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i
RiroBiims mm
ESPAÑOLES.
Van ya reimpresas las obras siguieníes :
Carrascón [Fernando Tejeda]. Año de 1655.
Epístola Consolatoria [por Juan Pérez].
Reimpresa por Benjamín B. Wifien. 1560.
Imajen del Ante-Cristo.) .Kt^o
Carta a Felipe II. )
Dos Diálogos por Juan de Valdés . ; 1528.
Artes de la Inquisizióny por Montes . 1567.
Del Papa i de la Misa, por Z. Valora. 1599.
BreveTratado de doctrina, por Pérez (? 1560.
Tratado a los Cautivos de Berbería . \1594.
Aviso a los de la Iglesia Romana . . >1600.
£1 Español Reformado, por Sacharles. )l621.
Ziento i diez Consideraziones . . . 1550.
Epístola de s. Pablo a los Romanos .H556.
11. a los Corintios, [Ambas por Valdés] í 1557.
Dos loformaziones :
una dirijida al Emperador Carlos V.»
i otra, a los Estados dol Imperio;
obra y al parezer , de Franzisco de Enzinas.
Prezede una Suplicazion a D. Felipe II.
obra, al parezér . del Dr. Juan Pérez.
Ahora fielmente reimpresas,
i seguidas de varios Apéndizes.
tiPareziáme au$ haria lo ^ue debo, ii por ventura
con lo ffM ÍHo$ mo ha dado a entender , pmUete
aprovechar i eenír amneetra oom^ patria, da tal
manera, que en eeio nada déjate de hazer de lo
que e» en mi mano : porque a 0UO me intiía i
mueee la meema naturaleza , la cual nos enco-
iwMpitf el bian de todo eljinero humano , i de
todas la$ jetOee , donde quiera que eetin , pero
printipalmenie el de aquaUoe, de loe euale» dee-
zendemoe , i hahemo» eido criados •—[Véanse los
renglooas 11-Sl, en la pAJina 196.]
Aflo de 1857.
iCMBds tíoft» Molíi i iatót dH matiamiaUa
m«aiMíta la htcaía ; m I» Jtm di «Munv
«.•u>
■f¿^ _ ^1 >
jT 3 .. • < í vL.. I» ,'
DOS
INFORMA-
C I O N E S M V Y
V T I L B S.
L k VNA DIRIGIDA
a la Mageslad del Emperador -
Garlo quinto deste
nombre :
Y
LA OTRA, A LOS ESTA-
dos del Imperio. Y agora presentadas
al Galholico Rey don Philipe su hijo.
Que contiene muy neoessarios auisospa*
ra ser instruydo todo Principe Ghri-
stiano en la causa del Euangelio.
Con vna suplicación a la Magestad del
Rey, donde se declara el officio de los
juezes y Magistrados, y a lo que es o-
bligado todo fiel Ghristiano» para ser
saluo.
F V E I Ml'R E S S O,
Afio de
15 5 9.
' • . •» 1'
»>o
• Sello que tiene el cjempUr antiguo , d*' l^
schaie esla roimpresion. Póneae aquí en le «e
ngrailezimienlo a la Universidid de Gotllng» , que
ha conservado esle Libro. . -_
k
V,
SUPLICAZION
A LA MAGESTAD
DEL CATHOLIGO
Reí Don Philipe etc.
\
-k -k
s. e, R. M.
Mandado nos tiene el Señor por laiiücade
su Apóstol , a todos los que tenemos nombre
Ghri¿tiano, hazer orazion por todos los hom-*
bres , por los reyes, prínzipes i todos aque-
llos que están constituidos en dignidad: Por-
que son criados de Dios para conservazion
del jénero humano: i como cosa suya, quiere
que tengamos singular cuidado de encomen-
dárselos para que de su bien i de los favores
que por tal medio rezibieren del zielo, redun-
de bien i prosperidad a las repúblicas, i rei-
nos donde presiden , i que assi venga a ser
Dios cijnoszido, honrrado, i glorificado, que
es el fin de todas sus obras. En esto se decla-
ra, no solo que son los prínzipes unbeneOzio
(
«•
•^
^
2 SUPLICASION
divino , dado a tos hombres para su bien í
salud, ,RÍno también que la vocazíon i estado,
que tienen es de grande peso, i que para ha-
zer bien su ofTizio a gloria del que los puso
en él, tienen suma nezessidad ' de ser ayu-
dados de lo alto , i ser tavoreszidos de todas
partes con oraziones i suplicaziones a Días
por ellos, para que les dé su espíritu prinzi-
pal i voluntario, conque alegre[i] constanta-
mente cumplan con laobligazionque tienen:
i que en serle fieles en esto , se manifieste
que son puestos de su mano, defendidos con
su potenzia i ayudados con sus favores. Con
grande i enzendido desseo de la salud i pros-
peridad de vuestra Majestad, i de sus reinos,
rogamos siempre al Señor conforme a su
mandamiento, que de tal manera se haya en
el gobierno dellos, que después de larga i fe-
lize vida oiga la voz de aprohazion del Señor,
con que a cada uno de los que le hubieren
sido fieles en la administrazion de la hazien-
da que le hubiere encargado, dirá. Está bien,
siervo bueno i fiel: sobre pocas cosas has si-
do fiel , yo te daré cargo de muchas : entra
en el gozo de tu Señor. Este desseo es el que
AL reí. 3
nos compele a escrevir estas pocas planas a
vuestra Majestad , por cumplir en parte con
la obligazion que tenemos como Christianos,
en servirle por la via que nos es possible »
zertiGcados que en ello agradamos i servimos
a nuestro Dios, debajo de cuya tutela i obe-
dienzía vivimos. El sancto Propheta David
lleno de Spiritu divino amonesta jeneralmente
a los reyes» que entiendan^agora que es tiem-
po, cual es la voluntad del que los colocó
en la dignidad real, i alosjuezes déla tierra
a que reziban correzion,i que sirvan al Señor
en temor , i se gozen en él con temblor. Fi-
nalmente amonesfa a unos i a otros, i * dize
les, Besad al Hijo, porque no se aire, i perez-
cáis del camino. Enséñanos el Propheta en
estas palabras , que el ofBzio del Rei , i del
Majistrado Christiano, es no solo administrar
justizia política i zivil , i defender a sus sub-
ditos de los enemigos , sino también i mas
prinzipalmente procurar cómo sea Dios bien
servido , i tener un singular cuidado i zelo
de las cosas de su sancta relijion. Por manera
que para que corresponda el nombre i ofGzío
que tienen con la verdad que [es] lo que Dios
4 St'T'LTC.AZIOS
pretende, deben ser zdadores de su gloria,
estar le subjeclos , i como verdaderos vassa-
Ilos suyos reroiiozerlo por Scüor i por Hei
nnivcrsal de todos los reyes de la tierra, i ser
solizitos de buscar en Iwlas cosas lo que le
agrada, todo lo en que pasieren mano en el
gobierno, Lazarlo cDiiforme a su voluntad, i
a lo que tiene declarado por su pal.nbra. Esto
es ser verdaileramentc reyes i juezes, i besar
al Hijt) en señal de siil^ezion i vassallaje. Ila-
zicndo Dios capitán i gobernador de su pue-
blo a Josu6 , le dio mandamiento en que le
dijo: No se apartará de tu boca el libro des-
ta Ici , pero meditarás en él (lias ¡ noches ,
para qne guardes i bagas todas las cosas qnf
están inscriptas en él : entonzes enderezará!
tu camino i entender lo has. Declárase en es-
to que los gobernadores del pueblo de Dios,
deben ser estudiosos i bien entendidos en las
cosas contenidas en el libro de su lei, por la:
cuales quiere (juc sea gobernado i rcjidc
sanctanienle. Porque «leste stndio depende I;
felizidad, assi de los que' gobiernan , come
de los que son gobernados. Por tanto lo!
prínzipes que dessean ser amados i obodezi-
i
\L reí. 5
dos de sus pueblos , como es justo que lo
sean , deben ante todas cosas procurar que
Dios sea amado, i obedezido, i que todas las
cosas se hagan en el pueblo conforme a como
está declarado por la lei. Porque esto es orí-
jen i la fuente de todo bien en las repúblicas,
i por ésta vía saben entonzes unos i otros que
van por derecho camino , i entienden que lo
que hazeUy agrada al Seüor cuyos son. ¿Que
mayor felízidad puede tener un Priozipe cris-
liano que gobernar un pueblo que entiende
a Dios , i es estudioso de su lei , i dado a ba-
zer buenas obras conforme a lo que ella man-
da? Como la gloria del padre es tener hijo
sabio, asi la gloria del rei , es mandar i go-
bernar pueblo bien entendido. Pesadísimas
son las cargas, i llenos de congoja los cuida-
dos que cargan sobre los prínzipes, i no pue-
de haber en el mundo cosa mas propia para
rezibir alivio que tener por mui encomenda-
da la guarda de las leyes divinas. Los Reyes,
i los Majistrados que en esto fueron solízitosy
gobernaron felizisimamente, i dado que en el
gobierno tuvieron trabajos, porque son ane-
jos a la virtud i a la divina obedienzia, fue-
\
6 SUI'LIGAZION
ron C1I grande manera aliviados i consolados
en ellos por el Señor. Muclios trabajos pa-
deszieron los sánelos i fieles Beyes que hubo
en Israel , pero tuvieron a Dios de su parle
que los recreaba, i les daba prósperos suzesos
de todos e\los. Padres son los Reyes i Hajis-
Irados de los pueltlos que rijen, i por tales
se los tiene Dios dados. ¿Que Padre hai que
no desee i procure los mejores bienes que
puede , para sus hijos, i que do se los enca-
mine por todas las vias que son posibles? No
hai mayores ni mas exzelentes bienes que el
conoszimiento , el temor, i la obedieniia de
la palabra de Dios. Estos son los que deben
procurar los Prínzipes a sus pueblos , para
cumplir con el amor que les deben, i con la
deuda que deben a Dios , que los puso por
conservadores de sus leyes, i de todas las co-
sas sánelas, honestas i justas que le son agra-
dables. Para este fin les tiene dada tan gran-
de autoridad: que sean temidos, obedeszidos
i rnverenziados de sus vasallos. Para esto les
lícttc prometida su asistenzia i sus favores,
ijiu' él los defenderá, i les allanará al calnino,
i liis sacará de las dificultades i pressurasen
\
AL REr. 7
que [se] vieren. Para esto llevan reatas, tribu-
tos, i alcabalas de sus pueblos. Por manera
que de parte de Dios lo tienen todo seguro. De
parte suya es nezesarío, que entiendan cual
es lo prinzipal de su ofGzio : i que entendido,
se empleen en la ejecuzion dello. Pero cuan-
do hai falta i menosprezio desto , que es lo
primero i prinzipal que Dios requiere dellos,
i no se tiene cuenta con puriGcar i esclares-
zer las fuentes de la relijion , i que todas las
cosas se hagan según el mandamiento dado
del Señor a Josué, vienen por justo juizio de
Dios, las repúblicas de los cristianos a ser de
peor condizion i mas corrompidas que las de
los Jentiles, como claramente se veeporex-
perienzia.* Somos ya venidos a la edad de
hierro , donde aun no hai aquellas virtudes
exteriores con que estuvieron adornados mu-
chos de los Jentiles , i muchas de las Repú-
blicas que en su tiempo dellos florezieron.
Porque las reliquias del conoszimiento natu-
ral de Dios que hubo en ellos , se ha ya casi
desvanezido en los de agora , por haber de-
jenerado tan a rienda suelta del verdadero i
jejitimo servizío de Dios, que pide por su lei.
8 suPLiCAZion
Allende deslo estamos eu la vejez dvl mundo,
lo cual ha ya mucho que comenzá, donde la
virtudes flaquísima i mui maganta, i domi-
nan sobre manera los malos i corrompidos
humores. jQue grande i que espantable cosa
es la igDoranzía que se tiene de Dios , cuan
profundo el menosprezio i falsa intelijenzia
de su sancta lei, cuan grande falta i carestía
hai de su temor i de su obedienzia: cnan en-
cumbrados están los vanos servizios de Dios
inventados de hombres , cuan estendidas en-
tre los que se llaman cristianos las idolatrías
i superstiziones , cuan desterrado, afrentado
i perseguido el Evanjelio de Jesu Cristo, que
es el propio i verdadero remedio de todos
estos malesl Cuando están las cosas en esta
disposizion, i los hombres tan envejezídos en
esta corrupzion de humores , estouzes e^-
cuando Satanás haze escaramuzas , cuando
siembra errores a su salvo sin que puedau
ser fazilmente conoszidos. Estonzeses cuan-
do con falsos colores i mentiras muí cubier-
tas enflama contra ta verdad a aquellos que
Dioshabiapuestopormaute[ne]dores i lugares
Icnien'tes suyos, para defender la en su nom-
AL reí. o
l)re: i les liazc en creyente que sirven aDios
en extirpar la i ecbar la del mundo, i en lia-
zer matar a los que la siguen^ i quieren por
singniar benefízin del zielo , vivir en ella.
EntoQzes es cuando introduze i vende por
servizios de Dios cosas blasfemas , expresa-
mente defendidas por su palabra. 1 induze a
los liombres a que tengan lo malo por bueno,
tas tinieblas por luz , lo amargo por dulze ,
i lo dulze por amargo, la verdad por menti-
ra, i la mentira por verdad, i que con un in-
creíble odio persigan i aborrezcan la luz del
zielo. Destatan grande i tan antigua corrup-
zion de humores se ha aprovechado conti-
nuamente el demonio por la rabia i odio que
tiene contra Dios , i contra sus cosas. I asi
ha procurado siempre con suma dilijenziade
asolar i destruir totalmente la Iglesia, de la
cual es Jesu Cristo cabeza i esposo. Ha he-
cho grandes males en ella. Ha sido autor de
horribles calamidades : ha usado de sutilísi-
mas arles para desarraigar della la verdad,
o por lo menos escurezerla cuanto le fuesü
posible. Pero no por eso ha dejado la divina
bondad de embiar siempre entre tantas tinie-
i
t
10 SÜPLICAZIOS
blas de ignoranzia algunos rayos de su luz,
para que sus escojidos tUTiesen algún deseño
i estandarte donde acojerse , i por donde re-
jir se en tan grandes breñas i espesuras de
errores. En todos tiempos lia despertado
hombres, en quien ha puesto su espíritu i su
palabra , para que fuesen pregoneros de sii
salud i redenzion en el mundo: i que en * nom-
bre suyo llamasen a penitenzia a los pecado^
res, para que por ella fuesen reduzidos a su
verdadero servizio , i se dispusiesen a entrar
en su Reino. Estando el mundo lleno de im-
píos, despertó Dios a Noé, i lo hizo pregone-
ro de su justizia. Después del diluvio tornado
a henchir el mundo de idolatrías , levantó a
Abrahám, i mandóle salir de su patria, para
que anunziase por donde quiera que fuese ,
la salud que le fué prometida a él , i a sus
dezeudientes. A Abrahám suzeiUeron los Pa-
triarcas Isaac, i Jacob , con los demás que
dieron notizia desta salud por donde andu-
vieron peregrinando. Vinieron después Moi-
sen, Samuel, Josué , i David por mantenedo-
res, i enseñadores de la doctrina de la ver-
dad. En tiempo de Acház Itei de Judá cuan-
AL REt. It
(lo los que lienen mando í autoridad en la
Iglesia eran falsos profetas, todos aduladores
det rei , i de su malvada mujer Jezabél, le-
vantó a Elias que fuese testigo de su verdad,
i diese a conoszer su justizia i su lei i descu.
briese quien era el verdadero Dios. Envió
después a Eliséo, a Esaias, Jeremías, Daniel,
i a Zacarías , que declarasen a los hombres
los males en que estaban , i lo que Dios re-
quería dellos. Después destos a Esdras , i a
Onias, que fueron enseñadores del pueblo. A
estos suzedieron los Macabéos. Vino después
Simeón i Zacarías por testigos de la misma
verdad , i de la salud prometida a Isrrae).
Cuando estaba todo ' lo que conzierne a la
relijion divina tan entenebrezido, tan puestas
en la cumbre las leyes i tradizioncs de los Fa-
riseos, i la lei divina tan corrompida que no
podía ser mas, envió Dios a San Juan Baptis*
ta por precursor del Redentor del mundo ,
para que redujese a la via de salud los que
estaban engañados , i aparejase el camino al
Señor. Qué sentimiento tuvo el mundo destos
sanctos varones, i que tratamientos les hizo,
nianifíesto es, pues los infamó, los persiguió,
1
12 SIIPLICAZIOS
i tuvo por alborotadores, i por herejes , i no
descansó hasta quitar a muchos dellos las
vidas. Como le declaró el Seüor hablando con
los enseñadores del pueblo. ¿A cual (les dize)
de los Profetas no mataron vuestros padres?
Porque es costumbre rezibida en el mundo,
aprobada i canonizada de los mas santos i
sabios dél , que a los que Dios envía, para que
enseñen su verJad pura i fielmente, luego los
gradúan de sediziosos i herejes , i por tales
los persiguen , i los matan con grande des-
hoDira i crueldad.
Salió después aquel sol de justizia Cristo
nuestro Redentor, i difundió los rayos de su
claridad por el mundo, declaró las Profezias,
descubrió nos el secreto del Padre , purificó
la lei , de los errores i falsas intelijenzias
que hablan puesto cu ella los doctores i en-
s:;riadores del pueblo : los cuales se embra-
vezicron tanto contra él por odio de la ver-
dad que enseñaba , que a infamisimos ti'tu-
los le vinieron a quitar la vida. Después que
bubo cumplido el negozio de nuestra reden-
zton, i subido al zielo, avasallados ya i cap-
tivos todos sus enemigos, duró un poco de
AL reí. 13
tiempo la Iglesia en la pureza de la doctrina
del Evanjelio, que él ilejó mandado que se en-
señase a los hombres. Muerto san Juan Evau-
jelista en Efeso , qne seria sesenta i ocho
años después de la pasión i aszension del Se-
ñor, comenzó, poco a poco, a venir la noclie
de la ignoranzia de la verdad, i a enemistar-
se los hombres con ella. Entró Montano en la
Iglesia con grande aparenzia de santidad i
de relijioD, i comenzó el primero a introdu-
zir nuevas leyes en ella. Introdujo dineros i
ofrendas: introdujo ayunosFarisáicos, i gran-
de numero de tradiziones humanas, con que,
a su pareszer , se debia servir a Dios , las
cuales por ser inventadas i hechas de hom-
bres, fueron i son dellos amadas, favoreszi-
tlas , i defendidas con grandes crueldades i
derramamiento de sangre humana. Después
desto, para entretener la Iglesia, envió Dios
varones ilustres en santidad de vida , i doc-
trina, que fueron Irenéo, Policarpo, Grego-
rio Neozesaríense, el gran Basilio, san Jeró-
nimo, san Agustín, Próspero, Máximo , san
Bernardo, i otros semejantes , los cuales Fue-
ron testigos i defensores de la doctrina de la
^
14 SUPLICA ZION
verdad. Pasado en esto grande numero de
años, cresziendo siempre la zeguedad , i es-
pesándose mas i mas las tinieblas de la igno-
ranzia, i siendo grande por extremo el me-
nosprezio del Evanjelio , i del Uníjénito de
Dios* autor dél: i habiendo los Gobernadores
i ministros de la Iglesia puesto en olvido la
regla que dio Jesu Cristo a sus diszipulos ,
en que les dijo. Bien sabéis que losprínzipes
de los Jentiles se enseñorean dellos, i los que
son grandes usan de autoridad sobre ellos.
No será asi entre vosotros, pero cualquiera
que quisiere hazer se grande entre vosotros,
sea vuestro ministro, i el que quisiere ser el
primero entre vosotros, sea vuestro siervo ,
&c. Reinando pues este olvido, i teniendo ya
por esta causa en la Iglesia ganado el casti-
llo la ambizion, la avarizia, el señorío, la ti-
ranía , i que Satanás habia ya entrado bien
adentro de las conszienzias de los cristianos
a titulo de Jesu Cristo, levantó Dios un santo
varón suyo llamado Juan Viclevo , el cual
con espiritu divino trabajó de dar alguna luz
a los hombres , de aquella que le habia co-
municado el Señor , i comenzó a abrir algu-
AL reí. 15
na senda para que pudiesen atinar al conos-
zimiento de la salud divina. A este suzedíó
el santo mártir de Jesu Cristo Juan Hus , el
cual descubrió lo mas que pudo los engaños
en que estaban los cristianos en aquel siglo
tan tenebroso, hasta tanto que murió por la
defensa de la verdad , que le habia revelado
el Señor por su palabra. Otro santo varón
Jerónimo de Praga que levantó Dios contem-
poráneo a este , ilustró por su parle la ver-
dad del evanjelio contra el reino délas tinie-
blas, i fué muerto en la demanda. Zien años
después del martirio de Juan Hus, conforme
a lo que él mismo habia profetizado, desper-
tó Dios un varón suyo * Martin Lulero, i dio
le su espíritu i palabra, i hizo lo instrumento
de su misericordia, el cual con grandes ven-
tajas de sus predezesores descubrió al mundo
quien es Jesu Cristo , i cual es la justizia
por la cual deben ser salvos los hombres.
Compréndese la suma de lo que enseñó , i
escribió, en la sentenzia de san Pedro, con la
cual concuerdan todos los Profetas i Apostó-
les. No hai (dize) ningún otro nombre debajo
del zielo dado a los hombres, por el cual nos
<^z
}
i 6 S11PUCAZ10N
sea nezesario ser saWos , sino el nombre de
Jesu Cristo. Fué este santo varón una trom-
peta de Dios, que lia sonado por ermundo ,
contra cuya doctrina ha hecho i haze Satanás
todo lo que puede por medio de los que tiene
ziegos i cautivos , forjando diversos jéneros
de mentiras , i diziendo contra ella muchos
falsos testimonios. Pero cuanto mas haze, i
cuanto de mayores crueldades i cautelas usa,
tanto va mas de caida. Porque la guerra que
ha emprendido, por ser contra los llamados
por el Evanjelio , es contra el SeAor que los
llama. De aquí es, que por la via que piensa
destruir los, los multiplica Dios. Porque, co-
mo está escripto. No hai sabiduría , no hai
prudenzia , ni hai consejo contra el Señor.
Por manera que en todos tiempos i edades
ha hecho el demonio su otizio en echar ti-
nieblas con que escurezer la verdad , para
cautivar los hombres i tener los massubjec-
los i a su mandar. Pero Dios ba usado siem-
pre de su misericordia en alumbrar los , i
sacar fos dellas por medio del Evanjelio anun-
ziado por sus 'siervos i embajadores. No ha
mudado agora sus antiguas condiziones el
AL reí. 17
mundo , ni tiene perdida la enemistad que
siempre tuvo contra Dios. I así lo con que
tanto se alborota el dia de hoi, i aquello con-
tra que dá tantos i tan horribles bramados,
no es otra cosa que la verdadera palabra del
Evanjelio de Dios. La cual no puede sofrir
agora , como no pudo sofrir al autor della ,
cuando conversó con los hombres. Por sola
la misericordia de Dios ha llegado ya la luz
desta verdad hasta nosotros, por la cual eo-
noszemos el profundo de los males en que
estábamos : i en parte, la grandeza del bien
que nos haze por su bondad. No son a la
verdad tales lo[s] que le han rezebido , como
los publica el mundo, ni como dizen los que
hazen fuerza con mentiras , i los que creen
de lijero. No son motines, no sediziosos i al-
borotadores , ni rebeldes a los Majistrados ,
pero son verdaderos diszípulos de Jesu Cris-
to. Los cuales no desean, ni procuran otra
cosa que subjectarse a él enteramente , i a
todas las cosas que tiene ordenadas para la
conservazion i gobierno espiritual , i político
de su pueblo. Infamannos como que sigamos
una nueva doctrina que jamas fué oida , i
2
48 SUPUCAZION
que loa Apostóles i Profetas padres de nues-
tra íé, no conoszieron ni supieron, para por
esta vía bazer que seamos aborreszidos, mal-
tratados i perseguidos de los hombres. Poco
va en ser amados o aborreszidos dellos. Por-
que DO depende nuestra salud de su amor,
ni de su odio.* No nos congojamos ni rezebi-
mos fatiga por el inCunia , dado que ponga
tanto horror a los hombres : porque como
nos tiene mucho antes dicho el Seüor, escosn
aneja a todos los llamados al conoszimiento
i obcdienzia del Evanjelio, Lo que don duele
i nos congoja mas que se puede dezir , es el
engaño i zeguedad tan grande en que están
los que por tal causa nos infaman , i persi-
guen , i el mal i perdíziou en que por ello
incurren. No andamos a caza déla honrra i
estima del mando, ni tampoco de los bienes
perozcderos desta vida. Porque ne tenemos
aquí zindad perHiatieziente ,pues somos pe-
re^irinosiestranjerog, como nuestros Padres.
Tras lo que andamos es, que sea Jesu Cristo
coiioszido por tal cual es, i entendido bien su
olizio, amado , í obedeztdo de aquellos que
i'ciliniió con su sangre : i que nosotros que
\
AL reí. 19
habernos ya graziosamente rezebido este bc-
neüzio del ztelo, perseveremos en él hasta la
fia. Querría yo que los que son autores i man-
tenedores desta infamia y i que tan entraña-
blemente nos aborreszen, pensasen primero ,
si son cristianos , quiero dezir, si están bap-
tizados , lo cual no pueden negar , pues se
tienen por tales. Después , les preguntaría ,
que es lo que pasó en su baptismo , i a que
fin lo rezibieron. I sin duda la infamia con
que nos infaman , i el odio que nos tienen ,
muestra bien que están ignorantes dello. I si
saben, i aprueban lo que en él pasó: por su
misma boca se condenan a sí mismos, cuan-
do nos infaman, condenan i reprueban junta-
mente a Jesu * Cristo , cuyo nombre nos fué
puesto en el baptismo. Porque no seguimos
ni aprobamos otra- doctrina nezesaria para
nuestra salud, sino la doctrina del baptismo,
ni conoszemos ni tenemos otro Dios, sino al
Padre, i al Hijo, i al Espíritu sancto, por cu-
yo mandado, en cuyo nombre i virtud fuimos
baptizados. Nosotros creemos que al priuzi-
pio crió Dios al hombre en santidad i justizia,
totalmente puro i limpio de. toda mácula de
20 edplicazion
pecado, el cual era justo , iaozente , santo,
obedieale , verdadero , i amador del que le
crió: i que después [que]por su culpa se apar-
tó de Dios, que es el manantial de juslizia i de
lodo bien; quedó por esta via totalmente de-
pravado, corrompido, i ziego, perdida todaín-
tegridad: quedó Injusto, mentiroso, hipócri-
ta , hecho siervo del demMiio i del pecado ,
despojado de todo bien, subjecto a muerte, i
a condenazion eterna. Sus defendientes que
son todos ios hombres , nazen tales cual él
quedó después del pecado , es a saber, peca-
dores, enemigos de Dios, desheredados de su
Reino, hijos de ira por naturaleza, condena-
dos a eterna muerte i del lodo perdidos de-
bajo del imperio i tiranía del demonio. Por
esta causa nuestra jeuerazíoD i nazimiento es
en pecado , por el cual es verdaderamente
condenado todo el jénero humano en el juizio
ilct Dios. Desta jeneral condenazion somos 1i-
lires todos los creyentes por la sola miserí-
coriia de Dios prometida i cumplida en Jesii
Cristo, el cual nos es dado del eterno Padre
por nuestra ju'stizia t salud. I siendo verda-
dero Dios,se hizo verdadero homhre,loma[n>
AL REr. ^1
do carne humana de la sania i siempre vir*
jen María. I fué en todo semejante a nosotros
sacando el pecado , de suerte que fué infini-
tamente limpio, i sin mácula ninguna de in-
juslizia. Por ser hombre como nosotros, pu-
do morir, i ser nos como lo fué, perfectísi-
mo Redentor, i autor de damos vida eterna.
La puerta de donde nos metió en su Iglesia
para darnos libertad destos males en que in-
currimos por Adam,i comunicarnos sus bie-
nes, i fructos de su redenzion , fué el Bap-
tismo. Lo que en él pasó es, lo primero, que
siendo lavados con la sangre de Jesu Cristo
de todos nuestros pecados, fuimos rejenera-
dos i renovados por el Espíritu santo , i sa-
cados del reino del demonio, allí enteramen-
te le renunziamos a él i a sus obras , conse-
jos, i engaños: renunziamos al pecado , a la
carne, al mundo, a sus pompas , fueros, le-
yes, i vanidad-.detal manera que los tendría-
mos toda nuestra vida por perpetuos enemi-
gos, i los aborrezeriamos como a tales, i que
jamás consentiríamos con ellos , pero que
siempre les seriamos contraríos. Creemos
ser esta renunziazion tan verdadera , i teñe-
2'2 SUPLICAZION
iiios[doíí] por tau obligados, sogiia Uios a
guardarla, que no guardándola , i iiienospre-
zii'mdola, se pierde el privilejio de la liber-
L:i<l , «jiie allí ñus fué dado por Jesn Cristo
nuestro Señor.
Ora, ¿quién, veamos, esclautordela ido-
lalria que hai entre los CFislianos, i el que los
haze l¡zen*ziosos para pecar mientras viven,
i los alienta con vanas esperanzas , que por
lo que ellos se han imajinado, alcanzarán sa-
lud después de muertos? Siendo esto contra-
t'io a Dios, de nezesidad tieni; por autor al
demonio. ¿Quien los instiga a que sean inde-
votos , i enemigos de Jesucristo , devotos i
amigos de los santos muertos , i que dejen
<le adorar a Dios en espíritu i verdad, i ado-
ren por Dios, contra el primer prezepto, a los
líalos i piedras figurados como hombres , i
como mujeres? el Demonio. ¿Por quién son
enseñados a que crean, que compran por di-
neros, el perdón de sus pecados, sin verda-
dero aborrezimiento dellos, i digna peniten-
/,¡a, i sin enmienda de vida? por el Demonio.
¿Por ctiyo consejo sou induzidos a torzer , i
íulsav lii palabra de Dios , i a profanar sus
AL Rin. 23
caulas ordenanzas , i sacramcnlos, quitando
o poniendo eu ellos contra su expreso man-
damiento? por el del Demonio. I ¿por quien
sehaze división del sacramento del cuerpo,
i de la sangre del Señor, i son privados los
fieles de la una parte de las dos que Dios
quiso, i ordenó que estuviesen, i se distribu-
yesen siempre juntas a todos sus fleles? Ma-
nifiesto es, que no siendo Dios contrario a sí
mismo , de nezesidad esta división es hecha
por consejo del Demonio , pues es contraria
a la instituzion, i mandamiento de Jesu Cris-
po. ¿Quién es autor de falsas doctrinas con
que andan todos los Cristianos siempre sus-
pensos , i inzierlos de la reconzilia*zion que
tienen i del perdón de sus pecados por la
sangre de Cristo? El Demonio. ¿Por cuyo
tronsejo i engaño dejan los Cristianos la obe-
dienzia que deben a Dios de sus mandamien-
tos , i le procuran servir con cosas que él
nunca mandó, con constituziones i leyes de
hombres, con pompas i aparatos, a la manera
que se suelen servir los ricos del mundo?
Por el de la carne i del mundo. ¿Quien acon-
seja a título de santidad vivir en ozio, i co-
24 SUPLICAZIOn
mer «le mogollón, i tragarse la substauzia de
los pobres, i chuparles la sangre? Bl demo-
nio i la carne. ¿Por cuya doctrina se pone
pecado en el uso de los manjares que Kos
crió i dejó libres, para que los fieles que han
conoszido la verdad, usasen dellos con hazi-
roiento de ^aziasT Por la del demonio. 1
¿quién es autor de defender el santo matri-
monio ordinado i conzedido de Dios para re-
medio de la nezesidad natural , a aquellos
que no se pueden contener ni pasarse sin él,
sin incurrir en pecado i abrasarse? Gl Demo-
nio. Siendo pues del demonio, del mundo, i
de la carne estas obras, consejos, i engaños,
i otros semejantes , perLeneze a la primera
parte de la profesión de nuestro Baptismo ,
aborrezerlos i huirlos , pues allí en jeneral
tos renunzió cada Cristiano. Luego nosotros
que los huimos , hazemos lo que debemos
según Dios , que nos tiene a todos obligados
ii ello, i se lo tenemos así prometido i dada
la lu-.
Lo segundo que pasó en el Baptismo , es
que habiendo nos Dios hecho hijos suyos ,
lo rebebimos *por Padre i por Señor, i bezi-
AL reí. 25
mos voló solemne delante del zielo i de la
tierra , en presenzia de los Anjeles , i de los
hombres, que de todo corazón le obedezeria-*
mos perpetuamente en todas las cosas que
nos tiene mandadas : i que como él es uno í
solo Dios, i lo tenemos por nuestro Dios, asi
no admitiríamos ni tendriamos otra regla de
servirle i agradarle, sino la de su palabra, ni
le haríamos otros servizios, sino los que por
ella nos pide, porque ni quiere ni le agradan
otros : i que por ser nos Padre , tendriamos
en todas nuestras nezesidades recurso a su
misericordia , zertificados por su promesa
que seremos siempre oidos. Alli nos dio a
Jesu Cristo por Redentor i Maestro , i nos
mandó que le oyésemos en todo lo que nos
enseñase, i nosotros lo rezebimos por tal, i le
dimos la fé que asi lo haríamos continua-
mente. I como el sacriGzio de su muerte fué
el por quien nos encorporó en su Iglesia ,
asi nos lo dio por perpetuo remedio en todas
nuestras flaquezas i caldas, para que confia-
dos en él , rezibiesemos siempre perdón de
todas ellas. Nosotros azeptamos aquella mer-
zed, i asi no conoszemos ni creemos otro sa-
1
26 SWPI.1CAZI0.1
crifizio por nuestros pecados que el de su
muerle i pasión , orrezido por él en la cnií.
El cual creemos i tenemos por bastantísimo,
i de elicazia i virtud infinita i eterna por los
pecados del mundo, no solo en jeueral, sino
también de cada creyente en particular.
Creemos ansimesmo que él fué el remate i
el fin de todos los sacrifizios , i que no es *
nezesario ofrezerto otra vez. Porque por~ser
tal la persona que lo ofrezió, con aquella su
sola oblazion satisfizo perfectisimamente a la
justizia de Dios por las culpas , i penas de
todos los hombres , i aplacó con él entera-
mente sil ira ; i también porque ninguno lo
puede ofrezer sino el mismo que lo ofrezió en
la cruz, ni de otra manera que por muerle,
como estonzes lo ofrezió el que es eterno , i
perdurable Sazerdote. I como allí fuimos
baptizados en Jesu Cristo , asi estamos ves-
tidos del, para que siendo, como es, nuestra
sabiduría, nuestra justizia , santificazion , i
rcdenzion , lo tengamos también por nuestro
dechado í ejemplo a quien sigamos , i obe-
dezcamos en todo el rumplímícnlo de su vo-
luntad. De manera que habiendo sido recon-
AL RE!. 27
ziliados con Dios por él, tenemos en él solo
loda la esperanza de nuestra salud : lo cual
es el fin para que fuimos baptizados, i encor-
porados en éi. Siendo pues él nuestro Cria-
dor , nuestro Redenlor , Señor i Maestro , i
siendo baptizados en él, i vestidos del, ¿'por-
qué se ha de tener por estrafio de los que
tienen su nombre, i quieren ser tenidos por
Crisiianos , que oigamos i sigamos su sola
doctrina : que le imitemos , que empleemos
toda nuestra afizion en honrrarle , i glorifi-
carle , que procuremos sirvirle como él nos
manda : que huyamos por malas todas las
cosas que nos defiende: que lo tengamos por
Patrón i Medianero, i nos vamos a él por so-
corro en todas nezesidades que * pues por él
somos hechos hijos de Dios , trabajemos de
vivir como hijos, i agradarle en todo?
Esta es la profesión que hezimos en nues-
tro Baptismo, i la que debemos guardar toda
la vida, porque no es humana , sino divina ,
hecha por la palabra i espíritu de Dios. La
doctrina sobre que está fundada, es tan anti-
gua cuan antiguo es el Baptismo , i aun la
mas antigua que hubo jamás en el mundo
28 SUPUfíAZION
(porque ¿[quéjcosa haí masantígaa quelEvan-
jelio?) i la que está obligado a seguir todo
cristiano so pena de ser condenado para siem-
pre. Esta profesión seguimos , i esta doctri-
na, la cual no es Luterana, sino Cristiana, i
que tiene por autor, i conservador al Hijo de
Dios que la trajo del zielo , i es rezebida en
toda su Iglesia Católica que está esparzida
por el mundo. Esta es la que enseñaron i se-
guieron los Apostóles i Profetas, i por la cual
ban sido salvos dende el priuzipio del mun-
do todos los que la rezibieron , i persevera-
ron en ella. I asi por ella abominamos , i
condenamos todas otras doctrinas falsas , i
peregrinas, contrarias a ella, agora sean mo-
dernas, agora sean antiguas, i todos los er-
rores , i berejias antiguas i modernas , que
contradizen a cualquiera de los artículos del
símbolo de los Apóstoles, que creemos! con-
fesamos con la Iglesia universal. Si son mu-
chos los que no tienen mas cuenta con estas,
que si no bubieran jamás pasado , i si por
esta causa es grande el número de los cul-
pados, no por eso se debe de tener * por cri-
men seguir i abrazar la doctrina de inozea*
AL reí. 29
zia,de verdad, i de justizia, que es la que se-
guimos i sigue toda la Iglesia. Esta doctrina
del Baptismo habían de enseñar , como de-
ben, los Obispos, a los que tienen a su cargo,
que es , enseñar a Jesu Cristo i su Evanjelío
pura i fielmente sin mezcla de otras doctri-
nas humanas, porque este es su ofizio, i no
contentarse con tener una milra, i un roque-
te , i llevar las rentas mui por el cabo. Pero
pues no lo hazen , no se deben maravillar ,
que no los oigan las ovejas : porque los que
no enseñan el puro Evanjelio de Jesu Cristo,
no son pastores, aunque tengan el nombre. I
tiene dicho el Señor por san Juan que las ove-
jas oyen solamente la voz de los que son
pastores , i entraron a serlo , por la puerta
que es Jesu Cristo, i les abrió el portero que
es el Espíritu santo. A falta de tales pasto-
res entraron los inquisidores, los cuales ha-
bian por lómenos de defender esta doctrina,
i no dar lugar que fuese oida ni rezebida
ninguna contraria a ella. Pero han se encar-
nizado tanto en la sangre humana , i han se
alejado tanto a si i al pueblo Cristiano del
conozimiento desta doctrina , i del Hijo de
1^
50 si'PLicAZio;)
Dios, que la dio i Id mandó enseñar , que no
tienen mayores enemigos ni mas contrarios,
que a los que la saben, la enseñan, la publi-
can i viven por ella. I no hazen mas caso de
rpiitalles las vidas por esta causa, que si fue-
sen vidas (le pajarillos de los que se venden
dos por un ardite. Azecbau los i espían los
con tantas artes que muestran bien et odio
que tienen n la*verdad. I no descansim bas-
ta prenderlos, i cuando los tienen entre ma-
nos, prozeden contra ellos como los sayones
i soldados prozedian contra Jesu Cristo en la
casa del l'ontítize: que le atapaban los ojos
i le daban de bofetadas i pescozadas, dizien-
do: Adivina qnicn te dio. Esto mismo hazen
ellos contra los Cristianos que prenden: que
les atapan los ojos , haziendo les cargo de
cosas que no hizieron ni dijeron , i mandan
les que adivinen quien son sus acusadores ,
i sino saben adivinar , quedan condenados.
En esto mismo se declara que tos que asipa-
dezen, i por tal causa, son imitadores de Je-
su Cristo i miembros suyos: i ellos, que así
les tratan, son suzesores de los que condena-
ron a Jesu Cristo: no embar^nte las escusas
AL reí. 31
falsas, i los zelos con que se coloran. ¿Quién
nunca jamás viú, ni oyó, que en ninguna na-
zioo ni judicatura del mundo, que unos mes-
mos, sean jaezesi parle contraria? Pues ¿por
qué se permite esto en la causa de mayor
ímportanzia que se puede tratar entre hom^
bres, que es la causa de Jesu Cristo? Que los
inquisidores seau juezes en esla causa, ma-
nifiesto es: i que sean parte contra la verdad,
i los que le siguen, también es notorio. Por
que solo el defender al pueblo a poder de
zensuras, que no lea en romanzo las leyes i
evanjelia de Dios, por las cuales se babia de
conoszcr desta causa , es harto bastante ar-
gumento i avertguazion (aun que no hubiese
otra] para couoszer que son contrarios a Dios
i a sus Cristianos. Si hubiese hecho vuestra
'Majestad leyes o ordenanzas en su Reino, i
puesto las en público, para que todos las su-
piesen , i entendiesen por ellas lo quedebian
hazer , i huir, para ser leales a su Ilei, ¿ten-
dría por vasallo fiel al que con grande fuerza
i violenzia impidiese a los subditos laleziou,
í la iotelijenzia dellas? Claro está , que sería
el tal,traidor i desleal, i totalmente contrario
\
I
JZ SUPUCAZIOX
a la honra i volunlail de vuestra Majestad, i
r¡iiepor lo mesino incurría en pena de muerte.
I si alegase que lo hazía porque no se perdie-
se el reino, ¿no era esto mesmo meter hoz en
míese ajena , i argüir de ignoraneia al que
había puesto las leyes? Pues por semejantes
obras muestran ellos que son parte cootraria
de Jesu Cristo , pues defienden tan violenta-
mente la Iczion, i la verdadera intelijenzía de
las leyes i ordenanzas divinas, que son el viejo
i nuevo Testamento, las cuales tiene puestas
Dios en público, para que todos los que re-
dimió i tienen nombre Cristiano , las lean i
las entiendan , le conozcan , i le sirvan por
ellas. Los inconvenientes que alegan para
hazer loque en esto hazen, son desvariadísi-
mos i sumamente blasremos, por los cuales,a
Dios que es ínlinita, i eterna sabiduría, que
ni puede errar, ni engañar , arguyen de ig-
noranzia, í poco saber, i presumen de corre-
jir le sus obras , í enmendar su voluntad.
Dejo de dezir que ellos tienen por error i por
herejía el verdadero i lejítimo couoszimiento
de Jesu Cristo, i de su redeozion, i la siozera
■ pura intelijenzía de »u Evanjelio: "pues
AL HfiK 35
Condenan q mnerte per herejes a los que la
tienen , o por lo menos los despojan de la
lionrra, i de la hacienda. No consintiría vues-
tra Majestad, ni sería justo que consintiese,
que otro Prinxipe CN»ntra quien trújese pleito
sobre alguna ziudad, o reino , fuese su juez
«n la misma causa. Mncbo menos debe con-
sentir f que en la causa de Dios sean juezes
ks que le son parte tan contraria. Porque si
esto sería cosa injusta, i inicua donde se liti-
ga sobre la hazienda , i b'enes de la tierra ,
¿cuanto sin comparazion^s mas injusta, i mas
inicua en el negozio de donde depende la sa-
lud eterna de los hombres, i el que Dios mas
estima en el mundo , i por el cual ha hecho
todas las cesas? Si vuestra Majestad que es
€l supremo Señor de sus reinos, no pone re-
medio en esto , i usa de la autoridad que le
lia dado Dios , en volver por la honrra de su
Hijo Redentor i Señor nuestro, i no consen-
tir que sea muerto tau grande numero de
inozentes, los cuales no saben, ni buscan otra
cosa, ni aman, ni quieren seguir otra cosa ,
sino a Jesu Cristo cruziíicado , de nezesidad
acontezeráa vuestra Majestad, i a sus reinos.
34 sL'PticAjmx
lo que ba acontezi4o a otros , donde se faa
usado de seraejanles erueldades, i se ha he-
cho lao brava guerra contra Jesu Cristo , i
sus fieles. Porque asi , imposible es que do
Euzedau dos cosas, o cualquiera dellas. Usan-
do los Inquisidores de su acostumbrada cruel-
dad i manera de prozeder , i teniendo lan
desenfrenada potestad, es nczc»ario que sean
'inhabilitados , muertos o desterrados por
ellos, los prinzipales del Reino , aquellos de
quien vuestra Majestad tiene mas nezesidad
para su servizlo , porque en ellos comienza
Dios a ilustrar su bondad , comunicándoles
el conozimiento de su salud por el Evanjelio,
i dándoles en esto testimonio que son del nu-
mero de aquellos que tiene ordenados para
salvar eternalmente, para que asi vivan, no
como basta agora, sino como bijos de Dios,
i liercderos de su Reino. 1 asi será eonslre-
uestra Majestad a sersolo^i privado de
periconas jenerosas , eminentes en bondad i
saber, rícas de temor i conozimiento del Se-
ñor, ¡)or cnya prudenzia i consejo sea bien
servido para el glorioso i buen g^iemo de
sus reinos. No es tan liviana cosa la buena
AL reí. OÍI
gebernazioa de tan gran multitud déjenles,
que se pueda pasar sin fieles i leales vasallos,
de quien seguramente se puede Gar en los
cargos públicos i particulares. I esta doctri-
na que leñemos , por ser de Dios , ensefia a
los hombres a ser verdaderamente tales. I la
otra cosa que suzederá, es que habiendo dado
Dios a vuestra Majestad dignidad tan grande,
i títulos tan ilustres ide tanta honrra,ihecho
k) reí de hombres , se mude i se trueque la
dignidad en grandísima indignidad, i los ti-
íhIos honrrosos en infamísimos i muí obscu-
ros. Porque siendo tan grande, i tan no me-
rezida ni pensada la miserícordía que al pre-
sente baze Dios a nuestra España, en sacar
per el cooozimiento de su verdad, a los hom-
bres de las tinieblas i * errores en que hasta
agora han vivido: i querándo su bondad (co-
mo se vee a la clara) que este bien sea uni-
versal, que todos partizipen de su redenzion,
i sean rcduzidos al verdadero camino de su
salud, i qu^e conozcan al autor della : i opo-
niéndose por otra parte , como se oponen ,
para impedir este zelestial benelizio, tan zie-
ga i tiránicamente los inquisidores , habrán
]
56 SrFLICAZI05
de venir por sn crueldad dellos , a ser qne-
tnailos i hechos zeuiza todos los que lo hu-
bieren rezebido, no por mas de por haber lo
rezebido , i haber les hecho Dios tan suma
miserícordia. De donde por esta vía se sei^i-
rá ncsesariamenle, que venga vuestra Majes-
tad a ser Rei, no ya de bw^res, que fué el
intento de Dios, cuando le puso el zeptro real
en la mano , i le encargó su justizia , sino
Rei de la zeniza i de los sanbenitos , i de
aqnellas tan hermosas i amables figuras que
están en ellos, dignas por zierto de aquellos
por cuya autoridad se suelen pintar. I ¿de
que zeniza será Rei vuestra Majestad? De la
de aquellos que son verdaderos diszipolos de
los santos Profetas i Apóstoles , i de Jesu
Cristo Maestro i Redentor de todos , i que
procuran de amar i honrrar a Dios de todo
corazón: que emplean su estudio i afizion en
cumplir su santa voluntad : que no esperan,
ni tienen su confianza en otro, que en ¿I : i
.sobre los cuales tiene Dios poestos sus ojos.
¿T)e que zeniza? De la de aquellos que por
d conozimienlo que han rezebido de Dios ,-
son verdaderamente fieles i leales a sus supe-
AL reí. 57
ñores, que los aman i estiman como a ' pa-
4.1res , í en ausenzia i en presenzía trabajan
servirlos, como quien sirve a Dios, i que tie-
nen el lionor i reverenzia que se les haze a
«líos por hourra i reverenzia hecba i debida
a Dios por estar puestos en su lugar. ¿De que
zeuiza? De la de aquellos que por ser ensena-
dos de Dios, son los que mas aman a vuestra
Majestad, i que con senzillo corazón mas le
honrran en público i en secreto , de lejos, i
de zerca, i que le desean su descanso i pros-
peridad temporal i eterna, i procuran obede-
xerle cor prontísimo i alegre animo , i que
kuyen todas las cosas que le podrían dar sin
sabor por liviano que fuese. Parque ¿quien,
veamos, son los que estiman i aman, obede-
cen, i honrran como deben a los Reyes i Ma-
jistrados? No otros verdaderamente sino los
que son enseñados de Dios, i han rezebido su
palabra i doctrina, que tanto aborreze i per-
sigue el mundo. Porque donde no hai esta
divina enseflanza, todo loqne se haze i dize,
son cumplimientos de palabra , i cosas qne
no tienen mas del parezer. Pues ¿que mayor
crueldad puede ser, ni qne inhumanidad mas
1
t
38 8IIPLICAZI0.N
grande que matar a los «ine son tan nuiados
j amadores de Dios, i taa benéficos a los hom-
bres, itanpazificos i leales amadores desús
reyes i Majistrados , i de todos sus superio-
res? A quien no matarán los que a estos ma-
tan? Contra quien no se levantaráu, los que
se levantan contra Dios que reina en ellos?
A quien no desbonrran los que tan desver-
gonzadamente iofaman i deshonrran en ellos
al Hijo unijénito de Dios? A qué reyes i ma-
yores no cebarán de su silla, los que hazen
lodo cuanto pueden por echar a Dios * de la
suya , que son las conszienzias de aquellos
en quien reina por el conoszimiento i obe-
dienzia de su palabra? Los que asi se osan
levantar contra Dios del zielo, ¿cómo no se
levantarán contra los Iteyes que tienen sus
vezes en la tierra? Por manera que a esta
suma desfaonrra i abatimiento de vuestra Ma-
jestad, i orfandad i disipazion de sus reinos,
van secretamente encaminadas todas las di-
lijenzias de los Inquisidores, sus crueldades,
sus consejos secretos, sus perversas maneras
de prozoder, susvijilias, sus arles, suscon-
lisraíioiics, sil szicnzia, i su ignoranzia , sus
AL REf, 59
aseehaazas , su deseo i ardor de derramar
sangre de cristianos, i finalmente todo cuan-
to en este caso piensan , procuran i hazen.
Por tanto, pues es vuestra Majestad sumo
Majistrado, constituido de Dios , i lo primero
i prinzípal de su ofizio es, dar favor a la ino-
zenzia i la justizia , i tomar a pechos la de-
fensa de la verdad del Hijo de Dios i de su
santa doctrina, i los que matan i ajustizian
pror causa della, están a su cargo ; conviene
le, como a Rei Cristiano , oir sus defensas í
sus razones, i entender las mui por el cabo,
€onozer la causa dellos, dezidirla i juzgarla
por la palabra de Dios , que es la sola regla
de hazer este juizio rectamente. I pues estos
que son tratados con tanta crueldad, son hi-
jos de Dios, pues no aspiran, ni sospiran por
otra cosa , sino por cumplir con lo que le
prometieron cuando los metió en su casa ,
i los señaló por suyos: justo es que vuestra
Majestad que es su Lugar teniente se los tra-
te! se los defienda como a hijos, porque para
eso tiene el zeptro* en la mano, su autoridad
i sus vezes. ¿Qué mayor honrra , ni mayor
felizidad puede tener vuestra Majestad en este
40 srpLicAno5
mundo , ni qué priniizias para gozar de l.i
bienaveiiluranEa del elro , que ttefeader la
verdad de Dios i bazer espaldas a los que la
siguen , i librar los de la furia i de la rabia
de tan grande multitud de perseguidores? i
ser imitador de los santos Reyes David, Eze-
cbias, Jo6ÍasiotrosseinejaDtes,que tomaroD
por empresa defender esta doctrina, destruir
en sus reinos todo lo que era contrario a ella
i bazer que se dilatase i amplificase por ellos
el verdadero conozimiento de Dios i del Re-
dentor del mundo prometido por los Profe-
tas? Piense vuestra Miqeslad muí de espazio
cuan grande es el cargo que le ha dado Dios:
que si le ha dado tantos reinos en poder i se-
fiorjo tan ampio por muchas partes de nues-
tra Europa, es para qoe zelebre i magnifique
su nombre, con mandar enseñar los pueMos
siibjcctos suyos en la verdadera i pura doc-
trina del Evanjelio, i destniir toda idolalria,
i todos falsos servizios de Dios inventados de
hombres , porque son abominaziiKi delante
lie su Majestad , i el orijen i seminario de
todos los males i calamidades que han venido
i vienen sobre la Cristiandad. I pues es justo
AL Rfil. 41
que los vasallos sirvan a su rei temporal por
las leyes i ordenanzas que les tiene puestas,
i no haziendo lo asi, le serian desleales, cuan-
to mas justo es , que todos entendamos i se-
pamos las leyes 1 ordenanzas que nos tiene
dadas nuestro Rei eterno " Jesu Cristo, i que
le sirvamos por ellas, mayormente habiendo
las solemnemente profesado en el Baptismo?
Por esta via son prosperados los reyes, i los
reinos, i son hechos fuertes i poderosos con-
tra toda suerte de enemigos, i alcanzan dellos
ilustres i ordinarias victorias. Nezesario es a
todo Cristiano rezebir i confesar esta doctri-
na, porque rezebirla, es rezebir a Jesu Cristo
cuya es , i debe reformarse a si por ella , i a
los que tuviere a su cargo. Porque sin ella ,
no hai perdón de pecados , no hai paz ni
amistad con Dios , ni cosa que le haga buen
provecho al hombre. El que la rezibiere i
confesare delante de los hombres, dize el
Señor Jesu Cristo, que él lo confesará delan-
te del Padre que está en los zielos , i de sus
santos Anjeles : pero que el que se avergon-
zare della i la negare delante de los hombres,
i en lo mesmo a cuya es, que él también lo
42 SUPLICAZION
negará delante de su Padre que' está en los
zielos. 1 pues tanto nos va en rezebir esta
doctrina, por la cual debemos ser renovados
i reformados para conoszer i obedezer aDios,
todos los que deseamos ser salvos, i ta Taita
que hasta aquí hemos tenido desta reforma-
zion, ha venido por causa de lo que ha he-
cho Satanás para escurezerla : justo es, que
pues agora nos llama lya Dios por diversas
vías para comuDÍcarnos la graziosa i liberal-
mente, que no nos hagamos sordos a sus vo-
zes, porque menospreziando agora tan buena
ocasión , no acoulezca que cuando nosotros
le llamaremos , no seamosoidos, como lo
tiene amenazado gravemente por * su pala-
bra. Para que vuestra Majestad vea en parte
la forma que se debe tener en esta tan neze-
saria|reformazioii , nos ha parezido presen-
tarle [estas dos informazioues hechas por ud
varón verdaderamente pió , i doctísimo , la
una que fue dirijida al Cristianísimo Empe-
rador Garlo quinto de buena memoria padre
de vuestra Majestad , i la otra a los Estados
del Imperio. Verse ha también por ellas los
admirables medios d€ que ha usado el Señor
AL REÍ. 43
para sacar a luz sii verdad, i los progresos
qiii; ha tenido , i cuan confundidos han que-
dado todos los que le han resistido. I ansi
mismo se entenderán las artes, las mañas, i
los instrumentos de que se ha aprovechado
el demonio para destruirla : i verse ha la
puerta por donde entró , i ha tanto minado,
que nos dejó con solo el nombre de Cristia-
nos, i nos ha metido en tales abismos de ig-
noranzia de nuestra verdadera salud , i de
los lejítimos medios ordenados de Dios para
alcanzarla, i persistir en ella. Finalmente se
hallarán en ellas muchas cosas dignas de ser
entendidas i conozidas de cualquier rei i prín-
zipe cristiano. I porque en las cosas que nos
son importantes para salud i para cumplir,
como debemos, con nuestra vocazion , suele
ser muchas vezes perniziosa la impazienzia,
suplicamos humilmente a V. S. C. R. Majes-
tad que las lea i entienda hasta el cabo, i que
tenga respecto al animo con que le es hecho
este servizio, que es zierto mui deseoso de
que tan santa i prósperamente reine en la
tierra , que a la fin sea metido en el Reino
del zielo.
Siguefe la iiifor-
MAZION MVY VTIL
QVE VN Pío Y DOCTISSI
mo varón dio a la Mage^ilad del Em
pcrador Cario quinlo dosle nombre.
Los antiguos Ftlósoros , Sacra Majestad ,
con grande dilijenzia anduvieron investigati-
do por saber de zierto qne tal fuese la com-
postura deste mundo , i quien haya sido «1
autor deste zielo que vemos, de que manera
se gobierne , cual sea e) orijen de los hom-
bres, cual la condízion de las cosas humanas,
i en que manera consistan, se muden, i pe-
rezcan en sus tiempos, todas estas cosas que
suzeden en esta vida. No fueron todos en esto
de un parcszer. pero !os que mas se allega-
ron a la verdad , juzgaron que sallan i pro-
zedian todas de una zierla i perdurable fuen-
te, i que nezesariamente tenían aquel curso
que vemos. I por estar destituidos déla ver-
dadera notizia de Dios , llamaron hado a
^ aquello que es lijo * i inmudable , que por
AL Emperador. 45
ninguna via se puede evitar, ordenado i he-
cho asi dende el prinzipio del mundo. Pero
nosotros, a los cuales por benefizio divino ha
resplandezido la luz de la verdad , sabemos
de zierto que depende de solo Dios el prin-
zipio de todas las cosas, su persistenzia i go-
bierno. Porque todo lo que se puede ver con
los ojos : cnanto con los sentidos se puede
comprender, fué por él criado. Del han sido
hechos i conGrmados los reinos, los imperios:
él solo los conserva , solo los ampHGca , i
cuando quiere los arruina. El es el que los
pasa de una parte a otra , unas vezes a una
nazion, i otras vezes a otra, para que asi ten-*
gamos por zierto que él es aquel sempiterno
Señor, que hinche todas las cosas. Ora, entre
muchos Imperios que ha habido en el mun-
do , hubo cuatro Monarquías mas eminentes
i prínzipales que otras ningunas. Délas cua-
les lamas poderosa i la última fué de los Ro-
manos, como lo había significado muchos si-
glos antes la santa Escritura. Este Imperio
Romano a la fin espiró i fué disipado, como
también los otros tres que por orden le ha-
bían prezedido. Porque se estendió su señorío
46 INFORMAZrON
al Oriente , i al Poniente amplisimaniente.
Cuanto poseyó en Asia i en África, está todo
ya perdido. Poseyó la mayor i la mas fértil
parte de Europa : pero agora de aquel como
un grande edifizio caido , han creszido otros
muchosreinos, totalmente apartados de aquel
cuerpo, i no queda ya nada dél sino el titulo
i el nombre , que todavía retiene Alemania,
a la cual finalmente se pasa la po^testad de
hazer Emperador. Pero por ninguna via se
puede comparar el Emperador, que por ella
es hecho , con aquellos antiguos Emperado-
res délos Romanos, de tal manera, que ni aun
tiene la ziudad de Roma, que fué la silla mis-
ma, que antiguamente ocupaban los Zésares,
i su propio i antiguo domizilio. De mas desto,
juntamente con la caida del Imperio Romano
rezibieron una grande plaga todas las buenas
disziplinas i szienzias , las cuales finalmente
cresziendo de día en día el mal, fueron del
todo oprimidas i destruidas.
AL EMPERADOR. 47
Cómo con la caída del Imperio perezieron
las buenas arles, i fué escurezida la verdadera
doctrina de la relijion.
Después que esta escuridad tan grande
ocupó todas las buenas letras i artes , si-
guiéronse juntameute grandes tinieblas en la
relijion i en la doctrina Eclesiástica. Cuanto
a la perversión de las buenas letras cuan
grande haya sido, aun no lo ignoran los vie-*
jos de nuestros tiempos. Pues, que los estu-
dios de las buenas artes sean en grande ma-
nera provechosos para bien administrar las
cosas Eclesiásticas, cada padre de familia en
su casa particularmente , i públicamente los
mismos Majistrados dan testimonio dello.
Porque por eso enviamos los mozos a los es-
tudios, i los encargamos a los maestros, para
que bien enseñados en el conoszimiento de
buenas cosas, puedan mejor i con mayor fru-
to servir a las Iglesias , i a la república cris-
tiana. I asi esta que hemos dicho, fué una ca-
lamidad granMe, i tan grande que dende el 4
tiempo del Diluvio, con el cual todo el mun- •
/
t
48 i>FoRii.iziox
do fué cubierto ile agua i anegado, no hubo
ninguna, ni niiii la piicile haber mayor : que
una tan graudc i tan ilustre Monarquía casi
toda pereziese, i que juntamente con su caida
perdiesen su hermosura , i todo su resplan*
dor todas las artes excelentes, i la verdadera
doctrina de la Relijion. Porqué i que otro es-
trago mas horrible queste pudiera acaeszer
a los hombres, pues que en las cosas huma-
nas no liainada mejor, ni mas exzelente, ni
mas divino que estas cosas , es a saber , )a
Relijion , las buenas letras , i el Imperio? I
este mal tan grande, con los tiempos, como
acontesze , creszió , i Tué tomando mayores
fuerzas.
Pero a la Rn volvió Dios sus ojos a noso-
tros, i tomó otra vez a despertar en Alemania
las buenas artes , i comunicú mui liberal i
abundamente szienzia de cosas mui buenas i
exzeicntes. I acontezió esta tan notable i ale-
gre mudanza en el tiempo del bisabuelo de
vuestra Maj. el Emperador Frederico, i des-
puesde su mucrleturo felizísimos progresos,
reinando el Emperador Maximiliano abuelode
vuestra Majestad. Cosa es esta que se debe
AL EMPERADOR. 49
reconozer i rezebir por uu sumo í increible
benefizio del zielo. Porque Dios da i distri-
buye según su voluQtad todas las buenas ar-
tes a los hombres^ I esto ante todas cosas
«OQtarán nuestros dezendientes por prinzipal
entre los loores de la casa de Austria , es a
«aber, que en el tiempo que la dignidad [del]
Imperio se derivó como un resplandeze^ente ^
isol en la ilustrisima familia de V. Maj. en el
mesmo suzedió luego una tan hermosa i ale-
gre mudanza de las cosas. A esta se siguió
después otra mucho mayor i mas resplande-
ziente beneiit¡e[n]zia divina que comenzó jus-
tamente estonzes, cuando fué vuestra Maj. de-
clarado Emperador por voz de los Prinzipes
de Alemania, i el dia de hoi por una admira-
ble manera va cobrando fuerzas. Por tanto
si entre todos los hombres hai alguno que
deba tener cuidado de una cosa tan grande
como esta, V. Maj. sin dúdalo es, pues Dios
le ha ordenado i hecho sumo Majistrado de
la Cristiandad en esta parte del mundo que
habitamos. I como este negozio es el mas im-
portante i prinzipal de todos cuantos pueden
ocurrir en la vida, i pueden pensar los hom-
4
50 tXFORHAZION
bres, asi también requiere grandisima mod«-
razion i prudenzia, para que en él no se em-
prenda cosa sin madura experíenzia , o in-
consideramente,opor ventura con iniquidad.
Que los l'rinzipps deben seguir c« ta Reli-
jien el consejo de Gamaliet.
1 al prínzipio cuando salió a luz esta causa
de la Relijion, zícrto hubieran hecho bien i
prudentemente los hombres, si hubieran se-
guido aquel consejo que dio Gamaliel eu el
Consistorio de los Fariseos, con que les per-
suadía que en aquel negozio de los Apostóles,
que estonzes se trataba ante ellos , nada se
ilebia intentar con fuerza i violenzia. Porque
si era de Dios (les dijo) nadie bastaría a re-
sistirle, i sino, en poco tiempo i de suyo se
cairía. I el que hubiera estouzes dado a V.
6 Maj. un semejante consfijo * hubiera beume-
rizido una inmortal i solida alabanza. Que
esto sea asi, se puede el día de hoi muí bien
juzgar, pues es manifiesto , que esta causa
que agora se trata , ha ya cobrado grandes
fuerzas contra la opinión i esperanzas de to-
AL EMPERADOR. 51
dos los hombres. Pero fué en aquel tiempo
lau grande i grosera la ignoranzia que se te-
nía de las cosas de la Kelijion , que querían
los hombres declinar i apartar de si la luz
que en tanta manera resplandezca: pensando
como está escripto en Platón, que no hai nin-
gún jenero ni manera de vivir mejor ni mas
ilustre en el mundo , que aquella en que han
vivido tan largo tiempo. I asi por esta razón
se puede en alguna manera escusar el haber
resistido al prinzipio. Pero agora ya , no hai
lugar de escusa: porque por los tiempos que
han pasado, la ignoranzia que dello se tiene,
no puede dejar de estar conjunta con obsti-
nazion grande, i asi se ha de juzgar deste ne-
gozio mui de otra manera , i se deben consi-
derar los prinzipios , el creztmiento , i pro-
gresos dé!. Cuanto al prinzipio , que fué en
tiempo del Papa León , estaba la doctrina
cristiana tan cubierta de tinieblas, tan afea-
da i corrompida que ya hablan llegado hasta
vender el zielo por dineros , i suzedió esta
mercadería tan bien a los que la trataban que
como vendieron mui bien los fardos de sus
{)apeles, o burlas burladas, tornaban muchas
r
52 INFOBMAZIO!!
veies al regosto con «Iros , por mas dineros
i mas copiosa ^ananzia.
Cttan pernisioso nml sea la negosiacion q\te
han hecho en la reltjion, i <fiie es lo que delta
se sigue.
7 'No debemos tener eslo por xm liviano i
vulgar abuso, que haya sido introduzido con
alguna manera de error , o por causa de la
iurelizidad de los tiempos. Pero debemos con-
siderar con maduro juizio i de veras , dees-
pazio, i mui mucho cuan miserablemente es-
tuvo escurezida estnnzes la doclríoa de la
verdad , cuan deploradas i desesperadas al
parezer estuvieron las cosas en nuestra cris-
tiandad, cuando estos matreros envejezidos i
conGados en malizia no tenían vergüenza de
traernos semejantes mercaderías a nuestras
tierras , cuando no dudaban de predicar al
pueblo todo cuanto se les antojaba , por mui
desvariado , impío , indigno de ser oído , i
blasfemo que fuese: cuando no solamente los
hombres vulgares, sino también los reyes , i
prinzipes estaban atollados hasta los ojos en
AL EMPERADOR. 55
taa suzias i miserables opinioues. Mas hai
aquí que notar i reprender que el error des-
ta cosa, porque sin duda otro mayor miste-
rio hai encubierto, i en este sumidero podrí,
do i hediondo hai escondida una infinidad de
suziedades azolvadas de feísimas i corrompi-
dísimas opiniones. Tenían en los tiempos pa-
sados toda potestad los señores sobre sus es-
clavos, ni mas ni menos que si fueran bestias.
Pero aconseja Platón que no sean tratados
demasiado ásperamente , ni con ira, ni se use
con ellos de crueldad i rigor. I para persua-
dir esto con mayor faailidad , dize esta nota-
ble sentenzia: que es señal de una mui buena,
i mui loable naturaleza » cuando uno trata
moderada i blandamente a a^quellos que po- g
dria (si quisiese) tratar con rigor. Mui servil
i afrentosa vida fué , la que vivimos debajo
del Pontificado Romano, subiectos ala seño-
ra Ramera. I él por zierto nostrató, no como
era dezente a un amo liberal i moderado, pe-
ro hizo nos todos jeneros de afrentas , i echó
nos todas las cargas i sobrecargas que quiso,
no de otra manera, que si fuéramos animales
brutos. No le dolió nada ni nuestro poco sa-
f
\
54 i>-FOii)iAzieK
ber , ni nuestra miseria , untes cunnlo uia«
crasa iguoraiizia halló en nosolros, (anlomü~
yor i mas copiosa gananzia se osó prometer.
Ya agora es nezesario [que en el lieiiipo que
sacó a plaza en estas nuestras partes ol trato
i nejíoziazioii de la mercudería, <le que arriba
hemos hecho menzion) que confiese , que , o
él pensaba lomesmo que persuadía a los po-
bres hombres , es a saber , que era buena i
sin falsedad ninguna la mercaderia que ponía
eu venta , o que no ignoraba el grandísimo
cngaño.la burlería i falsedad que babiaen ella.
De nezesidad hade dezir lo uno, o lo otro de
estos dos. Si lo hizo de veras, i de cor[a]zon
como lo entendía, ha se de tener por averi-
guado , que es verdaderamente el proprio i
natural Antecristo, por cuya autoridad i man-
damiento fué al prínzipio inventada una cosa
tan execrable. Pero si él mismo lo tuvo por
burlería , que es lomas verisímil , conviene
que lo Humemos el uias cruelísimo tirano de
todos cuantos ha habido desde la creazion del
mundo, pues que después de metidos en una
miserable i extrema servidumbre , no sola-
0 mente no tuvo compasión de* nosotros, niños.
AL EMPERADOR. 55
quiso sacar de aquellas taa espesas i horren-
das tinieblas de opiniones erradas, pero aun
para mas aflijirnos se sirvió dellas para apo-
derarse de nuestras haziendas, i como ladrón
las tomó por ganzúa para abrir nuestras ar-
quillas, i penetrarnos hasta los huesos i tuta-
nos, i hasta chuparnos la sangre. I asi se debe
tener por cosa averiguada , haber sido Dios
sobre manera ofendido i provocado a ira con
este grande i deforme crimen , i que no per-
mitirá que se vayan [alabando] estos Jigantes,
ni que se queden sin grave castigo por tales
abominaziones. Porque en ningún tiempo pu-
do jamás su justizia sofrir la idolatría. Pues
mas fea , mas cruel i execrable qu'esta , no
la puede comprender humano entendimiento.
I esta es finalmente de la que Dios ha tomado
castigo, que fué estonzes justamente, cuando
a vuess. Majestad le fué ofrezida la dignidad
Imperial. Estonzes primeramente comenzó
Dios a llamar a la puerta de su enemigo , i lo
sacó a fuera, para tomar venganza del , i tié-
nelo tan constriñido i atado con su invinzible
potenzia, que porninguna via se puede desea-
bullir.
/
t
56 INPORMAZION
Como solo Dios gobiertta i saca a tus su fíc-
lijii/n i la defiende con grande poder.
Que este negoziolo gobierne la saIiidiir(i}R
tlivina mili mas claramente se puede ver ago-
ra (que al prinzipio cuando coiueiizú] por las
cosas que sabemos que han acontezido en él.
Con grandísima contenzion iporria,icon to-
das sus Toerzas el PontíGze Romano comba-
tía i guerreaba luego al prinzipio contra esta
40 doctrina, porque ya veía 'enella, un notable
i evidente daño para si. I por esta causa
echaba (como lo tieiic de costumbre) rayos
de excomuniones , lo mas poderosa i cruel-
mente que jamás. I después lo que tras desto
se seguía, imploró la fé i socorro de vuestra
Majestad , i a la fin vino a alcanzar (|ue en
una muí grande Dieta que se tuvo en Alema-
nia, condenase vuestra Majestad por un gra-
ve i público edicto toda esta causa, i al au-
tor della , dando potestad a cada cual para
que libremente lo pudiese prender , i echar
en la carzel pilbtica. Quce^, veamos, lo que
se siguió desto. ¿Aprobó i ratificó Dios , por
AL EMPERADOR. 57
ventura, esta seuteuzia? No en ninguna ma-
nera, antes la perturbó i la borró, de tal ma-
nera que no tuvo fuerza ni efecto. Pues ya
anda en veinte i tres años que fué promul-
gada. No quiso Dios que en esto se biziese
nada porjuízio ni voluntad de hombres: dado
que parezía que todo el peso deste negozio
estaba pendiente de un solo hombre , i ese
no nada poderoso, sino antes de tal calidad,
que con mui poca cosa (como todos pensaban)
se pudieran poner él i sus escriptos donde
nunca mas parezieran , i que todo quedara
soterrado. Por manera, que ha dado Dios un
público espectáculo i muestra al mundo , i
harto clara por zierto, para que todos viesen,
como se desvanezen los consejos humanos
que se toman contra la verdad. ¿Qué fué, vea-
mos, lo que se hizo? Apenas estaba dada la
sentenzia, cuando luego se levantaron guer-
ras, las cuales dieron tanteen que entender a
vuestra Majestad , que a estotro negozio le
sobró * harto tiempo! espazio para poder es- H
tenderse i venir en crezimiento. Estas guer-
ras que duraron nueve años, traía contra un
poderosísimo enemigo, al cual si tuviera apa-
k
58 INFOBMAZIOS
zigiiado lodo esleliempo, Tazíl cosa fuera sa-
Usfazer vuestra Majestad a su deseyo i al del
Papa, a quien defeodia. Porque muí bien se
puede acordar desto vuestra Majestad, c|ue a
no entrevenir otro mayor estorbo, ¿por ven-
tura no mostrara por la obra lo que antes de
palabra babía dicho? mayormente que en
aquel tiempo no podía por causa de la edad
penetrar toda la grandeza que en el negozio
liabia, i dependiendo entonzes vuestra Majes-
tad , del consejo de aquellos que mortalisi-
inaniente aborrezian esta doctrina. Zierto es,
que todos son de parezer que no faltara alo
que mucbos esperaban del: i todos losPapís-
tas en Alemania, siempre que lloran sus in-
fortunios, claramente dizen que nunca las
cosas bnbieran venido al estado en que agora
están, si vuestra Majestad no se hallara tan
intricado en grandisinios ncgozios , de los
cuales no se pudo desembarazar.
I que en esta voluntad haya sido vuestra
Majestad constante , se colije claramente de
aqui, que zinco años después de aquel su pri-
mer edicto, en aquellas pazes que se hizieron
con el llei de Franzia prisionero de vuestra
AL EMPERADOR. '''»9
Mujeslad, eslá éntrelos capítulos que se trac-
laroii del conzierlo , puesto esto por harto
claras palabras. Que entrambos vuestras Ma-
jestades querian juntadas las fuerzas de una
parle* i de otra , desarraigar ¡extirpar toda 12
la secta Luterana. No bai que dubdar sino
que fué esta una grande conspirazion, i bar-
io de temer para muchos. Pero ¿qué se si-
guió tras della? Otra vez puso Dios su escu-
do delante, al cual ninguna fuerza de armas
pudo traspasar. Porque aquella tan halagüe-
ña i encarezída amistad i benevolenzia , no
pudo cuajar, pero un poco después se deshi-
zo. Tornóse a renovar la guerra, con la cual
fueron ambos tan impedidos que aquel su de-
creto propuesto para mui grande terror de
muchos, confirmado por pacto expreso, per-
dió toda su fuerza. Pero no contentos con es-
to, tres anos después cuando se tornó a bazer
otro nuevo conzierto de paz , aquel mesmo
capitulo de la otra vez se volvió a repetir , i
a firmar: i aun sobre lo pasado fué añidido,
que se procurase de alcanzar del Papa , la
Cruzada, para por este medio sacar de todas
partes dineros para ayuda de la guerra, que
K
60 inFMlMAZION
se avia de liazpr , asi contra los Luleranos ^
como conlra el Turco enemigo del nombre
Cristiano. Por manera que quitadas estas
guerras , tornó otra vez a Alemania vuestra
Maj. para apaziguar este disidió i discordia
que liabia en UKelijíon.
Come conti-a la voluntad i fuerza do los
hombres va siempre adelante la Relijion de
Dios.
I como en aquella Gongregazion que se hi-
zo en Augusta hubo algunos Príuzipes i Zin-
dades, los cuales entretanto que vuestraHa-
jestad estaba por estremo impedido con las-
guerras , i se lardaba muciio tiempo alejado
i 5 deltas, hablan yarezebídoestado'ctrina: co-
mo estos declarasen porescripto allí delante
de vuestra Majestad i ie toda la Gongrega-
zion délos Prinztpes, ¡Ordenes dellnoperio,
una confesión de su Fé, en que daban cuenta
i razón de su Relijion: hizo vuestra Majestad
entonzesun decreto zieríamente grave i duro:
i en él fuó escriptn i mandado que dentro de
zicrlo tiempo, menos de zinco meses, se de-
AL EMPERADOR. Gl
terminasen en sí querían defender la opinión
que babian tomado , o antes reduz[i]rse a la
inesma relijion antigua que vuestra Majestad
i otros muchos seguían. Este decreto agradó
sobremanera al Papa, del cual mui poco an-
tes había vuestra Majestad sido coronado.
En el cual tiempo, es cosa verisímil , que él
le encomendase su tlignidad con grande apa-
rato de palabras i de encarezimientes, i que
le quedase grandísima esperanza en vuestra
Majestad, de mui grandes cosas. Pero es zier-
to, que si en aquel tiempo se intentara algo
por violenzia i armas , fuera ya entonzes k
empresa mas difizil de loque hubiera sido al-
:gunos años antes , cuando todo el negozio al
juizio i parezer de todos, pendía de un hom-
bre solamente. También pareze que fuera
harto mas diíizil entonzes de lo que por ven-
tura sería el dia 'de hoi. Pero vuestra Majes-
tad según su cordura i destreza de injenio
veía que se levantaría una grande i lamenta-
ble guerra zivil, donde pueden siempre mas
las armas que la justizia i la razón: mayor-
mente que ya este negozio de la Relijion no
se tractaba*de hombres particulares sola- 14
62 INFORMAZION
infante, pero Icnia pur l'alroiips ¡ilgnnns l'ri;!-
zipes i Ziiii1a<1cs.
Kstanilo vuestra Majcslail perplejo en esta
tan grave i importante delibcrazion, lié aquí
donde le sobrevino otro estorbo de tan gran -
de peso , qiie lo priiizipal que luego se re-
quería, era proveer como tener coitlenlos a
todos los Ordenes del Imperio, procurar que
se reconziliasen entre si , i que a uadie se
diese causa ninguna de ofensa. Fué nezesa-
rio a grande priesa, pedir a muchos con rue-
gos todos los socorros que se pudiesen haber
de todas partes, para poner a punto un ejér-
zito bastante contra el Turco , que venía con
lodo su poder a entrarse por Austria. Esto
mismo dio ocasión que aquel decreto que he-
mos dicho , se mudase en otro mas blando ,
hecho de tal manera, qnc después vino a pro-
mover i adelantar mucho la mesma causa.
I porque había vuestra Majestad verdadera-
menltí conoszido ima grande constanzia en
los nuestros, parezc ser, que de allí adelante
trataba este negozio no con tanto calor como
de antes. Porque habiendo vuelto a España
dos años después, emprendió aqnel tan ilus-
AL EMWÍRADOR. 63
Ire aparato de guerra contra Túnez: i acaba-
da prósperamente aquella empresa , vino a
Ñapóles, i de allí a Lombardia. En aquel tiem-
po daban saltos de plazer los Papistas, pen-
sando que la victoria de vuestra Majestad ,
era para ulilídad dellos: estonzes los Prínzi-
pes i Ordenes del Imperio adversarios suyos,
que no pudieron dejar de entender estas bra-
vezas , llenas de amenazas i fie*ros , que se *^
divulgaban» escribieron a vuestra Majestad a
Italia, una carta sobre ello, en la cual decla-
raban los rumores i la fama que corrían , i
cuan claramente daban algunos a entender
que no se guardaría el conzierto de Norim-
berga, i el otro edicto de Ratisbona, que es-
tá junto con él. A la cual carta respondió
vuestra Majestad con toda mansedumbre ,
díziendo que quería i deseaba mui mucho ,
este disidió déla RelijionnazidoenAlemania,
componerlo i paziQcarlo no por fuerza ni por
armas, sino con toda equidad, razón i bene-
volenzia: i que tuviesen esto por mui zierto,
i que no se dejasen persuadir otra cosa. I
desta manera respondió vuestra Majestad ,
estando armado, i en el camino de Marsella,
64 INFORXAZION
]ior domle llevaba encaminando su ojúrzilo
contra et Rei de Fraazia. Con el cual , como
otra vez se reconziliase, i que creían los ra-
pistas que con eso se les ofrezía nueva occa-
sion, parahazer algo de bueno en su negozio,
i que ya tramaban de secreto cosas de inala
dijeslion: las cuales siendo después como por
miraglo descubiertas, parezía que babian de
ser causa de grandes sediziones i alborotos :
envió eslonzes vuestra Majestad sobre ello
embajadores desde España, por los cuales de-
claró que no reusaba que se juntasen arbi-
tros de una parte i de otra , i que comenza-
sen bombres doctos deseosos de la paz i tran-
quilidad pública una vez, a disputar cortés
i amigablemente sobre la doctrina de la Re-
lijion, para que después de abierto por ellos
^ /¡ el camino i mostrado en que se ' podian
acordar, la conlirmase vuestra Majestad con
su autoridad i mandamiento. Algunos meses
después pasando por Franzia , tornó a Flan-
dres vuestra Majestad: i como en aquella sa-
zón a su venida aigunos bombres inquietos i
buUiziosos babian ya ecbado susziertos fuu-
dumentos de guerra zivil por Alemania , i
AL BMPBRADOR. 65
pensaban que aquella tan estrecha compañía
de vuestra Majestad con el rei de Franzia ,
había también de ser a ellos útil : i que ya
casi saltaban a las barbas, con ferozidad , de
sus adversarios: acordándose vuestra Majes-
tad de su palabra i promesa , i por ventura
mirando cuanto se habia amplificado ya la
causa, hizo convocar una pública Dieta , en
la cual, aunque tenían intento de venir a las
manos, los que viéndole confederado con el
Rei de Franzia , les parezía , que no habría
cosa que no pudiese concluir. Pero vuestra
Majestad usando de una singular humanidad
i prudenzia, tuvo por bien que en otra Dieta
siguiente, se tratase la causa entre hombres
doctos de ambas partes: los cuales muí po-
cos días qne estuvieron juntos, habiendo te.
nido algunos coloquios entre sí a manera de
preparaziones , i de unas livianas contenzio-
nes, fueron llamados de vuestra Majestad a
Ratisbona , a donde, como también vinieron
los otros Prínzipes en grande número , usó
vuestra Majestad de una verdadera i lejitima
manera de concluir, i instituyó otro coloquio
para mas adelante, en el cual, qué fue lo que
5
66 INrORHAZlON
se hizo , i cómo , no bai para que repetirto
47 aquí. 'Siendo pues todo eeto anei, ¿qué otra
cosa se puede juzgar sino que reprimió Bios
i refrenó los consejos de vuestra Majestad : í
que los ha ido siempre guiando de tal mane-
ra,- que Dt» haya sido en su mano oprimir es-
ta causa por fuerza de armas ni potenzia? Si
este no es un ilustre miraglo que Dios nos ha
puesto delante de los ojos , para que lo con-
templemos, ¿ que otra cosa será? Agora debe
considerar vuestra Majeitad cuan lleno de
peligro fué el consejo de los que te fueron
autores que propusiese aquellos decretos, de
qne habernos hablado, que con ánimo tan in-
flamado le solizitaron a que entrase a despar-
tirlos con mano armada. Al prinzipio, i aun
machos años después insistieron en que toda
esta doctrina fuese totalmente extirpada, sin
' quedar cosa de ella: i en esto empleaban to-
da su habilidad i fuerza de injenio : i agora
en la ultima disputa convinieron con ellos en
algunos zíertos capítulos de lo substanzial de
la doctrina, los cuales , los años prezedentes
por autoridad de vuestra Majestad , pero por
aviso i consejo dellos mesmos , hablan sido
AL EBIPERABOR. 67
condenados por heréticos. Agora ya conozeii
casi todos ellos , i lo dan bien claramente a
entender, que esta doctrina por la mayor
parte, no solo es tolerable, sino también útil,
saladable\ i nezesaria: por la cual doctrina,
con ser esto ansi , de veinte años acá, i aun
mas, han sido mui muchas personas constre-
ñidas a perder sus haziendas , i sus vidas:
otros , a andar desterrados i perseguidos.
Porque no se puede negar , por solo el capi-
tulo de la justiGcazíon, el cual es^mui ampio ^^
i copioso, no hayan sido mui muchos misera-
blemente atormentados i sobre manera afliji-
dos. Porque esta parte del Evanjelio , como
es la prinzipal , no la pueden sufrir por nin-
guna via, pero cruelisimamente la persiguen
i combaten, no por otra causa, sino porque
toda su gananzia, su gloría , su pompa, i di*
soluzion consiste en aquella tenebrosa i impia
persuasión, con que han sepultado , i conta-
minado todo este lugar i doctrina, delajusti-
ficazion. ¿Qué trairáu agora para esto, o de
qué manera podrán escusar esta su osadía, i
ferozidad mas que [de] jigantes que por odio
que tienen a esta doctrina , hayan echado tan
/
I
68 IHFORHIZIOII
grande multitud de hombres en eslremasca-'
lamidades i miserias? No se pueden salir a
fuera, ni les queda ijué puedan con verdad
responder. El prinsipal capitulo de nuestra
Belijion, que es, como habernos dicho, el de
la doctrina de la jusUGcazion , está tan ilus-
trado que ya no queda higar de negar cosa
ninguna. Ha se ya descubierto i puesto delan-
te los ojos este laberinto de errores , con que
estaban intrícados i enlazados los entendi-
mientos de todos los hombres. Podría se les
por ventura conzeder , que ul prinzipio no
hayan pecado tanto por malizia i perversidad
de injeuio , cnmo por una zierta ignoranzia
adquirida con el largo tiempo, i una enveje-
zida costumbre. Ora , sea -ansí , conzedamos
se lo. Pero ¿qué quiere dezir, o como merezen
ser perdonados , los que la hora de agora ,
después de tanto tiempo resisten todavía con
\íi tanta porfía i p'rlinazia , en esta* clarísima
luz de la verdad? Por ninguna via se puede
z[i]erlamenle escHsar esta obstínazion. Porque
ya no se puede tener] esta por simple igno-
ranzia, a la cual se conzede perdón, sino por
mui doblada, cual es la que describe Platón,
AL EMPERADOR. 69
cuando algún hombre índuzido de una zíerta
altivez i soberbia, presume tener la zienzia i
jntelijenzia de alguna cosa , o defiende algo»
que o no alcanza, o no se puede bien defen-
der. Di[ze] pues, que cuando cae este afecto
en hombre poderoso i rico , suele ser causa
de grandes revueltas i perturbaziones, como
en este nuestro tiempo lo vemos a la clara ,
i lo experimentamos.
De las artes de que usan los quexoniradizen
la Relijion, i como los disipa Dios, i esclareze
la verdad.
I por zierto que aunque no tuviese otro in-
dizio sino este vuestra Majestad, podría bar*
to fazilmeute colejir por las cosas que pasa-
ron en Ratisbona, que siempre que vienen los
contrarios a tratar desta causa traen , un
ánimo enconado , pertinaz, i lleno de amar-
gura. Muchos años seha litigado ya, muchos
ayuntamientos ha habido del Imperio sobre
esta causa , i no una sola vez , sino muchas
ha estado ya toda Alemania en grandísimo
peligro por ella, i por resistir tanto los adver-
70 IKFOBMAZIOH
sarios, nunca se pudo Iraer el negozio a qtic
se diese orden, como se tuviese un amigable
i familiar coloquio. Después que agora ya a
la fin fué permitido este coloquio por vuestra
Majestad, i que pusieron fin i concluyeron en
él hartas controversias que antes faabian le-
20 vantado todos aquellos alboro^tos en la Cris-
tiandad: toman ya otra \ez a salirse fuera i
a retirarse , i la verdad que fué espuesta ya
una vez a tos ojos de todo el mundo, la tor-
nan a cubrir, i a desechar de si , i remiten
temerosamente al Conzilio el couozimienlo
desta causa. Antes de agora han trabajado
de persuadir a los hombres, que no se debe
de dispntar, i todo el mundo creía, queesta-
ban tan llenos i atestados de argumentos ,
que apenas pudieran consistir los adversarios
en la batalla un solo momento, o trabarse
con ellos. Mas quien nunca tal pensara, que
viniera la cosa a tales términos, que remitie-
sen todo este negozio para el tiempo del Con-
zilio, que es tanto, como descabullirse del le-
jitimo conozimiento de la causa, i no tener
atrevimiento de ponerse cara a cara contra
el enemigo, i defender suspropriascosascon
AL EMPERADOR. 71
sólidos i verdaderos argumentos. Habian se
prometido , i tenían zierta esperanza , que
viniera vuestra Majestad con mano armada a
poner leyes, según la opinión i el voto dellos.
Pero como se veen agora caldos de la tal es-
peranza , andan angustiados, i es mayor , de
lo que se podría eroer , el dolor que todos
tienen: i no lesparéze que hai causa ya ningu-
na porque deban acatar i reverenziar tanto
a vuestra Majestad. Bien se puede acordar
vuestra Majestad cuantas i cuan atrozes re*
laziones i acusaziones ellos le han dado de
sus adversarios muchas vezes. I agora ya no -
puede ignorar, que lo hayan hecho no sola-
men^te con odio i ánimo enconado, sino tam- 21
bien con grande falsedad.
I pues queda manifiesto, destas cosas sobre-
dichas , que no se gobierna esta causa por
fuerza ni industrias humanas , sino por el
admirable i inenarrable consejo i providenzia
de solo Dios: allende desto , pues todas las
razones que han maquinado en contrario to-
dos los hombres , han sido (como evidente-
mente se muestra) disipadas admirablemente,
es mui justo que vuestra Majestad que es el
L
72 IHFOBMAZIOK
prinzipal de todos los Reyes, piense consigo
estas cosas cod el peso i estima que se re-
quiere, i iDui de veras. Porque si toiraoios
las cosas humanas, muí mucho es loquees-
tá puesto en solo vuestra Majestad. Algunos
Reyes i muchos Prinzipes i Ordenes lienen
puestu[s] los ojos en vuesb*» Majestad solamen-
te : i algunos lienen sus cosas de arle que
totalmente dependen de vuestra Majestad.
Puso Dios eu veslra mano sola muchas i llo-
rentisimas Proviozias, i dio nos en vos, sacra
Majestad, un Emperador poderosísimo, tanto
. que de muchos siglos acá oonca lo tuvo tal
Alemania. A estos tantos i tan eszelentes
pueblos es vuestra Majestad constituido de
Dios por Presidente i lugarteniente suyo, no
solo para que administre juslizia zivil i de-
íieuda sus subditos de los enemigos , sino
también para que provea i trabaje con cui~
dado que vivan según la piedad i relijion de
I Dios , i que no 'sean traídos en error con
ninguna falsa doctrina. En España, que esel
patrimonio i reino de vuestra Majestad anda
mui fuerte i furiosa sobre manera la que lla-
uian InqiiisiKion , i de tal manera rezia i
AL EMPERADOR 75
cruel, que no se puede por causa suya, ha-
blar palabra ninguna que sea pura , por la
verdad: i en el tomar de los testigos hai una
iniquidad grandísima i mui bárbara. Todo
esto es tanto mas peligroso, i fuera de toda
razón, i humanidad , cuanto los que son in-
quisidores, que presiden i gobiernan esta in-
quisizion , son hombres indoctos , crueles ,
avarientos, vazios del verdadero conozimien-
to de Dios, sin intelijenzia de la Relijion crisr
tiana, i de Jesu Cristo autor della, i que viven
como buitres solamente desta volatería.
Aqui ziertamente , en grande manera es ne-
zesario que vuestra Majestad use de su auto-
ridad. Porque como con lo que la larga expe*
rienzia le ha enseñado , no pu[e]de dejar de
saber muchas cosas , cuyo conozimieuto es
nezesarío, i entenderlas muí por el cabo, co-
mo es de creer: no es justo por zierto que es-
te tan exzelente don del conozimieuto que
tiene, se pierda, sino que según su natural
humanidad i bondad debe liberalmente re*
partir con su pueblo lo que Dios le ha dado
a entender: i que tenga esto por averiguado,
que si para Alemania es útil, i saludable esta
74 I.NFORIfAZION
doctrina^ no puede dejar de ser provecliosa i
nezesaría, no solamente a las tierras i seño-
ríos de vuestra Majestad, sino aun también
a todo el universo mundo. La causa porque
23 el Rei don Feman^do abuelo de vuestra Ma-
jestad puso la Inquistzion en España, cosa es
notoria i mui sabida. I pues que esta causa
ha ya zesado, no la debria de haber ya mas
en ninguna manera. Al prinzipio harto bien
i lejitimamente fué ordenada, para contralos
que habiendo rezebido el Bautismo, judaiza-
ban. Pero sin causa ninguna , i contra toda
razón se ejerzita ya contra aquellos que de-
sean conoszer a Jesu Oisto nuestro Redentor
i Señor , i con todo estudio trabajan de huir
toda falsa doctrina. Por lanto si pudiese vues-
tra Majestad traer a los Grandes, i a las Ziu-
dadesi Estados de su reino, a que esta Inqui-
sizion se enmendase i se purificase de las
grandes injustizias que en ella pasan, grande
cosa haría para el adelantamiento i exalta-
zion del nombre de Jesu Cristo, i para salud
de muchos. Porque si lo que hai vizioso, malo
i perverso en ella, no se quita, contiene ver-
daderamente en si una atrozidad demasiada
AL EMPERADOR. 75
1 grande por estremo, i tan grande, que no se
halla ejemplo de cosa semejante en ninguna
historia ni memoria de hombres.
Cual sea la regla i forma lejiiima de la re-
formazion cristiana.
Lo mesmo pasa en todas sus tierras de
Flandes, Brabante , Holandia, Jelandia , He-
nao, Artesia , donde cada dia se hazen mu-
chos edictos para estorbar que nadie reziba
esta doctrina. I casi siempre cuando sale
dellas vuestra Majestad , para venir en Ale-
mania a apaziguar nuestros alborotos i disen-
siones, suele mandar con grandisima dilijen-
*zia , i rigor que por todas aquellas partes ^4
se hagan graves castigos , contra los que en
alguna manera hubieren azeptado i favorezi-
do esta doctrina. Si lo haze con intento', que
entre tanto que en la Dieta se tratan los ne-
gozios , no innoven ni muden ellos nada , ya
agora tiene bastante causa, para que aquella
premática que hizo , que casi cada año se
torna a pregonar en sus tierras , ya que no
ía quite del todo, a lo menos la ablande i mi-
76 INFORMAZION
tigue de tal manera, que no piensen los hom-
bres como (|ue no haya cosa ninguna buena
«n aquellos libros , cuyos nombres aquella
premática comprende i condena. Porque se-
ría cosa demasiadamente dura, sioose le dá
una interprelazion i declarazion mas blanda;
i no pudiera al prinzipio , cuando sun todo el
mundo la aborrezia , i estaba en tinieblas ,
proponer cosa mas dura i grave que esta.
Tomo a dezir que tanto mas lo debe quitar
del todo , i templarlo prudentemente , pues
pasa ansí , que en la Dieta de ttatisboua [ué
constituido, que cada Majistrado en su juris-
dizioQ enmendase i coirijese todas aquellas
cosas , que no se pudieses disimular sin iu-
currir en vizio. Mui bien por zierlo fué de-
cretado i ordenado aquello: pero plega a Dios
que todos lo entiendan bien, i lo hagan como
deben. I'oca cosa es enmendar aquellos gro-
seros abusos, i manifiestos a todos, i lambieo
no consentir que nadie tenga muchos bene-
Gzios , i hazer que * cada uno presida en su
Iglesia. Buena es zierlo la presidenzia, pero
de ¿qué sirve presidir i residir cada uno en su
Iglesia, si entre tanto está desterrada de ella
Al emperador. 77
la pura palabra del Evanjelio, que es la re-
gla i forma de bien presidir? Porque si el
verdadero fundamento que es la doctrina, no
se echa primero, todo cuanto se edificare da-
rá consigo por tierra , porque luego que la
verdadera doctrina fué contaminada i des^
iruida con falsas opiniones , a la hora como
que salieron de madre con grande Ímpetu i
fuerza estos errores i males que agora vemos.
Dize Platón, que acaeze muchas vezes, que
los que por destemplaba, i darse demasiada^
mente a comidas i a bebidas , vienen a en-
fu'mar corporalmente , no quieren por eso
gobernarse i moderar su vida con mayor
templanza i regla, pero que se quedan siem-
pre con su costumbre i manera de vivir , i
que con aquello engañan en alguna manera
su enfermedad: pero que en efecto, no hazen
ni ganan otra cosa que acrezentar i en[sa]ñar
su mal, ihazer que vaya siempre empeoran-
do. 1 si alguno les amonesta que vivan mas
sobria i templadamente , que hagan algún
ejerzizio, que huigan de la oziosidad, i no se
den a mujeres, porque de otra manera todas
las medizinas de que usaren, no les servirán
78 INFORNAZlOrt
de nada : a este [dize] que no pueden sufrir,
que se indignan contra él gravemente. A este
tal enfermo, (dize Platón] que es semejante
2C el estado de una Kepu'blica mal ordenada ,
donde se manda a los ziudadanos so graves
penas que alaben la forma de República, en
que al preséntese hallan, i que no procuren
de mudar ni emendar nada en ella. En una
tal ziodad, siempre ocurre algo que se baya
de correjir i enmendar publicamente : pero
esta enmienda i correzion no tendrá fln ni
modo, si primero no son rezebidos del pue-
blo i admitidos en nso aquellos prínzipales
capítulos que él allí cuenta. Lo cual si ansí
no se haze, dize, que acaezerá el Hajistrado
de aquellas ziudades una cosasemejante a la
que se cuenta de Hercules, que cuando ba-
hía corlado una cabeza a la Hidra, era me-
nester tornar a tomar el mesmo trabajo i pa-
sar el mesmo peligro , porque en lugar de
abezas que cortaba al monstruo, les sa-
lían continuamente otras nuevas. Ni mas n¡
menos son verdaderamente las reformaziones
({lie hasta aquí pareze que se han instituido
i iieclii).
AL EMPERADOR. 79
Qite la doctrUia de la Relijion no da oca-
sión a sediziones, sino , los que le son rebeldes
i se levantan contra ella.
Pero si por eso con semejantes edictos re-
frena vuestra Majestad sus pueblos , porque
piensa que esta doctrina de la Relijion dá
ocasión a alborotos i sediziones, i que por este
respecto en ninguna manera se debe admitir:
gran lástima por zierto sería esa , i cosa de
llorar » i debe se desear en extremo que lo
sintiese de otra manera vuestra Majestad.
Bien se sabe que los que procuran de diver-
tir ^i distraer desta causa a los Prinzipes, lo am
prinzipal en que hazen su hiucapie , i lo que
mas vezes repiten, es dezir, que en aquellos
lugares , donde esta doctrina es rezebida ,
siempre está el pueblo como medio amotina*
do contra sus Superiores : i pintan les esto
como si oviese alli unas tristes i espantosas
mudanzas de las cosas : de suerte que por
esta via los asombran i los hazen estar des-
pavoridos. No hai que dudar, sino que es es-
te un argumento que tiene gran fuerza, para
80 INFORMAZION
poner gran miedo i espanto. Pero aquellos
que lo tienen de continuo en la boca , i lo
usan mui a menudo , darán algún dia razón
dello delante de aquel supremo Tribunal de
Dios , que no admite apelazion ninguna , ni
sufre ninguna mentira ni falsedad. Porque
mui bien saben ellos que es falso lo que afir-
man: empero porque se hallan desnudos de
substanziales i verdaderos presidios, acójen-
se a eslas fábulas i burlerías inventadas i mo*
vidas en ellos por Satanás. ¿Qué cosa hai ,
veamos , mas fazil que convenzerlos de fal-
sedad i sacarles la mentira a la cara? La Es-
critura claramente testifica que los Majistra-
dos son constituidos de Dios, i que por su or-
denazioni voluntad les es dado el cuchillo de
la justizia, i aun también nos manda obede-
zer al Majistrado que no fuere tal cual con-
viene. En lo cual , dize, que se cumple el
mandamiento, i voluntad de Dios. Si aqui por
ventura replican, que es verdad, que eso está
mui bien mandado en la sagrada Escritura ,
pero que los que enseñan al pueblo, olvidan,
28 i lio hazen"^ en esta parte su ofizio, en no en-
carezer harto la dignidad de los Majistrados,
AL EMPERADOR. 81
ni la hoarra í venerazion que se les debe.
Bien está eso: pero es nezesario que vengan
ala prueba dello, i que derauestr[e]n,en que
pueblos se levanten alborotos i sedlzíones, i
quien son los que se amotinan por respecto
desta doctrina. Aqui de nezesidad quedarán
mui suspensos í mudos , porque no podrán
probar tal cosa. Mas ya que les conzedamos
que se levantan nuevos movimientos i albo-
rotos en algunas partes, ¿sigúese por eso de
nezesidad que se haya de imputar todo esto
a la doctrina? Pero aun sin esto los podemos
(en lo que dizen) convenzer de falsedad con
un argumento mui casero , familiar i cuoti-
diano.
Yernos como muchos Prinzipes i Ordenes
del Imperio, unos tras otros se pasan a la de-
fensa desta causa. Si t[e]miesen amotinazio-
nes i alborot<)s del Pueblo, o hubiesen visto
algunos desastrados ejemplos de semejantes
alborotos en sus vezinos , es por ventura de
creer que se les hubieran llegado tantos?
Porque es zertisimo que todos los Majistra-
dos ninguna, cosa aborrezen tanto como la
rebelión. Luego siendo cosa clara, que es este
6
82 I.NF0RM.VZIO>'
argumeato que traen amasado de puras ca-
lumnias i Iraiziones, deben proveer losPrín-
zipes i guardarse no sean engañados de tales
murmuradores! calumniadores. Porque ellos,
29 ellos mesmos, digo, son autores i no otros* de
cualquier estrañeza i alboroto que se pueda
levantar entre el puebloi el Majistrado, como
se vee claro en lo que los días pasados acón-
tezió en Austria. En la cual provinzia se han
hecho grandes crueldades hasta agora , con-
tra los hombres deseosos del Evanjelio siendo
autores destas trajedias estos mesmos que no
pueden surrir la verdad. I finalmente los
prinzipales , i los nohles de las ziudades co-
movidos de tanta aspereza como ellos veían,
vinieron a echarse a los pies de su Prínzipe,
hermano de vuestra Majestad, i le suplicaron
que mandase zesar la persecuzion i la mor-
tandad, i que se pueda predicar el Evanjelio
i la palabra de Dios en las Iglesias. Los que
suplicaron esto con toda la humilidad i pie-
dad que deben, no sou tan pocos en número,
ni de tan baja calidad, que se pueden menos-
|iieziar: pero son tales que quieren en todas
maneras agradar i ohedezer a su Príuzipe,
AL EMPERADOR. 85
el cual rezibieron por beneGzio de Dios. I
sino hai remedio de poder alcanzar algún dia
lo que con tanto deseo i jemidos piden i rue-
gan , i que finalmente por esta ocasión por
\entura vengan a nazer alborotos i turbazio-
nes, a ¿quien, veamos, se ha de echar la culpa
desto, sino a aquellos que insisten reziamen-
te con su Prinzipe , que no afloje nada de su
severidad , sino que prosiga en ella constan-
temente? Pero, veamos , estos aconsejadores
tan malditos, quien i cuantos son? Por zierto
son mui pocos i tales * en efecto, que no es
de maravillar que esta doctrina delzielo, les
desagrade, i les haga mal sabor, üe manera
que hizieron mui prudentemente, i mui bien
estos Señores i prinzipales , que habemos di-
cho, de venirse a su rei a rogarle , i a ex-
hortarle a toda moderazion, para que no re-
sultase dello algún inconveniente que fuese
peor. Luego claro está , i mui zierto que
esta doctrina no solamente no pare sedizio-
nes ningunas , pero aun ilustra en gran ma-
nera la dignidad de los Majistrados, iquein-
zita al pueblo a que les obedezca de corazón-
Por manera que si por una destas dos cau-
50
84 IKFORMAZION
SUS, O por entrambas juntamente hizo vnes-
tra Majestad aqnel decreto, que arriba habe-
rnos dicho: ya agora vee la razón porque se
deba ordenar i hazcr de otra manera , para
que no piensen los hombres qne no hubiera
por esta vía entrado a componer las disen-
siones en el Imperio, si como tiene absoluto
mando en sus pueblos , lo pudiese tener en
Alemania. La voluntad , i buena intenzion
que mostró vuestra Majestad en la Dieta de
Ralisbona, alaban mucho todos los que son
deseosos de concordia, i se la agradezen so-
bre manera. Pero sí en sus rejiones dura per-
petuamente aquella severidad , i rigor de
edictos i persecuziones, bien puede pensar ,
sacra Majestad, qLe es lo que podrán juzgar
los hombres.
Cuan peligrosa i perniztosa et la fuersa que
se haze contra la verdad. I como los Prinzipes
han de haser ofizios de fieles Pastores.
Cuando en sus proprias provinzias institu-
,{ ye're una pía i cristiana enmienda i reforma-
zion de tas Iglesias, entonzes entenderán to-
AL EMPERADOR. 85
dos que ya va la cosa de veras, pues que en
aquellos lugares donde manda sola i lo rije
todo , estableze i propone ejemplo que los
otros imiten: entonzes verán claramente que
tiene gana i deseo de seguir lo mesnio por
toda Alemania, sino se lo estorbasen algunos»
a cuyas voluntades por ventura no pueda to-
talmente repugnar. El corazón del hombre «
mira Dios, i no se le puede esconder nada :
cualquier cosa que se haga con finjimiento ,
o por favor, grazia o esperanza de alguna
comodidad propria, i no de corazón, la abo*
mina, i no la deja sin castigo : de lo cual te-
nemos un ejemplo harto ilustre en estos
nuestros tiempos, si lo queremos considerar.
Asi que lo que vee, sacra Majestad, que ha
acaezído en Austria , debe pensar que tam-
bién toca a nuestras provinzias. Porque los
hombres desean ser bien instituidos i ensena-
dos, i aun Dios también asi lo requiere i lo
manda, i pide al Majistrado que en ello haga
su oñzio. Si los tratan rigurosa i ásperamen-
te: si viene tino i quiere hazerse señor de sus
ánimas i tiranizarlas, ¿qué otra cosa puede a
la fin resultar de aqui, sino un descoraz[o]na-
86 ixFanMAZioN
miento , un desmayo de corazón, una triste-
za, i una ofensa mui grande de los hombres?
No ignoran que siempre liá vuestra Majes-
tad estado mal con esta causa : i después
también veen [que los} mesmos tiempos le han
traido a que permitiese una lejitima disput»,
52 i que asi no haya reprobado los arti*cuIos de
* la doctrina que alli se conziliarou. Por otra
parte veen, con que impedimentos i con que
cadenas de edictos están ligados, i con cuan-
to peligro de sus haziendas i vidas lo harían,
si profesasen aquellas mesmas cosas en que
en este postrer coloquio instruido por su
mandado , se concordaron los Teólogos de
la una parte i de la otra. ¿No quiere vuestra
sacra Majestad, que un rigor como este, le-
vante unos angustiadisimos jcmidos en los
ánimos de los fieles?
