneidad  y  de 
entusiasmo  por  lo  bello,  irradiacion  del  arte,  legislacfon  de  la 
intuìcion,  paternidad  para  con  el  débil,  epopeya  de  la  filosofia 
y  de  los  instintos  generosos. 

Hoy  Chile  es  la  esperanza  de  la  America.  Esa  tierra  de  los 
Aucas  parece  conservar  en  sus  arterias,  en  su  atmosfera,  en  sus 
elementos,  las  condiciones  de  la  salvacion  Americana.  Sa  si- 
tuacion  en  el  espacio,  eneltiempo,  su  colocacion geogràfica,  y 
moral,  su  espfritn  de  persistencia,  su  fé  en  sf  mismo,  las  garan- 
tfas  de  estabilidad  que  presenta  para  el  bien  y  para  el  mal,  todo 
esto  que  forma  su  caràcter  y  su  gènio  Uaman  d  Ghile  <1  ser  la 
ciudad  necesaria  que  invocamos.  El  pueblo  que  le  dispute  su 
mision,  muestre,  un  presente  superior,  una  fuerza  niayor,  una 
persistencia  mas  grandiosa,  una  àutoridad  nacional  'mas  impo- 
nente, un  crédito  mas  sòlido.     El  campo  es  del  mas  digno. 

Sepamos  comprender  la  vida  de  la  hìstoria;  sepamos  entrar 
en  las  miras  de  la  providencia  y  elevemos  nuestras  almas  pal^a 
alcanzar  la  ihiminacion  de  la  idea. 


I 


~  4K1  — 


IV. 


VADE  BETRO. 


Tal  es  la  determinacion  del  movìmiento,  tal  es.la  direcoion 
que  se  debe  ìmprimir  d  la  ftierza  nacional.  Bendicion  al  que 
imprima  el  moTÌmiento  con  conciencia  I 

Mas  sì  Yolvemos  à  considerar  el  espirila  j  los  hechos  del  po^ 
der  de  ese  pueblo,  qué  diremos  al  ver  que  procura  dirijir  el  mo- 
vimiento  en  sentido  inverso  à  la  necesidad  histórica,  en  senti- 
do  opuesto  A  la  justicia. — No  es  la  indignaclon  del  proscriptOi 
compatriota»,  ni  la  acusacion  de  un  enemigo,  lo  que  espongo; — 
es  la  tribulacion  del  patriota  al  considerar  ese  poder  meope  y 
oscuro,  contrariando  à  la  verdad,  fallando  à  la  gloria,  comba- 
tiendo  la  energia  iniciadoray  concentrando  sus  fuerzas  para  su- 
merjir  ese  poder  sublime  en  un  convento  de  Lojola! — Atfésel 
impotente,  atràs  el  que  traiciona  los  destinos^  atrAs  el  jetuita. 
' —  Vade  retro. 


En  Europa,  la  misma  necesidad  va  à  producir  la  nacion  6  la 
ciudad,  Capital  de  la  Repùblica  Europea  que  sera  la  bar- 
rerà à  la  barbàrie  juveoil,  que  es  la  Susta,  y  6  la  barbàrie  decrè- 
pita que  es  el  mundo  Ultramontano.  La  Grecia^  la  Italia  y  la 
Francia  son  los  pueblos  que  forman  los  elementos  fundamen- 
.tales  de  la  grande  y  triple  alianza  de  la  intelijencia,  del  senti* 
mieoto  y  de  la  faerza.  Las  nacionalidades  redimidas,  la  Polo- 
nia, la  Hungria,  la  Bohemia,  la  Yalaqoia  y  la  Holdavia  serAn  las 
obras  avanzadas.  Estees  el  primer  gran  gmpo  de  la  Europa  al 
.  cual  se  agregaràn  Espafia  y  Portogal. 

El  segundc  grupo  es  el  mando  Anglo-Germànico  y  Escandi- 
navo. 

£1  tercero  es  el  pueblo  Baso . 

El  primero representa  especialmente el  sentimiento,  la  socia* 
bilidad,  la  anidad,  el  arte. 

El  segoodo  la  reflecdon,  el  individualismo,  la  variedad,  la 
indiistria. 


I 


—  452  — 

El  tercero  la  fuerza  iaforme  auo,  el  gérmen  de  reQovacion, 
la  sàvia  juvenil,  la  volantad. 

Ea  America,  en  pequeilo  j  maj  k  la  distancia,  los  america- 
nos  del  Sur  correspondemog  al  primer  grapo.  Los  Estados- 
Unidos  representao  y  correspouden  alsegondo  y  al  tercero. 

Tal  es  la  elaboracion  de  los  elementos  humanos  qae  se  combi- 
nali en  el  crisol  de  la  historia.  La  guerra  va  à  ser  la  quimica 
de  las  nacionalidades.  Elmundo  se  alza  para  escuchar  una  pa- 
labra  y  esa  palabra  scrii  la  precipitacion  de  la  Repùblica. 

VL 

£n  America  un  elemento  prepondera,  avanza,  absorbe  y  se 
creo  predestinado  à  la  dominacion  del  continente.  La  idea 
superior  que  dcbe  oponerse  à  esa  invasion  ning^n  pueblo  la 
presenta.  Sicruzamos  los  brazos  desapareceremos; — desapare- 
cerd  la  tradiciou  latina,  desaparecora  el  elemento  unitario  y  so- 
cial. 

Recorred  el  continente.  Héjico  nos  ruboriza,  Colombia 
con  sus  tres  repùblicas,  en  este  momento  no  nos  presenta 
sino  tres  espadas,  el  Perù  se  encuentra  en  la  crisis  suprema  de 
la  Vida  ó  de  la  muerte,  Bolivia  se  basca  à  si  misma,  las  Provia- 
cias  Arjentinas  se  destrozan  eu  batallas  y  congresos,  el  Paraguay 
esunlegado  de  Loyola,  el  Uruguay  renacey  Ghile  esuna  fuer-* 
za  enajenada  y  una  esperanza  combatida. 

Pero  .Ghile  es  el  pais  que  por  la  concentracion  de  su  jenio  y 
de  sus  fuerzas,  por  la  configuracion  y  situacion  de  su  territorio, 
por  su  clima,  por  su  raza,  por  el  fondo  de  sus  idoas,  costum- 
bres  y  sentimientos  presenta  la  unidad  mas  vital,  mas  compac- 
ta  y  mas  fuerte  de  la  America.  La  autoridad  es  en  Ghile  la  idea 
soberana,  la  ley  se  acerca  à  revestirse  de  un  caràcter  relijioso; 
la  aspiracion  es  la  nnidad,  la  indole  es  la  persistencia  y  sns  ins- 
tintos  son  por  la  totalidad,  por  la  masa,  por  lo  UXO,  por  la  uni- 
formidad  social. 

Toda  cualidad  ile  va  su  peligro.  Un  poder  retrògrado  con- 
vierte  la  direccion  de  esa  fuerza  y  la  encamina  ó  la  unidad  ul- 
tramontana, la  unidad  de  la  muerte,  la  sociabilidad  del  jesuita, 
A  la  persistencia  en  el  pasado,  6  la  autoridad  del  despotismo,  à 
la  politica  de  la  fendalidad  moderna.  El  poder  de  verdad  abra- 
zaria  la  relijion  de  la  inviolabilidad  del  yo  y  de  la  inviolabilidad 


—  453  — 

del  todo  que  es  la  untdad  de  la  armonia.  Seria  esa  verdad  el 
gobi^no  directo  del  pueblo  y  la  patemidad  social  estèndida  à 
todo  hombre,  à  todo  elemento  humano  proscripto,  A  loda  idea 
sablime  sin  asilo,  é  todo  noble  sentimiento  sin  albergne. 

£1  deber  de  la  direccion  de  Ghile  consiste  no  en  cambiar  1  a 
naturaleza  de  su  jenio  sino  en  la  forma  que  se  le  debe  aplicafr.  EI 
fondo  es  bueno,  dadle  una  forma  harmónica. 

^Cuàl  es  la  fnerza  de  IpsEstados  Unidos,  cuàles  son  los  eie- 
mentos  inmortales  que  deben  triunfar  j  que  forman  la  gloria  de  esa 
nueva  nacion?  El  respeto  del  individuo,  el  habeas  corpus  de 
Inglaterra  que  ha  Uegado  él  cristalizarse  en  las  instituc[one8  j 
costumbres,  en  una  palabra,  la  soberanfa  pràctica  é  inviolada 
de  la  individualidad  en  todassus  manifestaciones,  en  la  palabra, 
la  rennion,  la  asociacion,  el  jury,  la  administracion  locai  y  enla 
direccion  jeneral  de  la  politica. 

En  seguida  ved  su  espfritu  y  su  genio,  ved  la  fé  de  esa  raza 
juvenil.  Cree  en  si  misma.  Se  cree  inmortai  y  solidaria  en  su 
raza.  Esto  esinmenso.  De  ahi  nace  su  locomocion  unirersal»' 
su  ajitacion  perpètua,  su  bandera  en  todos  los  mares,  el  arrojo 
en  todas  las  empresas,  su  superabundancia  de  vida  que  le  hace 
decorarla  tierra,  la  elaboracion  del  globo,  la  negacion  del  im- 
posible,  la  esperanza  sin  Ifmites. — Es  el  heroismo  del  trabajo, 
la  epopeya  de  la  industria,  la  conquista  incesante  de  un  acre* 
centamiento  de  poder  y  de  riquezas. 

Y  qué  hace  el  Sur  ante  esa  marea  colosal  ? — qué  idea,  qué 
hechos,  qué  gobiemos,  qué  instituciones,  qué  arte,  qué  indus- 
tria, qué  gloria  presenta  para  formar  el  equilibrio  en  la  balanza 
del  continente  : — Desunion-  charlatanismo-ociosidad-ódios^  pen- 
samientos  retrógrados,  alma  ocupada  en  lo  decrèpito,  y  despo 
tismoy  snngre  para  fr notificar  las  tier ras  virginales. 

Te  iuvocamos,  patria,  y  no  sole  à  nombre  de  los  proscriptos, 
sino  à  nombre  de  todos  los  hombres  de  alma  grande  que  conoce- 
mos  en  estos  pueblos  desgraciados  para  que  veas  y  ejecutes. 

Guando  losBomanos  conquistaban  un  pueblo,  no  consideraban 
segura  su  conquista,  sino  colocaban  al  dios  del  pueblo  vencido 
en  su  Pantheon. 

Esto  simboliza  una  Terdad.  ^Quereis  contrarrestar,  sobre- 
pasar  no  al  enemigo,  sino  al  elemento  diverso  ;  esclusivo  que 
representan  los  Estados-Unidos? — Dad  un  lugar  al  genio  del 
individualismo  en  la  cindad.    Àspirad  su  jenio  sin  recbazar  el 


—  464:  _ 

Yttebtno.  No  levanteis  una  Walhala  al  germanismo  ni'  on  Pan' 
theon  al  cielo  de  Bomà,  pero  ediflead<el  tempio  loberano  de  la 
libertad. 

VII, 

Mas  Io  contrario  presenciamos. 

La  libertad  ese^trangera  en  la  constitacion.  No  haj  garantias 
ni  para  là  conciencia^  ni  para  la  palabra,  ni  para  la  asociacion. 
El  Poder  Ejecutivo  es  el  minotauro  del  laberinto  maquiarélico. 
En  rez  de  preparar  el  gobierno  directo  del  pueblo,  por  medio 
de  la  edocacion  que  dà  la  libertad  de  Ih  prenda,  laa  garantias 
indivrdnales^  la  descentralizacion  administratiTa,  la  lealtad  elec- 
toral,  ese  poder  altera  cada  dia  y  absorbe  mas  j  mas  e^  gér- 
men  liberal  de  la  re rolucion.  Eljnrado,  esclusito  à  la  prensa 
ynombrado  en  ùltimo  termino  por  el  ojecutivo,  lo  mismo  que 
las  municipalidades  é  intendentes,  diputados,  senadores  y jueces; 
— ^la  guardia  nacional  organizada  militarmente,  las  elecciones 
legalmente  torcidas,  el  castigo  de  todo  acto  soberano  siempre 
pronto. 

Ved  pues  compatriotas,  que  no  solo  es  el  derecho  que  se 
pierde,  es  ademasladignidad  nacional,  la  Terdad  de  la  Bepù- 
blica,  es  el  destino  de  Chilo  anclado  por  esa  forma  politica  y 
nnestro  porvenir  grandioso  traìcionado. 

Hemos  visto  cual  debe  ser  nuestra  mision.  Àsistimos  à  un 
momento  histórico  Toda  la  America  se  inutiliza  :  Chilo  tiene 
en  sus  manos  las  condiciones  de  la  sai vaoion  Americana.  La  po- 
litica actual  nos  precipita  al  pasado,  pretende  envolrernos  en 
la  ronda  funeral  de  los  pueblos  que  se  suicidan,  en  la  indol en- 
clisi y  en  sus  odios,  y  ese  presidente  para  cegaros  os  dice,  tantos 
puentes,  tantos  camìnos^  tantas  iglesias,  Os  agita  los  brazos  y  os 
enmudece.  Cuenta  las  cosechas  y  os  entiniebla.  Cree  conten- 
tàros  con  bacerse  eco  del  movìmiento  material.  Es  una  buena 
educacion  para  los  sicrvos. 

No  es  asf  corno  nuestra  patria  debe  encaminarse  h  sus  desti- 
nos.  Teneis  que  romper  esa  barrerà,  teueis  que  encarnar  U 
conciencia  del  derecho,  teneis  que  practicar  el  gobierno  direc- 
t'o  bajo  la  ùnica  autoridad  posible  :  la  libertad  corno  lej,  la  li- 
bertad comò  accion«  la  libertadcomomedida.'Realizemosla  jus- 
ticia,  tengamos  el  camino  derecho,  y  los  ferro -carriles  y  de- 
mas  caminos  nos  seràn  dados  en  superabundancia. 


—  455  — 

Consolidada  la  jasticia,  iojertado  el  movimiento,  entóaces  apa- 
Tacerà  el  gènio  persistente  unitario  de  la  patria  ea  su  verdade- 
ra  esfera  de  accioD.  Entónces  podrémos  aspirar  ù  ser  la  ciudad 
patente,,  boy  latente  de  la  America  del  Sur  para  poder  vindicar 
al  continente  que  naufraga* 


Vili. 

COJNTESTAGIOIf  AL  MCUSAJE  D£L  PHESIDEJVXEMoNT  E>'   1854. 

Desde  la  altura  de  la  politica  divina  caemos  en  el  triste  con- 
traste que  presenta  la  politica  de  Chilo. 

Es  triste  tener  que  contestar  a  ese  mensaje  del  presidente  ar- 
zobispal. 

^Sabeis  lo  que  contiene  ese  mensaje? 

CONTIENE  657  LINEAS. 

Belaciones  esteriores. — Mal  resultado  con  el  Perù  y  Bolivia 
sobre  la  mediacion. 

Mal  resultado  conio»  E.  U. 

«  Recientemente  ha  recibido  laBeptìblica  una  manifestacionde 
simpatiasde  SuMagestad  Católica. 

Interior. 

— Tantos  esteros  tienen  puentes  (hecho  desmentido  por  el 
Mercurio,) 

— Tantos  faroles  se  enciendenen  talbarrio,  en  tal  aldca,  en 
tal  Provincia,  en  tal  dia. 

— Tantas  calles  han  sido  empedradas  cn  talpueblo. 

Esté  bien,  ó  gefe  de  la  nacion,  habeis  admirablcmente  com- 
prendido  vuestros  deberes  de  alcalde  de  barrio  ! 

Conttnuemos. 

«  El  muy  Beverendo  Àrzobispo  ha  practicado  recientemente 
te  la  visita  de  una  parte  de  su  di6cesi&.  » — «  Lo  mismo  ha  hecho 
«  el  reverendo  Obispo  de  la  Serena.  (Testual) 

«  Se  ha  dado  el  pase  à  las  bulas  que  instituyen  obispo  de  la 
«  Serena  al  que  era  de  Ancud,  y  sebanelevado  à  su  Santidadlos 
«  correspondientes  preces  para  la  institucion  del  BeTcrendo 
«  Obispo  electo  de  Concepcion.  »  (Testual) 


—  456  — 

Me  he  ocopado  SERIAMENTE  enlos  medios  de  mejornr  el  ser- 
-vìcìo  parroquial.  (Testual) 

— Especial  contraccion  5^  Ka  prestado  à  la  fóbrica  delglesias. 
(Testual) 

Sigue  la  enumeracion  de  las  Iglesias. 

«  La  coQstrucdon  de  la  catedral  de  Concepcijn  se  adelanta  con 
empeùo.  »  (Testual) 

— Tantosfraiics,  tantas  moajas  han  venido.  Laeducacion  se 
entrèga  à  los jesuitas.  El  arzobispo  està  contento. — Es  necesarìo 
convenir  enque  es  trascendental  el  Presidente. 

— La  policiadeseguridad  se  aumenta.  En  Santiago  no  bay  un 
diario  de  oposicion.  —  Esto  es  enérjico,  Presidente.  Cumplis 
exactamente  vuestro  deber  de  carcelero, 

— «  Cediendoamis  sentimientos  y  convicciones,  he  segoido 
«  basta  aqui  y  seguire  relegando  al  olvido  los  estravios  pasa- 
«  dos,  y  lamento  que  esplritus  obcecados  alejen  la  oportunidad 
«  de  pediros  vuestra  cooperacion  para  estender  esa  indulgencia  à 
!«  donde  por  mi  mismo  no  me  es  dado  llegar.  ». 

Esto  es  franco  y  magnanimo»  presidente.  La  venganzada  la 
mano  àia  cobardia  en  Yuestras  palabras  falaces.  Creemos  que 
bay  en  verdad  obcecacion:  el  Presidente  por  olvidar  y  noso- 
tros  porque  no  se  oWìde. 

Mientras  sea  lo  que  es  ese  Presidente-Arzobispal,  no  relegare 
al  olvido  los  estravios  pasados^  y  lamento  que  esplritus  obcecados 
alejen  la  oportunidad  de  pediros  vuesira  cooperacion  para  estender 
esa  indufjencia  d  donde  por  mi  mismo  no  me  es  dado  llrgar. 

No  relegueis  al  olvido  presidente.  No  teuemos  nadaen  nues* 
tra  Vida  politica  que  relegar  al  olvido.  No  estendais  vuestra 
induljencia.  No  tenemos  que  pedir  indnlgenciàs  para  nuestra 
Vida  politica.  Es  ù  nosotros  ù  quien  tiene  que  pedir  el  Presi- 
dente Mont^  que  ba  fùsilado  à  19  ciudadanos  por  causas  politi- 
cas  y  despues  de  pacificado  el  pais: 

Que  ba  restablecido  la  pena  de  azotes  para  los  plebeyos; 

Que  ba  corrompido  al  poder  judicial; 

Que  ba  sostenido  los  mayorazgos: 

Que  ba  tenido  al  pais  en  estado  de  sitio. 

Que  ba  Uenado  las  càrceles  y  los  destierros  con  sus  enemigos^ 
y  que  actualmente  tiene  en  la  penitenciaria  desde  bace  tres  afios, 
A  gran  nùmero  de  sus  enemigos  politicos; 

Que  ba  esclavizado  la  prensa; 


—  4S7  — 

Que  ha  desquìciado  al  Institato  nàcionaL 

Que  se  opuso  A  la  reforma  de  esa  constitacion  estraordinaria 
porque  queria  gobernar  estraordinariamente. 

El  presidente  Mont  que  se  consume  en  la  impotencìa  de  sus 
mentidas  promesas:  el  presidente  Mont  y  sa  circulo  roido  de  eii- 
vidia,  porque  no  ha  podido  en  la  escala  del  mài  elevarse  basta 
el  orgullo;  ese  presidente  Arzobispal  con  tres  afios  de  mando, 
despaes  de  oinco  mil  oadàveres  NADÀ  ha  hecho,  nada  ha  campii- 
do.  No — ha  heoho  mucho.  Haintrodacido  àlosjesaitas.  He' 
ahi  sombras  deLoncomillo,  de  la  Serena,  de  Petorca,  de  San-^ 
tingo,  de  Yalparaiso  7  Gopiapóla  piedra  funeral  que  ha  estendi- 
dosobre  vencedores  y  ven eidos. 

Losinlereses  materiales!  Todoslosdéspotas  pregonan  ime- 
reses  materiales.  Pretenden  estraviar  la  atencion  y  la  direc- 
cion  del  movimiento.  ^Pero  qué  ha  hecho  en  esa  esfera?  Des- 
cendamos  à  su  campo. 

iQué  grande  empresa  ha  acometido  el  gobiemo?  Los  ferro- 
carrìles  sonobra  de  los  capitalistas.  Donde  està  la  abolicion 
del  estanco,  la  contribucion  directa,  las  franquicias  al  comercio, 
la  organizacioo  del  crédito? — Nada— y  van  tres  afios. 

Pero  bien  podia  emplear  otras600  grandes  lineas  en  atesti- 
guarquelasestacionessiguensucurso,  quelos  érboles  florecen, 
que  los  niaos  crecen,  que  la  temperatura  no  varia.  E$peramo.s 
que  el  afio  próximo  tome  los  libros  de  los  curas  para  consìgnar 
enei  mensage  los  nacimientos  y  bautismos. 

^Es  ese  el  modo  de  corresponder  a  la  patria,  decumplirlas 
promesas?  es  ese  el  modo  de  satisfacer  à  la  necesidad  moral 
Americana  y  al  deber  histórico  de  Ghile? 


[X. 


UkA  de  DOS. 

Ó  se  acepta  la  mision  que  lahistoria  nos  seflala,  6  nos   alista- 
mos  enla  procesion  funebre  que  presenta  la  America  del  Sur. 

Aceptar  esa  mision  es  aceptar  la  regeneracion.    No  aceptarla 
es  desposarseconla  muerte. 

Graeias  al  cielo,  sé  que  mi  patria  no  es  indiferente   al  deber, 
por  penoso  que  sea  cuandollegaà  comprenderlo.    No  hay  en 
)ónces  apatia  que  combatir^  ni  indolencia  qae  vencer.    Desde 


-^-488  — 

el  momento  en  que  se  crea  el   bonor   nacioDal    comprometidò, 
tengo  fé  en  laexaltacionde  la  raaaa. 

La  cuestioD  no  ossolo  de  bonor  Americano^  no  solo  e«  de  ne* 
cesidad  Americana,  es  de  deber.    La  Providencia  nosdice;  sai- 
Tad  la  sociabilidad,  aA>rid  las  puertas  de  la  ciudad  A  la  penetra  • 
cion  del  espirita,  constituid  el  asilo  y  la  propaganda  de  la  liber 
tad. 

Dos  ideas,  dos  educaciones,  dos  espirituscombaten.  SI  espi- 
ritn  conservador  ha  hecho  su  esperiencia.  £1  domina,  él  gobier* 
na,  él  posee.  La  politica  de  las  facultades  estraordinarias  es 
todo  su  saber.  La  oligarquia  esel fondo;  el  modo  de  perpetuar 
el  privilegio  essu  diplomacla.  ^Qué  ideal,  qué  hecbos,  qné  por- 
Tenir  ha  presentadoy  presenta  para  satisfacer  el  alma  de  las 
generaciones  que  se  avanzan?  Su  ideal  es  la  edad  media,  sua 
hechos  la  esplotacion  de  las  masas,  su  pervenir  la  consolidacion 
del  privilejio. 

La  causa  de  la&  masas  es  la  causa  de  la  libertad  porque  la  li- 
bertad  es  de  todos.  Todavla  no  se  presenta  el  partido  que  en- 
cabece  la  causa  de  la  totalidad,  porque  ese  partido  sma  una 
relijion,  es  la  igualdad  vexije  el  sacrificio  de  todos  nuestrosius- 
tintosdominadores  yesclusivos.  Esporesto  que  bemos  dicho 
que  la  chiusa  de  la  libertad  es  una  relijion,  esel  ideal,  eslo  ùnico 
sublime  é  intachable  que  se  presenta  en  el  firmamento  de  los  pue- 
blos.  Que  se  presente  un  principio,  un  dogma,  un  sentimiento 
mas  evidentey  mas  sublime;  dejamos  el  campo.  Pero  si  en  vez 
de  razonar,  de  defenderos  conia  razon,  enmudeceis  al  hombre  j 
perseguis  a  lapalabra^  nosòtros  abrazamos  cada  vez  mas  ese 
destello  del  infinito  j  le  consagramos  nueslra  vida. 

El  soberano  vive  con  su  soberanfa  usurpada.  Quiéu  ejerce  el 
poder  del  soberano? — un  circulo,  un  hombre. — Quién  hace  la 
ley?  un  circulo,  un  hombre. — Quién  juzga.  quienadministra?un 
circulo,  un  hombre.  La  usurpacionde  la  soberania  es  la  mejor 
educacion  para  marchar  à  la  barb/^rie.  ^En  qué  paia  del  mundo 
la  soberania  est&  mas  completamente  usurpada? — enBusia.  La 
Busia  es  el  pais  mas  bàrbaro  de  Europa  y  la  JRusia  tiene  carni- 
nos  de  bierre,  Nicolas  fabrica  puentes,  palacios,  y  escuadras. 

La  civilizacion,  no  consiste,  pues,  en  los  vestidos,  ni  en  cono- 
cer  el  vocabulério  de  lossàtrapas.  ^Lacivilitacion  esel  derecho^ 
es  la  justicia,  es  el  acrecenianùento  uecesario  de  la  luz,  de  la 
firaternidad  y.  del  poder  en  todo.  hombre. 


I 


—  459  — 

Civilizacion  sia  libertaid,  sin  el  goblerno  de  hombre  sobre  si 
mismo,  sin  elgobierno  dirécto  del  pueblo  es  una  farsa.  BLpae- 
blo  debe  encamìnatse  à  tornar  la  posesion  del  poder,  porque  él 
esel  unico  propietario  del  poder. 

Todo  lo  queos  alèje  de  esa  via,  es  usurpacion,  esrobo.  Todo 
lo  que  OS  encamine  es  adelanto. 

El  hombre  siente  7  conocela  magnitnd  7  la  verdad  de  sus 
destinos. 

Eflos  grandes  dolores  que  le  aquejany  perturban  su  fau,  becha 
A  semejanza  de  Diós,  son  los  lamentos  callados,  las  aspiraciones 
silenciosas  por  un  bien  que  no  posee  7  que  se  cree  Uamado  à 
poseer.  Vive  proscripto  del  bien  soberaoo  que  es  la  libertad. 
No  pensemos  en  abdicar  para  consolarnos,  cediendo  los  tltulos 
difinos  d  lareyecla  de  la  tierra.  No  olvidemos  nuestro  orijen 
soberano^  tengamos  la  obcecacion  de  lu  soberanla,  la  persistencia 
por  conquistar  la  patria  del  pueblo  soberano.  Quién  es  aquel 
que  habiendo  conocido  7  sintiendo  vivir  en  si  mistno  la  reyela* 
oion  inmediata  del  Espiritu,  y  participando  del  espiritu  de  crea- 
cion  renegard  de  la  consagracion  sagrada?  Es  grande  el  des- 
tino del  hombre,  es  sublime  el  destino  de  los  pueblos  libres. 
Es  miserable  el  destino  de  los  déspotas,  es  nefando  el  destino  de 
los  que  faltan  ù  la  verdad.  El  proscripto  que  no  abdica  es  algo 
masque  el  usurpador  que  engaila. 

El  poder  usurpador  que  os  gobierna,  pretende  oscurecer  el 
horizonle  del  porvcnir,  porque  forma  parte  de  la  coalicion  de 
las  tinieblas,  porque  todo  gran  pensamiento  es  solidario  7  al- 
zana el  alma  de  Ghile  à  una  nueva  potencia  de  su  soberania 
para  alcanzar  cse  porvenir.  Todo  esto  los  haria  desaparecer. 
Lògicamente  teneis  qae  haceros  enemigo  de  todo  lo  bello,  de 
todo  lo  grande,  de  todo  Io  justo.  Lògicamente  encaminareis  él 
Ghile  a  la  pérdida  de  la  conciencia  de  su  soberania,  A  la  pèrdi  da 
del  momento  històrico,  a  la  abdicacion  de  la  profecfa  que  pal^ 
pita  en  sus  entrailas.     ^Sera  esto  posible? 

Esa  constitucion  aleja  al  hombre  de  la  soberania,  aleja  al  pue- 
blo del  poder,  educa  al  hombre  en  la  patria  de  una  legalidad 
mentirosa  y  perturba  la  esponlaneidad  y  la  inocenoia  de  la  li- 
bertad. Esa  constitucion  nos  aleja  del  espiritu  univcrsal, 
nos  separa  de  la  comunion  de  las  razas  y  naciories,  nos 
aisla  en  la  tradìcion  de  la  conquista,  nos  sumerje  en  la  abdi* 
cacion    de  la    personalidad,    nos  impide  la    marcha,  nos  dft 


—  460  — 

al  aspecto  de  un  convento,  nos  elimina  la  funrìoo  cÌTÌlìzadofa 
para  que  somos  Ilamados  y  nos  presenta  ànosotros  mismos  corno 
una  m£8a  esplotada  y  comò  un  pueblo  dominado. 

Esa  coiistitncion  es  la  forma  esclavizadorà  del  pasado,  cuna  de 
flerro,  molde  de  la  estrecha  é  inhumana  ciudad  de  la  edad  me- 
dia. La  ciudad  futura,  el  espfritu  del  mundo,  la  agìtacion  del 
alma  del  pianeta  se  estrellaràn  en  bus  murallas  y  pasareis  en  la 
historia  corno  tanto  pueblo  galvanizado  que  no  es  pueblo,  pobres 
de  obras,  desnudos  de  ncciones,  y  cargados  de  desesperanzas. 
Entrareis  en  la  quimica,  A  donde  la  America  del  Sur  seencamina, 
preparando  el  camino  al  zapador  misterioso  que  se  avanza. 
^Qué  son  cien  ailos,  cuando  se  trata  de  la  personalidad  inmor- 
tai de  una  nacion? 

Mas  si  sintiendo  y  conocicndo  que  la  verdad  es  distinta  cosa 
de  la  Vida  que  Uevais.  si  sentfs  en  cada  uno  al  alma  de  la  patria 
en  su  presente  y  porvenir,  si  conoceis  el  deber  y  os  decis:  Ha 
Uegado  el  momento  dà  asistir  à  una  nueva  creacion,  ehtonces 
vereis  vuestra  vida  traspasando  las  murallas  de  nuestra  consti- 
tucion  para  abrasar  no  solo  la  causa  de  vuestro  derecho  sino 
la  causa  de  la  humanidad. 
Guayaquil,  Julio  de  1854. 


A  1.%  JUVErVTUD  BRìIlSILERA. 

nEt  ego  in  Arcadia.})  Y  yo  tambien  he  estado  en  Rio!  Tam- 
bien  he  participado  de  esas  horas  que  cuando  vuelven  à  aparecer 
en  la  memoria  hacen  dudar  à  uno  de  la  realidad  que  ha  visto, 
eonfundiendo  las  impresiones  positivas  con  las  visiones  mas  fan- 
tàsticas  que  una  imajinacion  peregrina  del  ideal  puede  encon- 
trar. 

La  trasparencia  del  mar  y  de  los  cielos,  la  variedad  incesante 
del  paisaje  aumentada  por  la  locomociou  del  fiasajero  que  en 
alas  del  vapor  penetra  en  el  seno  de  la  gran  bahfa  para  ser 
abrazado  por  los  potentes  brazos  de  Circe,  la  hechicera  natura* 
leza  que  acomoda  en  ese  punto  sus  encantos,  y  la  exaltacion  del 
espiritu  contemplativo  deslumbrado,  sobrepujada  por  la  belleza 


^  46t  ^- 

realùada,  bacen  qae  la  entrada  à  Rio  sea  la  entrada  à  la  rejiou 
de  los  eosaeflos. 

Oh  recaerdOf  oh  tesorol  Visiones  sublimes  de  belleza,  no  pa- 
sais,  no  desapareceis:  vivis  en  el  pensamiento  corno  ìmàjen  de 
lasnupcias  de  la  naturaleza  y  del  espfrìtul 

Y  jo  me  acuerdo!  De  pie  sobre  el  puente,  y  mucho  antes  de 
la  aarora,  corno  un  centinela  que  espia  el  menor  raido  ó  el  me- 
nor  movimiento  de  las  formiìs,  acechaba  la  esperanza  de  lo  que 
iba  à  Ter:  la  entrada  à  Bio  Janeiro. 

Ya  el  crepùsculo  revela  la  cadena  de  montafias,  grandiosa 
murallaque,  corno  antemural  del  ocèano,  arroja  la  palabra  de  la 
firmeza,  inmóYil  al  frente  del  liquido  elemento.  Un  silencio 
sublime  del  cielo,  del  mar  y  de  la  tierra,  dejan  oirla  mùsica  sa- 
grada  de  la  creacion  en  ese  momento  de  la  aurora,  que  conserva 
la  juventud  inmortai  del  primerdia.  Ya  la  luz,  vibrando  la  re- 
velacion  de  los  objetos,  enrojece  la  faz  del  horizonte.  IVubes 
flotautes,  esparcidas,  reflejan  y  anuncian  la  proximidad  del 
Dios,  y  aumentan  por  su  contraste  la  profunda  y  azul  trasparen- 
ciade  los  cielos. 

De  los  cielos,  si^  porquela  atmosfera  herida  por  la  luz  variaba 
flus  matices  à  medida  que  ascendia,  y  el  firmamento  se  presenta- 
ba  en  zonas  ondulantes  de  todos  los  colores,  convirtiéndose  sa 
bóveda  celeste  en  un  arco  iris  de  la  inmensidad.  El  arquero  di- 
vino producia  las  siete  notas^  y  el  espacio  con  sus  orbes  empren- 
dia  el  ritmo  de  la  armonia  infinita  de  las  cosas. 

{Guàn  libre  el  alma  se  dilata,  penetrada  de  belleza  !  ;  Cuàn 
firme  ó  inmortai  se  siente,  descubriendo  en  la  naturaleza  ma- 
nifestacionessucesivasdela  eterna  patria  del  ideali  Qué  mo- 
mento tan  sublime,  si  meditando  en  la  belleza,  la  medida  eterna 
que  todo  lo  pesa,  aparece  corno  justicia  encarnada  en  el  hombre 
que  saluda  atónito  y  deslumbrado  al  sol,  al  dia  refuljenle  de  los 
trópicos,  entrando  à  Rio  Janeiro  en  medio  de  los  resplandores 
del  cielo,  del  mar  y  de  la  tierra. 

Es  de  dia.  Ya  se  ve  el  verde  de  la  tierra.  En  linea  recta  el 
vapor  se  precipita  al  canal  estrecho  de  la  entrada.  A  babor  y 
estribor,  mirar  es  admirar.  Montaìias  reflejando  sus  formas  en 
estensidad  profunda,  sobre  la  superficie  ondulante  de  las  aguas, 
aparecea  corno  mundos  ajitados  por  la  mano  de  un  Atlas  sub- 
terràneo.  Picos  atrevidos,  variedad  fracturada  de  perfiles, 
masas  entrantcs  y  salientes  corno  baluartes  de  una   fortificacion 


—  462  — 

de  titanes,  lineas  suaves  que  ea  lejaDia  se  proloagan^  el  coro, 
la  piràmide,  el  trapecio,  las  formas  abraptas  de  la  jeometrta  de 
la  tierra,  corno  recuerdos  de  lo8  cataclismos  petrificados,  se 
combinan,  se  saceden,  y  provoean  esos  toqaes  misteriosos  de 
ciertas  cuerdas  del  ser  humano,  quenos  trasportai!  à  una  frater- 
nidad  primitiva  de  losseres. 

Y  todo  eso  es  verde,  eoo  todos  los  matiees  de  lo  rerde.  La 
potente  vejetacion  nos  envnelve  yaeosa  atmosfera  perfnmada, 
comò  si  siotiésemos  los  jérmenes  de  la  creacion  flotantes  en  el 
aire,  qne  boscan  su  reprodnccion  indefinida.  La  palma  se  de- 
linea. Héla  alli:  es  la  personiflcacion  de  una  zona.  Palmas  en 
la  cima,  en  los  flancos,  al  pie  de  la  montafia,  se  reflejan  en  el 
mar.  Y  el  mar  acariciando  esa  sombra,  el  aire  tibio  7  embal- 
samado,  elcalor  inmortai,  la  luz  siempre  resplandeciente,  be- 
Ueza,  riqueza,  7  abundancia,  todo,  todo  se  combina  para  darnos 
una  idea  de  la  entrada  al  paraiso  terrena!. 

Nos  acercamos  al  canal.  La  locomocion  del  espectador  hace 
>queel  espoctàcuio  tan  variado  de  por  si,  varie  ó  cada  paso,  7 
el  movimiento  produzca  el  efecto  del  movimiento  en  el  paisaje. 
Imajinaos  esa  combinacion  de  formds  que  se  deslizan,  que  unas 
sobre  otras  se  precipitali,  y  que  ù  cada  momento,  nuova  faz, 
nuevo  espectàculo,  nueva  admiracion,  sorpresa  incesante  en 
ese  baile  de  montailas  nos  presentan.  Islas  esparcidas,  valles, 
ensenadas,  canales,  casas  suspendidas  en  las  quebradas>  en 
medio  de  las  palmas,  las  pequeùas  embarcacìones  d  la  sombra  de 
los  àrboles,  todo  pasa,  todo  esto  es  la  vanguardia  de  la  soberbia 
entrada.  Estrecho  es  el  paso;  àderechaé  izqaierda  la  monta- 
na con  sus  castillos  y  al  frente  otra  isla  fortificada  detienen  un 
momento  la  marcha; — basta  que  al  fin,  la  bahia  de  repente  se 
presenta,  abriendo  su  seno  comò  un  mar,  7  circnndando  el  leja- 
no  horizonte  con  sus  montes. 

El  golfo  de  las  delicias,  es  el  anfiteatro  de  los  climas,  es  el 
circo  de  las  fantasfas. 

Qué  habeis  visto  quealiino  viéreis?  qué  habeis  soùado  que 
alll  no  encontreis?  Florencia  la  bella,  alll  estd— la  gracia  de 
tus  colinas  7  la  dulznrade  tus  valles.  Genova,  la  soberbia,  alll, 
tu  puerto  en  un  fragmento  de  Bio.  Nópoles,  Nàpoles,  tu  si, 
puedes  preguntar  si  està  allitu  Vesuvio  de  20  leguas. 

Ohjéniode  4a  tierra,  arquitecto  sublime  del  universo,  qué 
tempio  de  tu  bondad  has  elevado  I — Oh  aglomeracion  de  todos 


—  463  — 

los  amor€8^  y  de  todos  los  ensuefios,  de  todos  los  perfumes,  de 
todos  colores,  de  todas  las  figuras,  de  todos  los  encaotos  del 
cuerpo^  de  la  imajinacion  y  del  espirila  !  |  oh  armonia  de  los 
elementos,  ohtierrade  Bio,  tu  debes  ser  la  mansion  de  la  virtud 
y  de  la  felicidad  sobre  la  tierra  ! 