Luego este ejemplo de Austria , también
toca a vuestra Majestad , i a todas vuestras
provinzias, toca también igualmente a todos
los Reyes. Porque los Prinzipes son obliga-
dos , como fieles Pastores a mirar en todas
las cosas por la salud de su pueblo, i no te-
ner ncgozio ninguno en esta vida por mas
AL EMPERADOR. 87
prinzipal que este. En las cosas de impor-
tanzia i jeaerales no se deben tampoco me-
nospreziar el jnizio i voluntad del pueblo : i
por zierto hazen lo que deben los Ordenes
i Estados de cada reino , cuando en las cosas
que pertenezen a la común salud de todos, di-
zen su parezer abiertamente a sus Prínzipes,
i como Dios se lo da a entender , sin andar
en disimulaziones, i temores. I los que no lo
hazen asi, lo pagarán i darán cuenta algún
dia ante el juizio divino, donde no habrá lu-
gar de terjiversar ni de disimular. Há se de
considerar que todos los Reinos penden de
solo Dios , el cual solo los distribuye i los
traspasa según su voluntad, i* que a muchos 55
Reyes, algunas vezes ha quitado el zeptro, no
por mas de porque despreziaban su palabra,
i porque no abrrogaban la falsa doctrina , i
el servizio de los Ídolos, que se había intro-
duzido en el pueblo. Levanten i alzen aqui
los ojos i su entendimiento los Prínzipes , i
miren como puedan responder a Dios por lo
que hazen, i abonarse para con él. Ya agora
es descubierta la verdad, i se han alanzado
las tinieblas : no hai lugar de aqui adelaute
88 INFORMAZION
de ninguna escusa. Pero el caso es , que los
contrarios remitieron para el tiempo del Con-
zilio (como habemos ya dicho) la confesión
de aquella verdad , que les fué sacada por
fuerza: en lo cual solo demuestran harto cla-
ramente que no hai cosa, que mas teman, ni
que tanto los asomhre , ni mas aborrezcan ,
que la luz , i los rayos del sol. Remiten el
conozimiento desta causa a aquel, cuyas cos-
tumbres, vida , i doctrina no son capazos ni
sufren enmienda ninguna. Antes quisieron
admitir nos Conzilio nazional, o a lo menos
prometido nos lo de palabra que aprobar
entonzes las cosas en que, en aquella dispu-
ta quedaban de acuerdo. No hazen agora
sino recular , i salirse a fuera cada rato , i
buscar todos los jeneros que pueden de es-
capaderos, para que no los puedan constre-
ñir , i con todo eso veen delante de sus ojos,
que entre tanto se les va cada dia mucha jen-
te: veen que un dia un Prínzipe, otro dia ima
ziudad, otro dia un reino, se pasan mui fazil-
34 mente* a la parte de sus contrarios. En tiem-
I»o de guerra hablan de Conzilio: i casi siem-
pre acaeze, que cuando ha vuestra Majestad
AL EMPERADOR. 89
dado fin a una guerra, se le levanta luego otra
de nuevo , lo cual ha durado casi ordinaria-
mente desde que es Emperador. No ignoran
esto aquestos simplezitos raposos matreros
cnvejezidos en malizia : i asi no hazen sino
ir deGriendo ei tratar desta causa , i piensan
que el tiempo mesmo verná a dar en estas
cosas algún remedio , que les venga a ellos
a propósito. Entre tanto estansse fuera del
peligro de la artillería, mui a su plazer tra-
gando la substanzia , i chupando la sangre
de los pobres i miserables. Todo esto que he-
mos dicho, viene a resumirse , sacra Majes-
tad , en que piense qué Pr ínzipe ha querido
Dios que sea en la tierra , qué es lo que re-
quiere de vuestra Majestad : qué cargo es el
que le ha dado : que es este sin falta , que ^^^^^
zelebre su Nombre en confesar la verdadera f '
doctrina , i que mande instruir mui bien el
pueblo que le ha sido cometido , i que tenga
por zierto que no podrá hazer a Dios mas
agradable servizio que este : el cual sin duda
pondrá sus ojos de piedad sobre vuestra Ma-
jestad , i le dará fuerzas, ánimo i prudenzia,
para gobernar prósperamente a gloria de su
N
90 INVORHAZIOÜ
Nombro los grandisimos lleiiios que le ha
dado.
Del orijen i fuerza del juramento que liazen
los Emperadores al Pontifize Romano.
La oti-n parle de mi orazion i inrormazion
que agora se sigue, va totalmente asida cun
55 loque hasta* aquí he tratado, i no puede que-
dar rezagada ni dejarse de dezír. Por tanto
suplico a vuestra Majestad qnc la oiga con
pazicnzia. Porque aunque parczerá algo lar-
guilla , trahujaró empero de no traer nada
fuero de propósito. Demás de mnchos lio-
rentisimos Señoríos i Ileinos que Dios ha dado
a vuestra Majestad , también le dotó de nii
iujenio exzclente , de manera que justísima-
menle como cosa merezida, le puede poner
entre aquellos antiguos, i valerosos Empera-
dores. Tor tanto es mas de maravillar , que
en tantos años no haya vuestra alteza hecho
mas en este ncgozio: mayormente que es im-
{Hisible que no haya deprendido muchas co-
sas con el luengo uso. Dios tiene nuestra vo-
Iiintiid i nuestros consejos todos en sn mano.
AL EMPERADOR. 91
Pero si miramos ai juizio de la razón, i que-
remos iiablar humanamente , pareze que la
causa de su tibieza es : porque se halla obli-
gado al PontiGze Romano por el juramenta
que le hizo , i que esto es lo que siempre le
ata pies i manos, para no poder casi mover
ni mudar nada , que no le ofenda a él. Lo
cual si asi es, por zierto que es gran lástima,
i que es de desear sobre manera que de una
servidumbre tan grande tornase vuestra Ma-
jestad a ponerse en su libertad. Astuto debió
zierto ser i maravillosamente avisado i pro-
veído el Demonio , en haber sabido traer la
cosa a estos términos. Por tanto es nezesario
investigar i buscar la razón deste juramento,
de que manera ha nazido i crezido. De aqui
después quedará claro i líquido, que fuerza
es la que* tiene, i en que manera obliga. Pero 56
mientras que se tracta desto , es menester
desnudarnos de aquella persuasión que ha
reinado hasta agora entre nosotros, de que el
Papa es un santísimo Padre , i todo lo que
demás desto se suele exajerar i encaramar.
Estos perjuizios i privilejios digo, i estos so-
berbios títulos conviene enviarlos a pasear, i
I
nS INFOtlMAZIO !(
^iie se espazien alji^uii tanto para descubrir
mejor este negozio: i es nezesario considerar
i mirar, no cual es el dia de hoi , sino cual
lia sido en tiempos pasados, i cual debriaser.
Lo que mas que todo se debría desear es, que
uo bubiese esta cuestión en el mundo , ni
fuese menester mover tal disputa. Pero de
becho nos acaeze lo mismo que Platón díze ,
que acaezja a él, i a otros muchos, cuando
se viene a términos de demostrar que bai
dioses, que tienen cuidado de las cosas hu-
manas, que dan premio a los buenos, i que
castigan a los malos después desla vida. Si
no hubiese muchos (díze) que enseriasen que
no hai ningún Dios , fazilmente evitariamos
esta dispula. Pero pues que no tienen ver-
gncnzu de profesar publicamente esta opi-
nión, i aun testificarla ron su vida i costum-
bres, no puedo dejar de dezir en esto lo que
siento. Porque de otra manera , sí todos sin-
tiesen píamente de Dios , no pasaría por el
pensamiento a nadie disputar de una cosa
que ninguno negase. Ni mas ni menos es lo
que pasa el dia deboi. Si no hubieran ensu-
ziado los Papas todas las cosas i pegádules
AL EMPERADOR. 95
SU tiñiai SUS bubas, si no se hubieran habido
*cruelmente i con tan desenfrenada i tiránica
osadía, si hubieran bien el ofizio que Dios les
encargó, no sería menester hoi en dia litigar
sobre esta materia, ni les pasara por el pen-
samiento a los hombres ninguna cosa destas.
Pero visto que ellos mesmos han dado mate-
ria i causa , i han introduzido en el mundo
un seminario de perpetuas contiendas i de-
bates , los cuales persiguen a fuego i a san-
gre, menester es alumbrar un poco esta cau-
sa, para qne se pueda ver i dizernir mas de
veras.
De como i sobre qué está fundada la dona-
zion que se dize haber hecho Constantino a la
Iglesia. 1 cómese estendió el Señorio del Papa
sobre la Cristiandad.
Una por una, es cosa zierta i averiguada,
que a los prinzipios el que agora llaman Pa-
pa , era solamente Obispo de la Iglesia de
Roma. Porque, ¿qué razón había para que él
fuese otro, o mayor que los otros que presi-
dían en las Iglesias délas otras provinzias de
I
94 INFOBHAZIO:*
Asia , Siria , i Bjiplo? Tan libre i tan lejos
estaba cntonzes de tener potestad ninguna ,
que aun hartas vezes era forzado a estarse
retirado i metido en escondrijos; cuando per-
sjgniao los Emperadores el Evanjelío : i esto
durú trezicntos años, baste que el Empera-
dor Constantino rezibiú la Fé de Cristo. I
este , no hai que dudar , sino que trató con
grande amor i benevolenzia a los Ministros i
enseñadores de la palabra del Evanjelío. Pero
j que haya sido tanta su * liberalidad , o por
mejor dezir, prodigalidad, que les diese toda
aquella parte del Imperio Itoinano, que está
al Oczidcnte, juntamente con el zeptro i la
ziudad de Itoma, que fut!: la silla antigua de
los Emperadores, cosa es esta por zierto in-
creíble i fuera de toda verdad. Aunque vues-
tra Majestad agora quiere que la dignidad de
las Iglesias esté mui entera, no por eso echa-
rá a perder i desperdiziará tan inconsiderada-
mente las posesiones del imperio, i ya que lo
hizicre, no consintiendo en ello los Estados,
no seria válida la donazion : o si lo liiziese
por su privada autoridad , claro está , que
tendría libertad cualquier suczesor suyo , de
AL EMPERADOR. 95
revocar la donaziou , i restaurar i curar la
llaga que oviese rezebido todo el Imperio.
Que el Emperador Constantino fuese tan por
extremo i tan ezxesivamente prodigo , no hai
historia que tal diga : solamente se escribe
del , que edificó templos i muchas casas, i
que distribuyó hartos dineros para los pobres,
i que constituyó rentas ziertas pasa los mi-
nistros de las Iglesias. Empero estos hombres
hechos avarientos, i ambiziosos, i ensoberbe-*
zidos con el buen suczeso de sus cosas , fin-
jieron ellos mismos esto de la donazion de
Constantino, de que tanto se glorian i entre*
metiéronlo en sus constituziones i rejistros ,
comitiendo en lo mismo crimen de falsarios,
pues lo que fué dellos finjido con grande te-
meridad, lo hazen encreyente a todo el mun-
do, como cosa sacrosanta i autentica. Pero ♦'
como quiera que sea, desde los tiempos de
Con'^stantino comenzaron a alzar cabeza , i a 59
engreycrse , i no quisieron ser iguales a los
otros Obispos. I porque veian que los Empe-
radores les tenian buena voluntad, parezióles
que no se debía dejar pasar aquella coyuntu-
ra , sino que se debia apañar i cojer dellos
96 I>TOBHAZtO>(
cuanto les pudiesen sacar , mientras duraba
la estima que tenian de la nueva Rclijion, i
que la amaban con grande bervor. El blanco
a que asestaban todas sus saetas , era este,
que con voluntad de los Emperadores pudie-
sen usurparse la autoridad sobre los Obispos
lie las otras provinzias. Duró esta ambizion i
ncgoziazion casi trezientosafios hasta el tiem-
po que vinieron a alcanzar lo quequerian del
Emperador Focas. Pero muchos años antes
que lo alcanzasen, babian perdido ya los Ro-
manos todo lo que babian poseido en el Oc-
zidente, i tenian lo ocupado naziones bárba-
ras. Italia también andaba aflijida con mui
largas i mui graves guerras, i por esta causa
los Emperadores recoj[i]tíronse i ocupáronse
del todo en las parles Orientales, donde couio
se estuviesen de asiento, ocupados, levantóse
a la (in por muchas causas , entre ellos i el
Obispo de Roma , una disensión {grande. La
cual como fuese mui porfiada, i cada dia ruó-
se mas i mas creziendo, los PontiQzes Roma-
nos dieronse a tratar i negoziar con los Be-
yes de Franzia que no estaban mui lejos, por
cuyos favores babian sido algunas vezesrcs-
AL EMPERADOR. 97
tituidos i conservados en su dignidad, i des-
pertaron los a qne procurasen de haber la
dignidad i el zeptro Imperial. * I esto hizic- 40
ron no con otra intenzion , sino para fatigar
i hazer mal al antiguo Emperador Romano,
de cuyos predezesores habían rezebido ellos
muí muchos favores i habían sido levantados
a la cumbre de honor donde estaban. Junta-
mente con esto por tener por su parte un
perpetuo defensor contra cualquier ímpetu i
fuerza de enemigos que se les pretendiese
hazer, i asi por esta vía Cario Magno Rei de
Franziafué hecho Emperador del Poniente.
Hasta este tiempo, está clarísimo , que no
hubo ningún juramento que los Emperado-
res hiziesen a los Pontifizes. Porque cuando
andaban mui rezias i fervientes por toda Ita-
lia, i prinzipalmente en Roma, las persecu-
ziones de los Cristianos , cuando solizitaban
con grande ambizion que fuesen ellos supe-
riores a los otros Obispos, i que se les diese
imperio sobre ellos : cuando después Cario
Magno les hazia muchas buenas obras , con
que les tenia obligados , fazilmente se puede
Jiensar, que los Emperadores no les recono-
98 INFOBMAZION
zian la menor superioridad ni obligazion del
mundo. Del otro antiguo Emperador de
Oriente, no babia para que esperasen no so-
lamente bonrra , pero ni aun señal ninguna
de amor. Luego zierto es , que no solo no
hnbo en aquel tiempo uingun juramento, pe-
ro aun puédese veriGcar por las historias ,
que toda la dignidad, que entonzes tenían ,
dependía totalmente de la autoridad de los
., Emperadores: tanto que pa*ra la confirma-
zion de su Pontificado, era menester el coD'
sentimiento de los Emperadores: i esta mes-
ma manera de prozeder se guardó en tiempo
de Cario Magno. Creszió empero hasta estos
tiempos el fausto i el sc&orjo dellos, engran-
dezicndolos sobre manera Cario Magno: des-
pués de cuya muerte , dizen que el Empera-
dor Ludovico, primero desle nombre, renun-
zió al derecbo i autoridad que tenía de con-
firmar al Papa : i asi lo afirman en sus cons-
lituziones , que ellos mesmos se han forjado:
i aun dizen, que siendo Emperador Ludovico
segundo, no esperó el Pontifize su consenti-
miento. Muchos años después , dizen ellos
mtsmosen sus Escrípturas, que le fué vuelto
AL EMPERADOR. * 99
a Otton el primero el derecho i autoridad de
confirmar los Papas.
Mas después que la dignidad del Imperio
se pasó en Alemania , i fueron allí conslitui-
dos los prinzipes Electores, fuese cayendo i
perdióse poco a poco todo aquel derecho i
autoridad » i los Pontifizes Romanos venidos
ya a una increíble riqueza , comenzaron su
poco a poco a levantar las crestas : después
a la fin, no contentos con esta libertad que
se hablan ganado, urdían i buscaban maneras
como sojuzgar al Emperador: hasta que vi-
nieron a no tener vergüenza de pedirle que
les hiziese juramento , cual lo suelen hazer
los subditos a sus superiores, i patrones. Esta
cosa Haszió de que ellos consagraban a los
Emperadores despue^de elejidos , los cuales
al prinzípio resistían * con grande ánimo , a ^2 á^
esta su desvergonzada importunidad , i atre-
vimiento. Porque aun hoi en dia , ¿ quién hai
que no quedase atónito a una cosa tan nueva,
como es ser constreñido un hombre a que
prometa su fé, su lealtad, i hazer servizio a
aquel que antes hubiese sido su subdito i
encomendado , i cuya dignidad i autoridad
►
400 INFOtlNAZION
hubiese poco antes todn dependido desii vo-
luntad?
¿Qoe novedad, veainos,esesla,seAor Padre
santo de Boma, qné iiníerc dezir esta lan per-
versa i desvergonzada prelendenzia? Si vos
habéis ayudado algo en que el derecho de
hazer Emperadores viniese a nueslra Nazion,
también por zierto nuestros antepasados os
enriqnezieron con tantas posesiones com»
tenéis. I aun nosotros i naestros Padres nos
hemos puesto muchas vezes a grandísimos
peligros por conservar vuestra dignidad. Si
estuviésedes tan en delgada i tan maganto
como en algún tiempo lo estavistes, ninguna
disensión (sin duda] se hubiera levantado en-
tre nosotros. Porque nuestros bisabuelos os
ha[y]an hecho tan grandes i tan poderosos ,
¿hemos de ser por eso nosotros castigados, i
tan aborrezidos de toda vuestra quadrilla de
ordenados? ¿Queréis por ventura darnos seme-
jante paga , que la con que pagastes a los
Emperadores antiguos que os hablan hecho
rrinzipesde Iaslglesias,a loscualesmoslras-
tes tan ninguna señal de agradeziiuiento ,
que aun los perseguistcs i desposeistes eme-
me
AL EMPERADOR. 101
lisimamente? La potestad del Imperio seglar
en ninguna manera os perteneze. Silvoso- 45
tros todavia proseguís adelante , ios queréis
alzar también con esta administrazion , ¿ que
juzgaránlas jenies, sino que apetezeís lo uno
i lo otro juntamente, ser Emperadores i Pon-
íífizes? Repugna la razón , contradize clara-
mente a ello todo lo que hasta aquí se ha he-
cho: muí diferente cosa a esto es lo que con-
tienen vuestros decretos antiguos. Porque
mandan expresamente que no os envolváis ni
impidáis de ningunas otras cosas , que de las
Eclesiásticas. ¿I porqué, veamos , nos queréis
agora constreñir a hazer juramento? Y ya que
os obedezcamos, i que hagamos lo que sin
ningún derecho ni justizia nos pedis, ¿pensáis
por eso tenernos atados como a esclavos? Por
mucho que os demos nuestra fé i palabra, i
os prometamos toda la obedienzia i servizios
del mundo,itened por entendido, que en nin-
guna manera haremos cosa que no sea muí
honesta, o que seailízita o indigna a nosotros.
Por tanto tened esto por averiguado que no
nos meteremosen servidumbre ninguna, sino
que defenderemos el lugar que nos ha sido
102 INKORMAZION
<tado,comode mano en mano, de nuestros maz
yores, i no consentiremos que se nos nuile
nada de nuestra libertad.
Como creziesen desta manera las conten-
ziones por ambas partes, el PontiGzcno sola-
mente no dejaba de insistir en su propósito,
pero ninguna cosa dejaba de las que le po-
dían servir para afrentar i hazer injuria a los
Emperadores que della no se aprovechase-
44 Porque Henrico Quarto , i * el Quinto, i Fre-
derico el primero , i su nieto , Frideríco el
segundo, i su padre Filipo, i Alberto, i Hen-
rico séptimo i Ludovtco Bavaro todos Ehnpe-
radores experimentaron mni bien, cuan des-
enfrenada i indomable, í desagradezida bes-
lia, es un mendigo muí eni'iquezido. Experi-
mentaron cuan ponzoñosa víbora habían cría-
do sus antepasados i como alentado eu el se-
no, entretanto que poco a poco iban conze-
dif^ndo todas las cosas al Obispo Romano , i
il.ínilole cuanto pedia, i poniendo todo su es-
Itiilio en amplificarlo', i en adornarlo i honr-
niilo.
tlrir los Emperadores Alemanes repugna-
M'ri [ii'fjiet ñámente , i que no quisiesen so-
AL ENPERABOR. 105
meterse a este \inculo del juramento, como
a una cosa nueva, indigna i nunca vista , ni
oida, se puede claramente ver en que el Em-
perador Henrico séptimo tuvo , habrá poco
mas de dozientos años, contra el Papa rézias
contenziones sobre esta causa. Claro está que !
si los Emperadores de los tiempos antes deste
le hubieran reconozido como a Señor , i le
hubieran dado su fe: no hai que dudar sino
que estos que suzedieron después hubieran h
de buena gana seguido la costumbre i pisa-- ii
das de sus antepasados : mayormente que en |
constituir el derecho i el privilejio de elejir ¿^
Emperadores, habia hecho antes el Pontifize ^
alguna cosa en favor de Alemania], a lo que se >;
tuviera atenzion. Mas empero cuanto con
mayor vehemenzia resistian los Emperadores,
tanto más duras leyes les ponian los Papas :
i finalmente viniéronla dar en tan gran lo- 45
cura i frenesia,que zegados de suambizion,
soberbia , i avarizia , no tuvieron temor de
Dios de acomodar también la sagrada Es-
criptura a sus desenfrenadísimos afectos i
cobdizias. Entonzes salió aquel decreto tan
zelebrado , i todavia está enserto i escripto
'!»
104 IKFODNAZIO^
en los librostlonde tracta de las dus grandes
lumbreras (leste uiundo , que son la luna i
el sol , donde el Ponliíizc se compara a si al
sol, i al Emperador a la luna. Entonzes pri-
meramente fué hallado en la Escripturacomo
uu tesoro muí escondido i no conozido de to-
da la antigüedad : que Dios había dado al
Pontifrze la potestad seglar, i la Eclesiástica,
cuando dijo a san Pedro lo de los dos cuchi-
llos. Entonzes fué también constituido i pues-
to por memoria que el Papa es no solamente
seAor del Imperio, pero también de todü el
mundo , i que todos los Heyes le deben rc-
conozer por supremo Majistrado en la tierra.
Traianpara esto el testimonio de losSalmos,
donde dize el Profeta , que toda la tierra es
del Señor. Del cual lugar, dizen, quese saca
HD silojismo desta manera. Si del Señor eb
toda la tierra, luego también es del qnetie-
ue la vexes del Sefior en ella. Desle arte
creKzii'i ul atrevimiento dellos de una eslrafta
Lii.ijii'i-a. Luego queda averiguado que este
jiininicnto solemne que agora está converti-
I una costumbre nczesaria , i aun casi
santa, se cstablcziii primeramente den-
AL EMPERADOR. J05
de los lieinpos del Emperador Henrico sép-
timo , el cual conlradezía con loda la vehe-
menzia del mundo * i no quería en ninguna 46
manera sufrir que le fuese echado este freno.
Mas ¿ qué mayor i mas ilustre testimonio
queremos para esto que lo que acaezió des-
pués de la muerte deste Henrrico? Aborrezía
con odio mortal el Papa Benito duodezimo al
Emperador Ludovico Bávaro que fué un Prin-
zipemui exzeleute, que vino después de Hen-
rrico séptimo, i haziale todos los sinsabores
que en el mundo podia , i espezialmente lo
perseguia con todo jenero de maldiziones i
excomuniones , tanto que el Ludovico hubo
de dejar a Italia, porque se temia de traizio-
nes i de ser atosigado : í vuelto a Alemania ,
hizo ayuntamiento de todos los Prinzipes i 0^
hombres doctos en Francaforte: donde rezitó
las intolerables afrentas i injurias que le ha-
bia hecho el Pontifize , i después repitiendo
las historias de los tiempos pasados i de sus I
predezesores los Emperadores Romanos ^ \
constituyó alli muchas cosas en favor de la
dignidad del Imperio: como es, que solos los
Electores Prinzipes del Imperio tuviesen po-
106 INFORMAZION
testad i derecho de elejir Emperador: que no
siendo de un acuerdo entre si los Electores,
aquel fuese Emperador a quien la mayor
parte elijiese : Que sin coníirmazion del Papa
administrase el Emperador todas las cosas :
Que el Emperador electo tome la investidura
del Pontifize Romano, i si él no la quisiese
dar, que la tomase de cualquier otro Obispo.
Porque aquella investidura , o la que ellos
47 llaman consagrazion o unzion , * que no es
sino una solemnidad azesoria , inventada de
los Pontifizes, como una manera de símbolo
de perpetua concordia que debe de haber
entre el Imperio i la Iglesia : ítem , eso que
el PontiGze ahinca tanto en lo del juramento,
no comprende otra cosa, sino que los Empe-
radores tomen a su cargo la defensa de la
Relijion i de nuestra Fe: i no que hayan de
obedezer por fuerza al Pontifize, i reconozer-
le como a supremo Majistrado. Finalmente,
mostró también como era falso lo que el Pon-
tifize afirmaba , que el tiempo que vacaba
Emperador , todo el derecho de la adminis-
trazion del Imperio volviese a él. Porque
dezia, que aquello pcrtenezía al Conde Pala-
AL EMPERADOR. 107
tino, que tiene aquel cargo i preiniueuzia de
administrar el Imperio , hasta qne se haya
elejido nuevo Emperador. Todas estas cosas
publicó este , i las decretó en este ayunta-
miento , consintiendo en ello por todas vias
con muí alegre voluntad toda aquella con-
gregazion de los Prinzipes i Ordenes del Im-
perio. Cosa por zierto que merezia estaren
todas las provinzias i ziudades de Alemania
esculpida, i escripta con letras de oro en los
lugares públicos, i que en todos los Ayunta-
mientos i Dietas del Imperio se rezitase pu-
blicamente. I pluguiera a Dios, que tuvieran
en perpetua memoria este decreto los Empe-
radores que vinieron después de Ludovico ,
es a saber. Cario Quarto, i Venzeslao, i Ro-
berto, í Sijismundo , i los otros después de-
Ilos. Pero que estos hayan abajado la cabeza
i dejádose poner un yugo tan afrentoso i tan
inicuo, no hai que dudar, sino * que lo hizie- 48
ron, parte por opinión de relijiou , i parte
como hombres engañados i tomados entre
fiiiertas con las astuzias de los Pontifizes.
Porque siendo uno elejido i declarado por
Emperador , de los Prinzipes de Alemania ,
r^
108 IKFORHAZIO»
si rehusaba de dar a(|ueUa fe i obedienzia al
PontiGze , no babia remedio de alcanzar del
aquella solemne coroDazion. Pues ya si que-
daba firme en este propósilo , no era cosa
nueva para el Pontiíize, provocar a los Prin-
zípes iinzilarlos a que clijiescn otro, lo cual
le era fnzíl de acabar con ellos, visto que los
tres Electores que por ser sazerdotcs como
i;l, i estar debajo de su subjezion [sin eso i
con eso] están muí unidos con la sede Roma-
na, procuraban en todo i por todo conten-
tarlo i bazerle plazer. Pues ya el segundo que
asi era elejido Emperador , teníase por muí
dtcboEO de estar, por cualquier via que fuese,
en grazia del Pontífize , para poderse por
esta via defender, contra el otro su competi-
dor, por cuyo odio, fuera de toda esperanza
le habían a él puesto en aquella dignidad.
Destas semejanles tramas i destas artes usa-
ron perpetuamente hasta que acabaron de
ser domados los Emperadores i que no tu-
vieron ya dificultad de hazer este juramento.
De aquí naszió lo que dejaron escripto en
sus cañones, que los Prínzipes de Aleutaniu
tienen zierta autoridad de poder elejír Eni-
AL EMPERADOR. 109
pcrador : pero que la confirmazion del per-
teneze a los PontiRzes Romanos , i que no
puede nadie usar del titulo ni oR^zíodel Em- 49
perador , que no sea aprobado dellos. I no
solamente fué esto, negozio de palabras,pero
también por la obra mostraron mas de una
vez , que lo entendían i querrían asi. De lo
cual pueden dar testimonio muchos Empera-
dores como ya arriba se ha hecho menzion.
Dejo de dezir cuan cruelmente han hecho
ofizio de salteadores i cosarios en los otros
Reinos, mayormente en Sízilia, i el que qui-
siese aqui contar cuan llenos están los libros
de sus doctores canonistas de una infinidad
de monstruosidades, i de cuan abominabiles
i diabólicas lisonjas están atestados sus es-
criptos, con los cuales levantan hasta el zielo
a los Pontifizes, habría menester escrebir un
gran libro. No es menester mas, sino que sin
quitar ni poner , lo hazen Dios, i tal en todo
i por todo , cual le tiene pintado la sagrada
Escriptura. Lisonjeanle fuera de toda medida
i término, i no hai cosa por grande que sea,
que no se la atribuyen: pero todos ellos con
una grande desvergüenza , i abiertamente W^
50
UO INFORNAZION
con la mas tonla i desastrada ialenzíoa del
mundo. Porque con eistos tales embaimientos
lo han encantado i pervcrtidole el entendi-
mieolo i juizío. Tanto que el miserable, como
puesto fuera'de si, i olvidado del todo que es
hombre , piensa que es divino i Apostólico
todo cuanto siente, cuanto liabla, i aun lodo
cuanto toca con su cuerpo. Tiene una opi-
nión de si , como si a imilazion de Salomón
hubiese elejido la prudenzia entre los otros
dones de Dios , i que por eso mereziese no
menos que Salomón , todas las riquezas del
mundo.
'Que ánimo i que intensión tuvieron los
Ponlifises en demandar con tan grande ins-
lansia el juramento a ios Emperadores.
Pero veamos ¿ qué causa les movió paraque
procurasen con tanta vehemenzia haber este
juramento, i que insistiesen en esto tan rezia-
mente? Yo lo diré. Después que perdida ya
la vergüenza , i con una anibizion i negozia-
zion perpetua , alcanzaron el Señorío sobre
los otros Obispos , i i|ue esta cosa uo era
AL EMPERADOR. 111
aprobada de las otras Iglesias : después que
se exemptaroQ de la potestad i confirmazion
que usaban los Emperadores : después que
con unas artes estrañisimas habian crezido
en infinito, i que habian entrado en posesión
de provinzías i zindades ; i finalmente des-
pués que con una gran multitud de decretos,
se zerraron por todas partes como con mu-
ralla : pensaron entre si , i consideráronlo
cuerdamente » que no bastaba haberse uno
adquirido mui grandes comodidades i pro-
vechos, sino los defendía i conservaba. I esto
veian ellos , que no se podia mejor hazer ,
que si viniesen a tener a los Emperadores
debajo de su mano i obligazion. I asi les co-
menzaron a ahincar sobre esto i a pedirles
que híziesen una promesa solemne que en
ningún tiempo harían ni intentarían cosa ,
que por ninguna via fuese contra la Iglesia
Romana , i la dignidad i el adelantamiento ,
gloria i honrra de los Pontifizes : sino que
antes emplearían todo cuanto pudiesen en
«ngrandezerlos i bonrrarlos. A este blanco
asestaron siempre desde el prinzipio , i no
pararon ha*sta venir a su deseño, como cía- 51
112 INFORNAZION
ranientc lo vemos. Por manera que porcslas
cosas consta, que engariosamcnte con vjolen-
zia i malas artes, de que síenipre han usado,
cnrredaron a los Emperadores. Ilem , que
aquel juramento de que tratamos quedó pri-
meramente alirmado, después de los tiempos
t\c Henrrico séptimo i Ludovico qiiarto , i
que entonzes fué reduzido a la forma que
agora tiene. I esto se vee claro en sus mes-
nios libros, de suerte que no se puede negar.
I lo bueno es , que este es el mas prinzipal
argumento, que tienen en su defensa , que
alegan antigüedad de la costumbre , i dere-
cho de prescripzion.
Ya que les conzediéscmos esto, no empero
por eso se sigue, que el Emperador debe de
obcdezer en ludas cosas al Ponti6ze, i no so-
lamente, noresistirni cotitradezir alas cosas
que él constituye, pero aun ayudarle en to-
da.s maneras , i engrandezerle. Demasiada-
menic grande sería tal servidumbre , i tan
grande por zierto , que careze de ejemplo.
l'n subdito o paniaguado , o un esclavo" que
ha sido ahorrado de su amo , le debe toda
lealtad , servizios i obedienzia , pero enlién-
AL BNPBHADOR. US
líese ea cosas honestas, i que no sean conlra
\o que UD hombre de bien debe bazer. Agora
¿si el Ponlifise preteudiese hazer algo en las
cosas seglares contra juslizia i razón, estará
tan atado el Emperador a eu juramento, que
lo haya de consenlir i disimular? ; Si el Ponti-
Gze no solamente introdujese en las Iglesias
una doctrina impía, i un manifiesto culto de
Ídolos , pero que aun lo susten*tase a fuego i 5^
a sangre , si confirmase los errores i losabii<
sos habia por ventura el Emperador dedísi-
jnularcon ello i alabarlo todo?¿Si el Poutifize
agora siendo acusado de todos estos crimi-
nes, no quisiere parezer en lejítimo juizio ni
estar a el, queréis que el Emperador, de mie-
do de su juramento , viendo no vea , i que
oyendo no oiga? ¿Permitirá por ventura a un
hombre acusado de grandísimos delitos, que
en su propria causa esté asentado por cono-
zedor i por juez della, que él mesmo conde-
ne sus enormidades i crimíues? i cuando el
Emperador en tal caso haga lo que es de su
oBzio que quiera conozer de la causa , i que
se siente para ello en su silla judizial ,'¿ que-
réis que se espante, i que deje su ofizio cuan-
114 INFORMAZION
do el Pontifize le alegare el jaramento , i le
protestare que no se meta en ninguna cosa
de aquellas » si no quiere ser tenido por per-
juro i por infame? En que manera hayan los
Pontifizes hecho muchas cosas mui inicua i
descaradamente , no solo en las causas ziviles
i profanas contra los Emperadores i los otros
Reyes, pero también introduzido en el mun-
do una infinidad de errores i una doctrina
suzia i un manifiesto culto i servizio de ídolos:
i que des tos tan grandes crimines hayan sido
publicamente acusados , es tan manifiesto ,
que aun ellos mesmos desconfiados de su cau-
sa i viendo que trayen mal pleito , trabajan
en todas maneras, que ningún otro que ellos
conozca de su causa. Pero esto como es con-
tra la autoridad de las leyes , i porque repug-
na a toda razón i justizia , no se puede en
55 ninguna manera con*zeder. Pero son de un
consentimiento todos los hombres dotados de
recto juizio : en que es nezesario , que esta
grande privada tan llena de suziedades , se
limpie con un Gonzilio libre i jeneral, don-
de se congregue la Cristiandad. Empero abor-
rezen los Pontifizes estos Gonzilios , porque
AL EMPERADOR. 115
no quieren que se descubran sus bellaquerías»
maldades, traizioaes, engaños, errores i des-
enfrenamientos de abominaziones. Por esta
causa, después del ultimo Conzilio de Basilea
no han admitido ninguno ; cos,a totalmente
contraria a la costumbre i decretos del tiem-
po pasado. Porque ya habia llegado a tanto
su hinchazón i arroganzia que no tenian ver-
güenza de afirmar que la autoridad de un
Conzilio no era tanta como la del Pontifize
Romano, que es como dezir, de un hombre
miserable , i que no tenian fuerza ninguna
los decretos de los Conzilios, sino concurría
en ello la voluntad i el mandado del Papa.
Esto es por zierto saber vivir i reinar. Ya de
antes se habia[n] muí bien pertrechado con un
mundo de constituziones, como con un fuerte
baluarte. Solamente les faltaba este presidio
traido de mui lejos, i con harta pena, a cabo
de mucho , allegado a su castillo fuerte. Pero
el caso fué que en aquel Conzilio de Constan-
zia, i en el de Basilea,, fueron cortados los pa-
sos a esta desvergüenza tan desenfrenada i
tan sin medida, i fué establezido por decre-
to, que la autoridad de los Conzilios es mu-
r
i 16 IISFORMAZION
cho mayor que la del Papa. La cual cosa de
tal manera les agradó, que desde aquel tiem-
54 po* no hai cosa en el mundo que tanto te-
man, como estos públicos juzgados. Aunque
entonzes no habia cosa que enmendar , sino
abusos, i algunas cosas que pertenezian a la
exterior i política gobernazion déla Iglesia.
De cosa de doctrina no había cuestión ningu-
na. Pues si en aquel tiempo rehusaron tanto
el conozimiento público de los hombres, ¿ co-
mo lo sufrirán el día de hoi? Cuánto rehuyan
i no puedan sufrir ni aun Conzílio particular
de nuestra nazion, lo significó por harto cla-
ras palabras el Cardenal Contareno : el cual
estando en Ratisbona por legado del Papa ,
i habiendo oido que los Ordenes del Imperio
habian concluido con vuestra Majestad de ha-
zer un Conzilio nazional , si el jeneral no se
comenzaba dentro de tantos meses: se opuso
mui reziamente , i no tuvo empacho de ale-
gar a esto por causa prinzipal, que se dero-
garía a la autoridad del Papa, si tal se hizie-
se. ¡ O ánimos de hombres demasiadamente
sufridos i remisos, que pueden oir i sufrir es-
tas cosas sin grande asco i hastío! Pero de
AL EMPERADOR. 117
cualquier manera que a la fiu nos traten, i
de cuantos embustes i encantamentos usen
con nosotros : esto es muí zierto i no puede
faltar, que aunque no hubiese Dios castigador
de las maldades, como lo hai, que no por eso
su ferozidad i desvergüenza tan grande puede
durar mucfao. £1 Imperio de los Persas, dize
Platón, que se arruinó todo , porque estaba
oprimido el Pueblo con demasiada servidum-
bre. Asi también habrá de ser sin duda , que
este Señorío tan desapoderado destos, venga
a perezer ; porque es sobremanera violento:
i pues que * de duro no se puede doblegar , 55
nezesario es que por fuerzas venga a ser ar-
ruinado.
Ellos mesmos se dan priesa a perderse , i
van desapoderados a despeñarse en su pro-
pria perdizion i ruina, i desto van dando ca-
da dia mas manifiestas señales. Paulo terzio
<Iue agora está en la silla Pontifical en aque-
lla carta hecha a veinte i seis de Hebrero ,
que el otro dia escribió a algunos Prinzipes ^^
de Alemania a la Dieta de Espira , . atribuye ^^
el orijen de todos estos comunes males a las
guerras i disensiones de los Reyes, i escribe
^
418 INFORMAZION
que antes que hubiese estas guerras, ni había
habido herejías en Alemania, ni el Turco ha-
bía venido a Ungria , ni a Italia. Por tanto
dize, ser el único i ultimo remedio que se re-
conzilien los ánimos destos mui poderosos
Beyes , i que desta manera se podrá rebotar
el ímpetu del Turco, i desterrarse las herejías
i asi tornará el mundo a la tranquilidad en
que solía estar. ¿Que disparate de discurso es
este? O ¿porque pervierte asi el orden de las
cosas? Se que bien se sabe, que por nuestras
parzialídades, i odios, creszió i ha sido en-
sanchado el imperio de los Turcos. Por esta
razón han venido a ser señores de Grezia, de
Albania, i de entrambas lasMísías. Tambieu
se han apoderado de Ungria , mientras que
por acá nos andamos bebiendo la sangre
unos a otros. Si agora ya penetran hasta
dentro de Austria i sus lugares vezinos, o
hasta Italia, no hazen cosa nueva ni no pen-
sada , pues que ya antes de agora se han
abierto el camino , i nos veen tan ocupados
*^6 en las cuestiones de nuestras proprias* ca-
sas, que a penas podemos acudir a resistirles.
Todo esto es verdad. Pero no se ha de parar
. /
r
AL EMPERADOR. 119
aqui , como si faese la fuente i el orijen de
los males, como el dize, los mas taimada i
traidoramente del mundo. La sagrada Es-
criptura profetizó esta furia de los Turcos ,
i las grandísimas calamidades que habia de
haber en los postreros tiempos. Destas cala-
midades no es la causa que las haze , aTgu-
na guerra zivil , que tengamos , bien que
sea achaque lo uno para lo otro : antes esta
mesma guerra zivil se ha de contar entre las
calamidades i azotes con que somos castiga*
dos de Dios , i entre los efectos de su ira.
Nezesario es agora buscar cual es la causa
desta ira ofensa de Dios tan grande.
Cual es la verdadera causa de las calami"
dades que han venido i vienen sobre la cris-
tiandad.
Cuando pues lo hubiéremos todo mui bien
inquirido, hallaremos por mui zierto que con
ninguna cosa es Dios tan ofendido como con ^^
la Idolatría, i el menosprezio de su palabra. Y^
Una inGnidad de testimonios hai en la Es-
criptura divina , con que esto se prueba , i
120 INFORMAZION
Mía la trasmigrazioii del Pueblo de Israel a
la captividad de Babilonia , nos dio un bien
ilustre i maniliesto ejemplo dello. Esta es la
fuente que buscamos , este es el prinzipio i
seminario de todos los males i trabajos. Aqui
se ha de parar, i no hai para que pasar roas
adelante. Vengamos agora al furor de los
Turcos, ¿en que tiempo comenzó a estenderse
por nuestros términos? Zierto es, que cuan-
57 to mas soberbios se ban hecho * los PontiRzes
Romanos, cuanto mayor injuria hizieron a la
palabra de Dios , ensuziando i profanándolo
todo para conGrmar su tiranía , tanto mas
prósperos suzesos ban tenido los Turcos. I
cuanto mayor autoridad ha sido la del Ponti-
fize Romano en nuestras provinzías , tanto
mas vezino se nos ha hecho el Turco. £1
cual , venido a pasar el estrecho de Galipoli ,
se nos metió en Europa , i tomada aquella
fortisima llave de la Cristiandad , ha venido
ya hasta nuestras casas. Por manera que
desde aquel tiempo comenzamos a sentir su
crueldad, i el dia de hoi , por cuanto no co-
nozenios este presente i tan señalado benefi-
zio de Dios que en estas miserias tan gran-
AL EMPERADOB. 121
des , DOS ha vuelto a dar Ja doctrina de su
£vai]jelio,por eso anda la guerra agora mas
cruel que iiuuca, i de contino con tantas ven-
tajas suyas. De tal manera que todas las ve-
zes que saca ejérzitocontra nosotros elTurco,
no duda casi nada de la victoria. Parezele
agora al Papa que se podría remediar esta
destruizioa sino hubiese entre los Cristianos
guerras i revueltas. Pero aquello en que él
piensa que está la medezina deste mal que
n^ en crezimiento , aquella mesma cosa es
enfermedad , a la cual es nezesario que se
aplique remedio eficaz. Tocando en esta te-
cla, luego calla i disimula , i no quiere des-
cubrir la llaga. Basta que reconziliados los
ánimos de los Prínzipes , le pareze que sus
oegozios irán niui prósperos , i mayormente
que estas que él * llama herejías, piensa que 58
entonzes se podrán fazil mente desarraigar.
iUui preñadas son estas sus palabras : i sepa
vuestra Majestad que no se puede fazilmente
exprimir todo el mal que en ellas está encu-
bierto. Porque una por una él cobra con eso
estima i reputazion, como que desea la quie-
tud pública del mundo , i de que quiere dar
r
L
Iti INFORMAZIO»
a entender , que tiene deseo , que se liaga
conzilio. También amonesta de través a los
Prínzipes a quien escribió esto , que estón
constantes en la buena voluntad i obedienzia
que hasta aquí le han tenido , i que no ad-
mitan aquella doctrina , a la cual tiene por
calamidad , i la cuenta entre las otras calami-
dades del mundo , i espera sin diBcultad , i
aun promete, que se podrá oprimir toda, jun-
tadas una vez las fuerzas i armas de los Be-
yes. Mas , con exhortarlos asi a la perseve-
ranzia, entretiene las parziatidades i los ban-
dos, i inflama losanimos a mayor obstinazion
i rancor, i muéstrales como con el dedo, que
en aquella Dieta i en cualesquiera otras, se
debe tratar solamente de tas causas ziviles ,
i que el negozio de la Relijton se debe dejar
para el Conzilio jeneral , el cual se podria
fazilmente convocar i juntar, apaziguada esta
guerra , cuya pazificazion , como vee que es
difizilima sobremanera , no haze sino ahin-
car en ello mas reziamente , para que de
cualquier suerte que suzeda , parezca que ha
hecho algo por la República Cristiana. ¡íQne
diremos? ¿ hai aquí por ventura siquiera al-
AL EMPERADOR. 125
gun rastro de áuimo penitente? ¿ o devisase
por ventura aunque sea de lejos , alguna es-
peranza de enmien*da? ¿No dá harto bastante 59
testimonio sola esta su carta, cuando no hu-
biese otra cosa, que por eso prinzipalmente
desea que estén paziGcados los Reyes , para
que con el ayuda de todos ellos pueda per-
vertir i destruir hasta los fundamentos este
jenero de doctrina que en todas maneras le
cumple a él , que no parezca en el mundo?
Dize que antes de estas guerras no habia he-
rejias en Alemania. Antes por haber él sem-
brado por todas las provinzias de Europa
detestables i ignominiosas herejias, somos en
diversas maneras fatigados, no solamente con
guerras , pero aun con otras muchas hor-
rendas calamidades i trabajos. Pero aun tam-
bién esta doctrina a la cual él llama herejía,
comenzó antes desta guerra de que él habla:
i la mudanza que espera que habrá en el
mundo ya ha dias que es venida i traidaa los
hombres por señalado benefizio de Dios, ale-
gre por zierto i gozosa i bien rezebida de los
pios , pero no nada agradable , i mui triste
para los impios. Lo cual o por que no lo en-
ÍU INFORMAZION
tiende , o lleno de invidia , lo disimula i se
promete de recobrar la dignidad i potenzia
que solía tener ; por eso es desesperadísima
su suerte, como de hombre al cual Dios nos
ha puesto delante, por un famoso ejemplo en
que contemplásemos la grandeza i la vehe-
menzia de su ira, como ya en otro tiempo lo
propuso en Faraón.
Que conviene desechar el yugo de la tm-
piedad, para haser lo que manda Dios,
Estando pues las cosas destos de la manera
que he dicho, que no pueden sufrir ningún
60 lejitimo co^nozimiento, i de quien con razón
está perdida toda la esperanza de enmienda,
a vuestra Maje$(tad loca pensar de aquí ade-
lante , que es lo que Dios manda i quiere , i
no se ha de tener ninguna cuenta con el tira-
no, que constriñó a vuestra Majestad i a sus
mayores, a hazer tal juramento, no por otra
cansa sino para que tanto mas lizenziosa-
niente i con mayor destemplanza , pudiese
turbar, confundir i ensuziar todas las cosas:
no de otra manera , que si todo este mundo
AL EMPERADOR. 125
con todo cuanto liai en él fuese hecho sola-
mente para su contentamiento i provechos ,
i como si en él solo hubiese mas prudenzia i
juizio , mas virtud i sanctidad que en todos
los otros hombres juntos. Porqne entre las
otras cosasy también se alaba prinzipalmente
deslo en aquellos sus tan lindos decretos,
donde aGrma de si, que no puede errar, i que
tiene potestad de juzgar a todos , i que no
puede ser juzgado de nadie : i aun lo prueba
elegantísimamente con el testimonio de san
Pablo, donde dize , que el hombre espiritual
juzga de todas las cosas, pero que él no es juz-
gado de nadie. Cuando san Pablo escrebia es-
to,pensaba,si por zierto,enel Pontifize Roma-
no, i veiaya de lejos lo que habia de ser, que
algún tiempo habia de tener i ejerzitar éste
una monstruosa potestad, de suerte que fuese
juntamente Pontifize i Emperador Romano.
De que artes han usado los Ponlifizes con-
tra los Emperadores i Prinsipes , que procu-
raban reformar la divina Relijion.
Hasta aqui se ha contado de que manera
126 INFOnMAZIOÜ
se'embolvíeróneslos en losiiegozios segla-
res i ziviles: de que manera saltearon i ocu-
paron el antiguo patrimonio del Imperio i
se enseñorearon de la zíudad de [toma tan
antigua silla de los Emperadores , cómo uo
le dejaron al Imperio mas que cl desnudo tí-
tulo i el nombre, i cuan indignamente trata-
ron muchas vezes a los Emperadores i a los
otros Reyes : como se son , los mesmos que
siempre, i cuan porQados , [i ]pertinazes ha-
yan sido perpetuamente en este su abismo de
cobdizia, lo puede fazilmente juzgar vuestra
Majestad, pur tas cosas que auu en nuestros
tiempos han pasado , i_de que aun se acuer-
dan los hombres que viven. No haí nadie
que no sepa cuan famoso guerreador fué el
Papa Julio. Tuvo grandísimas revueltas i
cuestiones con los Iteyes : i aun el Empera-
dor Maximiliano abuelo de vuestra Majestad
con ser un Prinzipc virluosisimo , no pudo
evitar sus enemistades, en una causa justísi-
ma, cuando trataba de convocar conzilio je-
neral , como cosa iiezesarisiuia a la cristian-
dad. Pero el Papa Julio nopodid oir hablar
de conzilio , porque aunque todo él estaba
AL EMPERADOR. i27
anegado en opiniones falsas i Epicúreas, aun-
que estaba profundisimamente sumido en to-
do jeiiero de vizios , aunque en toda su ma-
nera de vivir testificaba que no había para
que esperar después del otro Anticristo: que-
ría con todo eso constreñir a los hombres,
a que estuviesen^pendientes dél, i que difirie-
sen i dilatasen todo el conozimiento i con-
clusión de la causa, hasta que él mesmo con-
denase * publicamente todas sus bellaquerías, 62
i sus horrendos i detestables crimines. Pero
como fuese su sanctidad , demasiadamente
perezoso enmendador ij uez de sus vizios i
costumbres, i por extremo tibio en la refor-
mazion, i que el abuelo de vuestra Majestad
i otros Prinzipes con él , querían en todas
maneras poner remedio en las cosas que ya
no sufrían dilazion : helo aquí donde sale
luego arrojando sus rayos o cohetes de exco-
muniones i execraziones contra ellos, no por
otra ninguna causa, sino porque se atrevían
a tentar una cosa de tan grande importanzia,
cuya administrazion no pertenezía a otro
que a él. Pero entre tanto, por burlarse de-
líos, que haze? convocó conzilio en Roma ,
k
128 INFORMARON
en el cual no se trataba cosa ninguna , sinn
que lo levantaban por enzima de las nubes
los lisonjeadores, como a padre de la patria,
que no tenia otro pensamiento ní se desvela-
ba en otra cosa, que en procurar por la sa-
lud i prosperidad de toda la Cristiandad.
Cuanto a las otras cosas, alli fué hecha uua
tal enmienda i reformazion de todas las cosas
nezesarias, sin quitar ni poner ,cual hot en
día se baria , si el conozimiento de la cansa
se remitiese al niesnio Pontifize , i a su Con-
sistorio de Cardenales. Tras este se siguió
León , el cual sabe muí bien vuestra Majes-
tad , cuan ásperamente le baya resistido , i
de cuanta dílijenzia usó, para que no viniese
a ser Emperador, después de muerto Maximi-
liano. 1 después que esta esperanza le falté, i
que vuestra Majestad fné nombrado de los
Prinzipes por Emperador , bien sabe con
gj cuan gran'de odio conjuró para destruirle, i
qué liga fué la que hizo , la cual no tiraba a
otra cosa , sino a hazer a vuestra Majestad
que perdiese a Sizilia, i desposeerlo no sola-
mente del Reino de Ñapóles, pero aun echar-
lo de toda Italia. I aunque después se salió
AL EMPERADOR. 129
destaliga, siendo descubierta la conjurazioii,
todavía por hazer alguna cosa digna de Pon-
tiflze, como sus antepasados, dio una grandí-
sima herida a [la] Cristiandad , la cual aun el
día dehoí no está curada. Porque de aquella
guerra que anda entre vuestra Majestad i el
reí de Franzia, él fué el autor en todo cuanto
pudo. En la cual guerra aunque habéis salí-
do victorioso hasta agora , él empero fué el
que la despertó con una singular industria i
maña. Bien veía él de lejos , que siendo una
vez comenzada la discordia entre dos pode-
rosísimos Reyes, que duraría buenos años, i
que no se acabaría asi tan livianamente^. Pa-
reziale que esto le estaba a él muí mejor, qae
no convocar el Conzilio jeneral, que entonzes
todos con grande instanzia pedían i tenían
por cosa muí üezesaría , por esta mesma
causa de la Relijion, que aun hoi en día está
en diferenzia, i estonzes aun era muí rezien-
te. I por zierto que él lo tanteó prudente-
mente, i no erró nada del blanco a que ases-
taba.
También sabe vuestra Majestad en qué ma-
nera después de la muerte del Papa León , se
r
130 ÜSFORHAZIDIt
hubo en la mesma goerra el Popa Clemente
en vuestras cosas: como vaziló , como tiraba
a dos hitos algunas vezes, cuantas traiziones
64 hizo , a vuestra Majestad,* cual fue la liga
que le tramó , como le denunzió gnerra con
una carta harto fiera , atroz i llena de zahe-
rimientos i de injurias, como con libros que
publicó, difamó i deshonrró su nombre. Bien
se acuerda vuestra Majestad cuan liberal-
mente, siendo él vuestro prisionero por dere-
cho de guerra, le tomó en sn libertad i dig-
nidad, cuan bien miró siempre vuestra Ma-
jestad por sus cosas , cuando hecha la paz
Con el Itei de Franzia , le prometía que los
dos Keyes juntos, trahajariades que unas zíer-
tas tierras que se dízen pertenezer al patrimo-
nio de la Iglesia Romana , se quitasen a los
poseedores i se le restituirian a él. También
tendrá memoria con cuanta lealtad i dilijen-
zia le ayudó en aquella cruelísima guerra
quehizo a los Florentines. Acuérdasele que
en el tiempo que los Prinzípes i Estados de
Alemania se quejaban gravisimamente de la
avarizia i tiranía insaziable de los Bomanis-
tas, cuando presentaron en una pública Die-
AL BMPEnADOR. fSl
ta del Imperio por escrito los capítulos ile las
cosas que deseaban ser emendadas , i se los
dieron eu su mano al Legado del Pepa , que
alli estaba, i qoe también imploraban para
ello vuestra fe i ayuda , biea se le acuerda
como por respecto del Ponttfiíe lo disimuló
todo vuestra Majestad, como en un zterto es-
crito lo conñesa. No es posible que se le haya
olvidado todo lo que hizo en la Dieta de Au-
gusta, por defender su dignidad. No hai que
dudar , sino que no se le cairán a vuestra
Majestad tan presto de la memoria tas * plá- 65
ticas que tovo coa él en Bolonia sobre hazer
Conzilio jeneral , cuando se partió de Ale-
mania i pasaba por Italia a embarcarse alli
para \r a Espafia. Bien sabe como después
deste coloquio, se fué el Papa a Marsella , i
cerno casó alli a su sobrina, lo cual si lo hizo
para confirmar la paz que pocos años antes
estaba hecha entre vuestra Majestad i el Bei
de Franzia, para encomendar a ambos la pú-
blica tranquilidad de la Cristiandad, o antes
porque siendo él amigo de guerra, i deseoso
de venganza, pensaba por esta via lavar toda
la afrenta qne habiarezebido los años pasa-
132 INFORUAZIOR
dos cuando estuvo eo poder de vaestros sol-
dados: lo puede vueslra Majestad juzgar me-
jor qoe nadie.
Pues el arecto i descoque este Papa Paulo
terzio tiene para reformar las Iglesias , no
puede vuestra Majestad dqar de saberlo ,
pues que ha venido ya eii diversos tiempos a
parlamento cou él cuatro vezes. Verdad es ,
que dio alguna muestra en esta última guer-
ra de Saboya cuando entre vuestra Majestad
i el Rei de Franzia ardian los odios , como
que lo lomaba de veras, i aun también con-
vocaba Conzilio. I si lo hazia , para con este
medio divertirlos a entrambos de la guerra, -
o que sabia bien que inteolaba una cosa im-
posible, i que solamente tuviese por Gn que
a lo menos viesen los hombres como no que-
daba por él , el no cuajar este Conzilio , uo
fazílmente se podría dezir. Aunque para
creer esto último hai sin duda mucha mas
apareozia, visto que después * de las tregnas
de Niza, no hizo mención ninguna de Conzi-
lio eo todos cuatro años siguientes. Pues , sí
lo hizo , porque sus advérsanos desecharon
el Conzilio que ¿1 antes habia convocado: por
AL EMPERADOR. i 33
zierlo que no hai para que de aquí adelante
se canse mas en convocarlo. Porque la mes-
nia causa que entonzes movió a sus contra-
rios a no admitirlo, se queda aun todavía en
su ser. Porque no quieren sufrir que él sea
el juez, antes lo acusan de gravísimos crimi-
nes. Mas si calló porque se temiese que los
hombres , hechos ya con el tiempo mas avi-
sados , bien que azeptarian el Conzilio jene-
ral, pero que lo echarían de la silla , i le
constriuirian a responder a las acusaziones ,
ya se vee claro que fue guadramaña , i que
fueron burla todas las muestras que antes
dio, i que nunca esta jente piensa de veras
en el Conzilio, sino que solamente está aler-
ta para conozer los tiempos i las coyunturas,
i que entonzes vienen a hazer menzion de
Conzilio , i mostrar alguna esperanza del :
cuando veen que es imposible poderse con-
gregar. Porque ¿qué otra causa le movió, mas
ha ya de dos años, a qué quiso que se juntase
en Trento, sino que en aquél mesmo tiempo,
en que lo convocó, veia él que entre vuestra
Majestad i el Rei de Franzia iban encamina-
das las cosas a disparar en una cruelísima
134 LtFOHMAZIO?!
guerra? i aua eou saber ót que el uno de los
dos estaba ya a caballo : lo cual do ignorao
los que estuvieron mirando este aparato , i
que pararon mientes m el tiempo i en lo
que pasaba.
o7 *Pero cuando mucho , ya que se tenga
CoDzilio, es zerttsimo , que ellos no admiti-
rán ninguna verdadera, pía, ni nezesaria en-
mienda i refonaazion. Ponjue se tienen per-
suadido, como ellos mennos dizen, que es-
peran que sus adversarios a la fin vendrán a
conozer su error, i que tomen al seno i gre-
mio de la Iglesia Romana , i reposen ea él ,
como en la última Dieta deRatisbona, donde
vuestra Majestad presidia , lo dijo publica-
meute el Cardenal Contareno, que estaba allí
por Legado del Papa. Solo lo cual urguye
evídentísimamente, que ellos están totalmen-
te desamparados de Dios , i que correa des-
apoderados a su perdízion , como insensatos
i mentecatos. Pues como? | que se bayan te-
nido por esta causa tantas Congregaziones 1
Dietas , i que tantos varones prinzipales lia-
van sobre esto pasado sumos trabajos: i que
Micslra Majestad baya también sido mni fa^
AL EMFEBADOR. 135
ligado coa mucbos i diversos caidados i mo-
lestias , i que haya estado Alemania muchas
vezas por ello en grandísimo peligro , i que
agora a cabo de rato , después de hechas tan
trabajosas i íastidiosas consultaziones, sobre
todo esto salgan , con una cosa tan liviana ,
tan de reír, i tan impertinente, diziendo,qtie
esperan que tomemos en nuestro seso I Pero
no esperan lo que dizen : antes lo que ellos
querrían i desean es, que estuviese destruida
i sepultada toda esta doctrina sin que que-
dase rastro della, i que fuesen hechos polvos
todos cuantos la profesan , sin quedar nin-
gn'no a vida. Si tuvieron esta esperanza que (
dtzen, ¿porqué, veamos , han perseguido tao
cruelmente tantos afios bá una infinita mul-
titud de hombers? Si al prinzipio cuando aun
era pequeüo el numero i despreziado, nunca
tuvieron tal esperanza, lo cual testifican da-
rísimamcute las muertes i crueldades de que
han usado , ¿como es posible que esta espe-
ranza les haya ido creziendo con el tiempo ,
pues veen que siempce ha ido llegando se les
mas jente , i que poco a poco todos los esta-
dos de las repúblicas tienen voluntad de de-
136 rcFORMAzior*
jarlos? Por manera que está claro , que eslas
SQS palabras son enmascaradas í Onjtdas.
Porque como veen , que cod tormentos i aJIi-
ziones, ni con llamas de fuego no puedenha-
zer nada: muestran alguna moderazion i una
zierta aparenzia de compasión Gnjida. I entre
tanto , traen dentro del pecho pestilenzia i
inortalisima ponzoña. Por tanto, el que qui-
siere couozer la natural condizion de los Pa-
pas, DO tiene nezesidad, sino de poner losojos
en lo que hemos visto , i conozido en nuestro
tiempo.
Que perleneze a los Reyes i Emperadores
ilustrar la gloria de Dios i atapar tas oreias
por no ser encantados con las melosas canzio-
nes de los enemigos de la verdad de Dios.
Verdad es, que no todos han sido tan fu-
riosos ni tan desesperadas guerreros como
fué el Papa Julio: ni tan perdidos en todo je-
iiero de deleites i suziedades como el Papa
León. No han sido todos tan por extremo
iniiilores i tan grandes bellacos como lo fué
i'l Popa Clemente, ni tan avarientos i taima-
AL EMPERADOR. 157
líos como lo esel Papa Paulo* lerzio. Venlail f>í*
es, yo lo conzedo): pero esto se puede probar
i verificar, que desde el tiempo que comen-
zaron a tener mando i señorío sobre las otras
Iglesias, emplearon todo su injenio i pen^a-
mieDtfl.en introduzirenel mundo Tals.-isi doc-
trinas, i impíos servizios de Dios , i cu pro-
curar como liazerse riquísimos, vivir suntuo-
sa i magniGcamente , mandar a todos , am-
pliGcar i estender sus posesiones , i cómo
disminuir i debilitar la potestad de los Iteycs
i Prinzipes. Todas estas son cosas que se
pueden probar, i aun esto mas, que añilando
los tiempos , se han hecho cada din peores ,
hasta que ya olvidados de que eran hombres
se han dejado adorar como Dioses, i anueasi
se han alzado con el título i la Iionrní del
verdadero Dios: lo cual es mas claro que la
luz del medio dia. Que esta soberhía revidvi<'>
tan feamente i confundió i turbó de tal ma-
nera todas tas cosas, i que desta pcslileuzial
fuente ha rebosado en todas las provincias do
la Cristiandad tanto zieno de vizios i de erro-
res, quehoi en dia muchos eslrcmaildslt'ji))'
Jjres se quedan atónitos en pensarlo: i üiilia-
158 INFOBMAZION
jan de poder hallar vías i medios coa que se
podría mejor curar este tan horreodo i taa
eavejezido mal : lo cual debe ser ejemplo a
nosotros i a toda la posteridad , para que
vean i consideren los liombres cuan espesas í
cuan horribles tinieblas nazen desta soltura i
temeridad , cuando es violentada la doctrina
del Cvanjelio, i traída a intereses i gananzias,
1 dejenera , i es corrompida con tradiziones
humanas.
Sócrates, aquel que fué tan alabado de sa-
bio, dize que la naturaleza del hombre es tal,
que si uno solo víeue a tener tuda la potes-
tad , i que pueda mandar a los otros a su
apetito, que vendrá a ser soberbio, feroz, in-
sufrible, i Unalmeole uu tirano , porque no
es de quien quiera, pasar por la prosperidad
con igualdüd i moderazion. Por tanto todos
los buenos Reyes i Prinzipes que ha habido
en todos tiempos, han tenido siempre ea su
consejo hombres buenos, i seguido su autori-
dad en los negozíos. Porque cuando todas las
cosas se dejan al arbitrio de uno, es imposi-
ble que no se hagan muchas, desapoderada ,
sedíziosa , i inicuamente. El PontUtze por
AL BUPERADOB. 159
caanlo solo quiso señorear a lodos , i que se
usurpa esta potestad no solamente depalabra,
pero también de hecho, no pudo dejar de sa-
lir un gran tirano , i no hai para que esperar
délniagoD loable ejemplo , mientras consis>
liere en aquel grado de soltura que hasta hoi
ha tenido. Lo cual todo como sea asi , debe
en todas maneras proveer vuestra Majestad ,
que todos sus consejos se encaminen a ilus-
trar la gloría de Dios , i a recobrar la tran-
quilidad de Alemania. Lo cualzierto, no se
puede hazer , si vuestra Majestad no se
exempta i libra de aquella Pnpística servi-
dumbre , i se reduze a su libertad , i de todo
punto repudia i desecha aquel forzado i tirá-
nico juramento iodigno de vuestra grandeza,
hecho hazer por fuerza a vuestra Majestad, i
a sus mayores. Porque la común salud de
los hombres, i la gloria de Cristo se debe an-
teponer 3 todas las cosas buma'nas , mayor- 71
mente a provechos particulares de pocos.
Si vozean dizieodo loque suelen, i hablan
de los padres antiguos con grande arrogan-
zia, i de los Conzilios i Decretos, de la luen-
ga costumbre , de la navelliza de S. Pedro. ,
^
i 40 IHFOBHtZIOX
lie la sacrosanta silla , i de la Iglesia Católi-
ca; no muevan nada a vuestra Majestad se-
mejantes palabras. Porque estassoD aquellas
suaves canziones, i bechizerias,que han traí-
do a muchos en error, i a hazer naufrajio i
perezer. Estas son aquellas Sirenas, por en*
tre las cuales se ha de navegar tapadas las
orejas, como hizo Ulises, para evitar e) peli-
gro. Porque esta máxima se ha de conslituir
una vez por una verdad muí firme i zierta :
que todas las opiniones de los hombres , to-
das sus tradiziones i escritos ,'deben confor-
marse con la palabra de Dios. Alcanzó a en-
tender esto en las cosas ziviles Platón, i atre-
vióse a escrebirlo cnandoafirma : Que cuales-
quiera otros escritos , si disienten de las le-
yes, se deben desechar. Porque pensaban que
las leyes eran un don de Dios, i por eso les
daban tanta autoridad. De donde se puede
colejir cuan grande crimen será mudar aque-
llas cosas, que Dios mesmo, criador del uni-
verso mundo,nosdeJDconstituida8 por-minis-
terio del Espiritu santo, i quiso que estuvie-
sen comprendidas i puestas por escrito, para
que las tuviésemos por regla que seguir per-
AL EMPERADOR. i4i
petuameute. Aunque si los Papas i todos los
que penden del» se hubiesen de examinar por
los Cañones iConstituzionesque ellos mesmos
tanto encaraman , ¡ válame Dios , cuan lejos
estarían de susten*tarse i poder durar en el 72
lugar que tienen ocupado, i responder por si !
Porque ellos han quebrantado todos los bue-
nos Decretos que habia , i no tienen empa-
cho ni vergüenza de no guardar ninguno de-
Uos : i no solamente eso, sino que aun se ala-
ban de que tienen lizenzia i poder para ello,
i que no les pueden a ellos obligar nada las
leyes de sus antepasados. Porque dizen, que
un igual no tiene poder sobre otro su igual ,
i que por eso tienen libertad para abrrogar
leyes viejas, i establezer otras nuevas: lo cual
han siempre hecho i con harto estudio i di-
lijenzia. Porque adonde quiera que los arre-
bató su avarizia, su soberbia, i su ambizion,
no han tenido temor ni vergüenza de consti-
tuir i publicar luego un decreto acomodado
a sus apetitos. Lo cual por zierto , ni es cosa
de loar, ni aun se debe sufrir.
f4Z mPOBHAZIOÜ
Que la doctrina de la Relijion es invaria-
Ue, i que en ella está la regla de bien admi-
nistrar, cada uno en su vocasion i etlado.
Porque lo que alegan , que segnu la cali-
dad de los tiempos se pueden mudarlas le-
yes, no ayuda nada a la causa dedos. Porque
eso se entiende de las leyes políticas solamen-
te, i no se puede referir a la doctrina de la
Relijion. L& cual no está subiecta a juizíos
de hombres, ni a mutaziones de tiempos, pe-
ro depende de solo Dios, que la di¿. Pnes ya
cuanto a los Sazerdotes i Obispos , expresa-
mente está ordenado en la sagrada Escritura,
73 cual hjl 'de ser el oGzio dellos , cómo deben
gobernar su familia , su mujer , i sus Lijos ,
cómo no se deben empachar de ningunas
cosas que no sean de su ofizio eclesiástico ,
cuan apartados deben estar hasta de la me-
nor sospecha de avarizia , de deshonestidad,
i de suzia gananzia. Todas estas cosas están
claramente dichas en la sagrada Escritura.
Que no guarden ellos nada desto de muchos
siglos acá: que siempre vayan de mal en peor,
AL EMPERADOR. i 45
i que aun hoi en dia no duden de afirmar ,
que agora ya hai otra costumbre, i son otros
tiempos ; es mui impía i bellacamente hecho
delloSyivan desviadisimos de laA^erdad. Por-
que no solamente son obligados a guardar
lo que está en la Escritura sagrada , pero
también las pías i saludables constituziones
de sus antepasados, por cuanto el Majistrado
no es señor , sino ministro de la lei. Sí esto
tiene lugar en toda la República zívil bien
constituida, ¿cuanto mas debe valer en el ne-
gozio de la Kelijion? Todas las vezes que se
hazen leyes, es nezesarío, como siente Platón,
que sean moderadas, de manera que no sean
en provecho solamente de una parte o par-
zíalidad del Pueblo sino que seaif saludables
i útiles a toda la República. El que haze con-
tra esto, o tiene respecto a otra cosa , este
dize, que no es ziudadano, sino perturbador
í sedizioso, cuyos decretos se deben desechar
de todos. Añade mas , que es menester que
el Majistrado que tiene potestad de constituir
leyes, tenga aquel amor a su Re^publica, que y^
tiene un padre a sus hijos i familia : que es,
que sus leyes i constituziones deben tener tal
144 IKFORMAZION
temple, que se vea claramenle, que do tuvie-
ron respecto a otra cosa que a la salud de
su pueblo, de tul manera, que uo se halle eo
ellos ni una pequeíka señal de animo malig-
no: como al contrario, se vee, en los tiranos
que mandan con ferozidad i absolutamente,
sin dar ninguna causa probable ni justa , ni
conforme a razón de lo que mandan. Por
tanto se deben tener i estimar como sedicio-
sos ziudadanos i per\'ertidores de la Repú-
blica Cristiana , pues que todos los decretos
que han hecho agora, de algunos siglos acá,
pertenezen totalmente a sus particulares pro-
vechos i comodidades delios : i a los otros
Estados son totalmente intolerables, como se
vee claro no solamente en sus libros , pero
aun en sus cotidianos negozios , qne traen
entre manos, que son tales en efecto que dan
harto en que entender a muchos i raui prin-
cipales hombres.
AL EMPERADOR. 445
Cómo de muchos tiempos acá han sido per*
juros los P^nlifizes. I como sus cañones i
consliluziones , cuanto mas modernas , tanto
son peores, i mas intolerables, encaminadas ú
«M proprio provecho dellos^
Pero el caso es, que luego que son hechos
Papas , hazen juramento que guardarán to-
das las cosas que en provecho déla dignidad
de la sede Romana han sido constituidas de
sus antepasados, que es, que sin tomar con-
sejo o no consintien^do en ello el Colejio de 75
los Cardenales, no mudarán nada. Si ha ha-
bido este juramento siempre desde el prin-
cipio de la Iglesia Romana , sigúese que to-
dos cuantos PontiGzes ha habido, de mas de
mil i cuatrozienlos años acá» han sido perju-
ros, pues que no han guardado las leyes ,
que les dio el Apóstol san Pedro , que dizen
ellos , que fué el primero que presidió en
aquella silla. Mas si entonzes no hubo nin-
gún juramento desos, sino que muchos tiem-
pos después fué introduzido : por zierto que
son bien miserables i sin remedio : los que
10
• f-i
{46 INFÓIIMAZIO!)
no solamente do hazen cosa buena, pero aun
se obligan con juramento solene de nnnca
hazer cosa qije deban. Notorio es aquel dicho
tan zelebrado de Julio Zesar , que si se ha
de violar la fe, por reinar se ba de violar.
Huí bien saben de coro esta senlenzia nues-
tros Pontilizes , i con la plática de cada dia
la hazen mas familiar a si. Aquellos antiguos
cánones de los primeros Obispos , porque
eran demasiado útiles i filosóficos, dieron con
ellos al traste. Los que después han sido in^
ventados dellos, como de hombres mas pru-
dentes i politices i que entendían mejor las
cosas del mundo, esos guardan con toda di-
lijenzia. 1 el Papa que uo supiese bien esta
astuzia, i no se acomodase a sus costumbres,
o que quisiese tornar a usar aquella antigua
bajeza o simplizidad , no lo podrían sufrir i
no les faltan para contra estos tales , artes
i mafias con que sacarlos presto del mundo.
76 "Ningún hombre bueno i amigo de virtud
entra jamás en ningún jenero de vida que le
pueda corromper sus costumbres , i depra-
rarle el animo, i enajenarlo de si. Pues aque-
lla manera de vivir en que se ocupan los
AL EHPERADOB. 147
PontiQzes i toda la cuadrilla i tropel de sus
cortesanos, es sin duda nrai llena de peligros
i DO pueden salir della mas buenos que en-
traron. Entran pues ellos eu aquel estado no
por otro respecto, sino para poder con toda
seguridad, i sin quebramíentos de cabeza vi"
Tir suntuosa , oziosa , regalada i lujuriosa^
mente en una suprema bourra, i que puedas
bazer todo lo que bien les estuviere. Dema-
siado sabido se está, que no bai ninguno de-
Ilos en ninguna parte que esté, que haga su
ofizio: i no ignora vuestra Majestad, conque
artes, astuzias, i mañas engarrafan, [ij roban
los bienes de las Iglesias. Porque con los fa-
vores i «I encomendarlos vuestra Majestad, i
los otros reyes, vienen por la mayor parte a
alcanzarlos. Casi siempre son condenados i
aun vedados por las leyes los saltaderos i
prínzipios por donde entran. Luego no puede
ni el seflorío ni el fin del dejar de ser mui
aborrezible i triste. Muchas vezes ha castiga-
do Dios con grandes calamidades a losBeyes,
que o por Urania, o por sediziones o muertes,
o por dádivas i otras semejantes artes habían
entrado a reinar. Pues ¿cuanto menos sufrirá
148 INFORMAZIO»
esta monstruosidad i corrupziou en la ádmi-
77 nistrazioQ* Eclesiástica, donde niogana cosa
ha de valer, ni se debe tener a nada respec-
to , sino a la TÍrlud , i a la doctrina? I con
ser esto así , cualquier cosa que ordenan i
mandan, qoieren que todo sea tenido por di-
Tino i por sacrosanto. Demasiadamente ha ya
salido de madre eita desvergüenza , i teme-
ridad, la cual, zierto, no dejará Dios m cas-
ligo. Por manera que todas las vezes que
alegan decretos , cánones , constituziones de
la Iglesia , es nezesario que también se de-
claren de que tiempo son aquellos cánones.
Porque las leyes hechas dellos mesmos, son
entre ^ mui contrarias. 1 aunque se dize
que las primeras vienen a ser enmendadas de
las postreras, i que les dan lugar : mui otra
' es la manera que se faa de tener en lo que
toca a los estatutos de los PontiGzes. Porque
los decretos que hizieron de mil años para
arriba, son mui mejores que aquellos que se
ordenaron dozientos años después. Final-
mente cuanto son mas zercanos a nuestros
tiempos, i cuanto mas modernos han sido los
Vontifizes , tanto peores son los cánones que
AL BJIPBBADOB. 449
han liecbo : ea tanta manera que a la íin vi-
nieron a constituir cosas mui intolerables í
execrables, de las quales se deben avergon-
zare! dia de hoi. Icón todoeso,eszierto que
aquellos sus Decretos tan suzios, tan nezios
í tan impíos tuvieron algún tiempo el mas
honrrado lugar en las Iglesias. Salgan ya
sus*caRones a plaza, i no se avergüenzen de 78
dezir claramente cuales cañones entienden ,
cuando con tanta ferozidad los oponen a sus
adversarios. La verdades, que ellos no saben
lo que se quieren dezir , i la mayor parte
dellos o son tan indoctos o neglljentes, o tan
ocupados en darse a la buena vida , que no
sabrán dar mas razón de los nuevos que de
los viejos: sino que con palabras magnificas,
arrogantes , 1 compuestas para bazer tram-
pantojos i vana muestra, encubren su bella-
quería i maldad. I esto, hasta a que baste
cuanto el juramento solene de vuestra Ma-
jestad , el cual aunque es tiránico i sacado
con violenzia, empero puesto que se pudiese
sufrir, no se puede referir sino a cosas lizitas
i honestas, como se puede mui bien averiguar
por todas leyes asi divinas como humanas.
150 IM^ORMAZIO:)
Que cuenta ftazen los Papas para engarra-
far los bienes de los hombres, i cuan lejos es-
tán de hazcr ¡o que les manda Dios, I cuanto
temen de ser descubiertos i conozidos.
Demás de todas eslas cosas que se han
conta<lD, hat aun por ventura otra, que debe
estorbar, sacra Majestad, cualquier buen de-
seño o buen pensamiento que puede tener.
Porque por dicha piensa, como es cosa erei-
ble , que si baze algo de que se ofenda el
PontiGze ,que no os será ulil para vuestras
cosas de Italia, las cuales no querría poner
a riesgo. Grandes son porzierto imui sutiles
las mañas i arles del demonio. Mire agora
Yuestra Majestad, a qué han venido las cosas
con su industria i consejo. ¿No es cosa increi-
79 ble i absurdísima, que un ministro de la "Igle-
sia haya venido a tanta potenzia que aun los
poderosisinMs Reyes tiemblan del , le reve-
renzien i le sirvan , que no osen dezir una
palabra contra su desenfrenada soltura i di-
soluzion, cuanto menos atreverse a refrenar-
h,\ lodoeslodc puro miedo, queuo les ven-
Ab EHPERAimR. 151
ga pérdida i daño notable? A la verdad es asi,
como es de creer, que vuestra Majestad de-
be (le pensarlo hartas vezes, que el que qui-
siere señorear en Italia o defender lo que allí
tiene, que casi le es nezesario estar en grazia
del PontiGze. Porque de tal manera amaraüa
todas las cosas, las perturba, las revuelve,
las pervierte , las corrompe i destruye , que
apenas se puede el hombre conservar en su
estado, sino lo tiene de su parte i benévolo.
Muchos Reyes i Prínzipes han experimentado
esto que digo, muchas vezes, i aun no falta-
rán en nuestros días hombres que podrán dar
testimonio de lo que en este caso les ha pa-
sado, i de aquí es , que los Monarcas desean
tanto su amistad, i trabajan en todas maneras
^ no darle causa de ofensa. Que esto había
de ser asi algún día, muchos siglos ha que lo
denunzió la Escritura divina. En un diálogo
de Platón porfía Adímanto contra Sócrates,
diziendo, que el vivir limpia i candidamente
i guardar siempre el hombre integridad i
ínozenzia en su vida , es cosa de muí gran
trabajo i fastidio i de poco provecho. Por ma-
nera que se resuelve eu esto, que el hombre
Í5S i:<F0RNAZIO>
que quisiere ser rico , debe linjir un zierto
amor i aSzion a la virtud: pero que entre-
80 tanto debe iniitar''la naturaleza de la rapo-
sa, de todas partes atraer i arrebaSar para
si todo cuanto pudiere. I da esta razón para
ello, que los pobres aunque sean de una vida
sautisima , no se tiene ningnna cuenta con
ellos, i que los ricos donde quiera son honr-
rados i estimados, aunque vivan mui mal, i
hayan ganado con suma iniquidad sus bienes.
También dize , que tienen demás desto los
ricos muchas maneras como poder encubrir
sus maldades, i como defender lo que poseen,
unas vezes con tomar deudas i hazer confe-
deraziones, i otras con comprar con dádivas
lisonjeros i truhanes , que vayan por todas
parles zelebrando sus virtudes. I mas, si han
cometido algo, por lo cual merezcan castigo,
tienen con que corromper al juez. Cuanto a
lo que toca a los Dioses , dize , que no hai
ningunos, o que no tienen cuidado délas co-
sas humanas; o hai algunos, i tienen cuidado
lie lo que hazen los hombres. Si no hai oin-
.!^i:i>os , o sino se curan de tas cosas de los
lumbres, no importa nada de cualquier nía-
AL EMPERADOR. 155
ñera (|ue vivamos. Si los bai i miran a nues-
tras obras, claro está que los podemos apla-
car con sacriGzios i dones , porque son pla-
cables i oyen nuestros ruegos, como todo el
mundo dizc.
Este coloquio es (como hemos dicho) ]cn-
tílico, i confútalo después Sócrates. Pero la
mesma cuenta sin quitar ni poner, es la que
hazen los Papas. Porque si hubieran querido
hazer el oGzio que deben, i a cuyo titulo re-
tienen en sí tantas pose'siones , ya hubieran 81
de estar enseñando , amonestando , i corri-
jiendo, i pasar grandisimos trabajos en todo
jenero de ministerio: habrían de andar des-
velados muchas noches, disimular 1 dijerír
muchas molestias i fastidios, sufrir muchos
denuestos de los impíos , i en recompensa de
grandísimos beneGzios rezebir iojurías i
afrentas , estar muchas vezes en peligro de
sus vidas: todo lo cual es propio i anejo a los
verdaderos i pios enseñadores de la palabra
de Dios. En todas estas cosas que digo , hu-
bieran de emplearse : i no solamente esto ,
pero ni aun por pensamiento les bahía de
pasar, de buscar ni allegar hazienda, vívie-
154 IKFORHAZION
rao coDlentos con una mediana í aun peque-
ña pasadía. Pero buscad quien os responda.
¿Agüeitan jeneroso real animo de losPonlifi-
zes, queréis que se abata a esta servidumbre
tan baja i a cosas tan viles? Zierto no las tie-
ne por dignas de ucupar en ellas siquiera una
vez su pensamiento. Mui mejor están con la
sentenzia de Platón o de Adimanto, i ansi ta
han seguido al pie de la letra. Alzáronse con
una espezie i aparenzia de virtud i aun de
suma santidad , tanto que los hombres pen-
saron que era cosarelljiosisima, divina i sa-
crosaota todo cuanto prozedia detlos. Deba-
jo desta pelleja ,han con grande dilijenzia
imitado la naturaleza de los lobos i raposas,
han asechado i estado las bocas abiertas, pa-
ra tragar las baziendas de todo el mundo :
32 engarrararonse cuantos bienes'habia en to-
das partes. No bai pueblo de cuantos sabe-
mos en la cristiandad, tan apartado de noso-
tros! tan lejos, que no baya sentido losrobos
i tas artes de chupar la sangre, de que estos
usan. Son i han sido como una peslilenzía ,
que va cundiendo todos los lugares por don-
de pasa, i como una plaga, que no deja cam-
AL EMPERADOR. 155
po que no abrase. Después que con el tiempo
fueron engordados , i juntaron grandes ri-
quezas con la opinión de santidad , todas las
cosas les suzedieron eslonzes al sabor de su
paladar. Hízieron lo que suelen hazer los
hombres ambiziosos. Armáronse muí bien
con las confederaziones de los Reyes , i han
alcanzado que todos les sirvan , los zelebren
i adoren. Aunque se les levante alguna tem-
pestad , que parezca que se van a perder ,
parezeles que siempre la podran bien venzer
o mitigar, mientras no les fallare de la mano
aquel timón de oro con que gobiernan su
galera. Cuanto a lo que toca a la otra vida
que está por venir, piensan lo mesmo que el
otro Adimanto , que o no bai Dios , o no se
entremenle en estas cosas humanas. Porque
no faltan hartos en este tiempo i por ventura
en Roma es no pequeño el numero de los
qne piensan que no bai Dios. Querria yo que
fuese mentira lo que digo , i que justamente
me pudiesen argüir de mentiroso. Pero ver-
daderamente viven muchos de tal manera
que todas sus obras i costumbres confirman
lo que digo. O ya que haya Dios, i que tenga
156 INFORHAZION
cuidado de nosotros , i que juzgue oiiestras
S5 obras, tienen por * zierto que se puede apla-
car fuzilmente con los sacriCzios acostum-
brados.
El negozio es.que no solamente ha allega-
do grandisimas riquezas este tirano Itonaano
so color de Relijion i santidad , pero aun se
ha hecho tan ambizioso i feroz, que no pue-
de sufrir par de siporvezino a ningún Prin-
zipe poderoso. I'orque él quiere señorear so-
lo, i no es cosa nueva ver Prinzipes echados
del de sus casas i posesiones. A esto tuvieron
alguna vez ojo el Papa León dezimo i Cle-
mente , i aun estotro cuando os quiso sacra
Majestad echar de toda Italia, eu aquella li-
ga que contra vuestra Majestad hizo , donde
usó de esta cautela , que aunque azeptase
vuestra Majestad las condiziones de paz tan
rezias, quel con sus aliados i compañeros le
propuso , que todavía no pudiese entrar en
Italia en ningún tiempo, sino con tanta jente
de guerra cuanta él le ordenase i tasase. Mi-
ra que osadía del diablo. Que el Obispo Bo-
mano que solía ser un pobrezillo hombre , i
después enrriquezido por la liberalidad de
AL EMPERADOR. 157
los Emperadores , venga a echar fuera a los
Emperadores , i vedarles que no enlren en
Italia, que es propriamente el antiguo i na-
tural patrimonio de los Emperadores. Cosas
son estas porzíerto de llorar. Pero sin duda
otros tiempos son agora i las cosas están en
otro estado el día de hoi , queriéndolo asi
Dios, cuyos consejos no se pueden investigar.
I aunque en este negozio tan pío i tan suma-
mente nezesario, no debria tener respecto
vuestra Majestad a ningún otro proíecho, ni 34
a cosa ninguna profana que lo pudiese impe-
dir: empero no están tan mal paradas sus
cosas , que haya de temer mucho al Papa.
De vuestra Majestad es Sizilia, suyo es el Rei-
no de Ñapóles , que son bienes i posesiones
patrimoniales heredados de vuestros abuelos,
tiene vuestra Majestad a Lombardia, que es
rejion riquísima , bazen vuestro mandado
Florenzia , Genova i muchas otras ziudades
en Italia. Tiene al Papa enzorrado en medio,
i de tal manera enzorrado que si quiere tra-
mar algo por parezer a sus antepasados, to-
davía lo pueden hazer estararaya. También
él trata de tal arte a sus vezinos , i a todos
158 t>F0B»AZI1>:i
jeneros de estados, i él se ha por todas vías
tan papalmente en'todas tas cosas, que a la
menor ocasión, no habrá cosa mas fasjl, que
liazer levantar a todo el mundo contra él.
Pero es demasiado de gran matrero i taima-
do, i está ya mui ejerzitado en esta esgrima.
Vee la aparenzia que tienen el día de bo¡ las
cosas ; claramente entiende cuan poderosos
i cuan rezios acusadores tiene: i según esas-
tutisimo, piensa sin duda, que podrá ser que
el Emperador Romano , finalmente con el
curso del tiempo i con la experienzia venga a
conozer muchas cosas i a entenderlas mejor
i que quitados los afeites que trae la señora
puta i mundana Romana, vea bien de zerca
BU fealdad i suziedad i que vea las bellaque-
rías i traiziones i tas afrentas que le tía hecho
05 esta hechizera Zirze a él i a * sus antepasa-
dos; i que de aqui le dé gana de recobrar to-
das tas cosas que por ellos han sido con ma-
las artes robadas i saqueadas del Imperio , i
agora con un titulo honesto son tenidas por
patrimonio de san Pedro. Asi que piensa que
algún día podrá venir su negozio a estoster-
minos i vee que vuestra Majestad que tiene
AL EMPERADOR. 159
lan gran señx>rio en Italia , podrá salir con
esto mucho mejor que nadie.
Que los Papas se deben contentar con solo
administrar el Evanjelio, i reconozer al Em-^
parador por Majistrado ordenado de Dios. I
como defiende i mantiene Dios su propria
gloria»
I zíertamente siendo él Ministro déla Igle-^
sia, como dize, es cosa inicua i deshonesta,
i contra todas buenas costumbres que tenga
ziudades, castillos , señorios i villas. Dehese
contentar con una mediana pasadla : i a la
fin habrá de venir a ser, que destas dos cosas
escoja cual quisiere, o que se declare por Rei»
o algunPrinzipe seglar, o por Ministro déla
Iglesia. Si escoje lo primero, despídase luego
de aquellos tan soberbios titules : no haga
tomar por fuerza ni venda mas al mundo
aquellas sus santidades i beatitudines , no
consienta que los otros Reyes se postren a
sus pies como para adorarle. Sométase alas
mesmas leyes i condizion que los otros Prin-
zipes todos , no piense que tiene mas lizenzia
►
160 IHFORMAZtON
que los otros, arrepiéntase de sus torpedades
i de su vida pasada , confiese que el mundo
> ha sido blasfemaineute engañado* del i de
BUS antezesores , i que no se puede imajinar
tormentos tan terribles i crueles cuanto lo
lian nierezido sus enormes delitos : pida con
loda humildad perdón a todos los Estados de
los hombres , i asi como hasta aquí ha sido
bravo i intolerable, asi de aquí adelante sea
manso, humilde, i blando i procure de bazer
bien a todos. I si quiere tomar el cuidado de
la Iglesia, quees su proprioofizio i vocazion,
haga esto solamente. Reconozca que el Em-
perador Romano es ud Majistrado constituido
de Dios i que a él solo es dada la jurisdic-
ziou del cuchillo, con que castigue i reprima
a los malos i gobierne con justisía esta zivil
soziedad i compafiia de los hombres. Porque
fazílmente se puede probar, que si es lizito al
Ministro de la Iglesia usarde jurisdizion Im-
perial i tener igual poder con el Emperador ,
que también será lizito al Emperador admi-
nistrar el oBziode Pontifize i Obispo. Ningún
privilejio hai mas de una parte que de otra.
Porque si el uno dellos puede usar los dos
AL fiMPCRADOB. i 61
ofizios: mui bicu los puede ejerzítar también
el otro. Eu uiiigutia otra cosa sediferenziau,
sino en el traje i vestido del cuerpo. No tie-
nen cosa que pueden alegar en contra desto,
sino un zierto derecho mendigado , i la cos-
tumbre, i la prescrípzion del tiempo,! la po-
sesión. Porque casi no ha habido tiempo nin-
guno, en que no les haya sido movido pleito
sobre estas cosas. A la fin se acorrieron a
dezir, que es nezesario, que la Iglesia, como
ellos dízen , tenga posesiones i riquezas, con
*qiie puede resistir a sus contrarios, i defen- 87
der el derecho divino í sagrado. Es una ra-
zón esa inventada a cabo de rato , i traida
de bien lejos, i aun por los cabellos. Pero si
ellos hubieran hecho con dilijenzia su ofizio,
como debian,i no hubieran cargádose de otros
cuidados, que de los de la Iglesia, no fuera
nezesario otro defensor i presidio, que Dios,
el cual es perpetuo defensor de su nombre i
gloria , i no la consiente oprimir o perezer
del todo, mas después de escurezida, la torna
a sacar a luz de lal manera, que resplandez-
ca mucho mas que antes: i en esto está Dios
tan fuera de valerse de subsidio humano que
11
163 iufohmazioh
en ninguna manera quiere que su Majestad
sea defendida con nuestras fuerzas o armas.
Pero,por zierto,que estos hipócritas no bazen
lo que finjen, siao que hai otro misterio de-
bajo. Todo su negozio es pensar cómo pue-
dan establezcr i confirmar su tirania : a esto
van encaminados todos sus estudios, sus tra-
bajos , i pensamientos : este blanco se han
puesto siempre delante, i finalmente han ve-
nido a llegar a tanta altivez i soberbia , que
aquellos mesmos bienes que han alcanzado
inicuamente de los Reyes , los empleen en
destruirlos i en matarlos {como se sueledezir)
con su proprio cuchillo. Esto es, esto, aquellft
defensa del derecho divino que dizen.
Qué deben haser lot Papas para ser tenidos
por stícsesores deSan Pedro i de los Apostóles.
I porquetas cosas están agora en elestíido
Qg 'que hemos dicho , teme, entre otras cosas,
que algún Emperador no caiga én la cuenta,
i entendidas las cosas, le quite algún dia lo
temporal, i le desposea desta potestad, de la
cual ha usado de muchos siglos acá , para
AL EMPEBADOR. 163
destruizion de muchos. I ziertamente, si [se]
le quitase esta potestad , que no le deja ser
hombre bueno i virtuoso , muí mejor le iría.
Porque asi como la ambízion , la soberbia, i
la avarizia, dieron causa ,a que cayendo él de
una enormidad en otra, se nosdeclare al vive
por Anticristo, asi también es imposible, que
haya de ser tenido por suzesor o de san Pedro
o de los Apostóles, sino se reduze totalmente
a aquel su antiguo ofizio Eclesiástico, i que
piense que Dios le ha dado harta carga que
llevar, sin que sea menester que se entreme-
ta ya mas en los negozios de los Reyes. Lo
cual si él hiziese, válame Dios, de cuantas
molestias i dificultades sacaría a los hombres:
serian constreñidos a seguir su ejemplo todos
los que dependen del i le son obligados.
También vuestra Majestad se hallaría libre
de una infinidad de grandes cuidados que
agora le traen desasosegado i solizito. Porque
por causa de los bienes Eclesiásticos hai en
Alemania grandes contenziones i diferenzias
entre los Estados. Los cuales bienes deben
emplearse en usos pios, nezesarios para sus-
tentar los Ministros de la palabra de Dios ,
464 INFORMAZION
para entretener las escuelas, para socorro i
ayuda de los pobres i miseraWes, i para sus-
tentar i llevar adelante tos estudios de la ju-
"^ ventud. Porque los que no traen* ningún pro-
vecho ni ntilidad a la Iglesia , ni a la Repú-
blica Cristiana, no pueden pretender ningún
derecho sobre aquellos bienes.
A Platón le pareze consejo sobre manera
saludable, que los que presiden en la gober-
nazion de las Ziudades, sean sustentados del
bien piíblico , i que no posean niuguna cosa
propria : i esto prinzipalmente por dos can-
sas. La primera, para que se ocupen del to-
do en el provecho isaluddela República.
La otra , para que no tengan ocasión de au-
mentar antes sus cosas particulares, que de
procurar el bien público de lodos. I aunque
nunca ba habido jamás tal República, ni la
habrá tan fazilmente , como él mesmo lo
conliesa, solamente le basta haber mostrada
su parezer. Empero si alguna lei semejante
debe tener tugaren alguna parte de la Re-
piibitca , por zierto que se babia de rezebir
en la administrazion Eclesiástica, mayormen-
te consenliendo con esto , como consiente, la
AL EMPERADOR. 465
sagrada Escritura : i que no haya hombre
que DO vea donde a la fin han venido aparar
las cosas , después que esta antigua costum-
bre de la Iglesia ha venido en menosprezio i
en escarnio de los hombres. Si esto pudo ver
un hombre jentil, fazilmente se puede adivi-
nar, qué es lo que podemos esperar i a qué
vernán a parar todas estas reformaziones ,
que há ya tantos años que andamos empo-
llando : porque entre tanto que no fuere qui-
tada la causa de la dolenzia que pretende-
mos curar , i totalmente descubierta la llaga
que* queremos zerrar, los remedios que se 90
aplican , son en vano. Por manera que si
quieren ser verdaderamente Pontifizes , i
quieren ser habidos por no indignos del lu-
gar que tienen, convieneles volver a aquella
su antigua modestia i templanza, i tornar a
los trabajos i vijilias, i a los perpetuos ejer-
zizios espirituales que tuvo la primitiva Igle-
sia. Pareze esto cosa dura : mas empero es
verdadera. Aunque todo esto es echar pala-
bras al viento. Porque ni aun les pasa por
pensamiento , ni asoma alia con mil leguas,
que vengan a abajarse a esto. Como ya mu-
466 iKFonHAZio:*
cha parte de lajeóle los aJjorreze , toman
otra nueva máxcara , i muestran al mundo
una nueva mansedumbre i benevolcnzia, llo-
ran sus infortunios i desdiclias : no que se
arrepientan de sus bellaquerías i suziedades,
no que deseen enmendar su mala vida, sino
para que comovidos los ánimos de lasjenles
a lástima, i Ucnss de cruelísimo odio contra
sus adversarios, ellos puedan cntrclanlo que-
darse reazios i asidos en el escalón que to-
davia les queda. Ved agora cuan fuera están
de arrepentirse de su mala i disoluta vida
pasada, pues que ninguna cosa lloran tanto
como que toda esta doctrina del Evanjeliono
esté totalmente destruida , para que puesto
en ella perpetuo silenzio , pudiesen ellos tor-
nar a recobrar aquella dignidad i grandeza
que solian tener , cuando no se trataba ni
oía la verdad de lo que ella enseña.
Que los Papas i Cardenales han sido el ori-
j^cn i seminario de mtii muchos i grandísimos
I males 'en la Cristiandad.
_. Si por ventura dijeren agora que iio serán
AL EMPERADOR. 167
de aqui adelante tan esquivos i difiziles , i
que quieren remediar algunas cosas, a buen
tiempo lo dirán por zierto. Veinte años há
ya, i aun mas» Padres vestidos de grana, que
lio solamente no habéis querido conzeder
esto a vuestros adversarios , que siempre os
lo han pedido hasta agora, pero a fuego i a
sangre i con todos jeneros de crueldades
habéis defendido esta causa iniquisima. Vo-
sotros sois, aquellos que contra toda justizia
i derecho, habéis quiíado a muchos la vida.
Vosotros sois, los que a muchas mujeres
mozas i honestas matronas, habéis hecho
viudas antes de tiempo : los que a muchos
niños que no podian carezer de padres, ha-
béis hecho huérfanos. Vosotros sois, aquellos
que a una infinita multitud de hombres bue-
nos, traéis desterrados , i perdidos fuera de
sus tierras. Vosotros sois,los que habeisecha-
do un freno a todos los hombres, i les habéis
quitado la libertad de hablar verdad. Voso-
tros sois, aquellos que a los que juntó la na-
turaleza i la sangre,habeis apartado,i armado
a los unos contra los otros. Vosotros sois , los
que perpetuamente en las disensiones , i in-
1C8 INFOnMAZlO?!
7.eiiil)os <Je Aliimania , habéis echado azei'te
para que ardan: vosotros.tos que no sola uua
vez haheis trabajado de levantar en ella una
f ruelisinia guerra, i hazer un estrago i mor-
tandad mas que zivil: vosotros sois, los que a
todos los Iteyes juntos, i al Emperador oies-
mo, habéis exhortado con diversas i cautelo-
9Í sas 'artes,! con razonamientos atrozesí fieros,
a que tomadas tas armas , hagan crueles
guerras. I agora, a cabo de ralo, cuando por
admirable consejo de Dios, veis que no está
en las armas el remedio , cuando ya se os
han acabado todas vnestras razones i discur-
sos , cuando se han descubierto vuestras ar-
tes i tramas, ¿vcnis a dar en una zierta mane-
ra de equidad i blandura, i consentís los que
sois señores del mundo , que se trate depa-
zes i se tomealguna buena conclusión? Pero,
veamos,¿donde están aquellos vuestros Capí-
tulos, que sufriréis que se enmienden? ¿Son
por ventura los mesmos que el otro dia pro-
piisisles en aquel Conzilio juglar de Vinzen-
zia? Pero esos, tales cuales son , no hubiera
liombre que algunos iiños antes, os los pudie-
ra sola una vez menlar eiii gran peligrosuyo.
AL EMPERADOR. 1 G9
Porque no se puede negar, que no hayáis he-
cho muchas cosas cruelisimamenle , a true-
que de no perder tantico de vuestra grande-
za , disoluzion i ozio. Si agora los queréis en-
mendar, a lo menos habréis nezesariameute
de confesar por fuerza , qne antes de agora
habéis dado a mui muchos una injustisima
muerte , como hijos que sois del que es ho-
mizida dende el prinzipio. Pero esosmesmos
capítulos que entonzes sacastes a plaza, como
para correjirlos, i agora, como es de creer,
los tornáis a sacar, son cosas livianísimas,in-
dignas de ser contadas. No esta ya en eso el
negozio: toda vuestra deliberazion i acuerdo
es cosa de reir. El punto de este negozio al
cual vosotros no llegáis con mil leguas, está
en que * es averiguado por verdad , que de 93
todas las calamidades i perturbaziones con
que el mundo está el dia de hoi trabajado ,
vosotros sois autores, i que toda vuestra doc-
trina i vida está tan atestada de suziedades
i contaminaziones, i errores, que por ningu-
na vía se puede esperar de vosotros cosa nin-
guna que sea saludable i recta. Si no es ver-
dad, que instiluistes aquel Conzilio de Vi-
170 INFORMAZIOM
zenzia por manera deburla,¿porqae no guar«
dais aquellas cosas que entonzes os parezia
que se debían enmendar , no porque asi lo
pensásedes a la verdad , que requerían en-
mendar , sino por salir con vuestro juego i
pasar adelante con vuestras traiziones? ¿Han
sido por ventura desde entonzes desterradas
de vuestras casas las putas? ¿Qoitastes por
ventura de entre vosotros aquella infame i
suzia mercaduría que ejerzitais como en feria
en los bienes de las Iglesias? ¿Estáis por ven-
tura contentos con un solo Obispado? ¿Ense-
náis por dicha vosotros al pueblo la palabra
de Dios? ¿O a lo menos proveéis comoseabien
instituido? ¿O seguiSy antes , las Cortes de los
Beyes donde quiera que están, trayendo alli
todas vuestras negoziaziones? ¿Que se puede
esperar de vosotros, que no tenéis intento a
otra cosa que a engaños i burlas? Cuando
vuestro estado fuere semejante al de aquellos
Obispos que a costa del Imperio se juntaron
para aquel zeleberrimoConzilio Nizeno, don-
de presidia el Emperador Constantino , en-
tonzes no será difizil ni sin provecho tratar
94 con vosotros de paz, i* concordia. Todo esto
AL EMPERADOR. 171
es verdad, i el fin que estas cosas ternán, lo
testificará algim dia.
Que al Emperador petHenese poner remedio
en las cosas de la Relijion , sin tener respecto
a personas. I que nos conviene alejar del rei-
no de la impiedad.
Visto agora que las cosas están en este
estado, sacra Majestad, que estos han esta-
blezido una execrable idolatría , i que en el
tiempo que mas brava i mas fiera estaba su
soltura, ha vengado Diosla injuria: visto que
contra esta doctrina, que es la que destruye
la urania Romana , han combatido todos los
estados de los hombres , hasta agora , i han
quedado venzidos: i que los adversarios desta
doctrina han instigado no sola una vez a
vuestra Majestad, a que hiziese una guerra
sangrienta i zivil , porque ellos mismos han
sido los autores de las rebeldías i disensiones
por toda Alemania : — Que desamparado su
proprio ofizio se han envuelto en negozios
profanos i estraños del : — Que al Majistrado
constituido de Dios han hecho diversas inju-
1 72 INFORHAZION
rías i afreatas: que han hecho fuerza a la sa-
grada Escritura i la han pervertido para de-
fender su tiranía. Que inanlienen siempre
vivas las disensiones de tos Beyes, í que per-
petuamente echau leña a este fuego. Qite a
una desenfrenadísima disoluzion de costum-
bres que tienen, la cubren con titulo de Igle-
sia: i porque prosiguen con tanta obstinazion
que no dan alguna esperanza de enmienda :
por cuanto buyen del lejitirao conozimiento
desta causa , i con pretender fínjidamente el
95 Conzi*lio, remiten para él toda controversia,
a Gn de traer engañados losbombres: porque
finalmente levantan donde quiera Iristisimas
trajedias , i lurbaziones en la Cristiandad ,
para poder retenerse aquella su potenzía tan
nefariamente adquirida. Ziertamcnte estas
causas deben mover a vuestra Majestad , a
que sin tenerrespecto a ellos, tome a pechos
i mui de veras este negozio de la Relijion.
Porque se hallan testimonios muí ziertos en
la Escritura Santa, i se veen ya en ella seña-
les DO nada escuras, quenosdenunzian, que
está la ira de Dios en grande manera infla-
mada contra ellos , i que será semejante su
At EMPERADOR. 173
fin al que tuvieron aquellos , a quien Dios
en pago de su impiedad i blasfemias há ea
todos tiempos aflijido con horrendas plagas.
Es luego nezesario desnaturalizarnos de su
reino, porque hallados entre ellos, no parti-
zipemos de su castigo. Há juntado Dios en
vuestra Majestad innumerables benefizios , i
esta mudanza délas cosas que vemos, pareze
que la divina bondad ha querido que haya
venido en su tiempo , i en su casa. La cual
aunque entre las otras familias de los Prin->
zipes de Alemania há sido tenida siempre por
mui ilustre i poderosa , grande i copiosa i
mui honrrada; há sido con todo eso, mucho
mas acrezenlada i ilustrada , i há alcanzado
grande i gloriosa fama. Primeramente cuan-
do entró en ella la dignidad Imperial, la cual
de tal manera se ha habido , i ha sido admi-
nistrada, que desde el tiempo que el derecho
deelejir Emperadores pasó a nuestra na*zion, 96
en ningún linaje de Prinzipes há habido tan-
tos Emperadores , como en este de vuestra
Majestad. Porque de tal manera ha tomado ya
su asiento i va prozediendo de muchos años
acá en vuestra casa esta exzelenzia , honor i
174 INFOItMAZION
dignidad que hemos dicho, queaunque no se
puede suczeder en ella por Iierenzía, todavía
psreze que por luengo suzeso , se ha hecho
ya propia i casi perteneziente a su familia.
Creszió después por casamientos , cuando
el Emperador Maximiliano , abuelo de vues-
tra Majestad , se casó con la hija única del
Duque Carlos de Borgoña, [i heredera de muí
muchas i florenlisimas tierras i señoríos]
contra la voluntad de muí poderosos Prinzi-
pes que resistían a ello. Los cuales sí por
vía de deudo i casamiento hubieran juntado
aquellas racsmas tierras con sus Beinos, co-
mo no era nada dilizil de bazer , i muchos
lo aconsejaban , i ya estuvo mas de una fez
determinado, noos viéramos, sacra Majestad,
el día de hoi, tan poderoso ni colocado en os-
le grado de dignidad. Pero el que notare
bien cómo ha ido todo esto prozediendo, ha-
llará sin duda que estaba asi particularmente
ordenado de Dios, que la casa de vuestra
Majestad creziese amplisimamente. Porque
aunque fué muí ilustre aquello que se a£lidi¿,
cuando se juntaron por aquel casamiento los
estados de Austria con Borgofla.i con gran-
AL EMPERADOR. 175
de parte de la Galia Beijica, muí mayor fué
el crezimíento , cuando el Emperador Maxi-
miliano casó a su hijo D. Filipe vuestro pa-
dre con hija de don Fernando Rei poderosisi*
mo de los Reinos de España , que vino*des- 97
pues a ser heredera. Por donde há venido a
ser, que todo cuanto poseyeron el Duque Car-
los vuestro bisabuelo, i vuestros abuelos el
Rei D. Fernando i la Reina D.* Isabel , todo
aquello se há venido copiosamente a juntar
en vuestra Majestad , de tal manera, que no
haiPrinzipe ninguno en esta nuestra Europa »
que se pueda comparar con vuestra Majestad
en muchedumbre de Provinzias, anchura de
Señoríos i amplitud de Reinos. I Dios há que-
rido sin duda darnos un tal Emperador, tan
poderoso i tan enriquezido, por estos tan ho-
nestos medios , i así como há engrandezido
vuestra familia yendola subiendo continua-
mente por grados de honrras i crezimiento
de riquezas, asi también a los prinzipios de
vuestro Imperio , quiso que acaeziese esta
presente conversión i mudanza, que ha sido
Ja mas alegre cosa i la mas deseada que po-
día venir a ningún corazón fiel.
ITfí 1>F0RHAZI0»
Suele Dios levnniarcn suszierlos tiempos
alguDos ilustres Piinzipcs cuaudo está zarca
alguna notable mudanza. Para eso elijió i le-
vantó a Zii'o , para que el Pueblo de Israel
siendo por ¿I restituido en su libertad í saca-
do de cautiverio i vuelto a su patria, pudie-
sen tornar n edificar aquel su templo (anze-
lebrado en todo el mundo , que babía sido
destruido de los Asirlos i Babilonios. Este
quiso Dios que viniese a ser Reí poteiitisimo
(le ios Mcdos i Perscis, i esta su benignidad
tan grande para con los Israelitas la anunzió
algunos siglos antes que fuese nazido. Tras
este mucbos años después se siguió Alejandro
9B que por causa de la amplitud de* su impe-
rio, i de las cosas que administró, fué llama-
do Maguo , cuyas victorias eran particular-
mente todas guiadas de lo alto, i antes anun-
«iadas no nada obscuramente del Profeta
Daniel. Algunos tiempos después fué levan-
tado Julio Zesar , el cual después de haber
becho mucbas i mui grandes hazañas , hizo
que el Estado de la Bepnblica Romana, que
era antes popular, administrada por Cónsu-
les elejídos del Pueblo, se mudase en mane-
kL BMPERADOR. 177
ra deMonai*quía. I no mucho después desta
mutazion del Imperio Romano , salió aquel
sol de justizia nuestro Redentor i Salvador
Jesu Cristo. Pero aquel Señorío que digo ,
como aflijió i avasalló la libertad del Pueblo
Romano , asi también persiguió cruelisima-
mente por espazio de trezientos años la doc-
trina i Relijion que nuestro Redentor nos
ordenó i dejó, hasta que el Emperador Cons-
tantino rezibió el Evanjelio: el cual también
por sus valerosos hechos i gobierno, alcanzó
este nombre de Magno. Mucho tiempo des-
pués salió Carlos del linaje de los Francos,
en tiempo del cual fué dividido el Imperio
i el Papazgo fué estrañamente aumentado i
enriquezido. La una i la otra de estas dos
teosas es, zierto, de grande peso, i no se debe
contar ni tener por inferior éntrelas mudan*-
-zas que ha habido en el mundo. Este Carlos
aunque eb grandeva de señorios i provinzias
no podía ser comparado con algunos de los
antiguos Emperadores , empero goberné sus ^
cosas tian talerosa i prósperamente , que pa-
rezia que había resfaurado^en alguna ma- 99
ñera d lAl^erfo RoUianOi que antes'habia es-
12
178 INFORHAZION
tado arruinado i muí perdido. Déla fatUiliii
deste se pasó la dignidad del Imperio a Ior
Ottoqes,Diiques de Sajonia, i un valerosisimo
Prinzipe, que fui el postrero desle nombre,
hizo tanlo,que en nuestra jente i oazíon esli
el dia de boi la potestad de elejir Emperado-
res: lo cual también se debe contar éntrelas
cosas mui memorables. I esta potestad faá ya
que se conserva entre nuestra jente, mas de
quinientos años , hasta este tiempo en que
vuestra Majestad, nazido de la nobilísima ca-
sa de los Prínzipes de Austria , ampliBcada
en mui poco espazio de tiempo por una ad-
mirable manera , há sido becho Emperador
poderosisimo, no por bienes ni sefiorios del
Imperio, del cual no nos queda apenas que
la sombra, sino por los de su proprio patri-
monio i posesiones heredadas. En este su
Hajislrado se debe considerar prinzipalmen-
le, como ya hemos dicho muchas vezes, que
esta tan ilustre conversión que agora vemos
de las cosas suczedió en los prinzipios de su
Reino i Imperio. La cual cosa examinada con
pnidenzia i cotejada con las historias de los
tiempos pasados , hará sin duda creer , que
AL EMPERADOR. 179
Cios há determinado , siendo vuestra Majes-
tad Emperador , de hazer una cosa grande i
mui ilustre , de la cual se admire toda la
posteridad.
Qite los Emperadores i los Reyes son dados
de Dios para salud de los Puehlos que íienen
c cargo.
Siendo esto asi , no resta sino que piense
vuestra* Majestad, que ha sido dado de Dios 100
para salud de aquellos Pueblos que há que-
rido que estuviesen a vuestro cargo. Desea^
moslo ziertamente todos , i rogamos a Dios,
que asi como en tiempo pasado ablandó el
corazón de Ziro , i se servio del para la libe-
razien de su pueblo , asi quiera también en
estos nuestros tiempos tan aflijídos i casi sin
remedio, que vuestra Majestad nos sea Prin-
zipe saludable. I esto deseamos tanto con ma-
yor vehemenzia, cuanto se descubre en vues-
tra Majestad mayor prudenzia , mansedum-
bre i humanidad. Porque aunque nadie dudó
hasta agora que los de la parte del Papa ha-
yan trabajado perpetuamente con toda suerte
\aO INFORIIAZION
de injenios i artifizios , de ÍDzilarle a hazer
guerra: pero agora ya están tan descubiertas
todas sus tramas i consejas, que se debe te-
ner por cosa averiguada, que es Dios el que
le há dado este corazón i voluntad, que ha-
biendo sido ya de muchos afios acá tan soli-
EÍlado de (antas i tan diversas maneras a que
hiziese guerra , con lodo eso no haya hecho
hasta agora cosa fuera de equidad i razón.
I asi como el solo oir mentar aquellas con-
juraziones, que ya de secreto algunos leníao
forjadas , les pone grima i pavor a todos los
que son amigos de concordia , asi le tienen
en grandísima estima , i le dan muchas gra-
zias porque teniendo memoria de su oGzio i
dignidad , haya trabajado en todas maneras
cómo se apagase el fuego que estos querían
enzender en sn patria. Por tanto damos in6-
nitas grazias a Dios , primeramente porque
hÁ gobernado hasta aquí sus obras i conse-
101 j°^> ^^ ^9' manera que* no se echa de ver en
ellos ningún rastro de ánimo flaco ni ¥Íolen-
to: i después que de tal manera baya gober-
nado hasta agora su vida , que queda ver i
jtug&r (que no es de pequeíla considerazion)
AL EMPERADOR. 181
que aquellos a quien há sido hasta ahora
tan contrarío, no tanto por su propria volun-
tad, como provocado de otros, defiendan es-
ta causa tan varonilmente i con tan grande
constanzia tantos años há , sin tener cuenta
con peligros ningunos.
El primer grado de la felizidad es, enten-
der i seguir la voz de nuestro Señor, cuando
nos llama i convida a si. El segundo ,no ha-
zerse sordo, ni repugnar obstinadamente su
llamamiento. Porque a tales ánimos perdona
Dios, i siendo solizitado dellos con oraziones,
finalmente les dá aquel su espíritu ensoña-
dor, entretanto que no pecan por malizia si-
no por ignoranzia i simplizidad , i para esto
muchas vezes les dá tiempo i lugar , el cual
nos holgamos mucho que vuestra Majestad
haya alcanzado agora. Porque después de
haberse tratado tanto esta materia que anda
en controversia , puede agora averiguar i
concluir algo de zierto, cuando ya la verdad
está tan ilustrada por todas vías, i que la be-
llaquería i maldad de los que son acusados,
está tan descubierta, que ya la sentenzia de-
linitiva deste pleito no tiene en sí gran difi*
\fíÍ 1NF0RUAZ10N
rultad. I aumiiie ante todas cosas os deben
prinzipalmente mover aquellos crueles i exe-
crables desacatos i injurias que ban hecho a
la Majestad divina, empero no es tampoco de
disimular ni de olvidar I» grandeza de las
^Qa injurias i agravios qite^hau hecho en todos
tiempos al Imperio.
Cuan desemejante es ntjora ¡toma a la qrie
fue antiguamente, i a la gobcrnazion que en-
lomes tuvo. I como lo que Dios quiere de na-
sotros está todo en la Escriptura santa.
Aquella veuzedora ilel mundo, Roma, en
la cual han resplandezido tantos varones tan
señalados í exzelentcs, a la ciia) gobernarou
i rijieron otro tiempo con grandisima pru-
dencia i templanza de vida unos Brutos, Ca-
milos, Zinzinatos , Pablos, Szipiones i Calo-
lies: aquella casa i palazio de la virtud anti-
gua, i después silla de los Emperadores , la
liene i ocupa hoi en dia con artes nefarias
an perpetuo enemigo de los Emperadores,
im lujurioso i medio hombre , i afeminado
regatón negoziador. I no solamente la ocupa.
AL EMPERADOR. 183
pero aun prentende que le viene por heren-
zia i propiedad: i uo solo no dá lugar al liji-
tiino señor della, pero aun dize, que toda su
autoridad depende del. Aquel Senado que en
otro tiempo fué zeleberrimo en todo el mun-
do, del cual dijo un Embajador del Rei Pirro,
cuando lo vido, que habia en él tantos Reyes
cuantos senadores: válame Dios, cuan troca-
do está eldiade hoi. Están sentados en él
unos hombres nuevos, no de los que renueva
el Evanjelio,sino de los que nuevamente han
salido del pozo del abismo, cuyo prinzipal i
solo cuidado es, negoziar cómo consuman en
toda disoluzíon i oziosidad, en toda lujuria i
torpedad, los bienes adquiridos con ajeno su-
dor, cómo roben i saqueen las provinzias de
la Cristiandad : cómo debajo del título de
Iglesia no haya^maldad, ni traizion que no 105
acometan. Estos son los consejeros i senado-
res de aquel nuevo Majístrado , los cuales
siendo metidos en aquel Colejio , como por
via de administrar las Iglesias , como ellos
finjen, hazen lo mesmo que antiguamente so-
lian bazer los senadores Romanos , son Go-
bernadores de Provinzias i embianlos de acá
184 IHFOBHAZIOK
para acullá, como Lugareslenienles ilegados
i jurados. I siendo como es su administrazioa
totatmenle zivil, i mas que profana, con todo
eso nos atrtienaa la cabeza con sus santida-
des i con esle titulo se dejan adorar. I hazen
esto, sacra Majestad, en vuestra presenzia, i
no solamente esto, pero aun quieren que por
vuestra mano sean defendidas sus aboutina-
ziones , sus desvergüenzas , i sus burlerías.
¿Pues hasta cuaodo se han de sufrir ya estas
cosas? ¿Como i que no habrá nadie que re>
prima esle atrevimiento tan grande? Dios
nuestro Señor i Padre , para mostrarnos la
fuerza i la grandeza de su ira , ha permitido
que nos saltease i robase esta soltura , esta
suma desvergüenza i tiranía, i de tal manera
há sufrido que se envolviese en tinieblas to-
llo nuestro juizio, i entendimiento hasta mu-
dar i pervertir la mesma naturaleza i con-
dizion de las cosas, de suerte que lo que en
sí era vizioso , nefando i impío , nos parezia
pío, honesto i sacrosanto. Pero agora, des-
pués que por su inmensa bondad , nos bá
tornado a mirar con sus ojos de misericordia,
i aoshá librado de aquella mui grosera ig-
AL AMl'ERADOR. 185
noranzia, con clara luz nos combida a que 104
reconozcamos este su tan * inesiimable bene-
ñzio , para que por nuestra ingratitud no
acontezca 9 que venida agora esta luz, i no
aprovechándonos della, se redoblen i acumu-
len nuestros pecados, los cuales le constriñan
a castigarnos mas severamente, i quiten toda
esperanza de remedio. Cual sea su voluntad,
que es lo que requiere de nosotros , firmado
lo dejó en sus divinas Escrituras, las cuales
por el ministerio de su Espíritu há conser-
vado para toda posteridad para que hubiese
en el mundo siempre demostraziones, i testi-
monios sempiternos del. También nos avisó
harto claramente que en los postrimeros
tiempos vernia una terrible i miserable des-
truizioD en la verdadera doctrina i que se ha-
bía de levantar en la Iglesia una zierta ti-
ranía estrañisima.
Que es lo que se debe de proponer delante
iodo Emperador, Majistrado i Prinzipe Cris-
tiano para gobernar prósperamente.
I aquellos mesmos lugares donde se con-
186 ls^0RMA^I0^
líeiien aquellas prufezias, las cuales estando
primero muí escuras en aquellas linieblas
que había en la doclriria , nos las ha descu-
hierLo agora Dios tan claramente entre otras
muchas cosas, que ya no se puede dudar en
ninguna manera de la cosa , i de )a persona
que señalan i demuestran. También com-
prenden las niesmas proTezias la violenzia ,
las injurias i afrentas , con que el Imperio
Itomano i el Majíslrado constituido de Dios,
han sido de algunos siglos acá maltratados
de los Pontifizes Itomanos. I dado que no
hubiese ningún testimonio desto , pero sí al-
guno quisiere con atenzion mirar su mesma
105 doctrina dcH'os , sus constituziones, su ma-
nera de gobernarse i su disoluzion de vida,
no podrá dejar de cxtremezerse todo con
grandísima sombra i horror. Porque sino
fuesen totalmente desechados í desampara-
dos de Dios, no caerían todos en tal frcnesía
i en estas tan grandes i tan maniliestas mal-
dades, i abominaciones. Porque de tal mane-
ra ordenan toda su vida , como que sea cosa
uezesaria , que el que está en aquel lugar i
grado de dignidad, haya de ser un hombre
AL EMPKBAIIOR. 187
señalado i famoso en todo jenero de bella-
querías, maldades i traiziones.
Mire vuestra Majestad, le suplico, i consi-
dere las obras i hechos de aquellos que hoi
en diahai i de los que há habido en su tiem-
po. ¿Há por dicha jamás hallado en ellos al-
guna muestra de verdadera virtud o santi-
dad? no : antes una pura hipocresía , finji-
mientos i disimulaziones i todos sus negozios
compuestos para engaño. Si han disipado la
fuerza del Imperio : si han tenido siempre
intento a debilitar las fuerzas de los Reyes:
SI con torpes i infames medios i artes han ad-
quirido todas las riquezas que tieneu : si ha
tratado indignamente no solo a todos vues-
tros antepasados , pero aun a vuestra Majes-
tad mesmo, tanto que a las calumnias i acu-
saziones que le levantaron falsamente , fué
forzado a responder a ellas por un escrito
público: ¿en qué se detiene, o qué mejor es-
peranza puede jamás tener delíos? En vano
se trabaja con ellos , visto que son sordos :
porque ya tienen tal manera de vivir, cual,
tanto antes tiene dicho la Escritura. No se-
rán zierto venzidos por armas i violenzia;pe-
lo» LNFORMAZION
(06 i'o de tai manera serán descubiertos*! co-
nozidos mas i mas cada dia, por la predica-
zioD del Evaiijelio , que jamás hubo en el
mundo ningún Urano, que tan clara, tan pa-
leiite i vergonzosa representazion i mucslra
haya dado de sí , como estos darán. Por lo
cual como fué señal de la ira de Dios todo
aquel tiempo que anduvimos en aquellas es-
pesísimas tinieblas , asi también es ima de-
mostrazion infalible de su beoignidad i cle-
menzia paternal, que agora alanzadas las ti-
nieblas, gozemos desta tan alegre i hermosí-
sima vista del sol. Por el cual don tan exze-
lente, no nos pide Dios en recompensa otra
cosa , sino que lo conozcamos , í rezibamos
Icón revercnzia. Todos los ánimos Heles de-
sean muí mucho que vuestra Majestad se
emplee en esto , i tanto mas, cuanto veen a
los adversarios contradezir i batallar mas fu-
riosamente contra la maniGesta verdad. Los
cuales no se pueden hartar con ninguna
crueldad , pero todo su deleite consiste en
ver muerles, i llamas de fuego. Quitan a las
madres de los brazos de sus hijas, desmiem-
bran con tormentos a los hijos en presenzia
AL EHPEBABOR. 189
de quien los parió, apartan con furia a los
maridos de sus mujeres i bijitos , i échaulos
en escuras i hediondas cárzeles: como si hu-
biesen desnudadose todo sentimiento de hu-
manidad , asi se encruelezen persiguiendo ,
prendiendo , atormentando i matando a los
pios. Tienen señorío sobre las animas de los
hombres, i mandantes estrechamente, que
no hablen palabra. Dizenquenoes iízito a
ninguDo tratar destas co*sas fuera de Conzi- 107
lío: i por otra parte ellos traen tan bien guia-
da su danza, que quitan i hazen perder toda
esperanza de Conzilio.
Vuelva a mirar ya, sacra Majestad , estas
miserias i calamidades de la Cristiandad i no
le mueva nada esta suzia i Epicúrea multi-
tud de hombres dados a ozio, crueldad i di-
soluzion y con los cuales no debe de tener
cuenta, pues no le están encomendados por
ningún oBzio de caridad. Pero mire solamen-
te a su patria, i al Imperio , al cual dio Dios
a vuestra Majestad por Gobernador , cuya
<;onservazion i salud por un secreto , pero
vehemente i fuerte impulso de naturaleza, le
debe ser mui mas encomendada que todas las
f
I
I
190 INFOKUAZIOiN
cosas del mundo i mucho mas amada. No
hai que dudar, sino que por tener eu muchas
partes SeDorios i gobernar muchos Pueblos ,
se han impedido sus deseos i propósitos. Por
que una cosa requiere España ,olra Alema-
nia, i otra es la que pide aquel infame mer-
cader Romano. Imposible es, que a todas es-
tas cosas pueda acudir i satisfazer el euteti-
dimienlo i la prudeiizia humana. Un solo ca~
mino bai para proveer bien en todo , i fuera
deste lio se puede bailar olro, que es , que
no teniendo respecto a ninguna cosa de las
di'l mundo, por grande que sea , busque so-
lamente la verdadera gloria de Dios, i pouga
en sus manos todas esas otras cosas. Para
esto te darán gran favor i ayuda casi todos
los Prinzipcs i las Ziudades del Imperio ,
abrirán el camino i desembarazarlo han graa-
108 (le multitud de * hombres doctos i pios que
liai por Alemania , los cuales todos de un
rorazon desean que la doctrina que Dios há
propagado tan admirablemente por medio
dellos , la conservéis con vuestro presidio i
favnr, i que socorráis a vuestra patria que de
tantas maneras estáafíijida i trabajada el día
'al emperador. i 91
tle hoi. Toca ziertamente a vuestra Majestad
como a Padre, i como a aquel que Dios há or--
deoado para salud del Imperio , dar orden
prJDzipalmente, «orno aquello que Dios ante
todas cosas requiere de nosotros , sea en él
mantenido i florezca, que es el conozimiento
de su doctrina, aquella por la cual somos li-
bres de todos los males, i sin la cual, no po-
demos ser salvos, ni agradar a Dios por nin-
guna vía. Porque a los Magistrados perteneze
(como ya está dicho procurar lo priraero,co-
mo los que tienen debajo de su cargo, conoz-
can a Dios i le sirvan conforme a lo que él
tiene mandado por su lei, no solo en lo que
coQzierne a la segunda tabla , sino también
en lo que perteneze a la guarda de las cosas
que nos son mandadas en la primera. Porque
cuando desto último no se tiene cuidado , i
aquellos que son particularmente llamados
de Dios para ello, no ponen la dilijenzia que
deben, para hazerlo guardar, todas las otras
dilijenzias que se pusieren para hazer guar-
dar las cosas que pertenezen ala segunda, son
en vano, o a lo menos de tan poco fruto, que
apenas se puede devisar. ¿Que otra cosa son
19*2 INFORHAZIOM
los Emperadores i Beyes Cristianos sino man-
tenedores de la juslizia i de la verdad? Pues
que otro medio se puede hallar mas proprio
jog para cumplireslo, i ser'lieles a Dios , que
tener en grande estima la doctrina coDleuida
en la lei i los Profetas , que nos es dada de
Dios por un señalado beneíizio , por el cual
nos direreaziamos de todos los que están aje-
nos de la Cristiana Belijion: cuya ignoranzia
i olvido nos acarrea todos los males i cala-
midades del mundo. Por lo cual debe tanto
mas vuestra Majestad tomar a pechos la de-
fensa desla doctrina i la del Imperio, cuanto
por causa del menosprezio que se há tenido
i se tiene della , mui a menudo i mas rezia-
mente \ iene ya a ser combatida esta pai^te-
zilla del Imperio qne nos queda, de enemigos
Linlieles i poderosísimos, con cuyas armas se
vee en tan gran peligro de poder venira des-
caezer, que siente bien la nezesidad que tie-
ne de un Emperador tan poderoso como lo
es vuestra 3Iajestad. I por tanto con mui mu-
chas lágrimas i sospiroB, encomienda su sa-
lud , como quien se vee en términos, o de ser
valerosamente defendida con vuestra bueMa
AL EMPERADOR. 193
Qyuda i dicha, o de quedar totalmente asola-
da i rezebir una herida que no se pueda sa-
nar : mayormente que en ningunos tiempos
jamas se han mostrado tan varios ni tan
grandes índizios , como el dia de hoi , que
haya de venir en ella alguna mudanza i se*
ñalada innovazion. Verdad es, que no hai
mejor cosa en el mundo , ni mas de desear
que la paz, pero hecha con entrevenír el Pon-
lifize, puédese mui bien sospechar, que nun-
ca echará fuertes ni verdaderas raizes. Por-
que todo su negozio es forjar perpetua ma-
teria de guerras, como es mas que notorio: o
cuando aconsejan la paz , tienen respecto a
algún gran provecho particular suyo , i no
Dtra cosa ninguna. I* siempre es esto asi , i 10
que las cosas que a ellos particularmente
aprovechan, son tales que redundan en afren-
ta i detrimento jeneral de toda la Cristian-
dad i de todos los estados. Ruego a Dios que
gobierne de tal manera los consejos de
vuestra Majestad , que enmendados los vizios
i quitadas las causas por las cuales nos em-
bia guerras i otras calamidades, pueda re-
cobrar a Europa su quietud i tranquilidad ,
13
■
194 INFOSHAZION
la cual Eiendo como lo es agora , tan mise-
rablemente aDijida , no podrá soportar ma-
cho tiempo tantas i tan grandes miserias. Lo
qne resta es , suplicar a vuestra Majestad
con la humildad que debo , que este mi pa-
rezer i íuformazioD comprendido en este es-
crito, reziba en servizio i lo azepte, como de
hombre que no desea otra cosa sino ver ilus-
trada la gloría de Dios , restituido el honor
al Imperio , recobrada la quietud , la paz i
salud a su patria.
Sigúese la otra*"
INFORMAZION HECHA POR EL
mismo Aulor, la cual fué presentada
a todos los Prinzipes i Estados del
Imperio.
SuMAñlO DE TODO LO GO^^TENIDO EN LA INFORMA-
ZION I ORAZION QUE SE SIGUE.
Del orijen i nazimiento del Pontificado Ro^
mano i de como ha ido cresiendo su autoridad
i potenzia con los tiempos: i qué tal ha de ser
el fin que há de iener. Donde por la mayor
parte se declaran algunos oráculos de la divi*-
na Escritura por los cuales estaban muchos
tiempos ha dichas i profetizadas estas cosas.
Danse ansimismo remedios i consuelos, de los
cuales debe de usar todo fiel Cristiano en estos
tiempos tan llenos de calamidades i trabajos,
para no desfallezer, sino antes perseverar cons^ ^
tantemente en la fe del Hijo Unijénito de Dios. r
Aunque podría parezer cosa indezente.
i
\
496 INFOItHAZIon
que un hombre privado i particular se ponga
a tratar la que pretendo , con Vuestras exze-
lenzias , Prinzipes ilustrisimos , siendo tan
prudentes i experimentados en las cosas i
teniendo por consejeros varones moi sabios i
entendidos; empero visto qne estos nuestros
112 ^tiempos estáo enconadísimos , i que todas
las cosas van su poco a poco de mal en peor,
i estando los ánimos, asi en jeneral como en
particular, en Alemania sobre manera ofen'
didos; parezióme que baria lo que debo , si
por ventura con lo que Dios me ha dado a
entender, pudiese servir i aprovechar a Vues-
tras exzelenzias , i a nuestra común patria ,
de tal manera qne en esto nada dejase de
bazer de lo que es en mi mano. Porqueaello
me inzita i mueve la mesma naturaleza , la
cual nos encomienda el bien de lodo el jéaero
humano i de todas la'Sjeutes, donde quiera
que estén: pero prinzipalinenteel de aquellos
e los cuales deszendemos i habernos sido
criados. Por tanto hnmilmeute suplico a
Vuestras exzelenzias, que todo lo que dijere,
crean que va enderezado a este Bn. Medea ,
aquella tan zelehrada de los Poetas, lamen-
A LOS FRINZIPES. 197
lando sus miserias i sus infortunios , entre
otras cosas, se queja de que vee bien lo que
es bueno, i que le seria mejor, pero que no
lo haze i que sigue el peor consejo. También
en estos nuestros tiempos no haí que dudar
sino que muchos veen i entienden la manera
con que podría ser ayudada i libre destos
males Alemania : pero no se les dá nada , i
con un zierto descuido siempre lo van dila-
tando , como si ^1 tiempo mesmo oviese de
traer consigo alguna medizina i remedio ,
viendo en el entretanto que una calamidad
naze de otra.
Primeramente deben pensar , Vuestras ex-
zelen*zias , la manera como les haya venido 113
la dignidad del Imperio. Lo segundo , deben
considerar cuan grande beneíizio de Dios ha-
ya sido este. Porque no es cosa liviana el
nombre de Imperio , ni hai en las cosas hu-
manas ninguna mas ilustre, ni mas sublime.
Porque donde quiera que Dios lo ha pasado,
siempre ha querido que hubiese también allj
grande copia de injenios exzelentisimos, i ha f
puesto i comunicado otros muchos i singu-
lares dones sin los cuales no pudiera serrec-
\
198 KroRHAzios
taniente gobernado tan granile peso ds ne-
gozios. I'or tanto deben trabajarVuestras es-
zelenzias , Prinzipes iluslrisimos , que esta
forma de Imperio asi como eslá reduzida
agora cn estrecho, i enzerrada dentro debien
pequeños limites, ya que no la acrezienten i
amplifiquen , a lo menos que de tal manera
la retengan i conserven, que no venga a pa-
sarse de vosotros,a otras jenles estrafias, co-
mo se pasó de los Griegos a los Romanos, los
cuales comenzaron de tan bajos prinzipios
que sino se atribuye todo a milagro i a la di-
vina polcnzia, no podrá comprender el entea<
dimicnlo humano, como há sido posible ha-
berse dilatado en tanta grandeza. Porque des-
pués que se hizo alli un recojedero de mal-
hechores i delincuentes , i como un puerto
donde se acojesen i escapasen, vinose a ha-
zer de aquella multitud unazindad, i dende
allí, hizieron muchas fuerzas i agravios a los
pueblos vezJDOS, no solamente robándoles sus
haziendas, sino también a sus hijas donzellas
1 1 f de los brazos i senos de las niadres,*i esta fué
la primera causa de la guerra. I porque es-
taba ordcuado de Dios que ercziesen sin tér*
A LQS PRINZIPES. 199
mino y se acrezentaron i fueron de tal manera
eurríqaezidos con sus ordinarias guerras ,
que no contentos con Italia , hizieron tam-
bién guerra a Naziones estrañas, i salidos de
sus límites acometieron también a África i a
Asia. Gomo vidas otras jentes con el gran suc-
zeso de los romanos , quisieron , ya que no
pudiesen romper sus Ímpetus, por lo menos
refrenarlos^para que no pasasen mas adclan*
te. Esto intentaron prinzí palmen te los Carta-
jinenses» i con tan grande esfuerzo i ardor ,
que no solamente no rebotaron de si la fuer-
za de sus enemigos, pero aun vinieron a con-
tender con ellos, sobre cual de los dos sería
Señor de todo. Lo cual les suczedió misera-
blemente i los trajo a un fin desastrado. Por
que asi estaba ordenado de Dios, que el Im*
perio Romano fuese el mas poderoso de to-
dos i tuviese sus ziertos términos de años.
Por manera que no solamente establezie-
ron al prinzipio su potenzia por fuerza de
armas , pero por esta mesma via la fueron
conservando de ahi en adelante , i después
de quebrantada, la tornaron a restaurar, bas-
ta que fenezió i se cumplió todo el tiempo
200 I>FI>R)IAZIO¡T
conslitiiido de Dios i notado cu la sagrada
Escritura, i se levantó en Boma otro zíerlo
Prineipe i Scñor,conio entrometido en la nies-
ma silla del Imperio,! como aliado del Em-
perador Itoniano. I este nuevo Prinzipe no
daba ninguna muestra al prinzipio como que
115 pensase disminuir* nada do la autoridad del
Emperador. Pero tenia solamente cuidado de
los negozios de la Iglesia : i todo el tiempo
que en esto solamente se ocupaba , floreztan
las fuerzas del Emperador i del Imperio. Pe-
ro después que comcnzá a pensar cómo saca-
ría fruto para si de aquella opinión de relí-
jion i santidad que tenia, i para venir a esto,
no duda de pedir al Emperador , que por su
autoridad él tuviese el Prinzipado sobre to-
das las otras Iglesias , alegando esta causa
^^^ entre otras : que Roma habia sido siempre
^^^L señora del mundo, i tenida por eminente so-
^^^^ l)re todo , i que agora también se le debía el
^^^^^ prinzipal lugar entre todas las ziudades de
^^^^^L la Cristiandad: que por tanto era justo, que
^^^^^^H c) Obispo de aquella ziudad, prezcdiesc a los
^^^^^^H litros todos en grado i en dignidad. Cosa les
^^^^^^ filó difizilima alcanzar esto. Porque puesto
A LOS PRINZIPES. 201
que los Emperadores pasaron por ello, em-
pero los Obispos de las otras Naziones , con
mili grande fuerza conlradezian i traían sus
causas graves i lejitimas, por las cuales re-
sistían, i de tal manera pasó, que se vino a
trabar pleito largo i mui intricado,por recu-
sar siempre i contradezir los otros Obispos,
los cuales no reconozian al de Roma , sino
por compañero i igual en potestad con ellos.
Empero estotro entre tanto no aflojaba ni re-
mitía nada de su ardor, pero ahincaba per-
petuamente por salir con su intento , hasta
que alcanzó del Emperador Focas lo que que-
ría. Cosa era dezente que fuera su ánimo
satisfecho i contento con este tan grande don
i privilejio tan*señalado. 1 aun pudiera pa- **6
rezer en alguna manera tolerable, si él usara
desta autoridad para salud de muchos , si
con toda mansedumbre , modestia , i con
igualdad hiziera su oRzio, si compitiera con
los Obispos de las otras Iglesias por la justi-
zia i temperanzia. Pero pues por tan largo
espazio de tiempo, apetezió con tan grande
ardor i solizitud una cosa tan grande, no se
debe dudar, que el mesmo artifize que pro-
r
\
If
\
202 1KF0K3IAZI0N
metia^dar los reinos i imperios desle mundo
a Cristo nuestro redentor cuando lo puso so-
bre el monte , que también haya sido autor
desta ambizion. Porque este Se&orio es tan
inmenso i tan sin medida i sobre la condizion
humana ,que aunque o por inconsiderazion,
o por estudio i deseo de hazer biep, le ovie-
rau dado los Emperadores este honor, debía
él empero pensar antes, todas estas cosas, i
en esto prinzipalmenle, que Cristo reprendió
figramente semejante conteozion en sus dis-
zipulos. Pero subido él por beneÜzio de los
Emperadores a esta alteza, ya de ahi en ade-
* tanle se atrevió a prometerse mayores cosas,
^^k i no dudaba ya de sulir con todo cuanto
^^^k quería so| color de aquella venerazion i culto
^^^^^^ de laKelijion con que se cubrió. Pero pro-
^^^^^^^^ zediendo en todo mui de espazio sin apresu-
^^^^^^H rarse, i con gran disimulazion iban tentando
^^^^^^B los ánimos de los Prinzipes. Mas después de
^^^^^^^H la muerte del Emperador Constantino, que
^^K^^^f Fué el primero qne rezibió la F¿ Cristiana,
' ^ casi zien años fué mui debilitado el imperio
% i 17 Ro'mano , fueronle quitadas Franzia, Ingla-
A térra, Alemania, los Hunnos tenían ocupada
A LOS PRINZIPES. 203
a Italia , los Vándalos a África , i fué tan
grande la disipazion de todas las cosas, que
habiendo perdido los Emperadores todas las
provinzias i reinos qne tocaban al Oczidente,
se vinieron a pasar a las partes del Oriente»
i hizieron aili su asiento.
Después desta tan señalada calamidad i
debilitazion del Imperio , levantóse entre el
Emperador i el Obispo de Roma , una gran
discordia, de la cual entre otras causas, esta
fué una i la prinzipal, que el Emperador man-
dó que se quitasen las estatuas i las imajines
de los Templos. A este mandamiento del Em-
perador resistió tan reziamente el Obispo de
Roma, que a la fin se atrevió a escomulgarlo
sobre ello: tanto le habiaya crezido el cuer-
no de su soberbia i fausto. I porque toda Italia
vino a estar llena de guerras, no estaba fue-
ra de peligro tampocoel Obispo de Roma, por
que entre otros le hazia guerra el Rei de los
Longobardos: a cuya fuerza i armas no podia
resistir entonzes por no tener el Estado i seño-
rio que tieneel dia de hoi. I por otra parte ha-
bla hecho tantos plazeres al Emperador, que
no tenia porque esperar del ninguna ayuda.
202 IKFORJIAZION
luelia^dar los reinos i imperios deste mundo
a Cristo nuestro redentor cuando lo puso so-
bre el monte , que también haya sido autor
desta ambizíon. Porque este Señorio es tan
inmenso i tan sin medida i sobre la condizion
humana ,que aunque o por inconsiderazion,
o por estudio í deseo de bazer bien, leovie-
ran dado los Emperadores este honor, debía
él empero pensar antes, todas estas cosas, i
en esto prinzipalmente, que Cristo reprendió
agrámente semejante contenzion en sus dis-
zipulos. Pero subido él por benefizio de los
Emperadores a esta alteza, ya de ahí en ade-
lante se atrevió a prometerse mayores cosas,
i no dudaba ya de salir con todo cuanto
quena so| color de aquella venerazion i culto
de la Belijion con que se cubrió. Pero pro-
zediendo en todo mui de espazio siu apresu-
rarse, i con gran disimulazion iban tentando
los ánimos de los Friniipes. Mas después de
la muerte del Emperador Constantino , que
fué el primero que rezibió la Fé Cristiana,
casi zien años fué mui debilitado el Imperio
H7 Ito'niano , fueronle quitadas Franzia, Ingla-
terra, Alemania, las Hunnos tenían ocupada
A LOS PRINZIPES. 203
a Ilalia , los Vándalos a África , i fué tan
grande la disipazion de todas las cosas, que
habiendo perdido los Emperadores todas las
provinzias i reinos que tocaban al Oczidente,
se vinieron a pasar a las partes del Oriente»
i hizíeron allí su asiento.
Después desta tan señalada calamidad i
debilítazion del Imperio , levantóse entre el
Emperador i el Obispo de Roma , una gran
discordia, de la cual entre otras causas, esta
fué una i la prinzipal, que el Emperador man-
dó que se quitasen las estatuas i las imajines
de los Templos. A este mandamiento del Em-
perador resistió tan reziamente el Obispo de
Roma, que a la fin se atrevió a escomulgarlo
sobre ello: tanto le habiaya crezido el cuer-
no desu soberbia i fausto. I porque toda Italia
vino a estar llena de guerras, no estaba fue-
ra de peligro tampocoel Obispo de Roma, por
que entre otros le bazia guerra el Rei de los
Longobardos: a cuya fuerza i armas no podia
resistir entonzes por no tener el Estado i seño-
río que tieneel dia de hoi. I por otra parte ba-
bia becho tantos plazeres al Emperador, que
DO tenia porque esperar del ninguna ayuda.
I
%
202 íkforjiazion
luelia'dar los reinos i imperios ilesle mundo
a Cristo nueslro redentor cuando lo puso so-
bre el monte , que también haya BÍda autor
desta ambizion. Porque este Sefiorio es tan
inmenso i tan sin medida i sobre la condizion
humana ,que aunque o por inconsiderazion,
o por estudio i deseo de bazer bien, le ovie-
ran dado los Emperadores este honor, debía
él empero pensar antes, todas estas cosas, i
en esto prinzipaimente,que Cristo reprendió
agrámente semejante contcnzion en sus dis-
zipulos. Pero subido él por benelizio de los
Emperadores a esta alteza, ya de ahí en ade-
lante se atrevió a prometerse mayores cosas,
i no dudaba ya de salir con todo cuanto
quería so' color de aquella venerazion i culto
de laBelijion con que se cubrió. Pero pro-
zediendo en todo muí de espazio siu apresu-
rarse, i con gran disimulazion iban tentando
los ánimos de los Prinzipes. Mas después de
l;i muerte del Emperador Constantino, que
filó el primero que rezibió la Fé Cristiana,
casi zien años fué mui debilitado el Imperio
i 17 II o' m ano , fueronle quitadas Franzia, Ingla-
terra, Alemania, los Hunnos tenían ocupada
A LOS PRIIVZIPES. 205
a Ilalia , los Vándalos a África , i fue tan
grande la disipazion de todas las cosas, que
habiendo perdido los Emperadores todas las
provinzias i reinos que tocaban al Oczidente,
se vinieron a pasar a las partes del Oriente»
i hizieron alli su asiento.
Después desta tan señalada calamidad i
debílitazion del Imperio , levantóse entre el
Emperador i el Obispo de Roma , una gran
discordia, de la cual entre otras causas, esta
fué una i la prinzipal, que el Emperador man-
dó que se quitasen las estatuas i las imajines
de los Templos. A este mandamiento del Em-
perador resistió tan reziamente el Obispo de
Roma, que a la fin se atrevió a escomulgarlo
sobre ello: tanto le habiaya crezido el cuer-
no de su soberbia i fausto. I porque toda Italia
vino a estar llena de guerras, no estaba fue-
ra de peligro tampocoel Obispo de Roma, por
que entre otros le bazia guerra el Rei de los
Longobardos: a cuya fuerza i armas no podia
resistir entonzes por no tener el Estado i seño-
río que tieneel dia de hoi.I por otra parte ba-
bia hecho tantos plazeres al Emperador, que
no tenia porque esperar del ninguna ayuda.
202 IKFORJIAZiON
iiielia'dar los reinos i imperios deste mundo
a Cristo nuestro redentor cuando lo puso so-
bre el monte , que también haya sido autor
desta ambizion. Porque este Señorío es tan
inmenso i tan sin medida i sobre la condizína
humana ,que aunque o por inconsiderazion,
D por estudio i deseo de hazer bien, le ovie-
ran dado los Emperadores este honor, debía
él empero pensar antes, todas estas cosas , i
en esto prinzipalmenle, que Cristo reprendió
agrámente semejante contenzion en sus dis-
zipulos. Pei-o subido él por benelizio de los
Emperadores a esta alteza, ya de ahi en ade-
lante se atrevió a prometerse mayores cosas,
i no dudaba ya de salir con todo cuanto
qiieria so| color de aquella venerazion i culto
de laBelijion con que se cubrió. Pero pro-
zediendo en todo mui de espazio sin apresu-
rarse, i coD gran disimulazion iban tentando
los ánimos de los Prinzipes. Ñas después de
la muerte del Emperador Constantino , que
fué el primero que rezibíó la Fé Cristiana,
casi zíen años fné mui debilitado el Imperio
117 Ro'raano, fueronle quitadas Franzia, Ingla-
terra, Alemania, los Hunnos tenian ocupada
A LOS PRIKZIPES. 205
a llalla , los Vándalos a África , i fué tan
grande la disipazion de todas las cosas, que
habiendo perdido los Emperadores todas las
provinzias i reinos que tocaban al Oczidente,
se vinieron a pasar a las partes del Oriente»
i hizieron alli su asiento.
Después desta tan señalada calamidad i
debilitazion del Imperio , levantóse entre el
Emperador i el Obispo de Roma , una gran
discordia, de la cual entre otras causas, esta
fué una i la prinzipal, que el Emperador man-
dó que se quitasen las estatuas i las imajines
de los Templos. A este mandamiento del Em-
perador resistió tan reziamente el Obispo de
Roma, que a la fin se atrevió a escomulgarlo
sobre ello: tanto le había ya crezido el cuer-
no desu soberbia i fausto. I porque toda Italia
vino a estar llena de guerras, no estaba fue- t
ra de peligro tampocoel Obispo de Roma, por
que entre otros le hazia guerra el Rei de los
Longobardos: a cuya fuerza i armas no podia
resistir entonzes por no tener el Estado i seño-
río que tieneel dia de hoi. I por otra parte ha-
bia hecho tantos plazeres al Emperador, que
no tenia porque esperar del ninguna ayuda.
/
204 INFORMAZION
Esta fué la'otra i segunda llaga del Inipe^
rio , a la cual se siguió otra mayor. Porque
casi en el niesmo tiempo en que el Obispo
de Roma alcanzó aquel su Prinzipado i Se-
118 ñorio , que fué casi dozientos años^ después
de perdido el Imperio del Oczidente , se le-
vantó Mahoma a la parte del Oriente , i sin
él otros muchos, los cuales hecha lígai con-
jurazion, aílijian i quebrantaban reziamente
las fuerzas del Imperio. I porque no faltase
nada para henchir la medida de los males i
calamidades, quedándose todavía aun losEiii-
peradorescon su autoridad entera, i que que-
rian que se entendiese que toda la dignidad,
potenzia i majestad, que tenia el Obispo de
Roma , dependía dellos : cayendo él en la
cuenta, que de aquella arte no podría él sa*
lir ni pasar con su negozio adelante, comen*
zó a buscar medios como no solamente echa-
se de sí aquella sujezion, pero que aun cons*
lituido en sumo grado, tuviese señorío sobre
todos los otros , teniendo por cosa indigna
que siendo él Prinzipe de los Obispos, reco-
nozca ningún Majistrado por superior suyo
en la tierra : para esto pensó que se podía
A LOS PRINZIPES. 205
hallar camino^que era,levanlar él de su mano
a otro cual quisiese, i nombrarle Emperador
de los Romanos: el cual tuviese causa de ha-
zerle plazer en lo que quisiese. I por cuanto
los Reyes de Franzía i la familia de los Pipi*
nos lo habian guardado de no ser maltratado
de los Longobardos , elijió i declaró por Em*
perddor a Cario Magno , el cual habia ahu-
yentado al enemigo de toda Italia. Desta ma*
ñera el nuevo Señor de la ziudad de Roma,
pobre i miserable al prinzipio , vino a quitar
el lejitimo Majistrado constituido de Dios, i
de quien habia rezebido mui grandes bienes,
i tomóse para sí una^ potestad nunca oida , 419
de crear i elejir otro Emperador, en lo cual
usurpó el derecho que pertenezia o al Senado
del Pueblo Romano , o a los Capitanes del
ejérzíto de los Homanos ,*i con esto mesmo JH
quebró las fuerzas del Imperio , i alcanzó lo
que quiso. Que fué lo primero, por satisfazer
a su animo i tomar venganza del Emperador
antiguo. Lo segundo , para que favorezido
con el ayuda i presidio de Cario Magno Em* '
perador i de sus suczesores , se sustentase i
persistiese en el lugar que habia usurpado.
206 iNFORNAzron
Finalmente parahazersecaminoparasiipara
sus suczesores con que tener algún lugar i
autoridad de elejir Emperador. Porque aquel
antiguo Emperador que había sido por él
depuesto , tenia justísima causa de darle en
cara, con la ofensa que le había hecho , i la
ingratitud que había mostrado. Pero estotro
de nuevo elejido Emperador, no podía dejar
de reconozer la sumaobligazíon que tenia al
Obispo Romano , i \a afizion que le había
mostrado. Por manera que desta suerte, el
Imperio que antes era único , se dividió en
dos Imperios, lo cual no pudo dejar de ser
causa de grandísimas disensiones. Porque
después también se levantaron gravísimas
quejas í enojos entre los Emperadores del
Oriente i del Poniente: i no solamente entre
ellos , sino aun también entre las Iglesias de
la una parte i de la otra. Un tan triste i mi-
serable espectáculo como este , nos bizo^ver
el Obispo de Roma , que fué echar afrento-
samente de la silla a un Emperador Prinzipe
J9Q del mundo, al cual ni aun Cristo con*Tersan-
do acá entre los hombres, quiso que se lequi-
tase nada de su derecho. I quedó el Imperio
A LOS PRrSZlPES. 207
algún tiempo en los deszendienles de Cario
Magno 9 lo cual era mui molesto a los gran-
des Señores de Italia. Porque les parezió que
consistía el ser Emperador en armas , [i] en
fuerza de guerra.
Por esta causa juntadas sus fuerzas, levan-
taron un zierto Berengarío, i saludáronlo por
Emperador, el cual trujo graves guerras con
Ludovico terziOy i suczedieronle prósperamen-
te. I este Ludovico, que fué el postrer Em-
perador deste nombre , por su soberbia i ti-
ranía , vino a ser aborrezido de muchos; de
lo cual siendo avisado Otton Duque de Sajo-
rna, i convidado a intentar cosas nuevas, vino
con un ejérzito a Italia , donde desbarató a
Berengario, i se vino de allí para Roma i re-
zibió del Pontifize la investidura del Imperio.
I porque había una perpetua contienda so- ^
bre la dignidad del Imperio , prinzipalmente
entre los Italianos i Franzeses , i Alemanes ,
comenzóse a pensar i a dar orden como cons*-
títuir por Alemania algunos Prinzipes , que
tuviesen potestad de elejir Emperador para
con tal modo zerrar la puerta desta dignidad
a jentes estrañas. I esto fué hecho en el tiem-
208 I29FOBMAZ10N
po que administraba el Imperio Otton lerzio
Duque de Sajoniaá Gregorio quinlo, Alemán,
era Pontifize en Roma , el cual teniendo por
Diui encomendados a los de su parzialidad, i
DO poniendo en -olvido nada de su propio pro*
yecho , hizo i acabó que de aquellos que de
ahi en adelante habían de elejir Emperador,
fuesen los tres Eclesiásticos. Esto piensan
121 algunos que fué con*stitu¡do para que en una
cosa de tanta importanzia i tan ardua tuvie-
sen los otros Priuzipes en su compañia hom-
bres exzelentes en letras, i en integridad de
vida. Pero como quiera que sea , es cosa
zierta que fué hecho con intento de conGr-
mar también por esta via la potestad que se
babia usurpado el Pontifize en los uegozios
del Imperio. Lo cual no querria que se en-
tendiese, como que yo pretenda derogar al-
guna cosa a la autoridad de los Electores
Eclesiásticos. I cuan encarezidamente puedo,
ruego a todos que ninguno lo interprete en
esta parte» Elmpero aqui por ventura alega-
rán i porfiarán algunos que al Pontifize Ro-
mano somos los Alemanes en mui grande
obligazion , i que hemos rezebído del mui
ALOS PRINZIPES. 209
buena obra, pues que una honrra tan ilustre,
€ual es la dignidad del Imperio , la trajo a
nuestra Nazion » en cuanto en éi fué. Yo h
confieso, i por zierto que es de reprender el
hombre Alemán , que no se huelga que este
honor i esta tan grande exzelenzia de fama
haya venido a su común patria. Pero mui a
otro fin se encamina esta mi plática : i este
solo pretendo mostrar, que desde el tiempo
que el Obispo de Roma se entremetió en los
uegozios de los Emperadores, las cosas del
Imperio han ido cada dia mas i mas cayendo,
i que después que este privilejio fué deriva-
do a los Alemanes , han sido de tal manera
amenguadas i puestas en estrecho , que casi
no les queda ya mas de un vano titulo. Le-
vantáronse entre él i el Emperador grandes p,
eonlenziones por oausa desta su inmensa ar- ^
roganzia i cobdízia. No la pudieron sufrir^ en* |22
lr€ 4)tros , Henrico cuarto , ni Friderico el
frrimero, ni tampoco el segundo , contra el
acual se movió mui ásperamente el Papa >
porque lo habia disfamado i declarado por
indigno de ser Emperador, i mandó a los
iViazipes , que elijiesen otro , i amonestaba
210 INFOHMAZIOfl
juntamente a lodos los hombres que uo le
obedeziesen , ni le liiziesen ningún servisio.
Todas estas cosas se contienen en los propios
libros dellos , donde también haze meazion
lo mas odiosamente del mundo deFrideríco
primero que fué Emperador mui virtuoso.
Cuando el Emperador Henrrico, Duque de
Luzemburg, rehusó de bazerle aquel jura-
mento tan servil , temiendo el PontiGze lo
que desto podia suczeder , que no siguiesen
otros aquel ejemplo, inventa una forma de
juramento mui ampia i estendida , púsola
por escrito ibizola publicar ; en la cual no
deja cosa que le pudiese servir para tenerle
bien atado, tanto que nunca ha habido escla-
vo ahorrado , tan fuertemente obligado a su
amo , como lo está hoi en día el Emperado -
al Obispo de Roma, que en otro tiempo fué
su encomendado i defendido por él. Contiene
esta formula que digo: que el Emperador en
todas maneras conserve, acreziente i defien-
da los bienes de la Iglesia Romana, i de los
Pontifizes, su dignidad, sus privilejios, i sus
decretos. Con esto , como con freno , los
constriñe i los haze ir adonde quiere. I el
A LOS PRINZIPES. 2H
caso es, que faé nezesario inventar un nuevo
jenero de doctrina , i por eso se armó por
todas partes con tantas constitu^ziones, i de 123
tal manera que ninguno sino el que quisiere
ser tenido por infame i fementido , le osase
contradezir en nada. Porque muchas vezes
tapó la boca con semejantes oprobrios, i in-
jurias,a rani grandes hombres, los cuales nb
reprendían nada en su doctrina en aquel tan
infelize i tenebroso siglo, sino que solamente
querían poner algún término a su desenfre-
nada ambizion i cobdizia. Pero él con sus
artes i mañas hazía siempre que en este caso
saliesen en vano los honestísimos propósitos
i trabajos de los Prinzipes. Porque no falta-
ban por defuera sus presidios i defensas en
los otros Reyes , i muchas vezes como no 0
osaba esperar en Italia a los Emperadores
que él habia exasperado i molestado , se re-
traia a las tierras de sus confederados. I con
esta continuazíon de discordias i enojos, vino
a la fin a salir con la suya , de tal manera
que los Emperadores vinieron a serle mas
obedientes, i él a mandarles todo cuanto se
le antojaba, i há ílorezido ya en este estado
/
St3 ihporhazion
de algunos siglos acá, hasla esle tiempo: ctt
el cual Dios por su iniserícordia há traído
al mundo una bien ilustre i alegre mudanza
de las cosas. Porque después que él se subió
a la cumbre del fausto i soberbia,! consintió
que le adorasen i servíesen como a algún
Dios, lo cual nadie puede negar, dilató i es-
tendió Dios el coDozimiento de su palabra ,
que él había escurezido , como la clarísima
luz de sol, i esto primeramente dentro de los
términos del Imperio de Alemania , lo cual
también es digno de considerazion.
124 *Los que agora son deseosos i amadores de
la verdad, como es razón que lo sean, todos
los que profesan el nombre Cristiano: cuando
en esta contienda que se ba levantado, están
en dubda , i no saben a que parte se deben
acostar , ni que es lo qne han de seguir por
mejor , deben buscar i escudriñar, si en al-
guna parte en la Escritura sagrada está de-
clarado que algún tiempo há de haber uua
tal perturbazion asi en la Relijiun, como en
el Imperio, el cual fué en otro tiempo lleno
de majestad i muí próspero. Pwqne si cosa
semejante estuviese profetizada de los Pro-
A LOS PRirSZIPES. 213
fetas o de los Apostóles , podría el ánimo
humano confirmarse i sustentarse con este
consuelo, i sino busca estas cosas ni las co-
nozCy por fuerza ha de andar fluctuando , i
aun casi viene en desesperazion: no baze sino
amontonar i asobrunar muchas opiniones i
nunca se puede resolver ni constituir nada
de zierto. Aunque es verdad que las Profe-
zias no son tan faziles para hazer lijeramente
juizio dellos, [i] darles su interpretazion,pero
siempre tienen algunas señales i zircunstan-
zias que las hazen claras. No en balde las
hizo Dios poner por nlemoria, i entre otros
bienes nos traen este, que nos dan a enten-
der i nos muestran las calamidades venide-
ras, para qne nos guardemos , para que nos
despertemos a penitenzia , para que enmen-
demos nuestra vida,i queesperémos con gran-
de ánimo los trabajos que han de venir so-
bre el impio i ziego mundo. Pero si casi to-
dos no estuviesen tan ziegos , o tan obstina-
dos, o tan neglijentes i descuidados , i que 12S.
en estos alborotos i mudanzas se recojiesen a
la Escritura a pedir declarazion, ternian con
que fortalezerse , i con que consolarse. Por*
214 INFORXAZIO»
que este cslaclo presenté en que nos liallaiuos,
i esta cara que agora vemos al mundo, esti'i
allí mui bien descrita al pie de la letra-
Cuanto a lo primero, Daniel habla abierta i
Gopiosainenle , no solo en un lugar , de los
cuatro grandísimos Imperios, que hablan de
suzeder por orden imo a otro , pero prinzi-
palmcnte trata del Imperio Romano, quedi-
ze haber de ser el postrero , i el mas pode-
roso de todos los cuatro. Porque lo llama
de hierro: i asi como el hierro ablanda i ma-
ja, i desmenuza todas las cosas, asi , dize,
que este Imperio quebrantará i deshará to-
dos los otros. Pero dize, que son los pies
del i los dedos de los pies, parte de hierro i
parte de barro , en lo cual denota que a la
fin verná a dividirse i debilitarse. Después
dize en otro lugar, que saldrá un rei sobre
manera astuto i cauteloso , el cual vendrá a
ser mui poderoso por fuerzas ajenas, i no por
las suyas : este, dize , que lo turbará i des-
truirá todo , que hará guerra a los Geles , i
los destruirá : que se ensalzará sobre el Itei
de los Reyes: que quitará aquel verdadero,
auli^Miu i perpetuo sacriQzio , i que debajo
ALOSPRIKZIPES. 215
del será gravemente trabajada i oprimida la
verdad : que señoreará como lo guiare su
cobdízia i antojo, que le suzederán todas las
cosas prósperamente, que despreziará al Dios
de sus antepasados, que no terna la honesta
i lizita afizion a mujeres: que se forjará un
Dios nuevo,* i le bonrrará con oro i piedras 126
prezíosas , i que dará i repartirá las rique-
zas del mundo a aquellos que le ayudaren a
honrrar i servir a aquel Dios que éi se habrá
forjado; que en todas maneras florezerá has-
ta que revierta el hervor de la ira de Dios ,
que entonzes verná a dar consigo en tierra i
deshazerse todo sin estruendo de armas. To-
das estas cosas están antes significadas por
Daniel : pues cuanto a la caida i fin del Im-
perio Romano, consta que esta Profezia está
ya cumplida i acabada.
Todo cuanto han tenido los Romanos en
Europa , en Asia , i en África , ya lo poseen
otros Reinos i pueblos , que no reconozen a
nuestro Emperador Romano. I aunque nos
queda todavia el nombre del Imperio , habe-
rnos empero ya perdido casi todos sus Seño-
ríos. Pero que juntamente con el fin i la di-
3J6 INFOBVMION
sipazioR del Imperio Romano había de venir
también una gran destruizion de la Belijiotí,
i déla verdadera doclrína, está harto claro
desle lugar de Daniel. I aunque hai en Da-
niel algunas cosas que perlenezen propría-
mente al Señorío i Monarquía delTurco, em-
pero lo que yo hé contado arriba, san Pablo
mesmo por ventura sin que nadie baya caído
en ello, lo interpreta claramente de un zierto
Reino Eclesiástico , o de Pontifizes , cuando
'- dize: que estará sentado en el templo de Dios,
en el cual lugar pone las proprías palabras
de Daniel , i habla de un zierto hijo de per-
dízion i abominable, al cual él llama hombre
de pecado, i que se ensalzará sobre todo lo
1^7 que se llama Dios/Este, dize, que será ud
t señalado tirano disipador de las Iglesias, que
llorezerá i reinará mucho tiempo, i ejerzíta-
rá una suma impiedad , so color de Itelijiou,
la cual le terna cubierto i le adornará como
con afeites, para que no pueda ser eonozído:
después cuands ya hubiere mucho tiempo
tiranizado desta manera, i llegare a lo supre-
mo de la maldad i desvergüenza, de suerte
■pie mas no se pucita añadir, que enteuzes
A LOS PRINZIPKS. 217
veriiá a ser descubierto i conozido de todos,
para que caiga i perezca , no con otras ar-
mas, ni coo otra artillería que con el Espíri-
tu de la boca de Dios i la predicazion de su
palabra. Dezidnie agora, ¿quien será este ti-
rano? ¿en qué lugares lo buscaremos? ¿cree-
mos que há ya pasado , o esperarlo hemos a
la ñu del mundo? Nezesario es , que algún
tiempo venga, i reine de aquella manera que
lo dize la Escritura, pero no salteará ni ti-
ranizará por fuerza de armas, como los otros
Reyes. Sigúese luego, que no há sido ningu-
no de los Emperadores Romanos, no Nerón,
ni Galignla , no Heliogabaio ni Cómodo , ni
otras semejantes pestilenzias que há habido
en el mundo. Ni tampoco lo fué Alarico, ni
Tolila, Jenserico, ni Odoazer, ni ninguno de
aquellos que aflijieron con guerras a África
i a Europa. Tampoco lo fué ningún Prinzi-
pe de los Moros o Turcos, que haya señorea-
do en Asia. Porque todo lo que estos hazian
fué público, todos Tos conozian por salteado-
res violentos i por tiranos cruelisimos. Este
nuestro a quien buscamos, i tras quien anda-
mos inquiriendo, será cruel sobre ma*nera, 128
318 IHFOBMAZION
pero no será conozido. Pues ¿con que más-
cara terna encubierta i disimulada su Ura-
nia? Zierto con una falsa i iinjida apareozia
de RelijioD i de senlidad. Luego desa manera
¿usurpará autoridad en las Iglesias? No hai
duda deso , sino que la usurpará suprema.
Cotejemos agora esta descripzion de Daniel i
de san Pablo , i acomodémosla a aquestos
nuestros tiempos. Porque jamás bul)o tiempo
en que como en este nuestro, mas claramente
se hayan podido entender eslas Profezías, i
los que vivirán después de nosotros , enten-
derán mejor sin duda muchas cosas, que a
nosotros nos parezen aun mui escuras. Pero
entre tanto veamos aquellas que ya no se
pueden mas tiempo disimular, ni ignorar.
Pensemos una vez, cuales andaban las co-
sas en nuestra Alemunia , que manera de
Relijiun bahía eq ella , agora veinte i zinco
arlos há. ¿No habla, porventura, venido ya la
cosa tan adelante, que aquel hombre malva-
do i abominable se presentaba delante de los
hombres sentadoen [el] templo deDios, como
unDios terreno, para ser servido! casi adora-
do?, ¿Es posible que se pueda levantar jamas
A LOS PRINZIPES. 219
idolatría mas furiosa ni mas cruel? ¿No pen-
dían todas las cosas humanas de solo el man-
dado i antojo de aquel ídolo Romano? ¿No es
verdad que todo lo que ¿1 mandaba o prohi-
bía, lo guardaban todos como cosa dicha por
la mesma boca de Dios? ¿No llevaba a todos
los hombres juntos donde quiera que quería?
¿Qué Rei o qué Prinzípe repugnaba a su *au- 129
torídadyO antes no la ayudaba a sostener con
todas sos fuerzas? ¿Quien otro que él hubo,
que se haya desnudado de toda honesta aG-
zion i amor para con las mujeres , í se haya
contaminado con nefandas lujurias í carna-
lidades? ¿Quien há hecho mayor afrenta al
santo matrimonio , en tanta manera que lo
prohibió a gran parte de los hombres? ¿I se
lo quitó como que fuera cosa suzia i no nada
casta? ¿A quien jamás le suzedieron las co-
sas mas a su voluntad i sabor de su paladar
que a este? ¿Quien otro sino él há entrado
con perversísimos medios, i se há apoderado
de los bienes de todas las Iglesias , i los há
distribuido a todos los que son sus conjura-
dos que defienden i ayudan aquella su tan
abominable i inmensa impiedad i tiranía?
220 INFORM.^ZtO:i
¿ No se tiene él por sehor de todos estos bie-
nes i se publica por tal? 1 ya que no lo diga
de palabra, ¿nó es asi que de hecho se toma
esta potestad de darlos a quien quisiere?
¿No es verdad que por esta causa le sirven
i acatan , i no falla sino que sea adorado de
todos? ¿Reinando él no bá estado gravisima-
niente trabajada, dando grandes jemidos , i
oprimida la verdad, tanto que acordarse de
aque! tiempo pone horror i espanto a los
hombres que tienen juizio? ¿No mezcla este,
i perturba todas las cosas, no solamente en
las Iglesias , i en la doclrÍRa, pero también
en la niesma república seglar? ¿No hai hom-
bre que pueda escrebir las vidas de los Em-
peradores, ni contar su historia, que no ha-
ya de bazer por fuerza grande i nezesaria
menzion del Pontiíize Romano? ¿Que quiere
150 *deziresto? ¿Porqué aquel, mas que los 0-
bispos de otras provinzias i ziudades, se halla
siempre en medio de los Reyes i Emperado-
res, haziendo alborotos , lleno de ambizíon
asiendo i apañando todo lo que puede, siem-
pre autor de turbaziones, de sediziones, i de
rebelarse los subditos , haziendo ligas con
A LOS PRINZIPfiS. 221
diversos , agora echado del uno , restituido
luego de otro? ¿Qué cara es agora esta de
cosas que se veen? ¿Qué hai en él que parez-
ca a hombre Eclesiástico? ¿Qué es lo que no
haze, sino aquello que es propio a su mismo
ofizio? ¿Es posible que podamos olvidar aque-
llas cosas de que nos acordamos, i que en
nuestra edad han acontezido delante de nues-
tros ojos, en nuestras propias casas i hogares?
Há nos detenido nuestras ánimas, captivas en
una cruelísima i mui miserable servidumbre,
rempujónos, i há nos traido arrastrando por
cualquier parte qne há querido. Cualquier
cosa que le aconsejaba su avarizia o soberbia,
o la cobdizia de señorear , i aun también el
deseo de burlarse, i hazer escarnio de noso-
tros , ninguna dellas dudó de nos la propo-
ner , i mandar, como cosa salida del propio
Consistorio de los Apostóles. I aun no con-
tento con esta tan horrenda i ensangrentada
esgrima, saqueó nos i robó nos también nues-
tras haziendas sin dejar nada dellas, no ere.
yendo él mesmo nada de aquellas cosas, que
nos mandaba creer , no menos que si fueran
palabras de Cristo i doctrina del Evanjelio, i
Á
23Z INF0BI1AZI0;4
nos las vendió tan caras, i tantas vezes, i con
lanto aparato i oslentazion. Para esta sa falsa
151 mercadería i nego'ziazioD Be servia de ios-
trumenlos uiui propios , hombres indoctos ,
suzios, grandísimos bellacos, alcahuetes, co<
zineros, azemileros, sodoratlicos, i truhanes,
i otros eminentes hombres semejantes a e!^
tos, a los cuales dos entregaba no solamente
para que se burlasen de nosotros, pero para
que nos desollasen, i despedazasen. A estos,
cuando venían como a embajadores del Dios
de la tierra, los salíamos a rezebir con grande
alegría i pompa solemne : i no había jenero
de honrra i de benevolenzia , que no les ha-
zíamos todos a porfía unos de otros. ¿Cómo, i
esto no es reinar? Jamas faá habido tirano ,
que haya podido encubrir su bellaquería i
desvergüenza , de manera que no haya sido
^^ coDozída de la mayor parte de los hombres.
^^^k Pero este gran seflor ejerzíla su tiranía crue-
^^^^ lísimamente , no en alguna sola Bepública, o
^^^B Provínzia , mas por casi toda 'la Europa , i
^^^^ft con todo eso no solamente no es^l' conozido ,
^^^^^ pero él se há de [tal manera , i encubre tan
^^^^^k mañosamente su crueldad, que, todos lo acá-
ALOSPRINZIPSE. 225
tan i le sirven , como si fuese algún Dios ,
puesto de la mano de Dios para dar salud a
los hombres en esta miserable i calamitosa
vida. ¿Los Reyes todos i los Monarcas , no^han
estado atónitos mirando i ayudando al domi-
nio i señorío deste? Los cuales aunque algu-
nas vezes quisieran ver mayor inozenzia i
limpieza , no empero lo pudieron conozer*
Porque los tenía alados aquella opinión de
Relijion: i también ello habia de ser asi, que
era nezesario que tiranizase desta manera, en
una extrema ignoranzia de todos los hombres
i con una soltura mui gran*de, de mal hazer, 1^^
como en la Escritura estaba profetizado. Ya
que llegó al sumo grado de la impiedad que
ya no se podia mas subir , viene Dios i aco-
métele dentro de los fines de Alemania, i del
Imperio (como arriba hemos dicho) i leván-
tale un contrario , no a algún Rei mui pode-
roso , sino un hombrezillo particular i bajo,
i aun subiecto suyo en profesión i en jenero
de vida.
I aunque habia ya crezido tanto su poten-
zia , que fazilmente^despreziaba i no hazia
caso de todos los Reyes. Con todo eso , a la
324 INPORHAZIOR
primera paUbra que oyó hablar desta doc-
trina que él uo puede sufrir , quedó atónito,
i comenzó luego a pensar en como proveer
de remedio. El cual estaba todo puesto en
excomuniones , maldizioues , entredichos , i
anatemas , i tanto mas vehementes, cuanto
con mayor odio aborrezia al nuevo Doctor.
Porque luego sintió a qué habian de venir
a parar sus libros , i a qué se enderezaban
sus sermones, i cuanto daño i destruizion ha-
bía de causar a su Reino i Corte. Esto qo lo
sintió lauto él, como su Maestro i goberna-
dor, aquel con cuya ayuda i consejo había
él sido levantado del suelo, i se habia eslen-
dido en tanta anchura i grandeza. Este mes-
mo Maestro suyo, i rejidor de sus consejos ,
le servia también i le socorria con otras ayu-
das i remedios. Entre los cuales fué este muí
mas notable, que manda a los hombres, que
no solamente no lean los libros de sus con-
trarios , pero ni aun la mesma Biblia. |0
grande pazienzia de Dios! ¿Mas qué furor es
133 ^^^ ^^ diabólico? * Llama el Profeta David
a la Escritura lámpara , i como una hacha
enzendida, que alumbre enlastinidilas. Es-
A LOS PRINZIPfiS. 225
la mesma hacha que nos va delante alum*
brando , de la cual uo podemos carezer en
ningún tiempo» nos la había ya este apagado
de muchos siglos antes, i agora, después que
por singular i inenarrable benefizio de Dios
Padre, se nos tornó a enzender otra vez de
nuevo, trabaja por todas las vías que puede
de oprimirla i apagarla , para que no alum*
bre, i aun quiere i manda que todos le sigan
a él, i que no se aparten de sus pisadas, ni
se desmanden en nada, aunque los lleve a
despeñar. Porque asi lo rezan espresamente
sus Decretos al pie de la letra. Mientra que
su Reino florezía, no tenia temor donada, m
nunca le pasó por el pensamiento 4e defen-
der que no se leyese la sagrada Escritura ,
porque todos los que la leian , que eran mui
pocos , i aun mas pocos los que la tenían
pura i «in depravazion , todos en fin le daban
la interpretazion, que él quería, i se guiaban
por su juizio del , i todos le estaban por di-
versos respectos obligados. Pero agora que
ya es venido el tiempo , que caiga ., i que dé
Baa muestra muí señalada al mundo, trabaja
por tomar i quitar por fuerza de las manos
15
226 INFORHAZION
de los hombres aquel Libro, con el cual vee
que se descubre su impiedad, sus maldades,
i abomioaziones, i son enderezados los hom-
bres por el camino de la verdadera salud.
El segundo presidio que a esle se signe lue-
go, es armado. Porque persigue a fuego i a
434 sangre, con hierro i * dando garrote, i con
agtta,^para que se pueda conozer mejor el
arülize , que es aquel enemigo antiguo del
linaje humano, que se zeba con malar i der-
ramar sangre. I para hazerse mas temer i
hazer esle negozio mas terrible , tiene sus
espíiis por todos los reinos, a los cuales lla-
man Inquisidores, que tienen a cargo de per-
seguir a todos aquellos que no recopozencon
reverenzia la seiiora Ramera. ¿No es esto lo
mesmo que dize Daniel que habia de venir?
¿que hará guerra a los píos, que aborrezerá
cruelisimameole a los enseBndores del Evao-
jetio, que enseñan al Tueblo? I por cuanto, a
ña de poder ejerzitar mayor crueldad, tiene
nezesidad de estar bien con los BeyesiPrín-
zipes , i aunque ya de mucho antes se los
tiene en el pufto, todavia [los] acata i acarizia
agora mas por todas les vias que puede , i
A LOS PR»ZIPES. 227
esta es en efecto la mayor fuerza que él tiene.
I no deja de ser de harto grande aparenzia,
i que mueve mucho a las jentes , ver que
tiene a los Monarcas por sus valedores, por
sus compañeros i confederados.
¿Qué me direís a esto, sí la Escritura tam-
bién profetizó desta compañía i amistad?
Grande es por zierto la benignidad i clemen-
zia de Dios, que en tan diversas calamidades
como ocurren en la vida de los hombres
píos, les haya puesto por defensa contra ellas,
tan claros consuelos , i que no consiente que
haya mal ninguno tan grande, para el cual
no nos haya dado medizina en sus promesas
i palabra. Porque ¿qué cosa pudiera mas ha-
zer temblar* los ánimos de los hombres, que ^^^
ver un Pontiflze Romano, en toda la riqueza
i pompa del mundo , i ordenando todas las
cosas por su antojo , i bien armado con la
guardia de ios grandísimos Reyes i Prinzi-
pes? Claro está que si siguen el juizio de la
razón, que no podrán pensar otra cosa , sino
queen vano se trabaja con[tra]éI.Zierto no con-
cluirán otra cosa, sino que es per de mas po-
der contrastar contra el Pontificado, i mu-
f
228 INFORMAZIOK
cho menos derribarlo , estando zercado al
derredor con tan fuerte i grande baluarte.
¿Porque no pensaran esto, si el Papa mesmo
tiene puesta en eso toda su esperanza? Pero
cuando vienen a leer en la Escritura , veen
alli pintado aquello mesmo , que les dá pena
i les haze cuasi desmayar, i tienenlo delante
de sus ojos como en una tabla, i pintado de
tal manera , que asi como al prinzipio no
topan sino con escuadrones armados , zen-
tauros, leones, grifos, efaimeras , i dragones
echando fuego por la boca i ]tor las narizes,
a la fin teen, que todo aquello se consume
súbitamente con una llama bajada delzielo,
de tal manera que ni aun quedan reliquias
ningunas de toda aquella trápala. Bien veen,
que no le faltará al Pontifize Romano el ayu-
da de los Reyes , pero también veen estotro,
que cuanto mas alto él se encarama, tanto
mas rezia i peligrosamente dará la caida , i
cuanto mas tiene puesta toda su finzía en el
ayuda de los Reyes , tanto mas temblará de
miedo , cuando prozediendo perpetuamente
la ira de Dios, i birviendo ya mas rezio, los
Prinzipes o no podrán , o mudados ya con
A LOS PRINZIPBS. 229
^os liempos» no querrán socorrerle , cuando ^^^
lo vean ya derribado por el suelo i en eslre»
ma nezesidad , ciando destituido i desnudo
de todo httmano presidio , viere la ira de
Dios totalmente inflamada, contra sí, cuando
Testfone , que es (como diien los Poetas) la
ministra de las furias ittfo*nales , estuviere
siempre sobre su cabeza hiriéndole, i desaso-
segándole con un perpetuo assote la eonszien-
zia, sin dejarla jamas reposar. Horrenda cosa
es por zierto conzitar 4a ira de Dios, cosa es
de desesperados , cuaftdo nos combida Dios,
a penitenzia, no reconozer su voz ni su mano,
i aumentar la iniquidad con blasfemias. Por*
que es tan grande la misericordia i caridad
de Dios para con nosotros , que por mui 0
grandes pecadores i impíos que seamos, ^
siempre nos llama con muchos i claros in-
dizios i señales, a penitenzia i enmienda de
vida. Apenas há tenido la Iglesia de Cristo
otro mas ornel, ni mas dañoso enemigo que
al Ponlifize : con todo* eso le da Dios espazío
i lugar para que reconozca su piscado, para
que le pida humiln^ente perdón^ i que piense
en su oGzio. Ya. han pasado veinte i zinco
330 tKPORiiAzroN
aAoff, aun mas,que há que se cootenzA a da-
dar de Is potestad que él se había nsnrpado
sobre todos los hombres. ¡Con coanlas i con
cuan lastimosas rogativas i exhortazíones bá
sido solizilado i rogado en este tiempol Des-
cubierto se han errores demasiado feos, ma-
nifestadose has intolerables abusos, bao se
puesto delante de los ojos vizios iocnmporta-
J37 bles, i cuan miserable sea , i cuan * de llonn*
la servidumbre i la condízioo í suerte del
pueblo Cristiano en estas tiAieblas de erro-
res; qué es lo que todos los fieles Cristianos
querrían i están deseando, qué medio se po-
dría dar mejor en estas cosas. Todo esto está
ya tan manifestado i tan claramente demos-
trado, que el que de aquí adelante lo quisie-
re ignornr,rpor]nirigiina vinse podrá excusar.
Pero aqitel Maestro i Señor de nuestras
ánimas, ¿como se bá habido, si pensáis, entre
tantas lagrimas i sospiros de todos los píos?
¿Qué seAal de penilenzia i enmienda.ban dado
él o sus conjurados hasta agora, o qué espe-
ranza nos dan della el día de hoi? Bien vee
él, de cuan bajo i menospreziado prinzipio»
en cuanta grandeza han crezido sus adversa-
A LOS rRINZIPES. 231
ríos. Vee, que do aflojan nada de su constan-
zia y sino que con grande ánimo defienden
e&ta causa , que una vez han tomado entre
manos, i la defienden i sustentan con testimo-
nios evidentes i autoridad de la santa Escri-
tura. ¿Cómo no se mueve con este espectá-
culo tan triste? Si piensa que se le haze agra-
vio, ¿porqué no se acuerda de aquel tiempo,
cuando estando él sentado en su silla subli-
me , vendia por dineros el zielo a los hom-
bres? ¿Porqué no para mientes , que estando
él en aquella cumbre de soberbia i de es-
trema impiedad , le fué dada esta herida?
¿Porqué no pone los ojos i mira su vida i la
de los suyos , i todos sus hechos? ¿Cómo no
le pasa por el pensamiento, con cuan pestí-
feras i vergonzosas artes vienen casi todos /
ellos a estos grados de honor? ^¿Ignora por j^g
ventura que casi todos los Cardenales, o por
ambizion o por dádivas , o por fraude, o por
otras artes deste jaez no suban a este grado
de dignidad? Mas, ¿qué digo de los Cardena-
les , pues que ellos mesmos, habiendo atosi-
gado a otros, o porque han sido encomenda-
dos de sus hermanas i sobrinas , no tienen
I
232 INFORMiZIOTl
despoes vergüenza de llamarse aqui Vicarios
conatttaidos de Cristo, por beneGzio de Dios?
Si él qaisiese pensar en todas estas cosas o
siquiera alguna parte dellas , ¿do os pareze
creíble, qne este hombre podría remorderse
nn poco, i ser movido a aflojar al^ de su fu-
ria , i reconozer el justo joizio de Dtos? Hoi
bien estamos en la cuenta. El piensa que es-
tán frenéticm i menlecaplos todos los que
sienten algo en contra de le que él baze:
Mira cuan lejos está de reconozer su cnipa,
que ningona cosa trata ni delibera con ma-
yor vehemenzia , ni mas vezes , que de como
vengarse de los que asi sienten del. 1 para
que Gon menos trabajo suyo venga a alcanzar
loque pretende, baze sus amistades i ligas
con los Beyes , para que le sirvan en ello.
Esto mesmo es lo que signiGc¿ la Escritura
en aquel lugar donde pinta aquella gran Ra-
mera, mui adornada de oro, perlasi piedras
preziosas, vestida de púrpura i grana, con la
cual (dize que] fornican los Üeyes de la tier-
ra, la que dá de beber en sn cáliz de oro a
todo el mundo, de cuyo vino están emborra*
chados todos los pueblos en todas partes.
A LOS PRIKZIPES. 283
¿Esta no es una nuii hermosa i iniii clara
pintura? Los que andan enamorados métanse
en alguna servidumbre ,*i prueban ai|iiello, 139
que se trata en la Comedia, de como riñen
entre ellos i hazen las pazes , como dize Fe-
dría de la ramera Tbans, «Echóme fuera,ago»-
ra me torna a llamar, ¿volveré? no , aunque
me ruegue.»! tanto es mayor la servidumbre,
cuanto es mas hermosa i de mayor grazia la
dama a quien servimos i soHzitamos.
Si queremos agora tornar a traer a la me^
moría la historia del tiempo pasado, veremos
todas estas cosas, notadas en una breve pa-
labrilla, pero azertadisimamente, i oon gran-*
de propriedad i significazion. Porque desde
el tiempo que los Obispos de Roma han te*
nido el dominio sobre las Igle^os, pasó entre
ellos i los Emperadores, lo mesmo que suele
acaezer en los amores de una Ramera. Por-
que después de baber mendigado el señorío,
hechos poco a poco mas soberbios i esforza-
dos , adornábanse i vestimise con unos mui
magnificos tUulos, hasta que creziend^i cada
dia el fausto i la destemplanza, no tenia ya
en nada hollar la autoridad de los Empera-
S34 IMOBlfAZION
dores. Lo cual fué causa eolre ellos de mu-
cboB debates i diseneioaes. Estas, unas vezes
creziaa, otras aflojaban. Un tiempo estaban
dormidas i aaosegadas, otras, se tornaban a
levantar de nuevo muchas vexes, hasta que
a la fin esta hermosa i taimada Ramera,
compuesta i ataviada para zebar con engaño
a sus gayones, acababa de transformarles los
ánimos, conao lo que se escribe de la liechi-
zera Zirze, que con sus eucantamentos mu-
daba los hombres en bestias. Porque en su
frente está escrito , este nombre, Misterio.
jjA Aunque en todo cuanto hai cria'do , no hai
cosa mas fea, mas aborresible ui abominable
que ella, con todo eso tieue tan jentil i gala-
na aparenzia en lo de fuera, que van desala-
dos los Prinzipes i los Monarcas del mundo
a abrazada i a besarla.
Há sido este un consejo de Dios secreto i
[injinvestigoble a no8olro8,sollarle asi la rien-
da, i haberle dejado tan largo tiempo con
tanta soltura , i venir agora ala fin a descu-
brirnosla toda , i quitarle todos sus afeites i
máscara. ¿No es este un grandísimo miste-
rio? ¿Quien tal pensara jamás que el que se
A LOS PRI?Í»PKS. 23«^
profesa i se llama Vicario deCrislo, sea un
tan malvado i desesperadísimo tacaño? Pero
parad mientes un poco, i veréis la fuerza del
amor, i entenderéis sus artes. Cuando flore-
zia su juventud, su grazia i hermosura , i
que a todos parezía la cosa roas linda del
mundo , asió i enrredó de tal manera a sus
enamorados i gayones, que aun el dia de hoi
que ya está casi descubierta, i derretidas sus
colores, que ya tienen muchos asco i horror
de verla, no pueden aun dejar su conversa*
zion, los que han tenido de antes parte con
ella, ni pueden acabar consigo de desampa-
rarla. I según es astutísima: porque ya vee,
que se le há perdido mucho de su tez i her-
mosura i grazia , por eso agora trabaja de ^
conservarlos con presentes i con todos jéne- /
ros de mimos, regalos i servizios, i tenerlos
asidos i obligados con las menmas cosas ,
que antes alcanzó dedos con halagos i blan-
duras i otras artes de mondarias. Porque
agora ya pareze que se há algo abajado pa^ra 141
con los Reyes , el que solía ser el Señor de
todos ellos , azote i espantador terrible de
nuestras ánimas. La manera con que agora
236 ISFOBHAZIOH
prozede es, poner graves acusaziones , i for-
jar caluninias para ioltimar i herir a sua
contrarios: adórnase arlifiíiosameote con los
lítalos de Iglesia, de la SedeftomaQa, de los
Consilies. i de los antiguos Padres: renueva
la memoriade los tiempos pasados, i muestra
con cuanto estudio ban defendido siempre i
han conservado, i amplificado Ins Emperado-
res Romanos la sede Apostólica i dignidad
del PoRtifize. Con este titulo les jñde su ayu-
da i favor , habiéndoles también a vudtas
menzion, como que viene a propósilo, del ju-
ramento solemne que le bizieroD. 1 para ve-
nir a alcanzar mas faeilnieote lo que pide ,
házeles todos los regalos i plazeres qoe pue-
de, i promételes que no babrá cosa que no
haga por amor dellos.
En sus Decretos está con^ituido, que nio-
guo Prinzipe oni^uiera quesea, se tome la
facultad de poder ceaferir ningún benefizio
ni ofizio Eclesiástico a nadie, 1 excomulga a
los que hazen contra esto, asi a los que resi-
ben, como a los que das. También conlie-
nen:QuelosEdesiasticos sean Ubres i exeinp-
tos de todas cargas i subsidios póblicos , ■
A LOS PRINZIPES. 257
que en toda tranquilidad usen i ^ozen de sus
rentas. Por estos tales i otros semejantes De-
cretos se levantaron muchas contenziones i
pleitos i aun algunas vezes guerras entre él
i los Emperadores, como lo testiGcan las his-
torias. Pero ya el dia de hoi se acomoda a
los tiempos : muchas cosas dá^liberalmente 142
a los Reyes, permíteles qu'ellos den Obispa-
dos i semejantes cosas a quien quisieren »
conzedeles que puedan llevar los diezmos, i
echar otros subsidios de cosas mayores a los
Eclesiásticos de sus tierras, cuando han me*
nester dineros, dales la que ellos llaman Cru*
zada que es una hermosísima i zerlisima in-*
Yeozion para hazer oro. Con tales halago»
^os zeba i se los tiene tan en el puño , [que
todas las vezes , que ellos hazen alguna' liga
o confederazion, o conzierto de pazes, siem-
pre lo comprenden a él i a la sede Romana, i
juran alli]todos,qne por todas las vias 'posi-
bles defenderán su dignidad i grandeza.¿Que
mas? sino que ya se mete en su seno dellos ,
por haber su amistad: casa a sus hijos, i a
sus sobrinos i sobrinas, con hijos i parientes
de los Reyes i Emperadores. Si sabe que en
i
238 iNFORXAZio:(
sus Cortes hai atgun hombre prínzipal , que
priva i gobierna, luego lo gana , engraode-
ziendo sus hijos í parientes con honrras, <lás-
doles Obispados o Capelos. No há menester
ijt mas que tener contentos a estos. Porque
entre lanío que está en grazia i buena volun-
tad de aquellos que son priredos de los fie-
yes , no tiene de que temerse, i fuzilmeate se
asegura que los tales no consentirán cosa en
perjuizio de la que ellos llaman dignidad
Eclesiástica. Antes están tan bien con ellos
los Monarcas, tanto qne muchas vezes hazen
guerra por amor del, contra algún Priozipe ,
o alguna ziudad, lo cual hemos visto en estos
nuestros tiempos. I por esto tiene sus perpe-
tuos i ordinarios nunzios en las Cortes de los
143 Reyes, que*conozcan ,espien , oigan, vean,
tienten i prueben todas las cosas. También
los Beyes por otra parte tienen sns Embaja-
dores en su corte del. Porque cada uno tra-
baja detenerlo mui contento i amigo, i guar-
danse cuanto pueden de no ofenderlo en al-
go. En todos estos negozios, él.que sabe muí
bien representar su personaje, es cosa mara-
villosa , cuan bien lo sabe todo encaminar
A LOS PRIN21PES. 239
para sus protechos^i traer el agtta a sa mo^
lino. Aunque la perpetua costumbre i pláti-
ca dellos, es tener a los Prinzipes perpetua-
mente en disensión, i traer siempre vivo este
fuegOy i tramar guerras entre los Reyes: pe-
ro agora pareze que los querría reconziliar»
si pudiese. Has no por otra ninguna causa,
sino para poderlos juntar a todos contra sus
adversarios. Porque si él supiese de zierto,
que esta esperanza le engaña , i que los Re-
yes nunca se juntarán para hazer tal guerra,
no hai que dudar , sino que él trabajaría
cuanto pudiese , no menos que sus antezeso-
res han hecho, i proveería por todas las vias
que pudiese , como fuesen larguisimas las
guerras i aun perpetuas si fuese posible.
Los años pasados era cosa difizilima i llena
de grandes molestias alcanzar del un Capelo.
No solamente era menester para ello un pozo
de oro, sino también negoziazion , i ruegos
de los Reyes. Pero ya agora, ¡que de ellos
venios en las Cortes I El estatuto del Conzilio
de Basilea manda, que no haya mas de vein-
te i cuatro Cardenales , i desto dá dos causas
prinzipales. La primera, porque no sea* de- 144
r
240 IMiORHAZION
maBÍadameale cargada la Iglesia. Esto cúmo
se baya <le enlender, ellos se lo sabea. La
segunda, porque babiendo mas, i baziendose
sin para qué a cada paso nnevos , iio venga
a ser tenida en poco esta dignidad tan subli-
me, i no pierda este orden su resplandor con
la mucbediimlire. Aunque todavía está aña-
dido mas abajo : que se puedan hazer mas ,
habiendo nezesidad urjente, i requiriendolo
el tiempo. I esta poi- ventura es la c-ausa ,
porque el dia de hoí baya lan grande núme-
ro dellos, i que do se tenga cuenta con la
edad. Lo cual repugna totalmente al Esta-
tuto que habenios dicho. Claro está que si
Paulo terzio no viese que su Iglesia está va-
zilando, i que del primer encuentro la bao
ya sacado de quizios, no metiera en esteCo-
lejio de los Padres a los Fernesios manzebos,
nietos suyos: algo empero se há de conzeder
al parentesco , i al alecto natural.
Veamos ¿de que sirve que haya Cardenales
en las Cortes de los Reyes? ¿No están jura-
mentados i obligados por mil vías al Ponli-
fize Romano? Si por zíerto. i con harta so-
lemnidad. ¿No han hecho también su jura-
A LO&^RINZIPBS 241
menlo a los Reyes, en cuyas G«>rtes viven í
en cayos consejos entran? No hai qtie dudar.
Pues ¿como es posible» que Mean fieks i lea*
les a entramlHMt Saben bien el arte, de que
deben viar» aunque a otros sea cosa diflzili^
tna. Finalmente estoes zertisimo , que son
sumamente provechosos al Pontiflce, mayor-
mente en el estado en que agora están las
cosas, en el cual no puede pasarse sin el pre-
sidio i favor de los Reyes , a los cuales se les
há hecho yantan familiar i tan de casa, que ^^^
todas las vezes que después de muerto él ,
se há de elejir otro nuevo, están con el ma»>
yor cuidado i temor del mundo , no elijan
alguno que no les sea tan amigo como el
pasado que murió. Para esto pueden ayudar
grandemente sus revendisimas Señorías de
los Cardenales. Luego como es venidii la nue^
va de la muerte del Papa, válame Dios, qué
de caballos ^ i qué de hombres es menester
que suden: veréis llenos tos caminos de Em*'
bajadores i correos, que despachan los Reyes
cada uno por m parte» Tornan a los Carde*
nales , s^(»^Bnlos , solizitanlos , haaenles
promesas, danles préselas, olreieides oon-
16
242 INFOBMAZtON
diziones, i otras mil intelíjenzias para (\ue
favorezcan a so parzialidad. Instruidos desta
manera i sobornados los Senadores , se en-
traa en el que llaman su Conclave. Entre
tanto los pobres enamorados, los Reyes digo
i los Monarcas, están colgados,dudosos, entre
esperanza i miedo. Sale después a quien han
elejido por Papa. Alli veréis a unos saltar
de plazer, i a otros estar mustios siu poder
disimular la tristeza. Pero sale después una
far^a barto de ver , que se büze entre los
inesmos competidores , cuando cada cual
dellos despliega! tiende todas las velas, para
ganar el primer tugar con la señora nueva
Ramera, cuando el uno trabaja por llevarse
todos los favores, i pretende quitarlos al otro.
Desto bemos visto en nuestra edad un ber-
mosisimo ejemplo. Finalmente procuran en
todas maneras de gratificarle i servirle, tan-
..f, to que algunas vezes por mostrarse muí 'su-
yos, no hazen dificultad uiuguna de ofrezer-
le UD sacrilizío sangriento hecho todo de
sangre i zeniza de fieles Cristianos. ¿No veis
agora cuan propiamente i con cuan evidente
significazion faá comprendido la Escritura
▲ LOS PRINZIPES. H?i
toda este feria con sus trapazas i negozíazío-
nes en sola una palabra, Uatnandola fornica*
zion? ¿Pudiera dársele nombre masazertndo,
ni decirse cosa mas apropiada? Demás deque
ya se los tiene de otro tiempo antes obliga*
dos por la fidelidad que le han jurado, toda-
vía agora con ligas, con matrimonios, i con
amplisimas promesas , los allega tan estre^
chámente a si, que mas no puede ser.
Esta es aquella pintura, que digo que está
debujada en la sagrada Escritura en el Apo*
calipsi capitulo diez i siete 1 diez i ocho, la
cual cuando los pios la veen , no hai duda
sino que se turban mucho (como arriba h&-
mos dicho] pero cuando la han acabado de
mirar toda, le hallan a la fin una mudanza
admirable , i un fin desastradísimo. Porque /
también veen pintado en la mesma tabla ,
como aquella grandj Babilonia , aquella
bestia Romana, cuando hubiere llegado a lo
sumo d3 la impiedad , dará súbitamente su
caida derribándola Dios: veen como los Re-
yes sus enamorados remordiéndose atónitos
i fuera de si de ver una tan grande , i tan
repentina calamidad i estrago, estarán sobre-
i«
244 IKPORHAZlOn
manera temblando í do le podrán ayudar :
veen qne los mercaderes, que cuando aquella
Bamera Aorezia , tenían della grandes ga-
{.',7 uanziae, harán grau llanto, i lemán gran*(li>
sima tristeza , viéndose tolalroeote privados
de todos los medios i maneras ¿e allegar i
sacar dineros. ¿Que mudanza de cosas es es-
tá? ¿Quien pensara jamas , que bá de venir
esto algún dia? A esto zierlamenle se ende-
reza eslapartede la prorezía,[has]ta que los
pios se zertiHqueni estén fírmes en esto, que
aunque veen armado al Papa i defender su
impiedad i blasfemias, c«n los favores í ayu-
da de los Iteyes, pero qui; a la fin no le baa
lie apro\(.tiiiii- níiila linhis estas cosas. Por-
que há di' I iici , i wi)'' sei'á parte para li-
tirarle des t a ilesiiiiizion , ipie tiene dentin-
ziada la Escritura, la cual no puede engañar
ni faltar.
Parió el Bei de los Persas sacaba una in-
finita multitud de hombres contra Alejandro
Magno, que peleaba con mui menor ejérzito:
pero siendo herido dél tres vezes i desbara-
tado, a la fin vino a ser muerto , t nadie le
|)ad« escapar de las mapos de aquel animoso
A LOS PRlNZIPfiS. 245
i fuerte guerreador Alejandro, que lo perse-
guia, sin dejarle resollar. Lo cual todo habia
claramente profetizado Daniel: luego no du-
daremos tampoco nada de la caída de nuestro
tirano. I no hai otro ninguno que él, en quien
pensemos que cuadran todas estas cosas.
Pero siendo asi en efecto, que ningunojamás
há tiranizado mas cruelmente que él, empe-
ro hános hecho este bien , que se há de tal
manera en toda su doctrina , en su vida i
costumbres, que estas profezias, que prime-
ro estaban escuras i dudosas , las podemos
ya entender claramente , i con zertinidad.
¿Que diremos a * esto? ¿No cumplió Dios lo t48
que habia prometido? ¿No florezió este hom-
bre mas que ningún Sátrapa ni Tirano? ¿No
parezia totalmente invinzible su grandeza?
Ninguno zierto lo negará. Pues aquel mesmo
Señor del mundo ¿no há ya comenzado a sen-
tir la fuerza de su contrario? ¿No os pareze,
que de pocos años acá se le ftá diminuido i
debilitado su potenzia? Está claro. Pero de
que manera,veamos:¿Ha sido coni lanzas i es-
padas : há sido por fuerza de armas i arti-
llería de guerra? No ni por pensamiento, sino
/
^
346 INFORHAZION
con sola la predicazion déla palabra de Dios.
Esle no es tin milagro grandísimo? ¿Que lia-
lian enlre tanto los Reyes i Monarcas? Al
prinzlpio ainotiiiaronse, i alborotábanse bra-
vamente , i ni aun hoi en día aflojan su ira :
bizieroD por amor del todo aquello que de
buena gana baria un manzebo por una moza,
de quien estuviese enamorado , viéndola en
peligro. I en el entretanto, ¿que baien aque-
llos mercaderes de quien haze meuzion la
Escritura, i quien son estos? Zierto son toda
la compaña i cuadrilla de los criados del
Papa, i que viven con él, i traen en la frente
el carácter i la marca déla bestia, que tienen
ziertos grandes privilejios, mas que los otros
hombres. Están parados todos atónitos , es-
pantados de ver qué rayos son estos , qué
tempestad, i qué torbellinos, lloran su mise-
ria i su pobresa , que habiendo tenido antes
una vendeja i feria abundantísima, i que de
todas cosas sacaban gananzias i dineros a
montones; i agora privados ya de lodo aque-
yg lio, no les queda 'medio ni remedio ninguno
de tornar a recobrarlo que han perdido.
Ya tampoco aquella fuerza i presidio en
A eos PRINZIPBS. 247
que casi solamente estriba este Romano Se^
ñor, no le há sido tan firme como él quisie-
ra. Defendiéronlo al prinzipio todos los Re-
yes juntos, i con tan grande hervor, que pa-
rezia que no habría cosa que no' emprendie.
sen por amor del. Agora y» algunos dellos
han faltadoyí persiguen reziamente al que en
otro tiempo defendieron. ¿Quien quita que no
sea posible » que- también los otros , puesta
que no lo dejen del todo, a lo menos que no
le den tanta fé ni autoridad , como hasta
aquí le han dado, mayormente sabiendo^llos
ya del muchas cosas, las cuales no disimula^
rían, ni las dejarían pasar , si también no les
veniese dellas mui gran provecho i g^nan-^
zias? I aunque vee todas estas cosas delante
de sí, no por eso deja de granjear mui segu-
ro, i está tan embriagado en su felízidad que
no recoHoze ningún error , ninguna maldad,
ni ninguna culpa: solamente piensa en como
defenderá esta majestad, en que se halla, i
como recobre la dignidad que há perdido.
No quiere que se conozca lejitimamente de la
controversia que se trata. Porque espera
que entre tanto que cou la diversidad de la
348 INFORMAZION
RelijioQ, i de opiniones, se van azedando los
ánimos de los hombres, se levantará alguna
guerra zivil en Alemania , con que toda se
arda i se destruya. Porque él tiene este por
150 el mas zierto i mas^saludable remedio, que
los Alemanes mesmos se destruyan unos a
otros t i que Alemania se mate con sus pro-
prias manos. I porque la vee dividida en
parzialidades » páresele que con cualquiera
liviana ayuda, la puede rempujar, para que
caiga toda. Por tanto insiste i pone todo su
estudio solamente en que se aseden, i se en-
conen mas los ánimos de todos, no zierto con
otra intensión, sino porque se venga a las
manos. Porque vee que tiene que hazer ,
con unos enemigos vijílantisimos, i mui fuer-
tes, no hai duda sino que antes tentará to-
das las cosas , que dejarse asi morir vergon-
zosamente. Si una vez se enziendela guerra,
tiene por mui zierto que la otra parte podrá
ser oprimida: i todo el tiempo que está ro-
deado de las ayudas de los Reyes , no duda
nada de la victoria. Por tanto no baze sino
juntar mucho dinero : envía sus contadores
i recaudadores por todas las Provinzias, que
A LOS PBI^'ZIPES. 249
tralea i ejerziten su mercadería con una ar-
dentísima avarixia , como ya algunas vezes
la ejerziló en la nuestra , no sin grandísima
afrenta i daño nuestro: i aquel dinero que so
espezie de Relijion con fraude i matas artes,
há saleado de nuestras bolsas, piensa usar del
para nuestra destruizion í ruina. El que le
ba mostrado este atajo , es el mesmo que
siempre bá sido rejidor de sus consejos.
Leemos en las bístorias , i cuando no hu-
biese historia ninguna , la mesma razón lo
enseña i la experienzia nos lo muestra , que
muchas vezes grandes reinos i ziudades muí
poderosas i mui prósperas, se han perdido 151
i destruido todas, por guerras ziviles. Sola
Grezia dio desto una gran demostrazion al
mundo , cuando tenían guerra entre si Ate.
ñas, Lazedemonia, Corintio, Corzira , i mu-
chas otras Ziudades. En el tiempo que anda-
ba en aquellas competenzias ton grandes
Julio Zesar i Pompeyo, estaban tan debilita-
das i tan quebrantadas las fuerzas del Impe-
rio Romano, que si saliera entonzes alguno
de través a acometerles, ganara una señalada
victoria. Después que se pasó el Imperio de
/
350 IHFOIIMAZIO»
Oriente al Oczidente (como arriba hemos df-
cho) i de UDo que era, se hizicroD dos , cada
dia fué mas i mas de caída. Aquella Ualia ,
que en otro tiempo era señora del mundo, i
conquistadora de los otros Reinos, ¿como no
representa agora nada de aquella su antigua
niajestad?¿Porqiie há perdido su hermosura i
todo su lustre? ¿Porque la desuellan i despe-
dazan tan miserablerneute Naziones extrañas.
Alemanes , Franzeses i Españoles? ¿No eslá
claro que Sus parzialidades i sos bandos le
han traído a esta calamidad en que está? No
ignora estas cosas todas este Prinzipe de Eu-
ropa, i está con el ojo tan largo , para poder
hazer lo mesmo entre nosotros. I no estAi muí
fuera de camino, ni há perdido su esperanza.
Porque vee que ya hemos comenzado a dar-
nos buena maña, para lo que ¿1 pretende, ya
^ no trabaja , ni desea otra cosa, sino que eu
^^ esto prosigamos , para poder hartar la sed
^^k que tiene de nuestra sangre. Todo el tiempo
^^^ quej Alemania tuvo paz i empleó todas sus
^H ]52 fucnisse" ayudarla República * del Imperio,
^^ft podia fazilmente dársele mui poco por todas
^^^L las Naziones extrañas. Pero después que la
i
A LOS PRINZIPES. 251
diversidad de lafRelijion , mudó las volunta-
des de los hombres, comenzó también la Re-
pública a enfermar i a enfiaquezerse. Cada
uno mira solamente a su propio provecho, í
no piensa sino en como se podrá sostener i
defenderse de sos vezinos. Habiendo hallado
el Papa tan buena coyuntura, sábese aprove-
char della, levanta alborotos i encruelezese,
usando de todo jenero de persecuziones i
zierra la puerta a toda esperanza de enmien-
da, para ofender tanto mas reziamente a sus
contraríos. A la otra parte, que en su parzia-
lidad entretiene en snbjezion, con dones i mui
grandes promesas, para que no se le salgan,
teniendo siempre este intento de trabarnos
en guerra unos contra otros. Lo cual si vi-
niese a ser ansi, entonzes él, como quien vie-
ne a meter paz, nos vernia a visitar, i a ba-
rajar nuestro pleito , acompañado de Nazio-
nes extrañas , que há mucho que no desean
otra cosa, sino poder dar alguna muestra de
su esfuerzo i valentía en Alemania , como
veen que nosotros la dimos en sus tierras
muchos años há.
Es un proverbio mui comunmente usado,
S52 INFORHAZIOK
que cuaDilo una cosa há subido a la cumbre,
entonzes para allí, i después poco a poco va
abajando. Fueron en tiempos pasados los
Alemanes una jente muí ruda i salvaje: ca-
rezja de todas letras, solamente se ocupabaD
en guerras i en caza, i en aquellas cosas que
sirven para aGrmar i hazer robusta la fuerza
153 "del cuerpo, i para bazer el ánimo mas cons-
tante , i no nada temeroso en acometer los
peligros. Muchos tiempos después se pasu, a
ellos la dignidad del Imperio, i con esta oca-
sión eslonzes hizieronse mas polidos. Mas
cuando ordenó Dios introduzir de propósito
esta tan alegre mudanza de las cosas, i mos-
trarnos los rayos de su buena voluntad, co-
mo de un clarísimo sol , fué hallado entre
nosotros este arlifizio tan señalado i digno
de toda alabanza, de imprimir libros. Tuvo
Grezia en tiempos pasados abundanzia de
exzelentisimos injenios: semejantemente Ita-
lia: pero nunca penetraron hasta esto. Los
hombres de 'nuestra nazion fueron los que
primero lo inventaron , no sin eficaz i muí
zierto beneGzio de Dios. La cual cosa como
en efecto traía una increíble comodidad a los
A LOS miNziPEs. 253
que eran afizionados a las letras i artes, des-
pertáronse todos al conoziiniento dellas, i co-
menzaron poco a poco los hombres, a saber
algo mas en las letras, de lo qne habían sa-
bido antes. Porque no es cosa que ignoran
prinzi pálmente los viejos, cuan indoctamen-
te i sin conzierto , con cuanta escuridad, i
cuan mal se trataban todas las artes en el
tiempo dellos. x>Ias después que esle socorro
tan grande remanezió en Alemania , comen-
zaron poco a poco, a enseñarse mas docta-
mente las artes, foérestitnidaaluso la anti-
gua i pura lengua Latina. También muchos
se daban ya a la Griega, i a otras lenguas.
Era grande por extremo la cobdizia de todos:
no había ninguno que no desease saber las
cosas mas perfectamente. I era cosa gusto-
sisima de ver un fervor i una dili^jenzia tan 154
grande, asi en los diszipnlos , como en los
maestros. Por la cual causa Alemania , que
primero habia sido tan inculta i tan ruda ,
en mui poco espazio de tiempo vino a tener
hombres tan doctos, que no daba ya ventaja
a nazíon ninguna. Después que tornaron a
nazer las zienzias , i salida esta lumbre de
r
254 IXFORHAZIOK
mejor doclrins, qae fué como on mensajero
de alguna señalada mudanza , que había de
venir, vino luego aquel resplandor del clarí-
simo sol , que fué la predicazion del Evanje-
lio , i en esla adminislrazioo , se hubieroa
con lanía destreza los bombres de nuestra
nazion, siendo instruidos como lo estaban de
todas las cosas nezesarías para él , i usaron
de tan gran dilijenzia, que redujeron la Teo-
lojia que en aquellas jeuersles linieblas , i
opresión de buenas artes,babia sido contami-
nada i escurezida, a su propia , natural i an-
ti^'ua hermosura. De manera qne hemos de
tener por cosa zerlisima , i confesarla por
tal, haber puesto Dios con grande clemenzia
i alizion paternal sus ojos sobre nosotros. I
asi tengo por averiguado, que jamás estuvo
Alemania colocada en tan ilustre i sublime
estado , como agora lo está.
Siendo esto asi, aunque viviésemos en una
grandisima paz, i no se descubriese zentella
ninguna de competenzia ni disensión entre
Dosolros , todavía debíamos de temer i pro-
veer, como no nos acaeziese lo mesmo que
casi acaeze siempre en las cosas humanas, i
K LOS PRINZIPBS. 255
hemos visto acaezer a las oCras jeates , que
eSy que estando puestos eo sumo grade,* no 155
vengamos a dar una gran caida. Pero agera
que en esta prosperidad se han levantado
unas contenziones i querellas mui ásperas
entre nosotros,¿que es lo que debemos temer,
o qué podemos esperar de aqui , sino que
Dios que há derramado sobre nosotros tan
liberalmente todos sus bienes, nos maltrate i
aDija por nuestra ingratitud? Mas ¡o miseria
i calamidad grande! Estamos todos en disen-
siones i en odios mas que mortales , toma-
mos unas enemistades cruelisimas unos con-
tra otros, i todos hombres de una Provinzia
i de una Relijion i hijos de una misma tierra
i patria: i todo esto por amor de aquel mes-
mo que antes de agora i siempre ha burlado
estrañamente, i engañado de mil maneras a
Alemania: i ni agora tampoco es posible, que
la pueda querer bien, antes la querría ver
asolada, i no desea cosa mas , que verla na-
dar en sangre zivil de todos nosotros. Él
fue, digo, el Papa, el que oprimió i destruyó
la verdadera doctrina del Evanjelio, la cual
agora después que há recobrado fuerzas i há
r
k
356 INPORMAZtOIt
tornado a resplandezer otra vez, hé aquí el
mando se hiiode cod alborotos i se abrasa
con odios i malas vnliintadea. Verdad es
qae la Escrilura nos tiene avisado , que ha^
brá todas estas disensiones. Porque «empre
tendrá enemigos la verdad del Evaojelio.
Pero tanto m<Hs nos debemos guardar noso-
tros de no ser de ellos , sino antes trabajar
de reconozer i rezebir con loda reverenzia
aquellos tan admirables i eXzelentes dones
156 de Díos/Todofl sabemos, en cuanta majestad
i venerazion de todos los hombres, bá vivido
algunos siglos el PontiSee Bomano: pero ya
agora, vemos do solamente ser diminnída su
potenzia , pero aun también su estima estar
mui caida i quebrantada, sin ninguna fuerzH
de armas. ¿Porque.veamos, no nos mneve este
espectaculn? ¿porque no pensamos «n que
Dios DOS bá declarado por sus Profetas esta
sa caida i destruiíion? ConGesan bien algu-
nos de nuestros adversarios , i vienealo a
confesar agora, cuando ya nose puede negar,
que muchas cosas han sido introduzidas de
los Ponlifizes Romanos, que requieren refor-
naazi<Hi , otras que del todo debrían abroga r
ALOS PRINZIPBS. Zúé
se. No hubo hombre que pudiese los anos
pasados sacar dellos esta coofesioo, agora ya
lo coDozen. Lo cual» agora lo hagan por a$--
luzía o engaño I o senzillamente i de veras ,
querría empero saber dellos, si con el tiem-
po han venido a entender mejor las cosas: i
si veen agora mas de lo que vieron basta
aqui,¿porqué,veamos,no pensarán que puede
ser que habrá otras muchas , que ellos aun
no veen , i que sean claramente vistas de
otros? Mayormente cuando tantas vezes se
repite ya esto: que del Pontiíize , el cual há
querido que le tuviesen por Dios en la tierra,
Ii04)ueden salir sino impiedades i blasfemias.
¿Porqué pues no se apartan del? mas antes
¿porqué, por hazerle a él plazer, intentan una
cosa tan triste , tan lamentable , i mortal
contra sus vezinos i compañeros i colegas
de un mesmo natural i patria , í aun pro-
'^pios parientes i de una misma sangre? Si 157
pecan por ignoranzia en una tan gran luz
de verdad, no tienen escusa : si por obstina*
zion i odio , por zierto que es de llorar «1
«stado de Alemania.
Agora há majs de veinte años: {O grande
17
258 1>F0RMAZI0N
Dios , cuanlo mayor esperanza , Pi-inzipes
ilustrisimos , dieron vuestras cxzelenzias al
muDÚo , de qne habría alguna enmienda ,
cuando recojieron en ziertos Gapilulos las
cosas que entonzes les parezian totalmente
intolerable en el Beino del Papa, í después
lo presentaron por escrito a su Legado en
una Dieta pública del Imperio! ¿Porque no
tuvieron la inesma constanzia ocho años
después en Augusta? Estaban todos e^tperan-
do con grandísima atenzion i deseo, alguna
cosa buena de aquella Dieta. Pero tan lejos
estuvo la cosa de enmendarse un solo punto,
qne aun aquellos que no suelen traer para
sus disputas , sino violenzia i autoridad hu-
mana, lo primero que dijeron , fué que te-
man propuesto de no querer mudar nada, dí
innovar cosa ninguna de las que hasta alli se
habían guardado en el reiuo del PontiBze.
Este disparate tan grande i esta palabra tan
desesperada i tan triste, sacaron alli a plaza,
i dijeron vuestros Teólogos i Jurisconsultos.
Si lo hizieron sin mandado vuestro i como
de suyo, (le doler es por zíerto , que en uoa
cosa de tanta importanzia i tan ardua se to-
X LOS PRINZIPES. 259
XüQn particularnlente tan grande lizcnzia.
Si fué dicho por vuestro mandado, ya veen
vuestras exzelenzias mesmas , cuanto haya
dejenerado este su hecho , de aquella pru-
denzia i jenerosidad de ánimo » que mostra-
ron en aquel tiempo, *cuando pidieron que 150
se quitasen los intolerables abusos , que se-
rian n jmero de a»ento, que manifestaron , i
respondieron juntamente al Legado del Papa,
que no podían hazer ninguna cosa contra
Lulero , visto que se tenÍB por zierto , que
había descubierto muchos errores que no se
podían disimular. A vuestras exzelenziat$ su-
plico , que se tornen a acordar de aquel
tiempo, i consideren cuan iliislre fué aquella
su confesión que entonze^ hizieron.^Juedará
ella siempre escrita en perpetua memoria, i
ninguna vejez la hará olvidar. Miren i con- 9
sirleren bien de zerca, qué cosas son aque-
llas que entonzes pidieron al Pontifize, que o
las corrijiese o las quitase del todo. SI se
mira bien en ellas , hallareis que manaron
de la propia tienda de aquellos, que el Espí-
ritu Santo, que es mostrador de la verdad ,
pinta mui hermosamente , diziendo que son
/
S60 UFOIHAZIOS
ejerzitadisimos en todo jenero de rapiña, que
sus ojos SOD testigos de su garande concnpis-
zeuzía i avarizia, i que después de haber me-
tido a los hombres en error , se los tragan.
¿Porque, pues,qu¡sieron vuestras cxzelrazias,
que se enmendasen aquellas cosas, o que se
quitasen totalmente, sino porqoe habiendo
sido inventadas de los Romanistas con toda
astuzia , traizion i avarizia, los despojaban
i les consumían sqs haziendas i las de sus
subditos i pueblos , i les tenian ligados en
una mui grande servidambre? ¿No Toé esta
la causa de vuestra queja? Si fu¿ por zíerto.
Habiendo pues sido Lulero el primero de
todos , que les avisó dello , como vuestras
159 *Exzelenzias no lo niegan, ¿como agora vuel^
tos en odio contra él, es defendido dellos el
:^k Pontifize, que tan gravemente les bá aflijido
^^^L i burlado?