No  !--La  tierra  del  Brasil  bendecida  por  el  cielo,  para  ser  un 
paraiso  terrena],  ha  sìdo  convertida  por  los  hombres  eniniierno! 

La  esclavitud  existe  ! 


II 


Homo  sum. 

Mientras  la  bumenidad  sea  desconocida,  negada  6  atomica- 
tada  en  alguna  ;>arte  de  la  tierra,  la  palabra  debe  hacer  con- 
centrar sobre  ese  punto  las  miradas  del  jénero  hnmano.  La 
mirada  de  la  humanidad  sobre  una  institacioo  cuyo  crlmen  se 
revela,  produce  el  efecto  de  los  espejos  ustorios  de  Arqulme- 
des:  la  devora.  £1  deber  del  hombre  es  seflalar  la  marcha, 
-para  que  una  ondolacion  del  alma  de  la  humanidad  haga  Uegar 
la  Vida  y  la  justicia,  alli  donde  el  alma  tiene  su  imperio. 

Ya  no  existe  un  solo  esciavo  en  las  Bepùblicas  de  la  America 
del  Sur! — y  cuando  los  Estados  Unidos  sacrìfican  sinmedida  sus 
tesoros  y  su  sangre,  para  purificarse  de  ese  crfmen  de  una  parte 
de  sus  Estadcs,  vemos  en  el  Brasil,  tranquilo  é  impacible  recos- 
tado  en  su  indolencia,  sobre  cerca  de  cinco  millones  de  hombres 
esclavizados. 

Ahi  està  el  punto  negro  de  America  esplendente!— Ahi  està 
.  esa  permanente  provocacion  à  la  vengania  I 

^Debe  durar  ese  fenòmeno  de  degradacion  y  de  tormento? 

^Qué  se  hace  para  destruirlo? 

iHay  algun  partido  organizado  que  presente  en  su  programa 
la  abolicìon  de  la  esclavitud  corno  condicion  fundamental  ? 

iHan  producido  algun  resultado  los  trabajos  de  los  filàntro- 
pos  ? 

Sea  lo  que  fuere,— el  hecho  existe  y  dura,  y  mientras  exista, 
la  protesta,  el  proselitismo,  la  interpelaciou  ìneesante  son  un 
deber  para  todo  brasilero. 


i64  — 


III. 


No  es  mi  objeto  atacar  los  sofismas  teológicos,  polttìcos,  eco 
uómicoSf  en  los  caales,  para  TergdeDza  de  la  inteligencia  hu- 
mana,  se  ha  apojado  basta  boy  laesclavitad.— Quiero  suponer, 
por  booor  de  Duestra  especie^  que  esos  sofismas  han  callado, 
vencidos  por  la  razoD^  7  se  ban  retirado  del  campo  de  las  po- 
lémicas,  avergonzados  de  si  mismos. 

Quiero  suponer  qae  ya  en  et  Brasil,  ninguna  de  esas  sangrien- 
tas  ó  bipócritas  mentlras  se  presenta  a  la  Inz  del  dia  proTocan- 
do  la  jnstificacion  de  su  maldad. — Quiero  supooer  qae  la  escla- 
TÌtud  se  sostiene  tan  solo  porque  existe,  por  su  inercìa,  por  la 
fuerza  del  becbo  permanente^  por  el  temer  de  un  cambio,  por 
el  egoismo  de  los  poseedores.  Si  me  engailo  desearia  se  me 
indicase  la  razon  aparente,  ó  el  argumento  subsistente  que  pn- 
diesen  autorizar  la  continuacìon  del  atentado.  ^Serà  la  Biblìa 
ó  el  argumento  teològico? 

^SerA  el  hipócrita  principio  del  antiguo  derecbo  de  jentes  de 
los  bórbaros,  que convertia  alprisionero  en  esalavo? 

^Serà  el  mas  infame  pretesto  que  prostitute  el  nombre  de  la 
caridad,  diciendo  que  se  mejora  la  condicion  del  negro  esclavi- 
zàndolo? 

^Serà  el  argumento  de  la  desigualdad  de  las  razas,  comò  si  la 
desigualdad  no  fuese  idéntica  ? 

l  Sera  la  mentirà  fisiològica,  que  solo  el  negro  puede  trabajar 
en  ciertas  zonas  ? 

^Serà  la  mentirà  econòmica  que  mas  produce  et  trabajo  del 
esciavo  qne  el  del  hombre  libre  ? 

Pero  ban  sido  tan  batidos  por  la  razon,  por  la  filantropia,  por 
el  derecbo  de  jentes,  por  la  climatologia  7  por  la  economia  poli- 
tica, todos  esos  argumentos,  que  la  razon  no  encuentra  adver- 
sarios;  pero  contra  la  razon,  la  fraternidad  j  la  ciencia,  se  levan- 
ta  aun  el  heeho^  la  permanenci&  y  quién  sabe  basta  cuando  la 
duracion  del  atentado. 

IV. 

Ese  hecboconvertido  en  instìtucion  social  econòmica  de  uno 
de  los  imperios  mas  vastosde  la  tierra,  subsistente  aqul,  en 
nuestra  America  libre,  à  nuestra  vista^  en  nuestro  tiempo,  des- 


I 


—  465  — 

paesde  sa  aboUcion  en  las  repablicas,  ea  el  especUculo  caoti- 
diano  que  aguijoaea  mi  conciencia,  que  eapanta  mi  corazoa  j 
que  corno  una  im^jen  satànica  se  interpone  entre  el  cielo  y  la 
naturaleza  magnifica  del  tròpico.  Sarcasmo  à  la  eternidad  de  la 
jasticia,  desafio  al  arquitecto  omuipotente  del  universo,  oh  ina- 
titucion  de  la  esclavatura^  ahi  estas  para  argumento  de  la  exfs- 
tencia  del  principio  del  mal,  ahi  estds  en  eLQrasil,  para  dar  una 
apariencia  de  verdad  terribleal  dualismo  de  los  persas< 


Pero  tengo  entendido  que  la  permanencia  de  la  esclaritnd, 
es  lejitimada  óesplicada  (no  porlarazon  >a)^  por  la  dificuUad 
de  pagar  à  los  poseedores  el  precio  de  sus  csclavos. 

He  ahi  la  ùltima  trincherà. 

Espues  esa  dificuUad,  eie  vada  &  la  categoria  de  argumento, 
que  }0  ataco. 

Apesar  del  progreso  de  la  verdad,  que  revela  esa  confesion, 
pues  ya  no  se  argulle  con  la  Biblia,  ni  con  el  derecho  de  jen* 
tes  de  los  b^rbaros,  ni  con  una  mentida  caridad,  ni  con  una 
ciencia  econòmica  falseada, — él  pesar  de  todo  ese  progreso, 
cuanta  inmoralidad  y  corrupcion  no  revela  esa  dificuUad  que  se 
presenta. 

Espongamos  el  argumento  tal  comò  ellos  lo  presentan. 

£1  propietario  de  esciavo  lo  es,  por  la  ley. 

La  ley  ha  ereado  esa  propiedad^  y  no  puede  destruirla  sin  in* 
demnizar  a  su  duefio. 

He  ahi  el  argumento! 

Creo,  a  Dios  gracias,  seró  el  ùltimo  que  escucha  la  humanidad, 
para  vergùenza  de  la  miseria  que  puede  bajar  la  intelijencia,  de- 
gradando su  luz  para  defender  à  la  avaricia. 

Gallo  dos  nombres  conocidos  en  las  letras,  y  que  tambien  lo 
han  repetido,  porque  creo  que  si  Uegan  à  leer  estas  Hneas,  se 
arrepentiràn  de  lo  que  han  dicho. 

Analicemos. 

^Puede  la  ley  hacer  propietarios  de  esclavos  ? 

Es  decir,  ^pueden  los  hombres,  6  un  hombre  alterar  las  rela- 
ciones  eternas  de  las  cosas? 

No.— Luego  la  ley  que  altera  la  eterna  relacion  de  ìgualdad 


—  466  — 

que  exìste  entre  los  hombres,  es  nn  crimeii. — ^Puede  el  crfnien 
ser  autorìdad,  y  sirve  de  fundamento  justo  é  la  institacion? — Noi 
luego  la  ^DÌiìhrapropietario  de  esclavos  equivale  ddecirLADRON 
de  hombres.  todo  el  que  se  llame  propietario  de  esclaros  es 
ladron. 

iHay  ley  que  pueda  automar  el  robo? 

Respondan  todos  los  sofistas! 

Si  esa  ley  esiste  y  se  acatn,  se  acala  el  robo.  T  una  sociedad 
que  sanciona  e?e  raonstrnoso  principio,  merece  ser  eotregada  é 
la  ley  del  saqueo. 

Examinemos  ahora  la  segunda  parte  del  argaiuento  : 

lììebe  indemnizarse  el  robo? 

Exponer  la  cuestion  es  resolverla. 

— ^.Pero  se  dirà  :  ^por  qué  han  de  ser  los  hijos  responsables^  de 
un  hecho  autorizado  por  la  ley? 

Obsérvese  que  se  liama  hacer  respoosables  &  los  bijos,  no  in- 
demnizarlos,  y  quitarles  las  riquezas  que  le  daba  la  posesion  de 
los  esclavos 

Y  que!  habeìs  recibido  un  robo,  sois  herederos  de  un  crìmen^ 
habéis  vivido  gozando  del  trabajo  ajeno  sin  remunerarlo,  sin  re- 
tribuirlo, sin  reconocerlo,  y  atormcntando  en  el  rc^jimcn  mas  ab- 
yccto  «1  los  infelices  que  os  enriquecen  con  el  sudor  de  su  frante 
y  la  sangre  de  sus  heridas  abiertas  por  el  làtigo,  y  Tenis  A 
reclamar  de  dcspojo? 

Si  una  ley  infame  os  dio. esa  riqueza,  otra  ley  justa  la  de- 
vuelve  à  su  duefto. — ^Reclamais  por  dafios  y  perjuicios? — Purs 
hnremos  que  ci  negro  reclame  por  dafios  y  perjuicios  desde 
su  primera  gcneracion  esclavizada,  y  ved  si  os  atreveis  A  sos- 
tener la  liquidacion  de  la  deuda. 

Lo  que  me  sorprende  es  que  el  poseedor  de  esclavos  se 
atreva  a  alegar  el  derecho  de  propiedad. 

iCual  es  el  orljen  de  la  propiedad?— ^La  personalidad. 

Luego  al  llamaros  propietarios  de  personalidades,  destruis 
vosotros  mismos  vuestro  derecho  ù  la  persoualidad  y  ti  toda 
propiedad.  Desde  el  momento  en  que  reconoceib  que  se  pue- 
de  apropiar  la  independencia,  la  libertad,  el  trabajo  y  la  sobe- 
ranfa  del  hombre,  destruis  todo  derecho,  y  vucstra  pretendida 
propiedad  de  hombres,  se  derrumba  sobre  vosotros  y  os 
aplasta. 

Si  hablais  de  propiedad,  el  derecho  del  negro  &  la  propiedad 


—  467  — 

de  si  mismo/se  antepone  conio  orfjen,  prima  corno  justicia,  e 
flobrepone  comò  calidad. 

No  bay  esa  propiedad  hamana,  que  liamais  esclavatara,  con- 
tra  la  propiedad  divina  que  llamamos  libertad. 

^Qaé  es  pues  en  el  fondo  esa  institucion  que  se  mantiene  &  des- 
pecbo  de  la  verdad,  de  la  justicia  j  de  la  reprobacion  del  mun- 

do? — LA  AVARIGIA,    LA    INDOLEKCIA,  EL  ORGULLO. 

Quitad  Yuestra  mascara,  ùltimos  rezagados  del  sofisma. 

Ya  sabemos  lo  que  significan  vuestras  declamaciones  sobre 
el  órden,  la  paz  7  la  prosperidad  de  los  Estados.  La  avaricia 
es  la  ley  de  vuestras  almas  j  es  vuestra  religion  el  egoismo 
ateo. 


VI. 


No  reconozco  pues  el  derecho  de  los  poseedores>  ù  la  indem- 
nizacion. 

Y  reconozco  por  la  inversa,  el  derecho  de  los  esclavizados  ù 
la  indemnizacion  de  educacion  por  el  embrutecimiento  en  que 
sistemàticamente  se  les  ha  sumcrjido:  &  la  indemnizacion  de  ca- 
pital, ó  instramentos  de  trabajo,  ù  costa  de  los  Uamados  amos 
que  se  han  enriquecido. 

Gnau  diferente  se  presenta  la  cuestion! 

Se  esperaba  tener  fondos  para  remunerar  el  atentado  se- 
cnlar. 

No. — No  espereis  remuneracìon.  No  se  os  debe, — y  la  de- 
beis. 

No  durmais  pues  tranquilos,  acallando  la  concieneia,  con  el 
ùltimo  sofisma,  diciendo:  yo  no  deficndo  la  esclavitud,  en  cuanto 
me  paguen^  nada  dire  y  aun  aplaudiré. 

No  espereis  ese  resultado.     Pagareis  y  no  se  os  darli. 

He  ahi  pues  laspalabras  precursoras:  Haced  derechas  las  ve- 
redasy  desconociendo  eso  que  liamais  vuestra  propiedad  sobre 
hombres^  j  asi  os  salvareis. 

Y  si  no  escuchais  la  verdad— porque  no  la  veis  fulgurante 
corno  la  venganza  sobre  vuestras  frentes  y  las  frentes  de  vuestros 
hijos, — ya  la  escuchareis  comò  han  tenido  que  escucharla  Jef- 
ferson Davis  y  sus  Estados,  que  son  mas  fuertes  que  voso- 
tros. 


—  4«8  ^ 


V£L 


Si  la  historia  tiene  uua  lejr,  ó  ea  otros  térinÌQoa>  ai  bay  una 
prQTÌdencia  ea  los  asuntos  humanos  que  preside  &  la  produc- 
cion  j  desarroUo  de  los  hechos,  esa  ley  no  pucde  ser  otra  que  U 
dei  perfeccionamiento,  el  aamento  de  bienestar^  de  moralidad  f 
de  saber,  no  solo  para  los  Estadoa,  sino  para  todo9.  los  indiri- 
dops  libres  7  bajo  la  lej  de  la  ilegalidad. 

Ese  perfeccionaraiento  tiene  su  aspecto  negativo:  la  dismìno- 
cioq  del  mal  fisico^  moral,  é  iotelectual,  es  decir»  la  desapari-* 
cion  progresista  de  la  miseria  y  de  la  enfermedad,  dd  déllto 
7  de  la  ignoraocia. 

Ahora»  ^qué  direis  si  aplicamos  esa  le7  ù  la  esclavatura? 

La  miseria  de  cìnco  millones. 

La  degradacion  de  cince  millones. 

La  corrnpcion  de  cinco  millones  7  la  corrupcion  de  sus  pò- 
seedores,  porque  la  esclavatura  pervierte  à  amos  7  à  esclavos* 

La  injasticia,  7  el  ódio^  7  el  tormento  7  la.espoliacion  sobre 
c'ioLCO  millones. 

Y  el  embrotecinuenlo  (conveniente)  de  cinco  millones  de  se- 
res  buinanos. 

La  individualidad  ìriolada  7  ann  negada. 

La  familia  violada  7  prostituida. 

La  di^nidad  hnmaaa.  boixada  en  cinco  millones  de  hom- 
bres. 

^Y  creeis  que  1k  le7  d«  la  bistoria,  ó  la  jnsticiai  ó  la  provi* 
dencia,  toleren  ese  estado,  sin  que  se  sospenda  en  dias  no  leja* 
noS)  el  cataclismo  de  la«  veaganias  7  que  serA  la  sentencia  del 
Eterno  ? 

VHf. 

Pero  tengo  otra  conftid^racion,  ohi  juventnd  delBraaìl^  qtie 
presentar  &  vuestra  imajinncion  fogosa,  no  lo  dudOv  A  la  magfta- 
nimidadde  \ucstras  a,Imaji, 

^No.sentia  verificarse  enei  mundo  una  revolucion  inaudita  7 
eatijipenda  que  copriste  en  que  la  America^  el  Nuovo  Mundo,  s^ 
poQ^  àU  cabeza  del  itiaerArio  annodo  de  los  liglos  futur^osde' 
U  jnsticia  ? 


iìio  Teifl  ja  las  visibles  sellales  que  coronan  las  alturas,  j  qae 
de  Norte  à  Sor,  proippcan  él  tdiaiUMta  de  }a  conciencia  ameri* 
cana  ? — i  Mo  sentta  los  yajidos  del  jigante,  ahogando  en  saogre 
la  rebelian  satóoicap— 7  AMéjico  abrieodo  ancha  tomba  de  fé- 
mentidos  iovasores,  y  a  todas  las  Bepùblicas  alzando  el  palla- 
dium  de  la  Bepublica,  y  Hércolea  ahogando  todas  las  bidras  le- 
gadas  por  el  viejo  mondo? — ^En  qué  tiempo  se  ha  visto  mas 
«Qta&midad  de  fé  enla  libertad  dfìlhombre>  y  en  las  iostitnoio- 
nes  democràticas?  ^Cttàédo  ae  bìa  visto  à  tòdo  nn  coatHuenlf 
oikifieado  en  su  <)estÌQOy  arraneAdo  pcfer  la  rason  y  por  lafuerza,  a 
la  mentirà  7  kh  ftierza  de  la  vieja  Europa?  ^Ha  habido  espee^ 
téonlo  mas  bello  7  ^  Y  qué  es  lo  qoe  fàlta,  coando  es  la  escepcion, 
quién  es  el  pueblo  que  fatta  al  Uamamiento  ?  Es  el  Brasìl,  es  el 
Paraguay  ? 

Yedpues,  oh  jóvenes!  el  deber  histórico  que  se  viola  en 
vuestra  patria.  Nos  impedfs  decir:  toda  la  AnéaiCA  bs  li- 
bbe! 

IX. 

Ademds  de  las  consideraciones  de  jasticia,de  deber  histórico, 
tomad  en  cucnta  la  dcbilidtd,  en  que  se  encuentra  vuestra  pa- 
tria, para  cualquier  evento.  Si  teneis  guerra,  sea  con  el  es- 
tranjero,  sea  con  algun  vecino,  sea  entre  vosotros  mismos,  ved 
el  elemento  irresistible  de  Victoria  con  que  cuenta  todo  enemigo 
que  se  presentare:  la  libeetad  de  los  esglavos  I 

He  terminado;— 7  lleno  de  fé  me  dirijo  A  vosotros,  oh  jóveneé 
del  Brasili  porque  os  creo  rieos  de  esa  sàvia  que  producirA  en 
vuestra  patria,  la  riqueza  de  la  justìcia.  Y  cuando  se  habla  de 
justicia^  cuando  su  causa  es  patente,  ^quién  es  el  jóven  que  noie 
de  las  primicias  de  su  alma,  amor  que  jamds  engaùa,  ilusion  que 
jamàs  desaparece,— poesia  de  la  eterna  medidade  ias  cosas,  que 
eacuchaba  PitAgoras,  que  revelaba  Sócrates,  7  que  cada  uno  d^ 
nosotros  lleva  en  si  mismo,  cuando  pedimos  sobre  todas  las  co- 
aaslajusticia? 

Buenos  Aìres^  Abril  de  19«3.  . 


~  «70  «- 

Al  Sr.  D.  ^élio  BoM^uellas. 

UmA  OBSBBVAGIOIC  SOBRB  su   TEOaU  DEL  DESTINO. 

I. 

Veo  la  faerza  de  ruestra  iateligencia,  ea  la  dificuliad  miama 
qtte  OS  hace  persistir  en  vaestra  idea  del  destino. 

El  sentido  comun  abarcatodas  las  ideas  necesarias^  aanqae  no 
pueda  darse  caenta  de  su  coexistencia,  ó  de  suenlace.  No  asi 
para  el  filòsofo.  El  ao^lisis,  ó  la  sìntesis  individuai^  casi  non- 
ca  pueden  comprender  la  afirmacion  priadtiTa  qne  es  el  conti* 
nentc  de  la  verdad.  t  todos  los  elementos  del  problema  de  la 
Tida. 

Un  ejemplo: 

Hay  dos  ideas  que  parecen  contradictorias,  la  materia  j  el 
espirita,  el  infinito,  yel  finito,  la  omnipotencia  divina  y  la  li- 
bertad  humana,  la  Inz  y  las  tinieblas,  el  ser  y  la  nada^  la  omnia- 
ciencia  y  la  responsabilidad,  la  inmortalidad  y  la  mnerte. 

El  sentido  comun  te  ambas  ideas  y  las  acepta,  porque  ambas 
ideas  son  necesarias,  ambas  llevan  el  sello  de  la  verdad  en  la 
coQcicncia- 

El  filòsofo  se  fija  en  una,  y  no  puede  pasar  ù  la  otra. 

Ve  la  materia  y  dice:  todo  es  materia.  0  si  se  fija  en  el  es* 
pfritn,  no  puede  concebir  la  materia^  ni  su  relacion  con  el  espi- 
ritu  y  la  niega. 

El  filòsofo  que  empiezaporla  afirmacion  del  ser  ahsoluto  corno 
sucede  à  las  religiones  Brahminica^  Boudhista,  no  puede  salir 
del  Pantheismo,  corno  Spinosa.  Anegada  en  el  ser  absoloto^ 
infinito,  lo  finito  le  es  incomprensible,  porque  no  puede  com- 
prender, de  corno  el  infinito,  pueda /tmiVar^^  creando  lo  finito. 
De  ahi  nace  la  negacion  de  lo  finito,  de  la  libertad,  de  la  per- 
sonalidad,  delacreacion  y  del  Greador.  Todo  lo  qne  existe 
es  Dios.  Dios  es  el  Pan  universal  que  vegeta  en  las  plantas,  vive 
en  los  animales,  piensa  en  el  hombre,  y  circola  en  las  esferas 
de  la  inmensidad  poblada.  Es  la  teoria  del  destino  panhéistico. 
Mientras  que  el  sentido  comun  de  todos  los  tiempos,  persiste 
en  afirmav  las  dos  ideas  por  contradictorias  que  aparezcan. 

Còrno  conciliarlas?    Este  es  el  problema,  cuya  solucion  se- 


„   471  — 

ria  la  Terdader«  replicai  la  contestacion  del  Sr.  Bosqucllas. 
La  caestion  debe  naturalmeate  remoatarse  à  la  facQte  del  ser. 
Y  aqui  confesaremos  al  Sr.  Rosquellas,  que  es  lacuestion  qoe 
mas  nos  ha  ocupado  en  asta  yida,  y  que  mas  imperfectameute 
hemos  visto  resuelta. 

Nosotros  habiamos  creido  presentar  tambien  un  dia  nuestra 
solttcioQ  metafisica^lj  solo  esperamos  la  oportunidad  j  reposo  de 
espiritu  para  hacerlo. 

n. 

El  sefior  Bosqaellas  engolfadò  en  la  idea  del  ser^  no  puede 
salir  de  ella,  no  puede  comprender  la  coexistencia  del  infini- 
to creador  7  de  la  personatidad  libre  del  fioito.  El  ser  cs  el 
destino.  El  destino  es  absoluto.  Luego  no  bay  libre  albedrio. 
Tal  es  su  conclusion. 

Se  ve  pues  que  es  la  misma  dificultad  presentada  por  los  pan- 
theistas,  que  no  pueden  comprender  lo  relativo^  sino  corno  modo 
del  absoluto,  ó  en  otros  términos;  todo  lo  que  existeson  modi- 
ficaciones  del  ser  infinito,  aparlencias  transitorias  de  la  identi* 
dad  ìnmutableque  devora  al  tiempo  y  à  lasexistencias. 

Es  esto  tan  cierto  que  él  mismonos  confirma  con  estas  pala- 
bras: 

'^No  hemos  ncgadopues  la  voinntad  infinita,  porque  todo  lo 
que  existe,  lo  hemos  subordmado  a  eUa  ;  y  colocamo$  las  volun- 
tades  aisladas^  corno  las  móleculas  del  universo  moraì. 

^^Esa  voluntad  pues,  es  la  queabsorve  todaslasdemas." 

Eso  cs  lògico.  La  libertad  humona  debe  desaparecer  ante  el 
destino, 

Luego  el  problema  consiste  en  presentar  &  la  voluntad  humar 
na  sin  que  sea  absorvida  por  la  voinntad  divina. 

Para  elio,  lo  repetiremos,  bay  dos  solucìones: 

La  solucion  ontologica,  y  la  solucion  psicològica. 

La  solucion  psicològica  consiste  en  la  afirmacion  del  hccho 
indestructible  de  la  conciencia. 

No  podeis  abolir  del  idioma,  de  la  i^teligencia,  y  de  la  con^ 
ciencia,  la  palabra  quiero. 

Querer,  supone  móviles  y  motivos^ 

El  in(H^7  esel  impulso  fatai  que  puede  originar  t*o/fcianf«. 

El  motivo  e&el  imperativo  del  deber. 


—  472  — 

Los  animales  solo  se  mueven  A  impulso  de  tos  móviles,  el 
hambre,  la  sed,  el  frio,  el  calor,  etc. 

El  hombre  se  mueve  ademas  por  la  inflaencia  de  la  idea^  del 
bien,  7  ea  esto  consiste  sa  libertad. 

La  idea  del  bieo  constituje  el  deber. 

El  deber  es  la  voluntad  infinita  comuhieada  al  hombre  por  la 
inteligencia. 

Y  en  negando  à  este  punto,  llegamos  à  la  union  de  la  psico- 
logia 7  ontologia. 

Veanios  ahora  el  proceder  ontològico. 

Como  tengo  la  idea  del  ser? 

Por  el  pénsamiento. 

Guài  es  el  pénsamiento  radicai? 

PiEi^so — LUEGO  soT  (Dcscartcs) 

SoY,  es  pues  el  primer  pénsamiento. 

S07  es  ser.  Y  al  decir  ser,  [digo:  Ser  infinito,  porque  70  no 
me  he  creado,  ni  comprendo  todo  el  Ser— 7  digo  al  mismo 
tiempo,  ser  finito,  quc  es  el  70  afirmando  su  existencia,  en  la 
coexistencia  del  ser  infinito. 

Luego  el  primer  pénsamiento  envuelTC  las  dos  ideas  nece- 
sarias,  de  finito  é  iuGnito^  de  relativo  7  absoluto,  de  tempo- 
ral  7  eterno,  de  proTideucia  7  libertad. 

He  ahi  el  hecho  7  le7  indestructibles. 

^Haj  contradiccion  eutre  ambos? 

Mo.  La  conciliacion  es  dificil, — lo  confesamos.  Pero  la  so* 
lucfon  del  problema  filosofico  no  consiste  en  la  mutilacion  de 
uno  de  los  elementos  irreductibles  que  presenta. 

Bajo  otro  punto  de  vista  es  el  mismo  problema  que  existe 
entre  la  sociedad  7  el  individuo,  entro  el  deber  7  el  derecho, 
cntre  la  libertad  7  el  órden,  entre  la  unidad  7  la  federacion. 
Suprimid  uno  de  los  términos  del  problema,  no  ha7  duda  sim- 
plifica  las  dificultades,  pero  no  las  vence. 

IH. 

El  sefior  Rosquellas  partiendo  del  ser  puro  7  absoluto,  por 
medio  de  una  abstraccion  que  olvida  ó  desdefia  el  heebo  fan- 
damental  de  la  conciencia,  no  puede  conciliar  la  libertad  con  el 
infinito. 

«Si  807  libre,  soy  independiente ;  A  nada  debo  consultar^ 


L 


j 


—  473  -^ 

smo  Ami  mismo.    Si  debo  coDSUltar  ya  no  Boy  libre.    Si  deho 
someterme  so^  eselavo.» 
^^  Qué€0  consultar  P 

Examinar  la  ley  de  libertad. 

Lu^go  al  exanùnar  la  ley  de  libertad,  al  buscar,  iod9gar, 
examinar  j  acerca roie  al  ideal  de  libertad,  fortifico  mi  propia  iii- 
depcDdencia. 

Qué  se  diria,  si  para  ser  justo,  se  dijera  q«e  W}  debia  con- 
sultar a  la  justicin? 

El  animai  no  consulta,  y  es  por  eso  precisamente  que  so  es 
libre. 

Et  animai  cede  al  móvil. 

Ei  hombre  obedege  al  motivo. 

EI  motivo  es  la  nocion,  es  la  idea  del  deber,  es  la  eleccion  eu- 
tre  lo  bueno  y  lo  malo. 

Luego  bay  necesidad  de  consultar.  «A  mi  mkmo.n — nada 
mas.  Pues  bien,  al  consultar  à  si  mismo,  se  consulta  al  pensa- 
miento  fondamenUil  de  la  conciencia.  qiie  comprende  el  inCnito, 
y  el  finito  y  su  relacion.  Dio»  puso  al  hombre  en  manos  de  su 
propio  consfijoy  dice  Santiago  el  Apóstol.  Està  frase  resuelve 
toda  la  dificultad  del  Sr.  Bosquellas,  relativa  à  la  dependencia 
del  hombre. 

No  se  puede  decir  que  el  hombre  obedeciendo  ù.  la  ley  qae 
es  su  ley^dependa  ó  sea  esciavo,— porqueDios  mismo, cuya  vo- 
luntad  infinita  no  negais,  obedcce  à  su  propia  ley  infinita,  es  la 
libertad  infinitii^  y  de  nadie  depende. 

Habria  otros  puntos  de  grave  importanciaque  discutir^pero  las 
circunstancias,  y  el  temor  de  fatigar  tu  nuestros  lectores,  nos 
hacen  suspender  este  exàmen. 


A  los  8res.  Ani^el  F.  Costo^  U.  A.  Jardln»  JHeraello 
C.  F^lardo. 

Mis  amigos,  y  representantes  de  la  jurentad  racionalista  de 

la  Bepùblioa  Orientai:  habeis  escrito   la  profesion  de  fé  d^  l|i 

Jóven  America.    Vuesti^a  palabra  es  uaa  de  las  mas  bellas  ma* 

nifèstaciones  deese  Y^rbo  americano  que  se  Uama  racionatìsmo 

7  rep^blica.    Vu(3strQ  ^agrada  afirmacipn  arrojada  é  la  fronte  df 

la  Iglesia,  revela  à  los  hijos  del  Ar^uitecto  de  los  mftndos,  qoe 

preparan  tos  cimientos  del  tempio  moral  ùn^  Universo  en  la 


—  474  — 

oondencìa  del  hombre  emancipado:  Y  vuestra  toz,  corno  el 
8oplo  diyino  qae  recorria  la  saperficie  del  abismo,  diceà  la  Ame- 
rica con  la  fuerza  de  la  razon,  de  la  historia  7  de  la  indacdon 
profética:  la  revolucion  religiosa  ha  principiado. 

Estais  corno  los  mejores  j  primero  k  la  altura  del  grandioso 
problema  de  los  tiempos,  qae  comprende  la  negacion  del  ùlti- 
mo paganismo,  la  demolicion  de  las  Iglesias,  la  abolicion  de  los 
mediadores  entro  Dios  y  la  conciencia  j  el  restablecimiento  de 
lasoberania  ìntegraldetodo  hombre  en  el  campo  indefiaido  de 
larazon  independente. 

Gonvencidos^  corno  leales  pensadores,  de  que  no  puede  ha- 
ber  libertad  sin  juicio  propio^  sin  individualismo  supremo,  sia 
conciencia  de  la  racioudlidad  de  nuestros  actos,  condenais  al  ch'*- 
tolicismo  no  solo  por  erròneo  en  sus  principios,  sino  por  la  in* 
compatibilidad  de  sus  dogmas  de  obediencia  ciega,  revelacion« 
milagro,  gracia,  caida,  bautismo,  confesion,  con  teda  justicia  y 
con  toda  razon  j  con  toda  la  dignidad  del  soberano.  El  dog- 
ma del  sometiraiento  de  la  razon  no  puede  dar  la  libertad;  el 
dogma  de  la  gracia  no  puede  producir  elderecbo;  el  dogma  de 
la  caida  no  puede  afirmar  àia  justicia;  el  dogma  de  la  teocracia 
infalible  no  puede  fundar  la  democracia. 

Aleccionadosporla  cicncia  7  la  esperiencia,  habeis  visto  mas 
lejosque  todos  nuestros polfticos,  que  temendo  un  mundo  nuevo 
entre  sus  manos,  destinado  à  recorrer  las  descoQocidas  mara- 
villas  del  porvenir,  bajo  el  firmamento  de  la  ciencìa,  se  inclinan 
todavia  ante  la  astronomia  de  la  Biblia  v  ante  el  catecismo  del 
padre  Àstete,  con  que  educan  à  las  jeneraciones  nuevas. 

Llenos  de  vida,  no  os  asusta  el  desplome  de  las  viejas  cate- 
drales,  ni  la  evaporacion  de  la  leyenda;  7  para  responder  & 
los  puebios  ansiosos  de  lo  divino  7  de  lo  eterno,  abris  vuestras 
almas  en  donde  brilla  el  resplandor  de  la  lev. 
'  Knmedio  de  los  partidos7  puebios  que  se  reruelven  encir- 
culos  concéntricos;  habeis  pronunciado  la  palabra  que  ha  de 
romper  el  sortilejio  deloserrores  7  pasiones,  para  que  descri- 
bau  la  espirai  de  la  perfeccion  progresiva.  Porentreel  polvo 
del  combaté,  mostrais  la  grandiosa  7  radicai  enseCLa  que  nos 
darAja  paz  7  la  libertad.  Està  circunstancia  hace  que  vuestra 
palabra  sea  el  acto  mas  trascendeutal  en  la  politica  de  vuestro 
pais*    Poàeis  decirlo  7  con  orgullo:  he  ahi  nuestra  bandera. 

Habeis  comprendido  la  signìficadon  del  gran  cielo  histdrico 


—  475  — 

en  que  entramos,  que  consiste  en  el  advenimiento  de  la  filosofia 
corno  ciencia,  dogma,  ìejj  moral,  culto  de  sAbios  7  pan  de  las 
multitodes  arrancadas  de  ese  mando  tenebroso  de  la  miseria  y 
de  la  leyenda,  que  con  el  terror  y  el  hambre  aun  las  embrutece- 
Ei  la  mas  grande  de  las  revoluciones  conocidas,  despues  de  la 
cnal  podemos  esperar  el  cumplimiento  de  la  palabra  de  Condor- 
cet,  el  reinado  del  bien,  la  justicìa,  la  paz  j  la  abundancia  sobre 
lasruinas  de  loscultos  ;  el  castigo  de  lasesplotaciones. 

Y  en  esa  revolucion  entramos  en  America,  jóvenes  iniciado- 
resi  Mas  grande,  mas  fecunda,  mas  trascendental  que  la  de  la 
Independencia,  ya  subemos  que  no  bay  ni  puede  haber  tran- 
saccion  posible  con  la  Iglesia  incorregible. 

Acostumbrémonos  A  este  pensamiento  Salvador.  Ese  Catoli- 
cismo, esa  Jglesia,  ese  Sacerdocio.  esa  teocracia  es  invariable 
en  su  òdio  al  movimiento,  àlarazon,  al  derecho  uni  versai  de 
sacerdocio  y  reyecial  detodo  hombre. 

Sin  acudir  al  raciocinio,  ni  àia  historia,elIa  misma  en  nuestros 
dias,  se  ha  encargado  de  quitarla  venda  de  los  ojos  de  los  pue* 
blos.  Sin  ciencia,  oscura,  obtusa,  sin  ningun  resplandor  para 
las  intelijencias  libres;  sin  amor,  sinuncion,  sin  bàlsamo  para 
nuestras  grandes  aflicciones  ;  sin  anatema  y  sin  el  poder  del  ana* 
tema  aun  para  los  grandes  crimenes  que  estremecen  la  tierra 
en  nuestros  dias  ;  sin  iniciativa,  sin  impulso,  sino  para  repetir 
el  formulario  caduco  de  su  modo  de  espiotar  ù  los  creyentes, 
^qué  hàce  la  teocracia  romana,  ó  la  Iglesia  Gatóliea  enei  mundo? 

iCnùì  ha  sido  la  ùltima  palabra  de  su  ciencia  infalible,  en  me- 
dio del  torbellino  de  ideas  y  de  la  iluminacion  del  siglo? — 
Oid,  y  escuche  la  tierra:  «La  Jnmactilada  Concepcionj>ì — 
Héahiel  ùltimo  progreso  del  dogma  católico  desde  el  Concilio 
de  Trento: 

Pero  si  su  palabra  es  vacia,  sus  actossuplirànesafalta. 

^Cuàl  es  el  ejemplo  de  alta  moralidad  que  bace  14  aùos  està 
dando?  La  alianza  con  el  perjuro^  la  invasion  arraigada  y  ben- 
decida  en  Roma  misraa.  El  cscàudalo  infalible  presentado  para 
salvar  à  la  teocracia.  El  cinismo  elevado  à  la  potencia  de  la 
blasfemia.  En  Méjico  se  llama  traicion  y  retroceso  ;  en  el  Ecua- 
dor, esel  concordato  que  prepara  la  traicion,  y  en  Cbìle- fana- 
tismo y  fanatismo  ! 

La  eiistencia  de  la  iglesia,  porlafatalidad  de  los  antecedentes 
históricos,  y  de  las  premisas  lógicas  de  la  naturaleza  de  laft  co- 


—  476  — 

$88,  se  ha  heclup  incotppa^ble  cou  la  regeneraeion,  la  onidad  ; 
laindepeadeocia  de  la  Italia.  ¥  Io  qae  es  palparle  ea  Italia  e* 
de  fógica  eyfdeacia  para  todo  paeblo  católieo  queappire  :al  goc^ 
del  derecho, 

Y  comò  la  Italia  es  la  nacion  mas  intaresada  en  la  reToluciOE 
moderna,  està  destìaada  para  consumar  ea  el  Gapitolio,  qae  w 
la  altura  mas  yisible  dola  tierra,  otra  de  las  grandes  decapitacie^ 
nes  que  cambian  la  direccion  de  los  siglos. — Es  por  esto  qoe 
prestamos  oido  ù  todo  rumor  que  ea  Italia  se  levanta. 

Y  para  terminar  os  dire  que  la  Revolucion  tiene  que  cabar 
una  tumba  j  meceruna  cuna;    Sobre  esa  tumbaescribirà:  aq^ 
yace  la  ììlfima  de  las  encarnacionos  ;  j  mecerà  esa  cuna  con   e 
himno  de  la  eterna  alegrfa  de  la  yìda. 

Yosotroshabeisprelndiado  unas  estrofas  de  ese  himno. 

Me  habeishonradoconelhonormas  {grande  que  pudiera  recì* 
bir:  Tuestra  adhesion,  vuestro  amor,  vuestro  entusiasmo. 

No  puedo  retribuiros,  sino  amdndoos  siempre  agradecido  j 
perseverando  enla  sublime  causa.  Sed,  os  Io  pido.  órganos  de 
migratitud  para  con  esa  juventud  de  yuestra  patria  quetan  no* 
blemeute  representais.  Con  tal  generacion  y  esa  palabra,  gran- 
de ha  de  ser  la  patria  que  Ilegueìs  un  dia  d  constituir,  con  el 
programa  de  la  reyolucion  religiosa. 

Ossaluda  yuestro  amigo: 

Baenos  Airej,  Marzo  l.<^  de  i864. 


LA  TRAJEDIA  DIVINA. 

(Fragmento  LrrERARIO.) 

I. 

(En  la  cludad  de  UTICil.) 

Un  SeKADOR   aOMABO. 

Ya  es  la  noche,  Caton;  la  ùltima  noche  de  la  BepAblica  Ro- 
mana. Bs  qaizàs  una  venganza  de  la  mudable  Diosa.  Boma 
»Bc«mbeen  tierra  africana,  bajo  las  sombras  de   las  ruinas  de 


~  477  — 

Giirtago.  Lossenadorea  leTaiitaael  anela;  los  fugitiYos  de  la  ba^ 
talla  sa  ahajentim  hAeia  elHiterior  aia  eaperanza;  Hujamoa, 
Cteloa»    Ya  oiga  los  pasos  de  las  legiones  de  Cesar  victoriosas. 

Gàtoh. 

¥a  tambien  escucho  los  pasos  deloslibres,allà  en  los  Gampos* 
EUseos,  maDsiones  delibertad,  conquistadas  y  guardadas  por 
la  espada  del  EstóicOy  adonde  no  Uegan  log  esdavos  vencedores 
de  la  tierra.  Alla  no  Uegara  Cesar,  el  mas  grande  esclavo  de  si 
roismo.  Àdios. 

El  mundo  mancillado  por  la  esclavìtud,  no  es  digno  de  sas- 
tentar  mi  pianta.  El  allento  del  oprcsor  envenena  el  aire  que 
respiro. — Caton  morirà  conia  Repùbliea.  El  mundo  sin  la  ciu« 
OAD  es  la  barbarie.  Vo>  a  habitar  esas  regiones  en  donde  no 
habrà  mas  Césarque  eldeber,  ni  otra  patria  que  la  que  el  Estói- 
co  sabe  crearse  d  despeclìo  del  universo.  Mi  conciencia  Tale 
ma»  q^e  là  Fortuna;  mi  ÌQy  domina  al  Destino;  mi  Toluntadserà 
ìnvencible.  «Causa  vigtbiiDiis  plaguit,  sed  vigta  Catoni» 
(a)  {la  causa  venkcedora  agradó  a  los  Dioses^  mas  la  vencida  d  Ca^* 
tonj 

Cesar  (delante  del  cadà?er  de  Caton.) 

<K  He  visto  marchitarse  los  laureles  de  Pompeyo  ante  los 
»  mios,  j  la  elocuencia  superior  de  Ciceron  no  ha  producido 
»  otro  efecto  que  el  de  reaitar  mis  triunfos:  Caton  solo,  el  in- 
»  llexible  Catone  balancearé  mi  gloria  en  la  poateridad, . .  .Tal 
tt  veneido  arroja  una  sombra  funesta  sobrelos  laureles  del  ven- 
»  cedor:  e«te  es  d  sentimiento  que  torba  mifelicidad.  No  me 
»  hableiì  mas  de  este  Bepublicano  cujas  ferocea  virtades  bau 
»  daiQadoQiaftàlaLibertadque  laambicion  de  Pompe jo  j  la 
»  rnini.  Entrar  a  Roma  y  llevando  A  mi  lado  à  Caton  veneido, 
»  me  habria  sido  mai  iiaonjetoque  todos  mis  trionfo»:  nnnca  l6 
»  perdonare  que  se  aostrajesie  é  mi  clemencia.»  (b) 

Haceafios  que  paso  sobre.  oampos  sembrados  de  cadóveres,  7 
solo  este  caddver  me  impone.  He  pisado  pueblos,behoIiado  na- 
ciones,  7  este  cadàver  me  impone  mas  que  los  pueblosy  las  le- 
yes.    Habia  en  ti,  Caton,  algo  que  desafiaba  àlos  inmortales  en 

LvCANO^La  Farsaiia. 
Cesar  à  Oinb  Pollion. 


1 


—  478  — 

sa  Olimpo;  algo  de  mas  santo  qoe  las  leyes.  j  de  mai  reapela 
ble  que  lai  naciooes;  era  ta  indòmita  coneiencia  de  lo  josto. 
Siento  ante  ti  la  mano  in  visibleqae  sellala  los  Ifmitea  al  hnmano 
poder.  La  espada  de  Farsalia  no  hace  mella  eu  la  espada  de 
Caton.  Cesar,  yencedor  de  vencedorcs,  70  qne  he  estampado  mi 
nombre  en  la  frente  de  la  humanidadYencida;  emulo  de  Alejan- 
dro,  que  cual  otro  Jano  me  presento  en  la  bistoria  coronando  el 
pasadoconmi  gloria,  7  audaz  cual  un  Dios penetrò  en  el  por- 
Yenir,  provocando  dias  desconocidos  por  su  grandeza; — yo  qne 
convoco  é  los  Galos  7  Bretones,  à  los  Iberos  7  Germanos,  a  los 
Egipcios  y  Orientales,  A  los  plebcyos  de  Italia  para  los  comicios 
de  la  humanidad,  que  palpita  esperando  un  re velador  de  sn  uni- 
dad;  70  el  triunfador,  el  imperator  proclamado  en  la  Victoria,  à 
Caton,  no  vencL  Espiri  tu  del  mundo  inclina  mi  frente  ante  tu 
fuerza. 

No  sere  70  el  quehaga  la  enlrada  triunfal  en  la  cindnd  de  Bò- 
mulo  vencida:  Sera  la  inmensa  plebe  bàrbara  del  genero  fauma- 
no.  Abri  la  brecba  en  las  murallas  de  la  ciudad.  La  inundacion 
de  las  razasme  envnelve  entre  sus  ondas.  Loslanreles  de  Far* 
salia  coronnrdn  las  orgias  de  la  demagogia  universal. 

En  Roma. 

Un    plebeyo. 

H07  es  el  dia  de  la  entrada  triunfal  del  Cesar.  D^emos  el 
trabajo.  En  adelante,  ni  trabajo,  ni  hambre,  ni  deudas.  Los 
despojos  de  los  pueblos,  los  trofeos  patricios,  seràn  nuestra  ri- 
queza  Evohé,  eltriunfador! — El  pueblo  acnde,  llena  las  calles.  7 
se  encamina  a  la  vta-«arra  para  aplaudir  A  Cesar.  Lo  coronare- 
mos  para  descansar  7  para  tener  juegos  de  noche  7  de  dia.  El 
vigilar  À  los  mares  para  que  Ueguen  los  convoye^  de  trìgo  del 
Egipto  7  las  fieras  de  Africa.  Ta  no  nos  inclinaremos  mas  an- 
te las  baces  consulares:  Nila  flsonomia  de  Caton  sera  para  noso- 
tros  esa  reprimenda  perpètua. — Viva  el  triunfadorl 

CESAR  (en  el  Capitolio.) 

Aquf^  colocadosobre  el  pedestal  del  mundo  antiguo,  padre  de 
todaslas  razas,  estiendo  las  fronteras  de  la  Italia  al  mundo  co- 


—  479  ~ 

nocido,  que  de  boy  en  adelante,  se  llamard  Mando  Romano.  Hojr 
la  ciudad  abrazarà  A  lodo  bombre,  y  terminare  mi  vida,  invocaoi 
do  el  esperita  que  debe  legislar  à  todo  los  elemento»  bumanosle- 
irantados  por  mi  mano.  Faltaba  una  cabeza  al  mando:— -yo  soy 
esa  cabeza.    ^Si  sere  unDios? 

Bruto. 

Diosdebarro,  jote  inmoloà  Ics manes  del  gran  Pompeyo  y 
en  holocausto  à  la  Bepùblica — Caton,  estas  yengado. — Pero! — 
es  verdad  lo  que  veo? 

Los  Boroanos  Uoran  la  muerte  del  tirano, porque  ensu  testa- 
mento losbaceberederos  de  sus  rapinas.  Yoy  d  buscar  à  los 
verdaderos  herederos  de  la  Bepùblica.  Marco-Antonio  estien- 
de  à  los  ojos  del  pueblo  el  manto  apuftaleado  de  Cesar,  para  cu- 
brir  con  élla  dignidad  del  pueblo  y  del  Senado  Bomano.  Yo 
elevare  en  los  campos  de  la  Grecia  el  estandai  te  de  la  libertad. 
Alla  OS  espero. 

II. 

En  los  Campos  de  Fellpo. 

UN    SOLDADO. 

A  caballo,  general.  Casio  ha  muerto.  La  batalla  està  perdi- 
da.  Antonio  recorre  el  campo  de  la  muerte  y  sobre  nosotros 
se  dìrije. 

BRUTO. 

Toma  mi  espada  yqne  tu  mano  no  tiemble.  Faé  Bruto, — y 
conél  la  libertad  de  Boma. 

EL   SOLDAOO. 

Huyamos  para  buscarla  en  otra  parte  del  mundo. 

BLRUTO. 

Boma  era  la  cabeza  del  mundo,  y  boy  es  el  dia  de  los  funera- 
les  de  la  Bepùblica.  El  Capitello  se  bunde — y  la  ciudad  murió. 
— La  pianta  de  losbàrbaros  bollare  las  colinas  ìnmortales.— El 


—  480  — 

pfebcTodesenoadenado  arrasaré  log  monimentos  de  la  virtady 
ée  l»  gloria.  Bl  foro  de  los  libres  «era  el  mercado  de  las  escla^ 
Titwdesdela  «erra.  El  Capìtoli©  sera  el  tempio  de  los  vicioa. 
Bl  enjperadorserà  la  peraoniflcacion  de  la  tìerro*  El  tribuno,eI 
cónaul,  el  Senado,  el  pontificc,  seMn  el  emperador.  El  paeblo 
decapitado  aplaadirà  ci  entroDizamiento  de  sua  iostintos  anima- 
Ics.  Ya  no  bay  patria,  sino  tierra;— no  bay  ley,  sino  pasiones; 
— nohaj  libertad  sino  animalidad. —Perdona  haber  criticado  tu 
fin,  Caton.     aCausa  victrix  Diispìacuit  sed  vieta  Catoni.» 

EL  SOLDADO. 

Y  yo  tambien  qoiero  morir. 

BRUTO. 

«  Virtudy  no  eres  $inounapataèra.»  (Hnere.  ) 

fll. 
CRISTO  (en  el  Calvario). 

Deten,  hìjo  mio,  esa  blasfemia.    Yemeen  mi  cruz   desafiando 
A  la  Victoria  universal  de  los  malvados. — Yo  soy  el  qne  funda 
una  Roma  en  toc^o   bombre.    Cayó   el  Capitolio  de  la  bistorta 
pero  levante  el  trono  de  la  homanidad  en  lodo    pueblo. — Mi 
imperio  sera  mas  glorioso   que  el  de  Àlejandro,  mas  universal 
que  el  de  Cesar.    Ufi  RepAblica  abrazar&  loscielos  y  la  tierra. 
Yo  inieio  con  mi  sangre  à  todo  bombre,  para  elsacerdocio  uni- 
versal y  para  la  ciudadanla  universal.    Mi  corona  de  esplnas  se- 
ra por  mucbo  tiempo  la  corona  de  la  democracia.    Las  yictorias 
de  la  fuerza  serón  nn  dia  los  trofeoa  de  las  yictoria^de  la  Razon. 
Sócrates  vencido,  reaparece  triunfente  en  mi  palabra  de  amor 
que  se  estiende  por  la  creacion,  comò  el  manto  de  las  aguas  que 
sobre-llevan  al  espiritu  divino.    El  martirio  precede  al  trionfo. 
Ser  yencido  comò  Sócrates  es  atestiguar  la  existencia  de  mayo* 
rias  inbéciles,  ó  corrompidas.     Elias  reciben  su  castigo  por  si 
mismas,  elevando  un  mónstruo  quecs  alguno  desus  viciosper- 
sonificados.    Es  el  castigo  de  la  Providencia.    Elias  se  suici- 
dan  en  las  tiaieblasL    Pero  no  nos  es  permitido  retroceder  ante 
esa  marea  que  prct^ide  abogar  Ala  verdad.    La  rirtud  es  eter- 
M,  2  por  qoé  dade  eaa    aparìencia  fugitira,  suicidante?    La 


—  481  — 

Victoria  es  iomutable  en  la  concicncia.    Vivamos  con   esa  con 
ciencia  !    Lo  demàs  i  qué  es  ?     Una  roca  puede   desprenderse 
de  la  montala  7  anoaadar  la  cabeza  de  Sócrates. 

LOS  Ma^ES  de  BBUTO. 

Fui  débil, — y  cùandofué  débil  el  ultimo  de  los  fìomanoi  es 
prueba  de  que  el  espìritu  de  Roma  no  bastaba  para  ser  el  alma 
del  mnudo.  Toma  el  lugar  que  abdiqué  suicidàudome.  £1 
CrUtiano  fué  mas  que  el  Estoico: — el  hijodel  hombre  fué  mas  que 
el  Romano; — el  sacri ficado  ime  mas  que  el  suicidado.  Gloria  al 
espiritu  que  dio  una  patria  A  la  virtud  cn  el  seno  del  Eterno. 


BIBLIOGRAFIA. 


EDGABD  QUINET. 

EL  CRISTO  A  AHASVERUS. 

Si,  està  voz  te  ha  sai  vado  Ahasvéras. 
Peregrino  de  los  mundos  fuluros  y  segun* 
do  Adan,  yo  te  bendigo. . . .  Anda  de  ri- 
da en  Vida»  de  luundo  en  nmndo,  de  una 
ciudad  divina  à  otra  ciudad;  y  cuando, 
despues  de  la  eternidad,  hayas  llegado  de 
circolo  en  drculo  à  la  cima  infinita  à  don- 
de van  à  parar  todas  ìas  cosas,  &  donde 
remontan  las  almas,  los  ahos,  los  pueblos 
y  lasestrellas,  gritar&s  à  la  e  Creila,  al 
paehlo,  al  universo,  que  quisieran  dete- 
nerse:  Sube,  suIh^  siempre,  es  aqui. 

E.  QuUfET. 

ÀMIS  AMTGOS,  LOS  OBREROS  DEL    PExNSAMIENTO,  EK    LA 
AMÙHIGA  DEL  SlfR. 

Amigos: 

Os  comunico  el  programa  de  la  edicion  completa  de  las  obras 

del  seùor  Edgard  Quiaet,  que  se  publica  actualmente  en    Paris. 

Edgard  Quìnet  es  uno  de  aquellos  ciudadanos  de  esa  patria  uni 

IO 


—  482  — 

versai  y  sublime»  por  cuj a  ciudadaniatambiennosotros  trabaja- 
mos: — Es  uno  de  aquellos  amigos  lotimos  que  elegimos  entre  la 
multitud  de  loa  hombres  y  de  los  si^los.  para  hacei^  .la  naYOga* 
cioQ  de  la  vida,  7  con  quìeu  deseariamos  encontrarnos  bajo  lag 
sombras  de  los  Gampos  Eliseos,  para  escuchar  los  recuerdos  de 
la  epopeya  de  la  humanidad,  al  rededordel  circalo  formado  por 
los  Homeros  y  Virgilios. 

He  asistido  à  sus  lecciones,  caando  preparaba  en  union  con 
el  Sr.  Michelet  la  rcsurreccion  de  la  Francia  y  de  la  Europa. 
He  seguidoel  torrente  de  lajuventud  francesa,  que  en  nùmero 
de  cuatro  mil  estudiantes,  atravesaba  las  calles  de  Paris  para 
salodarlo  en  su  casa,  despues  de  su  destitucion  de  profesor  por 
el  gobierno  de  Luis  Felipe.  Le  he  visto  en  tiempo  de  la  Repù- 
blica,  de  coroneldela  11*  legion,  compuesta  de  once  mil  solda* 
dos  ciudadanos,  conservar  ese  reflejo  luminoso  y  tranquilo  de 
Platon,  en  medio  de  la  mas  espantosa  insurreccion  de  los  tiem- 
pos  modernos,  bajo  las  órdenes  de  la  Asamblea  y  del  General 
Gavaignac; — le  he  seguido  de  representante  del  pueblo,  soste- 
niendo  la  causa  de  lalibertad  y  de  las  nacionalidades,  y  ùlti- 
mamente en  Bèlgica  he  recibido,  durante  tresmeses,  la  hospìta- 
lidad  de  un  desterrado  ò  un  prescripto. 

A  pesar  de  lo  quepodia  conocerlo  por  el  estudio  de  sus  obras, 
ha  sido  durante  este  ùltimo  periodo^  que  he  podido  penetrar  y 
penetrarme  de  esa  atmosfera  de  luz  y  de  tranquilidad  que  le 
acompaìla.— Despues  de  tanto  trabajo  y  virtud,  bajo  el  peso  de 
la  mayor  desgracin,  rodeado  de  desgraciados  compatriotas,  fio 
mejor  que  poseela  Francia),  su  alma,  sumerjida  en  el  estudio 
y  en  la  meditacion,  despide  los  rayos  de  una  cnsefianza  univer- 
sal,  volviendo  constantemente  los  ojos  é  la  America  Sajona  y  La- 
tina, comò  al  mundo  de  la  Esperanza. 

A  juicio  nuestro,  es  una  de  las  almas  mas  completas  que  co- 
noceraos.  Filosofia,  historia,  poesia,  religion,  politica,  arte,  ha 
abrazado  el  inmenso  macrocosmo  eu  las  entràùas  de  la  persona- 
lidad  mas  unifersal  y  mas  patriótica.  La  ciencia  en  él  no  aho« 
ga  al  deber,  la  poesia  al  pensamiento,  la  razon  al  corazon,  la 
tradicion  al  pervenir.  Comprendiendo  en  toda  su  intensidad 
las  manifestaciooes  del  grande  Espiritu  al  través  de  los  impe. 
rfos,  de  lasrazas,  de  las  religiones  que  se  apoderan  del  desti- 
no de  las  civilizaciones;  sintiendo  el  alma- del  mi;indo  palpitando 
con  el  Pantbeismo  primitivo  de  la  India  y  de  la  Germania,  con 


^.  483  — 

el  amor  de  la  Yeous  Astarté  de  las  religiones  de  Asiria  y  de 
Cfasddèa\  éon  là  perso&alidad  que  se  desprende  en  los  risaeflos 
j  màlitaiìrtescainpos  de  la  Grecia,  paraempadar  el  cetre  de  fior- 
ro.de  la  Antigaa  Roma;  reoogìendo  todas  las  .palabras,de  .los 
pueblosy  sns  aspiraciones.  7  dolores,  sas  lecciones  j  profecias, 
aparece  en  &u  en  el  mando  moderno  con  el  grito  infinito  del 
cristianismo^  esa  sintésis  ftotante  del  amor  divino,  que  procura 
encamarse  en  las  ìnstitaciones  j  costumbred  de  la  bumanidad 
libertada  del  pantheisroo,  de  las  castas,  de  las  ciudades  exclusi* 
vasy  de  las  revelaciones  falsces. 

Ha  seguido  la  evolncion  del  caos  primitivo,  cnando  desde  las 
altnras  del  Himalaya,  la  primera  tribù  entona  el  primer  bimno  él 
los  primerosravos  de  la  luz  que  revelan  el  universo,  palpitante 
aun  por  las  caricias  del  Greador.  Sigue  la  marcha  de  esa  luz  que 
fonda  imperios,  7  que  desde  el  Himalaja  incendia  las  alturas 
del  Tauro  en  Pèrsia,  del  Sinay  en  Judea^  del  Olimpo  en  Grecia, 
del  Capitolio  en  Italia,  j  ùltimamente  de  la  montana  en  Francia, 
que  reasume  7  eleva  el  trabajo  de  los  siglos,  para  derramar  so- 
l>re  el  mando  los  resplandores  de  la  libertad.  No  son  los  clrcu- 
los  concéntrieos  de  Vico;  no  es  la  falsa  unidad  de  Bossuet,  que- 
riendo  arrodillar  à  la  historia  ante  el  taberndculo  de  David;  no 
es  la  fatalidad  de  Hegel  consagrando  los  hechos^  7  encarnando 
el  porvenir  en  la  monarquia  constitucional  de  Prusia;  ni  su  pà- 
lido  reflejo  el  doctrinarismo  francés,  justificando  todo  lo  pasa- 
do,  para  aplaudfr  todo  oprobio:— -No,  es  el  trabajo  universal  7 
Tariado  del  alma  humana,  al  trarés  de  los  tiempos  7  de  las  ra- 
las,  verdadera  peregrinacion  de  Ahasverus  en  busca  del  cielo 
de  todo  lo  bello,  de  la  patria;  de  toda  libertad,  del  paraiso,  de 
todo  amor;  en  busca  de  la  armonia  de  todo  elemento  sagrado  de 
la  personalidad  7  de  los  pueblos,  protestando  aqai,  trianfando 
allò,  profetizandoho7  las  sintésis  7  la  religion  universal, — la  na- 
cion — bumanidad,  en  la  cual  las  nacionalidades  serin  tan  solo 
los  grandes  rounicìpios. 

Como  escritor,  es  ho7,  é  juicio  mio,  el  primer  prosador  en 
lengua  francesa.  Como  poeta,  despues  de  Goethe  ea  nuestro 
siglo,  es  la  imaginacion  cosmogònica  mas  grande  que  conozco,  co- 
ma puede  juzgarse  por  sus  poémas  de  Prometheo  7  Ahasverus — 
Como  artista,  quién,  sino  Michelet,  puede  compararsele,  en  la 
manifestacion  del  secreto  de  lo  bello^  7  de  las  causas  históri- 
eas,  sociales,  ps7cológicas,  que  han  producido  el  PartheQon  d^ 


—  484  ^ 

Atenas,  el  Jùpìter  de  Phidìas,  là  cena  de  Leonardo,  el  juicio  del 
estapendo  Mìguel-Angel,  y  la  gracia  ìnmorfcal  de  esa  Victoria 
sili  fio,  que  derramaba  en  su  carrera  el  Angelico  Rafael,  corno 
si  fuesenlos  dedos  rosados  de  la  Aurora  que  aparecian  colorando 
las  cabezas  de  sus  virgenes. 

Dedicando  à  su  amigo  el  Sr.  Michelet,  la  obra  del  Cristianis- 
mo y  de  la  llevolucion  francesa,  espone  en  pocas  lineas  la  sé- 
(c  rie  de  sus  trabajos:  «En  està  carrera,  no  interrumpida,  he 
»  tratado  de  la  revelacion  y  de  la  naturaleza,  de  las  tradicioncs 
»  del  Asia  Orientai  y  Occidental,  de  Ics  Vedas  y  de  las  Gastas, 
»  de  las  religiones  de  la  India,  de  la  China,  de  la  Pèrsia,  del 
»  Ejipto.  de  la  Fenicia,  del  Poiitheismo  Griego.  He  seguido 
»  al  través  de  sus  principales  variaciones,  al  Mosaismo,  al 
»  Cristianismo  de  los  Apóstoles,  al  Gisrna  Griego,  al  Islamismo, 
i>  al  Papado  de  la  edad-media,  &  la  Sociedad  de  Jèsus^  à  la 
»  iglesia  Galicana,  à  las  relaciones  de  la  revolucion  francesa  y 
»  del  Catolicismo;  de  modo,  que  estas  obras  diferentes  defor- 
»  ma,  pero,semejantespor  elfin,  tienden  à  componer  una  histo- 
»  ria  universal  de  las  revoluciones  religiosas  y  sociales.» 

Al  través  de  esa  peregrinacion  entre  los  Dioses,  Edgard  Qui- 
net,  esplicando  y  comprendiendo  las  causas  de  las  revelaciones^ 
sìguiendo  el  desarrollo  de  los  dogmas,  atestiguàndo  sus  contra- 
dicciones,  él  conserva  firmemente  los  resplandores  de  la  revela- 
cion universal,  que  domina  àtodas  las  otras^  y  que  cada  dia  se 
estiende  mas  luminosa  por  el  mundo. 

Ha  podido  escapar  de  la  atraccion  terrible  del  Pantheismo, 
porque  posee  una  personalidad  incontrastable:  no  ha  caidoen  la 
fatalidad,  porque  la  causa  de  la  libertad  moral,  ha  encontrado 
un  corazon  supremo  que  protesta  &  nombresdclossagradosdo- 
lores  de  los  pueblos:  y  ùltimamente,  siendo  el  Catolicismo  el 
receptàculo  de  toda  la  tradicion  despotìzante,  asf  comò  la  Bevo- 
lucion  francesa  es  el  resùmen  de  la  protesta  inmortai  y  de  la  afir  - 
macion  que  sustenta  al  nuevo  mundo,  esas  dos  corrientes  de 
los  siglos  se  encontraron  en  su  inteligencia  para  produclr  las 
centellas  de  su  admirable  euseflanza,  que  comprende  los  dos  eie- 
mentos  del  drama  de  la  civilizacion  moderna,  y  que  son  bajo 
distintos  nombres  una  misma  cosa:  Theocrdcia  y  Democrdcia. — 
Cosmopolitismo  y  nacionalìdades, — Catolicismo  y  filosofia, — Sfo- 
narquia,— privilegios,— Castas  y  Repéblica;— y  en  una  palabra, 
todas  las  usurpaciones  del  derecho  en  la  conciencia,  en  la  pa- 


1 


~  485  — 

tria^  enla  ciencia,  en  el  arte,  en  la  historia, — contra  h  liber- 
tad,  la  igualdad  7  fraternidad  de  los  liombresy  de  los  pueblos. 

Tal  es  ei  foado  de  su  obra,  tal  la  lògica  inmanente  que  dis- 
tribuye  la  sèrie  de  sas  obraa,  partiendo  del  mismo principio  para 
Uegar   al  mismo  fin. 

No  ha  oUìdado  ninguno  de  Ics  rayos  de  la  luz:  tiene  el  ins- 
tinto germànico  para  asimilarse  el  pensamiento  de  las  cosas, 
Ib  significacion  de  las  manifestaciones  del  alma  del  mando  que 
circola  en losastros  y  las  plantas,  enei  Oceano  y  las  montaQas, 
en  los  imperios  y  las  iglesias,  en  la  filosofia  y  en  el  corazon .  de 
cse  femenino  eterno  que  Goethe  invoca  al  fin  del  misterio  de  su 
Fausto. 

Tiene  el  instinto  de  la  personalidad  para  adivinar  y  compren- 
der las  manifestaciones  del  individualismo  del  medio-dia  de  la 
Europa,  que  encontriodoseoprimido,  se  venga  espléodidamen* 
te  enloscielos  del  arte,  y  conlasutópias  de  susgénios;  y  fran- 
césde  raza,  despertando  en  los  campamentos  de  la  revolucion, 
alladodesu  padre  combatiente,  ha  conservado  en  supalabra 
losacentos  del  clarin,que  en  Jemmappes  precipitaba  A  los  des- 
cendientesde  Solando  y  de  Juana  de  Arc«  A  la  yendfmia  defe- 
cunda   sangre  de  las  campailas  de  la  Bepùblica. 

Pero  es  en  la  causa  de  las  nacionalidades  en  Io  que  él  mismo 
hace  consistir  el  principal  mèrito  de  su  obra. 

Fué  durante  las  terribles  invasiones  de  los  austriacos,  prusia- 
nos  y  cosacos,  quo  el  dolor  divino  se  encarnó  en  su  ser,  é 
imprimió  A  sus  peAsamientos  el  culto  inmaculado  de  la  patria. 

La  invasion  y  sus  resultados  foeron  el  criterio  final. 

La  filosofia  ecléctica  y  el  doctrinarismo  la  aplaudieron,  y 
comò  siempre,  juslificaron  ese  oprobio.  Eso  basta  para  juzgar 
si  esos  sistemas.  EI  catolicismo,  que  se  llama  religion  nacional, 
entonó  el  Te  Deum  à  los  hereges  vencedores.  El  catolicismo 
fué  juzgado.  Las  sectas  socialistas,  el  San-Simontsmo,  el  Four-» 
rierismo,  el  Comunismo,  pasaban  sobre  la  personalidad  y  sobre* 
la  patria,  comò  sobre  elementos  rebeldes  que  era  necesario 
amoldar  en  sus  lecbos  de  Procusto,  desencadenando  el  egoismo 
para  realizar  la  felicidad  del  hombre  despotizado  ó  animalizado; 
7  esos  sisteroas  faeron  juzgados.  El  catolicismo,  siguiendo  el 
desarroUo  de  so  principio  theocràtico,  pasa  por  la  faz  del  Ultra-' 
montanismo  para  Uegar  à  su  ùltima  é  inevitable  consecuencia^  que 
es  el  Jesuitismo,  y  tal  es  la  lucha  que  contìnua. 


•^  486  --• 

£a  invasioQ  armada  del  '  estrangero,  j  là.  in^sion  cnTeneiia^ 
dopa  dei  Jesuitìsmo,  es  decir,  la  fuerza  y  el'sofianiai  ambosdea- 
trttetòresde  la  peraonalidad,  san  est  naestros' tìempos  loa  ene^. 
migos  capitales  de  las  nacionalidades.  La  faerza,  la  eoDqttistaj. 
Ics  imperios,  arrebatan  la  aoberania  nacional,  7  la  doctrma  de 
la  tbeocràcia,  el  Cosmoapolittsmo  romano,  fmìdada  en  losf 
ejercicfos  de  Lo jola,  corno  instnimento  de  '  servidiimbse,  7  en 
el  concilio  de  Trento,  conio  dogma  de  serridambrei  arrebatao-^ 
do  la  soberania  de  la  razon,  falséan  por  la  base  la  persoaalidad 
de  las  nacionesk  ' 

Tales,  son,  pues,  los  dos  grandes  enemigos  que  combate.i — 

Todo  derecho,  todanacionalldad  forman  parte  integrante  de  la 
grannacion  7  del  derecho  unirersal.  El  ha  sentido  mas  que 
nadte  las  horas  amargas  de  la  invasion,  esos  siete  puftale^  ola» 
Tados  en  el  corazon  de  la  patria.  Ese  dolor  ha  side  para  éluna 
adivinacion  de  las  le7es  del  pudor  de  las  nacionesporqaela 
nacionalidad  debe  sernna  vestal. 

Sa  grande  obra  de  las  Re^oluciones  de  Italia,  que  70  Uamo 
el  Evangelio  del  mundo  latino,  lleva  està  dedicatoria: 


«  A  los  proseriptos  Italianos^  corno  expiacion  del  ase$inato  de  la 
<  Italia 

por  manoi  franeesas.  » 

Edgard  Quihet. 

Ha  defendìdo  al  Portugal  centra  la  Frauda  7  la  Inglatcarra;  & 
la  Espaiia  centra  si  misma,  7  contra.las  preocnpaciooes  de  la 
Boropa;  &  la  Romania)  coatra  los  tres  Imperìos;  à  la  ItaUa,  coor 
tra  el  mundo  conjurado;  ó  la  personalìdad,  en  la  hiatoria, 
eontra  la  Teutomania;  A  la  personalidad  sublioie  del  Redemptor, 
eontra  la  erudicion  mistica  del  doetor  Straóss,  siendo  QuiBet^ 
quizàs  el  ùnico  que  ha7a  refutado  ese  colosal  sofisma^  nùenlrai 
^que  el  clero  7  laiglesia,  ocupados  de  Voltaire  7  de  Rousseau, 
no  sabian,  no  podian,  ó  no  comprendian  que  Straasa  les  arreba- 
laba  la  persona  misma,  el  sujeto,el  verbo  7  elobjeto  de  lareli* 
gion  Cristiana.  •;. 

Bajo  otre  punto  de  vista,  la  ensefianza  de  Quiuet  es  la  purtAr 
cacion  del  mundo,  la  critìcadiel  pasada,la  afirpiacion  presente 
del  vlnculo  universal  que  forma  la  verdadera  iglesia  del  porve- 


—  487  ~ 

iiir;7  bajo  erte  atpecto,  sa  obra^  esano  de  loa  mejores  libros  • 
qvepueda  leer  el  nuevo  mando. 

HéaU,'  amigos  j  eoopevarios  de  la  gran  causa,,  esparcidos  en 
las  BeptU)lica8  de  la  America  del  Sud,  la  recomeadacioa  que  os 
hage. 

Buenos  Aires,  Agosto— 1857. 


Ila  àngel  y  un  demonio. 

POB  Lk  SfiftORITA  I>0ftA   MARGAHITA  RUPIRA    OCHA6AVIA. 

Lugar  A  critica ?f—Quién  lo  dada.    Es  mas  fàcil  criticar  que 
crear.    ^Lugar  à  la  esperanza? — Si,  y  macho. 

Jóven  de  17  aflos,  ha  osado  subir  a  la  montafta  para  desde 
alli  dirijir  el  pian  de  su  batalla.  Pasa  rerista  de  sus  tropas, 
mide  el  campo,  obaenra  la  posicion  del  enemigo  y  dà  la  sefial. 
Se  ponen  en  movimiento  sus  personages; — hace  maniobrar  a 
ambos  sexos,  en  diferentes  edades;  penetra  répidamente  en 
lo»  salones  de  nueatra  prosàica  sociedad,  donde  solo  se  ve 
OH  reflejo  sin  originalidad  de  la  ci?ilizacion  europea  ;— hace 
ebocar  loa  albores  de  la  pasion  en  el  drama  del  corazon  hu* 
mano,  siempre  el  mismo,  y  las  manifestaciones  del  egoismo 
corruptor  que  empatia  la  inocencia  y  plagia  la  corrupcion  de 
laa  clases  ricas  de  la  Europa;  y  con  una  inocencia  admira- 
ble,  està  nifla,  que  levanta  el  relo  del  Idolo  tremendo  para 
contemplar  la  Ttda  ansiosa  de  amor  y  do  felicidad,  termina 
su  primer  ensayo  pisoteando  la  mentirà  y  escarneciendo  la 
corropcian  de  hoitibres  y  mogeres  nprostUuidas^  qu^  por  un 
»  puflado  de  oro  venden  $u$  earicias  y  beitela  sirviendo  de  ju^ 
«  guete.  » 

Es  loable  su  ensayo,  digno  de  ser  estimulado.  Pero  si  nos 
es  permètido  una  obserracioU)  un  juicio,  sobre  cosas  que  esa 
seflDrtta  debe  comprender  6  admaar,  mejor  que  nosotros,  le  di* 
remos  humildemente ,  cual  es  nuesU*a  opinion  à  este  res- 
peeto. 

La  noTela  en  las  sociedades  amerioanas,  presenta  un  grandi- 


—  488  — 

Simo  inconvenieate,  especialincate  la  norela  contemporànea^ 
Eae  inccnveniente  es  la  pequeAez  de  las  almas  y  pasionea; — 
laa  pasioaes  imitadas  de  romances  enropeos,  comò  lo  aon  loa 
rauebles,  roodas  y  costumbres,  adoptadas  ciegamente,  sin  per* 
aonalidad.  porque  la  personalidad  es  muy  peqnefia. — Si  bay 
drama  y  pasiones  en  America,  es  en  el  pueblo.  La  seilorita 
Ochagavia  ha  oWidado  ese  elemento.  He  ahi  porque  sus  per- 
sonages  son  frios;  auuque  las  situaciones  son  dramdtieas. 

Querer  reproducir  d  Balzac(no  nosreferimosà  nuestro  autor) 
cs  querer  aplicar  el  bistouri  que  destroza  el  cadàrer  del  cora- 
zon  de  la  vieja  Europa^  à  nuestras  sociedades  iufantiles. 

El  escepticismo  y  la  indìferencia  es  un  espectàculo  horrible 
en  Europa,  pero  en  America  es  ridiculo.  Asi  cuando  vemos  esos 
ensajosde  personages  parisienses,  tornar  los  axiomas  de  la  cor- 
rupcion,  ostentar  el  desencanto  de  los  jóvenes-viejos  ó  de  los 
iriejos-jóvenes,  el  respeto  humano  nos  impideunasonrisa,  porque 
Yenios  una  comedia  de  ateismo. 

Los  elementos  del  drama  en  America  estin  en  el  pueblo,  es- 
tàn  en  la  lucha  de  la  religion  de  la  edad-media  con  la  filosofia, 
y  mas  que  todo,  en  las  aspiraciones  de  la  inmortai  juventud  que 
busca  el  camino  de  la  verdad. 

Hemos  tenido  ejemplos  del  amor  patrio.  La  guerra  de  la 
Independeneia  en  Colombia  y  en  Chile,  presenta  mugeres  tìpos 
A  ese  respecto.  Hemos  tenido  ejemplos  del  amor  divino,  Santa 
Rosa  de  Lima,  pero  yo  no  conozco  todavia,  personages  en  Ame- 
rica que  correspondan  à  la  Falange  de  las  heroinas  del  corazon 
comò  Heloisa. — Si  se  me  dice,  que  se  pueden  crear,  està  bieo, 
diria; — lanzaos  pues  à  la  peregrinacion  y  Tolved  con  las  com- 
pafieras  de  la  Jutieta  de  Shakespeare,  de  \dL  Lucia  de  Walter- 
Scott,  de  la  Margarita  de  Goethe,  de  la  Racliel  de  Edgard 
Quinet. 

Las  soledades  de  America,  soledades  solitarias  aun,  deesoa 
seres  bublimes,  espfntus  mediadores  entre  el  cielo  y  la  tierra, 
cuerpos  impalpables  que  perseguimos  en  el  desierto  y  que  se 
pier^pn  en  las  ràfagas  de  las  tormentas  de  verano,  corno  apari- 
ciones  fantusticas  de  esos  seres  que  se  invocan  para  Uenar  una 
parte  de  las  aspiraciones  del  alma,  aun  npexisten  en  America. 
Buscad  esos  seres.  Detened  el  rayo  en  su  carrera,  inmobtlizad 
un  momento  sublime  del  corazon;  y  despues  venid,  mostradnos 
nuestras  creaciones,  hijas  de  Yuestra  sangre  y  Tuestra  carne,  de 


—  489  — 

viiestros  sacrificion  j  torméntos.    Daclles  vida  con  vuestra  vida, 
y  vivirào.     Lo  demns  es  papel  y  tinta.    Escribid  con  la  sungre* 
del  alma  y  todos  reconoceremos  las  aspìraciones  de  nnestra» 
almas. 

La  Novela  penetrando  en  los  salones  de  las  ciudades,  de  Ame- 
rica, solopaede  dar  Ingar  ù  la  cotnedia  : — penetrando  en  la  his- 
toria,  en  el  foro,  en  la  vida  politica  del  dia,  presenta  elemento» 
de  tragedia;  pero  penetrando  en  elcorazon  humano  tal  cuul  dea* 
pierta  en  la  jóven  America,  arrastrando  el  bagage  de  la  edad 
media  en  las  dilatadasllanuras  ó  mont-iùas  encumbradas,  con  el 
recuerdo  de  la  Independcncia  j  con  la  aspiracion  de  la  religion 
universal,  nos  presenta  los  elemento»  grandioso»  del  drama 
americano. 

Tenemos  estrofas,  fragmentos  épicos,  idilios  inagotables  j 
rìos  de  Idgrimas  de  la  escuela  acongojada  que  parece  sentada 
bajo  sances  llorones  al  bordo  de  arroyos  infatigables,  de  versos 
lastimosos  y  de  endechas  de  ternura.  Los  écos  se  hanfatigado 
de  repetir  dolores  y  quejidos  en  todo  metro.  La  poesia  ame- 
ricana ha  cubierto  el  continente  con  una  capa  de  hojas  secas  y 
aagostadasii  en  Europa,  y  que  el  tiempo  soplando  pulveriza; 
Byron  desleidopor  Espronceda,  y  este  à  su  vez  desleido  en  las 
aguas  del  Magdalena,  del  Guayàs,  del  Bimac,  del  Mapocho  y  del 
Piata,  ha  sido  el  colorido  empleado,  repetido,  ensalzado,  basta 
quedar  incolor. 