^^^k Si piensan , que se pudiera sufrir Lulero,
^^^^ si se coolenlára con esta manera de repren-
^^^^^ sioQ de vizios , pero que agora, pues que se
^^^^H há desmandado mucho mas, les pareze que
^^^^^ se debe bazer otra cuenta.; no escusa esto
^^^P nada vuestra dilazion i tardanza , pues que
m
A LOS PRIIKZIPBS. 261
aquellas cosas de que él les avisó , i que
vuestras Exzelenzias juzgaron que hablan
sido mni bien notadas i descubiertas del, no
las han enmendado hasta hoi. Pero conzeda-
mosles esto, que con razón les parezca mal
aquel apresuramiento , aquel aguijar tan
adelante , que Lutero há Hoyado i que haya
discurrido tan lejos : vengamos a la mesma
cosa , que es , a los artículos que publica-
mente i mui de veras pedistes al Pontifize
que los mitigase i quitase del todo. Zierto lo
que arriba habernos dicho , es verdad , que
todas aquellas cosas son en sí tan abomina-
bles i tan feas » tan llenas de fausto , ambi-
zion, avarizia, desvergüenza, i tan llenas de
robo manifiesto; que no pudieron ni aun solo
pensarse sin gran maldad , no pudieron ser
ordenadas ni mandadas de ninguno, sino de
aquel mesmo que profetizó Daniel, i después
del san Pablo, que habia de tener suma tira-
nía en el templo de Dios. Porque si de antes
él no hubiera quitado toda la verdadera Re-
lijion i destmido la verdadera doctrina, nun-
ca se atreviera a ponernos delante i mandar-
nos cosas tan abominables, i tan manifiesta-
3<>2 INFOBMAZIO.N
1(fO mente , no solo iin'pias , pero lambien ridí'
cuUs. Filé le cosa miií fazil salir cou lotlo ,
porque después de embaídos una vez los áai-
nios, i embebidos en aquella inipia doclri-
na , pudo sin dificultad persuadir i hazer
creer i mandanios cuanlo quiso. Estos, estos
zierto,son los fruto» de aquella doctrina que
él bá ínlro4uzidocoDtra el mandamiento de
Dios, por sa propio provecho i ganaozía, i
por establezer sn dignidad i bonor. La cual
doctrina si agora uo buliiera sido combatida
i contradicha con testimonios i autoridad
déla sagrada Escritura, ¿hasta dónde pieusan
vuestras Exzelenzias, que llegara este hom-
bre? Es cosa insaziable el avarizia, la ambt-
aion tampoco sufre que se le eche freno ,
mayormente cuando his cosas suzeden a su
»peU(o. Por manera que el término, que él
pusiera :i su inmensa cobdizia i ambíziou,
ese mesmo fuera el de su mandar i ordenar
cada dia cosas nuevas. Agora pues, si pue-
den dijerir tantas injurias i afrentas como
les ha hecho, i las quieren interpretar blan-
damente, no se que me dczir de tal pazicn-
£iu. Miren bien vuestras Exzelenzias no sea
A LOS P&INZIPES. 2C3
eslo mas aioa una gran flojedad, que uiode-
razion o templanza. Porque conviene consi-
derar no solamente estos sus mandamientos
i decretos, que habernos dicho , pero pensar
también qué es lo que antes les prezedió , i
como primero destruyó todas las cosas, que
viniese a parar en esta desvergüenza i furor.
También se debe pensar , qué es lo que mas
hiziera, sino hubieran sido divinamente des-
cubiertas sus artes i bellaquerías. I sobre
todo se ha de considerar, que esta su avari-
zia i rapazidad ues^ha sido puesto delante 161
de los ojos en los escritos de les Profetas i
de los Apostóles, i que por eso agora, ya que
está descubierto , se debe en todas maneras
abominar i huir su compañía. También se
há de tener esto por una cosa resoluta i zier-
ta , que no se puede ya esperar del ninguna
cosa pia, santa, honesta, saludable, ni digna
de loor. Há emborrachado a todo el mundo
con aquel su ponzoñoso i suzio cáliz , mas
eficaz que el de la hechizera Zirze : a toda
la Europa há zegado i quitado el juizio, há
instituido puras idolatrías , siendo él mesmo
mucho mas Epicúreo que Idólatra, haziendo
364 ntroRHAZioK
burla de toda RelijioD , i asarpáodose la
hoDira que a solo Dios se debe.
Por estas causas, agora lo oprime Dios,
lo aOije, lo hiere , lo azota , lo desasosiega ,
no como a un David, ni a un Job, ni a seme-
jantes, cuyas afliziones i pazienzías nos han
quedado por perpetuo dechado i ejemplo ,
sino como a Faraón , i otras semejantes pes-
tüenzias, que han destruido la tierra. ¿Que-
reíslo ver? Sé que, él no sospira , no dá je-
midos a Dios, para qne se aplaque su ira,
i que le dé corazón deseoso de enmienda,
sino que quedándose todavía en su hincha-
zón fiero i lleno de Fausto , soberbia i cruel-
dad, i en sus riquezas malvadamente adqui-
ridas, i muí rodeado con el amistad i nvuda
de los Beyes , como él piensa , vive en gran
1^^ segundad. Porque todas las calaniida«Ies que
^^^ hoí en día hai en el mundo , i los trabajos
^^^^L qne pasamos, piensa él que manan todos des-
^^^^k ta fuente, de que los hombres nu reconozen
^^^^ft J62 ni acatan con la reve*renzia , que debrían ,
^^^^H su Majestad, su santidad, i beatitud : bella-
^^^^K quería snya, ni impiedad, no las reconoze ni
I
A LOS PRIRZYPES. 265
les, afirma cod mui grande atrevimiento que
es, porque aquella su doctrina, o no la quie-
ren rezebir los hombres , o que habiéndola
rezebido, tienen hastio della» i ñola quieren
honrrar con pías costumbres, i que por eso
nos envia Dios todos estos azotes. ¿Qué di-
remos a esto? ¿Tal ejemplo de una obstina-
zion tan monstruosa hállase en ninguna his-
toria ni memoria de hombres? A vosotros lla-
mo, a vosotros lo digo, Prinzipes, pues que
sabéis mui bien que todas las vezes, que en
jeneral o en particular os escribe algo, o oslo
envia a dezir, siempre es a este tono. Entre
vosotros los que no habéis admitido aun en
vuestras tierras esta saludable doctrina, algu-
nos estáis pendientes de vuestros doctores ,
hombres por extremo endurezidos, no quiero
dezir peor , los cuales no hazen siuo poner
en las nubes contra toda razón i justizia ,
a aquel Tirano destruidor. I es una cosa esta
tanto mas detestable , cuanto mas i con ma-
yor pertinazia lo hazen contra sus proprias
conszienzias, aquellos mayormente que son
i quieren ser tenidos por mas letrados que
Jos otros. Por tanto querría yo agora que
ZbC INFORtlAZlDN
me dijesen estos mesmos , si esla lan grande
i tan divina potestad que sobre todo lo hu-
mano linjen, ¿si le es a él propia, i particular,
o noT Si se le debe a él solo ¿porque sus an-
tepasados los Obispos de Boma que bubo
luego después del tiempo de los Apostóles ,
165 no se la atrí'buyeron asi? O si se la atribu-
yeron, díganme, si fué tan ilustre i tan gran-
de , no solamente de palabras i aparenzia ,
sino en efecto? Pero si consta claramente , i
ellos no lo pueden negar, que los prinzipios
deste negozio ban sido mui bajos, í que poco
a poco , i aun con liarla diücultad han ido
creziendo : si se puede probar evidcotisima-
mente, que en el tiempo de Cario Magno fué
'a autoridad dellos mui menor, de lo que
fué después, en tiempo de Henrrico cuarto, i
aun en tiempo desle, menor que en tiempo
del Emperador Alberto, i que aun entonzes
no filé tanta su Majestad, como después, rei-
nando Sijismundo; nezesaríamenle se ha de
confesar , qtie no estribu su negozio sobre
ningún fundamento firme i duradero.
El Papa Bonifazio Octavo, aquel tan famoso
i zelebrado por causa de su siroplizidad, i su
A LOS PRINZIPES. 267
riiodeslia , eiUre otras cosas cxzelcnlcs que
hizo, nos dejó este Decreto. Que es nezesario
que lodos los hombres que quisieren salvar-
se, i ser parlizipantes del Reino del Zielo ,
obedezcan en todo i por lodo al Pontifize
Romano. ¿Qué dizen a esto? Aprueban este
Decreto, i quierenlo defender? ¿Si lo alaban i
lo d 'Tienden por mui santo, ¿porque, veamos,
tantos Obispos de Roma como bubo antes
del, no mandaron a los hombres que tenian
a su cargo, este ariiculo de Fé tan nezesario
i de tan gran importanzia? Visto que ellos
atacan i desatacan leyes , i que el uno rasga "
los Decretos del otro , i que cada uno parti-
cularmente se toma la potestad * de mudar i i 64
de constituir lodo cuanto quiere según los
tiempos, i que no quieren estar atados a las
leyes de sus antezesores:¿con que razón pudo
el Papa Bonifazio promulgar este Decreto, no
siendo zierto , si el Pontifize que le habia de
•
suzeder luego, lo habia de tener por bueno i
firme, o si haría otro? 1 ya que haya de que-
dar firme , se puede empero preguntar , si
se debe dar fé a Bonifazio. Porque nuestro
Redentor dize , que el que no entra por la
268 IHFOHHAZION
puerta en el aprisco de las ovejas , es ladrón
i robador. Veamos, ¿Bonifaziopor donde en-
tró? Ziertamenle por unas breilas, por entre
nnas lagunas, i unos resquebrajos del DiablO;
i no entró tampoco en el aprisco de las ove-
jas , sino en una cueva i recojedero de sal-
teadores i faomlires malvados, en aquella
niesma cueva donde el perverso Caco opri-
mido de Hercules entró , lo cual causó una
increíble alegrin a tos pueblos que eran por
alli al derredor vezinos. Pero veamos , ¿cual
fué la puerta i la entrada por donde entró a
este, ora sea aprisco de ovejas , o cueva de
ladrones? ¿Subióle por ventura a este grado
de honor la santidad de vida i doctrina , o
alguna virtud exzelente que en él hubiese, o
vino a ello por elecziou lejilima i limpia? ¿O
fué por ventura traido por fuerza , como se
lee de algunos Obispos de otras Provinzias
hombres santos? No, no, ni por pensamiento.
Con fraude,! engaño, i solizitazion, se hizo el
camino. Esto es cosa zertisima i no se pue-
de negar. I cuan feo fué el prinzipio , tan
monstruosa fué su administrazion : soberbio,
injuriador, intolerable, perpetuo enemigo de
A LOS PRINZIPES. 26U
los* Reyes i Emperadores: i su fin tan ¡gno- *65
minioso como lo demás.
Este padre de la patria tan bonrrado man-
dó a todos los hombres, que guardasen este
Decreto tan solemne, de que habernos hecho
menzion arriba. Aunque los que le prezedie-
ron no fueron mucho mas inozentes que él ,
ninguno dellos tan absolutamente , ni con
tanto atrevimiento como él pronunzió esta
diabólica sentenzia, la cual si estos quieren
mantener i alabar, háganlo en buen hora, i
dejémoslos con su locura. Pero si andan ti-
tubeando, i se salen afuera, i claramente dan
a entender que se le debe dar una moderada
i cómoda interpretazion, diganme por vida
suya , ¿porque los Teólogos i Canonistas de
muchos años acá lo han zelebrado con tanta
gravedad i tan grande dilijenzia asi en las
Iglesias como en las Escuelas i Universidades?
¿Porque há edificado tan alta torre sobre es-
te fundamento? ¿Porque la han ataviado i
como vestido con tan diversos comentarios i
glosas sobre glosas? Si agora sienten de otra
manera i no le dan tanta autoridad , como
algún tiempo hizieron , diganme cuándo co-
270 iNronHAZios
luenzaron, ¿o por qué vio vinieron a eolen-
der lo miíjorj ser mas avisados? Pues cuando
confesaren que veen algo mas en ¿I agora ,
qne basta aqui han visto, quedará claro, qUe
no hai causa ninguna por que resislan con
tanla olisUnazíon i popria en oirás muchas
cosas. Tues ya se apartan de la senlenzia Je
Bonlfazio, sigúese que erró lur|)Ísi mámente
en una causa la mas impnrlante de lodus,
166 en que consislc'nucslta salud , i que lia lle-
vado tras de si una iníiníla multitud deliom-
bres que leban seguido, i los há metido eU
unas horribles tinieblas de errores. ¿Qu¿ res-
ponderán a eslo?¿Alegar3n por ventura aquel
dicho común i lan Irilludo: Que aunque Bo'
niTazio o algún olro no haya sido el mejor
Pontilize del mundo , no por eso se bá de
^ poner mácula en la dignidad , ni se há de
^^ despreziar ni afrentar aquella suzesion?
^^^ Muestraseles con el dedo, i no podrán ellos
^^B negar, primeramente, que los Obispos deRo-
^^^L ma han venido a ser con el tiempo mas ava-
^^^^ rientos , mas soberbios i mas intolerables.
^^^^^ Allende desto , que atribuye la sagrada Es-
^^^^^ criplura a un zierto bombre qun es, a una
A LOS PRliNZlPfiS. 271
zíerta tiranía que se hu de apoderar en la
Iglesia , UQ tal fausto , soberbia , avarizia ,
crueldad i toda cualquier otra grande i de-
forme iniquidad: i que los autores desta ti-
ranía se levantarán sobre toda condizion i
suerte humana , i defenderán con violenzia
aquella su potestad adquirida con grandes i
diformes pecados, i su impia doctrina. Rué-
geles que digan, ¿si veen o reconozen en este
nuestro tiempo alguna imajen o semejanza
desta tiranía , o cosa que le parezca? ¿I si
este tal tirano que tan al vivo pintó la Es-
critura , puede alzarse con tanta potenzia ,
que aun el dia de hoi cuando ya está des-
cubierto, i tiene gravísimos acusadores, que
todavia pueda tanto, que constriñan a los
hombres a estar mano sobre mano sin inten-
tar cosa ninguna que pertenezca a enmienda
de doctrina i de vida?
"^Estos que están en gran opinión de letra- 167
dos , i que todos estos veinte i cuatro años,
aun mas , no han hecho otra cosa que ejer-
zitarse en disputas, según quieren dar a en-
tender (i no hai duda , sino que conozen i
entienden muchas cosas mejor], mas con to-
}
272 tNFORUAZIOl
do CEO disimulan, hazen gnerra i combaten a
la verdad, exasperan todas las cosas , i me<
ten a su propia patria en grandisimo peligro,
¿podrán estos persuadir jamas a hombres
dotados de buen juizio , <iue hazen ofizío de
varones buenos en su República? ¿No es una
temeridad, i un desatino increible , que en
esta hermosísima luz de verdad , se atrevan
a afirmar en los pulpitos i en sus libros que
publican , que dÍ al Emperador , ni a todos
ios Beyes juntos eslizito ordenar ni determi-
nar ninguna cosa que toque a la Relijion? ¿I
que si todos de un común acuei'do hiziereo
algún Decreto, que no temía valor ninguno,
sino entreviene en ello el mandado i la auto-
ridad del PontíGze Romano? El caso es, que
quieren constreñimos, que lo dejemos todo
en sus manos : el cual por su impía doctrina
i idolatría, por sus horrendos pecados, i por
la vida suzisima que vive, no solamente no
puede representar persona de juez , pero ni
aun osa parezer enjnizto. ¿No exzede esto
todo juizio de razón, que en (oda Alemania,
Franzia , España , i en muchos otros Reinos
no haya tanto de virtud, o doctrina i autorí-
ALOSPAi?kZIPSS. 27 S
dad, cooio en un pequeiko Colejio de treioia,
o a lo mas de cuareuta hombres vesUdos de
carmesí?¡0 desvergüenza nunca Tista ni oída!
¡O miserable de ti Alemania que alieolaii '^^
crítm ea tu seno tales i tan peslileauaies
partos, que antes miran i busc^m el proveeho
de sus enemiges^que na tu bien i salud! Tales
iBouslruGs de palabras i razones , Prínipea
ilu^trisimqst » se escriben i se predican en
vuestras Cierras. ¿Que juzgarán de vosotros
los que vernán después , sino reprkiiis un
utrevimieDUi i desvergüenza tan . grande? No
se puede negar esto; por ahi andan los libros
entre las manos de todos, en que todas es^
(as monstruosidades se tratan , i no faltan
algunos de vosotros que ea sus contiendas
disputas, par perjudicar i molestar a sus ad-
\ersarios , bazen mui gran hincapié en éstas
cosas , repi tenias i adornaidas , como sí en
ellas se comj^rendiese la surnta de nuestra sn^
l«id. ¿Pensáis que a vuestros antepasados, los
cuales machas vezes resistieron con grande
ánimo a la S(d>erbía de los Pontifizes , i aun
aconsejaron a los Emperadores, que hiziesen
k> mesmo, como se lee en las historias, que
374 iHFOMMzion
jamas les pasase por. el pensamiento , qoe
alguna vez vendría un liempo tan tenebroso
i tan desventurado, que se viniesen a echar
tales palabras por la boca, i que sus dezen-
dientes las admitiesen i les diesen oidos?
Sí en alguna República gobernasen unos
juezes , hombres hambrientos , avarientos i
indoctos, que por via de cohecho, no dejasen
Iraizion que no hiziewn, i que fuesen tales
qoe por haber hecho tan mala justizia, hu-
biesen merezido la pena determinada por las
leyes contra los semejantes, de tos coates se
quejasen todos gravemente ; veamos , a esta
pública queja de todos,¿porDÍan (siospareze)
469 "por rerormadores a aquellos mesmos que
oviesen sido acusados? Pongamos por caso,
que eslé aqui en Alemania el Colejto délos
Cardenales, aquel Senado, digo , qne tanto
estimamos, acatamos , reverenziamos, i de
quien asi nos admiramos , i que veáis allí
todos los Cardenales , criaturas del Papa ,
mayormente aquellos que tienoi salud i dis-
posizioD para ello, vivir como hombres que
desean i quieren entregarse aqui i gozar de
todo jénero de deleites , como si después de
A LOS t»R»ZIPES. i75
\tk muerte , no hubiese jamás ninguna feli*
zidad ni gozo, i que veáis que no ejerzitan ni
tienen cargo de parle ninguna del oGzío
Eclesiástico , que no enseñan a nadie, ni a-^
prenden nada de ninguno , sino que todos
dus pensamientos i deseos tiran solamente a
crezer en riquezas i en honrrast que veáis a
todos los familiares i domésticos que están
con ellos, representar la vida i las costum-^
bres de sus amos, i que sobre esto se levante
una común queja de todos nosotros por cau-^
sadesu Injuria, avarizia i robos intolerables:
¿no les pareze , que sería cosa mui de reír,
si el coíiozimiento desta causa se diese a exa-
minar a estos mesmos Prinzipes , los cuales
siendo acusados publicamente, debrian sufrir
su merezido castigo, i rezebir regla de como
habian de vivir i ser apremiados para seguilla?
Pues si demás de todos estos crimines fuesen
tan soberbios i pasase tan adelante su temeri-
dad i desvergüenza, que se usurpasen la po-
testad de juzgar,i se alzasen con ella, i exclu-
yesen a todos los otros, no les pareze a vues^
tras Exzelenzias , que se les podría respon-
der con este o un semejante razonamiento?
/
\
276 I?«FOBMAZlON
^ ^^ ^¿Que novedad es esla, Padres conscriptos»
i vestidos de graua? ¿Queréis entrar por jue-
zes, vosotros que sois tan gravemente acu-
sados? ¿Vosotros sois los que habéis de en-
mendar los vizios i los abusos? Cosa es esa
fuera d^ costumbre i no visUi jamás. Porque
hasta agora os habéis empleado , en que por
cualquier via hechos riquísimos i cargados
de mui muchos benefizios , viviésedes miii
suave,mui delícada,[í] regaladamente. Si íns-^
tituyésedes tal correzion de doctrina , de
disziplina i vida, i de costumbres, cual con-
viene, muchos de vosotros> que agora vivís
mui a vuestro contento, en grandisima su*
perfluidad i abundanzia, tendriades una mui
pequeña i pobre familia. ¿Que es, veamos, la
causa , o con que justo titulo poseéis tantas
riquezas? ¿Que virtudes son e^tas vuestras tan
exzelentes , que merezcan tan grande remu-
nerazion? ¿Es por ventura de tanta impor-*
tanzia, i que merezca tanto la luenga ropa
que traéis , i el roquete de holanda que le
ponéis enzima, i la cabeza rapada a compás,
i los jestos i visajes llenos de zeremonias 9
que para hazer burla de la jente , vosotros
AL06PR1N21PES. 277
xnesmos habéis inventado? Porque dado que
arrebañéis de do quiera todas las causas que
puede haber, uo tenéis zierto otra cosa que
estas que nos podáis alegar. Pero aun estas
niestnas cosas, que puesto que son livianisi-
mas i puras burlerias , a las cuales están
anejas i como edificadas sobre ellas todas
vuestras posesiones i riquezas, las mcnospre-
ziaisi encargáis el ejerlizio dellas a vuestros
vicarios, hombres db bajisi^ma suerte. I en 171
d entretanto vivís vosotros tan honrrada-
niente, que si en el vestido no represfentáse-
des otra cosa , ninguna diferenzia se cono-
zería entre vosotros i los rufianes. ¿Que dizen
a esto vuestras Reverendisimas Seftorias; pa-
rezeles que se deben moderar i correjir es-
tas cosas? Pero ya tenemos mui bien enten-
dido que nunca comenzará de vosotros esta
reformazion,! hazeislo cuerdamente, en mirar
por lo que os cumple. Pero ¿qué diriadcs si
se hiziese un cohzierto con vosotros desta
manerat Que las cosas que agora poseéis no
se os quitasen, i qtié vosotros por otra parle
no biziesedes mas persecuziones, ni impidíe-
sedes el curso del Evanjelio , i que desos
/
378 INFORMAZIOIV
uiesmos bienes » que son mui demasiados ,
sacasedes una zierla pequeña parte , para
entretener las Escuelas i los Golejios, i para
ayuda de los pobres i de los Ministros de la
Iglesia? Estos bazen vuestro o6zio , por nie-
uospreziarlo vosotros i no bazer caso del. Vo-
sotros les robáis su mantenimiento i les co*
meis las entrañas. Mira ^e trueque habéis
becbo tan inicuo. Lasziudades i Repúblicas
no pueden estar sin Escuelas i sin Ministros, i
predicadores, i ensoñadores de la palabra de
Dios , i es mucba razón que sean tratados
bonestamente. Proveyeron para esto liberali-
simamente de mucbas rentas nuestros ante-
pasados i los Reyes i Emperadores: vosotros
solos os las tragáis todas , i estos a quien
tan justamente se les debe, mueren de bam-
bre. ¿Porque no azeptaisesta condizion, que
j 72 no es inicua, sino tan justa, tan humana * i
tan razonable? Parézeles a casi todos que lo
prínzipal que teméis es , que si se permite
la doctrina del Evanjelio, que caerá de suyo
toda vuestra autoridad , i que será tenida en
tan poco que aunque no se os quiten vuestras
rentas , las jentes entiendan que las tenéis
A LOS TRINZIPES. 279
por Bierzed que os hazen mui particular los
Prinzipes i los Majistrados ea dejároslas, i
que cada i cuaado que quisiesen, o podrían
de derecho ser quitadas a vosotros, que ago"
ra os usurpáis el señorío i propiedad de ellas.
Si es este vuestro pensamieoto i vuestra
inteoziott, fazil cosa es de entender , que ja-
mas admitiréis ninguna recta moderazion ,
sino que trabajareis ante todas cosas i dili-
jeotisimamente con el Emperador, i con los
otros Reyes, cómo estorbarla, de la manera
que (como lo aGrman muchos] lo habéis he-
cho hasta aqui.Pero el caso es, que ya nues-
tras cosas están en tal estado, que muchas
dellas nezesari amenté se han de hazer i mu-
dar de otra manera : i a todos los de buen
entendimiento les pareze, o que se ha de ha-
zer eso, o que se debe esperar sin falta, algu-
na notable perturbazion de las cosas. En
vosotros, maldita la esperanza que tenemos
de cosa buena, porque carezeis de doietrina
i de erudizíon : i después, si en algunos de
vosotros hai alguna buena i loable voluntad,
está corrompida con civarizia i ambizion.
Finalmente vivis de tal arte, que casi somos
r
380 lÜFORHAZlOM
conslreAiilos a desesperar de vosotros. Lncgo
ique Be ha de hazer? No os rallan , a Dios
grazias , muí mucbos hombres doctos , de-
seosos de to4a paz i concoi*dia. También hai
muchos Prinzipes i consejeros suyos, que en-
J73 tienden muí bien qué inedi*zina há menester
esta enfermedad. ¡No se podría alcanzar esto
de Tosotros, qne con \nestra lizenzia pudié-
semos ordenar una zierta forma de Belijieo
i doctrina , i que se quitase todo lo vizieso
que en ella hai , i que Alemania recobrase
nna quietud alegre i pia,de la cual no piiede
carezer la Kelijíon , ni las Escuelas i Estu-
dios públicos? Apartados nos tienen de roso-
tros los Alpesi la mar. Por allá entre toso-
tros no pretendemos natía. Lo mesino seria
razón que biziesedefi por acá rosotros. De-
seamos os toda prosperidad i salud: i es, que
08 dé Dios sano entendimiento. Lo qne os
snplicamos por oira parte es, que no que-
ráis impedir este nuestra tan nezesaria i san-
ta obra. No es tan poca cosa Alemania, qne
entre todos los Pucl4o8 no Icnga mni señala-
do í honesto lirgar. No podm alabaros quc>
tcn^nis niiiyor pnidc-nzia de las cosas , o de
A LOS PRINZIPES. 28 i
la doclrina, o santidad o perfczion de vida.
Si vosotros siendo tan poquitos, podistes an-
tes de agora ver cómo se habian de gober-
nar todas las Provinzias de Europa juntas ,
¿porque nosotros, sien;]o muchos mas, i no
dándoos ventaja ninguna en letras , ni en
buen juizio, no veremos lo que toca a nues-
tra salud i a la tranquilidad de Alemania?
mayormente, que vosotros no entendéis en
otra cosa , sino en las cosas particulares de
vuestro Colejio, i en las comodidades i pro-
vechos de vuestra orden: i que nosotros pro-
curamos la pública salud de toda nuestra
jetite , i aun (si nos dejasedes) la de todo el
inundo, i aun también la vuestra. Zierto es
qiie desde el tiempo que este nuestro Reino
florezió, nunca habéis sentido tan rezios en-
cuentros como * agora: ert ningunos tiempos 174
tampoco os habéis aprovechado de tantos Jpi
cuentos i puntales con que sosteneros, ni de ^
tan varios pertrechos i ayudas.
Al prinzipio, cuando todo el peso desta
guerra dependía de im hombre solo , i que :
ese mismo enemigo vuestro estaba Condena- \
do de vosotros i del Emperador , el cual se- \
X
\
m
1
ZUZ INFORHAZia»
guia vuestra senlenzia i condenaziou, i lenia
dado bando i potestad a cualquiera sobre él,
i que se bailaba desamparado casi de lodo
socorro bumano , entoDzes a lo qne parezia,
fuera cosa muí fazil remediar este mal.¿Pue&
como fuistes tan neglijentes en una cosa que
tan particularmente os tocaba? No se puede
responder otra cosa , sioo que o lo luvisl£s
en poco , o no pudistes mas. Si lo tuvistes
en poco, debéis de avergonzaros dello: sino
pudistes mas, por cosa nueva lo ternán to-
dos, uinyornienle los que veroán después de
nosotros , de que siendo una cosa tan fazil,
no bayais pmlido salir con ella, siendo voso-
tros tan ricos i poderosos , i sobre lodo es-
lando lan armados i acompañados de la ayu-
da de los Beyes, que en aquel tiempo esta-
ban tan a vuestro mandar, de cuyas fuerzas,
dilijenzia i fidelidad os aprovechastes en este
iiegozio muchas vezes. Todas las vezes que
:iconteze que ellos ban menester vuestro fa-
vor i amistad , estonzes eu recompensa les
sacáis por condizion, que os defiendan i vuel-
van por vuestra hourra, i les tomáis palabra
dello. Luego ¿que há sido esto , que lo que
A LOS PRINZIPES. 285
ellos se leniao gana , i lo que tantas vezes
os prometieron, nunca lo hayan confuido?
O no les parezieron bien vuestras razones, o
ocupados en otros negozios, no pudieron acu-
dir a lo que los unos i los otros deseabades.
De manera que se há dilatado el remedio
hasta el dia de hoi. Pero deaidme, ¿en pro-
vecho o daño de cual de las partes há sido
esta dilazion? Bien creo que en esto, no quer-
réis mucho alabaros, como de cosa pruden-
temente guiada i que haya tenido buen su-
zeso. ¿Pues que e«fperanza, veamos, os queda
agora? Pensar de llevarlo por armas i vio-
lenzia es un poco de aire. Porque ya se han
pasado las coyunturas i las ocasiones, i han
crezido mui mucho las fuerzas de vuestros
contrarios , i cada dia se os desafizionan i
enajenan mas i mas los ánimos de los hom-
bres. ¿Pensáis por dicha que algún dia ver-
nán a tornarse a vuestro gremio i a meter-
se en vuestro seno los adversarios? Engañáis
os averiguadamente , porque los asombra
ver lo que han pasado.¿0 pensais,por ventu-
ra, que no sufrirá i tendrá Dios por bueno
que asi os hayan dejado? Ese fiarlo tan a la
\
\
384 IMFOBMAZIOS
luenga, es cosa mui dudosa , i no es verisi-
mil que viviréis tanto, que veáis esc tiem-
po. Porque asi como tantos tiempos sufrió
Dios aquella vuestra suzia , infieíonadora i
perniziosa vida, así también puede ser quea
vuestros enemigos agora conzeda mas largo
tiempo de lo qne vosotros pensáis. ¿Porque
no reconocéis antes el justísimo juízío de
Dios que os trae desta manera arrastrados,
desasosegados, i atormenlados? Al príntipío
cuando era inui pequeflo el número de aque-
Í76 líos a quien mor'lalnieDle aborrezeis, no de-
^^ jabades crueldad d« que no usásedcs contra
^^k ellos. Después cuando ya aumentados vinie-
^^^k ron a hallar amparo i defensa en algunos
^^^^^^^ Prinzipcs i ziudádes, también crezió vuestra
^^^^^^^K soberbia , cuando amenazando a losPrinzi-
^^^^^^K pes , pensaliades despojarlos lolaltnente de
^^^^^^^1 sus señoríos i dignidad coiíforme a vuestros
^^^^^^^m Decretos, i de vuestros antepasados, con los
^^^^^^^H cuales rodeastes, como con foso i trinchea,
^^^^^^^H vuestra soltura i desvergüenza.
^^^^^^^B I aunque habéis intentado (odas estas co-
^^^^^^H sas, empero no há podido ser tanta vuestra
^^^^^^H dilijenzia, que sabiéndolo vosotros, no se ha-
A tos pftiNzipfis. 285
yaa ellos acrezenlado en grande numero i
venido agora a amplificarse tanto , que aun
hasta ios que no se han juntado con ellos»
tienen ya mui mala opinión, i sienten mal de
vosotros: i casi todos os aborrezen i piensan
que sois aves de mal agüero, i a la verdad,
lio se engañan en su pensamiento. Cuando
enviáis vuestros Legados a las Dietas , son
tan bien rezebidos, que fácilmente echan de
ver cuanto habéis ya perdida de aquella
vuestra vieja autoridad i grazía con todo el
mundo. ¿Que ánimo tenéis cuando se cuentan
estas cosas? ¿Consuélaos por ventura aquel
refrán antiguo, que siempre traéis en labo*
ca, aquel dicho , digo, que el Papa Honorio
cuentan, que envió a dezir el tiempo pasado
al Emperador Frederico segundo : Que bien
podría pasar tormenta la navezilla de san
Pedro , pero que jamas se anegaría? Mui
gran verdad es esa : pero aquel que gobierna
esta navezilla , os há acometido tan fuerte-
mente i tomado os tan de sobresalto , que
tenéis bien porqué^ con razón temblar i es- ^yy
tar despavoridos. Si pudiesen vuestros ad-
versarios ser de tal manera constre&idos de
S86 INFORHAZION
vosotros, que no hablasen sino segiin la li'
zion que vosotros les diesedes, todo se liaría
mui bien, i vendría os a pedir de boca. Pero
agora el negozio está de manera, que ellos
se proneren,que demorarán clara i evidente-
mente, que sois los mas perniziosos i malva-
dos herejes, que jamas há habido en el mun-
do. A este campo os desafian, prestos están,
i no rehuyen para ello ningún trabajo ni pe-
ligro. ¿Que pensáis entre tanto vosotros? Di-
simuláis, salís os afuera , burláis os de Dios i
de lasjentes , i todo lo sufren los que son
vuestros. Pero a la fin traídos a este estre-
cho , venisles a dar al Emperador privada-
Diente este vuestro parezer: qne debe tratar
i confirmar p!tz i amistad con todos los otros
Reyes: que lo mas presto que pueda ser, se
convoque el Conzilio : que por todas partes
se hagan aparatos, i se junten socorros para
contra el Turco : que se debe continuar i
aumentar la liga hecha contra vuestros ad-
\ersarios, para que por esta vio tengan mie-
do'i hagan lo que dehen, como aquellos que
son mas perniciosos para la Cristiandad que
mesmos Turcos.
A LOS PRI^ZIPfis. 287
Bien creo, que se os acuerdaren que logar
propusistes este consejo, como cosa niuisa*
ladable i mui útil para vosotros.¿Pero de que
sirve kazer con tanto ardor menzion de Con-
zilio jeneral? Antes que en las guerras se
viene a dar la batalla, suelen atacarse esca-
ramuzas de caballos lijeros, con que comien-
zan a revolverse i a trabarse el un* campo 178
con el otro. Esta costumbre han imitado
prudentemente en esta causa los nuestros.
Ya se han encontrado no sola una vez en
disputas lijeras, en las cuales, qué es lo que
se há hecho i cómo, bien lo habréis entendi-
do de vuestros Legados. Vuestros defensores
que tenéis en Alemania alquilados con harto
daño i afrenta nuestra, tratan el uegozio tan
nezia i tan desgraziadamente, i con tanta
ignoranzia , que aun sus mesmos amigos i
compañeros, que los están oyendo hablar ,
se avergüenzan. Siendo esto asi ¿como po-
dréis ordenar vuestros escuadrones, cuando
se baya de venir a dar la batalla? o como
esperaréis allial enemigo? Zierto,sino traéis
otras armas que las de hasta aqui , daréis
bien^que reir a todo el mundo. No se os per-
ZtJU I.NFORMAZIO»
niite ya que os usurpéis la poleetad tic ju-
gar. Antes se tiran cotilra vosolros relia-
mos tiros de acusaziones criminosas. l*ar
lauto pcasad bieo en ello , cuan gran daño
i vergüenza osífera venir a ser venzidosdesa
manera en uopúblicoTealrodelodoel mun*
(lo, i que DO sepáis lieblar palabra. Porque
aunque ayuntéis todos vuestros prívilejiog, i
os iimottloneis todas cuantas cosas hai, que
os pnedan servir de (ilgo,i lo traigáis todo al
Conziiio , i que traigáis a él por defensores
de vuestra parte todos vuestros Teólogos de
(odas las parles del mundo, i los mas agudos
Canonistas que tuvíesedes; con todo eso, no
podrá ser ntenos en ninguna manera , sino
que el tiempo, que descubre todas las cosas
i el común sentido de los hombres, i la ver-
i^g gueuza niesma os'liará confesar i conceder
muchas cosas, muchas, digo, quehastn aquí
habuis contradicho perlinazisituamenle , i
por las cuales habéis perseguido a mucbos
hombres pios, i traidoloseu grandísimas ca-
lamidades i miserias , i privadokts de honr-
ras, baziendas i vidas. Ptiblicamente se hará
esto, mirándolo i ovcndolo todes los Pueblos
ALOSPEIKZiPBS. 289
de lodas las Proviozías. ¡O eterno Dios cuan
grande bramido i cuanla indignazion de los
hombres se levantará allí contra vosotros!
Pero por ventura no ahincáis ya tan de ve«
ras en esto del Conxilio , como pareze. por
aquel vuestro memorial qne distes. Porque
¿como puede ser que en un mesmo tiempo se
convoque Conzilio, i se emprenda guerra
contra el Turco? No se pueden hazer junta-^
mente estas dos cosas : una tras otra, kien
pueden. Esto vosotros no lo ignoráis , por^*
que de otra manera no hizierades menzion
uingiina 'lello. Mui ahincadamente fué soli'*
¿ilado el l^apa León sobre el Gonzilio: pero
eutouzes comenzaba él una nueva trajedia p
cuyo tin, cuan trislei mortal haya sido, aun ^
hoi en dia lo experimentamos^ £1 Papa A* /
driaiio parezia que era un hombre algo mas
«enzillo, de lo q4te convenia a vuestras ma<^
ñas i costumbres. Que tal haya sido su fin,
mui bien lo sabéis. El Papa Clemente que le
«uzedió a este , conversó i vivió de tal ma-^
fiera todo el tiempo de su pontificado, que
«1 que quisiese abonar su inozenzia para con
los hombres, no ganará otra cosa, sino que
19
390 tHFOHUAZIon
le tengan por mentirnso, en (odas las otras
' rosas que dijere. Casi se me habia olvi'dado
aquel sacrosanto Papa Julio. Cuaudo no se
podía alcanzar del ninguoConzilio, í que lo
convocaban los Mooarc»s,¿que es, veamos.lo
que él hazia? Echaba rayos de eicomunio-
nes, desterrábalos, maldezialos, daba bando
contra sus personas! bienes, i daba lizenzia
a los que los quiRiesen saquear i robar, i aun
el dia de hoi haí jentes que sienten todavía
el dafio que les hizo aquel rayo papal , i lo
que les cuesta aquel su mandamiento.
Si enlonzes él no pudo sufrir una lejíUma
junta, cuando nadie impugnaba su doctrina
i relijioD.sino que solamente se tratabac¿mo
se refrenase aquella su inmensa rapazidad i
aquel su tan vindicativo ánimo: ¿como puede
ser verisímil , que vosotros el dia de boi os
sometáis a juizio , siendo no solamente acu-
sados de una vida mas que Epicúrea, i de
una tiranía incomportable, pero también de
herejía, i de idolatría , con que habéis infi-
zionado a todo el mundo, i hecho a Dios una
gravísima afrenta? ¿Como es posible que con-
sistáis en este juizio mayormente cuando
A LOS PRINZIPBS 291
Ilubieredes perdido aquel vuestro único i lir«
luisiino pilar, en que estribáis, que es, cuan-
do os hubieren echado de la silla vuestros
contrarios, i oo se os permitiere la adjudi-^
catnra deste pleito. ¿Porque de muchos años
acá, habéis traído a los Reyes en guerras?
¿Porque en el tiempo que ya estaba el Conzi-
lio ayuntado, fuistes alguna vei autores de
alborotos í levantastes súbitamente revuel-
tas?¿Na es verdad que era parque no cuajase
el Conzílio, o que si estaba en buenos térmi*
nos, se * disipase? ¿Podeisme negar esto? Si 181
entonzes os temistes tanto de los Obispos de
otras naziones , que no por una sola causa
os acusaban , como a compañeros i familia-^
res de aquel tirano de Roma , ¿con que cara
sosterneís agora el Ímpetu no de un Golejio
solamente , sino casi de todos los pueblos?
los cuales descubrirán alli vuestras verguen-»
zas, i relatarán de muchos años los agravios
que han rezebido de vosotros i con tanto
mayor vehemenzia i lástima cuanto con ma-
yor Urania les habéis tenido siempre tapadas
las bocas , i constreñidolos a que todo lo
hablasen consigo entre dientes. Dcsla mane-
/
393 iüfobhazion
ra sin duda M tratarin Ins Conzilios jene'
rales : i aun por eso hazeis bien de hnirios.
Pero diréis por vealnra, ya os hemos lla-
mado estos años pasados a Coozilio, i osem-
biatnos nuestros Legados sobre ello. Es ver-
dadj asi lo confesamos Padres Itevereudos.
¿Pero con que iotenzion íaé hecho esot No
por otro respecto síd duda, sino porque que-
sistes desarraigar aquella opinión que tienen
de vosotros las jentes.que piensan que sois,
los que siempre lo estorbáis. I como no ig-
Dorabades lo que tras ceda paso lodos sien-
ten i piensan de vosotros» finalmeale os atre-
Tistes a bazer menzion de Coniilio. También
el Papa Clemente en lodo el tiempo de su
Pontificado se atrevió una vez a lo mesmo.
Pero pi'opiisolo de tal manera que bien cla-
ramente daba a entender , que no tenia res-
pecto a enmienda ni a rerormazían ninguna,
sino a gozar de una grandisina quietud , i
lü'-l ''tranquilidad. Porque aú lo rezan sus pala-
bras , las que denunzió por sus Legados en
Alemania. Pero aquella quietud i tranquili-
dad, ¿de que manera la pensaba establezer
para si i para su silla? yo os lo diré. Prca-
A LOS PRINZIPES . 295
diera ¿1 por juez i por conozedor de lodo, i
estuviera mui acompañado coa las fuerzas i
armas de los Reyes, i condenara a todos sus
contrarios , que no lo quisieran reconozer a
él ni a su silla. Este era el atajo que él te-»
nía fabricado i todos vosotros a maldita otra
cosa tenéis ojo. Ni mas ni menos estotro
Paulo terzio, el cual luego, como fué hecho
Pontifize , para dar alguna muestra ilustro
de su bondad , dio en reformar aquel que *
llaman Breviario, quitando del algunas fá-
bulas nezias i mal doladas que en él habia.
¿No es este on mui hermoso i mui grande ar-
gumento de un ánimo, que procuraba hazer
una verdadera i sólida reformazion de la Igle-
sia? No hai que dudar. Pero aun esta mes-
ma correzion del Breviario le fué mui ga-*
nanziosa. Porque nadie podia dezir por ét
sus horas, sino daba primero ziertos dineros
con que comprar del la dispensazion i lízen-
zia para ello. ¿Que es esto?¿No es mui gran
verdad lo que testifica de vosotros la Escri-
tura, que tenéis el entendimiento ejerzitadi-
simo en todo jénero de robos?
Después de haber hecho esta gloriosa
394 tNFOBHAZIO:<
muestra de un ánimo no el peor de lodos ,
comenzó a tralar i negoziar como que desea-
ba en extremo un Conzilio jeneral, pero que-
ría que se liiziese en Italia, (como lombieu
JU3 el Papa Clenienle) i no en Alcma'nia , no
dándosele nada.de hnzcr en eMo contra tan-
tos estatutos que hai del Imperio, en que es-
tá decretado por común consenlimiento de
los Estados , que se juntase dentro de los
términos de Alemania. El Papa Clemealc
había prozedído con mayor arroganzía. I'or-
que allende de que también despreziaba
aquellos Estatutos del imperio, quena,conio
absoluto Gobernador i Señor del mundo ,
poner condiziones i leyes al Conzilio que se
había de hazer. Estas eran tales, que sí tu-
vieran lugar , él viniera muí fazilmente a lo
que quería í saliera con su intento. I'ero el
Paulo que sabía mui bien del arte quebatiian
sido rezebidas en Alemania aquellas condi-
ziones de Clemente, i como las habiao re-
husado, no curó de poner leyes ningunas,
por parezer mas humano i mas blando : en
lo otro, tan rezio estaba Clemente , porque
quería que el Conzilio se tuviese en Italia.
A LOS PRINZIPES. 205
De manera, que cuaalo a esla parte, uo fué
mejor rezebido que el otro, i en el mesino
tiempo que él andaba insistiendo en esto,
ya habia muchos índizios i señales harto
claras de que se aparejaba guerra en Italia,
la cual como se comenzó el año siguiente ,
este hombre cuidadoso, astuto, i vijilante,
considerada esla oportnnidad i coyuntura ,
en el tiempo que la guerra mas ardía, con-
vocó publicamente el Gonzilio, i como no se
hazia nada, ni venia hombre a él, por causa
de tan graves impedimentos como habia, él
entonzes con mayor ánimo proseguid su pro-
pósito , i deploraba la miseria del mundo :
porque asi dejaba pasar el tiempo * de su sa- 184
lud, sin aprovecharse del. I por no dejar ^
nada de lo que tocase a hazer oGzio de buen
Pastor, i para que todos los hombres viesen
cuan de veras i cuan a pechos tomaba este
negozio , el Conzilio que habia convocado
para Mantua, lo pasó a Vinzenzia, ziudad de
Venezianos, que está un poco mas zerca de
Alemania. Lo cual fué casi en el mesmo
tiempo que habia de juntarse el Emperador
i el Rei de Franzia en Niza de Villa Franca ,
296 IHFOIIJIAZIO-I
para [si íutse potible) tratar áe paics. Eodv
laDio einbió a algunos de vneslras Beverttt-
(Hsimas Señorías, Padres conscriptos, a Viu-
zenzia, para comenzar el Comitio , al cual
como casi ninguno venia , Tosolrna, como
Legados suyos, por hazer vuestro olizio,or-
denastes una reformazion de aqnellas cosas
que os parezian mas importantes i nezcsa-
rias para la Cristiandad , entre las cuales
fué esta una: Que las putas, asi vuestras, co-
mo de vuestros Cortesanos, viviesen mas mo-
deradamente , i que no saliesen con tantas
galas i superfluidades de ropas, ni pudiesen
andar ruando por las calles en hacaneasmui
ricatrente aderezadas i enjaezadas , i con
gran multitud de criados i lacayos uconipa-
ñadas: i también que nn se leyesen en lases-
cuelas los coloquios de Erasmo , ni que se
dejasen leer a los niocliaclios. ¿Que dezis?
¿Noesesle ya un hermoso prinzipio i nn pró-
logo i proDústicD de graniles bienes?
Estas cosas de tan gran importanzia esta-
blezistes vosotros , hombres anzianos i doc-
tos, icscojidos para esto del sumo PontiSze,
> i ostablczisles lae * después que él os había
A LOS PRIN'ZIPKS. Í97
tomado jiiraiuento solenme, que no disiniu*
lásedes cosa ninguna de todas aquellas que
después de bien maduro consejo , os pare-
ziese que requerían nezesaría enmienda.
Después destá vuestra tan saludable corre-
lion de la doctrina i disziplina Eclesiástica,
i reformazion de costumbres , se iiizieron en
Niza»entre el Emperador i el Rei de Franzia,
treguas por diez años , en el cual tiempo
cuando todos creian, que aquel Conzilio co-
menzado por vosotros , se podría concluir i
acabar por estar conziliados los Prinzipes ,
beos aqui, suzede un grande i no esperado
Sileuzioy de suerte que ya no se hablaba de-
Ho. Porque el Pontilize , como autor de la
paz de las treguas , entrado en Roma triun-
fando , se estuvo quedo cuatro años enteros
en grandísima quietud i ozio. Del Conzilio ,
ni memoria , del cual ni palabra se hablaba
publicamente. Pero agora de nuevo, habrá
poco mas de dos años, estando toda Alema-
nia en armas contra el Turco, creziendoya,
i no mucho después, rompiéndose nueva
guerra entre el Emperador i el Rei de Fran-
zia , be os lo aqui donde convoca otra vez
\
2U» IXFODJIAZIOM
Conzilio en Trcnto. El cual tuvo la Gn que
él mesmo había proiiosUcado i deseaba.
¿Hasta cuauJo ya haríais burla de todo el
muudo i prinni pálmente de Alemania? Aun-
que presumís de los mas injeniosos i agudos
ele todas tas naziones , empero entienden
vuestras astuzias i mañas estos bárbaros
Alemanes , i tienenlas bien entendidas , que
todas liis vezes que echáis fama de Conzilio,
186 hasta*los niños lo tienen por chocarrería:
porque asi están ya todos acostumbrados a
entender vuestras artes. I'orque veis que no
estáis mui lejos de dar en el despeñadero ,
por eso andáis a buscar, mirando i remiran-
do todos los asideros i escapaderos que po-
déis. ¿Porque, veamos, acusáis criminosamen-
te a vuestros adversarios , como si fuesen
mucho mas perniziosos i dañosos a la Crís-
^ tiyndüdque los Turcos? ¿Es por veGtura,por-
^^ que deseáis que antes de haier guerra al
^^k Turco , fuesen todos ellos oprimidos i des-
^^K truidos sin quedar hombre a vida? A eso
^^^L verdaderamente ^ a enderezado aquel conse-
^^^K jo, que distes , de que arriba bezimos men-
^^V^ 2Íou, que la liga que coutra ellos está hecha,
m
A LOS pRiNZipes. 299
se haga mayor i nías fuerte. Pero ellos están
tan lejos de temer la luz, qne ninguna cosa
(lesean tanto como que se vea públicamente,
cual de los dos , vosotros o ellos, son mas
pernizíosos i dañosos a la República. Mucho
tiempo há ya, que os desafian a este campo,
i quieren probar lo que podéis. Pero voso-
tros en remitirlo todo al Conzilio jeneral ,
miráis muí mal por lo que os cumple. Por-
que entre tanto se les vá cada dia allegando
grande número de jente , i vosotros (como es
de creer) aun no estáis nada proveidos, ni
aparejados para el Conzilio.
Si acá en nuestras tierras estuviese, como
arriba dijimos este Colejio de Cardenales, i
que viviendo una vida diselulisima se usur-
pasen tanta potestad sobre todos, parezeme
que se les podría mu i bien responder en esta
manera, quea^qui hemos declarado. El odio 187
i el meuosprezio son dos causas prinzipales,
por que los hombres se vienen a levantar
contra los tiranos. Porque ninguno los puede
amar por causa de su astuzia i crueldad.
Pues si demás desto ,son dados a vizios i de-
leites, luego vienen en desprczio de la jen-
SOO IHFORIUZIOH
te, como acontcziú a Sardaaapalo, i a un
Dionisio, i a otros muchos. En este consis-
lorio concurren ambas a dos causas. Ex-
perimentado hemos sus rapiñas , sus hurtos
i robos, mayores que los de Verres, famoso
ladrón, su lujuria i sus di-leites, i lo demás
que por ser tan aerando i horrible no se pue-
de nombrar sin vergüenza , ni haí hombre
que to ignore. I aunque pase todo esto asi,
empero porque están un poco lejos de noso-
tros, i que no conversan donde los veamos
delante de los ojos, en oyéndolos mentar ,
quedamos embelesados i atónitos , i pensa-
mos que son alguna cosa divina. I entre es-
tas i estas, tienen de conlino, príuztpalmente
en Alemania, sus ziertos defensores , i entre
ellos algunos comprados : los cuales lodos,
porque <>ii esta tan gran claridad del sol,
uo quieren ver nada, i que nunca se hartan,
de poner en las nubes la pote^ad de los
Papas, verdaderamente ellos mesmos se lla-
ga» sus conzíenzias , porque ya no hai mas
lugar de escusa , iii se puede pretender ig-
noranzia. Piega a Dios que sienta Alemania
la herida que há rezebido desla suerte de
A LOS PRlNZlPES. 301
hombres : lo cual es tanto mas misenible i
mas impío, cnanto es mayor crimen i trai-
ción matar el hombre a su padre , o a su
hermano, por defender a *nn estranjero,ene- 188
migo mortal de su patria.
Agora pues que las cosas van desta ma-
nera, i están en el estado que veis, Prínzipes
i Señores ili^trisimos, pues que este intruso
Tirano es aquel que está sentado en el tem-
plo de Dios : el que se há dejado adorar i
acatar, i aun lo ha querido i mandado , co-
mo a Dios: el que bá inventado un nuevo jé-
nero de doctrina contaría a la de los IVofe-
tas i Apostóles, i ejerzitó en ella un trato i
negoziazion feísima i mui abominable : el
que se usurpa la potestad , no solo de juz-
gar a los hombres pero aun de interpretar
las mesmas Escrituras , de torzerlas i aco-
modarías a todo lo que quiere : el que de-
fendió el matrímonio instituido de Dios, co-
sa no hecha jamás de ningún Tirano , por
mui mhumano i cruel que haya sido: el que
después de defendido el matrimonio , abrió
la puerta i descubrió el camino a todo jéne-
ro de torpedades i suziedades, en las cuales
302 i::iPORHA2io,i
c'l también como autor desta lei tan nefaria
i abominable , comovido de las furias infer-
nales , há sido el que casi mas suziaraenle
que todng , se há revolcado i ensuziado en
ellas: el qne agora después de ya desubierlo,
como el Apóstol lo profetizó , con todas sus
fnerzas oprime i corobiite la verdad : el que
como otro Nabiicodonosor , a todos los que
no adoran sn eslatua, i a él como a Dios de
la tierra , i que tiene suma potestad sobre
nuestras ánimas i nuestros cuerpos, iio lo
revereozían í sirven , los persigue cnielisi-
mamente hasta la muerte : el que mas que
a todos los pueblos há traido engaflada a
Alemania, que la tiá burlado i chupádolesa
) "substanzia : el que no obstante qne se vee
ya destituido de muí muchos , que puesto
que entiende que muchos tienen propósito
de dejarle , i aunque no ignora que poco a
poco se van muchos enajenando del , todavía
persiste seguro i como sino hubiese crimen
ni mal en su vida , no dá ninguna señal de
pcnitenzia ni enmienda : por estas causas ,
digo, que se debe dejar, i que debemos huir
del como del mas perverso , i malvado de
A LOS PRLNZIPBS. SOS
todos los mortales. Tal tratamiento nos há
hecho él, i tal sus antepasados» que debemos
por cualquier via posible, recobrar del todo
lo que por violenzia i fraude nos há quitado.
Está atentísimo, alerto, i buscando todas las
ocasiones que puede , para revolver a Ale-
mania. Porque es tirano, a ninguno ama ,
aborreze a todos , i aborrezelos, no desde
agora, sino de muchos tiempos acá : i tanto
cuanto uno es mas poderoso, tanto mas cru-
damente lo aborreze. 1 dado que contra su
naturaleza i costumbre, quiera bien a alguno,
no empero puede amar a Alemania i a nues-
tra jente. Porque tampoco tiene causa para
ello : porque todas las vezes que piensa en
nosotros , de uezesidad le há de venir a la
memoria aquel dicho de Terenzio: «En fundi
nostri calamitas»: que quiere dezirhé aquí
el daño i perdizion de nuestra heredad.
Todo el tiempo que él pensare , que aun
quedan entre nosotros algunos que son de su
parte , finjirá amistad i benevolenzia. Pero
esta no puede ser tan grande, que no desee
ver extirpada toda nuestra jenerazion i pos-
teridad, mayormente que presume i piensa,
504 INFOIIIIAZIOÜ
que esos mesnios no lo hazen tanto por de-
^^^ fender^la cansa de la Sede Romana, cnanto
por lo que toca a su propia utilidad 1 pro^
vecbo dellos. De manera, queét fabrica en
su pecho graves niales, i no disimula, que
vosotros que habéis desechado su infame
señorío, sois dignos de ser despojados de to-
das vuestras baziendas i posesiones , i de
que no tengáis honesto tugaren la República,
ni autoridad ninguna entre los hombres. I
harto claramente dá a entender, que si todo
Alemania desintiese del , i el £m|)erador
también , que se nos debrian quitar todas
las libertades , i el derecho i privilejio de
elejir Emperador, i pasarlo todo a otra Na*^
zion, cual él quisiese , como quien es Señor
i autor del Imperio. Todas estas cosas están
impresas en sus escrituras i Decretos , de
manera que no se pueden negar. I destos
mesmos Decretos, muchos ddlos se tomaron
esta potestad. Usurpóla mas que todos,aquel
perverso Bonifazio octavo, cuando zeñida &x
espada , i puesta en la cabeza una corona
tres doblado, la cual era testimonio de una
soberbia minea oida, delante todos los hom"
A LOS PRIN2lPfiS. 305
bres ) declaró con una extraña arroganzia,
que él era juntamente Emperador i Pontifi-
ze. Bien a la clara entendió el Duque de Sa-
jonia Friderico ^ tío die vuestra Exzelenzia; i
éespiies del vuestro padre, que ellos leniaii
determinad» de venir a. Itaner aqueHó , cpxé
algunas vezes hixieroB escrebir en sus De^
cretos i Constituziones. Llenos están los lí*
bros de los Canonistas de semejantes pala*
bras,. llenos están sus sermones, i no se oye
4)tra cosa en sus pulpitos. Tam'^bien tratan 1^1
desto unos Diálogos que há poco que salie-
ron a luz escritos en nuestra lengua , los
cuales algunos de vosotros alaban aun en
libros impresos.
Todas estas cosas sabe aquel , íno ignora
io qne mandan los Decretos de sus antepa-
sados. I porque contienen en sí grande uti-^
lidad, cuandcy le reziben por Póntifize, haze
juramento solemne de guardarlos con toda
dílíjenzia^ Si el dia dehoi disimnla, i»no los
alega por ventura tan a menudo , como ha-^
zian los tres úUunos, que le han prezedido:
házéló por acomodarse a los tiempos qfue
corren^ porque es astuto, envéjezido i con-*
20
r
50d I5F0tUIAZI0?l
fiado en malizia. Pero do hai duda, sino que
desea poder hazer lo qne sus antepasados
coDslituyeron, i lo que él vee, qne es laprín-
zípal fuerza , para retener su dignidad. Co*
mo él halla difiziltmo el venir a esto qne
pretende, i que por ventara desespera dello,
toma otro norte: haze exasperar los ánimos
unos contra otros, entretiene las disensio-
nes, mantiene vivas las enemistades i ranco-
res, i no deja en esto cosa qne no haga. Des-
ta arte espera, que lo que no puede alcan-
zar por via de fuerza, lo alcanzará con tra-
mas i traiziones , teniendo siempre intento a
esto, que Alemania combatida i aOijidacon
guerras ziviles, venga a perder toda su fuer-
za i resplandor. Por tanto deben vuestras
exzelenzias, Prinzípes ílustrisimos, i Estados
del Imperio, no darle mayor entrada para
penetrar hasta vosotros. Ya veen en él un
perfectísimo dechado de tiranía. Por dos
J92 'medios casi contrarios se conservan comu-
nemente los tiranos en su lugar. Pero en
ambos a dos, hai engaño, simulazion í mali-
zia. Porque cuanto a lo primero , debilitan
las fuerzas de sus mas poderosos vezinos i
A LOS iPUlNZIPfiS. 307
ciudadanos , asechan i oprimen a los que
son avisados i prudentes , trabajan que no
sean bien instituidos los hombres , entretie-
nen parzialidades, ponen mal alajentevuK
gar con los nobles i jenerosos , quitan las
amistades dentro los hombres, i dan en que
entender en varios negozios al pueblo, por*
que no tengan tiempo ni lugar, para consul-
tar nada contra ellos. Después por parezer
que se allegan mucho a lo que debe hazer
un buen Rei, dan a entender que todo aque-
llo que hazen, lo hazen por el bien de la
República. Pero lo prinzipal que finjen , es
grande amor i cuidado de las cosas de la
Relijion, para que el pueblo les obedezca de
mejor gana, i que tengan temor de [que] Dios
los castigaría , si se levantasen contra ellos.
También hazen gran caudal de hombres ex-
zelentes, poniéndolos algunas vezes en honr-
rosos estados , para que los tengan a ellos
en opinión de hombres justos, i que parezca
que tienen también ellos las mesmas virtu-
des, que alaban i admiran en los otros. ¿No
veen vuestras exzelenzias claramente en él
todas estas artes? Por tanto se deben en
308 iNFOBiuzíon
grande manera guardar i mirar mucho por
si.
Por causa de los bieoes Eclesiásticos b&
nazido entre vosotros , i bá crezido, según
193 todo el'mnndo piensa , todo este fuego de
odios, r^ es digna por zierto ni nada honr-
rosa causa , por la cual os conjareis para
destruiros unos a otros ; \osolros que abo-
mináis las bellaquerías i maldades de los
Romanistas, que os dé tal suerte: i emplead
en tales prov«ctios de la Iglesia, i de los po-
bres, los bienes que tenéis, que no se pueda
sospechar de aqui adelante, que miréis mas
por vuestra utilidad i provecho , que por el
adelantamiento i defensa de la Belijion. Los
que os quieren mal, encaraman i exajeran
mucho esto , i sobre ello os han ya grave-
mente acusado mas de una vez. I aunque
no hai duda , sino que a muchos de vosotros
haien mui grande agravio en dezir semejan-
tes cosas, pero todavía puede ser que baya
alguno que no esté sin culpa. Todas las ve-
zes que respondéis a esta queja, p[r]ote9tais,
que de todos esos bienes estáis prestos a
dar mui buena i fiel cueata^ Ya ea eso mes-
A LOS PRINZIPES. 509
mo ziertamente confesáis , que antes os de-
béis poner a cualquier cosa , que no que
piensen las jenii^ que os los habéis usurpa-
do para vuestro provecho , i no los habéis
empleado en pios i nezesarios usos. Vosotros
por otra parte » tos que pleiteáis por retene-
ros los bienes ficle^asticos , que de mano
en mano han venido a vosotros, pensad mui
bien de que maneta , i para que cosas fue^
ron contribuidos ^ los tiempos pasados.
Considerad, como nin^no de vosotros haze
su ofizio , parad mientes cuantos hombres
por vuestra culpa , han venido a extrema
miseria, cuando os ülzlistes^ voso tros con el 194
pan i la sustentazion, que les era debida , i
solos la disipastes, i desperdiziastes. Porque
si son bienes de Iglesia, como vosotros con-
fesáis, mirad si es razón, que gozeis dellos,
no habiendo jamas entendido en ningún ver-
dadero , ni nezesario cargo ni ofizio de Igle^
sia. Muí fazilmente se corrompen, i pierden
su* primera integridad cualesquiera cosas
por buenas que sean. Fuerdh algún tiempo
vuestros antepasados, aunqtte há ya muchos
Mglos, fieles Ministros de Iglesias. I todo el
k»
310 i.\roBHAZion
tiempo, qae eran tales, iio se les daba nada
por ser ricos : pero después que pa&ieroo su
aOzion en la hazienda , comenzaron luego a
olvidarse de su oGzío : i fué esto creziendo
mas i mas, hasla que ya llegó la cosa a que
nadie deseaba ser de la Iglesia , sido para
hazerse rico i vivir en ozio, lo cual creo que
no me negareis. I el dia de faof cuando por
sefialada merzed de Dios, há salido a luz una
doctrina contraría a vuestras comodidades ,
i por el mesmo caso mui aborrezida de vo-
sotros , convertís aquellos mesmos bienes ,
que poseéis con liLulo i nombre de Iglesia ,
para deslruizíon desta doctrina, la cual por
zierto no os quita nada de lo vuestro , sola-
mente os amonesta i os avisa, de cual es vues-
tro oüzio , i os convida a que hagáis mejor
fruto. Vosotros sois los que habéis comen-
zado esta revuelta i desorden. Los que han
dado reglas para bien constituir una l\epii-
blica, dizen, que se debe guardar esto siem-
pre, que la adminislrazion de unMajistrado
195 no sea gananzlosa , para los que la*admi-
nistran, quiero dezir, que no saquen ganan-
zia del otizio : i parézeles que hayan de sus-
A LOS PRI1SZ1PES. Sfí
tentarse de su propia hazienda, o de las ren-
tas públicas y para que no se comuevan » ni
se indignen los privados zindadanos , viendo*
enrriquezer a esotros, de los bienes del co-
mún, i que ellos se quedan siempre aparta-
dos i excluidos, no solamente de la honrra,
pero también de la esperanza del provecho.
I esto aconsejan eltos a los Majístrados que
emplean todos sus pensamientos i estudios
en el bien de sus ziudades. Miraos agora un
poco a vosotros mesmos. Crezido habéis en
iufinito,asi en riquezas como en número. Lo
que es propiamente de vuestro ofizio , ni lo
sabéis, ni lo queréis saber, ni oir hablar de-
lio , porque lo tenéis por cosa baja. A este
jénerode vida, que solamente tomáis por co-
jer dineros , no hai entrada para nadie, sino
para quien fuere semejante a vosotros en
costumbres i en profesión de vida. I teniendo
como tenéis grandisimas exenziones i liber-
tades de las cargas que llevan los otros ziu-
dadanos , i muchos privilejios i inmunidades
de que gozáis, no traéis con todo eso ningún
fruto ni comodidad a la República. Esta des-
igualdad tan grande es imposible , que deje
312 II^FOftMAZlON
de parir innumerables escándalos i ofeasas.
Dan os en rostro con mui grandes cri-
mines: vosotros no respondéis a ellos nada,
ni quitáis los manifiestos abusos , no correjís
errores gravísimos, todo lo remitís al Pon-
tifize , i se lo echáis en el seno. Dais vozes
196 que no se debe quitar a nadie lo ^ suyo: i há
ya mas de veinte años que cantáis siempre
esta mesma canción , i entre tanto no hai
memoria de enmendaros, i maldita la señal
que dais de tener buen ánimo. Imploráis el
favor i ayuda del Emperador , la enmienda
de las cosas que sin maniGesta turpitud i
perversidad no se pueden tolerar, dezís que
es cosa que toca a la deshonrra del Imperio,
como si hubiese el Emperador de defender
vuestras corrupziones, i abonar todas vues-
tras tachas i desventuras. En la disziplina
del Papa i de los suyos, en sus costumbres,
i en toda su vida, no veréis un loable ejem-
plo de virtud : i bien sabéis con que artes
traen colgada en el aire a Alemania. ¿Hasta
cuando ha de durar esto? ¿Hasta cuando lo
pensáis disimular? Nezesario es tener ya al-
guna resoluzion. Alemania osenjendró, no
A LOS PRINZIPES. 315
para que es eoajurasedes «on los extraños
en daño i rokMi della, sioe para que procu-
réis su salud i tranquilidad. El tiempo sin
duda i>s há enseftado muchas cosas,! vosotros
mesmos sabéis , qué vida se há vivido de-
bajo del Papasgo. Las riquezas que poseéis
son grandisimas,i no hai pompa ni superflui-
dad a que no basten a suplir. La misma
cosa pide moderaeion. Si paralas Escuelas i
para los Ministros de las Iglesias , i otros
nezesaríos usos, se escalfase un poco deslas
rentas, conforme al parezer de buenos varo-
nes, ninguna verdadera causa tenéis de que-
jaros: harto os quedara , i por ventura mas
de lo que conviene. ¿Porque no os acomoda-
reis i acordareis juntos en esto amigable-
mente,*sin que nadie os oiga? Porque esto, a 197
la fin de nezesidad se há de hazer, si queréis
que esté salva vuestra patria. Visto que vo-
sotros perseguis una doctrina provechosa ,
saludable i nezesaria al mundo , parezeles
que 08 pueden quitar las armas con que ha-
zeis el daño. De aqui viene toda la pelea ,
que hai entre vosotros. El fin que esto ver-
ná a tener , consideraldo ya, i mueva os si-
1
314 IKFOBHAZION
quiera la calamidad de vuestra palna. Sois
linaje i deszendenzia de aqnellos antiguos
Ateiuanes, a los cuales, aun las naziones es-
tranjeras alabaron siempre de gran fortale-
za i entereza de ánimo. Muchas cosas han in-
tentado contra nosotros , por el odio de la
doctrína,Ios Papas, de cuyas impresas i ma-
las intenziones, pluguiese a Dios, que estu-
viesedes todos limpios i apartados. Porque
es esto cosa dezente, i que cuadra con aque-
lla virtud varonil que suelen tener los Ale-
manes : i tanto mas os debéis confirmar , i
no darse os nuda , cuanto mas claramente
veis qne no les han aprovechado nada basta
aqui todas sus artes. Habiendo una vez di-
sensión entre los Sazerdotes i los Prinzipes de
los Judios , los unos , por bazer mal a k-s
otros, llamaron a Antioco Epifanes, que era
cruelísimo, i ayudáronle a que pusiese un
Ídolo en el Templo , i se hizíese una gran
mortandad de hombres por toda la ziiidad:
tanto puede el odio i deseo de venganza. Kn
esle espejo debriamos mirarnos. Porque
nuestro Antioco Romano , mientras no dn-
198 daré de vuestra fé i l)encvolenz¡a*para con
ALOSPRINZIPES. 315
él y espera de poder encaminar este negozio
a una cosa semejante a aquella de estonzes.
Todas las cosas há descubierto el tiempo,
ya están públicas: i veen los hombres algu*
ñas tramas i artes mui feas i mortales de
algunos, que quieren mostrarse vuestros de-
fensores, las cuales no puede alabar nadie,
síno^el que quisiere ver abrasada su patria.
Si por señalada merzed de Dios, no ovieran
sido descubiertas en tiempo , i puestas en
pública plaza, díganme vuestras exzelenzias,
¿que forma de República tuviéramos? Harto
i mui demasiado, es lo que se ha dado a es*
tos odios i amarguras. Si algo mas, a esto se
le añide , no podrá dejar de traer consigo
calamidad i destruizion. I estas cosas que
digo, os tocan propiamente a vosotros, que
os usurpáis el nombre i título de Iglesia ,
que pues por la magnüizenzia de los Empe-
radores i Reyes tenéis el prinzipal lugar en-
tre los Prinzipes i Estados del Imperio , de-
béis antes pensar , que es lo que requiere
Alemania , que os ká enjendrado , criado i
levantado a esta prosperidad de fortuna, que
no lo/que os puede mandar aquel lujurioso
316 INFOBNAZIO»
i ^tizio Señor , que mnchas vezas há sido en
Alemaoia autor de muchos alborotos i guer-
ras. I que pitra este fin os tiene juramenta-
dos en su servizio i Té , i para apartaros del
amor i de lo que debéis a vuestra patria , i
poder él amplificar mas i mas su potenzia.
A todos vosotros juntos , Prinzipes tlustrisi-
mos, asi a los de la una parzialidad, como a
los de la otra , conviene mucho mirar por
199 los que vernán después de*vosotros, para
que aquella libertad í pura doctrina del
Evanjelio , i este lan hermoso ejerziziu de
todas buenas artes i letras, que en nuestros
tiempos se han levantado, se lo podáis todo
entregar, por orden,mas aumentado i escla-
rezido , lo cual ziertaniente no se podrá ha-
zer sino dais orden como tener tranquilidad,
i trabajáis como reconziliados los ánimos ,
no haya mas disensión ni división entre vo-
sotros. Porque,de otra manera,seguirse liaa
sin duda unas horribles tinieblas, una bar-
barie i servidumbre semejantes a aquellas ,
de las cuales no há mucho tiempo que he-
mos sido librados por manifiesto benefizíode
Dios. Nunca h& estado Alemania en mas alto
A LOS FUHZIFSS. 317
grado de lo qae agora eslá^ tenemos un Em-
perador poderosúamo i vijflantisimo : todas
las artes i disziplinas estáa mui apuradas, i
lo que es mas príimpal de todo, resplandes-
ze entre nosotros la para doctrina de la pa-
labra de Dios. Por lo cual, si en algún tiem-
po há tenido jamás nezesidad Alemania de
prudente'i grave consejo, este es por zierto.
Veis como Dios nos aprieta, viene una cala-
midad tras otra ,envol vémonos enmiljeneros
de diversas incomodidades, i no [n]os pode-
mos desenvolver deiias. Traen guerras entre
si poderosísimos Monarcas, i de tal manera
continuadas, que no les podemos ver el fin.
I todavia con estas guerras se impiden todos
los negozios públicos , de cuyo menosprezio
redundará sin falta una extrema miseria.
En voluntad i en desasosiego de ánimo , i
en * contenziones i porfías, no damos ventaja 200
a aquellos antiguos i exzelentes varoaes. Pe-
ro de su virtud,i jenerosidad de ánimo i des-
treza,babemQs por zierto mucbo dejenerado,
pues de la felizidad i prósperos suzesos, no
digo nada, la cual no está en mano de nadie.
La guerra se debe hazer por alcanzar paz i
318 IXFORUAZtON
conririuarsc en ella. Peto nuestras guerras
no tienen tórniino, son inniorlales, siembra
se i naze una de olra , i no haí «lubda , sino
que estn es una evidente signílicazion i se-
ñal lie la ira de Uios, no mostrarnos ningún
puerto ni alivio en tan grandes males. No
hazcmos otra cosa que juntar Dietas: tanto
que ya se viene a hazer refrán i juego dello
entre estranjeros. No hai que dubdar, sino
que en cualquier compañía i ayuntamiento
de hombres, por pequeño quesea, son me-
nester consejos, consultaziooes, i delibera-
ziones. Pero asi como un cuerpo mal dis-
puesto , no puede estar sin que le socorran
muchas vezes con medizinas, i que siempre
le continúen los remedios : asi es señal de
República no bien ordenada, cuando en ella,
de unas mesmos cosas, en balde se consulta
i se determina tantas vezes. Habia de haber
una confederazion sola por toda Alemania,
i todo cuanto comprende el Imperio , i que
esta no tuviese otro ña , sino la salud i el
bien de toda la Bepúhlica. Mas agora a cada
rincón hai ligas particulares , al apetito de
cada uno, lo cual sin duda es un muí grande
Á LOS PRINZIPES. 319
argumealo de estar los ánimos enajenados i
desconfiados unos de otros , i de que se se-
guirá trasdello una gran* disipazion. I cuan- 201
to mayor verdad es lodo esto , i cuanto mas
lo alcanzan, [i] lo entienden mui muchos^tau-
to debemos tener nuestra suerte por mas mi-
serable, pues nos hallamos todavía tan lejos
de aquel estado que sabemos i entendemos
que es el mejor i mas azertado, i el que mas
se debe desear. Es imposible que ninguna
República dure mucho , si el Majistrado no
antepone la salud común a sus particulares
provechos. Dios os há dado un Emperador,
i de tal manera os lo há dado , que quiere
que proveáis i procuréis juntamente con él,
todas las cosas que pertenezen a defender i
conservar este cuerpo del Imperio. I asi co-
mo en un enjambre de abejas vemos, que bai
un rei a quien todas las otras siguen con
gran dilijenzia, i con quien tienen cuenta, i
que andan ocupadas en hazer la miel , i lie*
vana su colmena como a unaziudad,todala
mangla i jugo que han buscado con grande
trabajo en diversos prados de yerbas flori-
dasy i iraidola de lejos ; asi también debéis
320 INFORBIAZION
haser vosotros , aunque no tuviesedes Em-
perador tan poderoso, ayudarle con socorro,
consejo, i ditijenzia, en todas las cosas, que
pertenezen a la dignidad del Imperio. En
toda la Enropa , ni en toda esla nuestra
parte del muodo que sabemos, ninguna tal
forma de República bal como en Alemania ,
porque cuantos Prinzipes hai i ziudades ,
tantos Heyes i cabezas, parcze hnt en ella.
Por tanto, no bai cosa mas fazil ni tan a la
mano, como que una tal República bamba-
nee, se debilíÉe, se pierda » i se caiga toda,
202 porque tiene este vizio por propio,^ que ca-
da uno busca en ella su particular provecho,
i no piensa sino en como defender i aumen-
tar sus cosas. Guando esto se baze , ¿que
otro fin se puede esperar , que el que hemos
visto que tuvo Grezia? Mientras juntadas en
una las fuerzas, i comunicados los consejos
defendían su libertad, eran invinzibles: pero
después que se distrajeron los ánimos , que
se convirtieron a sus> partioulares utilidades^
fueron hechos presa de tiranos, i tan avas»-
{lados i pisados , que no hai pueblo i el dia
de hoi mas desastrado , por estac oprimido
A LOI$ PRlNZlPfeS. JAI
con una dura servidumbre de aquel cruelí-
simo destruidor. El cual pcNrque agora casi
há penetrado ya dentro de nuestro cuerpo ,
bs jentes que viven en su frontera , i están
lemiendo el rabato que les bá de dar , im*
ploran i están esperando con miserables i
lastimeras lágrimas i sospiros vuestra ayuda ,
para poder librar sus niños que están en las
cunas, sus padres ya viejos sin fuerzas , sus
hijas donzellas i sus castas mujeres, de las
armas i nefandas libídines i fuerzas de. aque-
lla fiera > cruel i mabÜta jetote. De la cual
ayuda si los desamparamos/ tienen porzier-
to> i lo veen mui a la clara, que no podrán
^itar las mesmas calamidades, i en las que
nosotros, después dellos oprimidos, sin dub-
da ninguna incurr [re]mos.
FIN.
A Dios sea gloria i riabanza.
31
3S2
203 Porque en eiiat informaciones se hate
mension de etle capitule del Apocalipsi . le
puso aqtti para que se entienda mas clara-
mente la verdad de lo ^ue se Itá tratado.
Describe san Juan en él al Anteeristo , com-
parándolo a una famosa Ramera , ¡a cual há
engañado fados los moradores de la tierra :
sacando los escojidos que han side preserva-
dos de sus errores. I es a la fin castigada, i
sale el Cordero con la victoria.
CHAP. XVU.
I vino UBo de los siete Anjelea , qoe te*
nian los ^ele vasos, i hablú comigo, dizien-
dome : ven i mostrarte hé la condenazion de
la gran Ramera , la cual está sentada sobre
muchas aguas , con la cual lian foroícado
los Reyes de la tierra, i los que moran eula
tierra se ban embriagado cod el vino de su
fornicazion. I llevóme en espíritu al desier-
to, i vide una mujer sentada sobre uaa bes-
tia de color de grana , que estaba llena de
nombres de blasfemia, i tenia siete cabezas
3S3
i diez cuernos. I lá mujer estaba vestida de
purpura i de grana, i dorada con oro, i ador-
nada de piedras prexiosas i de perlas > i tenia
un cáliz de oro en su mano lleno de abomi-
nazionesy i de la suziedad de su fornicazion ,
i en su frente el nombre escrito Misterio, la
grande Babilonia madre de las fornicaziones
i de las abominaziones de la tierra. I vide la
mujer embriagada de la sangre de los san tos
i de la sangre de los mártires de Jesu : i
cuando la vide, fui maravillado con grande
admirazion. I el Anjel me dijo: ¿porque te
maravillas? Yo te diré el secreto de la mu-
jer, i de la bestia que la trae , la cual tiene
siete cabezas i diez cuernos. La bestia que tu
*has visto, fué i ya no es : i há de subir del
abismo i há de ir a perdizíon; i los morado-
res de la tierra (cuyos nombres no están
escritos en el libro de la vida desde la funda-
zion del mundo) se maravillaban , viendo la
bestia, cual era i ya no es, aunque es. Aqui
hai sentido que tiene sabiduría. Las siete ca«
bezas, son siete montes , sobre los cuales se
asienta la mujer, i son siete Reyes. Los zinco
son caidos, el uno es: i el otro aun no es ve-
S24
nido: i cuando Hiere venido, es nezesarío que
dure breve tiempo. Ta la bestia que era, i
no es, es también el octavo Rei i es de los
siete, i va a perdizion. I los diez caemos que
tu has visto, son diez Reyes, que aun no han
rezebido reino, mas tomarán potenzia en un
tiempo como Reyes con la bestia . Estos tie-
nen un consejo, i dará su potenzia i auto-
ridad a la bestia. Ellos batallarán contra el
Cordero, i el Cordero los venzerá, porque es
el Señor de los Señores i el Rei de los Reyes :
los que están con él son llamados, i elqidos,
i Geles. I él me dize : las aguas que tu has
visto donde la Ramera se sienta, son pueblos
i compañas , i jentes i lenguas. I los diez
cuernos qtte tu tiste en la bestia, aborreze-
rán a la Ramera , i la barón desolada i des^
nuda , i comerán sus carnes , i quemaránia
^ con fuego : porque Dios há puesto en sus
corazones que ellos hagan lo que le plaze,
que den su reino a la bestia, hasta que sean
cumplidas las palabras de Dios. I la mujer
que tu has visto , es la grande ziudad que
tiene su Reino sobre los Reyes de la tierra .
325
S. ThesaloiiíceDses. 2.
Nadie os engañe , porque este dia no ven*
drá sin que primero sea venida la Aposlasia
i apartamiento de la fé de la verdad , i que
el hombre de pecado sea revelado , hijo de
perdizion, que es adversario, i se ensalza so-
bre todo lo que es llamado Dios , o Deidad ,
hasta venir a estar sentado en el templo de
Dios y como Dios , demostrándose asimismo
ser Dios. I agora bien sabéis qué lo detenga,
í es y para que sea revelado en su tiempo.
I^9rque ya obra el Misterio de maldad, sola-
mente teniendo su reino agora hasta que sea
quitado de en medio* I entonzes será mani*
festado el perverso: al cual el Señor destrui-
rá con el espíritu de su boca , í consumirá
con la claridad de su advenimiento. La ve-
nida del cual hombre de pecado es según la
operazíon de Satanás , con toda potenzia i
señales , i milagros mentirosos , i con todo
engaño de maldad en aquellos que perezen,
porque no han rezebido el amor de la ver-
dad y para que fuesen salvos. I por eso les
205
r
embiará Dios elicazia de cngafio , para que
crean a la mentira: para que sean condena-
dos lodos los que no hubieren creido a la
verdad, pero antes hubieren aprobado la ín-
JHStizia.
^
APÉNDIZE.
r
Los tres documenlos que si^^en son co*
piados » el primero » cuyo encabezaniienlo
empieza : Al Revmo. en Vhrislo Padre , de
UD volumen de maoúscrilos, que se halla en
el Museo Brí tánico» con el titulo de Carlas
i pápeles varios , 1520 — 1608, marcado n/
8219. Plut. CXXIII. F.: prínzipia en la paj.
61. i concluye en la pajina 63 vuelta. El
segundo, que prínzipia ^l estado de las cosas ^
se halla en otro volumen del mismo Museo,
con el titulo áe papeles vár ios ^ 1602 — 1671.
marcado Egerton n." 541. Plut. CLXX. C:
Comienza en la paj. 199. i concluye en la
pajina 204 vuelta. El terzero, con el título
de Parezér de Fr, Melchor CanOy se halla en
el mismo^volumen que el anterior , i a su
continuazióu, prinzipiando en \d^ misma pa-
jina 204. vuelta , i concluyendo en la pajina
222. Todos tres están copiados literalmente,
habiendo conservado en la copia la misma
ortografía, incorrecziones, i abreviaturas que ^^
se hallan en los respectivos orijinales. En el ^^
terzér manuscrito , que es la respuesta de '
Melchor Cano, hai algunas notas al marjen ,
que al parezer son zitas de algunos autores;
pero están escrítas de tan pésima letra que
lio las puedo entender ; por la mayor parte
a
es imposible hazer juizio de lo que dizen ,
porque están cosidas las hojas con hilo, ade-
mas de la encuadernazion, ¡ la costura coje
los prinzipios de todos los rengiones: he co-
piado lú que de ellas he podido. De todo lo
cual zertiuco , en Londres a 24 de Noviem-
bre de 1853.
Juan Calderón.
Al Bmo. en Christo Padre i Sr. D. Alonso
Manrriqne, Arzobpo. de Sevilla , Inqoisidór
mayor de los negozios tocantes a la fee Ca-
thólica en los Reinos de Espafia.
Erasmo Roterodamo.
El Apóstol s. Pablo, Rmo. Señor, según
escribe s. Lucas (26.* Actos.], estaba mui
contento porque habia de defender su causa
ante el Rei Agripa, que sabía i entendía mui
bien las costumbres, constituziones , i cues-
tiones de los Judíos de que al presente se
trataba. Tenia tal confianza en su justizia
aquel santo varón , que no le faltaba otra
cosa, sino haber un Juez tal, que entendiese
mui bien el negozio: porque cuando el que
ha de conozer de la causa, es varón justo i
entero , ella mesma espera alcanzar favor
ante él. Podría yo mui bien gozarme , por
la razón que St. Pablo, de que este tumulto
conlra mi levanlado , haya venido a manos
de juez no menos señalado i exzelenle en
letras i discreziou, que en pureza i sinzeri*
dad de vida. Mas una cosa me da gran pena:
que con tales calumnias me es forzado dar
algún enojo a V. S., que en tantos i tan
graves cuioados está ocupado: que de loque
a mí toca, por ventura es el daño i pérdida
mas liviana, puesto caso, que me hazen al*
zar la mano, i me quitan de los trabajos que
según mis fuerzas, i aun sobre todas las fuer«^
zas, assi de mí edad como de mi salud, he
tomado, en favorezer i llevar adelante las
buenas letras, que ya de pocos dias acá en
todas partes abundosamente han tornado a
florezer, i en restituir los estudios de la sa-
cra Theolojia, i los autores de ella. Lo que
en este caso yo he publicado, manifiesto es-
tá , i fazilmente se podrán contar las obras
que he escripto: mas, juzgar i estimar cuán-
tas vijilias i trabajos me cuestan , esto será
mui oiGcultoso. En lo que agora , con todo
corazón i dilijenzia me ocupo, es en procu-
rar que las Obras de St. Augustin salgan a
luz todas , i mui emendadas , i con mucha
autoridad: obra (porzierto) de gran trabajo,
i de mucha costa ; porque ninguno pudiera
creer, que en las escripturas de aquél ex-
zelente Doctor , se habían de hallar tantas
faltas , i errores , cuantos hallamos que te-
nian, no por culpa suya, mas por la iDoran-
zia Oe los escriplores , i por el atrevimiento
de algunosque pensando saber algo.no saben
nada. Pues , a quien en semejantes trabajos
se ocupa, i los ofreze de buena gana al pro-
vecho contunde todos, levantarle tales acha-
ques, i tratarle de lol manera como a mí
me tratan , desagradesimíento señalado pa-
rezerá, según yo pienso, a cualquier bueno.
1 pues andando las cosas de la Iglesia, como
andan , vazilando de tan nueva manera , í
perseverando yo constantísimamente en la
parte cathúlica, contra las herejías de Lule-
ro, i siendo uno de los que mas de zerca
han venido a las manos, i mas contino peleó
con este enemigo, querer mis mismos ami-
gos i compafieros herirme a traizíón , i por
detrás tirarme tales saetas con las lenguas ;
yo no sé qué nombre ponga a tal hazaña
como ésta. Uel nombre déllo júzgueulo otros,
mas de la sustanzia del negozio, yo sé zierto,
que ninguna cosa en el mundo pudiera acae-
zer , con que mayor plazér haya habido
Lutero , que ésta que hazen , estos que se
alaban tener con él perpetua guerra i ene-
mistad. I aun todo este mal, poco o mucho,
lo Sufriría yo lijeramente , si la contienda
fuese ahora , como la de St. Pablo , centra
judíos , i contra herejes o paganos ; porque
habiendo victoria, a los buenos sería agrá-
5
ilabte, i a los malos dañaría. Mas, gran des-
ventura es la mía, que me es ahora forzado
pelear contra aquellos que se llaman colu^
ñas i sostenedores de la relijion chrístiana ,
los cuales , assi como seria cosa justa que
ellos fuesen mili buenos , assi conuernia que
hiziesen obras por do los tuviésemos por ta«
les. Lo primero, lea deseo yo en gran mane*
ra: i de lo segundo, en verdad yo no les ha«
bria mocha invidla ni me pesaría , si ellos
me dejasen vivir» Son los que estas cosas han
movido contra mi , según yo he oido , no
zismáticos, no herejes» no paganos; mas re*
lijiosos de la Trinidad , de Santo Domingo »
de Sant Franzisco , Carmelitas , Angustióos
i Benedict[in]os! nombres , por zierlo, días
ha mui favorezidos i gratos a todas las na^
ziones del mundo , a ios cuales yo también
de verdad deseo, que se les acreziente mucho
mas favor, que quitarles un punto del que
tienen. I por esto, cuanto puedo, ruego una
i otra vez a todos, por amor de )esu Ghrísto,
que ninguno juzgue , que por la simpleza o
niaiizia de algunos pocos , se deba dañar ni
injuriar la buena estimazion de las Ordenes:
por cuya honra , en verdad , yo disimularía
de buena gana mi particular injuria , si
este juizio fuese solamente en juzgar de mi
elocuenzia, i juizio, o injenio, o letras; mas
cuando la cosa viene a nombre de herejía >
r
6
este tal, ni lo debe safrir, ni confesar, siiio
quien sufre cometerla. I también, Junte con
esto, no dejaré de rogar a las núsmas Órde-*
ues i Relijiones , que tengan por bien , que
esta nuestra controversia , sea particular i
secreta. I assimismo , si en en esa tierra hai
algunos amigosi favorezedoresde mi nombre
i estimación , querría pedirles, que assi tem-
plen el favor que me quisieren haeer , que
esta porfía , i este fregar i cutir de los estu^
dios i opiniones, no sea causa de levantarse
algún desconzierto i desasosiego en el mundo,
pues en todas partes hai de esto mas de lo
que querríamos: mayormente que, como ha->^
bemos visto, a las vezes de prinzipios i cau-»
sas mui livianas se han levantado grandísi-
mas alteraziones, que aunque fueron comen^
zadas por hombres de poca estimazion, ape<*
ñas han podido ser atajadas por la autori-
dad de los Prínzipes mas soberanos. En ver^
dad, cuanto a lo que a mi persona i condi-
zion toca, yo querría mas como el profeta
Jonás ser echado en la mar, i comprar el so-
siego común de toda la chrisliandad a costa
de sola mi cabeza i vida , que ser, uo digo
causa , mas ocasión de alguna perniziosa
tempestad. Assiqué, este pleito que ahora
he de defender yo , entiendo tratarlo de tal
manera, que en cuanto pudiere deje a mis
adversarios sin injuriarlos i aun sin nombrar-
7
los. I si alguna vez pareziere, que la misma
materia trae consigo nezei^dád de dezir al-
guna injuria o descortesía contra ellos; quie-
ro dezir y si la verdad defendida por mi, ma-
nifestase claramente , que ellos son otros, i
mui diferentes de lo que muestran i quieren
parezer; en tal caso, póng^mse la culpa a sí
mesmos , i no a mi, pues ellos me pusieron
en esta nezesidad. Porque 4si este negozio se
tratara por cartas particulares entre ellos i
mi, pudiérase la cosa conzertar entre noso-
tros sin dolor i sin injuria : lo cual yo les
agradeziera mucho. Mas veo que lo tratan ,
no solamente pública , mas descortesmente.
Porque, dejada aparte la queja que tengo ,
en saber que ha dias , que pública i secreta-
mente, i aun en los sermones , contra vo-
luntad de los Papas i Perlados , i del Empe-
r<ador, algunos déllos se han desvergonzado
contra mi bonrra i estimazion : oGzio , por
zíerto, mui ajeno de la Orden i costumbres
de Sto. Domingo i Sn. Franzísco, de cuyos
renombres ellos se prézian : mas aun sobre
todo este Libelo que ahora con tanta soleni-
dád presentaron ante VS.% es aun mui mas
estraño , i contra aquella sinzeridád i chari-
dád en que ellos hizieron profesión. Prime-
ramente suprinzipio fué, haziendo memoria
de muchos herejes antiguos , venir a hazer
mui señalada menzion de mi nombre, como
8
8i Erasmo en algo hubiese tenido que hazer
con herejes» Tras esto, pusieron unos títulos
a sus Artículos» tan temerosos , qae solos
ellos bastan a sentenziar contra mí: aunqne
también en el medio de la obra mezclaron
una buena parte de ponzoña. Mas yo abora
no quiero dar mal por mal, porque entiendo
venzerlos, no menos con buena templanza i
moderazión» que con la justiGcazión de mi
causa. Pero lo que yo pido a Vra. exzelsitud
niui Ilustre, es, que tenga por bien, desocu"
par un poco ese su corazón en tantos i tan
graves negozios ocupado, a lo menos , hasta
que conozca i entienda mui bien esta cansa»
Yo tengo por mui zierlo,que si en mis scríp^
turas hubiese alguna manera de herejía, que
ni VS.* las querría favorezer , ni yo jamás
pediría vuestro favor, antes demandaría cor-
rection , porque en gran manera deseo que
de mis obras esté tan lejos cualquier herejía,
cuanto está lejos de mi pensamiento. A de-
zir verdad, yo bien veoí conGeso, que mu*
chas de mis scrípturas que scríbi siendo
manzebo, i otras que tratan cosas de burlas»
las publiqué mes arrebatadamente , i con
menos madureza que debiera , porque es
común vizio de nuestra naturaleza : i assi
como afirmo, que en ellos hai muchas cosas
que se pudieran dezir mas prudente , mas
recatada i moderadamente, porque no pen-^
9
f^aba yo jamás había de venir tiempo tan ca^-
lumnioso como este; assi niego, que en ellas
se halle sentido herético alguno.. El cual ^
si alguno roe le mostrare » yo seré el pri-
mer Juez que lo condenare^ i seré el verdn-
So para raerlo i desbaratarlo. Pero en tanta
iversidád de injenios ^ de opiniones i de
juizios , pensar hombre satisfazer a las sos-
pechas ^ achtiqttes , correctiones i torzidos
parezeres de todos ^ ni me pareze posible ,
ni aun pienso que va mucho en ello, mayor-
mente , que aun en las Letras apostóhcas
halla muchas vezes la maliziosa calumnia
algo que roya : ni hubo jamás scriptór ca-
thólico hasta hoí tan dichoso , que no se
deba leer Con alguna lizenzia i desculpa.
t dejados otros muchos, digo que en los de
actos de los P^nttfizes romanos , i en las
obras de St. Hierónimo i St. Augustin , se
hallarán algunas cosas» que simplemente to-
madas, serían errores, si ahora alguno las
quisiere apurar con porfia% Son estas unas
faltas humanas, i livianos descuidos, los cua-^
les es justo que se perdonen en recompensa
de otros muchos merezimientos que én ellos
se hallan. I aun esto no quiero yo \ que se
me otorgue a mí, sino que rezibiré el juizio
de VS.*, como si ftiese un oráculo , o res-
puesta divina , porque sé que la nobleza de
vuestro linaje, i k satitídad de la vida i bon-
2á
10
dad natural , juntamente con una slnguhr
enidizióii , os hazen libre de todn sospecha
de inalqucrenzia. Mas, niiiclio os be deteni-
do, Riuo. Scñúr , con esta mi preíazion : i
por esto, quiero comenzar el negozio prin-
zipal, poniendo primeramente con toda fide-
lidad las palabras del Libelo que contra mí
se presentó, según de allá me fué enviado
por uno de los Secretarios del Emperadúr.
[Sígnense las respuestas a todas las obje-
ziones i calumnias , que fueron zíento : la
una fué del fuego del infierno, si es nialerial
o no, a la cual reEpond[i}ó así:]
A este artículo be respondido cumplida-
mente por diversas partes, i mas en un Ca-
Ritulo que añadí a las supputaziones contra
atal Beda. Largamente ban caminado es-
tos mis calumniadores , pues comenzaron
desde la santísima Trinidad , i han llegado
hasta los Infiernos: i aun dizen, que la lec-
zioo no es acabada, i que les queda mas por
dezir. Gastarían, pnr zierto. ellos mejor el
tiempo , en revolver los libros de St. Am-
brosio, Jerónimo i Augustiuo, en los cuales
aprenderían algo de la bondad (^iristiana; o si
alguna gana tuviesen deealumníar, hallarán
también algunas cosas donde meter el dien-
te, como en mis escripturas. I si estos Pa-
11
dres deseasen de todo corazón la tranquili-
dad i sosiego de la Christiandády i hubiesen
en gana de atajar i apagar la tempestad que
ahora anda en ella ; antes buscariati en mis
obras las cosas que hazen contra Lutero ,
que no retorzér mis palabras en sospecha
de parezerme a mí bien sus errorres. En
cuanta estimazión tengan estos a V/ Ex-
zelenzia mui Ilustre Sr., pues de tan oziosas
i frías murmuraziones os han querido car-
gar, véanlo ellos , que tales asuntos os han
ofrezido, i dedicado con tanta selenidad. Yo,
en verdad , mui gran vergüenza tuviera de
ofrezer, aun esta mi defensión, a tan seña-
lado Perlado: i si la ofrezco, no es para que
sea estimada, sino paraque sea juzgada : i
esto no sin gran empacho i dolor. Porque
asi como he vergüenza, con tales niñerías
dar enojo a tan gran Señor , i en tan gran-
des negoztos ocupado ; así tengo pena i do-
lor , que con * esto se alborotase vuestra
grandeza , i mi industria : perderemos el
tiempo , dejándole de gastar en cosas roas
provechosas , empleándole en las de poco
provecho , i mucho sinsabor. Mas si V. S."
pudiere tragar el enojo que de leer esta mi
scriptura le verná, yo sé zierto que juzgará
* Ast el ms. pero indudablemente errndo. Tal vei el traduc-
tor én su orijinál diría: ^que con eslos alborotos» vuestra gran-
deza, i mi industria, perderemos* ele. pues el lat. dize: «/injus-
modt tumulíibus^ efe.
12
a Erasmo, roas por merezedór de iniseríeor-
día que de ira. Porqne yo cualquiera otra
cosa qaisiers mas hazer que ésto. El juizio
que Vs.' eo esto hiziere, le rezibiré con ale-
gre corazón ; ne porque yo piense que eo
mis scripturas no Iiai algo que jnstamente
ne deba reprehender, mas porqne tal intea-
zion es la mía , que si al^na cosa en ellas
se hallare contraria a la doctrina sania i boe-
na, mucho mas plazér habré con la correc-
zion de cualquier yerro, que en haJwr vcd-
zido esta cauta con ínroenzia.
El estado de las cosas de la Iglesia , los
agravios que en estos Reinos en lo eclesiás-
tico se reziben , í la itezesidad que hai de
remedio i refbrmazion.
Es notorio , que para los pontos que se
ftroponen, en que su Majestad quiere saber
o que puede hazer, i a qué se puede eiten-
der, siendo, como son por la mayor parte,
enderezados al dicho fin ; no era nezesarío
otra Relazion ni iuslificazion. Mas porqne
es bien se entienda todo lo que ha pasado
con su Santidad, i el término en que con ¿1
13
están los negoitos; de que resultan las gran-
des i justísimas causas , que sn Majestad
tiene para se mover, i prozeder a todo aque-
llo a que justa i chrisUanameote pueda; se
presupone lo que en la Helazion inrra-es-
críta se ilize.
'Desde antes que su Santidad fuese pro-
movida al Pontilicado, muchos aflos siendo
Cardenal , se vió el mal ánimo i enemistad
formada, que contra su Majestad Imperial
faa tenido, mostrando, así ea obras , como
en palabras . en todo lo que se ofreEÍa , la
dicha enemistad: en conrirmazíon de la cual,
se sabe haber aconsejado al Papa la conquis-
ta i enipressa del Reino de Ñapóles : i como
por entontes nn lo pudiese persuadir , eu
viendo la ocasión de la muerte de Pedro
Luis, hijo del dicho Paulo , lo tornó a in-
tentar, ofrezieitdo al dicho l'ontífize la ayu-
da de sus parientes i amigos, i dándole en
la misma conquista del Keino , la misma
orden que ahora ha llevado i lleva.»
• En la elecxion i asumpzion suya al Pon-
tiüeado, pareze , que faltándole dos votos
de los nezesarios pava ser eleczion Canóni-
ca , se sentó en la silla donde suelen ser
adorados, i estuvo allí, sin quererse levan-
tar, por un día natural, hasta que los Car-
denales (se dize] haber forzado al Cardenal
14
de Palermo, i a otro Cardenal mozo de la
t)arte Imperial: el cual Cardenal de Palermo
lizo la dicha adoraziou, reclamando, i di-
ziendo, que era fuerza, i no elecziou Canó-
nica. I llegando el Cardenal de Santa Flor
a la puerta, que la tenían zerrada , con in-
tento de protestar que la eleczion no era
Canónica; nunca le quisieron abrir, ni dejar
entrar. I de aquí se puede entender haberle
venido al dicho Cardenal los malos trata-
mientos i agravios que su Santidad le ba
hecho.»
«Luego que fue asumpto en la dicha ma-
nera al Pontificado, hizo Cardenal a D. Car-
los Carrafa su sobrino, el cual, allende de
ser un soldado, criado siempre en el hábito
militar, i ejerzitado en la guerra, i que ala
sazón vivía con el rei de Franzia ; es un
hombre vizioso, disoluto, homizídiario, ro-
bador, asasino, i de quien se entiende , es-
tando en Venezia, haber dado higas al San-
tísimo Sacramento, i dicho publicamente,
que no creía en él. I no solo hizo a lal hom-
bre Cardenal, pero le entregó totalmente el
gobierno de lo espiritual i temporal de la
Iglesia, cosa tan perniziosa, i de tan grave
escándalo i mal ejemplo.»
«Assimismo , en continuazion del dicho
ánimo i enemistad, recojióa los rebeldes del
Ueino , que estaban en servizio del Rei de
15
Franzia , como a Bernardino Sanseverino ,
Duque que fué de Salerno, i a otros muchos
forajidos i rebeldes : i no solo los recojió ,
pero aun les entregó el Gobierno de Roma,
i de su persona , despidiendo i echando de
su casa a todos los que le parezían servido-
res i aBzionados a su Majestad, aunque fue-
sen sus deudos. »
«I para dar prinzipio a lo que tanto te-
nía pensado, i deseado, tomó ocasión de las
Galeras del Prior de Lombardía , que salie-
ron de duita-Vieja; no siendo la dicha oca-
sión justa, por haber aquellas salido con li-
zenzia del Conde de Mon torio, que goberna-
ba el Estado de la Iglesia, i que para lo su-
sodicho tenia la autoridad i poder nezesario.
I con la dicha ocasión prendió a Totino ,
criado del Cardenal Santa Flor , i siendo
hombre mui honrrado le hizo dar tratos de
cuerda, para enlender del lo que habia ve-
nido a dezir a sus Majestades zerca de sü
eleczion: i al dicho Cardenal su amo le pren-
dió, i hizo otros malos tratamientos, siendo
tan prinzipal persona, por ser servidor i afi-
zionado de sus Majestades.»
«Hizo por el mes de Octubre del año pa-
sado de 1555. liga con el Rei de Franzia ,
por medio de Mosiur de Arabanzona, emba-
jador del dicho Rei en Roma : en la cual li-
ga, lo prinzipal que se capituló, fué lo to-
16
cante a la conquista del reino de Ñapóles , í
estado de Milán, que tan justamente su Ma*
jestád posee ; i desde esc mes , ofreziendo
mvestiaura del dicho Reino , para un hijo
del Rei , i haziendo otros pactos , condizio-
ues 9 i capilulaziones « todos enderezados a
la ofensa i daño de sus Majestades.»
«A losColoneses i Ursinos, que eran ami-
gos i servidores afizionados de sus Majesta-
des , les ha hecho muchos agravios i malos
tratamientos privándolos de sus estados , i
Eersiguiéndolos en las personas , honrras i
azieudas , queriéndolos del todo destruir :
teniendo assimismo fin t en la ocnpazion de
los Lugares i Estados de los dichos Colone-
ses, el intento que tiene en la conquista del
Reino , por ser aquellos a propósito para
mejor meter la dicha guerra en el dicho
Reino.»
«Envió al Cardenal Garrafa, al rei de
Franzia; i otros Cardenales a sus Majestades,
con nombre i color de procurar la paz. I el
dicho Cardenal Garrafa renovó i concluyó
la Liga con el Rei, i trató muchas otras co«
sas en perjnizio i ofensa de sus Majestades,
i en perturbazion de la paz i quietud pú-
blica de la Christiandad. I entre las otras
condiziones de la Liga se capituló, se le die-
sen dos mil franzeses que llevó por mar ,
para los meter en las Plazas de los Colone-
/
17
ses, que fortifica ala froDlera del Beíno. I
el otro Cardenal que iba a la Corte de sus
Majestades se eolretuvo, hasta entender que
estaba conclnida por el Carrafa la dicha
Liga: i entendido , sin llegar a la Corte se
volvió por tierra, a Suiaos, a negoziar cou
ellos la Liga.»
■Ha hecho grande iustanzia a los Vene-
zianos, paraque se entren en la Liga , ofre-
ziéodoles la iuveslidura del Reino de Sizilia
i otras Plazas en la Pulla: i assiniísmo ha
tratado con el Duque de Ferrara lo uiismo,
ofreziéndole a Cervi í Itavena, Plazas impor-
tantes al Patrimonio de la Iglesia.»
■Ha hecho a los Ministros i Criados de sus
Majestades muchos i grandes agravios , i
malos tratamientos: i , siiiembargo de la se-
gundad que de Derecho divino i humano se
debe a los tales Alinistros, los ha prendido ,
atormentado , e injuriado. Porque prendió.
i tiene preso a (iarzí-Lasso de la Vega, Ca-
ballero prinzípál, al cual sus Majestades ha-
biau enviado a negozios de imporlanzia s su
Santidad : tomando ocasión ae ziertas Car-
Las , que el dicho Garzi-Lasso escribió al
Duque de Alba, cnn aviso de algunas cosas
de que justa i lizitamente, como Ministro de
su Majestad, podia avisar. Prendió assimis-
mo a Juan Antonio de Tassis, Correo mayor
de su Majestad , a quien ha dado tratos de
18
cuerda. Hizo prender en Bolonia al Abad
Brizeño , que llevaba ziertos Despachos del
Duque de Alba, aD. Juan Manrrique, a Ña-
póles: al cual Abad ha tenido, i tiene, preso
1 maltratado. Al Marques de Sarria, emba-
jador de sus Majestades, trató muí mal , i
ásperamente , assi de obras como de pala-
bras, quitándole por todas vias la reputazion
i autoridad , haziéndole diversas ofensas í
agravios. I assimismo, ha preso i maltratado,
a otros servidores i afizíonados de sus Majes-
tades: i hizo ahorcar al Abad Mani , i a otro
Galabrés, levantándoles, que habían querido
dar yerbas al Cardenal Carrara, siendo pú-
blico i notorio no haber sido, ni haber ellos
cometido , ni sido culpantes de tal cosa.»
«Hizo que su Fiscal pusiese en Consisto-
rio, públicamente, acusazion contra sus Ma-
jestades Imperial i Heal, pidiendo se proze-
diese a privazion del Imperio i Reinos: cosa
tan exorbitante i de tan gran ofensa , i tan
sin fundamento ni razón.
En la revocazion de la cuarta i cruzada ,
que hizo su Santidad, — habiendo sido aque-
llas conzcdidas para cosa tan justa i neze-
saria como lo es la defensa de los lugares i
fronteras que su Majestad sostiene en África,
i teniendo tanta nezesidád de esta ayuda pa-
ra defenderlas, en tiempo, que se había per-
dido déllas , i otras estaban en peligro de
19
{lerilerse,— como quiera que en el Breve de
a suspensión se dieron oíros colores i cau-
sas, es zierto que se tuvo fin a agraviar a sus
Majestades i a enilaquezerles las fuerzas pa-
raque no se pudiesen assí'elTeuder, i obviar
a la guerra i conquista del Keino. I aun es-
tán entendidas las intelijenzias i medios que
se tuvieron, enderezados a poner defensión
i allerazion entre el Iteiuo i Vassallos de
"Ha tratado de las personas Imperial i
Real de sus Majestades , con palabras mui
indignas i perjudiziales , i dizieudo, que lia-
bía de traer el armada Turquesca contra
sus Estados, i que lo podría justamente ba-
zer; i, aun no falta quien lo alirma, que la
que vino a Oran fué por 61 solizitada , a fin
de poner lo de España en nezesidad , i di-
vertir las fuerzas de sus Majestades,-
■I en prosecuzion déste mismo intento, i
fin de la dicha guerra i conquista, ha he-
cho mucha jenle de a pie, i de a caballo , i
proveerla de vituallas, artilleria, i muniziu-
nes: i trayendo por todas partes las inteli-
jenzias que puede, para seguir el dicho in-
tento de la guerra.»