Byron  es  el  tipo  mas  sublime  é  ideal  de  los  poetas  y  de  la  poe- 
sia moderna.  Era  una  proyeccion  del  mando  antiguo  y  de  la 
historia,  estallando  en  una  alma  inmortai  que  se  lanzó  à  la  vida 
à  pedirle  el  secreto  de  la  vida.  Beasumió  y  condensò  toda  as- 
piracion, y  herido  en  la  cima  de  la  gloria  que  su  gènio  conquis- 
tara,  sedespidió  delmundo  con  los  hechos  del  héroe^  con  el 
himno  del  martirio  ycon  la  profecia  de  la  libertad  y  del  amor 
del  gènero  humano.  Dudó  y  combatió  la  duda.  El  llevaba  en 
la  grandiosidad  de  su  alma  destrocada  la  protesta  de  la  alirma- 
cion  sagrada.  Boido  comò  Prometheo,  amenazó  al  viejo  Olim- 
po, y  enlosmismos  camposde  la  Grecia  escribió  con  su  sangre 
d  ùltimo  canto  del  pasado. 

Los  que  siguen  latradicion  de  Byron,  sin  sus  estudios,  sin  las 
circunstancias  transitorias  è  bistoricas  de  su  yida  y  de  su  siglo, 
comcten  un  anacronismo. 

i  Qtté  diremos  entonces  de  los  que  siguen  ù  los  imitadores  de 


—  4W  — 

Bjron? — A  jaicio  nuestro,  una  de  las  pruebas  literarias  de 
noestro  airaxo,  faé  la  popalaridad  de  qae  gozó  Zorrilla.  Este' 
f empiterno  metriftcador  de  uno  de  los  mas  bellos  idiomas,  atur- 
dio  coDSu  ruido^  à  la  juventad  americana.  Olores,  colores^  pie- 
drasVbriijos,  dttéttdes'caientos  de  riejos  de  ana  sociedad  vieja, 
idealìzacioD  de  errores  y  de  monstruosidades  de  la  patria  de  la 
ittqttisicioù,  tal  faé  el  fondo  j  la  forma  qae  tanto  se  aplandió. 
Felicemente  todó  eso  paso  7  miirid  por  sf  solo,  muerte  de  inani- 
cion.  Aunque  qnedan  vestigios  de  esa  orqucsta  de  soudades 
qtienos  ha  atódigado^ya  la  poesia  americana  se  desprendc  de 
laÉi  incrttstaciones  del  Escoriai  j  de  la  Alhambra  para  iniciarse 
en  el  tempio  de  la  America. 

Asi  pues,  A  la  Novelale  diremos: — cuidado  con  Balzac,  esese- 
pnlturero  anatòmico;— Cuidado  con  Dumas,  que  es  la  charla 
encantada; — prestemos  oido  à  lo  que  nos  viene  de  la  America 
del  Norte.    Es  alli  que  se  forma  la  literatura  del  Nuevo  Mando 

Eldesiérto,  lasrazas  primitivas,  la  gran  natnraleza,  los  puri* 
tinoS;  la  raza  de  los  Washingtons;  he  ahi  asantos  que  ocupan  A 
lós  Tankees. 

PeqùeAas  ciudades^  pequefia  sociedad,  hàbitos  de  educacion 
itijertadoF,  poca  per sonalidad,  escepto  para  loscrimenes,  abdi- 
cacion  en  ideas,  còstumbres,  hàbitos  sociales,  modas,  palabrasy 
véstidos,  plagio  de  pasiones, — no  son  élementos  de  porveniry 
de  drama  futuro. 

Si  quereis  novela,  hacedla  còmica.  Es  necesario  que  la  risa 
de  Voltaire aparezca  un  momento  en  America  para  egtremecer  A 
làs  sociedadés  inertes  qiie  resisten  à  la  filosofia  y  para  sacu- 
dir  à  làs  creenclas  muertas  que  se  mantienén  en  pie  porqae  han 
jEaltado  dos  cosas:  el  barretero  y  la  carcajada. 

Y  si  à  nosotroSfhumildesperipatéticosque  nos  paseamos  ba- 
jb  los  bosqaes  de  ìà  Aaxdemia^  procurando  desciflrar  el  ttnirerso 
con  el  eterno  nosee'fe  ìpsum^  microcosmo  que  responde  ài  ma- 
crocosmo, nos  es  pcrmìtido  derar  nnestras  miràdas  A  los  hi- 
jòs  predilectos  qaé  apacienta  Apolo  con  su  fira,  les  diritimos: 

El  Parnaso  ha  crecrdo,  boy  se  llama  Cordillera. 

Las  aguas  del  Pìndo  que  regaban  esa  miniatura  de  la  belleza 
Ile  la  tietra,  hov  se  IfamaVi  ìfisfiissipi,  Abiazonas,  Piata. — El  eia- 
rìn  de  CaIioj;)e>  no  attiotiiia  a  fos  Griegos  y  TF^oj'ànòs,  y  boy  so 
Toz  ha  pasado  A  las  locomotivas  con  su  pèndon  flameatìté  (Jlìe 
anrótina  los  e^aciòs  i^ara  tragarró  là  ^dist&licfa.    El  Tapor  ha 


I 


~  491  — 

i^I|M^^9^d<>.  1&<9./  HT^noM  ^n  Io4  rius  y ^n  ^04  mares;  L^,  libertad 
h|»i«epuUa4o  loft  denpQip9  eo  »ttq  catefjr^^^s,  7  hkdaniade  Iq$ 
mner^oj  solo  se repite  en  la  memoria  de  los  queaun  lloran  por 
log  castillos  7  torneos.  . 

.  Pero  en  lagar  de  la  Musa  antigua,  de  la  epopc7a  antigua,  en 
lugar  de  la  vlrgen  de  Sion  que  invocaba  Milton,  enf  vez  de  las 
crusadas  7  de  las  Beatrices>  se  levanta  sangrienta  ann  con  las 
heridas  del  Gòlgota  la  divinidad  de  la  democràcia  en  la  tierra 
que  conquista  para  restablecer  los  pueblos,  regenerar  las  razas, 
ilnminar  las  masas  7  dar  espacio  7  patria  al  alma  universal  de  la 
libertad  delbombre. — Ypara  esa  epopeya,  teneis  por  campo  el 
continente,  por  escritura  unestros  rios,  por  monumentos  à  los 
Andes  7  por  esperanza  la  religion  futura  que  debeis  profetizar, 
porqne  si  no  sois  profetas,  no  sois  poetas,  sino  gotas  de  rocfo  en 
el  desierto.  • 

Ya  el  manuscrito  no  basta,  }a  la  imprenta  es  lenta,  7a  no  nos 
satisface  elforo  de  una  plaza.  La  electrioidad  7  el  vapor  comò  la 
montana  de  Eolo  levantada,  ba  desencadenado  la  lempestad  del 
perpètuo  movimiento  7  la  aspiracion  por  un  foro  y  un  auditorio 
omnipreseptcì.  Elévese  pues  vuestro  verbo  à  la  altura  de  la  tri- 
buna del  siglo  XIX. 

Penosa  7  lentamente  la  carreta  se  arrastra,  con  bne7es,  en  la 
pampa.  Se  07e  un  silvido.  Pendon  de  fuego  se  aproxima, 
pasa,pasó,  desaparece.  Los  que  van  en  el  tren  al  ver  esa  car- 
reta se  preguntan  ]  de  qiié  siglo  es  ese  objeto  I  Y  no  bay  mas 
tiempo..  La  carreta  parece  empantanada,  77a.no  se  yé. — Asise 
nps  antoja  debe  ser  la  poesia  moderna.  .  En  las  alas  del  rajp, 
pasa  sobre  los  recuerdos;  7  73  no  tiene  tiempo,  $ino  para  pre- 
guntar,  i  qué  es  ese  resto  antidiluviano  que  parece  plantado  en 
el  camino? 

SI  adelante^  es  pues  la  vòz  de  mando  que  recorre  las  Ifneas  de 
todas  la$  divisiones  de  la  humanidad  moderna.  Adelante  en 
industria,  en  comercio,  en  literatura,  en  la  polflica,  en  la  ciencia. 
Y  ese  adelante,  es  libertad  7  elevacion  del  alma  por  abrasar  los 
ci^Ios.  7  la  tierra  libertados  de  las.  fantasmas  de  la  edad-media 
que  aun  subsisten,  de  las  cadenas  del  despotismo,  de  la  igno^ 
rancia,  de  la  miseria  7 de  las  pequeùas  pasionesque  disminuyen 
las  proporciQpes  de  la  personali^ad  del  bo^b^e.  Debemos  j^o- 
blar  el  espacio  7  nos  concenlramós  en  tniserias: — debemo^,  con- 
quistar el  tiempo  y  lo  malgastambs  en  rencillas  precursoi^as  de 


—  492  ~ 

sangre.— Atràs  à  lodo  ese  bagaje  de  paeblos  pequefios.    La  di- 
mcnsion  de  las  naciones  està  en  el  thermómetro  de  sa  corazon. 
— La  literatura  moderna  de  la  America  es  muy  poco  aodaz.    Su» 
horìzontes  son  sublìmes  y  misteriosos. 
AdóDdeesU  el  Colon  que  losencare? 
Buenos  Aires,  1857. 


ECCE  HOMO. 

(Con  motivo  del  sueeso  de  Aspromonte,  Im^o  la  impre*^ 
Sion  de  ereerse  mortai  la  lierida  de  Garlbaldr) 

Nntìire  might  sland  up,  and  say  to  ali  the  world^  this  was  a 

MAN.      ShAKSPEABE. 

La  naturaleza  piiede  levantarse  y  decir  al  mundo:  esfe  faé  un  hoinbre. 

L 

i  Garibaldi  preso,  Garibaldi  herido,  Garibaldi  vencido  y  acu- 
sodo  derebelde? 

^El  gènio  del  buen  sentido,  et  corazon  de  todos  los  dolores^ 
el  espfritu  encarnado  de  la  democrécia  universal,  herido  en  su 
cuerpo,  atacado  en  sa  caràcler?^ 

^El  libertador  aherrojado,  ci  victorioso  vencido,  la  justicia  de 
su  causa  pisoteada? 

'^Las  esperanzas  de  Italia  y  del  mundo  postergadas?  y  el  satà 
Dico  concierto  de  todos  los  despotismos,  dominando  con  su  sai- 
Yage  coro,  la  armonia  de  todas  las  libertndes  enlutadas? 

^Es  esto  cierto? 

Si,  lo  dice  el  presentimiento  fùnebre  de  nuestro  corazon  apu 
Aaleado. 

l  Es  esto  posible  ? 

Si,  nos  dice  la  historia,  mostràodonos  el  continuado  é  inter* 
minable  martirologio  de  los  hombres  libres* 


-    493  — 

^Està  todo  coDsamado? 

No  : — nos  dice  el  indòmito  derecbo;-«^ao,  noi  iue  fai  iCriw 
cion  de  la  eternidad  de  la  jastieia. 

II. 

2  Còrno  saber  si  ba  sido  engaflado?—^  Còrno  saber  si  ha  caldo 
ea  la  celada  de  un  moderno  Maquiavelo? — ^Còmo  saber  ai  m 
determinacion  heróica,  ha  sido  por  sf,  ante  Dion  7  el  pueblo,  j  a 
despecho  de  todas  las  combìnaciones  pollticas? 

Juzgadlo,  juzgadlo!  Su  palabra  es  testimonio  de  verdad.  81 
ha  sido  engafiado  por  la  monarquia^  ay  de  la  monarqufa!->Si  ha 
caldo  en  la  celada  de  Muquiavelo,  aj  para  siempre  del  maquia- 
velismo  i-^Si  su  determinacion  es  personal  7  aislada,  ahi  teneia 
el  ecce-homo  de  la  humanidad  moderna. 

Ilf. 

^Pero  si  la  muerte  se  anticipa  al  juicio? — [Si  en  su  edad,  el 
contraste  moral,  la  pért  ida  de  su  sangre  7  la  de  su  hijo,  t/  el 
misterio,  nos  arrebatan  a  Garibaldi:  entonces,  malditos  sean  los 
que  han  hecho  caer  à  Garibaldi. 

Si  puede  hablar  y  defenderse,  si  tenemos  la  felicidad  de  vol- 
ger à  escuchar  su  palabra,  sabremos  que  ha  sido  traicionado  ó 
▼encido. 

Si  traicionado,  la  monarqufa  se  perdio;  y  es  una  Victoria. 

Si  no  ha  sido  traicionado,  entonces  es  ò  no  rebelde. 

Si  es  rebelde  él  aceptard  la  verdad  de  su  situacion,  y  podrà 
aer  castigado  con  la  pena  de  los  rebeldes. 

^Se  le  aplicarà  la  pena?— Si  os  creeis  con  la  justicia,  aplicad- 
la,  magistrados. — En  estos  juicios,  en  que  la  legalidad  de  la 
tierra  combate  contra  con  la  legalidad  del  cielo,  la  victima  es 
necesaria^Dadnos  pues  esa  victima,  dadnos  la  cruciiixion  de 
Garibaldi;  y  «  elsolvolvcrd  su  luz^y  temblarà  la  tierra  »  y  los 
muertos  alzaràn  sus  piedi  as  sepulcrales,  para  preguntar  si  la 
victima  ha  redimido  al  mundo  de  los  rivos  y  los  muertos. 

IV. 

Si  Garibaldi  ha  muerto,  (fùnebre  presentimi  ento)  la  demo* 
racla  universa!  celebrare  sus  funerales. 


—  494  — 

Roma  6  muebte  han  sido  las  palabras  de  so  testamento  hama- 
nitario. 

£1  pasado,  la  monarqaia,  la  arìstocracia,  la  teocrada,  la  insti* 
tocion  de  la  explotacion  de  las  masas;  todas  las  doctrinas-  de 
esclavitud,  todos  Ics  hechos  de  tirania  en  Roma,  han  anadado 
el  nudo  gordiano  de  su  imperio. 

Y  es  por  eso  qae  la,  genio  del  buen  sentido,  personificacion 
del  pneblo,  la  espada  del  pneblo  levantaste,  para  cortar  el  nado 
de  la  historia  moderna. 

B3MA  ó  MUERTE  qneria  decir,  integridad  de  independencia 
de  Italia^  centra  el  Austriaco  ladron,  centra  el  Franoés  peijnro^ 
centra  el  Papa — Bey  qne  daba  la  mano  d  esos  imperios,  para 
mutilar  la  Italia  y  contener  el  desborde  de  Io  democracià  uni 
Versai  y  de  la  soberania  de  la  razon. 

Roma  ó  muerte,  queria  decir^  Americanos  del  Sud  :  La  Roma 
del  porvenir  se  llama  la  alianza  de  todo  pneblo  soberano. 


Si  Garibaldi  ha  muerto  ó  va  à  morir,  republicanos  de  todo 
pueblo,  racionalistas  del  mundo,  sobre  sus  manes  venerandos, 
demos  la  palabra  de  contribuir  à  celebrar  sus  funerales  en  la 
misma  Roma,  sobre  la  pira  de  los  tronos. 

Democracià  universal,  preparate  para  celebrar  los  fimerales 
de  Aquiles,  sobre  la  mina  de  Troya. 

Espiritu  del  mundo,  recibe  al  mejor  de  tus  hijos. 

Padre  de  juslicia  recibe  al  baron  justo,  y  suspende  à  esa  vit- 
tima en  el  firmamento  humano,  comò  la  estrella  rutilante  qne 
seflale  el  camino  de  la  redempcion,  ù  todos  los  que  snfren  por 
el  amor  à  la  dignidad  del  hombre,  por  la  inviolabilidad  de  la 
patria,  por  el  det*echo  burlado  ó  pisoteado,  por  la  verdad  es- 
carnecida  y  por  la  esperanza  de  paz  y  de  justicia,  en  la  ciudad 
universal  de  la  fraternidad  v  la  justicia. 

Bnenos  Aires,  1862. 


.«.,4W  — 


EL  GRARDE  AHITEBSABIO. 

JuEVES  Santo. 
I. 

La  humanidad  cristiaaa,  solemoUabojr,  con  el  recuerdo  de  la 

,  pasìoQ  de  Jesu-Cristo,  el  mas  grande  7  profando  de  los  sfmbolos 
conocidos:  la  relijion  del  sacrificio. 

La  di^erencia  radicai  que  existe  entreel  cristianismo  7  las  re- 
ligiones  anteriores,  consiste  ti  parte  las  consideraciones  mas  ó 
menos  espiritualistas  de  doctrina,  mas   ó   menos  diferentes  en 

,  cuanto  k  la  concepcion  dogmàtica  de  las  grandes  verdades  que 
rigenel imperio  delns  creencias,  en  la  aceptacion  del  dolor,  7 
si  podemosespUcarnosdeestemodo:  en  la.  sublimacion   de    la 

;desgracia. 

Todoslos  desheredados,  todos  los  que  Uevan  una  carga  pe« 
sada  para  sus  hombros,  los  que  sucumben  bajo  la  presion  de  la 
fatalidadffsica,8eapor  laenfermedad,  la  miseria  ó  la  ignoran- 
eia;  todas  aquellas  \ictimas  de  las  doctrinas  de  desigualdad  que 
han  dominado  7  aun  dominan  esclavizandolamavoria  de  la  es- 
pecie  humana,  à  los  resplandores  del  alba  que  alumbró  é,  los 
pastores  de  Judea,  IcTantaron  la  cabeza  7  un  inmenso  grito  de 
alegria  saladó  la  venida  del    Salvador  del  Mundo! 

Era  esperado.  El  Mesias  anunciado,  era  creado,  era  incu- 
bado,  por  las  aspiraciones  de  la  humanidad  doliente.  La  huma  • 
nidad  profetizabaà  suredentor. 

Asi  fué,  que  al  sentir  las  primeras  ondulaciones  de  esa  luz 
que  en  las  alturas  del  Oriente  guiaba  à  los  peregrinos  en  busca 
de  la  cuna  del  futuro  soberano  de lajsalmas,.  los  esclavos  akaron 
al  cielo  sus  brazos  con.cadenas,  los  siervos  leraintaron  la    frente 

;  del  surco  regado  por  sus  Ugrimas,  la  muger.entrevió  en  medio 
de.sussuefios  7  susldgrìmas  lar  vision  ^tura  de  su  rehabilita- 
cion;  7  un  càntico  de  esperanza  resonó  donde  quiera  que  habia 
algo  que  .memorar,  algun  dolor  que  curar,  algiina  creencia  salva- 
dora  que  radicar  en  la  conciencia. 
^Quién  de  nosotros  no  se  transporta  contemplando  los  albores 


—  496  — 

de  esa  regeneracion?  ^Quién  no  siente  ea  sas  entraAas  repetir- 
se  Las  pdabras  de  Simeon:  Ahorapuedo  morir ^  he  visto  al  Salva- 
dor. 

Faé  la  religion  de  la  esperanza  iniciada  por  el  bimno  de  la 
alegria.  Nadie  podria  creer  qae  esa  alegria  recibiese  su  com- 
plemento  y  termÌDase  su  drama  eu  el  dolor  supremo  del  Calva- 
rioi  Aquf  tocamos  al  verdadero  fondo  del  cristianismo.  Aqo( 
nos  loca  indicar  el  dogma  fundamental  de  esa  doctrina. 

El  cristianismo  puede  considerarse  corno  el  receptàculo  de  to- 
das  las  magnificas  corrientes  de  la  historia,  corno  el  heredero  de 
las  profecfas  y  de  toda  tradicìon  espiritualista  qne  turo  por  ob- 
jeto  la  pcrfeccion  del  hombre  y  la  solidaridad  de  su  destino,  al 
través  de  todas  las  existencias  posibles  encadenadas  indisoluble- 
mente  por  medio  del  dogma  de  la  inmortalidad  del  alma. 

Creemos  quo  lo  mas  enèrgico  que  nos  ha    legado  la  antigùe 
dadescl  Estoicismo,  asi  comò  el  Platonismo  es  lo  mas  bello  j 
la  doctrina  de  Esenianos  la  priìctica  mas  perfecta  de  la  fraterni 
dad  sobre  la  tìenra. 

El  cristianismo  reune,  condensa  en  si  el  heroismo  del  estói- 
co,  la  profundidad  espiritualista  de  Platon  7  la  pràctica  carita- 
tiva representada  por  el  banquetede  los  Esenianos. 

l  Quién  sublimò  mas  la  dignidad  del  hombre  que  el  estóico? 
El  justo  tal  comò  la  encama  la  doctrina  de  la  filosofia  de  Zenon 
no  tiene  nada  que  envidiar.  i  Quién  en  alas  de  la  razon  re- 
monta mas  alto  su  vuelo  que  el  divino  Platon  snmerjido  en  la 
contemplacion  delaunidad  absoluta?  A  él  debemosla  doctri- 
na del  ideal  j  la  participacion  de  la  inteligencia  divina  en  todo 
lo  que  reviste  atributo  inteligente.  A  èl  debemos  la  concepcion 
de  la  ley  de  perfeccion,  madre  de  la  doctrina  del  progreso,  se- 
tlalando  lo  bello,  lo  ùtil,  lo  justo  comò  atributos  de  la  unidad 
Indivisible,  A  cuyo  seno  todo  camina  aspirando  por  volver  à  su 
orfgen. 

La  ignaldad  social  7  politica  con  sus  aplicaciones  yconsecueo* 
cias  sin  distineion  de  razas  nos  era  ensefiada  por  esa  secta  que 
dirijìó  los  primeros  pasos  de  la  intelijencia  de  Jesus,  ciiando  al 
lado  de  su  padre  aprendia  los  libros  sagrados  en  medio  del 
ruidodeltrabigo. 

Pnes  bien,  toda  esa  tradicion  de  ciencia  espiritualista,  de  dig- 
nidad heróica  7  de  fratemidad  en  los  hechos,  se  reasume  en  la 
nueva  doctrina. 


—  497  — 

Esto  solo  bastarla  para  dar  ài  cristlaotsaio  la  palma  ea  medio 
de  todas  las  divergencias  de  opiniones.  Pero  hay  mas.  A  la 
condensacion  de  loz,  de  faerza  y  de  amor  qae  el  mando  anti- 
co trasmiti»,  personificAodose  eo  el  deseado  de  las  Naeionet^  bay 
qae  agregar  la  revelacion  pr<lctica  y  filosofica  del  dogma  del  sa- 
crificio jla  eocamacioa  de  esa  doctriaa.  Tal  faé  h  misioa  de 
Jesa-Cristo. 

El  dogma  del  sacrificio  qae  la  hostia  del  calte  católico  simbo* 
liza  en  el  sacrificio  de  la  misa,  se  pierde  en  las  profandidades  de 
la  ciencia  yseconfirmaen  laseotrafias  del  amor. 

Sin  pretender  desarroUar  este  punto  metafisico  nos  limitare- 
mos  a  esponer  afirmntiramente  las  ideas  que  lo  pmeban  y  el 
sentimiento  uniyersal  que  lo  sanciona. 

El  dogma  del  sacrificio  ha  existido  en  casi  todas  las  religio- 
nes,  pero  su  significacion  perdida,  su  verdad  adulterada,  sa  in- 
fluencia  salvadora  pervertida  y  explotada  por  las  clases  pri- 
vilegiadas  que  olvidaron  6  quisieron  olvidar  la  comunidad  pri- 
mitiva. 

La  creacion  representa  el  sacrificio  en  la  serie  encadenada 
de  todas  las  exislencias,  destinadas  las  unas  à  sacrificarse  por 
las  otras.  La  bumanidad  no  podia  emaociparse  de  està  ley. 
Salida  de  Dios^  ^  adónde  aspirarci,  sino  voi  ver  al  seno  de  Dios 
mismo?  infatigable  en  sus  deseos,  inagotable  en  sus  aspiracio- 
nes,  inmensa  en  su  ambicion,  quién  podrA  satisfaceva,  sino 
AQUEL  que  esla  perfeccion  y  que  tiene  en  su  inmensidad  eter- 
na, alimento  para  el  lirio  de  los  campos  y  para  la  aspiracion  de 
las  generaciones! — Lo  cualUeva  en  si  mismo  la  prueba  A  nues- 
tro  juicio  mas  evidente  de  la  inmortalidad  de  las  almas  y  de  su 
destino  progresivo. 

Al  ser  inteligentes  somos  libres,  y  el  fenòmeno  mas  grandioso 
es  al  mismo  tiempo  la  solacion  de  la^  dudas  que  puedan  aque- 
jarnos. 

La  libertad  ha  side  paesta  en  manos  de  su  propio  consejo;  ese 
consftjo  es  la  vision  de  la  ley,  la  encarnacion  personal  de  una 
centella  del  verbo  eterno. 

LaLET  escomnn,  universal.  Sus  aspectos  se  Uaman  el  de- 
recho  y  el  deber. 

El  derecho  constitujendo  la  persona  en  la  inviolabilidad  de 

SOS  prerogativas. 

Il 


-.  498  — 

El  debcr  couslituyeado  la  sociedad  en  la  solidaridad  de  8U 
destino. 

Eatre  ci  dcrecho  y  e\  debcr,  bay  nrmoìita  proestabledda, 
pero  armonia  geràrquica,  qae  subordina  ci  ìQdividao  A  ki  socie- 
dad, la  parte  al  todo. 

El  dcrecho  se  identiGca  con  la  persona,  es  la  condicion  de  laio^ 
dividuaiidad,  y  de  aqul  nace  que  oonfundìmos  con  frecuenria 
los  deseos,  pasiones.  y  voliciones  de  la  persona  con  el  dcrecho 
de  la  persona, 

EIdebercs  la  condicion  de  laeùstencia  social.  £s  la  deu* 
DA  del  indivìduo  al  todo  yen  el  conflicto  de  la  Yida  no  bay  otra 
solucion  posible  sino  ci  sacrificio  del  elemento  al  todo. 

Por  lo  (]ue  hace  al  individuo,  las  dos  manifestacioncs  de  la 
snslancia  que  lucban  ensu  organizncion,  una  corresponde  àtodo 
lo  que  se  Marna  egoismo  y  otra  à  lo  que  se  llama  sacrificio.  La 
parte  material  es  ciega,  el  momento  es  su  vida.  La  parte  espi- 
ritual OS  luminosa,  la  eternidad  es  su  pulria. 

El  dcrecho  està  puessometido  al  deber.  La  perfeccion,  ley 
primitiva,  exijela  aproximacion  constante  de  nuestro  scr  hàcia 
el  ideal.  Esa  aproximacion  no  puede  efectuarse  sin  la  domina- 
cionde  todo  lo  esclusivo,  àe  todo  lo  egoista,  à  norabre  del  dcre- 
cho coiuun  que  cs  el  deber. 

n. 

Ademas  del  canlcter  sublime  de  la  cicncia  cristiana,  tene- 
mos  que  agrcgar  à  la  doctrina  del  sacrificio,  la  revelacion  pràc- 
tìca  de  esa  cicocia  por  medio  del  ejemplo  y  de  la  encarnacion 
de  esa  doctrina  en  la  enseflanza  que  con  sus  palabras  y  sus  he- 
cbos  Jesu-Cristo  nos  legdra. 

El  cristianismo  bnjo  este  aspecto  puede  scr  llamado  la  doc- 
trina del  amor  supremo  envolviendo  cn  sus  ondas  li  lodas  las 
manifestacioncs  del  amor. 

Las  modificacionrs  de  los  códigos;  el  reconocimiento  de  la 
ignaidndy  ^u  influcncia  cn  Ins  institucioncs;  el  baber  dado  A 
todo  scr  bumano  por  infelìz  quo  fucre  el  cardcter  de  bijo  de 
Diosj  hrrmano  detodoslos  bombres:  las  revolncioncs  en  las 
costumbrcs  b^rbaras  de  la  antigùcdad:  la  digiìidad  de  la  csposa; 
la  santidad  de  la  familia;  el  caràcter  de  sobcranla  impreso  so- 
brcla  fronte  de.  lodo  hombre;  el  caràcter  sacerdotal  y  la  ins- 
titncìon  del  culto  inlimo  y  directo  con  la  divinidad;  ci  Consuelo 
prometido;  la  cfiperanza  evidenciada;  la  rchabilitocion   de  todo 


I 


—  48D  — 

mal;  y  ta  promesa  solentM  cl&  lar  paétfteacion  sabre  la  tierra 
sdntada  al  rededor  del  mmmobQDqtiete  ofrecicndo  eoholocitisto 
la  reconciliacion  y  de  la  fraternidad  de  las  razas  y  nnciones. 

He  ahi  muj  en  rcsùnien  Ips  fragmentos  de  ese  divino  testa- 
mento sellado  hoy  dia  con  la  sangre  del  justo^  d  quien  nadie  con- 
venció  de  perado. 

La  hiimanidad  necesìta  comunicar  con  el  ser.  Sin  esa  co- 
municacion  vaga  estravinda  en  los  espacios,  perdìda  corno   co*  ' 

meta  flotante  en  una  parabola  sin  fin. 

De  todas  las  comnnicaciones  religiosas  con  el  ser  infinito,  los 
cristinnospresentanhoy  en  este  dia  el  cdliz  con  la  sangre  del 
sacrificio  por  la  redencion  de  nuestros  males  y  puedcn  pre- 
guntar  a  todas  lasrelijiones  existentes  si  tienen  algode  nuevo, 
de  mas  sublime,  de  mas  caritativo  que  la  doctrina  cuyo  aniver- 
sario  celebramos. 

Las  sociedadcs  aspiran  en  todas  sus  manifestaciones  por 
acercarse  d  eseideal.  Esel  fuego  interno  que  alimenta  el  mo* 
vimiento  de  los  pueblos  buscando  la  realizacion  de  la  solemne 
promcsa  de  la  paz  consigo  mismo,  y  de  las  nupcias  solemnes  con 
lacrcacion  que  es  su  teatro,  y  con  la  divinidad  que  es  suorigen 
y  destino. 

Pàranft,  Abril  de  1859. 


EL  f  d  DE  SETIEMBRE  DE  f  SS4. 


LA  SEGUNDA  CAMPALA. 

A  dónde  vas  jóren  soìdado  ; 
Voy  àcombatir  para  libertar  de 
Urania  del  hombre  el  pensamientola 
la  palabra,  la  conciencia. 

Benditas  aeaa  tos  armaa,  jóven, 
soldado.  {Lamennais). 

Salud  I  dia  de  recuerdo.  Fué  en  este  dia  que  apareció  la 
estrella  de  Ghile  en  el  firmamento  de  la  America. — Cuando  la 
libertad  lanza  una  palabrapor  el  òrgano  de  un  pueblo,  esa   pa- 


labra  la  incnisU  Diosea  los  espacioa.  loda  nacionqoese  li- 
berta, es  una  estrelia  que  suapeode  en  9o  Jnmensidad  para  ilu- 
minarau  tempio. 


Recordar  el  aniveraario  de  la  patria  7  vivir  siu  patria  ; — re- 
cordar la  [ndependencia  j  ver  la  ràpida  pendiente  à  la  depeo- 
deneia;— -recordar  esa  gloria  y  presenciar  igaominias; — repetir 
la  palabra  de  verdad  de  aquellos  tiempos  j  escuchar  en  sulugar 
à  la  lEalsf a  I  *  ^  Qué  ha  pasado  sobre  tu  saperficie,  tierra  de 
naestro  amor? — ^Loshombres  qae  jano  son  j  que  te  dieron 
Vida,  se  levantan  para  preguntar  si  Loncomilla  ha  sido  el  Cancha- 
Bayada  de  la  libertad. — iQaién  es  ese  invasor  que  se  ha  asen- 
tado  sobre  la  obra  de  los  sacrificios? — Dónde  ha  emigrado  esa 
soberauf  a  que  arrancamos  al  pasado  para  restituirla  à  su  santuario  \ 

que  es  el  pueblo  ? — De  qué  guarìdas  ó  sepulcros  ha  salido  ese  ^ 

jénio  de  muerte  que  marcbita  la  espontaneidad  de  una  raza? 
A  dónde  se  escondia,  chilenos,  ese  jérmen  de  dominacion  que 
por  la  fuerza  7  el  engafio  en  lugar  de  la  Ciudad  de  los  libres 
levanta  una  penitenciarìa  para  las  almas  nobles  j  uo  convento 
paralas  jeoeraciones  nuevas?  vencimos  en  Maipo,  abolimos  la 
conquista,  proclamamos  otra  vida — ^  dónde  estaba  el  espfritu  de 
està  nueva  conquista?  Oidio,  padres  de  la  patria, — en  nosotros 
fflismos. 

Era  en  nosotros  que  existia  el  elemento  servii  que  esplotado 
por  malvados,  nos  domina. — Habeis  antepuesto  una  pasion  mes- 
quina  t  la  Bepùblica  y  os  despotiza  el  egoismo.  Cuando  la 
libertad  no  es  el  principio  vital,  llevamos  en  nosotros  una  tiran- 
nia que  nos  hacesiervos. 

I  Es  acaso  una  lej  de  la  espeeie  humana  esterilizar  su  vigor 
en  humillarse  7  luchar  por  obtener  la  corona  del  fratricidio  ? — 
emplear  su  intelijencia  en  falsificar  la  verdad,  su  corazon  en 
atesorar  rencores  7  sus  brazos  en  servir  de  carcelero  ó  de  ver- 
dugo? — 1 0  nos  hemos  engafiado,  nosotros  los  del  linaje  de  la 
revolucion  7  tan  solo  ha7  dignidad  en  el  éxito,  verdad  en  la 
fuerza,  ideal  en  el  egoismo  7  relijion  en  la  materia? — ^Hémos 
de  abandonar  el  patrimonio  de  la  tierra  comò  herencia  esclusiva 
de  los  malvados,  7  fK)lo  creer  que  en  otra  esfera  veremos  la 


—  SCI  — 

realidad  de  log  principios? — Hémos  de  creerquelos  latidoft 
floblitnes  de  la  historia  y  los  presentimientos  porla  paz  yjusticia 
universales  sod  sonidos  del  instrumento  ya  roto  de  la  armonfa 
de  la  creacioD? — Séamos  entODces  mas  audaces.  Reneguemos 
là  evidencia  de  la  ley  del  bombre  y  sobre  los  trabajos  de  los 
sàbios  y  los  sacrifkios  de  los  héroes,  arrojemos  el  sarcasmo  A 
su  memoria  y  puWerizemos  sas  obras.  --Tengamos  la  audacia  de 
lanzar  un  satànico  desmentido  à  la  conciencia  y  corno  los 
judios^  remachemos  la  corona  de  espinas  en  la  frente  del  verbo 
inmaculado. 

No  tienen  los  enemigos  esa  audacia. — Luego  tributan  homo- 
uaje  à  nuestra  causa.  He  ahi  la  Victoria  de  la  verdàd,  uuestra 
Victoria.  No  son  falsds  las  antiguas  promesas,  no  ha  sido  in- 
fecundo  el  trabajo,  ni  ha  sido  ineficaz  el  sacrificio  que  debe 
constantemente  alimentar  el  holocansto  con  la  sangre  mas  pura, 
per  la  mas  bella  de  las  causas,  que  es  la  transfiguracion  del 
hombre  en  una  humanidad  cristiana  y  soberana. 

Si  la  campaiia  se  prolongn,  es  porque  ya  no  bastan  los 
iniciadores  ;  es  ahora  los  pueblos  que  forman  su  educacion  por 
si  mismos,  arrancando  de  su  propio  seno  al  enemigo.  Ya  no 
es  esterno,  es  interno.  Ya  no  bay  que  derribaruna  conquista, 
bay  tan  solo  que  redimirse  à  si  mis*^"'? — Es  por  esto  que  la 
linea  de  batalla  abraza  el  mundo  y  que  làs  viejas  tutelas  sociales^ 
polilicas  y  relijiosas  se  coaligan,  porque  han  columbrado  sus  fu- 
nerales  que  se  acercan. 


II. 


^Que  es  de  la  revolucion?  ^  Donde  està  el  ideal?  Tan  solo 
responden  la  independenciaconqnistaday  la  riqueza  en  aumento. 
Sobre  el  derecho,  sobre  la  jasticia,  sobre  la  fraternidad,  sobre 
el  pervenir,  el  silencio.  La  mente  social  ha  sido  transformada 
y  se  encamina  el  alma  de  la  patria  y  el  espfritu  de  la  revolucion 
al  fanatismo  de  los  pueblos  decrépitos:  el  materialismo. 

Guando  por  el  estado  de  las  luces,  el  despotismo  no  puede 
apoyarse  en  dogmas,  ni  engaiiar  con  principios^  entonces  apela 
al  egoismo.  Dice:  deslumbremos  la  inteligencia  con  la  riqueza, 
ahoguemos  el  sentimiento  en  laavaricia^  convirtamos  la  voluntad 
eu  el  movimiento  maquinario.    El  hombre   cambiari  el   ideal 


—  5p2  — 

que  pfidiera  arrebatarlo  &  Jas  fdturas^  por  lo  que  satisface  al 
^ruiml.— Sabeis  el  resultado  y  el  fia  de  ese  trabajo.  Lamennais 
lofm  dicho:    ^^  Preparar  un  festio  para  gusanos/' 

Tal  nohasido  ci  fia  propue&to.  No  ha  sidoesc  el  ideal  de)i| 
(odepeAdencia^  ni  se  derramó  esa  sangrc  por  riquezas^  ni  sa 
fundó  una  patria  para  servir  de  potrero  al  egoista.  ^Cu<1l  es  la 
idea,  cual  la  Icy^  cu^l  es  la  moralidad  con  que  preteudeisreeeija- 
plazar  la  causa  de  este  dia? 

iQuereis  ser  fuertes?  Os  envaneceis  con  que  os  Uamen  la  In- 
glaterra  de  la  America? — La  fucrza  suprema  es  la  justicia.  La 
Busia  eé)  fuerte^  es  lo  mas  fuerte  corno  unidad  y  corno  nùmero 
y  jamàs  Uegareis  &  igualar  la  fuerza  de  la  Busia.  ^Aspirais 
por  el  ideal  del  Buso?  Empe^ad  por  adorar  4  vuestro  presi*- 
dente-ar20bispal.  ^Quereis  esa  identidad  para  vosotro??  Ser 
Buso  es  ser  siervo.  j 

La  Inglaterra  es  grande,  es  fuerte,  es  respetada  y  respetoble.  , 

Sabeis  lo  que  es  la  Inglaterra  ?    £n  ese  pais  no  se  conocen  los  J 

estados  desitio»  ni  las  facuUades  estraordinarias.  Eo  csepais^ 
todds  las  fuerzas  sociales^  pailameutos  y  reyes,  aristocracias  to- 
gadas  y  territoriales  seinclinan  ante  la  inviolable  majestad  del 
ciudadano.  El  habeas  corpus  ha  coosagrado  en  los  bechos,  en  la 
pràotica  la  libertad  iniUa^^ual.  Y  teneis  eso  vosutros? — traba- 
jais  por  cimentarlo? — fiìEsponda  vuestra  carta^  vuestra  policia^ 
Tuestras  leyes  de  imprenta.  * 

^Deseais  ser  ricos  —Por  ideal  à  la  riqueza!  Declaraos  entón- 
ces  los  judios  del  continente. 