«I siendo oQzio tan propio de su Santi-
* áeftndcT, delKdctir. O bien, onlai, debe cencilteeíefu-
á¡eavB. Pno pienso qne i, d. ilcfcader : y luego , ofciisiun en
#
20
dad , procurar la paz entre los Prínzipes
Grislianos , no solamente no lo lia hecho,
mas tuvo 1 mostró grande sentimiento de ha-
berse asentado las treguas entre sus Majes-
tades, i el Rei de Franzía*: i ha turbado,
i puesto en bullizio de guerra la Christian-
dád, i conmovido a ella con toda la instan-
zia que ha podido al dicho Rei de Franzia ,
Saraque torne a tomar las armas contra sus
[ajestades, i procure de tomarles sus Reinos
i Estados , rompiendo la dicha tregua que
con él se tiene. I puesto , que a ninguna co«
sa de las dichas se ha dado por sus Majesta-
des ocasión, antes, había grandes i notorias
causas porque de su Santidad debían ser
tratados como Prínzipes Christianos i Ca-
thólicos , i observantisimos de la Sede apos-
tólica; i que assimismo, de su parte, sehan
hecho todas las dilijenzias, i usado de todos
los medios a ellos posibles, para quietar a su
Santidad , i desviarle de tan desordenados
fines e intentos, e para le induzir a que des-
hiziese tantos i tan notorios agravios ; no
habiendo bastado cosa ninguna, i habiéndose
Cara
Navagero dice : tDomandanio io al Ponlefice et al Cari.
un
ajfa si havevano avviao alcuno delle tregüe, si qnardarono V
Vallro ridendo, quasi volesscro diré, st come mt disse anche
aperlamenle il Ponlefice , che questa ^teranza di tr^ue era
assai d^ole in lui; e non di meno venne Cavviso il ^orno se-
guenle, il quale si come consolé tulla Roma , cosi diede tanlo
travaglio e tanta molestia al pupa et al cardtnale , che non lo
poterono dissimulare- Diceva il papa , che qwtte tregme sartb-
oero la ruina del monde
21
venido a termina, que sia evidente i notorio
peligru de sus Reinos i Estados, no se podía
esperar que metiese la guerra en el Beino;
íaé forzado , que el Duque de Alba , como
Ministro td^n prinzipal i zeloso del servizio
de sus Majestades , i a cuyo cargo está la
deTensa de aquellos Estados; saliese en cam-
po con el Ejérzito que ha podido juntar ,
para obviar a la fuerza i violenzia que su
Santidad quiere hazer : con determinazíou ,
que sí su Santidad quisiere aquietarse , i
quisiere venir a medios convenientes , i de
manera , que se pueda vivir con él con se-
guridad,! quisiere deshazer los dichos agra-
vios; sea por su Majestad admitido, siendo,
como es , su reiil intento tener a aquella
Santa Sede laobedienzia i observanzia que
siempre.'
•Presupuesto lo susodicho , so Majestad
tiene fin a la defensa de sus Beinos, al repa-
ro i satisfazíon de tantos agravios , a quie-
tar a su Santidad, i conduzirle a loque con-
viene. 1 teniendo assimismo Gn ol benefizio
público de la Iglesia i de sus Estados , i la
reformazíon i remedio de lo locante a lo
eclesiástico, queriendo en todo satísfazer su
. Beal conzienzia , i entender lo que puede
hazer, ha mandado proponer a personas de
letras i conzienzia, los puntos siguientes.'
Primeramente, presupuesto el estado en
Vt
AtA , yrittmnt la pn aixt !•» Priiipta.
CríitíaMf , wi atrfameale do U ha hecb»,
■M Uno i Hoatrñ graale snlñaieato de ka-
Iwrw wnM»¿o lai treguas caire sos Majes-
laJes, í d Bei de Pnnrá*: i ha turbado,
t pfwilo ea Mlízío de guerra la CbristiaB-
díd, i eiwBioirído a ella c«b tiida la inslaD-
zia que ha podido al dicho Reí de Franzia .
Saraqnc lorne a toouir las amias contra sus
lajextades. i procure de tomarles sos Reinos
i Kstados , rompiendo la dicha tregua que
con él se tiene. I puesto , que a DÍn^ina co-
sa de las dichas se ha dado por sus Majesta-
des ocasión, antes, había grandes i notorias
causas porque de su Santidad debían ser
tratados como l'rínzipes Chrístianos i Ca-
th/dícos , j observaiitisimos de la Sede apos-
ti'jüco; i que assimismo, de su parle, sehan
Iiecbo [odas las dilijenzias, i usado de todos
los medios a ellos posibles, para quietar a su
Sniilidód , i desviarle de tan desordenados
Unos e intentos, e para le induzir a que des-
biziese lautos i tan notorios agravios ; no
hubicndo bastado cosa ninguna, i habiéndose
~ w tiai'mukíTt' ñiten ti yn^ . rii> fiHMc trrfmc ont-
\t fWla tftmn* a Irme a*
mtm, MHH r*rrw» fl j&rtn ■-
ol* (■((■ IImh , csri *«le uní
23
co&as eclesiáslicas ; i la forma i orden , que
para se poder convocar i zelebrar los tales
Conzilios, sé debria i convendría tener.
¿ Si , presupuesto el estado en que el
Conzilio de Trento nuedú, í lo que en la úl-
tima Sesión del se dispone, seria bien pedir
la conlinuuzion del dicho Conzilio, paraque
se hiziese la reformazíon , ín eapife el in
membris , i lo demás a que fué convocado:
i si siendo impedido por su Santidad podría
insistir en ello, i enviar los Prelados de sus
Estados : i qué dilijenzias se habrían de ba-
zer para la dicba conltnuazion del Conzilio,
aunque los Prelados dcslos Reinos faltasen.
¿ Entendido que el Papa no fuécanóni-
cawente elejido, i siendo assí lo que zerca
de su eleczionse dize en la Itelazion haber
pasado ; qué es lo que su Majestad puede i
debe hazer, i qué dilijenzias se deben, i con-
vienen hazer en tal caso por su Majestad.»
¿ «Si, visto las grandes vejaziones icos-
tas, trabajos e inconvenientes, que a los sub-
ditos déste Reino, i al bien público del , se
siguen, en ir con las lites, i pleitos, i nego-
zios a la Corte de Roma ; se podría justa-
mente pedir a su Santidad , que nombrase
un Legado en estos Reinos, que en ellos des-
pache los negozios gratis ; i que pusiese su
Rota en España para la determinaziun de
las lites, sin que hubiese nezesidad de ir a
34
Itoma: i qué es lo que su Majestad en pro-
seciizion désle punto, uo le siendo conzedi-
do, podría hazÉr.»
¿ 'Si, visto lo que en la provisión ile los
BeneGziüs, Prebendas i Dignidades, pasa en
Roma, que a todos es nutúrio; que es lo que
su Majestad podria, en este caso, pedir, assí
en cuanto toca a dejar la provisión a los Or^
díñanos, como en el remedio de otras des-
órdenes i exzesos que en esta materia de la
provisión de los Beneficios, i lo a ellos anexo
i dependiente pasa.»
I "Si los expolios i fruclos sede-vacan-
tes, que el Papa lleva en estos Reinos , ea
justo que los lleve, i se le debe permitir ; i
qué es lo que su Majestad puede i debe en
esto hazer, pues se entiende que no los lleva
en otros Reinos, i en estos se ha inlroduzido
de poco tiempo acá.°
¿ 'Si se podría justamente pedir i pre-
tender , que el Nunzio que en estes Reinos
tiene, expidiese gratis, i no en otra manera:
i qué es lo que en esta satón se puede i debe
hazer. *
Parezér de Fr. MelchAr Cano , sobre Ut
que se le consulló, en lo locante al estado eii
que se hallan las cosas de la Iglesia.
En este negozio (en que V. M«j. desea ser
inrormado] tiene mas dificullades en la pni-
denzia, qne en la zienifa, aunque en lo uno i
CD lo otro es bien diíIcnltosD i peligroso: i
ossi, conviene que atentamente lo advierta,
cualquiera que hubiere de dar su parezér
en él, i mucho mas quien lo hubiere de eje-
cutar, pues es zierlo , que se hallarán mas
dificultades i peligros en la ejecuiión, que
se podrán representar en el consejo.
La primera diOcnllad consiste , en tocar
este caso a la persona del Papa , el cual es
lán superior, i mas , si mas se puede dezir,
de todos los Christianos , que el Rei lo es
de sos vassallos. E ya vé, V. M-, qué sen-
tiría si sus propios subditos, sin su liceazía,
se juntasen a proveer , no con ruego , sino
con fuerza , en la desorden que hubiese en
estos Reinos, cuando en ellos hubiese algu-
na;— i por lo que V. M. sentiría en su pro-
pio caso, juzgue lo que se ha de sentir en
el ajeno : annqne no es ajeno el que es de
nuestro Padre espiritual , a quien debemos
23
26
mas respeto i reverenzia, que a) propio que
nos eujendrú. Allégase a esto, que quien re-
prende seuiejaDle causa, para justificarla en
su Persona, ba de descubrir las vergüenzas
de sus Padres: lo cual , ya en la divina Es-
critura está reprobado , i maldito. Allégase
también, quecomo nose puede bien apartar
el Vicario de Chrislo nuestro Señor, de la
persona en quien es tat Vicario , si se haze
arrenta al Papa, redunda la mengua en des-
honor de Dios, vuyo Vicario es el Papa.
La segunda dilicultad, caze de )a condi-
zíon particular de oueslro naui Santo Padre,
que es porliada i amiga de su purezér : i
como a esto se allega la pasión de mucbos
dias , alimentada también con muchas oca-
siones dadas i tomadas; es de temer, que se
baya hecho no solamente de azero , mas de
diamante: i asi csnezesario, que si el mar-
tillo le cae enzima, o quiebre , o sea que-
brado: que este fué el mal deRoboán ,que
aunque el Pueblo i los Viejos tuvieron buena
intenzion , i razón de pedir al Iteí que los
desagraviase: mas [no] considerando, que
tenia condizión áspera, i consejo de mozos,
le apretaron de manera , que él i ellos a ti-
rar, le rompieron la ropa, i cada cual se sa-
lió con su jirón. 1, en verdad , que esto que
conozco de su Santidad, no es lo que menos
me haze duda cu la salida dcste negozío :
27
Eorque, si por nuestros pecados , viendo su
eatitud que le ponen en estrecho, i le quie-
ren alar las manos, comenzase a * disparar;
los disparates serian terribles i extremados,
como su injenio lo es.
La terzera dificultad , haien los tiempos,
que zertísimamente son peligrosos, espezial-
mente en lo que toca a esta tecla del Sumo
PoníiOze i su autoridad, la cual , ninguno ,
{»or maravilla, ha locado; queno desacuerde
a armonía i concordia de la Iglesia. Gomo,
d[ej]ando ejemplos antiguos, lo vemos ahora
en ios Alemanes, que comeniaron la reyerta
con el Papa socolor de reformazión , i de
quitar abusos, i remediar agravios, los cua-
les pretendían no ser menos que zieoto ; i
aunque no en todos, [no] se puede dejar de
dezír i confesar, que [en] muchos dellos pe-
dían razón , i con algunos justizia. I como
tos Romanos no respondieron bien a una pe-
tizion, al parecer suyo tan justificada; que-
riendo los Alemanes poner el remedio de su
mano, i faazérse médicos de Roma, sin sanar
a Roma, hizieron enferma a Alemania. I,[no
hai que fiar de nuestra vista, mas que de' la
suya : porque los grandes males , muchas
vezes vienen encubiertos con grandes bienes:
i el castigo de la relijión , jamás viene sino
en máscara de relijíon. Ni de nuestra firme-
« Quiso suavittr la frase poniendo disparar , por disparatar»
^
28
za hai mas que fiar, qoe de la suya: porqae
el aíio de 17. [1517.], tan Christianos eran
come nosotros, tan Hijos de la Iglesia coma
nosotros, i tan obedientes al Papa, tan des-
cuidados i seguros del mal que les ha sub-
zedido , como nosotros del que nos puede
subzeder# Su perdizion comenzó de desaca-
tarse contra el Papa; aunque ellos no pen-
saban que era desacato, sino remedio de des^
afueros, (ales i tan notorios, que tenían por
simples a los que contradezian el remeclio.
En el cual ejemplo , si somos tan temerásos
de Dios, i aun humanamente prudentes, de-
bríamos escarmentar , i temer qoe Dios no
nos desampare, como desamparó a aquellos,
que , por ventura , no eran mas pecadores
que nosotros. Cuanto mas, que el Demonio
no trata , una por una , sino que se trabe i
revuelva la escaramuza: porgue bien sabe,
que en el injenio de los hombres , después
que una vez vienen a las manos, a la pasioa
se sigue la porfía, i a la porfía la zegnedád,
hasta no echar de ver incouTeniente ningu-
no, con tal que salgan con la saya.
La cuarta dificultad es esta. Mucho se de-
be mirar en las Comunidades, que por so-
segadas que entren , i justificadas [que] se
representen ; ordinariamente suelen dar en
alborotos, i desórdenes, o por mal consejo, o
por mala ejecuzión, i, de buena causa, ha^
29
zea mala : por lo cual , el hombre sáUio ,
aunque los inferiores pretendan justizia con-
tra sus superiores , debeo desfavo'rezer las
tales preleosioDes : mayormente cuando la
justizia DO se b« de librar por leyes , sino
por armas. I pues en nuestros tiempos mu-
chas Naziones se han levanlado contra el
Papa, haiieado en la Iglesia un cierto linaje
de Comunidades, na pareze consejo de pru~
denles , comenzar en nuestra Nazion alboro-
tos contra nuestro Superior, por mas com-
puestos i ordenados que los comenzemos. Ni
tampoco es bien , que los que han hecho
motines , i hoi día los bazen en la Iglesia ,
se favorezcan con nuestro ejemplo . i digan,
que nos comeríamos con ellos, i que nuestra
causa, i la suya , es la misma , por ser am-
bas contra el Papa. Ellos dizen mal delPapa,
por colorar su herejía; i nosotros lo diremos
por justilicar nuestra guerra : i aunque la
causa es diferente, la grits pareze una: aun-
que cou la rabia, los Herejes hazen división;
la nuestra no lo es : pero dirán, que allá se
Tá, ■ que la semeja mucho. I con los Here-
jes, no hemos de convenir eu hechos, ni en
dichos, ni en aparíenzias. I como , eutre los
Christianos, h«i tao tájente simple , i Daca ,
sola esta sombra de ' relijion les será escán-
dalo: a que ningún Christiano debe dar cau-
• Qaii* Cano escribid, ñrrfli/iii".
30
sa, por ser daAo de almas , que con ningún
])ieii de la Uerrase recompensa.
La quTata djBcuUud proiede , de que la
dolenzia que se pretende curar es , a lo qae
se puede entender, incurable; i es gran yer-
ro intentar cura de enrermos , qae con las
medizinas enferman mas.Plu» habet aliqHan-
do discriminii teníala ciirñtio , quatn kabel
ipie m»rbu». Enfermedades haj, qne es me-
jor dejarlas, i que el mal acabe al doliente, i
no le dé priesa el médico. Mal cnaoze a Bo-
ma, qnien pretende sanarla, Curavimus Ba-
bylonem, et non etl sánala. Enferma de mu-
chos aftos, entradamasque en terzera [ética],
i la calentura metida en los huesos , i al fin
llegada a tales términos, qne no puede sufrir
su mal, ningún remedio.
La postrera díñcultad, es el estar V. Ma-
jestad nezesitado de la Cuarta , i Bulas de
Boma: que en tanto, que ésta nezesidád hu-
biere, no sé, si sería posible remediarse los
males. I bien han entendido en la Corle del
Papa , la guerra que nns pueden hazér en
este caso; pues cnando mas nos quieren des-
acordar, uoB destuerzen estas dos clavijas: i
con estos dos torzedores , cualquier partido
hazen a su salvo: i aonque estemos agravia-
dos i damni6eados, con nuestros propios di-
neros nos pagan , sin qne nada les cueste.
I, sin duda , si en eslo se diese algún buen
"•1
corte , el Ret de España loiidria a llalia cti
las oíanos, sin que DÍiigiin Papa, por travie-
so que saliese , le pudiese nazer desabri-
miento. Porque no dependiendo en lo tempo-
ral de la providenzia de Roma; Homa depen-
dería de la nuestra: i les podríamos dar el
agua i el pan, con peso i uiedida, sin gastar
hazienda, sin peligrar conzicnzia , con con-
servar mucho crédito, cou hazer, de los mas
enemigos que allá tenemos , los mejores i
mas ziertos ministros de nuestra voluntad , i
pretensiunes. Pero , como ya dije , poner re-
medio en esta nezesldad que V. Majestad
tiene de Roma, es lán difizil, qnc haze casi
imposible el remedio de los males que de
Roma noK vienen.
Estas son las razones prinzipales, C. R. M.,
con qne se suelen atemorizar los hombres
Christianos , para no dar prinzipio a un ne-
gozio que, a lo que pareze , no tiene prin-
zipio ni cabo, si no es, en peligro manifiesto
de menosprezio i debilitamiento del Papa ,
de poco respecto i desobedíenzia a la Sede
Apostólica, de división i zisma de la Iglesia,
de escándalo, i perlurbazion a lu jente flaca,
de menoscabo i pórdida de la fó i relijión
Christiana: que todas estas cosas peligran,
si se intenta Is cura, i no se sale con ella.
Pero, otras razones, por el contrario, tan
importantes i graves hai , que parezen obli-
\
32
gar a V. Majestad , a que ponga remedio en
algunos nialesi que no siendo remediados, no
solamente se haze ofensa i daño a estos Rei-
nos, en lo temporal; mas también se destrii*
yen las costumbres , se perturba la paz de
la Iglesia, se quebrantan las leyes de Dios, i
peligra mui a lo claro, la obedienzia que se
debe a la misma Sede Apostólica, i por con-
siguiente, la fé de Cbristo nuestro Señor.
La primera Razón es, por la fidelidad que
los Reyes deben a sus Reinos, i reverenzia al
nombre de Dios, a lo cual , juraron de am-
parar i defender las tierras que están debajo
de su mando i gobierno, de cualquier perso-
na que pretendiere bazerles fuerza i agravio.
Que si a un hombre, le hiziesen tutor de pu-
pilos , por leyes i fidelidad de tutoría , era
obligado a volver por ellos , i no permitir
que fuesen despojados de sus bienes, aunque
fuese su Padre natural el que quisiese hazer
este despojo, i sinrazón. I puesque V. Ma-
jestad es mas que Padre de sus Reinos, im-
prudente i loca teolojia seria, la que pusiese
escrúpulo en esta defensa, por temor de los
escándalos i inconvenientes que de la defen-
sa se siguen: porque no se siguen [de la De-
fensa, si bien se mira, sino de la ofensa que
se le haze] en sus Reinos; i asimismo, a la
autoridad déla Sede Apostólica. I quien qui-
siere atribuir a la defensa justa , los males
35
que nazen de la guerra injuslamenle movida,
no tieae Iheolojia ; ui eu buena razón de
boRibre sería admitido : pues es cosa eviden-
te, que DO sería escándalo de pequeños, sino
de fariseos. Ni sería escándalo dado , sinú
rezibido , el que se tomase de que un Reí
defendiese sus Reinos, de quien se los qui-
siere tomar injustamente.
La segunda Razón es , porque uno de los
mayores males que en este tiempo puede
venir, no digo a España, sino al mundo i a
la Iglesia , sería , que V. Majestad perdiese
el crédllo; i que imajinasen las Jentes , que
falta[n] a V. Majestad, o fuerzas, o esfuerzo,
para defender a sí , i a sus vasallos, i hazer
su oGzío debido , en la proteczion i guarda
de sus Reinos i autorídad. I ziertameole, tor
do lo que se dejare de hnzer, conveniente a
esta defensa; los enemigos de V. Majestad, i
algunos que no lo son, no lo bau de atribuir
a la Chrístiandad, i buenos respetos de temor
de Dios, que en V. Majestad liai ; ni menos,
a la reverenzia de la Sede Apostólica: sino, a
flaqueza de ánimo, i falta de vigor i poderlo.
La cual, pues no la hai, i cumple que 'naide
la crea , antes, V. Majestad, con todas sus
fuerzas ha de apartar dt^sla opinión , asi a
los Herejes, como a[los]Christianos: porque
\
34
el día que V. Majestad perdiese repatazión
de valeroso, i bastante, para se defender de
iodos ; ése día se desvergonzarán todos , i
perderá la Iglesia lo que no se puede enea-
reíér-
La terzera Itazón es , porque si en Roma
conoziesen de nosotros esta flaqueza i miedo
de Relijión , i que con títulos de obedienzia
i respeto a la Sede Apostólica, i sombra de
zismas i relijión, dejamos de resislirle[s], i
remediar los males que nos hazen; con los
mismos temores nos asombrarán cada i
cuando que quisieren : pues con asomos de
zisma, i peligros de inobedienzia i escánda-
los, nos tienen ya atemoi izados, para no em-
prender el amparo de nuestra jnslizia, ha-
zieuda, i bncn gobierno. Por ende, ¿podría-
mos desde ahora alzar la mano de defender-
nos; no embargante, que los agravios veni-
deros sean, como lo serán , mas exorbitantes
que los presentes? Por zierto , no sería otra
cosa [esto], sino dar avilanteza a los malos ,
paraque cada día acometiesen mas desafo-
radamente a los buenos.
La cuarta Razón es, lo que importa esta
defensa, i remedio de ios males, a la relijión
Christiana, i a la misma Madre Apostólica:
porque, sin duda, uohai mas ziertos medios
de parte de Roma para acabar de destruir
en pocos días la Iglesia, que los que, al pre-
35
seiile, toman en la Adminislrazion eclesiás-
tica: la cual, los malos inÍDÍslros han con-
verlidoea negoziazion lemporúl, i mercade-
ría, i trato prohibido por todas Leyes, divi-
nas, i bumanaü, i naturales. I si a V. Majes-
tad, temores de relíjion i piedad , le liazen
alzar la mano del reparo de lantoK daños , i
del amparo de sus vasallos i Estados ; ese
medio , cubierto i fon'ado en reveienzia i
respeto relijioso, será el mas zierto para la
mas breve i total destruizióu de la Iglesia.
Y[o], a lo menos , grandísima sospecha ten-
go, que el Demonio entendiendo , que si V.
Majestad emprende esta defensa,* la ha de
poner en buenos términos , i hazér que sea
moderada, e inculpada; ha de trabajar por
sacarla a V. Majestad de entre las manos , i
ponerla en olro , que dé** mal cabodella.
Porque, a la moderazión désios males, ayu-
dan a V. Majestad : lo primero , la natural
clemeuzia i blandura [dej que Dios le dotó:
lo segundo , el zelode la Cbristiaudád , la
reverenzia de la Iglesia, i el respeto a la Se-
de Apostólica , que V. Majestad tiene : lo
terzero, los christianos, i católicos Conseje-
ros, que en este tiempo, Dios lia dado a V.
Majestad, que antes Iratarún de lirár la rien-
da, que de soltarla, antes inclinarán, como
■ ¡a—Ati ei impr- dn )J3C, que iiarcít mciorftusIíieBelins.
*> Aíi al iii|ir. A: IT3D. El ras. »ai: que párete ysrro.
36
es raz¿ti, en Favor de la Iglesia, que endís-
Tavór, antes cortarán, que alargaráa la lizen-
zia: lo cuarto, la firmeza destos Ueinos, i la
nniÓD tan entrañable en la Sede Apostólica.
Viendo, pues, estas cosas , el Demonio con
estrañas astuaias , i encubiertos colores de
christiandád i relijión, procura, de sacar el
remedio, como dije, de manos qne le pornán
en las cosas debidas moderada i chrístiana-
mente; por ponerlas en manos de algún otro
suczesór de V. Md. , que tenga la condízióa
mas alborotada i terrible ; la christiandád
menos firme i segura; la devozión a la Sede
Romana no tan alta, i entera; los Consejeros
no tan arrimados i atenidos al teinor de Dios
■ respeto a la Iglesia ; i, en Gn , sus Reinos
mas ofendidos i escandalizados de Boma que
abora están. Que ziertamentc , los daños i
agravios irán crezieodo de día en día, si V.
Md. no los ataja con liempoi i cuando, des-
pués , estos Reinos quisieren resistir a la
creziente; han de salir de términos ordina-
rios, i resistir con grita i alboroto, sin orden
ni conzierto alguno , como se baze en las
grandes avenidas, l'or lo cual, abora V. Md.
debría hazer madre, al Tibre, buena i conve-
nible, por donde holgadamente pueda tr, sin
que anegue , no solamente a liorna , sin¿ a
todos los Reinos de V. Majestad.
La postrera razón es, porque los inconve-
37
nfeoles qne se represeolan en esta Defensa i
Remedio, son incurables i dudoso»; i el mal
que se sigue, de dejar desierta esta UereiisJÚD
i llemedio, es zierto i manifiesto. Iseria im-
prndenzia, dejar el hombre de hazér el olizio
a que notoriamente está obligado , cuando ,
de no bazerlo , se sig^aen notorios inconve-
nientes, por temor de los otros , de que no
bai zerlidunibre ni claridad: antease puede
pensar , que son sombras, e imajinaziones :
aun, por ventura, representados por el De-
monio , para desconfiar a los buenos , del
remedio de los males.
Estos argumentos, R.'Md.,por una parte,
i por otra, hazen este negozio tan perplejo,
que alguna vez estuve en determinazion de
haír, adonde nadie me pudiese preguntar lo
que sentía, ni yo estuviese obligado adezir-
lo. Pero la intenzión can que V. Md. pre-
guntó , i el deseo que en V. Md. conozco de
azerlár , mayormente , en negozíos , en los
cuales, ni el yerro, ni el azertamiento, puede
ser pequeño ; me han becho salir de uiis ca-
sillas, i bablar : aunque den alguna ocasión
de murmurar de mi , las muchas considera-
ziones que yo tenia para callar: i ziertamente
• lo hiziera, si V. Md. fuera otro: no, porque,
a mi juizio, no sea verdad lo que digo, sino
porque, como vemos, en los Consejos de me-
diziaas, lo que auno aprovecha, a otro daña.
58
I así, suplico a V. Md. , por amor de Dios ,
que si en este mi Parezér, hubiere algo de
Eroveclioso> [V. Maj. lo tome para sí , i el
apél se eche al fuego, porque nadie use mal
del] Consejo; que , en otro tiempo , a otro
Prinzipe^ quisa sería malo: mas a V. Md., i
en tal punto, yo fío , que no solo es bueno,
nías prudente i christiano.
Para responder al caso que se propone ,
ante todas cosas es Resesarío distinguir[lo]
en dos partes. La una> en razón de ^defensa,
presupuesto la guerra que su Santidad ha
movido: lo otro, toca en remedio de algunos
abusos de Roma, que aun en tiempo de paz,
perturban el gobierno espiritual , i aun el
temporal déstos Reinos de V% Md. Cuanto a
la Primera Parte, tres Puntos se deben tra*-
tar. El uno , si la Defensa que V% Maj. haza
en esta guerra, es justa i debida: el segundo,
qué medios se pueden lizilamente lomar, que
sean ordenados para el buen fin desta Defen*
sa: el terzero, hasta qué tanto se podrá pro-
zedér en satisfazion desta Defensa i justizia:
e, ya que conviene hazerse , dó conviene pa-
rar si[n] ir mas adelante.
En el primer Punto , no hai mucho que
dudar, sino que siendo , como es, la guerra
de parte de Su Santidad, injusta i agraviada;
la defensa de V. Md., es justa i debida. Por*
* Pnrezc que en d ms. dize, ofcnfa: pero es dadoso.
39
<4»e ^resupoaemos el hecbo que en el Hemo-
riál se reKere: del cnal, siendo las cosas que
allí se ilizen verdaderas, resulta, que su Sd.
comeuzúla guerra i acomelimieiilo, por mu-
chas vías indebidas e iitjuslas. Para mayor
claridad de la Defensa, ifiu justificftzion, han-
se de netar dos cosas. La priweta , que su
Sd. reprcseuta dos Personas : la una es , de
Prelado de la Iglesia Ufliversáh la otru es,
de Prinzipe temporal de las tierras que son
suyas. 1 asi, conromiea estos dos Pnnzipa-
dos, puede prozeder contra alguno; o como
Prínzipe i Señor temporal , como prozedea
los otros Iteyes, cuando liazen guerra a sus
vezinos con dineros, con armas , con solda-
dos: o como Prinzipe espiritual , como pue-
den prozedér los Obispos contra sus subdi-
tos, llamándolos, oyéndolos sus iicnsazíoues,
i los descargos que déllus dan, amonestándo-
los , i (siendo rebeldes) descomnlgúndolos. I
cuando en este segundo modo de prozedér ,
el sumo Pontílize hiziese algún desorden , o
contra derecho i razón, i contra justizia, eu
perjuisio i agravio ' de (erzero; al presente,
yo no diré cómo se lia de remediar , pues al
fireseute su Sd. no prozede por esta forma
no embargante que al priuzipio hubo algu-
nas muestras déUo , como pareziú en la acu-
sazión del Fiscal contra V. Hd., i por la sus-
40
pensión ile la Cuarta i Cruzada]; mas , como
la Acnsazión no fué adelante, i aquél Proze-
80 'paró; no hai paraqué habl»r dé), ni me-
nos de la Suspensión de la Cruzada: porque
eslo, sin duda lo pudo hazer, sin perjudicar
a nadie , haziénaolo con buena intensión ,
atento Ior abusos i ofensas de Dios, que en la
predicazíón , i ejecuzión della hai. I fuera
SHUtaniente hecho, i mui a servizio de V.Md.;
porque , aunque le quitara dineros , pero
tambieu le quitara uno de los mayores i mas
peligrosos cargos de conzienzia qne V. Md.
tiene sobre si. 1 en lo que toca a la Cuarta,
yo ahora no me" entremeto, porque bien se
sabe , que a mí me pnrezió cosa mui fea lo
que su Sd. en esto hizo: no embargante, qne
de su poder yo no bable, ni había qne hablar.
V. Md-, como chrisliano, se ha detenido en
este caso tanto , que mas ha querido pecar
por corto, que por largo: i aunque tenía jus-
lizia para llevar la Cuarta, por algunos bue-
nos respetos mandó zesár In ejecuzión. Asi
que, ilesto no hai que dezir ahora; solamente
nos haze al caso , que hablemos en el otro
modo de prozedér, qne es el que su Santidad
prínzipalmente ha llevado, i lleva , a leí de
Príneipe i Soldado. Lo cual muestra bien en
la Liga con el reí de Franzta i los demás,
*' El inpr. ime nliendo, Di nie entromclO'.
41
los aparejos de guerra, i jenleque ha hecho,
el tomar la tierra a los GolooeseSy i en las
otras cosas que se represeotan en el Memo-
rial. I así , claramente se vee , que pues su
Santidad no hase la guerra con el poder es-
piritual ^ sino con el temporal; que V. Md.,
no se deflende del Papa , ni del Vicario de
Ghrislo nuestro Señor » sino (hablando con
propiedad) de un Prinzipe de Italia, su Co-
marcano, que, como tal, hace la guerra. I
sería [gran desaire], sí el Obispo de Palenzia,
Conde de Pernía , liiaiese jente de sus Luga*
res, para tomar a Monzón , Lugar del Mar-
qués de Poza, sin ningún derecho ni justizia;
que el Marqués estuviese mui escrupuloso
en hazer|e resistenzia , porque resiste a su
Obispo^ El podría dezir con verdad , que al
Obispo, pondría sobre su cabeza, i le obede-
zeria, cuando prozediere como Obispo; mas
si prozede como Conde de Pernía , hará en
su defensa lo que era obligado [a] hazer con
los otros Señores sus Vezinos, si a tuerto le
quisiesen quitar su Tierra. Por esta misma
suerte, viendo yo que el Papa, peleaba con
Papeles en España , pretendiendo autoridad
de Sumo Pontifize , me parezió cosa mui
azertada, que , al presente , se disimulase i
sufriese todo lo posible. Mas en Italia, donde
peleaba con soldados; que a un soldado , le
echasen otro Porque si asi no se hiziese
24
4a
{como dicho es), el Tulór habría menester
desamparar sus pupilos ; i cada cual liahia
de dejar de hazer su otizio, i dar de mano al
amparo que le hubiesen coDÜado, cuando sn
Padre le acometiese, aunque fuese tirano e
injusto en acometerle. I V. Hd. había de
desamparar a Italia, i aun a España , ai el
Papa se le quisiese tomar, si la defensa que
V. Md. haze fuese ilizita. Lo que en razón le
concluye , es , no que nosotros [no nos] de-
fendamos de nuestros Superiores i Padres;
sinú que la tal defensión sea comedida, mas
acatada i moderada, que con los otros. Qne
si mi Padre estuviese furioso, i quisíesema-
tar a mi i 3 otros, i fuese nezesario quitarle
las armas, i atarle; no seria buen seso, por
dezir que es mi Padre, no ponerle la mano,
en remediarlo : pero seria respeto debido ,
hazerlo con todo acatamiento i moderazion.
Que aun, a los Prínzipes niños, alguna vez
conviene que su Ayo le azote: pero es justo
miramiento, que besado el azote , i quitado
el bonete, haga la correcziou que conviene,
en su propio Pruizipe. Bien así , es justo i
santo, que si nuestro mui Santo Padre, con
enojo, haze violenzia a los inozentes hijos;
V. Md., que es hijo mayar, i protector de
los menores, le desarme, i sí fuere nezesario
le ale las manos : pero todo esto con gran
reverenzia i mesura, sin baldones ni de^cor-
45
lesíaü, de suerte, que se vea que no es ven-
ganza , síbú remedio , no es castigo , sino
medizina.
La segunda cosa que se ha de notar es :
que la defeasa, no solameoLe se entiende ser
lejitima , cuando et agresor se declaró en
hazer pública la guerra; sin¿ cuando co-
menzó a hazer o jentes , o aparejos contra
el inozente. Que si mi enemigo está en el
campo solo conmigo , i veo , carga el arca-
buz, i entiendo, que es contra mi; mui sim-
ple sería, si le aguardo al descargar, i no
me amparo , sino cuando viene la pelota.
La cordura será , i cordura lizita i justa, si
yo me puedo aprovechar mas del , antes
que descargue, atajarlo con tiempo, i uo es-
perar al postrer acometimiento , do pongo
en ventura i en riesgo mi deliberazión , la
cual tenia mas segura i zierta, si cuando él
comenzó a acometer, comenzara yo a resis-
tir. Por la cual razón se maniGesta la impru-
denzia de algunos , que porque el * Duque
salió de Ñapóles, camino ae Roma, imajina-
ron , que aquello era acometimiento , i no
defensa. ¡Pluguiera a Dios , que hubiera
comenzado antesl Que buenos días ha, que
la defensa de V. Md. era justa i lejitima , i,
por ventura , menos dañosa i costosa. Este
punto estaba tan claro , que no había para
■ El ma. pvr eiu'voettiiB , >el Pupa*.
44
qué detenerme con él ; mas hai algunos Uo
superslizioHamente píos, que ibi timent , ubi
non eral timor.
El segundo Puolo tiene mas dificultad , i
es : saber qué medios podrá V. Md. lomar,
que sean JBstos, en razón désta Defensa. 1 ,
eu esto, la regla jenerál es , que V. Md., en
Erosecuzion de la defensa, pnede poner, con
uena conzienzia, todos los medios, que a
hombres cuerdos i sabios en la guerra, pare-
ziesen nezesarios para la tal defensa: i cuá-
les sean los nezesarios , i cuáles no , mal lo
puede averiguar el Theólogo por suTbeolO'
jía: mejor lo averiguarán Capitanes i Solda-
dos vitüjos, i el Consejo ie guerra de V. Md,
No embargante, que la razón natural dá lue-
go en algunns medios convenientes i nezesa-
rios para lal defensa, como es , que durante
la guerra, ni por cambio, ni por otra ma-
nera, directe, ni indirecle, no vayan dineros
de los Reinos de V, Md., a Boma , aunque
sean para los mismos Cardenales españoles
que allá están, I asi como, si se pudiese ata-
jar el Tibre en su nazimiento, no bai duda,
sino que sería la mejor forma de guerra
quitarles el agua , i tomarlos por sed , aun-
que , en esto , padeiiesen los culpados que
están dentro de Boma , como los que no lo
son: ni mas , ni menos , es cosa mui justa ,
que ningún dinero vaya a Boma, aunque al-
45
gunos de los que esláii allá uo merezcan este
castigo. 1 jenerál cosa es, que de la guerra
justa, siempre se recrezen uaños a los ído-
Kentes ; mas esto , es por aczidenle , i mui
aczesorio , i fuera de la inlenaión priDzipá)
de quien haze la guerra: ni debe el artillero
dejar de hazersu oGzio, aunque algunas ve-
zes azierte la pelota al que ninguna culpa
tiene.
También se puede mandar con buena con-
Kienzia, que, durante la guerra, ningún na-
tural deslos Reinos vaya a Boma: i a los que
allá están, &t sin peligro lo pueden hazer ,
que se salgan: i a los Prelados , que hazen
ordinariamente residenzia en Roma, i contra
toda justizia llevan renta de sus Iglesias ,
pues es manifieslQ, que no tienen causa bas-
tante para no residir en ellas, tambiense les
podría quitar las Temporalidades, o a lo me-
nos, gran parte détlas, pnes las llevan con
la misma conzíenzia que si las robasen.
I no haze al caso oponer, que si estas dos
prohibiziones hubiese , zesarian las expedí-
ziones , i despachos , i negozios espirituales
tocantes a las almas. Digo, que esto no im-
pide, por muchas razones. La primera, por-
que deste incouvcnieiite (ya que fuese) su
Santidad es causa , i por ende , a su Sd. se
debe imputar, i no a V. Majestad, que toma
el medio ordinario i nezesario para su defen-
4<>
sa. Ni es iiitenziúii do V. Md. que vengan
d&üos, üiiió solo amparar sus Reinos i Vasa-
lioB con medios proporzionados a la defeosa.
La^ segunda, [porque] con quitar V Maj. que
*no vayan dineros , no quita que ño haya
despachos, sino, que no los haya por dine-
ros; i bien puede su Santidad , i todos su
oQziales, despachar gratis libremente, i aun
mas liberalraente que antes de la guerra : i
en despachar asi , harían lo que la Lei de
Dios les manda, i lo que importa ala Igle-
sia tanto , cuanto no se puede encarezér. La
terzera, porque suSd., podría, en tanto que
dura la guerra, i debria, no olvidarse de la
gobernazion espiritual; i cometerlas cosas
tocantes a ella, a su Nunzio, o a los Ordi-
narios : que seria hecho digno de la Santa
Sede Apostólica. La cuarta, porque , parle
por el Derecho Canónico, narte por la dis-
crezion de theólogos pruaeutes i avisados ,
está prohibido, que cuando el aczeso a Roma
no fuese seguro, espezialmenle habiendo pe-
ligro en la tardanza, los Obispos, cada cual
en su Obispado, pueden proveer todo lo ne-
zesario para la buena gobernazion eclesiásti-
ca, i salud de las almas , aun en aquellas
cosas, que por Derecho , o no , se entiende
* Siipriniluitdo Ut dos negmlonva , qut Umbien u leeii en rl
iiii|irr«i del D, 1TÓG , i i|iia Hi'mla slii cor ru>> £ohre|> —
dA, iDB punii', IU49 torréela la ítücc, í m¡n cbro el ]i
47
eslár reservadas al sumo PoDtiQze; porque,
en tales casos ie uezesídad , no se entiende
estar reservados, sopeña que la reservaziou
sería tiránica, la cual no se ha de creer por
ningún mede de la Santa Sede Apostólica.
No faltaría quien se embarazase, si le ponen
delante, que la guerra podría durar mucho,
i que en este medio tiempo , podrían vacar
BeneGzios i Obispados: maspíazerá a nuestro
Señor, que no vendrán las cosas.a tanto ries-
go. I, si por pecados del mundo , i por la
apasionada cólera de su Santidad , viniése-
mos a tal extremo; fazilmente se daría orden,
en que, sinembargode la guerra, isin ofensa
de Dios, se proveyese a la nezesidad de las
Iglesias que vacasen en el entretanto , si su
Sd. no quisiese proveer eu ello, como puede
i dehe.
El terzero Punto , en razón désla lejítima
defensa, es , ver hasta qué tánlo puede pro-
zedér V. Md., i adonde conviene parar: por-
3ue todos los Theólogos i Juristas, concuer-
an en un parezér mui zíerto, i de que no
puede haber duda, conviene a saber, que la
defensa ha de ser cum moderánime incúlpala
tutela. I couio la justizia tiene su moderazión
i límite, i con una zierla igualdad caliGca a
las penas conforme a las culpas, i a una ra-
ya, fuera de la cual el Juez justo no hade
salir; assi a la justa defensa , se le l^an de
48
hazer linderos de reclitúd i equidad , i el
jnsto Defensor , do ha de pasar de aquellos
linderos i términos constituidos por la razón.
1 como arriba se notó , esla nioderazión i
medida mucho mas se requiere, cuando los
inferiores se defienden de los Superiores , i
los hijos de los Padres. I. dado, que en par-
ticular sea diñcultoso determinar basta qué
tanto se podria ir adelante, pero dos cosas
se pueden dezír con zertidumbre, las cuales
ambas , la razón nalnrá) las determina. La
primera, que V. Md. puede con buena con-
zienzia, recobrar los gastos, costas i daños,
que desde el prinzipio desla guerra se le han
seguido , no solamente en su hazienda mas
en tos bienes de sus vasallos , servidores i
aliados: i entiéndese el prinzipio de la guer-
ra , desde el punto que su Sd. comenzó a
declararse, que hazla , o jentes , o aparejo
contra V. Mu.: que desde entonzes comienza
a ser lejitima la defensa , según que ya de-
claré. La segunda cosa que también es zierla
en este punió, es, que se puede, con buena
conzienzia, lomar toda la seguridad que fue-
re nezcsaria, paraque su Sd. no vuelva, de
.'iquí a tres meses, o cuando hallare oportu-
nidúd, a renovar la guerra comenzada- Por-
que sería indiscrezion, sí yo conozco, que el
ipic me quería ofender estaba tocado de al-
gún furor, pero, viéndose atado, dize que se
49
pazificarü, i no burá nial a nadie ; mas en-
tiendo yo, que no tengo porqiiú asegurarme
de su enfermedad, sino que al présenle, ifne
le apremia , la nezesidád le haze humilde;
digo, que seria indiscreziun soltarle las ma-
nos, si las tuviese atadas : antes , sería de
buem prudenzia aguardar al tiempo, para>
que la experienzia mostrase, si estaba bien
sano, i en el entretanto , ni permitirle que
tenga armas, ni libertad, para liazer mal, ni
daño. No deotrn manera, V. Md., a leí de
huena Christiandád, puede i debe mirar, qué
seguro le queda, cuando sehiziesen loscon-
ziertos; si, pur caso, su Sd. apretado, viene
en algunos que buenos sean. 1 a lo verdad ,
cuáles sean seguros i nezesarios, i ctKiles no,
V. Hd. lo sabrá mejor , i el su Consejo de
guerra; que la Theolojia sabe poco en esto,
solamente puede avisar: que los del Consejo
de guerra no han de Gnjir seguridades que
no sean nezesarias. Que ya podría haber al-
guno que dijese, convenir, paraque V. Ma-
jestad se asegurase como es razón , que el
Castillo de SantAnjel estuviese por de V. Md-,
sin peligro, que désta parte, le pudiese venir
mal Di daQo. I a esta tal seguridad, mi theo-
lojia por ahora no se extiende; pero no me
escandalizaría del Soldado que )o dijese , si
diese razón dello. Plegué a Dios, que las co-
sas de V. Majestad vayan tan adelante en
50
Italia , qae sea posible liazerse eso , i esotro:
i lo que <|uedare que hazer , quede por pie-
dad, i buenos respetos.
Allende destas dos cosas, también es zier-
to , que en las guerras ordinarias que se ha-
zen entre dos l'rínztpes terrenos, el acome-
tido injustamente, cuando ya en la prosecu-
zión déla guerra se baila superior i con ven-
laja, i el contrarío rendido; puede prozedér
como Jnéz, a castigiir al acometedor, de su
temerario e injusto acometimiento.! en este
castigo ba de haber dos respetos: el uno , a
que el castigado quede escarmentado, para-
3ue otra vez no acometa semejante temerí-
ád: el otro, a que el castigo sea ejemplar,
paraque , así los vezinos, como los suczeso-
res del dclicueiite , escarmienten en cabeza
ajena , í entiendan, que si tal bizieren , tal
pagarán. Pero, en este punto, deseo yo, los
miedos de los theúlogos, i los temores de los
escrupulosos , la relijión de V. Md., i su na-
liirul clemenzia, i los comedimieulos de sus
ministros; paraque lodos consideren, que el
que ba de ser castigado, es nuestro Padre ,
es nuestro Superior, es Vicario de Dios, re-
presenta [la persona de Jesucliristo : i , que
siendo maltratado , será menospreziado , i
por consiguiente, se abrirá la puerta al vitu-
perio de la fé, [i] desprezio de la Autoridad
Eclesiástica. Lo que algunos Beyes cuerdos
M
i comedidos, liau hecho en este punto, es ,
coDiutar este linaje de castigo, en sacar para
sus Reinos, i para sus Iglesias déllos, algu-
nas cosas importanles , justas i santas , que
después de dadas, no quedaban los Sumos
Pontifizes desacatados, i quedaban escarmen-
tados, i curados. Como sería, si V. Md. sa-
case ahora en conzíerto , que todos los Be-
neCzios de España , fuesen Patrimoniales.
Ítem, que hubiese una Audienzia del Sumo
PontiGze en Espa&a , donde se concluyesen
las Causas Ordinarias , sin ir a Boma : por-
que allá solamente se había de ir (si Evanje-
lio i razón se guardasen) por las cosas mui
graves, i muí importantes a la Iglesia; como
Inozenzio lo confiesa en el Cap. Majares de
Baplismo , i lo confiesan otros PoutíGzes i
Conzilius. ítem , que los Expolios i Fructos
de Sedevacantes , no los llevase su Sd. , de
hoi mas, eo los Beinos de V. Majestad. ítem,
que el Ñun/io de su Sd. , en estos Reinos ,
expidiese gratis los negozios, [o] a lo menos,
tuviese un Asesor señalado por V. Md. , con
cuyo consejo los negozios se espidiesen; con
uua tasa lán medida , que no exzediese de
una cómoda sustenlazión para el Nuuzio.
Esto es lo qne se me ofreze , al presente,
en la primeía Parte , que toca a la Defensa
que V. Majestad debe hazer, presupuesta la
guerra que su Sd. comenzó a mover tan sin
52
causa. Pero en la se^-unda Parle, que toea al
remedio de muchas cosas , que, al pareiér,
aun en tiempo de paz deben ser remediadas,
de las cuales, algunas se ponen en el Memo-
rial t|ue de parte de V. Md. se me dJó:=Sn-
plico a V. Hd. no me mande responder, a lo
menos, por ahora. Nuestro Señor traerá a
V. Majestad a estos sus Reinos, para la pri-
mavera; i entonzes será buen tiempo de po-
ner en cura al enfermo: que ahora, estando
éste, doliente cual está , i a prinzipio de in-
vierno , no osaría yo ser su médico. Algún
otro día, mas oportunamente, podrá V. Md.,
si fuere servido, oírme. Que si, zesandoesta
guerra pública, Roma haze oLia guerra as-
condida i secreta, a estos Reinos de V. Majes*
tad; no hai título menos justo, paraque V.
Majestad los defienda i ampare de la una, que
de la otra: antes, por ventura, mas: porque
la oculta, en son de paz, es perpetua, i niui
masperjudizial que la descubierta. Mas, cuá-
les sean estos casos, eu que V. Md., i estos
Reinos, reziben agravios, no me pareze que
es razón de dezirlo: ni tampoco los medios
i formas , que se podrían i debrian tener
para remediar semejantes males. Lo que yo
puedo dezir es , que ni la prosecuzión del
Conzilio TridentíDo, ni losConzilios Naziona-
les, a cuanto yo alcanzo, aprovechan mucho;
ni para curar las enfermedades de Boma, ni
55
para estorbar las injuslizías, que malos Mi-
nistros <le aquella Santa Cattióliea i Apostó-
lica Iglesia bao hecho, i bazea, a los Vasa-
llos, Tierras, i Seüuriosde V. Majestad. Otro
camiuD, a mi juizio, se ha de tomar , si de
veras se ha de tratar el remedio desemejan-
tes males i agravios. No embargante , que
para atemorizar i asombrar (aunque no tn-
viera efecto] por ventura fuera buen consejo,
que, en publicándose la sabda del Duque, de
Ñapóles; juntamente se publicara la de los
Obispos i Letrados, de sus Iglesias i üuiver-
sidaues: i no fuera mucho, que el escuadrón
de los Obispos , i Hombres doctos de acá ,
hizierau mas espanto en Roma, que el Ejér-
zito de soldados, que V. Majestad allá tiene.
Yo'veo, que en este Parezér bat algunas
palabras i sentenzias , que no parezen muí
conformes a mi hábito , ni a mi Tlieolojia:
mas, por tanto, dije al prinzipio, que este
negozío requería mas prudenzia, que zienzia.
I en caso de tanto riesgo, como éste, do se
atraviesa no solo la pérdida de faazienda ,
Señoríos , i Crédito de V. Md-, sino peligro
del Mundo, i de la Iglesia de Christo, enten-
diendo yo, como entiendo, los designios del
Hei de Fránzla , i del Sumo PontíGze , i sus
naturales condiziones ; no puedo (si no me
engaño} hablar prudentemente , sin hablar
' El impr. de 1736 díte. Ya veo , ele. I ms pir«E« mejor.
54
con alguna luas libertad, déla que la Tbeo-
tojia, i profesión, me daba. Nuestro SeQor,
por su inGaíta misericordia, se apiade de su
Iglesia, i M a V. Md. grazía i favor, su es-
pirito i consejo, paraque remedie , Icnieodn
D Dios de su parte, los males , trabajos , i
peligros, en que la Iglesia está. D'este Con-
vento de s. I'alilo de Vnlladolid , a 15 de
Noviembre de 1555.
Cuando el PapaEuienio, andaba con rom-
pimiento con el Rei Don Alfonso V. de Ara-
gón, sobre quererle impedir la posesión del
reino de Ñapóles, reSere Zurita, en el tomo
5.° de sus Annales, Libro H. Cap. 35., que
el Itei mandó a sus Prelados , i personas
eclesiásticas, subditos suyos, que estaban en
Doma, que partiesen luego déila: i también
al Obispi) de Lórída, su Embajador.
55
Declaratoria de la Zesarea Majestad, con-
tra la herejía de HarLin Lulero, i sus seciia-
zes, ordenada por él mismo, ante ios Electo-
res, Prínzipes i Estados, del S. R. Imperio.
Bien sabéis , como yo desziendo , de los
Gbríslianisiinos Emperadores de la noble na-
zion de Alemania, i de los Catbúlicos Reyes
d'Espaila , archiduques de Austria , duques
de Borgoña; los cuales lian sido , hasta la
muerte. Beles hijos de la Santa Romaua Igle-
sia, i siempre defensores i ensalzadores de la
Fé Calhólica, i de sus sacras zirimonias, de-
cretos, ordenanzas , i sanias costumbres , a
honrra de Dios, augmento de la fé Catiiólica,
i salud de las ánimas. I, después de su muer-
te, por natural derecho i herenzia , nos han
dejado las dichas santas i cathólicas okser-
vánzias, para en ellas vivir i morir, a ejem-
plo dellos. I ansí, como verdadero imitador
de los dichos nuestros predezesores , habe-
rnos, por la grázia de Dios, hasta agora , vi-
vido. I por esta causa estoi determinado de
mantener todo lo que los dichos mis; prede-
zesores, i yo, habernos mantenido hasta ago-
ra: señaladamente, todo lo que por ellos fné
ordenado, ansien el Conzilio de Constanzia,
como en todos los otros. Pues es zíerto , que
solo un fraile dubda con su opiaiún , la cual
56
es contra toda la ClirisUaiidád, ansí de mil
aíios i mas, a esla parte, como de la presen-^
le ; según la cual opinión , toda la dicha
Chrisliandad seria, i habría siempre estado,
en error. — Por lo cual, esloi deliberado to-
talmente de emplear en ello mis Reinos ,
Señoríos, mis amigos, mi persona , mi san-
gre, mi vida, mi ánima: — porque sería gran
vergüenza, a mí, i a vosotros que sois de la
noble i señalada nazión de Alemania (pues
somos, por singular previlejio i prebeminen-»
zia , instituidos prolectores i defensores de
la fé cathólica) , que en nuestro tiempo, no
solamente herejía, pero ni señal de herejía,
en diminuzion de la Relijion Christiana , por
nuestra neglijenzia quedase , después de nos,
en los corazones de los hombres, para núes-*
tra perpetua deshonrra , i de nuestros suc-^
zesores. Oida, pues, la pertinaze respuesta
que Lulero en nuestra preseuzia ayer dio ;
os declaro , que me arrepiento , de haber
tanto dilatado de prozedér contra dicho Lu*
tero, i su falsa doctrina, iestoi determinado
de no oille mas hablar. Pero entiendo, que
a la hora, segund la forma de nuestra Pa-
tente, sea vuelto, guardando el honor de su
salvoconducto, sin predicar ni amonestar al
pueblo su dañada doctrina , i sin procurar
de hazer movimiento alguno. I, como dicho
tengo , mí determinazion es , de prozedér
57
contra él , como contra notorio hereje. Re-
€|niriendoos, qne os declaréis en este caso,
como buenos Ghristíanos ; i como tales, sois
«Migados (de lo hazér, en la manera que me
leñéis prometido: Fecha de mi mano axviii
de abril de 0.xxi.=Cárolus.=
'25
Consilium delectorum CLirdinalium ^
el aliorum Pra^lalorum,
de emendanda Ecclesia,
S. D. N. D. Paulo III,
ipso iubenle conscr¡plum,el exhibilum,
M. D. XXXVII.
CONSEJO AZEBCA DI 11 IKPtRIl DE Li I6LESÜ,
QUE POR MANDATO DE S- S. PAULO III,
EXTENDIERON LOS CARDENALES I PRELADOS
ESCOJIDOS PARA ESTE OBJETO;
PRESENTADO EN EL ANO DE 1538.
1/ Beatísimo Padre: Esiamos Un lejos
de poder manifesiar con palabras las muchas
grazías qne la república crísüana debe dar
a ua Dios infioito en el ser i boodad , por
haberos puesto eo esta época Toutífize i pas-
tor de su rebaño , i dado la determioazion
que conserváis; que eoteranienté desconfla-
mos quepan ea el pensamiento estas mis-
mas grazias de que se confiesa el alma deu-
dora. El espíritu de Dios pues , cuya virtud
según el Profeta Salm. 23. dio firmeza a los
zielosy decretó que vos fueseis el restaurador
de la Iglesia de Cristo que se desmorona ,
mejor diremos, que se cae, se prezipita, cu-
ya ruina vemos , si con vuestras manos no
la detenéis , que sois el que la ensalza a la
sublimidad antigua i el que la restituye su
primitivo esplendor. Prueba mui zierla de
este divino decreto podemos dar nosotros
escojidos por V. B. a quienes mandasteis
que sin miramiento ázia vuestros intereses,
ni a los de ninguna otra persona , os mani-
festemos los abusos, las enfermedades gra-
vísimas que ha tiempo padeze la Iglesia de
Dios, i con espezialidad esta Curia romana ,
los que son causa de que aumentándose las
a ij
i
i
«loleuzias poco a poco sin sciilírse, amenazc
esta espantosa ruina que tenemos a la vista.
oHUBN ^•° Vuestra Sanlidad, instruida por el
abÍis^ «spirílu divino , el que según S. Agustín ,
haula eu los coraEones siu ningún ruido de
»iu^St>M^p!>lal)['&Si sabiamui bien que el prinzipio de
wnideto estos males vino de algunos Pontifizes vues-
tros predezesores que padezian comezón en
los oídos en espresion del Apóstol S. Pablo
3. Tim. 4.: reunieron i atrajeron a si un sin
número de maeslros que nulorizasen sus de-
seos, no para aprender de ellos io que debían
hazer, sino para que con su dílijente astuzia
produjesen razones que probasen era lizito
loque les agradaba. I)e un porte semejante
resultó, además de la adulazion, compañera
inseparable del mando, como la sombra del
cuerpo, i de que siempre es difizii la entrada
de la verdad en los oídos de los prinzipes ;
resultó, dezimos, que de repente aparecieron
doctores que enseñornn era el Pontifize due-
ño de todos los Bencfizios , i que pudicndo
como dueño vender con derecho lo que le
perteneze o es suyo, se sigue nezesariamciile
no cometerse simonía por el l'onlilize ; de
modo que su voluulud, fuese la que se qui-
siera, era lu regla du sus obras i acziones ,
i'ODcluyciido era lízilo cnanto so le antojnlKi.
5. " De esta fiicute , l'adre santo , como
■Il'I ti¡d)íilh> Troviuiii, salieron lautos aliiisos,
tantas gravísimas enfermedades , que inun-
lando como un torrente la Iglesia de Dios,
v)^mosla ahora reduiida a la casi desespe-
izion de salvarse, llegando la notizia de es-
la situazion a los mismas inCeles. Créanos
V. S. al dezirle que estamos ziertos , de ser
esta la prinzipal causa de que se mofen de
la relijion cristiana; i tanto, que: por noso-
iros, por nosoíros es blasfemado el nombre de
Cristo entre las naziones. Rom. 2.
4/ Has vos, Padre santísimo, i a la ver- La reforma
dad muí santo, enseñado por el espíritu de sarporRomá
Dios, además de vuestra anziana prudenzia,
después de haber puesto todo vuestro cuida-
do en la Iglesia de Cristo que os está encar-
gada para que curada de todas sus dolenzias
recobre una verdadera salud; visteis , i con
mucha razón visteis, que debía comenzar la
curazion en la misma parte en que primero
tuvo orijen la enfermedad : i siguiendo la
doctrina del Apóstol S. Pablo queréis ser
dispensador, no señor, i ser hallado íiel por «• "i
el señor. Imitando a aquel siervo a quien,
en el Evanjelio, S. Luc. 12 , puso el Sefipr
por gobernador de su familia para que les
diese a su tiempo la medida de trigo ; de-
cretaste, por esta misma razón , no querer
cosa que sea ilízita , ni ejecutar lo que os
esté prohibido.
5/ Así pues nos habéis llamado, siendo.
cnmn somos, iiiineiih», c ineptos para nn
ncgozin tan granoc, pero sí iiiiii apasionado»
por la honm i gloría de V. S., I prñrsipiil--
menle por lii rcstaiirazion «k la Iglena de
Cristo ; i con palabras gravbiriíaB , nos en-
cargasteis rerojiéramos todos estos abusos i
08 los mnnifest&semos , conjnrándoaos , al
mismo tiempo , hahiatoos de dar enenla i
Dios del nngozio que se nos encomendaba ,
si lo dcsempeAilbamos con inlidelidad i ne-
glijenzia. 1 para que ron mas libertad pu-
dróramos cnirc hosolros tratarlo , i explicá-
roslo, nos obligasteis con juramento, añadi-
da la pena de escomnnion, para que a nadie
nianifestcnios alguna parle de este encargo.
iTimom ^■° Obcdczicndo pues vuestro mandato,
virjiíd r,uu hemos recojido con la mayor coiizision que
"SülflM era dable, estas enfermedades i sns reme-
dios: aquellos , dezimos , <iue según la pc-
queflcz de nuestro injenio pudimos discur-
rír. Vos, dotado de bondad i sabiduría , rc-
Líonnarois , i daréis la perfeczion que falla a
todo ello , enmendando las Faltas cometida»
por nuestra debilidad.
7." Con el objeto deque todas las cosas,
que se baii de espbncr , tengan el debido
orden , i como V. S. es prínzipe de provin-
zias , sujetas al dominio cclesiástieo , i es
l'ontílize de lii Iglesia universal , i también
obispo do ¡toma; iinda nos liemos propni-sl«
^l
7
ilezir , «izerca de lo que tiene relazion ron
este priiizipado iemptMral, que vemos gober-
náis itttti bien i con pradensia. Toearenios
solauKnle las cosas que pertenezen al ofizio
de PwitíGze uuÍTersal, i diremos algunas de
las que locan al obispo Romano. Antes de
iodo juzgamos , santísimo Padre , debemos
estaMezer como eierto e inconcu^, siguien-
do a Aristóteles en los PolíUco^, que así co-
mo en toda república , asi en el gobierno
eclesiástico de la Iglesia de Cristo , se debe
mirar mas que otra cosa , el que las leyes
se observen en todos los casos posibles : i
que no juzguemos sernos lizito dispensar en
ellas, sin causa nrjente i nczesaria. Ninguna
costumbre puede introduzirse en cualquier
Gobierno , qne le sea mas perniziosa , que
esta inobservanzia de las leyes, que nuestros
mayores quisieron fuesen sanias, i llamaron
venerable i divina su fuerza i obligazion.
€onozeis bien todo esto , santísimo Padre, i
ha tiempo lo leísteis en los filósofos i teólogos.
8/ Hai otra verdad no solo conexa con segunda
la observanzia de las leves sin dispensar en "^S'^^y^ ?
ellas , smo que es la primera de todas las comisionuuos
verdades , i aun de mas importanzia que
aquella, i es : que no es lizito al P&ntilize i
Vicario de Cristo» sacar ninguna gananzia o
utilidad del uso de la potestad, hablamos del
poder de las llaves . que le dio Cristo. =ksi
los
lo mandó Cristo cuando dijo=fi(id debalde,
lo que debalde re3ibisieis=^. Hat. 10. EsU-
blezida!) ante ludo estas dos verdades ; como
V. S. cuida de la Iglesia de Cristo de leodo,
que tiene muchos ministros por medio de
los cuales ejerzila este cuidado, i estos son,
todos los clérigos a quienes está encargado
el culto de Dios, entre quienes se cueDlan,
como primeros, mayormente los Presbíteros,
i máxime los Curas,i sobre todos los Obispos;
por tanto si este gobierno ha de prozeder con
rectitud, se debe procurar, como que es lo
primero , que sean ministros aptos para
cumplir su encargo , los que debeo deseni-
ABI'SOS P*"*""'"-
T siis 9.° El primer abuso en esta parte es la
BEMEDios ordenazioD de Clérigos i espezialmente de
El ordenan Presbíteros , en la cual no se pone DÍiigun
'^amoMi'.' cuidado ni ninguna díüjenzia, pues se adrai-
iojú~. ten, a cada momento , a los Órdenes sagra-
dos, aun al presbiterado , al carácter que
significa prinzipalmcnte a Cristo, a cuales-
quier personas por mas ignorantes que sean,
por mas vil que sea su linaje, aunque ten-
gan las costumbres mas detestables, o la edad
menos a propósito para ellos, como la ado-
leszcHzia. lie aquí vienen los escúndalos sin
iiómero , el uienospruzio del orden eclesiás-
tico, el poco respeto al culto divino que pa-
rcze no solo dismumido, sino casi estinguido.
9
Somos» por lo mismo de parezer, sería mejor
que V. S. ponga primeramente en esta ziii-
dad, dos o tres Prelados, hombres doctos i
de probidad , encargados de este negozio ,
quienes inspeczionen los clérigos aspirantes
a las ordenes , i que mande a todos los obis-
pos bajo las penas de zensnra hagan lo mis-
ino en sus respectivas diózesis. No permita
V. S. se ordene nadie por otra persona que
su propio obispo , ni sin lizenzia de los di-
chos diputados en Roma o la del obispo en
los demás obispados. Mandará igualmente
que cada obispo tenga un maestro que ins-
truya a los clérigos en las zienzias i costum-
bres según lo previene el derecho.
10. Otro abuso de muchísima conside- proíiSon de
razion , es el que ocurre en la colazion de ll^^^l^^J
BcneGzios eclesiásticos, prinzipalmente en los
curados, i sobre todo en los Obispados, pues
prevalezió el uso de que se tenga solo en
cuenta el bien de las personas a quienes se
dan , i no el de la grei de Cristo i de su
Iglesia. Se debe pues procurar antes de dar
los Benefizios, en espezial los curados, i con
mucha mayor dilijenzia los obispados, recai-
gan en hombres buenos i doctos , de modo
que los promovidos, puedan por si mismos
desempeñar las obligaziones que contrajeron,
i que además sea verosímil cumplan con la
obligazion de residcnzia. No se debe conferir,
10
pues, a un Italiano un Benefizio en EspaQa ,
o en Inglaterra . o al contrario ; lo tfne se
observará en las colaziones, ora vnqncn los
benelizios por muerte , o por sesiones , en
que solo se tiene cuenta , al presente , coa
la voluntad de quien lo deja , i nada mas.
Estas zesiones se harían rectamente, si pa-
sasen por el examen de alguno o algunos
hombres de probidad.
41. Otro abuso se introdujo, cuando se
confieren, o se zeden BeneBzios, eslablezten-
do pensiones sobre sus frutos, las cuales, a
vezes son tan grandes , que. el que zede los
reserva todos, fiebe teaerse presente , que
por ninguna otra causa ni derecho pueden
imponerse, sino, como ziertas limosnas para
usos piadosos, i para los pobres ; pues las
rentas están uniaas al Itenebzio , como el
cuerpo al alma : perteneziendo de suyo al
que lo posee , de modo que pueda vivir ho-
nestamente con ellas, según su orden, pagar
los gastos del culto divino , costear los repa-
ros del templo i altares, e invertir el sobran-
te en usos piadosos. í^sta es la naturaleza de
ííUsrentas.Además,conioen la administrazian
lie las cosas naturales, se liazen algunas por
i^ausa particular, i fuera de la inclínazion del
orden universal; asi en el Pontifize, porcuan-
lo es dispensador de lodos los bienes de la
li.'1esia,si viese que aquella porzion que debe
11
gastarse en usos benéficos, en todo o en par-
tCy conyiene se gaste en otro uso; lo puede
hazer sin duda alguna. De donde resulta ,
que con derecho i razón puede imponer ^
pensión para socorro de un nezesitado , en
espezial clérigo, para que pase la vida con
honestidad i conioriue a su estado. Es por
consiguiente un grande abuso , reservarse
todos los frutos i retener lo que se debe em-
plear en el culto divino, i en el sustento del
que posee el benefizio. I también lo es , se
den pensiones a clérigos ricos, que pueden
vivir con comodidad i decoro de las rentas
que por otros títulos poseen ; abuso grande
en verdad i que debe quitarse , con el pri-
mero del pensionario que se lo lleva todo.
12. Otro abuso es , en las permutas de permutas
los Benefizios, que se hazen con pactos, las
cuales son todas simoniacas sin otro motivo
que el de la gananzia.
15. Otro abuso debe quitarse entera- Renunzias
mente , el cual prevalezió ya en esta Curia , ^^J^jJ^^^
por la maña de algunos ladinos, pues prohi-
bió la lei el legar por testamento los Benefi-
zios , porque no son del testador i si de la
Iglesia ; i para que fuesen propiedad ecle-
siástica común a todos los buenos i no se
hiziese de ella una particular. Inventó la
astuzia humana , no cristiana , muchísimos
medios con que eludir esta lei. Pues se ha-
12
zen renunzias de obispados i de oíros Bene^
iizios , primero con pacto de devoluziou ,
luego añaden la reserva de sus frutos, i des-
pues ]á reserva de la colazion de los benefi*
zios: acumulan además la reserva de la ad-
minislrazion, haziendo, por este medio, un
obispo, del que no tiene ningún derecho de
tal, i que otra persona tenga todos los dere-
chos de obispo sin serlo en el carácter. Vea
V. S. hasta donde llegó aquella doctrina
aduladora con que se consiguió , sea lizito lo
que plaze. ¿Que es esto, preguntamos , sino
constituirse heredero del beneBzio? Se in-
ventó otra trampa, además de esta, la cual
se verifica cuando a los obispos que piden
coadjutores se les dan menos idóneos de lo
que son aquellos, de modo, que a no querer
uno zerrar los ojos , verá claramente , que
por este arbitrio se instituyó el heredero.
No deben ^^' ^^^ ""^ '^^ anügua rcnovada por
8uzeder los Clemente , la que prohibe posean los hijos
suTpadres'. ^^ Presbílcros, Benefizios de sus padres; pa-
ra que una cosa común no se haga particu-
lar. Se dispensa no obstante , según oímos ,
esta respetable ley. No hemos querido callar,
lo que cualquier hombre prudente juzgará
ser mui verdadero , i es , que ninguna cosa
aumentó mas que esta la envidia contra los
clérigos , de la cual se orijinaron tantas se-
diziones, amenazando otras, por esta mala
15
versazion de las convenienzias i rentas ecle-
siásticas sacándolas del coninn en benefízio
particular. Antes de ahora se esperaba el
remedio y mas llevados de la desesperazion
aguzan sus lenguas contra esta Sede. Especiauvos
i 5. Otro abuso hai, en las espectativas i reservas?^
reservas de los Benefizios, con las que se da
ocasión de desear la muerte ajena, i el que
se oiga con gusto su nolizia : se zierra con
ellas la entrada a los mas dignos, i son cau-
sa de litijios en las vacantes. Juzgamos se
deben quitar todas.
16. Otro abuso hai que inventó la misma pinrai¡,iad
astuzia : pues hai zíertos Benefizios que son de bencAzios
incompatibles por derecho , i se llaman asi: ma pemmu
i por la misma fuerza de su nombre , nos
quisieron advertir nuestros mayores los hu-
biéramos por tales, pues no debían conferir-
se a una misma persona. Ahora se dispensa
i no solo para obtener dos, sino mas, i lo que
es peor en Obispados. Dezimos debe quitarse
esta costumbre, cuyo solo orijen es la avari-
zia, i prinzipalmente no puede permitirse en
Obispados. ¿Qué diremos azerca de la unión
de Benefizios por la vida de una persona, pa-
ra que no obste aquella pluralidad de Bene-
fizios para obtener los incompatibles? ¿no es
por ventura una mera infraczion de la lei?
47. Otro abuso prevalezió en dar, o con- b íj
ferir , a los Reverendísimos Cardenales los
14
Obispados i a vezes haziéndoios coiueadala-
ríos: i Ho de un# solo, sino da machos; cuyo
abuso, Beaiisimo Padre, juzgamos es de mu-
cha importanzia para la Iglesia de Dios: pri-
mero, porque son incompatibles d o&úo de
Cardenal i el oGzio de Obispo. La obligazion
del Cardenal es asistir a V. S. en el gobierno
de la Iglesia universal ; mas el ofizio del
Obispo , es dar pasto a su grei ; lo que no
puede hazer bien, i según ddie, sino habita
con sus ovejas, así como lo ejecuta el pastor
con su rebaño. Además , Padre santo ; este
uso perjudica en gran manera al buen ejem-
pío. ¿Cómo esta santa Sede podrá dirijir i
correjir los abusos de los demás, si se tole-
ran los abusos en sus prinzipales miembros?
Ni porque son Cardenales juzgamos les sea
mas lízito traspasar las leyes, que a los que
no lo son; antes bien, mucho menos, deben
separarse de ellas. La vida de estos , debe
servir de lei a los demás: que no han de imi-
tarse los Fariseos, que dizen i no hazen; pero
sí, a nuestro Salvador Cristo, quien comenzó
primero por obrar, i después enseñó. En se-
gundo lugar, daña este uso a los dictámenes
que dan azerca del gobierno de la Iglesia ,
pues que esta li^seozia, es el fomento de la
avarizía. Así es que los Cardenales hazen la
corte a los reyes i pirínzipes para que les den
obispados, i dependiendo luego de ellos, re-
sulla que uo pnedeit ddr liliremeule su voto
en el cousislorio; i aun sí pudieran, o quisie-
ron, se equivocarían eu su modo de juKgar,
{)or cuanto tendrían su ánimo apasionado.
Por estas razones, pluguiera a Dios se qui-
tase senejaote costumbre, i se diesen a los
Cardenales lodos, rentas iguales con que pu-
diesen vivir con el decoro correspondiente a
su dignidad: cosa qiie creemos se puede ha-
ker fácilmente, si queremos arrojar de noso-
tros la servidumbre de Mammón, i servir a
Cristo tan solamente.
18. Reformados los abusos , por lo que ^ . ^ .
i_ iAi><«^i ••» Falla ite la
naze al esiablesimieato de mmistros , por rcsidcuziá.
medio de ios cuales , como insirumentos ,
pueda el pueblo cristiano ser bien rejido e
instruido en las costmnbres , i el culto de
Dios bien servido; debemos tratar de lo que
toca al gobierno del pueblo cristiano, fin
él se hade correjir primero i prinzipalmente,
Beatísimo Padre, el que se comete en estar
los Obispos ausentes de sus ovejas , i los
Curas de sus iglesias i parroquias; en las que
deben siempre unos i otros residir , a no es-
tar impedidos por alguna causa grave ; en
espezial , como ya dijimos, los obispos, por-
que son esposos de la Iglesia que les fué en-
cargada. Pues , por Dios inmortal , ¿que
perspectiva mas digna de compasión puede
ofrezerse a un buen cristiano, que viaje por
^6
16
países católicos , que esta soledad i abando*
no de las Iglesias? Casi todos los pastores se
apartaron de sus rebaños; estos , casi lodos
han sido entregados a merEenarios. Se de-
biera pues imponer una gran pena a los
Obispos mas que a otros, después a los Cu-
ras , que se ausentan de sus greis ; no solo
de zensuras, sino privarlos de sus rentas, a
no ser que aquellos alcanzen lizenzia de V.
S. i estos del obispo por algún breve espazio
de tiempo. Léanse, azerca de esto , algunas
leyes, algunos decretos de los Conzilios, por
los que se le prohibe al Obispo esté ausente
de su Iglesia mas tiempo que tres domingos.
, 19. Otro abuso también es, elqtie tantos
Reverendísimos Cardenales estén ausentesde
** esta Curia, sin que hagan en cualquier otra
parte donde estén, nada del ofizio que toca
al Cardenal. Mas aunque juzgamos conve-
tiicnte habiten algunos en sus provinzias,
pues por medio de ellos , como ziertas rai-
ces esparzidas en todo el mundo, son conte-
nidos ios pueblos bajo el réjimen de la Silla
itomana; si quizá no todos, muchos no obs-
tante debieran ser llamados por V. S. para
que residiesen aquí. Por este medio, además
ilt: cumplir con su obligazion, se proveerías
la majestad de la Curia , i se supliría lo que
la faltase por el retiro de muchos obispos
i]ue se marchasen a sus Iglesias.
17
20. Olro abuso grande , i que no debe £_, qi i r
tolerarse por ningnn niolivo, i con el cnal se Pepiuiuíarin
escandaliza todo el pueblo cristiano , es, en i,£^^n"í||a
fos impedimentos que se ponen a los Obispos o'»^»'» nu«
en el gobierno de sus ovejas , con espeziali- "'^■lo"
dad en la corrección i costigo de los malos. '^*'*«°'-
Estos se eximen por muchos caminos , en
particular los Clérigos , de la jnrisdizion de
su Ordinario. Siaó son exentos se acojen al
momento a la Penilensiaría o a la Dataria,
en donde bailan al instante el camino para
la impunidad, i lo que es peor, por el dinero
que alargaron. Este escándalo , Beatísimo
Padre , causa un trastorno tal en el pueblo
cristiano, que no bai palabras que puedan
esplicarlo. Quítense, suplicamos a V. S. por
la sangre de Cristo con que redimió i Iav6
su Iglesia, quítense esas manchas , las que
sí tuvieran cabida en cualquier reino o re-
pública pronto o mui luego vendrían a tier-
ra, sin que por ningún medio pudiesen res-
tablezerse : i, sin-einbargo , pareze nos es
lízito el que introduzcamos , por nosotros
mismos, estos monstruos en lasoziedad cris-
tiana.
21. Otro abuso debe correjirse en los
Ordenes relijiosos , de los cuales muchos es-
tán tan relajados que causan grande escán-
dalo a los legos , i perjudican muchísimo al
buen ejemplo. Nuestro voto es, el que se ex-
18
tincan todos los Ordenes conventuales, i pa~
ra que no se injurie a ninguno, se prohibirá
a todos admitir novizios. Por e&le medio, sin
ser injustos con ninguno de los órdenes , se
extinguirán mui luego todos. Jucgamos ade-
más será mui bueno eu estas /.ircunstanzias
el que se echen fuera de los monasterios lo-
(los los jóvenes que no han becho la profu-
sión. (1)
™ 22. Con respecto a los predicadores i
d! confesores frailes, creemos debe advertirse,
i correjirse , el que sus Superiores , pongan
gran cuidado en que sean idóneos; i, luego,
que los manden presentar a los Obispos , a
quienes está encargado el cuidado de la Igle-
sia, anifs que a nadie; quienes por si, o por
hombres idóneos , los examinen ; i sin su
Gonseatimiento, no se admitan a cumplirlos
destinos de predicadores i confesores. Hemos
dicho, santísimo Padre, que no es lizilo, de
ninguna manera, hacer alguna gananzia , al
que usa del poder de las llaves , por el uso
de ellas. No admiten terjiversazion las pala-
bras dichas azerca de dicho uso por Cristo
=Debalde habéis rezibido , dad debalde,=
Estas palabras do sod diríjidas a V. S. tan
solamente, sino a todos los que partizipan de
esta potestad : quisiéramos obacrvaran lo
mismo los Legados, i los Nimzios. Pues, a la
a que desdora esta Silla, i trastorna el
19
Pueblo, el uso que está en boga; así; hazíeu-
do lo conirario , conseguiría gran deeoro la
Silla Komana, i edificaría al pueblo mara-
villosamente.
23. Otro abuso trastorna al Pueblo cris- 1^ ^■^■
tiano, causado por las Monjas , que están al
cuidado de los frailes conTentuales, cuando
observa, que en los roas de los monasterios ,
se cometen públicos sacrílejios, con gravísi-
mo escándalo de los ziudadanos. Quite pues
V. S. todo cuidado a los conventuales, i dé
su direczion o a los Ordinarios , o a otras
personas, según mejor le pareziere.
• 24. Abuso grande i pernisfoso es el que impiedad ea
liai en las escuelas públicas, prinzipalmente '"púbucr^
en Italia, pues muchos profesores de filosofía »e™p^<w«
enseñan la impiedad, i aun en los templos se
entablan disputas niui impías, tratándose las
cosas divinas delante del pueblo con mocha
irreverenzia: por lo que juzgaríamos se debía
dezir o mandar a los Obispos en donde hai
estas esencias públicas que amonesten a los
Lectores que leen , no enseñen a los jóvenes
doctrinas impías, pero que manitieslen la fla-
qneta de la luz natural en las cuestiones que
tienen relazion con Dios, con la eternidad o
cadnzidad del mundo i otras semejantes , i
que los dirijan ázia la piedad. Asimismo que
no permitan se entablen disputas públicas ,
azerca de estos puntos ni tampoco de otros
20
teolújicoií , pues pierdeo su cslimazioii por
esle medio eii el vulgo : se harán privadas
solamenlc : i la» pi'iblicaií »erúii azerca de
asuntos de física. Se embargará esto inisiuo
a todos los demás übÍBpoH en espenal a los
de ziudades ijisigues en las que suelea hazer-
se disputas de esta espezie. Se debiera poner
el luismo cuidado en la impresión de los li-
bros, i escribir a lodos los Prinzipes para
que tomen precauziones, a lin de que, eu sus
dominios, uo se impriman a cada paso cuales-
quier libros. Este cuidado se debiera encar-
gar a los Ordinarios. I por cuanto a los ni-
ños acostumbran leerles ahora en las escue-
las los Coloquios de Erasmo, eu los quehai
muchas cosas que instruyea los ánimos ru-
dos en la impiedad; se debe prohibir su lec-
tura i otras cualesquiera de este jénero, en
las escuelas.
25. Después de estas cosas , que tiene»
por objeto la iristrucaion de vuestros minis-
tros en el cuidado de la Iglesia universal i
su gobierno ; debemos advertir los abusos
que se han iulroduzido en las (iraxias que
haze V. B., además de los que ya hemos
notado.
2(i. El primer abuso está en los Trailes,
i o i-elijiosos apóstatas , que después del voto
' Nolemiic , saleo de la relijion , i consiguen
quedar desobligados de llevar el bábilo Av
21
su Orc^n, de modo, que ni aun llevan el me-
nor vestijio de él, usando solo honesto traje
clerical. No hablemos del diner(> que dan
para conseguir esta graiia , pues ya dijimos
al prinzipio , que no nos es lízito sacar nin-
guna ganauzia que provenga del uso de las
llaves i del poder que Cristo entregó; sino ,
de que no deben conzederse semejantes gra-
zias: porque el hábito es la señal de la. pro-
fesión a la cual están ligados estos apóstatas,
i tanto, que los mismos obispos no pueden
dejarlo. Asi es que no debiera coñzedérseles
lo dejasen , ni permitírseles puedan obtener
BenefizioSy ni oGzios, aun cuando se separa-
sen del voto con que se obligaron con Dios, engaños
27. Otro abuso en Cuesteros , o deman- de ios
dantes, del Espíritu-Santo, S. Antonio, i otras ®"*®'®'**'*
Órdenes de este jénero. Estos engañan a los
rústicos inozentes , i sin malizia , i los enre-
dan en innumerables supersliziones. Nuestro
voto es , que se quiten estos cuesteros, o de-
mandantes.
28. Otro abuso se comete dispensando par?cas?»e
al Ordenado de sagrados órdenes para que ^J^,
, wí^ M 1 . *^ 1 1 • Ordenados
pueda casarse. Esta dispensa no debiera de mayores.
conzederse a nadie, a menos que interviniese
una causa pública gravísima , como la con-
servazion de algún pueblo o familia , i con
mucha mas razón en estos tiempos deben ser
raras estas dispensas, por lo mismo que in-
2i
sistcii graudcmeule ustu piitilo )us Liile-
raiios.
I 29. Otro abusu hai en bs dispensas nia-
'' trinioniales eiilrc consangaíneos o aRnes.
Ziert»nientejiiz{^amos no debe dispensarse eij^
el segundo gradv sino por una rnnsít púMlca
i grave: en los otros grados, solo per causa
lionesla: i sin dinero, como ya dijimos, a no
ser qiie esluviesen ya unidos , en rtiyo caso
seria lízilo por la absolmion del pecado co-
metido, imponer a iosttulpables nna molla
ilespuee de ser absueltos, la ctial se aplicase
a los usos piadosos en (|ue V. S. empleacaii-
tlales. fues así couio no poede exijirse nin-
gún dinero por el uso de las llaves, cuando
no liai pecado; asi cuando lo hai , i se pide
absoluzKín de él, se puede imponer nna mul-
la pecuniaria, i aplicarla a usos piadosos.
^ 50. fHro aluiso lisi en absolver a los si-
muniacos. ¡(I! ¡(luanlo reina este pestilente
"' viaio en la Iglesia de l>k)s! Llega al punto ,
que algunos no temen cometer simonía i
piden luego al momento la absoluziou de
Í¡i pena ; por mejor dezir , la compran , i
iisí i'i'iicnen el UencfiEio ipic compraron.
^ll ili'/imes el r)uc V. 8. carcsca de Tacnl-
iiiilrs para roinlonarles aipiella pena esta-
lilr/iilii |ior dcreclio positivo , pcn't si que
i|i' iiÍMi;iiii nioilo dol»e Itazcrlo; para que se
pri'si'iil'' toila la rcsisIcnEta posible a nna
25
prevarícazion lán grande, que no la hai mas
dañina, ni mas escandalosa.
31. No se ddkiera eonxeder tam|)oco a ummB
los clérigos lisenzia para Icstar de los kienes ij^'^céngo^.
de la Iglesia, sino por causa nrjenle, a fin de
que los bienes de los pobres no se convier-
tan, o sinran, para genes privados, i engran^
dezimiefllo de sus casas i familias.
32. No se deben conzeder fazilmente conresíona-
confesionales, i el uso de altar portátil: por **pj,i¡¡ii*'
este medio se envilezen las cosas eclesiásti- induijenzías
cas i el sacramento prinzipal de todos. No se zionTe^olos.
deben conzeder tampoco iiiduljenzias , sino
una vez al año, i en cada una de las ziudades
insignes; ni se deben conmutar los votos con
fazilidad, ni conmotarse sino es en otra cosa
buena que equivalga.
33. Se acostumbró mudar la volnntad conmuiazíon
última de los testadores cuando legan alguna <:n ios
cantidad de dinero para nsos piadosos, cuya ie^!tdos?e?c'
suma con la autoridad de V. S. pasa a mano
del heredero o legatario , bajo el pretesto de
su pobreza &c. i esta grazia , la consiguen
por dinero , si no es que por causa de la
muerte del testador ha sufrido gran menos-
cabo la hazienda del heredero i de modo ,
que sea verosímil, que , atendida esta pér-
dida , el mismo testador hubiera mudado su
última voluntad. Gs una impiedad el mudar
la última voluntad de los testadores. Del di-
24
iiero o gananzja que prozede de esla grazia,
ya hemos dado nueslro voto luuchas vez«s:
por lo que , enleraniciile bai que abstenu^
de tal cosa.
„ 34. Expuesta» sumariamente las cosas
que pertenezen al Pontilize de la Iglesia
"universal, según nuestro alcanza; resta dezir
algunas , que tocan al obispo de Í\oina. Esta
Ziudad e Iglesia romana, es la madre i maes-
tra de las demás Iglesias, por loque ea ella
prinzipal mente deben florezer el culto (Iívídú
i las buenas costumbres. Por esta razón ,
Healísimo Padre , se llenan de escándalo to-
dos ios estranjeros que entran en el templo
de S. Pedro , al ver que zelebran las misas
sazerdotes groseros, asquerosos, ignorantes,
vestidos de ropas i paramentos , que uo po-
drían- usar honestamente aun en tas casas
mas desaseadas. Esto es para todos un gran-
de escándalo. Se debe pues encargar al Ite-
verendisinio Arzipresle , o al Penilenzíario ,
que cuiden de estas cosas, i quiten este es-
cándalo, i asj en las demás Iglesias.
' 35. Suzede también en esta Ziudad, que
las mujeres prostitutas como las matronas,
andan a pié o a caballo, en cualquier hora
del dia acompañadas de ios niales familia-
res domésticos de los cardenales, i de clé-
rigos. En ninguna otra Ziudad hemos visto
semejáute coriupzion , sin6 es en esta , que
25
debe ser el modelo de todas : babilan asi-
mismo magníficos palazios : debe correjirse
también este torpe abuso.
36. Hai también en esta Ziiidad. odios i ^^^^^^
enemistades entre los particulares, los cuales enemistado»
importa sobre todo al Obispo calmar , i re* ^'^zfudadT
conziliar a los ziudadanos. Así que , debe
encomendarse a algunos Cardenales que sean
mas a propósito para el efecto, el componer
estas enemistades , i poner en buena inteli*
jenzia los ziudadanos.
37. Hai en esta Ziudad huérfanos , hai
viudas , hai hospitales: el cuidado de estas
cosas perteneze al Obispo i al Prínzipe. Por
tanto V. S. podrá cómodamente mirar por
su bien de ellos, valiéndose de Cardenales ,
que sean hombres de probidad.
38. Estasson, Beatísimo Padre, las cosas
que al presente, según nuestro corto injenio,
liemos creído era de nuestro deber recojer;
i que eos pareze nezesitan reforuia i correc-
zion. Vuestra bondad i sabiduría lo arregla-
rá todo. Nosotros , en verdad , sino hemos
echo lo bastante según lo exijía la gravedad
del negozio, que exzede en mucho nuestras
fuerzas, procuramos al menos satisfazer nues-
tra conzienzia: no sin grandísima esperanza
de ver bajo el gobierno de un Prínzipe como
vos , la Iglesia de Dios limpiada hermosa ,
como una paloma , acorde consigo misma ,
consintiendo en un sulo cuerpo: (|ue será un
nionnmenlo eterno de vuestro nombre. To-
uióstcis el (le l'aMo, esperamos imitareis h
cariilad de Pablo: fué escojido aquel como
un vaso qne llevara entre las jentes el nom-
bre de Cristo; mas esperamos que vos, eleji-
do para reslablezer en nuestros corazones i
obras el nombre de Cristo , olvidado ya por
las Naziones, i por nosotros los clérigos, sa-
biendo las enTerniedades ilc qne adolezeoios,
traigáis al redil áp. Cristo las descarriadas
ovejas, í remováis de nosotros la ira de Dios,
i la venganza que nierezeuios ; que está ya
preparada, que está ya inminente sobre nues-
tras cabezas.
Gatpar Cardenal Contareno.
Juan Pedro Cardenal Tealino.
Jacabo Cardenal Sadoleto.
Rejinaldo Cardenal de Inglaterra.
Federico Arzobispo de Salcrno.
Gerónimo Arzobispo de itiindis.
JtMn Mateo, (Hnspo de Vcrona.
Oretforio Abad de S.Jorje de Venezia.
Fr. Toinás, maestro del sactv palasio.
Nprimebatur a^i\o M. IK XXXVItl.
27
(1) No debe estrauarse esla doctrina de
exiinzion de todos los órdenes rclijiosos ;
pues que bajo el pretesto de reduzirlos al de-
recho común no querían, ni procnraron otra
cosa en varias ocasiones los Papas, Conzilios
jenerales, i los obispos.
El conzilio de Viena en el Ddiinado , en
4304 en medio de sus buenos deseos para
reduzir los regulares al derecho común , se
concluyó sin hazer casi nada en el particular.
En 1558 los cardenales , obispos i curas
pidieron a Clemente 6." la exliozion de los
mendicantes, cuya petizion no tuvo éxito por
la abundanzia exzesiva de dinero qne dieron
los frailes a la Curia romana ; palabras del
Walsengrando monje de S. Benito en Ingla-
terra.
Lo mismo se pidió, i sin fruto ninguno, en
el conzilio de Constanza en 1416.
Este Conzilio condenó la proposizion 29
d« Wiclef, que dize eran los frailes íuvenzion
del diablo.
Eujenio 4." en su carta de 16 de Abril de
1444 al capitulo jeoeral Zisterziense no re-
prende la conducta de los legos o seglares ,
quienes , como hemos oído , casi se vieron
obligados a poner la mano en la reforma
vuestra.
Calisto 3.° compuso una bula para reduzir
los mendicantes al derecho común ; i Paulo
28
2.", estanilo para piiltlicarla en 4464, nueve
aiios después, se viú forzado a desistir, por
haber apelado al Conzilio jencrai losjenerales
de los órdenes reliiiosos.
Inozenzio 8.° en 4 HO de Agosto de 1487
diite el mismo capitulo , (¡ue varios reyes ,
priiizipes i señores temporales le pidieron con
grandes clamores i quejas; los unos la refor-
ma i la total e:(Unzion otros. Concluye sus
cartas el Papa amenazando o los del Zister
con tu extinzion. Véanse los prívilejios del
Zister por Lequerica en Salamanca, o Alcalá
1574.
En 1515 los padres de) Conzitio 15 jeneral
Lateranense, habiéndose comprometido a no
asistir a ntguna Sesión antes que se revocase
la bula Marcmagniim i se redujesen todos los
mendicantes al Derecho común ; se vieron
prezísados a desistir de su compromiso can-
sados de los manejos de la curia i frailes ,
3ue les imputaban la nczesaría disoluzion
el Conzilio. Véase a Cálalini tomo 4.°
La sagrada congregazion del conzilio en
21 de junio de 16^5 zilando los decretos de
l'aulo 5." i Gregorio 15, publicó uno , apro-
bado por Urbano 8.°, en el que manda, que
cu adelante, no se erija nuevamente ningún
itioiiasterio o convento, en el que no puedan
iiKinLenerse i no habiten, doze relijiosos, por
lo menos.
29
Inozenzio 10 por su Constiluzion que co-
mienza Insiauranda^ extinguió los conventos
que no tenían seis relijiosos , i los que dejó
con este número o menor , quedaron sujetos
a la autoridad de los obispos que pidieron
no los extinguiera.
Inozenzio 12 que murió en 1700, sujetó a
los obispos los conventos que no tuviesen
doze relijiosos. Esta disposizion se dio pri-
mero para parte de la Italia , i se extendió
después a toda ella.
^ Tractado de la forma que se ha de
tener en la zelebrazion del jener al Concilio:
i acerca de la reformazíon de la Iglesia.
M. D. xxxvj.
27
^ Tractado de la forma que se ha de
tener en la zelebrazion del jener al Concilio:
i azerca de la reformazion de la Iglesia.
M. D. xxxvj.
27
^ Tractado de la forma que se ha de
tener en la zelebrazion del jener al Concilio:
i acerca de la reformazion de la Iglesia.
M. D. xxxvj.
27
^ Al inviclisinio Caihólico Emperador
Augusto, protector i mamparo de la relijion
Cristiana : el doctor Guerrero , azerca del
modo i orden que se ha tener en la zelebra-
zión del Jenerál Conzilio : i azerca de la re-
foroiazión de la Iglesia.
f Prohemio , i Capitulo primero del
Tractado: en que se contiene dónde ouieron
orijen los Conzilios jenerales.
Invictísimo Gathólico Emperador augusto,
Bei i señor nuestro. En el prinzipio de la
primitiva Iglesia , los onze apóstoles llenos
de Spiritu santo , juntos con la madre del
Señor zelebraron Conzilio jenerái, i elijieron
a Mathía en apóstol , en lugar de Judas el
traidor. Asi lo escribe san Lucas en el capi-
tulo primero de los Actos de los Apóstoles.
I segundo Conzilio fué, cuando les Apostólos,
convocando muchos diszípulos, elijieron siete
diáconos: conviene a saber, san Esteban i sus
compañeros, orando i poniendo la mano en-
zima déllos: los cuales fueron elejidos opera-
rios en la mies del Señor : como lo escribe
san Lucas en el c. vj. de los Actos de los
Apostólos. I también baze menzion déste se-
gundo Conzilio la Iglesia en el c. j. xx. Dis.
4
Otro lerzero Conzilio jenerúl congregaron los
Apóstoles de Cristo, juntando los anzianos de
la Lei, i Universal Iglesia: dónde remeitiaron
zierta herejía de los Fariseos: así está escri-
to en el Cap. xv. de los Actos de los Apostó-
los : i detite terzero Conzilio jenerál habla
también el Tex. en el c. íÍ quis cametniTa.
dis. Otro coarto Conzilio jenerál zelebraroo
los Apastólos del Señor, juntando asimismo
los anzianoij de la primitiva iglesia : donde
remediaron i proveyeron mnchas cosas, que
en la sazón remediarse conveoian. 1 deste
cuarto Conzilio habla i escribe san Locas ,
en el cap. ixi ; t está canouizailo en el c.
t rimero, xiy dis. I mui aprobada es por la
niversal Igkaia, la congregazión i ayunta-
miento del Conzilio jenerál. Paes por los
Conzilios jenerales , se han de determinar
las grandes cosas , i arduos negozios qne
ocurren. I también en la vieja Lei ooieron
prínzipto losConzilios jenerales: i así lo notan
en e) dicho Capitulo primero , xxj. dis. —
I despnés , hirviendo la persecnxión, qnelos
Prínsípes Infieles hacían , no tenían los Cris-
tianos facultad ni libertad de coogr^arse, ■
convenir en nao , para hazer Conzilio jene-
rál. 1 a esla causa, la Cristiandad fné divisa
en diversas herejías: i como dixe Isidoro en
el libro sexto de las Etbimolojias : los Cáno-
nes, o reglas , de los Oinzilios jenerales , en
s
el tiempo del Emperador ConsUnüno ouie-
roD jpriDzipio; i él fné el que dié facultad a
los Cristiaoos , que libremente se congrega-
sen. I de bajo el mamparo del dicho Empe-
rador, se congregó Conzilio en Nizena, donde
intervinieron ccc, ixviij. Obispos, veniendo
de todas las partes del mundo: i alli fué des-
truida i condenada la perversa herejía de Ar-
riano alejandrino , como lo dize el texto en
el c. j. XV. dist. — I este Conzilio fué en el
tiempo del Papa Silvestre, después de haber
limpiado de lepra al dicho Emperador: i él
no estuvo presente al Conzilio , por algunos
impedimentos , mas todas las cosas i nego-
zios del Conzilio se enviaron a él , que las
aprobase. I después , con el auctoridád del
Emperador Theodósio mayor , i en su pre»
senzia, se congregó segundo Conzilio jenerál
en Constantinopla , en el tiempo del Papa
Dámaso; i intervinieron en él el. Obispos : i
fué congregado estCLConzilio, contra el error
i herejía de MazedónioTlbispo de Constanti-
nopla. El terzero Conzilio jenerál, se congre-
gó en Epheso , i el Emperador Theodósio
iiinior , auctorizó este Conzilio en el tiempo
del Papa Zelestino primero : i este Conzilio
se congregó contra Nestorio, Obispo de Cons-
tantinopla, i juntáronse en él ccc. Obispos.
El cuarto Conzilio jenerál se congregó en
Calcedonia, aprobándolo el Emperador Mar-
6
ziauo, en el tiempo del Papa León primero :
i intervinieron en este Conzilio seis zientos i
treinta Obispos , i fué congregado contra la
herejía de Entice i Dióscoro. I es de notar ,
que estos son los cuatro Conzilios jenerales,
que el Papa Gregorio manda guardar, como
los cuatro Evanjelios , segim claramente lo
dize el texto en el c. sicut, xv. dis. I déstos
cuatro Conzilios jeñerales , habla el capítulo
Sexta Synodus. i el c. Prima auiew. xvi. dis.
I después, se zelebraron otros muchos Con-
zilios jeñerales , como lo dize Beda , en el
Libro de Tetnporibus^ , i como paresze en el
Libro de los Conzilios. I en la Ziudád de
Constanzia, se congregó Conzilio jenerál, en
el año del Señor de mil i cuatro zientos i diez
} siete, en el mes de Octubre, en el tiempo
del Emperador Sijismundo: el cual aseguró,
i dio auctoridád al Conzilio. I, como pareze
en la Sesión xvíj., al tiempo qu'el dicho
Emperador se partió de Constanzia, todo el
Conzilio congregado, rogó a Dios porél: i en
la Orazión, le nombraron «Bei, i Emperador
nuestro, i Abogado, i Defensor» . I es de no-
tar » que en la Sesión xxxix. dize el dicho
Conzilio estas palabras: «La zelebrazióu con-
« tinua de los Conzilios jeñerales , labor i es-
"Cardillo es del campo del Señor , i la qu(
« prinzinalmente destruye las espinas i zar-
azas, i hrerejías, i errores; i destruye lasszis-
J
7
«mas» i easiiga los exzesos; ¡ las cosas infor-
«madas reforma, i trae a la viña del Señor
«fruto de abundosa fertilidad^. I allí se or-
denó, que de diez en diez años, se congrega-
se Conzilio jenerál. Porque, como hemos di-
cho , todas las vezes que en la Cristiandad
naszía herejía o szisma ; luego la* Universal
Iglesia, recurría a congregar Conzilio iene^
ral , porque la verdadera reformazión de la
relijion Crisliana, Bo«se puede cómodamente
hazér , sino congregado el Conzilio jenerál ,
siguiendo las pisadas- i detrina de los Após-^
tolos i primitiva Iglesia. Parque si al Empe-
radores lízito ,^por reparo i remedio de las
cosas temporales^ convocar en uno, toda la
universal Curia impertél* que está dividida
por todo- el mundo; mucfaomas conviene, en
el tiempo que la Cristiandad tiene nezesidad
de reformazión, congregar Conzilio» por sa-
lad délas ánimas. Porque, de otra manera,
fA en tiempo de necesidad no se recurriese
a Conzilio jenerál, en vano los santos Padres
ovieran escripto con tanta dilijenzia, tantas
cosas, azerca de la orden i regla del Conzilio
jenerál: como pareze por todas las Dislimifh-
nes XV,, xvj , xviij. — ^I también dize el beato
Augustino , en el Libro de grazia i libre al-
bedrío, hablando de la herejía Pelajiana; que
habiendo eminente nezesidad, luego se ha de
recurrir a Conzilio. I también es de notar^
qu'el Emperador Conslanlino congregó Con-
zilio coD el Papa Agalhon, i éste fu¿ el sexlo
C4>oiilio jener^l. I el Emperador Justiniano,
hijo de C«BiUBtiiio , con^gó otra vez este
sexto Cenzilio, i prunulgármiseCáBoiies los
cuales DO se habían declarado eu el tíempa
de CooBlaotino : como pareae eo el c. Habeo
lUnvtn., i ea el c. quoniam., i en el c. Sane-
la., j el c. SexU Sytiodut., i en el c. Prima
Synadui xvj. di». I después , el Emperador
Carlo-Riagno, hijo de Pipino, arcbiduque de
Austria» anlezesór de Vuestra Majestad, co&-
greg6 CoDzilio jenerál con el Papa Adriano: i
allí iuterviaieron cliiij. Obispos: i allí el Papa
i Conzilio , dieron aucloridad al Emperador
para elejír Papa: i désto es Decreto el c. A-
drianus. segundo en orden , Ixiij. dis. — Mas
después el Papa hizo Decreto , revocando el
derecho que los Emperadores teoian de elejir
PoDtiGze. I porque esta materia de los Con-
zilios es sania , i uliiisiwa al remedio de la
Cristiandad; invocando el ayuda de Dios , la
dividiré por Capítulos, i trataré por orden, a
2uién toca boi la aucloridad de congregar
ODzilJo jeuerál; i quién son los que han de
ser zitudos, i requeridos, que vengan al Con-
zilio; i diremos, de la forma de la zilazion; i
cuál es mayor, el aucloridad del Papa, o del
Couzilio: i después, jH>r poner fin al Tratado,
pondremos muclios Capiliilos , el día de boi
nezesaríos, para roforiuaziou de la unÍYei*sál
Iglesia.
^ Gapílulo segundo, en que se dize, que
el Papa, por tener la primera Silla, es el que
tiene auctoridád para congregar Gonzilio
jenerál.
Para oíayór eyidenzia de aqueste Tratado,
es de saber: que el Conzílio jenerál prínzi-
palmente, ha de entender en extirpar los er-
rores de los herejes; paraque la fé cathólica,
una i verdadera , resplandesca en toda la
manada i rebaño del Señor.Secundariamente,
ha de entender el Gonzilio jenerál , en refor-
mar la Iglesia, asi la cabeza como los miem-
bros. Asi se nota en el c. sictU., i en el c. j.
XV. dis. I el Gonzilio de Basilea , entre otras
causas prinzipales para que se congregó, fué:
por reduzír la Iglesia Oriental, apartándola
de algunos errores, i por reformar la Iglesia
Universal , ansí en la cabeza , como en los
miembros : la cual reformazión se había de
hazér en el Gonzilio Gonstanziense , i no se
hizo, por muchos negózios que ocurrieron :
mas dieron orden i conzierto, que en el pri-
mero Gonzilio se hiziese la reformazión. Así
lo dize el Abad , en el Tratado que hizo del
Gonzilio de Basilea. I Gonzilio jenerál no es
otra cosa, sino, un ayuntamiento jenerál de
los Gristianos, prinzi pálmente de los Obispos,
constituido regularmente por el Ponlífize.
10
Asi lo dtzc el Baldo, en la Leí primera, c. de
mamimi. I no se puede congregar regnlar-
mente el Couziljo, sin lizenzia i mandado del
Sumo Pontifize, o Delegado suyo , que tenga
poder para ello. Texto es el c. j. §. Porro.
ij. dis. — I trotase en la distinction xi^., por
toda ella, i donde se diga Conzilio. Dizelo e)
texto en el c. iij. §. Sijnodus. xv. dúl. — I
paraque el Conzilio no se pueda congregar sin
el Papa, texto es en el c. mandailis. ij. q. v.,
i en el c. multis. xvij. díst. i en el c. Concilia.
§. Hiñe, I la razón es, porque la convocazion
se ha de hazer por el mayor de la Universi-
dad: como se nota en la Leí primera. fT. de
albo scribendo ; i en la Lei primera ds decu-
rionibtis. ti. x.; i nótase en el c. in Synodo
Ixiij. dis.; i nótalo el ¡nnocencio en el c. j.
de majorilale et ubedientia. I, como ninguno
de los Cristianos sea mayor' qn'el Papa, a
él compete la convocazion deiConzilio: prin-
zipalmente, que en la convocazion del Conzi-
lio, han de ser zitados muchos Prelados , i
otros Heles, como pareze en el texto, i en la
glosa, en el §. khtc. xvij. dis. — I esta facul-
tad de zilar, no puede competer, sino al que
tiene jurisdizión e superioridad sobre los zi-
tados: i como no haya quien tenga jurisdi-
zión sohre los zitados para el Conzilio , sino
• Verdnil cg; pero qu« no concuunlu mui bien, con l« ds Lia-
u
el I'apa, como lo Jizc vi c. Cuneta per mttn-
dum. ix. q. iij.; parcsze luanílieslo, ijiie uiii-
!;uno puede convocar Coiizilio siuó el Papa.
I'ur taulo , si se congregase; Coiizilio sin li-
zeuzia del I'apa, sería cosa monslruosa c
contra la natura de los oíros Conzilios jene-
rales: ponine el Conzilio ha de leiier raheza
o miembros , como se ñola en el c. siibmil-
lilur. xxj. dis., í ei) la DUtinclion lerzera ,
eu el §. Porro. I si algunos convocasen Con-
zilio sin lizcnzia i aiicloridád del Papa, serian
szisraalicos , lexlo es el c. MuUis. xvij.dts.;
Itorque los tales se apartan de la unidad de la
iglesia, la cual se représenla en el Papa: tex-
to es ele. ¿oftifíur. xüij. <{■]■! íelc.iVovfr-
tianus. \i¡. q. j.: i como szism alíeos , serían
ipsojtire saspensos de lodo acto íiidíziário :
texto es el c. Didicimiis. xxíiíj. q. j. Con
otros muchos Derechos que lo dizen.
^ Capítulo teracro; en que se Iracta, có-
mo al Eiupcradoi' loca i compete solizitar
con el Papa,i]ue se zelebre Conziltú jenerál;
i cómo, hahiendo negliienzia en la Iglesia ,
al Emperador loca et derecho de hazér que
se congregue Conzilio jenerál.
Eu el capitulo primero se dijo cómo los
Emperadores juntaban i auctorizaban el Con
zilio jenerál. Pues es de saber, que despué.
se hizíeron los Decretos en que los Pontilize»
quisieron , que ninguno tuviese aucloridad
11
para congregar Conzilio, sin¿ ellos, o suLe-
gado con poder espeziál suyo. Mas es de no-
tar, que ito por eso quitaron al Emperador
el derecho de solizitár, i requerir , i instar,
que 7elebre,i junteConziliojenerál, habiendo
nczesidád de la tal congregasión para refor-
maziÓQ de la Universal Iglesia. De que, en el
caso que al presente se ofresze , í en esta
tan evidente nezesidad , a Vuestra Majestad
toca solizitár que se congregue Conzilio, i ba
lo de auctorizár para efecto, que se reforme
la Cristiandad, siguiendo el ejemplo del Em-
fierador Constantino, comolodize el capitu-
0 Nos. xcvij. dis.; i que al Emperador to<
que el derecho de instar, i sulizitar, que se
zelebre i congregue Conzilio jenerál; yo ale-
go texto , no alegado de los Uoctores a este
propósito , en el c. Principes, en el §. Cog-
noscaní. xxiij. q. v.: el cual texto dize: >CD'
■nozcau Ins l'rínzipes del siglo , que han de
«dar cuenta a Dios de la Iglesia, que Diosle»
"encomendó que mamparasen.» Porque dize
luego el Decreto qus se sigue : «Las cosas
■tocantes a la relijion cristiana , no pueden
«estar seguras , si no son defendidas de la
«auctoridádlteál i Sazerdolál.> I eslosPrin-
zipes del siglo de quien habla el Decreto, di-
go, que son el Emperador, i Conzilio jenerál:
porque este nombre Prínzipes, es nombre
•"iterál , i comprehendc los Emperadores , i
43
los otros inferiores» ansí legos como clérigos.
Asi lo nota el Cardenal, i los Doctores en la
Ciernen tina, Romani Principes de Jurejur an-
do. I el Emperador es prinzipál Prinzipe de
los Prínzipes del siglo. Texto es el c. Aposío-
lice de re Uidicala: i también es texto notable
el c. In apíbus. vii. q. j. donde se dize: «En
las abejas un Prinzipe hai; i las grullas, a
una siguen: el Emperador uno.» I también
el Emperador es abogado de la Universal
Iglesia, como luego mas largamente se dirá.
Por donde esnezesario, que habiendo szisma,
o herejía , o nezesidad de reformazión en la
Iglesia, en la cabeza, o en los miembros; que
solizite, i inste , que se congregue Gonzilio.
Mas , como se ha dicho , que por tener el
Papa la primera Silla, le toca el mando de
la congregazion del Gonzilio; de aquí podría
naszer una perplexidád mui grande. Porque
si el Papa fuese hereje, o szismático , o in-
corrijible , no quema congregar Gonzilio ,
aunque requerido por el Emperador; o, des-
pués de congregado, lo querría disolver an-
tes qu'el Gonzilio conoziesé de sus hechos;
o no querría dar su auctoridád al Gonzilio.
En tal caso digo: qu'el Papa no puede hazer,
que seyendo caido en herejía , que délla no
sea reaargúido , i condenauo. Asi lo dize la
glosa , i los Doctores, en el c. Si Papa: xl.
Dis.i i tiénenlolos Doctores en el c. Infidei
14
fiivorem de Hiere, lib. vi. \ si el Papa peri-
clitase, periclilaría la Iglesia: contrael dicho
ilel Apóstol , en la ij. Epístola a los de Co-
rintho, enel c.x. dízícnilo: secundam potes-
tatem qtie dala csl michi m edificalionem nim
in deslruelionem, I también es prezeptn di-
vino, que los Catbólicos se levanten, contra
aquél que enseilare cosa falsa. 1 de esto es
texto el c. Si aiidiverilis. xxiíj. q. v. I por
L'so Mathatias, como se lee en el primero de
los Nacabeos, justamente mató al que se lle-
gó al altúr del Señar, a los ídolos. I el Papa
sübiecto está a la Leí divina i humana, según
se nota en el c. q. In ceclesiaram de consli-
íulionibur. i en e\c. Sunlqaidam.xw. q.v.
I hazepara corroborazion de loqueesdicbo,
ele. íloino Crislianus. \\. Disl. I todo lo que
es dicho, aprneba san Juan en el c. xv. di-
ziendo: Si quis in me non manserit : miltelur
[oras sicul palmes, el arescct, el coUigent eum.
fít in ignem miflent, elardet. I también san
Pablo redargüyó a san Pedro, cabeza de la
Iglesia ; como pareze en el c. ij. ad Gala. I
para en el propósito, haze muí bien lo que
dize san Pablo a Tito en el c. i.: i lo que dize
a los de Corintho , en la epístola primera ,
en ele. v. I los Ponlíiizes tienen poder de Dios
para gobernar rectamente: no para pecar, ni
destruir los sóbditos. Texto esel c. j. xl.dis.:
i también se nota en el c. Alim. xv. q. vi.
15
De manera , que si el Papa fuese hereje , o
!<zistnático, o iucorríjible; el Emperador pue-
de convocar Conzüiojenerál, haliienilo neglí-
jeozia en la Iglesia. Asi lo dize el Cardeaál
en el o. Licel de eleclio: i alega el c. Concilia
§. Hinc.xvij. dis.l también lo dize elFeli.
en el c. Querelam. De lurejarando. Mas, mu-
cho se ba de notar el texto de suso alegado
en el e. Principet: por el cual te.\lo paresze,
que la Iglesia está encomendada al mapiparo
i itereusa del Emperador, i es el abogado dé-
lla: i es obligado a defensarla de la mano de
los calumniadores, como diiesan Hierónimo
sobre Uieremías. I estas palabras están cano-
nizadas por la Iglesia en el c. Itegum. xxiii.
q. v.:i también se nota en el c. Uno. De nalis
ex libero venlre,: i es texto para ello la Cíe-
meotina, ISeromnni, De eleclio. De manera,
que seyendo el Papa incorrijible, o hereje, o
szismático; el Emperador podría mover guer-
ra contra la persona del í'apa. Asi lo dize el
Abad en ele. Sicui. de Jureittran. De mane-
ra, que si el Papa , que es la cabeza de la
Iglesia periclitase; la Iglesia universal se ha
de juntar a remediar el estado de la relijion
cristiana: i el abogado i protector de la Igle-
sia, qu'es el Emperador, como se ha dicho,
es el que ha de requerir, i instar, i solizitúr,
que se iunte i congregue el Conzilio. I si el
Papa, como es dicho arriba , íuese herético,
o szismútico , o incorrijible [porque en (al
caso procura la destniclion de los subditos),
lossÚDditos se puedan levantar contra él: co-
mo se nota en el c. luratog. xv. q. vi. : i en
el c. Qvi resittit. ix. q. iij.: i en el c. Impe-
ratores. Porque el Pneblo , no es obligado a
oir, ni seguir la voz del pastor que se ha he-
cho menteDarío, según lo dize san Jaán en el
c. X. I, aunque el Papa puede todas las co-
sas , no puede aquellas que spezialmeiite le
fueron prohibidas; pues fué dado en edifica-
zion , i DO en destruczion , cmno ya hemos
dicho , alegando el Apóstol , en la segunda
Epi&loía, en el c. x. a los de Corintbo. I ansí
lo dize también el Inaozenzio en el c. Ouonfo.
De Conmetudine.: i allí, los Doctores. I si el
Papa, habiendo las nezesidades susodichas,
mandase, que no se congregase CodzíIío; no
le han de obedezér. Porque dijo el Inoozen-
zio , en el c. Inquisitioni de setilenlia exco-
municationis : Cuando vienen males i daños
del mandamiento del Papa; i cuando del tal
mandamiento, se escandaliza la Iglesia; no le
han de ohedezer: i' pecan los que le obedes-
zen. I mucho se ha de guardar el Papa , de
no hazer cosa, ni dar causa , que Ja Iglesia
se escandalize , como lo dize el Apóstol en
el c. víij. , en la primera Epístola a los de
Corintho. Désta manera queda declarado ,
que por las cosas tocantes a la reformazión
ir
fie la uiiiversiil Iglesia, «;e ha de congregar
CoDzilio^ jcnerál , por orden i mandamiento
del Papa: i en defecto , i neglljenzia del Papa
i Consistorio de Cardrenaics; se ha de congre-
gar con el auctoridád det Enlpei'ador, colino
es dicho. I del poder del Papa se dirá )arga«
mente , i del ^odér de la Iglesia universal ,
en ele. vii. Infra scripto.
f Capitulo cuarto, en que se tracta quién
son los que han de ser zitados, i llamados al
Conzilio : i quien son los que tieiien voto en
el Consilio para statuir i sentenzíár.
Al presente, es nezésario saber quién son
tos que han de ser zilados f llamados al Con^
filio, i quién son los qué allí tienen voto. I
digo, que hai muchas maneras dé Conziliot
porque bai Conzilio sy nodal ^ ef Cual sota-
niente haze el Obispo en su diózesiv Bai otro
Conzilio provinziáí, el cual congrega el Ar-
zobispo, con los Obispos que estíin subjeetois
a él. ffai otro Conzilio jenerál, que es la ma^
leria déste Tractado, el cual congrega el Pá*
pa, o su Legado teniendo pódér espefiiál pa-
ra ellq : iij. rfií. c. j. ^. Potro. : i tráctase
déste CoñeiTio en el c» Dudúm. líi* q« vi., í
en el c. j., i en el c. Siait. \\\ disr. I es de
notar, qu^el Conziliio jenerál que congrega el
Papa , algunas vezes Id congrega solamente
de la (literezNi t Puerto romaito ; i déste
Conzilio habla el texto , en el c» InSyrw(h\
18
Ixiii. dis. I esle Conzilto ho tiene el antori-
(lúd que tiene el Cenziliojenerúl , que con-
grega «1 Papa de todos los Obispos, porque
es de grande auctoridád: i désle Conzilio se
tracta en toda la Distinction. xvij. — Tornan-
do al propósito , en el Conzilio Synodál los
Abades han de ser zitados, I toda la Clerezia
ha de intervenir en elSynodo: como se dize
en el c. Quod super. De viaiorilate et obe-
dienlia. Mas los Abades, no son obligados a
ir, si no hai causa: como los Doctores oolaa
la glosa en el dicho capitulo. En el Conzilio
provinziál, do hai nezesidád de otra persona,
salvo de los Obispos, porque solos ellos son
los que tienen voz para juzgar: como pareze,
por toda la Distinclion vxiij. : mas los infe-
riores de los Obispos se han dezitar, paraqne
aconsejen, cuando de su consejo hobiere ne-
zesidád. Para esto se verá el c, Obeunlibus
Ixiij, Dist. — I para cslo , ban de intervenir
allí los Abades, como lo prueba el Texto, en
el c, Fide causaposse. et proprieialis.: í han
de ser zitados todos aquellos a quien va inte-
rese particular : como lo dize el texto en el
c. Propter eeclesiaslica. xviij. Dist. — De ma-
nera que tendremos por verdadera conclu-
sión , que en los Conzilios provinzíales , o je-
nerales , se han de zitár solamente los Obis-
pos para efecto de estatuir o juzgar : mas ,
para haber de aconsejar, se ba de zilar i lia-
19
múr las Iglesias Cathedrnlcs: i parn esto es
lexto ele. liiiát , De kis qtti (iimt a matori
parte Capituli.; i así se puede entender el c.
Sicut olim. De accusationibus.: I también, se
fian (le zítár todos aquellos de quien se puede
haber conseju. Testo es el c. Obeunlibtts.
Ixiij. Dis. También se han de zttár aquellos
de cuya causa cspezialmente se tracla. Texto
el c. Propter eeclesiasliea. xvüj. Dist. Por-
que la zilazión es de Derecho natural. Para
esto alego la Cleinentina , Pastoralit de re
jiidicala.: i la Lü Facultas de jure Fisci. lib.
X., i la Lei Nam ita divus fT. De adoptioiiibus.
Que la zitaziúa'sea de Derecho divino, dt-
zelo el Felino en el c. Ex parte. De Officio
delega. I por eso, cuando los hechos tocasen
a cosas de la Té, los Legos han de ser zitados.
I también , cuando en el Conzilio se tractase
alguna cosa espiritual suya, por vía deliLijio:
porque , como es dicho , la zitazion es de
Derecho natural. I si se tractase de las cosas
de la fé, el Emperador ha de estar personal-
mente en et Conzilio , como está escripto en
el c. Vbinam. xcvj. dis., i los Reyes i Prínzi-
pes seglares, han de ser llamados al Conzilio
jeneril: texto es para esto ele. ApoítoHce.
de re judtcala. li. vj. Has si el Papa quisiese
estatuir aigmias cosas en causas de la fé, o
matrimoniales , o sobre otros casos semeja-
bles a estos, que jeneralmente tocan a los le-
20
fos ; no sería en tal caso nezesaría zitauóo.
sí el Papa quisiese mandar , que algún
Obispo no fnese a Gonzilío , aqnél no sería
obligado a ir: contó se nota en el c. Ego. de
jurejurando.; salvo, si el Papa no lohiziere
en fraude, escandalizando la Iglesia: porque
ei^ tal caso suzederia lo que arriba se ba di-
cho, que sin duda pecaría quien obedeziese
al Papa; como lo dize Innozenzio, en el c.
Inquisilioni. de sénieníia excam^j como ya se
dijo. I, resolviendo lo que está escrito, aigo:
que los Obispos solos, han de estatuir i juz-
gar en el GonzHio: i solos ellos tienen voz.
Esto se prueba, en el c. j. xv. dis., i en el
c, SexagintOé xvj. dis.^ i también lo prueba
el texto en el c. Habeo librum. xvj. dis.^ i
también se prueba en el c. Sexía. Todos los
otros Prelados inferiores podrán en el Con-»
zilío jenerál proponer i aconsejar : i cuando
tocare en cosas de la fé , los legos podrán
proponer, i han de ser admitidos; por el tex-
to en el c. Ubinam. xe. vj. dis. En todo lode-
más, como es dicho, el Papa no zitará los
legos: parque , como está escripto en el e.
Cum aaverum. xcvi. di$.^ distinctas son las
iurisdicziones: que ni el Papa usurpará la
iurisdiczion temporal del Emperador, ni el
Emperador la espiritual del Papa.
^ Capitulo quinto, en que se tractá de la
forma de la zilazión al Conzilio: i de los que
21
pueden pareszér por Procuradores : i du lu
pena de los que no pareszen.
La forma de la lilaziún será, qu'el Papa,
o su Legado teniendo poder espeziál para ello,
podrán , por vía de zilazióo o manüamienlo,
mandar a todos los Patriarcas, i Arzobispos,
i Obispos , que vengau al Conzilio jenerál ;
señalando et Ingár donde se celebrará el Con-
zilio, i señalando eltiempoenqueseielebra-
i^. tiülAsc en Xa Lei Aut qui atiter. B. Quod
viaut clam,, i señálase tiempo en lazitazión:
porque tiempo determinado ha de tmer la
zitazióu, como se nota en la dicba Lei Aut
ifui aliter, en el §. j. Nótase también en la
Lei j. §. 5iH miíetn. C, de jure. do. impe-
trando.; i nótalo el Ciño, en la Lei Dies fes-
tos. C. de ferU.'; i el Bartolo, en la Lei Liher
liomo. ff. De verboriim obtigatio. I esta zita-
aión que haze el Papa , ba de hazerse por
Letras apostólicas. Pruébase esto en el c.
Ditecti. De dolo el coulun}aiÍa.,t¡a el versícu-
lo Votentes. 1 cuando el Legado del Papa
zita a Conzilio , en las Letras del Legado na
de ser inserto el tenor de las Letras apostóli-
cas ; como se nota en el c. Praterea. De di-
latiottibtts., i en el c. Cum injure. de Offitio
delegati. I porque sería cosa dificultosa zitár
a lodos los Obispos; podrán zitár a los Arzo-
bispos , que vengan a &>nzilío a tal Lugar,
en tal tiempo; i qne ellos amonesten a los
i
Obispos , iiitiniiiutlulcs el uiaiiduniiciilo del
l'a|iu. Tuxto es el capílulo. Si episcopus »w-
Iropolilanui. xviij. dü. I también se piicdt;
esta zilazián liazer cu el I'alazio del l'apa ,
en el AudieDzia pública, niaadándolo el l'apa
ex certa scicntia. 1 luego se ha de lijar la
zilazión a las Puertas de la priiizípál iglesia
de Boma; i enlomes la zitazion arla, i liga a
todos los zitados. Así lo nota Juan Andrés,
en el c. Quoniam. en el §. porro ut Ufe non
conlcstaia., i así lo dizcn algunos Doctores,
mas yo miré nmcho a Juan Andrés: i habla,
cuando el zitado no tiene domizilio, o si lo
tiene, no se puedeir. allá seguramente; por-
que en tal caso la zilazión se haría de la ma-
nera SUBO dicha. Mas es de notar , que si la
convocazion a Conzilio se hiziese no por el
Papa; que se puede hazer en los casos ya di-
chos en este Tractado. Asi como si el Papa
no quisiese convocar Conzilio, habieudo emi-
nente nezesidád, en tal caso, habiendo negli-
jenzia en la Iglesia , como hemos dicho la
congregazión a Conzilio se hará por orden
del Emperador, en nombre de la universal
Iglesia, como protector i abogado délla. 1
hazerse ha la tal congregazión , pof vía de
Requisizión , oMonizi¿n , o liitiniazíón. La
cual Móniziúnse hnze , cuando no hai Supe-
rior que pueda, o quiera hazer aquellas co-
sas que se intiman, i son nczesarias hazerse.
25
Asi se ñola eii ct c. Cuín nobi» olim. DuEiec-
twne. I desta Intímaziún se ha de hazer, co-
mo se haze en las otras cosas. Así como en
la Leí Denuntiasse. fS. DeaduUer., i en la
Lei Si fttnctum. c. De his qtiiper metum iudi
non appel. I el que intima el Conzilio, en la
intímaziún ha de enjerir la causa porqué es
nezesario el CodzÍUo; i si la causa es notoria,
abasta dezilla, i que después se pruebe en et
Gonzilio. Asi nota el Bartolo , en la Lei De
pupillo. §, Si (filis ipsi preíori. ff. De nov.
op. n\ml., i también se funda esto , por lu
que se nota en la lei final C. de appel. I si la
causa porque se dize ser nezesaria, al Conzí-
lio es oculta: porque se intima qu'el Papáes
hereje, o szismáLico, o apóstata; en tal caso,
esto se ha de íntimúr al I'apa, requeriéndole,
que congregue Conzilio: i si, amonestado, no
lo haze, estas amonestaziones se han de inje-
rir en la Intimaziún que se haze a losque son
requeridos i amonestados que vengan a Con-
zilio. Así se nota en la Clementina Causam.
de Electio., i en la Lei Nomen. c. qxio res
■ pignori ohligari possunl. 1 también se puede
dezir, que por temor, no se le osa amonestar
que congregue Conzilio. Como se nota en el
c. Rnál de Appeí. I los Obispos son obligados
a paresziir personalmente [salvo si no estu-
viesen impedidos de lejitimo impedimento);
porque ellos representan las personas de lo»
34
Afiáiiloles de (iristo , codiu se dizc eu el c.
/m iuh'O Tcstmuento.xxj . Diit. Los oíros iu-
lerives de lus Obispos, noilrúii parcszcrpor
Procurador , asi como (us col^ios de las
Iglesias Calcdrales, Texto es el c. ti. de kia
Ítii fiunt a fircctalo. I lo inisiQo seria tlu todos
>s oíros clérigo» M*^oe< litados jeueralnieu-
te: como se nota en la Leí j. %. L'sift. fT. de
procúralo. Mas si algunos fuesen ziUdos per-
soaalioeote, serjaD obligados a ir . porque,
es visto , ^r escojidos por industria de su
Sersona. \ lo misoio sería cuando la naliiru
e la causa paraqué habían sido zitados, no
adeiitieee Procurador: como es lexto el c.
Venieiu. de accuiü., el iij. q. v. c. in crimi-
nalibia. 1 que los legos puedan pareszér por
Procurador, texto es el capitulou. xviij, Düt.
I los l'rinzipes cfarislianos tambieu pueden
pareszerpor Procurador: texto es el c.Ápot-
totictn. de re iudicala, li. vi. I es de nolár ,
que como la zilaziou al Conzilio se ha de
hazer por Edicto, no requiere térmíuo pe-
reniplorio, n¡ mas de una ztlazión o intima-
xión. Asi lo nota la glosa en el c. Si episco-
pH«. xviij. Dift. I los Doctores lo tienen en
eí c. Ego. de ture iuram. Porque esta zita-
zión, o intimazióu , se haze para acto extra
iudizjál , nara el cual abasta una zilaziou :
GQnio US glosa, en la Clemenlina. j. de hecre-
livis. cu e\ versículo n-quisiuil., i allí , lus
25
Docloresri lanibieu el c. Cupwntes.%.Quod
si per vigiiUL De elecíiofie. lib. vj.^ i nótase
en la Leí , (hn Romw. ÍT. De verbo. Obliga.
Mas si el Gonzilio quisiese prozedér copira
los conlumazes , nezesaria seria Irioa zita-
zíud: como se nota eD c. j. De pace. iura.
¡irmanda. in usi, feudorum. I lambieo se nolá
en el c. j. de sypplenda. negtigen. preelator.^
con oíros muchos Derjechos que lo dizen.
Mas si el Obispo estuviese impedido , podría
cometer su voz. Texto es el c. Quia propler.
De elecüo,^ i el c. Si quis iusío. I si el Obis-
po meno^reziare venir a Conzilio^ puedenlo
descomulgar. Texto es , junta la glo. el c.
Non oporlel. xviij. Di$L I la misma pena le
darán, si vino, i se fué sin lizenzia : porque
no se dize venir , ni haber compareszido, el
que se fué sin lizenzia. Como se nota en el
c. Si quis aulem. xviij, DisL^ien la Lei
Quesiium. ff. De re iudicata. Nótalo ellnno.
en el c. Cahnnniam. De acensa. ^ i el Bartolo,
en la Lei, Si finita. §. lulianus. ff. De damno
infecio. I si elzitado a Conzilio, fuere zitado
por causa propiia suya ; digo que todos los
remedios que están statuidos contra los con-
tumazes , han lugar contra ellos. Los cuales
remedios se notan, por la glpsa en el c. ter-
zero, til lile non conlesiala : i el Especulador
los cuenta en el Título, de prhno decreto. §.
lam de effectu.
\
20
^ Capilulo vi., en que se tracla de cúuio el
poder I auctoridúd de la Iglesia universal res-
la en los obedientes en venir a Conzilio.
No paresziendo en el término que les fuere
señalado, los Obispos que son zilados, o re-
queridos , que vengan a Conzilio , notoria-
mente consta, que son inobedientes, menos-
prezíando los mandamientos i zitaziones , o
justas reqiiisizioues i amonestaziones. I en tal
caso , el poder i auctoridád para statuir i
juzgar , queda en los obedientes que al Con-
zilio vinieron. Así se nota en el c, Gratum,
De poslula. Praslal. 1 esta iuobedienzia i me-
nosprezio, es pecado gravísimo: como se nota
en el c. Offitii. xxiüj. q. j. 1 de lo sobredi-
cho concluyo, que si en el Conzilio está el
Papa , o su Legado espezialmente deputado
para estar en Conzilio, i no viniese mas de
un Obispo, sería Conzilio: i si el Papa, ni su
Legado, no estuviesen en el Conzilio (porque
el Conzilio se hobiese congregado por la ne-
glijenzia del Papa]; también digo, que el po-
der i anctoridád de juzgar , i determinar , i
statuir, quedaría azerca de los Obispos que
viniesen al Conzilio. Asi lo dizen los Docto-
res , en el capítulo , Gratum. De elecUone.,
donde concluyen, que aunque un solo Obispo
viniese, en aquél qucdaríatoda la auctoridád
i poder, para statuir i juzgar, &c.
i Capítulo séptimo, en que se tracla, cómo
27
el Papa regularme!] le es sobre el Conzilio :
mas cuénlaDse algunos casos, donde el Con-
zilio es sobre el Papa.
Es de notar , qu'el Papa , regularmente
tiene poder i auctoridád sobre el Conzilio, i
en todos los slatutos del Conzilio, se entiende
siempre exzepta la auctoridád del Papa. I
para esto es texto notable el capítulo» Signi"
ficasti. DeelecUone. i el capitulo A/iorum. ix.
q. m., i el capitulo Nemo.: adonde se dize,
que ninguno puede juzgar la primera Silla.
I baze también el capitulo Cunda permutan-'
dum. , i el capítulo Per principalem. ix. q.
iij.i mas mirarse ba la glosa, en el capítulo
Legimus, xciij. Dist.^ donde el texto de san
Hierónimo baze al contrario, diziendo: «qu^el
mundo , es mayor que la Ziudád». Mas el
Abad varón de tanta auctoridád , i Cardenal
de la santa Iglesia Romana, dize en el c.iSi^-
nificasti. De elecUone,^ que todo lo suso di-
cbo, se ha de reslrinjir a aquellas cosas que
penden de la plena disposizion del Papa: por-
que en las cosas que son de Derecho positivo,
sin duda ninguna el Papa es sobreel Conzilio.
Mas en aquellas cosas que no dependen de la
plena potestad del Papa , no se ha de dezír
simpliciterf que el Papa es sobre el Conzilio.
I la plena potestad, le fué dada para edificar,
no para destruir. Como dize el Apóstol» a los
de Corintho, en la segunda Epístola, el capí-
28
tulo X. De manera, que en las eosns coDZer-
nientes a la fé; el Conzilio es sobre el Papa.
I para eslo, es texto notable el capitulo Afias~
tasius. Decimonona Dislin,, i allí la glosa. I
así el Conzilio puede comdennar al Papa de
herejía; como lo dizen, I se nota en el capi-
tulo, Si I'apu. Ctiadrajégima Dislin. , ienel
capítulo, In fidei favorem. De hcereliei». lib.
vj. I en las cosas conzernientes a la fé, o al
eslado de la Universal Iglesia , no puede el
Pape statuir, ni dispensar , contra tos statu-
tos del Conzilio, porque se descoloraría eles-
tado de la -Iglesia. Así lo dize el texto, en el
cap. El li illa, j. q. séptimit. I los Doctores
lo notan, en el capitulo, Litlcras. Dereslitu-
tione spoliaíortim, I el Innozenzio dize, en el
capilnio, Quanto. De Consuelutline: que no
hunde permitir al Papa, que venga contra
el nniversál staluto de la Iglesia , si no ho-
biere causa razónalite. 1 en el capitulo , /n-
giiisitioni. De Senlentia excomunicationis. ,
dize: que el mandamiento del Papa, aunque
sea injusto, se lia de guardar: salvo, si el tal
mandamiento no trújese consigo herejía, o se
presumiese muí zierto , que del tal manda-
miento la Iglesia nniveraíil sería escandaliza-
da : o si , del tal mandamiento, se creyese
que vendrían muchos males. Porque, en los
sobredichos casos, pecaría mortalmente quien
guardase el mandamiento del Papa. 1 añadí-
29
remos a esto, lo que dize la Glosa» en el ca-
pitulo Si PafM. xL Disiit%cíi(me. : que si el
Papa está en notorio pecado, de tal manera
que scandaliza a otros, i no se corrijo ; que
ha de ser castigado como hereje, porque no
es exempto de la correczion evanjélica; i en
tal caso es visto sentir mal de la fe. I aque-
lla Glosa es probada de todos los Doctores ,
como lo dize el Abad , en el c. Signi/icastí.
De electiane.^ i en el c. Propasuit, De Canees,
preben. I es bien que el Papa imite a san Pe-
dro, cuya persona representa. Porque en el
Conzilio de los Apóstoles , san Pedro propo-
nía, i dezía su voto como uno del Conziliu;
i la' conclusión se bazía en nombre del Con-
zilio, i como el Gonzilio ordenaba. Asi lo es-
cribe san Lucas, en los Actos de los Apósta-
les, en el capitulo xv. I por eso fué declarado
en el Gonzilio Costanziense: que en aquellas
cosas que tocaren a la fé , i a destruir szis-
mas, i a la refbrmazion de la Iglesia, asi en
la cabeza, como en los miembros; qu^el Gon-
zilio'sea sobre el Papa. De manera , que la
sentenzia i juízio del Gonzilio, como jubio de
Superior , se ha de preferir en las tres cosas
ya dichas, al juizio del Papa. Ansi lo dize el
Abad ; en el su elegantisimo Tractado del
Gonzilio de Basilea, en la primera Dubda, en
la columna sexta: i allí dize , que zesan las
disputaziones quehabia sobre esta cuestión.
so
De manera, que es grande auctoridad la de
la Iglesia Universal. Mas b que dizen , que
la Iglesia Universal no puede errar ; se en-
tiende: en la fé, o artículos de la fé: porque,
por esto, es [por] lo que rogó Christo al Pa-
dre. Mas, en otras cosas , podría errar. Así
lo nota el Abad, en ele. A nobis. el segundo,
Desententia excomu.^ i el Felino, en el capí-
tulo primero De snmma Trinitate, I el Con-
zilio Costanziense habló de la Iglesia Univer-
sal estas palabras: «Estasancta SynodoCons-
«tanziense, que haze Conzilio jenerál , i re-
«presenta la Universal Iglesia, declara: qu'el
«poder lo tiene inmediaté a Chrisio; al cual,
«todo estado, de cualquier condizión, o dig-
<^nidádquesea, i también el papal, son teni-
«dos a obedezér , en aquellas cosas que to-
«can a la fé, i a la reformazion de la Iglesia,
«en la cabeza o en los miembros.» Esto está
escripto en la Sesión iiij. I ansí dize santo
Augustin en muchos lugares : No creería al
Evanjelio , si la Iglesia no lo auctorizase i
mandase. Todo esto dize el Abad, en el so-
bredicho Tractado, en el segundo Dubio prin-
zipál. I el Papa ha de ser obedezido en las
cosas espirituales. I esto prozede, del poder
que por Christo le fué dado, cuando, enper-
sona de san Pedro, le fué dicho: Qitodcunique
ligaveris siiper lerram, erit ligalum et in cor-
lis. Mas esto se ha de entender, no errando
31
la llave de la discrezión. Dízelo el Hosliease,
en el c. Quanío. De translaíione. Prcela.^ i el
InnozcDzio, en el c. Quando. De iureiurando.y
i el Abad, en el c. Licet evitanda. De eleclio-
ne. Donde dizen , que el Papa tiene dos lla-
ves: una de poder , i otra de discrezión. I
también se verá en el c. Tanta. De excessibus
prwtato. I mirarse ha el Felino , en el c. j.
De summa Trinitate, I también haze para fun-
damento déste edifizio , lo que escribe san
Matheo, en el c. xviij. «Si pecare tu herma-
no contra ti, &c. i si no se castigare, dilo a
la Iglesia ; i si no obedeziere a la Iglesia ,
séate así como éthnicoi pubticano.» De ma-
nera, que Christo, a ninguno eximió de la po-
testad de la Iglesia : porque absolutamente
quiso , que el que menospreziare el juizio de
la Iglesia , fuese como éthnico i publicano.
I que el Papa se incluya allí, paresze clara-
mente, porque hablaba a sant Pedro. Asíque,
a él quiso remitir al juizio de la Iglesia. I
cada christiano, se llama hermano, i tam-
bién el Papa. Texto es el c. Cepisti. xj. q.
iii.j i a sant Pedro dijo: «Si pecare contra a
ti tu hermano»; de manera, que a cada chris-
tiano llamó hermano de sant Pe;dro. I tam-
bién dijo en el Evanjelio : «Todos vosotros
sois hermanos» . I sant Lucas lo dize, en el c.
j. délos Actos de los Apostólos. I también
digo, que por quitar Christo aquella duda, i
L
33
no enlendiescB, que apelazion de Iglesia vff*
nía al Samo Pontifize, dijo lue^o en el niisiñr
captiuto xviij. • Amén amén, os digo, (jue tas
cosas que lígúredes en la tiefra , serán liga-
das en el zielo:< &e. Asi qué, manifiestamen-
le enséAñ , que, apelazión de Iglesia , enteir-
din, lodos los Apostólos, que enaquéUiem-
po representaban la Iglesia. Cnanto mas, qoe,
como ya es dicho, esta opinión Fué aprobada
en el Conzilio Constanlíense ; i también in-
tervino después el atictorid&d del Conzilio de
Basilea. Asiqué , querer deiír al contrario,
no sería otra cosai sino dezir, qite todos fue-
ron herejes, i que el Conzilio err¿ en las co-
sas de la fé: lo cual no se ha de admitir. I
en et Conzilio Constanziensc está esto deter-
minado , en la Sesión Üij.; i en la Sesión
xyüj. del Conzilio de Basitéa estí aprobado
el dicho Decreto. I loque dizen, qiie las cau-
sas del Papa se han de remitir al jiiizio de
Dios, como se nota en el e. ConcUia. §, kirtc,
donde el Conailio remitió las causas del Papa
Simadlo al üiizio ile Dios ; Uié pocque él te-
nía contienda sobre el Papado^ i airiique el
texto no lo díze, en ias ffistorias se lee, que
tenia contenzión con uno , que se Ñamaba
Laurenzio. í el Conzilio, primero prommzió
sentenzia en la causa del lepado, como pa-
i-eszé en el c. Nos. §. SimmachtíD. ij. q. vij.:
i el Conzilio dcchiró por sentenzia, qne Sima-
5S
chu fuese restituido, porque injustaiiieiUe
había sido despojado del PontiGcado. I los
otros crimines que le oponían, fueron remi-
tidos al juizio de Dios. 1 los Derechos que di-
zen, que el Papa es juez de su causa propria;
hablan, cuando es zierto, que uno es Papa:
mas cuando no se sabe, i hai duda, el Con-
zilio es juez. Texto es el c. j. De Scismalicis.
I no obsta dezír, que habiendo cuestión sobre
el Papado , el que está en posesión ha de
juzgar; como es texto el c. Nunc aulem. xxj,
Dis,^ adonde paresze , qu'el Papa Marzelino
se coudennó a sí mismo ; porque aquello fué
dispensaliué , i no se ha de traer en conse-
cuenzia : porque alli, viendo el Gonzilio que
él confesaba la herejía, quiso que él se con-
denase a sí mismo. I querer deztr , que el
Gonzilio no tenga auctoridád para conden*
narlo, sería error, i seria contradezír el sta-
tuto Constanziense, aprobado de todo elCon-
silio, como paresze en la Sesión cuarta , se-
gún que ya se ha dicho. I aun quieren dezír,
que por fuerza cometió herejía: porque si vo-
Ivnfj^aiiieiite, ipso iure, perdiera el pontifi-
cado. Texto es el capítulo Achacius. xxiiij.,
gues^ prima, y i el capítulo Anasíasius. x%x.
Dislin. I en tal caso, aunque venga a peníten*
zia, lo han de condenar, i no será jttéz en su
causa propria, i el Gonzilio no pneide remitir
la pena, en tal caso, a mi pareszér , porque
29
34
a lüs Gardenalea, i do a) Gonzilio, incumbe
la eleczion del PontiGze cuando el Papa 'es
depuesto: como se nota en el capilnlo, Licet
deuitanda. De etectione., i en el c. Ubi magia
periculum. DeeUciio. lib. vj. I paralas cosas
conzernientes a lu deczión del pontificado, el
colejio de los Cardenales representa la Uni-
veraál Iglesia. Glosa es notable en el c. nutlui.
Ixxix. uiií. I si el Papa, por temor, incurrió
en herejía, peca: mas no lo han de privar del
pontificado: como en el dicho capitulo, A'uttc
autem: i esto, cuando haze penitenzia volun-
tariamente. Estu se nota en el c. Dixil.xxiiij.
q. üj., i en el c. Qui in Ecclesia.; i también
se nota en el c. Hoc est fides. xxüij. q, j. I
el Apóstol lo escribe a Tito, en el c. iij. I así
paresze porsaut Pedro , que negó a Christo,
por temor que bobo; mas, hecha penitenzia,
se quedó Papa, i Apóstol. Mas, entenderemos
esto, si espontáneamente confesase el error :
porque , si ya zitado al Conzilio , confesase
con temor de la pena; condeoalto han. Como
se nota en el c. Ád abo^er^am. De haretieii.
^ Capítulo octavo. Cómo el Gonülio pro-
zederá en las causas eclesiásticas sin ser re-
cusado : i como no se disolverá el Conzilio
hasta haber hecho el efecto para que íaé con-
gregado.
Congregado el Conzilio sobre cosas tocan-
tes a la Fé, o sobre la reformazión del estado
35
de la Universal Iglesia, determinarse han allí
lodas las causas que tocan al foro eclesiásti-
co: asi como las causas de los Obispos» i de
los otros clérigos, i las causes de las Iglesias.
Mas las causas mere seculares, i entre legos
Bo subjectos a la jurisdizion eclesiástica , no
se podrán allí determinar. I desto se mirará
lo que notan los Doctores, en el capitulo iVo-
vil. De ttirfic., i en el c. Lieei. exsueepío.^ i
en el c. Sí clerieuf. taicwn. De foro compe--
tenti.f i en el c. Causam.n i en el c. Lalmr qui
filii sint legUimi. , donde se notan algunas
causas en que el Conzilio podría juzgar entre
Í ensenas legas. I es de notar, que congrega-
o el Conzilio, todos los zitados , yenidos al
lugar que fué señalado , i al tiempo, en las
zitaziones o amonestamientos, contenido; to-
dos los Padres ya juntos, guardarán la orden
i solemnidad, en elzeiebrar el Conzilio, se<
gún, i de la manera , que se contiene en el
Libro de los cuairo Conzilios jenerales , en
la primera boja. I con las mismas zerimo-
nias que allí se contienen, se juntarán cada
día, hasta dar 8na la expedizión del Conzilio.
I el Conzilio prozederá en las causas de la
manera que mejor le pareszerá, porque tiene
libre facultad de traspasar las leyes, i de or-
denar, i estatuir. I lo mismo puede el Papa,
i el Emperador en lo temporal : porque no
están obligados a la lei.Como notan los Doc-
36
tores , en el c. Propomisli. De Goncessione
prebenda. I'orque do es de presumir, que el
tal prozeso tendrá mácula dí defecto: como
se nota eii el c. In sede., i eu el c. Hac est
fide». xxiiij. q. j. 1 porque se presume, que
todas las cosas han hecho coa solemnidad.
Como se nota en el c Aposlúlice. xxiiij. q.
ix,, i en el c. Ad audientiam. De rescriplis,
I la raión es , porque el error del Prinzipe
haze derecho. I. iij. De Sup¡et. legato. I de
la scQtenzia del Conzilio no se podrá apelar:
porque el Conzilio está en el lugar del Sena-
do: como se nota eael c. Eecletia. xvj, q.j.
I esto entiendo, en aquellos casos en que el
Conzilio es sobre el Papa, .como arriba en el
Trafilado se hu dichp: mas, bien podrán de-
lante del mismo,. dezir de nulidad contra su
sentenzia, porque.sobiie la causa de la nuli-
dad, se puede ir;al mismo juéz,i 9I supe-
rior: como se nota eOiU Lei, Si ut proponis.
c. Quomodo el (¡uandojudex.ii el Bartolo,
en la Leir'^> expretia, S. De Appel. Les de
notar, qu'el CoBzilio no puede ser recusado:
ni tampvco el Papa , cuando le tocase ser
juez en su causa propia: como se «ota «u el
c. Ex parte. De verhorutn. aígnificatione., i
en la leí Ett recepfum. S, De iuridicHoRe
oninitím iudioum. , i notas en el c. iV«cuil.
De appella., i en la lei j. De offi. PrfBfet.Prer
to. Asíque, aunque el GoQziUo provínziál se
57
pueda recusar; no se puede el Gonzilio jene-
rál: i deslo se verá la glosa en el c. /n singa-
lis. Uestalu f»iono(;ftorum: i ansí se entenderá
la glosa en el-c. primero Deludicis, I porque
arriba dijimos que los Padres se juntarán
hasta dar fin al Gonzilio jenerál; digo, que el
Conzilio durará tanto tiempo , hasta que se
hayan determinado i feneszido las causas i
negozios para los cuales fué congregado el
Conzilio. Porque en aquellas cosas que se
requiere perfecziAn , por acto de justízia; no
se cree haberse hecho nada, cuando alguna
cosa queda, i falta, de hazerse: como se nota
en la lei, Qui cum maior. §. acensare, ff. De
bonis libertartim.f i en la lei,/lem aptid La-
beonem. §. Addnxise. ff. De Iniuriis.; i tam-
bién se nota esto, en la lei, Oíaim Silanianum .
C, De'his quibifs lU indignis. I el que tiene
poder de disolver el Conzilio que se juntó so-
bre reparar i remediar herejías , o para re-
mediar el universal estado de la Iglesia ; es
el mismo Conzilio, i la cabeza del, que es el
Papa , por lo que se nota en el cap. preze-
dente. I también, azerca désle punto, quién
tiene auctoridád para disolver el Conzilio ;
me remito a un Estatuto hecho en el Conzilio
Constanziense , que prinzipia, Frequens.
^ Capitulo nono. De como el Conzilio ha
de destruir las herejías, i hazer que se guar-
den los Decretos i Cánones de los Conziliob:.
98
porque, de otra manera se decidora el estadQ
eclesiistieo.
El Conxilio, coDgregado según i de la ina-
nera que et dicho, i con las zerímonias i so~
leranioades contenidas en el libro de Ioa Con-
zitioa , aegim en declarado ; procurarse ha,
luego, con toda dilijenzia, de eitirpar i des-
truir laa herejías , que al presente andan
sembradas , litando prinero al inventar de-
Has, i a BUS secuaces i derensores , por mas
Gonvenzér su malizia. 1 en esto se guardará
la orden, que tos Santos Padres pasados to-
víeroD i guardaron , cuando eu los cuatro
Conzilios jenerales destruyeron las herejías
de que se haze inenzi6n en el Capitulo prí~
mero, i en el c. Sicuí. xv. Di». I guardarán
en el prozedér , la forma que t«vo el Papa
Juan XIII. en el prozedér contra el Doctor
Juan de Poliaco , parisiense, cuando el con-
sistorio le damnó tres errores: como está es-
cripto en la Extrauagante , Vas eleclionis
Doctor, f . Mas es de notar, que está escripto
en d priniípio del Libro de los Decretos:
Que el linaje humano se ha de rejir con dos
cosas: convienea saber,eon el Derecho nalu-
i'ál que en la Lei, i en el Eranjeliose contie-
nen: conviene a saber : Que el hombre haga
al prójimo, lo que él querría, que el prójimo
liiviese a él ; i no liazer al prójimo , lo qu'el
hombre no querría que el prójimo hiziese a
39
él. I por eso dijoChristo en el fivanjelio» co-
mo escribe sant Matheo en el cap. v. «Todas
las cosas que vosotros queréis que hagan los
hombres a vosotros ; aquellas mismas hazéd
vosotros a ellos.» I en esto concuerdan todas
las leyes , i los Profetas. I la otra cosa con
que el linaje humano se ha de rejir, es con
leyes humanas : como está escripto en el c.
Otnnes ieges. Prima Distincíio.; con los capí-
tulos que se signen. Por tanto, es nezesarío
qu*el Papa, i los Prinzipes, i el Emperador,
como Pnnzipe de los Prinzipes del siglo, ha-
yan de observar lo contenido en la lei Evan-*
jéHca,í todas las cosas contenidas i estable-
zidas en los Derechos , i aprobadas en los
Conzilios. 1 esto, fazilmente se puede mos-
trar: porque el poder dallos, de Dios les vie-
ne : como escribe el Apóstol en el capitulo
xiij. ad Romanos. I por esta causa, el Papit
i los Reyes han de procurar de hazér cosas
buenas , porque con su ejemplo sean otros
competidos a hazer lo mismo. Porque, como
Séneca dize, mas han de mover los ejemplos
que las palabras. I también dijo Chrísto :
«Ejemplo os doi a vosotros, que así como yo
hago, vosotros hagáis.» I siendo El , verda-
dero Dios, i verdadero hombre, i verdadero
Reí, i verdadero Pontífize; prinzipióa hazér,
i después a enseñar : como del está escripto
por Sant Lucas, en los Actos de los Aposto^
40
los, en el c. j.: i también eslá escriplo en el
Decreto, en el c. j. xxxix. Dislin. Üe mane-
ra , que eonviene niucbo a la honestidad de
la Sede Romana, guardar las Conslituzíones
que la universal iglesia aprobó en los Con*
zilios. Texto es, para esto, el c. Confidimus.
XXV. q. j.y i el c. Simt quídam.^ i el c. Con-
tra, I liaze mui bien el texto en el c. final,
xiiij. #i«itn., donde se nota en todos estos
Derechos , que el Papa , no es honesto que
dispense contra los Estatutos i Decretos de
los CoHzilios jenerales , sino fuese con gran-
dísima causa: porque , aunque el Papa sea
sobre la leí, no es sobre la let de Dios: el cual
se acuerda de hazer venganza a sus escoji-
dos que de día i noche le están llamando :
como está dicho por su misma boca, según
refiere sant Lucas eu el cap. xviij.; i en el c.
Violaiores. xxv. q. j. está escripto. Los que
voluntariamente violaren los Cánones esta-
tuidos por los Santos Padres, por grazia del
Espíritu Santo, son condenados, como blas-
femadores del Espíritu Santo. De manera ,
que paresze probado, que no solamente , el
Pontifize ha de guardar los Estatutos i Leyes
divinas; mas también , los Estatutos i Decre-
tos estatuidos por los Santos Padres en los
Conzilios. I la primera salud es , guanlar
j-ectamenie la regla de la fé , i no apartarse
en ninguna manera de las Conslituziones de
4i
los Sanios Padres , como lo dize el texto en
el e. Prima, xxv. q, j. ; i los Decretos, que
fueron ordeuados jeneralmeuLe para perpetua
utilidad; en niugutia nianerase bao de variar.
I>as cosas ordenadas para el bien común, no
se han de adaptar a la utilidad privada. Texto
es el c. QaiB ad perpeUiam. xxv. q.j. I por
eso dize el l'apa Le¿nestas palabras: l'oreso,
permiliéBdulo Dios , somos Fuslores de los
hombres: paraijue lo que los Padres nuestros
ordenaron , seyendo consultados de Dios , lo
hayamos de ^ardár conservándolo intacto.
Asi está escrípto en el c. fiDal xxv. q. j. [
san Gregorio escribe de si mismo estas pa-
labras (i asi lo hemos de entender de todos
sus suczesores) ; Si destruyésemos aquellas
cosas que nuestros anteiesores ordenaron ;
no constructor, mas eversór, sería justamen-
te comprobado. Asi está escripto en el c. Si
ea. XXV. q. ij. I también escribe, que rezibe
i honra los Estatutos de los cuatro Conzilios
jenerales, como los cuatro Libros de los Evan-
jelios. Asi está escripto en el c. Sicut. xv.
Disl. I el Papa Nicolao escribe: Cosa de reír
es, i barto cosa abominable i fea sufrir, que
se hayan de quebrantar los Estatutos que au-
tiguamente rezebimos de los Padres. Así pa-
resze en el c. Ridicidum. xij. Disl. Astque ,
entonzes el Papa piense que todos guardarán
los Estatutos de los Conzilios jenerales; cuan-
42
do él los guarda , i tiene en reverensia. Si-
gaiendo el ejemplo de Chrísio, que los sacra-
mentos de la Iglesia que mandó guardar; en
sí mismo los sanctiBcó: como se verá por sant
Lucas» en el c. ij. 1 el que ha de administrar
jusUzia, no ha de hazer cosa , la cual ha de
prohibir a otros, que no hagan. Gomo se ñola
en el ca. uno. De naiis ex libero ventre.^ i en
el c. Diversis fallaciis. De Cleric. Coniuga»^
con otros muchos Derechos que lo dizen. I
porque en el Probemio del libro intitulado ,
De adminisírazion de Jmiisia , dedicado a V.
M.9 tengo escrípto muchas cosas azerca des-
te punto; al presente no digo otra cosa, salvo
que conviene al buen gobierno de la univer-
sal Iglesia, i a la pública utilidad es nezesa-
rio, i también cumple a la reformazién de la
relíjíón Cristiana; qu'el PontiGze, como prin*
zipál cabeza de la fábrica, observe, i tenga
en venerazión los Decretos i Estatutos de los
Santos Padres , pues fueron estatuidos i or-
denados , estando en Gonzilio congregada i
junta la universal Iglesia. I la prinzipál re-
formazión de la Iglesia, consiste en la obser-
vanzia de los Cánones i Decretos , como es
dicho: pues fueron ordenados, interviniendo
la grazia del Espíritu Saneto: porque el Con-
zilio jenerál tiene poder inmmiaié a Chrisío.
Así lo dize el Gonzilio Gonstanziense , en la
sesión iiij.; i el Gonzilio de Basilea, en la se-
4S
sion xviij. I de no guardar el Pontífize los
Estatutos de los Gonzilios jeneráles , resulta
mal ejemplo: i désto se ha de guardar mu-
cho : iuxla ilUtd prapheiicum , Si is qui esí
tmcíus peceaverií, facieí papulum delinquere.
s. prapler malum easemplum, I porque, ayu-
dándome la polenaia del Padre, i la sabidu-
ría del Hijo , i la grazia del Espíritu Santo,
escribiré algunas cosas azerca de la reforma-
zíén del estado Eclesiástico; me someto , en
lodo lo en este Tratado contenido , a la cor-
reczión de la Santa Madre Iglesia. I lo pri-
mero que escribiré, será azerca de la dispon-
sazion del Pontífize : porque de aquí naszen
infinitos males, i escándalos , como luego se
dirá. 1 así, por orden, escribiré lo nezesario
al servizio de Dios, i de V. M., i a la utilidad
de la Christiandád, i universal Iglesia; hasta
aquella parte donde podrán llegar los flacos
quilates de mi talento.
^. Capítulo dézimo. Cómo el Papa no ha
de dispensar sin prezedér causa.
Dispensazión, es una relaxazión hecha del
Derecho Común, con conoszimiento decausa,
de aquél que tiene derecho de dispensar. I
dispensar, es pensar cosas diversas: porque
muchas cosas ha de pensar el que dispensa:
i muchas cosas ha de considerar, par» justi*
ficar la dispensazión, i paraque délla no re-
sulte escándalo. Todo esto se verá largamen-
44
te en la Glosa, en el c. Requirilit, j. q. vij.,
en el §. AtJi rigor.: i en el cap. que se si-
gue, se nota hJen, que en la dispensazióii del
Papa , lia de prezedér jinta causa , porque
no se lia de dispensar, cuando se decolora el
Estado de la Iglesia, ni contra los Statnlos i
Decretos de los cuatro Consilios jeneráles: lo
cual nolublemente dize la glosa, en el dicbo
§. Atíí rigor. I la dispensazi^n hecha sin
prezedér conoszimiento de jnsta causa, esdi-
sipazion: porqne, por la tal dispensazión, el
Derecho es vulnerado , i mui damnificado: i
para esto, se mirará el c. Iptapietas. xxiij,
q, iiij. zerca del fin. Asique , no se ha de
prozedér a dispensazión, sin considerar causa
justa i honesta: como se nota en el c. final ,
de Transa. Por tanto, concluiremos, que aun-
que el Papa tiene plenísima potestad en las
cosas que son de Dereclio positivo , como se
nota en el c. Prnposuil. })e Concetsione Pre-
benda.; no podrá dispensar sin causa, en las
cosas que son de Derecho positivo : ni será
seguro para con Dios, con el que se dispensó
sin causa. De manera, que aunque la tal
dispensazión del Papa, sería util«, i valdría,
para con la Iglesia mitilanle; no sería , para
con la Iglesia Triunfante : pues que , como
es dicbo, no está seguro para con Dios aquél
con quien se ha dispensado. I asi se limita
la doctrina del Inozenzio , en el c. Ctim ad
45
Monaslerium. De slalu Regu. Esto dize el
Abad, en el c. ExiirpandcBi en la repelizión
del §. Qui ver 01 i lambíén lo dijo en el c.
De mulla. De PrJBbendis,^ i también lo dise
en el c* Per venerabileín. qui fily sinl legi"
timi: nótalo el Arz^diano, en el c. Cansequens.
xj. q. iij.9 i Antonio de Butiio , lo tiene, en
el dicho c. De tm^Ua.': i allí lo tienen el An*
charanoy i el Cardenal: i Joan Andrés, i Juan
de Imola, i el Heorico: i todos concluyen di-
ziendo, que en. lo que es de Derecho positivo,
no puede dispensar a voluntad, para con la
Iglesia triunfante. Porque el ofizio del Papa
es apazéntar las ovejas, como buen pastor, i
hazér como buen dispensador , según está
escripto por sant Lucas, en el cap. xii.,
donde se nota qn'el dispensador de la fami-^
lia hade ser fiel i prudente: fiel, que dispen-
se movido prinzipalmeote por la utilidad pú-
blica; así qu'el prinzipio i fundamento de la
dispensiaión, sea mirái^ el bien universal. I
prudente,^ ha de. ser en dipensar, el que dis*^
pensa; en mirar, que no es ju&la cosa , que
uno tenga muchos Benefizios , sin causa. I
pongo ejemplo désta manera: De Derecho, no
puede ninguno tener dos Obispailos, ni dos
Dignidades supreyías: c. SieuU De Excessibus
Prwlat.j i por todo el Título de Translaiio,
PnBlator.y i el c. MuUtii(me$ . vii. q. j.: i no
puede tener dos Benefizios curados , como se
46
nota en ele. Dé malta. De Prebetidis., i en
la Extravagante ExieerabUií. I también, nin-
guno puede tener dos Dignidades, aunqnesea
en diversas Iglesias , porque las Dignidades
requieren residenzia. I tener dos Dignidades,
es contra el recto Rermón, porque luego las
jentes murmuran, i hablan lo que les pares-
ze: i también es contra el Derecho natural i
divino , qne manda , que una ha de ser la
mnjér carnal, i así ha de ser ana la mujer es-
piritual: i también es contra la razón del De-
recho canónico, la cual está clara. Todo esto
notan los Doctores en el c. De muUa. DePra-
bertdii., i el Abad, en la dicha repetiziuu del
§. Qui vero,, dando esto por constante, qne
ninguno puede tener dos Benefizios ctirados,
ni dos Dignidades supremas , ni ififeriores.
Si el Papa, en tal caso, dispensase ; la tal
dispensazión se llamará disipazióu. Porque
Sor la tal dispensazión el Derecho es valnera-
0, i la pública utilidad damnincada. Así lo
dizen los sobredichos Doctores , en v¡\ c De
multa. ,\ en tas otras partes qne ya b«> dicho.
Mas dizen, que con justa causa, el Papa po-
dría dispensar en los casos sobredichos: i la
cansa , para llamarse justa , será : pública
utilidad, o nezesidád de la Iglesia, [o] prero-
gativa de letras. Porqne en los tales casos,
no se dispensa, ni se ha de di^nsar espe-
zialmentepor causa del bien de la tal perso-
47
na, sino por utilidad de la cosa pública. I
también es sentenzia de los Theólogos , qiie
si uno tiene un BeneBzio , de qué mediana-
mente se puede sustentar; pecamortalmente,
teniendo [otro Beneficio. Esto dize el Specu-
ladór, en el Tractado que hizo« de la manera
qu'el Gonzilio jenerál se ha de zelebrár: en
la Rúbrica» Ne quis in duabus prmbendis, vel
ecclesiis iniiiulettír. Donde dize, que esta con-
clusión, fué determinada i conclusa en París:
i que un Maestro en Tbeolojía, que entonzes
era Cauzelario de París, no obtemperó la di-
cha Conclusión • porque tenia muchos Bene-
fizios ; aunque muchas vezes se lo rogó el
Obispo de Paris. I como el dicho Qanzelario,
de ahí a zierto tiempo muriese de enferme-
dad; el Obispo, zerca de su sepultura, dezía
Ofizio por ¿1, i diziendo, De profandist apa-
rezió una Sombra , que con voz mui clara
dijo: «No reguéis por mi, que soi condenado,
porque no quise creer, que era pecado mor-
tal tener dos Benefizios». Lo cual, sin duda,
es contra la voz del Seftór, que dize por san
Lucas en el cap. xvj.: «Ninguno puede ser-
vir bien a dos Señores»: i contra lo que dize
el Apóstol, c. vii. a los Romanos, Quod unus-
quisque maneaí in vocaíione qua vocaíus est.
I el G. j. xxi. q. j. dize, que el Gonzilio pro-
hibe , que ninguno sea llamado a dos Igle-
sias. I un clérigo, ansimismo, no podrá tener
48
dos Benefizios simples, si requieren restden-
KÍa : porque emt incompatibles : porque cada
Benelizio, es criado por el Otizio. Asi lo ñola
el Abad, en el c. Cvm iam dtuktm. De PriÉ-
hendii., i en la Repetizion del §. Qui vero.
I no bai Benefíiio simple, qne ile derecbo no
requiera residensia: porqae dize el Aposto!,
que el que sirve al allir, ba de vivir del al-
tar. I también es texto el c. Cum senmdum.
De PrtJsbendis. I asi, es JBsto, que el que vive
del altar, ha de servir al altar: per locum n
«mverit*. Aunque hsi algunos Benelizios, que
a prinñpio fueroa ordenados para estudian-
tes; i estos, de eoetumbre, no requieren re-
sideniia. I si nn Benefiíio abasta para sus-
tentazíi^n de nn clérigo, oo puede tenn' otro
para propria utilidad. Antes digo , que em
tal caso , pecaría mortalmente : porqve iHi
hai vizio de ambizión i avarisia , ocupando
el estipendio de los otros pobres. Asi lo nota
el Abad en el c. Ctim iítm duchtm. DePriebai.,
i nótalo también en la Repetizion del %. 0iij
vero. De manera, que si se dispensase con
el que tiene un Benelizio simple , snfiziente
para sostentaziou del que lo tiene; seria ne-
zesaría justa' cansa : de otra manera , el tftl
clérigo con quien se dispensase, no sería se-
1,'uro para con Dios, por lo que arriba se ha
dicho. I porque esto importa mucho, i algu-
nos dudan, si de Derecho comdn, uno puede
leoer dos Beii«6zíos, lorno a dezir , que eu
las Dif^nidades snprenias, ni íiiferiores, i en
los Benefizios curados ; no hai duda , por los
Derechos de suso alegados. I también , que
ningún reglar, haya de tener dos Prioratos,
&c. también está claro, por el c. Cam smgu-
la. De Prwbendit. líb. s«xto., i también lo
diie la Clementina , j. De Snpplenda negli-
gentia Prailatorum. I que ninguno haya de
tener dos BeneGzios simples en una l^esía,
también está claro: texto es (i allí los Doc-
tores) en el c. Lilieras. De Coneessione pr»-
hendtB. I también es texto, en la Clementina,
Si iuxta. De PrcBben. De manera, que uo hai
duda en todo lo que se ba dicho. En lo que
se podría dodár es, si uno podría tener dos
Benefizios simples en diversas Iglesias ; mas,
de Derecho, no. hai fundamento válido, que
los pueda tener. I, para esto , podría traer
muchos fundamentos, mas, al presente, me
muevo por lo que arriba dije : que así como
el que sirve al aliar, hade vivir del altar;
asi el que vive deLaltár, ha dé servir al al-
tar: ptr locutn a conversis. I tambies, cada
título de BeueGzio, requiere residenzia i ser-
vizio: CMBO se prueba en el capílul» peitúl-
tirao, de eelebratiene missartan., i xeij. Dis-
lin., casi por toda la IKstinction: i pruébase
en el capítulo Gnál, De Bescriptis, libro sex-
to; i en el capitulo fíclalum. De clerkis wm
30
50
resideníibus . y i casi por todo el Título. I
dando esto por constante, como lo es, impo-
sible seria ninguno residir, i residiendo, ser-
vir en dos lugares: porque es contra prinzi*
pió natural, i demuéstrase [por] el sentido:
i también esto se demuestra claramente en el
c. Sanclorum. Ixx.-Dislin.yi en el cap. j.xx.
Quest. prima, j i casi por toda aquella Ques-
tión., i también se prueba en el c. Quia in
tantum. De Presten. ^ i en el c. Cum non ig^
ñor es. \ i también se confirma lo que es dicho»
con razón : porque el Derecho reprueba los
inhábiles: Texto es el c. ij. De Insliiu.^ i el
c. Super inordinata. De Prwbendis. I no hai
ninguno inhábil, si el Derecho común no lo
inhabilita. Luego imposible es , de Derecho
común, ninguno tener dos Benefizios : i para
confirmazion, digo: que el Clérigo, no ha de
tener del Benefizio, sino el victo i vestido, se-
gún la doctrina del Apóstol, en el c. vj. a Ti*
molheo. I también lo dize el Baldo , en la
Auténtica Excipitur.De Bonisque libe.^ i re-
fiere al Arzidiano, en el c^ j. xii. q. v., i allí
dize , que el clérigo es usuario solamente, i
que no haze los frutos suyos, salvo para el
uso suyo: i dize, que, moderadamente, podrá
dar, i no testar. I porque es cosa provechosa
tractar , i. examinar aqui esto, por lo que
toca a la reformazión de la Iglesia; digo: que
todos los constituidos en supremas Dignida-
des, o en menores , o en DeneGzios curados i
simples; son usuarios, i no usufructaários:
por lo que dize ei Aposto! a Timolheo, en el
c. vj. según ya es dicho: -Teniendo alimen-
tos, i veslidos con que nos cubrir , con esto
somos contentos*. I el Arzediaao, Doctor tan
antiguo i famoso, en el c. j. xij. q. ]., i en
el c. Statulmn. en el §. accesorem. De fíet-
crip. lib. vi., dize, que el clérigo es usuario,
i no usurructuario : i que los bienes de la
Iglesia, los ha de dispensar en comer i vestir,
¿I i los que le sirven, i lo otro , dallo a los
pobres, o gastallo en provecho de su Iglesia:
1 hazer otra cosa , dize, que es iniquidad: i
para esto alega muchos Derechos. 1 allí dize
también , que lo que el clérigo compra , de
bienes de la Iglesia, no es suyo: 1 dize, que
son Sefiores de los fructos, para ser Celes ais-
pensadores, no para otra cosa : porque los
Sobres no han de ser damniGcados del hecho
e los clérigos. I el InoZenzio, en el c. Inde-
eorum. De elate el qiialitatc; dize , que los
bienes de la Iglesia , no están en comerzio
del clérigo, ni puede dispensar déllos , sino
para la nezesidád del, i de los que le sirven;
I para dispensar con los pobres. Juan Andrés,
en el capítulo PrcEsenli. De offilio Ordiiwrii.
libro sexto, dize lo mismo, refiriendo al Ar-
zediano: i también lo dize el Anchárano, i el
Dominico, i el Pbilipo Franco. Dónde todos
53
conclayen , que los clérigos son ns^arícB. i
no usnlrnctuarios ; i que no tienen libre ad-
mínistrazión de los fructos del BeaeGzio ,
salvo para dispeosallo , como dispeosero Gel
i pruileote : porque todo lo qae tienen los
clérigos , de los pobres es. Texto es el c.
Quoniam.xvj. q. j. I el Obispo, jeneralmente
ha de proveer a los que están enfermos: por^
que, de otra manera, es vislo , que ellos los
matan. Asi lo dize el Texto, en el c.j. ixxxj.
Dis. I no se dize Obispo, el que no remedia
a los pobres. Texto es el c. Fratrem. xlvj.
Dis. I el Obispa, dispensero es de los pobres.
Texto es el c. Quecumque. x. q. j., i el c.
Episeoput. xij. q. j. : i no puede dar a sus
parientes pobres, mas de comer i vestir, c.
Quiíquis. xij. q. tj. I no ha de dar, de mane-
ra que haga fraude a los pobres: porque dize
el Texto , en el cap. Si cupis. xv. q.j., que
no ban de comer el pan de los hijos, los per-
ros: i llama allí el texto hijos, a los pobres.
I cualquiera cosa que el Obispo detiene ea
si, ultra de lonezesarío, segyia es dicho; vio-
lentamente, lo tiene. Asi lo dize la Glosa , en
el c. Res, xij. q. j. ; i en el c. Quod autem.
xxiij. q.vij., dize san Gregorio: «nuestros
bienes también son de los pobres, i la procu-
razion de los pobres administramos». 1 tam-
hiiifí está escriplo en el capitulo ^tcul. (tIvu.
Difi. Todo el (liiiero que está guardado, de
55
los pobres es. I san Ambrosio dize: "Todo lo
que yo tengo, es de los pobres* . Como está
escríptoen el c. Conveníor.xxiij. q.vUj. I el
Obispo, hospitalero ha de ser de los pobres,
como lo dize el Apóstol, escríbieodo aTimo-
theo, en el capitulo iij., en la primera Epís-
tola. Mas, nezesario es que se alimente, él i su
familia, como hemos dicho, de los bienesde la
Iglesia. Ptótase también en el capi. Clericos.
i en el capitulo Pastor, j. q. ij.: i esto , auD-
qne tenga bienes de su patrimonio; los cua-
les puede guardar , para gastar en usos ho-
nestos, i comer del patrimonio de la Iglesia.
Asi esdoctrina del Innozenzío, en el capitulo
Episcopus.Depr€Bben.,i allí tos Doctores: con
tanto, que no guarde thesoro. T allí se mira-
rá el Abad. I esto disputó elensena (sicj: co-
mo paresze en una cuestión suya, que prinzi-
pia: Titiiti Clericus. De manera, que pues los
clérigos', así Ubispos , como constituidos en
menores Dignidades i Beneüzios.son solamen-
te usuarios; teniendo un Benetizio, de que su
fizientemenle se puedan sustentar, no es cosa
honesta dispensar paraque tengan dos Bene-
fizios, o mas, sino hai cansa justa, como ar-
riba se ha dicho. Al presente es nezesario que
se diga, cómo no se ha de dispensar sin cau-
sa,con los clérigos que no residan en los Be-
nerizios: porque de tal dtspcnsazión, ansímis-
mo , viene mucho daño en la Iglesia de Dios.
54
^ Capílulooiize: (jiie los clérigos rcsidau
en sus Benelizios.
Es de presupODer , cnmo ya se ha dicho ,
que los Benefinos eclesiásticos requiereu re-
sideazia peragnál : en tanto , que cualquirr
Cardenal es obligado a residir en la Iglesia
dónde es iatitulado : i si , amonestado , no
quiere residir, lo podrán deponer. Comono-
lan los Doctores, en el c. Ex geilU. De Cle-
rieit non residentibus. I en el Beoefizio cura-
do, o Dignidad, como es dicho, si, zitado, no
viene a residir , en el término que le fnere
asignado; privallo ban de la tal Dignidad, o
Benefizio. Texto es , el c. Ex parte. De Cte-
ricit non residentibu»., i nótase en el c. ínter
guattior. , i en el c. linál del mismo Titulo. I
de la forma de la zitazion , se podrá ver lo
qnese nota en el c. Ex tuce., aunque haiau-
senzias justas, asi como, por causa de estu-
dio. Así se nota en el c. Tuts fraternitalis. I
el ausente por causa justa , es habido pur
présenle; como señóla, c. Ex parte. 1 el fa-
miliar del Papa , puede rezebir los fruclos:
nótase en el c. Cum dilectas. , i en el c. Ad
nudientiam. Dize el Abad, i los Doctores, que
i;slos familiares del Papa, no han de ser sino
dos: eutionde , de cada Iglesia. I gozan del
mosmo prívilejio los familiares de los Garde-
iiiiles. I muchos se hazen familiares, nopor-
•[III'. en la verdad, lo son , salvo por gozar
de la grazia : i esios no gozan. El Abad lo
dízeenel c. Ctim dileeluí. Tornando a lit
materia de la díspensañon digo : que no ha
de dispensar el Papa, sin causa justa , que
el Obispo no resida en su Obispado; i, désta
manera, cada uno, en sa Dignidad o BeneG-
zio. I si dispensa, sin causa jusla, digo, que
no está seguro para con Dios , aquél con
quien se dispensa: porque injustamente lleva
los Tnictos de la Iglesia doude no reside. I
esto es zierLo, por los fundamentos dichos.
I es cosa mui nezesaria, que todo lo suso di-
cho se remedie en Conzilio, así en la que loca
a que ninguno tenga dos Dignidades, o Be-
neGzius, sin causa muí justa; como en hazer,
que los que llevau los fructos de los Benefí-
zios, i gozan de la sangre de los pobres, re-
sidan en sus Dignidades o Benefizios. I esto
es cosa razilisinia de hazer: porque con man-
dar, que se guarde el Derecho Canónico, en
lo que toca a la pluralidad de BeneGzios; i
con mandar, que los clérigos residan en sus
Iglesias; se remedia -todo, i se quitan gran-
dísimos inconvenientes. I causan males mui
preiudiziales. I como Espaila es el Reino
donde nías dotada i mas rica es la Iglesia de
Dios; en España es, donde mas daño se rezi-
be, de no guardarse el Derecho, que ennin-
guua parte de la Christiandád. I de aquí ve-
mos, por vista de ojos, que murió pocos días
56
ha, en Roma, un Corlesano español : i aun^
que era clérigo, no dijo en su vida misa: i,
sin saber letras, vacaron por su niu«rle, zien-
to i treinla Benefizios : cosa de abominazioa
en la relijión Cristiana. I, desta manera, hai
eo Roma, cosa sin número de clérigos, que
el uno tiene treinta piezas de Benelizios , el
oleo veinte, el otro diez: i, el que más puede
haber, no lo deja: cosa monstruosa, i de mal
ejemplo. I, en verdad, que llega a un millón
de oro , lo que cada año sale de los Beínos
d'España.i va en Roma. I por aquí, sería no
acabar de contar, cuan mal regulada está la
cosa eclesiástica; i todo, en Roma, se susten-
ta: i toda la negoziazion , es el dinero que
va de Elspaña.
^ Capitulo doze : en que se dize , qu'el
Papa no apropie para él , los despojos i bie-
nes, que quedan cíe los Obispos que mueren:
ni menos apropie los fruclos i rentas del
Obispado Sede vacante.
Teniendo, lo de suso contenido , por cons-
tante; que los Obispos, sen usuarios, i que de
los fructos no han de lomar ni gastar otra
cosa , salvo lo nezesario para sii persona , i
|iiu'a los que le sirven, i que lodo lo demás
lij ha de gastar en reparo de Iglesias , i en
<liir (Ib comer a pobres, pues es dispensador
Ivllos, cuya hazicnda administra: — si
¡icasii, romo cada dia aconlesze, muriese un
57
Obispo, i dejase liazienda i dinero, no de su
palriinoiiio, sino a<l(|u¡r¡do i allegado de su
Iglesia, d)go:quc la Iglesia hereda los bienes,
que (juedan por niuerle de su Obispo. Mas
la Iglesia ha los de gastar con pobres, i ba-
zer aquello qu'el Obispo había de hazér. I
podrá en sí retener alguna cosa , si toviere
nezesidád, para Fábrica, porque a lo mismo
es obligado el Obispo , coino paresze en el
Capítulo prezedenle. De manera, qu'el Papa,
DO puede lomar los bienes , que quedan per
muerte de ningún Obispo, pues bal heredero
déllos. Porque si el despeusadór fué neglí-
jente, o avaro, en los retener, no dándolos a
los pobres, cuyos son, i a quien perteneszen;
□o por eso pierden el derecho , de tal mane-
ra , qu'el Papa , que también es obligado a
apazentar los pobres, haya de tomáriocupár
los bienes que quedan de los Obispos , como
hazienda propia suya, adquirida de su patii-
nionio : porque es obligado a ediücár , i no
destruir : i ha de guardar los statutos i De-
cretos de los santos Padres, conservando el
estado de la relijión, con buen ejemplo: i no
ha de dar causa, que se decolore ni que se
scandalize Iít universal Iglesia , viendo , que
la cabeza que había de reformar los negli-
jenlcs dispensadores , que inicuamente han
retenido ansí lo de los pobres, baze el mismo
agravio, en apropiar se loa sí. 1 uo se pue-
r
r
I
58
Ue escusar con dezir , que lo gastú cu obras
pins: porque no hai cosa mas pía , que dallo
a los pobres enfermos, o inhábiles para tra-
bajar, del mismo Obispado: porque désto re-
sultaría buen ejemplo, i la universal Iglesia
no sería scandalizada, i seria sembrar buena
doctrina , para que los Prelados inferiores ,
siguiesen el ejemplo de la Cabeza. I cuando
[lo que Dios no quiera) no se congregase
Conzilio ; las cosas de las Rspañas , que son
patrimonio de vuestra Majestad , fazilmenle
se remediarían : porque informando al Papa
el Embajador de vuestra Majestad , del daño
notorio que los reinos de España rezíben , a
causa , de haber un clérigo sin letras , que
tiene, contra derccbo, treinta Benefizios sin
residir en ninguno, i muchos clérigos, letra-
dos í buenos, estar niendicando;luego incon-
tinenti , mandaría guardar el Derecho Canó-
nico , i los Decretos hechos en los Conzilios
jenerales, por grazia del Espíritu santo: i en
esto, no haría sino guardar, i na vulnerar el
Derecho. I de aquella manera , proveería
también, azerca [de] que los clérigos residan
en las Dignidades , o Benefizios: i ansí zesa-
rian mil extorsiones, quehazen los que están
en Itoma, con mil injustísimas zitaziones, que
liazen a clérigos viejos, que están en España:
impetrándoles los Bciieüzios, só zierto modo
que dizen ellos. Mas esto , también podría
zesár fazilisiiuameDte : purque slDtuyendo
vuestra Majestad en España una Lei, que [no]
se pudiese intimar zilazión de Boma, sin que
fuese vista en el Consejo de Castilla ; i eo
Aragón, en el Consejo de Aragón; luego no
babría mas zitazión , por vía de molestar. I
ansi hai un Estatuto en el Iteinp de Ñapóles:
de manera , que si una zitazióu del Papa va
en el Beíuo de Núpoles , el que la lleva , la
aresentaen el Consejo Colateral de vuestra
lajeslád, i si al Consejo le pareszecosa justa,
luego manda, que se intime a quien va. Lo
cual es cosa ú.tile, i por dende sC obvian las
lualizias de muchos, que, so color de cléri-
gos , son semejantes a lobos bambrientos, en
e) avarizia de adquirir IJenelizios eclesiásti-
cos, a diestro i a siniestro. I no puede el Pa-
pa rehusar de bazer cosa tan justa , ni re-
probar petizión tan sancta i honesta ; pues
no se pide, sino que observe, i haga guardar
el Derecho , i los Decretos í Statutos de los
Conzilios jcnerales: pues, por no guardarse,
el estado de la relijiún Cristiana üe decolora.
I cómo, él sea obligado a guardar, i tener en
observanzia i revereuzía, los Derechos esta-
tuidos por los santos Padres , seyendo guia-
dos por grázia de) Espíritu santo; notorio es-
tá, i bastantemente probado, por las aucto-
ridades en este Capitulo , i en e) prezedente
contenidas. I que a vuestra Majestad toque,
60
i convenga instar, i procurar el bien univer-
sal de la Christiandády por ser Cabeza délo
temporal, i Prinzipe de los prínzipes ; tam-
bién está probado claramente. I que, en par-
ticular , toque a vuestra Majestad la dicha
inslanzia, i procura tan justa , por los Rei-
nos de las Españas, i los otros Reinos i Se-
ñoríos de su patrimonio ; también está pro-
bado: pues ofizio propio del Rei, es librar los
opresos , de mano de los calumniadores. I
porque en España, hai grandísimas Dignida-
des, i mas que en ninguna otra parte, crezí-
das en renta; aquí es donde muL claro se vee,
el daño que resulta en la Iglesia de Dios, de
la avarizia: i del tomar délos Obispos muer-
tos, el Colector del Papa, la hazienda i bie-
nes que quedan. Por eso , sería nezesario ,
que congregándose Conziliojenerál, o no con-
gregándose , de parle de vuestra Majestad se
pidiese al Papa, que guardase los Derechos,
1 Statutos, i Decretos de la Iglesia : i que
muerto cualquier Obispo , i dejando bienes,
se diese tal orden, que los pobres no fuesen
damnificados, niel Derecho vulnerado, a cau-
sa de la neglijenzia de los Obispos. I también
el Papa , haze en España otra cosa , que es
contra la hermosura del estado de la Reli-
jión: porque, muerto el Obispo, pone Colec-
tor, i lleva los fructos del Obispado, hasta la
venida del nuevo Obispo. Lo cuál, noesedi-
6f
ficár, mas deslruír: porque, dado por cons-
tante, que los fructos de cualquier Obispado,
superfinos de lo que el Obispo ha menester
para su gasto nezesario , se han de repartir
entre los pobres; paresze que quiere el Papa,
que los pobres mtteran de hambre , i no col-
man, durante el tiempo que la Silla episco-
pal estuviere vaca: lo cual, es contra la cari-
dad , porque es visto , querer matar los po-
bres, pue$ les quita sus alimentos , todo el
tiempo que estovicre sede vacante. Lo cual
se pruebüai i funda , de los Derechos alegados
en el Capitulo prezedeute. I solamente quiero
de nuevo dezir: que el Papa tiene Camerario;
el cual rezibe los bienes temporales que per-
teneszen a la Sede apostólica. I hoieuRoma,
este oGzio es grande, i tiene Dignidad : i lo
que ha de hazer , es distribuir entre los po-
bres los bienes temporales. Asi lo dize la Glo-
sa, i los Doctores, en la Glementina, Ne Ro^
mani. De Electime. I este ofizio , no vaca
por muerte del Papa: i la razón prinzipál es,
porque. Sede vacante, él tenga cargo de sus-
tentar los pobres, que no mueran de hambre:
como lo quiere el Texto, en el Capítulo Pas-
ee. Ixxxvj. Dist.f i tíénelo el Cardenal , en
la dicha Glementina Ne Romani.^en el versí-
culo 69 ipso. Pues sí el) ofizio del Camerario
es , dispensar los bienes temporales con los
pobres, i, muerto el Papa, no vaca el ofizio,
porque los pobres no mueran de liambre ;
¿cómo quiere el Papa, que , muerto el Obis-
Eo en España , los pobres mueran de ham'
re , sede vacante ; poulendo Colector que
coja los fnictos , i se los lleve , dejando los
popres desconsolados, i sita alimentos? Esto,
asimismo, es nezesarío que vuestra Majestad
mande uegoziár con el Papa , pues es cosa
justa, caritativa: i todo lo demás, abusi¿u, i
mal ejemplo. I no puede dezir ninguno , que
el Papo gasta otras cosas , i tiene otros gas*
los mui nezesaríos: pues no es lízito al Papa
dar limosna (que es la obra mas pía , que se
pueda hazér], de la hazieada ajena; i ya dipu-
tada para pobres. Nótase, eu el c. Eleinosina.
iüj. q. ti.; i allí el Arzedianü. 1 nótase, en el
c. Non esl.j. q-j-, donde se verá claramen-
te, que no es lízita* la limosna: ni el bien que
el Papa biziere de los tales bienes es limos-
na. I para corrobo razion désto, digo: que el
Papa no puede lomar dinero, por dar Benefi'
zio eclesiástico que conzierna adniinístrazíon
de altar , o ejecuzion de llaves , aunque los
dineros se gasten en fábrica de Iglesia, o en
alimentar pobres: asiqHé, no por eso deja de
ser simoniaco. Asi lo uizc i concluye el Abad,
disputándolo largamente , i corroborándolo
conmucbos fundamentos, en la Repetizión del
ca. Exlirpanda. §. (¡ui vero. De Prtebeiídis.
■ Brroln, por lal limoina.
G3
^ Capítulo treze : en que se tracla de al-
gunas cosas, que se hazen ea Boma, muí íii-
justas.
Porque es propio del presente Tractado ,
(ligo, qu'el Papa fazUísimamente, i siu causa,
dispensa , que uno pueda tener muchos Be-
iiefizíos simples, í muchas Digoidades, i mu-
chos BeneBzios , que tengan cuidado de ání-
mas: i no se mira, que sea de lejítlnio matri-
monio naszído, ono, con el que se dispensa:
DÍ se considera, si es hombre letrado, o idio-
ta: ni miran, si es hombre virtuoso, o perso-
na torpe: í ni miran , si dispensan con per-
sona, que tiene uuBenelitío solo, o si tiene
XX. , o sxx. I la orden que en esto se tiene
es, que el que quiere que se dispense con él,
haze una Suplicazión, de la manera que él la
quiere pintar , i dala al Referendario ; i el
Referendario la mira: i, aunque es Doctor, no
mira si el suplicante, pide cosa justa, o no:
solamente mira, si pide cosa que se baya he-
cho otras vezes. I cuando el Papa , una vez
en la semana, o cuando quiere, está en Sig-
natura , como es la costumbre ;. allí el Itefe-
rendario , o Referendarios , cada uno , haze
relazión de las Suplicazioues que lleva, i el
Papa, con consulta de los Cardenales práti-
cos en la Corte , que allí presiden con él , i
con consulta de los Referendarios ; a todas
las Suplicazioues dize , Fial : liberalmente:
64
sin considerar olra cosa, como es dicho, síiiú,
que se pida cosa que otra vez se haya hecho.
1 désta manera, i coa tal abusión, no queda
Decreto, ni SUituto de Conzilio jeuerál, que
allí nn sea quebrantado, i destruido: sin con*
siderár, ui mirar la conszieozía del Supli-
cante, ni menos del Papa qne lo conzede, i
aprueba. I aun queda por pasar otro paso
mui dilicultoso : porque los Referendános ,
signadas eslas Suplicaziones j las envían al
Datárío, que es ofizio preminentísimo, i tiene
su aposento en Palazlo ; i basta qae ¿I ha
puesto la data en las Suplicaziones, la volun-
tad del Papa , no' tiene fuerza ninguna. .Del
estilo que allí se usa, que (de Derecho) oira
cosa es ; puestas estas Suplicaziones en casa
del Datarío, míralas, i si el Papa no conzede
cosa contra Derecbo (así , como si uno que
DO (iene Benefizio,el Papa le haze graziade
algnn Benelizio) , luego el Datario liberal-
mente despacha esta Suplicazion, i la envia
al Rejistro. Mas si en la buplicazion, se con-
tiene habilitazion para tener muchos Benefi-
zios, o liazér bábiie al que no es lejitimo , i
otras cosas semejables a estas, donde el Papa
haze grazia de cosas qae son contra Derecho;
el Datario tiene esta orden: que euíuido aque-
llos con quien se dispensa, vienena él, no tes
da las sus Suplicaziones, ni las envia al Re-
jistro, hasta que las han redemido por din&-
6S
ros. t, por zierto, así estau conLendieodo so-
lire, laDto será; mas,taotoserá¡ comosi fue-
se mercadaria , que reiibiese exLimazíón. I
la misma orden hai, cuando uuo pide grazia
de induljenzia plenária, o jubileo, para algu'
na Iglesia, o HouasteriD: porque, entre vcia"
te, UDO, lieva la Suplicazion al Rejistro, sin
rediniilla del Datado. I esta misma orden
es, cuando se dispensa en grados prohibidos
para contrahér matrimonio. De manera, que
DO piense ninguno, que se quebrantan ni ex'
tirpan los Ktatutos de los Conzilíos, i los De-
cretos de los Sanctos Padres , con prezeder
causa lejilima; salvo, porque prezeden dine^
ros. De manera, que los Statutos de los Cua-
tro Concilios jenerales , i Decretos de los
Sanctos Padres, el dia de hoi, están viola-
dos i destruidos , reinando el avarizia , raíz
de todos los males, como dize el Aposto): a
cuya causa, la relijión, i Estado eclesiástico,
es venido en vilipendio de los legos. I la uni-
versal Iglesia, iléslas cosas, está mui escan-
dalizada i decolorada, porque es niui Dczesa-
rio, queel Coníiliojenerál, a quien toCa re-
formar la Iglesia, i hermosear cosa tan fea ;
provea i remedie de tal manera , que Zesen
los abusos , i estén en observanzía i venera-
ziún las tradiziones , i establezimientos de
los Padres, que, guiados del Espíritu santo,
estatuyeron í ordenaron. I también suzede
31
66
otro error, i ÍDConvcnientc mui grande: que
redemida la Suplicazión del Datário, o saca-
da graziosamente, en los casos que dije ; de
ahí , va al Rejislro, i rejistrada , la dan eo
mano del Suplicante, i éste, no tiene ya que
liazer otra cosa sino expedir las Bulas : i es
nezesario que pasen por tantas manos, i por
tantos ofizios, i pagando tantos dineros; que
no se puede sufrir. I muchas vezes, un clé-
rigo, proveido justai méritamente en un Be-
nefizio, por no poder pagar la expedizión de
las Bulas (por no tener dineros para tan ex-
zesiva suma) , le es forzado cargar pensión
sobre el BeneGzio , i bazerse tributario de
aquél que da los dineros para la expedizión :
otras vezes lo renunzia en otro: o, por mejor
dezir,lo vende, por no poder expedir lasbu-
las. I los que andan al olor désta sangre ,
hallan mui buena dísposizión para extender
las manos de su insazíable avarizia: idéstos,
que no pueden expedir ; i de otros , que no
tienen dineros para litigar, por ser también
mui exzesivos los gastos en las causas que se
litigan; [aquellos tan injeniosos pescadores,
hinchen las redes, de la sangre délos pobres.
De manera, que des tas cosas, ansimismo, el
Estado eclesiástico es tenido en gran menos-
prezio de las jentes del Siglo ; i el universal
Estado de la relijión Chrisliana, está escan-
dalizado i decolorado. Por cuya causa , hai
67
grandisinia nezesidad, qu'cl CdiizíIíu jeneral
reiueilie esto , de tal manera , <jue se tome
hernioso, lo que al presente es feo : porque
destirpando el tal abuso , ) acostumbrando
nos a las cosas justas i buenas; a los mismos
que aquellas cosas i corruptelas pareszen
bien, las tendrán por abominables ■ torpes.
Mas , es prinzipal nindamento para extirpar
la cobdizia, evidente raíz de todos los males,
evitar la pluralidad de BeneGzíos , i hazer
guardar los Statulos i Decretos , que dispo-
nen, que los Clérigos residan. Porque, si vi-
ven del altar , ¿qué cosa hai tan necesaria
para sus coaszienzias, como servir al altar?
f Capitulo quatorze: en que se diie, que
es cosa justa, qu'el PontiSze anule las Bxem-
ptiones: i que no las conzeda mas.
Tanibiéu es nezesario, qu'el SnmoPontífi-
ze no conzeda Exenipziones , ni libertades :
derogando i prejudicando el bonór i potes-
tad de los Obispos , pues son Juezes ordina-
rios , por jeneral ordenazión. I , dado caso ,
que algunos PontíUzes pasados, conzedieroo
algunas exempziones, que en aquellos tiem-
pos pudieran careszer de culpa; después, a
la clara, las dichas exempziones, i privilejios,
se han convertido en error i superstizíón.
Por tanto, es nezesario, que sin tardanza, i
con gran aucloridad , se destruyan las tales
exempziones. Como se nota en el c. Quia. §.
Verum. Ixiij. Dislin. I así el Bei Ezechias,
como se lee en el Cuarto Libro de los Reyes,
c. xvüj., destruyó la serpiente de metal que
Moisén había liecho , por mandamiento de
Dios, para librar el pueblo de Israel de las
mordeduras de las serpientes: coino está es>
cripto en el libro de los Números, en el ca-
pítulo veinte i uno. De manera, que porque,
con el discurso del tiempo, de la dicha ser-
piente de metal, nasziaidolatría, i mal ejem-
plo; es loado el Reí Ezechias, en habella des-
truido: aunque al prinzipio había sido fabri-
cada por buen efecto , por mandamiento de
Dios. I no es cosa de reprehensión, si según
la variazión de los tiempos, se varían i mu-
dan tos Estatuios humanos : mayormente ,
demandándolo aezesidad,. o evidente utilidad.
Como hizo el mismo Dios: que de las cosas
que había estatuido en el Testamento viejo ,
mudó en el Nuevo .Testamento : como está
escripto en el capítulo Non debel. De consan-
gui. el affinitate., i en el c. j., i en el c. ij,
xxix. Dist. , i en el c. Sitper eo. De Senlen.
cxcomii.De dondese infiere, que siguiéndose
mas daño, i mayor inconveniente de las di-
chas exemzíoDes, que utilidad; es cosa justa,
que con providenzia del mismo Sumo Ponti-
fize, sean anuladas i revocadas. Lo cual se
muestra claro, i está mui fundado , por las
razones i Derediosya dichos. luiuchas otras
cosas , lo hun de mover a revocar las dichas
exempziones: lo uno, porgue por jenerál or-
denazión de la universal Iglesia, prozedien-
te de Dios, i de los Apostólos, i de los Sautos
Padres, i de los Conzilios jenerales ; i apro-
bada i guardada de los Romanos Ponlífizes;
la BelijioQ Cristiana, i jenera'mente todos los
Moneslerios, i lugares relijiosos, están debajo
de la goliernazión i cura de los Obispos , en
las Ziudadesi Diózesis déllos, <%rio suzesores
de los Apostólos , pues ellos tienen el raesmo
Íodér suyo. 1 que la jenerál ordinazión de
1 Iglesia prozeda de Dios , i que en el Nuevo
Testamento , la disLinzion de los grados ovo
prinzipio en Cristo mismo; pareszc déla lec-
tura del Gvanjelio. Porque instituyó doze
Apostólos, como mayores Sazerdoles, i a san
Pedro escojió así como Sumo sazcrdole : i
los Apostólos ordenaron Obispos, por las Zin-
dades. 1 también en el Testamento Viejo ,
Moísén por mandamiento de Dios unjió a
AarÓB en Snmo Pontiiise , i a sus bijos en
menores Saierdoles. Todo esto está cscripto
en el c. j. xxj. Distin., i en la misma Dls-
tinzíÓD está el c. In novo Testamento, que di-
ze: <En lugar de los Apostólos de Cliristo su-
zedieron los Obispos: i en lugar de los setenta
i dos Diszipulos que los Apostólos elijieron ,
snzedieron ios Presbíteros.. I cada Obispo
tiene espezíál derecho , apartado , en la ziu-
dad i diúzesi que le esLá encoDieudada: como
se nota en ial^iAquam. ff. Quemadmodttm
serviluí amUt. I el Apóslol tambica a los
d'Epheso , en el c. iiij. dize, escribiendo de
los Obispos. >A unos dio , que fuesca Após-
tolos: a otros, que fuesen Profetas: a otros
Evanjelistas: a otros Doctores*. &c. Asiqíié,
paresze a la clara , que la dicha orden de la
prelazión, prozcdió de Dios en el Viejo Tes-
tamento; i deChristo en el Nuevo. I que los
Obispos suzedieronen lugar delosApóstolos,
i que esta ordenazión oo se haya de nienos-
preníár; pruébalo el beato Au^ustino, eii el
c. Eccúitasticarum. xj. Ditl. I también es
texto el c. Jiidiculum. xij. Dist. De manera,
3ue según la divina, jenerál, i universal or-
enazión; los Obispos son ordinarios, i tienen
el poder de los Apostólos en sus ziudades i
di¿zesis,ile3 son subieclos todos los monas-
teríos i lugares relijiosos. Asi lo dize el texto,
en el c. Otnnes BasxlictB. xvi. q. vü,, i tam-
bién lo dize el texto , eo el c. Monasterio.
xviij. q. ij. I la disziplína de los monjes, loca
al Obispo en cnyo territorio están: texto es
el c. Coi)novimHS . viij. q. ij. I también dezia
el Papa Nicolao: que la gobernazion de toda
la Iglesia, al Obispo perlenesze en cuyo ter-
ritorio está. Asi se prueba , en el c. Si quís
episcoparum. xvj. q. ij. ,i bai otros muchos
Decretos que lo dizcii. 1 , pues esto es asi ,
74
que toda la relijiún Cliristiaiía, i Jerieraliueii-
te todos tos monasterios , i lugares relijiosos,
i personas relijiosas i eclesiásticas , estáu
subiectos al gobieroo, i debajo de la cura de
su proprio Obispo; concluya el Romano Pon-
tifize, que no cooviene derogar , ui diminuir
la honra, i potestad episcopal , conzediendo
exeuipziones a las personas relijiosas; ni in-
munidades , ni libertades a las Iglesias Ga-
thredales i CoWjiales ; ni a las personas Le<
gas, ui Eclesiásticas; sin preaeder gran ueze-
sidád , o evidente utilidad. Porque esto no
conviene , ni cumple, como es dicho , a la
persona del Pontilize, ni a la universal Igle-
sia, ni al estado de la Itelíjión; a causa de
los muchos males, i escándalos, que vienen
de la conzesion de las dichas exempziones, i
libertades, i privilejios. Porque , maniliesta-
mente vemos , el una, por ser Acólito del
Papa; el otro , por ser Protonotario; el otro,
Sorqu'es Abad ; no obedeszér a sus Obispos,
e donde resulta , que tienen lizenzia de pe-
car, i de no ser castigados; i deben, i no pa-
gan, porque no hai quien los compela: i aun-
que cometen delitos , o no viven conforme a
la honestidad de la. relijión, no hai quien ad-
ministre juslizia- I también hai algunas Igle-
sias Cathredales, que de pocos tiempos a esta
parte, los Canónigos sonexemptos. De mane-
ra, que la exempzion no es hoi otra cosa ,
7Í
sino una lizenzia de delinquir, i un iuzeiitivo
de pecar. Cosa fea, en vcrdúd , i liarlo álto-
mioable: sufrir que sea tenida en vilipendio
la auctorídád i poteslád episcopal ; teniendo
el prinsipio del Testamento Viejo, i Nuevo, i
representando los Obispos las mismas perso-
nas de los Apóstoles, como ya se lia dicho. I
de aquí nasze otro inconveniente muí gran-
de: que de tener en poco (como es dicho) la
misma clerezia, a su propio Obispo ; se de-
colora el estado de la relijión christiana , i
universal Iglesia. Itodo, a causa de las dichas
exempziones: prínzipalmente, que no las tie-
ne otra persona eclesiástica, sin6 Canónigos,
o personas constituidas en Dignidad, que son
las que habían de asoziár, i dar auctoridad a
sa Obispo. De manera, que de donde , a la
Belijion Christiana, había de venir luz , vie-
nen tinieblas: i de donde había de venir bue-
na doctrina, viene mal ejemplo : i de donde
habían de naszer los Derechos , naszcn inju-
rias. Asiqué , conviene al Pohtilize , sin tar-
danza, i con gran auctorídád , destruir las
dichas exempziones , como en e) pririzipio
de este capítulo se ha dicho; pues, a la cla-
ra, las dichas exempziones se han convertido
en error i superstizión. I no couTÍene al Su-
mo Ponlífize destruir los Statutos de sus An-
tezesores: como escribe sant Gregorio, en el
c. Si cff. xxv. q. ij. I san Pablo dize a los
73
de Coriulho: ■ Según el poder que a uii es
dado , (tara ediiicár , no para uestniir» . I
también escribe san Mallieo: «Todo Heíno ,
en si diviso , no durará». 1 también escribe
el Papa León estas palabras doradas : «La
dispensaziün , a nosoUns íaé encomendada :
mas nuestra daranazión es , si se qnebraotan
los Slatutos de las reglas de los Padres, se-
yeudo nosotros neglijentes, o consintiéndolo' .
Asi lo dize el Texto, en el c. Privilegia, xxv.
q. ij. De manera, quehaziendo el Papa otra
cosa , seria eversúr i divisor del Keiito ecle-
siástico, i de la unidad de la Iglesia, que no
sufre división. 1 eslo se prueba en el c. Lo~
tjuilur xxiiij . q- j., adonde paresze, que Dios
edilicó la Iglesia sobre saut Pedro, i asi, so-
bre uno solu. I aunqiiea todos los Apostólos,
después de la Kesurreczion , dio potestad
igual, dizieado: 'Así como el Padre envió a
mi, así yo envío a vosotros: tomad et Spíritu
Sancto>; mas, por manifestúr unidad , dis-
puso con su auctoridád, qu'el orijeii de la uni-
dad , loviese prinzipio de uno. 1 lo mismo
eran los otros Apóstoles , que san Pedro, en
Gonsorzio, i en bonra, í en potestad: mas el
exordio de unidad prinzipio por demostrar,
que una era la Iglesia de Dios. 1 también lo
babia dicbo Salomón en los Cánticos. Tam-
bién severa azerca déslo, el c. Scisma, en la
misma Otiesíiíin i Cíihsíi. 1 ha de considerar
74
el Sumo PontiGze, qu'el Apóstol dize a los de
Coríntho, en el c. \. en la j. Epístola: Omnia
miki licent, sed non omnia expcdiunl. I en el
c. octavo (lize: fii cscn scandalizat fialretn
meum , non manducaba carnem in (Biernum,
ne fralrem meum scandalisem.
^ Capitulo linál. De los agravios que los
Obispos hazeii en sus Ziubdades i Diózesis.
Taiuliii^n es nezesario, que se provea azer-
ca del agravio que los Obispos hazen en la
visitazión. Porque no guardan la orden que
en lal caso se requiere, ni guardan la Kx-
travaganle que prinzipia: Vas electionU apas-
loltís: i llevan , del Sello que ponen en las
Escripturas , derechos: i tan crezidos , qtie
todos se quejan, i no les aprovccba ninguna
cosa. I lo mismo hazen los Escribanos, o Se-
cretarios, que ellos tienen en sus Audienzias.
Cosa, en verdad, de mal ejemplo, que la co-
dizia haya tendido tAnto las manos , que ya,
de costumbre, se vendan las cosas justas.
Porque el Obispo, qne lleva los diezmos, gra-
tis ba de impartir la justizia entre los subdi-
tos, i no consentir, que sus Provisores i Vi-
carios lleven dineros , i lán sin orden , qne
se habrían de acordar del dicho profético :
Si is fjui est unctus peccavcrit, lotum populum
facieí delinquere , (s. per malum exemplum).
I también seria cosa nezcsaria , qne cuando
los Obispos proveen algún Benefizio, lo pro-
75
vcyescna ¡icrsona «ligua, i letrado: guardan-
do lo que eslii cscriplo en derecho , en osle
caso: i lo mismo guardarán en la pluralidad
de BeDefízios : porque teiiieodo una persona
un Benelizio , do sulizienleuieute se puede
sustenlár, no hai uezesidád de dalle otro l)e-
nefizio, pues es contra Derecho, si do preze-
diese causa justa i razonable. I es de nolár,
que según los Cánones, i Conzilios antiguos,
de todos los diezmos i oblaziones , se ha-
bian de Iiazer cuatro partes. La una pa-
ra el Obispo: la otra para los clérigos : la
otra para la fábrica: la otra para los pobres.
Texto, el c. Concesso., i el c. Quatuor., i el
c. De redditibus.Til]. q.ij.I ultra de aquesto,
los Obispos son obligados a gastar lo supér-
lluD con los pobres: i llamo supérfluo, todo
lo que sobra , gastado lo nezesario para el
comer i vestir del , i de sus criados, I dize
santo Ambrosio, exponiendo a sant Lucas :
•No es menor crimen denegar a los pobres
lo que abunda, que quitarlo a los que lo tie-
nen". I dize mas: «De los que han hambre
es el pan que tu tienes ; i de los que andan
desnudos, es el vestido que tu tienes guar-
dado: i redempzion es de los miserables, el
dinero que tuascondes*. 1 como, pornues-
tros pecados, no haya hoi quien viva según
la doctrina del Apóstol; hai nczesidádqueel
rucblcCbristiano niegue a Dios, que no sean
susOhispos (le aquellos a quien en el juizio
dirá Chrislo: nHuesped era , i no me reze-
bistes<. 1 lambíendize sant Bernardo: ■Hon-
rados andan los ministros de Dins , de los
bienes del Señor, al cual no dan honra>. 1
tambieodize en otro lugiir: «Cualquiera cosa
que tienes del altar , allende del cotidiano
mantenimiento , i vestido nezesario , no es
tuyo: sarrilejio i rapiña es tenello». I diic
mas: «Estás presidiendo , paraque proveas,
paraqne aconsejes, paraque guardes, paraque
procures, paraque destribuyas en su tiempo,
como lid siervo, el cual puso Dios sobresu
familia: inasno, paraque disipes: i sí mucho
rezibisle , mucho has de gaslar ; i si poco ,
aquello has de distribuir; !\'am qui m módi-
co fidelis cst , stipra multa consliluilur: et in
gaudium Domini sui inirabil. Ad qxiod perdu-
cat, a Vuestra Sagrada Majestad, Ule qui vi-
vit et regnal tu sécula seculorum. Amen.
^ A loor i gloria de la sanctissima Trinidad
ha sido impreso el presente Tractado, en la
insigne Ziudad de Valenzia: por Franzisco
Díaz Itomano , al molí de la Itoaella.
Acabosse a. xxix. de Abril. M. D. xxxvj.
Para reimprimir las Dos Inforhazionbs i
SupLiCÁZioN que contiene este tomo , me he
servido del traslado hecho al efecto por Ben-
jamín B. Wiffen , mi perseverante coopera-
dor literario , en el intento de salvar del ol-
vido estas obras de nuestros pasados. La Nota
en inglés que prefijó a su trabajo, traduzida
literalmente, dize así:
«Esta copia de las Dos Inforuaciones , se
«sacó del volumen impreso, que se conserva
«en la Biblioteca de la Universidad de Gottln-
«ga, en el Hannover. Para hazerla, a peti-
oziónmíame prqporzionó el Libro, el Se-
«cretario de Embajada de Hannover en Lon-
«dres, C. Klingemann; i le he copiado exac-
«tamente literal, renglón por reglón, i pajina
«por pajina. En donde los renglones difieren
«del número usual de 50., he notiziado la
«variazión al pie de pajina, como en las p.
«13., 20. i otras: i las vozes mal impresas
«i dudosas , las he subrayado , como en la
«paj. 31. descoraznamientOy para indicar que
«así están impresas en el libro. En la paj.
«57. comienza un error en la pajinatura,
«que corre hasta el fin, pues la última pajina
«del libro, numerada 208., es en realidad la
«pajina 205.
«Los únicos ejemplares de este raro libro,
«de que tengo notizia, son, el que se rejisbra
«en el Catálogo de La Serna Santander, que
«se vendió con los demás volúmenes de su
«librería; i el ejemplar que ahora tengo de-
cíante, del cual saco esta copia , i que per-
«teneze a la Librería de la Universidad de
«Gottingen : un tomo en octavo , marcado
«H. E. E. 106/ ccl. Encuadernado en el mis-
«mo volumen se halla un Tratado distinto ,
«aunque de asunto semejante, titulado: «Car-
«taembiada a nuestro augnstissimo Señor
«Prínzipe don Philippe rey de España». &s.
«s. 1. ni a., la cual ya se reimprimió: •Ima-
^jen delAnlichristo. i Carta a Don Felipe IL *
«a. 1849., i cuya composizión se atribuye
«allí con gran probabilidad al doctor Juan
«Pérez. Fuertes son también los indizios de
«que ól entendió en la edizión de esta obra,
«siendo autor del Prólogo «SupHcazión al
«Rei», i el que añadió las zitas de las Escri-
« turas al Bn. El ornato que está al fin de la
«pajina 113.^ es idéntico al que está a la ca-
«beza de la Portada de .sus «Psalmos de Da-
«vid 1557.», impresos en Jinebra por Cres-
«pin, según puede verseen la Notizia previa
«a la «Epístola Consolatoria 1848.», i de cu-
«ya imprenta prozedieron sus otras obras.»
* Eü esta reimpresióD, no se ha naesto el dicho ornato, qoe
hubiera caido al fm de la pajina 19i.— Ed.
3
«La «Infonnaciou al Emperador» , i la
«Información a los Príncipes», eslán escritas
«por otro: i a juzgar por la menzión frecuen-
«te que se haze en ellas de los asuntos de
«Alemania, son obra probablemente de Fran-
«zisco de Enzinas, por otro nombre, Dryan-
«der; persona práctica en los suzesos de la
«Reforma en Alemania, i que murió enSlras-
«burgo el 21 de Diziembre del a. 1552., de-
«jando escritas varias obras, asi en Castella-
«no como en Latin , que deseaba haber im-
«preso , por si, i en las cuales , dize , habia
atrabajado por muchos años. Véase su Carta
«a BuUingero fha. el 17 de Marzode 1550.,
«en los Archivos de Zuríck , i una carta de
«Calvino a Dryander, en la Librería de Jine-
«bra , escrita enNov. del a. 1552. — ^B[enja-
«rain]. B. Wpffen]. Segundo mes 7. 1855.
«(a la edad de 60 años).»
La preinserta Nota se acomoda , o corres-
ponde en un todo , a la copia manuscrita. :
pero ella misma señala bien las correcziones
debidamente hechas en esta reimpresión , i
la causa de no seguirse en ella, con minu-
ziosidad a la impresión primitiva. Asi v. g.
la errata, zitada arriba, de la paj. 51. de la
antigua edizíóu, se hallará correjida en esta,
e indicada^ en el último renglón de la paj.
85. — ^I desde la paj. 120. se verá correjida
en las marjenes la numerazión equivocada
4
(le la antigua. Eo lo demás, puede llamárselu
un IrasuDto de la edízión antigua. I estas
Notas espresarán donde corresponde , cua)-
3uier raodilicazióQ, que sin fallar a lu fideli-
i\d, se bailare hecha.
La Suplicación, o séase , la introducziún a
las/)oi /«/"ormazíoneí, no lleva números mar-
jinales en esta reimpresión, por no estar pa-
jínada en et libro antiguo, como lo están las
Informaziones. I si nos üamos delosíndizes
Expurgatorios , tampoco está la Suplicasióit
prohibida , como lo están las Dos Informa-
ziones: es dezir, expresamente prohibida. De
ellos apareze , que , por parte de Roma , el
libro se prohibió después de cuarenta i cua-
tro años de impreso: i en España, mucho mas
tarde. En el Index Librorum l'rohibitorum.
Roma. Mdccclxi. ^ai. 190. se lee: ■Informa-
ciones (Dos) nuii útiles , la una dirijida a la
Majestad del lümperador Cario V. &c. Decr.
7. Augtisli. 1603. i: 1 en el índice último.
MadrÜ. Año de Mdccxc. paj. 143. , < Dos In-
formaciones mui üliies, la tma dirijida a la
Maj. del Emp. Carlos V. x la otra a los Esta-
dos del Imperio. 1. tom. 1559. Edicto de
Enero de 1755. > En esos rejistros, como se
vé, no se nombra a la Suplicasión: la cual es
diversa claramente de la obra Supplice es-
horlatione de mwiio mándala uliinuitíissimo
Cesare Carolo V., rejistrada en |a paj. 50.
dellndize impr. en Amberesel a. 1570. bajo
el título 9 Philippi 11. Regis Caiholici Edic^
tumi* &c. Ahora: qué el Editor del volnnuen,
fuese el Dr. Juan Pérez ^ es casi indudable
para mí , no solo por considerarle autor del
Prólogo , o Suplicazión , sino porque se me
figura ver por toda la obra señales claras de
que él la revisó^ Obsérvense los epígrafes, o
encabezamientos, puestos para dividir como
en Capítulos , los varios puntos tratados en
las doslnformazionest léanse algunos de ellos
con particular atenzión, por ejemplo, el que
interrumpe la narrativa en la paj. 84. , el
Sumario al prinzipio de la tnformazion se-
gunda, pajina 195., i otros ; i se notarán ex-
presiones i estilo iguales a los que vemos en
la Epístola Consolatoria , Breve Tratado , i
otros escritos suyos. En la paj. 213. leemos
la frase, asobrunar muchas opiniones^ herma-
na carnal de la de asobrunar superstizionesj
que ya leimosen la paj» 225. Ae\ Breve Tra-
tado. I en la paj. 241. donde comienza a
describirse la notizia de la muerte de un Pa-
pa, i preparativos para elejir otro, se entre-
vee, que el escritor, o narrador, vio el caso
que describe, i aun tal vez jugó en él su par-
te como ájente diplomático de algún Prínzí-
pe, cual lo fué, del Emperador, nuestro Pe-
tez. I, por último, cotejando los pasos de la
Escritura» puestos por conclusión de la obra,
32
6
con las pajinas 751. i 612. déla Traduczión
por Perca , del Testamento Nuevo , impresa
el año de 1556.; no pareze caber duda , de
<|uc él fué quien revisó, ordenó en su estado
actual, i publicó estas luforniaziones , a los
siete años de haber muerto Franzisco de
Enzinas que las escibió en uno de los anos
que median desde el de 1542., al 1549., en
el cual a 10 de Nov. murió Paulo III. I como
la Dieta de Batisbona meDzionada,al parezer,
en la pajina 154., se reunió el año de 1541;
claro es , que estas Inlormaziones debieron
escribirse después. Pero si alendemos con
preferenziaa lo que se ilize en la pajina i 33.,
tmas ha ya de dos años»; vendremos a cou-
cluir, con niasprezisiou, haberse escrito an-
tes del 13 de Diz. de) año de 1545, i que la
Dieta menzionada, es la segunil», o la que se
luvo el a. 1544.
Paraque Franzisco de Fjnzioas, sea el autor
de estas Informaziones, no obsta , el que, en
ellas, se designe, a sí propio, como alemán:
pues además de que todas aquellas tierras,
quejenéricamente, aunque con imptopiedúd,
solemos llamar Alemania , estaban sujetas
entunzes al mismo Soberano que nuestra Es-
pana; Enzinas era veziuo de Amberes, ya de
años, i emparentado con varios comerziantes
de la dicha ziudad, i de otras déla Flandes.
I ea zierto, que escribió variasobras en latin,
7
i en castellano, como indica la nota de Wif-
fen zitando la carta a Bnlingero, donde efec-
tivaraente leemos: *Habeo enim notí pauca
cum Latina, tum Hispánica, in quibus mtUiis
jatn annis laboravi» &c.
Si estas dos Informaziones las trabajó En-
zinasenel prezitado año de 4545. en el cual
se imprimió en Amberes su ^llislm*im Pro--
pricB incarcet^alionis aique liberalionisi»; re-
dundan en su prez, i muestran su longani-
midad: puesen ellas, no hai palabras ni ideas
sujeridas por los padezimieutos , o por los
intereses de su persona. Ambas están escri-
tas con la mira puesta al bien público»
En el libro latino suyo, que acabo de zitar,
i del cual hai una versión franzesa publicada
en Jiuebra el año de 4558 ; nos dejó Enzinas
notizías, azerca de sí i de sus tiempos , no
indignas de memoria, i llenas de instruczion.
Un brevísimo resumen del dicho libro , me
pareze que aclarará la materia tratada en
las Dos Informaziones, al mismo tiempo que
revele el carácter i condiziones de su autor.
£1 resumen es este*
Franzisco de Enzinas, natural de Burgos,
refiere en él lo que vio , i en gran parte ex-
perimentó. Al tiempo de escribir , su pena
fué grande, i a sus ojos se agolpaban las lá-
grimas; no por remembrar sus padezimien-
tos, sino porque veía atribulada con tan hor*
8
ribles crueldades a la República Cristiana.
Para su seguridad personal, mas le convenia
el no haber escrito: pero un deseo del bien
jenerál de los que en su tiempo seguían la
doctrina del Evanjetio, estaba entrañado en
lo hondo de su pecho, i tal deseo le compe-
lió a tejer esta relazión de las crueldades que
él vio ejerzér en la Flandes, i el Pais Bajo ,
con cristianos , que no sabe uno si llamar
felizes, o infelizes. Por otra parte, su maestro
Felipe Melancthon , a quien se la dirijió , le
había pedido con ahinco escribiese esta His-
toria. En ella describe de intento Enzinas,
las fraudes, arterías i sutilezas de aquellos
hombres , que cubriéndose con máscara de
piedad , ocultan su condizión inhumana , i
sus prozederes crueles, con un tupido velo de
hipocresía. Por no conozerlos antes, padezió
Enzinas; i paraque otros los conoziesen, i es-
tuviesen como sobre aviso; escribió su libro
ázia el a. 4545.