^Queréis  ser  colosos  sin  atender  al  derccho?  Edificareis  la 
estàtua  simbòlica  de  la  Bfblia,  cuya  cabeza  era  de  oro  y  pies  de 
barro.  Cayó  una  piedra  del  monte  y  rodò  el  coloso  al  preci- 
picio. 

Si  decis,  queremos  el  bien  que  se  toca,  que  se  palpa—ade- 
Innle,  os  dire:  simplificad  vucstro  trabajo.  Para  eso  no  nece- 
sitais  llamaros  nacion,  ni  mentir  Ilamlndoos  repùbiica.  Sereis 
un  manso  rebaflo  bien  comido,  esplotado  por  jcsuitas,  sereis  pa- 
raguayos  que  besaban  la  mano  que  los  azotaba. 

Pero  prosperaraos,  decls. — Hay  una  hacienda  que  prospera  '' 
todos  los  dias  el  gran  hacendado  regala  agua  bcndita  y  los  ani- 
males  se  mnltiplican^  los  drboles  florcccn.  las  coscchas  abundan. 
Los  Americanos  seflainn  à  Chile  corno  el  fundo  mas  bien  admi-- 
nistrado  de  la  America.  ' 


—  503  — 

Gazamosde  paz. — Ideal  de  la  Ghina^  seràs  entónces  ci  ideal 
de  los  chilenoB.  Colocad  ù.  la  simbòlica  tortuga  en  nuestro  es- 
codo y  despedid  al  Còndor  comò  imjjea  pcligrosa  de  las  tem- 
pestades. 

Tenenios  cscuelas,  se  edifica,  se  trabajan  ferro-carriles.— Laft 
murallas  de  vuestros  palacios  modernos,  no  detienen  la  mirada, 
ni  la  mano  de  la  policia,  ni  el  asalto  de  las  estraordinarias,  ni 
cubren  la  deshonra  del  ciudadano  prostituido.  Yuestras  escue- 
hs  amumautan  literariamcnte  à  Tuestas  generaciones  para  el 
latigo  y  para  la  obedicncìa  jesuftica.  Los  ferro-carriles  tras- 
portan  rapidamente  vuestros  ouerpos. 

OrguUo,  orgullo  ! — necedad!  Cuando  la  Providencia  quiere 
castigar  et  olTido  del  ideal,  permite  el  entronizamicnto  del  or- 
gullo. 

No  bay  orgullo  Icjitimo  sino  cn  la  prActiea  del  derecho  y  del 
deber.  Cuando  se  olvida  està  ley,  en  el  vncio  que  deja  su 
ausencia  se  aposenta  la  humana  miseria.  Entdnces  aparecèft 
las  iltisiones  del  oro  y  el  corazoa  se  mstaliza;  entónces  aparecen 
lasimijcnes  del  orgullo  y  el  entcndimiento  se  embrutcce; — en- 
tònces  se  presentan  la  fucrza  y  el  engafio  y  la  voiuntad  se  en- 
vilecè. 

Si  preferls  la  fuerza,  ci  cngaflo,  la  codìcia  y  el  orgullo  a  laléy 
primera, — venganza  terrible. — el  instinto  animai  se  lévanta  co- 
rno poder  lejislntivo  de  los  t)ueblos. 

Olvidais  el  deber  y  os  entregais  al  cAlculo.  Cuando  se  cal- 
culasobrela  libertad  ó  la  justicìa  es  porque  se  ba  descendido 
mucho  en  la  escala  de  la  dignidad.  El  que  calcula  sobre  la 
justiciaes  un  prevaricador.  Calcular  sobre  la  libertad  es  pros- 
tituirla. 

No  es  ni  ha  sido,  ni  seri  ese  el  ideal  de  nuestra  patria. 

Dónde  estas,  vision  y  realidad  del  bien  soberano,— tu  liber- 
tad, que  cada  vez  quo  se  escuchan  tus  acentos  en  accioacs,  re- 
gocijiis  àlos  cielos! — Dónde  estan  tus  revelaciones  que  han  he- 
chadela  bumanidad,  en  ciertos  periodos,  una  mansion  digna 
del  hijo  de  Dios!  Quése  hanbecho  las  ondulaciones  de  tuluzque 
transGguraban  el  mundo,  las  palpitaciones  de  tu  pccho  que  con- 
vertian  à  los  pueblosenpìtonisas  del  eterno!  — No  has  desapare- 
cido  porque  sentìmos  la  ajitacion  del  pervenir  y  la  inouictud  de 
laesperan^a; — no  hassido  falsia  porque  las  entraiìasdel  sermìi 


1 


—  W4  — 


mo  le  proclamali,  y  saponerie  ilusion  scria  crncificar  un  infinito. 
Eres y  vives;  y  sentirte  y  verte  enei deber,  es  para nosotros  la 
Tictoria. 


ÌV. 


Uno  pnede  regocijarse  en  la  ansencia  cnando  seve  à  la  patria 
encaminarse  porel  bnen  camino. 

Pero  es  triste  desde  riberas  estraaas.  ver  el  mal,  annnciarlo 
y  ver  qne  se  cumplen  todas  las  profecias  de  la  lójica. — Qaé  he* 
chocolminante  presentala  politica  de  Mont?  Alos  males  cono-- 
cidoB  bay  qne  agregar  dos.  El  primero  es  el  desarrollo  del  mi- 
litarismo, el  segando  el  del monaqaismo.  Dosmilicias.  Lami- 
licia  de  sangre  y  la  milicia  del  veneno.  La  faerza  brata  y  el 
engafio,  el  convento  y  el  cuartel,  la  obediencia  de  la  màqaina 
y  la  obediencia  del  servii.  Los  generales  van  ó  la  par  de  los 
obispos,  y  las  bayonetas  con  el  agua  bendita. 

He  ahi  los  monamentos  del  actual  Gobierno.  Esas  son  las  colam- 
nasqae  ha  levantado  sobre  la  guerra  civil  y  entre  las  cuales  debia 
serespuesto  ó  la  espectacion  pùblica  corno  traidor  A  la  Bepùbli- 
ca.  Pero  no  es  alhombre,  al  miserable  individuo  al  qae  debe- 
raossnspender  en  esa  borea  destinada  é  la  estrangulacion  de  la 
.Repttblica.    Es  A  lamisma  Presidencia. 

La  organizacion  del  mal  dio  todos  sus  frutos,  en  la  edad  me- 
dia, cuando  la  teocrócia  infalible,  apojadaen  la  nciudad  de  Diosn 
de  San  Agustin,  consagró  la  feudalidad,  elevando  el  dominio  de 
la  tierra  seAorial  sobre  el  derecho  humano  y  pretendió  A  nom- 
bre  de  la  autoridad  divina  dominar  la  inteligencia  y  la  politica, 
el  alma  y  elcnerpo  de  la  humanidad.  Entonces  lanzó  una  pala* 
bra:  la  umdad.     La  unidad  es  la  verdad  y  la  verdad  soy  yo. 

Ante  semejante  palabra  y  con  la  inquisiciond  retaguardia,  el 
mundoenmudeció.  Hubo  espanto  sobre  la  fazdela  tierra.  Las 
hoguerasyla  espada,  elconfesionario  y  la  càtedra,  la  sednccion 
yelanatema  asentaronpor  untiempo  esa  unidad. 

La  unidad! — està  bien.-Pero  tambien  bay  unidad  en  los  in- 
liemos.  Hay  unidad  en  el  bien  y  en  el  mal,  la  unidad  de  la  li- 
bertad  y  la  del  despotismo.  La  primera  es  armonia  del  hombre  y 
de  la  sociedad;  la  segunda  es  el  dominio  esclusivo  de  un  elemen- 
to de  la  Vida.     Estoesloque  se  llama  despotismo. 


—  505  ~ 

EI  mal  americano  es  la  nnidad  despótica,  emaaadon  de  la 
uQldad  de  la  teocracia  y  monarqafa. 

Los  despotismos  sobalternos,  hìjos  del  mismo  principio  se  faan 
dividido  la  herencia  de  la  conquista  y  pretenden  parasi  propios 
lo  que  la  teocracia  romana  pretende  todayia.  Lospueblos  edu- 
cados  en  eseréjimen  sonlosmas  desgracLados,  los  mas  atraza- 
dos,  los  menoslibres:  Italia,  Espafta,Portagal,  Irlanda,  Polonia, 
Bohemia,  America espaflola.  Los  quehan  querido  libertarsede 
lamuerte,  combatencontraesejénio  encarnado  por  la  educa- 
cion  romana. 

Es  claro  pues  que  el  dcber  de  los  gobiernos  consiste  en  con- 
tinaar  la  emancipacion  principiada.  ^Qué  dirémos  de  aquellos 
que cooperan  para  hacernos  volver  àvivir  bajola  unidad  satàni- 
ca? Y  quién  ante  los  hechos  negare  que  no  es  à  ese  fin  perverso 
&  donde  se  encaminan  los  esfuerzos  del  ejecutivo  y  à  donde  ne- 
cesariamentcdebeencaminarse  lainstitucion  de  la  prcsidencia 
queesla  unidad  monàrquicaen  la  Bepùbilca? — Doctrina  de  la 
obediencia  servii  en  la  educacion  y  de  la  obediencia  animai  en  el 
soldado; — centralizacion  desp<^tica — ejecutivo  omnipotente— el 
espfritu  del  lucro  en  lascostumbros  ante-puesto  à  los  principfos 
— las  manifestaciones  legales  del  derecho  prostituidas— la  na- 
cionmuda,  aisladaen  cadauno— el  pueblo  sin  ìniciadores — la 
seguridad  vendida— la  policia  comò  reddefierroquese  cstiende 
«-*el  fomento  del  militarismo  &  despecho  de  la  ley  y  el  monaquis- 
mojesuitico  que  estiende  su  sacrilega  mano  al  porvenir. 

lodo  es  lójico,  todoeso  soncondiciones  necesarias  y  conse- 
cuencias  de  la  unidad  despótica.  Clamamos  por  garantias  }'  Re- 
pùblica  -jamàs  las  tendremos  con  Presidencias  estraordinarias, 
con  el  militarismo  y  monaquismo;  jamàs  veremos  la  Repùblica  si 
se  encarga  su  preparacion  al  egoismo,  al  jénio  Romano,  sin  cré- 
dito social,  con  majìstraturas  inatdovibles,  contribuciones  indi- 
rectas,  ejércitos  de  aduaneros  y  de  espias,  corporaciones  intere- 
sadas  en  la  muerte  de  la  vida  integrai  de  la  asociacion.  ^Gómo 
podrémos  gozar  de  la  libertad  del  pensamicnto,  de  su  manifesta- 
cion  por  la  palabra  con  una  presidencia  que  legalmente  se  colo- 
ca  fuera  del  órden,  suprime  toda  accion?  todojérmen  servii  del 
corazon  del  hombre,  todo  sentimiento  de  vanidad  ó  privilejio, 
de  dominacion  ù  orgullo^  toda  idea  despótica,  todo  instinto  bru- 
ta! encueotra  su  coronacion^    su  espresion  y  su   saucion    en  la 

residepcia. 
P 


Y  csas  prrsidencias  ó  tnonprquias  lemparalèd,  enjcndratt  ne- 
cesariamente  la  necesidad  de  un  ejércilo^  la  formaciòa  de  esa 
màquina  sangrienta,  cuvo  honor  consiste  en  abdicarci  honorpri- 
mero  que  es  la  independencìa  dei  hòmbre  y  el  deber  del  ciu- 
dadano.  El  cuartel  es  el  convento  de  los  ppesiden'tes  ìofalibles, 
asi  comò  el  convento  es  ci  cu'ìrtel  del  esl^ao^dinà^io  Pontifica. 
T  ambos,  el  Presidente  y  el  Pontifice,  esas  dòs  unidades,  necc- 
silan  de  la  milicia  monastica  :  en  primer  lugar  al  jesuita  para 
dar  la  nórinn,  sembrar  una  lenta  traicion  à  la  RepùWica  é  injèr- 
tar  el  servilismo,  y  el  resto  de  las  falanjes  ó  conjrregacioiiei 
para  arraigarso  corno  Iglesia  del  estado,  «EcrBiR  la  RE^TA  y  ser 
parte  integrante  de  los  podcrcs  constituidos.  Solidari.lad  del 
Arzobispo  y  Presidente — del  cuartel  y  del  convento  -solidaridad 
de  la  obediencia  ciega  que  exije  el  jesuita  y  de  la  obediencia 
maquinal  quo  exigela  jerarqula  del  sold.ido. 

La  indepcndencia  no  ha  osado  -continuar  su  obra.  Se  con- 
tentò con  batirtl  los  soldados  de  la  conquistn,  pero  no  hacom- 
batldo  contra  el  jénio,  centra  el  dogma  de  la  oonquista.  Està 
es  nuestra  camparla. 

Los  pueblos  se  sacuden  pero  no  ven  todavia  que  una  nueva 
Vida  exije  meldes  nuevos.  Si  qoeremos  la  reptìblìca  demos  la 
conslitucion  de  la  Republicn,  es  decir,  adoptemo.'^  la  forma  uni- 
versal  en  el  gobiemo,  la  forma  de  la  libertad,  el  ejerciciode 
la  soberania  permanente,  la  pràctica  del  derecho  en  todos,  la 
abolicion  de  las  tutelas  y  delegaciónes  rmpotentes  y  traidoras 
basta  boy  dia:  presidencins — cjércitos  tribunales  vìtalicios;  — 
cjimaras — robaflos  ctc,  y  elevemos  sobre  e«os  dcspojos  del  hom- 
brc  viojo  y  delespirilu  despótico  unitario,  la  nccion  del  pueblo 
lejislando,  juzgando,  ejccutando;  sin  mas  dogma,  ni  mas  ley 
que  la  lev,  es  decir  la  libertad,  la  ìdentidad  del  derecho  en 
todo  hombre,  justiciala  viva,  la  moral  cu  accion. 

La  soberania  de  todos  exije  la  abolicion  de  la  soberanta  de 
nnos  pocos,  las  clases  ó  castas.  La  Presidericia,  el  ejército,  él 
monaqnismo,  la  administracion  actual  son  las  castas. — Nnera 
cducacion— nucva  ley— nueva  organizacion. 

Todo  mal  organizado  es  usurpacion.  La  presidencia  usurpa 
el  poder  del  soberano;  el  ejército  la  fuerza  del  pueblo;  los  tri- 
bunales la  inviolabilidad  que  solo  pertenecé  à  la  justicia;  los 
congresos  el  derecho  universal  de  la  dectaracion  de  la  ley;  la 
propiedad  ò  los  capilalistas,   los  monopolizadores  y   usnreros 


—  807  — 

murpaii  el  crédito  social  parsi  presidìr  estraordinariamentè  sobra 
él  salario;  la  contribacion  indirectà  usarpa  la  ìgtialdnd  en  Mi 
cargas.  Para  usurpar  es  neccsarìo  organizar  la  fuerza  y  el  ea- 
goào — y  ahi  teneis  la  nccesìdad  de  la  unidad  prysidenciaf,  corno 
reprosentacioQ  y  apoyo  supremo  de  lodo  elemento  despóticp. 
Teoemos  guc  decapitar  esa  ìastitucion  p^pal  ai  queremos  entro- 
nizar  la  Repùblica. 


Ès  para  està  carapaila,  Igualitarios  de  Chile,  que  sentimos  cada 
dia  mas  alientoal  frente  de  las  usarpaciones  de  nuestra  libertad. 
Espara  està  campala  que  comvoco  à  las  jeneracioncs  nuevasde 
la  America,  porqueme  anima  una  confianza  sublime  en  la  vcrdad 
y  porque  siento  el  porvenir  inevitable  que  se  desprende  de  todo 
corazon  grandioso  y  de  las  con(?epciones  de  la  razoa  pura.  En 
medio  de  todatinicbla  y  de  toda  duda,  sobre  todo  dolor^  en  las 
alas  de  la  tempestad  de  las  nacioncs,  en  el  allento  de  la  tierra  y 
la  armonia  de  los  cielos,  yo  veo  brillar  el  jénio  de  la  libertad 
corno  la  relìjion  difinitiva,  comò  el  alimento  divino  digno  del 
que  se  oreebecbo  A  imiìjen  de  Dios.  Para  esa  campaila,  el  pros- 
cripto  olvida  los  aflos  y  lasimellas  de  la  proscripcion,  porque  el 
soplo  vivificante  de  la  juventud  inmortai  de  nuestra  causa  nos 
impulsa  &  la  revelacion  prActica  del  destino  de  Ghiìe,  de  todo 
hombrey  todo  pueblo:    Ser  unos  en  la  libertad. 

Gitaytquil,  ÌBÒÌ. 


Un  recucrdo  del  Ideal. 

EN     EL     25    DE    MATO     DE     1857. 

Aniversario  de  la  rcvolucion  argentina, 

Surtout  ne  souffre  pas  epe  son  ceur  se  parUige . 
Edgard  Quinet. 

I. 

Ed  la  elaboracion  de  los  elementos  de  la  creacion  y  de  1  a 
historia,  se  ve  una  ley.    Esa  ley  que  domina  a  la  materia,  en- 


—  508  — 

carnacioQ  de  una  fuerza  fatai  7  de  una  forma  sin  conciencia  ,  al 
Uegar  &  las  regiones  de  la  historia  se  Ilama  ideal,  tipo  dÌTÌo,ii 
bien  soberaao. 

Los  elementos  del  ideal  son  el  dogma,  los  priocipios  7  el 
Tfnculo  de  anion.  El  dogma  es  la  personalidad  del  Criador;  los 
principios  son  el  deber  7  el  derecbo;  el  vfuculo  de  union  es  el 
amor. 

La  creacion,  en  todas  las  manifestaciones  que  resiste,  desde 
los  fluidos  basta  los  seres  animados,  consta  de  dos  elementos 
fùndamentales,  irreductibles  é  indestructibles,  que  son  la  indi- 
yidualidad  7  la  unidad. 

La  bnmanidad,  en  todas  las  combinaciones  que  presenta  en 
todo  tiempo  7  bajo  todo  clima,  consta  de  los  mìsmos  elementos, 
que  elevados  à  la  dignidad  del  espiritu,  se  Uaman  personalidad 
7  asociacion. 

El  ideal  de  la  personalidad  es  la  libertad. 

El  ideal  de  la  asociacion  es  la  fratemidad. 

El  limite  de  la  individualidad  es  el  bien  del  todo,  7  el  limite 
del  todo  es  el  bien  de  la  individualidad.  Del  mismo  modo,  el 
limite  de  la  personalidad  es  la  libertad  social,  7  el  de  la  libertad 
social,  esel  bien  de  cada  uno.  El  bien  de  los  dos  elemento» 
indispensables  7  necesarios  de  la  crcacion  7  de  la  historia  forma 
la  armonia. 

El  ecseso  ó  el  vicio  de  la  personalidad  es  la  anarquia. 

El  ecseso  ó  el  vicio  de  la  asociacion  es  el  despotismo. 

La  anarquia  es  la  separacion,  7  sus  pasiones  son  el  òdio  7  la 
envidia. 

El  despotismo  es  la  absorcion,  7  sus  pasiones  [son  el  egoismo 
7  el  miedo. 

La  anarquia  marcha  d  la  muerte  por  la  disolucion,  7  el  des> 
potismo  por  la  concentracion. 

La  utopia  de  la  anarquia  7  despotismo  es  el  comunismo  ó  el 
crazismo  :  una  Rusia,  un  Paragua7.  Ambos  tienen  por  dogma 
ò  el  pantheismo  ó  el  catolicismo  (bajo  alguno  de  los  variados 
aspectos  que  revisten.) 

Ambos,  si  reinasen  absolutos,  presentarian  el  espectdculo  de 
la  creacìon  entregada  esclusivamente  ù  la  fuerza  centrifuga  ó  A 
la  fuerza  centripeta. 

£1  mal  es  pues  la  falsificacion  ó  supresion  de  uno  ó  de  todos 


—  5W  — 

los  elementos  de  la  vida  j  de  la  armoDia,  en  el  dogma,  en  los 
principios,  enei  vIdcuIo  de  union. 

En  el  dogma;  sea  negando  la  personalidad  del  Ser  Sapremo, 
sea  fabricando  un  Dios  de  pasiones  7  de  Ustoria.  En  los  prin- 
cipios; porque  sin  deber  ó  sin  derecbo,  solo  qneda  la  fiierza. 

En  el  vincalo  de  union;  porque  sin  el  amor  del  espiritn  libre 
al  espirita  libre,  solo  queda  la  mansion  del  crujir  de  dientesde 
las  escrituras. 


II. 


Tal  es  el  bien— tales  elmal. — Tal  ha  sido,  tal  eslaluz  omni- 
potente  que  aparece  enla  conciencia  delhombre,  cuandoen  las 
cumbres  de  las  montafias  ó  en  la  faz  de  las  llannras,  despertan- 
do  bajo  la  bóreda  del  cielo,  siente  por  vez  primera  la  revela- 
cion  de  la  ley,  envuelta  en  el  himno  supremo  de  la  belleza  uni- 
Tersal;  del  amor  primero. 

Uno  es  elbien,  una  es  la  idea.  El  ideal  apareció  comò  ben- 
dicion  del  creador*  Dcsde  entonccs  empezó  la  historia.  No 
solo  el  pensamiento  se  puso  en  camino,  sino  que  el  hombre 
mismo  envuelto  en  la  tribù,  esa  patria  flotante,  empezó  à,  tomar 
posesion  de  latierra.  Las  emtgraciones  en  su  marcha  recibien- 
do  la  accion  del  liempo  y  del  espacio,  forman  esas  civilizaciones 
mas  ó  menos  incompletas,  pero  que  todas  conservan  algunos 
acentos  del  bimno  primitivo,  huellas  imborrables  del  bautismo 
originario,  de  la  libertal  7  del  amor. 

iCuftntos  Dioscs,  es  decir,  cuautas  manifestaciones  no  se  ha 
visto  de  ese  ideal,  de  esa  le7«  de  ese  deseo  ìndestructible  de  la 
humanidadl  El  Dios  es  el  dogma.  El  dogma  es  lo  que  carac- 
teriza  la  vida  de  los  pueblos,  porque  es  el  generador  de  los 
principios,  de  las  instituciones  7  costumbres.  Si  se  ha  diche 
que  por  un  fragmento  animai  se  puedereconstruir  el  animai;  que 
el  estilo  es  el  hombre;  tal  caballo,  tal  pueblo,  tal  protuberaa- 
cia  tal  hombre;  con  cuanta  mas  razon  no  se  podria  decir:  tal 
Dios,  tal  cìvilizacion. 

Brahma  es  la  India;  Pallas  es  Atenas;  el  Dios  del  concilio  de 
Trento  es  la  Europa  Monàrquica,  la  Espafia,  el  Portugal:  el 
Dios  del  pensamiento  libre  es  la  Inglaterra  7  los  Estados  Uni  - 
dos.  Yolviendo  nuestr&s  miradas  A  la  America,    iquien  no  ve  en 


—  »10  — 

fu  anarqata  ó  despotismo,  en  sas  èsttechoft  borizontes  moralei^  j 
eQ  SQS  atopias,  la  lacba  entre  el  Dios  de  la  conquista  j  el  de  la 
reTolocion. 


in. 


HeiDOs  afirmado  que  e}  bien  ó  el  ideal,  consta  de  la  perso* 
nalidaddel  Ser  Supremo,  base  de  todajusticia,  y  esperanza^ — 
de  la  libertad,  sinlacualno  habria  huinanidad,  y  del  vincalo 
divino  que  uniendo  el  hombre  al  hoznbre  y  à  Dios,  Io  impnl- 
aa  d  la  perfeccion  iucesante  de  su  ser  ea  todas  sus  necesidades 
fisicas,  morales,  intelectuales,  sea  individuaics  y  socialcs. 

El  dogma,  cs.  pues,  indispensable.  Alejad  à  Dios  del  pensa- 
miénto,  y  yo  pregunlo,  .cnal  es  eleje  del  movimiento,  cubila 
lu2  en  el  firmamento,  cuoi  es  la  base  de  la  libertad,  la  sancion 
de  Io  justo,  la  antoridad  del  deber.  Si  la  libertad  no  es  divina, 
macho  descoafio  de  la  libertad  liumana.  Kicoiàs  de  Busia 
pontifico  y  emperador  es  el  ideal  del  despotismo  y  de  la 
libertad  absoluta  para    él  solo.i 

Todo  error  y  todo  mal  vienen  d  juicio  roio^  de  la  alteracion 
ù  olvido,  del  dogma  eterno  y  de  los  principios  esenciales  ya 
enunciados. 

La  America  vivia  bajo  el  imperio  de  la  nocion  de  la  edad  me- 
dia, falsificadoeldogmn,  negados  los  principios.  Las  dos  pò- 
testadcs,  la  espiritual  y  la  tempora!,  se  habian  dividido'  el  pa* 
trtmonio  del  hombrey  habian  sellado  su  alianza  con  el  terror 
del  rey  y  de  la  iglesia,  sostenido  por  el  militarismo  de  los  con- 
ventos  y  de  los  cuarteles.  ^Cómo  se  iodependizóeste  continen- 
te?" Fué  un  rayo  del  ideal,  que  volviendo  ù  aparecer  sobre  la 
tierra,  corno  en  aquellos  dias  del  Géncsis,  separò  la  Inz  de  las 
tinieblas,  separò  la  colonia  de  la  metròpoli,  al  hombre  del  rey,  d 
la  razon  del  concilio,  al  pueblo  dela  servidumbre;  y  despuesde 
colgadoslos  sables;  trofeos  enios  templos  dela  Indepeiidencia, 
se  oyò  la  yoz  del  contemplador  omnipotente  que  deciaal  mando 
americano:  «ESTÀ  BIEN,»  y  «fué  un  dia.»  Ese  dia  foé  el  aùo 
10  para  la  America,  y  esel  25  de  Mayo  parala  Itepùblìca  Ar- 
gentina. 

Ytù  libertad,  que  en  una  de  tus  emigracioncs  npareciste  un 
dia  en  el  mnndo  deCoIon  para  revelar  un  continente  a  la  mora- 
lidad  del  universo;  tu  America,  refugio  de  los  elementos  pros- 


--  511  ~ 

^inptos  y  q,ue  apesar  de  tus  caidas,  persiste  el  mundo  encreerte 
Ja «speranza,  la  juventud  y  el  pervenir  de  los  mas  nobles  de- 
Aeosdelos  s{\bios  y  de  loshéroes, — decìdnos,  ^cuàl  esel  Dios 
que  brilla  en  las  alturasde  los  Andesj  cuai  el  espiritu  que  re- 
cprre  las  ribcras  solìlarias  de  tas  grandes  rios;  cual  es  el  alma 
que  palpita  en  la  pampa  y  en  la  montaila;cual  es  la  toz  de  tos 
océanos,  la  palubra  de  tus  pueblos;  cualcs  los  hechos  que  pò- 
demos  presentar  ea  el  aitar  del  holocausto,  corno  obreros  de  la 
causa  universal. 


iV. 


No  tqnemos  en  America  esos  hombres,  tìpos  ó  mitos,  en  quie- 
nes  los  pufìblos  bau  pcrsonificado  sus  ideas,  sus  trabnjos  y  sus 
glorias.  No  tenemos  el  Tiieseo  de  Atenns,  ni  el  Lutero  de  los 
(Jermanos,  ni  el  Washington  de  los  Estados-Unidos.  No,  tene- 
mostan  solo  un  ano,  una  cifra,  un  dia.  Puesbien,  quesea  cse 
dia,  vuestra  luz.  El  aparece  corno  el  Apolo  voncedor  de  la  ser- 
piente.  Su  tempio  es  la  memoria,  su  palabra  es  la  Jibertad,  y  su 
marcba  debe  sor  siempre  ascendiente  cn  la  escala  de  los  as- 
tros. 

Ese  dia  fué  vuestra  luz  — ^Tomad  la  latitud  segun  la  altura  del 
25  de  Mayo,  y  ^preguntadle  cual  fué  tu  idea,  lu  sentimiento? 
Cualcs  tus  bechos?  Dia  de  la  tradieion  de  este  pais.  iCu;il  fué 
tu  testamento?  -Dia  de  profecia.     ^Cual  fué  tu  apocalipsis? 

Esa  idea  fué  nacionalidad  jsobcrania!  cse  sentimiento  fué  la 
palpitacion  de  una  nueva  creacion  morali — esos  hechos,  fueron 
el  desprendimiento  de  la  propiedad  y  de  la  vida,  de  las  preocu- 
pacioncs  y  querencias,  de  las  formas  del  egoismo,  para  volar  à 
los  combates  y  sostener  el  derecho  de  todos,  pobres  y  ricos, 
blancos  y  negros  v  enei  hogar,  cnla  patria,  en  el  pensamiento. 
Esa  tradieion  que  sefundó,  fué  ci  bautismo  de  la  palabra  nuova 
que  consagra  U  los  hombres  segun  las  obras  dejusticiay  no  segun 
la  grada. 

Ese  apocalipsis  fué  la  vision  de  la  nueva  ciuJad  sin  fronteras, 
sin  aduanas,  sin  cstrangeros,  sia  delegacioncs  de  la  tolerancia, 
con  una  ley  y  una  palabra,  con  una  alma  \  un  destino. 

Tal  es  lo  que  yo  veo  en  ese  dia. — Dia  de  vcrdad,  tu  luz  y 
tu  recucrdo,  es  gloria  y  es  union.  Tu  cnseiìanza  cs  trabajo  y 
libertad;  tu  fòrmula  tsasociacion  de  toda  personalidad  indivi- 


—  512  — 

dual  ó  provìDcial  en  la  gran  personalidad  de  la  Bepttblica.    Tè 
levantas  cada  alio  del  seno  de  la  eternidad  y  de  la  conciencia 
de  lo8  libres,  para  presentar  à  tus  faijos  la   imdgen  de  la  javen- 
tad  inmortìi  de  las  esferas;  para  despertar  lodo  lo  que  esbeUo, 
para  borrar  las  mancbas,    disipar  los  odios,  para  injertar  e! 
moYimiento  de  una  YÌda  nueva  de  concordia,  de  trabajo,   de 
paciflcacion  j  de  órden.    Eres  una  interrogacion  sublime  que 
se  levanta  cada  a£Lo«     Como  Jesus  en  la  montafia,    pronuncias 
las  palabras  de  paz  j  mansedumbre;  corno  Jesus  en  el  tempio, 
despues  de  arrojar  los  que  trafican  lo  sagrado,  nos  preguotamos: 
i  Seràn  siempre  las  pasiones  las  reguladoras  de  los  pueblos  !  las 
pasiones,  el  legìslador  del  nuoYo  mundo!    Oiremos  siempre  el 
suelo  amerlaano  resonar  bajo  las  plantas  del  centhauro,  corno 
el  ruido  precursor  de  los  temblores.     Yeremos  en  el  foro  al 
egoismo  violentando  à  la  razon,  à  la  ambicion  prostituyendo  à 
las  ideas,  al  dogma  antìgoo  dormitando  en  la  acechanza  para 
devorar  la  juventnd  de  un  mundo  I  Yeremos  al  personalismo  en 
yez  de  la  personalidad,  al  provincialismo  en  vez  del  Estado,  al 
municipio  en  vez  de  la  RepAblica!     La  luz  del  25  de  Majro  fué 
unidad,  j  boy,  despues  de  tantos  aniversarios  de  dolor,  no  pò- 
demos  presentar  la  RepAblica  unida,   consolidada.  recorriendo 
con  seguridad  la  pampa,  navegando  sin  trabas  en  los  rios,   j 
brillando  en  el  alma  de  todos  sus  hijos,  no  solo  con  la  unidad 
del  vago  desco,  sino  con  la  perseverancia  en  los  faecbos,  con 
la  inteligencia  purificada  de  sofismas,  con  las  palpitacìones  de 
un  corazon  elevado  à  la  altura  de  la  caridad  religiosa  j  de  la 
fratemidad  filosofica  / 


ìY  por  qué? 

Porque  el  Ideal  se  ha  eclipsado. 

No  bay  ideal  sin  religion^--no  bay  religion  sin  dogma,-- no 
bay  dogma  sin  Dios  y  libertad, — no  bay  libertad  sin  virtud,  sin 
tacrificios  internosjy  esternos,  sin  la  vivificacion  de  lo  que  une^ 
sin  la  abolicion  de  lo  qae  desliga.  {aReligion^  {^^^*Sl^%)  es  lo 
que  lfga^y>)  ha  dicho  Lamennais. 

Deseamos  el  bien  :  examinemos  sus  condiciones  fundamen* 
talea. 

No  solo  basta  desearlo,  es  necesario  conocprlo;  oo  solo  co* 


-   513  — 

MOeerk),  si&o  amarlo;  no  solo  amarlo,  es  necesario  practàcarla. 
Pero  dì  e)  conocìBiieBto,  ni  el  amor,  ni  ]a  prÀctlca  «m  sofi-' 
cieDtes,  si  la  idea,  el  amor  7  la  Toluolad  noae  acerean  &  lo  «ter- 
tio,  sino  reciben  el  bautismo  divino  que  solo  pueden  darlo  la 
filosofia  j  el  corazon  de  Jesu-'Cristo. 

lodo  bien,  toda  belleza  son  emanaciones,  ó  mas  bien  partici- 
pacione^  del  seren  qtiien  lodo  bien  j  belleza  i^siden.  Lo  que 
es  buenp^  bello  óji)alo,  lo  es  por  su  confòrmidad  al  ejemplar  di- 
viooy  al  tipo  ó  idea  de  bondadj  de  justicia.  Si  buscamos  la  me* 
àida  que  es  la  regia,  no  la  èncontraremos  sino  en  el  ser  que  es 
la  medida  de  losseres,  en  el  distribuidor  de  la  vìda ,  en  el  re- 
gulador  de  las  acciones.  Fuera  de  esto,  anarquia  ó  despotis- 
mo.  Si  cada  uno,  ó  si  cada  egoismo  se  hace  el  regulador  7 
la  medida,  habró  tantas  medidas  cuantas  personalidades,  tantas 
personalidades  cuantos  momentos  capricbosas  se  presenten; 
tempestad  perpetua  levantada  por  et  sopìo  de  un  pampero  sin 
ley  y  sin  conciencia. 

Hay  pues  que  vivificar  el  principio  de  Union^  el  principio  re- 
ligioso por  esencia. 

No  me  refiero  iningona  religione  sino  al  jprincipio  superior, 
4  todae  ellas,  al  principio  verdaderamente  universal  que  es  la 
libertad,  la  caridad. 

9f9  creta  ^ue  despues  de  taotas  desgracias  y  esperienclàa, 
.  despoes  de  taota  utopia,  de  tanta  discusìoni  no  creìs  que  des- 
pues de  todas  las  conatituciones,  ìnatituciones  j  leyes  que  no 
tltnati  elabismo  deCurcio,  algo  se  ha  olvidado,  queesnece- 
sartodespertar? 

Bse  algo  es  d  Idea),  ta  estreila  polar  de  las  naciones^el  prin- 
cipio que  fecufida  toda  vida.  Sin  Bios  no  haj  libertad,  pero 
si,  las  tinieMas  de  la  fatalidad  òde  la  fiierza.  ^Sin  la  libertad 
inmortai  de  qué  sirv«  la  vida?  Sin  k  ié,  sin  la  religion,  sia  el 
caràcter  eterno  de  la  ca«sa,  la  libertad  suonmbe.  ¥  esa  té,  esa 
religion,  solo  pueden  venir  de  la  enseftanza  j  dela  pràctica  del 
ideal,  en  la^  leyes,  en^l  libro  que  esp^ranlos  pueblo»,  en  los 
hechos  del  hombre,  en  la  palabra,  en  la  pk*Actioa  publiea  j  pri- 
vada  del  ciudadano.  Lo  demas  viene  de  suyo.  La  paz,  la  pros- 
peridad,  la  gloria,  solo  pueden  venir  de  la  encarnacioo  dei  co- 
razon de  Jesu-<!risto,  que  es  el  tipo  vivo  del  ideal  mas  hello 
quejamSs  apareciósobrela  tierra. 


—  5f4  — 

^Cuàl  es  el  soplo  que  recorre  la  pampa,  resooando  en  la  aldeà 
j  la  ciadad  ?  No  es  el  verbo  del  Cristo,  es  algo,  comò  remiaìs  - 
cencia  del  yerbo  de  Satafi. 


VI. 

Sobre  todas  las  necesidades  del  momeato^  veo  desarrollar  la 
necesidad  trascendental  de  la  ense£iaoza  del  EYanjelio. 

El  EvaDJelìo  es  el  panto  divino,  por  donde  pasaràn  los  pae- 
blos  à  las  rejiones  de  la  filosoiìa. 

TU. 

Ks  ùuevo  elmundo  Americano.  Comparado  con  la  Europa  j 
à  pesar  de  nuestra  ìoferioridad,  tenemos  un  punto  luminoso,  un 
centro  de  condensacion  en  la  zona  nebulosa  de  la  historia,  que 
fecundizado  por  el  deber  7  por  la  ciencia,  puede  presentar  en 
poco  tiempo,  la  formacion  del  astro  mas  luminoso,  que  sirva  de 
Consuelo  A  las  naciones  afligidas  j  que  realizando  las  profeciad, 
coofirme  las  esperanzas  mas  legltimas  de  la  humanidad. 

Este  punto  lumi&oso  es  la  Repùblica  que  se  salva,  es  la  edu- 
cacion  impalpable  de  la  soberanfa «del  pueblo,  es  la  desaparicion 
de  las  tradiciones  feudales,  monàrquicas,  mìlitares  y  papales; 
— es  la  naturaleza  con  todos  sus  climas,  riquezas  y  bellezas  ar- 
rojadas  en  grande  escala  sobre  este  continente  perpendicular 
al  Ecuador,  conel  organismo  hidrogràfico  de  sus  riosmaravittc- 
sos;  es  todo  lo  que  delinea  el  campo  predestinado  A  la  ciudad 
unrversal  del  pensamiento  libre,  de  la  fraternìdad  de  las  razas 
y  naciones,  y  de  la  abundancia  para  recompensar  à  los  nuevos 
puebfos  que  profeFan  la  religion  de  la  libertad  sobre  la  tierra. 
^Quiéd  al  contemplar  esos  elementos  callados  ùolvidades,  quiéa 
al  ver  ese  destino  que  gòlpea  d  nuestras  puertas,  uose  levanta 
para  conspirar  con  laProvidencia  y  derramarloi^  eflavios  de  luz, 
de  caridad  y  de  riqueza  que  contiene  la  mente,  el  corazon  j  el 
suelo  de  la  America! 

El  filòsofo  americano  Emerson  ba  dicho:  «  que  loviejoha  sido 
hecho  para  los  eseiavàs,  » 

Lo  viejo  es  la  tradicion  de  la  vieja  Europa  y  la  irnnovilidad  ó 
retroceso  de  la  barbàrie;  la  parodia  de  la  edad  media^-^las 


i 


—  515  — 

ideas  doctrìnarias  que  todo  lo  absnelven; — la  fuerza  bajo  la  for- 
ma del  cacicazgo,  del  Imperio  ó  del  Papado;-— la  doblez  eh  la 
palabra,  la  mentirà  bajo  todassus  foi'mas; — el  òdio,  lasrivatìda- 
des  de  aldeanos,  la  ihdiferencia  de  los  escépticos  ó  egoistas: — 
la  coBtradiecion]  entre  la  palabra  y  las  accion^s.  Mas  lo  nnevo, 
losiempre  jóvén,  t  eobre  locual  jamàs  los  afios  imprimen  su 
sello,  es  «1  alma  que  «  deja  d  los  muerios  que  entierren  d  sus  muer- 
tos,  »  que  identifica  su  vida;  sa  palabra  con^l  deber  j  el  dere*- 
cho; — que  trabaja  por  la  soberanta  universale  combatieado  k  la 
miseria,  àlas  pasiones,  à  los  errores,.que  ve  su  derecho  en  el 
derechciide  todo  serhumano,  aboliendo  lo  qnedesUffa,  fecundi- 
zftndo  lo  que  une,  iniciando  el  movimiento,  la  asociaeion,  la  en^ 
sehanza  de  la  libertad  sin  capitular  con  los  hechos  de  la  bis- 
toria. 

Tal  soti  las  emanacìones  de  la  libertad.  Colomnas  de  iuego 
delporvenir,  su  brillo  depende  del  fuego  sagrado  del  corazon 
del  hombre.  Idea  tfpica,  en  ella  està  la  moral,  la  politica,  la  di- 
plomacia.  Es  la  causa  madre  d^e  las  causas.  Es  superior  ù 
las  Iglesias;  ù  todo  sufragio.  No  es  mayoria,  ni  mìnoria;  es 
unidad.  No  es  concilio,  ni  congreso,  raonarquia  ó  democra- 
cia.  Es  la  lev,  es  la  medida,  que  en  brazos  de  la  caridad 
estiende  sus  manos  para  bendecir,  y  glorificar  al  hombre. 

Alma  nueva,  para  un  mundo  nuevo!  todavia  no  bay  libro 
que  sobrepase  al  Evangelio,  y  todavia  no  ha  sido  realizado. 
Los  desiertos,  las  tinieblas,  el.  punto  negro  de  la  conciencìa,  no 
hansido  poblados,iluminados  ppr  el  verbo  de  Platon  y  Jesu-Cris- 
to.  La  miseria  espera  la  economia  politica  del  Evangelio;  las- 
prisiones,  los  cadalzosesperan  la  penalidad  del  Evangelio; — pero 
donde  su  luz  espera  una  cncnrnaciou  radicai,  es  en  la  escuela 
del  niiìo  para  preparar  el  hombre  nuevo,  y  en  el  foro  del  ciuda- 
dano  para  preparar  un  nuevo  pueblo. 

Alma  nueva  I  olvido  de  fórmulas,  de  ritos,  de  ceremonias 
paganas; — olvido  del  escola^ticismo  bizantino,  y  en  en  lugar, 
la  emancipacion  de  la  ioteligeneia,  la  posesion  fecunda  de  la 
razon  independiente. 

Quién  tuviera  la  fuerza  moral  y  la  atraccion  divina  del  que 
dijo:  Seguidme,  y  cuya  voz  siguieron  los  pobres,  los  mértires. 
lospueblodi  esa  voz  cuyas  ondulaciones  atraviezan  la  bistoria 
vivi/cando  a  todo  el  que  la  escucha  !  Por.q«ié  no  yemos  boy 
ai  nadie  levantarse  y  estender  sus  brazos  a  la  iierra,  abrazan^ 


—  sie- 
do todos  los  dolores  y  alegrias,  y  qoe  eonstituyéndose  conio 
centro  del  pasado  glorioso  y  del   porvenir,  prorrumpa  otra 
vez  esa  palabra  qne  regeoera  y  qqe  lleTa  en   si  la  cteacia  y 
la  felicidadl 

La  secesidad  de  k  Aaiérica  es  anidad  coafederada,  la  ae^- 
sidad  de  la  Bepublica  Àrgeatiaa  es  uuidad,  la  aecesidad  del 
bombre  en  el  moado  es  la  reconstitaeioa  oioral  de  su  perspaa* 
lidad  dividida  y  matiiada. 

Prestemos  paes  oido  al  libro,  à  la  palabra,  al  espiritu  qae 
ensefia  la  aaidad,  emaacipaado  la  razoa  de  los  sacerdocioa  ca- 
dacos,  «maacipando  al  trabajo  del  despotismo  de  la  asara,  de 
la  impoteaeia  del  aislaBiieato,  ó  de  las  coalicioaes  oliglirqaìcas; 
prestemos  oido  à  la  palabra  de  yida  que  es  etema,  y  sobre  la 
cualse  edificare  el  foturo  y  definitivo  ìnonumento  de  la  ùltima  y 
nnirersal  religion  de  la  libertad  y  caridad.-^Alma  nueva.  para 
aa  maado  oaevo  !  0  jaslieia  absolata  ù  olvido  completo.  Tal 
es  mi  deseo  y  mi  salado  à  la  Bepublica  Argeatina  en  el  aai- 
versario  de  su  gran  revolacioa.  , 


41  DE  JUICIO— t'yve^ 

INDEPEflDENGIA  DE  LOS  ESTÀDOS  UNIDOS. 

ColttHìbia,  Cplurabia^  to  glory  arìse. 

The  queen  of  the  world  and  the  child  of  Ihe  skies; 

Thy  refgrn  u  the  last  and  the  noblest  of  times; 

[TlMOTHY  DWIGHT.] 

Amérìca,  Atnérba,  remontà  à  la  gloria»  til  rei- 
na  del  mando,  hija  de  Ics  cielos;...  tu  reino 
es  el  postrero  y  el  mas  noble  de  los  tiempos, 

L 

La  esperieacia  del  TiejomufBdo,  yla  juTentiidde  la  America  del 
sad^vaelveaconstantementesusmiradas  bacia  la  patria  de  Was* 
hington.  Todas  las  escuelas,  religioncs  y  sistemas,  procaran 
iaeorporarse  el  espfrita  de  los  Estados  Unidòs.  Todas  las  ias- 
titncìoaes  poHticas  y  las  teorias  constitacionalcs,  tienden  à  apò- 
yarse  ea  los  cimientos  de  la  cindad  Americana.  Todos  los 
ejemplos  de  progreso,  todas  las  praebas  de  la  verdad,  todas  bis 
armoaias  imaginadas  eatre  la  libertad  y  el  órdea,  la  ceatraliza- 


i 


—  517  — 

cion  y  la  federacioa,  el  espirita  de  union  é  independencia^  entre 
la  Vida  locai,  comunal,  municipal,  provincia!  y  la  vida  nacional, 
apelan  al  especUculo,  al  grandioso  espectàculo  de  los  Estados 
tJnidos,  en  paz  y  libertad,  enseilorando  un  continente,  dominan- 
do la  materia,  derramando  la  felicidad  moral,  intelectual  y  ma- 
terial sobre  30  miKones  de  habitantes,  hijos  de  todo  clima  y 
toda  raza,  de  toda  nacion,  y  relìgion. 

E^  la  aacion  qae  pontifica,  es  la  nacion   qae  inicia,  es  la  na- 
cioa  quellena  la  palabra. 

Antes  lofi  pueblos  acudian  al  intermediario,  al  profeta,  al  hom- 
bre  consagrado,  para  escucbar  las  revelaciones  del  Eterno. 

Hoy  acnden  al  pueblo  que  profetiza  con  Ids  hechos^  &  la  na- 
cion que  realiza  las  utopias,  al  pueblo  obrero  que  levanta  el 
tempio  mas  grandioso,  al  ciudadaflo  que  erige  la  ciudad  mas 
universa!  en  sus  principios,  mas  estensa  en  su  territorio,  mas 
pràctica  en  sus  pensamientos  y  mas  feliz  en  sus  resultàdos. 
^  No  son  ensuefios  ó  visiones.     Alli  està  la  Union  que  certifi- 

ca y  respoude  de  la  verdad  con  su  existencia. 


ir 


Es  pues  legitima  esa  atencion  que  presta  el  mundo  civilizado 
A  tos  pasos  del  gigante. 

Pero  cuàl  es  la  causa  de  ese  prodigio  social  deisconocido  en 
la  Ustoria? 

Prdcuram^os  imitar,  servirnosdel  ejemplorconstanteinentem- 
voeàmos  el  nombre  de  los  E«tados-Unidos,  y  casi  siempre  la 
iittitacionha  sido  ruina,  la  federacion  anarquia,  la  independon- 
cia  locai  eleaudillage,  la  libertad  de  la  prensa  la  licencia,  eh 
gobiemo  republicanouna  palabra  para  salvar  tan  solo  la  apa- 
rìencia  de  là  dignidad  del  hombre. 

Tomamos  las  formas,  las  leyes,  lasinstituciooes,  y  esasforroas 
seconvierten  en  nuestras  manos  en  espadas  de  dos  filos,  en  ar- 
mas  legales  del  predominio  de  facciones. 

He  ahi  pues  un  problema  que  merece  ser  examinado.  y  que 
hoy  aniversario  de  la  independencia  de  la  nacion  modelo,  toma* 
mos  por  testo  de  un  articulo  de  diario. 


—  518  — 


ni. 


Libertad-Orden. — Federaciou-Uoidad!  He  ahi  los  dos  polos 
de  toda  polìtica. — ^Ambos  se  suponen.  Ambos  coexisteaen  la 
idea  social.    Tal  es  la  base  del  problema. 

iVoT  qué  hay  ordeo  y  libertal,  Federacion  y  unidad  en  los  Es- 
TADOs-UiiiDOs? — iPorquénohay  orden,  ni  libertad,  Federa- 
cion, ni  Unidad,  en  los  Estados  Des^Unidos  de  la  America  del 
snr? 

Tal  es  el  problema  pràctico, 

Hay  libertad  y  orden,  federacion  y  unidad  en  Ics  Estados 
Unidos:  porque  hay  heligi^; 

¥  no  existe  en  la  America  del  Sur,  porque  no  hatheligion. 

Toda  clase.  de  sociedad  seapoya  en  una  creencia.  La  socie- 
dad  mercantil  enla  fidelidad  de  los  contratos,  en  la  religion  del 
crédito.  La  sociedad  politica  en  elvinculo  moral  de  la  sobera- 
nia  y  laobediencicfen  la    religion   de  la  libertad  del  hombre. 

Asi  pues  toda  tentati  va  radicai  de  organizacion  se  apoya  en  un 
CREDO  en  una  cremcia,  en  un  credito,  y  es  esto  lo  qne  se 
llama  religion. 

Los  Estados  Unidos  han  pretendido  realizar  la  sociedad  mas 
Tasta,  mas  universa!  y  mas  libre.  Guài  sera  entonces  el  credo 
de  la  sociedad  mas  universa!  y  libre?  La  soberania  de  la  razon 
el  dereclio  de!  pensamiento  libre  comò  base;  el  reconocimiento 
de  esa  razon  y  de  esa  libertad  de  pensar  en  todos  los  hijos  de 
Dios,  corno  relacion  de  igualdad,  y  el  vincolo  reciproco  y  so- 
lidario de  toda  razon,  de  todo  ser  que  piensa,  indisolublemente 
unidos  por  la  identidad  de  esencia  y  el  amor  de  la  unidad  hu- 
mana.    Tal  es  la  base  de  la  soberania  del  pueblo. 

Dadme  esa  base,  ese  punto  de  apoyo,  y  corno  Arqoimedes 
podrev^os  decir,  tenemos  la  palanca  para  le  vantar  unmundo' 


TV. 


iVoT  qué  los  Estados  Unidos  se  han  hecho  los  depositarios  de 
esa  religion?    Este  es  el  problema  de  su  historia. 

El  principio  despótico  y  el  principio  emancipador  se  bandi* 
vididoel  imperio  de  la  tradicion  en  el  viejo  mundo. 


\ 


^  519  -- 

£1  principio  despótico  era  la  tradicion  rontaaa.  El  priacipio 
cmancipador  era  la  tradicion  sajona.  Àmbos  genios  sepersoni- 
iicaron  en  dos  razas  7  en  dos  secciones  de  la  geografia  de  la 
Europa:  El  medio  dia  de  la  Europa  y  la  raza  latina  eocarnaban 
la  idea  autoridad,  unidad,  centralizacion  y  despotisroo-  El  norte 
de  Europa  y  la  raza  sajona  representaban  la  idea  individuai,  la  so- 
berania  delbombre,  de  lafamilia)  de  la  tribù,  del  clan,  base  de 
las  federaciones  futuras.  La  religion  latina  en  todo  tiempo, 
desdé  Bómulo  basta  Pio  IX  ha  aldo  el  credo  de  la  autoridad 
personificada  en  un  rey»  enun  senado,  ciudad,  concilio,  iglesia 
ó  en  un  pontifice.  La  religionsajonabasido  desde  Hermann, 
basta  Lutero  y  Washington  la  libertad  entodohombre^  la  alian- 
za  de  las  sectas,  de  los  pueblos  ó  la  confederacion  delos  ele- 
mentos  indi^iduales  y  sociales. 

Son  las  dos  grandes  causas,  las  dos  nociones,  si  podemoses- 
presarnos  de  ese  modo.  La  aspiracion  unitaria  al  medio  dia  y 
à  las  razas  latinas:  La  aspiracion  federai  al  norte  y  A  las  razas 
sajonas.  La  idea  autoridad  particularizada  en  individuos  es 
la  religion  Bomana.  La  idea  autoridcul  unirersalizada  en  to- 
dos  es  \t  religion  sajona. 

Esas  dos  corrientes  de  la  historia  se  dividieron  el  mundo  de 
Colon.  La  religion  Sajona  'se  apoderó  del  Norte  y  produjo  los 
Esiados-Unidos.  La  religion  latina  se  apoderó  del  sur  y  produ- 
jo los  Estados  des^Vnidos, 

^Se  yé  ahora  la  causa  de  las  diferencias  esenciales  entro  am- 
bosmundos? 


V. 


Uan  sido  pues,  dos  ideas,  dos  sistemas,  dos  naciones,  dos 
razas,  lasquesehan  divìdo  el  continente  Americano.  Lalucha 
hi&tórica  del  pasado,  traspasó  los  mares,  y  en  grandioso  palen- 
que  y  nuéva  lid>  con  campeones  rejuvenecidos  por  el  bautismo 
de  una  eranueva,  reproduce  el  perennai  combate  del  dualismo 
de  la  bistoria. 

'  Ha  habido  una  diferencia  que  es  necesario  no  olvidar;  ha 
habido  una  idea  que  ha  servido  de  intermediario  y  mediador 
entre  ambosmnndos.  £sa  idea  es  la  Bepublica. 

La  idea  republicana,  cualquiera  que    sea  el  dogma  religioso 


-  S20    - 

de  los  que  la  aceptan,  lieta  en  si,  la  idea  de  sobehaAIa,  j  ei 
por  esQ  que  la  lògica,  por  la  iàerza  «ola  de  la9  coaaB  inclina  al 
rapublicano  ó  lareligionde  la  sobet^uia  ó  de  la  Ubertod» 

En  Earopa,  la  Francia,  por  conaideraoìoaes  qae  nos  UeTarhiD 
rnu  j  lejos,  representa  el  genio  laediador  por  exeleiicia)  eotre 
lasrazaB,  del  Morte  y  medio'^ia;  eatre  el  ÌBdÌ¥Ìdaalismo  $^9n 
y  la  eentralizaciOQ  latina.  La  America  del  Sor  deapertaiido  de 
sa  8«ello  de  300  aflos  al  i^dplandor  d«  la  reYolucion  firanceia, 
no  pado  emanciparse  lógicainente  del  d«imoio  politico  de  £3' 
paHa,  sisobajo  el  amparo  de  fai  idea  Bepublioana* 

La  fiepùUica  en  la  America  del  sur,  aunque  sin  nUces  prò- 
itmdaa  en  el  gènio  de  las  razas.  y  mucho  menoapor  la  ^dneacion 
reeibìda,  fòé  verdaderamente  el  mediador  entro  k(  America  del 
norte  j  la  del  sur.  Ya  no  fueron  dos  mundos  hostiji^.  fintre 
elios  haj  una  idea  que  predispone  à  la  alianza  7  que  despoja  A 
la  hiatpria  americana  de  la  opoaicion  radicai  que  presenta  la 
htstoria  del  norte  7  medio-dia  de  la  Europa.  He  aU  el  gran 
resultado  conquistado. 

La  Sepùblica  impera  en  Américn.  Despues  de  la  emancipa- 
cion  se  reprodace  el  dualismo;  no  ya  personificado  en  dos  sec- 
cioaes  geogrdficas  7  en  dos  razas,  sino  en  el  cora^oa  mismo  de 
las  j<>reoe8  naciones.  La  lucha  no  es  esterior>  entra  Roma  7 
Alemania,  entre  Gregorio  TU  7  Lutero,  entre  Gustaro  Adolfo  7 
Wallenstein,  entre  protestantes  7  católicos.  No.  Hoy  es  in- 
terna en  los  mìsmos  pueblos,  ea  las  mismas  razas  latinas,  en  el 
pensamiento  mismo  del  hombre.  Mo  combatimos  contra  la  Es- 
pafia  de  Fernando  ó  de  Isabel,  sino  contra  la  Espaiìa  de  Felipe 
Il  que  lleyamos  en  nosotros  mismos,  comò  la  piel  del  centauro 
aferrada  à  las  espaldas  del  Hercules  simbòlico.  Yestamos  toda- 
via  en  la  pira  purificadora  de  aquel  héroe. 

VL 

Enfeliz  momento  se  embarcaron  los  pefejTlmw  que  fiindàba» 
las  colooias  orientando  las  nueras  poblseiotteB  con  lo»  himnoa 
de  los  profetas  quesalirdaban  la  aparicion  de  la  nuova  Jerusa* 
lem  enlos  bosques  de  la  America  del  Norte,  Ellos  faiiian  de  la 
autoridàd,  de  la  unidad,  de  la  centralizacion  klina,  que  à  saiigre 
7  fuegoqueria  derorar  lalibertad  del  Sorte  de  la  Enropa.  SU 
primer  palabraesemancìpacion,  7  levantan  un  miHiilo  caraaci- 
pado. 


L  _ 


— -521  — 

'Kn  'fatai  iKoràeàto  se  eYnb*rc^ron=-  Io8  éon^ufiittdtfrés  *que'  ftiti  - 
daron  las  coloniasdd  8\ir,,orientandola8ciudade8  8obre  Ihr  ra- 
zns  primitivaà  inmoTadas,  8àlùdarfdo''er  òrb'dtJ  hs'ininaspart  en 
ricjue^er  la  corona  de  là  E^pafla.  ^ò  éràti  ttrgfìtivos  de  =  la-li - 
Wectad/sijio.ernisarios  del  (Ie8pptiVÀid,.que  ttóan  ènsas  almas 
todo'^éi  furor pa^^^  ^ITei^WSé fènéfOo/cuatido^la^Espa- 

fta  convertidaén  brazo'derabsoTùftsìtìò'f^ll'gidso  y   politico,  ex- 
tenminaba  las  tradiciones  y  franquicins,  pretendìelido  esternli- 
'  nar  tòda^libertad,  declarada  hijadeSatan. 

Se  yé  miesqùélas  dbs  ràzas  poblad.òrus/fuej'on  dos  idea»;  dos 
génioshóstiles  quesc  tììvidieron  uh  mundo, 

El  momento' historico  de  la  còlonizacìon 'vìiio  tambien  à  for- 
talccér  el  antagonismo  de  lns  dos.ldeas.  La  libèrtàd  fugitiva  se 
dirige,  al  Norie  conia  traduccion  dèla  feiblla.   . 

^Ei  despotisrao  vencédor  se  dirige  a(  sur  con  él  imperativo  de 
la  monarquia  absolùta  y  con  las  excdmuniones  del  'ròTirOio  de. 
Trento. 


Tn. 


Xas  jeolomas  Unidsis,  fmidqirpn  y,  id^sdrrolUpQH.  la  vli|>er,tfid 
^c  Midnba  la  igducftclon,  ta  vidj»,  y  el  «jwnplìtj  di^  K)u  i  peregri - 
m>fi.  La  libiertad  del  p^^amietitov  la  edqcaciioja  r^i^ìos9,  el 
teulto  del  trabajo/la  salrqcion  fotura,  y  la  ìriid^  d^el  predente,  la 
XespQnBabilidnd  de lasacciqnes,  kl:itiérito jde  lasobras^  U  comu- 
oicucIOB  dtirbctd  con  lei  e^pirftu  divino.,  fotsaao  ^  aloM  de  eka 
bdAa.  Disperso^  éngrdpo^q<iese:^ttei^nabfaa:y  adnàoistra- 
baà,  tenstiaiièndo.eiì'Silaafmicioaéa  ésj3neiaie8id;el  lombre^  que 
ion!el  stiòerdociOf  la.ciadadaaia.,.la .  ^4aiÌQisitr.iQÌi^Q  .  y  ^erettola 
desus  propTiosihtercs^^  <^ìq  tutela  reUjìos;^,  s^  predoriiìiiio  po- 
Utfeo,  'din'absOrcioti  eentralizadora  y  unitaria  qae,  devor.Me  sus 
inspiracionesj  y  el  fruto  de  su  trabajp^esas  «olonias  habian  uà- 
cido  para  ser  Nacion,  corno  Minerva  del  cerebro  de  Jùpiter,  ar- 
madasde  todas  piezas.  ,.    ^ 

Tenian  vida  propìa,  porqnè  tenian  la  religion  de  la  libertad, 
\9t  soberanfa  en  el  pensamiento^  ^  jsqber,anla  en,)ft  loc^ji^ad  y 
faunicipioi  li^soberania  en  la  f  dministrac^qn  é^^  niis  prppio.s  ii]\* 
terpsc;»,  t|tafUciqii.eifidQatemeutege;:fi|^iiiqji  fioglesajqiie  ha.do- 
tado  i  la  humabidad  de  los  parlamentosmodemos,  del  derecfao 

13 


.de  votar  los  iinpacstos,  del  jaicio  por  jurados  y  de  la  libertad  en 
lodo. 

Cuaado  la  laglaterra  venccdora  de  la  Europa,  pero  recarga- 
da  por  las  deudas  de  esa  guerra  quiso  espoliar  ti  las  coloniat 
imponiéndoles  impuestos,  no  votados  ni  autorizados  por  los  con  • 
tribuyentes^  entonces  despertd  el  genio  incontrastable  de  lain- 
dependencia,  que  ha^roducido  elacta  de  emancipacion  que  boy 
eelebramos. 

El  interéscra  comun.  Las  colonias  se  unieron.  Triunfaron 
eoa  un  congreso,  asamblea  de  hombres  virtuosos,  y  con  un  ge- 
neral que  pocos  hombres  bau  merecido  mejor  el  titolo  de  padre 
de  la  patria:  Washington  de  inmortal  memoria;  soldado,  gene- 
ral vencedor,  organizador  y  pacificador,  simbolo  de  las  gloriai, 
de  la  virtud,  y  de  la  unidad  del  nuevo  mundo. 

Despues  de  la  Victoria  las  colonias  unidas  en  Gonfederacion 
sin  el  impulso  dictatorial  y  unificador  que  daba  la  necesidad  de 
la  Victoria,  tendieron  à  la  supr emacia  de  los  Estados  y  este  fué 
el  mayor  peligro  que  han  corride. 

Los  Estados  no  veian  al  Estado.  Las  legislaturas  no  veian  al 
Congreso.  Los  gobernadores  no  veian  la  presidencia  virii  de 
la  Nacion.  Los  inti^reses  puestos  en  co.uun,  no  bastaban  para 
unificar  la  patria.  Habia  ciudades,  pero  no  habia  la  ciudad. 
La  nueva  autoridad  general  no  tenia  relacion  directa  con  los  ciu- 
dadanos  de  la  Union,  sino  con  los  Estados.  De  aqui  la  anar- 
quLa,  de  aquinació  la  necesidad  del  nuevo  pacto  que  reasumien- 
do  la  independencia  de  los  fragmentos,  elevase  sobre  toda 
localidad,  sobre  toda  autoridad.  la  realidad  nacional.  La  reali- 
dad  nacional  quitó  à  los  Estados  el  imperativo  absoluto  sobre  los 
ciudadanos.  Laley  federai  pudo  dirijirse  directamente  à  todo 
hombre.  La  anarquia  fué  ahogada  en  su  cuna.  La  ley  federai 
fué  ley  suprema  para  todos.  El  americano  fué  sùbdito  de  la 
federacion,  en  primer  lugar,  y  despues  sùbdito  de  su  propio 
Estado.  Es  deeir  que  al  andlisisàe  la  confederacion  de  Estados, 
sucedió  la  sintesis  de  la  federacion. 

VII!. 

La  federacion  supone  pues  la  educacion  del  nortc.     Esa  edil- 

òac*on  es  la  creencia  en  la  libertad,  cs  ta  religion  de  la  libertad. 

Los  Americanos  del  Sud  no  tencmos  la  religion  de  la  !ibei- 


i 


—  623  — 

tad  pero  la  cpaqaistamos  al  revéa  de  Io8  Estados  Unidos.  AllA 
la  libertad  Yeaia  de  la  creencia  individaal.  Acà  viene  de  la 
creencia  social,  de  la  impoaicioa  de  la  idea  de  Reptiblica. 

AUd  la  libertad  faé  idea,— Aqal  la  libertad  es  poder. 

He  aqui  toda  la  diferencia, 

Nosotros  creemos  queser  libres  es  ejercer  el  poder,  ser  li- 
bres  eoa  el  poder.  De  ahi  nace  que  toda  libertad  entre  noso- 
tros  produce  el  despotismo  6  la  anarqufa.  La  libertad  de  pen- 
sar es  forzar  d  que  piensen  corno  nosotros.  La  libertad  de  la 
prensa,  el  ataque  personal.  La  autoridad  no  es  la  universalidad, 
esel  poder  del  individuo,  circulo  ó  partido  que  gobierna.  La 
libertad  locai,  municipal  y  provincial  es  el  aislamiento,  el  caudi- 
Uage,  ó  la  prepotencia  de  una  localidad  sobre  las  otras.  Los 
cabildos,  cuya  inOuencia  ha  sido  tan  espléndidamente  manifes* 
tada  por  el  Doctor  Lopez  en  vez  de  ser  elemento  municipal  en 
su  apogeo,  se  convierten  en  entidades  spberanas,  que  mutilan 
la  idea  nacional — En  todo,  el  poder  de  la  pasion,  del  egoismo, 
la  tradicion  imperante  de  la  fuerza,  el  principio  del  que  no  està 
conmigo  es  mi  enemigo, 

Y  por  qué?  porque  no  bay  religion  de  libertad,  educacion  de 
igualdad,  respeto  reciproco,  ni  fraternidad  solidaria.  La  cues< 
tion  de  formas  es  necesaria.  Y  si  boy  yemos  a  la  Bepùblica 
Argentina  con  el  código  de  la  federacion  corno  resultado  de  su 
tradicion,  de  la  voluntad  de  los  paeblos,  no  olridemos  quela  fé* 
deracion  no  puede  ser  fecundasinla  paz  que  arrigue  los  germe- 
nes  salvados  y  que  esperan  el  rocio  de  la  religion  y  de  la  educa- 
cion de  la  libertad. 

IX. 

Y  entretanto,  volvamos  nuestras  miradas  A  la  nacion  que  ller 
ra  la  palabra,  en  el  coro  de  las  naciones  que  progresan.  En  es* 
tedia,  y  desde  elhumilde  puestoqueocupamos,  tambien recor- 
daremos  à  los  Estados  Ynidos,  que  la  palabra  de  Washington 
no  ha  recibido  su  sancion  completa.  El  dio  libertad  A  sus  es- 
clavos. 

Noblesseoblige.  Sin  entrar  boy  &  manifestar  todo  lo  que  de- 
seamos  ver  iniciando  é  los  Estados  Unidos.  le  diremos,  que  las 
Tiejas  naciones  de  la  Europa,  cuandono  tienen  argumento  que 
presentarcontraeltriunfodelaidea  republicana,  apelanà  laes- 


èlàTitod  qii»  ésiiité  ^twriztfda  en  Ibar  tiléMitòtt  ttét'  Sud.  ^ìfrKt>tteé, 
rAeaocsnrio^  quitar  ese  pfete^to^  iftnlcti  ùtitre  qiìe  empatUi  él  p^e- 
llon  delfis«qti>èll«8  fkimemd^  «n  el  séberbio  capitotio  corno  fe* 
nal  delNMH^  lluirdo. 

Sigue  tu  raarcha,  pueblo  libre,  pni^bfo  atvitio.  Ì*U8  herm^mos 
deliftad  eargadoi^  con  el  peacde  las  pastonen  7  fradicioires,  Tuel- 
^cndos-i^joshAèla  «(  cork)  lU  PaHadiuni  de  la  fibértàd  fnoderna. 
Bis  Hdgiirà)  e»qué  dedde  Patiamà  ha^a  fifugalbnes,  los  fistados 
'4ellSur  tiendan  4u  mmo  para  estreéhar  al  eoloso  '  que  asentado 
.tetre  kiRO0MiQOsqtte<loniii}a,  t^ésenta  al  mtmdo  el  arca  de  la 
aianza^saitadd  del  diluvio  de  la  hlstoria.  Dia  Uegaràen  que  él 
«Dntnièate  feirmori  do^  I^acmrres.  Eso  dia  sér^m  las  uupcias  de 
iahuniaiildadv  Bn  eRsa  mesa  todad  las  razag,  toda^ks  ideasteu- 
Awtm  a8ieM>|  y  lóS'cAuttcos  vlctoriosos  de  la  union  Aìtùn  al 
ttaiAicIù;  Las  profeciafi  èstan  cumpHdaa.  la  Jerusaletn  celèste 
ilnt  bajadO'de  léa  oiélos.    la  verrdad  impera. 

Buenos  Aires  1&58, 


LA   REVOLUGION   DE   GHILE. 


1M  itaònffeutoà  trascéndentales  del  bombre  y  de  los  pueblos^ 
]itfédi^ihétfuoiré6é  ti^s:  £l  momento  de  la  coneiencia  de  la 
Vldd,  ^ttttomentodé  là  condencia  de  la  liberiad,  el  momento 
aW'te  condenèltt  de  là  ley. 

E()^iàie^  lAomèìitó  qiie  pùede  ser  Ilamadb  el  de  la  revelaoion 
primitiTa,  ó  inocencia,  contiene  en  su  sfntesis  confusa  la  con- 
cTéhcl&^'déf  là  l'è>f  ^  de  là  libértad;  pero  las  nociones  no  sedes- 
{)f èntfèh  tKf  là  tJizon,  iìtìó  que  vivén  armi^nicas  en  la  tojtalidad 
àft  la  Vidh,  y  erhìjftlbré  puèdè  dejéirse  que  en  .preseocia  del 
ù1i{fèrìi(^(}tré*iftoAtetùpÌà,  del  miindó  sùprasensibleò  de  las  camas 


ijpe  90  ilamiaa  en«a  ()i^mieiita*j,d<^  <q[mepi$(i(WtìQb:qatì  pqviìao 
creacioj)  ;  sa  autor^  ev  s^iqIiiulmS^  dis^orta^  ettbomhre  ,cri)  «b^ 
t^mno  de  fjuterza»  deJuz^  de  amor^  concentradofelniivi  tnpTr'^ 
miento.  heróico  de  al^vif^  . 

Uimnoporla  po9e«|ond«  U  vieta,  poc^  1»  ^«^epoidn  dbitanvm»- 
nipotente  fì^erza  quelo  lanza j  por  la  r6p0reii0i«ii  ile  tochMlosi 
radio»  de  la  creaeiou.  &u  sor  toma  posu^sien  dieUafiàeioT  y  Aély 
tlempo  q|ie  coaquiata  por  laiesp^raiua  kiDai\r«t)le>de  lar  jiidn^  Shr-ì 
mortulque  desbordii  de  sw  poteocH»^  ea[uaUada&.  liéalr^  lem* 
radimientos  del  prìmer  himno  qi^e  eo^tieoie  {ab  fataraaciveeki^ 
cias,  de  donde  saldrdn  lasfuturas  r^Lgionedi 

Es  el  momentadre  la  pevelacioa  ppimiitiva^  luiUefBar),  ìhibs^* 
neate  .eo  todo  hombire^^-'verdadeTe  baotismo  d^  le  crlatava'^ 
corno  cmdadnao  de  }os>  cielo»  -y  kt  tieFra. 

Escttchemos  ea  oosotros  mismos^  y  apovsar  de.  ta  dtiélaaotlr.40* 
los  tiempos  j  de  la  distancia  ma^  grande  attft  ^3^  qAa  no«^  eiiv 
contraraos  de.  nosotrqs  mismos  corno  hijo8  de  U  diyiùidftd,  escfti- 
cfaemo»  los  testaraeQtos.prUmtivos  de  los«  pufeblos>  cofUsulteidi)» 
el  testamenti  vivo  de  Us.  lenguas  antigu^is  j  modernas  j  $enììf^ 
remo»  Io8  resploodores.  de  la  revelacioa  estallaiMla  eu  lo^  oon- 
oienciacoa  toda  la* f aerila  y  esplendor  del  fieU  Im:^ 

£b  el  paraiaO'  ea  la  tierra  no  maBchado  aun  por  k  pianta  deli 
criioeAy — es  eLcic^  en  el  alma'  no  mafXK^ittada  auo  por  el  erfotr 
delegoisnvDfiPorelteiT^rde^cerdocìas,,  ppi^  la  fucrza  de  loa» 
opreseres^-^BsJa  paz;y  lapwviva'y  feeq&dffy  la  armonlad^lasi 
&euUadedhuai«tta»^r^{Hrod adendo  \  ea-  su  mareha  de-  iiKM)eifcì4> 
la  armoQlardeloi»  moado»  pulsoda  enlalirar  del>  uoiversoiiM 
la  maiM)  del^eémetra  aopr^uo.  Es  la  iJUuBinaGioQ  dcr  la  vei^- 
dad^queidentifioa  la  alegria  y.el  Aehtv  j  que  ea  au*  iooceB€ÌA< 
eatra  fistia  virtud;  futura-  parar  reempla<zar  eoa  heroisaio  el  eqi>i* 
libriorqj^ebraatadader  Iqs  BereSi.  B} aiao  priiaitivov  ea  tif^ser-  r^-. 
fugia  el  idiaa  de  J»  littoria  fatignda  paiareji^veiieiQev  la^  ftuef tfa9^; 
Sns  estrofas  despiertan  los  dias  de  la  gloria,  corno  si  eaoaeh^iM- 
auMfla^nwseUo^a^l  Edea»    Rév«bii  al  pmaep  maoaeat^. 


^  corno  ha  cesado  eae  momeato? — ^  Còrno  esplicar  el  adveai- 
alleato  del  oial,  el  olvido^  de  la  verdad  eatrevista,    de  la  vida 


—  526  — 

completa  palpitando  ?~-El  hombre  ha  caido— Pero  esa  calda  es 
oWido,  68  egoismo,  es  eoervacìon.  La  inteiigencia  se  pertur- 
ba, y  la  yerdad  al  pagnr  por  ese  prisma  trastornado,  diyide  6 
quiebra  los  raj  os  de  la  luz  divina,  y  solo  remos  fragmenlos  de 
la  yerdad.  La  gran  firatèrnidad  prìmitiTa  desechada,  el  egois- 
mo rompe  la  mesa  del  banqnete  comun  y  qaiebra  en  el  crdneo 
de  los  pneblos  la  copa  ócàliz  del  antiguo  sacrificio.  La  volun- 
tad  dominada  por  el  organismo,  pierde  su  faerza  y  se  contierte 
en  la  palanca  del  despotismo  òde  la  orgia.  Los  siglos  de  de- 
cadenciase  suceden  y  layida  y  la  hamanidad  seconrierte  ensu 
PASioir; — todas  las  tiranias  imperan,  y  coallgadas  en  la  solidari* 
dad  del  mal,  el  rey  y  el  sditfapa,  la  casta  y  el  sacerdocio  clavan 
la  palabra  divina,  con  Proroetheo  en  el  Caucaso.  Simbolo  co!o- 
sal  que  representa  la  protesta  de  la  libertad  centra  la  fnerza  ó 
destino^  eleyado  à  concepcion  religiosa  por  el  error  de  los  intc- 
resados  en  la  servidumbre  humana. 

Fué  puesla  epoca  terrible  de  la  caida.  Pero  la  verdad  eclip 
sada  óenlutada,  no  ha  desamparado  &  la  tierra.  Si  Astrearé' 
montò  à  los  cielos,  sus  balanzas  comò  la  constelacìon  de  la  es- 
peranza, brìllan  en  el  firmamento  y  en  la  conciencia  de  los  foer- 
tes  que  saben  tributarle  culto  à  despecho  de  los  trinnfos  del 
mal.  Epocas  de  redempcion  aparecen  para  ciertos  pueblos  y 
el  hombre  entonces,  yuelye  é  sentir  las  emociones  de  una  nueva 
creacion.  Las  guerras  de  la  libertad,  corno  un  nuevo  géncsis 
bautizan  Ala  humanidad  con  el  dolor  del  esfuerzo  y  las  alegrias 
de  la  Victoria.  Es  el  momento  heróico  por  esencia;  ruedan  las 
castas,  tronos  se  honden,  desaparecen  sacerdocios  con  sus  alta- 
res  y  sus  Dioses;  y  los  pobres,  los  esclavos^  los  siervos,  los  co- 
lonos,  los  degradados  y  aterrados  por  los  dogmas  de  obedien- 
cia  ciega  y  del  espanto,  nacen  A  una  nueva  yida,  ss  levantan 
de  su  postracion  al  amanecer  del  nuevo  dia.  y  se  presentan  en 
la  historia  mutilados  y  saagrientos,  pero  con  los  derechos  con- 
quistados. 

Talea  son  las  guerras  de  la  Beforma,  de  la  Bevolucion  franco- 
sa  y  de  la  Independencìa  Americana. 

He  ahi  el  segundo  momento  que  apareciendo  en  diferentea 
épocas  para  diversos  pneblos,  pùede  ser  llamado,  la  epopeya  de 
la  libertad. 


_  587  — 
III. 

La  lìbertad  debe  ser  considerada  comò  la  potencia  del  dere- 
cho.  El  hombre  emancipado,  sintiendo  esa  fuerza  vencedora, 
busca  por  una  ley  de  la  creacion,  la  fwrma  6  direccìon  de  esa 
fnerza.  La  conciencia  de  la  libertad  es  la  base  del  edificio  so- 
cial, la  condicion  de  la  moralidad  y  de  la  gloria,  el  elemento  crea- 
dor  encargado  de  formar  la  ciudad  de  la  justieia. — Si  la  libertad 
es  potencia,  la  potencia  tiene  una  ley,  sin  lo  cual  seria  una 
fuerza  tan  fatai  corno  los  elementos  ciegos  de  la  naturaleza  sin 
conciencia.  La  ley  de  la  libertad  es  la  identidad  de  su  esencia 
en  todo  ser  hnmano,  de  donde  nace  este  axioma  :  No  bay  li- 
bertad contra  la  libertad. 