En el invierno del año de 1542. al 43. dejó
Enzinas la compañía de F. Melanchton , i se
dirijió a Lovaina. ReGere el estado angustioso
en que halló dicha ziudad, donde infundió tal
miedo la repentina persecuzión , hecha por
los majistrados i clero contra los que desea-
ban la reforma relijiosa , que amedrentados
aquellos en cuya casa solía hospedarse ; no
quisieron entonzes admitirle. Aunque allí, i
ca Amberes, tenia Euiiuas parientes , no se
resolvió a ir a casa de ellos. Fuese a Bruse-
las, doDtle no era tan conozido. También allí
habia comenzado la angustia , cim la pcrse-
cuzión. En vista de esto , dezidió volverse a
Lovaina, i presentarse a sus parientes, quie-
nes le rezibíeron rnui amigablemeulc: i tan-
to, que un tío suyo avezindado en Amberes,
le escribió invitándole a que fuese a visitarte.
Fué a ver a su tio, i luego se volvió a Lovai-
na. Uno de los prínzipalesejerzizios depiedad
en qne ahí se ocupó, fué en estudiar los pro-
zederes de la flamante Inquisizión , i la pa-
ziente fé con que sufrían los ultrajes de aquel
tribunal inicuo , zentenares de perseguidos
Cristianos. Cuenta ■ particulariza los suzesos
de Tin modo, que reveta claro el intento pia-
doso que le condujo a observarlos. El año de
1543, partió Euzinas de Lovaina, otra vez a
Amberes, cou propósito de imprimir su tra-
duczion del Testamento Nuevo ,'becha del
orijiná! Griego. Imprimióla cu efecto aquel
año , i sin sujetarse a pretender lizenzia , o
permiso, de Auctoridád humana, por respeto
al inspirado volumen. Al ser consultado por
Enzinas, el impresor respondió: Que en este
negozio, no curaba de su interés, o de su ga-
nanzia: que una versión castellana del Tes-
tamento Nuevo , era obra mui apetezida : i
que él la imprimiría con mucho gusto. Así
\
10
es, que nuestro Enzinas no aguardó a que vi-
niese el Emperador, como algunos le acon-
sejaban , no se sabe con cual intenzión. Lo
que hizo fué salir al encuentro del Empera-
dor, en Bruselas, para presentarle la traduc-
zión, antes que al Público: i llegó tan a tiem-
po, que entró en Bruselas el mismo día, i a
la hora misma que el Emperador. Le pre-
sentó el sagrado volumen , que admitió el
Prínzipe, pero condizionalmente, pues lo re-
mitió a la zensura teolójica , clerical i frai-
lesca. Enzinas se volvió inmediatamente a
Amberes: i luego tornó a Bruselas, para ra-
zonar azerca de su versión , con el Teólogo,
que de orden imperial la examinaba. Era el
Teólogo el Padre Fr. Pedro de Soto, domi-
nicano, confesor entonzes del Emperador, i
que asistió luego al Conzilio en Trento, i mu-
rió en Abril del a. 1565. Va Enzinas averie,
i Soto le rezibe con extremadas muestras de
amistad i cariño: pero con traizión tan com-
pleta, que de la zelda del relijioso Soto , no
salió Enzinas sino paraque le cojiesen a las
puertas del Convento, i le llevasen a la car-
zel. Los frailes habían preparado este lanze
con el Cardenal Granvela*. La prisión tuvo
* «.i Mo8. de Granvela quiero cuanto es razón, i a mijuizio,
sits vinadcs i habilidades lo merestvn.» [Carta del Cardeoal de
Sii^iiciiza.J Si sus babilidadus eran todas aú , no eran m ni envi-
diables. Fr. I»edro de Solo no debe ser confundido con Fr. Do-
mingo Soto, también dominicano, i que de orden del Km|wrodór
usisiió igualmente al Coniilio de Trente.
II
Iiigai-, c» la noche del 15 de Dizicnibrc del a.
4545. Profunda Tiió la peua deEnzinas, mas
por la negra traiziotí, t]ue por verse encar-
zelado: pero en aquel enzlerro, encontró un
consolador inesperado, en la persona de otro
preso llamado Gilíes , natural de Bruselas. Si
las razones de este hombre piadoso i cris-
tiano le consolaron , i animaron en gran ma-
nera; bien lo liabia menester, como prepara-
zióu para soportar , después de los trabajos
de su carzel, i pesados interrogatorios de sus
juzgadores, los cargos i reconvenziones que
le hizieron aquellos de sus parientes , que
noliziosos de su prisión , vinieron de Ambe-
res a verle. <>Ahi tienes el fruto de tus estu-
■dios (le dezian) : ahora puedes ver adonde
■ te ha conduzido el seguir tu capricho, i no
«querer creernos : el mezclarte en estudios
orídiculos, i en eiiredoít de teolojias que no
«te importaban. Dpjáraslo eso a Doctores i a
«Frailes; i no te verías ahora destinado, con
«riesgo de tu vida , a ser el oprobrio de (u
«linaje i deudos.» — Así consolaban al abru-
mado preso, los que le estaban unidos por la
sangre i el parentesco. I no porque no le
amasen , sino porque juzgaban , como casi
siempre aconteze, de la bondad de la causa,
por los transitorios efectos. Además , des-
pués de haber hecho cuanto podían , nada
pudieron alcanzar en su alivio. Se humilla-
\
12
ron al Confesor , se dirijierou a varios Gran-
des i Señores de la Corle ; i lo que sacaron
fué dar lugar a que los sospechasen de fau-
tores de un Luterano: que tal era la oculta
almarada con que herían los Inquisidores.
Volviéronse, al cabo, sus parientes a Ambe*-
res, quedándose él en su carzcl. £1 libro de
los Salmos, le fué también entonzes un ma-
nantial de consuelos. Compendió, al propó-
sito de sus aOicziones , todos los Salmos , en
un extracto que escribió: pintando los afec-
tos i sentimientos que le inspiraban la subli-
midad i verdad , que a cada paso en ellos se
encuentran. Estando preso, le visitó un espa-
ñol , con quien tuvo conversaziones mui in-
timas sobre el estado relijioso de España ; i
él le dio algunas notizias , o avisos, que po-
dían servirle , referentes al Clero, e Inquisi-
dores de España, en aquella época. Enzinas,
a su vez , le enteró bien de la historia lasti-
mosa del Canónigo Pedro 2ie Lerma, Abad de
Compluto, como casi testigo que fué de su
desenlazo en Burgos el año de 1537.: des-
pués del cual desenlazo , salió de España el
anziano Lerma , para mas no volver a ella,
pues murió en París en Agoslío del año 1541.
donde también le había visto Enzinas, poco
antes de su muerte. Refirió también Enzinas
a su visitador, la conmovenle historia de su
amigo , tocayo, i paisano, el húrgales Frau-
13
zisco de Süi tloDiau, cuya lirmcza, i cuya fé,
merecen recordarse por cuantos sientan en
sus almas una zenteHa de) fuego animador
del Espirilu. — Estas couversaziones de En-
zinas, con el español que le visiU'i, son de
iiuportanzia para el que desee couozt^r el es-
tado mural i relijioso de España en aquel en-
tonzes , i compararle con el aclual. Vese
bíeu relevado en ellas el dislintivo del ro-
manismo; i que en el transcurso de tres si-
glos, apenas son perzeptibles las reformas i
mudanzas en algunas cosas. Sistema inquisi-
torial, si no Inquisizión , i exclusivismo pa-
pista: bulas, iinájenes milagreras, monjas i
beatüs embaucadoras, ignoranzia casi coni-
1 lleta del Evatijelio , idolatría espantosa , i n
a vez espantosa i fría incredulidad: las mis-
mas cosas de que E. se lamentaba entonzes,
las mismas se veen ahora en España jeneral-
mente invariables i triunfadoras : i los mis-
mos efectos también. La vida mundanal , i
los gozes del cuerpo , ahora como entonzes
absorben en nuestro pais, o matan, a la vida
intelectual, o del espíritu; i el español [como
ya lo notó Fr. Luis de León)
de noche rodeado,
en sueAo i en olvido sepultado,
no vive para la inmortalidad , i aunque su-
perslízioso i crédulo en demasía , no cree
realmente siuo lo que alcanza a mirar, i no
14
vcc, nícouozc mas exístenzia, que la animal
i tcioporál. Las visitas del cortesano español
a Enzinas , concluyeron el 2 de Enero del
año de 1544, con la partida del Emperador
para la ziudad de Spira , adonde llegó a fi-
nes de Enero. Enzinas, siempre en la carzel
de Bruselas, viendo que nada se resolvía en
su causa , por medio de sus amigos , que se
presentaron al Cardenal Granvela , solizitó ,
que de un modo u otro, se le despachase.
Esta jestion hizo mover la causa. A indica-
zion de Soto, el Confesor , se buscaron testi-
gos que depusiesen contra Enzinas : pero los
españoles residentes en Araberes, i otros en-
tre quienes se buscaron acusadores , todos a
una, i como a porfía, elojiaron mucho al per-
seguido traductor del Evanjelio. Solo dos, o
tres frailes (no expresa si españoles o fla-
mencos), depusieron contra él, pero con evi-
dentes calumnias. El majistrado que tenia la
causa, vio que en el estado en que estaba, i
con tantos testimonios favorables , no había
medio de pasar adelante : i la remitió a la
Corte imperial , por el mes de Agosto del
año 1544. El Tribunal que rezibióeste tanto
de prozeso, porque no pareziese que se des-
entendía de un negozio a él remitido, mandó
extractar délas declaraziones prezitadas, al-
gunos Capítulos, sobre los cuales se interro-
gase a Enzinas; i envió la causa a Brabante,
15
doriflc diirmiú ei) tal cülado hasta Odubrc
lie aquel año. Los Comisarios que interroga-
ron a Enzinas, se guiaron por los Artículos,
0 Capítulos , que el Trihunál les remiti<^.
Bien frivolo era su contenido: pues eran los
crímenes de que le acnsalian: haber estado
en Alemania , i tratado con Felipe Melanc-
thon, i alabado sn virtud i saber : i un día ,
en un sitio público de Amberes, halier soste-
nido la doctrina aprobada por Melancthon i
Bucero, contra uu Cura Párroco: haber 1ra-
duzido al castellano el Testamento Nuevo : i
haber escrito un Libro. Eslos fueron los gran-
des cargos que le hizieron.A ellos respondió
bien nuestro Autor, como to manifiesta en
ese libro suyo, del que damos este resumen.
1 respondió con tal conzision i senzill<íz, que
no durando su declarazion ni aun noventa
minutos, satisfizo en ella a lodos esos cargos,
que se habían estado compajinando contra
él durante diez meses, asi en el Tribunal de
Brabante, como en el Supremo del Empera-
dor. Mas de nada le sirvió esto : i bien podía
dezir ,
«La culpa falta, mas las penas durans
pues llegó el sño de 1545., i permanezia
Íireso, i sin esperanzas de que sus opresores
e tomasen a su libertad. Consideraba, aun
escrupulizando, cuántas, i cuántas vezcs, ha-
bía podido fazilmcnte fugarse : i el no npro-
\
16
vecharse de unas ocasiones, que juzgaba él
providenziales , lo comenzaba a tener como
un desprezio de la Providenzia. Justamente
entonzes arreziaba la persecnzion relijiosa
por toda la Flandes: no pasaba día, en que
no se refiriesen nuevas e inauditas cruelda-
des, cometidas con los que se apegaban a la
simple i sola doctrina del Testamento Nuevo;
i la relazión de ellas, aumentaba el dolor del
mísero preso, i le renovaba la afliczión que
sentía, por haber como desperdiziado las oca-
siones de su escape. Suzedió , entonzes, que
un fraile Carmelita, predicador de la Reina,
i hombre bien quisto por su piedad , con la
fuga se libró de caer preso, i luego de morir
en la hoguera Inquisitorial que se le desti-
naba. Júntanse los burlados i quemadores
teólogos en un templo de Bruselas, llamado
de Santa Gudula, o Goudella; enzienden un
brasero en medio del templo , i ya que no
pudieron atrapar al Carmelita , agarraron
sus libros i sermones impresos, i allí los que-
maron , sentenziando al Autor a lo mismo ,
caso de ser habido. Esta cristiana operazión,
la hizieron los teólogos el dos de Enero del
a . 1 545 . — 'Oyendo todos los dias Enzinas lás-
timas semejantes, mas triste que de costum-
bre el 1." de Febrero, se levanta de comer:
dejando a los demás presos de sobremesa ,
halla abiertas las entradas de la carzebotra
17
vez se le depara ocasión, que le renueva el
deseo i la esperanza de libertad : sale de la
carzel , i auo de la zindad , tan faEilniente ,
como, sí estando libre, hubiera salido de ca-
sa: i después de quinze meses de carzel, llega
salvo a Amberes; i en el mes s<'ptinio del aflo
de 15f5, , üirije a su amigo F. Melanclhóa
esta historia de su propio encarzelamiento,
i de su evasión.
Por el resumen prezedente, se vendrá en
conozimiento, de la condiziün rclijiosa del
AutAr de las Dos Informaziones, ahora reim-
presas, i de que estas, i el libro extractado,
se coordinaron por él, casi a un tiempo. Don
Juan Antonio Pellízér i Saforcada , publica
el año de i778. en i. t, en 4.° su Enmtjo '
de una Biblioteca de Traductores españoles, í
en las pajinas 78-81. pone un curioso arti-
culo sobre Franzisco de Eozinas. l'ellizérnos
dize, de Enzinas: 'También se llamabn du
Chesne ; palabra fransesa qae en castellano
quiere dezir Enzina: t en efecto con estenom-
bre [du Chesne] imprimió una obra, que aho-
ra es rarísima intitulada , Breve Descripzián
del Pais Bajo, i razón de lá Reliji6n en Es-
paña, en 8.°» &c. Por estas palabras puede
inferirse, que PelHzér no vio el libro que zita,
i además, que creía el orijinál de Enzinas, a
la versión Iranzesa, hecha del latín. De esto,
* Ng nmui castellana eslc liinlo de lu obra.
18
no es del caso ocuparnos, hasla que se reiin^
prima ese libro , en su orijinál , o en Ira-
duczión. El resumen ahí hecho, muestra, que
la obra no carcze de interés para los estu-
diosos de este ramo de nuestra historia lite-
raria , i de nuestros infortunios relijiosos i
fiolíticos. Las artes de la Inquisizión espauo-
a , en su dominazion fuera de la Península,
seconozeu, bastante a fondo, con la lectura
del volumen de Enzinas. Así como las propias
artes, señoreando mas libremente, acá den-
tro de España (donde la compresión de las
conzienzias es tan antigua, como el intenta-
do establezimicnto de la única monarquía),
se ven de lleno , en el libro de R. González
de Montes, ya reimpreso en latin, i publica-
do también en castellano. De esta suerte, si
nuestra querida i triste España , asombro i
escandalizó al mundo , por haber sufrido ,
durante siglos , los triunfos inhumanos de la
Inquisizión ; vino en cambio a justificar el
conzepto de uno de sus poetas ^, con aczion
mas noble i cristiana que la de su inspirado
estro; pues llegó a presentar en esos libros, i
en otros , un arrepentimiento claro i honro-
so, de la rastrera aguantada vileza, con la
confesión vigorosa i continuada, que de nues-
tro manifiesto pecado de sanguinaria anti-
* Tanta pazicnzia, en pechos varoniles,
no loft haze sufridos-, sino rUés,
19
cristiana víolenzia , lian ido haziendo varios
de sus naturales. Quienes mejor i mas vigo-
rosiimente , desde los albores de la Iiiquísi-
zion eii España, reprobaron sus crueldades;
fueron injenios españoles. Las obras que a
mi sola i única costa (es forzoso consignarlo)
i sin sujestioB ajena , i por mi propio i libre
impulso , llevo reimpresas , de Reformistas
españoles, mas o menos antiguos ; lo corro-
boran. 1 a esos reformistas se unen, para la
reprobaziou de las artes innuisitorias , mu-
chos escritores españoles ae todas épocas ,
que profesan apego a la obedienzia del Pon-
lifize Itomano. I este es nn hecho , que por
extenderse a mas, tiene su imporlanzia. Por-
que si tuvimos desapiadados inquisidores con
el solo quebazér de atormentar a sus próji-
mos; si hubo entre nosotros, quienes emplea-
ron todas las fuerzas i boras de sus vidas ,
en ir con espada en mano , u clerical í frai-
lesea hipocresía, por mar i tierra, violentán-
dolo todo; si hubo españoles que oprimieron
al flamenco, al holandés, al italiano; que es-
clavizaron al africano; que aniquilaron al in-
dio; sí, por mal pecado, baí todavía españo-
les , que embriagados por los intereses mo-
mentáneos de esta vida, o sedientos de ellos,
aplauden , imitan , i sostienen , esa antigua
Kolítira de malhechores i forajidos ; — lam-
ien hubo otros hijos de España, que consa-
/
so
graron todo el caudal de sus talentos , ha-»
beres , i vidas , a protestar , ¡ en cuanto les
fué dable , a resistir , ese cúmulo destructor
í hermanado de clericales i militares tira-
nías. I los mas de ellos se movieron , sólo a
impulsos de una sinzera i jenuina piedad.
Como también , los mismos impulsos , i un
debido amor de la prosperidad de la Tierra
a que pertenezemos; nos mueven hoi , a los
3ue reconozemos, i con melancólico recner-»
o loamos sinzeramente , los prozederes de
esos nuestros antiguos protesladores, ya que
no protestantes. Por donde se entiende , que
ni el conozimiento , ni el testimonio , ni aun
la confesión de pecados i crímenes , nos fal^
taron enteramente nunca. Lo que faltó, i nos
falta aun, es la jeneralizazión de esas cosas:
que en vez de reconozerlas i aprobarlas com-
1)arativamente mui pocos, lo hagan españo*
es en sufiziente número , para que la refor^
ma de sus vidas, produzca la pública reforma
i mejora, que alcanzadas, solo pueden atian-^
zarse con los prinzipios eternos del Evanje-*
lio. Pues aunque hombres de talento aprue*^
ban el dicho del jesuíta que dezia, que la re-
lijion era vieja , pero que el que azertase a
remodelaria a norma de un prinzipio nuevo,
i de las ideas del siglo , adaptándola a una
j secta cualquiera, tendría en pocos años zien
mil fanáticos de que disponer , capazos da
trastornar todos los reñios del inundo ; me
jiareze qnimérico el peusamicnto del jesuíta,
i que estriba en el falso i antiguo raziozínio
condenado haze diczinuevc siglos por el satí-
rico latine*. Lo pasado, se ofreze a mi pen-
samiento, como una justíGcazi^n, i a la Tez,
una garantía, de que los prinzípios del Evan-
jelio son predeterminados i eternos : i estol
persuadido intimnmente , de que per sois
desentenderse de ellos en la práctica elGo*
bieroo de España, desde haze siglos; se llama
eutre nosotros política, al conjunto de frau-
des i tortuosos manejos con que se engaña ,
veja, i oprime al pueblo. I también estoi per-
suadido , que ^ los Gobernantes de España
desde haze siglos, apreziando los avisos que
Valdés, Entinas, Pérez i otros, les presenta-
ron en sus escritos; se hubieran atenido a la
potilica evar^élica , a la única que muestra
con qué leyes, i relijión, i moral debe gober-
narse a un Pueblo, para hazerle virtuoso i
feliz; España hoi mismo estuviera unida con
los vastos países qaesas Beyes dominaron en
otro tiempo; o esos países, se hubieran sepa-
rado de elln , como hermanos que se esta-
l>leeen separándose de una hermana , i con-
vienen en conservar entre sí vivo i sinzero
' Sunt, in FanuDffi qui cisibua aBariia pononti
su hermanable trato. I no que ahora, pasa-
ronse para España los siete años de fertili-
dad, i suzedieron los otros siete de tanta es-
terilidad, que se tragaron toda la aimndanzia
de los pasados, sin que délla quedase rastro
ni memoria, pereziendo su gloria, i hundién-
dose su felizidad en un piélago de dolor.
Este Libro puede mostrar a sus lectores,
que semejantes consideraziones no son lúgu-
bres hipérboles, sino que se desprenden de
las mismas verdades que él contiene. I la
época del Emperador Carlos V., las aczioues
i condiziones suyas , i de los Papas sus con-
temporáneos, a mi ver , están ahí tan respe-
tuosamente contadas i descritas; que se cono-
zerá haber callado los escritores, por relijto-
sa templanza, verdaderos hechos, i enormi-
dades, que lamentarían a solas.
Pareze, que al presente, no podemos du-
dar de eso: porque a los argumentos de ra-
zón, que se irán presentando en estas Notas,
en prueba , de que ni Carlos V., ni su hijo
Felipe n. azertaron abien gobernar sus Rei-
nos , i a los argumentos consignados en los
tomos prezedentes; han venido a nnirse, aho-
ra, irrecusables aigumentos de autoridad ,
que suelen mirarse por muchos, como mas
dezisivosi concluyenles, que las deducziones
de buena lojica derivadas de la razón. Llamo
así, a las Órdenes, Instrucziones, Cartas au-
25
lügrafas, i otros Documentos seniejanles, de
Carlos V. , Felipe II . , i los Pontifizes conlem-
poráneos suyos , publicados en estos años.
Véanse, por ejemplo, las obras intiluladas :
^tCorretpondenz des Kaiser» Kart V, mil-
getheiit von Dr. Kart Lans. — Leipzig. i844.
46." 3. vol. ^^ Carlas al Emperador Carlos
V. escritas en los años de Í530-32. por su
Confesor. Copiadas con Real aulorisazión de
las autógrafas conservadas en el Archivo de
Simancas, i publicadas porG. Heine, Doctor
en Filosofía. Berlin. 1848.. 1. vol.
Véanse también las Cartas que del mismo
Carlos V. i de Felipe II. i de sus cortesanos
i prózeres, se han publicado en Bniselas, en
los aflos 1854-56. por el Archivero M. Ga-
chard, que igualtnente las copió de las au-
túgraras conservadas en Simancas i en otros
arcliivos de fuera. Léanse los papeles que
pertenezen a esos monarcas, i a sus hechos,
1 a sus tiempos , que han visto la luz en los
Treinta toiaos de Documenlos Inéditos para
servir a la Historia de España, que publican
unos Académicos en Madrid.
Parézeme , que nadie ya dudará sinzera-
mente [en vista de la pubíizidád comunicada
al asunto por tales libros , i otros], del desa-
zierlo jenerííl, que tuvieron en su gobema-
zión primero Carlos V. i luego Felipe II.
Como a nuestro pareszér ,
24
cualquiera tiempo pasado
fué mejor :
i como en la faumillazión actual de España ,
i todavía saboreando el recuerdo mortifica-
dór de las grandezas pasadas, i educados, o
resabiados, a norma de los prinzipios altane-
ros de nuestros mayores; se nos acostumbra,
por los que pueden i campea» en relijión ,
armas, i letras, a mirar a esos Prinzipes coal
an emblema, i un dechado déla honra i prez
de nuestra nazión ; — se oye con descontento
a quien, al mentarlos, no les haga una apo-
teosis, aunque al hazerla, mas los deprima.
Recuérdese, que D. Juan Antonio de Vera i
Zúñíga, uno de los encomiadores mas remon-
tados de Carlos V., í cuya efijie mandó gra-
bar, al frente de su obra*, por el buril ani-
mado de P. Perret, como la de un santo Em-
perador, venerada por su biznieto; a laquin-
ta hoja del libro , nos dize que su Prinzipc
modelo, su segundo David , no estudió lafin,
ni aprovechó en las letras, i que se crió am-
bizioso desde las mantillas. Otro encomiadór,
a par de los mayores elojios, pone estas pa-
labras. «Notable es por mas de uu conzeplo
■la «ntereza i sangre fría del condestable de
■Castilla D. Iñigo de Velasco, que amenaza-
ndo por el irascible Emperador de que leti-
■raría pof un balcón, le contestó: No lo hará
• Véas« Ib Edil, de eu Epilonte, del afio l6tS. Hodrid,
25
o V. M. porque, aitnqtte soi pequeño, peso tmi-
cko'. i si trataba asi el D. Carlos , a r|i]¡eii
ganó la infausta balalla de Villalár, i degollú
al cxzelente caballero D. Juan de Padilla,
por coniplaierle; considérese, cómo trataría
a otros. Mili semejantes a esos, son tos ras-
gos cun que elojian a D. Felipe II sus mas
dezídidos amigos. Reléanse las siguientes fra-
ses que D. Luis Cabrera de Córdoba, su cro-
nista , escribía en Enero del a. 1600. aun
rezienle el lin de su reinado:
«De algunos dias a esta parte anda en esta
"Corle un papel intitulado: El confuso e ig~
mnoranle gobierno del fíei pasado, con apro-
•bazion del que agora hai; i en él se habla
•mui mal, i con grande libertad , del Bei di-
«funlo, i de sus miníslros>. &c. I si Felipe
III elpiadoso, consideraba confuso e ignoran-
te gobernador a su padre D. Felipe; i si zen-
tenares de elojíadores de éste, al tiempo mis-
mo que le califican de Prudente, nunca nos
revelan hecho alguno suyo que dictase la
prudenzia; no se lleve a mal, o se tenga por
cosa insufrible, el que otros, antiguos, i mo-
dernos, mantengan la fundada opinión de que
la suerte de España hubiera sido antes , i
ahora sería , mas apazible i lisonjera , si la
hubiesen gobernado sus Reyes (asi los Carlos,
Felipes i Fernandos, de lineas diversas , así
los Austríacos como los Borbones), a norma
26
tle los priiiKiuioit polilicos i relijiosos que se
inculcan eo las Dos Inforhazio.nes, i Suplica-
ziÓN que las prezede.
Dando, atiora, cabo a estos discursos, qnc
mas prolongados hastiarían de seguro a lodo
leclür; anotaré algo de lo que me pareze re-
parable en varios pasajes de la obra.
I después, daré razón azerca de los Apén-
dises a ella adjuntos. Todo conforme al mé-
todo, o manera, seguidos en tomos anterio-
res.
Paj. i. renglón quinto. El asterisco ahí
(como los demás que se han puesto por toda
la Suplícaziónj , indica el prinzipio oe nueva
pajina en la edizion antigua, donde no están
numeradas las pajinas déla Stiplicazión co-
mo lo están las de las Dos Informaziones. —
En el renglón noveno , pongo la conjunzion t
entre [], para indicar que la suplo , i que
no se halla en el antiguo impreso. 1 la mis-
ma señal, muestra por todo el libro , lo que
se suple en esta reimpresión. — En la misma
pajina 2. Ut, es correczión- El aut. imp. di-
ze su.
P. 4. r. G. Puede que falle la conjuuziún,
i que d. d. t todo.
P. 8. r. 1, lo cual. Mejor estaría ia cual,
P. lo. r. 5. Léate cuu alenzióu, i aplicáii-
tlolo a España , se verá en ella vcriücado ul
dicho, aun contra yeudule, a los que cscribie-
27
ron, predicaron , i avisaron sujelándose a la
Iglesia que los Papas llaniaD infalibie. En las
E ajinas siguientes prozede Juan Pérez a pro-
ar la proposizion sentada en ese renglón.
P. 14. Juan Viclevo, es el que llainau los
ingleses JohnWicklifjf, (\ne nazióelaño 1324.
en una aldea del mismo nombre , a pocas
millas de In villa de Bicbmond, en Yorkshire,
de familia acomodada i respetada. Dediezi-
seis modos diversos se halla escrito el nom-
bre de este refonnadór. En su nombramiento
de embajador al Papa el año 1374, se le lla-
ma Wiclif: Vaughan le escribe Wyctiffe, que
pareze el mas correcto, pero el mas popular
es el de Wickliff. Murió el 51 del 12." mes
del a. 1584., i el a. 1428. o séase cuarenta
i ctiatr» uros después de su muerte, i de ha-
ber sido sepultado pazificamente , de orden
del Papa Martin V., se desenterraron sus
huesos, se los redujo a zenizas, i estas se ar-
rojaron al rio: i así, conforme ala expresión
de Fox, en sus Vidas de los Mártires, «le re-
solvieron en tres elementos, tierra, fuego, i
agua, pensando abolir para siempre su nom-
bre, i sus doctrinas:* lo cual no consiguie-
ron. Pasan de cuarenta i seis , las obras que
se tienen de WicklilT, sin cunlar su traduc-
zioa al inglés de la Biblia: i de todas ellas ,
creo baya repetidas ediziones. — El estado de
Inglaterra en la época de WicklifT , no era
í
48 ^'*
bueno. Lujo i orgullo dÍBlinguia a sus clases
altas: miseria siiiua allijia a la jeiite baja, o
humilde: i el vizio reinabn eu todos. Eran
días af|uellofi de igooranzia i oscuridad nteit-
túl ; i no hai cosa peor para el alma , que
permanezér en la ignoranzia. Algunos sinto-
nías de la resurrección del saber aparezian,
fero las sutilezas de las Escuelas , retarda-
an los progresos de las zieuzias , i codozí-
miealos útiles ; i mas que lodo , femealaban
la ignoranzia de las verdades espirituales.
El objeto prinzipal de los que se llamaban a
si propios ministros de Cristo , era el de es-
clavizar las mentes, i saquear las bolsas de
la jente puesta a su cuidado, ocultar las ver-
dades del evanjelio, i tratar de ser mirados i
reverenziados, como seres superiores a sus
semejantes ; mientras daban rienda suelta a
sus mas viles apetitos. Todo clérigo, i fraile,
entonzes, lo mismo en Inglaterra qne en lo
demús de Europa , era un mero criado del
Papa , i de él rezibia autoridad i poder : j
sabido es ya, en qué espezie de sujetos, dele-
gan los Papas i sus Consejeros la enorme au-
toridad que acostumbran apropiarse. L;i ig-
noranzia de las verdades de la Kscritura , la
consideraban semejantes clérigos , como la
mejor salvaguardia de su autoridad : i a»!
niiuitenían, que la ignoraiisiaesuiadre de lu
duvuzióii : i guiados por tales priuzipios, la
29
clase de instriiczíon que Jaban, o permitian
dar , era la mas adecunda para vigorizar la
ignoranzta i el error. Las po<!as virtudes de
la época, DO eran virtndcs cristianas , 3Ín6
3 lie se fundaban en Ibs noúones románticas
e la caballería , i eran débiles destellos de
luz, que solo servían para bazer resaltar mas
las tinieblas.
En lal época se levantó Juan Yiclevo (se-
guii dize nuestro libro), i presentó sus dor-
trioas, a las que lal vez no han dado el de-
bido aprezio ni papistas , iii protestantes.
WicklifT derivaba su Fé de las Escrituras,
considerándolas como su regla de creenzia i
práctica cristianas: i cuya autoridad la tenía
él por superior a cuatesquíer otros escritos o
Iradiziones. Solamente consideraba como ins-
pirados los Libros canónicos. Alirmabo que
toda verdad se contenta en la Escritura, i no
admitía conclusión por ella no sanzionada.
Desechaba del todo la autoridad , o dere-
cho del Papa a intervenir eu negozios tem-
porales, i solo la juzgaba admisible, cuando
se conformase con la Escritura: porque sos-
tenía que los Papas, como yerran en sus vi-
das, pueden errar en su doctrina.
Consideraba Iglesia de Cristo, a lacón-
gregazion universal de los que creyendo rn
El, le obedezcn voluntariamente. A la iglesia
de R(»na, no la consideraba por superior en
L
50
autoridad a DÍngiina otra. I de ahí es , que
no admitía el que el Papa fuese cabeza déla
Iglesia. — Dezta, que los comistentes t santos
miflistros de la Palabra, eran cosa muí res-
petable : pero que el clero no era el dueño
de la heredad de Dios.
Admilia el antiguo error de la doclriiia
del Purgatorio: pero desechaba la mas cor-
rompida i ventajosa parte del cuento ; a sa-
ber, que las penas del purgatorio se abrevian
por los dineros i sufrajiosde los hombres, o
por las interzesiones de los santos.
Dezia, que las induljenzias , i perdones del
Papa, eran detestables inzenlivos para pecar:
i que la absoluzion, o perdón de los pecados,
pertenezia solamente a Dios. Condenaba fuer-
temente el zelibalo que impone Roma a clé-
rigos, frailes, i monjas.
Tales, i otras, eran las doctrinas de \Vi-
ckliir, para muestra de las cuales, insertaría
de buena gana aquí, su obra intitulada «The
Poor Cailijf, o Pauper Rmticus, o Confessio
dereticti Patiperis» (que con todos esos títu-
los suele hallarse), i que es un volumen de
IZ trataditos sueltos, escritos en inglés, con
el objeto de instruir en los prezeptos de la
relijion cristiana , a lajiiiite ruda e idiota:
por lo que víirios le denominan. La librería
del Pobre : pero en los límites de «na Nota,
no es posible insertar todo un libro, por cor-
31
to que sea. Por maestra, sineiBbargo,tradu-
ziré ahora el comienzo del cuarto tratado ,
que intitula: Vida perfecta , o El Consejo de
Crislo. Dize así: «Cristo , no forzando , sino
«aconsejando a cada hombre , a libremente
«abrazar la vida perfecta, dize así a todos:
üSi alguno quiere vetnr en pos de mi, niegúese
«a si mismoy i tome su cruz cada dia, i siga^
•me. (Lucasix.). Dejemos, pues, voluntaria-
• mente de ser, lo que nos haze el pecado; i
«vivamos tales como se nos haze por grazia.
«Sí un soberbio se ha convertido a Cristo, i
«se ha hecho manso; se niega ya a sí mismo.
«Si un codizioso zesa de codiziar, i dá délo
«que tiene; se niega ya a sí mismo. Si un
«mal vividor* muda su jénero de vida ; se
«niega ya a sí mismo. Tómase la cruz de
«Cristo , cuando los desprezios no se rehu-
«yen, sino que se aguantan por amor a la
«verdad : cuando se moderan los inzenlivos
«de la carne, con la abstinenzia: cuando la
«compasión i la piedad ázia el prójimo, se
«cumplen realmente : cuando el hombre se
«cruziGca para el mundo , i considera al
«mundo por cruziGcado para él, teniendo en
«nada sus plazeres.» — &c. 1 que WickliíT,
* Asi tradnzco Us vozes If an evil Iher , aunque ahora no
usemos de la voz vividor» en lu azepziou que ahí la doi. Pero
pienso, que en otio tiempo debió usarse en tal sentido, puesto
que muchos la leen, en el conozido rerrán,
• Ifajo de una mala capa,
SHcte haber buen vividor.»
32
liredicase o exhortase mas con el ejeinplo ,
que con tas palabras, oo nos lo prueban stilo
amigos suyos como el poeta o trotador Cbau-
cer , que le toni6 para modelo , al delinear
<!oo sus versos a un buen ministro de Cristo;
sioó adversarios suyos, como Knigbton, vie-
nen a probárnoslo indirectamente. Este nota,
al menzionar los muchos que se iban decln-
rando por diszipulos del reformador , lo si-
guiente: "El número de los creyentes en la
"doctrina de Wickiiff, se aumentaba mara-
«billosanienle, i amuctii^uaban como los lila-
«menlos de las raizes de un árbol frondoso.
•De tal suerte llenaban lodo el Reino , que
■con dificultad toparía uno con dos personas
■en un camino, de las cuales , una de ellas
"uo fuese diszípulo de Wickiiff.» 1 adviér-
tase que estos a quien Knighton llamó dis-
zipulos de Wickiiff, eran entonzes moi per-
seguidos i escarnezidos: i por mofa los desig-
naban coD el apodo de Lollards , que vale
tanto como si en castellano dijéramos, íara-
rcadores, pues Moshein deriva la voz, déla
alemana tollen, que signilica tararear, o can-
tar en voz baja, o entre dientes. Basle esto
azerca del que nuestro autor llama Juan Vi-
clevo, españolizando el apellido , lo cual no
hizo Zípriaoo de Valcra, que le llama Juan
Wiclef , en sus Dos Tratados del Papa t la
Misa. Véase la paj. 166. de la Edizión que
55
yo imprimí seis años haze, i la nota que al
fin de aquel tomo se refiere a dicha paj. 166.
Paj. 15. «JuanHus.... conforme a lo que
él mismo había profetizado.» &c. Alude ahí
a las palabras que J. Huss dirijió a los que
le condenaron a ser quemado vivo: ^Cenlum
revolutis annis Deo respondebitis et mihi.»
Estas palabras de Huss, pudo llamarlas pro-
(éticas nuestro Autor , porque se verificaron
exactamente. Dichas palabras se leen , por
orla , en el reverso de una medalla acunada
en el siglo xv. i que según L'Ejnfant, se con-
serva en el Monetario perteneziente al Bei
de Prusia. En el anverso, está el retrato de
Juan Huss, i por orla esta inscripzion: Cre-
do unam esse Ecclesiam sanctam Catholicam:
en el reverso, además de las palabras ya zi-
tadas que le orlan , se ve a Huss puesto en
la hoguera, i atado al palo , por el cuello i
los pies, i sobre la hoguera , i en el zentro
de la medalla se lee: lo. Hus anno a Christo
nato 1415 condemnatur. J. Huss no aconseja-
ba otra cosa, sino que se reformase, lo que
era de reformarse, en la Iglesia : i por solo
manifestar eso, e instar a que se efectuase,
con dichos i escritos mas o menos atrevidos
i apremiantes; le quemaron vivo los Nomina-
listas f que eran los adversarios de las opinio-
nes político-relijiosas que él seguía. Huss, en
bohemio, pareze que significa ánsar, o pato,
u
i Luítfir er|iiivale a sisnc. Jugando con et síg-
riilicado de ambas vozes , atribuyen algunos
a Hiiss las siguientes palabras, dirijidas a sus
quemadores : \unc ansserem assatis , post
cenUim annos olor, sive cygnus venturus est,
ifiutrn non paleritií astare: q. d. «Ahora asa-
xreis al ánsar, mas, pasados zien años, ven-
«drá el zisne, alcnal no podréis asár.> Tam-
bién se atribuye una repetiziún de parezida
frase fatídica, al rompiíñero de martirios de
lluss, a Jerónimo de Praga, que al ver xer-
cana su muerte , dizcn diríji6 librenienle a
sus adversarios igual vatizinio diziéndoles :
Vos tlatuislis nunc me innocenlcm adpcenam
rapcre, al egopoíl meum obttum veslris cons-
cientiis aciileos el tcrtipiiloi retínquo , alque
apello ad Cehissimiim simal et aquissimam
judicem Detim omnipotenlom , ut coram eo
cenlum annis elapsis respondealis miki. q. d.
"Decretasteis , ahora mismo , arrastrarme ,
"inozente, al suplizio: mas yo os dejoentre-
'gados, después de mi muerte, a losaguijo-
• nes i remordimientos de vuestras conszien-
«zias; i apelo al mui sublimado, i a la par,
«justísimo Juez , Dios omnipotente, naraque
«a su presenzia me respondáis pasados zien
"aílos.K Estas palabras, i las que antezeden
atribuidas a Huss, como dichas zien años ca-
líales antes de Lutero , cuyo aparezimiento
prcdizen; no pienso que Rean las mismas que
35
prouunziasen ellos , sinú la sustanzia de lo
que dijeron , o el mismo pensamiento buri-
lado en la medalla zilada arriba, i cuyo Tac-
simile trae Gerdes, en la paj. 52. del tomo T.
de su Historia EvangeUi ftenovati , edizion
de Groainga del a. 1744. — Pues habiéndose
acuñado ésta en el siglo xv., se^un nos ase-
guran, o un siglo antes que Lulero comenza-
se a ser couozido; no bai motivo para dudar
de la jenuinídad del vatizinio. En la Nota que
puse a la pajina 166 de tos Dos Tratados,
por Valera, quedó sentado, que el 29 de Ma-
Ía del año 1416. quemaron a J. Huss; i ií
oras después, el 30 de Mayo, a su compañe-
ro Jerónimo de I*raga. Fundé este aserto, en
el de los bístoriadores modernos. Véase entre
oíros, a J. Murdock, i H. Soames, en kus No-
tas i adiziones a la traduczion inglesa de la
Historia Eclesiástica de Mosbeim , (en el t.
3.° la paj. A\. Ed. Lond. 1845). Los escri-
tores antiguos, como Beza, i otros, aseguran
siaembargo, que J. Huss fué quemado el 6
de Julio del a. 1415., i Jerónimo de Praga
el 30 de Mayo del a. 1416. — Véase , Icones
&G. a Theodoro Besa. Genevm 1580. 1 en la
carta que Poggio escribió a Leonardo Areti-
no, describiéndole, como testigo de vista que
fué, la muerte de Jerónimo de Praga , dizc,
que a éste le tuvieron enzerrado tressienlos
cuarenta dias en el fondo de una fétida i os-
cura torre . donde nada podia ver. Véase el
folio li5 , vaello , en l'oggii Opera. £dU.
15t3. Argentina. I por zierlo, que esta carta
<Ie Poggio es bien digna de leerse. Ahora la
aduzco solo , porque párete conlirma la pri-
mera aserzion, de lialúr itilervenido un año
entre la muerte de ambos ilustres bohemios.
Debo advertir también aquí, que la antigua
edizion pone leuan, por errata, ahí en la paj.
15. r. 9.dondedize Jet;aníd. I cn-hs renglo-
nes 31. i 22. 'lo que enseñó i escribió', el
impreso antiguo dize, enseño y eseriuo: sien-
do errata esta última voz, por escribió, pues
va hablando de Lulero. Kn cuanto a los azen-
tus, en la impresión antigua, como en todo
libro de aquel tiempo, nunca se pinta nngii-
no. Por lo demás, cuanto escribe alií nuestro
Autor es innegable. Ni , eu mi opinión, de-
jan de ser argumentos bien miserables, ova-
ladles, los hechos contra Lutero, porque em-
pezó a combatir los abusos; argumentos que
bol se repiteti auu por lilósofos i liberales
católicos , o romanistas. Lulero no tnvo la
culpa, de que Bonifazio VIH. p. e. ensalzase
el poder t arroganzia de los Papas a su loas
vcrtijinosB altura ; i que luego Julio II. se
4lejase fazilmente tentar de la misma arro-
ganzia, i conzibiese la empresa de erijir la
cúpula majestuosa de San Peilro , i llenase
para ello, la tesorería papal, engañando con
37
sus Bulas a la credulidad huniaDs. Eseenga-
ña es el ijue «acó de «u teii» a Latero, cnyo
únimo antes superstiiktiamente faToraUe il
papado, Bemorié '«atonxesa exattCnar con
deleusiÓQ lasipretensionM de tos Papas. Lu-
lero DO tuvo la culpa,: de que priniíMs como
€ar)o&V. descuidasen, idéscuidM, elesUidlo
de la relijión , contenlindooe «do llantarse
<ritlianos , sin pensar eo. el signiScado déla
voz, i apoyando p^rsu pntmo ínterós i con-
yenienzia, ^e e4 Papa i.gos.]«miflas,.eiigaAea
a lo8:^iebto3 coo riUse Inrfloiioaes siempre
nuevas , bajopreteslo de piedid , trayendo
coii cada ríto unscreeniia parlioular, i alle-
rando asi la rel^íon, «ara-dirijirla, i lucrarse
con ella. £Bs, acaso, justo, ni esaclo, llamar
comunión catítin , a una secU , que no ad-
loite , ni tolera , ui mucho menos ama , i
guarda paz i unidad cuo otra algnna? ¿De
SuéicatoliiisuiD puede alabarse una coniuni-
ád, que dá el nombre de igletxa, a solos los
cléTigos, que forman Hna república terrena,
i tratan :a los' demás fi^es, como a cosas que
les sirven de trMco segoziable? ¿Qué culpa
4uvo Lulero en que los Papas hayan dicho,
qoe^iretendian el Primado ; i luego se hayan
eojido'el T»tado*ta la ligletia'í Se lensura,
pues.^mucfaMvvtts íneonsideradanHnte'aloE
que desean la reforma de los abnsos-en la
• I,* raí 01 ktrbiri; iif rn inii lo rs Ib biinfti penliDili.
34
38
relijion, cuando debiera mejúr zensurarse a
los que lales abusos apoyan , i (ouieotan , i
expenden a présio aleado.
Paj. 17. moíifMs , usa ahí en la asepzion
de amotinéioi ; i U propiedad con que em-
plea esa voz de la antigua niilizia española,
se echa bien de ver en la paj. 18., porque ni
Pérez, ni Enzinas, ni otro alguno, que sepa-
mos, de estos españoles , que suplioAan en-
tonzes se atendiese por los Príozipes a la en-
mienda relijiona ; andaban a caza de honra,
ni de lucro, ni querian manleoerse, como los
jesuítas i Papas, a costa ajena, i a fuerza de
fraudes pias. La misma voz Supucazión, con
que intituló Pérez, este escrito suyo, es una
injeniosa coniraposizion a lo que llaman así
los Romanistas , como se puede ver en el
Tratado del Dr. Guerrera ^ paj. 63., en uno
de esos Apéndizes.
Paj. 20. r. 3. soplo [que], pues creo falta
por errata en laedizión antigua. Lo mismo
hago siempre que se ponen o vozes, o letras,
eoire [ ]. Véase el renglón último de esta pa-
jina, la pajina 22. r. primero, i. otras.
Paj. 23. En prueba de lo asegurado en es-
ta pajina , pueden zitarse muehos escritores
Católico-romanos, antiguos i modernos, que
son del mismo parezér que Pérez. Por mil
año$ seguidos, se leyeron las Escrituras, i se
zelebró eii Roma la Misa en lengua vulgar, i
59
se conmigo por todas con pan i mho , no sin
vino, i con obteas , que no son pan : i no' se
conzibe con qné cara se atreven los que se
llaman católicos invariables, a practicar se-
mejantes variaziones, i motejar luego a otras
sectas, o ramificaziones de la Iglesia cristia-
na, el qae varíen , n rerormen , lo que les
pareze variable , n reformable. ¿Qua fronte
[exclamaba el a. 1567. Esteban Linden], qui
se Catholicum jterfíiberi velit . damnare ausit
anliquam Mam celebranda MÍsscb ralionem,
»n qua preces et sacrarum lilernrum lectiones
ad circumstantes lingua quce ab ipsis intetli-
tjebatiir, dirigebantur: deinde ipsa sacramen-
toriim pañis el vini ceUbratitt , in qua sacra
iltiús aclionis vis et anima comislit, adpopuli
iisum referebatur? — Alqite hanc consuetvdi-
nem m Ecelesia quoque Romana mille annit
obtittttisse, ut lam populo quám Clero in cete-
bratione Missarum. teorsum corpas , et seor-
sam sangais Domini prwberelur, quis negare
postifí — I de los modernos, que dizen lo mis-
mo, baste recordar a Clemente XIV. que lo
confirma en sus Cartas , que es Libro co-
mún.
Paj. 28. p. 40. lo (recio, se lee, por erra-
ta, en la ediz. antigua. El ms. oríjinát diría
probablemente t'ofrezió.
P. 28. r. 9. seguierou: pttreze errata por
siguieron.
40
P. 29. r. 24. En la edh. antigua: «assi.y
al pueMo> &c.
P.32. r. úUiíDD. La ediz. anl. «Evaojelio,
Pues- &c.
P. 3J. Coibpárese lo que se lee eo esta pa-
jina, coa lo que díte Fiai Melcbór Cano en
8U Parvzéb ((laj. 41. 42.): i se notará desde
lue({0, aei )a difereozia como la semejanza;
i Re coiiozerá también cual de los dos escri-
tores estaba mas penetrado del espíritu
cristiaDo.
Paj. 54. i 36. El que lea con ateazión es-
tas pajinas, a la luz que arrojao los Docu-
inenlos liislóricos que ya se zitaron , no las
tendrá por exajeriidas: pues ereclivamente ,
cuádrale mui bien al hijo de Garios V. el dic-
tado de Rei de la desolazion, o de los zeni-
zas. i sniiil'eniios. i diablos , como indelibe-
radameiiU' dizc el Autor. Felipe II. fué un
e.<tclavo du ¿.quellos Trajles, quede la relijion
dtil Evuiijeiio, quieren formar im sistema de
violeuKiu.ijue un vez de la persua^i^ii i cari-
dad. <:;in(i|úi^:i lufuer^za, i el fanatismo. Fe-
lipe II. pililo llamarse antes Musulmáu, que
cristiano, pues quería dilatar la relijion con
la i'uerza. Él mismo dijo , al desembarcar en
Laredo, lualtralado por. la tempestad, aque-
llas amargas palabras: -Mí Padre i yo, }iemos
devastado la tierra, paraenrriquezeralmar.*
I él, con sus Inquisidores, i jesuítas , alteró
41
mas que nadie las costumbres de Espaua, fo-
mentó la hipocresía, aterrando a las convic-
ziones de la conzienzia: acostumluN) a los es-
pañoles a deleitarse con espectáculos atrozes:
destruyó In moralidad de les. leyes , con la
ferozidád de legalizar los Autos de Fé: i es-
tableziendo la crueldad en el culto, encrue-
lezió con su influjo los pueblos. ¿I todo esto,
paraqué? Para aumentar , sin conozerlo él
mismo, el poder de los Papas, con menosca-
bo del poder de los Prínzipes: i paraque zi-
mentada esa doctrina espantable i fazinerosa
de la infalibilidad de ios Papas , se atreviese
uno de estos, a conminar n él , i a su padre
el Emperador, con prozesos i excomuniones.
P. 37. r. 2. «trabajan por servirios* : o
trabajan de servirlosDf deberra dezir. Pero
como puede correjirse de esos dos modos ,
dejé la errata del impreso antigno.
P. 58, r. 8. «deshonrran». Es también er-
rata déla ed. ántfgna por deshonrrardn, que
es como debe dezir.
P. 40. Contiene nñ éonsejo, oadterteñzia,
lleno de bien para España , si el monarca a
quien se dio , le hubiera tenido en estima.
En elr. 21. pareze qtié h ai falta, i quedebe
dezir: «i todos 16» falsos servizíos» &c.
P. 41. r. 6. dadtfs. La ed. ant. dizedados.
El renglón último, está asi en la ed. antigua;
pero, por lo menos, sobra la prep. a, i debe
42
leerse: «i, en jo niesnio, cuyaeg; queéltam-
lijen lo> &c. Come si dijera : i eo el samm
hecho denegar delanleoelosboinbrefi dicha
doctrina, niega cuya es: niega que es divi-
na>. &e. .Ese párese el pensamiento, supri-
mida la preposiaif'io a,- si ea que no haí olra
ciTala diferente.
P. 43. Por los renglones AUinios, se dedu-
ze, que Pérez escribía esta Suplicasíún , el
misino año en que la iniprimiá, o en los tres
postreros meses del 1568., pues tirios V.
murió en SepUenilire de ese año. Varón pío
i doctiiimo dize ahi Pereí , que era el autor
de las InforiBiiz iones: i ambas, con otros es-
critos de Franaisco de Enxipas, o sea, Dryan-
der, comprueban que la calificaiiVín es ade-
cuada, i mui propia, si atendemos a los mo-
dos de hablar de eutoozes. Los que se prezien
de puristas rigorosos en lengua castellana,
bien sé yo, que no admitirán tan faziloienle
esa alabanza de doctiiimo : ni hai paraqué
empeñarse en sostenerla. Sí el purismo no es
mas bien un achaque para encubrir en este
caso a la fanática hipocresía ; se confesará
siempre, que et que escribía esas Informaiio-
nes, ni^ia leído coa fnito los clásicos grie-
gos i latinos: b^ía leído con piedad, i amor
de sus semejantes, i al mismo tiempo que
con intenso deseo del bien de su patria , con
humildati mnia, las Kticríluras. I esto basta,
43
paraque no se culpe , a quien le ca)ifii)iic de
pío, i de doclo. Además, el Dr. Juan Peret,
es como si dijcraoios tettimonio irt-ecusable
en el caso, pues probableinente fifé poseedor
de otros vanos escritos de Encinas, i sn ami-
go personal, i como ¿I inclinado a anos idén-
ticos estadios, i de nn país mismo, i anima-
do de los mismos deseos, i por ellos habien-
do abandonado, como él , reputaston , hono-
res, vida tranquila i holgada. ¿Qué mejores
fundamentos podia tener, para bien calijicar-
le? Si un hombre , en las zircnnstanzias de
Pérez, puede mentir en el juizio que haze de
otro a quien bien conoze; seria nezesario con-
fesar, que son términos vazíos de sentido los
de amor deta verdad, relijión, iconsienzia.
Pnr lo que se lee en la simiente pajina 45.
debemos creer que Pérez remitió este libro
al D. Felipe II.
Ikfobmakionrs.
Donde hat asterisco , allí comienza la pa-
jina de la edizión nnligna indicada por «I nú-
mero marjinil.
Paj. 48. r. 19. abundaAimente , abundo-
«amcnte, ahundanfemente : De esos tres mo-
dos puede correjirse ahí la errata nbimda-
nienteúe la ed. antigua. Por eso quedó. En
el r. 24. dize la ed. ant. Maximi taño.
V. 49. r. 8. Parcze laiiibiéii urrula (a voz
resplandece tnte.
P. 50. beti merisido. Erratas de la cil. snt.
P. 5}. Laai¿«Uw«i aul^r de la rrautlii-
levta coduía ie\ Pppii Leo» X. que pitea lle-
var ade)itnl« la.contiirucziúu de la cúpula de
B.. Pedro, ceiuanzada por Juliu II., iiiiiiidó
vendar toda ciase de luduljeiuiss. Eii Alema-
nia los que vendiecou mui bieo estos fardos
de burlat burhdas , fueron los Comisarios, o
Delegados, del Papn , ArctiuboUlo i Tetzel.
Sobre lodo el ^searo de Tetsel fué innodilo:
iFudet referre (dije Fabrotú de él) flw* ip»«
el dixit el fecil quasi Légalas e ccelo missui
fuisiet ad quod libeí fiaculum expiavdutn ai-
que purgandum.» [Tooio la zila de la obra de
William Itoscoe, Life a»d Ponti^alc of Leo
X.] bebe verse sobre esta venta de liiduljen-
ziashecb!) por I,eon X. el Drama latino de
Enrique Hirlzwig, impreso en Francfort ela.
1617. intitulado . ¿.t(l4eriM,, cuya grabiida
Portada presenta, de cuerpo entero, los re-
tratos de. Lulero , i de TeUel , el primero
con la Biblia ' ea la iiiaoo. i el otro cou varias
Bulas en ambas manos , i un cofre al ladu ,
lleno dfl ellas tía dvAa ,: cobra sus cabezas
se lee esie dísllof :
TecetiuM Papa bultit; Lutherus Iod<b
Verbo dyetat : ¿utró tutau iré duce?
i a sus pies este otro:
45
Pertpictíum Domini vtabut». Luthere,
fnuntphai.
Faclio emeaulygem Teceliaaa bibil.
i en la Allima esaena del Drama , se repré-
senla » los soldados españoles de Carlos V.
eutrando eo WtUnberga, resuellos a desen-
terrar i quemar los restos de Lulero , que
yazian depositados eu un honroso sepulcro:
pero se detienen , ya porque s« lo prohibie-
ron sus jefes, i ya, por pensar , que«e halla-
fian COR el aUiud vazio, como se lo asegura-
ban los frailes. Por lo demás, antes df> León
X. acostumbraron otros Papas, como Urbano
II. el año \iO0., vender el lielú pQrdinerot,
i hoi siguen practicándolo; ponine una de las
cualidades caraclerislieas del papado, es la
persevcranzia . Cnaudo iinajiuiin los Papas ,
que pueden arrogarse un derecho, ul punto
promulgan que lo heredarou de Dios: i si las
zircunstanzias les prezisan a pactar nigo con-
tra el la) derecho, prozeden con tanta maña,
i ambigüedad , que mucslraa no haberlo
perdido, i solo suspendido uo tiempo , por
benignidad pontiBiia; i con semejantes dere-
chos, o usurpazíones, violan cuando quieren,
i pueden, la potestad de los Priazipes, i toda-
Hberlad zivil de las naziones. 1 bien fazilmen-
te lu hazen en los paises como et nuestro ,
donde no hai otra relijion verdadera que la
que manda el Papa. Ahora mismo , los ins-
46
IritJdos liberales cspaAoIes están muí indig-
nado», de niie fil jesuitÍBiiio lea vede eríjir una
eslatua a Menditabal , que restablezió el a.
1835. la snpresiún del diezmo; i no se indig-
nan, de que sus hijos, estén todavía apren-
diendo de memoria el mandamiento de) Pa-
pa, de pagar diesmos i primiziat : i no hai
gobernante lilierál, que le mande bnrrar del
catezismo: i entretanto el Papa , enseña, c
imprime su Mandamiento, i avizora la ocasión
oportuna para que vuelva a observarse. —
Véanse con alenzion las pajinas 55 i 54.
P. 55. [alabando]: la ediz antigua , ablan-
do: pero es errata cinra.
P. 56. r. 14. Nótese la elipsis: ^que jamás
habia echado*.
P. 58. r. 2. deseyo; lie dejado esleliarl)»-
rísmo , porque ann se usa en provinzias de
España por deseo.
V. 60. Pnra entender mejor, lo que se lee
en el §. que acaba aquí, i comenzó en la pa-
jina 51), i cuanto en las dos Informazionesse
toca , azerca de In historia de la época en
que el autor escribía [ázia el año 1544. Véa-
se la paj. 57. renglón 4. confrontada con la
paj. lo3.); sóTraseme esta larga Nota con-
memorativa de los hechos. Carlos V. en
la Dieta qne tuvo en Wonns el año 1521.
promulgó un Kdiclo de prosci'ipzión contra
Lulero i sus sccuazcs de que buzo mérito la
47
Declaratoria puesta ea el Apéiidize (paj. 55.).
Ordenó en él, que los dichos, fueseu tratados
como eoeinigos del Imperio , i perseguidos
con todo rigor. La ejecuzióu de este Edicto,
fué de tal suerte aguijoneada por el Empera-
dor, i los Legados del Papa , que toda Ale-
mania se alborotó. Los Prínzipes Católicos,
instigados por el Cardenal Campeggio ,- se
reunieron en Ratisbona el a. 1524., i adop-
taron medidtis de sumo rigor, para que^ se
ejecutase el Edicto en sus Estados respecti-
vos. Pero los Prinsipes i Estados que se adhe-
rían, o protéjian lá Reforma, no obraron.del
mismo modo. Aplicarles, pues, las penas del
Edicto, era lo misino, que comenzar la guer-
ra zivil: cosa que trataron de evitar los mas
prudentes del Cuerpo Jermánico»Estasítua-
zion crítica , o llámese zisma relijioso , se
agravó mas en la Dieta de. Augsburgo , por
culpa 4el Emperador , que dio uu Decrelo
condenando la Cmfe9ión de Fé^ que los Prín-
zipes Protestaateale habían presentado. Este
Decreto, limitaba el tiempo dentro del cual
se les ordenaba conformarse a las doctrinas
de la Iglesia Romana, eo lo relativo a los ar-
tícoloá en digpiiía. Couduzidos a este extre-
mo los Caudillos Protestantes, determinaron
juntarse en SmakaMa , Condado de Henne-
berg, i el último dia de aquel afto mismo «le
1550. Armaron. aUí una Vniouj o alianza de-
Tensiva , ifue renovaron luego rárias veses.
Juan Federico, Elector de Sajonia , i Felipe
Land^rsve de Hesse , se declararon por Ca-
bezas de esta unión. Para oponerse a esta
ConfederazioD, inslita^ei^on ios Pnnzipes lla-
mados CalAlicoB la Sania Liga , con objeto
de protejér la relijion Romana. Todo nnun-
ziaba, al parezer, la guerra zivil, ciiandouna
invasión de los Turcos en Ungría i Austria ,
les indujo a los CalAücosa firmaren Nurem-
berga el a. t532, una tregua, o tralado.con
los T'rínzipeB de la Union, en cuya virtud se
pactó paz , entre los Estados de ambas reli-
jiones, que firnió tiimbienel Emperador; la
cual paz debía continuar , hnsta i^iie se jun-
tase un Conzilio JenerAI, o se determinase lo
contraria en alguna nueva Asamblea. E^ia
paz se ratifica varias Teaf». Los Prioiipes
Protestantes, sinembargo , siempre, i desde
un prinzipio, persistieron en recusarla auto~
ridád de Conzilios que estuviesen sometidos
a los Papas, que loa convocaban; i que por lo
mismo, los disponían a su manera, i no los
dejaban libres dvl todo.' El Emperador, a pe-
sar de sus firmadas palabnflt'déspHee de ha-
ber becho las paxes con PranHJa'eit Crepy ,
el a. 1S44., i ajustado rfn arraistlBio de zuico
años con los TnrcoB ; se reMlríA a declarir
la guerra a losPrJniipes Protestantes. El a.
1546. publicó el cristiano Emperador un
49
Edicto de proscripzioo conlra el Elector de
Sajouía, i el Landgrave de Hesse , los dos
Caudillos de la unión; también hizo un trato
secreto con el Duque Maurizio, de la segunda
rama de la casa de Sajooia, i pariente zerca-
no del Elector. I, mediante este trato, logró
que su campo de guerra pasasedel Danubio
al Elba. Habiendo sido derrotado el Elector
por el Emperador, en una refriega que tuvo
lugar en Mecklenburgo el a. i 547. , cayó en
manos del venzedór: i dos meses depues, cu-
po la misma suerte al Landgrave de Hesse.
Quedó así disuelta la Union,. o Confederazion
de Smalkalda , i dueño ya de Alemania el
Emperador, reunió una Di ta en Augsburgo,
en la cual procedió como Dictador absoluto.
Una gran división de ^us tropas» alojada en
la ziudád , le sirvió deguardia de su perso-
na, i lo dem&s del ejérzito se acampó en los
alrededores. En esta Dieta conlírió al Duque
Maurizio el Electorado de Sajouia, quitándo-
selo a su prisionero Juan Federico. Verificó-
se la investidura del nuevo Elector, en Augs-
burgo el a. 1548: i entonzes trazó el Empe-
rador la ruina , i extirpazión completa del
Protestantismo, compeliendo a losPrínzipes
i Estados de la Reforma,, a. sujetarse, a la
Iglesia Romana , por medio de un formula^
rio, que les obligó a adoptar, conozido por
el nombre del Iníerim : el cual, en su parte
preliniitiái', soln les permitía el iisotlc 1n co-
luimion eii ambas espezies , i el cnsamieulo
lie sm ctt^rigos, entre tanto, (]iie e) negmio
no se dezidio por un ConEÍlio. DueQo absolu-
to de almas, vidas, i haiiendas, se señaba ya
Carlos V. cuando la bora del tnfortnnio llegú
para despertarle.amedias, del sueño, ieclip-
ititr BU pasada' gloría i ufanía. El Elector
Maurízio, uunqiie le era deador de su digni-
dad , ímajinó que le convenía aprovecharse
del mal estado a que veía rednzido al Empe-
rador, a cansa de su falla absoluta de dinero:
i se resolvió a poner coto a la autoridad im-
períil , i a restaurar la causa Protestante.
Cou esta mira, se confederó con varios Prúi-
zipes del Imperio , i zelebró nn Tratado se-
creto con Henrique H. deFranzia.enCham-
bord: i marchando con suma rapidez contra
el Emperador, casi le cojió por sorpresa en
Inspriicii , i le obligó a recurrir a la media-
zion de su hermano Femando', Iteí de Ro-
manos , con la cual concluyó con Maurízio
nn Tratado, qne se firmó en Passau, el año
1552. Por él se sanzionó la libertad del cul-
to protestante; i se acordó , que se debería
- rftunir un Conzilio Jeneral , que estableziese
ios artículos de una paz sólida i permanente
entre los Estados de ambos cultos. La Dieta,
postergada a causa de los Suzesos políticos,
51
1)0 pudo reunirse en Augsbui-go basta el aüo
de 1555. En ella se concluyti una paz defi-
nitiva sobre el negozio de la relijioD , orde-
uándose, que tanto los Estados l'rotestantes,
como los Católicos, disfrutasen una completa
libertad de culto, i que cualquier diferenzia,
solo pudiese resolverse por medios amiga-
bles. Se ratificó la secularisazion de las ren-
tas eclesiásticas , que los Prínzipes Protes-
tantes habían efectuado en sus Estados: pero
en uno de los artículos del Convenio, se esta-
blezca expresamente, que cualquier prelado,
oclérigo, que abrazase la Confesión de Augs-
bnrgo , dejando la Iglesia Romana , forzosa-
mente babia de perder su BeneGzio. Este ar-
ticulo , conocido por el nombre de Reserva
ecleiiáílica, no pasó , sínó con una grandísi-
ma oposizión. Los artículos de este Convenio,
se interpretaron, luego, por cada parte, se-
gún les acomodó, en particular por Roma,
i los clérigos, que no cumplieron uno solo de
los que eran favorables a los Protestantes.
Lo cual orijinó después la guerra llamada de
los Treinta aQos ; i previamente, los daños,
agravios, i males, a que alude nuestro Enzi-
nas en sus Informaziones. De la penuria del
erario del Emperador, que dejo indicada; so-
lo ¿I tenia la culpa- Su ambizion no conozía
limites, i su presunzion, desgobierno, i fana-
tismo, casi nunca los conozíeron: i como los
corlesanoft aituladores, i los arleros snicrdo-
tee que le asediabnii siempre , fomenlaron i
Kxplntaron sur males pasiones; tué verdade-
raiiierite un íizote para los paires eH que do-
minó. No se hnsqueii las pruebas de esto ea
Irs Historias eleifanleB, de Doctos i de Erudi-
tos: búsquefise linicaineDle en los seozillosi
familiares documentos do sus conlemporá-
neos, e Íntimos amigos. Yá dejo indicado que
Lauz. pj>blicó el a. 1844 la Correspondeaiia
orijinAl de Carlos V. Léanse en ella lascar-
tas del Etiiperadór, i de sus amigos, i deií-
dnse luego. C6jase , por ejemplo , la carta
de .1. Hannart, Vizconde de Lomlwcke, i Ba-
rón de Likerke, eseHla en Marzo del a. I52<
desde Nureníberg , a su amo ünrlos V., dán-
dole cítenla de su misión a Alemania. Por
ella se verá , que los Frjnzipes Electores de
allá, estaban descontentos de haberle nom-
brado Emperador , porque desgobernaba a
Aleniani» , tanto, o mad , que a Espafta , i
que a lodos les estaba debiendo dineros , i
grandes promesas , i-eon ningimo cumplía.
Al Duque Palatino Federico de Baviera, p.e.,
le estaba debiendo Carlos V. Téintiiinco mil
florines de oro ; i a ese (eo^r debía a casi
todos los Prinzipesdel iTDpíriti'snmag consi-
derables. Quejábanse ade)!ia8(p> 107.) t'des-
Ire gomierne deslrangiers , alegont que mOn
dicl Seigneur [fí. Fernando , hermano del
55
Etnperadúr] se gouuerne lotaleHient par Sala-
nwtica.i (De suerte , que los Bs(»aüole8 se
qiicjabiui de aer gobernudos per Flanedcos i
Alemaiies; i eslos, de serlo por Eepaholes.) —
Los Electores, como el Arzobispo de Tréve-
ris, i piros, andabafl en tratos con Franzísco
I., i anti sospechaba Hanaart , por motivos
que alega , i el exiesivo gasto que nazía el
dicbo Arzobispo; que rexibía dinero de Fran-
zia. Al Uiique de Saionia,que pedía los Ireia-
la i tres mil florines de oro , que , desde
Worms , le estaba debiendo Carlos V.; se
proponía Hanaart engañarle con Bczionesdi-
ploñiálicas, •tt/fin ¡^le escribe al mismo Em-
peradt^r] /¡ue en soijes acqnite el en desbour-
ses mUünt moins dargenl-. También H»inart
se hallaba mui apurado de dinero , i supli-
caba al Emperador se le diesen libranzas
'par ie bancit des Foucliers [los Fúcares], au
des Wclgers. • I no solo este cortesano escri-
bía «on ta! desprezio de todo sentimiento
moral a su Emperador i amo; sino que hasta
el Papa Adriano VI. se atrevía a recomendar^
le a varias clérigos españoles , que estaban
en la Corte ponlifizia, i que según afirma el
relijtoso PontiHze, se futhian ^njido ardientes
Cotntmeros, para engañar asi, a los Comune-
ros verdaderos; diziendo el santo Pontífize ,
de sus protejidos i delicados sazerdotes estas
palabras: «eí íí par avanture ilz ont aueugnes
55
54
fúit fait quelque chote conírevolre majetle ,
ils úint fait teulemml a intención de non eitre
congneua pour fauteurt de votre paríie.* I
sigue AdriaDo afirmsndo a su antiguo diszt-
pulo , que si no hubiera sido por este doble
juego de estos clérigos traidorzicos, los Pro-
euradoret en Tordetiltaí habrían triúufado
completamente. Zito estos rasgos de la moral
política del Emperador, i stis amigos; no por
solaz que experimente en sacar a reluzir sus
olvidadas miserias ; sino para mostrar la
abundante razón, conque Pérez, Enzinas, i
otros antiguos paisanos nuestros , querían i
pedían las deseadas reformaE qne indican.
Esos retazos que zito , son ios mas débiles ,
que pueden entresacarse de ia Correspon-
deiizÍH de Carlos V. con sus amigos, de los
infinitos qne se leen en ella , que son lesli-
monios de torzida i bochornosa moral. Esla
Nota es larga: pero salva el tener que anotar
otros muchos pasajes de las Informaziones.
Azerca de la Confesión de Fé , zitada en esa
pajina 60. solo diré, que debe leerse. La edi-
zíon de ella, que me pareze mejor, es la si-
guiente : Confetsio Fidei exhibila Invictiss-
Imp. Carolo V. Ccesari Aug. iii Comifiis Au-
ffuslce Armo M.D. XXX. Cum duplici editifí-
ne. Addita ett Apología Confessionis dUigen-
ter recognita. — Psalm. CXIX. — Eí loquebar
de tesíimoniis luis in conspecln Regum, et no»
55
confundebar. — Basilect M.D.LXVII. 1. t. en
8.** con dos pajínaturas : una de 201., que
contienen la Confesión ; i otra de 549., que
contienen lá Apolo jia. En ésta, responde Fe-
lipe MelancthoUy a todos los reparos que pu*
sieron los amigos del Papa a la Confesión
Augustana, o de Augsburgo. Con gusto vería
este libro en castellano, integro, i bien tra-
duzido. 1 no solamente por algún afizionado,
o amigo, como si dijéramos, Enzinas, Pérez,
Reina , Valera ; sino por adversarios de su
doctrina, con tal que no lo alterasen, ni mu-
tilasen. Hubiera sido un trabajo propio del
injenio de Balmes, haber traduzido relijiosa-
roenie este libro de la Confesión de viejos
anti-romanistas: i luego haber anotado , asi
la Confesión , como la Ápolojia , con toda la
fervorosa dialéctica que le hubiese sujerido
su talento. Bastaba no haber alterado , ni
mutilado el Libro , paraque , aun impreso
por adversa persona, pudiese ilustrar bien la
materia que trata.
Paj. 62. Tócase aquí la entrada del Turco
en Austria. Con tal motivo, escribió una car-
ta el a. 1532. el Obispo Garzía de Loaisa,
desde Roma donde se hallaba , a su amigo ,
amo , e hijo de Confesión Carlos V. , en la
cual, después de escribirle: ^paresze claran
mente que la venida del Turco es cierta»; le dá
un consejo, o parezér , acomodatizio i cleri-
56
cal, en los términos siguientes: «En tos er-
■rores luteranos, seria «íe pareszér , que al
■presente se cometiesen a la disimulazion, o
■por vía de treguas entre herejes i cristianos,
■dejando a cada uno creer como quisiere, o
■hazíendo con ellos pacto, que hasta el Con-
■nlio futuro Tivan todos en sos ritos sin es-
«torbar dí empedirsi; los unos a los otros, i
•que canndo por falta del Sumo Pontifize ,
■dentro en tres aftos no se congregare el
■Conzilio , que de ahí adelante puedan libre-
<mente , i ^n empacho de Prmzipes ni de
■Dietas , perseverar en su forma de creer.
■Todo esto me pareze qnc V. Md. les puede
■ otorgar sin ninguna culpa, contal coudi-
■ziún , que os sirvan i ayuden contra este
'enemigo comiün : i no tenga V. Md. escrú-
•pulo (le servirse déllos, aunque sean here-
°jés: porque estando vuestro corazón sin pe-
ncado , sus errores no estorbarán vuestra
■buena ventura. I como estoi tan lejos, i no
•sé loque pasa , mal puedo aconsejar coii-
■formea prudenzia.pero diré esto ein temor
•de errar : que V. Md. haga, i tome les mé-
■dios mejores que pudiere, para conzertarse
■con luteranos, paraque os ayuden contra el
«turco : i si en algún articulo V.'Md. fowe
■dudoso si ofende a Dios, o no; consúltelo vo-
•lando con el Sumo PontíBze : i digo,[fi7*]
• que puede estar segura su conzienzta en la
«delermioazioD del Papa, aunque deluiilc de
«Dios fuese error. De los negozios, yo escri-
«bo al Comendador mayor. Suplico aV. Md.
«sea servido de leer la letra : i acreswente
■ Dios la vida , i salud de V. Cesárea Nd. —
■ De Roma a 8 de Judío de 1532 años.>
Ciiacdo eslo escribía la reverenda mane
. del Sr. Loaisa , debió eslar abotargada su
^oDzieiwia, i su memoria tarabieu, pues que
a mas de aconsejar a su Prinzípe el dolo i el
fraude, quiere aletargarle tanto el alma, que
escuche antes al I'apa, que a Dios , i cabal-
mente cnando era i'apa Clemente Vil.
Paj. 63. recuerda la ¡da del Emperador a
Túnez, por los irnos de 1535 i 1536.
Paj. 67. «por solo el capitulo de la j'ustift-
cazimi>. En esta, i Ui paj. siguiente, alude a
la doctrina de «que los hombres no pueden
conseguir la remisión de sus pecados , por
sus méritos propios, sino solo por los méri-
tos de Cristo , i por fó en Cristo. I como el
tener fé en Cristo, nezesaríamente tiene que
llevar consigo, uu amor sinzero a Él i a su
doctrina, un apartamiento de lodo vizio, i
maldad , i una completa renovazion del co-
razón , i de ia vida de un pecador ; de ahí
prozede , seguti la doctrina que delíende En-
zinas, que la justincaziou completa , delante
de Dios, de ese pecador , la obtiene por me-
dio de Cristo , i la debe solo a la infinita mi-
í
58
scricordia de Dios. Est» dtictrina, con efecto,
parezc la c|ue predicaron Ior Apóstoles, i 1»
que pnsícron pnr fimdameiilo de cuanto en-
señaban. Somos reconziliados con Dios, no
por nuestras propias obras , no por nuestra
firopia rectitud , sino sola i únicamente por
I saugre de Cristo. Kszierlu que debemos
arrepentimos de nuesln» pecados, que debe-
mos huinilianiOK delante de Dios , i que esto
lo debemos h^zer, antes que podamos espe-
rar, que eslainos reconziliados con Dios: pero
es también zierio, qui; el arrepentimiento de
nuestros pecados, que la contrizion i bumíl-
d^d del coraíón, no es obra propia nuestra.
Si yo me arrepiento de ser pecador , será
porque Dios, por su Sanio Espíritu, despier-
ta , u obra en mi , ese arrepentimiento. Si
roe ha'lo contrito , si me humillo cordial-
mente delante de Dios, sí tengo un pesar in-
terior de haber pecado ; todo eso , es obra
del mismo Espíritu Santo. — I nótese bien ,
que no es tampoco este, el real fundamento,
3ue no es esto, digo, por lo que somos justi-
cados. No es la rectitud, ni en todo , ni en
parle, el motivo por el cual somos reconzi-
liados con INos. I'orque sí nos dolemos de
haber pecado , sí el pesar de nuestros peca-
dos nos desgarra el corazón , i nos llena de
liumíldád; lodo esto, no puede obrar nuestra
juütílicazíon. No debeuiosa esta causa, ni en
51)
lodo , ni en parle , la reinisiúa de nuestros
pecados: ni pora ella influyen . nuestra hu-
millazion i contrizion. Mas ^ieu esto, puede
impedir nuestra juslificazion: porque si fun-
damos sobre ello nuestra esperanza; si pen-
samos, que debemos tener la!, a cual ^rado
de contrizion , o arropen limieuto , antes de
que seamos justjBcados : si pensamos , que
debemos estar mas contritos , mas hauíilla-
dos, mas pesarosos de nueslros pecados , an-
tes que podamos Ker justiGcados; — equivale
esto a poner nuestra contrizion, nuestro do-
lor, nuestra humillazion, por fundamento de
nuestra justiUcaEÍón, o a lómenos, por parle
del fundamento. Asi es, que eso, impide , o
estorba uneslra justiGcazi<^n: i nos es preziso
quitar tal estorbo, o impedimento, si quere-
mos poner el real fundamento. El real fun-
damento, pues, no es nuestra conlrizión (que
hablando propiamente , no debemos llamar
nuestra), no es nuestra recliiud , no es nada
propio nuestro; no lo que se obra dentro de
nosotros por el Espíritu Santo: sino que es,
lo que está fuera de nosotros , lo que no es
nuestro, es dezir, la rectitud , i la sangre
de Cristo. — La Escritura dize (Rom. iv. 5.):
*al que cree en El que justifica al impio , su
fé le es imputada a juslixia". Luego el fun-
damento, no nos perleneze. No h^i conexión
alguna, respecto a esto, entre Dios i el impio.
/
60
No hai lazo que los una. Separados esláii ,
uno deolro, sin tener nada común. ¿Hai eos»
en el impío , que pueda unirle a Dios¿ ¿Hai
obras, reclilúd , arrepeulimienlo? No : iai-
piedád solamente. Tiene^ pues« que ir , car-
gado con su impíediíd, tiene, digo» que irse
derecho a Cristo , si quiere poner el funda-
mento real de su jnstiíicazion, idezirle: «Tu
«que vés los corazones, i que sabes que soi
«un impío , no sé si humilde , ni contrito,
«pero sí un impío; mira por mít i llévame a
«Aquél solo y que justifica al impío : i puesto
«que en mí no hai mas que iniquidad i peca-
«do ; tu sangre sea mi propiziazión.» fiien
conozco, que eslees un misterio^ de los que
la Escritura nos habla, que parezen locura a
los sabios del mundo: pero, si se refiexiooak
un tanto , se hallará ser un misterio , abs-
truso cuanto se quiera , mas no repugnante
a la razón del que no deseche las revelazio-
nes de la Biblia. Según ésta, el pecado es la
única cosa que separa a los hombres de Dios:
i el pecado es también la única cosa , qué
movió a Cristo (a quien la revelazión nos
presenta como el emblema de la mansedum-
bre, i de la humildad inozente, apellidando*
le «Cordero de Dios»), a compadezerse de
nosolros , i a unirnos a Dios , sacrificándose
voluntariamente por nosotros. I así como no
vazilo en asegurar, que de estas dos propo-
61
sizíoaes, tgile deduzco <le la Biblia, Iü prime-
ra está muí ronsonante con mi raaoD , i la
siento en mi propio , mas no iguilmenle I»
segunda, pues cud mi simple razón, no pnedo
alcanzarla ; asi también debo asegurar, que
a mi raion se resiste , el desechar una cosa
que nte afirma claramente la Biblia , como
es ésta de la jusülicazión del honibre,solo al-
canzada por Cristo ; únicamente por([ue no
la comprendo bien. I sobre lodo cuando es-
tol penetrado, de que a los ojos de Dios, solo
el Cristo, el que se apellida •EIHijo del hom-
bre/, es el único hombre puro, isin pecado.
— Él, pues, es el único fundamento sólido de
nuestra recnnziliazionpara con Díos. Tenien-
do fé en este fundamento, .i esperando eu él,
nos salvamos: i esa Té, es dou de Dios , que
le dá libremente a todo el qne quiere rczi-
bírle , i no se obstina en pcrmanczer en su
impiedad. Pero este don de Dios, no viveeu
la cabeza, sino en el corazón. La Tuque en-
señan los hombres , o los libros de los hom-
bres, nada vale: porque no arraiga en noso-
tros uu verdadero, i duradero arrepentimien-
to del pecado, ni un verdadero amor , i con-
fianza en solo Dios, Pero si nos esforzamos
con todo nuestro corazón, en creerque Cris-
to es nuestra redeuzión; le amaremos, I tra-
taremos de no desechar su salvaziou ; nos
abstendremos de pecar , i renovándonos día
62
Iras ilíu, adquiriremos reclilud, i verdadera
saiilidúd. — Enziuas se lamenta aquí de que
se persiga a los que creeu en lo que llama
con razón prinzipál doctrina del Evanjelio ,
la juslificazion por solo fé en Cristo; sin mi-
sas, sin sufrajios, sin induljenzias, sin bulas,
sin absoluziones humanas , sin zeremonias i
ritos, sin ese continuo saca-dineros, i sujeta-
conzienzias , inventado , i practicado por to-
dos, o casi todos los clérigos , de cualquier
iglesia quesean. Valdés, en su áureo librillo
Alfabeto Cristiano , ha ensamblado bella-
mente este asunto de la juslificazion , con el
de la libertad cristiana.
Paj. 71. r. 2. « esperanza». La ed. ant.
dize, «esperacia»: pero es errata clara, por
lo que se Ice en el r. 6.
Paj. 72. r. 10. Cualquiera puede correjir
la errata de ^vestfa mano», que por nimie-
dad al seguir la edizion antigua se ha dejado
ahí. I mírese ésta, i la pajina 73. como un
exzelente comentario a las Artes de la ínqui-
sizion, por Montes. Compárese luego la pa-
jina 74. donde se dize, que harto bien fue or-
denada la Jnquisizión para los que judaiza^
ban : con lo que he puesto en la paj. 3. al
lin del Montes, en latin, i se conozerá, de lle-
no, el craso desbarro , en que abi incurrió
nuestro escritor. Escritores, i predicadores,
pueden deslumhrar a muchos , con floridos
sofismas, i dcclduiazioncs hueras ; pero tres
mil herejías, diez milzismas, zincnenta mil
peleas por motivos de relijion, i ese tribunal
del Santo Oíizio con sus zien millones de
victimas , son las conseciienzías innegables
de una sola palabra, cuyo significado no se
hallará cabalmente prescrito en todo el Tes-
tamento Nuevo: I?itolkranzia. Véase la Bio-
grafía de Sarpi , por Bianchi-Giovini. cap.
xxi., el cual observa mui bien; que si la re-
lijion se biziese consistir únicamente, como
pareze que debía ser , en un esfuerzo del
hombre para imitar a la Divinidad , no se
podría disputar sobre sus prinzipios funda-
mentales: porque la razón bastaría para dar-
nos a conozer, que la verdadera es aquella,
que lleva a la soziedád a un mayor grado de
perfeczion moral. Tales son los caracteres del
cristianismo: «La relijion pura, i sin mácu-
la, delante de Dios i Padre es esta : Visitar a
los huérfanos, i a las viudas en sus tribulasio^
nes [e. e. ser benéfico i misericordioso], i
preservarse de la corrupzión de este siglo. >>
Ningún lejisladór dio jamás , en tan pocas
palabras , un prezeplo de cons^cuenzias tan
infinitas, como ése, consignado en la Epísto-
la de Santiago: i la reunión de hombres que
le pusiese en práctica , formaría un cuerpo
sozial feliz : no se gobernaría por la ambi-
zion, i la avarizia: no creería, que agradan a
64
Dios las riquezaK i prepolenzias de esle mun-
do: ni (¡ue las grazias espirituales son facul-
tades trasmisibleSf depositadas en manos de
clérigos que las venden , a seglares que las
nezesitan i compran : no blasfemarían dí-
ziendo , que el Papa es Vicario de Dios en
la tierral igual a Dios en plenipoteuzia , en
justizia» en infalibilidad: — con ese prezeplo,
Euesto en práctica por el Emperador, se hu-
lera ahorrado Enzinas de escribir estas In-
formaziones.
Paj. 77. r. 19. La ediz. antigua, por er-
rata, dize, «en ñar»: donde he suplido ensa-
ñar , por parezerme preferible a engañar.
En la paj. 78. r. 4. «e/ estado», la aut. ed.
dize, al.
P. 81. r. 18. La Ed. ant. «ttmiessen».
P. 84. El epígrafe, o encabezamiento,
que en esta pajina interrumpe lo que va di-
ziendo el Autor , se conoze claramente , o
que debía estar al marjen, como simple aco-
tazión; o que es cosa añadida por el Editor
de la obra, Dr. Juan Pérez. Esto último pa-
reze lo mas probable : i que él compartiese
así las Inforniaziones en Capítulos.
Paj. 85. Dize aquí al Emperador , que
cualquier cosa que se hnga con finjimicnlo, i
no de corazón, la abomina Dios, i no la deja
sin castigo. Carlos V. sinembargo creía , al
parezer, todo lo contrario,! obraba conforme
i ,'
65
a lo que creía. El Bei D. Fernando, ku her-
mano, en una carta que le escribió coa fe-
cha de 27 de Mareo, a. 1531. , entre otras
cosas, le dtze: ■A^mesmo me conseja i Tnas-
■da rra. mgl. entretener con buena manera
■a los luteranos, i estorbar, que iio se con-
■zierten ni conformen en sus cerímontas, sin
•darles ocasión de alterarse ni irritarse con-
•tra roí. Yo lo haré, en cuanto a mí fuere
■posible, con teda la industria i cautela que
>mi juizio alcanzare , porque es mui sano i
■seguro consejo: pero la materia es lan peli-
■gTosa i delicada , que no creo bastarA el
■mió, ni el de ningutio, para Iratalla sin es-
■cándalo.i &c. Abi tenemos , que el noble
Emperador aconsejaba a su hermano finjir; i
engañar a los luteranos de Austria. — En on-
ze de Junio del a. 1526. escribía a D. Hugo
de Moneada , su embajador en Itoma enton-
zes, entre otras curiosas instruczionee , lo
siguiente: <>Oespues de escrito lo suso dicho,
«nos ha pareziao bien de, aparte i en secre-
«to, os aar aviso , cdmo el solizitadór del
(■Cardenal [Pompeo] Colonna , estando aquí
■en nuestra Corte, nos dijo tres dias ha, que
«el dicho Cardenal su amo, le había manda-
ido que nos dijese de su parte, que él tenía
«buena disposizión para eohir el Papa de
«Itoma, i revolver Sena , i aun Florenzia, i
•algnnas tierras de la Iglesia, contra su San-
Á
•tidad ; i queriendo dilatar a responderle
"hasta saber nueva de vos, i de vuestra iie-
• gozíazion , el dicho solizitadór nos aprelü
«mucho, diziendo: que ahora , luego, el d¡-
"Cho Cardenal querría poner en ejecuziÓD su
■ intenziiin. I viendo eslo, habemos respon-
• dido al dicho .tnliziladár , agradesziendo al
■ dicho CantenM su amo su buena voluntad,
«cou niui buenas palabras , por darle mas
■aliento ; que os habemos enviado allá con
■ amplísimo poder para cualquier cosa qne
■siizcdiese en todo cvcuto, í que os manua-
•rianios secretamente dar avisodesto, para,
■cuando fnese menester , platicar sobre ello
■con el dicho reverendísimo Cardenal,! ha-
■zer en ello, loque fuese mas bien de nues-
■ tros negozios, i asi no hazemos duda , que
■el dicho solizitadór lo escribe agora aldi-
• cho Cardenal su amo. Parézenos, que con-
iforme a vuestra iuslruczion lo enlrelengais,
■i aun de bien en mejor, según la disposi-
■zión de ios negozios : pero como nuestro
■ fin prinzipál sea , por respecto de lo de
«Frauzia , de ganar amistad con el Papa ,
■ haréis vuestro fundamento de así lo poner
'por obra, déla manera que arriba es dicho
■en esta caria , lo mejor i mas a nuestro
«avantaje i repulazión que pudiéredes, ga-
znando en la negoziazión de grado cu grado,
"Como de vos confiamos. 1 en caso, [{uedes-
67
• pues tic haber hecho vueslru débilo, hasla
■el cabo de vuestra Instniczión, i de lo que
•ahora por esta carta os cscreliitnos . como
•dicho es , viésedes , que todo eso no apro-
■ vechase, i os pidiesen cosas imposibles , n
■os i levasen con disimulazion ¡largas, con
•fia de ganar tiempo, i concluir cod otros ,
■que con Nos; será bien , que no olvidéis de
•prevenir , antes que ser prevenido ; í que
■platiquéis en secreto con el dicho Cardenal
■Colonna, paraque, como de sí mismo, pon-
■ga en obra, lo que, como arriba, su solizi-
■ ladórnos ha dichn, i que en ello le hagáis
■dar todo favor secreto, de la manera con-
• tenida en vuestra dicha Instruczion : i en
•esto os gobernareis , como viéredes mas
«cumplir a nuestro servizio , i a bien de
■ nuestros negozios, segnn la buena vonfldú-
■zía que de vos tenemos.* — I ahí tenemos,
que el noble Emperador mandaba a D. Ugo
engañar al Papa, i llamaba bnenn voluntad,
digna de agradezerse con mtii buenas pala-
bras, a la voluntad solapada de un Purpura-
do traidor, que efectuada, su Eminenzia hi-
zo saquear el Palazio del Papa, i entrádole a
sangre i fuego; paraque Moneada acudiese ,
a proponer un armistizio: i el Emperador se
manifestase mui condolido del caso, con el
Nunzio , i le asegurase que nada había sa-
bido!— I, a pocos meses después de ese sa-
qucA , suzediú el granee i famoso Saco de
¡toma , tan bien , i verídie«niente 4escnln
por Alfonso Valdés , eo sn Wálogo de Lac-
(«nsio t el Ar*e4iano, obra jetuela , i unida
al olro Diálogo de Carin , de su b^maHo
melliao Juan de Valdét, i atribuida, per eso,
a éste, por mi, i otros: pues así como nadie
casi puao distinguir en vida las figuras, roo-
viiuienlos , voz , i expresiones , de ambos
bennanos; así pasados tres siglos, no es fazil
separar dezididamente , los escritos qne de
ellos nos quedan. Pera, volviendo al Guipe-
radúr, i sus prozederes, añadiré; que il es-
cribió lo arriba copiado a D. Hugo deNm-
cada: i el 20 de Febrero del a. 15^38., escri-
biü a Clemente Vil. una carta que empieza
así: «Mtii Santo Padre. Siendo vuestro Nun-
cío testigo de mi buena ¡Dteozion* &c. I
siempre, dijo al Nunzio Castiglione, i escri-
bió al Papa, que de ambos saqueos, nada su*
po, hasla qne se veriQcaroD: ecbaado siem-
pre la culpa , a sus Ministros! Véase , pues,
si Enzinns tenia razón en recordar al Emped-
rador, que el fingimiealo, ea cota abominable:
mucho mas , cuando Carlos V. era sanísi-
mo en esto de mentir i engañar. Por entoazes
tnisuio, estaba de Enhajadór suyo en Venezia
D.i Diego Hurtado de Mendoza, el cual cscri-
biendo una carta al Miní^ro Ü. LuisdeZúfii-
ga, la comienza con estas palabras nolaMes:
iQiiehaze elgfanSenór de los Romanos,
Don Luis?¿Cuándo te parte de Alemana?
j Puédese en ata tietra dar a manas!'
Acá , ^a le embarcmm9t par» Efpaña,
i ^a le A«!«KM9 ir « Berberí».
i él a todot, callando, nos engaña^
Arjét, i la Morea , i la Suriat
son de esa vuestra empresa tos terreros,
o filien se lira en eslaSeñoria.
¡O, Embajadores, puros majaderos:
f lie si Im Beyes quieren engañar,
comiensan por nosotros los primems!* &c.
De les tres últimos versos , tomó Sir Henry
WsttDD, aquella su deSnizioD del Embaja-
dor: Legatus est vir bonus, peragré missus
nd mentiendum Reipttblica causái que le cos-
tó cara. Bien sé, que Clemente Vil, i los de-
más Papas , que trataron con Carlos V. por
cada uno de siis rinjimienlos, i engaños , le
hizieroo ellos zincoenumil: pero esto, lejos
de invalidar el dicho de Enzinss, le baze mas
importante. El mal es , que esa política de
forajidos, es la única que agrada, por lo que
un coQozido mío llamaba a los Embajadores,
jilanos con medias de seda.
Paj. 95. r. 3. >si hubieran bien- &c. La
edil. aot. diae: "sivuieranbien* &c. Tai vez
debería dezir, 'si tuvieran* &e. I en el r. 10
donde también en la ediz. aut. se lee persi^
70
^u^, pareze hai errata por pro5t9tien: í en
el r. \% quizá d. d. diszernir.
Paj. 95. «fiDJieron [los Papas] ellos njís-
mos eslo de la donazion de Coostaalino.» —
Asi es la verdad. Papas falsarios finjieron
eso, o permilierou que sus cortesanos lo fin-
giesen. Hai un libro en 4.° de solas cuarenta
1 nueve hojas, que trata de este asunto, i
mereze leerse. Se intitula , De Donaiione
Consíanlini quid veri habeat, erudiloram quo-
rundam iiidiciutn, lU inversa pagella uidebis.»
El libro contiene : la traduczión latina de la
Donazion de Constantino, por Bartolomé Pi-
cerno de Monte-árduo, quien asegura haber-
la traduzido del griego. Dizele Pizerno al Pa-
E a Julio 11., que estando él leyendo en la Bít
lioteca del Papa, se le vino a las manos un
librito griego, que contenia la tal Donazion:
i que le parezió bien traduzirla , por haber
muchos f que aseguran ser falsa la Douaziont
entre quienes está Lorenzo Valla , hombre
verdaderamente docto (vir haud sane ineru-
diUisJj el cual se atrevió a escribir un libro.
De falsa donatione Conslaniini , pensando ,
que no era dable hallarse tal Donazion, pues-
to que él, no la había leído. Pizerno, no se
asombra de esta audazia de Valla, porque és-
te era tan mordaz , que hasta se había atre-
vido a tildar a Aristóteles (!). Después de es-
te preámbulo, pénese el que llama Pizerno,
71
Edicto Imperial- de Cotislanlino » que ocupa
nueve largas llanas. A esto se sigue la Carla
de Ulrico Hutten a León X. sobre la misma
obra de L. Valla , en oirás nueve planas.
Luego se inserta en la hoja duodézima, un §.
de la obra de Jerónimo Pau , Catalán, i Ca-
nónigo de Barzelona , intitulada , Practica
Camellar icB AposloliccBi en cuyo párrafo, nie-
ga el catalán rotundamente la Donazion ,
apoyándose en maltitúd de Escritores de
primer orden, entre ellos, Santos Padres, i
aun Papas como Pió U. que escribió un Diá-
logo , contra la Donazion de Constantino.
Tras estas premisas » en las treinta i cuatro
bojas siguientes, viene el Tratado de L. Va-
lla. A él se sigue el Parezér del Cardenal Ni-
colás de Cusa, escrito al Conzilio de Basilea,
sobre dicha Donazion , i contenido en largas
dos hojas. De la Donazion, entre otras cosas,
dize elCard. Cusa, lo siguiente: uRelegi om^
nia qu€B pelui gesta Imperialia , ac Romano^
rum Pont, historias ; sanvti Hieronymi , qui
ad cuneta colligendum diligentissimus fuit ,
Augastini , Ambrosij , ac aliorum opuscula
perilissimorum; revolví gesta sacrorum Con^
ciliorum quce post Nicenum fuere ; et kullam
INVEKIO GONCORDAISTIAM AD EA QU^ DE ILLA DO-
isATioisE LE6UNTUR.» I buono scrá, que afirme
aquí , que esas palabras son las mas flojas
que escribió el Card. Cusa, contra lasupues-
72
ta Donazion. I después , sigue un §. ele San
Antonino , Arzobispo de Florenzia , en que
declara el santo , que el Decreto que se lee
azerca de la Donazion en la Distintion. 96.
Conslantinus.j no se halla en los Cánones an-
tiguos. I ziérrase el libro , con la siguiente
frase de Rafael de Volterra » en su vida de
Constantino Magno : «De dono Conglantini,
üiU concessione , apud nuUos exlai autores,
prcBlerquam in libro decreiorum, idaue tnan-
tíquis iioluminibus minifne contitien autor est
Anloninus, prcBsul Florenlinus, inChronicis.i»
La obra de Valla, se tradujo al italiano, i se
imprimió , i bellamente , el a. 1546. en 1.
voL 8vo. mayor, prolongado , de 37 hojas ,
con este titulo: Trailato utile et degno d'esser
letto da ogni persona, di Lorenzo Valla, Gen-
til huomo Romano, doue si traíta della dona-
tione, che uolgarmente si dice esser falta da
Coslantino Magno Imperatorc Romano, a Pa-
pa Silueslro.y» I esta traduczion se ha hecho
rarísima , i se lee con tanto gusto como el
orijináL — En la misma paj. 95. r. 15. la voz
comitiendoj es la misma de la ediz. antigua,
que me pareze errata por cometiendo.
Paj. 100. r. 4. «perversa», es correczion:
la ediz. antigua perseuersa. I en el renglón
17. en vezde Aat/an, la ediz. ant. dize auian,
Paj. 101. r« 22. «indigna a nosotros».
Ahora dezimos, indigna de &c.
73
Paj. 104. A lo tpte dizc en ella Enzinas ,
es buena ^losa, el Sermón , o Discurso, que
echó tktrnelio Musso, Arzobispo de Bítonlo,
delante ile los Padres del Conzilio de Trenlo.
Suslitiiyó el Papa, a Jesu Cristo , i le aplau-
dieron aquellos Prelados. Qais eril (les dijo)
íam injtistus reraiii aestimator qui non dicat:
Papae lux venit m uwndum. sed ditexerunl
komines magis íenebras quam iucem? '¿Quién
será tan injusto apreziaaór de las cosas, que
no diga: la luz del Papa vino al mundo; pero
los hombres amaron mas las tinieblas que la
luz?» — Esto va a la par con el blasfemo si-
lojismo que zila alii Gnzinas, r. 18-20.
P. 106. r. 10. «fue no es>. Pareze estar
de uias el f ue, por errata.
Paj. 108 i 109. Nada exajera en ellas el
escritor: aoles se va mui a la mano , i anda
comedido. — El Derecho Canónico es la re-
chifla mas completa i clara que puede hazer-
se de Jesu Cristo, i su Doctrina. El Derecho
Canónico no es otra cosa, que un Cuerpo de
leyes, o disposizioneFi, inventadas solamente
Sara engrandezer i enriqueier , a toda clase
e clérigos i frailes amigos del Papado. Mil
años haze, que los Papas de Roma, no tienen
otro fin, con sus Cánones i Bulas, que el de
sacar dinero de todas partes , i dominar en
todas partes. Jesu Cristo declaró, que la re~
lijion es cosa del zielo, i enteramente desin-
74
teresada , libro , i voluntaria , i en la mal
no debe , ni puede intervenir dinero : i los
Papas i los Clérigos, con su Derecho Canóni-
co 9 han establezido una relijion avarienta ,
codiziosa , i digna del mas eslrujadór i sutil
Ministro de Hazienda de España. En el siglo
xiii. promulgó Gregorio IX. su Libro de
Decretales, fundamento de la monarquía pa-
pal , i Apéndize al Decreto de Graziano , el
cual había ya recopilado i ordenado todas las
autoridades verdaderas, o falsas , íntegras o
mutiladas , en que se pueden apoyar los ca-
prichos i pretensiones de los clérigos: i ape-
sár de eso, a Gregorio le parezió todavía un
libro poco ventajoso para la Curia: í luego,
las Decretales de Gregorio , le parezieron a
Bonifazio VIH. corta cosa , para su codizia,
i añadió el Libro VL; i luego Clemente V. le
pegó las Clenientinas; i Juan XXIL las lla-
madas Extravagantes; aglomerando siempre
enormidades: i luego se decoraron estos Li-
bros con tupidas Glosas: i a todo eso, se lla-
mó Derbgho Canómco : donde se tuerzo i se
huella todo prinzipio de humildad, i caridad
cristiana , i se reivindica para los clérigos
sujetos a Roma , todo poder i toda riqueza, i
donde se sobrepone siempre la autoridad del
Papa a la de Dios, i , sinenibargo , a ese Li-
bro, o a esa sátira del Evanjelio , le llaman
los Jesuítas i Curiales sagrado i venerable!
7:.
I'iíj. 114. r. 14. >trayeii>; tal vez «I ino-
nusailo del autor , o editor diría irahen : i
los impresores, por no leer bien , pusieron
iraijen.
Paj. 116. El C. Conlareno , ahí zitado, es
aquel mismo Gaspar Contarini, de quien de-
EÍa el Cai^ienal l'olo, que había invesligado i
tlescubierlo, cuanto el entendimiento huma-
no , puede por kí solo alcanzar , i en cuya
opinión coinzide Juan de la Casa , que escri-
bió su vida. CoDlarini compuso un Tratado
sobre la justiHcazión , en los mismos térmi-
nos [al dezir de Leopoldo Rankc), que enseñó
luego Lutliero, i que podemos llamar «1 fun-
damento de la Iteforma relijiosa. También
Contarini era amigo de Flaininio, que escri-
bió en los mismos términos , a Theodorítia
Saulí una carta, en la que le dize , «que no
■es mas el EvanjeIÍo,quela buena nueva, de
■queelunijéniloHijo de Dios, tomando nues-
■tra carne, satislizo por nosotros alaiustizia
"del eterno Padre. Quien cree esto, derria-
■tura carnal, se convierte en criatura espi-
«riluál.de hijo de ira, sebazehijodegrazia,
«i vive con dulze paz de conzienzia". No ha
dicho mas Lutero. Ranke elujia altamente,
a Contarini, así por su zíenzia, como por su
templanza: pero cuando el a. de 1535., le
nombró Cardenal el Papa Paulo III., icuan-
do el a. 1541., se condujo en Balísbona se-
76
gUR rePterc ahí Enzinas; su anibizion e hipo-
cresía, sobrepujaron cuando fue nienesler , a
sus apazibles conviczioiies e ingtniczion.
Paulo til. sabia mui bieu, niaiilo bahía per-
dido la causa de los Papas en Alemania, por
)u crueldad, iniquidad , i torpeza del Carde-
nal Campeggio , anterior Legado , iiuien el
año de 1530., uo sopo aconsejar a Carlos V.
otro plan cnrativo, contra el protestaDlísmo.
sino el dezirle: ■'S'iia Máeitámtrá metiere la
mam al ferro el al foco et radicitús extirpare
quesla mala venenosa pianla [Compárese con
s. Luc. ix. 54. 55.]: i poreso, asLiitanienle,
peusó que era buena razón de estado, enviar
a G. Contarini, uno de los que tirmao, uno
de los Apéndízes que be añadido a este lomo.
Paj. H8. r. 23, .casas-, es Ul vez errata
por cojas.
P. ii9,r. 2. efectos: laed.ant. diztaffcc'
toi. I en el r. 14. me pareze que debería de-
lír, 'ira, i ofensa*.
P. 126. Dize, que el Papa Julio, no podía
oír hablar de Conzilio. A Clemente Vil. le
suzedía lo propio. En Carla del Gard. Loaisa,
al Emperador, fecha a 8. de Octubre del a.
1530. se lee: «Señor , en otras letras he di-
>clio, que este nombre de Concilio aborresce
«el Papa, como si le mentasen al diablo.» 1
nn Veneziano dezia a su Itepúbliea: La Serta.
\'ra. dunqvein materia del concilio piió csser
77
cerlissima che dal canto di Cleiiicnh' fu ftiggí-
ta con UiUi ti mezsi , e con tutte le vie. • &c.
I a lodos los Papas , tue pnréze , <|ue les ha
suiedidolo mismo. I'eru este abon-eziiuiento
a los Conzilios , mas liien proviene eo ellos
de pereza, i miedo al trabajo, que de miedo
a los Couzilios. Si se reiine Conzilío, los Pa-
pas tieoen que poucrseen movimiealo, para
gauar, i atraerá si, cuantas pct-soiias inter-
vengan CD ¿I: tienen que sobornar, prometer,
engañar, e inventar todo jénero de perversi-
dades , para que las dezisiooes del Conzilio
salgan a medida de su deseo: i esto, no se al-
canza sin trabajo, i vtjilanzia: i trabajar i vi-
jilar, nnuca gustó a los Itomanos pontiíizcs.
Esa me pareze la razón prinzipal, que tienen
ellos, para no gnstar de (Conzilios. I en nada,
a mi ver, se muestra mas el candor, i buena
i senzilla intensión . JeEnzinas, i de todos
estos reformistas del siglo xvi, (asi los que se
tlamaban protestantes, como los reformistas
romanescos, cualLoaísa, Guerrero, i otros);
que en haberse persuadido, de que la ren-
nion de un Conzilio, enmendaría todos, o mii-^
chos, de los siniestros, que aflijían a la Igle-
sia Cristiana. No se ha visto jumas, asamblea
o junta ninguna de Obispos í jente de Iglesia,
entre los mil quinientos ochenta i zinco Con-
zilios (I), que cuento, con el que dize PioIX.
que reunió para lo de la Conzepzion; que no
78
haya aumentado los males , antes que reme-
diarlos. El Conzilio de Trenlo , que comenzó
el a. 1545. bajo Paulo III., i acabó el a.
1563. bajo Fio IV., i que costó previamente
22 años de pretensiones a las Potestades se-
culares para reunirlo, i otros tantos de arti-
mañas a los Papas para diferirlo; con sus al-
ternativas, nos demuestra , que en él, no se
trató de otra cosa , sino de hazer hablar al
Espíritu Santo, a medida de los intereses de
cada cual. Los Papas , i su Curia , temían se
mermase su omnipotenzia , i sus gananzias:
los frailes, sus privilejios i gozes : mientras
que los Prinzipes , deseaban sobreponerse a
los clérigos ; i los Pueblos , sacudir de sí ,
tantos abusos , i vejámenes clericales. Asi ,
los Teólogos enviados al Conzilio, se pusieron
a disputar , unos para destruir , otros para
consolidar, bajo forma de dogma, un número
de opiniones privadas, o abstrusas, de nin-
guna importanzia moral , ni cristiana. Los
deseos de los pueblos, enlonzes, parezían in-
clinarse , a una reforma radical de las cos-
tumbres: a pedir el matrimonio de los cléri-
gos, como siglos atrás; la comunión con pan
i vino; la liturjia, o misa, en lengua vulgar;
la supresión del culto de imájenes, i santos;
de frailes, i de purgatorio; supresión de in-
duljenzias, i días festivos, que no fuesen do-
mingos ; que no se llevasen a Roma las cau-
79
si\s, cu vil¡|icnilio delajusUzía ,¡ con (Inño
de tos fíeles; que no interviniesen dineros en
cosas de rcliiion ; i otros abusos, expresados
en los Zien Gravámenes, que presentaron en
la Dieta de Nnreiiiberga los amigos de reror-
mas: — pero, como esos abusos , eran [i son],
la mina de poder í riqueza de la Corle Roma-
na; los Vapas hizieron de modo, que elCon-
zilio de Trento, en vez de ocuparse en I» re-
forma de ellos, emplease sus Sesiones en re-
citar el Credo , en disputar sobre la grazia,
en defender la autoridad leob^jica de Aristó-
teles, en estnblezer los grados de parentesco,
que impiden el casarse , en probar que la
confesión auricular es mui anligun, i que los
Patriarcas del Antiguo Testamento se confe-
saban, puesto que en )a Vnlgata btina se lee
muchas vczes confiteor, coii/í(eniini, '\confile-
bor : i todo esto con ima claridad de estilo
parezida al de los Tatizinios dü Uelfos. Soto,
Catarino i Vega, p. e., que fueron tres teó-
logos que disputaron más, azoren de dogmas,
en el Conzilio , escribieron uno contra otro,
cada cual sosteniendo, que su opinión , era
la del Sínodo ; sinembargo , de que son lan
conformes, como uu triángulo i un zirculo.