La  libertad  es  idéntica  &  si  misma  en  todo  hombre  y  corno  tal 
es  universal. 

He  ahi  el  carócter  negativo;  Teamos  su  caràcter  positiTo. 

El  hombre  comò  ser  libre  està  encargado  de  su  destino.  Bajo 
este  aspecto  es  creador,  cooperador  de  la  obra  de  Dios,  y  no 
bay  atributo  mas  glorioso  ni  gloria  mas  grande,  ni  responsabì- 
lidad  mas  iomensa.  ^Pero  cuài  sera  la  funcion,  el  objeto  y  fin 
de  tan  grandioso  poder?  El  fin  de  la  creacion:  la  perfeccion. 
Todo  lo  creado  aspira  à  unirse  con  su  creador,  tal  es  la  ley. 
Esa  marcha  de  ascencion  inmortai,  se  encamina  d  poseer  mas 
ser,  mas  inteligeocia,  mas  fuerza,  mas  amor,  en  solidaridad  con 
los  seres.  Es  la  penetracion  del  derecho  de  todos  en  cada  uno 
y  vice-versa.  Es  la  fecundacion  del  ideal  en  todo  hombre  para 
reproducir  el  ideal  en  todo  hombre.  Es  la  justicia,  garantia  de 
todos  los  derechos,  es  el  sacrificio  en  homenage  al  derecho,  es 
la  fraternidad  envolviendo  à  la  especie  humana  en  la  sinfonia 
del  amor  y  de  la  Mbertad  para  acercarse  à  la  maosion  eterna  y 
omnipreseote  del  ser  absoluto.  El  bombre  d  pueblo  que  llega 
à  esa  concepcion  de  la  vida,  ha  encontrado  la  forma  de  su 
fuerza,  la  direccion  de  su  libertad,  el  moTimiento  fecundo  en 
la  campana  de  su  peregrinacion  à  través  del  tiempo  y  del  es- 
pacio. 

Y  bé  abi,  qqe  coando  el  hombre  ó  los  pueblos,  Uegan  à  tener 
conciencia  de  la  ley,  se  Torifica  en  ellos  el  torcer  momento  sa- 
grado  de  la  hiatoria  :  El  entusiasmo  por  la  evìdencìa,  la  exal- 
lacioii  por  la  *regla,  el  amor  i  la  crtencia,  la  religion  de  la 
ley. 


—  586-  — 

En  efecto,  la  ffterza  sin  forma^.el  moYimiento  sin  direccion. 
la  potencia  sia  organizacion,  la  voluntad  sin  Icj, — seriao  el 
iiuieidia  d^  la  Immaoidad»  Api,  coando  lkg»i  para  el.  bombfe 
el  B)pni4iato  de  la  vision,  stroma,  ciianda  coooceelfiorqQe  le. 
ea  asignado  ea^lL/ó^dei^  ^neraLf  caaado  sreuke  que  ^e  ve  uoido 
8olidarianeBteil>Ia  cre^ipo,.  ;  ;partlc€ilivrmepte.  jì  sus  «etnelan- 
tes^,  cuaqdo  Itega  à:|^netrai^e/de  Sa -glorioso  destiju)v  y  oom 
prenfdeiqaelteo  eocsirmipou)  "un  mando  de  jusUoinr  6iit(!^acea; 
desde  l;»a]tppa,de^&Siaaj  Un^eraal^  doade  ba  permanecido 
eu  BÌHIo(}qio GO0 e)>Gj»indQ Eatplrito/bajaàrk  Uerra  tqa  ias.  ta- 
blasi  de  la  le;>  subliiafuia  por  la  libertad  }  la  c^ncieacia*  dcJ 
deber^     , 

Si  el  primer  memento  faé  el  himno  paro  de  la'  alegi^ia  de  la 
YÌdo;< — 9i  e)  segando  fué  el  entq^iastno  del  Ireroisrao  por  la  li- 
bertad, el  tercer  momento  contiene  la  inocencia  del  priflaera 
converlidoen  cìencìai.tl  entusiasmo  del  segi^nlo^  comptemep* 
tado'  per  laconoiencia'de  la  ley. 

IV. 

Pódeinos  afirmar  qne  tenèméB  rémliliscfeiiciQS  del  primer  kim- 
no,  é[uecenoScémo8  èl  segando  memento,  j  qae  esperaifaod^eK 
tercero. 

La'fìidepenileircia  A'merreana^  de  coyos  de8tellos:ate  vinmors^ 
corno  àntca  religiòn  del  Ntterd  Uiindoy  debe  se^  clasiflcadaf  €n> 
e^l  «egvndo  momento  die  là  vide. 

El  mando  enterd  espera  7  debite  hiy  d^a*,  {cMio  en  tob  diiori 
precar^ofei)  de  los-  |:mndies(eatafelìsMos,}ia  reveiaciori  de  la^Iéyi 
qxxé  sèÀdggÉkÀ  y  poHdca^  morhl  y  so^iabiMafd,  caltéf  éaddùs^^ 
trì«- èrèefida  y  prtlctica  d<è  la  liberfhd,  comò  èséncìù  Ifdéfitldi 
iin  tódO'Votnbrè<,.7<  tornò  pote>m;ia<félaperfè<^eibtì'p^>t(a}6iiÈ^K 
là  pl€!fiiflid  de  àincft^  j  d^ji^ditì. 

V 

V41  'Sé  destatieeeh ea-  lejiiniia' iasiéeai yéefimA^n lòiréénér- 
do»  ée  la  epopejrrdè la ìndependeiiidìnea la  AaiéeiciilxiélSnA.»^ 
Si*  alga  de  grodde  coAservamos^  aì;algtiF'de:féQDlidd  dfesérMtttr 
mbe^  ea  la  réwlaietoof  da  età  4dpacft.«  Aabr  vutìi^  -sii  n^énYtmkm 
sai  vado,  lo  debemos  tan  solo  d  ana  palabra  :  La  KepUbUea, 


—  •«•  — 

(^otio:tatta»èiito.dÈviad  réJ^dioìAo  ett^laftQmpestadlécftfSiCtOi»  9ir 
(DDijendoRen  k:  canaì««(tii  cxdltbdp.  de  h»péebli(lft  oodno*  formio 
deAoiifiira  delalynrdad  (MiiOm)  en  ta  tìàbgM^  hiirnioel  id^'^7 
ti-dristOy  )a  toj^r  im|M|iei^,  elf>deMniiK;  craecéìido^  énotÉttanod* 
lentamente  los  espiritas  A  la  realizacion  progjreatTai.  9i  H^UOe** 
dicion  j  aun  la  ontologia  nos  enseiia  ó  Dios  creando  el  mando 
con  el  poder  de  la  palabra,  en*  Is^  America  del  Sud,  se  ha  re- 
petido  el  portento.  Sin  antecedentes,  oprimidos,  subyugados, 
abatidos, — sin  cienciu  ni  costambres,  una  palabra  heróica  pro- 
nunciada  y  soSteuida  por  coVazones  heróìcos,  levauta.  un  uueVo 
mundo  y  abre  el  pa1en(]^à  nvas  grandioso  à  l'asconcèpcioiies 
de  la  fibertad. 


..  VL. 

Pera  ira  pasado  ese  momei^toy  bcmos.conauniida  la  hereocia, 
de  entusiasmo^  j  la  epope>a  de  YÌda'  4^  eaei  tiec^pov  ha  {Mieado. 
ni  dominio  de. la  hisloria«r— El  windof  Aweri^ano  se. dettate .  hofi 
dia  en  los  combates  precursore^detl  teirce4>  momento rqi^  ^#  el 
de  la.  concepcion  j  practica  de  la  l^y^ 

LaiS  nacÀooeB  de  América)..du(lanv  lueibaSf,  eQaay^B. 
.  Desde  3{q>ico  à  CbiÌ6,.el  eoiUinente  se  e^itremece^  lacmlido 
por  el  eapiriUir.qae  busca-  la  reyelaeioa  de  la.  verdad.  ha  té, 
politica  opoesta  A  la  fé  religiosa)  lamzon.a  la  r^eligion,  la  tra* 
diei^ion  ù  la- esperanza,  el  f^iftlamiento  ;  la  uoion^  laiedecacioui 
y  la  unidadi  la  tierra  y  el  tratf^jla  lògica  de  la  soberanfa  y 
)as  constituciones  oligàrquicas^-r-hjfr  ahi  lo3  términos  dje  1^  gran-* 
de^antitesis. 

El  YÌejo  mundo  tambien  conmueve  las  raices  de  nuestra  vi- 
da,  Ihiarasy  coronas,  sacudidaé  por  el  soplo  de  los  pueblos,  la 
abolicion  de  la  conquista,  la  resurreccion  de  la  conciencia  y  de 
ìm  mcìc/tuAMhé^  nóéìméà  ipSé^  a«ieréad%  ^e- 

s<>I¥ei«'ld  gi^tftMfé  antìtikfiMa  tfé  IU>IitiÉttnUtìtfA  «k^déVtlD!    li<>  fé' 
Tétafl!»^  iè^Ià  lejS  dò^ttÌ8^y:))nitIlda,  «{iéi«^iiv  «  ìBcth^ifà 

'    'Vn:     ■ 

Qb^ì  miAdeaibr  dar  afimiDilÀt»!  >iu«  i^^ 
nnCongreio   federai  de  la  America  del.  iMè«»«^iO;'e<petiafelicto 


—  4Jd  — 

({ue  la  refolueion  ó  la  guerra  recorriendo  naestros  puefilos,  ea- 
^ea  los  pUBipotenciarios  ea  medio  de  las  angustìaa  de  la  la 
ohal — La  America  espera  una  palabra,  espera  un  precursore  7  la 
verdad  apareciendo  podria  ser  corno  un  JiueTO  iris  paciftcador 
mternaeional;  interno  7  formnlador  del  programa  comun  del 
mnndo  Americano, 


Vili 


GoDsuItad  la  conciencia  general,  preguntad  Io  que  significa  la 
ansiedad  de  las  nuevas  generaciones,  pulsad  el  tiempo  7  yereis 
que  el  alma  pide  una  revelacion  de  la  le7  que  la  comunique  el 
impulso  de  las  épocas  creadoras  de  la  historia  — La  libertad  pi- 
de un  dogma,  la  iguatdad busca  làmedida^  el  corazon,  lapaz  fé- 
cunda  de  la  fraternidad.  Y  no  bay  dogma,  niiglesia  de  la  liber- 
tad en  la  ensefianza  ni  en  las  costumbres,  ni  en  la  pràctica — Y 
no  bay  medida  de  la  igualdad  enla  distribucion  de  la  tierra,  ni 
en  el  reparto,  ni  consumo  de  la  riqueza,  ni  en  la  aplicacion  de 
la  le7 — Y  no  ha7  fraternidad  en  la  mentirà  ni^en  el  egoismo, 
ni  en  la  esplotacion  de  las  mnltitudes. 

Yesporesoque  nada  grande  se  desprende  de  la  America, 
cuando  por  su  colocacion  en  el  espacio  7  en  el  tiempo,  estaba 
Uamada  à  ser  la  iniciadora  de  la  humanidad  en  nuestros  dias.  Y 
es  por  eso  que  mtncbas  negras  oscurecen  su  cielo^  esclaritud 
de  negros,  esterminio'de  las  razas  primititas,  desprecio^  esplo- 
tacion del  proletario,  maquiavelismo  en  el  mundo  nuevo,  pla- 
gios  de  Europa,  farzas  de  democracia,  desaparicion  de  car^c- 
teres,  7  prostitucion  de  la  palabra. 


IX 


Y  con  todo,  porqué  es  tan  grande  mi  fé,  sino  porque  veo  la 
Terdad  religiosa  de  jU  libertad  que  se  precipita  sobre  el  mundo 
para  dar.lk  la  Bepùblica  la  religion  que  le  falta?  La  religion  ca- 
tólica  no  es  la  religion  de  la  Bepùblica. — La  Bepùblica  no  ha 
sido  la  politica  del  catolicismo. — De  donde  se  deduce  que  por  la 
lògica  de  las  cosas,  ó  el  catolicismo  devora  é  la  Bepùblica.  ó  la 
B^ipAblicft  devandoisa  espirìtu  ó  la  mÙTersalìdad  orisliaaa  faiida 
il  4»|saia  4e  la  tibevtad. 


•  i3l  — 

Y  este  es  el  problema  histórico  que  se  debate  en  America  y 
Europa.    El  porvenir  pertenece  Ala  razon.    Busquemos  paes 
enia  razon,  en  la  Inz  pura,  el  advenimiento  de  la  ley  ▼  la  orga 
nizacion  futura. 


Tal  es  el  punto  decisivo  que  sefiala  el  destino  para  fundar  una 
eranneta.  Hoy,  en  el  aniversario  de  la  Bevolucion  de  Ghile, 
repito  con  la  esperiencia  de  una  larga  proscripcion,  la  palabra 
que  en  dias  felices  afirmé  alfrente  de  los  Igualitarios.^En  Ghile, 
la  revolucion  se  presenta  con  su  tremendo  j  triple  aspecto:  po- 
litico, social  j  religioso:  El  fanatismo  educando,  el  derecho  pò* 
litico  burlado,  el  proletario  en  la  desgracia. 

Pero  en  este  dia,  reminiscencia  en  la  epopeya  de  lalndepen- 
dencia,  un  millon  de  almas  en  la  tierra  de  Gbile;  y  millares  de 
desterrados  hacen  votos  por  la  felicidad  de  la  patria.  Los  que 
buscamos  la  patria  en  el  imperio  de  la  justicia,  empecemos  por 
darle  los  horizontes  del  espiritu,  y  despues  encontraremos  lo 
soberbìos  valles  que  la  alberguen  con  mas  firmeza  que  los  An- 
des,  y  los  cielos  esplendentes  que  la  envuelvan  en  las  magnifi- 
cencias  del  equilibrio  universal. 

1860 — Buenos  Aires. 


«S  DE  MAYO  DE  1810. 


Lux— I.ex. 


Los  reyes,  los  reyes,  palabra  makiita 
Qaeen  roengua  del  hombre  con  sangre  esttescrita, 
Sobre  la  bonda  tumba  del  tiempo  que  faé. 
Los  tronos  ?— -blasfemia  !    Solo  bay  uno,  eterno; 
Los  otroA  son  fdrìas  que  aborta  el  infiemo; 
De  la  ira  del  cielo  son  signos  tal  vez! 

L.  L.  DoMmcuEz. 


I. 

'  iDe  donde  Tiene  esa  luz,  esa  palabra,  ese  acto,  que  rerelando 
la  creacion,'ilamina  la  conciencia,  para  dar  al  uniTerso  no  con-* 
templador  de  sus  maraylllas,  un  intèrprete  at  pensamieato  de 


—  5J»  - 

Btont^-^  y'  ìm  autor,,  un  cpe«(lar  dalegado,  poira  iureseniar  «m 
mmidoi  iBMral  soiyre  ^  mundo  material,  7  eupaoiinaMe  al  inft- 
nilo  eoo  la  coseeha'deiloa  aigloa;  para  di^cir  al  omnipatenté;  he 
aqul  la  libertad  7  sus  obras? 

iDe  dónde  viene  esa  Inz? 

^Fiene  del  sol?  El  sol  la  recibe  de^otro  sol;  j  de  astro  en 
astro,  veis  esa  cadena  luminosa  sin  fin  en  el  espacio  y  en  el 
tkmpoj,  coHìbatiendo  al  caos,  7  en  todo  momento  7  litgar,  reve- 
lando  la  sinfonia  de  los  seres^  que  todos  ù,  una.  la.misma  pala- 
bra,  repUieodo,  proclaman  la  gloria  del  universo,  7  sobre  la 
gloria  del  universo,  la  gloria  de  la  libertad  del  hombre. 

^De  dónde  viene  esa  libertad  ?  i  Del  afte  1 0  ?  Es  un  sol  què. 
ha  recibido  suai  ra70s  de  otro  sol.  Es^una  cadena  de  luz  traa- 
mitida  por  los  siglos  heróicos  de  la  revelacion  pe)rmanente  de, 
los  pueblos,  que  de  heroismo  en  heroismo,  en  todo  lugar  7  mo- 
mento, forma,la  m^elodla.  7  el  soliloquio  divino  de  la  humanidad 
interrogando  àsu  padre  por  la  palabra  del  destino  para  crear 
los  mundos  de  la  historia. 

iÙQ  dónde  viene  esa  luz^  esa  revélacioade  la  libertad?  Si 
remontaislos  astros,  cada  aol^  cada  éstrella^  qs  dirà  mas  arriba, 
mas  lejos;  en  las  entraflas  del  inQnito  palpitala  palabra  infinita 
cu7as  ondulaciones  nos  animan.  bi  remontais  los  aùos,  cada 
siglo,  cada  héroe,  cada  revelacion  os  dirà  mas  lejos,  mas  arriba, 
basta  llegar  al  primer  momento  de  la  conciencfa  btimant(*^8- 
pertando  para  solemnizar  la  creacion  que  contempla  por  la  vez 
primera;  7  esa  afirmacion  primitiva  de  la  personalidad  confon- 
dida,  identificada  en  la  alegria  de  la  primer  palabra,  es  el  him- 
no  de  la  libertad  7  del  amor,  perdidò  en  los  esplendores  del 
universo  7  en  los  presaitCimientos  de  la  inmortalidad  de  vida 
inagotable  que  recibe  delas  manos  del -creador,  cnando'  bautiza 
al  hoiìibre  s<db^dnò. 

dApo  10? — ipeiéòTìée  vienef  È&el  ùltimo,  pero  no  final  acon- 
tecimiefitoeti^étfd)*ado  pofelhìitiM  ctel' primer  hombre.  Be- 
montad  la  cadena  de  lascansas.  £s  el  Èimno  de  la  Francia, 
palabra  de  tìtanes,  que  amontona  sus  estrofas,  corno  montafias 
de  heroismo.  para  escalar  el  Olimpo  de  la  vieja  Europa:  Es  Was- 
hington, el  santo  americano,  la  libertad  sajona  7  protestante  qae 
eétam^  kfr  eatrellas  ^la  \MQn  eìt el  firmameate  éélt  nat^^o 
mimdoif  E«4a<refarnia'4net  aep)aa4o  tobre^^.poUo  da;  U^es^< 


] 


—  5*1  — 

pa$6.  1^  la  ft/o8ofla, -el  peMatmettto  pcuJD,  ^fo^  jptootètmlo'lw- 
da  tradlfclon  ^ef  reTi^te  de  la  ve^idfdfa  tfe^la  kmpi^  bete  bh.w 
irente. primitiva.  &on  los  padres  del  erifttratriftàio'jf  %m  «pA^- 
toles,  derribdtìdo  el  paganismo  at  impulso  de  te  palibt^  tede»- 
torà.  £s  Jesus  enunapalabra,  él  nngiào  iéldk  eieh^,  3a  vitti- 
ma espiatoria,  ideal  de  los  siglos,  que  Mu  mi  Buttgre  y  'oéft  èh 
carne  forma  la  definitiva  comunion  de  los  mortales^  en  el  béfa^ 
quete  de  la  inmortalidad. 

En  la  cumbre  del  Golgota,  la  revelaciou  de  alegria  del  pri- 
mer  hombre,  es  sancionada  en  medio  de  las  Idgrimas  del  hijo 
delJi^bre.  Hyas  4e  dcrufialem^  no  liqreh  por  mi.  Hevenido 
al  mundG^ 

— -Yelmwdo  d^  la  e^clavitud^  de  la  materia^elmundocat^o, 
iué  yencido.  Y-desde  eutonoesi  bs  oDdulacionos  de  la  reVela;^ 
oi9ii<6nelmartirio,  trasmitidas  por  los  corazoncB  heróicofi^  co- 
rno soles^ue  se.trasmiten  la  luz  del  astro  infinito,  centro  y  cir- 
cunf^eopeifa  o^oipreseAtes  de  lapalabra  ot*eadorat  ba  circuìadò 
ycinc44a^^las  ar;teriaiS.delahl8toria,  e^el  encadenamijanto  de 
Jos«isto£|,  !4eApevtando  contìnenteav  formando  naciouesv  creando 
la  pcHTScfnaliiJiid  del  ^ombre-^bumanidad. 


It. 


Dadme  el  oceano!    Dadme  un  lefio  para  atravesarlol 

Mendigo  sublime,  de  corte  en  corte  despreciado,  ^qué  pre- 
tendes? 

Abrazar  la  tierra.  La  tierraes  conocida  j  los  abismos  la  eir* 
cundan. 

El  OQeano sera tutiimba. 

Potencias  de  Europa,  lìniéfio  por  un  mundo! — ^.Qùien  lòase- 
gura?  La  atracciou  de  un  continente  que  encadena  mi  pensa- 
miento  al  occidente,  la  profecia  de  la  ciehcia,  la  prdfecià  de 
los  tiempos  pasados,  te  necesidadde  dari^n  campamento  at pòN 
venir  qae  aiento  estremecerse  en  ias  entrafias  ^e  ta  humahidad. 
ComoMoisés  he  sido  tlamado  por  ìa  pàlabra  invfsible  de  JeliOvà, 
Ìleta4<^  sabre  ta  supefficic  de  ìas  ^^tiafpara  ré  velar  la  niie  va  Sier- 
ra, ft'e  escuchado  esa  palaìiira  en  las  solexiades  inviòla^às  del 
oceano,  que  me  decia:  levànta'te:  unlitìevo  pfaraiso  exlatè  en  le- 
jania,  paraiso  y  tierra  àe  promiision  esperaudolos  énsayós  del 


—  6ii  ~ 

'  nuevo  géneais  de  la  pacificacion  y  libertad.  Una  humanidad 
esperà  bu  bauUsmo.  Un  lefio  por  un  muado!  Un  ìeùo  para  der- 
ribar  las  fronteraB  de  la  ciencia  antigua,  para  estender  la  gloria 
delhacedoFt  para  redondear  la  tierra  y  revelar  las  constelacio- 
nes  desconocidas  qae  brillan  en  silencio  sobre  los  mares  y  mon* 
taùas,  sobre  los  bosques  y  las  criaturas  de  una  creacion  ìgno- 
rada. 

III. 


Momentos  ìnmortales,  embriaguez  sublime,  cuando  todos  de 
rodillas  y  à  la  voz  de  Colon,  desde  el  puente  de  la  nave,  puente 
iirrojado  sobre  los  hemisferiospor  el  heroismo  de  su  gènio — all^ 
ental  dia  y  à  tal  bora,  a  la  luz  de  los  rayos  primeros  de  la  au- 
rora, esos  cristiaDOs  mensajeros,  contemplando  la  creacion  tro 
pical  embalsamada  dijeron  salve,  salve^  Te-Deum  laudamus  ! 

Alegria  de  muerte,  Colon!  ^por  qué  no  desapareciste  en  esc 
momento  comò  el  profeta  arrebatado  por  las  tempestades  del 
Sinai  !  Ya  viste  la  tierra  !  Hunde  tu  nave  sea  tu  tumba  Guanor 
hani,  la  isla  de  San  Salvador,  tu  salvacion  !  Mo  !  asi  corno  el 
Cristo  tuvo  que  beber  el  vinagre  desde  la  cruz  de  su  martirio 
por  revelador  del  mundo  de  los  cielos,  asi  tu  tambien,  màrtir 
de  otra  revelacion  y  profecia,  debes  volver  encadenado  ! 

Un  mundo  por  unleììo!     Y  ese  mundo  ni  tu  nombre  lleva  ! 


JV. 


£1  oceano  tenebroso  nos  separaba — y  el  oceano  fué  vencido. 

Pero  al  oceano,  sucedió  un  eclipse  ; — y  las  tinieblas  se  asen- 
taron  sobre  el  continente  descubierto.  Eclipse  de  trescfentos 
afios!  La  America  volvió  à  desaparecer  en  el  oceano  tene- 
broso de  la  esclavitud. 

El  itinerario  de  Colon  està  perdido.  Vagos  recuerdos  de  un 
bien  entro- visto,  se  conserva  en  la  memoria  de  los  bombres. — 
Otro  revelador  es  necesario — El  heredero  jime  en  silencio  por 
la  herencia  de  luz  y  libertad  robadas.  Y  de  repente  en  tal  afio, 
en  tal  dia,  nuevos  pilotos^  poniendo  la  mano  al  gobernalle,  en- 
derezan  la  nave  que  se  bundia,  y  sobre  la  faz  de  America  corno 


—    Mi     -rr 

obre  el  pedesUl  d^  una  ^ra  nueva,  repitea  4  la  laz  de  loa  pyri- 
m^ros  rayos  del  sol  de  lìbertad;  tierra,  tierea  ! — y  la  iade- 
pendencia  de  America  disipando  las  tinieblas  del  eclipse  de  loa 
300  aflos,  se  presenta  completando  el  itinerario  de  Colon,  rea- 
catando  à  su  vlctima,  7  presentando  al  Cread<Nr  la  libertad  de 
un  muado. 

Oidy  mortales^  el  grifo  sagrado  ! 

iCual  fué  el  testamento  del  a  fio  10? 

La  personalidad  del  hombre^  la  personalidad  de  la  patria,  la 
apertura  de  un  mundo  ù  los  ensayos  del  gènio  7  de  la  frater- 
nidad. 

Ese  testamento  envolvia  la  negacion  de  las  castas,  de  los  pri<» 
vilegios,  la  negacion  de  los  fueros^  en  la  ciudad  de  Dios  que  es 
<ì\  pensamiento,  en  la  ciudad  del  hombre  qoe  es  la  igualdad.  Ese 
testamento  era  la  abolicion  de  todo  aspectode  dominio  qua  pue 
da  revestir  el  hombre  sobre  el  hombre:  negacion  de  la  fuerz», 
quearmada  en  partidos,  en  cfrculos,  en  caudillos,  ó  castas,  7 
afirmacion  del derecho  soberano  de  todo  hombre  para  pensar, 
para  legislar,  para  jnzgar,  para  cumplir  la  le7.  Ese  testamento 
era  la  verdad  en  las  palabras  7  en  las  acciones;  la  abolicion  de 
la  mentirà  bajo  cualquier  nombre  constitucional  que  robe  &  la 
soberaniadel  pueblo  su  derecho;  era  ademas  7  sobre  todo,  pa- 
Iritty  patria  indivisible,  nacionalidad  indisoluble.  Ese  testamen- 
to era  la  dominacion  del  sentimiento  imiver^l  sobre  Ivla  pasio- 
nesindividuales,  la  gloria  del  todo  sobre  la  gloria  del  indivi- 
duo. 

vru. 

Tal  fué  la palabra  7  el  corazon  de  ese  dia  que  se  levantó  paia 
rcnovar  el  recuerdo  7  para  iluminar  la  senda  que  podemos  per- 
der en  la  noche  de  las  guerra»  ci vileò  7  de  anarquia. 

Se  trata  de  reformas!— Interrogad  à  ese  dia.  De  nacionali- 
dad?— interrogadlo!  -  iHa7  tinieblas,  ruidos  subterrdoeos.  tran- 
quilidad  amenazada?  preguntad  al  25  de  Majo;  7  ese  dia  os  dirà 
que  es  «l  continente.de  todas  las  reformas  para  completar  el 
derecho  del  hombre.  Ese  dia  os  dirà  que  selevantó  para  al- 
zar una  nacion  indivisible,  para  asegurar  el  pan  a  todos  su» 
hijos,  para  convertir  los  bArbaros,  para  educar  al  ignorante,  pa- 


-fa  !a(?ébar  «aditoli*  éa«lrffl<]i<3b'ftaogfrt(kltoft^^  lèi  \piSBi^  del 

'hkekttba;  d  éo>tfsdtodòlF^  la  tiiida,  la  paldbi^a'tièl  kbu(la,Tà  lUz 
^akrèié^b.  '^>(H^&^ffi^à^iie<wmbèittiiie!à^é  to  (ej,  ììe  la 
'^ì^ApieO^d-;  a^l<U^glrv4él(tldd^^^èItWiò  MtAhtki    iSila  tterra 

bombressp  entiniebla,  invocad  lasllamas  desupechoyfts  ceti' 
tellas  de  su  frentos.  J  vereìs  qiLe  sa  coDtestacieD  es  solacion  de 
las  diGcultades,  pacificacion  de  los  espiritas,  garantias  del  por- 
Tjnir  y  felicidad  presente.  . 

'  Feliees^  Ibs  ikéividuos  7  gottiemòs  qiieal  Uej^r  efte  dia  [lue- 
den  jUresèattartiDà  tktòrla,  uà  trofeo;  una  conqnsta  de  là  vev* 
dad.  Todo  paso,  toda  medida  [bacia  la  unioa^  todo  acta  de 
4iber^dy  Ireeiben  mi  eéte  dia  la  beAéidon.deJaipiaéré^  de  la 
patnra.  Y[iiò6dtròs<ìl  uloestc»  tnriìfa  fabufiigaéios  ó  loriqwévivos 
j  tnUertùs  eòa  sus  palalnin^  dufc  bs|>adas  oos  biciè(roD':ii|oer 
ennu  continente  lifcertado,  bhjof  Ids  auspibids  de  Bepóblka  mia 
é  itidiviaible.  Ìr8fi8. 


t.      '     .   ■  .  ' 

%  Kl  fnòméntò  cù  gùé^tàs  dbs  sltitoridadèli  dét^an  è'ùddntrjirè'e 
ha  llégado  par!fin. 

Este  momento  lo  habiamos  previsto  largo  tiempo  ha  !--Es'ititl- 
til  retroceder  ante  ciertas  cuestlones, — eludirlas  ni  contempo- 
rizar  con  ellas — La  mano  fatai  de  la  lògica  precipita  los  dos 
adversarios  colocàndolos  cara  A  cara,  renovando  el  du^ismo 
cblÀsèil  de  là  ci villìaddb  moderna,  qtìe  se  llaiì^a  Ta  T^leèià  y  el 
Eiiaiò. 

Alllegar  à  ì^tt^iiòà  Aires  . uno  de  nuèstros  primèros  cùiftàdos, 
ftlè  coÀ^Ultài^  là  tlonlftucion  del  'Éstadb,  para  recóriocer 
^qhe  dètei'rùihal)à  àcercà  dfe  las  fèlàctònA,  èlitre  el'y  la  IgTésia, 
y  tbd  ^ttìì  sorpreisà  léimòs  està  àeclàraciòn—  ^ 

w^u  rétigfìon  èrf  là  Òatòlica,  Apostòlica  Bomana.  /  , 


1^ 

t 


—  537  — 

amasio  qué  no  tenìàn  nacfa  que  temer  del  poder  eclesiàstico— ó 
qùè  là  iodìferencìa  ptìbìica  se  preocupaba  poco  de  esas  cues- 
tiónes. 

iOùi^  temfaìs  coiistitujentes  de  1854?— Siel  pùblicojasocie- 
dad^  la^opìnibn  y  el  pueblo  os  daban  la  facultad  de  aseotar  la 
yerdad  sobresu  bàser-Habeis  trapaigido  con  la  tradicion,  con 
èl  térror  serVit—Tiaiaèis  pafìamentado  con  las  tinieblas— ved 
ahi  los  resuìtados— y  la  cuestion  apenas  comienza-^es  la  cues- 
tion  pHiriordiat  que  encierra  en  si,  puede  decirse,  el  pervenir 
de  la  America  del  Sud— cuestion  resuelta  yictori osamente  en 
Nneva  Granacla — resuelta  à  medias  en  el  Pertì — debatiéndose 
àdtnaliudute  én' Chile  y  contnoviendo  aquella  sociedad  basta  en 
dW  fùn'damentois'. — És  la  misiria  cuestion  que  viene  boy  à  gol- 
^ar^  liis  piìertàs  del  ETstado  de  Buenos  Aires  para  despertar  H 
los  hijos  de  la  libertad. 

IL 

La  cuestion  do'rmia—el  momento  del  combate  se  acerca— y 
comò  todo  gran  acontecimiento,un  pretesto  ha  venido  ó  hacerlo 
estallar. 

Los  funerales  de  Juan  Musso,  ^seràn  los  funerales  de  un  po- 
der?—I>e  caàl? — Lo  ignoro— Mas  no  sei^éti  el  poder  politico,  ei 
Estbdo,  loà  que  debe^àn  sncumbir. 

Jn<^ii  Musso  afiiiado  mason«  ha  side  eotèrradò  pùblicamente, 
eil  medio  de  uda  inmensa  concùnrencia  de  maaones  que  cum« 
pliendo  con  un  deber^  han  acompaiìado  à  su  ùltima morada,  lo9 
r0stos  de  un  hermano. 

La  familia  habia  dispuesto  se  hiciesen  funerales,  y  el  dia  in*> 
dicado  Io»  ikiabònefi  debian  asialir  sin'  inviptuias  ò,  la  igtesia  de 
Sw  Miguel; 

Habietido  llegado  à  conorimdentodebaeflor  OMspo  este  he- 
eho,  ordenó  la  suspension  de  los  funèral^ìs— Loa  masones  en 
•  eontraron  cerrada^ploròcdensuperipr,  laspueitosdeltemplo* 

He  aqnl  el  hecfao*— EKimrinemos  bus  anteced^tea  y  conse- 
euencias. 

La  sociedad  masónioa  prospera  tiene  el  derecho  dereunirse, 
està  garantida  por  la  Gonstitucìon  ?  No  hay  cuestion  acerca  de 
esto;  ' 

lins  laproBiMriéftd  de  la  soéiedad  ì/aiónicà  es  el  progreso 

14 


—  538  — 

de  la  libertad  j  de  la  fraternidad. — Su  accioD  benefactriz  pe 
estiende,  su  fuego  cìrcuta  por  las  venas  del  cuerpo  social  que 
ella  regenera.-^Su  libro  es  el  Evangelio.— Su  fin,  la  uuidad  hu- 
niana. — Sus  medios  la  palabra^  la  iniciacion,  la  enseùaDza,  el 
bautismo  de  la  luz  incesante  que  ella  reparte;— sus  ensayos,  la 
abolicìon  del  mal  en  todns  sus  manifestaciones. 

Pilla  ha  contenido  la  supersticion,[el  fanatismo,  el  esclusivisuio 
religioso  y  les ha  diche  j'o  soj  la  universalidad  de  la  libertad. 

Harefrenado  las  pasiones  y  los  vicios^  diciéndoles: — jo  he 
abierto  calabozos  d  la  mentirà,  àia  avaricia,  à  la  prostitucion, 
ù  la  brutalidad  de  los  sentìdos. 

Ella  ha  aliviadò  las  enfermedades,  los  dolores,  la  miseria,  el 
hambre,  la  desnudez  y  les  ha  dicho:  «  Yo  os  venceré  con  mis 
»  establecimientos  de  beneficencia;  comienzo  por  levantar  ea 
»  Buenos  Aires  el  Asilo  de  Mendigos!!  » 

He  ahi  ciudadanos  la  yerdad  de  los  antecedentes  y  de  los  prin- 
cipios  de  la  causa,  del  fin  7  del  objeto,  y  es  por  està  razon  que 
}  0  invoco  la  autoridad  de  mil  personas  eminentes  de  este  pais, 
la  de  cu(itro  millones  de  hermanos  rep^rtidos  por  la  superficie 
dei  globo, 

IH. 

La  masoneria  desarrolia  cada  dia  mas  el  ETangeUo— Su  ban 
dera  se  identifica  con  el  pendon  inmortai  del  Bacriflcìo  enarbo 
lado  sobre  el    Góigotha,  su  marcha  es  victoriosa;  asi  compren 
dereis  fàcilmente    cuan  naturai  es  que  el  partido  que  pretende 
representar  solo  el  Evangelio,  le  presenta  batalla. 

£1  entierro  de  Juan  Musso  no  es  pues  una  causa,  es  tan  solo 
un  pretesto. 

Era  preciso  poner  un  dique  al  espfritu  de  caridad  j  de  liber 
tad  representados  por  hombres  no  consagrados  bajo  la  discipli- 
na de  la  Iglesia  Romana.    La  masoneria,  era  una  rivai,   y  era 
necesario  «excomulgarla!» 

La  iglesia  preteudia  usurpar  la  Bìvinidad. 

Hoy  la  masoneria  produce  demasiado  era  neeesario  et  ««na* 
tema» 

IV.  *• 

Dos  coesUoncs  se  presentan. 

i  Tiene  derecho  la  iglesia  de  cer-.gr  stts  paerU9  à  un  waerfn  ? 


i 


«osso- 
si   defide  el  momento  en  qua  reconoceis  su  infaltbilidad, 

ó  al  catolicismo  corno  relìgion  del  Estado. 

i  Tiene  el  Estado  derecho  para  liacerse  abrir  las  puertas  del 
tempio  à  aquel  ù  qoién  la  iglesia  ha  expulsado  ? 

No! 

— Mas  esiste  una  solucion  temperai. 

El  Estado  sostiene  este  culto,  los  masones  contribuyen  al 
sostén  de  él,  pues  que  pagan  la  contribucion  que  lo  sostiene  — 
El  Estado  puede  presentar  este  dilema  : 

0  Yosotros  abris  las  puertas  de  la  iglesia  A  cualquiera  que  la 
sostiene  con  su  contribucion,  ù  yo  os  retiro  todo  «subvencion.» 

iQué  responderà  la  iglesia  ? 

Siellarehusa,  sera  preciso  que  se  sostenga  por  si,  y  los  900,000 
pesos  de  presupuesto  religioso  pasaràn  ò,  escuelas; — y  entonces 
que  se  haga  lo  que  se  quiera  tras  las  puertas  del  tempio.     . 


V. 


Yed  ahi  la  solucion  momentànea. 

Gran  nùmero,  porno  decir  la  mayoriade  los  masones  de  Bue- 
nos Aires  son  católicos. 

S.  S.  el  Obispo  acaba  de  fulminar  contra  los  masones^  A  nombre 
del  supremo  poder  de  lospontlfices: 

Nohabrà  bautismo  para^uestroshijos,  sepultura  para  Tues- 
tros  cuerpos,  bendicion  nupcial  para  vuestros  matrimonios,  ni 
funerales  para  vuestras  al  mas  I  ! 

Hijos  desobedeced  à  vuestros  padres, — bombres  y  hermanos 
no  reconozcais  comò  talea  à  los  vuestros,  no  bay  tempio  para 
vuestro  culto,  bendicion  ni  absolucion  para  vuestros  pecados. — 
De  lo  alto  del  trono  de  San  Fedro  se  traza  una  linea  de  separa- 
cion  entre  los  «masones  y  los  fieles» — Yosotros  que  encorbais  la 
frente  &  mi  derecha: — A  mi  izquierda^  vosotros  que  os  atreveis 
ù  creer  en  la  independencia  de  vuestra  razon: — anatema  sobre 
vosotros. 

Talea  la  verdadera  situacion.— Es  el  entredicbode  otros  tìem- 
pos  que  eastigaba  A  los  pueblos  por  lafalta  de  sus  reyes^  y  pò- 
sia  filerà  de  laley  religiosa  unasociedadentera.  ^ 

Este  caso  ha  Uegado  parala  sociedad  de  Buenos  Aires. 
Terrible  y  magnifica  impradencia. 


—  540  — 

^iiyi^(in|(jl{&b^^%;QÌ^r,  eiitne.asi.c(iiu:tieiici4i,  ó  su  creeneia  eie- 
ga— ahi  el  conflicto. 

£1  EUitodo  rej^rec^qqt^  lat^^oppiettc^. 

La  iglesia  la  aut^|;i4a^  ahsoluta» 

El  conflicto  tiene  pues  lagar  entre  la  iglesia  y  el  Estado. 

Si  la  lògica  constitucional  no  puede  dac  la  Victoria  al' estado  es 
^1  caso,  drC.  una  r^xqli^cipii. 

Yed.  à  dondq  i)(V3.cpu4a^  &  S  el  Obi^po^ 

El  estado  es  el  centinel»^  el.  representante  de  la  libertad  j 
df  la  caus;(,d^l(i  reyolaciqn.  iomorUd  qae  sigue  su  curso  j  se  de- 
sarjralla  ea  el  mf^i^o^preparando  el  advenimiento  de  la  religion 
universal. 

VII. 

Y  lasociedadoQnjnoTi4a?y  losTincolpsmorales  amenazados? 
7  el  trastomo  de  las  f  amilias? — Si  los  masones  sucumben  bajo  el 
pànico  del  anatema,  la  razon,  la  libertad,  la  concienciasucambi- 
ràntambien. 

Si  resisten,  se  demostrarà  entonces  que  el  matrimonio  posee 
unamoralsuperior  que  no  depende  de,  la  iglesia— «Yendr^  el 
matrimonio  civil  I  !  » , 

Se  patentizarà  entonces  à  los  ojos  del  igi^prap^e  qM  exis*- 
te  una  moral  independiente  de„  1^  volunta jl^  de   1^  PQ|»tt$ces: 

Que  està  moral  obliga  &  to.dos.loaJboiqbre^fip  esi^^pcipn^  sea 
cual  fuere  el  anatema;^  qu^  1^  fé  cojDyi^^al,  la  fé.di^  1qi(  eOQtra- 
tos  ao  puede  ser  q^uel^ra^^  por  la  expo^umon  dei  una  de  laSi 
partes  còntratantes/ 

Que  los  hijos  deben.obedecer.à  sjo^p^f^esu  ópf^ar  deLObìspo, 
q«^  tedo  deber,  t9do  derecbajdetjeac^jj^iiUrflQiColooàiulQae.  so*- 
br«  todoentredicho. 

Entonces  tendr^mos  la  fi^fig^^y  ufi^yerpuU  separacion^  de  la 
«oBoral  absoluta»  indepQ,^dìenj^.  d5}|t)9^^§ligÌQ04|  ideo  toda  all'- 
to--VÈKD*A  1  s'^,fK|jY7T/i^^  SEPABACIOMi  DB  LA 

I«£«SÌÀ  Y  DEL  ESTADOil 

Es  decir,  la  verdad  trinnfarà. 

Vili. 

SoD  dossoberanias^^e^jughf,, 

La  soberanla  deljpue))!^  y  ift  i^gl^;^  ^Al^ltmtu 

Ciadadano  -  cu&l  es  tu  sob<;f;4B9})f 


--  MI  — 

EI  Pontifiee  ó  el  poéMo?  ^o  hoy  t*«s  cdeMfbm  Bi  (tt  leflres 
caUSlico,  M  debes  soraeter  la  sSberanfii  drtgiàarihft  la  ^ébmHHk 
eclesiàstica. — «Tu  debes  someter  la  Nacion  ù  Bbrtn&.i 

Es  lB'eoii(|tiÌ6ta.* 

Si  tó  eresBMe  toéò  ^iàd&dlitio;  eiitbhceè  li  iglieslà  h'ó  és  sino 
una  asociaoion  ^rìradft,  é^nbrtfoda  |>òr1a  ^ibert'a'd  de  cùltos. 

Qae  subststn  «Ha  cotao  poÈtìAé. 

Ei  fraebUi  fto  tiefté  èl  é^fééliò  de  sostener  uù  culto  còli  éscTù« 
Sion  de  los  otros. 

El  culto  del  pueblo  es  ìa  justicià. 

DejadìA  lt)S  teòlbgos  jf  Cauòbìètaà  ài*gttménlar;— mas  eu  la  pa- 
ria, enlaciudad,  no  bay  sino  lilla  ailtò'ridad^  un  dogma,unaso- 
ciedad,  uttgòbi^rno,  irba  ìey  ynàajusticia. — És  la  relijion  del 
derecbo  y  del  deber  àia  que  podemò^  Ilamar  LA  ÉELlJiON 
LIBERTA». 

rx. 

Si  el  iSeilor  Obispo  triunfa, — Roma  triunfa^—La  eiuéàd  no 
es  ya  soberana  y  la  soberania  del  pueblo  es  una  mentirà  :  dé^ 
pendemos  de  Boma. 

Si  eÌGobierno  no  reprime  en  Tirtuddel  dereoho  de  Pattinato 
los  avances  del  Obìspo,  la  libertad  sncambe,  la  sotana  de  Ig^a- 
ciò  de  Loyola  reemplazarà  al  pabellon  NaoionaL 

Las  Bulas  publicadas  por  el  seder  Obispo  caree^u  de  fueriaf 
legai  sobre  los  ciudadanos  sin  el  «eie^uatar»  ò  pase  db  gó- 
bierno. 

Elias  no  tiencn  oste  cxequatur — Se  ha  cometido  pues  un  aten- 
tade. 

X« 

La  cuestiotf  es  iiinienéd  ^  nò  i^ò'déMod  boy  désàrrollarla  bajo 
tòdàssùs'faces. 

Mas  el  momento  Eieèé»drio  para  todo  pueblo  q.ie  quiere  emnn- 
ciparse  ha  Uegado. 

Hay  dos  religiones  en  lucha. 

«iia  ^Eteli'gTòn  Romana.» 

la  réiijiòn  de  la  l(ì)értad. 

La  ^épAbllcà  dèfré  adòptar  la  reTigiòn  de  la  libertad  so  p'èna 
de  sucn^BJrl 


—  5«2  — 

Es  el  grau  combate  del  miiado  moderno  cajos  episodios 
son:— la  reforma,  la  revolacion  Fraocesa  y  la  independencia  de 
las  dos  Américas. 

Ha  llegado  el  momento  de  establecer  qae  la  Bepùblica  no 
puede  subsister  sin  religion,  ni  menos  apoyàndose  sobre  una 
relijion  enemiga  de  la  libertad  y  de  la  razon— i  Porqaé  no  escn- 
cbareis  por  finciudadanos  la  toz  que  os  dice  que: — Los  ùnicos 
pneblos  libres  de  la  tierra  son  aquellos  que  se  ban  separado  de 
la  Iglesia  Romana? 

Ved  ahi  un  hecho,  sino  incontestable  evidente. 

LA  BEPÙRLICA  ES  INCOMPATIBLE  CON  LA  TEOCRACIA. 

El  espacio  y  el  tiempo  nos  faltan. 

Mas  por  fin,  jo  te  encueutro  auo  una  vez  mas,  causa  radicai 
de  la  libertad  del  universo. 

Sobre  tus  altares  hemos  sabido  sacrificarlo  todo  sin  exitacion* 

iVo  se  dirà  que  en  Buenos  Ayres  y  en  el  siglo  diez  y  nueve  tu 
has  sido  vencida. 

De  ti  depende  el  pervenir,— eu  ti  reside  la  verdad,  es  en  t( 
por  fin  en  quien  confiamos  para  dar  una  rictoria  mas  al  Cris- 
tianismo, é  la  Filosofia,  al  esplritu  eminente  de  la  historia  que 
con  sus  héroes  y  sus  màrtires  nos  conjura  à  no  abandonar  este 
estandarte  levantado  para  la  regeneracion  de  las  naciones. 

No  solamente  corno  Antheo^  nosotros  tocamos  la  tierra  de 
los  sacrificios  para  sentirnos  insensibles,  sino  que  tocamos  tam- 
bien  los  cielos  de  donde  emana  la  luz;  està  luz  que  se  Uama  la 
dignidad  del  hombre  que  busca  su  camino  basta  el  trono  de  la 
divinidad  para  ser  juzgado  comò  soldado  de  su  Ley. 

AbriI,  1861. 


Eellpse  del  sol. 

S£T[EMBRE  7  DE    1858 — ErA  GRISTUICA. 

Layamtu— EcLipsE,  en  lengu^ 
araucana,  que  significa  la  mnerte 
del  sol. 

I. 

Hoy  entre  las  9  y  1 1  horas  de  la  mafiana,  sesenta  ó  setenta 
millones  de  babitantes^  esceptuando  los  muy  enfermos,  los  pre- 
•08,  y  los  ciegos,  elevaràn  sus  miradas  al  cielo  para  preaenciar 
la  interposicion  de  la  luna,  entre  el  sol  y  la  tierra,  que  nos  arre- 


—  543  — 

bataró  por  una  hora  en  su  totalidad  en  onas  partes  y  parcial- 
mente  en  otras,  la  luz,  la  comnnicacion  continuada  de  ese  abrazo 
de  fuego  que  furma  la  alegria  y  la  vida  de  la  tierra. 

El  habitante  de  las  estremidades  de  America  y  su  centro  ti 
Patagon  y  ellroqués, — el  hijo  de  las  montafias  y  de  las  Uanuras; 
— el  bàrbaro  de  las  pampas,  el  esclaTO  del  Brasil,  del  Paragua  > , 
de  Cuba,  y  delos  Estados  del  Sur;  el  hombre  libre,  el  feliz  } 
el  desgraciado,  el  ignorante ye>  sàbio,  el  niiìoy  el  anciano, — 
todos,  todos  unidos  en  un  acto,  en  un  pensamiento,  en  un 
inoQiento,  sobre  el  hemìsferio  americano,  sentirdn  pasar  por  sus 
almas,  al  ver  intcrponerse  «k  la  luna  en  el  cspacio,  corno  los 
pasos  del  creador^  cuando  su  mano  omnipotente  sembraba  los 
raundos  con  compas  y  medida  en  las  bóvedas  de  la  inmensidad , 
su  tempio! 

Tallo  has  figurado,  tu  sublime  Miguel  Angel,  en  las  bóvedas 
de  la  Sixtina.  Jehova  flotando  en  el  espacio,  estiende  sus 
brazos  creadores;  ^  y  aqui  elsol,  alla  la  luna,  se  veian  brotar  en 
su  carrera. 

IL 

Yen  verdad,  esun  momento  de  unidad,  Amerìcanos  en  quo 
elevados  por  un  espectàculo  divino,  que  hiere  vuestros  ojos, — 
y  OS  hace  apreciar  la  belleza,  la  alegria,  y  la  necesidad  de  la 
luz,  debeis  volverun  momento  la  mirada  bacia  el  mondo  interno 
del  alma,  que  vive  con  frecuencia  en  el  eclipse,  '  para  haceros 
sentir  la  necesidad  de  esa  luz  del  pensamiento  que  debe  rejir 
los  sistemas  de  lospneblos,  transportando  à  la  tierra  la  armonia 
de  los  cielos. 

Tmaginaosla  permaneucia  ó  la  prolongacion  del  eclipse  total. 
Elcaballo  sai vaje,  erizada  la  melena,  correria  estraviado,  en- 
loquecido.  ó  paraltzado  de  temor,  clavaria  en  tierra  la  cabeza 
cerrando  los  ojos  para  no  aterrarse  con  la  invasioride  las  tinie- 
blas.  El  condor  en  las  regìones  ethereas  piegarla  sus  alas  en 
las  cavernas  de  nieve  de  los  Andes  para  buscar  un  sepulcro , 
La  tierra  arrancada  del  pecho  fecundante  que  la  alimentaba, 
esterilizada,  cubierta  su  superficie  de  cenizas  para  envolver  los 
osarios  de  todos  los  vivientes,  rodaria  moda,  sin  significacion 
en  el  espacio  corno  la  tnmba  de  un  dios.  Y  tii,  humanìdad, 
verias  entonces  por  un  momento,  las  virtudes  del  cielo  estreme^ 


—  5H  — 

eersf^  y  con  el  fin  de  la  luz  as^8t;iriaf  al  jiiicìo  final  de  la  creacipn 
aterrada. 

se.  Todo  eclipse,  es  unn  ini Igen  de  ese  dia  del  Josaphat  de 
as  naciones,  cuandotodascar^aiido  el  testamento  de  su  historia, 
7  los  liombrès  el  testamento  de  sus  obras  j  pensamientos,  i|0^ 
presentaremos  ante  el  Ji;ez  soberajio,  para  recibir  el  salario 
merecido  en  el  servicio  de  la  idéntica  causa  del  e&piritu  j  de  la 
perfeccipn  delascriatur^s. 

Todo  eclipse  es  una  ìm^gen  delo  que  seràn  un  dia  Ips  so- 
fismas  y  pasiones,  que  esclavizan  y  divlden  à  los  hombres. 

<LPorqliéqo  brilla  en  todos  la  misma  luz  mpral  é  intelecjta^l, 
asi  comò  brilla  para  todps,  la  misma  luz  exterio|:  ?  Por  qué  \ìfky 
satélites  moraìes  que  se  interponen  entro  Dip9  y  ìfì  |Cpifd^pfiÌ9, 
entree!  hermano  y  el  hermàno,  entre  pueblo  y  puebjip,  cubie 
razos  explotpdorafn  y  razas  explotadas.  Vivimps  pues  ei}  fclifse 
moral. 

El  arquitecto  supremo,  l)a  fija4o  la  duracion  de  los  eclipses 
en  el  espacio;  pero  ha  dejado  à  la  libertad,  que  es  la  gloria  de 
los  pueblos,  corno  lo  dijo  mi  Maestro,  la  facultad,  el  poder,  y  el 
deber  de  arrancar  à  todo  satélUe^ne  se  interponga  en  la  òrbita 
del  derecho  y  del  amor. 

III. 

Sepamps  aprovec^^ir  1^  le^cionps  de  Ioa  gr^4^  e^jpect^r 
culos. 

El  .dia  de  la  m\iferte  de  Je^n-Cri^to,  verbo  disino,  If  ppl^^ff, 
ó  la  ]\ìz  que  qs  Io  iqi8^9,  '^  c.rón|cia90s  dic^  :  «y  ^e  o^^fi^i'f^'^ 
elsoh  (Lue.  XXm— 45) 

Algpnos  han  ^ridp  yer  ,en  la  m^f^ite  de  Jei?ij7Pif|pJt9,  fiì 
simbol^mp  del  Sol  ^ue  rjtuere  p^a  en^ar.  en  el  invi^r^o,  9^!V\^ 
do  es  la  rea^idad  del  mytbo  loas  profun^P  4^^  pued^  i^^^^l^F 
la  ioteligencia  :  el  sifobolo  4^1  .^^ificio  por  el  bic^n,  ìa/^  fJi/nffr 
blas  4^1  er|meq,  y  la  i:e^ur4'.e^cìpj[i  4^  la  lyz  qn^  ^  ^i^fnoif^l.  £1 
mqesiro  diyiqo  tendi^do  en  el  sepfi^crp,  la  buqpianid^^  ^f^^f^9^ 
p,ero  nps  ha  d^adp  sexj^efj.flejl  lugqr  d^  89  ^^9ff\f^99~J  9lW^ 
legadp  la  palabr^  que  lo  \\ar^  TieBUScit^r  c^^il^P  py^^^^9  :W* 
dad  gplpiémps  decìdidamepj^,  Jfts  RUfjfta^  4^1  ^ejwAffl^^  >  4Wftri 
mps  al  L^aro  f epulta<j[o  :  .5<^.,  legànt^^  V9°tflf  1^'  ^lf^^^^%  ì 
toma  posesion  del  mun^p  I 


.«  l^dL  t^ofx  del  .bQm})re,  decjia  Bpf))sj5pi^r^,  ^  ^Aemeja  wn  ^ 
g)pbo.qpe^ah^a.  X^a  mita^  i^tà  ^umerjji^p  eii  las  tìaiebla^, 
caando  la  ptra  ^^^  alm^b^fK^a  ^ 

Y  jiay,  en  ^e  pipbpiS  heraisferìos  es^r^^  pop  un  f^fton^to 
l^pebrosos,  podeipps  d€;cir,  ,cqq  los  e^MU<^  pidfnitivQS  ;  ?e9, 
<^alce  luz,  7  di^ij;^  Qjifesjxas  aflU^nes.  Los  ^raUB^m^  -ci^- 
taban. 

«Qc^  €^1  sol  que  ve  y  conf^laplfi  tpd^p  ì^$  co90s  seya  p^e^^lffo 
protector. 

i<  Sfeditemo^  tohre  la  Jviz  admir^))}e  del  l^ol  re8plapdpcie«t0; 
que  dirìj^  niie9tra  iojtelìgepcia. 

i<  Aqsìosos  de  alimento,  cod  hf^ip^e  opr^cion  ^Ucitaoios  lo| 
dones  del  Sol  adorable  y  resplandecienl^. 

IV. 

y  si  jeate  ecHpse,  elevando  las  iqiradaQ  dje  tado3  Ics  hijq^ 
del  gQl  de  Iflayo,  que  hace  algupios  ajOoseat^  ec|ip3^^  elevase 
t^ftOib^D  9US  corozoaes  para  pireguqfjtcf^  ^V^Ì^^  ^  ^l  fatélUf 
que  ae  i|iterppae  entree  la  ConfecjLeracipq  y  ^ii^oa  Air^s?  He- 
mos  medidft  la  duraciou,  coQo^cemos  su  X^vmi^f^^  Lft?  tiuie 
blps  aumeiUap,  y  el  satjéUte  parece  cl^va^f)  ea  f\  eapa^io  corno 
una  barrerà,  fraccionandp  el  disco  g|*ap4ios|a  d^  la  i^^i^id^d  d^ 
1^  aotìgi:^  patria. 

^S9  ^atélite  que  divide  uni  nftcjyqn,  buscadjp  eq  vosotros  mi^r 
mos;  ^1^  la  iij^ijferencjfi  de  los  pqtderosoa,  ^n  {la  iudoleucia  4^ 
los  A^l^icipsps,  en  la  igpprf^i^ift  4^  ^^  ^^^^%  ^^  1^  an^icipp 
de  upof  pof^os^. 

((  Qu^  1^1 9ol  Que  Yé  y  ppntenipj;^  todo^  Mh^  ^^f ^  ^^^  nuestro 
prot^c^r.  D 

Ynelyfi  ^XL  Uxt,  eclip3a4ai  P^rfflF^  Ift  prplojj^cipn  del  eclipae, 
puei^  a/s|^^far  I49  tini^^^  8^palci^)esj^i^e9LyolirQr  el  fèretro 
de  una  nacion. 


EiiumelpAfsioiiidel  espirfta  en  AjMiéitea. 


flace  tieippo  r^etuqo^  ha  Hegado  para  m\A  eonfcjjneftte  la 
bora  de  su  emancipacion  intelectual. 

Itorqn^  e^  n^cfisano  npa  eouMuzamoa  qua  &\  toa  puQblpa  4^ 
America  se.  aliatoli,  id  WfUi^  «1  penafulii^to,  ly  ^oouùi^ibjil 


—  546  — 

de  los  americanos  ha  permanecido  y  permanece  en  uà  esta^do 
de  servilismo  deplorable.  Y  he  aqnf,  al  pasar,  una  de  las  cau- 
sas  de  la  poca  fecundidad  intelectual  que  demostramos. 

No  asf,  la  America  del  Norte  ! — ^Cuàl  es  la  razou  de  tan  nola- 
Me  diferencia? — ^Porquéen  EstadosUnidosse  ve  ese  desarrollo 
tan  completo  é  integrai  de  las  facultades  humanas  ?  i  Por  qué  son 
ellos,  la  Nacion  libre,  la  Nacion  sàbia,  la  Hacion  potente? — 
iPor  qué  tienen  ellos  una  literatura  sui-generis^  expresion  mag 
nffica  del  Nuevo  mundo,  un  progreso  cientifico  é  industriai  que 
no  reconoce superiore»  en  Europa? — ^Por  qué  son  ellos,  en  fin, 
la  patria  de  la  libertaden  el  hogar,  en  el  municipio,  en  el  con- 
dado,  en  el  Estado,  en  la  Nacion? 

Porque  son  libres  de  esp^hitu  I 

^Y  porqué  nosotros,  Sud-Americanos,  andamos  mendigando 
la  mirada,  la  aprobacion,  el  apoyo  de  la  Europa? — ^Y  en  Eu- 
ropa por  qué  hemos  elejido  à  la  mas  esclavizada  y  à  la  mas  ha- 
bladora  de  todas  las  naciones  para  que  nos  sirva  de  modelo  en 
literatura  putrefacta,  en  politica  despótica^  en  filosofia  de  los 
hechos,  en  la  relijion  del  éxito,  y  en  la  grande  hipocrecla  de 
cubrìr^todos  los  crlmenes  y  atentados  con  la  palabra  civilizacionl 

He  aqu[  un  fenòmeno  que  merece  ser  dilucidado,  y  sobre  el 
cual  vamos  à  hacer  algunas  indicaciones. 

Tambien  nosotros^  hemos  sido  uno  de  tantos  que  han  creido 
no  en  virtud  de  los  hechos,  sino  de  los  escricores,  oradores  y 
poetas,  que  la  Francia  era  la  nacion  iniciadora,  la  nacion  libre, 
que  consagraba  su  jéniò  à  la  libertad  del  mundo.  Tambien  he- 
mos sido  uno  de  tantos,  que  han  jemido  con  sus  desgracias. 
creyéndola  victima  del  pervenir;  (lodo  esto  porque  asi  nos  lo  en- 
sefiaban.)  Pero.. .. mentirà  todo  esol  La  Francia  jamàs  ha 
sido  libre.  La  Francia  jamàs  ha  libertado.  La  Francia  jamàs 
ha  practicado  la  libertad.  La  Francia  jamàs  ha  sufrido  par  la 
libertad  del  mundo. 

No  conozco  en  la  historia  dela  Francia,  es  decir  en  el  periodo 
de  dos  tnil  aftosy  sino  ctiatro  meses  de  gobierno  libre:  Los  meses 
de  Marzo,  Abril,  Mayo  y  Junio  de  1848. — (Y  aun  esto  se 
duda.) 

Qué  espantoso  seria  demostrar  aiio  por  afio  la  proposicion 
que  dcabamos  de  sentarl 

^Y  por  qué  los  Americenos  del  Sur  (bablo  en  jeneral}han  ab 
dicado  su  espfritu  y  elejido  à  la  Francia  por  modelo? 


J 


—  547  — 

Yamos  à  indicar  algunos  hechos  que  aclarao  este  feuómeoo. 

La  invasion  de  Napoleon  a  Espafta,  la  mas  grande  de  sua  trai-* 
ciones,  e]  mas  sangriento  de  sus  crlmenes,  facilitò  la  ladepeu- 
dencia  Americana — De  aqui  nació  una  profunda  admiracion  j 
simpatia  hàcia  la  Francia. 

Caldo  Mapoleon,  muchos  oficiales  franceses,  soldados  herói* 
cos^  yinieron  à  militar  por  nuestra  causa. 

Los  Americanos  que  prepararon  la  revolucion  de  America,  es- 
tudiaron  la  filosofia  revolucioDaria  del  siglo  XVIII,  y  corno  sus 
campeones  principales,  eran  Voltaire^  Montesquieu,  Diderot, 
Bousseau,  que  escribian  en  francés,  por  uno  de  esos  fenóme-' 
nos  comunesdel  espiri  tu,  se  formò  el  grande  error  que  consistia 
en  creer  que  todo  lo  que  emancipaba  era  francés.  Creian  que 
las  ideas  eran  francesas  I 

El  estudio  de  la  revolucion  franeesa  es  basta  boy  dia  la 
causa  principal  que  influjeenel  espirita  de  lajuveDtud  à  fa- 
vor de  la  Francia,  comò  nacion  de  libertad.  Se  cree  que  la 
palabra  es  fraucesa  ! 

En  seguida,  nuestros  padres  que  aprcndieron  en  las  teorias 
politicas  que  quisieron  aplicar,  (y  que  fué  en  todas  partes  la 
centralizacion)  nos  enseiiaron  el  francés,  y  el  conocimiento  de 
este  idioma  es  lo  que  perpetua  la  influeneia  fantasmagòrica  de 
Francia.    Creemos  que  es  la  mas  bella  de  las  lenguas! 

Asi   esque  no  leemos  sinolibros  franceses. 

Resulta  pues  que  Uegamos  basta  inficionarnos  de  las  pasiones, 
odios,  preocupaciones  y  errores  de  esa    nacion  vetusta. 

Pero  ha  llegado  la  bora  de  despertar.  Es  necesario  arrancar 
el  error  y  libertarnos  del  servilismo  espiritual  de  la    Francia. 

II. 

Y  nnnca  mejor  que  boy,  cuando  la  bandera  de  ese  pueblo,  ; 
presenta  do  por  suH  retòricos  y  caterva  de  sus  novelistas,  comò 
el  pueblo  vfctima  por  la  salud  de  las  naciones,  se  presenta  sin 
pudor,  con  todo  e]  cinismo  de  una  librea  del  imperio,  en  fla- 
grante delito,  robando,  asesinando  y  perjurando  en  grande  es- 
càia, en  Europa,  en  Africa,  en  Asia  y  en  America!— Y  todo  &  nom- 
bre  de  la  oivilizacioni 

Munca  mejor, — cuando  ese  pueblo  realiza  las  teorias  de  sus 
hìstoriadoros,  que  lo  constituyen  en  represeatante  de  la  civiliza- 
cion,  absorviéndolo  de  todos  sus  atentados,  porque  la  Francia 
no  puede  errar,  y  porque  donde  va   su   bandera  va  su  honor, 


eftieDdiaiido  por  iunior,    no  retrocede,  aiunque  sea  <les4e  Hos- 
eoo  hftifla  Puebla  de  Zaragoza,    desde  Bail^n  ha^la  ^VWet^Ièo! 

iVer^cuAlea  la  teoria,  caKil  el   sofisraiti,  quid  p<&!:<viei*te  à  eiie 
pueblo? 

La  teoria,  es  que  representa  à  la  civilizadoa,  y  el  sofisma es, 
qne  todo  lo  que  bace,  d«be  ser  en  beneficio   de  la  ciTiliracion. 

Empeflad  ea  esa  creeocia  é  diez  é  dùce  DÙilones  de  oam^esi- 
no8  ignoraotes,  entro  los  caales  boy  qttienes  creen  todavia  qoe 
Ti  ve  el  ejército  de  Tlusia;'-empefiad  en  esa  croencia  la  Tatìida4 
de  las  dases  letradae,  el  semillero  de  todos  los  empleadófi  y 
diplomàtioos  jeanitas  comò  Dronin  de  L*bni&,  mtserabtes  eoitro 
Saligny; — empeflad  en  esa  creencia  A  los  directores  de  la  poli- 
tica, ò  al  dèspota  perjuro  qoe  dìrìje  sus  destinos,  y  tendreift  V^'^ 
fioros  inagotables  y  ejércitos  sin  fin  para  los  grandos  imlone* 
de  la   Francia. 

Bien  sé,  se  me  dirà:*iVo  eonfundais  d  la  Naeion  con  su  ffobierno» 

No. — No  confando.  |Pero  qné  significa  una  naeion  de  35 
milloncs  de  habitantes  que  no  puede  impedir  él  tìa  gobierno  la 
deshonra?— ^Qué  naeion  es  esa  que  va  con  su  banderaà  tapar 
la  grutaen  qnePelissier  ahumók  una  tribù  entera,  con  nifios, 
ancianos  y  mujeres,  — y  lo  presenta  boy  corno  duque  de  Sfata- 
koffl — Que  naeion  es  esa  que  somete  5  Roma  é  impide  la  iute- 
gridad  de  Italia,  sembrando  el  odio  del  nombre  francés  en  ta 
penfnsula? — ^Qué  naeion  es  esa  que  permite  a  su  gobierno  \lotar 
la  constitucion  centra  Roma,  violar  la  constitucion  centra  si 
misma,  y  coronar  al  asesino  de  los  parisienses  y  al  perjuro  dò 
su  ley,  y  con  siete  millones  de  sufrajios7— Qué  nacioù  es  esa 
qne  permite  à  su  gobierno  sacrifique  clen  mil  hombres  en  Cri- 
mea, para  conseguir  nada,  ó  solo  para  demostrar  la  tremenda 
poteoei(|  de  U  Rusia,  resistiendo  en  un  solo  punto  a  euatro 
naei«mes  eonjuradas,  a  la  Inglaterca,  la  Francia^  la  Cerdefift  y 
Turqmr 

aEs  esod  Gobierno,  óes  la  naeion?-— Pero  qaiéii  é&respott»* 
sable  de  sa  Gobierno? — El  pueblo  que  lo  soporta.-^fis  pof  es** 
to  que  lamia  esti  demas,  tomolo  quedìgamos  cantra  U  iodi^ 
ferencia  politica,  todo  lo  que  hagamos  para  quo  sea  el  puebl» 
el  ajentede  sus  propios  inCereses* 

Si  abdica  es  reaponsable — y  sa  bandera  eoKpeAada  en  todai; 
las  areiiUiras  criminaleti  de  la  historki,  respoteatiiltza  6.'  la  nai* 
ami.  qne  representa. 


i 


_  549  — 

SilaFTWcia  no  es  responsftbta'  élè  e»  Gobierno;  ^niéii  le  di 
efpa  8old^dos^  esos  buques,  eaos  mìUones;  para  ir  à  aiqiiearel 
palacio  del  emperadorde  la  China,  j  para  emprender  la  espe^- 
dicion  de  Méjico? 

Si  la  Francia  do  es  resposable,  entónces  qué  pueblo  es  ese  que 
piQi^mite  &  unbandido  qcte  tone  sfu  baiHlera  para  seiffbTafr  en  el 
iai»nd<)  la.  maianzal — Francia^  Fraacial — dime  qaé  bandera  ha 
«ido  la  que  ha  bombardeado  à  Àcapolco  por  tresdias! — O  tiene 
su  majestad  imperiai  oìTB,  banderai 

III. 

Y  ha  sido  esa  teoria  de  la  civilizacion  ensefiada  por  los  doc- 
trinarios  franceses,  la  que  ha  introducido  entre  nosotros  esa 
turbacion  enlasideasdelojusto  y  delo  injusto,  7  ademaa  la 
que  ha  establecido  en  los.  espiritus  esa  especie  de  absolutismo 
ó.pootificado  de  la  Francia. 

El  orijen  de  la  teoria  es  jerm'mico, — pero  lo  que  los  filósofos 
9^  alemqnes  habian  demostrado  a  fa  cor  de  la  Àlemania,  los  ecléc- 

f  ticojs  7  doctrinariosfrancesesplajiando  el    fondo,  aplicaron    la 

forjna  à  la. Francia.    La  teoria  es  està: 

La  filosofia  alemana  demostró,  quetodoel  trabajo  de  lossi- 
glos,  ó  mas  bien  que  las  manifestaciones  de  la  idea  absolula. 
tenian  en  los  pueblos  jermiìnicos  la  encarnacion  definitiva.  El 
Oriente  fué  un  momento  del  infinito,  ó  el  reino  del  Padre ^  en 
todala  magnificencia  de  la  fuerza.  El  mundo.  griego  romano 
fuéotro  momento  del  infinito,  ó  el  reino  del  i7i;o.  El  mundo 
moderno  fué  el  tercer  momento  de  la,  idea  que  llegabaà  la  con* 
«iencia  de  sf  misma,  en  el  reinado  'del  Espiritu, 

Si  cada  momento  tuvo  sus  razas  ó  naciones  que  lo  represen- 
taran,7r-eL  tercer  momento  le  tocó  A  la  Alemania. 
Y  i^é  hace  Cousin? — Acepta  la  teoria,  peroen  lugjar  de  la  Ale* 

mapia  pu$p  &  la  Francia. -~De  este  mo4o  1^  Francia  llegó  à  ser 
la  encarnacion  del  espfritu.  Y  comò  la  ciTiUzacion  seg^n  ellos. 
€8  lo  ultimo  que  triunfa^ — ho7  el  bombardeo  de  Acapulco  es  el 
fligno  mas  grandioso  7  mas  retumbante  de  la  civilizacion] 

Ifo^egfinieisk  A  todos  esoaeacritQres,  nié  la  Frauda,  si  la 
civilizacion  esla  justicia. — No. — Lo  que  la  Francia  haga  eslajMé*^ 
ticia.  El  derecho  rtfx ediUM  id^aieieriui) no ts.laiadt^aalidàd 
ii^|SA|i;ufi(iU«  4» (l4(  peiS0mKdAd'dèlrÌH>dìUe^-^ld»r««b^  etlo 
Vit^f4fi*^rt»f(n€.A  p^dWp:.  eacargadoidòl  térticr  momeoto    de  lai 


—  sso  — 

idea. — Comprendeis  ahora  la  cegnedad  de  ese  pnoblo? — Mere- 
te  6cr  iiBitado,  adrairado  y  tolerado  ea  sus  actos?  Procul — le* 
jos,  léjos! 

^No  comprendcreìs  de  estc  modo,  esa  iafatuacioD  estupida  de 
la  politica  francesa? — ^Mo  qaedan  asi  esplicadas  sus  contradiccio- 
nes,  sa  cÌDismo,  sa  barbàrie?  {Si  no  paedo  pecar,  si  so;  eien* 
cargado  de  la  civilizacion,  silencio  à  vosotros,  eòa  vuestras  pa- 
labras  de  derecho  y  de  jasticia! 

IV. 

Atràs  puesIA  Francia,— Atràs  la  Francia nViVùflc^ora  qae  allo- 
ga tribus  ea  Argelia.  que  saquea  el  palacio  de  Pekin,  qae  Tiola 
el  derecho  de  jentes  en  Roma,  qae  conqnista  ennnestros  diasi 
Atràs  la  Francia  de  Orìzabav  Acapulco!  En  Orizaba  la  mas  in- 
fame traicion,  en  Acapulco  el  mas  cobarde  bombardeo.  Atr^is 
la  Francia  imperiai,  personificacion  de  la  hipocrecia  y  de  la 
perfidia;  hipócrita,  pues  se  Ilama  protectora  de  la  raza  latina 
para  someterla  à  su  réjimen  de  esplotacion,  perfida,  paeshabla 
delibertad,  ynacionalidad.  caando  incapaz  de  libertad  conquista 
para  esclavizarl  Atràs  la  Francia  imperiai  de  los  Bonapartes 
que  corona  A  los  perjuros  !~No  mas  servilismo  à  ese  espirita  de 
reglamentacion,  depolicia,  de  centralizacion,  abdicacion,  de 
esclavitud.  ^No  mas  oido  à  ese  pueblo  que  se  cree  y  se  Ilama  el 
civilizado  por  exceleacia^  cuando  ni  siquiera  puede  bablar. — 
No  mas  compasion  al  esudo  de  ese  pueblo,  cuando  soporta  qae 
su  mismo emperador  lo  declare  aincapaz  de  libertad.  n  (Discarso 
de  Napoleon  III.    Febrero  1863.) 

Ha  llegado,  americanos,  la  bora  de  la  emancipacion  de  vuestro 
espirila. 

Y  el  acto  mas  plausible  qae  podeis  presentar,  hijos  de  Buenos 
Aires,  para  dar  an  testimonio  de  vaestra  justicia,  de  vuestra  con- 
ciencia  Americana  y  Republicana  es  una  manifestacion  à  favor 
de  la  causa  de  Héjico. 


Hoy  entra  la  America  en  el  mecanismo  del  movimiento  del 
mando. 

Sagrado  y  sublime  momento^  Ainerieanos! 

Y  se  presenta  enla  bistoriaconel  testamento  de  los  mértires, 
con  las  esperanzas  delòs  jéniog,  con  las  profecfas  de  los  héroes. 


i 


—  551    ~ 

!Bnla  ftepùblica  de  un  continente,  es  la  democrÀcia  del  mando 
deColon,-—es  la  autonomia  de  la  libertad  qae  por  yez  primera 
Tu  &  pouer  su  mano  en  la  palanca  de  los  hemisferios,  para  pro- 
clamar la  verdad  y  rejenerarel  espirita  de  la  \ieja   Europa. 

La  Victoria  de  Méjico  sera  la  seAal  de  una  era  nueva.  Las 
termópilas  de  America  estàn  en  Puebla. 

La  alianza  con  los  Estados  Unidos  purificados  de  la  esciavi- 
tud,  nos  va  à  dar  el  predominio  de  la  civilizacion. 

La  civilizacion  boy  es  America  7  Repùblica. 

Y  qué  I  seràn  los  zuavos^  los  que  encadenaràn  este  porvenir  ! 
— La  corona  de  Bonaparte,  rueda  en  el  fango.  Yeremos  si  la 
Francia  la  quiere  levantar.     1863. 


FI»  DEL    SEGXJNDO  T   ULTIMO  TOMO. 


in  BE-LM  wmi&  mimi&mn  mmn  i 


PagiBas. 

Dìscuttòs  Màsóhicoà  (Frlmeróì 7 

•               e        (Segando).  : 15 

«               «        (Tercero) 19 

«               «         (Cuarto). i:i 

Protesta  contra  el  Oriente  de  Francia 27 

La  Revolucion  Relijiosa -31 

Estuchos  reìijiosos 65 

La  revelacion 67 

El  Orden  sobre  naturai f 70 

El  Milagro 73 

La  Omnìpotencia  de  Dio^ 81 

Obieciones  à  fabor  del  miiagro 87 

Del  objeto  del  inilagro  y  de  la  fé  en  el  revelador 93 

£1  dogma  de  la  Encamacion 105 

El  Ser  y  la  Relijion— La  Relijion  y  la  Filosofia It3 

De  la  comunicacion  del  alma  con  el  cuerpo 143 

La  America  en  Peìigro 171  ' 

Prxmera  parte — La  invasion • 175 

Segunda  parte — Las  causas  del  peligro :  191 

Tercera  parte— Ei  remedio 249 

La  Contra-Pastoral 279 

El  Evanjelio  Americano 311  ' 

Primeni  parte — La  verdad-principio 315 

Segunda  parte — ^La  conquista 336 

Tercera  farle — La  revolucion 367 

El  Mensaje  del  Proscripto 445 

A  la  juventud  brasilera 460 

Al Sr.  Julio  Rosquellas— Una  o))seryacion  sobre  su  teoria  del  Destino. . . .  470 

A  los  Sres.  Anjel  F.  Gosta>-R.  A.  Jardin— Heràcleo  G.  Fajardo 473 

La  Traiedia  Divina 476 

Edgard  Quinet 481 

Un  ànjel  y  un  demonio .' 487  ' 

Ecce  Homo 492  ' 

£1  Grande  Adniversario — Jueves  Santo 495 

£1  18  de  Setiembre  de  1854— La  smnda  cainpana 499 

Unrecuerdo  del  Ideal  enei  25  deMayo  de  1857 507 

4  de  Julio  de  1776 515 

Sobre  la  revelacion  del  pervenir » . .  • .  524 

25  deMayo  de  1810 531 

El  conflicto  religioso 53§ 

El  cclipse  del  Sol 542 

Emancipacion  del  espirìttt  en  America • 545 


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