I si los que jugaron una parte tan prínzipál
en el dicho Conzilio, no se entendieron, ¿quó
suzederia a los otros? Es un hecbo innegable,
que discordando los l'adrcs, la mayor parte
80
lie las vczcs, en la coiupüazion de Cánones i
Uccrelos ; íai nienrsler quitar nnas vezes,
añadir oirás, i usar de expresiones ambiguas,
fiara conziliar lodos los parczeres. Por eso
*io IV. prohiiiió obsolu Lamente a todos, eo-
mcntar el Conzilio : i jiara iaterprelár sus
oiuclias oscuridades , formó una Congrega-
zion de Cardenales, que lo declararon eomo
le dio la gana. 1 sus declaraziones , casi to-
das soD contrarias al Testo , como la glosa
al Decreto: i , [o que es mas particular, esas
declaraziones , son contrarias una a otral
Pero esto no quita, que la dicha Congrega-
zi(!in, aun lioi , sea la brújula con que baze
su rumbo la nave de Itonia , para acarrear
dinerns, i cargarse con el poder i dominio
universal de la Iglesia, esclavizando cuantas
naziones la obedezen. Además las tales de-
claraziones son táu absurdas i ridiculas, que
cuando el benedictino Pedro Vizente Mani-
lla las imprimió en Salamanca; la Curia se
avergonzó, i negó que fuesen suyas. I aun-
que, por antigua costumbre, se publicaban,
además délos Cánones de los Conzilios , las
Actas de ellos, .es dezir los discursos de los
Padres, i otros Documentos de sus discusio-
nes, en lo relativo al Conzilio de Trento, co-
mo tenían gran interés los pontífizes en ocul-
tarlo, se valieron del zelo de la Inqnisizión,
i de los jesuítas , para destruir cuantas me-
81
morías inéditas les Ita sido posible , i liustu
aquellas , impresas en países obedientes al
Papa , i con las aprobazioues t lizenzias re-
queridas, para su publicazíón, las han becho
raras, de propósito. De suerte , que el tal
Conztlio de Treiito, se impone por leí en Es-
paña, i otros países, envuelto en un misterio
relijioso , sin enterarnos de su orijen , ni de
so bistoria , i llamándole siempre santo , i
sacrosanto, se le dá mayor autoridad que al
Evanjelío. En vez de reformar los abusos
introduzídos en el orden eclesiástico, elCon-
zílio de Trento no ba hecho mas , que des-
conzertár el gobierno de la Iglesia, sujetán-
dola a leyes desconozidas de toda la antigua
edad: i si acaso, se dize, que enmendó algu-
nos abusos , considérese también, cuan gran
número de ellos sanzionó, que antes se mi-
raban como abusos , i que con tal sanzión ,
pasaron a ser derechos lejitimos. La sujezíon,
pues , a la inralíbilidád buraanii dogmática,
en materias de relijion, azeptada ziegamente
por el hombre, contra el aviso intimo de su
propia conzienzia, es a mi ver, el orijen de
muchos de los males, i extravíos en relijion,
que luego no te es dahle evitar : i esa suje~
zión a la infalíhilídád humana dogmática, se
sanziona con esas reuniones llamadas Conzi-
líos : i ya Enzinas lo reconoze , segim puede
verse en la paj. 154. cuando observa , que
83
suyo: 'Sienlroen Boma, akorcúré ai Papa*:
i acabado asi lastimosaineDte su pontificado
Clenieote W\. qae se paxificú Inego , roo su
amigo Carlos V. En el negorio de ia pu ,
después de) saco de Roma , siniú al rapa
de dipiomálico, i Nubxío ea España, el Car-
denal Farnese, qoe es el mismo nombrado
luego en la pajina 452., renglón 4. con las
vnzes, *egle Papa Paulo Ursio», nDelofar,
desdecía. i554., al 1549.
Paj. 154. La Dieta de Ralisbona ahí nom-
brada fué la del a. 1341., i en el r. 17. la
voz SoJ», pattie errata, por Todo.
Paj. 136.' tn el epígrafe del Cap. la voz
oreias esdel ant. ej.-— I si Carlos V. hubiera
hecho caso tan solo de lo que se diie desde
»^«i , hasta la paj. 140., habría cumplido
" pie con las oliligazioiips de Prin-
, En t!uaiiln a lu «jiie c-l auiór
fcn la paj. 141., confrontado en
n el EsitíIo de Guerrero, se erhani
>le es, a la vez, moderado i e^a^to
ío.
'•- En k\ r. l(\. parezesttbra «i ar-
'-( Rep.- &c.
-46. Se arhaca en ollas a losPon-
r perjuros. í'.rm Uj mismo qiif
,.| ¿aJito. i \<i;(nilo delperjnrio,
«-niiiun a Papas, i a
la nuestro ael siglo
84
pasado , puso en boca de un perjuro estas
palabras :
«Lo que a tm trono condute. o no ei delito,
o noel detilo vil.' &c.
i es másiniD, horrible cuanto se quiera, pero,
en el día, convertida en prinzipio de Derecho
Piiblico, en el CádigD de lofl tiranos eclesiás-
ticos i seculares. 1 ojalá no fuese así. Los jo-
ratnentos debían supriiuirse del todo , pues
las objeziones morales contra el juramento,
son indestructibles, aun preszindÍL>ndo del es-
preso mándalo consi^i&do en el Rvanjelio.
til ínutilídail del juramento es palmaría.
Los hombres de bien, sin jnrár , dirán siem-
pre la verdad: i los malvados , si les parcze
venlajoso,harnn veinte perjurios en unahora.
En lapaj. 446. r. 8. la ed. antigua pone «i,
que confunde, a mi parezer. Ademas si fuera
adverbio aDrniativo , estaría escrito , assi, o
ansi. Puede haber otra errata. PlátÍ4:a, ant.
por práctica.
Paj. 149. Las vozes: <I esto hasta a que,
deben, a mi ver , enmendarse asi : 'I esto ,
haata at/ui, batte* &c. Dos renglones antes,
la ediz. ant. ilize: compuestos, voz que puede
referirse a eáponet: pero yo la correji, reü-
riéndola a la de palabras. El periodo, de to-
dos modos, queda confuso.
Paj. i51. kl prozedér del Emperador, era
igual, al del PontíGze. Carlos V. quería ser
85
dueño absoluto de Italia, i seconduzía arte-
ramente con el Pontílize-romano: i este mag-
nate , se conduzía arteramente con él. La
misma dramática maldad , está boi pasando
a nuestra vista , (maso menos modiflcada)
entre el Pontifize-romano , i los Emperado-
res, que le afirmaron en su solio. Los frutos
son, el Concordato con Austria, el que se es*-
tabiezió con España , i la avenida de falanjes
de jesuítas ijesuitesas, que lian inundado el
mundo, apoderándose de toda cosa buena, o
creando para sí propies, un comunismo^ que
a medidil que les proporzione toda clase de
goze i poder, excluya, al que no les pertenez-
ca, hasta de la esperanza de salud presente
i futura. El que haya leido los Diálogos de
Platón en su Tratado de República^ conozerá
cuanta fuerza tiene ahí la zita de Enzinas.
Paj. i 54. Sus primeros renglones , o por
elipsis , o por alguna errata , no están mui
claros: i pienso, que en el r. 5. debería de-
zir tienen, en I. de tiene. — Esta paj. i la si-
guiente, mueven a recordar el cap. xxx. de
los Proverbios: porque una de las cosas, que
jamás dizen basla^ es la codizia i avarizia cle-
ricales. Los clérigos son una casta de hom-
bres , que tienen unos dientes como cuchi-
llos, i despedazan con sus quijadas, i se tra-
gan los desvalidos de la tierra , i los pobres,
de entre los hombres ; i se limpian luego la
37
86
iioca, ¡ diícn, que no lian comelido mal nin-
guno; porque esjejite que se tiene por pura*
sin estar lavada de sns manchas. I en cuanto
a la ereenzia de los ck^rígos (n lo menos, de
los de España) en olra vida, diré solo ahora:
que a tres clérigos de diversas edades , que
Ío conozco, i el uno de avanzados años, les
e preguntado; i todos tres me han respon-
dido concordes , viniendo a dezir , que en je-
nerál, los clérigos de Espaiia son lodos Sa-
duzeos en este punto. Kingnno de esos tres
clérigos, son amigos de calumniíi, omurmu-
razion , ni de sueltas bocas , o costumbres.
En Roma, oí lo mismo 3 otros clérigos. I con
las palabras de Bnzinas notaré, que tus obras
i costumbres confirman lo que digo , i me di-
jeron. Nótense los tres r. primeros de la paj.
156. para conozer toda la intcnzion de la
zila hecha de los Diálogos Socráticos. En
ellos reprneba el filósofo griego , esa nmns-
truosa opinión de aplacar a Dios con dinero :
opinión elojiada i defendida diariamente , i a
todas horas , por los clérigos de España.
Véase el Diario Ofiziál de Avisos de Madrid,
cotidianamente cargado de las pagas fuertes
que se dan a los clérigos paraque canten, i
rezen, por las almas de los muertosl No sé,
si Icen en ei^os ejerzizios , el vers. 37. del
Cap. viii. de S. Marcos. Entonzes, harán una
rechifla mayor del Evanjelio. En esta misma
87
paj. 156. se meoziona la liga , que quiso
iiazvi-, o.liizo a medias , Paulo III., contra
el Emperador, auoándtffie con Frnozia, Sui-
za, i Veiiezia. Hai una elegante Orazion de
Monseñor tle la Casa, cuyo título es: Orasione
di Monsignor Gio : delta Casa per muovere i
Venesiani a collegarsi col Papa , col Ré di
Francia, e con gti Svizseri , centro Vlmpera-
tor Cario Quinto, luui notable por varias ra-
zones, en particular, por ver lus miserables
ideas relijiasas de este Docto, tan zelebrado
en su tiempo. En ella dize Gasa a los Vene-
zianos: che in ogni modo tari sempre la chie-
MI nimica deU'Imperatore : i que el Empera-
dor , estaba pertinazmente dezidido a humi-
llar i aniquilara la Santa Iglesia: i que esta-
ba sediento de la sangre del PontíGze, por-
que aun no se había saziado con la del mi-
sero Duque de Pútceaza [i llama misero Da-
ca, a Pedro Luis. Véanse en los Do$ Trata-
dos , de Valera , las pajs. 217-25.]: i de los
españoles, dizc, (¡uc sou jentes bárbaras i sin
leii barbare gentt, c senza legge. ), aunque,
yo no negaré a Monseñor , que solo jentes
bárbaras , pueden cometer la barbarie , de
tener por Vize-Dios al Pupa; i que los espa-
ñoles nizieron en Italia , i en otras partes ,
cosas proprias solo de jentes bárbaras ; to-
davía, no meparezc, que elOradúr Bomano,
maestro i dechado de Monseñor , si hubiera
88
sido Obispo , habría compuesto una Orazion
ÍQziladora a la guerra enlre cristianos, a lo
menos de nombre; tan cuajada de falsedades
claras , eomo las suyas. Pues falsedad , i
Ijrande, es dezir, que Carlos V. tao fanático
I superstizioso , deseaba quitar la vida al
Papa, i arrancarle el alma [la vitact lo spiri'
to di sua Bealiludine appelitcé]. Carlos V.
deseaba dominar en Italia, como hoi baze el
EmperadAr de Austria , con la bendizion i
gusto del Papa; pero como se halló, frente
a frente, con Papas mas reházios, i mas am-
biziosos que Gregorio XVI. i Pío IX., se va-
lió de otros medios de los que boi podría
usar. Los tratos de las mujeres con los Pa-
dres jesuítas , no eran medios omnímodo»
de gobierno enlónzes, cuando Europa estaba
aun llena, o preocupada ile las cubaiterescas
ideas que pinta Zervanles en la mas leida de
sus obras. Por eso Carlos V., a In liga de
Paulo III., respondió protestando solemne-
mente contra las sesiones del Gonzilin en Bo-
lonia, I publicando el Interim , en Alemania
el a. 1548, del que el Cardenal Famese (al
dezir de D. Diego de Mendoza) observaba ,
• que era preziso hazer entender a V. M. có-
mo en el Interim bai siete, o ocho herejías" :
i las dos operaziones , no dejaron de influir
en el ánimo del Papa , que aunque sagaz , i
lleno de laienli;, era agorero, como lo eran,
89
o afectaban ser , en aquellos dias , lodos los
clérigos, creyendo en el influjo de las cons-
lelaziones, sobre el resultado de las acziones
humanas. Asi , D. D. de Mendoza escribía :
«Es venida la cosa , a que hai mui pocos
«Cardenales, que conzierten negozios , aun-
«que sea para comprar una carga de leña ,
«si no es, o por meaio de algún astrólogo, o
«hQchizero.» — Ahora Carlos V. hubiera pro-
zedido de otro modo , propio del fanatismo
sin coraza i capazete.
P. 158. al r. 15. la voz mimdária o man-
dária (pues no está claro el ant. imp.), es
poco usada, i pareze provenir del lat. mun-
dialis: mondarias dize en la paj. 255. Véase.
Paj. 162. Ñola, lector, la noble, i zierta,
i santa verdad con que comienza esa pajina:
«La Majestad de Dios , no quiere ser defen-
dida con nuestras fuerzas , o armas.» — La
libertad relijiosa , es un derecho de todo
hombre, i un derecho sagrado , i terrible ,
porque todo hombre responderá a Dios en
su día, de su fé i relijiou , i relijiosidád: i si
estas cosas no tiene, suyas propias; sino en*
señadas, i con zeremonias practicadas, por-
que su padre, i su madre, i su clérigo maes-
tro , le acostumbraron a llamar relijion a la
fuerza de la costumbre , i a las armas de la
violenzia; i si piensa tener relijion, cuando
solo tiene hipócrita i superstiziosa intolerari'-
.
ao
zia; ciilonzcs, esc Loinbrc , uo lia peiielrado
aun el espiritn del Evanjelio, niel signiüca-
(lo déla voz rclijion.
I'aj. 1(>5, Impresa romo la cdiz. antigua:
mas pareze , que deben punluarse los zinco
renglones primeros , con ¡ulcrrogazion , «
admirazion: «¿i que no.... hombres?- &c.
Pais. 167.-170. Sobre su conlenido , digo
lo mismo, que escribe alii el aulór en el r.
l.delap»]. 171.: 'Todo c»lo e» verdad, co-
mo lo testificará algún dia, el fin qitc tendrán
ettat cosas. I aAado , que a los qne llaman
protestantes i herejes, deben los romanistas
del dia, su mayor cultura, i dezcnzia de cos-
tumbres: pues antes que se constiLnyeseti cu
cuerpos respetables, i en iglesias cristianas,
esos protestantes , i esos herejes , los obe-
dientes al Papa de Itoma , en instmczion i
buenas costumbres, eslaban mucho mas atra-
sados , o eran mas dignos de zensura. Eslo
pareze innegable.
Paj. 186-87. Dizc ahi el autor, qucd qne
sea Papa, ha deser hombre señalado i famoso
en todo jcnero de bclliit/uerias, &c. Esto es,
a mí ver, zierto , aunque el dicho parezca
duro i rndo. Losquehoi viven, observen im-
|iarzialniciitc lo que hazcn , i pueden bazer
liis Papas, en las actuales zjrcuirslanzias del
mundo, queriendo eoiiscrvar (como de cllu
dan unirstras; , el [ircdominiu de infalihles i
9*
Vizedioses» i el esplendor de Soberanos. Mu-
rió el pasado Gregorio XVI. cometiendo, p.
e. con España, las mayores bellaquerías po-
sibles. Pues no sé qué otro nombre pueda
aplicarse, a reconozer a Isabel II. implízita-
mente, teniendo en su Corte Ajentes diplo-
máticos de ella; i al mismo tiempo reconozer
como rei de España al Pretendiente D. Car-
los, i ayudarle, de varios modos, en la guer-
ra zivil con que el santo Prinzipe estuvo des-
trozando por seis años a España. Lo propio
hizo el mismo Gregorio , con los Estaaos
Pontifizios. Saqueaba a sus subditos , para
enriquezer a los Austríacos: i mas bien que
Papa , podía habérsele llamado , Inlendenle
jeneral del ejérzilo auslriaco en llalla. I es-
tas, no son las únicas gruesas acziones su-
yas , que podemos llamar bellaquerías. Le
suzedió Pío IX. que conmovió toda Italia ,
afectando ponerse la tiara, sobre un birrete
tricolor: pero , luego , mostró que le ame-
drentaban los italianos , amigos de libertad,
i escapándose una noche , disfrazado , para
engañarlos , se fué al reino de Ñapóles, i se
divirtió luego, haziendo que un perjuro ad-
venedizo hiziese bombardear a Roma, mien-
tras él pisaba por juego las banderas de los
españoles , que habían ido allí armados , a
besarle los pies , i a arrodillarse delante de
él. Después de este negozío de sangre , dijo
92
al Embajador español, que le felizilaba; «(|ue
Isabel II. hazía la felizidad de Espaíia»; i
como sabía, que la adormezida bija de Fer-
nando VIL, dada allá a sus delizias , dejiíba
a sus cortesanos fraguar con él, Concordatos
Singues i proficuos para Roma; la envió sus
endiziones , i unos pañales para su hija , i
después una carta de Padrino para su bijo:
i tras de estos lastimosos, i públicos, i pri-
vados deportes ; ha hecho 56 Artículos de
Concordato con Austria, el a. 1855., con los
cuales, se ha provisto su Beatitud, de lasner
zesarias facultades , para ejecutar cuantas
bellaquerías imajíne , en los dominios del
Emperador. No podemos, pues, negar lave-
razidád de Enzinas, si no estamos zíegos , i
sordos, o afiliados a la Compañía.
En las pajs. 188-89. hallará el lector ver-
dades terribles, pero azendradas con los mis-
mos documentos papales. Un flamenco, con-
temporáneo de Enzinas , hablando con los
que se llaman Católicos, les recuerda cómo
hablan tratado a los Evanjélicos, persiguién-
dolos, encarzelándolos en calabozos oscuros
i hediondos, i por fin , quemándolos vivos ;
solo por el crimen de que no querían creer
en el Papa , o en el Purgatorio , o en otras
semejantes cosas , de las que , ni aun los
nombres se hallan en la Escritura.
Paj. 193. r. 7. donde dize imiota^ton, el
93
iiiip. aiit. pone iiiHocaciott, i|iic [larezc errata
clara. Lo mismo ene) r. il. he quitado tres
letras. El unt. dize: 'gobierne de lal manera
que los cosejos de viicslra* &r.
Paj. 19S. r. 111. acojescii. Asi el aiil. im-
preso: i no veo la razoaponpié do liabiamos
de deiir lioi lo mismo.
Pajs. 209.-211. Lo que en ellas se dize
es mui ziertn, i por no alargar estas Notas,
DO aduzco las antiguas pruebas de ello. — t
tampoco se nezesita mas prueba, que el ver,
que los Papas de ahora, prozeden igualmen-
te, con los actuales Emperadores. En la Alo-
cuzión , que leyó l'io IX. a los Cardenales,
en el Consistorio secreto [que ellos publican
los primeros], que tuvo el 3 de Nov. del a.
1855. con motivo del Concordato con Aus-
tria; además de dezir en ella, que el Empe-
rador le habla rogado ahincadan\ente,([ue\ii-
ziesen el tal Concordato; i ademas de asegu-
rar, que el exequátur, o permiso de los Go-
biernos seculares , paraque puedan correr
con valor legal, en las respectivas Naziones
.sometidas al Papa , las disposizioncs de este
Señor ; se había desde luego anulado en el
Concordato con Austria, porque era (esto del
e3:e<jua tur), fina opinión faUa, perversa, fatal,
siempre condenada i proscrita por la Sede
Aposíólicá, i contraria enlerametite a la pri-
niasia Divina del Pontifizc Romano ; adeniiis
94
de ilezir esto ; en la Aiocuzion [valgámunos
de las palabras de Rnzinas , paj. 210.]; no
d^a cosa que le ¡ludiete $crvir , para teiteiie
bienalado, tanto, que twnca ha habido esclavo
ahorrado, tan fuertemente obligado a su amo,
como lo está koi en día el ¡imperador al Obis-
po de Rama.
Paj. 216. Compárese con la pñjina 325.
leyéndolas atentamente.
Paj. 222. r. 2. aparato: en el ant. impre-
so, por errata, apara-.
P. 225. r. 5. hai otía errata en el ant. tío:
en lugar de, nos la había &c.
Paj. 233. La Comedia que zila es el ¿V
nuchó de Terenzio, el ver$o, es el cuarto del
Acto 1. Sccna I.
'Excliisit: revocat: redeam? non, si me
obsecret.'
En el r. peni'iltimo, de buena gana habría
corrcjído: n* tenían ya; pues va hablando en
plural de todos los Papas.
Paj. 255. r. 2. tacaño , está ahí en la
azepzión de astuto , picaro , bellaco , i que
engaña con sus ardides i embustes. Ai r. 21.
volvemos a encontrar la voz moiulária , que
vimos en la paj. 158., por ramera, o mujer
piÜblica, del lat. mundiaiis.
P. 236.-57. Compárense con lo que el M.
Melchor Cano dízc en su Parkzkr , puesto en
el Apéndizc. Eneslas, i laspájinassiguien-
95
tes » eslá bien i francamenle expresado , el
andamento con que se ka ido aflrmando el
Poder del Pontiiize romano, halagando me-
relriziamente a todo IVinzipe secular, Iiazi-
endolos compartízipes en gananzias eclesiás-
ticas, i mañosamente, de paso , haziéndolos
únicos recaudadores de ellas, sujetos, i res-
Sonsables al mismo Pontirize. — De la Bula
e Cruzada, por ejemplo, rezibe el Papa unos
millones , sin quebraaero alguno de cabeza:
porque el Rei de España, es para el caso, su
Apoderado , o Administrador, teniendo ade-
más el Papa, en el Comisario de Cruzada ,
que siempre es un clérigo mui mimado por
¿I, un inspector seguro i íiél. — ^Lo que dize
en la paj. 238., azrrca de los Nunzios, es
solo notizia breve. El Nunzio del Papa , en
España, tiene, a costa de la nazion española,
casa i mesa pagadas , i además multitud de
derechos , o séanse , sumas de dinero , por
las firmas con que autoriza innumerables i
escandalosos negozios en que interviene : i
estos Nunzios, como dize Enzinas , eonozen ,
espían, oyen, veen, tientan, i prueban todas
las cosas; i esto, pasándose mui buena vida,
i llevándose luego a Roma bastantes miles
de duros, para ser nombrados Cardenales.
Paj. 240. Nótese, que cuando el Empera-
dor se quejó a Paulo III., porque babia lie-
dlo Cardenales , o quizios de la Iglesia , a
96
esos iiianzebos; responiliú, que lo mismo ha-
bían hecbo BUS preilezesores ; i que aun ha-
bía ejemplares , de niños , que fueron nom-
brados Cardenales, estando mamando. Ales-
nattdio Fnrnete, era uno de esos manzebos,
que nombró Cardenales , í al cual atribuyen
el intento de haber querido envenenar , a
varios Ministros del Emperador , para aven-
tajar los negocios del Papa. Véase a Itanke.
l'üj. 241. r. 5. viar. Me pareze errata por
usar: pero la dejó , porque puede ser otra,
la correczion que deba hazerse. La voz di-
fisilima, no era, de seguro , un arcaísmo en
tiempo del escritor, aunque la ufiasen pocos.
P. 242. r. 41. He conservado la zedilla,
con que viene impresa en el ej. antiguo la
voz fama, porque nmestra, que niucbos de-
rivan la voz de fardo, is., como observó ya
Covarrubias: i no del otro verbo for , farU.
de donde prozede la voz farsa. Véase en (V
varrubias, ademásde la voz, la áe, farandulero.
P. 243. Compárese con tas pajinas 522-25.
P. 244. r. 10, Glej. ant. dize: «esta parte
de la Propheciala q los pios» &c. lo cual lie
correjido como ahí se vé.
P. 249. r. 7. -EA que le lia». El ej. ant.,
*EI que se ha mostrado* &c.
P. 256. r. 20. «Confiesan bien. &c. En
ct Ai'BNDizE puesto en este tomo , tiene el
lector pruebas innegables de esa Conresion
97
particular i piifr/ica, de Prinsipes, i de Sazer-
doles; i de Ules, que se confiesan í declaran,
h\ mismo tiempo, por sábdilos obedientisi-
nios del Papa. — La coasecuenzia, que de tal
Confesión dedtize luego Enzinas , en la paj.
257. siguiente, es lan perentoria como lóji-
ca. <Si conozeís ahora (les viene n dezir], i
coDfcsaís, que hai abusos, i errores, en don-
de antes no los habíais tiesciibierlo ; no po-
déis negar, que habrá (anibicn otros errores,
i otros abusos , vistos cluramenle por otros
hombres, i que vosolros no veis todavía. No
persigáis, pues, a esos, porque ven los erro-
res, que vosotros novéis. — En ese argumen-
to, se euzierra una razón fuerte de libertad
relijíosa , i en respetar ta libertad relijiosa ,
se ejerzila el mas noble de los deberes cris-
tianos: la caridad.
Paj. 265. El que la lea sinzeramente, re-
pasando en su memoria la condición i zir-
cunstauzias de aquellos couozidos, o amigos
suyos, alabadores del Papa hasta ponerle en
las nubes; no negará qne piensa , lo bazen
contra sus proprias comziensias. Yo, por lo
menos, conozco a muchos, en España , aten-
dido el número de mis conozidos , que pien-
san , azerca del Papa , otra cosa de lo que
aparentan.
Paj. 266. Sobre Bonifazio VIH., ahí zitado,
véanse las pajs. 132.-55., en los Z)os Tratados
98
!)or Valera:! en Llórenle Retrato PolUico de
ot l'npat, las pajs. 99.-107. ilel t. 2.°
Caj. ¿67. r. 13. «atacan i desatacan le-
yesü . Pudiera pareicr errata, por acatan i
deíacatan, si no viniese luego la voz alados,
i otras.
l*aj. 2C9. r. 20. l'areze, que debería ilezir:
•¿Porqué han ediricado* &c.
Paj. 271. r. 5. «se levantarán*. La edil,
aiil-, por errata clara "se levantar*.
Paj. 272. Si alguien se escandaliza de leer
abi, que Paidn 111. tenía uua vida niui suzia;
será porque no haya leído nolizias de este
Ponlilize.
Paj. 275. r. 13. "¿no les pareze* &c. En
el penúllimo r. de esta pajina puede verse a
quien se refiere este Íes. Las pajinas 27(>-79.
las anotaría largamente , para mostrar , la
ninguna etiinienda, queliai, en las cosas que
se tildan en ellas: pero estas Notas, van a-
bultando yu muclio , i debo concluirlas zi-
ñciidolas todo lo posible. Baste dczir, que
boi se sacan millones en España, por las ló-
jias jesuíticas, con el pretexto de remediar
hambres, miserias, &c. que los clérígosem-
Slean luego eo sus objetos de propaganda, i
e superstizioiies, i de gulas , i laszivias es-
pafioMs, i romanas. En el r. 5. de la paj. 279.
•o podrían*, pareze, que está de mas ladis-
yuutivn. Los últimos siete renglones contie-
nen uiia grande i no regozijadora verdad.
Paj. 282. r. 10. «sino». Asi ea laediziún
antigua: pero debió correjjrse >síno*. I en
el r. i5. pareze errata la voz notoíros , por
vosotrox.
Paj. 286. La gana de hazer guerra a los
Tnrcos, la critica maestramenle Zervaiites , ~
en el Cap. I. de la II. pte. del D. Quijote ,
aludiendo, tal vez, a lo que refiere Girólanio
Negro, en lina caria. Un Bolofiés, dio a en-
tender al Papa Adriano VI. [í véase la pajina
289), que tenia que comunicarle un secreto
importante , pero que no tenía dinero para
ir hasta Roma. Messer Vianesio, amigo i fa-
vorito de los Mediéis, se empeñó por él, i el
Papa te dijo, que le adelaiilase al bolones 24
ducados, que selc rembolsarían, Hízolo Via-
nesio, i el hombre llegó a Roma, i fué Intro-
duzido ante el Papa con el mayor sijilo.
■Santo Padre», le dijo , «Si V. S. quiere
triunfar del Turco , debe alistar un grande
ejérzito , por mar i tierra. • No babló mas
palabra. ■I'erDeum», dijo el Papa encoleri-
zado, cuando vio a Messer Vianesio, «vuestro
bolones, es un gran bribón: pero me ha en-
gañado a vuestra costa». 1 el Papa, jamás le
pagó los 24. ducados. El parezer de D. Qui-
jote, se asemeja al del bolones.
Paj. 287. r. 8. «revolverse»: Es correcziotí
niia, i atrevida, i quizá pedantesca. Lacdiz.
100
Dniigua dize : «con que comíen^n a reno-
rersc, y atrauarse* &c. La errata que haí,
podía correjirse, «a recMioíerse- &c. pero
preferí, i prefiero , la hecha , salvando con
esta ñola la variante.
Paj. SSB. Al leer los renglones últimos de
esta pajina , no he podido menos de tener
presente, que el a. 1546. quemaron vivo en
liorna a 4atme Enzinas, hermano del que la
escribió: i le quemaron por amigo del Evan-
jeliol
Paj. 990. «consistáis,» en el r. último,
parezc errata clara , por comintait : i juzgo
que anduve nimio en no correjirla.
Paj. 295. Apesár de haber rerorniado Pau-
lo III. el Breviario , le dejó todavía bastante
escandaloso. Su plan de Itcforma de la Igle-
sia, ahí está en el Apéndize. Sa vida pro-
pia, no pensó nunca en reformarla : el pen-
samiento de engrandezer a su familia le prac-
ticó mejor, que sus planes de reformas. Ja-
más olvidó que Clemente Vil. le había dele-
nido por doze ailos , el llegar a ser Papa : i
su vejez fué, al parezer , tan borrascosa co-
mo su mozedáil, iajitada en el mar de va-
riadas pasiones. Las esculturas de su sepul-
cro en el Templo de S. Pedro de Boma , in-
dican aun touo eso.
Paj. 294. r. penúltimo. Está confonne a
la edizion antigua: pero hai errata. Me pa-
101
reze que tlebe tlezir : «en lo oiro , (aii razio
estaba [cotno] CleDienle> &c.
Paj. ^95. En el r. último, me pareze que
<1. d. >ei) Villarranca de Niza- ])orque en
Villafraiica creo se reunieron esos Priuzipes.
Por lo demás , la convocazioa del Conzilio
para Mantua fue el a. 1557., luego para Vi-
cciiza; mas uo se reunió siaó en Treoto.
Paj. 296. Compárese con el Apéodize ,
• Consejo a Paulo III.' g. g. 24. 55.
Paj. 505. El dicho de Tereniio se bailará
en su comedia Eunucko, Act. I. Se. I. v. 54.
catamilas, abi, está en la azepzion de langos-
ta , granizo , u otra plaga semejante. Con
esta zíta del fin de la Eszeoa, i la anterior,
en la paj. 235-, seconoze, que la aplicazión
esjenerál: quíero,dezir, que aplica el escri-
tor los 55 versos de ella, al caso del Papa, i
los pueblos enamoradosde él, i por él deso-
llados.
Pdj. 304. De Bonifazio VIII. véase lo que
dize Valera, pajs. 132. 55. de sus Dos Tra-
tados: pues casi todo cuanto escribe, lo toma
del conozido eucomiadór de los Papas, Bar-
tolomé Platina, autoridad que ningún roma-
aista recusará.
Paj. 508. r. 6-15. Estos renglones en la
edix. antigua , están así : «No es digna por
■cierto ni nada borrosa causa, por la qual
«os conjureys para deslruyros vnos a otros.
58
102
"Vosotros que flbDininays las vellaqucrias y
"Hialdades de los Romanistas , que os de tal
"Suerte, y emplead en tales provechos de la
"Iglesia, y de los piares, los bieues que tc-
"iieys, que no se pueda sospechar, de aquí
■adelante , que niireys mas por vuestra vti-
«lidad, y proveclio, que por el adelantamien-
>to y defeusa déla Itelijion.» &c. He varia-
do la viziosa punluazion auligua , según lo
que entiendo de ese enrevesado periodo. Sos-
pecho, sinembargn, que entre las vozes tque
os. .de', se dejó el cajista algunas palabras.
Enlonzes, podría tal vez dezir el dis. orijinal
"que osdescuideit de lal suerte', o cosa pa-
rezida.
Paj. 315. r. 14. -quedara*, párese que
debe ser futuro, quedará; pero no me atreví
a vanarlo.
Paj. 315. Los primeros doze renglones
aluden al jesuitismo de aquella época.
Paj. 319. amangla>. Es lo que llaman,
por otro nombre maná: una azúcar, o espe-
zie de miel natural, que mana o fluye de las
jaras, i otros arbustos, i árboles. Es suave ,
puteante , i parezida en el color a la azúcar.
En el Viso , i de la parle de acá de Sierra
Morena, doude abunda mucho, es donde la
llaman mangla. En las Islas Canarias, donde
también se halla, le dan el nombre de man-
gria. Kn el Cortmano del). Luis Mibín (fol.
\U. Bdiz. del5(il.) se «lizu i -lias viudas,
de UNO veñlaan , hazianles arrojar tm'agtiu
alRiaagrealada, a tus criadas, tlisienáo todas:
D. Juan, faerio deslenguado , bien estáis al-
luangreutado. > t[. d. iiatado, o rosiado c6ii
mangla, o agua manglatla: que «ra juego de
Citrnaval.
I'aj. 321. r, 5, rabato, por rebato, dizc la
ed. antigua i ci'eo fuese voz usada eutonzes,
i lio errata.
Paj. 523.-25. Todas estas zilas de la Es-
critura, scconoze que las añadiü el Dr. Juan
Perex , de su Iraducxion del TesLaniento
^ucvo impresa el a. de 1556. Véanse en él
las pajinas 751. i 612. Aquí en la pijiua
522., al renglón 16., debí dejar la \ozmim-
chas, por uiackas, que pone la ediz. antigua,
porque taintñi-n en la Irad. del T. Nuevo ,
pone 'irntehas aguaso: i en la paj. 523. r. 8.
lambieu debí dejar obomínazioncs : por estar
escrita asi la voz en la ediz. antigua, i en el
Testamento Nuevo, paj. 752. r. 10. I en
cuanto a la
Paj. 325. pondré los primeros renglones
de la traduczion del N. T. por Pérez , para-
quese confronten. "Nadie os engañe ennin-
oguna manera. Porque [este dio] no vendrá
«sin que primero sea venido el apartamien-
«to*, i que el hombre de pecado sea revela-
' i, «I mii'ten, fimn: o apo'lniia.
104
«do, hijo de pcrdizioii, c|ue es Adversario, i
'se ensalza sobre todo lo que es Ilarando
•Dios, o Deidad, hasta venir a estar sentado
•en et templo de Dios , como Dios , demos-
■ trandoBse assi mesmo ser Dios.> &c. De
modo, que las vozes assi mesmo, equivalen-
tes, a las que en la antigua cdiz. de este li-
bro, se leen, (assi mismo); son una errata en
ambas , por , *a si mismo* o, a sí propio.
También en el r. 4., aquí, debería dezir, •(>
apartamiento*; i para mayor exactitud de-
bería haber impreso, aquí i en el T. Nuevo,
de este modo. 'Nadie os engañe , porque
[este dia no vendrá] sin que primero sea ve-
nida la Apostasia [o apartamiento de la fé de
la verdad,] &c. siendo solo declarativas , i
sobre-entendidas las vozes zerradas enlre
[ ], que nn se hallan en el texto griego del
T. N.
Apbndizbs.
El contenido de la Suplicazion e Inporhí-
zioNBs. les parezerá, a los amigos de la Co-
munión Romana, atrevida en demasía, heré-
tico, e indigno de fé, i ajeno de verdad. Ua-
ziéndome cargo de esto, creí del caso, poner
aquí seis papeles prinzipales (de seiszientos
que pueden presentarse) , escritos todos ellos,
por Autoridades, que ningún romanista de
1U5
buena fé, puede nunca recusar. Eslos Cape-
les confinnaD, en diversos eonzeptos. i por
varias maneras, la verazidád i moderación,
deFrauzisco deEnzínas, i el Dr. Juan Pérez,
fresupucstos Autores de la Suplícazion , e
nrormaziones. I estos Papeles sod al propio
tiempo claras muestras, de los rastreros i
prepósteros discursos del hombre, que des-
entendiéndose, o no recordando vijilanle, los
prinzipios del Evanjelio, al querer seguir la
retijion, o tratar de ella, se envuelve en con-
tradicziones i absurdos de que no sale jamás,
o desechando toda íé , hipócrita de relijión,
la aparenta, solo por interés.
Erasmo, que es el gran Escritor del siglo
xvi. , se propuso prinzipalmenle combatir
las doctrinas vizíosas que se enseñaban en
las Universidades i Escuelas, porlosmaes-
tros i prácticos en ellas, que eran los frailes.
Erasmo nunca fue hereje, ni reformador an-
ti-papista , ni podía serlo. Los enemigos de
Erasmo , al aparczér Lulero , exclamaron :
■Erasmo puso el huevo , i Lulero le fecun-
dó» : pero éste es un dicho , comparable al
otro: si Lyra non lyrasset, Lutkerus non sal-
tassel: i que nada prueba , sino el interés vi-
vísimo de sostener el error i los abusos, por
losquese encuentran bien hallados con ello:^.
El Cardenal Bembo, amigo de Erasmo,
moba cpislolaccie a las de san Pablo, por de:
lOtí
lirezio; i fraile hnho ya, ([itu dijo ser s. l'ablo,
el apóstol de los herejes , por miedo a esas
niisiiias Epístolas. El Cardenal i el fraile, ¿se
proponían el mismo Gn, que los que en Eras-
mo i Nicolás de Lyra, afectan ver projeoilo-
res de Lnlcro? Quita no; mas indeliberíida-
menle contribuían a él. Pero, dejando ahora
esto; Goiitra Erasmo se levantaron a escri-
bir muchos frailes fiainencos, franzeses, ila-
liauos, i españoles, i de otras iiazioaes: i él
luvo que defender asi, i a sus escriloí', con
virins Afolojiai, que compuso. De una de
cllaü, cuyo título es: *Bes. Etasmi Bolero-
dami Apoíogia adventis arlicvlos aliqvol per
monachoi quoidam tn Hispanijs. exhibilos*,
dedicada al Inquisidor Jenerál D. Alonso
Manrique, Arzobispo de Sevilla ; es traduc-
ziún el papel <|ue ahí se publica. En el no
está traduzido, síuó el Preámbulo con que la
diríjió ii| Inquisidor, su ami^o , i la zcnlési-
ma i postrera respuesta que dñ en la dicha
Apolojía (que contiene a 100 objezioncs, ItHI
Kespuestas). Por dos razones imprimo eslu.
La primera, porque puede ser os» tradnczion ,
un trabajo de Alfonso Valdés, o de su her-
mano Juan. Ambos eran muí amigos , i apu-
sionados amigos, de Rrusmo: i en una caria,
que escribió A. Valdés , a Eriisnio , el a. de
1.^27. fecha en Knrtjos a ¿S de Noviembre le
dize: ■ilAeijorim Im Curluf, pitra el Zesttr. ct
107
(7afi3t/¿t'r [Mercuriao GalUuara] ambos Arzo-
bispos [Fonseca, i Manrrique], i las que ve-
nían para mi, i detnás amigos, con fecha del
28 * de Agosto. El Zezar leyó tu carta Lati-
na, mas traduzida al castellano por mí.» I,
como por esta misma carta de Valdés, vemos,
que siguió puntualmente Erasmo, cuanto en
eila le aconsejaba, sobre este negozio <Ie su
Apolojia , i también lo mucho que le ayudó
Valdés en todo él; de ahí puede conjeturar-
se, que el mismo Valdés, o su hermano Juan,
tradujeron esa parte de la Apolojia. — La otra
razón porqué la imprimo es , porque vinien-
do zensurada la obra de sus Coloquios , en
el Parezér a Paulo III. publicado diez años
después , escrito por hombres mui doctos ,
que mentían adrede en él , contra Erasmo ;
se eche de ver el fruto que este doctísimo i
piadosísimo hombre sacó, de esconder parte
de la luz de su pensamiento , bajo el modio
del contemporizar con las pasiones e intere-
ses de los poderosos. Prozedió probablemen-
te de buena fé, i no por timidez i avarizia ,
como se dize en el Pasquino in Estasi (aun-
que no en el Pasquillus Ecstalicus): porque
juzgó que la frailía de entonzes era compa-
tible con el Evanjelio. Pero él soñaba en la
existenzia de la frailía primitiva de s. Pablo
* El oriiinál dize: 5 Cal , Sepíemhres, 28. Agosto ; i alguna
carta de esas tendria tal fecha; pero lu que escribió al Emperu-
dór, tiene la de Basilea. 2. de Septiembre de 1527.
108
i 8. l'acoiuiu , i la coiifíiudia con la <1e sus
lieupos, i los nuestros ; con esa frailía alii-
garrada de los zerquillos , o con la otra ,
peor aun, de los Iñiguistas, de alio bonete i
negra sotana. 1 laniLien , debe coafesarse ,
que si Erasiuo temió a estos, i a los otros;
hizo lo mismo, que hizieroo todos. Los temía
Carlos V., los temían como a tábanos, sus
Ministros, ipor «u descarada iniolensia, por
íut degenfrenadoi termones , por el desprezio
qae hazian de la auloridad de los frinzipes,
i de los decretal de sus Senadot; fiándose en
la hoheria del vulgo , qve venera sus vestidos
i capillas». I asi se lo advirtió Valdés en su
carta. — I aunque oíros españoles eran mui
afectos a Erasmo, i cualquiera de ellos pudo
ser el iraduclór de ese pedazo de su Apolo-
jía, pienso que A. Valdés era el mas intere-
sado en hazerlo , porque él habia pedido, por
una Exposizion , escrita en castellano con
gran eleganzia , según Olivér , que se le en-
tregasen les CapíUilos de acusazion contra
Erasmo , para responder a ellos. A. Valdés
era mas brasmiano que el mismo Erasmo, se-
gdn Olivér , que dize: <■ Atisim cgo diccre,
Valdesium Erasmíciorem Erasmo , placel Ha
toqui-. I Itiego téngase presente, que a am-
itos Valdeses les repugnaba mucho el prozc-
dér de Lutero; i esa traduczión, aunque mui
fiel i conforme a la rdizión de la Apolojín
109
impresa por Frobeii en Basilea el año de
1528. (Véanse en ella Ihs pajinas 1 — 6. i ,
Ittl — 03.) se conozG, o que se hizo de copia
autógrafa del mismo Erasiuo; o que se aco-
modó algo el Lraduclór (i esto es lo mas na-
tural) a lisonjear la inloleranzia relijiosa de
los españoles. Porque en la paj. 4., por ejem-
plo, donde viene dos vezes nombrado Lu tero,
con arreglo a la impresión de Basilea, deben
borrarse las palabras , contra las herejías de
Lulero ; i en I. de, este enemigo, poner sim-
plemente el enemigo (cum hosU): i luego,
poner: con que mayor ptazer haya habido él
(es dezir, el enemigo). I en la paj. 5. r. pri-
mero, debería dezir mas cristianamente: i a
los malos heriría, o curaría (non nígi impíos
tiel kederel, uel sanaret). En la paj. 6. d. d.
con el profeta Joñas, pues el imp. lat. dize ,
ciitn Joña. I en el r. último de lu misma paj.
encontramos otra razón, para suponer , que
el nombre de Lulero es añadidura del trad.
español. Verdad es, que A. Valdés, le escri-
bió a Erasmo: •desearía, lunibieu.que en tu
"Respuesta no nombrases a Fraile ninguno,
«sino que respondieses a lodos, en jeiierál, i
'la remitieses reservadamente al Arzobispo
"de Sevilla.* *\'eHem prtelcrea , til nullum
Itíonachum íii ea nominares , sed iii genac ad
omnes responderes, tuamquc Respomionem ad
Hispaiesem secreto milleres.» 1 Erasmo , lo
ilO
hizo asi. Gil el r. 30. de la pai. 7., he leído,
c impreso mal , pues la copia que del MS.
hizo Calderón, veo que dize así: "Contra mi
honrra i estimaxion , usa off por s'terlo muí
ajeno de' &c. i, ocupado yo en deszifrar la
übreviatura que he interpretado con la voz
ofisio; olvidé la prezedente usando. Ea el im-
presa latino dize: exenwUim invehenles vniUo
alienusimum ah* &c. Salvo pues, ahora, la
torpeza en interpretar la abreviatura , por
ofisio: i coofieso que no entiendo la frase. Si
hai error en ajeno , por ajena , enlonzes la
abreviatura puede dezir ofensa , u ofensión.
Bn la p. 8. r. 3. la voz temerosos, q. A. ,
formidables, qve causan tctmr. En la p. 9. la
voz roya, por roa, es del MS.: i en el r. 18.
la palabra actos, no está en el latino, donde
la voz scriptis, sirve a tres periodos, sobran-
do, por consiguiente , la voz obras que está
ahí, bajo de la de actos. También es del lodo
direrente la puntuazíón del orii. latino. En
la p. 10. , el r. 9. alude indudablemente a
Alfonso de Valdés , Secretario que fué de
Cartas latinas del Emperador : aunque sobra
la voz uno, conforme ai lalin que dize : «/i-
beltiis huc per Ctesaris Secrelarinm missiis :
pero el traductor sabia mejor que lírasmo ,
en qué pais estaba, i que si hubiera puesto
literalmente el Srio. del Emperador, el Nun-
ziu dol Papa podría achacar otro capitulo de
III
culpas aValdé». Los r. 10-13. de la misma
paj. 10. soa advertGiizia del Iradiiclór espa-
úol. El NalalBeda, o Uedda, ahí nombrado,
filé un Teólogo parisiense, Rector del Cotejío
de Monte-agudo [Montia aevti] , i{ue publicó
el a. 1526., en París, doít Libros contra los
Comentarios de Pabro, a los Evanjelios i E-
pistolas, i otro lerzér Libro contra las fara-
phrasis de Erasino: los cuales, poco después,
se reinipriniieron ea Colonia. 1 el a. 1529.,
el mismo Beda , publicó su Apohjia contra
los Luteranos clandeitinon (sin duda tildaba
a Erasroo, por lál}:i otra, azerca de las hijas
i nietos de Anna, contra Fabro : i, antes, el
a. 1519., ya se había entretenido, en publi-
car contra el dicho Fahro, i Jndoco Clichto-
veo, su Tratado de la Única Magdalena, Se
cree además, que él fué el Autor del Tratado
anónimo, imp. en Paris, intitulado: fíeslUu-
It'o m inlegrum Itenedicttonis Cerei Paschafis
(Veas. aFabríc.BIbliotb. Ecc1.Hamb.471R.
Eaj. 151. fol.). I, para las Respuestas qae
rasmo dio a Beda, véase el I. I\ . de Erastni
Opera. ¡Aujá. Ralav. 1706. desde la paj. 44%,
hasta la 756. [ leyendo lo de Beda i lo de
Erasuao , se conozerá bien , no solo de qué
paite está la razón , sino también , la buena
crianza, i lavcrazidád. El pobre Reda . era
un embustero poco aprensivo.
En la paj. 11. comiénzala Consolta , que
de orden del Emperadúr , se remilió a r r.
Melehár Cano , sobre : El mal estado de las
cuttidelalgletia.—los malet que Roma cau-
laba en EtpaHa.—i elBemedio que podría po-
nerse. Acaba en la pajina ü.
Este Papel, creo que no se ha impreso. A
lo menos, con las dos, o tres , impresiones ,
2ue bai. del Parezér, o respuesta , del Mro.
ano; no se lia impreso. 1 cabalmente , leer
el Parezér del Reverendo dominico, separa-
do de esta Consulta ; me pareze lo mismo ,
que leer las Supulaziones de Beda , sin las
Úespuestas de Erasmo. Daré luego la razón.
Esta Consulta se hizo , cuandu Paulo IV. era
Papa: que lo fué desde el a. 4555. a 1559.
Del teuúr de ella se deduze, que se escribió
BHles de la renunzia del Emperador: i com-
parando la paj. 15. con la 54. , donde viene
la fecha de la Itespuesta de Cntto , se vee' ,
que éste no pudo respander en el año de 55.
ü lo que se le pregontó en el de 56. Por con-
siguiente, bai error de número en una délas
fecbas de esos Papeles; o se aparentó que se
había hecho laCtinsulta , un año después del
en que se hizo. El Papel de Cano , responde
indudablcmenVe a la Consulta; i en los im-
115
Íiresos que de él he visto , siempre llev«i la
echa de Nov. de 1555. Por eso, la fecha de
la Consulta es la equivocada, adrede, o invo-
luntariamente. En la paj. 15. toca la muerte
del Pedro Luis, al cual mataron en Piacenza
el 18 de Septiemhre del a. 1547. Véase en
la Imajen del Anlecristo que publiqué eia.
1849. la paj. xxxvii. del Prólogo. En elr. 21.
misma conquista^ pareze sobrar la voz misma.
I lo que se refiere en esta i la paj. 14. sobre
el modo con que Paulo IV. se hizo Papa a sí
propio, i por fuerza; se confirma con las si-
guientes palabras de Frai Onofre Panvinio :
•fú egli finalmeníe a 25 di Maggio nel di
deWAscensiofw, dopo non lunghe, ma /ierissi*
me contentiani passate nel Canclave , conlra
voglia d'alquanii Cardinali , che forte véosla-
vano , prevalendo il Cardinal Farnese, e quel
di Ferrara, che lo favorivano co'voti di qua-
rantaquaUro Card, créalo Ponte fice , » &c*
[Véase la paj. 547. t. 2.'' Platina. Vite dei
Pontefici. Pte. seconda, Venetia. 1701.]: i
Panvinio añade, 911^ fué coronado con gran
tristeza de todos. — El Cardenal de Santa
Flor, ahi zitado, creo fuese , Guido Ascanio
Sforza , creado por Paulo III. El D. Carlos
Garrafa, era un caballero de Malta, o san
Juanista, i fué hecho Cardenal diácono, con
el nombre de SS. Vilo i Modesto. — En el r.
último alude al Reino de Ñapóles. El Card.
/
i
114
Carrafa (Garrafa), nienzioiíado en la pcij. 16.
es el zilado D. Carlos : aunque el Papa creó
Cardenales a Ircs Carrafas, Lo que en la paj.
17. se dize Patrimonio de la Iglesia , es lo
que el satírico Italiano llama:
«i7 patrimonio del Pescatore,
che ha un patrimonio come un gran Signore,r>
Juan Antonio de Tasis, fué el abuelo del inje-
nioso i desventurado Conde de Villamediana.
En la paj. 19. alude , a que fué el Papa,
quien llaniu la armada Turquesca a los ma-
res de Ñapóles. También Vergerio [paj. 389.
Scholia PauliiV. Literas.] dize: «Cüw enim
classes Turcicw . mtper aliquoties Tyrrhe-
num more occupassent , ubique pepercerunt
ciuitatilms, pagis, et nauibus suorum Papa-
rum, imó peruasit rumor apud nos, Papam
euocalurum classem Turcicam , guia nulta
alia ratione speral se posse é Neapoliúino
regno Cmsarem, aut Philippum, cui Cmar
cessit, ejicere.r> En la p. 20. r. 18. las pa-
labras »de su partean q. d. de parte del
Emperador. Paj. 21. r. 4. /br^^acío, equiva-
le a forzoso. I en el r. 7. en, equivale a,
al campo. I léase con atenzion toda la paj.
i se verá que la determinazion del Duque,
i la orden del Emperador , presuponen la
impunidad de los mayores delitos , cuando
loSoPapas los hazen. I de hecho se vio esto,
a poco ; cuando esc mismo altanero , i san-
115
guinario duque de Alba , arrodillado , besó
ios pies, o el pie , del Papa , i le pidió per-
dón. I en lo que dize, al fin , sobre salisfa-
zerse la conzienzia Real; se me ocurre, que
no es medio mui seguro , para satísfazer la
conzienzia propia , consultar a las ajenas. I
lo que resultó de esta Consulta, i el Parezér,
que respondiendo a ella, dio el Maestro Ca-
no; me confirman en mi discurso. También
se me ocurre, que quien haze la primer Pre-
gunta de la paj. 22. renglón 13., no debiera
haber sido Rei, o Gobernante de ningún país.
£n la paj. 25. r. 21. i siguientes, se descu-
bre claro, que el Emperador debió consultar
con su propia conzienzia, estos negozios ; i
no con la conzienzia de los Teólogos. Dios li-
bre a España, i a las riquezas de España, de
las conzienzias de los Teólogos: o de lo que
ellos denominan su conzienzia, I no solo Es-
paña, el entero mundo padeze males, por la
tal conzienzia teolójica. En este mes de Sep-
tiembre del a. 1857. El Vize-Canziller de la
Universidad de Oxford , donde se educa la
juventud destinada a la carrera eclesiástica,
en la Iglesia protestante de Inglaterra , fijó
en Carteles un programa, ofreziendo un pre-
mio, al Autor del mejor Tratado, que pruebe
la Legalidad de la Guerra! I los Carteles se
fijaron a las entradas de todos los Colejios de
Oxford, i entre ellos , a la puerta del Jesús
H6
College^ o Colejio de Jesus^ que fué Pninzips
DB Paz! Por donde se conoze, que la conzien-
zía del teólogo de profesión, es una roisma,
en todas partes: i que la parte clerical en las
Universidades de Inglaterra , es , como en
España , una vasta maquifiaria de error. I
volviendo a la Consulta, nótese en ella , la
rintura, al natural , de la eleczion de Paulo
V.; la que se haze, del Cardenal Carrafa ;
la no menos zierta, viva, i lacónica , donde
se expresa, que el Papa motaba , a los que
calumniaba (paj. 18.); i menlia (paj. i 9.); i
promovía guerras, i usurpaziones (p. 20.); —
i reléanse luego la Suplieazionf i las dos In-
formazioneSy i comparadas con esta Consulta
Ministerial del Católico Prin/Jpe que impe-
raba enlonzes en nuestra España; digase
franca i lealmente, en cuales de estos escri-
tos, se dízen cosas mas fuertes , i se revelan
mas groseras torpezas , en desdoro de los
Papas. Ahora , fijémonos un poco en la
Respuesta o Parezer de Melchor Cano.
Aunque este Papel , es ya bien conozido
entre nosotros, desde que el a. 1736, se dio
a luz , con las Lizenzias nezesarias , por un
Anónimo, o Pseudónimo (Andrés Filocano),
en un cuaderno en 8."" de 28 pajinas; le tras-
lado aqut del MS. donde está unido al Papel
que antezede, por estas razones. No debió
separarse de la Consulta^ por ser hRespues-
117
ía (Ic ella: i conteniendo al MS. que publico,
275 variantes eseniiales , del impreso el a.
1736.; era en nii doble razón» para no sepa-
rarlas. El escrito de Cano , además , contie-
ne, a mi modo de entender, un compeqdio
de la política Romana : i e$ un escrito de
sircnnstanziaSfSemejante al que pongo luego^
del de los Cardenales, a Paulo IIL Imposible
me pareze , que el Maestro Cano , no fuese
amigo personal de Paulo IV., contra, quien
dá , en la aparienzia , este sagaz Parezér.
Paulo IV. estuvo en España de Nunzio de
Paulo III., i en carácter, i aCziones, Cano i
Pululo IV. eran mui semejantes. El teólogo
español no podía ser afecto al Emperador,
pues su adversario Bartolomé Carranza de
Miranda, era íntimo, i allegado concejero de
ese Prínzipe. Asustada Roma, en aquel tiem-
po, con la Reforma que ajitó Lutero, se va-
lía de toda clase de armas para minarla : i
las contraminas de doctos, i severos Escritos,
compuestos por hombres sabios i ríjidos; son
los proyectiles mas útiles i eGcazes que em-
pleó enlonzes, i emplea siempre, la armería
Papal. Sabedor el Papa , délos intentos de
Carlos V., era natural , que para contrares-
tar los doblezes de este Prínzipe, las opusie-
se aun mayores. Inclinar, pues, mañosamen-
te, i por modos indirectos^ a ¡a Corte impe-
rial, paraque consultase al inflexible i sabio
39
ii8
Maestro Cano, sobre un negozio de esta na-
turaleza; era una evoluzion mui propia de la
Corte PontiQzia. Cano podía mirar la Con-
sulta , como una red tendida por Bartolomé
Carranza para envolverle, i perderle: i vien-
do, además, la reziente mudanza del gobier-
no (pues en Octubre de ese año había re-
nunziado el Emperador); le convenía, que su
Parezér, no hiriese los sentimientos del Prín-
zipeD. Felipe, que por sus ideas ambiziosas
i snperstiziosas, a la vez, miraba, los de es-
ta clase , como negozios graves i grandes.
Por todo esto pienso (i por brevedad omito
pruebas] , que Cano dio esta Respuesta, con
zierta espezie de conozimiento previo de ella,
por parte del Papa i del Rei: o seguro, a lo
menos , de que ambos le conozian , i tenían
por incapaz de faltar a los deberes que a sí
propio se impone un papista i un realista.
I tan zierto es, que el Rei, i el Papa, mira-
ban a Cano como útil partidario, que ambos
le hizíeron Obispo , i como Obispo asistió a
quemar vivos en Valladolid el a. 1559. a los
varios españoles de que se haze mérito en
los Apéndizes de las ediziones del Montes ,
que publiqué en castellano i latin. Además
Felipe 11. le complazió , persiguiendo a su
adversario Carranza. Mas aunque se tengan
por parabolanas , o vanas , estas mis conje-
turas, importa poco para mi objeto. Publico
119
priiizipalmcntc , csla Respuesta de Cano ,
fraile dominico , Obispo quemador de here-
jes, teólogo asistente al Conzilio de Trento ,
i mui aplaudido por el Cardenal jesuita Pa-
llavicini (i recuérdese , que Cano escribió
también contra los jesuítas); paraqué se com-
pare, lo que en ella se dize contra Roma , i
la Gobernazion del Papa; con lo escrito en la
Suplicazion, i las Informaziones. I compáre-
se en todo: en ideas, estilo, vocablos , con-
secuenzia, i fuerza de verdad. La diferenzia
que hallo entre estos escritos de reformado-
res i antireformadores , después de leerlos
con atenta imparzialidad, es: que los Pape-
les antireformadores , afirman con mucha
fuerza la verazidád de los reformadores , i
su moderazión también , i su sinzerídad. I
estos antireformadores, se hallan escritos sin
conviczion sinzera , i por consiguiente siu
coherenzia , i sin fuerza alguna. Léase , i
entienda bien la fuerza de los términos quien
los lea, i verá ser asi. El objeto de Cano, con
éste Papel, fué: imponer miedo a la autori-
dad Real con la Autoridad Papal; i hazer en-
tender a ésta , que sin la ayuda de los frai-
les, i teólogos como él, no sería el Papa su-
fieriór a los Reyes, ni considerado como in-
álible. Si esta mira no tuvo, no se azierta,
como un hombre que aspiraba a pasar por
cauto, rijidoi severo, pudo escribir un papel
m
de esta nalaraleza , que revela en su autor
gran falta de convicziones relijiosas de un es-
píritu evanjélico. Veamos el Papel, por pa-
jinas. En la paj. 25. nótese la alusión a la
crueldad del Emperador en tiempo de las
Comunidades de Castilla : ^E ya vé» V, M.v>
&c. Paj. 26. renglones 5. 11. contienen un
soGsma , que se conoze » leyendo el Jénesis
¡X., 21-25., i el otro sofisma del Vicariato^
en el mismo hecho de subirle tan de punió,
que le eleva hasta Dios. Paj. 27. r. 10. ofre-
ze la respuesta , de ser los Papas , quienes
desacuerdan toda armonía , en no acordán-
doles cuanto les dá la gana. Véase en la mis-
ma pajina 27. el artiGzio de la perífrasis, los
Romanos , por el Papa. I lo que díze , de
querer los Alemanes hazérse médicos de Ro-
ma; negándole el supuesto, se evidenzia su
arlifizioso discurso , porque tampoco pienso
que Cañólo creyese. Castigo j en elr. penúl-
timo, requiere suplirse, por cama de , o por
falla de. Paj. 20. En ella supone, que Ale-
mania se perdió por no acatar al Papa. La
perdizion debió demostrarla. España, pienso
yo, que está perdida por acatar mas al Papa,
queal Evanjelio. Vuelve ahí a recordar los
alborotos de las Comunidades, para amedren-
tar al Gobierno. Los 4. renglones primeros
de la p. 29. contienen una máxima de hom-
iré sahioy o prudente, indigna a mi jnizio, de
121
un Grisliano , mucho mas con la Bíladidura
de, justisia por armas, pnes une a la virtud,
la violenzia. No menos anticristiana, i frau-
dulenta, me piíreze la sentenzia, de que no
convengamos nunca con los herejes , ni en
hechos, ni en dichos , ni en apariensias. Por
eso Moreto, poeta cómico de mucho injenio, ■
cnsefló al pueblo, a llamar santa obra , a la
de ir de propósito a Alemania , a destrozar
Luteranos, cuando dize;
tme entré, rompiendo a eslocadas,
luteranas vandcrolas.
i él. con la santa palabra,
i yo. con la santa obra,
convertimos . i matamos,
mas de cuarenta personas.*
En la p. 50, dize, que mal conaze n Roma
quien pretende sanarla; pero a eso no se opo-
ne , que el que bien la conozca , pretenda
huir su contajiosa cümpañJa. A esto pareze
convidarnos el Maestro Cano, con tazita que
haze del Cap. li. de Jcremiüs r. 9. donde el
Profeta dize: *Hemos medisinado a BabÍlo~
nia, i no ka curado: abandonémosla , i volvá-
monos cada cual a su tierra : pues sus delitos
futieron mas allá de las nubes, llegaron hasta
elzielo.» Nótense los últimos renglones de la
paj. por lo bien que retratan la aslnzia Pa-
pal: i el buen corle que debía darse eu esto,.
122
era el quitar , del lodo , esas eslafas. Paj.
55. r. 8 \Q, ese medio , cubierto i &c. Lo
mismo dize el imp. del a. 1756. pero, pare-
ze claro, que debe leerse miedoy como hubie-
ra correjido de buena gaua. Paj. 56. r. 4.
Es notable la frase que usa ^en la Sede^i co-
mo si dijera, «el medio de unidad, le tene-
mos en la Silla de Roma». Estas astuzias del
dialecto conventual^ tienen un sainetc que no
se perzibe por todos, aunque le tienen. No
entiendo bien, cómo aplica la metáfora allin
de la pajina. Tampoco la hidráulica de Feli-
pe II. érala suBziente en este caso. Paj. 57.
r. 12. desconfiar , está en la azepzion de
hazer desconfiar. Paj. 58. la voz agraviada ^
r. penúlt., está en la azepzion, qne causa a-
gravio. I la voz Memorial^ paj- 59. r. 1. q.
d. Consulta: i obsérvese en ella la distinzion
teolójica de la doble personalidad del Papa,
indispensable para el drama de su Autoridad
suprema. En esta pajina, i en la siguiente,
alude al Prozeso de excomunión que Paulo
IV. mandó formar en lloma contra Carlos V.
i Felipe II., i aunque Cano dize bien, que el
Prozeso paró; sinembargo, el Papa, no quiso
permitir se hiziesen funerales en Roma, por
Carlos V. — Vergerio dize : «^Cum ad Sancli-
lalem veslram Tolelanus Episcopus [Carran-
za] scrípscril, ipsum Carolum [V.] morienlem
dixissc, sibi videri, veram csse LtUheranorum
123
¿e lusltficalioDe xetitentiam. Fama idctit sla-
tim per universam Europam (iit attdioj íttlit.
eí simul , quod SanclUas vestra [Paulo IV. J
Hixerit , le noUe ipai . propterea quod cum
lAitheranis in prwcipiio religionis capite sen-
siísel, ultas exequial celebrare.* l'aj. 41. r.
11. gran desaire , lo tomo del impr. del a.
1756. i q. d. falla de brío. Eu Ja paj. 42.
se lleva adelante la inconsisteote compara-
ziÓQ de Padre e liijo , en un eslilo poco eíd-
zero, o rormál, i se le aconseja al lujo mayar
del Papa , que se presupone ser el Itei de
Espaúa , que le ale las manos a su Padre ,
porque está loco furiuso, pero que se las ale
con grau reverenzia. Mas Ui diQcultad, o im-
posibilidad , del hecho , bien la sabia Cano.
¿Quién le ala las manos, a una persona, que
cabalmente pretende ser la única, que puede
atar i desatar las de todos? Al Gn de la paj.
43. se muestra un deseo de guerra , poco
cdiBcante. 1 al fin de la paj. 44. se dize
que es cosa mui jusia que ningún dinero vaya
a Roma: escarnio duro en la pluma de Cano,
pues clérigos i frailes son causantes de que
se falte u esa muijustacosa. Él, sinembargo,
sobreentendía, por ahora: que es mayor es-
,carnio, i mas, cuando se lee adelante lo de
ser esto mui aczesorio. A esto llamo , coho-
nestar malefizios. Obsérvese el §. También
se puede &c., i dígase , si el escritor de ét ,
124
pudo quemar luteranos en biicQa conziciiziii.
F»j. 46. t. ^1. prohibido, es yerro niatiifies-
lo , a mi parezer , por proveído. l*ara los
renglones 4-7., en la paj. 48., no es mal
eonienlo Lnc. ix. 48. i Mat. xviii. 4.; i ad-
mira, ver ai{ui sentada, eomo verdad incon-
cusa, la Superioridad l'apál. Paj. 50. r. 6.
admira mas, por asegunirse aquí iniplizita-
mente, que es Prínsipe Zetesliál el t*apa, i
no terreno: i, Vicario de Dios [r. 25.!]. Al
r. 13. paj. 51. se ecurre advertir : que si
Evanjetio i razón se guardasen , no liabía
que ir a Roma para nada. Las paj.* b%. i
55. señalan la guerra escondida i secreta ,
que Itoma haie a España, i el remedio qne
debería tomarse : porque ni el Conzilio de
Trenlo, ni otra algún CanziUo, sirvan de na-
da para el caso. — I, vuelvo a recordar, que
este Escritor asistió a qneniár luteranos,
tres años después. Hoi , sinembargo , un
Grande de España, i Senador del Beíno, lla-
maría a Cano, pobre fraile ignorante, como
llama al dominicano T. Campanella ; porqne
el Senador nos dize: ooue las dezisiones del
Conzilxo de Trenio tendieron a apasigtiar las
contiendas relijiosas , a correjir las costum-
bres , i a restnblezcr la pas i unidad de la
Jgletia... [ que, ;ior fin, este venerahle Coiisi-
lio, donde se agerú», todas las opiniones , sin
■cxaepzion , dczidio de la manera mas sabia .
Í5'
junta i completa en lodos los puntos de dogma
idissipliaa, siendo autorisadox sus respeta-
bles acuerdos con la /¡rma de 'Í50 prelados, i
asislenles a él. • ÜsUis palabras, ciilenclientlo-
las enteramenle al contrario, scrííii exactas.
Véanse las Notas que pongo a las pajinas 108.
i 109.; i 126. de las Inforninriones. Lasde-
zisiones del Conzilio de Trenlo , son inopor-
tunas, mal dijeridas, i contradictorias: mues-
tran la inEertiduinbre de sus teólogos en dis-
cutir las materias doctrinales; las discordias
escandalosas de los Padres; los manejos, ar-
liKzios, asluzias i violenzias, que bubo en él;
la ninguna libertad, que bubo para los ami-
gos de la reíorma; los subterfujios misera-
bles con que se evitaron las diticuUadcs. I,
léase la Historia que se quiera del Conzilio
de Trenlo , léase únicamente la del Jesuíta
Pallavicini, resultarán siempre demostrados
esos hechos; i que e! Conzilio de Trenlo, re-
dujo el episcopado a solo el Papa, baziendo
meros delegados suyos a los dem^s Obispos;
i, siendo una Tuerza nueva , i nuevo arcano
del papado , nos regaló , en los paisesdon-
de se le obedeze como lei , un imperium in
imperio, adecuado para conmover i pertur-
bar las soziedades polilicas, siempre que al
Papa le convenga. 1 ya que menzioné el es-
randaloso Concordato último con Austria
(producto, o mamiraclnra, hecha en la uriÜ-
a
i2(i
dera del Conzilio de Treiito), zilaré a^ui, de
asunto Duestro ,no el Concordato , sinó la
Rcnunzia de los Obispos de España el a.
1847., bochornosa i secretamente propuesta
a ellos, pur el Ministro Vaamonde, ejecutada
por todos , para complazer al Papa , i solo
protestada i resistida por dos (Ortigosa , i
Pérez Necocliea). Sin el Cqnzilio de Trento
no podrían efectuarse obras tan fazinerosas.
La Decíarníorio de Carlos V. contra Lu te-
ro, aunque es ya conozida tambieD, como el
Parezér de Cano , por hallarse en varios li-
bros impresos, la incluyo aquí, no solo por
las variantes que ofreze el MS. de donde la
tomo, sino por la particularidad e tniporlRn-
zia de este Uocuniento, parto jenuino del ta-
lento del Emperador. Al incluirla Frai Prn-
deuzio de Sandoval, en el Lib. X. de su His-
toria del Emperador Carlos V. en los folios
296-97., ediz. deValladolid. 1604. nos dize,
en su estilo, para mí sobremanera pintores-
co; «e/ Emperador,.., después de haber se-
nado, desabrido se enserró eti su recámara a
solas, i sin que nadie le viese, escribió en len-
{ftia Tudesca tina caria , i protestazion de la
fé, cuya sustansia, sacada de la misma lengua
cí.n — I pone en seguida la ZJec/dratorio, ver-
tida a) castellano por diverso traductor, que
el de esta nuestra versión, i con la feeba de
diez i nueve de Abril, que debe ser lazierta.
127
El lUü. dt: la iiiiestrii, jiuiiü la feclia toitfusa,
i en zifra ligada. No por iiialíziosa iigudeza,
ni por frío donaire, sino por creerlo del caso
ahora añadiré: que el Jenerál frauzes Lafa-
yelle, después de zenár, i beber, en la noche;
inventó , i planeó , la instituziúo esclavesca
de la MilisM IVazionál: cosa la mas adecua-
da, para despertar en los pueblos amor alu
bulla, ala holganza , i ni desorden: espezie
de InquisiziÓD libera), o de Seminarío-Conzi-
liar conslituzional , eu que se educa , i se
manliene , a todos los brazos útiles de los
pueblas , en inzesantes maniobras militares,
sin dejarles sosegar , ni trabajar! — Asi Car-
los V. una noche, después de zeuar, i hallán-
dose desabrido ; se enzerró en su gabinete, i
escribió esa Declaratoria , tan llena de inlo-
leranzia i despecho! — Por donde vemos, que
la noche , ilaszenas , sou malísimos prepa-
rativos, para formar planeíi. Eala paj. 56.,
al fin, la voz dañada , está en la azepzion de
damnada , o condenada.
El Papel que sigue: Consiliüm delecíorum
Cardinalium, se imprimió , traduzido al es-
pañol, el aüo de 1841 . en Santiago de Galizia,
en un cuaderno de 14 pajinas, en 4.° coini)n,
junto con el Dictamen de Solis, i con el Tí-
tulo, o Portada castellana, que va ahi debajo
de la que reimprimo en latín , tomada lite-
ralmente de la Edizion primera , i jcnuína ,
que se ¡niprimió en Roma en dies hojas en
4.°, no foliadas, peroseñaindas con el rejís-
Iro «a. b.» El traduclór anónimo [que se co-
noze claramente liaber sido clérigo, o fraile)
del 'Consiliiim' &c., dize en su Proemio: «eí
Consejo, que azerca de la reforma de la Igle-
sia, dieron a la Saníidad de Paido III., en el
año 1538., cuatro cardenales, dos arzobispos,
un obispo, un abad . i un dominico , maestro
del Sacro Palazio', nombrados por él mismo
para este objeto, sacándose del terzer lomo de
la Coleczion de Conzitios de Juan Quintel ,
folio 819-, edisión Alemana;... es interesante,
para que se vea cuales eran los clamores de
los varones mas virtuosos de aquel siglo. ' &c.
No cono c.o la ediz. de Quintel, de donde sa-
có i tra io el Anónimo: mas, porsu tradiic-
ziÓD, co.i'stnro que la reimpresiún de Quin-
tel está fielmente hecha, de la primitiva de
Roma. La Iradnczion española , peca algo ,
en la parle de fidelidad: í, con arreglo al orí-
jinal, Ui corréji, en aquello quemeparezió
del caso. Qníen confronte mi reimpresión ,
ron el impreso de Santiago, notará que pa-
s,i[i de odíenla las enmiendas; que por amor
tic brevedad , dejo de parlicularízar. De la
ihIízíúu orijinal, Iiai una reimpresión con es-
i'oljos , ¡lor ISlnrmio , impresa ázia el año
* San Podro, A|i»ttol. no pudo llfiutr cnjritdo • su Pdaño ,
129
1542. Otra, por Pedro Pablo Vcrgerio , im-
presa en Estrasburgo [Argenlorali] . áziu el
año 15<¡2. : otra reiiupresioD en las Lcczio-
ues Memorables de A\ cirio impresas el aflo
1600. [Veas. Wol/ii Leetionum Memorabi-
tium. Tom. 11. paj. 39&.]: i aun oLra en la
segunda edizion de esla obra de WolÜo. De
suerte , que con la zitada por el traductor
espaüúl, son , lo menos , seis , las edizioncs
latinas de este notable Tratado. Tal vez esté
también reimpreso en el tomo 2.° de la obra
Fascic. Rcrum. Expel. La urijinal , de Ro-
ma, se ha becho rarísima, porque el Carde-
nal Tealino, qubla lirma, cuando llegó a ser
Papa, bajoel nombre de Paulo IV. destruyó
los ejemplares de ella , que pudo recojér. J.
Mendliam tenia un ejemplar , del cual sacó
Benjamín B. WilTen una copia, a plana ren-
glón, que me remitió. El traductor español
(íizo, que los autores de este Cornejo , fue-
ron los varones mas virtuosos de aquel siglo.
Si el dictado de virtuosos , se toma en la
azepziou , que los italianos suelen dar a la
voz, por , literatos o doctos , uo me singula-
rizaré en escatimarles esc elojio , porque
realmente fueron mui bábiles í doctos, Con-
turini , Sadoleto , Polo, i aun Paulo IV. Del
último que firma , no sé mas , sino que tal
vez era un español , llamado Frai Tomás
Manrrique , muí amigo de expurgar libros;
150
pero docto, i aun amigo de la virtud^ tal co-
mo la entendiese él, ya lo sería. Si este no
vivía ya, sería su suczesór , Fr. Tomás Ba-
dia, dominicano también. Si no me fuese
indispensable alijerar lo posible la pesadez
de estas Notas, zitaría aquí muchos escrito-
res de primera laya , que menzionan este
Tratado. Pero casi todos le zitan , como En-
zinas (véase la paj. 296.), o Vergerio loha-
zen: o para jusliilcar sus asertos contra Ro-
ma ; o para ponderar su asombro , de que
no remediase Paulo IV., pontífize, los males
deque se lamentó, Cardenal. Solo el jesuita
Mariana, en esa su taimada manera de es-
cribir, al llegar al año 1557. díze:
«Por el mismo tiempo, el Pontifize en Ro-
«ma, señaló nueve Cardenales, paraque con-
«siderasen todo lo que tenia nezesidad de re-
«formazión. Ellos compusieron un libro , en
«que comprehendieron muchas cabezas ima-
«terias en este propósito.» — Nada masdize:
i el que conozca la frecuente ironía, que usa-
ba Mariana, i cómo la usaba, al expresar su
pensamiento, o juizio, azerca de asuntos re-
lijiosos, i políticos; hallará en ese laconismo,
i en esas expresiones , i en no nombrar los
sujetos, i en llamar libro^ a diez hojas : que
azertó a conozer lo que es realmente este
CoissEJo: Una treta de Roma, para engañara
los amigos de reforma , quej se ajitaban ya
131
ci) tiempo de Paulo III., i hazerles creer,
que el Papa es siempre el nríniero , ruando
se trata de reformas. I si el Papel, fué para
Alemania, treta ridicula; hizo su efecto en
España, i otras partes : consoló i acalló cu
ellas a los amigos de reformas , i les hizo
sufrir , i esperar , i a los amigos netos del
Papa, los alentó i exaltó mas , en sus aQzio-
iies, al ver que su idolatrado Vicario, cuando
setrula de reformar abusos , comienza ha-
ziéndose dezir , que debe comenzar por él.
Has, sea de esto lo que fuere, el lector verá
en esc Tratado , que un Teatino conliesa en
él, que la Iglesia de Cristo, casi no existe
en Boma; — que los Papas han reunido en ella
una porzion de Maestros , do paraque les
enseñen lo que deben hazcr , sino para que
con su dilijenzia i astuzia, prueben con ar-
gumentos, que es lizito cuanto se les antoja;
—que por culpa de los Papas, Cardenales, i
Obispos, se blasfema entre las Naziones el
nombre de Cristo; — que es cosa indigna e
impía , bajo pretexto de la potestad de las
llaves, sacar dinero de nadie, i contra el ex-
Sreso mandamiento de Cristo; — que las ór-
enes de clérigos, i curas, se hazen en Roma
con notable descuido, ordenando a hombres
viles, vÍ7Íosos,e ignorantes; — que se venden
los Beneüzios i Obispados con manifiesta Si-
monía;— que los Cardenales, sobornados de
152
contínut) por los Prínzipes , alimentan las
disensiones, i pronineven las guerras; — que
los Obispos , abandonadas sus Diózesis, se
entregan al lujo, i están donde no deben; —
que por la Penilenziaria i Dataria (prinzipa-
les OGzinas del Papa], al que dé dinero, por
desalmado que sea , le absuelven , le eximen
de la jurisdiczion Ordinaria , i le conzeden
cualquiera cosa; — que en los convenios i mo*
nastei'ios , se cometen por frailes i monjas,
maleRzios borribles , i que no deben permi^
tirse jovemUos extraños en los conventos
(paj. 18.); que Roma está llena de mujeres
desvergonzadas, i de prostitutas, mantenidas
i cortejadas Injosamente , por Cardenales i
Prelados; — que Roma hierve en odios i fac*
ziones, todos cu ella olvidados del nombre
de Cristo:.... Estas, i otras semejantes vir-
tudes , i prendas cristianas , enumeran de
Roma Pauló , Teatino , i sus compañeros. I
obsérvese, que no tocan en su Co^sEJO, mas
que los abusos i vizios de la romana Babilo*-
nia, dejando intacta su doctrina^ diametral^
mente opuesta a la del Evanjelio. Lo cual
parezé demostrar claro , que no se trataba
devoras^ de la enmienda, i reforma de unos
abusos i vizios , que solo son fruto natural de
la fiocínna pon tifizia. I aun mas se revela es-
to, cuando leemos ahí en la pajina 20., eíl
consejo de los firmantes , de que se prohilm
rn las escuelas, la lectura de Iss Coloquios iie
Erasmo. por haber en ellos, mueltas cosas que
instruyen los ánimos rudos en (a impiedad: i
cualesqiiier otras lecluras de este jéner» [Go-
lloquia Erasmi , iii quibus niiilta suot , qua;
rtides ánimos informant adimpieUteni. Ideo
corum leclio in ludiis literaríjs probibeiida
esset, el si qua alia siint hujus Ordinis.]! He
leido lodos los Coloquios de Erasmo, de pro-
púsilo, coiirroDtandovária.s ediziones de ellos,
I su lectura me ha causado una impresión
contraria del todo , a lo que de ellos dizen
estos nueve Sabios de Roma (que ziertamen-
te lo eran). En los Coloquios de Erasmo se
hallan muchas cosas , instructivas , deleita-
bles, i proprisimas para formar los enlendi-
mientos de los jóvenes , i de toda clase i jé-
Dero de jentes , i disponerlos al amúr de la
virtud , i a la pri'ictica de la piedad. Colo-
quios son, que se pueden leer, sin riesgo al-
guno: i el sujerir la prohibiiión de ellos en
ese Consto , obra de Humanistas i Canonis-
tas tan doctos; manifiesta claro, que la en-
mienda que se pedia, no se quería. Justifica-
ren así la sentenzia de la Escritura: <la ver-
dadera sabiduría es el temor del Señón. Al
condenar de tal manera los Coloquios de
Erasmo, esos Doctores, no temieron faltar a
la verdad. Las Notas que siguen, en las pa-
jinas 27 a 29., i las ac«taEÍones marjinales
40
134
por lodo el Consejo^ son obra del Traductor
anónimo ya zitado.
El Tratado del Dr. Guerrero sobre la ze-
lebrazion del Conzilio , i Reformazion de la
Iglesia, le reimprimo con el objeto mismo,
qne los papeles prezedentes. Este Tratado ,
impreso dos años antes , que el anterior , se
escribió conozidamente de orden del Empe-
rador, o por lisonjear su empeño, en aquel
entonzes, de que se zelebrase Conzilio. Otros
doctos españoles, contemporáneos, escribie-
ron en igual sentido , demostrando la neze-
sidad que había de reunirle , para reformar
la Iglesia. Se couoze , que algunos de estos
Escritores, esperaban mucho bien de la zele-
brazion del Conzilio , i estaban realmente
persuadidos , de que los convocados Padres,
remediarían sin falenzia, los vizios introdu-
zidos en la Iglesia Cristiana. El Doctor Al-
fonso Guerrero, era uno de esos, i lo menos
desde el año de 1530. era de igual parezer;
pues en un Poema suyo , intitulado Palazio
de la Fama , que pnblicó en Marzo de ese
año^ en versos apedernalados i guijarreños ,
de la vieja métrica de Mena , pero significa-
tivos i vigorosos, le dize al Emperador :
I pues claro Febo sois , Vos, radiante,
al orbe mundano segunda esperanza,
hazed que no tuerza jamÁs la balanza,
i el Reino Cristiano será bien delante:
155
f, sierto, conviene, pues soi¿ Impera»te,
jmra qve zesen notorios agravios ,
mandéis que gobiernen los justos i sabios.
i todo el Imperio terá bien andante.
También h costumbre nefanda, viziosa,
fenezca, gran Zesar, do quierqu'ella nasse,
i aquellos que siguen el Acto Canasze.'
i los de la vida lolal criminosa :
i vuestra potenzia Real, valerosa ,
reforme. Monarca , j/a la Cleresia,
pues si lomase a tierra el Mesia,
le vm^derian por mas poca cosa.'*
Porque la falsa dañosa avarizia.
raiz evidente de todos los males,
está tan raigada en las jentes mortales,
que causa en la Iglesia mui gran Simonía:
i los Benefizioa, con esta agonía,
se muestran veiuílcs en todo mercado.
También veo que cressen en pompa i estado
los falsos secuases de la Bipocresia.
I es imposible que zese el gran mal
del intrieado Sopkista Lulherio,
amo congregada, por santo misterio .
la Sinodo santa , qu'es don divinal:
i es el remedio, que doi, jenerál,
en la Clerczia la reformasión .
• Alude a Li FábaU da Canaiu i Hotnreo, i a olroa lillM ne-
fíndos ds Rom?. V^aK la pijiía 3ID de lus Adi Tfitiúéoi por
Fiilq\i. i lot Soneloa que tile de rirlrarci.
• ' Qniars deiir , por meooi de 30 dineros, I era oWrlíO «1
Aatir, i ranoile bien Ins Mfoa.
J36
i esla primera, i final conclusión,
sin dubda se tenga por mui prinzipál :
porque la mala perversa intenzion
de lo que callo: t» &c.
I, antes , en el mismo poema , al describir
el Saco de Roma^ al cual llama:
«i O, hecho famoso, de Dios ordenado»
carga la culpa de todos los males de la cris-
tiandad, sobre el Papa, observando:
■ — ^mirád, qué destientos
a Roma vinieron, de la Relijión:
mirad, asimismo, la gobernazión
que asi se fundaba, sobre estos zimientos!
i luego, roas adelante, tilda el egoísmo i co-
bardía pontiñzias, diziendo :
•pero del Papa , yo me maravillo,
también de la turba desús Cardenales,
los cuales son causa de tantos de males,
que, aquesto temiendo, se van al Castillo.»
I tan firme persuasión muestra Guerrero, de
que el Saco de Roma fué un castigo provi-
denzial, de la pontiGzia insolenzia, i que /br-
mó conzienzia mejor en el Papa ; que llama
incompiarable i clara victoria , a esta de los
españoles, i con sus bruscos , mas animados
versos, dize que:
«a Roma le dieron un crudo mal trato,
i ellos destruyen en poco de rato
toda la pompa de aquel mal vivir.» &c.
Por esos retazos, vemos , pues, que Guerre-
m
ro, esperaba debaeoa fe, i todo lo esperaba,
de la Reunión del Gonzilio. Sin ella , creía
imposible , haicr la prinzipal i fundanieBtal
enmienda que era la de la cornipzion ecle-
siástica; i elcorrejira los clérigos era cosa
indispensable , según ¿1 , para corlar la re-
forina que proclamaba Lulero , i para todo,
era prezisa U congregazion de la Sínodo san-
ta, con Espíritu santo, o, por santo misterio,
como él dize. Si él esperaba este ingre-
diente , indispensable santificadór de Ckiiizi-
lios, para el de Trento , bien amargo debió
ser luego su desengaño, por poética que tu-
viese la fantasía. También esperúmucbo, de
las quinientas i seis octavas de su Poenia,
pues en el prólogo al lector, le dize: *aunque
mis metros., parexcan escabrosos.. ensutiem~
po, como cada un árbol, darán el fruto." I no
sé , qué fruto hayan dado , en treszientos
veinte i siete años , mas que el de sitarlos
ahora , en apoyo de sus convícziones relijio-
sas. Mas , volviendo al Tratado aquí reim-
preso, repetiré, que se note bien la fecba de
su primera impresión: porque en ese propio
aüo de 1536, se avistó el Emperador, con el
Papa, i le apretó mucho sobre la convocazion
del Couzilio. Mas luego no pudo Guerrero
reimprimir en castellano este su Tratado ;
porque varió ya la política del Emperador.
Ea 16 de Octubre del a. i544. en Carta a
i58
Juan de Vega , su Embajador en Roma, le
dezia: Será lo mejor que tw hagáis en ninguna
manera menzion de la reformazion de los abu-
sos, que es cosa, como sabéis, de gran senti-
7niento al Papa , i a los desordenados d'esa
Corte; i toman siempre ocasión, noque teman
tfí reformazion de sus vidas, sino por lo de las
exacziones , aue ellos llaman Derechos de la
Címara». Asi es , que en el año de 1545.
Guerrero reimprimió el Tratado, en latin^ no
ya en castellano, en Ñapóles, en la imprenta
de Ambrosio de Manzaneda, con este título:
«De modo , el ordine Generalis Concilii cele-
brandi, et de Ecclesia Dei in priorem faciem
revocanda,i> D. Nic. Antonio zita ésla edí-
zion 9 única que pareze conozia de la obra.
La extremada rareza de la impresión del a.
1556. [Véase la paj. 80. de estas Notas], es
una razón para mí, a mas de las ya dichas,
que me mueve , a reproduzirla. Olra razón
es, el que no habiéndosela rejistrado en los
Indizes Expurgatorios, no está prohibida : i
si esta obra no lo está, deben correr también
libremente, las que en este tomo se reimpri-
men de los españoles reformadores, supuesto,
que en el asunto de que todos tratan, la de
Guerrero sobresale, en el uso de vozes i fra-
ses atrevidas , al pedir la reforma relijiosa ;
i la pide también con ahinco. El a, de 1841.
vi un ejemplar de la cdizion orijinál de este
139
Tratado, en Londres » en la Librería selecta
del R. H. Thomás Grenville. Era un tomo
delgado, en 4/ español, encuadernado en ta-
ülete azul, que tiene 51. hojas, signadas con
elRejistro A — ^H., teniendo el Colofón, que
va abi en la pajina 76., al reverso de la hoja
H. iii. Creyendo que, de vuelta, hallaría otro
ejemplar en España , solo apunté el Título :
pero no he podido ver otro. Dizen que hai
uno en el Escorial , pero que no se enseña
sino con permiso (que no se conzede). A la
muerte del Sr. Grenville, pasaron sus libros,
i entre ellos el Tratado , a la Biblioteca del
Museo Británico, que no es una simple carzel
secreta de libros, como el Escorial, o de Pa-
peles, como Simancas, aczesibles solo a los
Rabíes de ponlifizia nota, a la polilla, o a los
negoziadores con papeles i libros perdidizos.
Acudí, pues , a la prezítada librería Londi-
nense; i de allá, el año de 1856. se me remi-
tió copia del Tratado de Guerrero, por el a-
migo B. Wiffen, sacada por E. Roy, confor-
me a mí deseo, renglón por renglón, i pajina
por pajina, de aquel mismo impreso orijinal
conozido por mi quinze años antes. Que tan
tenaz suele ser la soledad, que de sí dejan al-
gunos libros. La copia me ha servido para la
reimpresión, sin variar, ni alterar nada, mas
que la ortografía i puntuazion, cuando no era
esenzial conservar las del impreso ^uitiguo.
140
Be la correczion de alguna errata, o cosa se-
mejante 9 advierto en estas Notas, Guerrero
murió, en edúd avanzada, sin duda, el ano de
1577., i, según D. Nic. Antonio, los últi-
mos zinco años de su vida fué Obispo , en
el reino de Ñapóles.
El que lea, sm detenimiento, este Tratado,
le hallará duro, desapazible, i aun indijesto,
por estar cada una de sus frases abroquelada
con dos, o mas, zitas, del Derecho Canónico,
o del Zivil. Pero el lector un poco pausado,
hallará hasta zierto deleite , en ir confron-
tando las zitas, con ese escandoloso fruto de
la avilantez humana llamado Corpus Juris
Canonici; i asembraráse, de paso, de la me-
moria feliz del Canonista Guerrero , igual o
superior a la del navarro Doctor Azpilcueta.
En la pajina 3., o sea, en el Capítulo pri-
mero, dize el Dr., que el primer Conzilio Je-
Jieral, fué, la reunión de los Apóstoles, i la
Virjen [omite menzionar las otras mujeres
que hubo en la reunión] , para elejír a Ma-
tías : i luego zita tres reuniones mas de los
Apóstoles; i las denomina los cuatro prime-
ros Conzilios Jenerales. Pero esto (aunque
opinión mui común), es confundir, o perver-
tir, la signiGcazion de la voz conzilio : pues
Jas conferenzias de los Apóstoles , fueron
reuniones de una sola iglesia, i no reunio-
nes de dclcfjados de varias iglesias cojifedc-
141
radas. Todas las Iglesias de los liempos pri*
mili vos, fueron cuerpos it%dcpendientes.k\ais
fundadas por algún Apóstol, se las consultó,
a vezes , en casos dudosos ; pero no tenían
autoridad judizial, ni poleslád lejislativa, ni
compulsiva. Al contrario, es una cosa clara,
como la luz del medio dia , que todas las
iglesias cristianas tenían iguales derechos^ i
estaban, en todo, bajo el pie de la mas com-
pleta igualdad. Ni en el primer siglo, apa-
reze veslijio alguno , de aquella confedera^
sion de iglesias, en una provinzia , que fué
el orijen de los Canzilios» En el segundo siglo
de la Iglesia, empezaron en Grezia a reunir-
se estos Conzilios, i de allí , a extenderse la
costumbre por otras provinzias. El primer
Conzilio^ propiamente dicho , de alguna im-
portanzía, fué el delLUBERis (o Elvira, zerca
de Granada) , el año 505. de Cristo. Con*
zilío notable, sobre todo, por haber prohibi-
do el uso de las Iniájenes. Véase la paj. 210.
en el Carrascón , donde aun se supone la
zelebrazion de este Conzilio , treinta años
mas tarde. — Guerrero, lioi, convendría, me
pareze, en esto: pero , cuando escribió , no
era convenible a su objeto, el desechar la je-
nerál opinión sobre los primeros Conzilios.
En la paj. 7. r. 10., elimp. ant. áize^ pueda:
i en el r. penúltimo, usa la voz ctnincnley por
inminente. Lo mismo paj. 22. i otras. Paj.
142
8. el Adriatw, que zita ahí, fué Papa desde
el a. 772. al 795. Paj. 9. El Conzilio de
Basilea, se tuvo desde el a. 1451. al 1445.
Paj. 12. Debo observar la inexactilud , que
hai, en las zitas » hechas alii , en los renglo-
nes 19 — 26. El Derecho Canónico dize en
ambas : « Cognoscanl principes seculi , Dea
deberé seralionem reddere propter ecclesiam,
quama Christo tuendam suscipiunt.it Aun es
mas inexacta la otra zita , que en latín dize:
«íRes autem hiimaruB aliler tulCB esse non po-
ssunt, ñisiqucB ad diuinam confessionem per-
tinent, et regia, el sacerdotalis defendat auc-
torilas. La traduczion de Guerrero , haze es-
tos pasos mas atrevidos , e insolentes. En
la paj. 14. viene a dezir a los Papas: que no
estando en Cristo^ o en su obedienzia , serán
desechados, i como a sarmientos secos , los
cojerán, i los meterán en el fuego, i arderán.
Paj. 15. r. 15. el canon que zita dize: Re-
gum officium est proprium, faceré iudicium,
et liberare de manu calumniatorum vi oppre-
ssos, et peregrino, pupilloqtie, et viduw. &c.
— Enelr. penúltimo, el ant.imp. dize •con-
gregei»^ i no por errata , a mi parezer , sino
por pronunziar suavemente la g, sin la u.
Paj. 16. Siguiendo la doctrina documentada
que en ella se lee , ningún pueblo* , está obli-
gado a oir , a ningún Papa , ni a seguirle :
todo lo puede el Papa, menos lo que no pue-
145
de : pecan los que obedezen al Papa, cuando
escandalizan sus mandamientos, a la Iglesia.
Paj. 18. r. último, conforme al antiguo: pero
debe dezir, «se han de*; o en la paj. 19. r.
primero , poner , «a las Iglesias « &c. Paj.
20. r. 5. supone a un Papa engañador. Paj.
22. r. 4. el Palazio del Papa, querrá dezir:
el que habite : pues el Papa solo en Roma,
tiene tres buenos Palazios , i habita única-
mente dos de ellos, alternando. En el r. 8.
la voz arla, estrecha; creo venga de arelare,
estrechar^ por latinismo; i no errata por ata.
En el r. 17. pareze d. d. «si hiziese , i no
por el Papa» &c. Paj. 25. r. 28. pareze d.
d. si estuviesen , sin no. Pai. 28. r. 12. el
ant. dize : decoloraría, aquí, mas no siem-
pre. Vuelve a repetir , al fin , lo de la paj.
16., que peca morlalmentCj en ziertos casos,
quien obedezo al Papa : i en la paj. 29. lo
confirma , con recordar las herejías de los
Papas. I en dicha paj. 29. r. 15. anda i-
nexacto, porque /acobo fué el que propuso i
no Pedro , según los Actos. Lo mismo, en
la pajina 51: pues , al zitar el c. xviij. de s.
Mat. no debe entenderse que Jcsu Cristo ha-
blaba solo as. Pedro. Véase al Evanjelista.
Paj. 52. Lo que dize del Papa Símaco, se leo
también en la vida de dicho Pontífíze por
Platina , allí : «crcaío Ponlefice , non scnza
¡fronde controversia , e discordia. Perciochc
\
(
144
mentre una parle del clero elegge Ponlefice
Simmaco in s. Giovanni Laterano , utCallra
parle elesse in s. Maria Maggiore un cerlo
Lorenzo. II perché nacque.,. una granrivol^
la,i» &c. I, al marjcH, nota Platina, que éste,
fué el cuarto Zisma en la Iglesia. ¿Qué espe-
zie de Espíritu Santo , interviene en estas
elecziones? Paj. 36. r. 24. Pareze que debe
dezir: «ni tampoco por el Papa,» &c. Paj.
58. r. 9. con la voz inventor^ pareze aludir
a Lutero: masía impropiedad del término, i
que nada inventó Lutero « se prueba con lo
que escribió el Dr. en este su Tratado.
Tampoco la voz destruyeron^ en el r. 14. es
propia , si no se toma en la azepzíón de in-
tentaron destruir. Paj. 39. r. 2. yerra la
zita, que es, 3Iat. vii. 12., i es prezepto ése,
que no observan los de Roma. Paj. 40. r.
3. No sé donde se encuentra la bonestidad
romana. Pero , léase con atcnzión toda la.
pajina, i se convendrá , en que jamás se ba
escrito sátira mas fuerte i zierta , contra los
Papas , a quienes se llama violadores del
Evanjelio , pues en los últimos renglones se
viene a dezir: que la primera salud es, guar-
dar rectamente el Evanjelio,que es la regla de
la fé. I confirman esto los r. 5. i 6. de la
pajina 41. donde leemos, lo contrario de lo
que hazen , i tienen que hazer los Papas ,
mientras quieran tenerse por Vicarios infa-
445
tibies de Dios , i Reyes de los Soberanos.
Paj. 42. r. 12. zila el Dr. su obra, De Ad^
minisíraíiane JuslUkt, que no be visto, i solo,
de nombre , conozía D. Nicolás Antonio.
También escribió , otra obra ululada : The^
sQurum ChrUtianm Rdigionis &c. de la cual
zita D. Nic. Ant. cuatro ediziones : Venezia
1&59. fol., Colonia 1581. 8.% id. 1586., i
otra de Florenzia 1563. en foí. Ninguna he
visto.
Paj. 43. En esta paj. desde el fin del Ca-
pitulo Nono, verá el lector, que empieza a
combatir el Dr. Guerrero, con suma fuerza
lójica, los infinitas males , i escándalos , que
causan los Papas , con su arrogazion de fa-
cultades , que hombre alguno debe teuer.
Paj. 44. renglón 12. Nótese ya en él, prepa-
rado lo que luego muestra , en la paj. 46.
donde apareze el Papa, como poder eclesiás-
tico disipador, damnificadór, i vulneradón i
mírese luego la paj. 73. r. 12., i al fin. I
nótese la inconsistenzia , i contradiczion, en
que tiene que caer , el que quiere ser, a un
tiempo, cristiano , i sujeto al Papa : pues en
esta paj. 44. tiene que valerse el Dr. de una
distinzion miserable, para ofuscamos dizien-
do, que lo qtíe eale, i es útil , para Un Iglesia
mililanle, no lo es para la triunfante. El clé-
rigo que milita cargado de Benefizios, ¿cómo
triunfaráj si no está seguro para con Dios?
146
Véase en la Segunda Ep. a Timoteo , ii. 4.
Paj. 45. r. 13. Si el Autor hubiera echa-
do mano, de im Zenso de Poblazioii del GIo^
bo, habría escrilo de olro modo , este i los
renglones siguientes. Paj. 46. Vuelvo alia-
mar sobre ella la atenzion, añadiendo, que el
Autor se equivocaba túnto, si creía que un
Conzilio remediase el escándalo de la plura-
lidad de Deneflzios ; que este escándalo ha
seguido i sigue hasta en las Iglesias jerárqui*
cas de los Protestantes. El incansable predi-
cador Protestante John Wesley, en su vejez,
el año de 1786. exclamaba; "¡O que maldt-
sion es . pat-a este misero pais [Inglaterra],
esto de plui-alidades , sin rcsidcnsia! Pero es-
tos son males, que Dios solo , puede curar.»
Journal. I. iv. paj. 355. — I, a mi ver, el an-
ziano Wesley tenia razón. Por eso digo eu
una de las Notas anteriores , que el Poder
Eclesiástico, constituido como Poder huma-
no, es, para esto i otras cosas, una maquina-
ria vastísima de errores. Paj. 47. donde
zita, cap. vii. a los Romanos, parezc equivo-
cazion, o errata, por I. Corint. vii. 20. Paj.
48. «(/c costumbre*, al r. 14. es modismo
antiguo. Hoi, «por c.» Lo mismo, en el r.
último, -de Derecho», en vez de, porD. I en
clr. 27. «seria» por, "csíaria seguro». Aun-
que, en tales casos , es mas propio ser , que
cslár, cofl arreglo al jenio de nuestra lengua.
147
Paj. 51. al r. li. ■( lo airo» , es modismo
anliguo, por •■lo demds'. Pajina 52. Si esta
pajina la leen los Obispos de España, sin que
se les cubra la cara de vergüenza), frescura
deben tener. En la paj. 55. renglones 9. i
sig.' nótese , que aduze una Lizenzia del De-
recho Canónico, contraria alo que prescribe
el Testamento Nuevo. Paj. 54. Según lo
que dizecnel r. 8. habría que deponer, en
la actualidad, a casi todos los Cardenales.
Paj. 56. Es notable el r. primero, por la no-
tizia , de haber muerto en Boma él a. 1556
(?], un clérigo, i cortesano español, ilitera-
to , ^ue tío dijo en su vida misa , i que tuvo
siento i treinta Bene^sios, a la vez! Paj. 57.
Compárense con ella los Concordatos actua-
les. Paj. 58. al r. 18 dize , qne luego man-
daría &c.; pero, si se atiende al fin, del Ca-
pitulo antezedente , no mandaría tal cosa el
Papa. En el r. penúlümo habla de la maldad
de impetrar los Benefizios , convertida en
cosa buena, por la Curia. Covarrnbias dize:
«Impetrar a otro el Benefizio : pedirle a su
Santidad coma por vaco , presuponiendo , quo
el que le tiene , no es í^íttmo poseedor. Paj.
59. En ella compara los clérigos, a los lobos
hambrientos : i luego dize , que no puede el
Papa rehusar de kazer, &c., sin acordarse,
3UC el Papa todo lo puede, según la prúcticn
c la Curia. Paj. 60. En los primeros n'ii-
glones dize lo mismo, que el Autor «le las Dos
Informaziojici. Paj. 61. Léase esta Tuerte
Eújina , i dígase , cual rcrorroadúr español ,
a escrito vías libremente. Aquí iiuerrero,
nota al l'opa, de destruidor i no edificador de
la Iglesia , de falla de caridad, i matador de
los pobres. En la pajina 62. recarga mas el
sombrío cuadro de la avarizia poutilDcál: aba-
siÓH, está en la azepzion de abuso. Pnj. 65.
i siguiente. En iina Nota, a la pajina 17. de
la Supr.icAziD», del Dr. Pérez , aludí a estas
fiiijinas de Guerrero, en lasque se vé lo que
laman en Itoma Suplicasioti. Esa allanera i
divinal lirma del Papa, Fiat(1); equivale a dc-
zir, segnn el Dr., que al Papa no se te im-
porta un bledo , de quebrantar i destruir, lo
poco bueno de sus mismos Cánones , con tal
que saque dinero. Léase la pajina 65. .léase
con alenzion: i la 66. también, donde llega a
llamar a los Papas i su Curia, injeniosos pes~
tadores, que llenan sus redes de la sangre de
los pobres. En la paj. 00. r. 2. redemida la
Siiplic., quiere dezir , comprada , rescatada
por dinero. 1 en el r. 17. no poder expedir,
i[. il. poner expeditas , o francas para él.
Pnj, 07. r. 5. a los mismos; sobra la a. En
cl r. 25. pudieran, pareze d. i. pudieron.
Paj. 68. dize, con azierto, que según la va-
riazion de los tiempos, deben variar los Es-
laliitos humanos. Pnj. 70. r. 19. i 20.,
449 I
ahulcn a la inobedienzia recalzilraiite de i
frailes i monjas. Pero , lo que de eUo ss le
importa al Papa, está bien indicado i pintado
en las dos pajinas signienles. En lapaj. 72.
dize, que de el Papa, vienen las tinieblas a la
Relijion cristiana^ i de él prozede el mal ejem-
plo: i mas abajo dize , que no le conviene al
Papa destruir los Cánones : pero el Papa ,
azerca de esto , sabe mas que el Dr. En la
pajina 75. introduze Guerrero una aritméti-
ca, que los clérigos no llevan trazas de adop-
tar. Además, el sumar, es, para ellos, regla
mas fazil, que las de restar i partir.
Si a este Tratado de Gneh*ero , se añadie-
sen otros de aquella época , por clérigos , i
frailes españoles compuestos; aun podría ser,
que éste apareziese el mas flojo. Si pusiera
aquí un Sermón, que el año de 1546. predi-
có a los del Conzilío de Trento , el primer
domingo de Cuaresma, Fr. Bartolomé Car-
ranza de Miranda; se conozería, que el Dr.
Guerrero, aun pintó con modestísimos colo-
res la corrupzion clerical. Pero el lector
imparzial, tiene ya lo bastante en el tomo ,
de unos i otros, de anti-romanlstas, i de ro-
manistas , para dezidir lo siguieute. Su-
puesto, que unos i otros , vienen a dezir , i
aun a pedir, las mismas cosas: — que la am-
bizíón , i el dinero, tiene corrompidos a los
que se Uamnn Sazerdotes; — i que esta cor-
41
160
rupzion, se quite por convocazion de Conzi-
lios, i poder de Prinzipes , que rerormen la
Iglesia: — i supuesto , que habiendo dejado ,
asi los ConzilioB auleriores , i el de Trento ,
como el gran poder del Emperador, después
de lo que aunados ejecutaron , la corrupzión
con mayor incremento, i la iglesia ea peor
eslado; — es ya tiempo de confesar , que en
la Libertad retijiosa únicamente, puede ha-
llarse la salud i vigor de la relijion cristiana
en la tierra: o, por lo menos, que sin lanías
completa libertad relijiosa , no es posihle la
exÍBlenzia real de la relijion cristiana entre
los horahres. Gran presunzion es , querer
llamar mensajes de Dws a nuestras pasiones:
i disputar, i reñir, i odiar, i perseguir, í aun
robar, i matar, por causa de la relijion. I
esto tiene que suzeder, mas o menos, en to-
dos los paises, donde no existe una comple-
ta libertad relijiosa. Si ésta se hubiera esta-
blezido haze trefzientos años, millones i mi-
llones de hombres, que vivieron i murieron,
durante ese intervalo, en total ignoranzia del
objeto i Onde sus vidas; habrían tenido otros
prmzipios , i otra educazion , que hubiera
disminuido esa su ignoranzia, i en su perma*
nenzia en el mundo , i a su salida de él , se
Imbierau conduzido mas segura i rectamente.
I, aun cuando esta suposizion se negase; es
del todo innegable , que siendo la relijion
cristiana verdadera i eterna , como su Autor;
es, esenzialmente libre, porque asi lo esta-
blezió (s. Mat. xvi. 24. 25.). I razón, i ex-
períenzia de mas de dieziocbo siglos, nos dan
vozes , diziendo ; que sin completa libertad
relijiosa, no puede existir la fé verdadera en
la Providenzia, i en la Palabra de Dios, que
es Cristo: ni puede existir la caridad. I sin
fé, i sin caridad, o amor de Dios, i del hom-
bre , como hechura de Dios: ¿donde está la
Relijión cristiana?
Contiene este tomo.
SuplicaxioD al Rci 1). Felipe . . . Paj. (.— i»
iDformaiiúii al Emperador .... 44.— 194.
Inlurmaiióa a los l'ríuiipes i Estados . 195.— 321.
Apocalipsis Cap. xtü. i II. Tesaloo. íi. 5S2.— 3!6.
ApílfDlZB.
Erasmo al Iii(|uisi<lor D. Alonio Manrique. 3 — 13.
Consulta del Gobierno al H. Cano . . . 12.-34.
Sespuesla, i Pareiérde CiDO . . . .25.-54.
Zila de Zurita 54.
Declaratoria de Carlos V. contra Lutero, S5. — 57.
Consejo deBeforma de lalKlesia, a Paulo
ni. 1— 26.
Notas al dicho Consejo, por ud ADÓnimo. 27.— Í9.
Forma para la Zelebrazion de CoueíIío
Jeneral, por el Dr. Guerrero . . . 1,— 7G.
Notas del Editor , a la Suplicaiión e In-
ronnaziones 1,-104.
1<1. a los Tratados en el Apcndiie. . . 104 '151.
FE DE ERRATAS.
Pajioas.
Rengtoocs.
15
Diie.
Debe deiir.
57
proaiisimo
promisimo
49
8
resplaodeie
resplandegi
96
4
axasíTaoieote
eiteaiTamenle
id.
8
paia
para
101
90
1 tañed
tened
i 19
9
los mas
lo mas
ií7
15
ijoet
i jaes
iS5
17
bomben
hombrea
15S
7
Binffoaa
ninguna
190
últ:
afluida
dieho
afluida
dicho)
191
11
S43
31
niaguna
resutnida
ninguna
resutnida
955
19
975
16
cooiiendaB
contiendas i
982
10
lino
si no
889
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301
13
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Apíndizbs.
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APBNDizfi Guerrero.
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